Cuba - Juventud Rebelde

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juventud rebelde
texto y fotos YUNIEL LABACENA ROMERO,
estudiante de Periodismo
ERA abril de 2001 cuando los pobladores de
la comunidad Ramón López Peña, del municipio de San Cristóbal, en Artemisa, quedaron
sorprendidos con aquella gran casa azul, a la
entrada del pueblo, donde les aguardaba una
especial familia, integrada por profesores y
dos laboratorios de computación.
El nuevo «vecino» sería conocido por todos como Joven Club de Computación y
Electrónica (JCCE), y gracias a él, por vez primera, niños, jóvenes y hasta los más ancianos, tendrían la posibilidad de interactuar
con las nuevas tecnologías de la información, las comunicaciones y la electrónica.
El 5 de abril de ese año se hacía realidad
uno de los sueños más anhelados por los
habitantes de esta localidad. La informatización de la sociedad cubana estaba en marcha y ahora llegaba a los rincones menos
esperados, con la inauguración de nuevas
instalaciones.
«Aquí interactué por vez primera con una
computadora. Solo las había visto en la
escuela y eran muy diferentes a las de ahora. En este JCCE he aprendido a usar diferentes programas como el Office y el Adobe
Photoshop», contó Yandi Guerra.
Este joven promotor cultural de la localidad forma parte de los más de 4 683 usuarios que han egresado de los cursos impartidos en la instalación San Cristóbal II, en
sus 11 años de fundada. Como él egresaron un centenar de adultos mayores, discapacitados y niños.
Para Yohanis Ramos, fundadora y especialista principal del Joven Club, la apertura
del centro constituyó el inicio de la «alfabetización informática» de los pobladores, quienes acudieron masivamente al estudio, por
vez primera, de la computación y de sus herramientas.
«La institución tiene la misión de proporcionar conocimientos y servicios relacionados con las tecnologías de la información,
las comunicaciones y la electrónica, y para
ello contamos con recursos humanos altamente capacitados y motivados, capaces
de desarrollar un trabajo de excelencia, que
satisfaga las necesidades de nuestros usuarios», agregó.
Explicó que cada año son cientos los habitantes de San Cristóbal (estudiantes, trabajadores, amas de casa, desvinculados y
otros) que acuden a matricular en los cursos
sencillos o especializados para aprender de
los misterios de la computación.
«Desde las ocho de la mañana hasta las
diez de la noche brindamos atención a los interesados. Ofrecemos casi 20 tipos de cursos
VIERNES
07 DE SEPTIEMBRE DE 2012
NACIONAL
05
Romper las brechas
digitales de hoy y mañana
Los Joven Club de Computación y Electrónica sortearon los obstáculos de la
geografía cubana para llevar a la población las bondades de la tecnología,
desconocida para algunas personas. Más de dos décadas demuestran la valía
de este proyecto creado por iniciativa de Fidel
manifestaciones del arte. También buscamos información para hacer los trabajos
que requieren de soporte digital, y para ello
tenemos asesoría de los instructores», contó Yandi Guerra.
En ese sentido expone Yohanis que aunque no tienen la posibilidad de conexión las
24 horas del día, como existe en otros Joven Club, ellos tienen la EcuRed portátil,
con ella también los usuarios aprenden y se
la pueden llevar hasta su casa para extraer
información.
Hoy existen 138 Joven Club ubicados en comunidades rurales y 39 en regiones montañosas.
durante cada período lectivo, entre los que
sobresalen los relacionados con los sistemas operativo Windows y Linux, multimedias, microsoft office, edición y fotografía».
ACERCAMIENTO A NUESTRA CASA
Cuenta Didían Pérez, de 12 años de
edad, que desde tercer grado viene al Joven
Club. Aquí puede ejercitar lo aprendido en la
escuela, y le sirve para los momentos de recreación. «Vengo cuantas veces quiero, solo
necesito hacer la cola y traer mi tarjeta de
menor. Somos muchos los interesados».
Gran acogida tiene también el Geroclub,
integrado por el círculo de abuelos Corazones alegres, quienes aquí se entrenan en la
computación, y luego de superar el miedo a
la modernidad, han encontrado un universo
de posibilidades que eleva su autoestima.
A ello se suman los cursos de Operador
de Microcomputadora para Windows, que
se imparten a los internos en el Centro de
Estudio y Trabajo para hombres, Tarea Confianza Taco–Taco, como parte del programa
de la Revolución que aboga por llevar el
conocimiento a los centros penitenciarios.
«La oportunidad de estudiar computación desde allí es un logro importante. Los
cursos han sido muy buenos y tienen el propósito de que los internos se reinserten
más preparados a la vida cotidiana», aseveró Berkys Matehu, instructora de ambos
proyectos educativos.
Igual de agradecida se mostró Zoila Llanes, una discapacitada de 51 años, quien
desde 2009 ha unido su vida a la informática. «He ampliado mis conocimientos. Photoshop es el curso que más me ha gustado
porque aprendí a trabajar la fotografía… yo
misma trabajé las imágenes de mi nieto»,
apuntó.
Muchos usuarios manifiestan sentirse
satisfechos con las nuevas herramientas de
información a las que pueden acceder desde los Joven Club. Una de ellas es la Enciclopedia Colaborativa Cubana EcuRed, la
cual les brinda conocimientos de diversas
temáticas.
«Me ha servido para ampliar mis conocimientos, sobre la décima, la trova y otras
UN PRESENTE LLENO DE FUTURO
Durante el verano, la instalación adquiere otra dimensión. Es el espacio ideal para
disfrutar la etapa estival junto a la computación, de forma culta e inteligente. «Mantenemos servicios de juegos instructivos,
cursos cortos, trabajos con aplicaciones…
Es una buena opción para emplear el tiempo libre en una actividad educativa», asevera la especialista principal.
Más de 3 262 usuarios asistieron en el
verano que acaba de concluir, y entre los
servicios más solicitados estuvieron los tradicionales cursos de verano para niños y
los juegos didácticos, aunque no dejaron de
ofrecer otros como la proyección de películas,
el festival de juegos en red y la descontaminación de dispositivos.
Aunque muchos pudieran pensar que
no, este Joven Club, como los otros dos que
existen en el municipio, ha resistido años
de intenso trabajo. También el uso de manos
inexpertas, de quienes no saben, los caprichos de la electricidad y también de los ciclones que han afectado a Cuba. Es el mismo equipamiento, solo con algunos cambios y un mantenimiento constante.
«Nada de esto nos impide brindar servicios y acercar a todo el mundo a nuestra casa, considerada la computadora de la familia», apuntó Yohanis, y añadió que tienen el reto de comenzar cursos sobre herramientas
de participación en la Web 2.0, para que los
usuarios sepan cuán interesante es.
«En estos años la motivación principal ha
sido el más estrecho acercamiento del Joven Club a todas las personas. Desde aquí
podemos medir el alcance de la informática
en sus múltiples aristas… El trabajo diario
ha demostrado que los sueños sí se pueden hacer realidad».
La computadora de la familia
DESDE su creación el 8 de septiembre de
1987, por iniciativa de Fidel, el programa
de los JCCE ha tenido gran repercusión en
la sociedad cubana. Este proyecto ha implicado a todos, sin distinción de sexo, edades ni razas.
Actualmente los centros están presentes en los 168 municipios del país, con
600 instalaciones que tienen como objetivo principal alentar y facilitar el acceso,
EcuRed es un paso para acercar a los usuarios a este proyecto y ampliar sus conocimientos.
aprendizaje y uso masivo de las tecnologías de la informática y las comunicaciones por todos. Según dio a conocer Ernesto Rodríguez Hernández, director de Servicios Informáticos del proyecto.
Gracias a este programa, en Cuba existe un Joven Club por cada 18 000 habitantes, y ya suman 3 367 332 los graduados en los cursos y talleres organizados en cada localidad.
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