El síndrome de fatiga crónica (SFC) es mucho más que encontrarse

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Dr. José Alegre, coordinador de la Unidad del Síndrome de Fatiga Crónica del hospital
universitario Vall d’Hebron
Un cansancio abrumador
Padecer el síndrome de fatiga crónica (SFC) es mucho más que encontrarse cansado.
Como explica el Dr. José Alegre, coordinador de la Unidad del Síndrome de Fatiga
Crónica del hospital universitario Vall d’Hebron, “la SFC se define como un cuadro de
fatiga matinal invalidante de más de seis meses de duración, junto a un sueño no
reparador, intolerancia al ejercicio físico y alteraciones en la concentración, en la
memoria y en la velocidad de procesamiento de la información”.
En Catalunya hay diagnosticadas unas 8.000 personas, “y la mitad de los pacientes
con el síndrome de fatiga crónica también presentan fibromialgia”. La fibromialgia
es una enfermedad con un cuadro de dolor generalizado de más de tres meses de
evolución.
Existen muchas hipótesis sobre el origen de la enfermedad, aunque el Dr. Alegre,
con más de veinte años de experiencia en el diagnóstico y tratamiento del SFC,
considera que “es un proceso inmunoinflamatorio de base genética,
desencadenado por multitud de agentes o elementos, que inducirá una alteración
del sistema inmunológico”. Esta alteración es la que provoca un cansancio
abrumador que no mejora con el descanso en la cama y que puede empeorar con la
actividad física o el esfuerzo mental.
Más mujeres
El síndrome de fatiga crónica es una enfermedad que afecta más a las mujeres. Los
últimos estudios epidemiológicos realizados en Estados Unidos establecen que
afecta a dos de cada cien mujeres entre los 18 y los 60 años, “y en el Vall d’Hebron,
de cada diez pacientes, nueve son mujeres”, destaca Alegre, quien añade: “En
relación con el género, es de interés destacar que en el 15% de nuestras pacientes
el SFC se desencadena tras el parto, y se observa una mejoría durante el
embarazo”.
Consecuencias
La enfermedad provoca que la persona enferma no pueda realizas las actividades
habituales del día a día, tanto de predominio físico como intelectual, “limitaciones
que suelen ser de difícil aceptación por parte del paciente”.
En el 65% de las personas diagnosticados provoca la incapacidad laboral para
cualquier tipo de trabajo (tema que se desarrollará en la XI Jornada de Avances en
el SFC que tendrá lugar el 15 de mayo en el hospital Vall d’Hebron), lo que suele
comportar un problema económico de gran relevancia, y en los niños y
adolescentes condiciona el fracaso escolar, “un tema que nos preocupa de forma
prioritaria y nuestro propósito es iniciar un proyecto de valoración de la fatiga
crónica como inductora de fracaso escolar”, remarca este especialista.
Si hace unos años era una enfermedad desconocida, actualmente hay una mayor
concienciación social y médica. “Cada vez más profesionales de Atención Primaria
conocen y diagnostican correctamente a los pacientes afectados y los remiten a las
unidades especializadas, pero también es necesaria la formación de pacientes con
SFC para que difundan la enfermedad entre ellos mismos, los familiares, etc., y se
realicen campañas para dar a conocer el alcance de la enfermedad y que la
concienciación alcance porcentajes óptimos”.
Presente y futuro
Como en todas las enfermedades, lo más importante es un correcto diagnóstico,
“para que el paciente pueda ser controlado en una unidad especializada y
preferentemente de carácter multidisciplinar, donde realizará un tratamiento de
terapia cognitiva conductual, pautas de ejercicio programado y un tratamiento de
los síntomas del dolor, depresión, ansiedad y patología del sueño”.
El especialista del hospital universitario Vall d’Hebron también apunta la
necesidad de formar a los profesionales de Atención Primaria y Especializada “lo
que permitirá establecer correctos circuitos asistenciales al igual que ocurre en
otras enfermedades crónicas”, estimular la investigación “con el objetivo de
modular la respuesta inmune y conseguir que el paciente consiga la remisión
parcial o completa, y ampliar el campo de trabajo a la fatiga en el cáncer y en la
enfermedad inmunoinflamatoria, que constituyen verdaderos retos en la oncología
y la inmunopatología moderna”.
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