ESTUDIO · • Director Osear Seeeo Ellauri Redactores Edual'do de Saltemin Hel'rera Pedro D. Baridón Felipe Laeueva Castro Alberto Ruseoni AÑO 1. SET. - OCT•• Nov. DE o NÚM. 4 1930 o o o La unión del ¡profesorado. Uno de ,los malesqnLlza:; más profundos que pesan sobre nuestra enseñanza secundaria, es el de la separación e:;piritual de los profesores que la interp.retan y aplican. La ,r.elación prülfesoral es eSCélJsa, casi nula. En la aJctividad doden. te, son muoho.s los que v.i!Ven aislados en su sola cabaña, demostrán. dose reacios a toda sugestión de vida más íntima, que la configurada pOl1 la reunión trimestral obligatoria o la mesa de 'examen. No existe acercamiento hondo ni verdadera conexión; apenas la charla furtiva de los encuentros casuales. El comercio espiritual, pon. derablesiempre, ydeleitOiso en grado ·sumo si de la enseñanza se trata o vive desterrado de nuestm daustro, ahogándose dentro de cada profe. sor, las observaciones valiosas, qUí= todos recogemos en el huerto de la cIaSe. Toda refoirma, dice Ortega Gasset, supone un nuevo tipo de hom. ESTUDIO 1 ; t AfiP bre capaz de interpretarla. Una verdad tan grande adquiere en la enseñanzacontenido axiomático: mientras los profesores no alcancen el recíproco entendimiento moral que proporcione unidad a sus esfuerzos y armonice la ¡abra de corij1unto, los cambios de programas y de planes. no serán sino obra superficial y pasajera. Siempve subsistirá el peli',gro de lae·xagerada especial'ización de cado. asignatura, como consecuencia lógica de un -estado de aislamiento individual, en que cada unO conoce solamente las fronteras de ,su propio dominiü. Los fines fundamentales y comunes de la enseñanza secundaria se resienten de semejante situación. Actuando en este cido pedagógico, el maestro, no puede .concebir la maüeria que di,cta ,como un jardín cerrado, c1Jentw del cual campea su exclusiva soberanía docente. • Debe recordar constantemente, que si bien los instrumentos que cada uno emplea son diversos, los sonidos, tendrán que int<egrarse en una superior armonía cuWtural, solo realizable por el concierto previo de los ejiecutantes. La falta ele un acuerdo, lkvará, como sucede ahora, a ese divorcio de materias que desorienta al estudiante, abl1umado por las exigencias de ocho o nueve técnicos, catadores egoístas del esfuerzo rewlizado, desde su especial punto de: vista. Este mal, que dentro de los planes vige:ntes, surge con carácter orgánico, podrá ser en gran parte remediado por la acción de un pwfesorado capaz de comprender los rumbos fundamentales de la ,enseñanza media, y habilitado por ello, para limar con su tacto penSlonal, las incorrecciones y vicios de los presentes programas. Para ello, es imprescindible, sin embargo, entrar de Heno en esa vida de rdación intelectual, hasta ahora tan parcamente rea,Jizada, que neve al espíritu ,de :todos, la noción sustancialmente profunda de los fines comunes que perseguimos dentro de ,la enseiianza ;secundaria. N ece. sitamos ese pedestal fuerte.. sustentador eficaz de todo camibio que solo puede ser formado por ,la existencia organizada de u,n verdadero cuerpo profesora!. Realizar esa tarea de cohesión vinculadora, constituye por sí sola toda una política universitaria a la que cada ,uno d,ebe nevar su aporte. Las autoridades directivas, reglamentando las funciones docentes en un verdadero estatuto del profe;;or capaz, por un lado, de eliminar al .pedagogo .. amateur" que solo ve en la enseñanza el modo práctico de ESTUDIO 2 completar su presupuesto doméstico ; pero también, por otro, de enal· tecer la fiUnción pedag.ógica dándole al maestro el rango y la categoría que por derecho le pertenecen. La Asociación, fomentando de todas maneras la vinoulación univ,ersitaria, de la que esta Revista representa un modesto esfuerzo ; y ·en fin, el propio profesor difundiendo sus ideas, produciendo desde la Cátedra y beneficiando a sus ,colegas con el fruto estimable de su experiencia personal. La Revista y los Profesores. Oueremos que ESTUDIO sea el fiel exponente de la vida de la Universidad, que refleje todas las actividades de ese organismo, que en ella s'e perciban la agitación,el rumoreo, qu;: denotan realidad, existencia, pélJra 10 cual necesitamos el aporte, la ayuda, de todos los Profesores. No se cumple con los deberes qtve impone tan de'licado cargo Henando solo las estrictas exigencias señaladas por el Reglamento, o concurriendo puntualmente a cada cIase; hay que hacer algo más, hay que contribuir a ratificar o netificar los rumbos que 'sigue el Claustro, hay que tra:ar de mejorarlo, exponiendo sus ideasen ESTUDIO, que será si'empre una tribuna desde donde se emitirán opiniones leales y sánceras, tendientes todas a log.ra,r días mejores para la Enseñanza. Señor Profesor: Usted puede y debe enviar sus sugestiones, desde ya contamos con su colaboración. La eleooión de Reotor. Vacante el Rectorado, por retiro del doctor Vaz Ferreira, han comenzado los inevitables cab~ldeos de rigor, surgiendo candidaturas para -[odos los pareceres. La Asociación - que no podría pronunciarse a favor de ninguna de e1las ha creído, sin embargo, que debía definir su posición fnente al problema del RJectorado y lo ha hecho ¡en la forma siguiente que nos exime de mayores comentarios : "La Asociación de Profesores de E. Secundaria y Preparatoria del Uruguay, que cong.nega a la totalidad del profesorado de la Sección de E. Secundaria y ESTUDIO 3 Preparatoria. cree neoesario definir su pOSICllOn frente al problema de la elección de Rector, porque repr,esenta a uno de los dementos 'esen_ ciales dd Claustro : !e1 profesor, y por que a la vez el Rectorado es el organismo superior de ese Claustro. Por .ello declara : I~ Que estima inconveniente el ,s~stema eleccionario vigente ya que quita al Claustro 10 que solo 61 debería nombrar. '2~ Que a ,este efecto iniciará las gestiones correspondientes ante el Parlamento para obtener una mo~Í,icación de la ley que haga que lel Rector sea elegido por los elementos que integran el Claustro : autoridades, profe:;ores y estudiantes, resultando así una emanación del mismo ". P. D. B. Proyectos de Estatutos. A continuación transcribimos el proyecto de Estatutos de la Asociación, que fué aprobado ya ,por la . Comisión DirectiJva, y que será presentado a la Asamblea General de Socios, para Sil aprobación definitiva. FINES DE LA ASOCIACION Artículo I~ La Asociación de Profesores de Enseñanza Secundaria y Preparatoria del Uruguay persigue como finalidad fundamental el mejoramiento y progreso de la enSleñanza en todos sus aspedos. Se propone especialmente para dIo. a) b) ,e) Realizar y estimularen toda forma el estudio die 10$ problemas pe_ dagógicos .Y 'morales que afectan a la Enseñanza M'edia ; Alentar la organización y mejoTamiento del profesorado velando siempre por su dignidad .Y su presrtigio ; Estimular el intercambio intelectual, y provocar reuniones perió. dicas del profesorado de la República. DE LOS SOCIOS Arl. 2~ ESTUDIO 4 Los miembros de la A,sociación de Profesores de En<;e_ ñanza Seoundaria y Preparatoria dd Uruguay pueden ser honorarios y corresponsales : activos, Art. 3? Para ser socio activo se requiere : a) b) c) Desempeñar o haber desempeñ.ado un cargo docente en la Sección de Enseñanza Secundaria y Breparatoria. Se entiende que los cargos de jefe y ayudantes de trabajos prácticos, de ayudantes de clase, de laboratorios, de gabinetes y de museos, tienen el carácter de docentes, a los efectos de estos Estatutos. SiCr presentado, y acepta:do por la mayoría de la Comisión Directiva, en votación nominal. Pagar una cuota mensual de $ I.OO. Art. 4? El socio deudor de seis cuotas mensuales, quedará a,utamaticamente 'eliminado de los Registros de la Al5ociación, previo el envíe de dos notas de aviso, separados entoresí por la días de intervalo. Arr. S? Para recuperar la calidad de socio, será necesario una nueva aceptación por parte die la Comisiián Directiva, debiendo siempre en estos casos, ,exigirse del socio el pago de las cuotas atrasadas. Art. 6? Son derechos particulares de los socios activos : a) b) La asistencia con voz y voto a las Asambleas Ordinarias y Extraordinaria. El ejercicio del sufragio activo y pasivo, en la forma reglamentada por estos Estatutos. Art. 7? Para ser socio honorario se req,u~'ere : Haber colaborado en forma relevante al progreso general de la enseñanza. S~r aceptada por una Asamblea de socios especialmente convocada para eIrro, exigiéndose en estos casos, una mayoría de tres 8? Podrán ser socios corresponsales aquellas persona.s residel país que merezcan tal distinción a juicio de la mayoría de la Comisión Directiva. ESTUDIO 5 DE LAS ASAMBLEAS Art. 9° La Asamblea General de socios, es la autoridad soberana de la Asociación. Art. IO Para proceder a la convocación de toda Asamblea General de socios deberá citarse a todos ellos por la prensa Y' por cédula personal con tres días de anticipación por lo menos, debiendo establ<:cerse en la citación las cuestiones! que figuren en la orden del día a tratarse. Airt. 11 En las Asamblea·s Generales, no podrán resolverse otros asuntos que los mell:ciomados en la respectiva orden del día. Art. 12 Las .Asambleas Generale:> de socios serán Ordinarias o Extraordinarias. A'rt. 13 La Asamblea General Ordinaria se reunirá una vez al año, para consi¿'erar la Memoria y Balance presentado por cada Comisión Directiva saliente. Art. 14 Se convocará para Asamblea General Extraordinaria : a) b) Cuando la Comisión Directiva lo juzgue conveniente. Cuando lo 601iciten por escrito los socios a'Ctivos en número no inferior de 20. Art. 15 Las Asambleas Generales Exvrao,rdinarias deberán ser siempre convocadas entre los tres y quince días siguientes a la decisión oue l!es origen. Art. 16 Las Asambleas Generales Extraordinarias funcionarán cualq'lliera que sea el número de los socios presentes. DE LA COMISION DIRECTIVA Art. 17 La ComiSiión Directiva estará constituída por 17 miembros, 13 elegidos por los profesores del Departamento de Montevideo, y 4 elegidos poQ" los profesores de los otros Departamentos. Art. 18 LaS! 17 cargos de la Comisión Directiva, estarán distribuídos en la siguiente forma : Un Presidente. un Vice presidente, dos Secretarios, un Tesorero, un Contador, un BibliO';¡ecanio y di¡ez vocales. Art. 19 La Comisión Directiva, discernirá estos cargos, excepto el de Presidente, en la primera reunión que realice. ESTUDIO (i Ar1. 20 La Comisión Directiva, se reuni,rá en seSlOn Ordinaria una vez por semana, en días predeterminados ; y en sesión Extraordinaria cuando 'el Presidente o cuatro miembros de la misma, la hagan convocar por Secretaría. Art. 21 La citación pa'ra cualqulier clase de sesiones ,se hará por comunicado personal en los que conste la orden del día. Esta solo podrá ser alterada o ampliada, por mayoría absoluta de votos. Art. 22 Las Sesiones de la Comisión Directiva serán públicas. A-rt. 2,3 Para sesionar válidamente la Comisión Directiva, necesita un "quorum" de nueve miembros, tomándose las resoluciones por simple mayoría. Podrán también seSJionar, con solo cinca miembros, pero en estos casos cualquier resolución deberá ser vorada por unanimidad. Art. 24 Cua,ndo las votaciones realizadas en la Comisión Direc,::, tiva, registren un empate se considerarán de re&ulltado nega:tivo. Art. 25 Los miembros de la -Comisión Directiva, durarán un año en el ejercido de susfunciolles, pudiendo ser reelectos. Art. 26 Cualquier miembro de la Catni!sión Directiva, que sin previo aviso, y prevenido por la Secpeta'1'ía de la sanción correspondiente faltare a cuatro sesiones ordinarias consecutivas, quedará cesante de pleno derecho. Elles1:e, y cualquier otro caso de vacancia, la Comisión Directiva convocará de inmediato al suplente qu'e corresponda (o de turno). Art. 27 Son funciones de la ComÍlsión Directiva : a) b'; c) d) e) f) g) h) il Representar a la Asociación en todos sus actos. Decidir sobre la aceptación de los aspirantes a socios. Administrar los fondos 'sociales. U<lmar a elecciones. Nombrar y distituír a los empleados y fijar sus ,sueldos, requiriéndose entonces mayoría absoluta de votos. Nambrar a los miembros de la Comisión de Revista. Apercibir alas señores asociados. y solicitar suelimillaeión ante la Asamblea General Extraordinaria. Presentar anualmente a la Asamblea General Ordinaria, una memoria y un balance destinados a enterarla de la marcha de la Asociación. ESTUDIO 7 i) Dar poseslOn de :sus puestos a los miembros de la Comisión Directiva que haya de sulcedenla. Art. 28 En los casos de renuncia total de la Comisión Directiva, la Mesa, antes de abandonar su mandato, deberá convocar para Asamblea General Extaaordinria con objeto que ésta nombre una Comisión Provis!oria que entienda en los asuntos de emergencia y llame a elcc¡ciones a la brevedad posible, de acuerdo con las normas electorales que fijan estos Estatutos. Art. 29 La Comisión Directiva solo será responsable de sus actos ante la Asamblea General, la cual podrá resolver <el cese inmediato de los miembros de aquélla por el voto conforme de las 315 partes de los socios activos suscriptos por el Departamento de Montevideo. Art. 30 La responsabilidad de los miembros de la Comisión Directiva, será solidaria salvo la constancia en actas del voto discorde. DE LA PRESIDENCIA Art. 31 Las atribuciones y deberes del Presidente son: a) Presidir las Asambleas Ordinarias y Extraordinarias y las sesiones de la Comisión Directiva. En caso de ausencia del Presidente. ,será suistituído en sus funciones por -el Vice - Presidente. b) Cumplir las resoluciones de las Asambleas y de la Comisión Directiva. c) Suscribir las Actas y demás documentos conjuntamente con los Secretarios o el Tesorero según correspoil1da. d) Mantener el orden durante las sesiones, siendo responsable de cual. quiera falta que 'en ellas se cometiese y que no fuese convenientemente salvada. e) Representar al Centro, en Compañía de los Secretarios, sin perjuicio de que esa representación recaiga en cualquier otro miembro de la Comisión Directiva por especial re<:;ol.ución de ésta. f) Adoptar en caso de urgencia con la conformidad de un Secretario por lo menos, y concaráder provisional todas las medidas oportunas, debiendo someterlas a la aprobación de la Comisión Directiva en la primera sesión inmediata. g) Redactar conjuntamente con los Secreta'l"ios la Memoria anual y someterla a la Comisión Directiva. ESTUDIO 8 DE LA VICE. PRESIDENCIA ~rt. 32 Corresponde al Vice - Presidente, sustituir al Presidente en caso de ausencia. DE LOS SECRETARIOS a) b) c) d) e) f) Art. 33 Corresponde a los Secretarios : Extender las Actas y las notas y dar kctura de aquél1as. Refrendar con su firma todas las disposiciones de la Presidencia y de la Comisión Directiva, las cuales sin aquellas carecerán de todo valor legal. Llevar los libros que la Comisión Dit"ectiva estime necesarios. Organizar y custodiar el Archivo de la Asociación. Organizar la fot"ma del reparto y venta de las publicaciones de la Asociación. Velar por la conservación del local y el cumplimiento por los empleados de sus respectivas obligaciones. DEL TESORERO Art. 34 Corresponde al Tesorero : Recaudar y icustiodar los fondo,s de la Asociación. Cumplir las órdenes de pago, firmadas conjuntamente con el Presidente y Contador. e) Firmar los recibos de todos los fondos ingresados. d) Llevar los libros de contabilidad que sean necesarios. e) Efectuar un Balance General anual, coincidente can la expiración de su mandato. a) b) DEL CONTADOR Art. 35 ClJrresponde al Contador : a) b) Vigilar el estado de las ,finanzas de la A!sociación. Autorizar los gac:tos ordinarios del presupuesto mensual. DEL BIBLIOTECARIO Art. 36 Corresponde al Bibliotecario : a) Organizar y cuidar de la Biblioteca y discoteca de la Asociación. b) c) Realizar el intercambio de publicaciones pedagógicas con las Bibliotecas de instituciones universitarias extranjeras, a fin de obteter el mayor número de datos y folletos relativos a la marcha y progreso de la .;:nsefanza en los diferentes países. Organizar una sección espelial destinada a la literatura pedagógica uruguaya. DE LA COMISION DE REVISTA Art. 37 La Comisión de Revista estará integrada por un Director y cuatro redactores, nombrados por la Comisión Directiva. Art.. 38 Correspond9 a la Comisión de Revista : a) h) c) Encargarse de todas las gestiones relativas a la publicación mensual de la Revista. Entregar a la Secretaría el tiraje completo de las publicaciones de la Asociación, para qu'e aquella proceda a su reparto y venta : Fomentar de acuerdo con el Bibliotecario, el canje de la manera 'más amplia posible. DE LAS ELECCIONES Art. 39 Todos los cargos directivos de la Asociación deben ser provistos por elección exclusiva de los .50cios activos mediante el voto público, y el procedimiento expuesto de los artículos siguientes: Art. 40 Las elecciones ordinarias se !'ealizarán el último día hábil del mes d'e Junio; 20 días antes de esa fecha la Secretaría avisará a los socios atrasados en el pago de sus cuotas que no se :les considerará como votantess1i en un plazo de diez días siguientes no liquidan su situación financiera frente a la Asociació.n. Pasado 'ese plazo se publi:cará por la prensa la lista de socios que pueden votar. Art. 41 La votación se hará por listas de candidatos. Las listas que deberán estar encabezadas por un lema comprend-e_ rán 12 ti<tu1ares y le suplentes, mencionándose expresamente entre ellos aquel a quien se vota para el cargo de Presidente de la Asociación. Art. 42 Para adquirir va10if electoral las listas deberán ser registradas en un libro llevado al efecto por la Seoretaría. La inscripción podrá realizarse en los quince días anteriores al ESTUDIO 10 .. ¡lit acto e1eccionario, cerrándose el Registro 48 horas antes que este se efectúe. Artículo 43 Las Ustas deberán ser presentadas por triplicado, en letra clara y sinmm:endatumSJ debiendo por lo menos uno de los ejemplares lleva,r la firma de 10 socios, sin cuyo requisito no se admitirá la insoripción. Realizada la inscripción, serán firmados los tres ejemplares por el Presidente y un Secretario d,tvolviéndose uno de ellos a los socios que lo hayan presentado. Art. 44 A petición escrita de 10 socios, la Comisión Directiva re:conocerá en el carácter de Fi'slcal, al delegado que aquellos designen. Los Fiscales podrán intervenir en todos los procedimientos re1atiV0!3 a las elecci'ones, y formular las observaciones que conceptúen pertinentes. Art. 45 La votación será tomada por una Comisión de Escrutinio, integrada por cuatro miembros, nombrada por la Comisión Directiva, de los cuales dos por los menos siempre deberán hallarse presente durante la realización del acto el:eccionario. Art. 46 El acto eleccionario durará de las 10 a las 12 horas, y de las 16 a las 19. Art. 47 La votación se hará por boletas firmadas en las cuales, los eFectores colocarán el lema de una de las listas en juego. Art. í8 En el local de la elección. la mesa, pondrá a la vista de los votantes un ejemplar de cada una de las listas suscriptas. Deberá también téner boletas especiales que podrán ser Benadas por los votantes antes del acto y fuera del local eleccionari'O. Art. 49 La Comisión del escrutinio, :comprobará previamente la identidad de cada votante y su inclusión 'él1 el Regi:stro de Socios a que se refiere el artículo su Presidente y su Secretario rubricarán las boletas que aquellos les entreguen, depositándolas enseguida en la urna, después de lo cual se dejará constancia en el Registro de Socios de que el votante ha cumplido su deber electoral. DEL ESCRUTINIO A,rtículo So El escrutinio se celebrará inmediatamente después de realizada la votación, siempre que el número d'e votos depositados exceda de ;cuarenta. Art. S1 Comprobada las circunstancias a que s;e refiere el artículo anterior, se procedoerá a clasificar las baletas de acuerdo con los lemas votados, asignándo.,e luego a cada una de ellas un número de candidatos, :según un riguroso sistema proporcional. Art. 52 Será proclamado Presidente, aquel sobre cuya persona hayan recaído más 'Sufragios para el ej ercici:o de ese ,cargo. Art. 53 En cualquier caso de empate que puedan presentar.,e, decidirá la suerte. Art. 54 En las listas que no se eSipecifiquen sistema de convocación para los suplentes, se entenderán que aceptan el :sistema ordinal. Art. 55 En 10., casos en que deban realizarse elecciones extraordinarias se seguirán en lo posible los procedimientos expuestos en este Capítulo. DE LOS DELEGADOS DEPARTAMENTALES Art. 56 Los asociados de los departamentos votarán por cuatro delegados para integrar la Comisión Directiva. Art. 57 Cada profe'i'or enviará por Correo su sufragio especificando cuales son los cuatro candidatos de :su preferencia y los suplentes respectivos. Art. 58 Los sufragios que deberán ir firmados, !serán recibidos en el local de la Asociación hasta las 12 horas del día de laeleceión y su escrutinio será realizado por la Comisión de Escrutinio común, debiendo ésta proclamar a los cuatro candidatos sobre los cuales hayan recaído mayor número de votos, a;sí como lás cuatro suplentes má., votados en su calidad de tales. DE LA PRO TESTA y NULIDAD DE LAS ELECCIONES Art. 59 Será absolutamente nula toda elección en que el número de los votantes no alcance a 30. Art. 60 Las eleccionl':'s podrán ser protestadas, dentJro de la., 48 horas siguientes al acto eleccionario. Serán cau:;;'s de protesta : a) b) No haber cumplido la Comisión Directiva con las diligencias preparatorias a que la obligan esto., Estatutos. Haberse iniciado o !suspendido la voblcián fuera de los términos establecidos en los mismos. Art. 61 Entenderán en Jo relativo a las protestas y anuilacián de ESTUDIO 12 las elecciones, una Asamblea General Extraordinaria especialmente convocada al efecto cuyo ., quorum" no podrá bajar nunca de 75 miembros, y que reso:1verá sobre la protesta por simple mayoría. DE LA INTERPRETACION DE ESTATUTOS Art. 62 La interpretación dI(; los pre&entes Estatutos corresponde exclusivamente a la Comisión Directiva actuando por mayoría de 213. Art. 63 La resolución en esta materia de la Comisión Directiva podrá ser apelada ante una Asamblea General Extraordinaria. DE LA REFORMA DE ESTATUTOS Art. 64 La reforma total o parcial de estos Estatutos podrá ser iniciada ante una Asamblea General Extraordinaria convocada de acuerdo con lo establecido en 'él capítulo pertinente, y en la oual se discutirá la reiorma, requiriéndose para su aprobación el voto favorable de las 213 de lo.s socios presentes. El "quorum" mínimo de esta Asamblea será de So socios. Art. 65 La aprobación o m\odificación de ¡las reformas votadas por esta Asamblea, deberán ser ratificadas dentro de los veinte días siguientes, por una nueva Asamblea General Extraordinaria, actuando con. idéntico "quorum" mínimo y mayoría que la anterior. LA OBRA DE LA ASOCIACION, SE HACE POR LOS PROFESORES Y PARA LOS PROFESORES .-. ESTUDIO 18 COLABORACIONES La última clase, por Eduardo de Salteralo Herrera: A.S clases terminan porque tienen que clm.c:1uír, rigurosa y materialmente hablando. M;uy a pesar de todo lo que ello apena, diremos, con una paradoja, que es una suerte que concluyan porque así continuarán perdurando en el ánimo. Sólo sedlvidan las cosas que 110 concluyen. Mañana, el año próximo, tendrán usteDes mis discípulos, otras enseñanzas, otJros cursos. otros maestros. Tiene que ser así y es justo. ¿ Cómo será 10 que esperan ? .. No 10 sé. Ustedes lo sabrán años después, cuando todo lo que hoy viv.e w nuestro derredor pase a la esfera de los recne¡rdos, por decantación. Sé, sí, que lo de maúana 'será disti.nto, cumpliendo la ley de la vida de que nada se repite del mismo modo igua1. Y es una suerte, porque de este modo habrá más val.'iedad en el panorama. A la edad de ustedes nacla postra el ánimo como aqudlo que siempre es igual y lo mismo : los mismos omIsos, los mismos hombres, las mismas ideas. L * ** El fin, el término de una cosa que pasa por nosotros, ha de ser la resultante de las actividades empeñadas, una síntesis ulterhor de las repl.'esentaciones que se esquematizan y se estilizan. Esa esencia de las cosas, ese sentido interior de los cuerpos, parece a primera vista un equilibrio inestable. Es ello i,lusión, cosa fugaz, que abre las puertas del futuro doncle todo hasta 10 más trivial adquiere estabilidad, fuerza psiquica y perduración. Ocurre que el hombre es místico y vé la realidad. más -como la vida tiene poca realidad, se confunde y no vé nada. ESTUDIO U. Ir ¿ Actiyj,dades empeñada:s ? Sí y grandes nuestro aprendizaje de la Literatura, que es ap.render a defenderse de la intemperie social adquiriendo elegancias contra el mal gusto y la deformación, Cosa viva y palpitante es la materia, en vez de acumulación inerte. Lecciones, trabajos eSlcritos y fuera de la clase actividades fecunda.:;, como las visitas a los ar,~istas y escritOlDes que oímos. Y no hicimos más porque no pudimos, pero todo lo hicimos ardorosamente, convencidos y de buena fé, hasta en el error. 00 Ahora, como al principio y como siempre, debe complacernos más la caEdad superior de la ,errsleñanza que la enseñanza en sí, como noción ad:ll1'irida. Pedagogías aparte o primera de las pedagogías. interesa más vivir que hacer, sugerir más que inculcar y sobre todo ser, más que saber. Porqué saber, inClt1car y hacer. no paoa de una fría función didáctica, epidérmica, que comienza en palabras y concluye en la puerta ck la c1a!se. Lo interesante es la vida que arranca de cualquier parte, a.:;í sea de la célula, de la flor o de las grietas de la tierra y no concluye má::. que en esa región infinita que miramos en el confín. Descendiendo a lo nuestro, recordaremos que hemos viajado con el programa de los estudios, pasando por una galería de autores y de obras. Todos éstos distin''Os, ricos o menesterosos, hondos o sutiles, medianos o superiores, de vuelo caudal y de alas de perdiz, también, pero todos, sin excepción, hombnes de trabajo, comunicándonos su fé ardient:e y probá~donos otra vez, que no se enseña ICJ que se sabe o se cree saber,. sino lo que se es. Aquí está todo: aprender a ser, cultivando sin df:scc:nso la armonia de las actitudes vitales, que es la estatua de la personalidad. Cada uno de llstede:s, Sl1 estatua, con ahinco, pero con libertad. Si. Libertad de textos, de gustos, de apreciaciones sin:ceras. Que el profesor sea guía de la clase, pero no amo, imponiendo su voluntad. Guía, no regresión ni función vacía. como esa que se llena con la socorrida palabra téonica ele "moldear espíritu,s ", equivalente a la realidad de deformarlos. No olvide nunca el profesor. que 10 que a él agrada puede chocar al alumno; pero recuerde, también, la virtud de hacer apetecible 10 que no iman >a, pues el trabajo que rinde y el más producti vo es el que sale de las manos de un hombre que sonrí!e. Si, sí, es i,n. útil lo que disgusta y estorba el vivir. pues si cada pensamiento arruga una quimera y cada lectura roha una alegría y cada obstáculo erige un enfado, ¿ qué es ·el vivir? Depurar el desaliento, alisar el cerebro, sim. plificar el laberinto de las cin:unvoluciones, la conciencia sana y apta para la convivencia amabl~ y la tarea común, eso es .dejar vivir excitando a ser. ¿ Contrariedades? Bueno. El mundo está forzosamente compuesto de lo que tiene que haber para un hombre activo, es decir, obstáculos. Ya lo sabemos y no hay que vaciJar, aunque la duda sea, cama es, la expiación de la inteligencia. Conviene aprender esto y no olvidarlo. ¿ Acaso no se aprend'en cosas más difíciles, como son las de ser feliz ? ¿ Qué más? De ustedes mucho, del profesor nada, o casi nada. He procurado hablar de mí Lo menos posíble, no por egoísmo, ni, por .&uiperioridad desdeñosa, - i qué :esperanza ! -sino por que no es cosa de buen tono hablar de sí mismo. Por otra parte, cuando yo no esté, otros dirán de mí... si es que vale la pena. En realidad, más que ustedes, hablo para ustedes antes de separarnos. ¿ Quién dice qUe no nos veremos más ? La vida es larga, mucho más que la ansiedad y que el recuerdo que edifica los días. Y entre tan't:o que la misma vída se nos viene encima, les pido a todos ustedes que sean hondos, hasta la bondad. * ** Ahora pues, sin discursos ni jactancias, estemos cOi11tentos de la vida, porque ella nos da la ocasión de amar, luchar y mirar lCbs estrellas. Contentos, pero no satisfechos, mientras no demos todots. los frutos. Serenos, sin impaciencias, sin encanaHarnos con el vUilgo ni mareamos con el magnate, 110c1espreciemos nada má,s que la pequeñez. Segur0;s de nosotros m~smos, aunque :el mundo entero se ensañe en dudar, gohernémonos por predileccioneJS y no por debilidades, por simpatías antes que por de,sdenes, acaso codiciando, solamente, la gentileza del vecino, sus maneras amables y la bondad de su corazán. Ptensar, pensemos en los enemigos poco, 10 suficilente p3Jra olvidarlos. Mucho en el amigo y todos los días en el ausente que se alejó de nosotros. Que el enemigo, ni el amigo, ni el ausente, Se sonrojen nunca de nuestros actos. Serenidad y calma para juzgar las cosas con elevación, no dando ESTUDIO le importancia más que a lo realmente importante. "Lento para la ira, grande en misericordia" tengam0,5 padencia, paciencia siempre y aflicción para el niño y el que su freo Todo, todo con gracia, que es la poesía ,encargada de sublimar el mecanismo de la vida. Unos más y otros menos, los hombres llevamos a cuestas la carga de una dicha o de una tristeza. Esto lo ;sabe la almohada. La carga es necesaria, fatal, tiene que ser : en los dichosos para alegrar y en los tristes para olvidarse. Valor, tengámoslo siempre, energía con du'lzura y no con gritos, con suavidad y fortaleza. Si a pesar de ,ello no alcanzamos la aspiración entrañable, consolémonos, viendo en el mal y la desgmcia los símbolos eternos de la vida. y con un culto superior de corazón a infinito que va más allá de todas las filosofía,'.;, soñemos siJempre, para despertar en acción de alegría y de lucha con los ojos puestos en el azul. EDUARDO DE SALTERA1N HERRERA. Origén de la Universidad, por Simón Luculx. Tres grandes períodos recorre la vida del claustro universitario, en los años que van de 1833 a 1849. Ellos son : la Fundación, la Reglamentación die la Casa de Estudios y la Const~t.ución Orgánica del Claustro. PRIMER PERIODO En los últimos días del coloniaje y ya en los albones de la epopeya emancipadora, de donde arranca 'el primer curso de estudios superiores, los de Filosoíía, que Fray Benito Lamas abrió en 18IO, en el Convento de San Francisco. Plero las horas cruentas y largas del sitio que se prolongó hasta 1814, y las épocas de lucha siempre ,renovadas que Llegan hasta 1820, con el derrumbe de la causaartiguista, no permitieron de:dicar ni atención ni recursos a la obra de la cultura superior. ESTUDIO 17 La denominación pon',uguesa absoluta en todo el territorio de la provincia, trae, sin embargo, iniciativas de importancia, en materia de educación. La Escuela Lancasteriana y un proyecto de estudios que no llegó a realización, ser:alan el firme propósito que animó a los dominadores y a los dominados. De nuevo la guerra de la Independencia, cuyo fruto .definitivo es la constitución de la Provincia Oriental en Estado independiente,. puso un paréntisis en el progreso de ·la enseñanza pública. PROYECTO LARRAÑAGA Pero organizada la República, surge casi de inmediato el primer proyecto de ley relativo a los eS¡,udios públicos y universa'les, de que es autor 'el sabio y eminente sacerdote don Dámaso Antonio Larrañaga, senador por el departamento de Montevideo. Dice así ese proyecto en sus artículos fundamentales: "Disposiciones especia1es sobre los estudios del derecho y de la política o del bien común : econom~a Artículo I? Se faculta al Poder Ejecutivo para la fundación de dos cátedras : una del derecho público y economía política, y otra del der¡t:cho Pa¡ria y Leyes vigentes, conforme al plan y reglamento que presentará el Presidente de la República a la aprobación de la Asamblea General después de haber oído al Superior Tribunal de Justicia. Art. 2° Cada uno de estos proÍ't'Sores seran nombrados por el Poder Ejecutivo a propuesta, en terna, de la Arte Corte de Justicia o de quien hiciere sus veces. Art. 3° Durarán en sus empl'eos todo el tiempo de su buen comportamiento, y a los diez años di·"frutarán de los mismos honores y preeminencias que los ministros del Superior Tribunal de Justicia, a quienes sucederán en sus primeras vacantes pore1 orden de su nombramiento. A¡"t. 4~' Serán recOlupensados por su trabajo con mi:l doscientos pesos anuél'les cada uno. siendo esta nueva carga anual concejil y meritoria. Art. 6° Serán t11señados gratuitamente en estas doscMedras cuantos se presentasen con las calidades y requisitos que precriba el Reglamento. ESTUDro 18 la :le es so el' es la de lel !le ea 0- :le SOBRE LOS DEMAS ESTUDlOS PUBLICaS Art. 7? El Poder Ejecutivo presentará iguales o semejantes Arbitrios 'en el Departamento de la Guerra para fundar una Academia Militar de Estudios necesa,rioS! a los individuos del Ejército y Armada que abracen las ma'.,emáticas y especialmeJlte de la arquitectura y fortificación, la astronomía práctica y navegación, a cuyos estudios podrán concurrir todos los jóvenes del modo que queda ordenado en el artículo anterior. Art. 8? Concluído el pr1mer curso de la cátedra ele latinidad, costeada, hoy por el Gobiemo, pasará a unirse a la de idiomas que costea el consulado quien, por su parte, continuará con el mayor empeño, fomentando no solo el comercio., sino también la agricultura e industria proponiendo aquellos establecimiem',os de este género que pudiese costear. Art. 9? El sueldo deistinado por el Gobierno ,para :el idioma latino, se invertirá en una cátedra de fllosoifía preparatoria prura los estudios eclesiásticos, que despues de este curso se fundarán juntamente con un colegio para niños y jóvenes. Art. lO El médico de ciudad y el primer cirujano del Ejército estarán obligados a ense'iar la medicina y cimjía, con un sobre sueldo de cuatrocientos pesos cada uno, abonados ,por las rentas del Hospi+al de 'Caridad, mientras que se arbitrasen otros medios sobre derechos de introducción en los ramos farmacéuticos y sus visitas. Art. Ir. Luego que estén fundados~os 'estudiOls ¡universales, se compondrá de todos ellos una Universidad; pero en el entretanto, los dichos estudios servirán y serán considerados como si en ehla fuesen practicados. Moncevideo, Marzo 28 de 1832. Dámaso A. Larrañaga. n- y a nos e- Habiendo sido fundado el anterior Proyecto de Ley por su autor, se apoyó suficientemente y pasó a la Com1sión de Legislación. la cual introdujo modificaciones que fueron aceptadas pare] autor. Aprobado así por 'él Senado, pasó a la Cámara de Representantes que 10 hizo suyo, y el Poder Ejecutivo, le puso el cúmplase el TI de 1833. CREACION DE LOS ESTUDIOS UNIVERSITARIOS n- a- He aquí, como quedaron creados en consecuencia, los estudios universitarios: ESTUDIO 19 d Artículo 1? Habrá un Preceptor de latinidad. Ar'. 2? Una cátedra de Filosofía. Art. 3? Una de jurispmdencia. Art. 4? Dos de medicina. Art. 5° Dos de ciencias sagradas. Art. 6° Otra de ,matemáticas. Art. 7? Otra de economía política. Art. 8? La dotación del Preceptor de latinidad será de 800 peSOS, al auo, y de las demás cááteádáras 1.000 pesos cada una. Art. 9? El Presidente de la RepúbI1ca queda autorizado para proveer estos empleos ensuje,os de idoneidad y probidad acreditada cuando 10 requiera un número suficiente de alumnos. Art. 10 Los profesores nombrados durarán en SUs 'empleo mientras tengan alumnos y buena comportación. Art. lILas materias de enseñanza, duración de sus cursos y, formas provisiona1es para el arneglo interior de las clases, se hará en un proyecto de reglamento que presentará el Gobierno a la sanción de las Cámaras. Ar1. 12 Los alumnos que concluyan sU'SJcUJ:!sos ,con aprobación, serán considerados aptos para obtener las vacantes de cátedra y empleos a que 'los l1ame la profesión. entretan¡',o no se erige la Universidad. Art. 13 La Universidad será erigida por d Presidente de la República, luego que el mayor número d'e las cátedras referidas se hallen en ejercicio debiendo dar Ctlenta a la Asamblea General con su proyecto relativo a su arreglo. La pro1l1ll1gación de esta ley, lleva las fimlas rue Pereyra y Santiago Vázquez. El primero ellSU ca1idad de Presidente del Senado, en ejercicio del Poder Ejecutivo; :el segundo como Ministro de Gobierno que entendía en materia de Instrucción Públic:l. Debía l1evar ese honroso decre,'¡o, la firma del Primer Presidente Constitucional de la República. general Rivel~a. Pero ,la guerra civil que ya preludiaba complicaciones difíciles con los Estados limítroL0s.había exigido la presencia de este noble soldado de la Independenóa en el inte:rior del territorio nacional, y en con.secuencia había hecho delegación del mando presidencia1. Esas mismas luchas I que de nuevo cubrieran de tragedia la República, fueron sin duda la .C3Jusa fundamental por la cual .los cursos universitalios, y la regamenESTUDIO 20 o taclOn de la casa de Estudios, no tuviera andamiento hasta fines de 1835, y principios de 1836. FORMACION DEL REGLAMENTO ;JARA LA UNIVERSIDAD )s, '0- n- as r_ In as Desde Marzo de 1835, la primera magistradura del país, está en mC!Jnos dd general don Manuel Oribe. Y bien : el mismo e inquebrantable anhelo, de servir la causa de la educación púhica que puso un noble ",dIo a la adminis:,ración Rivera, va a timbrar también la administración Oribe. A despecho de las guerras fraticidas que conmueven las instituciones nacionales, el Poder Ejecutivo cuidará celosamente de dar cima al organismo universitario. En efecto, por decreto refrendado por el ministro de Gobierno. don Francisco Llambí, se designa la Comisión que ha de proyectar el reglamento y ,plan de estudios para la Universidad, cumpliendo así el mandato del año 13 de la ley de I833. DiC'e textualmente ese decreto, que Heva fecha de 18 de Diciembre : SZSI cip 1I1 .le e- c:- 1~n 10 te In lo 1- IS la l- .. Deseando e] Gobierno ilevar a efecto la institución de las tres Cátedras de matemáticas, Derecho Civil y Teolojia, moral y Dogmática, para que se halle autorizado parla Ley vigente del presupuesto, y siendo para erIo conv:elliente reglam'entar el plan de estudios, determinando la duración de cada curso, la división de materias que deben enseñarse anualmente. los autores que 'han de s!eguirse, y finalmente los deberes y obligaciones de 10Sl profesores, con todo lo demás anexo a este objeto, ha acor-dado y decreta : Una comisión compuesta d!ellos señores' doctores D. Joaquín CamD. F,lorencio CasteIJanos y D. Cristóbal Echeerriarza procederán la formación del expresado reglamento, que presentará al Gobierno la brevedad posible. 2? B Jefe Polí'l~co lle informará igualm\ente sobre el local que pueda al estabecimiento de las aulas y propondrá los reparos que necesario hacerse. 3? Los alumnos que hayan de entrar al curEO de estos estudios, se al presidente de aqueIla comisión doctor don Joaquín Camquien pasará una noticia de ellos y las ma'erias a quien hayan de 1? RSTUDIO 21 .. 4° Los individuos que aspiren a la clase de preceptores, se presentarán en todo el mes de Enero próximo, acompañando los certificados 'Y documentos que acrediten su capacidad, para que con pr.esencia d'e ellos, se haga elección, y puedan entrar oportunamente al desempeño de ,:;eus funciones, y al goce de sueldo que la ley designe. 5? Preparados los medios de que hablan los articulas anteriores, se abrirán ,las aulas el 1? de Marzo del año próximo ". La Comisión debe de haber entrado de inmed1ato en funciones, pues ya el 17 de Febrero del año próximo, ele'/aba al Poder F.jemtivo, el reglamento qU'6 se le había encomendado; documento que lleva la firma de don Pedro SomeHera, en lugar de don Joaquín Campana, por . razones que en estos momel1\'OS no tengo presente'. Cinco días después, vale decir, el 22 de Febrero, el Poder Administrador, aprobaba el reglamento, disponía que se diese a la prensa y que 'se expediese el decreto relativo :aJ1 nombranüento de los catedráticos que debían regr las aulas. PROVISION DE CATEDRAS En efecto, el dice así 24 de Febrero se dcta el decreto respeiCtvo que De conformidad con 10 dispuesto por el Gobierno en Decreto de 11 de 18 de Diciembre del año anterior, y en ejecución de la Ley de Junio de 1833, el Gobierno ha acordado y decreta : Artículo I? Quedan nombrados catedráticos de Teología Moral y Dogmár',ica, el Presbítero don José Benito Lamas. De Deneeho Civil, el doctor don Pedro Somil1era. De FiloSK}'fía, el doctor don Alejo Vrlrlegas. De Matemáticas, el ciudadano don Joaquín Pedralvez. Art. 2° Los Catedráticos gozarán del ;;neldo que respectivamente lles señale la ley vigente dd Presupuesto, desde el día que se habran las Cátedras y quedarán sujetos en su ejercicio a reglamento general de estudios, fODnado ya, y aprobado por el Gobierno. Art. 3? Obtenida que sea a aprobación del C. L. se proV1eeran las plazas de secretario y portero de las aulas e",' ableódas ·en el expresado reglamento. INICIACION DE CURSOS Designados los prof!esores, y de acuerdo con el artículo 59 del deESTUDIO 22 1)5 he le s, s, ), la Ir l- de 18 de Diciembre de 1825, van a inaugurarse las aulas el 6 de de 1836. Acto revestido de particular solemnidad, y en el que asiento ,-e,l Presidente de la República y sus ministros, y buena pardel mundo oficial, y de la sociedad. El M1nistro Llambí llevó allí, la palabradiel Poder Ejecutivo, y en sus frases vibrantes de optimismo y esperanza, expresó claramente el penam1ento que orien'aba la Administración a la cual prestaba el coneul1sn de sus singU'lares condiciones de hombre de Estado. En los primeros días de Diciembne de ese mismio aflo, tuvieron lugar en la Iglesia Matriz, los exámenes que revisüeron justificado interés yen los que rindió con briJlo, pmebaJsJ de suficiencia, un grupo de jóvenes, que' a-os más tarde iban a dejar luminosa es1Jela en las letras, en el foro, en la magistradura, en la politica, y en la codificación de nuestro derecho positivo. ;a 1- e le le y LA REGLAAIENTACION UNIVERSITARIA Aprobado por el Poder Ejecutivo, el reglamento proyectado por la Comi&iión,. fué elevado a la consideración de la Asamblea General como así o disponía la ky de 1813. artículo 13. Y la Asamblea General, decretaba el 7 de Junio de 1837.10 siguient,e : Artículo único: Apruébanse los reglamentos de enseñanza y policía interior de las aullas, adoptados pnovisoriamente por el P. E., para las Cátedras de Estudios, credas por decreto de la Honorable Asamblea el JI de Junio de 133. Firman Lorenzo Pérez y Luis B. Cavia, viclepresidenie y secretario de este alto cuerpo. LA CASA DE ESTUDIOS CON CARACTER DE UNIVERSIDAD :e LS ,e o Una nueva muestra de su profundo interés por la causa de la ,educación pública, iba a dar la adm1nistración de Oribe, demostración que está bien paJ'entizada,en este decreto, de fecha 27 de Mayo de 1838, que dice así : El Poder Ejiecutivo de ¡la República: Considerando que el éxito de los ensayos obtenidos en la Casa de Estudios Generales, creada por ley de 8 de Junio de 1833, ha respon_ ESTUDIO 28 dido 'Satisfactoriamente a las esperanzas del Gobierno y de la Nación, demostrando la necesidad de colocar a la juventud nacional en aptitud de dar aJ Orbe literario mayores testimonios de su ilustración y de sus progresos en el cultio de l()s conocimientos humanos. Que en tal estado, y después de no ha:ber perdonado medio alguno ::1Je los que ha creído conducentes y en ¡la esfera de sus atribuciones para sostener y fomentar las instituciones protectoras ele la autorización que le confiere aquella bienéfica Ley. Que las exigenci2Js que ya siente la Sociedad hacen palpable la urgencia de dilatar más la esfera intelectual de la misma juventud, S~tmi­ nistrándoles 'etudjos' más conspícuos y dignos de los servicios que la Patria recla.marade ellos algún día. Por ¡tanto: 'Y en cumplimiento en o dispuesto en~l artí,culo 13 de fa citada Ley, ha venido en acordar y decretar del modo más solemne : Art. I? QU'eda instituída y erigida la C2Jsa de Estudios Generales establecida 'en esta Capital con el carácter de Universidad Mayor de la República y con el goce del fuero y jur,rsdicción académica, que por ese título le compete. La composición y organización de la Universidad se reglamentará en un proyecto de Ley que será some(ido inmediatamenre a la sanción de las Honorablles CámaraJs. 3? El Ministro Secretario de Estado en el Departamento de Gobierno, será especialmente encargado de la ejecución dlel presente Decreto que se insertara a la cabeza del gran libro de la Universidad, y Se comunicará a los Tribunales. Corporaciones y d,emás Autoridades del Estado, dándose en el Registro Nacional y publicándose por ocho días cOIl'Slecutivos en los diarios de esta Capital. ORIBE. Juan BetlÍto Blanca. LA INSTALACION EFECTIVA DE LA. UNIVERSIDAD Alrededor de un deba'te histáriclo A es¡'a altura de las cosas, y en conocimiento ya'& un conjunto de antecedentes fundamentales sobre la fundación de ,la caSa de estudios o ESTUDIO 24 1, d IS o a e cursos universitarios, cabe formular algunas consideraciones acerca de la ¡erección efectiva de la Universidad, cuestión tanto más oportunas, oUlanto que en estolSl tiempos y renovando en parte la interrogante formulaida por algunos historiadores, 'S~ ha planteado este problema, o como quiera llamársele, de Ra fundación de nu'estro cen;t;ro de estudios superiores. Tres criterios se han esbozados, :entre los que han sostenido que la Universidad estaba erigida antes de 1849. Y digo solo esbozado, porque no hay aún ningún estudio fundamental sobre la materia. Esos tres crit<i>rios son : 1? Que la Universidad existe con todos StltS atributos desde Marzo de 1836. 2? Que la Universidad tiene ¡existencia jurídica desde Junio de 1837. 3? Que la Universidad está ,totalmente erigida 'e instalada desde Mayo de 1838. Antes de entrar aI examen dle cada uno de estos criterios, vamos a expresar las razones generales que, en nuestro concepto, permiten afirmar que la Universidad no estaba instalada en época anterior a 1849. Sello indeleble de grandJe'za moral ha sido para los dos grandes partidos políticos en cuyas manos ha estado el' destino dJe la cosa pública, el empeño puesto para fundar en manera orgánica y defini,tiva nuestro gran claustro universitario. A porfía y con nobilísímo afán, uno y otro pusieron a contribución su :esfuerzo para que la casa universitaria surgiera en su gestión de gobierno, con todos sus atributos, fueros y jurisdicciones. Si la realidad fué esquiva y el aprendizaje de la vida democrática exigió ,fatalmente lucha's sangrientas y caos anárquicos, aquí debe buscarse la causa de que nobles anhelos, sella<los de patriotismo, no hayan tenido realización. En.:.re esas aspiraciones que 110 vieron cumplir ni la administración <l~ Rivera ni la administración de Oribe, está la creación de la Universidad. En las páginas de íos diarios y en documentos pútilicos y privados, !está transparente ese dolor de no haber visto florecer esa planta que se cultiv:& con cariño entrañable. Por lesa misma razón, j con qué profunda satisfacción habrían anun_ cia<lo urbi et orbe los hombres de la a<lministrCiición de 1835 - 8, el levantamiento <le 10 que constituyó, repi,'o, un caro ideal de su programa de acción gubernamental. Satislfacción igual a la que trasunta la cereií 4i l!!1!1.lIlI l I'III1I1'I,i!l!JII:III1PI+llllll.lll1l1i1iJil,.mIImmlllliIiJiwlllEE s rt T u DIO . Illí monia qne pudieron reaJlizarlos hombres de 1849 cuando establecieron para siempre la Universidad con vida orgánica y para todos los tiempos de la existencia de la República. Por eso, modestamente, la llamaron dIos " Casa de estudios ", .. Cátedras univers~tarias ", .. Aulas preparatorias d,e la Universidad ", "Cátedra de esiudios mayores" en los años de 1838 a 1850. EN LOS MENSAJES PRESIDENCIALES Tre,s memajes presidenciales <le la administración del gel1!en1.l Qribe, vamos a citar primero, en apoyo de nuestra tesis. Es sab;do que en todos estos documentos, en que se da cuenta al Poder Legislativo de ia labor realizada por el poder administrador durante el año, de apertura a apertura de las sesiones ordinarias de la Asamblea, está infundido un espíritu profundan1ente humano, de magnificar la obra realizada. Y dentro de ese concept¡o real cabe preguntar cómo si la Universidad hubiera sido erigido efectivamente, 110 tendría en esos mensajleS muchas líneas dedicadas a señalar ese hecho trascendentalísimo en la vida cultural de 'la República ? En ninguno de estos mensajes exi,s'be la menor mención a la fundación real y orgánica de la Universidad. En efecto, en el mensaje elevado el 15 de Febrero de 1836, que firma el Presidente Orib:e y sus ministros Llambí, Pérez y Brit.o dd Pino. al ref!erirse a los cursos creados por la ley de 1833, dice textualmente: "Los progresos del espíritu en esta línea serán en lo sucesivo más notab!!es con el establecimiento de las cátedras de estudios mayores, sancionadas por la ley de I I de Junio de 1833 que tendrá su ejecución en el presente año. Un<t nueva carrera se abre a la juventud estimulando su gusto para las ciencias, y preparándole los medios de hacerSle útil al país, que lo vió nacer y de llegar algún día, por su aplicación y ta1entos, a los primeros destinos de la patria. La educación de ilos jóvenes, el deber más graV\e y más importante de la administración de un pais regido por las formas constitucionales, puede .50010 suministraros los indispensables elementos de nuestra organización social. E S T U DIO 26 ~_I~I"I~ltl~AA44I.lllkl~~II~II~~.ilil'!II;¡I:I;i!il· • • •~4!11.21;í!!illí!I!¡1!! Solo leila dulcifica las costumbres del pueblo, y le prepara a recibir <Leyes análogas y conformes al estado del siglo en que vivimos. Solo eHa podrá darnos ciudadanos ilustrados que trasmitiendo sus conocimientos en cualqui!er ramo a que se dedique, serán a la vez tan buenos diefensores de la pai,ria como amigos de sus institudones y libertades. Eficazmente desea el Ejecutivo plantar los elementos de un colegio, donde como en un depósito, se encontrase el amor al estudio y de donde se derrama a todaS! las dJases, de la so6edad para alimentarle y fmtificarle. Pero, necesitando vuestra autorización para los gastos qU1e demanda este establecimiento, espera que no solo os dignaréis otorgarla sino ",ambién destinarle un local a propósito si lo consideráis tan neces'CI!rio y útil como él lo considera, y si ledáis! la preferencia que en su concepto merece. EL ]vlENSAJE DE 1887 En el mensaje presidencial rue Febrero de 1837, Se dice lo siguiente 3)1 referirse a la cultura superior: "Aunque nuestra Siituación intlerior no ha permitido al gobierno dedicar toda la atención necesaria para aplicar los recursos que dicmandan las mejoras de establecimientos de enseiíanza pública, no por eso ellos dejarán de progresar y muJtiplicarS'e. Estimu.lal1'doel amor al estudio, han manifestado los jóvenes en las 'exámenes rendidos en el presenve año, su aplicadón y el fruto que diebemos esg;>erar de las cátedrasesablecidas en el anterior, pronto se harán conocer también el que han de producir los establecimientos particulares destinados al mismo objeto". Lo firman : Oribe, lJIambí, Lenguas y Muñoz. EL MENSAJE DE J838 El 15 de Febrero de 1838, don Carlos Anaya, Presidente en ejercicio, y los ministros Blanco (Juan Benito), Lenguas y Lecoq, dirigen Je1 mensaje de prácüca a la Asamhlea General, y en ese documento dicen: .. Las cátedras de lestudios generales creadas por vuestra ley de • • •• • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • ESTUDIO 27 ; I I de Junio de 1833 man~fiestan ya el impulso qu·e en ellas es capaz de recibir la carrera de los conocimientos humano::; y la esperanza cierta de ver con el tiempo sos;',enidas las instituciones de la República a la altura de la capacidad de sus hijos cultivada con el progreso de la civilizaci¿n. El 1? Y 2? ensayo de su carrera ha probado qU'e la juventud nacional recibe alli una ·educación positiva en armonía con el espíritu de esas m6srnas instituciones, y que encontrando abierto desde sus primeros pasos el camino de las más útiles profesiones, la sociedad abrirá tam'bién ante si la única deuda por donde podrá alcanzar (111 nivel de las últimas luaes, prestando al país un germen fecundo de esperanzas que le asegurarán la estabilidad de su sist:ema político "~o PALABRAS DEL SENADOR COSTA EN 1838 Al descutirse en la sesión de 8 de Marzo de 1838, en el Senado, la creación de la Academia teórico - práctica de jurisprudencia, el sena.l()r Costa d,ijo lo iSÍguiente : .. Por la ley de 11 de Junio de 1838, en la que se mandaron cátedras de estudios. se dispuso en >el artículo 12 que los alumnos que concluyan su cur&o con aprobación serál1considerados aptos para obtener las vacantes de cátedras y empleos a que los JIame la profesión, en tanto no se eri¡,;e la Universidad. Esta no se halla establecida aún, a pesar de que la misma ley ha impuesto al Poder Ejecutivo eldJeber de hacerlo cuando estuviese en ejercicio 'el mayor número de cátedras, como en realidad está. Debemos considerar que ya sea por las presentes circunstancias, como porque el Poder Ejecutivo tendría que ocuparse de la formación de;¡ Reglamento que ha de regir la Universidad, ésta no quedará estable.cida en todo este año, y podrá dudarse si .es opuesto el artículo presentado al segundo del proyecto que acaba de 'sancionarsepor el que se exigen dos años de práctica para ser abog\1!do". PRUEBAS CORROBORANTES En Junio de 1838, se creaba la Academia de Juri&prudencia teórico - práctica, institución a la que había prest\1!do prerrrinente atención e 1 1 el gobierno del general Oribe. En 1839 se publicó flor la Imprenta Oriental un pequeño folLeto, S'llmamente raro hoy, conteniendo la reglamentación de esta institución, dispuesta en el artículo 39 de la ley de aquella fecha. Pues bien, en el ar~ículo 4° de la consütución y reglamento de esa academia. dice así : .. Mientras se organiza en esta capital la Universidad que está d.ecretada, se admitirán a práctica todos los .ióveaes que concluyan aquí su curso de derecho, con la sola constancia de haberlo ,cOllcIuído, y ·segnirán sn práctllica y 'serán recibidos de abogados por la Cámara bajo las pruebas y exámenes c1Je ¡ley con cargo de recibir los grados al establecimiento d,e la Universidad". El 13 die 1VJa.rzo de 1848, el Poder Ejecutivo, en decreo que firman don Joaquín Suarez y don Manuel Herrera y Obes, aprobó el reglamento de .. Constitución Provisoria dd Instituto de Instrucción PÚblica", en .cuyo artículo 19 dice: ., El Instituto de Instrucción Pública tiene como objeto permanente mejorar, '1l11iformar y dirigir Ja Enseñanza Primaria; y como transitorio - hws,:;¡. ql.\.e se erija la Universidad, mandada crear por ley de 8 de Junio de 1833 - la inspección de Jas enseñanzas secundarias y cientí'fica estableoidas por la misma ley". Al tratar de las atri'buciones provisionales, dice: .. Al Instituto, .:omo cuerpo supletorio de la Univ.ersidad, corresponde " ... En otro reglamento del Instituto de Instmcción Pública, sobre" Instrucción Secundaria y Científica, se expresa : "IlI. Los establecimientos privados podrán ger habilitadas, hasta la instalación de la Unh,enidaa', para que valga como curso público, la :nstrucción necibida en elLos, en uno o vari,os ramos de enseñanza senndaria o científica. Al efecto, será indispensable qule, a más de la aprobación por el instituto, del programa general del establecimiento, sea desempeñada la ·ense-'anza en las Aulas especialmente habilitadas, por profesores que hayan obtenido la autorización correspondiente". Hay más aún : En el acto de la inauguración de la Universidad 1layor de la R,epública, clan Joaquín Súarez, 'en SU carácter de PresiESTUDIO 29 dente de la República, dice : "Este ac':o decretado a más de once añQs ( se refiere al decneto de 27 de Mayo de 1838) tiene lugar en los momentos más críticos y solemnes de la República"... PALABRAS INSOSPECHABLES Ninguna palabra puede ser menos sospechada que la de los hombres del ejército sitiador de Montevideo de5lde 1843 a 1851, preci~amente los mismos ciudadanos que constituían las ai\.ltoridades del gobierno de 18.35 a 1838. Y bien, es con sus propios artículos de diario, de columna. f:ditorial que vamos a corroborar -la opinión que estamí!s :sosteniendo. En N? 427 de ., El Ddensor de la Indlependencia Americana", correspondiente al 12 de Set¡iembre de 1849, eH redactor de este diario, que trasmitía la palabra oficial del gen!,eral Oribe, nefiriéndose a la obra cultural de1ex Presidente, dJice : "La .t\isamblea Legislativa había de{Tetado la creación de una Universidad. El general don Manuel Orille, no bien subió a la primen. magistratura de la RepúbJica, trató de llevar a delcto esa di!'1Josición ; pero no "iéndole posible plantear de golpe la Universidad, quiso empezar primero por el establecimiento de un colegio qlle le sirviera. de base. Con este fin constituyó las cá'edras de ¡latín, de filosofía, de derecho civil de que carecía la República; y las mantuvo con lucimiento y con notable provecho para el país durante el tiempo d!e su mando, que precedió a su emgración". y máJs adelante,en el mismo artículo, agrega : ,. El Convento de San Francis,co, destinado por un decreto legi'>lativo a la Universidad, y doncl\e estaban establecidas ~as cátedras mencionadas, siguió la stlt'rte de las demás propiedades públicas". En el N? 46" fecha 13 de Febrero de [850, expres'a precisamente nefiriéndose a la inauguración d'C la Universidad, dentro de la plaza sitiada. 10 :¡iguiente : .. Entre tanto a la vista de todos ha estado de que modo trataron ESTUDIO 30 '! 1- te le 1- O. " a todo 10 que :se hallaba ya establecido. La Biblioteca. el Museo, las aulas prepa'mtorias de la Universidad y otro'3 estabnecimientos mayores educación que ,t.anto debieran al gobierno del señor Presidente don Manuel Oribe, ya como creador, ya como protlector celoso, fueron abandonados ¡completamente por los salvajes unitarios " ... "Si la República hace progresos, no puede deberJos a otro gohierno que a:l de S. E. e1s1eñor Pre'3idJente don Manuel Oribe, que es qiuien la gobierna; circunstancia por sí sola que hace sumamente impropia y fuera de oportunidad la medida de establecer una Un.iversidad para la Nación, justauuente cuando ésta no la pu.ede admitir ni r/ecihir de dla ningún beneficio, por hallars;e regida por otra autoridad gubernativa". o, la 1_ sra ir e. 10 111 e.. y después de referirse al decre~lo de 27 de Mayo de 1838, por el cual S'e mandaba instituir y erigir la Casa de Estudio, con carácter y fUlero de Univer'>idad, agerga : ., i\JSÍ quedaron terminados por entonces los trabajos de la benemérita presidencia del general don Manuel Oribe en favor de la ilustraICión. Una Biblio1!eca, un Museo de Historia Natural, porción de escudas en toda la República, un coleg'¡o 00 la capital establecido bajo sus auspicios, las cátedras de derecho civi'l, de matemáticas y de te 0logía moral y dogmática, y por último, la Universidad : he aquí lo que dejó ,esa Prfesic1encia a los salvajes unitarios. ¿ Que agr,egaron éstos? j Nada! j Nada! j Nada! A los cuatro meses de in'3tituída la Univ:ersidad y cuando todavía no había podido organizarse, por falta de tiempo y las circunstancias desgraciadas de la guerra, la intervención francesa y los salvajes unitarios" tomaron posesión del país". Los páraros que acaban de'_'ranscribirse, demuetran, a nuetro juicio, en forma concluyente, que los hombres de la época no se atribuyeron nunca la fun.dación del claustro universitario. Antes bien, redujteron sus exCeSiOl1t'S al Sentido rea!) de Jas cosas. Toda la valiosa labor clelosa-os 1835-36-37 y 38, es la tarea previa a la Universic1ad, y coma ellos mismos lo denominaron debemos debemos denominarlos nosotros: "Cursos Preparatorios de la 1Jniversidad". Nab~emente no se atribuYien una obra que .circu'tlstancias ajenas a 'su voluntad no les permitieron realizar. l te ESTUDIO 31 ESTUDIO SOBRE LOS DISTINTOS CRITERIOS Hecha esa disquisición de carácter general, corresponde considerar ahora los tres crherLos lenun<::Íados. El primero. que toma como base de existencia de la Universidad, el funcionamiento de OiI1CO de 'las nueve cátedras, no resiste un análisis rerio. En decto : aún admitiendo, cosa que no puedo afirmar, que la mayoría de los cursos LLni\~ersj,tarios funcionarán regularmente, no es posible negar por esa sola ¡circunstancia a sostener que la Universidad existiera. El Presidente de la República, por el artículo 13 de la ley de 1833, 'está facultado para erigir la lJniversidad, cuando se encuen(¡ren en ejercicio cincoc<1.tedras ; pero esa creación además está e..xpresamente concLicionada a "darcl1enta a la Asamblea General len un proye'Cto relativo a su arreglo". La aprobación de ese reg¡lamentoes previa a la ,creación. Y tan 10 entendió así el gobi!ermo de entonces, que por el hecho de funcionar cinco cátedras no decretó l1a creación rue la Universida,d. Eso, no obstante su deseo de realizar este acto en el período de su presidencia. Cabe recordar aquí q'u:e la solemnidad oon que se revistieron >los exámen!es de 11n de cursos superiors n 1836 no tuvo Ulna gran significación. Lo miSllllo ocur,ría n 1835 y en 1834, etc.. y la prensa' de la épocada prueba de estle ooerto. El propio discurso que pronuncia len la inauguración de los cursos el 6 de Marzo de 1836 el ministro LIambí, pone de manifi'Esto que en el aquel acto se daba comienzo a los preparatiosded dIaustro, y que el edificio total, integrall, era obra del tiempo. Léas1e:, tsino, esta parte de su 'hermoso discu,n;o : Esta lisonjera esperanza, la marcha ddsiglo y el entendimiento humano, excitan con razón en nosotros el interés qtt'e demostTamos al reunirnos hoy en ,este lugar, ¡para echar los primeros fundamentos :de las cierucias que tan eficazmente contrJhuirán a la felicidad y futuro bienestar de nuestros conciudadanos; si no podemos llevarla<; a la perfección que deseamos, dehemo.s sin embargo manifestarnos contentos y satisfechos porque las e<;tablecemos en oUl<l:nto requiere y permite nuestro presente estado. Ellas se perfeccionarán sin duda 'emidad que nuestra soci,eda,d fuere prosperando". ESTUDIO 32 ar d, á- la es Id ;y 1- )- lo 1- te IS 1- 1- '- e e LA FUNDACION EL 37 Un ilustrado profesor de nuestro claustro universitario, el doctor .f:<errelro entiende que la Universidad existe legalmente desde 1837. Conque estaJ forma de plantear las cosas es equivocada y condu,ce a y además ,significa apurar demasiado lo,s argumentos. Lo que interesa es Ila exTIs1:;encia real, efectiva de la Universidad. tanto ,la existencia legal de la mcisma. Por otra parte, las cosas y las existen no por el simple hecho de que el legi'Slador o :el Ejecutivo, lo decrete; la realidad exige algo máJs que la voluntad de ha'Cie:r,exiJge el hecho, la existencia, la realización de la cosa. . El Reglamento que aprueba la Asamblea General, el 7 de Junio de 1837, no es el regilamentode la Universidad, sino simplement¡e 'el de las Cátedras de Estudios, o Casa de Estudios. Y tan fundada es esta difeque el Presiden1!e Oribe, al decretar en Mayo del 38 la creación la Universidad, estaibleoe en el artículo 2? que "La composición y de la Universidad se reglamentará en un proyecto de ley será sometido inmediatamente a la sanción de laJs Honorables Cá- " y el año 38, invocando precisamente el artícuRo 13 die la ley de 1833, envía el ,reglame:p de ,estudios para la Universidad. Si .el Presidente Oribe o sus Ministros, consideraban que el l'eglamento del 37 era el reglt3Jmento de 'la Universidad, no tenía necesidad de 'enviar un año después otro reglamento. Lo que hay es que Oribe, se dice en .• El DefensorcLe la Independencia Americana", en párrafos que 'hemo'S transcripto, y s~ aIllde en el dÍJS\curso del Ministro Uambí, no pudo fundar de un golpe la UniversidaJd. y por eso fué por partes, creando primero, .• el Colegio", las cátedras, la Casa de Estudios, y para esto fué ,efi reglamento del 37. :) .1 e ) LA ERECCION DE 1838 Es así, dentro d!e este crit¡erio, de hacer las cosas por grado, que .el PresiJdente Oribe llega a ~ictar el decreto del 27 de Mayo de 1838, :mandando instituír y regir la .. Casa de Estudios Generales", con el carácter dje Universidad Mayor d~ la República, con el goce de fuero y jurisdicción audémica que por este: título corresponde". Pero para la . UnÍiversidad existiera, tuviera vida efectiva, no bastaba decretada. ESTUDIO 38 y tan 10 entendía wsí el Presiden1Je de la República, que establiecía en el artículo 2? de ese decreto que : .. La composición y organización de la Universidad se reglamentará con un proyecto de ley que sterá sometido inmediatamente a .la sanción de la H. C<Íimaras". Con a'lgunos meses de anterioridad, el Presidente Orihe había encargado la redacción ~e ese proyecto de Reglamento al Presbítero Dámaso Larrañaga, o a una comisión de la que este sabio sacerdote for_ maba parte. El seilor Rafael Algorta Camusso, en su interesante libro sobre este sabio oriental, trae una carta dirigida a la Larrañaga, fechada en 26 de Abril de r838, en la ¡cual De dice : .. He. visto el reglamento para la Universidad y me ha parecido excelente. Por .]0 que hace a la C](VSit de !<lector, yo desearía que Ud. fu;;se el nombrado, y si ,usted ,10 considerase conveniente, nombraría Un seigundo que 10 desempeña:¡e de su satisfacción, si Ud. 10 creyese oportuno. N o obstante lo que asevera d au or de este libro, el proyecto de reglamento no es de Larrañaga, sino elld canónigo Vidal, a quien pidió Larr<L:"'aga que lo redactara en virtucl de su imposib~1idad de hacerlo, por los achaqués físicos que quebraban su temple de hombre de voluntad de trabajo. Así me 10 aSJe.vera el proEjo y crmcienz'll'do investigador seiior Arioste Fernández, quien me expresa ,conoce una carta de Larraúaga que da base a esta afirmación. El proyecto de reglamento fué aprobado por el Pod'eT Ejecutivo y el6vado, cap. fecha 30 de Mayo, al Parlamento para su consideración. Entiendo qUees'e proyecto no mereció sanción legislativa, por los grav('s SUde;sos que determinaron le' renuncia del Presidente Oribe y la caída de la l';samblea General. El reglamento fué aprobado, como dije, por, el Poder Ejecutivo, que lo publicó el 14 de Mayo de r838, y según expresa el Rector de la Universidad en nota del r? de Octubre. de r84f, no tuvo nunca ejecución. (rtea que al igual que \el Reglamento de la Casa de Estudios de r838, fué ac1optado provi.sorial1111ente por el Pioder Ejecutivo, a la espera ele la sanción l,egis.lativa, que nunca negó. No habiendo merecido la reglamentación la indispensable. aprobación del P.arlamento, ,1 a Universidad no pudo existur, y así lo reconocía .. El Defensor de la Inc1ependencia Americana ", ,en su edición c1;el rH de Febrero de r8so. Considero, por las razones expuestas, que tampoco pueda sostenerESTUDfO 34 :n el le la ~tido enDátorlibro lada exu;;se seuno. ) de lidió erlo, lunidor .rra- ltivo :ión. gracal- tivo, .e la ecu; de spe- )baocia I I¡'; Iller- la imtitúc;ón ejecutiva de la Universidad en Mayo de 1838. sellenaron requisitos legales fundarrtJ\entales; tampoco se nombró que es ¡condición indispensable para que la Universidad tenga bierno interno y e.xterno, ni se insertó a la ·cabeza djel gran libro de Universidad el decreto de erección. La guerra barría, desgraciada¡¡anta nobde iniciativa, pocos días después. ACADElvlIA DE JURISPRUDENCIA l~' de Junio de 1838 el H. Senado aprobaba el proyecto de ley, de la otra Cám,ara, que habia introducido serias modificaciones primitivo sancionado por el Senado, cuyo articu!ladoera el siguiente: El Artículo I? El Poder Ejecutivo establecerá 'una aca,d.emia teóricoáotica de jUlfisprudencia. Art. 2? Los alurrmo,s ciudadanos ~el curso de deredho del presente que hayan ganado los respectivos, con :sujeción al reglamento de studios, quedarán hábiles! para recibir de Abogados a los dos alías de .su incorporación, quedando sin embargo en vigor 10 dispueslo en el rriculo 12 de la ]ey de 11 de: J>unio de 1833. Art. 3? En los cursos !sucesivos la prácüca de la academia será de años, indepel~dientes a los determinados, para los estudios. Art. 4? El Tribun~l de Apelaciones formará un r:eglamento para Academia, y ésta Sierá düigida por un miembro del mismo Tribunal. Art. 5° Se autoriza al Poder Ejecutivo para hacer los primeros ga:s:.. de la Academia, y lo,s que adelaten se origen serán sttfragados por mismos practicantes en la fonna que disponga su instituto. - MaE. Erasquin, Presidente.. Iniciada con una numerosa asistencia d alumnos, estaba destinada desplles de aqUJella primer era de bulliciosa tarea, a languidecer, porque bancos estaban casi desiertos de alumnos. La severidad de la gnerra cruenta y conmovedora que nunca, exigía soldados, y los hombres en 11110 u otro bando se alistaban a servir los que ellos creían principios inmutables del debiel' patriótico. En 1843, ya no se habrían las puertas del1a Academia ; de nuevo interrumpía por largo l~empo la vida del claustro, ESTUDIO 3ií LA TERCERA ETAPA UNIVERSITARIA Vamos a entrar ahora, al tercer pc-ríodo de la constitución orgánica .Y defi:ütiva die la Universidad; pero antes de llegar al acto solemne que inaugura para siempre la vida efectiva del claustro, debemos recorrer a¡gun3.'S etapas jatlonadas en la creación en Setiembre de 1847 del Instituto de Instf1L1cción Pública y del Gimnasio Nacional el mismo mes y año; clelestable:cimien:o del Co~egjo Nacional y por último con la inauguraCIón y erección de 12 Universidad en Julio de 1849. INSTITUTO DE lNSTRlJCCION PUBLICA Casi diez años habían pasado desde que en las postrimerías dle1 gobierno del Presidente Oribe, el Poder E.jecutivo dirigió su mirada a la causa de la instrucción públ1ca, de segundo grado, y superior,. La lucha contra J{osas, las graVies complicaciones diplomáticas, la guerra que empiez~,sin perspectivas de paz, el 4, el 'largo y duro cerco de las tropas sitiadoras, :lvanzadas sobr,e las misma:s alt,tvras que dominan y rodean la cind<l.d vestida de atavíos de guerra, todas las calamidades que arrojan la lucha, paralizan la abra qu¡e tantos desvelos había costado al país. Pero la volun:'¡ad firme y ei noble afán del gobiemo presidid;) po.r aquel puro y santo varón que fué Joaquín Suárez, tuvo auri en medio de crisis desoladoras, la preocupación de servir la causa pública, y la servió creando corporaciones que como el Instituto de Instrucción Pública habían reflejadü honor insigne sobre cualquier gobierno. E.se noble documento que firman Suárez y su gran Ministro H enera y Obes, dice así : " Montevideo. Set~embre 13 de, 1847. - La educación del hombre e.) el gérmen creador de la prosperidad de las Naciones yde la felicidad de íos Pueblos ; porque ,en ella neside ,el saber que da las buenas instituciones v la virtud que las consolida y arraiga en las costumbres. - El cuidado de su desal-r,e!Ho. de su aplicación y de su tendencia, no pi1>ede 'ser, pl~es, la obra de la especuJación, de las creencias indiiduales o de los intereses de sec.¡a. - Esta atribución es exclusiva de los Gobiernos. -- IVlandqtarios únicos de los pueblos que representan, es a ESTUDIO 36 L_ l- IS 7 o n ~1 a ,a 'a LS y :s n l- 1- 'e lLS 5. o a lellos a quienes está confiado el depósito sagrado de los dogmas y principios que b31san la existencia de la Sociedad a que pertenecen : de ellos solos es la responsabilidad, y (',11os son, por consIguiente, los qnoe tienen el forzoso deber de apoderarse de los sentimientos, de las ideas, de los instintos y aún de las impresiones del hombre desde que nace; para vaciarlo en las condiciones y exigencias de la asociación. -De otro modo no puede e.xist!Ír el civismo, esa armonía social, sin la que no hay orden. tranquílidad, fuerza ni vida para los Estados. - En este concepto y c1iecidido el Gobierno a formar de ,ese cttidado, el primero a que' contraerá sus wnatosdespués del de la salvación y seguridad de la República, ha acordado y decreta : Artículo I? Créase un Irustituto de Instrucción Pública, cuyas atribuciones serán: l~' Promover, di.fundir, uniformar, si05iematizar y metodizar la educación pública, y ,con especialidad la enseñanza primaria. 2° Autorizar o negar la apertura o contiUiuación de todo establecimiento de educación. 3? Reglamentar las condiciones die su existencia. 4? Examinar laJs boras odOctnitnas que .sirvan de tema al estudio de las Ciencias Morales. S? Inspeccionar d orden económico de tl,os citados establecimientos y corregir sus deflectos. 6° Vigilar cuidadosamente la observancia del más perfecto acuerdo entre la enseñanza y las creencias polítiCaJS y religiosas que ,sirven de base a la organización social de la República. 7? Proponer en fin el Gobierno toda'9 las mejoras ,de que sea su-ceptible la educación pública. Art. 6? NÓtmbrarJ!se miembros fundadores dd Instituto a los señores don Franásco Araucho, don Andrés Lamas, doctor don Florencia Castellanos, doctor dOn Luis Gase, doctor don Fermín Ferreira, doctor don Enrique Méndez, don Cándido J oanicó, don José Maria Muñoz, don Esteban EchevélJrría y don Juan Manuel Besnes de Irigoyen. Art. 7? Instailado que sea el Instituto procederá inmediatamente a la formación de su reglamento interno. EL GIMNASIO NACIONAL Diez días después dictaba el gobierno de la Dd,el11sa otro decreto el que empiezan a concr\etarse las ideas prOgramadas al establecer el Instituto. Era así el decretiO, fecha 23 de Setiembre : ~n "Decidido el gobierno a hacer cuanto ,esté en sus facultades para mejorar, difundir y nacionalizar la educación pública: reconociendo la urgencia de qUle: laense~;anza, rigurosamente primaria, se armonice cOn las condióones del sistema po!íüco de la RepúBlica, y con la necesidad de generalizar la instrucción en el pueblo ; notándose la falta de escu\ejas de un orden más elevado, en que la juventud adquiera los conoci.,. mientas prleparatorios que son indispensables, para dar más ensanche v perfección a la instrución elementa,J, o pueda entra:r al estudio de las profesiones cientificas, Henando'iOdas estas cOndciones el gimnasio fundado y dirigido por e:l doctor don Luis }osé ene la Peña, cuyos prime]"us resultados muestran ya práctiJcarnente, lo que de elIas debe esperarse, habiéndose colocado ese establecin1Í<ento baj,o !la supnema dirección del g-obierno, por cuya razón le debe al menos, la protección qne se ha dispensado y dispensa a otros de su clase ;no estando por ahora el Estado en situación proveer a los ga'stos que demandan la plantificación y conservación de escuelas propias en que se dé instrucción gratuita a los hijos de familias blen1ifoméritas o de dotes sobresalientes que no tengan medio de ed'1.1carse, o cultivar los dotes con que :,os haya favorecido la providencia, y 'e11 que la República tiene en alto interés; y finalmente, atenta la oferta generosa y pat,riótica que ha hecho el director del mlencionado !establecimiento, de Henar ese vacio hasta donde permita la manutención y f r lll1ento que se propone dar a la enseñanza, el Presidente de la República ha acordado y decreta : Art. JO - El estabe;eimiento die educación, fundadlo y dirigido por el seño:- docte'r don Luis J()!s~ de la Peña, queda col,acado bajo la f>special protección ele! gobierno. Art. 2~ - - Dicho eS!'J3blecÍmiento tomará desde lu!egoe!l título de .. Gimnasio Nacional ", Art. 3° - El Gifnasio Nacional, se trasladará inmediatamente al edificio de la casa de ejercicios, que el gobierno Le d!estina por ahora; ESTUDIO 38 to er ra la )n ld el.,. le 1S 1- e, el 0_ lo 11- la e, 11- :e ~r .e solo en la parte que baste, y mientras no pueda consagrarse a los fines para que rué levantado. Art. 4° - Verificada que sea la trasladación, el gobierno designará el número y condidones de los jóvenes que hayan de recibir instrucción gratuita, y los trámites de 'su admisión. Art. ~? - El gobiierno aprueba el programa presentado por el fundador del Gimnaóio, y eQl consecuencia, la ensefíanza qUf.' en el se diere se dividirá en los dos cursos siguientes : El de Enseñanza Primaria El!emental, y el segundo sobre Enseñanza Supet1ior. Este curso, decía textualmente le programa, oomprenderá las materias designadas por la ley y reglamento para eshldios preparatorios, con las mejoras de que esa ense:íanza. es suceptihle y que el gr,bierno propondrá a la H. A. de Notables, después de <oído el dictamen que pedirá al Instituto de Instrucción Pública. 'EL REGLAMENTO DEL INSTITUTO. - LA ENSEÑANZA SECUNDARIA Y ClENTIFiCA En cumplimiento del artícullo 7? del decreto de creación del Instituto, el 'V1oe;presidente, don Luis J. de la Peña, elevaba el 6 de Marzo del 48. a la aprobación del Poder Ejecutivo, la .. Constitución Provisoria del Institu10 de In:strucción Pública". El regiamento fué aprobado con fecha 13 de Marzo. Pues bien,en el artículJo l? de esa constitución, se :establece 10 que sigue : 1. El Instítuto de Instrucción Pública, tiene como objeto permanente, mejorar, 'uniformar y dirigir la enseñanza primaria; y como transitorio - hasta que se erija la Universidad, manDada crear por ley de 8 de Junio dJe 1833 - la inspección de las enseñanzas secundaria y cientHica establecidas por la misma ley. y al especificar las atribuciones provisionales, expresa: IV. Al Instituto, como cuerpo sup/letorio de la Universidad, corresponde: I? La. insoetcción general de la enseñanza Secundaria y Cientifica, establecida por la ley de 8 de Junio de 1833, y reglamento de estudios aprobado por las HH. Cámaras de 30 de Junio de 1837. ESTUDIO 39 2? Determinar las condiciones a que deban sujetar.s!e, para que valgan como de curso públioo, los ,esÍ'u'dios Secundarios y Científicos que se hagan en establecimientos particulares. Conceder o negar habi!litación para el mismo efecio, a tales estabLecimientos, tomando en el primer caso todas lélJs garantías que juzgue necesarias, etc. y es teniendo en vista 10 que determina lell inciso 2?, que el r nstiItuto dictó su ., Acuerdo sobne la Institución Secundania y Científica", en el reglamento cont:oda minuciosidad, las condiciones y la atribución de colegios, profesones y alumnos de estos establecimientos de segunda y superior enseñanza. ., EL COLEGIO NACIONAL JI Es con ese mismo critenio de perfeccionamiento de ia emeñanza media y superior, que lel gobierno de Suárez va a dictar el 5 de Junio de r849, un nuevo decreto que establece en .su parte dispositiva lo siguiente : Art. rO Se establece una casa de educación pública, con la denominación de Colegio Nacional. 2? Dicho colegio reemplazará al Gimnasio Nacional, que le servlra de base; y queda instalado en el local q'Je fué asignado al mismo gimnasio en 29 de Enero del presente año. 3? Su principal objeto será la ens.eñanza primaria y superior, bajo el programa que se adop'fÓ para el Gimnasio Nacional en 23 de Setiembre de r847, y de conformidad con las demás diSpoisiciorues vigentes en materias de .estudios preparatori'o's para la adquisición de profesiones científicas. 4° La manutención, conservación y fomento del Colegio Nacional, st'rá decuenta y a cargo del Estado. Por el artículo ro ,se designó rector de este colegio al benemérito ciudadano don Luis de la Peña. Algunos días después, el mismo gobierno crea y estab1ece la Escuela Norma!l, "destinada a formar preceptores hábiles para las Escuelas del Estado". ESTUDIO 40 al[ue ta- IZ- ti- ", ón da za io il- 1- 'á 1- o I- n ~s 1, o ¿ ESTA CREADA LA UNIVERSIDAD? y bien: hemos expurestlO con toda amplitud los diversos antecedentes, reglamentos y constituciones dictadas y en vigencia, creando, rcontral'oreando y regenteando los cursos de ens,eñanza secundaria y cientHica ; disposiciones que forman un cuerpo orgánico de gobierno universi,tario. Sin embélirgo, ¿ puede afirma11se que existe ya. 'la Universidad? De ninguna manera. Por las mismas razones, que hemos establecido que la "Ca.o,,,- elle Estudios Generales ", "Las cátedras preparatorias para la Universidad ", "Las cátedras universitariaS' ", que fJU11cionaron en los años 1896 - 37 y 38, no son la Universidad, por esas mismas razon;s, sostenemos ahora que la Universidad no exi!slt6a hasta 1849. Lª, situación y el carácter eLe los estudios universitarios en los años de 35 al 38, son los mismos que en los años de 1847 a 1849. Exactamente; y si hay alguna diferencia es en favor de 10s últimos, que tiene constitución más orgámUca. ¿ Pero acaso pensaron 'lo's hombres de la Defensa que /Con el Gimnasio Nacional, con el Instituto de Instrucción, con el Colegio Nacional, había f'undado y erigido la Universidad? No creyeron, ni tuvieron ese concepto, como no lo cre_ yeron los ci'udadanos inttigrantes del gobierno creado el 38. La Universidad, para e..xistir efectivamente, orgánicamente, necesita algo más que cuatro, cinco o diez cátedras de estudios Setcundarios y superiores. Necesita tener el célirácter, 1~ jurisdicción de un cuerpo académiico integral. y solo lo va a tener, desde Julio de 18",() DECRETO DE INAUGURACION Se dicta, y la gloria inmortal de eregir la Universidad, ¡estaba, pa_ recería n::servada del gobierno de don Joaquín Suárez, envidiable suerte, que O''1"OS gobiernos, no pudieron sentir, porque así lo di!Spmso la fatalidad de la guerra, y el exceso de las luchas. He aquí el decreto : Montevideo, Julio 15 de 1849. - En virrtud de lo di<;puesto en la Ley de 8 de Junio de 1833, y el decreto de 27 de Mayo de 1838, el Poder Ejocutivo, acuerda y decreta: _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _EST,UDIO 41 Artículo l? La Universidad de la República se ilJlaugurará e instalará solemnemente e! 18 del corriente. 2? La dirección y administración <:Le la Universidad estará a cargo de un Rector, un v;ice, unsecnetario Vedel y un consejo universitario, en el modo y fOlima que establecerá el reglamento foespectivo ; y será regida y g;ubernada bajo .la superintendencia del ministro secretario de! Estado 'en el depa,rtamento de Gobierno. 3? El Instituto de Instrucción Pública formará parte del .cuerpo universitario, y sus miembros fundadores con los catiedráticos de la Universidad compondrán el Consejo a que se refiere él artículo anterior, y que presidirá el Rectar o vice ·en su defecto. 4° Inaugurada 'la Universidad, el Rector con el Consejo Universitario se ocupará inmediatamente de Ja fOfomación del reglamento, o lo someterá sin demora a la aprobación del gobi,emo. Desígnase para Rector de la Univ,eI1sidad al pr'esbítero D. Lorenzo Fernández actual VkaI1io Apostólico y para Vice a don Enrique Muñoz. El secretario Bedel será nombrado por "'I! Consejo universitario. Las do'aciones de estos empleos se prefijarán oportunamente. 6? Los directores de la Universidad al tomar pose&1ón de sus destinos, jurarán desempei':ar leal y fielmente las obligaciones que l.e sean impuestas, y cumplir y 'hacer cumplí,r todas las leyes y disposiciones que :sJe dieren sobre los objletos de sus instituciones. 7? El Rector jurará ante ei mini'stto secretario de Estado en el departamento de Gobierno y los demás funcionarios la harán ante el RectlOf de la Uniersidad. 8? Comuníquese a q'11'Íenes corresponda, pubjíquese e insértese en el Registro Naoiona:l. SUAREZ. Manuel Herrera y Obeso Este decreto, se comunL'Có en 20 de Julio del mi'S!l1o año, a todos los agentes extranjeros residentes en ,esta República, y a todos los que la reperesentan en países extranjeros para que transcribiéndolo a los respectivos gobiernos, tuviese nconocimiento de él las universidades. LA INAUGURACION DE LA UNIVERSIDAD y el día señalado, se reallizó solemne, el acho de la inauguración de ESTUDIO 42 'f [) 3. [) [) '. 1 S 1 la Universidad mayor de la República. Concurrian el Presidente de la República, ministros de Estado, miembros de los Tribunales, el vicar10 apostólico, miembros del. Instituto de Instmccíón Pública, antoridades civiles, militanes, 'Cuerpo diplomático, profesores, etc., etc. Se dió i,ectura a la ley, y a los decretos que mandaba eregir la Universidad de Montevideo, .eI presidRnte Suárez, ,en pocas y nobles palabras, dijo: .. La Universidad Mayor de la República queda ins.talada. "Este acto decretado a más de 'once años tiene lugar en los más criticos y solemnes momentos de la Re¡pública. La providencia ha querido reservarme ese honor y esa satisfacción. Ella es una de las má'3 grata a mi corazón. La posteridad sin duda colocará ese acto entre los más preciosas monumentos del sitio de Montevideo. .. Quiera el Todopoder,oso colmar mis más f,ervientes votos haciendo que mis esfuerzos contribuyan a que la República asegure y consolide sus libertades y su existencia en el 'saber y la virtud ". En seguida el Ministro de Gobierno, cumpliendo con el artículo 7° del decreto de fecha 14 d!el oorriente, recibió al Ilustrísimo y Revenendí\sttmo Sr. Vicario Apostólico, Redor nombrado de Ia Universidad, el juramento prescripto, quien de'spués de 'hil'ber'lo prestado ,en alta voz dirigió al señor Presidente de la República, una alo¡cución análoga al día y al objeto. Acto contínu!O el Vice - Rtector del Colegio Nacional. y alguno'3 profesores en él, felicitaron al Superiio;r Gobierno, y agradecieron el celo con que solemnizaba las glorias del día de la Pat'l'ia por medio de instituciones que aseguraban un porvenir feliz y virtus'O a la República.. EL PLAN DE ESTUDIOS S 3. e El 1~ de Octubre, el doctor Lorenzo Fernández, primer Rector de la Univet'lsidad, ponía en manos del Ministro de Gobierno el proyecto de plan de estudios y gobierno d<31 claustro, que establecía en el ar6culo 1~. La Universidad de la República abraza toda la enseñanza pública que en esta se da pOT derecho ;en Ensejanza Primaria, En,s.eñanza Secundaria y Enseñanza Científica profesional. Por el artículo 7~ se dispone : La Enseñanza Secundaria abrazará la del idioma latín, francés, inglés, eS'udios comerciales, física, mate- máticas, filosofía, retórica, mlStoria nacional y princIpIo5 de Constitución de la RepúJjJica. La enseñanza superior y científica corr.prenderá las Facultades de Ciencias Naturales, Facultad de Medicina, Cirugia y Farmacia, Facultad dIe Teología y Facultad de Jurisprudencia. Para cada uno de estos centros eLe e"tudios se determinaba minuciosamente años de cursos, asigna'.uras, horarios y duración ellos, etc., etc. El .3 de Octubre de 1849, el plan y reglamento f,ué aprobado por el Poder Ejecutivo, y 'entró de inmediato en vigencia. La Universidad orgál111camente y con toda sus facultadif:is, atributos y jurisdiccionES empezaba a funcionar. EN SINTESIS Tal ha sido en sin',esis, la vida de nuestro :claustro universitario, desde la E:l1ecc;6n de S'.15 cátedras, hasta su inauguración e instalación solemne ; desde su nacimiento hasta tslll' constitlltción orgánica y definitiva. Es el esfuerzo de muchos años que ¡el paIS realizó con optimis_ mo y esperanza de mocedad, en medio de las desgraciws que asolaron la República, r'? Como obra que tiene raíz honda y perdurable en la vida nacional, todos la sintieron con fervor y patrioÜslmo, y como tal no tiene filiación po:1itica con ning{m partido. Tampoco nadie ha pretendido vincular este· rememoración a ninguna colectividad de acción cívÍlca. A la Universidad debe el país lo mejor de su espíritu. Por aquella vieja casa de Sarandí y Maciel, que el tiempo secular ha patinado de venerable tradliJCción, pasaron una,s tras :otras las generaciones que han iluminado la ruta del porv¡enÍ,r y que han realizado la grandeza moral y materiall de la República, INSISTIENDO Mecoillsideno de nuevo en la obligación die e..xpresar que no se trata en esta síntesis de un trahajo de fondo. Y tal lo he entendido así, que he excluído deliberadamente el aporte de n1Uichos documentos que conozco y que reserVlO, pero que fundamentalmente no agregan sino la obra de decoración que el edificio, que considero sólido, puede llevar en ocasión más propicia. . ESTUDIO 44 :1e_ u¡a. acc. or '1- ,0, Su :1- s- \ la 11, Su tela :le lU y ale D_ la Luis Jiméne;c;,- de Asúa :TI _ "" _-"""'~ ......_ _............ S T U o 10 45 duventud, por Luis Jlménez de Asúa. Publicamos a continuación un magnífico trozo de una conferencia que Jiméllez de Asúa dedicó en 1929 a los estudiantes españoles, y que el profesor ibérico nos ha cedido gentilmente. E S ctlásico en artes oratorias, jil1iStifj,car 'en el! preámbulo el tema que el auditorio va a escuchar. Si q:.lisiera yo seguir el molde consagrado me parecería urgnte esclarecer por qué, ante un público principalmente nutrido de obr,eros socialistas y en el propio hogar del proletariado, vengo a dis,crtar sobre l'a juventud española de tipo intt'lectua! y de emociones liberal1esl. Permitidme que esta vez invi'¡:Tta las habi'tuales normas y guarde para el epílogo lo que acaso debió ir en el prólogo. Sólo deseo poner en vanguardia esta advertencia : Un hombre maduro que enfila la cuarentena, acude a vuestro llamamiento.,...... con rendido ademán dte gratittid - para 'hablaros de la mocedad, de sus aspiréllciones, de su función en la vida española. Y tomo 'la palabra, má,::; que como espectador sereno n1Jovido de impar.ciales afanes de comento, como protagonista apasionado, al que; le guía el enoendido anhelo de defender Ha propia caUlsa. Es que, a despecho delios años, yo me siento enrolado en la nueva generaci.ón y no como pliesunt¡uoso rector de los hombres jóvenes, sino como parte d¡¡: dIos, individuo anónimo del grupo mozo que no está definido por la edad física, sino aglutinado por la lozanía de ideales y :el rebosante ,entusiasmo, cünst~tutivos de la auténtica juventud. LA TESIS En esta hora la mocedad española 'se alza en grupo para reclamar con juveni[ impertinenoia no sólo su parte en la vida, sino el timón de la nave nacional. El repertorio de sus derechos va presidido por un hecho biológico: ., la juventud". Todo movimiento de masas, suele ir enraizado en itllla doctrina lanzada por uno o varios hombres que e}ercen hegemonía intciectual en el país. La tesis de José Ortega Gass'et ha sido ahora la que, más o :menos directamente ha in fluido 'en este movimiento nuevo. Ortega piensa qu enuestro Úempo f'S una época de marcado predominio juvenil. No iClSitá en mi designio esdarecer 'la verdad de tan sugestivo aserto. Me basta /Con dejarlo suhrayado. ESTUDIO 4~ e 9 o 1 e e Iluminados por esta cr,eencia los mozos 'españoles enarbolaron en las columnas de lo,s periódicos su enseña de combate, fundando grupos \Como el de "Vida Joven ", .. Aire libre ", etc., ehc., y, junto a algunos " maduros" que miran sus propósitos con expectante simpatía, crearon la "Liga de Educación So,cial ", con el objetivo sagaz de ., despertar el interés público hacia las cuestiones sociales, en cuya acepción se comprenden las ideas modernas acerca de pedagogía, economía, religión, ciencias morales, política, código de la vida ,civil española y sociología propiamente dicha". La tesis de los mozos puede ser resumida a:sí : "La juventud de hoy cree tener un perfil propio ; se sieme radicalmente diversa de la madurez imperante; desconfía de las organizaciones políticas y sociales vigentes y cree llegada su hora de operar". LA ANTITESIS .3 " e ) s El! "maduro" mlro con sonrisa supicaz la joven avalancha y con aire burlón opuso : La juventud es un :epi5:)d~ fugacisimo : por ,ser jóvenes sólo, no tenéis más derechas que el hombre en plena madurez o que el anciano; habéis de ser algo más que jóvenes para reclamarnos las riendélls del corcel. No basta con que os aglutinen negaciones esporádicas : v<uestra repulsa a los v~ejos partidos políticos, vuestro ceño fruncido contra la~ estructuras caducas, no son méritos sufidiente's para asumir tan arrogante ~rte_ La censura es más bren patrimonio de vejez espiritual que de infancia prometedora de futuro. Decian que el nuevo joven es adversario de las preocupaciones excesivas, y criticaban su iema de que es preciso hacer, pero alegremente, con aire de olimpiada, sin desmedido sacrificio. Ligeros de ropa y a paso gimnástico, transformar la esencia de nuestra vida política y social. " Jóvenes ,- oponían los .. maduros" : - no olvidéis que los grandes reformadores dieron cima a su empresa tras días de dolor y sacrificio. Recordad a Lenin, ¡expatriado, famélico, c1a'I.Lstrado en su cuartucho d·e Zurich, estudiando doce horas diarias. De la a~egre despreocupación jamás ha surgido un nuevo orden vital. El parto cuesta siempre gritos y lágrimas". El maduro remataba sus críticas : "¿ Dónde está vuestro programa? ¿ Ser sólo jóvenes No es bastante; no es bastante... Decidno.3 qué queréis hacer. Veamos vuestros temas de mtditación, vuestros plane~ de futuro trascendente. Después hablaremos". ESTUDIO 47 LA SíNTESIS Soy un "maduro" que tiene todavía cercana su juventud, y siente turbakncias íntimas de. mO'cedad espiritual. Por eso creo comprenderos. Ni tesis ,ciegamente profesada ni antitesis furiosamente mantenida. ¿ Qu::réis que ensayemos la síntési¡s ? En la plaza pública un hombre de potente y bien timbrada voz se pone en pie sobre el asiento de un. carríc.ocht. Hace juegos de manos, exhibe trucos de prestidigitación, cuenta excentricidades. El pueblo se arremolina curioso y divertido : el chico de los recados olvida su menester y se detiene absorto; el abriera retrasa ,su entrada al trabajo; el estudiante para su marcha en ruta a la UniVJersidad y engrosa el grupo. De pronto,' en mitad de sus juegos llamativos, el hombre del carrito extrae de sus bolsillos una botella, un objeto o unas telas> y ofrece al auditorio conquistado la mercancía qwe vende. Unos la compran y otros se al:ejan. El malabarista oel orador dejan paso al comerciante. Las dé.':'ignio de allegarse clientela. Vuestro aire tretas primeras tenían deportista .Y despreocupado, vuestro carteles y g¡ramófonos, encubrían intencione de conquistar la atención, para después, burla burlando, sembrar en las cabezas de los espectadores ideas nuevas, proyectos de audaz factura; después de divertir, habéis inquietado, arrojando sobre los oyentes semillas fecundas. Vuestra faena mer.ece que ·se coree COn un j hurra ! formidable. Jan:jás as pedí programa articulado, ni que sepáis la meta a que os conduce vuestro empuje mozo. Me basta con veros dinámicos, henchidos de fuerza, con el arco tendido aunque lo disparéis sin apuntar. Acercaos a las g¡entes y exponed e inconcreto propósito, presentad ante el mundo español el afán que os roe. Al cabo de unos meses de un año de charlas públicas, de párrafos impnesos en los periódico,s, mirad vue'¡Sitra labor. Si, como espero y deseo, habéis conseguido plasmar vuest'ra fisonomía espiritual, dibujar vuestro perfil propio, seguid. De esos trabajo;s aparentemente inconexos, habrá surgido el programa que se os d!emandó con injusta prisa. Volveos entonces a los maduros y gritadles: "Tleníamos razón : somos una juventud nutrida de Un ideario, consciente de su destino. Leed nuestro programa y ayudacL.ios a realizarlo si os es grato; si no le pn;;stáis adhesión, apartaos, dejándonos cumplirlo ". Adem:ás, salvo la juventud prolletaria que tiene qUIe ponerse en do- ° ESTUDIO 48 loroso contacto con la dura vida, los mozos, por ,ser altamente despreocupados de la realidad, no confían en la composición de programas y son poco dados a la fijación de sus meditaciones políticas. En la Asamblea del movimiento juvenil, habido en Hofg'eismar, en octubre de 1920, apercibióse neto este contraste entre las juventudes proletarias y las liberales, oriundas de la pequeña burguesía. Estas últimas fueron incapa,ces de determiqar los fines políticos que ansiaban y, deseosas de fOfilarse, ponían la pedagogía como una especie de propedéutica dc· lantc de la politica. En cambio, los comunistas, poseían un acabado programa de acción y motejaban a los liberales de "eternos menor~s" e incesolutos.. Esto que recoge Spranger en su agudo libro Psicolugía de la cdad juvenil - traducido eSite año al castJellano y editado en Madriden la .. Biblioteca de la Revista de Occidente ", - pudo ser ouservado también entre los ,oorrJPone11'ties de La Liga de Educación Socwl, uno de los cuerpos colectivos, que a pesélir de morir a manos de la policía en sus días incipientes. ha dejado estela luminosa y próvida. El propio Spranger, tras de caracterizar Igsta ausencia programática como algo típicamente mozo - en tanto que halla "algo antijuvenil" en las ., palabras bélicas y en las negaciones de los comunistas" aduce, con el apoyo de Haroldo, Schultz - Hencke y Bondy, que lel verdadero movimiento de la juventud rechaza los partidos. Pero es el caso qUJe donde hay vida política ,tiene que hab'er partidos y, en el fondo, el movimiento juvenil es desde el instante que actúa, un nuevo partido. Yo no 5010 me adscribo a -es'l,as palabras de Spranger, sino que adopto estas otras, arrojándolas como una piedra mecida en la honda sobre la mperficie es,pañola : La mocedad ., trae en sí las fuerzas políticas más decisivas, y, por tanto, una fuerza impulsiva de nueva dirección ". «Barradas », por Orestes Baroffio. H AY vidas que han pasado rálJidamente por el mundo pero han dejado rastros profundos y luminosos. Hay vidas que han hecho uneorto peregrinaje pero fecundo. Vidas que dejan una simiente nueva que ha de fructificar en el porvenir. Vidas llenas de luz, de inquietud. Vidas que son ejemplo de abnfgación, de amor y de sacrificios. VidaS que son como puntos escalonados en la Historia para que sirvan de guía a todos lo~ p€l'egrinos de un nuevo ideal. Una vida así, una vida de saESTUDIO 49 crificios y de amor, fué la de Rafael Barradas, Bl artista ins:gne a quien la juventud recuerda como a una de las glorias más puras del arte (;ontemporáneo. Vida triste, noble y fecunda fué la de este hombre que no tuvo nunca én su corazón UU1 latido, ni en su pensamiellto una idea que no fuer.a generosa. Toda su vida rué así: Un d€1'ramar cariüo en todas partes, Un alentar constante los anhelos, un derramar fe, a U'aves del mundo, e.ll eSe ir y venir por pueblos y ciudades. Nació con el precioso tesoro de un talento formidable, que no le cabía en él. Un talento que le obligaba a empujar su vida. Un taleut:.J que Se h: saltaba por los ojos, por bs manos, que lo hacía vibrar a cada minuto y trajo can él al nacer, algo más toda vía: trajo ese don especial de mirar sin mirar. de comprender, de ahondar. El veía dentro de las almas, el comprendía los púsajes, los hombres y las cosas. Sus ojo~, veían en todo un es.pectáculo fascinador, alcanzaban a percibir movi_ mientos y colores que nadie veía. Su espíritu se sacudía fl~ente á muchos aspectos ele la viUa que el mundo no podía eomprencler. Su pens,,_ lll'{:nto penetrabacn todo. Viajaba por el cielo, se emborrachaba ele luz, se dilataba en el espacio y bajaba luego a la tierra y entames percIlJía más aún, llegaba a sentir las más suaves armonías, los aspectos más insospeehados. Comprendía el dllla de las cosas. Por ·eso comprendió como pocos el alma de los niüos. El alma simple de los niiios. Por eso los niños miran con tanto cariüo los dibujos extraordinarios (Iue Bal'J'a(ias dibujó para ellos. El supo leer en su interior. La muerte quiso atraparlo en plena juventud y en plena ascenSlun a la gloria. La muerte no quiso que el alma niña de Barradas supiera de vejez. ni de quietud. Por eso lo SigllÍó de cerca, desde joven. Lo siguió en España (;on un enearnizcanielllo feroz, aun en los momentos en que Se levantaba por encima de un pueblo, aún en los momentos cn que el mundo entero lo proelamaba tl'iunfador, y la muerte se lo llevó al fin, después de un rudo batallar, en plena juventud. Espectáculo trt'm{'Ilc1o fué todo d vivir de Barrarlas. lVIientras los hombres más grandes glorificaban su nombre, la miseria llegaba mu_ dl¡· veees junto a ól, para ellsombr.ec(~r su vida y alentar a la terrilJle c1fNmec1ad que crecía <lL a día en su organismo. Cargado c1{~ ilusiones con el alma hecha al sac·rificio. con el corazón lleuo de a l'é'c tos. él iba ESTUDIO 50 @ e c> ) [1 el s [1 1) a marc1::ando enfermo, sostenido por su fe inquebrantable mientras el mundo miraba extrañado aquella figura escueta, que se consumía, lo rodeaba sin comprenderlo, a veces lo elogiaba sin llegar a percibir una de las mil facetas maravillosas del artista y luego contemplaba asombrado su heroÍSmo. Extraño tipo este que mientras despierta admiración y entusiasmo sigue siendo siempre .pobre. Manuel A.bril nos traza un retrato de este hombre. Bar.radas - dice - va por la vida mirando hacia el frente con los ojos muy abiertos y unas gatas gordas. Va más aún que abstraído ab;"orto, alucinado. ¿ Qué mira Barradas? ¡, Por qué marcha así como en pos de algo, como si le hipnotizara una luz que delante de él fuera retrocediendo conforme él va avanzando, para hacerle andar así como prendida la atención en una estrella cercana e invisible '1 Barradas ve, ve siempre: pero no sólo las cosas visibles; tiene que ver tambiéJll las ideas que van saltándole en el magin y que él dis_ para afuera para verlas frente a sí mientras camina en pos de ellas; Barradas va mirando sin ver, porque lleva delante una teoría; va viendo sin mirar, porque todo lo que pasa por delante de sus gafas queda en el cristal de ellas, aunque Barradas no lo nlÍre, para que Barradas pueda verlo en el momento de crear. Yo recuerdo todavía aquellos días, de juventud de Barradas. Un día la ciudad se despertó con el anuncio de que un joven, un muchacho simpático y un poco extraño, exponía en un salón una serie de dibujos. y la ciudad acudió a ver aquellas obras que los hombres entendidos elogiaban y enaltecían. Fué la primera vez que el nombre del artista salía de la sombra. Y todo el mundo sentía la remoción de asistir al descubrimiento de uno de esos talentos destinados a la inmortalidad. Después, la constante movilidad espiritual de aquel muchacho creó Ulla serie de imágenes de colores, de vida, de movimientos que desconcertaron a la gente acostumbrada al ritmo igual de las cosas y entonces aqud muchacho comprendió que debía buscar lejos del terruño, un lugar propié-io para la ascensión de su espíritu. A.sí, un día, yo le ví llegar hasta mí, para tenderme sus manos. Aquel muchacho ponía en la monotonía de la ciudad de entonces. UllB nota original y simpática, se marchaba a buscar nuevos horizontes. i Cuántas veces h recordado ese momento! Cuántas veces recordado toda la vida del amigo. Cuálltas veces he ESTUDIO 51 pensado en aquel muchacho extraÍlo COn quien pasamos horas inolvidables de franca camaradería. Yo he recordado hace poco todo ")so al escribir sobre el hermoso Ebro qne con tanto cariÍloescribió sobre Barradas eSe brillante ingenio de Vicente Basso lVlaglio ; " y nos parece ayer. Nos parece a;yer que le vimos alejarse de nosotros con tanta fé, con tanto optimismo, con tantos ensueÍlos. Nos parec,? ayer que nos vino a saludar en vísperas ele su viaje y le vimos alejar con un poco de tristeza en el corazón, a aquél joven que llevaba estampado en el rostro el reflejo de su noble espíritu. Hubo luego un paréntesis en el que no supimos nada más de sU vida. Luego nos llegó la primera noticia. Buenos Aires lo había eh,cepcionado y él preparaba su viaje al viejo contil1ente. Sus idealismos lo llevaban hacia tierras más románticas. Y se marchó a EspaÍla. Y de nuevo hubo para nosotros un ,paréntesis. Gn silencio prolongado persistente que al fin terminó con las noticias que ll€gaban de aquel otro conhnente en las que Se nos hablaba de los triunfos del artista. Luego otros, y otros. Y después, siempre en todas partes, cuando nos llegaban de allá los diarios, las revistas o los libros, nosotros encontrábamos el nombre de Barradas colocado entre frases ele admiración y de carJño. Luego, con esas noticias nos llegaban las primeras desalentadoras de que aquella vida estaba minada por un mal que no perdona. JUeses después, la llegada a esta ciudad, el recibimiento cariÍloso, el empeño, el cariño de los amigos, los cuidados, las lágrimas. Después el homenaje y por fin la tragedia ya esperada, el final de aquella existencia luminosa que se l:undía en la sombra para siempre ... Ahora, vuelve de nuevo a ponérnosenos frente a aquella figura que nosotros no quisimos ver en sus últimos días y que conservamos siempre <'n la memoria como la vimos aquel día - hace muchos años - que vino a darnos un apretón de manos ele despedida, con toda aquella luz en los ojos, con toda aquella bondad en el corazón, con toda aquella enorme Í11'luietucl en el espíritu. Fué así la vida del artista insigne. Fué así la vida de Rafael Barradas. Bueno y noble, lleno de talento y a más pobre de salud. Su vida corta fué fecunda en belleza. Estuvo siempre, como dijo José Fraa1c, iluminado de PQrvenir y hechizado de desconformidad. Su obra le parecía siempre complicada. ESTUDIO 52 El quería ser simple, puro, llano, humilde. Dno de los más grandes críticos de España lo ha dicho bien: " El arte, su arte purificaba honestamente lo que pudiera parecer arbitrario y contagiado de arrivismo. Lo que en otros se envilecía o vo. cingleaba, en Barradas adquiría una nobleza estética y una profundidad mística conmovedoras. Dió fondos y formas al tea tro, motivos a la fantasía infantil, normas al sacrificio inteligente eh, los hombres. Pudo sin avergonzarse de ello vivir bien de su arte; prefirió vivir malpara mayor pureza de SU arte. No recuerdo otra fe tan limpia y tan ingenua eomo la de Rafael Barradas, puesta al servicio humilde de un credo siempre descontento y vacilante a fuerza de no querer ser faL<;o nunca ". y nada más señores. Nada más quiero decir en esta hora, sino que guarcleis 'Bn lo más íntimocle nuestro ser un profundo amor a la vida y a la obra de Rafael Barradas. Se que no todos encuentran en las ;::osas del gran artista, lo que ellos desean. Los grandes espíritus se adelantan en siglos. El paso dado por Barradas es tan grande que lo comprenderá y valorará el porvenir. He traído aquí su nombre para colocarlo junto al de los otros. que cayeron antes que él y lo he traído para rendirle el homenaje que le ha decretado mi espíritu. He querido que su nombre luminoso se sintiera aquí, en esta sala y que desde aquí lJegar-an estas palabras de admiración a unirse 3 1as que ha pronunciado hace poco un grupo selecto de nuestra Juventud y me retiro con la fe. de que en el futuro no han de ser solo los jóvenes los que glorifiquen a Barradas, sino todos. Todos los l~ombres que habrán llegado entonces a comprender la grandeza ele la obra del artista inmortal. ESTUDIO 53 por Francisco de Cossio. de Cossío es una de las personalidades de la España actual. doctor en Filosofía y Letras, directnr de Valladolid, se ha especializado en mateartística, particularmente en lo referente a talIas, que es unánimemente reconocido como una autoridad mundial. ESTUDIO - gracias a su amabilidad - engalana hoy sus páginas con una magnífica pintura de la ciudad castellana de Valladolid, donde podrán apreciarse sus sólidos 'conocimientos y su prosa ágil y elegante, hallamos sobre una llanura auténtica, de tierra, sin llna cuesy, así, la ciudad ha podi,do extenderse sin obstáculos, con casas de solo piso v tomando de la mÍsma tierra el material para construírlas. No hay piedra próxima, y este fué el gran problema que tuvieron que l"esolver los que convir'Íeron Valladolid en ciudad: ¿cómo puede hacen:¡e 11na ciLtdadsólo con tierra? Ello la condenaba a una vida efínrera, imposibilitando a sus habitantes de realizar una obra .colectiva. Le ha faltado siempre a Valladolid ese esfuerzo de todos para con5truír una iglesia' mayor, Y es que no era posible hacer una :catedral de arcilla. En el curso del tiempo, desde los lejanos días de la funda,. eión de la ciudad. ,se intentó este esfuerzo colectivo, trayendo piedra, sabe Dios con cuanto trabajo. por los caminos encharcados ; pero siem.. pre se concretó este deseo en iglesias pequeñas qu·e. como si fueran catedrales. tardaron varios sigl.os en construírse. Ya se ha pasado el tiempo de construír catedralles. cuando piensan en Valla<iolid que hace falta 11ila catedral. A los dos siglos, después de muchas viósitudesse abandona el propó's1to wyqUedando ·en pié una tercera parte de la catedral proyectada. " Esto da a Valladolid una fi.sionomía; distinta a la de las demás ciu~ dades castellanas: el no poseer una gran obra colectiva que atraiga todas las actividades de la ciudad. prestándoles un solo impulso, can esa fuerza del mar qu'<' se lleva hacia él todos los ríos. ASÍ. en 'las ciudades que tienen una catedral 'sus calles son verdaderos Ca11.1iCeS, y las curva de estos cauces se resllelvensúempre ,en la plaza de la iglesia, centro de gravedad ciudadano, pero que, a través de los siglos, hace que la :Ciudad se mantenga ,en pié. ESTUDIO 54 Esta falta de pi'edra proxlma dió siempre a Valladolid, en el transcurso de los siglos, un carácter individualista, Tierra y pino fueron los dos el~mentos constructivos de Valladolid, Las mismas bóvedas de la catedral son de ladrillo, Es importante hacer la distinción de ciudades de üer,ras y ciudades de piedra. Valladolid es un2- ciudad de tierra, y así armonizan bien en las torres de piedra, elevadas por azar, los nidos de cigüe"a, construídos con tierra de su llanura. Pero en las ciudades de tierra la falta del 'esfuerzo colectivo ha dejado, a través del tiempo, en los habitantes, un espíritu de disociación e indisciplina. Pensemos en todo el proceso constructivo de una catedral. Ese ruido constante, durante un siglo y otro del mazo contra la piedra; ese amor que todos los ciudadanos ponen en una obra que no va a ser para ellos. El templo va creciendo y no se le ve crecer. i Cuántas vicisitudes 1 Pasan los planos de generación a generación. Se acaba el dinero y hay que inventar recursos para arbitrarle de nuevo ; se suspenden las obras, y se reanudan al cabo de unos años con la misma lfé : cada artista trabaja él solo una piedra. con el 111 i5111'::' amor que si aquella piedra 'ella ai:sllada, fuese una catedral... Así no más que por esa obsesión de que el templo 's'e termine algún día, la ciudad va siendo suyo. a los hombres y va cpeando linajes, y va uni:endo a los convetinos en un ideal común. La obra colectiva ha ido anulando a los individuos. El templo es de todos : ¿ quién podrá distinguir el golpe de mano de cada uno? A 'Ul1a ciudad de tierra l'e falt'a siempre la tradición de un trabajo cdmún. Por eso Valladolid, a falta de un gran edificio, ba tenido grandes individuos. No tuvo nunca arquitectos y, en ¡cambi'o, siempre vivieron en su recinto escultores, plateros, poetas... Aún hoy las calles más antiguas, con sus viejos nombf'es nos hablan de los oficios en los que descollaban individuos aislados, con obras breves. de realización inmediata. En unos días no más la creación. la eÍ'ecu:c1ón y el aplauso. Aquí debemos hallar el seoreto de la universalidad de Valladolid. Cada habitan1Je sin nada que le limite, sin montañas que tras1pasar, con el horizonte en círculo, avisándole que la tierra es redonda y se la puede dar vuelta. La CÍ'v;]ización viene siempre por una llanura. Sería mezquino que un escenario así engendrase el exclusivismo. Los r¡.os son prof.undos y no se les descubre desde lejos ; es el clima can extremoso que el que le resiste soportará tod'os los climas del mundo ; se da una voz y no halla ,eco que la devuelva. ; no se puede inventar una E S T U~D 1 o 55 canclOn porque no hay recinto para contenerla ; se anda a la ventura. sin que los pasas tengan fín ; no hay caminos engañosos y nadie sabe a ciencia cierta donde están las fronteras ; al enemigo 'SIe le Vie venir desde lejos y da tiempo a prepararse... Un hombre que vive 'en este am_ biente tiene que ser universal. Es tan vasta esta tierra que no se la puede amar con particularismo. Bien podemos decir, castellano, ciuda_ dano del munro. Dirí<1JsJe todo dispuesto aquí para una partida. Es admirable en los castellanos la aptitud para viajar. La sobriedad de su vida exige un equipaje muy breve: además, apenas hay cosas que llevar. Un hombre solo. un caminante. en este paisajoe. adq.uiere fuerza de héroe mitológico. El escenario es tan vasto que exalta todas las individualidades. El rebaiio mismo encuentra en el ambiente espacio bastante para que se dibuje. con límites precisos, cada forma individual. Si tropezamos con una masa grande de vegetación es d pinar. buena fórmula de ideal individualis'a. en ,contraposición del bosque y de la selva. Todo en el pinar es estricto, justo y conneto. Cada pino tiene su sombra, la que coniesponde, y no hay posibilidad de confundirse. Cada pino, en el pi_ nar, pudiera tener un nombre dHerente. Para comprender Valladolid hay que explorar la Tierra de Campos. Haberse penetrado bien d,e su vastedad. de su horizonte abierto, de su aire tan diáfano que no entOl~oen obstáculos, ni cortan fronteras; de este concepto ciara de lo que es horizontal y dre 10 que es lejano. Pocas cosas afinan tant'o el espíritu de los hombrf:scomo la contemplación de lejanías. El delo se ve sin esfulerzo. y no hay que buscar la luz, porque ella envuelve todos los objetos naturalmente. Esta la virtud de 10 llano. Aún por las caUes más angostas s'e percibe esta luz de llanura. y est:e cO'lor de tierra tOls1:ada y de paja 's'eca. tan amigo del sol cuando resbala por los muros. Escala deliciosa de amaril!os. Amarillos de espiga, de álamo. de acacia. de barro cocido y de oro de retablo. No he visto en parte alguna contrastes tan v<JJIien~es de color : corbatas inverosí_ miles. y pañuelos de raso de los domingos. que nos ha<:en entornar los ojos al entrar en la plaza del pueblo; únicos 'Colores posibles para esta luz enemiga de lo suave y de lo tenue. Con ella las fOrmas sé~a'Itan y así ha sido posible el arte de la escultura policromada, arte. que, en ESTUDIO 55 Valladolid, durante los siglos XVI y XVII, Ilena toda la actividad estética, vertiéndose en él exaltaciones, delirios y entusiasmos. FRANCISCO DE CossÍo. La ley Causal en Físioa, por Lothar von Strauss. UANDO intentamos contestar la cuestión, hoy candente, de qué valor tiene la ley de causalidad en la física moderna, se nos presentan en seguida dos preguntas, que debemos responder antes de pasar a otras consideraciones. En primer lugar, qué 'significa eS'lrictamente la ley ca1usal en sentido científico; en segundo lugar. cómo una cuestión a primera vista puramente filosófica puede estar en relación unívoca con la ciencia exacta. Anticipando la última, mcordemos que en los comienzos de la vida espiritual del hombre, ~fio1osafía y ciencia natural formaban una unidad indivisa y que -solo por el crecimiento del contenido de la ciencia y, más tarde, por la m'edita'ción sobre la diferencia esencial entre los objetlos del conocimiento, se llegaron a separar las diciplinas independientes. Pero aún en los comienzos eLe nuestra época nos encontramos con que los grandes descübridores de 'la ciencia fÍ'sica y natural fueron también grandes filósofos, y viceversa. Recordemos a GaI:ieo,el padre de la fí si C<lJ, que ha abierto el camino de la teoría filosófica del método ; a Newton y Leibnitz, imnentores ambos del análisis de lo infinito, del "cá1cnlo infinitesimwl" y, por otra parte, hemos de poner a los grandes elspiri;'ll1s de la cien'cia filosófica en relación con la filosofía natural y la teoría del oonocimiento. En fin, para citar un último ejemplo, re_ cordemos que Kant, al tiempo que elaboraba su inmortal filosofía, colaboraba positiva y ·eficazmente en los problemas de la ciencia natural. Estos hechos no tienen nada de sorprendente. Fil()lsofía significa meditadón del saber sobre sí mismo, y a:sí se explica por qué está ligada en íntima relaciónJ con el "hecho ", con la ciencia precedente. No se necesita hoy rdutar ya que la filosofía no está llamada a seguir el mismo camino de la cienéia con una tendencia más o menos especulativa. Pero cada ciencia trabaja sobre la base de ciertos supuestos; la frsica ;tlI"abaja, como todadiseipliná. eientÍ'fica, con los ,conceptos funda.mentales de es;acio, tiempO: .Y causalidad; y. precisamente, el papel C filosófica es asegurar la legitimidad de estos conutilizados por ,la física en la época moderna se ha comprobado y acrisolado manera más briHante esta rtJJación viva entre filosofía y ciencia natural para provecho de ambas disciplinas; recuérdese a Helmhotz. que con especia!) cuidado ha pne!&to siempre a la vista los supuestos filosóficos de su ciencia. En los últimos años hemos vi,sto una ¡t,eoría, a primera vista, puramente física, ,la teoría de la relatividad de Einstein, que ha producido un verdadero trastorno en la ciencia filosófica, y aunque no puede negans!e que en la discusión sobre esta teoría se han expuesto muchas ideas estériles, fundadas en una mala inteligencia, no cahe duda que, por otro lado, la discu¡sión fiqosófica en torno a esta cuestión ha contribuído a da,r la úhima mano a los fundamentos de la teoría. Si la teoría de la re1atividadenmentra su dignificación filosf¡fica, :l11te todo. porque contribuye a la crítica filosófica de 109 conceptos de espacio y tiempo con una nueva actitud crítica, los nuevos resultados ele la física han puesto en el primer plano otro probIema 'filosófico: un prob1t:ma que se relaciona aún más hondamente con la imagen corrien'e del mundo. pnesto que. en definitiva. está en la base de todo conocimiento: el problema de la ley causal al que dedicamos !<lIS consideracio_ nes qu!e siguen. Con esto llegamos a la otra cuestión. ant~riormente formulada: ¿ ql1é signifi.ca propiamente la ley c<Jus2.1 ? La ley c2.usal se relaciona crmtocla conexión de hechos. y entend'émos por causalidad la conexión sujeta '1. !;> lev de cau's3.'S' dadas y efectos consiguientes f>tro la pregunta no es superflua; pues muchas veces se introducen en e! concept:o causal otr0pensamiento: la relación puramente lógica entre principio y consecuencia, que es completamente distinta. En la ley cansa1 se trata ele una relación 'entre hechos, y en la relación de principio y consect:encia ele una nectlsJidad puramente lógica; y pu:ede muy bien ocurrír que una conexión esté exenta de contradicción lógica. y, sin cmbargc" no tenga lugar en la esfera de los hechos. Así, pues, la ciencia debe ~eparar "ig-orosamente ambél!si dases de relación. En ~a sep1'"acÍón, cada vez más rigorosa, de es'as dos ideas, debe_ nlos ver el pi agreso que ha hecho en el curso de esa evolución el problema causal. En lalS siguientes líneas intentamos seguir su influencia ESTUDIO 08 sobre un determinado territorio científico en estos años; pero para ello debemos describir, por lo menos en síntesis, la situación de<l prohlema, tal como estaba p'lanteado bajo e! influjo de Ja filosofía y c:encia moderna. La concepción del mundo premoderno estaba muy lejos de la idea catll'al, puesto que en la filosofía escolástica, que continuó durante siglos la tradición de Aris':óte!es, ocupa el primer plano, en su esfuerzo para la comprensión del universo. la idea de fin. Como es sabido, el Renacimif'nto es el que ha hecho independiente la ciencia. Al mismo tiemP'} que, en la filoso'fía nahlral del Renacimiento. se separaba gradualmente la teoría filosMica de la tradición eclesiástica. coincidiendo con los comienzos de la moderna ciencia natural se produjo un momento que tenía que ser eminentemente fnrcti'fero para la evolución de la idea causal. Desde aquel tiempo, que so1o podemos rozar de pasada. la fiJo'ofia y al ciencia natura:l han estado some'idas a una constante y filosofía y la ciencia natural h<iIl estado sometidas a una constante y Ya en Keplero, el deSlcubridor de las leyes del movimiento planetario, encontramos la idea de que toda la investigación natural ha de encaminarse al estudio de los procesos natÍlrales mecánicos que pueden definirse numéricamente. Gai]ileo - al descubrir las leyes de caída de los cuerpos .- 'ha apl1'cado :el principio de que no importa determinar l;1.s causas últimas del acontecer natura¡], sino hallar sus leyes naturales, por 'eI camino de la observación y las deducciones con ella ligadas. Es más: s,egún él. "el libro de 'l'a naturaleza es"á escrito con signos matemáticos". Newton fuéel primero que logró aplicar realmente este método. Ya en su obra primera. la Optira, explicaba eSTe designio con claras palabras : "No es mi propósito. en este libro, explicar por hipótesis las propiedades de la luz, sino únicamente ha:1larlas y comprobarlas pOI' medio del experimento y el cálcuilo". Cuando después, tras largos años de difíciles investigaciones, descubrió las .leye.,; de gravitación, y pudo .explicar el movim1·ento de 10'5 planetas por la hipótesis de una fuerz2 central ejercida por el SoLfué consciente de que no podía .negarse al conocimiento de la última causa: "Si, partiendo de los Íerómencrs, se deducen dos o tres principios generales del movimiento -escribe en su obra clásica sobre los principios de la 'filosofía natural - v se indica como de estos principios se signen las propiedades y acciones de tod31s las cosas corporales. esto ya será un gran progreso en la investigación natura:l, aún cuando no se haya Hegado a descubrir la causa original de los principios. Por esto no tengo reparo ninguno en . g• • • •g • • • • • • •g • • • •g . E S T U DIO 59 prinClplOs citados del movimientp, que poseen una exten_ :entregando a otros el dels'cuhrimiento de I<l!s causas últi. En estas palabras se percibe claramente el rompimiento de Newcon la anterior concepción d<;. la natumleza, la cual pretendía deducir de la realidad el c.onocimiento de la esencia de algunas causas últimas. Por el contrario, Nevvton parte de la experiencia, e intenta, llevado de su mano. expl1car ,Jos procesos! naturales observados, poniéndolos ,en una conexióndete:rminable: matemáticamente. Mientras la ciencia natural trabajaba sin descam.o en elaborar de ('sta manera su propia imagen del mundo; la fiffosdfía no quedaba ociosa. No hemos de tratar de revisar, aunque sea brevemente. la significación que para nuestro prohlema tienen los sistemas enlazados a los gray:des nommes de Descartes, Leibniti. Spih,osa, L<kke. Más bien f!ueremos partir del hecho de que, en definitiva, toda la especulación fi!vsófica desemboca en dos series de pensamientos que ,llegan a resultad0s opuestos por virtud de su diferente punto de 'Partida: el mundo rlel pealismo y el múndo del idealismo. Mientras los filósofos idealistas reducen todo en conocimiento a la idea, para el realismo, lo determinan/e son. en definitiva, las impresiones sensibles en ,una u otra manera. Puesto que los sistemas reaJlistas o empiristas quisieron hacer, expre sa:llente, de los resultados de la ciencia natura!1 base de su concepción del mundo, querenlOs presentar su posición ante el principio causal en un ejemplo de espe'CÍal fuerza. Digo de especial fuerza por esto: porque, justamente, estos si!stemas orientados hacia la ciencia natural, por la apIicación COI1!S'ecuente de sus principios ll':garon a conclusiones, las cuales anularon denuevo la seguridad de! conocimiento exacto que, precisamente. querían pwbar. Nos referimos a la famosa discusión de Hume sobre el principio de causalidad. Según Hume, todas las conclusiones se fundan sobre hechos reales. en los que nosotros rebaJsamos la vida inmediata. sobre una relación de causa v efecto. ¿ Cómo lIegamos a su conocimiento, Hume dice que sólo por la experiencia, pues la experiencia nos enJseña que ciertos objetos se presentan, es decir, actúan, siempre en depend·tJI1Icia unos de otros, etc. Sin experiencia, nunca po_ dríamos predecir el efecto del suceso más senciHo ; y solo porque la experiencia v e;1 hábito constantemente nos mUiestran dos procesos que Fe suced:e11 uno a O'irO. creemos que una causa tiene como .. consecuencia" un efecto. En otras palabras: según Hume, toda conclusión causal descansa sobre la costumbre,sin la cual no sería posible pensar en l lo que va a sueceder. Así, pues, Hume traJslada la r,elación de causa y efecto all sujeto humano; y así al explicar el mecanismo de las representaciones y, por tanto, en su interpretación de la causalidad, emplea una investigación de los procesos psicológicos, en lugar de 'fundarla en un acontecer real fuera de nuestro espíritu. Pero con esta interpretación queda, a la vez, seriamente resC}'uebrajada la seguridad de todo conocimiento científico, pues si, realmente, el concepto de cansa sólo tiene su razón de \Ser :en el sujeto, faha, ~1aturalmente, la garantía de que no es posible adquirir un conocimiento objetivo verdadero y sucumbe d v¡¡ilor de verdad de la matemática y de la ,ciencia natural, pues todos sus conocimientos no serían más que infer,encias eIl}píricas sacad3Js' de la asociación habitual de las representaciones. PeTO la ciencia pretende conocer las leyes de las cosas, pre_ .tende pensar la realidad por medio de conceptos necesaTios y de general validez. El empiósmo, por tanto, llega, finalmente, a la negación de sus propias. pril1lcipios. Sabido es que Kant ha confesado que Hume ],e habia .• despertado del sue:io dogmático". Para él la cuestión consistía en si era posible la ciencia y sus conceptos fundamentales. Por eso partió, en la fundamentación de su método, etel fachl1ll de la ciencia natmaI, es decir, colocó la existencia de esta ,ciencia en el vértice de su crítica. Pero mientras la doctrina de Hume partía, como hemos visto, de- las impresiones 5ensiMb y, por tanto, se quedaba asida a eUas, muestra Kant quesiem:pre debe existir un juicio, antes que pueda haber experiencia partiendo de la mera percepción. Con ello, Kant supera a Hume. Experiencia es siempre, según Kant, percepción y jouicio ; nace de la reunión de pensamiemo e intuición, y a los conceptos de pensamiento, que Kant llama categorías, pertenece también el concepto de causa'lidad. Para Kant, la ley causal no es un resultado eLe la experiencia - nunca podría ser mostrada como tal, puesto que cada nueva ,experiencia podría subvertirIa. - sino que es la condición ele toda experiencia. En .este sentido debe en',enderse, cuando Kant afirma una y otra vez que la causalidad tiene que valer antes de toda experiencia. La obra de Kant parte, como hemos visto, dd factum de la ciencia natural; quiereeleórse, natllTalmente, de la ciencia naturwl de su tiempo : la física de Newtol1. Nevv1.on fllé eil fundador de una nueva concepción matemática de la natur<l11eza, CJ'ue ha llegado a ser el modelo de todo conocimiento duran!", mucho úempo. En los tiempos siguientes, la física ha estado cada vez más penetrada de esta concepclOn mecánica de la naturaleza. La época de la física clásica, que, en esencia, a pesar de todos los nuevos resultados de la inv,estigación, seguía los canJiinos abiertos por Newton, tiene, por tanto, ¡como uno de sus supuestos evidentes, la interpretación causal de los procesos naturales. Debemos dedicar aJgúnexamen a es,a orientación, antes de pasar al estudio de la profunda conmoción sufrida por la fisica moderna, que es la que, justamente, ha hecho candente nuestro problema. II Las investigaciones de los grandes matemáticos y físicos del siglo XVIII. de Euler, cl'iV,ómbert, Lagrange, etc., han dado a esta época el nOll1lbre de ":física :clásica". Mientras Newton renunciaba precavidamente a explicar la causa de la atracción de los cuerpos, sus seguidores han admitido la existencia de fu,erzas en toda materia, 'ÍUJerzas centrales, y han cons;núdo sobre elJas ,una fisica que comprende todo el acontecer cósmico como una mecánica entre 'senciHos puntos. Surge la imagen de una causalidad cerrada, sin espacios vacíos, cuando leemos las famosas palabras de LaplaJce : "Una inteligencia, qu'e, en determinado momento, conociese todas las fuerzas de que está animada la naturaleza y la r:e;s;pectiva posición de todos, los seres que la forman, podría si fuese bastante amplia, domeñar todos estos datos del análisis reuniendo en una y en la misma fórmula el movimierr'¡o de los grandes cuerpos cósmicos y de los átomos más pequeños ; nada sería para ella inseguro y podría tener presente, ante sus ojos, el futuro y el pasado ". ¿ Cómo pensaban los físicos de esta época la existencia de esta causalidad sin poros, si no podia abarcarse por la experiencia sino únicamente: len el pensamiento? Su instrumento era la representación de les procesos naturales en ecuaciones diferenciales. Hemos de exponer brev,emente de 10 ql~e aqui se, trata, puesto que es'acuestión desempeña un gran papel 611 nuestro problema. El impulso de investigación solo se satis'face, en todo proceso natural, cuando conocemos la ley que rige el curso total del proceso y, además, sabemos lo que en 'Ce1.da momento ocurre en ese prodeso. Y como está claro - justamente sobre el supuesto de -la ley causa,] - que el curso ;'¡otal! de un suceso y 10 que ocurre en cada una de sus fases tiene qUle estar ligado causalmente uno 'con otro, s,urge la cuestión de -si no se puede deducir, por medio del ESTUDIO 62 cálculo, de la ley del conjunto los estados momentáneos y viceversa. Para esto sirven el cálculo diter·encial e integra! qtte, inventados por Newton y Leiblytz, son una de la's herramientas impr.escindibles para la física y toda la ciencia natural. El prinápio de este moclo de calcular consis·,e. en descomponer intelectualmente todo prodeso natural en sus elementos constitutivos y suponer para éstos un curso semejante. Cuanto más pequeños supongamos estos proctso.s !elementales, tanto mayor será la exactitud del resultado, y de esta suerte alcanza el cálculo lo que está prohibido a la intuición : ha11ardirec'.'3iIIlente las leyes pertinente's a los flenómenos incesaEtemente variables. y por esto, el cálculo difenencial y el cálculo integral constituyen la expresión adecuada d¡tll acontecer causal en !la naturaleza. Toda la física del siglo XIX ha trabajado con auxilio de es:IOS cálculos. Ya se trate c1d principio de ¡energía, que hacia la mitad del siglo retUlió toda la física alrededor de una idea, unitaria o de la teoría de la electricidad de l'vIaxweli, constantemente v,emos a los üsicos acosar a la naturaleza con lase:cuaciOlles dderenciales, y constantemente, por tanto, es un supuesto inman¡en::.e - aún tácito - de su trabajo la validez de la ley causaL Los priuneros ¡comienzos de una manera distinta ele considerar la naturaleza se hacen notar cuando, por virtud d'e la ttOría cinética de los gases, .se introduuen en toda Ja !física los métodos estadísticos. Como es sabido, de:!Odos los cuerpos son los gases los que muestran las l1elaciones más sencilias : su poder expansivo, su presión. su e]¡evación de temperatura por la compr:ea1sión, su enfriamiento al dilatarse produciendo trabajo, Icomo se ve en la's máquinas de vapor y otros muchos. La teoría cinética de los gasles, cuyos fundadores son Kronig y Clausius, parte de la idea de que las distintas moléculas ele un gas, s,eparadas por grandes ,espacios intermedios, están animada..s ele un movimiento muy vivo. La velocidad media qu[e poseen es ]0 que llOSOíros apreciamos en forma de temperatura. Esta teoría recibe su último perkccionamiento con los famosos trabajos del fí;sico austriaco Boltzmann. Uno de sus mayores slervicios a la ciencia es, precisamente, la introducción del método estadístico. Para comprenderlo, hemos elé eSJtablecer una difierencia que atañe a todos los procesos nat1l1 ra1es : unos son reversibles, otros san irreversib'es. Cuandc lanzo una pelota elástica contra una pared y la peloa rebota con la misma velocidad, e.ste proc.eso es reversible. A esta cla~e de fenómenos pertener:en los gravitatorios, las vibraciones mecaOlca3 eléctricas, las ondas acústicas y electromagnéticas. A 10'5 irreversibles jJifirtenencen la conducción d¡e<l calor, la conducción eléctrica, el frotamiento, etc. VemoS' enICnces que la temperatura no es otra cosa que movimiento molecular ; por tanto debería .~~.r la temperatura, consecuentemente, reversible. Si una molécula se mueve hacia .la d,erecha, ¿ por qué no ha de poder moverse hacia la izqu:~BTda con igual veocidad ? Así, pues, desde el punto eLe vista de las parteciIlas más pe;queñas, no hay prqpiamente fenómenos irreversib~es. Aqui entra en escena la idea de Bo:ltzmann, qu:e introduce el concepto de probabilidad. Es muy posible, por ,ejemplo, que de diez mo,léculas, por azar, las qUIe se muevan rápidamente vayan en la misma dirección y las que se muevan lientamente vayan en la contraria y así se produzca ,el caI\entamiento de una parte. Pero nosO'"r05 nunca observamos unas cuantas partículas, sino mi~lares de millones, billones a la vez, porque este es el número de m0léculas ¡existentes en 1 mm3 ; y que en tal número, solamente por azar, aparezcan distribuciones de semejantes,~ tan improbable como, por ejen1:plo, la posibÍ'lidad elle que tres .dadü3i simétricamente construidos arrojen cien veaes diez y ocho, o que los habitantes de una ciudad mueran todo3, casualmente, del corazón el mismo día. La naturnleza aspira - juscamente, porque !en el impe:rio de los procesos siempre nos las habemos con innumerables partiou:Ias - a los "estados más probabIes". La introducción de estos métodos, que ha ido dando origen a la rama completamente nueva de la mecánica estadística, ha sido, ciertamente, posible sólo por esto : .porque la deIlicia, por virtud de la hipótesis atomistica, habia ,1Iegado, poco a poco, a la convicción de que la materia es discreta; ©s decir, que debe :ser concebida como consistitendo en un número finito .de partes) 'separadas entre si, y no como una ma.teria continua. y No se pu¡ede desconocer que los métodos estadístiicos ya significan una seria amenaza contra el principio elle causalidad. Según éste, nada casual acontece en la naturaI1eza ; pero el cálculo de probabilidades parte de la idea de ql~e cualquiera de las innumerables posibilidades de un proceso es tan probable como cU3Jlquiera otra. L'a> naturaJeza, sin embargo, aspi.ra a la regularidad legal de ios fenómenos. Desde este punto d¡e vista, :solo se puede entrever una sQlución en el hecho de que los proceso's que OiCll1'rren :en 1'os ¡fenómenos atómicos, suceden en espa.. ES·TUDIO 64 cío tan pequeño que no pueden ser percibidos por nuestro$ sentidos ; y, por tanto, Denemos que admitir que también aquí ,rige una ley causal, mientras que en '1os f~ómenos macrocósmicos, los únicos observables, sólo pqdemos observar el resultado medio de todos los distintos e innumerables procesos. Pero los métodos est¡adísticos, han ido conquistando territorios más amplios de lail11vestigación fisica ; para nuestro problema es de dicisiva importancia. ,Si ahora nos pregu'11tamQs que posición ha tomado la física dásica, en su conjunto, respecto a la cuestión de la ley causaJ., hem05 de ,decir que 'la ha conservado. Un r1.epresentante típico de ,esta época, el más importante y universal,es Hermann de HelmhOil'~z. Según él, el principio de causalidad es equival'é[1te, ¡en último término, a la exigencia d¡q que todos los fenómenos naturales tienen que ser concebibles. Tam¡poco, según Helmholtz, la ley ;causal puede ser demostrada partiendo de la experiencia porque, justamente, es un principio de nues,tro pensar con el que penetramos :eJl la experiencia. Si otros físico'S! - .pensamos en, Mach y ¡SU escuela - recusan el principio de causalidad y le sustituyen por el de función, esto tal vez no ,sea tan important¡e como pudiera pangcer, porqUje no hace más que rechazar la concepción d,ema,siado material de la causa primera: no debe ser averiguado el porqu,é "dle tul proceso, sino la conexión conforme a la ley en que está con otros procesos. Esta concepción no significa Uij1a contraposición tan grande con la de Helmholtz, a su vez in,fluida fuertt;:mentJe por la fi,losofía crítica de Kant. Tampoco la teoría de Einstein ,se apar,l!é1 'il1\llicho en este respecto; ha modificado profulldamkmte la concepción física del espacio y el tiempo, pero ha dejado in¡. tacto el principio causal. Pwe'S también, según Einstein, los estados físicos del mundo pueden ser descritos por ecuaciol1es diferenciales, lo que, como sabemos, es ed signo caractierí'stico de una concepción rigorosamente caJusa'l. Las modificaciones hondas y verdaderas en la conce.pción del principio causal pudieron producirse sólo cuando, al comienzo de este siglo, la teoría cuantista trastornó radicalm;entle el edificio teórico de la fí.sica, y la teoría de la materia - qu~ es el problema fundamental de da fís~ca, - por obra de las mpdernas investigaciones atómÍicas, fué 'elllpuja,da por nuevos derroteros. ESTUDIO 65 III Esta transformación radical tiene su punto de par;tida .en una cuestión especial: los fenómenos de radiación. Es un hecho conocido que cuando 'se ,calienta un cu~rpo éste irradia primero al rojo sombra, luego al rojo blanco; 'm otras palabras: a medida que se eleva la tempemtura, tanto má.s blanca es la radiación; físicamente, esto quiere de_ cir que vibra con ondas de longitud cada vez más co.rta. Cuando se part;;: del supuesto de que los procesos na'urales sucec1'en conforme a le_ ,. yes, tiene que ser posibJle encontrar una fórmula que exprese ptooS he'";' chos. La física clásica había llegado a un principio, la ., r;:quiparüciórl;~ de la energía ", que signifuca qu\e la eJ.1k:'fgía - la energía de radiaciórt:, tamlbién - varía de un modo continuo. Pero con este principio se llegaba siempre a leyes de la radiación que no están de' aCUJerdo con la expe_ riencia. Planck apartó la hipótesis de la equipartición de la energía y supuso que: la .energía no les emi¡tida 'en forma de ifiJ.'ujo continuo sino a manera de gotas, en cantidades di,slcr·etas o quanta, y así llegó a la famosa fórmula de la radiación que sirve de fnndamento a la teoría cuantista y que satisface a la comprobación 'eXperimental. Bien pronto se demostró que la nueva concepción de la naturaleza tenía un alcance y una significación insospechada, corno se dejó ver, sobre todo, en las invest~gaciOlves acerca de la estructura de la materia, La ciencia había preparado el terreno con su trabajo. anterior. Los rayos recién descubiertos .- rayos catódicas, rayos Rüntgen, radioactividad - hicieron ver /en el electrón el elemento pri;mordial de. toda materia, y Lorentz consigu:Ó, en su teoría electrónÍlca, reU!I1i'f en un mismo edificio les múltiples resultados de la investigación experimenta1. En..pnces se intentó, tom~ndo por ba.ses estas representaciones, formar una imagen precisa de la estructura de la materia. En 1913 tuvo el físico danés Nías Bohrla genial idea de reunir y conciliar la teoría de la q Hall la, de Planck con los r,esultado:s de las an1Jeriores investigaciones. aclmitiendo las cías hipártesisíundamentales siguientes: I~ Los electrones se mueven sin radiar - la física clásica sostenía, .contrariamentJe, que cada mov:mi'el1to del elec ¡rón producía radiación - siguiendo órbitas determinadas en torno a un núcleo cargado de electricidad positiva, 2~ La radiación Sé' produce exclusivamente cuando el electrón pasa de una órbita d1e'terminada a otra más derc<"na a11 núcleo, y e;5ta radiación está, en cuanto asu número de vibraciones - que se nos apaESTUDIO 6!i reoe como color - en una relaoión unívooa y precisa con el valorenergético de la órbita y un derto número qtllel, jus'.amente, se ha deducido por lafómnuila de Pland. No podemos mostrar aquí en que genia,l fornva NieJs Bahr ha podido inferir, siempre de acuerdo con la experiencia, las propiedades 'esencia1'es del átomo más sendHo : el átomo de hidrógeno. A pesar del enorme é..'Cito de la nueva teoría del átomo, cada día se ve mejor que! la teoría de los quanta ha ab~erto una honda ~rieta en la fisica : mientras todos los fenómenos, que se reüeren a la propagación, refracci.&n, etc., de la lulZ, Iste explican, como antes, por la hipótesis clásica de la es'¡ructura ondulatoria de !la luz, la teoría de los quanta es la única que puede aplicarse en los fenómenos reflerenties a la emisión y absoroión de la luz. El perfeccionamiento posterior de la teoría atómica llevó, empero. a ¡contradicciones in reriores , q;u'e demostraron que la teoría clásica de los cuantos no podía constituír mas que un estadio previo. Cierto es que Bohr, en su l1amado "principio de correspondencia ", l1eg6 a obtiener un cierto acercamiento de las dos teorías, c1ásioa y cua¡vpsta. Intentaré explicanlo en poca:s pala!bnl:S. Como hemo3 dicho, el hk::r~ho de la variación de la energía por quanta (o cantidades discretas, está en flagrante contraposición oon todas las representaciones de la física clásica; pero esta contraposición se mitiga -- pr,eeisamente a consé'cuencia de la ya citada concepoión estadística - ;cuando en lugar de átomos aislados se consideran grandes cantidades de átomos homogéneOS. Aunque est:os átomos ejecuten en diferentes t~empos9u'ssaltos de órbita a órbita, obtendremos, sin embargo, con cierta aproximación, una variación UllÍ'forme del ,estado del conjunto de átomos, y se puede suponer que para es1te conjunto rigen análogas leyes que en la teoría clásica. Así, pues,en ¡el prirucipio ele correspondencia vuelve a establecerse la indicada contraposición enúre la concepción macróscopica y la mioro-cépica. Es fkil ver que la descomposición del acontecer natural en proce'sos mánticos independientes implica una ci!erta con\;radieión con la determi.rtación causal. Ya Einstein había expuesto una famosa derivaoión ele la ley raeliatoria de Pland, según la cua} los procesos de tránsito, de órbita a órbita, dado el desconocimiento de su verdadera ¡causa, aparecían regulados por la Dey de probabilidad, y con ello volvió a surgir respecto a la validez del prinoipio carusal el mismo problema que en toelos los métodos estaelísticos. como también ocurrió, por otra, parte, en las investigaciones referentes a la radiación de los ouerpos radioactiESTUDIO 67 vos. Un átomo de uranio tiene una vida de muchos mi'llones de años, para cliespués explotar de pronto con inmensa vehemencia y emitir radiación. Pero - como dice Planck ingeniosamente - la cuestión de por qué de dos átomos vecinos d'i: unanio tUlO explo'.a mi110nes de años antes que el otro, no tien" sentido ninguno. Por esto, Planck -se afirma en el postulaDo de una rigarosa ley causa,l y so~tiene la idea de que el caráct1er camal de los procesos aislados p!ermanece recóndito tan sólo porq¡ue ignoramos las leyes atómicas. IvIucho más diücil es re,>p,onder de que manera la primitiva forma de la teoriacuantista ha sido sustituida por la nueva mecánica cuanlista. Como hentos visto, la vieja teoría cuantista concebía el átomo como una especie de srstema solar en que los electrones gravitan alrededor del núcleo como los planetas en torno al sol. Naturalmente, la observación nunca obtuvo diredamente en los espectros de los clistintos elementos, que debían demostrar induso la verdad de la teoría atómica, las órbitas de los elec:\rones q'ue por su pequeñez tenían que sustra,erse a la ob5ervación ; lo único que se dejabc obsle·rvar en las líneas espectrales era el número de vibraciones luminosas - el cdlor 'y su intensidad, es decir, el grado die. claridad de la luz. El joven fí.sico de Gotünga, Hiei'senberg, pus; en la cúspide de sU teoría el principio de que la teoría ,sólo elebe contener magn¿tucle.s observables. Por virtud de este principio, se dejaron a un lado magnitudes como tiempo de rotación, lugar del 'eilectr.án, y, por tanto, también la representación tan bella e intuitiva del átomo en forma de sistema solar. La meC<-lnica cuantista de Heisenberg introdujo ¡un álgebra nueva, el llamado cálculo ele matrices, y consiguió, precisamente por emplear exclusivamente magnitudes observables, resllltados de aCl1erdo cl)n la experiencia, evitando así una serie de graves contradiccion'es ele la primitiva teoría de los r¡uallta. No podemos entrar en muchos detalles, pero. debemos considerar como esen¡cial para nuestro problema un aspecto caracter~stico de la nueva teoria. Las ecuaciones de Heisenberg tienen siempre en ouenta,en la determinación de un cierto estado del átomo, un estado inicial y un estado final de un de>erminado proceso, es decir, un ,. 'salto cuáutiCOi". Esta es, sin duda, una contradición con la idea tradicional de la causalidad, pu,es hemos visto que, según la vieja concepción, :¡ignificaba que a cierta causa, 'es decir, a 'lm cierto estado inicial, siempre seguía un único y detJeTminado efecto. Sommerfeid, uno de los fundadores de ESTUDIO t>S "la nueva física del átomo, ha afirmado expresamente en una conferencia dada 'en 1927 en la Universidad de Hamburgo. que la forma tradicional de la causa'lidad necesitaba una transformación y que, con ella, ."Je phunteaba a la filosofía un problema de enormes trascendencia. Mientras la mecánica cuani¡ista suministrabaformuliaciones físicas de las leyes natura!les - formulaciones tan apartadas dera intuítividad de la representación del !sistemla solar atómico que, según Born, las usuales representaciones de movimientos de partículas materiales en el ~Sipacio y el tiempo no son seguramen'¡e conciliables con el carácter de Oas nuevas leyes, - el profesor de Zurich, Schrodinger, llamado ahora 'a sU!cecler a Planck en su cátedra de Berlín. encontraba, casi en la misma flecha, una interpretación de las leyes de la teoría cuantlsta que parte de bases muy distintas. Schrodinger toma como fundamento la exigencia filosóf.~ca de que los fenómenos físicos tienen que poder ~er 'representados en 'el espacio y en el tiempo, pero esto .significa su re:presentación en ecuaciones diferenciales, significa la concepció.n de una natura~eza continua, y, en último término, la v3J1idez incondicionada de la ley causal. Schrodinger se sirve de ciertas representaciones que ya, en otro tiempo, había demostrado la analogía de la mecánica clásica y la óptica. El famoso matemático Halmilfton había demostrado anterior'mentle que las ecuia.ciones matemáticas para los prdbllemas mecánicos y 'ópticos llegan a ser idénticas ;en ciertas circunstancias; pero esta profunda idea casi había caído en el olvido. El físico frmcés príncipe de ~rogl;je erigió entonces. partiendo de ideas muy distintas, una teoría cJ1e la materia en la cual esta analogía entI"e las partículas materiales y la luz llegaba a su mayor perfeccionamiento, ,eoordenando con cada par'tícula material una determinada onda. Ségún esto, al chocar partículas 'materiales, los electwnes, d¡ebían producirse iguales fenómenos qtte al chocar la Ttlz con supe:rficies reflectoras o refringentes, fenómenos que, "en efecto, los experimentos mostraron después, Schrodinger adoptó las investigaciones de Broglie. y en su mecánica ondul1atoría intentó mostrar que la materia está compuesta de ondas y que su manera euantista de comportarse se explica de análoga maniera que la produlcción de sonidos en una cuerda por vibraciones que están entr.e sí en la mi1sma relación que los números enteros. La aceptación que· se dispensó a los resultados obtenidos por Schrodinger no se ~unda, por lo menos,en que permiten a la física del átomo entrar en el edificio de la vieja física clásica y en que el principio causal, aún para ESTUDIO 69 jos procesas de dimensiones 2}¡ómicas, conserva su vieja significación dá~ica. La transcendencia de la repreS'entación de Schrodinger no es disentida por nadie; s,in embargo, la mayoría de los investigadores no pueden seguirle en su intento de fundamentar una fí~ica clásica, erigida sobre /el viejo principio de la ley ca!UiSa!. Hemos' de notar que los "saltos ¡cuánticos", los estados discretos de la materia, están con tal fuerza comprobados experimentalmente, que una concepción de los procesos naturaLes, que defienda Ha pura continuidad, estaría en completa contradicción con la experiencia. Pero, como de otra parte la exactitud matemáticatS de las fórmu']as de Schrodi,nger, según opinión gene'fal, está fulera de duda a cat.lsa de su feliz aplicaJCión a la explicación de los fenómenos, trátase de encontrar una interpretación qUle concilie las dos teorías, la mecánica cuantista de Heisenberg y la mecánica ondulatoria de Schrodinger. Es'p es lo que ha sido puesto en obra, en forma luminosa, por el profesor de Gottinga l\JIax Born, quien, dicho en términos populares. parte del siguiente punto de vista : el acontecer físico consiste, cuando se tiene en ¡cuentas dim\ensiones atómicas, en numerosos procesos imlependientes, ques,e producen üuantÍ'srt:icamente. Así, pues, cuando la teoría de Schrodinger emplea una ecuación diferencial, su "ecuación de onda" - que, como vimos, equivale a una formal ¡expresión de la causalidad clásica, - esto .se explica porque se trata de probabilidades análogamen& a 10 que antes hemos obs:ervado en tias resultados de la teoría cinética de los gases; y para esta probabilidad rige, justamente, una ley clásica. Por tanto - y este es el contenido esencial, exento de toda formulación matemática de 1anueva t.e:ortía. ¡-considerando valores medios y probabi1idac1?e,s, se puede diminar, en cierto modo, las discontinuidades en los sucesos físicos, y de esta suerte, encontrar conexiones que pueden ser manipuladas por método.Si anállogos a los de física clásica. Pero ".'lhemos que el afán investigador del hombre no puede ser <;.atisfecho por ello. Es, precisamente, en este punto cuando se plantea la cuestión de qtle pasa con los procesos singulares, si son producidos cacusalmbnte osi únicam/ent¡e están fundados en la mera probabilidad. La física moderna se inclina a 10 último; Heisenberg. sobre todo, ha explicario en un nuevo trabajo que, en principio, no plledeser concebido un proceso causat Pa~a 'tillo parte de que toda deEnición exacta, por ejemESTUDIO 70 pla, de la velocidad o pOSIClOn de un electrón eXIgIrla una medición ; pero que ésta - aparte de 'posibilidad de praJCticarla .ó:xperimentalmente, - partiendo de d{eterminados 'supuestos fundados en la teoría cuánLica. no puede, por principio, 'ser exacta nunca. Esta llamada ., ley de indeterm~nación" de Heisenberg llega a la :consecuencia de que no pod~mos calcular el futuro de uos procesos físicos justamente porque no podemos de&rminarexactamente el presente, con lo cual queda invalidada la ley de causalidad. IV L~ta invalidación sería, en todo .caso. de gran importancia filosófica. Sabemo;; que toda ciencia ha de aspirar a de,scribir las leyes reaLes de una manera unívoca. ¿ N o signi ficaria una ruptura de la ci¡encja rpl!e ella - COl1liO hiz? Hume con su interpretación psicológica de la causalidad - terminara por negar su p'ropia univocidad ? O ¿ es la filosofia crítica. tal .como fué creada por Kant y acabada por sus continuadores, suficientemente sólida para soportar también este fuerte ataque a sus fundamen'los ? ~ Todavía no está dicha la última palabra; en contrapos,ición a 10 ocurrido dé'Spués de constituírse la ~eoría einsteiniana de la relatividad, la ciencia filosÓ'fica todavía se ha ocupado muy poco de las consecnencias de 'la física moderna. Por ¡eso no puedo hacer más que indicar,con toda cautela, como, en mi opinión, ha de enfrontar la filosofía esta cnestión. A mi juicio, dJebe también ahora. el elemento intelectual, que, según 'la concepción crítica, está contienido en el juicio causal, defender su derecho y concebir la ley causal como exigencia de ntllestro pensamiento. Si 13 experi!encia corrobora este postulado de pensar en cada caso aislado, e~ irrelevante. Para ell investigador que piensa filosóficamente, la ley caIl:sal tiene que persistir en la base de todo su trabajo, porque solo así son posibles la ciencia yla experiencia científica. Para hablar como Helmholtz, la causalidad es condición para comprender la naturalez3.. ParaJa filosofía ¡crítica, el sistema de nuestra experiencia nunca se cierra; podemos aderC<l!rnos a la verdad en grado cada vez mayor, pero sin alcanzarla nunca Por esto, al investigador que piensa no ha de atemorizarle las conquistas de la física. Ellas muestran, en el terreno de la r.ealidad empírica, los rasgos fU!J1dame:n;:ales de la meditación fílo-' sófica : :la aspiración eterna y nunca :satisfecha hacia lo último, hacia ESTUDIO 7l lo verdadero. Si la fí'sica mooema ha podido destacar este aspecto' en forma evidente, ha hr:'cho mucho desde ¡el punto de vista fiI'osófico. Es un hecho innegable que la física moderna ,es, cada vez, menos intuitiva. de más di fícil representación para el gran público. La honda y enorm~ belleza de sus cambios y !evoluciones ya no se puede presentar 'en forma fácilmente a~quib¡'e a todos. Bor eso será tanto más provechoso, mostrar las radka:les consecue'11iCÍas que los resuilt:ados de esta dencia inaccesible tienen pél!ra nuestra concepción corriente del mundo ; ellos demuestr;:¡n que la física, lejos de perderse en el infecundo especialismo, puede aspirar, con gran éxito, a la palma del conocimiento que, en definitiva, es la mejor recompen1sa para todo verdadero investigador. I LOTHAR VON STRAUSS. ¿ E S aoertada la preoonizaoión exolusiva del arte autóotono?, por A. Rusconl. e ADA día se intensifica el concepto de que debemos formarnos una n~ltura americana. Proclamada la decadencia de Occidente. los corifeüs ele la nueva sensibi¡'idad en América rec1alman la creación de cánones vernáculos en materia artí\S!tica y literaria. Y en nombre de Uria doctrina de es'ética, que a semejanza de la doctrina pilítica de ::Vlonroe adquiere los más div<:rsos valores interpretativos, pretenden amural1arse para evitar la infJ.uencia de las corrientes extrañas, especia~mente las europeas. Pugnemos por la implantación de una lif.eratura y un arte americano - dicen los defensores de la tradición indígena - a3í afianzarem0S la personalidad de nuestros pueblos con caracteres propios e in- ,confundibles. ~.;.,. ~.~ ~~, ~ ¿ Por qué ir a beber en la,gexhaustas fuentes del Viejo Mundo si en nuestras civilizaciones incaicas, aztecas, mayas, indígenas y gauchas tenemos las normas de un arte fecundo? Tal es tI nuevo ., matemos el cl:1ro de luna" de los peivindicadores del arte autóctono. ¿ Es lógica tal aspiración ? En primer término tendremos que repetir aquí el manido concepto de que el arte no tiene fronteras. Por otra parte, convienie recordar que el gusto attístico y los có· E S T U:D 1.0 72 dices artísticos no se improvisan ni se imponen : son el resultado de una serie de factores racialeiS,sociológicos, de herencia, etc. Las obras de arte son tales cuando hablan a nuestra sensibilidad, cuando provocan en nuestro ánimo la corriente de simpatía que hace carne en nosotros su ,carácter representativo. Al hablar de alie americano no debe olvidarse la modalidad esencialmente cosmopoHta de los pueblos del Nuevo Mundo, en especial de los rioplatenses. ¿ Qué nos pueden decir a nosotros - descendientes directos de europeos, herederos de su sangre y cultura - esos monstruosos ídolos aztecas e incaicos ? ¿ No habla acaso más a nuestro temperamento un ., pannieau ", aún de los más preciosistas, que esos churriguerescos tapÍJCes indígenes que pretenden imponernos los folkloristas ? ,La visión de esos ventrudos cacharros con estilizaciones de animales fantásticos, nos produce sólo curiosidad. Yesos dioses más o menos diabólicos de la alfane;ría y la escultura indígena son, en la intimidad de los hogares, un sacrilegio para nuestra ortodoxia artística. Bien está que cada pueblo cultive, en cierto sentido, su propio carácter. Razones telúricas determinan difer\encias que sería insensato no considerar. Pero existen. por encima de esto, factores biológicos y psíquicos, que predominan en las 'ccspecu1aciones artísticas y ;literarias. Es lógico que sintamos ·la delectación estética que producen un relieve de Praxíteles o de' Bourdelle. una j!oya de Cellini:, una tela de Leonardo o de Zuloaga, un tema de Mozart. una sinfonía de Beethoven porque somos en gran parte herederos de la cultu,ra grecolatina. Y es lógico que no nos Jerniocionen artístkamente la monotonía de la q<tl'ena, ios coros indígenas, los grabados mayas, los reHevies incaicos, las payadas gauchas porque no pertenecemos a las generaciones que crearon esa estética, ni tenemos afinidades con ellas. Se just.jfica que pueblos como el mejicano y el peruano con predominio de elementos nativos anhelen la instauración del arte indígena. Ellos pueden comprenderlo y sentirlo. A nosotros el arte esencialmente araerícano nos produce admiración, curiosidad; pero no el espa!smo de la comunión íntima. No se co1ija de esto que Siomos extranJeristas. Turner es tan inglés pintando en Venecia, como es francés Corot inspirándose 'en Roma. E , r E S T:U DIO 73 Shakespe.are al drama't:izar una situación dinamarquesa, Lotti al de'Scribir las bellezas de OrientJe y Rodó al de'lebrar las gracias de Atenas, continúan siendo li:\leratos de sus propios países. El arte vernáculo puede y debe ser complementario de nuestra cultura.· Hay .. ¡estilos" y ., vi<:laEitas" de una gran belleza elI1ütiva, como h:,)' vasos y botijos con guardas y dibujos quichuas o aztecas que armonizan admirablemente con las creaciones europeas. Si nos gustan las novel3Js nacional'Es de Reyles y las poesías gau· chescas de Trelles, no -5S por el escenario y los actores, sino por 10 que ellos tiienen de universal y humano : el dolor, el de;;,engaño. e] amor y el odio. Si el "Martín Fierro" perdura, no ei> precisamente por sUs asnectos formales o estéticos, sino por 10 humano de la concepción de 'su protagonista. Para ser genuinamente americanos o patriotas de nuestras naciones. no tenemos necesidad de reduci.r las manifestwciones ,estéticas a 10 indígena a 10 gaucho. Canten enhorabuena los poetas la pUDeza de nuestro cielo y las bellezas de nuestra tierra. Canten 10 que vive. 10 que emociona, 10 que sugiere la maravi.lla de lo creado, 10 que sentimos como algo biológico. Lo arcaico y 10 fasllizado que despertó sentimientos a los antepasados a q'nienes no nos ligan vínculos dejémoslo para las vitrinas de los museos. La est'ética, ase,,01.1fa Crocce, es una ciencia eLe expresión. Lo autóctono de Améri,ca no in,jercsa mayormente a nuestra cultura más europea que americana. En nombre de'] arte nativo está Figari llenando a París de telas muy solicitadas por e] "snobismo" ; telas que nos hacen poco favor, por cuanto contribuyen a robustecer en algunos centros de Europa el concepto de que somos un pueblo de negros y mulatos en perpetuo canclombe. En tanto nuestras sierras, arroyo:s, montes, cuchilla.s, ríos y aspectos t1!rbanos esperan el verdadero paisajista. (Los argentinos ya tienenSlul Fader y su Quinquela Martín). Re;petimos : no debemos excluír comocontradiotorio 10 que es complementario. Nuestra estética puede beneficiarse con algunos mOtivos del arte vernáculo; pero de ello no se infiere que éste sea, en nombne de un localismo y nacionalismo ilógicos, nuestro único arte. ALBERTO RUSCONI. ESTUDIO 7! r I ,1 J ~uerra á lá Guerra, por .... C1araz. Existe en la Francia actual al menos un hombre de Estado en que el genio Se eleva sobre las disenciones y rencores internacionales para comprender, no solamBnte el intBré.,s particular sino qUB también el interés general de todas las naciones de Europa. Ese hombre, el más alto,. el más activo representante de la guerra a la guerra, el verdadero forjador ele la paz a la que aspira la humanidad, es, se habrá adivinado, Arístid·es Briand. Sobre el ;yunque de su potente genio, el martillo de la voluntad golpea redobladamente, no cesando un solo elíaele forjar el derecho c'tnon d" la paz europea. Ejercía el precepto del maestro-: "Veinte veces sobre un trabajo, hace el oficio". Nadie mejor que él conoce las dificultades aparentemente insuperables ele esta obra. Sabe que es necesario vencer toclas las fuerzas del pasado, de ,los mil años de barbarie, de falsa civilización cristiana durante los cuales Europa no ha estado gobernada sino por los forjadores de guerra que la han perpetuamente arruinado, haciendo correr ríos de sangre. Sabe que se hace neeesario triunfar de todos los prejuicios del pasado y del presente, sBgún los cuales la guerra está considerada como un mal necesario, inevitable, j y hasta divino ! :Sabe todo esto, peno nada 10 desanima. Para él, particularmente, la palabra imposible no es francesa. Sabe que la Paz, como la V€l'dad. '€stá en marcha y que nada ni nadie en el mundo podrá detenerla. Se siente invencible porque su obra grandiosa está fundada sobre el instinto má.s fuerte, más irresistible de la human;dad : el instinto de la conservación de la vida. En la hora actual puede d€safiar a tojos sns adversarios. El porvenir es de la paz. Briand no ha adoptado la. condncta indigna, bochornosa, ele sus colegas de gobierno en los años que siguieron a la última guerra. R€cordemos este hecho. Quiso, con la ayuda de Lloyd George, iniciar ese gran movimiento de renovación espiritual de Europa, de ori"ntación pacifista, de reconciliación. en la memorable conferencia de Cannes, donde los Poincaré. JVIillerancl, Bartl:ou. Delcasse, se enfurecieron y entendieron como lobos de una misma camada para administrar a nuestro héroe de la paz el famoso coup ele canne (bastonazo). (Juego ele palabras con el nombre de la ciudad, Cannes, en que se realizaba la conferencia ). Parodiando la conocida fábula de los animales reunidos en confel'Sllcia para conjurar el azote de 'la peste, Se les oyó exclamar : " i COllchir con la paz 'europea! i Qué crimen abominable! i Ahajo Arístides, ese maldito pacifista del que proceden todos los males! " Ese pecado fué considerado un paso digno de la horca. ¡, Cómo hacerle expiar su crimen 1 Se lo hicieron ver bien claro. Esta conducta fué la de esos gobernantes llamados moderados, que lanzaron aturdidamente €lejército francés a la loca aventura de la invasión a la Cuenca del Ruhr, pese a la oposición de todos los aliados qne se separaron de Francia en esta ocasión, incluso Bélgica. ¡, Después de eso, cambiaron los col€gas de Briand de actitud? ¡, Se han convertido enápéstoles de la paz? De palabra tal vez. pero en los hecho, quién sabe. Son hombres a los que la guerra no les ha enseñado ¡Úl0 a hacer la guerra. Vemo.~ bien qU€ Herriot, Paul Bencour y algunos otros jefes de partido se han unido resueltamente, ardorosamente, siguiendo a Briand a impulsas el carl'D de la paz, que tantas dificultades encuentra para avanzar. Pero lo" Poincaré. 1\Iillerand, Tardieu, Barthou y Compañía, no se incorporan. 'T,anto eS así que no ponen sino palos entre las ruedas del l'arro. A igual que Clemenceau, estos na son hombres de paz, sino de guerl'3., pero están obligados a dejar hacer a Briand. Resulta imposible volverle a pegar el COllp de calme· No se mantienen en el poder sino sobre un pedestal de falsa gloria. Abusando de la credulidad del pueblo, jactanse de haber salvado a Francia de la {luiebra y han legalizado la quiebra completa del fraea. Qué honor ! Ahora afortunadamente cambia el cuadro. Brianc1 e.~tá considerado a justo título como el campeón d", los forjadores de la paz del mundo: el verdadero salvador de Francia y de la Europa actual. Hacia él convergen en estos momentos los ojos de todas las naeiones que se pregnntan con angustia: b Hácia dónde va Europa? ¡, lIácia la guerra 1 b Hácia la Paz ? ... Parece que sólo él tiene entre sus manos la suerte de Europa. Todas las naciones lo acompañan en espíritu y de corazón en la realización de su sublime empresa. Así su prestigio universal tace todavía sombras a sus colegas en el gobierno. Su altura de gigante los domina en todo y por todo. A :su lado parecen muchachos que se entretuvieran en jugar a Jos soldados, y se alabaran a cada instante de haber salvado a la patria. ¿ Para qué servirán los armamentos de todas las naciones si el fuego de la guerra iluminase los cuatro rincones de Europa 1 Estos gobernantes infatuados de falsa gloria morirán antes de comprender que lo que importa por todo y sobre todo, no es fabricar cañones y armas soldados, sino desarmar los espíritus. Esta será la gloria inmortal de Briand: haber comprendido y Cdptado eSe viento potente del espíritu de paz que sopla en las masas profundas de la humanidad. Mientras no llegue a realizarse e5a gigantesca obra de pacificación de los puelllos, su nombre no cesará de estar agregado perpeutamente a su realización. Le corresponde, ayudado de Stresseman, le honor de haber hecho cimientos. Ha hecho comprender que la paz es una cuestión de vida o muerte para Europa y para e1 mundo. La Paz o la muerte. O la humanidad matará a la gnerra. o la guerra matará a la humanidad. Ningún término medio. " Deshonremos la guerra ", escribió Vícror Hugo. Sí. deshollrémosla, cubrámosla de vergüenza, bien está. Pero no eS suficiente. Se hace necesario. mata da, hacerla morir de inanidad, PI', varia de todo alimento, es decir. de todo armamento. J. CLAR\Z. «By the Way», por A. Whltaker. El se"ior Secco EHauri. director de "Estudio ", me pide que escriba una serie de artículos de in:.:erés general en materia de enseñanza de inglés. Dichos artículos, que empiezo en este número, no serán de orden profundo; más bien están nedactados de modo que se hallen al a1cél1Ce de cualquier estudiantes ade,lantado, y son sacados de una Ebreta de apuntes recopilados en el curso de muchos años de enseñanza de la materia. El año pasa,do, formando yo parte del jurado integrado para juz- gar la suficiencia de aspirantes a grupos de inglés en Liceos del interior, se puso en dos ocasiones; como una de las pruebas, frases análogas a las siguientes. pa,ra traducir al inglés ; Mi hermano vino ayer. ¿ no es cierto? El no podrá venir... ¿ no es verdad ? Hay muchos alumnos este año. ¿ no es así? y con mucha sorpresa me: di cuema que ninguno de los aspirantes supo la manera de emplear esa locución, tan corriente en .los dos idiomas, y de un interés ,especial para el profewr de ingles, puesto que repr,esenta para el alumno un ej¡ercicio de sumo valor en el manejo de una de las partes más difíciles de ese idioma, es decir. los verbos auxiliares. Por \10 tanto pienso tomar este mismo asunto .como tema de primer artículo, y con el fin de hacer la lectura más amena, he resuelto redactarlo en forma de diálogo entre profesor y alumno, Profesor: ¿ RevisD Ud. el deber corregido que l'e entregué ayer? Almuno ; Si señor, pero hay una cosa que no alcanzo a comprneder. P. - De qué s:e trata mi hijo? A. - De lo siguiente. Encuentro, entre las traducciones que Ud. mandó hactr estas dos cláusulas : "Las perlas son hermosas. ¿ no es cierto? ",' .• Vd. fué al teatro anoche, ¿ no es verdad? ; y 'en los dos casos (¡¡-aduje esa locución "no es verdad? por ., 1s it not true ?" yUdo las corrigió, y no comprendo por que. Acaso no se traduce ",¿ no es v,erdad ?" por ., 1s it not true ?". Estoy seguro de haber visto esta traducción en otra parte. P. - Tiene razón muchacho, se emplea, pero unicamente en casos especiales. y en locuciones de este estilo, nunca. A, - Y, ¿ cómo puede uno orientarse entonces, y por donde se empieza? P. - Vamos a ver; tomemos el primer ejemplo ; .. ¿ Las perlas son hermosas, ¿ no es verdad? Aqui tenemos una cláusula afirmativa seguida de una pregunta, y en dicha pregtm·a pedimos una confirmación del sentido o del hecho expresado en la cláusula anterior. ¿ no es cierto? A, - Claro que ,si, P. - Bien entonces, supongamos por un momento que esta cláusula ESTUDIO 78 no fuera afirmativa, s1no interrogativa, ¿ cómo sería la construcción ? A. - Muy fácil : seria .. Are these pearls beautiful ? . P. Adelante; déme ahora un pronombre en lugar de "These pearls". A. - Más fácil todavía: "They". P. - Bien: de modo que la forma interrogativa negativa abreviada sería " Are they n()~ ? A. - Sí, pero todavía no comprendo su argumento señor Profesor. P. - No importa; torr,~mos el segundo ejemplo y sigamos Con el mismo procedimiento: Usted fué al '!:eatro anoche; ¿ no es verdad? Quiere poner esta cláusula en la forma interragativa en inglés. A. - Si 3le;\or ; Entonces tendríamos que empl1ear el au..-..::iJiar correspondiente, y la traiducción seria ., Did )iou go to the theatre las night" ? P. - Efectivamente: ahora anotemos estáS dos tradu;cciones sacadas ha::')¡a ahora : These ~alils are beautiru!. Are they not ? y ou went to the theatre last nighn. Did you not ? A. - Sí, pero desgraciadamente estoy en la luna todavía. P. - Paciencia mi hijo: luego collJlPrenderá. Vamos otro ejfemplo. "El vendrá mañana. ¿ no es así?" ahora traduzca, acordándose siempre que la ., no es así" no existe en ingilés, y que Ud. tnedrá que formular una pregunta relativa al sentido de la primera cláusula empleando el auxiliar correspondiente y el sujeto ya indicado. A. - Héla aquí. He wiH come tomorrow... will he not ? P. - Muy 1:tlen, vamos n1lardhando; otro ejemplo: "Ellos han comprado la casa ; ¿ no es cierto?". A. - .. They have bought thie house ; have they not ?". P. Siga no más: .. gl iría si tuviera tiempo: ¿ no es verdad? A. - He \vould go if he had time... would he not ? P .. - Ella no puede v,enir. ¿ no es cierto? A. - Ahora se complica el asunto ; con el verbo "can" no se em~ plea el auxiliar ,. do", luego ha)' una negación en la cláusula primitiva de modo que, según IUl parecer, la traducción debe ser "She cannot come: can she ?". P. - Claro que sí ahora vamos términando, qmere decirme lo que ha sacado en limpio. A. - Primeramente que estas frases ., ¿ No es así?" "¿ No es verdad? ", e;,c .. empleadas en este sen.tido, no tienen tra:ducción exacESTUDIO 79 lB ta al inglés, y es necesario volver a construír la frage en la fOl"ma inte~ rrogativa, empleando siempre un suj eeto y el verbo auxiliar que corre~­ pondería si fUlera pregunta; luego si la interrogación no ,exige auxiliar, . como con 10s verbos ., to be" ,. to have" y "can" sencillamente se re_ pite eil verbo principa>l, y ademassi existe en la cláusula inicial un negativo, en la interrogativa siguienue se elimina. P. - Pufectamente ; ahora dígame cinco o seis ejemplos seguidos para ver si Ud. ha wm¡prendido bien. A. - .. She 1ives in Buenos Aires. Doe'3n':t she ? - ., There are many pupils in the ,1yceum this year... Aren' t there". - "She could not come yesterday... Couldshe ? ". - ., All the boys have written their exercises Haven' t they ?". - ., They will se:nd Ui> the money to. morrow \Vill they not?". P. - Muy bien; debo advertirle que, eneSi:'~ último caso la forma "\Vill ,Jlev not" suele abreviarse ., wan 't they ? A. - QUliere decirme ,entonces cuando se put'de emplear la palabra " true ? ". P. - La palabra" true" es un adjetivo significando" verdadero" " auténtico" real .. Sincero" ., Lo que no es falso" "Lo que es con_ forme al ,estado actual de las COSCl!S". Y comunmente la forma de em_ pleado es bastante restringida. Ejemplo: ., A true witness" ., Un testigo verídico" ., Aman true to his country" .. Un hombre fiel a su pa'~ria". ,. It is not true that 1 was withhim last night" ., No es cierto que estuve con él anoche". La palabra" Truth "éS el s'llstantivo ". Verdad" .. Veracidad" ., Buena fé" "Principio cierto" y ,suele emplearse en sentido elevado : "This man does not speak the truth" .. Este hombre no dice la verdad" "Truth must not always be spoken" .. N o todas las verdades son para decirlas". Ningún inglés traduciría en len. guaje corriente frases como .. Ud. compró la casa, ¿ no es verdad? por "is it not ¡l¡me?, sino diría con toda naturalidad "You bought the hOllse... didn' t you ? A. - Gracias, ac1ios. ESTUDIO 80 Don Anselmo Oristal, por Horaclo Maldonado. Horacio Maldonado trabaja actualmente en una novela: "Don Anselmo Cristal ", que considera su " capo-lavara", una novela "antigua Y modernísima, por,que pone otras que en esta hora nos parecen tremendas y nos sobrecogen ". Ha tenido la gentileza de cedernos como primicia para los lectores de ESTUDIO - el prólogo de "Don Anselmo Cristal", que ha de ser singularmente gns· tado. E propongo traer a la memona ele les hombres, y. sobpe todo, tan injustamente olvidacia. Estoy seguro de que ya nadie sabe quien fué ese hombre; como vivió; cómo pensó, cómo sintió y como sufrió en la tierra. Lo olvidaron porque él nunca esgrimió una espada en los camp09 de batalla; ni alborotó en la política; ni dejó tras ele sí una obra que lo inmortalizara. Pero su alma fué rica, singular; más rica, máJs singular que la de muchos hombres que no murieron al en.traren la tumba. Si don Anselmo Cristal hubiera hecho ruído en el mundo, 0, por 10 mienos, en el Uruguay, su patria, correspondería a uno de nuestros historiadores sacarlo del olvido ; más c0mo su vida rica y singular sólo vibró p;tra los pocos que lo conocieron, la historia se desentiende ele él, y deja que ,el poema o la novela golpeen en la losa de su tumba para resucitarlo en la creación artística. Yo me vanaglorio de ser el primer uruguayo que toma sobre sí tan difícil empresa. Yo he conocido y tratado a don Anselmo Cristal; yc estuve a su lado en las horas más tremendas de su vida, cuando su clIma se desgarraba o se partía en pedazos como un diáfano cristal arrojado al suelo. Yo Lo ví i!11lCirir, y Jloré como un niño sobre Su cadáveT, hice el juramento de lanzar al mJundo su vida rica, singular y oscura, para ej,emplo y emoción de todos los mortales. A.'Iltes de haber emprenelido mi {tercer viaje a Europa, fuí a visitar su tumba, pobre, humildísima, esconaida entre unas matas, en un Rincón del Buceo. Sobre la peque:Ja cruz de hierro no pude leer su nombre : las letras estaban ya casi borradas. Ningún uruguayo sabe donde está la tumba de don Anselmo Cristal; ningún uruguayo ha ido jamás a depositar una flor socre ella. Yc me arrodillé delallce de la cruz, y me pareció que los po- M ESTUDIO 81 bries huesos vibraban de gratitud. Mi,entras sobre otras tumbas, monumentos y 1~ecordacione3 despliegan sus pompas para que los muertos no estén solos, sobre la humildísima y escondida de don Anselmo Cristal, ni una palabra, ni una flor. Oscuridad dentro de ella y oscuridad en torno di::, ella. Yo juré inundarla de luz con mi pluma, :escribiendo la vida de don Anselmo Cristal, sin omitir nada en ella. Confiaba en que Sl1 sombra me ayudaría desde el misterio en que reposa ahora; y cuando puse manos a la obra me pareció que mi alma ,entraba en una senda augusta, casi divina, como la aurora de una nueva existencia, más pura, más en contacto con las ,cosas eternas. Hoy lanzo al munclo la vicia de don Anselmo Cristal. No me he ceñido a ninguna escuela literaria, ni de las antiguas ni de las nuevas, para ,escribirla ; y tengo la pretensión de que este libro sea antiguo y n~odernísimo a la vez. Antiguo, porque renueva las cosas eternas ; modernísimo. porque pone otras que en esta hora nos parecen tremendas y nos sobrecogen, como si 'estuviéramos colocados en un punto en que el m:'sterio de la vida carece a punto de descorrers o de cerrarse para siempre ante nuestros ojos atónitos. Don Anselmo Cristal : ya es'ás cJ)e nuevo creado, oh ,caballero de alma rica y singular, que pasa5te ignorado por el mundo. Me atrevo a competir con tu primer creador: que si él te sacó del bano, yo te saco del vacío de una tumba. que es menos aún que :el barro. HORACIO MALDONADO. ESTUDIO 82 UNiveRSITARIAS Por el Gonsejo. Insertamos a continuaclOn algunas de las resoluciones más importantes adoptadas por el Consejo de la Sección de E. Secundaria y Preparatoria durante les mtses de Agosto (2da. quincena) y Setiembre del corriente año. Se consideraron y aprobaron algunos capíttVlos del proyecto de nuevo plan de estudio formulado por la Comisión respectiva, de lo que informamos tn otra parte. Se estableció que en el llamado a aspiraciones hecho para la provisión de las cla,ses de H. Natltral en las Secciones y Liceos de la Capi. tal, se consideren los dos años de dicha asignatura como concursos distintos, dado que uno se refiere a Zoografía, Anatomía y Fisiología y el otro a Bótánica. Mineralogía y Geología. Los aspirantes inscriptos en los concursos de méritos y oposición deberán hacer la aclaración correspondiente en Secretaría, maniftstando su propósito de participar en uno u otro concurso, o en ambos a la vez. Los :ser.ores Profesores que no puedan asistir a las reuniones de profesores establecidas por el Régimen de Promociones en vigencia, deberán 'excusar obligatoriamente por escrito ante .Jos respectivos Direct~res de Liceos, su inasistencia, la cual deberá motivarse por causa seria y justificada. multándO,se con la suma equivalente a la falta a tres clases, a los profesor·es que' no lo hicieren. Se consideró en varias oportunidades :- sin adoptarse resolución definitiva lo referente a la supresión del artículo 7? de la Reglamenta,ción en vigor, sobre provisión de los cargos de encargados de grupo, solicitada por la Asociación de Profesores de E. Secundaria y Preparatoria. Se resolvió, de aouerdo con el informe de la Comisión de Reparaciones y Edificios Liceales, iniciar la gestión pertinente para invertir ESTUDIO 83 la suma de $ 4.000 en reparar el local que ocupa la Sección de K Secunr1aria y Preparatoria para Mujeres. Se acordó iniciar la g·esión correspondiente ante el Consejo Cent,'al Universitario a fin de que los informes que se solilcitan al Observatorio Astronómico de la Universidad, sean retribuídos de acuerdo con la tarifa establecida para el Observatorio Nacional por r·esolución del Consejo N. de Administración de fecha 2 de Febrero de 1924, y que lo recaudad.o por tal concepto se destine a mejoras en los servicios del Observatorio. Se ckcidió agradecer al se' 01' K. Svetogorsky y a las Instituóones que prestaron su colaboración para el [·estival patriótico realizado el 23 d.e Agosto ppdo. en el Salón de Pasos Perdidos del Pala-cio Legislativo. Se wntorizó al Club Universitario del Uruguay para realizar, con motivo de la Semana de la CuHura Física que se efectuará del 5 al 12 del próximo ¡ues de Octubre. discertaciones en los Liceos de E. Secundaria scbre temas relativos a la cultura física. Fué sometido a consideración elel Consejo el proyecto que sigue sobre ,creación de premios anuCt]¡es para los alumnos reglamentados de los Liceos de E. Secundaria. presentado por Jos señores Inspectores Bouya·. Bemier, Pereira Roclrígmez y Belazco Lombardini : Articulo 1" Créanse los siguientes premios anuales para los alumnos reglamentados cle los Liceos de Enseñanza Secundaria: 1~ 2? - Un primer premio :Y UJ! segulll.h premio en cada asignatura y para cada grupo de alumnos. Un premio a'e hOJ!or, en cda grupo y en cooa a''ío de estudios. Este premio se otorgará al alumno que, en cada gnlpo, se haya destacado más durante el año escolar, por su aplicación, sus adelantos y su conducta. - Los premiÍosconsistirán en libros de lectura. y su reparto se hará en la forma indicada en los artículos siguientes: Art. 2" - Al terminar el año escolar y en la semana siguiente a la clausura de los curses. los profesores de cada grupo se reunirán bajo la presidencia del Direeor del Liceo para determinar la nómina de los alumnos laureados. - El resultado de esta reunión no se hará público hasta el día fijado para la entrega de los premios. ESTUDIO 84 Art. 3° - El reparto de los premios establecidos por el presento reglamento se efectuará, después ele los exámenes, en acto público y 5Olemne, y dará lugar a una fiesta cultural a la cual asistirán los profesores del Liceo, los alumnos y s-us familias así como las autoridades D"partamentales especialmente invitadas. Es'a ceremonia .será presidida por una persona nombrada por el Decano de la Sección de Ensef'lanza Secundaria ~' Preparatoria, y en ella uno de los profesores del Li,ceo, designado por 'el Director, deberá disertar sobre un tema de carácter literario, científico o educacional. A rt. 4'! - En el acto público establecido por el artículo anterior, se hará asimismo la entrega de los diplomas de suficiencia liceal y dp, la medalla de bronce creada por el decreto del 9 de lVI~rzo de 1917. Art. S'! - Los Liceas de Ense"anza Secundaria están autorizados a aceptar las donaciones de libros para premios que puedan ofrecerles las autoridades depar:amentales. las asoc:aciones culturales o los particmlares. Art. 6'.' - El Conoejo de Enseñanza Secundaria designará anualmente una comisión de cinco miembros encargada de la selección y compra de los libros indispensables para dar cumplimiento al presente regldmento. - Ante del 31 de Julio de cada año, ésta comisión deberá preoentar la nómina de las obras a comprarse. así como una relación del precio de las miomas. Esta adquisición se hará con cargo a rentas propias de los Liceos de Enseñanza Sécundaria, debiendo el H. Consejo solicitar la autorización correspondiente para la inversión de la suma necesana. EXPOSI:ClON DE MOTIVOS La emulación, sentimiento que nos lleva a imitar, a igualar y aún a sobrepasar a los demás. no deheconsiderarse como uno de los fines de la educación. sino más bien como ,un medio adecuado para desarrol1ar en el alumno un amer propio legitimo y hones!o, que, sin degenerar nunca en celos o en odio hacia los demás, puecle llegar a ser un factor apreciable de perfeccionamiento intelectual y moral. Hay, es cierto, una esenela de pedagogos que se opone a todas las recompensas destinadas a despertar la emulación. ,.- El niño, dicen, ha de acostumbrarse a cumplir el deber por el deber en sí, a practicar el bien por el bien y hacer abstracción de si mismo en el cumplimiento ESTUDIO 85 de :ms obligaciones morales. - No pu.ede negarse que ·este es, en efecto, el ideal hacia el cual debelI'.K>s tender y que sería de desear que, en el tnmscurso d!e su vida, todo hombre tratara de acercarse a esta concepción austera del deber. - Sin embargo, por poco que reflexionemos en los problemas de la edu:cación, vemos que és'a no requiere 'el concurso' único de la inteligencia y que. al contrario, en ella intervienen activamen1!e todas las facultades. - La obra educacional es el fruto de un proceso psicológico largo, complejo, delicado, y es lógico admitir que el ni:lO y el adolescente puedan necesitar, tanto como el hombre adulto, de los acicates que vienen a suplir el desfallecimiento o el debilitamiento de la razón y contribuyan a. hacer atrayen'.e, fácil y hasta agradable el esJuerzo exig-ido por la labor cotidiana. Estas consideraciones bastarian para justi·ficar plenamente. la creación de 10iS prlemios destinados a estimular la aplicación de nuestros alumnos liceales. - Pero, existen, a favor de este proyecto, otros argumentos que conviene señalar. - Todos están de acuerdo 'en reconoioer que la misión primordial de los Liceos es la de prepaTar al adolescente para la contingencia ele la vida. - Ahora bien, en la actualidad, y así 10 demuestran las estadísticas, la mayor parte de los alumnos se limitan a cumplir el esfue,¡-zo mínimo capaz de asegnrarles la aprobación ·en sus exámenes,. aún cuando ésta haya de obtenerse con las calificaciones más baja,s. - Este si:s:tema, si bien hace más llevadero el régimen de estudios, encierra un gran peligro, pués con él nuestra juventud concluye por creer que bastan un poco de voluntad y un poco de energía para triunfa:r en la vida. - Se trata die un error grave contra el cual debemos reaccionar si queremos evitarle los desengaños 'que fata1men!S: sufren dmante su exisl'encila todos aqtte!llos que se acostumbran a imponerse ·esfuerzos moderados y a juzgar .sus actos con benevolencia. Todos lOS procedimientos de comparación, es decir, las calificaciones y las recompensas admitidas actualmente por nuestros reglamentos, ti,enden a influir para despertar el amor propio, pero: ellos son notablemente insuficientes. - El mismo régimen de promociones, basado 'en sanos principios pedagógicos y cuya aplicación está dando buenos re:;ultados, no basta para fomentar la emulación, y no faltan estudiantes que pnoiieran la nota obtenida en el acto públi:co del examen a la exoneración concedida, a puertas cerradas, por la asamblea de profesores. ESTUDIO S6 Creemos que la aprobación del presente proyecto subsanaría en parte esas deficiencias y que los premios que proponemos servirían de acicate a la aplicación y al esfuerzo constante de nuestros alumnos. Pero estas recompensas podrían ofrecer aún otras ventajas. - Nuestro plan de 'estudios, único e inflexible, no contempla para nada la tendencia y la vocación del ahlmno, pues carece de las ramificaciones y de la variedad de rumbos capaces de satisfacer sus inclinaciones personales. - Ahora bien, no cabe duda qUle los premios establecidos en cara asignatura, al incitar a los alumnos a estudiar con más amplitud aquellas ramas para las cuales sienten verdadera preferencia, contrihuirían a atenuar en algo estos defectos y a levantar d nivel cultural de los egresados liceales. Tales son, a nuestro JUI.C10, los beneficios que r·eportará la sanción del proyecto que some1!;:mos a la consideración del H. Consejo de Ense' anza Secundaria y Preparatoria. - En cuanto al desembolso que éste exigiría, creemos que no puede susci'ar críticas. - La inversión eh una s,uma relativamente exigua. tomada de las rentas propias de los Liceos, pa,ra premiar la aplicación y el esfuerzo inteligente de los buenos éstudiantes no d·ehe merecer censuras. - El peparto de estos pref";OS sería un medio indirecto de fomentar la lectura de buenos libros, y esta1'!.1Os seguros q1..1!e éstos ocuparían un lugar preferente en las bibliotecas de nuestros jóvenes, y constitUirían más tarde para ellos un legítimo Im!Otivo de orgullo y un grato recuerdo de los éxitos alcanzados a su paso por las aulas liceales. En fin, diremos para terminar c'sta breve exposición, que, en él present'C a'"" o, hcelebración de las fiestas licea,les de fin de curso a que daría lugar la entrega de los premios ,en la Capital y en el Interior, revesJtiría un bri116 excepcional con motivo del primer Cent·enario de la Independencia Nacional, y podríaconstituír uno de los actos que la Universiclad piensa realizar para asociarse a la conmemoración de la rmgna fecha. 2VIontevic1'eo, Agosto 27 de 1930. ( Firmado) : .Mario B owyat, .Tasé Pereira Roífrígllez Pablo Bernier y Carlos V clazco Lombardini. ESTUDIO 87 l.aAsociación en marcha. Es con verdadero orgullo que hoy podemos ratificar cuan acertado es el titulo de 'esta sección. La Asociación continúa en plena marcha, no .efectúa milagros, pero cada día aumenta sus fuerzas, mejora sus servicios. Esto es posible gracias al apoyo unánime del Prof:esorado, que nos alienta y compromete a perSeverar en la obra emprendida. Palabras... no, realidades. como puede verse a continuación en que ennumeramos algo de lo hecho durante los meses de Agosto (2~ quincena ) y Setiembre. Se dectuaron :'\odas las ,<cesiones convocadas (8), con regular asistencia. Se aceptaron 128 socios nuevos, pa'Sando de 400 los inscriptos en el Reg-istro Social. Se aprobó el 'siguiente estado de Caja corJiespondi>ente al mes de Setiembre presentado por el~eiior Tesorero don Eugenio Garderes : ingresos $ 391.50 - legI1eslos $ 302.20 - saldo all mes entrante $ 517.95. Se consiguió que la Tesorería de la Universidad se ocupe de la cobranza de lbs socios de ,la Capital. Se terminó el :eEltudio del proyecto de Estatutos, que 'S\e publica en otra parte. Se enconmedó al señor Bibliotecario la confección de un catálogo indicando .las obras existentes en la Bibliotelca Social. Se solicitó a los autores nacionales el envío de un ejemplar de sus obras para dicha Bibliioteca. Se obtuvÍleron ventajas en varias cas<l'S de comercio para los poseedores del Carnf.'t Oficial de Profesor. Se solicitD ante las autoridades correspondientes un predio para el edificio de la Universidad para Muj.eres. Se aprobó un proylecto 'Sobre organización del Cuerpo de Ayudan¡ríeS preslentado por el señor A. Tiribolcchi, del que informamos en otro lugar. Se solicitó a la Cámara de Repr,esentantesla libre acumulación de sueldos para los profesores qUle se dediquen exc1usivam~nte a la Enseñanza, comprendiendo a los señores Directores de Liceo, y la limitación en $ 350.00 para los que tienen empleo público, E S:T::U D 1~0 SS Se reiteró ante el Rectorado el envío de la Revista ANALES a todos los profesores. Se obtuvo del Consejo de E. Secundaria la suspenSlOll del artículo 7? de la Reglamentación {le las horas de clase del Profesorado. Se logró que el Centro de Navegación Transatlántica - elevase con un informe favorable - a la conferencia de Londres, :el Pedido de rebajas en 'los pasajes marítimos. Se abrió un Registro para que en él 'se inscriban los socios que deseen realizar un viaje a Europa :en el período de vacaciones, apro_ v,echando las condicione¡"! excepcionales hechas a la Asociación por las empresas de transportes y hoteles. Se gestiona el pronto d:espacho del proyecto sobre creación de un Liceo Femenino anexo a la Univ:ersidad ara Mujeres. Se pide al Consejo de E. Secundaria la realización de los exámenes len los Liceos del Interior en la fecha más próxima posib1e a la clausur ade los curo5OS. Se lleva a conocimiento del Consejo eLe E. Secundaria que algunos profesores encuen'ran v'erdadera dificultad en dedicar el último mes de clases a repaso de SUiS asignaturas y que desearían que se contemplase "- siempre que fuese posibre -- dicha situación. Se estudia el cuestionario ;enviaelo por !a Comisión de Instrucción Pública de la C. de Representantes sobre organización de la E. Secundaria. Se alquiló un magnífico local en la calle 18 de Julio. PROYEOTOS DE REFORMAS, l .• Del Sr. Armando Bocage H. Consejo: La COTporación re,chazó, por mayoría de votos, mi proposlclon conducente a independizar los ciclos de enseñanza secundaria y preparatoria, que buscaba favorecer la acción reservada a cada uno de ellos por nuestras leyes de enseñanza. El H. Consejo resolvió que los nombrados ciclos const'ituyeran dos etapas, obligatoriamente .. sucesivas ", en la obra educaJCional elel adolescente. Sigo creyendo que la Corporación ha incurrido en grave y fundamental error y que ha descopncido los dictados de la experiencia reco- gida en los veintidos años que el sistema lleva en vigencia en nuestro país. No pienso, a pesar de ello, volver sobre el punto debatido. He publicado bajo .é!l título "ORIENTAClON" el informe en que basé mi proposición y entiendo que los argumentos expuestos quedan len pie. Pero ello no impide qU'é', pasada la oportunidad de mantener mis ideas dentro de. la Corporación, me dedique con la mayor lealtad y entusiasmo, a colaborar en la obra cons"rllctiva del nuevo plan. 1 FINALiDADES DE NUESTRA ENSEfvANZA MEDIA N uestra enseñanza Media persigue dos finalidades (Leyes del 85 Y del 908 ) : a) Ampliar y completar la educación e instrucción que se da en las -escuelas primarias. b) Preparar para el estudio de las carreras científicas y literarias., Los ciclos de enseñanza Secundaria y Preparatoria tienen una misión común : la educación dd individuo, que se conseguirá por la enseñanza cultm-al desinteresada. - Además, el ciclo de enseñanza Secundaria, deberá completar la "instruoción' que s'e da en las escuelas primarias. II FINALIDAD COJ.l1UN A AMBOS CICLOS La .educación desinteresada. - Proyecto de plan de estudios La ense0anza desinteresada tiene por única finalidad, la formación -espiritual del individuo. Esta expres:ión resuha un tanto vaga en fuerza de su vastedad. Des;eamos la formación de la mentalidad y de la conciencia en el adolescente. El educando que egresó de nuestras aulas debe ser un hombre reflexivo y firmamente orientado hacia el bien. - He aquí los dos objetivos de la educación desintereSJada : reflexión y moral. Un plan que tenga.como fin fundamental crear en el educando capacidad de refle.'i:ión, es decir, hábito de razon3lr y espíritu analítico, debe tener por base la enseiianza de las Matemáticas. Y si queremos inculcar además, los principios fundamentales de la moral humana, mOSltrar la naturaleza del alma y enseñar a discriminar en sus pasiones y selLimientos, debemos recurri:r a la emeñanza de la Filoso·fía. He ahí las fuentes de la reHexiól1 y de la conciencia. Nuestro educando habrá adquirido entonces capcucidad para ., pensar". Pero es neceIsario todavía que exprese sus ideas con corr.ec6ól1 y claridad. Surge como com¡pIemel1to indispensable de esta esquema, la ,enseñanza del idioma nacional que es también fuente de belleza. Ya tnemos la "armadura" del plan, bien sólida, bien robusta y trabada. Con tan buen eje, es difíci1 que el plan fracase a pesar d,e 10s malos injertos de que ulteriormente pueda s'er objeto... Sólo hace falta prudencia en la distribución de las l1ik1.terias complel11ientarias: Literavu1ra, Ciencias, Arte, Lenguas. ,Como se ve, no es muy difícil construír, en SLtS lineamientos generales, un plan de enseñanza desinteresada. Al fin y al -cabo, cada país civilizado tiene el suyo. Y, a juzgan" por las ajlLlstadas criticas que les jescontentos dejan oir en todas partes, se podrían construir cien planes más, todos ellos bueno.s también y hasta me¡jores que los existentes... III Disfribllción de las disciplinas Dónde pues radica la dificultad para la ob'ención de un buen plan ya que su "contenido" seencnentra tan fácilmente? En la distribución de srLIS disciplinas y en la manera de llevarlo al terreno de los hechos. No hay plan, por noble que sea su contenido, que no fracase si se le aplica mal. Por vía de ejempo, y al solo efeoto de .' fijar ideas" para el estudio crítico de estos fundamentales aspectos, expongo a considera,ción de la Corporación, un esquema de distribución de un plan, con especi ficación de disciplinas y horas. He aquí las líneas generales a las que~e ajusta el proyecto. l° ). Los estudios secundarios comprenderán dos ciclos a) Ciclo oultura1 desin\'eresado. Tres años de duración. b) Ciclo de enseñanza utilitaria. Un año. (Con opción a distintas orientaciones ). ESTUDIO 91 2? ). - Los estudios preparatorios comprenderán : a) Un ciclo de neser,anza cuHural desinteresada. Duración tres años. b) Dentro de los tre.s años, se establecerá en cada plan, una diferenciación según la Facultad de estudios superiores a que se dirija el estudiante. 3~' ). El ciclo cul'tlral de enseñanza secundaria y el ciclo cultu ral cIeenseñanza Preparatoria, constituirán dos Ltapas sncesivas de la obra de la formación espiritual del adolescente. Y. por 10 mismo que persiguen un serio fin, serán dos partes integrantes de un mismo plan de ellse anza desinteresada. C 4':' ). - De acuerdo con 10 que queda establecido, el plan de ense,'a11za desillte¡resac1a durará seis años. El ciclollitilitario de enseiíanza secUlldaria durará un aiio J' se cursará después del 3er. año, de ciclo culfllral. La diferenciación de los Preparatorios se hará mediante el estudio ele disci91inas esp;:ciales dentro del 6? mio del ciclo cultural. En esta forma, los estudios completos de enseñanza secundaria, e:·ltural y uti,1itario, durarán 4 at,os. Los estudios de Secundaria y Preparatorios, para ingresar a las Facultades (incluso la diferenciación") durarán 6 años. He aquí los esquemas prometidos. I~' ). - El ciclo de enseñanza media comprenderá dos etapas PLAN GENERAL - CULTURA DESINTERESADA Educación Física: :Media hora diaria. Pero en tanto los liceos no comodidad convendrá hacerla en 3 horas semanales (días a:ternos ). '_l~enten COll OTAS. A) Los tres primeros a'-'os constituirán el ClcIo desin'eresada de enseñanza secundaria. B) Los seis a-lOS, constituirán ;:,1 bachillerato, es decir, el conjunto de nuestros estudios seoundarios y pt1eparatarios que habilita.rán rara ingresar a los estudios superiores. C:) No se indican disciplinas para las seis horas de la etapa dí fe;:encial de los preparatorios, en el <:teseo de dejar esta ta.rea a los señores Delegados de las Facultades ante este Consejo. III ENSEFi"iNZA SECUNDARIA - CICLO UTILITARIO En reaiidad, la Universidad debe prestar, dentro de este ciclo, toda la enseñanza utilitaria que el ambiente solicite. - Lo he dicho en otra oportunidad: cada ciudadano d,ebe €llcerntrar, dentro de este ciclo. la C'iseíIanza que necesite. - Pero, por fijar ideas expongo a continuaCi~,E algunos de los planes posibles, que podrían cursa.rse a "opción" por los interesados. según el orden de actividades a que haya de dedicar su vida. - (Estos estudias, se cursarían después del 3? año del 6clo cultural). ();'ientación cmnercial. Comercio. Economía Política. Geografía Económica. Idiomas. Dactilografía. Taquigrafía. r. Cívica. \. Preparación comercial y bancaria). Orientación industrial. r. Cívica. Economía Política. Idiomas. G60grwfía económica. Disciplinas especiales según orientación Ganadera. Agrícola. Manufacturera. ,Orientación artística. 1. Cívica. Historia ele la civiJización. Teliomas. Disciplinas espe::a]e, según orientación Letras. Música. Canto y Declamación. Pil1'Í'u'ra. Escultura. Dibujo. NOTAS. - A) Estos planes se desarrollarán, en lo posible, en los primeros tiempos, en los Liceos actu8J1'es, con la ayuda de las escuelas industriales en lo que sea ,conveniente. - Pero tengo la certeza de que estos cursos de aplicación adquirirán tan rápido desaprollo que será menester la creación de liceos especiales para cada orientación. B) Conviene acalarar, que la duración de un año asignada al cielo utilitario, tiene un valor provisorio. - Confio en q'll:e la importancia que adquirirán estos ciclos de aplicación será tan grande que muy .Juego se verá la necesidad y la conveniencia de estructurarles en un plan razonado de mayer duración. C) En la distribución de la ense::anza utilitaria deberán tenerse en cuenta las condiciones del ani'biente, como ya 10 hace la ley de creaiCÍón de liceos departamentales. D) A título de ejemplo podría haber planeado un ciclo de aplicación pa.ra la enseñanza de .señor,itas. - En verdad que se me ocurren a1gmlOs. - Pero prefiero que ellos sean concretados por la distinguida se 'ora Decano de la Universidad de Mujeres, que sin duda alguna 10 hará mejor que yo... Recurriremos a su inteligencia y actividad si llega el caso. ( Firmado) 11. • Del Dr. ARMANDO BOCAGE. Alejandro Lamas PROYECTO PRESENTADO POR EL SR. CONSEJERO DK ALEJANDRÓ LAMAS, EN SESIÓN DEL IO DE FEBRERO DE 1930 Honorable Consejo: La ley que marcó norm3Js a la enseñanza media, dividió a ésta en dos ciclos llamándolo de estudios secundarios a 11110 y de preparatonos a otro. Al pretender nl'odificar este plan. es precisa la intervención legislativa lo que importa trasladar el cambio a un momento, con toda seguridad bastante alejado. - Y, desde ya, la opinión general pide su modificación por considerarse que el vigente no responde a las exigencias del día. - De suerte que respondiendo al constreñimiento de la ley, de una parte y de la exigencia de la hora por otra, debemos, o conviene, prescindir del pensamiento de una reforma fundamental del plan que rige y limitarse a evolucionarlo sin salirse de él. - Esto puede hacerlo d COllsejll.} de la Sección por serIe atributivo. Ahora bien: al entrar a eUo, surgen las siguientes interrogantes como guías en el cambiamiento propuesto. a) ¿ Qué carácter debe darse a la enseñanza 'secundaria :el de puramente cultural desinteresado, desligándolo de las actividades de la vida social, u cabe y conviene la contemplación de uno y otro carácter, vna ti otra finalidad? b ) ¿ Cómo puede, o debe, encararse y resolverse el segundo ciclo, el d'e estudios preparatorios? Voy a responderlas, de acuerdo, naturalmente, con mis ideas. De un punto de vista ideológico - no idealista - considero que la ense: anza liceal debe obedecer a los fines: uno, la formación de mentalidades dirigidas especialmente al abordaje de los estudios superiOl'es concretados en las distintas car'reras ; - otra el de simple prepaación cultual de la juventu'Ci que la habilite para entrar a desempeúarse con~cientemente en la lucha de la vida. Juzgo que 10 primero se logra, de la mejor manera, mediante un plan de estudios deliberadamente consebido - único, propio, metódico, progresivo y bien coordinado - sería un bachillerato. - Ello significaría la supresión del ciclo de prepaatorios. ,- Siento la profunda convicción de s'er la verdadera disciplina que lleva en las mej orescondiciolie" p;;íquieas y morales a los ,estudios superiores. Pero, ya hemos dicho que no es posible por impedirlo la ley. - Hay, pues, que desistir de nn tal pensamiento y colocarnos en otro plano de miras. - De él hablamos después. Manteniéndonos, por tanto, ,c1entra del ciclo y descartada tal mira de secundaria, la cuestión se plantea más netamente. - 0, los estudios obedecen a dar cultura sin objetivo determinado sino el que lógicamente Í1uye c1eei1a, o, además de la cultura por sí mísma, con su fín a1ás precis:,'. - Entiendo que debe resolverse en ambos sentidos. En efecto, no debe perderse de vista que los ,estudiantes que cursan la enseñanza ¡iceal lo hacen unos - los más indudablemente - para 11e. gar a las Facultades y otros muy pocos - para completar su instrucción. - Lógicamente, sensatamente, debemos contemplar las .situaciones de los primeros y de l'Os segundos. La el dos primeros lo hacemos proporcionándoles las disciplinas condt~centes a que cursen el cido de prparatorios, y a:&í, pal.'ecería que resulta la cuestión, pero una nueva faz aparece en ella y es la de aquellos jóvenes ,que por diversas circunstancias no pueden terminar su periodú de secundaria, y cuyas aspiraciones se truncan. - Estos j6vene~ vienen, - <ell el hecho, a sumarse 'a esos otros - a los que solamenk buscan una mayor in'strucción. y aquí el aspecto más interesante, más trascendente, considerado no licelamente., sino en su ref,erencia a la dinámica social, imagen que, inmediatamente, se nos presenta. y bien, ante esta imagen, - una viva, una palpitante interrogaci6n ..- Yo digo que es necesario encaminar '=11 cierto müdo y en cierta medida, las d~sciplinas instructivas y educativas, adoptar a toda esa pléyade juvenil, de una capacidad de acción más utilitaria, más positiva, al logro de posiciones en la brega por el pancuotidiano y por el bienestar material que la signifLcada por la cultura en sí, - desinteresadamente, ideológicamente. No podemos, no debemos, en miS'entir, aislar el liceo del mundo obJetivo, cuando éste se nos presenta con los reflejos de comercio, industrias, tierra, rios, talleres, etc. y contempla:mos en el liceo mentes y almas y brazos c::;n ansia y ca nesiperanza y a muchísimos de los cua· les las torturas del vivir obliga a cerranse el horizonte que un momento aviZCfraron ; - el liceo debe tenerlos bien presentes, bien a la vista; el liceo sabe de antemano, pues las estadisticas de bastantes años diiCen elocuentemente, que tal es la situación en que vienen a encontrarse más de un 50 ~Io de los jóvenes ingresantes, y, por tanto, llenará una grande, una trascendental misión social, abocándose a darse un criterio en la constitución de sus planes de estudios que ofrezca diversas perspectivas a los abmnos - y no las únicas de negar a las Facultades o de ser más instruídos. Es cIara que la acción dd liceo en tal sentida es muy limitada hoy; y lo es por cllantoexisten, felizmente, las escuelas especiales, las escue· las técnicas, sean las industriales con sus variadas ramificaciones den~ tro de ellas, las escuelaS' de nurses, las de bellas artes, las de Química ESTUDIO 96 Inelusti'ial, las ele adultos primarios, hacía las que pueden encaminar !sus pasos los jóvenes deseosos de darse un instrumento de trabajü que no sea el de un titulo de carmra liberal. - Y es evidente que son tales escuelas las que deben dársdoSl y a ellas corresponden dirigir la juvcn,tud aspirante en tal senti/do. Pero, aún siendo así, cabe y ,corr-esponde la acciun del Liceo. Desde luego, yo pieuso que no debería permitirse el acceso a la Administración Pública ni a los Bancos ni aún a determinadas secciones de las Escudas Industriares, ni a las Escuelas de Nurses sin un certificado, un brevet, que dicen los franceses, de un curso mínimo de cursos ¡¡ceales - De aquí ttndríamos ya una nueva perspectiva para el Ji,oeo. Noto un verdadero vacío en ei engranaje educacional, y, por ello, una real necesidad de llenar : - la preparación de 10:5 jóvenes para con profesoempleados de comercios hoy se hace o particularmente res o en institutos particulares. - No se diga que está la Escuela de Comercio, puesto que ésta da enseñanza superior; - es una Facultad, y más lo será prohto, al sancionarse d proyecto que la convierte en Instituto je Ciencias Económicas .Y Sociales. Tenemos, pues, otra perspectiva para el liceo. - Añadiré que en el plan de estudios, deberían figu,rar dos materias que considero de muy grande importancia para las Secciones de niíias de todos los liceos : son pedagogia y puericultura. - Su sola enunciación basta para apreciarla ; - me iimitaré a decir que to;da mujer ,en la que vemos siempre una futura madre, debe saber como educar a ¡SUS hijos, no por instjIlto, no empiricamente sino con basamento científico, antes de entregarlos a la escuela, para luego coadyuvar a la acción de ésta. Debe también saber C:Qmo criarlos inteligente y conscientemente. La falta de los conocimientos .científicos pertinentes es evidente causa de la mortalidad infantil especialmente en su primer año de vida. ° Voy ahora a trél¡duciren un plan estas ideas. La ense';;anza secundaria se organizará en las siguientes Seccione, : Secciri¡, A. - Ense;'ianza media de primer grado. - ComprendE!' rá las disciplinas instructivas y culturales correspondientes al 8? año del programa de instrucción primaria. - Responde al objeto de llenar el gran vacío que se nota en la preparación mental e instructiv;l de los ESTUDIO 97 jóvenes que egresan de la escuela pnmana 5111 haber cursado todo su programa. Res.ponde también al pmpósito de qne todo ingresante a la Administraciói1 Pública sea exigido de este mínimúm de conocimientos. A fin de valorar esta preparación la Sección extendJerá un Certificado de c2ipacidad ". ~ Los cnrsos en esta Sección se desarrollarán en a'cls aFias. - A objeto de darleevidentementJe su ,carácter de continuación y complementación de la escuela, no se exigiría otro requi.sito que el de Certificado de haberse cwrsado el E~ añ}J escolar. Sección C. - Enseñanza especial para ingreso al comercio. - Responde al objeto de Henar el vacío que se nota de una preparación calií ica,da para los jóvenes que no desean ni hacer una mera cultura desimeresada ni .cominuar estudios supeiores, y para quienes, por tanto, se dOre la perspectiva de las actividades comerciales y mismo industriales. - Los cursos se desarrollarán en {ores ahas. - Su programación tendrán que responder a un¡:loble obj-eto : El especial por-opio y de una cultura gcneral. Se exigirá ingreso con un programa de 6~ año escolar. .::j'ee'lOll D. -: Cultura artlstlca. Responde al propósito de una cultura ética y de estética espiritual - si así puede decir.se. - Comprenckrá principalmente ,cursil1os prácticos de música, canto, dibujo artístico, eugenesia, historia del arte, referentemente a música, pintu.ra, escultura y arquitectura, trabajos manuales (modelado en yeso, arcilla, cera, hierro, madera y alam:bre ). - A fin de no perturbar el desarrollo normal die hs otras Secciones, - ésta discipiina será dada en las horas de la noche, - pues se enrien,de de verdadera conveniencia social darla al mayor número posibl·e de jóvenes de todas condiciones. - La mscripción en -ella será libre y Í<!Jcultativa para los alumnos reglamentados. - Su programación se hará de suerte que pueda de~­ arrollarse ¡en el aleo liceal para lo que se usará,en cuanto Íuera pertimnte,el procedimiento de conferencias ilustradas en la panta1]a C1l1e111dtográfica, propagandas por radio, desarrolladas en los propios ÑIuspos v otros análogs. Tal es el plan. - Faltaria el programa por materias para cada una de las Secciones..- Al respecto entiendo que habría suma conveniencia en una consulta a los se¡"ores pl'Ofesores de cada matería para ,conoESTUDIO 98 cer las modificaciones que juzgaran necesarias introducir para su mejor desarrollo !{ aprovechamiento. De nuestra parte nos Jimitaremo,s a señalar una inconveniencia importante que hoy existe en la colocación de ciertas materias. Así, no creo factible la fácil y acertada comprensión de los fenómenos de fisiología sin un previo conocimiento de física yde química y menos todavia de mineralogia y geología. - Pensamos qu~ debe pr'Ücurarse ia mayor correlación y coordinación posibles. Cursos preparatO'rios. - En su referencia, p'ensamos que están absolutámentc precisos de revisión, - Desde luego para colocarlos en una mayor re'ación ,con los secundarios correspondientes evitándose el salto desproporcionado que es opinión general del profesorado - actualmente existe, por lo menos en mucha parte. - Además, creemos de necesi,cau consultar a los Consej'os de las diversas Facultades respecto al cual considerarían el mejor programa para cada uno. - En este aspecto necordaré que ya así se resolvió hacál0 por eP Consejo, a moción del que suscribe, por intermedio ;de sus respectivos delegados en él. Sería del caso, tal vez, recomendar su ejecución. Ha sido mi objeto, Honorable Consejo, contribuir con mi muy modesta y poso autorizada opinión al problema que se está delucidando; acaso alguna idea sea aprovechable. ( Firm..ado ) Por el Parlamento:: ALEJANDRO LAMAS. Liceos en Campaña. En nuestro último número publicamos el proyecto sobre creación de nuevos Liceos en Campaña, tal como qUiedó aprobado por el S'enado. Como este organismo introdujo cambios en el proyecto primitivo, fué .considerado nuevamente por la Cámara de Representantes, qUie, previo un extenso debate, lo sancionó definitivamente sin modificación alguna. No podemos menos que :expresar nuestra satisfacción por ·el tex¡f.o legal, pues respeta la autonomía de la Universidad por la que siemhemos bregado y que consideramos indispensable para su buena marcha. El Consejo Nacional de Administración ya puso el cúmplase a la Jey referida que llena una sentida necesidad de nuestra Campaña. ESTUDIO 99 BIBLIOGRAFIA LA dURISDICmON DEL PLATA, por Luis Baumgartner. La prDducción nacional de obras de derecho es tan escasa que cualquier obra de poco relieve consigue de inmediato verdadera resonancia. Esa circunstancia, explica la benévola acogida que el roro ha dispensado a meras traducciones o a lo sumo discretísimos arreglos de Dbras francesas o italianas que en cada página delatan su origen extranjero y su inaplicabilidad a nuestro medio. Con semejante precedente juzgue el lecLO,' el asombro de todos, cuando nuestra incipiente literatura juridica se enriqueció a mediados del pasado año con el completo y sólido 8studio del doctor Luis lVI. Baumgartner sobre" La jurisdicción del Plata ". De todas las cuestiones ele derecho que arecta;t principalmente al Uruguay, la que ha preocupado al doctor Baumgartner. y la feliz y definitivamente resueita de los límites con el Brasil han sido los de mayor transcendencia e importancia. Hace ya muchos años que el doctor Agustín de Vedia, trató en un bien escrito libro " del más hondo, del más grave, del único, podr[a decirse, de lluestros problemas internacionales ", según lo expresa con pl'Ono acierto el actual asesor de la Liga de las Naciones, doctor Juan Antonio Buera. Después de la obra recordada, y de los numerosos comentarios que suscitó, poco se ha hecho para continuar la ruta emprendida. Se dice, y parece qne con bastante rundamento, que en la ramosa sesión secreta donde nuestro país rompió l·as relaciones diplomáticas con Alemania "sin ningún agravio par~icular que vindicar, sin orensa dir,,,cül que reprimir ." se trató de la jurisdicción sobre las aguas del Rio de la Plata, mudo testigo de más de un agravio a nuestra soberanía y de más de Uil insulto al pabellón por parte de las potencias enemigas de Alemania. Pero ésta se hall2.ba lejos, se encontraba cercada por sus poderosos adve:·"arios. y la orientación de la política internacional nos obligaba a seguh·. siquiera como asociados, a las potencias aliadas. Allende el Rio, el gobernante de la otra nacióu interesada en el dominio del mar dulce, hacia oividar las ofensas del pasado cou la promesa, lealmente cumplida después, hecha al embajador uruguayo, doctor Gabriel Tena, de respetar en absoiuto la soberania luuguaya y de abstenerse de toda intervención directa o indire'~ta en la política interna de esta República. Nos parece que el mismo espiritu de justícia y equidad internacional que inspiró al presidente argentino, en Sllsca tegóricas palabras de 1916 y en su correctísima actitud posterior. hizo que don Hipólito Irigoyen resistiese sugestiones extrañas y mantuviese a la ESTuDiO 100 nación hermana totalmente al margen, de las cuestiones provocadas por la espant01'a catástrofe mundial. La apuntada prescindencia de la Argentina en la guerra europea, disminuye muy mucho la importancia de lo tra~ado en nuestro cuerpo legislativo sobre la jurisdicción del Plata, en la ocasión antedicha, pero siempre es de lamentar que los politicos o la diplomacia, u los dos juntos, no hayan todavia descorrido el velo de la famosa sesión secreta. La gravedad de la cuestión no arredró al doctor Baumgartner quien en sus épocas de estudiante, se perfiló como una autoridad en la materia: Algunos años después, el laborioso estudiante, convertido en profesional y en magistrado, después de obtener resonantes triunfos literarios, con su bello tomo de versos, " La Primera Piedra" y un ameno opúsculo histórico. "Dos Amaneceres" aborda nuevamente el estudio del intrincado asunto juridico internacional, y en la ciudad de Minas, pese a las dificultades que toda ciudad del interior opone, sin quererlo, a la tarea intelectiva, publicó su obra, en nutrido volumen, esmeradamente impreso, dicho sea de paso, por tratarse de un detalle no desprecia ble. En el primer capitulo, el autor arriba con el ingeniero Carlos A. Arocena, a la conclusión: "el Plata es un "estuario'" tanto en su parte superior de régimen netamente fluvial, como en su parte inferior " barra marina de dos grandes ríos ". Demuéstrase en el segundo capítulo que las doctrinas zeballistas son de reciente confección y que, si geográficamente se llega a demostrar que la línea media debe dividir las aguas entre los dos paises ribereños, desde el punto de vista histórico es forzoso Ilegal' a la misma conclusión. Un cúmulo de citas de autores antiguos y modernos, avalora esta parte de la obra. En un punto discrepamos con el doctor Baumgartner: éste crée que en los prolegómenos del movimiento emancipador, sólo Buenos Aires y no Montevideo, abrigaba intenciones separatistas. Si existieron tales intenciones, creemos firmemente que fué en Montevideo, porque la capital del virreinato pretendía seguir siéndolo en el nuevo régimen y poco le preocupaba una metrópoli alejada y distraída POI' su guerra con Napoleón. Montevideo, en cambio, temía más que al amo ultramarino, al amo ultra fluvial contra qU'ien ,había conquistado en 1808 la "independencia gubernativa '''o Un imparcia y juicioso resumen del debate sobre la verdadera fecha de nuestra independencia ocupa el tercer capítulo. No es la presente nota bibliogrfufica el lugar oportuno para emitir en "letras de molde" la opinión que profesamos al respecto, pero no podemos privarnos del placer de transcribir una frase felicísima de Juan Valera que, sin duda por pertenecer a un discurso académico y literario, no ha preocupado a los historiadores americanos: " El despertar colectivo de una nacionalidad,. .. es un fenómeno mis" terioso, un hecho que pasa sin que tenga conciencia de él, ni mucho me" nos le observe, el mismo por quién pasa; así como no hay individuo que, ESTUDIO 101 " por mucha atención y por grandes esfuerzos qu'e emplee, pueda ni siquie" ra percibir el momento singular, el tránsito tenebrosamente inexplorado " del sueño a la vigilia o de la vigilia al sueño ". Cualquier f,echa que se adopte para fijar la verdadera independencia de la ex Provincia Oriental y ex Provincia Cisplatina es impotente para privar de significado jurídico a la convención de 1828, en la cual, según Baumgartner y sus mentores en este trance Pablo Blanco Acevedo y José G. Antuña, aquella provincia estaba representada por los mismos plenipotenciarios que llevaban la representación de la comunidad de las provincias hermanas. Mediante la citada convención la tierra de Artigas adquirió (o recobró) su puesto en el concierto internacional y fué, o volvió a ser, un estado soberano con derechos y obligaciones. Pues bien, sostiene y demuestra el doctor Baumgartner que la célebre convención no tiene cláusula que niegue, disminuya o roce la cuestión jurisdiccional sobre el Plata. Y continuando el desarrollo histórico del problema a través de casi un sglo de vida independiente y de relaciones internacionales, llega el autor a probarnos que la tradición corrobora invariablemente su tesis. Este argumento deducido de la costumbre inalterada es de gran valor cuando se trata de nacionalidades como la Uruguaya y la Argentina cuyo orígen histórico es sobremanera enmarañado, y cuando las glorias y penas comunes borran o esfuman los limites espirituales que forjó la Providencia. Dentro de la tradición, hasta Zeballos el "imperialista" de floridos recuerdos, cae en el renuncio de reconocer los derechos intangibles del Uruguay. Opiniones de ilustres argentinos y citas de autoridades 'europeas sobre doctrina pura, abundan en este capitulo, uno de los más amenos e interesantes del libro. Con la teoria del ing. Emilio Mitre el autor se muestra, a nuestro juicio, demasiado benigno. Esa doctrina pretende basarse en la Geología y en la Geografí"l Física y su exposición está llena de los vocablos "utilidad ", " interés" y "necesidad". Se trata, por consiguiente, de una forma de imperialismo más o menos disimulado al cual se pretende dar cariz científico. Mitre es partidario del dominio argentino sobre el Plata, no porque este río se convertirá con el tiempo en tierra firme, que accederá a su país sino porque es útil, conveniente y en cierto sentido necesario, para la Argentina el ejerCicio de su soberanía sobre aguas uruguayas o neutrales. También Bartolomé Mitre pintaba a Artigas como un bandolero, porque no convenía al plan de sus historias novelescas que aparecie'se el fundador de nnestra l1acionalidad convertido en el único paladin de la democracia y del federalismo en esta parte de Sud América. Mayor interés científico y jurídico, presenta la doctrina de las "bahías histórieas", objeto del capítulo siguiente. Para rechazarla le basta al doctor Baumgartner sentar una premisa indestructible. "El Plata no cabe dentro de la clasificación de "bahía histórica", por la sencilla razón de no ser dicho accidente geográfico, "una bahía". Recházase así en forma ileESTUDIO 102 vantable, la dictrina de Drago, que tuvo su resonancia en un conflicto europeo. La intervención de Inglaterra en el problema jurisdiccional absorbe algunas páginas del capítulo que someramente analizamos. Inglaterra sostuvo en 1908, con motivo de la detención de un barco lobero, que la soberanía Uruguaya no se extendía más allá de tres millas de la costa. El autor menciona algunas conversaciones diplomáticas sobre el tópico y termina recogiendo de don Antonio Bachini (Ministro Uruguayo en Londres), la versión de que la Gran Bretaña" reconocera de buen grado la jurisdicción fluvial del Plata ", y que ~reia conveniente un acuerdo previo entre los países ribereños. Iniciadas las gestiones para llegar a este fin, se paraliza~on sin adquirir mayor trascendencia. Descartadas las doctrinas cuya vestidura científica, real o aparente, Jretende suplir las injusticias de sus conclusiones, queda el autor lo misUD que al principio de su obra, frente a un problema difícil y, bajo todos les conceptos, excepcional. Un escritor argentino, dió a la publicidad la versión ele que Il'uestro pds "tuvo .el propósito de someter a la primera asamblea ele la Sociedad de las Naciones el pleito pendiente so bre las aguas limítrofes cou la Argentira, y que a la cancillería de esta nación le bastó insinuar el proyecto ele someter a la mencionada Asamblea la cuestión de las Islas Malvinas, para que la liplomacia uruguaya recibiera de las potencias asociadas el prudente consejl de callar. Indudablemente que en un anecdotario internacional, cabría inchír el relato del señor Moreno Quintana, pero tiene razón el doctor Ba1lllgartner, cuando se resiste a creer tan risueña ocurrencia. A renglón seguido se analiza, con el auxilio de sesudos artículos periodsticos, cartas y telegramas, el protocolo Ramírez - Sáenz Peña, la colabaralión en el mismo de don Domingo Lamas, y la actividad del entonces Miniitro de Relaciones Exteriores uruguayo, don Antonio Bachini. A DropósitJ de este conspícuo personaje político, por qliiensiente el autor no ocultlda simpatía, repite lo afirmado en su conferencia de estudiante: su gestHn fué siempre independiente de la Cancillería Brasileña de la cual "monvos que sería impertinencia mentar aquí", tenían elistanciada a la nuestn. Aunque el libro mencionado en estas líneas invoca en prueba de su no'eeloso aserto la falta de comunicaciones o notas cambiadas entre ambas. clurante el Ministerio Bachini, cuesta admitir que el célebre tratado ele fecla 30 de 1909 no tuvo la eficacia suficiente para elisipar toela sombra qUl el futuro interpusiese entre las Altas Partes Contratantes. El monumento a Río Branco, símbolo de la Justicia Americana, habla todavía con sus mUlos mármoles de la concordia internacional que tuvo en el político brasileño un apóstol decidido y realizador. "No puede pedirse un documento más anodino ", escribió el doctor Luis AUerto de Herrera, con respecto al protocolo antes mencionado, y Bachini reconoce que ese convenio "sin mayores alcances juríidicos" obtuvo la inmediata reanudación de las buenas relaciones oficiales entre los dos países, pErturbadas por las" extrañas teorías" de Estanislao ESE Zeballos ESTUDIO lOS eomo 10 llamó festivamente un periodista uruguayo, eon aplauso de la sensata opinión pública argentina. Coneeptúa el doetor Baumgartner que existe injustic.ia en reputar " anodino" un protoeolo que serenó el ambiente turbado por la prédiea alarmista, y que prepara la definitiva terminaeión de la "litis" internac.ional. Ni el arbitraje euya simple proposieión le pareeía a Bachini de graves riesgos, y que asustaba a los argentinos (a los politicos, no a nuestros verdaderos hermanos) p,ues Emilio Mitre llegó a deeir: "si fuéramos a un arbitraje eon estos anteeedentes, saldríamos luc.idos. Nos veriamos derrotadoshasta eon nuestras propias memorias ofic.iales "; ni el protoeolo, balsa de aeeite en el mar agitado de las rivalidades y deseonfianzas, darian la anhelada soluc.ión del conflic.to latente yamenudo, exteriorizado en des· agradables ineideneias. El doetor Baumgartner se deelara partidario de la adopeión de "]¡ línea media ", el más práetieo y conforme a derecho de todos los sistema> preeonizados: reehaza, por con'siguiente, el thalweg, sostenible sin agravb para nuestra soberanía, pero falto de prec.isión, y, hasta de existeneia cieltifiea diseutible, según se eonstató en uno de los anteriores eapítulos ful libro. El apéndice del mismo, se oeupa de Martín Garcia. La historia le nuestras Islas contiene páginas euriosas y dignas de recordarse. Nuestros islotes, porque ninguno tiene la extensión sufic.iente para llamarlo i!la, compensan su falta de extensión con anteeedentes que envidia más de un respeta ble Arehipiélago. Deseartada la Isla de Lo bos, conocida en todo el mundo por la Iiel, aceite, Ate., de los anfibios que le dan nombre, tenemos: la Isla de Flcres. con el faro que absorbe la vida eeonómica durante la denominación pcrtuguesa y es motivo de importantísimas, si bien muy seer!tas, canversaciones durante los dos últimos años de la guerra europea (l!lfl1918); la Isla de Ratas o Libertad, en plena bahía de Montevideo, a'rend:¡da al Reino de Italia para el esta bleeimiento de una estación carbcnera y fortifieada (1864) ; dentro de la misma bahía el minúseulo islote del Bizcochero, llamado también del Mochuelo, con su mina de manganeso. bien explotada lustros atrás, y enajenada a particulares eon infracción le la ley; (Estudio legal de las propiedades cercanas a la Bahía de MOltevideo, por el doctor Andrés Lerena, páginas 244 y 371); la mayor te las Islas de Castillos, eonocida por Isla del Marco, a causa del blanco mcnolito que se yergue en su centro a 32 metros de altura, presenció las drarráticas inc.idencias .de la captura del barco lobero a que hicimos mención líneas arriba; varias de las islas sitas en las costas del Departamento de Cblonia, cedi das para la explotaeión de piedra y arena, con su " na tural " eonJecuencía de pleitos y de reclamaciones administrativas; y, para cerrar la serie "dignamente ", reeordaremos la Isla de Gorriri, que después de ser teatro de varios episodios durante las invasiones Inglesas y las guerras de la Independencia, mereeió en 1892 El honor ESTUDIO 104 de que la Junta Económico Administrativa de Maldonado, autorizara en ella l:l formación de un cemente:'io para los marinos norteamericanos faliecidos en viaje a esas latitudes. Felizmente, el Poder Ejecutivo, revocó esa desatinada resolución del Municipio de Maldonado, y la isla no tuvo ni cementerio yankee, ni cuidadores civiles o militares del mismo, ni se acuñaron las águilas con el escudo de los Estados Unidos para el pago de los derechos funerarios. La suerte del peñón, conocido por Isla de Martín Garcia, señala la cúpula de nuestra mala venturanza insular. Cuando redactábamos las primeras cuartillas de esta modesta critica, nos llegó la noticia de que se encontraba en exhibición una hermosa marina de Roberto Castellanos, sobre 81 asalto y toma de la isla por la escuadra franco - uruguaya en 1838. La tola e~ soberbia, pero despierta ideas muy tristes. La canción española que niega al Mediterráneo el titulo de mar, mientras no salga de su seno y aniquile el pedazo de tierra hispánica que detenta el Leopardo Inglés, debía tener su eco en nuestras musas hasta que las varoniles voces de los payadores, despierten lo's ánimos dormidos, interin una bandera bicolor y hermana, peroqne no es la nuestra, flamea a escasos hectómetros de la costa uruguaya. Durante la presidencia del ing. don José Sen'ato, tanto la cuestión de las aguas del Río de la Plata como lo relativo a la Isla de Martín García, estuvieron a punto de solucionarse a entera satisfacción de los dos países interesados. Partió la iniciativa del presidente uruguayo, quien remitió al mandatario argentino un excelente y equitativo anteproyecto que fué contestado con otro anteproyecto, cuya principal falla radicaba en la divisoria para el Plata superior. Esta circunstancia hizo entrar las negociaciones en un "impasse ". Dos años más tarde se reanudaron las tratativas de acuerdo con moti1"0 de los preparativos de una visita del presidente uruguayo a Buenos Aires que era hasta anhelada por el sentimiento republicano y democrático argentino, algo alarmado por los homenajes tributados a los príncipes de Piamonte y de Gales. La situa-:ión política interna de nuestro paí's era demasiado difícil para que el primer mandatario realizara una visita de pura cortesía, y, contemplando úllícamente los supremos intereses de la Nación, dejó entrever el ing. Serratc, que sólo abandonaría el territorio de la República para finiquitar la cuestión de las aguas. Se produjo, entonces, un nuevo cambio de anteproyectos, y la nueva propuesta argentina pareció a los uruguayos, todavía menos acepta ble que la anterior. Aunque no se llegó a nada definitivo, se puede asegurar que, las negociaciones seguidas por el Gobierno del ing. Serrato importan para el Uruguay un verdadero progreso sobre las anteriormente habidas, por cuanto ímplican por parte de la Argentína un príncipio de reconocimiento de nuestros derechos h¡'stóricos, hasta entonces desconocidos por los hOlllbres de allende el Plata. Constituyen, pués, las gestiones de arreglo hechas por el ex - presidente Serrato nno de los mayores aciertos de su correcto gobierno, y es justo L fu recordarla's en esta somera síntesis de las cuestiones que con ellas se pretendió solUCIOnar. Para completar esta reseña, Que por referirse a sucesos recientes no podemos llamar histórica, debemos decir dos palabras sobre el decreto de Abril 17 de 1925, refrenclado por los ministros de Relaciones Exteriores, doctor Blanco Acevedo y Guerra y Marina, general Bazzano: El decreto de nuestro Gobierno adopta el " Reglamento Especial" sobre navegación en el Canal de Punta de ludio, - pero los fundamentos, notables por su claridad y precisión dejan bien sentado que el Canal" se interna en aguas uruguayas, que ambos paises ribereños mantienen de acuerdo las profundidades requeridas por la navegación, y que medió un cambio de ideas para que el Uruguay adoptase una reglamentación sobre la "zona del Canal que se e'lcuentra dentro de su jurisdicción ". Indudablemente el decreto extractado, por su oportunidad y solid'?z, constituye un digno coronamiento de la política internacional desarrollada por la República, durante la presidencia del Ing. don José Sen·ato. Descartadas las incidencias que acabamos de reseñar la ojeada histórica del doctor Bumgartner sobre el borrascoso pasado de la Isla, es COll'pieta y exacta, Mediante ella consigue demostrar, y los últimos acontecimientos lo confirman, Que los tratados internacionales en nada perjudican nuestros derechos y concluye enérgicamente diciendD: "aunque la Isla haya perdido su importancia del punto de vista militar, no por eso debemos olvidar que la Isla es un pedazo de tierra Uruguaya ... ". Razón le sobra al autor para expresarse en tales términos. Cuando la ley del más fuerte en 1S,52 arrebató a sus legítimos' dueños la rocosa isla. su jefe, el bravo comandante Timoteo Domínguez, tronchó el asta que sustentaba el pabellón de las nueve franjas y lanzó al rostro del injusto invasor el fuego de sus palabras: "la Bandera Oriental no se entrega ni se arria ". En las esferas intelectuales del debate jurídico, de la polémica sociológica, de la política internacional, debe ser también una verdad inconcusa la expresión del último y bizarro jefe uruguayo de la isla usurpada. Para llegar a ese fin, impuesto por la dignidad nacional, y por un bien entendido patriotismo, es necesaria una labor tesonera, inteligente y firme. Y esto Que decimos respecto a un árido islote del Río de la Plata, ca be decirlo, aún con mayor razón, respecto a todos los tópicos relacionados con el estuario y sus afluyentes. El doctor Baumgartner ha vuelto a la lid, después de una reposada y detenida revisión de sus estudios sobre el problema jurisdiccional. La bibliografía nacional, no muy rica; la extranjera; los archivos inéditos. las carta", y documentol'; particulares, las confidencias diplomáticas, las insinuaciones políticas, todo cuanto se ha escrito, dicho o pensado sobre el "mar dulce", encontró cabida en las sensatas páginas del joven autor, y la distribución de la vasta materia en bien cortados capítulos, demuestra, además de] dominio señorial sobre la materia, un método excelente que honraría a cualquier jurista e historíador de merecido renombre. Es, por consiguíenESTUDIO 106 4 $ t &A44WA te, un acto de estricta justicia, aplaudir el esfuerzo desplegado por el doctor Luis M. Baumgartner, y recomendar la lectura y la meditación de su libro, a cuantos se interesan por el porvenir de la República. Eustaquio Tomé. LA CONSTITUCION DE 1830 T LA INDEPENDENCIA NACIONAL por Carlos Travieso. El profesor doctor don Carlos Travieso, uno de los más fervorosos cultores de nuestro pasado histórico, que ha dedicado largos esfuerzos a su estudio, compulsando dooumentos, aclarando puntos controvertidos, haciendo revivir las figuras de los, forjadores de la Patria, acaba de publicar un opúsculo con el título del epígrafe donde ha reunido artículos ya publicados en diarios y revistas "con el fin - dice - de su " mayor divulgación, e inducido, además, por la oportunidad y el in" terés del tema qlue los ha motivado : La Constitución de r830 y la " Independencia Nacional". Trabajo sólido, meditado, claro exponente de su dominio en la materia, tiende a demostrar - Y. en nuestro sentir, lo logra ampliamente - que el r8 de Julio de r830 se'"iala el día del nacimiento de la nacionalidad oriental. Enmtmera los hechos, los analiza, los confronta con la doctrina de los más modernos tratadistas, como Carré de Malberg, deduce de ellos las consecuencias naturales, ,lógicas - en ningún momento sus argumentos son forzados - y llega a la conclusión siguiente: "La " nación se consti'uyó cabalmente, se dió su Constitución, el r8 de " Jl1.1'lio de r830 ; y aunque nos agredió Rosas, desde el año r832, pro" cedimos y obramos y nos hicimos reslletar por él como una nación " soberana que éramos desde aquella Constitución. Y desde r830, pero " sólo de r830 somos una entidad independiente, por el hecho de la " Constitución. Entonces nacimos, y los cien años de nuestra vida de " nación 's'e cumplen el r8 de Julio de r930. La existencia nos la dió esa " Constitución de r830 forjada por los orientales ; y el1a hasta nos dió " la primera declaratoria, nítida y sin reatos, de la independencia na" cional, cuando expresó en su artículo 2? que el Estado Oriental del " Urugmay, es y será siempre libre e independiente de todo poder " extranjero", declaración, por los demás, innecesaria. porque bastaba " el hecho de la pronmlgación de la Constitución, toda ella plasmada " según el artículo 4? de la misma, que dijo: "La soberanía en toda .C " su plenitud exiiste radicalmente en la Nación ". Una nación que es so" berana no admite poder alguno sübreella". (Pág. 17). "Tal es el sigl1Ítficado del 18 de Julio de r830. Cualesquiera que " sean la importancia y trascendencia de los hechos que lo precedie" ron, eS'e es el día del nacimiento de nuestra nadonaJidad. No en bal" de esa fecha, indi,scutida, era la única, de nuestros fastos históricos, " que celebraban los contemporáneos de la época de la independencia " y de las generadones que inmediatamente la subsiguieroll (ver ley " del I7 de Mayo de 1834) (Pág. 20)" .. No en balde don José " Ellauri, principal redactor de la Constitución, en su discurso de miem" bro informante de la Comisi,ón de ConSftitución y Legislación, llamó " a ese día ( se refiere al 18 de Julio de 1830) el día grande de nuestra " Nación". (Pág. 29 ). La publicación que comentamos será ·utilizada co,n provecho, pOr todos los que se interesen en los problemas que plantea el origen del Estado Oriental. P. D. B. HISTORIA DE LA ClYILlZACION IBERICA, de Ollvelra Martlns. o 1JO muy bien Amiel: ., L 'action c' est de la pensé::: épais sie" pensa:mierY'o condensado. ]'vTucho antes' del famoso moralista suizo, ya había invntado e pueblo portugués un concepto no menos profundo que el enunciado por aquel y más bello en su forma: .. Palabra fuera de la boca, es piedra fuera de la mano ". La piedra qu'e: a¡'roja la mano puede matar sin querer. Pero no solo hay las piedras que matan: hay también las que construyen, levantando las casas nuevas v rdorzando o ampliando las antiguas. ., Al principio era el Verbo", dijo el EvangeJi'sta, fijando para la eternidad el poder creador de la palabra. Pero no siempre aquellos que hablan o escriben pr·evén los últimos efectos de sus propia palabras. y puede acontecer que aquello que se: dice con intención sincera de reformar y c0119tl'ilrír, destruya y no deje nada en lugar eLe las ruinas. Los que hablaron, al ver, entonces, el resultado de sus :escritos o discursos, desearían retroceder. Pero cuando la piedra parte, sigue su destino. .. Palabra fuera de la boca es piedra fuera de la mano! "oo. Freischutz - el cazador poseído del demonio, tenía en su poder, EliS TU D 1 108 o por dádiva de éste, siete bajas maglcas que man, a través de las mayol-esdistancias, a herir y matar a quien 161 tirador quisiese. Pero una de esas siet:e balas ,solo obecliecería al diablo, y el mismo Freischutz no sabía caal era y cuales serían sus ef,ecto.s, fatales para le que le era más que~jdo y pnecioso. Asi también existe, en todo lo que se dice o escribe, una parte divina, que crea y renueva, y otra diabólica, para cuyas destrucciones no hay remedio. Y el mundo, que en su evolución permanente es regido muchas veces por las ideas - fuerzas (palabras de virtud .talismánica ), no eS sino una absurda mezcla de creaciones y rmnas, para cuya resultante misteriosa todos trabajamos sin saber que hacemos. De la misma palabra de Jesús resuLaron efectos que los más eii caces apóstoles no previeron. Ya ha pasado casi milenio y medio desde el año en que se acostumbraba datar la caída del Imperio Romano, y aún hay muchos que no le perdonan al cristianismo la pérdida de la civili/.aci,ón clásica. aunque sea muy cierto que a la Iglesia se debe principal::nente el que se salvaran muchos de sus restos, Y en los doce años que Ílan transcurrido desde que terminó la última gran guerra, nosotros, los más viejos, hemos asistido a la desaparición de otro mundo antiguo en el que nacimos y nos criamos, y con el cual el de hoy se parece poco. * ** Pero les que quisieron la guerra europea, y adoctrinaron para ella a las juv'~ntudes, no previeccxn tampoco, ni podían prever, la trayectoria caprichúsa de la piedra que lanzaron con la mano. El Imperio austrohúngaro hubiera sido la más pacífica de las naciones y no le habría mandado a Serbia su ultimátum incendiario, si hubiese sabido que de ]hi iba a resultar su total ruina y su muerte. Como la bala del legendario cazador furtivo, ese ultimátum ultimó, al cabo, a quienes lo expidieron. * ** Una fatalidad parecida caracterizó la obra literaria, histórica, filosó fica (1 crítica ele los graneles escritores portugueses de la escuela naturalista del siglo XIX. Et;a de Queiros, J unqueiro, Oliveira Martins, ESTUDIO 109 Ramalho Ortigao, Antero de Quental. Fecundos y cOimunLcativos, todos demolieron más de lo que querían; y todos o casi todos, se arrepinti.eron, antes de morir, de las ruinas que su palabra causara. Notables emr,e todos ellos es, en este sentido, el caso de Oliveira lVLaFtins, el autor de la "Historia de Portugal ", del "Portugal contemporáneo" y de la .. Historia de la civiJiza{:ión ibérica". En los dos primeros de estos horas, Martinsdesacreditó ante la juvenmd de su tiempo y de mi generación <Oc la elinastia nacional de Braganza, contribuyendo asi a formar la atmósfera colectiva que llevó al regicidio y a la república. Sin embargo, poco antes de morir, fué ministro de don CarIas 1, ,conv·encielo ele que la redelKión nacional estaba en e1 robustecimiento del poder real - ele ese mismo poder real de los Braganza, que .sus libros habian minado y demclidoen sus fundamentos tradicionales. Fielizmente para él, Oliveira Martins murió fatigado por el trabajo, a los 49 años deeclad, y b'l,Sl.ante temprano para no ver muerto ,il rey cuyo cuerpo fué atravesado por balas que eran, realmente, las palabras de sus Úbros transformados en acción y en plomo - pensamüento coagulado, condemado y perforante... En compensación, la "Historia de la civilización ibérica ", a la que hoy queremos referirnos especialmente, es un libro más constructivo. Esta obra es aún clásica en la Península y ne puede faltar en ningima biblioteca del Nuevo }'kUldo. Su gelleraJ1ización la prueba la reciente traducción al inglés realizada bajeo 'los auspicios de la cátedra de Est¡udios Hispánico,s de la Universidad de Oxford. Editada por la .. Oxforcl University Press" con el título de ., A history of lberian civilizatión ", su tradución fué confiada al eminente crítico y lusólogoseñor Aubrey F. G. Bel!. Lo acompaña Una lucida introdución del traductor y un rápido pero significativo prefacio de Salvador de Madariaga, I:n el que se lee lo siguÍ!ellte : La "Historia de la civilización ibérica ", de Oliveira Martins, no es la ú1tima' palabra sobre el asunto. La última palabra, en historia, no se dice nunca, porque la historia tiene que s,er reescrita periódicamente según el temperamento de l~ada nueva generación, para emplear la elocnente expnesión del señor Aubrt:y Bel!. Pero ese libro es la primera palabra sobre ti asunto. Por primera vez un ibérico enqlró a Iberia como Iberia y enseñó al mundo le que el mundo recibió y puede espeESTUDIO no rar recibir aún de los pueblos de la península ibérica... Con d don profético que el traductor advierte en él, Oliveira Martins vió la verdad que el mundo actual comienza a comprend~r, en gran parte por el ejemplo del Imperio Británico: que la unidad espiritual puede superponerse a la variedad política, dándok fuerza sin privarla de libertad ". En o,ro punto de su prefacio destaca Madariaga el hecho de ser Oliveira Martins un histor:ador intuitivo con el don de la visión. habiendo vivido en una época que creía a pie juntillas en la ciencia. El quería hacer historia cientifica, y la hacía con su temperamento. Pero ¿ qué es, al fin, la "historia ciéntífica ", sino la historia vista por el temperamento científico, o, más bien, por "un" temperamento cientifico. Cierto es que en los ¡iempos que corren se cree muy poco en el alcance o en la ciencia de la historia "cientifica" ; cierto es también, como dice Madariaga, que, cuandú Oliveira Martíns yerra o se engaña, el elefecto está en sus métoelos cientificos, y no en su intención. A este respecto será tal vez curioso comparar las conclusiones dE' UI1 intuitivo ele nuestros dias con las de Oliveira Martins. Cuando éste publicaba la primera edición ele su ¡, Historia ele la civilización ibérica" en Lisboa, nacía a orillas del Báltico un niiio germano - eslavomongol que después creció mucho, 'tanto fisica corno intelectualmente, y que se llama Hermann Keyserling. Confrontemos, pués, las conclusiones a que negaron, a medio siglo de distancia y por caminos opuestos, el intelectualista Oliveira Martins, aún creyente en la razón o en la ciencia objetiva, y el intuicionista 'e irracionalista conde de Keyserling, profeta amblllante, vidente y mago, que en eicapíulo "Espa a" de su libro "Spektrum Europas" trató el asunto ibérico con imágenes. con rasgos de caricatura, con comparaciones paradojales, con exageraciones a veces perturbadoras - para llegar, al fin, casi a la misma profecía favorable sobre el futuro de España y la Península. Conclusión de Oliveira Martíns. hace cincuenta y un arlOS "Cuando, a través de todas laSe crisis, en medio de los ambientes más sistematicamente adversGs. observamos que 'E1 heroísmo peninsular ha sabido vencerlo todo con Sll indomable energía, somos llevados: a creer que ,:; papel del apo;rolado de las futuras ideas está reservado a aquellos que fueron los apóstoles ele ia antigua idea católica. La inde- pendencia de los caractepes individuales y la nobleza del carácter colectivo le dieron y le han de dar a España, cuando vuelvan sus áureos tiempos" ese aspecto monumental y soberano que la distingue en el mundo: ConclUSIón reciente de Keyserling : .. Todas las excelencias del español tienen sn raíz en el carácter. l'\o es lo intelectual, pero es lo ético, el regulador de su vida. ¿ Y no es mejor que así s'ea ? ¿ Será por ventura la innelectualidad 10 que principalmente actúa en nosotro.s. ? ¿ No será más bi-en el instinto y la sangre donde aún pueden fincaT los más seguros conductores? La substancia hispánica puede, sin duda, encarnarse en d mundo moderno, y así lo hará sin duda. Cuando se considera que pocos pueblos han sufrido lantos cambios de raza como el de la península ibérica, uno se ve Ilevado a preguntarse si, en último análisis, 1<1 substancia no permanece eternamente igual. España tiene importancia sobre todo para darle a Europa, tan amiga de C<Lmbiar, el ejemplo de lo suhstancial. Y es así también, como substancia realizada, que España tiene en Europa un futuro nuevo. Espaüa está ya, indudablemente, ascendiendo. Y es muy signifiC<Ltivo que su nueva ascensión haya comenzado de cuando se cerraba .para otros la era de la fe en el progr-eso " ... Todo esto es, sin embargo, dominio del futuro. Pero el presente ya ha confirmado algunas de las previsiones del historiador portugués. Después d'e él mucho se ha escrito sobre España, dentro y fuera de ella. Los rasgos generales y las conclusiones de Martins siguen más o menos en pie. En el final de su libro decía él que "creía firme y hasta piamente -en la reorganización de las naciones de Europa ", y el futuro, hoy presente, le está dando entera razón, con tantos y tan persistentes ensayos de internacionalismo y tantas aspiraciones de unión europea. Dijo más, el hi.storiador : .¡ No puede haber pensamiento sin Órganos ; no puede haber sociedades moralmente vivas, sin que pre·viamente vivan de un modo fisicamente próspero. Tócanos a nosotros (a nosotro:s, los peninsular-es) aumentar nuestro peculio científico y mejorar nuestra utilería industrial. Necesitamos ser tan ricos y tan sabios como los mejores de Europa, no por que ese sea el fin de nuesESTUDIO 112 tras ambiciones, sino porque, SI no conseguimos eso primero, jamás podremos verlas realizadas". La España de los últimos años viene siguiendo a la letra el consejo de Oli~ira Martins, aumentando considerablemente su poder industrial efectivo y lanzando las bases, ,con grandes trabajos de ingeniería, de un desarrollo aún mayor de la riqueza nacional. En cuanto al aumento del peculio científico, la "necesidad de ser tan sabios como los mejores de Europa ", también es notorio el esfuerzo enorme que han hecho las nuevas generaciones de España para integrarla culturalmenüe a Europa y hacer progresar en todos sentido" la información y la creación científica y técni,ca. Si es cierto que nadie es profeta en su tierra, de Oliveira Martins podrá decir, por 10 menos, que fué profeta de su península. La Misión de la Universidad A. La Universidad consis:e ., primero y pOI' 10 pronto" en la en<;eñanza s'1.1perior qLle debe recibir el hombre medio. B. Hay que hacer del hombre medio, "ante todo", un hombre culto -situarlo a Ja altura de los tiempos. - Por tanto, la funcién " primaria y ,central" de, la Univers:dad es ,la enseñanza de las gran_ eles disciplinas culturales. Estas son: I.a Imagen física del mundo (FÍ!sica). 2.a Los temas fundamentales de la vida orgal1lca (Biología). 3.a El proceso histórico de la especie humana (Historia). 4.a La estructura y funcionamiento de la vida socia.'! (Sociología). s.a El .plano del '1.1l1iverso (Filosofía). C. Hay que 'hacer del hombre medio un buen profesional. Junto al aprendizaje de la cultura. la Universidad le enseñará, por ,los procedimientos inteí!'e.ctualmente más sobrios, inmediatos y eficaces, a ser un buen médico, un buen juez, un buen profesor de Matemáticas o de ESTUDIO '\ Historia en U11 Instituto. Pero 10 especifico de laenseiíanza profesional no aparecerá claro mientras no discutamos el lema. D. No se ve razón ninguna d'ensa para que el hombre medio necesite ni deba ser un hombre científico. Consecuencia escandalosa: la ciencia 'en su 'sen:tido propio, esto 'es, la investigación científica, no pertenece de una manera inmediata y constitutiva a las funciones ., primarias" de la Universidad, ni tiene que ver ., scÍn más ni más " con ellas. En que sentido, no obstante, la Universidad es inseparable de la ciencia, y por tanto, tiene que ,ser "también o además" investigación científica, escosa que más' addate veremds. No dudo de que exis:tan objeciones serías a mi tesis; pero antes de que éstas lleguen se producirá la habitual erupción en el volkán de lug:uescomunes que es todo hombre cuando habla de una cosa 'Sin haber pensado antes en ella. Este ;plan universitario supone en ie[ lector la benév()lla resolución de no querer confundir tres cosas q·UJe son de sobra diferentes: la cultura, ciencia y profesión intelectual. EvitemOlsI que todos Ilos gatos se nos vuelvan pardos, porque ello acusaría en nosotros un inmoderado apetito de noc:urnidad. Ante todo, separemos profesión y :ciencia. Ciencia no es cualquier cosa. No es ciencia comprarse un microscopio o barrer un laboratorio; pero ., tampoco 10 es explicar o aprender el' contenido de una ciencia". En su propio y auténtico sentido, ciencia elS solo investigación : plantearse problemas, trabajar en resolverlos y negar a una solución. En cuanto se ha arribado a ésta, todo 10 demás que con esa solución se haga ya no les ciencia. Por eso no es ciencia aprender una ciencia ni en,:,eñada, como no ¡jo es usarla o aplicarla. Tal vez convenga - ya veremo,s con que reservas-que el hOlTJ:bre encargado de enseñar una ciencia sea por su persona un cientíEco. Pero. en puro rigor no es necesario, y de hecho 'ha habido y hay :formidables maestros <te ciencias que no son inves'higadores, els decir, científicos. Basta con que .. sepan" su ciencia. Pero -saber no .es investigar. Investigar es descubrir una verdad, o su inverso, demostrar un error. Saber es simplemente enterarse bien de esa verdad, poseerla una VlfZ hecha, lograda. JOSÉ ORTEGA y GASSET. ESTUDIO LA ORTOrDNICA DE JESUS RUIZ • •• Ortofónicas de Salón y Portátiles Discos y ~adíos CONSTITUYENTE, 1607 Av. GRAL. RONDEAU, 1611 Sección JOYERIA Alhajas finas y Fantasías Sección RELOJERIA Gran surtido en ~elojes procedentes de las mas afamadas fábricas de Francia y Suiza, - - - - "---._- . ---,-,-_._- A los señores profesores universitarios la casa les hace el 15% a presentación del carnet correspondiente