Cultura Vasca. Los fueros vascos

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Cultura Vasca
Los Fueros Vascos.
Historia, abolición en 1876 hasta el Estatuto de 1979
Oculto entre montañas habita las dos laderas occidentales, un
pueblo, que ha conservado por una larga serie de siglos, su
primitiva lengua, y en gran parte también su antiguo régimen y
costumbres, el pueblo de los vascos o vizcaínos……..
W. von Humboldt año 1801.
-----------------------------------------------------------------------------Trabajo realizado por:
Soledad Pérez de Arrilucea
Alfonso Gracia Barra
Alumnos de 2º
1
INDICE
1. Introducción.
2. Época fernandina 1814-1833.
3. Época isabelina 1833-1868.
4. Guerras Carlistas.
5. De los Fueros a los Conciertos Económicos.
6. Surge el nacionalismo.
7. La preautonomía.
8. La constitución.
9. El Estatuto.
10. Resumen.
11. Conclusiones.
12. Biografía.
1. Introducción
2
Los fueros son los usos y costumbres tradicionales inicialmente no escritas que
estaban presentes en la mentalidad y conciencia de la gente, eran aceptadas, y en un
momento determinado se compilaron, no de forma sistemática, y se escribieron.1 Son
un conjunto de leyes y normas que partían de la Edad Media y servían para regular la
vida política, económica y administrativa de las comunidades. Se fundamentaban en la
concepción medieval del pacto vasallatico relativo a las relaciones de vasallos y
señores. Estas leyes tradicionales se inscribieron en el marco de la vieja Europa en
torno al año 1000.
Los fueros vascos no tenían nada de peculiar con respecto a los europeos y suponían
para la vida cotidiana de los habitantes de estos territorios tener en propiedad unas
instituciones, una condición social, un sistema judicial, y un espacio económico con su
administración.2 Los vascos eran tenidos como amantes defensores de estas leyes
antiguas. En otras regiones de España, del reino de España si se prefiere, dispusieron
también de sus propias leyes; Cataluña, Baleares, Aragón y Valencia, pero Felipe V el
primer Borbón de la Corona española al ganar la Guerra de Sucesión3 abolió todos
estos fueros en el siglo XVIII.
Debido no solo a un intento de racionalizar la administración del país, sino también
debido a que los habitantes de esas zonas se pusieron mayoritariamente de parte del
lado del pretendiente al trono derrotado (el Archiduque Carlos de Austria) de la casa
de los Hadsburgo. Todos fueron abolidos, salvo los fueros vascos, que permanecieron
intactos hasta finales del siglo XIX.4 Concretamente hasta el año 1876, año clave que
marca no solo la derrota definitiva del carlismo y el fin de los fueros sino también el
inicio de la modernización, siendo, su motor principal la industrialización.
------------------------------------------------------------------------------------------------------------------1. José Ignacio L. Arana. Derecho Publico los Fueros. Pág.1. En Navarra, el Fuero antiguo
2.
3.
4.
es de 1238; en el Señorío de Vizcaya, el Fuero Viejo es de 1452 y el Fuero Nuevo, de 1526(con
escasas disposiciones de derecho público y más desarrolladas de derecho civil, penal y
procesal);en Guipúzcoa, diversas recopilaciones desde el siglo XIV(Ordenanzas de la
Hermandad de Guipúzcoa, 1362; Ordenanzas de 1463) confluyeron en la Nueva Recopilación,
1696; en Álava no hubo un Código unificado y se aplicaron diversas normas (la escritura
fundacional de 1332; el cuaderno de hermandad, de 1463, para aspectos políticoadministrativos; el Fuero Real vigente en Castilla, para aspectos civiles y judiciales...
José Ignacio L. Arana. Derecho publico: Los fueros. Pág.3. Ver cuadro correspondiente al
sistema institucional de los territorios forales.
J.L.Comellas.Historia de España. La Guerra de Sucesión Española fue un conflicto
internacional por la sucesión al trono de España tras la muerte de Carlos II, que duró desde 1701
hasta 1713, y que se saldó con la instauración de la Casa de Borbón en España. Para este país
fue a la vez una guerra civil entre borbónicos y austriacistas pertenecientes a los antiguos reinos
hispánicos de Castilla y de la Corona de Aragón, cuyos últimos rescoldos no se extinguieron
hasta 1744, con la capitulación de Mallorca ante las fuerzas de Felipe V. La guerra se inició al
principio en las fronteras de Francia con estos países, y posteriormente en la propia España,
donde se convirtió en una guerra europea en el interior de España sumada a una auténtica
guerra civil, básicamente entre la Corona de Aragón (partidaria de la casa de Hadsburgo, la cual
había ofrecido garantías de mantener el sistema federal y foral, similar al de las imperiales
Austria e Inglaterra) y Castilla (que había aceptado a Felipe V, cuya mentalidad era la del estado
centralista de monarquía absoluta comparable al modelo de la Francia de la época).
José Ignacio L. Arana. El problema Vasco y la transformación de la foralidad. Pág.2. El
triunfo borbónico facilitó paso a los Decretos de Nueva Planta, por los que los fueros de
Cataluña, Valencia, Aragón fueron sustituidos-asimilados a los castellanos, mientras los
territorios vascos conservaron sus propios fueros gracias a la victoria militar del candidato al que
apoyaron.
3
2. Época fernandina. 1814-1833.
Durante los trabajos preparatorios de la primera constitución española, la del año
1812, se vio la necesidad de utilizar una ley y una administración comunes para toda
España de manera que los fueros representaban un obstáculo. Sin embargo el rey
Fernando VII reimplanto el antiguo régimen y los fueros vascos permanecieron, de
paso, en vigor 5 durante el sexenio absolutista hasta el pronunciamiento del coronel
Rafael de Riego en 1820 donde los liberales suprimieron los regimenes privativos en
aras de la igualdad jurídica de todos los ciudadanos y supuso, el retorno a la
Constitución de 1812 y el traslado de las aduanas. Este trienio liberal, entre 1820-1823
supuso para Vasconia una experiencia que marcaría profundamente su evolución
política porque con anterioridad, la aplicación de los decretos gaditanos habían estado
un tanto relativizados, pero ahora con la legislación revolucionaria se empezaban a
notar sus efectos: quintas milicias, impuestos, desamortización. Un sector del clero y
de las clases populares reacciono violentamente ante este cambio marcando
claramente los campos absolutistas y liberales que años mas tarde se enfrentarían en
una guerra civil.6 Termina esta época en 1823 con la entrada del duque de Angulema y
la supresión del régimen constitucional. Las partidas realistas que pululaban por
Vasconia se unieron a los 90.000 hombres del de Angulema calculándose su número
en 35.000 donde buena parte de ellos eran vascos. Vuelta al absolutismo y al tiempo
conocido como: Década Ominosa.7
3. Época isabelina. 1833-1868.
Muere Fernando VII y toma el poder su hija Isabel. Este gobierno fue singular pues se
dieron las conocidas Guerras Carlistas, es decir, el enfrentamiento entre dos bandos.
Por un lado los llamados Liberales que fueron defensores de Isabel II, por otro los
absolutistas o Carlistas seguidores de Carlos Maria Isidro, hermano de Fernando VII.
Para nuestro interés amanece el tradicionalismo carlista en Vasconia como defensores
de los privilegios forales, (una foralidad que fue respetada por los Borbones desde
Felipe V) en oposición a los liberales con un carácter más centralista. Por tanto la
problemática política la podemos resumir en el enfrentamiento de estos dos bandos
que postulaban:
Los Carlistas, absolutistas, partidarios de la ley Sálica que apoyan el gobierno de
Carlos Maria Isidro. Este movimiento se arraigó en el clero y el medio rural vasco,
interior de Cataluña, sur de Aragón y sobre todo Navarra, donde se situaba su capital,
Estella. Como se recoge en su lema “Dios, Patria y Rey”, defendían la tradición, la
vuelta al absolutismo y al Antiguo Régimen junto con una defensa de las leyes locales
originarias, como hemos visto, en su mayoría de la Edad Media (fueros), amenazadas
(entre comillas) por el liberalismo.
-------------------------------------------------------------------------------------------------------------------5. Juan Madariaga Orbea.De Túbal a Aitor.Crisis cambios y rupturas. Pág.364. La
6.
7.
restauración fernandina de 1814 supuso inicialmente la vuelta a la situación previa a la Guerra
de la Independencia, es decir, la restitución de las instituciones tradicionales, pero con
limitaciones, como la supresión de la sobrecarta.
Juan Madariaga Orbea.De Túbal a Aitor.Crisis cambios y rupturas. Pág.365.Desde el
1821, por ejemplo en Pamplona, comenzaron a ser casi cotidianos los enfrentamientos entre los
seminaristas y los ciudadanos que portaban sombreros con una cinta verde en la que se
leía”Constitución o muerte”.
Juan Madariaga Orbea. De Túbal a Aitor. Crisis cambios y rupturas. Pág.366.De
cualquier forma, la nueva reposición del absolutismo en 1823 no significo tampoco la
reimplantación integra del entramado institucional y político del Antiguo Régimen.
4
Los Isabelinos, liberales (moderados y progresistas), burgueses y miembros del
ejercito que defendían la Pragmática Sanción y el reinado de Isabel Cristina, fueron
favorables a la derogación de la ley Sálica, y aun cuando no pretendiesen la supresión
completa de la foralidad, el liberalismo propugnaba una constitución única para todo el
territorio con la adaptación de los fueros al régimen liberal, lo que implica la supresión
de ciertos privilegios (aduanas, pase foral, etc) para evitar los conflictos con el Estado
central.
4. Guerras Carlistas.
La I Guerra Carlista acaba con el Abrazo de Vergara entre Espartero y Cabrera
(1839) y vuelve a tomar las armas en 1840, 1860 (II y III Guerras Carlistas).La derrota
carlista no sólo zanjó la cuestión dinástica. También puso fin a un modelo de
organización social caracterizado en lo político por el poder absoluto del monarca, en
lo social por el reconocimiento jurídico de la desigualdad a través del privilegio, y en lo
económico por la intervención y el dirigismo de los poderes públicos. Y sin embargo el
advenimiento del Estado liberal no supuso a pesar de su retórica centralista e
igualitaria, la inmediata derogación del régimen foral que con suspensiones temporales
y alteraciones más o menos profundas, subsistió en lo fundamental hasta la ley del 21
julio de 1876 de Antonio Cánovas del Castillo.
5. De los Fueros a los Conciertos Económicos.
Veamos como fue. La pérdida de la primera guerra por el bando Carlista produjo como
resultado la constitución del 1837 que convertía a los territorios vascos en provincias
españolas comunes, sin embargo, en el convenio de Vergara había unos acuerdos
conducentes a un pacto de mantenimiento foral admisible para los combatientes
carlistas y el reciente Estado liberal español. La ley del 25 de octubre 1839.
Esta ley confirmaba explícitamente los Fueros para los cuatro territorios
vasconavarros, aunque “sin perjuicio de la unidad constitucional de la monarquía”8.La
ambigüedad de la ley dimanaba al plantear simultáneamente una unidad constitucional
y conferir en su seno una nueva legalidad a los Fueros, lo que evidentemente los
reforzaba. Ante las dos vías que se abrían, reposición o reforma foral, las provincias
vascas (cuyos representantes eran liberales moderados fueristas) optaron por un
frente de intransigencia.
De ahí que los moderados asumieran el difícil compromiso de constitucionalizar los
fueros por la ley de 25 de octubre de 1839, y que en octubre de 1841 los fueristas les
apoyaran en su intento de derribar a Espartero, indiscutido líder de los progresistas.9
Navarra por su parte tenía representantes liberal - progresistas que aspiraban a una
reforma radical de los Fueros, pero con el mantenimiento de alguno de sus aspectos.
Este planteamiento de Navarra fue asimilado por el gobierno, votado en Cortes y
Navarra acepto acomodar su sistema foral a la unidad constitucional, con arreglo al
art. 2 de la ley de 1839. Negoció con el gobierno y concluyó el 10 de diciembre de
1840 un acuerdo, que fue sometido a la ratificación del parlamento y promulgado
mediante ley el 16 de agosto de 1841.10
---------------------------------------------------------------------------------------------------------8. José Ignacio L. Arana. Leyes forales. Art. 1°. Se confirman los Fueros de las Provincias
Vascongadas y Navarra, sin perjuicio de la unidad constitucional de la Monarquía. Art. 2°. El
Gobierno, tan pronto como la oportunidad lo permita, y oyendo antes a las Provincias
Vascongadas y a Navarra, propondrá a las Cortes la modificación indispensable que en los
mencionados Fueros reclama el interés de las mismas, conciliando con el general de la Nación y
de la Constitución de la Monarquía, resolviendo entretanto provisionalmente, y en la forma y
sentido expresados, las dudas y dificultades que puedan ofrecerse, dando de ello cuenta a las
Cortes.
9. Juan Madariaga Orbea. De Túbal a Aitor. Crisis cambios y rupturas. Pág.371
10. José Ignacio L. Arana. Leyes forales. Pág 2 .Ver Leyes Forales. Ley de 16 de agosto 1841.
5
De esta forma, Navarra pasaba a ser una provincia española, pero mantenía el
derecho civil foral, amplios poderes para la Diputación y la soberanía fiscal. Álava,
Guipúzcoa y Vizcaya hasta la finalización de la segunda guerra carlista mantuvieron
todo el entramado foral (juntas, fiscalidad sistema militar...) es decir todo lo que no
había perdido entre 1839 y 1841.La guerra civil del 1876 concluyo con una completa
derrota militar carlista quienes no hicieron caso al llamamiento del nuevo rey Alfonso
XII de respetar los fueros si deponían las armas, y como consecuencia se abolieran,
pese a que estos no habían sido la causa de esta guerra.11
Posteriormente la figura de Cánovas del Castillo será esencial a la hora de considerar
la situación foral en las Provincias Vascongadas, la pérdida del llamado Pase Foral
dará paso a una nueva relación con el Estado, el llamado Concierto Económico. El
pragmático Cánovas llego a una solución política; abolición de los fueros, pero
respetaba una supervivencia de autonomía de las provincias vascas al margen del
dictado constitucional.12 La opinión pública en general exigía la aplicación íntegra de la
Constitución para todos, pero la situación interna de las Provincias Vascas
desaconsejaba desarrollarla en su totalidad.
Por eso la ley de 21 de julio de 187613 suprimió los fueros vascongados, pero su
abolición, no significó pese a la radical oposición fuerista a la disposición, la
desaparición del régimen de autogobierno. La ley apenas se refería al autogobierno de
la Vascongadas, pero terminaba en cambio, con los privilegios forales en temas de
quintas y de contribuciones. La ley preveía la posibilidad de un régimen excepcional al
aplicarse el fin de las exenciones pero no decía la forma en que se organizarían las
provincias vascas, ni del nivel de autogobierno que podía subsistir. El gobierno, con el
único requisito de dar cuenta a las Cortes quedaba autorizado "a acordar con
audiencia de las provincias de Álava, Guipúzcoa y Vizcaya, si lo juzga oportuno, todas
las reformas que en su antiguo régimen foral lo exijan, así el bienestar de los pueblos
vascongados como el buen gobiernos y la seguridad de la nación". Las negociaciones
que las tres provincias entablaron con el gobierno dieron como resultado un nuevo
régimen político-administrativo, cuyo corolario fue el Concierto Económico de 1878,
acompañado de varias disposiciones. Lo reguló por primera vez el Real Decreto de 28
de febrero de 1878, que establecía la forma en que se haría efectiva la obligación de
contribuir económicamente.
Era este Concierto Económico un peculiar sistema, atípico dentro de un Estado
Liberal. No se aplicaría el régimen tributario común, sino que se encabezarían
provincialmente casi todos los impuestos. Así, cada provincia pagaría al Estado el
montante global que le correspondiese y las diputaciones se encargarían de recaudar
los impuestos, y de establecer con qué tipo de contribuciones se recaudarían estos
fondos. Es decir se globalizaban los impuestos que, tendría que cobrar en estas
provincias el Estado y la Diputación de cada provincia sería responsable de su
recaudación y del pago al Estado del cupo establecido. Así las diputaciones podrían
aplicar en su territorio una fiscalidad diferente a la estatal.14
------------------------------------------------------------------------------------------------------------------11. José Luis de la Granja. De Túbal a Aitor. La Contemporaneidad. Pág.492.De hay que
una de las consecuencias principales de la última carlistada fuese una de las causas de la
abolición foral de 1876, pese a que los fueros no habían sido la causa de ella.
12. José Luis de la Granja. De Túbal a Aitor. La Contemporaneidad. Pág.492. Suprimía las
exenciones de pagar impuestos y de cumplir el servicio militar que habían gozado hasta
entonces, Álava, Guipúzcoa y Vizcaya. Pero no abolió el resto, en concreto sus Juntas y
Diputaciones. Si bien las Cortes otorgaban plenos poderes al gobierno de Canovas para ejercer
la ejecución de dicha ley.
13. José Ignacio L. Arana. Leyes forales. Pág 6 .Ver Leyes Forales. Ley del 21 de julio 1876
14. José Luis de la Granja. De Túbal a Aitor. La Contemporaneidad. Pág.493.A pesar de
disolver el por decreto en el 1877 todas las instituciones forales, Cánovas quería llegar a un
acuerdo con una parte de los fueristas, los transigentes, para que colaborasen a la completa
pacificación de las Vascongadas que seguían en estado de guerra.
6
Las Diputaciones conservaron la autonomía fiscal y la capacidad provincial de
autogobierno económico no había disminuido, con respecto a la de la última etapa
foral. Se habían modificado, eso si, importantes factores. La situación tenía poco
encaje constitucional, pues posibilitaba que en las Vascongadas existiesen impuestos
no creados por las Cortes estatales, órgano representativo encargado de esa función.
Como justificación de este régimen excepcional, el decreto de 28 de febrero de 1878
aducía que resultaba imposible generalizar rápidamente en Álava, Guipúzcoa y
Vizcaya el régimen impositivo común, pues no había un aparato estadístico ni
administrativo que sirviese como punto de partida para introducir las contribuciones
que existían en el resto de España. Permitió este Concierto Económico el
funcionamiento estable de las provincias Vascongadas dentro del sistema
constitucional de la Restauración. La disposición económica, constituyó la definitiva
solución política al problema planteado desde comienzos de siglo por la exigencia
histórica de afrontar la revolución liberal. Fue muy bien acogido por la burguesía vasca
en especial por la vizcaína que vivía los comienzos de la revolución industrial y era
muy ventajoso para sus negocios.15 Con ello acabo triunfando la política de Cánovas,
que de esta forma rompía el frente fuerista, y los transigentes vencieron en las
elecciones del 1879 a los intransigentes que exigían la derogación de la ley del 1876.
Desde entonces, las Provincias Vascas se integraron en la monarquía de la
Restauración, sin los fueros, pero con los Conciertos que suponían una importante
autonomía económica y administrativa pero no política.
Aunque Cánovas creó el Concierto Económico con carácter provisional, fue en el
siguiente concierto, el de 1887, cuando se consolido y dio carácter permanente a este
sistema fiscal especial que se renovó periódicamente en 1894, 1906 y 1925,
manteniendo los principios definidos por el primero, si bien variaban las partidas
fiscales concertadas y el cupo a pagar al Estado.16 Bajo este marco, las llamadas
guerras carlistas y la situación foral en el País Vasco a partir de Canovas del Castillo,
podremos tratar de entender el surgimiento nacionalista y la ideología de Sabino
Arana.
6. Surge el Nacionalismo.
En el Bilbao del último decenio del siglo XIX, de la mano de Sabino Arana surgió el
nacionalismo vasco. Entre los principales ejes históricos que explican su aparición
sobresalen:
La literatura fuerista romántica.
Las guerras carlistas con las aboliciones forales posteriores.
La revolución industrial de Vizcaya en el último cuarto de siglo.17
El aranismo es un nacionalismo de raíz tradicionalista e integrista, antiliberal y
antiespañol, antisocialista y antiindustrialista.
-------------------------------------------------------------------------------------------------------------------15. José Luis de la Granja. De Túbal a Aitor. La Contemporaneidad. Pág.493. El decreto del
28 de febrero de 1878 permitía una gran autonomía fiscal a las nuevas Diputaciones. Fue bien
acogido por la burguesía vasca en especial por la Vizcaína que vivía los comienzos de la
revolución industrial. Era muy ventajoso para ellos porque tenían una tributación indirecta y
apenas grababan con impuestos directos.
16. José Luis de la Granja. De Túbal a Aitor. La Contemporaneidad. Pág.493.Se
aumentaba el cupo a pagar (concertado) de cinco a trece y casi siempre con un período de
vigencia, que alcanzó los 25 años en el último. Pero éste se cumplió únicamente en Álava, pues
un decreto-ley del general Franco en 1937 nada mas conquistar Bilbao lo suprimió para Vizcaya
y Guipúzcoa como castigo de guerra por no haberse sumado a la sublevación. Aun considerando
el Concierto “un notorio privilegio” Franco lo mantuvo para Álava por haber luchado a su lado.
17. José Luis de la Granja. De Túbal a Aitor. La Contemporaneidad. Pág.509.Contra cuyas
consecuencias y en especial contra la masiva inmigración de trabajadores no vascos, reacciono
Sabino Arana su padre fundador.
7
La religión católica y la raza vasca constituyen los dos pilares fundamentales de su
concepción esencialista de nación vasca. Es entre los años 1870 y 1880 cuando, por
la explotación de la minas de hierro en Vizcaya, se produce una llegada masiva de
inmigrantes que influirá en el pensamiento del ideólogo vasco. En este contexto, Luis,
hermano de Sabino, considera que el carlismo había fracasado definitivamente, y que
el fondo de todo el problema social y político, la causa del declive de la vieja sociedad,
radicaba en un hecho por casi nadie reconocido: los vizcaínos y los vascos en general,
no eran españoles ni debían identificarse con los asuntos de España. Y es que, a
resultas de la derrota carlista, los fueros habían sido definitivamente abolidos, y
aunque el suceso apenas despertó preocupación por el momento, iba a convertirse en
el símbolo de la añoranza por la vieja sociedad. Luis, identificó los fueros con una
presunta independencia de Vizcaya, mantenida según él hasta la primera derrota
carlista, en 1839, con la cual se habría abierto un proceso de sumisión creciente a
España, culminado en la última derrota de 1876.El proyecto político aranista para
Euzkadi (Pueblo de raza vasca) Neologismo con el que lo bautizó en lugar de la
denominación tradicional de Euskal Herria (pueblo que habla euskera) seria un estado
vasco confederal basado en la unidad de raza y la unidad católica.18 El nacionalismo
tuvo inicialmente un alcance muy minoritario y un carácter extraordinariamente
polémico. En un acto durante un banquete, que tuvo lugar el 3 de junio de 1893 en el
caserío de Larrazábal, en los alrededores de Bilbao, Sabino Arana expuso por primera
vez sus ideas (aunque poco antes había publicado el primero de sus textos
esenciales: Vizcaya por su Independencia). Asistieron al banquete sólo dieciocho
personas, que, además, polemizaron acaloradamente al escuchar las palabras del
protagonista de la reunión (luego publicadas como folleto). En la discusión, Arana y su
hermano Luis intentaron demostrar, según testimonio del propio Arana, que su teoría
era precisamente “completamente opuesta” a la tesis de la sociedad Euskalerria, el
bastión del fuerismo, a la que habían pertenecido la totalidad de los asistentes,y a la
que calificó de “liberal y españolista”.19
La teoría nacionalista de los Fueros, expuesta por Arana en 1897 en su folleto El
partido carlista y los fueros Vasconavarros, identificaba Fueros con códigos nacionales
de soberanía; provincias vascongadas, con Estados vascos; e integración foral
(mediante la derogación de la ley de 25 de octubre de 1839, que, para Arana, había
supuesto la destrucción de la independencia vasca), con soberanía de dichos
“Estados”.
Tal teoría iba mucho más lejos de los planteamientos del fuerismo, incluso del
fuerismo”intransigente”, y, por supuesto, de los planteamientos del carlismo, en los
que los Fueros, lejos de constituir principio alguno de soberanía separada, aparecían
como uno de los fundamentos de la Monarquía tradicional española.20
-------------------------------------------------------------------------------------------------------------------18. José Luis de la Granja. De Túbal a Aitor. La Contemporaneidad. Pág.509.En 1895
Sabino Arana fundo en Bilbao el Partido Nacionalista Vasco (PNV) al designar su primer Bizkai
Buru Batzar o dirección del partido en Vizcaya. Este órgano nació y funciono en la clandestinidad
bajo la presidencia de Arana hasta 1903.
19. Juan Pablo Fusi Aizpúrua. Los Nacionalismos y el Estado español del siglo XX.
Cuadernos de Historia Contemporánea. Luego en 1897, Arana polemizaría igualmente (y
con la misma radicalidad) con el carlismo, primero en una hoja de cuatro páginas, El partido
carlista y los Fueros Vasco-Nabarros, y luego en un folleto del mismo titulo en que respondía a
las críticas que se le hicieron y que provocaría nuevas polémicas y escritos que se prolongarían
más allá de la muerte de Arana.
20. Juan Pablo Fusi Aizpúrua. Los Nacionalismos y el Estado español del siglo XX.
Cuadernos de Historia Contemporánea. La interpretación histórica del nacionalismo vasco,
que enfatizaba la idea de una secular independencia vasca destruida en 1839, pugnaba,
además, con una realidad histórica que evidenciaba la basculación de los territorios vascos hacia
Castilla desde el siglo XVII.
8
En 1898, es una fecha clave para el incipiente nacionalismo vasco por dos hechos
significativos, la incorporación de la Sociedad Euskalerria de Bilbao al PNV y el
nombramiento de Arana, como diputado provincial de Vizcaya.21 A partir de ese
momento empieza Sabino a evolucionar en un sentido pragmático, que se refleja tanto
por sus planteamientos económicos (su evolución industrialista) como políticos según
muestra su actuación en la Diputación.22 Dada esta situación en el seno del PNV
conviven ya dos tendencias dispares: los aranistas radicales procedentes del carlismo
o del integrismo ,y los euskalerriacos moderados vinculados al fuerismo liberal. En el
ultimo año de su vida se dio la contraversida “evolución españolista” (1902-1903) que
fue el intento de esa contradicción entre la teoría y la practica mediante la renuncia a
la independencia de Euskadi y su sustitución por una autonomía lo mas radical posible
dentro de la unidad de Estado español”.23 Esta evolución españolista se trunco por la
muerte prematura de Sabino Arana y nunca pudo consumarse por el rechazo del
sector aranista, liderado por su sucesor Ángel Zavala. El nacionalismo vasco fue hasta
los años de la II República (1931-1936) un movimiento básicamente vizcaíno, luego,
hasta1936, vizcaíno y guipuzcoano. El “vitorianismo” fue mucho más definidor de la
identidad de los habitantes de la capital alavesa que su identidad vasca; y constituyó,
por lo menos, el fundamento del consenso electoral que permitió al político
monárquico conservador Eduardo Dato hacerse con el distrito de Vitoria entre 1914 y
1921. 24
7. La preautonomía.
Las elecciones generales del 15 de junio de 1977 fueron un hecho clave en la
transición ya que iban a sentar bases del nuevo sistema político después de cuarenta
años sin democracia. En el caso vasco los meses siguientes a estas elecciones,
fueron también de discusión sobre la instauración de un régimen de preautonomía que
debía de dar para Euzkadi un sistema autonómico definitivo, una vez aprobada la
Carta Magna. La pre-autonomía vasca, fue sancionada finalmente por decreto del 30
diciembre de 1977 y se creó el mencionado Consejo General Vasco que llegó, muy,
cuestionado y en condiciones precarias; porque la elección del socialista Ramón
Rubial como presidente, decepcionó al mundo nacionalista, que había esperado que
fuese el PNV y su líder Juan Ajuriaguerra quienes asumiesen la dirección del nuevo
organismo.25
------------------------------------------------------------------------------------------------------------------21. Juan Pablo Fusi Aizpúrua. Los Nacionalismos y el Estado español del siglo XX.
Cuadernos de Historia Contemporánea. Arana, fue elegido diputado provincial por Vizcaya
(si bien con muchos de sus más de 4.000 votos prestados por la derecha católica no
nacionalista).Burgueses Euskalerriacos.
22. José Luis de la Granja. De Túbal a Aitor. La Contemporaneidad. Pág.510.En noviembre
de 1898 propone la creación de un Consejo Regional Vasco que no es más que una tímida
Mancomunidad de Diputaciones.Pero aunque mitiga sus postulados racistas e integristas, su
evolución política no va acompañada de una evolución ideológica similar.
23. José Luis de la Granja. De Túbal a Aitor. La Contemporaneidad. Pág.510.Para ello
planteo la desaparición del PNV y la creación de un nuevo partido llamado Liga de Vascos
Españolistas. De haberse llevado adelante su proyecto hubiese supuesto el triunfo de la tesis de
los euskalerriacos favorables a dicha evolución y cuyo modelo era la Liga Regionalista de
Cataluña.
24. Juan Pablo Fusi Aizpúrua. Los Nacionalismos y el Estado español del siglo XX.
Cuadernos de Historia Contemporánea. Pág.21-52
25. José Luis de la Granja. De Túbal a Aitor. La Contemporaneidad. Pág.630.El mayor
problema estuvo en la designación del presidente del consejo, cargo que el PNV junto con el
apoyo de EE proponía a Juan de Ajuriaguerra, mientras que el PSOE a Ramón Rubial.
9
La idea de recuperar la autonomía para el País Vasco perdida en la guerra civil estaba
en las agendas de todos los partidos desde la muerte del dictador, pero sin embargo,
las primeras reivindicaciones autonómicas, de corte foralista, no fueron debidas a los
partidos políticos, sino a un grupo de ayuntamientos que buscaban así enlazar con el
movimiento municipalista que en 1931 había dado lugar al Estatuto de Estella.26
8. La constitución.
La Constitución de 1978 diseño, un nuevo tipo de Estado que, en razón del amplio
reconocimiento que daba a la autonomía regional, pronto vino a denominarse Estado
de las Autonomías. Para intentar dar satisfacción especial al malestar vasco y de
enraizar la autonomía vasca (y la Navarra) en su pasado foral, la Constitución incluyó
disposiciones que derogaban las leyes que en su día (25 de octubre de 1839 y 21 de
julio de 1876) había abolido los Fueros vascos, y que (disposición adicional primera)
amparaban y garantizaban los “derechos históricos” de los ”territorios forales”, esto es,
Álava, Guipúzcoa, Vizcaya y Navarra, provincia a la que, además, la disposición
adicional cuarta permitía, como quedó dicho, optar o por integrarse en el País Vasco o
por seguir su vía foral propia.27
El PNV se abstuvo en el referéndum constitucional de diciembre de 1978, lo que
equivalió a una no aceptación de hecho de la nueva Constitución española. El PNV
aspiraba a que la Constitución se limitase a restablecer los “derechos históricos”
vascos abolidos en 1839 y 1876, lo que, desde la perspectiva peneuvista, habría
significado la restauración de la “soberanía” histórica de los vascos, el gobierno
argumentó que los derechos vascos sólo podían ser reconocidos en el marco de la
Constitución.28 Pero el problema tuvo una causa más profunda: el PNV no quería
aceptar una Constitución que no reconocía otra fuente de soberanía que la soberanía
española.
En cualquier caso, no hubo acuerdo, y, a pesar de que la Constitución contenía las
disposiciones forales y adicionales ya citadas, fue aprobada en el País Vasco con sólo
el 30,8 por 100 de votos afirmativos (abstención: 55,3 por 100; votos negativos: 10,5
por 100).29 Se puede decir como conclusión, que con los resultados, congruentes con
la fuerza de los diferentes partidos en aquel momento, se pudiese hablar de una
sociedad conflictiva y de una Constitución “contestada” en el País Vasco, pero no de
un rechazo porque las abstenciones no pueden contabilizarse como votos en contra.
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26. José Luis de la Granja. De Túbal a Aitor. La Contemporaneidad. Pág.628.En febrero de
1976 tomo forma el denominado Grupo de Alcaldes, liderado por el alcalde de Vergara José Luis
Elkoro, que en marzo envió un mensaje a Juan Carlos I a favor de la reintegración foral y del
Estatuto de autonomía. En julio con ocasión del centenario de la ley de abolición foral de 1876 se
celebro en Vergara un acto conmemorativo al que se adhirieron algunos partidos políticos .Este
movimiento de alcaldes se diluyo al tomar los partidos el protagonismo de la transición.
27. José Luis de la Granja. De Túbal a
Aitor. La Contemporaneidad. Pág.633.”La
constitución ampara y respeta los derechos históricos. La actualización general de dicho régimen
foral se llevara acabo, en su caso, en el marco de la Constitución y de los Estatutos de
Autonomía”.
28. Juan Pablo Fusi Aizpúrua. Los Nacionalismos y el Estado español del siglo XX.
Cuadernos de Historia Contemporánea. Pág.21-52. El problema del PNV tuvo dos causas
inmediatas: su marginación del proceso constituyente (pues al no disponer de minoría
parlamentaria suficiente no se le reservó puesto propio en la ponencia constitucional) y la falta de
acuerdo sobre lo que se llamó “enmienda foral”, esto es, las varias disposiciones forales (y
desde luego, pro-vascas) que, como hemos visto, se incorporarían a la Constitución.
29. José Luis de la Granja. De Túbal a Aitor. La Contemporaneidad. Pág.633.El resultado
de este referéndum en el País Vasco ha sido objeto de múltiples interpretaciones, difíciles de
calibrar, puesto que resulta difícil distinguir la abstención técnica de la que era consecuencia de
la campaña del PNV.
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9. El Estatuto.
El 17 de julio de 1979 se llegó finalmente a un acuerdo entre los representantes
vascos y el Gobierno de Madrid sobre el Estatuto de Autonomía vasco, elaborado
desde noviembre de 1978 por la Asamblea de Parlamentarios Vascos y aprobado por
ésta, en Gernika, el 29 de diciembre de 1978. Se establecía una comunidad autónoma
vasca, Euskadi, con Gobierno y Parlamento propios, co-oficialidad de castellano y
euskera, amplia autonomía fiscal (basada en el Concierto Económico, en virtud del
cual el País Vasco quedaba fuera del sistema fiscal del Estado, y pagaría al gobierno
central un cupo anual acordado por ambas administraciones), policía autónoma y
competencias exclusivas en materias como educación, cultura, obras públicas, justicia
y seguridad social.30
El Estatuto admitía tambien el derecho de Navarra a formar parte de la Comunidad del
País Vasco, pero aceptaba para su hipotética incorporación el procedimiento previsto
en la Constitución, lo que significó que, una vez constituidos tras las elecciones de
abril de 1979, los nuevos órganos forales navarros (la Diputación Foral y el Parlamento
Foral), Navarra optó por seguir su propia vía como comunidad foral separada, opción
sancionada finalmente (también tras largas y complicadas negociaciones con los
representantes del Estado central) por la Ley de Amejoramiento de Fuero de la
Comunidad Foral de Navarra, de 10 de agosto de1982. El País Vasco había recobrado
la autonomía política que ya había alcanzado en la década de 1930. El Parlamento
vasco fue elegido en la primavera de 1980 y lo presidirá Carlos Garaicoetxea.
De esta manera quedaba cerrada la transición en Vasconia ahora solo quedaba por
diseñar y construir la realidad vasca con arreglo al texto del Estatuto.
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30. José Luis de la Granja. De Túbal a Aitor. La Contemporaneidad. Pág.637.El siguiente
paso era convocar el referéndum, que significativamente se celebro el 25 de octubre aniversario
de la Ley sobre los fueros de 1839 que el PNV interpretaba como el final de la independencia
vasca. La gran mayoría de los partidos apoyaron el voto afirmativo menos alguno de extrema
derecha o izquierda así como HB que fiel a su estrategia antisistema preconizo la abstención.
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10. Resumen.
Los Fueros se remiten a las antiguas leyes y costumbres de origen bajo
medieval que fueron donados por el monarca a un territorio concreto. En ocasiones,
estos Fueros eran similares de una villa a otra.
Los diferentes monarcas hispanos de los siglos XV al XVIII, tanto Austrias (XVIXVII) como los Borbones (siglo XVIII) respetaron y mantuvieron estos fueros en el País
Vasco.
El fin de los Fueros en el País Vasco se anuncia en los enfrentamientos entre
Carlistas y Liberales, en la conocida primera guerra carlista tras la muerte de Fernando
VII y la abolición de la Ley Sálica.
La derrota de los Carlistas en sus tres enfrentamientos contra los Liberales se
presenta con el fin del tradicionalismo y Fueros.
El sentido centralista del Liberalismo pone fin al Pase Foral y es la figura de
Cánovas del Castillo en tiempos de Alfonso XII quien destaca en este aspecto.
Cánovas establece en 1876 la abolición de los Fueros y establece el llamado
Concierto Económico que, pensado en un primer momento con un carácter temporal,
se mantendrá en el tiempo y llega a nuestros días.
Consecuencia de la pérdida de los Fueros y fracaso de las guerras carlistas nace
un sentimiento romántico de la mano de Sabino Arana que se extiende tras el
nacimiento del Partido Nacionalista Vasco.
En 1937 las tropas del Gobierno Autónomo Vasco se rindieron en Santoña a los
italianos aliados del General Franco. Considerando a Vizcaya y a Guipúzcoa
"provincias traidoras", Franco abolió sus fueros, manteniéndolos en Álava y Navarra.
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11. Conclusiones.
El objetivo fundamental de este trabajo era poner en orden las ideas, que hemos
aprendido en clase sobre los fueros, y en lo posible ampliar conocimiento a través de
la historia para poder finalmente entender mejor el presente que tenemos.
En nuestra opinión, la cuestión central es, que la querencia por los fueros, ni
supuso ni supone ahora un deseo real de recobrar la “leyes viejas”, si no de usarlas
como símbolo de prestigio y pedigrí histórico.
La razón por la que muchos nacionalistas vascos comienzan por reclamar “los
derechos históricos” a partir de las guerras carlistas es porque no ven, o no quieren
verlo, que el verdadero motivo de estas guerras fue el absolutismo. Poner un rey en el
trono, y nunca un intento de las provincias vascas de recobrar su “independencia
perdida en guerra con España”.
Para finalizar decir que lo hemos pasado muy bien realizando este trabajo, ha
sido muy nutritivo, y además ha aumentado considerablemente el conocimiento que
teníamos sobre el tema.
Legutiano 25 de mayo 2008
Soledad Pérez de Arrilucea
Alfonso Gracia Barra
mailto:[email protected]
mailto:[email protected]
12. Bibliografía consultada.
ARTOLA, M., La burguesía revolucionaria (1808-1874), Madrid, Alianza Editorial. 1990.
ARTOLA M., Partidos y programas políticos, 1808-1936. Madrid, Alianza Editorial. 1991
BAHAMONDE, A. y MARTÍNEZ, J.A., Historia de España siglo XIX, Madrid, Ed. Cátedra.
1994.
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1876-1906., Diputación Foral Alava., 1997.
MARTÍNEZ DE VELASCO, A., SÁNCHEZ MANTERO, R., y MONTERO, F., Manual de
Historia de España. 5. Siglo XIX. Madrid, Historia 16. 1990.
JOVER ZAMORA, J.M., GÓMEZ-FERRER, G., FUSI AIZPÚRUA, J.P.,
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España:
TUÑÓN DE LARA, M., (Dir.), (1981) Historia de España, Barcelona, Labor: Vol VII,
FERNÁNDEZ DE PINEDO,
IÑAKI BAZAN (DIR.) ELISEO GIL, JUAN MADARIAGA, JOSE L. DE LA GRANJA,
SANTIAGO DE PABLO. De Túbal a Aitor. Historia de Vasconia Editorial Esfera .2002.
JOSE LUIS COMELLAS. Historia de España moderna y Contemporánea. Ediciones
Rialp. Séptima edición.
JUAN PABLO FUSI AIZPÚRUA. Los Nacionalismos y el Estado español del siglo XX.
Cuadernos de Historia Contemporánea.
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