CIENCIA & TRABAJO • AÑO 10 • NÚMERO 30 •OCTUBRE / DICIEMBRE • 2008 AÑO 10 • NÚMERO 30 • OCTUBRE / DICIEMBRE • 2008 www.cienciaytrabajo.cl ISSN 0718-0306 versión impresa, ISSN 0718-2449 versión en línea, Cienc Trab. 2008 oct-dic; 10 (30) C i e n c i a & T r a b a j o Cara a Cara con la Seguridad de los Juguetes | A78 Estrés, Trabajo y Salud: Una Perspectiva Global Prevalencia de Enfermedades Profesionales | 113 Desgaste Ocupacional | 143 Violencia Laboral | 151 Desequilibrio Esfuerzo-Recompensa | 157 Editorial | Ciencia & Trabajo INVERTIR EN SALUD MENTAL Este es el título de una publicación del Departamento de Salud Mental y Abuso de Sustancias de la Organización Mundial de la Salud (OMS) que busca llamar la atención de la comunidad internacional sobre un problema creciente. “Para todas las personas, la salud mental y física y el bienestar social son componentes vitales inextricablemente ligados”. La importancia de este problema no puede comprenderse si no se cuenta con algunas definiciones previas. En primer lugar se debe precisar el concepto de salud mental que, según la OMS “...puede ser definida como el estado de bienestar que permite a los individuos realizar sus habilidades, afrontar el estrés normal de la vida, trabajar de manera productiva y fructífera, y hacer una contribución significativa a sus comunidades”. Ante una situación anormal —como los desastres, crisis personales o familiares— es esperable que aparezcan ciertos sentimientos que pueden provocar tensión y angustia en las personas. Dependiendo de las características de ellas y de las magnitudes de los eventos, el recuerdo de lo sucedido será parte de la vida de los afectados y no se borrará de su memoria. Esta reacción “esperable” derivará, en algunos pocos sujetos, en problemas más serios o duraderos que podrán calificarse como psicopatología. Cuando los eventos afectan a grupos de personas (es el caso de los desastres u otros tipo de circunstancias inesperadas, sorpresivas y traumáticas) el enfoque habitual es atender a aquellos individuos que manifiestan problemas, pero esta estrategia sirve sólo a un número muy reducido de las personas afectadas. Por el contrario, si las intervenciones son también masivas, el número de afectados y la magnitud del impacto disminuyen notablemente. El desarrollo del conocimiento sobre este problema ha permitido entender que la salud mental es crucial para asegurar el bienestar general de los individuos, sociedades y países. La magnitud del problema es creciente, según indica la publicación de la OMS, ya que estima que alrededor de 450 millones de personas sufren de un trastorno mental o de la conducta, alrededor de 1 millón de personas se suicidan cada año, cuatro de las 6 causas principales de los “años vividos con discapacidad” resultan de trastornos neuropsiquiátricos (depresión, trastornos generados por el uso de alcohol, esquizofrenia y trastorno bipolar) y una de cada cuatro familias tiene por lo menos un miembro afectado por un trastorno mental. El impacto sobre la productividad de los países es también muy significativo en algunas sociedades. Si bien las estimaciones de los costos no están disponibles para todos los trastornos mentales ni todos los países, los problemas de salud mental costaron a EE.UU. Editorial el 2,5% del Producto Nacional Bruto (PNB) en los años 1990. En los Estados miembros de la Unión Europea este costo fue estimado entre el 3% y el 4% del PNB en el año 2000. Siendo tantos los factores que pueden amenazar a la salud mental, uno de los aspectos que ha concitado mucha atención es el rol del trabajo. Otra publicación de la OMS -Mental Health Policies and Programmes in the Workplace- aborda este problema. Según ella, “el desarrollo e implementación de una política y programa de salud mental en el trabajo beneficiará a los empleados, aumentará la productividad de la empresa y contribuirá al bienestar de toda la comunidad”. Según esta publicación, factores como la carga de trabajo (tanto la excesiva como la insuficiente), falta de participación, trabajos monótonos o poco placenteros, falta de definición de funciones, falta de reconocimiento, inequidad, malas relaciones interpersonales, malas condiciones de trabajo, liderazgo inefectivo o inexistente, conflicto entre las demandas laborales y familiares, son algunos de los factores que un buen programa de promoción de la salud mental en la empresa debería considerar. Esta visión de la OMS es sin duda mucho más positiva que aquella que intenta encontrar en el trabajo la fuente de todos los problemas de la comunidad, pero la presencia de esta última no puede ser ignorada. Así, el trabajo serio de investigadores de los trastornos psicosociales debe superar las barreras que las interpretaciones negativas intentan hacer de cada dato publicado. Este volumen de C&T contiene algunos de los trabajos presentados al Segundo Foro de las Américas en Investigación sobre Factores Psicosociales en el Trabajo, en el cual investigadores de toda Latinoamérica, pero particularmente de México, intentan aportar al conocimiento de este aspecto de la salud mental. Como es de esperar, las visiones de los investigadores son particulares y no necesariamente concordantes con la postura de la OMS, pero los resultados de sus investigaciones contribuyen de todos modos a mejorar el conocimiento sobre el rol de los factores laborales sobre la salud mental de la población. En concordancia con su misión, C&T espera recibir aportes serios provenientes de todas las corrientes de pensamiento sobre los fenómenos psicosociales, en particular de aquellos presentes en nuestra región. Por su parte, la Fundación Científica y Tecnológica de la Achs ha incursionado en esta área desde la perspectiva positiva y holística, identificando no sólo los factores psicosociales que pueden estar tras el fenómeno que afecta a la empresa (principalmente fatiga) sino que evaluando el impacto de los factores biológicos y ambientales que pueden (y suelen tener) un impacto significativo sobre la salud de los trabajadores. Dr. Gustavo Contreras T, Director Ejecutivo Fundación Científica y Tecnológica Achs [email protected] Ciencia & Trabajo | AÑO 10 | NÚMERO 30 | OCTUBRE / DICIEMBRE 2008 | www.cienciaytrabajo.cl A73 AÑO 10 • NÚMERO 30 • OCTUBRE / DICIEMBRE • 2008 A Ciencia & Trabajo Referencias e Indización: Corrector de Texto: Traducción: Diseño Gráfico: Jefe Administración: Asistente Producción: Secretaria: Distribución: MD Gustavo Contreras T. Michael Taub S. Dr. Horacio Tovalín A. Mtra. Susana Martínez A. Mtra. Clara Hernández V. Dr. Arturo Juárez G. Ms. Aldo Vera C. Katherinne Rivas C. Ramón Espinoza Eduardo Bayas F. Corina García H. Michael Taub S. Constanza Cazenave S. Catalina Coll B. Julieta Aguilar Mauricio Millares CONSEJO EDITORIAL: Dra. Luz Claudio Mount Sinai School of Medicine, New York. USA. Oscar Nieto, Saúl Ángel Vivas Fundación Iberoamericana de Seguridad y Salud Ocupacional, Argentina. Dr. Guillermo Acuña Clínica las Condes, Chile. Dr. Eduardo Algranti FUNDACENTRO, Brasil. PhD Shrikant Bangdiwala Escuela de Salud Pública, Universidad Carolina del Norte, USA. PhD Marisol Concha Asociación Chilena de Seguridad, Chile. Dra. Catterina Ferreccio Departamento de Salud Pública, Pontificia Universidad Católica, Chile. PhD Francisco Cumsille Escuela de Salud Pública, Universidad de Chile, Chile. PhD Pedro R. Gil-Monte Departamento de Psicología Social, Facultad de Psicología Universidad de Valencia, España. PhD Thomas Goehl Consulting for the US National Library of Medicine and the Fogarty International Center. PhD Arturo Juárez García Facultad Psicología, Universidad Autónoma del Estado de Morelos, UAEM. PhD Dana Loomis Escuela de Salud Pública, Universidad de Carolina del Norte, USA. PhD Steven Markowitz Queens College, New York, USA. Víctor Olivares F. Departamento de Psicología Social, Facultad de Psicología Universidad de Valencia, España. PhD Claudio Silva Escuela de Salud Pública, Universidad de Chile, Chile. PhD Kyle Steenland Escuela de Salud Pública, Universidad de Emory, USA. Aldo Vera C. Escuela de Salud Pública, Facultad de Medicina Universidad de Chile. Revista Ciencia & Trabajo se encuentra en las siguientes bases de datos: LILACS (www.bireme.br) •Ulrich´s International Periodicals Directory Redalyc (www.redalyc.com) • Latindex (www.latindex.org) scholar.google.com (www.scholar.google.com) Foto Portada: Montaje Corina García. Director: Editor Jefe: Editores Invitados: ISSN 0718-0306 versión impresa ISSN 0718-2449 versión en línea Para revisar y descargar éste y números anteriores de Ciencia & Trabajo en formato PDF, visite www.cienciaytrabajo.cl “C&T, Ciencia & Trabajo” es una publicación trimestral, propiedad de la Fundación Científica y Tecnológica Asociación Chilena de Seguridad. Derechos Reservados. Todos los textos publicados están protegidos por derecho de autor, conforme a la ley No 17.336 de la República de Chile. Se autoriza la publicación posterior o la reproducción total o parcial de los artículos, en formato impreso o electrónico, siempre y cuando se cite “C&T, Ciencia & Trabajo”, como fuente primaria de publicación. Vicuña Mackenna 210, piso 6, Providencia - Chile. Teléfono: (56-2) 685 3884 • Fax: (56-2) 685 2963 • e-mail: [email protected] • Internet: www.cienciaytrabajo.cl Imprenta: Puerto Madero A74 www.cienciaytrabajo.cl | AÑO 10 | NÚMERO 30 | OCTUBRE / DICIEMBRE 2008 | Ciencia & Trabajo Index | Ciencia & Trabajo Índice Index A73 A75 A76 A73 A75 A76 Editorial Índice En este número Artículos de Difusión A78 Sección Ehp Cara a Cara con la Seguridad de los Juguetes Artículos Originales 113 Prevalencia de Enfermedades Profesionales con Dictamen de Invalidez, Región Metropolitana, Años 2005-2006 Pérez Ma. A Editorial Index In this Issue Diffusion Articles A78 Ehp’s Section Face to Face With Toy Safety Original Articles 113 Prevalence of Occupational Diseases With Disability Determination, Metropolitan Region, Years 2005-2006 Pérez Ma. A 120 Burnout, Autoeficacia y Estrés en Maestros Peruanos: Tres Estudios Fácticos Fernández M 120 Burnout, Self-Efficacy and Stress in Peruvian Teachers. Three Factical Studies Fernández M 126 Un Estudio Exploratorio Sobre Estresores Laborales en Conductores de Transporte Público Colectivo en el Estado de Morelos, México Lima C, Juárez A 126 An Exploratory Study on Occupational Stressors in Public Transport Drivers in the State of Morelos, Mexico Lima C, Juárez A 132 Factores Psicosociales del Trabajo y su Relación con la Salud Percibida y la Tensión Arterial: Un Estudio con Maestros Escolares en Bogotá, Colombia Gómez V 132 Occupational Psychosocial Factors and Their Relationship With Perceived Health and Arterial Tension: A Study With Primary School Teachers in Bogota, Colombia Gómez V 138 Factores Psicosociales Laborales y Síndrome de Burnout, Diferencias entre Hombres y Mujeres Docentes de Secundaria, Zona Metropolitana de Guadalajara, México Aldrete M, Preciado M, Franco S, Pérez J, Aranda C 138 Occupational Psychosocial and Burnout Syndrome Differences Among Male and Female High School Teachers, Metropolitan Area of Guadalajara, Mexico Aldrete M, Preciado M, Franco S, Pérez J, Aranda C 143 Perfil Psicosomático y de Desgaste Ocupacional en Cajeros del Sector Bancario con Escala EMEDO Uribe J, García A, Pichardo C, Retiz A 143 Psychosomatic and Occupational Burnout Profile in Bank Tellers Using the EMEDO Scale Uribe J, García A, Pichardo C, Retiz A 151 Violencia Laboral, su Significación desde Hombres y Mujeres Vivas V, Delgadillo L, Mercado A 151 Occupational Violence, Its Meaning from the Perspective of Men and Women Vivas V, Delgadillo L, Mercado A 157 Desequilibrio Esfuerzo-Recompensa y Estado de Malestar Mental en Trabajadores de Servicios de Salud en Chile Canepa C, Briones J, Pérez C, Vera A, Juárez A 157 Effort-Reward Unbalance and Mental Uneasiness State in Health Services Workers in Chile Canepa C, Briones J, Pérez C, Vera A, Juárez A Artículo de Educación 161 Árboles de Clasificación y Regresión: Modelos Cart Educational Article 161 Classification and Regression Trees: Cart Models Schiattino I, Silva C Schiattino I, Silva C Ciencia & Trabajo | AÑO 10 | NÚMERO 30 | OCTUBRE / DICIEMBRE 2008 | www.cienciaytrabajo.cl A75 En este Número ARTÍCULO DE DIFUSIÓN Factores Psicosociales del Trabajo y su Relación con la Salud Percibida y la Tensión Arterial: Un Estudio con Maestros Escolares en Bogotá, Colombia El objetivo de esta investigación fue identificar la prevalencia de factores psicosociales en el trabajo de profesores de escuela de Colombia, y evaluar la relación de estos factores psicosociales con la salud mental y presión arterial en el grupo. Cara a Cara con la Seguridad de los Juguetes: Comprendiendo una Amenaza Inesperada Este artículo revela un fenómeno preocupante ocurrido en EE.UU.: los niveles de toxicidad de algunos juguetes infantiles podría ser perjudicial para la salud, lo que ha implicado incautaciones y ha generado un interesante debate en torno al tema. ARTÍCULOS ORIGINALES Prevalencia de Enfermedades Profesionales con Dictamen de Invalidez, Región Metropolitana, Años 2005-2006 Revisa el sistema de información de los Dictámenes de Invalidez que implementó el Departamento de Salud Ocupacional del SEREMI-RM con el fin de caracterizar el perfil de las enfermedades profesionales que afecta a los trabajadores para conocer la magnitud del problema y proponer intervenciones. Burnout, Autoeficacia y Estrés en Maestros Peruanos: Tres Estudios Fácticos El trabajo docente muchas veces está asociado a niveles de estrés que puede llegar a extremos intolerables para algunos profesores. Este artículo resume tres estudios realizados a profesores de Perú, cuyos resultados confirman esta condición.. Factores Psicosociales Laborales y Síndrome de Burnout, Diferencias entre Hombres y Mujeres Docentes de Secundaria, Zona Metropolitana de Guadalajara, México Analiza e identifica las diferencias de los factores psicosociales laborales y el Síndrome de Burnout en hombres y mujeres docentes de secundaria en México. Perfil Psicosomático y de Desgaste Ocupacional en Cajeros del Sector Bancario con Escala EMEDO Relaciona el agotamiento profesional con los trastornos psicosomáticos que presentan cajeros bancarios de México, así como su relación con diversas variables demográficas. Violencia Laboral, su Significación desde Hombres y Mujeres Este estudio realizado en México analiza la experiencia de la violencia laboral desde el empleado y lo que dicho fenómeno significa para quien lo padece, además de sus efectos. Desequilibrio EsfuerzoRecompensa y Estado de Malestar Mental en Trabajadores de Servicios de Salud en Chile Grandes esfuerzos y pocas recompensas en los trabajadores de los servicios de salud de Chile, tendría una relación positiva con los malos estados de salud mental y la presencia de estrés laboral, situación que es revisada en este estudio. Un Estudio Exploratorio Sobre Estresores Laborales en Conductores de Transporte Público Colectivo en el Estado de Morelos, México Los conductores del transporte público en México, así como los de muchos países en desarrollo, se enfrentan a una serie de situaciones estresantes. Este estudio identifica los principales estresores percibidos por ellos. . ARTÍCULO DE EDUCACIÓN Árboles de Clasificación y Regresión: Modelos Cart Los autores explican cómo se construyen los árboles de clasificación y regresión según la metodología Cart, e ilustran su aplicación en problemas de salud de niños, jóvenes y trabajadores. A76 1/1 | www.cienciaytrabajo.cl | AÑO 10 | NÚMERO 30 | OCTUBRE / DICIEMBRE 2008 | Ciencia & Trabajo Environmental Health P E R S P E C T I V E S ehp | Cara a Cara con la Seguridad de los Juguetes Cara a Cara con la Seguridad de los Juguetes Comprendiendo una Amenaza Inesperada H Hasta marzo de 2007, se podía encontrar a miles de niños en todo el país jugando con camiones, helicópteros y soldados de juguete vendidos en el mercado bajo la marca Elite Operations. Los juguetes eran divertidos, y lucían muy bien con su gruesa capa de pintura brillante. El problema fue que la pintura estaba cargada con 5.000 ppm de plomo, un potente tóxico neuronal para el cual no se conocen niveles seguros de exposición. Cuando los altos niveles de plomo fueron detectados durante una inspección rutinaria, la Consumer Product Safety Commision (CPSC) emitió una orden de retirarlos del mercado, la primera para juguetes contaminados con plomo en 2007. Órdenes de retirar un producto del mercado debido a su contenido en plomo no son frecuentes, pero no sin precedentes en los Estados Unidos, con sólo un puñado de ellas emitidas en la última década. Finalmente, cerca de 130.000 unidades de Elite Operations —manufacturadas por una empresa de Hong Lushpix Kong llamada Toy Century Industry e importados por Toys R Us— fueron retiradas de circulación. Ciencia & Trabajo | AÑO 10 | NÚMERO 30 | OCTUBRE / DICIEMBRE 2008 | www.cienciaytrabajo.cl | A78/A85 A79 Artículo de Difusión | ehp La industria del juguete, de 22 mil millones de dólares americanos, vende alrededor de 3 mil millones de juguetes cada año. En 2007 hubo 81 retiros de juguetes desde el mercado por una variedad de razones. La mitad de éstos, con alrededor de 6 millones de juguetes, se debieron a pintura con plomo. y encontró que los niveles elevados eran mucho más comunes de lo que había supuesto. Al final del año, 42 órdenes de retirar del mercado cerca de 6 millones de juguetes se habían emitido debido a los excesivos niveles de plomo. Los juguetes contaminados con plomo se convirtieron en una de las principales historias de salud ambiental de los últimos tiempos. Fue chocante pensar que los niños se estaban envenenando mientras jugaban, y por nada menos que por plomo, un metal tóxico que los consumidores suponían se había retirado de los productos hacía mucho tiempo. Ahora el plomo estaba de vuelta, provocando escándalo sobre la seguridad de los juguetes. ¿En quién puede usted confiar? El aumento de las inspecciones de seguridad en los últimos meses puso de manifiesto que incluso los juguetes de marcas de confianza pueden contener niveles de plomo potencialmente peligrosos. Muchos expertos culpan al traslado de la fabricación al exterior —lo que hace más difícil la vigilancia— como una razón de porqué los materiales peligrosos están volviendo a los productos de consumo. A80 Buscando respuestas "La cuestión de los 'juguetes tóxicos' en verdad expuso fallas en los procedimientos de ensayos de seguridad", dice Sally Edwards, una investigadora del Centro Lowell para la Producción Sostenible en la Universidad de Massachusetts Lowell. "La CPSC tiene responsabilidad sobre más de quince mil productos, pero no tiene suficiente financiamiento, ni suficiente personal, y depende de pruebas voluntarias en la industria. Es más, la industria del juguete es altamente competitiva; los consumidores esperan bajos precios, lo que obliga a los fabricantes a buscar materiales de bajo costo. Al externalizar los costos de producción, usted va a pagar el precio en alguna parte". Hace años, la mayoría de los juguetes vendidos en los Estados Unidos eran producidos en el país. Ahora, el 87% se produce en el extranjero, según Santa’s Sweatshop: "Made in D.C." with Bad Trade Policy, un Informe de diciembre de 2007 emitido por la organización sin fines de lucro Public Citizen; y, de ésos, el 74% se fabricó en China, donde al parecer la pintura con plomo se utiliza profusamente. Un estudio dirigido por Scott Clark, un profesor de salud ambiental de la Universidad de Cincinnati, encontró que el 50% de la pintura vendida en China, India y Malasia tenía concentraciones de plomo 30 veces superiores a los estándares de la CPSC. Esa conclusión se publicó en Environmental Research en septiembre de 2006. Con el desplazamiento de la fabricación al extranjero, los importadores de juguetes de EE.UU. han llegado a depender cada vez más de los resultados de las pruebas de los proveedores extranjeros. Pero para las em- A78/A85 | www.cienciaytrabajo.cl | AÑO 10 | NÚMERO 30 | OCTUBRE / DICIEMBRE 2008 | Ciencia & Trabajo De arriba hacia abajo: AP Photo/Jose Luis Magana; AP Photo/Kevin Wolf En un año típico, la orden de retirar del mercado hubiera apenas inquietado a la industria del juguete de 22 mil millones de dólares americanos, que vende 3 mil millones de unidades al año. Sin embargo, 2007 estuvo muy lejos de ser típico en lo que se refiere a órdenes de retirar del mercado productos importados. Alimentos para mascotas contaminados, jarabe para la tos, pasta de dientes, y otros productos —principalmente hechos en China— fueron abruptamente retirados de las estanterías de las tiendas bajo la atenta mirada de los medios de comunicación. Dado que la mayoría de sus productos son fabricados en China, la industria del juguete aumentó sus inspecciones en busca de plomo, AP Photo/Ben Margot ehp | Cara a Cara con la Seguridad de los Juguetes presas ha sido problemático controlar las neos hasta tales concentraciones. Por lo tanla edición de febrero de 2008 de pruebas que se hacen en el exterior, y la to, el juego de cartas de la estrella Pop Environmetal Health Perspectives]. evidencia creciente sugiere que son más esHannah Montana puede ser vendido legalFuentes de plomo no reglamentada porádicas de lo que uno podría suponer. En mente, aunque su contenido en plomo es Entre los juguetes sometidos a prueba por el el testimonio ante el congreso realizado el más de 5 veces superior a lo permitido por el Ecology Center, 17% tenían concentraciones 19 de septiembre de 2007, el presidente y estándar en pinturas. de plomo superiores al estándar para pintura director ejecutivo de Mattel, Robert A. Esto plantea algunas preguntas obvias: de 600 ppm de la CPSC. Los niveles de ploEckert, reconoció que "algunos proveedores ¿Los niños son realmente menos propensos a mo en estos juguetes típicamente van desde [del extranjero], ya sea deliberadamente o mascar juguetes de vinilo que aquellos pinta1.000 a 2.000 ppm. Sin embargo, algunos por negligencia, eluden nuestras [pruebas] dos? Y, si lo hacen, ¿se filtraría el plomo desde normas y procedimientos establecidas desde hace tiempo". Como resultado de ello, Mattel sufrió 3 órdenes de retirar del mercado juguetes con pintura con plomo en 2007. Jeff Gearhart, director de campaña para el Ecology Center, un grupo ambiental sin fines de lucro en Ann Arbor, Michigan, insiste en que los juguetes chinos no son los únicos culpables. Las investigaciones del centro han demostrado que juguetes que contienen plomo proceden de numerosos países además de China, entre ellos Canadá, México, Tailandia y los Estados Unidos. "No hay nada prístino en la estructura normativa o en las prácticas de producción de los Adorno de alto riesgo. Esta pulsera de niña contenía niveles peligrosos de plomo según el laboratorio de la EE.UU. que impida que se proAgencia de Calidad Ambiental y de Protección del Departamento de Control de Sustancias Tóxicas. Un tercio de la duzcan juguetes tóxicos aquí", joyería infantil sometida a prueba hasta la fecha por el Departamento de Control de Sustancias Tóxicas de California contenía excesivos niveles de plomo. Más aun, estudios realizados por el Ecology Center han demostrado que las dice Gearhart. joyas contienen algunos de los niveles más altos de plomo entre todos los productos infantiles probados. El Ecology Center ha completado recientemente el análisis de de los niveles más altos no se encontraban en el vinilo hacia el cuerpo de los niños a tasas riesgos químicos en los juguetes de mayor la pintura, sino en plásticos y joyas, que no diferentes a las que se filtra el plomo desde la alcance hasta ahora. Sus resultados, publiestán reguladas por la CPSC. En un juego de pintura? "No hemos encontrado que el plocados el 5 de diciembre de 2007 en el sitio cartas plástico de la estrella pop Hannah mo se filtre del vinilo", responde Vallese, web Guía de Acción del Consumidor para Montana, por ejemplo, se encontraron 3.056 añadiendo que el mandato legal de la CPSC Juguetes con Productos Químicos Tóxicos ppm de plomo. —tal como fue articulado en la Ley Federal (www.healthytoys.org), encontró plomo Julie Vallese, portavoz de CPSC dice que de Sustancias Peligrosas— obliga a consideren un 35% de los 1.200 productos para la agencia ordenaría el retiro de un juguete de ar la exposición, además de toxicidad a la niños sometidos a prueba. Un número vinilo del mercado sólo si se encontrase que hora de evaluar los riesgos; en otras palabras, menor de juguetes —un número inferior los niños interactúan con él de una manera los fabricantes pueden vender productos poal 5% del total evaluado— también conque podría dar lugar a una dosis oral de plotencialmente tóxicos, siempre y cuando sea tenía trazas de arsénico y/o cadmio. El sitio mo de al menos 175 µg/día. Esa es la cantipoco probable que la vía de exposición se alberga ahora lo que el Ecology Center dad que, según las investigaciones de la agencomplete. dice es la más completa base de datos cia, podrían causar que los niveles en la sanPero Ted Schettler, director de la Red de pública sobre riesgos tóxicos en los gre superen los 10 µg/dL, el nivel en que el Ciencia y Salud Ambiental, un grupo sin juguetes en existencia, que incluye tanto Centro para el Control de Enfermedades fines de lucro en Ames, Iowa, contesta que el sus propios resultados así como los de otros aconseja la intervención médica. Sin embarplomo puede filtrarse del vinilo bajo condiinvestigadores [para obtener más informago, Vallese dice que dado que los niños no ciones que incluyen temperaturas altas y bación, consulte el apartado "Guía de Acción suelen masticar el vinilo, es poco probable jo pH. "Si un pequeño juguete de vinilo se del Consumidor para Juguetes con que los juguetes aumenten los niveles sanguíingiere, se puede apostar a que el plomo se Productos Químicos Tóxicos", p. A69 de Ciencia & Trabajo | AÑO 10 | NÚMERO 30 | OCTUBRE / DICIEMBRE 2008 | www.cienciaytrabajo.cl | A78/A85 A81 Artículo de Difusión | ehp desprenderá; los ácidos del estómago lo extraerán", dice. Schettler también señala un artículo del 25 junio 1993 de la MMWR Weekly Report en el que se documenta el envenenamiento por plomo en un hombre cuya única exposición habitual conocida fue la de masticar vinilo impregnado de plomo, en este caso, el recubrimiento de cables eléctricos. Mientras tanto, algunas partes de los juguetes de vinilo son suficientemente pequeñas como para ser tragadas. El 18 de noviembre de 2007 el Chicago Tribune informó que los zapatos de vinilo de una muñeca Jammin 'Jenna hecha por Ty tenía un contenido en plomo en un promedio de 1.980 ppm (sin embargo, no existe un caso conocido en el que uno de estos zapatos se haya consumido). Vallese responde que un artículo como un zapato de vinilo contaminado por plomo, que podría ser nocivo si se ingiere, podría ser objeto de análisis de riesgo adicionales. "Estamos trabajando con el Ecology Center ahora, tratando de obtener más información sobre los productos que analiza", dice Vallese. "Pero [además de niveles de plomo en pintura por encima de 600 ppm, que sí amerita órdenes de retirar del mercado] no estamos obligados a adoptar medidas de cumplimiento de la ley a menos que la exposición justi- talmente de plomo. The New York Times informó el 29 de septiembre del 2007, sobre 2 casos que afectaron a niños que habían tragado joyas que contenían plomo. En uno de ellos, un menor de 4 años de edad murió con niveles de plomo en la sangre de 180 µg/dL después de tragar un colgante con forma de corazón que venía con un par de zapatos Reebok para niños. En otro, una niña de 5 años de edad que comió parte de una pulsera de tobillo se salvó gracias a un tratamiento, pero no antes de que su sangre llegara a 79 µg/dL de plomo. La CPSC reconoce que la joyería infantil es un problema. "La agencia ha convertido este tema en una prioridad", afirma Vallese. "Sé que los niños pondrán estas cosas en sus bocas. Estamos tratando de que los fabricantes utilicen metales no peligrosos. Hay un riesgo de exposición que queremos abordar desde el proceso de diseño de la norma". Sin embargo, aun cuando la normativa de la CPSC apunte a mantener niveles de plomo en la sangre menores a 10 µg/dL, la evidencia creciente sugiere que concentraciones mucho más bajas pueden producir problemas cognitivos en los niños. Una investigación realizada por Bruce Lanphear, director del Centro para la Salud Ambiental de los Niños de Cincinnati, en la que combinaron los resultados de 7 estudios en todo el Sobre la base de estos datos, la Academia Americana de Pediatría llegó recientemente a la conclusión de que el estándar de la CPSC para el plomo en la pintura debe modificarse desde 600 ppm a 40 ppm, que es el límite superior para el contenido de plomo en los suelos no contaminados, de acuerdo con el testimonio en el congreso dado el 20 de septiembre del 2007 por Dana Best, un profesor asistente de pediatría en la escuela de medicina de la Universidad George Washington. Vallese plantea que la CPSC está obligada por ley a su actual estándar, pero la legislación pendiente podría cambiar aquello. Un proyecto de ley aprobado el 19 de diciembre del 2007 por la Cámara de Representantes —HR 4040, el Acta de Modernización de la Seguridad para los Productos de Consumo, patrocinado por Bobby Rush (D-IL)— propone reducir gradualmente el estándar de la CPSC a 100 ppm en 4 años, un nivel, dice Vallese, que sería el más estricto en el mundo. No sólo de plomo La debacle del plomo sorprendió a una industria del juguete que se encontraba sufriendo ante los esfuerzos por prohibir el uso de ftalatos, productos químicos usados para ablandar el vinilo añadido a los juguetes de goma para el baño y anillos de dentición, así Tanto la industria del juguete como la CPSC dicen que los ftalatos en los juguetes no exponen a los niños a riesgo, pero los escépticos replican que los comportamientos bucales de los niños hacen que sean especialmente vulnerables a los daños causados por estas sustancias. La Unión Europea, el estado de California, y la ciudad de San Francisco han prohibido 6 ftalatos en juguetes en fique tal medida. Hacemos cumplir las leyes, y así es como está escrita la ley". De acuerdo con Vallese, la CPSC puede cambiar sus reglamentos concernientes a la joyería infantil, en la que el Ecology Center encontró los niveles de plomo más altos de cualquier producto infantil en el mercado. De acuerdo con las investigaciones del Ecology Center, algunos brazaletes, pendientes, llaveros, anillos y otras joyas comercializadas a bajo costo para los niños se hacen to- A82 mundo, no encontró pruebas de un umbral de toxicidad para el plomo; se ha encontrado deficiencias en el CI persistentes con niveles de plomo en la sangre por debajo de las 5 µg/dL. Los resultados se publicaron en la edición de julio del 2005 de EHP. "Desde entonces, varios estudios han confirmado estos resultados", dice Lanphear. "Todos ellos encontraron decrementos proporcionalmente mayores en los niveles más bajos [de exposición]". como a cosméticos y a aparatos médicos. Después de más de 50 años de uso industrial, los ftalatos —que provocan cambios hormonales y efectos reproductivos en roedores a dosis altas— pueden encontrarse en casi todas las muestras de sangre humana de los países industrializados. Tanto la industria del juguete como la CPSC dicen que los ftalatos en los juguetes no exponen a los niños a situaciones de riesgo, alegando que las cantidades absorbidas A78/A85 | www.cienciaytrabajo.cl | AÑO 10 | NÚMERO 30 | OCTUBRE / DICIEMBRE 2008 | Ciencia & Trabajo Getty Images gran parte como una medida de precaución. AP Photo/Paul Sakuma ehp | Cara a Cara con la Seguridad de los Juguetes por la exposición a productos coEn cualquier caso, la toxicidad merciales son demasiado bajas para de los DINP está fuertemente deser perjudiciales. Los escépticos sobatida. Haciéndose eco de las conbre este punto de vista replican que clusiones de la industria, la CPSC los comportamientos bucales de los insiste en que los riesgos para el ser niños, y también sus organismos en humano son inexistentes. En 2002 desarrollo comparativamente más la agencia publicó lo que muchos sensibles, los hacen especialmente citan como la evaluación definitiva vulnerables a los daños provocados de los riesgos del DINP. Con postepor los ftalatos y otras sustancias rioridad a ese esfuerzo, la CPSC químicas. Impulsados por activistas realizó una amplia evaluación de la en campaña, la Unión Europea exposición, durante la cual el com(EU), la ciudad de San Francisco, y portamiento bucal de 169 niños de más recientemente California prohientre los 3-36 meses fue registrada bieron 6 ftalatos en los productos por observadores entrenados. Las infantiles. Tanto la Asociación de tasas de “migración” (filtración) de Industrias del Juguete (TIA) y el DINP desde juguetes de plástico Consejo Americano de Química blando también se cuantificaron. (ACC) —grupos de intercambio Estas medidas se utilizaron para esticomercial con sede en Nueva York mar una dosis diaria máxima de 2,4 y Virginia, respectivamente— han µg de DINP por kg de peso corpoapelado a la prohibición en San ral por día. Como comparación, el Francisco, la que ya está en vigor (la Panel Asesor de Riesgos Crónicos de prohibición del estado de la CPSC establece una ingesta diaria California, que ha de entrar en admisible de 120 µg /kg/día basánefecto en 2009, no ha sido impugdose en los cambios histológicos nada). hepáticos en ratas, que fue el primer No está claro cuántos juguetes efecto observado. contienen ftalatos, en parte porque los fabricantes no están obligados a La falta de datos humanos La exposición variable. Un analizador de fluorescencia de rayos revelar el contenido químico de sus X portátil puede determinar el contenido de sustancias tóxicas genera incertidumbre productos al público. Sarah como plomo, arsénico y cadmio (este juguete tenía una lectura de Por desgracia, no se dispone de datos Janssen, una científico del Consejo 6.253 ppm de plomo). Es difícil de decir, sin embargo, cuánto de comparables sobre los efectos del de Defensa de los Recursos cualquier sustancia tóxica está abriéndose camino hacia el cuerpo DINP en los seres humanos. Los deNaturales, dice que los juguetes de del niño. fensores de los niños y otros a favor baño suaves y flexibles, y cosmétide la prohibición de ftalatos en general apunjuguete de baño de goma que se vende en cos contienen algunas de las concentraciones tan a la investigación publicada en agosto de Walgreens. También se detectó otros ftalatos, más altas y, por tanto, el mayor potencial de 2005 por EHP de Shanna Swan, profesora de todos ellos en niveles menores del 2%. exposición. Marian Stanley, directora de la obstetricia y ginecología de la Universidad de Defensores de los niños y la industria esACC, dice que los ftalatos suelen dar cuenta Rochester que ha demostrado que la expositán en desacuerdo acerca de dónde provienen de hasta el 15–20% de toda la composición ción a los ftalatos in utero está asociada con los ftalatos no-DINP. Stanley sugiere que los de los juguetes. "Esa es la cantidad requerida una acortamiento de la distancia anogenital reactivos y equipos de prueba utilizados dupara que los ftalatos hagan lo que hacen, que (la distancia del ano hasta la base del pene) en rante el análisis pueden haber sido contamies suavizar el vinilo", explica. niños de 2-36 meses de edad. Estos resultados nados con DEHP. Andrew Igrejas, un direcSegún el portavoz de TIA Frank Clarke, apoyan las conclusiones obtenidas en roetor de campaña del Banco Ambiental los fabricantes de juguetes usan sólo un dores machos, que demuestran que la exposiNacional, en Washington, grupo medioammiembro de esta clase de productos químición a altas dosis de ftalatos limita la distancia biental con sede en DC, descarta esa asecos, un compuesto llamado di-isononyl ftalaanogenital, reduce la cuenta espermática, inveración, e insiste en que otros ftalatos termito (DINP). Sin embargo, algunos estudios terfiere con la regulación de testosterona, y nan en los juguetes "por error" durante el han encontrado trazas de otros ftalatos en los perjudica el desarrollo genital. Sin embargo, proceso de fabricación. "No es demasiado juguetes. En su propia investigación, publiestas conclusiones se basan en 9 metabolitos descabellado suponer que lo que estas pruecada el 19 de noviembre del 2006, el San de los ftalatos (medidos en orina materna dubas ponen de manifiesto es que el DEHP se Francisco Chronicle había analizado 16 rante el embarazo) que Swan reconoce son sigue utilizando para algunas partes de juguetes y encontraron di (2-etilhexil) ftalato química y toxicológicamente diferentes al juguetes", dice Janssen. "Las fuentes [de (DEHP) —un presunto cancerígeno huDINP. DEHP] deben ser identificadas". mano y tóxico para la reproducción— en un Ciencia & Trabajo | AÑO 10 | NÚMERO 30 | OCTUBRE / DICIEMBRE 2008 | www.cienciaytrabajo.cl | A78/A85 A83 Artículo de Difusión | ehp CPSC: En Busca de Seguridad E l extraordinario número de órdenes de retirar del mercado juguetes contaminados con plomo en el año 2007 ha puesto a la Comisión de Seguridad de Productos de Consumo (CPSC) bajo el creciente escrutinio público. El mandato principal de la CPSC es ayudar a la industria a desarrollar estándares voluntarios de seguridad y generar normas obligatorias cuando el organismo considere que los producidos voluntariamente por la industria son insuficientes. Sin embargo, la CPSC también está obligada por el Congreso para llevar a cabo inspecciones de rutina de productos para garantizar que bienes nocivos no lleguen al mercado. Don Mays, director de seguridad de los productos en el Sindicato de Consumidores (CU), el editor sin fines de lucro de Consumer Reports, dice que hay sólo 15 inspectores CPSC monitoreando los 300 puertos en los Estados Unidos (el organismo ha rotado tradicionalmente de un puerto a otro, lo que hace que su presencia en cualquier lugar sea intermitente). La CPSC tradicionalmente no ha buscado excedentes químicos en las fronteras, dejando esa responsabilidad a los importadores, que pueden ser demandados por cualquier daño causado por los productos que venden. Gracias en parte a una disminución del presupuesto —que no ha seguido el ritmo de la inflación anual— el personal de tiempo completo de la CPSC se ha reducido de un máximo de 890 en 1973 a aproximadamente 400 al día de hoy, de acuerdo con Martin Bennett, un inspector jubilado de la CPSC. Martin dice que el número de inspectores de campo ha disminuido debido a la reducción de personal, una cuestión que el portavoz de la CPSC Julie Vallese afirma es cierto. Los grupos de defensa afirman que las reducciones de personal han disminuido gravemente la capacidad de la CPSC de estar al día con el aumento de las importaciones mundiales de comercio. “Ellos simplemente no tienen los recursos que necesitan para efectuar los monitoreos”, dice el portavoz de CU Ami Gadhia. Para el año fiscal 2008, el Congreso agregó US$ 17 millones al presupuesto de la CPSC de 2007 de US$ 63 millones, el primer aumento real desde 1981, dice Vallese. Parte del dinero se utilizará para contratar a inspectores de fronteras y para la adquisición de 10 dispositivos portátiles de fluorescencia de rayos X de aproximadamente US$ 30.000 cada uno. Estos dis- Toda la cuestión de la toxicidad de los ftalatos se complica aun más por interrogantes relacionadas con la exposición acumulativa. Janssen afirma que la evaluación del riesgo de la CPSC se publicó antes de que nuevas pruebas sobre el efecto aditivo de los ftalatos salieran a la luz. Generados en parte por Earl Gray, un biólogo investigador de la Agencia de Protección Ambiental, estos resultados implican que los diferentes ftalatos actúan en las mismas vías biológicas, de tal forma que sus A84 positivos se utilizan para analizar la composición química de los productos. La CPSC también ha iniciado nuevas medidas para reforzar las inspecciones portuarias. Una recientemente expandida División de Vigilancia de Importaciones, anunciada el 7 de enero del 2008, establecerá un sistema de seguimiento en los puertos de entrada de Estados Unidos. El sistema generará información en tiempo real acerca de los envíos a EE.UU. incluso antes de que salgan de los puertos extranjeros. Aunque el sistema reforzará los esfuerzos para garantizar la seguridad de los productos, Mays señala que el personal de tiempo completo se localizará en tan sólo 2 puertos (Long Beach y Seattle). Por otra parte, el sistema de seguimiento no estará operativo hasta el 2011, dice. Vallese hace hincapié en que el verdadero sentido de los amplios esfuerzos de la CPSC para bloquear el mercado a los juguetes peligrosos no llegará sólo a las fronteras y puertos. “Tenemos que ir a las fuentes”, dice ella. En este orden de ideas, la CPSC ha estado celebrando reuniones continuas con los representantes del gobierno Chino. En los acuerdos firmados en septiembre del 2007, la Administración General de Supervisión de Calidad, Inspección y Cuarentena de la República Popular de China, que es la contraparte de la CPSC en China, estuvo de acuerdo en asegurar que los fabricantes Chinos respetarán las normas de seguridad de EE.UU., dice Vallese. También se creó un sistema de certificación de pinturas que garantice que los niveles de plomo cumplan las normas de seguridad de la CPSC y convino en que los fabricantes que violen las normas de seguridad serán despojados de sus licencias de exportación. Mays dice que la CPSC ha firmado acuerdos similares con al menos otros 10 países. La mayoría de estos acuerdos fueron firmados antes de que el drástico aumento de órdenes de retirar juguetes del mercado —relacionados con la pintura con plomo— comenzara en el 2007. “La conclusión es que la CPSC necesita más inspectores en los puertos”, dice, “y ellos tienen que empezar a cursar las multas contra los infractores.” En su condición actual, la CPSC está autorizada a multar a aquellos que violen los estándares de seguridad con hasta US$ 1,8 millones. Según Mays, ninguno de los importadores de juguetes a quienes se les ordenó retirar sus productos del mercado fueron multados. Charles W. Schmidt efectos se acumulan. La Academia Nacional de Ciencias ha lanzado recientemente una evaluación del riesgo acumulativo de los ftalatos, coordinada por el director del proyecto Ellen Mantus, que se espera produzca un informe en el plazo de 15 meses. En opinión de Janssen, la posibilidad de que los ftalatos puedan actuar como tóxicos aditivos justifica aún más prohibirlos en productos infantiles. Pero otros insisten que al hacerlo habrá poca o ninguna diferencia en cuanto a la exposición de la vida real en los niños. Los ftalatos —producidos globalmente en volúmenes anuales de más de 500 millones de kilos— son omnipresentes; de hecho, según la Agencia para Sustancias Tóxicas y Registro de Enfermedades, la mayor fuente de exposición humana es la alimentación. Dos de las alternativas más comunes a los ftalatos son el acetil tributil citrato y el DINCH, que es un derivado del DINP y tiene una estructura química muy similar. A78/A85 | www.cienciaytrabajo.cl | AÑO 10 | NÚMERO 30 | OCTUBRE / DICIEMBRE 2008 | Ciencia & Trabajo ehp | Cara a Cara con la Seguridad de los Juguetes Pero Stanley responde que si bien 50 años de uso muestran que los ftalatos pueden ser una apuesta relativamente segura en términos de seguridad, las alternativas son un lanzamiento de dados. “No sabemos lo suficiente acerca de estos nuevos plastificantes”, dice. “Todavía no hay muchos datos disponibles sobre ellos." Para apoyar esa posición, Stanley cita una nota del 20 de abril del 2000 de la CPSC dirigida a David Miller, presidente de los fabricantes de juguetes de América (ahora TIA), que establece que el personal de CPSC “está preocupado de que los fabricantes no sustituyan el DINP en los productos infantiles (...) los datos existentes son insuficientes para determinar si acetil tributil citrato tiene efectos tóxicos crónicos que puedan ser relevantes para los seres humanos”. Stanley confirma que la CPSC no tiene información actual sobre las alternativas al DINP. Mientras tanto, los ftalatos, todavía tienen que producir alguna enfermedad humana documentada. Schettler reconoce que es posible que nunca sepamos si, o cómo, exposiciones tempranas a ftalato afectan la salud humana. “No sé cómo podríamos determinar eso”, dice. “Los estudios en animales sugieren vínculos con la salud reproductiva, pero que sólo se manifiesta cuando la población llega a la edad de procrear. Deberíamos cuantificar la exposición durante la etapa fetal y los años de la primera infancia, y también deberíamos dar cuenta de otros factores ambientales conocidos que influyen en la salud reproductiva —por ejemplo, la nutrición". Schettler descarta a los críticos que dicen que es poco razonable eliminar los ftalatos de los juguetes si las exposiciones también se producen a partir de otras fuentes. “Mi opinión es que si usted tiene la oportunidad de reducir los riesgos, entonces por qué no hacerlo”, dice. “Nosotros no necesitamos juguetes de vinilo que los niños puedan mas- ticar”, En última instancia, dice Schettler, la decisión de evitar los ftalatos es una de precaución, basado en la idea de que es mejor actuar seguro ahora que lamentarse más tarde. Soluciones Propuestas La Unión Europea invocó el principio de precaución en 2005, cuando prohibió 6 ftalatos de los productos infantiles a pesar de las objeciones de su propio panel de asesores científicos que consideró que los riesgos documentados no eran lo suficientemente altos. Además de California, 5 otros estados —Minnesota, Massachusetts, Maine, Nueva York y Maryland— han introducido leyes para eliminar los ftalatos de los juguetes y otros productos infantiles. En lo que respecta a la cuestión del plomo, una serie de proyectos de ley pendientes se dirigen a aumentar la facultad de la CPSC de regular la prueba de los productos. Al igual que HR 4040, un proyecto de ley del Senado —SB-2045, patrocinado por Mark Pryor (D-AR)— propone pruebas obligatorias de seguridad (para todos los elementos relevantes, no sólo el plomo) por terceros inspectores, una medida que la CPSC apoya de todo corazón. Cómo los proyectos de ley se materializarán en los próximos años está todavía por verse. El Presidente Bush ha señalado su apoyo a las reformas de la CPSC, pero tanto él como la agencia rechazan la propuesta del SB 2045 para que las violaciones a la ley sean punibles con una multa de hasta US$ 100 millones. Vallese hace hincapié en que una multa de esa magnitud saturaría el proceso con abogados e inundaría a la CPSC con el papeleo de las empresas que intentan documentar la seguridad durante el proceso de fabricación. “Necesitamos más inspectores de seguridad, no más abogados”, dice Vallese. La versión de la Cámara propone una multa Ciencia & Trabajo | AÑO 10 | NÚMERO 30 | OCTUBRE / DICIEMBRE 2008 | www.cienciaytrabajo.cl | A78/A85 de 10 millones de dólares, que parece ser más aceptable para la agencia y la industria. La CPSC también ha comenzado a abordar los peligros de la pintura con plomo en los juguetes importados. Se desconoce si las cantidades de plomo en las pinturas asiáticas se han reducido desde el año pasado cuando comenzaron las órdenes de retirar los juguetes del mercado. De acuerdo con Vallese, la CPSC está abordando esta cuestión ahora. “Tenemos que hacer frente al problema en su origen”, afirma ella. “Es por eso que hemos entrado en acuerdos con el gobierno chino para abordar la seguridad en la producción; hemos firmado esos acuerdos en septiembre [del 2007]". Para los padres, evitar el plomo y el ftalato es más fácil decirlo que hacerlo, dado que los componentes químicos de los juguetes no suelen ser de conocimiento público. Gearhart hace hincapié en que la joyería barata debe evitarse a toda costa. Los padres pueden buscar en healthytoys.org, donde los resultados de las pruebas específicas sobre los juguetes se publican a medida que surgen. Juguetes fabricados con pinturas y materiales no tóxicos constituyen cada vez más una opción creciente. Por último las órdenes de retirar del mercado los juguetes en el 2007 son más bien una llamada de atención para la industria y la reglamentación federal más que un detonante de ansiedad excesiva en los padres. Con el tiempo, apuntan a impulsar algunos cambios beneficiosos. Charles W. Schmidt Artículo original en Environmental Health Perspectives • VOLUMEN 116 | NÚMERO 2 | Febrero 2008 | pgs A70-A76. A85 A86 www.cienciaytrabajo.cl | AÑO 10 | NÚMERO 30 | OCTUBRE / DICIEMBRE 2008 | Ciencia & Trabajo Artículo Original Prevalencia de Enfermedades Profesionales con Dictamen de Invalidez, Región Metropolitana, Años 2005-2006 PREVALENCE OF OCCUPATIONAL DISEASES WITH DISABILITY DETERMINATION, METROPOLITAN REGION, YEARS 2005-2006 María Alejandra Pérez Tapia Ingeniero Acústico, Experto Profesional en Prevención de Riesgos, Magíster en Salud Pública, Secretaría Regional Ministerial de Salud, Región Metropolitana, Santiago, Chile. RESUMEN ABSTRACT Para conocer las enfermedades que afectan a los trabajadores de la región, la SEREMI-RM implementó un sistema de información con los Dictámenes de Invalidez por Enfermedad Profesional que generó, en sus dos primeros años, el consolidado de casos que permitió desarrollar esta investigación. El objetivo planteado fue caracterizar el perfil de las enfermedades profesionales invalidantes, tramitadas el 2005 y 2006, para conocer la magnitud del problema y proponer intervenciones. Se planteó un diseño mixto, comprendiendo un estudio de prevalencia de base poblacional (trabajadores protegidos por la Ley 16744) y un estudio de casos (trabajadores de la RM con dictamen de invalidez). La prevalencia de invalidez por enfermedad profesional fue 1,35 cada 10 mil asegurados. Los trabajadores evaluados fueron de sexo masculino (90%), de entre 50 y 70 años (59,1%), principalmente operarios (76,5%) de Industrias Manufactureras (64,8%). La hipoacusia fue la enfermedad más frecuente (65,1%), seguida por patologías osteomusculares (13,7%). El estudio proporciona un indicador regional de las enfermedades invalidantes que afectan a los trabajadores protegidos; además, releva la importancia de la hipoacusia, define el perfil del trabajador incapacitado y evidencia la precariedad de la información disponible sobre este tema, lo que permitirá a futuro orientar líneas de trabajo específicas. In order to know the diseases affecting workers of the region, the SEREMI-RM implemented an information system with the Determinations of Disability due to Occupational Disease, which generated in the first two years, the gathering of cases that made it possible to develop this research. The objective was to characterize the profile of disabling occupational diseases, processed in 2005 and 2006, for knowing the magnitude of the problem and proposing interventions. A mixed design was proposed, covering a prevalence study of population basis (workers protected by Law 16744) and a cases study (Metropolitan Region workers with a determination of disability). Prevalence of disability due to occupational disease was 1,35 per 10 thousand insured. Evaluated workers were men (90%), between 50 and 70 years of age (59,1%), mainly workers (76,5%) of manufacturing Industries (64,8 %). Hypoacusis was the most frequent disease (65,1%), followed by osteomuscular pathologies (13,7%). The study provides a regional indicator of disabling disease that affect protected workers; furthermore it highlights the importance of Hypoacusis, defines the profile of the disabled worker and puts in evidence the scarcity of information available on this subject, which will in the future allow to orient specific work lines. (Pérez M, 2008. Prevalencia de Enfermedades Profesionales con Dictamen de Invalidez, Región Metropolitana, Años 2005-2006. Cienc Trab. Oct-Dic; 10 (30): 113-119). Descriptors: OCCUPATIONAL DISEASES; OCCUPATIONAL HEALTH; HEARING LOSS; EPIDEMIOLOGIC SURVEILLANCE; INFORMATION SYSTEMS. Descriptores: ENFERMEDADES PROFESIONALES, SALUD LABORAL, PÉRDIDA AUDITIVA, VIGILANCIA EPIDEMIOLÓGICA, SISTEMAS DE INFORMACIÓN. INTRODUCCIÓN En la sociedad contemporánea el trabajo es uno de los pilares de la vida y es esencial para el bienestar de las personas. Entrega los recursos necesarios para la subsistencia, educación, recreación y, además, está íntimamente ligado a la dignidad del ser humano y su identificación en la sociedad. Sin embargo, el trabajo puede impactar también en forma negativa, causando lesiones y enferme- Correspondencia / Correspondence María Alejandra Pérez Tapia Olivares 1229, piso 5, Santiago. Tel: (56 2) 3992534 e-mail: [email protected] Recibido: 20 de octubre de 2008 / Aceptado: 01 de diciembre del 2008 dades, que repercuten no sólo en el trabajador y su familia, sino también en la sociedad como conjunto (ILO 2007). El año 2001 la Organización Mundial de la Salud y la Organización Internacional del Trabajo estimaron que anualmente se producen en el mundo 160 millones de enfermedades profesionales (EP) y aproximadamente 1,6 millones de muertes por esta causa (Takala 2002), lo que significa que sólo por concepto de estas muertes los costos de atención y pérdidas generadas alcanzan un 4% del Producto Interno Bruto Mundial (ILO 2005). Diversos factores han contribuido a esta situación. Por una parte, la abundancia de mano de obra, su reducido nivel de especialización y su baja asociatividad ha facilitado su recambio sin grandes consecuencias económicas. Por otra, las dificultades para establecer una relación de causa-efecto entre la exposición a un agente de riesgo y una enfermedad, su desarrollo lento y silencioso, con períodos de latencia de hasta 30 años y la falta de especialistas en medicina del trabajo entre los profesionales de la salud dificultan el proceso de Ciencia & Trabajo | AÑO 10 | NÚMERO 30 | OCTUBRE / DICIEMBRE 2008 | www.cienciaytrabajo.cl | 113/119 113 Artículo Original | Pérez María Alejandra diagnóstico y reconocimiento de una EP y permiten que muchas de ellas sean tratadas como enfermedades comunes, manteniendo oculta la gravedad de este problema (WHO 2002). Por otra parte, la vigilancia de las EP es escasa y se concentra principalmente en los países desarrollados. Muy pocos países de América Latina y el Caribe disponen de registros confiables y sistemáticos que entreguen información del estado de salud de su población trabajadora (OPS 1998). En esto Chile no es la excepción. Aunque se adelantó a muchos al instaurar en 1968 un Seguro Social de Accidentes del Trabajo y Enfermedades Profesionales, único y de carácter obligatorio (Ley 16.744, Chile, Ministerio del Trabajo y Previsión Social, 1968), a cuarenta años de su aplicación no se han generado los sistemas ni protocolos que permitan tener un registro de las enfermedades que afectan a los trabajadores protegidos. Recién en el año 2000 el Ministerio de Salud (MINSAL) implementó un sistema de vigilancia para accidentes fatales laborales, el que actualmente se está desarrollando con éxito en todo el país (León et al. 2004). Sin embargo, la situación de los accidentes que no producen la muerte del trabajador y de las EP es muy distinta. Aunque la Ley 16744 establece que los Organismos Administradores del Seguro deben notificar las denuncias de accidentes y EP que presenten sus trabajadores afiliados, a nivel central ha faltado la constancia necesaria para generar las coordinaciones, aportar los recursos y establecer los procedimientos que permitan consolidar la información disponible. Como resultado, cada Organismo Administrador genera estadísticas en función de sus propias necesidades internas, lo que resulta en datos que no son comparables entre sí. A modo de ejemplo, en el Anuario Estadístico 2004 de la Asociación Chilena de Seguridad (ACHS) se señala que a nivel nacional se notificaron 1.850 casos de EP, mientras que en la Memoria 2006 de la Mutual de Seguridad (MUTUAL 2007) se indica que la Tasa anual de EP fue de 0,2 por cada 100 trabajadores. Hoy, cuando el mercado del trabajo ha evolucionado desde políticas laborales de marcado sesgo paternalista, donde el trabajador se proyectaba en una institución de forma permanente, hacia uno cada vez más flexible, con una alta rotación de personal, fragmentación de los procesos, tercerización del empleo y, con esto, la consecuente transferencia del riesgo hacia pequeñas o micro unidades productivas, es imprescindible establecer los protocolos de vigilancia, control y prevención de las enfermedades que afectan a la población trabajadora (Echeverría 2000). Como una forma de abordar esta situación, el Departamento de Salud Ocupacional (DSO) de la SEREMI-RM se propuso crear un sistema de información en salud laboral con los casos de los trabajadores evaluados en la Comisión de Medicina Preventiva e Invalidez (COMPIN-RM), dependencia traspasada a la SEREMI tras la implementación de la Ley de Autoridad Sanitaria. Este sistema contempló, entre otros aspectos, el diseño y unificación del formato del dictamen que reconoce la EP de un trabajador y califica su grado de invalidez o Dictamen de Invalidez por EP (DINV-EP), el ingreso de los casos tramitados a una base de datos a contar del 01 de enero de 2005 y el control sobre la calidad de los registros. Este sistema permitió consolidar los casos tramitados durante el 2005 y 2006, lo que sin lugar a dudas constituyó una oportunidad de generar por primera vez, en base a registros concretos, un diagnóstico de las patologías que causan invalidez en los trabajadores de la región. 114 OBJETIVOS El objetivo general de este trabajo de investigación fue: • Caracterizar el perfil de las EP que generan invalidez, dictaminadas en la COMPIN-RM, durante los años 2005 y 2006, para estimar la magnitud del problema y proponer intervenciones. Se establecieron como objetivos específicos: • Determinar la prevalencia de DINV-EP en la RM, en el período 2005 al 2006, a nivel regional y para cada uno de los Organismos Administradores. • Establecer el perfil sociodemográfico de los trabajadores afectados por las EP dictaminadas en el período, de acuerdo a las variables disponibles. • Caracterizar las EP dictaminadas en el período, de acuerdo a los diagnósticos más frecuentes y el grado de incapacidad asignado. • Proponer líneas de intervención para mejorar el registro y promover la vigilancia de EP en los trabajadores de la región. MATERIAL Y MÉTODOS Para el desarrollo de esta investigación, se planteó un diseño mixto, comprendiendo un estudio de prevalencia de base poblacional, sobre el segmento de trabajadores protegidos y un estudio de casos de trabajadores de la RM con dictamen de invalidez por EP. Se utilizó información de tipo secundaria, la que fue extraída de una base de datos del DSO, que contenía los antecedentes de los DINV-EP, emitidos a partir del 01 de enero del 2005. Cada registro fue revisado, identificando campos en blanco y revisando la consistencia de los valores. Para validar y completar los ingresos se verificó la información de las empresas en guías comerciales e Internet; se cotejaron los datos de los trabajadores con la base del Registro Civil y con la disponible en los Organismos Administradores, se verificaron los diagnósticos y su codificación, comprobando que las patologías consignadas correspondieran a EP y que coincidieran con el código CIE 10 asociado a ellas. Por último, se entrevistó telefónicamente a un 10% de los casos, seleccionado al azar; estos casos confirmaron la información registrada. El criterio de inclusión fue la Pérdida de Capacidad de Ganancia (PCG), que corresponde a la incapacidad de una persona para realizar su trabajo habitual, debido al daño producido por un accidente o EP. En este caso, se consideraron todos los DINV-EP tramitados cuya PCG fuera superior al 15%, es decir, aquellos trabajadores que presentaron algún grado de invalidez. En total, los DINV-EP emitidos en el período en estudio totalizaron 486; de ellos, 315 presentaban una PCG ≥ 15%, los que conformaron la población en estudio (Figura 1). Cada uno de estos casos se trasladó a una base de datos sin identificadores, con la que finalmente se desarrolló el estudio, resguardando así la confidencialidad de la información sensible. La prevalencia de invalidez por EP se calculó considerando el total de casos con PCG ≥ 15%, utilizando como denominador el promedio de trabajadores protegidos en este período. De igual forma, para calcular la prevalencia de invalidez por EP por Organismo Administrador, se consideró como población base la declarada a la Superintendencia de Seguridad Social (SUSESO) para el período. Por último, mediante un análisis descriptivo se caracterizó a los trabajadores y a las EP dictaminadas. Para el caso 113/119 | www.cienciaytrabajo.cl | AÑO 10 | NÚMERO 30 | OCTUBRE / DICIEMBRE 2008 | Ciencia & Trabajo Artículo Original | Prevalencia de Enfermedades Profesionales con Dictamen de Invalidez, Región Metropolitana, Años 2005-2006 Figura 1. Conformación Población en Estudio. DINV-EP con PCG ≥ 15% 355 (73%) Total de DINV-EP 2005-2006 486 (100%) DINV-EP con PCG < 15% 131 (27%) Se excluyeron 36 DINV-EP por corresponder a trabajadores con 2 ingresos para una misma EP, dejando el último dictamen válidamente emitido. DINV-EP con PCG ≥ 15% 319 Se eliminó 1 caso, debido a que los diagnósticos no correspondían a EP. DINV-EP con PCG ≥ 15% 318 3 DINV-EP fueron eliminados debido a que presentaban registros incompletos. Contacto telefónico al 10% de los casos (muestra aleatoria), para confirmar información registrada. Población en Estudio 315 DINV-EP de las variables cualitativas (sexo, ocupación, grado de invalidez), se obtuvo la distribución de frecuencias absolutas y porcentuales. RESULTADOS La distribución de la población en estudio, según la Subcomisión Evaluadora, se presenta en la Tabla 1. Se ha incluido también el porcentaje de campos vacíos que inicialmente se detectó en los registros. Es destacable la notoria disminución de la frecuencia de campos vacíos en los ingresos del año 2006. Esto se logró al incorporar un sistema de bloqueo en el formulario electrónico de la base de datos. Aun así se detectaron campos sin datos, los que corresponden a resoluciones en las que este bloqueo fue burlado, ingresando una serie de letras o información ajena al caso. Tabla 1. Dictámenes de Invalidez por Enfermedad Profesional según Subcomisión Evaluadora, Región Metropolitana, 2005-2006. Subcomisión Norte Centro Occidente Oriente Sur Sur Oriente Total Casos n 67 76 29 34 71 38 315 % 21,3 24,1 9,2 10,8 22,5 12,1 100 Porcentaje Campos Incompletos 2005 (%) 2006 (%) 6,8 0 46,9 0 25,0 3,3 4,1 0 3,2 2,1 12,7 0,7 Se intentó comparar las variables sociodemográficas de los casos con las del total regional de trabajadores protegidos. Sin embargo, las estadísticas disponibles para este segmento no están desagregadas por sexo, edad u ocupación, por lo que sólo se pudo establecer el porcentaje de casos respecto del total de dictámenes emitidos (Tabla 2). Tabla 2. Población en Estudio según Sexo y Grupo Etario, Región Metropolitana, 2005-2006. Total de casos Edad (años) < 30 30-40 40-50 50-60 60-70 70-80 80 y más HOMBRE n % 285 90,5 MUJER n % 30 9,5 TOTAL n % 315 6 18 46 98 74 36 7 1 5 10 12 2 0 0 7 23 56 110 76 36 7 2,1 6,3 16,1 34,4 26,0 12,6 2,5 3,3 16,7 33,3 40,0 6,7 0 0 2,2 7,3 17,8 34,9 24,2 11,4 2,2 El oficio más frecuente fue el de Operario (76,5%) y la Actividad Económica con mayor presencia fue Industrias Manufactureras (Gráficos 1 y 2). Al desagregar por sexo, se observó que en las trabajadoras no se mantiene esta frecuencia, ya que se distribuyen en forma similar, entre Industrias Manufactureras (43%) y Servicios (40%). Ciencia & Trabajo | AÑO 10 | NÚMERO 30 | OCTUBRE / DICIEMBRE 2008 | www.cienciaytrabajo.cl | 113/119 115 Artículo Original | Pérez María Alejandra Gráfico 1. Dictámenes de Invalidez por Enfermedad Profesional según Sexo y Oficio, Región Metropolitana, 2005-2006. En los hombres, los dictámenes más frecuentes tuvieron relación con las patologías que afectan a los órganos de los sentidos (70,2%); de ellos un 83% presentó “Hipoacusia Sensorioneural por Trauma Acústico Ocupacional (TACO)” y un 16% “Hipoacusia Mixta”. Para el caso de las mujeres, las enfermedades más comunes son las que afectan al sistema osteomuscular (56,7%), compuestas principalmente por tendinitis (26%), epicondilitis (21%) y síndrome del túnel carpiano (19%). Como era de esperar, dada la escasa probabilidad de generar invalidez, no se presentaron casos por intoxicaciones (Gráfico 3). Gráfico 2. Dictámenes de Invalidez por Enfermedad Profesional según Sexo y Actividad Económica, Región Metropolitana, 2005-2006. Gráfico 3. Distribución de Casos según Sexo y Grupo Diagnóstico Región Metropolitana, 2005-2006. La prevalencia de EP con DINV en la RM, para los años en estudio, fue de 1,35 por cada 10 mil trabajadores protegidos (Tabla 3). De los cuatro Organismos Administradores, la ACHS presentó el número más alto de casos, coherente además con la proporción de trabajadores protegidos por ella. Sin embargo, el Instituto de Seguridad del Trabajador (IST) fue el Organismo Administrador que presentó la prevalencia más alta (2,32 por cada 10 mil trabajadores protegidos); la más baja fue la del Instituto de Normalización Previsional (INP) con 0,86 por cada 10 mil trabajadores protegidos. Tabla 3. Prevalencia de Enfermedades Profesionales con Dictamen de Invalidez, Región Metropolitana, 2005-2006 ORGANISMOS ADMINISTRADORES LEY 16744 ACHS MUTUAL INP IST Total RM Nº EP con DINV 123 102 43 47 315 Promedio Trabajadores Protegidos 943.213 687.931 497.996 202.004 2.331.143 % Trabajadores Protegidos 40,5 29,5 8,7 21,4 100 Prevalencia EP con DINV RM * 1,30 1,48 0,86 2,32 1,35 Sólo un 6% de los trabajadores evaluados presentó dos o más diagnósticos por EP, los que en su mayoría correspondieron a: neumoconiosis e hipoacusias (65%) y enfermedades osteomusculares y neurosis (20%). Un 93,3% de los casos fue calificado con Invalidez Parcial (15% ≤ PCG < 70%), un 4,9% con Invalidez Total (PCG ≥ 70%) y sólo un 1,4% con Gran Invalidez, las que correspondieron en su totalidad a neumoconiosis. Más del 80% de las hipoacusias presenta invalidez parcial menor al 40% (Invalidez Parcial I), es decir, son pesquisadas en la etapa inicial de la enfermedad. Las enfermedades del sistema osteomuscular, en cambio, presentan casi un 60% de dictámenes con invalidez parcial superior al 40% (Invalidez Parcial II). Gráfico 4. Distribución según Grupo Diagnóstico y Grado de Invalidez Región Metropolitana, 2005-2006. Fuente: Anuario Estadístico 2006, SUSESO *: Por cada 10 mil trabajadores Protegidos En la validación de la base de datos se hizo evidente que en las subcomisiones no existe una nomenclatura común para consignar los diagnósticos de las EP dictaminadas a los trabajadores evaluados. Es así como una misma patología es registrada de distintas formas como, por ejemplo, “Hipoacusia SN por TACO”, “Hipoacusia Sensorioneural por TACO”, “TACO”, “Hipoacusia Laboral”. Algo similar ocurre con la codificación según el CIE-10, utilizando para la misma enfermedad, H90 (Hipoacusia Conductiva y Neurosensorial), H90.3 (Hipoacusia Neurosensorial, Bilateral), H90.5 (Hipoacusia Neurosensorial, Sin Otra Especificación), H83.3 (Efectos del Ruido sobre el Oído Interno). Para obviar esta diferencia, los diagnósticos se agruparon de acuerdo a los nueve grupos establecidos en el DS 109/68. 116 DISCUSIÓN La prevalencia de EP con dictamen de invalidez en la RM, para los dos años del estudio, fue 1,35 por cada 10 mil trabajadores protegidos. Este indicador es uno de los principales resultados de esta investigación, pues, como ya se señaló anteriormente, es la primera vez que esta información está disponible y es analizada. El bajo número de dictámenes emitidos en este período puede tener diversas explicaciones. Las más evidentes: que nuestros trabaja- 113/119 | www.cienciaytrabajo.cl | AÑO 10 | NÚMERO 30 | OCTUBRE / DICIEMBRE 2008 | Ciencia & Trabajo Artículo Original | Prevalencia de Enfermedades Profesionales con Dictamen de Invalidez, Región Metropolitana, Años 2005-2006 dores no estén expuestos a riesgos que generen enfermedades invalidantes; y, que la exposición a factores de riesgo en el trabajo está debidamente controlada, impidiendo así el avance en la historia natural de la enfermedad. O bien, lo más probable es que este número se mantenga artificialmente bajo debido a la escasa pesquisa de casos de EP. Pero, independiente de su valor, los resultados generados en esta investigación son una primera aproximación al problema y constituyen un buen punto de partida para futuros estudios en esta materia. Es inútil intentar comparar el resultado obtenido con el de otros países. Como ya se mencionó, los registros en América Latina son tan escasos o precarios como los nuestros, la realidad socioeconómica de los países desarrollados es muy diferente a la nacional, y por último, la forma en la que se reconoce la EP varía de país en país, debido a que su definición y registro depende de decisiones legales y administrativas, más que técnicas. A pesar de esto, es evidente que nuestro país presenta un grado de subregistro y subdiagnóstico de EP, lo que repercute directamente sobre la salud de todos los trabajadores, pues difícilmente se implementarán las acciones de vigilancia y control que permitan enfrentar este problema si no existe un conocimiento cabal de cuáles son las enfermedades que los afectan, ni los lugares de trabajo de mayor riesgo. Otro aporte de esta investigación es que ha demostrado que el sistema de información implementado por el DSO es capaz de generar una instancia de registro sistemático y confiable de los casos de trabajadores evaluados por invalidez por EP. Más allá de sus limitaciones, el sistema puede aportar información valiosa para abordar esta área de la salud ocupacional, pudiendo ser replicado en otras regiones sin mayores dificultades. La mejoría en la calidad de los registros de las subcomisiones es impactante. Gracias a la unificación del formulario de presentación, la incorporación de sistemas de bloqueo y control permanente de parte del equipo a cargo del proyecto fue posible obtener registros útiles para el desarrollo de este trabajo de investigación. A pesar de ello, la continuidad del sistema de información está en riesgo, pues desde el 2007 la administración de las bases de datos del DSO, entre ellas la de EP, fue traspasada a otra dependencia de la SEREMI-RM. Este cambio ha repercutido directamente en el sistema pues, aunque se mantiene el ingreso de los casos tramitados en la base de datos, hoy esta información no está siendo consolidada, perdiendo además el control sobre la calidad de los registros. Este retroceso debe ser revertido traspasando la base de datos a la dependencia encargada de la Vigilancia Epidemiológica, teniendo presente que este sistema no prosperará si no mantiene su carácter integral, pues requiere de profesionales con conocimientos específicos del tema y una coordinación estrecha con los equipos de trabajo de COMPIN y de Salud Ocupacional. Los resultados obtenidos muestran que el trabajador dictaminado es de sexo masculino, tiene entre 50 y 70 años de edad, se desempeña como operario en actividades productivas clasificadas como industrias manufactureras. La mayor participación de este oficio y actividad productiva se relaciona directamente con la patología más prevalente detectada. El claro predominio de la sordera ocupacional (70%) es un reflejo del carácter que tiene nuestra economía, que basa la mayoría de sus procesos en la producción y minería. Sin embargo, cabe preguntarse, ¿es ésta la EP de mayor prevalencia? Aunque la conclusión lógica es que las industrias manufactureras son las de mayor riesgo, pues concentran muchos procesos “ruidosos”, no debemos olvidar que nuestra legislación establece protocolos de evaluación médico-legal para algunas EP, como es el caso de la sordera ocupacional. Esta situación, sumada a los programas de vigilancia implementados en las mutualidades y al mayor conocimiento de los trabajadores sobre los efectos de la exposición a ruido, podrían estar propiciando una mayor pesquisa o notificación de casos y, de esta forma, facilitando su diagnóstico. Esta situación no se repite en otras patologías, como las que afectan al sistema osteomuscular o la salud mental. Los cambios introducidos al mercado del trabajo en las últimas décadas han fomentado su aparición, dejándolas como la primera causa de ausentismo en muchos países. Por ello, determinar su importancia dentro del total de EP, así como desarrollar protocolos de evaluación diagnóstica y programas de prevención, es un trabajo que deberá abordarse en un futuro próximo. Como no se dispone de la distribución sociodemográfica de la población protegida, no es posible fundamentar la causa por la que los trabajadores dictaminados son mayoritariamente hombres (90%). Es probable que esta diferencia esté influenciada por el tipo de EP dictaminada, sordera ocupacional, que se deriva de la exposición prolongada a ruido en actividades productivas de tipo manufactureras o mineras, donde hasta hace unos años predominaban los trabajadores de sexo masculino. Es destacable el bajo número de casos de neumoconiosis, asbestosis y otras patologías conocidas en salud ocupacional como “enfermedades duras”. La diversificación del empleo hacia otras áreas y el control sobre los trabajadores, entre otros factores, han permitido reducir los afectados y las consecuencias del daño. Además, iniciativas como la prohibición de la producción, importación, distribución, venta y uso del asbesto y el plan nacional para la erradicación de la sílice al año 2030, que está siendo implementado por el MINSAL, contribuirán a reducir aun más estos casos, quedando el gran desafío de abordar la sordera ocupacional como el siguiente paso en la protección de la salud de los trabajadores. La importancia de la vigilancia de los trabajadores expuestos se refleja en el grado de invalidez otorgado a las EP dictaminadas; ya que sobre un 80% de las hipoacusias fue dictaminado con una invalidez inferior al 40%, es decir, detectadas en la etapa inicial del daño. Esto no sucede en el caso de las patologías osteomusculares, donde un 60% de los casos fue graduado con un 40% a 70% de invalidez. No existe ninguna justificación para la diferencia de casos registrados en el sistema público (0,86 cada 10 mil trabajadores protegidos) y privado (1,48 cada 10 mil trabajadores protegidos). Esta situación no es más que el reflejo de la escasa atención que se le ha dado a las EP en el sistema público, que a la fecha no cuenta con registros del estado de salud de sus trabajadores, ni mantiene programas de vigilancia específicos, lo que se presenta como una gran brecha en la atención de estos trabajadores. Más allá de sus objetivos, este estudio pone en evidencia lo limitado de los registros de información de la población laboral de nuestro país. Tras 40 años de aplicación de la Ley 16744 y a pesar de las regulaciones establecidas en esta materia, aún no está disponible información básica de este segmento, como su distribución por grupos etarios, sexo y ocupación. La falta de información, sin lugar a dudas, dificultó y limitó el análisis de los registros. Otra de las limitaciones de este estudio deviene de los datos utilizados. Éstos provienen de un documento legal, emitido por la entidad competente, que reconoce el carácter ocupacional de una enfermedad y gradúa el efecto de ésta en el trabajador. Por ello, los campos consignados en la base de datos corresponden a los que Ciencia & Trabajo | AÑO 10 | NÚMERO 30 | OCTUBRE / DICIEMBRE 2008 | www.cienciaytrabajo.cl | 113/119 117 Artículo Original | Pérez María Alejandra “formalmente” deben estar en el DINV por EP y no a los que aportarían mayor información de los casos, desde la perspectiva de la salud pública. Por este motivo, se obtuvo sólo la prevalencia de EP que ocasionan invalidez y no fue posible realizar una asociación entre los agentes de exposición o puestos de trabajo de mayor riesgo, lo que habría permitido abordar este problema desde más ámbitos de intervención. Por último, se debe destacar que la información existente contempla sólo los casos de los trabajadores protegidos por la Ley 16744, que representaban al 2006 un 80% de la población laboral de la RM y sólo un 60% a nivel país. De las enfermedades que afectan a los trabajadores desprotegidos, absorbidas íntegramente por el sistema de salud público, no se tiene registro. Los desafíos de la SEREMI-RM para potenciar y mantener la información regional específica del grado de invalidez presentado por sus trabajadores asegurados son devolverle el carácter centralizado al sistema, ampliar y mejorar la calidad de la información registrada y generar un sistema de reportes periódicos. Para el logro de un registro único nacional se requiere ampliar la cobertura al resto del país y unificar los formatos para el envío de los casos a evaluación, lo que permitirá sentar las bases para un futuro sistema de vigilancia. LÍNEAS DE INTERVENCIÓN Dado el alcance de esta investigación, las líneas de intervención se enfocaron en las acciones básicas requeridas para mejorar el registro de EP, sin considerar aquéllas que permitieran mejorar la vigilancia del estado de salud general de la población de trabajadores, tales como la notificación y pesquisa oportuna de casos o la inclusión de los trabajadores desprotegidos. Potenciar y mantener información regional específica del grado de invalidez presentado por los trabajadores asegurados, ampliar y mejorar la calidad de la información de este segmento y el logro de un registro único nacional son los desafíos para estas instituciones que permitirán sentar las bases para un futuro sistema de vigilancia. i) Para la SEREMI-RM se propone: • Restituir el carácter centralizado al sistema de registro de Enfermedades Profesionales, asegurando la continuidad en el tiempo de este proyecto. 118 • Mejorar la calidad de la información registrada en el sistema, • agregando nuevos campos en la resolución, permitiendo abordar la información en forma analítica. Elaborar un protocolo de evaluación médico-legal homogéneo y único para aplicar en las subcomisiones. ii) Para el MINSAL se propone: • Replicar y coordinar esta iniciativa en todas las SEREMI del país. Su carácter centralizado y los escasos recursos requeridos permitirían levantar esta información a nivel nacional. • Requerir anualmente de los Organismos Administradores las Denuncias por EP, generando un sistema de vigilancia que permitiría abordarlas antes de la invalidez. iii) Para la SUSESO se propone: • Definir la información básica que debe ser remitida desde los Organismos Administradores, para la elaboración de las estadísticas anuales, incorporando las EP y variables sociodemográficas, entre otras. • Elaborar un formato para los dictámenes por EP emitidos por las COMPIN de todo el país, tal como lo dispone el DS Nº 101/68 del MINTRAB. • Establecer un protocolo común para el envío de la información de los casos a evaluar, desde los organismos administradores a las COMPIN. AGRADECIMIENTOS Quisiera agradecer al equipo del DSO, especialmente a la Dra. Verónica Muñoz, a la Dra. Heidi Wolf y al Ing. Juan Pablo Espina, creadores del sistema de información en el que se sustenta esta investigación. A la Dra. Paulina Pino, docente de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Chile y a la Dra. Verónica Herrera, directora de Salud Preventiva y Curativa de la Gerencia de Salud de la ACHS, por sus valiosos aportes. A la Dra. Danuta Rajs y la EU Patricia Grau, del Departamento de Estadísticas del MINSAL, por su colaboración en la validación de la base de datos y, por último, a la SEREMI de Salud RM, institución en la que trabajo, que facilitó el tiempo y la información necesaria para llevar a cabo este estudio. 113/119 | www.cienciaytrabajo.cl | AÑO 10 | NÚMERO 30 | OCTUBRE / DICIEMBRE 2008 | Ciencia & Trabajo Artículo Original | Prevalencia de Enfermedades Profesionales con Dictamen de Invalidez, Región Metropolitana, Años 2005-2006 REFERENCIAS Asociación Chilena de Seguridad. 2005. Anuario Estadístico 2004. Gerencia de Prevención. 1a ed. p 76-78. 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RESUMEN ABSTRACT Este trabajo resume tres estudios realizados en 929 profesores (617 mujeres y 312 hombres) de escuelas primarias y secundarias de Lima, Perú. Las variables fueron: estresores, personalidad de tipo A, burnout, satisfacción en el trabajo, autoeficacia, orientación a metas, estrategias de aprendizaje y desempeño del profesor. Los instrumentos empleados en estos estudios fueron: Cuestionario de Fuentes de Presión Laboral (Travers y Cooper 1997); Inventario de Auto-reporte de Conducta tipo A de Blumenthal (León y Sirlopù 1995), MBI (Maslach y Jackson 1981), Escala de Satisfacción Laboral (Warr et al. 1979), Cuestionario de Orientación a la Meta del Profesor (Matos 2005; Midgley et al. 2000; Matos 2005); Cuestionario de Estrategias Motivadas de Aprendizaje (Matos 2005; Pintrich y De Groot 1991); Escala de Auto-eficacia Percibida (Tschannen-Moran y Woolfolk 2001 ); y el Cuestionario de Auto-reporte del Desempeño Docente (Fernández 2002; Fernández 2008). Los resultados muestran la existencia de un elevado nivel de burnout en los profesores, que fue más alto en los de escuela primaria que en los de secundaria. Se encontró una significativa relación entre los estresores, conducta tipo A, satisfacción en el trabajo y variables de desempeño docente, tales como la auto-eficacia percibida, que puede verse como un factor protector contra el burnout. Los resultados se analizan de conformidad con las metas de los estudios. This paper resumes three studies carried out in 929 teachers (617 women y 312 men) of the elementary and secondary schools of Lima, Perú. The variables were: stressors, personality type A, burnout, job satisfaction, self-efficacy, goal orientation, learning strategies and teacher performance. The instruments used in these studies were: Source Job Pressure Questionnaire (Travers y Cooper 1997); Self-Report Type A Inventory of Blumenthal (León y Sirlopù 1995); MBI (Maslach y Jackson 1981); Job Satisfaction Scale (Warr et al. 1979); Teacher Goal Orientation Questionnaire (Matos 2005; Midgley et al. 2000); Motivated Strategies for Learning Questionnaire (Matos 2005; Pintrich y De Groot 1991); Teacher’s Perceived Efficacy Scale (Tschannen-Moran y Woolfolk 2001); and Teaching Performance Self-Report Questionnaire (Fernández 2002; Fernández 2008). The results show the existence of a high level of burnout in the teachers, that was higher in elementary than in secondary schools teachers. It was founded a significative relationship among stressors, behavior type A, burnout, job satisfaction and teacher-performance variables, such as the perceived self-efficacy that can be seen as a protector factor of burnout. The results are discussed according to the goals of the studies. (Fernández M, 2008. Burnout, Autoeficacia y Estrés en Maestros Peruanos: Tres Estudios Fácticos. Cienc Trab. Oct-Dic; 10 (30): 120-125). Descriptors: BURNOUT, PROFESSIONAL; FACULTY; SELF EFFICACI, PERU. Descriptores: AGOTAMIENTO PROFESIONAL, DOCENTES, AUTOEFICACIA, PERÚ. INTRODUCCIÓN El docente peruano ha sido poco explorado en su realidad psicológica y sociológica. Se sabe de él que sus ingresos, cuando trabaja para el estado, son reducidos pero que pueden ser sustantivamente mejores dependiendo de la institución privada donde labore; se sabe asimismo que las condiciones de trabajo que lo rodean pueden ser muy dispares si se desempeña en un colegio privado o en uno estatal. Se sabe igualmente que los niveles de formación suelen ser Correspondencia / Correspondence Manuel Fernández Arata Universidad de San Martín de Porres Dirección: Av. Tomás Marsano Nº 242, Lima 34, Perú. Tel: (51 1) 5136300 Anexo 2012 e-mail: [email protected] Recibido: 13 de octubre de 2008 / Aceptado: 28 de noviembre del 2008 120 muy variados, pudiendo ir desde la excelencia hasta la deficiencia punible. Y probablemente se intuyen algunas cosas más, como por ejemplo su insatisfacción con el prestigio social que la profesión de docente tiene, con los haberes percibidos y con el pluriempleo que parece ser la norma en la realidad del docente peruano. El trabajo docente en casi todo el mundo es una condición asociada a niveles de estrés que en algunos casos pueden ser muy altos (Golembiewski et al. 1983). La actividad docente parece tener como un componente inherente a ella la potencialidad del estrés, de la fatiga y de estados de desasosiego interior, que en los últimos años se han estudiado bajo la denominación de burnout. Fue precisamente este tema del burnout uno de los primeros que exploró el autor en el estudio cuyos resultados fueron presentados en el libro “Realidad psicosocial del maestro de primaria” (2002), llevado a cabo en una muestra de 264 maestros de primaria, 51 varones y 213 mujeres, que llamaremos Estudio I. En esta investigación, se estudiaron las siguientes variables: 1) fuentes de presión laboral; 2) personalidad tipo A; 3) burnout; 4) satisfacción laboral; y 5) percepción del desempeño docente. 120/125 | www.cienciaytrabajo.cl | AÑO 10 | NÚMERO 30 | OCTUBRE / DICIEMBRE 2008 | Ciencia & Trabajo Artículo Original | Burnout, Autoeficacia y Estrés en Maestros Peruanos: Tres Estudios Fácticos La presión laboral suele ser muy elevada en el mundo del trabajo. Las fuentes de presión laboral se relacionan con el fenómeno del estrés que es definido como una respuesta a los sucesos que amenazan o ponen en conflicto a una persona (Feldman 1998). El suceso debe ser percibido como una amenaza y debe carecerse de recursos para enfrentarlo adecuadamente, pudiendo ser, sin embargo, estresantes en ocasiones, pero no en otras (Folckman et al. 1986). Travers & Cooper (Travers y Cooper 1997) definen los estresores en el trabajo docente como atribuciones que el docente suele ver como causas potenciales de estrés en las diferentes situaciones que enfrenta en su trabajo. La personalidad tipo A implica agresividad, competitividad, un sentido de extrema urgencia, e intolerancia y orientación al éxito que en muchos casos pueden llevar a cuadros cardiacos coronarios (Friedman y Rosenman 1974). Los sujetos con personalidad tipo A son muy competitivos, ambiciosos, extremadamente trabajadores, exigentes consigo mismo y con los demás, comprometidos en varias actividades a la vez, que son consideradas como urgentes, lo cual genera tensión (Mattews, 1988). El burnout, es un síndrome de agotamiento emocional, despersonalización y falta de realización personal en el trabajo (Maslach y Jackson 1981). Desde la perspectiva psicosocial, el estrés relacionado con el trabajo puede llevar a una persona a dar un trato mecanizado, deshumanizado a las personas con las cuales trabaja y percibir disminuida su habilidad para lograr éxito en el trabajo (Maslach y Jackson 1981). Es considerada también una respuesta al estrés laboral que se manifiesta en actitudes y sentimientos negativos hacia las personas con las que trabaja y hacia el propio rol profesional. Cherniss (Cherniss 1992) sostiene que existe relación entre los sentimientos de autoeficacia, compromiso y motivación, y entre aquellos y el estrés, de tal forma que los sujetos con fuertes sentimientos de autoeficacia percibida experimentan menos estrés en situaciones amenazantes. La satisfacción laboral es definida como la relación afectiva que manifiesta el maestro hacia diferentes aspectos implicados en su actividad docente (Warr et al. 1979). Está asociada, asimismo, con un conjunto de factores como las recompensas justas, adecuadas condiciones laborales y buenos compañeros de trabajo (Robbins 1994). El desempeño docente se define como la autovaloración que el maestro realiza de la calidad y efectividad del conjunto de acciones que lleva a cabo en el marco de sus actividades laborales y que comprende, entre otros, la preparación y dictado de clases, la elaboración y calificación de evaluaciones, la participación en programas de capacitación, la interacción con estudiantes, autoridades, colegas y padres de familia (Fernández 2002). El segundo estudio, al que denominaremos Estudio II (Fernández s.f), se llevó a cabo con 352 profesores de educación secundaria, 172 varones y 180 mujeres. Se investigaron las variables burnout y autoeficacia percibida. A lo largo de sus muchos años de trabajo Bandura ha explorado los orígenes, las expresiones y las variaciones de la autoeficacia percibida como constructo psicológico (Bandura 1986; Bandura 1997; Bandura 2001). Para este trabajo fue de mucha utilidad la formulación de Tschannen-Moran & Woolfolk (Tschannen-Moran y Woolfolk 2002), dos investigadoras de este concepto en muestras norteamericanas, que definen la autoeficacia percibida del maestro como el conjunto de creencias que éste tiene acerca de su propia capacidad para obtener metas deseadas en el proceso de aprendizaje de los estudiantes, aun entre aquellos que están desmotivados o que suelen ser llamados estudiantes difíciles. Plantean asimismo que comprende tres dimensiones: 1) eficacia percibida en el manejo del estudiante; 2) eficacia percibida en las prácticas instruccionales; y 3) eficacia percibida en el manejo del salón de clase. Se ha enfatizado el factor autoeficacia percibida porque se estima que es un factor “reductor”, “amortiguador” del estrés, al hacer que la persona se sienta a la altura de los desafíos que enfrenta. La autoeficacia percibida supone que el individuo tiene una valoración positiva de sus capacidades referidas a la situación que tiene al frente, y que por tanto la ansiedad, la incertidumbre o el temor se encuentran en niveles que no interfieren con su desempeño. El tercer estudio, al que denominaremos Estudio III (Fernández 2008), se realizó en una muestra de 313 maestros de primaria, 89 varones y 224 mujeres. Se investigó la variable desempeño docente en relación con orientación a la meta, estrategias de aprendizaje y autoeficacia percibida. La orientación a la meta es un proceso psicológico mediante el cual se establece en la conciencia de una persona un propósito determinado que lleva al desarrollo de una estrategia de conducta (Ames 1992a, Ames 1992b; Linnenbrink y Pintrich 2000). En el ambiente educativo dos metas de logro han sido diferenciadas en los patrones del proceso motivacional: las de aprendizaje y las de rendimiento. Los maestros con orientación a la meta de aprendizaje consideran que los errores forman parte del proceso de aprendizaje, proporcionan tareas novedosas y desafiantes, reconocen el esfuerzo de los estudiantes, los supervisan fuera del aula y les dan oportunidades para mejorar sus tareas (Kaplan, 2002; Roreser, 2002; en Matos 2005). Promover metas de aprendizaje en el salón de clases está asociado con logros académicos en los estudiantes (Matos, 2005). Las estrategias de aprendizaje son actividades mentales que se utilizan en situaciones específicas de aprendizaje, las cuales facilitan la adquisición de conocimientos. Implica el control del propio pensamiento para resolver situaciones problemáticas (Derry y Murphy 1986; Beltrán 1996). Las estrategias de aprendizaje más utilizadas son: el ensayo, el repaso, la elaboración, la organización y la metacognición (Puente 2003). Su uso en el salón de clases permite al maestro introducir un método pedagógico a fin de que los estudiantes se familiaricen progresivamente con ellas hasta que las puedan utilizar de manera automática (Gallego 1997). Los problemas que abordan los tres estudios aquí referidos son los siguientes: 1) la percepción que el docente tiene de su propio desempeño; y 2) los niveles de burnout del docente eventualmente asociado a su labor pedagógica. Ambos hasta ahora no han sido tratados en la literatura especializada peruana, que más bien se ha concentrado en la realidad del estudiante. Ambos temas (que en el caso de la percepción del desempeño docente abarcan el nivel de autoeficacia, las estrategias de aprendizaje y la motivación centrada en el aprendizaje; y, en el del burnout, comprende la personalidad tipo A, la satisfacción laboral y las fuentes de presión laboral) fueron seleccionados dada su importancia en el trabajo concreto del docente, pero también en el rendimiento de los alumnos. Los objetivos de nuestras investigaciones han sido las siguientes: a) Describir la influencia de la autoeficacia percibida en el burnout y en el desempeño docente. b) Establecer la relación existente entre el desempeño docente y las variables asociadas al estrés y al aprendizaje. Ciencia & Trabajo | AÑO 10 | NÚMERO 30 | OCTUBRE / DICIEMBRE 2008 | www.cienciaytrabajo.cl | 120/125 121 Artículo Original | Fernández Manuel Las hipótesis que se han querido verificar fueron: a) La autoeficacia percibida influye en la presencia/ausencia del burnout y en el desempeño docente. b) Las variables relacionadas al estrés (fuentes de presión laboral, personalidad tipo A, y burnout) tienen una relación inversa con el desempeño docente. c) Las variables relacionadas con el aprendizaje (orientación a la meta, estrategias de aprendizaje y autoeficacia percibida) tienen una relación positiva con el desempeño docente. Estos resultados justifican la apreciación de que el trabajo docente en el Perú, por las inadecuadas condiciones laborales, el escaso reconocimiento profesional y social que le otorga la sociedad en su conjunto, así como por las condiciones particularmente duras en Tabla 1. Análisis de tabulación cruzada entre el nivel educativo y etapas del Burnout. Etapas del Burnout I METODOLOGÍA II Las muestras de los estudios I y III fueron bietápicas y la muestra del estudio II fue no probabilística. Se evaluaron 929 profesores en los tres estudios, de los cuales 312 fueron varones y 617 mujeres. El rango del tiempo de servicios iba de 1 a más de 20 años de experiencia, En cuanto al diseño, el primer estudio es explicativo ex post facto en tanto que el segundo y el tercero son correlacionales. Las variables del primer estudio fueron: fuentes de presión laboral, conducta tipo A, burnout, satisfacción laboral y percepción de desempeño docente. Las del segundo estudio fueron: burnout y autoeficacia percibida. Las variables del tercer estudio fueron orientación a la meta, estrategias de aprendizaje, autoeficacia percibida y percepción del desempeño docente. Se utilizaron, en los diferentes estudios, los siguientes instrumentos: Cuestionario de Fuentes de Presión Laboral (Travers y Cooper 1997, Estudio I); Inventario de Autorreporte de Conducta tipo A de Blumenthal (León y Sirlopù 1995, Estudio I), MBI (Maslach y Jackson 1981, Estudios I y II); Escala de Satisfacción Laboral (Warr et al. 1979, Estudio I), Escala de Autoeficacia Percibida (Tschannen-Moran y Woolfolk 2001, Estudios II y III); Cuestionario de Orientación a la Meta del Maestro (Matos, 2005; Midgley et al. 2000; Estudio III); Cuestionario de Estrategias de Aprendizaje de Pintrich & col. (Matos 2005, Estudio III); y el Cuestionario de Autorreporte del Desempeño Docente (Fernández 2002, Fernández 2008, Estudios I y III). Todas las pruebas utilizadas tienen validez y confiabilidad de acuerdo al análisis psicométrico realizado. RESULTADOS III IV V VI VII VIII Total Nivel educativo Primaria 23 8.7% 25 9.5% 48 18.2% 25 9.5% 29 11.0% 55 20.8% 29 11.0% 30 11.4% 264 100.0% Total Secundaria 84 23.9% 35 9.9% 27 7.7% 30 8.5% 44 12.5% 20 5.7% 40 11.4% 72 20.5% 352 100.0% 107 17.4% 60 9.7% 75 12.2% 55 8.9% 73 11.9% 75 12.2% 69 11.2% 102 16.6% 616 100.0% X2 = 70.10 G. L. = 7 p = .0001 las que se suele cumplir la labor docente, es un fuerte generador de estrés. En el Gráfico Nº 1 se puede observar las diferentes interacciones de las variables estudiadas, que revela que todas ellas están directa o indirectamente relacionadas. Se aprecia, por un lado, que a mayores puntajes en fuentes de presión laboral y personalidad tipo A le corresponde puntajes menores en satisfacción laboral y percepción de desempeño docente y, por otro, que a mayores puntajes en fuentes de presión laboral y personalidad tipo A le corresponde también mayores puntajes en agotamiento emocional y despersonalización, pero menores puntajes en realización personal del Síndrome de Burnout. Estudio I En el primer estudio se encontró que el 43,2% de los maestros de primaria encuestados presentaban niveles elevados de burnout (ver Tabla 1). En la Tabla 1, los resultados han sido agrupados de acuerdo con el modelo de Golembiewski (Golembiewski et al. 1993). Como puede verse, en las fases VIII, VII y VI, que indican un alto nivel de burnout, se encuentra el 43,2% de los maestros. De acuerdo con este autor, sin embargo, quienes se encuentran en los niveles III, IV y V, si se mantienen las condiciones actuales de trabajo, tienen una alta probabilidad de riesgo de evolucionar hacia los niveles superiores. En esta misma tabla se observa que un 36,6% de los maestros de secundaria que participaron en el estudio tenía un elevado nivel de burnout, lo cual contrasta con el resultado encontrado en maestros de primaria (43,2%). 122 Tabla 2. Correlaciones entre las áreas del MBI y la Percepción de la eficacia de los maestros en el Nivel secundario. Variables Eficacia percibida en el ajuste del estudiante Eficacia percibida en las prácticas instruccionales Eficacia percibida en el manejo del salón de clase Eficacia percibida total de los maestros ** p < .05 *** p < .001 Agotamiento Emocional Despersonalización Realización Personal -0.23 *** -0.26 *** 0.37 *** -0.15 ** -0.27 *** 0.25 *** -0.20 *** -0.27 *** 0.23 *** -0.21 *** -0.29 *** 0.31 *** N = 352 120/125 | www.cienciaytrabajo.cl | AÑO 10 | NÚMERO 30 | OCTUBRE / DICIEMBRE 2008 | Ciencia & Trabajo Artículo Original | Burnout, Autoeficacia y Estrés en Maestros Peruanos: Tres Estudios Fácticos Gráfico 1. Interacción de las variables. 1 Satisfacción Laboral e4 -.05 -.49 .01 Presión Laboral Despersonalización .11 .05 Agotamiento Emocional 1 1 e2 1 e3 -.07 e1 .09 .08 -.06 Personalidad Tipo A -.06 Realización Personal -.52 -1.17 .35 Análisis de Senderos Chi-cuadrado = 12,866 G.L. = 8 p = ,117 Desempeño Estudio II En el segundo estudio encontramos correlaciones significativas inversas entre las tres dimensiones de autoeficacia percibida y las dimensiones agotamiento emocional y despersonalización del burnout; y correlaciones positivas igualmente significativas entre las tres dimensiones de autoeficacia percibida y la dimensión realización personal del burnout. Esto significa que a mayores puntajes en autoeficacia percibida, menor burnout y viceversa. 1 e5 con la autoeficacia percibida, orientación a la meta de aprendizaje y estrategias de aprendizaje. Si bien no se ha graficado, podemos agregar que un análisis más detenido de la variable autoeficacia percibida permitió reconocer que a partir de los 21 o más años de servicios el nivel de autoeficacia se elevaba significativamente, mientras que en aquellos profesores que tenían poco tiempo de servicio, por ejemplo 5 o 10 años, se encontraba que la autoeficacia percibida presentaba puntajes promedios significativamente menores. Estudio III En el tercer estudio consideramos que los dos aspectos importantes a tratar son desempeño docente y autoeficacia percibida siguiendo, en el caso de este último concepto, la clasificación de TschannenMoran & Woolfolk (Tschannen-Moran y Woolfolk 2001), a las que hemos hecho referencia anteriormente. La Tabla Nº 3 resume las relaciones entre las variables. Como puede observarse el desempeño docente correlaciona significativamente Tabla 3. Matriz de correlaciones entre las variables estudiadas. Variables Orientación a Orientación a Estrategias Autoeficacia la meta de la meta de de percibida rendimiento aprendizaje aprendizaje Orientación a la meta de aprendizaje 0.30 *** Estrategias de aprendizaje 0.18 *** Autoeficacia percibida 0.09 Desempeño Docente 0.10 ***p < .001 n = 313 0.51 *** 0.31 *** 0.38 *** 0.30 *** 0.55 *** 0.27 *** DISCUSIÓN El nivel de estrés encontrado en la muestra puede ser considerado como elevado (43,2% en maestros de primaria y 36,6% en maestros de secundaria), algo que puede entenderse en el contexto de la realidad socioeconómica y laboral de los profesores peruanos. Los resultados observados en el análisis de senderos (Gráfico 1) y las correlaciones consignadas en las Tablas 2 y 3 ha permitido comprobar la primera hipótesis, la segunda hipótesis es comprobada por el análisis de senderos (Gráfico 1), mientras que la tercera hipótesis ha sido verificada en los estudios correlacionales que figuran en la Tabla 3. Es así que vemos que la autoeficacia percibida es un factor “protector” o “amortiguador” del estrés (Domenech 2006; Lynn 2007; Schwarzer y Hallum 2008). La convicción de estar a la altura de los desafíos que plantea la tarea que se tiene al frente, la sensación de poseer los recursos cognitivos, sociales, emocionales para resolverlos, constituirían una suerte de reductor del potencial efecto estresante, permitiendo un desempeño adecuado y un manejo efectivo de la ansiedad. La autoeficacia percibida vinculada al trabajo cumpliría pues esta función. No debe olvidarse que Ciencia & Trabajo | AÑO 10 | NÚMERO 30 | OCTUBRE / DICIEMBRE 2008 | www.cienciaytrabajo.cl | 120/125 123 Artículo Original | Fernández Manuel el trabajo, el tipo del mismo y el status derivado de él, constituyen uno de los elementos centrales de la identidad y autoestima en el mundo moderno. Los maestros con alto nivel de autoeficacia percibida muestran elevados niveles de planeamiento, organización y entusiasmo (Allinder, 1994; Tschannen-Moran y Wolfolk 2002). De acuerdo con lo que se sabe estos maestros son abiertos a nuevas ideas y a experimentar métodos para mejorar las necesidades de los estudiantes (Tschannen-Moran y Woolfolk 2002); es probable que estas características sean las que han hecho que un porcentaje de los maestros presentaran menores niveles de burnout, como también el hecho de que utilizan juicios eficaces para evaluar recursos y limitaciones en la enseñanza y de que buscan otros tipos de recursos que les permitan presentar clases retadoras. Se sabe además que utilizan una amplia variedad de estrategias de enseñanza y persisten con estudiantes que tienen dificultades (Bandura 1997; TschannenMoran y Woolfolk 2002), lo cual juega un rol decisivo en su propia percepción de autoeficacia. La literatura internacional reporta que los niveles de autoeficacia percibida correlacionan positivamente con la creación de un ambiente en el salón de clase centrado en el esfuerzo y el aprendizaje (Henson 2002; Deemer 2004), asimismo, la autoeficacia percibida correlaciona positivamente con el empleo de estrategias de aprendizaje (Pintrich y De Groot, 1990). En nuestro trabajo hemos podido encontrar que la autoeficacia percibida no sólo es un factor protector del burnout sino que también va correlacio- 124 nada con la percepción de un mayor éxito en el cumplimiento de la tarea pedagógica. CONCLUSIONES 1) Elevados niveles de autoeficacia percibida tiene una influencia significativa en los bajos niveles de burnout y altos niveles de percepción del desempeño docente. 2) Las variables relacionadas con el estrés –fuentes de presión laboral, personalidad tipo A y burnout (agotamiento emocional, despersonalización y baja realización personal)- tienen una relación inversa con la percepción del desempeño docente. 3) Las variables relacionadas con el aprendizaje –orientación a la meta de aprendizaje, estrategias de aprendizaje y autoeficacia percibida- tienen una relación positiva con la percepción del desempeño docente. Como sugerencia proponemos el desarrollo de estrategias de intervención para que maestros con elevados niveles de estrés puedan incorporar competencias que les permitan afrontar con mayores recursos los desafíos del trabajo educativo. Fuentes de financiamiento: Instituto de Investigación, Escuela Profesional de Psicología, Universidad de San Martín de Porres. 120/125 | www.cienciaytrabajo.cl | AÑO 10 | NÚMERO 30 | OCTUBRE / DICIEMBRE 2008 | Ciencia & Trabajo Artículo Original | Burnout, Autoeficacia y Estrés en Maestros Peruanos: Tres Estudios Fácticos REFERENCIAS Ames C. 1992a. Classroom: Goals, structures, and student motivation. J Educ Psychol. 84(3):261-271. ————.1992b. Achievement goals and the classroom motivational climate. En: Schunck DH, Meece JL; Eds. Student Perceptions in the Classroom. New Jersey: Lawrence Erlbaum. p. 327-348. Bandura A. 1986. Social foundations of thought and action: A social cognitive theory. Englewood Cliffs, NJ: Princeton Hall. ————.1997. Self-efficacy in changing societies. New York: Cambridge University Press. ————.2001. Guía para la construcción de escalas de autoeficacia. Universidad de Stanford. Traducción: Fabián Olaz y otros. Argentina: Universidad Nacional de Córdoba. 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Identificar los estresores percibidos por los conductores de transporte público colectivo del municipio de Cuernavaca del Estado de Morelos, México. Material y métodos. Se realizó una entrevista semiestructurada a 191 conductores de transporte público colectivo de las principales líneas de servicio público. Resultados. Se evidenció la presencia de quince estresores principales en la muestra de estudio, entre los que se destaca el tráfico, la presión de tiempo que tienen los conductores y la presión por completar una suma de dinero determinada diariamente. Conclusiones. El estudio identificó estresores similares a los reportados en otras investigaciones realizadas en poblaciones semejantes, así como estresores propios del contexto. Se sugieren futuros estudios que relacionen a estos estresores con variables de salud física y mental en conductores de transporte público. Objective. To identify stressors perceived by collective public transport drivers from the municipality of Cuernavaca, Morelos, Mexico. Material and methods. A semi structured interview was conducted to 191 collective public transport drivers of the main public service transportation. Results. It was revealed the presence of fifteen major stressors in the sample survey, which includes traffic, the time pressures that drivers usually have and the pressure to complete daily a certain amount of money. Conclusions. The study identified stressors similar to those reported in other investigations carried out in similar populations, as well as specific stressors of the study context. It is suggested that future studies relate these stressors with other variables such as physical and mental health in collective public transport drivers. (Lima C, Juárez A, 2008. Un Estudio Exploratorio Sobre Estresores Laborales en Conductores de Transporte Público Colectivo en el Estado de Morelos, México. Cienc Trab. Oct-Dic; 10 (30): 126-131). Descriptors: BURNOUT, PROFESSIONAL/PSYCHOLOGY; TRANSPORTATION /HUMAN RESOURCES; MEXICO. Descriptores: AGOTAMIENTO PROFESIONAL/PSICOLOGÍA, TRANSPORTES/RECURSOS HUMANOS, MÉXICO. INTRODUCCIÓN El interés por el estrés, sus características y consecuencias se ha incrementado en años recientes. El estrés laboral es reconocido actualmente tanto como una amenaza para la salud de los trabajadores de diversos oficios como para el buen funcionamiento de las organizaciones en las que trabajan (OMS 2004). Debido a los cambios generados por la globalización y las nuevas formas de trabajo, los trabajadores en los países en desarrollo deben Correspondencia / Correspondence Carla C. Lima Aranzaes Universidad Autónoma del Estado de Morelos, Facultad de Psicología. Unid. Habitacional Teopanzolco, Mza C Ed 16 Depto. 302, Colonia Teopanzolco, CP 62350, Cuernavaca, Morelos. Tel: (52 777) 2341751 e-mail: [email protected] Recibido: 13 de octubre de 2008 / Aceptado: 28 de noviembre de 2008 126 hacer frente a un aumento en el estrés laboral. A pesar de que se han realizado investigaciones en estos países, más específicamente en el caso de América Latina, existe poca conciencia sobre el estrés laboral e insuficientes recursos para combatirlo (OMS 2008). En los países en desarrollo la mayor parte de la fuerza de trabajo pertenece al sector informal de la economía, son subempleados de individuos u organizaciones que carecen de los recursos para protegerlos del estrés laboral. Por otro lado no existen políticas referentes a riesgos psicosociales y estrés laboral que permitan tratar esta problemática (OMS 2008). En México no se tienen cifras exactas del número de personas que padecen estrés en el ambiente laboral, ni qué enfermedades desencadena. Hasta el momento el estrés no ha sido catalogado como una enfermedad, a pesar de ser precursor de diversos padecimientos crónico-degenerativos como la obesidad, hipertensión y diabetes, entre otros (Gutiérrez 2006). Existe una amplia bibliografía referida al estrés a partir del trabajo de investigadores y profesionales de campos científicos como la medicina, la psicología y la sociología, lo que ha impedido en consecuencia una concordancia en cuanto a la definición de estrés 126/131 | www.cienciaytrabajo.cl | AÑO 10 | NÚMERO 30 | OCTUBRE / DICIEMBRE 2008 | Ciencia & Trabajo Artículo Original | Un Estudio Exploratorio Sobre Estresores Laborales en Conductores de Transporte Público Colectivo en el Estado de Morelos, México y sus propiedades esenciales (Ivancevich y Matteson 1992). La definición de estrés a considerarse en adelante hace referencia a un proceso complejo, multivariado y representativo de un sistema de retroalimentación; el estrés es, entonces, el resultado de una relación entre el individuo y el entorno que es evaluado como amenazante o desbordante de los recursos que posee y que pone en peligro su bienestar (Lazarus y Folkman 1984), de la misma forma se entenderá que el termino estrés empleado en adelante hace referencia el estrés disfuncional o distrés que es aquel estrés que produce una sobrecarga de trabajo no asimilable que desencadena un desequilibrio fisiológico y psicológico ocasionando reducción en la productividad del individuo, aparición de enfermedades psicosomáticas y envejecimiento acelerado (Selye 1979). Es difícil considerar alguna ocupación, profesión u oficio que no implique estrés, dada la rapidez y las exigencias en las cuales están inmersas las personas (Martínez 2008). No fue hasta la mitad del siglo XX que empezó la investigación en salud ocupacional de conductores de transporte urbano, los trabajos publicados por Morris y colaboradores (1953 citados en Tse, Flin & Mearns, 2006) establecieron la naturaleza nociva potencial de la conducción profesional, hecho que permanece vital hoy en día. En el 2004, en la Ciudad de México, el conductor de transporte público realizaba al día cerca de 31 millones de viajes para 11 millones de usuarios (Nec. Prog., 2004). Arteaga (2004, citado en Nec. Prog., 2004) calificaba de perverso el sistema de obtención de ganancias para los dueños de las unidades de transporte concesionado ya que el mayor beneficio es para ellos en tanto que los conductores tienen intensas jornadas de trabajo de hasta 16 horas, enfrentando posibilidades de siniestros por circunstancias de tiempo, distancia, condiciones viales, maniobras de ascenso y descenso, cobro, acomodo de usuarios, disputa por el pasaje y atención mecánica de la unidad, todo ello, careciendo de seguridad laboral y habilitación profesional. Los conductores o choferes de transporte público en México (véase, por ejemplo, Salinas 2008) son reprobados en su actuar y criticados por su cinismo sin considerar las presiones ejercidas sobre ellos, la persecución de agentes viales y la falta de garantías a su trabajo. La conducción de transporte público urbano constituye uno de los oficios más estresantes (Evans y Carrere 1991). El estrés y el manejo de vehículos están íntimamente vinculados: el estrés modula en buena medida la forma de conducir de las personas y puede ser la causa de un número considerable de accidentes y además puede ocasionar efectos negativos en el conductor como generación de mayores niveles de hostilidad y de comportamientos competitivos; mayor tendencia a la impaciencia, toma de decisiones arriesgadas y conducción imprudente; disminución de la concentración; y el efecto negativo que tiene el uso incontrolado de fármacos, alcohol u otras sustancias que se pueden utilizar para reducir el estrés (Isoba 2002). Al tratarse de estudios de investigación, es más fácil obtener medidas de los estresores. Los estresores son aquellas demandas físicas o psicológicas a las que el individuo responde (Quick, Quick, Nelson & Hurrell, 1997 citados en Landy & Conte, (Landy y Conte 2005)). Considerando que la condición de estresor depende de la apreciación que cada persona hace de una situación en específico, es casi imposible elaborar una lista estricta de estresores y de sus consecuencias, pero es posible identificar un conjunto de estresores a distintos niveles, sean organizativos o extraorganizativos (Dolan et al. 2005). Existen muchas cosas en el ambiente de trabajo que pueden ser estresantes. Algunas son circunstancias que pueden presentarse en la mayoría de las ocupaciones como, por ejemplo, la sobrecarga de trabajo y otras son específicas para una ocupación en particular (Spector 2006). El estresor antecedente es un requisito necesario para que se dé la experiencia de estrés y por tanto ilustra la importancia de identificar, conocer y registrar los estresores del lugar de trabajo cuando originan consecuencias negativas (Ivancevich y Matteson 1992). Davis y Newstrom (Davis y Newstrom 2003) sostienen que casi cualquier factor laboral puede originar estrés y es así que algunos puestos podrían generar más estrés que otros. De esta forma el estrés laboral en los conductores de transporte urbano es un problema emergente, recientes estudios analizan sus causas para actuar preventivamente; sin embargo, a pesar de que se puede contar actualmente con documentación relacionada a investigaciones realizadas en tema de causas y consecuencias del estrés laboral en países desarrollados e industrializados, el problema está aún lejos de ser resuelto y aun más, existen muy pocos datos disponibles de países en desarrollo (OMS 2008). Por lo anterior, el objetivo del presente estudio exploratorio fue el de identificar los estresores percibidos por los conductores de transporte público colectivo del municipio de Cuernavaca del estado de Morelos, con el propósito de contribuir a las escasas investigaciones realizadas hasta el momento en temas de estrés laboral y promover programas de prevención en salud y seguridad ocupacional así como generar conciencia de sus diversas consecuencias en la calidad de vida de los conductores. MATERIAL Y MÉTODOS Tipo de investigación y diseño: El estudio fue de tipo exploratorio, descriptivo y transversal; con una metodología mixta, es decir, cuali-cuantitativa ya que se realizaron preguntas abiertas y los datos obtenidos fueron agrupados por frecuencia para un mejor análisis. Procedimiento: Se explicó el objetivo del estudio a los encargados de cada línea de servicio público colectivo con el fin de obtener su autorización para entrevistar a los conductores disponibles. Sujetos: La población objeto de estudio estuvo conformada por los conductores de transporte público colectivo del municipio de Cuernavaca del Estado de Morelos de las principales líneas de servicio público colectivo; el tamaño de la muestra estuvo definido en función a la cantidad de los sujetos que desearon voluntariamente participar en el estudio; la elección de los individuos dependió de circunstancias fortuitas. Se logró entrevistar a 191 conductores varones. La edad mínima registrada fue de 19 años, y el conductor de más edad entrevistado reportó 67 años; la edad promedio de la muestra fue de 35 años, siendo la de 36 años la más frecuente. Por otro lado, en relación a la escolaridad, más del 50% de la muestra tiene una formación igual o menor a la secundaria. Instrumento: Se realizó una entrevista semiestructurada cuyas primeras preguntas estuvieron orientadas a indagar aspectos sociodemográficos y características de la población objeto de estudio; las últimas preguntas y las más importantes intentaron identificar los estresores percibidos, así como su peso o valor en cuanto a su contribución a los niveles de estrés de los conductores: “¿Cuáles son las situaciones que lo ponen tenso, irritado, molesto o que lo preocupan en el trabajo?”, “Si ordenáramos las situaciones que acaba de mencionar, ¿cuál es la que más tenso lo pone?”. Ciencia & Trabajo | AÑO 10 | NÚMERO 30 | OCTUBRE / DICIEMBRE 2008 | www.cienciaytrabajo.cl | 126/131 127 Artículo Original | Lima Carla RESULTADOS En base a las entrevistas realizadas se logró caracterizar el sector de estudio como sigue: Edad de obtención de licencia de conducir: De acuerdo al Reglamento de Tránsito del Estado de Morelos (México. Gobierno del Estado de Morelos 1998) los menores de dieciocho años, pero mayores de dieciséis pueden conducir previo permiso otorgado por la oficina de tránsito; de esta forma los conductores señalaron haber obtenido la licencia como sigue: 2% (antes de los 16 años), 14% (entre 16 y 18 años) y 84% (siendo mayores de 18 años). Edad en la que empezaron a conducir transporte público colectivo: Asimismo llama la atención el hecho de que se registraron edades tempranas en las cuales los conductores empezaron a conducir un transporte público colectivo independientemente de poseer una licencia de conducir: 7% (antes de los 16 años), 12% (entre 16 y 18 años) y 81% (siendo mayores a los18 años). Horario de trabajo: Los conductores indicaron no tener un horario de trabajo establecido por ser muy variables las horas en las cuales inician y finalizan su jornada laboral; sin embargo, para fines de la entrevista los conductores procuraron realizar una estimación de su horario de trabajo. Es así que se identificó tres subgrupos de acuerdo a los horarios de trabajo: un turno matutino, un turno vespertino y un turno completo por nombrarlo de alguna forma (Tabla I). Primera estimación de horas trabajadas: Se obtuvo para cada subgrupo una primera estimación de cantidad de horas trabajadas resultado de la diferencia entre las horas de finalización y las horas de inicio promedio de sus actividades laborales. En el subgrupo turno completo se identificó un promedio de 16 horas de trabajo diarias (Tabla I). Horas de conducción: En base a la cantidad y duración de circuitos realizados se obtuvo un estimado del tiempo total de conducción, identificando que el turno completo es el que mayor cantidad de horas tiene detrás del volante (Tabla I). Tiempo de descanso: Al llegar a base, el conductor tiene la posibilidad de tener algún tiempo de descanso, el cual es también variable y está en función a la cantidad de carros que hay en base en ese momento y de acuerdo a la frecuencia de salidas de unidades (Tabla I). Segunda estimación de horas trabajadas: En función a las horas de conducción y al tiempo de descanso se realizó una segunda estimación de la cantidad de horas trabajadas encontrando una mayor jornada laboral en comparación a la primera estimación (Tabla I). Días trabajados y días de descanso: Los conductores señalaron que los días de trabajo y descanso varían en función a la necesidad de dinero que tengan y a la disponibilidad de otro conductor que los reemplace; de esta forma estimaron la cantidad de días continuos trabajados antes de tener algún descanso teniendo las siguientes medias: turno mañana (6 días de trabajo, 1.43 días de descanso), turno tarde (5.42 días de trabajo, 2 días de descanso), turno completo (6.46 días de trabajo, 1.88 días de descanso). En relación a la pregunta, “¿Cuáles son las situaciones que lo ponen tenso, irritado, molesto o que lo preocupan en el trabajo?”, se lograron obtener 588 respuestas. Cada uno de los entrevistados respondió con una serie de situaciones estresoras que posteriormente fueron jerarquizadas por ellos mismos, de la situación que más tensión le provoca a la que menos. Valor jerárquico: De los 191 conductores entrevistados, la mayor cantidad de situaciones estresoras reportadas por una persona fue de 12, es así que se estableció el valor jerárquico de 12 a las situaciones más estresoras, y en función a la jerarquización realizada por los conductores, a las segundas situaciones más estresoras se les asignó el valor 11 y así sucesivamente. Consolidación de estresores: Así como se reportaron diferentes estresores de un conductor a otro, también se identificaron estresores comunes a la gran mayoría de ellos; para consolidar la información se agruparon aquellos estresores similares en un solo estresor, para lo cual se sumó el valor jerárquico de los estresores similares con el fin de identificar su valor jerárquico total. Una vez realizada la consolidación de estresores, éstos fueron ordenados de mayor a menor, de acuerdo a su valor jerárquico total. Es imporCuadro 1. Estresores percibidos por los conductores de transporte público colectivo del Municipio de Cuernavaca del Estado de Morelos. No ESTRESOR 1 2 El tráfico Presión del mismo tiempo que tiene uno para checar Las exigencias de que hay que completar el dinero de la cuenta Cuando se le atraviesa un carro a uno El calor Los minutos que se los cobran a uno La gente quiere que los bajemos a donde ellos quieren Cuando no hay mucho pasaje Las manifestaciones son las que te hacen que luego que te vayas quién sabe hasta dónde Conductores que nos cierran el paso, no nos dejan pasar Que la unidad se descomponga El pasaje dice que luego les cobran más o que les cobran menos y quieren pagar menos Los taxistas no hacen las paradas donde debería de ser, se paran donde ellos quieren, no tienen una parada exclusiva para ellos Cuando el pasajero arremete al operador verbalmente Las personas que no se recorren por más que se les diga 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 VALOR JERÁRQUICO TOTAL Completo Mañana Tarde 1570 78 56 451 11 34 298 270 201 165 17 27 10 12 147 106 33 10 9 105 95 93 10 21 84 79 77 67 Tabla 1. Sector de estudio. Turno % Hora Inicio Media Desv St Hora Finalización Media Desv St Mañana 3,66 5:26 13:00 Tarde 2.62 13:00 0:43 21:00 0:43 8:00 9:31 0:29 0:24 0:09 12:14 Completo 93,72 5:14 0:43 21:26 1:00 16:12 14:07 0:41 0:26 0:13 18:05 128 0:32 0:49 Cantidad estimada de horas trabajadas 1 7:34 Horas conduciendo Media Desv St 8:09 0:34 Tiempo de base Media 0:23 Desv St 0:05 126/131 | www.cienciaytrabajo.cl | AÑO 10 | NÚMERO 30 | OCTUBRE / DICIEMBRE 2008 | Cantidad estimada de horas trabajadas 2 10:23 Ciencia & Trabajo Artículo Original | Un Estudio Exploratorio Sobre Estresores Laborales en Conductores de Transporte Público Colectivo en el Estado de Morelos, México tante señalar que durante todo este proceso se respetó la forma bajo la cual fueron descritas las situaciones estresoras, es decir, que se hace referencia a las declaraciones textuales que hicieron los conductores. De los 588 estresores identificados inicialmente y tras el proceso de consolidación de acuerdo a estresores semejantes se logró extraer finalmente 120 situaciones estresoras, de los cuales se toma en cuenta para el presente estudio los 15 estresores con mayor peso o valor jerárquico total para cada turno (Cuadro 1). De acuerdo al Cuadro 1 se hace necesaria la aclaración de algunos estresores; en el caso del segundo estresor se hace referencia al tiempo que tienen los conductores para marcar su tarjeta de control ya que durante los recorridos que realizan tienen la obligación de marcar o “checar” su tarjeta con los “checadores” que son personas ubicadas cada cierta distancia con relojes controladores de asistencia o “relojes checadores”; la presión de tiempo para “checar” constituye un estresor ya que los conductores deben pagar una cantidad de dinero por cada minuto que se retrasen en el marcado de sus tarjetas. En relación al tercer estresor, se hace referencia a “la cuenta” que constituye una suma de dinero fija que los conductores deben entregar diariamente a sus jefes o “patrones” que por lo general son dueños de los carros; del dinero que recaudan los conductores diariamente, una cantidad se destina para cubrir “la cuenta”, otra cantidad se destina para los gastos de diesel o gas, y el saldo, si hubiese, constituye la ganancia diaria del conductor. La importancia del séptimo estresor radica en que existen paradas designadas para el ascenso y descenso de pasajeros, y también a que en caso de incumplimiento los conductores reciben infracciones. Con respecto al octavo estresor, es importante destacar que para hacer referencia a los pasajeros o usuarios los conductores los denominan “pasaje”. Finalmente, el décimo quinto estresor hace referencia a los pasajeros que ingresan al vehículo y no se desplazan hasta el fondo para dar más espacio a los que subirán más adelante. Por último, se obtuvo el porcentaje relativo de cada estresor, para lo cual el estresor que tuvo el valor jerárquico total más elevado es el 100% y por una regla de tres se obtuvieron los porcentajes de los demás estresores como se representa en el Gráfico 1, según el turno de trabajo. DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES Es importante destacar en base a la información recopilada que a pesar de que existe un reglamento de tránsito, constituye una práctica normal conducir antes de la edad permitida, incurriendo de esta forma en actos ilegales y por demás inseguros por la inexperiencia y la poca destreza que pueden tener los conductores a una corta edad. Asimismo debe resaltarse la diferencia identificada en las estimaciones realizadas de la cantidad de horas trabajadas, la cual puede deberse en gran parte a que los conductores realizaron estimaciones para todos los parámetros: horarios de trabajo, cantidad y duración de circuitos realizados y tiempo de descanso. El estudio logró identificar algunos estresores que fueron reportados por otras investigaciones bajo otras denominaciones, como se muestra a continuación en la Tabla 2, lo que confirma de alguna forma su validez. Gráfico 1. Porcentaje relativo de los estresores. Ciencia & Trabajo | AÑO 10 | NÚMERO 30 | OCTUBRE / DICIEMBRE 2008 | www.cienciaytrabajo.cl | 126/131 129 Artículo Original | Lima Carla Tabla 2. Comparación de estresores reportados. 1 2 4 9 10 13 5 7 12 11 14 Estresor identificado El tráfico Presión del mismo tiempo que tiene uno para checar Cuando se le atraviesa un carro a uno Las manifestaciones son las que te hacen que luego que te vayas quién sabe hasta dónde Conductores que nos cierran el paso, no nos dejan pasar Los taxistas no hacen las paradas donde debería de ser, se paran donde ellos quieren, no tienen una parada exclusiva para ellos El calor La gente quiere que los bajemos a donde ellos quieren El pasaje dice que luego les cobran más o que les cobran menos y quieren pagar menos Que la unidad se descomponga Cuando el pasajero agrede al operador verbalmente Otras investigaciones Congestión vehicular (Hanzlíková 2005; Kompier, 1996;Tse et al. 2006) Cumplir a tiempo los horarios, horarios estrictos (Arrowhead Space & Telecommunications 1999; Garwood y Dorn. 2003; Hanzlíková 2005; Kompier 1996; Tse et al. 2006) Falta de control, sentimientos de impotencia (Arrowhead Space & Telecommunications 1999) Factores ambientales externos, temperaturas extremas al abrir y cerrar la puerta (Hanzlíková 2005) Atender las necesidades, exigencias y seguridad de los pasajeros todo el día (Arrowhead Space & Telecommunications 1999; Tse et al. 2006) Problemas mecánicos (Tseet al. 2006) Trato de los pasajeros (Kompier 1996) En el caso de los estresores 4, 9, 10 y 13, como muestra la Tabla 2, éstos corresponden a un estresor más general identificado por otras investigaciones como la falta de control y sentimientos de impotencia, ya que reflejan precisamente elementos del entorno que los conductores no pueden controlar. Por otro lado, se identificaron estresores que son propios del contexto bajo el cual se realizó la investigación; es así que, por ejemplo, los conductores de la muestra señalaron como estresor el no tener pasaje cuando Hanzlíková (Hanzlíková 2005) identificó que, por lo contrario, la gran cantidad de pasajeros constituía un estresor para una muestra de conductores de transporte público en los Países Bajos. Otros casos que ejemplifican la particularidad de la población y contexto de estudio son los estresores 3, 6 y 15 respectivamente, que se refieren a situaciones particulares del sistema de transporte. Realizando una revisión de los quince estresores encontrados, es también posible realizar una agrupación para su mejor entendimiento; de acuerdo a Ivancevich y Matteson (Ivancevich y Matteson 1992) los estresores pueden ser del ambiente físico, estresores a nivel individual, estresores colectivos, estresores organizacionales y estresores extra organizacionales. De esta forma, son estresores organizacionales los estresores 2, 3 y 6 pues tienen que ver con las políticas establecidas por la administración de cada línea de servicio público. El estresor 5 constituye un estresor del ambiente físico y el estresor 15 corresponde a un estresor de tipo colectivo por el conflicto intragrupal que representa la situación. El resto de los estresores (1, 4, 7, 8, 9, 10, 11, 12, 13 y 14) pueden ser finalmente agrupados como estresores individuales que, de acuerdo a Ivancevich y Matteson (Ivancevich y Matteson 1992), son los que están relacionados directamente al papel que desempeñan los trabajadores o a las tareas que tienen que cumplir. 130 Por la información recopilada en el estudio, se esperaba inicialmente que las condiciones de trabajo como los horarios, las largas jornadas de trabajo y los cortos tiempos de descanso fueran reportadas como las situaciones más estresantes para los conductores; sin embargo, el peso o valor jerárquico total de estos estresores fueron menores, su porcentaje relativo correspondería únicamente a un 4,22%; 0,47% y 2,58%, respectivamente. La baja frecuencia de percepción de estos estresores podría deberse en parte a que, como se mencionó inicialmente, en países como México es una práctica común que la fuerza de trabajo se desarrolle en ambientes informales y con condiciones de trabajo precarias. A pesar de que los resultados de este estudio sustentan la importancia de examinar aquellas condiciones físicas y psicológicas a las cuales responde un individuo, algunas limitaciones son inherentes en el presente estudio. La primera limitación corresponde a la capacidad del estudio de encontrar probables relaciones entre los estresores y otras variables como la salud física y mental de los conductores. Asimismo, futuras investigaciones podrían controlar variables demográficas que podrían afectar los resultados tales como la edad de los conductores y el tiempo que llevan conduciendo un transporte público colectivo; de la misma forma, la continuidad de este estudio podría llegar a relacionar los estresores identificados con indicadores de salud de tal forma que se pueda demostrar las consecuencias negativas del estrés y promover programas de prevención para esta población. Fuentes de financiamiento: Este trabajo de investigación fue realizado con una beca de la Secretaría de Relaciones Exteriores otorgada por el Gobierno de México. 126/131 | www.cienciaytrabajo.cl | AÑO 10 | NÚMERO 30 | OCTUBRE / DICIEMBRE 2008 | Ciencia & Trabajo Artículo Original | Un Estudio Exploratorio Sobre Estresores Laborales en Conductores de Transporte Público Colectivo en el Estado de Morelos, México REFERENCIAS Arrowhead Space & Telecommunications. 1999. Bus driver fatigue and stress issues study (Report DTGH61-99-Z-00027). Washington DC. Estados Unidos. Davis K, Newstrom J. 2003. Comportamiento humano en el trabajo. Madrid: McGraw Hill Interamericana. Dolan S, García S, Díez-Piñol M. 2005. Autoestima, estrés y trabajo. Madrid: McGraw Hill Interamericana. Evans G, Carrere S. 1991. Traffic congestion, perceived control, and psychophysiological stress among urban bus drivers [Abstract]. Journal of Applied Psychology. 76(5):658. Garwood L, Dorn L. 2003. Stress vulnerability and choice of coping strategies in UK bus drivers. Universidad de Cranfield. Gutiérrez T. 2006. Estrés laboral. Disponible en: http://www2.eluniversal.com.mx/ pls/impreso/noticia.html?id_nota=142787&tabla=nacion. [Consultado el 20 de mayo de 2008]. Hanzlíková I. 2005. Professional drivers: the sources of occupational stress. Ponencia presentada en el Seminario Young Researchers Seminar 2005, La Haya, Países Bajos. Ivancevich J, Matteson M. 1992. 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[Consultado el 20 de Mayo, 2008]. Ciencia & Trabajo | AÑO 10 | NÚMERO 30 | OCTUBRE / DICIEMBRE 2008 | www.cienciaytrabajo.cl | 126/131 131 Artículo Original Factores Psicosociales del Trabajo y su Relación con la Salud Percibida y la Tensión Arterial: Un Estudio con Maestros Escolares en Bogotá, Colombia OCCUPATIONAL PSYCHOSOCIAL FACTORS AND THEIR RELATIONSHIP WITH PERCEIVED HEALTH AND ARTERIAL TENSION: A STUDY WITH PRIMARY SCHOOL TEACHERS IN BOGOTA, COLOMBIA Viviola Gómez Ortiz PhD Psicología, Universidad de los Andes, Colombia. RESUMEN ABSTRACT El objetivo de esta investigación fue identificar la prevalencia de los factores psicosociales en el trabajo, en una muestra de profesores de escuela de Bogotá, Colombia, y evaluar la relación de estos factores psicosociales con la salud mental y presión arterial de este grupo. Esta fue una investigación transversal y correlacional. Una muestra de 251 profesores respondió el JCQ, el ERI y el GHQ. La presión arterial ambulatoria fue medida cuatro veces durante la jornada laboral. La participación en este estudio fue voluntaria y anónima. Los resultados indicaron que la prevalencia de estrés laboral es de aproximadamente un 35,5% y el desequilibrio esfuerzo-recompensa fue de aproximadamente 22,3%. Se descubrieron relaciones significativas entre el estrés laboral y el desequilibrio esfuerzo-recompensa con salud mental pero no con niveles de presión arterial. This research aims of was to identify the prevalence of the psychosocial factors at work, in a sample of school teachers from Bogotá, Colombia, and evaluate the relationship of this psychosocial factors with this group mental health and blood pressure. This was across sectional and correlational research. A sample of 251 teachers answered the JCQ, the ERI and the GHQ. Ambulatory blood pressure was measured four times during work time. The participation in this study was voluntary and anonymous. The results showed that prevalence of job strain is about 35.5% and effort-reward imbalance was about 22.3%. Significant relationships between job strain and effort-reward imbalance with mental health but not with blood pressure levels were founds. Descriptors: BURNOUT, PROFESSIONAL; PSYCHOSOCIAL IMPACT; MENTAL HEALTH; BLOOD PRESSURE; FACULTY, COLOMBIA. (Gómez V, 2008. Factores Psicosociales del Trabajo y su Relación con la Salud Percibida y la Tensión Arterial: Un Estudio con Maestros Escolares en Bogotá, Colombia. Cienc Trab. Oct-Dic; 10 (30): 132-137). Descriptores: AGOTAMIENTO PROFESIONAL, IMPACTO PSICOSOCIAL, SALUD MENTAL, PRESIÓN SANGUÍNEA, DOCENTES, COLOMBIA. INTRODUCCIÓN Según la Defensoría del Pueblo de Colombia (Gualtero 2008) los estudios sobre salud mental en el país señalan a la depresión como uno de los problemas de mayor prevalencia en Colombia (19,6%); otras problemáticas prevalentes son los trastornos de sueño (15%), la dependencia de sustancias psicoactivas (12%), el déficit de atención (12%), el estrés postraumático (6%) y el pánico (3%). La ansiedad es una causa o componente importante de varias de estas problemáticas. Asimismo, otro estudio colombiano reporta que “los trastornos más frecuentemente reportados Correspondencia / Correspondence Viviola Gómez Ortiz Universidad de los Andes, Colombia. Dirección: Carrera 1 Este N° 18A-10, Bogotá, Colombia. Tel: (57 1) 3324365 e-mail: [email protected] Recibido: 13 de octubre de 2008 / Aceptado: 28 de noviembre del 2008 132 alguna vez en la vida fueron los de ansiedad (19,3%), seguido por los trastornos del estado de ánimo (15,0%) y los trastornos por uso de sustancias (10,6%). El 4,9% de la población estudiada ha intentado suicidarse alguna vez en la vida y el 1,3% lo ha intentado en los últimos treinta días” (Colombia. Ministerio de la Protección Social 2003; Posada-Villa et al. 2004). Por otro lado, la hipertensión arterial primaria o esencial es un problema de salud pública en todo el mundo y constituye un importante factor de riesgo cardiovascular asociado a una mayor probabilidad de eventos cerebro-vasculares y lesiones isquémicas del miocardio. En Colombia, según las últimas estadísticas de la Organización Panamericana de la Salud, la prevalencia de la hipertensión entre la población mayor de 15 años es de 12,6%. Esta enfermedad constituye el primer factor de riesgo de enfermedades cardiovasculares, las cuales son la segunda causa de muerte en hombres y mujeres mayores de 45 años. Es más, la mortalidad de índole cardiovascular en Colombia alcanza una cifra de 176 por 100.000 habitantes. Un número importante de investigaciones realizadas en Estados Unidos, Europa y Japón indican que los Factores Psicosociales del Trabajo (FPS-T) afectan la salud y el rendimiento de los trabajadores. La hipertensión arterial es uno de los problemas de 132/137 | www.cienciaytrabajo.cl | AÑO 10 | NÚMERO 30 | OCTUBRE / DICIEMBRE 2008 | Ciencia & Trabajo Artículo Original | Factores Psicosociales del Trabajo y su Relación con la Salud Percibida y la Tensión Arterial: Un Estudio con Maestros Escolares en Bogotá, Colombia salud que se ha señalado como más sensible a los FPS-T (Landsbergis et al. 2008; Schnall et al. 2000). Otros estudios han mostrado cómo los FPS-T impactan negativamente la salud mental, generando especialmente problemas de ansiedad, depresión, agotamiento, síntomas psicosomáticos y otros (Van der Doef y Maes 1999). Recientemente se aprobó en Colombia la resolución N° 2646, “por la cual se establecen disposiciones y se definen responsabilidades para la identificación, evaluación, prevención, intervención y monitoreo permanente de la exposición a factores de riesgo psicosocial en el trabajo y para la determinación del origen de las patologías causadas por el estrés ocupacional” (Imprenta Nacional de Colombia 2008). Algunos de los retos que dicha resolución presenta para los interesados en estas temáticas en Colombia son validar en el contexto colombiano los modelos e instrumentos ya probados en otros países; elaborar mapas con los riesgos más comunes discriminados por ocupaciones, sectores, géneros, etc.; e investigar las relaciones entre riesgos y consecuencias en distintas problemáticas y niveles del funcionamiento humano, contemplando factores moderadores y contextuales. En este contexto se destaca entonces la necesidad de la investigación del impacto del estrés laboral en algunos indicadores de salud mental y la presión arterial de un grupo de trabajadores colombianos. El impacto que los factores psicosociales característicos de las labores de los maestros tienen en su salud ha sido ampliamente estudiado, en particular algunos indicadores de salud mental. Se ha descrito cómo los maestros son particularmente afectados por el síndrome denominado Burnout (por ejemplo, Guerrero 2003; Moreno et al. 2000; Schaufeli y Enzmann 1998) y otros problemas tales como hábitos de salud (Fernández-Castro y Doval 1994), entre otros. La salud cardiovascular asociada a los factores psicosociales laborales ha sido una línea de investigación importante en el contexto de la psicología de la salud ocupacional y la medicina del trabajo. Sin embargo, pocas veces se han analizado grupos ocupacionales específicos, y los riesgos particulares de cada grupo que generan un aumento de las dificultades para la salud. Dadas las condiciones de salud en Colombia y el riesgo que en particular parecen correr los maestros escolares, en este estudio se escogió esta ocupación para evaluar el impacto de algunos factores psicosociales en la salud mental percibida y en la tensión arterial. Los factores psicosociales en el trabajo En 1984 el Comité Mixto de la Organización Internacional del Trabajo y la Organización Mundial de la Salud (OIT/OMS) declaró que los factores psicosociales en el trabajo representan el conjunto de las percepciones y experiencias del empleado y abarcan diversos aspectos. El Comité Mixto OIT/OMS (1984) definió: “los factores psicosociales en el trabajo consisten en interacciones entre el trabajo, su medio ambiente, la satisfacción en el empleo y las condiciones de su organización, por una parte; y por la otra, las capacidades del empleado, sus necesidades, su cultura y su situación personal fuera del trabajo; todo lo cual a través de percepciones y experiencias influyen en la salud y el rendimiento” (p. 3). Existen modelos avanzados de estrés laboral debido a los FPS-T para comprender y, por tanto, predecir los efectos de estos factores sobre la salud. Destacan principalmente, por las evidencias empíricas que los respaldan, el modelo de “Tensión Laboral” o Demanda/Control (D/C) de Karasek (Karasek 1998) y el modelo de Desequilibrio Esfuerzo-Recompensa (DER) de Siegrist y Peter (Siegrist y Peter 2000). Sin embargo, la investigación con estos modelos ha sido realizada mayoritariamente en países desarrollados (Estados Unidos y algunos países europeos) por lo que se necesitan más estudios representativos con estos modelos en Latinoamérica, pues siguen siendo insuficientes. Estos modelos, al parecer, son complementarios en el tipo de factores que consideran. En Colombia existen algunos estudios con el modelo demanda control en poblaciones ocupacionales mixtas (Arango 2007; Marulanda 2007) o específicas (Gómez 2004; Gómez 2006; Hernández et al. 2004) que demuestran su validez y la relación de la tensión laboral con indicadores de salud. En México un estudio demostró distintos tipos de validez del modelo de tensión laboral en trabajadoras de una maquiladora en Sonora (Cedillo 2005); de igual forma, otros estudios latinoamericanos han confirmado la relación del modelo con diversos indicadores de salud (Juárez-García 2005). La prevalencia de tensión laboral, según estos estudios, es más o menos parecida a la informada en encuestas nacionales de Estados Unidos: 20-25% (Schnall et al. 2000). En España se han realizado estudios con el modelo DER encontrando la validez y efectos esperados (Fernández-López et al. 2003). En Colombia, Pérez y Gómez (Pérez y Gómez 2004) demostraron que el DER discrimina entre sujetos que han experimentado infarto del miocardio y los que no lo han experimentado. Se desconoce el uso y aplicación del DER en otros países latinoamericanos, lo que implica también su urgente estudio y análisis en términos de prevalencia e influencia en la salud en trabajadores de estos países. Factores psicosociales y estrés en los maestros de escuela Múltiples son los aspectos que propician el estrés en la labor de los maestros escolares. Entre los estresores que la literatura ha mencionado se encuentran las dificultades con los recursos, la disciplina en el aula, los conflictos y la ambigüedad en el rol, la sobrecarga de trabajo, el bajo reconocimiento profesional y la interrelación con los otros maestros. Por ejemplo, Oramas, Rodríguez, Almirall, Huerta y Vergara (Oramas et al. 2003) reportan que “Las demandas de trabajo -multiplicidad de tareas, responsabilidades con el alumnado, la relación con los padres, etc.- y el comportamiento de los estudiantes -irrespetuoso, bullicioso, difícil- se destacan en una relación directa con el estrés en maestros”. Un clima organizacional en el que predomine el proceso de crossover -irradiación- de la tensión del equipo de dirección hacia los subordinados y viceversa, puede generar una reacción circular de tensión, que trae como consecuencia condiciones estresantes para los maestros. En un estudio reciente, otros autores reportan como estresores de la labor del maestro la carga de trabajo, considerando ésta una función directa de las condiciones del ambiente físico de trabajo -ruido, iluminación- y el mobbing o psicoterror laboral (Boyle y Borg, 1995; Kyriacou, 1989; Cooper y Kelly, 1993; Westman y Etzion, 1999; citados en Oramas et. al 2003). Desde otra perspectiva teórica, utilizando el OSI (Occupational Stress Index), se han descrito y cuantificado algunas de las condiciones laborales de los maestros. Belkic ha descrito algunos de los aspectos demandantes de las tareas de los maestros tales como: deber prestar atención a múltiples fuentes de información Ciencia & Trabajo | AÑO 10 | NÚMERO 30 | OCTUBRE / DICIEMBRE 2008 | www.cienciaytrabajo.cl | 132/137 133 Artículo Original | Gómez Viviola simultáneamente, la necesidad de tomar decisiones complejas y complicadas, procesar nueva información rápidamente, trabajar bajo presión de tiempo, conflicto e incertidumbre relacionada con el tamaño de los cursos y las demandas curriculares, así como con las tareas administrativas, interrupciones relacionadas con cambios de planes en el trabajo, etc. (www.workhealth.org). Objetivos de la presente investigación Los objetivos del presente proyecto son: 1) identificar la prevalencia de los factores psicosociales citados (D/C, DER) en una muestra de maestros escolares de Bogotá, Colombia; y 2) determinar la asociación de estos factores psicosociales con indicadores de salud percibida y tensión arterial. Diseño de la investigación Esta fue una investigación observacional-no experimental, correlacional y transversal. Se obtuvo información acerca de aspectos sociodemográficos de los y las participantes, tales como: institución de trabajo, ocupación, antigüedad en el puesto, estado civil, sexo y edad. Se exploraron y controlaron estadísticamente factores tradicionales de riesgo para la tensión arterial elevada (peso y estatura, sedentarismo, tabaquismo, alcoholismo, dieta y enfermedades tales como diabetes). MÉTODO Participantes Se seleccionaron de manera no probabilística y por conveniencia 251 maestros de distintos colegios privados de la ciudad de Bogotá (edad promedio de 35,4 años, DS 8,3, rango de 21 a 63 años). El 23,1% de la muestra (58 personas) era del sexo masculino y el 76,9% (193 personas) del sexo femenino. Los maestros participantes desempeñaban labores de docencia en todos los grados del nivel primario y medio de educación (5 a 16 años). La participación en el estudio fue voluntaria y anónima. El tiempo promedio que llevaban trabajando en la profesión fue de 8,9 años (DS 6,9). El 63,3% de los maestros trabaja 40 horas a la semana; 15,9% trabaja entre 10 y 38 horas; finalmente, el 20,7% trabaja entre 42 y 65 horas a la semana. El 42,2% desempeña otras labores remuneradas además de su labor docente. El 94,9% de la muestra tenía educación universitaria (61,8%) o posgraduada (33,1%). Los demás tenían formación tecnológica (4,4%) o académica media (bachillerato). Instrumentos Se construyó una encuesta que contenía lo siguiente: 1. El Cuestionario del Contenido del Trabajo (JCQ por sus siglas en inglés) traducido al castellano por (Cedillo 2003). El JCQ-Center otorgó autorización a la investigadora principal para el uso de este instrumento. La confiabilidad de las escalas del JCQ (calculadas con el alfa de Crombach) con este grupo fueron las siguientes: uso de habilidades (0,6); toma de decisiones (0,6); latitud de decisión (0,7); demandas psicológicas (0,7); apoyo de jefe (0,8); apoyo de colegas (0,8); inseguridad laboral (0,6). 2. El Cuestionario de Desequilibrio Esfuerzo/Recompensa (DER) desarrollado por Siegrist (Siegrist y Meter 2000) y traducido al castellano por Fernández (Fernández–López et al. 2003). Este fue adaptado para la población colombiana por Pérez y Gómez (Pérez y Gómez 2004). La confiabilidad de las escalas del JCQ (calculadas con 134 el alfa de Crombach) con este grupo fueron las siguientes: esfuerzo extrínseco (0,8); recompensas (0,8); sobrecompromiso (0,8). 3. El Cuestionario General de Salud (GHQ por sus siglas en inglés), en su versión de 28 reactivos. Este instrumento es utilizado para evaluar la percepción de salud. Las sub-escalas de este instrumento son Disfunción Social, Ansiedad, Depresión y Síntomas Psicosomáticos. Los alfas de Crombach obtenidos en este estudio fueron 0,7; 0,9; 0,9 y 0,9 respectivamente. 4.- Un formato de datos generales, sociodemográficos y ciertos aspectos de salud. Para la medición de Tensión Arterial se usaron monitores digitales de muñeca marca OMRON, de acuerdo al “protocolo de puntos estimados en el trabajo” recomendado por Schnall (Schnall et al. 2000). Entre sus ventajas se encuentran que se captura la TA más representativa y real que tiene una persona durante el día (en el trabajo) y el promedio no se diferencia significativamente del que se obtiene en la TA ambulatoria (op cit). Procedimiento Una vez que la dirección de cada colegio contactado dio su autorización para realizar el estudio, se invitó a los maestros a una reunión en las que se les explicó el proyecto y su forma de participación. A quienes aceptaron se les pidió su consentimiento firmado y se les entregó el cuestionario que debían completar antes de la siguiente cita. Varios días después la tensión arterial ambulatoria fue medida durante un día laboral normal. De cada maestro se obtuvieron cuatro mediciones: al principio de la primera y la segunda pausa de clases de la mañana; por la tarde, después del almuerzo, se realizaron igualmente dos mediciones al inicio de las pausas. En todos los casos, mientras se hicieron las mediciones, los maestros estuvieron de pie como suelen estarlo durante sus labores docentes. Para el análisis de los datos se utilizaron estadísticas descriptivas tales como medias, desviaciones estándar, frecuencias y porcentajes, para estimar prevalencias y observar comportamiento general de los datos. Para analizar la relación entre variables se utilizaron estadísticas multivariadas tales como la correlación y la regresión múltiple mediante el programa SPSS (versión 16). RESULTADOS Análisis descriptivos de la muestra Los valores medios en las escalas del cuestionario general de salud (GHQ-28) fueron los siguientes: Psicosomatización (M = 17,4; DS 5,1); Ansiedad (M = 15,4; DS 5,8); Disfunción Social (M = 15,7; DS 3,3); Depresión (M = 8,6; DS 3); Puntaje total (M = 57,1; DS 12,9). Estos valores indican que el problema de salud más reportado fue la Psicosomatización, seguido de la Disfunción Social y la Ansiedad. La prevalencia de la Depresión es baja. Los promedios de tensión arterial sistólica y diastólica obtenidos estuvieron dentro de los rangos normales (M = 115,5; DS 13; M = 73,7; DS 9 mm Hg). 11 Personas (4,5%) reportaron padecer de hipertensión y presentaron una tensión arterial sistólica significativamente más alta que los demás (p < ,01). La tensión sistólica y diastólica de los hombres fue significativamente más alta que la de las mujeres (125,3 vs. 112,8; 79,8 vs.71,8; p < ,01). El valor promedio del Índice de Masa Corporal indica que esta población no presenta problemas importantes de sobrepeso (22,7; DS 3,2). Los factores biomédicos de riesgo para la hipertensión arterial 132/137 | www.cienciaytrabajo.cl | AÑO 10 | NÚMERO 30 | OCTUBRE / DICIEMBRE 2008 | Ciencia & Trabajo Artículo Original | Factores Psicosociales del Trabajo y su Relación con la Salud Percibida y la Tensión Arterial: Un Estudio con Maestros Escolares en Bogotá, Colombia Tabla 1. Correlaciones entre variables del modelo de estrés laboral Demanda – control – apoyo social y salud. Salud Psicosomáticos Ansiedad Disfunciónsocial Depresión Tensión Sistólica Tensión Diastólica Habilidades Decisiones Control Demandas Apoyo jefe Apoyo compañeros Apoyo social Inseguridad laboral Job strain -,170 -,102 -,063 -,199 -,219 -,166 -,110 -,338 -,286 -,275 -,174 -,240 ,013 ,030 -,318 -,251 -,225 -,213 -,270 -,065 -,027 ,445 ,444 ,464 ,152 ,093 -,149 -,095 -,223 -,247 -,140 -,093 -,168 -,012 -,002 -,268 -,225 -,224 -,172 -,146 -,035 ,005 -,289 -,280 -,212 -,153 -,187 -,027 ,001 ,209 ,165 ,203 ,081 ,133 -,020 -,053 ,494 ,449 ,466 ,218 ,215 -,070 -,044 Variables de control: Edad e IMC. se presentaron en las siguientes proporciones: diabetes (4,4%), tabaquismo (15,9%), sedentarismo (31,9%), consumo de alcohol mensual o semanal (5,2%). El 48,2 % de los participantes reportó no tener antecedentes familiares de hipertensión arterial, el 40% reportó antecedentes en uno de sus padres o en los dos y el resto indicó que uno de sus abuelos o un hermano(a) padecía de hipertensión. Prevalencia de los factores psicosociales laborales Los análisis descriptivos mostraron que los promedios de las escalas componentes del JCQ son más altos que los obtenidos en muestras nacionales e internacionales (uso de habilidades, toma de decisiones, control de los procesos laborales, demandas laborales e inseguridad laboral); otros están dentro del promedio (apoyo de jefes y colegas). Utilizando como indicador de tensión laboral la razón entre las demandas y la latitud de decisión (control), calculada según la fórmula propuesta por el JCQ-Center <(Demands *2)/DecisionLatitude)>, el 45,8% de los maestros tiene valores de tensión laboral por debajo del puntaje de riesgo (<1) y el 54,2% está por encima de dicho valor (>1). Si se utiliza como criterio de clasificación la combinación de altas o bajas demandas y alto o bajo control, el resultado del número de docentes que clasifica en cada uno de los cuadrantes del modelo Demanda-Control es el siguiente: Trabajo de alta tensión: 87 (35.5%) Trabajo activo: 36 (14,7%) Trabajo de baja tensión: 69 (28,2%) Trabajo pasivo: 53 (21,6%) Por otro lado, los valores de esfuerzo y de sobrecompromiso, escalas del cuestionario DER, fueron sensiblemente más altos que los obtenidos con otras muestras colombianas y españolas. El valor promedio en este último componente (sobrecompromiso) es similar al reportado por las enfermeras. De la misma manera, las recompensas tienden a ser altas, similares a las de las enfermeras y uno de los grupos ocupacionales mixtos. Según Siegrist, un valor superior a 1 al calcular la razón entre esfuerzo y recompensa indica un desbalance entre estos a favor de los esfuerzos lo que se constituiría en un factor de riesgo para la salud. Según este indicador, el 77,7% de la muestra no percibe desbalance entre el esfuerzo y la recompensa y el 22,3% sí lo percibe. Relación entre los factores psicosociales laborales e indicadores de salud La correlación entre los dos indicadores de estrés laboral -la tensión laboral y el desbalance entre esfuerzo y recompensa- fue alta (r = 0,61) y significativa (p < 0,001). Las correlaciones entre los factores psicosociales (valor continuo de tensión laboral y de desbalance entre esfuerzos y recompensas) y los indicadores de salud mental fueron positivas y significativas (p < Tabla 2. Correlaciones entre variables del modelo de estrés laboral EsfuerzoRecompensa y salud. Salud Psicosomáticos Ansiedad Disfunción social Depresión Tensión Sistólica Tensión Diastólica Esfuerzo ,561 ,532 ,604 ,128 ,196 ,036 ,022 Recompensa -,414 -,394 -,426 -,096 -,180 -,059 -,043 Sobrecompromiso ,652 ,602 ,683 ,239 ,191 -,029 -,012 DER ,558 ,525 ,597 ,127 ,208 ,036 ,017 0,001) en todos los casos, exceptuando la correlación entre disfunción social y el DER. Esto indica que, con la excepción señalada, entre más percepción de estrés laboral hay, esta muestra tiende a percibir también mayor depresión, ansiedad, disfunción social y síntomas psicosomáticos (ver Tabla 1 y Tabla 2). Por otro lado, ninguno de los indicadores de estrés laboral (JCQ o DER), o sus componentes individuales, correlacionó con los indicadores de tensión arterial (sistólica o diastólica). Se controló en las correlaciones tanto la edad (r = 0,24 y 0,19; p < 0,1) como el índice de masa corporal (r = 0,29 y 0,26; p < 0,1) puesto que ambos correlacionaron con la tensión arterial. Para descartar que el género pudiera representar alguna diferencia en esta relación, también se calcularon las correlaciones controlando esta variable y los resultados no variaron. Las personas pertenecientes a los cuatro cuadrantes del modelo Demanda-Control no se diferenciaron significativamente en sus niveles de tensión arterial. Grupos extremos, calculados con base en tertiles, tampoco se diferenciaron en sus niveles de tensión arterial. Se conformaron grupos utilizando para ello las medianas de control, demanda y apoyo social (modelo Demanda-Control-Apoyo) se encontró que las diferencias en la tensión arterial no fueron significativas. Ninguno de los indicadores de salud medidos (Psicosomatización, Ansiedad, Disfunción Social o Depresión) correlacionó con tensión arterial. Con el fin de evaluar qué tanto aporta cada uno de los indicadores de estrés laboral a la explicación de la varianza de la salud se realizó un análisis de regresión. El resultado es que entre ambos indicadores explican aproximadamente el 35% de la varianza de la salud. Sin embargo, el modelo DER tiene un impacto mayor que el de Demanda-Control. DISCUSIÓN Los hallazgos de este estudio confirmaron que también los maestros escolares colombianos presentan un alto riesgo de trabajar en Ciencia & Trabajo | AÑO 10 | NÚMERO 30 | OCTUBRE / DICIEMBRE 2008 | www.cienciaytrabajo.cl | 132/137 135 Artículo Original | Gómez Viviola condiciones psicosociales laborales adversas y que estas condiciones se relacionan con indicadores negativos de salud. Entre el 35% y el 22% de la muestra (según los dos criterios de evaluar los factores psicosociales laborales) presenta condiciones psicosociales laborales negativas que están relacionadas con experiencia de ansiedad y psicosomatización y en menor medida con depresión y disfunción social. A pesar de que este estudio no permite hacer afirmaciones de causalidad, hay suficientes evidencias previas para pensar que las condiciones psicosociales laborales están generando este malestar en los docentes. A pesar de que los docentes parecen percibir más demandas laborales, pero también más control de las mismas que otros grupos ocupacionales evaluados en Colombia, un gran porcentaje percibe un desbalance entre esas demandas y sus posibilidades de control y entre el esfuerzo que hacen y las recompensas que reciben a cambio. Los resultados no mostraron, sin embargo, una relación directa entre estos factores psicosociales y la tensión arterial medida de manera ambulatoria. Hay estudios previos en los que no se halló ninguna relación entre el estrés laboral y la tensión arterial de un grupo ocupacional específico, en este caso de choferes de bus (Ragland et al. 1987). A pesar de que luego se demostró que este grupo presenta un alto riesgo cardiovascular, los primeros análisis de relación no lo evidenciaron así. El resultado, inesperado en este grupo de maestros escolares, podría interpretarse de varias maneras: 1. Las condiciones laborales de los maestros los hacen vulnerables a impactos de tipo psicológico pero no físico. Algunas ocupaciones han mostrado ser más sensibles al riesgo cardiovascular (choferes, 136 enfermeras) y podría ser que los maestros no pertenecen a este grupo. 2. La muestra evaluada parece pertenecer en general a un tipo de población sana (índice de masa corporal, tensión arterial promedio y otros) lo cual hace más difícil encontrar una relación clara entre la presión sanguínea y la tensión laboral. 3. De todas maneras también es posible que, debido a que se evaluó una sola ocupación, el nivel de tensión laboral sea muy homogéneo entre quienes desempeñan este trabajo lo cual, debido a la poca variación de los puntajes no permitiría identificar fácilmente correlaciones con la presión arterial. Los pocos estudios previos que no han logrado demostrar una relación entre la tensión laboral y la presión sanguínea han compartido esta característica (Landsbergis et al. 2008). 4. Algunas variables mediadoras o moderadoras podrían explicar el resultado negativo con respecto a la presión arterial. Es posible que la presión arterial ambulatoria, solamente, no diferencie a los maestros con estrés laboral de los que no lo tienen. Por ejemplo, la presión arterial de maestros que experimentan tensión laboral, pero además presentan una mayor reactividad cardiovascular en situaciones demandantes (menos controlables), es más alta según varios estudios previos (Steptoe y Cropley 2000; Steptoe et al. 1999). Estos autores concluyen que la reactividad cardiovascular durante situaciones estresantes y el estrés psicosocial sostenido pueden actuar mancomunadamente para incrementar el riesgo cardiovascular en individuos susceptibles. Según ellos, el fracaso de los sujetos con alta tensión laboral en mostrar una disminución de la presión arterial en las noches puede ser una manifestación de una carga alostática crónica. 132/137 | www.cienciaytrabajo.cl | AÑO 10 | NÚMERO 30 | OCTUBRE / DICIEMBRE 2008 | Ciencia & Trabajo Artículo Original | Factores Psicosociales del Trabajo y su Relación con la Salud Percibida y la Tensión Arterial: Un Estudio con Maestros Escolares en Bogotá, Colombia REFERENCIAS Arango A. 2007. 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Pérez4, Carolina Aranda Beltrán5. 1. Dr. en Ciencias de la Salud, Profesor Investigador del Centro Universitario de Ciencias de la Salud, Departamento de Salud Pública, Instituto de Investigación en Salud Ocupacional, Universidad de Guadalajara. 2. Dr. en Ciencias de la Salud en el Trabajo, Profesor Investigador del Centro Universitario de Ciencias de la Salud, Departamento de Salud Pública, Instituto de Investigación en Salud Ocupacional, Universidad de Guadalajara. 3. Dr. en Ciencias de la Salud en el Trabajo, Profesor Investigador del Centro Universitario de Ciencias de la Salud, Departamento de Salud Pública, Instituto de Investigación en Salud Ocupacional, Universidad de Guadalajara. 4. Médico Cirujano y Partero. Centro Universitario de Ciencias de la Salud, Departamento de Salud Pública, Instituto de Investigación en Salud Ocupacional, Universidad de Guadalajara. 5. Dr. en Ciencias de la Salud Pública, Profesor Investigador del Centro Universitario de Ciencias de la Salud, Departamento de Salud Pública, Instituto de Investigación en Salud Ocupacional, Universidad de Guadalajara. RESUMEN ABSTRACT Objetivo: identificar las diferencias de los factores psicosociales laborales y el Síndrome de Burnout en hombres y mujeres docentes de secundaria de la Zona Metropolitana de Guadalajara, Jalisco, México. Material y métodos: el estudio es observacional transversal y analítico en una muestra de probabilística de 186 mujeres y 171 hombres. Se utilizó la escala de Maslach Burnout Inventory y la Batería de Factores Psicosociales en el Trabajo Académico. Resultados: 84,1% de mujeres y 77,2% de hombres presentaron alguna dimensión de la escala de Maslasch “quemada”. Ambos identificaron la presencia de factores psicosociales laborales, encontrando relación (p < 0,05) con el Síndrome de Burnout en los hombres con las condiciones de trabajo, el contenido y características de la tarea y la interacción social y en las mujeres con exigencias laborales. Conclusión: hombres y mujeres perciben por igual la presencia de factores psicosociales laborales, existiendo diferencias por género entre estos y el Síndrome de Burnout. Objective: To identify the sex differences in labor psycho-social factors and the Burnout Syndrome prevalence in middle school teachers, from Guadalajara Metropolitan Zone. Material and methods: This is an cross-sectional and analytical study with a probabilistic sample of 186 women 171 men. The scale of Maslach Burnout Inventory (MBI) and the Psycho-social Factors for Academic Work Inventory were used. Results: 84.1% of women and 77.2% of men presented some altered dimension on the MBI scale. Both groups identified the presence of negative labor psycho-social factors. In men was found a relationship (p <.05) among the burnout syndrome and the work conditions, work content, task characteristics and social interaction and in the women with labor exigencies. Conclusion: Men and women perceive presence of negative labor psycho-social factors, but there are differences between them and the Burnout syndrome occurrence. Descriptors: BURNOUT, PROFESSIONAL; PSYCHOSOCIAL IMPACT; PSYCHOLOGY; FACULTY; MEN; WOMEN; MEXICO. (Aldrete M, Preciado M, Franco S, Pérez J, Aranda C., 2008. Factores Psicosociales Laborales y Síndrome de Burnout, Diferencias entre Hombres y Mujeres Docentes de Secundaria, Zona Metropolitana de Guadalajara, México. Cienc Trab. Oct-Dic; 10 (30): 138-142). Descriptores: AGOTAMIENTO PROFESIONAL, IMPACTO PSICOSOCIAL, PSICOLOGÍA, DOCENTES, HOMBRES, MUJERES, MÉXICO. INTRODUCCIÓN Correspondencia / Correspondence María Guadalupe Aldrete Rodríguez Menhir N° 1130, Colonia Colomos Altamira, CP 45160, Zapopan, Jalisco, México. Tel: (52 33) 36360669 e-mail: [email protected] Recibido: 13 de octubre de 2008 / Aceptado: 28 de noviembre de 2008 138 Hasta hace muy poco tiempo las funciones de la mujer estaban subordinadas exclusivamente en torno a la reproducción biológica y social, dentro del núcleo familiar, mientras que para el hombre estaban en lo productivo. De esta forma las condiciones de vida, salud, enfermedad, muerte, trabajo y reproducción de las personas estaban ligadas a estas funciones tradicionales (Pérez 2003). 138/142 | www.cienciaytrabajo.cl | AÑO 10 | NÚMERO 30 | OCTUBRE / DICIEMBRE 2008 | Ciencia & Trabajo Artículo Original | Factores Psicosociales Laborales y Síndrome de Burnout, Diferencias entre Hombres y Mujeres Docentes de Secundaria, Zona Metropolitana de Guadalajara, México Según la Encuesta Nacional de Empleo (INEGI México 2006) el 43% de las mujeres se encuentra inmersa en el área reproductiva, sobre todo en aquellas actividades consideradas como típicamente femeninas, entre ellas la docencia. Esto ha traído cambios importantes a nivel social, familiar e individual. Las mujeres ya no están realizando exclusivamente tareas reproductivas, tienen pocos hijos, deciden cuándo tenerlos y poco a poco se consolidan en el área laboral, pero existiendo aún desigualdades, que muchas veces no son visibles; de aquí que es importante conocer el papel que juegan hombres y mujeres en los espacios de trabajo así como el posible impacto sobre la salud de los diferentes factores inmersos en estas áreas, entre ellos los psicosociales. Los factores psicosociales laborales son de diferente naturaleza; entre ellos estarían los aspectos de la organización y sistemas de trabajo, aspectos físicos, la calidad de las relaciones humanas, entre otros. La acción de los factores psicosociales negativos pueden variar dependiendo de las percepciones y experiencias del trabajador, otras están ligadas a las condiciones y al medio ambiente de trabajo y hay quien le da importancia a las situaciones económicas y sociales ajenas al lugar de trabajo, pero que repercuten en él. Al estar considerando una amplia gama de factores involucrados, la Organización Internacional del Trabajo (OIT 1984) propuso una definición suficientemente amplia, que toma en cuenta todas estas influencias así como sus consecuencias, quedando establecido que los factores psicosociales son, por una parte la interacción en el trabajo y las condiciones de su organización; y por la otra, las capacidades del trabajador, sus necesidades, su cultura y su situación personal fuera del trabajo, todo los cual a través de percepciones y experiencias puede influir en la salud y en el rendimiento y satisfacción en el trabajo. La interacción negativa entre las condiciones del trabajo y la situación del trabajador puede conducir a estados estresantes y ser percibidos de diferente forma entre hombres y mujeres y, si estos se presentan de manera crónica, desencadenan el Síndrome de Burnout. Éste se presenta con mayor frecuencia en profesionales que mantienen una relación de ayuda y cuidado hacia los demás (Ordenes 2004). Este síndrome ha sido estudiado desde el primer tercio del Siglo XX, cuando se empezó a buscar los distintos factores que propician su aparición. Se entiende como un trastorno de la adaptación ante el estrés crónico laboral que logra desencadenar síntomas físicos y psicológicos que dañan significativamente la ejecución profesional. Se caracteriza por presentar síntomas de agotamiento emocional, que se identifica con el sentimiento de estar excedido en los recursos personales y “no poder dar más” a los demás; la despersonalización, que se visualiza como una pérdida de empatía y actitudes de irritabilidad; por último, la sensación de disminución de logro personal que se da con el sentimiento de pérdida de competencia y de éxitos en el trabajo. Se acompaña de síntomas físicos y conductuales individuales, problemas en relaciones interpersonales e incluso el abuso de sustancias. Además se relaciona con situaciones laborales y organizacionales como sería la presencia de tensión en el trabajo e insatisfacción laboral (Maslach et al. 2001). Estudios recientes en México sobre el Síndrome de Burnout en los docentes de educación primaria han reportado que está relacionado con: la antigüedad, con tener mayor nivel de escolaridad, así como la falta de apoyo para realizar sus actividades (Aldrete et al. 2003). Desde el punto de vista de Salgado (Salgado et al. 1999), éste es más frecuente en docentes de secundaria que en los maestros de primaria. Esto podría deberse a que los alumnos que acuden a este nivel se encuentran en la etapa de la adolescencia, que por su misma naturaleza demandan mayor atención y al mismo tiempo pueden presentar mayores problemas de conducta o conflictos con los profesores. Por otra parte, Sevilla (Sevilla y Villanueva 2002) reporta que la formación académica de los docentes de secundaria no coincide con las materias que tienen bajo su responsabilidad. Si consideramos que la educación secundaria debe brindar a los estudiantes una formación básica y contribuir en la formación de una personalidad integral que le permita continuar los estudios a nivel superior -o para aquellos que ya no continúan su formación, integrarse a la vida laboral- la responsabilidad del docente es fundamental y el riesgo de presentar problemas derivados de ésta podrían ser mayores y verse reflejados en la calidad de la enseñanza. De aquí que el objetivo de este trabajo fue analizar las diferencias de los factores psicosociales laborales y el Síndrome de Burnout, entre hombres y mujeres docentes de secundarias públicas de la Zona Metropolitana de Guadalajara, Jalisco, México. MATERIAL Y MÉTODOS Se realizó un estudio observacional, transversal y analítico, en una muestra probabilística de 186 mujeres y 171 hombres docentes de secundaria. Se realizó un muestreo por conglomerados, seleccionando aleatoriamente 29 escuelas y de igual forma a 13 docentes de cada escuela seleccionada. Los criterios utilizados para incluir a los participantes fueron: docentes con más de 6 meses de antigüedad de trabajar frente a grupo y con más de 15 horas a la semana de trabajo académico, excluyendo a quienes tuvieran permisos o incapacidad y quienes aunque su nombramiento fuese de docente realizara exclusivamente funciones administrativas. Para captar los datos se utilizaron tres instrumentos: Uno de datos generales y laborales, otro fue la escala de Factores Psicosociales en el Trabajo Académico de Silva Gutiérrez (Silva 2006). Este instrumento fue validado en una población de docentes y tiene una confiabilidad aceptable (Alpha de Cronbach de 0,8817). Está conformada por 7 subescalas: condiciones del lugar de trabajo, carga de trabajo, contenido y características de la tarea, exigencias laborales, papel del académico y desarrollo de la carrera, interacción social y aspectos organizacionales, remuneración del rendimiento. Para su contestación se utiliza una escala de 5 opciones, tipo Likert, que van desde nunca hasta siempre. Para su evaluación los puntajes se suman en cada subescala, así como en la totalidad del instrumento; de esta manera se clasifican los factores en tres categorías: bajo, medio y alto según el puntaje obtenido. Un tercer instrumento fue el Maslach Burnout Inventory (MBI). Se utilizó una versión traducida y validada (Gil-Monte 2002a). Este instrumento tiene en confiabilidad para agotamiento emocional un alfa de Cronbach de 0,90, alfa de 0,76 para despersonalización y un alfa de 0,76 para realización personal en el trabajo. Consta de 22 reactivos con respuestas de opción múltiple, tipo Likert; está estructurado para identificar las 3 dimensiones del Síndrome de Burnout: el agotamiento Ciencia & Trabajo | AÑO 10 | NÚMERO 30 | OCTUBRE / DICIEMBRE 2008 | www.cienciaytrabajo.cl | 138/142 139 Artículo Original | Aldrete María emocional, despersonalización y la baja realización personal. En las primeras dos si la puntuación es mayor indican un mayor grado de burnout. En cambio, la escala de realización personal refleja mayores índices de burnout cuando las puntuaciones son menores. Las puntuaciones de cada subescala se obtienen al sumar los valores identificados para cada una de ellas. Para la valoración se utilizó como puntos de corte la versión Catalana del MBI, permite clasificar cada uno de las tres subescalas en el nivel "alto", "medio" y "bajo o nulo", considerando como "quemada" cada dimensión que se encuentre calificada con nivel “alto” y “medio”. Los datos se procesaron en el programa EPI-INFO 6; para el análisis se utilizó estadística descriptiva y pruebas paramétricas de acuerdo a la naturaleza de las variables. La asociación entre variables se determinó a través de chi-cuadrada con un valor de significancia de p ≤ 0,05, un O.R. mayor que 1 y que el intervalo de confianza no incluyera la unidad. RESULTADOS La población estudiada estuvo constituida de 186 mujeres (53,8%) y 171 (46,2%) hombres. El promedio de edad de las mujeres fue de 42 años (±8,8) y el de los hombres de 45 (±8,1), diferencia significativa (< 0,05). De las mujeres 109 (58,0%) estaban casadas y, de los hombres, 122 (71,8%) existiendo más mujeres sin pareja (< 0,05). En relación con la formación académica, 184 maestros (51,1%) cursó una licenciatura relacionada con educación, existiendo más mujeres con formación pedagógica 1/1,2 (< 0,05); 174 (48,4%) cursaron alguna licenciatura no relacionada con la educación, las más frecuentes fueron del área de ciencias exactas (ingeniería), sociales (derecho) y salud (medicina). La antigüedad como docente osciló de 1 a 36 años con un promedio de 17 años (±7,3) teniendo una mayor antigüedad los hombres que las mujeres (< 0,05). No existieron diferencias entre hombres y mujeres en cuanto al número de horas que tenían frente a grupo; Impartían en promedio 30,3 horas a la semana (±10,5) en la escuela donde fueron captados y 106 (29,4%) de los maestros tenían en promedio 16,7 horas frente a grupo en otros centros educativos. Se encontró diferencias en cuanto al número de alumnos que tenían bajo su responsabilidad, siendo mayor en las mujeres (< 0,05). En el presente estudio el 24,4% de los docentes labora en áreas diferentes a la docencia, siendo la frecuencia mayor para los hombres (< 0,05); al analizar esta variable con los resultados del MBI no se encontró ninguna relación. En cuanto al Síndrome de Burnout, se encontró que 30 (15,9%) mujeres y 39 (22,8%) hombres no presentaban el síndrome, esto es, ninguna dimensión quemada; para esto se consideró la calificación como alta y media en cada una de las dimensiones, 34 mujeres (18%) y 29 (17%) hombres tuvieron las 3 dimensiones quemadas; estas diferencias no fueron significativas. Se identificó un mayor porcentaje de docentes con agotamiento emocional: 42,3% (80) en mujeres y 45% (77) en hombres; y, en despersonalización, 11,6% (22) de mujeres y 15,2% (26) de los hombres; y con baja realización personal, el 17,5% en hombres y mujeres. Estas diferencias no fueron significativas (Gráfica N° 1). Los maestros perciben la presencia de factores psicosociales en los espacios laborales educativos, los cuales fueron calificados 140 Gráfico 1. Dimensiones de MBI en hombres y mujeres docentes. como alto, medio y bajo, quedando la mayor frecuencia con la calificación media tanto en lo reportado en hombres (80,3%) como en mujeres (84,2%). En cuanto a las 7 subescalas evaluadas por el instrumento, se encontraron los niveles más altos en las mujeres en la subescala: exigencias laborales 45,7%; y en remuneración del rendimiento 25%; y, en los hombres, exigencias laborales 35,7%, remuneración del rendimiento 34%; y papel del trabajador y desarrollo de la carrera 25,7%. Las diferencias reportadas entre hombres y mujeres no fueron significativas. Para encontrar la relación entre los factores psicosociales y el Síndrome de Burnout se agruparon los resultados obtenidos en ambas escalas en alto y medio, contra el resultado de bajo. El criterio para considerar la existencia del factor de riesgo fue que el OR fuera mayor a 1, p < de 0,05 y el intervalo de confianza que no incluyera la unidad. De esta forma se encontró relaciones diferentes entre hombres y mujeres entre las dimensiones del MBI y los factores psicosociales. La baja realización personal tanto en hombres como en mujeres no se relacionó con ninguna de las subescalas de los factores psicosociales. En las otras dimensiones los resultados fueron diferentes según el género: los hombres reportaron mayor riesgo de agotamiento emocional con la subescala Contenido y Características de la Tarea (O.R. 5,41; I.C. 2,08-14,65, p = 0,000) y exigencias laborales (O.R 6,56; I.C. 1,34-43,91, p = 0,006); y, en las mujeres, el mayor riesgo fue con exigencias laborales (O.R. 4,42; I.C. 0,88-30,22, p = 0,04). Con la dimensión despersonalización sólo en los hombres se encontró relación con el factor Contenido y Características de la Tarea (O.R. 4,23; I.C. 0,90-27,78, p = 0,04). (Cuadros 1 y 2). DISCUSIÓN Aunque la ocupación no tiene género, hay datos que evidencian el predominio de las mujeres en la docencia. En un estudio realizado por Aldrete (Aldrete et al. 2003), en el nivel primaria casi el 80% eran mujeres. El número de mujeres desciende a medida que asciende el nivel de enseñanza; en este estudio la distribución fue muy semejante entre hombres y mujeres: 1/1,08. En países de Centroamérica como Costa Rica y Honduras la proporción de 138/142 | www.cienciaytrabajo.cl | AÑO 10 | NÚMERO 30 | OCTUBRE / DICIEMBRE 2008 | Ciencia & Trabajo Artículo Original | Factores Psicosociales Laborales y Síndrome de Burnout, Diferencias entre Hombres y Mujeres Docentes de Secundaria, Zona Metropolitana de Guadalajara, México Cuadro 1. Valores ODDS Ratio (O.R) entre los factores psicosociales y las dimensiones del síndrome de burnout. Hombres docentes. Cuadro 2. Valores (OR) entre los factores psicosociales y las dimensiones del síndrome de burnout. Mujeres docentes. Factores Psicosociales en el trabajo académico Condiciones del lugar de trabajo Carga de trabajo Contenido y características de la tarea Exigencias laborales Papel de académico y desarrollo de la carrera Interacción social y aspectos organizacionales Remuneración del Rendimiento Todos los factores Dimensiones del Síndrome de Burnout MBI Agotamiento Despersonalización Baja Más de una Emocional realización dimensión personal quemada Factores Psicosociales en el trabajo académico Condiciones del lugar de trabajo Carga de trabajo Contenido y características de la tarea Exigencias laborales Papel de académico y desarrollo de la carrera Interacción social y aspectos organizacionales Remuneración del Rendimiento Todos los factores Fuente: directa * Valores no significativos. 1,18 (2,67-6,11) p= 0,009 3,19 (0,91-12,22) p= 0,03 2,32 (1,00-5,40) P=0,029 * * * * 5,41 (2,08-14.65) p= 0,000 6,56 (1,34-43,91) p= 0,006 4,23 (0,90-27,78) p= 0,04 * * * * * * * * 3,24 (1,60-6,60) p= 0,000 * * * 4,93 (1,48-18,19) P=0,002 * * * * * 3,13 (1,33-7,36) P=0,003 5,45 (2,31-13,07) P=0,000 mujeres docentes en el nivel secundaria es mayor. No sucede así en el Salvador y Panamá, donde los hombres son los de mayor proporción (51,2% hombres y 48,8% mujeres) (Sibille 2000). No se encontraron diferencias en cuanto a las horas frente a grupo entre hombres y mujeres, lo que nos hablaría de que las mujeres ya están compitiendo en igualdad de situación con los hombres. A pesar de que las mujeres tienen una menor antigüedad en esta área de trabajo, al momento de realizar las actividades docentes las mujeres tienen un mayor número de alumnos bajo su responsabilidad. Esto pudiera deberse a que las mujeres están mejor preparadas para realizar el trabajo académico. Se reportaron diferencias en cuanto a la formación pedagógica. El Síndrome de Burnout es sin duda un hallazgo importante y preocupante, ya que 8 de cada 10 docentes presenta una o más de las dimensiones afectadas. Se visualizó el agotamiento emocional como la dimensión en la cual casi la mitad de los docentes presentaron mayor problema, no encontrando relación entre los géneros, coincidiendo con lo reportado por Sos Tena (Sos et al. 2002) en médicos. En el estudio de Grajales (Grajales 2001) las profesoras reportaron niveles de agotamiento emocional significativamente mayor que los varones. La teoría consultada supone que a mayor agotamiento emocional, la satisfacción laboral y el grado de involucración en el trabajo es menor. La sobrecarga laboral tiene una relación significativa como fuente de estrés crónico y del desarrollo de Burnout. GilMonte (Gil-Monte 2002b) en su estudio presenta un modelo causal en que la sobrecarga de trabajo es un predictor significativo de agotamiento emocional, pero no de realización personal en el trabajo, ni de despersonalización. Esto concuerda con los resultados del presente estudio: la dimensión en la que existió mayor afectación fue la de agotamiento emocional, y los resultados están permeados por una sobrecarga laboral. En relación a la identificación de los factores psicosociales como elementos importantes para presentar Burnout en los docentes participantes en el estudio, los resultados respecto a las dimensiones afec- Fuente: directa Dimensiones del Síndrome de Burnout MBI Agotamiento Despersonalización Baja Más de una Emocional realización dimensión personal quemada 1,37 (3,17-7,51) p= 0,002 2,49 (0,93-6,92) p= 0,04 * * * * * * * * * 4,42 (0,88-30,22) p= 0,04 * * * 4,32 (1,57-12,48) p= 0,001 * * * 2,41 (1,26-4,63) p= 0,003 * * 2,94 (1,20-7,32) p= 0,008 * * * * * 4,88 (1,85-12,87) p= 0,000 * 1,91 (0,98-3,73) p= 0,03 6,33 (1,96-22,70) P= 0,000 * Valores no significativos. tadas se asociaron de manera diferente según el género. Las características del trabajo que realizan, así como las exigencias laborales, hacen que el trabajo del docente sea complejo y requiera de un alto grado de creatividad e iniciativa para enfrentar: el exceso de actividades, realizar diferentes funciones, problemas en el proceso enseñanza-aprendizaje, tratar de enseñar a quienes no valoran la educación, impartir clases fuera de su área de especialidad, o el comportamiento de los estudiantes. Estos elementos, identificados como factores psicosociales, se asocian significativamente con el desarrollo de agotamiento emocional, que es una de la dimensiones del Síndrome de Burnout. En los hombres el contenido y realización de las tareas se comporta como un factor de riesgo para presentar despersonalización. La explicación a estas diferencias puede residir en que la profesión docente se relaciona más como una profesión femenina. Estos resultados difieren del modelo propuesto por Gil-Monte y colaboradores (Gil-Monte y Peiró 1997; Gil-Monte et al. 1998) en el que marcan que el Síndrome de Burnout es una respuesta al estrés laboral crónico que se inicia con el desarrollo de ideas y actitudes negativas hacia el rol profesional (falta de realización personal en el trabajo) junto a sentimientos de encontrarse emocionalmente agotado (agotamiento emocional), y posteriormente los individuos generan actitudes y sentimientos negativos hacia las personas con las que trabaja (actitudes de despersonalización). En el presente estudio existe más agotamiento emocional que sentimientos relacionados con el rol profesional y pocos docentes con despersonalización. CONCLUSIÓN Sí existe relación entre la presencia de los factores psicosociales laborales y el Síndrome de Burnout y ésta está diferenciada según el género. Los hombres tienen mayor riesgo de agotarse emocionalmente debido al contenido y características de la tarea. Ciencia & Trabajo | AÑO 10 | NÚMERO 30 | OCTUBRE / DICIEMBRE 2008 | www.cienciaytrabajo.cl | 138/142 141 Artículo Original | Aldrete María REFERENCIAS Aldrete RM, Pando MM, Aranda BC, Balcázar PN. 2003. Síndrome de Burnout en maestros de educación básica de Guadalajara. Revista de Investigación y salud. 5(1):11-16 Gil-Monte PR, Peiró JM. 1997. Desgaste psíquico en el trabajo: el síndrome de quemarse. Madrid: Síntesis ————.Peiró JM, Valcárcel P. 1998. A model of burnout process development: an alternative from appraisal models of stress. Comportamento Organizacional e Gestão. 2(2):211-220 ————.2002a. Validez factorial de la adaptación al español del Maslach Bumout Inventory-General Survery. Salud Pública de Méx; 44(2):33-40 ————.2002b. The influence of gender on the development of Burnout syndrome process in nursing professionals. Psicol estud, Maringá [en línea]. [Consultado en noviembre de 2007]; 7(1). Disponible en: http://www.scielo.br/scielo. php?script=sci_arttext&pid=S141373722002000100003&lng=en&nrm=iso. Grajales GT. 2001. Agotamiento emocional en los profesores de Nuevo León México: un estudio de Géneros. México: Consejo Mexicano de Investigación Educativa México. Instituto Nacional de Estadística Geografía e Informática-UNEGI (México). Resultados de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo: cifras durante el cuarto trimestre de 2007. Disponible en: http://www.indetec.gob.mx/efinanciero1/Boletin115/inegi%20empleo%204otrim07comunica.pdf. [Consultado en octubre de 2007] Maslach C, Schaufeli W, Leiter M. 2001. Job burnout. Annu Rev Psychol. 52:397-422 Ordenes N. 2004. Prevalencia de Burnout en trabajadores del hospital Roberto del Río. Rev. Chil. Pediatr. 75(5):449-454. 142 Organización Internacional del Trabajo-OIT. 1984. Factores psicosociales en el trabajo: naturaleza, incidencia y prevención. Informe del Comité Mixto OIT/OMS, Ginebra 18-24 de Septiembre de 1984. Colombia: Alfaomega. Pérez J. 2003. Roles de género en la vejez. En: Aracil E, Bastida E, Gónzález G, Vega G. Género y población; una perspectiva internacional. España: Ibersaf. p. 17-44 Salgado A, Yela J, Quevedo M, Delgado C, Fuentes J, Sánchez A et al. . 1997. El síndrome de "burnout": estudio empírico en profesores de enseñanza primaria. Iberpsicología. 2.1.1. Sevilla U, Villanueva R. 2000. La salud laboral docente en la enseñanza pública Gabinetes de Estudios y de salud laboral [en línea]. Madrid: Federación de enseñanza de comisiones obreras. Disponible en: http://www.fe.ccoo.es/pdf/ N%C2%BA%202%20Salud%20Laboral.pdf. [Consultado en octubre de 2007] Sibille M. 2000. La situación de las mujeres docentes en Centroamérica: hacia la igualdad de oportunidades y de trato disponible en: http://www.ilo.org/ public/spanish/dialogue/sector/papers/docente/docen6.htm. [Consultado en octubre de 2007] Silva N. 2006. Factores psicosociales, estrés y desgaste profesional en académicos del Centro Universitario de Ciencias Biológicas Agropecuarias de la Universidad de Guadalajara, Tesis del Doctorado en Ciencias de la Salud en el Trabajo. México: Universidad de Guadalajara. Sos P, Sobrequés J, Segura J, Manzano E, Rodríguez C, García M. et al. 2002. Desgaste profesional en los médicos de Atención Primaria de Barcelona. Medifam. [en línea] Dic [Consultado el 19 de Nov de 2007]; 12(10):17-25. Disponible en: http://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S11 3157682002001000002&lng=es&nrm=iso. 138/142 | www.cienciaytrabajo.cl | AÑO 10 | NÚMERO 30 | OCTUBRE / DICIEMBRE 2008 | Ciencia & Trabajo Artículo Original Perfil Psicosomático y de Desgaste Ocupacional en Cajeros del Sector Bancario con Escala EMEDO PSYCHOSOMATIC AND OCCUPATIONAL BURNOUT PROFILE IN BANK TELLERS USING THE EMEDO SCALE Jesús Felipe Uribe Prado1, Alejandra García Saisó2, Claudia Nataly Pichardo Alpizar2, Aurea Grisel Retiz Cabrera2 1 Doctor en Psicología, Facultad de Psicología, Universidad Nacional Autónoma de México. 2 Psicóloga, Facultad de Psicología, Universidad Nacional Autónoma de México. RESUMEN ABSTRACT El propósito de esta investigación fue conocer la relación existente entre desgaste ocupacional y un perfil psicosomático; así como su relación con diversas variables demográficas en una muestra no probabilística intencional de 200 sujetos mexicanos del sector bancario. Se utilizó el instrumento denominado EMEDO. El análisis de la información se llevó a cabo por medio de correlaciones Pearson, análisis de varianza unidireccional y regresiones múltiples. Los resultados indican que la correlación entre las variables fue positiva; además, las regresiones múltiples mostraron un perfil psicosomático con trastornos psicosexuales, de dolor, gastrointestinales, psiconeuróticos e indicadores de depresión y ansiedad. La relación entre desgaste ocupacional y factores psicosomáticos es importante para el diagnóstico y prevención de desgaste ocupacional y enfermedades mayores en cajeros bancarios. This study purpose was to research the relationship between burnout and a psychosomatic profile, and its relation with different sociodemographics variables, in a no probabilistic sample of 200 Mexican workers from the banking system. The EMEDO scale was the utilized instrument. The analysis of the results was performed using the Pearson’s correlation, unidirectional variance analysis and multiple regressions. The results show that the relationship between the variables was positive; the regressions analysis shows a significant association in a psychosomatic profile with psychosexual troubles, pains and stomachache, also with nervous breakdown and anxiety indicators. The relationship between burnout and psychosomatic factors is important because describes possibilities for to diagnose and to prevent big diseases in banking cashiers. (Uribe J, García A, Pichardo C, Retiz A, 2008. Perfil Psicosomático y de Desgaste Ocupacional en Cajeros del Sector Bancario con Escala EMEDO. Cienc Trab. Oct-Dic; 10 (30): 143-150). Descriptors: BURNOUT, PROFESSIONAL; PSYCHOPHYSIOLOGIC DISORDERS; OCCUPATIONAL HEALTH; WORKPLACE; HUMAN RESOURCES; MEXICO. Descriptores: AGOTAMIENTO PROFESIONAL, TRASTORNOS PSICOFISIOLÓGICOS, TRASTORNOS PSICOSOMÁTICOS, RECURSOS HUMANOS, LUGAR DE TRABAJO, SALUD LABORAL, MÉXICO. INTRODUCCIÓN El Síndrome de Desgaste Ocupacional o Burnout El Desgaste Ocupacional (DO) también conocido como síndrome de quemarse en el trabajo o “burnout” se refiere a un conjunto de sentimientos emocionales, síntomas físicos y comportamientos específicos como consecuencia de condiciones no favorables de los trabajos de servicio o asistencia a otras personas, tales como pacientes o clientes, siendo considerado en general como una respuesta al estrés crónico. De acuerdo con Manassero, García, Vázquez, Ferrer, Ramis y Gili (Manassero et al. 2000), el Correspondencia / Correspondence Jesús Felipe Uribe Prado Facultad de Psicología. Universidad Nacional Autónoma de México. Dr. Vertiz 1215-5 Col. Letrán Valle, México, DF México, CP 03650. Tel: (2 555) 6055332 e-mail: [email protected] Recibido: 13 de octubre de 2008 / Aceptado: 28 de noviembre de 2008 DO se caracteriza por una pérdida de interés frente a los usuarios del servicio, un distanciamiento psicológico respecto al trabajo y desesperanza por encontrar interés y esfuerzo en el trabajo. Originalmente el DO se conceptualiza desde una perspectiva clínica (Freudenberger 1974) como un estado psicológico individual caracterizado por un conjunto de síntomas físicos y psíquicos. De acuerdo con Maslach y Pines (Maslach y Pines 1977) se caracteriza por tres dimensiones fundamentales: agotamiento emocional, despersonalización y falta de realización personal. Desde esta perspectiva se ha desarrollado el instrumento más conocido para medir DO llamado MBI (Maslach Burnout Inventory) elaborado por Maslach y Jackson (Maslach y Jackson 1981, Maslach y Jackson 1986). De acuerdo con Gil-Monte (Gil-Monte 2006) el agotamiento emocional y los sentimientos de minusvalía, así como algunos malestares hacia el ambiente, son en realidad una experiencia subjetiva de carácter negativo compuesta por cogniciones, emociones y actitudes hacia el trabajo, hacia las personas y hacia el propio rol profesional; muy probablemente como respuesta al estrés laboral. Acompañando todos estos malestares se presentan una serie de disfunciones conductuales, psicológicas y fisiológicas que impactan de manera nociva a las personas y, por lo tanto, a las organizaciones laborales. La distinción entre estrés Ciencia & Trabajo | AÑO 10 | NÚMERO 30 | OCTUBRE / DICIEMBRE 2008 | www.cienciaytrabajo.cl | 143/150 143 Artículo Original | Uribe Jesús laboral y lo descrito como agotamiento, minusvalía y malestar apareció por primera vez en la literatura científica hasta la década de los setenta, cuando Freudenberger (Freudenberger 1974) describió una serie de síntomas y comportamientos experimentados por profesionales que proporcionaban servicios de salud, denominándolo en el idioma inglés como “burnout”. Más tarde, Maslach y Pines (Maslach y Pines 1977) lo definieron como un síndrome de agotamiento físico y emocional que implica el desarrollo de actitudes negativas hacia el trabajo, pobre autoconcepto, y pérdida del interés por los clientes que aparece en los profesionales de las organizaciones de servicio; Maslach (Maslach 1982) lo describe como un síndrome de respuestas crecientes compuestas por sentimientos de agotamiento emocional, actitudes negativas hacia los receptores de un servicio (despersonalización), una tendencia a evaluarse a sí mismo de manera negativa y relacionando sentimientos de insatisfacción con el puesto de trabajo. Después de revisar diversas definiciones elaboradas entre 1974 y 1980, Perlman y Hartman (Perlman y Hartman 1982) concluyeron que el burnout es una respuesta al estrés emocional crónico con tres componentes; agotamiento emocional y/o físico, baja productividad laboral y un exceso de despersonalización. El Síndrome de Burnout trae resultados negativos tanto para el sujeto que lo sufre como para la organización que lo ha contratado; para el primero, puede traer alteraciones cardiorrespiratorias, jaquecas, gastritis, úlcera, insomnio, mareos, ansiedad, depresión, alcoholismo, tabaquismo, etc. Para la empresa, deterioro de la calidad en el servicio que otorga el trabajador y, por lo tanto la organización, rotación de personal, ausentismo, problemas de asiduidad, y hasta abandono de trabajo (Burke 1998; Cordes et al. 1997; Daniel y Pérez 1999; Gil-Monte 2006; Gil-Monte y Peiró 1997; Golembiewski 1982; Goodman y Boss 2002; Manzano y Ramos 2000; Mingote 1997; Moreno y Oliver 1993, Schaufeli y Dierendonck 1995, entre otros). De acuerdo con Buendía y Ramos (Buendía y Ramos 2001) la consecuencia del burnout es el colapso físico, emocional y cognitivo, lo que obliga a las organizaciones y a su personal a dejar el empleo (o a liquidar a una persona en su caso), a ser trasladados o a tener una vida profesional presidida por la frustración y la insatisfacción, ya que es un proceso que voluntaria o involuntariamente desentiende al trabajador de su puesto de trabajo como respuesta al estrés y agotamiento experimentado. Se habla de un proceso porque el trabajador no logra solucionar sus problemas relacionados con el síndrome por las técnicas personales a su alcance, los cambios de conducta y actitud son ineficaces. Partiendo de la estructura tridimensional propuesta por Maslach & Jackson (Maslach y Jackson 1982) de cansancio emocional-despersonalización y falta de realización personal, se han llevado a cabo diversas propuestas para que el proceso sea considerado burnout por el orden y gravedad de sus consecuencias. Para lo anterior existen dos principales modelos: el modelo de Leiter y Maslach (Leiter y Maslach 1988) y el modelo de Golembiewski & Munzenrider (Golembiewski y Munzenrider 1988). De acuerdo con Maslach & Jackson (Maslach y Jackson 1981, Maslach y Jackson 1982) y con Schaufelli, Leiter, Maslach & Jackson (Schaufelli et al. 1996), el burnout se define principalmente en las siguientes tres dimensiones: Cansancio emocional: pérdida progresiva de energía, el cansancio, el desgaste, la fatiga. Situación en la que los trabajadores sienten que ya no pueden dar más de sí mismos a nivel 144 afectivo. Es una situación de agotamiento de la energía o los recursos emocionales propios, una experiencia de estar emocionalmente agotado debido al contacto cotidiano y mantenido con personas a las que hay que atender como objeto de trabajo (pacientes, presos, alumnos, clientes, etc.). Despersonalización: se manifiesta por irritabilidad, actitudes negativas y respuestas frías e impersonales hacia las personas (clientes, pacientes, alumnos, presos, etc.). Puede ser considerada como el desarrollo de sentimientos negativos, y de actitudes y sentimientos de cinismo hacia las personas destinatarias del trabajo; estas personas son vistas por los profesionales de forma deshumanizada debido a un endurecimiento afectivo, lo que conlleva a que les culpen de sus problemas: por ejemplo, el enfermo bien se merece su enfermedad; el cliente es un sujeto detestable; el preso es un delincuente que merece su condena; el alumno merece ser reprobado, etc. Falta de realización personal: son respuestas negativas hacia sí mismo y el trabajo. Es la tendencia de los trabajadores a evaluarse negativamente, y de forma especial esa evaluación negativa afecta a la habilidad en la realización del trabajo y a la relación con las personas a las que atienden. Variables psicosomáticas Según Gil-Monte (Gil-Monte 2006) la literatura de investigación que asocia el desgaste ocupacional con diversos síntomas es tan numerosa que ha dificultado la tarea de delimitar y aclarar qué intentamos identificar, quedando la sensación de que todos los problemas psicológicos, fisiológicos y conductuales asociados al mundo laboral se relacionan con el desgaste ocupacional. Sin embargo, según el autor, la mayoría de los síntomas psicosomáticos se relacionan con cansancio, insomnio, úlcera de estómago, dolor de cabeza, dolor de espalda, fatiga e hipertensión. De acuerdo con Boada, de Diego y Agulló (Boada et al. 2004), el burnout y las manifestaciones psicosomáticas siempre van asociadas, hipótesis que corroboraron al estudiar otras variables como motivación y clima organizacional, siendo el clima organizacional reductora del burnout. Algunas otras variables se han encontrado como predictoras de ciertos problemas psicosomáticos, por ejemplo, edad y antigüedad con la profesión (GarcíaIzquierdo 1991). Toro-Alvarez (Toro-Alvarez 1991) encontró que la motivación no se relacionaba con estrés y factores psicosomáticos, siendo los modelos motivacionales los principales moderadores entre burnout y variables psicosomáticas para muchos estudios. Boada, de Diego y Agulló (Boada et al. 2004) encontraron que el agotamiento emocional se relaciona con síntomas de debilitamiento y tensión y de dolores cardiovasculares y generales (trastornos de dolor); en otro estudio, Zurriaga, Bravo, Ripoll y Caballer (Zurriaga et al. 1998) encontraron relación entre el desgaste emocional y disfunciones respiratorias y del sueño (trastornos psiconeuróticos y del sueño) en médicos y enfermeras. Boada, de Diego y Agulló (Boada et al. 2004) también encontraron que una baja realización personal se relaciona negativamente con jaquecas y dolores en las manos (trastornos de dolor) y con dificultades respiratorias y asmáticas (trastornos psiconeuróticos). Según estos autores, no hay duda que a nivel de asociación y diagnóstico ciertos estados psicológicos críticos se relacionan al desgaste ocupacional y con sus manifestaciones psicosomáticas. De acuerdo con Boada, de Diego y Agulló (Boada et al. 2004) la autorrealización, se relaciona con satisfacción general, provocando la ausencia de estas variables: dolor 143/150 | www.cienciaytrabajo.cl | AÑO 10 | NÚMERO 30 | OCTUBRE / DICIEMBRE 2008 | Ciencia & Trabajo Artículo Original | Perfil Psicosomático y de Desgaste Ocupacional en Cajeros del Sector Bancario con Escala EMEDO precordial de origen cardiovascular, dolor de pecho, dolor de cabeza intenso y dolor de espalda (trastornos de dolor). También la despersonalización y la insatisfacción en general se relacionan negativamente con dolores precordiales, dolores de origen no cardiaco, dificultades respiratorias, problemas al dormir y síntomas de debilitamiento (trastornos de dolor y psiconeuróticos). El apoyo social se relacionó negativamente con dolores estomacales y falta de apetito (trastornos gastrointestinales). El sector bancario en México De acuerdo con Espinosa-Iglesias (Espinosa-Iglesias 2000), en 1982 la banca privada mexicana fue estatizada por el entonces presidente López Portillo, que entregó la banca a políticos y no a técnicos financieros; se otorgaron créditos sin garantías ni reciprocidad, llevando al sector financiero a pérdidas incalculables por corrupción y malos manejos, por lo que 10 años más tarde el presidente Carlos Salinas reprivatizó la banca e inyectó recursos fiscales, entregándola a neo-banqueros, empresarios sin experiencia, permeando la corrupción y el compadrazgo. Lo anterior llevó al gobierno a intervenir los bancos débiles y sanear las finanzas de los bancos grandes, intercambiando deudas incobrables por las que el gobierno paga intereses (pagarés Fobaproa). Según Juárez (Juárez 2005) el problema se agrandó cuando el gobierno decidió no perseguir a los culpables del desfalco, y convertir en deuda pública todos los pagarés del Fobaproa manejados por el Instituto de Protección al Ahorro Bancario (IPAB) generando a partir de 1998 una deuda pública aproximada del 45% del PIB, es decir, de lo que produce el país. Según Aranda (2005) la Suprema Corte de Justicia de la Nación fue “asustada” con riesgos de “desestabilización económica” en el país en caso de que se investigaran créditos mal manejados por el entonces presidente Vicente Fox. De esta manera los mexicanos siguen pagando una deuda impagable y que sus beneficios quedaron en el olvido financiero y en el bolsillo de políticos y empresarios. En el sexenio de Vicente Fox, de todos los bancos mexicanos sólo quedó uno (Banorte), todos los demás pertenecen a corporativos extranjeros (HSBC, Citigroup, BBVA, Santander, etc.), los mismos que fueron vendidos con todo y Fobaproa, es decir el gobierno seguirá pagando las deudas contraídas, desde luego trasladadas a toda la población. De acuerdo con Garduño y Pérez (Garduño y Pérez 2006) la deuda bancaria se tardará en pagar 70 años por cada uno de los mexicanos; por otro lado la banca en México se ha visto impactada por problemas como los ocurridos en Estados Unidos en el sector financiero, pues en el caso de Citigroup (Banamex) sus acciones se desplomaron en un 49% por lo que recortará más de 33000 puestos de trabajo a nivel mundial, no obstante sus grandes y millonarias utilidades de la posesión de Banamex en México (banco que compraron sin un solo peso de impuestos). Además, los fraudes bancarios cometidos por el crimen organizado se elevaron en el sexenio pasado hasta por mil millones de pesos causando escándalo en la Asociación de Bancos de México (ABM) ocasionando que los sistemas legislativo y judicial, junto con las instituciones, revisen legislación, reglamentos y vigilen al posible delincuente ya que muchos de estos son empleados o ex empleados bancarios (González 2006). Según Rodríguez (Rodríguez 2007) las autoridades financieras del país reconocen que el sistema bancario padece todavía muchas imperfecciones, entre ellas poca penetración y mucha burocracia. De acuerdo con Alcalde (Alcalde 2007) los trabajadores bancarios sufren desde hace muchos años una guerra en su contra: disminución de salarios, prestaciones e inestabilidad laboral, generando una creciente angustia que trasciende los ambientes de trabajo, enmarcados en una feroz subcontratación, complicidad sindical y de autoridades. La historia de las relaciones laborales en el sector bancario data de 1931 cuando la Ley Federal del Trabajo los excluyó de su aplicación creando reglamentos especiales para regularlos. Les otorgaron salarios y prestaciones especiales a cambio de no tener derechos colectivos ni sindicatos. Al nacionalizarse la banca se les reconoció que el derecho a la organización gremial les sería otorgado como en todo el mundo, lo que no se les dijo es que serían controlados por los propios bancos, a excepción del Banco de Comercio Exterior, de tal manera que quedaron sujetos a una fracción especial XIII bis del apartado B del artículo 123 constitucional y a una ley reglamentaria que creó e impuso a la Federación Nacional de Sindicatos Bancarios (Fenasib). Al regresar la banca comercial al control privado nacional y extranjero, lo primero que hicieron los nuevos propietarios fue abaratar y precarizar el modelo laboral, descubrieron que liquidar personal era un negocio redondo, porque el valor actuarial del crédito pensionario de cada trabajador era sensiblemente mayor al importe que les cubría por concepto de indemnización, en ocasiones hasta cinco veces más. En otros casos, los recortes de personal están justificados por la crisis mundial, particularmente en Estados Unidos con su famosa “crisis hipotecaria”. Tal es el caso de futuras liquidaciones para Banamex, filial de Citigroup en México, institución que ha anunciado que a nivel mundial recortará 33 mil puestos de su planta laboral (Zúñiga 2008). También se amplió el número de trabajadores de confianza, el cual ha pasado del 40 al 80% actualmente. El modelo laboral protector, el cual incluía reparto de utilidades, servicios médicos privados, plan pensionario y préstamos hipotecarios ha venido disminuyendo paulatinamente, bajo el nuevo modelo denominado “outsourcing” que consiste en una treta patronal como mecanismo para desaparecer las obligaciones de los patrones y anular en los hechos los contratos colectivos de trabajo en todo el país (Muñoz 2007). Un ejemplo de lo anterior fue una inusual protesta por parte de trabajadores bancarios (HSBC) por haberles quitado una prestación fundamental llamada “bono de compensación” (Muñoz y Méndez 2007). Según Alcalde (Alcalde 2007) esta simulación ha lesionado el marco jurídico constitucional y los derechos humanos, pues busca dar la vuelta a la legislación laboral, tal como lo señala el art. 46 de la Ley de Instituciones de Crédito que faculta a las instituciones bancarias a subcontratar personal. Según el autor, el artículo de esta Ley es una joya pues la cabeza sindical de la Fenasib es el actual presidente del Congreso del Trabajo, quien junto con empresarios y ex trabajadores bancarios, dominan el contexto laboral no sólo bancario, sino financiero: fideicomisos, casas de cambio, casas de bolsa, aseguradoras, uniones de crédito, hipotecarias, fondos de retiro, arrendadoras, almacenadoras, factoraje, afianzadoras, autofinanciadoras, cajas de ahorro, etc. Ahora bien, los cajeros bancarios son los empleados que se encuentran en la base de la pirámide laboral, son el equivalente a los obreros de las grandes fábricas del siglo XIX y del siglo XX, están expuestos a exigencias de atención al público, jornadas estresantes de trabajo y una millonaria responsabilidad en sus manos, ojos y razonamiento. La atención al público con calidad es una exigencia universal, no hay un solo cliente que no exija Ciencia & Trabajo | AÑO 10 | NÚMERO 30 | OCTUBRE / DICIEMBRE 2008 | www.cienciaytrabajo.cl | 143/150 145 Artículo Original | Uribe Jesús atención adecuada. Millones de pesos pasan por sus manos en un abrir y cerrar de ojos, ya sea en documento o en efectivo. Los asaltos bancarios, las grandes filas de clientes, las reclamaciones cuando falla el sistema, los humores y estados de ánimo de todo cliente que requiere de un servicio bancario, las enfermedades contenidas en los billetes y el dinero, pasan por un cajero. Exigencias personales y de supervisión son el marco laboral de jóvenes y no tan jóvenes entre los 18 y 40 años, solteros o padres de familia, con expectativas y una tremenda competencia marcada por la oferta y la demanda laboral. Los cajeros son, entre otros trabajadores bancarios, la cara, la imagen y el instrumento operativo del dinero de los mexicanos en el sector bancario. Su responsabilidad y participación está en el trabajo sucio, de un sector que históricamente, como ya se describió, no ha sido manejado en forma muy clara. Sin embargo, es un trabajo, alguien tiene que realizarlo y, sobre todo los riesgos del puesto no quedan en faltantes y sobrantes, también pueden estar en la psicología de la salud ocupacional, por ejemplo con estrés, ansiedad, enfermedades físicas y desde luego desgaste ocupacional o burnout. Prácticamente no existen publicaciones en este sector relacionadas con salud o desgaste; sin embargo, la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (CONDUSEF) en su revista Proteja su Dinero (Ledesma 2008) relata, mediante la técnica de entrevistas la jornada laboral de los cajeros bancarios que atienden directamente al cliente de servicios bancarios en sucursales, lo que incluye estrés de principio, esto implica: cumplir con horarios y bitácoras; deben revisar sellos, firmas, autorizaciones, revisión de billetes para detectar versiones falsas, revisar medidas de seguridad, cuotas de atención a clientes, además deben cuidarse de hurtos o errores por parte de clientes e inclusive por parte de compañeros. Al final del día después de aproximadamente 12 horas de actividad llegan a sus casas a descansar o trasladarse a la escuela. El autor relata una serie de comportamientos de estrés relacionados con presiones, responsabilidades y efectos en la salud al cabo de un cierto tiempo. Según los entrevistados, no es posible explicar a los clientes los problemas vividos; sin embargo, un cajero expresa que “se la juega todos los días”. González (González 2008) relata el caso de un empleado bancario, que por ser portador de VIH fue despedido cuando se enteraron de su enfermedad, en un claro proceso de discriminación. Todo lo anterior motivó a los autores del presente artículo a conocer el desgaste ocupacional de cajeros bancarios en una institución con capital extranjero en México, considerando que se trata de un sector que cumple con una historia laboral compleja y con trabajadores que atienden al público y son vulnerables al desgaste ocupacional. La investigación fue de tipo exploratoria, descriptiva y no experimental; además, se partió de una hipótesis correlacional entre variables de desgaste ocupacional y variables psicosomáticas con el fin de otorgar validez de constructo a la escala EMEDO. También se utilizaron variables sociodemográficas como clasificatorias para conocer su relación con otras variables. MÉTODO Participantes. La muestra se conformó en forma no probabilística e intencional con 200 cajeros del sector bancario de una institución con capital extranjero, 56% del sexo masculino y 44% del sexo femenino. Todos trabajaban en sucursales bancarias de la Ciudad de México. El promedio de edad fue de 26,2 años con 146 una desviación estándar de 4,75 años, el 67% con pareja y el 33% sin pareja; el 50,5% contaba con estudios de bachillerato y el 49,5 con licenciatura, el 30,5% con hijos y el 69,5 sin hijos, el 85% tenía contrato por tiempo indeterminado, el 12,5% por tiempo determinado y el 2,5% por obra determinada. Instrumento. Para medir el desgaste ocupacional o burnout se utilizó la Escala Mexicana de Desgaste Ocupacional (EMEDO) desarrollada por Uribe-Prado, García, Leos, Archundia, Pizano y Lozano (Uribe-Prado et al., en prensa), Uribe-Prado (2007) y Pichardo y Retiz (Pichardo y Retiz 2007), la cual mide tres factores (agotamiento emocional, despersonalización e insatisfacción de logro) para desgaste ocupacional y un cuarto factor que mide factores psicosomáticos derivados del DSM IV (LópezIbor y Valdés 2002), el cual a su vez contiene siete indicadores (ver Figura 1). Consta de 70 reactivos y con confiabilidades de, 72,72 y 86 para los 3 factores de desgaste ocupacional respectivamente. Además se preguntaron algunas variables demográficas con fines clasificatorios. Figura 1. Composición del EMEDO. Factor 1 Agotamiento Emocional 2 Despersonalización 3 Insatisfacción de logro 4.a Trastornos de sueño 4.b Trastornos. psicosexuales 4.c Trastornos gastrointestinales 4.d Trastornos psiconeuróticos 4.e Trastornos de dolor 4.f Indicador ansiedad 4.g Indicador depresión Reactivos 9 9 12 11 10 6 6 5 1 1 Procedimiento. El instrumento fue aplicado en diversas sucursales de la institución bancaria de la Ciudad de México a cada sujeto, previa autorización de los supervisores correspondientes. A cada sujeto se le pidió que contestara al final de su jornada de trabajo, procurando un estado de tranquilidad y con una lectura cuidadosa de las instrucciones. El tiempo de aplicación fluctuó entre 25 y 40 minutos aproximadamente. Se llevaron a cabo correlaciones pearson, análisis de varianza y regresiones múltiples. RESULTADOS Primero, se llevó a cabo la correlación entre variables de desgaste ocupacional y psicosomáticas para conocer la relación estadística. Ver Tabla 1. Como puede observarse, existe una correlación significativa entre las variables de desgaste ocupacional, como con la mayoría de variables psicosomáticas, mostrando puntajes altos (mayores al .30); principalmente el desgate emocional con trastornos de dolor (.47), t. de sueño (.46), con el indicador de depresión (.44) y con t. psiconeuróticos (.42). Despersonalización con t. psiconeuróticos (.36) y con t. gastrointestinales (.32). Insatisfacción de logro con el indicador de ansiedad (.46), con t. de sueño (.41) y con t. de dolor (.41), con t. gastrointestinales (.39) y con el indicador de depresión (.31). Las correlaciones más altas entre los subfactores psicosomáticos se encuentran entre t. de sueño con t. psiconeu- 143/150 | www.cienciaytrabajo.cl | AÑO 10 | NÚMERO 30 | OCTUBRE / DICIEMBRE 2008 | Ciencia & Trabajo Artículo Original | Perfil Psicosomático y de Desgaste Ocupacional en Cajeros del Sector Bancario con Escala EMEDO Tabla 1. Correlación entre Desgaste Ocupacional y Variables Psicosomáticas. F1 Agotamiento Emocional F2 Despersonalización F3 Insatisfacción de Logro F4a Trastornos de Sueño F4b Trastornos Psicosexuales F4c Trastornos Gastrointestinales F4d Trastornos Psiconeuróticos F4e Trastornos de Dolor F4f Indicador de Ansiedad F4g Indicador de Depresión * ≤ .05 ** ≤ .01 F1 F2 F3 F4a F4b F4c F4d F4e F4f F4g 1 .38** .50** .46** .17* .31** .42** .47** .39** .44** 1 .32** .29** ns .32** .36** .16** ns ns 1 .41** .27** .39** .28** .41** .46** .31** 1 .51** .67** .72** .64** .52** .51** 1 .60** .51** .54** .34** .24** 1 .67** .60** .39** .29** 1 .60** .46** .37** 1 .60** .56** 1 .52** 1 ns: no significativo Tabla 2. Regresión Múltiple con Análisis de Varianza en el Modelo entre Desgaste Ocupacional y las siete variables Psicosomáticas. V. Dependiente F1 Agotamiento Emocional F2 Despersonalización F3 Insatisf.de Logro V. Independ.* R R2 F Sig. Beta E. t Sig. T. Psicosexuales T. Dolor I. Depresión T. Psicosexuales T. Gastrointestin. T. Psiconeurot. I. Depresión T. Gastrointestin. T. Psiconeurot. I. Ansiedad .57 .33 13.56 .001 .45 .20 7.05 .000 .54 .29 11.6 .000 -.19 .24 .17 -.21 .21 .30 -.19 .25 -.21 .31 -2.4 2.52 2.26 -2.47 2.06 2.98 -2.24 2.60 -2.23 3.92 .016 .012 .024 .014 .041 .003 .026 .010 .027 .000 * Sólo se reportan las que resultaron significativas de las 7 V. Independientes con cada V. Dep.; róticos (.72), entre t. psicosexuales y t. gastrointestinales (.60), entre t. psiconeuróticos y t. gastrointestinales (.67), entre t. de dolor y t. psiconeuróticos (.60), t. de dolor con el indicador de ansiedad (.60), finalmente entre el indicador de ansiedad y el indicador de depresión (.52). Las correlaciones fueron tan altas; tanto entre las variables de desgaste ocupacional como con las psicosomáticas, que se decidió llevar a cabo regresiones múltiples y análisis de la varianza en el modelo múltiple, con el fin de identificar las relaciones más importantes (Tabla 2). Como puede observarse en la Tabla 2, los coeficientes de determinación ajustados se encuentran entre .20 y .33, los valores de F indican el rechazo de la hipótesis relacionada con la pendiente de que el plano de regresión es igual a cero. Puede observarse que los trastornos como variables independientes son predictores del desgaste ocupacional (entre 3 y 4 indicadores). Por otro lado, el estadístico de Durban-Watson es igual a 2 confirmando la incorrelación de los residuos. Posteriormente, se llevó a cabo una clasificación de aquellas variables psicosomáticas que resultaron más importantes en las regresiones múltiples y sus significados según los reactivos del cuestionario. Ver Figura 2. Posteriormente, se llevaron a cabo análisis de varianza One Way con la finalidad de conocer si las variables de interés estaban siendo determinadas por algunas variables demográficas de tipo clasificatorias. Ver Tabla 3. Como puede observarse en la Tabla 3 la despersonalización (F2) se encuentra incrementada por aquellas personas que no cuentan con pareja y que han consumido algún tipo de droga una o dos T= trastornos; I= Indicador de Figura 2. Variables psicosomáticas (DSM IV) y su significado en los reactivos del cuestionario según las regresiones múltiples. Factores Trastornos psicosexuales Significados en el cuestionario Dolor durante las relaciones sexuales Indiferencia sexual Molestias al orinar Problemas para alcanzar orgasmo con la pareja Eyaculación precoz Problemas de erección Menstruación irregular Sangrado excesivo durante la menstruación Dolor menstrual excesivo Trastornos Dolores de cabeza de Dolor Dolor en articulaciones de brazos y piernas Dolores abdominales Dolores de espalda y cuello Dolores de pecho Indicador de Sentimiento de estar deprimido Depresión (muy triste) Trastornos Dificultad para deglutir GastroIntolerancia a diferentes alimentos intestinales Vómitos Náuseas Molestias al defecar Diarreas Trastornos Desmayos Psiconeuróticos Pérdida de sensibilidad táctil (sin explicación Sensación de debilidad muscular aparente) Sensación de nudo en la garganta Pérdida de la voz Sensación de perder el equilibrio Indicador de Sentimiento de desesperación Ansiedad Ciencia & Trabajo | AÑO 10 | NÚMERO 30 | OCTUBRE / DICIEMBRE 2008 | www.cienciaytrabajo.cl | 143/150 F1 F2 F3 √ √ √ √ √ √ √ √ √ √ 147 Artículo Original | Uribe Jesús Tabla 3. Análisis de Varianza entre Desgaste Ocupacional, Psicosomáticas y Variables Demográficas (Promedios y significancia). V. Demográficas (Clasificatorias) F1 F2 F3 a b c d e f Sexo Masculino .98*** Femenino 1.27*** Estado Civil Con pareja 2.18** Sin pareja 2.52** Escolaridad Bachillerato 1.53* Licenciatura 1.35* Tipo Puesto Operativo 1.19** Medio 1.03** Cont. Usuario Directo Indirecto Uso Medicam. Sí frecuentemente 2.34** No 1.94** Uso drogas Nunca 2.23* 1.69* 1.41** 2.01* Una vez al año 2.60* 1.68* 1.50** Dos veces al año 2.97* 2.38* 2.29** 2.95* Edad 18-21 años 1.52* 1.92* 22-23 1.51* 2.15* 24-25 1.45* 1.87* 26-30 1.27* 1.86* 31-44 1.59* 2.31* * ≤ .05; **≤ .01; ***≤.001 Nota: F1= desgaste emocional; F2= despersonalización; F3= insatisfacción de logro; a=Trastornos.sueño; b=T.psicosexuales; c=T.gastrointestinales; d=T. psiconeuróticos; e=T.dolor; f=Indicador ansiedad; g=I. depresión. veces al año. Los trastornos de sueño (a) presentan diferencias significativas en los usuarios de drogas. Los trastornos psicosexuales (b) tienen diferencias significativas en hombres y de puestos operativos. Los trastornos psiconeuróticos (d) aquejan con mayor frecuencia a los cajeros con escolaridad de bachillerato, a los consumidores de drogas, a los más jóvenes y a los menos jóvenes. Al parecer, los trastornos de dolor (e) son presentados en su mayoría por aquellos cajeros que toman medicamentos frecuentemente, por los que consumen drogas y por personas entre los 22 y 44 años de edad. Finalmente, el indicador de ansiedad (f) resultó significativo para aquellos puestos de nivel medio o de supervisión y para los que tienen contacto directo con el usuario de sus servicios. Para apreciar los valores relacionados con las variables psicosomáticas se llevó a cabo una comparación entre las medias de todas las variables considerando las características implicadas en los reactivos. Ver Figura 3. En esta Figura 3 se observa que la fluctuación entre las variables es cercana entre ellas mismas, confirmando que el desgaste ocupacional mantiene valores dominantes sobre los factores psicosomáticos (superiores a las de DO), mismos que mantienen entre sí una correlación siempre positiva (Ver Tabla 1) y, que el conjunto de ellas cumplen con las características de un síndrome según el DSMIV. Lo anterior estaría confirmando que un trastorno de manera aislada no sería suficiente para el análisis del DO, confirmando que el conjunto de trastornos es el que permite un diagnóstico. g 1.87* 2.16* 2.03* 1.00* 1.86* raba que el DO se caracterizaba por un conjunto de síntomas físicos y psíquicos. Perlman y Hartman (Perlman y Hartman 1982) encontraron que el DO se relaciona con alteraciones cardiorrespiratorias, jaquecas, gastritis, úlcera, insomnio, mareos, ansiedad, depresión, alcoholismo y tabaquismo, etc. Sin embargo, Gil Monte (Gil-Monte 2006) dice que la literatura de investigación que asocia el desgaste ocupacional con diversos síntomas es tan numeroso que ha dificultado la tarea de delimitar y aclarar qué intentamos identificar, quedando la sensación de que todos los problemas psicológicos, fisiológicos y conductuales asociados al mundo laboral se relacionan con el desgaste ocupacional. Según el autor, la mayoría de los síntomas psicosomáticos se relacionan con cansancio, insomnio, úlcera de estómago, dolor de cabeza, dolor de espalda, fatiga e hipertensión. La Figura 3 confirma que el DO (como síndrome) mantiene valores superiores a los valores de los factores psicosomáticos (síntomas), pudiéndose concluir que el DO es un síndrome que debe ser analizado a partir de la integración de los síntomas que lo componen; recordemos que una pastilla para el dolor quita el síntoma, pero no ataca necesariamente el origen del problema, lo oculta, y de esta manera puede el trabajador continuar laborando Figura 3. Desgaste ocupacional y factores psicosomáticos. Comparación de medias entre todas las variables. DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES De acuerdo con Manassero, García, Vázquez, Ferrer, Ramis y Pili (Manassero et al. 2000), el DO se caracteriza por una pérdida de interés frente a los usuarios del servicio, un distanciamiento psicológico respecto al trabajo y desesperanza por encontrar interés y esfuerzo en el trabajo. Freudenberger (Freudenberger 1974) asegu- 148 143/150 | www.cienciaytrabajo.cl | AÑO 10 | NÚMERO 30 | OCTUBRE / DICIEMBRE 2008 | Ciencia & Trabajo Artículo Original | Perfil Psicosomático y de Desgaste Ocupacional en Cajeros del Sector Bancario con Escala EMEDO sin eliminar verdaderamente el mal que lo aqueja, hasta que el verdadero problema sea inmune a una simple pastilla; por ejemplo, infartos, hipertensión, diabetes, parálisis, etc. Nuestros resultados en las Tablas 1 y 2 y en la Figura 4 muestran una coincidencia con la opinión de Gil Monte (Gil-Monte 2006); sin embargo, según la Tabla 2 y posteriormente la Figura 3, las correlaciones y regresiones múltiples elaboradas nos permiten asegurar que los cajeros bancarios padecen particularmente cuatro tipos de trastornos psicosomáticos (psicosexuales, dolor, gastrointestinales y psiconeuróticos), y dos indicadores (ansiedad y depresión), de tal manera que combinados en términos de sus significados psicosomáticos presentan cuadros de síntomas más fáciles de identificar. En otras palabras, la Figura 3 sintetiza un conjunto de padecimientos médicos y psicológicos altamente asociados al DO. En un análisis de mayor profundidad, Boada, de Diego y Agulló (Boada et al. 2004) encontraron que el agotamiento emocional se relaciona con síntomas de debilitamiento y tensión y de dolores cardiovasculares y generales (trastornos de dolor); en nuestro estudio se corroboran los trastornos de dolor que, combinados con trastornos psicosexuales y un gran sentimiento de tristeza (posible depresión) se puede asegurar el nivel más alto de pronóstico para agotamiento emocional como los señalan dichos autores. En otro estudio, Zurriaga, Bravo, Ripoll y Caballer (Zurriaga et al.1998) encontraron relación entre el desgaste emocional y disfunciones respiratorias y del sueño (trastornos psiconeuróticos y del sueño) en médicos y enfermeras. En nuestro caso, los trastornos psiconeuróticos se asociaron a despersonalización (ver Tabla 2 y Figura 3). Boada, de Diego y Agulló (Boada et al. 2004) también encontraron que una baja realización personal se relaciona negativamente con jaquecas y dolores en las manos (trastornos de dolor) y con dificultades respiratorias y asmáticas (trastornos psiconeuróticos). En nuestros resultados este factor (insatisfacción de logro) se asoció principalmente a trastornos psiconeuróticos, coincidiendo con estos investigadores, pero también con trastornos gastrointestinales y con el indicador de ansiedad. De acuerdo con Boada, de Diego y Agulló (Boada et al. 2004) la autorrealización (insatisfacción de logro), se relaciona con satisfacción general, dolor precordial de origen cardiovascular, dolor de pecho, dolor de cabeza intenso y dolor de espalda (trastornos de dolor), lo que para nuestro estudio fue asociado con agotamiento emocional. Como se puede apreciar en la Figura 3. Ahora bien, es probable que el tipo de desempeño y los roles específicos de nuestra muestra pertenezca a una población con rasgos diferentes a las internacionalmente estudiadas, pues en su mayoría se refieren a médicos, enfermeras, personal de salud, maestros y personal del sistema educativo, principalmente. En nuestro caso, por tratarse de trabajadores del sector financiero -quienes son muy jóvenes y orientados hacia actividades de atención a clientes, no a pacientes o alumnos- los requerimientos y contactos con sus usuarios pueden ser con demandas diferentes a las de los usuarios del sector salud y de educación. Por lo tanto los trastornos presentados, al menos en nuestro caso, son también diferentes en orden e impacto hacia la salud (ver Tabla 3), pues el sexo, el estado civil, la escolaridad, el tipo de puesto, el tipo de contacto (directo o indirecto) con el usuario, el uso de medicamentos, el uso de drogas y la edad fueron estadísticamente significativas en los análisis de varianza correspondientes. Las mujeres, las personas sin pareja, con estudios de bachillerato, con puestos de nivel operativo y medio, con contacto directo con el cliente, que usa frecuentemente medicamentos (en México, el paciente acude a la enfermería con el fin de obtener una pastilla que le quite el malestar, pocas veces se acude a eliminar el verdadero origen), que consume algún tipo de droga dos veces al año, y con edades cercanas a los 18 y a los 30 años, resultaron moderadamente afectados en mayor medida con relación al desgaste ocupacional y a los factores psicosomáticos. Por otro lado, y de acuerdo con expertos del sector bancario en México (Alcalde 2007; Espinosa-Iglesias 2000; González 2006; González 2008; Juárez 2005; Muñoz 2007; Rodríguez 2007) las instituciones financieras en nuestro país han sido manejadas con políticas cada vez más negativas hacia el sector laboral; es decir, se ha pasado de un modelo protector a un modelo de alta competencia e inseguridad laboral, lo que seguramente ha tenido impactos diversos, tales como disminución de obligaciones patronales y anulación en los hechos de contratos colectivos de trabajo, lo que ha significado (sin lugar a dudas, en exigencias de atención al público, de competitividad personal y alta supervisión) que los empleados del sector bancario compitan por los cada vez menos puestos de trabajo, implicando un mayor estrés para el trabajador. Con este estudio queda corroborado que los cajeros del sector bancario, en una institución transnacional, padece un nivel de estrés crónico generalizado, digno de ser estudiado con las características del desgaste ocupacional. Según nuestros resultados (ver Tablas 1, 2 y 3 y Figuras 3 y 4) el desgaste ocupacional en cajeros es altamente correlacionado con factores psicosomáticos. Los altos rendimientos y productividad generada por el trabajo –que persigue la cultura de competitividad y eficiencia de los tiempos modernos impuesta por el Estado y las instituciones financieras– pueden verse fuertemente disminuidos en el largo plazo por enfermedades en sus trabajadores. La calidad y eficiencia no sólo depende de la capacitación, motivación y competencias: puede verse seriamente afectada o beneficiada, según sea el caso, con trabajadores enfermos o sanos, es decir, que la salud ocupacional física y psicológica afecte directamente a la productividad mediante la salud mental (OIT 2000) considerando los riesgos implícitos en los conocidos factores psicosociales (Uribe-Prado 2008). Un cajero con dolores de cabeza, diarreas, dolores de espalda, abuso de medicamentos y sustancias toxicas, con problemas sexuales, entre otros, seguramente puede tener faltantes o sobrantes de dinero, dar mala atención al público, tener baja asiduidad, accidentes, etc., a pesar de una buena capacitación, selección y desarrollo ejecutivo. El desgaste ocupacional, como bien lo señala Gil Monte (Gil-Monte 2006), puede ser la plaga silenciosa del Siglo XXI. La salud ocupacional también puede incrementar o disminuir las utilidades de las empresas. Desde otra perspectiva, Uribe-Prado (Uribe-Prado 2007) y UribePrado y col. (Uribe-Prado et al., en prensa) con muestras más amplias y con diversos tipos de trabajo ya habían encontrado una alta correlación con factores demográficos y psicosomáticos, permitiendo afirmar que la Escala Mexicana de Desgaste Ocupacional (EMEDO) mantiene de manera positiva validez de constructo con la literatura internacional (Gil-Monte 2006) y consigo misma. Por otro lado, la confiabilidad del instrumento utilizado, que se encuentra alrededor del 70% permite confirmar que se trata de un instrumento que, hasta este momento está describiendo a la población mexicana en forma satisfactoria. El uso de un instrumento elaborado con mexicanos y aplicado en muestras particulares puede significar el conocimiento de características propias del desgaste ocupacional en México. Fuente de financiamiento: UNAM DAGAPA PROYECTO IN302806 Ciencia & Trabajo | AÑO 10 | NÚMERO 30 | OCTUBRE / DICIEMBRE 2008 | www.cienciaytrabajo.cl | 143/150 149 Artículo Original | Uribe Jesús REFERENCIAS Alcalde JA. 2007. Bancarios, despojo laboral sin límites. La Jornada. p. 17. Aranda J. 2005. Crisis si se cumple con los pagos del Fobaproa: Hacienda a Jueces. La Jornada. Disponible en: http://www.jornada.unam.mx/2005/06/15/ 030n1eco.php [Consultado en junio de 2008] Boada I, Grau J, de Diego VR, Agulló TE. 2004. El burnout y las manifestaciones psicosomáticas como consecuentes del clima organizacional y de la motivación laboral. Psicothema. 16(1):125-131. Disponible en: http://www.psicothema.com/pdf/1171.pdf. [Consultado en junio de 2008] Buendía J, Ramos F. 2001. Empleo, estrés y salud. Madrid: Ediciones Pirámide. Burke RJ. 1998. Work and non-work stressors and well-being among police officers: The role of coping. Anxiety Stress Coping. 11(4):345 – 362. 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Las categorías de análisis fueron: a) significantes, b) capacidad reflexiva y c) conocimiento social. El análisis realizado fue inductivo cruzado. Los resultados revelan que los individuos siguen un proceso de significación con un patrón particular, significación inicial, significación en crisis y significación de desenlace, modificando el sentido de la experiencia violenta en función de la dinámica entre su capacidad reflexiva y sus significantes. This study general objective was to understand the signification process of organizational violence from an employee’s perspective. This study hypothesis was: the signification that the employee makes of organizational violence is susceptible of breaks (discontinuities) because the employee as an individual sees an incoherence between the violent experience and the tipification that he/she possesses about work relationships. It is a qualitative study with 12 participants, 6 male and 6 female. The research technique was an in-depth interview. The analysis categories were significants, reflexive capacity and social knowledge. The analysis was inductive crossed. The results reveal that individuals follow a process of signification that show a particular pattern, initial signification, signification in crisis and outcome signification. The individuals modify the sense of the organizational violence experience based on the dynamic between their reflexive capacity and their significants. (Vargas V, Delgadillo L, Mercado A, 2008. Violencia Laboral, su Significación desde Hombres y Mujeres. Cienc Trab. Oct-Dic; 10 (30): 151-156). Descriptors: VIOLENCE; WOMEN; MEN; WORKPLACE; LABOR RELATIONS; INTERPERSONAL RELATIONS; SOCIAL BEHAVIOR; PSYCHOLOGY; SOCIAL SCIENCES. Descriptores: VIOLENCIA, MUJERES, HOMBRES, LUGAR DE TRABAJO, RELACIONES LABORALES, RELACIONES INTERPERSONALES, CONDUCTA SOCIAL, PSICOLOGÍA, CIENCIAS SOCIALES. INTRODUCCIÓN El problema de la violencia organizacional ha sido ampliamente estudiado, principalmente a partir de los años 80’s, pero es importante señalar que la diversidad en la operacionalización del fenómeno de los estudios que se han realizado lleva al investigador interesado en abordar esta temática a lo que quizá pudiese nombrarse como una falta de acuerdo conceptual y posiblemente a una confusión en cuanto a los términos pertinentes para referirse al fenómeno. Uno de los conceptos que se han utilizado para definir la violencia organizacional es la violencia en el trabajo, la cual, según Guevara (Guevara 2005) es: “Cualquier maltrato físico o psíquico, agresión verbal o física, humillaciones, acoso y abuso contra un trabajador”. También al respecto la Revista Trabajo de la Organización Correspondencia / Correspondence Leonor Guadalupe Delgadillo Guzmán UAEM, Facultad de Ciencias de la Conducta Carretera Toluca-Naucalpan Km. 1,5 s/n, Toluca, México. CP 500100, Col. Guadalupe. Tel: (52 722) 2720076 e-mail: [email protected] Recibido: 13 de octubre de 2008 / Aceptado: 28 de noviembre del 2008 Internacional del Trabajo (OIT 1998a) dice que: “La definición incluye comportamientos como homicidios y violaciones, patadas, mordiscos y puñetazos, acoso, incluidos el abuso sexual y racista, coacciones, agresiones y victimización, mensajes ofensivos, apodos y silencios despreciativos”. Y por su parte Scialpi (Scialpi 2001) define a la violencia en el trabajo como “[…] tomar a una persona de blanco de hostigamiento y acoso psicológico persistente que conlleva críticas, aislamiento, chismes, injurias y ridiculizaciones. El impacto de este tipo de conductas es devastador”. Estas definiciones delimitan el problema de la violencia al ámbito laboral y el espectro de conductas violentas que describen es lo suficientemente amplio como para al menos cubrir la violencia física, sexual y psicológica no haciendo mención de conductas específicas de violencia económica. Su fortaleza radica en que son definiciones aplicables en estudios de violencia organizacional, pues delimitan la violencia al espacio de trabajo. Para esta investigación se entendió a la violencia organizacional o también llamada violencia laboral, como “el acto dañino intencional (voluntario) emitido por un miembro o varios miembros de la organización, acto que va dirigido en contra de otra(s) persona(s) que tiende hacia la eliminación del(os) trabajador(es) de la organización; estos actos pueden ser físicos, económicos, psicológicos o sexuales, generalmente se presentan de manera combinada y tienen repercusiones en la salud del receptor” (Delgadillo et al. 2006). La violencia organizacional implica altos costos a las diferentes Ciencia & Trabajo | AÑO 10 | NÚMERO 30 | OCTUBRE / DICIEMBRE 2008 | www.cienciaytrabajo.cl | 151/156 151 Artículo Original | Vivas Vania partes involucradas en el fenómeno: el patrón, el empleado, el sector salud, el estado, la justicia. Para ilustrar esto, el trabajo de Leymann (Leymann 1996) apunta a sus repercusiones, pues marca que este problema trae consecuencias en términos de “costos de producción más elevados, mayores rotaciones de personal, empeoramiento de la motivación laboral y así por el estilo”. La OIT (OIT 2005) declara que la violencia en el trabajo afecta a la productividad por sus efectos negativos y de distracción sobre el ambiente de trabajo. Por su parte Tim Field (Field 2005), un investigador inglés, informa de los costos de este problema en Inglaterra declarando que se estima que se gastan cerca de 12 billones de libras cada año resultado de la violencia en el trabajo. Entre las consecuencias relevantes en términos de quien sufre como receptor esta violencia se encuentran: “…resta salud a quien la padece, debilita su condición de bienestar y transgrede su derecho a una condición laboral digna de trabajo…” (Delgadillo et al. 2006). De acuerdo con Artazcoz (Artazcoz 2003), el trastorno asociado más habitualmente al acoso moral es el síndrome ansioso depresivo y en los casos más graves se puede llegar al síndrome de estrés postraumático. Además de las consecuencias personales se han hecho estudios que resaltan las consecuencias que la violencia en el trabajo produce sobre el individuo y su familia. Field (Field 2005) agrupa estas consecuencias en tres grandes categorías: 1. pérdida de la carrera y el sustento; 2. separación y divorcio; y, 3. suicidio. Jurídicamente hablando, la violencia organizacional ilustra un fenómeno que trasgrede los derechos proclamados en la Declaración Universal de Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas. México está adherido a esta declaración y a los acuerdos derivados de ella, mostrándose más como receptor de estas leyes que como promotor de ellas, viéndose condicionado a firmarlos porque su constitución política contempla la obligación de cumplir con esos compromisos (Delgadillo et al. 2006). Se enfrenta un problema que atropella los derechos del empleado, en tanto que sus garantías como miembro de una organización están siendo quebrantadas. Indudablemente los avances jurídicos a nivel internacional han sido varios y significativos, así lo ilustran los casos de: Suecia (1993), Francia (1999) y Bélgica (2001) que hasta el año 2003 eran los únicos tres países de la Unión Europea que ya contaban con una ley sobre acoso psicológico en el trabajo (Artazcoz 2003). Existe una novedosa Ley Orgánica de Prevención de Condiciones y Medio Ambiente del Trabajo en Venezuela que ya incluye en su articulado la influencia de los riesgos psicosociales y no solamente los riesgos químicos, físicos, biológicos, eléctricos y otros fácilmente identificables y prevenibles muchas veces por inversiones de recursos financieros, a diferencia de la influencia del factor humano en las relaciones laborales (Guevara 2005). En México existe legislación que protege al trabajador de faltas de probidad u honradez por parte del patrón, sus familiares, personal directivo o administrativo dentro del servicio en la Ley Federal del Trabajo (Cooper 2001). Con base en lo anterior, el trabajo citado buscó ser una aportación comprensiva de la violencia organizacional, que aliente la discusión sobre eventuales soluciones. Para ello se propuso abordar este fenómeno desde la fenomenología desarrollada por Schütz, Berger y Luckmann. Se trata de un modelo que centra la atención en cómo el individuo construye su realidad. Los estudios fenomenológicos no son nada frecuentes en la investigación organizacional. Parte de esta ausencia surge de la misma naturaleza de la fenomenología y su relativa “novedad” como una metodología de investigación. 152 Existen otras dificultades para adoptar enfoques fenomenológicos. Una de ellas se relaciona con el lenguaje “tribal”, como lo llama Sanders, de la fenomenología. Cada campo de la academia tiene su ración de términos técnicos y la fenomenología no es la excepción. Otra dificultad inherente para el uso de la fenomenología se relaciona con cuestiones metodológicas. No existe una metodología precisa para los investigadores fenomenológicos (Sanders 1982). Al respecto Chamberlain (Sanders 1982) declara que “no hay un procedimiento ortodoxo que pueda ser tomado como el método fenomenológico autorizado”. La metodología varía de acuerdo al fenómeno estudiado y a la atención temática que se le da. La fenomenología representa una “nueva forma” de ver lo que es genuinamente capaz de ser descubierto y que se encuentra potencialmente ahí, pero que no es visto a menudo. Esto probablemente es la implicación más significativa de la fenomenología para la investigación organizacional. Una segunda implicación para la investigación organizacional es que ciertos tipos de fenómenos conductuales eluden cuantificación e inferencia estadística, o sea no pueden ser cuantificados ni estratificados. La incursión de la fenomenología en el campo del estudio organizacional es claramente justificada por Sanders (Sanders 1982) de la siguiente manera: La inhabilidad de los investigadores para investigar las “estructuras profundas” de la organizaciones no puede ser atribuida a su falta de voluntad para involucrarse en investigaciones intensivas o a una falta de disciplina académica, sino más bien a la ausencia de un método de investigación apropiado. Ya que la fenomenología busca estudiar a los fenómenos así como son conocidos directamente, como son presentados a la conciencia, la autora cree que el análisis fenomenológico es la respuesta a este vacío metodológico. Una vez planteada la posible respuesta a un vacío metodológico para la investigación de ciertos fenómenos en el área organizacional se encuentra a continuación la cuestión de cuál sería entonces ese método a utilizar. El trabajo de investigación fue de corte cualitativo, buscó indagar sobre un fenómeno poco explorado desde el modelo teórico que se propuso. Para poder operacionalizar la investigación se trabajó con dos categorías: los significantes o relaciones sociales y la capacidad reflexiva. Los significantes son aquellas personas importantes para el individuo en su continuo y sistemático proceso de socialización. En principio, personas que fueron responsables de su socialización cuando niño, son personas con las que el individuo se identifica construyendo una identidad coherente y plausible (Berger y Luckmann 2005; Delgadillo et al. 2005). Para este estudio toma importancia la consideración de los significantes debido a que es a través de ellos como el individuo adquiere el significado del mundo que lo rodea. La relación con los significantes le permite al sujeto relacionarse con el mundo de la vida y es a través de esta mediatización del mundo que le dan los significantes y de la capacidad reflexiva que el individuo llega a construir sus propios significados. La capacidad reflexiva, como segunda categoría, será entendida como aquel atributo humano producto consecuente de la acción conjunta de los procesos sicológicos como la atención, la memoria, el análisis y la síntesis y de los procesos sociológicos. Le permite al individuo identificar la situación de violencia organizacional que vive y relacionarla con las tipificaciones que ha adquirido de 151/156 | www.cienciaytrabajo.cl | AÑO 10 | NÚMERO 30 | OCTUBRE / DICIEMBRE 2008 | Ciencia & Trabajo Artículo Original | Violencia Laboral, su Significación desde Hombres y Mujeres sus significantes y es esta capacidad la que, asimismo, le permite tomar decisiones que tengan coherencia con su mundo social y subjetivo. En síntesis, el cómo significa el empleado dicha experiencia se basa en sus significantes, por un lado, y en su capacidad de reflexión por otro. METODOLOGÍA Por tratarse de un estudio cualitativo, no aplica el criterio de muestra en tanto que no se trata de un estudio explicativo. Lo que sí aplica es la acepción de participante, término que alude a los estudios de caso, propio de este tipo de investigaciones. Se contactaron doce participantes, seis del género masculino y seis del género femenino, que refieren haber vivido violencia organizacional, no importando la posición jerárquica laboral que ocupen, ni la antigüedad, con estudios mínimos de secundaria, mayores de 18 años, casados o no, con o sin hijos, sin importar la religión que profesen. La estrategia para contactarlos fue la bola de nieve, que consiste en conocer a algunos informantes y lograr que ellos presenten a otros (Taylor y Bogdan 1992). La técnica de indagación utilizada fue la entrevista a profundidad, tratando de obtener una descripción “espesa” (Ruiz 1996). La guía de entrevista fue estructurada con base en las categorías, de lo que se derivó el contenido temático y la guía de preguntas, abarcando cuestiones de trayectoria laboral, eventos violentos en el ámbito laboral, trayectoria académica, estructura familiar, dinámica familiar y vida cotidiana actual. El análisis de los datos se hizo de forma inductiva cruzada, una técnica probada en otras investigaciones, tal como: Zvi Eisikovits y Eli Buchbinder (Eisikovits y Buchbinder 1999). Sobre los criterios de validez y confiabilidad que deben seguirse en los trabajos cualitativos y con base en el trabajo de Flores (Flores 2008), éstos fueron trabajados de la siguiente manera: la credibilidad (validez interna) a través de la observación persistente y de la triangulación; la transferibilidad (validez externa) fue trabajada por medio de la descripción espesa; la dependencia, se cubrió a través de la revisión del sínodo; la confirmabilidad se trabajó cubriendo los principios éticos pertinentes como el consentimiento informado y el anonimato, así como, observando el principio de neutralidad con base en el modelo teórico y lo que de manera clara señala Garko (Garko 1999), “…reconocer que en el diálogo entre el sujeto y el objeto de investigación hay una influencia recíproca y un intercambio mutuo de conocimiento y experiencia”. RESULTADOS • Etapas de la violencia organizacional Se lograron identificar y definir las siguientes etapas de la violencia organizacional: etapa inicial, crisis y desenlace. La etapa inicial de la violencia organizacional se refiere a todas las conductas violentas que en un principio son sutiles y que, con un ritmo progresivo, van mostrando un interés personal en el receptor más que un interés laboral. La etapa inicial se centra en aquellas conductas que ponen de manifiesto el comienzo de la violencia organizacional y marcan el inicio del fenómeno. Hablando en términos de la significación de la violencia, la etapa inicial es aquel momento en que el sujeto receptor comienza a construir su realidad social en torno a una situación de violencia organizacional que se presenta paulatinamente en su realidad de la vida cotidiana. Una vez que la violencia organizacional alcanza manifestaciones explícitas creando un estado de tensión y choque entre los sujetos involucrados, se entiende que esta se encuentra en su etapa de crisis. En esta etapa se puede observar con mayor precisión y detalle las manifestaciones de la violencia organizacional que permiten identificar el tipo de violencia y también las estrategias de afrontamiento planteadas por el receptor de la violencia. El desenlace es el momento posterior a la crisis, cuando los efectos que la violencia organizacional tiene sobre el receptor –ya sean sociales, somáticos o psicológicos– se manifiestan con mayor claridad. También es considerado el resultado de las estrategias de afrontamiento emprendidas por el sujeto receptor, es decir, relata lo que el sujeto considera como el final de la experiencia de violencia organizacional vivida. • Reflexiones sobre la violencia organizacional Como resultado del análisis de la capacidad reflexiva en el discurso de los participantes, se logró identificar una serie de cavilaciones que los sujetos tenían sobre el fenómeno vivido: “no existe coherencia entre lo que hace el trabajador y lo que vive”; “no existe coherencia entre lo que el agresor dice y lo que hace”; “se cuestiona el actuar del agresor”; “el acoso no es exclusivo de las mujeres”; “no existe coherencia entre lo que sucede y lo que debería suceder”; “se cuestiona el rol ‘jefe’”; “se busca entender el error cometido”; “no hay lógica entre las tipificaciones propias y la realidad”; “la situación se sale de lo normal”; “se cuestionan los valores de la empresa”; “se identifica la diferencia en el trato”; “se cuestiona el actuar del ser humano y su malicia”. La reflexión más común producto de una ruptura de significado fue cuestionar el actuar del agresor. Las menos comunes fueron cuestionar el actuar del ser humano y su malicia y considerar que el acoso sexual no es exclusivo de las mujeres. El hecho de que unas reflexiones sean más comunes que otras no quiere decir que, por ejemplo en el caso de la reflexión que hace Alfredo sobre el acoso sexual, los demás sujetos la consideren exclusiva o ya pensaran que no es exclusiva. Estas reflexiones lo que muestran es la línea de pensamiento que la situación violenta hace que el sujeto siga. Únicamente permiten observar las tipificaciones que son puestas en tela de juicio por la violencia organizacional lo que nos hace ver que hay tipificaciones que son atacadas directamente por la violencia organizacional, como lo puede ser la institución “trabajo”. • Significación y efectos de la violencia Otro resultado obtenido fue con base en las significaciones que los sujetos expresaron, las cuales permiten ver dos cosas importantes. En primer lugar, muestran las definiciones que los sujetos hacen de la violencia: mala relación, discriminación, no debe permitirse, acoso, lo peor, anormal, envidia, diferente, feo, malo, injusticia, hostigamiento, maltrato, falta de respeto, agresión, ataque, despojo, difícil. Y en segundo lugar muestran algunos efectos que ellos consideran que dicha violencia tiene sobre la persona que la recibe: acorrala, desagrada, enferma, avergüenza, decepciona, hace sentir sucio, miedo, desprotección, afecta la dignidad, limita. Estas concepciones permiten conocer de qué manera definen la violencia organizacional las personas que participaron en este estudio. Esto puede identificar elementos comunes con las definiciones que se manejan en estudios relacionados y también fortalecer o debilitar aquellas definiciones. Ciencia & Trabajo | AÑO 10 | NÚMERO 30 | OCTUBRE / DICIEMBRE 2008 | www.cienciaytrabajo.cl | 151/156 153 Artículo Original | Vivas Vania • Estrategias de Afrontamiento y rutas de acción A lo largo de su trayectoria laboral los participantes se encontraron con distintos tipos de violencia organizacional. Como se encontraban inmersos en la realidad de la vida cotidiana tenían acceso a la subjetividad del otro quien, a través de sus acciones violentas, los enfrentaba a una situación que se salía de la cotidianeidad de una relación laboral típica como ellos la habían internalizado gracias a su socialización primaria y secundaria. Esta falta de coherencia entre sus definiciones previas y la situación vivida en el momento llevaron al individuo a trazarse líneas de acción para afrontar la situación nueva. Las formas de actuar para buscar darle sentido a la situación y a su vez tratar de resolver lo que se considera problemático es lo que se denominó estrategias de afrontamiento. Entre las estrategias más utilizadas por los sujetos se tiene el enfrentamiento directo y la renuncia voluntaria, las cuales fueron utilizadas cada una por ocho de los doce participantes. El enfrentamiento directo es entendido como una confrontación que el sujeto decide emprender con el agresor. Esta confrontación se realiza mediante una situación cara a cara en la que, a través del lenguaje, el receptor de la violencia intenta acceder a la subjetividad del agresor y cuestiona sus motivos, ansiando comprender las objetivaciones o violencia que está recibiendo. Esta estrategia de afrontamiento es emprendida por aquellos sujetos que desean conocer el proceso histórico-social que lleva al agresor a realizar sus ataques, los cuales se salen de las pautas de interacción que se han establecido para la sociedad en la que se encuentran inmersos y que fue internalizada en el proceso de socialización. Por su parte, la renuncia evidentemente se refiere a la terminación voluntaria de la relación laboral por parte del receptor de la violencia. La renuncia de los sujetos se daba principalmente en casos en los que el empleado ya no deseaba continuar viviendo la violencia organizacional y esto podía deberse a la afectación que le traía en sentido físico, psicológico o social. La siguiente estrategia que fue utilizada por siete de los participantes fue el afrontamiento activo. Este afrontamiento se refiere a cuestiones como rechazo de las invitaciones, en el caso de la violencia sexual. El afrontamiento activo se diferencia del enfrentamiento directo por el hecho de que en el primero no se utiliza la confrontación con el agresor, únicamente se lleva a cabo una interacción activa con éste, como respuesta a la violencia organizacional. Podría decirse que, de los casos en los que se hace uso de la situación cara a cara con el agresor como tipo de estrategia de afrontamiento, se identifica una ruta de acción que va de acercamientos paulatinos hasta respuestas que asemejan la violencia recibida. Se comienza con un afrontamiento activo para evidenciar la molestia y desacuerdo con la violencia. Posteriormente, al no obtener respuesta favorable, el receptor escala al enfrentamiento directo utilizando la confrontación y escalando en agresión hasta que, en caso de que tampoco funcione, se responde con ataques similares a los recibidos. Responder con ataques fue utilizado únicamente por dos de los participantes. Esta estrategia de afrontamiento convierte al agredido en agresor muchas veces sin que sea consciente de su cambio de rol. Cabe señalar que una vez que el sujeto comenzaba con respuestas agresivas hacia el emisor de la violencia, la renuncia voluntaria no tardaba mucho en aparecer posiblemente evidenciando la incomodidad que el sujeto sentía al verse enredado en dicha situación. A continuación se presenta un par de estrategias que tienen que ver con una de las categorías esenciales del estudio, los significantes. Permiten identificar otro tipo de ruta de acción, el contacto directo con ellos como parte de la búsqueda de sentido en la situación 154 violenta que se vive. Las estrategias a las que se hace referencia son reportar con un superior y comentar con significantes; tales tácticas fueron usadas por cinco de los participantes cada una y que son claramente definidas por su nombre. Los significantes a los que recurrieron los sujetos fueron familiares o amigos cercanos y, en el caso de reportar con un superior, se puede aventurar que un superior jerárquico puede ser a su vez considerado como un significante encargado de la socialización secundaria en ambientes laborales. Los superiores jerárquicos llegan a cumplir el papel de mediatizadores de la realidad del trabajo para los sujetos. El sujeto busca contacto con los significantes ya sea para tratar de obtener de ellos mayor información acerca de los roles y pautas específicas de comportamiento que les permitan hacer frente a la situación que viven o bien para obtener de ellos apoyo para afrontar la situación. Después, tenemos otro par de estrategias utilizado por los participantes de estudio, el mantenimiento de la relación laboral y el rechazo explícito. La primera, utilizada por cinco participantes, es una estrategia que consiste en que el sujeto decide permanecer en el empleo a pesar de la situación violenta que está viviendo. Esto puede deberse a que el sujeto tiene algunos años trabajando para la organización, considera que hasta el momento su desempeño ha sido favorable y que no tiene por qué abandonar su empleo. También puede deberse a que las necesidades que el sujeto tiene le exigen permanecer en su trabajo a toda costa. Por su parte, el rechazo explícito, que fue utilizado por cuatro sujetos, consiste en actos que realiza el receptor para que el agresor observe que no acepta la violencia que recibe. Son actos que transmiten rechazo por las conductas violentas y por el mismo agresor. Es una respuesta que puede incluir indiferencia, la cual recordemos es considerada violencia psicológica. Aquí una vez más el receptor puede llegar a convertirse en agresor de manera intencionada o no. Tres de los sujetos de la investigación tomaron como una de sus estrategias ajustarse a las condiciones de trabajo. La diferencia de ésta con el mantenimiento de la relación laboral es el mantenimiento de la relación laboral significa que los sujetos continúan trabajando en el lugar donde sufrieron violencia organizacional mientras que los que se ajustan a las condiciones de trabajo terminan por salir a pesar de sus esfuerzos por mantener la relación laboral. En los casos en los que se mantiene la relación laboral no todo tiene que ver con las reacciones del sujeto sino que intervienen factores como cambio de supervisor o jefe inmediato, cambio de departamento dentro de la misma organización o salida del agresor. Entre las estrategias utilizadas por únicamente dos participantes se encuentra angustia y aislamiento, responder con ataques de la que ya se habló en párrafos anteriores, evadir la situación, evitar recordar y demandar. Angustia y aislamiento puede parecer una manifestación psicológica a consecuencia de la violencia organizacional, pero en este caso se considera una estrategia de afrontamiento ya que los sujetos que refirieron haberla utilizado relatan su uso como una manera de evitar acercamientos con el agresor, ya que les causaba angustia y preferían aislarse que continuar estableciendo contacto con ellos. Evadir la situación está en estrecha relación con la angustia y el aislamiento, ya que su uso fue en casos en los que el sujeto reportaba no saber cómo actuar, carecer de pautas de comportamiento para enfrentar al agresor, por lo que se recurre a un retraimiento que busca evitar todo contacto y a toda costa. Otra estrategia que pertenece a la ruta de la evitación es precisamente que los participantes no quisieran recordar el escenario que 151/156 | www.cienciaytrabajo.cl | AÑO 10 | NÚMERO 30 | OCTUBRE / DICIEMBRE 2008 | Ciencia & Trabajo Artículo Original | Violencia Laboral, su Significación desde Hombres y Mujeres vivieron. Esto no se refiere únicamente al momento de la entrevista sino que incluso en el momento de la violencia los sujetos prefieren olvidar el asunto, por ejemplo, cuando salen del trabajo e intentar continuar cotidianamente con su vida. Finalmente se llega a la demanda. Esta consiste en entablar un proceso legal en contra de la persona que es reconocida como el agresor. Solo dos de los participantes, ambas mujeres, decidieron presentar su caso ante las autoridades. Se podría pensar que tomar esta línea de acción sería una de las estrategias que permiten erradicar conductas violentas en el lugar de trabajo pero, a pesar de esto, la incidencia de demandas entre los participantes de este estudio es baja. Posiblemente esto pueda explicarse por el hecho de que algunos de los participantes aceptaron que en el momento en que vivían la violencia no sabían que podían recurrir a las autoridades y presentar su caso. Otra posibilidad puede ser la poca información que se encuentra accesible al público acerca de la violencia organizacional, por lo que se puede decir que el fenómeno no se encuentra aún en el cúmulo de conocimientos de sentido común de nuestra realidad. Las estrategias de afrontamiento encontradas pueden agruparse por tipo, logrando así identificar ciertas rutas de acción. Después de analizar cada estrategia se encontraron 5 rutas diferentes que se detallan a continuación. Cuadro 1. Rutas de afrontamiento. RUTAS SITUACIONES CARA A CARA CONTACTO CON SIGNIFICANTES PERMANENCIA EN EL EMPLEO EVITACIÓN ACCIÓN LEGAL ESTRATEGIAS Afrontamiento activo Enfrentamiento directo Responder con ataques Rechazo explícito Reportar con un superior Comentar con significantes Mantenimiento de la relación laboral Ajuste a las condiciones de trabajo Angustia por cometer errores Angustia y aislamiento Evadir la situación Evitar recordar Renunciar Demandar El hecho de que las estrategias de afrontamiento varíen de sujeto a sujeto es fácilmente explicado con el entendimiento de las tipificaciones. En la relación laboral son las que marcan el camino a seguir en las situaciones laborales, esto cuando se trata de una tipificación recíproca. En el momento en que un individuo se encuentra con un problema de coherencia entre la tipificación internalizada y la realidad vivida es entonces que debe trazar su propio camino haciendo uso del conocimiento de sentido común que ha adquirido a través de la experiencia. CONCLUSIONES Actualmente no existe un acuerdo conceptual para nombrar comúnmente al fenómeno de la violencia organizacional ni para identificar el tipo de manifestaciones que dicho fenómeno incluye. Cuando la violencia que sufre el receptor proviene de una persona que es externa a la estructura organizacional se tiene un fenómeno que, en algunos casos, ha sido considerado como violencia organizacional. Se propone que este fenómeno sea nombrado violencia en el lugar de trabajo para evitar así confusión entre los hallazgos de distintos estudios que se refieran a fenómenos distintos. Las estadísticas que ayuden a transmitir la importancia de los estudios de la violencia organizacional presentan ambigüedad en el sentido de que los datos que reportan se refieren al mismo tiempo a fenómenos distintos, violencia organizacional y violencia en el lugar de trabajo, por lo que resulta complicado aplicarlas como válidas en este estudio. Además de esto, el estudio en América Latina y México del fenómeno que nos ocupó no es tan abundante en cifras y datos que respalden al fenómeno, aunque las iniciativas se encuentran presentes. Uno de los elementos importantes que pueden impulsar el desarrollo de la investigación en el tema y la creación de leyes, resoluciones y propuestas para la protección de los trabajadores es el hecho de que existen países -como Argentina, México, Austria, España y la Unión Europea en general-, que actualmente cuentan con legislaciones, reformas, propuestas y programas para erradicar este fenómeno. Se considera que la investigación que se ha realizado sobre violencia organizacional ha sido principalmente a través de estudios descriptivos y enunciativos de las características y consecuencias del fenómeno. Este estudio busco ir un pasó más allá y mostrar, en palabras del receptor, las conductas violentas, sus efectos y lo que dicho fenómeno significa para quien lo padece. Se espera que esta forma de presentar los datos permita una mejor comprensión de lo que se considera violencia organizacional y justifique estudios posteriores. Se propuso utilizar la fenomenología propuesta por Berger y Luckmann (Berger y Luckmann 2005) para el estudio pues se considera que es un modelo que al encargarse de la construcción social de la realidad permite comprender cómo los sujetos conciben y significan la violencia organizacional. Se logró identificar un proceso de violencia organizacional donde se observó la existencia de tres etapas en el desarrollo de un escenario violento. Se habló de una etapa inicial, una crisis y un desenlace. También se identificó una clasificación de las consecuencias que la violencia tiene sobre el receptor de acuerdo al tipo de manifestaciones que presenta durante y posterior al escenario. Las manifestaciones que se identificaron fueron básicamente de tipo físico, psicológico y social. Debido a que la violencia organizacional llegó a tener consecuencias para los participantes en las tres manifestaciones, se concluyó que es posible considerar la aplicabilidad de una disciplina como la psicología sociológica propuesta por Berger y Luckmann (Berger y Luckmann 2005) dentro de su estudio fenomenológico para el estudio de la violencia organizacional pues, en este caso, se encargó de considerar elementos tanto sociológicos como psicológicos para analizar el fenómeno y comprender la significación que el sujeto hace de la situación violenta que se le presenta en el marco de la vida cotidiana. La violencia organizacional es perpetrada dentro del ámbito de las relaciones laborales y puede ser física, económica, sexual y psicológica. La significación que el empleado hace de esta violencia viene de la experiencia misma que tiene cuando se enfrenta a esta como objetivación del agresor. Las rupturas de significado identificadas permiten entender que no es una tipificación que se encuentre institucionalizada, por lo que el individuo se embarca en una búsqueda de significado coherente a la experiencia que vive trazando sus líneas de acción, las cuales más tarde se convierten en rutas transmitidas que pueden llegar a formar parte del cúmulo de Ciencia & Trabajo | AÑO 10 | NÚMERO 30 | OCTUBRE / DICIEMBRE 2008 | www.cienciaytrabajo.cl | 151/156 155 Artículo Original | Vivas Vania conocimientos de sentido común que acompañen al individuo en su interacción con la realidad y sus contenidos. Se pudo observar que sobre las estrategias de afrontamiento y las rutas de acción que emprenden los receptores de la violencia, éstas se producen con base al proceso dinámico que se sigue del inter- cambio entre los significantes y la capacidad reflexiva de los individuos. En la medida que se clarifica el hecho de sufrir violencia laboral las víctimas son capaces de crear líneas de acción en las que combinan sus recursos simbólicos. REFERENCIAS Artazco L. 2003 El acoso moral en el trabajo, un riesgo que se puede prevenir. Mobbing opinion [en línea] [Consultado el 12 de julio de 2006]: [15 pantallas] Disponible en: http://mobbingopinion.bpweb.net/artman/publish/article_436.shtml. Berger P, Luckmann T. 2005. La construcción social de la realidad. Buenos Aires: Amorrortu. Cooper J. 2001. Hostigamiento sexual: una guía para la investigación y resolución de casos en el ámbito laboral. México: Programa Universitario de Estudios de Género. Delgadillo LG, García SL, Mercado A, Ponce T, Rocha S, Rojas A et al. 2005. Violencia organizacional, una propuesta de abordaje. Ponencia presentada en el V Congreso Nacional de Psicología Social; 2005 Nov 9-11; Toluca, México. ————.García SL, Mercado A, Vivas V. 2006. Panorámica de la violencia organizacional. 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Estudiante de Medicina, Facultad de Medicina de la Universidad de Chile. 3. Médico Cirujano, Hospital Clínico de la Universidad de Chile. 4. Psicólogo, Fundación Científica y Tecnológica Asociación Chilena de Seguridad. 5. Psicólogo, Universidad Autónoma del Estado de Morelos, México. RESUMEN ABSTRACT El presente estudio es de tipo exploratorio y aborda la asociación entre las dimensiones del modelo de estrés laboral (Effort Reward Imbalance, DER), y el modelo de salud mental (General Health Questionnaire, GHQ-28). Se basa en entrevistas y encuestas realizadas a 68 trabajadores del sector salud en 3 lugares de Santiago, Chile (un hospital privado, un hospital público y un consultorio de atención primaria). Los participantes incluyen auxiliares de enfermería, técnicos paramédicos y personal administrativo de varios departamentos. Se encontró asociaciones positivas entre el mal estado de salud mental y la presencia de estrés laboral. This study explored the association between dimensions of a job-stress model, Effort-Reward Imbalance (ERI), and a mental health model, the General Health Questionnaire (GHQ-28). The exploratory study was based on interviews and self-response questionnaires given to 68 health care workers at three worksites in Santiago, Chile (a large public hospital, a large private hospital, and a primary care clinic). The participants included nursing assistants, technicians, and administrative staff from various departments. Positive associations were found between bad mental health and job stress. (Canepa C, Briones J, Pérez C, Vera A, Juárez A, 2008. Desequilibrio Esfuerzo-Recompensa y Estado de Malestar Mental en Trabajadores de Servicios de Salud en Chile. Cienc Trab. Oct-Dic; 10 (30): 157-160). Descriptors: BURNOUT, PROFESSIONAL; MENTAL HEALTH; HEALTH MANPOWER; HEALTH SERVICES/HEALTH MANPOWER; CHILE Descriptores: AGOTAMIENTO PROFESIONAL, IMPACTO PSICOSOCIAL, SALUD MENTAL; RECURSOS HUMANOS EN SALUD, SERVICIOS DE SALUD/RECURSOS HUMANOS, CHILE. INTRODUCCIÓN El modelo de desequilibrio esfuerzo-recompensa, DER, (Effort Reward Imbalance) fue creado por Johannes Siegrist, y aunque es una de las herramientas más nuevas para estimar estrés laboral, el número de trabajos publicados que lo utilizan es cada vez mayor (Siegrist 1996). El modelo se centra en el rol e importancia del trabajo remunerado, la amplia gama de estrés y carga en el trabajo (esfuerzo físico y psicológico) así como varios tipos de recompensa (estima, seguridad laboral, salario, promociones dentro del trabajo). El poder del DER ha sido comparado al de otros modelos de estrés laboral, como Correspondencia / Correspondence Aldo Vera C. Vicuña Mackenna 210, Piso 6, Providencia, Santiago, Chile. Tel: (56 2) 6853884 e-mail: [email protected] Recibido: 8 de octubre de 2008 / Aceptado: 18 de noviembre de 2008. el “Person-environment fit model” y el “Demand-control model”. La potencia de esta teoría proviene de su capacidad para combinar en un solo modelo global los factores sociales, psicológicos y biológicos. Se han encontrado numerosas asociaciones entre el DER y sus repercusiones sobre la salud física y mental. Éste es un importante predictor de estrés laboral percibido y de salud mental entre los trabajadores (Calnan et al. 2004). También se halló una fuerte asociación entre altos niveles de esfuerzo junto a baja recompensa y riesgo de alteraciones psiquiátricas, estimadas con el GHQ-30 (Stansfeld et al. 1999). En el mismo sentido otros autores evidenciaron la asociación entre un desbalance esfuerzo-recompensa y un riesgo 2,15 veces mayor de desarrollar nuevas enfermedades coronarias (Bosma et al. 1998), mientras que en otro estudio se demostró una mayor prevalencia de trastornos del sueño y fatiga como consecuencia de un desbalance (Fahlen et al. 2006). En definitiva, se ha acumulado evidencia acerca de la asociación entre situaciones estresantes en el trabajo, definidas por el DER, y una amplia gama de efectos deletéreos sobre la salud física y mental (Dragano et al. 2008; Peter et al. 2006; Peter and Siegrist 1999). En estudios previos se han encontrado altas tasas de desbalance esfuerzo-recompensa entre los empleados de trabajos basados en la interacción con personas, como son los trabajos de servicio (Smith Ciencia & Trabajo | AÑO 10 | NÚMERO 30 | OCTUBRE / DICIEMBRE 2008 | www.cienciaytrabajo.cl | 157/160 157 Artículo Original | Canepa Carlo et al. 2005). Se ha visto que aquellos trabajadores con gran desbalance, es decir, grandes esfuerzos con bajas recompensas, son aquellos que muestran un bajo nivel de control profesional (Siegrist 1996). Por ejemplo, en un estudio realizado en una población de Enfermeras, Bakker et al. encontraron que aquellas que mostraban un desbalance esfuerzo-recompensa resultaban con niveles más altos en dos de las tres principales dimensiones de Burnout (p. e. agotamiento emocional y despersonalización) que aquellas enfermeras sin tal desbalance (Bakker et al. 2000). En base a estos antecedentes, el estudio del desbalance esfuerzo-recompensa merece especial atención en la población de trabajadores de la salud. El propósito de este estudio fue explorar las asociaciones entre las dimensiones del un modelo de estrés laboral desbalance esfuerzorecompensa (DER), y el estado de salud mental general evaluado a través del Cuestionario General de Salud (GHQ). nistradas bajo la supervisión de encuestadores entrenados. Para el análisis de los datos se utilizó estadística descriptiva y estadísticas no paramétricas, como la correlación de Rho de Spearman. Los datos fueron procesados en el software SPSS 16,0. Los individuos con datos incompletos fueron excluidos del análisis. RESULTADOS A nivel descriptivo no se encontró diferencias estadísticas significativas al comparar las variables según sexo. La prevalencia de malestar mental de acuerdo al GHQ-28 fue de un 32,4% (Gráfico 1). Gráfico 1. Malestar Mental (GHQ-28). METODOLOGÍA Diseño. El estudio es tipo transversal descriptivo y asociativo con carácter exploratorio. Muestra. La muestra quedó constituida por 68 trabajadores del área de la salud, reclutados en tres centros de salud de Santiago, Chile (un hospital privado, un hospital público y un consultorio de atención primaria). La selección fue por conveniencia. En su mayor parte la muestra quedó constituida por personal auxiliar de enfermería, técnicos paramédicos y administrativos de varios departamentos. El 91,2% corresponden a mujeres y el rango de edad varió entre las edades de 26 a los 67 años. Instrumentos. Se aplicó una encuesta que incluyó un cuestionario socio-demográfico, el cuestionario desarrollado para el modelo de Desequilibrio Esfuerzo-Recompensa –DER– y el Cuestionario General de Salud de Goldberg, GHQ-28 (Goldberg 1972; Unterbrink et al. 2008). El cuestionario de DER se compone de las escalas: esfuerzo, recompensa y sobrecompromiso. Además, se usaron las subescalas de estima, seguridad laboral, promoción en el trabajo/salario de la dimensión de recompensa. La escala de esfuerzo incluye preguntas acerca de carga laboral, horas extraordinarias, responsabilidad, interrupción en el trabajo y el ritmo de trabajo. Debido al tipo de trabajo realizado por el personal de salud, el ítem sobre demanda física no se incluyó en el cálculo del puntaje de esfuerzo. El desbalance esfuerzo-recompensa se midió mediante el cálculo de la razón entre la suma de los valores para esfuerzo (E) dividido por el resultado de la multiplicación de las respuestas para recompensa (R) y un factor de corrección (C). Este factor de corrección corresponde al número de ítemes para esfuerzo dividido por el número de ítemes para recompensa (es decir, 6/11 = 0,5454). Un puntaje DER elevado indica un desbalance entre la relación de esfuerzo y recompensa. El GHQ-28 se desagregó en cuatro subescalas: síntomas somáticos, ansiedad e insomnio, disfunción social y síntomas de depresión. Además, se calculó el puntaje total como indicador global de malestar mental. Los valores más altos reflejan un mayor grado de afectación de la salud mental. EL punto de corte para la determinación de malestar mental fue de 11 puntos o más. Procedimiento. La aplicación de los instrumentos se realizó entre los meses de junio y julio de 2008. Las encuestas fueron auto-admi- 158 Como se aprecia en la Tabla 1, la variable esfuerzo no se asoció a las variables analizadas. En cambio, la escala de recompensa mostró correlaciones negativas con el puntaje total del GHQ (0,376; p = 0,002) y con tres de las subescalas del GHQ: depresión (-0,448; p = 0,000), síntomas somáticos (-0,323; p = 0,011) y ansiedad e insomnio (-0.339; p = 0,009). El sobrecompromiso mostró una correlación positiva significativa con el puntaje total del GHQ (0,344; p = 0,005) y con tres de las subescalas del GHQ: síntomas somáticos (0,358; p = 0,004), ansiedad e insomnio (0,258; p = 0,049) y depresión (0,364; p = 0,003). La escala de estima también mostró correlaciones negativas significativas con el puntaje total del GHQ (-0,277; p = 0,024) y dos de las subescalas del GHQ: depresión (-0,311; p = 0,012) y disfunción social (-0,277; p = 0,026). La escala de seguridad laboral se correlacionó inversamente de forma significativa con el puntaje total del GHQ (-0,272; p = 0,026), con depresión (-0,316; p = 0,010) y con síntomas somáticos (-0,256; p = 0,041). La escala de promoción/salario se asoció inversamente de manera significativa a depresión (-0,266; p = 0,034). Finalmente, se encontró una correlación positiva significativa entre desbalance esfuerzo-recompensa y el puntaje total del GHQ (correlación de 0,279; p = 0,026), y con dos de las subescalas del GHQ: síntomas depresión (correlación de 0,283; p = 0,024) y síntomas somáticos (correlación de 0,306; p = 0,017). 157/160 | www.cienciaytrabajo.cl | AÑO 10 | NÚMERO 30 | OCTUBRE / DICIEMBRE 2008 | Ciencia & Trabajo Artículo Original | Desequilibrio Esfuerzo-Recompensa y Estado de Malestar Mental en Trabajadores de Servicios de Salud en Chile Tabla 1. Estadísticos descriptivos y Correlaciones de Spearman entre factores psicosociales. Factores Psicosociales 1. Esfuerzo 2. Recompensa 3. Razón Esfuerzo Recompensa 4. Estima 5. Seguridad en el trabajo 6. Promoción laboral y salario 7. GHQ Total 8. Síntomas Somáticos 9. Ansiedad Insomnio 10. Disfunción Social 11. Depresión Severa 12. Edad ** p≤0,01 (bilateral); — X d.e 1 2 11,19 44,11 3,76 7,38 1 -,471(**) 1 0,60 21,38 0,31 3,74 ,956(**) -,318(**) 8,51 1,90 14,23 55,29 3 4 5 6 7 -,678(**) ,679(**) 1 -,458(**) 1 -,385(**) ,717(**) -,530(**) ,414(**) 1 3,72 17,08 -,388(**) 0,177 ,824(**) -,376(**) -,550(**) ,279(*) ,268(*) -,277(*) 15,56 14,77 5,54 6,40 0,241 0,159 -,323(*) -,339(**) ,306(*) 0,252 15,03 3,79 0,005 -0,178 9,75 48,10 4,38 11,32 0,177 -0,225 -,448(**) 0,096 8 9 ,439(**) -,272(*) 1 -0,229 1 -0,163 -0,254 -,256(*) -0,23 -0,245 -0,184 0,037 -,277(*) -0,019 ,283(*) -0,199 -,311(*) 0,005 -,316(*) 0,109 10 ,927(**) ,905(**) 1 ,829(**) 1 -0,096 ,685(**) ,558(**) ,491(**) 1 -,266(*) 0,157 ,742(**) -0,191 ,593(**) -,355(**) ,525(**) -0,217 ,544(**) 0,003 11 1 0,046 * p ≤0,05 (bilateral). DISCUSIÓN Las asociaciones encontradas entre una mala salud mental y factores psicosociales de tipo positivos son consistentes con lo reportado en la literatura, a pesar de lo bajo de las asociaciones. En el análisis de las asociaciones de cada subescala, tanto para el desbalance esfuerzo-recompensa como para el sobrecompromiso se encontró una asociación significativa con síntomas de depresión y síntomas de tipo somáticos, pero sólo el sobrecompromiso se asoció con ansiedad e insomnio. Esto se podría explicar porque en la evaluación del sobrecompromiso se indaga sobre la capacidad o incapacidad del individuo para realizar sus actividades de la vida diaria, incluido el dormir, sin interferencia de los asuntos laborales. La presencia de síntomas podría tener una explicación similar. Ni el sobrecompromiso ni el desbalance se asociaron a la funcionalidad social, probablemente porque éste es un aspecto relacionado con la personalidad y formación previa del individuo. La asociación negativa que se da entre la escala de estima y la depresión y la disfunción social podría estar relevando la importancia de las redes sociales de apoyo como mecanismo de integración social al interior del trabajo. Existe abundante evidencia de los mecanismos de apoyo social como amortiguador del estrés y la depresión. Los resultados acerca de la seguridad laboral dan cuenta de la importancia de la estabilidad laboral en la vida del sujeto, principalmente por ser este ámbito una parte muy importante del entorno de la persona. Es así que cobra importancia como determinante de salud mental, pues síntomas tan relevantes como son los de depresión severa se ven disminuidos a medida que el trabajador tiene mayor seguridad laboral. Esto es concordante con otros estudios, en los cuales se considera a la inseguridad laboral como un evento altamente estresante (Siegrist 1996). Dentro de la misma línea encontramos la dimensión de promoción/mejora salarial, la cual también aparece como factor protector ante la emergencia de síntomas depresivos. Resulta de especial importancia dar atención a la población trabajadora del sector salud, dada la importante labor que ésta desempeña. Las asociaciones que se han hecho en otros estudios, acerca del desbalance esfuerzo-recompensa y otros factores relacionados al trabajo, como por ejemplo la fatiga, abre un nuevo camino de complicaciones en el pronóstico de vida de estos trabajadores y en la productividad de estos empleados que, dado el tipo de trabajo que desempeñan, repercute directamente en la calidad de atención a los enfermos, más allá de los costos de producción (Fahlen et al. 2006). También resulta extremadamente importante fortalecer las líneas de investigación acerca de la prevención del estrés laboral, dado que aún no existen trabajos concluyentes acerca de estrategias efectivas de prevención (Marine et al. 2006). Dentro de las limitaciones del estudio se puede mencionar la representatividad de la muestra, la cual es limitada dado el número relativamente reducido de participantes, y de los pocos centros en los que se realizó la investigación. Por otra parte, la gran variabilidad en la edad y la concentración de la misma en puntuaciones altas (X=48,1; d.e = 11,32) hace que probablemente el tipo de muestra no esté dando cuenta de lo que se podría encontrar en muestras más jóvenes. Finalmente, con los hallazgos se releva la necesidad de desarrollar investigación a fin de establecer con mayor precisión asociaciones y relaciones de causalidad. Ciencia & Trabajo | AÑO 10 | NÚMERO 30 | OCTUBRE / DICIEMBRE 2008 | www.cienciaytrabajo.cl | 157/160 159 Artículo Original | Canepa Carlo REFERENCIAS Bakker AB, Killmer CH, Siegrist J, Schaufeli WB. 2000. Effort-reward imbalance and burnout among nurses. J Adv Nurs. 31(4):884-891. Bosma H, Peter R, Siegrist J, Marmot M. 1998. Two alternative job stress models and the risk of coronary heart disease. Am J Public Health. 88(1):68-74. Calnan M, Wadsworth E, May M, Smith A, Wainwright D. 2004. Job strain, effort-reward imbalance, and stress at work: competing or complementary models? Scand J Public Health. 32(2):84-93. Dragano N, He Y, Moebus S, Jockel KH, Erbel R, Siegrist J. 2008. Two models of job stress and depressive symptoms. Results from a population-based study. Soc Psychiatry Psychiatr Epidemiol. 43(1):72-78. Fahlen G, Knutsson A, Peter R, Akerstedt T, Nordin M, Alfredsson L et al. 2006. Effort-reward imbalance, sleep disturbances and fatigue. 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Ph.D. en Bioestadística, Escuela de Salud Pública, Facultad de Medicina, Universidad de Chile. RESUMEN ABSTRACT En muchas áreas de aplicación de la Estadística los individuos (unidades de observación) están caracterizados por información sobre múltiples características cuantitativas y/o cualitativas que conforman el PERFIL del caso: por otra parte tenemos una RESPUESTA (resultado, output) individual, en algunos casos cuantitativa, en otros cualitativa. Suele ocurrir que los valores más interesantes de esa respuesta se observan en individuos, en algún sentido, peculiares; identificar los perfiles o vectores que describen a esos individuos es de interés central, pero la búsqueda para hallarlos no es simplemente lineal sino más bien es comparable a una trayectoria de divisiones sucesivas: una estructura arbórea. Los modelos subyacentes no son tan simples como un modelo de regresión lineal múltiple. Esta metodología es intensiva en el uso de recurso computacional y requiere software ad-hoc. En este artículo describimos la metodología CART ilustrándola con tres aplicaciones relativas a problemas de salud de niños, jóvenes y trabajadores chilenos. In many application areas of Statistics, individuals (observational units) are portrayed by multidimensional quantitative and / or qualitative information; on the other hand, we have an individual response (output) sometimes quantitative, in other qualitative. Often the most interesting response values are associated to individuals that, in some sense, are special; to identify profiles that describe such individuals is of central interest but the quest to find them is not merely linear but rather is comparable to a tree structure given by successive divisions. The underlying models are not as simple as a multiple linear regression model. This methodology is intensive in the use of computational resources demanding software ad-hoc. In this article we describe the methodology CART illustrated with three applications related to real chilean health problems of children, adolescent and workers. Descriptors: DECISION TREES; REGRESSION ANALYSIS; CLASSIFICATION. (Schiattino I, Silva C, 2008. Árboles de Clasificación y Regresión: Modelos Cart. Cienc Trab. Oct-Dic; 10 (30): 161-166). Descriptores: ÁRBOLES DE DECISIÓN, ANÁLISIS DE REGRESIÓN, CLASIFICACIÓN. INTRODUCCIÓN Desde hace muchos años los investigadores en numerosas áreas han buscado describir relaciones estructurales más complejas que las que se pueden describir usando modelos de regresión lineal múltiple. En muchas áreas de aplicación de la Estadística los individuos (unidades de observación) están caracterizados por información sobre múltiples características cuantitativas y/o cualitativas: formalmente representamos cada uno de esos individuos como un VECTOR de dimensión p; por otra parte tenemos una RESPUESTA (resultado, output) individual, en algunos casos cuantitativa, en otros cualitativa. Suele ocurrir que los valores más interesantes de esa respuesta se observan en individuos, en Correspondencia / Correspondence Claudio Silva Z. Escuela de Salud Pública, Facultad de Medicina, Universidad de Chile Tel: (56 2) 9786539 • Fax: (56 2) 7774163 e-mail: [email protected] Recibido: 12 de noviembre de 2008 / Aceptado: 01 de diciembre de 2008. algún sentido, peculiares; identificar los perfiles o vectores que describen a esos individuos es de interés central pero la búsqueda para hallarlos no es simplemente lineal sino más bien es comparable a una trayectoria de divisiones sucesivas: una estructura arbórea. Los modelos subyacentes no son tan simples como un modelo de regresión lineal múltiple, pero tienen una ventaja que podríamos llamar plasticidad o flexibilidad, que posibilita identificar con relativa facilidad las combinaciones, nichos ecológicos o perfiles de predictores asociados a valores particulares de la respuesta de interés. Obviamente estas ideas no son novedosas, han sido sistematizadas por diversos autores y las propuestas metodológicas se han ido multiplicando y perfeccionando de la mano del desarrollo computacional. Sin pretender un listado exhaustivo, debemos mencionar el método Computer Automatic Interaction Detection (CAID) de Somers y Morgan (1960), ampliado a Chi Square Automatic Interaction Detection (CHAID) de Kass (Kass 1980). En las últimas dos décadas, los trabajos de Friedman, Breiman y colegas han fructificado en métodos multivariantes similares a los mencionados, con uso óptimo del recurso computacional actual; de ellos comentaremos: en este artículo Classification And Regression Trees (CART) (Breiman et al. 1984) y en un futuro cercano Multivariate Adaptive Regression Splines (MARS) (Friedman 1991). Ciencia & Trabajo | AÑO 10 | NÚMERO 30 | OCTUBRE / DICIEMBRE 2008 | www.cienciaytrabajo.cl | 161/166 161 Artículo Original | Schiattino Irene MODELOS CART Modelos basados en las ideas de árboles de clasificación o de regresión han sido aplicados exitosamente en múltiples situaciones de Epidemiología, Investigación de Mercados, Farmacología, Administración de Personal, Economía, Medicina del Trabajo, Educación, etc. En todas ellas la respuesta Y de interés ha sido categórica (pocos niveles sin carácter numérico) o cuantitativa (discreta o continua); en la primera situación el objetivo es predecir la CLASIFICACIÓN que le correspondería a un sujeto con cierto perfil de valores en las variables explicativas, en la segunda es ESTIMAR la respuesta Y asociada a cada nicho. Esta metodología está implementada computacionalmente en software ad-hoc como CART, distribuido por Salford Institute (Saldford Systems 2000), o software estadístico de uso general como SAS (módulo Enterprise Miner), JMP (módulo Class) SPSS (módulo Classification) o STATA (módulo CART.pkg). En la fase de construcción del árbol, se parte de la matriz de datos donde n = número de observaciones y p = número de variables independientes, explicativas o predictoras. El objetivo de este método será discriminar, estimar o predecir la variable Y en función de los predictores X1 ……Xp, mediante particiones sucesivas del conjunto de individuos, maximizando una medida de contenido de información respecto a la variable respuesta. En la fase de validación se puede utilizar esta misma matriz de diseño o entrenamiento u otra similar pero independiente (muestra de validación o prueba). Se pueden mencionar las siguientes ventajas de los árboles de clasificación y/o regresión: a. Se obtiene conocimiento estructurado en forma de reglas de clasificación o de los valores de una variable de intervalo. Esto facilita interpretar en un lenguaje llano la caracterización de las clases o los valores de una variable de intervalo. b. Al ser un procedimiento de análisis no paramétrico (distributionfree procedure) no se requiere validar supuestos distribucionales de probabilidad. c. Permite trabajar con todo tipo de variables predictoras: binarias, nominales, ordinales y de intervalo o razón. d. Permite valores desconocidos para las variables predictoras en los individuos, tanto en la fase de construcción del árbol como en la de predicción. e. En el caso de Clasificación se puede establecer probabilidad a priori de las clases. f. Se puede ponderar las observaciones usando una variable ad-hoc. CONSTRUCCIÓN DEL ÁRBOL Un árbol es un conjunto de nodos y arcos. Cada nodo representa un subconjunto de la población. Distinguimos: Nodo raíz que representa a toda la población y no tiene arcos entrantes. Nodos 162 terminales que representa la partición final. Nodos intermedios cuyos arcos salientes apuntan a los nodos hijos. La presentación de la información se hace en un diagrama en forma de árbol invertido donde el proceso recursivo, muy esquemáticamente, se traduce en los siguientes pasos: a. El nodo raíz es dividido en subgrupos (dos o más) determinados por la partición de una variable predictora elegida, generando nodos hijos. b. Los nodos hijos son divididos usando la partición de una nueva variable. El proceso recursivo se repite para los nuevos nodos hijos sucesivamente hasta que se cumpla alguna condición de parada. c. Algunos de los nodos resultantes son terminales, mientras que otros nodos continúan dividiéndose hasta llegar a un nodo terminal. d. En cada árbol se cumple la propiedad de tener un camino único entre el nodo raíz y cada uno de los demás nodos del árbol. Ejemplo: En 215 pacientes que sufrieron un ataque al corazón se evaluaron variables sociodemográficas, historia médica y exámenes de laboratorio. A los 30 días 37 pacientes murieron. Se presenta el Árbol de Clasificación desarrollado con el fin de estimar “El riesgo de un segundo ataque”. Figura 1. Ejemplo de árbol de clasificación. Pacientes = 215 Sobrevida 178 82.8% Muerte 37 17.2% PS ≤ =91 Nodo terminal 1 Sobrevida 6 30% Muerte 14 70% Muerte N=195 Sobrevida 172 88.2% Muerte 23 11.8% Edad ≤ =62.5 Nodo terminal 2 Sobrevida 102 98.1% Muerte 2 1.9% Sobrevida N=91 Sobrevida 70 76.9% Muerte 21 23.1% Tiene taquicardia Nodo terminal 3 Sobrevida 14 50% Muerte 14 50% Muerte Nodo terminal 4 Sobrevida 56 88.9% Muerte 7 11.1% Sobrevida En el proceso recursivo descrito se deben establecer algunos criterios: 1. Cómo son los cortes posibles y un número máximo de cortes determinados por un predictor desde el nodo. Los cortes que se establecen para variables ordinales y de intervalo se realizan por intervalos consecutivos. 2. Una condición de admisibilidad para los cortes posibles. 3. Una medida de contenido de información del árbol respecto al conjunto de individuos o un criterio de optimización de los cortes; es decir, obtener la mejor combinación de cortes admisibles respecto a una variable predictora. 4. Determinar la descripción de la variable objetivo en los nodos del 161/166 | www.cienciaytrabajo.cl | AÑO 10 | NÚMERO 30 | OCTUBRE / DICIEMBRE 2008 | Ciencia & Trabajo Artículo Original | Árboles de Clasificación y Regresión: Modelos Cart árbol. Para clasificación: El grupo con la mayor representación determina la clase a la que asigna el nodo. En caso de empates se puede elegir cualquiera. Para regresión: En los nodos se estiman las medias muestrales de la variable respuesta condicionadas a los nodos. 5. Una condición de parada para un nodo de un árbol. Por ejemplo, si el número de individuos en el nodo es inferior a un valor preespecificado, si la contribución del nodo a la calidad del árbol es mayor que otro umbral, si la profundidad del nodo es igual a un parámetro pre-especificado. El criterio más importante en la construcción del árbol es la elección de una medida de contenido de información del árbol con respecto a las clases o variable de intervalo de interés ya que la elección de este criterio diferencia los algoritmos de selección. Medida de contenido de la información. Es la suma ponderada de una medida de contenido de la información H(.) de las hojas del árbol. H(.) es una función de incertidumbre o entropía aplicada a una distribución de probabilidad. Al ser ésta una medida aditiva en los nodos, en un paso del algoritmo es suficiente con optimizar el incremento de la medida de contenido de información del árbol en el nodo que se está explorando. En este caso, se obtiene la combinación de cortes que hace máxima la reducción de la incertidumbre en los nodos del árbol. Se han propuesto distintas definiciones de H(.), entre ellas: • Entropía de Shannon • Índice de diversidad de Gini Árboles de Regresión: Al igual que en el caso de Árboles de Clasificación, la medida de contenido de la información puede ser una suma de la medida de contenido de información de las hojas o nodos hijos ponderadas por los pesos de los mismos. Otro criterio de corte considera la estadística F que selecciona como variable de segmentación la que tenga un valor mayor de la estadística F, asociado a la variable Y condicionada a los nodos hijos dados por los cortes. Este estadístico es una medida de desigualdad de medias, en este caso las medias de Y condicionada a los nodos. Validación-Calidad del Árbol Generalmente la validación se realiza con una muestra independiente de la muestra diseño, para la que los valores de la variable respuesta son conocidos. Técnica de poda: Se construye el árbol máximo y se crea una sucesión de subárboles del mismo, según las estimaciones de la calidad del árbol con la muestra de diseño y selecciona aquel que optimiza alguno de los criterios de calidad con la muestra validación (Breiman et al. 1984). En ausencia de la muestra de validación, se pueden exigir para la construcción del árbol criterios de parada más exigentes. APLICACIONES: A. Una Aplicación en Salud Ocupacional El propósito de un reciente estudio nacional (Vera et al. 2008b) fue explorar el perfil bio-psico-social de una muestra de trabajadores mineros con oximetrías alteradas. La oximetría no invasiva es una técnica de medición biomédica que persigue conocer la concentración de oxígeno en sangre. En los últimos años se ha reconocido la importancia de la medición de saturación de oxígeno en la sangre (SaO2) como un medio indirecto de estudiar la hipoxemia, cualesquiera sean sus causas (Bucher et al. 1989). El diseño fue de tipo transversal y la muestra la constituyeron 136 trabajadores de la minería. Se realizó una entrevista de salud y se aplicó una encuesta psicosocial con el objetivo de caracterizar la ocurrencia o no de oximetría alterada. Se estudiaron como predictores las variables edad, distancia entre el lugar de trabajo y el domicilio, índice masa corporal (IMC), sedentarismo, colesterol elevado, glicemia, fatiga y síntomas de sueño. Se comprobó que si bien algunas variables aisladamente no aparecen asociadas a las oximetrías alteradas, algunas combinaciones de ellas (perfiles multivariantes) sí resultan ser buenas predoctoras de alteración de la oximetría. Para medir Fatiga Subjetiva, se utilizó el índice “Check List Individual Strength” (CIS) (Beurskens et al. 2000). En su versión original esta escala está conformada por 20 ítems, pero al ser adaptada y validada en población chilena (Vera et al. 2008a) se redujo a 15 ítems de los cuales surgen dos subescalas: Percepción Subjetiva de Fatiga Física y Percepción Subjetiva de Fatiga Cognitiva. Para medir Síntomas de Somnolencia o Hipersomnia se usó la Epworth Sleeppiness Scale (ESS) (Izquierdo-Vicario et al. 1997); esta escala evalúa la tendencia a quedarse dormido en distintas situaciones. Satisfacción Vital General. La medición de la satisfacción vital se realizó con la escala de Diener la cual evalúa aspectos específicos de la satisfacción con la vida (Diener 1996). La recolección de la información se realizó entre los meses septiembre y diciembre del año 2007. La información relativa a salud fue obtenida por una enfermera. Para la evaluación de factores sociodemográficos, fatiga, somnolencia y factores psicosociales se utilizó encuestas validadas las cuales fueron aplicadas por psicólogos. Luego de aplicar análisis exploratorio de datos a la información así reunida se procedió a procesarla en el contexto del método de análisis multivariado denominado Classification and Regression Trees (CART) usando los softwares SPSS versión 16.0 y SAS JMP 5.1. El predictor más fuertemente asociado a oximetría alterada fue edad categorizada en torno a 47 años; los 136 obreros (que presentaban un 49.2% de oximetrías alteradas) quedó subdividido en 17 sujetos con edad mayor o igual a 47 años (con 88,2% de oximetrías alteradas) vs. 119 sujetos menores de 47 años (con prevalencia 40,3%). Por su tamaño el primero de grupos no era susceptible de subdivisión, el segundo sí ; para este subconjunto el predictor más relevante resultó ser IMC categorizado como “normal” (32 casos con 25% de prevalencia) vs “sobrepeso u obeso” (87 casos con prevalencia 46%). Continuando de esta manera el proceso de subdivisión culmina en la estructura presentada en la Figura 2. Los resultados encontrados permitieron caracterizar los siguientes grupos de sujetos según clasificación por perfil: a) El primer perfil con alta probabilidad (0,88) de tener oximetría alterada corresponde al grupo de trabajadores con una edad mayor o igual a 47 años. b) El segundo perfil de alto riesgo (0,85) de oximetría alterada se caracterizó por tener una edad menor a 47 años, IMC normal pero fatiga cognitiva de 15 puntos o más. c) El tercer perfil (con riesgo 0,85) correspondió a trabajadores con edades entre 33 y 47 años, IMC no normal y hábitos sedentarios. d) La cuarta agrupación reunió a los sujetos del mismo grupo etario e IMC precedentes, que no son sedentarios pero presentaron a Ciencia & Trabajo | AÑO 10 | NÚMERO 30 | OCTUBRE / DICIEMBRE 2008 | www.cienciaytrabajo.cl | 161/166 163 Artículo Original | Schiattino Irene Figura 2. CART. Árbol de clasificación en oximetría. All Rows Count GA2 LogWort Level Prob 136 187.80007 2,9215647 Normal 0,5368 Alterada 0,4632 Edad>=47 Count 17 Edad<47 GA2 Level 12,315159 Normal Alterada Prob 0,1176 0,8824 Count GA2 LogWort Level Prob 119 160,4955 1,0862201 Normal 0,5966 Alterada 0,4034 IMC (Sobrepeso, Obeso) IMC (Normal) Count GA2 LogWort Level Prob 87 120,04378 1,2321069 Normal 0,504 Alterada 0,4598 Edad>=33 Sedentarismo (Sí) Sedentarismo (No) Prob 0,3871 0,8129 Count 10 GA2 Level 6,5016595 Normal Alterada KMTS >= 440 GA2 Level 0 Normal Alterada Prob 1,0000 0,0000 IMC (Obeso) Count GA2 LogWort Level Prob 14 19,408121 0,468962 Normal 0,5000 Alterada 0,5000 Count GA2 Level 5 5,0040242 Normal Alterada Count 8 GA2 Level 8,9973623 Normal Alterada Prob 0,7500 0,2500 KMTS < 440 Prob 0,2000 0,8000 lo menos tres síntomas de sueño. Con tales características la probabilidad de presentar oximetría alterada es 0,80. e) La última agrupación es de riesgo alto (0,80) pero de pequeño tamaño y se caracteriza por tener como atributos: edad inferior a 33 años; IMC anormal y colesterol bajo 240 pero viajar a lo menos 440 km. entre faena y hogar. B. Una Aplicación en Nutrición Escolar (Amigo et al. 2007a) La obesidad en el escolar chileno es un problema de Salud Pública particularmente desafiante porque existe una alta heterogeneidad en la distribución de prevalencias entre los establecimientos educacionales de una misma comuna. La obesidad en escolares ha mostrado una tendencia creciente en la última década por lo que la prevención, el manejo y el control de este problema debe tener una muy alta prioridad a nivel de escuelas y núcleos familiares. Identificar y cuantificar factores de riesgo que determinan el exceso de peso en escolares de enseñanza básica fue el objetivo central de esta investigación. El diseño del estudio fue de corte transversal y utilizó una muestra aleatoria mutietápica que consideró siete de las comunas urbanas de la Región Metropolitana con prevalencia de obesidad sobre 15%; dentro de ellas se definió tres estratos de los establecimientos escolares según obesidad y al interior de cada establecimiento sorteado se seleccionaron 12 escolares que cursaban 2° año básico. Por medición directa y entrevistas al niño y a la madre se recolectó información 164 Count 11 IMC (Sobrepeso) Prob 0,9000 0,1000 Prob 0,87 0,12 Colesterol (>240) Count GA2 LogWort Level Prob 22 29,767142 0,6139468 Normal 0,5909 Alterada 0,4091 Síntomas de sueño < 3 Síntomas de sueño >= 3 Count GA2 Level 31 41,380766 Normal Alterada Colesterol (200-239<200) Count GA2 LogWort Level Prob 41 56,813676 1,7196843 Normal 0,5122 Alterada 0,4878 Fatiga Cognitiva<15 GA2 Level Prob Count GA2 Level 10,585012 Normal 0,3750 24 18,084968 Normal Alterada 0,6250 Alterada Count 8 Count GA2 LogWort Level Prob 33 38,672873 1,3516241 Normal 0,7273 Alterada 0,2727 Prob 0,1538 0,8462 Prob 0,75 0,25 Fatiga Cognitiva>=15 Edad<33 Count GA2 LogWort Level Prob 54 73,670396 1,7690284 Normal 0,4259 Alterada 0,5741 Count GA2 Level 13 11,162399 Normal Alterada Count GA2 LogWort Level 32 35,989449 1,3196974 Normal Alterada Count 9 GA2 Level 11,457255 Normal Alterada Prob 0,6667 0,3333 antropométrica, hábitos alimenticios, actividades extraescolares, etc.; paralelamente se registró información diversa sobre la infraestructura de cada escuela. Un análisis mediante modelos multinivel ya fue publicado (Amigo et al. 2007b). En esta aplicación de CART se construyó un árbol de regresión siendo la variable respuesta una variable continua: el índice masa corporal (IMC) del niño; tal variable presentó un promedio de 18,2 en el conjunto de los 502 casos. La primera partición se produjo en función de la variable IMC corporal de la madre, que aparece como la más importante predictora; los nodos resultantes corresponden a (1) 228 niños con IMC promedio 19,1 cuyas madre tienen IMC mayor o igual a 27,7 y (2) los restantes 274 niños con IMC promedio 17,8. La segunda partición de la derecha se produjo en función de (consumo de) LÍPIDOS con corte en 44,4 (140 niños vs 88) y la tercera en función de HORAS TV DOMINGO (2 vs 138). En resumen, el perfil más desfavorecido sería, a la luz de la información hallada, “niño cuya madre tiene alto IMC, con alta ingesta de lípidos y muchas horas de TV el día Domingo”. El segundo perfil desfavorecido sería “niño cuya madre tiene alto IMC, menor consumo de lípidos y no participante en el PAE”. C. Una Aplicación en Consumo de Tabaco Entre Escolares (Schiattino et al. 2003) El objetivo del presente trabajo fue describir el perfil de los estudiantes de la Región Metropolitana que han fumado cigarrillo o 161/166 | www.cienciaytrabajo.cl | AÑO 10 | NÚMERO 30 | OCTUBRE / DICIEMBRE 2008 | Ciencia & Trabajo Artículo Original | Árboles de Clasificación y Regresión: Modelos Cart Figura 3. Árbol de clasificación final para el estudio de consumo de tabaco en el último mes. (Clase 0: No fuma. Clase 1: Fuma). Terminal Node 1 Class=0 Class Cases 0 71311.242 1 6243.323 N=77554.547 Node 1 Class=0 CRR12=(1) Class Cases 0 96580.758 1 76119.430 N=172700.094 Node 3 Class=1 CLR60=(2) Class Cases 0 13626.648 1 15911.811 N=29538.463 Node 5 Class=0 CLR57=(4) Class Cases 0 9465.896 1 7380.080 N=16845.973 Terminal Node 2 Class=0 Cases 2558.842 758.759 N=3317.601 % 77.1 22.9 Node 7 Class=0 CR21=(1,3) Cases 3835.942 2466.701 N=6302.643 Node 8 Class=0 CR552=(1,2,3) Class Cases 0 3445.818 1 1608.459 N=5054.277 Class 0 1 % 74.4 25.6 Class 0 1 Class 0 1 Terminal Node 4 Class=1 Cases 22.960 432.924 N=455.884 Terminal Node 5 Class=1 Cases 390.124 858.241 N=1248.365 Terminal Node 9 Class=1 Class Cases 0 11642.950 1 53964.359 N=65607.289 Terminal Node 7 Class=1 Cases 1818.604 3244.568 N=5063.172 Terminal Node 8 Class=1 Cases 2342.154 5287.165 N=7629.318 % 17.7 82.3 % 30.7 69.3 % 35.9 64.1 % 51.1 48.9 % 60.9 39.1 % 68.2 31.8 Class 0 1 Class 0 1 Class 0 1 % 26.6 73.4 % 46.1 53.9 % 51.5 48.5 % 56.2 43.8 Node 6 Class=1 CR56=(1) Class Cases 0 6907.057 1 6621.319 N=13528.377 Class 0 1 Terminal Node 3 Class=0 Cases 3422.858 1175.536 N=4598.394 Node 2 Class=1 CRR18=(1) Class Cases 0 25269.594 1 69876.148 N=95145.805 % 91.9 8.1 Node 4 Class=1 CLR67=(2,3) Class Cases 0 11284.497 1 10624.648 N=21909.141 Class 0 1 % 55.9 44.1 Terminal Node 6 Class=1 Cases 3071.115 4154.617 N=7225.732 % 42.5 57.5 % 31.3 68.7 % 5.0 95.0 consumido algún producto tabaco en el último mes, utilizando el método de árboles de clasificación con factor de ponderación sobre la base de datos de EMTAJOVEN. La Encuesta sobre tabaquismo en jóvenes 2000 (EMTAJOVEN, Marzo 2000, OMS, MINSAL) fue aplicada en la Región Metropolitana (R.M.) con el fin de evaluar la evolución del consumo de tabaco en los jóvenes. La muestra utilizada en el análisis fue de 3150 estudiantes evaluados por EMTAJOVEN, con una media de edad de 13,7 ± 1,1 años y 50,6% de mujeres. El factor de ponderación asociado a cada encuesta fue dado por: W=w1*w2*f1*f2*f3*f4 donde, w1 = probabilidad inversa de seleccionar un colegio w2 = probabilidad inversa de seleccionar una clase dentro del colegio f1 = factor de ajuste de las no respuestas a nivel colegio calculado por categoría (pequeña, media, grande) f2 = factor de ajuste al curso calculada por escuela f3 = factor de ajuste de las no respuestas a nivel estudiante calculado por clase f4 = factor de ajuste post-estratificación calculada por género y grado. Además de este factor de ponderación, para el análisis se consideraron 26 variables, todas categóricas, relacionadas con características personales del estudiante, conocimiento y actitudes hacia el tabaco y para dejar de fumar, acceso y disponibilidad, exposición al humo de tabaco, Ciencia & Trabajo | AÑO 10 | NÚMERO 30 | OCTUBRE / DICIEMBRE 2008 | www.cienciaytrabajo.cl | 161/166 165 Artículo Original | Schiattino Irene familiaridad con propaganda en los últimos 30 días y curriculum escolar sobre el consumo y no consumo de tabaco en el último mes. Construcción del árbol de clasificación Se especificaron las 25 variables categóricas, como independientes (Ver Tabla 1), más la variable ponderación. La variable haber fumado cigarrillo o consumido algún producto tabaco en el último mes (Fumador, No fumador) fue especificada como dependiente. La validación del árbol se realizó a través de una muestra de prueba correspondiente al 40% de los datos. Se utilizó iguales probabilidades a priori y los costos de mala clasificación elegidos fueron las combinaciones de los valores 1; 1,5; 2; 2,5 y 3. En cada árbol obtenido se docimaron las tasas de especificidad, sensibilidad y clasificación correcta de las muestras de construcción y validación al nivel del 5%. Del conjunto de árboles distintos, cuya prueba fue no significativa en las tres características, se eligió el que presentó la mayor especificidad a expensas de perder sensibilidad (criterio clínico) Gil (2000). Del árbol elegido se entregarán las particiones sustitutas que reemplazan a las particiones primarias en el caso de observaciones faltantes y la importancia relativa de las variables en el estudio, dada por la capacidad de una variable a ser sustituta de la partición primaria. RESULTADOS La prevalencia del consumo de tabaco en el último mes fue 45,1%. En la Tabla 1 se presenta la distribución porcentual de los estudiantes fumadores y no fumadores para las variables según característica y categorías consideradas en el estudio. mal a un estudiante que no fuma). Resultaron 13 árboles diferentes y en cada uno de ellos se docimaron las tasas de especificidad, sensibilidad y clasificación correcta de la muestra de construcción y validación expandida. Cinco árboles presentaron diferencias no significativas en las tres características al nivel de 5% de éstos, se eligió el árbol de clasificación con 9 nodos terminales por presentar la tasa de especificidad más alta (Ver Tabla 2 de la ref). La secuencia de poda del árbol de clasificación elegido, con igual probabilidad a priori para las categorías de la variable dependiente, e iguales costos de mala clasificación se presenta en la Tabla 3 de la ref. En la secuencia de poda se muestra que el árbol máximo cuenta con 112 nodos terminales con un costo relativo sobre la muestra de validación de 42,6% ± 0,002 desviaciones estándar, respecto del costo inicial de mala clasificación (50%). Además se observan los costos relativos de mala clasificación sobre la muestra de construcción en cada uno de los subárboles. La Figura 3 muestra el árbol de clasificación con 9 nodos terminales, resultado de particiones de las siguientes variables: ¿En qué lugar fumas usualmente? (CR12, nodo raíz); ¿Crees qué fumarás cigarrillo el próximo año? (CRR18); No me importaría si el humo de cigarrillo molestara a los demás (CLR60); El cigarrillo light es menos malo que el regular (CLR67); ¿En qué curso estás? (CLR57); ¿Cuál es tu sexo? (CR56); ¿Crees que los lolos que fuman tienen más o menos amigos? (CR21); ¿Cuántos años tienes? (CR552); En cada uno de los nodos terminales se observa el total de estudiantes en la muestra expandida y la composición de acuerdo a la clase de pertenencia, el grupo con mayor representación determina la clase asignada al nodo. AGRADECIMIENTOS Construcción del árbol de clasificación con factor de ponderación Se construyeron 25 árboles de clasificación usando las combinaciones de los costos de mala clasificación propuestos (C1 = costo de clasificar mal a un estudiante que fuma y C2 = costo de clasificar Los autores agradecen el apoyo brindado por la Fundación Científica y Tecnológica (FUCYT/ACHS) y la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Chile. REFERENCIAS Amigo H, Bustos P, Erazo M, Cumsille P, Silva, C. 2007a. Seminario Informe del proyecto FONIS SA04I2110. ————.2007b. Factores determinantes del exceso de peso en escolares: Un estudio multinivel. Rev Med Chile. 135:1510-1518. Beurskens AJ, Bultmann U, Kant I, Vercoulen JH, Bleijenberg G, Swaen GM. 2000. 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Jul-Sep; 10(29):80-85. 161/166 | www.cienciaytrabajo.cl | AÑO 10 | NÚMERO 30 | OCTUBRE / DICIEMBRE 2008 | Ciencia & Trabajo ÍNDICE ÍNDICE DE AUTORES VOL 10, 2008 ÍNDICE DE MATERIAS VOL 10, 2008 Abt, Gonzalo 47 Alcaíno, Juan L. 1 Alderete Rodríguez, María Guadalupe 138 Algranti, Eduardo A1 Aranda Beltrán, Carolina 138 Arteta, José Miguel 21 Bernales, Bélgica C. 1 Bravo, Alejandro 39.47 Briones, José Luis 157 Canepa, Carlo 157 Carbonell, Carmen G. 63.95 Carlos, Félix 47 Carlos, Sonia 34 Carrasco, Claudia 85.9 Cea, Mario 39 Coelho de Lima, Daniela 68 Contreras Gustavo A47,A73,79,82,85,90 Costa Hidalgo, Lídia Regina da 68 Curiacos de Almeida Leme, José Alexandre 100 Curiacos Meyer, Elaine 100 De Castro, Hermano 11 Delgadillo Guzmán, Leonor Guadalupe 151 Durán, Víctor Hugo A19 Fernández Arata, Manuel 120 Franco Chávez, Sergio A 138 Fuentes, Mónica 63.95 García Saiso, Alejandra 143 Gómez Ortiz, Viviola 132 Harari, Raúl 25 Hirmas, Macarena 85 Hojas, Ricardo 39 Ísper Garbin, Artênio José 68 Juárez García, Arturo 126, 157 Lima Aranzaes, Carla C 126 Lucero Vargas, Andrea 50 Martins, Ronald Jefferson 68 Mercado Maya, Aída 151 Mujica, Natacha 21 Orellana, Carlos 47 Pérez Tapia, María Alejandra 113 Pérez, Claudio 157 Pérez, Jorge A. 138 Pichardo Alpizar, Claudia Nataly 143 Preciado Serrano, María de Lourdes 138 Prieto Fernández, Santos 18 Raile, Vilton 57 Ramos, Ana María 50 Retiz Cabrera, Aurea Grisel 143 Reyes, Eugenio A19,39, 47,50 Riveros, Alberto 79 Robles, Karina 63.95 Rotter, Karin 63.95 Saliba Garbin, Cléa Adas 68 Salinas, Mauricio 34.79 Schiattino Lemus, Irene 106.161 Silva Zamora, Claudio 85, 106,161 Solís, Rodrigo V. 1 Tossavainen, Antti 7 Uribe Prado, Jesús Felipe 143 Tapia Valdivieso, Isabel 50 Vanegas, Jairo 85.9 Vera, Aldo 82,85, 90,157 Vivas Vargas, Vania 151 ACCIDENTES DEL TRANSITO/PREVENCION & CONTROL AGOTAMIENTO PROFESIONAL 79 120, 132, 138, 143, 157 AGOTAMIENTO PROFESIONAL/PSICOLOGIA 126 INDUSTRIA DEL ASBESTO 25 47 57 INFECCIONES POR HELICOBACTER AMPUTACION TRAUMATICA/PSICOLOGIA 95 LEGISLACION ODONTOLOGICA AMPUTACION TRAUMATICA/REHABILITACION 95 LUGAR DE TRABAJO AMPUTADOS 63 MAL DE ALTURA AMPUTADOS/PSICOLOGIA 95 MESOTELIOMA 85 METALURGIA/RECURSOS HUMANOS ANALISIS DE REGRESION 113.85 ANALISIS DE SUPERVIVENCIA ANSIEDAD 95 ARBOLES DE DECISION 113.143 ASBESTO ASBESTO/EFECTOS ADVERSOS 11.25 21 AUTOEFICACIA 113 AVICULTURA 47 BRAQUIUROS 50 BRASIL 11,57,68,100 CALIDAD DE VIDA 100 CARACTERISTICAS DE LA POBLACION 85 CERTIFICADO DE SALUD 68 CHILE 1,50,63,85,113,90,95 CIENCIAS SOCIALES CLASIFICACION CLASIFICACION INTERNACIONAL DE ENFERMEDADES 113 120,132,138 68 COLOMBIA 120 CONDUCTA SOCIAL 126 CONSUMO DE ALIMENTOS 50 CRUSTÁCEOS 50 CUBA DEPRESION DOCENTES 18.85 95 126,138,143 DOLOR 95 ECUADOR 25 EJERCICIO 100 ENFERMEDADES PROFESIOANLES 82,85,90 MINIMOS CUADRADOS MODELOS DE RIESGOS PROPORCIONALES MODELOS MATEMATICOS ASBESTOSIS/EPIDEMIOLOGIA 132,138,157 100 MINERÍA/RECURSOS HUMANOS 7, 11,18,25,57 ASBESTOSIS 90 7,11,25 138.151 MODELOS ESTADISTICOS 11 68 100.132 MEXICO 11,18, 21, 25 ASBESTOS/EPIDEMIOLOGIA 25 INDUSTRIA DEL ASBESTO/LEGISLACION & JURSIPRUDENCIA AMBIENTE ANÁLISIS MULTIVARIANTE 11.21 INDUSTRIA DEL ASBESTO/EPIDEMIOLOGIA MUJERES NEOPLAISIAS PULMONARES OVINOS OXIMETRIA PESO CORPORAL PERDIDA AUDITIVA POLISOMNOGRAFÍA PRESION SANGUINEA 34 75 106 106 138.151 7 39 82.85 85 138.151 82 143 PREVENCION DE ACCIDENTES 79 PROGRAMAS INFORMATICOS 106 PRUEBAS DE SIGNIFICACIÓN ESTADÍSTICA. PSICOLOGIA RADIOGRAFÍA REACCIÓN EN CADENA DE LA POLIMERASA RECUPERACION DE LA FUNCION RECURSOS HUMANOS RECURSOS HUMANOS EN SALUD 34 143 57 39.47 63 143.151 151 REGRESIÓN Y CORRELACIÓN, 34 REHABILITACION 63 RELACIONES INTERPERSONALES RELACIONES LABORALES RESULTADO DEL TRATAMIENTO SALUD LABORAL 151 15 63 1,7, 151 SALUD MENTAL 151 157 EPIDEMIOLOGÍA MOLECULAR 39 SERVICIOS DE SALUD /RECURSOS HUMANOS ESPOSAS 57 SILICE LIBRE/EFECTOS ADVERSOS 1 ESTADÍSTICA NO PARAMÉTRICA 85 SILICOSIS 1 ESTIMACIÓN DE KAPLAN-MEIERv75 SINDROMES DE LA APNEA DEL SUEÑO ESTUDIOS TRANSVERSALES 85 SISTEMAS DE INFORMACION 50 TRABAJO EXPLOTACION DE RECURSOS NATURALES EXPOSICION A COMPUESTOS QUIMICOS EXPOSICION PROFESIONAL 18.57 7 TRABAJADORES/PSICOLOGIA TRANSPORTES/RECURSOS HUMANOS 79 157 63 85 157 EXTREMIDAD INFERIOR/CIRUGIA 63 TRASTORNOS DEL SUEÑO 82 FACTORES DE RIESGO 90 TRASTORNOS POR EXCESIVA SOMNOLENCIA 79 82 TRASTORNOS PSICOFISIOLOGICOS FATIGA GIMNASIA 100 TRAUMATISMOS DE LA PIERNA HELICOBACTER 47 VENEZUELA HELICOBACTER PYLOR 47 VIGILANCIA EPIDEMIOLOGICA HOMBRES IMPACTO PSICOSOCIAL 132.157 90.132 VIOLENCIA VIRUS DEL ORF 161 63.95 21 18.161 161 39 Índice A73 A75 A76 Editorial Índice En este número Artículos de Difusión A78 Sección Ehp Cara a Cara con la Seguridad de los Juguetes Artículos Originales 113 Prevalencia de Enfermedades Profesionales con Dictamen de Invalidez, Región Metropolitana, Años 2005-2006 Pérez Ma. A 120 Burnout, Autoeficacia y Estrés en Maestros Peruanos: Tres Estudios Fácticos Fernández M 126 Un Estudio Exploratorio Sobre Estresores Laborales en Conductores de Transporte Público Colectivo en el Estado de Morelos, México Lima C, Juárez A 132 Factores Psicosociales del Trabajo y su Relación con la Salud Percibida y la Tensión Arterial: Un Estudio con Maestros Escolares en Bogotá, Colombia Gómez V 138 Factores Psicosociales Laborales y Síndrome de Burnout, Diferencias entre Hombres y Mujeres Docentes de Secundaria, Zona Metropolitana de Guadalajara, México Aldrete M, Preciado M, Franco S, Pérez J, Aranda C 143 Perfil Psicosomático y de Desgaste Ocupacional en Cajeros del Sector Bancario con Escala EMEDO Uribe J, García A, Pichardo C, Retiz A 151 Violencia Laboral, su Significación desde Hombresy Mujeres Vivas V, Delgadillo L, Mercado A 157 Desequilibrio Esfuerzo-Recompensa y Estado de Malestar Mental en Trabajadores de Servicios de Salud en Chile Canepa C, Briones J, Pérez C, Vera A, Juárez A Artículo de Educación 161 Árboles de Clasificación y Regresión: Modelos Cart Schiattino I, Silva C FUNDACIÓN CIENTÍFICA Y TECNOLÓGICA ASOCIACIÓN CHILENA DE SEGURIDAD