Estrés, Trabajo y Salud:

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CIENCIA & TRABAJO • AÑO 10 • NÚMERO 30 •OCTUBRE / DICIEMBRE • 2008
AÑO 10 • NÚMERO 30 • OCTUBRE / DICIEMBRE • 2008
www.cienciaytrabajo.cl
ISSN 0718-0306 versión impresa, ISSN 0718-2449 versión en línea, Cienc Trab. 2008 oct-dic; 10 (30)
C i e n c i a
&
T r a b a j o
Cara a Cara con la
Seguridad de
los Juguetes | A78
Estrés, Trabajo
y Salud:
Una Perspectiva Global
Prevalencia de
Enfermedades
Profesionales | 113
Desgaste Ocupacional | 143
Violencia Laboral | 151
Desequilibrio
Esfuerzo-Recompensa | 157
Editorial | Ciencia & Trabajo
INVERTIR EN SALUD MENTAL
Este es el título de una publicación del Departamento de Salud
Mental y Abuso de Sustancias de la Organización Mundial de la
Salud (OMS) que busca llamar la atención de la comunidad internacional sobre un problema creciente. “Para todas las personas, la
salud mental y física y el bienestar
social son componentes vitales inextricablemente ligados”.
La importancia de este problema no
puede comprenderse si no se cuenta con
algunas definiciones previas. En primer
lugar se debe precisar el concepto de
salud mental que, según la OMS
“...puede ser definida como el estado de
bienestar que permite a los individuos
realizar sus habilidades, afrontar el
estrés normal de la vida, trabajar de
manera productiva y fructífera, y hacer
una contribución significativa a sus
comunidades”. Ante una situación anormal —como los desastres, crisis personales o familiares— es esperable que aparezcan ciertos sentimientos que pueden
provocar tensión y angustia en las personas. Dependiendo de las características de ellas y de las magnitudes de los eventos, el recuerdo de lo
sucedido será parte de la vida de los afectados y no se borrará de
su memoria. Esta reacción “esperable” derivará, en algunos pocos
sujetos, en problemas más serios o duraderos que podrán calificarse como psicopatología.
Cuando los eventos afectan a grupos de personas (es el caso de los
desastres u otros tipo de circunstancias inesperadas, sorpresivas y
traumáticas) el enfoque habitual es atender a aquellos individuos
que manifiestan problemas, pero esta estrategia sirve sólo a un
número muy reducido de las personas afectadas. Por el contrario,
si las intervenciones son también masivas, el número de afectados
y la magnitud del impacto disminuyen notablemente. El desarrollo del conocimiento sobre este problema ha permitido entender
que la salud mental es crucial para asegurar el bienestar general de
los individuos, sociedades y países.
La magnitud del problema es creciente, según indica la publicación
de la OMS, ya que estima que alrededor de 450 millones de personas sufren de un trastorno mental o de la conducta, alrededor de
1 millón de personas se suicidan cada año, cuatro de las 6 causas
principales de los “años vividos con discapacidad” resultan de trastornos neuropsiquiátricos (depresión, trastornos generados por el
uso de alcohol, esquizofrenia y trastorno bipolar) y una de cada
cuatro familias tiene por lo menos un miembro afectado por un
trastorno mental.
El impacto sobre la productividad de los países es también muy
significativo en algunas sociedades. Si bien las estimaciones de los
costos no están disponibles para todos los trastornos mentales ni
todos los países, los problemas de salud mental costaron a EE.UU.
Editorial
el 2,5% del Producto Nacional Bruto (PNB) en los años 1990. En
los Estados miembros de la Unión Europea este costo fue estimado entre el 3% y el 4% del PNB en el año 2000.
Siendo tantos los factores que pueden amenazar a la salud mental,
uno de los aspectos que ha concitado
mucha atención es el rol del trabajo. Otra
publicación de la OMS -Mental Health
Policies and Programmes in the
Workplace- aborda este problema. Según
ella, “el desarrollo e implementación de
una política y programa de salud mental
en el trabajo beneficiará a los empleados,
aumentará la productividad de la empresa y contribuirá al bienestar de toda la
comunidad”. Según esta publicación, factores como la carga de trabajo (tanto la
excesiva como la insuficiente), falta de
participación, trabajos monótonos o
poco placenteros, falta de definición de
funciones, falta de reconocimiento, inequidad, malas relaciones interpersonales,
malas condiciones de trabajo, liderazgo
inefectivo o inexistente, conflicto entre
las demandas laborales y familiares, son
algunos de los factores que un buen programa de promoción de la
salud mental en la empresa debería considerar.
Esta visión de la OMS es sin duda mucho más positiva que aquella que intenta encontrar en el trabajo la fuente de todos los problemas de la comunidad, pero la presencia de esta última no puede
ser ignorada. Así, el trabajo serio de investigadores de los trastornos psicosociales debe superar las barreras que las interpretaciones
negativas intentan hacer de cada dato publicado.
Este volumen de C&T contiene algunos de los trabajos presentados
al Segundo Foro de las Américas en Investigación sobre Factores
Psicosociales en el Trabajo, en el cual investigadores de toda
Latinoamérica, pero particularmente de México, intentan aportar
al conocimiento de este aspecto de la salud mental. Como es de
esperar, las visiones de los investigadores son particulares y no
necesariamente concordantes con la postura de la OMS, pero los
resultados de sus investigaciones contribuyen de todos modos a
mejorar el conocimiento sobre el rol de los factores laborales sobre
la salud mental de la población. En concordancia con su misión,
C&T espera recibir aportes serios provenientes de todas las corrientes de pensamiento sobre los fenómenos psicosociales, en particular de aquellos presentes en nuestra región.
Por su parte, la Fundación Científica y Tecnológica de la Achs ha
incursionado en esta área desde la perspectiva positiva y holística,
identificando no sólo los factores psicosociales que pueden estar
tras el fenómeno que afecta a la empresa (principalmente fatiga)
sino que evaluando el impacto de los factores biológicos y ambientales que pueden (y suelen tener) un impacto significativo sobre la
salud de los trabajadores.
Dr. Gustavo Contreras T,
Director Ejecutivo
Fundación Científica y Tecnológica Achs
[email protected]
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A73
AÑO 10 • NÚMERO 30 • OCTUBRE / DICIEMBRE • 2008
A
Ciencia & Trabajo
Referencias e Indización:
Corrector de Texto:
Traducción:
Diseño Gráfico:
Jefe Administración:
Asistente Producción:
Secretaria:
Distribución:
MD Gustavo Contreras T.
Michael Taub S.
Dr. Horacio Tovalín A.
Mtra. Susana Martínez A.
Mtra. Clara Hernández V.
Dr. Arturo Juárez G.
Ms. Aldo Vera C.
Katherinne Rivas C.
Ramón Espinoza
Eduardo Bayas F.
Corina García H.
Michael Taub S.
Constanza Cazenave S.
Catalina Coll B.
Julieta Aguilar
Mauricio Millares
CONSEJO EDITORIAL:
Dra. Luz Claudio
Mount Sinai School of Medicine, New York. USA.
Oscar Nieto, Saúl Ángel Vivas
Fundación Iberoamericana de Seguridad y Salud Ocupacional, Argentina.
Dr. Guillermo Acuña
Clínica las Condes, Chile.
Dr. Eduardo Algranti
FUNDACENTRO, Brasil.
PhD Shrikant Bangdiwala
Escuela de Salud Pública, Universidad Carolina del Norte, USA.
PhD Marisol Concha
Asociación Chilena de Seguridad, Chile.
Dra. Catterina Ferreccio
Departamento de Salud Pública, Pontificia Universidad Católica, Chile.
PhD Francisco Cumsille
Escuela de Salud Pública, Universidad de Chile, Chile.
PhD Pedro R. Gil-Monte
Departamento de Psicología Social, Facultad de Psicología Universidad
de Valencia, España.
PhD Thomas Goehl
Consulting for the US National Library of Medicine and the Fogarty
International Center.
PhD Arturo Juárez García
Facultad Psicología, Universidad Autónoma del Estado de Morelos, UAEM.
PhD Dana Loomis
Escuela de Salud Pública, Universidad de Carolina del Norte, USA.
PhD Steven Markowitz
Queens College, New York, USA.
Víctor Olivares F.
Departamento de Psicología Social, Facultad de Psicología Universidad
de Valencia, España.
PhD Claudio Silva
Escuela de Salud Pública, Universidad de Chile, Chile.
PhD Kyle Steenland
Escuela de Salud Pública, Universidad de Emory, USA.
Aldo Vera C.
Escuela de Salud Pública, Facultad de Medicina Universidad de Chile.
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Imprenta: Puerto Madero
A74
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Index | Ciencia & Trabajo
Índice
Index
A73
A75
A76
A73
A75
A76
Editorial
Índice
En este número
Artículos de Difusión
A78 Sección Ehp
Cara a Cara con la Seguridad de los Juguetes
Artículos Originales
113 Prevalencia de Enfermedades Profesionales con Dictamen
de Invalidez, Región Metropolitana, Años 2005-2006
Pérez Ma. A
Editorial
Index
In this Issue
Diffusion Articles
A78 Ehp’s Section
Face to Face With Toy Safety
Original Articles
113 Prevalence of Occupational Diseases With Disability
Determination, Metropolitan Region, Years 2005-2006
Pérez Ma. A
120
Burnout, Autoeficacia y Estrés en Maestros Peruanos:
Tres Estudios Fácticos
Fernández M
120
Burnout, Self-Efficacy and Stress in Peruvian Teachers.
Three Factical Studies
Fernández M
126
Un Estudio Exploratorio Sobre Estresores Laborales en
Conductores de Transporte Público Colectivo en el Estado
de Morelos, México
Lima C, Juárez A
126
An Exploratory Study on Occupational Stressors in Public
Transport Drivers in the State of Morelos, Mexico
Lima C, Juárez A
132
Factores Psicosociales del Trabajo y su Relación con la
Salud Percibida y la Tensión Arterial: Un Estudio con
Maestros Escolares en Bogotá, Colombia
Gómez V
132
Occupational Psychosocial Factors and Their Relationship
With Perceived Health and Arterial Tension: A Study
With Primary School Teachers in Bogota, Colombia
Gómez V
138
Factores Psicosociales Laborales y Síndrome de Burnout,
Diferencias entre Hombres y Mujeres Docentes de
Secundaria, Zona Metropolitana de Guadalajara, México
Aldrete M, Preciado M, Franco S, Pérez J, Aranda C
138
Occupational Psychosocial and Burnout Syndrome
Differences Among Male and Female High School
Teachers, Metropolitan Area of Guadalajara, Mexico
Aldrete M, Preciado M, Franco S, Pérez J, Aranda C
143
Perfil Psicosomático y de Desgaste Ocupacional en
Cajeros del Sector Bancario con Escala EMEDO
Uribe J, García A, Pichardo C, Retiz A
143
Psychosomatic and Occupational Burnout Profile in Bank
Tellers Using the EMEDO Scale
Uribe J, García A, Pichardo C, Retiz A
151
Violencia Laboral, su Significación desde Hombres
y Mujeres
Vivas V, Delgadillo L, Mercado A
151
Occupational Violence, Its Meaning from the Perspective
of Men and Women
Vivas V, Delgadillo L, Mercado A
157
Desequilibrio Esfuerzo-Recompensa y Estado de Malestar
Mental en Trabajadores de Servicios de Salud en Chile
Canepa C, Briones J, Pérez C, Vera A, Juárez A
157
Effort-Reward Unbalance and Mental Uneasiness State in
Health Services Workers in Chile
Canepa C, Briones J, Pérez C, Vera A, Juárez A
Artículo de Educación
161 Árboles de Clasificación y Regresión: Modelos Cart
Educational Article
161 Classification and Regression Trees: Cart Models
Schiattino I, Silva C
Schiattino I, Silva C
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A75
En este Número
ARTÍCULO DE DIFUSIÓN
Factores Psicosociales del Trabajo y su Relación con la Salud
Percibida y la Tensión Arterial: Un Estudio con Maestros
Escolares en Bogotá, Colombia
El objetivo de esta investigación fue identificar la prevalencia de
factores psicosociales en el trabajo
de profesores de escuela de
Colombia, y evaluar la relación de
estos factores psicosociales con la
salud mental y presión arterial en el
grupo.
Cara a Cara con la Seguridad de los Juguetes: Comprendiendo
una Amenaza Inesperada
Este artículo revela un fenómeno preocupante ocurrido en EE.UU.: los
niveles de toxicidad de algunos juguetes infantiles podría ser perjudicial para la salud, lo que ha implicado incautaciones y ha generado
un interesante debate en torno al tema.
ARTÍCULOS ORIGINALES
Prevalencia de Enfermedades Profesionales con Dictamen de
Invalidez, Región Metropolitana, Años 2005-2006
Revisa el sistema de información de los Dictámenes de Invalidez que
implementó el Departamento de Salud Ocupacional del SEREMI-RM
con el fin de caracterizar el perfil de las enfermedades profesionales
que afecta a los trabajadores para conocer la magnitud del problema
y proponer intervenciones.
Burnout, Autoeficacia y Estrés en Maestros Peruanos: Tres
Estudios Fácticos
El trabajo docente muchas veces está asociado a niveles de estrés que
puede llegar a extremos intolerables para algunos profesores. Este
artículo resume tres estudios realizados a profesores de Perú, cuyos
resultados confirman esta condición..
Factores Psicosociales Laborales
y Síndrome de Burnout,
Diferencias entre Hombres y
Mujeres Docentes de Secundaria,
Zona Metropolitana de
Guadalajara, México
Analiza e identifica las diferencias de los factores psicosociales laborales y el Síndrome de Burnout en hombres y mujeres docentes de
secundaria en México.
Perfil Psicosomático y de Desgaste Ocupacional en Cajeros del
Sector Bancario con Escala EMEDO
Relaciona el agotamiento profesional con los trastornos psicosomáticos que presentan cajeros bancarios de México, así como su relación
con diversas variables demográficas.
Violencia Laboral, su Significación desde Hombres y Mujeres
Este estudio realizado en México analiza la experiencia de la
violencia laboral desde el empleado y lo que dicho fenómeno significa para quien lo padece, además de sus efectos.
Desequilibrio EsfuerzoRecompensa y Estado
de Malestar Mental
en Trabajadores
de Servicios de Salud
en Chile
Grandes esfuerzos y
pocas recompensas en
los trabajadores de los
servicios de salud de
Chile, tendría una relación positiva con los
malos estados de salud
mental y la presencia de
estrés laboral, situación
que es revisada en este
estudio.
Un Estudio Exploratorio Sobre Estresores Laborales en
Conductores de Transporte Público Colectivo en el Estado de
Morelos, México
Los conductores del transporte público en México, así como los de
muchos países en desarrollo, se enfrentan a una serie de situaciones
estresantes. Este estudio identifica los principales estresores percibidos por ellos. .
ARTÍCULO DE EDUCACIÓN
Árboles de Clasificación y Regresión: Modelos Cart
Los autores explican cómo se construyen los árboles de clasificación
y regresión según la metodología Cart, e ilustran su aplicación en
problemas de salud de niños, jóvenes y trabajadores.
A76
1/1 | www.cienciaytrabajo.cl | AÑO 10 | NÚMERO 30 | OCTUBRE / DICIEMBRE 2008 |
Ciencia & Trabajo
Environmental
Health
P E R S P E C T I V E S
ehp | Cara a Cara con la Seguridad de los Juguetes
Cara
a
Cara
con la
Seguridad
de los Juguetes
Comprendiendo una
Amenaza Inesperada
H
Hasta marzo de 2007, se podía encontrar a miles de
niños en todo el país jugando con camiones,
helicópteros y soldados de juguete vendidos en el mercado bajo
la marca Elite Operations. Los juguetes eran divertidos, y lucían
muy bien con su gruesa capa de pintura brillante. El problema
fue que la pintura estaba cargada con 5.000 ppm de plomo, un
potente tóxico neuronal para el cual no se conocen niveles
seguros de exposición.
Cuando los altos niveles de plomo fueron detectados durante
una inspección rutinaria, la Consumer Product Safety
Commision (CPSC) emitió una orden de retirarlos del mercado,
la primera para juguetes contaminados con plomo en 2007.
Órdenes de retirar un producto del mercado debido a su
contenido en plomo no son frecuentes, pero no sin precedentes
en los Estados Unidos, con sólo un puñado de ellas emitidas en
la última década. Finalmente, cerca de 130.000 unidades de
Elite Operations —manufacturadas por una empresa de Hong
Lushpix
Kong llamada Toy Century Industry e importados por Toys R
Us— fueron retiradas de circulación.
Ciencia & Trabajo | AÑO 10 | NÚMERO 30 | OCTUBRE / DICIEMBRE 2008 | www.cienciaytrabajo.cl | A78/A85
A79
Artículo de Difusión | ehp
La industria del juguete, de
22 mil millones de dólares
americanos, vende alrededor de
3 mil millones de juguetes cada
año. En 2007 hubo 81 retiros
de juguetes desde el mercado por
una variedad de razones. La
mitad de éstos, con alrededor
de 6 millones de juguetes, se
debieron a pintura con plomo.
y encontró que los niveles elevados eran mucho más comunes de lo que había supuesto.
Al final del año, 42 órdenes de retirar del
mercado cerca de 6 millones de juguetes se
habían emitido debido a los excesivos niveles
de plomo.
Los juguetes contaminados con plomo se
convirtieron en una de las principales historias de salud ambiental de los últimos tiempos. Fue chocante pensar que los niños se estaban envenenando mientras jugaban, y por
nada menos que por plomo, un metal tóxico
que los consumidores suponían se había retirado de los productos hacía mucho tiempo.
Ahora el plomo estaba de vuelta, provocando
escándalo sobre la seguridad de los juguetes.
¿En quién puede usted confiar? El aumento de las inspecciones de seguridad en los últimos meses
puso de manifiesto que incluso los juguetes de marcas de confianza pueden contener niveles de
plomo potencialmente peligrosos. Muchos expertos culpan al traslado de la fabricación al exterior
—lo que hace más difícil la vigilancia— como una razón de porqué los materiales peligrosos están
volviendo a los productos de consumo.
A80
Buscando respuestas
"La cuestión de los 'juguetes tóxicos' en
verdad expuso fallas en los procedimientos
de ensayos de seguridad", dice Sally
Edwards, una investigadora del Centro
Lowell para la Producción Sostenible en la
Universidad de Massachusetts Lowell. "La
CPSC tiene responsabilidad sobre más de
quince mil productos, pero no tiene suficiente financiamiento, ni suficiente personal, y depende de pruebas voluntarias en la
industria. Es más, la industria del juguete es
altamente competitiva; los consumidores
esperan bajos precios, lo que obliga a los
fabricantes a buscar materiales de bajo costo. Al externalizar los costos de producción,
usted va a pagar el precio en alguna parte".
Hace años, la mayoría de los juguetes
vendidos en los Estados Unidos eran producidos en el país. Ahora, el 87% se produce en el extranjero, según Santa’s
Sweatshop: "Made in D.C." with Bad Trade
Policy, un Informe de diciembre de 2007
emitido por la organización sin fines de lucro Public Citizen; y, de ésos, el 74% se fabricó en China, donde al parecer la pintura
con plomo se utiliza profusamente. Un estudio dirigido por Scott Clark, un profesor
de salud ambiental de la Universidad de
Cincinnati, encontró que el 50% de la pintura vendida en China, India y Malasia
tenía concentraciones de plomo 30 veces
superiores a los estándares de la CPSC. Esa
conclusión se publicó en Environmental
Research en septiembre de 2006.
Con el desplazamiento de la fabricación
al extranjero, los importadores de juguetes
de EE.UU. han llegado a depender cada vez
más de los resultados de las pruebas de los
proveedores extranjeros. Pero para las em-
A78/A85 | www.cienciaytrabajo.cl | AÑO 10 | NÚMERO 30 | OCTUBRE / DICIEMBRE 2008 | Ciencia
& Trabajo
De arriba hacia abajo: AP Photo/Jose Luis Magana; AP Photo/Kevin Wolf
En un año típico, la orden de retirar del
mercado hubiera apenas inquietado a la industria del juguete de 22 mil millones de
dólares americanos, que vende 3 mil millones
de unidades al año. Sin embargo, 2007 estuvo muy lejos de ser típico en lo que se refiere
a órdenes de retirar del mercado productos
importados. Alimentos para mascotas contaminados, jarabe para la tos, pasta de dientes,
y otros productos —principalmente hechos
en China— fueron abruptamente retirados
de las estanterías de las tiendas bajo la atenta
mirada de los medios de comunicación.
Dado que la mayoría de sus productos son
fabricados en China, la industria del juguete
aumentó sus inspecciones en busca de plomo,
AP Photo/Ben Margot
ehp | Cara a Cara con la Seguridad de los Juguetes
presas ha sido problemático controlar las
neos hasta tales concentraciones. Por lo tanla edición de febrero de 2008 de
pruebas que se hacen en el exterior, y la
to, el juego de cartas de la estrella Pop
Environmetal Health Perspectives].
evidencia creciente sugiere que son más esHannah Montana puede ser vendido legalFuentes de plomo no reglamentada
porádicas de lo que uno podría suponer. En
mente, aunque su contenido en plomo es
Entre los juguetes sometidos a prueba por el
el testimonio ante el congreso realizado el
más de 5 veces superior a lo permitido por el
Ecology Center, 17% tenían concentraciones
19 de septiembre de 2007, el presidente y
estándar en pinturas.
de plomo superiores al estándar para pintura
director ejecutivo de Mattel, Robert A.
Esto plantea algunas preguntas obvias:
de 600 ppm de la CPSC. Los niveles de ploEckert, reconoció que "algunos proveedores
¿Los niños son realmente menos propensos a
mo en estos juguetes típicamente van desde
[del extranjero], ya sea deliberadamente o
mascar juguetes de vinilo que aquellos pinta1.000 a 2.000 ppm. Sin embargo, algunos
por negligencia, eluden nuestras [pruebas]
dos? Y, si lo hacen, ¿se filtraría el plomo desde
normas y procedimientos establecidas desde hace tiempo". Como
resultado de ello, Mattel sufrió 3
órdenes de retirar del mercado
juguetes con pintura con plomo
en 2007.
Jeff Gearhart, director de
campaña para el Ecology Center,
un grupo ambiental sin fines de
lucro en Ann Arbor, Michigan,
insiste en que los juguetes chinos
no son los únicos culpables. Las
investigaciones del centro han
demostrado que juguetes que
contienen plomo proceden de
numerosos países además de
China, entre ellos Canadá,
México, Tailandia y los Estados
Unidos. "No hay nada prístino
en la estructura normativa o en
las prácticas de producción de los
Adorno de alto riesgo. Esta pulsera de niña contenía niveles peligrosos de plomo según el laboratorio de la
EE.UU. que impida que se proAgencia de Calidad Ambiental y de Protección del Departamento de Control de Sustancias Tóxicas. Un tercio de la
duzcan juguetes tóxicos aquí",
joyería infantil sometida a prueba hasta la fecha por el Departamento de Control de Sustancias Tóxicas de California
contenía excesivos niveles de plomo. Más aun, estudios realizados por el Ecology Center han demostrado que las
dice Gearhart.
joyas contienen algunos de los niveles más altos de plomo entre todos los productos infantiles probados.
El Ecology Center ha completado recientemente el análisis de
de los niveles más altos no se encontraban en
el vinilo hacia el cuerpo de los niños a tasas
riesgos químicos en los juguetes de mayor
la pintura, sino en plásticos y joyas, que no
diferentes a las que se filtra el plomo desde la
alcance hasta ahora. Sus resultados, publiestán reguladas por la CPSC. En un juego de
pintura? "No hemos encontrado que el plocados el 5 de diciembre de 2007 en el sitio
cartas plástico de la estrella pop Hannah
mo se filtre del vinilo", responde Vallese,
web Guía de Acción del Consumidor para
Montana, por ejemplo, se encontraron 3.056
añadiendo que el mandato legal de la CPSC
Juguetes con Productos Químicos Tóxicos
ppm de plomo.
—tal como fue articulado en la Ley Federal
(www.healthytoys.org), encontró plomo
Julie Vallese, portavoz de CPSC dice que
de Sustancias Peligrosas— obliga a consideren un 35% de los 1.200 productos para
la agencia ordenaría el retiro de un juguete de
ar la exposición, además de toxicidad a la
niños sometidos a prueba. Un número
vinilo del mercado sólo si se encontrase que
hora de evaluar los riesgos; en otras palabras,
menor de juguetes —un número inferior
los niños interactúan con él de una manera
los fabricantes pueden vender productos poal 5% del total evaluado— también conque podría dar lugar a una dosis oral de plotencialmente tóxicos, siempre y cuando sea
tenía trazas de arsénico y/o cadmio. El sitio
mo de al menos 175 µg/día. Esa es la cantipoco probable que la vía de exposición se
alberga ahora lo que el Ecology Center
dad que, según las investigaciones de la agencomplete.
dice es la más completa base de datos
cia, podrían causar que los niveles en la sanPero Ted Schettler, director de la Red de
pública sobre riesgos tóxicos en los
gre superen los 10 µg/dL, el nivel en que el
Ciencia y Salud Ambiental, un grupo sin
juguetes en existencia, que incluye tanto
Centro para el Control de Enfermedades
fines de lucro en Ames, Iowa, contesta que el
sus propios resultados así como los de otros
aconseja la intervención médica. Sin embarplomo puede filtrarse del vinilo bajo condiinvestigadores [para obtener más informago, Vallese dice que dado que los niños no
ciones que incluyen temperaturas altas y bación, consulte el apartado "Guía de Acción
suelen masticar el vinilo, es poco probable
jo pH. "Si un pequeño juguete de vinilo se
del Consumidor para Juguetes con
que los juguetes aumenten los niveles sanguíingiere, se puede apostar a que el plomo se
Productos Químicos Tóxicos", p. A69 de
Ciencia & Trabajo | AÑO 10 | NÚMERO 30 | OCTUBRE / DICIEMBRE 2008 | www.cienciaytrabajo.cl | A78/A85
A81
Artículo de Difusión | ehp
desprenderá; los ácidos del estómago lo extraerán", dice. Schettler también señala un
artículo del 25 junio 1993 de la MMWR
Weekly Report en el que se documenta el envenenamiento por plomo en un hombre
cuya única exposición habitual conocida fue
la de masticar vinilo impregnado de plomo,
en este caso, el recubrimiento de cables eléctricos.
Mientras tanto, algunas partes de los
juguetes de vinilo son suficientemente pequeñas como para ser tragadas. El 18 de
noviembre de 2007 el Chicago Tribune informó que los zapatos de vinilo de una
muñeca Jammin 'Jenna hecha por Ty tenía
un contenido en plomo en un promedio de
1.980 ppm (sin embargo, no existe un caso
conocido en el que uno de estos zapatos se
haya consumido).
Vallese responde que un artículo como
un zapato de vinilo contaminado por plomo,
que podría ser nocivo si se ingiere, podría ser
objeto de análisis de riesgo adicionales.
"Estamos trabajando con el Ecology Center
ahora, tratando de obtener más información
sobre los productos que analiza", dice Vallese.
"Pero [además de niveles de plomo en pintura por encima de 600 ppm, que sí amerita órdenes de retirar del mercado] no estamos
obligados a adoptar medidas de cumplimiento de la ley a menos que la exposición justi-
talmente de plomo. The New York Times informó el 29 de septiembre del 2007, sobre
2 casos que afectaron a niños que habían tragado joyas que contenían plomo. En uno de
ellos, un menor de 4 años de edad murió con
niveles de plomo en la sangre de 180 µg/dL
después de tragar un colgante con forma de
corazón que venía con un par de zapatos
Reebok para niños. En otro, una niña de 5
años de edad que comió parte de una pulsera
de tobillo se salvó gracias a un tratamiento,
pero no antes de que su sangre llegara a
79 µg/dL de plomo.
La CPSC reconoce que la joyería infantil
es un problema. "La agencia ha convertido
este tema en una prioridad", afirma Vallese.
"Sé que los niños pondrán estas cosas en sus
bocas. Estamos tratando de que los fabricantes utilicen metales no peligrosos. Hay un
riesgo de exposición que queremos abordar
desde el proceso de diseño de la norma".
Sin embargo, aun cuando la normativa
de la CPSC apunte a mantener niveles de
plomo en la sangre menores a 10 µg/dL, la
evidencia creciente sugiere que concentraciones mucho más bajas pueden producir
problemas cognitivos en los niños. Una investigación realizada por Bruce Lanphear, director del Centro para la Salud Ambiental de
los Niños de Cincinnati, en la que combinaron los resultados de 7 estudios en todo el
Sobre la base de estos datos, la Academia
Americana de Pediatría llegó recientemente a
la conclusión de que el estándar de la CPSC
para el plomo en la pintura debe modificarse
desde 600 ppm a 40 ppm, que es el límite superior para el contenido de plomo en los suelos no contaminados, de acuerdo con el testimonio en el congreso dado el 20 de
septiembre del 2007 por Dana Best, un profesor asistente de pediatría en la escuela de
medicina de la Universidad George
Washington.
Vallese plantea que la CPSC está obligada por ley a su actual estándar, pero la legislación pendiente podría cambiar aquello. Un
proyecto de ley aprobado el 19 de diciembre
del 2007 por la Cámara de Representantes
—HR 4040, el Acta de Modernización de la
Seguridad para los Productos de Consumo,
patrocinado por Bobby Rush (D-IL)— propone reducir gradualmente el estándar de la
CPSC a 100 ppm en 4 años, un nivel, dice
Vallese, que sería el más estricto en el mundo.
No sólo de plomo
La debacle del plomo sorprendió a una industria del juguete que se encontraba sufriendo ante los esfuerzos por prohibir el uso de
ftalatos, productos químicos usados para
ablandar el vinilo añadido a los juguetes de
goma para el baño y anillos de dentición, así
Tanto la industria del juguete como la CPSC dicen que los
ftalatos en los juguetes no exponen a los niños a riesgo,
pero los escépticos replican que los comportamientos
bucales de los niños hacen que sean especialmente
vulnerables a los daños causados por estas sustancias.
La Unión Europea, el estado de California, y la ciudad de
San Francisco han prohibido 6 ftalatos en juguetes en
fique tal medida. Hacemos cumplir las leyes,
y así es como está escrita la ley".
De acuerdo con Vallese, la CPSC puede
cambiar sus reglamentos concernientes a la
joyería infantil, en la que el Ecology Center
encontró los niveles de plomo más altos de
cualquier producto infantil en el mercado.
De acuerdo con las investigaciones del
Ecology Center, algunos brazaletes, pendientes, llaveros, anillos y otras joyas comercializadas a bajo costo para los niños se hacen to-
A82
mundo, no encontró pruebas de un umbral
de toxicidad para el plomo; se ha encontrado
deficiencias en el CI persistentes con niveles
de plomo en la sangre por debajo de las
5 µg/dL. Los resultados se publicaron en la
edición de julio del 2005 de EHP. "Desde
entonces, varios estudios han confirmado estos resultados", dice Lanphear. "Todos ellos
encontraron decrementos proporcionalmente mayores en los niveles más bajos [de
exposición]".
como a cosméticos y a aparatos médicos.
Después de más de 50 años de uso industrial,
los ftalatos —que provocan cambios hormonales y efectos reproductivos en roedores
a dosis altas— pueden encontrarse en casi
todas las muestras de sangre humana de los
países industrializados.
Tanto la industria del juguete como la
CPSC dicen que los ftalatos en los juguetes
no exponen a los niños a situaciones de riesgo, alegando que las cantidades absorbidas
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& Trabajo
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gran parte como una medida de precaución.
AP Photo/Paul Sakuma
ehp | Cara a Cara con la Seguridad de los Juguetes
por la exposición a productos coEn cualquier caso, la toxicidad
merciales son demasiado bajas para
de los DINP está fuertemente deser perjudiciales. Los escépticos sobatida. Haciéndose eco de las conbre este punto de vista replican que
clusiones de la industria, la CPSC
los comportamientos bucales de los
insiste en que los riesgos para el ser
niños, y también sus organismos en
humano son inexistentes. En 2002
desarrollo comparativamente más
la agencia publicó lo que muchos
sensibles, los hacen especialmente
citan como la evaluación definitiva
vulnerables a los daños provocados
de los riesgos del DINP. Con postepor los ftalatos y otras sustancias
rioridad a ese esfuerzo, la CPSC
químicas. Impulsados por activistas
realizó una amplia evaluación de la
en campaña, la Unión Europea
exposición, durante la cual el com(EU), la ciudad de San Francisco, y
portamiento bucal de 169 niños de
más recientemente California prohientre los 3-36 meses fue registrada
bieron 6 ftalatos en los productos
por observadores entrenados. Las
infantiles. Tanto la Asociación de
tasas de “migración” (filtración) de
Industrias del Juguete (TIA) y el
DINP desde juguetes de plástico
Consejo Americano de Química
blando también se cuantificaron.
(ACC) —grupos de intercambio
Estas medidas se utilizaron para esticomercial con sede en Nueva York
mar una dosis diaria máxima de 2,4
y Virginia, respectivamente— han
µg de DINP por kg de peso corpoapelado a la prohibición en San
ral por día. Como comparación, el
Francisco, la que ya está en vigor (la
Panel Asesor de Riesgos Crónicos de
prohibición del estado de
la CPSC establece una ingesta diaria
California, que ha de entrar en
admisible de 120 µg /kg/día basánefecto en 2009, no ha sido impugdose en los cambios histológicos
nada).
hepáticos en ratas, que fue el primer
No está claro cuántos juguetes
efecto observado.
contienen ftalatos, en parte porque
los fabricantes no están obligados a
La falta de datos humanos
La exposición variable. Un analizador de fluorescencia de rayos
revelar el contenido químico de sus
X portátil puede determinar el contenido de sustancias tóxicas
genera incertidumbre
productos al público. Sarah
como plomo, arsénico y cadmio (este juguete tenía una lectura de
Por desgracia, no se dispone de datos
Janssen, una científico del Consejo
6.253 ppm de plomo). Es difícil de decir, sin embargo, cuánto de
comparables sobre los efectos del
de Defensa de los Recursos
cualquier sustancia tóxica está abriéndose camino hacia el cuerpo
DINP en los seres humanos. Los deNaturales, dice que los juguetes de
del niño.
fensores de los niños y otros a favor
baño suaves y flexibles, y cosmétide la prohibición de ftalatos en general apunjuguete de baño de goma que se vende en
cos contienen algunas de las concentraciones
tan a la investigación publicada en agosto de
Walgreens. También se detectó otros ftalatos,
más altas y, por tanto, el mayor potencial de
2005 por EHP de Shanna Swan, profesora de
todos ellos en niveles menores del 2%.
exposición. Marian Stanley, directora de la
obstetricia y ginecología de la Universidad de
Defensores
de
los
niños
y
la
industria
esACC, dice que los ftalatos suelen dar cuenta
Rochester que ha demostrado que la expositán en desacuerdo acerca de dónde provienen
de hasta el 15–20% de toda la composición
ción a los ftalatos in utero está asociada con
los ftalatos no-DINP. Stanley sugiere que los
de los juguetes. "Esa es la cantidad requerida
una acortamiento de la distancia anogenital
reactivos y equipos de prueba utilizados dupara que los ftalatos hagan lo que hacen, que
(la distancia del ano hasta la base del pene) en
rante el análisis pueden haber sido contamies suavizar el vinilo", explica.
niños de 2-36 meses de edad. Estos resultados
nados con DEHP. Andrew Igrejas, un direcSegún el portavoz de TIA Frank Clarke,
apoyan las conclusiones obtenidas en roetor de campaña del Banco Ambiental
los fabricantes de juguetes usan sólo un
dores machos, que demuestran que la exposiNacional,
en
Washington,
grupo
medioammiembro de esta clase de productos químición a altas dosis de ftalatos limita la distancia
biental con sede en DC, descarta esa asecos, un compuesto llamado di-isononyl ftalaanogenital, reduce la cuenta espermática, inveración, e insiste en que otros ftalatos termito (DINP). Sin embargo, algunos estudios
terfiere con la regulación de testosterona, y
nan en los juguetes "por error" durante el
han encontrado trazas de otros ftalatos en los
perjudica el desarrollo genital. Sin embargo,
proceso de fabricación. "No es demasiado
juguetes. En su propia investigación, publiestas conclusiones se basan en 9 metabolitos
descabellado suponer que lo que estas pruecada el 19 de noviembre del 2006, el San
de los ftalatos (medidos en orina materna dubas
ponen
de
manifiesto
es
que
el
DEHP
se
Francisco Chronicle había analizado 16
rante el embarazo) que Swan reconoce son
sigue utilizando para algunas partes de
juguetes y encontraron di (2-etilhexil) ftalato
química y toxicológicamente diferentes al
juguetes", dice Janssen. "Las fuentes [de
(DEHP) —un presunto cancerígeno huDINP.
DEHP] deben ser identificadas".
mano y tóxico para la reproducción— en un
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Artículo de Difusión | ehp
CPSC: En Busca de Seguridad
E
l extraordinario número de órdenes de retirar del mercado
juguetes contaminados con plomo en el año 2007 ha puesto
a la Comisión de Seguridad de Productos de Consumo (CPSC)
bajo el creciente escrutinio público. El mandato principal de la
CPSC es ayudar a la industria a desarrollar estándares voluntarios de seguridad y generar normas obligatorias cuando el
organismo considere que los producidos voluntariamente por la
industria son insuficientes. Sin embargo, la CPSC también está
obligada por el Congreso para llevar a cabo inspecciones de
rutina de productos para garantizar que bienes nocivos no
lleguen al mercado.
Don Mays, director de seguridad de los productos en el
Sindicato de Consumidores (CU), el editor sin fines de lucro de
Consumer Reports, dice que hay sólo 15 inspectores CPSC monitoreando los 300 puertos en los Estados Unidos (el organismo
ha rotado tradicionalmente de un puerto a otro, lo que hace
que su presencia en cualquier lugar sea intermitente). La CPSC
tradicionalmente no ha buscado excedentes químicos en las
fronteras, dejando esa responsabilidad a los importadores, que
pueden ser demandados por cualquier daño causado por los
productos que venden.
Gracias en parte a una disminución del presupuesto —que no
ha seguido el ritmo de la inflación anual— el personal de tiempo completo de la CPSC se ha reducido de un máximo de 890 en
1973 a aproximadamente 400 al día de hoy, de acuerdo con
Martin Bennett, un inspector jubilado de la CPSC. Martin dice
que el número de inspectores de campo ha disminuido debido
a la reducción de personal, una cuestión que el portavoz de la
CPSC Julie Vallese afirma es cierto. Los grupos de defensa afirman que las reducciones de personal han disminuido gravemente la capacidad de la CPSC de estar al día con el aumento
de las importaciones mundiales de comercio. “Ellos simplemente no tienen los recursos que necesitan para efectuar los
monitoreos”, dice el portavoz de CU Ami Gadhia.
Para el año fiscal 2008, el Congreso agregó US$ 17 millones al
presupuesto de la CPSC de 2007 de US$ 63 millones, el primer
aumento real desde 1981, dice Vallese. Parte del dinero se utilizará para contratar a inspectores de fronteras y para la
adquisición de 10 dispositivos portátiles de fluorescencia de
rayos X de aproximadamente US$ 30.000 cada uno. Estos dis-
Toda la cuestión de la toxicidad de los ftalatos se complica aun más por interrogantes
relacionadas con la exposición acumulativa.
Janssen afirma que la evaluación del riesgo de
la CPSC se publicó antes de que nuevas pruebas sobre el efecto aditivo de los ftalatos salieran a la luz. Generados en parte por Earl
Gray, un biólogo investigador de la Agencia
de Protección Ambiental, estos resultados implican que los diferentes ftalatos actúan en las
mismas vías biológicas, de tal forma que sus
A84
positivos se utilizan para analizar la composición química de los
productos.
La CPSC también ha iniciado nuevas medidas para reforzar las
inspecciones portuarias. Una recientemente expandida División
de Vigilancia de Importaciones, anunciada el 7 de enero del
2008, establecerá un sistema de seguimiento en los puertos de
entrada de Estados Unidos. El sistema generará información en
tiempo real acerca de los envíos a EE.UU. incluso antes de que
salgan de los puertos extranjeros. Aunque el sistema reforzará
los esfuerzos para garantizar la seguridad de los productos,
Mays señala que el personal de tiempo completo se localizará
en tan sólo 2 puertos (Long Beach y Seattle). Por otra parte, el
sistema de seguimiento no estará operativo hasta el 2011, dice.
Vallese hace hincapié en que el verdadero sentido de los
amplios esfuerzos de la CPSC para bloquear el mercado a los
juguetes peligrosos no llegará sólo a las fronteras y puertos.
“Tenemos que ir a las fuentes”, dice ella. En este orden de ideas,
la CPSC ha estado celebrando reuniones continuas con los representantes del gobierno Chino. En los acuerdos firmados en
septiembre del 2007, la Administración General de Supervisión
de Calidad, Inspección y Cuarentena de la República Popular de
China, que es la contraparte de la CPSC en China, estuvo de
acuerdo en asegurar que los fabricantes Chinos respetarán las
normas de seguridad de EE.UU., dice Vallese. También se creó
un sistema de certificación de pinturas que garantice que los
niveles de plomo cumplan las normas de seguridad de la CPSC
y convino en que los fabricantes que violen las normas de
seguridad serán despojados de sus licencias de exportación.
Mays dice que la CPSC ha firmado acuerdos similares con al
menos otros 10 países. La mayoría de estos acuerdos fueron firmados antes de que el drástico aumento de órdenes de retirar
juguetes del mercado —relacionados con la pintura con
plomo— comenzara en el 2007. “La conclusión es que la CPSC
necesita más inspectores en los puertos”, dice, “y ellos tienen
que empezar a cursar las multas contra los infractores.” En su
condición actual, la CPSC está autorizada a multar a aquellos
que violen los estándares de seguridad con hasta US$ 1,8
millones. Según Mays, ninguno de los importadores de juguetes
a quienes se les ordenó retirar sus productos del mercado
fueron multados.
Charles W. Schmidt
efectos se acumulan. La Academia Nacional
de Ciencias ha lanzado recientemente una
evaluación del riesgo acumulativo de los ftalatos, coordinada por el director del proyecto
Ellen Mantus, que se espera produzca un informe en el plazo de 15 meses.
En opinión de Janssen, la posibilidad de
que los ftalatos puedan actuar como tóxicos
aditivos justifica aún más prohibirlos en productos infantiles. Pero otros insisten que al
hacerlo habrá poca o ninguna diferencia en
cuanto a la exposición de la vida real en los
niños. Los ftalatos —producidos globalmente
en volúmenes anuales de más de 500 millones
de kilos— son omnipresentes; de hecho,
según la Agencia para Sustancias Tóxicas y
Registro de Enfermedades, la mayor fuente de
exposición humana es la alimentación.
Dos de las alternativas más comunes a los
ftalatos son el acetil tributil citrato y el
DINCH, que es un derivado del DINP y
tiene una estructura química muy similar.
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& Trabajo
ehp | Cara a Cara con la Seguridad de los Juguetes
Pero Stanley responde que si bien 50 años de
uso muestran que los ftalatos pueden ser una
apuesta relativamente segura en términos de
seguridad, las alternativas son un lanzamiento de dados. “No sabemos lo suficiente acerca de estos nuevos plastificantes”, dice.
“Todavía no hay muchos datos disponibles
sobre ellos." Para apoyar esa posición, Stanley
cita una nota del 20 de abril del 2000 de la
CPSC dirigida a David Miller, presidente de
los fabricantes de juguetes de América (ahora
TIA), que establece que el personal de CPSC
“está preocupado de que los fabricantes no
sustituyan el DINP en los productos infantiles (...) los datos existentes son insuficientes
para determinar si acetil tributil citrato tiene
efectos tóxicos crónicos que puedan ser relevantes para los seres humanos”. Stanley confirma que la CPSC no tiene información actual sobre las alternativas al DINP.
Mientras tanto, los ftalatos, todavía
tienen que producir alguna enfermedad humana documentada. Schettler reconoce que
es posible que nunca sepamos si, o cómo, exposiciones tempranas a ftalato afectan la
salud humana. “No sé cómo podríamos determinar eso”, dice. “Los estudios en animales sugieren vínculos con la salud reproductiva, pero que sólo se manifiesta cuando
la población llega a la edad de procrear.
Deberíamos cuantificar la exposición durante la etapa fetal y los años de la primera infancia, y también deberíamos dar cuenta de
otros factores ambientales conocidos que influyen en la salud reproductiva —por ejemplo, la nutrición".
Schettler descarta a los críticos que dicen
que es poco razonable eliminar los ftalatos de
los juguetes si las exposiciones también se
producen a partir de otras fuentes. “Mi
opinión es que si usted tiene la oportunidad
de reducir los riesgos, entonces por qué no
hacerlo”, dice. “Nosotros no necesitamos
juguetes de vinilo que los niños puedan mas-
ticar”, En última instancia, dice Schettler, la
decisión de evitar los ftalatos es una de precaución, basado en la idea de que es mejor
actuar seguro ahora que lamentarse más
tarde.
Soluciones Propuestas
La Unión Europea invocó el principio de
precaución en 2005, cuando prohibió 6 ftalatos de los productos infantiles a pesar de las
objeciones de su propio panel de asesores
científicos que consideró que los riesgos documentados no eran lo suficientemente altos.
Además de California, 5 otros estados
—Minnesota, Massachusetts, Maine, Nueva
York y Maryland— han introducido leyes
para eliminar los ftalatos de los juguetes y
otros productos infantiles.
En lo que respecta a la cuestión del plomo, una serie de proyectos de ley pendientes
se dirigen a aumentar la facultad de la CPSC
de regular la prueba de los productos. Al
igual que HR 4040, un proyecto de ley del
Senado —SB-2045, patrocinado por Mark
Pryor (D-AR)— propone pruebas obligatorias de seguridad (para todos los elementos
relevantes, no sólo el plomo) por terceros
inspectores, una medida que la CPSC apoya
de todo corazón.
Cómo los proyectos de ley se materializarán en los próximos años está todavía por
verse. El Presidente Bush ha señalado su
apoyo a las reformas de la CPSC, pero tanto
él como la agencia rechazan la propuesta del
SB 2045 para que las violaciones a la ley sean
punibles con una multa de hasta US$ 100
millones. Vallese hace hincapié en que una
multa de esa magnitud saturaría el proceso
con abogados e inundaría a la CPSC con el
papeleo de las empresas que intentan documentar la seguridad durante el proceso de
fabricación. “Necesitamos más inspectores
de seguridad, no más abogados”, dice Vallese.
La versión de la Cámara propone una multa
Ciencia & Trabajo | AÑO 10 | NÚMERO 30 | OCTUBRE / DICIEMBRE 2008 | www.cienciaytrabajo.cl | A78/A85
de 10 millones de dólares, que parece ser más
aceptable para la agencia y la industria.
La CPSC también ha comenzado a abordar los peligros de la pintura con plomo en
los juguetes importados. Se desconoce si las
cantidades de plomo en las pinturas asiáticas
se han reducido desde el año pasado cuando
comenzaron las órdenes de retirar los
juguetes del mercado. De acuerdo con
Vallese, la CPSC está abordando esta
cuestión ahora. “Tenemos que hacer frente al
problema en su origen”, afirma ella. “Es por
eso que hemos entrado en acuerdos con el
gobierno chino para abordar la seguridad en
la producción; hemos firmado esos acuerdos
en septiembre [del 2007]".
Para los padres, evitar el plomo y el ftalato es más fácil decirlo que hacerlo, dado que
los componentes químicos de los juguetes no
suelen ser de conocimiento público.
Gearhart hace hincapié en que la joyería
barata debe evitarse a toda costa. Los padres
pueden buscar en healthytoys.org, donde los
resultados de las pruebas específicas sobre los
juguetes se publican a medida que surgen.
Juguetes fabricados con pinturas y materiales
no tóxicos constituyen cada vez más una opción creciente. Por último las órdenes de retirar del mercado los juguetes en el 2007 son
más bien una llamada de atención para la industria y la reglamentación federal más que
un detonante de ansiedad excesiva en los
padres. Con el tiempo, apuntan a impulsar
algunos cambios beneficiosos.
Charles W. Schmidt
Artículo original en Environmental Health
Perspectives • VOLUMEN 116 |
NÚMERO 2 | Febrero 2008 | pgs A70-A76.
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A86
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Artículo Original
Prevalencia de Enfermedades Profesionales con Dictamen de
Invalidez, Región Metropolitana, Años 2005-2006
PREVALENCE OF OCCUPATIONAL DISEASES WITH DISABILITY DETERMINATION, METROPOLITAN REGION,
YEARS 2005-2006
María Alejandra Pérez Tapia
Ingeniero Acústico, Experto Profesional en Prevención de Riesgos, Magíster en Salud Pública, Secretaría Regional Ministerial de Salud, Región
Metropolitana, Santiago, Chile.
RESUMEN
ABSTRACT
Para conocer las enfermedades que afectan a los trabajadores de la
región, la SEREMI-RM implementó un sistema de información con los
Dictámenes de Invalidez por Enfermedad Profesional que generó, en sus
dos primeros años, el consolidado de casos que permitió desarrollar esta
investigación. El objetivo planteado fue caracterizar el perfil de las
enfermedades profesionales invalidantes, tramitadas el 2005 y 2006,
para conocer la magnitud del problema y proponer intervenciones.
Se planteó un diseño mixto, comprendiendo un estudio de prevalencia
de base poblacional (trabajadores protegidos por la Ley 16744) y un
estudio de casos (trabajadores de la RM con dictamen de invalidez).
La prevalencia de invalidez por enfermedad profesional fue 1,35 cada
10 mil asegurados. Los trabajadores evaluados fueron de sexo masculino (90%), de entre 50 y 70 años (59,1%), principalmente operarios
(76,5%) de Industrias Manufactureras (64,8%). La hipoacusia fue la
enfermedad más frecuente (65,1%), seguida por patologías osteomusculares (13,7%).
El estudio proporciona un indicador regional de las enfermedades
invalidantes que afectan a los trabajadores protegidos; además, releva
la importancia de la hipoacusia, define el perfil del trabajador incapacitado y evidencia la precariedad de la información disponible
sobre este tema, lo que permitirá a futuro orientar líneas de trabajo
específicas.
In order to know the diseases affecting workers of the region, the
SEREMI-RM implemented an information system with the
Determinations of Disability due to Occupational Disease, which
generated in the first two years, the gathering of cases that made it
possible to develop this research. The objective was to characterize the
profile of disabling occupational diseases, processed in 2005 and 2006,
for knowing the magnitude of the problem and proposing interventions.
A mixed design was proposed, covering a prevalence study of population
basis (workers protected by Law 16744) and a cases study (Metropolitan
Region workers with a determination of disability).
Prevalence of disability due to occupational disease was 1,35 per 10
thousand insured. Evaluated workers were men (90%), between 50 and
70 years of age (59,1%), mainly workers (76,5%) of manufacturing
Industries (64,8 %). Hypoacusis was the most frequent disease (65,1%),
followed by osteomuscular pathologies (13,7%).
The study provides a regional indicator of disabling disease that affect
protected workers; furthermore it highlights the importance of
Hypoacusis, defines the profile of the disabled worker and puts in
evidence the scarcity of information available on this subject, which will
in the future allow to orient specific work lines.
(Pérez M, 2008. Prevalencia de Enfermedades Profesionales con
Dictamen de Invalidez, Región Metropolitana, Años 2005-2006. Cienc
Trab. Oct-Dic; 10 (30): 113-119).
Descriptors: OCCUPATIONAL DISEASES; OCCUPATIONAL HEALTH;
HEARING LOSS; EPIDEMIOLOGIC SURVEILLANCE; INFORMATION
SYSTEMS.
Descriptores: ENFERMEDADES PROFESIONALES, SALUD LABORAL,
PÉRDIDA AUDITIVA, VIGILANCIA EPIDEMIOLÓGICA, SISTEMAS DE
INFORMACIÓN.
INTRODUCCIÓN
En la sociedad contemporánea el trabajo es uno de los pilares de la
vida y es esencial para el bienestar de las personas. Entrega los
recursos necesarios para la subsistencia, educación, recreación y,
además, está íntimamente ligado a la dignidad del ser humano y su
identificación en la sociedad. Sin embargo, el trabajo puede
impactar también en forma negativa, causando lesiones y enferme-
Correspondencia / Correspondence
María Alejandra Pérez Tapia
Olivares 1229, piso 5, Santiago.
Tel: (56 2) 3992534
e-mail: [email protected]
Recibido: 20 de octubre de 2008 / Aceptado: 01 de diciembre del 2008
dades, que repercuten no sólo en el trabajador y su familia, sino
también en la sociedad como conjunto (ILO 2007).
El año 2001 la Organización Mundial de la Salud y la Organización
Internacional del Trabajo estimaron que anualmente se producen en
el mundo 160 millones de enfermedades profesionales (EP) y aproximadamente 1,6 millones de muertes por esta causa (Takala 2002), lo
que significa que sólo por concepto de estas muertes los costos de
atención y pérdidas generadas alcanzan un 4% del Producto
Interno Bruto Mundial (ILO 2005).
Diversos factores han contribuido a esta situación. Por una parte, la
abundancia de mano de obra, su reducido nivel de especialización
y su baja asociatividad ha facilitado su recambio sin grandes consecuencias económicas. Por otra, las dificultades para establecer una
relación de causa-efecto entre la exposición a un agente de riesgo
y una enfermedad, su desarrollo lento y silencioso, con períodos de
latencia de hasta 30 años y la falta de especialistas en medicina del
trabajo entre los profesionales de la salud dificultan el proceso de
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Artículo Original | Pérez María Alejandra
diagnóstico y reconocimiento de una EP y permiten que muchas de
ellas sean tratadas como enfermedades comunes, manteniendo
oculta la gravedad de este problema (WHO 2002).
Por otra parte, la vigilancia de las EP es escasa y se concentra principalmente en los países desarrollados. Muy pocos países de
América Latina y el Caribe disponen de registros confiables y sistemáticos que entreguen información del estado de salud de su población trabajadora (OPS 1998). En esto Chile no es la excepción.
Aunque se adelantó a muchos al instaurar en 1968 un Seguro
Social de Accidentes del Trabajo y Enfermedades Profesionales,
único y de carácter obligatorio (Ley 16.744, Chile, Ministerio del
Trabajo y Previsión Social, 1968), a cuarenta años de su aplicación
no se han generado los sistemas ni protocolos que permitan tener
un registro de las enfermedades que afectan a los trabajadores
protegidos.
Recién en el año 2000 el Ministerio de Salud (MINSAL) implementó
un sistema de vigilancia para accidentes fatales laborales, el que
actualmente se está desarrollando con éxito en todo el país (León et
al. 2004). Sin embargo, la situación de los accidentes que no
producen la muerte del trabajador y de las EP es muy distinta.
Aunque la Ley 16744 establece que los Organismos
Administradores del Seguro deben notificar las denuncias de accidentes y EP que presenten sus trabajadores afiliados, a nivel central
ha faltado la constancia necesaria para generar las coordinaciones,
aportar los recursos y establecer los procedimientos que permitan
consolidar la información disponible.
Como resultado, cada Organismo Administrador genera estadísticas
en función de sus propias necesidades internas, lo que resulta en
datos que no son comparables entre sí. A modo de ejemplo, en el
Anuario Estadístico 2004 de la Asociación Chilena de Seguridad
(ACHS) se señala que a nivel nacional se notificaron 1.850 casos de
EP, mientras que en la Memoria 2006 de la Mutual de Seguridad
(MUTUAL 2007) se indica que la Tasa anual de EP fue de 0,2 por
cada 100 trabajadores.
Hoy, cuando el mercado del trabajo ha evolucionado desde políticas
laborales de marcado sesgo paternalista, donde el trabajador se
proyectaba en una institución de forma permanente, hacia uno
cada vez más flexible, con una alta rotación de personal, fragmentación de los procesos, tercerización del empleo y, con esto, la
consecuente transferencia del riesgo hacia pequeñas o micro
unidades productivas, es imprescindible establecer los protocolos de
vigilancia, control y prevención de las enfermedades que afectan a
la población trabajadora (Echeverría 2000).
Como una forma de abordar esta situación, el Departamento de
Salud Ocupacional (DSO) de la SEREMI-RM se propuso crear un
sistema de información en salud laboral con los casos de los trabajadores evaluados en la Comisión de Medicina Preventiva e
Invalidez (COMPIN-RM), dependencia traspasada a la SEREMI tras
la implementación de la Ley de Autoridad Sanitaria.
Este sistema contempló, entre otros aspectos, el diseño y unificación
del formato del dictamen que reconoce la EP de un trabajador y
califica su grado de invalidez o Dictamen de Invalidez por EP
(DINV-EP), el ingreso de los casos tramitados a una base de datos a
contar del 01 de enero de 2005 y el control sobre la calidad de los
registros.
Este sistema permitió consolidar los casos tramitados durante el
2005 y 2006, lo que sin lugar a dudas constituyó una oportunidad
de generar por primera vez, en base a registros concretos, un diagnóstico de las patologías que causan invalidez en los trabajadores
de la región.
114
OBJETIVOS
El objetivo general de este trabajo de investigación fue:
• Caracterizar el perfil de las EP que generan invalidez, dictaminadas en la COMPIN-RM, durante los años 2005 y 2006, para
estimar la magnitud del problema y proponer intervenciones.
Se establecieron como objetivos específicos:
• Determinar la prevalencia de DINV-EP en la RM, en el período
2005 al 2006, a nivel regional y para cada uno de los Organismos
Administradores.
• Establecer el perfil sociodemográfico de los trabajadores afectados por las EP dictaminadas en el período, de acuerdo a las
variables disponibles.
• Caracterizar las EP dictaminadas en el período, de acuerdo a los
diagnósticos más frecuentes y el grado de incapacidad asignado.
• Proponer líneas de intervención para mejorar el registro y
promover la vigilancia de EP en los trabajadores de la región.
MATERIAL Y MÉTODOS
Para el desarrollo de esta investigación, se planteó un diseño mixto,
comprendiendo un estudio de prevalencia de base poblacional,
sobre el segmento de trabajadores protegidos y un estudio de casos
de trabajadores de la RM con dictamen de invalidez por EP.
Se utilizó información de tipo secundaria, la que fue extraída de
una base de datos del DSO, que contenía los antecedentes de los
DINV-EP, emitidos a partir del 01 de enero del 2005. Cada registro
fue revisado, identificando campos en blanco y revisando la
consistencia de los valores.
Para validar y completar los ingresos se verificó la información de
las empresas en guías comerciales e Internet; se cotejaron los
datos de los trabajadores con la base del Registro Civil y con la
disponible en los Organismos Administradores, se verificaron los
diagnósticos y su codificación, comprobando que las patologías
consignadas correspondieran a EP y que coincidieran con el
código CIE 10 asociado a ellas. Por último, se entrevistó telefónicamente a un 10% de los casos, seleccionado al azar; estos casos
confirmaron la información registrada.
El criterio de inclusión fue la Pérdida de Capacidad de Ganancia
(PCG), que corresponde a la incapacidad de una persona para
realizar su trabajo habitual, debido al daño producido por un accidente o EP. En este caso, se consideraron todos los DINV-EP
tramitados cuya PCG fuera superior al 15%, es decir, aquellos
trabajadores que presentaron algún grado de invalidez.
En total, los DINV-EP emitidos en el período en estudio totalizaron 486; de ellos, 315 presentaban una PCG ≥ 15%, los que
conformaron la población en estudio (Figura 1). Cada uno de estos
casos se trasladó a una base de datos sin identificadores, con la
que finalmente se desarrolló el estudio, resguardando así la confidencialidad de la información sensible.
La prevalencia de invalidez por EP se calculó considerando el total
de casos con PCG ≥ 15%, utilizando como denominador el
promedio de trabajadores protegidos en este período. De igual
forma, para calcular la prevalencia de invalidez por EP por
Organismo Administrador, se consideró como población base la
declarada a la Superintendencia de Seguridad Social (SUSESO)
para el período. Por último, mediante un análisis descriptivo se
caracterizó a los trabajadores y a las EP dictaminadas. Para el caso
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Figura 1.
Conformación Población en Estudio.
DINV-EP con PCG ≥ 15%
355 (73%)
Total de DINV-EP 2005-2006
486 (100%)
DINV-EP con
PCG < 15%
131 (27%)
Se excluyeron 36 DINV-EP por corresponder
a trabajadores con 2 ingresos para una
misma EP, dejando el último dictamen
válidamente emitido.
DINV-EP con PCG ≥ 15%
319
Se eliminó 1 caso, debido a que los
diagnósticos no correspondían a EP.
DINV-EP con PCG ≥ 15%
318
3 DINV-EP fueron eliminados debido a
que presentaban registros incompletos.
Contacto telefónico al 10% de los casos
(muestra aleatoria), para confirmar
información registrada.
Población en Estudio
315 DINV-EP
de las variables cualitativas (sexo, ocupación, grado de invalidez),
se obtuvo la distribución de frecuencias absolutas y porcentuales.
RESULTADOS
La distribución de la población en estudio, según la Subcomisión
Evaluadora, se presenta en la Tabla 1. Se ha incluido también el
porcentaje de campos vacíos que inicialmente se detectó en los registros.
Es destacable la notoria disminución de la frecuencia de campos
vacíos en los ingresos del año 2006. Esto se logró al incorporar un
sistema de bloqueo en el formulario electrónico de la base de datos.
Aun así se detectaron campos sin datos, los que corresponden a resoluciones en las que este bloqueo fue burlado, ingresando una serie de
letras o información ajena al caso.
Tabla 1.
Dictámenes de Invalidez por Enfermedad Profesional según Subcomisión
Evaluadora, Región Metropolitana, 2005-2006.
Subcomisión
Norte
Centro
Occidente
Oriente
Sur
Sur Oriente
Total
Casos
n
67
76
29
34
71
38
315
%
21,3
24,1
9,2
10,8
22,5
12,1
100
Porcentaje Campos
Incompletos
2005 (%) 2006 (%)
6,8
0
46,9
0
25,0
3,3
4,1
0
3,2
2,1
12,7
0,7
Se intentó comparar las variables sociodemográficas de los casos
con las del total regional de trabajadores protegidos. Sin embargo,
las estadísticas disponibles para este segmento no están desagregadas por sexo, edad u ocupación, por lo que sólo se pudo establecer el porcentaje de casos respecto del total de dictámenes
emitidos (Tabla 2).
Tabla 2.
Población en Estudio según Sexo y Grupo Etario, Región Metropolitana,
2005-2006.
Total de casos
Edad (años)
< 30
30-40
40-50
50-60
60-70
70-80
80 y más
HOMBRE
n
%
285
90,5
MUJER
n
%
30
9,5
TOTAL
n
%
315
6
18
46
98
74
36
7
1
5
10
12
2
0
0
7
23
56
110
76
36
7
2,1
6,3
16,1
34,4
26,0
12,6
2,5
3,3
16,7
33,3
40,0
6,7
0
0
2,2
7,3
17,8
34,9
24,2
11,4
2,2
El oficio más frecuente fue el de Operario (76,5%) y la Actividad
Económica con mayor presencia fue Industrias Manufactureras
(Gráficos 1 y 2). Al desagregar por sexo, se observó que en las
trabajadoras no se mantiene esta frecuencia, ya que se distribuyen en forma similar, entre Industrias Manufactureras (43%)
y Servicios (40%).
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Artículo Original | Pérez María Alejandra
Gráfico 1.
Dictámenes de Invalidez por Enfermedad Profesional según Sexo y
Oficio, Región Metropolitana, 2005-2006.
En los hombres, los dictámenes más frecuentes tuvieron relación
con las patologías que afectan a los órganos de los sentidos (70,2%);
de ellos un 83% presentó “Hipoacusia Sensorioneural por Trauma
Acústico Ocupacional (TACO)” y un 16% “Hipoacusia Mixta”. Para
el caso de las mujeres, las enfermedades más comunes son las que
afectan al sistema osteomuscular (56,7%), compuestas principalmente por tendinitis (26%), epicondilitis (21%) y síndrome del túnel
carpiano (19%). Como era de esperar, dada la escasa probabilidad
de generar invalidez, no se presentaron casos por intoxicaciones
(Gráfico 3).
Gráfico 2.
Dictámenes de Invalidez por Enfermedad Profesional según Sexo y
Actividad Económica, Región Metropolitana, 2005-2006.
Gráfico 3.
Distribución de Casos según Sexo y Grupo Diagnóstico Región
Metropolitana, 2005-2006.
La prevalencia de EP con DINV en la RM, para los años en estudio,
fue de 1,35 por cada 10 mil trabajadores protegidos (Tabla 3). De los
cuatro Organismos Administradores, la ACHS presentó el número
más alto de casos, coherente además con la proporción de trabajadores protegidos por ella. Sin embargo, el Instituto de Seguridad del
Trabajador (IST) fue el Organismo Administrador que presentó la
prevalencia más alta (2,32 por cada 10 mil trabajadores protegidos);
la más baja fue la del Instituto de Normalización Previsional (INP)
con 0,86 por cada 10 mil trabajadores protegidos.
Tabla 3.
Prevalencia de Enfermedades Profesionales con Dictamen de Invalidez,
Región Metropolitana, 2005-2006
ORGANISMOS ADMINISTRADORES LEY 16744
ACHS MUTUAL INP
IST
Total RM
Nº EP con DINV
123
102
43
47
315
Promedio Trabajadores Protegidos 943.213 687.931 497.996 202.004 2.331.143
% Trabajadores Protegidos
40,5
29,5
8,7
21,4
100
Prevalencia EP con DINV RM *
1,30
1,48
0,86
2,32
1,35
Sólo un 6% de los trabajadores evaluados presentó dos o más diagnósticos por EP, los que en su mayoría correspondieron a: neumoconiosis e hipoacusias (65%) y enfermedades osteomusculares y
neurosis (20%).
Un 93,3% de los casos fue calificado con Invalidez Parcial (15% ≤
PCG < 70%), un 4,9% con Invalidez Total (PCG ≥ 70%) y sólo un
1,4% con Gran Invalidez, las que correspondieron en su totalidad a
neumoconiosis. Más del 80% de las hipoacusias presenta invalidez
parcial menor al 40% (Invalidez Parcial I), es decir, son pesquisadas
en la etapa inicial de la enfermedad. Las enfermedades del sistema
osteomuscular, en cambio, presentan casi un 60% de dictámenes
con invalidez parcial superior al 40% (Invalidez Parcial II).
Gráfico 4.
Distribución según Grupo Diagnóstico y Grado de Invalidez Región
Metropolitana, 2005-2006.
Fuente: Anuario Estadístico 2006, SUSESO
*: Por cada 10 mil trabajadores Protegidos
En la validación de la base de datos se hizo evidente que en las subcomisiones no existe una nomenclatura común para consignar los diagnósticos de las EP dictaminadas a los trabajadores evaluados. Es así
como una misma patología es registrada de distintas formas como, por
ejemplo, “Hipoacusia SN por TACO”, “Hipoacusia Sensorioneural por
TACO”, “TACO”, “Hipoacusia Laboral”. Algo similar ocurre con la codificación según el CIE-10, utilizando para la misma enfermedad, H90
(Hipoacusia Conductiva y Neurosensorial), H90.3 (Hipoacusia
Neurosensorial, Bilateral), H90.5 (Hipoacusia Neurosensorial, Sin Otra
Especificación), H83.3 (Efectos del Ruido sobre el Oído Interno). Para
obviar esta diferencia, los diagnósticos se agruparon de acuerdo a los
nueve grupos establecidos en el DS 109/68.
116
DISCUSIÓN
La prevalencia de EP con dictamen de invalidez en la RM, para los
dos años del estudio, fue 1,35 por cada 10 mil trabajadores protegidos. Este indicador es uno de los principales resultados de esta
investigación, pues, como ya se señaló anteriormente, es la primera
vez que esta información está disponible y es analizada.
El bajo número de dictámenes emitidos en este período puede tener
diversas explicaciones. Las más evidentes: que nuestros trabaja-
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dores no estén expuestos a riesgos que generen enfermedades invalidantes; y, que la exposición a factores de riesgo en el trabajo está
debidamente controlada, impidiendo así el avance en la historia
natural de la enfermedad. O bien, lo más probable es que este
número se mantenga artificialmente bajo debido a la escasa
pesquisa de casos de EP. Pero, independiente de su valor, los resultados generados en esta investigación son una primera aproximación al problema y constituyen un buen punto de partida para
futuros estudios en esta materia.
Es inútil intentar comparar el resultado obtenido con el de otros
países. Como ya se mencionó, los registros en América Latina son
tan escasos o precarios como los nuestros, la realidad socioeconómica de los países desarrollados es muy diferente a la nacional, y
por último, la forma en la que se reconoce la EP varía de país en
país, debido a que su definición y registro depende de decisiones
legales y administrativas, más que técnicas.
A pesar de esto, es evidente que nuestro país presenta un grado de
subregistro y subdiagnóstico de EP, lo que repercute directamente
sobre la salud de todos los trabajadores, pues difícilmente se implementarán las acciones de vigilancia y control que permitan
enfrentar este problema si no existe un conocimiento cabal de
cuáles son las enfermedades que los afectan, ni los lugares de
trabajo de mayor riesgo.
Otro aporte de esta investigación es que ha demostrado que el
sistema de información implementado por el DSO es capaz de
generar una instancia de registro sistemático y confiable de los
casos de trabajadores evaluados por invalidez por EP. Más allá de
sus limitaciones, el sistema puede aportar información valiosa para
abordar esta área de la salud ocupacional, pudiendo ser replicado
en otras regiones sin mayores dificultades. La mejoría en la calidad
de los registros de las subcomisiones es impactante. Gracias a la
unificación del formulario de presentación, la incorporación de
sistemas de bloqueo y control permanente de parte del equipo a
cargo del proyecto fue posible obtener registros útiles para el desarrollo de este trabajo de investigación.
A pesar de ello, la continuidad del sistema de información está en
riesgo, pues desde el 2007 la administración de las bases de datos
del DSO, entre ellas la de EP, fue traspasada a otra dependencia de
la SEREMI-RM. Este cambio ha repercutido directamente en el
sistema pues, aunque se mantiene el ingreso de los casos tramitados
en la base de datos, hoy esta información no está siendo consolidada, perdiendo además el control sobre la calidad de los registros.
Este retroceso debe ser revertido traspasando la base de datos a la
dependencia encargada de la Vigilancia Epidemiológica, teniendo
presente que este sistema no prosperará si no mantiene su carácter
integral, pues requiere de profesionales con conocimientos específicos del tema y una coordinación estrecha con los equipos de
trabajo de COMPIN y de Salud Ocupacional.
Los resultados obtenidos muestran que el trabajador dictaminado es
de sexo masculino, tiene entre 50 y 70 años de edad, se desempeña
como operario en actividades productivas clasificadas como industrias manufactureras. La mayor participación de este oficio y actividad productiva se relaciona directamente con la patología más
prevalente detectada. El claro predominio de la sordera ocupacional
(70%) es un reflejo del carácter que tiene nuestra economía, que
basa la mayoría de sus procesos en la producción y minería.
Sin embargo, cabe preguntarse, ¿es ésta la EP de mayor prevalencia? Aunque la conclusión lógica es que las industrias manufactureras son las de mayor riesgo, pues concentran muchos procesos
“ruidosos”, no debemos olvidar que nuestra legislación establece
protocolos de evaluación médico-legal para algunas EP, como es el
caso de la sordera ocupacional. Esta situación, sumada a los
programas de vigilancia implementados en las mutualidades y al
mayor conocimiento de los trabajadores sobre los efectos de la
exposición a ruido, podrían estar propiciando una mayor pesquisa
o notificación de casos y, de esta forma, facilitando su diagnóstico.
Esta situación no se repite en otras patologías, como las que afectan
al sistema osteomuscular o la salud mental. Los cambios introducidos al mercado del trabajo en las últimas décadas han fomentado
su aparición, dejándolas como la primera causa de ausentismo en
muchos países. Por ello, determinar su importancia dentro del total
de EP, así como desarrollar protocolos de evaluación diagnóstica y
programas de prevención, es un trabajo que deberá abordarse en un
futuro próximo.
Como no se dispone de la distribución sociodemográfica de la
población protegida, no es posible fundamentar la causa por la que
los trabajadores dictaminados son mayoritariamente hombres
(90%). Es probable que esta diferencia esté influenciada por el tipo
de EP dictaminada, sordera ocupacional, que se deriva de la exposición prolongada a ruido en actividades productivas de tipo manufactureras o mineras, donde hasta hace unos años predominaban
los trabajadores de sexo masculino.
Es destacable el bajo número de casos de neumoconiosis, asbestosis
y otras patologías conocidas en salud ocupacional como “enfermedades duras”. La diversificación del empleo hacia otras áreas y el
control sobre los trabajadores, entre otros factores, han permitido
reducir los afectados y las consecuencias del daño. Además, iniciativas como la prohibición de la producción, importación, distribución, venta y uso del asbesto y el plan nacional para la erradicación
de la sílice al año 2030, que está siendo implementado por el
MINSAL, contribuirán a reducir aun más estos casos, quedando el
gran desafío de abordar la sordera ocupacional como el siguiente
paso en la protección de la salud de los trabajadores.
La importancia de la vigilancia de los trabajadores expuestos se
refleja en el grado de invalidez otorgado a las EP dictaminadas; ya
que sobre un 80% de las hipoacusias fue dictaminado con una
invalidez inferior al 40%, es decir, detectadas en la etapa inicial del
daño. Esto no sucede en el caso de las patologías osteomusculares,
donde un 60% de los casos fue graduado con un 40% a 70% de
invalidez.
No existe ninguna justificación para la diferencia de casos registrados en el sistema público (0,86 cada 10 mil trabajadores protegidos) y privado (1,48 cada 10 mil trabajadores protegidos). Esta
situación no es más que el reflejo de la escasa atención que se le ha
dado a las EP en el sistema público, que a la fecha no cuenta con
registros del estado de salud de sus trabajadores, ni mantiene
programas de vigilancia específicos, lo que se presenta como una
gran brecha en la atención de estos trabajadores.
Más allá de sus objetivos, este estudio pone en evidencia lo limitado
de los registros de información de la población laboral de nuestro
país. Tras 40 años de aplicación de la Ley 16744 y a pesar de las
regulaciones establecidas en esta materia, aún no está disponible
información básica de este segmento, como su distribución por
grupos etarios, sexo y ocupación. La falta de información, sin lugar
a dudas, dificultó y limitó el análisis de los registros.
Otra de las limitaciones de este estudio deviene de los datos utilizados. Éstos provienen de un documento legal, emitido por la
entidad competente, que reconoce el carácter ocupacional de una
enfermedad y gradúa el efecto de ésta en el trabajador. Por ello, los
campos consignados en la base de datos corresponden a los que
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Artículo Original | Pérez María Alejandra
“formalmente” deben estar en el DINV por EP y no a los que aportarían mayor información de los casos, desde la perspectiva de la
salud pública. Por este motivo, se obtuvo sólo la prevalencia de EP
que ocasionan invalidez y no fue posible realizar una asociación
entre los agentes de exposición o puestos de trabajo de mayor
riesgo, lo que habría permitido abordar este problema desde más
ámbitos de intervención.
Por último, se debe destacar que la información existente contempla
sólo los casos de los trabajadores protegidos por la Ley 16744, que
representaban al 2006 un 80% de la población laboral de la RM y
sólo un 60% a nivel país. De las enfermedades que afectan a los
trabajadores desprotegidos, absorbidas íntegramente por el sistema de
salud público, no se tiene registro.
Los desafíos de la SEREMI-RM para potenciar y mantener la información regional específica del grado de invalidez presentado por sus
trabajadores asegurados son devolverle el carácter centralizado al
sistema, ampliar y mejorar la calidad de la información registrada y
generar un sistema de reportes periódicos. Para el logro de un registro
único nacional se requiere ampliar la cobertura al resto del país y
unificar los formatos para el envío de los casos a evaluación, lo que
permitirá sentar las bases para un futuro sistema de vigilancia.
LÍNEAS DE INTERVENCIÓN
Dado el alcance de esta investigación, las líneas de intervención se
enfocaron en las acciones básicas requeridas para mejorar el
registro de EP, sin considerar aquéllas que permitieran mejorar la
vigilancia del estado de salud general de la población de trabajadores, tales como la notificación y pesquisa oportuna de casos o la
inclusión de los trabajadores desprotegidos. Potenciar y mantener
información regional específica del grado de invalidez presentado
por los trabajadores asegurados, ampliar y mejorar la calidad de la
información de este segmento y el logro de un registro único
nacional son los desafíos para estas instituciones que permitirán
sentar las bases para un futuro sistema de vigilancia.
i) Para la SEREMI-RM se propone:
• Restituir el carácter centralizado al sistema de registro de
Enfermedades Profesionales, asegurando la continuidad en el
tiempo de este proyecto.
118
• Mejorar la calidad de la información registrada en el sistema,
•
agregando nuevos campos en la resolución, permitiendo abordar
la información en forma analítica.
Elaborar un protocolo de evaluación médico-legal homogéneo y
único para aplicar en las subcomisiones.
ii) Para el MINSAL se propone:
• Replicar y coordinar esta iniciativa en todas las SEREMI del país.
Su carácter centralizado y los escasos recursos requeridos permitirían levantar esta información a nivel nacional.
• Requerir anualmente de los Organismos Administradores las
Denuncias por EP, generando un sistema de vigilancia que permitiría abordarlas antes de la invalidez.
iii) Para la SUSESO se propone:
• Definir la información básica que debe ser remitida desde los
Organismos Administradores, para la elaboración de las estadísticas anuales, incorporando las EP y variables sociodemográficas,
entre otras.
• Elaborar un formato para los dictámenes por EP emitidos por las
COMPIN de todo el país, tal como lo dispone el DS Nº 101/68 del
MINTRAB.
• Establecer un protocolo común para el envío de la información
de los casos a evaluar, desde los organismos administradores a las
COMPIN.
AGRADECIMIENTOS
Quisiera agradecer al equipo del DSO, especialmente a la Dra.
Verónica Muñoz, a la Dra. Heidi Wolf y al Ing. Juan Pablo Espina,
creadores del sistema de información en el que se sustenta esta
investigación. A la Dra. Paulina Pino, docente de la Escuela de
Salud Pública de la Universidad de Chile y a la Dra. Verónica
Herrera, directora de Salud Preventiva y Curativa de la Gerencia de
Salud de la ACHS, por sus valiosos aportes. A la Dra. Danuta Rajs
y la EU Patricia Grau, del Departamento de Estadísticas del
MINSAL, por su colaboración en la validación de la base de datos
y, por último, a la SEREMI de Salud RM, institución en la que
trabajo, que facilitó el tiempo y la información necesaria para llevar
a cabo este estudio.
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Artículo Original
Burnout, Autoeficacia y Estrés en Maestros Peruanos: Tres
Estudios Fácticos
BURNOUT, SELF-EFFICACY AND STRESS IN PERUVIAN TEACHERS: THREE FACTICAL STUDIES
Manuel Fernández Arata
Psicólogo, Dr. en Educación, Universidad de San Martín de Porres Lima, Perú.
RESUMEN
ABSTRACT
Este trabajo resume tres estudios realizados en 929 profesores (617
mujeres y 312 hombres) de escuelas primarias y secundarias de Lima,
Perú. Las variables fueron: estresores, personalidad de tipo A, burnout,
satisfacción en el trabajo, autoeficacia, orientación a metas, estrategias
de aprendizaje y desempeño del profesor.
Los instrumentos empleados en estos estudios fueron: Cuestionario de
Fuentes de Presión Laboral (Travers y Cooper 1997); Inventario de
Auto-reporte de Conducta tipo A de Blumenthal (León y Sirlopù
1995), MBI (Maslach y Jackson 1981), Escala de Satisfacción Laboral
(Warr et al. 1979), Cuestionario de Orientación a la Meta del Profesor
(Matos 2005; Midgley et al. 2000; Matos 2005); Cuestionario de
Estrategias Motivadas de Aprendizaje (Matos 2005; Pintrich y De
Groot 1991); Escala de Auto-eficacia Percibida (Tschannen-Moran y
Woolfolk 2001 ); y el Cuestionario de Auto-reporte del Desempeño
Docente (Fernández 2002; Fernández 2008).
Los resultados muestran la existencia de un elevado nivel de burnout
en los profesores, que fue más alto en los de escuela primaria que en
los de secundaria. Se encontró una significativa relación entre los
estresores, conducta tipo A, satisfacción en el trabajo y variables de
desempeño docente, tales como la auto-eficacia percibida, que puede
verse como un factor protector contra el burnout. Los resultados se
analizan de conformidad con las metas de los estudios.
This paper resumes three studies carried out in 929 teachers (617
women y 312 men) of the elementary and secondary schools of Lima,
Perú. The variables were: stressors, personality type A, burnout, job
satisfaction, self-efficacy, goal orientation, learning strategies and
teacher performance.
The instruments used in these studies were: Source Job Pressure
Questionnaire (Travers y Cooper 1997); Self-Report Type A Inventory
of Blumenthal (León y Sirlopù 1995); MBI (Maslach y Jackson 1981);
Job Satisfaction Scale (Warr et al. 1979); Teacher Goal Orientation
Questionnaire (Matos 2005; Midgley et al. 2000); Motivated Strategies
for Learning Questionnaire (Matos 2005; Pintrich y De Groot 1991);
Teacher’s Perceived Efficacy Scale (Tschannen-Moran y Woolfolk
2001); and Teaching Performance Self-Report Questionnaire (Fernández
2002; Fernández 2008).
The results show the existence of a high level of burnout in the
teachers, that was higher in elementary than in secondary schools
teachers. It was founded a significative relationship among stressors,
behavior type A, burnout, job satisfaction and teacher-performance
variables, such as the perceived self-efficacy that can be seen as a
protector factor of burnout. The results are discussed according to the
goals of the studies.
(Fernández M, 2008. Burnout, Autoeficacia y Estrés en Maestros
Peruanos: Tres Estudios Fácticos. Cienc Trab. Oct-Dic; 10 (30): 120-125).
Descriptors: BURNOUT, PROFESSIONAL; FACULTY; SELF EFFICACI,
PERU.
Descriptores: AGOTAMIENTO PROFESIONAL, DOCENTES, AUTOEFICACIA, PERÚ.
INTRODUCCIÓN
El docente peruano ha sido poco explorado en su realidad psicológica y sociológica. Se sabe de él que sus ingresos, cuando trabaja
para el estado, son reducidos pero que pueden ser sustantivamente
mejores dependiendo de la institución privada donde labore; se
sabe asimismo que las condiciones de trabajo que lo rodean pueden
ser muy dispares si se desempeña en un colegio privado o en uno
estatal. Se sabe igualmente que los niveles de formación suelen ser
Correspondencia / Correspondence
Manuel Fernández Arata
Universidad de San Martín de Porres
Dirección: Av. Tomás Marsano Nº 242, Lima 34, Perú.
Tel: (51 1) 5136300 Anexo 2012
e-mail: [email protected]
Recibido: 13 de octubre de 2008 / Aceptado: 28 de noviembre del 2008
120
muy variados, pudiendo ir desde la excelencia hasta la deficiencia
punible. Y probablemente se intuyen algunas cosas más, como por
ejemplo su insatisfacción con el prestigio social que la profesión de
docente tiene, con los haberes percibidos y con el pluriempleo que
parece ser la norma en la realidad del docente peruano.
El trabajo docente en casi todo el mundo es una condición asociada
a niveles de estrés que en algunos casos pueden ser muy altos
(Golembiewski et al. 1983). La actividad docente parece tener como
un componente inherente a ella la potencialidad del estrés, de la
fatiga y de estados de desasosiego interior, que en los últimos años
se han estudiado bajo la denominación de burnout.
Fue precisamente este tema del burnout uno de los primeros que
exploró el autor en el estudio cuyos resultados fueron presentados
en el libro “Realidad psicosocial del maestro de primaria” (2002),
llevado a cabo en una muestra de 264 maestros de primaria, 51
varones y 213 mujeres, que llamaremos Estudio I. En esta investigación, se estudiaron las siguientes variables: 1) fuentes de presión
laboral; 2) personalidad tipo A; 3) burnout; 4) satisfacción laboral;
y 5) percepción del desempeño docente.
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La presión laboral suele ser muy elevada en el mundo del trabajo.
Las fuentes de presión laboral se relacionan con el fenómeno del
estrés que es definido como una respuesta a los sucesos que
amenazan o ponen en conflicto a una persona (Feldman 1998). El
suceso debe ser percibido como una amenaza y debe carecerse de
recursos para enfrentarlo adecuadamente, pudiendo ser, sin
embargo, estresantes en ocasiones, pero no en otras (Folckman et
al. 1986).
Travers & Cooper (Travers y Cooper 1997) definen los estresores en
el trabajo docente como atribuciones que el docente suele ver como
causas potenciales de estrés en las diferentes situaciones que
enfrenta en su trabajo.
La personalidad tipo A implica agresividad, competitividad, un
sentido de extrema urgencia, e intolerancia y orientación al éxito
que en muchos casos pueden llevar a cuadros cardiacos coronarios
(Friedman y Rosenman 1974). Los sujetos con personalidad tipo A
son muy competitivos, ambiciosos, extremadamente trabajadores,
exigentes consigo mismo y con los demás, comprometidos en
varias actividades a la vez, que son consideradas como urgentes, lo
cual genera tensión (Mattews, 1988).
El burnout, es un síndrome de agotamiento emocional, despersonalización y falta de realización personal en el trabajo (Maslach y
Jackson 1981). Desde la perspectiva psicosocial, el estrés relacionado con el trabajo puede llevar a una persona a dar un trato mecanizado, deshumanizado a las personas con las cuales trabaja y
percibir disminuida su habilidad para lograr éxito en el trabajo
(Maslach y Jackson 1981). Es considerada también una respuesta al
estrés laboral que se manifiesta en actitudes y sentimientos negativos hacia las personas con las que trabaja y hacia el propio rol
profesional.
Cherniss (Cherniss 1992) sostiene que existe relación entre los sentimientos de autoeficacia, compromiso y motivación, y entre aquellos y el estrés, de tal forma que los sujetos con fuertes sentimientos
de autoeficacia percibida experimentan menos estrés en situaciones
amenazantes.
La satisfacción laboral es definida como la relación afectiva que
manifiesta el maestro hacia diferentes aspectos implicados en su
actividad docente (Warr et al. 1979). Está asociada, asimismo, con
un conjunto de factores como las recompensas justas, adecuadas
condiciones laborales y buenos compañeros de trabajo (Robbins
1994).
El desempeño docente se define como la autovaloración que el
maestro realiza de la calidad y efectividad del conjunto de acciones
que lleva a cabo en el marco de sus actividades laborales y que
comprende, entre otros, la preparación y dictado de clases, la elaboración y calificación de evaluaciones, la participación en programas
de capacitación, la interacción con estudiantes, autoridades, colegas
y padres de familia (Fernández 2002).
El segundo estudio, al que denominaremos Estudio II (Fernández
s.f), se llevó a cabo con 352 profesores de educación secundaria,
172 varones y 180 mujeres. Se investigaron las variables burnout y
autoeficacia percibida. A lo largo de sus muchos años de trabajo
Bandura ha explorado los orígenes, las expresiones y las variaciones de la autoeficacia percibida como constructo psicológico
(Bandura 1986; Bandura 1997; Bandura 2001).
Para este trabajo fue de mucha utilidad la formulación de
Tschannen-Moran & Woolfolk (Tschannen-Moran y Woolfolk
2002), dos investigadoras de este concepto en muestras norteamericanas, que definen la autoeficacia percibida del maestro como el
conjunto de creencias que éste tiene acerca de su propia capacidad
para obtener metas deseadas en el proceso de aprendizaje de los
estudiantes, aun entre aquellos que están desmotivados o que
suelen ser llamados estudiantes difíciles. Plantean asimismo que
comprende tres dimensiones: 1) eficacia percibida en el manejo del
estudiante; 2) eficacia percibida en las prácticas instruccionales; y
3) eficacia percibida en el manejo del salón de clase.
Se ha enfatizado el factor autoeficacia percibida porque se estima
que es un factor “reductor”, “amortiguador” del estrés, al hacer que
la persona se sienta a la altura de los desafíos que enfrenta. La autoeficacia percibida supone que el individuo tiene una valoración
positiva de sus capacidades referidas a la situación que tiene al
frente, y que por tanto la ansiedad, la incertidumbre o el temor se
encuentran en niveles que no interfieren con su desempeño.
El tercer estudio, al que denominaremos Estudio III (Fernández
2008), se realizó en una muestra de 313 maestros de primaria, 89
varones y 224 mujeres. Se investigó la variable desempeño docente
en relación con orientación a la meta, estrategias de aprendizaje y
autoeficacia percibida.
La orientación a la meta es un proceso psicológico mediante el cual
se establece en la conciencia de una persona un propósito determinado que lleva al desarrollo de una estrategia de conducta (Ames
1992a, Ames 1992b; Linnenbrink y Pintrich 2000). En el ambiente
educativo dos metas de logro han sido diferenciadas en los patrones
del proceso motivacional: las de aprendizaje y las de rendimiento.
Los maestros con orientación a la meta de aprendizaje consideran
que los errores forman parte del proceso de aprendizaje, proporcionan tareas novedosas y desafiantes, reconocen el esfuerzo de los
estudiantes, los supervisan fuera del aula y les dan oportunidades
para mejorar sus tareas (Kaplan, 2002; Roreser, 2002; en Matos
2005). Promover metas de aprendizaje en el salón de clases está
asociado con logros académicos en los estudiantes (Matos, 2005).
Las estrategias de aprendizaje son actividades mentales que se
utilizan en situaciones específicas de aprendizaje, las cuales facilitan la adquisición de conocimientos. Implica el control del propio
pensamiento para resolver situaciones problemáticas (Derry y
Murphy 1986; Beltrán 1996).
Las estrategias de aprendizaje más utilizadas son: el ensayo, el
repaso, la elaboración, la organización y la metacognición (Puente
2003). Su uso en el salón de clases permite al maestro introducir un
método pedagógico a fin de que los estudiantes se familiaricen
progresivamente con ellas hasta que las puedan utilizar de manera
automática (Gallego 1997).
Los problemas que abordan los tres estudios aquí referidos son los
siguientes: 1) la percepción que el docente tiene de su propio
desempeño; y 2) los niveles de burnout del docente eventualmente
asociado a su labor pedagógica. Ambos hasta ahora no han sido
tratados en la literatura especializada peruana, que más bien se ha
concentrado en la realidad del estudiante.
Ambos temas (que en el caso de la percepción del desempeño
docente abarcan el nivel de autoeficacia, las estrategias de aprendizaje y la motivación centrada en el aprendizaje; y, en el del burnout,
comprende la personalidad tipo A, la satisfacción laboral y las
fuentes de presión laboral) fueron seleccionados dada su importancia en el trabajo concreto del docente, pero también en el rendimiento de los alumnos.
Los objetivos de nuestras investigaciones han sido las siguientes:
a) Describir la influencia de la autoeficacia percibida en el burnout
y en el desempeño docente.
b) Establecer la relación existente entre el desempeño docente y las
variables asociadas al estrés y al aprendizaje.
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Artículo Original | Fernández Manuel
Las hipótesis que se han querido verificar fueron:
a) La autoeficacia percibida influye en la presencia/ausencia del
burnout y en el desempeño docente.
b) Las variables relacionadas al estrés (fuentes de presión laboral,
personalidad tipo A, y burnout) tienen una relación inversa con
el desempeño docente.
c) Las variables relacionadas con el aprendizaje (orientación a la
meta, estrategias de aprendizaje y autoeficacia percibida) tienen
una relación positiva con el desempeño docente.
Estos resultados justifican la apreciación de que el trabajo docente
en el Perú, por las inadecuadas condiciones laborales, el escaso
reconocimiento profesional y social que le otorga la sociedad en su
conjunto, así como por las condiciones particularmente duras en
Tabla 1.
Análisis de tabulación cruzada entre el nivel educativo y etapas del
Burnout.
Etapas del Burnout
I
METODOLOGÍA
II
Las muestras de los estudios I y III fueron bietápicas y la muestra
del estudio II fue no probabilística. Se evaluaron 929 profesores en
los tres estudios, de los cuales 312 fueron varones y 617 mujeres.
El rango del tiempo de servicios iba de 1 a más de 20 años de experiencia,
En cuanto al diseño, el primer estudio es explicativo ex post facto
en tanto que el segundo y el tercero son correlacionales.
Las variables del primer estudio fueron: fuentes de presión laboral,
conducta tipo A, burnout, satisfacción laboral y percepción de
desempeño docente. Las del segundo estudio fueron: burnout y
autoeficacia percibida. Las variables del tercer estudio fueron
orientación a la meta, estrategias de aprendizaje, autoeficacia
percibida y percepción del desempeño docente.
Se utilizaron, en los diferentes estudios, los siguientes instrumentos: Cuestionario de Fuentes de Presión Laboral (Travers y
Cooper 1997, Estudio I); Inventario de Autorreporte de Conducta
tipo A de Blumenthal (León y Sirlopù 1995, Estudio I), MBI
(Maslach y Jackson 1981, Estudios I y II); Escala de Satisfacción
Laboral (Warr et al. 1979, Estudio I), Escala de Autoeficacia
Percibida (Tschannen-Moran y Woolfolk 2001, Estudios II y III);
Cuestionario de Orientación a la Meta del Maestro (Matos, 2005;
Midgley et al. 2000; Estudio III); Cuestionario de Estrategias de
Aprendizaje de Pintrich & col. (Matos 2005, Estudio III); y el
Cuestionario de Autorreporte del Desempeño Docente (Fernández
2002, Fernández 2008, Estudios I y III). Todas las pruebas utilizadas tienen validez y confiabilidad de acuerdo al análisis psicométrico realizado.
RESULTADOS
III
IV
V
VI
VII
VIII
Total
Nivel educativo
Primaria
23
8.7%
25
9.5%
48
18.2%
25
9.5%
29
11.0%
55
20.8%
29
11.0%
30
11.4%
264
100.0%
Total
Secundaria
84
23.9%
35
9.9%
27
7.7%
30
8.5%
44
12.5%
20
5.7%
40
11.4%
72
20.5%
352
100.0%
107
17.4%
60
9.7%
75
12.2%
55
8.9%
73
11.9%
75
12.2%
69
11.2%
102
16.6%
616
100.0%
X2 = 70.10 G. L. = 7 p = .0001
las que se suele cumplir la labor docente, es un fuerte generador
de estrés.
En el Gráfico Nº 1 se puede observar las diferentes interacciones
de las variables estudiadas, que revela que todas ellas están
directa o indirectamente relacionadas.
Se aprecia, por un lado, que a mayores puntajes en fuentes de
presión laboral y personalidad tipo A le corresponde puntajes
menores en satisfacción laboral y percepción de desempeño
docente y, por otro, que a mayores puntajes en fuentes de presión
laboral y personalidad tipo A le corresponde también mayores
puntajes en agotamiento emocional y despersonalización, pero
menores puntajes en realización personal del Síndrome de
Burnout.
Estudio I
En el primer estudio se encontró que el 43,2% de los maestros de
primaria encuestados presentaban niveles elevados de burnout (ver
Tabla 1).
En la Tabla 1, los resultados han sido agrupados de acuerdo con el
modelo de Golembiewski (Golembiewski et al. 1993). Como puede
verse, en las fases VIII, VII y VI, que indican un alto nivel de
burnout, se encuentra el 43,2% de los maestros. De acuerdo con
este autor, sin embargo, quienes se encuentran en los niveles III, IV
y V, si se mantienen las condiciones actuales de trabajo, tienen una
alta probabilidad de riesgo de evolucionar hacia los niveles superiores.
En esta misma tabla se observa que un 36,6% de los maestros de
secundaria que participaron en el estudio tenía un elevado nivel de
burnout, lo cual contrasta con el resultado encontrado en maestros
de primaria (43,2%).
122
Tabla 2.
Correlaciones entre las áreas del MBI y la Percepción de la eficacia de
los maestros en el Nivel secundario.
Variables
Eficacia percibida en
el ajuste del estudiante
Eficacia percibida en las
prácticas instruccionales
Eficacia percibida en el
manejo del salón de clase
Eficacia percibida total
de los maestros
** p < .05 *** p < .001
Agotamiento
Emocional
Despersonalización
Realización
Personal
-0.23 ***
-0.26 ***
0.37 ***
-0.15 **
-0.27 ***
0.25 ***
-0.20 ***
-0.27 ***
0.23 ***
-0.21 ***
-0.29 ***
0.31 ***
N = 352
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Gráfico 1.
Interacción de las variables.
1
Satisfacción
Laboral
e4
-.05
-.49
.01
Presión
Laboral
Despersonalización
.11
.05
Agotamiento
Emocional
1
1
e2
1
e3
-.07
e1
.09
.08
-.06
Personalidad
Tipo A
-.06
Realización
Personal
-.52
-1.17
.35
Análisis de Senderos
Chi-cuadrado = 12,866
G.L. = 8
p = ,117
Desempeño
Estudio II
En el segundo estudio encontramos correlaciones significativas
inversas entre las tres dimensiones de autoeficacia percibida y las
dimensiones agotamiento emocional y despersonalización del
burnout; y correlaciones positivas igualmente significativas entre
las tres dimensiones de autoeficacia percibida y la dimensión realización personal del burnout. Esto significa que a mayores puntajes
en autoeficacia percibida, menor burnout y viceversa.
1
e5
con la autoeficacia percibida, orientación a la meta de aprendizaje
y estrategias de aprendizaje. Si bien no se ha graficado, podemos
agregar que un análisis más detenido de la variable autoeficacia
percibida permitió reconocer que a partir de los 21 o más años de
servicios el nivel de autoeficacia se elevaba significativamente,
mientras que en aquellos profesores que tenían poco tiempo de
servicio, por ejemplo 5 o 10 años, se encontraba que la autoeficacia
percibida presentaba puntajes promedios significativamente
menores.
Estudio III
En el tercer estudio consideramos que los dos aspectos importantes
a tratar son desempeño docente y autoeficacia percibida siguiendo,
en el caso de este último concepto, la clasificación de TschannenMoran & Woolfolk (Tschannen-Moran y Woolfolk 2001), a las que
hemos hecho referencia anteriormente.
La Tabla Nº 3 resume las relaciones entre las variables. Como puede
observarse el desempeño docente correlaciona significativamente
Tabla 3.
Matriz de correlaciones entre las variables estudiadas.
Variables
Orientación a Orientación a Estrategias Autoeficacia
la meta de
la meta de
de
percibida
rendimiento aprendizaje aprendizaje
Orientación a la
meta de aprendizaje 0.30 ***
Estrategias de
aprendizaje
0.18 ***
Autoeficacia
percibida
0.09
Desempeño Docente
0.10
***p < .001
n = 313
0.51 ***
0.31 ***
0.38 ***
0.30 ***
0.55 ***
0.27 ***
DISCUSIÓN
El nivel de estrés encontrado en la muestra puede ser considerado
como elevado (43,2% en maestros de primaria y 36,6% en maestros de secundaria), algo que puede entenderse en el contexto de la
realidad socioeconómica y laboral de los profesores peruanos. Los
resultados observados en el análisis de senderos (Gráfico 1) y las
correlaciones consignadas en las Tablas 2 y 3 ha permitido
comprobar la primera hipótesis, la segunda hipótesis es comprobada por el análisis de senderos (Gráfico 1), mientras que la tercera
hipótesis ha sido verificada en los estudios correlacionales que
figuran en la Tabla 3.
Es así que vemos que la autoeficacia percibida es un factor
“protector” o “amortiguador” del estrés (Domenech 2006; Lynn
2007; Schwarzer y Hallum 2008). La convicción de estar a la altura
de los desafíos que plantea la tarea que se tiene al frente, la sensación de poseer los recursos cognitivos, sociales, emocionales para
resolverlos, constituirían una suerte de reductor del potencial
efecto estresante, permitiendo un desempeño adecuado y un
manejo efectivo de la ansiedad. La autoeficacia percibida vinculada al trabajo cumpliría pues esta función. No debe olvidarse que
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Artículo Original | Fernández Manuel
el trabajo, el tipo del mismo y el status derivado de él, constituyen
uno de los elementos centrales de la identidad y autoestima en el
mundo moderno.
Los maestros con alto nivel de autoeficacia percibida muestran
elevados niveles de planeamiento, organización y entusiasmo
(Allinder, 1994; Tschannen-Moran y Wolfolk 2002). De acuerdo con
lo que se sabe estos maestros son abiertos a nuevas ideas y a experimentar métodos para mejorar las necesidades de los estudiantes
(Tschannen-Moran y Woolfolk 2002); es probable que estas características sean las que han hecho que un porcentaje de los maestros
presentaran menores niveles de burnout, como también el hecho de
que utilizan juicios eficaces para evaluar recursos y limitaciones en
la enseñanza y de que buscan otros tipos de recursos que les
permitan presentar clases retadoras. Se sabe además que utilizan
una amplia variedad de estrategias de enseñanza y persisten con
estudiantes que tienen dificultades (Bandura 1997; TschannenMoran y Woolfolk 2002), lo cual juega un rol decisivo en su propia
percepción de autoeficacia.
La literatura internacional reporta que los niveles de autoeficacia
percibida correlacionan positivamente con la creación de un
ambiente en el salón de clase centrado en el esfuerzo y el aprendizaje (Henson 2002; Deemer 2004), asimismo, la autoeficacia
percibida correlaciona positivamente con el empleo de estrategias
de aprendizaje (Pintrich y De Groot, 1990). En nuestro trabajo
hemos podido encontrar que la autoeficacia percibida no sólo es
un factor protector del burnout sino que también va correlacio-
124
nada con la percepción de un mayor éxito en el cumplimiento de
la tarea pedagógica.
CONCLUSIONES
1) Elevados niveles de autoeficacia percibida tiene una influencia
significativa en los bajos niveles de burnout y altos niveles de
percepción del desempeño docente.
2) Las variables relacionadas con el estrés –fuentes de presión
laboral, personalidad tipo A y burnout (agotamiento emocional,
despersonalización y baja realización personal)- tienen una relación
inversa con la percepción del desempeño docente.
3) Las variables relacionadas con el aprendizaje –orientación a la
meta de aprendizaje, estrategias de aprendizaje y autoeficacia percibida- tienen una relación positiva con la percepción del desempeño
docente.
Como sugerencia proponemos el desarrollo de estrategias de intervención para que maestros con elevados niveles de estrés puedan
incorporar competencias que les permitan afrontar con mayores
recursos los desafíos del trabajo educativo.
Fuentes de financiamiento: Instituto de Investigación, Escuela
Profesional de Psicología, Universidad de San Martín de Porres.
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Artículo Original
Un Estudio Exploratorio Sobre Estresores Laborales
en Conductores de Transporte Público Colectivo en el
Estado de Morelos, México
AN EXPLORATORY STUDY ON OCCUPATIONAL STRESSORS IN PUBLIC TRANSPORT DRIVERS IN THE STATE OF
MORELOS, MEXICO
Carla C. Lima Aranzaes1, Arturo Juárez García2.
1. Licenciada en Administración de Empresas, optando al título de Maestra en Psicología, Universidad Autónoma del Estado de Morelos, Facultad de Psicología.
2. Doctor en Psicología, Universidad Autónoma del Estado de Morelos, Facultad de Psicología.
RESUMEN
ABSTRACT
Objetivo. Identificar los estresores percibidos por los conductores de
transporte público colectivo del municipio de Cuernavaca del
Estado de Morelos, México.
Material y métodos. Se realizó una entrevista semiestructurada a
191 conductores de transporte público colectivo de las principales
líneas de servicio público.
Resultados. Se evidenció la presencia de quince estresores principales en la muestra de estudio, entre los que se destaca el tráfico, la
presión de tiempo que tienen los conductores y la presión por completar una suma de dinero determinada diariamente.
Conclusiones. El estudio identificó estresores similares a los reportados en otras investigaciones realizadas en poblaciones semejantes, así como estresores propios del contexto. Se sugieren futuros estudios que relacionen a estos estresores con variables de salud
física y mental en conductores de transporte público.
Objective. To identify stressors perceived by collective public transport
drivers from the municipality of Cuernavaca, Morelos, Mexico.
Material and methods. A semi structured interview was conducted to
191 collective public transport drivers of the main public service
transportation.
Results. It was revealed the presence of fifteen major stressors in the
sample survey, which includes traffic, the time pressures that drivers
usually have and the pressure to complete daily a certain amount of
money.
Conclusions. The study identified stressors similar to those reported in
other investigations carried out in similar populations, as well as
specific stressors of the study context. It is suggested that future studies
relate these stressors with other variables such as physical and mental
health in collective public transport drivers.
(Lima C, Juárez A, 2008. Un Estudio Exploratorio Sobre Estresores
Laborales en Conductores de Transporte Público Colectivo en el Estado
de Morelos, México. Cienc Trab. Oct-Dic; 10 (30): 126-131).
Descriptors: BURNOUT, PROFESSIONAL/PSYCHOLOGY; TRANSPORTATION /HUMAN RESOURCES; MEXICO.
Descriptores: AGOTAMIENTO PROFESIONAL/PSICOLOGÍA, TRANSPORTES/RECURSOS HUMANOS, MÉXICO.
INTRODUCCIÓN
El interés por el estrés, sus características y consecuencias se ha
incrementado en años recientes. El estrés laboral es reconocido
actualmente tanto como una amenaza para la salud de los trabajadores de diversos oficios como para el buen funcionamiento de las
organizaciones en las que trabajan (OMS 2004).
Debido a los cambios generados por la globalización y las nuevas
formas de trabajo, los trabajadores en los países en desarrollo deben
Correspondencia / Correspondence
Carla C. Lima Aranzaes
Universidad Autónoma del Estado de Morelos, Facultad de Psicología.
Unid. Habitacional Teopanzolco, Mza C Ed 16 Depto. 302,
Colonia Teopanzolco, CP 62350, Cuernavaca, Morelos.
Tel: (52 777) 2341751
e-mail: [email protected]
Recibido: 13 de octubre de 2008 / Aceptado: 28 de noviembre de 2008
126
hacer frente a un aumento en el estrés laboral. A pesar de que se
han realizado investigaciones en estos países, más específicamente
en el caso de América Latina, existe poca conciencia sobre el estrés
laboral e insuficientes recursos para combatirlo (OMS 2008).
En los países en desarrollo la mayor parte de la fuerza de trabajo
pertenece al sector informal de la economía, son subempleados de
individuos u organizaciones que carecen de los recursos para protegerlos del estrés laboral. Por otro lado no existen políticas referentes
a riesgos psicosociales y estrés laboral que permitan tratar esta
problemática (OMS 2008).
En México no se tienen cifras exactas del número de personas que
padecen estrés en el ambiente laboral, ni qué enfermedades desencadena. Hasta el momento el estrés no ha sido catalogado como una
enfermedad, a pesar de ser precursor de diversos padecimientos
crónico-degenerativos como la obesidad, hipertensión y diabetes,
entre otros (Gutiérrez 2006).
Existe una amplia bibliografía referida al estrés a partir del trabajo
de investigadores y profesionales de campos científicos como la
medicina, la psicología y la sociología, lo que ha impedido en
consecuencia una concordancia en cuanto a la definición de estrés
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Artículo Original | Un Estudio Exploratorio Sobre Estresores Laborales en Conductores de Transporte Público Colectivo en el Estado de Morelos, México
y sus propiedades esenciales (Ivancevich y Matteson 1992).
La definición de estrés a considerarse en adelante hace referencia a
un proceso complejo, multivariado y representativo de un sistema
de retroalimentación; el estrés es, entonces, el resultado de una relación entre el individuo y el entorno que es evaluado como amenazante o desbordante de los recursos que posee y que pone en peligro
su bienestar (Lazarus y Folkman 1984), de la misma forma se entenderá que el termino estrés empleado en adelante hace referencia el
estrés disfuncional o distrés que es aquel estrés que produce una
sobrecarga de trabajo no asimilable que desencadena un desequilibrio fisiológico y psicológico ocasionando reducción en la productividad del individuo, aparición de enfermedades psicosomáticas y
envejecimiento acelerado (Selye 1979).
Es difícil considerar alguna ocupación, profesión u oficio que no
implique estrés, dada la rapidez y las exigencias en las cuales están
inmersas las personas (Martínez 2008). No fue hasta la mitad del
siglo XX que empezó la investigación en salud ocupacional de
conductores de transporte urbano, los trabajos publicados por
Morris y colaboradores (1953 citados en Tse, Flin & Mearns, 2006)
establecieron la naturaleza nociva potencial de la conducción
profesional, hecho que permanece vital hoy en día.
En el 2004, en la Ciudad de México, el conductor de transporte
público realizaba al día cerca de 31 millones de viajes para 11
millones de usuarios (Nec. Prog., 2004). Arteaga (2004, citado en
Nec. Prog., 2004) calificaba de perverso el sistema de obtención de
ganancias para los dueños de las unidades de transporte concesionado ya que el mayor beneficio es para ellos en tanto que los
conductores tienen intensas jornadas de trabajo de hasta 16 horas,
enfrentando posibilidades de siniestros por circunstancias de
tiempo, distancia, condiciones viales, maniobras de ascenso y
descenso, cobro, acomodo de usuarios, disputa por el pasaje y atención mecánica de la unidad, todo ello, careciendo de seguridad
laboral y habilitación profesional.
Los conductores o choferes de transporte público en México (véase,
por ejemplo, Salinas 2008) son reprobados en su actuar y criticados
por su cinismo sin considerar las presiones ejercidas sobre ellos, la
persecución de agentes viales y la falta de garantías a su trabajo.
La conducción de transporte público urbano constituye uno de los
oficios más estresantes (Evans y Carrere 1991). El estrés y el manejo
de vehículos están íntimamente vinculados: el estrés modula en
buena medida la forma de conducir de las personas y puede ser la
causa de un número considerable de accidentes y además puede
ocasionar efectos negativos en el conductor como generación de
mayores niveles de hostilidad y de comportamientos competitivos;
mayor tendencia a la impaciencia, toma de decisiones arriesgadas y
conducción imprudente; disminución de la concentración; y el efecto
negativo que tiene el uso incontrolado de fármacos, alcohol u otras
sustancias que se pueden utilizar para reducir el estrés (Isoba 2002).
Al tratarse de estudios de investigación, es más fácil obtener
medidas de los estresores. Los estresores son aquellas demandas
físicas o psicológicas a las que el individuo responde (Quick, Quick,
Nelson & Hurrell, 1997 citados en Landy & Conte, (Landy y Conte
2005)). Considerando que la condición de estresor depende de la
apreciación que cada persona hace de una situación en específico,
es casi imposible elaborar una lista estricta de estresores y de sus
consecuencias, pero es posible identificar un conjunto de estresores
a distintos niveles, sean organizativos o extraorganizativos (Dolan
et al. 2005).
Existen muchas cosas en el ambiente de trabajo que pueden ser
estresantes. Algunas son circunstancias que pueden presentarse en
la mayoría de las ocupaciones como, por ejemplo, la sobrecarga de
trabajo y otras son específicas para una ocupación en particular
(Spector 2006).
El estresor antecedente es un requisito necesario para que se dé la
experiencia de estrés y por tanto ilustra la importancia de identificar, conocer y registrar los estresores del lugar de trabajo cuando
originan consecuencias negativas (Ivancevich y Matteson 1992).
Davis y Newstrom (Davis y Newstrom 2003) sostienen que casi
cualquier factor laboral puede originar estrés y es así que algunos
puestos podrían generar más estrés que otros. De esta forma el
estrés laboral en los conductores de transporte urbano es un
problema emergente, recientes estudios analizan sus causas para
actuar preventivamente; sin embargo, a pesar de que se puede
contar actualmente con documentación relacionada a investigaciones realizadas en tema de causas y consecuencias del estrés
laboral en países desarrollados e industrializados, el problema está
aún lejos de ser resuelto y aun más, existen muy pocos datos disponibles de países en desarrollo (OMS 2008).
Por lo anterior, el objetivo del presente estudio exploratorio fue el
de identificar los estresores percibidos por los conductores de transporte público colectivo del municipio de Cuernavaca del estado de
Morelos, con el propósito de contribuir a las escasas investigaciones
realizadas hasta el momento en temas de estrés laboral y promover
programas de prevención en salud y seguridad ocupacional así
como generar conciencia de sus diversas consecuencias en la
calidad de vida de los conductores.
MATERIAL Y MÉTODOS
Tipo de investigación y diseño: El estudio fue de tipo exploratorio,
descriptivo y transversal; con una metodología mixta, es decir,
cuali-cuantitativa ya que se realizaron preguntas abiertas y los
datos obtenidos fueron agrupados por frecuencia para un mejor
análisis.
Procedimiento: Se explicó el objetivo del estudio a los encargados
de cada línea de servicio público colectivo con el fin de obtener su
autorización para entrevistar a los conductores disponibles.
Sujetos: La población objeto de estudio estuvo conformada por los
conductores de transporte público colectivo del municipio de
Cuernavaca del Estado de Morelos de las principales líneas de
servicio público colectivo; el tamaño de la muestra estuvo definido
en función a la cantidad de los sujetos que desearon voluntariamente participar en el estudio; la elección de los individuos
dependió de circunstancias fortuitas.
Se logró entrevistar a 191 conductores varones. La edad mínima
registrada fue de 19 años, y el conductor de más edad entrevistado
reportó 67 años; la edad promedio de la muestra fue de 35 años,
siendo la de 36 años la más frecuente. Por otro lado, en relación a
la escolaridad, más del 50% de la muestra tiene una formación
igual o menor a la secundaria.
Instrumento: Se realizó una entrevista semiestructurada cuyas
primeras preguntas estuvieron orientadas a indagar aspectos sociodemográficos y características de la población objeto de estudio; las
últimas preguntas y las más importantes intentaron identificar los
estresores percibidos, así como su peso o valor en cuanto a su
contribución a los niveles de estrés de los conductores: “¿Cuáles son
las situaciones que lo ponen tenso, irritado, molesto o que lo preocupan en el trabajo?”, “Si ordenáramos las situaciones que acaba de
mencionar, ¿cuál es la que más tenso lo pone?”.
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RESULTADOS
En base a las entrevistas realizadas se logró caracterizar el sector de
estudio como sigue:
Edad de obtención de licencia de conducir: De acuerdo al
Reglamento de Tránsito del Estado de Morelos (México. Gobierno
del Estado de Morelos 1998) los menores de dieciocho años, pero
mayores de dieciséis pueden conducir previo permiso otorgado por
la oficina de tránsito; de esta forma los conductores señalaron
haber obtenido la licencia como sigue: 2% (antes de los 16 años),
14% (entre 16 y 18 años) y 84% (siendo mayores de 18 años).
Edad en la que empezaron a conducir transporte público colectivo:
Asimismo llama la atención el hecho de que se registraron edades
tempranas en las cuales los conductores empezaron a conducir un
transporte público colectivo independientemente de poseer una
licencia de conducir: 7% (antes de los 16 años), 12% (entre 16 y 18
años) y 81% (siendo mayores a los18 años).
Horario de trabajo: Los conductores indicaron no tener un horario
de trabajo establecido por ser muy variables las horas en las cuales
inician y finalizan su jornada laboral; sin embargo, para fines de la
entrevista los conductores procuraron realizar una estimación de su
horario de trabajo. Es así que se identificó tres subgrupos de
acuerdo a los horarios de trabajo: un turno matutino, un turno
vespertino y un turno completo por nombrarlo de alguna forma
(Tabla I).
Primera estimación de horas trabajadas: Se obtuvo para cada
subgrupo una primera estimación de cantidad de horas trabajadas
resultado de la diferencia entre las horas de finalización y las horas
de inicio promedio de sus actividades laborales. En el subgrupo
turno completo se identificó un promedio de 16 horas de trabajo
diarias (Tabla I).
Horas de conducción: En base a la cantidad y duración de circuitos
realizados se obtuvo un estimado del tiempo total de conducción,
identificando que el turno completo es el que mayor cantidad de
horas tiene detrás del volante (Tabla I).
Tiempo de descanso: Al llegar a base, el conductor tiene la posibilidad de tener algún tiempo de descanso, el cual es también
variable y está en función a la cantidad de carros que hay en base
en ese momento y de acuerdo a la frecuencia de salidas de
unidades (Tabla I).
Segunda estimación de horas trabajadas: En función a las horas de
conducción y al tiempo de descanso se realizó una segunda estimación de la cantidad de horas trabajadas encontrando una mayor
jornada laboral en comparación a la primera estimación (Tabla I).
Días trabajados y días de descanso: Los conductores señalaron que
los días de trabajo y descanso varían en función a la necesidad de
dinero que tengan y a la disponibilidad de otro conductor que los
reemplace; de esta forma estimaron la cantidad de días continuos
trabajados antes de tener algún descanso teniendo las siguientes
medias: turno mañana (6 días de trabajo, 1.43 días de descanso),
turno tarde (5.42 días de trabajo, 2 días de descanso), turno
completo (6.46 días de trabajo, 1.88 días de descanso).
En relación a la pregunta, “¿Cuáles son las situaciones que lo ponen
tenso, irritado, molesto o que lo preocupan en el trabajo?”, se
lograron obtener 588 respuestas. Cada uno de los entrevistados
respondió con una serie de situaciones estresoras que posteriormente fueron jerarquizadas por ellos mismos, de la situación que
más tensión le provoca a la que menos.
Valor jerárquico: De los 191 conductores entrevistados, la mayor
cantidad de situaciones estresoras reportadas por una persona fue
de 12, es así que se estableció el valor jerárquico de 12 a las situaciones más estresoras, y en función a la jerarquización realizada por
los conductores, a las segundas situaciones más estresoras se les
asignó el valor 11 y así sucesivamente.
Consolidación de estresores: Así como se reportaron diferentes
estresores de un conductor a otro, también se identificaron estresores comunes a la gran mayoría de ellos; para consolidar la información se agruparon aquellos estresores similares en un solo
estresor, para lo cual se sumó el valor jerárquico de los estresores
similares con el fin de identificar su valor jerárquico total. Una vez
realizada la consolidación de estresores, éstos fueron ordenados de
mayor a menor, de acuerdo a su valor jerárquico total. Es imporCuadro 1.
Estresores percibidos por los conductores de transporte público colectivo del Municipio de Cuernavaca del Estado de Morelos.
No
ESTRESOR
1
2
El tráfico
Presión del mismo tiempo que tiene
uno para checar
Las exigencias de que hay que completar
el dinero de la cuenta
Cuando se le atraviesa un carro a uno
El calor
Los minutos que se los cobran a uno
La gente quiere que los bajemos
a donde ellos quieren
Cuando no hay mucho pasaje
Las manifestaciones son las que te hacen que
luego que te vayas quién sabe hasta dónde
Conductores que nos cierran el paso,
no nos dejan pasar
Que la unidad se descomponga
El pasaje dice que luego les cobran más o que
les cobran menos y quieren pagar menos
Los taxistas no hacen las paradas donde
debería de ser, se paran donde ellos quieren,
no tienen una parada exclusiva para ellos
Cuando el pasajero arremete al operador
verbalmente
Las personas que no se recorren por más
que se les diga
3
4
5
6
7
8
9
10
11
12
13
14
15
VALOR JERÁRQUICO TOTAL
Completo Mañana Tarde
1570
78
56
451
11
34
298
270
201
165
17
27
10
12
147
106
33
10
9
105
95
93
10
21
84
79
77
67
Tabla 1.
Sector de estudio.
Turno
%
Hora Inicio
Media Desv St
Hora Finalización
Media Desv St
Mañana
3,66
5:26
13:00
Tarde
2.62
13:00
0:43
21:00
0:43
8:00
9:31
0:29
0:24
0:09
12:14
Completo
93,72
5:14
0:43
21:26
1:00
16:12
14:07
0:41
0:26
0:13
18:05
128
0:32
0:49
Cantidad estimada
de horas trabajadas
1
7:34
Horas
conduciendo
Media Desv St
8:09
0:34
Tiempo de base
Media
0:23
Desv St
0:05
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Cantidad estimada
de horas trabajadas
2
10:23
Ciencia & Trabajo
Artículo Original | Un Estudio Exploratorio Sobre Estresores Laborales en Conductores de Transporte Público Colectivo en el Estado de Morelos, México
tante señalar que durante todo este proceso se respetó la forma bajo
la cual fueron descritas las situaciones estresoras, es decir, que se
hace referencia a las declaraciones textuales que hicieron los
conductores.
De los 588 estresores identificados inicialmente y tras el proceso
de consolidación de acuerdo a estresores semejantes se logró
extraer finalmente 120 situaciones estresoras, de los cuales se
toma en cuenta para el presente estudio los 15 estresores con
mayor peso o valor jerárquico total para cada turno (Cuadro 1).
De acuerdo al Cuadro 1 se hace necesaria la aclaración de
algunos estresores; en el caso del segundo estresor se hace referencia al tiempo que tienen los conductores para marcar su
tarjeta de control ya que durante los recorridos que realizan
tienen la obligación de marcar o “checar” su tarjeta con los
“checadores” que son personas ubicadas cada cierta distancia con
relojes controladores de asistencia o “relojes checadores”; la
presión de tiempo para “checar” constituye un estresor ya que los
conductores deben pagar una cantidad de dinero por cada
minuto que se retrasen en el marcado de sus tarjetas. En relación
al tercer estresor, se hace referencia a “la cuenta” que constituye
una suma de dinero fija que los conductores deben entregar
diariamente a sus jefes o “patrones” que por lo general son
dueños de los carros; del dinero que recaudan los conductores
diariamente, una cantidad se destina para cubrir “la cuenta”, otra
cantidad se destina para los gastos de diesel o gas, y el saldo, si
hubiese, constituye la ganancia diaria del conductor. La importancia del séptimo estresor radica en que existen paradas designadas para el ascenso y descenso de pasajeros, y también a que
en caso de incumplimiento los conductores reciben infracciones.
Con respecto al octavo estresor, es importante destacar que para
hacer referencia a los pasajeros o usuarios los conductores los
denominan “pasaje”. Finalmente, el décimo quinto estresor hace
referencia a los pasajeros que ingresan al vehículo y no se
desplazan hasta el fondo para dar más espacio a los que subirán
más adelante.
Por último, se obtuvo el porcentaje relativo de cada estresor, para
lo cual el estresor que tuvo el valor jerárquico total más elevado
es el 100% y por una regla de tres se obtuvieron los porcentajes
de los demás estresores como se representa en el Gráfico 1, según
el turno de trabajo.
DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES
Es importante destacar en base a la información recopilada que a
pesar de que existe un reglamento de tránsito, constituye una práctica normal conducir antes de la edad permitida, incurriendo de esta
forma en actos ilegales y por demás inseguros por la inexperiencia
y la poca destreza que pueden tener los conductores a una corta
edad. Asimismo debe resaltarse la diferencia identificada en las estimaciones realizadas de la cantidad de horas trabajadas, la cual
puede deberse en gran parte a que los conductores realizaron estimaciones para todos los parámetros: horarios de trabajo, cantidad
y duración de circuitos realizados y tiempo de descanso.
El estudio logró identificar algunos estresores que fueron reportados
por otras investigaciones bajo otras denominaciones, como se
muestra a continuación en la Tabla 2, lo que confirma de alguna
forma su validez.
Gráfico 1.
Porcentaje relativo de los estresores.
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Tabla 2.
Comparación de estresores reportados.
1
2
4
9
10
13
5
7
12
11
14
Estresor identificado
El tráfico
Presión del mismo tiempo que tiene uno para checar
Cuando se le atraviesa un carro a uno
Las manifestaciones son las que te hacen que luego que
te vayas quién sabe hasta dónde
Conductores que nos cierran el paso, no nos dejan pasar
Los taxistas no hacen las paradas donde debería de ser,
se paran donde ellos quieren, no tienen una parada
exclusiva para ellos
El calor
La gente quiere que los bajemos a donde ellos quieren
El pasaje dice que luego les cobran más o que les cobran
menos y quieren pagar menos
Que la unidad se descomponga
Cuando el pasajero agrede al operador verbalmente
Otras investigaciones
Congestión vehicular (Hanzlíková 2005; Kompier, 1996;Tse et al. 2006)
Cumplir a tiempo los horarios, horarios estrictos (Arrowhead Space & Telecommunications
1999; Garwood y Dorn. 2003; Hanzlíková 2005; Kompier 1996; Tse et al. 2006)
Falta de control, sentimientos de impotencia (Arrowhead Space & Telecommunications 1999)
Factores ambientales externos, temperaturas extremas al abrir y cerrar la puerta (Hanzlíková 2005)
Atender las necesidades, exigencias y seguridad de los pasajeros todo el día (Arrowhead Space &
Telecommunications 1999; Tse et al. 2006)
Problemas mecánicos (Tseet al. 2006)
Trato de los pasajeros (Kompier 1996)
En el caso de los estresores 4, 9, 10 y 13, como muestra la Tabla 2,
éstos corresponden a un estresor más general identificado por otras
investigaciones como la falta de control y sentimientos de impotencia, ya que reflejan precisamente elementos del entorno que los
conductores no pueden controlar. Por otro lado, se identificaron
estresores que son propios del contexto bajo el cual se realizó la
investigación; es así que, por ejemplo, los conductores de la muestra
señalaron como estresor el no tener pasaje cuando Hanzlíková
(Hanzlíková 2005) identificó que, por lo contrario, la gran cantidad
de pasajeros constituía un estresor para una muestra de conductores
de transporte público en los Países Bajos. Otros casos que ejemplifican la particularidad de la población y contexto de estudio son los
estresores 3, 6 y 15 respectivamente, que se refieren a situaciones
particulares del sistema de transporte.
Realizando una revisión de los quince estresores encontrados, es
también posible realizar una agrupación para su mejor entendimiento; de acuerdo a Ivancevich y Matteson (Ivancevich y
Matteson 1992) los estresores pueden ser del ambiente físico, estresores a nivel individual, estresores colectivos, estresores organizacionales y estresores extra organizacionales. De esta forma, son
estresores organizacionales los estresores 2, 3 y 6 pues tienen que
ver con las políticas establecidas por la administración de cada línea
de servicio público. El estresor 5 constituye un estresor del ambiente
físico y el estresor 15 corresponde a un estresor de tipo colectivo
por el conflicto intragrupal que representa la situación. El resto de
los estresores (1, 4, 7, 8, 9, 10, 11, 12, 13 y 14) pueden ser finalmente agrupados como estresores individuales que, de acuerdo a
Ivancevich y Matteson (Ivancevich y Matteson 1992), son los que
están relacionados directamente al papel que desempeñan los
trabajadores o a las tareas que tienen que cumplir.
130
Por la información recopilada en el estudio, se esperaba inicialmente que las condiciones de trabajo como los horarios, las largas
jornadas de trabajo y los cortos tiempos de descanso fueran reportadas como las situaciones más estresantes para los conductores; sin
embargo, el peso o valor jerárquico total de estos estresores fueron
menores, su porcentaje relativo correspondería únicamente a un
4,22%; 0,47% y 2,58%, respectivamente. La baja frecuencia de
percepción de estos estresores podría deberse en parte a que, como
se mencionó inicialmente, en países como México es una práctica
común que la fuerza de trabajo se desarrolle en ambientes informales y con condiciones de trabajo precarias.
A pesar de que los resultados de este estudio sustentan la importancia de examinar aquellas condiciones físicas y psicológicas a las
cuales responde un individuo, algunas limitaciones son inherentes
en el presente estudio. La primera limitación corresponde a la capacidad del estudio de encontrar probables relaciones entre los estresores y otras variables como la salud física y mental de los conductores. Asimismo, futuras investigaciones podrían controlar variables demográficas que podrían afectar los resultados tales como la
edad de los conductores y el tiempo que llevan conduciendo un
transporte público colectivo; de la misma forma, la continuidad de
este estudio podría llegar a relacionar los estresores identificados
con indicadores de salud de tal forma que se pueda demostrar las
consecuencias negativas del estrés y promover programas de
prevención para esta población.
Fuentes de financiamiento: Este trabajo de investigación fue realizado con una beca de la Secretaría de Relaciones Exteriores otorgada por el Gobierno de México.
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Artículo Original
Factores Psicosociales del Trabajo y su Relación con la Salud
Percibida y la Tensión Arterial: Un Estudio con Maestros
Escolares en Bogotá, Colombia
OCCUPATIONAL PSYCHOSOCIAL FACTORS AND THEIR RELATIONSHIP WITH PERCEIVED HEALTH AND ARTERIAL TENSION: A STUDY WITH PRIMARY SCHOOL TEACHERS IN BOGOTA, COLOMBIA
Viviola Gómez Ortiz
PhD Psicología, Universidad de los Andes, Colombia.
RESUMEN
ABSTRACT
El objetivo de esta investigación fue identificar la prevalencia de los
factores psicosociales en el trabajo, en una muestra de profesores de
escuela de Bogotá, Colombia, y evaluar la relación de estos factores
psicosociales con la salud mental y presión arterial de este grupo.
Esta fue una investigación transversal y correlacional. Una muestra
de 251 profesores respondió el JCQ, el ERI y el GHQ. La presión
arterial ambulatoria fue medida cuatro veces durante la jornada
laboral. La participación en este estudio fue voluntaria y anónima.
Los resultados indicaron que la prevalencia de estrés laboral es de
aproximadamente un 35,5% y el desequilibrio esfuerzo-recompensa fue de aproximadamente 22,3%. Se descubrieron relaciones significativas entre el estrés laboral y el desequilibrio esfuerzo-recompensa con salud mental pero no con niveles de presión arterial.
This research aims of was to identify the prevalence of the psychosocial
factors at work, in a sample of school teachers from Bogotá, Colombia,
and evaluate the relationship of this psychosocial factors with this
group mental health and blood pressure. This was across sectional and
correlational research. A sample of 251 teachers answered the JCQ, the
ERI and the GHQ. Ambulatory blood pressure was measured four times
during work time. The participation in this study was voluntary and
anonymous. The results showed that prevalence of job strain is about
35.5% and effort-reward imbalance was about 22.3%. Significant
relationships between job strain and effort-reward imbalance with
mental health but not with blood pressure levels were founds.
Descriptors: BURNOUT, PROFESSIONAL; PSYCHOSOCIAL IMPACT;
MENTAL HEALTH; BLOOD PRESSURE; FACULTY, COLOMBIA.
(Gómez V, 2008. Factores Psicosociales del Trabajo y su Relación con la
Salud Percibida y la Tensión Arterial: Un Estudio con Maestros Escolares
en Bogotá, Colombia. Cienc Trab. Oct-Dic; 10 (30): 132-137).
Descriptores: AGOTAMIENTO PROFESIONAL, IMPACTO PSICOSOCIAL, SALUD MENTAL, PRESIÓN SANGUÍNEA, DOCENTES,
COLOMBIA.
INTRODUCCIÓN
Según la Defensoría del Pueblo de Colombia (Gualtero 2008) los
estudios sobre salud mental en el país señalan a la depresión
como uno de los problemas de mayor prevalencia en Colombia
(19,6%); otras problemáticas prevalentes son los trastornos de
sueño (15%), la dependencia de sustancias psicoactivas (12%), el
déficit de atención (12%), el estrés postraumático (6%) y el
pánico (3%). La ansiedad es una causa o componente importante
de varias de estas problemáticas. Asimismo, otro estudio colombiano reporta que “los trastornos más frecuentemente reportados
Correspondencia / Correspondence
Viviola Gómez Ortiz
Universidad de los Andes, Colombia.
Dirección: Carrera 1 Este N° 18A-10, Bogotá, Colombia.
Tel: (57 1) 3324365
e-mail: [email protected]
Recibido: 13 de octubre de 2008 / Aceptado: 28 de noviembre del 2008
132
alguna vez en la vida fueron los de ansiedad (19,3%), seguido por
los trastornos del estado de ánimo (15,0%) y los trastornos por
uso de sustancias (10,6%). El 4,9% de la población estudiada ha
intentado suicidarse alguna vez en la vida y el 1,3% lo ha intentado en los últimos treinta días” (Colombia. Ministerio de la
Protección Social 2003; Posada-Villa et al. 2004).
Por otro lado, la hipertensión arterial primaria o esencial es un
problema de salud pública en todo el mundo y constituye un
importante factor de riesgo cardiovascular asociado a una mayor
probabilidad de eventos cerebro-vasculares y lesiones isquémicas
del miocardio. En Colombia, según las últimas estadísticas de la
Organización Panamericana de la Salud, la prevalencia de la
hipertensión entre la población mayor de 15 años es de 12,6%.
Esta enfermedad constituye el primer factor de riesgo de enfermedades cardiovasculares, las cuales son la segunda causa de
muerte en hombres y mujeres mayores de 45 años. Es más, la
mortalidad de índole cardiovascular en Colombia alcanza una
cifra de 176 por 100.000 habitantes.
Un número importante de investigaciones realizadas en Estados
Unidos, Europa y Japón indican que los Factores Psicosociales
del Trabajo (FPS-T) afectan la salud y el rendimiento de los
trabajadores. La hipertensión arterial es uno de los problemas de
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salud que se ha señalado como más sensible a los FPS-T
(Landsbergis et al. 2008; Schnall et al. 2000). Otros estudios han
mostrado cómo los FPS-T impactan negativamente la salud
mental, generando especialmente problemas de ansiedad, depresión, agotamiento, síntomas psicosomáticos y otros (Van der
Doef y Maes 1999).
Recientemente se aprobó en Colombia la resolución N° 2646,
“por la cual se establecen disposiciones y se definen responsabilidades para la identificación, evaluación, prevención, intervención y monitoreo permanente de la exposición a factores de
riesgo psicosocial en el trabajo y para la determinación del origen
de las patologías causadas por el estrés ocupacional” (Imprenta
Nacional de Colombia 2008). Algunos de los retos que dicha
resolución presenta para los interesados en estas temáticas en
Colombia son validar en el contexto colombiano los modelos e
instrumentos ya probados en otros países; elaborar mapas con los
riesgos más comunes discriminados por ocupaciones, sectores,
géneros, etc.; e investigar las relaciones entre riesgos y consecuencias en distintas problemáticas y niveles del funcionamiento
humano, contemplando factores moderadores y contextuales.
En este contexto se destaca entonces la necesidad de la investigación del impacto del estrés laboral en algunos indicadores de
salud mental y la presión arterial de un grupo de trabajadores
colombianos. El impacto que los factores psicosociales característicos de las labores de los maestros tienen en su salud ha sido
ampliamente estudiado, en particular algunos indicadores de
salud mental. Se ha descrito cómo los maestros son particularmente afectados por el síndrome denominado Burnout (por
ejemplo, Guerrero 2003; Moreno et al. 2000; Schaufeli y
Enzmann 1998) y otros problemas tales como hábitos de salud
(Fernández-Castro y Doval 1994), entre otros.
La salud cardiovascular asociada a los factores psicosociales
laborales ha sido una línea de investigación importante en el
contexto de la psicología de la salud ocupacional y la medicina
del trabajo. Sin embargo, pocas veces se han analizado grupos
ocupacionales específicos, y los riesgos particulares de cada
grupo que generan un aumento de las dificultades para la salud.
Dadas las condiciones de salud en Colombia y el riesgo que en
particular parecen correr los maestros escolares, en este estudio
se escogió esta ocupación para evaluar el impacto de algunos
factores psicosociales en la salud mental percibida y en la tensión
arterial.
Los factores psicosociales en el trabajo
En 1984 el Comité Mixto de la Organización Internacional del
Trabajo y la Organización Mundial de la Salud (OIT/OMS) declaró
que los factores psicosociales en el trabajo representan el
conjunto de las percepciones y experiencias del empleado y
abarcan diversos aspectos. El Comité Mixto OIT/OMS (1984)
definió: “los factores psicosociales en el trabajo consisten en
interacciones entre el trabajo, su medio ambiente, la satisfacción
en el empleo y las condiciones de su organización, por una parte;
y por la otra, las capacidades del empleado, sus necesidades, su
cultura y su situación personal fuera del trabajo; todo lo cual a
través de percepciones y experiencias influyen en la salud y el
rendimiento” (p. 3).
Existen modelos avanzados de estrés laboral debido a los FPS-T
para comprender y, por tanto, predecir los efectos de estos
factores sobre la salud. Destacan principalmente, por las evidencias empíricas que los respaldan, el modelo de “Tensión Laboral”
o Demanda/Control (D/C) de Karasek (Karasek 1998) y el modelo
de Desequilibrio Esfuerzo-Recompensa (DER) de Siegrist y Peter
(Siegrist y Peter 2000). Sin embargo, la investigación con estos
modelos ha sido realizada mayoritariamente en países desarrollados (Estados Unidos y algunos países europeos) por lo que se
necesitan más estudios representativos con estos modelos en
Latinoamérica, pues siguen siendo insuficientes. Estos modelos,
al parecer, son complementarios en el tipo de factores que consideran.
En Colombia existen algunos estudios con el modelo demanda
control en poblaciones ocupacionales mixtas (Arango 2007;
Marulanda 2007) o específicas (Gómez 2004; Gómez 2006;
Hernández et al. 2004) que demuestran su validez y la relación
de la tensión laboral con indicadores de salud.
En México un estudio demostró distintos tipos de validez del
modelo de tensión laboral en trabajadoras de una maquiladora en
Sonora (Cedillo 2005); de igual forma, otros estudios latinoamericanos han confirmado la relación del modelo con diversos indicadores de salud (Juárez-García 2005). La prevalencia de tensión
laboral, según estos estudios, es más o menos parecida a la informada en encuestas nacionales de Estados Unidos: 20-25%
(Schnall et al. 2000).
En España se han realizado estudios con el modelo DER encontrando la validez y efectos esperados (Fernández-López et al.
2003). En Colombia, Pérez y Gómez (Pérez y Gómez 2004)
demostraron que el DER discrimina entre sujetos que han experimentado infarto del miocardio y los que no lo han experimentado. Se desconoce el uso y aplicación del DER en otros países
latinoamericanos, lo que implica también su urgente estudio y
análisis en términos de prevalencia e influencia en la salud en
trabajadores de estos países.
Factores psicosociales y estrés en los maestros de escuela
Múltiples son los aspectos que propician el estrés en la labor de
los maestros escolares. Entre los estresores que la literatura ha
mencionado se encuentran las dificultades con los recursos, la
disciplina en el aula, los conflictos y la ambigüedad en el rol, la
sobrecarga de trabajo, el bajo reconocimiento profesional y la
interrelación con los otros maestros. Por ejemplo, Oramas,
Rodríguez, Almirall, Huerta y Vergara (Oramas et al. 2003)
reportan que “Las demandas de trabajo -multiplicidad de tareas,
responsabilidades con el alumnado, la relación con los padres,
etc.- y el comportamiento de los estudiantes -irrespetuoso, bullicioso, difícil- se destacan en una relación directa con el estrés en
maestros”. Un clima organizacional en el que predomine el
proceso de crossover -irradiación- de la tensión del equipo de
dirección hacia los subordinados y viceversa, puede generar una
reacción circular de tensión, que trae como consecuencia condiciones estresantes para los maestros. En un estudio reciente, otros
autores reportan como estresores de la labor del maestro la carga
de trabajo, considerando ésta una función directa de las condiciones del ambiente físico de trabajo -ruido, iluminación- y el
mobbing o psicoterror laboral (Boyle y Borg, 1995; Kyriacou,
1989; Cooper y Kelly, 1993; Westman y Etzion, 1999; citados en
Oramas et. al 2003).
Desde otra perspectiva teórica, utilizando el OSI (Occupational
Stress Index), se han descrito y cuantificado algunas de las
condiciones laborales de los maestros. Belkic ha descrito algunos
de los aspectos demandantes de las tareas de los maestros tales
como: deber prestar atención a múltiples fuentes de información
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simultáneamente, la necesidad de tomar decisiones complejas y
complicadas, procesar nueva información rápidamente, trabajar
bajo presión de tiempo, conflicto e incertidumbre relacionada
con el tamaño de los cursos y las demandas curriculares, así
como con las tareas administrativas, interrupciones relacionadas
con cambios de planes en el trabajo, etc. (www.workhealth.org).
Objetivos de la presente investigación
Los objetivos del presente proyecto son: 1) identificar la prevalencia de los factores psicosociales citados (D/C, DER) en una
muestra de maestros escolares de Bogotá, Colombia; y 2) determinar la asociación de estos factores psicosociales con indicadores de salud percibida y tensión arterial.
Diseño de la investigación
Esta fue una investigación observacional-no experimental, correlacional y transversal. Se obtuvo información acerca de aspectos
sociodemográficos de los y las participantes, tales como: institución de trabajo, ocupación, antigüedad en el puesto, estado civil,
sexo y edad. Se exploraron y controlaron estadísticamente
factores tradicionales de riesgo para la tensión arterial elevada
(peso y estatura, sedentarismo, tabaquismo, alcoholismo, dieta y
enfermedades tales como diabetes).
MÉTODO
Participantes
Se seleccionaron de manera no probabilística y por conveniencia
251 maestros de distintos colegios privados de la ciudad de
Bogotá (edad promedio de 35,4 años, DS 8,3, rango de 21 a 63
años). El 23,1% de la muestra (58 personas) era del sexo masculino y el 76,9% (193 personas) del sexo femenino. Los maestros
participantes desempeñaban labores de docencia en todos los
grados del nivel primario y medio de educación (5 a 16 años). La
participación en el estudio fue voluntaria y anónima. El tiempo
promedio que llevaban trabajando en la profesión fue de 8,9 años
(DS 6,9). El 63,3% de los maestros trabaja 40 horas a la semana;
15,9% trabaja entre 10 y 38 horas; finalmente, el 20,7% trabaja
entre 42 y 65 horas a la semana. El 42,2% desempeña otras
labores remuneradas además de su labor docente. El 94,9% de la
muestra tenía educación universitaria (61,8%) o posgraduada
(33,1%). Los demás tenían formación tecnológica (4,4%) o académica media (bachillerato).
Instrumentos
Se construyó una encuesta que contenía lo siguiente:
1. El Cuestionario del Contenido del Trabajo (JCQ por sus siglas en
inglés) traducido al castellano por (Cedillo 2003). El JCQ-Center
otorgó autorización a la investigadora principal para el uso de este
instrumento. La confiabilidad de las escalas del JCQ (calculadas con
el alfa de Crombach) con este grupo fueron las siguientes: uso de
habilidades (0,6); toma de decisiones (0,6); latitud de decisión (0,7);
demandas psicológicas (0,7); apoyo de jefe (0,8); apoyo de colegas
(0,8); inseguridad laboral (0,6).
2. El Cuestionario de Desequilibrio Esfuerzo/Recompensa (DER)
desarrollado por Siegrist (Siegrist y Meter 2000) y traducido al castellano por Fernández (Fernández–López et al. 2003). Este fue adaptado para la población colombiana por Pérez y Gómez (Pérez y
Gómez 2004). La confiabilidad de las escalas del JCQ (calculadas con
134
el alfa de Crombach) con este grupo fueron las siguientes: esfuerzo
extrínseco (0,8); recompensas (0,8); sobrecompromiso (0,8).
3. El Cuestionario General de Salud (GHQ por sus siglas en
inglés), en su versión de 28 reactivos. Este instrumento es utilizado para evaluar la percepción de salud. Las sub-escalas de este
instrumento son Disfunción Social, Ansiedad, Depresión y
Síntomas Psicosomáticos. Los alfas de Crombach obtenidos en
este estudio fueron 0,7; 0,9; 0,9 y 0,9 respectivamente.
4.- Un formato de datos generales, sociodemográficos y ciertos
aspectos de salud.
Para la medición de Tensión Arterial se usaron monitores digitales de muñeca marca OMRON, de acuerdo al “protocolo de
puntos estimados en el trabajo” recomendado por Schnall
(Schnall et al. 2000). Entre sus ventajas se encuentran que se
captura la TA más representativa y real que tiene una persona
durante el día (en el trabajo) y el promedio no se diferencia significativamente del que se obtiene en la TA ambulatoria (op cit).
Procedimiento
Una vez que la dirección de cada colegio contactado dio su autorización para realizar el estudio, se invitó a los maestros a una
reunión en las que se les explicó el proyecto y su forma de participación. A quienes aceptaron se les pidió su consentimiento
firmado y se les entregó el cuestionario que debían completar
antes de la siguiente cita. Varios días después la tensión arterial
ambulatoria fue medida durante un día laboral normal. De cada
maestro se obtuvieron cuatro mediciones: al principio de la
primera y la segunda pausa de clases de la mañana; por la tarde,
después del almuerzo, se realizaron igualmente dos mediciones al
inicio de las pausas. En todos los casos, mientras se hicieron las
mediciones, los maestros estuvieron de pie como suelen estarlo
durante sus labores docentes.
Para el análisis de los datos se utilizaron estadísticas descriptivas
tales como medias, desviaciones estándar, frecuencias y porcentajes, para estimar prevalencias y observar comportamiento
general de los datos. Para analizar la relación entre variables se
utilizaron estadísticas multivariadas tales como la correlación y
la regresión múltiple mediante el programa SPSS (versión 16).
RESULTADOS
Análisis descriptivos de la muestra
Los valores medios en las escalas del cuestionario general de salud
(GHQ-28) fueron los siguientes: Psicosomatización (M = 17,4; DS
5,1); Ansiedad (M = 15,4; DS 5,8); Disfunción Social (M = 15,7; DS
3,3); Depresión (M = 8,6; DS 3); Puntaje total (M = 57,1; DS 12,9).
Estos valores indican que el problema de salud más reportado fue la
Psicosomatización, seguido de la Disfunción Social y la Ansiedad. La
prevalencia de la Depresión es baja.
Los promedios de tensión arterial sistólica y diastólica obtenidos
estuvieron dentro de los rangos normales (M = 115,5; DS 13; M =
73,7; DS 9 mm Hg). 11 Personas (4,5%) reportaron padecer de hipertensión y presentaron una tensión arterial sistólica significativamente más alta que los demás (p < ,01). La tensión sistólica y diastólica de los hombres fue significativamente más alta que la de las
mujeres (125,3 vs. 112,8; 79,8 vs.71,8; p < ,01).
El valor promedio del Índice de Masa Corporal indica que esta
población no presenta problemas importantes de sobrepeso (22,7; DS
3,2). Los factores biomédicos de riesgo para la hipertensión arterial
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Tabla 1.
Correlaciones entre variables del modelo de estrés laboral Demanda – control – apoyo social y salud.
Salud
Psicosomáticos
Ansiedad
Disfunciónsocial
Depresión
Tensión Sistólica
Tensión Diastólica
Habilidades
Decisiones
Control
Demandas
Apoyo
jefe
Apoyo
compañeros
Apoyo
social
Inseguridad
laboral
Job
strain
-,170
-,102
-,063
-,199
-,219
-,166
-,110
-,338
-,286
-,275
-,174
-,240
,013
,030
-,318
-,251
-,225
-,213
-,270
-,065
-,027
,445
,444
,464
,152
,093
-,149
-,095
-,223
-,247
-,140
-,093
-,168
-,012
-,002
-,268
-,225
-,224
-,172
-,146
-,035
,005
-,289
-,280
-,212
-,153
-,187
-,027
,001
,209
,165
,203
,081
,133
-,020
-,053
,494
,449
,466
,218
,215
-,070
-,044
Variables de control: Edad e IMC.
se presentaron en las siguientes proporciones: diabetes (4,4%), tabaquismo (15,9%), sedentarismo (31,9%), consumo de alcohol mensual
o semanal (5,2%). El 48,2 % de los participantes reportó no tener
antecedentes familiares de hipertensión arterial, el 40% reportó antecedentes en uno de sus padres o en los dos y el resto indicó que uno
de sus abuelos o un hermano(a) padecía de hipertensión.
Prevalencia de los factores psicosociales laborales
Los análisis descriptivos mostraron que los promedios de las escalas
componentes del JCQ son más altos que los obtenidos en muestras
nacionales e internacionales (uso de habilidades, toma de decisiones,
control de los procesos laborales, demandas laborales e inseguridad
laboral); otros están dentro del promedio (apoyo de jefes y colegas).
Utilizando como indicador de tensión laboral la razón entre las
demandas y la latitud de decisión (control), calculada según la
fórmula propuesta por el JCQ-Center <(Demands *2)/DecisionLatitude)>, el 45,8% de los maestros tiene valores de tensión laboral
por debajo del puntaje de riesgo (<1) y el 54,2% está por encima de
dicho valor (>1). Si se utiliza como criterio de clasificación la combinación de altas o bajas demandas y alto o bajo control, el resultado
del número de docentes que clasifica en cada uno de los cuadrantes
del modelo Demanda-Control es el siguiente:
Trabajo de alta tensión:
87 (35.5%)
Trabajo activo:
36 (14,7%)
Trabajo de baja tensión:
69 (28,2%)
Trabajo pasivo:
53 (21,6%)
Por otro lado, los valores de esfuerzo y de sobrecompromiso, escalas
del cuestionario DER, fueron sensiblemente más altos que los obtenidos con otras muestras colombianas y españolas. El valor promedio
en este último componente (sobrecompromiso) es similar al reportado
por las enfermeras. De la misma manera, las recompensas tienden a
ser altas, similares a las de las enfermeras y uno de los grupos ocupacionales mixtos. Según Siegrist, un valor superior a 1 al calcular la
razón entre esfuerzo y recompensa indica un desbalance entre estos
a favor de los esfuerzos lo que se constituiría en un factor de riesgo
para la salud. Según este indicador, el 77,7% de la muestra no percibe
desbalance entre el esfuerzo y la recompensa y el 22,3% sí lo percibe.
Relación entre los factores psicosociales laborales e indicadores de salud
La correlación entre los dos indicadores de estrés laboral -la tensión
laboral y el desbalance entre esfuerzo y recompensa- fue alta (r =
0,61) y significativa (p < 0,001).
Las correlaciones entre los factores psicosociales (valor continuo de
tensión laboral y de desbalance entre esfuerzos y recompensas) y los
indicadores de salud mental fueron positivas y significativas (p <
Tabla 2.
Correlaciones entre variables del modelo de estrés laboral EsfuerzoRecompensa y salud.
Salud
Psicosomáticos
Ansiedad
Disfunción social
Depresión
Tensión Sistólica
Tensión Diastólica
Esfuerzo
,561
,532
,604
,128
,196
,036
,022
Recompensa
-,414
-,394
-,426
-,096
-,180
-,059
-,043
Sobrecompromiso
,652
,602
,683
,239
,191
-,029
-,012
DER
,558
,525
,597
,127
,208
,036
,017
0,001) en todos los casos, exceptuando la correlación entre disfunción social y el DER. Esto indica que, con la excepción señalada,
entre más percepción de estrés laboral hay, esta muestra tiende a
percibir también mayor depresión, ansiedad, disfunción social y
síntomas psicosomáticos (ver Tabla 1 y Tabla 2).
Por otro lado, ninguno de los indicadores de estrés laboral (JCQ o
DER), o sus componentes individuales, correlacionó con los indicadores de tensión arterial (sistólica o diastólica). Se controló en las
correlaciones tanto la edad (r = 0,24 y 0,19; p < 0,1) como el índice
de masa corporal (r = 0,29 y 0,26; p < 0,1) puesto que ambos correlacionaron con la tensión arterial. Para descartar que el género
pudiera representar alguna diferencia en esta relación, también se
calcularon las correlaciones controlando esta variable y los resultados no variaron. Las personas pertenecientes a los cuatro
cuadrantes del modelo Demanda-Control no se diferenciaron significativamente en sus niveles de tensión arterial. Grupos extremos,
calculados con base en tertiles, tampoco se diferenciaron en sus
niveles de tensión arterial. Se conformaron grupos utilizando para
ello las medianas de control, demanda y apoyo social (modelo
Demanda-Control-Apoyo) se encontró que las diferencias en la
tensión arterial no fueron significativas. Ninguno de los indicadores
de salud medidos (Psicosomatización, Ansiedad, Disfunción Social o
Depresión) correlacionó con tensión arterial.
Con el fin de evaluar qué tanto aporta cada uno de los indicadores
de estrés laboral a la explicación de la varianza de la salud se realizó
un análisis de regresión. El resultado es que entre ambos indicadores
explican aproximadamente el 35% de la varianza de la salud. Sin
embargo, el modelo DER tiene un impacto mayor que el de
Demanda-Control.
DISCUSIÓN
Los hallazgos de este estudio confirmaron que también los maestros escolares colombianos presentan un alto riesgo de trabajar en
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condiciones psicosociales laborales adversas y que estas condiciones se relacionan con indicadores negativos de salud. Entre el
35% y el 22% de la muestra (según los dos criterios de evaluar los
factores psicosociales laborales) presenta condiciones psicosociales
laborales negativas que están relacionadas con experiencia de
ansiedad y psicosomatización y en menor medida con depresión y
disfunción social. A pesar de que este estudio no permite hacer
afirmaciones de causalidad, hay suficientes evidencias previas para
pensar que las condiciones psicosociales laborales están generando
este malestar en los docentes.
A pesar de que los docentes parecen percibir más demandas laborales, pero también más control de las mismas que otros grupos
ocupacionales evaluados en Colombia, un gran porcentaje percibe
un desbalance entre esas demandas y sus posibilidades de control
y entre el esfuerzo que hacen y las recompensas que reciben a
cambio.
Los resultados no mostraron, sin embargo, una relación directa
entre estos factores psicosociales y la tensión arterial medida de
manera ambulatoria. Hay estudios previos en los que no se halló
ninguna relación entre el estrés laboral y la tensión arterial de un
grupo ocupacional específico, en este caso de choferes de bus
(Ragland et al. 1987). A pesar de que luego se demostró que este
grupo presenta un alto riesgo cardiovascular, los primeros análisis
de relación no lo evidenciaron así.
El resultado, inesperado en este grupo de maestros escolares,
podría interpretarse de varias maneras:
1. Las condiciones laborales de los maestros los hacen vulnerables
a impactos de tipo psicológico pero no físico. Algunas ocupaciones
han mostrado ser más sensibles al riesgo cardiovascular (choferes,
136
enfermeras) y podría ser que los maestros no pertenecen a este
grupo.
2. La muestra evaluada parece pertenecer en general a un tipo de
población sana (índice de masa corporal, tensión arterial promedio
y otros) lo cual hace más difícil encontrar una relación clara entre
la presión sanguínea y la tensión laboral.
3. De todas maneras también es posible que, debido a que se evaluó
una sola ocupación, el nivel de tensión laboral sea muy homogéneo entre quienes desempeñan este trabajo lo cual, debido a la
poca variación de los puntajes no permitiría identificar fácilmente
correlaciones con la presión arterial. Los pocos estudios previos
que no han logrado demostrar una relación entre la tensión laboral
y la presión sanguínea han compartido esta característica
(Landsbergis et al. 2008).
4. Algunas variables mediadoras o moderadoras podrían explicar
el resultado negativo con respecto a la presión arterial. Es posible
que la presión arterial ambulatoria, solamente, no diferencie a los
maestros con estrés laboral de los que no lo tienen. Por ejemplo, la
presión arterial de maestros que experimentan tensión laboral,
pero además presentan una mayor reactividad cardiovascular en
situaciones demandantes (menos controlables), es más alta según
varios estudios previos (Steptoe y Cropley 2000; Steptoe et al.
1999). Estos autores concluyen que la reactividad cardiovascular
durante situaciones estresantes y el estrés psicosocial sostenido
pueden actuar mancomunadamente para incrementar el riesgo
cardiovascular en individuos susceptibles. Según ellos, el fracaso
de los sujetos con alta tensión laboral en mostrar una disminución
de la presión arterial en las noches puede ser una manifestación de
una carga alostática crónica.
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Artículo Original
Factores Psicosociales Laborales y Síndrome de Burnout,
Diferencias entre Hombres y Mujeres Docentes de Secundaria,
Zona Metropolitana de Guadalajara, México
OCCUPATIONAL PSYCHOSOCIAL AND BURNOUT SYNDROME. DIFFERENCES AMONG MALE AND FEMALE
HIGH SCHOOL TEACHERS, METROPOLITAN AREA OF GUADALAJARA, MÉXICO
María Guadalupe Aldrete Rodríguez1, María de Lourdes Preciado Serrano2, Sergio A. Franco Chávez3, Jorge A. Pérez4, Carolina
Aranda Beltrán5.
1. Dr. en Ciencias de la Salud, Profesor Investigador del Centro Universitario de Ciencias de la Salud, Departamento de Salud Pública, Instituto de
Investigación en Salud Ocupacional, Universidad de Guadalajara.
2. Dr. en Ciencias de la Salud en el Trabajo, Profesor Investigador del Centro Universitario de Ciencias de la Salud, Departamento de Salud Pública,
Instituto de Investigación en Salud Ocupacional, Universidad de Guadalajara.
3. Dr. en Ciencias de la Salud en el Trabajo, Profesor Investigador del Centro Universitario de Ciencias de la Salud, Departamento de Salud Pública,
Instituto de Investigación en Salud Ocupacional, Universidad de Guadalajara.
4. Médico Cirujano y Partero. Centro Universitario de Ciencias de la Salud, Departamento de Salud Pública, Instituto de Investigación en Salud
Ocupacional, Universidad de Guadalajara.
5. Dr. en Ciencias de la Salud Pública, Profesor Investigador del Centro Universitario de Ciencias de la Salud, Departamento de Salud Pública, Instituto
de Investigación en Salud Ocupacional, Universidad de Guadalajara.
RESUMEN
ABSTRACT
Objetivo: identificar las diferencias de los factores psicosociales
laborales y el Síndrome de Burnout en hombres y mujeres docentes
de secundaria de la Zona Metropolitana de Guadalajara, Jalisco,
México.
Material y métodos: el estudio es observacional transversal y
analítico en una muestra de probabilística de 186 mujeres y 171
hombres. Se utilizó la escala de Maslach Burnout Inventory y la
Batería de Factores Psicosociales en el Trabajo Académico.
Resultados: 84,1% de mujeres y 77,2% de hombres presentaron
alguna dimensión de la escala de Maslasch “quemada”. Ambos
identificaron la presencia de factores psicosociales laborales,
encontrando relación (p < 0,05) con el Síndrome de Burnout en los
hombres con las condiciones de trabajo, el contenido y características de la tarea y la interacción social y en las mujeres con exigencias laborales.
Conclusión: hombres y mujeres perciben por igual la presencia de
factores psicosociales laborales, existiendo diferencias por género
entre estos y el Síndrome de Burnout.
Objective: To identify the sex differences in labor psycho-social factors
and the Burnout Syndrome prevalence in middle school teachers, from
Guadalajara Metropolitan Zone.
Material and methods: This is an cross-sectional and analytical study
with a probabilistic sample of 186 women 171 men. The scale of Maslach
Burnout Inventory (MBI) and the Psycho-social Factors for Academic
Work Inventory were used.
Results: 84.1% of women and 77.2% of men presented some altered
dimension on the MBI scale. Both groups identified the presence of
negative labor psycho-social factors. In men was found a relationship
(p <.05) among the burnout syndrome and the work conditions, work
content, task characteristics and social interaction and in the women with
labor exigencies.
Conclusion: Men and women perceive presence of negative labor
psycho-social factors, but there are differences between them and the
Burnout syndrome occurrence.
Descriptors: BURNOUT, PROFESSIONAL; PSYCHOSOCIAL IMPACT;
PSYCHOLOGY; FACULTY; MEN; WOMEN; MEXICO.
(Aldrete M, Preciado M, Franco S, Pérez J, Aranda C., 2008. Factores
Psicosociales Laborales y Síndrome de Burnout, Diferencias entre
Hombres y Mujeres Docentes de Secundaria, Zona Metropolitana de
Guadalajara, México. Cienc Trab. Oct-Dic; 10 (30): 138-142).
Descriptores: AGOTAMIENTO PROFESIONAL, IMPACTO PSICOSOCIAL, PSICOLOGÍA, DOCENTES, HOMBRES, MUJERES, MÉXICO.
INTRODUCCIÓN
Correspondencia / Correspondence
María Guadalupe Aldrete Rodríguez
Menhir N° 1130, Colonia Colomos Altamira, CP 45160,
Zapopan, Jalisco, México.
Tel: (52 33) 36360669
e-mail: [email protected]
Recibido: 13 de octubre de 2008 / Aceptado: 28 de noviembre de 2008
138
Hasta hace muy poco tiempo las funciones de la mujer estaban
subordinadas exclusivamente en torno a la reproducción biológica y
social, dentro del núcleo familiar, mientras que para el hombre
estaban en lo productivo. De esta forma las condiciones de vida,
salud, enfermedad, muerte, trabajo y reproducción de las personas
estaban ligadas a estas funciones tradicionales (Pérez 2003).
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Ciencia & Trabajo
Artículo Original | Factores Psicosociales Laborales y Síndrome de Burnout, Diferencias entre Hombres y Mujeres Docentes de Secundaria, Zona Metropolitana de Guadalajara, México
Según la Encuesta Nacional de Empleo (INEGI México 2006) el
43% de las mujeres se encuentra inmersa en el área reproductiva,
sobre todo en aquellas actividades consideradas como típicamente femeninas, entre ellas la docencia. Esto ha traído cambios
importantes a nivel social, familiar e individual. Las mujeres ya
no están realizando exclusivamente tareas reproductivas, tienen
pocos hijos, deciden cuándo tenerlos y poco a poco se consolidan
en el área laboral, pero existiendo aún desigualdades, que
muchas veces no son visibles; de aquí que es importante conocer
el papel que juegan hombres y mujeres en los espacios de trabajo
así como el posible impacto sobre la salud de los diferentes
factores inmersos en estas áreas, entre ellos los psicosociales.
Los factores psicosociales laborales son de diferente naturaleza;
entre ellos estarían los aspectos de la organización y sistemas de
trabajo, aspectos físicos, la calidad de las relaciones humanas,
entre otros. La acción de los factores psicosociales negativos
pueden variar dependiendo de las percepciones y experiencias del
trabajador, otras están ligadas a las condiciones y al medio
ambiente de trabajo y hay quien le da importancia a las situaciones económicas y sociales ajenas al lugar de trabajo, pero que
repercuten en él.
Al estar considerando una amplia gama de factores involucrados,
la Organización Internacional del Trabajo (OIT 1984) propuso
una definición suficientemente amplia, que toma en cuenta todas
estas influencias así como sus consecuencias, quedando establecido que los factores psicosociales son, por una parte la interacción en el trabajo y las condiciones de su organización; y por la
otra, las capacidades del trabajador, sus necesidades, su cultura y
su situación personal fuera del trabajo, todo los cual a través de
percepciones y experiencias puede influir en la salud y en el
rendimiento y satisfacción en el trabajo.
La interacción negativa entre las condiciones del trabajo y la
situación del trabajador puede conducir a estados estresantes y
ser percibidos de diferente forma entre hombres y mujeres y, si
estos se presentan de manera crónica, desencadenan el Síndrome
de Burnout. Éste se presenta con mayor frecuencia en profesionales que mantienen una relación de ayuda y cuidado hacia los
demás (Ordenes 2004).
Este síndrome ha sido estudiado desde el primer tercio del Siglo
XX, cuando se empezó a buscar los distintos factores que propician su aparición. Se entiende como un trastorno de la adaptación ante el estrés crónico laboral que logra desencadenar
síntomas físicos y psicológicos que dañan significativamente la
ejecución profesional. Se caracteriza por presentar síntomas de
agotamiento emocional, que se identifica con el sentimiento de
estar excedido en los recursos personales y “no poder dar más” a
los demás; la despersonalización, que se visualiza como una
pérdida de empatía y actitudes de irritabilidad; por último, la
sensación de disminución de logro personal que se da con el
sentimiento de pérdida de competencia y de éxitos en el trabajo.
Se acompaña de síntomas físicos y conductuales individuales,
problemas en relaciones interpersonales e incluso el abuso de
sustancias. Además se relaciona con situaciones laborales y organizacionales como sería la presencia de tensión en el trabajo e
insatisfacción laboral (Maslach et al. 2001).
Estudios recientes en México sobre el Síndrome de Burnout en
los docentes de educación primaria han reportado que está relacionado con: la antigüedad, con tener mayor nivel de escolaridad, así como la falta de apoyo para realizar sus actividades
(Aldrete et al. 2003).
Desde el punto de vista de Salgado (Salgado et al. 1999), éste es
más frecuente en docentes de secundaria que en los maestros de
primaria. Esto podría deberse a que los alumnos que acuden a
este nivel se encuentran en la etapa de la adolescencia, que por
su misma naturaleza demandan mayor atención y al mismo
tiempo pueden presentar mayores problemas de conducta o
conflictos con los profesores. Por otra parte, Sevilla (Sevilla y
Villanueva 2002) reporta que la formación académica de los
docentes de secundaria no coincide con las materias que tienen
bajo su responsabilidad.
Si consideramos que la educación secundaria debe brindar a los
estudiantes una formación básica y contribuir en la formación de
una personalidad integral que le permita continuar los estudios a
nivel superior -o para aquellos que ya no continúan su formación, integrarse a la vida laboral- la responsabilidad del docente
es fundamental y el riesgo de presentar problemas derivados de
ésta podrían ser mayores y verse reflejados en la calidad de la
enseñanza. De aquí que el objetivo de este trabajo fue analizar
las diferencias de los factores psicosociales laborales y el
Síndrome de Burnout, entre hombres y mujeres docentes de
secundarias públicas de la Zona Metropolitana de Guadalajara,
Jalisco, México.
MATERIAL Y MÉTODOS
Se realizó un estudio observacional, transversal y analítico, en
una muestra probabilística de 186 mujeres y 171 hombres
docentes de secundaria. Se realizó un muestreo por conglomerados, seleccionando aleatoriamente 29 escuelas y de igual forma
a 13 docentes de cada escuela seleccionada.
Los criterios utilizados para incluir a los participantes fueron:
docentes con más de 6 meses de antigüedad de trabajar frente a
grupo y con más de 15 horas a la semana de trabajo académico,
excluyendo a quienes tuvieran permisos o incapacidad y quienes
aunque su nombramiento fuese de docente realizara exclusivamente funciones administrativas.
Para captar los datos se utilizaron tres instrumentos: Uno de
datos generales y laborales, otro fue la escala de Factores
Psicosociales en el Trabajo Académico de Silva Gutiérrez (Silva
2006). Este instrumento fue validado en una población de
docentes y tiene una confiabilidad aceptable (Alpha de Cronbach
de 0,8817). Está conformada por 7 subescalas: condiciones del
lugar de trabajo, carga de trabajo, contenido y características de
la tarea, exigencias laborales, papel del académico y desarrollo de
la carrera, interacción social y aspectos organizacionales, remuneración del rendimiento. Para su contestación se utiliza una
escala de 5 opciones, tipo Likert, que van desde nunca hasta
siempre. Para su evaluación los puntajes se suman en cada subescala, así como en la totalidad del instrumento; de esta manera se
clasifican los factores en tres categorías: bajo, medio y alto según
el puntaje obtenido.
Un tercer instrumento fue el Maslach Burnout Inventory (MBI).
Se utilizó una versión traducida y validada (Gil-Monte 2002a).
Este instrumento tiene en confiabilidad para agotamiento
emocional un alfa de Cronbach de 0,90, alfa de 0,76 para despersonalización y un alfa de 0,76 para realización personal en el
trabajo. Consta de 22 reactivos con respuestas de opción
múltiple, tipo Likert; está estructurado para identificar las 3
dimensiones del Síndrome de Burnout: el agotamiento
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Artículo Original | Aldrete María
emocional, despersonalización y la baja realización personal. En
las primeras dos si la puntuación es mayor indican un mayor
grado de burnout. En cambio, la escala de realización personal
refleja mayores índices de burnout cuando las puntuaciones son
menores. Las puntuaciones de cada subescala se obtienen al
sumar los valores identificados para cada una de ellas. Para la
valoración se utilizó como puntos de corte la versión Catalana
del MBI, permite clasificar cada uno de las tres subescalas en el
nivel "alto", "medio" y "bajo o nulo", considerando como
"quemada" cada dimensión que se encuentre calificada con nivel
“alto” y “medio”.
Los datos se procesaron en el programa EPI-INFO 6; para el
análisis se utilizó estadística descriptiva y pruebas paramétricas
de acuerdo a la naturaleza de las variables. La asociación entre
variables se determinó a través de chi-cuadrada con un valor de
significancia de p ≤ 0,05, un O.R. mayor que 1 y que el intervalo
de confianza no incluyera la unidad.
RESULTADOS
La población estudiada estuvo constituida de 186 mujeres
(53,8%) y 171 (46,2%) hombres. El promedio de edad de las
mujeres fue de 42 años (±8,8) y el de los hombres de 45 (±8,1),
diferencia significativa (< 0,05). De las mujeres 109 (58,0%)
estaban casadas y, de los hombres, 122 (71,8%) existiendo más
mujeres sin pareja (< 0,05).
En relación con la formación académica, 184 maestros (51,1%)
cursó una licenciatura relacionada con educación, existiendo
más mujeres con formación pedagógica 1/1,2 (< 0,05); 174
(48,4%) cursaron alguna licenciatura no relacionada con la
educación, las más frecuentes fueron del área de ciencias exactas
(ingeniería), sociales (derecho) y salud (medicina).
La antigüedad como docente osciló de 1 a 36 años con un
promedio de 17 años (±7,3) teniendo una mayor antigüedad los
hombres que las mujeres (< 0,05).
No existieron diferencias entre hombres y mujeres en cuanto al
número de horas que tenían frente a grupo; Impartían en
promedio 30,3 horas a la semana (±10,5) en la escuela donde
fueron captados y 106 (29,4%) de los maestros tenían en
promedio 16,7 horas frente a grupo en otros centros educativos.
Se encontró diferencias en cuanto al número de alumnos que
tenían bajo su responsabilidad, siendo mayor en las mujeres (<
0,05). En el presente estudio el 24,4% de los docentes labora en
áreas diferentes a la docencia, siendo la frecuencia mayor para
los hombres (< 0,05); al analizar esta variable con los resultados
del MBI no se encontró ninguna relación.
En cuanto al Síndrome de Burnout, se encontró que 30 (15,9%)
mujeres y 39 (22,8%) hombres no presentaban el síndrome, esto
es, ninguna dimensión quemada; para esto se consideró la calificación como alta y media en cada una de las dimensiones, 34
mujeres (18%) y 29 (17%) hombres tuvieron las 3 dimensiones
quemadas; estas diferencias no fueron significativas. Se identificó un mayor porcentaje de docentes con agotamiento
emocional: 42,3% (80) en mujeres y 45% (77) en hombres; y, en
despersonalización, 11,6% (22) de mujeres y 15,2% (26) de los
hombres; y con baja realización personal, el 17,5% en hombres y
mujeres. Estas diferencias no fueron significativas (Gráfica N° 1).
Los maestros perciben la presencia de factores psicosociales en
los espacios laborales educativos, los cuales fueron calificados
140
Gráfico 1.
Dimensiones de MBI en hombres y mujeres docentes.
como alto, medio y bajo, quedando la mayor frecuencia con la
calificación media tanto en lo reportado en hombres (80,3%)
como en mujeres (84,2%).
En cuanto a las 7 subescalas evaluadas por el instrumento, se
encontraron los niveles más altos en las mujeres en la subescala:
exigencias laborales 45,7%; y en remuneración del rendimiento
25%; y, en los hombres, exigencias laborales 35,7%, remuneración del rendimiento 34%; y papel del trabajador y desarrollo de
la carrera 25,7%. Las diferencias reportadas entre hombres y
mujeres no fueron significativas.
Para encontrar la relación entre los factores psicosociales y el
Síndrome de Burnout se agruparon los resultados obtenidos en
ambas escalas en alto y medio, contra el resultado de bajo. El
criterio para considerar la existencia del factor de riesgo fue que
el OR fuera mayor a 1, p < de 0,05 y el intervalo de confianza
que no incluyera la unidad. De esta forma se encontró relaciones
diferentes entre hombres y mujeres entre las dimensiones del MBI
y los factores psicosociales.
La baja realización personal tanto en hombres como en mujeres
no se relacionó con ninguna de las subescalas de los factores
psicosociales. En las otras dimensiones los resultados fueron diferentes según el género: los hombres reportaron mayor riesgo de
agotamiento emocional con la subescala Contenido y
Características de la Tarea (O.R. 5,41; I.C. 2,08-14,65, p = 0,000)
y exigencias laborales (O.R 6,56; I.C. 1,34-43,91, p = 0,006); y, en
las mujeres, el mayor riesgo fue con exigencias laborales (O.R.
4,42; I.C. 0,88-30,22, p = 0,04). Con la dimensión despersonalización sólo en los hombres se encontró relación con el factor
Contenido y Características de la Tarea (O.R. 4,23; I.C. 0,90-27,78,
p = 0,04). (Cuadros 1 y 2).
DISCUSIÓN
Aunque la ocupación no tiene género, hay datos que evidencian
el predominio de las mujeres en la docencia. En un estudio realizado por Aldrete (Aldrete et al. 2003), en el nivel primaria casi el
80% eran mujeres. El número de mujeres desciende a medida que
asciende el nivel de enseñanza; en este estudio la distribución fue
muy semejante entre hombres y mujeres: 1/1,08. En países de
Centroamérica como Costa Rica y Honduras la proporción de
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Ciencia & Trabajo
Artículo Original | Factores Psicosociales Laborales y Síndrome de Burnout, Diferencias entre Hombres y Mujeres Docentes de Secundaria, Zona Metropolitana de Guadalajara, México
Cuadro 1.
Valores ODDS Ratio (O.R) entre los factores psicosociales y las dimensiones del síndrome de burnout. Hombres docentes.
Cuadro 2.
Valores (OR) entre los factores psicosociales y las dimensiones del
síndrome de burnout. Mujeres docentes.
Factores
Psicosociales
en el trabajo
académico
Condiciones
del lugar
de trabajo
Carga de
trabajo
Contenido y
características
de la tarea
Exigencias
laborales
Papel de
académico y
desarrollo de
la carrera
Interacción
social y
aspectos
organizacionales
Remuneración
del Rendimiento
Todos
los factores
Dimensiones del Síndrome de Burnout MBI
Agotamiento
Despersonalización Baja
Más de una
Emocional
realización dimensión
personal
quemada
Factores
Psicosociales
en el trabajo
académico
Condiciones
del lugar
de trabajo
Carga de
trabajo
Contenido y
características
de la tarea
Exigencias
laborales
Papel de
académico y
desarrollo de
la carrera
Interacción
social y
aspectos
organizacionales
Remuneración
del Rendimiento
Todos
los factores
Fuente: directa
* Valores no significativos.
1,18 (2,67-6,11)
p= 0,009
3,19 (0,91-12,22)
p= 0,03
2,32 (1,00-5,40)
P=0,029
*
*
*
*
5,41 (2,08-14.65)
p= 0,000
6,56 (1,34-43,91)
p= 0,006
4,23 (0,90-27,78)
p= 0,04
*
*
*
*
*
*
*
*
3,24 (1,60-6,60)
p= 0,000
*
*
*
4,93 (1,48-18,19)
P=0,002
*
*
*
*
*
3,13 (1,33-7,36)
P=0,003
5,45 (2,31-13,07)
P=0,000
mujeres docentes en el nivel secundaria es mayor. No sucede así en
el Salvador y Panamá, donde los hombres son los de mayor proporción (51,2% hombres y 48,8% mujeres) (Sibille 2000).
No se encontraron diferencias en cuanto a las horas frente a grupo
entre hombres y mujeres, lo que nos hablaría de que las mujeres ya
están compitiendo en igualdad de situación con los hombres. A
pesar de que las mujeres tienen una menor antigüedad en esta área
de trabajo, al momento de realizar las actividades docentes las
mujeres tienen un mayor número de alumnos bajo su responsabilidad. Esto pudiera deberse a que las mujeres están mejor preparadas
para realizar el trabajo académico. Se reportaron diferencias en
cuanto a la formación pedagógica.
El Síndrome de Burnout es sin duda un hallazgo importante y preocupante, ya que 8 de cada 10 docentes presenta una o más de las
dimensiones afectadas. Se visualizó el agotamiento emocional como
la dimensión en la cual casi la mitad de los docentes presentaron
mayor problema, no encontrando relación entre los géneros, coincidiendo con lo reportado por Sos Tena (Sos et al. 2002) en médicos.
En el estudio de Grajales (Grajales 2001) las profesoras reportaron
niveles de agotamiento emocional significativamente mayor que los
varones. La teoría consultada supone que a mayor agotamiento
emocional, la satisfacción laboral y el grado de involucración en el
trabajo es menor. La sobrecarga laboral tiene una relación significativa como fuente de estrés crónico y del desarrollo de Burnout. GilMonte (Gil-Monte 2002b) en su estudio presenta un modelo causal
en que la sobrecarga de trabajo es un predictor significativo de
agotamiento emocional, pero no de realización personal en el
trabajo, ni de despersonalización. Esto concuerda con los resultados
del presente estudio: la dimensión en la que existió mayor afectación fue la de agotamiento emocional, y los resultados están permeados por una sobrecarga laboral.
En relación a la identificación de los factores psicosociales como
elementos importantes para presentar Burnout en los docentes participantes en el estudio, los resultados respecto a las dimensiones afec-
Fuente: directa
Dimensiones del Síndrome de Burnout MBI
Agotamiento
Despersonalización Baja
Más de una
Emocional
realización dimensión
personal
quemada
1,37 (3,17-7,51)
p= 0,002
2,49 (0,93-6,92)
p= 0,04
*
*
*
*
*
*
*
*
*
4,42 (0,88-30,22)
p= 0,04
*
*
*
4,32 (1,57-12,48)
p= 0,001
*
*
*
2,41 (1,26-4,63)
p= 0,003
*
*
2,94 (1,20-7,32)
p= 0,008
*
*
*
*
*
4,88 (1,85-12,87)
p= 0,000
*
1,91 (0,98-3,73)
p= 0,03
6,33 (1,96-22,70)
P= 0,000
* Valores no significativos.
tadas se asociaron de manera diferente según el género. Las características del trabajo que realizan, así como las exigencias laborales,
hacen que el trabajo del docente sea complejo y requiera de un alto
grado de creatividad e iniciativa para enfrentar: el exceso de actividades, realizar diferentes funciones, problemas en el proceso enseñanza-aprendizaje, tratar de enseñar a quienes no valoran la educación, impartir clases fuera de su área de especialidad, o el comportamiento de los estudiantes. Estos elementos, identificados como
factores psicosociales, se asocian significativamente con el desarrollo de agotamiento emocional, que es una de la dimensiones del
Síndrome de Burnout. En los hombres el contenido y realización de
las tareas se comporta como un factor de riesgo para presentar
despersonalización. La explicación a estas diferencias puede residir
en que la profesión docente se relaciona más como una profesión
femenina.
Estos resultados difieren del modelo propuesto por Gil-Monte y colaboradores (Gil-Monte y Peiró 1997; Gil-Monte et al. 1998) en el que
marcan que el Síndrome de Burnout es una respuesta al estrés laboral
crónico que se inicia con el desarrollo de ideas y actitudes negativas
hacia el rol profesional (falta de realización personal en el trabajo)
junto a sentimientos de encontrarse emocionalmente agotado (agotamiento emocional), y posteriormente los individuos generan actitudes
y sentimientos negativos hacia las personas con las que trabaja (actitudes de despersonalización). En el presente estudio existe más
agotamiento emocional que sentimientos relacionados con el rol
profesional y pocos docentes con despersonalización.
CONCLUSIÓN
Sí existe relación entre la presencia de los factores psicosociales
laborales y el Síndrome de Burnout y ésta está diferenciada según el
género. Los hombres tienen mayor riesgo de agotarse emocionalmente debido al contenido y características de la tarea.
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Artículo Original | Aldrete María
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Ciencia & Trabajo
Artículo Original
Perfil Psicosomático y de Desgaste Ocupacional en Cajeros
del Sector Bancario con Escala EMEDO
PSYCHOSOMATIC AND OCCUPATIONAL BURNOUT PROFILE IN BANK TELLERS USING THE EMEDO SCALE
Jesús Felipe Uribe Prado1, Alejandra García Saisó2, Claudia Nataly Pichardo Alpizar2, Aurea Grisel Retiz Cabrera2
1 Doctor en Psicología, Facultad de Psicología, Universidad Nacional Autónoma de México.
2 Psicóloga, Facultad de Psicología, Universidad Nacional Autónoma de México.
RESUMEN
ABSTRACT
El propósito de esta investigación fue conocer la relación existente
entre desgaste ocupacional y un perfil psicosomático; así como su
relación con diversas variables demográficas en una muestra no
probabilística intencional de 200 sujetos mexicanos del sector bancario. Se utilizó el instrumento denominado EMEDO. El análisis de
la información se llevó a cabo por medio de correlaciones Pearson,
análisis de varianza unidireccional y regresiones múltiples. Los
resultados indican que la correlación entre las variables fue positiva; además, las regresiones múltiples mostraron un perfil psicosomático con trastornos psicosexuales, de dolor, gastrointestinales,
psiconeuróticos e indicadores de depresión y ansiedad. La relación
entre desgaste ocupacional y factores psicosomáticos es importante
para el diagnóstico y prevención de desgaste ocupacional y enfermedades mayores en cajeros bancarios.
This study purpose was to research the relationship between burnout
and a psychosomatic profile, and its relation with different
sociodemographics variables, in a no probabilistic sample of 200
Mexican workers from the banking system. The EMEDO scale was the
utilized instrument. The analysis of the results was performed using the
Pearson’s correlation, unidirectional variance analysis and multiple
regressions. The results show that the relationship between the
variables was positive; the regressions analysis shows a significant
association in a psychosomatic profile with psychosexual troubles,
pains and stomachache, also with nervous breakdown and anxiety
indicators. The relationship between burnout and psychosomatic
factors is important because describes possibilities for to diagnose and
to prevent big diseases in banking cashiers.
(Uribe J, García A, Pichardo C, Retiz A, 2008. Perfil Psicosomático y de
Desgaste Ocupacional en Cajeros del Sector Bancario con Escala
EMEDO. Cienc Trab. Oct-Dic; 10 (30): 143-150).
Descriptors: BURNOUT, PROFESSIONAL; PSYCHOPHYSIOLOGIC
DISORDERS; OCCUPATIONAL HEALTH; WORKPLACE; HUMAN
RESOURCES; MEXICO.
Descriptores: AGOTAMIENTO PROFESIONAL, TRASTORNOS PSICOFISIOLÓGICOS, TRASTORNOS PSICOSOMÁTICOS, RECURSOS
HUMANOS, LUGAR DE TRABAJO, SALUD LABORAL, MÉXICO.
INTRODUCCIÓN
El Síndrome de Desgaste Ocupacional o Burnout
El Desgaste Ocupacional (DO) también conocido como síndrome
de quemarse en el trabajo o “burnout” se refiere a un conjunto
de sentimientos emocionales, síntomas físicos y comportamientos específicos como consecuencia de condiciones no favorables de los trabajos de servicio o asistencia a otras personas,
tales como pacientes o clientes, siendo considerado en general
como una respuesta al estrés crónico. De acuerdo con Manassero,
García, Vázquez, Ferrer, Ramis y Gili (Manassero et al. 2000), el
Correspondencia / Correspondence
Jesús Felipe Uribe Prado
Facultad de Psicología. Universidad Nacional Autónoma de México.
Dr. Vertiz 1215-5 Col. Letrán Valle, México, DF México, CP 03650.
Tel: (2 555) 6055332
e-mail: [email protected]
Recibido: 13 de octubre de 2008 / Aceptado: 28 de noviembre de 2008
DO se caracteriza por una pérdida de interés frente a los usuarios
del servicio, un distanciamiento psicológico respecto al trabajo y
desesperanza por encontrar interés y esfuerzo en el trabajo.
Originalmente el DO se conceptualiza desde una perspectiva
clínica (Freudenberger 1974) como un estado psicológico individual caracterizado por un conjunto de síntomas físicos y
psíquicos. De acuerdo con Maslach y Pines (Maslach y Pines
1977) se caracteriza por tres dimensiones fundamentales: agotamiento emocional, despersonalización y falta de realización
personal. Desde esta perspectiva se ha desarrollado el instrumento más conocido para medir DO llamado MBI (Maslach
Burnout Inventory) elaborado por Maslach y Jackson (Maslach y
Jackson 1981, Maslach y Jackson 1986).
De acuerdo con Gil-Monte (Gil-Monte 2006) el agotamiento
emocional y los sentimientos de minusvalía, así como algunos
malestares hacia el ambiente, son en realidad una experiencia
subjetiva de carácter negativo compuesta por cogniciones,
emociones y actitudes hacia el trabajo, hacia las personas y hacia
el propio rol profesional; muy probablemente como respuesta al
estrés laboral. Acompañando todos estos malestares se presentan
una serie de disfunciones conductuales, psicológicas y fisiológicas que impactan de manera nociva a las personas y, por lo
tanto, a las organizaciones laborales. La distinción entre estrés
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143
Artículo Original | Uribe Jesús
laboral y lo descrito como agotamiento, minusvalía y malestar
apareció por primera vez en la literatura científica hasta la
década de los setenta, cuando Freudenberger (Freudenberger
1974) describió una serie de síntomas y comportamientos experimentados por profesionales que proporcionaban servicios de
salud, denominándolo en el idioma inglés como “burnout”. Más
tarde, Maslach y Pines (Maslach y Pines 1977) lo definieron como
un síndrome de agotamiento físico y emocional que implica el
desarrollo de actitudes negativas hacia el trabajo, pobre autoconcepto, y pérdida del interés por los clientes que aparece en los
profesionales de las organizaciones de servicio; Maslach
(Maslach 1982) lo describe como un síndrome de respuestas
crecientes compuestas por sentimientos de agotamiento
emocional, actitudes negativas hacia los receptores de un servicio
(despersonalización), una tendencia a evaluarse a sí mismo de
manera negativa y relacionando sentimientos de insatisfacción
con el puesto de trabajo.
Después de revisar diversas definiciones elaboradas entre 1974 y
1980, Perlman y Hartman (Perlman y Hartman 1982) concluyeron que el burnout es una respuesta al estrés emocional
crónico con tres componentes; agotamiento emocional y/o físico,
baja productividad laboral y un exceso de despersonalización. El
Síndrome de Burnout trae resultados negativos tanto para el
sujeto que lo sufre como para la organización que lo ha contratado; para el primero, puede traer alteraciones cardiorrespiratorias, jaquecas, gastritis, úlcera, insomnio, mareos, ansiedad,
depresión, alcoholismo, tabaquismo, etc. Para la empresa, deterioro de la calidad en el servicio que otorga el trabajador y, por
lo tanto la organización, rotación de personal, ausentismo,
problemas de asiduidad, y hasta abandono de trabajo (Burke
1998; Cordes et al. 1997; Daniel y Pérez 1999; Gil-Monte 2006;
Gil-Monte y Peiró 1997; Golembiewski 1982; Goodman y Boss
2002; Manzano y Ramos 2000; Mingote 1997; Moreno y Oliver
1993, Schaufeli y Dierendonck 1995, entre otros). De acuerdo con
Buendía y Ramos (Buendía y Ramos 2001) la consecuencia del
burnout es el colapso físico, emocional y cognitivo, lo que obliga
a las organizaciones y a su personal a dejar el empleo (o a
liquidar a una persona en su caso), a ser trasladados o a tener una
vida profesional presidida por la frustración y la insatisfacción,
ya que es un proceso que voluntaria o involuntariamente desentiende al trabajador de su puesto de trabajo como respuesta al
estrés y agotamiento experimentado.
Se habla de un proceso porque el trabajador no logra solucionar
sus problemas relacionados con el síndrome por las técnicas
personales a su alcance, los cambios de conducta y actitud son
ineficaces. Partiendo de la estructura tridimensional propuesta
por Maslach & Jackson (Maslach y Jackson 1982) de cansancio
emocional-despersonalización y falta de realización personal, se
han llevado a cabo diversas propuestas para que el proceso sea
considerado burnout por el orden y gravedad de sus consecuencias. Para lo anterior existen dos principales modelos: el modelo
de Leiter y Maslach (Leiter y Maslach 1988) y el modelo de
Golembiewski & Munzenrider (Golembiewski y Munzenrider
1988). De acuerdo con Maslach & Jackson (Maslach y Jackson
1981, Maslach y Jackson 1982) y con Schaufelli, Leiter, Maslach
& Jackson (Schaufelli et al. 1996), el burnout se define principalmente en las siguientes tres dimensiones:
Cansancio emocional: pérdida progresiva de energía, el
cansancio, el desgaste, la fatiga. Situación en la que los trabajadores sienten que ya no pueden dar más de sí mismos a nivel
144
afectivo. Es una situación de agotamiento de la energía o los
recursos emocionales propios, una experiencia de estar emocionalmente agotado debido al contacto cotidiano y mantenido con
personas a las que hay que atender como objeto de trabajo
(pacientes, presos, alumnos, clientes, etc.).
Despersonalización: se manifiesta por irritabilidad, actitudes
negativas y respuestas frías e impersonales hacia las personas
(clientes, pacientes, alumnos, presos, etc.). Puede ser considerada
como el desarrollo de sentimientos negativos, y de actitudes y
sentimientos de cinismo hacia las personas destinatarias del
trabajo; estas personas son vistas por los profesionales de forma
deshumanizada debido a un endurecimiento afectivo, lo que
conlleva a que les culpen de sus problemas: por ejemplo, el
enfermo bien se merece su enfermedad; el cliente es un sujeto
detestable; el preso es un delincuente que merece su condena; el
alumno merece ser reprobado, etc.
Falta de realización personal: son respuestas negativas hacia sí
mismo y el trabajo. Es la tendencia de los trabajadores a
evaluarse negativamente, y de forma especial esa evaluación
negativa afecta a la habilidad en la realización del trabajo y a la
relación con las personas a las que atienden.
Variables psicosomáticas
Según Gil-Monte (Gil-Monte 2006) la literatura de investigación
que asocia el desgaste ocupacional con diversos síntomas es tan
numerosa que ha dificultado la tarea de delimitar y aclarar qué
intentamos identificar, quedando la sensación de que todos los
problemas psicológicos, fisiológicos y conductuales asociados al
mundo laboral se relacionan con el desgaste ocupacional. Sin
embargo, según el autor, la mayoría de los síntomas psicosomáticos se relacionan con cansancio, insomnio, úlcera de estómago,
dolor de cabeza, dolor de espalda, fatiga e hipertensión. De
acuerdo con Boada, de Diego y Agulló (Boada et al. 2004), el
burnout y las manifestaciones psicosomáticas siempre van
asociadas, hipótesis que corroboraron al estudiar otras variables
como motivación y clima organizacional, siendo el clima organizacional reductora del burnout. Algunas otras variables se han
encontrado como predictoras de ciertos problemas psicosomáticos, por ejemplo, edad y antigüedad con la profesión (GarcíaIzquierdo 1991). Toro-Alvarez (Toro-Alvarez 1991) encontró que
la motivación no se relacionaba con estrés y factores psicosomáticos, siendo los modelos motivacionales los principales moderadores entre burnout y variables psicosomáticas para muchos
estudios. Boada, de Diego y Agulló (Boada et al. 2004) encontraron que el agotamiento emocional se relaciona con síntomas
de debilitamiento y tensión y de dolores cardiovasculares y generales (trastornos de dolor); en otro estudio, Zurriaga, Bravo,
Ripoll y Caballer (Zurriaga et al. 1998) encontraron relación entre
el desgaste emocional y disfunciones respiratorias y del sueño
(trastornos psiconeuróticos y del sueño) en médicos y enfermeras.
Boada, de Diego y Agulló (Boada et al. 2004) también encontraron que una baja realización personal se relaciona negativamente con jaquecas y dolores en las manos (trastornos de dolor)
y con dificultades respiratorias y asmáticas (trastornos psiconeuróticos). Según estos autores, no hay duda que a nivel de asociación y diagnóstico ciertos estados psicológicos críticos se relacionan al desgaste ocupacional y con sus manifestaciones psicosomáticas. De acuerdo con Boada, de Diego y Agulló (Boada et
al. 2004) la autorrealización, se relaciona con satisfacción
general, provocando la ausencia de estas variables: dolor
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precordial de origen cardiovascular, dolor de pecho, dolor de
cabeza intenso y dolor de espalda (trastornos de dolor). También
la despersonalización y la insatisfacción en general se relacionan
negativamente con dolores precordiales, dolores de origen no
cardiaco, dificultades respiratorias, problemas al dormir y
síntomas de debilitamiento (trastornos de dolor y psiconeuróticos). El apoyo social se relacionó negativamente con dolores
estomacales y falta de apetito (trastornos gastrointestinales).
El sector bancario en México
De acuerdo con Espinosa-Iglesias (Espinosa-Iglesias 2000), en
1982 la banca privada mexicana fue estatizada por el entonces
presidente López Portillo, que entregó la banca a políticos y no a
técnicos financieros; se otorgaron créditos sin garantías ni reciprocidad, llevando al sector financiero a pérdidas incalculables
por corrupción y malos manejos, por lo que 10 años más tarde el
presidente Carlos Salinas reprivatizó la banca e inyectó recursos
fiscales, entregándola a neo-banqueros, empresarios sin experiencia, permeando la corrupción y el compadrazgo. Lo anterior
llevó al gobierno a intervenir los bancos débiles y sanear las
finanzas de los bancos grandes, intercambiando deudas incobrables por las que el gobierno paga intereses (pagarés Fobaproa).
Según Juárez (Juárez 2005) el problema se agrandó cuando el
gobierno decidió no perseguir a los culpables del desfalco, y
convertir en deuda pública todos los pagarés del Fobaproa manejados por el Instituto de Protección al Ahorro Bancario (IPAB)
generando a partir de 1998 una deuda pública aproximada del
45% del PIB, es decir, de lo que produce el país. Según Aranda
(2005) la Suprema Corte de Justicia de la Nación fue “asustada”
con riesgos de “desestabilización económica” en el país en caso
de que se investigaran créditos mal manejados por el entonces
presidente Vicente Fox. De esta manera los mexicanos siguen
pagando una deuda impagable y que sus beneficios quedaron en
el olvido financiero y en el bolsillo de políticos y empresarios. En
el sexenio de Vicente Fox, de todos los bancos mexicanos sólo
quedó uno (Banorte), todos los demás pertenecen a corporativos
extranjeros (HSBC, Citigroup, BBVA, Santander, etc.), los mismos
que fueron vendidos con todo y Fobaproa, es decir el gobierno
seguirá pagando las deudas contraídas, desde luego trasladadas a
toda la población.
De acuerdo con Garduño y Pérez (Garduño y Pérez 2006) la
deuda bancaria se tardará en pagar 70 años por cada uno de los
mexicanos; por otro lado la banca en México se ha visto impactada por problemas como los ocurridos en Estados Unidos en el
sector financiero, pues en el caso de Citigroup (Banamex) sus
acciones se desplomaron en un 49% por lo que recortará más de
33000 puestos de trabajo a nivel mundial, no obstante sus
grandes y millonarias utilidades de la posesión de Banamex en
México (banco que compraron sin un solo peso de impuestos).
Además, los fraudes bancarios cometidos por el crimen organizado se elevaron en el sexenio pasado hasta por mil millones de
pesos causando escándalo en la Asociación de Bancos de México
(ABM) ocasionando que los sistemas legislativo y judicial, junto
con las instituciones, revisen legislación, reglamentos y vigilen al
posible delincuente ya que muchos de estos son empleados o ex
empleados bancarios (González 2006).
Según Rodríguez (Rodríguez 2007) las autoridades financieras del
país reconocen que el sistema bancario padece todavía muchas
imperfecciones, entre ellas poca penetración y mucha burocracia.
De acuerdo con Alcalde (Alcalde 2007) los trabajadores bancarios
sufren desde hace muchos años una guerra en su contra: disminución de salarios, prestaciones e inestabilidad laboral, generando una creciente angustia que trasciende los ambientes de
trabajo, enmarcados en una feroz subcontratación, complicidad
sindical y de autoridades. La historia de las relaciones laborales
en el sector bancario data de 1931 cuando la Ley Federal del
Trabajo los excluyó de su aplicación creando reglamentos especiales para regularlos. Les otorgaron salarios y prestaciones especiales a cambio de no tener derechos colectivos ni sindicatos. Al
nacionalizarse la banca se les reconoció que el derecho a la organización gremial les sería otorgado como en todo el mundo, lo
que no se les dijo es que serían controlados por los propios
bancos, a excepción del Banco de Comercio Exterior, de tal
manera que quedaron sujetos a una fracción especial XIII bis del
apartado B del artículo 123 constitucional y a una ley reglamentaria que creó e impuso a la Federación Nacional de Sindicatos
Bancarios (Fenasib). Al regresar la banca comercial al control
privado nacional y extranjero, lo primero que hicieron los nuevos
propietarios fue abaratar y precarizar el modelo laboral, descubrieron que liquidar personal era un negocio redondo, porque el
valor actuarial del crédito pensionario de cada trabajador era
sensiblemente mayor al importe que les cubría por concepto de
indemnización, en ocasiones hasta cinco veces más. En otros
casos, los recortes de personal están justificados por la crisis
mundial, particularmente en Estados Unidos con su famosa
“crisis hipotecaria”. Tal es el caso de futuras liquidaciones para
Banamex, filial de Citigroup en México, institución que ha anunciado que a nivel mundial recortará 33 mil puestos de su planta
laboral (Zúñiga 2008).
También se amplió el número de trabajadores de confianza, el
cual ha pasado del 40 al 80% actualmente. El modelo laboral
protector, el cual incluía reparto de utilidades, servicios médicos
privados, plan pensionario y préstamos hipotecarios ha venido
disminuyendo paulatinamente, bajo el nuevo modelo denominado “outsourcing” que consiste en una treta patronal como
mecanismo para desaparecer las obligaciones de los patrones y
anular en los hechos los contratos colectivos de trabajo en todo
el país (Muñoz 2007). Un ejemplo de lo anterior fue una inusual
protesta por parte de trabajadores bancarios (HSBC) por haberles
quitado una prestación fundamental llamada “bono de compensación” (Muñoz y Méndez 2007). Según Alcalde (Alcalde 2007)
esta simulación ha lesionado el marco jurídico constitucional y
los derechos humanos, pues busca dar la vuelta a la legislación
laboral, tal como lo señala el art. 46 de la Ley de Instituciones de
Crédito que faculta a las instituciones bancarias a subcontratar
personal. Según el autor, el artículo de esta Ley es una joya pues
la cabeza sindical de la Fenasib es el actual presidente del
Congreso del Trabajo, quien junto con empresarios y ex trabajadores bancarios, dominan el contexto laboral no sólo bancario,
sino financiero: fideicomisos, casas de cambio, casas de bolsa,
aseguradoras, uniones de crédito, hipotecarias, fondos de retiro,
arrendadoras, almacenadoras, factoraje, afianzadoras, autofinanciadoras, cajas de ahorro, etc.
Ahora bien, los cajeros bancarios son los empleados que se
encuentran en la base de la pirámide laboral, son el equivalente
a los obreros de las grandes fábricas del siglo XIX y del siglo XX,
están expuestos a exigencias de atención al público, jornadas
estresantes de trabajo y una millonaria responsabilidad en sus
manos, ojos y razonamiento. La atención al público con calidad
es una exigencia universal, no hay un solo cliente que no exija
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Artículo Original | Uribe Jesús
atención adecuada. Millones de pesos pasan por sus manos en un
abrir y cerrar de ojos, ya sea en documento o en efectivo. Los
asaltos bancarios, las grandes filas de clientes, las reclamaciones
cuando falla el sistema, los humores y estados de ánimo de todo
cliente que requiere de un servicio bancario, las enfermedades
contenidas en los billetes y el dinero, pasan por un cajero.
Exigencias personales y de supervisión son el marco laboral de
jóvenes y no tan jóvenes entre los 18 y 40 años, solteros o padres
de familia, con expectativas y una tremenda competencia marcada
por la oferta y la demanda laboral. Los cajeros son, entre otros
trabajadores bancarios, la cara, la imagen y el instrumento operativo del dinero de los mexicanos en el sector bancario. Su responsabilidad y participación está en el trabajo sucio, de un sector que
históricamente, como ya se describió, no ha sido manejado en
forma muy clara. Sin embargo, es un trabajo, alguien tiene que
realizarlo y, sobre todo los riesgos del puesto no quedan en faltantes
y sobrantes, también pueden estar en la psicología de la salud
ocupacional, por ejemplo con estrés, ansiedad, enfermedades físicas
y desde luego desgaste ocupacional o burnout. Prácticamente no
existen publicaciones en este sector relacionadas con salud o
desgaste; sin embargo, la Comisión Nacional para la Protección y
Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (CONDUSEF) en su
revista Proteja su Dinero (Ledesma 2008) relata, mediante la técnica
de entrevistas la jornada laboral de los cajeros bancarios que
atienden directamente al cliente de servicios bancarios en sucursales, lo que incluye estrés de principio, esto implica: cumplir con
horarios y bitácoras; deben revisar sellos, firmas, autorizaciones,
revisión de billetes para detectar versiones falsas, revisar medidas
de seguridad, cuotas de atención a clientes, además deben cuidarse
de hurtos o errores por parte de clientes e inclusive por parte de
compañeros. Al final del día después de aproximadamente 12 horas
de actividad llegan a sus casas a descansar o trasladarse a la
escuela. El autor relata una serie de comportamientos de estrés relacionados con presiones, responsabilidades y efectos en la salud al
cabo de un cierto tiempo. Según los entrevistados, no es posible
explicar a los clientes los problemas vividos; sin embargo, un cajero
expresa que “se la juega todos los días”. González (González 2008)
relata el caso de un empleado bancario, que por ser portador de VIH
fue despedido cuando se enteraron de su enfermedad, en un claro
proceso de discriminación.
Todo lo anterior motivó a los autores del presente artículo a conocer
el desgaste ocupacional de cajeros bancarios en una institución con
capital extranjero en México, considerando que se trata de un
sector que cumple con una historia laboral compleja y con trabajadores que atienden al público y son vulnerables al desgaste ocupacional. La investigación fue de tipo exploratoria, descriptiva y no
experimental; además, se partió de una hipótesis correlacional entre
variables de desgaste ocupacional y variables psicosomáticas con el
fin de otorgar validez de constructo a la escala EMEDO. También se
utilizaron variables sociodemográficas como clasificatorias para
conocer su relación con otras variables.
MÉTODO
Participantes. La muestra se conformó en forma no probabilística e intencional con 200 cajeros del sector bancario de una
institución con capital extranjero, 56% del sexo masculino y 44%
del sexo femenino. Todos trabajaban en sucursales bancarias de
la Ciudad de México. El promedio de edad fue de 26,2 años con
146
una desviación estándar de 4,75 años, el 67% con pareja y el
33% sin pareja; el 50,5% contaba con estudios de bachillerato y
el 49,5 con licenciatura, el 30,5% con hijos y el 69,5 sin hijos, el
85% tenía contrato por tiempo indeterminado, el 12,5% por
tiempo determinado y el 2,5% por obra determinada.
Instrumento. Para medir el desgaste ocupacional o burnout se
utilizó la Escala Mexicana de Desgaste Ocupacional (EMEDO)
desarrollada por Uribe-Prado, García, Leos, Archundia, Pizano y
Lozano (Uribe-Prado et al., en prensa), Uribe-Prado (2007) y
Pichardo y Retiz (Pichardo y Retiz 2007), la cual mide tres
factores (agotamiento emocional, despersonalización e insatisfacción de logro) para desgaste ocupacional y un cuarto factor
que mide factores psicosomáticos derivados del DSM IV (LópezIbor y Valdés 2002), el cual a su vez contiene siete indicadores
(ver Figura 1). Consta de 70 reactivos y con confiabilidades de,
72,72 y 86 para los 3 factores de desgaste ocupacional respectivamente. Además se preguntaron algunas variables demográficas
con fines clasificatorios.
Figura 1.
Composición del EMEDO.
Factor
1 Agotamiento Emocional
2 Despersonalización
3 Insatisfacción de logro
4.a Trastornos de sueño
4.b Trastornos. psicosexuales
4.c Trastornos gastrointestinales
4.d Trastornos psiconeuróticos
4.e Trastornos de dolor
4.f Indicador ansiedad
4.g Indicador depresión
Reactivos
9
9
12
11
10
6
6
5
1
1
Procedimiento. El instrumento fue aplicado en diversas sucursales
de la institución bancaria de la Ciudad de México a cada sujeto,
previa autorización de los supervisores correspondientes. A cada
sujeto se le pidió que contestara al final de su jornada de trabajo,
procurando un estado de tranquilidad y con una lectura cuidadosa
de las instrucciones. El tiempo de aplicación fluctuó entre 25 y 40
minutos aproximadamente. Se llevaron a cabo correlaciones
pearson, análisis de varianza y regresiones múltiples.
RESULTADOS
Primero, se llevó a cabo la correlación entre variables de desgaste
ocupacional y psicosomáticas para conocer la relación estadística. Ver Tabla 1.
Como puede observarse, existe una correlación significativa entre
las variables de desgaste ocupacional, como con la mayoría de
variables psicosomáticas, mostrando puntajes altos (mayores al
.30); principalmente el desgate emocional con trastornos de dolor
(.47), t. de sueño (.46), con el indicador de depresión (.44) y con
t. psiconeuróticos (.42). Despersonalización con t. psiconeuróticos (.36) y con t. gastrointestinales (.32). Insatisfacción de logro
con el indicador de ansiedad (.46), con t. de sueño (.41) y con t.
de dolor (.41), con t. gastrointestinales (.39) y con el indicador de
depresión (.31). Las correlaciones más altas entre los subfactores
psicosomáticos se encuentran entre t. de sueño con t. psiconeu-
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Tabla 1.
Correlación entre Desgaste Ocupacional y Variables Psicosomáticas.
F1 Agotamiento Emocional
F2 Despersonalización
F3 Insatisfacción de Logro
F4a Trastornos de Sueño
F4b Trastornos Psicosexuales
F4c Trastornos Gastrointestinales
F4d Trastornos Psiconeuróticos
F4e Trastornos de Dolor
F4f Indicador de Ansiedad
F4g Indicador de Depresión
* ≤ .05
** ≤ .01
F1
F2
F3
F4a
F4b
F4c
F4d
F4e
F4f
F4g
1
.38**
.50**
.46**
.17*
.31**
.42**
.47**
.39**
.44**
1
.32**
.29**
ns
.32**
.36**
.16**
ns
ns
1
.41**
.27**
.39**
.28**
.41**
.46**
.31**
1
.51**
.67**
.72**
.64**
.52**
.51**
1
.60**
.51**
.54**
.34**
.24**
1
.67**
.60**
.39**
.29**
1
.60**
.46**
.37**
1
.60**
.56**
1
.52**
1
ns: no significativo
Tabla 2.
Regresión Múltiple con Análisis de Varianza en el Modelo entre Desgaste Ocupacional y las siete variables Psicosomáticas.
V. Dependiente
F1 Agotamiento Emocional
F2 Despersonalización
F3 Insatisf.de Logro
V. Independ.*
R
R2
F
Sig.
Beta E.
t
Sig.
T. Psicosexuales
T. Dolor
I. Depresión
T. Psicosexuales
T. Gastrointestin.
T. Psiconeurot.
I. Depresión
T. Gastrointestin.
T. Psiconeurot.
I. Ansiedad
.57
.33
13.56
.001
.45
.20
7.05
.000
.54
.29
11.6
.000
-.19
.24
.17
-.21
.21
.30
-.19
.25
-.21
.31
-2.4
2.52
2.26
-2.47
2.06
2.98
-2.24
2.60
-2.23
3.92
.016
.012
.024
.014
.041
.003
.026
.010
.027
.000
* Sólo se reportan las que resultaron significativas de las 7 V. Independientes con cada V. Dep.;
róticos (.72), entre t. psicosexuales y t. gastrointestinales (.60),
entre t. psiconeuróticos y t. gastrointestinales (.67), entre t. de
dolor y t. psiconeuróticos (.60), t. de dolor con el indicador de
ansiedad (.60), finalmente entre el indicador de ansiedad y el
indicador de depresión (.52).
Las correlaciones fueron tan altas; tanto entre las variables de
desgaste ocupacional como con las psicosomáticas, que se
decidió llevar a cabo regresiones múltiples y análisis de la
varianza en el modelo múltiple, con el fin de identificar las relaciones más importantes (Tabla 2).
Como puede observarse en la Tabla 2, los coeficientes de determinación ajustados se encuentran entre .20 y .33, los valores de
F indican el rechazo de la hipótesis relacionada con la pendiente
de que el plano de regresión es igual a cero. Puede observarse que
los trastornos como variables independientes son predictores del
desgaste ocupacional (entre 3 y 4 indicadores). Por otro lado, el
estadístico de Durban-Watson es igual a 2 confirmando la incorrelación de los residuos. Posteriormente, se llevó a cabo una
clasificación de aquellas variables psicosomáticas que resultaron
más importantes en las regresiones múltiples y sus significados
según los reactivos del cuestionario. Ver Figura 2.
Posteriormente, se llevaron a cabo análisis de varianza One Way
con la finalidad de conocer si las variables de interés estaban
siendo determinadas por algunas variables demográficas de tipo
clasificatorias. Ver Tabla 3.
Como puede observarse en la Tabla 3 la despersonalización (F2)
se encuentra incrementada por aquellas personas que no cuentan
con pareja y que han consumido algún tipo de droga una o dos
T= trastornos; I= Indicador de
Figura 2.
Variables psicosomáticas (DSM IV) y su significado en los reactivos del
cuestionario según las regresiones múltiples.
Factores
Trastornos
psicosexuales
Significados en el cuestionario
Dolor durante las relaciones sexuales
Indiferencia sexual
Molestias al orinar
Problemas para alcanzar orgasmo con la pareja
Eyaculación precoz
Problemas de erección
Menstruación irregular
Sangrado excesivo durante la menstruación
Dolor menstrual excesivo
Trastornos
Dolores de cabeza
de Dolor
Dolor en articulaciones de brazos y piernas
Dolores abdominales
Dolores de espalda y cuello
Dolores de pecho
Indicador de
Sentimiento de estar deprimido
Depresión
(muy triste)
Trastornos
Dificultad para deglutir
GastroIntolerancia a diferentes alimentos
intestinales
Vómitos
Náuseas
Molestias al defecar
Diarreas
Trastornos
Desmayos
Psiconeuróticos Pérdida de sensibilidad táctil
(sin explicación Sensación de debilidad muscular
aparente)
Sensación de nudo en la garganta
Pérdida de la voz
Sensación de perder el equilibrio
Indicador de
Sentimiento de desesperación
Ansiedad
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F1 F2 F3
√ √
√
√
√
√
√
√
√
√
147
Artículo Original | Uribe Jesús
Tabla 3.
Análisis de Varianza entre Desgaste Ocupacional, Psicosomáticas y Variables Demográficas (Promedios y significancia).
V. Demográficas (Clasificatorias)
F1
F2
F3
a
b
c
d
e
f
Sexo
Masculino
.98***
Femenino
1.27***
Estado Civil Con pareja
2.18**
Sin pareja
2.52**
Escolaridad
Bachillerato
1.53*
Licenciatura
1.35*
Tipo Puesto
Operativo
1.19**
Medio
1.03**
Cont. Usuario Directo
Indirecto
Uso Medicam. Sí frecuentemente
2.34**
No
1.94**
Uso drogas
Nunca
2.23*
1.69*
1.41**
2.01*
Una vez al año
2.60*
1.68*
1.50**
Dos veces al año
2.97*
2.38*
2.29**
2.95*
Edad
18-21 años
1.52*
1.92*
22-23
1.51*
2.15*
24-25
1.45*
1.87*
26-30
1.27*
1.86*
31-44
1.59*
2.31*
* ≤ .05;
**≤ .01;
***≤.001
Nota: F1= desgaste emocional; F2= despersonalización; F3= insatisfacción de logro; a=Trastornos.sueño; b=T.psicosexuales; c=T.gastrointestinales;
d=T. psiconeuróticos; e=T.dolor; f=Indicador ansiedad; g=I. depresión.
veces al año. Los trastornos de sueño (a) presentan diferencias
significativas en los usuarios de drogas. Los trastornos psicosexuales (b) tienen diferencias significativas en hombres y de
puestos operativos. Los trastornos psiconeuróticos (d) aquejan
con mayor frecuencia a los cajeros con escolaridad de bachillerato, a los consumidores de drogas, a los más jóvenes y a los
menos jóvenes. Al parecer, los trastornos de dolor (e) son presentados en su mayoría por aquellos cajeros que toman medicamentos frecuentemente, por los que consumen drogas y por
personas entre los 22 y 44 años de edad. Finalmente, el indicador
de ansiedad (f) resultó significativo para aquellos puestos de
nivel medio o de supervisión y para los que tienen contacto
directo con el usuario de sus servicios. Para apreciar los valores
relacionados con las variables psicosomáticas se llevó a cabo una
comparación entre las medias de todas las variables considerando
las características implicadas en los reactivos. Ver Figura 3. En
esta Figura 3 se observa que la fluctuación entre las variables es
cercana entre ellas mismas, confirmando que el desgaste ocupacional mantiene valores dominantes sobre los factores psicosomáticos (superiores a las de DO), mismos que mantienen entre sí
una correlación siempre positiva (Ver Tabla 1) y, que el conjunto
de ellas cumplen con las características de un síndrome según el
DSMIV. Lo anterior estaría confirmando que un trastorno de
manera aislada no sería suficiente para el análisis del DO, confirmando que el conjunto de trastornos es el que permite un diagnóstico.
g
1.87*
2.16*
2.03*
1.00*
1.86*
raba que el DO se caracterizaba por un conjunto de síntomas físicos
y psíquicos. Perlman y Hartman (Perlman y Hartman 1982) encontraron que el DO se relaciona con alteraciones cardiorrespiratorias,
jaquecas, gastritis, úlcera, insomnio, mareos, ansiedad, depresión,
alcoholismo y tabaquismo, etc. Sin embargo, Gil Monte (Gil-Monte
2006) dice que la literatura de investigación que asocia el desgaste
ocupacional con diversos síntomas es tan numeroso que ha dificultado la tarea de delimitar y aclarar qué intentamos identificar,
quedando la sensación de que todos los problemas psicológicos,
fisiológicos y conductuales asociados al mundo laboral se relacionan con el desgaste ocupacional. Según el autor, la mayoría de
los síntomas psicosomáticos se relacionan con cansancio, insomnio,
úlcera de estómago, dolor de cabeza, dolor de espalda, fatiga e
hipertensión. La Figura 3 confirma que el DO (como síndrome)
mantiene valores superiores a los valores de los factores psicosomáticos (síntomas), pudiéndose concluir que el DO es un síndrome
que debe ser analizado a partir de la integración de los síntomas
que lo componen; recordemos que una pastilla para el dolor quita
el síntoma, pero no ataca necesariamente el origen del problema, lo
oculta, y de esta manera puede el trabajador continuar laborando
Figura 3.
Desgaste ocupacional y factores psicosomáticos.
Comparación de medias entre todas las variables.
DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES
De acuerdo con Manassero, García, Vázquez, Ferrer, Ramis y Pili
(Manassero et al. 2000), el DO se caracteriza por una pérdida de
interés frente a los usuarios del servicio, un distanciamiento psicológico respecto al trabajo y desesperanza por encontrar interés y
esfuerzo en el trabajo. Freudenberger (Freudenberger 1974) asegu-
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Ciencia & Trabajo
Artículo Original | Perfil Psicosomático y de Desgaste Ocupacional en Cajeros del Sector Bancario con Escala EMEDO
sin eliminar verdaderamente el mal que lo aqueja, hasta que el
verdadero problema sea inmune a una simple pastilla; por ejemplo,
infartos, hipertensión, diabetes, parálisis, etc. Nuestros resultados en
las Tablas 1 y 2 y en la Figura 4 muestran una coincidencia con la
opinión de Gil Monte (Gil-Monte 2006); sin embargo, según la Tabla
2 y posteriormente la Figura 3, las correlaciones y regresiones múltiples elaboradas nos permiten asegurar que los cajeros bancarios
padecen particularmente cuatro tipos de trastornos psicosomáticos
(psicosexuales, dolor, gastrointestinales y psiconeuróticos), y dos
indicadores (ansiedad y depresión), de tal manera que combinados en
términos de sus significados psicosomáticos presentan cuadros de
síntomas más fáciles de identificar. En otras palabras, la Figura 3
sintetiza un conjunto de padecimientos médicos y psicológicos altamente asociados al DO. En un análisis de mayor profundidad, Boada,
de Diego y Agulló (Boada et al. 2004) encontraron que el agotamiento
emocional se relaciona con síntomas de debilitamiento y tensión y de
dolores cardiovasculares y generales (trastornos de dolor); en nuestro
estudio se corroboran los trastornos de dolor que, combinados con
trastornos psicosexuales y un gran sentimiento de tristeza (posible
depresión) se puede asegurar el nivel más alto de pronóstico para
agotamiento emocional como los señalan dichos autores.
En otro estudio, Zurriaga, Bravo, Ripoll y Caballer (Zurriaga et
al.1998) encontraron relación entre el desgaste emocional y disfunciones respiratorias y del sueño (trastornos psiconeuróticos y del
sueño) en médicos y enfermeras. En nuestro caso, los trastornos
psiconeuróticos se asociaron a despersonalización (ver Tabla 2 y
Figura 3). Boada, de Diego y Agulló (Boada et al. 2004) también
encontraron que una baja realización personal se relaciona negativamente con jaquecas y dolores en las manos (trastornos de dolor)
y con dificultades respiratorias y asmáticas (trastornos psiconeuróticos). En nuestros resultados este factor (insatisfacción de logro) se
asoció principalmente a trastornos psiconeuróticos, coincidiendo
con estos investigadores, pero también con trastornos gastrointestinales y con el indicador de ansiedad. De acuerdo con Boada, de
Diego y Agulló (Boada et al. 2004) la autorrealización (insatisfacción
de logro), se relaciona con satisfacción general, dolor precordial de
origen cardiovascular, dolor de pecho, dolor de cabeza intenso y
dolor de espalda (trastornos de dolor), lo que para nuestro estudio
fue asociado con agotamiento emocional. Como se puede apreciar
en la Figura 3.
Ahora bien, es probable que el tipo de desempeño y los roles específicos de nuestra muestra pertenezca a una población con rasgos
diferentes a las internacionalmente estudiadas, pues en su mayoría
se refieren a médicos, enfermeras, personal de salud, maestros y
personal del sistema educativo, principalmente. En nuestro caso, por
tratarse de trabajadores del sector financiero -quienes son muy
jóvenes y orientados hacia actividades de atención a clientes, no a
pacientes o alumnos- los requerimientos y contactos con sus usuarios pueden ser con demandas diferentes a las de los usuarios del
sector salud y de educación. Por lo tanto los trastornos presentados,
al menos en nuestro caso, son también diferentes en orden e impacto
hacia la salud (ver Tabla 3), pues el sexo, el estado civil, la escolaridad, el tipo de puesto, el tipo de contacto (directo o indirecto) con
el usuario, el uso de medicamentos, el uso de drogas y la edad fueron
estadísticamente significativas en los análisis de varianza correspondientes. Las mujeres, las personas sin pareja, con estudios de
bachillerato, con puestos de nivel operativo y medio, con contacto
directo con el cliente, que usa frecuentemente medicamentos (en
México, el paciente acude a la enfermería con el fin de obtener una
pastilla que le quite el malestar, pocas veces se acude a eliminar el
verdadero origen), que consume algún tipo de droga dos veces al
año, y con edades cercanas a los 18 y a los 30 años, resultaron
moderadamente afectados en mayor medida con relación al desgaste
ocupacional y a los factores psicosomáticos.
Por otro lado, y de acuerdo con expertos del sector bancario en
México (Alcalde 2007; Espinosa-Iglesias 2000; González 2006;
González 2008; Juárez 2005; Muñoz 2007; Rodríguez 2007) las
instituciones financieras en nuestro país han sido manejadas con
políticas cada vez más negativas hacia el sector laboral; es decir, se
ha pasado de un modelo protector a un modelo de alta competencia
e inseguridad laboral, lo que seguramente ha tenido impactos
diversos, tales como disminución de obligaciones patronales y
anulación en los hechos de contratos colectivos de trabajo, lo que ha
significado (sin lugar a dudas, en exigencias de atención al público,
de competitividad personal y alta supervisión) que los empleados del
sector bancario compitan por los cada vez menos puestos de trabajo,
implicando un mayor estrés para el trabajador. Con este estudio
queda corroborado que los cajeros del sector bancario, en una institución transnacional, padece un nivel de estrés crónico generalizado,
digno de ser estudiado con las características del desgaste ocupacional. Según nuestros resultados (ver Tablas 1, 2 y 3 y Figuras 3 y
4) el desgaste ocupacional en cajeros es altamente correlacionado
con factores psicosomáticos. Los altos rendimientos y productividad
generada por el trabajo –que persigue la cultura de competitividad y
eficiencia de los tiempos modernos impuesta por el Estado y las
instituciones financieras– pueden verse fuertemente disminuidos en
el largo plazo por enfermedades en sus trabajadores. La calidad y
eficiencia no sólo depende de la capacitación, motivación y competencias: puede verse seriamente afectada o beneficiada, según sea el
caso, con trabajadores enfermos o sanos, es decir, que la salud
ocupacional física y psicológica afecte directamente a la productividad mediante la salud mental (OIT 2000) considerando los riesgos
implícitos en los conocidos factores psicosociales (Uribe-Prado
2008). Un cajero con dolores de cabeza, diarreas, dolores de espalda,
abuso de medicamentos y sustancias toxicas, con problemas
sexuales, entre otros, seguramente puede tener faltantes o sobrantes
de dinero, dar mala atención al público, tener baja asiduidad, accidentes, etc., a pesar de una buena capacitación, selección y desarrollo ejecutivo. El desgaste ocupacional, como bien lo señala Gil
Monte (Gil-Monte 2006), puede ser la plaga silenciosa del Siglo XXI.
La salud ocupacional también puede incrementar o disminuir las
utilidades de las empresas.
Desde otra perspectiva, Uribe-Prado (Uribe-Prado 2007) y UribePrado y col. (Uribe-Prado et al., en prensa) con muestras más
amplias y con diversos tipos de trabajo ya habían encontrado una
alta correlación con factores demográficos y psicosomáticos, permitiendo afirmar que la Escala Mexicana de Desgaste Ocupacional
(EMEDO) mantiene de manera positiva validez de constructo con la
literatura internacional (Gil-Monte 2006) y consigo misma. Por otro
lado, la confiabilidad del instrumento utilizado, que se encuentra
alrededor del 70% permite confirmar que se trata de un instrumento
que, hasta este momento está describiendo a la población mexicana
en forma satisfactoria. El uso de un instrumento elaborado con
mexicanos y aplicado en muestras particulares puede significar el
conocimiento de características propias del desgaste ocupacional en
México.
Fuente de financiamiento: UNAM DAGAPA PROYECTO IN302806
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Artículo Original | Uribe Jesús
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Ciencia & Trabajo
Artículo Original
Violencia Laboral, su Significación desde Hombres y Mujeres
OCCUPATIONAL VIOLENCE, ITS MEANING FROM THE PERSPECTIVE OF MEN AND WOMEN
Vania Vivas Vargas1, Leonor Guadalupe Delgadillo Guzmán1, Aida Mercado Maya1
1. Psicóloga, UAEM Universidad Autónoma del Estado de México, Facultad de Ciencias de la Conducta.
RESUMEN
ABSTRACT
El objetivo general fue comprender el proceso de significación de la
violencia organizacional desde el empleado. La hipótesis de trabajo
fue: la significación que el empleado hace de la violencia organizacional es susceptible de rupturas (discontinuidades), porque observa
incoherencia entre la experiencia violenta y la tipificación que posee
de la relación laboral. Es un estudio cualitativo, en el que se trabajó
con 12 participantes, 6 hombres y 6 mujeres. Se utilizó la entrevista a
profundidad. Las categorías de análisis fueron: a) significantes,
b) capacidad reflexiva y c) conocimiento social. El análisis realizado
fue inductivo cruzado. Los resultados revelan que los individuos
siguen un proceso de significación con un patrón particular, significación inicial, significación en crisis y significación de desenlace,
modificando el sentido de la experiencia violenta en función de la
dinámica entre su capacidad reflexiva y sus significantes.
This study general objective was to understand the signification process
of organizational violence from an employee’s perspective. This study
hypothesis was: the signification that the employee makes of
organizational violence is susceptible of breaks (discontinuities)
because the employee as an individual sees an incoherence between the
violent experience and the tipification that he/she possesses about work
relationships. It is a qualitative study with 12 participants, 6 male and
6 female. The research technique was an in-depth interview. The
analysis categories were significants, reflexive capacity and social
knowledge. The analysis was inductive crossed. The results reveal that
individuals follow a process of signification that show a particular
pattern, initial signification, signification in crisis and outcome
signification. The individuals modify the sense of the organizational
violence experience based on the dynamic between their reflexive
capacity and their significants.
(Vargas V, Delgadillo L, Mercado A, 2008. Violencia Laboral, su
Significación desde Hombres y Mujeres. Cienc Trab. Oct-Dic; 10 (30):
151-156).
Descriptors: VIOLENCE; WOMEN; MEN; WORKPLACE; LABOR
RELATIONS; INTERPERSONAL RELATIONS; SOCIAL BEHAVIOR;
PSYCHOLOGY; SOCIAL SCIENCES.
Descriptores: VIOLENCIA, MUJERES, HOMBRES, LUGAR DE TRABAJO, RELACIONES LABORALES, RELACIONES INTERPERSONALES,
CONDUCTA SOCIAL, PSICOLOGÍA, CIENCIAS SOCIALES.
INTRODUCCIÓN
El problema de la violencia organizacional ha sido ampliamente
estudiado, principalmente a partir de los años 80’s, pero es importante señalar que la diversidad en la operacionalización del fenómeno de los estudios que se han realizado lleva al investigador interesado en abordar esta temática a lo que quizá pudiese nombrarse
como una falta de acuerdo conceptual y posiblemente a una confusión en cuanto a los términos pertinentes para referirse al fenómeno.
Uno de los conceptos que se han utilizado para definir la violencia
organizacional es la violencia en el trabajo, la cual, según Guevara
(Guevara 2005) es: “Cualquier maltrato físico o psíquico, agresión
verbal o física, humillaciones, acoso y abuso contra un trabajador”.
También al respecto la Revista Trabajo de la Organización
Correspondencia / Correspondence
Leonor Guadalupe Delgadillo Guzmán
UAEM, Facultad de Ciencias de la Conducta
Carretera Toluca-Naucalpan Km. 1,5 s/n, Toluca, México.
CP 500100, Col. Guadalupe.
Tel: (52 722) 2720076
e-mail: [email protected]
Recibido: 13 de octubre de 2008 / Aceptado: 28 de noviembre del 2008
Internacional del Trabajo (OIT 1998a) dice que: “La definición
incluye comportamientos como homicidios y violaciones, patadas,
mordiscos y puñetazos, acoso, incluidos el abuso sexual y racista,
coacciones, agresiones y victimización, mensajes ofensivos, apodos
y silencios despreciativos”. Y por su parte Scialpi (Scialpi 2001)
define a la violencia en el trabajo como “[…] tomar a una persona
de blanco de hostigamiento y acoso psicológico persistente que
conlleva críticas, aislamiento, chismes, injurias y ridiculizaciones. El
impacto de este tipo de conductas es devastador”.
Estas definiciones delimitan el problema de la violencia al ámbito
laboral y el espectro de conductas violentas que describen es lo suficientemente amplio como para al menos cubrir la violencia física,
sexual y psicológica no haciendo mención de conductas específicas
de violencia económica. Su fortaleza radica en que son definiciones
aplicables en estudios de violencia organizacional, pues delimitan la
violencia al espacio de trabajo.
Para esta investigación se entendió a la violencia organizacional o
también llamada violencia laboral, como “el acto dañino intencional
(voluntario) emitido por un miembro o varios miembros de la organización, acto que va dirigido en contra de otra(s) persona(s) que
tiende hacia la eliminación del(os) trabajador(es) de la organización;
estos actos pueden ser físicos, económicos, psicológicos o sexuales,
generalmente se presentan de manera combinada y tienen repercusiones en la salud del receptor” (Delgadillo et al. 2006).
La violencia organizacional implica altos costos a las diferentes
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Artículo Original | Vivas Vania
partes involucradas en el fenómeno: el patrón, el empleado, el
sector salud, el estado, la justicia. Para ilustrar esto, el trabajo de
Leymann (Leymann 1996) apunta a sus repercusiones, pues marca
que este problema trae consecuencias en términos de “costos de
producción más elevados, mayores rotaciones de personal, empeoramiento de la motivación laboral y así por el estilo”. La OIT (OIT
2005) declara que la violencia en el trabajo afecta a la productividad por sus efectos negativos y de distracción sobre el ambiente
de trabajo. Por su parte Tim Field (Field 2005), un investigador
inglés, informa de los costos de este problema en Inglaterra declarando que se estima que se gastan cerca de 12 billones de libras
cada año resultado de la violencia en el trabajo.
Entre las consecuencias relevantes en términos de quien sufre como
receptor esta violencia se encuentran: “…resta salud a quien la
padece, debilita su condición de bienestar y transgrede su derecho
a una condición laboral digna de trabajo…” (Delgadillo et al. 2006).
De acuerdo con Artazcoz (Artazcoz 2003), el trastorno asociado más
habitualmente al acoso moral es el síndrome ansioso depresivo y en
los casos más graves se puede llegar al síndrome de estrés postraumático. Además de las consecuencias personales se han hecho estudios que resaltan las consecuencias que la violencia en el trabajo
produce sobre el individuo y su familia. Field (Field 2005) agrupa
estas consecuencias en tres grandes categorías: 1. pérdida de la
carrera y el sustento; 2. separación y divorcio; y, 3. suicidio.
Jurídicamente hablando, la violencia organizacional ilustra un
fenómeno que trasgrede los derechos proclamados en la
Declaración Universal de Derechos Humanos de la Organización de
las Naciones Unidas. México está adherido a esta declaración y a
los acuerdos derivados de ella, mostrándose más como receptor de
estas leyes que como promotor de ellas, viéndose condicionado a
firmarlos porque su constitución política contempla la obligación
de cumplir con esos compromisos (Delgadillo et al. 2006).
Se enfrenta un problema que atropella los derechos del empleado,
en tanto que sus garantías como miembro de una organización
están siendo quebrantadas. Indudablemente los avances jurídicos a
nivel internacional han sido varios y significativos, así lo ilustran
los casos de: Suecia (1993), Francia (1999) y Bélgica (2001) que
hasta el año 2003 eran los únicos tres países de la Unión Europea
que ya contaban con una ley sobre acoso psicológico en el trabajo
(Artazcoz 2003). Existe una novedosa Ley Orgánica de Prevención
de Condiciones y Medio Ambiente del Trabajo en Venezuela que ya
incluye en su articulado la influencia de los riesgos psicosociales y
no solamente los riesgos químicos, físicos, biológicos, eléctricos y
otros fácilmente identificables y prevenibles muchas veces por
inversiones de recursos financieros, a diferencia de la influencia del
factor humano en las relaciones laborales (Guevara 2005). En
México existe legislación que protege al trabajador de faltas de
probidad u honradez por parte del patrón, sus familiares, personal
directivo o administrativo dentro del servicio en la Ley Federal del
Trabajo (Cooper 2001).
Con base en lo anterior, el trabajo citado buscó ser una aportación
comprensiva de la violencia organizacional, que aliente la discusión
sobre eventuales soluciones. Para ello se propuso abordar este fenómeno desde la fenomenología desarrollada por Schütz, Berger y
Luckmann. Se trata de un modelo que centra la atención en cómo
el individuo construye su realidad.
Los estudios fenomenológicos no son nada frecuentes en la investigación organizacional. Parte de esta ausencia surge de la misma
naturaleza de la fenomenología y su relativa “novedad” como una
metodología de investigación.
152
Existen otras dificultades para adoptar enfoques fenomenológicos.
Una de ellas se relaciona con el lenguaje “tribal”, como lo llama
Sanders, de la fenomenología. Cada campo de la academia tiene su
ración de términos técnicos y la fenomenología no es la excepción.
Otra dificultad inherente para el uso de la fenomenología se relaciona con cuestiones metodológicas. No existe una metodología
precisa para los investigadores fenomenológicos (Sanders 1982).
Al respecto Chamberlain (Sanders 1982) declara que “no hay un
procedimiento ortodoxo que pueda ser tomado como el método
fenomenológico autorizado”. La metodología varía de acuerdo al
fenómeno estudiado y a la atención temática que se le da.
La fenomenología representa una “nueva forma” de ver lo que es
genuinamente capaz de ser descubierto y que se encuentra potencialmente ahí, pero que no es visto a menudo. Esto probablemente
es la implicación más significativa de la fenomenología para la
investigación organizacional.
Una segunda implicación para la investigación organizacional es
que ciertos tipos de fenómenos conductuales eluden cuantificación
e inferencia estadística, o sea no pueden ser cuantificados ni estratificados.
La incursión de la fenomenología en el campo del estudio organizacional es claramente justificada por Sanders (Sanders 1982) de
la siguiente manera:
La inhabilidad de los investigadores para investigar las “estructuras
profundas” de la organizaciones no puede ser atribuida a su falta
de voluntad para involucrarse en investigaciones intensivas o a
una falta de disciplina académica, sino más bien a la ausencia de
un método de investigación apropiado. Ya que la fenomenología
busca estudiar a los fenómenos así como son conocidos directamente, como son presentados a la conciencia, la autora cree que el
análisis fenomenológico es la respuesta a este vacío metodológico.
Una vez planteada la posible respuesta a un vacío metodológico
para la investigación de ciertos fenómenos en el área organizacional se encuentra a continuación la cuestión de cuál sería
entonces ese método a utilizar.
El trabajo de investigación fue de corte cualitativo, buscó indagar
sobre un fenómeno poco explorado desde el modelo teórico que se
propuso.
Para poder operacionalizar la investigación se trabajó con dos
categorías: los significantes o relaciones sociales y la capacidad
reflexiva.
Los significantes son aquellas personas importantes para el individuo en su continuo y sistemático proceso de socialización. En
principio, personas que fueron responsables de su socialización
cuando niño, son personas con las que el individuo se identifica
construyendo una identidad coherente y plausible (Berger y
Luckmann 2005; Delgadillo et al. 2005).
Para este estudio toma importancia la consideración de los significantes debido a que es a través de ellos como el individuo
adquiere el significado del mundo que lo rodea. La relación con los
significantes le permite al sujeto relacionarse con el mundo de la
vida y es a través de esta mediatización del mundo que le dan los
significantes y de la capacidad reflexiva que el individuo llega a
construir sus propios significados.
La capacidad reflexiva, como segunda categoría, será entendida
como aquel atributo humano producto consecuente de la acción
conjunta de los procesos sicológicos como la atención, la memoria,
el análisis y la síntesis y de los procesos sociológicos. Le permite
al individuo identificar la situación de violencia organizacional
que vive y relacionarla con las tipificaciones que ha adquirido de
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sus significantes y es esta capacidad la que, asimismo, le permite
tomar decisiones que tengan coherencia con su mundo social y
subjetivo.
En síntesis, el cómo significa el empleado dicha experiencia se basa
en sus significantes, por un lado, y en su capacidad de reflexión
por otro.
METODOLOGÍA
Por tratarse de un estudio cualitativo, no aplica el criterio de
muestra en tanto que no se trata de un estudio explicativo. Lo que
sí aplica es la acepción de participante, término que alude a los
estudios de caso, propio de este tipo de investigaciones.
Se contactaron doce participantes, seis del género masculino y seis
del género femenino, que refieren haber vivido violencia organizacional, no importando la posición jerárquica laboral que ocupen,
ni la antigüedad, con estudios mínimos de secundaria, mayores de
18 años, casados o no, con o sin hijos, sin importar la religión que
profesen. La estrategia para contactarlos fue la bola de nieve, que
consiste en conocer a algunos informantes y lograr que ellos
presenten a otros (Taylor y Bogdan 1992).
La técnica de indagación utilizada fue la entrevista a profundidad,
tratando de obtener una descripción “espesa” (Ruiz 1996).
La guía de entrevista fue estructurada con base en las categorías,
de lo que se derivó el contenido temático y la guía de preguntas,
abarcando cuestiones de trayectoria laboral, eventos violentos en
el ámbito laboral, trayectoria académica, estructura familiar, dinámica familiar y vida cotidiana actual.
El análisis de los datos se hizo de forma inductiva cruzada, una
técnica probada en otras investigaciones, tal como: Zvi Eisikovits
y Eli Buchbinder (Eisikovits y Buchbinder 1999).
Sobre los criterios de validez y confiabilidad que deben seguirse en
los trabajos cualitativos y con base en el trabajo de Flores (Flores
2008), éstos fueron trabajados de la siguiente manera: la credibilidad (validez interna) a través de la observación persistente y de
la triangulación; la transferibilidad (validez externa) fue trabajada
por medio de la descripción espesa; la dependencia, se cubrió a
través de la revisión del sínodo; la confirmabilidad se trabajó
cubriendo los principios éticos pertinentes como el consentimiento
informado y el anonimato, así como, observando el principio de
neutralidad con base en el modelo teórico y lo que de manera clara
señala Garko (Garko 1999), “…reconocer que en el diálogo entre el
sujeto y el objeto de investigación hay una influencia recíproca y
un intercambio mutuo de conocimiento y experiencia”.
RESULTADOS
• Etapas de la violencia organizacional
Se lograron identificar y definir las siguientes etapas de la
violencia organizacional: etapa inicial, crisis y desenlace.
La etapa inicial de la violencia organizacional se refiere a todas las
conductas violentas que en un principio son sutiles y que, con un
ritmo progresivo, van mostrando un interés personal en el receptor
más que un interés laboral. La etapa inicial se centra en aquellas
conductas que ponen de manifiesto el comienzo de la violencia
organizacional y marcan el inicio del fenómeno.
Hablando en términos de la significación de la violencia, la etapa
inicial es aquel momento en que el sujeto receptor comienza a
construir su realidad social en torno a una situación de violencia
organizacional que se presenta paulatinamente en su realidad de la
vida cotidiana.
Una vez que la violencia organizacional alcanza manifestaciones
explícitas creando un estado de tensión y choque entre los sujetos
involucrados, se entiende que esta se encuentra en su etapa de
crisis. En esta etapa se puede observar con mayor precisión y
detalle las manifestaciones de la violencia organizacional que
permiten identificar el tipo de violencia y también las estrategias
de afrontamiento planteadas por el receptor de la violencia.
El desenlace es el momento posterior a la crisis, cuando los efectos
que la violencia organizacional tiene sobre el receptor –ya sean
sociales, somáticos o psicológicos– se manifiestan con mayor
claridad. También es considerado el resultado de las estrategias de
afrontamiento emprendidas por el sujeto receptor, es decir, relata
lo que el sujeto considera como el final de la experiencia de
violencia organizacional vivida.
• Reflexiones sobre la violencia organizacional
Como resultado del análisis de la capacidad reflexiva en el discurso
de los participantes, se logró identificar una serie de cavilaciones
que los sujetos tenían sobre el fenómeno vivido: “no existe coherencia entre lo que hace el trabajador y lo que vive”; “no existe
coherencia entre lo que el agresor dice y lo que hace”; “se cuestiona el actuar del agresor”; “el acoso no es exclusivo de las
mujeres”; “no existe coherencia entre lo que sucede y lo que
debería suceder”; “se cuestiona el rol ‘jefe’”; “se busca entender el
error cometido”; “no hay lógica entre las tipificaciones propias y
la realidad”; “la situación se sale de lo normal”; “se cuestionan los
valores de la empresa”; “se identifica la diferencia en el trato”; “se
cuestiona el actuar del ser humano y su malicia”.
La reflexión más común producto de una ruptura de significado
fue cuestionar el actuar del agresor. Las menos comunes fueron
cuestionar el actuar del ser humano y su malicia y considerar que
el acoso sexual no es exclusivo de las mujeres. El hecho de que
unas reflexiones sean más comunes que otras no quiere decir que,
por ejemplo en el caso de la reflexión que hace Alfredo sobre el
acoso sexual, los demás sujetos la consideren exclusiva o ya
pensaran que no es exclusiva.
Estas reflexiones lo que muestran es la línea de pensamiento que
la situación violenta hace que el sujeto siga. Únicamente permiten
observar las tipificaciones que son puestas en tela de juicio por la
violencia organizacional lo que nos hace ver que hay tipificaciones
que son atacadas directamente por la violencia organizacional,
como lo puede ser la institución “trabajo”.
• Significación y efectos de la violencia
Otro resultado obtenido fue con base en las significaciones que los
sujetos expresaron, las cuales permiten ver dos cosas importantes.
En primer lugar, muestran las definiciones que los sujetos hacen de
la violencia: mala relación, discriminación, no debe permitirse,
acoso, lo peor, anormal, envidia, diferente, feo, malo, injusticia,
hostigamiento, maltrato, falta de respeto, agresión, ataque,
despojo, difícil. Y en segundo lugar muestran algunos efectos que
ellos consideran que dicha violencia tiene sobre la persona que la
recibe: acorrala, desagrada, enferma, avergüenza, decepciona, hace
sentir sucio, miedo, desprotección, afecta la dignidad, limita.
Estas concepciones permiten conocer de qué manera definen la
violencia organizacional las personas que participaron en este
estudio. Esto puede identificar elementos comunes con las definiciones que se manejan en estudios relacionados y también fortalecer o debilitar aquellas definiciones.
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• Estrategias de Afrontamiento y rutas de acción
A lo largo de su trayectoria laboral los participantes se encontraron
con distintos tipos de violencia organizacional. Como se encontraban inmersos en la realidad de la vida cotidiana tenían acceso a
la subjetividad del otro quien, a través de sus acciones violentas, los
enfrentaba a una situación que se salía de la cotidianeidad de una
relación laboral típica como ellos la habían internalizado gracias a
su socialización primaria y secundaria. Esta falta de coherencia entre
sus definiciones previas y la situación vivida en el momento llevaron
al individuo a trazarse líneas de acción para afrontar la situación
nueva. Las formas de actuar para buscar darle sentido a la situación
y a su vez tratar de resolver lo que se considera problemático es lo
que se denominó estrategias de afrontamiento.
Entre las estrategias más utilizadas por los sujetos se tiene el enfrentamiento directo y la renuncia voluntaria, las cuales fueron utilizadas cada una por ocho de los doce participantes. El enfrentamiento directo es entendido como una confrontación que el sujeto
decide emprender con el agresor. Esta confrontación se realiza
mediante una situación cara a cara en la que, a través del lenguaje,
el receptor de la violencia intenta acceder a la subjetividad del
agresor y cuestiona sus motivos, ansiando comprender las objetivaciones o violencia que está recibiendo. Esta estrategia de afrontamiento es emprendida por aquellos sujetos que desean conocer el
proceso histórico-social que lleva al agresor a realizar sus ataques,
los cuales se salen de las pautas de interacción que se han establecido para la sociedad en la que se encuentran inmersos y que fue
internalizada en el proceso de socialización.
Por su parte, la renuncia evidentemente se refiere a la terminación
voluntaria de la relación laboral por parte del receptor de la
violencia. La renuncia de los sujetos se daba principalmente en casos
en los que el empleado ya no deseaba continuar viviendo la
violencia organizacional y esto podía deberse a la afectación que le
traía en sentido físico, psicológico o social.
La siguiente estrategia que fue utilizada por siete de los participantes
fue el afrontamiento activo. Este afrontamiento se refiere a cuestiones como rechazo de las invitaciones, en el caso de la violencia
sexual. El afrontamiento activo se diferencia del enfrentamiento
directo por el hecho de que en el primero no se utiliza la confrontación con el agresor, únicamente se lleva a cabo una interacción
activa con éste, como respuesta a la violencia organizacional.
Podría decirse que, de los casos en los que se hace uso de la situación cara a cara con el agresor como tipo de estrategia de afrontamiento, se identifica una ruta de acción que va de acercamientos
paulatinos hasta respuestas que asemejan la violencia recibida. Se
comienza con un afrontamiento activo para evidenciar la molestia y
desacuerdo con la violencia. Posteriormente, al no obtener respuesta
favorable, el receptor escala al enfrentamiento directo utilizando la
confrontación y escalando en agresión hasta que, en caso de que
tampoco funcione, se responde con ataques similares a los recibidos.
Responder con ataques fue utilizado únicamente por dos de los
participantes. Esta estrategia de afrontamiento convierte al agredido
en agresor muchas veces sin que sea consciente de su cambio de rol.
Cabe señalar que una vez que el sujeto comenzaba con respuestas
agresivas hacia el emisor de la violencia, la renuncia voluntaria no
tardaba mucho en aparecer posiblemente evidenciando la incomodidad que el sujeto sentía al verse enredado en dicha situación.
A continuación se presenta un par de estrategias que tienen que ver
con una de las categorías esenciales del estudio, los significantes.
Permiten identificar otro tipo de ruta de acción, el contacto directo
con ellos como parte de la búsqueda de sentido en la situación
154
violenta que se vive. Las estrategias a las que se hace referencia son
reportar con un superior y comentar con significantes; tales tácticas
fueron usadas por cinco de los participantes cada una y que son
claramente definidas por su nombre.
Los significantes a los que recurrieron los sujetos fueron familiares
o amigos cercanos y, en el caso de reportar con un superior, se puede
aventurar que un superior jerárquico puede ser a su vez considerado
como un significante encargado de la socialización secundaria en
ambientes laborales. Los superiores jerárquicos llegan a cumplir el
papel de mediatizadores de la realidad del trabajo para los sujetos.
El sujeto busca contacto con los significantes ya sea para tratar de
obtener de ellos mayor información acerca de los roles y pautas
específicas de comportamiento que les permitan hacer frente a la
situación que viven o bien para obtener de ellos apoyo para afrontar
la situación.
Después, tenemos otro par de estrategias utilizado por los participantes de estudio, el mantenimiento de la relación laboral y el
rechazo explícito. La primera, utilizada por cinco participantes, es
una estrategia que consiste en que el sujeto decide permanecer en el
empleo a pesar de la situación violenta que está viviendo. Esto puede
deberse a que el sujeto tiene algunos años trabajando para la organización, considera que hasta el momento su desempeño ha sido
favorable y que no tiene por qué abandonar su empleo. También
puede deberse a que las necesidades que el sujeto tiene le exigen
permanecer en su trabajo a toda costa.
Por su parte, el rechazo explícito, que fue utilizado por cuatro
sujetos, consiste en actos que realiza el receptor para que el agresor
observe que no acepta la violencia que recibe. Son actos que transmiten rechazo por las conductas violentas y por el mismo agresor.
Es una respuesta que puede incluir indiferencia, la cual recordemos
es considerada violencia psicológica. Aquí una vez más el receptor
puede llegar a convertirse en agresor de manera intencionada o no.
Tres de los sujetos de la investigación tomaron como una de sus
estrategias ajustarse a las condiciones de trabajo. La diferencia de
ésta con el mantenimiento de la relación laboral es el mantenimiento
de la relación laboral significa que los sujetos continúan trabajando
en el lugar donde sufrieron violencia organizacional mientras que
los que se ajustan a las condiciones de trabajo terminan por salir a
pesar de sus esfuerzos por mantener la relación laboral.
En los casos en los que se mantiene la relación laboral no todo tiene
que ver con las reacciones del sujeto sino que intervienen factores
como cambio de supervisor o jefe inmediato, cambio de departamento dentro de la misma organización o salida del agresor.
Entre las estrategias utilizadas por únicamente dos participantes se
encuentra angustia y aislamiento, responder con ataques de la que
ya se habló en párrafos anteriores, evadir la situación, evitar
recordar y demandar.
Angustia y aislamiento puede parecer una manifestación psicológica
a consecuencia de la violencia organizacional, pero en este caso se
considera una estrategia de afrontamiento ya que los sujetos que
refirieron haberla utilizado relatan su uso como una manera de
evitar acercamientos con el agresor, ya que les causaba angustia y
preferían aislarse que continuar estableciendo contacto con ellos.
Evadir la situación está en estrecha relación con la angustia y el
aislamiento, ya que su uso fue en casos en los que el sujeto reportaba no saber cómo actuar, carecer de pautas de comportamiento
para enfrentar al agresor, por lo que se recurre a un retraimiento que
busca evitar todo contacto y a toda costa.
Otra estrategia que pertenece a la ruta de la evitación es precisamente que los participantes no quisieran recordar el escenario que
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vivieron. Esto no se refiere únicamente al momento de la entrevista
sino que incluso en el momento de la violencia los sujetos prefieren
olvidar el asunto, por ejemplo, cuando salen del trabajo e intentar
continuar cotidianamente con su vida.
Finalmente se llega a la demanda. Esta consiste en entablar un
proceso legal en contra de la persona que es reconocida como el
agresor. Solo dos de los participantes, ambas mujeres, decidieron
presentar su caso ante las autoridades. Se podría pensar que tomar
esta línea de acción sería una de las estrategias que permiten erradicar conductas violentas en el lugar de trabajo pero, a pesar de esto,
la incidencia de demandas entre los participantes de este estudio es
baja.
Posiblemente esto pueda explicarse por el hecho de que algunos de
los participantes aceptaron que en el momento en que vivían la
violencia no sabían que podían recurrir a las autoridades y presentar
su caso. Otra posibilidad puede ser la poca información que se
encuentra accesible al público acerca de la violencia organizacional,
por lo que se puede decir que el fenómeno no se encuentra aún en
el cúmulo de conocimientos de sentido común de nuestra realidad.
Las estrategias de afrontamiento encontradas pueden agruparse por
tipo, logrando así identificar ciertas rutas de acción. Después de
analizar cada estrategia se encontraron 5 rutas diferentes que se
detallan a continuación.
Cuadro 1.
Rutas de afrontamiento.
RUTAS
SITUACIONES CARA A CARA
CONTACTO CON SIGNIFICANTES
PERMANENCIA EN EL EMPLEO
EVITACIÓN
ACCIÓN LEGAL
ESTRATEGIAS
Afrontamiento activo
Enfrentamiento directo
Responder con ataques
Rechazo explícito
Reportar con un superior
Comentar con significantes
Mantenimiento de la relación laboral
Ajuste a las condiciones de trabajo
Angustia por cometer errores
Angustia y aislamiento
Evadir la situación
Evitar recordar
Renunciar
Demandar
El hecho de que las estrategias de afrontamiento varíen de sujeto a
sujeto es fácilmente explicado con el entendimiento de las tipificaciones. En la relación laboral son las que marcan el camino a seguir
en las situaciones laborales, esto cuando se trata de una tipificación
recíproca. En el momento en que un individuo se encuentra con un
problema de coherencia entre la tipificación internalizada y la
realidad vivida es entonces que debe trazar su propio camino
haciendo uso del conocimiento de sentido común que ha adquirido
a través de la experiencia.
CONCLUSIONES
Actualmente no existe un acuerdo conceptual para nombrar comúnmente al fenómeno de la violencia organizacional ni para identificar
el tipo de manifestaciones que dicho fenómeno incluye.
Cuando la violencia que sufre el receptor proviene de una persona
que es externa a la estructura organizacional se tiene un fenómeno
que, en algunos casos, ha sido considerado como violencia organizacional. Se propone que este fenómeno sea nombrado violencia en
el lugar de trabajo para evitar así confusión entre los hallazgos de
distintos estudios que se refieran a fenómenos distintos.
Las estadísticas que ayuden a transmitir la importancia de los estudios de la violencia organizacional presentan ambigüedad en el
sentido de que los datos que reportan se refieren al mismo tiempo a
fenómenos distintos, violencia organizacional y violencia en el lugar
de trabajo, por lo que resulta complicado aplicarlas como válidas en
este estudio. Además de esto, el estudio en América Latina y México
del fenómeno que nos ocupó no es tan abundante en cifras y datos
que respalden al fenómeno, aunque las iniciativas se encuentran
presentes.
Uno de los elementos importantes que pueden impulsar el desarrollo
de la investigación en el tema y la creación de leyes, resoluciones y
propuestas para la protección de los trabajadores es el hecho de que
existen países -como Argentina, México, Austria, España y la Unión
Europea en general-, que actualmente cuentan con legislaciones,
reformas, propuestas y programas para erradicar este fenómeno.
Se considera que la investigación que se ha realizado sobre violencia
organizacional ha sido principalmente a través de estudios descriptivos y enunciativos de las características y consecuencias del fenómeno. Este estudio busco ir un pasó más allá y mostrar, en palabras
del receptor, las conductas violentas, sus efectos y lo que dicho fenómeno significa para quien lo padece. Se espera que esta forma de
presentar los datos permita una mejor comprensión de lo que se
considera violencia organizacional y justifique estudios posteriores.
Se propuso utilizar la fenomenología propuesta por Berger y
Luckmann (Berger y Luckmann 2005) para el estudio pues se considera que es un modelo que al encargarse de la construcción social
de la realidad permite comprender cómo los sujetos conciben y
significan la violencia organizacional.
Se logró identificar un proceso de violencia organizacional donde se
observó la existencia de tres etapas en el desarrollo de un escenario
violento. Se habló de una etapa inicial, una crisis y un desenlace.
También se identificó una clasificación de las consecuencias que la
violencia tiene sobre el receptor de acuerdo al tipo de manifestaciones que presenta durante y posterior al escenario. Las manifestaciones que se identificaron fueron básicamente de tipo físico, psicológico y social.
Debido a que la violencia organizacional llegó a tener consecuencias
para los participantes en las tres manifestaciones, se concluyó que es
posible considerar la aplicabilidad de una disciplina como la psicología sociológica propuesta por Berger y Luckmann (Berger y
Luckmann 2005) dentro de su estudio fenomenológico para el
estudio de la violencia organizacional pues, en este caso, se encargó
de considerar elementos tanto sociológicos como psicológicos para
analizar el fenómeno y comprender la significación que el sujeto
hace de la situación violenta que se le presenta en el marco de la
vida cotidiana.
La violencia organizacional es perpetrada dentro del ámbito de las
relaciones laborales y puede ser física, económica, sexual y psicológica. La significación que el empleado hace de esta violencia
viene de la experiencia misma que tiene cuando se enfrenta a esta
como objetivación del agresor. Las rupturas de significado identificadas permiten entender que no es una tipificación que se
encuentre institucionalizada, por lo que el individuo se embarca en
una búsqueda de significado coherente a la experiencia que vive
trazando sus líneas de acción, las cuales más tarde se convierten en
rutas transmitidas que pueden llegar a formar parte del cúmulo de
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conocimientos de sentido común que acompañen al individuo en su
interacción con la realidad y sus contenidos.
Se pudo observar que sobre las estrategias de afrontamiento y las
rutas de acción que emprenden los receptores de la violencia, éstas
se producen con base al proceso dinámico que se sigue del inter-
cambio entre los significantes y la capacidad reflexiva de los individuos. En la medida que se clarifica el hecho de sufrir violencia
laboral las víctimas son capaces de crear líneas de acción en las que
combinan sus recursos simbólicos.
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Artículo Original
Desequilibrio Esfuerzo-Recompensa y Estado de Malestar
Mental en Trabajadores de Servicios de Salud en Chile
EFFORT- REWARD UNBALANCE AND MENTAL UNEASINESS STATE IN HEALTH SERVICES WORKERS IN CHILE
Carlo Canepa1, José Luis Briones2, Claudio Pérez3, Aldo Vera4, Arturo Juárez5.
1. Bachiller en Ciencias Políticas, Programa Fogarty, Mount Sinai University, NY, EE.UU.
2. Estudiante de Medicina, Facultad de Medicina de la Universidad de Chile.
3. Médico Cirujano, Hospital Clínico de la Universidad de Chile.
4. Psicólogo, Fundación Científica y Tecnológica Asociación Chilena de Seguridad.
5. Psicólogo, Universidad Autónoma del Estado de Morelos, México.
RESUMEN
ABSTRACT
El presente estudio es de tipo exploratorio y aborda la asociación entre
las dimensiones del modelo de estrés laboral (Effort Reward
Imbalance, DER), y el modelo de salud mental (General Health
Questionnaire, GHQ-28). Se basa en entrevistas y encuestas realizadas
a 68 trabajadores del sector salud en 3 lugares de Santiago, Chile (un
hospital privado, un hospital público y un consultorio de atención primaria). Los participantes incluyen auxiliares de enfermería, técnicos
paramédicos y personal administrativo de varios departamentos. Se
encontró asociaciones positivas entre el mal estado de salud mental y
la presencia de estrés laboral.
This study explored the association between dimensions of a job-stress
model, Effort-Reward Imbalance (ERI), and a mental health model, the
General Health Questionnaire (GHQ-28). The exploratory study was
based on interviews and self-response questionnaires given to 68 health
care workers at three worksites in Santiago, Chile (a large public
hospital, a large private hospital, and a primary care clinic). The
participants included nursing assistants, technicians, and administrative
staff from various departments. Positive associations were found
between bad mental health and job stress.
(Canepa C, Briones J, Pérez C, Vera A, Juárez A, 2008. Desequilibrio
Esfuerzo-Recompensa y Estado de Malestar Mental en Trabajadores de
Servicios de Salud en Chile. Cienc Trab. Oct-Dic; 10 (30): 157-160).
Descriptors: BURNOUT, PROFESSIONAL; MENTAL HEALTH; HEALTH
MANPOWER; HEALTH SERVICES/HEALTH MANPOWER; CHILE
Descriptores: AGOTAMIENTO PROFESIONAL, IMPACTO PSICOSOCIAL, SALUD MENTAL; RECURSOS HUMANOS EN SALUD, SERVICIOS DE SALUD/RECURSOS HUMANOS, CHILE.
INTRODUCCIÓN
El modelo de desequilibrio esfuerzo-recompensa, DER, (Effort
Reward Imbalance) fue creado por Johannes Siegrist, y aunque es
una de las herramientas más nuevas para estimar estrés laboral, el
número de trabajos publicados que lo utilizan es cada vez mayor
(Siegrist 1996).
El modelo se centra en el rol e importancia del trabajo remunerado,
la amplia gama de estrés y carga en el trabajo (esfuerzo físico y
psicológico) así como varios tipos de recompensa (estima, seguridad laboral, salario, promociones dentro del trabajo). El poder del
DER ha sido comparado al de otros modelos de estrés laboral, como
Correspondencia / Correspondence
Aldo Vera C.
Vicuña Mackenna 210, Piso 6,
Providencia, Santiago, Chile.
Tel: (56 2) 6853884
e-mail: [email protected]
Recibido: 8 de octubre de 2008 / Aceptado: 18 de noviembre de 2008.
el “Person-environment fit model” y el “Demand-control model”. La
potencia de esta teoría proviene de su capacidad para combinar en
un solo modelo global los factores sociales, psicológicos y biológicos.
Se han encontrado numerosas asociaciones entre el DER y sus
repercusiones sobre la salud física y mental. Éste es un importante
predictor de estrés laboral percibido y de salud mental entre los
trabajadores (Calnan et al. 2004). También se halló una fuerte
asociación entre altos niveles de esfuerzo junto a baja recompensa
y riesgo de alteraciones psiquiátricas, estimadas con el GHQ-30
(Stansfeld et al. 1999). En el mismo sentido otros autores evidenciaron la asociación entre un desbalance esfuerzo-recompensa y un
riesgo 2,15 veces mayor de desarrollar nuevas enfermedades coronarias (Bosma et al. 1998), mientras que en otro estudio se demostró
una mayor prevalencia de trastornos del sueño y fatiga como
consecuencia de un desbalance (Fahlen et al. 2006). En definitiva,
se ha acumulado evidencia acerca de la asociación entre situaciones
estresantes en el trabajo, definidas por el DER, y una amplia gama
de efectos deletéreos sobre la salud física y mental (Dragano et al.
2008; Peter et al. 2006; Peter and Siegrist 1999).
En estudios previos se han encontrado altas tasas de desbalance
esfuerzo-recompensa entre los empleados de trabajos basados en la
interacción con personas, como son los trabajos de servicio (Smith
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157
Artículo Original | Canepa Carlo
et al. 2005). Se ha visto que aquellos trabajadores con gran desbalance, es decir, grandes esfuerzos con bajas recompensas, son aquellos que muestran un bajo nivel de control profesional (Siegrist
1996). Por ejemplo, en un estudio realizado en una población de
Enfermeras, Bakker et al. encontraron que aquellas que mostraban
un desbalance esfuerzo-recompensa resultaban con niveles más
altos en dos de las tres principales dimensiones de Burnout (p. e.
agotamiento emocional y despersonalización) que aquellas enfermeras sin tal desbalance (Bakker et al. 2000). En base a estos antecedentes, el estudio del desbalance esfuerzo-recompensa merece
especial atención en la población de trabajadores de la salud.
El propósito de este estudio fue explorar las asociaciones entre las
dimensiones del un modelo de estrés laboral desbalance esfuerzorecompensa (DER), y el estado de salud mental general evaluado a
través del Cuestionario General de Salud (GHQ).
nistradas bajo la supervisión de encuestadores entrenados.
Para el análisis de los datos se utilizó estadística descriptiva y estadísticas no paramétricas, como la correlación de Rho de Spearman.
Los datos fueron procesados en el software SPSS 16,0. Los individuos con datos incompletos fueron excluidos del análisis.
RESULTADOS
A nivel descriptivo no se encontró diferencias estadísticas significativas al comparar las variables según sexo.
La prevalencia de malestar mental de acuerdo al GHQ-28 fue de un
32,4% (Gráfico 1).
Gráfico 1.
Malestar Mental (GHQ-28).
METODOLOGÍA
Diseño. El estudio es tipo transversal descriptivo y asociativo con
carácter exploratorio.
Muestra. La muestra quedó constituida por 68 trabajadores del
área de la salud, reclutados en tres centros de salud de Santiago,
Chile (un hospital privado, un hospital público y un consultorio de
atención primaria). La selección fue por conveniencia. En su mayor
parte la muestra quedó constituida por personal auxiliar de enfermería, técnicos paramédicos y administrativos de varios departamentos. El 91,2% corresponden a mujeres y el rango de edad varió
entre las edades de 26 a los 67 años.
Instrumentos. Se aplicó una encuesta que incluyó un cuestionario
socio-demográfico, el cuestionario desarrollado para el modelo de
Desequilibrio Esfuerzo-Recompensa –DER– y el Cuestionario
General de Salud de Goldberg, GHQ-28 (Goldberg 1972; Unterbrink
et al. 2008). El cuestionario de DER se compone de las escalas:
esfuerzo, recompensa y sobrecompromiso. Además, se usaron las
subescalas de estima, seguridad laboral, promoción en el
trabajo/salario de la dimensión de recompensa. La escala de
esfuerzo incluye preguntas acerca de carga laboral, horas extraordinarias, responsabilidad, interrupción en el trabajo y el ritmo de
trabajo. Debido al tipo de trabajo realizado por el personal de salud,
el ítem sobre demanda física no se incluyó en el cálculo del puntaje
de esfuerzo. El desbalance esfuerzo-recompensa se midió mediante
el cálculo de la razón entre la suma de los valores para esfuerzo (E)
dividido por el resultado de la multiplicación de las respuestas para
recompensa (R) y un factor de corrección (C). Este factor de corrección corresponde al número de ítemes para esfuerzo dividido por el
número de ítemes para recompensa (es decir, 6/11 = 0,5454). Un
puntaje DER elevado indica un desbalance entre la relación de
esfuerzo y recompensa.
El GHQ-28 se desagregó en cuatro subescalas: síntomas somáticos,
ansiedad e insomnio, disfunción social y síntomas de depresión.
Además, se calculó el puntaje total como indicador global de
malestar mental. Los valores más altos reflejan un mayor grado de
afectación de la salud mental. EL punto de corte para la determinación de malestar mental fue de 11 puntos o más.
Procedimiento. La aplicación de los instrumentos se realizó entre
los meses de junio y julio de 2008. Las encuestas fueron auto-admi-
158
Como se aprecia en la Tabla 1, la variable esfuerzo no se asoció a
las variables analizadas. En cambio, la escala de recompensa
mostró correlaciones negativas con el puntaje total del GHQ (0,376; p = 0,002) y con tres de las subescalas del GHQ: depresión
(-0,448; p = 0,000), síntomas somáticos (-0,323; p = 0,011) y
ansiedad e insomnio (-0.339; p = 0,009).
El sobrecompromiso mostró una correlación positiva significativa
con el puntaje total del GHQ (0,344; p = 0,005) y con tres de las
subescalas del GHQ: síntomas somáticos (0,358; p = 0,004), ansiedad
e insomnio (0,258; p = 0,049) y depresión (0,364; p = 0,003).
La escala de estima también mostró correlaciones negativas significativas con el puntaje total del GHQ (-0,277; p = 0,024) y dos de
las subescalas del GHQ: depresión (-0,311; p = 0,012) y disfunción
social (-0,277; p = 0,026).
La escala de seguridad laboral se correlacionó inversamente de
forma significativa con el puntaje total del GHQ (-0,272; p =
0,026), con depresión (-0,316; p = 0,010) y con síntomas somáticos
(-0,256; p = 0,041).
La escala de promoción/salario se asoció inversamente de manera
significativa a depresión (-0,266; p = 0,034).
Finalmente, se encontró una correlación positiva significativa entre
desbalance esfuerzo-recompensa y el puntaje total del GHQ (correlación de 0,279; p = 0,026), y con dos de las subescalas del GHQ:
síntomas depresión (correlación de 0,283; p = 0,024) y síntomas
somáticos (correlación de 0,306; p = 0,017).
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Ciencia & Trabajo
Artículo Original | Desequilibrio Esfuerzo-Recompensa y Estado de Malestar Mental en Trabajadores de Servicios de Salud en Chile
Tabla 1.
Estadísticos descriptivos y Correlaciones de Spearman entre factores psicosociales.
Factores
Psicosociales
1. Esfuerzo
2. Recompensa
3. Razón Esfuerzo
Recompensa
4. Estima
5. Seguridad
en el trabajo
6. Promoción laboral
y salario
7. GHQ Total
8. Síntomas
Somáticos
9. Ansiedad Insomnio
10. Disfunción
Social
11. Depresión
Severa
12. Edad
** p≤0,01 (bilateral);
—
X
d.e
1
2
11,19
44,11
3,76
7,38
1
-,471(**)
1
0,60
21,38
0,31
3,74
,956(**)
-,318(**)
8,51
1,90
14,23
55,29
3
4
5
6
7
-,678(**)
,679(**)
1
-,458(**)
1
-,385(**)
,717(**)
-,530(**)
,414(**)
1
3,72
17,08
-,388(**)
0,177
,824(**)
-,376(**)
-,550(**)
,279(*)
,268(*)
-,277(*)
15,56
14,77
5,54
6,40
0,241
0,159
-,323(*)
-,339(**)
,306(*)
0,252
15,03
3,79
0,005
-0,178
9,75
48,10
4,38
11,32
0,177
-0,225
-,448(**)
0,096
8
9
,439(**)
-,272(*)
1
-0,229
1
-0,163
-0,254
-,256(*)
-0,23
-0,245
-0,184
0,037
-,277(*)
-0,019
,283(*)
-0,199
-,311(*)
0,005
-,316(*)
0,109
10
,927(**)
,905(**)
1
,829(**)
1
-0,096
,685(**)
,558(**)
,491(**)
1
-,266(*)
0,157
,742(**)
-0,191
,593(**)
-,355(**)
,525(**)
-0,217
,544(**)
0,003
11
1
0,046
* p ≤0,05 (bilateral).
DISCUSIÓN
Las asociaciones encontradas entre una mala salud mental y
factores psicosociales de tipo positivos son consistentes con lo
reportado en la literatura, a pesar de lo bajo de las asociaciones. En
el análisis de las asociaciones de cada subescala, tanto para el
desbalance esfuerzo-recompensa como para el sobrecompromiso se
encontró una asociación significativa con síntomas de depresión y
síntomas de tipo somáticos, pero sólo el sobrecompromiso se asoció
con ansiedad e insomnio. Esto se podría explicar porque en la
evaluación del sobrecompromiso se indaga sobre la capacidad o
incapacidad del individuo para realizar sus actividades de la vida
diaria, incluido el dormir, sin interferencia de los asuntos laborales.
La presencia de síntomas podría tener una explicación similar.
Ni el sobrecompromiso ni el desbalance se asociaron a la funcionalidad social, probablemente porque éste es un aspecto relacionado
con la personalidad y formación previa del individuo.
La asociación negativa que se da entre la escala de estima y la
depresión y la disfunción social podría estar relevando la importancia de las redes sociales de apoyo como mecanismo de integración social al interior del trabajo. Existe abundante evidencia de los
mecanismos de apoyo social como amortiguador del estrés y la
depresión.
Los resultados acerca de la seguridad laboral dan cuenta de la
importancia de la estabilidad laboral en la vida del sujeto, principalmente por ser este ámbito una parte muy importante del entorno
de la persona. Es así que cobra importancia como determinante de
salud mental, pues síntomas tan relevantes como son los de depresión severa se ven disminuidos a medida que el trabajador tiene
mayor seguridad laboral. Esto es concordante con otros estudios, en
los cuales se considera a la inseguridad laboral como un evento
altamente estresante (Siegrist 1996). Dentro de la misma línea
encontramos la dimensión de promoción/mejora salarial, la cual
también aparece como factor protector ante la emergencia de
síntomas depresivos.
Resulta de especial importancia dar atención a la población trabajadora del sector salud, dada la importante labor que ésta desempeña. Las asociaciones que se han hecho en otros estudios, acerca
del desbalance esfuerzo-recompensa y otros factores relacionados
al trabajo, como por ejemplo la fatiga, abre un nuevo camino de
complicaciones en el pronóstico de vida de estos trabajadores y en
la productividad de estos empleados que, dado el tipo de trabajo
que desempeñan, repercute directamente en la calidad de atención
a los enfermos, más allá de los costos de producción (Fahlen et al.
2006).
También resulta extremadamente importante fortalecer las líneas de
investigación acerca de la prevención del estrés laboral, dado que
aún no existen trabajos concluyentes acerca de estrategias efectivas
de prevención (Marine et al. 2006).
Dentro de las limitaciones del estudio se puede mencionar la representatividad de la muestra, la cual es limitada dado el número relativamente reducido de participantes, y de los pocos centros en los
que se realizó la investigación. Por otra parte, la gran variabilidad
en la edad y la concentración de la misma en puntuaciones altas
(X=48,1; d.e = 11,32) hace que probablemente el tipo de muestra no
esté dando cuenta de lo que se podría encontrar en muestras más
jóvenes.
Finalmente, con los hallazgos se releva la necesidad de desarrollar
investigación a fin de establecer con mayor precisión asociaciones
y relaciones de causalidad.
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159
Artículo Original | Canepa Carlo
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Ciencia & Trabajo
Artículo de Educación
Árboles de Clasificación y Regresión: Modelos Cart
CLASSIFICATION AND REGRESSION TREES: CART MODELS
Irene Schiattino Lemus1, Claudio Silva Zamora2
1. M.Sc. en Bioestadística, Escuela de Salud Pública, Facultad de Medicina, Universidad de Chile.
2. Ph.D. en Bioestadística, Escuela de Salud Pública, Facultad de Medicina, Universidad de Chile.
RESUMEN
ABSTRACT
En muchas áreas de aplicación de la Estadística los individuos
(unidades de observación) están caracterizados por información sobre
múltiples características cuantitativas y/o cualitativas que conforman
el PERFIL del caso: por otra parte tenemos una RESPUESTA (resultado, output) individual, en algunos casos cuantitativa, en otros cualitativa. Suele ocurrir que los valores más interesantes de esa respuesta
se observan en individuos, en algún sentido, peculiares; identificar los
perfiles o vectores que describen a esos individuos es de interés central, pero la búsqueda para hallarlos no es simplemente lineal sino más
bien es comparable a una trayectoria de divisiones sucesivas: una
estructura arbórea. Los modelos subyacentes no son tan simples como
un modelo de regresión lineal múltiple.
Esta metodología es intensiva en el uso de recurso computacional y
requiere software ad-hoc. En este artículo describimos la metodología
CART ilustrándola con tres aplicaciones relativas a problemas de salud
de niños, jóvenes y trabajadores chilenos.
In many application areas of Statistics, individuals (observational units)
are portrayed by multidimensional quantitative and / or qualitative
information; on the other hand, we have an individual response
(output) sometimes quantitative, in other qualitative. Often the most
interesting response values are associated to individuals that, in some
sense, are special; to identify profiles that describe such individuals is
of central interest but the quest to find them is not merely linear but
rather is comparable to a tree structure given by successive divisions.
The underlying models are not as simple as a multiple linear regression
model.
This methodology is intensive in the use of computational resources
demanding software ad-hoc. In this article we describe the methodology
CART illustrated with three applications related to real chilean health
problems of children, adolescent and workers.
Descriptors: DECISION TREES; REGRESSION ANALYSIS; CLASSIFICATION.
(Schiattino I, Silva C, 2008. Árboles de Clasificación y Regresión:
Modelos Cart. Cienc Trab. Oct-Dic; 10 (30): 161-166).
Descriptores: ÁRBOLES DE DECISIÓN, ANÁLISIS DE REGRESIÓN,
CLASIFICACIÓN.
INTRODUCCIÓN
Desde hace muchos años los investigadores en numerosas áreas
han buscado describir relaciones estructurales más complejas
que las que se pueden describir usando modelos de regresión
lineal múltiple. En muchas áreas de aplicación de la Estadística
los individuos (unidades de observación) están caracterizados
por información sobre múltiples características cuantitativas y/o
cualitativas: formalmente representamos cada uno de esos individuos como un VECTOR de dimensión p; por otra parte tenemos
una RESPUESTA (resultado, output) individual, en algunos casos
cuantitativa, en otros cualitativa. Suele ocurrir que los valores
más interesantes de esa respuesta se observan en individuos, en
Correspondencia / Correspondence
Claudio Silva Z.
Escuela de Salud Pública, Facultad de Medicina, Universidad de Chile
Tel: (56 2) 9786539 • Fax: (56 2) 7774163
e-mail: [email protected]
Recibido: 12 de noviembre de 2008 / Aceptado: 01 de diciembre de 2008.
algún sentido, peculiares; identificar los perfiles o vectores que
describen a esos individuos es de interés central pero la búsqueda
para hallarlos no es simplemente lineal sino más bien es comparable a una trayectoria de divisiones sucesivas: una estructura
arbórea. Los modelos subyacentes no son tan simples como un
modelo de regresión lineal múltiple, pero tienen una ventaja que
podríamos llamar plasticidad o flexibilidad, que posibilita identificar con relativa facilidad las combinaciones, nichos ecológicos
o perfiles de predictores asociados a valores particulares de la
respuesta de interés.
Obviamente estas ideas no son novedosas, han sido sistematizadas por diversos autores y las propuestas metodológicas se han
ido multiplicando y perfeccionando de la mano del desarrollo
computacional. Sin pretender un listado exhaustivo, debemos
mencionar el método Computer Automatic Interaction Detection
(CAID) de Somers y Morgan (1960), ampliado a Chi Square
Automatic Interaction Detection (CHAID) de Kass (Kass 1980). En
las últimas dos décadas, los trabajos de Friedman, Breiman y
colegas han fructificado en métodos multivariantes similares a
los mencionados, con uso óptimo del recurso computacional
actual; de ellos comentaremos: en este artículo Classification And
Regression Trees (CART) (Breiman et al. 1984) y en un futuro
cercano Multivariate Adaptive Regression Splines (MARS)
(Friedman 1991).
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161
Artículo Original | Schiattino Irene
MODELOS CART
Modelos basados en las ideas de árboles de clasificación o de regresión han sido aplicados exitosamente en múltiples situaciones de
Epidemiología, Investigación de Mercados, Farmacología,
Administración de Personal, Economía, Medicina del Trabajo,
Educación, etc. En todas ellas la respuesta Y de interés ha sido categórica (pocos niveles sin carácter numérico) o cuantitativa (discreta
o continua); en la primera situación el objetivo es predecir la
CLASIFICACIÓN que le correspondería a un sujeto con cierto perfil
de valores en las variables explicativas, en la segunda es ESTIMAR
la respuesta Y asociada a cada nicho.
Esta metodología está implementada computacionalmente en software ad-hoc como CART, distribuido por Salford Institute (Saldford
Systems 2000), o software estadístico de uso general como SAS
(módulo Enterprise Miner), JMP (módulo Class) SPSS (módulo
Classification) o STATA (módulo CART.pkg).
En la fase de construcción del árbol, se parte de la matriz de datos
donde n = número de observaciones y p = número de variables
independientes, explicativas o predictoras. El objetivo de este
método será discriminar, estimar o predecir la variable Y en función
de los predictores X1 ……Xp, mediante particiones sucesivas del
conjunto de individuos, maximizando una medida de contenido de
información respecto a la variable respuesta. En la fase de validación se puede utilizar esta misma matriz de diseño o entrenamiento
u otra similar pero independiente (muestra de validación o prueba).
Se pueden mencionar las siguientes ventajas de los árboles de clasificación y/o regresión:
a. Se obtiene conocimiento estructurado en forma de reglas de
clasificación o de los valores de una variable de intervalo. Esto
facilita interpretar en un lenguaje llano la caracterización de las
clases o los valores de una variable de intervalo.
b. Al ser un procedimiento de análisis no paramétrico (distributionfree procedure) no se requiere validar supuestos distribucionales
de probabilidad.
c. Permite trabajar con todo tipo de variables predictoras: binarias,
nominales, ordinales y de intervalo o razón.
d. Permite valores desconocidos para las variables predictoras en los
individuos, tanto en la fase de construcción del árbol como en la
de predicción.
e. En el caso de Clasificación se puede establecer probabilidad a
priori de las clases.
f. Se puede ponderar las observaciones usando una variable ad-hoc.
CONSTRUCCIÓN DEL ÁRBOL
Un árbol es un conjunto de nodos y arcos. Cada nodo representa
un subconjunto de la población. Distinguimos: Nodo raíz que
representa a toda la población y no tiene arcos entrantes. Nodos
162
terminales que representa la partición final. Nodos intermedios
cuyos arcos salientes apuntan a los nodos hijos.
La presentación de la información se hace en un diagrama en
forma de árbol invertido donde el proceso recursivo, muy esquemáticamente, se traduce en los siguientes pasos:
a. El nodo raíz es dividido en subgrupos (dos o más) determinados por la partición de una variable predictora elegida,
generando nodos hijos.
b. Los nodos hijos son divididos usando la partición de una nueva
variable. El proceso recursivo se repite para los nuevos nodos hijos
sucesivamente hasta que se cumpla alguna condición de parada.
c. Algunos de los nodos resultantes son terminales, mientras que
otros nodos continúan dividiéndose hasta llegar a un nodo
terminal.
d. En cada árbol se cumple la propiedad de tener un camino único
entre el nodo raíz y cada uno de los demás nodos del árbol.
Ejemplo: En 215 pacientes que sufrieron un ataque al corazón se
evaluaron variables sociodemográficas, historia médica y
exámenes de laboratorio. A los 30 días 37 pacientes murieron. Se
presenta el Árbol de Clasificación desarrollado con el fin de
estimar “El riesgo de un segundo ataque”.
Figura 1.
Ejemplo de árbol de clasificación.
Pacientes = 215
Sobrevida 178 82.8%
Muerte
37 17.2%
PS ≤ =91
Nodo terminal 1
Sobrevida 6 30%
Muerte
14 70%
Muerte
N=195
Sobrevida 172 88.2%
Muerte
23 11.8%
Edad ≤ =62.5
Nodo terminal 2
Sobrevida 102 98.1%
Muerte
2 1.9%
Sobrevida
N=91
Sobrevida
70 76.9%
Muerte
21 23.1%
Tiene taquicardia
Nodo terminal 3
Sobrevida 14 50%
Muerte
14 50%
Muerte
Nodo terminal 4
Sobrevida 56 88.9%
Muerte
7 11.1%
Sobrevida
En el proceso recursivo descrito se deben establecer algunos criterios:
1. Cómo son los cortes posibles y un número máximo de cortes
determinados por un predictor desde el nodo. Los cortes que se
establecen para variables ordinales y de intervalo se realizan por
intervalos consecutivos.
2. Una condición de admisibilidad para los cortes posibles.
3. Una medida de contenido de información del árbol respecto al
conjunto de individuos o un criterio de optimización de los
cortes; es decir, obtener la mejor combinación de cortes admisibles respecto a una variable predictora.
4. Determinar la descripción de la variable objetivo en los nodos del
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Ciencia & Trabajo
Artículo Original | Árboles de Clasificación y Regresión: Modelos Cart
árbol. Para clasificación: El grupo con la mayor representación
determina la clase a la que asigna el nodo. En caso de empates se
puede elegir cualquiera. Para regresión: En los nodos se estiman
las medias muestrales de la variable respuesta condicionadas a los
nodos.
5. Una condición de parada para un nodo de un árbol. Por ejemplo,
si el número de individuos en el nodo es inferior a un valor preespecificado, si la contribución del nodo a la calidad del árbol es
mayor que otro umbral, si la profundidad del nodo es igual a un
parámetro pre-especificado.
El criterio más importante en la construcción del árbol es la elección
de una medida de contenido de información del árbol con respecto
a las clases o variable de intervalo de interés ya que la elección de
este criterio diferencia los algoritmos de selección.
Medida de contenido de la información. Es la suma ponderada de
una medida de contenido de la información H(.) de las hojas del
árbol. H(.) es una función de incertidumbre o entropía aplicada a una
distribución de probabilidad. Al ser ésta una medida aditiva en los
nodos, en un paso del algoritmo es suficiente con optimizar el incremento de la medida de contenido de información del árbol en el
nodo que se está explorando. En este caso, se obtiene la combinación de cortes que hace máxima la reducción de la incertidumbre en
los nodos del árbol.
Se han propuesto distintas definiciones de H(.), entre ellas:
• Entropía de Shannon
• Índice de diversidad de Gini
Árboles de Regresión: Al igual que en el caso de Árboles de
Clasificación, la medida de contenido de la información puede ser
una suma de la medida de contenido de información de las hojas o
nodos hijos ponderadas por los pesos de los mismos. Otro criterio de
corte considera la estadística F que selecciona como variable de
segmentación la que tenga un valor mayor de la estadística F,
asociado a la variable Y condicionada a los nodos hijos dados por
los cortes. Este estadístico es una medida de desigualdad de medias,
en este caso las medias de Y condicionada a los nodos.
Validación-Calidad del Árbol
Generalmente la validación se realiza con una muestra independiente de la muestra diseño, para la que los valores de la variable
respuesta son conocidos.
Técnica de poda: Se construye el árbol máximo y se crea una sucesión de subárboles del mismo, según las estimaciones de la calidad
del árbol con la muestra de diseño y selecciona aquel que optimiza
alguno de los criterios de calidad con la muestra validación (Breiman
et al. 1984). En ausencia de la muestra de validación, se pueden
exigir para la construcción del árbol criterios de parada más
exigentes.
APLICACIONES:
A. Una Aplicación en Salud Ocupacional
El propósito de un reciente estudio nacional (Vera et al. 2008b) fue
explorar el perfil bio-psico-social de una muestra de trabajadores
mineros con oximetrías alteradas. La oximetría no invasiva es una
técnica de medición biomédica que persigue conocer la concentración de oxígeno en sangre. En los últimos años se ha reconocido la
importancia de la medición de saturación de oxígeno en la sangre
(SaO2) como un medio indirecto de estudiar la hipoxemia, cualesquiera sean sus causas (Bucher et al. 1989). El diseño fue de tipo
transversal y la muestra la constituyeron 136 trabajadores de la
minería. Se realizó una entrevista de salud y se aplicó una encuesta
psicosocial con el objetivo de caracterizar la ocurrencia o no de
oximetría alterada. Se estudiaron como predictores las variables
edad, distancia entre el lugar de trabajo y el domicilio, índice masa
corporal (IMC), sedentarismo, colesterol elevado, glicemia, fatiga y
síntomas de sueño. Se comprobó que si bien algunas variables aisladamente no aparecen asociadas a las oximetrías alteradas, algunas
combinaciones de ellas (perfiles multivariantes) sí resultan ser
buenas predoctoras de alteración de la oximetría.
Para medir Fatiga Subjetiva, se utilizó el índice “Check List
Individual Strength” (CIS) (Beurskens et al. 2000). En su versión
original esta escala está conformada por 20 ítems, pero al ser adaptada y validada en población chilena (Vera et al. 2008a) se redujo a
15 ítems de los cuales surgen dos subescalas: Percepción Subjetiva
de Fatiga Física y Percepción Subjetiva de Fatiga Cognitiva.
Para medir Síntomas de Somnolencia o Hipersomnia se usó la
Epworth Sleeppiness Scale (ESS) (Izquierdo-Vicario et al. 1997); esta
escala evalúa la tendencia a quedarse dormido en distintas situaciones.
Satisfacción Vital General. La medición de la satisfacción vital se
realizó con la escala de Diener la cual evalúa aspectos específicos de
la satisfacción con la vida (Diener 1996).
La recolección de la información se realizó entre los meses
septiembre y diciembre del año 2007. La información relativa a salud
fue obtenida por una enfermera. Para la evaluación de factores
sociodemográficos, fatiga, somnolencia y factores psicosociales se
utilizó encuestas validadas las cuales fueron aplicadas por psicólogos. Luego de aplicar análisis exploratorio de datos a la información así reunida se procedió a procesarla en el contexto del método
de análisis multivariado denominado Classification and Regression
Trees (CART) usando los softwares SPSS versión 16.0 y SAS JMP
5.1.
El predictor más fuertemente asociado a oximetría alterada fue edad
categorizada en torno a 47 años; los 136 obreros (que presentaban
un 49.2% de oximetrías alteradas) quedó subdividido en 17 sujetos
con edad mayor o igual a 47 años (con 88,2% de oximetrías alteradas) vs. 119 sujetos menores de 47 años (con prevalencia 40,3%).
Por su tamaño el primero de grupos no era susceptible de subdivisión, el segundo sí ; para este subconjunto el predictor más relevante
resultó ser IMC categorizado como “normal” (32 casos con 25% de
prevalencia) vs “sobrepeso u obeso” (87 casos con prevalencia 46%).
Continuando de esta manera el proceso de subdivisión culmina en
la estructura presentada en la Figura 2. Los resultados encontrados
permitieron caracterizar los siguientes grupos de sujetos según clasificación por perfil:
a) El primer perfil con alta probabilidad (0,88) de tener oximetría
alterada corresponde al grupo de trabajadores con una edad mayor
o igual a 47 años.
b) El segundo perfil de alto riesgo (0,85) de oximetría alterada se
caracterizó por tener una edad menor a 47 años, IMC normal pero
fatiga cognitiva de 15 puntos o más.
c) El tercer perfil (con riesgo 0,85) correspondió a trabajadores con
edades entre 33 y 47 años, IMC no normal y hábitos sedentarios.
d) La cuarta agrupación reunió a los sujetos del mismo grupo
etario e IMC precedentes, que no son sedentarios pero presentaron a
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163
Artículo Original | Schiattino Irene
Figura 2.
CART. Árbol de clasificación en oximetría.
All Rows
Count
GA2 LogWort Level Prob
136 187.80007 2,9215647 Normal 0,5368
Alterada 0,4632
Edad>=47
Count
17
Edad<47
GA2 Level
12,315159 Normal
Alterada
Prob
0,1176
0,8824
Count
GA2 LogWort Level Prob
119 160,4955 1,0862201 Normal 0,5966
Alterada 0,4034
IMC (Sobrepeso, Obeso)
IMC (Normal)
Count
GA2 LogWort Level Prob
87 120,04378 1,2321069 Normal 0,504
Alterada 0,4598
Edad>=33
Sedentarismo (Sí)
Sedentarismo (No)
Prob
0,3871
0,8129
Count
10
GA2 Level
6,5016595 Normal
Alterada
KMTS >= 440
GA2 Level
0 Normal
Alterada
Prob
1,0000
0,0000
IMC (Obeso)
Count
GA2 LogWort Level Prob
14 19,408121 0,468962 Normal 0,5000
Alterada 0,5000
Count
GA2 Level
5 5,0040242 Normal
Alterada
Count
8
GA2 Level
8,9973623 Normal
Alterada
Prob
0,7500
0,2500
KMTS < 440
Prob
0,2000
0,8000
lo menos tres síntomas de sueño. Con tales características la probabilidad de presentar oximetría alterada es 0,80.
e) La última agrupación es de riesgo alto (0,80) pero de pequeño
tamaño y se caracteriza por tener como atributos: edad inferior a 33
años; IMC anormal y colesterol bajo 240 pero viajar a lo menos 440
km. entre faena y hogar.
B. Una Aplicación en Nutrición Escolar (Amigo et al.
2007a)
La obesidad en el escolar chileno es un problema de Salud Pública
particularmente desafiante porque existe una alta heterogeneidad en
la distribución de prevalencias entre los establecimientos educacionales de una misma comuna. La obesidad en escolares ha mostrado
una tendencia creciente en la última década por lo que la prevención,
el manejo y el control de este problema debe tener una muy alta prioridad a nivel de escuelas y núcleos familiares. Identificar y cuantificar
factores de riesgo que determinan el exceso de peso en escolares de
enseñanza básica fue el objetivo central de esta investigación.
El diseño del estudio fue de corte transversal y utilizó una muestra
aleatoria mutietápica que consideró siete de las comunas urbanas de
la Región Metropolitana con prevalencia de obesidad sobre 15%;
dentro de ellas se definió tres estratos de los establecimientos escolares según obesidad y al interior de cada establecimiento sorteado se
seleccionaron 12 escolares que cursaban 2° año básico. Por medición
directa y entrevistas al niño y a la madre se recolectó información
164
Count
11
IMC (Sobrepeso)
Prob
0,9000
0,1000
Prob
0,87
0,12
Colesterol (>240)
Count
GA2 LogWort Level Prob
22 29,767142 0,6139468 Normal 0,5909
Alterada 0,4091
Síntomas de sueño < 3
Síntomas de sueño >= 3
Count
GA2 Level
31 41,380766 Normal
Alterada
Colesterol (200-239<200)
Count
GA2 LogWort Level Prob
41 56,813676 1,7196843 Normal 0,5122
Alterada 0,4878
Fatiga Cognitiva<15
GA2 Level Prob Count
GA2 Level
10,585012 Normal 0,3750
24
18,084968 Normal
Alterada 0,6250
Alterada
Count
8
Count
GA2 LogWort Level Prob
33 38,672873 1,3516241 Normal 0,7273
Alterada 0,2727
Prob
0,1538
0,8462
Prob
0,75
0,25
Fatiga Cognitiva>=15
Edad<33
Count
GA2 LogWort Level Prob
54 73,670396 1,7690284 Normal 0,4259
Alterada 0,5741
Count
GA2 Level
13 11,162399 Normal
Alterada
Count
GA2 LogWort Level
32 35,989449 1,3196974 Normal
Alterada
Count
9
GA2 Level
11,457255 Normal
Alterada
Prob
0,6667
0,3333
antropométrica, hábitos alimenticios, actividades extraescolares, etc.;
paralelamente se registró información diversa sobre la infraestructura
de cada escuela. Un análisis mediante modelos multinivel ya fue
publicado (Amigo et al. 2007b).
En esta aplicación de CART se construyó un árbol de regresión siendo
la variable respuesta una variable continua: el índice masa corporal
(IMC) del niño; tal variable presentó un promedio de 18,2 en el
conjunto de los 502 casos. La primera partición se produjo en función
de la variable IMC corporal de la madre, que aparece como la más
importante predictora; los nodos resultantes corresponden a (1) 228
niños con IMC promedio 19,1 cuyas madre tienen IMC mayor o igual
a 27,7 y (2) los restantes 274 niños con IMC promedio 17,8.
La segunda partición de la derecha se produjo en función de
(consumo de) LÍPIDOS con corte en 44,4 (140 niños vs 88) y la tercera
en función de HORAS TV DOMINGO (2 vs 138).
En resumen, el perfil más desfavorecido sería, a la luz de la información hallada, “niño cuya madre tiene alto IMC, con alta ingesta de
lípidos y muchas horas de TV el día Domingo”. El segundo perfil
desfavorecido sería “niño cuya madre tiene alto IMC, menor consumo
de lípidos y no participante en el PAE”.
C. Una Aplicación en Consumo de Tabaco Entre Escolares
(Schiattino et al. 2003)
El objetivo del presente trabajo fue describir el perfil de los estudiantes de la Región Metropolitana que han fumado cigarrillo o
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Ciencia & Trabajo
Artículo Original | Árboles de Clasificación y Regresión: Modelos Cart
Figura 3.
Árbol de clasificación final para el estudio de consumo de
tabaco en el último mes. (Clase 0: No fuma. Clase 1: Fuma).
Terminal
Node 1
Class=0
Class
Cases
0
71311.242
1
6243.323
N=77554.547
Node 1
Class=0
CRR12=(1)
Class
Cases
0
96580.758
1
76119.430
N=172700.094
Node 3
Class=1
CLR60=(2)
Class
Cases
0
13626.648
1
15911.811
N=29538.463
Node 5
Class=0
CLR57=(4)
Class
Cases
0
9465.896
1
7380.080
N=16845.973
Terminal
Node 2
Class=0
Cases
2558.842
758.759
N=3317.601
%
77.1
22.9
Node 7
Class=0
CR21=(1,3)
Cases
3835.942
2466.701
N=6302.643
Node 8
Class=0
CR552=(1,2,3)
Class
Cases
0
3445.818
1
1608.459
N=5054.277
Class
0
1
%
74.4
25.6
Class
0
1
Class
0
1
Terminal
Node 4
Class=1
Cases
22.960
432.924
N=455.884
Terminal
Node 5
Class=1
Cases
390.124
858.241
N=1248.365
Terminal
Node 9
Class=1
Class
Cases
0
11642.950
1
53964.359
N=65607.289
Terminal
Node 7
Class=1
Cases
1818.604
3244.568
N=5063.172
Terminal
Node 8
Class=1
Cases
2342.154
5287.165
N=7629.318
%
17.7
82.3
%
30.7
69.3
%
35.9
64.1
%
51.1
48.9
%
60.9
39.1
%
68.2
31.8
Class
0
1
Class
0
1
Class
0
1
%
26.6
73.4
%
46.1
53.9
%
51.5
48.5
%
56.2
43.8
Node 6
Class=1
CR56=(1)
Class
Cases
0
6907.057
1
6621.319
N=13528.377
Class
0
1
Terminal
Node 3
Class=0
Cases
3422.858
1175.536
N=4598.394
Node 2
Class=1
CRR18=(1)
Class
Cases
0
25269.594
1
69876.148
N=95145.805
%
91.9
8.1
Node 4
Class=1
CLR67=(2,3)
Class
Cases
0
11284.497
1
10624.648
N=21909.141
Class
0
1
%
55.9
44.1
Terminal
Node 6
Class=1
Cases
3071.115
4154.617
N=7225.732
%
42.5
57.5
%
31.3
68.7
%
5.0
95.0
consumido algún producto tabaco en el último mes, utilizando el
método de árboles de clasificación con factor de ponderación sobre
la base de datos de EMTAJOVEN. La Encuesta sobre tabaquismo en
jóvenes 2000 (EMTAJOVEN, Marzo 2000, OMS, MINSAL) fue aplicada en la Región Metropolitana (R.M.) con el fin de evaluar la evolución del consumo de tabaco en los jóvenes.
La muestra utilizada en el análisis fue de 3150 estudiantes evaluados
por EMTAJOVEN, con una media de edad de 13,7 ± 1,1 años y 50,6%
de mujeres.
El factor de ponderación asociado a cada encuesta fue dado por:
W=w1*w2*f1*f2*f3*f4 donde,
w1 = probabilidad inversa de seleccionar un colegio
w2 = probabilidad inversa de seleccionar una clase dentro del colegio
f1 = factor de ajuste de las no respuestas a nivel colegio calculado por
categoría (pequeña, media, grande)
f2 = factor de ajuste al curso calculada por escuela
f3 = factor de ajuste de las no respuestas a nivel estudiante calculado
por clase
f4 = factor de ajuste post-estratificación calculada por género y grado.
Además de este factor de ponderación, para el análisis se consideraron
26 variables, todas categóricas, relacionadas con características personales del estudiante, conocimiento y actitudes hacia el tabaco y para
dejar de fumar, acceso y disponibilidad, exposición al humo de tabaco,
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Artículo Original | Schiattino Irene
familiaridad con propaganda en los últimos 30 días y curriculum
escolar sobre el consumo y no consumo de tabaco en el último mes.
Construcción del árbol de clasificación
Se especificaron las 25 variables categóricas, como independientes
(Ver Tabla 1), más la variable ponderación. La variable haber fumado
cigarrillo o consumido algún producto tabaco en el último mes
(Fumador, No fumador) fue especificada como dependiente.
La validación del árbol se realizó a través de una muestra de prueba
correspondiente al 40% de los datos.
Se utilizó iguales probabilidades a priori y los costos de mala clasificación elegidos fueron las combinaciones de los valores 1; 1,5; 2;
2,5 y 3. En cada árbol obtenido se docimaron las tasas de especificidad, sensibilidad y clasificación correcta de las muestras de construcción y validación al nivel del 5%. Del conjunto de árboles
distintos, cuya prueba fue no significativa en las tres características,
se eligió el que presentó la mayor especificidad a expensas de perder
sensibilidad (criterio clínico) Gil (2000). Del árbol elegido se entregarán las particiones sustitutas que reemplazan a las particiones
primarias en el caso de observaciones faltantes y la importancia
relativa de las variables en el estudio, dada por la capacidad de una
variable a ser sustituta de la partición primaria.
RESULTADOS
La prevalencia del consumo de tabaco en el último mes fue 45,1%.
En la Tabla 1 se presenta la distribución porcentual de los estudiantes fumadores y no fumadores para las variables según característica y categorías consideradas en el estudio.
mal a un estudiante que no fuma). Resultaron 13 árboles diferentes
y en cada uno de ellos se docimaron las tasas de especificidad, sensibilidad y clasificación correcta de la muestra de construcción y validación expandida. Cinco árboles presentaron diferencias no significativas en las tres características al nivel de 5% de éstos, se eligió el
árbol de clasificación con 9 nodos terminales por presentar la tasa
de especificidad más alta (Ver Tabla 2 de la ref).
La secuencia de poda del árbol de clasificación elegido, con igual
probabilidad a priori para las categorías de la variable dependiente,
e iguales costos de mala clasificación se presenta en la Tabla 3 de la
ref.
En la secuencia de poda se muestra que el árbol máximo cuenta con
112 nodos terminales con un costo relativo sobre la muestra de validación de 42,6% ± 0,002 desviaciones estándar, respecto del costo
inicial de mala clasificación (50%). Además se observan los costos
relativos de mala clasificación sobre la muestra de construcción en
cada uno de los subárboles.
La Figura 3 muestra el árbol de clasificación con 9 nodos terminales,
resultado de particiones de las siguientes variables: ¿En qué lugar
fumas usualmente? (CR12, nodo raíz); ¿Crees qué fumarás cigarrillo
el próximo año? (CRR18); No me importaría si el humo de cigarrillo
molestara a los demás (CLR60); El cigarrillo light es menos malo que
el regular (CLR67); ¿En qué curso estás? (CLR57); ¿Cuál es tu sexo?
(CR56); ¿Crees que los lolos que fuman tienen más o menos amigos?
(CR21); ¿Cuántos años tienes? (CR552); En cada uno de los nodos
terminales se observa el total de estudiantes en la muestra expandida y la composición de acuerdo a la clase de pertenencia, el grupo
con mayor representación determina la clase asignada al nodo.
AGRADECIMIENTOS
Construcción del árbol de clasificación con factor de
ponderación
Se construyeron 25 árboles de clasificación usando las combinaciones de los costos de mala clasificación propuestos (C1 = costo de
clasificar mal a un estudiante que fuma y C2 = costo de clasificar
Los autores agradecen el apoyo brindado por la Fundación Científica
y Tecnológica (FUCYT/ACHS) y la Escuela de Salud Pública de la
Universidad de Chile.
REFERENCIAS
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proyecto FONIS SA04I2110.
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Beurskens AJ, Bultmann U, Kant I, Vercoulen JH, Bleijenberg G, Swaen GM. 2000.
Fatigue among working people: validity of a questionnaire measure. Occup
Environ Med. 57(5):353-357.
Bucher HU, Fanconi S, Baeckert P, Duck G. 1989. Hyperoxemia in newborn infants:
Detection by pulse oximetry. Pediatrics. 84:226-230.
Breiman L, Friedman J, Olsehn R, Stone C. 1984. Classification and regression trees.
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Blanco A y Georgas J. (eds.). Key issues in cross-cultural psychology. Lisse,
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Friedman JH. 1991. Multivariate Adaptive Regression Splines (with discussion).
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Izquierdo-Vicario Y, Ramos-Platon M J, Conesa-Peraleja D, Lozano-Parra AB,
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Kass GV. 1980. An exploratory technique for investigating large quantities of categorical data. J Appl Stat. 29(2):119-127.
Salford Systems. 2000. CART for Windows. User’s guide. Salford Systems Inc.
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Vera A, Vanegas J, Hirmas M, Carrasco C, Silva C. 2008a. Factores biopsicosociales
predictores de oximetría alterada en trabajadores de la minería: un estudio
exploratorio. Cien Trab. Jul-Sep; 10(29):85-89.
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física y cognitiva en trabajadores de la minería que laboran en condiciones
de altitud geográfica. Cienc Trab. Jul-Sep; 10(29):80-85.
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Ciencia & Trabajo
ÍNDICE
ÍNDICE DE AUTORES VOL 10, 2008
ÍNDICE DE MATERIAS VOL 10, 2008
Abt, Gonzalo
47
Alcaíno, Juan L.
1
Alderete Rodríguez, María Guadalupe
138
Algranti, Eduardo
A1
Aranda Beltrán, Carolina
138
Arteta, José Miguel
21
Bernales, Bélgica C.
1
Bravo, Alejandro
39.47
Briones, José Luis
157
Canepa, Carlo
157
Carbonell, Carmen G.
63.95
Carlos, Félix
47
Carlos, Sonia
34
Carrasco, Claudia
85.9
Cea, Mario
39
Coelho de Lima, Daniela
68
Contreras Gustavo
A47,A73,79,82,85,90
Costa Hidalgo, Lídia Regina da
68
Curiacos de Almeida Leme, José Alexandre
100
Curiacos Meyer, Elaine
100
De Castro, Hermano
11
Delgadillo Guzmán, Leonor Guadalupe
151
Durán, Víctor Hugo
A19
Fernández Arata, Manuel
120
Franco Chávez, Sergio A
138
Fuentes, Mónica
63.95
García Saiso, Alejandra
143
Gómez Ortiz, Viviola
132
Harari, Raúl
25
Hirmas, Macarena
85
Hojas, Ricardo
39
Ísper Garbin, Artênio José
68
Juárez García, Arturo
126, 157
Lima Aranzaes, Carla C
126
Lucero Vargas, Andrea
50
Martins, Ronald Jefferson
68
Mercado Maya, Aída
151
Mujica, Natacha
21
Orellana, Carlos
47
Pérez Tapia, María Alejandra
113
Pérez, Claudio
157
Pérez, Jorge A.
138
Pichardo Alpizar, Claudia Nataly
143
Preciado Serrano, María de Lourdes
138
Prieto Fernández, Santos
18
Raile, Vilton
57
Ramos, Ana María
50
Retiz Cabrera, Aurea Grisel
143
Reyes, Eugenio
A19,39, 47,50
Riveros, Alberto
79
Robles, Karina
63.95
Rotter, Karin
63.95
Saliba Garbin, Cléa Adas
68
Salinas, Mauricio
34.79
Schiattino Lemus, Irene
106.161
Silva Zamora, Claudio
85, 106,161
Solís, Rodrigo V.
1
Tossavainen, Antti
7
Uribe Prado, Jesús Felipe
143
Tapia Valdivieso, Isabel
50
Vanegas, Jairo
85.9
Vera, Aldo
82,85, 90,157
Vivas Vargas, Vania
151
ACCIDENTES DEL TRANSITO/PREVENCION & CONTROL
AGOTAMIENTO PROFESIONAL
79
120, 132, 138, 143, 157
AGOTAMIENTO PROFESIONAL/PSICOLOGIA
126
INDUSTRIA DEL ASBESTO
25
47
57
INFECCIONES POR HELICOBACTER
AMPUTACION TRAUMATICA/PSICOLOGIA
95
LEGISLACION ODONTOLOGICA
AMPUTACION TRAUMATICA/REHABILITACION
95
LUGAR DE TRABAJO
AMPUTADOS
63
MAL DE ALTURA
AMPUTADOS/PSICOLOGIA
95
MESOTELIOMA
85
METALURGIA/RECURSOS HUMANOS
ANALISIS DE REGRESION
113.85
ANALISIS DE SUPERVIVENCIA
ANSIEDAD
95
ARBOLES DE DECISION
113.143
ASBESTO
ASBESTO/EFECTOS ADVERSOS
11.25
21
AUTOEFICACIA
113
AVICULTURA
47
BRAQUIUROS
50
BRASIL
11,57,68,100
CALIDAD DE VIDA
100
CARACTERISTICAS DE LA POBLACION
85
CERTIFICADO DE SALUD
68
CHILE
1,50,63,85,113,90,95
CIENCIAS SOCIALES
CLASIFICACION
CLASIFICACION INTERNACIONAL DE ENFERMEDADES
113
120,132,138
68
COLOMBIA
120
CONDUCTA SOCIAL
126
CONSUMO DE ALIMENTOS
50
CRUSTÁCEOS
50
CUBA
DEPRESION
DOCENTES
18.85
95
126,138,143
DOLOR
95
ECUADOR
25
EJERCICIO
100
ENFERMEDADES PROFESIOANLES
82,85,90
MINIMOS CUADRADOS
MODELOS DE RIESGOS PROPORCIONALES
MODELOS MATEMATICOS
ASBESTOSIS/EPIDEMIOLOGIA
132,138,157
100
MINERÍA/RECURSOS HUMANOS
7, 11,18,25,57
ASBESTOSIS
90
7,11,25
138.151
MODELOS ESTADISTICOS
11
68
100.132
MEXICO
11,18, 21, 25
ASBESTOS/EPIDEMIOLOGIA
25
INDUSTRIA DEL ASBESTO/LEGISLACION & JURSIPRUDENCIA
AMBIENTE
ANÁLISIS MULTIVARIANTE
11.21
INDUSTRIA DEL ASBESTO/EPIDEMIOLOGIA
MUJERES
NEOPLAISIAS PULMONARES
OVINOS
OXIMETRIA
PESO CORPORAL
PERDIDA AUDITIVA
POLISOMNOGRAFÍA
PRESION SANGUINEA
34
75
106
106
138.151
7
39
82.85
85
138.151
82
143
PREVENCION DE ACCIDENTES
79
PROGRAMAS INFORMATICOS
106
PRUEBAS DE SIGNIFICACIÓN ESTADÍSTICA.
PSICOLOGIA
RADIOGRAFÍA
REACCIÓN EN CADENA DE LA POLIMERASA
RECUPERACION DE LA FUNCION
RECURSOS HUMANOS
RECURSOS HUMANOS EN SALUD
34
143
57
39.47
63
143.151
151
REGRESIÓN Y CORRELACIÓN,
34
REHABILITACION
63
RELACIONES INTERPERSONALES
RELACIONES LABORALES
RESULTADO DEL TRATAMIENTO
SALUD LABORAL
151
15
63
1,7, 151
SALUD MENTAL
151
157
EPIDEMIOLOGÍA MOLECULAR
39
SERVICIOS DE SALUD /RECURSOS HUMANOS
ESPOSAS
57
SILICE LIBRE/EFECTOS ADVERSOS
1
ESTADÍSTICA NO PARAMÉTRICA
85
SILICOSIS
1
ESTIMACIÓN DE KAPLAN-MEIERv75
SINDROMES DE LA APNEA DEL SUEÑO
ESTUDIOS TRANSVERSALES
85
SISTEMAS DE INFORMACION
50
TRABAJO
EXPLOTACION DE RECURSOS NATURALES
EXPOSICION A COMPUESTOS QUIMICOS
EXPOSICION PROFESIONAL
18.57
7
TRABAJADORES/PSICOLOGIA
TRANSPORTES/RECURSOS HUMANOS
79
157
63
85
157
EXTREMIDAD INFERIOR/CIRUGIA
63
TRASTORNOS DEL SUEÑO
82
FACTORES DE RIESGO
90
TRASTORNOS POR EXCESIVA SOMNOLENCIA
79
82
TRASTORNOS PSICOFISIOLOGICOS
FATIGA
GIMNASIA
100
TRAUMATISMOS DE LA PIERNA
HELICOBACTER
47
VENEZUELA
HELICOBACTER PYLOR
47
VIGILANCIA EPIDEMIOLOGICA
HOMBRES
IMPACTO PSICOSOCIAL
132.157
90.132
VIOLENCIA
VIRUS DEL ORF
161
63.95
21
18.161
161
39
Índice
A73
A75
A76
Editorial
Índice
En este número
Artículos de Difusión
A78 Sección Ehp
Cara a Cara con la Seguridad de los Juguetes
Artículos Originales
113 Prevalencia de Enfermedades Profesionales con Dictamen
de Invalidez, Región Metropolitana, Años 2005-2006
Pérez Ma. A
120
Burnout, Autoeficacia y Estrés en Maestros Peruanos:
Tres Estudios Fácticos
Fernández M
126
Un Estudio Exploratorio Sobre Estresores Laborales en
Conductores de Transporte Público Colectivo en el Estado de Morelos, México
Lima C, Juárez A
132
Factores Psicosociales del Trabajo y su Relación con la
Salud Percibida y la Tensión Arterial: Un Estudio con
Maestros Escolares en Bogotá, Colombia
Gómez V
138
Factores Psicosociales Laborales y Síndrome de Burnout,
Diferencias entre Hombres y Mujeres Docentes de
Secundaria, Zona Metropolitana de Guadalajara, México
Aldrete M, Preciado M, Franco S, Pérez J, Aranda C
143
Perfil Psicosomático y de Desgaste Ocupacional en
Cajeros del Sector Bancario con Escala EMEDO
Uribe J, García A, Pichardo C, Retiz A
151
Violencia Laboral, su Significación desde Hombresy Mujeres
Vivas V, Delgadillo L, Mercado A
157
Desequilibrio Esfuerzo-Recompensa y Estado de Malestar
Mental en Trabajadores de Servicios de Salud en Chile
Canepa C, Briones J, Pérez C, Vera A, Juárez A
Artículo de Educación
161 Árboles de Clasificación y Regresión: Modelos Cart
Schiattino I, Silva C
FUNDACIÓN
CIENTÍFICA
Y TECNOLÓGICA
ASOCIACIÓN CHILENA DE SEGURIDAD
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