PALABRAS INMORTALIZADAS Dos FILÓSOFOS ROSACRUCES

P ALABRAS INMORTALIZADAS
Dos FILÓSOFOS ROSACRUCES
MEISTER ECKHART Y SIR FRANCIS BACON
El presente artículo fue extraído de la Revista “El Rosacruz” de Difusión Rosacruz S.C.
AMORC - Vol. LII Nº 4 – Año 1999
A través de la historia, la Orden Rosacruz ha contado con varios maestros de la filosofía entre sus
iniciados, pensadores del calibre más elevado, que demostraron que poseían una comprensión total,
tanto del mundo material como metafísico. Meister Eckhart y Sir Francis Bacon se pueden incluir en
esta categoría tan estimada. El siguiente artículo es un resumen de la nueva edición en inglés del libro
de la Orden Rosacruz Las Palabras Inmortales del Pasado, que es una colección de escritos inspirados de cincuenta y ocho personajes iluminados, que sentaron un precedente en la historia de la
civilización.
MEISTER ECKHART (1260-1328)
JOHANNES ECKHART nació en Hochheim, Thuringia, Alemania. Ingresó a la orden de los dominicos en
Erfurt y alcanzó el puesto de vicario. Ha sido denominado el padre de los místicos alemanes, también el
genio creativo y filosófico de los místicos alemanes y el padre de la especulación alemana. Los
rosacruces alemanes y la Orden Rosacruz en todo el mundo, han otorgado su reconocimiento a los
famosos manuscritos de Eckhart, como la obra de un rosacruz. Fue un miembro erudito de los
dominicos u orden de predicadores, y durante algún tiempo fue lector biblicus en la Universidad de
París, así como en la Universidad Dominica de San Jacobo, donde el Papa Bonifacio VIII le confirió el
título de Meister (Maestro).
Aunque no se sabe con exactitud, se cree que Eckhart se graduó en Colonia en el Escolasticismo de
Alberto Magno (1205-1281) y Tomás de Aquino (1225-1274), cuyo sistema estaba alcanzando un gran
apogeo en esa época. Tuvo diferentes puestos administrativos y políticos en la provincia. Era bien
conocido por el hecho de que prefería enseñar en lo que se denominaba la "lengua vulgar", en lugar
de hacerlo en el latín académico. Se hizo de una gran cantidad de seguidores entre las masas en
general y el laicado. La manera en que aumentaron sus seguidores y su popularidad alarmó a las
autoridades eclesiásticas. Presentaron varios cargos en su contra, en especial porque predicaba en la
"lengua vulgar" en lugar de latín. Apenas sí escapó de que la Iglesia lo declarara un hereje en 1329,
después de su muerte. Los cargos eran numerosos, de hecho lo acusaron de predicar diecisiete
doctrinas herejes distintas.
El escolasticismo, el neoplatonismo y los conceptos árabes y judíos, tuvieron una gran influencia en la
manera de pensar de Meister Eckhart.
Es un placer ofrecerles a los estudiantes rosacruces los siguientes extractos de los escritos de Meister
Eckhart.
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EL SER DIVINO
Ningún hombre puede decir exactamente lo que es Dios. Según San Dionisio, Dios no es algo que
podamos decir o pensar. San Agustín clamó: "Yo que siempre he estado en Dios y siempre lo estaré,
preferiría no haber sido nunca, ni haber sido otra cosa que aquello que encontramos en una sola
palabra que se puede decir de Dios. Si nos obligaran a hablar de Dios, entonces yo diría: En verdad, Dios
no es comprensible en ningún sentido ni se le puede alcanzar aún. Dios es algo que el pensamiento no
puede mejorar". No, yo declaro que Dios es demasiado para el pensamiento humano; él trasciende
toda concepción humana. Ningún hombre sabe lo que es Dios. De cualquier manera que el hombre
pueda pensar, o podría pensar acerca de Dios, él no es así. Por naturaleza, el alma no se puede
satisfacer más que con Dios. Pero todo lo que el corazón pueda desear es pequeño, es insignificante
comparado con Dios. Sin embargo, tal vez el pensamiento del hombre nunca llegue a ser tan pleno o
tan enrarecido, que su deseo lo aventaje. Así que él trasciende el deseo del hombre, de la misma forma
que trasciende el pensamiento humano.
San Dionisio dice que Dios no es nada. Lo que significa que Dios es tan incomprensible como la nada.
San Bernardo dice: "Yo no sé qué es Dios; pero lo que yo no sé que él es, es lo mismo que él es. Un
filósofo hereje sostiene que lo que sabemos acerca de la Causa Primaria es más bien lo que nosotros
somos, en lugar de lo que la Causa Primaria es. Ya que eso va más allá de la comprensión. Y en este mismo orden de ideas, el doctor hereje polemiza en su libro, "La luz de Luces", que Dios es súper esencial,
súper racional, súper inteligible, por ejemplo, va más allá del entendimiento natural...
Tanto Dionisio como Gregorio enseñan que el Ser Divino no es comprensible en ningún sentido; para
ninguna inteligencia ni entendimiento, ni siquiera para una mente angelical en su punto más puro. Un
filósofo expresó que el hombre que sepa que Dios es desconocido, entonces ese hombre conoce a Dios.
El punto cumbre de la gnosis y la percepción es saber y comprender en agnosia y en no-percepción.
Conocerlo en verdad es conocerlo como inconocible. Como dijo el maestro: Si tengo que hablar de Dios,
entonces diré que Dios es algo que no se puede alcanzar o retener en ningún sentido; y yo no sé nada
más acerca de él.
LA POBREZA
El hombre realmente virtuoso no desea a Dios. Lo que no tengo no lo deseo. No hace planes, no le da
importancia a las cosas. Ya que Dios está a un nivel más alto que el ser humano, él está más
dispuesto a dar que el ser humano a recibir. No es por medio de ayunos y vigilias, o por medio de su
labor externa que el ser humano comprueba que ha progresado en una vida virtuosa, pero es una
señal segura de su crecimiento cuando encuentra las cosas eternas más atractivas que las cosas que
pasan. El hombre que tiene mil monedas de oro y las regala por amor a Dios, está haciendo algo bello;
sin embargo yo digo que sería más bello y mejor para él que las despreciara, y que no hiciera nada por
cuenta de Dios.
Un ser humano debe orientar su voluntad y su labor hacia Dios, y teniendo sólo en mente a Dios,
seguir adelante sin temor, sin pensar si lo que hace está bien o mal. Si alguien pensara en todas las
posibilidades antes de iniciar su primera lucha, nunca lucharía. Y si al dirigirnos a algún lado tenemos
que pensar en cómo mover un pie hacia delante, nunca llegaremos. Nuestro deber es el de hacer lo
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que sigue; seguir adelante, esa es la manera correcta.
Hay cinco clases de pobreza. La primera es la pobreza perversa; la segunda es la pobreza dorada; la
tercera es la pobreza voluntaria; la cuarta es la pobreza espiritual y la quinta la pobreza divina.
La primera, o pobreza perversa, se aplica a todos aquéllos que no tienen lo que pretenden tener, ya sea
interna o externamente. Ese es su infierno.
La segunda, la pobreza dorada, es de aquéllos que en medio de sus bienes y propiedades pasan
vacíos por dentro y por fuera. Si todo lo que les pertenece se incendiara, el resultado los dejaría bastante
indiferentes. El cielo tiene que pertenecerles y no se conforman con menos.
La tercera es la pobreza voluntaria y le pertenece a aquéllos que renuncian a bienes y honores, en cuerpo
y alma, que dejan todo de buen talante.
En cuarto lugar están los pobres de espíritu. Ellos les han dado la espalda en cuerpo y alma a amigos y
parientes, no sólo a los bienes y al honor. Además, se alejan de toda buena labor; la Palabra eterna
realiza toda su labor, mientras ellos están desocupados y exentos de toda actividad. Y ya que la palabra
Eterna no es ni mala ni buena, ellos están totalmente vacíos.
En quinto lugar están los pobres que son devotos, pues Dios no puede encontrar ningún lugar donde
trabajen. De ellos es la liberación interna y externa, ya que están vacíos y libres de toda forma eventual.
Este es el hombre: en este hombre todos los hombres son uno y ese hombre es Cristo. Un maestro
dice de él: "La tierra nunca ha merecido a este hombre que ve el cielo y la tierra como iguales". Este
hombre está libre de objetos en el tiempo y en la eternidad.
SIR FRANCIS BACON (1561-1626)
SIR FRANCIS BACON, Imperator Rosacruz, filósofo inglés, estadista, ensayista, ministro de Inglaterra y,
según muchos críticos literarios, el autor reconocido de muchas obras de Shakespeare, nació en York
House en el Strand, Londres, el 22 de enero de 1561, de cuna noble. En abril, 1573, ingresó al Trinity
College en Cambridge. Amante de las ciencias, se aplicó asiduamente a las diferentes ciencias de la
época. Más adelante, al hablar de sus verdaderas aspiraciones en Interpretatione Naturae Prooemium,
nos dice: "Me di cuenta que para lo que mejor hecho estaba era para el estudio de la verdad; ya que
tengo una mente ágil y versátil como para captar el parecido de las cosas y al mismo tiempo, está bien
equilibrada como para captar y distinguir las diferencias sutiles; la naturaleza me ha regalado el deseo
de preguntar, la paciencia de dudar, el gusto por meditar, la lentitud para afirmar, la prontitud para
considerar, el cuidado de disponer o poner en orden; y al ser un hombre al que no le afecta lo nuevo, y
no admite lo que es antiguo, y que odia todo tipo de impostor, entonces pensé que mi naturaleza
guardaba una cierta familiaridad y relación con la verdad".
En 1584, Bacon asumió su curul en el Parlamento. A finales de 1591, se había convertido en el
consejero confidencial del Conde de Essex, que era el favorito de la Reina Elizabeth. Bacon le propuso al
rey en 1613 que promoviera a Sir Edward Coke a los tribunales del rey. Este cambio jurídico le abrió
las puertas a Bacon para asumir el puesto de Procurador General. A los cuatro años, en enero de
1618, se convirtió en Ministro de Inglaterra. A pesar de que en esa época sus diferentes obras
literarias se leían ampliamente y de que en algunos círculos lo criticaban con dureza, estaba
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acumulando un gran reconocimiento. Su obra más célebre fue Novum Organum.
La verdadera historia de la acusación contra Bacon y de su juicio, salió a la luz hace sólo unos
cuantos años. El poder político de Bacon y su distinción, así como su capacidad literaria, le originaron
enemistades considerables y sus enemigos lo acusaron de soborno. Al principio, se retiraron los cargos
en su contra. Más adelante se complicaron tanto los cargos y fue tan difícil comprobar su inocencia,
que lo enjuiciaron y condenaron. Le impusieron una sanción económica muy elevada y lo sentenciaron
a un largo periodo en prisión. Sin embargo, eliminaron la sanción económica y sólo tuvo que cumplir con
cuatro días de su sentencia. Una vez más le permitieron ejercer la abogacía, aunque nunca más volvió
a ocupar una curul en el Parlamento y continuó con su labor literaria.
Los investigadores y biógrafos actuales dicen, como ya sabemos los rosacruces, que: "En general, el
relato del propio Bacon acerca de este doloroso episodio parece bastante preciso». Bacon declaró que
había recibido ofertas de soborno, pero que nunca las aceptó. Afirmó que su intención nunca se desvió
a causa de un soborno y, en varios casos, su fallo cayó contra las partes que intentaban conferirle el
soborno.
Bacon pasó el resto de su vida haciendo un trabajo que resultó más valioso para el mundo, que cualquier
otra cosa que hubiere logrado en sus primeros años, ya sea en el campo político o jurídico. La siguiente
selección es un extracto del Novum Organum (Nuevo Instrumento o Implemento) de Bacon. Aquí refleja
su sólida opinión acerca de lo importante que es buscar nuevos conocimientos y de imbuirle un vigor
renovado a la búsqueda de la ciencia y el conocimiento. Al leer esto, recuerde que el mundo de Bacon
veía en retrospectiva la historia a los griegos y los romanos, en referencia a teorías científicas, además,
Bacon desafiaba a la clase intelectual de su época, para hacer nuevos descubrimientos en el reino del
conocimiento.
ALENTAR LA BÚSQUEDA DEL CONOCIMIENTO
A mi parecer, los hombres no comprenden correctamente ni sus reservas ni su fuerza, pero sobrestiman la
primera y subestiman la segunda. En consecuencia, ya sea desde un cálculo extravagante del valor de las
artes que poseen, ya no siguen buscando, o a causa de una estimación muy pobre de sus propios
poderes, desperdician su fuerza en asuntos pequeños y nunca la ponen a buena prueba en aquellos
que van a la parte principal. Esto es como los pilares del destino que se encuentran en el sendero del
conocimiento; pues los hombres no tienen ni el deseo ni la esperanza para alentarlos a penetrar
aún más. Y como la opinión de las reservas es la causa principal de la necesidad, y la satisfacción con el
presente, induce a descuidar el aprovisionamiento para el futuro, se convierte en algo no sólo útil, sino
absolutamente necesario que el exceso de honor y admiración con el que consideramos nuestro
acervo actual de invenciones se encuentre al mero inicio y al umbral de la labor, y que con franqueza y
sin verbosidad, sea eliminado, y que los hombres reciban adecuada advertencia de no exagerar ni darles
demasiada importancia.
Permitid a un hombre que investigue cuidadosamente toda esa variedad de libros con que las artes y
ciencias abundan. Por todas partes encontrará repeticiones sin fin de lo mismo, con variantes sólo en
el tratamiento, pero nada nuevo en substancia, de tal modo que todo el abasto, tan numeroso como
parece a primera vista, al examinarlo compruebe que es muy escaso. Y por su valor y utilidad hay que
reconocer que esa sabiduría que hemos obtenido, principalmente de los griegos, es sólo la infancia del
conocimiento y que tiene las características propias de los jóvenes; puede hablar, pero no puede
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generar, pues está plena de controversias pero estéril de trabajo. Así que el estado del aprendizaje, tal
como ahora es, parece que está representado en la vida de la antigua fábula de Escila, quien tenía la
cabeza y la cara de una virgen, pero de su vientre colgaban monstruos que ladraban y a los que no
podía parir. De igual manera las ciencias a las que estamos acostumbrados tienen ciertas posiciones
generales que son espaciosas y aduladoras; pero en cuanto se llega a los detalles, que son como las
partes de generación, cuando deben producir frutos y tareas, surgen contiendas y disputas
vociferantes, que son el final del asunto y de todo vástago que pueda producir.
Observen también que si todas las ciencias de este tipo tuvieran vida, no podría haber ocurrido lo que ha
pasado durante varias épocas, que están casi estancadas sin que hayan recibido ningún incremento
digno de la raza humana. De modo que muchas veces aquello que una vez se afirmó se sigue afirmando
ahora, pero lo que una vez fue una pregunta, sigue siendo una pregunta y en vez de resolverla con
polémica, está fija y alimentada; y toda la tradición y sucesión de escuelas sigue siendo una sucesión de
maestros y eruditos, no de inventores ni de aquéllos que acarrean una mayor perfección a las cosas
inventadas.
En las artes mecánicas no lo vemos así. Al contrario, ya que tienen un soplo de vida están creciendo de
manera continua y alcanzan- do la perfección. Como fueron inventadas originalmente, por lo general son
primitivas, torpes y sin forma; después adquieren nuevos y más cómodos poderes y arreglos y construcciones. En lo que respecta a los hombres, más vale dejar el estudio y búsqueda de éstos y dirigirse a otra
cosa, que ellos lleguen a la máxima perfección de la cual son capaces.
Por el contrario, la filosofía y las ciencias intelectuales se sostienen como estatuas, adoradas y
celebradas, pero sin moverse ni avanzar. No, a veces prosperan más en manos del primer autor y
después se degeneran. Pues una vez que los hombres se han formado un juicio acerca de otros y (al
igual que esos senadores a los que llamaron Pedarii) han acordado apoyar la opinión de una persona,
desde ese momento no incrementan las ciencias ellos mismos, sino que caen en el servil oficio de
embellecer a ciertos autores y de aumentar su séquito.
Y que no se diga que las ciencias han ido creciendo de manera paulatina hasta que al fin han
alcanzado su talla completa, y así (habiendo llegado a su curso) se han arraigado en las obras de
algunos escritores; y que no habiendo ahora espacio para mejores invenciones, lo único que resta es
embellecer y cultivar aquellas cosas que ya han sido inventadas. ¡Si tan sólo así fuera! Pero la verdad
es que la apropiación de las ciencias tiene su origen en nada mejor que la confianza de unas cuantas
personas y la pereza e indolencia de los demás. Pues una vez que las ciencias han sido cultivadas y
manejadas asiduamente, algún hombre de disposición valiente se ha levantado, y famoso gracias a los
métodos y atajos que le agradan a la gente, ha parecido reducirlas a un arte, mientras que en
realidad ha arruinado todo lo que otros habían logrado. No obstante, eso es lo que agrada a la
posteridad, porque acorta y facilita la labor y evita mayor pesquisa, de la cual están cansados e
impacientes.
Y si cualquiera puede tomar esta conformidad y consentir a un argumento de peso, como lo es el
juicio del Tiempo, permítame decirle que el razonamiento en el que ahora confía es muy engañoso y
débil. Porque, en primer lugar, estamos muy lejos de saber todo lo que ha salido a la luz y lo publicado,
en material de ciencias y las artes en las diferentes épocas y lugares. Mucho menos todo lo que han
intentado y movido personas en secreto; así que ni los nacimientos ni abortos del Tiempo se han
ingresado en nuestros registros.
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En segundo lugar, no vale la pena considerar la anuencia misma y el tiempo que ha continuado. Pues sin
que importen las diferentes formas de las políticas civiles, hay sólo una forma de política civil en las
ciencias; y eso siempre ha sido y será popular. Ahora, las doctrinas que más favorece el populacho son
aquellas que no son ni contenciosas ni belicosas, ni vistosas ni vacías; son, como digo, las que
enmarañan el consentimiento o lo halagan. Y por lo tanto, los mejores cerebros de todas las épocas se
han visto forzados a salirse de su curso; hombres de capacidad e intelecto superiores a lo común con
gusto y en aras de la reputación, se han inclinado ante el juicio del tiempo y la multitud; y de tal forma, si
cualesquiera contemplaciones de un orden más elevado se asomaban a la luz en cualquier lugar, eran
apagadas de inmediato por los vientos de opiniones vulgares. De esa manera el Tiempo es como un río,
que nos ha traído cosas iluminadas y exageradas, mientras que aquellas con peso y solidez se han
hundido. No, esos mismos autores que han usurpado una especie de dictadura en las ciencias y se
han atribuido la labor de aplicar la ley con tal confianza, pero cuando de vez en cuando toman
consciencia de nuevo, caen en quejas acerca de la sutileza de la naturaleza, los escondites de la
verdad, la oscuridad de las cosas, el enredo de las causas, la debilidad de la mente humana; en la que
no obstante se muestran aún más modos, viendo que prefieren culpar la condición común de los
hombres y la naturaleza, que a sí mismos. Y después, lo que el arte no puede lograr, lo designan a la
autoridad del arte mismo como imposible de lograr; y ¿cómo se puede culpar al arte cuando es juez y
parte? Así que es sólo un método de separar a la ignorancia de la ignominia.
U
U
U
Algunos libros son para ser probados,
Otros para ser devorados y algunos
Pocos para ser masticados y digeridos.
Sir Francis Bacon
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