LA RESURRECCIÓN DE JESUCRISTO

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LA
RESURRECCIÓN
DE
JESUCRISTO
Domingo, 8 de abril de 2012
Cayey, Puerto Rico
NOTAS
NOTA AL LECTOR
Es nuestra intención hacer una transcripción fiel y exacta de
este Mensaje, tal como fue predicado; por lo tanto cualquier
error en este escrito es estrictamente error de audición,
transcripción e impresión; y no debe interpretarse como
errores del Mensaje.
El texto contenido en esta Conferencia, puede ser verificado
con las grabaciones del audio o del video.
Este folleto debe ser usado solamente para propósitos
personales de estudio, hasta que sea publicado formalmente.
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REV. WILLIAM SOTO SANTIAGO
Bautista para cumplir toda justicia. Por lo tanto, bien pueden
ser bautizados y que Cristo les bautice con Espíritu Santo y
Fuego y produzca en ustedes el nuevo nacimiento, y nos
continuaremos viendo por toda la eternidad en el Reino de
Cristo y en cuerpos eternos, inmortales, glorificados.
Dejo al reverendo José Benjamín Pérez para que les indique
cómo hacer para ser bautizados en agua en el Nombre del
Señor, y a los que están en otras naciones dejo al ministro
correspondiente para que haga en la misma forma.
Que las bendiciones de Cristo, el Ángel del Pacto, el Cristo
resucitado, sean sobre todos ustedes y sobre mí también, y nos
continuaremos viendo por toda la eternidad en el Reino
glorioso de Cristo, y hasta el próximo domingo, Dios
mediante, en que estaré nuevamente con ustedes, tanto los que
están aquí presentes como los que están en otras naciones.
Siempre nos estaremos viendo en las diferentes formas que
hay para la predicación del Evangelio de Cristo; hasta el
próximo domingo Dios mediante, y continúen pasando una
tarde feliz, llena de las bendiciones de Cristo nuestro Salvador.
“LA RESURRECCIÓN DE JESUCRISTO.”
LA RESURRECCIÓN
DE JESUCRISTO
Rev. William Soto Santiago
Domingo, 8 de abril de 2012
Cayey, Puerto Rico
uy buenos días, amables amigos y hermanos presentes y
los que están en otras naciones a través del satélite
Amazonas y de internet y demás medios de comunicación; que
Dios les bendiga grandemente a todos ustedes y a mí también
en este día domingo que se conmemora la resurrección de
nuestro amado Señor Jesucristo. En el Nombre del Señor
Jesucristo. Amén.
Y un saludo muy especial para todos los ministros de
diferentes naciones que están presentes en estos días en el
cuarto seminario titulado: “Una Obra Maestra.” Que las
bendiciones de Cristo sean sobre todos ustedes, ministros que
se encuentran presentes, y que han venido para estar en este
cuarto seminario titulado: “Una Obra Maestra.”
Dios, desde Adán hasta Jesús, estuvo llevando a cabo Sus
labores para una obra maestra, la cual comenzó con Adán y
continuó con todos los demás hombres de Dios enviados por
Dios: Abraham, Isaac, Jacob, también antes con Set... Abel,
Set, Matusalén, Enoc también, el cual fue arrebatado para no
ver muerte, y también Noé que se salvó con su familia
construyendo un arca; pero en ninguno de ellos, de todos estos
hombres profetas: Abraham, Isaac, Jacob, Moisés y demás
profetas, nunca la obra maestra que Dios comenzó a hacer, no
había llegado a la perfección hasta que apareció Jesucristo, en
el cual se corona la obra maestra de Dios, con la persona de
Jesucristo.
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REV. WILLIAM SOTO SANTIAGO
Jesucristo es la obra maestra de Dios, le tomó cuatro mil
años para llegar a esa obra maestra, digamos cuatro mil años
y algunos añitos más o cuatro mil años, o cuatro mil años con
treinta y tres años más, cuatro mil treinta y tres años
podríamos decir también.
Y luego Jesucristo comenzó una obra maestra, a hacer una
obra maestra, que es Su Iglesia. Comenzó el Día de
Pentecostés, y ya han transcurrido dos mil años, o dos mil años
y algo más, y si sacamos los números conforme al calendario
hebreo tendríamos dos mil y algo de años. Para este tiempo
final esa obra maestra llegará a la perfección.
Ahora, estuvimos viendo en estos días el ministerio de
Cristo, vimos quién es Jesucristo: es nada menos que el mismo
Dios con Su cuerpo angelical llamado el Ángel del Pacto,
hecho carne en un velo de carne llamado Jesús, que fue creado
por el mismo Dios en el vientre de la virgen María; por eso es
que Isaías, capítulo 7, verso 14, dice que ese niño sería
llamado Emanuel que traducido es: Dios con nosotros.
Y ahora, vimos también Su ministerio, vimos también Su
muerte en la Cruz del Calvario, vimos también Su sepultura,
y dónde Él se encontraba, Su cuerpo en el sepulcro, pero Su
Espíritu, que es Su cuerpo angelical, estaba en el infierno
porque Él tuvo que tomar nuestros pecados y así quitarlos de
nosotros (los pecados) y luego llevarlos al lugar de origen que
fue el diablo, para eso Él fue allá al infierno y también le quitó
las llaves del infierno y de la muerte al diablo y luego salió del
infierno, pasó al paraíso de aquel tiempo llamado El Seno de
Abraham, para de ahí salir con todas esas personas,
resucitarlas en Su resurrección.
Por lo tanto, leemos en San Mateo, capítulo 28, para tener
el cuadro claro de ese momento tan glorioso de la resurrección
de Cristo. Capítulo 28 de San Mateo, verso 1 en adelante dice:
“Pasado el día de reposo, al amanecer del primer día de la
semana (o sea, domingo), vinieron María Magdalena y la otra
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realidad, sálvame Señor. Te lo ruego en Tu Nombre eterno
y glorioso, Señor Jesucristo. Amén.
Con nuestras manos levantadas a Cristo, al Cielo, todos
decimos: ¡La Sangre del Señor Jesucristo me limpió de
todo pecado! ¡La Sangre del Señor Jesucristo me limpió de
todo pecado! ¡La Sangre del Señor Jesucristo me limpió de
todo pecado! Amén.
Cristo les ha recibido en Su Reino, ha perdonado vuestros
pecados, y con Su Sangre les ha limpiado de todo pecado
porque ustedes le han recibido como único y suficiente
Salvador. Cristo dijo:
“Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda
criatura.
El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no
creyere, será condenado.” (San Marcos, capítulo 16, versos
15 al 16).
Ustedes me dirán: “Quiero ser bautizado en agua en el
Nombre del Señor lo más pronto posible. ¿Cuándo me pueden
bautizar?” es la pregunta desde lo profundo de vuestro
corazón. Por cuanto ustedes han creído en Cristo, bien pueden
ser bautizados.
El bautismo en agua es tipológico, no quita los pecados, es
la Sangre de Cristo la que nos limpia de todo pecado, pero el
bautismo en agua es a la semejanza de la muerte, sepultura y
resurrección de Jesucristo nuestro Salvador. En el bautismo en
agua la persona se identifica con Cristo en Su muerte,
sepultura y resurrección. Cuando la persona recibe a Cristo
como Salvador, muere al mundo, y cuando la persona es
sumergida en las aguas bautismales, tipológicamente está
siendo sepultada, y cuando es levantada de las aguas
bautismales, está resucitando a una nueva vida, a la Vida
eterna con Cristo en Su Reino eterno.
Ese es el simbolismo del bautismo en agua en el Nombre
del Señor. Aun el mismo Cristo fue bautizado por Juan el
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Cristo en Su Reino eterno.
Vamos a estar puestos en pie para orar por las personas que
han venido a los Pies de Cristo nuestro Salvador. Si hay niños
de diez años en adelante, que todavía no han recibido a Cristo
como Salvador, lo pueden hacer en estos momentos para que
queden incluidos en la oración que estaremos haciendo. Las
personas de diferentes naciones, de diferentes países, también
pueden continuar viniendo a los Pies de Cristo nuestro
Salvador.
Con nuestras manos levantadas a Cristo, al Cielo, y nuestros
ojos cerrados:
Señor Jesucristo, traigo a Ti estas personas que han
escuchado la predicación del Evangelio de Salvación, el
Evangelio de Cristo, y nació la fe de Cristo en sus almas y lo
han recibido como único y suficiente Salvador. Señor,
recíbeles en Tu Reino, te lo ruego. En el Nombre del Señor
Jesucristo, te lo ruego, oh Padre celestial. Amén.
Y ahora repitan conmigo esta oración los que están
viniendo a los Pies de Cristo en estos momentos.
Señor Jesucristo, escuché la predicación de Tu Evangelio
y nació Tu fe en mi corazón. Creo en Ti con toda mi alma,
creo en Tu primera Venida y creo en Tu muerte en la Cruz
del Calvario como el Sacrificio de Expiación por mis
pecados y por los de todo ser humano.
Señor, reconozco que soy pecador y necesito un Salvador,
un Redentor. Doy testimonio público de mi fe en Ti y te
recibo como mi único y suficiente Salvador. Te ruego
perdones mis pecados y con Tu Sangre me limpies de todo
pecado y me bautices con Espíritu Santo y Fuego luego que
yo sea bautizado en agua en Tu Nombre y produzcas en mí
el nuevo nacimiento.
Quiero nacer en Tu Reino, quiero vivir eternamente
contigo en Tu Reino. Señor, haz en mí realidad la salvación
que ganaste en la Cruz del Calvario para mí, hazla una
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María, a ver el sepulcro.
Y hubo un gran terremoto; porque un ángel del Señor,
descendiendo del cielo y llegando, removió la piedra, y se
sentó sobre ella.
Su aspecto era como un relámpago, y su vestido blanco
como la nieve.
Y de miedo de él los guardas temblaron y se quedaron
como muertos.
Mas el ángel, respondiendo, dijo a las mujeres: No temáis
vosotras; porque yo sé que buscáis a Jesús, el que fue
crucificado.
No está aquí, pues ha resucitado, como dijo. Venid, ved el
lugar donde fue puesto el Señor.
E id pronto y decid a sus discípulos que ha resucitado de
los muertos, y he aquí va delante de vosotros a Galilea; allí le
veréis. He aquí, os lo he dicho.
Entonces ellas, saliendo del sepulcro con temor y gran
gozo, fueron corriendo a dar las nuevas a sus discípulos. Y
mientras iban a dar las nuevas a los discípulos,
he aquí, Jesús les salió al encuentro, diciendo: ¡Salve! Y
ellas, acercándose, abrazaron sus pies, y le adoraron.
Entonces Jesús les dijo: No temáis; id, dad las nuevas a mis
hermanos, para que vayan a Galilea, y allí me verán.”
Que Dios bendiga nuestras almas con Su Palabra y nos
permita entenderla.
“LA RESURRECCIÓN DE JESUCRISTO.” Ese es
nuestro tema para esta ocasión, para ver este misterio de la
resurrección de Cristo nuestro Salvador.
Todos sabemos que Cristo resucitó; Él sabía que iba a
resucitar, pues lo dijo en San Juan, capítulo 10, cuando dice:
“Nadie me quita la vida; Yo la pongo por mí mismo para
volverla a tomar.” (San Juan, capítulo 10, verso 18). Él
también dijo que Él ponía Su vida por las ovejas, y dijo que
por eso el Padre lo amaba:
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“Por eso me ama el Padre, porque yo pongo mi vida, para
volverla a tomar (‘este mandamiento recibí de mi Padre’ dice
Cristo también en ese pasaje).
Nadie me la quita, sino que yo de mí mismo la pongo.
Tengo poder para ponerla, y tengo poder para volverla a
tomar. Este mandamiento recibí de mi Padre.”
Por lo tanto, Cristo no murió para quedarse muerto, sino
con y por un propósito divino y mandato divino: para tomar
nuestros pecados, hacerse pecado por nosotros, para Él
hacernos como Él: sin pecados; por eso Él los tomó y tuvo que
morir como si fuera un pecador por causa de nuestros pecados,
y en todo hubo un propósito divino.
Ningún ser humano podía quitar nuestros pecados, excepto
Jesucristo, lo cual está en tipos y figuras en el Antiguo
Testamento en aquellos animalitos que eran sacrificados por
el pecado del pueblo; el sacrificio de expiación por el pecado
del pueblo tipifica a Cristo siendo sacrificado por nuestros
pecados, Levítico, capítulo 23, versos 26 al 29. Y también en
el capítulo 23 de Levítico, versos 1 en adelante, nos habla de
la fiesta de la Pascua en donde se sacrificaba un corderito en
memoria de aquel cordero que fue sacrificado por cada padre
de familia, para la preservación de la vida de cada primogénito
en cada familia hebrea.
Y San Pablo... eso está en Éxodo, capítulo 11 y 12, y luego
en Levítico, capítulo 23, verso 1 en adelante, y luego San
Pablo en Primera de Corintios, capítulo 5, verso 7, dice:
“Porque nuestra pascua la cual es Cristo, ya fue sacrificada por
nosotros.” Bien dijo el profeta Juan el Bautista, precursor de
la Primera Venida de Cristo, cuando vio a Jesús dijo: “He aquí
el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo.”
Si venía para quitar el pecado del mundo y Juan supo eso,
tenía esa revelación divina, para quitar el pecado tenía que
morir como murió el cordero pascual allá en Egipto, en el
hogar, en la familia hebrea, en cada familia hebrea.
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bautizado en agua en Su Nombre y Cristo lo bautice con
Espíritu Santo y Fuego y produzca en usted el nuevo
nacimiento.
En todos los países también pueden venir a los Pies de
Cristo los que todavía no han venido a los Pies de Cristo.
Cristo tiene mucho pueblo en Puerto Rico y en toda la
América Latina y el Caribe y los está llamando en este tiempo
final; y en todos los países Cristo tiene muchos hijos y los está
llamando en este tiempo final, para completar Su Iglesia y
hacer Su Obra de Reclamo, resucitar a los muertos creyentes
en Él y transformar a los creyentes vivos de este tiempo final.
Lo más importante para todo ser humano es la vida, y si la
vida que es mortal, que es temporal, es lo más importante,
cuánto más la Vida eterna; la Vida eterna es lo más importante
de todo y no se puede obtener excepto a través de Jesucristo
nuestro Salvador.
Dios nos ha dado Vida eterna, y esta vida está en Su Hijo
Jesucristo, “el que tiene al Hijo, tiene la vida,” la Vida eterna,
el que no tiene al Hijo (el que no cree en Cristo y no lo ha
recibido como Salvador, eso es el que no tiene al Hijo), no
tiene la vida, o sea, no tiene la Vida eterna, tiene una vida
temporal que se le va a terminar, pero no sabe ni cuándo se le
va a terminar, porque las personas mueren siendo bebés,
siendo niños, siendo jovencitos o siendo personas adultas o
siendo ancianos, no hay una edad en específico en la cual
tenga que morir la persona, por lo tanto, es necesario que la
persona tenga asegurado su futuro eterno con Cristo en Su
Reino eterno, para que así tenga la Vida eterna y pueda volver
a vivir en el Reino de Dios eternamente.
El ser humano hace muchas decisiones en su vida, y
ninguna de ellas lo coloca en la Vida eterna, excepto recibir a
Cristo como único y suficiente Salvador; esa es la decisión
grande, más grande, que el ser humano puede hacer en su vida,
porque esa es la decisión que lo coloca en la Vida eterna con
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REV. WILLIAM SOTO SANTIAGO
Mientras más conocimiento de un tema tiene, más
ampliamente puede pensar sobre ese tema.
La obra maestra en la resurrección de Jesucristo como la
obra maestra de Dios. Durante este mes, y el próximo,
estaremos viendo también la obra maestra de la Iglesia del
Señor Jesucristo con más detalles, ya tocamos algunas cosas,
pero estaremos viéndola con más detalles para ver las cosas
que la Iglesia del Señor Jesucristo ha estado llevando a cabo
conforme a la misión que tiene en este planeta Tierra de parte
de Cristo.
Podemos decir, como el apóstol San Pablo, en este tiempo,
en Primera de Corintios, capítulo 15, verso 20 en adelante,
Pablo el apóstol dice:
“Mas ahora Cristo ha resucitado de los muertos; primicias
de los que durmieron es hecho.”
El primero resucitado para Vida eterna, primicia, Él es las
primicias; y luego nosotros somos el resto, luego los que son
de Cristo:
“Pero cada uno en su debido orden: Cristo, las primicias;
luego los que son de Cristo, en su venida.”
Yo puedo decir con todo mi corazón y con pleno
entendimiento: “Mas ahora Cristo ha resucitado de los
muertos, es una realidad,” ¿y quién más? Cada uno de ustedes
también puede decir que Cristo ha resucitado de entre los
muertos.
Que las bendiciones de Cristo resucitado sean sobre todos
ustedes y sobre mí también, y pronto nos transforme y a los
muertos en Cristo creyentes nacidos de nuevo, los resucite en
cuerpos eternos y glorificados. En el Nombre del Señor
Jesucristo. Amén.
Si hay alguna persona que no ha recibido a Cristo como
Salvador, lo puede hacer en estos momentos y estaremos
orando por usted para que Cristo le reciba en Su Reino, le
perdone, y con Su Sangre le limpie de todo pecado, sea
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Por lo tanto, Cristo, como el Cordero de Dios, tenía que
morir; Isaías, capítulo 53, versos 1 al 15, nos habla de que
tenía que morir, y ese pasaje, siendo un pasaje mesiánico, se
cumpliría en el Mesías en Su primera Venida, porque la
Venida del Señor tiene dos partes: Su primera Venida como el
Cordero de Dios para quitar el pecado del mundo, y Su
segunda Venida para hacer Su Obra de Reclamo, reclamar
todo lo que Él ha redimido con Su Sangre preciosa. Por eso el
Cordero de Dios y el León de la tribu de Judá es el mismo
Jesucristo nuestro Salvador. Vean, en Isaías, capítulo 53, verso
10 dice:
“Con todo eso, Jehová quiso quebrantarlo, sujetándole a
padecimiento. Cuando haya puesto su vida en expiación por
el pecado...”
¿Ven? Tenía que poner Su vida en Expiación por el pecado,
o sea, que la Obra de Expiación tenía que hacerla el Mesías
Príncipe en Su primera Venida, lo cual fue tipificado en el
sacrificio del macho cabrío de la expiación que se efectuaba el
día 10 del mes séptimo de cada año. (Levítico, capítulo 23,
versos 26 al 29; y también lo encontramos allí en el capítulo
16 de Levítico).
Nos habla de todas estas cosas la Escritura, nos habla en el
capítulo 16 de Levítico, del Día de la Expiación, y de ahí en
adelante encontramos que Dios dijo que no se podía entrar al
Lugar Santísimo sino un día en el año, que sería el día 10 del
mes séptimo de cada año, el Día de la Expiación en donde el
sumo sacerdote llevaría la sangre de la expiación del macho
cabrío que fue sacrificado por el pecado del pueblo. Todo eso
es tipo y figura de lo que el Mesías Príncipe haría en Su
primera Venida.
Y ahora, todo eso se estaba cumpliendo en Jesucristo al
morir en la Cruz del Calvario, el mismo Jesucristo estaba
consciente de esa etapa por la cual Él pasaría, la cual era
necesaria, indispensable, para la salvación del ser humano,
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REV. WILLIAM SOTO SANTIAGO
para la reconciliación del ser humano con Dios; esa era una
obra perfecta que el Mesías llevaría a cabo, una obra maestra,
la obra de redimir al ser humano.
Encontramos que tenía que cumplir un sinnúmero de
requisitos y ningún hombre los pudo cumplir, ni siquiera los
tipos y figuras pudieron cumplir todo para la redención del ser
humano, para la reconciliación del ser humano con Dios,
porque los animalitos no tienen alma, por lo cual no eran
perfectos y por consiguiente no podían llevar a cabo una obra
maestra, una obra perfecta; solamente eran el tipo y figura.
Con la muerte de Cristo ya cesaron los sacrificios por el
pecado del ser humano, porque fue hecho el Sacrificio
perfecto por el pecado del ser humano, para la reconciliación
del ser humano con Dios, para el ser humano ser colocado,
restaurado, al Reino de Dios.
Y ahora, lo vimos siendo crucificado, muriendo en la Cruz
del Calvario, lo vimos también en la Escritura y en el mensaje,
la conferencia, de ayer sábado; lo vimos también
descendiendo en Espíritu al infierno y predicando allá a los
espíritus que fueron desobedientes en el tiempo de Noé, o sea,
las personas que fueron desobedientes en el tiempo de Noé, y
murieron en el diluvio (y fueron desobedientes), por allí
también estarían los que fueron desobediente en el tiempo de
Moisés, todos los que fueron desobedientes en todos los
tiempos, hasta Jesús, y habían muerto, por esa dimensión
estaban. Pero vean, les predicó a estar personas que fueron
desobedientes en el tiempo de Noé, no para salvación.
Luego lo vemos pasando por el paraíso ya teniendo las
llaves del infierno y de la muerte por lo cual podía resucitar,
y sale, resucita con todos los santos del Antiguo Testamento
y aparece en la ciudad de Jerusalén Él, y también aparecen a
sus familiares los santos que resucitaron con Él en esa ocasión.
Fue una visita muy importante la de todos esos santos que
resucitan en cuerpos jóvenes apareciendo en Jerusalén,
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de la tribu de Judá; porque es la misma persona, el mismo
Ángel del Pacto, el mismo Cristo. Él es el Cordero de Dios
que quitó el pecado del mundo, y Él es el León de la tribu de
Judá.
Estamos muy cerca a que se complete la Iglesia del Señor
Jesucristo. Estamos muy cerca a que entre hasta el último
escrito en el Cielo en el Libro de la Vida del Cordero, y
cuando eso ocurra, ahí el tiempo ya no será más, el tiempo de
Redención y para Redención, para Salvación, terminará, y
entonces corresponde a la Obra de Reclamo donde ocurrirán
muchos eventos proféticos que hemos leído en la Biblia y que
hemos escuchado en y a través de diferentes predicadores.
Estamos en el tiempo más glorioso del Cristianismo.
Estamos en el tiempo más glorioso para la Iglesia del Señor
Jesucristo, por lo cual aprovechemos bien el tiempo trabajando
en la Obra del Señor, trabajando en todo aquello que está
prometido que será hecho en medio de la Iglesia del Señor
Jesucristo, porque es por medio de Su Iglesia que el Señor
Jesucristo ha estado obrando y continuará obrando en este
tiempo final.
Cristo en Espíritu Santo en medio de Su Iglesia ha estado
cumpliendo todas las promesas que Él ha hecho, y las cosas
que están prometidas para ser cumplidas en este tiempo de
parte de Dios para Su Iglesia, las veremos en medio de la
Iglesia del Señor Jesucristo, Cristo en Espíritu Santo
cumpliéndolas para bendición de todos Sus creyentes.
Estamos deseosos de ser transformados, y yo más; cuando
estemos transformados vamos a ver todo lo que Dios tiene y
que todavía no habíamos comprendido. Cuando seamos
transformados las cosas las vamos a ver con otros ojos, ojos
transformados de un cuerpo transformado, de un cuerpo
glorificado.
O sea, que hasta la forma de pensar será cambiada, porque
la persona piensa de acuerdo al conocimiento que tiene.
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REV. WILLIAM SOTO SANTIAGO
años atrás, y pronto resucitará cada creyente en Cristo que
murió físicamente y los vivos serán transformados; el Cuerpo
Místico de Cristo es Su Iglesia; y por consiguiente su meta es
la misma de Cristo: llegará a tener cuerpos eternos y
glorificados como el cuerpo glorificado de Jesucristo nuestro
Salvador.
Ya ha tenido Su Iglesia una etapa y una trayectoria igual a
la de Cristo, y cada creyente en Cristo ha tenido una
resurrección espiritual a la Vida eterna en el Reino de Cristo.
Y Su Iglesia en este tiempo final, compuesta por los creyentes
en Cristo, tendrán una resurrección física los que murieron, y
una transformación los que estén vivos; y en lo espiritual la
Iglesia como Cuerpo Místico de creyentes en este tiempo en
el campo espiritual ha resucitado a una etapa de Vida eterna en
la Edad de Oro de la Iglesia del Señor Jesucristo, la etapa o
edad de y para adopción, para la adopción del cuerpo,
redención del cuerpo, que será nuestra glorificación.
En este cuarto seminario: “Una Obra Maestra,” hemos
estado viendo la resurrección de nuestro amado Señor
Jesucristo; este seminario para ministros de Puerto Rico y de
otros países, que la Gran Carpa-Catedral de Puerto Rico está
llevando a cabo.
Y ahora, con Cristo resucitado, el Programa de la
Redención se hizo una realidad. Todo lo que estaba en la
mente de Dios, la Redención del ser humano; por eso todavía
se predica el Evangelio de Cristo para que llegue a Cristo
hasta el último escrito en el Cielo en el Libro de la Vida del
Cordero, porque Cristo no puede salir del Trono de Intercesión
en el Cielo, donde está como Sumo Sacerdote con Su propia
Sangre, hasta que se complete Su Iglesia, hasta que redima
hasta el último escrito en el Cielo en el Libro de la Vida del
Cordero.
Y luego saldrá del Trono de Intercesión donde está como
Sumo Sacerdote y se convertirá en el Rey, en Rey, en el León
LA RESURRECCIÓN DE JESUCRISTO
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Abraham y Sara, visitando a Jerusalén nuevamente en cuerpos
físicos, y también Isaac, los patriarcas, Jacob, todas estas
personas visitando a Jerusalén.
También cuando los muertos creyentes en Cristo resuciten,
van a visitar a los creyentes que están vivos en este tiempo
final, porque sus familiares en el Reino de Dios, sus familiares
en Cristo, son los creyentes en Cristo, esos son los familiares
de la familia celestial; pero si le aparecen a algún familiar
según la carne, no hay ningún problema, van a pasar un susto
si no saben que van a venir en cuerpos jóvenes, pero ya
cuando se cumpla esa promesa los vamos a ver en cuerpos
glorificados y jóvenes.
Ahora, todo esto es porque Jesucristo, el cual murió, fue
sepultado, resucitó el primer día de la semana, domingo en la
mañana, resucitó nuestro amado Señor Jesucristo como Él
había prometido: al tercer día; viernes murió en la cruz, y ya
al morir en Espíritu pasó al infierno llevando nuestros pecados
al infierno y también llevándolos lejos, y entregándolos o
retornándolos al diablo que es el originador del pecado, y
quitando las llaves del infierno y de la muerte al diablo,
pasando luego al Paraíso o Seno de Abraham para resucitarlos
en el domingo de la resurrección, aparecer con todos ellos en
la ciudad de Jerusalén.
Cristo tenía que resucitar domingo, ¿y por qué domingo?
Porque ese es el tiempo correspondiente para la resurrección,
el domingo representa eternidad, el domingo es el primer día
de una nueva semana, se regresa al principio y se regresa a un
tiempo de comienzo para un nuevo tiempo divino, para un
nuevo Programa Divino, para una nueva dispensación.
Por eso es que los creyentes en Cristo del tiempo de los
apóstoles los sábados iban a la sinagoga, o al templo los que
estaban en Jerusalén, para hablar de Cristo, predicar a Cristo,
pero el domingo se reunían en el culto ellos, porque domingo
fue el día que Jesucristo resucitó y fue el día primero que le
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REV. WILLIAM SOTO SANTIAGO
aparece a Sus discípulos ya resucitado y glorificado.
Domingo, como les dije, representa la eternidad, y en la
Iglesia del Señor Jesucristo, la cual nace de Cristo por medio
del Espíritu Santo la vida que está en Cristo, Cristo regresaría
nuevamente como Él prometió, Él dice que no nos dejará
huérfanos sino que vendrá a nosotros, Él dice: “Yo estaré con
vosotros todos los días, hasta el fin del mundo.” No estaría con
Su cuerpo físico glorificado, sino en Espíritu Santo, que es el
Ángel del Pacto.
Y ahora, el Cristianismo está fundado sobre la revelación de
Jesucristo, de quién es Jesucristo, y Su resurrección, porque si
Cristo no resucitaba, todo estaría perdido. Cristo tenía, no
solamente que morir y ser sepultado, sino resucitar también, y
Él prometió resucitar al tercer día, las palabras que Él dice
frente al templo a los judíos, dice: “Destruyan este templo (y
ellos pensaban que estaba hablando del templo de piedra, pero
estaba hablando del templo de Su cuerpo, en San Juan,
capítulo 2, verso 19 en adelante)”
Recuerden que la persona es un templo, tiene atrio que es
el cuerpo, tiene lugar santo que es el espíritu de la persona, y
tiene Lugar Santísimo que es su alma, y cuando Él habla esas
palabras pensaban que estaba hablando del templo de piedras,
pero estaba hablando de Su cuerpo físico que tenía que ser
sacrificado para pagar el precio de la Redención.
Cuando resucitó Cristo, entonces entendieron, dice:
“Destruyan este templo, y en tres días Yo lo levantaré,” o sea,
lo resucitará; al tercer día, murió viernes en la tarde, luego...
es el viernes el primer día, sábado el segundo día, y domingo
en la mañana ya se está en el tercer día. Al tercer día Cristo
tenía que resucitar, y Él lo sabía, Él conocía el plan divino, Él
conocía el Programa para la Redención del ser humano.
Los discípulos, aunque llevaban unos tres años y medio con
Él bajo el ministerio mesiánico, no entendían, y para que
ustedes puedan comprender lo que ellos entendían acerca de
LA RESURRECCIÓN DE JESUCRISTO
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mas los que hicieron lo malo, a resurrección de
condenación.”
Es Cristo, el Ángel del Pacto, el que con Su Voz resucitará
a todos los creyentes en Él que le habían recibido como único
y suficiente Salvador, esos son los que resucitarán en la
primera resurrección, que es para Vida eterna, en cuerpos
eternos y glorificados, y entonces la obra maestra de Cristo,
así como la obra maestra de Dios se coronó en la persona de
Cristo, y Jesucristo es la obra maestra de Dios y resucitó a
Vida eterna; y la obra maestra de Cristo es Su Iglesia, y Su
Iglesia en este tiempo final será coronada con la Vida eterna
física en cuerpos físicos, glorificados, y eternos, igual al
cuerpo glorificado de Jesucristo nuestro Salvador.
Por lo tanto, la obra maestra de Cristo, que es Su Iglesia, se
encuentra en el tiempo más glorioso de todos los tiempos. Ha
estado haciendo una obra que le ordenó Cristo que hiciera,
desde el tiempo de Cristo recibió la orden, y el Día de
Pentecostés comenzó a predicar el Evangelio de la Gracia para
la salvación y Vida eterna de todos los que recibirían a Cristo
como único y suficiente Salvador, esa es una obra maestra que
Cristo ordenó que se hiciera, que la hiciera la Iglesia Suya a
través de todo el tiempo, porque esa es la forma en que
escuchan la Voz de Cristo las personas, Cristo por medio de
Su Espíritu en Su Iglesia hablando y llamando Sus ovejas de
edad en edad.
Porque la Voz de Cristo por medio del Espíritu Santo ha
estado todo el tiempo en Su Iglesia, por eso “el que tiene oído,
oiga (¿qué?) lo que el Espíritu y la Esposa dicen,” lo que
Cristo en Espíritu Santo, y Su Iglesia, que es Su Esposa,
hablan, porque Su Iglesia por medio del Espíritu Santo
manifestado a través de sus diferentes mensajeros, habla el
Evangelio a la humanidad ofreciéndole el agua de la Vida
eterna.
Y ahora, Cristo ha resucitado de entre los muertos dos mil
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REV. WILLIAM SOTO SANTIAGO
Porque el Padre ama al Hijo, y le muestra todas las cosas
que él hace; y mayores obras que estas le mostrará, de modo
que vosotros os maravilléis.
Porque como el Padre levanta a los muertos, y les da vida,
así también el Hijo a los que quiere da vida.
Porque el Padre a nadie juzga, sino que todo el juicio dio
al Hijo,
para que todos honren al Hijo como honran al Padre. El
que no honra al Hijo, no honra al Padre que le envió.
De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree
al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación,
mas ha pasado de muerte a vida.”
Y ahora, Cristo aquí dice que el que oye Su Palabra tiene
Vida eterna, dice que ha pasado de muerte a vida, y luego
encontramos que los discípulos murieron, cada uno en su
tiempo; murieron a la vida física temporal, pero continúan
teniendo Vida eterna en su alma y en su espíritu, y en la
resurrección tendrán la Vida eterna física también:
“De cierto, de cierto os digo: Viene la hora, y ahora es,
cuando los muertos oirán la voz del Hijo de Dios; y los que la
oyeren vivirán.”
Y ahora, a través de la predicación del Evangelio de Cristo
están oyendo la Voz del Hijo de Dios y están recibiendo la
Vida eterna todos los que reciben a Cristo como Salvador, y
los santos del Antiguo Testamento, que estaban en el paraíso,
oyeron la Voz del Hijo de Dios, de Cristo en Su cuerpo
angelical, cuando los visitó, y resucitaron.
“Porque como el Padre tiene vida en sí mismo, así también
ha dado al Hijo el tener vida en sí mismo;
y también le dio autoridad de hacer juicio, por cuanto es el
Hijo del Hombre.
No os maravilléis de esto; porque vendrá hora cuando
todos los que están en los sepulcros oirán su voz;
y los que hicieron lo bueno, saldrán a resurrección de vida;
LA RESURRECCIÓN DE JESUCRISTO
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la Primera Venida de Cristo, ellos en el tiempo en que
estuvieron con Jesús entendían menos de lo que ustedes y yo
entendemos en la actualidad. Ellos no entendían el plan, el
Programa de Salvación, de Redención, ellos pensaban que Él
iba a establecer el Reino mesiánico en esos días que estaba
con ellos, que Él se sentaría en el Trono de David y restauraría
el Reino de David. Así ellos creían en la Venida del Mesías,
la Primera Venida de Cristo, porque en las profecías bíblicas
acerca de la Venida del Mesías, en el Antiguo Testamento se
veía todo como si fuera una sola, y no entendían que la Venida
del Mesías tenía dos partes: Su primera Venida como Cordero
de Dios para quitar el pecado del mundo, y Su segunda Venida
como Rey, como León de la tribu de Judá.
Lo que corresponde a Su segunda Venida era lo que ellos
estaban esperando que el Señor hiciera, cumpliera, en aquellos
días. Pero eso corresponde a este tiempo final, esto
corresponde a este tiempo en que el Cristianismo está
esperando la Segunda Venida de Cristo.
Cristo ha resucitado de los muertos el primer día de la
semana, o sea, domingo, y la Escritura dice que resucitó para
nunca más morir, porque en el cuerpo glorificado no hay
muerte, no muere la persona. La causa de la muerte del cuerpo
humano fue el pecado allá en el Huerto del Edén, y luego toda
la descendencia de Adán y Eva podemos ver que es mortal,
por eso nace, vive un tiempo en la Tierra y muere el ser
humano.
Eso es la herencia que recibimos de Adán y Eva: vida, pero
temporal; pero es buena, porque nos da la oportunidad de
hacer contacto con la Vida eterna a través del segundo Adán
que es Jesucristo nuestro Salvador, el cual llevó nuestros
pecados en la Cruz del Calvario y luego los llevó lejos, al
infierno, la quinta dimensión, y los regresó así al diablo, que
fue el originador del pecado.
Con la resurrección de Cristo la Obra de Redención se
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REV. WILLIAM SOTO SANTIAGO
completó, y ordenó en San Lucas a los que estuvieron con Él
luego de resucitado, en donde Él estuvo por cuarenta días
apareciendo en diferentes ocasiones, digamos, no menos de
ocho ocasiones apareció a Sus discípulos y les hablaba del
Reino de Dios, les enseñaba, y les abrió el entendimiento para
que entendieran las Escrituras, las profecías que hablaban
acerca de Jesús, del Mesías, el cual ellos reconocieron y
creyeron firmemente que era Jesús.
Vean, ya resucitado, en San Lucas, capítulo 24... esos días
estaban muy asustados ellos y tenían temor reverencial por lo
que había sucedido; capítulo 24 de San Lucas, versos 36 en
adelante dice que estaban reunidos y las puertas cerradas; los
caminantes de Emaús se regresaron a Jerusalén para dar las
noticias de que les había aparecido Jesús ya resucitado. Dice...
esto fue cuando partió el pan dando gracias a Dios (los ojos les
fueron abiertos), verso 30 en adelante dice:
“Y aconteció que estando sentado con ellos a la mesa, tomó
el pan y lo bendijo, lo partió, y les dio.
Entonces les fueron abiertos los ojos, y le reconocieron;
mas él se desapareció de su vista.”
Podía aparecer y desaparecer, o sea, que el cuerpo
glorificado tiene esas cualidades, así será con los muertos en
Cristo cuando resuciten, podrán aparecer y desaparecer; y
cuando los creyentes en Cristo sean transformados podrán
aparecer y desaparecer. O sea, que ya viene todo eso en ese
cuerpo.
Es la clase de cuerpo perfecto que Cristo tiene: cuerpo
glorificado, y que yo voy a tener también, ¿y quién más? Pues
cada uno de ustedes también, no es solamente para mí, es para
todos los creyentes en Cristo la promesa de un cuerpo
glorificado, eterno, inmortal, incorruptible, igual al cuerpo
glorificado de Jesucristo nuestro Salvador:
“Y se decían el uno al otro: ¿No ardía nuestro corazón en
nosotros, mientras nos hablaba en el camino, y cuando nos
LA RESURRECCIÓN DE JESUCRISTO
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están escritos en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero,
y pronto se va a completar Su Iglesia. En este tiempo final en
la Edad de Oro de la Iglesia que corresponde a este tiempo y
que está representada en el día domingo, por eso corresponde
a la etapa número ocho en el programa de la trayectoria de la
Iglesia del Señor Jesucristo, corresponde a la etapa número
ocho de la Iglesia del Señor Jesucristo entre los gentiles, por
lo cual la Iglesia del Señor Jesucristo se encuentra también en
ese ciclo representado en el domingo, y se encuentra en el Día
Postrero, que es el séptimo milenio de Adán hacia acá o tercer
milenio de Cristo hacia acá, para la resurrección de los que
murieron creyentes en Cristo y la transformación de los vivos.
Una resurrección espiritual antecede; cada creyente en
Cristo tiene una resurrección, ha resucitado en el Reino de
Dios, resucitó de la muerte, porque en el Huerto del Edén la
raza humana perdió la Vida eterna, murió esa vida, a esa Vida
eterna, y ahora Cristo hace la resurrección espiritual cuando la
persona lo recibe como único y suficiente Salvador, es
bautizado en agua en Su Nombre y Cristo lo bautiza con
Espíritu Santo y Fuego y produce en la persona el nuevo
nacimiento, nace de nuevo, una resurrección a la Vida eterna
con Cristo en Su Reino eterno; ya tiene esa resurrección; ahora
nos falta la resurrección en el Día Postrero, la resurrección del
cuerpo para los que murieron y la transformación de los vivos.
En el campo espiritual encontramos que San Pablo dice:
“Despiértate tú que duermes, levántate de entre los muertos y
te alumbrará Cristo.” (Efesios, capítulo 5, verso 14). ¿Ven? Es
una resurrección espiritual. El mismo Cristo, hablando de la
resurrección, dice en San Juan, capítulo 5, verso 19 en
adelante dice:
“Respondió entonces Jesús, y les dijo (el verso 19 en
adelante): De cierto, de cierto os digo: No puede el Hijo hacer
nada por sí mismo, sino lo que ve hacer al Padre; porque todo
lo que el Padre hace, también lo hace el Hijo igualmente.
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REV. WILLIAM SOTO SANTIAGO
Cuando todos estemos transformados no tendremos que
pagar vuelos aéreos, no tendremos ningún tipo de problemas.
Si queremos estar, si deseamos estar en un lugar todos juntos,
podremos estar; en cuanto a la cantidad, no importa; y como
en el cuerpo glorificado se puede comer, pero también se
puede estar sin comer, así que no se preocupen por el gasto
después que seamos transformados.
Es importante saber estas cosas para saber también algo por
adelantado de lo que nos espera de parte de Dios, de lo que Él
ha prometido para todos los creyentes en Cristo, el cual
resucitó; por lo tanto, también van a resucitar todos los
creyentes en Cristo, y los que están vivos, pues serán
transformados, porque todos vamos a tener cuerpos eternos,
cuerpos glorificados. Por eso y para eso es que estamos
esperando la Venida del Señor, cosas que fueron dichas por
San Pablo también, en Filipenses, capítulo 3, verso 20 al 21,
donde dice:
“Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde
también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo;
el cual transformará el cuerpo de la humillación nuestra,
para que sea semejante al cuerpo de la gloria suya, por el
poder con el cual puede también sujetar a sí mismo todas las
cosas.”
Así que Él tiene el poder con el cual va a transformar
nuestros cuerpos, y mi oración es que sea pronto, lo más
pronto posible. Mientras más pronto, mucho mejor, o sea, nos
economizamos problemas, y está muy cerca el cumplimiento
de esa promesa. Todo Dios lo está preparando para cumplir
esas grandes promesas que corresponden a este tiempo final
para la Iglesia del Señor Jesucristo.
El Cristo resucitado lleva unos dos mil años o dos mil años
y algo en el Cielo, haciendo intercesión con Su propia Sangre
como Sumo Sacerdote del Templo celestial, por todos aquellos
que lo reciben como único y suficiente Salvador, los cuales
LA RESURRECCIÓN DE JESUCRISTO
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abría las Escrituras?
Y levantándose en la misma hora, volvieron a Jerusalén, y
hallaron a los once reunidos, y a los que estaban con ellos,
que decían: Ha resucitado el Señor verdaderamente, y ha
aparecido a Simón.
Entonces ellos contaban las cosas que les habían
acontecido en el camino, y cómo le habían reconocido al
partir el pan.”
De seguro lo hizo en la misma forma que lo hacía en otras
ocasiones cuando había estado con ellos por tres años y medio:
“Mientras ellos aún hablaban de estas cosas, Jesús se puso
en medio de ellos, y les dijo: Paz a vosotros.”
Vean, les apareció ¿cuándo? Cuando estaban hablando de
Él; así será en la Venida del Señor y así será con los muertos
en Cristo cuando resuciten: van a estar hablando de Cristo, de
la Venida del Señor, y van a estar hablando de los muertos en
Cristo que resucitarán:
“Entonces, espantados y atemorizados, pensaban que veían
espíritu.”
Porque un espíritu es un cuerpo de otra dimensión. También
en la tempestad, cuando Él estuvo con ellos en Su ministerio
terrenal y caminó sobre las aguas, pensaban que estaban
viendo ¿qué? un espíritu:
“Pero él les dijo: ¿Por qué estáis turbados, y vienen a
vuestro corazón estos pensamientos?
Mirad mis manos y mis pies, que yo mismo soy; palpad, y
ved; porque un espíritu no tiene carne ni huesos, como veis
que yo tengo.”
Aquí nos está describiendo cómo es un espíritu, un cuerpo
espiritual angelical, un cuerpo teofánico, y cómo es un cuerpo
glorificado, ahí tenemos la descripción, el cuerpo espiritual o
el espíritu, que es un cuerpo de otra dimensión, no tiene carne
ni tiene huesos, y el cuerpo glorificado sí tiene carne y tiene
huesos, pero glorificado, un cuerpo perfecto que nunca se
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REV. WILLIAM SOTO SANTIAGO
pondrá viejo, que nunca se enfermará, que nunca morirá, joven
para toda la eternidad.
Eso será así para todos los creyentes en Cristo porque
encontraron ¿qué? la Fuente de la Juventud, a Jesucristo
resucitado; por eso San Pablo decía: “Si a Cristo conocimos
según la carne, ya no,” ¿por qué? Porque ya resucitó, está
glorificado, y en Espíritu Santo en medio de Su Iglesia lo
conocemos como el Ángel del Pacto, nuestro amado Señor
Jesucristo. Él es el mismo ayer, hoy y siempre, el mismo
Ángel del Pacto que se veló a través de los profetas y cumplió
la parte de Su Palabra prometida para cada tiempo en que
envió esos profetas, y profetizó a través de esos hombres de
Dios de cosas que vendrían más adelante.
Porque el profeta en realidad es el Ángel del Pacto, el
Espíritu Santo, y a los que ha usado para profetizar a través de
ellos, han sido llamados: profetas, hombres con las dos
conciencias juntas, para oír de Dios y ver lo que deben ver y
hablar lo que deben hablar, porque Dios coloca en Su corazón
y en su boca lo que deben hablar, y eso viene a ser la Palabra
de Dios para el tiempo en que es hablada, y sigue siendo la
Palabra de Dios para todos los tiempos. Y ahora, continuando
dice:
“Y diciendo esto, les mostró las manos y los pies.
Y como todavía ellos, de gozo, no lo creían...”
Ahora vean, hay algunas ocasiones en que estamos
esperando algo grande, y cuando sucede, decimos: “No lo
puedo creer,” no es que no crea, “no puedo creer que tengo, he
recibido lo que fue prometido o lo que estaba buscando, no lo
puedo creer,” pero lo está viendo y lo está recibiendo.
Es igual que cuando se gradúa un joven de la universidad
en aquello que él anhelaba obtener ese título, cuando recibe el
título, dice: “No lo puedo creer, he logrado lo que yo quería,”
pero no quiere decir que no cree que es una realidad, sino que
de gozo dice: “No lo puedo creer.”
LA RESURRECCIÓN DE JESUCRISTO
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“Y como todavía ellos, de gozo, no lo creían, y estaban
maravillados, les dijo: ¿Tenéis aquí algo de comer?
Entonces le dieron parte de un pez asado, y un panal de
miel (como eran pescadores la mayoría de ellos, pues estaban
acostumbrados a comer pescado casi siempre cuando estaban
por ahí por Galilea, ¿y qué hizo Jesús?).
Y él lo tomó, y comió delante de ellos.
Y les dijo: Estas son las palabras que os hablé, estando aún
con vosotros...”
Ahora, comió delante de ellos, recuerden que los santos, los
creyentes en Cristo que murieron físicamente, cuando
resuciten en cuerpos glorificados, sepan que pueden comer;
por lo tanto, no vamos a esperar que nos pregunten: “¿Tienen
algo de comer?” como preguntó Jesús a Sus discípulos, ya
sabemos que pueden comer en el cuerpo glorificado, Jesús lo
mostró, lo probó.
Y ya los que están en el paraíso tenemos las noticias que al
reverendo William Branham, cuando estuvo en el Paraíso,
antes de su partida final al Paraíso, los que estaban allá le
dijeron que iban a regresar a la Tierra en la resurrección:
“Entonces tomaremos cuerpos y entonces podremos comer (le
dijeron) porque acá (o sea, estando en sus cuerpos angelicales
o espirituales, dicen), acá ni comemos, ni trabajamos ni
dormimos.”
O sea, que están descansando de las labores terrenales que
llevaban a cabo en el cuerpo físico, porque en el cuerpo
espiritual no se llevan a cabo esas labores aquí en la Tierra.
Pero cuando regresen, van a querer trabajar también, y
probablemente podrán tener la oportunidad de ayudar a los
escogidos de este tiempo final que serán transformados
también. Así que no sabemos cómo va a ser ahí en ese tiempo,
pero se va a estar hablando de la Palabra de Dios, porque
Cristo ya resucitado estuvo hablándoles la Palabra,
hablándoles del Reino de Dios.
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