El antropófago : atrocidades de un monstruo

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EL ·'AN,TR.flP()]? A.flU. '3
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ATROrHD.ADES I)E UI\[ MONSTRUOt
POR
1)OG01'A.
PROSA DE LA PROSA.
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L08
INGURABLE8.
lNTRODDCCION.
----41-'-"'---
Las leyes de las doce tablas castigaban con pena de muerte
~l actor de un libelo infamatorio, i aun a los que lo hubiesen leido.
,Segun me acuerdo, la dije otra vez j pero no es malo decirlo por
segunda, i hasta por tercera, en siendo necesario, como ya oLserun filósofo. LOB hombres superiores. esos en quienes el alma,
¡c!! llama celestial que les impele de continuo hácia la mansion de la.
luz infinita, suelen tener en poco las maldades de sus enemigos;·
i sin verles ni oirles siguen BU camino adelaute, teniéndose por
ausentes cuando Sel les injuria; por diferentes de ellos mismos Cuando se les calumnia.
Eso han dicho de mi ? pues ese no soi yó,
responden los filósofos, s\ verse retratados con toques ajenos a BU
persona.
Si todos fuésemos capaccs de esta elevacíon de elSpiritu,
el mundo estaria lleno de grandeza, j poco habrian de medrar los
perseguidores de las virtudes i el injenio. Por desgracia Sócrates
i ¡"enelon, se ven al traves de veinte siglos, i la muchedumbre de
los hombres se pleitean los crímenes i las iniquidades como la
herencia. del jénero humano.
El dolor de la víctima es el gozo
del verdugo:
si no consintiésemos
en sentido a los flechazos de
nueBtros malhechores, estos se verian desarmados, i por ventura
seguirían profesion ménos infame.
El mal está en que el corazon
se ajita, se encrespa. la sangre, la quimera da al traves con la serenidad del alma. Hacer cara al enemigo injusto i rujn, i trabar con
él dura contienda de palabras mal sonantes, es darle la victoria.
El que riñe con un infame está peràido; i el que se arriesga con un
'tonto no acredita su cordura. No obstante, la. flaqueza humana, es
yugo al cual hemos de agachar la cerviz mal que nos pese, i cuando la razon i la necesidad ayudan a la inclinacion, por fuerte que
sea. el hombre ha de ser flaco; por grande que descuello sobre los
otros, ha de ser pequef'ío el rato de la venganza .
.Mas dando quo no sea esta pasion la que le mueve la pluma,
Ii ,u.e en Jas esprcsion~s de su resentimiento salg~n envueltas. las
;maxlmas de la moral I las verdades de]a filosofla, el que reprima
!a un desaforado hará un bien a la sociedad humana, i el que castiIgue a un delincuente obrará por la justicia. ¿ Acaso todo ha de ser
!acometer unos i dejarse matar otros j vocear, mentir, calumniar
lesto~; callar, padecer i sufrir esos? Pues no Bornas santos o fi16)80fos, ni obraríamos
como buenos en dejar gozar la tierra. por
las pestilencias que echan de sí los corrompidos.
Ahora no hai
Vírjilíos Marones, pero la casta de Mevio i Bavio es numerosa:
conviene impedir que esta dinastía funesta suba al trono.
Todo
.ombre de bien tiene obligaciones para oon la moral: todo filósofo
¡vó
para con la verdad.
Hai grandeza en Sócrates cuando asiste al
-6teatro a oir las diatribas tle Arist6fanes cuntrllo él, i las esr.;.chs.
con ater.cion i seremnidad imperturbables. Pero l\1árco 'fulio no~
ha dado por otra parte ejemplo de justicia i severidad en !·us ,:/J.
tilinarias, i alauna vez podriamos acaso imitar a este varon 'lscla.
recido.
o
En los tiempos modernos ha descollado un injellio del. todo
escepcional, naturaleza delicada que parece no haber recibi,:,) de
la humana sino la esquisito del mundo; aquello que tcnerr.·; de
comun con el ánjel, i ninguna de esas horribles calidades ql., no,~
vuelven hijos del demonio.
Ese hombre raro es el poeta LaI :11tlne : eaueza sin nubes, pecho sin sombras, corazon sin hie!."': 11~
ha tenido Illas enemigos, porque nadie ha sido mas complc;io ;!a
nadie se ha calumniado mas~ porque nadie ha sido mas bueno I pUo
ro; de nadie se ha hecho tanta fisga, porque nadie fué mas r: :\ve,
sencillo, injénuo, por la intelijencia, ente casi divino; por 1;, ~\.m·
sibilidad, tierna i delicada mujer; por la bondad, santo; Pl'! la
jenerosidad, héroe magnánimo. Fué rico i todo lo dió; fué p-oher.2
nante, i todo lo perùonó : sus enemigos no cedieron; únteo a '\.ec01
le silencioso a la sombra de la desgracia, le acometieron con fUr]" :
redoblada;
i en vano ha mnerto, porque para los efecto:> de 1.1 el\, .
vidia i la difamacion por vivo le tienen. Cuando le acusaball
..
rapacidad, ¿ no habrá tambien estafado Lamartine? Meviu i Pavid
tienen el usufructo de su tumba, i se hartan de los manjares de la
infamia.
Murió el cisne del Sena: su alma, destello de luz in-Ilor"'
tal, fué reabsorbida por su foco divino c incorporada
en el glan
todo de la luz eterna. 1 los hombres sus semejantes, esos a quwneg
nunca hizo mal, le ofenden i ultrajan todavía; pero él ya ni, le.
oye: la eternidad es inllensible a las cosas del mundo; la etern :dad
es una reparacion, porque en ella se goza la gloria del olvido.
El pacta respondia a las injurias i calumnias do StlS det. sctores, pero respondia de este modo: "Apura
la capa de la ,,:1': lf ,
gura, mas ni un recuerdo me queda de ella, porque mi alm" el(
fuego que qnema i anonada la que sobre ella se echa par:\ •..m- I
pafiarla. "
.
iQuién fuera como ese hombre!
.(
Lord Byron fué tambien un ánjel, el ánjel de la indígnacl\.ll1, j
la ira santa; ânjel del esterminio, cuya espada encendida resp\an:1
deciendo sobre sus enemigos les condenaua vivos a las llamas, :.
les quemaba i oonsumia oon su fuego. ¿ De qué no fué acusado'
este hombre superior?
De incesto, de crápula, de gustar de san·
gre humana, como el verdugo; de impiedad,orgul/o.
soberbio. . de
bajeza, vileza, humillacion, cuando le convenía;
de ferocidad, i
Gtrali míl horribles
cosas, sin
'lile
!le le perdonasen la envidia Ii;
.'¡
-7Iegoisl11o. El poeta no habia hecho nada de lo que se le imputaba:
~i era la que se le llamaba; ántes bien una naturaleza
exhuberante
compuesta de los mas tiernos afectos i las mas sublimes pasione!.',
puya vida estaba llena de hechos jenerosos.
¿ Qué fuera ae ciertos
hombres, si el concepto de sus semejantes acerca de ellos en la voperia de inícuos tcjedores de mentiras descansara,
de esos que papen la falsedad al servicio de la venganza?
Por dicha hai un tribunal superior;
el tribunal de la conciencia pública, que condena
la calumnia i corona la verdad, llrrancándola
de las garras de la
~Dvidja. Esto sucede tarde muchas veces; otras, la muerte
toma
lo su cargo el restaulecerlo ; pero como los hombres superiores saben que han nacido para padecer. sufrir i callar, padecen, sufren i
~allan, segun el cùnsejú de lûs ¡"ejicano8 a los que salialJ a la luz
Bel diR : " Niño has venido al mundo para padecer:
padece, sufre i
/:alla." Otros hai que padecen i sufren, pero hablan: el sufrimiento
no está reñido con la palabra, i ta nta paciencia
se puede mostrar
hablando como callando. Admiran
cierto esos hombres mansos i
benignos, que con larga mirada "en la reparacion
de sus males j
~ravios
al otro Jada del mundo, i se quedan a la justicia de la cler·
Idad ; empero no sail culpables los que en su propia defensa ilus-~j'in a sus semejantes,
i hallan oeasion de propagar
los sanos
principios
i encender
los nobles cfectos,
al tiempo mismo que
echan del templo de la pureza a los traficantes de ini(}uidad con el
terrible
azote de Jesucristo.
Han puiJlicado contra mí un libelo infamaturio mis pel'seguidores:
pues no quiero que esta sea cosa puramente
mia, porque
las concernieutes
a los individuos poco interesan a la mayor parte,
!ino es excelso el homurc a quir.n se acomete, o ilustre la victima
que se defiende.
Así, en descuento
del yo tan mal acomodado
en
boca de la modestia, haré porque el lector Iialle en mi escrito algo
de pe~tenecien te a todos, i me perdone la personal en consideracion
a las Ideas i principio:> jenerales, trlls los cuaies desapareceré .. a
menudo, envolviéndome
en los holgados pliegues de la filosolla.
Desgrrlc::l es tener enemigos;
paro aun 110 tan malo si estos
son de los buenos: entre hombres Je espíritu elevado ¡sano co •.aEOn ni la enemistad
deja de enseiiar
algo, porque ell()~ de todo ha·
c~n U}l aprendizaje,
i al paso que enseiinn~ cojen el fruto de la sa·
blduna
hast;¡ del árbol del auorrecirniento.
Un enemigo estim¡¡ulc
e~ tan Útil como un buen al~igo : sin'c de estimulo,
impulsa e~ la
na de los hechos jenerosos
con:a noble t'1ll1l1açlÙl1l1ue de::;¡m:Jta
~n
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1
)
,Jr.
~'!I" contrar:Q:
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I C(tf'l(}
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!}~('re(:r
!1t1(~:;trfJ
e~tiJ)):,;
1!1
-~cha se está que jamas nos embiste con armas prohibidas, ántes S.l
cando el pecho afuera, con la espada de oro que usa la honra,Tlr
enemigo grande es título de honor para el que la tiene, i el mere
cer su 0010 constituye la gloria del que le ha dado motivos de ojeri.
za, viniendo
como a defraudade
de una alta nombradía.
Piens(.
que enemistad
no cabe sino entre personas iguales, o que pór le
ménos tiran a competir
i rivalizar
entre ellos: el hombre superi,9t
no reconoce
encmigos en la canalla
que le acosa, sino tan :;ola·
mente aborrecedores,
perseguidores;
a enemigos,
en el sc'! d"
que los bandoleros Jo son de la sociedad humana, la víbora d\3 lo,
hombres.
Dichosos los que tienen enemigos, desgraciarlns lo"
no los tienen!
l)obre nacion. donde !la hai sino felicidad, e
maba en el imperio de Austri~ ~na ínclita viajera. * Así h
radojas que son absurdos
para los que no alcanzan su senti
cUJa profundidad
resplandece
la lumbre de la filosoCia. El i
el mendigo, el inepto, el pobre hombre no tienen enemigos
graciado del que no los tenga!
Cuando un furioso sobrevient
contra alguno, este no se pierde en el suelo. El viento se en
za en el cedro del Libano,
se aferra sobre él, lo bate en espa
aullido: la verdolaga queda ilesa, i se arrastra sin obstáculd~
la tierra. Lo terrible es cosa terrible, i tan la prefiero a lo ruin
no me hn parecido mal el yerme pintado
como un Satanás
briento de soplicios, frecuentando
las sombras j revolviendo
e'
entrllña91as atroces pasiones del príncipe de las tinieblas;
e\ v
dj~o, pintado de este modo en el libelo infamatorio
de los que
he de nombrar miéntras no me huga pequeñito, por mucho qu~ ....
sean vicepresidentes,
ministros,
senadores,
jenerales
¡p'
.
Esos han publicarlo contra mí un libelo? l\Jevio yo no soi,
jilio; Bavio, yo no soi el cisne de l\Iántua ; ¿ por qué a mí ese lo
Buenos cristianos, augustos
ciudadanos,
hombres de pro do
de ser los flue publican cosas tales, flue al fin ùe la lectura
no
bueno ni malo que no esclarnc : Infame ! Yo escribí mi opú.
titulado l' Fortuna i lelicidad,"
i su objeto rué la política. su P-S lo
el de la sana razon, su lenguaje el de la cultura.
Vicepresidf.'.J} ~~
ministros, senadores,
,ienerales i poetas, gavilla condecorada,
tl)da~
vía temieron, estuvieron solos; ¿ cÓmo dar la c:ua al mon~t,·tLO 1
No eran sino diez contra uno. l'asquil!o publica sus pensamien~p!!
estampÚndolos
a media noche en las paredes de Hom¡¡, i por ~¡j es
ilustre;
pero cuando cae en poder de un .1 ue? acend rallo, le cortan manos ~ lengua: lean mera, guárdate de uar en la:; de Sixt"' "9"
El que se SIente fuerte en la verdad,batalla
con l2.s armas del hl '1M,
Buen soldado combate al raso: seámos como A lflialldrn. no (.'~u,t
\(-1)1'"
1;\
\ ictori:¡
,
•.
...• ,
ATROCIDADES
DE
UN MONSTRUO.
---+----
CAPITULO
JIlL
l.
8.\lIlBB!.
El hambre es cosa respetable en todo caso, sagrada muchas OC4siones, santa alguna vez. No se alegran de la que aflije II sus semejante~ sino los perversos, ni hacen fisga de ella sino los impíos. En
~iclI'¡o efta:to de la disipacion, todllvía no es reprensible el hambre,
esta trislc au~encia de todo bien; la seràn sus causas, si !Ion los vicios.
El pró.ligo, el bebedor, el tahur que dan en ella con motivo de la prodigalidad, la embriagucz i el juego, seràn reprensibles de su estado;
pero su hambre es un hecho tan triste como positivo, que respetan
; todos, si bicn mui pocos lo remedian. Las bendiciones de Dios DO
-caen sino sobre los escojidos, i solo estos cumplen con sus preceptos,
d,ndo de comcr al hambriento i de beber al sediento. Los descendientes de la raza maldita le quitan la oveja al pobre, léjos de ofrecerle un pan, i se rien de la desnudez de sus hermanos, mayormente
si ellos fueron hambrientos i desnudos.
"Venid, oh los benditos de mi padre, a poseer el reino que os ha
sido prometido desde el principio del mundo:
tuve hambre, i vosotros me disteis de c"mer; tuve sed, i me di~teis de beber; me vi sin
casa, i me recojisteis en la vuestra; desnudo i me vestisteis; enfermo,
i me vi!'oitasteis: hallàndome preso, fuisteis a verme tras la reja i a
pregunlarme lo que necesitaba. Entónces los justos le responderán:
Señor, .: cuándo hemos hecho por vos lodo eso quc decis 7 1 el H ¡jo de
Dios replicará: En verdad os digo, cuantas veces hubiereis ejecutado
un aelo de esos con el mas humilde de mis hermanos, la caridad yo
la recibo."
Los impios sabemos estas cosas, i con ellas nos consolamos en
nueslras tribulaciones, sin dejar de socorrer al Hijo de Dio~ en sus
hermanos pequeilUelos. El hambre es el deudo que une a lo~ dos
tercios ùe jéuero humano; i la caridad de \Jnos a otros el reconocimieuto de ese parentesco:
la verdadera caridad se ejercita entre los
pobres, porque solu ellos dan de corazon, sin envenenar el pan con la
ofensa ni el orgullo: los ricos darán tal vez, pero no dan a Dios sino
,al demonio, que es quien recibe, agradecientlo la soberbia mas que
el dou. 1Jesus mirando al rededor, dijo a sus Jiscipulos ; "Cuàn dificil cs que los que poseen riqnezas eutren en el reino de los cielos."
2
-10 (;n dia 110 me IHlbia qucdado par todo candal !lino un r•.iloca eu
~I bolsillo, i ~c lo (Ii a ulla muchachita,
ponllle to(los c,;laulOS obli¡;a
dos a dar de comcr al h:lIUUrienlo.
~o se lu habia de dar? l'l'ah
atilda la cilheza;
Cil sus /asg:lllos ojo,; brillaba
ci IHlmh/c,
pncs, ti
hambre tienc lamhicn su re~plalldor: la lllz "illiestra COlique la 1\1lIerl,'
se alumlna para llegar. Su t'ara era llll1l elejia:
chllpada,; la- nlcjillas.
p:ilidos lo~ ]¡Iuios, punjlle
la s,\llgre se rell'ae (le los (]Ile 110 comen'
andrajo,o
ci \csLÏ(lo, el pi~ (\cslludo.
Se IllC lIe~Ù, ¡nie nlil'¡', i m'>
e"teudiù
la lIlanceita:
110 l., hahia de dar Illi franco?
Al 011'0 (Ii:
taillé ulla taza de leche, i \0 p:lsè COIIIClllo; allercl'''
dia lonn; 1111:,
laza de IClhe, i lo pa,.é trisle. 1 clI:ln(!o el sol se pallia, cuando SlIullilI!oS rayos Jorahall h~ 1"Ï1Ilasde \(b àrho1l's Ilcl ('ampo de 'bric, ¡
la colina de 'lcudon
l',taha I"{·,;plandceie,:do Cil ci IUlIliuoso \,al)l)1' de
la tarde, baje pOI' d T •.ocadel'o, i pue,,16 dp cndos Cil el h, 01',11 dd
pllclJle de Ail,a, IllC estù\c \iell·lo alul elllllhio
SCII:l
Juh es la (••tatl/a de oro labrw{a l'or Dias a la l,a •.iellria, i e,a estatua
la cfijic (PIC llcbcllloS .,dor;' •. pobrl's i riros. En la padcrH'i.l
'c enciena la divinidad,
i en ci \¡¡lInbre hui t:lmhiclI algo de ,I¡"inl' ; supuesto que es la lwi\aeiol\
de todps los biellcs (le
til'rra, {'Il cuyo
dcsapropio sc b"lIau las ,,¡l[udl's. Crisli'lI'os.
no os riais del hambrc
de 'l1esl,'os s~mcj3ntc.;:
J('sucristo 31l1laha cn pos dI' ella pala l'l'Illedinr\a.
Calùlieos,
110 csc.ll"IlCzcais a lo,; lierl'jes desllllllos,
pO"l(lIC d
Señor, I¡'jos de \'ilipelltli¡~I·lus, "?antla qllc ~.i.lclle~nos dos ~úllicas
dcmos la una al (lobrr. Slll an'l'Igll:l1' ~11•.eltJIOIl 111SllS I'eC¡¡(iO,';.
":Aho"a ~i d h"'!lhr!: cs dl~l'tO (lc culpo,
¡¡.icllas o de ,,¡rludes
propias ¿ dÚlIde d ri"o" t(,ll clla? ¿ dÚlll!t- la in¡sjou a que se \,r('~la!
Si
necesidadcs
¡'adez!'o lqu8 narlic lo sallt,) "S por'lllC me hall dcslerrado,
me b¡¡u <¡uilado :'alri:., 1':'';.1, ('amili", !caio: si lile hall desterrado,
C~·
porque no he ljlwrido SCI' (\e los {Ipl'l:sure, ; si 110 101' querido ~er de 1011>
op/l'sore<, e~ porqtlc be [orlll'll10 mi ,.1m" ('Il los "anos princil'io!ó dI'_
la lilo"olÏa: hl' Cllltindo
mi lllo,:c_ta iJlI,'Jijt.:Jlcia COli el t'''!lIdio de 105
mejol"l:' lib •.os, ill\'idicnd"
cu <:lIJl" todo e1lit.:mpo que los clnna:; em.
pleah,ltl ('Il hal'c •..•c a biene . ; ('t.: ji'rfllll;l.
Qui' proporcÎolI
¡;Unlll.l c~
SCl"
lllelldi¡.:.o, IJalllhricoln,
c1t"Jllldo, i el ;1I1clar i,.l"ali;',aU1t.: a ('aza de
(lillero ? 1 de ludo e"Lu .e ml' ;:nlS:! alllli,'Il'{) liflll¡'O. ¿Sui por ,'cntura
l\ll ILlrp<l¡,:,oll Ylie socaliÎl~ I'~ra flllnrar?
"icil's l/O 11)(' nd'<lcall,
ni
Cra po~iulc:
pillo, larlrou, e"lafallor, 1I1:1Ia,:01', ul\idiu"o,
c;,J(lIl1l\ial\'
le, i, [OZ, lodu: pero t;dlUl·. borracho IIi mll.iel'Íe¡:;u 110 IIIC bail dicho;
benditos seall mis cllellligos!
¿ <Jut: bn:;o dt'l dillt~ro quc c"IOI,iono
il
todo el mUllllo, (lllcslo (lile os I'cis de mi halllbrc?
Abre, 5rilol',
¡OS ojo .•
a ".,tvs mi '(I'lIble,l, rara 'i/u UO/l ¡(ollde cstlin;
tibrtl~,' 10,< njo .•, q{/r t'~an
.1on,/( ,,"1,'11, i t¡mlblen de tll jllsticia.
l" JI Ii ia "ino lIlI hombre a pagarmc lin servicio de CW5 YlIC, !Ii nr.
se los bace por pura \ollJlIl:ld, ,.011 ~ervicii\." que 1\0 COll\'it'nCII " cicr-~
los lill ;lctel es: ¿ por dÚllde rod6 ci d('"dicha,lo 1011 Sil l>ol~a rie dinem? FI peda7.o de pail quc ~c rome COll bO:"':1 i l'Il !);¡cie:lcÍ:¡ lIuire el
o
1;
If ..
-11~~p¡ritu i mantiene
sallo el clIerpo ; i de aquí re,mlta el !Ser mas ¡,alud:,¡ble (llIC la mesa e~'luisita a ClIJO frente eslà sentada la deshonra.
El te.nOI' ,le ell,1 es tan salfto como el de Dio, ; i los que la temen son
mui solldos, no asisle'\ a los ballllueles del demonio:
el alma
pnra
~e festeja a sus solas, tomando
clin n}<lIlOS limpias la limosna de la
J·ro\'Ít.lt~ncia, Los pajaritos en los ,¡l'baies, las hormigas
en la tierrll,
todo, hallan el sustcnto:
al homure
que no se cOlldcna en las nql\ezas del mnllllo le Ihman melllligo i le escarnecen
sus hermallos.
Como esos lwi (lue no poseen hier,cs de fortuna;
mas sí la probidad,
la
honra, LI "er;;üenza
resuellan en 5\\ pecho con un rctintin
mas 50llante
i dclicallo qlle el del oro;
cso" son IlIs ricos. El miIlolI:\rio e~
tlll mendi!-;o, si sUs eall'lalcs no son empleallos
como los de reabody,
el santo i'eablllly: el haeel\.la:lo es inllijellle, ~iSllg h3hel'e~ \lO fomentan la.; virluries, nn Sinllllll'an e1llgrarlecilllicl\to,
!lO alivian lus dolùres, \10 acal!alt Ill' ayes de la; Ilesgraci:Hlos,
Oplllentos que no prevalecen sino por la "a\lillall i la soberbia,
magn,ltes
que Liencn a su
cargo cI SI:1I:\1;11'b po!Jl'ez;1 Ile lus dcmas i reirse de clla, ¿ qué son
SiDO la lepra del jé!lcro humano?
Los impulsus dc mi IInlllraleza hall si,lo sicmpn·, 1\0 h,ieía 1.:1]>ru\'ecllllso ,i!lo Ideia lu bueno; 110 hácia lo b.'illanle sinl) hùcia lu di:;no,
Cuanl\(, pude ser de los "ictoriosos al mosll':lI'lllC Cil el mUIIJo,
quise
lIel' de los vcncidos;
i solo, sin mellios, sin apoyo he IlIlcslo el pecho
a la uOITasea, pUl' call"as gra!ldcs como la redcllcion iel arlelanto
de
la patria,
.Juslo es lllle yo mllCl'a en el .Ieslicrro i que mis compatriotas Sl'an Ills verclLl"os, ¿ l'ara 'lul\ quicren ello, un homllJ'e de bien
que "!ILle reïlÍ,lo con ~us i"elillaciolles
i costumbres?
Crucifige el/Ill.
La cau"a d~ IllS mas cru.lrls ama"guras que cn mi vida he devorado, e~ si" (lulla'ulla intenciolJ que merece ulla corona,
No hablarè
,le ese malhadado
viaje a Europa:
110 pUllc cumplir
mi objeto,
i el
hambre,
la cabeller;¡ criza(la,
lo.s ojo, echa ndo SlIS lia lnas de fuego
fjtuo, clescarnada i tcnible.se
me pllSO por delante, l'cr!í para salil' de
ese abismo, (lCII1 fi¡lllo : esl(' es a"unto de difamacion
para lo, perversos, arscnal Ô~ c10nde mis enemigos han tomado SIlS armas. 1 cuando
• con tan infcrnal acerbilud censuraban
mi conducl:\,
ellos
C"llaré
por misericordi:¡:
la dcl perdon el la facIIII"c1 nHIS preciosa
de los
rcyes, dicen.
La del per(lolI es rt'jia, divina faCilitad que puedcn
ejercer todos los hombres,
pOl'qllC no hai 11110 solo quc no agravie a
sus scmejallles,
IIi deje dc ser horriblemente
rlgraviado por ellos,
El pedir fiallo es lin contrato como cua!rluiel' otro: causa obliga.
ciones I¡Ue, cllmpli1las
tal',le o temprano por el hombre
dc bien, le
clejan lan tranquila
la conciencia
i lan sin empaïwdura
el honor,
como si en vez clc I'p.cibir huhiera dado, FiaD los ricos, flan los prir.dpes, (jau los reyes, flan los gobiernos, todos fian:
fió Napoleoll, fi~
Bolivar!
1 110 hahia dc fi"r yo para 1\0 morir. 1 si me dejo morir,
¿ quil'n ilS dllba eslns Iccciones, amigos í enemi !)" mios?
Fiaba Napoleon el Grande,
i hash
trampeaba,
Tunante.!
:¡ti1
n
-12 decia a los acreedores que le iban cojiendo las vueltas, en e§e entónces que tenia orejas de perro, i vivia en el zaquizamí del mnelle Voltaire. Fio Napoleon Ill; en su destierro .vivia de Aaclo. "J\1ilord,
e§cribia a lord Clarendon en Lóndres. necesito quinientos mil fran-,
COll. Si mis cosas salen bien, pagaré."
Lord Clarendnn cnvió el me·
dio millon al pedigüeño, teniéndose por dichoso dc servir a un dcsgraciado.
Simon Bolivar, hombre de corazon lleno dc jugo, de alma constantemente venteada por una brisa cele~tc, no era lacónico i ávido
como esc proscrito que se criaba para empera(lor, cse empcrador que
mafluraba para prosc"¡to. Bolivar t'ué mas largo, mas puntual, mas
elocuente cn la modesta sencillez con que pidio. Oigaflle usledcs.·
Bolivar humilde, Bolivar suplicante, Bolívar pidiendo cualro reales! El porvcnir adelantaba aspzando con los bicnes de ese pordiosero,-libertad de ur. mundo, gloria, felicidad i amor (le los pucblos ; le
traían en sus hombros los ruidosos años quc ya sonaban a la pucrta.
l\lendigo entrc tanto, mendigo sublime.
Fiè: mis amigos me condenan al suplicio de la cruz.
Otra ocasion no ménos dolorosa me hallaba en Francia . .t Qué
dincro es suficiente para ocho meses de cama en esa "oràj ine espantosa de Paris? La patria en revolucion, pr6rugos los hel'Ol3nOS, oculta
la familia: quién me ¡¡ocorre? quién me salva il El menos ruin de
mis compatriotas al\ivinó mi situacion; a<li\'inó, que yo jamas alu,1I
a ella, plies, llevado blandamente a la eterni<la,1 (lar la naluraleza
misma, veia a la muerte con serenos ojos. Ln horrible debe de sel' el
,;er5e obligado a traerla por los cabellos, a irritarla, Jlllnz.índola, hirièndola como a fiera perezosa, Adivino, i me epvió una Slllua de
dinero, eseribiendome que gllad1lria profuIlllo secrelo. Yo no se la
habia pedido, esa era Una dádiva; me ofrecia ci secrelo. eso era una
ofcnsa. La hombria de bien, la honestidad, el org\lllo viven al aire
libre, el medio dia es su hora. Senti encrespárseme la sangre eo las
venas: a la indignacion sucedió la vergüellza; eai luego en brazos de
la melancolía, i contesté: SeïlOr don Càrlos, acepto la buella voluntad de usted; su dinero, no .••
I yo soi, no solamcnte el pedigüeño, sino tambien el estafador, el'
bribon: lean mera ~ Esplas de la de~gracia, los ruines jamas tOllla n en
buena parte las acciones que acreditan UII ánimo levanlado en 'I\lien
las oura: no fui diguo, fiero, majestuoso para los qne tnvieron noticia de ese proceder; fui soberbio, perurso, mÓllscruo. Et nUTlcilltelligite .
• Carta a don !\Ianuel Hislop.
Kingston,
a 19 de junio
de 1819 •
•• El seùor Càrlos Aguirre es mi contrario en política, i por tanto mi enemigo,
legun la loable costumbre de estos bendito.
pueblo •. Pero es humbre de Lien i
caballero j no ocultarà la verdad. Pregi1ntenle, all1le tienen.
-13 -
>
Chateaubriand
dice en sus ~lemorias que, èn Lóndrcs
lie c,¡taba
dejanrio morir de necesi!lad, por no pe1lir. Chateaubriantl
dice Llntas
.cosas I Por 'lué no se murió?
Este es sem~jante al orgulloso jinehrino,
que por no preguntal' a l¡allie por la,; calles a Ilonle
hahia de ir, se
3nuabOl con el plano de I)aris en la mano, sin acertar (,unca con lo
que buscabd.
Este mislOo filósofo no habia teniflo escrúpulo
cn apropiarse :10 ajeno, calulOniar i hacer las otra,; obras de misericordia
qtlc
refiere CIl sus Confesione,;.
El orgnllo pue.le tener flulflillneutu
de
virtudes;
la ~oberilia se levanta sobre los vicios, cuanllo n,l sobre los
crimcl1es, i sus portentosos
monumentos
no resistirian al soplo de la
justicia.
El señor de Lamartine,
hablaodo uu dia acerca de un paralelo
que se había hecho enh'" él i S'1 ¡lu,;lre prc.lecesur,
cellió COli Ilflfllildad en PUllt., a Lt illldijcllcia
i Id sabi.luda;
pero se elCalló al contemplar cn la tliferclIl.:it de caractèt'es,
"Chateanhrianll
ha sitIo l.llIa
carga mui pe.salla par.\ los ~ohicrnlls, dijo:
ha consulnido sum.tS in~
je:ltc. del tesoro naciunal.
Sus virtudes no son la~ de Fabl'iciu:
allmiro su talento, su carácter no me subyuga."
Qué habia ùe rcspondel' el u.scuro viajero que esto oia ?
Lo; que se llaman jenio;, esto es injenio, espiritu elevado,
aspiracionc; suhlimes, volunta,l
sobcrana,
todo jnnto;
eslo,;, digo, cn
medio de su divinidad
perecedera,
slljetos cstán a mil flaquczas, i
muchas veces son mas tl'istes i apocados que ci vulgo ,le lo .• hom!JI'es.
Lamarline
que se intlignab<\ (le que le comparasen
a Chaleaubriand;
Lamal,tillc, el poeta de la almÓ.sfet'a i lo. ànjdes;
el opulento,
ci liberal, el grdn seilor, pi.lió en lo.s ùllimo~ llias ,le su vi.la;
pidió con
empeïlU, COli ahinco. Yo puse mi óbolo Cil la suscricion abiel'la para
favorecel'le, i no le he llamado por e,;o estafu.dol', pillo,
Hablanùo entre nosotros, hablando ea confianza
entre nosotros,
semi-bárbaros
del n llevo llluJ1llo, diganme
ustelles, cllal les parece
mas reprensible,
si Lam1rtine 4ue tiene hamhre i pide, o los frallceses que le niegan el pail i le insultan?
Lo; filósofos lOuerenlapidddos,
los héroes envenenados,
los poetas Cil ci hospital;
i JeslIcristo
muriendo por la re(lenciolJ tlel jénero humano, muriendo fi lIIanos tle los
que reùimía, no es la muestra
suprcma de la injusticia i la ingratitl1d
de los nacillos?
Desde Homero, los qlle se asoman allllunlJo
CO,I la
antorcna que pone en claro las inclinaciones
i lo. vicios de los hombres; que ilumina o la cabeza i enarùecell
el corazon
con su calor
divino;
los que le enseñan, edllcan o deleitan con las lágrimas o la
risa, han acauado casi todos en la desdicha.
Cervàllte.i,
Camoens
ahora poco; Lamartine
ayer; qnién está para mañana?
Raros son los hombres grandes;
eljéoero
humano es un árbol
cuajado de hOjas, elltre cuya espesura reluce tal cual fruto maravilloso, que no está destillallo para mesa de reyes, siol! para los banquetes del hambre:
ella se los come, La flor de la especie hUlDllna
IC parece a la escoria
en que una i otra tienen el propio fin; la luz i
-14 ~
la osclIridad!'c
confunùen
: pavoruso
mistcrio
cuya
csellcia
lion lasl
~
l.igl'ilnas.
La malicia ahri;;a Cil su sello a la malcvolcncia,
i la malevolencia clc SIlYOcs maliciosa.
:."Îo pl'(:lendo ialercalanne
enlre I,)s varonetl
i1uslres porque lile fallc lo nceesdriu, que cn eslo así me par'ezco al
;tlllor de la LlIsiada CUl\lO al cic~o de la c'quina,
Si a tan rad: pero
tCl'l'ihlc pl'cciu, cllal cs la ncccsida,l,
fuéramos
hombrcs gra ••,les, ci
tullido a 'llliclI JO ucnelicio de cUi.iodu cn cualldo con \ln real, seria
mas humhn~ ~ralldc quc yu, purque si \lU le dan \lO COIIIC, La grall(lcza
dc la iuilijcucia cs mui COllllln; ,i por pobres, hai Illllchos ihlSlres cu
la ticrra, i su e,ludal Si.: aUl\lclola illcesalllcmcnlc
,¡II l'il ,go dc perdersc, E~ vcrdad '1l1C las I'í'lllc/.:!s de Allli"lcnes SOli Illas l'aras que las
Ile Cn'so; pero tamhieu es cicl'to «(ile Illui \loeus sc las clI\'idiall : ah,
Ja 11IZdel entcndimienlo
i l'I calor del eoraz"n 110hasta •• para la "ida:
ci hUlllhre IIl:ce,ita pail i espírilu, pan i e,pírilll,
¿ CÙlIIO hc ,le pensar 'Il1c soi ho:uhre lJ1'all<le porquc no soi rico?
Ni aUII IIIC l'Ullsta si lo que cslui tlicicudo
a l'sie rcspectu
sc:! olril
cusa que tlelirios dc mi lucura o errores
tic mi iuuccllcia, La tuntcra
toma esla tlclIumiuacion
amable
CUlutlu 110 vienc en junla de la valIillall : el nr¡.;ullu sinlllcrccimienlo
se llama jaclancia,
cstu es, tontera COIISlIIIHllla l'un desvcrgücnza
encima,
Pel'o l'IHUHlo IIlIU habla
sin sahcr a punlu lijll si es cucrdo U (oco, Iiló~ofu u musulista, hum- ,,'
hrc iustruido u charlatan
¿ IIU se Ic han tic pel'dunar
SlIS ,Iev'alleos T
CAPITULO
1) EL!
1:\
G
n _~T
II.
I T lJ V ,
(;ralitull,
uh ~1·aliLuc.l, santa liga qne unc a los hOlllbres h\ICI~lIS!
Sin lí la uUlIllad sería pcrdida,
la cal'i.lad cscusada,
la jcncrusidad
peligrusa.
Si los ánjcles
nu cslll\'icran
uniùos a Oios l'ur ci aUlUI'
¡nllniIO, lu cslariólll (lUI' la gralituJ,
pnes vivcn inundados
cn su Illz
elerna, i Ic dcLlcll la dicha de exislir i cunucerlc,
Gr<llitud, uh gl'alitud, fomentu de l., caric.lad, allimaeíon de la !JUllllaù, rccum(lclIsa
de
la libcralid¡lll ; sil) ti ci bicn seria obra ùe perJit:ioll, i los amanlcs de
las virlndes, víelimas
dc los mismos a quil~nes fav'oreccn,
Gratitud,
oh gratitud, cxi,tes en elmulIùo,
pllcstU <¡ue liellcs encmigus ¡cres
combalida;
pueslo que algunus corazooes se ellsanchan
para ùarte
cabida cn la h\llllilùad de la jcncl'osidad.
Lus COl'azunes fifllJS, l'SOS
(lllC sllenan conlU in,lrlllllcnto
celeslc cuando ci amol' les luea;
lus
rnlazones grandes, esos sUlllos Illas adceuados
pal'a );¡s pcqueïleccs
ùell'ccouuce:¡ el agradeccr,
'lue son grandczas a los ojos lid qlle ,-e
las cosai a mejor l\lz quc la Illezquina humana criatura,
Gralilud,
oh
~I'a(it\ld, cxistes, pucslu quc le siento dClIlro dc mi pecho; ¡mcslo <luC
lile illll"iela~ CJI celestial ZUlUbra con lus lIIeludio,:"
advcrtcllria~,
i
- 15mc haccs vcr 'lile IlU ~oi del lodo malo, ya l(lll~ co el cor~I.OI1 11I~nteo¡?;o las mas puras illtenciuoc,;
re.;pc('lo de ;nluellos A quieoe.; deho
lo, hiene, del anlOr, la I)(~ne\"oleoeia o el eariÎIfI coe,n'llado l'II hcchos
posilivos.
Si Illllcho,; male.; IllC h~n hecho mis seml'jaolc-.
ha IIIl1C
t~llIhieo hecho al¡':IlIlOs hieoes;
si caslié',n lUi prilllt:ros,
pa~aré lo,
seglllldo.; lo 1l1l'jOl' (lile puJicrc, i hcodlcicl"lo
a los IlfIod"d".;us, 110
maldeciré ~ los ioieoos.
La maldieioll 00 es al,'ihuto
dl' Dios IIi de
Jos hOlllhres,
Dioo IIlaldijo uoa vez, maldijo a la S('J'piCIII(~, i qucdó
malrleeida pAl'a la cte,'oidad,
,\i, maldijo tHltlhieo al hOlllbre, i mal·
ditos vidlllOS; el sudor (le Ilucstra frcllte corr(~ jUllto cUIIlas lÚgrÍluas
,le nncsll'os ojos. sicIIIlo asi (lile respiramos
cuatro dias l'II uledio dl~
sins'lbores i trahajo.;,
lI1aldieiéoduoos
colr'e \lO'olt'os mismos.
Q1H~
somos maldito.;, Iwsta lo damoi a rO'locer
a cada io,;laolc:
si Sil S
hendiciuncs
no,; saul1Í]cHrau a la cO\ltinua,
¿ scrialllos lall perversos i
desdichado.;?
Le de<nhed('cclIlo.;,
le oreollclTlo.;: malditos,
Le nf'¡.:aIOOSel p~1I ellnndo tieue hnmhrc, el ~glla cuando tielle sed;
lIwlditos. Henclíamo; de la c~rj./ad. lev'Inlnndo (I'limcra.; a OllC.ltros Sl'mcjallte~;
malditos.
Trans;redimos
sus leyes, 110 oinlO'i sus COOSl'jos:
mnlditn< IInm;¡n05'
somos, i 110< m'llalllo.;;
humild(l'; por nntllr:deza, i anllnllllli prevall'ciellr!o
p~))'la sohc..!lia : ol~ldilo .•. 'lalLlitos cada
din, maldilm encla instante, pero SI) heodicioll
"'e nos preparn cn el
sello de la clcmidnll;
i como la dcpravncion
i (,1 crimen, ri ejercicio
de las mal(larles es tlIla hOl'l'ible pellilellcia.
bendilos ,;cremo .• para lo~
siglos ,Il' los siglos.
Oh vosotro<, los pcn'cl'soS. 110 0< eiÎl¡¡is al pit', (le la letra a e,ta
inlet'prctacioll
Ile la misericorllia
dh'ina:
las iniqllidades,
I.1s criminale;; inf<Jlnia" los vicins slln l"pra inllllllHla de que os haheis de o(:spojnr ántcs Ill' lnllstraro •• a l!ls uti!'ada •• de Aquel qne lIO pnede ~'er
••¡nu almas
limpias.
I'cnsais IpW bnjo l.1 eubiella
de la hipocre,ía
p~sareis rol' !lueuos i hallnrei,; cnlr'arla cn el p~raiso cllmascnrados
~si tao maliciosamente?
S(: oS "ed ci alma ¡r la lm; de ln ju,;ticia ; ~e
Oi eompnrnrà la.; p:rhbra, de tll,la la vida con la yerdad;
se os e~Clldr'iÎlnd
el cornzon, i l'II hallando todo cllrado,
saliendo,
pasnreis;
si 110, allí está pronto,
105 brazos Cil alto Satanils:
èlos lOin;!, S\lYo~
~oi~, inicuos!
Ha7hien i ~lIàrcJate, ,lice 1111 p,'oH'rhio
alro7., lIaz hien i t,\l<ir(late. IIc10 hedlO plll' mi r~rl('. i he IC1\illo qnl~ grlDrI);lI'I1\e; "narlie
debo rnn, nmarg!.ras
que a 10, qne cne son rleudores
Ile los mayores
bienes; eso •• a qnie1\e •• he mostrado ma~ afecto, con qllicncs he Ilc~\'a(lo
la jencrositl:ul
hasta el ~acrificio, salvándolcs la vida o la houm.
Víctima de In ingl'atitud.
lo he sido siempre,
lo soi actllalmenle',
lo serè
tocla la vida, porquc hai en mi suel'le una ancha
pucrta,
por donde
COll la ing,'atillld
de 10" olro!; se me cntra la r1c'~I'al'ia. Haher sido
ministro dr. clin at¡:;ul1a vez, no IllC acucl'llo.
Pero la ingratitud
no me
ha ¡¡bati·lo;
me 11, px':<pera,ln,
i la .-:a.tiO'0' Por la '1\1e hai hncnn en
-- 16 mi naturaleza,
por lo que hai de humilde, triste en ella, perdono
olvido. l'or lo que tengo de áspero i bravío, por lo encina, lo hago'
mi alma, bregu COli las tempestades
i silbo horriblemente
en mi pelada roca. La duplicidad del alma es un problema
que aún no han
re~llelto los IIlosol'os. SeílOr, dame corazon para pel donar a mis enemigos, i cOllcedeme la gracia de verlos ahorcados algun dia.
Gratitud, oh gralitllcl, grande i sanla cosa eres, cuando
tienell
por contrarias
a las mas negras pasiones:
vanidad, envidia, codicia,
soberbia te dan sus asaltos, i sucumbes;
mas por otro lado surjes
pura, resplandeciendo
en la suave luz que tienes propia.
Las fieras
mismas se rinden a la blanda tiranía de ese afecto: los animales mas
bravios se encal'iílall COli el que les sirve i favorece.
¡':I hombre,
solo
el hombre se venga de los bielles qut' recibe.
Si Androclès
hubiera.
hecho por unu de SllS semejantes
lo que hizo por elleon,
¿ 110hubiera
tenido <{uc ahdar la barba wbre el humbro, temiendo
en la oscuri.
dad, alerta en la c1arijad ?
CAPITULO
DE
Envidio
LA
III.
ENVIDJA.
yo al perro del vecino?
CAPITULO
IMPIEDAD,
IIEREJIA,
IV.
.ABJUR.ACION.
Arzobispo, alto sacerdote!
levanta el brazo cual 1IlleVO !saias en
ímpetu de I:ùlera sagrada, i alerra a lus ellemigos;
no seasjuez del
Gazzirill que absuelve,
sino jucz del lIeval <¡ue I'olldcna.
Ban dicho
qlle menli,te:
no les maldi"as, pero casligales.
Casligales!
han dicho
Ilue Ulculiste.
l;n pe\'\t'fso, uu ¡llIpio se liró a lus plalll:ls para abjurar lus doctrinas i pedirle dinero?
Pues tÚ i el hajarcis a arder l'II el
profundo, ¡.lropeJlaudoos
en 13S tinil bIas cou los réprobos que
vi"en
siu descanso rCUlulineando eu espautosos jiros. Compraste
COli diuero
la conversiun de UII humbre, i all1l1itisle fiallza de III hipucn·sia?
Simoniaco!
Simoll!a es IIU solo ci vl:nder, sino tambiell el comprar las
cosas ~alllas. lIras
esto descubriste
los secretos dellerrible
tribunal
de la Penitencia, i a quién! A un asesiuol
!l!o liembles,
saceruote;
110 me levallto
sobre lu modeslia:
mi
indignacioll,
mi ira 110SOli l'outra Ii, mas àlltes cOlltra los que le han
CalUllJlliallo i te han cllvilecido agrllpàlldote
COll taulo miserable,
po\111
-17 :niéndote en lugar tan poco honorífico.
!\Ialda!} no creo en ti, por
mucho que en persllarlirme
de clla se empeϡen
lo~ inícno~;
indole,
caracter,
costumhres,
nalla indica el sacerdote impo~tor que en ti hall
mostrado al pÚhlico tUi verdaderos
enemigos.
Vuélvete,
l.;alas, até·
rrales,
pnlveriwles,
i queden
enmendadas.
Alfal'Ïseo qne se pone a
tn laJa i niega sn crimen, 110 le creas: ¿ cómo lo ha de aceptar cuando
se vi,til) de ladran para cometerlo?
,'laIco te busca la nwjilla,
conóce la I
No abjnrall sino los qne nunca tnvieron
cOllvcIlciOlicnto
de las
cosas que pensaban
'lue creían. I1nirè de mis encmi¡:;os, como Hazias,
ech,illd01es a ]a cabeza mis entraÏlai palpitantc.;,
i IIf.)me har¡jn apóstata. àhjnrar r qué he de ahjurar?
mi hombría de bicn?
mi temor
de Dio, ? las (lJ'Ofulldas cOllvieciones que mc animnn
respecto
de la
divillid<lll? Tèlllaos yo, SCÏlOr, aUllllue 110 me torture
COli cílicîos;
àmcos yo, SeÎlOr, :llltllllle no viva oCllpado ('Il alaharos, i el perdonarme i el salvarme serán vueslro ••. Bnscais,
SCiíor, UIt imrio esperanzada en vuestra misericordia?
Halládole habeis.
CAPITULO
DE
MI
V.
FEROCIDAD.
Alma romana!
me sal!llló un hombre
un dia, ech,índome
los
brazos al cuello. Alli pa~a Danton, dijo 011'0 al verme,
pasito,
I1ni
pasito;
pues si he tenido la vil" ud de haccrme qucrer rIe unos POC;)S
i aborrecer de much()~, he ten ido tamuicn
la de haccrme temcr de
algllnos i respetar de todos.
:\atnral e~ esa oposicion
de parccere~, i e!'tu aun en los pueblos
mas civilizados dd mundo;
el bueno es m,do p"r11 1(1';lIlOJOS, el nwlo
es b'leno; i si hai lin homure supcrior e¡,ll'e'dlus,
ri inícl1o. Vasta es
la ór,}cn de eslos desgraciados;
viven repnrtidos ,;obre toda la ha:~ ùe
la tierra, dànùose la mano con prodijiosn h"bilidall
en sus obrrs de
conllenacion,
El demonio, el ponlílicc ; clIo", los fielcs;
le:des a Sll
ùllriío i fll'mcs hasta la mlle1'tc. Sócrales llijo (:uc lo, perversos erall
los Illas desdichados
de los hombres, ¡que e,:a vcrdud la iba a hacer
publica!' con un heraldo por tOlla b Gl'ecia. S"bio era Sócrates'
no
villa en pel'sona, ni lunndù su heraldo
a] IllleVO mundo, pel' no USI!!'parle SIl destino a Je,;llcristo:
emhajndol',¡ sobe.· '.J huhieran
s¡du
crucificados
lindamenle
por !loS'lJtros, que a fllero l:e ereycllt!~S i piaàosos no palIemos "ufrir las virtudes s!lpcriores. ¿ Ya 11'01llP.In ncló
en ]a plaza, con sol i medio dia, a mi pobre ~ócrates Ull S:lbill filÓ,.-,fo
Ilamllr/o E~rinostl, no el dc A/Clllall ia, COll c!c~Îr <¡\te \lO h;¡f:,ia sido
cristiano?
Yo pienso qnc dllles filé por 110 hab~r s-ido cabnlicrll
cI
hijo Ile Palllljercto.
1 Cil "er'¡a,l cra lIlI"! dc,,-cr;;Ücliza 'lue IlI1 lIHlialo
como c~e anduviese maravillando
al j¿llero hl/mallo
desde ahora
#!'Cint'l siglos, CHanclo hai n{)hJc:; de mejor rara;
PUl)'; c~u 1H;'s rcnia
." ,
- 18el hijo de la partera. que no era tan jeo'til mancebo como el alotefilósofos dellÙglo décimo nono.
El que reprende los vicios, casliga los delitos, condena Jas indignidades. es un malvado para los viciosos, los delincucntes i los indignos. 1CÓmo ha de tcner algun injenio para los que dieran la mitad
del 5U)'0 porque fuese tonto? cómo le hall de querer los que ('on razan a sill ella le temcn hasta las convulsiones ? Yo les he enriquecido
a los .'., dijo \lna ,'cz un hombre inícuo.·
De qué modo? le prcguntè. Vióse atajado de razones. i despues de otras mui ruines, ailadió: a los amigos se sirve tic cualquier manera, de ellalqt";era manera licita, en los tèrminos de la equidad i el honor, se les sirve, dije,
Si es verdad que usted les ha cnrÏlluecido, j ~i les ell1'iqneció por esos
medios, no fué su ,1 miga SiDOsu cómplice. Quedóse mustio el hombre
inicuo, i al olro dia salió a decir que yo tenia un infame caràcter. El
suyo era el bueno.
Qnien en eslos pueblos i tiempos quiere rejirse por IOIl principio~
de Epicleto, por fucrza ha de ser U11 mónstruo, En mala hora me aficionè desde nillo a semejantes cosas: mucho mas me huhiera ,'alido
el ser un picara o \lll bruto: estuviera hoi de presidente a Ile mini~tro.
i no deportado Cil el Ponto como Ovidio. Como este? No: a este no
le lIe"aron al Euxino los principio!! de Epicteto. Oh, no !jomas renegaré de mi hombría de bien; eso allà se iria con renegar de mi Dios.
Hambre es sabidurh en ocasiones, hambre es virtud: las bendiciones
del Señor la convierten en hartura; i puesto que ande el cuerpo en
lastimoso vaiven, el alma gallardea en inocente loz'lnia. Qllé se le da
al hueno quc los malos le llamen perverso? què se le da al probo que
los ladrones le echcn el hollin de Sil corazon sobre la ter!'iura de sn
81m3? Los diestros saltcadores suclen escaparse de manos de los ministriles, corriendo delante de cllos i ~itando:
El ladran! alli va el
ladran I ese es I cójanlo !
El ladroll ! amigos, alli va el ladran. Huireis de la justicia ; pern
la infamia se pega en el rostro, es señal indeleble; i por mucho qUI>
griteis, la jente dice: estos son.
!\lis [Imigos me tienen por hombre sanguinario, tigre insaciabl'
que no dejaria uno ,'il'o Cil la Hepllbliea. Los antecedentes flue con I
justicia les han traido a esta opinion son estos: haber librado del
hambre a lUlOen pais l('jano, dàndole cuanto tenia: haber salvado la,
honra a otro, sac<Íllllolr.la barba del,lodo con mi pluma i mi reputacion : haber volado espontánea, tiernamente a compartir Con otro lo:!
azares i peligros en que estaba zozubrando:
haber defendido a capa,
i espada a ,'ivos i mucrtos, siempre que la justicia era el m óvil de ml::
empeño. a la benevolencia I!lCcncandorizaba hasta el estremo de pa.
gar Ull brillante tributo a la medianía;
i aun me ha sucedido I mal
pecado! vestir de reina a la ineptitud i I1evarla a pasear con gran pro·
il Llamàbaie
Màrc06 J!fpineJ.
-19 Jopopeya por las calles, Señor, recibeme a misericordial Señor, perdÓIJamo! .Erré de buena fe, erré por falta de intelijencia : aquí estoi
a tus plantas derrib:tdo. No! castigame, porque acaso supe la que
hacia. Juro arrepentirme, juro ellmendarme:
el Ion lo, 10nto se quedal'á. h:¡sla la cOll5ull1acion de los siglos, i los escribas i fariseos acabarán a mis manos. Soi tu soldado, esloi a sueldo luyo.
Esos, esos son los que mas se desvelan por acreditar mi.i feroces
arranques, llamando mal caràcter la rijidez de principios, la austeridad de costumbres, la derechura de acciones, eslo Ci el buen caràcter.
Quierel) laI vez decir mal jenio; pero corno entienden poco i saben
wènos, dicen mal caràcler cabalmenle del que es bueno, vislo que
reclilud, austeridad, moralid3d, constiluyen el buen carácter. Bueu
cará!ller, segu n ellos, cs servir en todo a los amigos: buen carácter,
seglin ellos, es tolcrar delilos, 110 improbur indiguidades, aplaudir
bellaquerías:
buclI carácter, segun ellos, es preslarse para lodo, acomodarse a todo; buen carácter, segun ellos, es juntarse con malvados,
pasearse con infames. Pon tu pan i tu vino en la mesa del justo, dice
el Señor, ¡huye de comer i beber con los inicuos.
Todo eso es buen caráclcr i buen jenio pal'a los que, sin ser de
suyo propensos al hien, 110 la saben distinguir del mal por falta de
estudio, a por sobra de corrupcion. Pues yo tengo mal carácter, i en
lójica cerrada, debo ser snperior a los que lo ticnen bueno.
Mal jenio? Afable soi con la inocencia, afable CPIl la llOnradez,
afable COliel honor, afable COlila hermosura, afable con la naturaleza, afablc con la desgracia: dlganlo mujeres, niños, pourcs; diga 1110 las mariposas del prado, las flores de los campos, las a\'cs de los
àrboles; digan si soi afable i me hago a su compaÙía. !\Jis visilas casi
todas son infantiles; mi soledad con mas frecuencia la interrumpen
niños 'lile hombres. Venid a mi los párvulos.
l)ero soi un demonio, el mismo demonio, con picaras, traidores,
ladrones, indigno:!, hipócritas, avarienlOs, vilcs, mentirosos:
a todo!!
los malo con el odio a el desprecio. No me hagan nunca presidente
mis compalriotas, porque les venùrà todo junto, como al perro los
palos. Cuanto martirio se ha inventado en el mundo, desde el Toro
de Faláris hasla las calderas del Sanlo Oficio, se han de importar en
mi patria durante mi gobernacion. A uno le empala, a otro le hago
arder vivo; a este le emparedo, a ese le saco los ojos j a talle despeUejo, a eualle desm~nuzo con mucha prolijidad en pedacilos para
pollos. La menor tajada del que mas sepa congraciarse oonmigo ha
de ser una oreja.
No soi cazador, lIunca la he sido: el ùnico tiro de escopcta que
he hecho en mi vida fué para matar una avecila; i la malé: de entre
la frondosidad de un árbol acopado rodó batiendo las alas amarillas
cotre Jas verdes hojas. Cuando la vi palas arriba en el 8uelo, tcñida l.
pechuga con l. laR!t'~ que le manabll del oído, moviendo todavia lae
-20palilas en débiles eonvnlsiones,
la mia se me agolpó al rostre, tuvo
cólera, vergüenza
de aecion tan oruel e indigna. Qué me habia heche.
ese entccillo
inocentc?
Por qnè le qnito la ,'irla, cnundo estaoa gorjcando amOl'osa en sn àrbol ? Tiré el arma aborrecible
a UIl lado, i jurl:.
tlO voher a usar tle elJa jamas
Lo he cumplido.
Prcsnmir
((lc 11l,,1a por eicrlo) lo,~bobos de los ami~os quc me
babia tic poncr a hacerlo., dcrrib nI' viénrlome apodcradCl i ruede!
No
seria au ..iOlulamclllc
lo mi.,mo dcjarles con vida como quil:¡rsela ? Er.
el primcl' caso mc abonaba
a lo ménos cI disguslo de "irles SlIS descsperados gruïlidos,
L"l <tue hal'é st'râ rcrojer Cil un vasto cclllil,io r
todos los leprosos tlel alma, para evitar ci cOlllajio a las jencracionc',
jóvcncs, pllCS la clefancia inleriul' cs Illucho mas pestilentc i eonllllli·
caliva qllC la CxtCI'Ï<lI'j hicdc In;).', cstraga mas;
si se la pll,licl'a ve,'
con los ojos, los bucnos cacr'ian tlesmayados,
porquc
110 huhicrD
fucrza 'para arrostral' l'SC c"pectàcu]o.
J,os que licnCll el alma "upn
rada i son del todo incurables,
tendr;ín depal'l:unenlo
aparte, a lin dt.
que ll'o acahen de matar a lus olros enfer',nos. Tcn(h·àn oratorio,
ca ..
pcllan,
harbero;
estaràn hien comidos i bcbidos,
pero encerrado.i
.
hospicio I hospicio!
ré
CAPITULO
DEL
VI.
DESI:l'rERES.
Si alguna "irtut! se pel·aió con Roma esta cs: senadores
qU6 10
sirvcn de b"'jilla (le balTo, cmhajaclores 'I\lC tienen cinco suclclos de
renta por dia, con su le .• ijenl~ralcs (Ille eonr¡llistan n"'ciones, i \'uclvcll,
a arar su pegujal, son an:igÜeda1les (le (lllC andalOUS tanto ma~ ¡¡(Imi.
rados, cuanto mas il\capaces tic imitarlcs nos sentimos.
tos diuses 66'
fueron;
nncsll'os dio"ies lIO se vall ni sc ir;in jam:1s:
la CUllicia tlll se
mueve, es podialla como Término, scitol'ca pcrpetuamente
ci Capitolio; iel pallrc llcl OIÍtJl[lo, IIncstro
Júpilcr, es pec¡ueimclo i dc"pre··
ciable cOllle eluo\'Ïllll
que adoraban los ejipcios en SUi grandes tem"
plos:
poderoso ruin 1
Mucho l'as el dinero et mucho es de amar,
Al torpe f.lsc bueno et }¡olTIcn de pl'cstar,
}<'asc corrCr al cojo et al mudo t'ablar.
Mas 109 que hcrc(bron
mil cosas a Roma ¿ por qué no hubieran
sido tar;~b¡en agraci:¡(lns con esa prenda det alma (lue laula IUlllbr~
le comunica
i I¡¡n hCl'IllOSa la \'[1('h'c? El dcsprclídimicllto
e~ \\U"
llcgacion sublime en CIlYO ,CliO brillan milrirl'te1.as;
ut'gaeion allllndanle cn cosas posili\'<Is;, :lUsencia que acrcdila la prescncia dc las
'liirt,ullcs mas scñol'Ïlcs.
El dcsprendimicnto
ccha a pa"car al IlIero,
sc rie dl) la parsimonia,
sc bola làligo en mano contra la pasion lIciaga
del aval·o. Dcsprcndimienlo
es jcnerosiJad,
Iihcralidad,
nobleza
en
las afccciones i el proceder:
hai mucho (le gran sCÎlor, de l'ci el'l ej.
- 21ílOlnbre desprendido
i jencroso, si no C~ m:!! bien lilosolill amahle la'
que le vuelve superior a los amigos del dincro,
fetiehc ciego quc tra~
Ioco_~ a lo~ homhre!;,
Snillime,; ejelOplare~ ,le ,Ie.;inle/·cs nos presentan núnlos tiempos
mo:lerllos, i 1I0..;olms 110,Ichemos
recor,Lill' sillo el tic lluestn.
Lihertndor,
I'oco Cl'a qne huuicse saeril1cado SIIS riqnczas n la palria:
hahia juratlo su.lihel'l·¡¡1 Cil el 'Iollle Sacra sohre las cCllizas dc Camilo,
i quierl no ecollomiznha
por clIa loI vitla, lIIal pudiera usnr de parciLnd
cn lo.; (¡ielles de forluna, Lo 'Inc '1dmiro e, "ede en el tr:lllO .Id lllca,
allo C01ll0 UII dios, ci,'culI,lndo de mil victllr'ia.; lJlIC Vll~~lall pOI' so(¡re
él en forma de iris peqneÏillelos
i respla')lleeiclIles
:"ielorio,;o,
lihertallor, "n,Ire Ile na('jo11e.;: Sll ohra, condllida:
lu que ndmi.'a cs
vCl,lc rcllllsar gra"dio.;o lo.; millolles 'lue ell'erÚ le ofrece agra,kci,lo,
!IIucr'e Jlob/'e; c-ta es 11l1a dc _su.;,'ielOrias:
hombres
como Bully ••r
deuen morir pobr'es, I'obre murió
Fabricio,
pohrc Escipioll,
Los
Midas mlleren rieus; mas para ellos 1\0 hai gloria ni Cil la licHa IIi en
el cielo,
E! de~il\lerc.; no e~ vil'luel exclusiva
de ínclitos varollcs;
:íntes
por la ~cllcillo suele adol'llar tamuiell a lo.; pecllleños:
es ci precioso
aroma lln.e sr. cria Cil el hutllil,ie arhusto Ilel Eufrntes j ]d plllllla \'aq'lílica ,let lnclo i de Saua ql\C cie las esellci:ls COli 'Ille sc deleilan los
l'eyes del Oriente,
El clc.;interes gllsla del campo muchas
"eces, demor,l en IIlla choza, cs la nohleza cie la jente llana,
1-05 ricos 110 SIIClelllCllcr alilli.dadcs con este hello ,hi'lipo,
)'iI ql1e lIunea se les oye
decir a SIlS cselilVOs: Ilcva lo lJne pncdas i Lota lo demas,
No, ellos
no balan Sil oro, sn amor, "II "ida.
Tell~a recclo ne me[erlllc yo en esto, hahien¡lo
menlarlo n TIolívar;
)lcm lile clcliacan cual a 1l)(lnslrllu tan àvido de san~rc como
de c)jllcro, i me hc cIe dcfellder'. 1 yo tumf¡ien, Seií~r, quiel'o Je{cl/(icr
mi cau,la en lit fll'esenr.ia. De /0 malar/ol' 110 me delielldo:
esle cs Illulo
}¡ollorfllco,
Elltre los slIhlimes didados
COli qlle se engal ••na ci gnln
Sofí de l'er~ia -" sol de gloria," •• agradahle lJllez-moscacla"
cie, se
halla en pl'imern
linea el dc matador;
i malador
se titula el Gran
Turco cn su sublime ()r~lIllo,
"Los Clue hall vivido de la politica, que mnernn
de ella,"
dijo
un hombre hablando cie mi. Ellínieo
empleillo fille por cualra clins
he lenido Cil :ni vida (secretario
de legarioJl Cil F/'ólncia), lo tuve para
morir de ncce,i,larl.
., El Gohierllo aprecia debidamente
la jencl'osa
renuncia
que lI.;lerl hace de In mitacl,le su ~llcldo, i la acepta
J¡lI~ta
mejores. circllllstancias,"
me diju el scilOr :'tlala, l\Iinistro de Es[ado
Clllóllcr~~, Cil nota quc f1r'mncla de su puño existe. * Con que, amigos,
110S co"tcnl~mos
con lo matallor,
lu estafador',
la Iallrllll, lo uduon,
lo pillo, lo clIvi,lio;o, lo eil~l1mllianLe;
qlle lo intc/'cs<lrlo a mi no me
*
Si Mata ha muerto, su firma existe: i si a ella no dan entera re, sus paTientes (mis malhechores), don Pedro !IIoncavo "ive: a élIe conlta csa rennncia, leon
lIlaT8 r modesto espinosa r
'
e
- 22toca, i en prueba de ello vivo pobre. Eljencral ¡"làres me mandó deciren Guayaquil que deseaba conocerme ; ya saben què hacia Flóres dI:
los que a sus halagos se rendian;
hacia presidentes, ministros, en.bajadurell: yo prclerí ser estafador, pillo, a "olvcrme de ministro :\
Francia, que era lo méllos (IUC me hubiera tocado. Codicioso para
unos (i no tengo un real}, prtidigo para otros (i por eso 110lo tengo).
¿ es por vcntura el1"Îtmo acorde que las verda(les forman? El jcneral
Vçintimilla sc quiso declarar mi tutor i curador en Francia, cuando
él mismo lo r.ecesitaba. Ab)'ssus, abys.ltm i1l1::ocat.•• Los dioses 110'1'
vcndell sus bienes al precio de lIuestras penas." Tal vez alndia Horacio a su mal de gota; pero cs mucho gusto ci tirarle sus bienccilloó
a la cara a la diosa Furtuna, i quedarse cun los tesol'os de i\ntistene,
esos, ni nos los con liaD, IIi pueden ser cmpleados en perjuicio dI.
nuestros semejantes.
CAPITULO VII.
Ill!
L.L
ESCLJ.VITVD.
La {ei de Colombia me cojió en la nada, i nacl libre: al salir a!
mundo recibí ci baño de la libcdad, i en mi alma resplandeció una.
aurnra divina, anuncio del favor con (lue la lei dc redencioll qnisu
protejerme. Nacllibre,
por cso /0 soi; lIaCÍ libre, por eso no jimo
b¡¡jo el yugo de la servidumlll'e, i mi a/ma se encumbra por l,as rejioIles alias, al paso qlle mi cllcrpo se conlonca sin temor de cadcnas ll~
mordaza. Unos esclavos de la Scilia declararon infame la con(licioll
de hombre librc, i honorífica /a esclavitud:
cn ~e¡;uida dcgo liaron .\
sus amos, c hicicro'l suyas sus mujeres i riquezas. Veruugo, declàrat
el mejor de lus cillrtadallos, i proclama lJue los bien nacidos son !tiúri
d05 i 11l01Istl'UOSOSenjendros de dos razas malditas.
Asc"inalo, rubo, trai
cion, calumnia, todos ficllcn su fucrZll, son soldados quc la rein·
infamia lleva a la batalla contra los haberes i las virtudcs de los hom
bres bucnos: lcon mera, t·.í ercs el mejolr de los ciudallanos:
tll
rival, Monsiear de Pllris, es un grande hombre; mas para contigo n
es mas que un meritorio. Cuando cscribias csas cosas, pensabas 4Uè.
me ejecutabas, pcro ni me has tocado. Por ahora te volviste con el
cesto vacío: somhra se hiw la victima cn tus manos, pues no habi;l
sido el .llarat del allUa negra, sino un ~1arat de alma blanca i voladora.
Híbrido i monstruoso enjenc[r'o de dos razas maldita.s,
Esto dirás de
tus hijos cuando les IDa/digas, padre bàrbaro, padre impío J Yo no soi
el frulo de tu naturaleza, cuyo pólcn fecundante es UII vir~s ponzoñoso. Hijo de hombre de bien i r:le mujer honesta, en m<ltrimonio
donde no cabe la duda, el fruto soi de las belllliciones de Dios, pues,
Dios bendice siempre la honradez en el uno, la honestidad en la otra.
Veneracion cn algunos, cariño en muchos, rcspeto en fados, hie;
fueron los bienes de mil projenitores. qllienes vi\'ieron en b holr;un
- 23que proporciona
el trabajo, ajenos de pen~ar que un dia sus hijl)s
devorarian ci hambre del destierro, serian llamados
mendigos, ¡ellos
mismo~, los difuntos, acometidos
i perturbados
en ci profundo reposo
de la eternidad.
Tú que les ofe/lde~, tú que le~ inS\llta~, no tuvisle
padres?
no lemes que al ver cómo remueves j ~:!('udes los hue~os de
sus compañeros
de muerte, violando la sagrada tumba,
le eehen
al
!raves de los tiempos i las sombras una mirada de reprob'lcio.a
i mal.
dicion?
J.os difuntos temen las represalias no ménos que los cxi:,tentes, porque esl:! es una lei (le equilibrio universal, asicnto de la justicia eterna;
i esos son malos hijos quc hiriendo
en los padres de los
otros provocan 51\ ira i Sil venganza,
fuera de la euenla que de estas
impiedades se rinde al qne santifica los sepulcros
con el sello Ile la
elernidad:
señal temihle es esa, no la "iolcmos.
Dicnte pnr diente,
oreja por orej~. No! har'lo aSIIIlIO;t mi rigor prcs![\!1 los hijos, para
que yo ":!ya a levanlar el pesado mantJ
rie la muerte, ¡escudriñar
con ojos sacrilegos lo desgraciado i lo lcrrible de la nada. tos perversos reconocemos
límites
a llueslra
maldad, i el odio rie eierto§
pechos no pasa de los confines de la vida. Cuando por bien rlei jénero
Jmmano eonviene tr[\smilir a lus venidel'Os tiempo~ la calidad i las
acciones de ciertos preponderantes
inriivi(luo~, en SIlS desgracia,
i sus
crímenes licne el historiadur su asunto;
mas los que vivieron
cn siIcncio e invisibles;
esos cuyas acciones ruedan en la órbila de la modestia, i sin cometer las inicuas, pr¡¡elican las huenas
obras sin quc
nlldie lo sepa;
e~os granos dimillulo~ del gran torlo de la especie lmmalla que 110 dan que hacer ni que deeir al mundo, posecn el olvido
i tienen rlerecho al respeto de la sepultura.
Alaldila es la raza de Caín, i SllS (Ie"cendienles
lo malrlieen lorlo:
Plldres, hijos, hermllno~, lodo lo maldicen:
sangre, 'virtudes,
dones
de la naluraleza,
lodo la mnldicen : vivos, muerlus, venideros, todo lo
maldicen.
1 lo maldicen a nombre rie Dios, porque son sus enviados;
a nombre
de Jesucrislo,
porqlle son crislianos.
Oh, lia! Jesus fuè
buenp, humilde;carilali\'O,
san lo: Jcsus andab[\ perdonan(lo
i bendiciendo : Je~us resucitaba
los (I¡fudos, i riO los mataba en la muerto
bailando sobre ellos a nombre de su padre.
No, TlOsui hijo de dos razas malditas:
mi padre fué hneno,
mi
madre sanla, i mujer lai, qne con solo Sil recuerdo
purifica
a las
madres. Pero 1 tÍ sabids, leull mera, que yo derivaba mi existencia de
dos Tazas Illaldilas. Tu musa no es hlallca i luminosa,
qne se levanta
¡silbe COIllUel alma del bienavenlurado;
tu mma no trae ~uirnalda
de mirlos ni laureles, nu sonrie dÍ\'ina como un ànjel, ni bale las alas
en armonioso vuelo:
tu musa no le asiste en forma de mujer en sus
floridos años, hella, pnra, embele~:\nle
: tu musa no te inspira resonando a lus oidos converlida en Illailidcra brisa, ni resplalldeciendo
a tus ojos a modo ùe nube purpurina:
tu mma no es cI ave del paraiso que gorjea inocente
en la frondosidad
del sinamomo;
no es
arroyo travieso ¡delicado
qOle humedece
i fecunda
s~u orillas:
tu
- 24'musa es un animal
monstruoso,
lu musa es una cosa horriblu:
-hl
mU~h ~s la hiena qlle se enfurece con la tierra, la levanta a frenèticas
hoeicadas i se harta de e,)I'ne hnmana:
In mllsa es el chacal qlle
aulla siniestro
cntre Jas ruinas ue las ciud,¡des m\lerta~:
tu musa
se te llega al oido en forma de (;\llebra,
se te envuelve en la cHviz,
te acaricia
('on la lengna i le deja ùaÎlado en la baha que mala:
tu
mnsa es el fetiehe que adora el salvaje:
tu musa es lu verdu¡;o,
porque clla te condena a la infamia,
inspil'àndole
la calnmnia,
las injurias a los que han ,-i\,iclo, cI odio feroz, la lIegra envidia, la ,'cnganza
plebcya, el asesinato en pros,} i verso. Tu musa gllsla de la oscndda,l, !lO tie!le nombre, hnye, se oelllla, i hace por librar,c del castigo
negando sus fcaldades,
pouièlldolas
por cnenla de 011'0". Tu musa
nu respirn, humea;
tu mll";} !lO c<Juln, chilla;
tu musa 110 habita el
Hclieon<l, ni tiene hcrmano"
por'qllC es e¡;oista, solitaria,
vive gruñendo enlre cuatro sórdidas paredcs.
La poesía es la flor de los afcclOs, la 1101a dc la Inlelijcncia:
el
corno n riel poela e5 tierno i (Ielieado,
resnena
como cloro,
i en
tocànrlole con mano mae,lra,
da de sí armoni,ls qne embelesan
a los
ànjdcs
del cielo. Sensibilidad,
lel"llllra, illoceneia. e,~ poesía. lIai
tamhien poesía 'terrible;
la poesía de la razon cxtra\'iada,
de las pasioncs encen(lidas,
del alma Hcosad<l_pol' los dolores grandes,
que se
aferra sobre ella en forllla de blasfemia, de (Ie~esper<lcion i maldíeion:
la pocsia de Joh delirante, la- poesía de Byron en el frencsi de su ínfCl'lwl lormenlo.
Esta poesía hierve como Il('gra espl1ma cn I1Jl vaso
de: (Iiamallle;
corre cuallorrclllc
de lava cncendida
POI' 10s floridos
campos de Parlénopc.
~i la poesía no es gl'allllc, ba de ser sencilla i
am'llllc.
l'\i los dioses, ni las columnas Cil qllc los poetas pe~an los
nvísos rie SIlS obr1ls, aeeplan la medianía:
llol'acio lo dijo. La bajcz~,
la ,¡Il'za, ln indeccncia,
la mf'nlira,
la difamaeíon
no SOli elemenlos
de poesía: las IlIlIsas no Irahajan Cil esas Illll'llns tPlas, ¡han mcncs1er parn SIIS ohr,¡s cI hilo sérico i la pLJ'ïlllra de Mclihca.
El "ampiro
no cs poCI<l, el vcrllu~o no es poda, la hiena no es poeta, el cerllo no
es po!'!a, tlÍ no l'l'CS pocta, Icon mera!
QlIé lenían (llIC "el' las ceni.
zas de los muerlos con los trisles SUCI'SOS cie lu, qllc ",í"inus?
QUt
cnlpa ticllclI tic mis el'/'Ol'es o de mis "el'dat/es,
rnujerei,
niiios ino,
ecnll's ~ Qué '~onexiollc~ elllre las miscrias i l~s pervcr"sidadcs ,le la
poltti('n ¡las salllas COsas del hogar i cie la tllmha?
La inmundicia
ue III pecho fermellla ;d fllq~o (le la ell\'illia: IÚ 110 cres mi cnellli¡;o,
110 erc, mas qll~ mi malhcl'llOl',
I tus p,,,lre,? i tll Illujcr ? i llls hijos.
mi,('/-nl>lc
.? l'Ill soi Ill(Hlstrllo"o clljendro de <lus razas mallliras
si plil' nillnl'alcza no flle,e \'0 hombre ¡fe Lien i temeroso cie Oins, le
seria por hcrcncia.
"as pC~OI sobrc mi la maldicion ql1C l'csaba sobre.
Jeremias e Isnías:
lloro Jlor Jerus,dl'lI, i hago arder mis là;;rilllas:
ese fne;;o dcvora a mis amigos i encmigos:
yo soi ti diablo, cllos los
réprohos.
Si Illis idca~ i Ins sCllli/llicllto~ rie mi ¡¡uimo hnhicran
¡;(ldido l'Il
-.. ~ó c;¡marse en hechos positivos, hai en la tierra nn pais hermoso
donde
hoi viviría un pueblo libre i eivilizfI(lo.
Aun cuando la ici cie Colomúia no me tocara por el tiempo,
libre
hubiera yo nacido, porflue no ~oi hijo de negros, i porque hai ciertos
hombres que no plleden
ser eSc!fI\'os ni en la esclavitnd.
Qué loco~,
decia Diójenes, h~I'I:lIlclo dc los que le tenian cautivo;
no saben qne
ellos son rois C,r.];¡VCH. En/p.s hai lihrcs por natllralp.za, i p.ntc5 esclavos par ua(uralcza.
El c.spírilll que nu ,e acol110(la cn la cstrechura
dei
mund!), tira I.!lcia la luz i brc¡;a pOI' levantarse i cspfleiarse en los àmhilos de la inmortalidad,
es libre pOI' lIallll'aleza,
libre en demasía,
i
este vicia cs el aehflquc
(lirino en (l'le vive bJtallando
con estraÏlas i
granùiosas sombras.
El alma turbia i peqneÎ\llela
en la cual no dan
toque
las tiernas afeccioncs,
i nI) siente In5 cnrazonarlas
sublimes de
la libertad, ese es esclavo pOI' naturaleza;
i si 5:1le de la plebe, como
la de los ministros,
jencralcs,
senallores
i poelas qne han querido
asesinarme,
la cs tJl11biel1 de eonùiciGll:
su e5la(lo n ;ttural cs la
servidumbre:
se sienten mas tranquilos i felices cuando tienen quien
les domina i mantenga.
Raspad en un caballero de la Amèriea
ncl Sud, i bajo la cpidérmis dareis con el indio a COli el negro de Afdca.
Esto no nos perjudica : Benito Juárez era a7.teca ~¡u gola de saugre espaiíola, i meti:1
.emperadores
t'n buena guerra.
l\'o perjudica
tampoco la ~angre popular a los hombres prominentes
del viejo mundo.
Alejandro Dumas
fuè mulato,
semejante
a su padre,
el jeneral
de la llepública,
el
,compaÏlero de :lIoreeau;
mulato
por consiguiente
es su hIjo, uno de
los primeros escritores de Frarici1.
Adolfo Thiers es bija del pueblo,
i los principes de sangre real le besan la mano, Uncoln, carpintero;
Johnson,
sastre - 1 Presidente
de los I'~stados (nidos!
1 qué razon
sufre que uno que no conoce padre injurie sobre este capitulo a uno
que los ha tenido honrados i amorosos?
El amor paternal es nobleza
para los hijos:
el que no ha disfrutado esa dicha ni un instante es
el negro verdadero;
i si hai un híbrido ¡monstruoso
enjendro,
serà
sin duda el que ha naciùo del incuba invisible.
;'IIi color no es cclri.!o, ni dcslurnl.Jrnnte
cama en los hijos de Alhiou; mi sol e.;til siempre en el equinoccio,
me h::lee hervir la sangre,
i su lnz eoucret::lda en elb, mc sube d rostro.
El alma, como la pluma del cisne;
por ell::l no han pasado las pc>tilentes
sombras
del
crimen ni los vicios. Hèetor
Yarcla (lija cu el Pedl, qne no se habia
atrevido a tralal' cicl't::ls matcria;; cn sus escrito;;, de lIIicoo de hl calumnia.
• Cner(lo Vareh ! sahio Yarcla!
j'a, rn;¡s awlaz o ménos
caulo, he pucsto el pccho a la call>n1I".in. i\lis i:1íqniclallcs, mis ingra.ti~udes, mis infamias, bs hnrl'ihlp.~ Consas de mi c.ar;Íctp.r i mi vida,
están todas en
El Cosmopolita,"
Tolle, talle, crllci/ige wm.
H
JiCD,
,. mera insulto t:¡mù'cn ;LI ¡¡",trc larcIa en !ln torne:
~Ut! OC~SiOD ¡Je h" ùi.curoos I'ronuuciaùos
cn cll'~r¡':.
711i:l
articulo
"
ùe
peri,;.
- 26CAPITULO
m: LÀ nmïESTlDÀD
VIII.
I LÀ PIn;DENCIA.
" La persona que tUYO la ùesvenlllra de probar la espuma de sus
" gruesos lábios, debe lener la lent;ua cakinada,
el corazoll ulcerado
" i el alma rebosandu
en hiel. Compadezcàmosla,
pUl' ella i por sm
" hijos."
J,a contestacion
a esta il11pi~clad se omile por temor de Dios i
por misericordia.
Il hombrc
brutal que hi.'ió en la mano a la diosa
del amor, fuè devorado por sus propi'Js caballos;
i el que se atreviÓ a
profanar con sus miradas las deslludas formas Ile Diana, dios,", dI', la
pudieieia,
sus mismos perros le comieron.
Los hombres
han íija(lr
un límite a sus iras i abol'1'eeimÏl~lIt()S, i les haIl dicho:
de aqui n(,
pasareis.
Preciso es que la" pasioncs den COll 1111escollo insupcrable,
a cuyos piés se rompau i dcsha:;an, a flll de (lllC no sc tra~uell
la so'
cicdaù humana
con su moral i sus huenas
costumbres.
Hoto el obstáculo del pudor, ¿ 'Iné será de las leyes di\"inas i ei\"¡¡es? lIse lfmite
donde los hombrcs
se han comprometido
a detenerse es el ho~ar,
porque alli demoran las (!il'Ínidnùes de la pudicieia i la felicidad, o la
de la desgracia fille tambien es Ulla divinidad, i mas respelable
que
las otras. Pero ya nos cstà succdicndo
lo f]lIe n ]05 judíos,
que UJan
ruidos misteriosos
en cI templo, veian señales siniestras algunos aÏ10.l'
ántes de su eal:isll'ofe, cnaIl do el porvenir
a¡rallo les venia amenazando con la ruina;
¡los s;\ccl'llotes Ile la moral c,claman
como d
·gran sabino:
oh templo, oh IeIllplo, por qm: le cstremeces !
Oh templo, oh tcmplo!
te cstrcmeccs.
porque la ira de Dios
prende ya ell cI scno Ile 1 ru tll1'O el ruego que ha de l'onsnmirte:
o!)
templo, oh templo I te estrcmúcc;"
porquc ves la mi,eria i dispersion
del pneblo que se reune entre tus paredes:
oh templo,
oh templo:
te estremeces,
porque va a l1e!!;ar ci dia de la raza maldita;
va a castigarsc el deieidio, ci mayor de los crimencs.
t:streméecle,
da ..•.OCI:.
horribles,
alaridos siniestros, oseméeete,
estrcmècete,
oh templo,
oh
templo!
A dónde vamos por ese ùerrnmbadero
tenebroso?
Yo escribí (k
política, e hice con buen 6rdcn mencion de algunas
inicl'lidadcs
~I
ella pertenecientes:
\'050t1'OS ¿ de què habeis escrito?
Conteshlcion,
ni una palabra:
yiluperios,
fabellatles,
calumnias,
cosas horribles, i
al fin al:lais el brazo conlra la erialllr¡\ inoeeute, le clavais ci pUÏJal (>l
el !Jccho, ,'iolando et tcmplo ¡Jc la pwlicicia.
líuÍiI, malvados!
HICS
tras caballos se tirau sobrc \osolro~.
Corrcd, i!llpíos, \'lIcstros perrll,.
os <levol'an. Oh templo,
oh tClll¡.!O! estrcllll;cde,
centellea,
lan¡':l
clamoI'es espantosos.
espinosa, mal soldaùo. 411i,iste matar
a una mujcr, i el tiro L'
salió por la culal;¡:
te airaH'sa;;!t: d cora/Oll, ;;n¡ciJa. Si ha,ta ahol a
no has podido la\'"r COll Jo: l\l\llc'
ici '\HlJ':C:cI C~'pllllla Je (;"(j~ UL.io:;
- 27110 la lavareis jan1:ls. Los dioses mandan qne sns mismos
perros Jes
devoren a los impios que violan el templo del pudor. Si por coumisceraeion i por respeto a la moral no perdonase yo en esta grave ocasion, ahora veriais cómo hiere la espaela de la justicia en mano de la
mocIe~tia indignada, i cómo se contienen las irrupciones de nna lengua incasta por los lUnares sagrados dc la vida. Es ya lástima negra
el ver un hombre llcrido por sus propia5 armas, para que nos pongamos tambien a arrastrar su cadá\'cr maldito. :So calcinan la lengua
de una desventUl'ada ni le ulceran el coraza n sino los làbios sacrilegos del perj uro que rompiendo StlS votos, hurta en las tinieblas los
placeres que le son prohibi{los, yiolando ci sagrado i temible tribunal
de la penitencia. No sabiais csto, IClln mera? Ahora dime, cuál
tcndrá el alma reuosando en hiel, si la desventuraùa que probó la
espuma de mis gruesos làbios, a el împlo qne escribió esas líneas del
demonio.
:\Iirad, amigos, si os cstà mejor poner en el silencio vuestro odio,
i dejarlo fermentando cn él hasta qne yo hnbiese dado por qué llorar
a los qne me aman. La tumba cs cnemigo indefenso; herid a vuestro sabor en cHa; pero en tanto que no mc asesinais, notorio es que
la razon fulgura en lUis manos i su~ destellos matan. "Dc estas manos atadas ¿ què 05 temeis? a cste hombre azotado (qué mas le
demandais 1" No, yo no digo eso, porque si adoro a Jesucristo, no
alcanzan a imitarle mis fuerzas de cristiano.
CAPITULO
IX.
JUDAISMO.
Esta mañana al paso Yi mu mal'Ímorcna en la. calle. En /0 ciego
de la c61era, una mnjer le dijo [l su contraria:
Caucza de judío! Así
el hebreo que me busca las cspaldas me ha dicho; Cabeza de judío 1
PC¡'o a mi me dejó el decide COl"aZOil
dejudio i mano de verdugo.
Ejecutor! ejecutor I comulgas a medio Ilia, i por la tarde le cortas la
cabeza a Jcsucristo, la quc no hiciel"on los otros.
Está enseñando al pueblo i abriéndole los ojos; erucifíquenlo!
propaga ideas perniciosas i dice (IUC la libertad es buena: crLleifiquenlo! Quiere levantar los corazoncs a grandes movimientos e infundirles afecciones clcradas: crucifíqucnlo r Habla del l'ci i sus
ministros, abruma a los fariseos con sus recriminacioncs,
saca del
templo a los indignos traficantes; crucifir¡uenlo!
Aconseja \.In sagrado tcmor por los sepulcl"os, respeto a los oncianos, ternura por los
niïlOs: crucifiquenio!
i~os aborrece diciendo quc matamos, nos desprecia diciendo que rohamos i mentimos:
crucifiqucnlo! Llama crímencs nuestl'as aecioncs, vicios nuestras costumbres, i afirma que su
Dios no nos recibid si no practicamos las virtndes: a la cruz! a
la crut' !
- 28CAPITULO
DE
La hipocl'esill
LA.
cs el suplicio
I1IPUCIIESÍ.L
a quc condellamos
e t\.PlTlJLO
DE L.l PROBIDAD
I:~
X.
a Dio~.
XI.
LOS 11011811E5 IDE!.
1I0!'<OR E:S LAS NACIONES.
Dcsde t'ou(luet,
el célebre mínisl1'o de l,uis ci Granllc,
per~Olla,
(le alto lugar se vcn en tod:l~ p:lrtes (IUG deshonran
a S,1 patria eOI~
una lastimosa desmentida
de la confianza COli 'Ille ella les distingue ~
engranùece,
Sn corazon hueco no I'esucna cLlmo cloro, i deslumhrados lIai' los fal60s resplandures
de la fortuna,
se van tras las falace~
insinuaciones
de la codicia, 'Ille se lus l1e\'3 i lia. con ellos cn el abismo de la infamia.
FOlllluet muere cn la Bastilla, por inllde\idad a la
nacion i all'ei, i poco lc aUllnflnlas elocllcntes
quejas del cisne de la
prosa, • eua ndo la posteri,lad
le ha condenado:
a nadie le salva la
benevolcneia
de los COllll)asivos, si la justicia de los austeros
le acomete. No cngaÎlcmos
a la postcridad
vendiéndole
por ilusll'CS nombres 'lile deben morir, por honor de los que los llevan,
ni tengamos
por dignos de respeto a [lnicHes COli sus acciones se vuelven
desprec iab le.s.
E! viajero que visila la penitcnciarÍa
de Albany en los Estado'>
l}nidos, ve entre los presidiarius
un homurc mui aventajado de uarba.
de porte majestuoso,
mirada Illclallcól ica: aspecto, Cil lin, de un re.
en lo sumo de la desgracia,
Es el Mayo\' Ho,lgc, empleado
superio.·
.lell11inisterio
de Hacienda,
eOllvicto de concusiun,
dcsfalco,
roUO
lIai suerte mas infeliz?
Entl·e los ruidosos aconteeimicnlos
dcl aïlO-D1ùnstruo,los
francl"
ses han devorado mil desdichas i amarf:)lIras:
la ruina (le su pode!.
ti mengna de su nomhra(lía
COIllO guerreros,
la crasa rijidez de su"
vencedOl'cs, el hambre,
la sumersioll
de los mas grandiosos monumentos de sus glorias,
nada les ha allijitlo pOI' el eslremo
que la,;
gotas negras caidas sobre la probidad,
ci honor galo, que vivia blanco;
erguido como el cisne:
al¡twl p;¡triotismo pUll\lonoroso
del frances.
por el cual se vola a las espadas i se quita ci pan de la boca por L
salull de la patria, l~jos de liraI' a cnri([ueeersc
con sus desventuras
Victol' Place, cónsul jeneral
de Francia
en los Estado3 Unidos, ( .
llhora un triste resto del jènero humano cnlodado i pestilente.
LI
patria sucumbía,
i él especulaba frauùulentamente;
la patria
mori;;,
de hambre, i III la defraudaba burlando su conlianza.
El cónsul jene·
~ La' mar'lllCS,(
ÙC ~C"jgll(',
- 29j'al de l'1'al1l'Ïn en lus Estados Unidos es a la fllcha llll preso,
por nu
decil' lin presidiario,
Todo lo ha perdido la ilustrc
nacioll francesa,
ménos la justicia.
Los colombianos
t¡ue le han echa(ro ¡¡l¡'ostro al Ecuallor
el escándalo de haber visto un ex-vice-presitlellte
Cil \lila demanlla
igllominiosa de policía, i huir otra ocasion de la plaza COli UII horrible
grito a Jas espahlas,
i han pue~to olvillu Cil su secretario de la Corte
Suprema fedcral que huye cargado rie Sil robo?
Del 11110al otro es~
tremo de la Confederacion
¡'csuenan todavía las voces (le los hombres
de bien que corren tras el indigno prMugo,
i apènas
si empieza
a
silenciar la jnsta i noble alharaca de los jellerosos
ciurlQ(lanos de Colombia,
~i Francia es puehlo de conemionarios
a causa de Fouquet
i Place:
ni los americanos
del N arte merecen en COllllln el presidio,
como el Mayor lIodgc ; ni Colombia es cÓmplice Ù\l su gran empleado
i fuga COli él a deseonoeillos paises;
ni los eClla tariano,;
todos
son
ladrones, porque uno, ci mas infeliz de entre ellos, haya venido
a
robar a cnt¡"ambas manos
al pueblo hospitalario
i bondadoso que le
acojió en sn seno,
Yo se mui bien que muchos de mis compatriotas
me harian
trizas en este instan le, si me puJiesen
haber il la mano:
esto 110 quita
que yo les defienda a todos, aquí como cn todas partes, cuando va en
ello la honrajeneral
d'.lla nacían;
compllesta,
sin duda, de mas hombres de bien que jente inicua,
Solo dc los trogloditas
se pudo decir
que eran U11pueblo perverso c infame;
i aun asi huuo cntre ellos
una familia honesta i virtuosa que les convirtió i redimió.
La mayor
parte de una naeion es buena;
si los malos preponderan
a las veces,
110 es a causa Je la corrupeion
jeneral, sino !l0f(tllC la maldad tiene
su impetu i Sil fl1c¡za llue les hacen pl'cnllece¡' soln'e los huenos.
El
honOl' de un pueblo es cosa mui aIta i respetaule:
un traidor
puede
"enderle,
pero 110 le mancilla;
uu ladran puede inquietade
e indignarle, pero no le deshollra.
Caco es mui antiguo, i sus descendientes
viven esparciùos
por la ci¡'el1nfel'eneia de la tierra,
:'\0 juzgueis
de
Lodos por uno solo; c;;ta seria la juslicia Ile C:1Ïfàs: los crímenes i
los vicios SOli el legado de Ulla buena parte del jèllero
humano,
pero
el globo de los hombres, su angusLa maY0l"Ía, merece bien de la na·
turaleza ; si asi no fuera, Yol\"eriall a arder Sodoma
i Gomorr3.
No
hace al caso el que algunos tilósofos sombríos,
exasperados
por las
iniquidades
de sus semejantcs,
juzguen del mundo como de llna obra
del espiritu
malo:
Vauvenargues
i Laroehefoeault
son tal vez justicieros, pero son crucle5, O ¡llimista!
csclan13r.:.in algunos;
él <Iue es
otro Vauvenargues.~
__ Oh Dios! en este instante me sopla la brisa del
Paraíso.
- 30C\l'ITULO
MO:\STII1'OSOS J:.IDlI'L.\lItS
XII.
DE
C.HUM:;L\.
" Se salvaní.;
• pero Sil fama?
su lIomhrc?
De eso 110 conoce
,; ci jurarlo:
hai un lribllllal
mili yaslo, Illlli alfa, llIui sabiu flue en" ticnde esas materias,la opinion
pÜblic3.
La cstima no se gana
" con rucgos prÏ\'ados IIi con illsolcllf~i,IS nolorias;
110 hai cngaiiifas
" IIi 4uisfluill:¡s cscoláslicas;
la covachuela
liada puede.
Esc tribunal
" cs C0ll10 el Arcópag-o, /fliC juzg-aha cn mcdio de la oscl11'idad, para
" lIo'dejarse
seducir por la elocucncia
dcl.ieslo ni la rctórica
dc los
"jurÏ;consllltos.
Losjncccs yan al gl'auo: la ycrdad, la H:rd"d i nada
"mas.
1~1infelice ha descollado rie rcpentc con un arroyo impondc" rabie para Cel'l',I1' con la asociaeion
jcncral,
como si agravian(lo,
" cnconando,
pcr;;Ïglliendo a los (Icnus mejorara Ile cau,.;a . .\0 "diera
" mas lin porte digno, una conrlllcta sCltoril, lin aire de majestuosa
" dcsgracia, ya (lue desgracias le slIcc(licron?
Aqucl yiejo quc pos" trado cn Sil lecho,
al cual Ic echaron sus prol)ias armas, 110 siglle
" aconsejal1do rluc lllatcn a sus compatriotas
(105 colomhianos),
,ni
" blasfcma, ni se desc;;pcra, i cn me(lio de dolorcs i suspiros
lo atri., huyc toelo a la Provi(lcncia,
vale ahora mucho
mas que sus mal
" avisados parienlcs i amigos. Sí, la Proviùencia anda mctida cn todo:
" airc sutil, sc nos entra por las rcndijas
dc las pucrtas;
visla pcne,. tranlc, rompe las tinieblas i nos espía cn nuestros
afancs del erí" mcn;
oido perspicaz,
traspasa
las parellcs, i no sc escapan ni las
" palabras pron unciadas Cil secrcLo. Eso '1IlC llamamos acaso, caslla" lidael, eso es Providcllcia:
s:n clla no huhiera acesor ni cualidades .
•, Algunas Ycec.s nos deja Ilegal' a viejos, vivimos prospcrantlo
cn lne" dio de nllestras ilJirluidalÍcs, t(Hlu 110"; sOIll'Íe. La PI'o\'Ítkllcia
sabe
" ~spcrar:
espcra
;\ca';o lodo eslo e- \lonIl'c fuisle bueuo? acaso
" son tus males efectos de tus virludes?
Providcncia,
Providcncia.
" El sufrimicnto
no le sienta mal al culpahle, i ménos al culpado.
" tos mas terrihlcs fracasos pucdcn tracr consigo cicrto iutcres que
" nos concilie la simpatía,
o por lo ménos la compasion
dc nuestros
" semcjantes:
el l'CO quc sube ¡¡ohcl'bio al patíbulo, i cntrcga al ver" dugo la cabeza cntrc bufonadas
o blasfcmias,
causa en los espccta" dores lastimosa rcpugnancia.
El valor, quc ojnlü cn lIiug-un cvcnto
" nos abandonara,
es mui divcrso Je la insulencia;
i la sobcrbia
no
•• fl'nctiflca ni en los Ùnjclcs dcI cielo, ménos ea nosotros miscrables,
., que a cada paso eorrcmos pcligro (lc cacr Cil manos de aquellos
a
•• quicncs IlCmos ofcndido.
" ..
lIombrc
cn cstrclllO
dc,.cui(lado
ùc,i
mismo;
(la su golpe,
- 31" i 110 hai en ].óndl'cs )¡;ehu;;uino mas tieso i almil!tlll;lIlo. ]Uajistrado
•• rlesdcÎlOso de la iustruee;ou
pÚ:llica ; da sn ¡;olpe i sc mele a maes" tra ¡Je escuela.
lI11nÜlùan, bondadoso por defuera, casi tímido,
da
" su f,olpe, i \la couoce tèrmino cn I:1s m~las a~cíolles iel (Ieseufreno
" de la pluma
Esa "iejo postrullo,
resignado,
prllllelltc,
'Ille ,'e a
" la Providencia,
de;plle~ de h::d.lcr hecho tautos males a SIlS seme" jautcs por tll) hauarla listo, ese lleb~ scrvides de instructor.
Ejem•• plo vÏ\'u de los vai"enc., d~ la Sucl'te, eseol1lul'O herido por el rayo,
" padre que palleee en sus hijos, hombre
(J1le pa(lcce Cil su cuerpo:
" tortura moral, tortura lÏ;ica: i I[ué experiencin!
Si su arrepenti" miento es sillcel'O, 11,le salga a ,'il'il' ùe nuevo, rllfresc,lllo, depurado
" con el bautismo del dol¡)r l)IlC redime las almas;
si es ficticio,
pa" saj ero, que ))(1 se levante. *
"AlliÍ Cil esos tiempos (le sahi'luria
ea qne Ins virludes iban co" ronadas;
cua odo los eilld~(I¡¡llOS distingnidos
habían
cometido
" un ùelito, dejaban crecel' la barba en 1!'Ístc drsafcíle,
110 peinaban
" la cabellera,
i vestidos de luto i alHlrajosos se presentaban
al IllIe"b]o.
Parece con creclo ljl:C Ulla cierta llUmillacion
i un espresivo
" abutimiento
son IIccesal'Íos en cI delincuente
que comparece
a jus" tieia anle el tribunal,
i se halla a ta vista de sus conciudadanos.
La
" entere./:a del alma, que nace dc la conciencia pura, no sc opone a la
., modestia,
iel rleeoro nunca
adlYlite la compaÎlía de la presuneion
i
H el desvanecimiento.
j,a inocencia
puede alguna vez ser orgullosa,
" nunca soberbia;
pnes hai un orgullo que no es defecto, i es el que
" causan la pràetica (le la moral i los sanos principios
ùe la filosofía.
" Este orgullo 110 es mas !fue reconocimiento
licito del valor propio, i
" noble satisfaccion
de lIuestrns acciones para con Dios i COllias hom"bres.
El de los cl'iminales no es or3ullo, es soberbia, i por la sober" bia nadie se ha sal\'a(lo hasta ahora.
Si a lo mén05 fuésemos a fun" dar un reino en los abismu~
Pero si cuando
mas le sirve su
u atrevimiento
a nn desdichado
para cOlleitar la furia del verdugo i
" hacerse agarrar por los cabellos, no veo yo el mérito de su indolen" cia. Guárdenos
el ciclo de cometer jamas una aceion próhibida por
" Jas leyes divinns o las humanas.
de esas (lue se llaman
delitos:
si
"por
des¡;racia la cometiésemos,
la mancha
de la conciencia
nos
" saldri:\ al rostro, j JlO anduvièramos
ufanos de nucstra vergüenza.
" Por Dios, la patria i el honor se jJucde hacer todo:
por la codicia,
" la soberbia i la vcnganza,
nada que sea bueno.
" Sea uno en buen hora 1;Túlt pocta; pero si es hombre malo i mui
•• malo, csa ealid::d c¡n'; imparta:
Si bicn sc mir:1, no pllcJen coocu" nir en la misma pcrsona la pocsía i el des"cJ inmoderado
e ince" sante del mal:
n/:;o hai PUI'O, delicaú,),
san lo cn la poesía:
nace
'k Se le,~ntú,
.pul·eJ·~C.
j;,c nn;ú
crudlllcutc
Ù~ III l'roviù(Jld~:
nunca baLi:. ~id'J tan
"en
el :.Ima c~a .liriniclall aèrc:!, hicrve i se acrisola
en ci coraZOn,
" i tirada arriba por ell'cnsamicnto,
sale por la garganl:!,
i blanca,
"tic1'lla,
bclla, echa a "obi' cn cadcnciosos
vaivenes,
cncantando
" \'C\'lladeramcnte
a los qne oyen sus celcstiales trinos. El cisne, sim" bolo dc la poesía, cs el arc mas aseada i pulida quc la mallre ticrra
" crió para su embclcso:
nada pomposo
i cle¡;ante,
rompiendo
el
" agua con Sll vasto pecho:
su cabeza está elcrada,
como aspirando
"al ciclo, sobre el crguido cuello, instrulllClllo
sonoro
quc despide
,. r~l1\(lales armouiosos de mÚsica divina:
SllS ojos brillan límpidos i
" miran inofcnsivos i simpÙlicos:
sns cncarnadas
palas ranlcndidas
" háeia atras, moviéndose <IIdiapason
,le SLlS accntos:
sn cola lc
" sirve de limon
i Sl~ ml~nca voluptuos~:
nada hai en el cisne que
" despiertc lln<l idea (lesagraclable,
nada que ofcnda,
nada que re" pup;ne:
esta cs la I'0C51a."
1 a estas mis atroces calumnias,
mera, el poe/a,
exclama
como
Sócrates:
ese 110 soi yo! 1\0, mi "illa ; no, mi bicn ; esc cisne 110eres
tù:
tc lie calumniado.
Pero licncs quicn te dclil'nlla ; Bavio cspi1I0sa grita:
calumnia!
1 Ill, que cn lo de orar i cscribir no rcconoccs snpcriOl', f;rilas a lu vez: calullInia!
i para probarIo,
aÏ1ades:
"I.adl'on,"
"l>ribon,"
"estafador,"
"pillo!"
con \1na pulcritud,
una grandeza, ulla pocsía, quc· las n1\15aS te cOlonan cn la cumbre
del l'arnaso.
Tus cisncs son illOiS clelieu(\os que 105 mios. No les oyes
pasar en allo ,"nelo llenando ùe m<1jica armonía las orillas clell~rida-'
no? Son los cisnes ùe Virjilio, sou tus cisncs, mantuallo
egrejio.
C.\.l'ITlLO XIlI.
nl: LA A~IIST AD.
"Nunca dejù transpil'ar un sentimiento noblc ni un a idca jcnc.
ncrosa. Jamas tuvo un amigo."
Este jamas scria mas terrihlc
i ùcsesl'erado
que cI del judío
errallte, i cnvolveria él solo Ioda la desgracia del I1lUllllo. liacier.do dc\
\Ill hombrc objeto de mal,licion.
Quién puede vivil' sin comunica"
S11S pensamicntos
i afcccior.es, sin ali,"io para los qlleLranlos
i zozo·
bras de la vida? El amor cs incompleto
sin la amisl,lll,
i do ode h
()onfidencia
no toma sn ùulce parle, los placeres mismos del corazoll •
se ahogan ánles de tiempo cn la ril1largura qLle viene d,'spucs de ello"
El corazon es un melodioso instrumcnto
que uslà sonando
con arCl'
tas i pasioncs;
pcro nceesita que le rcspondan,
para formar ci eml>f)esante eoncierlo quc sc llama felicidad.
Cuál será el urnvlo pech'
quc no haya e,perimcnlado
la 3feccion tierna i jcnerosa
qnc lira .~
fundir do, ••1m3;; en una l¡üIn, pOI' medio (lc cse Cllcadcnamiento
c!
emocioncs quc 110 Ic~ pcrmitc scpal'arsc?
Los anti~uos
h(;rocs, est·
que simbolizl\ll
la naturaleza
hUlIJana en SIlS l;rLlndio5as proporcionc
110 tllvicrUlI .\lr;lllla H'Z (;'pu~a ui qUI.Ticla, ploro a uiugllllu le [altú,:
- 33amigo, Aquiles suspira a los piés de la belleza de Sciros, tañe i canta
en los jardines de la aituta Deidamia;
a en sombrío enojo niega su
espada a la guerra i permanece
en su tienda solitario. Mas al nombre
de Patroclo, PalI'oelo muerto por el enemigo,
salta, empuña
la cuchilla, vuela, destroza, cs el dios del exterminio.
Qué es Achales para Eneas?
Amigo. Què es Orestes para PHades? Amigo. Te;¡eo i I'idloo,
arnigo~:
F.paminonrlas
i Pelópidas,
amigos.
1 vosotro~, adolescentes
bellos, que asi os amais i velais uno
sobre 011'0, cual si fueseis dos pequeños
dioses; vosotro§, amables
hijos del corazon i la cabeza del mas expresivo de los hombres;
vosotros, Niso-, Euríalo, que sois? AmiF;os. La a mislad ha sido consagrada por los poetas desde Hesiodo. i los filósofos no la desdeïlaron,
sino
los que hacian gala dc un triste i enojoso retraimienlo.
Qué imp.orta
que Crisipo sc ria Ila~la Je SIIS hijos, i lus cumpare con la saliva oe su
boca ~ Estc cínico no ticne prosélilos, ni fundó jamas escuela. Plaloll
al contrario,
suaviza la austeridad
selvàtica de Xenocrales,
i le aconseja sacrifoear a las :Ilusas, llamándúlc
su amigo. Ah, sí. sacrifiquemos
a las !\lusas:
aU1~mos, tengamos
amigos,
acaricien,os
a los niños.
El que por desgracia no tieue un amigo, es impio,
porque los humanos afectos son una relijioll, i ademas, corlapisa
tan necesaria como
agradable de la vida.
ln solilude.
What happiness?
Who can enjoy alone ?
Jeslls, el divino Jesus, dejó de tener un amigo?
Madre i amigo
fueron las necesidades
de su eornzon.
";\ladrc,
hé aqui a ht hijo;
discípulo, hé aquí a tu madl'e,"
Cómo confollllia COll la amistad
los
afectos mas profundos de la natlll'nleza!
1 J no la habré experimentado jamas ? pncs rùmo soi parn sc: tir estas cesas i expresarlas?
Los
ánjeles ticncn sin uLlda afeeciodcs que nos son desconoci,las,
porr¡ue
en el campo de la in mortalidad
mnchas
cosas debe de haher de que
nosotros no abrigal'Els idca : pudi¿ramcs
describirlas i hablnr de ellas
sin conocerlas ?
Soi solo como el lean, dice el orguilo.
1 el quc cslo dice, posce el
corazon mas tierno i amistoso que sc albcrga en pecho humano.
Solo
cs como el lean el poeta de la tortura, i anda vertiendo
lágrimas abra.
sadas, porquc su Il'iste suerte le coudena a la solcdad.
Solo como el
lean, i anda suspirando
tras su esposa. S:.I10 como el lean, i estrecha
a su hija contra su pecho, apesar de la distancia i la desgracia.
Adn,
Sole daugther of my hearl (lnd housc I
Jime,jime,
lean, que cuando jimes eres paloma,
Solo soi yo tamuiljn : solo como clleon
cu mis orgullos:
solo
como el àg'lila en mis sobcl·hias:
solo como un espiritu cn mis arrobamientos:
solo como una sombra Cil mis tristezas:
solo como una
alma en mis peregrinaciones:
solo como un proscrito cn mis pesa. Ùl1lobrcs. El mstcrraoo siemllre eslrl sulQ, ¿ tto kt s!lbiais ? l'CI'O len~(1
:)
-34un compañero invisible que me sigue a todu parles: cuando amo,·
se llama amor; cuando padezco, se llama dolor; cuando siento un
gozo incomprensible, se llama alegria; cnando lloro, se llama làgrimas; cuando me esfuerzo, se llama consuelo. Esle amigo es bello,
puro, amable: este amigo me lo manda Dios.
Cuando aborrezco se llama odio; cuando grito, maldicion ; cuando amenazo, soberbia; cuando desprecio, vanida'i; cuando castigo,
venganza. Esle compaïlcro es negro, feo, horrible; me lo envia el
enemigo; con él me esloi mui poco; le quiero mas al olro. Pero
estoi sola: el deslerrado siempre está solo.
" .'ama.~ tuvo un amigo." Què dirà a esto mi amigo Zaldumbide,
el cual, en una de esas demostraciones mias a las ljue no alcanza su
coraton, me tomó en sus brazos con vehemencia i me tuvo un buen
espacio conlr" el pecho, juràndome ser mi hermano hasta el fin del
mundo? Mas como poeta, sabe sin duda el decir de Ovidio Nason :
No se sientan las palomas en el tccho arruinado:
lSo acuden las hormigas a la troje vacia.
CAPITULO XIV.
QUÉ ES U VID.l,
SEGUN
SÈNEC.\.
Vivir, Lucilio mio, es combatir, ha dicho csle filbsofo. La vida
ella guerra: cada dia una batalla; cada acçion ordinaria una acomelida. Los hombres no SOli hermanos, son enemigos; i si son hermanos, la son a lo CaÏ Il i Abel. Hel"manOS, para quitarle la vaca al
pobre, i envenenllrle el pe.rro al vecino: hermanos, para seducirse
mútuamente a las mujeres i engañarse a las hijas: hermanos, para
hacer alarde de las desgracias ajenas i fisga de las necesidades: hermanos, para confiarse los secretos con ma~ holgura, i echarlo~ en la
calle a la primera oportunidad: hermanos, para levantar~e quimeras
j darse de tomiscanes:
hermanos, para morirse de ira, envidia, venganza, i andarse bebiendo la sangre, cuándo a gritos escandalosos,
cuàndo en sUencio i a la sorda. El que no es viclima es verdugo, ya
la dijo un gran poeta. La quijada del asno es nuestro tirso, nuestro
daduceo ; somos emisarios de paz, i sembramos la discordia; hablamos de fraternidad, de amor, i nos echamos las manos a las barbas,
i nos aganamos con lu. dientes. A cuàl de nosotros 110 podría preguntarnos el Señor; Caïn, qué has hecho de tu hermano? Señor,
responderia uno, le maté con quitarle su esposa. Señor, dirja otro,
le maté, COll venderle un secreto. Señor, diría este, le maté, robándole un caballito con que ganaba la vida. Señor, diria ese, le
maté impt:tàndole una aceion que no habia efectuado, un pensa.
miento llue no habia tenido. Andad, malditos, repondria entónccs el
Señor, yo os pUle en el mundo para vueslra dichal i vivis empeñados
en cultivar i esteDder vuclitra infelioidad.
-35No tan insigne guerrero como los grandes capitanes qne ganan
batallas, pero yo lambieo peleo i he peleado. He peleado por la santa
cansa de los pueblos, como el soldado de Lamennais; he peleado por
la libertad i la civilizacion; he peleado por los varones ilustres; he"
peleado por los difuntos indefensos; he peleado por la; virtudes; he
peleado por los inermes, las mujeres, los amigos; he peleado por totodos i por lodo. El que 110 tiene algo de don Quijote no merece el
cariño ni el aprecie de SllS semejantes.
He desollado verdugos, he desollado pícaros, he deso\lodo ladrones, he de!lollado traidores, he desollado indiguo!!, ho desollado viles,
he desollado ajiotistas, he desollado tan los mal intencionados,
he
desollado ingratos, he desollado todo lo desollable en este mundo, i,
gracias a Dios, ajusto lítulo soi un mónstruo. A mi tambien me han
desollado con mano inhàbil, torpe; pero yo no dejo mi piel; me la
echo al hombro, i como san Lorenzo, me voi mui fre!lco, porque un
rocío celestial me baña en lo vivo, i destruye los dolores de esa inmensa llaga.
CAPITULO
XV.
CO:NCLUSION.
Si la vida es la guerra, convendria morir tan pronlo como nacidos. Jamas siento yo por el que se muere (cuando no le quiero), ni
pienso que nadie haga mal en morirse; :intes por el contrario, tengo
entendido que esta es la obra mae;tra de la vida; o por mejor decir,
la única buena j digna de aplauso. La verdad i la buena fé no se ponen en duda: cuando un difunto afirma que se ha muerto, es preciso
creerle; raras veces nos engañaràn en esta materia: la crucecilIa
que se yergue triste sobre su sepultura, les sirve de te;timonio;
i aun
sin .ella yo les creyera, puesto que me veo liure de las ncechanzas de
un enemigo ruin, a de los besos de Jùùas de un amigo. TIl que se
muere no recibe daño ui hace mal a nadie; no molesta, ni le molestan a él: la tumba es una comodidad para vivos i muertos, i los difuntosjente de buenjenio, poco curiosos, nada entremetidos, sana la
boca. Los vivos suelen temer la sepultura;
si a los muertos les fuera
dable resucitar, se guardarian de la vida mas que nosotros de la muerte.
Malo soi, pero no tanto que me ponga a sentir por el que se muere;
al contrnrio. El hombre de coraza n bien formado j juicio recIo ¿ siente
porque un l.unigo se casa bien, se vuelve rico, se gradúa de doctor,
gana una batalla, es electo presidente~ consagrado obispo, o se san a
de una grave enfermedad?
Pues el morirse vale mas que todo: la
mortaja es una canonjía, la cosa mas descansaùa i cómoda del mun.
do, i un difunto cual cOllviene no le pide favor al raeianero ni al deaD.
La honesta, la fiel, la amable esposa es la eternidad; en sus brazos se
disfrutan placeres inmortales con la animacion del amor infinito, en
•
- 36puro e indeslructible
gozo. Miedo, zozobra, desconfianza,
celos, desgracias, no enlran en los términos de e~a, rejiones luminosas í ate~re~f
donde los espirilus confundidos
en un elcmenlo que les asimila,
nadan en la inmortalidad,
sin aprehension
de que naùie alenle
a sli
dicha ni su gloria. Oh amigos, en \lO vcrler copiosas làp;rimas cuando
os vais, no hago sino mostrar un Corazon limpio de odio i venganza.
Por quien sienlo cn lu mas intimo <le mi naturaleza
cs por los que
permanccen
vivos, los qnc se I}uedan en la viudez, la ol'fandad,
el
hambrc, en lucha siemprc reno~ada con las perseellcione~,
la penuria.
elllanlo
i la descsperacioll.
La guerra es un gradmen
terrihle : vivir
peleando
de dia í de noche, de dia con nueslros
hermanos i amigos,
de noche con los cspcclros i llamas de la imajinacion,
esta es la '"erdadera desgracia, ]a que aflije el pecho sensitivo del filósofo i tortura
el alma delicada del poeta.
JU.lN
lpiales,
l\-lOl'lULVO.
a 12 dû ago~to de 18i2.
,
Aqui concluye mi obligacion para con lo~ leelores
colombianos.
En la parle llue signe suenan ó\lgunos nombres propios, que a la ver·
dad no ;;on los del jeneral Granl, Julio Favrc, Garibaldi,
ni olros que
llaman la alencion de todos, en el viejo i cluuevo
mun lo. Mis pero
sonajes, all;i, en :m aglljcl'O, si SOli ellos lambien
prc!identes,
minis"
tros, senadores, jeneralcs
i poelas; pero lo mismo que si no la fueran;
nadie les conoce.
Si Glllliver viajara por cierta gran nacion del continente americano,
saldria cuajado de poctas. diplomàticos,
senadore~,
jencrales i minis\1'os; mas con solo sacudirse
orillas del Guayas,
"Ii
"olveria limpio a su tierra.
I'ues el Gulliver soi yo ahora, i voi a ••;>.·
cudirme, porcIue c~loi lleno de esos bidlOs.
Voi a lavar la ropa sucia, como Voltaire, i cruzo el polo:
es un
secreto.
Nadie me ccnsure, porque nadic tiene derecho a murmurar
de cosas que honeslamcnte
se Ic oCllllan. No solo advierlo a los le.
tores cstranjcros,
pero tnmbien
les prohibo leer la parte que SigUf,
pura prosa, en la cual, cs verdad, i como lo pide el asunto,
vuclve '1
palpitar la vena filosófica, i de cuando cn cllanclo no dcja de haccr SU!
luminosas incursiones
la Illas inoccn'le de l;Is Musas.
1I0i soi hijo de Parmenion,
me haoo chiquito,
i con las barbas
me la pagan las jentes hiperból'cas.
Es por ventura axioma
filosófico
que el tamaÎlO le saha al criminal?
Yo veo de continuo desdichado.
que en soga vicnen a la cárcel:
es le porque
le cojió una gallina
al
vecino, ese porque le alzó la voz al alcalde;
uno porque se emborrachó el domingo, otro porque no u5isti6 t\ltrabajó
sub~idiario ; tal porque tuvo un zipizape con sus amigos, cual porque no confesó en pascua florida;
i no há mucho melieron cn grillos a un ciego infeliz, eo
razon que unll noche bonitamente
se entro al cercado ajeno i se dió
sus trazas para llevarse una oveja. El hambre es tan mala como hábil
~ollseJera,
cuanllo (lO se la tiene confesándose
con el honor,
groll
-- 37 Mcerdote de las virtudes. Ahura pregunto yo: ¿ por qué los delincuentes encallecidos, 106 malvados que hacen guerra a muerte a la
sociedad humana i tiran a la destruceioD de las buenas costumbres,
han de gozar de la inmunidad acordada solamente a las virtudes por
la sabiduria? Yo no pienso que los perversos i los infames sean los
mas sagrados de los hombres, i la levita superhumeral que les vuelva
intanjibles aun para la justicia. Con que todo el mundo se bota sobre
un indio hambreado ,que coje una mazorca de la sementera, i le llevan a la cárcel escandalosamente, i el ladran de la honra, elladron de
la buena fama, el ladran de la felicidad ajena, anda circundado de
una aureola divina que le pone invulnerable f Naùie puede estampar
su nombre; su corona pontifiaia es como el arca santa
A este, a
cste se le debe pregonar, a este se le debe cojer. El hogar domèstico
es sagrado; i aun asi, ni lilósoroi ni grandes hombres han tenido por
templos san los ciertas casas a donde han entrado echando abajo las
puertas. Ellos saben mui bien cuáudo duermen las leyes, i cuàlldo se
"altea la tabla en que están escritas. ta morada de los dioses es inviolable; mas si los grande» criminales se aeojen a ella, viene una anciana con una piedra, i da a entender a sus conciudadanos que se les
debe matar de hambre amurallando la puerta. Si no hai castigo de
ninguna clase para los ladrones de la moral, quedan envalentonados,
i acometen cada dia nuevas i mejores empresas. Personalidades SOIl
todas aquellas terribles embestidas a las cuales sucumbe Catilina;
personalidades los azotes a Verres; personalidades los arranques de
Mirabeau. personalidades las furia~. de O'Conell; pcrsonalidadc5 las
proclamas de Bolívar. Con que no hai derecho para nombrar jamas
a los malvados? Son los mas santos de los hombre,;. Pues no se
aprehenda t,.mpoco.a los saHeadores de caminos, no se persiga a los
incendiarios, no se fusile a los homicidas I
,.
PROSA DE LA PROSA.
Confesarme ? Con arzobi~po ni COll diablo. Me confesaré COu
Dios omnipotente i misericordioso, allJ cuando se me abran las puertas de la eternidad, i tenga que purificar mi alma para entrar en L
mansion eterna de la gloria. Tomó un nombre elevado la máquina d,'
difama/', para urdir sall<lias f,.lsedades en sn cabeza; pues yo no creo
que el arzobi!\[lo hubie!\e dado matcria a la injuriosa vocinglería d(!mis dctractores. Un alto sacerdote no loma parte en la murmura·
cion i ménos en la calumnia. SeÎlor Checa, cs cierto quc me he tirado
de rodillas anl~ vucstra señoría para confesarl11c, abjurar mis doctrinas i pedirle dincro ? El nrzobispo dice que no, oye, leon mera 1 COll
ese fin no se tiran de rodillas sino los de tu clase. El papcl del arzobispo, mucho peor que el mio: siendo verdad, delacion; siendo
falso, impostura ..
Esta{6 unos Cltantos mile.( de francos it un estimable sujeto de Guayaquil. No le nombró la màquina: Pas1luino prueba sus aserciones Cil
la horca. El sujeto es clon José Maria Aviléz, i el seîior Carbo mi
cómplice, porque èl verificó la estafa. Aquel hubo de hacer una bondadosa insistencia en mi àllimo, para que yo aceptase el prèstamo en
los términos que me lo ofrecia: posee una obligacion de mi parte,
no pedida por èl; le debo la snma (2,000 fraucos, o sean 400 pesol
fuertes); plazo no admîtió el prestamista co su jenerosidad;
se la
pagaré tan pronto como pueda; en el alma le agradezco el servicio:
esta es la estafa, que tiene buen cuiclaflo de comunicar a mi familia í
mis amigos. Don José Maria no necesitaba que yo le eogañase para
hacerme un favor, insignificante para él, siendo asi que le sobra buen
natural i no le falta la memoria del corazon. Habitante de mi casa
mucho tiempo, qncrido por mi madre como uno de sus hijos, hermano de mi hermano, hubiera sido preciso que perteneciese a la raza d"
Caïn i lean mera para que el fraude fuese necesario con él. Me habia
visto rapazuelo bajo el tccho paterno;
me conocia despues cuando
mi uombre hacia su ruido en la política; me veia en las amarguras
de mi proscripcion, ¿ què mucho que se hubiese mostrado mi estimador i me favoreciese con dignidad en la desgracia?
Señor Carho. comparezca uSled ante el tribunal de manuel go~
mez, mariano meslanza, márcos espinel, modesto espinosa i Jeol
mera (con perdon, que así se llaman) a responder por el delito d _,
estafa. No comparezca, porque lo~ tengo en el lazareto a estos leprosos. lUevio i Bnvio se hallan ell el deber de escribir al señor Avilèz i
publicar su contestacion:
hombre estafado, hombre irritado. Si no '
Jo hacen, quedan por infames convictos i confesos. Mestanza, hombre
infeliz, esta es la calumnia en sn impúdica deslludez: 1 i te quieres
vender por víctima! aun no te mueres? i qué esperas 1 Querrás, sio-duda, ajnstar los catorce años
~Incurable, incurable'
Desde aquí
veo el pmi (lue 'destila tu alma en¡pngrenada:
escóndela, no no~
-39 apestes. Dejas tú de ser delator porque yo h'lya estafado csos dos mil
francos? Incurable, incurable!
"Buscaba la soleùaù i las sombras porque la sociedad enjendl'a
nobles concepciones, i la lei es compaîiera de la verdad," Dios 110 se
muestra en las ciudades: Jesucristo, para orar, sube a la montai¡a,
ordenando a sus discípulos no scp;uirlc: quiere estar solo en el silencio. Iba Jesucristo huyendo las nobles concepciones i la luz de la
verdad? Del retiro traen lus filósofos SllSmas sublimes ideas; en el
silencio oye el poeta las ,-agas armonías quc se le imprimcn en el alma, No huyo cie 105 hombrc!., les busco poco; pero cuando vienen a
mi, se aparlan diciendo: Este era el múnst1'uo? Algunos, es cierro,
buscan mas la esquina ùe la caIJe <rue las verdes colinas i las orillas
de los rios; pero 110 acuùen en demanda de la IUl, pnrrlue la verdad
no es carrillera:
allí está la difamacion, i van II pre~tar pleito homenaje a su corona.
1 aquí 1I0S sale al paso una de las contradicciones de mis perseguidores: mónstruo sombrío i tacÏlurno en un lugar; fantasma pavoroso que ahuyenta despavoridos a niños, hombres i mujeres: temido, detestado, profundamente aborrecido: objelo de vilipendio, sin
amigos, sill tralo social, buscamlo las sombras i el silencio; a matar
con el jénero lJUmano. En otl'O, pillo, truban, estafador mañoso que
vive de pnetas pescadas aquí i alti i anda poniendo nasas a los tootos. El
pillo es avenidero con todo; su elemento es la amistad; busca a los
amigos, se intrusa donde p:lede; compra sin dinero, vende lo que no
tielle: amable como ulla pezpireta, flexible, risueño i deci40r: de
uno es compadre, de 011'0 lacayo: pregunta por la familiíl, brinda
con cigarrílIo; se a(tlia en la cofradía de San Vice71tede Pattl, i se !tace
nombrar tesore1'o: confiesa i comulga triste, pero sale alegre, porque
la virtud no tiene cara de Caifás: ofrece, se compromete, reconviene, cita, manda saludes, se disculpa, da palmaditas en el hombro,
sin parar la taravilla, riendo de la cabeza a los piès. ¿ Este soi yo ~
iQué absurdos no sujierc al hombre torpe la ciega maldad en la ':eoganza ! A las aves de los àrboles no puedo estafarles sino una pluma
que acaso se les desprende al vuelo, a una flor Eilvestre al verde prado.
Calumniante de profesion, Sí, todas mis calumnias cstán recopiladas i recojidas en "El Cosmopolita," i por !);.as be recibido felicitaciones privadas i pùblicas de los mas distinguidos literatos de SudAmérica, i ellas, mis calumnias, han sido reproducidas, en varios
periódicos del nuevo mundo.
",Jamas dejó transpirar un sentimiento noble ni una idea jenerosa." lIai desvío mas completo de la razon, crudcza mas inicua del
corazon? Pues en qué he pasado yo mi vida? i què han aplaudido
en mí tantos literatos i hombres notables que me han hecho el favor
de
estampar mi nombre en sus escritos 1Por qué Lamartioe me dijo:
- 40" Ah, ~i en mi patria se conociese ese modo de sentir
.?" 1 por
qué Victor Hugo me ha dicho en ulla carta que contra mi gusto han
leido muchos de vosotros: Vous êtes /ln noble esprit? Este, este es el
suplicio de mis malhechores.
" Quitar la honra al hombre de bien, punzar con espilla~ las llagas de un corazon atribulado." Este atribulado serà :\làrcos Espinel:
atribuhdo, por qué? no eslà en su tierra, entonantio las 3l~Lanzas
de \lucstro amigo el doctol', cojicndo 90 pesos men~ualcs en señal de
lucrativa servidumbre? Llagas, por todas pa~tes, mas no las del dolor
moral, porquc no lo cOlloce. Jl esle le llamas Silvio PélJico, lcon mera, hereje? Sabes quièn rué ese filósofo sunto, poeta santo, en quien
se "erificó el di\'ino misterio de ser padn! e hijo dr.las virtuùes? Diez
años encadenado en una mazmorra, pidiendo a Dios por SllS semejantes, i mayormente por sus enemigos: jamas ulla 'Iueja conlra sus
verdugos, ni un pensamienlo, Ili Ulla palabl'a hostil a nadie: l'oU pecho, lleno del amor de Dios; su cabeza, fucnte de :-.ublimes concepciones. Tuvo un amigo Silvio, i le adoraba, era otro él mismo ese
noble J\larOllcelli: tuvo otro amigo, i cra un niiío sordo-mudo, hijo
del carcelero: cuando les apartaron, ver lió abundantes lágrimas.
Orar, meditar, amar, dar de comer a las hormigas de su calabozo.
tales eran las ocupaciones de ese ànjel hecho hombre, que vivió para
honra de la especie humana. Con este le comparas al peor de los nacidos, leon mera? Irritas al cielo, ofendes a la tierra. No me por.gas
en la gloria al basilisco, sacrílcgo' Ese que anda buscando a quien
achacadas iniquidades que proyecta i l:1s sandeces que ha escrito,
scrà el aulor de "Mi~ prisionc!i." Si se pregunta qué será de Silvio
Pèllico ¿ quièn no sabe de antemano que esta alma noblé ¡pura de-·
jal'á la tierra con esperanza llena de alegria 1 dice Bargemont. Asi;'
dejó la tiens Silvio: murió como mueren los ánjclcs, si murieran.
Coocédales el cielo el morir bien a mis enemigos: que han vivido i·
viven mal nadie lo duda. Silvio no tuvo pleitos inicuos con sus pupilos, cen sus benefactores, con
Ni el furor de la venganza, IIi el
rigor de la justicia puedcn arrancarles ciertas cosas a la caridad i la
induljencia. ~li silencio es sublime ahora. Silvia 110 fué jamas deo:
mandado en la policía, Silvio
Por la condicioD del santo se saca la
del panejirista.
Yo he rif)ùlo i viro (,r-ijiendo la bolsa o la honra COI! mis escritos. No le
matan a làtigos mis amigos i enemigos al quc estumpó esta blasfemia?
Cuando a su odio convenga, dirà que Silvio hizo otro tanto, i que rué
mi cómplice en violar una niïJa de siete años. La máquina babla sin
discernimiento.
Admirado, conmovido, agradecido, oi hace poco un
golpe de jente en el patio de mi casa esclarnalldo: " Viva ~Iontalvo l"~
" Viva III intclijencia i el honor! " l~ran lus principales del lugar, la
flor del pueblo, i vivo alJuí dos "líus! Ya la imprenla lc~ c,!á apo-
- 41:rando a eso!, que si 110cstàn locos, son 108 mas pcrversos i torpes de
los hombres. Ingratos! Uno qne a donde \'a es la honra de su patria,
merece mas que los que la deshonran.
Cabello etiope. Son gruesos caracoles i enormes anillo5 de azabache que has envicliado siempre. Los ejipcios, padres de los sabios del
mundo, mataban a cuanto individuo se les presenlaba con cabellera.
de maja pinla. La experieucia les había cnseñddo 'lue, si los dioses
tienen enemigos enlre lus hombres, son los albinos, cnquerlaquc:l i
mas entes de tu naturaleza, espinosa, mal homure. Hablas de luz, j
huyes del sol; hablas de colores, i no Plledes ver ci iris. 1 tli, el de
cabeza quiclma, mera, redrofo de lalllwes, " "«lIé no darias por despojarte de tus cerdas lacias, en cambio de UI1souerbio er:;lIido pelo 'lue
en magnHleo desórdcn se derrama furmando ucglOs tiraÏJuzoIlCs i sortijas que acodician a las diosas del Olimpo?
" Miedo a los niños, risa a los jóvenes, desprecio a los viejos."
El odio no siempre es fecundo, i méuos la tontuna: ni la vergüenza
del plajill le habia de faltar al triste mera, a quien donosamente le
llamaron "risa de estudiantes, gllsto de pilluclus, los de /;o{sicunas.
Casi todos mis amigos perteneccn 01 dulce gremio de la infancia;
nunca me faltan visilas infantiles: a donde voi, busco a los niños.
Venid a mí los pàrvulos.
Risa a los jú¡;elles. Como cn Qnito, en 105 buenos tiempos, cuando
se agrllpaban en las esquinas a batir las palmas en tanto que pasaba
el monsll'Lw, donde el seùor talnene tenia que virar de horda.
D,wrecio a {os viejos. Odio será, a los viejos pllrYerSO~e inicuos.
La vejez cs majestuosa, cultiva la melancolb, i se vuelve venerable,
ouando sabe respetar sus años. El viejo vuelve la cabeza, i suspira;
.el jóven clava la vista en el porvellir, i sonrie. Deber del viejo es acon.ejar i guiar al jóven; deber del j6ren respetar i seguir al viejo llOmbre de bien. Los que llegamos al zenit de la vida, no suspiramos todavía mirando háeia atras, porque ¡¡un no la hemos dejado todo; ni
sonreimos ai mirar para adelante, pOl'que delante de nosotros ya no
resplandece la aurora de la juventud. El suspiro i la sonrisa se nelltralizan en nuestros labios, i sin despreciar a los jovenes, respetamos
a los viejos respetables. A los quc olvidan sus años, i andan viéndose
la cara en sus barbas cenicientas, cual Narciso en la font~na, a esos
no -les debemos respeto, si no han vivido largos años sino para refinar
la perversidad i la corrupcion. La cordura no siempre es dote de lo~
:viejos, i las sagradas letras mandan no venerar a los inicuo~.
Barbilampiño. No quiero horribles barbas, porquc no soi oabron,
í cabrones conozco no mui beneméritos de barba. Los chivos andan
-42vana gloriosos de lu luyas; yo no estoi mal hallado con mi bigote
chinesco, i ménos cuando sé que la historia natural del jènero hnmano trae la e~casez .te b'lrbas como una de las mejores sci'¡¡,.lcs:. es}¡t
que canilla silga da i ancho casco en corcel de buena raza j al pasc
que lai barbas espesas i aborrascadas le impiden ser jente a Sancho
Panza. Nada tengo que envidiar a Zoilo ni a lludibràs .•
" Desde llifío hizo columbrar el deseo de que tallos los ecuato" rianos tuviesen una sola cabeza, para cortàr5ela de un golpe." Ca·
bezas como la del pa.lre poncio, el hermano modesto i frate mcra
¿ por qué Ilo? Eso importa poco, i no fucl'a malo q Ililarle las ma~
salldía~ a la hidra. l<:slecrudo auhelo seria a lo ménos poèlico, por
la terrible. Lo que es pura prosa es
l\liren qué cabezas; me vienll
Il defender ahora e51e
l'ue5 si señor! Cabezas como las vuestras
60n cabezas postizas, i yo diera con ellas en el corral, sin mas escrÚ ..
pulo '1\le el cura tuvo en hacer Jo propio COlllos libros de don Qui,jole.
Con que no tengo facultad para malar un puerco, un chivo, uu perro,
nada, eh? Hai tamaiía desvergiienza
Venir a quejarse de que su
les quiera cchar abajo la cabeza!
La licbre me llama cobarde; uno que no ha tenido pelea COI:
beata IIi fregona que 110 saliese arañado i llorando! E,'l' (¡de merorum
h ••hrà dicho el pobre mcra lo que quiso: nadie le cree, i él es el que
ménos se cree. Aun cuando este illfeliz 110 hubiera pasallo por mis
manos, yo, con solo mirarle, me hubicra inclinado il pensar que no
estuvo Cil Ayacucho: ¿ nQ le ven la cara? Antiguo alumno del sacro.
collegio di castra-zagazzi del cardenal Antonelli, dicen que posee una
voz de soprano de lo JUas saneado. Narsés no dejó descendientes.
El jeneral José de Veintimilla. C\l<\ntas veces en vida su hermuno
le dijo: l)epe, llO seas bobo ~ ¡.ucgo talllbicn éllecalu:nniaba.
¡ cuán.
tas veces ha dicho despncs: la Icvolucion se perdio por la bobera de
Pel)!' l'Il liarse de Dar(luca? Lucgo él tambien ha desenterrado SU!
hU60s para escarnecer/os, Estas sen mis calumnias, esla la guerra que
hago a los difuntus. 1 cllán cobarde i alevoso anduviste, Davio impu.
ro, en amotinarme a Ioda la jente, i ponerte tras ella de azuzador,
hasta que llegue el ralu de ejecutor!
Don Fernando Bolivar, sobrino de Simon el Grande, me dirijió CD
Paris una esquela, arljunlàndùme un periódico de Cadcas,con particular recomelldacion para un artículo de ese papel.AI echar la visla en la
gacela, di con un hijo de mi pensamiento i mi corazon, que, impreso
en Bogota, rcilnpreso de periódico en periódico, volvia a mis manos,
pasanùo por las de un hombre ilustre. Todo el que tiene una gota de
sangre de Bolivar, C!l ilustre, por ese solo hecho- Al pa¡;ar el escrito
* Virey.
lIi.toirs naturelle du g'Dfe.humaillo1l.
-43por lOI ojos de mi amigo el jeneral Ignacio de Veintimilla, este esclnmó: Es preciso que yo guarde esto! La sombra do su hermano, en"uelta en una nube purpurina, llegaba a EUI'opa, viajando por vnrias
naciones del llueva mundo. Yo he hecho resonar el nombre de José
de VeintimiIla i aplaudirlo en muchas partes: concitame la cnemistad de su familia, Bavio mera, porque he dicho la que todos sabcn,
que cometió un error en la patriótica revolucion de Guayaquil. IHevio
espino~a
ah, este espjnosa tiene mil ra7.ones para a~esillarme.
1aquí cncaja el preguutar aljeneral Veintimilla:
Es cierto, señor don Ignacio, que le he venido robando la mitad de sus haberes?
Ustelllo dijo? Manuel Gomez lo ha escrito, i ~1ariano Mcstanza lo
ha hecho publicar por la imprenta. Si u'lted ha dado márjen para
esta infame atrocidad, ah, jeneral, ha faltado usted a todos los dcberes del hombre:
a 105 de cri~tiano, en la violencia de la lengua; a
los de hombre de bien, en la impostura; a los de amigo, en la inconsecuencia;
a los de caballero, en la divulgacion de una que en
todo caso debia ser cosa reservadll. No, usted no ha hecho nada de
esto: al paso qne le lisonjeaban de intento, le calumniaban mis malhechores:
a usted le han sacado peur que a mí"; le hall sacado por
el albañal, como al arzobispo; si bien no han conseguido airarme
contra usted; ni podia yo dar ascenso a una de las alevosías mas preñadas en malicia.
Veintimilla pu so su parte, a título de prèstamo, en la triste suscripcion que tantas injurias me ha costado, i que no hubiera sido
sufi~iente para la mitad del camino. Si el primero a quien me dirijl
hubiera sido harto humano i caballero, ahorràdome hubiera las mil
amarguras con que me han envenenado. Los italianos patriotas, en
los aciagos tiempos de SIlS persecuciones, vivian en Paris a costa de
sus amigos hacendados. Los polacos siempre han vivido i viven aùn
de la bcnevolellcia d6 la nacion que lC3 ¡¡coje en su desdicha, !!in que
SllS amigos de Polonia les falten con su conlinjente,
p\lCSes lei de honor i patriotismo una suscripcion constante entre ellos para favorecer
a SU!!hermanos. Luis Napoleon, al principio de!!u destierro, ~e dejó
mantener por una muchacha en Lóndres i nadie ha llevado a mal qua
la hubiese hecho condesa de Beauregard en sus tiempos imperiales.
J,a induljencia con la desgracia hacen buena liga: la gratitud con la
prosperidad se encuenll·an raras vece!! ; pero cuando, se encuentran, se
dan el beso del Señor. Uno me aconsejó qun le contase mi cuita a una
mujer, a una mala mujer: cómo saIté de indignacion i cómo se me
prendió en el pecho la santa il'a! La muerte mil veces ¡Í ntes que una palabra a ~Iesalina. La delicadeza es requisito escllçial del hambre, para que esta sea aquella divinIdad terrible a la cual se ha de sacrificar
ántes de subir al templo de la gloria. Hambre abatilla, hambre arras·
trada es hambre de mendigo, hambre de canalla: tellgámosla los
malquistos con la suerte, pero sea de tal naturaleza que venga a ser
.I.ma v¡•.lad en quienes la padecen. A mi me queda la satisfaccioo de
-44no habetla profanado, i de haber hecho respetar sus fueros aUl•••
costa de la modestia. Un dia entró Rafael Barba a mi cuarto, i me
convidó a comer, sin franquela, indeciso, timidamentc.
!\le le fuf
encima, todo yo enfurecido. hm~s has usado de estos comedimiento~
conmigo, le dije, en ticmpos (lue pouian ser recíprocos; i ahora vienes
porquesabcs
_
, 'Mala cara debí hahcl' pucsto en ese instanle,"mala:
se cortó d
pobre jó\'en, iisi no caig-o sobre él desde mi Olimpo con los brazos
abiertos, no atina, sin duda, a salir dc su cstrechura. Sn accion e['¡)
buena, la mia no fué mala: para los mez1lllinos incapaces de medir
la altura de un carácler de horribles (lmporeioncs, esas estrava~ancia~
son ferocidades. D:lI'ba quedó rescntidu, sin compl'cllllerme ; para ll'~
otros fui un múnstruo; i un niÏ10 ntroz de 70 años; se santiguó maldieièndome siete veces.
Las víctimas de la tirania, los mártircs de la libertad, nuneafueron llamados dcsnuuos, pcdigiieÎlOs, mcndigos, pillos, estafadores, ¡¡"
drones, porque se slIo;(enlnban en cI destierro con el pan de la frate·'·,
uidad. La Providcncia sc vale de esos mellios para salvar a sus criaturas, i los que murmllrnn de SIlS obrns son impíos. Yo 110 tengo
muchos a quienes hacer condcs cllando llegue a coronarme;
pero si
113iuno a dos príncipes de la bondad a 411ienes condecoraré con la
gran cruz de la lejion de hOllor.
A nillguno de esos prcstamistas de a 20 pesos les abrí mis labios;
con ninguno me di por entcndido dc. mi situacion. Veintimilla les
robó para mi, èl fué el njcnte de mis delitos i fcchorías. No reciba.
usteu naùa sino de aquellos en quienes vea sobrada buena "oluntad,
le dije: rehuse a Palacios, no admita a Juan Aguirre, tirele en 1_
cnTa, si algo ofrece Manuel Gomez. Vcinlimilla està ahi vivo i efectivo: los quc pnsiercn cn duda esle rasgo de mi carácter, a escribirlt.
No liene usted vergiienza, nmigo :\lanuel, no tirne micdo de la part,
que ha tomado en esta tentativa ùe homicidio alevoso? Qué tendri'
yo sino estampar a(!ui dos o tres nombres propios, para dejarle muert'
en el puc<to? Al p3S0 fluC u~ted I'ecurre a la calumnia, para vengarse de agra\'ios que no recibió de m L El 110 haberle contestado un
caria innoble, i el haberle (Iuitado la salutacion, cuando supc que n.,
debia saludarle, no eran dcudas de cobrar con quimeras atroces. Per'j
la vanidad es cruel como la hienn.
La mentira envilece, mata la juventud;
en los viejos es pecad(·
siete veces mortal. J,a barba emblanr¡uecida por los años es el sim·
bolo del respeto; mas si se la desautol'Íza de louas modos, los dio~e.
se van de ese bosque sngl'ado. Granllcs impulsos i arrebatos he tenidl'
de hacer un horroroso cscnrmiento cn el mas nciago de mis malhe,
chores, i él sabe si prestaria materia para lllj romance prodijioso. Ml;
he dominado, i, firme en mi propósilo de perdonar, olvidar i callar
perdono, olvido i callo. Habria yo aflijido a una familia inocente"
mujeres que no oponell sinu las làgrimas a Jas rigores de la justicia;
- 45i ademas, no mac~lro i uo nmigo entre el13, si oieo cosa pasada. Sa·
èriOeo a uo recuerdo mi profundo resentimiento i mi venganza, i quedo satisfecho de esle triuufo. Toda pasion vencida (:s \lila vicloria, i
la de la Escritura la grande sabiduría. Pero qué d¡rà esc mal hombre
cuando mueslre la cara al ~eñor Aviléz? Negar, negar i mas ncgnr.
No confeseis jamas, decia Avinain en la cscalera del palibulo. N'avouet
jamaí.\.
Di:1l1egarà, quièralo el cielo, en que yo devucl\'a con usura su~
cuatro pedazos de cobre a los tris les q\le 110 los dieron sino para ponerse a lIamarme ladran al otro dia. Hai mas de uno entre ellos con
los cuales no habla mi rescntimiento:
cristianos son, i no perversos
ni viles como los que me dan en rosira con ese asco, i me ¡nsullan i
calumnian en la desgracia. Cuál de mi~ amigoli ricos, de los que a
cuatro pasos de mi hambre nadan on la opulencia, tiene una letra
mia? No basta que yo víva con la modestia del anacorela, preciso es
tambien que no se cansen de ofcndcrme: impíos! indignos! Cabalmellte por no hacer senlir la amistati a nadie no me he ido a Lima, i
me dejo estar en esle pais de poca~ necesidades,
donde en
ûltimo caso puedo vivir con cebada como indio, a con un vaso dc le~hc como filósofo, a con tres habas por dia como santo. Apesar de las
benévolas insinuaciones de mis amigos. 110 he querido tampoco ¡l'me
Il Bogotà:
el destierro de palria como la mia, Irae consigo negaciones
horribles. Cuando pueda ¡rme razonablemente, me iré a cualquier
parte. 1 sepan lo!!que de mi se acuerdan, que mi proscripcion no es
estéril :
" El bàrharo de América en los pueblos civilizados de Europa."
Un tomo en verso.
"Capítulos qne se le olvidaron a Cervànles." Dos tomo!!.
"El libro de las pasiones." Dos tomos ..
"Diario de un loco." Un tomo.
" De jas virtudes i los vicios,"
i otras cosas, son el frulo de mi hambre. llendeeirè mil veces su de~tierro._ume
dijo el señor Vergara i Vcrgara en Paris, cuando le insinué mi deseo de irme a España. 1dun Josè lUaria Sampcr, ci tan conocido literato, me endulzó los oidos con esta amnble cláusula:
"Ccrvànfes hubiera querido tener mil plumas para firmnr ese capítulo."
Estas palabras de Samper han orijinado un libro; si es un a~ierto, Il
él la honra; si una caida, a él la pena. "Al ilustre escritor sur-americano José lUaria Samper," leo en una obra que acaba de public.rse
en Italia. Parèeeme que este juzga a juicio de buen varan, i que el
autorizado su dielámen I
Compatriotas, Achates de la infancia, compañeros en estudio.!,
amigo!! i confidentes, ahora es cuando me llevais a Charenton, por
loco de remate j mas no será àntes qlle yo os hubiese metido a todos
en el lazareto ; porque si yo soi loco, vosotros sois elefanciaeos.; làza"
ros del sUm.
- 46Cuando \ln bál,baro le dijo a Veilllimilla: Los que hart Yivido de
la polilica, .,ue mueran de ella; cuando lèjo~ de mostr'arse hombres
bueno~ i señores, se reunian toûas las noches mis amigos en el café
de los italiano~ a beberse la sangre de mis venas i comerse la carne
de mis huesos, por ci crímen de no scr IIi hacer yo lo que ellos ~
cuando vi que seria darles guslo morir de muerle rlesaslro~a: eut6nces me pasó por la cabe>:a una idea absunla, sujerida por la vcu¡;anza.
Propúseme salvarme por medio de persolla eslraïla, figuràlHloma
necio, a!là en los seCretos ùe la vanidarl, qlle algun dia llegaría a ser
yo, si nQ hombre célebrc, por lo mènos harlo conocido para poder
vengarmc con una amarg-a queja, diciendo: En mi~ compalriola~ i
amigos 110 hallé sinQ crueldarl e infamia, i hubo un casi desconocido
jeneroso que en noble movimiento me cstendió la mano i me salvó rie
la muerte. Sali mal, i me ha valido el fracaso: lecciones son estas
que dejan snbiduria profunda en el corazon; en el coraZOIl, porr¡ue
se la siente, i es amarga: amar~a es esa sabiduría, pero saludahle.
Tenia en mi pecho este como seCl'cto que me molestaba:
la echo
afuera, i quedo aliviado. No hai en mi 'Vidaotra cosa quc me zozobre.
Ya tiene leon mera asunto para decir en el primer libelo con que me
favorezca: "Trató de estafar UIl05 cuantos miles de francos a un
estimable desconocido."
En semejante coyuntura justo era que yo recordase a un amigo,
un servicio qtle le había hecho en mi primer viaje con una buena su~
ma de dinero, i en circunslancias tales, qllc CU<lIIrlofni en busca suya
i le puse en la mano los cartuchos de luises, se le fueron \as làgrima5,
i me estrechó la mia con tierno agradecimiento.
No solo no contestó
11 mi esquela este europeo sensible, pero ni me saludó ,,1 encontrarme
~n la calle. Si en oposicion a estos tro¡:;loditas no h\tbiesc yo ellcon·
trado hombres en quienes la parte noble de la naturaleza prevalecia,
de legur\) la hago azotar cou Satan,ls a la especie humana. El sacri·
ncio de uno solo bastó para redimirla, si bien él solo valia mas que
toda ella: asi un individuo a quien re nlza la jcncrosidad i san tiliea
la bondad, es suficiente contraresto de una pandilla de perversos i
ruines, i dcja abonada la obra de Dios. l\lestanza, que me debia el
favor inmenso de haberle 5alvado la honra de un doble peligro,. me
dió una horrible prueba dl; su eondicion en Panamá, doude por un
insidente imprevisto; de esos que suelen aflijir al viajero, me vi de
l'cpenle sin medios de pasar adelante. Ni en articulo de muerte me
hubiera yo dirijido a ese tacailo, que de buena gana dejaria perecer a
su maùre; mas él pensó, i con razon, que habiéndome buscado en
Fr¡;¡ncia para salir; habiéndose aprovechado de mi compañía en sU
incapacidad, era deber suyo hablar de mi confliet,o. Habló, moviéndome camorra, il1sultànrlome en lugar pÜblico, donde habia quien
fmstrase el castigo. 1como quiera que este sea mai úu.en cristio.noi nO
'lada de don Quijote cuando se le pide satisfaccion de un agravio, for.
r:050 me fllè se¡;uirle orilla3 del m\lr en hota de silencio. Groserol in'
- 476Olente, alre"ido donde hai quien se interponga i le defienda; humilde perro qne se arrincona rabo ellh'c piernas i !fueda anonadado,
cuando se le C'ljc a ~olas. De este ha dicho lean mera, como por via
de ¡¡Iabal'le. qllc el doclol' Jl/atanzflllO f.Sde {os que se ¡ffjan sacar {as pesetas. 1 liene la desYcr¡;üenza de llamarse poeta ese menguado 1
En eontra de un judío hubo un cristiano;
por un "il un pecho
noble; por un avaro un jeneroso, Sepan los que Ille profesan afecto,
que entre los nombres qne han de bendecir por cuenta mia, está el
de Eloi Alfara, jó"cn apénas conocido pal'a mí, amigo nunca. Tan
luego como supo el trance en que me hallaba, se me "ino por sus pasos, i mc tranquilizó con I¡¡ mas esquisila delicadeza, 1 no contento
con traerme un billete de pasaje de primera clase, me ofrecio una
letra para Barbacoas de la sUllla que yo quisiese, la cual rehusé, porque en CS3 ciudad me esperaba otro amigo, otro hermano. El estafado
de Panam:j es Eloi Alfaro, esas mis fechorlas. Qué dicen ahora mis
llmi~os? qué mis enemigos mismos? Avieso i ruin por todo estremo
le deben conceptnar a ese ingrato ~lestanza; modelo de caballeros a
Eloi .!lfaro, i a mi nada mas que desgraciado. Pero en este delito se
encierran todos los demas, i así, me deben poner en la eàl'cel. Ma!!
para mi comuelo no importa que Satanàs ande tan activo en forma
de lean mera, màrcos cspinel a modesto espinosa, cuando por otro
lado la Providencia me sonríe en forma de hermano o de afectuoso
amigo. Bien es verdad que cuando el ànjel de la paciencia me deja
por un instante, braveo contra la suerte, sin que algo pueda sobre mí
el considerar que Chateaubriand se andaba cayendo de hambre en
las calles de Lóndres. Conde Ugolino, jamas; Job, alguna V6Z; i por
costumbre el anciano del tonel: que se quiten de mi sol; no quiero
mas que luz.
Algunas vece~ pienso, sin duda cuando se me encrudece la locura, que si llego a publicar mis obritas, mi nombre vendrá a ser por lo
mènos respetado:
ahora mismo lo hallo entre los de Bello i BaraIt,
Ancizar i Cecilia Acosta. * S i el mio me ha de sobrevivir, justo es
que yo procure dejarlo puro, limpio, que resuene arjentino en los
labios de mis descendientes, como ha reSOllado hasta ahora i resuena
en los de mis amigos. En consideracion a tan gra"es razones, di!imulen todos que hable hoi de cosas tan personales i privadas, i acabe de
desbandar a la horda de asesinos que se ha botado sobre mi. ,. Abrieron la boca sobre ti tus enemigos, i regañaron Con los dientes, i di_
jeron: tragaremos. Este es el dia que esperábamos, hallàmosle, vimosle."
i Quién pensara al oirme que no se trata sino de un pasquín,
cuyos autores, horrorizados, no .hallan harta imprenta para negarIo
por esa cruz! 1 aun cuandQ fuera otra cosa, yo tengo derecho para
. ¡l'me como Escipion a dar gracias a los dioses.
I
~ DiŒrifJfit CitmiiltflPliRrctl.
:lQ dejUtOO. Curfetpemltncl.
de EUfop;a.
-
48 -...
" Plata 110 le diù, porque los poetas ellos mismos no la tienen.
pero le prestà sus libros, le hizo caridad de ideas!' Si asi es poeta
lean mera, no hai mas qne echarlo al snmidero. Sabe èl por otra
parte lo que son Plutarco, Xenofontc, Sènec3, Tito Livio? ¡':stas han
sido siempre mis lecturas. Conoce una leogna ajena, una sil\uiera?
Yo desde niiio he leído en franccs, inglés e italiano: qué IibtOS me
prestó ~ S i ~be decir ¡¡a/lUi en vez de cara; tanda en vez de pan;
taÛn .en vez rle nido;
mana-mli
en vez de para-nada, i por eso los
Arrunàtegnis le han puesto como nllevo. Sosteniendo una ocasion su
lengua sábia, me dijo: A Chateaubriand i Lamartinc les permiten
que digan santones i derviehes,i no puedo)'o usar de puma en Vel: de
tigre, i tasin en vez de nido? Use de lo 'lue quiera: ('pa en vez de
tonto, lIulla 3chini en vez Ile mentiroso, yátun-mama en vez de auu!'la,
Jlllausa en vez de
Pcl'o considere un instante, que asi como pude
yo haber leido por casualidarl algun Iibrazo de los suyos, no pudo èl
leer UIlOùe mis libros? Qué favores de tamenc! i qué cargos. No ha
mucho los bOl13partistas le acusaron con fllror a }lonsieur Thiers de
que habia hecho componcr sus anteojos a costa de la Repuulica.
Hace veinte años nos está. rallando el runa-poila COli'1ne no tictle
sino "su noble eorazou i su talento;"
i para que no dudemos de
esta invencion suya, nos la tiene dicha por la imprenta, i aun pidió
privilejio para usar èl solo del secreto. Noble corazon I'asfluino'
La
nobleza del corazon es la grandeza del hombre: cll[lIe lo ticlle deli·
cado, suave, compasivo, tierno, jcnel'oso, pronto a los grandes movimient}ls cu las ocasiones grandes, ese lo tiene noule. El de noble
corazon es sÚbdito de la verdad, JlO traiciona a la sinceridad, gasta
del honor i huye del ma1 gratúito. En la envidia ¡ qué nobleza? en
la alevosía ¿ qué nobleza? Cil la cohardia ¿ qué nobleza? en la dira.
macioll ¡què nobleza? Pasqnino cs linéljudo; mas su prosapia nada
presta para que dej!: de Í1' a la horca.
6l':.J..\RIO.
Cuál es peor ?-La estatura de un presidentll.-Cómo
proceden los buenos.-Do
qué son ca[lac~s JOl maJo3.-A.lrnirahlo
politic;l de un relijioso.-La
calumnia al servicio de la venganzA, i el con,pirador al del Irguleyo.-Lecciones de Aristides,-Córno
Sil sirve a la libertarl. - Si la vl'Jez autoriza la
mentira, i si un viejo enfern .•o ,Iebu hacèr mal al proJimo para quedar bien
con Dios.-Todo la ha perdido "Illoetor l\I~St;1l1Z
l, lIlénos Ills narices.Cuál es 1,1 buena dp.s"~llcia.-U n hombre de mal carácter,-Horrihles
efec~
tos de su~ líjemzas. ~D()s padres con 'criptas en llls fronterfls del Urasil.García :\Ioreno dosdefia el conlejn de Platon,-])c
qué gasta el abad ?-Si
lIUO debe defunùer sus }¡dbrrea, l'U;III1].)LIllgrlJlJ ahllc(;ldo aeollwtu la eUlprusa de quitároelo,.-Dds,le
cuáu,lu ; l'v" q'¡(¡ Lie qliiciltJ lll.íl 61padre.-El
perro SI' declara protector dellcon.-La·:
ruinil.;.-El
doctor :\le~tanza es
objeto de una ol'acion popular.-Qllé
cara sabo ponor cUlindo tieno cbJera,
Recursos del injenio.-Cicerop. i Craso pro T08tria.--La elcfalltía8i8 de los
griegos i los médicos do Bogotá.
Alguien ha dicho quc Garcia Morcno finjió las cartas cn que Ma·
riano ~lestanza se presenta delatando la I'c\'ulueioll de Manabt No,
yo jamas la pensé, porq'le 110 le hago a Garcia ))ureno el flaco servicio de juzgadc peor que ;a'~,lanza, i pOrljUCl,a es de un prcsirlente,
alto personaje con tirallia i toùo, <lnr cn esas acciones, las mas viles,
sin duda, las m:.;, ignominiosa~. Debia yo Vollarllar secreto de una
indigni,lad ocasionada al peligro de muchos inoccntes ? No : primero,
porque 110 soi capa de bribones; segundo, porquc no soi admirador
de necios; tercero, por(lue en ello iba la ~reza de mi fama, pues a
nada ménos aspiraban mis malll"chol"cs llue a plantai' ci ;Il'bol de
maldieion. POI' qué afirmó e~e "ícjo infcl'lJal fIlle "se Ille había enviado lIlla sl1ma de ni'lCro. para <¡Ile ye cooperase por (""te larlo ? "
Cuando le dije al ¡'-'neral Uruilla (l\le Illl)(Indil/!l
conrerlil'Ía llesl'ucs la
mentira en calumnia, dicho jcueral Ille contestó: "Con hombres
como usted hasta la calumnia es imposible."
Pensai" qlle Espinel i
Mestanza no son capaces de levantarle un falso testimonio a l'tlarla
Santísima!
"Las cartas son, sin ùuda, de Mestanza; pero ta) vez no fueron
escritas con objeto ùe traieion, sino como un ardid injenioso de
" politiea, para comprometer al mayor nùmero posible de personas
, " en el El.:uador, apro\'ccharse de sus Lienes para la re\'olucion i des10 concertar
a García Moreno. Esto propuso aquí, i este medio fué
" l'echazado con indignacion pOI' todos, por cruel i alc\'oso, Se ve que
,1
7
" apesar dc.eslo empezó a poncr cn planta su ocurrcncia, que a èlle
"' parecia golpe deci~ivo.
" •
.
Què politiea I Ya tl\\'O otra oca~ion ia avilantez de adelantar aqui
en mi presencia la icler! de escribir cartas comprometida." decia él en su
galiparla, a don Teodoro Gómez {le la l'one i dun Pacífico Chiriboga.
I>esterr"da csa jente ric", ella costearia la revolucion, en el concepto
de fr"i Jo~è Mariano. El desprecio con que recibí tal insania reencrudeció ci udio cIe su oscuro pecho, en el cual este jénero de equivocaciones tiene gran ctlbida, A mi con l1na vil atrocidad! No saben que
tengo mal caràcter? Nunca me propongan indigniùades, porque no
pudo
ocultar mi zaÎw. Yo no tomo parte cn empresas sujeridas por
la incplillld, incubadas por la cruelùad, Ilc\'adas alldante por la felonia. Aríslides el justu mc ha cnseÎlado quc nada puede ser mas útil
que el {lroyecto de Temi~tocles, pero nada al mismo tiempo mas inicuo. Ni la saIvacion de ,\:énas por medios abominnbles. No seamos
españoles àntes que republicallo~, como Emilio Castdar;
seamos iustos i probos primero {lue adictos a la patria. Lihertad es prenda sagrada 'lile no se compl'a al precio de la i¡:l'lOminia: podemos derramar por ella nuestra ulIlgre cn ci campo del hOllor, i aUII en el patibulo, si caemos Cil poder de llue,lros !'Jlemigos; pero esa deidad se
ruboriza, se ofende, se ill(Ií~lIa, tiembla Cil Sil trono cuando a su
nombre se cometen iniquidades, i muehu mas cuando se la mancilla
con sacrificios viles. Quiero morir en el dcstierro, si para volver a la
patria ha de Scr preciso mentir, calumniar, inlrigar torpemente, poner en peligro manifiesto a muehu, por el crimen dc que pusean
bicnes de fortuna. Pues en qué no:; diferenciariamos de los bandido8
de la Sicrramorena, o de la ean",Ua en la cual no rije el bonor, ni la
luz de la relíjion les ilumina el pecho? Ah, miserable I en esto te
engañas como en todo: esa no es política. No te ocupes en escribir
mentiras i descubrir secreto~, soprctesto de que estás enfermo, pobre
i viejo; ponte al frente de los desterrados, i a sangre i fuego recon·
quista la patria.
•
No es bien sabido por otra pal'tc, que en ese dichoso pueblo el
lei ,'¡jcntel:1 pena de muerle por delitos politieos, i la confiscaeion de
bienes? Al dar asccngo a un 11enuncio, ci amigo don Gabriel mata sin
mas averiguacion, i el padre frai i'lariano se queda con la tercia de
narices que DiOl le ha dado. Si Murillu i J\lârmolno IWB tenido un
triste ~:n, es porque Garela 1\1oreno vió de golpe la superchería del
que escribiendo al jencral (l'bina, dirijia a Quilo SIlS comunicacir)Ocs,
¡esto rcpetidas veces. Pero quièn duda de que los jóvenes Alf¡¡r08,
conl1'a quienes, o mas bien, en favor de quienes hablaban los hechos,
• Si a calumnia &ellama, public~remos con sus respecti"as firmas la¡ cartas que
acerca de esto hemos recibido;
las de las penoDas, se entiende,
que nos hubiesen
autorizado para ello. lilas cómo ha de ncgal' l hallálldosc cara a cara COD 105iUjetos ~
qaiCPC5 in5ull6 con CU proPl'iicion infame?
-
51 ---
hubieran acabado desastradamente por obra del sagaz, perspicaz, sutil, injenioso, astuto, maquiavélico i profundo diplomàtico frai don
Josè Quintin ~Iariano Mestanza Bo]Jiíos de Barbosa i olras yerbas 1
Figurarsc que su cubilele habia de permanecer secreto, dándole tiempo para que comprometa, con galicismo i lodo, al mayor nÚmero de ecua, torianos po.IÍúle; que Garcia Morenll le habia de paner a su disposicion las riquezas de los a quienes dt;slenase;
i qnc yo no Je habia de
pasar el rallo por las narices, Lan luego como llegasen a mi conocimiento SIlS admirables embolismos:
operaciones loùas de la feliz intelijencia de su josemariana pnternidad.
Partido que rechaza con indignacion un medio cruel i alevoso,
merece el aprecio jeneral, i da a couocer que la desgracia ilO le trae
a méno~. La dcsgracia qne corrompe es la mala; la que rcfinn el
corazon, eleva los sentimientos del ánimo e ínstrll}c COllsus uora!!
lecciones, esa desgracia ùa los frutos delica(lo~ de la virtud i la sabiduría. 1 no se crea que me allano a consentir en r¡ue el viejo Mestanza no hubiera tenido mas objeto que procurar ci dc~tierro ùe jente
ecuatoriana:
quiso hacer una via i ùos mandados. Toùo la relativo a
l\lallabi fuè cicrto, los hechos lo han probado; í torlo lo descuùrió
con SllSsagaces equivocaciones: qué sc propu~o? I nuestro buen don
Teodoro que no sabia cómo a una de mi" bjrrezas debe él, si no la
vida precisamente, patría i bienes de fortuna. Escaldado Garcia Moreno, recelo~o de todo en ese entóuces, sentido con esas dos personas
en la quimérica i ridícula aprension de que hauían costeado mis
escritos, los habia puesto en la frontera del Brasil, i no con rosas en
Jas sienes. Para que ycan esos s.eñores cuàn favorable es en la República un hombre de mal carácter, ua mànstl'uo que se oponga a las
iniquidades e infamias de los de bucn jenin i salve con sus lijcrezas a
los malos amigos, No sabe usted, seilOr Chiriboga, quc el ab,IlI de lo
que cauta yanta? Pues hizo mal en defender su hacienda, esponiéndose a las sábias comuinaciolles futuras de nuc~tro allen-Papilliano.
Desgraciado del pueblo dondc no nazca lm monstruo.
" Antigua debe ser la ojel'iza de e~e hombre por usted, pues mui
" ántes de ahora habia tratado de ùifamarle, por medio de cartas
" llenas de menllras i de ridículas quejas."
El odio del padre no es mui :llltiguo : se de~envolvio en su pecho
el dia que tomé la pluma para Jefenderle, cnando con cieu voces i
rara tenacidad Je acosaban sobre que habia hecho suya una buena
9uma de dinero proveniente de la caridad pÜblica l'ara las vídimas
del terremoto de Imbabllra. listedes se acuerdan si hablè eOIl ~ncacia, i si nadic se atrevió a chi,,/:)r Ilespucs ùe mi c~erito, qllc le hR
servido para pasar por hombro cie pro dOllde se !ta hallado. Cómo 110
me habia de aborrecer i difamar? Al propio tiempo le al'l'astl'ahan a
la:justicia por calumniante .• Dios solameute sabe Jo que hice para
JI;
El doctor Antonio Rivadencira.
-
52 •.•••.
librarlc de ese otro conflicto,
Cómo 110 habia de espiar la ocasion
di'
calumniarmc?
Haz bien i guàrdatc,
1ahora sale de mi protector
.
A todos los ccuatorianl)s viajantes consta cómo trataba 'fo a cse can
sin honrarle ni con la salulaclon,
hasta que se me vino a tirar d'
rodillas,
Oh, hasta cu<Íntlo ser¡í nn peligro el hacer bien a sus semt"jantes .
Jesucrislo que instituyó el hauti"lIlo (lue lava la culpa orijinal;
el
matrimonio,
que hace la feJidd:ltl o la dcsgrneia tle las criatur'ls;
lJ,
peniteneia,
que limpia lo~ pc<,ados;
la cOlllllnioll, que santillea;
I1'J
ha instituido talllhiclI la iI13"'1Iilllll nll1ricndo
en la cruz a manos d,~
los que le t1ebi:1I1 la redcll('jo,'?
N Il, cse no es cjcmplo de seguir,
ejemplo cs .le horroriwr:
Jcwcri:ito sufrió los efectos de la ingratitud
no los hizo p~lllcccr a nadie, I'cro no cs nlt'nos verdad que este aciago
sacramcnto
cs ¡¡quel Cil '1llC lo; homhres sc coufirman
cada dia,
Eu las ruinas ¡Ic Iharra. dp paso para Culomhin,
cstaba yo estirado por nhi en la barraquita
dondc IllC aeojicron,
Entraba
In jente
i salía cn ellrÍll"O vaivcll, sin saludar ni despcdirse,
despncs de eontemplarmc
ngrupadil Cil frcnle mir\. Cu:H cs, decían, euàl es el cos'
mopolita?
En esto le "CO a mi doelor t\lestanza licso como la cara"'
bina de Ambro;;in, inlllóvil, àgrio, fruncido, tacilurno,
empollzofladc,
porque la jcnte dd puehlo no (lI'cgllntaba:
Cu:H es el doctor l'lestanta? Desde cnt6nces mc juró odio implacable,
Los imbabureiíos
tc,,:
nian doble razon para dc;;eal' cOlluccrme,': mis escritos en jeneral, ;
las p:'tjinas en que yo hahia lanwlltado su catàstrofe ; cuyns p:íjinns,
sea dkho de pnso, me y¡¡licrlJll IInn hourosa
carta de Vietol' Hugo,
Qué habia hecho por Sil parle ci abad de San Suplicio?
Oh hombres110 seais hermanos
a lo Caín.
Tomè
su defen ••a cn ocasion cstl'echisima
para él, i le alabé d.
proplÍsito:
ya me crc~'ó liga'lo r:Il'a el pOl'venir;
i pOrlll1e habia YI'
hablado bicn de èl, pf~llS6 que podía cerrar conmigo a mansalva, rasglJ
de buell cad,ctcr qne mucho le rcco\l1¡ell,Ia., Pll(lll haber sido person{l
Cn otro tiempo, i scr hui jellte de mala ralca, si su~ acciones le llar.
traido tan a mélltl;;. que el ¡lpreciarlc
seria un desvío del hOllor,
Cuánto5 i cu,intQs hOlUhl'<lS h:I1I ('aido (le la estima en el menosprecio,
de la buena opinion en la m;¡la [lma?
1 Cil una dificultad no halJia
sino re,pollller
lo que C¡ceron a Craso:
sí, dije todo eso; mas fué
pOl'qUtl quise ('.icl'citar mi talenlo en un aSOllto ingralo,
-'Ii lo- mèdj~,()s de fiügol;i flllC cstilO sacando del cuerpo a los enfermo~ la eleí'tntia$is rie los griegos, como el SeïlOr echaba
milagrosa.
mente a los demonios,
le cUI'an a este incurable.
Vamos, (lue el ve·
jete es caña.
OTRO INCURABLE.
SU~l!R10.
Si conviene mandar saludes a cualquiern.-Si
doi o no las saludes que se me
enrargan,-Qué
tiene en el alma ci prcboste de los iucuraules.-EII
qué
con~i~te que el señor lIIárco~ g:,pinel haya venid u a ser uu ps[mntujo.-Què
espero para volvermQ ul viejo munùo, -Enseñanzas de la Eî¡;ritul'll sagrada.-Rusll náutica de cartlls.-EI plldre Márcos, mas aventurero i esplorsdor que Marco Polo.-Cuál es lu esfin¡e de los pícaros, i si soi bueno para
tonters~ de vi"i()~.- Un móuslruo d~sborsts los planes de cierto hombro de
hi ••n con mas h'ulgurll qu" dun Quijote Jas redes ùe 18~beJ1usCllzadorIlS.Descomunal contienda entre patagoncs,-Un
gran señor que derriba en
t¡"rni lu t'statua <1•• la hospitalidad.-Quién
echa /'1 gato al ogua.-Terrible juramento.-Un
protector lIlagllàllimo, pero chiquito como nn It'chon.
-Cuál ••s acciones son favores, i cuúnùo se deh"n ogradl!cer.-Si
el qut' so
harta de duraznos, pan i botas es ingrato,-EI
viejo que SQ hace viejo parR
obrar mas a su jt'nio.-C6mo se mucstrll el odio cuando 1'1 malo pierde el
mieùo.-Parricidio.-Estroordinaria
i terrible manera. de caricias.-Qué
le sucede al que le cae encima una manaza.-Lo
último que muere en el
pecho de los tontos.
lJarà cosa de diez meses, una persona conspicua, me honró con
una carta, al concluir de la cual decia: "Sé que el doctor l'll;írclls
Espinel está alll: si esto es verdad, salùdele a mi nombre. " Yo le
contesté: l~spincl está aquí, pero 110 le he dado sus saludes, porque
no lns merece. Espinel es un inváliùo: tiene elefancia en el alma.
1 diràn que yo tambien no soi malo alguna vez. ~Ias no rué pura
maldad en mí, por cuanto fuera de los tubérculos antiguos, cmpellernidos, vuellos clavos en el cuero de su alma, le c.-taba vienrIo yo por
ese enlonces olros tubèrculos flamantes, emberrinchados,
fresqueci.
tos, húmerlos i rubicundos, tales como las cartas a Gat'da !\loreno i
al Peril por los mismos tiempos: su corrida de la plaza con una espantosa voz de mujer a las espaldas; el caso maravilloso rle los Médicis florenlinos, i olros mil diviesos, apostemas, pusluJaciones cau.
ceros as que hacian de èl UII espalltajo formidable dc la honradez i la
inocencia.
Este e~ el quc ha ¡rio a poner de su parte en ellibclo infamatorio dc morlesto espinosa i leon mera, que estai esperando catorce mil
pesos del Perú para irme con ellos a Europ:J, lo cual en todo caso ICria pura suposicion, qne mis antecedentcs
vuelven ab~l1rda. Si la
atrooidad de esc perverso no hubiera lIcgado a este estremo, en mi
ánimo tenia el callar para siempre SllS delitos positivos i sus proyectos de crimen. Pero como soi mui dado a la lectura de las sagradas
letras, a cada paso enCllcntro en cllas: Diente por diente, oreja por
oreja. 1 aun cuando yo los tengo Íotegros i sanos en mi cuerpo, èl hu
de perder los suyos.
-
54 •.•.•
El doctor ~10desto Albuja posee en el Peru las cartas en qne pc~
dia con empeño dinero para I'cvolucion, al mismo tiempo que estaha:
negociando a la sorda sn salvo-conducto;
cartas que se volvieron
trasccndentales aljeneral Urbina i olros varios ecualorianos de Ilota,
como que para eso fueron escl'itas. Yo quc, jllllto con Iodos los habitantes de este lugar, estaba vienllo las acciones de Espine], deSlIo la
mayor hasta la menor, conforme al deber i la conciencia, Ic dije a
Urbina: "No manden a E,pincllo Cille Ics ha pedido: dentro de
poco le veràn ustedes en Qllito ùe allulira,lor cie G:lrcía l'tIor~lIo. Si
algun dia llegan a formalizar IIna empresa, i picnsall que una cO;Jperacion por este lado es nccesarÏ1, ,ndm lin comi.<ionado de toda .<11 confianza que tenga i gaste." Los quc chlllaren de este aserto, al jeneul
Urbina por testigo. *
Garcia Moreno haría mal en castigarle por conspirallor:
no era
eso lo que su amigo intcntaba. Cargos dc esta naturaleza no se pneden hacer sino con esta clase dc fnndamentos, i apoyados en un nombre rcspetable. Pa~quino jama, dice la vCI'dacl: sus facultades son
todas negativas; su mundo las tinieblas. La boca del leon de San
Màrcos es la fragna de la injusticia, i nada reprueba mas la historia
en los tiranos del Adriático, que esa fuerza cie lei que daban al anónimo. Sisto V fuè mas sáhio que VCllecia: le COt'tolas mallos i la
lengua alleon mera de su tiempo. liai cosa mas fácil para un malvado que clejarse llevar del odio i ciar con,igo en el abismo de la calumnia; si firmara, seria duro, cruel, bronco, salio, todo; pero su
insensatez recularia ante la sociedacl humana, i prestaria altcmol' el
furioso, lo que negaba a la verdad i la conciencia,
La ingratitud es a mis ojos crimen del cual debemos defendernos
mas que de un homicil\io. Nadie se asombre de la mia: si ingratitud
media entre ese mirmidon horrible i yo, es de su persona a la mia. Me
Ilaca al rostro el haberme scntado en otro tiempo cuatro dias a su
mesa: ¿ fué porljue en mi casa me faltase lo neccsario? Invitado,
llamado, urjiclo, arrastrado, vinc a Quito, i le hice el favor cie prcfe-,
rir la suya. No habia entre el\oo;quien echase el galo al agua, canallas. A los cuatro dias, discordia natnralmente con mi huésped: entre
caractères tan disonantes no poclia formarse consonancia. 1 un altercado en el campo de la poUtica bastó para que el hospedero emigrase
con la mesa de comer (por esta cruz 1) al Iraspatio. Miéntras me do·
jaba estar allí por evitar el escándalo, pues era cosa que a todo trance
Ile debia ocultar a los enemigos, había yo de hacerme traer comida
de la fonda I Este es mi protector, para con este soi un mànstruo dr
ingratitud.
Ni )'0 ni mis hermanos hemos pensado nUllca que le hu·
biésemos hecho un favor COll tenerle cordialmente en casa las mii
*
Ii.nen
Segun lo que diga Espinel, publicaré
las carIas de )05 sujelo. del Perù
conocimiento
de e5tas COS35. ~Adie estA por contemplar un infalllc.
que
.ocasiones que ha ido a pa;;al' tempor3das CI\ la IleJ'l'a de Jas frutos,
La c:'ITidad ha de resplalldecer cn el centro de una accion, i la necesidad ha de jemir en el pecho de aquel por cuyo bien 5e obra, para
que haya favor pOI' Ulla parle, i deher de gralilud por otra, Pero qué
se os entiende de achaque de moral ni r.Jo~ofin, jCllle ùesalumbrada ?
No olviden ustedes qlle estamos lavando la ropa sucia, \'oltaire i
Federico el grande, :Jos engrandeecn e~las cosas. A puerta cerrada,
no sc atJre,
1 lèjos de haberme hecho :¡lgl1na demostraeíon amisiosa cuando
aquf llegué, pro!igo, lo que mI' hizo desde el primer dia rué una guerra de vieja de trapacedas i cm1lClecos encaminaclos 11 difrcullarme
mi modo de vivir, que es inereible;
hast a (lue, cuando me vió pos~
trado en cama, i pensó qne allí mc quedabil, revenló su odio lat'ga
tiempo fermentado al l'aloI' de la envi¡lia i comprimido por el miedo.
Allí, allí
-cn ese lel'rellO le quiero, 1 no ~c pùu~a a la parte de la
venganza este casligo: )'0 cil' mío me soi harlo inclinarlo a perdollar ;
ma!. cuando los inlereses jelleralcs de la moral i la justicia forman uu
cuerpo con nJ.tlpropio resentimienlo, -echo encima una garra de leoll.
1 piel'da 1l11Orael amigo Espinel su esperanza inicua. "Nadie puede
mandar sin mí," se fuè diciendo, COllalusioll a una caida posible de
Gllrcía Moreno. Ahora vea que naùie puede mandat' con él. La vanidad es In ûltimo que muere en el pecho de los tontos. Si algun dia
tuvo sesos, ahor a no Iiene sinn lombrices en la cabeza ese que se cree
indispensable p,lra la gobel'Olleion dc E.~lados, J,a corl'upcion empaña
la inlelijencia;
la lepra deI :lIma la Socavr'l, da COliella en tierra. El
espirilu campea en las rejiones limr>ias ue la honradez, i por la que
tiene el hombre de semejante a Dios, aspira a la luz pura, sabiendo
,como sabe quc fuera de ella DO hai gloria.
leon mera.
El casligo de este leproso criminal cstà en sus .propias ohra~, i
todo lo 'lile }'o pudiera (lccir cn contra suya, selÎ:l méno~, le perjudicaria ménos que lo dicho por su boca. Así como la recoJllpcn~a del
bien es el hien mismo, así la pena del mal obrar son las propias malas obras. La reprensihle tulcralJcia de Ilucstra esc;¡sa ci,ilil.<lcion
harit (lnc todavía le aùmitan cn las casas, i aun le den La mallo los
mas hrollcos i corrompidos; pero atl'as ùe la liclicia sonrisa. todos
estaran dicien(lo: este es ci illfame qlle cscl'ihiú eso. 1 ¡'.u'd·llense,
porque lIadie està liure de su alevosía: si lIeeeshla\les padece Ulla familia, si hai tristes cllfcnncdades Cil la Cl••• l, si dcsgracias, quc el no
lo scpa. l'"ra él hizo la imprenta Gultcmher¡;.
No soi yo quicll ha dc ir a cmporcar la pluma lomàndolc desde su
misterioso 1\acimiento: ya he dicho que le per/lono. El ha pru:ànado
Cil mí lwsta la ClllHl.ci trono de la infancia, ci depósito de la inocencia. Que pucde decirsc de lin niño que nace de honestos p:¡¡\res en
Jejilimo matrimonio 1 pues lUcra tuvo (lUe decir. Yo me ~iClltOinca.
paz, estèril para la ofcnsa, cuando )a pcrversidad i la corrupcion no
3e tiran a mis piès bufando:
Clltónces si las acoseo. Por qué nacio,
cómo lIació, la sabe Dios; yo no sé sino que "ive para su desgracia.
Por dar idea de estl rara, horrible naturaleza, referiré uno o dos rasgos que le caractericen,
i proporcionen la medida de la qlle c! capaz el ente estraordinario en el cllal tcugo )a desgracia dc perder un
instaute.-l)¡"(~sentóse
un dia Cil mi casa inundado Cil gozo, el gozo
del vcrdugo que ha salido ¡¡¡rosa cn una cjecllcion. Sabrá usted, dijo,
quc le he \"uclto loco a' Honorio Cevállos COllmi epIgrama. 1 sc puso
a repetir con su lengua de estropOljo :
« Oh
il1crcedes Ordenana."
El odio, la venganza pueden hallar satisfaceion en la ruina del
objeto aborrecido;
pcro sentirse feliz pOI' haher hecho UII mal a un
indifercnte, a uno <¡ue 110 se conoce, a Ull desgraciadu que amenazaba superarle en poe~ia> i nada habia hee!lO en Sll ofcnsa, es [cruddad,
maldad salànica. Quiso descartarse de su competidor temible t¡uitànclole el juicio. Por dicha los triunfos de los pervers/)s no siempre son
positivos: figurarse que èl es capaz de volvcr loco ni a un burro COll
sus injclliosidades 1
Amigo de una casa hasta la inli(llidad:
ni hora ni lugar reservado para él: los penates le dejan libre la entrada a la recámara, al
traspatio: los dioses plebeyos, franca la cocina. Espuma algunas
presas, cual otro Sancho Panza, co tanto que llega la comida. No
hai amasar sin Leoncito, no hai matar puerco sill LCOllCito: él cstà
<1111,
para ver clle\\do~ caldear el homo, hcuchir las morcillas.
Quién viene ahora?
La morcilla: oh gran seiíora"
Digna de consideracion.
Llena la audorga hasta el gollete, i le dan para qne lleve a la ca,3a. En su tránsílo al malino, se llega infaliLlcmcnte a las Yentanas~
todos los dias: allí le hacell ahrazar siquiera r.on un pan. En una de
t,estas idas i venidas ha publicado una de c,as cornposiciolles que .~l
; sabe hacer por màcluina. Què le parece la obra de ~Iera? le preguntan a un jóven Je esa familia.-:\'o
me gusta, responde .• No pidió el
bardo sino el término de la distancia: a la vuelta de ocho dias, ur.
libelo infamaLorio de la mas atroz, cosa inaudita, inverosimil. Desgracias, miserias, secretos de la familia, todo fuè puesto a pregon e~
la calle: deshonró a las mujeres, calumnió a los hombres, i el padre, el padre iufeliz que yacia en la inaccion de la eternidad, fué to,mado en la profundo de la sepultura~ saelldo afuera, abofeleado, crujiéndole los huesos tristemente, yèndosele en polvo la cabellera con el
,vien~o.
, 'parece pesadilla, i c® todo es la verdad desnuda, verdad pura.
Ese hecho abominjlble orijinó mi arUculo titulado" El libetismo,"
que consta en el libro VI de " El Cosmopolita." Las señoras habian __
,oh, DO sc pllerle decir: el padre había robado, habia tenirlo tales i
,cuales enfermedades.
1 ella sabia mui bien, ella, la màquina de difaplar, ddnde, en qué casa ese hombre infeliz habia cojido sus males I
Detractor perpetuo de las "irtudes, apolojista infatigable del crimen i los vicios. Un falsificador condenado en tercera instancia el
:para él modelo de hombre de bien, porque habia falsificado, ipublica
I~n pasquin todos los diu para insultar a los jueces .• Un dragon pestilente que ha vivido a la faz de Dios i de los hombres,' que ha vi,vido en
pecado, el peor de los pecados, el incesto, es para èl el virtuoso seÎIOl'
H
El virtuoso señor H. confiesa i comulga por la mañana, i esto
;basta: el dia i la noche son para Satan:ís: Dios se ,contenta con la
aurora. Qué mucho que ahora hubiese salido lean mera llamando
:~mvio PéUico a Espincl, i a m,11adron, estafado!', pillo? Estas pàlabras
de mera encierran mi apolojla.
"Martlnez, Nicolas MarUnez, tù pagaràs: hijo dcl virtuoso señOr
H, tll pagarás. mera es de esos tristes sin responsabilidad que 'pueden
hacer i decir todo. Tù que le criaste para la difam¡¡cion i la calumDia; tú que le educaste para es-); tú que le instigas, le inspir ••s, Je
.mandas, tú pagaráll. Tù no vales tampoco gran cosa; pero tienes
~r
ahora tu cierta rcpresentacion ficticia, cres, SllI mcrecerlo,
ti:'
riistro de la Corte Suprema; tú pagarà's4 ~o tuviste madre? No t¡e~np.smujer, hija de H 1 Pues cómo induces, cómo obligas a tu perro a
,morder a uno i otro sexo, a vivos i mucrtos? 'Què será de ti si yo te
elijo para héroe de Ulla novelilla, sacàudote del Cafaroaun de tu ilus:!re suegro? Honradez en los hombres._ honestidad en las muje.l'cs,
8'
'
tal es la divisa de lni familia, j el peor de entre ella, el Caifas, ha dadi:'
tal vez una leccion de moral grandiosa, llevando la honestidad i el
honor hasta el sacrificio. De\ora hombrcs i mujeres, vivos i difuntos,
lean mera, l'ara ti, los virtuosos son el seÎlOr Il. i el padre Suàrez.
Si DO temes a Dios, respctas a lo mènos a tu esposa?
Oh caridad, oh santa cariùad, pOh!l1Ctus dedos en los labios: tJ.
abrigas el perdon en tu ~eno luminoso, tu naturaleza ncgativa es \1Il
sublime eompuc,to dc la misericordia (livina i la cordura humana;:
niegas lo qne oyes, callas la quc sabe~, cuando clio va Cil contra d~,
cualquiera, i aflijiùa con las flaq Hezas dc los hombrc,;, vives en luch ••.
santa con la malcllicencia, Oh earidad, tú vicllcs a alJ'avesarte Cil los
labios crispados con la cólera de la j u,ticia, i baliallùoles en un puro
roeio, les vuelves a la sallld de Dios, que es el silcncio. Tú paraliza~
el furor de la Icn¡;ua eleclriza(la COliel cnojo, i la SlHlyizas i calmas:
tú amainas el fllcgo del corazoll {lrofun(lamcnte rescntido; tÜ iubyugas las ruidosas llalllas Cil quc el cspíritu c,;t,i al'lliclIdo, cllando quit!
re consumir con ellas las impurezas quc los pervcrsos cchan sobre !
llmpidez del alma. Oh c¡¡riùad,
Oh santa snora mía,
Che si nc prcghi dcyota
_
Los que tienen conocimiento de la llftim'l obra de ese romano cid
no ndmÍl'an mi rigor, sin duda; sc maravillan de mi p~"
ciencia, mi illdu1jencia. OCl1¡l.1doyo toda mi "Iùa cn cultivai' mi ea
rácter: un sobedJio desdcn por los bicncs ùe fortuna: logl'cria, lucro),
ganancia de ninguna especic, jamas : rehusando empleos llOnorílic,)~
i provedlOsos dcsde niÎ1o; prefiriendo la modestia a la ablludancL.,
la di¡;nit!ad al resplandor; pasando por adusto, a causa de la rijidei
- de mis principios, por melancólico cn l'non dc roi austeridad; org"
llo~o, c'qui"o. como q\licn huia de los cstremos: ui la bajeza, ni ,~
vanidarl; ni la canalla, ui el palacio: indijcnte nuuca, rico méno,
i al .fin i a la postre vendiéllùomc para publicar cse malhadado"
Cc ~
mopolita," causa real i "crdadera de la hiel i vinagre que me haco'
apurar mis malhcchol'cs. 1 sale de rl'pclllc un hombre a gritanDt·
pedigüeÎIO, mendigo, cstafaùor, ladroll, hrihon, pillo, (0n estas prll
pias palabras, juscnsatez a qnc no habian llega(lo jamas los mas to,'
pes i desaforados sicarios de Garcia ~iorel1o ! Este hombre se lIam~
lean mCl'a
.Se llamaba. ellando "ivia: ahora no tiene nombre
Véanle ustede·; colgado tle'l pesc\1czo Cil la picota.
Qué causas eslraordinarias i grandcs hall producido cn cie pechO,
otlio tan profundo i ciego. que asi le dcspCÎlCn Cil la ignominia de h
calumnia. i le hagan pasar por loco hasta cn el parecer de sus ami'
gos? Nada le he becho a cse dp-graciado, naùa: cuando le di ptt"
de pel'ro, fué c,lhalmente porquc Sll aborrecimicnto gratuito habí:
ya proùucido el negro fruto de la difamucion. Si alguna vez he ail!
Transtebere,
- 59dido a él en mis cscritos, ha sido censUl'an:lo los vicios en jeneral,
como vicios, ~in nombrarlc
jamas : la mentira, la calumnia,
el perjurio, el libclismo,
c¡'ímenes a delilos que lastiman al jéllero humano, i que torlo escritol' filosùfico ha de rcprimil' Cil cuando le ayuden
fuerzas i pre'lijio.
Si hallan exceSO de severidad en mi los Icelores diferentes,
CODsideren que el ase~ino ha princil'i~r1oJ mrlldir.ielldo a mis padre!! difuntos, ha seguido con las mujcre", i ni los ni¡¡os se les escaparon,
estreangulanùornc
en crlda línea COli ful'ol' de verllllgo a quien enajena
la sang¡'e de la víctima. La pl'imera vez en mi vida que tiro a la persona, es por \'cngar a torios Je la!JlaÏ!O ultrajc a la sucieJad humana, i
no me atrevo a proponel' cargo sin su respectivo fundamento.
En manos del anónimo hasta la "crdaù es mentira, i aun el crimen positivo
5e presenta con scml;l;lIitc de t;alllIlHli:l.
Ahora pues, dc dónoe el crudo aborrecimicnto
cie ese bárbaro P
Responda ci sabiu espectador
dc la Gran Bretaîia:
"El distintivo de
la grandeza de alma cs cI horror que se tiene por la envidia, la aversion por la maledieenda.
J~slas viles pasioncs
seÎÍorean
a los malos
poetas mas que a los otros l!Ombres."
tos cspaîío]es tenian asalariado en Carácas
al libelista dOIl Dumingo para qne llame estafador,
ladron, pillo al jcneral Boli\'dr. El si¡:;lo de Auguslo,
en flue clloJoso
Davio llamaba cstafador,
larlran, pillo a Yirjilio, cs ci paradigma
de'
todos los siglos: la naturaleza
humana siempre lo mismo.
En lu tocante a la honra,
cllal¡¡nier
hombre
de hien puede ser
tan grande como esos dos monumcnlos
sublime~ de la intelijf1ncia i
el poder humano:
¡¡¡¡ni no (;Iltra (lara nada la vanidad, que vendria
a ser locura.
Se habla dc IJ, (OS¡¡S, nu de las personas.
La venganza fabulosa,
ilimitada, sel\'àtica dc l'SC horriblo poelas,
tro tiene ademas pOI' fundamento
una aecioll viJlllo,a de su parte, en
paz i en h~ de la modc~tia.
Tomé a pechas la defcusa de lus colombianos cuando el alzamiento
dc Sil lin ;llartincz en Ambato, i allí rué
el jurarme la muerte.
CÓmo si la )¡umallidad
110 fuera
lei del jénero
humano;
c6mo si la hospit:¡lid:lIlllo
fucra lei de las naciones;
cómo
si el honor 110 fucra Ici de hombres j de pueblos!
~lonslruo
<loui de
parecerles,
coando Cil vez rie haecrmc
a los verdugos me hice a las
-VÍctimas i lcvanté sobre ellas el pabellon de la justicia, basta insignia
que debe ondear sub re lada la tierra, i ¿ 110 es jllsto que lin ¡adron de
esta naturaleza
cuente por acnsador a \1110 qlle, si no ha tenido, ha
debido tener causa criminal
~eglln la lei? Pcro el alzado de Ambato
[gobernaba la provincia, i anclaban tOI'cidas leyes i cf)~tumhres. l'iD soi,
[ni seré jamas, espaiíol pl'imero que !'epl1blicallo, como EmilioCaste.
lar:
cn lo tocallle a llJ~ principios eternos 'lile rijcn a los hombre~, soi
¡cosmopolila,
i ando údmirado, ri semcjallza
de Pascal, de ver que la
'verdad es verdad aqnende
el Pirinco, error al otro lado;
la justicia,
justicia en clyiejo mundo,
injusticia
allende el mar. Hai hombres
:'Jue nacen para vk;timas:
ooble ~n destino,
pero infeliz su suerte.
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Oigo mucho hablar de làgrimas ~ la!!
Jas buenas, porque son las ciertas.
que
eorrèn
iri"i~íbiê5;
esa.
lOI
1 u~e¡J, señor don Pedro, señor don Pedro Fermin, el biôg.afc
a p'echos la ímproba tarea de volver ilustre a IlUherdeci·
lIo, no piensa que comete felonía para cODla posteridad, cliando I:cha '
tierra a defectos, vicios, delitos, indignidades e infamias, i adhela porljfJe brillen solamenle p'rendas i virtudes fantàsticas, que û8ted Ile la. d:¡,
de balde. a cosla de la sinceridad? No es justo engañar por la mínos',
las ciudades dqnde no es conocido en esencia este ledd mera, rect,
mendable desde el dia en que la sea. Sobre el historiador gravita Ill.
verdad, peso terrible para los que nO tienen pecho sano i hombros ro
bustos, i el biografo no da la lei en ocultar la que desfavorece al per
sonaje que palie faz a faz con el presente i el porvenir; el porvenir,
si su mano es para obras inmortales. Dirà usted que no le corre L;
obligacioll de ser Minerva, porque no es Telémaco el a quien va diri·
jiendo. Yo sé mui bien que ese no se cria para rei, i que co efecto n,.
tiene necesidad de ser filósofo, santo, ni hombre bueno siquiera; pera
Méntor debe por la mènos ser hombre de bien, ya qtl6 tiene el subli
me atrevimienlo de llevar dentro de si a la diosa de la sabiduría i h
prudencia. Hombre de bien, lo es usted; Jo creo, apesar de.su iDqui~
na para conmigo; mas de donde proviene que viva empeñàdo en vencIernas como una alhaja el monstruo que usted sabe? Si en la primera
nueva edicion de sus biogtafias apolojélicas no inserta usted la última:
obra de su Orbaneje, ijuzga de ella a juicio de buco varon~no9 pone en
èl duro trance de creerle aprobador de sus ioiquidades. Cuando Je oye
a u~ted condenar como a raza$ maLditll.5 a mis padres difuntos; cuand;::
le oye decir que he vivido exijiendo la bolsa o la honra con mis escíitos ;cuando le ve hacer la que l'roppman con toda una famijia,& no h~
asquea? no le teme? crece su cariflO? El que subordina a sus pasioDes la verdad i la cOBciencia, no es Minerva. Astrea i lllinerva se da"
la mano, i no es una cosa ser sabio, i otra mui dilerente ser justo. 1
pues de diosas hablamos, seiíor mio, no tendrà cabida la diosa Banda"
en nuestro Olimpo? Bondad 110 es ciega tolerancia: para tener un reSabio de dhino. ha de ser el hombre austero, severo. En la seté·
Hdad del viejo l\Jèntor hallamos la salud nOllotros, j la haUarán nút;tras descendientes por los siglos de los siglos•
que ,ha tomado
.l. N~ar,
Degar i mas negar, nsgarlri todo I No èoDfosoit ja ••• ,
aècia A. vinain en las gradas del cadalso. Nato!)" jamiÚll
·ADVERTENCIA ~;INAL•
.
Be suprimiao la parte terrible; i esto les salva a mis malhechores.
He suprimido tambien la parte risucÎla:
contrasta sObradamente
ton el tono de este escrito, i la risa pudiera perjudicar a los lectores
de conciencia, que quieren quedarse a la indignacion. ~spinosa está
negando con ansiedad su parte~
En buena hora. El que echa un
pasquin por la noche, no !le yergue por la mañana como c.l pontifiee
.JuRn, i grita: Yo soi! Aquí estoi I Vean con todo, que a'pesar de ~
fama de terco, sé conceder mucho hasta a las apariencias del dec6ro.
El no haber quien ptohije e$a obra infame, el haberla ocultado despues
de impresa i 110 son bragas para sus autores 1 I mi Javier Leon
•
Admirado, a¡;radccido, conm')Vido se ha de sentir de 110' verse aqui
junto con sus cómplices. Le escribí de Fontainebleau tre's lineas para
escusarme de una su invitacion : ya hizo de esto una arma contra mi;
sin advertir que su papel es el indigno, pues se presenta desleal, en'
siendo cierto lo que dice; impostor, en siendo falso. COll que ni un
acto de urbanidad se puede verificar con esos, sin eFponerse a su villanía ? Al poseer un documento que redundase en meDgua de mi Jfuena
fama, hasta en latin me lo hubiera ya hecho imprimir, como buen ministro de Garcia !'lloreDo. Vuelva el señor Polífemo a excitar a mera i
espinosa, i veremos si presentamos un aseado, bonito personaje a cuaDtas Son las jentes .
....•.
"Por qué tictor Hugo me dijo en UDa carta, que muchos de
vosotros han leido apesar mio: Vous ides un noble esprit! Despues
de esto, deseo que se aÎlada: "1 para hahlar de Duestras propias
autoridadcs, ¿ cómo sucede que !\liguel Antonio Caro hubiese notado
en mi elcvacion de miras, grandeza de pensamientos t 1 cuidado que daD
Miguel AntoDio honra ya con su Dombre a la Academia Española, i
es reputado por uno de los literatos mas profundos i filosólicos de Sud
América. Cuervo acaba de ser calificado de sabio colombiano por UDa
de las autoridades mas reconocidas de la República Arjentina, i ese
sahio colombiano me pidió mis escritos para adorno de su librería. Estas,
estas cO!las 500 el suplicio de mis malhechores; i por eso ahora viene
,un libelista sin nombre a gritarme de tonto, perezoso i ladron ; un Ii·
belista qUe, a la o~curidad de llamarse lean mera, añade la de vestirse
do PS5'luino. SolXibras sobre sombras, infamia sobre infamia."
JUAN MONTALVO;
lntr,oduocion.
•..•._.
..
~apituJo I...-DeJ hambre ..
.Cap1lulo n.-De
,.__ ....__
•
u
•
Capitulo VII.-De
Ja esclavitud de los negros.
Capítulo VIII.-De
la honestidad i la prudencia.u
Capítulo XI.-De
••
..
,Capítulo XIV.-Què
26
27
28
en los hombres i del honor en las
..__ ..
•..
28
ejemplares de calumnia. __ ..•
•
Proaa de la prola ..
._u
..
..
..
~__ •
..•_ ••
AcI,crtencia fiall ..•••• ,...••..• _•..•••••••••
••• 32
•
3&,
•
••
35
•
..
•.
30
•
•
Los incurable ••.
.•
20,
•
.capítulo XV.-Conclusion.
JeODmera.
17
u
es la vida, segun Sén{!ca.
Otro incurable ..•.__ ..•
16
• __..•
layilmistad •._•.__-u_.
Capítulo XIII.-De
g
22
•
Capítulo XII.-·MoDstruosos
5
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u
la probidad
naciones.
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...
la hipocresía
••
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desinteres ..
.Capitulo IX.-Judaismo
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herejía, abjuracion.
mi fcrocid.,L
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Capitulo VI.-Del
Capitulo X.-De
U~
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la envidia ....__ •
Capítulo IV.-Impiedad,
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la insratitud ..__••..•.
Capítulo IU.-De
Capitule v.-l>e
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38
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