Historia Contemporánea de España. Juan Sinisio

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HI STORI A DE ESP A ÑA CON TEM P OR ÁN EA , 1 808­2004. RESU MEN P REVI O EXP LI CA TI VO P OR P ERÍ ODOS: En 1808 la monarquía hispánica era un conglomerado de territo­ rios sometidos al dominio feudal de los aristócratas, de la iglesia y de la propia familia real, con tradiciones de reinos diferenciados, y con exten­ sas posesiones organizadas como virreinatos en el continente america­ no. Eran poco más de diez millones los habitantes peninsulares, que vi­ vían del campo, en condiciones de pobreza la mayoría, y ahora, en vís­ peras del año 2.005, son cuarenta y dos millones los que conviven en un país de estructuras capitalistas, con una democracia basada en los dere­ chos humanos. En el transcurrir de dos siglos se suceden así los proce­ sos de modernización y democratización en España. 1.­ LA REVOLU CI ÓN DE L OS BU RGUESES Y LA ORGA N I ZA CI ÓN DEL ESTA DO LI BERA L N A CI ON A L, (1808­1868) . Entre 1808 y 1868 se desarrolla una transformación radical de la sociedad: pierden el poder político y económico los estamentos privile­ giados del Antiguo Régimen feudal, y frente a ellos emergen y constru­ yen un Estado liberal los sectores burgueses que preconizan formas de organización capitalistas y que implantan el régimen parlamentario. Se estructuran los nuevos intereses en un mercado nacional, con institucio­ nes estatales en redes provinciales, creando un sistema educativo na­ cional y público, un poder judicial funcionarizado y un ejército nacional. Surgen, por su parte, conflictividades derivadas del protagonismo que adquieren las “masas populares” que reclaman voz y derechos. La libertad afecta también al ámbito cultural: nace la prensa, se independi­ zan los creadores artísticos, y el romanticismo y el realismo crean géne­ ros y nuevas propuestas culturales que sentarán las bases del brillo del
fin del siglo... En definitiva, en estas seis décadas se revolucionan todos los aspectos de una sociedad que en 1868 se planteaba la democracia y la equiparación con las potencias capitalistas occidentales. Para com­ prender tales transformaciones hay que remontarse a la segunda mitad del s. XVIII, pero baste recordar que la espoleta saltó cuando los aristó­ cratas absolutistas se opusieron a las reformas ilustradas y a las ambi­ ciones de Godoy, lograron su caída, la abdicación de Carlos IV y la subi­ da al trono de Fernando VII (marzo, 1808). Sin embargo, la llave del poder estaba en manos de Napoleón (tratado de Fontainebleau de 1807), la “hidra revolucionaria” para los aristócratas y para la iglesia. Un ejército de más de 100.000 franceses ocupaba la Península y por eso Fernando VII tenía que vérselas con Napoleón en Bayona, quien lograba su abdicación y pasar los derechos de la corona a su hermano, José Bo­ naparte. Esto desencadenó una guerra de independencia nacional y también hizo de la Península el terreno en que dirimir la primacía euro­ pea entre Gran Bretaña y Francia, con el imperio americano en el tras­ fondo. 1.1. El reinado de J osé I Bona parte ( 1808­1813) . Comienza con la aprobación por 91 notables españoles del Estatu­ to de Bayona, expresión del liberalismo moderado expandido por los Bonaparte, que tendría un influjo decisivo bajo el reinado de Isabel II. De hecho, con José I gobernaron aquellos ilustrados o que, a despecho del mote de “afrancesados”, iniciaron la organización de la sociedad burguesa: la desamortización de los conventos, la abolición de los dere­ chos feudales, también de la Inquisición, la supresión de las aduanas interiores, la división provincial del Estado... Coincidían, en gran parte, con las metas que los liberales partidarios de Fernando VII debatían en Cádiz. En ambos bandos, pues, estaba en marcha un mismo proyecto, más radical y democrático entre los gaditanos, y cuyo despliegue estaba
obstaculizado por una guerra de altibajos, hasta que en 1813 lord We­ llington, con tropas inglesas, españolas y portuguesas, expulsaba a los ejércitos de Napoleón y daba por finalizado el reinado de José I. 1.2. Las Cortes de Cádiz ( 1808­1814) y la independencia a meri­ cana. El motín madrileño del 2 de mayo de 1808 contra las tropas fran­ cesas, y los fusilamientos del 3 de mayo pintados por Goya se han miti­ ficado como inicio de la guerra de la independencia. Pero fue en zonas no ocupadas por franceses donde, ante el cambio dinástico, se constitu­ yeron Juntas que, lideradas por los liberales, asumieron el poder, arma­ ron al pueblo y, en concreto, las Juntas de Andalucía lograron una victo­ ria inesperada en Bailén en julio de 1808. Pronto el ejército napoleónico recuperó casi toda la Península, a pesar del desembarco de tropas ingle­ sas. La Junta Central, constituida por decisión de las Juntas provinciales, convocó en 1810, en respuesta a las reformas de José I y ante los suce­ sivos desastres militares, unas Cortes generales y extraordinarias que representasen a la nación. Cercados en Cádiz, los liberales fernandinos lograron excluir de las Cortes la representación de la aristocracia y de la iglesia, y en la primera sesión adoptaron principios revolucionarios: que la soberanía residía en la Nación, que a ésta la representaban los dipu­ tados, que los diputados eran inviolables, y que el poder legislativo, ex­ presión de soberanía, residía, por tanto, en las Cortes. Era la partida de nacimiento de la nación española, nuevo sujeto de soberanía política, con lo que se derrumbaban los privilegios amasados en siglos de régi­ men feudal por la aristocracia, por la iglesia y por la propia corona. Las Cortes, compuestas por gentes cultas y con mentalidad burguesa (fue­ ron líderes Arguelles, Muñoz Torrero, Calatrava y el conde de Toreno) legislaron todo un nuevo edificio social, rompieron con el poder de los señoríos feudales, proclamaron las libertades de expresión y reunión,
reorganizaron el clero regular, asumiendo la desamortización efectuada por José I, pensaron en la reforma agraria con reparto delos bienes co­ munales y baldíos entre soldados y pobres, suprimieron los gremios y la vinculación a los oficios, así como las pruebas de nobleza para ser oficia­ les, creando el ejército de la nación, pero sobre todo aprobaron un texto constitucional ­en 1812­ que establecía con detalle la organización de los poderes en el nuevo Estado representativo de la nación española. La libertad y la igualdad entraban en la historia, y se inauguraba el sufragio universal, en sistema indirecto para votar y con un sistema censitario (la necesidad de tener rentas) para ser elegido. Mientras tanto, las Cortes también impulsan la guerra, promueven la sublevación guerrillera (des­ tacaron El Empecinado y Mina) y encomiendan la jefatura militar de to­ das las tropas a Wellington. En junio de 1813 derrotaban en Vitoria a las tropas napoleónicas. Pero simultáneamente, el vacío de soberanía tam­ bién había desencadenado la sublevación de las colonias americanas. Aunque las Cortes de Cádiz habían acogido a los “españoles de ambos hemisferios” y hubo diputados por América, las ideas de libertad y el ejemplo de los Estados Unidos impulsaron a los sectores más dinámicos de las ciudades coloniales a tomar el poder en sus respectivas demarca­ ciones. Fue simultáneo en la práctica totalidad del extenso imperio: en 1810, desde México hasta Buenos Aires y Santiago de Chile, incluyendo Caracas y Bogotá, se constituyeron Juntas con capacidad soberana. Se desencadenó una guerra con desiguales escenarios, diferentes apoyos y estrategias contrapuestas entre los independentistas. El proceso de in­ dependencia dura casi tres lustros, hasta que en 1824 la corona españo­ la es derrotada y sólo se mantiene en Cuba y Puerto Rico. 1.3. El reinado de Fe rnando VI I (1814­1833) . El rey promovió un golpe de Estado absolutista, suprimió toda la obra de las Cortes de Cádiz y se dedicó a perseguir por igual a los libe­
rales y a los colaboradores del rey José I. Aparecen el exilio y la perse­ cución política. Los liberales no tuvieron más recurso que el “pronun­ ciamiento” militar para restablecer la legalidad constitucional. Fracasan, sin embargo, sucesivamente Mina, el Empecinado, Por­ lier, Lacy, Vidal que, o se exilian, o son fusilados. Mientras tanto, el rey restablecía la Inquisición y los privilegios de los aristócratas y del clero, por más que la guerra de la independencia americana agravaba la quie­ bra del sistema de fiscalidad absolutista, incapaz de obtener recursos sin tocar privilegios. Presionado por Estados Unidos, el rey les vende las Floridas, los barcos comprados al zar ruso fueron una estafa, y el ejérci­ to preparado para embarcar en Cádiz hacia América debía estar licen­ ciado, cuando de sus filas el coronel Riego se pronuncia (1 de enero de 1820) y logra la adhesión de las ciudades, organizadas de nuevo en Jun­ tas para restablecer el régimen constitucional. Se inicia el Trienio libe­ ral . Las Sociedades Patrióticas y la prensa expanden ideas de libertad por doquier. Las Cortes, elegidas por sufragio universal indirecto, repu­ sieron la legislación gaditana de modo que la abolición de los señoríos, junto a la efectiva desamortización y cierre de conventos y la supresión de la mitad del diezmo desencadenaron la reacción absolutista. Frailes y parte de la jerarquía eclesiástica apoyaron partidas de campesinos des­ poseídos y promovieron conspiraciones apoyadas por el propio rey. Además, la ley de venta de realengos y baldíos para los campesinos sin tierras no se hizo efectiva, como tampoco el sistema fiscal proporcional previsto, pero sí que se impulsó la articulación del mercado nacional, sin aduanas interiores, y con un fuerte proteccionismo agrario. Se organizó la división provincial, tal y como se haría efectiva en 1833, porque en 1823 el experimento liberal quedó cercenado. Servía de ejemplo al resto de Europa, y por eso las potencias absolutistas ­Francia, Austria y Ru­ sia­ encomendaron a un ejército francés el restablecimiento del poder absoluto del rey. Eso hicieron los Cien mil hijos de san Luis. Comenzaba
así la década ominosa (1823­1833). El primer momento fue de terror. Se creó la policía política, se ahorcó a Riego, y otra vez el exilio para lo más selecto de la sociedad. Y de nuevo los pronunciamientos, saldados con el fracaso y ejecuciones (las de El Empecinado, Torrijos, Mariana Pineda). Las camarillas absolutistas no sabían encauzar las necesidades del Estado, ahora sin los ingresos de las colonias, y el rey tuvo que re­ currir a políticos ilustrados. Así, con medidas como la ley de minas, los aranceles proteccionistas para la industria, la promulgación del Código de comercio (1829), o la división provincial (1833), se abría la puerta al liberalismo. Además, desde 1830 se había establecido en Francia una monarquía burguesa, y Fernando VII lograba, al fin, tener dos hijas. Sin embargo, Carlos, hermano del rey, no les reconocía derechos, por ser mujeres. 1.4. Regencia, guerra civil y revolución ( 1833­1839) . En 1833 una niña de tres años heredaba el trono, bajo la regencia de su madre María Cristina y contra los deseos de su tío, que se reclamó heredero, levantó partidas absolutistas y contó con unos sólidos apoyos eclesiásticos y de sectores de la aristocracia y del ejército. Sin embargo, la mayoría de los grupos sociales, desde burgueses hasta clases popula­ res, aspiraban a un sistema liberal, y por eso apoyaron a una María Cris­ tina que no tuvo más remedio que echarse en sus brazos para defender sus intereses familiares. Se reorganizaron las fuerzas liberales, armaron milicias contra los carlistas y se inició una guerra civil por toda la geo­ grafía. Tras sucesivos gobiernos (Martínez de la Rosa, Mendizábal y Ca­ latrava), y con el impulso de nuevas Juntas, organizadas ciudad por ciu­ dad, se restableció, al fin, en 1836, el sistema constitucional. Pero ya con un texto (Constitución de 1837) que moderaba los aspectos más democráticos de 1812: se implantó el sufragio censitario (nunca más de un 2% de los varones mayores de 25 años pudieron votar durante todo
el reinado de Isabel II) y se otorgó a la corona un poder ejecutivo que prevalecía sobre el legislativo, con capacidad de disolver las Cortes y de vetar las leyes. Se produjo ahora la escisión entre liberales moderados (Toreno, Narváez, Alcalá Galiano) y progresistas (Mendizábal, Esparte­ ro). Mendizábal nacionalizó los bienes del clero regular para privatizarlos de inmediato y hacer de la tierra la mercancía por antonomasia del mer­ cado nacional de capitales, a la vez que trataba de enjugar la deuda pú­ blica. El régimen señorial se abolía sin atender las expectativas de miles de campesinos que habían poseído durante generaciones tierras someti­ das a una aristocracia que ahora, gracias a la ley, se transformaba en propietaria de absoluto derecho sobre inmensos territorios. En el camino quedaban las aspiraciones a la propiedad de los campesinos. Y en el camino quedaron también quienes se habían alistado con el pretendien­ te Carlos, porque en 1839, sin apoyo internacional y sin recursos, el ge­ neral carlista Maroto firmaba con Espartero el convenio de Vergara, fina­ lizando lo que de hecho había sido una guerra civil de resistencia a la implantación del liberalismo. 1.5. Regencia de Espa rtero ( 1840­1843) . María Cristina, casada de nuevo, era ilegal como regente. En 1840, al sancionar la ley que sometía los ayuntamientos a la designa­ ción del gobierno, provocó un pronunciamiento municipal que la obligó al exilio. Las Cortes votaron a Espartero para la Regencia. Gobernaron los progresistas, se desamortizó ahora al clero secular con una ley que garantizaba por parte del Estado el mantenimiento de las parroquias y de los seminarios, se abolieron los fueros en el País Vasco, y se dio un extraordinario impulso al despegue de iniciativas burguesas, con la lle­ gada de remesas de capitales ingleses y franceses a sectores como las minas o el crédito. Se organizó el sistema educativo nacional, desde la primaria a la universitaria y se asentó el Estado liberal como realidad
nacional. Por otra parte, despegaba un partido rival, el republicano, que acogía la frustración popular ante las esperanzas puestas en las liberta­ des constitucionales. Las nuevas desigualdades dieron pie a la cuestión social que ya inquietaba a los analistas políticos. La crisis del textil cata­ lán y el miedo al librecambismo provocaron la insurrección de obreros republicanos y de patronos moderados en Cataluña. Se adueñaron de Barcelona (1842), y Espartero entró bombardeando y ejecutando a los líderes populares. Fue su quiebra política, se negó a la amnistía y los moderados, con María Cristina al frente, conspiraron hasta que se tuvo que exiliar. De inmediato, los moderados se desprendieron de sus alia­ dos republicanos, disolvieron las Cortes, y proclamaron la mayoría de edad de Isabel II, con trece años. 1.6. Reinado de I sabe l I I ( 1843­1868) . Un reinado en el que, salvo dos años, gobernó el partido modera­ do, con veleidades dictatoriales y con líderes como Narváez, Salamanca, Bravo Murillo, O’Donnell y Pidal. Disolvieron la Milicia nacional, institu­ ción de ciudadanos que velaban por el orden, según establecía la Consti­ tución, y crearon, por contra, la Guardia civil como cuerpo militarizado para vigilar el orden de los propietarios de la desamortización. Dieron otra Constitución (1845), con predominio de la corona que designaba al gobierno, controlaba la iniciativa legislativa, y designaba de por vida a los senadores. Si a esto se añade que se restringía el sufragio, según la riqueza, a menos del uno por ciento de los varones adultos, y que los alcaldes también eran designados por el ejecutivo, se comprenderá el soporte social y político de esa minoría de propietarios y ricos hacenda­ dos que anudaron un caciquismo electoral que marcó no sólo este reina­ do, sino que persistiría hasta el siglo XX. En tal contexto, se convirtió en norma el agio y la corrupción, con participación de la familia real, para beneficiarse de un capitalismo en despegue indudable: el ferrocarril, las
minas, la banca y las sociedades financieras acapararon las maniobras especulativas de minorías que, tras la desamortización, amasaban for­ tunas, sin olvidarlos negocios ilegales de esclavos en torno a Cuba, “per­ la de las Antillas” a la que se priva de derechos constitucionales. Los es­ cándalos de las concesiones ferroviarias facilitaron la vuelta al poder de los progresistas para encauzar la legalidad del desarrollo capitalista, y así, de 1854 a 1856 (Bienio progresista), gobernaron bajo Espartero, cerraron el ciclo de privatizaciones de la tierra con la ley desamortizado­ ra de Madoz (1855), y legislaron sobre minas, finanzas e inversiones de capital. En las décadas siguientes el crecimiento de la industrialización fue continuo y el capitalismo se extendió también en el campo. Los mo­ derados, con un nuevo golpe de Estado de O’Donnell, volvieron a resta­ blecer la Constitución de 1845, evitando que progresistas y republicanos redactasen otra Constitución e hiciesen de la Milicia nacional la fuerza armada de un pueblo que realizaba ya las primeras huelgas y exigía “pan, trabajo y libertad”. Sin embargo, la agitación social era imparable. El partido republicano abanderaba la ocupación de tierras en el campo andaluz, sufrió la represión y los fusilamientos masivos ordenados por Narváez (El Arahal en 1857 y Loja en 1861)). En las ciudades, el precio del pan, los impuestos indirectos (los consumos) y el sorteo de los quin­ tos eran las espoletas que con sistemática regularidad provocaban los motines de una extensa menestralía, liderada por los republicanos. Las gentes ocupaban las calles y, con las mujeres al frente, asaltaban taho­ nas o incendiaban fielatos. Otro tanto ocurría cuando el sistema de quin­ tas les arrebataba a sus hijos para “servir al rey y a la Patria” durante ocho años que no cumplían los ricos (por redimirse por dinero o costear un reemplazista), y del que además, si había guerra, casi la mitad no volvían. Por eso, ni las expediciones a África ni luego la defensa de Cuba serían populares. Por eso, el republicanismo logró amplias adhesiones en todas las provincias. El poder, por su parte, estaba usurpado por ca­
marillas palaciegas (recuérdese La corte de los milagros de Valle­ Inclán), lo que concitó el pacto de Ostende entre sectores moderados, progresistas y demócratas, contra la familia real. 2.­ LOS CON FLI CTOS DE UN A ESP AÑ A EN DESA RROLLO CA P I TA­ LI STA (1868­1975) . El largo siglo que comienza con una “gloriosa” e incruenta revolu­ ción, terminó con la muerte del dictador que había roto la sociedad es­ pañola en una guerra fratricida. Excepto en el trágico paréntesis de la dictadura de Franco, con retroceso en las libertades, en la economía y en la riqueza cultural, desde 1868 estuvo siempre en el horizonte la modernización y europeización de la vida española. El despegue del ca­ pitalismo y las instituciones del Estado liberal, ya consolidado, suscita­ ron alternativas sociales y políticas. Se planteó el federalismo, emergie­ ron los “nacionalismos periféricos” y las soluciones autonómicas, y, por otro lado, los partidos de masas y los sindicatos de trabajadores exigie­ ron nuevos derechos, en acciones y conflictos de nuevo cuño. 2.1. El sexenio dem ocrático ( 1868­1874) . De nuevo las Juntas revolucionarias asumieron la soberanía e im­ pulsaron el cambio. Se constituyó un gobierno de progresistas y demó­ cratas monárquicos, a la búsqueda una nueva dinastía, pero en las elec­ ciones generales y municipales, celebradas por primera vez con sufragio universal masculino, los republicanos lograron importantes parcelas de poder. La coyuntura de crisis económica y el contexto de unas guerras no previstas (la guerra independentista en Cuba y la sublevación absolu­ tista carlista en el norte peninsular) bloquearon medidas tan reclamadas como la supresión del impuesto de consumos o de las quintas. A pesar de las dificultades, se estabilizó la economía con la creación de la mone­ da nacional, la peseta (1869), y del Banco de España (1874), con la li­
beralización de aranceles y de movimientos de capitales, con el relan­ zamiento de la red ferroviaria y del sistema portuario, así como con la modernización industrial y minera. En 1869 se aprobaba la primera Constitución democrática, con dos Cámaras electas por sufragio univer­ sal, y con un exhaustivo elenco de libertades que permitió la eclosión asociativa popular y un importante despegue intelectual y cultural. Sin embargo, quedaban pendientes la abolición de la esclavitud (a pesar de la tímida ley Moret de 1870) y la autonomía para las colonias. El peso del general Serrano, así como las maniobras contra el nuevo rey Ama­ deo, de la dinastía Saboya, empeñado con Ruiz Zorrilla en la abolición de la esclavitud, hasta lograr su abdicación, y sobre todo la financiación del partido alfonsino, liderado por Cánovas, para restaurar a los Borbo­ nes, se explican desde los intereses de los negreros, con aristócratas, generales y la propia familia real implicados . Desde 1869, por lo de­ más, los republicanos crecían con un programa que combinaba el fede­ ralismo como alternativa de Estado, y el reformismo social. Cuando en 1873 abdica el rey Amadeo, las dos cámaras proclaman la República. Los sucesivos gobiernos republicanos (con Figueras, Pi, Salmerón y Cas­ telar) no pudieron, sin embargo, contentar las demandas populares, porque tuvieron que hacer frente a los carlistas, a la guerra en Cuba y a las conspiraciones de los alfonsinos. Además, los campesinos de Andalu­ cía y Extremadura no esperaron las reformas y ocuparon antiguos seño­ ríos de la aristocracia. En los núcleos industriales (Barcelona, Alcoy) cundió un bakuninismo que, aunque minoritario, encendió el pánico de las clases propietarias, coincidiendo en gran medida con los federales que se organizaron en cantones por toda la geografía para abolir los vestigios feudales del campo, repartir tierras, reducir la jornada de tra­ bajo a ocho horas, bajar un 50% los alquileres urbanos o establecer sa­ larios máximos y suprimir rangos y distinciones sociales.
Los líderes republicanos se vieron desbordados, se dividieron, re­ currieron a los militares alfonsinos para reprimir la eclosión cantonal y así se llegó al golpe del general Pavía que disolvió las Cortes constitu­ yentes (enero de 1874), y dio el poder al general Serrano y Sagasta, quienes persiguieron y deportaron a miles de cantonalistas y prepararon la vuelta del Borbón Alfonso. 2.2. Restauración borbónica: el reina do de A lfonso XI I ( 1875­ 1885) y la regencia de María Cristina ( 1885­1902) . Cánovas asumió el poder dictatorialmente, obligó a los profesores a jurar fidelidad al dogma católico y al rey (Giner de los Ríos, Salmerón y Castelar son expulsados de la Universidad por negarse, y nace así la Institución Libre de Enseñanza), derrotó a los carlistas, abolió el sistema foral vasco y preparó una Constitución (1876) que daba de nuevo a la corona el control del ejecutivo y la primacía sobre el legislativo. Se vol­ vía al sufragio censitario y a un Senado entre vitalicio y corporativo­ aristocrático. El artículo 17 (de la suspensión de las garantías constitu­ cionales) fue el más usado hasta 1923. Dos de cada tres días se aplicó en todo o en parte del territorio. Por lo demás, el conflicto cubano entró en cauces negociadores desde 1878 (acuerdos de Zanjón), se hizo de la isla una provincia con promesas de autogobierno y de aplicarla ley anti­ esclavista de Moret, pero ni se suprimió la esclavitud hasta 1886, ni la autonomía llegaba. No tardaría en llegar la guerra definitiva, esta vez con los Estados Unidos de por medio. Cánovas, sin embargo, tuvo la previsión de integrar una oposición en la dinámica del sistema constitu­ cional. En 1879 Sagasta, apoyado por Castelar, organizaba el partido liberal­fusionista que recogía a progresistas y demócratas desencanta­ dos del republicanismo, y en sucesivos gobiernos restableció las con­ quistas del sexenio: legalizó todos los partidos, las asociaciones y sindi­ catos (1887), el matrimonio civil y, por fin, en 1890, restablecía el su­
fragio universal 6masculino. Así quedaba el “sistema de la Restaura­ ción”, caracterizado porque, desde la implantación del sufragio univer­ sal, los dos partidos dinásticos (el conservador y el liberal) se empeña­ ron en prolongar los cacicatos establecidos bajo largas décadas de su­ fragio censitario. Clientelismo, pucherazos y violencia mantuvieron las previsiones de cada partido cuando recibía del rey el encargo de formar gobierno. A pesar de los intereses oligárquicos, se abrieron espacios de poder social como el de la prensa o el del asociacionismo ciudadano, con una rica dinámica ideológica y cultural. También iniciaron su andadura el PSOE y la UGT, en paralelo con el anarquismo cuyas acciones violentas encontraron tanto eco social (mataron a Cánovas) como represión des­ medida. El crecimiento capitalista era dominante, con sectores como el industria catalán, el minero­siderúrgico asturiano y vasco, y definitivo en las estructuras comerciales y financieras, como también en la agricultu­ ra, aunque el enorme excedente de mano de obra permitía orillar la me­ canización. La pobreza, sin embargo, era palpable en la sociedad espa­ ñola, y así, cuando ocurre la guerra con los Estados Unidos y se pierden Cuba y Filipinas, en numerosas poblaciones se suceden motines por hambre, contra las impuestos para la guerra y contra las quintas. El go­ bierno recurrió al estado de sitio en toda España para firmar la paz con Estados Unidos. Los conflictos adquirieron entonces nuevas virulencias sociales, al sumarse una oleada de anticlericalismo y recrudecerse el an­ timilitarismo. El papel de los curas junto a los ricos y los relatos sobre los abusos de los generales en la guerra ni se cuestionaban. Hay que recordar que el Estado se apoyaba para conservar el orden en la Guar­ dia civil y sobre todo en el ejército. 2.3. Reinado de A lfonso XI I I ( 1902­1931) . La crisis tiene en 1902 su momento más álgido en el campo, jor­ naleros agrícolas andaluces van por miles a la huelga y piden tierra, en
las provincias de la meseta y del norte los nuevos arrendamientos, fruto del Código civil, estaban acogotando al tradicional enfiteuta... Pueblos enteros emigraron a América y luego a Francia o Argelia; más de un mi­ llón sobre una población de 18 millones de habitantes. La intransigencia patronal, por otra parte, agudizaba los conflictos. En las minas, en el textil, en la construcción, las jornadas apenas tenían límite, predomina­ ba el destajo, y las condiciones de vida producían enfermedades y tan dramático porcentaje de mortalidad infantil que familias enteras, exas­ peradas, se lanzaban a huelgas que acababan en sangre a manos de tropas del orden. El anarquismo acrecentaba su influencia, sobre todo en Cataluña, y en 1906 atentaba directamente contra el rey en su boda. Sucesivos gobiernos adoptaron tímidas reformas: la ley de repoblación interior (1907) y un plan de embalses para triplicar los regadíos, pero faltaron créditos, que sí que hubo para reconstruir la Marina. Más decisi­ vo fue el Instituto Nacional de Previsión (1908), embrión de un sistema público de protección social. También se creaba el Ministerio de Educa­ ción, el Estado asumía el pago a los maestros, y en 1907 nacía la Junta para Ampliación de Estudios, órgano de investigaciones científicas, pre­ sidido por S. Ramón y Cajal, partida de nacimiento de una comunidad científica parangonable a Europa. Eran iniciativas adoptadas por influjo de los institucionistas, aquellos que seguían los principios con que Giner de los Ríos había fundado la Institución Libre de Enseñanza; eran los principios de la revolución de 1868 (democracia, laicismo, libre pensa­ miento, reformas sociales) y que recibían nuevos argumentos desde los socialistas de cátedra. Además, del seno del movimiento obrero también surgieron iniciativas de educación y emancipación cultural; así las “es­ cuelas modernas” de los anarquistas y las “casas del pueblo” de los so­ cialistas. En 1909, en toda España, en el mes de julio tuvo lugar una “semana trágica” por la sangre que corrió una vez más contra las quin­ tas y contra una guerra colonial que no se veía como propia. Tras per­
derse Cuba y Filipinas, se rescataron argumentos históricos para justifi­ car la expansión por el norte de África. La lógica resistencia marroquí exigió el envío de crecientes remesas de soldados, y en 1909 mujeres y hombres, sobre los raíles del tren, impiden la salida de las tropas en dis­ tintas ciudades, pero en Barcelona se incendian conventos y se adueñan de la ciudad. La demagogia anticlerical hizo famoso desde ahora a Le­ rroux. Maura, que pensaba regenerar la política, declaró el estado de sitio en todo el país, y miles de detenidos fueron juzgados por consejos de guerra, entre ellos el inspirador de las “escuelas modernas” anarquis­ tas, Ferrer i Guardia. Se le fusiló sin escuchar las voces de indulto que clamaron por toda Europa. Maura tuvo que dimitir. Ganó entonces las elecciones Canalejas, quien acometió importantes reformas: la obligato­ riedad del servicio militar, aunque creó el “soldado de cuota”, el control de las órdenes religiosas para frenar el anticlericalismo, la creación de la Mancomunidad para Cataluña, y el impulso a la enseñanza primaria. Fue asesinado en 1912 y desde entonces los partidos dinásticos ­el liberal y el conservador­ se fraccionaron, sin capacidad para encauzar la política hacia planteamientos democráticos y sociales. Crecía así la fuerza de republicanos y socialistas (éstos ya con escaños en las Cortes), mientras los anarquistas lograban unirse sindicalmente como CNT desde 1911. Cuando en 1914 se declara la guerra en Europa, España mantuvo una neutralidad beneficiosa para el crecimiento económico, con una expan­ sión notoria de las exportaciones, a lo que se añadiría el proteccionismo industrial promovido por Cambó, líder de la Lliga de Cataluña y ministro en Madrid. La coyuntura de beneficios capitalistas, sin embargo, no hizo sino agudizar las reivindicaciones, ahora también de clases medias (fun­ cionarios, militares...),que coincidieron con la convocatoria en 1917 de una huelga general promovida por la UGT (con más de cien mil afilia­ dos), con el apoyo del PSOE y parte de la CNT. Exigieron una Asamblea constituyente para regenerar el régimen político, pero el gobierno de
Dato respondió con la represión: casi cuatrocientos trabajadores, en su mayoría del norte minero, murieron bajo las tropas. Se iniciaba la des­ composición de un régimen cuyos gobiernos eran inestables por las pro­ pias intromisiones del rey, obsesionado con las vicisitudes bélicas en Marruecos. Además, las fuerzas nacionalistas adquirían cada vez más peso en Cataluña y en Euzkadi, a la vez que emergían otros nacionalis­ mos como el gallego, el valenciano y el andaluz, aunque con distintos calados. Por otra parte, la investigación en las Cortes de la muerte de miles de soldados en Annual (1921) por incapacidad de un generalato protegido por el rey, así como el recrudecimiento de la violencia social (terrorismo patronal contra terrorismo anarquista), fueron los pretextos para que, en 1923, el general Primo de Rivera se pidiera el poder y el rey, orillando la Constitución, aprobase el golpe de Estado. Tuvo apoyos (de la burguesía catalana, de entre los partidos dinásticos, de personali­ dades como Ortega) en un primer momento para gobernar sin partidos ni Constitución. Pero el dictador intentó, a semejanza de Mussolini, un partido único, la Unión patriótica, y la organización corporativa de la economía, según el modelo fascista, sin lograr el respaldo social, aunque colaborase la UGT de Largo Caballero. Nacionalizó sectores claves eco­ nómicos (petróleo de CAMPSA y Compañía Telefónica Nacional), pero la bancarrota por mala gestión monetaria impidió el plan de obras públi­ cas. Amparó la corrupción (el contrabandista Juan March), y a pesar de haber pacificado Marruecos en coordinación con Francia, la falta de li­ bertades, junto con su talante tabernario, laminaron al dictador. Se le­ vantaron los artilleros dentro del propio ejército, se le opuso la Universi­ dad, con la figura de Unamuno a la cabeza, los republicanos conspira­ ban, y resurgieron las huelgas obreras... En 1930 renunció el dictador y el rey encomendó el gobierno sucesivamente al general Berenguer, im­ plicado en el desastre de Annual, y al almirante Aznar. Incluso hubo monárquicos que ya dirigían su acusación al rey e invitaban a pasarse al
republicanismo. En este ambiente, en abril de 1931 se restablecen las libertades para celebrar elecciones municipales. El PSOE, la UGT y los republicanos constituyeron un bloque electoral. En Cataluña se formó la Esquerra de Catalunya, partido catalanista, radical democrático, con Ma­ cià al frente. Por su parte, los partidos monárquicos se aliaron con la Lliga Catalana. La CNT y el incipiente PCE se abstenían. En las ciudades ganaron las listas republicano­socialistas. Una espontánea fiesta popular lanzó el día 14 a miles de gentes a las calles, ondearon las banderas re­ publicanas y sólo quedó al rey la abdicación. 2.4. La Segunda República ( 1931­1939) . Un gobierno provisional, presidido por Alcalá Zamora, con republi­ canos de distintas ideologías y con socialistas, establece las libertades y derechos democráticos que se plasman, tras la celebración de elecciones a Cortes, en la Constitución de 1931. En el nuevo texto se proclama la igualdad de la mujer, con derecho a voto desde entonces. Se reconoce, desde la soberanía nacional, la autonomía regional para articular la plu­ ralidad dentro del Estado. Se delimita la independencia entre un poder ejecutivo nombrado por el Presidente de la República, y un legislativo de Cámara única elegida por sufragio universal, igual que los ayuntamien­ tos. Se definía al Estado como laico, se suprimía el pago del culto y las ayudas a las órdenes religiosas, impidiéndoles la enseñanza reglada, al definirse como competencia estatal. Se sometían las riquezas al interés de la economía nacional y, en su caso, la expropiación se haría con in­ demnización. Se abolían las jurisdicciones especiales, como la militar que se ejercía sobre personas civiles desde 1906, se extendía el jurado y se culminaba el sistema jurídico­político con la novedad del Tribunal de Garantías Constitucionales. Mientras tanto, el gobierno establecía los jurados mixtos, con patronos y obreros en paridad, y decretaba la obli­ gación para los latifundistas tanto de cultivar las tierras, so pena de ex­
propiación, como de emplear a jornaleros del mismo término municipal. Además, se reformaba la carga de un ejército saturado e insostenible, y se establecía la libertad de cultos, hechos que, junto al pánico provoca­ do por una quema de conventos enigmática en una realización tan sin­ cronizada, fueron pretextos para empezar ya las conspiraciones. Así, en agosto de 1932, se intentó un golpe monárquico con Sanjurjo, financia­ do por los latifundistas. Pero además el gobierno formado por Azaña en coalición con los socialistas, tuvo que vérselas con los anarquistas de la CNT ­FAI con la huelga general revolucionaria como táctica permanente, y con conflictos que derivaban en choques violentos, de modo que suce­ sos como los de Castilblanco, Arnedo y el tan debatido de Casas Viejas minaron la tarea de la coalición de gobierno, hasta el punto de perder las elecciones en noviembre de 1933. En el haber de la coalición queda­ ban, entre otras reformas, el plan de obras públicas y las leyes sobre la enseñanza, la reforma agraria y para el Estatuto de Cataluña. La educa­ ción se convirtió, al fin, en prioridad política. La reforma agraria trató de resolver un conflicto abierto en las Cortes de Cádiz y con muchas déca­ das de desesperación sobre las espaldas del campesinado. Y el Estatuto catalán alumbraba fórmulas para la convivencia en un Estado con distin­ tas nacionalidades. La Generalitat se convertía así en referente de lega­ lidad democrática y Cataluña comenzaba su andadura de autogobierno. Sin embargo, cuando ganan las derechas en noviembre de 1933 (la re­ cién constituida CEDA bajo la jefatura de Gil Robles, y los radicales de Lerroux), se frenan las reformas, sobre todo la agraria, se concede am­ nistía a los saboteadores monárquicos (Sanjurjo y March, entre ellos) y se veta la ley de la Generalitat favorable a los rabassaires. La CEDA, en definitiva, era una coalición de fuerzas antirrepublicanas, con un pro­ grama de excesivas semejanzas a la dictadura del austríaco Dollfuss. Así, temiendo el ascenso de Gil Robles, a lo Hitler, y fruto de la impa­ ciencia por la revolución social, la UGT y sectores de la CNT se lanzaron
en octubre de 1934 a una huelga general revolucionaria que adquirió especial virulencia en Cataluña y Asturias. La represión se le encomendó a la legión extranjera mandada por Franco, quien pasó de inmediato a ser el segundo de Gil Robles en el ministerio de guerra. Tras la san­ grienta represión militar, hubo decenas de miles de prisioneros que no cupieron en las cárceles, y se sentenció con penas de muerte a los líde­ res sindicales y al presidente y consellers de la Generalitat (disuelta por haberse rebelado contra el gobierno que boicoteaba la autonomía legis­ lativa). Se reagruparon entonces las izquierdas como “Frente Popular”, con republicanos, socialistas y comunistas, y quedaba la CNT apoyando desde fuera. Con el escándalo del Straperlo se disgregó al partido de Lerroux, se adelantaron las elecciones a febrero de 1936 y ganó el Fren­ te Popular. Dentro de éste, fueron los republicanos los que gobernaron, sin los socialistas, para no asustar a las derechas. Se restableció la Ge­ neralitat y se reiniciaron las reformas paralizadas por la derecha. Se acordaron Estatutos para Galicia y el País Vasco, y Azaña pasó a ocupar la Presidencia de la República. Sin embargo, ya las conspiraciones de monárquicos, fascistas y grandes propietarios eran cada vez más inso­ lentes, hasta que se produjo la insurrección sincronizada de militares en todas las capitales. La respuesta popular, hombres y mujeres tomando las armas y los sindicatos organizando milicias, impidió el triunfo rebelde en gran parte de las ciudades. Pero se escindió el territorio en dos zonas que entraron así en una guerra no prevista. El bando rebelde contó con la decisiva ayuda militar y económica de Hitler y Mussolini, los bombar­ deos de la aviación alemana mostraron su trágica eficacia en Guernica, mientras que el gobierno, al carecer del apoyo de las potencias demo­ cráticas, tuvo que recurrir a la URSS de Stalin para lograr aprovisiona­ mientos militares. La guerra duró tres años, a pesar de las propuestas del presidente Azaña de encontrar fórmulas para finalizarla, bajo el con­ trol de las potencias democráticas. El bando de Franco no quiso, sólo
tenía como meta arrasar con lo que consideraba la “anti­España”. Los rebeldes no dieron lugar a la transacción, los obreros, por defender sus derechos, o los intelectuales, por comprometerse con la democracia (García Lorca) ya eran enemigos de la patria, y se les fusilaba. Esto desencadenó una espiral de idénticas violencias en la zona republicana. Además, el apoyo de los obispos a Franco hizo de la guerra una “cruza­ da religiosa contra el infiel”. Por eso, ni las Brigadas Internacionales, ni la heroica resistencia de un pueblo como el madrileño, ni la reorganiza­ ción de las milicias en un Ejército Popular sirvieron para frenar unas tro­ pas bien aprovisionadas que, férreamente dirigidas por Franco, entraban en las poblaciones fusilando y encarcelando. Mientras, en los territorios republicanos los sindicatos UGT y CNT impulsaban las colectivizaciones económicas y adquirían un protagonismo que chocaba con los sucesivos gobiernos. Esto mermó las energías del bando republicano. Los avances de Franco y el reconocimiento por Francia e Inglaterra de su gobierno dieron fin a la legalidad republicana. 2.5. La dictadu ra de Franco (1939­1975) . Represión y totalitarismo definen los primeros años. Se declararon delictivos, con carácter retroactivo, los partidos y los sindicatos, se con­ fiscaron sus bienes y se sometía la disidencia a tribunales militares. Al medio millón de muertos en guerra, se añadió el terror de miles de fusi­ lamientos porque hasta 1948 no se levantó el estado de guerra. El 90% de la intelectualidad se exilió, se depuró el cuerpo de maestros y se cer­ cenó el despegue cultural de las décadas anteriores. Se organizó un Es­ tado totalitario militarizado, con el partido único de falangistas y carlis­ tas bajo Franco, proclamado caudillo, y con unas Cortes designadas cor­ porativamente, sin más capacidad que la de aprobar las iniciativas del propio dictador, responsable de sus actos sólo “ante Dios y la Historia”. La iglesia católica participó de lleno imponiendo que toda España se do­
blegase al dogma, la moral y el derecho eclesiásticos. El retroceso eco­ nómico que supuso la guerra, el aislamiento de un régimen aliado de las potencias fascistas y las pretensiones nacionalistas de unos militares y falangistas autárquicos, llevaron al racionamiento, al hambre y al fraca­ so. Sólo el anticomunismo de la dictadura sirvió de puente para lograr, con la bendición del Vaticano, el reconocimiento y el apoyo de los Esta­ dos Unidos (1953) y luego de la ONU. La ayuda americana, aunque no decisiva, permitió cierto despegue económico y favoreció el ascenso de tecnócratas partidarios de un capitalismo acorde con el ritmo internacio­ nal, y dispuestos a sacar la economía de las fantasías falangistas y de la angostura de oligarquías decimonónicas. Así se llegó a otra fase de la dictadura, la de estabilización neoca­ pitalista (1957­1959) y la de los planes desarrollo (1960­1975). En es­ tos años fueron los autócratas del Opus Dei quienes controlaron los re­ sortes claves, frente a los falangistas, que se recluyeron en los sindica­ tos. Se contó con el respaldo de los créditos del FMI, de la OECE y del gobierno norteamericano, con las inversiones extranjeras (al liberalizar­ se el comercio exterior) y con las remesas de divisas del turismo y de los emigrantes. Por lo demás, la emigración constituyó el fenómeno so­ cial más transformador. Al corazón de Europa marcharon casi dos millo­ nes de españoles que aliviaron el paro y subieron el nivel de vida de sus familias, pero también hubo una emigración interna del campo a la ciu­ dad ­más de cuatro millones de personas­ que obligó a la necesaria me­ canización y modernización agrícola y surtió de mano de obra al creci­ miento de las zonas industriales. Se cambió radicalmente la demografía española. Más de dos tercios viven desde entonces en zonas urbanas. La ocupación industrial y el sector de servicios superaron al sector prima­ rio. A esto se añaden los programas de obras públicas en infraestructu­ ras, cortos, sin embargo, en previsión es de futuro. Las desigualdades sociales cambian, por los demás, de signo. Emergen extensos barrios
urbanos de trabajadores y una creciente clase media, aunque todavía en 1970 el 80% de las familias españolas tenían un nivel de ingresos infe­ rior a la media nacional, dato elocuente sobre las desigualdades sin re­ solver, aunque la dictadura pregonase el “milagro económico”. Y eso sin contar con los cientos de pueblos vacíos y con el enorme desequilibrio que se produjo entre zonas desarrolladas y otras radicalmente empo­ brecidas. La oposición, por su parte, lograba concitar nuevos apoyos en tales medios urbanos. Antes, en la década de los cuarenta se había mantenido una guerrilla antifranquista en las comarcas montañosas, li­ quidada físicamente. Desde los cincuenta el PCE adquirió un protago­ nismo indiscutible en el interior, y su acción y organización en los años sesenta sirvió para estructurar una sólida oposición al franquismo. Los trabajadores rompieron desde dentro el sindicato único, en manos de falangistas, creando las “Comisiones Obreras”; la universidad exigió li­ bertad e hizo de onda expansiva en cada ciudad; sectores del clero, en sintonía con el Vaticano II, se desmarcaron de la jerarquía y apoyaron las demandas sociales; en definitiva, la dictadura se resquebrajaba des­ de dentro, con el PCE como partícipe activo en cualquier protesta. En octubre de 1975, con el dictador agonizando, se constituyó, al fin, la unión de fuerzas democráticas con los partidos comunistas y so­ cialistas al frente. Junto con los reformistas surgidos de las elites fran­ quistas, llevaron a cabo una transición política que se ha calificado de modélica, por más que el terrorismo de la ETA pusiera en peligro más de una vez el proceso. La ETA había surgido como escisión nacionalista vasca en los años sesenta y dio su mayor aldabonazo al matar a Carre­ ro, el más cercano colaborador de Franco y presidente del gobierno. 3.­ ESP A Ñ A , P AÍ S DEM OCRÁTI CO, DESARROLL A DO Y EU ROP EO ( 1975­20 04) .
La transición a la democracia resultó exitosa gracias, ante todo, a la serenidad de un pueblo esperanzado en una convivencia libre, a la generosidad de las izquierdas que no exigieron ajuste de cuentas, y a la flexibilidad de unos dirigentes políticos entre los que es justo destacar a Adolfo Suárez, presidente del gobierno y negociador ejemplar, a Santia­ go Carrillo, líder del PCE, decisivo para encauzar la izquierda, y a Felipe González, expresión de las aspiraciones de las nuevas clases medias y trabajadoras. Los pactos de la Moncloa de 1977 y la Constitución de 1978 fueron modelos de consenso de la transición e hitos que inician una nueva etapa en España. Se realizaron elecciones libres a Cortes en junio de 1977 y los resultados obligaron a ser Cortes constituyentes de hecho. Se concedió amnistía política para presos y exiliados antifran­ quistas, se restableció la Generalitat de Catalunya, con Tarradellas al frente, el PCE renunció al leninismo y a la “dictadura del proletariado”, se aprobó por referéndum la Constitución, en un año con 88víctimas del terrorismo de ETA (en su mayoría de las fuerzas del orden público), y en 1979 se celebraban, por fin, elecciones municipales que ganó la izquier­ da, con el pacto de socialistas y comunistas. Los socialistas renunciaban, por su parte, al marxismo, se refrendaban los Estatutos de Autonomía de Cataluña y País Vasco y se iniciaba, gracias al título VIII de la Consti­ tución, la organización autonómica del Estado. Ésta era una de las no­ vedades constitucionales más relevantes, un “Estado de las Autonomías” que combinaba las exigencias de las nacionalidades históricas con la descentralización democrática del poder en distintos niveles competen­ ciales. Un modelo entre lo federal y lo administrativo cuya evolución aún está en marcha. Por otra parte, se definía también al Estado como “de­ mocrático y social de derecho”, lo que ha permitido exigir medidas pro­ pias de un Estado de bienestar. Tal fue la tarea que se inició con los pactos de la Moncloa, impulsando el gasto público y una fiscalidad pro­ gresiva.
En efecto, Adolfo Suárez repitió victoria electoral en 1979 y prosi­ guió la normalización democrática. Se aprobaron el Estatuto del Traba­ jador y el Estatuto de Centros docentes, se negoció la entrada en la CEE (Comunidad Económica Europea) y se solicitó el ingreso en la OTAN. La violencia persistente de la ETA y las diferencias internas en el partido gobernante, la UCD, que llevaron a Suárez a la dimisión, sirvieron de excusas a militares golpistas para intentar hacerse con el poder en fe­ brero de 1981. Desde ese momento, sólo el PSOE mostraba suficiente energía para sacar el país de una crisis económica iniciada en 1973, que se agudizaba con una inflación anual del 14% y un paro creciente por la crisis internacional y la vuelta de emigrantes de Europa. Así, en octubre de 1982 el triunfo del PSOE fue arrollador y esperanzador y demostró la fortaleza institucional de la joven democracia. El PSOE, dirigido por Feli­ pe González, tuvo que arreglar ante todo la crisis económica con reajus­ tes drásticos para solventar las deficiencias de un marco productivo con notorias carencias tecnológicas, de baja competitividad, y con una defi­ ciente ordenación del sector energético, además de visibles retrasos en equipamientos e infraestructuras. El papel de los dos grandes sindicatos, la UGT y CCOO, fue decisivo en la conquista de derechos y en la nego­ ciación de reestructuraciones económicas decisivas para modernizar la competitividad y productividad de las empresas. Así, los catorce años de gobiernos socialistas, de 1982 a 1996, se pueden calificar como la cons­ trucción del Estado de bienestar, sin olvidar el decisivo empuje que sig­ nificó la impresionante huelga general del 14 de diciembre de 1988, convocada por CCOO y UGT. De este modo se universalizaron por pri­ mera vez en España tres derechos básicos. El derecho a la salud, con un extenso sistema sanitario, el derecho a la protección social para cubrir un alto porcentaje de parados, jubilaciones, pensiones no contributivas y asistenciales e ingresos mínimos para los sin recursos, y el derecho a la educación hasta los 16 años, situándose además entre los cuatro prime­
ros países en porcentaje de universitarios. Esto ha cambiado radical­ mente la estructura del gasto público, desde el que además se ha im­ pulsado la modernización de las infraestructuras (red de autovías, nue­ vos puertos y aeropuertos, embalses, renovación ferroviaria, planes de cercanías en conurbaciones, etc.) para acomodar el crecimiento econó­ mico a las demandas de la población y a las innovaciones tecnológicas. Simultáneamente los españoles multiplicaban por más de dos su renta per capita, se incrementó la población activa con la novedad de una ma­ yor incorporación de las mujeres, y de ser un país con excedente migra­ torio muy alto, se pasó a ser receptor de emigrantes. Y esto sin dejar de controlar la inflación, que se redujo a niveles de media europea para en­ trar en la Unión Monetaria, y con una fiscalidad cuya progresividad so­ cial todavía no llega a la media europea. La Agencia Tributaria como re­ ferente ciudadano era un hecho nuevo. Como también lo ha sido la normalización internacional de España con la adhesión a la Comunidad Europea (junio de 1985), y la ratificación por referéndum del ingreso en la OTAN (marzo de 1986). España pasó del aislamiento de una dictadura a presidir la OTAN. Mientras, se iniciaba la andadura de los gobiernos autonómicos, con distintas atribuciones. En la mayoría, ganaron las elecciones los socialistas, y en Catalunya ha ganado siempre Convèr­ gencia i Unió, liderada por Pujol. El desarrollo de la estructura compe­ tencial autonómica está en desarrollo, con la peculiaridad de una ETA que desde el País Vasco persiste en la violencia. Por lo demás, se reba­ jaron las distancias entre Comunidades ricas y pobres, gracias a los me­ canismos de protección social, y al apoyo de los fondos europeos sobre todo para las rentas agrarias y para comarcas atrasadas. Tal situación entró en otras perspectivas, cuando la corrupción de algunos cargos socialistas y el juicio contra los responsables de política interior por su connivencia en la “guerra sucia” contra la ETA, llevaron al poder (gobierno central y doce gobiernos autonómicos) a una derecha
renovada en imagen y propuestas. Desde 1996, el Partido Popular de José Mª Aznar gobernó en alianza con los nacionalistas vascos y catala­ nes (PNV y CiU), asumiendo la meta de converger en la Unión Europea, privatizar las empresas estatales y estimular los empleos temporales para frenar el paro. Todo ello sin tocar lo básico del Estado de Bienestar existente. El hecho es que desde el 1 de enero de 1999 ha muerto la peseta, aquella unidad monetaria nacional creada en 1868 cuando cul­ minaba la revolución burguesa. Dato significativo para comprender que empezaba otra historia. Una historia de mayoría absoluta del Partido Popular que ha hecho muy difícil la convivencia con las llamadas comu­ nidades históricas, que ha ejecutado un liberalismo a ultranza y que ha buscado un nuevo marco en las relaciones internacionales con una no­ table aproximación a la política norteamericana del presidente Bush. Precisamente, y a pesar de que de puertas adentro el país ha conocido no pocos “conflictos” internos (LOU, Prestige, Huelga General...), ha te­ nido que ser la postura del gobierno español en la guerra de Irak, en contra de la opinión mayoritaria de los ciudadanos, y la gestión de la crisis desatada por los atentados del 11 de marzo de 2004 lo que ha ge­ nerado una mayoría política parlamentaria progresista con un renovado partido socialista dirigido por José Luís Rodríguez Zapatero.
ESQUEM A S P OR P ERÍ ODOS. 1. Guerra civil y re volución­lib eral burgue sa, 1834­183 9. 1.1. Primera fase de la guerra civil, avance liberal: 1834­1836. 1.1.1. Organización de los ejércitos y combates. 1.1.2. Estatuto Real: su fracaso 1.2. Segunda fase de guerra civil y revolución, 1836­1837. 1.2.1. Fracaso de expediciones carlistas. 1.2.2. La constitución de 1837. 1.3. Tercera fase de guerra y revolución, octubre de 1837 a julio de 1839. 1.3.1. Victoria del ejército liberal 1.3.2. Economía y sociedad 1.3.3. Fracaso de la regente y de moderados 2. R egencia de Espartero, 18 40­184 3 2.1. Problemas políticos y socioeconómicos 2.2. Fracaso de los progresistas de Espartero 3. Década M oderada: t rono y f ina nzas. A uge capitalista (1 844­18 54). 3.1. Revancha de los moderados 3.2. Entre la revolución y los escándalos 4. L a revo lución de ju lio d e 1 854: el bienio prog resista 4.1. Coalición dinástica y Constitución nonnata 4.2. El problema social: fracaso de la revolución progresista 5. M o derados y la Unión L iberal, 1 856­1868: pros peridad, a vent uras colonia les , esclavit ud e n Cu ba. 5.1. Moderados y Unión Liberal 5.2. Aventuras coloniales y prosperidad 5.3. Partidos políticos y coalición antidinástica, 1865­1868 6. Sexenio dem ocrático, 1 868­18 74 6.1. Revolución política y liberalismo económico 6.2. Regencia de Serrano y reinado de Amadeo I 6.3. La República Federal: 1873 6.4. La República unitaria 6.5. Dictadura de Serrano, 1874. 7.A. L a R esta uración : la era de las burguesías conservadoras y el empuje de las fuerzas democráticas y populares. 7.A. 1ª Fase: reorganización conservadora del Estado 7.A.1. Organización del sistema de la Restauración 7.A.2. Las fuerzas de la oposición: la tarea normalizadora de Sagasta 7.A.3. Política exterior: al lado de los imperios centrales 7.A. 2ª Fase: Alternancia de partidos. Caciquismo y control del sistema 7.A.4. Caciquismo y liberalización del sistema 7.A.5. Política colonial y exterior 7.A.6. Economía y conflictos sociales 7.A. 3ª Fase: Guerra y crisis, 1895­1902 7.A.7. Guerra de Cuba 7.A.8. Guerra de Filipinas 7.A.9. Guerra con los USA 7.A.10. La gran crisis
7.B. Intentos de Regeneración Nacional, 1902­1931 . 7.B. 1ª Parte: Regeneración sacrificada a la aventura marroquí, 1902­1917. 7.B.1. Proyectos y realizaciones, 1902­1909. 7.B.2. Regeneración sacrificada al sueño marroquí, 1909­1917 7.B. 2ª Parte: Hacia la revolución o el fascismo, 1917­1923. 7.B.3. Crisis de 1917 7.B.4. Descomposición del régimen y lucha de clases, 1917­1923 8. Segun da R epública 8.1. Gobiernos republicano­socialistas: las reformas 1931­1933 8.1.1. Gobierno provisional 8.1.2. Gobiernos de Azaña con socialistas 8.2. Bienio “negro” o “contrarreformista”, 1934­1936 8.3. Frente Popular: 1936­1939. 8.4. Revolución y guerra en la España republicana 8.4.1. Revolución social 8.4.2. Desarrollo de guerra 8.4.3. Exilio 9. Dictadura de Fran co (1936­1975) 9.1. Contrarrevolución, poder militar y cruzada católica. 9.2. De la autarquía a la estabilización económica, 1939­1959 9.2.1. Estancamiento económico e intervencionismo 9.2.2. Poder y sociedad 9.3. Estabilización y desarrollo, 1959­1975: hacia el cambio social y crisis polí­ tica. 9.3.1. Liberalización económica y crecimiento económico 9.3.2. Periodo 1950­1973, cambios socio­económicos 9.3.3. Nuevas clases obrera y media y crisis de legitimación política 10. L a Transición y la organ iza ció n d e la dem ocracia: 1976­2004. 10.1. La constitución de 1978 10.2. Reformas económicas e integración en Europa 10.3. Estado de bienestar 10.4. Consolidación de la democracia y organización de las comunidades Autó­ nomas 10.5. La cultura en la España democrática.
1.1. Guerra civil y revo lució n liberal­burguesa, 1834­1839: (ver “Mendizábal” de Benito Pérez Galdós) ­ 1830 y su repercusión en España: la revolución en Francia desestabili­ zó a Fernando VII que reconoce Luis Felipe a cambio de que no apoye a exiliados españoles. Mendizábal financia movimientos liberales: Chapa­ langarra cae, Mina y Valdés entran en Navarra, Torrijos fracasa en 1831. Aumenta represión: fusilados el librero Miyar y Mariana Pineda. ­ Querella dinástica: en 1830 nace Isabel, el asunto de la ley sálica. Go­ bierna Cea Bermúdez, heredero del despotismo ilustrado: da pequeña amnistía en 1832 para atraerse a liberales contra apostólicos del infante Carlos. Reabre las universidades. Carlos rompe con su hermano el rey por la herencia al trono, se refugia en Portugal: reclama el trono. Muere el rey en septiembre de 1833, Mª Cristina regente: bandas carlistas se organizan en Cataluña, Navarra y País Vasco. Ejército no existe, Tesoro vacío, los voluntarios realistas en partidas. Cea Bermúdez busca posi­ ción intermedia entre carlistas y liberales. Alianza con los partidarios de María da Gloria en Portugal, en disputa con don Miguel. Apoyos de In­ glaterra. ­ Medidas pro liberales de la regente: nueva amnistía para liberales sin distinción, reconoce propiedad de tierras compradas en desamortización, disuelve Voluntarios realistas, quita funcionarios carlistas, divide el reino en 47 provincias (J. de Burgos, ministro de Fomento): son apoyadas por los liberales. Cea cae en enero de 1834: la regente cede a liberales y nombra a Martínez de la Rosa. Don Carlos es reconocido por Papa, Pru­ sia, Austria, Rusia y estados italianos (incluso Nápoles). Francia e Ingla­ terra reconocen a Isabel II: Portugal dividido. 1.1. P rimera Fase de la Guerra Civil, ava nce liberal: 1834­1836: 1.1.1.­ Organiz ación de lo s ejérc itos y co m bates: El primer organizador carlista fue Zumalacárregui en zona vasco­ navarra apoyándose en recursos de diputaciones y fábricas de munición.
En Maestrazgo, Cabrera. Partidas realistas por el resto. La reina contaba con 45.000 soldados, sin artillería ni organización: parte sele pasó a los carlistas. Martínez de la Rosa amplió en 25.000 hombres, organizó la Milicia urbana, luego nacional para defender los pueblos y ciudades. La guerra fue sangrienta por parte de carlistas: fanatismo religioso, asesi­ nan a milicianos, extorsionan, represalias de tropas de la reina. Lucha de exterminio fratricida: mezcla de clericalismo y anticlericalismo. Zu­ malacárregui organiza de hecho un gobierno en norte, quiere tomar Ma­ drid, pero don Carlos prefiere Bilbao, por el puerto. En el sitio a Bilbao muere Zumalacárregui, toma el mando d. Carlos. Asunto de fueros no aparece hasta fines de 1835. Carlistas encerrados en zona vasca. En Ca­ taluña son controlados por Mina: ejecuciones en ambos bandos terri­ bles, no dejan prisioneros. En el Este apenas tienen fuerza, salvo golpes guerrilleros de Cabrera que pasa a sangre y fuego pueblos liberales: se vengan matando a su madre. 1.1.2.­ Estatuto Real: su fracaso . a) Na cen lo s partido s: El partido de la reina tenía dos grupos: el di­ nástico de antiguo régimen y el liberal, dividido a su vez en exaltados y moderados que esperaban de la regente reformas. Prensa en manos de exaltados, penetra romanticismo, propaganda contra clero carlista. Mo­ derados de Mtez de la Rosa buscan equilibrio con ESTATUTO REAL: a) dos cámaras o estamentos de próceres y de procuradores, como en edad media; b) próceres, debían gozar renta anual de 60.000 reales, nombrados por corona; procuradores con renta de 12.000 reales y elec­ tos por sufragio censitario; c) la corona los convoca, suspende y disuel­ ve: estamentos sólo deliberan y piden, no legislan. En breve, las peti­ ciones de los procuradores son ariete de avance al liberalismo: duque de Rivas pide libertad individual, libertad de prensa, inviolabilidad del domi­ cilio, no retroactividad de leyes, igualdad ante ley e impuesto, respon­ sabilidad de ministros, inviolabilidad de la propiedad, formación de la
Milicia nacional, etc: o sea, vuelta al liberalismo. La regente en parte accede. El partido que aceptó el Estatuto fue llamado MODERADO; apo­ yado por la regente y Luis Felipe. Los exaltados se organizan como par­ tido PROGRESISTA con programa de soberanía nacional y sufragio uni­ versal, apoyados por Inglaterra. b) Cuádruple A lianza: abril de 1834: España enviaría tropas a Portugal contra don Carlos y don Miguel; Francia cerraba la frontera y enviaba tropas para Isabel II; Inglaterra suministraría tropas, armas y navíos; Portugal apoyaría a Isabel II en cuanto María da Gloria tomara el poder. General Rodil entra en Portugal y cerca de don Carlos, pero escapa con don Miguel: don Carlos reaparece por Francia en P. Vasco. c) Frac aso de M o derado s: abril de 1834 epidemia de cólera, matanza de frailes en Madrid; en 1835 se repite matanza en Zaragoza, Reus, Barcelona, Poblet: escenas macabras. Cierre de monasterios y conven­ tos de menos de 12 miembros. Revueltas ciudadanas: las Juntas piden reformas liberales, desamortizar y ganar a carlistas. Juntas en verano del 35 en toda España: se arma las milicias. Cae Toreno y la regente llama a Mendizábal, del partido progresista, banquero reputado con apoyo de Inglaterra. d) Desamo rtizació n y diso lució n de la M esta : Mendizábal promete desamortización y acabar con guerra. Nombra generales liberales: am­ plía la Milicia nacional, decreta una quinta de 100.000 (aparece el reem­ placista o sustituto: por 4.000 reales o por 1.000 reales y un caballo se libran y pagan sustituto). Disuelve Estamentos, le dan plenos poderes y gobierna por decreto: decretos de octubre de 1835 cerrando conventos (sólo uno abierto máximo por localidad), clero sometido a leyes civiles; en f ebrero de 1836 nacionaliza bienes del clero regular y el Estado los vende para amortizar deuda: el Estado se queda con edificios para tro­ pas y administración. Se adquirirían con títulos de la deuda en 8 años o en numerario en 16 años. Se podrían liberar censos, cargas y otras hi­
potecas. En enero de 1836 se disuelve la Mesta, prohibida: en mayo nace la “Asociación General de Ganaderos del Reino”. Cesa la trans­ humancia, una carga para la agricultura castellana, y así las tierras de las Órdenes militares adquirían más valor. Apoyo de los progresistas a Mendizábal, con Flórez Estrada a la cabeza, aunque éste discrepó del modo en que se desamortizó: quiso un reparto de propiedad. Por otra parte, la desamortización echó en manos del carlismo al clero regular: hacen propaganda de don Carlos. La monja de las llagas denuncia los amores de la regente con Muñoz, profetiza que Isabel no sería reina. La regente echa a Mendizábal y da poder al moderado Istúriz, que disuelve estamentos por votar en contra suya. 1.2. Segunda fase de g uerra civil y revolución, 1836­1837: 1.2.1.­ Fracaso de e xpedic iones carlistas: intentos militares de ga­ nar la guerra ante divisiones liberales y dudas políticas de la regente. Don Carlos se lanza a conquistar Galicia y las Castillas, ofensiva del ge­ neral Gómez, Cabrera avanza, razzia del general García por Castilla, pe­ ro todos acaban refugiándose en Navarra; en octubre del 36 con artille­ ría poderosa intentan ocupar Bilbao, el segundo sitio de la ciudad libe­ ral: Evaristo San Miguel la defiende, Espartero desembarca en Portuga­ lete con apoyo de la Legión Inglesa, toma Luchana y hace huir a carlis­ tas que levantan asedio. En marzo de 1837 carlistas masacran la legión inglesa; en mayo de 1837 es expedición de don Carlos a Madrid con 30.000 hombres, ciudad sin ejército, sólo con milicianos: pero a 20 km decide retirarse, desastre en retirada, acosado por Espartero. Resultado: el carlismo no tenía apoyos suficientes. En Cataluña Urbiztondo toma Ripoll y Berga pero están divididos los carlistas internamente y se reti­ ran a Navarra. 1.2.2.­ La Co ns titució n de 1837: a) Las juntas de 1836: verano del 36, ciudades se pro nuncian contra gobierno de Istúriz, reclaman liberalismo, arman milicias contra carlis­
tas. Sargentos de la Granja obligan a regente a jurar constitución de 1812. Suben progresistas al poder: Calatrava y Mendizábal. Ponen en vigor leyes del 20­23 sobre prensa, ayuntamientos y Milicia nacional, se impulsa desamortización; se refuerza ayuda militar inglesa y préstamos a cambio de ventajas comerciales. Moderados y la regente buscan pacto con carlistas casando a Isabel II con hijo de don Carlos, pero no acepta. Moderados de Mtez de la Rosa, Isturiz y Toreno buscan entonces pacto con progresistas. b) Libe rtade s, abo lición señorial, Constituc ió n y leyes : restablecida Constitución de 1812, las Cortes de 1836 elegidas por sufragio universal indirecto, con mayoría progresista. Abolen gremios y declaran libe rtad de trabajo: todo español o extranjero domiciliado podría montar fábri­ cas y manufacturas de toda clase sin pertenecer a un gremio; era el li­ beralismo económico. Se reforma la Constitución Leyes del clero: el Estado se hace cargo de párrocos y de centros de beneficencia, se su­ prime la mitad del diezmo, se nacionalizan bienes del clero secular: cle­ ro deviene funcionario. Se abole el régimen señorial. Ex cepció n co n co lo nias: esclavitud, gobiernos excepcionales bajo la corona, sin dere­ chos sus ciudadanos. Negocios de tráfico de esclavos de familia real. c) Mo derados en el po der: Espartero protege Madrid contra incursión de don Carlos, pero un sector del ejército pide cese de Calatrava; la re­ gente da el poder a Bardají. Se organizan los moderados con Narváez y la regente para impedir que se le vayan con carlistas. Aristocracia con­ tenta con modo en que se abolen señoríos. Prensa exaltada: surge re­ publicanismo en elecciones municipales. 1.3. Tercera f ase de guerra y revolución, octubre 1837 a julio­39: 1.3.1.­ Victo ria del ejército liberal: a) Des co mpo sic ión de carlistas: divisiones entre transaccionistas y apostólicos. D. Carlos culpa a militares suyos de traición (hay grupo a favor de transacción con regente) y da poder a apostólicos que reprimen
a los tibios. Enfrente, motines en tropas del bando liberal por no llegar pagas, Espartero restablece disciplina, derrota a carlistas y vascos y na­ varros buscan acuerdo para acabar con guerra, se distancian de d. Car­ los. Carlos nombra a Maroto jefe militar, éste busca entendimiento con Espartero, se le sublevan los apostólicos y Maroto fusila a tres generales (febrero 1839); d. Carlos no manda, Maroto echa al exilio a apostólicos y nombra ministros amigos; al mismo tiempo los agentes de la regente movilizan en País Vasco la búsqueda de paz con el programa de “Paz y fueros”. Carlismo pierde prestigio, parásitos e impuestos de un gobierno corrupto en Estella; y además oligarquías vascas y navarras buscan fue­ ros y no a d. Carlos. Espartero busca la victoria militar ante todo para negociar mejor. b) Co nvenio de Vergara: Espartero, con buena artillería, derrota car­ listas en Ramales y Guadarmino, Belascoain y Gamarra: nombrado du­ que de la Victoria. Maroto no lo detiene, divisiones internas, los oficiales buscan rendición a cambio de reconocer sus grados. Agosto de 1839: don Carlos recibe el silencio de tropas, se va; Maroto firma convención de Bergara con Espartero: reconocen grados a oficiales y compromiso de mantener fueros. c) Fin de la guerra: Cabrera fortificado en Morella, razzias por Aragón, terror con terror por ambos bandos desde 1838; Inglaterra interviene para respetar prisioneros (tratado de Elliot de 1835),escaramuzas y pe­ queños combates, en mayo de 1840 Espartero avanza y obliga a capitu­ lar a Cabrera que se retira sin capacidad de organizar resistencia en Ca­ taluña. En Cataluña el conde de España era el jefe carlista, feroz en re­ presiones, organizó la junta de Berga, obliga a pagar impuestos a co­ merciantes catalanes, pero es asesinado por miembros de junta de Ber­ ga, Cabrera ejecuta a carlistas catalanes que querían negociar fin de guerra. Berga cae y acaba la guerra en julio de 1840; Cabrera se exilia. 1.3.2.­ Eco no m ía y sociedad:
a) eclosión de la industria catalana: los Bonaplata y el Vapor: (ver libro de J.Nadal, La industrialización en España, Crítica, 2003); b) Minas en Andalucía y Almadén: metalurgia, altos hornos en Málaga. c) Banco de San Fernando, la Bolsa en auge (creada en 1830), nacen Sociedad Bar­ celonesa de Seguros Marítimos, fundiciones de los Heredia en Málaga, en Guriezo, sociedades anónimas, inversiones extranjeras, negocios bursátiles: el agiotismo . Se impone la burguesía, el liberalismo, el ro­ manticismo: se funda el Liceo artístico y literario en Madrid; renace el Ateneo. Moda. Baños de J. Salamanca: la nobleza retrocede ante nuevas costumbres. D) Obreros: en 1839 se funda en BCN la primera Asocia­ ción obrera, la Mutua de Trabajadores de la Industria algodonera. Co­ mienzan agitaciones campesinas contra desamortización y abolición se­ ñorial. Transformación de sociedad. Flórez Estrada en 1839 publica “La cuestión social”: crisis de nuevos sectores desfavorecidos. Agitación de republicanos. 1.3.3.­ Fracas o de la regente y de mo derado s: Los moderados suspenden desamortización, restablecen diezmo. Las Filipinas escapan a leyes desamortizadoras: poder de órdenes reli­ giosas. Moderados elaboran ley de ayuntamientos: alcaldes nombrados por la corona, en contra de Constitución. Espartero amenaza con dimitir, Narváez intenta golpe de estado, el asunto de los fueros en las Cortes “sin perjuicio de la unidad constitucional de España”. Moderados disuel­ ven Cortes, pero Espartero protesta, se hace líder de progresistas. De­ bate sobre ley de ayuntamientos: los municipios se pronuncian en co­ ntra, la regente la firma, Espartero se opone. Verano de 1840, toda Es­ paña en manos de ayuntamientos pronunciados, la regente con su mari­ do y sus hijos se exilia en octubre 1840. 2. Regencia de Espartero , 1840­1843.
Espartero nombra gobierno. Son tres años de gobierno progresis­ ta: se completa la desamortización, se reglamenta al clero, se implanta el sistema educativo y se crean las Escuelas Normales de Magisterio, se organizan los embriones del movimiento obrero bajo bandera republica­ na, los ayuntamientos se eligen por votación popular. 2.1.­ P ro blemas po lítico s y soc ioec onó micos: a) Las J untas pronunciadas en 1 840 mantienen su poder hasta mayo de 1841. Tensiones entre centralistas y republicanos federales. Esparte­ ro decreta la disolución de las juntas y cierra los clubes republicanos y sus periódicos. Reorganiza la Milicia Nacional, donde había núcleos re­ publicanos importantes. b) Las Co rtes eligen a Espartero regente único (Jefe del Estado), por 153 votos contra 136 (los “trinitarios”). El papa contra el gobierno, co­ ntra el registro civil y contra la desamortización: se expulsa al nuncio. c) Las Co rtes vo tan en 1841 la venta de bienes de la Iglesia (clero secular) y la ley de dotación de culto y clero: sueldo para párrocos y seminarios. d) P ro nunciam iento de 1841 organizado desde París por María Cristina (ya casada por papa, que pide tutela de sus hijas): los generales Nar­ váez, Concha, O’Donnell, Montes de Oca y Diego de León(estos dos fusi­ lados) fracasan. Pretenden que no se abolan los fueros. Espartero abole fueros vascos y decreta formación de ayuntamientos constitucionales y diputaciones provinciales (no se logró hasta 1876). e) Cambio social: decrece poder de aristocracia; pujanza burguesa en Cataluña. Se multiplican las sociedades anónimas (instalación del gas, por Lebon; Cías. de seguros, bancas, negocios en Antillas, esclavos...), inversiones extranjeras, agentes de cambio y bolsa: agiotismo. Nego­ cios con minas: Almadén en manos de Salamanca que las cede a los Rothschild; adjudicación de trabajos públicos. Despegue del m ovimien­ to obrero .
2.2.­ Fraca so de los p ro gre sistas de Espartero: a) I nsurrecció n repu blicana en Barcelona: corren voces de libre comercio a favor de tejidos ingleses entre 30.000 obreros. Diarios repu­ blicanos atacan, milicianos se pronuncian contra el gobierno en noviem­ bre de 1842, con motivo de nueva quinta. Se adueñan de la capital. El ejército, desde Montjuich, lanza mil obuses contra la ciudad. Espartero entra, ejecuta a trece líderes y otros al exilio. Esto mermó su populari­ dad. b) Co aliciones co ntra Espartero : los “Ayacuchos”, amigos de Esparte­ ro, frente a demás. Las Cortes votan amnistía para moderados y repu­ blicanos, Espartero solo en mayo de 1843. Espartero no firma la amnis­ tía, los progresistas lo abandonan y se alían con moderados. Narváez y O’Donnell conspiran con María Cristina contra progresistas. Todos se pronuncian en Barcelona, nombran a Serrano “ministro único” contra Espartero, éste sólo tiene a favor Madrid y pocas ciudades, se refugia en Cádiz y en julio de 1843 se exilia en Inglaterra. c) Represió n de republicano s y fracaso de progresistas: el gobierno de Joaquín Mª López disolvió la Milicia de Madrid y las Cortes, no cum­ plió las promesas hechas a los republicanos que en septiembre de 1843 se sublevan y controlan Cataluña, León, Vigo y Zaragoza. El coronel Prim bombardea Barcelona que capitula, tras León, Vigo y Zaragoza, el 21 de noviembre. d) Mo derados desplazan a progres istas: el 8 de noviembre de 1843 las Cortes proclaman mayor de edad a Isabel II con 13 años. Conflicto con Olózaga. Entra González Bravo: disuelve las Cortes y cuenta con apoyo de Luis Felipe, rey de Francia, de inversores franceses contra in­ gleses, hace regresar a María Cristina, triunfante, a la que antes había calificado de “ilustre prostituida”, y que luego volvería al exilio en 1854 por ladrona.
3. Década m o derada: tro no y f inanzas. A uge capitalista. ( 1844­ 1854) 3.1.­ Revancha de lo s mo derado s: Imposición de la ley de ayuntamientos de 1840 (nombran a todos los alcaldes), disolución de la Milicia Nacional (ejecuciones de los resis­ tentes), vigencia de fueros vascos, rehabilitación de María Cristina y de su marido, y empieza a mandar: quita a González Bravo del gobierno y pone a Narváez. El ejército es pilar del apoyo a reina y a gobiernos de moderados. Negociaciones con Santa Sede, vuelve el nuncio, pero no se devuelven bienes desamortizados. Represión de clubes y prensa republi­ canos. Creación de la Guardia civil. a) Co nstituc ión de 18 45: se elabora sin consenso, sólo hubo un dipu­ tado de la oposición. Constitución del liberalismo doctrinario. b) Refo rma de las univers idades y creac ión de I n stituto s: el mi­ nistro Pidal y el teórico Gil de Zárate consolidan los iniciado por progre­ sistas desde 1836­43. Se establecen 10 universidades: profesores son funcionarios del Estado, y se introducen estudios científicos y técnicos. Primaria por ayuntamientos, e Institutos en capitales de provincia por Estado; las Escuelas Normales, por diputaciones. Sistema público. c) Cama rillas en la Corte: vodevil de matrimonios, intrigas en la Cor­ te, pero poder del Trono con la Constitución vigente; quien controla la voluntad del monarca, manda. Octubre de 1846 Isabel II se casa con su primo, y su hermana Luisa Fernanda con el duque de Montpensier, un Orleans. Isabel II enamorada de Serrano crea camarilla de personajes como Salamanca, pero también con la “monja de las llagas” y su confe­ sor. El rey consorte también con otra camarilla; la reina madre con otra, comandada por Muñoz e inversores extranjeros. d) P ugnas entre m o derados: grupos de presión liderados por Nar­ váez, Istúriz, Casa­Irujo, Sartorius, Bertrán de Lis o Salamanca. Bajo la pugna: el control de la deuda, las obras públicas, las desamortizaciones
de propios, los aranceles aduaneros contra o a favor de Inglaterra, y el nuevo gran negocio, el ferrocarril . La reforma fiscal del ministro Mon: organizó los impuestos indirectos del Estado, más impuestos directos sobre la propiedad agraria (no se hizo), el comercio y la industria. Im­ popularidad de los consumos. 3.2.­ Entre la revo lució n y los escándalos: a) F racaso de la revo luc ió n de 1848: la revolución de febrero en Francia alarmó a Narváez. En marzo los republicanos se levantan en ba­ rricadas en Madrid; caen 25 soldados, Narváez los desterró a colonias, en mayo se sublevan los sargentos, matan al capitán general de Madrid, Narváez fusila a 13 amotinados y deporta a2.000 sospechosos a Filipi­ nas. Simultáneamente Carlos VI, conde de Montemolin, y Cabrera em­ prenden guerra carlista (¿segunda carlistada ?) , reclaman la Constitu­ ción de 1837 y los apoya Inglaterra. Sólo tienen apoyo de “matiners” en Catalunya. Escaramuzas. También se sublevan los progresistas. En 1849 Cabrera se refugia en Francia y Carlos VI no entra en España. Narváez rompe relaciones con Inglaterra. Logra que al fin la Santa Sede, Prusia y Austria dejen a Carlos VI solo y reconozcan a Isabel II. b) Expedición a I talia y Conco rdato : en año de 1849 Isabel II envía tropas a Italia en apoyo del papa, acosado por republicanos en sus es­ tados. En la corte el rey consigue echar a Narváez y darle el poder a an­ tiguos absolutistas como Cea Bermúdez, Narváez reacciona, encarcela a la monja de las llagas, quita al confesor del rey, y casi pone en prisión al rey, pero la reina lo quita y llama a Bravo Murillo. En octubre de 1851 se firma el Concordato con Santa Sede: a) la religión católica, la única au­ torizada; los curas solo sometidos al derecho canónico; las autoridades impedirían difundir ideas contrarias a fe católica; b) la enseñanza toda sería de acuerdo con principios de la iglesia que tiene derecho a supervi­ sar centros, textos y todo; c) recibirían el 3% perpetuo por la desamor­ tización; d) el Estado admitía sólo tres órdenes religiosas (paúles, esco­
lapios y una tercera a determinar; e) la iglesia no reclamaría ya ni in­ quietaría a compradores de bienes desamortizados. Conciencia ya tran­ quilas. Consecuencia: la iglesia se hace un estado dentro del estado, un feudo. Le siguió agitación anticlerical; atentado a la reina, ejecución in­ mediata del culpable. c) Bravo M urillo: deuda creciente del Estado, el gobierno decreta emi­ sión de billetes, se regularizan finanzas; los bancos extranjeros exigen pago de la Deuda. Ley estableciendo la deuda perpetua (consolidada al 3%; y la diferida de antiguas deudas, al 4 y 5%) y deuda amortizable. Para amortizar la deuda se venderían “baldíos y realengos” y el 20% de los propios. Afluyeron los capitales extranjeros a las emisiones de deuda y a contratos marítimos, construcción de carreteras y ferrocarril. Nace el Banco de Fomento y Ultramar; el infante Francisco preside el Banco Agrícola Peninsular; el gobierno recomienda a “El Amigo de la Juven­ tud”, de Madoz, sociedad de seguros para librarse de la mili, quedaba el 8%. Los hermanos. Pereire fundan el Crédito mobiliario español y la So­ ciedad de Ferrocarriles españoles. Comienza la siderurgia con los altos hornos en Mieres, por una sociedad inglesa, luego en Sama y Villayana. Ley de minar en 1849 que reserva al Estado el azufre de Hellín, mercu­ rio de Almadén y plomo de Linares; se crea la Escuela de Minas y el cuerpo de ingenieros de minas: las concede el Estado las minas a perpe­ tuidad, se especula con ellas. El gobierno implanta tarifas proteccionis­ tas a favor de minerales españoles y de siderurgia y producción propia. d) Escándalo s f ina nciero s: En 1851 sólo 76 km de vías construidos por Salamanca, que las vende al Estado y luego el Estado se las adjudi­ ca para que las administre a “un precio ventajoso”, según Romanones. Eran las líneas Madrid­Aranjuez y BCN­Mataró. Se construyen a partir de 1854, pero sedan concesiones antes: la unión de Madrid por ferrocarril con puertos y fronteras, un plan radial.
Salamanca concesión Madrid­Albacete­Alicante; Pereire, al norte; Lalande a Paris; ingleses hacia Lisboa. María Cristina conspira para las concesiones a empresas donde está Muñoz (con Salamanca y otros), estación del Norte en Madrid, etc. Bravo Murillo cierra las Cortes, go­ bierna dictatorialmente por decretos y da las concesiones ferroviarias por decreto. El Senado en 1853, al abrirse, cuestiona concesiones y las denuncia: el marqués del Duero ataca a Salamanca; se cierra el Sena­ do; la reina nombra a Sartorius jefe del gobierno, arresta a senadores, cierra periódicos que critican escándalos y la corte real de Mª Cristina, que amasa riquezas en Cuba y trafica con esclavos, se dice que va a venderla isla a los USA. e) ¡A bajo los ladrones!: fue el grito que unió a moderados, progresis­ tas y republicanos. En 1849 se había fundado el partido demócrata, re­ publicano de hecho. Prensa clandestina contra Muñoz, Mª Cristina y Sa­ lamanca; conspiraciones militares, pronunciamiento en Vicálvaro por O’Donnell. Fracasa O’Donnell,Cánovas redacta el manifiesto de Manza­ nares, hasta que los republicanos y progresistas se levantan en Juntas revolucionarias en todas las ciudades el mes de julio de 1854: la revolu­ ción de julio reclama a Espartero al poder En Madrid, el pueblo en armas se hace con el poder; quema palacios de Salamanca y Mª Cristina (hu­ ye), y aparece como líder Pi y Margall. O’Donnel se alía con Espartero para gobernar. 4. La revo lució n de julio de 1854: el bienio pro gresista. La revolución de julio es obra de demócratas/republicanos, pro­ gresistas y moderados de O’Donnell. Tratan deponer orden en el desa­ rrollo capitalista unos, otros de aplicar principios de igualdad liberal. Contradicciones sociales y empuje económico. De nuevo las Juntas so­ beranas y revolucionarias protagonizan el cambio de poder. 4.1.­ Coalició n dinástica y Co nstitució n no nnata:
a) P ro grama del go bierno de coalició n: Espartero y O’Donell, líderes de progresistas y moderados, forman gobierno para defender al trono del avance de los republicanos. Ejército en manos de los amigos de O'­ Donell. Libertad de prensa (ley de 1837). Se convocan cortes constitu­ yentes. Comisión para revisar licencias de ferrocarril. Mª Cristina huye para evitar ser juzgada por robo con su marido. Enfrentamiento de Es­ partero con demócratas por dejarla huir. ­ las Juntas habían suprimido los consumos. Las cortes se niegan a res­ tablecerlos. La Deuda obligaba a pagar intereses y había que encontrar recursos, además había que impulsar obras públicas para dar trabajo. ­ Ley de desamortización de Madoz de mayo de 1855: declara en venta todos los bienes rústicos y urbanos, rentas y derechos del Estado, igle­ sia, órdenes militares, obras pías, manos muertas, tierras de propios y comunes, salvo minas de Almadén y las salinas. Triunfo de la propiedad privada. El 20 por 100 de la venta de propios y comunes y de las de­ más, para cubrir déficit presupuestario, amortizar deuda y hacer obras públicas; el 80% para comprar títulos de la deuda a un 3% a favor de los ayuntamientos para obras públicas locales. A esta ley se oponen los ayuntamientos y los republicanos por perder bienes comunes; y la igle­ sia por no respetar el Concordato de 1851. Isabel II no quiso firmar la ley por presiones del clero; Santa Sede rompe relaciones diplomáticas con Espartero; éste echa a monja y confesores del Palacio real; conspi­ ran los carlistas, se declara el estado de sitio. Se aplica la ley. ­ Se da ley de sociedades anónimas: es la palanca jurídica para la orga­ nización del capitalismo. Despegue de la siderurgia en Santander y País Vasco: sociedad de los Ibarra. Desarrollo del ferrocarril, con nuevas concesiones a los Péreire, Morny y Rothschild, hacia minas de hulla de Bélmez, cobre de Río Tinto, carbón de Palencia, etc. b) Co nstituc ión de 1855: nonnata. Hubo 21 diputados que cuestiona­ ron el trono; la voz de República se hizo oir en las Cortes. Puntos más
debatidos: la libertad de cultos. Se votó en diciembre de 1855, pero la reina no la sancionó. 4.2.­ El pro blema so cial: fracaso de la revo lución pro gresis ta. a) El pro blema o brero: por primera vez la clase obrera en línea de de­ bate estatal. Campaña en Barcelona exigiendo libertad de asociacionis­ mo laboral, se organizan y exigen salarios más altos: la primera huelga general en junio de 1855; choques violentos y matan a patronos en Igualada y Sants. Ejecutan al presidente de la asociación de obreros textiles. El gobierno proclamó la libertad del capital y del trabajo, prohi­ bió las asociaciones obreras y detuvo a líderes. b) Hambre: la Milicia nacional con el pueblo. Consecuencias de la gue­ rra de Crimea: acaparan granos, especulan y falta trigo. Motines contra tahonas en Pamplona, Málaga, Madrid (obreros en armas), Zaragoza (detienen barcazas de harinas del Ebro), la Milicia apoya al pueblo, no obedece al gobierno. Campesinos se adueñan de Valencia al grito de “¡Abajo el gobier­ no!”. En junio, toda Castilla, llena de campesinos desesperados por au­ mento del precio del pan, incendian cargamentos del canal de Castilla, las mujeres en Valladolid queman casas al grito de “¡Mueran los ricos!” Igual en Rioseco y Palencia. El gobierno condenó a muerte a 9 (una mu­ jer). O’Donnel pide la disolución de la Milicia por no garantizar orden. La reina cesa a Espartero en julio 1856. c) A plas tam iento de la revo luc ió n: diputados de oposición se reunen en Cortes, hacen moción a O’Donnell y al nuevo gobierno; van al Palacio real y los reciben a tiros. Entonces la Milicia de Madrid, con Madoz al frente, se adueña de la ciudad, barricadas contra tropas del general Se­ rrano, obediente a O’Donnell. Espartero se abstiene. En Barcelona, Gerona, Zaragoza, la Milicia resiste, pero detenidos sus oficiales. Las tropas aplastan revolución libe­ ral de progresistas y demócratas. Se vuelve a antes de 1854.
5. Mo de rados y la Unión L iberal, 1856­1868: prosperidad, aven­ turas co loniale s, esclavitud en Cu ba... 5.1.­ Mo derados y Unión Liberal: En estos años se turnarán el favor de la corona los líderes del par­ tido moderado y los de la nueva organización que monta O’Donnell con liberales de centro, la Unión Liberal. Desarrollan las leyes económicas del bienio progresista, pero no pueden con avance de fuerzas republica­ nas y malestar de campesinos y obreros que se amplía en toda España. a) Lide razgo de O’Donnell: puso en vigor la Constitución de 1845, con un acta adicional que amplía libertades individuales, limita los senadores nombrados por la Corona, delitos de prensa van a tribunales ordinarios, diputados no podrían ser juzgados sin permiso de las Cortes, limita el número de alcaldes nombrados por la corona, y garantiza la indepen­ dencia del poder judicial. Los neocatólicos protestan por ley desamorti­ zadora de 1855, y Santa Sede logra que reina quite a O’Donnell. Vuelve Narváez, abole el Acta Adicional y se vuelve a Constitución de 1845, suspende venta de bienes de iglesia, pero siguen vendiendo comunales. Gobiernos dependen de la camarilla: sor Patrocinio, P. Claret y P. Ala­ meda (ver La Corte de los milagros de Valle­Inclán). Echan a Narváez en 1857 por no ascender a Puig Moltó, padre del futuro Alfonso XII. b) Ley de 1857 M oyano de instrucció n pública: en vigor hasta 1931. Tres niveles: primaria a cargo de ayuntamientos, escuelas de chi­ cos y chicas en todo pueblo a partir de 500 habitantes; la secundaria en capitales, un total de 56, más los privados; la superior en universidades con Facultades de Ciencias, letras, Derecho y Farmacia y Medicina; Es­ cuelas Superiores de Puentes y Caminos, Montes, Minas, Agrónomos, Industriales y Bellas Artes. Escuelas Profesionales de Comercio, Navega­ ción y Veterinaria. A cargo todo del Estado. Los obispos responsables de
vigilar textos e ideas en los tres niveles. Desastre de ley: en 1900 eran analfabetos el 60%. c) Carbona rio s en A ndalucía: abundan las sociedades secretas dirigi­ das por Sixto Cámara que conspiran para establecer la república y re­ claman tierras para campesinos. Narváez fusiló a cientos de sospecho­ sos y deportó pueblos enteros. Jacquerie de 1861: republicanos y so­ cialistas agitan el campo andaluz, dirigidos por el albéitar Pérez del Ála­ mo, más de 7.000 jornaleros de Loja y alrededores se adueñan de la comarca y expulsan a guardia civil, ocupan tierras y caminan a adueñar­ se de Málaga. Telégrafo sirve: Serrano avanza con tropas, fusilados muchos y miles enviados a Fernando Poo encadenados en trabajos forzados hasta 1868 (murieron más de la mitad). Los demócratas protestaron contra O’Donnell por tal represión, se logra amnistía, ya tarde. 5.2.­ A venturas co lo niales y prosperidad: a) Guerra de Áf rica: pretexto de insulto a la bandera, septiembre de 1859 O’Donnell declara guerra, Inglaterra se opone a que ocupen Tán­ ger. Movilización nacionalista de propaganda. Noviembre desembarcan 44.000 soldados contra Sultán, toman Tetuán, batalla de Castillejos (gana Prim el título). Hubo 8.000 muertos y heridos. Paz: indemnizar a España con 400 millones de reales (Inglaterra logra que se rebaje a 120 millones), y ampliación de zonas de Ceuta y Melilla; victorias consagra­ das a la virgen, con reina y O’Donnell al frente, descalzos. b) Sa nto Do m ingo : España firma tratado con Santana, líder de los blancos, contra Soulou que en 1861. Reocupa la parte que había cedido a Francia. Es la guerra de Secesión en USA. Se crea el Ministerio de Ul­ tramar. Sostener un ejército y los gastos de administración de la Isla absorbió rentas de Cuba. Atacados al final por blancos y negros, aban­ donan interior y se refugian en puertos, Narváez ordena evacuación en 1863.
c) M éxico : España reclamaba deuda desde 1836; ahora Francia e Ingla­ terra la invitan a acción común para cobrar deudas: tratado de Londres para ocupar puertos y cobrarse deudas. Prim al frente, ocupa Veracruz. México deja de exportar por Veracruz y la aduana no recauda. Vacío a tropas españolas. Enfermedades de soldados. Se vuelven españoles e ingleses, franceses se lanzan a establecer monarquía en México. d) Co chinchina : un obispo español matado en 1858 y frailes franceses, una expedición de castigo. Fue la entrada de los franceses en aquellas tierras. España pensaba en imperio son eje en Filipinas; sólo obtuvieron ventajas comerciales, contentaron al clero de Filipinas y pudieron emi­ grar a Cuba, en crisis de esclavos... e) CU BA : colonia, y, por tanto, explotación. Desde 1820 entra en revo­ lución industrial, con máquinas de vapor en trapiches para moler caña, pero el incremento de capacidad productiva del ingenio exige aumento de superficie cultivada y amplía demanda de mano de obra esclava. f) Co nf licto del P acífico : en abril de 1864 una escuadra ocupa la islas Chinchas porque desde 1825 se seguía en teoría en guerra. Esto conmo­ cionó a toda América. Inglaterra se opuso, negociaciones y Narvaéz se retiró. g) P ro speridad: avance de ferrocarriles, organización del mercado na­ cional, inversiones extranjeras, acuerdo con Santa Sede reconociendo venta de bienes hasta 1859, desarrollo de siderurgia en el Norte: altos hornos de Felguera, Baracaldo y Bolueta (Vizcaya), especulaciones de Salamanca (barrio en Madrid). 5.3.­ P artido s po lítico s y co alic ión antidin ástica, 1865­1868. Fracasos de moderados y de Unión Liberal de negociar con progre­ sistas. Prim es líder de progresistas, conspira para gobernar. Ascenso y organización de fuerzas demócratas y/o republicanos, con Pi y Margall, Castelar, Rivero, etc..
a) L ey de P atrim onio real: 1865, “el rasgo”, san Daniel, la reina y Castelar.... b) Reco no cim iento de l Reino de I talia: puso a la iglesia contra O’Donnell c) Gue rra del P acíf ico : Cánovas, ministro de Ultramar se lanza en 1865 a pedir a Chile explicaciones por su conducta favorable a Perú; be­ ligerancia española moviliza a Latinoamérica. Enero de 1866 Perú decla­ ra la guerra a España, Mendez Núñez bombardea Valparaíso, se va a Callao y lo bombardea: perdió 300 hombres, mató a 1.000 peruanos. Fracaso de sueños imperialistas en América. d) P ro nunciam ientos de Villarejo y San Gil en 1866, bajo liderazgo de Prim y Sagasta. Sargentos de artillería de San Gil masacrados: más de 1.000 víctimas (200 soldados, el resto civiles). Gran crisis de 1866­68 : derrumbe de las sociedades de crédito, parálisis de industria y comercio, caen acciones en París, cierran filiales españolas de Cías. de Pereire; crisis ferroviaria, aumento de tarifas, Salamanca pierde en un día 150 millones de reales. por acciones de ferrocarril Narváez sembró el terror y condenó a muerte a juzgados por San Gil, ocupa las Cortes y exilia a Serrano. El ministro Orovio decreta obligación de enseñantes de fidelidad a la reina y al dogma católico, cierra Escuelas de Magisterio, destituye a profesores agnósticos, el clero inspecciona la universidad. Mandan al exilio a los Montpensier (hermana y cuñado de la reina). e) P acto de Ostende: Narvaez muere en abril de 1868. Hay juntas conspirando en todas las provincias. Enjulio, pacto de Ostende de pro­ gresistas (Prim y Sagasta), unionistas (Serrano) y demócratas (Rivero y Castelar) para formar un gobierno provisional sólo para convocar consti­ tuyentes. Prensa clandestina: desprestigio de la reina. f) P ro nunciam iento de Cá diz: “¡Abajo los Borbones! ¡Viva España con honra!.” El 18 de septiembre de 1868 Prim, con la marina de Topete, se pronuncia, declara el sufragio universal la única vía para regenerar Es­
paña. El día 30 la reina pasa la frontera y reclama derechos que Dios le dio. 6. Sexenio dem ocrático , 1868­1874. 6.1.­ Revo lu ció n po lítica y liberalismo eco nó m ico: a) J untas y me didas po lítica s: organizan la milicia o Voluntarios de la Libertad, abolen consumos, suprimen quintas y decretan sufragio univ. masculino. El gobierno provisional presidido por Serrano se declara mo­ nárquico, disuelve las juntas y convoca elecciones a Cortes. El gobierno disuelve las órdenes religiosas que habían entrado desde julio de 1837, cierra monasterios, confisca sus bienes, obliga a inventariar objetos de arte de las iglesias que pasan a patrimonio nacional. Santa Sede rompe relaciones. Otro decreto proclama libertad de enseñanza y de cultos por primera vez en público todas las religiones. Reaccionarios asesinan al gobernador en la catedral de Burgos. Se prometen reformas a clases trabajadoras, libertad de reunión y asociación y se expanden asociacio­ nes obreras, los campesinos ocupan tierras a la espera de que el gobier­ no las reparta. Pero Serrano decreta el desalojo con la guardia civil, desarman a los milicianos y se producen revueltas campesinas en no­ viembre. Las milicias de Andalucía sublevadas, en manos de republica­ nos, combates con ejército en diciembre. Desde enero de 1869 está Fancelli propagando la Internacional. En Jerez hubo sublevación en marzo de1869 de bakuninistas: más de 300 víctimas en lucha con tropas. La tierra es fuente de conflicto permanen­ te. b) Crisis y desarro llo económ ico : se dan leyes para atraer capitales, es período de expansión tras la crisis; el Estado alquila Almadén a los Rothschild; ley de noviembre de 1868 da a perpetuidad líneas ferrocarril a compañías, con libertad de tarifas; otra ley de bases cede minas a perpetuidad a españoles o extranjeros por renta al Estado, con libertad
de explotarlas o no, venderlas o hipotecarlas. Por la ley de bases se es­ tablece el librecambismo (ministro Figuerola, que también implantó la peseta), y esto hace crecer exportaciones de Río Tinto, Almadén y Bil­ bao, el desarrollo de siderurgia en Bilbao donde entran capitales ingle­ ses, con bajos salarios en España; era de prosperidad del ferrocarril; se modernizan los puertos; se derriban murallas y se crean ensanches ur­ banísticos en todas las ciudades. c) I nsurrecció n de Y ara: invasión de capitales USA en Cuba, al finali­ zar guerra Secesión; triunfan tesis antiesclavistas; líder abolicionista Ra­ fael Mª de Labra. Al llegar la revolución de 1868, los cubanos creen que traería abolición de esclavitud y la autonomía política. Céspedes toma las armas en Yara, promete libertad a esclavos; se le enfrentan los ne­ greros dueños de plantaciones con grupos armados. Gobierno español en un dilema. Capitán general tiene todo el poder, se trata de una gue­ rra social y racial. Nuevo capitán general, Caballero de Rodas, apoya a negreros y pasa a sangre y fuego a pueblos sublevados, que ya cuentan con tropas organizadas por Calixto García, Maceo y Máximo Gómez; en el congreso de Guaimaro declaran libres a todas las personas. d) La Co nstitució n de 1869: Elecciones a Cortes celebradas por sufra­ gio universal masculino ganan alianza de unionistas, progresistas y par­ te de demócratas monárquicos, frente a republicanos. 6.2.­ Regencia de Serrano y reina do de A madeo I : a) Re gencia de Serra no y liderazg o de P rim: junio de 1869 a dic­ 1870. Votada la Constitución, Serrano electo regente y Prim es el jefe del gobierno constitucional con Silvela, Sagasta y Ruiz Zorrilla. ­ Insurrección republicana contra las quintas y contra la forma monár­ quica de Estado. Toda Andalucía, Extremadura, Cataluña, Aragón y par­ te de Valencia proclaman la república. Tropas los reducen bombardean­ do y en octubre de 1869 el orden restablecido.
­ La guerra en Cuba obliga a nuevas quintas: Madrid exento, Barcelona se subleva, barricadas de hombres y mujeres en abril de 1870. Se re­ unió la Internacional en Barcelona (ver movimiento obrero). ­ El campo: se multiplican ocupaciones de tierras, apoyo de republicanos e internacionalistas: cunde la idea de federación. Paul Angulo, republi­ cano, y Fermín Salvoechea organizaron “La Federal”, asociación campe­ sina, que se enfrentó a guardia civil. La propiedad en debate. ­ Ley de abolición de esclavitud y autonomía de Puerto Rico. La ley Mo­ ret dio la “libertad de vientre” y la libertad a los 60 años, con abolición progresiva, con indemnización, pero no se aplicó; Cánovas defendió a negreros; la autonomía se dio a Puerto Rico en agosto de 1870,pero se suprimió en 1874. ­ Cuestión dinástica: pugna europea, candidatos de Portugal, de Bis­ mark, de Francia... Prim y demócratas monárquicos apoyan a Amadeo, electo rey por 191 votos contra 116. b) Re inado de A madeo I : de enero de 1871 a febrero de 1873. Prim asesinado el día antes de llegar el rey. Partido progresista ahora en ma­ nos de Sagasta y Ruiz Zorrilla que se escinden en dos: el Constitucional, de Sagasta, y el Radical de Ruiz Zorrilla. El primero se alía con alfonsi­ nos y unionistas; el segundo con republicanos y carlistas. Los republica­ nos tuvieron más de 100 diputados, los carlistas en torno a 30; los al­ fonsinos se fusionaron con los unionistas y Cánovas al frente. ­ disolución de la Internacional: Sagasta culpó a la internacional de los levantamientos sociales constantes, con la imagen de lo ocurrido en la Comuna de París, pero eran los republicanos y los carlistas los que ati­ zaban insurrección. Lostau, diputado internacionalista, acusa a Sagasta­ de haber quemado iglesias en 1835. Republicanos se dividen: partida­ rios de reformas socializantes como Pi y Salmerón; y defensores de la propiedad privada total y el orden, como Castelar. Sagasta ganó y puso fuera de ley la Internacional. Pasa a clandestina, se reúne en Valencia.
Paul Lafargue entra en España y hace circular el manifiesto comunista, constituye un sector marxista. En Córdoba se organizan los bakuninis­ tas. Cuentan con 25.000 afiliados. ­ Guerra carlista: desunión del ejército. En mayo de 1872 el pretendien­ te carlista entra en Navarra, pero lo derrota Moriones. Serrano firma la convención de Amorebieta y les reconoce el grado a los oficiales carlis­ tas. En Cataluña entran los soldados pontificios con el hermano del pre­ tendiente, ocupan la montaña y comunicaciones con Aragón. En Navarra el feroz cura Santa Cruz corta comunicaciones con Francia y es temido por sanguinario. Conflicto de artilleros frente a Ruiz Zorrilla. ­ La esclavitud: el rey renuncia al trono. La guerra duraba ya cuatro años en Cuba. Ruiz Zorrilla, con apoyo de republicanos, piensa abolir esclavitud, pero los de Sagasta, los alfonsinos de Cánovas y los carlistas se oponen. El rey tiene que renunciar al trono. 6.3.­ La Re pública Federa l: 1873. El 11 de febrero de 1873 las Cortes proclaman la República por 256 votos contra 32. Figueras es elegidoPresidente de la República y forma gobierno de radicales y republicanos: con Pi y Margall, Castelar, Salmerón, general Acosta... a) Decreto s: abolen los títulos de nobleza, reorganizan los voluntarios de la libertad para defender la república, prometen abolir la esclavitud y convocan Asamblea constituyente. b) Movim iento federal internacionalista: Barcelona se proclama es­ tado de la República federal democrática. Los obreros piden reducción de jornada y aumento de salarios. En Málaga los internacionalistas se hacen con el poder: fue un municipio independiente. Vasto movimiento agrario en Andalucía y Extremadura de jornaleros que ocupan pueblos y distribuyen tierras. Cundió el pánico entre propietarios que emigran al extranjero. La reacción, con Serrano al frente, organizó un golpe de Es­ tado,pero fracasó.
c) Constitució n fe deral de 1873: d) Mo vimiento canto nalista­internacio nalista: la asamblea consti­ tuyente declaró España un país federal, yeso desencadenó insurreccio­ nes dirigidas por el ala radical de los republicanos federales. En junio los anarquistas toman el ayuntamiento de Barcelona y proclaman una huel­ ga general, matan al alcalde y montan colectividad. En Andalucía se lan­ zan a medidas sociales: (ver programas cantonales). e) De sarro llo de guerra carlista : con la república, nadie se alista al ejercito, avanza propaganda antimilitarista, soldados responden a oficia­ les, existen Voluntarios de la Libertad, y mientras las tropas de zuavos pontificios están bien organizados a favor del aspirante don Carlos. El guerrillero carlista Savalls siembra pánico en Cataluña, ejecuciones en masa, el cura Santa Cruz hace fusilar a 26 carabineros. Carlistas ame­ nazan Bilbao e Irún y ferrocarriles, obligados a pagar cuota a tropas car­ listas. Francia dejaba paso libre a carlistas, no reconocía a la República, que no tuvo apoyo internacional. f) A bo lición de es clavitud en P uerto Rico . Pero no se llegó a aplicar. Sólo se abolió en 1886 !!! g) Caída de lo s f edera les de P i y M argall: era evidente que el go­ bierno no controlaba el movimiento Cantonalista, ni podía vencer el car­ lismo. Los unitarios toman el poder con Salmerón. 6.4.­ La Re pública unitaria: Salmerón organizó en septiembre de 1873 la sumisión de los can­ tones, y mandó a Pavía a Andalucía, Martínez Campos a Valencia y Ló­ pez Domínguez a Cartagena, con las tropas sin miramientos. Cartagena aguantó hasta enero de 1874. Se recrudeció la guerra carlista, entró don Carlos en España, en Cuba también y se agudizó la tensión con los USA por el asunto del “Virginius” (buque USA arrestado por llevar armas de contrabando; fusilada la tripulación, se esperó el ataque de la flota USA, pero Castelar lo arregló con pensiones a familias de tripulación). A
Salmerón lo sustituyó Castelar, que cerró los debates de la Asamblea constituyente. Al ir a abrirla en enero, se encontró con el golpe de Pavía en las Cortes, y el cierre definitivo de la Asamblea republicana. 6.5.­ Dictadura de Serra no , 1874: Se enfrenta a cinco problemas: el financiero, la forma de régimen, el cantonalismo todavía en Cartagena, la guerra carlista y la guerra de Cuba. Forma gobierno con los republicanos unitarios, García­Ruiz entre ellos, y con Echegaray, ministro de Finanzas, que pone orden en el cré­ dito, logra el reconocimiento internacional del régimen, da forma al Ban­ co de España y renegocia la deuda para pagar las tropas. Inmediata­ mente Alemania y las repúblicas americanas reconocen este gobierno, lo que no habían hecho con la Federal. Disuelven los Voluntarios de la Li­ bertad, el nuevo ministro de Interior, Sagasta, ilegaliza la Internacional, se reprime a los federales, se cierran sedes, periódicos y se envían más de 5000 cantonalistas a las islas Carolinas, no volverían nunca. El aspi­ rante don Alfonso, hijo de Isabel II, lanza en Sandhurst un manifiesto escrito por Cánovas, prometiendo haber aprendido la lección con el de­ rrocamiento de su madre y ser “católico, liberal y patriota”, un modo de ganarse a reaccionarios y antiguos liberales progresistas, advirtiendo que las “clases populares honestas y laboriosas habían sido víctimas de sofismas pérfidos e ilusiones absurdas”. Los carlistas avanzan, sitian Bilbao desde enero de 1874, Serrano la libera, pero siguen en Cataluña con Savalls. El general Concha fracasa en Estella, los carlistas se adueñan de Cuenca y ejecutan a carabineros y liberales en acto público presidido por infantes carlistas, con la adver­ tencia incluso del obispo ante acto tan sanguinario. Savalls fusiló a 216 prisioneros. Serrano se lanza contra carlistas, pero en ese momento, el29 de diciembre de 1874 se pronuncia Martínez Campos por Alfonso, hijo de Isabel II. Cede el gobierno a Cánovas que monta la reacción y contra­revolución.
7. La Re stauración: 7.A . La era de las burguesías conservado ras y el em puje de las fuerzas demo cráticas y po pulares. 7.A . 1º fase: reo rganizació n co nserva do ra del Estado La Restauración monárquica fue una contrarrevolución social. Cá­ novas pretendía implantar el modelo parlamentario inglés, con predomi­ nio del poder civil sobre el militar y alternancia de partidos liberales ba­ sados en los propietarios para mantener el orden social. Contaba con los generales, pero se tenía que ganar a un clero carlista y crear un partido tradicionalista dentro del sistema. En el asunto colonial era partidario de los negreros de Cuba. Entre él y Sagasta crearon un sistema en el que hubo libertades sin comprometer la propiedad y los intereses de las bur­ guesías emergentes en distintos sectores económicos. El capitalismo crece en la industria y se establece en el campo. Los republicanos y los primeros sindicatos encontraron los resquicios para abrirse camino, tras la represión inicial, inaugurada por Sagasta y Se­ rrano en 1874. 7.A .1.­ Organ izac ión del siste ma de la Restauració n. a) dic tadura de Cánovas y del ejército : Cánovas creó un partido libe­ ral­conservador con los cuadros procedentes de los moderados y unio­ nistas, con Romero Robledo como brazo derecho en Interior, y el mar­ qués de Orovio en Fomento. En enero llegó el rey, y todo el año 1875 Cánovas gobernó dictatorialmente. Sólo hubo prensa monárquica alfon­ sina. Suspendió los ayuntamientos que en 24 horas no se habían ad­ herido a la restauración de la monarquía, todos bajo control militar. El generalato fiel al rey ocupó las comandancias militares: Martínez Cam­ pos en Cataluña, Primo de Rivera en Madrid.
Decretó el retorno a la enseñanza católica, suprimió las libertades del anterior sexenio. Exigió a los profesores juramento de fidelidad al rey y al dogma católico: unos dimitieron, otros fueron cesados. b) Fin de la guerra c arlista: unid ad legis lativa . Cánovas negoció con la Santa Sede, restableció el papel de la Iglesia y el clero dejó el bando carlista. El líder carlista Cabrera se adhirió al rey Alfonso e invitó a los carlistas a dejar a d. Carlos por tener un programa arcaico que ya no se llevaba en Europa. Alfonso XII lanzó un manifiesto a vascos y navarros prometiéndoles los fueros si dejaban las armas, pero no lo aceptan. En agosto de 1875 Martínez Campos derrota a carlistas establecidos en montañas catalanas. En el norte toma el mando el mismo rey, con una nueva quinta de 100.000 hombres. Primo de Rivera toma Montejurra, Oteiza y Estella. Martínez Campos y Quesada conquistan pueblo a pue­ blo, hasta que obligan a D. Carlos a pasar la frontera con 13.000 fieles. El manifiesto de Somorrostro en marzo de 1876 anuncia fin de guerra y abolición de fueros. Se alcanza la unidad legislativa. Luego se negociaría la capacidad de recaudar impuestos, el derecho a discutir y negociar los impuestos que debían transferir al Estado a cambio del mantenimiento de ciertos servicios como las carreteras. Así nacieron los co ncierto s eco nó m ico s. c) La Co nstitució n de 1876: En 1875 Romero Robledo dividió los par­ tidos en legales e ilegales, suprimió el derecho de reunión y asociación y lanzó al exilio a las personalidades republicanas. Controló las elecciones con esbirros, aunque fueron todavía con sufragio universal. Abstención masiva. Sólo fueron electos dos republicanos, uno Castelar. Cánovas redactó la Constitución y la sometió al visto bueno de la Santa Sede y de potencias extranjeras antes de llevarla a las Cortes. Mantiene los de­ rechos ciudadanos, introduce los derechos de la Corona, abole la ley sá­ lica, y deja abiertos muchos temas para desarrollarlos en futuras leyes. Las leyes se harían conjuntamente entre el rey y las Cortes. El catoli­
cismo es religión del Estado pero tolera otras religiones. El artículo 17 permite suspender las garantías constitucionales por orden y seguridad; se usaría con mucha frecuencia desde entonces. No hubo oposición al texto constitucional. Castelar levantó la voz, pero en vano; era colabo­ rador. d) La convenc ió n de Zanjón: Cuba provincia esp año la. Cánovas envió a Martínez Campos a Cuba con plenos poderes. Había 200.000 muertos de ambos bandos y la guerra acumulaba una deuda enorme. Martínez Campos aceptó las peticiones de insurgentes: a) conce­ sión de leyes administrativas como lasque tenía Puerto Rico con la Re­ pública; b) amnistía total y olvido de lo ocurrido desde 1868; c) libertad para los esclavos en armas. Cánovas comunicó a las Cortes que el go­ bierno “aceptaba la capitulación”. Al fin hubo en cuba leyes electorales para municipios, provincia y para ir a las Cortes, con derechos de reunión y asociación, libertades de prensa y expresión. Alfonso XII, tras vencer a carlistas y acabar con guerra en cuba, fue el “Pacificador” (monumento en el Retiro). 7.A .2.­ Las fuerzas de la o po sición: la tarea norm alizado ra de Sagasta. a) F uerzas po líticas: la oposición al partido conservador de Cánovas tuvo dos frentes. Uno, legal, el partido fusionista, conocido como liberal, liderado por Sagasta, que recoge a los antiguos progresistas y demócra­ tas de 1868, y que entra en el juego parlamentario por primera vez en las elecciones de 1879,pues aceptan la monarquía. El otro frente fue el republicano, del que se retiró Castelar que colabora con Sagasta. Entre los republicanos destacan los federales que, con Pi y Salmerón, se reor­ ganizan calladamente en ateneos y asociaciones culturales, pueblo a pueblo, aprovechando los resquicios del sistema; también están los que siguen a Ruiz Zorrilla y esperan el poder con un pronunciamiento.
b) La I nstitució n Libre de Enseña nza: fundada por Giner de los Ríos y Manuel Bartolomé Cossío, cesados por decreto de Orovio. Espíritu de enseñanza laica, libre, tolerancia. Primero sólo universitarios, pero su éxito amplía enseñanza a primaria; bajo su influencia se formaron las personalidades más destacadas de las elites políticas y culturales del primer tercio del s. XX. c) Opo sición en Cuba: el Partido Autonomista se creó en 1878 y pedía lo logrado en Zanjón y la ley Moret de esclavitud; llevó vida muy activa de propaganda. Enfrente estaba el Partido Conservador que era el de los españoles y el de la antigua Unión colonial (negreros): contra la auto­ nomía y contra ley Moret. d) Lo s avanc es de Sagasta: en 1881 Sagasta accede al poder por primera vez, con Castelar de mentor, ycon el modelo de la III República francesa. Sagasta decretó la legalización de todos los partidos. En1879 se había creado clandestinamente el PSOE, con tres objetivos: a) la to­ ma del poder por la clase trabajadora; b) la transformación de la pro­ piedad privada en colectiva; c) la federación económica de las colectivi­ dades obreras para garantizar a todos el producto de su trabajo, la edu­ cación y la dignidad de vida a hombres y mujeres, por igual. Era parti­ dario de la lucha política, en los cauces de la ley, en contra de los anar­ quistas. Sagasta ofreció a Ruiz Zorrilla volver a España, pero se opuso y en 1883 trató de restablecer la república con una cadena de pronuncia­ mientos que fracasaron. 7.A .3.­ P o lítica exterio r: al lado de lo s im perio s centrales. a) A cercam ie nto s a A ustria y A lema nia: viudo el rey, el gobierno quiere casarlo con una Hohenzollern o una Habsburgo. Santa Sede se niega a bautizar a una protestante, y así se elige a María Cristina de Habsburgo, boda en 1877. Alianza con imperio austro­húngaro. Alfonso XII viaja a Alemania, admira el Reich y su ejército, el Káiser lo recibe
con honores. Tensiones con la III República francesa que apoyaba a Ruiz Zorrilla. b) Las Caro linas: en 1885 los alemanes ocuparon la isla de Yap, frene­ sí guerrero en Madrid, suscripciones populares, censura de prensa de Cánovas y prohibición de manifestación contra Alemania. El nuncio Rampolla medió con Alemania y se retiran los alemanes a cambio de te­ ner libertad de comercio y poder mantener almacenes de carbón en Yap. 2º f ase: A lternancia de pa rtido s. Caciquismo y co ntro l del sis te­ ma. El rey muere en noviembre de 1885. Cánovas y Sagasta acuerdan (“pacto del Pardo”, Moncloa) sostener la monarquía, porque no hay he­ redero aún. Cánovas cede el poder a Sagasta, que tiene más apoyos populares. 7.A .4.­ Caciquismo y liberalizació n del sis tema: Al morir el rey, su viuda Mª Cristina es declarada Regente hasta que nazca el heredero/a. En mayo de 1886nace Alfonso XIII. Castelar apoyó de nuevo a Sagasta a cambio de reconocer libertades y restablecer el sufragio universal masculino. Sin embargo, el general Villacampa se pronunció en Madrid por la República en julio de1886. Sagasta partida­ rio de ejecutarlo, por haber matado a dos coroneles, pero la Regente lo indultó. a) liberalizació n del régim en, leyes com plementarias a la Co nsti­ tució n: para calmar a los republicanos y demócratas, Sagasta siguió consejos de Castelar y promulgó importantes leyes: la ley de asocia­ ciones en 1887, que permitió organizarse a los sindicatos (nació así la UGT), la ley del jurado en 1888, para los juicios, y dio validez al matrimonio civil en contra del poder de la iglesia. El Código civil se promulgó en 1889, al fin. Se culminó el sistema con la ley de junio de 1890, restableciendo el sufragio universal masculino, en contra de
Cánovas. Para evitar la subversión, en el artículo 29 se establecía que si sólo había un candidato, todos los votos serían para él. Tam­ bién Sagasta aplicó la ley Moret en 1886 de abolición progresiva de la esclavitud, sin indemnización ahora con el apoyo de los autonomis­ tas. b) El caciquismo : se conoce así este período por las críticas que en 1898 levantó Joaquín Costa contra la corrupción electoral. Por el artí­ culo 29 y por los agentes caciquiles, el sufragio universal se vació de contenido, se manipuló y controló, e incluso se implantó sistemáti­ camente el “pucherazo”. En los pueblos eran los propietarios o caci­ ques los que controlaban el voto, con presiones de trabajo, de favo­ res o con la fuerza de la guardia civil directamente. Primero fueron los de Romero Robledo, los conservadores, luego los de Sagasta. Así, toda España estuvo controlada entre ambos partidos, con un reparto de zonas de influencia por cacicatos. Éstos se habían configurado en los años del reinado de Isabel II, con los moderados en el poder, controlando ayuntamientos y diputaciones provinciales, así como en­ riquecidos con las desamortizaciones. Desde el punto de vista legal, España iba por delante de Inglaterra, pero no en la realidad. Los cin­ co años de gobierno de Sagasta, de 1885 a 1890, ampliaron, sin du­ da, los márgenes de libertad. 7.A .5.­ P o lítica co lo nial y exterio r: a) A lianzas: Francia ocupa Túnez en 1887, ya dominaba Argelia desde 1830. Se teme por Marruecos. Con el permiso de Inglaterra, España firma tratado con Italia, luego con Austria, secreto. Es la época del im­ perialismo (recordar conferencia de Berlín, 1885) y España está fuera del juego de las potencias. b) El despertar de los tagalo s: España apenas controlaba todo el ar­ chipiélago filipino. Dominaba la isla de Luzón, con mayoría católica; las islas de Jolo eran de los piratas, en Mindanao una secta musulmana pe­
día el exterminio de los blancos. En Luzón e islas católicas, las órdenes religiosas mandaban como en la edad media, en enseñanza, administra­ ción y no se les había aplicado la desamortización; eran un Estado por encima de los capitanes generales. Había consejos municipales forma­ dos por nativos. Desde 1850 se habían establecido en Luzón los ameri­ canos, alemanes e ingleses, y los japoneses en Davao. Llegó la revolu­ ción industrial, nuevas ideas liberales, a pesar de la Universidad Pontifi­ cia de Manila. La masonería o liberalismo se expandió entre tagalos que pedían la igualdad de razas. La iglesia se dividió: el clero era nativo. Los tagalos ricos viajaron a América y Europa. El Dr. Rizal, formado con frai­ les, viajó a Europa y editó en Berlín su obra “Noli me tangere”, crítica dura contra administración clerical española, y provocó enormes reac­ ciones. En 1891 Rizal montó en Madrid campañas pidiendo reformasen Filipinas, acogidas por republicanos. Se ofreció a colaborar, pero el go­ bierno lo deportó a Mindanao. c) Caciquism o en Cuba y reo rganiz ació n de independentistas: Martínez Campos, como todos los capitanes generales (Polavieja, Wey­ ler), usaron Cuba como sus fincas, iban “a hacer el chocolate”, se decía entonces. En 1889 Sagasta, tras abolir esclavitud al fin, quiso construir un ferrocarril nuevo para rentabilizar las pequeñas explotaciones, con un nuevo trazado, pero lo boicotearon los conservadores. Escándalos financieros en la isla y también en España. El fracaso del partido autonomista en alcanzar éxitos empujó de nuevo el sueño independentista. En 1892 se constituyó en New York el Partido Revolu­ cionario Cubano, con Martí, Estrada Palma, Maceo y Máximo Gómez. En­ tonces un tercio del azúcar cubano se exportaba a los USA; los puertos, las industrias y algunas líneas de ferrocarril habían sido modernizadas por capitalistas americanos. La prensa y las revistas militares america­ nas destacaban el alto valor estratégico de la isla para la comunicación
con el Pacífico. Sin embargo, para Cánovas y Sagasta los USA eran una nación despreciable, sin tradiciones. d) Guerra de Me lilla: en 1893 las tropas españolas fueron atacadas en Melilla, llegó un cuerpo expedicionario de Mtez Campos para conservar la plaza, no sin dificultad. Tratado con Marruecos en1894: se le pagaba a España 20 millones de pesetas, se reconocía la zona establecida en 1859 y se autorizaban consulados españoles en Fez y Marrakesh. 7.A .6.­ Eco no mía y conf licto s socia les: a) Expansión eco nó mica: crecimiento de la agricultura con expansión del vino, olivar y mejoras tecnológicas. Época del viñedo en la Mancha. Cae el trigo de 5 millones has. a 3’3 millones, por competencia de trigo exterior, más barato. Crece la industria textil catalana, más de 100.000 obreros; desarrollo de siderurgia en Norte. Producción minera de hierra (Vizcaya, Santander y Almería) crece de 520.000 tm. en 1875, a 5’5 mill. tm en 1895: pujanza de empresas inglesas mineras, como las fran­ co­belgas. En comercio había equilibrio: monopolio con Cuba; se impor­ taba trigo, materias primas y se exportaban vinos, minerales, metales, frutas... Se amplió el ferrocarril de 7.500 km a 11.500, se modernizaron y ampliaron los puertos de Barcelona, Bilbao, Santander, etc. Se puede decir que es una época de expansión y consolidación capitalista en in­ dustria y agricultura, gracias a inversiones extranjeras y a laventa de las minas, y por empuje de nuevo empresariado español. b) Co nflicto s so ciales: [ver tema del mov. obrero] en 1887 nace la UGT, como socialista. No tenía más de20.000 afiliados, pero dirigió huelgas en País Vasco y adquirió fuerza social decisiva. En 1890 los anarquistas tomaron las calles de Barcelona el 1 de mayo, y fueron ma­ sacrados. En Madrid ese 1º de mayo los socialistas piden a Sagasta: a) jornada de 8 horas; b) prohibición de trabajar los niños de menos de 14 años; c) cese del trabajo de noche; d) descanso semanal de 36 horas ininterrumpidas; e)suprimir almacenes de compra patronales y agencias
privadas de colocación; f) creación de inspectores de trabajo para su­ pervisar condiciones laborales. En 1892 y 1894 tuvieron lugar las huelgas mineras de Bilbao; rei­ vindicaban: a) reducción de jornada a 10 horas; b) libertad de comprar y vivir, y no en cantinas y barracones de las Compañías. Lograron, tras represiones y muertes, libertad de compra y alojamiento, y jornadas de 10 horas. En el campo: tres hechos: miseria en zonas de latifundios; persistencia de venta de bienes de comunales; y oposición entre Código civil y derecho consuetudinario con los censos enfitéuticos en mitad nor­ te. Mitad sur: miseria de jornaleros; abundan atentados contra la “pro­ piedad”, sobre todo en la Baja Andalucía con implantación de la Federa­ ción de Trabajadores de la Región Española de la Internacional, (la ten­ dencia anarquista). La policía se inventó la tenebrosa conspiración de la Mano Negra en 1883; se le atribuyeron 50.000 afiliados a las órdenes de Ginebra, detuvieron en Jerez a más de 5.000 supuestos miembros, des­ cubrieron ramificaciones en Madrid y Barcelona; los que tenían edad mi­ litar (reservistas) pasaron a la justicia militar. Esto coincidió con una huelga de jornaleros en el campo de Cádiz, pidiendo aumento de jornal y menos horas, pero los latifundistas respondieron que preferían quemar las cosechas, trajeron obreros portugueses pero huyeron por amenazas de huelguistas. El ejército hizo la cosecha para los patronos. La justicia ejecutó a seis líderes y en septiembre los soltaron a todos y disolvieron la organización anarquista. En 1890 también en Jerez los jornaleros asaltaron la ciudad y fueron ejecutados de nuevo los líderes. Toda Espa­ ña: desde 1881 Sagasta aplica la ley Madoz de desamortización comu­ nal, hizo pasar a “propios” las tierras comunales para poder privatizar­ las. Esta ley permitió a los caciques ampliar a bajo precio sus tierras pa­ ra nuevos y mejores cultivos. El Código civil de 1889 no protegía por otra parte los censos de larga duración ni su redención, y eso afectó a la Mitad Norte, porque chocaba con el derecho consuetudinario: se organi­
zaron los rabassaires catalanes en 1891 (Uniò de Rabassaires), pero en Galicia, Asturias, León, Cantabria, Salamanca... los campesinos vieron que los viejos censos se cambiaron por nuevos contratos de arrenda­ miento más cortos y duros; comenzó la riada emigratoria de 1890 a 1914 queinundó Argentina, Cuba, Venezuela...El asunto de los censos enfitéuticos es tan importante como la desamortización. La tierra es el motivo de conflicto. c) A narquism o y catalanismo : ­ El anarquismo triunfó entre obreros del textil catalán. Practicaron polí­ tica de atentados contra el capital: en 1893 la bomba contra Mtez Cam­ pos provocó numerosas víctimas; otra lanzada en el Liceo, una carnice­ ría. Otra al paso de la procesión... Represión muy dura: ejecutados los autores y también muchos inocentes. 120 anarquistas torturados en Montjuich, cinco de ellos ejecutados, cuando todos eran inocentes y el autor se había fugado a América. Escándalo internacional. Cánovas pagó con su vida la represión: en 1897 lo mató un anarquista italiano. ­ El catalanismo adquiere fuerza como nueva organización política. Los industriales catalanes obligaron al gobierno a decretar tarifas proteccio­ nistas para su industria: se organizan en la Unión Catalanista que votó la bases de Manresa, 1892, en la que piden: a) autonomía política para Cataluña, con un parlamento y que sólo los catalanes fueran funciona­ rios allí; b)el catalán lengua oficial y de enseñanza; c) impuestos pro­ pios, con legislación comercial y de justicia y de orden público propios. d) Las desigualda des s ociales : ­ Sagasta organizó en 1885 la Comisión de Reformas sociales, ante la gravedad de los problemas, que el propio ministro Moret analizaba así: de los 17 millones de españoles, 15 millones eran obreros y campesi­ nos; el resto eran las clases dirigentes compuestas de funcionarios, co­ merciantes, hombres de negocios y altos empleados de compañías, ricos hacendados, burgueses, etc. La burguesía vivía en la especulación, los
funcionarios, mal pagados, el analfabetismo era una realidad apabullan­ te. ­ Em igració n como expresión del malestar social y de crisis en medios de vida. Más de tres millones y medio de españoles emigraron entre 1882 y 1935, con la mirada clava den América Latina, en lugar de los Estados Unidos de Norteamérica. El segmento mayor se dirigió hacia el­ Río de la Plata, Cuba y Brasil. Hubo de todas las clases, lo analizaremos, pero sobre todo de Galicia y Asturias, Santander y Canarias, que suma­ ron entre las cuatro los dos tercios aproximadamente, aunque no llega­ ban a ser el 17 por 100 de la población española. El tercio restante era de Cataluña, País Vasco y León. Sin embargo, Andalucía, Extremadura y la meseta sur retuvieron a sus habitantes, al contrario que lo que estaba ocurriendo en la latifundista Sicilia. Las remesas de los emigrantes fre­ naron la pauperización del campesinado y reactivaron en cierto modo la economía de los pueblos de origen. En su mayoría, en efecto, eran cam­ pesinos y analfabetos, sobre todo los que tenían recursos para pagarse el viaje y tenían aspiraciones, aunque también hubo un porcentaje signi­ ficativo de prófugos del servicio militar, pero hubo un retorno del 60 por 100, un retorno que no fue exclusivo español, sino que el italiano fue mayor. La crisis de los 30 frenó la recepción Latinoamericana. ­ M o rtalidad inf antil: es índice de nivel de vida y desigualda des. Datos de 1861 en adelante son fiables: cociente de mortalidad infantil neonatal (menores de un mes: 64 por1.000), e infantil (menores de un año: 184 por 1.000). Más de dos de cada cinco niños no llegan al quinto cumpleaños (417 por 1.000). En 1880­1884, la mortalidad del primer año en Madrid alcanzaba 294 por 1.000, y 506 por 1.000 la del conjunto de menores de cinco años. En primer tercio del siglo XX hay mejoría de mortalidad infantil en toda la fachada levantina y buena parte de Anda­ lucía, pero las dos Castillas y Extremadura son “ verdadero s ceme nte­
rio s nacio nales de lactan tes” . Presentan cocientes cercanos o supe­ riores a 200 por 1.000 (247 en Valladolid). · El hambre pura tenía poco peso en la mortalidad: toda la cuestión es­ tribaba en las disparidades sociales de acceso al alimento, en su irregu­ laridad en el tiempo y en las variaciones que conlleva la extensión del subconsumo. · M o rtalidad so cial: por cada hijo de matrimonio acomodado, mueren dos de matrimonios pobres y cuatro de naturales. Los trabajadores son la clase enfermiza de por sí y fatalmente influida por las pésimas condi­ ciones de vida en que vive (falta de agua potable, hacinamiento, malnu­ trición, humedad en viviendas...). · Mortalidad de niños abandonados. Magnitud del fenómeno. En 1858 se cifran en más de35.000 los niños acogidos en 49 inclusas y otras 100 hospicios por toda España. M iseria e ilegitim idad , dos fuentes de abandono. Las tres cuartas partes de incluseros fallecen. En general fa­ llecen el 48% de los ingresados en el primer año, y el 82% en los cinco primeros años. 3ª fase: guerra y c risis , 1895­1902. 7.A .7.­ Guerra de Cuba: Clima político­social con tres antagonismos: el nacional cuba­ no/peninsular; de clase, amo/esclavo; de color, blanco/negro. Sacaro­ cracia y café. Inversión hecha en hombres, los azucareros la quieren re­ cobrar por indemnización al abolir esclavitud. En La Habana el 34% de esclavos vivía independiente de amos y eran artesanos: no eran cuba­ nos, sino negritos criollos. Cultura, jerarquía, sentido nacional, todo ra­ cismo: cubanos sólo eran los blancos nacidos en Cuba. En la guerra de los 10 años Máximo Gómez habló de los “invencibles generales junio, julio y agosto”: calor, lluvia, fango, mosquitos, malaria, disentería, fie­ bre amarilla, niguas o infecciones en las piernas, etc. En los barcos de
Antonio López, ya el 7 por 1000 morían en tránsito; y no se “aclimata­ ban” como decían médicos militares. Uniforme con alpargata de tela y base de cáñamo, receptorio ideal de niguas, insecto más pequeño que la pulga que da linfangitis crónica en pies. Conservas cárnicas traídas de Italia y Alemania no dieron resultado en la guerra de diez años: hubo 208.000 soldados en la de los diez años, volvieron 63.000 y muertos otros 64.000, quedan 80.000 que engrosan emigración, la mayor del siglo, y que son mano de obra de industrialización cubana y moderniza­ ción de producción azucarera: se blanquea el ingenio, ya no es trabajo de negros. Tras Zanjón en 1878, se instauró sistema español en la isla, y libertad para esclavos combatientes de ambos bandos; en 1879 nacen dos partidos: el P. Unión constitucional, PUC, conservador, de peninsula­ res; y el P. Liberal Autonomista, PLA, de cubanos. Votan los ricos. Apa­ rece novela clave en historia de Cuba: Cecilia Valdés, Cirilo Villaverde, valores de clase media blanca, antiesclavista literario, pero esclavista por prejuicios y razones nacionales, como Saco. El PLA la mitifica, los mulatos y negros la rechazan. Vino la “guerra chiquita, muy sangrienta. Surge el P. Reformista, PR que agrupa en los 90 a sacarocracias ligada a USA. En 1892 entra en vigor el bill McKinley que establece la libre en­ trada del azúcar en los USA y una tarifa que perjudica al tabaco y aguardientes: era la anexión económica de Cuba, y así Martí funda en los USA el partido Revolucionario cubano para preparar la guerra nece­ saria de independencia. P ro blemas : nacionalismo creciente, resolución del tema esclavista, pe­ ro replanteamiento del racismo, régimen político liberal que permite mayor movimiento, transformación azucarera en industria moderna, traslado parcial de la industria tabacalera al sur de USA, conversión de Cuba en primer exportador mundial de bananos, desaparición de España como metrópoli económica, aparición de un movimiento por indepen­ dencia en exiliados en los USA, bien dirigido por Martí con enfoque po­
pular y cubano­negro. Inmigración da superioridad numérica a blancos peninsulares, se infravaloró el factor negro. Tuvo ahora un matiz popu­ lar, de clase media y obreros, captación de negro mulatos y campesinos, no como en la de 10 años que fueron sectores altos y medios criollos. Contaron con cuadros formados militarmente y prestigio; la libertad de imprenta había facilitado opinión pública favorable. Desde 1900 vuelve el capital huido. Keynes padre señala 1891 como el de anexión de Cuba a USA: la 1ª industria azucarera del mundo, producto básico en comer­ cio internacional, con un excelente complejo ferroviario, industria Taba­ calera y 1ª exportadora de bananos. Cuba desbordaba a la metrópoli. España, a 9.000 km., sólo consumía y comercializaba el 3’7% de la pro­ ducción colonial, pero más del 90% lo hacía con USA, a sólo 120 km.a) Insurrección de 1895: en febrero, los cubanos lanzan el grito de “Viva Cuba libre”. Desembarcan Martí, Máximo Gómez, hermanos. Maceo. Sa­ gasta podía elegir entre la autonomía y la guerra. De acuerdo con Cáno­ vas, deciden la guerra “hasta el último hombre, hasta la última peseta”. España podía ser magnánima, pero después de vencer. En las Cortes, sólo Pi y Margall se opuso a la guerra; Castelar la aprobó. Se votaron por todos los créditos. Fue el mayor ejército nunca trasladado al otro lado Atlántico: 220.285 soldados. ­ Martínez Campos no logró suscripción económica de plantadores; los impuso y los hacendados protestaron, se pasaron a los sublevados. Esto era señal de que todo había cambiado en la isla. Al ver que la guerra se alargaba, Cánovas le ordenó emplear más medios y Martínez Campos lo rechazó y fue cesado. ­ El movimiento separatista: bien organizado, con un gobierno cubano en New York que coordinaba cientos de comités de ayuda, con represen­ tantes en Washington y París. Muy pronto cayó en combate, 1895, Mar­ tí, pero el Partido Revolucionario Cubano, con Estrada, siguió negocia­ ciones con USA. Contaban con 50.000 soldados en guerrilla constante
contra tropas españolas, víctimas de enfermedades tropicales. Edad media revela sangría de juventud española: 21 años, cuando antes fue­ ran de 25. Tasa de mortalidad de tropas españolas por enfermedades, más que por guerra. Administraban territorios ocupados, apoyo de ne­ gros y mulatos. La guerra era larga y costosa. La autonomía hubiera di­ vidido a los cubanos, pero sólo la pedía Pi. Muere en combate Maceo, queda Gómez al frente. b) Re chazo de la mediación americana: La nota Olney, en abril de 1896 el gobierno USA envió a Madrid una nota: si España daba autono­ mía a Cuba, mediarían para acabar la guerra y salvar posesiones de es­ pañoles. Cánovas la declaró inaceptable. c) Guerra to tal: 220.000 soldados bajo las órdenes del general Weyler (en mal estado físico) Weyler dividió la isla en distritos que “limpió” sis­ temáticamente. Creó los campos de concentración: concentró a los civi­ les bajo pena de muerte, so pretexto de no mezclarlos en la guerra y cortar suministros y apoyos a rebeldes. Restableció el delito de infideli­ dad. Carácter total de la guerra, de tal modo que los USA vieron justifi­ cado intervenir en nombre de la humanidad y de los Evangelios. d) El asunto de lo s “ reconcentrados”: al morir Cánovas asesinado en 1897, se supo la verdad, que Weyler no había previsto alimentar y cui­ dar a los miles de concentrados en guarniciones, de modo que las epi­ demias y el hambre afectaron a más de 400.000. Los USA reconocieron el derecho a la guerra de los sublevados cubanos. e) A uto no m ía co n Sagas ta: en 1897 el pueblo español supo del horror de la guerra, el PSOE lanzó campañas en contra, y que no se podía ga­ nar por las armas. Sagasta reveló a Weyler y envió a Blanco con la au­ tonomía; se suspenden hostilidades. Hecho especial: los capitales espa­ ñoles emigran durante la guerra, a pesar de declamaciones patrióticas, pero de 1895 a 1899, llegan a Cuba 47.000 inmigrantes españoles. 7.A .8.­ Guerra de Filipinas:
a) Suble vació n: el Katipunan era una asociación secreta tipo masónico, con afiliados blancos y nativos, que buscaba transformar teocracia es­ pañola en un régimen de igualdad de razas y religiones. Se sublevan en agosto de 1896 en Manila y Cavite; la mayoría de las tropas indígenas se pasan al bando rebelde. Vencidos por el general Blanco, que los per­ donó esperando reformas. Aguinaldo, jefe de los sublevados, propuso un representación en las Cortes y reformar poder de las órdenes religiosas y de administración civil; Blanco las envió a Madrid, pero la prensa cleri­ cal y colonialista se lanzaron en contra. b) Fracaso de guerra de exterm inio : Cánovas nombró al general Po­ lavieja, cristiano, defendido por órdenes religiosas y por la regente. Hizo una represión total, fusilaba cada día públicamente a los independentis­ tas presos. La prensa de China publicaba relatos crueles de Polavieja. La de Japón hablaba de personas asfixiadas en sus celdas, mujeres viola­ das, etc. El mundo oriental se sublevaba contra los blancos. Soldado es­ pañol que capturaban, lo torturaban y mataban. Pero Polavieja no gana­ ba ni en Luzón, Mindanao y Joto, salvo en Cavite. c) Ejec ució n de Rizal: los tribunales españoles dieron libertad y reen­ viaron a Manila a Rizal, pero Polavieja lo apresó y lo hizo fusilar. Protes­ tas internacionales y Cánovas lo sustituyó por el general Primo de Rive­ ra. Polavieja fue recibido en España apoteósicamente, incluso por la re­ gente. d) Fin de la guerra: pacto de Biak­na­Bato: Primo de Rivera arrinconó a independentistas en Biak­na­Bato,y aquí se constituyeron eo gobierno republicano; aconsejó a Cánovas un compromiso, pero no lo logró hasta que Sagasta subió al poder. Duras negociaciones llevadas a cabo por el coronel Primo de Rivera, futuro dictador, llevan al pacto de Biak­na­ Bato: a)Aguinaldo y otros líderes se expatriarían; b) recibirían 800.000 pesos mejicanos a cambio; c) dos españoles como rehenes hasta que
llegaran a Hong­Kong; d) los sublevados dejarían las armas. Aguinaldo quería la expulsión de las órdenes, pero no lo logró. En 1897, con Sagasta, la guerra había terminado en Cuba y Filipi­ nas, tras sacrificar una generación de soldados y gastar sumas enormes. Pero quedaban los USA, cuyo presidente Mac Kinley quería la guerra. 7.A .9.­ Guerra co n los USA: a) A sunto del M aine; la guerra: el 15 febrero 1898, el “Maine”, crucero americano, llega a la Habana con250 marines muertos, por mina sub­ marina, tensiones con Washington que pide libertad de Cuba y Filipinas. Sagasta compró acorazados a Italia, Francia y Alemania. El papa trató de mediar, había un elemento religioso: los USA querían cristianizar las Filipinas. Republicanos y socialistas se oponen a la guerra, los carlistas piden guerra total, Sagasta dispuesto a salvar honor con paz, pero el 18 de abril las Cámaras americanas aprueban moción invitando a España a retirar tropas de Cuba y autorizando a Mac Kinley a perseguir a españo­ les; ultimátum el 23, si España no renunciaba a Cuba, sería la guerra. b) Desastre de Cavite: una escuadra en Cuba, otra en España de reta­ guardia. En Filipinas lo que pomposamente se llamaba “Flota del Pacífi­ co”: barcos de madera, salvo una cañonera para los piratas del mar de Jolo. No había ni torpederos ni carbón para barcos de vapor; había que comprar torpederos a Italia y Alemania. El 1 de mayo de 1898, masacre de Cavite: los 140 cañoneros de la escuadra americana destruyeron a los 77 españoles, en llamas. Toda la isla de Luzón se levantó en armas, españoles sorprendidos, aislados, capitularon y Manila cayó en manos de americanos y tropas de Aguinaldo. En Madrid, manifestaciones contra el gobierno, que declara el estado de sitio, prensa censurada. Salmerón pidió castigo de responsables, incluyendo a la Regente. Sagasta criticó la desunión de españoles. c) Ham bre y mo tines: el gobierno subió impuestos en un 100% y los pidió por adelantado, emitió más deuda garantizada con minas y tasas
de navegación, anunció nuevos impuestos sobre gas, petróleo y electri­ cidad. Hubo donaciones patrióticas de emigrantes en América del Sur, las compañías de ferrocarril prometen 250 millones a cambio de prorro­ gar concesiones. Pero Sagasta tuvo que emitir 500 millones de deuda; y cerró las Cortes en junio para evitar protestas. Faltaba harina y aumen­ taron precios, hubo motines de hambre. En minas de Murcia, huelgas; en Ciudad Real toman las panaderías y queman los fielatos; en Linares, doce muertos entre huelguistas y guardia civil; Baeza, Alicante, etc. Mo tine s. Estado de sitio en toda España: se persigue a Moret y minis­ tros partidarios de la paz. Se movilizan tres nuevas quintas de soldados, pero la Unión Catalana, con 18 periódicos y extendida en 35 asociacio­ nes catalanistas, se declaran contrarios a la guerra. La industria se para­ lizaba por reclutas de soldados y por no exportar, crecía el paro. d) Desastre de Santiago de Cuba: escuadra española refugiada en Santiago de Cuba; los americanos desembarcan en el Sur, en Baiquiri, y cercan a los españoles. El 1 de julio, la batalla por Santiago,4.000 espa­ ñoles contra 14.000 americanos, más cubanos. Almirante Cervera recibe orden de Madrid de moverse, pero no tiene carbón, salen y son torpe­ deados, caen 600 españoles. Santiago es bloqueada, sin agua, capitula el 17. Más de 30.000 españoles Prisioneros. El gobierno comienza con­ versaciones de paz. e) Tratado de paz: agosto: a) abandono definitivo de Cuba; b) venta de Puerto Rico a los USA, por 20 millones de dólares.; c) los mismos de­ rechos para barcos de las dos potencias en Filipinas, pero éstas pasaban a los USA, tras rendirse Manila; d) repatriación de soldados españoles y prisioneros con cargo a los USA. Al año siguiente se vendía a Alemania las Marianas y Carolinas por 25 millones de pesetas. 7.A .10.­ La gran crisis: “En Palos comenzó, y acabóse a palos”. “Espanya, Espan­ ya/retorna en tu” (Maragall). Más de 4.000 mueren en la repatriación en
el barco de Lóez: sin agua, hacinados, morían al pisar tierra, el98 “fue un tiempo de mentira, de infamia” (A. Machado). Entre 1887 y 1899 hubo 345.000 soldados y jefes; retornan 146.000; no murieron 200.000: muchos se ocultan para no ser repatriados. Intelectuales. Hue­ lla indeleble: “más se perdió en Cuba”: la intervención de los USA unió a cubanos y españoles. De 1868 a1898 llegaron 464.000 civiles y 535.000 soldados que suman un millón de españoles, con un saldo, tras muertos y repatriados, de 700.000 inmigrantes en Cuba. Hombres en ciudades. a) reacc ió n financiera al des astre colo nial: hubo crisis, salvo en me­ talurgia y minas a donde acuden capitales repatriados de colonias y mo­ dernizan instalaciones y crean nuevas industrias. En 1900 la producción de acero y hierro laminado subió casi el doble; los altos hornos de Sie­ mens­Martins pasan de 12 a 21; construcción de nuevas líneas de ferro­ carril, material ferroviario alimentado por siderurgia: más de mil kilóme­ tros de líneas nuevas. La Deuda por guerra se triplicó. Movimiento de Liga de Productores que piden suprimir ministerios de Asuntos Exterio­ res, Justicia y Marina que eran el 60% del presupuesto del Estado. El ministro Villaverde sube impuestos. Se cierran escuelas militares, oficia­ les a la jubilación, pero no los generales. b) Respuestas po líticas: en septiembre­98 abren las Cortes. Salmerón pide castigo de responsables. El conde de las Almenas: contra genera­ les, a favor del soldado. Canalejas contra espectáculo de repatriados de Cuba, viviendo de caridad. Sagasta no se inmutó. ­ hubo violenta campaña anticlerical, Sagasta obligó a órdenes a seguir ley de asociaciones, protesta del Vaticano, Nuncio empuja a la violencia, choques en las calles con sangre. ­ Regeneracionismo: Costa, los productores, las cámaras de Comercio y la Unión Nacional. Lemas y fracaso. c) respuestas so cia les: de 1898 a 1902 el conflicto obrero no hizo más que crecer: los sindicatos lanzan huelgas y aumentan afiliados. Los
repatriados contaban por todos los pueblos los abusos de los generales, se quedaron enfermos para toda la vida, y en todo el país creció la idea de que se había vendido el país, en manos de políticos y militares. La huelga mas importante, marzo 1902, Barcelona: paro por baja de ex­ portaciones, los anarquistas toman la ciudad, casi 70.000 obreros en armas contra soldados. Hubo más de 100 muertos. Ejército para repri­ mir. Los periódicos catalanes atacan al gobierno, manifestaciones de comerciantes y constitución por industriales de la Lliga Regionalista, con Prat de la Riba y Cambó. 7.B. I n tento s de Regeneració n N ac io nal, 1902­1 931. Capitalismo , mo dernizació n y luc has po r la democratización. 1ª parte: regeneración sacrif ica da a la aventura marro quí, 1902­ 1917. 1902 sube Alfonso XIII. Regeneración es la consigna: Maura, re­ volución por arriba; Canalejas, que el gobierno interviniera en conflictos capital/trabajo, modernizar legislación obrera y desarrollar enseñanza. Fuera de los partidos, Costa denuncia oligarquía y caciquismo, reclama vuelta al colectivismo agrario ancestral y resume programa en “Despen­ sa y Escuela”: pasar de 23.000 a 70.000 escuelas. El proletariado entre UGT y anarquismo desorganizado. Catalanismo crece. Republicanos di­ vididos ante asunto obrero. También había más de 100.000 curas, más los llegados de Filipi­ nas y de órdenes francesas, tras ley Combe. Se invertían a la altura de 1898 12 pesetas por niño mientras que la cifra ascendía a 52 en Francia, 44 en Italia o 26 en países como Grecia Y Bulgaria. Por otra parte el presupuesto de educación era equivalente al del sostenimiento del clero. El 50% del mismo se destinaba al Ministerio de Guerra. A la altura de la segunda década del siglo XX poco más del 50% de los niños de 6 a 12 años estaban escolarizados y hacían falta más de 9000 aulas para bajar a 50 el número de alumnos por profesor. Estos datos se encuentran en
Boyd, C; op.cit. pp29. También puede verse de la misma autora el artí­ culo “ Madre España: Libros de texto patrióticos y socialización política, 1900­1950”, en Historia y política, núm. 1, abril 1999, pp.49­70. Hasta después de la Primera guerra Mundial no se intenta una política seria de inversión educativa y de socialización en la nación, en cierta medida como respuesta a los desafíos plantados por el nuevo siglo. 7.B.1.­ P ro yecto s y rea lizaciones, 1902­1909. 1.1.­ P ro blem a so cial: agitació n social creciente ­ campo : miseria en Andalucía. Huelga en Morón que piden reparto de tierras y abolir propiedades grandes; represión de los 30.000 huelguis­ tas, quema de cosechas, bandolerismo; en Jerez 6000 jornaleros toman la ciudad. En el Norte, con foros y enfiteusis, más Código civil, se expul­ sa a arrendatarios: Asturias y Galicia, Centro, Salamanca en 1902 se vacían pueblos, nuevas rentas que no pueden pagar: emigración. Una­ muno se lamenta de expulsión de campesinos. Violencia en 1906 en Ga­ licia. Sequía produce hambre en Andalucía: asaltos de panaderías en 1905, a pesar de Guardia civil. Jornaleros en Sevilla, en julio de 1905, contra hambre; y en Cádiz. En agosto y septiembre la miseria llega a Córdoba, León y Galicia. Emigración en masa: ver cifras. ­ F racaso de huelgas e n Bilbao : en 1903 logran cobrar por semanas, derecho a comprar víveres donde quisieran, y control de precios de can­ tinas y cooperativas. No se respeta y en 1906 se vuelve a huelga por lo mismo, pero además piden jornada menor, y abolir destajo y reconocer sindicato por patronos. No logran nada. Se rinden. En Galicia la huelga de la construcción cuesta la vida de un patrono, en 1908 el textil de La Coruña en huelga contra las 13 horas de trabajo y contra salarios de 1’50 pts. Choques sangrientos. 1. 2.­ Realizacio nes: En 1903 se crea el Instituto de Reformas Sociales: 18 miembros por el gobierno, 6 por patronos, 6 por obreros, para publicar trabajos sobre
relaciones Laborales, estadísticas, inspecciones, y propuestas al gobier­ no. Lo primero: encuesta para mejorar campo en Andalucía. Todos pro­ ponen reforma agraria: créditos, cooperativas, abrir importaciones a maquinaria. No se hizo nada. En 1907 la ley de redención de foros fue rechazada por Romanones. Ese año, la ley de Colonización Interior: para fijar en la tierra a las familias desprovistas de medios de trabajo y capi­ tal, disminuir emigración y repoblar campos, pero el Estado no preveía más que sus tierras y sólo 1’5 millones de pesetas anuales. Sólo cinco colonias se organizaron con modelo de Olavide, con 2.000 has en 447 lotes. Gasset planeó regadíos, pero no tuvo créditos. Emigración adquie­ re proporciones enormes: de Gibraltar se van hasta Hawai. Las reformas en industria: leyes sobre accidentes de trabajo, descanso dominical y trabajos de mujeres y niños. En 1908 se creó el INP para: a) previsión obrera; b) administrar mutualidades que se organizaran; c) constituir pensiones para viejos trabajadores. 1.3.­ A narquismo : En 1906 en boda del rey un anarquista, Morral, lanzó bombas co­ ntra carroza: 13 muertos. En 1907 hubo 17 atentados con bomba, 7 muertos y 18 heridos. Fracaso policial. Se decía que estaban detrás au­ toridades y curas. Ministro Justicia: plan de cierre de círculos anarquis­ tas, suspensión de prensa, expulsión de personas que lo propaguen. 1.4.­ Enseñanza: ­ Se crea el ministerio de educación nacional en 1901. Sólo había un maestro por cada 150 niños. Romanones decretó pagarle a los maes­ tros. ­ Plan de 1903: en vigor hasta 1928, organiza la secundaria, con reli­ gión optativa, pero guerra del latín, escapa a la iglesia la secundaria. ­ En 1907 se crea la JAE con presidencia de Cajal, en 1910, el Centro de Estudios Históricos.
­ Escuelas Modernas: desde 1904, por impulso de Ferrer i Guardia, se crean las escuelas modernas, laicas, en Barcelona y ciudades obreras. Vigiladas por gobierno. Arrestado como instigador del atentado al rey. Difunden libros escolares, imprenta propia, con fondos voluntarios y ayudas internacionales. ­ Paralelamente, Centros Anarquistas, bajo la influencia de Reclus, para preparar a los obreros. ­ Así, la enseñanza secundaria y universitaria en manos del Estado, no de la iglesia, pero parte de laprimaria en manos laicas. 1.5.­ P ro blemas po lítico s inte rnos: a) anticlericalismo : en 1904 liberales y republicanos contra nombra­ miento de Nozaleda (de Manila) en Valencia: dos muertos y 20 heridos. Maura dimitió. Romanones abolió decreto que exigía matrimonio religio­ so antes del civil a los católicos. Además le quitó al clero la administra­ ción de cementerios en 1906.Maura quitó decretos de Romanones. Lu­ chas entre clericales y anticlericales. b) Regio na listas y ley de jurisdicciones: el catalanismo era antimili­ tar: el satírico Cu­cut caricaturizó a generales, oficiales asaltan redac­ ción con armas. Moret suspendió garantías constitucionales y cerró prensa catalanista, arrestos por policía numerosos, el ministro de Guerra propuso ley de jurisdicciones; 1906 se aprobó, republicanos y catalanes en contra: todos los delitos contra ejército pasarían a consejo de guerra. Se creó la solidaridad catalana compuesta por catalanistas, republicanos y carlistas: piden abolir ley de jurisdic., y la autonomía para las regiones de España. Surge en contra el Partido Radical de Lerroux, unitario y an­ ticlerical, con propaganda bien orquestada entre masas: contra patronos y curas. En 1907 Solidaridad Catalana pide autonomía y parlamento propio; pero se descompuso en 1908con visita del rey, la derecha, con Cambó se hizo gubernamental y la izquierda con liberales. 1.6.­ P o lítica exterio r y co lonia l:
a) Expansión en M arrueco s: el ejército era árbitro de la política; Ma­ rruecos lo veían como una revancha por Cuba; se votaron créditos para guerra en 1904 pero sólo con 20 votos de mayoría. Tratado de octubre de 1904 con Francia, y con permiso de Inglaterra, para que España se quedara con protectorado más pequeño que el previsto en conversacio­ nes de 1902. Así, la política colonial queda ligada a Francia. En1906 la Conferencia de Algeciras reconoce los derechos de los españoles y de Francia en Marruecos. Ejército contento, pero pueblo no. b) I nfluencia inglesa: el rey se casa con una inglesa, entrevista de reyes de Inglaterra en Cartagena en 1907. Oficialmente para mantener statu quo en territorios y colonias de los dos Estados. Tras desastre co­ lonial, no había escuadras: ley de reconstrucción naval se vota en Cor­ tes, relanzando arsenales de Cartagena, Ferrol y Cádiz, para producir 20 barcos de guerra y 3 acorazados. Gasset y Moret pidieron otro crédito igual para obras hidráulicas, pero no logran. Maura da a cía. angloespa­ ñola la construcción de barcos y relanzamiento de arsenales: hubo es­ cándalo en concesiones 7.B.2.­ Regene ración s acrificada al sueño m arro quí, 1909­1917: 2.1.­ Semana Trágica: El sultán de Marruecos cerró las minas de Melilla a las cías. espa­ ñolas, francesas y alemanas; los obreros marroquíes pedían aumento de salarios, y al no lograrlo atacaron a obreros europeos y a tropas españo­ las. Ocuparon Melilla, el general Marina pide refuerzo de 40.000 solda­ dos en julio de 1909. Maura creó cuerpos expedicionarios y movilizó a los reservistas: alarma social. Fracasos de tropas en Melilla, manifesta­ ciones en España contra partida de soldados: mujeres en las vías para impedirlo. Suscripciones a favor de familias de movilizados, Maura cierra prensa republicana y detiene a manifestantes por sedición. Mítines prohibidos; estado de sitio en Barcelona, en huelga general el 26 de ju­ lio. Huelga deviene motín en Barcelona y alrededores: estado de sitio en
Gerona y Tarragona. En Barcelona la tropa levanta barricadas a golpe de cañón, batalla en la Casa del Pueblo; conventos atacados, fuego, expul­ sados frailes, asesinatos, cadáveres desenterrados... Casas destruidas por artillería, tropa con 3 muertos y amotinados con 75 muertos y 130 heridos, según gobierno. En Madrid, mítines de republicanos y socialis­ tas contra quintas, arrestos numerosos. Se expanden motines a Zarago­ za, Alcoy, Rioja, etc. Represión: Maura declara estado de sitio en Espa­ ña, censura y cierra Escuelas modernas. Arrestos por miles. La Lliga Ca­ talana atacó a Lerroux. Sólo en Barcelona los consejos de guerra juzga­ ron a 800 detenidos, mayoría de mujeres, y más de 1.000 en Cataluña: ejecuciones en agosto. El 1 septiembre se detiene a Ferrer i Guardia y profesores de escuelas modernas con sus familias por ser de la “Liga Internacional Pedagógica”. Protestan Liga de Derechos Humanos y or­ ganizaciones internacionales. Cortes cerradas, Maura acelera el proceso en octubre el día 9, y el 13 es ejecutado, sin testigos de defensa; la acusación sólo por escritos y manifestaciones verbales del acusado ante­ riores a hechos; sólo un carlista lo acusa de estar en motines, bastó pa­ ra condenarlo a muerte. Maura no quiso presentar indulto al rey. Mani­ festaciones en toda Europa. En las Cortes, al abrirlas, grito de “Maura, no”. Moret lo acusa de ocultar lo de Marruecos, y ataca el trono. Maura dimite el 21 octubre, sube Moret, liberal, que quitó el esta­ do de sitio, liberó a arrestados, y quitó censura. Republicanos con 39 escaños no lo apoyan, y conservadores lo acusan de hacer el juego a subversión. Tuvo que dimitir en noviembre. Sube Canalejas, con plan de reformas. 2.2.­ H uelgas en la industria: a) huelga s de minero s: en 1910, en Bilbao vuelven a pedir reducción de jornada, suprimir economatos de patronos, obligatorios a pesar de acuerdos anteriores, suprimir destajo, reconocer sindicato y aumento de salarios. Sindicatos, con UGT a la cabeza, aceptan mediación del IRS,
pero no las cías, extranjeras, no sometidas a leyes españolas: Canalejas las amenaza si no aceptan mediación. UGT hace campaña activa de apoyo. Solución: jornada de 9 horas; economatos y cantinas suprimi­ das. b) H uelga de 1912: nueva oleada en minas de Bilbao, Huelva, Asturias y Santander: solidaridad minera. Patronos no cumplen acordado, Cana­ lejas declara estado de sitio en Bilbao y garantías constitucionales su­ primidas en España. Choques sangrientos en Sueca y Cullera, matan funcionarios. Canalejas detiene a líderes sindicales. Se vuelve al trabajo. c) La CN T y la huelga de ferro carriles: la CNT nace en 1911 por re­ agrupamiento de antiguos sindicatos autónomos anarquistas, con dos tendencias en su seno: la colectivista y la apolítica que preconiza la “ac­ ción directa. Ententes entre ambas tendencias, cortas. En septiembre del 12 comienza huelga de trenes catalanes, el gobierno pone tropas para garantizar servicios; se solidarizan trenes del Norte; se anuncia huelga general, Canalejas los militariza, y promete satisfacer demandas si vuelven al trabajo; así conjuró la huelga y no se hizo. d) A lianza o brera de 1916: precios suben por la guerra y no le siguen salarios; se exportan productos alimenticios y Romanones prefiere con­ tentar a exportadores y aliados. Se crea servicio de avituallamiento. Mientras, las necesidades de mano de obra por crecimiento industrial atraen a campesinos que incrementan afiliaciones a sindicatos y creci­ miento urbano. En mayo 1916 se extiende paro por afluencia de campe­ sinos, sobre todo en Madrid. La UGT exige a Romanones: bajada de pre­ cios, solución del paro, recortar gastos del Estado, amnistía de presos políticos y abandono de Marruecos. No hace nada. CNT y UGT firman alianza: Romanones decreta estado de sitio, lleva a líderes sindicales catalanes a tribunales de guerra, los sindicatos llaman a la revolución social; en julio los ferroviarios y mineros se ponen en huelga y logran sus reivindicaciones enseguida, pero eso daña intereses ingleses. En
Madrid –no beneficiada por crecimiento industrial debido a guerra­, es­ talla huelga en octubre, con amenaza de huelga general. 2.3.­ Sueño marro quí, realidad: a) tratado hispano­fran cés de 1912: Melilla defendida por 40.000 soldados. Francia temía que invadieran Fez. Romanones, accionista de minas de Melilla. Tropas españolas ocupan Larache, Arzila y Kassarel­ Kebir, otras para Ceuta y Tetuán; Francia protesta; republicanos y so­ cialistas lanzan mítines en contra de ocupación. Se firma el tratado con Francia en noviembre de 1912, ante Inglaterra: España cede a Francia tierras entre Uerga e Ifni a cambio de Larache; la zona española la ad­ ministraría un califa y un alto comisario español; libertad de cultos; nin­ guna fortaleza se construiría en la costa, y Tánger tendría régimen es­ pecial. Socialistas y republicanos votan en contra, el ministro Gasset di­ mite porque Canalejas abandona plan de obras públicas. b) Ley 1912 de rec lutamiento : sólo los pobres eran soldados; el ejér­ cito hacía de policía del gobierno. Para una guerra había que hacer un ejército popular de verdad. La ley establece el servicio militar obligatorio y suprime sistema de sustitutos, pero se crean los soldados de “cuota” que, por mil o dos mil pesetas, reducen el tiempo en activo, y elegirían su regimiento, salvo para marina y especialistas, se alimentarían y ves­ tirían por su cuenta y estaban exentos de ciertos trabajos. Era dividir el ejército en ricos y pobres. Detalle: los cuotas elegían caballería tenían que ir con su caballo equipado ¿lo mismo en la marina? Era el chiste. Pero los reemplacistas fueron tolerados hasta 1921 para ir a Marruecos. 2.4.­ P ro blem as p o lítico s: a) clericalismo : asesinato de Canalejas. Gobierno quiere reformar con­ cordato, y pone en vigor decreto de1902 para órdenes no concorda­ tarias (someterse a ley de asociaciones): autorización, sin subven­ ciones, sometidas a leyes e impuestos, etc. Otra orden autoriza a protestantes a hacer templos con signos externos. Se anuncia ley
que prohibiría nuevas órdenes, obligando a las existentes a pagar impuestos. Agitación clerical: mítines orquestados y Roma rompe re­ laciones, la junta apostólica de Berga llama a la acción directa. En noviembre de 1910 se vota “ley del candado” que prohibía provisio­ nalmente por dos años nuevos conventos y obligaba a pagar impues­ tos. Canalejas negocia volver relaciones con papado, pero sabe apo­ yos parlamentarios y presenta en 1912 la ley definitiva: lo asesinan. Sube Romanones y queda en punto muerto la ley de órdenes. b) Manco munidad de Cataluña: los conservadores dan gusto a la Lli­ ga catalana creando la Mancomunidad de Cataluña: las 4 diputacio­ nes reunidas, con autoridad para fundar centros de enseñanza, obras públicas, fondos propios, sin subvención del Estado. Lejos de las ma­ sas, pero lanzan campaña de educación en catalán, hacen carreteras y obras públicas. 2.5.­ La guerra de 1914­1918: Dato declaró la neutralidad a ultranza, a pesar de germanófilos y germanófobos. Éstos eran los republicanos y la mayoría del pueblo, los liberales con Romanones, los catalanistas y los financieros: partidarios de victoria de Aliados. Eran germanófilos los militares y curas, los carlis­ tas y hombres de negocios. Mítines y prensa. El espionaje alemán hizo de España la plaza de su actividad submarina en Marruecos, Atlántico sur y Mediterráneo: Cartagena y Bilbao eran ejes; Tánger para armas en Marruecos. Mientras, crecen combates en Marruecos y ascienden rápidos oficiales jóvenes. 7.B. 2ª P arte: H acia la revo lución o el f ascismo , 1917­1923. Es el período de máxima tensión en la lucha de clases: ésta se de­ sarrolla de modo frontal entre obreros y patronos, con el gobierno y los militares del lado empresarial. 7.B.3. Crisis de 1917:
Crecen las exportaciones por demanda de potencias en guerra; avanza el crecimiento capitalista en la industria y también en la agricul­ tura especializada; se constituyen 294 sociedades anónimas en Cataluña y 50 en el País Vasco, crecen exportaciones de hierro de Bilbao, pero al terminar la guerra comienza caída de exportaciones, crisis y paro. Pri­ mero, el auge económico provocó subida de precios y el consiguiente descenso de capacidad adquisitiva de clases medias, empleados, funcio­ narios y obreros. Así estalló la crisis de 1917: ­ J u ntas de infantería: los oficiales de infantería reclaman ventajas materiales y que se sigan ascensos por antigüedad, no por guerra en África. Da ultimátum al gobierno de doce horas para aceptar reivindica­ ciones y piden además dimisión de generales. Caen Romanones y García Prieto; sube Dato con Primo de Rivera en Guerra, dan satisfacción a ofi­ ciales. ­ J untas de f uncio narios: los primeros son los de Hacienda, que re­ claman contra fiscalidad injusta: piden independencia del poder político. Forman juntas también los magistrados, los de correos, etc. Denuncian el caciquismo y el favoritismo político. Piden independencia en el acceso a la función pública, objetividad y neutralidad. (recordar figura del ce­ sante del s. XIX). La huelga de correos provocó la militarización del servicio por el gobierno. ­ A s amblea de parlamentario s: diputados y senadores de las minorí­ as parlamentarias piden convocar las Cámaras para tratar asunto de las juntas por ser poder militar contra el civil. Votan en Barcelona la auto­ nomía de los municipios, la policía los detiene. Hubo barricadas obreras de apoyo a los diputados en Barcelona; el gobierno censura la prensa. ­ H uelga revo lucionaria: desde febrero del 17 se vive bajo el influjo de la revolución rusa, se desencadenan huelgas en minas del norte, Car­ tagena y Peñarroya, en julio estalla en ferrocarriles, y en puertos, cho­ ques en Valencia con guardia civil, huelgas de metalúrgicos en Bilbao
(27.000 huelguistas), con protagonismo de mujeres. Así, la UGT (con más de 100.000 afiliados) y parte de la CNT lanzan la huelga general revolucionaria: comité de huelga lanza manifiesto que pide: a) abolir caciquismo y cambiar el régimen, con un gobierno provisional que con­ vocaría cortes constituyentes para redactar una nueva Constitución; b) mo vilizac ió n de clase o brera para lograr reformas sociales. Anuncia­ ban la República. Los republicanos se adhieren a los sindicatos. El go­ bierno envía tropas contra huelguistas, en Madrid ametrallan en masa en Cuatro Caminos a huelguistas. Hubo 328 muertos en el norte, 37 en BCN, 18 en Madrid, 4 en Río Tinto y 1 en Yecla. ­ Co nsecuencias: las tropas contra el pueblo, decepción de sindicatos por ver que juntas de oficiales no los apoyan. Los miembros del comité de huelga, Besteiro, Saborit y Largo Caballero condenados a muerte por consejo de guerra militar, fueron indultados por cadena perpetua. 7.B.4. Desc o mpo s ición del régimen y luc ha de clases, 1917­ 1923: Al acabar la guerra, crisis económica, epidemia de gripe, miseria, lucha social enconada. Hubo manifestaciones y motines para comer en BCN y Valencia, odio contra burgueses, apedrean cafés de ricos, las mu­ jeres asaltan panaderías y tiendas; el paro crece en todas las ciudades. En Málaga, mujeres con niños se enfrentan a la guardia civil por comer; igual en Alicante, con tres muertos, en Palma de Mallorca un muerto por mujeres que asaltan carbón y harina. Conflictos en el campo: en Noble­ jas hiere a campesinos, el gobierno decreta estado de sitio. ­ Go b ierno de coalició n: Maura organiza gobierno con Dato, Romano­ nes (liberal, en Educación), García Prieto (liberal, en Interior), Cambó (catalanista, en Obras Públicas) y Alba (castellanista agrario en Justicia). Restableció los derechos constitucionales y decretó amnistía para huel­ guistas de 1917. Salieron elegidos 8 diputados socialistas.
­ Lucha de clases en cam po : en 1918 se desencadena sublevación por aumento de coste de vida casi el doble; además, la revolución de octubre bolchevique influyó, prensa como “La Voz del Campesino” hizo apología de Lenin. Sindicatos anarquistas con enorme afiliación: exigen abolir el trabajo a destajo, piden salarios estables, contratos colectivos, dar la tierra al que la trabaja, jornada de ocho horas y aplicar la ley de accidentes de trabajo en el campo. En noviembre de 1918 se lanza la huelga general, se adueñan de Baena, Aguilar, Montilla, media provincia de Córdoba, ocupan tierras, expulsan a propietarios, choques con guar­ dia civil y ejército, arrestos en masa, desapariciones. En abril de 1919 el gobierno decreta mejorasen salarios y jornadas, pero no se cumplen, promete repartir tierras. En 1920 el socialista Fernando de los Ríos ex­ pone programa en Cortes: a) reparto de tierra pagables en 20 anualida­ des; b)expropiación de los absentistas, limitar la propiedad y ceder tie­ rras a sindicatos. En contrapartida, la iglesia y la patronal apoyan sindi­ catos católicos en Córdoba, Sevilla y Huelva. Enfrentamiento social. ­ A plastamiento del mo vimiento o brero industrial: en 1919 la CNT contaba con mas de 100.000 afiliados, y la UGT el doble. Juntas podía derribar el gobierno, pero no estuvieron de acuerdo en programas. Huelgas para pedir jornadas de 8 horas y salarios por convenio colecti­ vo. El gobierno cede en 1919 que los salarios se fijen en comisiones pa­ ritarias y que en la construcción tengan 8 horas, extensible a otras ra­ mas. La patronal catalana aplicó el lock­out y pasan al paro 300.000 obreros, hambre, que respondieron con la acción directa. Lucha: caen muertos 103 patronos y 14 obreros. Dato en el gobierno en 1920, nom­ bra a Martínez Anido gobernador de BCN y jefe de policía a Arleguy, quienes de acuerdo con la patronal organizan sindicatos libres (amari­ llos) y aplican la “ley de fugas”: en un día matan a 21 obreros, sigue huelga general, la UGT protesta, se expande huelga por toda España, se vengan matando a Dato en 1921.
­En abril de 1921, escisión del PSOE, nace el PCE con partidarios de III Internacional. ­Catalanistas: tras declaraciones de Wilson, en enero de 1919 los cata­ lanistas exigen: gobierno autónomo, cámaras para poder legislativo ca­ talán propio, lengua oficial el catalán, autonomía municipal, respetarían los intereses españoles. Cambó lanzó consigna: Cataluña para los cata­ lanes. Diputados catalanistas abandonan Cortes. ­ Juntas de oficiales: piden aumentos de sueldo pero no material para guerra en África, se enfrentan con africanistas. El Sultán le concede construir puerto de Tánger a una compañía alemana que pasó sus ac­ ciones a Francia, contra un 44% de españoles e ingleses. Alemanes apoyan resistencia nacionalista marroquí dirigida por Ab­del­krim y Rai­ souli. ­ Debac le de Melilla: en junio de 1921 el general Silvestre a taca a Abd­el­Krim, en julio contraataca el marroquí, las tropas indígenas del general Silvestre se pasan al bando marroquí, Silvestre desaparece (muerto o suicidado), pánico en tropa española, abandonada por oficia­ les, reguero de cadáveres, se refugian en Monte­Arruit, capitulan, y son masacrados y unos cientos prisioneros. Número oficial de muertos: 12.000 soldados. Melilla, bloqueada por tierra. Contraofensiva española en agosto de 1921: retoman monte Arruit, miles de cadáveres se pu­ dren al sol, la prensa publica fotos, la oposición pide abandonar Marrue­ cos, el ejército pide venganza. El gobierno envía a Picasso como inspec­ tor. En julio de 1922 en Cortes, debate sobre Marruecos: oposición pide retirarse, Picasso informa de negligencia en el mando y en ministros y se comprueba que el rey se salta la cadena de mando. Se disuelven las cámaras y se convocan elecciones para abril de 1923, sin tomar decisión en responsabilidades. En enero de 1923 se compran los prisioneros de Monte­Arruit, los conservadores quieren enviar a juicio a todos los mi­
nistros de guerra desde 1909. En agosto de 1923 ataca de nuevo Abd­ el­Krim, en Málaga se amotinan soldados antes de embarcar. ­P ronunciam iento de P rimo de Rivera: el 13 de septiembre de 1923 el capitán general de Cataluña pide el gobierno, el rey acepta y no lo declara fuera de la ley; su programa: suspender la Constitución, hacer política honesta, aplicar leyes, proteger al obrero, depurar responsabili­ dades de Marruecos, reprimir comunismo y anarquismo, legislar para el regionalismo. I N TERP RETA CI ON ECONOMI CA S.XX España : *P rimer tercio de despegue y crec im iento : organización del capita­ lismo nacional, trabazón internacional. *El peor bache y depresión, 1936­1960. Guerra provocada por insurrección. Mala gestión de la dic­ tadura. *El mejor tercio de empuje, creatividad y crecimiento, 1960­ 1992: a nivel europeo, como si no hubiera existido ese bache del 36­60, y todo el siglo hubiera sido una línea ascendente. De 1960 a 1990 se dan tres pro ceso s co ndens ado s en el tiem po : se recupera el tiempo perdido: *desruralizac ión. En 1960, más del 40% población activa era rural, más que en 1915 en términos absolutos. Sin embargo, en 1990, sólo 9%, y con importantes ayudas tras las entrada en la UE. *apertura capitalista I nternac ional e ins titucio nes euro peas: 1960 hubo que pedir 12 millones de dólares a un banco americano para entrar en FMI porque no había reservas. Claves: 1985­86, entrada en OTAN y UE. En 1990, más de 70.000 millones de reservas. Nueva reali­ dad: integración en Europa y comercio. *Estado de bienes tar: 1960, el 18% del PIB en gasto público, como en 1935. En 1990, tras pactos de Moncloa (1977) y década socialista, más del 50%, el mayor de UE. Introducción del IRPF y mejor fiscalidad para universalización de derechos sociales: educación, pensiones, sani­
dad, seguro del paro, maternidad, políticas igualdad mujeres, etc. De 1975 a 1985 se destruyen más de 200.000 puestos de trabajo al año, pero no se detiene empuje económico ni cambios productivos, en com­ portamientos colectivos, cultural... Decenio 1975­85, decisivo en apertu­ ra a Europa, democracia y bases Estado bienestar: en 1975, el 25% del PIB, en 1985 el 43 % de gasto público, del raquitismo al sobredimensio­ namiento. De 1992 a 1995, crisis económica internacional, reajuste, cu­ yos efectos y recuperación internacional. se perciben desde 1996 a 2001: se mantienen conquistas sociales de anterior etapa, se liberalizan monopolios estatales, pero no se mejora justicia fiscal. 8. SEGU N DA REP Ú BLI CA: Cuestiones previas: la república no e s el p reám bulo de la gue­ rra civil, ni estaba pre determinada a desem bo ca r en una guerra (es tesis p ara justif icar go lpe fascista) . Características: se produce un cuádruple enfrentamiento: a) entre sindicatos y partidos, por repre­ sentar al pueblo; b) entre izquierda y derecha: dos cosmovisiones socia­ les; c) entre ejército más iglesia contra democracia; d)entre regiones y estado: estatutos de autonomía. Otros elementos explicativos: a) las masas son más revolucionarias que republicanas; b) el sector monárqui­ co del ejército, intacto; c) papel de potencias extranjeras: crisis econó­ mica y ascenso fascista. 8.1.­ Go bierno s republicano­so c ialistas: las ref o rm as, 1931­33: 8.1.1.­ Go bierno pro visional: (A. Zamora, Maura, Azaña, L. Caballero, F. De los Ríos, I. Prieto...) a) A cto s: libertades, disolución somatén, obligación de militares de ju­ rar fidelidad a la República. Decretos de “tierras abandonadas” y “de municipios”. Oposición eclesiástica. Incendios de conventos. Reforma militar: racionalización y “civilización”. Ley de Jurados mixtos (6 obre­
ros, 6 patronos y un pres. unanimidad).Julio, elecciones Cortes constitu­ yentes: 116 PSOE, 191 republicanos, 21 agrarios, 7 Lliga. b)Co nstitución: (ver contenidos, novedades): voto mujer, Clara Cam­ poamor. Reacción clerical, ruptura del Vaticano. Agitación monárquica con Calvo Sotelo. Agitación social: huelgas de agosto 1931, propietarios no contratan en Andalucía, choques con Guardia civil. (Ver Santos JU­ LIÀ). c) Sale n del go b ierno M . Maura y lerro uxis tas. Alcalá Zamora, sube a la Presidencia de la República. 8.1.2.­ Go biernos de Azaña con so cialistas: Reformas de: a) Estatuto de Cataluña: (ver contenidos); b) Re­ forma agraria (ver E. MALEFAKIS) c) Enseñanza (M. Domingo y R. Llo­ pis), d) Obras hidráulicas (Indalecio Prieto) *Fracasos y problemas: pro­ nunciamiento de Sanjurjo, muertos en Castilblanco (enero 1932), Arne­ do (enero 1932). Creación de la Guardia de Asalto (actual Policía Nacio­ nal). Huelgas revolucionarias de CNT desde 1932, y en 1933 (matanza de Casas Viejas). Nace las JONS y Falange (apoyos de Mussolini). *Elecciones municipales: gana la derecha por art. 29 de antigua ley maurista. *Lerroux lanza programa de orden y autoridad, detener reforma agraria, abolir ventajas de UGT (gusta a la derecha y a la CNT). Se organiza la CEDA: similitud de Gil Robles El Jefe, y Dollfuss, propaganda especta­ cular y febril de CEDA. Ésta y Lerroux ganan elecciones. La ley electoral da el 80% escaños a mayoría y el 20% a minoría. 8.2.­ Bienio “ negro” o “ co ntrarrefo rmista” , 1934­3 6. * La CEDA no acepta la República y gobierna Lerroux con apoyo de mi­ nistros de Gil Robles. Primeras medidas: a) aplasta la huelga de CNT (89 muertos), disuelve la CNT y FAI, restablece pena de muerte a terroris­ tas.; b) tolera suprimir cajas de parados y no interviene el gobierno en
conflictos; c) huelga de cosechas de la UGT, y el gobierno la declara de interés nacional, indemniza a la aristocracia y cierra locales socialistas. * Las masas de CEDA en Escorial exigen educación católica y militar, jurar fidelidad al J efe, Gil Robles, y piden amnistía a conspiradores: Sanjurjo huye. Peligro de dictadura católica. Se fusiona la Falange con las JONS. El gobierno veta la ley de Generalitat de rabassaires. Se reor­ ganiza la izquierda. *Sucesos revo lucio narios de oc tubre de 19 34: la Generalitat vota de nuevo ley rabassaires, paro, Companys declara Catalunya indepen­ dent como parte del Estado de la República Federal Española. El general Batet detiene al gobierno catalán. En Asturias, huelga general de UGT con CNT, detienen a tropas. El gobierno envía la legión extranjera (Franco al mando), que entra con apoyo de aviación y marina. Semanas de guerra, experiencia colectivista en Mieres. Represión: 50.000 prisio­ neros, incluyendo a Azaña, Largo Caballero... Cierre de sedes sindicales y prensa obrera. * Lerroux, con Gil Robles en ministerio de Guerra (nombra a Franco su segundo, a Fanjul Jefe Estado Mayor),conspiraciones monárquicas de Calvo Sotelo y Sanjurjo. En abril de 1935 Azaña en mítines de unión de izquierdas, se organiza el Frente Popular, con apoyos de la CNT. Verano de 1935, escándalo del “estraperlo”, camino de elecciones. (ver Nigel TOWSON). 8.3.­ Frente P o pular: 1936­39. N o so n do s Españas , n i a bocadas a la guerra. He tero geneidad en cada secto r. Sindicatos piden amnistía, legislación laboral y reforma agraria; la CEDA cede protagonismo a Renovación Española (C. Sotelo) en Cortes y a Falange en la calle (pistolas). *18 febrero: 271 del F rente P o pular: 13 PCE, 1 comunista, 2 sindica­ listas, 90 PSOE y 165 republ. El centro fracasa. Derecha co n 129 es­
caños: Gil Robles y Franco le ofrecen a Portela (radical) ser dictador pero éste le entrega el poder a Azaña. (ver J. TUSELL) *Amnistía y vuelta a reformas de 1933. Gobierno moderado, sólo repu­ blicanos, sin obreros, para calmar a una derecha que se exilia a Portugal y Gibraltar. Restablece Estatuto Cataluña. Reforma agraria se acelera tras dos años frenada. Impulso a enseñanza, crean sistema de bec as, inauguran 4.000 escuelas. Estatutos para Galic ia y P aís Vasco , en julio, con plebiscitos au­ tonómicos. *A zaña e n la P res idenc ia: jefe del gobierno monocolor republicano, Casares Quiroga, para no espantar a derecha. Atentados contra figuras del Frente Popular por la ultraderecha, se ilegaliza la Falange, conspira­ ciones militares y monárquicos; contra manifestación de obreros comu­ nistas... Sindicatos en acción: ocupan tierras, piden reformas. No son dos Españas, hay heterogeneidad: sindicatos, el gobiernos republicano, la CEDA y la ultraderecha. Clases medias están por sectores con PSOE, republicanos o con CEDA; o los patronos con la CEDA, nacionalismo o con Renovación Española (Ver libro Stanley Payne). *Go lpe de Estado : fracasa por actuación de milicias obreras y por fide­ lidad de parte del ejército, guardia civil y guardia de asalto. Esto lleva al enfrentamiento de dos bandos, a una guerra no prevista, por ocupar ambas fuerzas dos zonas, tras el desembarco de Franco por Estrecho con ayuda de Alemania e Italia, que le dieron suministros, créditos, ar­ mas, aviación y tropas. Para que el golpe fracasado se transformara en guerra fue decisiva la a yuda italo­alemana. La República, con la mi­ tad del territorio, sin embargo, sin ningún apoyo internacional, aunque pagara en oro (sólo la URSS desde 1937). Se inician dos procesos enlas dos zonas: en la republicana se eclipsa el gobierno y protagonizan los sindicatos una revolución social; en la zona rebelde, se inicia una con­ trarrevolución o restauración social del orden burgués, fusilando al “an­
tiespañol” y militarizando el poder, vuelven las oligarquías y cuenta con fuertes apoyos: muy importante libro de Fco. ESPINOSA, La columna de la muerte, Crítica, 2003 (Queipo planificó los fusilamientos). 8.4.­ Revo lu ció n y guerra en la España republicana: 8.4.1.­ Revo lución so cial: Los sindicatos organizan las milicias (Durruti y Mera, de CNT; Lís­ ter y Modesto de PCE), y sostienen la legalidad republicana, ocupan va­ cío de poder. Organizan la colectivización de empresas y de agricultura para garantizar el funcionamiento del Estado. Forman con los partidos un nuevo poder a la vez militar, social, político y económico en comités conjuntos (salvo en Aragón, monocolor): son el po de r o b rero , plural, con UGT y CNT,(entran en gobierno): ambos con un proyecto rotundo de sociedad, coinciden en lo local y provincial, no en el final. La colecti­ vización es el control sindical de la producción, pero no la decisión cen­ tral de un poder político, porque el gobierno se oponía a la nacionaliza­ ción y a la colectivización, salvo que propietarios huyeran. Resultados económicos: en el campo se da desabastecimiento, y al ser urbana la mayor parte de zonas republicanas, hay que usar el racionamiento; en industria no hay coordinación, se da indisciplina y baja productividad (desmolariza el salario único?). Los partidos ­el comunista, sobre todo­ airean defectos del poder sindical. El hecho es que el poder es sindical: la CNT quiere la administración directa por los comités sindicales, y la UGT un poder obrero en el Estado. Los gobiernos se forman con hom­ bres de las filas sindicales: en la Generalitat hay presencia de la CNT, en Aragón manda la CNT, desde septiembre de 1936 Largo Caballero forma gobierno con 4 de la CNT y 1 comunista. En marzo de 1937 ­tras caída de Málaga­ confrontación entre sindicatos y partidos por responsabilidad de pérdida. La CNT propone la Alianza Obrera con UGT, pero los partidos ­con el PCE fuerte­ refuerzan el Estado republicano y desde abril de 1937 se da unidad de acción entre partidos obreros y pequeños partidos
republicanos, liderados por Negrín, socialista, quien desde el gobierno recupera dirección de la guerra, de economía y de poderes regionales en Aragón y Cataluña (conflicto de película de Ken Loach: el PCE y la Gene­ ralitat contra CNT y POUM). La ayuda de la URSS y la guerra cambian relaciones de fuerza: los partidos controlan a los sindicatos y firman en marzo de 1938 el pacto de Frente Popular y entran en el gobierno, aun­ que ya es tarde (caída de Teruel) y la pugna no es entre sindicatos y partidos sino entre continuar o rendirse: división en cada partido desde abril de 1938 (un año de división y penuria). (Ver L. GARRIDO, colectivi­ zaciones; J. CASANOVA, anarquismo; E. MORADIELLOS, ayuda exterior; F. BONAMUSA, sobre POUM; etc.). 8.4.2.­ Desarro llo de guerra: (ver Huhg THOMAS y TUÑÓN DE LARA). Julio­agosto 1936: mili­ cias sindicales toman dirección y desconfían del mando republicano. Mi­ licias falangistas y requetés en zona rebelde, para la caza y asesinato de republicanos. Descontrol en zona republicana: depuración antifascista y anticlerical (miles de curas asesinados). Gana el extremismo: la Falange contra la CEDA, pues ésta se diluye. Hay que estar sindicado en bando republicano. Las colectivizaciones dan pánico en potencias democráticas que piden desarme de los dos bandos y privan de armas a la República, mientras Italia y Alemania no escatiman nada. Agosto 1936 a marzo 1937: política de guerra: 4 de agosto des­ embarcan tropas marroquíes con apoyo de Junkers y Caproni, que unen zonas rebeldes del sur, por Badajoz (matanza plaza de toros) hacia Ma­ drid. Go bierno de Largo Caballero con republicanos, socialistas, comunis­ tas y anarquistas, Durrutti y PCE organizan defensa de Madrid, llegan Brigadas Internacionales: el 6 de no viem bre, no pasarán: detienen a rebeldes y aviación alemana. Se organiza el Ejército Popular, se disuel­ ven milicias y todos bajo ministro de Guerra. Cuenta con 250.000 solda­
dos, frente a los 480.000 de Franco (unos 80.000 marroquíes). La So­ ciedad de Naciones (pre­ONU) declara la no­intervención, mientras Italia y Alemania suministran a Franco y Portugal apoya abiertamente. La in­ tervención alemana era por anticomunismo de Hitler y por intereses en mineral y probar sistemas armamentísticos, lo que supuso una enorme deuda durante décadas para España; pero Italia envió más personas y material, Mussolini y Ciano no dudaron en considerar esta guerra como suya. Hubo ayudas a Franco de círculos financieros ingleses, america­ nos, belgas, suizos... A Franco le dieron crédito y durante décadas se pagarían casi 500 millones de dólares de entonces a Italia, y casi 300 millones a Alemania, todo a crédito. La ayuda de la URSS a la República desde fines de 1936 hasta marzo de 1938, sólo por pagar en oro y por razones de política internacional, y no alcanzó nivel de Italia. Los Briga­ distas fueron 35.000 voluntarios, para la República, disueltos en 1938; mientras que más de 80.000 marroquíes forzosos con Franco. Fue más decisiva la ayuda recibida para triunfo de rebeldes franquistas, porque era mayor y continua; para la República fue ayuda menor y discontinua. Caída del no rte: m arzo ­o ctubre,1937: bombas alemanas en Guernica, mayo­37, en junio cae Bilbao, italianos ganan Santander, en­ trada en Asturias: zonas siderúrgicas ricas en manos de rebeldes. Cae Largo Caballero y le sucede Negrín, con P rieto en Defensa que disuel­ ve comunas de Aragón y restablece ayuntamientos, con apoyo de co­ munistas. Gobiernan los partidos, no los sindicatos. Franco es reconoci­ do en marzo por Italia, Alemania y de hecho por Portugal, en Inglaterra lo representa el duque de Alba. La URSS propone retirada de voluntarios italianos y marroquíes, pero no se hace. H acia la derro ta: abril de 1838 rebeldes ganan el Ebro y separan Cataluña de Valencia, bombardean Barcelona, Ciano culpa a Franco: In­ glaterra firma ese mes tratado con Italia de reconocer su imperio si sa­ can tropas de España tras triunfo de Franco; en octubre se retiran
10.000 italianos y se disuelven Brigadas Internacionales. Duque de Alba representa oficialmente a Franco en Londres e Inglaterra nombra a un agente ante Franco. Se crea compañía con Alemania para control de mi­ nas y pagos a Legión Cóndor. Invasión italo­franquista, lenta, de Cata­ luña hasta el 26 de enero de 1939 en que cae Barcelona (Mussolini lo hace su triunfo); exilio de ejército republicano. El 20 de febrero Franco se adhiera el pacto antikomintern e Inglaterra y Francia lo reconocen. Azaña dimite. Zona central aislada, sin mar ni aviación, sólo capitular o pelear. Junta de Madrid para pactar, pero Franco no pacta. Entra en Ma­ drid el 28 de marzo. A yudas internacionales: ( ver Gerald HOWSON, E. Moradiellos, Angel VIÑAs y J. Avilés): “ Los nacionales fueron mejor ayudados que la República por sus simpatizantes extranjeros en cuanto a suministros de armas : la Legión Cóndor alemana y las tropas y el material italianos compensaron sobradamente la ayuda soviética al Frente Popular” (R. Carr­Fusi). Sobre todo fue decisiva la ayuda en las primeras semanas de la insurrección: a fecha de 3 de septiembre de 1936 Franco había recibi­ do 141 aviones de c o mba te procedentes de Alemania (73 aparatos) y de Italia (56 aparatos), mientras que la República había logrado impor­ tar 60 aparatos de diversa procedencia y en su mitad civiles y desarma­ dos. La masiva intervención militar italo­germana en favor de Franco (completada por la medida diplomática del reconocimiento de iure, el 18 de noviembre de 1936), marcó un punto de no retorno en la interven­ ción extranjera en la guerra civil. Datos de G. Howson: los republicanos tuvieron disponible durante la guerra civil una fuerza aérea de combate efectiva de entre 950 y 1.060 aparatos, de los cuales 676 procedían de la Unión Soviética. En el mismo período, los insurrectos contaron con fuerza de combate aérea efectiva de 1.429­1539 aparatos, de los cuales 1.321­1.431 procedían de Alemania e Italia. Extranjeros que lucharon con el bando sublevado : 78.474 italianos ; 19.000 alemanes “muy bien
preparados” ; 10.000 portugueses y700 irlandeses. En total : en torno a 108.000 hombres (descontando los 70.000 marroquíes que tomaron parte en la guerra como integrantes de las Tropas de Regulares Indíge­ nas, difícilmente clasificables como “españoles”. Sin embargo, en bando republicano, no llegan a 2.000 los técnicos soviéticos y sólo 31.369 vo­ luntarios en las Brigadas Internacionales durante toda la guerra (nunca hubo más de 12­000/15.000 al mismo tiempo). 8.4.3.­ Exilio: Entre el 28 de enero y el 13 de febrero de 1939 pasaron a Francia por fronteras catalanas 450.000 refugiados. Cifras: mujeres, niños y ancianos, 170.000; soldados, 220.000; adultos civiles,40.000; heridos, 10.000. Más de la mitad, recluidos en campos de concentración: 275.000 en campos de Argelés, Cerdanya, etc. (Leer Tan guy, de Michel del Castillo). También campos de concentración en España para solda­ dos republicanos y personas de ideas antifascistas. Exilio de mitad de catedráticos de universidad e instituto, y de unos 50.000 técnicos de diversos campos. Purgados los maestros. (Ver Los exilios en la España contemporánea, Ayer, número 47, 2002. En concreto, artículos de Ba­ choud, Alted, Mateos y Lemus). 9. DI CTA DU RA DE FRA N CO, 1936­1975: (Ver La España de Franco, ed. Síntesis: Cultura, por J.GRACIA yM.A. RUIZ CARNICER, Economía, por C. BARCIELA, Política, E. Mora­ diellos; y Encarna NICOLAS, J.CASANOVA, F. ALIA, M. ORTIZ HERAS, TUÑÓN de LARA, A. CAZORLA, A. BAHAMONDE­MARTIN, S.JULIÁ, P.YSAS, PRESTON). 9.1.­ Contrarrevo lución, po de r m ilitar y cruzada cató lica: El 24 de julio de 1936 militares rebeldes crean Junta Defensa Na­ cional: primeras medidas, suspender Reforma Agraria, devolver tierras y suprimir partidos y sindicatos. En septiembre, mando único, Franco.
Protocolo secreto de créditos y armas con Italia y Alemania, más apoyo de la Texas­Oil. En abril­37 fusión de FE y JONS y CT (Comunidad Tradi­ cionalista, carlistas) bajo militares. Hasta enero de 1938 no hay un go­ bierno. Organización del caudillaje militar y de un fascismo peculiar: hay partido único (fusión de falangistas, fascistas y carlistas) y sindicato úni­ co que son el “Movimiento Nacional”, y apoyo de iglesia (obispos decla­ ran “cruzada” o “guerra santa” pelear junto a Franco, que entra en igle­ sias bajo palio) que “recristianiza” la sociedad infestada de virus comu­ nistas y anarquistas (hijos de Caín). Vaticano nombró embajador desde marzo 1938, y Franco restablece sueldo de curas. El ejército monopoliza el poder judicial, el ejecutivo y el económico: concepto cuartelero de economía y del INI. Estado totalitario: hasta 1942 no se organizan el Consejo de Estado ­sólo consultivo­ y las Cortes, sólo para examinar le­ yes propuestas por caudillo; la falange se solapa con Estado: alcaldes y gobernadores son jefes de falange. Censura de prensa, correspondencia y palabra; libros con permiso eclesiástico (prohibido, por ejemplo, P. Galdós). El mismo Ciano (ministro de Mussolini) decía: “hay más interés en reconstruir iglesias que ferrocarriles”. Se nombran maestros a subofi­ ciales y falangistas, se crea el SEU y milicias universitarias; profesores deben seguir dogma católico, religión obligatoria. Falangistas pasan de 35.000 a un millón en 1942, controlan prensa. Represió n: La ley de res po nsabilidades po líticas , de 9 de fe­ brero de 1939 castigaba y sancionaba económicamente a los oposito­ res al Régimen, y afectaba a todos los que “se hayan opuesto o se opongan al Movimiento Nacional con actos concretos o con pasividad grave”. La dictadura fusiló casi al 50% del Magisterio Nacional, entre el mes de abril de 1939 y el 30 de junio de 1944 “6000 maestros fueron fusilados”. Era una ley retroactiva, prohibía partidos, sindicatos y maso­ nería, confisca sus bienes y crea tribunales especiales (un militar, un falangista y un funcionario jurídico, asesorados por jefe local de Falange,
el cura y guardia civil): ejecuciones de 200 por día en Madrid, o 150 en Barcelona y Sevilla. Además de los 6.000 maestros fusilados, de los 430 profesores de Universidad fusilaron a 100, 148 al exilio y 25 revocados. Se calcula en casi u n m illón las pérdidas humanas: 558.000 muertos en la guerra (un tercio por la represión en ambos bandos: esto es, fusilamientos polí­ ticos en los tres años de guerra, se calculan 150.000 hechos por bando de Franco, y 45.000 fusilados por bando republicano), más casi 500.000 exiliados y reclusos. El terror siguió al acabar la guerra: la destrucción del vencido: en Albacete hubo 1.026 ejecuciones por orden militar de 1939 a 1953, en el cementerio Este de Madrid, 2.663 hasta 1945, 1.100 en Granada: de las 33 provincias investigadas se sabe que en los años 40 se fusilaron a 35.000, más 270.000 presos en campos de concentra­ ción, más fallecidos en cárceles (Miguel Hernández, Besteiro...), y por epidemias. Los tribunales de represión suprimidos en 1963 por TOP: Tribunales de Orden Público, disueltos en enero 1977. Hasta ese mes llega la dictadura. La violencia desde abajo: denuncias, delaciones. P emán: “La guerra, con su luz de fusilería, nos ha abierto los ojos a todos. La idea de turno o juego político ha sido sustituida para siempre por la de exterminio y expulsión, única salida válida”. A po yo a H itler y neutralidad fo rzada: España fue base de abasteci­ miento y reposo de fuerzas del Eje, en 1943 el comercio con el Reich era el 25% del total español. Falsa neutralidad de Franco: intentos imperia­ les de Franco: reclama Marruecos entero, Argelia y Gibraltar, quiere en­ trar en guerra, pero Hitler se opone. Inglaterra mueve propaganda activa en Madrid, gasta millones en el entorno de Franco, en septiembre de 1942 cae Serrano Súñer y sube a Exteriores Jordana, Roosevelt pide neutralidad; Franco retira la “divi­ sión azul” de apoyo a Hitler. La prensa ­estatal­ se declara no nazi, en
abril­45 Franco declara guerra a Japón para congraciarse a USA, y éstos reciben derecho a aterrizar y volar libremente. Oposic ió n: a) republicanos: esperanzas en desembarco aliado, los maquis penetran por Pirineos, pero fracasan. División en exilio entre comunistas, CNT y socialistas. b) interio r: guerrillero s del maquis en todas las comarcas montañosas (León­Asturias; Mancha; Andalucía; Le­ vante y Cataluña) y en ciudades (últimos en Barcelona y Granada, hasta los 50). (sobre maquis, ver F. MORENO GOMEZ, E. PONS PRADES, F. ROMEU, Secundino SERRANO). También unos minoritarios monárquicos: en 1943, 23 duques (el de Alba y otros) piden restauración, heredero don Juan y Franco contactan; en 1945 monárquicos piden Cortes consti­ tuyentes, pero es una oposición poco relevante, anecdótica, que hoy se ha magnificado. 9.2.­ De la autarqu ía a la estabilizació n eco nó m ica, 1939­1959: La guerra produjo más pérdidas humanas que la 2ª guerra mun­ dial en Francia o Italia: el 4% de la población activa, y en 1940 había la de 1930, más cifras de exilio y cárceles, y expolio de vencidos. Produc­ ción económica inferior a 1935, destrucción de 250.000 viviendas. To­ mando como base 100 de la renta real en 1900, se produjo la pérdida de 92 puntos para el nivel de 1950: si no hubiera habido guerra, hipoté­ tica renta de 228, pero la real era de 136. A esto se añade sangre, exi­ lio, hambre y sufrimiento, miedo. 9.2.1.­Estan camiento eco nó mico e intervencionismo : Muertos y exilio, y los 200.000 presos, entre 15 y 29 años, supo­ nen pérdidas de trabajo por año importantes. Retroceso industrial por destrucción bélica: se crea el INI, 1941, (modelo Italia) con Estado ges­ tor industrial y mando de “gestores militares”. A ) A gricultura: Población agraria envejecida (pérdidas de guerra), no más producción, se reduce superficie y productividad, pero no por la “pertinaz sequía” sino por política económica c uartelera: burocracia de
Comisaría de Abastecimientos controla producción y baja precios, para garantizar suministro, pero provoca mercado negro a favor de grandes propietarios, en un Estado militar y falangista que mezcla lo público y lo privado: corrupción institucionalizada, es trape rlo . Fracaso del Instituto Nacional De Colonización para regadíos y en asentamientos de nuevos colonos. Se desmanteló la reforma agraria de la República, se derogó legislación que limitaba jornada de trabajo y se impuso sindicalismo ver­ tical con Hermandades de Labradores y Ganaderos, que con Guardia Ci­ vil hacen de dueños de todo. El Servicio Nacional del Trigo regula el mercado triguero y controla superficies de cultivo y comercialización, pero sólo hubo mercado negro. B) Sueño s autá rquico s: Franco anunció en discurso de fin de año­ 1939­ que España poseía “en sus yacimientos oro en cantidades enor­ mes y pizarras y lignitos en cantidad fabulosa, aptos para la destilación, que pueden asegurar nuestro consumo”; concedió las aguas del Júcar a un ingeniero austríaco que lo convenció de conseguir gasolina con agua y polvos. Sería de risa si no hubiera detrás el sufrimiento de personas sometidas al destino de tales ignorantes. Declaraban que “España es un país privilegiado que puede bastarse a sí mismo. No tenemos necesidad de importar nada” Era una autarquía cuartelera (Tusell). C) I ndustria: m odelo totalitario de l I N I . En 1950 aún no se recupe­ ran niveles de 1935, y la industria Alimentaria no recuperó ese nivel hasta años 60. Preferencia por industria pesada. Años cuarenta “la no­ che de la industrialización española”, y no tanto por guerra como por ineficacia y corrupción. Se introduce la figura de industrias de interés nacional, se rechaza inversión extranjera, y todo es trato de favor a empresarios adictos al régimen. El INI se quiso llamar Instituto Nacional de Autarquía, luego de Industria, lo dirige un amigo de Franco, militar, Suanzes durante 22 años, antiliberal, copia el IRI de Mussolini: creó 40 sociedades de capital público o participando en privado: todo el automó­
vil, el 75% de fertilizantes, 50% de aluminio, 25% de refino petróleo, 17% de textiles, naval y energía eléctrica. Se le encomendó a ENCASO (Empresa Nacional Calvo Sotelo) producir combustibles con materias primas nacionales como pizarras y lignito: fracaso. Gastos enormes, sin inversiones ni tecnología extranjera, se llega al estrangulamiento de la Hacienda. La dependencia tecnológica de Alemania e Italia se rompe en 1945 al ser derrotadas. Fracaso: escasos recursos asignados ineficien­ temente, las empresas crecieron sin disciplina de costes ni competitivi­ dad tecnológica. Ese déficit se arrastró luego. En los cuarenta, las po­ tencias democráticas cortan combustibles y alimentos a Franco, mien­ tras éste abastece de alimentos y wolframio a Hitler: así al hambre se añade el frío, cortes de luz... Mercado negro amplio por racionamiento y cupos para crear empresas o importar productos: más lucrativo obtener licencia de importación que mejorar la producción. Dificultades para im­ portar maquinaria bajó rendimientos y deterioran las instalaciones. Caos y carestía de transportes dificultan suministros. Salarios bajaron por de­ bajo del 75 % del que había en 1935; hasta 1956 no se recuperó ese nivel. D) Hacienda: ministro Larraz renunció a modernizarla, sólo hizo un nuevo tributo de usos y consumos reordenando los existentes, y aumen­ tó la injusticia fiscal. Prioridades del Estado: pagar al ejército y policía, apoyar a la iglesia (vuelven los sueldos de los curas y dinero para re­ construir iglesias), y después las obras publicas. El 40% era gasto mili­ tar o policial, se baja en pensiones, educación e infraestructuras. Fraude fiscal enorme. E) F racaso de autarquía: ni daños de guerra ni exclusión de Plan Mar­ sahll explican magnitud de crisis, sino lo erróneo de política autárquica. Las quejas del régimen contra aislamiento internacional desde 1945 no cuadran con alineamiento de Franco con Hitler, al que veía como dueño del mundo. Racionamiento tan injusto como incontrolable: el estraperlo
era la norma, la corrupción el modo de enriquecerse. Escasez de alimen­ tos, largas jornadas de trabajo, paro agrario, aparecen enfermedades crónicas. F) Pero vino la guerra f ría y el am ig o am ericano : en 1949 crédito de 25 millones del National City Bank para comprar alimentos, otro crédito de 62’5 millones en 1950: se normalizan las relaciones diplomáticas, más ayudas en 1951 y 1952. 23 septiem bre de 1953 pacto de de­ fensa y ayuda m utua: unos 1.523 millones hasta 1963, a cambio de bases militares. Comienzas tímidas reformas del franquismo: con la fir­ ma de pactos y ayudas, dictadura se compromete a un plan de liberali­ zación que incluye estabilizar la peseta, liberalizar comercio y desmante­ lar intervencionismo. Salen del gobierno Suanzes y se da más peso al Banco de España. Se inicia nueva política agraria: concentración parce­ laria, repoblación forestal, desarrollo técnico, y se recupera producción. El protagonismo de recuperación de los 50 fue de la industria: 8% anual, con la química, la energía y siderurgia al frente. En años 50 se reinicia el mercado libre, la industrialización y el éxodo rural. Hasta 1960 el PIB no logra nivel de 1935. Primeras huelgas en Barcelona, Ma­ drid y Euskadi, cambian alianzas internacionales desde 1949 (China, Berlín, Corea; guerra fría y McCarthy) y en 1950 la ONU levanta bloqueo decidido en el 46, llegan embajadores democráticos y en septiem bre de 1953 acuerdos co n USA y Conco rd ato co n Va ticano . Sin embar­ go, la economía está bajo tenaza política y social: baja capacidad de consumo interno, descienden salarios, malestar creciente, reorganiza­ ción obrera, deuda exterior, pago de hipotecas de guerra. Nueva gene­ ración de técnicos vinculados al Opus, frente a falangistas y militares autárquicos. 9.2.2.­ P o der y soc iedad: Guerra interrumpió la dinámica iniciada en 1900 de modernización económico social y democratización política. Fue un retroceso. Ahora se
organiza un capitalismo corporativo, bajo principios de autoridad e in­ tervención directa en mercados, con ideología de Falange, de católicos y de militares: patriotismo autárquico, fundamentalista y cuartelero. a) L a Falange, subordinada al poder militar, se burocratiza, no encua­ dra masas, sólo es represiva, celosa de la iglesia organiza campamentos y deporte, SEU y Sección Femenina y Frente de Juventudes, pero la iglesia, con capellanes y capacidad movilizadora gana la batalla por la educación, la propaganda y la prensa y radio. Ley de unidad sindical, control falangista del sindicato vertical que encuadra a todos y abole li­ bertad sindical (Incluso católicos); a cambio, ley de contratos de 1944 impide despedir. El mundo laboral se organiza como nacional sindicalis­ mo. El Fuero del Trabajo (1938) se inspira en “unidad, totalidad y jerar­ quía ”fascista, y en leyes posteriores se confirma el Estado como exclu­ sivo regulador del trabajo. Se prohiben acciones de resistencia y huel­ gas, delitos de “lesa patria”. Las magistraturas de trabajo (1938) deci­ den conflictos. La OSE (Organización Sindical Española) tiene unidad je­ rárquica: prohibidos los sindicatos, todos bajo el “jefe de la empresa”: Sindicato Vertical es “un instrumento al servicio del Estado”, es el úni­ co legal y agrupa a todos los de un sector, subordinados al “interés na­ cional”. b) El nacio nalca to licismo se vuelca en la educación: la iglesia se con­ sidera vencedora, derecho de la sangre de sus mártires para exigir im­ plantar su doctrina como estatal y recristianizar la sociedad; el Estado es confesional, religión obligatoria, se crean capellanes para prisiones y cuarteles y asesores en sindicatos; iglesia exenta fiscalmente (y así si­ gue). Elites católicas en puestos como ”grupo político” (los propagandis­ tas de Herrera Oria y los del Opus de Escrivá), los obispos en las Cortes. Saludo fascista de curas, autoridades presiden misas. Red de colegios de enseñanza.
c) M ilitarismo : el bando de guerra de 28­julio­1936, vigente hasta abril­1948. Más, normas excepcionales: ley responsabilidades políticas de 1939; ley represión de masonería y comunismo, de 1940; ley de 1943 que somete a juicios militares los “delitos políticos” en lo sindical y opinión (juzgan a mil personas civiles por año). De 1938 a 1957, la mi­ tad de ministros fueron militares (en Industria, Hacienda, Interior, Mo­ vimiento...), el 30% procedían de la falange, y el 20% del sector católi­ co. Realidad: sometimiento de clase obrera en campo y ciudad, por repre­ sión, racionamientos y hambre. Salvador Giner lo califica de “dictadura de la burguesía por el sable” o “despotismo moderno”. 9.3.­ Estabilizac ió n y desarro llo , 1959­1975: hac ia el cam bio so­ cial y cris is po lítica. En 1957, bancarrota: asfixia autárquica, agotadas reservas, déficit balanza de pagos, suben salarios, inflación, malestar social. Cambia el gobierno: entra el Opus en Secretaría de Presidencia, Hacienda y Co­ mercio, es nueva elite católica preocupada por administración, junto a los católicos propagandistas que controlan Educación y Asuntos Exterio­ res. Opus, desde Presidencia coordina política económica, leyes de pro­ cedimiento administrativo. (Despotismo ilustrado se pone de moda: tec­ nocracia, racionalización administrativa), siguen recomendaciones de OCDE y Banco Mundial. 1957 es año del Tratado de Roma (Unión Euro­ pea) y del plan estabilización francés: de USA proceden la ayuda y los métodos, de Francia el modelo y lenguaje. 9.3.1.­ Libera lizació n eco nó m ica y crecim iento eco nó mico : Plan de estabilización de 1959 supone incremento de ingresos de Hacienda con impuestos indirectos, libertad de comercio, sin comisarías de control, ley de convenios colectivos con protagonismo sindical, ad­ hesión a la OCDE, FMI y BM, libertad de inversión de capitales extranje­ ros hasta un 50% y sobre todo libertad de movimiento para la mano de
obra, lo que permitirá el mayor movimiento demográfico de la historia de España: cinco millones de campesinos emigran en busca de trabajo, al extranjero o a zonas industriales españolas. Además, los planes desa­ rrollo, indicativos, propuestos por ministros del Opus, de 1964 a 1973. Se produce un notable crecimiento económico (propaganda le dio el títu­ lo de los “años del desarrollo” o “milagro español”, es la España del seiscientos, del emigran te y del turismo). El crecimiento se debe a co­ yuntura expansiva europea, junto con euforia de planes de desarrollo por el neoproteccionismo con créditos, ayudas, subsidios, aranceles y el INI como subsidiario del fracaso de la empresa privada. [Nota: desde 1860 se da un crecimiento del 1% anual, siempre detrás de Europa rica, se acelera el crecimiemto con la guerra, 1914­19; es negativo desde 1929 a 1952, lo que agudiza el desfase con Europa; en años 50 crece al 4% anual; de 1960 a 1973, al 7% anual, pero cae al 1% por crisis del petróleo]. 9.3.2.­P erío do 1950­1973, c ambios socio­eco nó mico s: Cambios radicales: fin de agricultura tradicional, reorganización demográfica, industrialización definitiva y despegue del sector servicios. Es un nuevo impulso de “modernización”, con presencia decisiva del ca­ pital extranjero, internacionalizando o desnacionalizando la economía (en los años 80, será con el PSOE, la definitiva entrada en circuitos de la “modernización internacional”). Decisivas las remesas de los emigrantes y del turismo. Éxodo rural: agricultura transfiere mano de obra, se capi­ taliza y mecaniza. En 1950 acoge a 5'4 millones de trabajadores, el 48% de población activa; en 1960, al 42%; en 1970 a 3'7 millones de traba­ jadores, el 29% de población activa; en 1985, a 2 millones, que son el 15% de población activa. En total, 5 millones cambian del campo a la ciudad: casi millón y medio a Europa. A Alemania (medio millón de 1960 a 1972), a Suiza (medio millón), a Francia (200.000), a Bélgica, etc. Emigrantes envían más de 4.100 millones de dólares de remesas por
quinquenio, que sirvieron para financiar el 50% del déficit comercial. Sobre esto y sobre entradas por turistas se equilibró balanza pagos y crecimiento económico y se arregló paro. El campo se mecaniza, se rompe el ciclo de agricultura tradicional (o de subdesarrollo), y si en 1960 había 50.000 tractores, en 1970 ya son 250.000, yen 1980 más de 500.000 tractores. Se triplica de 1965 a 1975 la producción de carne, leche, frutas, huevos, y se mejora producción de cereales, leguminosas y hortalizas. Además, se urbaniza la sociedad española: Se concentran en ciudades esos cinco millones que cambian del campo a la ciudad. De Andalucía salen un millón, de Castilla y León, medio millón, igual que de Castilla­La Mancha; de Extremadura salen casi 400.000; de Galicia, 230.000, de Murcia 100.000... Cataluña recibe 800.000, Madrid recibe 700.000; Valencia 300.000... 9.3.3.­ N uevas clases o brera y media, y c ris is de legitima ció n po­ lítica: a) N ueva estructura social en agricultu ra: el éxodo del campo fue de jornaleros, con lo que el proletariado pierde en 15 años el 70% de su total. Cambian aquellas expectativas de reforma agraria: emigran los jóvenes, suben los salarios de los que se quedan, desciende la conflicti­ vidad social que, además, ya es contra el Estado, no contra patronos, porque se quedan los pequeños y medianos agricultores transformados por necesidad (al carecer de jornaleros baratos) en empresarios que se mecanizan, invierten en abonos, miran hacia el mercado exterior que les guía en su producción y esperan ayudas del Estado. Los grandes terra­ tenientes ya actúan como capitalistas en orientación y organización de la agricultura. Estos cambios sociales erosionan la base de la dictadura: los terratenientes pierden su fuerza económica y social, ya el conflicto social de dos siglos centrado en torno al campo no es el dominante en la escena política.
b) Es truc tura social en ciudades: surge una nueva clase obrera en­ grosada de jornaleros agrícolas no cualificados, luego ya cualificados. Primero se someten al sindicato vertical y se asientan en suburbios in­ dustriales; luego, en años 60 inician reivindicaciones en convenios colec­ tivos que ley permite negociar. Paso rápido de la pasividad del emigrante pobre a la reivindicación del obrero que exige. En la prensa censurada aparece el eufemismo de los “conflictos colectivos”. Si en la II República las huelgas más comba­ tivas se dan en el campo y en la construcción, ahora es en sector del metal y minas, también de inmediato en textil, químicas y construcción. Gracias a las huelgas los salarios suben el 40%. En la prensa no existe la huelga sino el “paro total”. Discutir los convenios da pie a asambleas y elección de “jurados de empresa” y “enlaces sindicales”, previstos en ley falangista; así nacen las “com isiones obreras ” que se perfilan en huelgas de 1962 en Asturias, Catalunya y País Vasco, conjuntado a obreros de distintas ideas, destacando los católicos y los comunistas, que, mejor organizados, logran la dirección. Diferencia con República: van juntos católicos y comunistas, y es un nuevo tipo de sindicato, plu­ ral, con una cultura política democrática, que institucionaliza el conflicto ya no con la perspectiva de una “revolución obrera”, sino de “reivindica­ ción laboral”. Hasta 1966, huelgas reivindicativas económicas, desde 1967 crecen huelgas de solidaridad o políticas; la modernización econó­ mica abría expectativas de libertades que la dictadura no satisfacía. Por otra parte, las clases med ias son objeto del debate sociológi­ co, por su papel en la fractura del 36, su apoyo posterior al franquismo y porque ahora crecen y cambian. En 1939 eran el 17% de población, en 1970 son un 30%. Así, desaparecen pequeños patronos de industria ­propios del capitalismo primero­ y suben técnicos medios y cuadros su­ periores, caen artesanos (eran anticapitalistas) y crecen clases de nuevo cuño capitalista como los profesionales y técnicos, con filiación demócra­
ta. Bajan empresarios sin asalariados y trabajadores autónomos, suben vendedores, empleados de oficinas y servicios. Tales cambios sociales suponen el ocaso del nacionalcatolicismo: nuevos curas participan de nuevas situaciones, se comprometen con democracia, antidictadura, de­ fienden culturas de Catalunya y País Vasco, Juan XXIII y Vaticano nom­ bran 42 nuevos obispos, en enero de 1973 la Conferencia episcopal ­ presidida por Tarancón­ se pronuncia contra confesionalidad del Estado y a favor de libertad religiosa. En suma, desde distintos frentes (el sindical, el social, el universi­ tario, el católico...) el régimen dictatorial entra en crisis de legitimidad, se erosiona el partido único, llamado oficialmente “Movimiento nacio­ nal”, con rango de ministerio y obligatoriedad de jurar sus principios pa­ ra todos los funcionarios; todos los españoles son, por definición, del “Movimiento nacional”, y se permite en su seno “contraste de pareceres” como descubrimiento propio frente a la “pluralidad de partidos” que es un cáncer para cualquier país, de tal forma que se vende la idea de la originalidad del sistema español que deben copiar los demás países. Es la democracia orgánica, basada no en cada ciudadano un voto, sino en los tres órganos que constituyen el cuerpo social: la familia, el municipio y el sindicato; eso sí, todos dentro de la doctrina obligatoria del “Movi­ miento nacional” que se nutre de ideas falangistas y nacionalcatólicas. La dictadura se institucionaliza en tres momentos: en 1947 una ley, con referéndum manipulado, define a España como “reino” y gobernada por el “Movimiento nacional”, nuevo nombre para el partido único. En 1958 da el dictador la “ley de principios fundamentales” que es como imita­ ción constitucional, igual que la “ley orgánica del Estado” de 1966, que institucionalizan la monarquía, y que blanquea el “Movimiento nacional”, ya no azul­falangista obligatoriamente. Entre factores de crisis de la dictadura, junto a conflictos labora­ les, hay que subrayar el papel del PCE organizando un frente antidicta­
torial de contenidos democráticos en distintos sectores (en el sindical, a través de CC.OO, en el universitario, en asociaciones culturales...) Que lograba apoyo de nueva clases medias y amplios grupos obreros urba­ nos. Además, la oposición de nuevos replanteamientos del nacionalismo catalán y del vasco: se castigaba y multaba el uso del catalán y del eus­ kera. Papel de la iglesia y de la burguesía en la recuperación del nacio­ nalismo catalán; papel de la organización clandestina ETA en el vasco. 10.­ La Transic ión y la o rganizació n de la demo crac ia: 1976­ 2004. Balance de la transición a la democracia . Los objetivos con­ servadores de la dictadura fracasaron como consecuencia de la moder­ nización económica. Las elites latifundistas y financieras cedieron peso ante nuevas elites industriales, empresariales y tecnócratas abiertos al capital internacional, lo que supuso conflictos entre “familias políticas” de la dictadura. Mejora de clases medias era factor de concienciación por acceso a educación y demandas de libertades, en comparación con Europa. Así, la dictadura pensaba consolidar el sistema con el crecimien­ to económico, sin embargo se socavó y el franquismo sobrevivió no gra­ cias a sus medidas modernizadoras, sino a pesar de las consecuencias de la modernización. Últimos años, 1969 (año que Franco designa a Juan Carlos su heredero) a 1975 (muerte del dictador), se debate direc­ tamente el posfranquismo, la sociedad se toma libertades por su cuenta y la dictadura tiene que proclamar constantemente el “estado de sitio”. El debate es: o continuismo (para el bunker del régimen), o evolucio­ nismo (por reformistas del régimen, mirando a Europa), o rupturismo (la oposición opta por la democracia). La ETA mata a Carrero en 1973, en 1975 muere Franco, dos claves del sistema dictatorial, sube Juan Carlos con todos los poderes del dictador, pero el pacto de reformistas desde dentro ­Suárez los representa­ y de oposición democrática (lide­
rada por Carrillo del PCE y González del PSOE, más los nacionalismos vasco y catalán) se realiza por consenso, con un ritmo en que todos ce­ den, hasta llegar a las primeras elecciones libres de junio de 1977 Re­ sultados: el centro­derecha, la UCD de Suárez, logra el 34% votos; el centro­izquierda, el PSOE, el 29%. La derecha, AP, de Fraga, el 8%. La izquierda, PCE, de Carrillo, el 9'2%. Estas Cortes son las que elaboran la Constitución aprobada en referéndum el 6 de diciembre de 1978, y re­ dactada por 3 de UCD, 2 del PSOE (cede uno a minoría vasco­catalana), 1 de AP y1 del PCE. Nunca en la historia constitucional española, un grupo procedente de tan varias ideologías, incluso antagónicas, se había sentado para elaborar un texto aceptable para todos. Era la práctica del consenso. También se llegaron a pactos sociales: desde 1974 habían crecido huelgas y el paro hasta un 25%, con una inflación del 16%. Se firman los pactos de la Moncloa. 10.1.­ La Co nstitució n de 1978: Declara en el preámbulo su voluntad de “proteger a todos los es­ pañoles y pueblos de España en el ejercicio de los derechos humanos, sus culturas y tradiciones, lenguas e instituciones. Promover el progreso de la cultura...establecer una sociedad democrática avanzada. Colaborar eficazmente en el fortalecimiento de unas relaciones pacíficas y de eficaz cooperación entre todos los pueblos de la Tierra”. Novedades: se declara un Es tado social y demo crático d e derecho . Se organiza el Estado de las autono m ías: “la riqueza de las distintas modalidades lingüísticas de España es un patrimonio cultural que será objeto de especial respeto y protección” (art. 3). Los partidos políticos “son el instrumentos funda­ mental para la participación política: su estructura y funcionamiento de­ berán ser democráticos” (art. 6). Los sindicatos de trabajadores y aso­ ciaciones de empresarios (art. 7). Igualdad ante la ley, sin discrimina­ ción (art. 14). Derecho a la vida: abolida la pena de muerte (art. 15). Libertad ideológica y religiosa: nadie podrá ser obligado a declarar su
ideología o religión, “ninguna confesión tendrá carácter estatal. Los po­ deres públicos tendrán en cuenta las creencias religiosas de la sociedad española y mantendrán las consiguientes relaciones de cooperación con la Iglesia Católica y las demás confesiones” (art. 16). Política económica y social orientada a la redistribución de la renta y el pleno empleo (art. 40),con Seguridad Social para todos (art. 41), etc. (ver bibliografía so­ bre Rey, Cortes, poder judicial, CC. AA). 10.2.­ Reformas eco nó micas e inte gració n en Euro pa: La transición coincide con crisis económica, tras 1973: sólo de 1’5 de promedio anual hasta 1982. De 1974 a 1982 se pierden 1.700.000 empleos: ­1’8% anual. Parados crecen del 4% en 1975 al 16’4% en 1982. Inflacción del 17% en esos años. Crece gasto público con pactos de Moncloa, del 24% al 37% en 1982. Cae la inversión productivo del 24 al 18%. Con ese horizonte económico y social llegó el PSOE al go­ bierno. *Etapas y avance s: a) saneamiento: contrainflacción, reducir déficit público, pero paro crece por reconversión industrial. Se mejoran pensiones agrarias y rentas de campesinos en un 15%. Inversiones en reconversión in­ dustrial: más de dos billones pesetas. Flexibilización del mercado del trabajo heredado de sindicatos franquistas. El 1 enero 198 6 se en­ tra e n CEE, ho y U E. M arzo referéndum OTA N , y por primera vez relaciones diplomáticas con Israel, 1986: europeización de España, al fin. b) recuperac ió n: el PIB crece del 0’5 % en 1975, el 1’8% en 1982 a un3% en 199, con máximos del 5’5% entre 1987 a 1989, por enci­ ma de la media europea. Aumenta la ocupación y Población Activa, crece inversiones y ahorro y las inversiones públicas en infraestruc­ turas (autovías, carreteras, puertos, cercanías Renfe y AVE) se mul­ tiplican por 4: modernización de redes de comunicaciones. Plan de
Autovías y carreteras logrado con 35.000 kilómetros. La inflación ba­ ja del 16% en 1975, con un 24’6 en 1977, año de primeras eleccio­ nes, al 5% en 1991. Inversiones extranjeras: de 29 mil millones de pesetas en 1979 a 1.600 mil millones c) refo rm a f is cal: el IRPF es nuevo y más justo. La presión fiscal en 1979 era del36% en Europa, y un 25% en España; en 1990 era de un 40’5% en Europa, y de un 35% en España. Las declaraciones de IRPF suben de 5 millones personas en 1979 a 12 millones en 1991. 10.3.­ Estado de bienestar: En 1908 se crea INP para retiro y accidentes, voluntario; en 1921 el seguro de vejez obligatorio, en segunda República se extienden segu­ ros sociales: se crea el de maternidad, accidentes de trabajo, en dicta­ dura la Seguridad Social se usa como ahorro para inversiones industria­ les, con escasa protección de paro, pocos servicios y ausencia de pro­ tección universal para los más necesitados. Ahora se da universalización de derechos sociales de educación, sanidad, pensiones y paro. Erradica­ ción de analfabetismo, enseñanza obligatoria hasta 14, ampliada luego a los 16. Pensiones pasan de 4 millones personas en 1977 a 7’8 millones en 1992. Perceptores de paro: 284 mil en 1977, a 1.500.000 en 1991. Sanidad y Seguridad social para todos: de 28 millones que la tenían en 1977 a los 38 millones, todos, en 1989, y así desde entonces. Campa­ ñas de igualdad de las mujeres: legal, laboral y cultural. Reformas edu­ cativas en primaria, ESO y Bachillerato, más Universidades: de 200.000 maestros y profesores a 350.000. De 200.000 universitarios en 1975, 600.000 en 1980, a 1’2 millones en 1990, la mitad mujeres. Se multipli­ can universidades. Becas crecen por tres. Plan nacional de I+D, por primera vez: inversiones científicas y tecnológicas. La inmigración: re­ tos, y cuestiones organizativas. 10.4.­ Co nso lidació n de la demo cracia y o rganizació n de las Co­ munidades A utó no mas.
La organización de los partidos políticos: el voto, orientación y fragmentación. Características de las estructuras de los partidos: los partidos estatales y los autonómicos. Ideologías y programas. Grupos de interés: modelo sindical, relaciones laborales y asociacionismo empresa­ rial. El funcionamiento de las instituciones: corona, Cortes, poder judi­ cial, Tribunal Constitucional. La iglesia. La política exterior: Latinoameri­ ca, el Mediterráneo, USA y EUROPA. La política autonómica: cuestiones sin resolver, el Senado y las relaciones Estado­Regiones. Los naciona­ lismos históricos. La ETA y sus explicaciones. El debate del federalismo pendiente y la reforma constitucional. El papel del poder municipal: el significado de los ayuntamientos, desde las primeras elecciones demo­ cráticas de 1979 a hoy. 10.5.­ La cultura en la España democrática: La nueva sociedad democrática, globalización e innovación tecno­ lógica, el atraso de la ciencia en España y la sociedad informacional. Nuevos valores y nuevas reivindicaciones: feminismo, ecologismo, paci­ fismo. La inmigración y el racismo soterrado o explícito. Las ONG y las formas de cooperación al desarrollo. Culturas autonómicas. Cine, pren­ sa, lecturas, libros... el papel del Estado en la cultura, y lo local en lo global. I mpo rtante: para estas décadas, lo más claro, L. E. OTERO, pp. 365 a 509, la 5ª y 6ª parte del libro de J.MARTINEZ, coord, Historia de Espa­ ña, 1939­1996, ed. Cátedra.
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