La Escuela Supe- rior de Guerra, bajo el direcciona

Anuncio
Editorial
Por Mayor General Freddy Padilla de León
Jefe de Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Militares
R
egistrar el nonagésimo quinto aniversario de la Escuela Superior
de Guerra, institución en la que es impartida la formación requerida para afrontar las contingencias y permitir la construcción
de la paz que demanda el pueblo colombiano, constituye no sólo un privilegio que nos ha deparado la Divina Providencia, sino
que genera en los Hombres de Armas un verdadero sentimiento
de orgullo y agradecimiento por quienes transmiten lo mejor de
sus conocimientos y experiencias.
La Escuela Superior de Guerra, bajo el direccionamiento estratégico
del Comando General de las Fuerzas Militares, ha desempeñado
un rol determinante en el devenir de la sociedad colombiana,
formando líderes, incentivando acuciosos procesos investigativos
y, en épocas recientes, empoderando a sus alumnos con la Política de Defensa y Seguridad DeLa Escuela Supemocrática del Gobierno Nacional.
rior de Guerra,
Sólo a través del continuo mejoramiento del orden y la seguridad,
como recientemente afirmara el
doctor Jorge Alberto Uribe Echavarría, ministro de Defensa Nacional, se garantizará la real vigencia
de las libertades y los derechos
de los colombianos y se hará posible el despegue económico que
permita mejorar el nivel de vida
de nuestro pueblo.
bajo el direccionamiento estratégico
del Comando General de las Fuerzas Militares, ha
desempeñado un
rol determinante
en el devenir de la
sociedad colombiana, formando
líderes.
La Escuela Superior de Guerra continúa el proceso revolucionario de
modernización académica iniciado hace cuatro años por su anterior director, hecho que ha permitido la consecución de logros
determinantes. Por ello, las Fuerzas Militares de Colombia y la
Junio 2004
04
05
nación les rinden tributo de gratitud al mayor
general Henry Medina Uribe, al mayor general
Eduardo Herrera Verbel y al selecto grupo de
profesionales militares e intelectuales que han
trabajado arduamente en la materialización del
noble empeño.
Revista Fuerzas Armadas
organización que con efectividad, dedicación y
compromiso, contribuya definitivamente a mitigar sus enormes dificultades.
Relaciones interpersonales y familiares
En aras de proporcionar las herramientas académicas indispensables para el logro de la excelencia, la Escuela Superior de Guerra desarrolla
cada año los cursos de Altos Estudios Militares,
de Estado Mayor y de Información Militar, y la
Maestría en Seguridad y Defensa Nacionales.
La dinámica del cambio, el trabajo constante y honrado, disciplinado y efectivo permiten convocar,
para el acompañamiento en la realización de
los grandes objetivos nacionales, a señores oficiales caracterizados por su honradez a toda
prueba, clara inteligencia, rigurosa disciplina y
efectivo entusiasmo en la consecución de los
logros propuestos.
Los alumnos acuden al alma máter con la ilusión
de acceder a conocimientos especializados que
les permitan afrontar –con estrategia, táctica
El transcurrir de los cursos permite a los oficiales
establecer sólidas relaciones interpersonales
con representantes de diferentes fuerzas ins-
e inteligencia– los avatares de la agresión del
terrorismo contra el pueblo y sus instituciones
democráticas. Todos ellos, al concluir su capacitación, están preparados para planear y conducir operaciones militares exitosamente.
titucionales, beneficio adicional en momentos
en que cobra importancia la realización de las
operaciones conjuntas, lo que permitirá un mejor desempeño tanto en la planificación como
en la coordinación conjunta requeridas para el
desarrollo de cada operación militar.
No hay que olvidar que si hay algo importante, tanto en el campo de batalla como en la cotidianidad de una unidad militar, es la capacidad de
tomar decisiones basadas en el análisis juicioso. Tales decisiones deben traducirse en ejecuciones de planes minuciosamente concebidos,
de acuerdo con los principios y valores que
nos son propios, en procura de la salud de la
república y de la gloria institucional.
Por ello, la misión se vuelve más esencial que nunca, no sólo para el logro histórico de conseguir
la paz, sino para jalonar el progreso y mitigar
las inmensas necesidades de más de 20 millones de colombianos que han sido señalados
como seres humanos que viven en la pobreza absoluta. Para lograrlo, se requiere de una
En estos momentos tormentosos de la historia
patria, el pueblo colombiano, como nunca antes,
reclama unas Fuerzas Militares fortalecidas,
unidas y capaces de coadyuvar en la construcción de ese sueño de luz y esperanza que ponga fin, en corto tiempo, a esta horrible noche
de sufrimiento.
Igualmente, en el caso específico del Ejército, cada curso permite ahondar en el conocimiento
de los compañeros de la promoción y fortalecer
los lazos de amistad. Igual sentimiento se hace
extensivo en las relaciones con los oficiales de
la Armada Nacional y de la Fuerza Aérea Colombiana, traspasando, incluso, las fronteras del
ámbito familiar. Las familias, en efecto, cuentan
durante este año con la presencia cercana del jefe de hogar, permitiendo el
reencuentro familiar, aun cuando los
rigores propios de la academia exijan
del alumno la realización de esfuerzos
y sacrificios.
Colombia, instituida
como un Estado Social
de Derecho fundado en
el respeto a la dignidad
humana, tiene en los
oficiales de las Fuerzas
Militares una reserva
moral para el país de
mañana.
Liderazgo
La Escuela Superior de Guerra, con el
ánimo de afrontar con decisión el flagelo del terrorismo, ha orientado su
carácter doctrinario a formar estrategas integrales, que propugnan por ser
eficientes y eficaces. Ha impulsado el
estudio juicioso de los postulados filosóficos que sustentan el arte de la
guerra, y ha contribuido en la formación de líderes proactivos.
Durante la realización del Seminario Anual
de Liderazgo se enfatiza en la necesidad de adquirir habilidades que le
permitan al comandante convocar voluntades para que libremente guíe procesos hacia la conquista de la victoria
final.
Editorial
Es líder de las Fuerzas Militares de Colombia quien tiene la capacidad de enfrentar dificultades sin que su ánimo
decaiga, y quien nunca es arrogante
en la victoria sino, por el contrario, comprensivo y justo. La virtud y el valor
siempre deben acompañar al hombre
de armas; el honor y la paciencia serán
sus características; la tolerancia y la
solidaridad serán sus acompañantes
cotidianos... Su conducta estará dirigida a fortalecer y legitimar la función
de ciudadano comprometido con la
defensa de la institucionalidad.
Creemos firmemente que el actual momento histórico permitirá a los oficiales
probar con creces sus calidades humanas, descifrar con éxito los retos del
presente y contribuir significativamente a que sus Fuerzas Militares hagan
Junio 2004
realidad el anhelo de paz con justicia social y
desarrollo sostenible que todos los colombianos buscan para ellos y sus descendientes.
Nuevas promociones de oficiales-líderes asumen
y continuarán asumiendo, comprometidos con
el futuro del país y con absoluta resolución, los
retos inspirados en el legado del sabio coronel
Francisco José de Caldas.
En consecuencia, como el mando centrado en
principios y valores estimula el comportamiento
ético, el líder-comandante será aquél que piense en los demás y que busque fortalecer el
06
07
sentido de autoridad y de mando como servicio,
reconociendo en toda persona –cualquiera sea
su rango, condición u oficio– un ser con dignidad y derechos.
Se requiere no sólo de eficiencia en el área de
operaciones, sino también en la administrativa. Los señores comandantes tienen el compromiso, con sus Fuerzas Militares y el pueblo
colombiano, de garantizar el correcto uso de
los recursos públicos, siempre regidos por los
lineamientos de austeridad y eficiencia en el
gasto dictados por el señor presidente.
Revista Fuerzas Armadas
La Escuela Superior de Guerra es un espacio para la reflexión, el estudio y la
sensibilización sobre los males que
aquejan a la república, y para la concientización sobre la importancia que
reúne el esfuerzo conjunto de toda la
sociedad, del gobierno y sus Fuerzas
Armadas para resolver el conflicto.
Colombia, instituida como un Estado Social de Derecho fundado en el respeto
a la dignidad humana, tiene en los oficiales de las Fuerzas Militares una reserva moral para el país de mañana.
De todos y cada uno dependerá que
ese futuro pueda ser construido tal
como lo hemos concebido desde lo
más profundo de nuestro ser, y desde
el nacimiento de nuestra república.
Colombia espera que en los oficiales no
decaiga nunca el ánimo y el entusiasmo, que ejerzan el mando con mística y carisma, que contribuyan desde
distintas unidades a fortalecer a las
Fuerzas Militares de Colombia. Que
ni las adversas circunstancias puedan
impedir el cumplimiento de la misión
asignada.
Seminario de Táctica General
Especial importancia en la formación de los señores oficiales tiene el Seminario de Táctica
General que lleva a cabo la Escuela en desarrollo del Curso de Estado Mayor, en el cual
se profundiza –en forma teórica y práctica–
en el conocimiento de maniobras para el
combate.
Se establece una concepción clara del encadenamiento existente entre los niveles de la estrategia militar –operativos y tácticos– para la
consecución de los objetivos que se propone
alcanzar la nación.
Las Fuerzas Militares de Colombia no
han sido, y no lo serán, inferiores a
su misión constitucional, ni a los retos trazados por el gobierno del señor
presidente Alvaro Uribe Vélez. Los
señores oficiales que orgullosamente culminan cada año los cursos de
la Escuela Superior de Guerra ratifican el solemne compromiso con la
nación: por los que nos antecedieron,
por quienes hoy comprometen sus
energías –e incluso la vida en difíciles
operaciones– y por aquéllos que mañana seguirán su ejemplo, dando lo
mejor de sí, siendo íntegros y combativos, no dejándose vencer.
¡Ánimo de victoria, sí. Triunfalismo, no!
Cátedra
Presidencial
Disertación del presidente de la República en la Escuela Superior de Guerra,
con motivo de su nonagésimo quinto aniversario. La seguridad democrática, la
importancia de la comunicación al interior de la Fuerza Pública y con la comunidad
y de la celeridad en la Justicia Penal Militar, además de la mentalidad de victoria
sobre los grupos terroristas fueron los temas abordados por el señor presidente.
Junio 2004
08
09
Siento un gran entusiasmo al acudir de
nuevo a esta cátedra, al encontrarme
con ustedes en un momento en el cual
se preparan en una fase de estudios
que coincide justamente con una coyuntura de la vida nacional en la que
las Fuerzas Armadas de la nación, con
el apoyo del pueblo y sin vacilación de
parte del gobierno, se proponen derrotar definitivamente al terrorismo, conduciendo operaciones en todo el territorio de la patria, con ánimo resuelto de
victoria y rodeadas de la esperanza y del
entusiasmo de todos los compatriotas.
Quisiera referirme hoy al tema del concepto democrático de seguridad, y enlazarlo con una posición que he venido
defendiendo y que se resume afirmando que en Colombia no hay un conflicto, sino una agresión del terrorismo
contra un pueblo democrático.
Ambas aseveraciones están profundamente entrelazadas. Veamos:
Revista Fuerzas Armadas
Seguridad Democrática
La seguridad es democrática porque busca, justamente,
enaltecer y fortalecer la democracia. Porque es una
seguridad dirigida a fortalecer el concepto pluralista,
que es un concepto esencial de la democracia.
La seguridad es democrática porque busca proteger por
igual al empresario que al trabajador, al líder sindical que
al líder gremial, al agricultor que al labriego, al político
que está de acuerdo con las ideas de gobierno y al político opuesto a las ideas de gobierno.
La seguridad es democrática porque no se está utilizando
la fuerza del Estado para perseguir a alguien por razones ideológicas o religiosas o políticas, sino que se está
utilizando para hacer recuperar el imperio de la Constitución, para recuperar plenamente el imperio de las
instituciones.
Eso ha marcado la diferencia con épocas cuando, por ejemplo, América Latina fue recorrida por el concepto de la
Seguridad Nacional. Esa tesis se desacreditó porque
afectó la democracia, afectó el debate, puso en muchos
Estados la fuerza al servicio de la persecución de los
contrarios de la política, se irrespetó el disenso y se
actuó en contra del pluralismo.
Entonces, es muy importante en el contexto histórico definir la Seguridad Democrática, reiterarla y simultáneamente trazar la línea divisoria con otros ejercicios que
se dieron en el continente, como aquél de la doctrina
de la Seguridad Nacional.
Entonces, cuando el propósito de las fuerzas del Estado
es velar por la Constitución, fortalecer la democracia,
lejos de ese propósito está el terrorismo de Estado
La seguridad es demoo el cercenamiento de las
crática porque no se
libertades.
Y así, se llega rápidamente a
la otra afirmación: a partir
de que la seguridad sea
democrática, a partir de la
inexistencia del terrorismo de Estado, a partir de
está utilizando la fuerza del Estado para perseguir a alguien por
razones ideológicas o
religiosas o políticas,
sino que se está utilizando para hacer recuperar el imperio de la
Constitución.
la seguridad sometida rigurosamente
al marco constitucional, la agresión armada contra el Estado y la sociedad no
significa un conflicto, significa una acción terrorista.
Es muy importante que sea en esta cátedra donde reafirmemos el concepto de que aquí no
hay conflicto, sino una agresión del terrorismo
contra un pueblo y contra unas instituciones
democráticas.
Podríamos hablar en nuestro tiempo de
conflicto si hubiera un alzamiento armado contra un Estado que estuviera
cometiendo vejámenes en contra de
la democracia.
Vengo a animarlos a ustedes para que profundicen
ese concepto, para que ayuden a hacer pedagogía en la nación entera, para que esto trascienda las fronteras de la patria, para que demos la batalla conceptual en todos los escenarios
de la comunidad internacional, para que haga-
Podríamos hablar de conflicto si se presentara un alzamiento armado contra
un Estado que utilizara las armas de
la república para proteger unas determinadas ideas, unas determinadas personas, y agredir a personas diferentes o a aquéllos que profesan ideas
distintas.
Estaríamos en presencia de un conflicto
si hubiera un grupo alzado en armas
contra el Estado, porque ese Estado
estuviera violando la Constitución o desconociera las reglas democráticas.
Cátedra Presidencial
Pero aquí, mientras por un lado hay un
Estado haciendo todo el esfuerzo de
consolidación democrática, una Fuerza
Pública actuando en el marco de la
Constitución para fortalecer el pluralismo, por otro lado hay unas bandas
armadas atacando a la sociedad, atacando a las personas que representan las
instituciones. Y eso se convierte en un
ataque a una sociedad que ejerce unos
derechos democráticos, y a unas instituciones que los garantizan.
mos entender al mundo que aquí no
estamos en presencia de un conflicto,
sino que aquí estamos obligados a enfrentar un desafío terrorista contra las
instituciones y contra el pueblo.
Esa circunstancia nos tiene que llevar a
decir: aquí no hay conflicto, aquí lo que
hay es terrorismo. Porque muchos teóricos han hablado del conflicto colombiano y, a partir del reconocimiento de
qué es conflicto, tratan de justificar –o
cuando menos de explicar– la acción de
los violentos.
Junio 2004
En diferentes ocasiones les he hablado a
ustedes de la necesidad de la total transparencia en el ejercicio de las tareas
institucionales, de la necesidad de la
eficiencia, la austeridad, la coordinación y el acatamiento permanente a la
juridicidad; de la necesidad de proceder con absoluta limpieza, de ejercer
10
11
Revista Fuerzas Armadas
capacidad gerencial y liderazgo, de tener una gran vocación comunicadora, de que cada integrante de
la Fuerza Pública, independientemente de su grado, sea un gran comunicador al interior de su fuerza,
en la relación vertical, en la relación horizontal y en la relación de la fuerza con la comunidad.
He hablado a ustedes de la necesidad de tener vocación de victoria. Yo siento hoy, en todas las regiones
de la patria, una Fuerza Pública sin complejos, una Fuerza Pública que no está arrinconada a la defensiva. Siento en todas las regiones de la patria una Fuerza Pública con vocación de victoria.
¡Esa vocación de victoria hay que fortalecerla, ese ánimo de victoria hay que mantenerlo, es la expresión superior como condición para conseguir la victoria!
La Fuerza Pública necesita
comunicación en doble vía
Hemos hablado mucho de la necesidad de una Fuerza
Pública con combatividad, con una capacidad de combatividad en la superior expresión. De una Fuerza
Pública salida de las oficinas, volcada a las calles y
a los campos.
Hoy quiero hablarles de dos temas: uno, referido a la comunicación, y otro, referido al ejercicio de la justicia.
Yo siento hoy, en todas las regiones
de la patria, una Fuerza Pública
sin complejos, una Fuerza Pública
que no está arrinconada a la defensiva. Siento en todas las regiones
de la patria una Fuerza Pública
con vocación de victoria.
La comunicación es un elemento fundamental para el liderazgo y para la gerencia. Es
bastante difícil hablar de la comunicación en doble vía en una institución jerarquizada
como la Fuerza Pública, pero, comprendiendo las limitaciones, aquéllas que impone
la jerarquía, la Fuerza Pública necesita comunicación en doble vía. Necesita comunicación de arriba hacia abajo, y fundamentalmente necesita la expresión de la comunicación, que es la capacidad de escuchar arriba lo que viene de abajo.
El liderazgo contemporáneo se basa fundamentalmente en comunicación. Cada integrante de la Fuerza Pública tiene que ser un gran comunicador. Se recomienda que
hoy, para ejercer un liderazgo efectivo, se dedique por lo menos un 80 por ciento del
tiempo a comunicaciones, pero de ese porcentaje, un 80 por ciento a escuchar.
Básicamente, la comunicación hoy es un ejercicio de escuchar, procesar, responder, dirigir. Y esa comunicación
no puede darse solamente en dirección vertical, tiene
que darse también en dirección horizontal.
Y es fundamental para la coordinación entre todos aquéllos
que están comprometidos en una unidad, entre todos
aquéllos que están participando en una acción conjunta,
que esa comunicación se dé de manera horizontal entre
todos los integrantes de una fuerza, entre una fuerza
y las otras, y entre las fuerzas y las demás instituciones
del Estado.
Por ejemplo, las Fuerzas de Tarea Conjunta que hemos
visto en algunas regiones de Colombia son una expresión de la comunicación que tiene que darse permanentemente entre las diferentes fuerzas y entre ellas y,
por ejemplo, la Fiscalía.
Y en la construcción de confianza ciudadana es muy importante la comunicación. Que el ciudadano sepa que
donde toque una puerta en las instalaciones de la Fuerza Pública de la
patria hay quien lo atienda, lo escuche, y que fundamentalmente el ciudadano palpe que al escucharlo hay
reacción.
Pero hay un aspecto fundamental de la comunicación: es
la comunicación entre los integrantes de cualquier fuerza y la ciudadanía.
¡Que el ciudadano no se tropiece ni con
la negativa de escucharlo, ni con el
desdén para reaccionar!
Esta es muy necesaria, pues la ciudadanía no puede seguir
siendo desorientada por un liderazgo de voceros de
grupos terroristas. La ciudadanía necesita el liderazgo
comunicante de la Fuerza Pública.
Cátedra Presidencial
estratégicos de gran importancia: el
control territorial, el desabastecimiento y el aislamiento de los grupos violentos, y ahora, la llegada a los sitios
de retaguardia estratégicos de estos
grupos, la supresión de sus corredores
de movilidad y la construcción de confianza ciudadana.
Por eso, quiero invitarlos a desarrollar una gran tarea de
comunicación para orientar a la ciudadanía y también
para escuchar a la ciudadanía.
Nosotros hemos venido trabajando la Política de Seguridad Democrática sobre unos elementos tácticos y
Junio 2004
12
13
Revista Fuerzas Armadas
¡Que el ciudadano encuentre disposición
en todo integrante de la Fuerza Pública para escucharlo y para reaccionar!
van depurando esos fenómenos dañinos como el del tráfico de información
que no corresponde a la realidad.
Algunos me han dicho, por ejemplo, en el
caso cuando acuden los informantes
a los cuarteles, a los comandos: “Presidente, es que viene mucho traficante
de información”. Es cierto, pero hay
que tener mayor paciencia. Uno, por
la presunción de que hay traficantes
de información, no puede cerrar la
puerta de los cuarteles, no puede cerrar la puerta de los comandos, no puede negar la buena disposición a escuchar a la comunidad.
Esa buena comunicación con la comunidad es fundamental en la construcción
de confianza. Y esa comunicación la
necesita todo el mundo, desde el comandante general hasta el más humilde de los soldados y policías.
En un proceso continuo de escuchar a la
comunidad, de reaccionar, de dirigirla,
de mantener un diálogo dinámico con
ella, se va haciendo pedagogía y se
Y en la construcción de confianza ciudadana es muy importante la comunicación. Que el ciudadano sepa que donde
toque una puerta en las instalaciones de
la Fuerza Pública de la patria hay quien
lo atienda y lo escuche.
En cualquier acción en el campo, el soldado tiene que ser un gran comunicador.
En cualquier acción urbana, el policía
tiene que ser un gran comunicador.
Vengo, pues, a invitarlos a que hagamos un
gran esfuerzo para mejorar cada día la
comunicación vertical en la jerarquía, y
la horizontal entre todas las personas,
todas las fuerzas, las fuerzas con las instituciones y la comunicación en la relación de las fuerzas con la ciudadanía.
Y quiero insistir en un punto: la necesidad
de la comunicación pronta y veraz de
los desaciertos. Esa es una necesidad,
un supuesto de la credibilidad. ¡Para
recuperar plenamente el imperio de
las instituciones colombianas, el valor
más preciado de la Fuerza Pública tiene que ser la credibilidad!
Y un soporte esencial en la construcción
y en el mantenimiento de la credibilidad es la comunicación oportuna, por
iniciativa propia, de los desaciertos, de
las dificultades, de las vicisitudes.
Vengo a decirles hoy como en muchas ocasiones lo he repetido que cuando cometamos un error, cuando tengamos una
dificultad, cuando se nos presente un
resultado adverso, tomemos la iniciativa
de comunicar y lo hagamos cuando antes y con total seguimiento a la verdad.
Ese es un factor fundamental para que
el pueblo mantenga la credibilidad en
sus instituciones armadas.
Que no tengan que acudir grupos de periodistas,
unidades investigativas a buscar la verdad, con
criterio de cacería. Que no tengan que acudir
con ganzúas a sacar la verdad trozo a trozo,
que sean los voceros de la Fuerza Pública los
que digan la verdad antes de que acudan otros
a investigarla.
Que no necesitemos ruedas de prensa, que no necesitemos que vengan a preguntarnos o a interrogarnos, que no necesitemos que nos llame
la Fiscalía o la Procuraduría, sino que motu propio, por nuestra propia y entusiasta iniciativa, se
comunique la verdad y a tiempo.
Cátedra Presidencial
¡Esa tiene que ser una norma! Hemos procedido
bien en unos casos, pero en otros nos ha faltado tener suficientes elementos para decir
toda la verdad y decirla a tiempo.
Y hay que concienciar a todo el mundo
porque, por ejemplo, nada ganamos si
hay la voluntad de decir la verdad oportunamente en los altos comandantes,
pero ellos no son informados de los
hechos que ocurren, por ejemplo, en
una brigada, en un batallón o en un
comando de policía.
Todo el mundo tiene que estar sometido
a la norma de que la verdad hay que
decirla y hay que decirla a tiempo, oportunamente y por iniciativa propia.
Junio 2004
Celeridad en la justicia
El otro tema que considero de gran importancia
es el de introducirle todos los días mayor agilidad a la justicia penal militar. Que esa justicia
no se vea ante los observadores como un apéndice sin discrecionalidad para fallar. Que todo
el mundo pueda respetarla, valorarla, ver en
ella una entidad independiente. Ver en ella magistratura. Ver en ella disposición de buscar la
verdad, de aplicar las normas imparcialmente,
de actuar con prontitud.
¡Nada más dañino que demorar o manipular fallos!
¡Nada más dañino que pretender que el tiempo
borre preocupaciones de la memoria colectiva
y jugar a que, con el transcurso del tiempo y
sin fallos, los problemas se olviden!
Creo que lo mejor es preocuparnos todos los días
por una justicia penal militar más rápida, más
acertada. Por supuesto, que gane credibilidad
al interior de las fuerzas y en toda la comunidad.
Hago estos comentarios de la manera más constructiva, con
el afecto que tengo por la institución armada, en el convencimiento de que ustedes, mis compatriotas que portan
las armas de la república, le están devolviendo con su
sacrificio y con su esfuerzo la esperanza a esta nación.
Nosotros podemos trabajar mucho el tema tributario, introducir incentivos para que el sector privado invierta y
genere empleo. Nosotros, con la ayuda del Congreso, podemos ir resolviendo el problema fiscal. Nosotros podemos
ir formando más colombianos para actividades productivas en el Sena. Nosotros podemos actualizar las normas
laborales, mejorar la seguridad social, clarificar las reglas
14
15
Revista Fuerzas Armadas
generación, que la patria es recorrida
hoy por una brisa de optimismo de que
la Fuerza Pública va a derrotar el crimen,
que la Fuerza Pública va por el camino
de conseguir esta gran victoria para bien
de todos los colombianos.
Entonces, en un proceso en el que se está avanzando a la victoria, hay que mantener el ánimo de victoria, pero estableciendo una línea divisoria con la actitud
triunfalista. ¡Ánimo de victoria, sí. Triunfalismo, no! Y esa línea de victoria la traza
la autocrítica, la capacidad de introducir
correctivos, de hacer ajustes. Por eso,
es muy importante que, a medida que
la Fuerza Pública avanza, rodeada de la
esperanza, rodeada del optimismo de
los colombianos, la Fuerza Pública también introduzca en su tarea victoriosa
ajustes, sea autocrítica, se mantenga
Que no necesitemos ruedas de prensa, que no necesitemos que
vengan a preguntarnos, que no necesitemos que nos llame la
Fiscalía o la Procuraduría, sino que motu propio, por nuestra
propia y entusiasta iniciativa, se comunique la verdad y a tiempo.
a los inversionistas, introducir semillas transgénicas al algodón, nuevas tecnologías a la industria, pero todo eso es vano, todo eso es inocuo
si no se recupera el imperio institucional, y ustedes lo están recuperando.
La patria todavía sufre mucho. ¿Cómo vamos a tapar el sufrimiento causado por el carrobomba
de los terroristas de las Farc en Tame esta semana? ¿Cómo vamos a ocultar el sufrimiento
que se da por las acciones violentas que se siguen cometiendo? Pero siento, y tal vez no había
podido vivirlo tan intensamente en el ciclo de mi
en un sendero de mejoramiento continuo. ¡Que nunca, nunca, nos dejemos
embriagar en la lisonja del triunfalismo!
Esa capacidad de ajuste, esa capacidad
de autocrítica, ejerciéndola sin ponernos a la defensiva, siempre con receptividad, con la mente abierta a mirar
nuestras propias dificultades y con la
inteligencia orientada a corregirlas, tiene
que ayudarnos a conquistar la gran victoria que el pueblo colombiano está
esperando.
Por Teniente Coronel Alvaro Alberto Espitia Lancheros
Profesor de Operaciones Terrestres
A
lo largo de estos últimos 95 años de historia nacional, la Escuela Superior de Guerra ha sido –como
será en los siglos venideros– la cuna y fuente inagotable donde se procesa el pensamiento estratégico
militar del oficial colombiano, que le proporciona un amplio bagaje intelectual en el campo de las artes y
del saber castrense, y le permite de esta manera diseñar un crecimiento integral en su contexto cultural,
social, político, económico y militar.
Junio 2004
16
17
Revista Fuerzas Armadas
Para hablar de esta fuente del saber doctrinario que le ha
proporcionado sapiencia a eminentes estrategas militares y civiles que concurrieron a sus claustros desde su
fundación, para posteriormente conducir por el camino
del éxito y del crecimiento constante de manera impecable las Fuerzas Armadas de la República de Colombia, es necesario efectuar un breve recuento histórico,
iniciando desde sus orígenes, en el mismo contexto del
pensamiento militar mundial que le ha servido de guía al
pensamiento estratégico militar colombiano.
“Un ejército eficiente no puede ser un
organismo estático. Su evolución en
gran parte depende y debe mantenerse a la altura de los constantes
cambios evolutivos en los campos
industrial, científico, social y político.
El aferrarse a herramientas, métodos
y organizaciones anticuados trae como consecuencia la atrofia, una de
las más insidiosas y lesivas enfermedades que pueden atacar a un ejército”.
General Douglas MacArthur.
Mayor Pedro Charpin Rival
En la segunda mitad del siglo antepasado, el pensamiento estratégico militar estaba evolucionando de manera
vertiginosa en el mundo. Corrientes como la de Antonio
Enrique Jomini, fallecido en 1869, habían fortalecido
el carácter ofensivo, obtenido mediante un planeamiento cuidadoso de la guerra –concebido como la tarea
esencial de la estrategia–, definiendo así los principios
de la ciencia militar. Por otro lado, las ideas de Kart von
Clausewitz, inspiradoras del pensamiento militar alemán,
planteaban la naturaleza básica de la guerra y la formulación de la teoría de la trinidad.
Ante esta corriente de pensamiento, Francia diseñó el sistema del Estado Mayor Francés, con el propósito de preparar a su oficialidad en puestos superiores del mando.
Siguiendo este modelo, los japoneses crearon en 1875
su academia, y dos años después, en Fort Leavenworth,
Kansas, los Estados Unidos establecieron la Escuela
de Aplicación de Infantería y Caballería.
Contextualización estratégica
del pensamiento militar colombiano
En este orden de ideas, con ese marco histórico de la influencia del pensamiento estratégico internacional en
el pensamiento militar colombiano, la Escuela Superior
de Guerra nació el 9 de mayo de 1909, mediante decreto No.453, del primero de mayo 1909, por el cual
“se organiza la escuela Superior de Guerra de Colombia”, y se nombró como primer director al mayor Pedro
Charpin Rival, del Ejército de la República de Chile, quien
concibió la reforma militar emprendida por el presidente
de la República de Colombia, Rafael Reyes, iniciada en
1907 y apoyada por el general Rafael Uribe Uribe, ministro plenipotenciario ante el gobierno de la República
de Chile, quien seleccionó una comisión de oficiales
de esa nación para iniciar la organización y dirección
de la instrucción militar del Ejército.
Para tal efecto, fueron enviados al país los capitanes Arturo Ahumada Bascuñán y Diego Guillén Santana. De esta forma, se inició la generación del conocimiento por parte de los oficiales
del ejército colombiano, que se materializó con
la creación de la Escuela Superior de Guerra.
Con profunda noción de clarividencia, su fundador, mayor Pedro Charpin Rival, en el discurso de inauguración, les imprimió un sello perdurable en el contexto histórico a las generaciones
venideras, al afirmar: “Asistimos a la inauguración de un establecimiento de apariencia modesta, y con fines tal vez desconocidos; pero
sólo Dios sabe qué irradiaciones pueda tener
en el porvenir de Colombia”. Sintetizó el concepto del empleo conjunto al tomar las palabras
citadas por un filósofo francés ante los alumnos
de la Escuela Militar Francesa: “Se trata, ante
todo, de daros un pensamiento y un alma común. Se trata de habituaros a que os consideréis como los miembros de un mismo cuerpo;
es preciso que os desarrolléis en el mismo sen-
Las siguientes palabras, pronunciadas por
el libertador de la República, encierran
un profundo contenido de sabiduría,
que hoy perduran en las mentes y los
corazones de todos los egresados de
este instituto: “Para servir a la patria,
cualquier grado o clase a que el gobierno me destine es para mí honroso. En
él daré ejemplo de la subordinación y
de la ciega obediencia que deben distinguir a todo soldado de la República”.
La semilla de la sólida formación del pensamiento castrense se concibe con el
primer contenido académico del curso
de Estado Mayor en 1910, que contemplaba las siguientes asignaturas: Táctica
de todas las Armas, Historia Militar, Matemáticas, Fortificaciones, Topografía,
Dibujo Militar, Conocimiento de Armas,
Servicio de Estado Mayor, Derecho Administrativo y Derecho Militar Internacional.
Escuela Superior de Guerra 95 años
El principal centro de estudios de las
Fuerzas Militares de Colombia celebra
un nuevo aniversario como fuente inagotable del pensamiento estratégico del
militar colombiano.
tido, y que al mismo tiempo que adquirís el maximum de valor intelectual, os encontréis dentro
de veinte años, tal como hoy día: hermanos por
el pensamiento y por el corazón”. Estas palabras siguen guiando la proyección del instituto.
La Escuela Superior de Guerra se mantiene fiel a
la misión encomendada de entrega silenciosa
y abnegada del conocimiento, educando de la
mejor manera al oficial superior de las Fuerzas
Militares, enmarcada dentro de los preceptos
constitucionales del amor a la patria, sus instituciones y el bienestar de todos los ciudadanos.
Junio 2004
Edificio colonial del sector histórico de San Agustín,
con oficiales de los primeros cursos de la Escuela Superior de Guerra, 1910
18
19
Revista Fuerzas Armadas
Al curso asistieron 18 alumnos, en los grados de mayor y capitán, y cuatro
oficiales de planta, de grados coronel y mayor. Todos los alumnos aprobaron el curso. El menor puntaje fue 5,22, y el mayor, 8,47. El proceso
de admisión de los oficiales a este curso fue riguroso y muy cuidadoso;
se seleccionaron sólo los que, por su instrucción, conducta sin tacha,
capacidades y virtudes de carácter moral fueran propios para el alto servicio que de ellos demandaría la nación. Este derrotero de selección continúa de manera rigurosa para el ingreso al Curso de Estado Mayor y de
Información Militar actuales y para el Curso de Altos Estudios Militares,
que funciona actualmente en este claustro docente, y seguramente en
el futuro se seguirá manteniendo.
Los primeros integrantes de este Curso de Estado Mayor, incluyendo los
oficiales de planta y los alumnos, fueron los siguientes oficiales: coroneles
Alejandro Posada y Francisco Vergara; mayores Luis Felipe Acevedo,
Alcides Arzayuz, Martín Antía, Carlos Cortés, Pedro Julio Dousdebés,
Paulo Emilio Escobar, José María Forero, Eliécer Gómez, Jaime Guerrero,
Emiliano Lemus, Francisco López, Rafael Negret, Luis Morales, Víctor
Ospina, Francisco Palacio, Andrés Pardo, Amadeo Rodríguez y Gregorio
Victoria; y los capitanes Melquisedec Robayo y Alejandro Uribe.
Posteriormente, siguiendo la corriente europea, en particular la alemana, se
implementaron los idiomas alemán, francés y posteriormente inglés, con
un valor de 6 pesos la hora de clase.
Los alumnos egresados con las más altas calificaciones de esa promoción
fueron destinados con la misión especial de dar la formación técnica al
actual Estado Mayor General –un incipiente modelo que funcionaba en
1911, y que proyectaba de una manera efectiva su diseño estructural–.
La idea innovadora de la reforma militar se concibió en su totalidad con la creación de las escuelas Militar,
Naval y Superior de Guerra, así como con el rediseño estructural del Estado Mayor del Ejército, que estaba soportado en los pilares fundamentales de la corriente doctrinaria prusiana de Bismarck y la francesa, imperantes en esa época en todo el orbe.
Poco después, con la renuncia a la Presidencia de la República del general Rafael Reyes, surgió una fuerte
oposición a la reforma militar iniciada, que ocasionó la finalización de la misión militar chilena en Colombia
y la reducción del pie de fuerza del Ejército.
Los intentos valerosos de los abnegados hombres de la patria por contratar misiones extranjeras para la actualización de la doctrina eran seriamente neutralizados por una constante presión encabezada por la
prensa politizada que imperaba en aquella época. Sólo la gallardía, el coraje, la constancia y la dedicación
de aquellos valientes pensadores militares, quienes, como mártires, lucharon denodadamente, no dejaron
retroceder al Ejército por la antigua senda partidista.
Estos grandes hombres, cual abnegados cruzados y fieles
centinelas de los principios rectores de la democracia,
mantuvieron incólume el concepto filosófico de las academias o escuelas de guerra existentes en el orbe, concibiendo así al naciente instituto como el primer centro
de formación superior universitario para el Ejército. Como lo afirmó el coronel retirado Leonidas Flórez en mayo de 1959, estos hombres “crean una doctrina nacional, que enseñan a sus alumnos las complejidades del
mando; quilatarán los valores intelectuales con el justo
tamiz de las calificaciones y ramificarán sus actividades
en los institutos docentes de la profesión. Los comandantes y profesores de las Escuelas de Infantería, Caballería, Artillería, Aviación y Transmisiones han salido
de las aulas de la Escuela de Guerra y, por tanto, una
misma idea general los une y una santa tradición les
sirve en el desarrollo de sus tareas”.
Escuela Superior de Guerra 95 años
El pensamiento militar de la época se vio seriamente influenciado por los avances tecnológicos y el desarrollo
de las campañas militares desarrolladas en la Primera
Guerra Mundial. Los años posteriores a la guerra y el
estudio juicioso de lo sucedido adicionaron otros elementos de suma importancia en el arte de la guerra,
como el empleo de la aviación y la utilización de los
tanques de guerra, en especial los británicos, además
de las campañas submarinas realizadas por los alemanes, y el efectivo empleo de la flota naval inglesa.
Este escenario global, sumado al concepto de la teoría del
Poder Marítimo desarrollada por Alfred Thayer Mahan,
desarrollaron y expandieron de manera significativa las
marinas de guerra inglesa, japonesa, alemana, española
y estadounidense.
Junio 2004
20
Bajo esta tendencia geopolítica, se contrataron en Colombia los servicios de
una misión suiza, integrada por el coronel Hans Georg Juchler, el teniente
coronel Paul Gautier y dos capitanes,
quienes transmitieron el nuevo conocimiento estratégico de las campañas
militares europeas, el empleo de la aviación y la conducción de la guerra en
los diferentes teatros de operaciones.
El pensamiento estratégico militar colombiano siguió su fortalecimiento con el
aporte sustancial del esquema alemán,
en cabeza del coronel Guether Braune,
profesor de la Academia Alemana, quien
concentró sus esfuerzos en el análisis
del concepto operativo de la Primera
Guerra Mundial, implementando los viajes tácticos para los alumnos de la escuela, e imprimiéndole una novedosa
dinámica a la aplicación de la doctrina
en lo referente al ambiente operacional
del conocimiento y el empleo del terreno.
Lo anterior se fortaleció con la introducción de las cátedras de Historia
Militar, Táctica y Estrategia, que potencializaron el concepto de la doctrina en general. Es importante resaltar aquí el concepto defensivo,
característico del arte operacional
para la época, idealizado en la guerra
de trincheras y concebido con el inicio de la construcción de la línea
21
Maginot a lo largo de la frontera francoalemana, en 1927.
La evolución implicó la adición de otro
factor de vital importancia en el arte
de la planificación para la mente del
estratega militar colombiano: el concepto del Poder Aéreo, basado en la
teoría expresada en 1921 por el italiano Julio Douhet, que le imprimió un
carácter ofensivo a la guerra con la
conquista del aire.
Esta corriente de pensamiento había inquietado la visión del presidente de la
República, José Vicente Concha, quien,
consciente de la importancia estratégica para el país y sus Fuerzas Militares, envió un grupo de jóvenes oficiales del Ejército a realizar el curso de
pilotaje militar. Poco después, en 1919,
durante el mandato de Marco Fidel
Suárez, se concretó la creación de la
quinta arma del Ejército: la Aviación.
Así, con la dirección del coronel Efraín
Rojas Acevedo, un eminente oficial
egresado de la Escuela Superior de
Guerra en el Curso de Aplicación de
1912, y con posterior grado en la promoción del Curso de Estado Mayor en
1916, aunado a su experiencia como
docente de este instituto, se solidificó
el concepto del empleo del Poder Aéreo
en las mentes de los pensadores estratégicos militares colombianos.
El 11 de septiembre de 1932 la soberanía nacional se vio seriamente afectada por la incursión de tropas peruanas
a territorio colombiano en la población
de Leticia, ante lo cual la nación fincó
sus esperanzas en las Fuerzas Militares,
y descubrió así la orfandad en la cual
las había mantenido en los últimos años.
Para corregirlo, les dio un apoyo total
para salvar la unidad nacional, cuidando
de no volver a cometer un error como el
acaecido con la pérdida de Panamá.
Revista Fuerzas Armadas
La Escuela Superior de Guerra, consciente de la necesidad de salvar la nación,
suspendió sus labores académicas durante 1933, 1934, 1935 y el primer
semestre de 1936. Durante este receso, conservó exclusivamente la planta de profesores, y sus egresados, los
líderes de la doctrina militar, fueron los
encargados de cumplir su deber y el
glorioso juramento de restablecer la
soberanía del territorio nacional.
Al finalizar la guerra y tras un largo receso,
en 1937 la Escuela Superior de Guerra reanudó su cruzada académica con
la realización del Curso de Estado Mayor, que duró dos años, integrado por
cuatro tenientes coroneles, nueve mayores y siete capitanes.
La Escuela Superior de Guerra se mantiene fiel a la misión
encomendada de entrega silenciosa y abnegada del conocimiento, educando de la mejor manera al oficial superior
de las Fuerzas Militares, enmarcada dentro de los preceptos constitucionales del
amor a la patria, sus instituciones y el bienestar de todos
los ciudadanos.
En la atmósfera internacional, el mundo
se convulsionó por el inicio y el desarrollo de la Segunda Guerra Mundial.
La oficialidad colombiana, ante este
hecho, analizó desde diversas ópticas
su desenvolvimiento, el impacto, las
causas y las consecuencias no solamente desde el punto de vista militar, sino
en los diferentes campos del poder, tanto
a nivel nacional como internacional.
Como el instituto de educación superior de más alto nivel
militar en Colombia, la escuela es pilar y fuente fundamental del pensamiento estratégico militar colombiano,
manteniéndose firme en sus orígenes, con la misión clara
de capacitar a los oficiales superiores de las Fuerzas Militares como comandantes integrales, líderes y estrategas,
expertos en el planeamiento y la conducción de operaciones conjuntas, formando asesores idóneos en defensa
y seguridad nacional, y contribuyendo así a la creación
de esta cultura en la ciudadanía.
Bajo esa premisa, la intelectualidad militar,
con la cooperación del gobierno nacional, recibió el apoyo de la misión francesa encabezada por el general Henri
Panchaud, el coronel Diego Brasset y
el teniente coronel Gurant, de artillería,
quienes fortalecieron el concepto militar de la reciente guerra, dinamizando
los ejercicios en el terreno mediante el
empleo de maniobras a nivel de brigada.
Escuela Superior de Guerra 95 años
De igual forma, se concibió en su verdadera dimensión la comprensión de la
guerra mecanizada, formulada por el
inglés Basil Liddell Hart, y concebida
posteriormente mediante el empleo
magistral en la forma de la Blizkrieg
(Guerra Relámpago, realizada por las
fuerzas blindadas alemanas mediante
el empleo de las Unidades Panzer, con
la conducción del general Heinz Guderian y del mariscal Erwin Rommel).
A este concepto se sumó la comprensión
integral de la geopolítica y la geoestrategia, con base en el concepto de
espacio vital, de Karl Haushofer, que
proporcionó las herramientas científicas del expansionismo alemán y fue
eje central del concepto político alemán.
Junio 2004
Todos estos conocimientos dejaron una huella
perenne en las mentes de los pensadores militares colombianos para la conducción y combinación de los sistemas operativos del campo de
combate en los diversos teatros de operaciones.
Al finalizar la Segunda Guerra Mundial, y con
el triunfo de los aliados sobre las fuerzas del
eje, se impuso el nuevo concepto militar de
los Estados Unidos, lo cual trajo como consecuencia el desarrollo paralelo de las dos superpotencias
ideológicamente opuestas, la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) y los Estados Unidos. Se
inició, de esta forma, la Guerra Fría, y por tanto el escenario amenazante del holocausto nuclear.
Esta nueva situación geopolítica desarrolló nuevos conceptos, tales como disuasión, contención y coexistencia
pacífica, que abarcaron el pensamiento de estrategas
como Henry Kissinger, con su relación de fuerzas y diplomacia, o Brzezinski, con el sistema bipolar y el concepto de seguridad estratégica mutua. De igual forma,
se desarrollaron el pensamiento y los conceptos de
Marx, Lenin, Mao, Ho Chi Min, el Che Guevara y Giap,
entre otros. El principal campo de batalla se concentraba en ese entonces en las mentes de los hombres.
Estas circunstancias y los nuevos conceptos enriquecieron el pensamiento estratégico del militar colombiano, y lo hicieron más dinámico y creativo.
La agresión de Corea del Norte a la República de Corea
del Sur fue otro factor decisivo que implicó de manera
directa el empleo profundo del pensamiento del militar
colombiano, cuando mediante la expedición del Decreto
3927 del 26 de diciembre de 1950, y con el objeto de
que el Ejército Nacional atendiera los compromisos internacionales emanados de las disposiciones de la Ley
13 de 1945, se pusieron a prueba los conocimientos
de los egresados de esta escuela.
22
23
Revista Fuerzas Armadas
Esta gloriosa participación del Ejército
colombiano se refleja en las palabras
expresadas por el mayor general
Blacksheaed O. Bryan, comandante de
la División 8 del Ejército de las Naciones Unidas, en el frente de batalla de
Corea en 1951: “He combatido en tres
guerras, he comandado y visto luchar
los mejores soldados del mundo, y pensé que nada me quedaba por ver en
el campo del heroísmo y la intrepidez
humana. Pero viendo combatir al Batallón Colombia he presenciado lo más
augusto, lo más soberbio de mi vida”.
Las anteriores palabras hablan por sí solas y son el reflejo del fruto de la semilla inculcada a estos excelsos comandantes a su paso por los claustros
de la fuente generadora del pensamiento estratégico del militar colombiano, la Escuela Superior de Guerra.
Monumento
a los Héroes de
la Guerra de Corea
Así, el teniente coronel Jaime Polanía Puyo y posteriormente el teniente coronel
Alberto Ruiz Novoa, comandantes del
Batallón Colombia, condujeron de manera admirable a los brillantes soldados de esta insigne unidad táctica, quienes escalaron los más altos peldaños
de admiración, respeto y reconocimiento mundial, y dejaron sus nombres grabados en los anaqueles perennes de
la historia.
A partir de la década de los 60, la guerra
fratricida lanzada por las organizaciones terroristas contra la sociedad colombiana ha acaparado la atención y
el pensamiento de la oficialidad colombiana. Ilustres militares han enarbolado con honor, lealtad y sacrificio absoluto la bandera del sostenimiento
de la democracia y de sus instituciones, brindando así sus máximos esfuerzos en la búsqueda de la paz y la
tranquilidad para todos los ciudadanos
de la República de Colombia.
Las ideologías y los intereses económicos
de los grupos terroristas, con sus ambiciones funestas de poder a costa del
sacrificio de hombres y mujeres de
bien, han permeado sus estructuras
tanto al interior como al exterior, dañando no solamente sus conciencias,
sino también las de personas de la vida pública y de sectores de influencia
social, política y económica, mediante
la utilización de dinero ilícito producto
del narcotráfico.
Bajo esta apreciación, y con un sentido
de patria, es necesario mantener vivas
en las mentes y en los corazones las
palabras del señor teniente general
Gustavo Rojas Pinilla: “Para su gloria
y tranquilidad, las Fuerzas Armadas
continuarán siendo los insobornables
centinelas de la libertad dentro del
orden, y los celosos y desinteresados
guardianes de la supervivencia democrática de nuestras instituciones”.
nomía académica, el desarrollo profesional, el trabajo en equipo, la flexibilidad, la responsabilidad y la conciencia
permanente, y fortalecido en valores
como el respeto, la justicia, el servicio,
la lealtad y el compromiso.
Basada en lo anterior, la escuela actualmente desarrolla el Curso de Altos Estudios Militares, requisito fundamental
de los oficiales que ascienden al grado
de brigadier general; de igual forma, y
fiel a sus orígenes, continúa desarrollando el Curso de Estado Mayor, para
oficiales de grado mayor en el Ejército
y sus equivalentes en la Fuerza Aérea
y la Armada Nacional, con la misión de
formar líderes forjadores de victorias.
Prospectiva estratégica
La Escuela Superior de Guerra, como el
instituto de educación superior de más
alto nivel militar en Colombia, es pilar y
fuente fundamental del pensamiento
estratégico militar colombiano, manteniéndose firme en sus orígenes, con la
misión clara de capacitar a los oficiales
superiores de las Fuerzas Militares como comandantes integrales, líderes y
estrategas, expertos en el planeamiento
y la conducción de operaciones conjuntas, formando asesores idóneos en
defensa y seguridad nacional, y contribuyendo así a la creación de esta cultura en la ciudadanía.
La educación del pensamiento estratégico militar del instituto se ha irradiado
de manera impecable a otros programas, como el Curso de Información Militar, que forma oficiales de grado mayor
del cuerpo administrativo de las Fuerzas
Militares en las complejas tareas del Estado Mayor.
Escuela Superior de Guerra 95 años
La Escuela Superior de Guerra, a lo largo de estos 95 años de existencia,
se ha consolidado en el primer centro del pensamiento estratégico al servicio
de la patria, ante lo cual continuará siendo la fuente inagotable del pensamiento
estratégico del militar colombiano.
En este orden de ideas, está enfocada básicamente al objetivo primordial de las Fuerzas Militares: ganar la guerra. De allí que seguirá siendo
el centro generador del pensamiento militar,
fortaleciendo la cultura de las operaciones conjuntas, observando, enseñando y aplicando la
doctrina de las Fuerzas Militares, fortaleciendo
de manera efectiva el liderazgo en el ejercicio
del mando. Un liderazgo guiado por el camino
de los principios rectores en cabeza de la auto-
Junio 2004
Así mismo, adelanta el Curso Integral de Defensa
Nacional, dirigido a los futuros generales de la
Policía y a personalidades de alto nivel de la
sociedad colombiana, sobre los temas de la
seguridad y la defensa nacional, en procura de
contribuir a la búsqueda de una solución integral a la problemática del país.
Las puertas de esta fuente permanente del pensamiento estratégico militar se han abierto pa-
24
25
ra recibir a los futuros líderes en el Curso de
Orientación de la Defensa Nacional, con el propósito fundamental de contribuir de manera
acertada al crecimiento nacional y la solución
integral de la problemática actual.
Visionaria de ese futuro, en el Seminario de Agregados Militares y de Policía, la escuela orienta
y capacita a los oficiales como facilitadores en
el desarrollo de las políticas internacionales
del gobierno nacional y en la consecución de
los objetivos de la Fuerza Pública.
La competitividad del pensamiento estratégico militar ha dinamizado de manera constante la evolución de la educación, en aras de la construcción
conjunta del conocimiento y el interés constante
sobre la doctrina de las operaciones conjuntas.
El eje central del instituto es el alumno. Su búsqueda constante de la excelencia, por el camino del mejoramiento continuo, tuvo sus frutos cuando el Instituto Colombiano para el
Fomento de la Educación Superior (ICFES) la
declaró el 11 de mayo de 2002 como institución universitaria, y confirmó así su incorporación al Sistema Nacional de Información de la
Educación Superior (SNIES).
Gracias a esta nueva condición de institución universitaria, la Escuela Superior de Guerra ofrece
los siguientes programas:
• Maestría en Seguridad y Defensa Nacionales.
Otorga el título de magíster en este campo, y
se propone entregar al servicio de la sociedad
investigadores y analistas en el área de la seguridad y la defensa.
• Especialización en Comando y Estado Mayor.
Dirigido al personal de oficiales de grado mayor y sus equivalentes en la Fuerza Aérea y la
Armada Nacional.
• Especialización en Seguridad y Defensa Nacionales. Entrega a la sociedad unos profesionales íntegros al servicio del desarrollo social.
Revista Fuerzas Armadas
La Escuela Superior de Guerra, a lo largo
de estos 95 años de existencia, se ha
consolidado en el primer centro del
pensamiento estratégico al servicio de
la patria, ante lo cual continuará siendo
la fuente inagotable del pensamiento
estratégico del militar colombiano, y se
proyecta de manera constante hacia
los confines de la eternidad como centro de educación líder y asesor del
pensamiento estratégico en seguridad
y defensa de la República de Colombia, capaz de afrontar con éxito las
exigencias y retos en los siglos venideros.
Este centro de estudios cumple, con éxito,
el siguiente adagio: “la educación, un
factor estratégico para ganar la guerra”.
Intentos de Colombia por recuperar Panamá y su orden
interno, y relaciones con Estados Unidos.
Cien
Por Mayor General José Roberto Ibáñez Sánchez
Presidente Academia Colombiana de Historia Militar
años
de la pérdida de
Tibia reacción y algo de dignidad
La noticia de la separación de Panamá no se supo oportunamente en Bogotá por el daño que en estos días
tuvo el cable submarino, probablemente por obra de los Estados Unidos. Se tuvo conocimiento apenas el
6 de noviembre, por la vía del sur, pero Marroquín, como era su costumbre en casos de gran trascendencia,
la mantuvo en silencio hasta el día siguiente, cuando a manera de rumor creciente, El Nuevo Tiempo empezó a hacer circular la noticia en medio del desconcierto, la incredulidad y la indignación popular.
Junio 2004
26
27
Revista Fuerzas Armadas
Se cuenta cómo en las horas de la tarde, alarmado
por la dimensión de los rumores, poco a poco
convertidos en noticia, el general Pedro Nel
Ospina, a pesar de ser enemigo político de Marroquín, como quiera que había sido desterrado
por intentar un golpe de Estado en su contra,
acudió a palacio a cerciorarse oficialmente por
boca del propio vicepresidente. Pero éste, entregado a sus lecturas literarias y con el cinismo
irónico que lo caracterizaba, al reconocerlo lo
saludó de la manera más amable: “¡Oh, Pedro
Nel, no hay mal que por bien no venga! Se nos
separó Panamá, pero tengo el gusto de volverlo
a ver por ésta, su casa”.
Así, esparcida la noticia por Bogotá y todo el territorio nacional, sus habitantes, estupefactos,
confundidos y doloridos, no acertaron a otra
cosa que a expresar sus sentimientos de indignación contra los Estados Unidos y los conjuConstrucción del Canal de Panamá
Sexta y última parte
Panamá
rados panameños, mediante turbas que se lanzaron a las calles de la capital a demostrar su
ira con el pillaje y el saqueo. Pero pronto ese
resentimiento profundo adquirió un cariz de patriotismo, y los principales caudillos políticos y
de la comunidad se lanzaron a apoyar al gobierno, creyendo que éste rompería relaciones
con los Estados Unidos y tomaría las medidas
militares del caso, para las cuales muchos se
ofrecían, voluntarios, al ejército de la patria. Así
se conformó un movimiento de opinión denominado La Integridad Nacional.
Marroquín, tibiamente, correspondió al clamor popular mediante la expedición de un decreto
que declaraba turbado el orden público en toda
la república y disponía la conformación de un
ejército de 100 mil hombres para rescatar a
Panamá por la vía militar, si era necesario. Para
tal efecto, designó como general en jefe de
dicho ejército a Rafael Reyes y como sus inmediatos colaboradores a los generales Lucas
Caballero, Jorge Holguín y Pedro Nel Ospina.
Se olvidaron los resentimientos políticos y los
colombianos, unidos por el patriotismo, se dispusieron a pelear. El 11 de noviembre, aniversario de la independencia de Cartagena, Marroquín lanzó su proclama: “La gloriosa bandera
de nuestra integridad nacional se conservará
intacta… Seré yo quien la lleve y vosotros quienes me ayuden a sostenerla”.
efectivamente cumplieron los jefes mencionados en Panamá el 20 de noviembre a bordo del buque Canadá, gracias
a la intervención del secretario de Estado, señor Hay, ya que la Junta de
Gobierno estaba dispuesta a no dejarlos desembarcar y, en caso de que lo
hicieran, los pondría presos.
Nada lograron con la Junta de Gobierno
de Panamá los comisionados colombianos, porque era demasiado tarde y
la nueva república estaba respaldada
sobre las aguas de Colón con la presencia de la flota yanqui, además del
Cien años de la pérdida de Panamá
José Manuel Marroquín
Se olvidaron los resentimientos políticos y los colombianos, unidos por el patriotismo, se dispusieron a pelear. El 11 de noviembre, aniversario de la independencia de Cartagena, Marroquín lanzó su proclama:
“La gloriosa bandera de nuestra integridad nacional
se conservará intacta… Seré yo quien la lleve y vosotros
quienes me ayuden a sostenerla”.
No había pasado una semana de semejantes manifestaciones patrióticas, cuando, como es costumbre
en Colombia, surgió la disputa entre quienes, heridos en sus sentimientos nacionales, querían la guerra, y aquellos ingenuos pacifistas
que no perdían la esperanza de
resolver los hechos consumados por la vía diplomática. Marroquín, siguiendo a los segundos,
se dio a transformar la expedición militar que se
acrecentaba y avanzaba hacia la Costa Atlántica
enrolando a su paso cientos de voluntarios, en
una misión diplomática que viajara a Panamá a
convencer a los sediciosos de echar pie atrás y
reintegrarse a la patria común. Comisión que
Junio 2004
Nashville, el Mayflower –buque insignia
de la flota estadounidense–, el Atlanta,
el Dixie, el Hamilton y el Maine, al mando del almirante Coughlan, y en la rada
de Panamá, sobre el Pacífico, con el
Boston, el Marblehead, el Concor y el
Wyoming, bajo el mando del almirante
Glass.
28
29
Revista Fuerzas Armadas
Ante ello, en un acto de ingenuidad o de torpeza, los comisionados
colombianos solicitaron al almirante Coughlan información sobre cuál era la zona en donde impediría un desembarco, a lo
que el comandante de la flota les respondió que sobre toda la
extensión de las costas del departamento de Panamá.
Ante el fracaso en Colón, el general Reyes viajó a los Estados Unidos para ver si era posible volver a negociar sobre la base de
ratificar el tratado Herrán-Hay por decreto. Desafortunadamente,
llegó cuando el tratado Hay-Bunau Varilla había sido aprobado
por el Congreso de ese país. Entonces, Reyes acudió a la amenaza de romper relaciones con los Estados Unidos, que podría
poner a Roosevelt en aprietos políticos frente a su propio país
y Europa, con el riesgo de la guerra.
Pero el presidente, que estaba al tanto de todo cuanto sucedía en
Colombia y podía con tales herramientas coaccionarnos aún más,
lo disuadió respondiéndole que el departamento del Cauca también estaba dispuesto a entrar en la nueva República de Panamá.
Cierta o no, esta contraamenaza de Roosevelt llevó a Reyes a
abandonar Estados Unidos rumbo a París, con la vana esperanza
de poder ejercer los derechos de Colombia sobre la nueva compañía francesa del canal e impedir su venta a los Estados Unidos.
Pero todo estaba ya bajo el control codicioso de mister Cromwell.
USS Dixie
USS Mayflower
USS Boston
El último acto de la nación para intentar recuperar a Panamá por las armas fue la expedición del general Daniel Ortiz, en acuerdo con el general Diego A. de Castro, a quien
el general Reyes había encargado del mando del ejército del Atlántico cuando él siguió a Panamá a intentar infructuosamente disuadir a los conjurados. Ortiz estaba ansioso de reivindicar a su batallón Tiradores, con hechos heroicos que bien pudo realizar
en Colón el 4 y 5 de noviembre.
A lo que se presumía una gloriosa expedición en camino a la costa,
organizada como reacción inmediata, se unieron muchos jóvenes
estudiantes de las universidades de la capital, de Cartagena y de
algunas otras ciudades, que en materia de patriotismo siempre han
llevado la delantera, hasta reunirse 500 expedicionarios voluntarios
que trazaron el propósito de proteger el territorio continental en el
Darién, amenazado por un desembarco yanqui, y de ser posible, penetrar por tierra a Panamá, ya que por mar era imposible.
USS Atlanta
Por la ruta del Magdalena y Cartagena, la expedición desembarcó en las playas de Titumate, en el lado oriental
del Golfo de Urabá, donde Ortiz envió un grupo adelantado al mando del coronel Rafael Morales para que
abriera el camino por la selva hacia la bahía de San Miguel en el Pacífico, por Acadí y el río Tuira. Esta comisión
cumplió su cometido, llegando a los límites entre Panamá y el Cauca, donde su jefe lanzó una proclama que
predecía algo heroico: “La fe y el patriotismo nos han
traído hasta aquí. (…) Colombia perdonará sin duda a
los hijos extraviados que vuelvan a su seno, como sabrá
castigar también a todos aquellos hijos desnaturalizados
que vendieron su reputación y su patria por un puñado
de oro. ¡Compañeros, adelante! Que caiga sobre la frente de los culpables toda la sangre que vaya a derramarse por su traición. ¡Viva Colombia!”.
Cien años de la pérdida de Panamá
Expedicionarios colombianos
En las playas de Titumate, entre tanto, se presentó un incidente con el crucero yanqui Atlanta, superado gracias a
que su comandante reconoció estar en aguas colombianas y acató la sugerencia del general Ortiz de retirarse
hacia el occidente, aun cuando los Estados Unidos amenazaron luego con la guerra. También recibió el general
Ortiz varias embajadas de los pueblos panameños que
no eran partidarios de la separación. Entre dichas embajadas ocurrió la conmovedora escena del cacique cuna, Iñapaquiña, tribu esparcida en la región de San Blas,
quien después de rechazar obsequios del coronel Esteban Huertas para secundar su felona causa, visitó al general Ortiz para hincarse y besar la bandera colombiana
y colaborar con su tribu en la apertura del camino que
condujera por la selva a Panamá a los expedicionarios.
Junio 2004
30
Pero el patriotismo que se respiraba en
las selvas del Darién no tenía ni mucho
menos correspondencia en Bogotá,
donde el presidente Marroquín, perdido el hilo heroico de la primera
reacción y recobrado su verdadero talante, ahora sólo pensaba en salir de
cualquier forma del atolladero en que
se encontraba ante la historia, sin tener
que ver con más guerras, menos contra los Estados Unidos, cuya prepotencia no era ficticia sino real y sin posibilidades para Colombia de contrarrestarla. El mandatario, como el avestruz,
metió su cabeza en su palacio y dejó
que pasaran los días sin pronunciarse ni
dar orden alguna para ingresar militarmente en territorio del departamento de
31
Panamá, como lo esperaban los expedicionarios. Peor aún, le pareció más
conveniente para el país la disolución
de la expedición, sin sonrojo alguno y
sin mayor oposición de sus compatriotas.
Por ello, y como además la zona no ofrecía
mayores expectativas debido a su ambiente geográfico, malsano y selvático,
el entusiasmo fue decreciendo y empezó a hacer mella en la salud en la
voluntad de los valerosos soldados del
Tiradores. En abril de 1904, los sobrevivientes se vieron obligados a regresar a Cartagena, debido a la pequeñez
del mandatario colombiano.
Hacia una nueva Colombia
Una vez consumada la separación de Panamá, se despertaron en el país sentimientos de culpa, de arrepentimiento
y reconciliación, representados en las
corrientes moderadas de los dos partidos, que ganaron terreno a la sombra
del presidente Marroquín sobre el sector intransigente del conservatismo.
Fue así como el general Rafael Reyes
sobresalió de inmediato como representante de los primeros, gracias a que
se había mantenido distante de la última contienda civil y gozaba de admiración y respeto tanto por sus cualidades
militares como, sobre todo, por su espíritu tolerante, conciliador, emprendedor
y amigo del desarrollo técnico y comercial. Era garantía para sacar a un
país del estado de postración en que
se encontraba.
Su pensamiento se puede sintetizar en el
siguiente aparte de su discurso pronunciado en México ante la segunda
Conferencia Panamericana: “En tiempos pasados, fueron la Cruz o el Corán,
la espada o el libro, los que hicieron las
conquistas de la civilización; actualmente es la poderosa locomotora, volando
sobre el brillante riel, respirando como
un volcán, la que despierta los pueblos
Revista Fuerzas Armadas
al progreso, al bienestar y a la libertad… Y a los que sean refractarios al
progreso, los aplasta bajo sus ruedas”.
De ahí que su lema de campaña, “Menos
política y más administración”, despertara en la ortodoxia conservadora seria
resistencia, pues no entendía cómo
podía conciliarse el espíritu cristiano
con el desarrollo material.
Los resultados de las elecciones de 1904,
con su contrincante representante de
tal ortodoxia, el general cartagenero
Joaquín F. Vélez, estuvieron llenos de
dudas. Reyes logró la victoria gracias
a que el Gran Consejo Electoral avaló
las elecciones del distrito de Riohacha,
signadas por el fraude.
General Rafael Reyes
Con Reyes se inició una nueva fase de la
vida colombiana, expresada por una
nueva forma de hacer política e impulsar el progreso material. Urgido por
reconstruir al país, uno de sus primeros
actos de gobierno fue el de dar representación al Partido Liberal en busca
de la reconciliación, nombrando dos
ministros de ese partido. Luego diseñó
un programa económico orientado a
acrecentar las exportaciones, mediante el incremento y la protección de la
agricultura, además del comercio y el
fortalecimiento de la incipiente industria nacional. Este programa se complementó con un incremento notable
en las obras públicas para integrar y
modernizar al país, en particular las vías
ferroviarias y fluviales, así como el impulso a la navegación por el río Magdalena y la construcción de las primeras carreteras. La que se construyó sobre el viejo Camino Real de Bogotá a
Santa Rosa de Viterbo, patria chica del
presidente, fue inaugurada por él, con
el primer automóvil que se trajo al país.
proyectos de sacar al país del estado de postración económica y fiscal en que se encontraba y proyectarlo hacia el capitalismo y la modernización.
Para lograr tamaño propósito, era necesario para Reyes
modificar el Estado, especialmente con miras a obtener
la seguridad necesaria que garantizara la estabilidad,
la paz y el desarrollo. Para tal efecto, se propuso la desmovilización de todas las cuadrillas que aún se mantenían en algunas zonas del territorio nacional en calidad de bandoleros, y a desarmar a la población, estableciendo en ella controles efectivos en el uso de armas.
Así, durante 1904, el gobierno logró recoger 65 mil armas y más de un millón de municiones.
Rafael Uribe Uribe
Cien años de la pérdida de Panamá
Cuadrillas de bandoleros
La rapidez de las anteriores medidas y el
hecho de que el presidente Reyes hubiera prescindido de la clase política
burocrática tradicional, dando al sector
empresarial el manejo administrativo
del Estado, le generaron desde el comienzo fuerte resistencia en el Congreso, donde se obstaculizaron sus
propuestas, lo cual lo obligó a clausurarlo y a convocar una Asamblea Nacional, cuyos miembros representaban
a todos los departamentos. Gracias a
esta asamblea, logró obtener las atribuciones necesarias para imponer sus
Junio 2004
Además, dispuso la reorganización y profesionalización del
ejército y de la armada, para lograr un espíritu militar
auténticamente nacional, lejos de cualquier disputa partidista, entregado de lleno a servir a la patria y a cooperar en su progreso y desarrollo. Para tal efecto, en
1905 envió a Chile al general Rafael Uribe Uribe, su
noble contrincante y ahora leal servidor, como embajador ante las repúblicas de Brasil, Argentina y Chile, para que contratara en este último país una misión militar
que acometiera tal programa.
32
33
La misión chilena, presidida por los capitanes Ahumada y Guillén, llegó en
1907 a Colombia y fundó la Escuela
Militar de Cadetes, la Escuela Naval
de Cartagena y el Batallón de Artillería
Modelo, como centros de irradiación
militar, teniendo como arquetipo el prusianismo, considerado entonces en el
mundo como ideal del profesionalismo
castrense. Así, quedaron sepultadas
las costumbres politiqueras en la milicia colombiana y nació un ejército
profesional y nacional, aunque limitado
en sus efectivos por su exiguo presupuesto. Reyes también dispuso que la
guarnición de Bogotá trabajara en la
construcción del ferrocarril que la conectaría con Girardot.
Revista Fuerzas Armadas
Además, el presidente reorganizó administrativamente al país con nuevos departamentos, algunos de
los cuales no sobrevivieron a su mandato. Las
reformas económicas empezaron a cobrar impulso con la creación del Banco Central para administrar las finanzas del gobierno, surtir los préstamos departamentales y realizar oportunamente el pago de la deuda externa. Luego, se dio a la
tarea de reorganizar las rentas, estimular el capital
extranjero y reordenar la deuda externa, que entonces ascendía a 2 millones 700 mil libras esterlinas, y que mostraba como moroso al Estado colombiano en el ámbito financiero internacional.
El gobierno reconoció esta deuda para sacar al
país de esa penosa lista de morosos y abrir de
esta forma las puertas a los mercados de crédito internacional. Por medio de la Ley 59 de
Escuela Militar de Cadetes, 1907
La misión chilena, presidida
por los capitanes Ahumada y
Guillén, llegó en 1907 a Colombia y fundó la Escuela Militar de Cadetes, la Escuela Naval de Cartagena y el Batallón
de Artillería Modelo, como centros de irradiación militar, teniendo como arquetipo el prusianismo, considerado entonces
en el mundo como ideal del
profesionalismo castrense.
1905, Reyes reorganizó el sistema monetario,
dando fin a las emisiones descontroladas, causa de la inflación galopante, y logrando la estabilidad de la moneda con la equivalencia de un
peso oro por 100. Además, nacionalizó gran
parte de las rentas departamentales.
Todo lo anterior lo hizo en el marco de una política
proteccionista y de amplia intervención del Estado en la economía, que le dio a su gobierno un
cariz dinámico y progresista, pero autoritario, que
habría de causarle problemas de gobernabilidad
y una fuerte oposición política que llegó hasta
atentar contra su vida en el sitio de Barrocolorado, cerca de la capital, el 10 de febrero de 1906.
Pero fue su sentido pragmático y realista en materia internacional lo que lo condujo a abandonar
el poder. Consciente de que los Estados Unidos
se habían convertido en los principales compradores del café colombiano y se constituían en
la principal fuente de capitales de inversión,
Reyes quiso someter a consideración del Congreso un proyecto de tratado de arreglo con
los Estados Unidos y con Panamá, que fue rechazado por el Congreso y la opinión pública,
dados sus sentimientos de indignación por el
reciente despojo de Panamá.
Los tumultos y desórdenes, propiciados particularmente por sectores estudiantiles y apoyados por
una oposición creciente de los dos partidos, no
se hicieron esperar, razón por la cual el general
Reyes resolvió en una visita a Santa Marta abandonar el poder, embarcándose en un buque de
la United Fruit hacia París, después de haber dejado la presidencia en manos de Jorge Holguín.
Cien años de la pérdida de Panamá
John F. Steves
políticamente y se abrió paso hacia el capitalismo. Lástima grande que su obra no hubiera sido comprendida y en alguna medida los gobiernos siguientes se hubieran dado a la tarea
de desprestigiarla y abandonarla, dejando a media marcha sus proyectos.
La construcción del Canal
Mientras Reyes desarrollaba su obra de gobierno
en Colombia, los Estados Unidos se daban a la
tarea de construir el Canal de Panamá, cuyas
obras empezaron en 1904, con la dirección de
la comisión presidida por el almirante Walker y
el ingeniero John F. Steves, quien contra la voluntad de Bunau Varilla proyectó el canal con
esclusas. Entre tanto, el coronel médico William
Crawford Gorgas saneaba de manera efectiva
la zona, al amparo del Convenio Taft, que tuvo
vigencia durante veinte años, durante la cual se
terminaron las obras del canal. Estas obras, impulsadas con decisión y éxito por el coronel in-
William Crawford
George W. Goethals
D. D. Gaillard
Controvertido y criticado por los sectores políticos,
el gobierno del general Rafael Reyes ha sido
reconocido como el mejor o por lo menos como
uno de los mejores que en materia de progreso
y desarrollo tuvo el país durante el siglo XX.
geniero George Washington Goethals, con la
colaboración del teniente coronel D. D. Gaillard,
verdadero vencedor de los obstáculos que habían avasallado a los franceses. Uno de ellos, el
corte de la culebra, hoy es llamado cut gaillard.
Antes de su gobierno, Colombia era un país casi
feudal, casi con las mismas estructuras socioeconómicas con que gobernó España durante
la Colonia, sin que los tenues intentos de sacarla de esta condición en el siglo XIX hubieran tenido éxito. Con Reyes, el país recomenzó
su integración y modernización, se estabilizó
Paralelamente a la construcción del canal, las fuerzas estadounidenses intervinieron abusivamente en las tres elecciones presidenciales panameñas subsiguientes, de 1908, 1912 y 1918.
Sólo en 1824 los Estados Unidos abrogaron
el Convenio Taft, que por cierto generó nuevas
protestas panameñas, y sólo con la llegada a
Junio 2004
34
35
la presidencia del segundo Roosevelt, Franklin
Delano, se convino una declaración conjunta
que estableció el uso de la Zona del Canal de
manera exclusiva para las comunicaciones interoceánicas, con ventajas económicas para
Panamá.
El canal fue inaugurado el 15 de agosto de 1914,
en pleno inicio de la Primera Guerra Mundial. El
vapor Ancón, de propiedad de la Panama Rail
Road, fue el primero en cruzarlo del Atlántico al
Pacífico, con el presidente Belisario Porras a
bordo, quien había terminado por aceptar el hecho cumplido de la independencia panameña y
gozaba de la estima de sus compatriotas. Para
entonces, era presidente de los Estados Unidos
Woodrow Wilson, del Partido Demócrata y distante de Teorodo Roosevelt, quien entregó el
poder desgastado por su autoritarismo y enredado en los hilos de corrupción que giraron alrededor del contrato con los franceses.
Revista Fuerzas Armadas
Por todo ello, los norteamericanos empezaron a
sentir vergüenza de su presidente, quien ya se
había descarado orgullosamente en San Francisco en una conferencia en la Universidad de
California, afirmando: “I took the Canal Zone”,
que equivalía a “I Took Panamá”, declaración
que se esparció por los Estados Unidos con
enorme revuelo.
El pueblo estadounidense, cansado del absolutismo de Roosevelt y de su forma arbitraria de resolver los delicados asuntos de gobierno, llevó a
la presidencia a su opositor, el señor Wilson, del
Partido Demócrata. Desapareció así de la escena
panameña, y no fue invitado a la inauguración el
gestor de la obra del canal, que proyectó con
ella la hegemonía estadounidense en el mundo,
tal como lo había previsto el almirante Mahan.
Teodoro Roosevelt
Efectivamente, Nelson Cromwell y Bunau Varilla por
fin habían sido descubiertos y envueltos en el
escándalo, llevándose en él nada menos que a
un cuñado del presidente Roosevelt y a un hermano de su candidato Tanft. Este escándalo fue
dado a la luz pública por el prestigioso periódico
World, de Nueva York: el director, Joseph Pulitzer,
publicó la pregunta de quién se quedó con los
40 millones de dólares que costó la negociación,
los cuales no llegaron de Francia a Estados Unidos. Hoy ya sabemos que fueron a parar al bolsillo de varios magnates estadounidenses, entre
los cuales obviamente estaba Cromwell.
Los estadounidenses empezaron a sentir
vergüenza de su presidente, quien ya se
había descarado orgullosamente en San
Francisco en una conferencia en la Universidad de California, afirmando:“I Took
the Canal Zone”, que equivalía a “I Took
Panamá”, declaración que se esparció por
los Estados Unidos con enorme revuelo.
Cien años de la pérdida de Panamá
Aun cuando se dice que Roosevelt nunca
se arrepintió de este hecho y siempre
se vanaglorió de haberlo realizado, en
sus memorias dejó estampado algún
signo de remordimiento, o al menos
de reparación moral, al señalar: “Sentí
profundamente, y lo siento ahora también profundamente, que el gobierno
de Colombia me hubiera obligado a
tomar el paso que tomé. Pero no tenía
otra alternativa compatible con el estricto cumplimiento de mi deber hacia
mi propia patria y hacia las naciones
de la humanidad. Sé que el pueblo colombiano tiene magníficas cualidades;
que hay en él un círculo de hombres
y mujeres altamente cultos que honrarían la vida social de cualquier país;
que en este pequeño círculo ha habido
un desarrollo intelectual y literario que
compensa en parte el estancamiento
y analfabetismo de las masas populares; y sé también que aún estas clases
iletradas poseen bellas cualidades. Pero desgraciadamente en materias internacionales, toda nación debe ser juzgada por los actos de su gobierno. La
gente buena de Colombia no hizo aparentemente ningún esfuerzo, con seguridad no lo hizo con buen éxito, para
inducir a su gobierno a obrar de buena
fe para con nosotros y, naturalmente,
tuvo que sufrir las consecuencias”.
Las anteriores circunstancias empezaron
a obrar en Roosevelt a partir de la Tercera Conferencia Panamericana de
Rio de Janeiro en 1906, cuando quiso
disfrazar ante América Latina sus sentimientos imperialistas por medio de
su nuevo secretario de Estado, Elihu
Root, quien se atrevió a venir a Cartagena, donde fue recibido por el pueblo
de forma nada hospitalaria.
Los bustos de los próceres y mártires de
la independencia fueron cubiertos con
cintas y mantos negros, aunque el gobierno se esmeró en atender a dicho
Junio 2004
William Taft
Vapor Ancón, primero en cruzar
el Canal de Panamá, 1914
personaje, logrando con ello la promesa de un
arreglo decoroso. Arreglo que se proyectó tres
años más tarde con el nombre de Cortés-Root,
mientras con Panamá se propuso el CortésArosemena.
Por medio del primero, Colombia adquirió el derecho en el Canal de Panamá de trasportar por
todo tiempo buques, tropas y material de guerra, y otras ventajas menores. El segundo se
refirió a las compensaciones de Panamá a Colombia y a la delimitación territorial de los dos
países.
Pero fueron tales proyectos de tratado los que,
como ya lo dijimos, al ser presentados en el
Congreso colombiano por el presidente Reyes,
causaron en gran medida desórdenes, tumultos
y agitación social. El pueblo, resentido por el
despojo y azuzado por los políticos del nuevo
36
37
Partido Republicano, se reveló contra su presidente, circunstancia que lo determinó a abandonar el poder en 1909, dejando a Jorge Holguín en él.
Dos nuevos intentos de arreglo propusieron en
1911 el secretario de Estado Knox y el presidente Taft por intermedio de su enviado plenipotenciario en Bogotá, James T. Dubois, quien
sugirió la construcción de un nuevo canal por
el Atrato y el derecho de los Estados Unidos a
construir unas carboneras en San Andrés Islas.
Estas propuestas fueron rechazadas de plano
por el presidente Carlos E. Restrepo, con la siguiente nota: “El presidente Roosevelt nos arrebató ya la parte más valiosa de nuestro territorio,
Carlos E. Restrepo
Jorge Holguín
y ahora lo envía a usted para llevarse nuestras
islas y la única ruta del canal que nos queda.
¿Hay algo más que desee quitarnos el coloso
del norte?”.
El resarcimiento y un nuevo despojo
El arreglo definitivo con los Estados Unidos no
llegó sino al asumir la presidencia el señor Wilson, con su ministro Thaddeus Austin Thompson,
y en el cual por parte de Colombia estuvieron
Marco Fidel Suárez y su ministro Urrutia. Con
dicho tratado, que pasó a ser ley de la República el 9 de junio de 1914, ganamos no sólo
las ventajas del propuesto por Root, sino además las mismas compensaciones económicas
Revista Fuerzas Armadas
de los Estados Unidos al pasar o entrar a la
Zona del Canal y una indemnización de 25 millones de dólares. También incluía un resarcimiento moral que no fue aceptado por el Congreso de los Estados Unidos.
Efectivamente, el tratado Urrutia-Thompson, como
consecuencia de la cláusula moral, durmió por
varios años en las gavetas de la Comisión de
Relaciones Exteriores del Congreso estadounidense, tanto porque la guerra europea consumía gran parte de su esfuerzo, como porque
Teodoro Roosevelt, aún vivo, al conocer su contenido, arrebatado por la ira y la desesperanza
de pasar a la historia como lo que efectivamente fue, exclamó: “El propuesto tratado es un
Presidente Wilson, 1915
crimen contra los Estados Unidos. Es un ataque
al honor de esta nación, que nos condenaría a la
infamia si se aprobase. El pago sólo tendría justificación si se reconociera que los Estados Unidos desempeñaron el papel de ladrón o reducidor
de mercancías robadas”.
Sólo con la conclusión de la Primera Guerra Mundial en 1918 y la muerte de Roosevelt un año
después, el Senado estadounidense se ocupó
del Tratado Urrutia-Thompson. Pero entonces
ocurrió otra circunstancia imprevista, generada ya no por la posesión de un área estratégica mundial, sino de un recurso estratégico
considerado fundamental en el futuro de la
Mientras Panamá progresaba en las dos
primeras décadas del siglo XX con la
construcción del canal, Colombia lograba
su recuperación de la guerra y trataba
de sanar las heridas proferidas a su soberanía, de tal forma que, con el tiempo,
pudo iniciar un nuevo impulso a su progreso social y económico. Pero el odio y
el resentimiento contra los Estados Unidos tardarían mucho tiempo en amainar.
humanidad: el petróleo, que brotaba en las llanuras colombianas y venezolanas, sobre el cual
habían puesto sus ojos avarientos los grandes
magnates norteamericanos.
Ocupaba la presidencia de Colombia Marco Fidel
Suárez, quien para preservar tamaño recurso,
declaró el subsuelo de la nación como propiedad del Estado. Dicho decreto cayó como balde
de agua fría en Washington, donde un amigo
de Roosevelt que ahora cuidaba su memoria,
Cabot Lodge, logró que se devolviera el tratado
a la Comisión de Relaciones Exteriores para
que se modificara la cláusula moral que resarcía a Colombia y de paso se exigiera una modificación que garantizara las propiedades petrolíferas de los norteamericanos en el país.
Estas modificaciones las rechazó de plano el
Congreso colombiano, mientras la Corte Suprema de Justicia declaraba inexequible el decreto
de nacionalización del subsuelo, proferido por
el presidente Suárez.
Cien años de la pérdida de Panamá
Cabot Lodge
Con tal providencia de inconstitucionalidad de la
Corte Suprema de Justicia, que abría la puerta
a los Estados Unidos para la apropiación del
petróleo colombiano, se creó en el Congreso
de ese país el ambiente para la aprobación de
las enmiendas propuestas por Bogotá al tratado Urrutia-Thompson, que terminó con su aprobación definitiva el 20 de abril de 1921.
1921, dicho tratado fue aprobado sin más modificaciones por el Congreso colombiano, consumándose así un nuevo despojo, ya no sobre
una área estratégica de la geografía mundial,
sino sobre un recurso estratégico vital y esencial
para el progreso y la civilización: el petróleo.
Desde luego que las condiciones del tratado fueron benéficas para Colombia, como quiera que
le otorgaron beneficios en la Zona del Canal,
y los 25 millones de dólares le sirvieron al gobierno para fortalecer la maltrecha economía
y proyectar al país hacia un futuro mejor, especialmente con un programa de obras públicas
que lo integraran y facilitaran su desarrollo.
Pero también el Tratado Urrutia-Thompson sirvió a
los tenaces opositores del presidente Suárez,
entre ellos Laureano Gómez, para demolerlo
moralmente y con ello sacarlo del solio de Bolívar, que tuvo que dejar en cabeza de Jorge Holguín. Hasta que al fin, el 22 de diciembre de
Junio 2004
38
39
Pero el resarcimiento moral que no se concretó en
los niveles oficiales de los Estados Unidos sí se
dio en altos círculos políticos, académicos y periodísticos de ese país, encabezados por el ya
citado publicista Pulitzer. El senador Pettus expresó al respecto de Panamá: “ ¿Hemos llegado
a ser tan grandes, nuestro Señor nos ha confiado este poder, para que abusemos de él como
valentones? Temo que sea así. Temo que nuestra grandeza nos impida el ser justos, y el pueblo
lo teme también. Y cuando la grandeza de una
nación le impida ser justa, también le impedirá
ser respetada por sus propios ciudadanos”.
Por su parte, el senador Stone, en alusión a las
órdenes y disposiciones de Roosevelt con su
embajador en Bogotá para presionar la firma
del tratado Herrán-Hay durante la administra-
Revista Fuerzas Armadas
ción de Marroquín, que fueron las que más influyeron en el ánimo de los senadores colombianos para denegar dicho tratado, afirmó: “Es
un leguaje extraño de un soberano al dirigirse
a otro. No es el lenguaje de la diplomacia, de la
amistad o de la cortesía, sino el de la amenaza.
No fue escrito para persuadir, sino para intimidar y ejercer coacción. ¿Se hubiera atrevido el
Secretario de Estado, en iguales circunstancias,
a dirigir una comunicación de esta clase a una
potencia de primer orden?”.
De esta manera, mientras Panamá progresaba en
las dos primeras décadas del siglo XX con la
construcción del canal, Colombia lograba su
recuperación de la guerra y trataba de sanar
las heridas proferidas a su soberanía, de tal
forma que, con el tiempo, pudo iniciar un nuevo impulso a su progreso social y económico.
Pero el odio y el resentimiento contra los Estados Unidos tardarían mucho tiempo en
amainar.
Tal resentimiento nacional en contra de los Estados Unidos incluso tendió a acrecentarse en
la década de los años 30, cuando Alemania
colaboró en el desarrollo de la aviación comercial de Colombia, en particular de su Fuerza
Aérea, con pilotos y aviones germanos, que luego fueron de gran valor en la guerra contra el
Perú.
John Milton Hay firmando el tratado
John Hay
Esta circunstancia hizo pensar al gobierno estadounidense que tal vez, a la sombra del antiyanquismo, se estaba fraguando un proyecto
militar sobre el Canal de Panamá. Por ello, el
gobierno colombiano se vio obligado a desvirtuar estos rumores, hasta llegar al ominoso caso de perseguir y olvidar a quienes habían
llevado a Colombia al liderazgo en la América
Latina en materia de aviación.
Sólo después de la Segunda Guerra Mundial, cuando los Estados Unidos tomaron el liderazgo del
mundo libre y eran ya de lejos nuestro principal
socio comercial y fuente de inversión extranjera, los colombianos empezamos a aceptarlos, dejando el resentimiento, pero sin olvidar
a Panamá.
N
inguna operación militar en la historia ha recibido tan intenso cubrimiento como la que el 6 de junio de
1944 lanzó sobre las playas y contrafuertes rocosos de Normandía, en la costa norte de Francia, el más
formidable desembarco anfibio registrado en los anales bélicos. Poco resta por decir. En busca de una
aproximación diferente al cumplirse el sexagésimo aniversario del acontecimiento, se presentan en este recuento las versiones, coincidentes o controversiales, de los principales antagonistas en los mandos
aliados u hostiles en esa fecha de dimensiones apocalípticas.
Junio 2004
40
41
Revista Fuerzas Armadas
La guerra a comienzos de 1944
En los cuatro teatros de guerra –Europa Oriental, el Mediterráneo, el Pacífico y Europa
Occidental– la frase de Winston Churchill en sus Memorias cobra realidad: “El gozne
del destino comienza a girar”. En todos se advierte la declinación del poderío que en
1939 y hasta bien entrado 1941 asombró al mundo con la Guerra Relámpago, que
paseó triunfalmente las divisiones blindadas nazis bajo cobertura aerotáctica por toda
Europa, al paso que las fuerzas imperiales japonesas se desbordaban por el Sureste
Asiático, hundían las armadas estadounidense y británica, ocupaban Filipinas y amenazaban Hawai y Australia.
En el teatro soviético, la nieve y el lodo detuvieron la fulgurante penetración germana
a las puertas de Moscú. En el Mediterráneo, los ingleses batían definitivamente al
Afrika Corps del mariscal Erwin Rommel, los americanos desembarcaban en el norte
de Africa y luego las dos fuerzas aliadas en Sicilia y el sur de Italia, en tanto la caída
de Mussolini, destituido por el rey Víctor Manuel, tornaba el gobierno presidido ahora
Por General Alvaro Valencia Tovar
Asesor Revista Fuerzas Armadas
Se acaba de cumplir el sexagésimo aniversario del más formidable asalto anfibio ejecutado en
la historia, que fue un hecho
decisorio en la Segunda Guerra
Mundial.
por el mariscal Pietro Badoglio a la causa aliada. En el
Pacífico, el general Douglas MacArthur, rescatado de
la isla de Corregidor, en Filipinas, por orden del presidente Franklin Delano Roosevelt, asumía la ofensiva,
apoderándose de la iniciativa a partir de la doble batalla
de Guadalcanal y el Mar del Coral.
Franklin D. Roosevelt
Normandia
En la Europa Occidental, como dos gladiadores en apresto,
la concentración de fuerzas aliadas en Inglaterra se
enfrentaban a la Muralla del Atlántico, fantasía creada
por la maquinaria propagandística de Goebbels como
disuasivo para el inminente asalto angloamericano y el
fortalecimiento del alicaído frente interno.
El día “D” en Normandía
Comandante para Overlord
El asalto aliado al continente europeo, inicialmente denominado Operación Roundup, requería el nombramiento de un comandante supremo. El forcejeo angloamericano para que fuera un general del respectivo ejército
finalizó en 1943 con la Conferencia de Quebec. Allí
Churchill, con su sentido pragmático y realista de las
encrucijadas históricas, aceptó que el balance del poder
entre las dos naciones en el esfuerzo final sobre Europa
justificaba un comandante estadounidense. Correspondió al general George Marshall, jefe del Estado Mayor
Conjunto en Washington, proponerlo.
Junio 2004
42
La elección recayó en Dwight David
Eisenhower, número 24 del escalafón
en su ejército. Marshall lo conocía bien
y por ello lo había nombrado para comandar el desembarco en Africa del
Norte y posteriormente en Sicilia y el
sur de Italia. Al no poder comandar
él mismo la operación, por cuanto
Roosevelt no aceptaba desprenderse
de su insustituible colaborador militar,
no buscó a un gran estratega, sino antes que todo a un jefe con capacidad
conciliadora para articular efectivamente el alto mando y las relaciones
con los generales británicos, entre quienes había personalidades brillantes
como Alan Brook, jefe del Estado Mayor; Harold Alexander, comandante
aliado en los desembarcos de Sicilia
e Italia y luego del teatro de operaciones italiano, y Bernard Montgomery,
héroe de El Alamein.
43
Revista Fuerzas Armadas
La imposición de un novel comandante estadounidense requería
lo que suele definirse en relaciones humanas como las tres T:
tacto, tino y talento. Eisenhower las tenía de sobra. La sonrisa
Eisenhower, con que enfrentaba los más arduos problemas,
pronto se hizo famosa en el teatro europeo. En la práctica y
ante la realidad, el comandante supremo evidenció una cualidad
del liderazgo militar: visión para escoger la opción victoriosa y
capacidad para tomar decisiones difíciles.
Dwight D. Eisenhower
MAR DEL NORTE
Hamburg
Bremen
Liverpool
HOLANDA
Costa del Mar
del Norte
INGLATERRA
Paso de
Calais
er
The Hague
ALEMANIA
2
Bristol
Dover
n
Ri
Antwerp
BELGICA
Plymouth
Caen y
Cotentin
Le
Havre
Frankfurt
3
Le Havre
Bretaña
4
Brest
W
eb
1
LONDON
Elb
e
Caen
Se
na
PARIS
5
Orléans
Lorient
St. Nazaire
Bahía de
Vizcaya
6
ire
Lo
FRANCIA
Dijon
SUIZA
Lyon
ITALIA
Bordeaux
Croquis
1
Visión del Plan Overlord
.
• Selección del lugar
de desembarco
De las seis áreas posibles del litoral
europeo (Croquis 1), cuatro fueron descartadas por acumulación de factores adversos. La
alternativa final se concentró en
el Paso de Calais, en el estrecho
sector oriental de las costas inglesa y francesa, por una parte,
y la costa normanda de Calvados, entre la desembocadura del
Orne, al oriente, y la península
de Cotentin, al occidente, donde
las playas quedarían con sus flancos cubiertos por los ríos Orne y
Sena a un lado y la península al
otro.
Los factores gobernantes para la decisión final fueron, en
primer lugar, el radio de acción de las fuerzas aéreas
para el apoyo de los asaltos anfibio y aerotransportado;
la fortaleza de las defensas costeras germanas; las características topográficas de las diversas zonas; el orden de batalla enemigo, en especial de sus fuerzas
blindadas; y, finalmente, la posibilidad de toma de un
puerto francés para complementar los muelles prefabricados de tendido en las playas, con el fin de efectuar
los subsiguientes desembarcos masivos materiales y
humanos.
La imposición de un novel comandante estadounidense,
Dwight David Eisenhower, como comandante supremo del
desembarco, requería lo que
suele definirse en relaciones
humanas como las tres T: tacto,
tino y talento. Eisenhower las
tenía de sobra. La sonrisa Eisenhower, con que enfrentaba
los más arduos problemas,
pronto se hizo famosa en el
teatro europeo.
El día “D” en Normandía
Soldados alemanes
• El asalto anfibio:
objetivos y fuerzas
Dentro del espacio señalado, se escogieron cinco sectores de playa con los nombres-código Sword, Juno, Gold,
Omaha y Utah, de oriente a occidente. Las tres primeras se asignaron a los anglocanadienses, y las dos
últimas a los estadounidenses. Una división de infantería por playa constituiría el escalafón de asalto (Croquis 2). El segundo escalón lo integró el resto de las
divisiones y cuarteles generales de un Cuerpo de Ejército por sector, que en la progresión del desembarco
constituían los esqueletos del Primer Ejército Estadounidense y Segundo Británico. Para el día D+7 deberían hallarse en tierra dos grupos de ejércitos: el
12 y el 21, de las citadas nacionalidades.
Junio 2004
44
• Concepto general de la maniobra
Durante la noche lunar del D-1, las divisiones estadounidenses 82 y 101 y la
sexta inglesa descenderían sobre el
cuello de la península de Cotentin, las
primeras, y entre Caen y el mar, la última, para bloquear la llegada de refuerzos y asegurar las líneas de partida
para el avance ulterior.
Simultáneamente, una ola de barreminas y
embarcaciones menores abriría corredores hacia las cinco playas, y hombres
rana removerían los obstáculos submarinos para permitir el acceso de las
lanchas de asalto. Mil bombarderos
45
Revista Fuerzas Armadas
ingleses, seguidos de otros tantos norteamericanos en oleadas sucesivas, cumplirían la doble
tarea de apoyar los desembarcos y paralizar las
fuerzas enemigas de refuerzo, así como puentes
y vías de comunicación. Los maquis franceses,
en la retaguardia según planes preestablecidos,
complementarían el ataque aéreo con sabotajes.
El lado alemán
La defensa germana contra el inminente asalto descansaba en la Muralla o Fortaleza del Atlántico,
fabricada por el Ministerio de Propaganda del
Reich. Constituía una fortaleza supuestamente
inexpugnable, extendida desde Holanda hasta
el litoral francés. Otra era la realidad. La carencia
de materiales y mano de obra para semejante
empresa se traducía en una serie de fortines débilmente articulados con obstáculos, atrincheramientos reforzados y campos de minas.
Maquis franceses
la maniobra ofensiva. Dos grupos de ejércitos,
A bajo su orden directa, y el B, puesto a órdenes
del también mariscal Erwin Rommel, recién llegado de Africa, con su prestigio ganado en las
arenas de Libia y Cirenaica intacto, a pesar de
la derrota ante fuerzas abrumadoramente superiores. Cuarenta y nueve divisiones de infantería, la mitad mecanizadas y diez blindadas, se
distribuían entre las fortalezas costaneras y las
reservas móviles.
El mando en Francia lo ejercía el mariscal de campo
Gerd von Rundstedt, consumado estratega de
Croquis
2
UTAH
OMAHA
1° Ejército E.U.
GOLD
JUNO
SWORD
2° Ejército Británico
Cherbourg
90° Div. Infantería
2° Div. Infantería
VII Cuerpo E.U.
XXX Cuerpo Brit.
I Cuerpo Brit.
V Cuerpo E.U.
Valognes
4° Div. Infantería
Me
rde
ret
29° Div. Infantería
1° Div. Infantería
82° División AT
CDN. 3° Div. Infantería
50° Div. Infantería
3° Div. Infantería
Ste. Mère Eglise
Douve
101° División AT
Aure
Carentan
Isigny
Bayeux
te
Tau
Caen
Coutances
ne
St. Lô
Or
Périers
Vir
e
La Haye
du Puist
6° División AT
Adolfo Hitler
Estas fuerzas, en apariencia formidables, no se hallaban completas.
Sus efectivos, inferiores a los cuadros orgánicos, se adicionaban
con juventudes hitlerianas cuyo fanatismo no suplía la insuficiencia de entrenamiento y madurez, junto a convalecientes del
frente ruso, discutibles aliados de países bajo ocupación nazi y
hombres que habían desbordado la edad militar.
• El mando
Este presentaba, desde la detención de la ofensiva ante Moscú,
una grave dicotomía. Hitler había asumido el mando supremo
y su carácter egocéntrico y autocrático adquiría ribetes de megalomanía enfermiza. Carente de formación militar –apenas había sido cabo estafeta en la I Guerra Mundial–, poseía la intuición
estratégica que condujo a los éxitos iniciales de Austria y Checoslovaquia sin combate, Polonia y Francia en la Guerra Relámpago, seguidos de la ocupación de los Balcanes, Grecia, Noruega y Dinamarca. Sucesos
fulgurantes que acentuaron
Hitler había asumido el mando supremo su egolatría hasta un grado
y su carácter egocéntrico y autocrático ad- de infalibilidad, que lo llevó
quiría ribetes de megalomanía enfermiza. a rechazar ideas y concepCarente de formación militar, poseía la in- tos distintos a los suyos.
El día “D” en Normandía
tuición estratégica que condujo a los éxitos
iniciales de Austria y Checoslovaquia sin
combate.
Como suele ocurrir con carácteres de su tipo, se rodeó de dos generales sin brillo ni prestigio. Keitel, comandante del Cuartel
General del Fuhrer (Comando General en nuestros términos) y
Alfred Jodl, jefe de su Estado Mayor. Ninguno de los dos poseía
la personalidad requerida para decir la verdad al jefe supremo
del Reich. Ordenanzas serviles, ejecutores impasibles y mudos
de la omnímoda voluntad hitleriana, plenos con su encumbrada posición, ni siquiera transmitían a su amo los angustiados
mensajes de los frentes de guerra por temor de incomodarlo.
El abismo conceptual que tal situación abría entre el Fuhrer engreído, tiránico, renuente a admitir opiniones y criterios de sus
experimentados generales y un mando castrense brillante como
Junio 2004
46
47
Revista Fuerzas Armadas
El Fuhrer con las juventudes hitlerianas
pocos en la historia militar, rompía la unidad de
mando y el acuerdo intelectual entre jefes, sin
el cual se marcha a la catástrofe.
• Estrategias divergentes
Dos aspectos fundamentales dictaron el pensamiento estratégico alemán: dónde se produciría
el desembarco aliado y cómo contrarrestarlo.
Hitler confiaba ciegamente en la capacidad alemana de rechazar el asalto con las poderosas
defensas de la Fortaleza del Atlántico. Si el desembarco llegare a producirse, los invasores serían
arrojados al mar por la reserva estratégica. Von
Rundstedt, quien conocía bien la debilidad de
la muralla Goebels, abogaba por contener la
inevitable penetración con maniobras flanqueantes en el interior de Francia una vez alargadas
las líneas de comunicación del adversario, lo que
suponía la ubicación de las reservas en profundidad. Rommel, decepcionado de las defensas
costaneras desde su primera inspección, quería
situar las reservas a distancias inmediatas a las
playas para lanzar contraataques blindados antes de la consolidación de las cabeceras de playa.
En cuanto al lugar, Hitler y Rundstedt opinaban
que el asalto se produciría en el Paso de Calais
por la cercanía a la costa británica. Rommel
presintió que se efectuaría en Normandía y se
dedicó, alarmado por la debilidad del sector, a
reforzar las defensas, emplazar artillería de lar-
Erwin Rommel
go alcance y aprovechar rocas y peñascos para
afianzar el sistema defensivo con fuegos cruzados. Famosos se hicieron los espárragos de Rommel, postes de acero puntiagudo clavados en
las playas y el fondo del mar para contener y
rasgar el fondo de las embarcaciones de asalto.
• Balance de poder
Las fuerzas terrestres, dada la situación defensiva
germana, podían considerarse equilibradas en
las fases iniciales del asalto. Rommel, con base
en las experiencias de los desembarcos aliados
en Sicilia e Italia, expresó en una conferencia
ante el alto mando: “Si no conseguimos rechazar al enemigo en el mar, o arrojarlo fuera del
continente, si desembarca, en las siguientes 48
horas la invasión habrá tenido éxito y la guerra
se perderá por falta de una reserva estratégica
a distancia inmediata de la costa”. Fiel a esta
idea, reclamó con ahinco al propio Hitler entre 6
y 8 divisiones panzer y otras tantas motorizadas.
El Fuhrer ofreció enviarlas. Nunca llegaron. Y
lo que es peor, las disponibles no podían emplearse sin autorización expresa de Hitler.
Donde el balance de poder se descompensó dramáticamente fue en los órdenes aéreo y naval. Frente a los
2 mil aparatos aliados que actuaron el Día D, la disponibilidad alemana era de 198 bombarderos, 125 cazas y 115 de transporte. Contra la formidable armada angloamericana, sólo se tenían 3 destructores, 36
lanchas rápidas y 34 submarinos.
El día más largo del siglo
Así bautizó el escritor estadounidense Cornelius Ryan el 6 de junio de 1944. La invasión había sido programada para el 5 de junio, pero, contrario a los pronósticos de los meteorólogos, el 4 en la noche se desató
un temporal en el Canal de la Mancha, cuando ya las avanzadas navegaban hacia las playas y el escalón
de asalto había abordado los buques. Emprender la operación en semejantes condiciones era enfrentar la inminencia de un desastre. Retenerla hasta la próxima noche lunar, necesaria para el salto de los
paracaidistas y el apoyo aéreo, podría exponer el secreto cuidadosamente guardado, pero inocultable
durante cuatro semanas más.
El día “D” en Normandía
Eisenhower dando las últimas instrucciones para el desembarco en Normandía
Ante la imposibilidad de predecir la duración de la
tormenta, se realizó una junta de emergencia y
se convocó al jefe de Servicios Meteorológicos
británico, quien expuso, sin poder asegurarlo, que
existía una débil posibilidad de buen tiempo en la
noche del 5. Todas las miradas se clavaron con
ansiedad en el comandante supremo.
Los factores gobernantes para la decisión
final del lugar del desembarco fueron el
radio de acción de las fuerzas aéreas; la
fortaleza de las defensas costeras germanas; las características topográficas; el orden de batalla enemigo, y, finalmente, la
posibilidad de toma de un puerto francés.
“El silencio duró cinco minutos completos –narra el general estadounidense Walter Bedell Smith– mientras
el general Eisenhower permanecía sentado en un sofá (...) Yo nunca había comprendido la soledad y
el aislamiento que puede experimentar un jefe en el momento de adoptar una decisión tan trascendental... Permanecía tenso y callado, pensativo, pensando los pros y contras... Finalmente levantó la mirada
y la tensión desapareció de su rostro cuando dijo animosamente: ‘Muy bien, iremos’”.
Junio 2004
48
49
Revista Fuerzas Armadas
Desarrollo de la operación
Las divisiones aerotransportadas cumplieron su cometido con menos bajas de
las esperadas. Los estadounidenses
aseguraron las rutas a través de los
pantanos, hacia Carentan, cuello de
botella estratégico de la península de
Cotentin. Los británicos se interpusieron entre la base de Caen y las playas,
cerrando la ruta al arribo de refuerzos
y abastecimientos, con su defensa perimétrica apoyada en el río Orne.
El escalón de asalto tomó casi por sorpresa las playas, abriendo espacio para el
desembarco del segundo escalón. En
Omaha, los norteamericanos hallaron
feroz resistencia anclada en los contrafuertes rocosos que bordeaban la playa. El general Omar Bradley, comandante de la fuerza estadounidense,
ante la terrible masacre llegó a pensar
en prescindir de dicha playa, pero sus
Rangers, en acción de increíbles intrepidez y audacia, escalaron los farallones y eliminaron las resistencias en
feroz combate cuerpo a cuerpo.
En torno a las cabeceras de playa se desarrolló una serie de violentas acciones
a medida que las reservas tácticas de
la zona acudieron a cumplir la orden
hitleriana de arrojar los invasores al
mar. Al término de la sangrienta jornada, aparte de los 5.300 paracaidistas
ingleses y 13 mil estadounidenses, 35
mil de esta nacionalidad y 75 mil entre
británicos y canadienses se habían situado en las cinco cabeceras de playa,
y desde Utah el Cuerpo de Ejército del
general Omar Bradley lograba contacto con los paracaidistas, y con ellos
iniciaba veloz avance hacia Carentan.
Si bien es cierto que los objetivos en profundidad, Caen y Bayeux, no se tomaron según lo previsto, se habían consolidado fuertes arcos defensivos en torno
a las playas; los muelles prefabricados
ingleses permitieron el desembarco de las divisiones
blindadas que se aprestaban para penetrar el frente
enemigo al amanecer, y el torrente logístico aseguraba
los abastecimientos para sostener la ofensiva.
La reacción alemana
La sobreextendida defensa alemana del litoral europeo daba razón a Federico el Grande de Prusia cuando sentenció: “El que quiera defenderlo todo, no defiende nada”.
A lo cual añadía: “Las mentes mezquinas pretenden
defenderlo todo; los hombres sensatos se concentran
en lo esencial”.
El escritor estadounidense Cornelius Ryan
bautizó el 6 de junio de
1944, día del desembarco, como El día más largo del siglo.
Cornelius Ryan
Ante la vulnerabilidad de la defensa, la posibilidad de cumplir el mandato de Hitler
y el pensamiento estratégico de Rommel
residía en el poder y la ubicación de la
reserva estratégica. Las diferentes concepciones del fracturado mando alemán produjeron el mismo efecto sobre
ese punto crucial. El centro de gravedad se hallaba en el Paso de Calais;
las fuerzas asignadas para la misión de
contraataque resultaron insuficientes,
y el grueso de las reservas al oeste de
Francia se hallaba demasiado distante
de la costa de Normandía.
Cuando Von Rundstedt pidió su relevo del Comando en Jefe del Oeste,
dijo: “Siento que me vuelvo viejo.
Otro más joven que yo debe
sucederme”. Cuando su interlocutor
le preguntó qué creía que debería
hacerse, la seca respuesta retumbó
en el puesto de mando, ante sus
oficiales estupefactos: “¡Pues poner
fin a la guerra, idiotas!”.
El día “D” en Normandía
El general Omar Bradley, en su obra A
General’s Life (no traducida al español)
sostiene que el mando alemán tuvo
una última oportunidad de éxito si hubiera desplazado hacia Normandía desde el primer instante las 19 divisiones
de infantería del 15 Ejército, situadas
a 120 millas en el Paso de Calais, y las
5 blindadas de Rundstedt. Los dos comandantes en el teatro francés, Rommel y Rundstedt, quisieron hacerlo ante
la evidencia de que lo de Normandía
no era una finta sino la operación misma, pero la drástica orden de Hitler lo
impidió.
Hay momentos cruciales en todas las guerras cuando el destino pende de un hilo
invisible. El mal tiempo del día 4 hizo
pensar a Rommel que los aliados no
atacarían, y partió para Alemania en
nueva demanda de Hitler de los refuerzos pedidos. Hitler, bajo la influencia de
somníferos, dormía profundamente y
no celebró su acostumbrada conferencia matinal el día 6. Nadie se atrevió a
despertarlo. Cuando Von Rundstedt,
atónito ante la magnitud del desembarco, llamó a Hitler en pedido urgente de
autorización para emplear la reserva estratégica, Keitel le reiteró las órdenes
permanentes del Fuhrer: arrojar al mar
a los asaltantes. Sí, ¿pero con qué?
Junio 2004
Von Rundstedt
Hacia las dos de la tarde, Hitler se enteró del llamado de
Rommel. Fiel a su idea de que lo de Normandía era
una finta, decidió esperar. Cuando Rommel regresó a
su puesto de mando sin haber podido hablar con Hitler,
las 48 horas decisivas que él mismo había contemplado
mostraban un enemigo afianzado en las playas y en
proceso de penetrar hacia el interior de Francia. Lanzarlo al mar, como ordenaba Hitler obcecadamente, ya no
era posible, y menos aun bajo la supremacía aérea aliada. Sólo quedaba la alternativa de reagrupar la reserva
estratégica en el corazón de Francia y efectuar la maniobra prevista por Rundstedt.
Maestros ambos en la guerra móvil, los dos mariscales
sostuvieron ante Hitler la necesidad de efectuar un
encogimiento del frente que amenazaba derrumbarse
50
51
y recurrir a la maniobra envolvente sobre las
alargadas líneas de comunicaciones adversarias, o al menos golpear sus flancos a la manera de lo actuado en el frente ruso dos años
atrás y en Africa hasta fechas recientes. Hitler,
después de hacerlos esperar varias horas sin
ninguna consideración, abrió fuegos con una
airada reprensión, rechazó cualquier idea que
no fuese la defensa tenaz –sin oír explicaciones de fondo– y les endilgó una torrentosa
filípica sobre la próxima acción de sus armas
secretas, que definirían la guerra: los cohetes
V1 y V2, la bomba atómica y los aviones de
retropropulsión. De éstas, tan sólo los cohetes
Revista Fuerzas Armadas
vuelvo viejo –le dijo a Keitel por teléfono–. Otro
más joven que yo debe sucederme”. Cuando
su interlocutor le preguntó qué creía que debería hacerse, la seca respuesta retumbó en el
puesto de mando, ante sus oficiales estupefactos: “¡Pues poner fin a la guerra, idiotas!”.
Rommel entendió que, perdida la guerra, no cabía
otro recurso que desembarazarse del megalomaníaco que la conducía, y entró a participar
en la conspiración que se frustraría el 20 de
julio de ese año. Hitler, convaleciente, sus nervios destrozados, rotos los tímpanos por la explosión y ahora sí maniático de veras, se enteró
Erwin Rommel
Adolfo Hitler
alcanzarían a actuar, sin poder decisorio, antes
de que la progresión aliada descubriera sus
emplazamientos.
Los dos mariscales regresaron con la visión de un
Hitler delirante, obsesionado por la imagen irreal
de unas armas secretas y la idea fija de una
defensa estática sin posibilidades de materialización en un frente desvencijado, a punto de
romperse bajo el efecto combinado del poder
aéreo, la parálisis impuesta por el sabotaje de
los maquis, los bombardeos arrasadores y las
oleadas de nuevos refuerzos.
Von Rundstedt pidió de inmediato su relevo del
Comando en Jefe del Oeste. “Siento que me
de su participación en el complot y le hizo llegar una pistola con un inequívoco mensaje: el
suicidio. Al pueblo alemán se le diría que su
héroe, el mítico comandante del Afrika Corps
y del Grupo de Ejércitos, quien según Goebbels
había contenido a los aliados en Francia, había perecido bajo el fuego de un avión enemigo cuando recorría el frente en su vehículo de
comando.
Razones para la victoria aliada
Fueron tres los principales factores que llevaron
a los aliados a vencer a la Alemania nazi: unidad de mando frente a la desarticulación de
su oponente, supremacía aérea y naval, y mejor
servicio de inteligencia.
Los británicos desarrollaron desde 1941 la agencia supersecreta
ULTRA que, con base en la resistencia clandestina organizada
por ellos en Francia, alcanzó altísima efectividad. Como ejemplo,
el orden de batalla que aparece en el Croquis 3 fue provisto
por ULTRA. Bradley montó buena parte de sus operaciones sobre informaciones de la agencia.
Omar Bradley
En contraste, la inteligencia militar germana quedó supeditada a la
Gestapo de Himmler, policía política más interesada en el control del frente interno que en la guerra. El propio Hitler la redujo
a un penumbroso segundo plano. No fue capaz de establecer
la fecha ni el lugar de desembarco. Había descifrado la clave
del aviso que daría el mando aliado por la BBC de Londres a la
resistencia francesa: eran los dos primeros versos del poema
de Verlaine Canción de otoño. El primero indicaría que la invasión
estaba próxima: “Les sanglots longs des violons de l’autome”
(“Los largos sollozos de los violines otoñales”). El segundo, que
la invasión comenzaba: “Blessent mon coeur d’une langueur monotone” (“Hieren mi corazón con monótona languidez”).
La inteligencia militar comunicó los anuncios al cuartel general de
Hitler. Allí se pensó que los mandos militares también los habían
recibido, y no hicieron nada.
El día “D” en Normandía
Material y logística
Las fábricas aliadas, con la industria dedicada al campo militar, volcaron sobre Inglaterra un volumen de material y equipo impresionante. El contraste con la decadente producción alemana fue
dramático, obligada ésta a atender dos frentes bajo la terrible
ofensiva de la aviación estratégica angloamericana. “La sentencia
napoleónica –escribe Bradley en A Soldier’s Story (Relato de un
soldado) de que los ejércitos marchan sobre el estómago debería
Junio 2004
52
53
Croquis
3
Revista Fuerzas Armadas
Brighton
Boulogne
Ventnor
Bournemouth
CANAL DE LA MANCHA
Abbeville
LeTréport
Dieppe
Primer
Ejército E.U.
Cherbourg
Saleux
Segundo
Ejército
Británico
Fécamp
2° División
E.U.
Le Havre
Calvados
Bahía del Sena
101° División
E.U.
Bayeux
Tilly
Dives
Caen
lle
eu
S
Vire
Falaise
ROUEN
Trouville
Sur-Mer
S
6° División
Británica
s
Coutances
Granville
Ryes
Dive
s
Doev
e
O
rn
e
Cotentin
15° EJÉRCITO
ALEMÁN
Evreux
BRETAÑA
Cuartel
Comando
Occidental
7° EJÉRCITO
ALEMÁN
na
Se
Mortain
Cuartel
Grupo B
PARIS
Vire
NORMANDÍA
en
a
Fueron tres los principales factores que llevaron a los aliados a vencer a la
Alemania nazi: unidad de mando frente a la desarticulación de su oponente,
supremacía aérea y naval, y mejor servicio de inteligencia.
revisarse. Hoy se mueven en términos
de gasolina”. Muchos tanques germanos, señala Bradley, se capturaron intactos por falta de carburante. Con las
municiones racionadas ocurrió algo
similar.
El 26 de junio cayó Cherburgo. Su capacidad portuaria, rehabilitada en breve,
recibió el peso del apoyo logístico que
alimentó la ofensiva hacia el sur de
Francia y, tomada Caen por los ingleses, hacia París. La suerte de la guerra
había quedado definida.
BIBLIOGRAFÍA
• Bradley, Omar N. A Soldier’s Story. Henry Holt and Company, Nueva York, 1951.
• Bradley, Omar N. A General’s Life, Simon and Schuster, 1983.
• Dams, Hellmut Guenther, La Segunda Guerra Mundial, Editorial Bruguera S.A.,
Barcelona, 1963.
• Eisenhower, Dwight D., Crusade in Europe,Perma Special, Garden City, N.Y. s/f.
• Guderian Heinz, Panzer Leader, E.P. Dutton and Co., Nueva York, 1952.
• Jacobsen Hans-Adolfy Dollinger Hans, II Guerra Mundial, Plaza & Janés S.A.,
Barcelona, 1965.
• Heiferman, Ronald, World War II, Octopus Books Limited, Londres, 1973.
• Montgomery, Bernard, The Memoirs of Field Marshall Montgomery, Signet
Classics The New American Library of World Classics, Nueva York, 1959.
• Rommel, Erwin, Memorias, Los años de derrota (II tomo), Luis de Caralt Editor,
Barcelona, 1954.
• Sneyder Luis L, La Guerra 1939-1945, Ediciones Grijalbo S.A., Barcelona, 1964.
• Speidel, Hans, Invasión 1944, Rommel y la Campaña de Normandía, American
Books Knickerbocker Press, Inc., Chicago, Illinois, 1950.
• Westphal, Siefried, Batallas cruciales de la Segunda Guerra Mundial, Luis de
Caralt, Editor, Barcelona, 1957.
E
l general Ramón Arturo Rincón Quiñones nació en Chiquinquirá, Boyacá, el 24 de abril de 1922. Sus
padres fueron Ramón Rincón y Betulia Quiñones, y pertenecía a una familia numerosa y de recursos
económicos limitados, compuesta por once hermanos. Finalizó su bachillerato en la Escuela Militar de
Cadetes y ascendió a subteniente el 17 de febrero de 1945.
Por Juan Carlos Rincón Villarreal
Hijo del General Ramón Arturo Rincón Quiñones
Homenaje a este hombre de
caballería intachable en todos
los aspectos de su vida y digno
representante de las Fuerzas
Militares, a las que sirvió y amó
durante toda su vida.
Junio 2004
54
55
Revista Fuerzas Armadas
Desde muy temprano, y a lo largo de toda su vida militar,
fue asignado a mantener el orden público combatiendo
a los más temidos insurgentes guerrilleros de su época
en diversas regiones del país, como los Llanos Orientales, Quindío, Huila, Tolima, Cesar, el Magdalena Medio
y, por último, los santanderes.
Ascendió a capitán por Acción de Guerra (con lo que fue,
desde ese momento, el más antiguo de su promoción
del Curso Rondón), al ser herido en combate cuando
protegía personalmente la retirada de sus soldados,
que habían sido emboscados por los bandoleros en
Arauca, donde se desempeñaba como comandante del
Puesto Militar de Tame.
Durante su despedida de este cargo, su comandante en
ese momento, el Teniente Coronel Gabriel Rebeiz Pizarro, hizo la siguiente declaración: “Hace público reconocimiento al señor capitán Rincón por los efectivos
servicios prestados al Cuerpo y al Ejército en la labor
de pacificación, a la vez reconoce sus grandes y apreciables dotes de hidalguía y caballerosidad, condiciones que lo hacen digno de contar con sus superiores
y compañeros con la misma forma en que ellos contaron
y cuentan con él, no solamente en los actos del servicio
Cadete Ramón Arturo Rincón Quiñones
en la Escuela Militar José María Córdova
Teniente Ramón Arturo Rincón Quiñones
con el teniente coronel Gabriel Rebeiz Pizarro
de la guarnición, de la vida de casino y de cuartel, sino en aquéllos en que el honor importa
más que la vida, y que fueron precisamente los
actos en que el señor capitán puso de presente
su gran corazón y su gran valía. La Salina, San
Salvador, Fortul, puntos que agitarán continuamente su recuerdo porque en ellos dejó sangre
y sudor en pro de la paz y la justicia”.
Veintiséis años después de su
muerte, el 7 de diciembre de
2001, la promoción de nuevos oficiales que se graduó
en la Escuela Militar General
José María Córdova, honró
su memoria escogiendo para
su curso el nombre de General Ramón Arturo Rincón
Quiñones.
Como teniente coronel, se hizo acreedor a la Orden de Boyacá en el grado de Comendador,
por su acertada concepción y planeación de
una operación militar en el Quindío que llevó a
la captura y muerte de uno de los más sanguinarios bandoleros de la época. Como coronel,
fue Jefe de Estado Mayor y comandante de la
Sexta Brigada con sede en Ibagué, que tenía
un radio de acción que abarcaba el Departamento del Huila, donde dirigió las operaciones
del Alto, Medio y Bajo Pato, ejecutadas entre
1965 y 1966 en contra de elementos sediciosos que logró neutralizar.
Cátedra Presidencial
Estampilla en honor al
señor General Ramón
Arturo Rincón Quiñones
con el señor Presidente
Carlos Lleras Restrepo
Brigadier General Ramón Arturo Rincón
Quiñones con el señor Presidente Carlos
Lleras Restrepo
Su gestión permitió, en 1972, el descubrimiento de una cárcel del pueblo en una
finca de Aguachica, Cesar, en la cual
se hallaba secuestrado uno de los hacendados más ricos de la región. Adicionalmente, logró descubrir una extensa red urbana de apoyo a la guerrilla.
El primero de junio de 1970 ascendió a brigadier
general y estuvo al frente de las unidades militares que liquidaron las columnas guerrilleras
en el Tolima. Como comandante de la Quinta
Brigada, con sede en Bucaramanga, emprendió
acciones –entre las cuales se destaca la Operación Anorí–, que condujeron a la casi extinción y expulsión de los guerrilleros del Ejército
de Liberación Nacional (Eln) de su territorio,
que abarcaba los santanderes, el Cesar y el
Magdalena Medio.
Julio 2004
No sólo se caracterizó por su habilidad
en la planeación y la elaboración de
estrategias militares, sino también por
encarnar el ideal del oficial intachable
en todos los aspectos. Fue fiel segui-
56
57
Revista Fuerzas Armadas
de estudios en la Escuela de Caballería en Argentina, y posteriormente como Agregado Militar, Naval y Aéreo en
el Ecuador.
Teniente Coronel Ramón Arturo Rincón Quiñones
con su hijo Juan Carlos Rincón Villarreal
Brigadier General Ramón Arturo Rincón Quiñones
con sus hijos Diana María, Marcela Patricia y Juan
Carlos Rincón Villarreal
dor del código militar, y sobresalió por su consagración y su amor a la patria. Inculcó y exigió
de sus tropas el deber como militar, el comportamiento impecable como miembro de familia
y el compromiso con la población civil. Su honestidad, generosidad, sencillez, sentido del humor, inteligencia, lealtad y nobleza le otorgaron
no sólo el respeto y el reconocimiento de sus
tropas, soldados, subalternos y compañeros,
sino también el de sus superiores y, con el
tiempo, el del país.
Sus logros trascendieron fronteras, pues representó al Ejército en el ámbito internacional, como
jefe de una comisión de oficiales para curso
Un reflejo de su carrera en la milicia es
su larga lista de condecoraciones, entre las cuales sobresalen la Cruz de
Boyacá en los grados de Comendador,
Gran Oficial y Gran Cruz; la Orden del
Mérito Militar “Antonio Nariño” en los
grados de Oficial y Comendador; la
Orden del Mérito Militar “José María
Córdova” en el grado de Comendador;
Servicios Distinguidos en Orden Público por Primera y Segunda Vez; Orden
de la Policía Nacional en el grado
de Gran Oficial; Medallas de 15,
20, 25 y 30 años de servicio, y
Orden del Mérito Militar “Abdón
Calderón” de la República del
Ecuador.
El espíritu del general Rincón Quiñones aún
vive y se ve reflejado en los militares activos
comprometidos con mantener la soberanía del
país.
Al final de su carrera, se desempeñó como Jefe
del Departamento D-2 (de Inteligencia) del Comando General de las Fuerzas Militares, y luego
como Inspector General de las Fuerzas Militares,
bajo el mando del Ministerio de Defensa.
Veintiséis años después de su muerte, el
7 de diciembre de 2001, la promoción
de nuevos oficiales que se graduó en
la Escuela Militar General José María
Córdova honró su memoria escogiendo para su curso el nombre de General Ramón Arturo Rincón Quiñones. El
Comandante del Ejército aprovechó la
oportunidad para motivar a los jóvenes
oficiales: “Han honrado ustedes su
curso con el nombre del señor general
Ramón Arturo Rincón Quiñones, íntegro y ejemplar soldado, cuya brillante
trayectoria de servicio a Colombia le
mereció los más distinguidos honores.
Ascendió a mayor general el primero de diciembre
de 1974. Sólo nueve meses después de su ascenso, en la mañana del 8 de septiembre de
1975, el general Rincón Quiñones fue asesinado por miembros del Eln cerca de la Escuela
Militar, después de dejar a sus hijos en el colegio en camino a su oficina.
Póstumamente, ha recibido varios honores. El 11
de septiembre de 1975 fue ascendido a general de tres soles. El Grupo de Caballería Mecanizado, actualmente situado en el Cantón Norte
y el cual comandó como teniente coronel, lleva su nombre desde el primero de octubre de
1975.
Cátedra Presidencial
Su constancia y esfuerzo en busca de la
paz y en defensa de la patria, a la que
entregó su vida, cumpliendo así con el
sagrado compromiso que un día hiciera ante los altares de nuestra bandera
y que les corresponde a ustedes perpetuar en respeto a su memoria, pues
no existe mayor legado virtuoso de sacrificio, pundonor y valentía”.
El 7 de noviembre de 2003, el Gobierno
Nacional, por medio del Ministerio de
Comunicaciones, la Administración Postal Nacional y la División de Filatelia,
emitió una estampilla en homenaje al
general Rincón Quiñones, con un valor
Curso General Ramón Arturo Rincón Quiñones
el día de su graduación el 7 de diciembre de 2001
Julio 2004
58
59
Revista Fuerzas Armadas
y sus hermanos. La enseñanza que
dejó su vida ha trascendido su muerte,
y continúa siendo motivo de inspiración no sólo para sus hijos Juan Carlos, Marcela Patricia y Diana María, sino también para sus nietos Stephanie,
Christopher, Catalina, Esteban, Felipe
y Sofía, quienes no llegaron a conocerlo personalmente.
El espíritu del general Rincón Quiñones
aún vive y se ve reflejado en los militares activos comprometidos con mantener la soberanía del país, y proteger la
belleza de Colombia y los hogares colombianos, hasta lograr una Colombia
unida y en paz.
Día 1 de octubre de 1975 cuando el grupo cambió de nombre a
Grupo De Caballería Mecanizado
No. 1 General Ramón Arturo Rincón Quiñones
de mil pesos, y una cantidad de 200 mil unidades. También emitió un sobre de primer día en el que aparece
la estampilla del general con el matasello del escudo
de Colombia rodeado de los laureles y el escudo del
Grupo Mecanizado No. 1 General Rincón, con el lema
de Caballería “Salve Usted la Patria”.
A pesar de sus ocupaciones y sus deberes como militar,
logró ser un excelente hijo, esposo y padre. Contrajo
matrimonio con Teresa Villarreal en 1959, en Bogotá.
Teniendo ya su propia familia e ingresos de militar, continuó siendo un apoyo moral y económico para su madre
Segunda parte
Por General de Brigada Jesús Alfredo Reyes Tavera
Inspector General del Ejército del Perú
E
La lucha antiterrorista de este país dejó experiencias
que son un verdadero ejemplo de cómo la decisión
firme del Estado en contra de las organizaciones violentas puede dar frutos.
n la pasada edición, se presentaron los orígenes del terrorismo en
el país vecino, el desarrollo de
Sendero Luminoso y cómo tras
muchos años de desaciertos, los cambios en
la estrategia para derrotar definitivamente al
terrorismo empezaron a dar sus frutos. En esta
oportunidad hablaremos del Movimiento Revolucionario Tupac Amaru y del final de las organizaciones terroristas en el Perú.
El Tupac Amaru
Por esa época se produjeron tres hechos para tener en cuenta: en primer lugar, la captura del
líder camarada Rolando, o Polai Campos, y el
revés de dos columnas guerrilleras, en Pasco
y Junín, que se encontraron con las fuerzas
del ejército y fueron completamente destruidas,
incluida toda la organización terrorista que había en el comité regional del centro.
El MRTA tenía como objetivo la conquista del poder político mediante la lucha armada. Su ideología es marxista-leninista y latinoamericanista.
El 22 de enero de 1984 inició lo que llamó su
guerra revolucionaria popular, y mediante esta ideología declaró acciones violentas con las
que obtuvo un desarrollo ascendente hasta
finales de la década del 80.
Esto fue un tremendo golpe para el MRTA, pues
fueron dados de baja 64 terroristas y se incautó
todo el armamento (fusiles Fall aparentemente
venidos de la guerrilla salvadoreña). Como respuesta a esta acción de los Molinos, el MRTA ejecutó un atentado terrorista en el que murió el general Enrique López Algujar, ministro de Defensa.
Junio 2004
60
61
Revista Fuerzas Armadas
El MRTA tenía como
objetivo la conquista del
poder político mediante
la lucha armada. Su
ideología es marxista
leninista, americanista
y latinoamericanista.
Militantes de Tupac Amaru
En segundo lugar, a comienzos de la década del 90 se produjo una fuga espectacular por un túnel de 300
metros en un penal de alta seguridad. Todos los terroristas de esta organización, incluido el camarada
Rolando, salieron a reforzar los frentes guerrilleros que ellos mantenían en San Martín, Pasco, Junín,
Cuzco y Puno.
Las izquierdas en el Perú en ese momento iban rumbo a la desintegración, entraban en una serie de discusiones políticas, y sus postulados socialistas estaban seriamente cuestionados.
En 1992 se inició la desarticulación total del MTRA, cuando
nuevamente fue capturado el camarada Rolando, y eso
condujo a la destrucción de su Frente Nororiental. El
Frente Central quedó aislado, reducido totalmente, y no
tenía más cómo actuar. Sin capacidad política y militar
para revertir su situación, los remanentes emeretistas se
habían focalizado en la Ceja Selva, y como resultado de
este fracaso en su intento por ganarse la población, se
dedicaron a desarrollar actividades de tipo delictivo para
proveerse de alimento, y actividades de proselitismo para
captar nuevos militantes y adherentes.
Sin embargo, en este lugar, con los combatientes que tenía, el MRTA diseñó su última acción, que destacamos
como el tercer hecho de importancia. El camarada Cerpa, el líder que había quedado libre, diseñó, junto con
trece integrantes, la irrupción el 17 de diciembre de
1996 a la residencia del Embajador de Japón, y en este lugar se produjo el secuestro de 72 rehenes. (Inicialmente fueron más de 400 personas, entre congresistas,
magistrados, políticos, militares, policías, empresarios y
hasta un sacerdote).
¿Cuáles fueron los factores del éxito en
esta operación? Primero, mientras se
estaba realizando la negociación política, se dio tiempo para poder obtener
la inteligencia necesaria y un entrenamiento completamente especializado.
Segundo, no se improvisó en este entrenamiento, pues desde 1986, en la
Escuela de Comandos del Ejército se
venía dando instrucción en las técnicas
de rescate, porque ya se preveían los
atentados terroristas.
Ese entrenamiento se hizo seleccionando
al personal por especialidades, como
explosivos, francotirador, tiro, y por los
antecedentes de cada integrante del
ejército. Así, se formó una patrulla que
fue la que realizó la intervención.
Tumba de Cerpa
Lucha contra el terrorismo en el Perú
Puma, Néstor y Rolly, en la toma a la
Embajada de Japón
Durante los 126 días de negociaciones no se llegó a ningún acuerdo entre el Estado peruano y el MRTA. Apenas se produjo la intervención en la embajada, en 24
horas se preparó una fuerza de intervención con los
comandos del Ejército y la Marina de Guerra. Estos comandos hicieron un plan de contingencia para ejecutar
una acción militar en caso de que no fuera posible una
salida política. El gobierno, tras estos 126 días infructuosos, y viendo que ya se llegaba a un punto en el
cual se degeneraría en asesinatos para presionar al
gobierno a liberar a todos los militantes del MRTA de
las cárceles, dispuso el 22 de abril de 1997 que se
ejecutara la intervención militar.
Junio 2004
62
Sin capacidad política y militar
para revertir su situación, los
remanentes emeretistas se habían
focalizado en la Ceja Selva, y como
resultado de este fracaso en su
intento por ganarse la población,
se dedicaron a desarrollar actividades de tipo delictivo para proveerse de alimento, y actividades
de proselitismo para captar nuevos
militantes y adherentes.
63
En Perú también teníamos doctrina propia,
con base en experiencias de oficiales
que habían hecho cursos en Israel, Estados Unidos, Alemania e Inglaterra, y
de eso trajeron experiencias nuevas y
sacamos doctrina propia. Además, teníamos internamente la figura de un
gran líder, el almirante Luis Giampetri,
quien fue el factor clave para que esta
operación tuviera éxito.
una serie de medios, y pudimos
contar con un beeper que tenía
uno de los rehenes, el cual nos
sirvió para comunicarnos con ellos;
de esta forma, pudimos estar enterados hasta el último momento
de qué cosas hacían los terroristas.
Esto, en cuanto a inteligencia, que en
mi opinión representa el 50 por
ciento del éxito de la operación,
porque si no hubiéramos sabido
qué estaba sucediendo, el resultado podría haber sido distinto.
En lo que se refiere a inteligencia, era tan
importante, que no podíamos darnos el
lujo de tener informaciones atrasadas
un día, porque en 24 horas nos cambiaban el dispositivo de los rehenes
dentro de la residencia y ahí se nos
modificaba completamente la forma de
actuar; entonces, día tras día debíamos
tener la información, y en eso fueron
muy eficientes los elementos de inteligencia con la fuerza de intervención.
Algo muy importante fue el secreto
de la operación. Teníamos todos
los edificios que rodeaban a la residencia del embajador llenos de periodistas de muchas cadenas televisivas y de radio mundiales; todos
tenían teleobjetivos y cámaras que
al instante podían transmitir lo que
estaba sucediendo.
Comandos
peruanos
Momentos del rescate en la
residencia del Embajador de Japón.
Se emplearon todas las técnicas disponibles, las más sofisticadas que teníamos
en ese momento, relacionadas con las
interceptaciones radiales y telefónicas
a líderes terroristas o sospechosos que
existían del MRTA afuera de la residencia, porque ellos también tenían radios.
La infiltración de medios, particularmente de micrófonos, para hacer que ellos
pudieran utilizar los elementos electrónicos miniaturizados que lográbamos
ingresar a la embajada. Así, infiltramos
Revista Fuerzas Armadas
Pensamos que esto sería un show,
pero el gran problema estaba en
que no se podía mover un dedo
sin que ellos no lo vieran. El gran
reto era hacer la operación en secreto, porque al final tuvimos que
hacer ingresar 140 comandos a
las zonas aledañas de las casas
que estaban pegadas a la residencia, sin que nadie se diera cuenta
y sin que una cámara o un periodista irresponsable de repente pudiera delatar la operación y causar
la muerte de 72 rehenes.
Así mismo, ninguno de los integrantes manifestó ni siquiera a su esposa que estaba participando en
la operación. Estos oficiales trabajaban en el día normalmente,
cumplían su trabajo, y en absoluto
secreto se entrenaban en horas
de la noche, en la División de las
Fuerzas Especiales.
En lo relacionado con una adecuada logística, es importantísimo lo que se hizo, con
el óptimo equipamiento, las armas indicadas, los señaladores láser, los silenciadores de las armas, los explosivos. A las 48 horas de la toma, iniciamos la elaboración de réplicas de la embajada; conseguimos con la Defensa Civil esos módulos
que emplea cuando hay desastres, y pudimos hacer una réplica en maqueta a tamaño real de un primer piso y un segundo piso, los dos a nivel del suelo, para poder
hacer la práctica con la fuerza de intervención, y conforme iba pasando el tiempo
hicimos una primera réplica en tamaño real, y así llegamos al final a tener una réplica con todas las características de la instalación real. Así mismo, a las 48 horas
teníamos maquetas en las que hacíamos el planeamiento para la intervención.
De otro lado, el apoyo de sanidad fue muy completo, incluso estuvo atento a los pequeños detalles. Algo curioso fue que a cada uno de los participantes se les colocó
una vía endovenosa antes de entrar a la embajada, conscientes de que si eran heridos, inmediatamente se les podría aplicar el medicamento correspondiente para
salvarles la vida.
Por último, otro factor del éxito fue la moral de las tropas, que en este caso fueron
oficiales comandos, técnicos y suboficiales comandos, particularmente de la Marina de Guerra. La moral que tuvieron fue excelente, pese a que era una operación
suicida, y sabíamos que cualquiera en el momento de entrar podía perder la vida.
A las 48 horas de la toma iniciamos la elaboración de réplicas de la embajada; conseguimos
con la Defensa Civil esos módulos que emplea cuando hay desastres, y pudimos hacer una
réplica en maqueta a tamaño real de los dos primeros pisos, ambos a nivel del suelo, para
poder hacer la práctica con la fuerza de intervención.
El resultado final fue de 71 rehenes rescatados vivos, un rehén fallecido –el doctor
Yusti–, dos oficiales fallecidos –un comandante y un capitán–, 28 heridos de parte de nuestras fuerzas y 14 terroristas de MRTA dados de baja.
Lucha contra el terrorismo en el Perú
Experiencias de la lucha antiterrorista
Hace 23 años se inició la lucha armada en Perú. Nuestra experiencia data de todo
ese tiempo, y nos costó prácticamente una década aprender con sangre, no solamente a los militares, sino a toda la sociedad peruana en su conjunto, que esta
guerra no se ganaba solamente con la fuerza, sino con la participación de todos
los dominios de la guerra, es decir, con los dominios económico, político, militar
y sicosocial, porque hasta el año 90 solamente estaba participando el estamento
militar, y al no tomarse decisiones políticas adecuadas, el proceso subversivo fue
creciendo hasta un punto en que la amenaza de la toma del poder fue real.
Los servicios básicos que teníamos estaban a punto de colapsar, los atentados contra torres de alta tensión prácticamente ponían a oscuras las principales ciudades,
faltaba el agua a consecuencia de que no había corriente eléctrica, la carretera
marginal estaba semidestruida, ya no podían salir los productos hacia Lima... La
guerra, sin dejar la sierra, el eje andino, se comenzó a desplazar a la ciudad, por
las quebradas que bajaban a Lima, por los valles costeños.
Junio 2004
64
65
En estas circunstancias se produjo el hecho del carrobomba que despertó a
Lima; se producían paros armados, se
paralizaban las ciudades; había escasez de alimentos, se comenzaron a
realizar secuestros indiscriminados y
asesinatos selectivos; y la población
entró en un estado de sicosis; ya no
se podía salir a un lugar de esparcimiento, las ventanas de las casas y los
apartamentos eran atravesadas con
cintas adhesivas para reducir los daños de una posible bomba; los empresarios no podían vivir tranquilos porque
podían ser secuestrados; quien podía,
se iba de Lima, y los capitales se empezaron a ir al extranjero…
aproximadamente 25 mil muertos, 50
mil huérfanos, 700 mil desplazados y
25 mil millones de dólares en pérdidas
al Estado.
Según Sendero Luminoso, estaba en condiciones de iniciar la segunda fase de
su estrategia militar: el equilibrio estratégico. Los militares, aunque nos negábamos a aceptarlo, veíamos cómo
nos acercábamos al famoso punto del
no retorno, en el cual ya es irreversible un proceso terrorista, en el cual se
produce el colapso con una guerra fratricida, una violencia irracional, una
profunda miseria.
Militantes del MRTA
en la residencia del
embajador de Japón.
Los militares salíamos armados hasta los
dientes, pero sin que se dieran cuenta,
usábamos ropa de civil, pues no podíamos usar uniformes; nos dejábamos
crecer el pelo un poco más y cambiábamos permanentemente nuestras rutas para no ser un objetivo más de Sendero Luminoso. Se implantó el toque de
queda en la mayoría de las ciudades
donde se vivía este fenómeno.
Llegamos al extremo que el terrorismo
comprometía aproximadamente el 38
por ciento del territorio nacional, lo cual
quería decir que teníamos en estado
de emergencia prácticamente a ocho
departamentos y tres provincias. En el
transcurso de doce años, el terrorismo
había ocasionado un gran costo social,
Revista Fuerzas Armadas
Había la necesidad de replantear una lucha contra el terrorismo que tuviera mecanismos seguros, que garantizara el
proceso de pacificación nacional, y ésta
fue nuestra estrategia a partir de 1992.
De esta manera, definimos las amenazas que atentaban contra la estabilidad
del Estado, y concluimos que eran varios
los factores que alimentaban el desarrollo de este fenómeno, comenzando
por un marco legal completamente desfasado, sin energía para reprimir estas
organizaciones criminales.
Revisamos nuestros manuales de guerra
contrarrevolucionaria, y con base en
toda la experiencia que tuvimos en esos
diez años, elaboramos nuevos manuales y logramos identificar claramente
cuáles eran las leyes y las características de la guerra que estaban rigiendo
en ese momento, así como los objetivos y los fundamentos que debíamos
emplear en la guerra contraterrorista.
Tomamos cuatro acciones básicas: una dirección de la guerra hacia una estrategia integral, el potenciamiento y la integración de los órganos de inteligencia,
un nuevo marco jurídico legal y, por
último, la organización voluntaria de la
población en comités de autodefensa.
En lo que se refiere a la dirección de la
guerra en una estrategia integral, se
reorganizó y unificó al Sistema de Defensa Nacional. Así, se les dieron a
sus componentes las funciones inherentes a sus responsabilidades; se
creó el Comando de Frente Interno
(COFI), dentro del Comando Conjunto
de Fuerza Armada. Este comando se
creó para que fuera el órgano de ejecución del Comando Conjunto, que
actuaría a través de los comandantes
generales de las regiones militares; de
esta forma, asumió su misión y ejecutó
las actividades de planeamiento, coordinación, preparación y conducción de
las operaciones militares y policiales
del más alto nivel para erradicar a estas organizaciones terroristas y restablecer el orden y contribuir a la pacificación del país.
Imágenes del atentado con carrobomba
en las calles de Lima
Lucha contra el terrorismo en el Perú
Un obstáculo para el COFI consistió en
que los militares de diferentes fuerzas
no hablábamos el mismo idioma, no
coordinábamos muy bien, por lo que
se requirió una labor de potenciamiento e integración entre los órganos de
inteligencia, que mejorara la comunicación y que evitara la competencia
entre las fuerzas y las unidades, que
hasta entonces había sido un tremendo error.
Junio 2004
66
67
Tomamos cuatro acciones básicas: una dirección de la guerra hacia una estrategia integral, el potenciamiento y la
integración de los órganos de
inteligencia, un nuevo marco jurídico legal adecuado y,
por último, la organización
voluntaria de la población en
comités de autodefensa.
Revista Fuerzas Armadas
En cuanto al marco jurídico, se modificó
el código penal, estableciendo infraestructura jurídica compatible con la situación existente, para revertir la grave situación de la justicia. A quienes atacaban
al Estado se les denominó ya no subversivos, sino delincuentes terroristas; se
tipificó el delito de traición a la patria,
se estableció cadena perpetua para los
que fueran terroristas, se creó la figura
de jueces sin rostro para que no fueran
intimidados, y se les dio celeridad a los
procesos, de tal manera que fuera completamente viable el sistema judicial.
Paralelamente, se promulgó la Ley de
Arrepentimiento, que ofrecía grandes ventajas a los terroristas que se entregaran.
Esta iniciativa tuvo un gran efecto desestabilizador: comenzaron a caer las cúpulas,
los mandos, y de esta manera pudimos, mediante los servicios de inteligencia, ir
capturando a todos los líderes.
Campesinos del
Comité de Autodefensas
El cuarto punto planteado fue la organización voluntaria de la población en comités
de autodefensa. Sendero Luminoso no se dio cuenta de que a partir de 1989 en
el eje andino le habíamos comenzado a sacar el pez del agua. Lo hicimos aprovechando su incapacidad de entender que su actitud violenta había comenzado a
generar rechazo en la población e incluso al interior de su organización. De hecho,
en Sendero se consideraban traidores e incluso se asesinaba a aquéllos que expresaban alguna idea contraria al pensamiento Gonzalo, que aprobaba el ser exageradamente violentos.
Se comenzaron a organizar los comités de autodefensa en aquellas poblaciones que
ya estaban hastiadas de Sendero Luminoso. Les dimos la mano, las pusimos de
nuestro lado y cuando la ley nos autorizó para entregarles armas, repartimos más
de 15 mil escopetas –nunca entregamos fusiles–, y a cada comunidad que estaba
dentro de la organización de la Base de Apoyo en el Comité Popular de Sendero
la comenzamos a ganar y a instruir.
Esta fue la primera derrota estratégica de Sendero Luminoso: la guerra campesina se volvió contra ellos, fue la
antítesis de su estrategia política en el camino de cercar
a las ciudades desde el campo con sus bases de apoyo.
Prácticamente les arrancamos los comités populares,
y esto fue la antítesis de su estrategia específica, que
era copar el eje andino para cercar las ciudades y tomarlas. Evitamos de esta manera que pudieran concretar dicha estrategia.
Otra de las iniciativas fue la realización de acciones cívicas,
para identificarnos con la población. En las zonas donde
residían las cúpulas terroristas se desarrolló la estrategia a fin de potenciar las acciones de inteligencia para
capturar a sus miembros, y se efectuaron actividades
como la erradicación del terrorismo de las universidades.
También se buscó el restablecimiento de la disciplina y el
orden en los penales, porque era increíble cómo habíamos perdido el control. Lo único que diferenciaba los
penales de una base de apoyo eran las paredes, porque
se había arrinconado a la Policía Nacional y ésta ya no
podía ingresar, así que los terroristas manejaban todo
desde adentro, como si fuera una base de apoyo o un
comité popular.
En todas las zonas rurales donde el terrorismo tenía relación con el narcotráfico se aplicaron políticas que apuntaban al desarrollo alternativo, de la
siembra de hoja de coca a cultivos
alternativos.
Se ha dicho, por acciones aisladas, que
Sendero Luminoso está de vuelta. Fui
comandante general en la zona de
Ayacucho en el 2000, y el problema
que subsiste es que Sendero Luminoso está arrinconado en un lugar completamente intrincado de la selva ayacuchana que se llama Vizcatán, es
una zona donde no hay población es
una selva inhóspita; sin embargo, ahí
es donde quedan los últimos remanentes, no sólo de la fuerza de base
de la zona selvática, sino también parte de esa población, más o menos
unas 200 personas que utilizan como
servidumbre para realizar las siembras que le puedan dar el sustento
correspondiente.
Lucha contra el terrorismo en el Perú
Militantes de Tupac Amaru
En las zonas rurales en donde el terrorismo no tenía conexión con el narcotráfico llevamos apoyo a la población
que era víctima del terrorismo, mediante una política agresiva de acciones cívicas y de organización de los comités
de autodefensa para su seguridad, de tal manera que no
se sintieran indefensos, porque antes llegábamos, nos
quedábamos una semana con ellos, nos íbamos y regresaba Sendero Luminoso, les caía encima y asesinaba a
muchas personas, así que en los pueblos ya muchos preferían que no fuéramos, pues las consecuencias eran
peores. Los comités de autodefensa fueron los que evitaron que sucediera esa intimidación y que volviera a regresar Sendero a atacar las comunidades campesinas.
Junio 2004
68
Los riesgos y las amenazas que
representaban para la sociedad
peruana el terrorismo y el narcoterrorismo plantearon la necesidad real de una estrategia política,
sicosocial y militar. Para ello, el
gobierno tuvo que tomar una decisión política para superar los
impedimentos jurídicos que por
prejuicios y susceptibilidades despertaba en la clase dirigente.
69
Revista Fuerzas Armadas
promesa de darles más dinero y, este último, de no
cometer los excesos de antes.
En ese momento el general Reyes, comandante general,
llegó a Ayacucho y aplicó la estrategia de los comités
de autodefensa, de tal manera que, como ya teníamos
la experiencia suficiente y estábamos viendo cuál era
el problema, no podíamos permitir que volviera a crecer
el apoyo de la población a los grupos al margen de la
ley.
El Estado en este momento está tomando cartas en el
asunto y está viendo el problema en forma integral, de
tal manera que esto no vaya nuevamente a crecer.
Conclusiones
Los riesgos y las amenazas que representaban para la sociedad peruana el terrorismo y el narcoterrorismo plantearon la necesidad real de una estrategia política, sicosocial y militar. Para ello, el gobierno tuvo que tomar
una decisión política para superar los impedimentos
jurídicos que por prejuicios y susceptibilidades despertaba en la clase dirigente.
En el campo militar, les correspondió a las Fuerzas Armadas
un rol protagónico en el proceso de pacificación nacional. Actualmente las organizaciones terroristas Sendero
Luminoso y Tupac Amaru se encuentran totalmente
disminuidas. Tupac Amaru está prácticamente desaparecido, y Sendero Luminoso está limitado a hacer
proselitismo y desarrollar la reestructuración de sus
cuadros, postura que viene aprovechando para concentrar sus efectivos en lugares que por sus características
geográficas les ofrecen mayor seguridad.
En 2000 se produjo en Ayacucho este
desarrollo alternativo, con préstamos
y dinero para que los campesinos cambiaran sus cultivos ilícitos, pero no les
hicieron las vías de comunicación, no
les generaron mercado, entonces aparecieron quienes se aprovecharon y
ofrecían menos de la mitad por los cultivos, y los campesinos tenían que venderlos para no perderlos; al final ellos
quedaron endeudados y no tenían para
comer, por lo que comenzaron a cultivar otra vez la coca, y esto lo aprovecharon los narcotraficantes, los cocaleros y Sendero Luminoso, con la
Por último, el Perú, con limitados recursos económicos,
grandes sacrificios y un alto costo social en vidas humanas, ha librado una cruenta lucha contra el terrorismo, y ha obtenido extraordinarios resultados. Estos
logros fueron alcanzados gracias a la implementación
de una adecuada estrategia de pacificación en la que
se involucraron los dominios político, económico, sicosocial y militar, permitiendo que el Perú retomara el
camino de paz y tranquilidad que todo el pueblo peruano anhelaba.
Extractado del discurso que el general pronunció en el seminario
de terro rismo celebrado en septiembre de 2003 en la Escuela
Superior de Guerra.
Las exigencias de una misión exceden la capacidad de cualquier comandante por sí mismo.
El Estado Mayor, compuesto por oficiales con
diferentes áreas de especialización y niveles
de experiencia, es su principal respaldo para
el logro de sus objetivos.
L
a historia concede a los Estados Mayores un papel trascendental en el arte
de la conducción de la guerra. Detrás de
grandes estrategas y guerreros han quedado ocultos puñados de hombres que
anónima e incansablemente han trabajado por la misión encomendada a su comandante. Esta competencia desarrollada por sus integrantes
es uno de los más importantes multiplicadores de resultados
en el campo de combate.
En los albores de la historia, las capacidades de los estrategas
y jefes militares fueron superadas por las circunstancias, en la
medida en que los ejércitos se fueron estructurando como agrupaciones complejas. La acumulación de información y el surgimiento de factores de juego decisivos demandaron la necesidad
Junio 2004
70
71
Revista Fuerzas Armadas
de crear núcleos de asesores que pudieran colaborar en el desarrollo y la supervisión de las decisiones de los jefes. Estos
grupos constituyeron los Estados Mayores, expresión derivada
de combinar la acepción antigua de la palabra estado, en el sentido de séquito, corte o acompañamiento, con la elevada posición
que le correspondía junto al mando superior.
Los Estados Mayores fueron en sus orígenes remotas agrupaciones
de oficiales de órdenes, que se hallan por primera vez en torno
al faraón Thutmosis I, hacia el año 1600 a.c., cuando el ejército
Los egipcios,
pioneros del
Estado Mayor
Por Coronel Juan Carlos Salazar Salazar
Comandante Comando Operativo No.18 Arauca
egipcio adquirió carácter permanente con la conquista
de Siria y Palestina. Una lenta evolución fue ampliando
las tareas de estos edecanes hasta derivar hacia dos
esferas primordiales: las operaciones militares y el
manejo de los medios requeridos para sostenerlas.
A estas dos actividades primarias de la guerra se agregaría
más tarde la atención al hombre y sus necesidades
físicas y morales, además de la inteligencia militar, es
decir, el conocimiento previo del que hablara Sun Tzu,
general y tratadista chino en el siglo V antes de Cristo.
Sun Tzu
Así, se definieron las cuatro funciones básicas de un Estado Mayor: personal, inteligencia, planes-operaciones y
administración. Mucho después, en la Segunda Guerra
Mundial, la ocupación de territorios enemigos o liberados por parte de los ejércitos aliados dio origen a una
quinta función: asuntos civiles y gobierno militar. La importancia de los Estados Mayores se manifiesta en una
realidad histórica: los períodos más brillantes en la existencia de cualquier ejército coinciden con la mayor eficacia alcanzada por sus Estados Mayores.
Contrariamente, las épocas de decadencia han llegado
acompañadas del deterioro o anquilosamiento de dichos
cuerpos, como lo afirma el general Alvaro Valencia
Tovar en su obra Historia de las Fuerzas Militares.
Thutmosis I
los Estados Mayores han ido definiendo sus
estructuras, organización y funciones en torno
a factores intrínsecos derivados de nuevos campos de acción, de las necesidades operacionales,
de la ampliación de la tecnología y del trabajo
conjunto entre las Fuerzas Militares.
En su evolución, los Estados Mayores
han ido definiendo sus estructuras, organización y funciones en
torno a factores intrínsecos derivados de nuevos campos de acción, de las necesidades operacionales, de la ampliación de la tecnología y
del trabajo conjunto entre las Fuerzas Militares.
También surgen factores exógenos de carácter
político, económico, social y jurídico, los cuales
expanden los espacios y fronteras del Estado
Mayor, originando un empoderamiento que exige a sus miembros cada vez más preparación
para afrontarlo con ética y profesionalismo.
Enfrentando la acción y la realidad
Una de las características esenciales de cada miembro de Estado Mayor es el carácter impersonal
de su trabajo, dirigido con exclusividad y dedicación a asegurar el cumplimiento de la misión
que le ha sido asignada a su comandante; todo
esto, dentro de un ambiente de trabajo armonioso y coordinado, y marcado por la
lealtad debida.
ecuación produce fisuras y coyunturas que desgastan el objetivo y la razón de ser del Estado
Mayor, que es ser un elemento sencillo y cohesionado que ayude al comandante en el cumplimiento de la misión.
Los oficiales de Estado Mayor deben ser competentes para desempeñarse en los campos de la
acción y de la realidad. El campo de la acción
cambia de la misma forma como se asciende en
los grados y en las responsabilidades. El campo
de la realidad, por su parte, evoluciona en forma
permanente y no sustrae a la Institución Militar
de una sociedad que se encuentra en constante
desarrollo. La realidad es percibida a través de
mapas y paradigmas que cada ser humano ha
construido, y el arte del trabajo del miembro de
Estado Mayor consiste en percibir esa realidad en forma objetiva, clara y desapasionada.
En el comandante y líder de Estado Mayor se concentra toda la
autoridad de decisión y responsabilidad otorgada por mandato
superior. La alteración de esta
El trabajo impersonal del Estado Mayor
La realidad es un tejido de eventos, acciones, interacciones, retroacciones, determinaciones, azares que constituyen
nuestro mundo fenoménico. Se presenta
con rasgos de lo enredado, lo inexplicable, el desorden, la ambigüedad,
la incertidumbre. De allí la necesidad del conocimiento, de
Junio 2004
72
73
Revista Fuerzas Armadas
poner orden en los fenómenos rechazando el desorden, de descartar
lo incierto; es decir, de seleccionar los elementos de orden y de certidumbre, de quitar la ambigüedad, de clarificar, distinguir y jerarquizar.
Perfil de competencia profesional
Los ejércitos demandan a los miembros de sus Estados Mayores importantes condiciones, habilidades y aptitudes profesionales y personales, las cuales se pueden resumir en los siguientes aspectos:
• Profundo conocimiento de la doctrina, para que puedan desempeñarse con habilidad y experticia en las diferentes áreas de su
competencia.
• Conocimientos generales y actualizados de los diferentes campos
de acción del poder nacional, que les permitan interactuar y apreciar
la realidad.
• Amplio conocimiento de las capacidades, fortalezas y debilidades de
todos los elementos que conforman el Estado Mayor.
• Habilidad para apreciar, evaluar y hacer juicios críticos sobre los aspectos trascendentales en el cumplimiento de la misión.
• Habilidad para expresarse con fluidez verbal y escrita, con sentido objetivo, que les permita discernir el justo alcance de sus expresiones.
Portada del libro
El arte de la guerra
Montgomery dando
instrucción a su Estado Mayor
• Habilidad para comunicarse y relacionarse, aplicando el trato cordial sin apartarse de las normas exigidas en
la institución.
• Integridad intelectual y de carácter para defender sus convicciones cuando les corresponde presentarlas, debiendo a su vez apoyar resueltamente las decisiones del comandante, así sean contrarias a sus ideas.
• Ética en todas las actuaciones, apreciaciones y recomendaciones.
• Rápida percepción mental.
• Capacidad para pensar con lógica.
• Prontitud en la toma de decisiones.
Los Estados Mayores son los cere• Captación de lo esencial y de lo coherente.
bros de los ejércitos. Sus miembros
• Dotes de creatividad, sin aferrarse a los reglamentos.
• Disposición para trabajar eficientemente durante
están llamados a la cohesión y el
períodos prolongados sin acusar fatiga.
trabajo coordinado, y sus funciones
En resumen, se requieren miembros de Estado Mayor
que puedan llevar a cabo un desarrollo armonioso
de su personalidad y de su carácter, fomentando
su enriquecimiento en valores espirituales y morales;
básicas se sintetizan en suministrar
información, hacer apreciaciones
de situación, dar recomendaciones,
y elaborar planes y órdenes.
que tengan la inquietud por investigar y buscar la verdad, empleando métodos lógicos que ofrezcan respuestas válidas y confiables, y que tengan capacidad para
analizar críticamente su entorno y asuman con responsabilidad y decisión aquello que es justo.
Los Estados Mayores son, en síntesis, los cerebros de los
ejércitos. Sus miembros están llamados a la cohesión
y el trabajo coordinado, y sus funciones básicas se sintetizan en suministrar información, hacer apreciaciones
de situación, dar recomendaciones, elaborar planes y
órdenes, y supervigilar.
Factores decisivos
en la guerra irregular
El centro de gravedad del Estado Mayor
en guerra irregular está conformado
por los factores que son decisivos para
la obtención de resultados en el campo de combate. En este punto, cada
miembro de Estado Mayor debe concentrarse en su misión principal, sin
que esto signifique ignorar los otros
campos de acción.
El trabajo impersonal del Estado Mayor
Así, el oficial de personal debe asegurar
el mantenimiento de los efectivos y el
desarrollo de la moral como condición
primaria para el empleo efectivo del
principal recurso con que cuenta un
ejército. Para el oficial de inteligencia,
su prioridad debe ser la producción de
inteligencia y el esfuerzo de contrainteligencia. Por su parte, el oficial de
operaciones debe concentrarse en el
planeamiento y el desarrollo de las
operaciones, y en el entrenamiento y
reentrenamiento de las tropas. Quien
está a cargo del Area Logística debe
encargarse del suministro de abastecimientos y el establecimiento de las
comunicaciones. Por último, el oficial
de acción sicológica y asuntos civiles
debe centrarse en el desarrollo del
concepto de acción integral.
El perfil de competencia profesional de un miembro de Estado Mayor no se da siempre en función de su experiencia, ya que muchas veces no ha tenido la oportunidad
de adquirirla. Aunque ésta es importante, por encima
existen elementos éticos, de conducta y de actitud que
deben orientar su trabajo.
Los jefes militares, comandantes y líderes están sometidos
a presiones superiores, a la dirección y el control de
las operaciones, a las limitaciones de tiempo y a muchos
otros factores que no dependen de ellos, lo cual implica
que cada miembro de Estado Mayor es un elemento
trascendental para el cumplimiento de la misión que
recibió.
Junio 2004
74
El entrenamiento del Estado Mayor en el
proceso militar para la toma de decisiones, liderado por el Jefe de Estado
Mayor y basado en el conocimiento, la
aplicación y la articulación de estrategias de acción integral para ganar la
guerra, es una herramienta fundamental para el logro de objetivos en los diferentes teatros y escenarios de la
guerra irregular.
El éxito de una unidad es la sumatoria
del trabajo impersonal que cada miembro de Estado Mayor le aporta al cumplimiento de la misión que recibió su
comandante.
Constituye un espacio orientado al análisis y discusión multidisciplinaria cuya misión es identificar y analizar las potenciales amenazas que afectan la Seguridad y la Defensa Nacionales, así como las capacidades y los recursos que permitan diseñar estrategias para neutralizar tales amenazas dentro del marco de la
Constitución Nacional. Actualmente desarrolla las siguientes
líneas de investigación:
• Político Institucional: identifica y analiza los fundamentos filosóficos, éticos, constitucionales y sociales de las políticas públicas
y sus implicaciones sobre la Seguridad y Defensa Nacionales.
• Logístico Administrativa: analiza, estructura y cuantifica los recursos nacionales y el potencial humano y logístico necesarios
y disponibles para la Seguridad y Defensa Nacionales.
• Estratégica: analiza las realidades políticas, económicas, socia
les y militares, y sus interacciones, con el fin de proponer estrategias conducentes a garantizar la Seguridad y la Defensa
Nacionales.
• Evaluativa: identifica y analiza los indicadores de gestión y de
resultado de las acciones referentes a la Seguridad y Defensa
Nacionales, frente a lo previsto por la política, la estrategia y la
logística.
“Nuestro centro se esta fortaleciendo y consolidando, proyectándose como el principal
foco de pensamiento sobre temas de Seguridad y Defensa Nacionales en el más alto
nivel, razón por la cual convocamos la activa participación de profesionales militares
y civiles multidisciplinarios con investigaciones y trabajos en las líneas descritas”.
Bogotá,D.C., Cra 11 N° 102-50 • Tels: 6206532- 6294928 • Email: [email protected]
Descargar