[Escriba texto] Publicado en: Revista de Historia Militar Nº 3

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Publicado en: Revista de Historia Militar Nº 3. Editorial Armerías, Buenos Aires, 2014, pp. 97123. ISBN 978-987-1480-65-4.
CORRIENTES ANTE LA INVASIÓN PARAGUAYA DE 1865
por DARDO RAMÍREZ BRASCHI
El estudio de la guerra de la Triple Alianza generó una fructífera producción
historiográfica, la que se mantuvo en los últimos años. Nuevas tendencias e interpretaciones
abordaron la cuestión, aportando reflexiones que se sumaron para comprender y explicar aquella
guerra determinante para la construcción de los países que participaron en ella. En la última
década, los nuevos aportes como las de Francisco Doratioto 1 y Thomas Whigham 2 desde la
perspectiva político-militar; los estudios novedosos de Luc Capdevila 3 sobre las cuestiones
sociales y humanas de la contienda; y las reflexiones sobre las tendencias historiográficas
aportadas por Liliana Brezzo
4
, entre otros, dieron marco y dinamismo a nuevas
interpretaciones.
El estudio de las consecuencias de la guerra se enfocó fundamentalmente en el efecto
que tuvo la contienda en la sociedad paraguaya: saqueos, pérdidas inmobiliarias, la pobreza
generada por el conflicto tuvieron su eje en el mundo guaraní. Esto no sucedió al estudiar su
efecto en la población correntina. Es que las condiciones revestían situaciones distintas, ya que
los despojos en territorio correntino se dieron, casi en su totalidad, por un ejército vencido,
decepcionado y en retirada, mientras que el pillaje en Asunción se produjo por tropas que
transitaban los caminos de la victoria. Ese hondo impacto, que repercutió en la población civil
de ciudades, pueblos y villas, sembró derivaciones de las victorias del vencedor y las derrotas
1
FRANCISCO DORATIOTO,
Maldita Guerra. Nueva historia de la guerra del Paraguay (Buenos
Aires, 2014).
2
THOMAS WHIGHAM, La guerra de la Triple Alianza. Causa e inicios del mayor conflicto bélico
de América del Sur, volumen I y II (Asunción, 2011).
3
LUC CAPDEVILA, Una guerra total: Paraguay, 1864-1870. Ensayo de historia del tiempo
presente (Buenos Aires, 2010).
4
LILIANA M. BREZZO – BEATRIZ FIGALLO, La Argentina y el Paraguay, de la guerra a la
integración (Rosario, 1999.) LILIANA BREZZO, La guerra de la Triple Alianza en los límites de la
ortodoxia: mitos y tabúes. En revista “Universum” nº 19 - Vol. 1:10-27 (2004).
[Escriba texto]
del sometido. En los meses que duró la invasión paraguaya en la Provincia de Corrientes se
registraron en todos los Departamentos ocupados, denuncias por saqueos con distintos grados de
violencia -la propiedad privada fue una de las principales víctimas-, si bien los daños y
perjuicios tuvieron intensidades distintas.
El presente trabajo analiza las particularidades del proceder de los sectores políticos
correntinos en la guerra, la proyección económica de la contienda sobre la población, junto a
otros aspectos que generaron la invasión de las fuerzas paraguayas en territorio provincial
1.- Situación política correntina
La ubicación geográfica de Corrientes hizo que ésta se transformara en una pieza
estratégica clave para todo el desarrollo de la guerra que libró la Triple Alianza. Las relaciones
conflictivas entre Argentina y Paraguay eran de larga data y se manifestaron clara y
notoriamente en la política exterior de cada país, y estas actitudes se reflejaron en la prensa de la
época. Los periódicos argentinos, tanto en Buenos Aires como en el Interior, a partir del año
1864, hacían del tema de la relación con la política del Jefe de Estado paraguayo, general
Francisco Solano López, epicentro de críticas y hostigamientos. En la Provincia de
Corrientes,las opiniones se encolumnaron a través de dos periódicos con criterios enfrentados:
“El Progreso” y “El Independiente”. El primero de ellos, liberal (mitrista), hostigador
permanente hacia el Gobierno del Paraguay, y el segundo federal (urquicista), y por lo tanto
defensor de la política lopizta. Estos periódicos no eran más que el reflejo de la opinión política
de los grupos locales, y estaban visiblemente diferenciados. El último sector citado se manifestó
de hecho al registrarse la ocupación paraguaya a Corrientes, ocupando cargos públicos y
manifestando su adhesión absoluta al invasor. La sociedad correntina se dividió entre los que
rechazaron la invasión y los denominados paraguayistas, que la apoyaron.
Con la guerra se produjeron significativos cambios políticos e institucionales en
Corrientes. Promovidos por las autoridades militares paraguayas, algunos vecinos de la Capital
crean y eligen un Poder Ejecutivo colegiado compuesto por tres miembros oriundos de la
Provincia: Víctor Silvero, Teodoro Gauna y Sinforoso Cáceres. La elección se realizó el 19 de
abril, siendo el resultado final del escrutinio el siguiente:
Teodoro Gauna, 107 votos
Wenceslao Díaz Colodrero, 8 votos
Pedro Maroso, 1 voto
Sinforoso Cáceres,106 votos
Cayetano Virasoro, 6 votos
Juan M. Villar, 1 voto
Víctor Silvero ,102 votos
Antonio Díaz de Vivar, 4 votos
5
Ramón Contreras, 1 voto 5
Archivo General de la Provincia de Corrientes. Expedientes administrativos, legajo 144, enerodiciembre de 1865.
[Escriba texto]
Numerosas familias se fracturaron por sostener ideas enfrentadas, registrándose casos
paradigmáticos,, como la oposición entre padres e hijos; tal el caso de Teodoro Gauna,
paraguayista, y su hijo Federico Gauna, quien combatió en los Batallones argentinos; o la
familia del coronel Basilio Báez, que comandó fuerzas correntinos y uno de sus hijos lo hizo
desde las filas paraguayas. También podemos traer a la memoria el caso del ex Gobernador
Manuel Antonio Ferré y Nicolás Ferré, ambos, hermano y sobrino respectivamente del ex
Gobernador Pedro Ferré; o los casos de Pedro Rolón, hermano del ex Gobernador José María
Rolón, y Cayetano Virasoro, hermano del ex Gobernador Benjamín Virasoro, entre otros 6.
Desde el origen mismo de la invasión, y como consecuencia de esto, y con la
retirada de los paraguayos de suelo argentino, se iniciaron procesos por el delito de
traición a la Patria, siendo el primero contra Ramón Contreras durante los primeros días
de Mayo de 1865 7; también el Gobernador Lagraña acusó y presentó pruebas ante el
Fiscal General de la Provincia, denunciando a Tomás Bedoya, Cayetano Virasoro, José
Luis Garrido, Antonio Díaz de Vivar, Domingo Igarzábal, Ulpiano Lotero, Roberto
Billinghurst y José Luis Fernández, todos miembros de familias socialmente conocidas
y de constante participación pública
8
. Es conveniente aclarar que ninguno fue
condenado. Todos fueron absueltos, y algunos de ellos -tal el caso del citado Contrerasllegaron a ocupar altos cargos en el Poder Judicial de la provincia, mientras aún se
desarrollaba la guerra 9. Un testimonio de Tiburcio Gómez Fonseca -prominente hombre
público y en su momento estrecho colaborador del ex mandatario Juan Pujol-, describe
esta situación a fines de noviembre de 1865:
El señor Gobernador vino muy preparado contra los traidores, y
expidió un decreto de destitución en masa. Pero no crea Ud.. que ese
mandato se ha cumplido. Los traidores que tienen padrino no han salido
de más empleos. Y entre estos hay bien infames. Los demás siguen
funcionando en sus puestos hasta segunda orden, pues hasta hoy no se ha
6
DARDO RAMÍREZ BRASCHI, 2004. La guerra de la Triple Alianza a través de los periódicos
correntinos, pp. 115 y 139 (Corrientes, 2004).
7
Archivo General de la Provincia de Corrientes, Copiador de notas del Ministerio de Gobierno,
legajo 20, 1859-1869, f. 129.
8
Idem, ibídem, f. 131.
9
Idem, ibid., fs.161 y 186.
[Escriba texto]
nombrado a nadie, para reemplazarlos, a excepción de un jefe de policía
para sustituir al que renunció. Los traidores de marca, pasean y se asocian
a S. E. sin novedad, aunque dicen que los va a hacer fugar. Así van éstas y
otras cosas, causando risa, a quien las observa con imparcialidad
10
.
Del mismo modo se incentivaron denuncias públicas y privadas de parientes
entre sí, como la realizada por Damaro Sánchez ante el gobernador Manuel I. Lagraña,
que inculpó a su cuñado y su sobrino de ser paraguayistas. 11 Una particular
recomendación, dirigida por el Ministerio de Gobierno al juez de paz de Paso de los
Libres, exhorta a las autoridades locales a ser cautos y prudentes, en no proceder
precipitadamente, ya que debían tener en cuenta las relaciones de amistad y parentesco
que tenían los acusados del delito de traición 12. Las causas motivadoras que explican el
accionar de los paraguayistas son diversas, ya que algunos de ellos procedieron por
convicción pero otros por temor.
La “Junta Gubernativa” y los correntinos paraguayistas redoblaron esfuerzos
por generar cierta independencia de las decisiones provenientes del Gobierno de
Asunción y, paralelamente, intentaron instalar la idea de un enfrentamiento con el
Gobierno Argentino presidido por el general Bartolomé Mitre y su alianza con Brasil,
objetivo este último que no pudieron lograr. En aquel intento, impusieron algunas
disposiciones que pretendían el manejo de su propia soberanía, como la que estableció
que la bandera correntina fuera la que flameara en los edificios públicos y la que debía
portarse por los Batallones provinciales, sosteniendo que
…este Estado ha conservado ilesa su soberanía, como lo demuestran los actos externos
e internos del Gobierno, y como lo acredita aun ante los mas profanos, el hecho de ser
el pabellón correntino el que ha estado enarbolado en los edificios públicos del Estado,
10
Idem, Sala 7, Correspondencia privada. Carta de Tiburcio G. Fonseca a Wadislao Gramajo,
Corrientes, 24 de noviembre de 1865.
11
Idem, Correspondencia oficial, tomo 211, f. 219.
12
Idem, Copiador de notas del Ministerio de Gobierno, Libro de notas a Jueces de Paz, 18641866, legajo 23, f. 201.
[Escriba texto]
y principalmente en la casilla del Resguardo, como no pudo ocultarse a la Escuadra
brasilera.13.
Víctor Silvero, uno de los triunviros de la Junta, al constituir un batallón en el
Departamento San Luis del Palmar, su primer acto fue entregar a la columna la
“bandera correntina”, afirmando que “ella simbolizaba la Patria y su misión”. 14 Esta
disposición se mantuvo hasta los últimos momentos de la ocupación paraguaya, como lo
demuestra el caso de la batalla de Naranjitos, el 21 de septiembre de 1865, cuando el general
Manuel Hornos capturó, entre los vencidos correntinos, sólo la bandera de la Provincia, tal
como lo describe en carta a Juan Vicente Pampín cinco días después del combate 15.
Además, la Junta de Corrientes dispuso, para la identificación de sus soldados,
un uniforme propio que se diferenciase del paraguayo y de las tropas aliadas 16. Las
manifestaciones de esta naturaleza fueron constantes durante los meses que duró la
administración política de la Junta Gubernativa 17.
2.- Avance paraguayo
En la mañana del 13 de abril de 1865, cuando las tropas paraguayas toman dos barcos
argentinos surtos en el puerto de Corrientes, el 25 de Mayo y el Gualeguay, se inicia
formalmente la ocupación del territorio nacional y se preparan los avances hacia los
Departamentos del Sur provincial a través de la costa del río Paraná. En tanto, otra columna
incursionará por el territorio de las antiguas Misiones y tendrá por referencia el río Uruguay,
siendo sus objetivos el atacar poblados costeros argentinos y brasileños.
La columna del río Paraná, en un principio, al mando del general Wenceslao
Robles, tuvo su principal campo de operaciones a la vera del río, con límite sur en las
proximidades del río Santa Lucía, alcanzando influencia militar y política en Capital,
13
Idem, ibid., legajo 24, 1866-1869, f. 135.
14
Archivo General de la Nación, Sala VII, 10-5-12, fs. 110 y 110 vta.
15
ISIDORO J. RUIZ MORENO, Campañas militares argentinas, tomo IV, Guerra exterior y
luchas internas, 1865-1874, p. 81 (Buenos Aires, 2008).
16
AGPC, Copiador de notas a Jueces de Paz, legajo 23, 1864-1866. Circular del 15 de julio de
1865.
17
Para ver otros casos de manifestación política de la Junta Gubernativa consultar RAMÍREZ
BRASCHI, La guerra de la Triple Alianza a través de los periódicos correntinos Corrientes,
pp. 97 y 98.
[Escriba texto]
Lomas, San Cosme, Itatí, Caá Catí, San Miguel, Empedrado, Mburucuyá, Saladas, San
Roque, Bella Vista, Lavalle y Goya 18.
Entre las debilidades que se le atribuye a la jefatura de guerra paraguaya está la
ausencia en el frente de batalla, del Presiente mariscal Francisco Solano López, quien se
instaló en Humaitá 19, dejando en manos de sus Generales la ejecución de operaciones,
lo que produjo algunas desinteligencias y contradicciones, como el caso que llevó a la
sustitución del general Robles por el general Francisco Resquín.
18
Respecto a la ocupación de Goya, el historiador Manuel F. Mantilla afirma que el
Departamento fue invadido parcialmente, dato coincidente con los registros del comerciante
Tomás Mazzanti, quien señala que se produjo una ocupación efectiva de la ciudad, aunque no
con la dimensión ocurrida en Bella Vista. Ante la amenaza paraguaya, la mayoría de los
goyanos emigraron a Esquina, quedando sólo los comerciantes extranjeros y los vecinos
simpatizantes de los invasores. Las tropas paraguayas entraron el 3 de Julio a las 10:00 y se
produjeron algunos saqueos, como el registrado en la casa de Julio Solari. El citado Mazzanti va
incluso un poco más allá al decir que algunas mujeres de la aristocracia local miraban con
buenos ojos a la oficialidad paraguaya, diciendo: “¡Qué mozo simpático aquél!”. Lo cierto es
que ese mismo 3 de julio por la tarde, los paraguayos se retirarán hacia Santa Lucía (ver
DARDO RAMÍREZ BRASCHI, Registros y apuntes de Tomás Mazzanti sobre la guerra del
Paraguay, en “Anales” de la Junta de Historia de la Provincia de Corrientes (Corrientes, 2006).
Otro testigo de los acontecimientos sostuvo que los paraguayos entraron a Goya el 5 de julio,
permaneciendo un tiempo no mayor de cuatro horas, saqueando la casa de Julio Solano,
impresor del periódico La Esperanza, buscando las máquinas impresoras, las que no fueron
halladas. Lo mismo hicieron con otras casas de comercio, pero las propiedades del testigo no
fueron saqueadas (AGPC, Sala 7, Correspondencia privada, carta de J. Altamirano a Wadislao
Gramajo, Goya, 25 de junio de 1865). El general Manuel Hornos en un informe sostiene que los
paraguayos abandonaron la ciudad de Goya el 7 de junio, después de haber saqueado las casas
de negocios de los hermanos Baibiene y Julio Solano, tomando todos los paños que había en la
plaza, por lo que giraron letras por su valor. Además tomaron prisionero al comerciante local
Mariano Araujo (BIBLIOTECA DE “LA NACIÓN”, Archivo del general Mitre, tomo II,
Guerra del Paraguay, p. 171, Buenos Aires, 1911). También en los alrededores de Goya, la
población de los suburbios padeció daños (carta de Evaristo López a Manuel Ignacio Lagraña,
del 10 de junio de 1865, en AGPC, Correspondencia oficial, t. 29, f. 141).
La noticia de la derrota paraguaya en Uruguayana se festejó en Goya con cohetes de
estruendos; a partir de allí los vecinos regresaron a la ciudad paulatinamente y para el mes de
noviembre la mayoría estaba radicada nuevamente en sus hogares. Estas elevaron un pedido al
Gobierno Provincial para levantar un nuevo templo a la Virgen del Rosario, protectora de la
ciudad (AGPC, Correspondencia oficial, tomo 211, fs. 94, y Sala 7, Correspondencia privada,
carta de J. Altamirano a Wadislao Gramajo, Goya, 23 de septiembre de 1865).
19
DORATIOTO, Maldita guerra, p. 138.
[Escriba texto]
En este contexto adquieren importancia los combates de Riachuelo (11 de junio
de 1865) y el de Paso de Cuevas (12 de agosto de 1865), especialmente este último por
la cercanía al poblado de Bella Vista, que allanaba el camino para su saqueo. El
combate de Cuevas se produjo entre parte de la Flota brasileña y un buque argentino,
contra la artillería paraguaya apostada en las barrancas del Paraná. Las naves se dirigían
aguas abajo rumbo al puerto de Goya. Una batería paraguaya ubicada sobre aquel paso
bombardeó a las embarcaciones, que traspasaron el ataque, pero a pesar de ello tuvieron
la pérdida de 10 muertos y 25 heridos.
Sólo un buque argentino formaba parte de la escuadra: el Guardia Nacional, al
mando del capitán Luis Py, quien se demoró frente a la batería para retar -como si fuera
un duelo- a los cañones paraguayos asentados en las barrancas. Esta postura del oficial
argentino tuvo un costo alto ya que la estructura del buque fue seriamente dañada,
dejando como saldo 3 muertos y 12 heridos. Entre los primeros se cuenta un hijo del
capitán Py y el guardiamarina José Ferré, hijo del antiguo Gobernador don Pedro Ferré.
Los brasileños reconocieron 17 muertos y treinta y 35 heridos. Si bien el combate duró
casi todo el día, la flota aliada no sufrió la pérdida de ningún buque y los paraguayos
mantuvieron intacta su artillería.
3.- Ataque a Bella Vista
Luego que la jefatura militar del Ejército Paraguayo en operaciones sobre el río
Paraná quedara al mando del general Francisco Isidoro Resquín, sustituto de Robles,
continuó la ocupación de territorios en el Sur provincial. El avance alcanzó las
inmediaciones de Bella Vista, donde el Ejército invasor permaneció un mes ejecutando
marchas y contramarchas. Las tropas de Resquín no hallaron resistencia militar, ya que
el general Wenceslao Paunero marchó en el mes de julio de 1865 hacia el Este, mientras
que el general Nicanor Cáceres sólo operaba con algunas guerrillas.
Hasta la ocupación del poblado de Bella Vista, los pueblos correntinos habían
sido -hasta cierto punto- respetados, pero una vez ocupada esta villa, comenzaron los
saqueos sistemáticos
20
. En los primeros momentos de la ocupación, desde abril a junio,
no se produjeron sustracciones de consideración, ya que sólo se registraron algunos
actos de pillaje aislados, debido a que era intención de la Comando paraguayo y de los
20
GEORGE THOMPSON, La guerra del Paraguay, t. I, pp. 89 y 90 (Buenos Aires, 1910).
[Escriba texto]
correntinos paraguayistas generar una política de convencimiento y seducción a la
población autóctona. Hubo inicialmente algunos robos aislados, pero estos no fueron
generalizados, lo que cambiará a partir de Julio de 1865.
La Junta Gubernativa fue insistente con los Jueces de Paz para que fueran
severos con los delincuentes, y se devolvieran los animales arrebatados a los vecinos
perjudicados
21
. Esta situación duró poco ya que, ante los primeros reveses militares, el
padecimiento de los habitantes correntinos aumentó progresivamente, lo que derivó en
una depredación generalizada.
El saqueo de Bella Vista, iniciado el 28 de julio, fue uno de los más crueles
registrados en los poblados correntinos, tanto en propiedades privadas como públicas.
Un vecino del lugar manifestó:
El saqueo en Bella Vista es en general y bastante terrible, pero la casa Delfino
está completamente destruida, a mi no me han dejado ropa ni colchón, todo me han
llevado, y a este tenor todos en general han sufrido 22.
Algunos funcionarios lograron prevenirse ante la ocupación inmediata de la
ciudad, como fue el caso del Administrador de Rentas de las Aduanas Nacionales, quien
pudo huir con la recaudación de $ 27.365
23
.
El Gobernador Manuel Ignacio Lagraña dió a conocer los saqueos y daños en
Bella Vista al Vicepresidente de la República, don Marcos Paz, haciendo referencia
también de mujeres violadas. Esta es la única vez que se hace mención a violaciones por
tropas paraguayas. No se ha encontrado documentación que haga referencia a estos
hechos; existe la posibilidad que tal vez no hayan ocurrido, ya que si fuese así, aquellos
actos agresivos hubiesen sido denunciados reiteradamente y con precisión. Parece ser
que la versión llegó a oídos de Lagraña cuando éste se hallaba en Goya, en los primeros
días de agosto de 1865 24.
21
AGPC, Copiador de notas del Ministerio de Gobierno, legajo 23, a Jueces de Paz, 1864-1866,
f. 183.
22
Idem, Correspondencia oficial, t. 210, f. 71.
23
Idem, ibid., t. 210, f. 101.
24
UNIVERSIDAD NACIONAL DE LA PLATA,
Plata, 1963).
[Escriba texto]
Archivo del Cnel. Dr. Marcos Paz, t. 4, p. 83 (La
Respecto a comercios del poblado, los paraguayos buscaron información precisa
de los depósitos y de las mercancías de cada uno de los dueños, teniendo por objetivo el
descubrir todo almacén o barraca oculto. Los comerciantes fueron detenidos por los
paraguayos e interrogados para que manifiesten el lugar y las mercancías que existían
en el pueblo, para luego acercar los datos al general Resquín 25.
También el despojo en estancias del Departamento fue una constante; el más
relevante la incursión sobre uno de los establecimientos más importantes de Bella Vista,
como el perteneciente a doña Eugenia S. de Artaza. Sus estancias fueron saqueadas
completamente, incluyendo construcciones y toda clase de ganados, alcanzando estos
últimos 10.000 cabezas de vacunos, 370 ovejas y 450 equinos 26. La depredación en las
zonas rurales fue realizada de manera generalizada, sin puntos selectivos: los
damnificados podían ser importantes estancieros o pequeños productores locales, con
una o dos cabezas de ganado 27.
Las acciones fueron realizadas por las tropas invasoras que, en ocasiones,
actuaron en complicidad con grupos de la localidad, los cuales tuvieron como cabecillas
a José F. Cáceres y Ramón Sangrá. Dada esta situación, el Jefe político Francisco
Ferreyra manifestó en carta al Gobernador Lagraña:
Una medida de urgente necesidad: la de nombrar una comisión de personas
idóneas que se ocupen, desde luego, del examen de la conducta de muchas personas
que han sido el flagelo del pueblo; de los que han servido de guías a los invasores; de
los que han acaudillado gavillas de ladrones; y de los que han sido desertores del
Ejército 28.
La propiedad del Estado también fue destruida y saqueada. Vecinos intentaron
proteger algunos bienes públicos, como el caso de Dolores Molina, vecina del pueblo,
quien ha entregado, a la Jefatura política, 35 sellos de a un real y 6 de diez pesos,
pertenecientes al Erario provincial, diciendo que los referidos sellos fueron recogidos
25
Archivo Nacional de Asunción, NE, 1696, interrogatorios a Pedro Morego, Pelegrín Denegri,
Esteban Libieri y Cayetano Trabuco.
26
AGPC, Sección Judiciales, legajo 65.
27
Idem, Expedientes administrativos. Reclamos deudas guerra del Paraguay, libros I, II, III y IV.
28
Idem, Correspondencia oficial, t. 211, fs. 4 y 5.
[Escriba texto]
durante la ocupación
29
. El templo local también fue dañado y los invasores se
apropiaron del hierro que estaba destinado a la nueva capilla 30, e incluso sustrajeron la
corona de plata y la vestimenta de la imagen de la Virgen que la presidia 31.
De acuerdo a la descripción del ingeniero británico George Thompson -quien
ejerció su profesión en el Paraguay al servicio de los Jefes de Estado don Carlos
Antonio López y Francisco Solano López-, muchas de los objetos robados fueron
enviadas a este último, como regalo, incluyendo un piano robado a Félix Delfino, que
fue obsequiado a Elisa Lynch, primera dama del Gobierno paraguayo
32
. El diario
Nación Argentina referenció en varias ocasiones el estado del poblado de Bella Vista y
el accionar paraguayo 33.
Al producirse el retiro definitivo de los enemigos de la ciudad, se llevaron todos
los elementos que le eran posibles, destruyendo los que quedaban 34. El desbande de
ganado causó confusión entre los vecinos, ya que todos los animales fueron incautados.
Pero sucedió que entre los vacunos dispersos, algunos de estos vecinos se apropiaron de
animales sueltos que aparecían en sus campos y los marcaban para sí. En esta cuestión
tuvo que intervenir el Juzgado de paz local 35 . En otros casos los animales fueron
capturados por las autoridades locales, y se procedió desde el Gobierno a la devolución
a sus legítimos propietarios, los que debían probar sus pertenencias a través de las
respectivas marcas
36
.Mas luego de recuperada la ciudad por las tropas aliadas,
prosiguió la inseguridad de la propiedad, ya que algunos oficiales argentinos tomaban
ganado sin el procedimiento establecido para la compra e indemnización fijada por el
29
30
Idem, ibid., t. 211, fs .171 vuelta.
Idem, ibid., t 211, fs. 4 y 5.
31
WHIGHAM , La guerra de la Triple Alianza, t. I, Causas e inicios del mayor conflicto bélico
de Amérca del Sur , p. 427.
32
THOMPSON, La guerra del Paraguay, t. I, p. 90.
33
Edición del 18 de agosto de 1865.
34
AGPC, Correspondencia oficial, t. 210, f. 248. Carta del Juez de Paz de Bella Vista al
Gobernador Lagraña, del 11 de octubre de 1865.
35
Idem, ibid., t. 211, f.148.
36
Idem, Copiador de notas del Ministerio de Gobierno, Libro a Jueces de Paz, 1864-1866, legajo
23, f. 216.
[Escriba texto]
Estado Argentino, generando perjuicios entre los vecinos. Esto motivó reclamos
reiterados del Jefe político de Bella Vista 37 .
4.- Ocupación de la ribera del río Uruguay
La ocupación paraguaya al territorio correntino se concretó por dos importantes
columnas: una, bajo el mando del general Wenceslao Robles a la vera del río Paraná,
alcanzando como límite principal el río Santa Lucía, aunque ocupó espacios un poco
más al sur, hasta la ciudad de Goya. La restante, a cargo del teniente coronel Antonio
de la Cruz Estigarribia, incursionó por el Paso de Encarnación, con más de 11.000
hombres, y fue dividida en dos a la altura de Santo Tomé, cada una recorriendo las
costas del río Uruguay en jurisdicción argentina y brasileña. El dominio efectivo del
Ejército Paraguayo en la zona oriental de la Provincia estuvo conformado,
geográficamente, entre el Iberá, el río Uruguay y el Miriñay. Las razones estratégicas de
esta columna adquirían notable importancia, ya que debería ser la contención principal
al avance del Ejército Brasileño. Esta última actuó de manera totalmente independiente
respecto a la dirigida por el general Robles, de tal forma que los sucesos políticos y los
vínculos existentes entre la Junta Gubernativa paraguayista de la Capital provincial no
generó ninguna consecuencia en el territorio cercano al río Uruguay.
Simultáneamente con la ocupación de los Departamentos de la Provincia sobre
la costa del Paraná, el teniente coronel Estigarribia incursionó en territorio correntino,
bordeando la costa del Uruguay hacia el sur, cuando desprendió un batallón de avanzada
a cargo del mayor Pedro Duarte, que el 5 de mayo, previo de enviar una partida de
soldados, ocupó Santo Tomé sin inconvenientes, ya que sólo se hallaba un grupo de
ancianas y tres o cuatro comerciantes italianos 38. Desde fines del mes de abril de 1865
los vecinos de Santo Tomé iniciaron su éxodo hasta la línea del Aguapey, para luego
pasar el río Miriñay en busca de mayor seguridad 39.
El teniente coronel Estigarribia continuó su recorrido en territorio brasileño y
ocupó San Borja e Itaquí, y el 5 de agosto Uruguayana, siendo éste el punto máximo
37
Idem, ibid., t. 211, f. 173
38
WHIGHAM, La guerra de la Triple Alianza,, t. I, p. 324.
39
HERNÁN FÉLIX GÓMEZ, La ciudad de Santo Tomé, pp. 12 y 13 (Buenos Aires, 1942).
[Escriba texto]
alcanzado. Estigarribia había desobedecido la orden de Solano López, de no entrar en
los poblados, para evitar el pillaje de los soldados, por lo que los saqueos fueron
constantes. Sistemáticamente, en el trayecto de San Borja a Uruguayana arrebataron
toda clase de elementos, los que fueron llevados al Paraguay en carretas. Después de los
saqueos perpetrados por las tropas regulares, también incursionaron en el pillaje algunos
moradores40 . El ganado de estos Departamentos fue arreado posteriormente hacia el
Norte, trasladándolo a territorio de Paraguay por el paso de Candelaria 41.
El mayor Duarte dominó Paso de los Libres el 2 de agosto, y ante la avanzada de
los Ejércitos Argentino y Oriental abandonó el poblado, tomando posesión en
inmediaciones del arroyo Yatay, donde el 17 de agosto se libra la batalla que lleva el
nombre de este arroyo, siendo derrotada completamente la columna paraguaya. De la
misma manera, las tropas de Estigarribia que ocupaban Uruguayana también terminarán
en derrota ante el asedio de las tropas aliadas, no pudiendo resistir el sitio impuesto, y
capitularán definitivamente el 18 de septiembre.
Hasta que se libró la batalla de Yatay, los Departamentos Santo Tomé, La Cruz
y Paso de los Libres estuvieron a merced de las operaciones de las fuerzas invasoras, las
que procedieron violentamente contra los vecinos, ejecutando arreo de ganado, tal como
lo verificaron las denuncias de los damnificados. Pero algunas zonas, como el norte del
Departamento Santo Tomé, después del avance paraguayo quedaron bajo el pillaje y
robo de algunos Batallones brasileños. En este contexto, el poblado de Alvear no fue
ocupado por los paraguayos, como Santo Tomé y Paso de los Libres 42.
5.- Saqueo de tropas brasileñas
La jurisdicción del Departamento Santo Tomé tenía grandes dimensiones, en
comparación a las restantes de la Provincia, ya que abarcaba gran parte del territorio de
las Misiones, al occidente del río Uruguay. De acuerdo al interesante mapa político
confeccionado por el ingeniero Nicolás Grondona a principios de la década de 1870, los
40
DORATIOTO, Maldita guerra, 2004, pp. 164 y 165.
41
LUIS SCHNEIDER, A guerra da Tríplice Alianza contra o Goberno da República do Paraguay
.Traducido do allemao por M. T. A. Nogueira, annotado por J. M. da Silva Paranhos, pp. 90-91
(Río de Janeiro, 1924-1925,).
42
FEDERICO PALMA, Historia de la ciudad de Alvear, p. 12 (Corrientes, 1958).
[Escriba texto]
límites departamentales eran: por el Oeste todo el curso del Aguapey, perdiéndose por el
Norte, bordeando las sierras misioneras: y al oriente el río Uruguay. Pero la villa
poblada de Santo Tomé, sobre las costas del rio Uruguay, era un puñado de casas
dispersas, construidas de madera, adobe y techos de palma. Lo productivo se hallaba en
los distintos establecimientos y estancias en las zonas rurales. En este Departamento los
reclamos por daños por saqueos no sólo son denunciados por las acciones del Ejército
Paraguayo, sino también por las incursiones violentas del Ejército Brasileño.
En el mes de agosto se produjo la primera incursión brasileña, a la orden del
mayor Ysairo (sic), perteneciente a la División del Barón de Gamby (sic), la que, con
violencia, trasladó a las familias del vecindarios de San Javier, incluyendo el arreo de
mulas, caballos, vacunos, bueyes mansos, y toda mercadería que encontró a su paso 43.
Por ejemplo el caso denunciado por la Sociedad Nacional Explotadora y Producciones
de Misiones de Yerba Mate, ubicada en el Distrito San Javier, donde tropas del Ejército
Imperial se apoderaron de mulas, mercaderías y otros valores, que trasladaron a
territorio de su país, como así también se llevaron detenidas a las personas que se
hallaban en el lugar. Posteriormente, en una segunda ocupación, incendiaron el resto del
establecimiento, no quedando ningún habitante en el lugar 44. La información sumaria
levantada por el juez de Paz de Santo Tomé estableció y describió los daños y perjuicios
presentados por los señores Thompson y Silveira 45. Respecto a los mismos hechos, el
juez de Paz de Santo Tomé, Pascual de Isasa, informó al Ministro de Gobierno de la
Provincia mayores detalles de los daños producidos por el Ejército Brasileño.
En una nueva incursión durante el mes de septiembre de 1865, fueron
incendiados cinco establecimientos. En el mismo reclamo, aclara el juez de Paz que,
durante el trascurso de los cuatro meses que llevaba el desarrollo de la guerra, no se
habían registrado daños ocasionados por paraguayos, y sí tan sólo por brasileños 46.
Pero de acuerdo de los reclamos iniciados al concluir la guerra, fueron 98 los
expedientes solicitando indemnización al Paraguay por perjuicios ocasionados: también
existieron daños de otro origen, como al arrebato de animales, que algunos casos han
43
AGPC, Correspondencia oficial, t. 211, f. 190.
.
44
Idem, ibid, t. 211, fs. 126 y 127.
45
Idem, ibid.. t. 212, f. 209.
46
Idem, ibid., t. 211, f. 190.
[Escriba texto]
ocurrido en ausencia de los vecinos, sobreponiendo y colocando marcas al ganado ajeno 47. En
estas circunstancias, los hechos de guerra se confunden con los vulgares y comunes hechos
delictivos.
Para alcanzar una comprensión integral de los sucesos y aproximarnos a algunas
respuestas, es conveniente referenciar la consideración mutua que existía entre
argentinos y brasileños. A pesar de la alianza acordada oportunamente, sus relaciones
no fueron de las mejores; aún más, la Triple Alianza ligaba a los tres Gobiernos, pero la
cooperación entre los Ejércitos era esquiva 48. El pacto político alcanzado no condujo a
la superación de las desconfianzas en cuanto a la política argentina en el Plata 49: los
brasileños no se sentían cómodos con sus aliados, ya que existían sospechas de
pretensiones territoriales, y el Partido Conservador del Imperio criticó el tratado por
decir que favorecía a la República Argentina.
El almirante Joaquín Marques de Lisboa, vizconde de Tamandaré, odiaba a los
argentinos, y cuestionaba la jefatura militar de Mitre. También Francisco Jê Acaiaba de
Montezuma, vizconde de Jequitinhonha, afirmó que “la Argentina es nuestro rival;
Montevideo y Paraguay no.....
50
. Por su lado, los argentinos desconfiaban
permanentemente del Brasil, y eran constantes los hostigamientos y enfrentamientos
que se observaban reiteradamente por la presencia de brasileños que residían en tiempos
de la guerra en territorio correntino 51.
En esta Provincia se odiaba a los porteños exactamente de la misma manera que
a los paraguayos; el odio a los brasileños era todavía más profundo 52. Cuando ocurrían
fracasos militares en el frente de guerra, o demoras en las operaciones bélicas, un aliado
culpaba o responsabilizaba al otro de impericia: fue muy difícil crear un frente de batalla
en esa situación, pero imperó la necesidad de ambos de derrotar al Presidente López.
47
Idem, ibid., t. 211, f.134.
48
WHIGHAM, La guerra de la Triple Alianza., t. II, El triunfo de la violencia, el fracaso de la
paz, ,p. 18.
49
DORATIOTO, Maldita guerra , pp. 150 y 152.
50
RUIZ MORENO, Campañas militares argentinas, t. IV, p. 103.
51
DARDO RAMÍREZ BRASCHI y JOSÉ LUIS CANO ORTIGOSA, La influencia de la presencia
militar brasileña en Corrientes durante la guerra de la Triple Alianza, en “Anuario de Estudios
Americanos”, nº 70- I, pp. 248-269 (Sevilla, 2013).
52
WHIGHAM, La guerra de la Triple Alianza, t. I,, p. 289.
[Escriba texto]
6.-El itinerario del Gobernador Lagraña y el cambio de autoridades
Ante la imposibilidad de enfrentar tamaña fuerza de ocupación, el Gobernador
Lagraña -junto a funcionarios y algunos Batallones que improvisadamente pudo
organizar-, abandonó la Capital el 13 de abril de 1865, dejando a su libre albedrío un
considerable territorio, que abarcaba el Noroeste provincial, que quedó finalmente bajo
el dominio paraguayo.
Ubicado provisoriamente primero en Empedrado y luego en San Roque, Lagraña
inició un fluido intercambio de correspondencia con las autoridades del Gobierno
Nacional, más específicamente con el Presidente Mitre. La primera de ellas fue fechada
el mismo 13 de abril a las 19:00 desde la Capital, y trasladada por el vapor inglés Flying
Fish: en ella comunicaba el ataque a la ciudad y detallaba el acontecimiento. Desde
Empedrado también enviará informes al Gobierno Nacional, permaneciendo en este
poblado muy poco tiempo. De ahí en más la correspondencia fechada en lo que restaba
de abril de 1865 y en el mes subsiguiente de mayo será enviada (y recibida) desde el
poblado de San Roque, donde se instaló provisoriamente, manteniéndose cerca de las
acciones bélicas, pero a la vez protegido de los ataques enemigos.
El avance y ocupación militar paraguayo prosiguió hacia el sur, apoderándose de
Empedrado como primera etapa, para proyectarse después por la costa del río Paraná.
Paralelamente, el Gobierno de la resistencia de Lagraña improvisará una débil defensa,
más bien de observación de los movimientos del enemigo. El coronel Fermín Alsina fue
designado jefe de vanguardia, y el coronel Raimundo Fernandez Reguera comandante
en jefe de Operaciones, a quienes se sumará el general Nicanor Cáceres con tropas
reclutadas en los Departamentos Curuzú Cuatiá y Sauce. El coronel Manuel de Jesús
Calvo quedará a cargo de la Jefatura del Estado Mayor de la Provincia.
Lagraña se mostrará optimista porque, según sus cálculos, estaban bajo su
mando aproximadamente 6.000 hombres, ubicados en cercanías del Cuartel General de
San Roque, los que presuntamente frenarían el avance del invasor. El optimismo se
fundaba en el entusiasmo mostrado por las tropas en querer combatir. El informe de
Lagraña, que se basaba en la motivación y participación de los correntinos, no se ajustó
a una objetiva realidad, ya que muchos hombres se plegaron a las directivas paraguayas
y a las órdenes de la “Junta Gubernativa”, colaboradora con la ocupación extranjera.
El mismo Lagraña en diversas oportunidades se referirá al tema, y en carta al
Vicepresidente Paz, del mes de septiembre de 1865, hará referencia al combate de
[Escriba texto]
Naranjitos en el cual se enfrentaron correntinos adheridos a causas opuestas: el
mandatario comentará que los Batallones derrotados estaban conformados por
comprovincianos. El mismo concepto se plasmó en el parte de batalla.
La guerra dividió a la Provincia en dos: por un lado todo el territorio del
noroeste provincial, dominado por tropas paraguayas, y políticamente bajo las directivas
de la Junta que fuera elegida por el voto de los vecinos de la Capital; el territorio
restante del sur quedará bajo la jurisdicción de Lagraña. La línea divisoria aproximada
de un sector territorial con el otro fue el río Santa Lucía, desde su nacimiento hasta su
desembocadura en el Paraná, el cual no fue traspasado por el grueso de las fuerzas
invasoras. El Santa Lucía será salvado solamente por algunas partidas de ataque y
reconocimiento que lo cruzaron esporádicamente.
Pero a pesar de la divisoria de aquel río, el límite nunca estuvo claramente
marcado, y jamás se delimitó una zona específica bajo la influencia de una y otra
autoridad. Es así que en varios Departamentos, como por ejemplo San Miguel o
Mburucuyá, ambos Gobiernos designaron Jueces de Paz. Los avances y retrocesos de
las tropas de vanguardia de la caballería también fueron una constante.
La primera reacción de Lagraña ante la noticia de la conformación de una Junta
Gubernativa erigida por correntinos, fue la de dictar (21 de abril de 1865) un decreto
declarando nula la designación, y la consideración de traidores a la Patria a todos
aquéllos que “obedezcan órdenes de dicha autoridad o tomen las armas en su defensa,
o le presten cualquier colaboración o ayuda”, de acuerdo a las disposiciones de la
Constitución Nacional 53.
El Gobierno de Lagraña y las tropas de vanguardia nada pudieron hacer acerca
del accionar de las tropas paraguayas, ya que no podían oponerse abiertamente a raíz de
la ventaja numérica del enemigo. Pero, a pesar de la amenaza del avance paraguayo, se
mantuvo firme en los Departamentos no ocupados, manteniendo y garantizando la
administración política de los mismos. Así por ejemplo, continuaron en sus funciones
los Jefes Políticos de Goya y Bella Vista, Evaristo López y Francisco Ferreyra
respectivamente. Lo mismo hicieron los Jueces de Paz en cada jurisdicción
departamental.
A esta altura de los acontecimientos el Gobernador Lagraña, por razones de
seguridad, ya había abandonado San Roque e instalado en el Cuartel General ubicado
53
Registro Oficial de la Provincia de Corrientes. Año 1865, pp. 56-57.
[Escriba texto]
en Esquina, poblado que se hallaba protegido por su salida al río Paraná y por la
cercanía a Entre Ríos. En este punto se instaló la imprenta del periódico La Esperanza, que
se editaba en Goya, traída por su editor 54.
Pero al poco tiempo, más precisamente el 7 de junio, los paraguayos se retiraron y
abandonaron las cercanías de Goya. Lagraña pasó entonces de Esquina a Maruchas
(Departamento.Goya) y de allí al pueblo de Goya, y fijó su nueva sede provisoria, desde
donde coordinó la entrega de suministros y mercaderías que requerían las tropas para su
abastecimiento. La estadía de Lagraña en Goya no tuvo una duración prolongada en el
tiempo, por temor a un ataque del enemigo, ubicándose a mediados de agosto en Curuzú
Cuatiá, condicionando su accionar al decir que “así que Goya deje de ser amenazada
por el enemigo, regresaré
a aquel punto, que es el más conveniente para mi
permanencia” 55. Permaneció en Curuzú Cuatiá durante todo septiembre.
A raíz de la guerra, los recursos propios del Gobierno Provincial fueron nulos,
recurriendo permanentemente al apoyo económico y subvención extraordinaria de la
Nación. Corrientes ni siquiera podía cubrir los gastos mínimos de la administración
local. 56.
Desde abril a octubre de 1865 la sede del Gobierno de Lagraña tuvo carácter
ambulante: en un principio se ubicó en Empedrado, luego en San Roque, para pasar al
poblado de Esquina, y de allí a Goya, para recalar posteriormente en Curuzú Cuatiá.
Allí no terminará su travesía, ya que desde este poblado pasó a Bella Vista, para volver
definitivamente a la ciudad de San Juan de Vera en los primeros días de Noviembre de
1865
57
.
La peligrosidad de los acontecimientos bélicos exigió el permanente
54
Archivo del coronel Marcos Paz, Tomo IV, Universidad Nacional de La
Plata, La Plata, 1963, p. 83.
55
Archivo del coronel Marcos Paz, Tomo IV, Universidad Nacional de La
Plata, La Plata, 1963. Carta de Manuel Ignacio Lagraña a Marcos Paz, 31
de Agosto de 1865.
56
Archivo del coronel Marcos Paz, Tomo IV, Universidad Nacional de La
Plata, La Plata, 1963. Carta de Manuel Ignacio Lagraña a Marcos Paz, 28
de Septiembre de 1865, pp. 58-59.
57
AGPC, Correspondencia privada, Legajo 5 (1865-1866), Carta de
Tiburcio Gómez Fonseca a Wadislao Gramajo, 3 de Noviembre de 1865.
[Escriba texto]
movimiento del Gobernador con un pequeño grupo de colaboradores. La radicación
definitiva en la Capital provincial se consolidó con el abandono de las tropas
paraguayas del territorio correntino. Hasta el final de la invasión se mantuvo su rapiña,
como lo refirió el antiguo Presidente de la Nación, doctor Santiago Derqui, en carta a su
hijo Simón, estudiante en Montevideo, describiendo lo sucedido en su quinta (26 de
enero de 1866):
En Santa Catalina sólo ha quedado la casa, y esa sin puertas, pues las
rompieron para sacar las cerraduras y tranquillas, que es hasta dónde puede llegar la
ratería de los tales paraguayos: hicieron pedazos todos los muebles que encontraron,
incluso las cajas de fierro y los marcos de los cuadros, cuyas láminas llevaron. No
dejaron ni un solo animal, ni los petizos de las niñitas 58.
Una vez ubicado otra vez en la ciudad capital, Lagraña reestructura su
Administración, designando nuevas autoridades en diversos cargos. Así por ejemplo:
Juez de primera instancia en lo Criminal, a Pastor S. Obligado; Fiscal General interino a
Emilio Cabral; y Contador de la Provincia, a Valentín Virasoro. Efectuó nombramientos
casi de inmediato a su llegada en los cargos vacantes de Policía y Seguridad 59.
Como a fines de 1865 expiraba su mandato, se convocó para el 11 de diciembre para
designar electores de Gobernador y Vicegobernador. Las elecciones se cumplieron en legal
forma y el 25 de diciembre fue elegido nuevo titular del Poder Ejecutivo el goyano don Evaristo
López, y como vicegobernador a don Juan Vicente Pampín, quien renunciará y será
reemplazado por el doctor José Ramón Vidal. López procedía de un origen partidario distinto al
de Lagraña: formaba parte de las filas del Partido Federal, urquicista, modificándose así algunas
cuestiones en la política interna.
Pero también se apreciaron cambios de otra naturaleza en los primeros meses de 1866.
al retirarse las tropas paraguayas de Corrientes. El territorio provincial, al ser escenario primero
de batallas y, luego campo de aprovisionamiento, se transformará en el canal por el cual fluirán
las provisiones. Hombres de negocios responderán a las requisitorias para aprovisionar al
Ejército Argentino de ganado en pie para alimentación y transporte, y la movilización militar
aliada hacia el frente de batalla en Paraguay generará en la Provincia de Corrientes un fuerte
impacto.
58
59
RUIZ MORENO, Campaña militares argentinas,, t. IV, p. 82.
Registro Oficial de la Provincia de Corrientes. Año 1865, pp. 58-59.
[Escriba texto]
Los tres Ejércitos de la Alianza tenían depósitos de aprovisionamiento separados, así
como toda actividad logística, y sólo estaban coordinadas por la jefatura militar del general
Bartolomé Mitre. El asentamiento de los campamentos militares de tres países, con más de
40.000 hombres, demandaba consumos, por lo que el doctor Manuel F. Mantilla sostuvo que la
Capital provincial se convirtió en un centro asombroso de negocios comerciales
60
. Un
testimonio de la época manifestaba que arribaban permanentemente
…proveedores de los tres Ejércitos, comerciantes, vivanderos y trapichistas. El
comercio en general esta de pascuas: todo el que tiene algo para vender, hace buen negocio,
porque a pesar de la gran abundancia, los precios son altos
61
.
El periódico La Esperanza, en uno de sus extensos editoriales referidos a la guerra y a
los movimientos de los aliados, no dudaba en referenciar que la Aduana de Corrientes nunca
había recaudado tanto como en esta ocasión
62
. Entre Corrientes y Paso de la Patria se
improvisaron tiendas, algunas de madera, ladrillos o lienzos, ofreciendo los más diversos
productos a precios generalmente exorbitantes. Además de los vendedores, se instalaron
aquéllos que podían ofertar sus servicios, como ser dentistas, panaderos, zapateros, sastres,
prestamistas, entre otros. Las operaciones alcanzaron dimensiones importantes, que incluso
ocasionaron fricciones entre los aliados, como por ejemplo el establecimiento de una tarifa extra
del 20 % sobre lo pagado en la Aduana argentina 63.
7.- Conclusiones
La ocupación paraguaya de 1865 generó importantes repercusiones y
consecuencias a la Provincia de Corrientes en materia política, militar y económica. La
invasión fue una bisagra que dio fin a una etapa para dar inicio a otra. Pero las
trasformaciones definitivas se visualizarán recién al terminar la guerra, es decir hacia
1870.
Las disputas partidarias tomaron fuerza en algunos sectores y sinceraron su
accionar, creyendo encontrar en el contexto otorgado por la contienda, la oportunidad de
60
MANUEL F. MANTILLA,
Crónica histórica de la Provincia de Corrientes, t. II, pp. 278-279
(Buenos Aires, 1972).
61
AGPC, Correspondencia privada, legajo 5 (1865-1866), carta de Tiburcio Gómez Fonseca a
Wadislao Gramajo (15 de diciembre de 1865).
62
63
12 de mayo de 1867.
WHIGHAM, La guerra de la Triple Alianza, t. II, pp. 273-274.
[Escriba texto]
concretar sus postergados proyectos políticos. En este marco emergió en la sociedad
correntina un sector simpatizante y comprometido con la causa del Paraguay, la que
tomó fuerza los primeros meses, pero luego se fue debilitando con las derrotas y el
repliegue de las tropas invasoras.
La retirada del Ejército enemigo generó vandalismos que fueron más allá de los
intereses bélicos, manifestándose en saqueos y ataques a la población civil, destruyendo
comercios, casas particulares y establecimientos rurales en las márgenes de los ríos
Paraná y Uruguay.
En el período que abarca los meses de abril a octubre, el territorio correntino fue
un extenso campo de batalla que, a partir de los primeros días de 1866, pasará a ser un
espacio necesario e indispensable de aprovisionamiento para llevar las acciones de
guerra a Paraguay.
La guerra se prolongará por más de cinco años, pero las repercusiones políticas
fueron mucho más allá, siendo permanentemente recordadas por las generaciones
sucesivas a través de su participación social y política. Caló la invasión tan
profundamente el alma correntina, que los historiadores locales de fines del siglo XIX y
primera mitad del XX guardaron un celoso silencio de este periodo de la historia
provincial, ya que los vínculos entre aquellos protagonistas y los historiadores se
relacionaron a posteriori con lazos socialmente estrechos.
[Escriba texto]
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