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INFORME
Crimen y temor: el rol de los medios
Crime and Fear: The Role of the Media
Magdalena Browne, Universidad Adolfo Ibáñez. Santiago, Chile. ([email protected])
Visnja Tomicic, Pontificia Universidad Católica de Chile. Santiago, Chile. ([email protected])
El presente artículo explora los patrones e impacto de la
representación mediática del crimen. Para ello, primero nos
centramos en discutir la literatura anglosajona sobre la atención
mediática de la delincuencia, presentando los resultados de un
análisis de contenidos de la prensa chilena e inglesa aplicado en
el tercer trimestre del 2003. En la segunda parte de este artículo,
examinamos los efectos en las audiencias de esta representación
mediática, revisando la evidencia estadística chilena a la luz de
la discusión teórica internacional y de los distintos enfoques
metodológicos para entender tanto el temor al crimen como el
consumo de medios.
Palabras clave: temor al crimen, representación del crimen, efecto de los
medios de comunicación, consumo de noticias de crimen.
Abstract—
Resumen —
Recibido: 8-6-07 / Aceptado: 2-8-07
The following paper explores the patterns and impact of media representation of crime. It firstly focuses on discussing the research on media attention
of delinquency, specifically presenting the findings of a comparative content
analysis between the Chilean and British press during the quarter from July
to September 2003. In the second part of this paper, we examine the effects
that media representation of crime has on the audience, by reviewing Chilean statistics evidence in contrast to international theoretical discussions
and the different methodological approaches used to understand both fear of
crime and media consumption.
Keywords: fear of crime, representation of crime, media effects, crime news
consumption.
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L
as noticias de seguridad ciudadana tradicionalmente han concentrado parte importante de la cobertura periodística. Al mismo tiempo, se ha constatado que
los niveles de temor de la población a ser víctima de delito no siempre corren en la misma dirección (o tienen la
misma intensidad) que la curva marcada por la ocurrencia real de los crímenes. Debido a esto, actores políticos
y académicos han volcado sus críticas hacia los medios
de comunicación, los que son vistos como causantes del
aumento del temor y el miedo de la ciudadanía. Se parte
así de la base de que las percepciones del fenómeno (en
el plano subjetivo) deben ir necesariamente amarradas
a las estadísticas delictivas (en el plano objetivo). Pero
lo cierto es que la percepción del crimen es un terreno
bastante más complejo que el graficado por muchos debates. La magnitud del impacto de los medios en este fenómeno no es materia de consenso académico.
En este artículo pretendemos avanzar identificando
las principales corrientes que a nivel internacional se
han acercado a explorar la relación entre medios y temor, además de entregar evidencia preliminar para el
caso chileno, el que se caracteriza por una frugal producción de estudios en Chile. En la primera parte de
este texto, nos centraremos en analizar la cobertura noticiosa del crimen, basándonos fundamentalmente en
un estudio comparativo de la prensa inglesa y la chilena. En la segunda parte, examinaremos el temor al crimen y su relación con los medios de comunicación. Para
esto, se llevará a cabo una revisión de las principales
posturas y hallazgos presentes en la discusión internacional, los que se contrastarán con la información que
—a nivel local— proporcionan los resultados de la encuesta que realizó el Instituto de Sociología de la Universidad Católica (ISUC) en el año 2003.
¿UN CUADRO DISTORSIONADO DEL CRIMEN?
Como muchos autores han demostrado en las últimas
dos décadas, tanto en Gran Bretaña como en Estados
Unidos, al menos un 10% de las noticias de los medios
están relacionadas a temas de delincuencia o del sistema de justicia (Graber, 1980; William & Dickinson,
1993; Reiner et al., 2000). Sin embargo, existen variaciones considerables entre estos estudios, debido a razones metodológicas (Reiner, 2000) y otras condiciones
22
C U A D E R N O S D E I N F O R M A C I Ó N / N 0 2 0 / J U L I O 2 0 0 7 - I / I S S N 0 7 1 6 -1 6 2 X
«objetivas» del sistema de medios de comunicación. Por
ejemplo, en Gran Bretaña las noticias de televisión, en
general, dan mayor atención al crimen que los diarios
(Reiner, 2002) y, en el caso de la prensa escrita, sucede lo mismo con los tabloides en relación a los diarios
de calidad o broadsheets. Similares diferencias aparecen también en Estados Unidos, donde la televisión local exhibe mayores niveles de cobertura al crimen que
las redes nacionales de televisión. Los estudios muestran además que el crimen no es uniformemente reporteado, ya que los delitos violentos y contra las personas
son los más retratados (Roshier, 1973; Marsh, 1991; Reiner, 2002). Sin embargo, aunque hay un relativo consenso respecto a las características de la cobertura al
crimen, cuando se trata de explicar las causas del fenómeno, las visiones que hay están en competencia. De hecho, en la literatura existente no es posible constatar el
desarrollo de modelos complejos que integren, a la vez,
distintos tipos de influencia, como el mercado, los intereses políticos, los valores culturales y organizacionales de los medios de comunicación. Lo que se encuentra
es más bien enfoques monolíticos y, sobre todo, distinciones artificiales entre factores externos (tales como
intereses políticos y económicos) e internos (determinaciones culturales y organizacionales).
Ahora bien, mientras en los países desarrollados
abundan las investigaciones que han demostrado la
magnitud y las formas en que los medios representan
el crimen, en Chile éstas son bastante escasas. Entre
los pocos estudios disponibles, Hernández y Valdivia
(2004) examinan la evolución temática de las noticias
de los canales de televisión abierta durante el período entre 2000 y 2003. En éstos ellos advierten una redefinición de la agenda noticiosa a partir de 2002, con
el ascenso progresivo del tema «Seguridad Ciudadana y Delincuencia», que relega los temas políticos a un
segundo lugar. La alta preeminencia de la cobertura
televisiva de los temas de seguridad ciudadana también es observada por el seguimiento periódico realizado por el Instituto Libertad y Desarrollo (Informe
Político N° 80), que constata que el 20% de las noticias nacionales emitidas entre el 2000 y el 2003, están referidas al tema de la delincuencia y la seguridad
ciudadana. Otra investigación realizada en Chile es el
es el delito que gana mayor atención, con un 41% del total de la cobertura.
Como hipótesis planteamos que esta preeminencia
del asalto difícilmente puede explicarse sólo por el efecto de una «ola de crimen mediática». Sugerimos que existe algún tipo de correspondencia entre la representación
de la prensa y la ocurrencia del delito, ya que en Chile el
asalto es un crimen más común que en Inglaterra. Los
asaltos muestran, además, una tendencia al alza —al menos hasta el primer trimestre del 2004— y han pasado a
ser el foco de la discusión política sobre los temas de seguridad pública. Por lo tanto, es lógico sostener que ese
tipo de preocupación puede sembrar las bases de este
énfasis periodístico, tal como lo afirman los editores de
prensa nacional que fueron entrevistados como complemento al estudio (Browne, 2005).
Una exploración del valor noticioso que opera en la
prensa chilena e inglesa puede darnos un mayor entendimiento de las diferencias antes descritas. Para ambas
muestras, la «personalización» es el patrón de valor noticioso que mejor describe las ofensas: más del 70% de los
artículos de este tipo de crímenes toman como punto focal al individuo. Si bien el periodismo en general siempre
ha sido sensible a los recursos narrativos que privilegian
este énfasis en la construcción de personajes, muchos
han argumentado que la televisión ha consolidado esta
personalización. Esto significa, finalmente, que el criterio para definir qué hecho es noticia, es su potencial
dramático, cuyo indicador más claro es la presencia de
hombres y mujeres enfrentados a circunstancias adversas o desafortunadas. De esta forma, si tradicionalmente la «relevancia» noticiosa de un crimen estaba ligada al
grado de violencia que envolvía, hoy ese factor es importante sólo en la medida que sirve para retratar periodísticamente una dramática historia personal.
Por otra parte, en las piezas inglesas referidas a los
crímenes de apropiación, este patrón está fuertemente
asociado a una mayor focalización en la víctima. De hecho, el 64% de los crímenes de apropiación con violencia
destaca dicho elemento, confirmando así lo que otros estudios han sugerido anteriormente (Reiner et al., 2000).
En este caso, el «interés humano» se traduce en atención a dos tipos de sujetos: personas «vulnerables» (especialmente menores y ancianos) y «celebridades». Ese
M AGDA LEN A BROW NE y V ISNJA TOMICIC • Crímen y temor: el rol de los medios
1 El estudio consideró las
notas publicadas entre julio
y septiembre de 2003 en la
prensa nacional, relativas a
ofensas contra la propiedad
(robos – burglaries–, asaltos
– robberies– y hurtos –thefts)
y la persona (homicidios,
otras agresiones serias
contra la persona y otras
ofensas sexuales) ocurridas
en Inglaterra, Gales y Chile.
Para Chile se utilizaron El
Mercurio, La Tercera, La
Cuarta, La Segunda y Las
Últimas Noticias (N: 421
piezas noticiosas, se tomó
una muestra de 140). En
el caso de Inglaterra se
analizaron los diarios Daily
Mirror, Record, Daily Star,
The Sun, Daily Express, The
Daily Mail, People News
of the World, The Daily
Telegraph, The Guardian
y The Indepedent (N: 517
piezas noticiosas, se tomó
una muestra de 173).
Ver Browne(2005)
CUADERNOS DE INFORMACIÓN / N0 20 / JULIO 2007 - I
INFORME
estudio de Dastres et al. (2005), el cual se basó en un
análisis cuantitativo de las noticias que, a lo largo de
un mes, produjeron los noticiarios de televisión abierta y los cinco diarios de circulación nacional más importantes. Los resultados señalaron que, mientras en
la prensa escrita el 17,5% de la muestra correspondía
a noticias de seguridad ciudadana (ocupando el tercer
lugar después de los temas internacionales y económicos), en el caso de la televisión, la proporción ascendía
al 34% (excluyendo la sección deportes y cultura-espectáculos). Además, se observó que casi el 87% de las
noticias de seguridad eran relativas a la ocurrencia de
hechos de violencia o criminalidad y sólo el 12% trataba de discusiones sobre las políticas para enfrentar
este fenómeno. También se registró una cobertura bastante mayor de los homicidios (que son el 12% de las
noticias de violencia y criminalidad), el reagrupamiento de grupos terroristas (9%) y el secuestro de personas (5%) (Ibid.).
Por nuestra parte, aquí presentamos los resultados
de un estudio comparativo de la cobertura al delito entre
las prensas inglesa y chilena, con el objeto de explorar
hasta qué punto los patrones mediáticos de nuestro país
son similares a los mostrados globalmente. Para esto, se
aplicó un análisis de contenidos a una muestra de la cobertura de delitos publicadas en los principales periódicos chilenos e ingleses, en el tercer trimestre del 20031.
A primera vista, los resultados del análisis comparativo confirman lo que muchos estudios han observado en
distintas épocas y países. Más del 70% de las piezas noticiosas analizadas en ambas prensas está focalizado en
crímenes violentos. En ese sentido, los diarios chilenos,
al igual que sus pares británicos, largamente sobre representan los crímenes más violentos y subestiman los delitos más ordinarios, mostrando en términos cuantitativos
una realidad exactamente inversa que la expresada por
las cifras oficiales de denuncias (ver gráfico 1).
Sin embargo, detrás de esos números se marcan
distinciones entre ambos países. La diferencia principal radica en el tipo de crimen más priorizado. En el
caso inglés se confirma que la prensa enfatiza de sobremanera el homicidio: en la muestra, el 40% de las
notas está focalizado en este tipo de crimen. Por contraste, en Chile el robo con violencia o asalto (robbery)
23
GRÁFICO 1
Cobertura del delito: tipo de crimen según la prensa del país
Otras ofensas sexuales
Muestra inglesa
0,5%
0,0%
Muestra chilena
7,0%
6,7%
Violaciones
2,5%
6,0%
Otros delitos vs
La propiedad
40,0%
Homicidios
30,0%
16,0%
Hurtos
5,0%
Robo contra la
propiedad
8,0%
14,0%
26,0%
Asaltos
41,0%
0%
10%
20%
énfasis dual corresponde a diferentes lógicas mediales.
En el primer caso, podemos interpretar que refleja una
«preocupación social» por los más desprotegidos; en el
segundo, se mostraría la «fascinación» por las celebridades, la cual opera incluso más allá de los límites de las
páginas de espectáculos. Esto implica que el criterio de
discernimiento respecto a qué hecho delictivo se convierte en noticia es la presencia de involucrados «famosos» o de la «farándula». De esta forma, la cobertura al
crimen propiamente tal se lleva a cabo sólo en tanto sirve como material para escribir un nuevo capítulo de la
historia de las celebridades.
Esta invasión de una nueva e híbrida lógica informativa —que integra los valores tradicionales del periodismo con los exportados desde la industria de la
entretención— se manifiesta en forma clara en la prensa
británica, caracterizado por el gran número de tabloides
sensacionalistas. También podemos especular que este
24
C U A D E R N O S D E I N F O R M A C I Ó N / N 0 2 0 / J U L I O 2 0 0 7 - I / I S S N 0 7 1 6 -1 6 2 X
30%
40%
50%
Fuente: Browne, 2005.
acercamiento periodístico heterodoxo al crimen podría
sugerir que Inglaterra se encuentra en una fase distinta
respecto al de la realidad delictiva. De hecho, la efervescente y acalorada discusión pública sobre delincuencia
que actualmente se desarrolla en Chile, recuerda a la
que se dio en Gran Bretaña a principios de los noventa.
Y de eso los medios acusan recibo, pues hoy en la prensa inglesa pareciera que hubiera más espacio para la trivialización del problema criminal.
En el caso de Chile, el foco de cobertura pareciera
deberse a otro tipo de razones, como sugiere el discurso que explícitamente elaboran los propios periodistas respecto de su misión laboral (Browne, 2004). Ellos
declaran que el «interés humano» de las historias está
estrechamente ligado a la demanda de la audiencia, la
que en forma creciente se manifiesta preocupada por la
realidad criminal. Sin embargo, aunque antes tal vez la
prensa también validaba su alta atención al crimen vio-
La cobertura al delito ya no responde a la «mórbida»
fascinación de la gente por un hecho curioso, excepcional
y distante de su realidad, sino al «serio» temor cotidiano a
ser una víctima.
II. LA INFLUENCIA DE LOS MEDIOS:
LO QUE DICE LA EVIDENCIA
Tendencias internacionales
Como plantea Jackson (2001), el tema «medios y temor al crimen» es quizá uno de los asuntos en el cual
la relación entre investigación y política pública emerge más claramente. En el caso de Estados Unidos, donde más se ha desarrollado investigación al respecto, el
contexto político (sus imperativos y prioridades) han
dado forma al estudio de esta materia desde fines de
los ‘60 (Jackson, 2001) y han influenciado la adopción
temprana de modelos analíticos cuantitativos que den
sustento a la política pública (Hale, 1996).
En este sentido, el estudio del «temor al crimen»
considera una larga tradición empírica, pero que arranca por caminos separados. Por una parte está (1) la
criminología, que ha avanzado con más claridad en
modelos integrados que sistematizan las distintas variables de explicación con pequeñas diferencias en torno al tema, y (2) la investigación «mediática», donde
el consenso es menor (Browne, 2004). Aunque ambos
utilizan metodologías cuantitativas, el contraste entre los hallazgos, así como las diferentes premisas e
indicadores para medir el temor al crimen, reflejan la
falta de diálogo entre ambos campos (Ibid.). En los últimos años, sin embargo, ha habido algunos intentos
por superar esta situación, especialmente de parte de
los investigadores en medios (i.e. Eschholz et al., 2003;
Weitzer y Kubrin, 2004) así como entre los criminólogos (i.e. Sckogan & Maxfield, 1981; Reiner, 2002;
Ditton et al., 2004; Hale, 1996).
Desde el punto de vista de la criminología, se podrían mencionar al menos tres modelos que contribuyen a una mejor comprensión del temor que las
personas sienten ante la delincuencia: la vulnerabilidad (donde tienen relevancia las diferencias psíquicas, etarias, de género, o económicas), el control social
(percepción sobre el medioambiente y entorno) y la victimización (haber sido víctima de un delito en forma
directa o indirecta, es decir, cercanos que hayan experimentado el crimen) (Allende, 2004). En términos metodológicos y estadísticos, existe una multiplicidad de
estudios que sustentan empíricamente estos diferentes
modelos para explicar el temor al crimen. El peso estadístico de cada una de las variables depende de cómo
M AGDA LEN A BROW NE, V ISNJA TOMICIC • Crímen y temor: el rol de los medios
CUADERNOS DE INFORMACIÓN / N0 20 / JULIO 2007 - I
INFORME
lento en el «deseo» de la audiencia, ahora la especificidad de ese argumento cambia. La cobertura al delito
ya no responde a la «mórbida» fascinación de la gente
por un hecho curioso, excepcional y distante de su realidad, sino que al «serio» temor cotidiano de las personas de ser sujeto de delito.
¿Pero qué inferencias podemos extraer de esta sobre representación, teniendo en cuenta que nuestro
instrumento de investigación es exclusivamente el
análisis comparativo de contenidos aquí realizado? Al
menos en términos del impacto en las audiencias, en
realidad no mucho.
El tipo de investigación que elabora conclusiones
sobre los efectos en la opinión pública y que considera
sólo «textos mediáticos» ha sido largamente cuestionado por muchos autores (Sparks, 1992; Reiner, 2002). En
particular, se refuta que esta metodología no es adecuada para abordar el modo en que las audiencias activamente construyen los significados de la representación
que hacen los medios del crimen y la violencia, ni la manera en que lo hacen de acuerdo a los diferentes patrones culturales y sociales.
25
éstas conceptualicen y midan (i.e. Killias & Clerici,
2000; Pain, 2001).
Si bien algunos criminólogos han considerado la variable «medios de comunicación» como un posible factor explicativo del temor entre las personas, existen
pocos estudios al interior de su disciplina que encuentren un sustento empírico a este supuesto (Hale, 1996;
Ditton et al., 2004).
Por otra parte, existe una corriente académica alternativa a la criminología que se abocó a estudiar el
efecto de los medios. Esta tiene sus raíces en el «Cultural Indicator Project» —que sienta las bases para la teoría de la Cultivación—, desarrollado en Estados Unidos
por George Gerbner y sus colaboradores (1970). La tesis de la «cultivación» entiende que el gran consumo
de los mensajes mediáticos distorsiona las creencias de
la audiencia sobre el mundo, e influencia los estados
emocionales y cognitivos. En ese sentido, se parte de
la base de que, en la medida de que la televisión muestra una realidad más violenta que la real, aquellas personas que ven más televisión tenderán a ver un mundo
con más temor y a sentir más ansiedad respecto a ser
víctima de un delito. Al poco tiempo de publicados los
trabajos de Gerbner (Gerbner & Gross, 1976; Gerbner
et al 1979), aparecieron numerosos estudios que cuestionaban los hallazgos del autor, básicamente luego de
considerar otras variables que hacían desaparecer la relación entre la exposición a la violencia televisada y la
percepción de las tasas de criminalidad entre los encuestados (Ditton et al., 2004).
En respuesta a esta críticas Gerbner (1980) introduce nuevos conceptos como la «resonancia», tesis que
sostiene que cuando las imágenes de los medios son
consistentes con la experiencia vivida (haber sido víctima del crimen o residir en una comunidad con altas
tasas de delincuencia), los medios y la experiencia refuerzan mutuamente el temor al delito.
A pesar de que supuestos como la «resonancia» no
son del todo convincentes entre algunos autores (Ditton
et al., 2004), lo cierto es que a partir de las críticas que
surgieron en torno a Gerbner (y las mismas respuestas
del propio autor), el campo de los estudios de comunicación empieza a considerar cada vez más la recepción
de mensajes mediales como un proceso dinámico en el
26
C U A D E R N O S D E I N F O R M A C I Ó N / N 0 2 0 / J U L I O 2 0 0 7 - I / I S S N 0 7 1 6 -1 6 2 X
cual los televidentes activamente interpretan y quizá reconstruyen esos mensajes, a la luz de sus backgrounds y
experiencias personales (Browne, 2004).
A partir de aquí, emergen supuestos adicionales
para identificar ciertos individuos que podrían ser más
receptivos, y susceptibles a los mensajes de los medios
de comunicación. En esta línea, las principales explicaciones se agrupan en torno a la «tesis de la substitución»
(predice un efecto entre aquellos que no han tenido una
experiencia directa con el crimen), la «tesis de la afinidad» (supone reforzamiento del efecto entre quienes
poseen características similares con las víctimas que
habitualmente aparecen en televisión) y la «tesis de la
vulnerabilidad» (sugiere mayor atención y respuesta a
los mensajes mediáticos entre quienes se perciben más
débiles) (Eschholz, 1997).
Así, los efectos también varían de acuerdo a cómo
se «operacionaliza», es decir, cómo se conceptualiza y
mide la variable dependiente (percepción frente a la delincuencia). (Heath & Gilbert, 1996). Se reporta una
fuerte asociación entre medios y temor, cuando éste es
medido como «preocupación social» en oposición al
temor personal (Tyler & Cook 1984), y entre la aprehensión «frente al mundo de allá afuera» versus el barrio (Heath & Petraitis 1987). Por su parte, el trabajo
de Chiricos et al. (1997), avanza aún más en las características de las audiencias, y concluye que todos los
efectos del consumo de las noticias de la televisión se limitan a las mujeres blancas de mediana edad (30-54) y
a aquellas que viven en barrios con una alta proporción
demográfica de raza negra (según la propia percepción
del encuestado).
Sin embargo, a partir de una revisión más detallada
de los modelos empleados y de los niveles de significancia que alcanza la variable medios en los diversos estudios, podemos constatar que existen una multiplicidad
de otros ejemplos (Chiricos et al., 1997; Eschholz 1997;
Gross & Aday, 2003; Ditton et al., 2004; Van den Bulck,
2004; Chadee & Ditton, 2005; Pfeiffer et al., 2005) en
los que se puede concluir, de manera preliminar, que la
evidencia es levemente menos equívoca que la expectativa teórica. Sarah Eschholz (1997) hace una revisión
exhaustiva de los principales resultados que entregan
las investigaciones que se abocan a estudiar la relación
El Caso Chileno
Nuestro país tiene un lugar bastante particular en relación a la brecha entre los niveles de temor al delito y lo
que ocurre en la realidad. Chile posee cifras especialmente llamativas pues a pesar que presenta tasas de delitos relativamente bajas en relación a otros países de
América Latina (Lamas, 2002), un gran porcentaje de
la población declara estar muy preocupada y temerosa
frente a la probabilidad de ser víctima del crimen.
Según los datos entregados por Fundación Paz Ciudadana (FPC), para noviembre del 2006, el 41,7% de
la población encuestada declaró que, dentro o fuera de
su hogar, algún miembro de la familia ha sido víctima
de robo o intento de robo en los últimos seis meses.
No obstante, para la misma fecha, el 85,1% de los encuestados declaró tener niveles de temor medios y altos. Como dato general, se puede mencionar que a fines
de mayo de este año 2007, el Global Peace Index, indicador que entrega el diario británico The Economist, situó a Chile como el país más seguro de Latinoamérica,
en el decimosexto lugar a nivel mundial.
Junto con esto, la preocupación sobre la seguridad
personal en situaciones específicas (‘caminar solo por
el barrio de noche’ o ‘cuando está solo en su casa de noche’) es cuatro y hasta diez veces más alto en Chile que
en países desarrollados como Inglaterra y Estados Uni-
dos, respectivamente (Allende, 2004; según datos del
ICVS 2000/ISUC 2003).
A partir de la información entregada por FPC, es posible observar la evolución del delito y el temor desde
el año 2000 hasta el último informe de noviembre de
20062 . Como se desprende del gráfico 2, los niveles de
victimización 3 no siguen el mismo comportamiento que
la curva marcada por el porcentaje de personas que dice
tener niveles medios y altos de temor a la delincuencia.
Los datos de FPC permiten confirmar que en Chile el
temor al crimen también tiene un marcado sesgo de género (las mujeres son más temerosas que los hombres),
de nivel socioeconómico (los grupos socioeconómicos
bajos son más temerosos que los altos) y tiene cierta
base en la experiencia del mundo real: aquellos que han
vivenciado el crimen de manera directa o vicaria, presentan mayores niveles de alto temor en comparación
con los que no han sido víctimas de la delincuencia (Informe FPC-Adimark Dic.2006).
Como otros países de Latinoamérica, en Chile se ha
desarrollado muy poca investigación en torno al temor
al crimen (Mascott 2000; Gaviria & Pages, 2000; Dammert & Malone, 2003; Dammert & Malone, 2006).
Por lo general, en estos estudios, se menciona el factor
medios de comunicación como una de las variables explicativas del temor a la delincuencia. Sin embargo, las
conclusiones de estas investigaciones al respecto tienen un carácter más bien tentativo (Mascott, 2000; Jaramillo, 2002; Dammert & Malone, 2003; Oviedo &
Rodríguez, 1999).
Los estudios liderados por las investigadoras Dammert y Malone (2003; 2006) han considerado de manera más sistemática la indagación sobre los factores
determinantes del temor al crimen y el rol que pudiesen jugar los medios en este fenómeno. Sin embargo, se
utiliza un indicador «indirecto» y no convencional para
operacionalizar la variable «medios» 4.
En la misma línea, a partir del Estudio Nacional de
Seguridad Ciudadana realizado a comienzos del 2003
por el Instituto de Sociología de la Universidad Católica
(ISUC) 5, Allende (2004) presenta un acabado informe
de los factores determinantes del temor en la población
chilena. Las principales conclusiones del estudio coinciden con el panorama presentado por FPC, a pesar de
M AGDA LEN A BROW NE, V ISNJA TOMICIC • Crímen y temor: el rol de los medios
2 Fundación Paz Ciudadana y
Adimark publican el «Índice
Paz Ciudadana - Adimark»,
encuesta nacional que mide
los niveles de victimización
y temor de la población ante
el delito, al igual que su
disposición a denunciar. La
medición se hace mediante
encuestas telefónicas
a mayores de 18 años,
residentes en 23 comunas
de la Región Metropolitana
y 14 ciudades del país. La
encuesta se realiza dos
veces al año desde 1998. Los
resultados están disponibles
en www.pazciudadana.cl
3 Porcentaje de personas
que declara que dentro o
fuera de su hogar algún
miembro de la familia
ha sido víctima de robo
o intento de robo en los
últimos seis meses (informe
FPC/Adimark, mayo de 2000
a noviembre de 2006).
4 En sus último estudios
(Dammert & Malone,
2003:2006) trabajan a
partir de los datos de la
Encuesta Internacional de
la Organización del Trabajo
(ILO) 2001.
CUADERNOS DE INFORMACIÓN / N0 20 / JULIO 2007 - I
INFORME
entre consumo de medios y temor al crimen. La autora
contabiliza un total de 73 estudios, de los cuales sólo 20
encuentran una relación positiva y significativa.
En consecuencia, en los estudios que se constata
empíricamente un efecto de los medios sobre la ansiedad de las personas frente a la delincuencia, éste aparece interactuando con otras variables que afectan el
temor. Como concluyen Heath y Gilbert, esta relación
es contingente a «las características del mensaje, de las
audiencia y de la medición de la variable dependiente» (1996, p. 384). Surgen así una gran cantidad de estudios que evalúan empíricamente la relación entre el
consumo de medios y la percepción de temor ya no buscando una «relación global», como lo hizo Gerbner en
sus primeros trabajos, sino que considerando rasgos específicos de la audiencia, del «texto mediático» y de la
forma en que se entiende el temor.
27
GRÁFICO 2
Evolución de los niveles de victimización y temor entre mayo de 2000 a noviembre de 2006
90
80
70
60
50
Bajo temor
Medio temor
40
Alto yemor
30
Medio + Alto
Victimización
20
10
Nov-06
May-06
Nov-05
May-05
Nov-04
May-04
Nov-03
May-03
Nov-02
May-02
Nov-01
May-01
0
Nov-00
Seguridad Ciudadana
realizado por el Instituto de
Sociología de la Pontificia
Universidad Católica de
Chile bajo la dirección de
Eduardo Valenzuela C. a
una muestra enteramente
probabilística de 2841
personas de 18 años o
más, de todos los niveles
socioeconómicos residentes
en las ciudades de Santiago
(provincia de Santiago, San
Bernardo y Puente Alto),
Valparaíso-Viña del Mar y
Concepción-Talcahuano.
Error muestral de 1,9%.
El análisis de los factores
determinantes del temor
al crimen se hizo a través
de regresiones logísticas
binarias para ver el efecto
neto de las variables
independientes sobre la
probabilidad de la variable
dependiente.
May-00
5 Estudio Nacional de
Fuente: elaboración propia a partir de datos de FPC
6 El estudio a partir de la
base de datos de la Encuesta
de Seguridad Ciudadana
del Instituto de Sociología
de la Pontificia Universidad
Católica de Chile ha sido
efectuado por Visnja
Tomicic, en el marco de la
realización de su tesis para
optar al grado de Magíster
en Sociología de la PUC.
Se agradece a Catalina
Allende y al ISUC el haber
facilitado la base de datos
para la realización de esta
investigación.
28
que no son resultados del todo comparables dado que
utilizan instrumentos distintos. Lo interesante del estudio, es que es el primero en incluir preguntas relativas a
la exposición y consumo de medios de comunicación en
el contexto de una encuesta de victimización y temor.
Los resultados arrojan que no hay una asociación estadísticamente significativa entre exposición medial a noticias policiales en TV y el temor ante la delincuencia.
Vale la pena detenerse un momento en los resultados
de este estudio y los datos disponibles de la Encuesta
de Seguridad Ciudadana del ISUC. Utilizando la misma
base de datos de Allende (2004), optamos6 por revisar
los resultados arrojados inicialmente por el estudio.
Como se ha discutido en párrafos anteriores, la tradición de la Media Research que se ha abocado a estudiar
la relación entre medios y temor al crimen, no desestima
el peso de las variables relativas al mundo real como factores determinantes del temor al crimen, sino que hipotetiza que la exposición a los medios de comunicación
(toda vez que sobre representan la realidad criminal) es
C U A D E R N O S D E I N F O R M A C I Ó N / N 0 2 0 / J U L I O 2 0 0 7 - I / I S S N 0 7 1 6 -1 6 2 X
un factor adicional que podría reforzar o sustituir la experiencia con el mundo real (Eschholz, 1997).
En este sentido, emerge como primera pregunta si
acaso la relación entre los medios de comunicación y
el temor al crimen es posible entenderla o sustentarla analíticamente en términos del paradigma de Usos
y Gratificaciones presentado por Eliu Katz en los años
70 (Palmgreen, 1985; Rubin, 1986). Jurgen Minnebo
(2000) realiza un estudio y encuentra sustento empírico a la tesis de que, mientras una persona le da más
importancia al temor al crimen, más se expondrá a
los programas de contenido violento en la televisión.
Adicionalmente, la psicología ha señalado que, cuando existe temor, se instalan mecanismos cognitivos de
percepción selectiva y recuerdo selectivo que tienden
a verificar el temor y la desconfianza hacia los demás
(Helsper & Manzi, 2003).
Junto con la pregunta anterior, planteamos una segunda interrogante haciendo eco a los estudios de Tyler
(1980, 1984). En éstos se constata una fuerte asociación
dios sobre el temor o ansiedad de las personas frente a la
delincuencia, esta asociación es plausible cuando medimos u operacionalizamos el temor en un sentido general
como «problema social» y no sobre el temor como miedo
situacional (ser asaltado cuando camino por el barrio de
noche, por ejemplo).
Como complemento a los resultados entregados por
Allende (2004) y teniendo a disposición los datos de
la Encuesta de Seguridad Ciudadana del ISUC, se ha
replicado el modelo analítico presentado en su informe, de manera de constatar empíricamente las hipótesis planteadas. Para comprobar la segunda hipótesis, es
decir, que los medios de comunicación serían más efectivos en influir nuestra percepción de la delincuencia
como problema social y no sobre el temor a ser asaltado o robado en alguna situación específica, se construyó un indicador del temor como «preocupación social»
a partir de la pregunta sobre la percepción de aumento
de los delitos de mayor connotación social (homicidio,
robo con violencia y agresiones sexuales). En la Tabla 1
se detalla la operacionalización de las variables dependientes e independientes.
De acuerdo a los resultados de la Tabla 1 y observando los coeficientes de las variables explicativas del modelo 5, efectivamente el temor «global» al crimen —esto
es, medido como un índice compuesto de temor en distintas situaciones— tiene como factores determinantes
aquellas variables relacionadas con la experiencia del
mundo real. Dado que se ha trabajado con el mismo modelo de Allende (2004), sólo se han replicado y corroborado sus resultados.
Sin embargo, la atención a las noticias de delincuencia en la televisión, aumenta su nivel de significancia
cuando se considera temores específicos, es decir, desagregando el modelo original del informe de Allende
(2004); modelos 2, 3 y 4 (Tabla 1). En definitiva, una
persona que presta «mucha o bastante» atención a las
noticias de delincuencia en la televisión, es más probable que sienta «siempre o frecuentemente» temor a ser
robado o asaltado cuando sale a su trabajo en la mañana, cuando vuelve a la noche a su casa y en el centro de
día, incluso después de controlar por el sexo, el nivel socioeconómico, la experiencia previa con el crimen y el
resto de las variables explicativas del modelo.7
M AGDA LEN A BROW NE, V ISNJA TOMICIC • Crímen y temor: el rol de los medios
7 Para este caso, es
fundamental que el valor
que alcance la variable
que nos interesa, es decir,
la variable «medios», no
esté capturando el efecto
de las otras variables
que tradicionalmente han
explicado el temor, como
el haber sido víctima del
crimen, pertenecer a un
nivel socioeconómico más
bajo, vivir en un barrio
percibido como regular o
malo, ser mujer, etc. Para
que no se de un resultado
sesgado, es necesario que
el modelo considere estas
variables, y que el resultado
de la variable atención a
noticias de delincuencia en
la televisión se controle por
ellas.
CUADERNOS DE INFORMACIÓN / N0 20 / JULIO 2007 - I
INFORME
entre medios y temor, cuando éste último es medido
como «preocupación social» y no a partir de la forma tradicional de operacionalizar la ansiedad de las personas
sobre la posibilidad de ser víctimas del crimen. Es decir,
el temor en términos de preocupación social alude a la
percepción de la gente sobre el aumento de la delincuencia o la criminalidad en un contexto más amplio, como el
país o la ciudad. Aunque en rigor se trata de una declaración sobre la percepción de un estado general, se ha usado también como medida (o proxy, en términos técnicos)
del temor (Allende, 2004). En este sentido, la hipótesis de
Tyler (1980, 1984) es más cercana a la línea de los estudios de agenda-setting toda vez que los medios podrían ser
más efectivos en influenciar nuestra percepción sobre la
delincuencia como «problema social» a nivel global (creer
que la delincuencia en el país ha ido en aumento a pesar
de que las cifras se mantienen relativamente estables, por
ejemplo), que impactar en los estados cognitivos, como el
temor a ser asaltado en la vida cotidiana o el sentirse inseguro al caminar por el barrio cuando es de noche.
El informe de Catalina Allende, sobre la base de los
datos de la Encuesta del ISUC, constató que la recordación espontánea del último hecho delictual está fuertemente mediatizada, dado que casi dos tercios de los
encuestados hicieron alusión a un delito que apareció
en los medios cuando se les preguntó por el último hecho criminal que recordaban (2004, p. 212). Considerando este hallazgo, se puede formular como hipótesis
que los medios, en tanto son una de las fuentes de acercamiento a la realidad criminal, podrían tener que ver
con el temor, pero no en un sentido personal o situacional, sino que con los estados de percepción de la delincuencia como «problema social».
En un estudio que busca contrastar los efectos de
cultivación del temor versus los de agenda-setting, Gross
y Aday (2003) dan amplio sustento empírico a este argumento, al constatar que el uso de las noticias locales
de televisión como fuente de información principal, es
un factor significativamente asociado con la creencia de
que la delincuencia es uno de los temas más importantes a nivel del Estado (efecto agenda-setting) y no sobre
la «cultivación» del temor de Gebner.
Considerando lo anteriormente expuesto, podemos
hipotetizar que, si algo tiene que ver el consumo de me-
29
TABLA 1
Efecto de la atención a noticias de delincuencia en la TV sobre la Agenda Setting, el temor a ser
robado o asaltado en distintas circunstancias y la percepción de aumento de los DMCS*
MODELO 1
* (DMCS: homicidio, robo
con violencia o asalto y
agresiones sexuales).
30
MODELO 2
MODELO 3
MODELO 4
Alto temor
a ser robado
o asaltado
en el centro
de día
MODELO 5
Percepción
de aumento
DMCS en el
país en los
últimos 3 años
Alto temor a
ser robado o
asaltado
cuando sale
de su casa
al trabajo
Alto temor a
ser robado o
asaltado
cuando vuelve
al anochecer
a su casa
Índice de
alto temor
mujer
1.407(.11)***
1.213(.10)*
1.446(.11)***
1.684(.13)***
1.530(.13)***
Adulto joven 26-34 años
1.433(.19)**
1.100(.16)
1.012(.13)
1.124(.14)
1.006(.15)
Adulto 35-44 años
1.446(.19)**
1.341(.19)*
.981(.13)
1.165(.15)
1.102(.15)
Adulto mayor 45-64 años
1.793(.22)***
1.356(.19)*
1.319(.17)*
1.543(.19)**
1.596(.22)**
Tercera edad 65 o más
2.308(.35)***
.792(.14)
1.035(.15)
1.184(.17)
1.095(.19)
C2
1.270(.21)
1.163(.24)
1.083(.19)
.782(.13)
.937(.20)
C3
1.537(.26)*
1.470(.31)+
1.664(.30)**
1.168(.20)
1.570(.34)*
D
1.818(.33)**
1.467(.32)+
1.760(.33)**
1.176(.21)
1.656(.37)*
VIII
1.137(.20)
.773(.15)
1.425(.26)+
1.403(.25)+
1.478(.30)+
XIII
.955(.13)
.947(.14)
1.127(.15)
1.292(.17)+
1.282(.20)
Media
.931(.10)
1.142(.15)
1.274(.15)*
.842(.09)
1.116(.20)
Básica
.867(.13)
.971(.08)
.919(.14)
.784(.12)
.987(.17)
Víctima de hurto
1.161(.14)
1.678(.20)***
1.603(.20)***
1.419(.17)**
1.642(.20)***
Víctima de asalto
1.169(.34)**
2.387(.45)***
2.413(.50)***
1.474(.27)*
2.009(.38)***
Víctima de robo de casa
.957(.17)
1.264(.24)
1.055(.20)
.847(.15)
.884(.17)
Asalto a alguien conocido
1.046(.08)
.971(.08)
1.231(.10)*
1.114(.09)
1.016(.09)
Robo al vecino
1.232(.10)*
1.277(.11)**
1.428(.11)***
1.063(.08)
1.217(.11)*
Perc. Seg. Barrio barrio regular
1.165(.12)
1.007(.12)
.942(.10)
1.225(.13)+
.920(.11)
Perc. Seg. Barrio barrio Malomalo 1.292(.13)*
1.503(.18)**
1.672(.17)***
1.544(.16)***
1.578(.19)***
Atención a noticias de
delincuencia en TV
1.093(.08)
1.454(.13)***
1.532(.12)***
1.252(.10)**
1.184(.11)+
Pseudo R2
.02
.05
.07
.03
.05
Log Likelihood
-1876.14
-1610.67
-1831.74
-1903.73
-1580.38
N
2832
2843
2843
2843
2843
Variables
independientes°
C U A D E R N O S D E I N F O R M A C I Ó N / N 0 2 0 / J U L I O 2 0 0 7 - I / I S S N 0 7 1 6 -1 6 2 X
Los coeficientes entregados corresponden a los odd ratio de las regresiones logísticas binarias,
análisis estadístico usado para estimar la probabilidad de ocurrencia de las variables dependientes
de cada modelo. Los errores estándar corresponden a la cifra entre paréntesis.
+p <.09 *p < .05 **p < .01 ***p < .001
Modelo 1: variable dummy: 1 corresponde a las personas que piensan que en los últimos tres años
ha aumentado el robo con violencia o asaltos, las agresiones sexuales o violaciones y los homicidios
(«Delitos de Mayor Connotación Social”). 0 para aquellas que piensan que estos delitos se han mantenido igual, han disminuido, no sabe, no contesta.
Modelo 2: variable dummy: 1 corresponde a las personas que sienten siempre o frecuentemente
temor de ser asaltadas o robadas cuando sale de su casa al trabajo, estudio u otra actividad en la mañana. 0 aquellos que sienten temor algunas veces, nunca, casi nunca, no se aplican, no contestan.
Modelo 3: variable dummy: 1 corresponde a las personas que sienten siempre o frecuentemente
temor de ser asaltadas o robadas cuando vuelve al anochecer a su casa. 0 aquellos que sienten temor
algunas veces, nunca, casi nunca, no se aplican, no contestan.
Modelo 4: variable dummy: 1 corresponde a las personas que sienten siempre o frecuentemente
temor de ser asaltadas o robadas en el centro durante el día. 0 aquellos que sienten temor algunas veces, nunca, casi nunca, no se aplican, no contestan.
Modelo 5: variable dummy (índice de alto temor): 1 Alto temor: personas que sienten siempre o frecuentemente temor de ser asaltadas o robadas en las tres circunstancias anteriores (Allende, 2004).
° Siguiendo el mismo modelo usado por Catalina Allende (2004) en el análisis de los factores determinantes del temor, han sido todas recodificadas en 0 y 1 para hacer más fácil la interpretación: mujer
INFORME
(categoría de ref: hombre), las categorías de edad en referencia al rango 18–25 años, los niveles socioeconómicos en referencia al ABC1, las regiones en referencia a la V región, el nivel de educación en
referencia a la Educación Universitaria, la victimización previa: Víctima de hurto en referencia a no haber sido víctima en el último año, Víctima de asalto en referencia a no haber sido víctima de asalto en
el último año y Víctima de robo de casa en referencia a no haberlo sido en el último año. El asalto a alguien conocido y el robo al vecino en referencia a no en el último año. La percepción de seguridad del
barrio en relación al barrio percibido como bueno (siguiendo el modelo de Allende (2004) se consideró
la pregunta de la encuesta relativa a la percepción de desorden del barrio en el que se vive en base a
los 8 items de la pregunta: tráfico de drogas, jóvenes en las esquinas en el día, robos en las casas, daño
deliberado a las cosas de uso común, consumo de drogas en lugares públicos, asaltos o robos en las
calles, lugares peligrosos y acciones violentas con armas de fuego o balaceras. En el estudio referido
se colapsaron las categorías «mucho» y «bastante» bajo la categoría 1 y el resto 0. «Barrio bueno» corresponde a 0 en todas las categorías, «Barrio regular» con puntaje 1 – 2, y «Barrio Malo» con puntaje 3 o más). La atención a las noticias delictuales en la televisión para aquellas personas que le ponen
«mucha o bastante atención» en referencia a los que lo hacen algo, poco o nada.
M AGDA LEN A BROW NE, V ISNJA TOMICIC • Crímen y temor: el rol de los medios
CUADERNOS DE INFORMACIÓN / N0 20 / JULIO 2007 - I
31
8 La encuesta del ISUC
también incluye una
pregunta sobre frecuencia
(en horas durante un día
cualquiera de la semana) de
exposición a la televisión.
Sin embargo, es un indicador
demasiado general sobre el
consumo de televisión y no
hace alusión a las noticias.
El poner mucha o bastante atención a las noticias delictuales
en televisión no hace más probable que una persona piense
que han aumentado los homicidios, las agresiones sexuales
o los robos con violencia.
9 Los estudios que analizan
el efecto de los medios
de comunicación sobre el
temor al crimen, construyen
indicadores de consumo de
medios a partir de preguntas
menos directas evitando el
efecto de selección, como
«la frecuencia de exposición
a noticias de televisión local
en una semana típica» o «el
medio más importante de
información» o «recuerdo de
hechos de las noticias» (i.e.
Chiricos et al, 1997; Weitzer
& Kubrin, 2004).
10 A partir de los datos de
la encuesta de Seguridad
Ciudadana del ISUC es
posible construir un índice
de percepción de aumento
de los delitos de mayor
connotación social en los
últimos tres años en el país
11 Este índice se desagregó
en los modelos 2, 3 y 4 dado
que al revisar nuevamente
los coeficientes arrojados
por el estudio de Allende,
el consumo de noticias de
delincuencia arrojó ser
un factor determinante
a un nivel de .09, lo que
en algunos estudios se
considera significativo
(Gross & Aday, 2003).
32
El principal punto a discutir que emerge de un indicador construido a partir de una pregunta como
esta («poner atención a las noticias de delincuencia en
la televisión»), es el problema de causalidad o «endogeneidad». A pesar de que el resultado es significativo
—es decir, existe una asociación entre las variables—
no queda clara la dirección del efecto. En buenas cuentas, no hay certeza de si los más temerosos frente al
crimen son los que más prestan atención a este tipo
de noticias (dada su alta preocupación por el tema), o
si el poner mucha o bastante atención a las noticias de
delincuencia en la televisión aumenta la ansiedad o el
temor de las personas. Para el caso específico de este
análisis (y dado que en esta encuesta este indicador es
el más propicio 8 para medir el efecto «medios» 9) nos
inclinamos más por lo primero. En este sentido, el paradigma de Usos y Gratificaciones es una perspectiva
que permite sustentar —al menos teóricamente— este
resultado.
En definitiva, el alto consumo de noticias de delincuencia en la televisión podría tener que ver con el
refuerzo de una preferencia o satisfacción de una necesidad de información. Ahora, y para el caso de los
datos disponibles, aún cuando las personas más temerosas se expongan más a este tipo de contenidos noticiosos (producto de su estado cognitivo) y sea esta la
dirección del efecto, no tenemos certeza de si esta relación estaría reforzando igualmente la ansiedad frente al crimen.
Respecto de la segunda hipótesis, en cambio, no
encontramos sustento contundente. El poner mucha o
bastante atención a las noticias delictuales en la televisión no hace más probable que una persona piense que
en los últimos años han aumentado los homicidios, las
C U A D E R N O S D E I N F O R M A C I Ó N / N 0 2 0 / J U L I O 2 0 0 7 - I / I S S N 0 7 1 6 -1 6 2 X
agresiones sexuales o los robos con violencia (Tabla 1,
modelo 1).
Aún así, se puede observar que disminuye la fuerza
de las variables relacionadas con la victimización previa y vicaria (el haber sido víctima de hurto y de robo
en la casa dejan de ser significativas), en contraste con
el peso que éstas adquieren al estimar el temor al crimen en los otros modelos presentados. Esta variación se
puede interpretar entendiendo que la percepción del aumento de la delincuencia es menos probable que se relacione con la experiencia directa o vicaria del crimen y
más con otras variables como la edad, el sexo o incluso
con la información que circula en los medios en lo relativo al estado de la delincuencia en el país. En consecuencia, los hallazgos no son conclusivos y estimulan el
seguir trabajando en medidas más pertinentes para analizar el consumo de medios como variable explicativa.
Esta tabla contiene 5 modelos. El primero de ellos estima el peso de las variables independientes sobre aquellas personas que piensan que en los últimos tres años
han aumentado los homicidios, los robos con violencia y
las agresiones sexuales10 (delitos de mayor connotación
social). Se usaron estos tres indicadores para estimar el
efecto de los medios sobre el temor como «problema social». Las variables dependientes de los modelos 2, 3 y 4
son el temor a ser asaltado o robado al salir del trabajo
en la mañana, al volver a la casa de noche y en el centro
de día, respectivamente. El último modelo es una réplica del que estimó Allende (2004), cuya variable dependiente es un índice que se construyó sobre las base del
temor a ser robado o asaltado en las tres circunstancias
referidas11. Para todos los modelos, la variable de interés es la «atención a noticias de delincuencia en la televisión», la misma usada por el estudio de Allende (2004).
Parte importante del debate publico aquí y en otras sociedades en torno al papel de los medios en la creación del temor al crimen de las personas pasa por alto
la complejidad del proceso de comunicación, considerando que los mensajes mediáticos son asumidos
pasivamente por el público. Gunter (1987) claramente explica este problema: las preocupaciones referentes a los medios están construidas en supuestos sobre
cómo la persona interactúa con los contenidos de los
medios, asumiendo que éstos son la única fuente de
información sobre el crimen, y que el público acepta
esta en forma poco crítica.
Siguiendo a Gunter, nos parece que extraer conclusiones respecto a cómo los mensajes mediáticos
son apropiados por el público a partir de los análisis de cobertura puede ser temerario e irresponsable.
Después de años en que la investigación simplificó la
forma de entender la relación entre medios de comunicación y temor, hoy la literatura internacional tiende
ha coincidir en que el problema debe enfrentarse desde otra perspectiva, más que buscar evidencia empírica para comprobar que la prensa es «la» causante
general del temor. Esto, porque tanto la creación del
temor como el proceso de apropiación de los contenidos mediáticos envuelven una multiplicidad de factores sociales y sicológicos. Por ello, su estudio propone
asumir un enfoque más particular acorde con la premisa actual del Media Research: «The media messages do
not affect all the people all of the time, but some of the
messages affect some of the people some of the time»
(Heath & Gordon, 1996, p. 57).
En ese contexto, en este paper entregamos un nuevo análisis a los datos de la Encuesta de Seguridad Ciudadana (ISUC, 2003), donde buscamos dar nuevas
respuestas a la relación entre consumo de medios y temor a la delincuencia, que intentaron ir más allá de
lo observado anteriormente por Allende (2004). Al respecto, la teoría de Usos y Gratificaciones emerge como
una perspectiva teórica plausible para explicar la asociación significativa entre la atención a las noticias de
delincuencia en la televisión y el temor a ser asaltado o
robado en distintas circunstancias. Esto implica si no
asumir, al menos considerar que las personas hacen un
uso selectivo de los contenidos mediáticos en virtud de
las experiencias o contextos a los cuales pertenecen, lo
que a su vez podría reforzar ciertas conductas o preferencias, más que determinarlas.
Aun así, queda un amplio camino por explorar en
la relación entre los medios y la creación del temor en
Chile. Una agenda de investigación que siga esa línea
debería considerar de manera más cuidadosa el proceso de operacionalización —es decir, la forma en que
se conceptualiza y mide las dimensiones y variables de
estudio—, asumiendo las complejidades y matices que
envuelven el proceso comunicacional de la recepción.
Ello incluye crear modelos de medición que permitan conocer la interrelación entre los distintos medios
de comunicación —soportes, programas, mensajes específicos— y otras dimensiones sociales de la experiencia del temor en situaciones particulares (Gunter,
1987; Schholz et al., 2003; Chirincos et al., 1997; Howitt, 1998; Heath, 1996).
En ese rumbo, creemos que lo que aquí se ha presentado es un primer paso que permite progresar en
un estudio multidimensional de esa naturaleza, en la
medida de que abordamos en su particularidad el tema
de los contenidos de la prensa. Se plantean así al menos tres desafíos: en primer lugar, diseñar medidas
más precisas de las variables dependientes e independientes. En segundo lugar, tomar en consideración los
rasgos de la audiencia en los análisis y modelos. Y, por
último, realizar estudios e indagaciones más pertinentes considerando diseños multimetodológicos.
M AGDA LEN A BROW NE, V ISNJA TOMICIC • Crímen y temor: el rol de los medios
CUADERNOS DE INFORMACIÓN / N0 20 / JULIO 2007 - I
INFORME
DISCUSIÓN FINAL
33
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