Estudios económicos i fiscales / Aníbal Galindo.

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ESTUDIOS
ECONO~{ICOS I ~"ISCALES
FOR
ANIBAL GALINDO.
BOGOTÁ.
HIPREXTA
A CARGO
DE
Il.
:1880.
AXDRADE.
RAFAEL NUffEZ,
PRESIDENTE DE LOS ESTADOS UNIDOS DE COLOMBIA,
HACE SABER:
Que el señor doctor Anlbal Galindo ha solicitado privilejio esclusivo para publi'.'~r i vender una obra de ~u propiedad, cuyo titulo, que ha depositado en la Gober'Iacion del Estado Soberano de Cundinamarca, prestando el juramento requerido por
:a Ici, es como sigue:
" ESTUDIOS ECONOMIGOS I FISCALES POR ANIBAL GALINDO,"
l'or tanto, en uso de la atribucion que le confiere el articulo 66 de la ConshtuCion, pone, mediante la presente, al Señor doctor Anibal Galindo, en posesion del
pri\-ilejio por quince años, de conformidad de la Lei 1.' Parte 1.' Tratado 3.0 cie I"
Ut'copilacion Granadina, "que asegura por cierto tiempo la propiedad de las pro,:l1ccic.nes literarias íalgunas otras."
Dada en Bogotá, a seis de setiembre de mil ochocientos ochenta.
El Secretario de Fomento,
GR.GORIO OBRIIOON.
.\ LA SOCIEDAD
DE ECONOUIA
DE
POLITICA
PARIS.
·e·
Sei10res :
Tengo la honra de poner bajo el patrocinio de ustedes el presente libro, fi'uto de 25 años de aplicacion al
estudio de esta ciencia de la Economía política, a cuya
ditùsion sirven ustedes, con tanto empeño como proveeho, desde la metrópoli del mundo civilizado.
Sin haber tenido la pretension de escribir una obra
didáctica, a siquiera elemental sobre la materia, el libro
que ofrezco a ustedes, recorre por via de nplicacion a
los divcrsos asuntos que él truta, todo el campo de las
doctrinas económicas; i es un esfucl'ZO con que COIl'tribuyo, desde esta apartada seccion de la América del
8ur, Il la defensa del principio dû libertnd, aplicado a la
mas sagrada categoría de los esfuerzos de la actividad
humana - a los que el hombre hace en la lucha pacífica
del trabajo, para proveer a la satistaccion de sus neccsidades, para sustraerse al imperio de la miseria i del
dolor, i pura remontarse, sometiendo la naturaleza a.
su servicio, a las mas altas ('sferas del progreso •
.Juzgando, como puedo hacerla, sin pretensioB£>s de
ninguna clase, este libro, séame permitido sei1alar algunas partes de la obra a la ilustrada consideraciou de
ustedes.
En la "Teoría de los Bancos," consiùero habermo
aproximado casi a la precision matemática, esplicando
cómo, por qué procedimientos, viene a quedar el¡minada,
por lo mismo uLorruda para la sociedad, idisponible para
II
A LA SOCIEDAD
otro empleo, una suma considerable de numerario, dosde el momento en· que los Bancos introducen, por medio de arreglos de pura i simple teneduría de libros,
el principio de la separacion de ocupaciones en el mccanismo de los cambios. Tambien reputo orijinal, i
gráficamente escrita, la teoría de las compensaciones
o traspasos del comercio internacional, en el capítulo
II; i doi la preferencia, en todo el opúsculo, al capítulo
VIII, en la parte que emite un juicio crítico sobre el
monopolio conferido al Banco de Inglaterra, como banco de emision, i en que se hace la esplicacion del fenómeno de las crísis mercantiles.
El tratado sobre nuestros proyectados ferrocarriles,
representa una labor mui considerable de investigacion
i de lectura, i forma un. estudio de los más completos
que pueden hacerse aquí, sobre los resultados obtenidos
con la aplicacion de estos poderosos ajentes del progreso moderno, en paises como la Rusia, la India, Chile i los Estados Unidos. M'e permito llamar la atencion de ustedes, hácia la esposicion rie la doctrina
sobre la naturaleza del servicio económico de la locomocion, formulada en Jas pájinas 103 a 107 deJ libro.
El al'tículo "-Papel Moneda" de las pájinas 55 a 63,
pertenece al jénero burlèscointroducido
por Bastiat;
fué escrito en 1863 para ridiculizar Jos despropósitos de
un Gobiel'fio arbitrario, que pretendia fabricar oro en
prensas litográficas. Creo que Sopol'taria la traduccion francesa.
En las 87 pájinas que ocupan los "Apuntami·entos
sobre Jos progresos de las ideas económicas," hallarán
ustedes un resúmen completo del sistema colonial que
la España aplicó a sus vastos dominios de América, i
una noticia, para ustedes curiosa, por tratarse de paises tan remotos e ignorados como éste, de Jos esfuerzos con que en el curso de pocos años, lograron distinguidos hombres de Estado, presentar a Colombia, mucho
ántes que ninguna otra de las nacionalidades de este
Continente, rompiendo con la tI'adicion del sistema colonial, i rijiéndose por los mas adelantados principios de
la libertad comercial,
DE ECON01llÍA POLíTICA DE PARIS.
JI I
En el artículo relativo a la confiscacion de la p,'opiedad raiz, verán ustedes el triste espectáculo de la
inseguridad a que nos han reducido nuestras constantes revoluciones.
Pero a lo que especialmente me permito llamar la
atencion de ustedes, es al capítulo sobre concesion i
adjudicaciûn de tierras baldías, que trata cucstione~
ecunómicas de la mayor importancia, relativas a la ocupacion de los territorios desiertos i a la constitucion
de la propiedad territorial; cuestiones desconocidas Cil
Europa, i que no tengo noticia hayan sido ántes trat3lias por ningun economista europeo. N o quiero disimular a ustedes que, apesar de la sinceridad con que
Jas profeso,
emitido esas opiniones con desconfianza, porque ellas forman, con respecto a la tierra, una
csccpcion al principio de la libertad de comercio i de
cambios, que sirve de fundamento a la ciencia de la
.EconomÍa. OjaJú quisieran ustedes examinarlas i darnos su opinion sobre el particular.
Finalmente, la carta al sefior Castelar, con motivo
dc un artículo suyo títulado "El Trabajador," es el ensayo de IIna breve esposicion de la teoría del progreso
en la )ibcrtad, por contraposicion a las utopías socialis-tas, que huscan el mejoramiento de la condicion económica de la cluse obrera, en sistemas de ol'ganizacion
artificial, tan empíricos como urbitmrios.
No dudando que ustedes acojan con la induljencia
que caracteriza a todos los hombres de verdadero mérito i distinguida posicion, el pequeño tributo que me
permito colocar bajo el patrocinio de esa ilustro Sociedad, tengo la honra de ofrecer a ustedes las seguridades de mi consideracion mui distinguida.
he
ANIBAL GALINDO.
TEORÍA
DE
LOS
J3ANCOS.
------
ESTUDIO
SOBRE
LA
DE
ORGANIZACION
DEL
BANCO
INGLATERRA.
Este opúsculo publicado en 136D, fué, siu disputa, el escrito que más inUuy6
parll determiuar el establecimiento del primer ballco en Bogotá; fué UDa verdadera
revelacion sobre las gaDllncias do este comercio, que animó Il buscar cou aDsia tan
ventajosa eolocaeion. Reproducido despues en los" Anales de la Universidad" en
marzo de 1874, ha sorvido de texto para la enseiianza do III materia en la Universidad i en el Colejio del Rosario.
CAPITULO
1.
Breve esposicion ùe las funciones de TIn banco, i del modo como
introduce economía de tiempo, ùe capital i de trabajo ell el aparato
ùe la circulacion i del cambio.
Aunque no me propongo escribir un tratado elemental
fobre bancos, este libro quedaria en cierto modo incompleto si
le faltara un capítulo de!itinado a esplicar, en el lenguaje cIa.
ro i prúctico de los negocios, las fuociones jenerales de un banco i la naturaleza de los servicios que estos ajentes prestan en
el mecanismo do la circulacion i de los cambios.
Procuraré pues hacerme entender, apartando hasta donde
sea posible el lenguaje enfadoso i pedantesco de la ciencia.
El cambio es la sociodll.u. Cambiar es comprar o ll.dquirir
por medio del comercio la que nos costaria más caro producir
directamen te.
Merced al cambio, los hombres no están obligados a producir azúcar en los polos, ni nieve eu el ecuador, o a pasarse 108
2
TEORÍA
DE
LOS BA.KCOS.
habitantes de una zona sin los frutos de las otras latitudes;
porque ocupúndose cllda puis en aquello para lo cuà1 ba recibido de la naturaleza
directa o indirectamente
mas ventajas
naturales, el cambio lo pone en capacidad de procmarse
la~
diversas e innumerables
cosas qUé necesita para satisfacer sus
necesidades.
Es la facultad de cambiar la que distingue por
escelencia. al homhre de las dcmas especies bajo el punto de
vista. económico, i la que determina
su marcha progresiva de
acumulacion i de conquistas, así como es la negacion de esta
misma facultad la que condena. al bruto al aislamiento i al
statu, quo .
. El cambio es pues la trasmision universal de los productos
o de los servicios de cada uno, por los productos o los servicios
de todos. No se estudia aquí el fenómeno económico del cambio
como una de las fuerzas elementales que contribuyel:1 a la obra
de la produccion. Bajo este punto de vista la ciencia lo ha ana.
lizado hácir.. adentro; ha medido i pesado su fecundidad i su
importancia, considerándolo a un tiempo como causa í efecto de
la ¡;epamcion de ocupaciones. Nosotros no lo tomamos aquí sino
en el acto de su manifestacion;
nos apoderamos de él cuando
sale al esterior ; queremos damos cueuta de los obstáculos que
el cambio encuentra para ejecutarse, para realizarse, para cumplirse; en otros términos, i hablando Cll lenguaje vulgar, quere.
mos saber cómo se compra i se vende en el mercado del mundo,
i qué progresos, qué adelantos, qué perfeccionamiento
ba hecho
la sociedad para facilitar sus compras,i sus ventas.
Una grau parte, una parte mui considerable del trabajo del
hombre, consiste en el trabajo de cambiar. Esto significa que el
cambio cuesta, es decir, que encuentra obstáculos i exije esfuer.
zos: facilitar el cambio, perfeccionarlo, hacerlo mejor, mÚs económica i má:¡ rápidamente,
es llUes un progreso qne tiene los
mismos resultados que cualquier
otro: aumentar
la relacion
cntre al tr~hAjo i la satisfaceion.
A dos clases pueden reducirse las dificultades que encuentra
el cambio: la primera se refiere a la trasmis·íon de los va lores;
la segunda a la. t'l'asmision material de las cosas. La moneda, sus
signos repre~entativos,
la letra' de camhio i las operaciones
análogas que ba. desarrollado el crédito, constituyen los progre.
sos hechos en el primer sentido:
la locomocion a vapor es.
con respecto al segundo, la última palabra ~le la. civilizacion
en el tiempo en que escribimos.
Mejor dicbo, cada. productor necesita para que el cambio
completo:
ea
1.0 Llevar, trasladar, poner sus productos al al.
ance del consumidor; 2.0 Venderlo!> asegurándose de su valor;
.0 Distribuir
ese valor, si fnere posible sin necesidad de reci.rlo, eu tre sus acreedores. Sí fuéramos a :malizar los hechor;
l
TEOJ~Í_\.
Dl:: Lm;
BANCOS.
3
pam. jenern,li7.ar Ins ideas, diriamos que en la. cesion de los valores en el en-mIlia, liai que yencer el obst:iculainsr(Ju?'Ùlad
; que
In trasluciau material de las cosas equivale al vencimiento dol
oh;;Llculo di~tancÜl ,. i que para (lue el roem bolso del valor cedido Rea cOll1¡)leto, es preciso vencer el obstúculo distl"ibucion.
Al comparar un centro meL'cantil importante con los mer.
cados de uu pucLlo pobre, se nota a primera vista esta diferencia: (ltlC cu aquél, et trabn,jo del cambio está dividido; es decir,
que hai proj';)siancs cncargadas de prestar los servicios a quo
dan Iugar lo~;ob:;t;'tculos arriva indicados, cargadores, corredores,
cambistas, asegur:1dores, comisionistas, banqueros; i que ell lOf!
otros, en nuestros lllerc:H10s, por ejemplo, las ocupaciones del
cambio no se hall separado; qua en Ir.,mayor parte de los caSOB
Jas procludores trasladan por sí mismos sus productos al lugar
de su destino, arreglan llar sí mi~ll1os SllS contratos, reciben el
precio do sus Ill·tículos i la distribuyoll entre sus acreedores.
En Ulln. palabrn., de los ajcIltes qno sirven de vehículo cco.
nÓmico al cUn Lio, nosotros 110conocemos sillo..la moneda, que e!l
apénn.s el primer p¿tSO de progreso dacio por elliombre para salir
del trueq ue, del cambio en especie, artículo por artículo, como
en las tribus salvajes.
I he aquí que hcmos lIe[':ado nI fin a un punto cn que priede
avanzarse b primera definicion clemental 80bre la materia do
que trata e~te libro.
Un bcm:.:oes 1/ JW de los mw;ho8 ojcntes a que hct dado lU(Ja¡'
la sP'!7c¿i'acic
n de ocnp~tcione8, intl'odtwiclo pal'ct facilitar ·i PC?'.
feccionrtl' el ím.'JajtJ clel cambio; a eu otros términos: Sail casas de
comercio es :alllccidas para traficar a negociar sollre la mercancia
diuero; CR (lecir, para vender, para. comprar, para cambiar, para
recibir i para pagar (lincra, hien sea ell la forma de oro i plata
amonedado;J i en han'as, a cnla cie sns diversos títulos a signos
representativos.
De este comercio sobre la moneda, que cs el
medio uEaclo en todos los pnises civilizados para representar
i
paru. trasIlIitirse el valor de los servicios i de las cosas, resulta
necesariamente
una inmensa economía de tiempo, de capital i
de trahajo ell el mccanismo de la circulacion i del cambio, cs
decir, en la aperacion de trasmitirnos recíprocamente
los valores de los 8cn-icios quc compramos i vendemos, o sca on la dû
saldar nuestras cuentas en el mercado del mundo.
Espliquemos vrevemente cómo se verifica este ahorro. Por
ahora prescindimos de estudiar la instituciou b,anco, conside.
rada como el ajente a el intcrnw.dinrÎ.o que, colectando el capital dispolJible de un pais, ha traido uno en presencia Je otro,
al prestam;sta i al prestador, para negociar en los términos
mils ventajosos esta asociacion cntre el capital i el trabajo, do
cuya estre(;ha union nace el pro¿;reso. Trátase .3implemcute de
4
TEORÍA
DE LOS BA~COS.
considerar1o como intermediario del cambio, como instrumento
aparato inventado para saldar Cïiiñtíi.S:í por lo mÍ!;IDodivi.
diremos las operaciones en pago inmediato o actual, i pago
mediato o a distancia.
O
PAGO INMEDIATO O ACTUAL.
A debe a E; E a C, i CaD de Bogotá, una suma de $1,000.
Sin el intermediario de un banco, estos señores tendrán qne tras.
mitirse sucesivamente el saco de dinero; pero si la. magnitud
de los negocios i Io. seguridad i la confianza que reinen en el
pais, permiten separar las operaciones; si en vez de ser cada
uno su propio cajero, hai álguien que baya concebido el negocio de ofrecerse, sobre la garantía de su probidad i de su capi.
tal, para hacer los oficios de cajero i de tenedor de libros de
los que quieran acordade su confianza, es claro que entónces
vendrán a encontrarse en la cartera de este comerciante que
se llama banquero, las obligaciones activas i pasivas de sus
clientes, las cuales pueden saldarse por medio de un simple
traspaso en sus respectivas cuentas.
Este hecho sencillísimo en apariencia, da la idea perfecta,
i encierra en sí la esplicacion del gran aparato de la circulacion
( universal. La moneda que representó un papel tan importan, te en otro tiempo, i cuya invencion fué en efecto un gran paso
de progreso, desempeña hoi funciones mui secundarias, mui
insignificantes en el cambio. El mundo mercantil ha compren_
dido que donde todos son simultáneamente deudores i acreedo.
res, basta hacer endosas para saldar cuentas. Que el espíritu
se fije bien en el hecho del ejemplo anterior; piéusese en que lo
que han hecho A, E, O i D, pueden hacerlo i lo hacen
esactamente todos los millones de acreedores i deudores en el
mercado del mundo, i esto bastará para comprender a fondo
el sistema. cuya esposicion es el objeto del presente opúsculo.
Con efecto, basta dar ensanche con la imajinacion al caso
propuesto, para comprender a fondo las transacciones de una
gran metr6poli, lo mismo que las de un pequeño villorrio: en vez
de un banco habrá diez, cincuenta o ciento; i despues, los
banqueros mismos, en calidad de particulares, tendrán un ban.
ea - comun doude saldar sus cuentas, como sucede en L6ndres.
Los banqueros de esta ciudad, que es el centro donde vienen
a realizarse la mayor parte de las obligaciones que el comercio
de la Gran Bretaña pone en circulacion, i de las letras de cam_
bio que sobre él se jiran, mantienen un establecimiento central,
que es uu espacioso salon llamado el Clearing House, o sea,
Casa de compensacion, a donde cada uno envia diariamente,
despues de la hora en que se cierran los negocios un depenj
TEORÍA. DE LOS BANCOS.
5
diente llevando las letras i jiros que en el curso del dio.ha. reci.
bido coutra los otros bancos,i despues de compensarlos contra las
letras i cheque!'!jirados a. su cargo, entrega o recibe el saldo en
Ull cheque contra el banco de Inglaterra.
Las transacciones o sean las cuentas saldadas en el Clearing
House, ascendieron en el afio de 1866 a cuatro mil quinientos
ochenta i oc)¡o millones de libras esterlinas (£ 4,588.000,000 ),
sin haber empleado para eUo ni una nota. de banco, ni una
sola moneda.
l lo que pasa en el Clearing House de Lóndres, no es sino
la imájen de lo que pasa en pequeño en todos los bancos. Los (
negocios diarios de un banquero no son sino un cambio o una
compemacion constante de dinero o de crédito entre particulares.
" En consecuencia de estas i otras facilidades nacidas de la
intervencion de los banqueros para el arreglo de las transac •.
ciones pecuniarias, dice 1\1c. Culloch en su diccionario de :
comercio, .la suma en :uetálico que se nece~jta }?at?' c.onducir .J
los negociOs de Ull palS, se reduce a una. CIfra Inslgmficante, 'I
comparada con la que en su ausencia seria preciso emplear.¡
No es posible hacer un avalúo esacto del ahorro total que así:1
se efectúa; pero suponiendo que la suma en circulacion DO pase
actualmente de cincuenta o sesenta millones de libras, no es
exajerado concluir que por 10 ménos se necesitarÎan doscientos/':
millones eI: oro, plata o signos representativos, para transar
la misma suma de negocios, si no fuera por los otros medios 1Io \
que se ha recurrido para economizar el uso del dinero en las
operacionm; del cambio. Si este cálculo es aproximadamente
esacto, i hai buenos fundamentos para creerlo mas bien inferior que exajerado, él solo revela la vasta importancia de los
bancos bajo el punto de vista de la utilidad pública. Por medio de ellos, cincuenta o sesenta millones son capaces de pres.
tal' 105 mismos servicios, i de una manera infinitamente más c6moda, que la que exijiria el empleo de una suma cuatro veces
mayor; i suponiendo que veinte o treinta millones :sea el ea.
pital empleado por los banqueros, no ménos de ciento veinte o
ciento t?'ei;~ta que dejan de emplearse como instrumento de cir. culacion, quedan disponihles para alimentar la agricultura
las manufacturas i el comercio."
,
Serit:., !lo la par que interesante, curioso, descender hasta el
fondo de la sociedad, penetrar, por decirlo así, hasta el mostra •
. del teudero, para inquirir cómo se va elaborando, do quó
. iJculas se compone este aborro de capital en numerario o
"';clilico, que queda disponible p:l;ra alimentar la industria, a
;,ud de estos arreglos de pura 1 simple teneduría de libros.
En 1804 'Gratamos de analizar los hechos para hacer algunas
apreciaciones de esta naturaleza. De nuestros artículos sobre
I
G
TEORÍA
Dli: LOS BANCOS.
bancos publicados en los números 161 a. 179 del" Diario Ofi.
cial," tomamos lo que sigue:
En los paises nacientes, i por decirlo así, rudimentarios i
primitivos, donde el crédito es escaso, i las pocas transacciones
que sobre él se apoyan no han perdido su carácter aislado e individual, para convertirse en instituciones
sociales, la moneda
metálica desempeña esclusivamente
los oficios de intermediario de los cambios: en otr03 términos, los cambios de esa sociedad estlín reducidos al trueque en e"pecie, descompuesto en
dos factores; cada uno vende el artículo que produye o el ser.
vicio que presta por dinero, i compra con dinero la que ne.
cesita para sus consumos.
Examinemos ahora cómo pasan los hechos que determinan
las acumulaciones metálicas de una sociedad así constituida.
Nótese en primer lugar que la moneda, como toùa otra
mercancía, viene a poder de los individ nos para prestar dos
clases de servicios esencialmente
distintos: uno inmediato i
activo; otro pa¡,ivo i de reserva: Con escepcion del mendigo
que vive no con el dia, sino con el momento, pocos son los que
DO tienen en su poder, reducida
a dinero, la suusisteneia del
dia de mañana.
Fijémonos solamente en el caso de cien familias que reciben al principio de cada semana fiscal, <I'le en Bogotá se cuenta de viérues a juéves, $ 20 para SIlS gastos ordinarios, de los
cuales emplean $ 8 en el primer dia, i los $ 12 restantes Il 2
diarios, en los seis siguientes. Es evideutc que caJa Ulla de estas
familias tiene en el primer dia un escedente de doce pesos, diez
en el segundo, ocho en el tercero, seis en el cuarto, cuatro en
el quinto i dol>' en el.~esto: igual a $ 47, que dividido por $ 6
da uu término medio de $ 8 8emonules, i de ;j; 800 entre todas,
que representan la sustraccion permanente,
eterna, que estas
cien familias hacen del capital activo de la. sociedad, para
convertirlo en un fondo de reserva improductivo.
Si de los cambios puramente domésticos pasamos a los negocios, el desperdicio de capital monetario en una sociedad primiti_
va escede a toda ponderacion. Fijémonos solamcnte en el cuso de
cien tenderos o de cien matadores de ganad'Û, flue hacen SllS re_
tornos a sus pagos al import-adoro al hacendado, semanalment.e,
reservando
$ 40 diarios: 40 +80+ 120+ 160+200+2'10=840,
que dividido por 6 da un término medio de $ 140, que representan la sustraccion perrrl!anente, eterna, que caùa uno de
ellos hace del capital activo de la sociedad, para convertido
en UD fondo de reserva improductivo:
es decir que los cien
detallado res requieren
diariamente
$ 14,000 mas ùe la que
en otro pais, con inlltituciones
de crédito, seria necesario paru.
conducir lilUS ncgocios.
*
'l'F.oní ¡\ Di': LOS BANCOS.
7
Ahom, si el importaùor i el propietario tienen a su turno
que capitulizllr en dinero una parte con¡;;iderable de sus entradas, para emplearlas
en 'tnejoras a cnviarlas
en especie al
cstranjero, el consnmo improductivo de numerario se desarrolla
en una progresion
tal, qllQ el cálculo más atrevido no puede
reducir a gu~,rismo, por la di~ersidad de los elementos lIritmé- ;
ticos, cn c:1nti(laùes de tiempo, valores, &, &, como seria preciso :
reunir para apreciado.
Este desperdicio
de moneda es el que J
se ahorra centralizando
las cuentas en los bancos, como se
ahorra carbon cocinando en COlfiun por familias, i no por individuos, a como se ahorran fuerzas animales a mecánicas, haciendo los trasportes sobre rueùas i no a lomo de bestia,
PAGO
MEDIATO
O A DISTANCIA.
Pero no bastaba tener en los bancos de depósito i en Jas
C\1eutas corrientes
nu foco comun donde vinieran a saldarse
toda'! las transac~iones
directas: era preciso universalizar
la
circulf\cioll i unir el pasado al presente i el presente al porvenil'; pn5flr, en una pabhra,
del sistema pasivo de depósito al
sistema actico de emision. Ln. letra de camhio se encarg6 de
traspasar
esos límites, i desde eS3 momento, las relaciones
locales e inst:H1táneas se oonvirtiel'on en relaciones a distanc'Íct i ~lJ!a:::o.
Un comen:iante del SU?' que es acreedor del Norte, en vez
de Lacer veuil' el dillero, jira sobre su deudor i vende la letra,
i Qni{~n la compra? Otro comerciant.e del SU?' que es deudor
del.;VU1·(e. i que en vez de enviar el dinero, remite la letra a
su acreedor. Este último se encuentra así pagado i justamente
con el dinl::o que su vecino hubiera debido enviar al SM'.
Pero el SU?' i el Xorw no se limitan a comerciar entre sÍ,
sino que tienen tamùien relaciones con el O?'iente i el Occiden.
te. Cada punto cnrdinal tiene i puede tener por acreedores
i deudores 11 los otros tres puntos cardin'lles restantes, de la
misma lUanera eRactamente que cn el " Clearing ¡louse" cada
depeIl(rcIlte
puede tcnel' por dcu<lores i acreedores a todos
sus colegas. Pueden ¡mes compensarse los créditos activos i
pasivo!>, encontrados, de todas partes del mundo, como se com.
rcman los de una ciudad; i este es el trabajo del banquero.
Uno de RUS ramos de especulacion consiste precisamente en
el comercio de letras ùe cambio, para hacerlas viajar por todo
el mmdo, hasta encontrar
el deudor que las necesite, para
compensar SlIS créditos. Si el SWI' no debe nada al Norte, el
banqm.ro envia las letras sobre el Norte al Occidente. Si en
ese mOtncuto el Occidente es acredor del Su?' por mercancías
esportlJ,das, se encontrará
pagaùo con la letra sobre el Norte
8
TEORÍA DE LOS RANCOS.
quo le llega. á tiempo. Pero si el Occidente DOes acreedor del
S'LW, debe reembolsarle el mlor de su jiro sobre el Norte que
acaba de recibir. Puede suceder qde el Occidente sea acreedor
del 01'Íente, i cDtónces jirará sobre él una letra do cambio que
enviará en pago al Sur. Si el Sur debe al Oriente, no tiene
que hacer para saldar su cuenta sino. enviarle la letra que
acaba de recibir del Occidente, i de esta manera los cuatro
puntos cardinales se encontrarán indirectamente compensados.
Los banqueros cambian cutre sí sus letras, como sus depen.
dientes cambian sus delegaciones. Los banquero.'l forman \lDa
gran cámara de compensacion permanente entre todos los paises.
Para cada pais los otros DOrepresentan sino uno solo, i de esta
manera cada pais no esporta o importa en moneda, sino la dife.
rencia entre el valor de todas las mercancías o títulos impor.
tados, i el valor do todas las mercancías a títulos esportados ;
de la misma manera que en la cárnara de (}(Yff¿pcn8acion cada
ajente no paga sino un solo saldo a todos sus colegas, tomados
colectivamente.
La letra de cambio no circula para alimentar el crédito
sino para suprimir los trasportes dc numerario, para saldar ]0
que los paises se doben mútuamente. La letra de cambio no
es sino un medio económico de hacer 108 pagos, i como tal las
ventajas que asegura son tau importantes, que todos los paises
se han aplicado unánimemente á rodearla de cuantas garantias puede imajinar la prevision bumaDa. Todo el que pone su
firma sobre UDa letra de cambio, garantiza solidariamente so
pago i lo garantiza con su fortuua i con su honor: el que deja
de pagarla pierde el derecho de tener un escritorio. Todos 109
lejisladoreshan hecho de esta promesa una cosa sagra.da.: es el
oro a distancia.
El aceptan te de una. letra de cambio se constituye cajero;
so cuenta sobre su fidelidad. Como todo cajero, no es inocente
sino en el caso de que la caja haya sido forzada; de otra manera es culpable; es un quebrado fraudulento.
CAPITULO II.
Importancia
de este sistema de compcnsacion universal, tomado en su
conjunto.- Vista jeneral ùel comercio ùellllunùo.
Jamás será inoficioso repetir que la moneda no proveé hoi
a las necesidades del camhio siuo en una escala mui limitada,
quo su oficio se reduce a arreglar las ventas por menor i el pago de salarios; i que los signos representativos
mismos, las notas de banco, por ejemplo, que tanta importancia parecen toner a primera vista en el mecanismo de la circulaciou,
son
comparativamente
insignificantes
delante del ntÍmero i de la
suma de los cambios que se efectuan por medio de ~imples
traspasos en las cueutas corrientes de los contratantes.
El oro
i la plata ban perùido completamente el carácter singular que
:lntes tenian de intermediarios
universales de la circulacion;
i hoi el comercio de metales preciosos no tiene mas importan!
cia quo el de cualquiera otra mercancíl.l ; se compran i venden,
como se compra i vende seda, té, azúcar, lana i algodon j i
vau donde se necesitan para ser camb.iados por otros productos, a para balancear el saldo del pais que los remite.
Los Estados atlánticos de la Union americana, por ejemplo,
sumimistran a California harina i otms provisiones, i reciben
en cambio oro, oro que Nueva York i Filadelfia envian a Inglaterra en pago de sus mercau·cias. Inglaterra
despadm este
oro a Francia para ser cambiado por plata, i envia la plata a
Oriente para saldar sus cuentas por importaciones de té, seda,
lino, índlgo, lana, cúñamo i azúcar. Anteriormente
uua fuerte
esportacion de oro i plata se tomaba como un signo desfavora.
ble do los cambios; i al contrario, su importacion presajiabn.
un curso ventajoso. Hoi la salida i entrada de especies metálicas no tiene, como he dicho ántes, mas importancia que la del
movimiento de l.malquiemotramercancía,
porque aun en los casos
escepcionales de que la reserva metálica de la sociedad, la que
pudiera llamarse la existencia en caja, sea inferior o superior a
la cantidad conveniente para atender a las nccesidades del camLio, el movimiento de la especie no es por eso mas intere~ante
que la importacion o la esportacion de otros artículos, cuando las
existencias son superiores a inferiores en mucho a su pedido. Si
Inglaterra, por ejemplo, recibe de los paises mineros una gran
cantidad de metales preciosos, es claro que solo le son útiles en
cuanto la, habilitan para procurarse en otros ¡raises, que no ofre-
10
'TEORÍ.\ DE LOS n.\~COS.
cen mercado a sus tejidos, las materias primeras i los artículos
de subsistencia que necesita para. renOV:H sus retornos.
Pam acabar de comprender mejor, de una Inanera jeneral,
cómo se efectúan hoi en el mundo los camhios por mayor, véa.
mas cómo pasan los hechos en el comercio de los paises mas
importantes, el que hacen entfe sí Inglaterra, la India, China,
Anstralia i los Estados Unidos.
El comercio directo entre la China (' Inglaterra deja anua1.
meute un saldo de mucha cousideracion en favor de la pril11em,
porque miéntras que la Inglaterra
saca de la China más de
£ 9.(l00,000, solo esporta a aquel pais mercancías por va.lor de
lin poco ménos de £ 3.000,000, silldo que se aumenta en mncllo
todavía en el cl1rso del tráfico entre la China i Australia., i la
China i los Estados Unidos. Australia saca anualmente
de la.
China nna inmensa cantidad de té, i no tiene ningun producto
que encuentre mercado en aquel pais. Los estados Unidos reciben tamhien seda i té por un valor que escede mucho al de sus
esportaciones. Véarnos r.hora como se saldan las cuentas pUl' mé.
dio del comercio de uu gran pais. Australi<1 consigna todo Sil
oro a, IlJglaterra, superior en mucho al valor de los tejidos que
de ella recihe, i paga el t6 cIe la China jirando sobre I"óndres
contra sus dep(Jsitos. Los Estados Unidos a su vez pagan el té i
la. seda que importan jirando sobre lllglaterra contra el valor de
SIIS algodone:;;
i la Inglaterra misma encuen tra cu 1a India el
médio de saldar sus cuentas call la China, porque é~tl1.recibe de
aquella enopio i algodon cercade,£ 10.000,000 i sus esportaciones a la Indi<~ no l1.lcanzan nunca Il £ 1.000,000; de tal mauera
que el saldo que Inglaterra,
Australia i los Estados Unidos
CatiSan It deber anualmente a la China sohre el balance de su
oomercio, se paga en gran parte con el opio i el algotiou que la
Inùia le suministra.
A primera vista los hechos parecen mili sencillos i en efecto lo sail; pero pibusese un momento ell la multitud de Cambios parciales Illle contit.llyeu el cambio jenera]; piénsese en
que cuando decimos la China esporta té i seda; Australia euvia oro a Inglaterra i recihe mercancías;
los Estados Unidos
dan en cambio a]godon; la India envia o?io, &<:, &c, no son
ciuco individualidades
las que hacen este comercio, sino mi.
llares de millones de hombres, los que forman, uuidos por la
confiamlU, esa ead¿na inmensa que se llama la soeiedad. Antes
cIe que el té i la sella de la China, el algodon de América, los tejidos de In¡rlaterrn, el oro de Australia i el opio de la India lleguen
allngar de m Jestino, ha sido preciso qlle cada uno de esos
articulas sufra una série indeterminada
Je permutas, que pase
sucesivamente por las manos de muchos industriales i empresa.
rios, que van agregándole
una forma determinada.
Sí fuera
TEoníA
DL LOR T>AXCOS.
11
posihle hr.cer nu cálculo aproximado del valor de todas las transaceioncs parciale¡; qne cntmn en la creacion de los productos
que forman el comercio esterior de esos paises, no <;eria fácil
percibir clàramente la reln.cion o la idea de la cantidaù, por la
magnitud del guarismo.
I sincrnbargo, todos esos roilJ0113S de homhres no han incnrrido ~n error de un centavo; cada uno ba sabido h:tllar a
su deudor, reintegrarse de su., anticipa.ciones i balancear
sus
cuellt:~s de la manera mÚs econ(~mica ; i en fin, la máquina entera funciona con una esactitnd asombrosa, presentando
Il. los
ojos del espectador la imií.jen de la scncille7-, de la regularidad
i del l¡rden.
Pero lo admirable
es que pam obtener este resultado
br.sta si1l1l)lemente la ausencia de toda coercion; lJasta abandonnr a sí n~innos esos elementos hctcrojéueos i al parecer enemigos; l.ojar a los hombres nsociars(~, obmr i reohrar libremente
los U\!o~sO;lrlllos otros; (k.iarlos que se ocupen en ar¡nello para.
la cual creen que han rceibido de Dios directa a indirectamente,
mús vCllta.i::.s lmturn.les; (lue hagan por sí ¡ni~IllOsla aprcciacion
de la utilidad de tocbs ~as cosas i de todos los servicios, i que
p"ogreS(~lI o se :::rruinen bnjo ¡';I~p~0pia rcsp011sal,ilidad.
Cua vIo ulla quiere darse Clwuèa de esto., feaúll1cnos ¡.;cnci110!;e!l sí, pero co,llplieadísimof; por f'ollenlace i su conjtll1t0,
que cO:1stitllyen la \'ida económica de una socicr1ad, 110 consegniria su oh.icto si quiLiesc abarcar deó:de la j1rimeri~ mirada
t.oc\os lcc; c\etalles del gran cnadro qne se ofrece a :m vista;
como un vin,jero que nI trnsmoutar las cmpill:ld¿~s eU,1I1,res U<l
los Andes, ell vc? de ¡¡:a r!'e en las Œrnudcs fuCl;iollOSdel (listante panorama <¡u~ 'desde allí :;c '·~lcallza; eu el 1'01 que sc
bunde, como llU incendio, en 1:1 llanura u?1I1del mar Pacífico,
en el lal>m'into de montaiías 'lile se pier(len u su espalJa, en
una sllccsion de caJeuas sin término, selllejando la:; ola!:;en erespallas Je otro mar, en el verde i dilatado valle que a su,; piés
se estiendc, i cu el rio que baja manso, tranquilo, cnrcc\iíndose CCIllOumt cinta de plata entre 8liS praderns;
si en "Ve~
de estasiarse con este ensnefío ùe armonía, de belleza i de lu~,
quisie!:;'.lcontar los picos mas enHlinac\os de la cord;Uera, bs
vueltas del gran rio i los bosque;; dd frondoso ,al le, estas
pequeîicees le harian perder la armonía- del conjnnto, Ir. estupeIH'ln, magnificeneia de ln. na', uraleza eu una de sus mas pf,rtentosLS revelaciones, i lo q ne es peor, la abatirian fi la tierra,
en vez de levantarlo
hácia el Supremo Hacedor de tanta
bellew, fuente de tod~ inspiracion i de toda lu~.
12
TEORÍA
DI~ LOS BANCOS.
CAPITULO Ill.
Importancia del Banco de lnglaterra.-Su
historia.-Ideajeneral
de su
organizacion.-El perímetro de la figura.-Allálisis de sus operaciones
sobre la cueuta.
El Banco de Inglaterra es una Con'lpañía anónima, cuya
primera carta de incorporacion lleva la fecha de 27 de julio
de 1694.
Los apuros en que se encontraba ent6nces el gobierno
inglés para proseguir la guerra contra la Francia, hicieron
ocurrir al arbitrio de autorizar la contratacion de un empréstito voluntario, hasta por la suma de £ 1.200,000, a cuyos
Buscritores se reconoci6 en corporacion i sociedad, bajo el
nombre de "El Gobernador i Compafiía del Banco de Ing]a.
terra," con el privilejio esclusivo, durante once afios, de emitir
notas o billetes al portador, de jirar letras de cambio i de descontar pagarés o efectos de comercio. El Banco recibia ademas
8 por 100 de interes anual sobre la suma prestada al gobierno
i £ 4,000 por el manejo de los fondos públicos; no podia emitir
billetes de méno!l de £ 20.
De entónces acá ]30 carta de privilejio ha sido renovada mas
de diez veces, siempre bajo la condicion de nuevos préstamos
hechos al Tesoro, cuya deuda asciende hoya £ 11.015,100 al 3
por 100 de interes anual ~ siendo estc enorme gravámell la
principal dificultad del Gobierno para recojer el privi]ejio, que
puede cauce]arse sinembargo en cualquier tiempo, dando aviso
a la Compañía cou doce meses de anticipacioll i previo pago de
la deuda i sus intereses, sin deduccion, descuento ni rebaja.
Aunque no entra. Cll nuestro plan escribir la historia deta.
lIada de los cambios que se han hecho en la constitucion de la
Compañía, i de la série de enmiendas, ampliaciones i restricciones que ha sufrido su privilejio, hasta llegar al acto de 1844,
que es la lei vijente sobre bancos en la Gran Bretaña, es indispensable sinernhargo enumerar los cambios mas sustanciales,
para comprender la posicion actual i la importancia mercantil,
política i fisr,al de aquel establecimiento.
Bajo el Gobierno de la reina Ana, en 1708, el apremio de
dinero para proseguir la guerra proporcionó al Banco la oportunidad de echar los fundamentos del monopolio bancario de que
TEORÍA DE LOS I3A~COS.
13
llOi disfruta. JI cùi:lllte el préstamo de .£ 400,000, su privilejio
se cstcndió basta 1.0 de agosto de 1732, pero con reducciou del
interes al G por 100 sobre toda ln. deuda, desde 1.0 de agosto
de 1711. Decretóse entónces que durante la existencia de la
Compañía no le seria lícito a ninguna otra compafiía a asociacion compuesta de mas de seis individuos, en aquella parte de
la Gran Bretaña llamada Inglaterra, prestar, deber, ni tomar
suma alguna de dinero sobre pagarés a billetes redimiblcs a la
vista, a que tuvieran un plazo menor de seis meRes. Confirióse,
pues, por este acto, 11 la Compañía, el privilejio esclusivo del
comercio de banco, i el de crear a emitir papel moneda.
En 1826, i mediante el consentimiento del Banco, se relajó
la restriccion que habia permanecido en vigor por mas de un
siglo, per:nitiéndose la formacion de compañías uvónimas a por
accioneR, i regulares colectivas con mas de seis asociados, para
el establecimiento de bancos de emision, depósito i descuento,
con tal que se establecieran para obrar fuera de un radio de
65 millas :::uyocentro era Lóndres. Les era. prohibido a estos
bancos tener sucursales dentro del distrito del Banco de Inglaterra, i jirar sobre Lóndres por sumas menores de £ 50.
Así permanecieron las cosas hasta la renovacion del privi.
lejio en 1833 en que se introdujeron enmiendas mui sustan.
ciales.
Se autorizó a los bancos por acciones a de mas de seis asociados, para estaùlecerse en Lóndres, i dentro dcl distrito o
radio de 65 millas ántes escluido. Autorizóseles para ejercer
todas las opcraciones propias de los ùancos de depósito i descuento, pero sin poder emitir billetes al portador, ni dar a recibir prestado, ni tomar dentro de dicho radio de 65 millas suma
alguna de dinero cuyo vencimiento tuviera un plazo menor de
tres meses- Las notas del Banco de Inglaterra se declararon
moneda legal; aboliéronse las leyes sobre usura i permitióse a
los otros bancos, los de fuera del radio, llamados Count1'y, Joint
Btock Bœnks, tener un Ajente en Lóndres.
I tal es hasta hoi, con poca diferencia, el estado de la lejislacion jurisdiccional a permisiva cn materia de bancos.
El acto de 1844, que es el que está cn vigor, tiende por el
coutrario a et>tender los privilcjios del Banco como banco de
emision, i hacerla dueño de la circulacion del pais.
El artículo 11) dispone que con escepcion de los bancos que
el dia 6 de mayo do ese año (1844) se encontraban cn posesion
del privilejio de emitir notas a binetes al portador, fuera del
distrito o radio de 65 minas reservado al Banco, no podrá for.
marse ningun otro banco de emision en ninguna parte del
Reino Unido de la Gran Bretaña e Irlanda, ménos Escocia.
Los artículos 12 i 13 mandan que se averigÜe i fije por la
It
TEORíA
VE LOS BAKCOS.
autoridad que allí designan, la suma a que por término medio
ascendia la circulucion de cada uno de los bancos de Ioulaterrll.
i el pais de G¡ílcs, que el dia 6 de mayo de 1844- gozJ)an del
privilejio de emitir sus billetes al portador, para. que un la sucesivo no puedan aumentar dicha emision.
El mismo acto autoriza al Banco de Inglaterra para aumen.
tar la emision de sus billetes, sin aumen tar su reserva metálica,
sino sobre se¡l:uridades de ot.ro órden, a medida que desaparezcan a suspendan su ,i iro los otro>! bancos del reino, i hasta ln.
concurrencia de Jas dos tace'l'as pm·tes Je lu circulacion média
Je cada uno de diehos bancos.
Le\'¿UltÓse eo fin, por el artículo 26, la prohibieion impuesta
por la lei de lH~)i~ a los bancosp.)r
acciones a de mas de seis
asociados. qu~ se establecieran en Lóndres a deD.tro del distrito
de 65 millas reservado al Banco, de DO poder dar a recibir prei>tado, ni tamal' dentro de dicho radio ¡¡uma alguna de dinero
cuyo vencimiento
t.uviera un plazo menor de seis meso¡¡; i en
su cou,secuoncia dichos baucos, la mismo que Jas dem~lS del
reino, puctlen ejercer Sill rc¡¡trict:ion toda¡¡ las operaciones propias del comercio de banco, ménos emitir a poner en cirt:ulacion
billeti?s al portador.
La posicion del Baneo como persona jurídica i civil, a sean
los pri\'ilcjios de que actualmente
gozU" se reducen, pues, en
sustancia a los fo'i~uielltes:
1.0 Es el únic'o ballCO Cjue puede emitir billetes al portador
('n Lúndres i en toJo el pais comprendido dentro de un radio
de 6;') millas, con el derecho de ensanchar su circulacion, hasta
quedar corno el único bauco de emision, Il medida que deôaparezcan a suspendan su jira los bancos que el din. 6 \le mayo
de 1844 gozaban del privílejio
de emitir bilJetes al portador.
2.° E:; el único banco del reino, Irlunda i Escocia compren_
didas, cuyos llilletes sean moneda legal (Legal tender) de
obligatorio recibo en el pago de todos los impuestos i en las
transacciones
particulares,
a ln. par con las monedas de oro i
plata.
3.° Es el encargado de la recaudacion de las reutas públicas,
i del pago de los intereses de la deuda nacional.
OlWA~IZACION
DINiMICA.
Habria otro lIlétOllo enteramente
nuevo, i tal .ez el mas
luminoso de e¡¡poner la econoinía política; método claro, al alcallce de toùo el mundo, i seria el de "escriGir unu esnecie de
dinámica social, comparando las fuerzas que mueven el mundo
c,c<,>nÓmicoa las fuerzas mec,inicas que mue\'en los cuerpos
fl!)lco~.
TEOUÍA
VE
LOr:; ]USCO~.
Lj
Sigulen(lo este pens(l,miento i couoeiùas con toùa precision,
como las ¡lCllIOSe~puesto en los capítulos precedentcs, \as ope.
racioncs Je un hlllCO, podemos cOll'par~r cll3allco de Inglate.
rra a una palanca de primer jéuero, cuyo Funlo de apoyo es el
crédito, reprcsentuJo en el capital i en la confianza 'lue inspira
la Compatira; la ?'c8i8tencia estaria espresaJa par el capilnl qne
pone cn uccion, es dccir, por elllÚlllero i In cantldad de las
tr;:¡'llsacciolles <jue fac.:ilitu, i la pulciwia por las Dccesidades de
la soc.:ie(;ad (~nque aura. Hagamos, pues, la duscripcion dclaparato para analizar la,., término,; (le esa eCllacian.
El Danca est!l separado en dos Jepartamcntos
formal i ;natcriulmente
distintos, llamaclos: "Dcp:utamelJto
de emision "
i " Departalilell ta Je desc.:uenta," 'lue son, el llno rúspccto del
otro, como <1(,;;hanc.:os a casas corresponsales.
El dl!part:wlÜnto de cmision es el encargado csclusivamento
de la fuhri(;ueiou i Je ln. vellt.a, o s~a b ün;isioll de las notns o
billetes al por'ador. Esta emisioll a esta venÜt fie verifica soure
las base< sig~¡jelltes: el departame:lto de descuento, 'l\le e!')In.
easa encargada de 1111(;erlos negocios, es decir, de colectar las
rentas dd GüLi:Jrno, recibir depósitos, a,hrir cuentas corrientes
i descontar pa;;-arés, está autorizado para exijir i reciuir del
departunento
de elllision hasta Ii> millones de li1ras estcrlillas
on nota;! ùe 1aneo, sobrë la garantía de igual Sllma en seguridades. Di<.;has ;;eguridades se componen de los £ 11.015,100 Je
la deuda del Gobierno, i £ 4.984,900 en documentos de otra
naturaleza . .Fuera de estos 15 millones de Dotas que se cmiten
sobre dÏ\;ha garantía, el departamento
de olnision no puede
ontregar ulla sGla Ilota de 1anco sino en cambio de oro amonedado o en barras, a la par. Al dedo,
el dûpartamento de
ernision est(L obligado por la lei a dar billetes Cil cambio de
libras cster:inus, i u comprar todo el oro que sa le presente,
reduc.:ido a \a Ici de 22 (luilates, al precio de 3 libras, 17 chelines i 9 penÏ<¡ues por onza. Como la casa do moneda. a su turno,
está obligada a entregar 3 liuras 17 chelines 10~· por OD7.a,el
banco gamL cm esta. oper:l.(;ion l~ peni(lueS por alloza, que representan call tocla propiedad una comi~ion pagada. por el vendedor, que economiza. así el t.iempo i las molestias de hacer la
operacíoll direl.:tmucnte.
I he aquí que, descu1iert.o oste hecho, tenemos conocido t.Ddo
el secreto del mecanismo i del juego dol Banco como banco de
olllision ; o en otros términos: conOCClllOSel punto de apoyo do
la. pa1allcu. Si hai 20,30, 4.0 millon~s Ile notus en circulacíon,
d públi('u sabe que esa suma está representada así, 15 millonc;!
en deud .• pÚ1lica, i el resto cu los sótanos del departamento de emision on oro i plata a:noncJadoH i en barras. Lo
c;; permitido 8.1 Bat1eo teuer .:(de la resl'rva met.:ilica en Illata;
los :,'re~Jt.llltcs cu arc.
16
TEORÍA
DE LOS BAXCCS.
En el caso, pues, de que un pánico a una crísis hiciera
afluir a todos los tenedores de billetes para exijir su cambio,
i de que la reserva metálica estuviera ya para agotarse, ¿quó
haria el Ballco para atender al reembolso de sus notas?
Ocurriria al Gobierno inglés para que le convirtiera su deuda
en vales de renta sobre el Tesoro al 3 por 100 i pondria en
yenta dichos vales.
La convertibilidad
de los billetes del Banco de Inglaterra
se apoya, pues, en una reserva metálica que por término
medio representa un 35 por 100 de la suma. en circulacion,
i en la seguridad de que siempre i a cualquiera hora se encon.
trarian compradores de consolidados in gloses por 15 millones
de libras.
Como todos los billetes han sido comprados al departa.
mento de emision, parte con los £ 15.000,000 de la garantía,
parte en oro a la par, es el mismo departamento
el encargado
de redimidos.
Mejor dicho, i para que se comprenda
con toda claridad
la naturaleza de la division fundamental
del Banco, las funcioaes del departamento
de emisión se reducen esclusivamente
a las siguientes: 1." fabricar las notas de banco;
entregar
al departamento
de descuento
15 millones en los términos
úntes dichos; 3." vender notas en cambio de oro amonedado
a la par, o de oro en barras al precio de £ 3-17-9 por onza
de 22 quilates; 4: cambiar todas las notas emitidas por oro
i plata amonedadc>s, en el acto de su presentacion.
Todas las otras operaciones que COn propiedad constitu.
yen el comercio a los negocios del Banco, recibir, descontar,
deber, pagar, se hacen· como se ha dicho, en el departamento
de descuento. En una palabra,
todo el que deba recibir algo
del Banco por cualquier título que sea, escepto por venta de
oro en barras, lo recibe en primer término en billetes al
portador que le entrega el departamento
de descuento,
con
quien ha contratado, aunque tenga el derecho de ir en segui.
da a exijir su cambio por dinero al departamento
de emision.
Los billetes de menor valor son de £ 5.
El Banco no ha aumentado su capital 90cial desde 1816 en
que se le autorizó para dividir utilidades acumuladas
por
£ 2.910,600, las cuales se capitalizaron,
formando un total de
£ 14.553,000 que es el capital actual de los propietarios.
Conocidas estas bases fundamentales
sobre las cuales se
apoya et mecanismo del Banco, tome~os la cuenta de sus
operaciones
en un dia cualquiera, porque cada uno de sus
guarismos nos va a revelar, mejor de lo que pudiera hacerlo
un libro, la naturaleza, la estension i la cuantía de los servi.
cios que este aparato complicado en apariencia, pero sencillí~
simo en el fondo, presta a la comunidad.
2:
17
TEORíA. DE LOS 13!.'SCOS.
SITUAClOX
DEL
BANCO DE I~GLATERRA.
OCTUBRE
DE
EL
14
DE
1868.
Depa?'tanwnto de emision.
HABER.
DEBE.
Notas emitidas .... £ 34.083,870
Deuda del Gobierno
£ 1l.015,100
Otras seguridades 3.984,900
Oro amonedado i
en barras
19.083,870
34.083,870
3-1.083,870
Depal'tanwnto de descuento.
HABER.
DEUE.
Al capital social...£ 14.5.')3,000
Al fondo de reserva 3.081,950
A depósitos ptiblicos,
en su mayor parte fondos del Go.
bierno
3.838,119
A depósitos parti.
culares
20.231,481
A varios
701,897
42.406,447
Documentos
de
deuda pública £ 15.935,874
Pagarés i letras
por cobrar
15.822,238
N atas a billetes
del mismo banco en cartera ... 9.567,9:'5
Oro i plata amonedados
1.080,380
42.406,447
Como se ve, del departamento de emision habian pasado al
de descuento £ 34.083,870 en billetes al portador; pero como
aÚn existían en la cartera del departamento de descuento
£ 9.567,9':>5, es claro que ese dia solo estaban en circulacion
£ 21.515,015.
Previa esta csplicacioD, refundamos ahora en una ¡¡ola las
cuentas de ambos depal'tamento¡¡, de manera que el resÚmen
de ese balance U0S d6 a conoce~ al primer golpe de vista, i
con toda claridad, la verdadera situacíon del Banco el 14 de
octubre
do 18G8.
18
TEORA Dli LOS BANCOS.'
EL BANCO TIENE.
Lo que le debe el
Gobierno
£
Otras seguridades,
fincas raices, por
~jemplo
Pagarés i letras por
cobrar
Eu deuda pública
En oro i plata .....•.
u
EL BANCO DEBE.
A
11.015,100
3.984,900
15.822,238
15.935,874
20.164,250
los tenedores
de billetes en
circulacion ... £ ~4.515,915
A los depósitos
públicos
3.838,119
A los id. particu.
lares
20.231,481
A varios
701,891
Saldo a favor del
Banco
17.634,950
£ 66.922,362
£ 66.922,362
que la cuento. joueraI está bien hecha, que
el saldo de £ 17.634,950 que hemos sacado a favor del Banco,
es esactamente igual a la suma de las dos primeras partidas
que figuran en la columna de la izquierda. de la cuenta. del
departamento
de descuento, a saber:
Capital social..
£ 14.553,000
U tilidades no capitalizadas
3.0S1,950
I es tan cierto
oo
•••••
£ 17.634,950
Concluida la diseccion anatómica de este cetáceo del mUlldo mercantil, entremos en el análisis de esos guarismos, para
saber el papel que cada uno de ellos representa
en la ecoJJomía social del cambio i de la circulacion.
Deben notarse, en primer lugar, los siguientes
hechos o
1'csultados jenemles que esa cuenta presenta, como los rasgos
característicos
de una prosperidad debida toda a la confianza.
De los £ 66.922,362 a que asciende el capital que maneja
el Banco, solo los £ 20.164,250 de la reserva metálica permallccen ociosos: los £ 46.758,112 restantes están empleados re~
prooucti vamen te en esta· forma:
Prestados al comercio a cortos plazos i al des.:uouto corriente
£ 15.822,238
Prestados al Gobieno con plazo indefinldo al
~) por 100
11,015,100
En cartera, en documentos de deuda pública
con interes
15.935,874Otras seguridades, fincas raices probablemente,
3.984,900
oo.oo
oO
••••••••••••••
1'otaI.
••••••••••••••
oo
•••••••••••
£
46.758,112
Por Qtra parte, el Banco no paga. un solo centavo de ¡nteras
19
rlilOBÍ:\. DB LOS BA.NCOS.
:!obre los guarismos que forman el pasivo del balance, pues los
billetes al portador que están en circulacion no ganan interes,
ni él lo paga sobre los dep6sitos que se le confian.
N6tese que los depósitos públicos i particulares
ascienden a £ 24.069,600, i qne solo tiene una reserva. metálica de
.£ 20.164,250; es decir, que no solamente
no paga interel!
alguno sobre aquella suma, sino que ha dispuesto, a título gratúito, de un capital ajeno de .£ 3.905,350.
En nna palabra, el Banco gana íntegra i gratúitamente
los
intereses de uu capital ajeno de £ 28.421,265, fuera del de su
propio capital, que hemos visto asciende a £ 17.634,950.
Ese capital ajeno, de que goza gratúitamente
se compone:
De la difereucia cutre 103 ùep6sitos i la snma que guarùa
('n caja
£
3.905,350
De la suma total de los billetes puestos en
circulacion, que nacla le cuestan, puesto que la re.
~crva metiilica call que hace frente a los pagos es
iùferior a los depósitos que ha recibido
24.515,91.j
Total..
'¡'
£
28.421,2Gj
I..•
Ç>s20 millones de la reserva esbí.n hacicndo frente:
1. o A \Ina circulacioll fiduciaria de 24 millones; 2.0 A 108 retiros parciales que puedan ocurrir de fondos depositados por valor de 24 millones; por todo un servicio de circulacion i de cam0;0 que ex:ijiria un capital efectivo de 48 millones.
Tratemos de esplicar ctJmo i en qué consiste este ahorro.
Hemos visto que el capital monetario de tm pais es sucep.
tible de sufrir una reduce ion a una economía mui considemblt,_
¡;,i se arreglall las cosas de manera. que cada uno encuentre:lo
su vencimiento
el dinero que necesite, sin cuidarse de COll~ervar un solo centavo en metÚlico sobre el que diariameute
es
Í:ldispensable para los cambios que la requieren.
Esta reserva, suceptible de ser economizada, se compone:
1..0 del chuero que se aparta de una sola. vez para g&.starlo
paulatinamente
eu el curso de uu período determinado;
:!.o del que se destiua a hacer acumulaciones
sucesivas hasta
reunir la suma a sumas que se emplean en b renovacion de
las operaciones de ln. inùustria.
Para comprenderlo,
supongamos
ql'.e no existe el Banco,
(:s decir, ningull banco; porque aquí no tomamos el Banco dl~
Inglaterra
sino como ejemplo para juzgar en Sll cabeza la
institucioL
Lo que de él decimos es COIUUllal servicio. prestad\)
pOl' todos 'os bancos del mundo.
Si en Lónures no existiera,
pues, el bauco, es decir, gi cada
nno fuera allú como aquí) su propio cajero) el mO'iimipnto d:.·
20
TJ:OllÍA DE W~
BANCO~.
cambio representado por esos guarismos requeriria un capital
en efectivo numerario, distribuido entre las cajas i los bolsillos
de todos los que se sirven de sus billetes, de sus sótanos i de
sus libros, igual esactaroente a las SUIDll.8 nominales que figuran
èn esa cuenta.
El banco existe, porque existe ese movimiento, i para ser.
virlo; pero él no lo determina.
Los 20 millones de los depósitos particulares estarian en
las cajas fuertes de sus dueños, esperando coloqacion.
Los 4 millones depositados por el Gobierno estarian en sus
Tesorerías esperando a los acreedores.
I para reemplazar los 24 roilIones de los billetes que están
en circulacion, haciendo los oficios de moneda, seria preciso
traer al mercado una suma igual en libras esterlinas. Esto lo
comprende el último de los tenderos.
N o hai en todo esto, como el comun de las jentes cree,
misterios fundados en uua série de trasposicioues designadas,
vulgar pero mui significativamente, con el nombre de enredo8,
que son los sofismas de los negocios i las trampas ilustradas
de los hombres de talento.
Aquella situacion, fundada a primera vista en una especie
de juego a las escondidas, i cuyo éxito depende, como en la.
trama de las novelas, de que los protagonistas no se reunan o
encuentren para esplicarse con una sola palabra. el laberinto
en que los ha puesto un intrigante; aquella situacion, decimos,
que parece ta.n frájil como una. bomba de jabon, tiene la solidez
de la. Daturaleza i de la sociedad a quien sirve.
e A PIT U L o IH.
Deparlamento de la deuda nacional.
La deuda del Gobierno inglés no anda como aquí en las
cn.rteras i en los bolsillos de todo el mundo: no hai vales con
cnpones anexos para. ser cortados i distribuidos a los cuatro
vientos por todas las oficinas de la Nacion. En una palabra,
nadie tiene en su poder título traslativo de dominio, que pase
de mano en lUano, para justificar que es acreedor del Tesoro
público. Lo que el Gobierno inglés concede !lo sus acreedores es
una g-ran oficina, admirablemente organizada, bajo la garantía
del Banco de Inglaterra, para el reconocimiento i administracion de la deuda.
No hai pues ernision propiamente dicha, porque no se espiden vales. Los acreedores tienen en aquella oficina su cajero i
su teneclar•.de libros, i la venta a cesian de sus derechos se verifica por meclio de simples traspasos en los libros de la cuenta.
Aquel sistema es el único admisible vara el manejo de la deuda.
pública de una nacían: ei que aqUl se prosigue, deja de ser
absurdo para ser hrutal. ~Cómo puede admitirse siquiera la
posibilidad de que haya úrden en la administracion de una
deuda, que se amortiza en todas las oficinas ùe recaudacion ide
pago de la República ~ No habiendo un responsable único, ni
una cuenta jeneral, porque no puede babcrla, ninguna ofiainll.
sabe aquí la que debe la Nacion, sino por '(JW,l'¿cia o cálculo8 aproximados; i por la mismo, ningun funcionario público
está en capa.cidad de prevenir ni descubrir los innumerables
fraudes que pueden cometerse.
V(:amas ahora cómo pasan las cosas en el departamento
del Banco de Iuglaterra. consagrado al manejo de la deuda
nacional.
RECONOCIMIE~1'O.
Hai una oficina encargada de llevar la cuenta jeneral,
el Stocl~ Office, (lue pudiéramos llamar Direccion del Orédito
nacional.
Supo/lJ:llnos que se contrata un empréstito. Eleajero principal del Rauco recibe de quien corresponde la lista de 108
suscritorcfl para cobrar los instalamcnt08, i despues de paga.dos
22
TEORíA.
ni:
LOS BANCOS.
entrega a cada accionista un certificado provisional, Scrip ee1'.
t'ificate, con espresion de la suma pagada, nombre, residencia i
calidad del suseritor. El prestamista lleva en seguida el eerti6.eado a la oficina de reconocimiento, Stock Office, i allí lo deja
para que se rejistre en un libro ausilial', Scrip Book, de donde
pasa a los libros formales de la cuenta, Diario i Mayor. Con.
cluida esta operacion, es decir, una vez que el acreeùor tiene
cuenta abierta en el gran libro de la deuda pública, puede negociar su crédito en el mercado, con mas facilidad que si tuviera
en Sil poder un vale de deuda pública al portador; porque puede
vender la suma que quiera, hasta 6 peniques, sin gasto adicional de ninguna clase, sujetándose a las formalidades siguientes:
La venta debe hacerse por conducto de un corredor. El corredor que ha vendido en nombre de A £ 1,000 de cierta clase
de deuda, por ejemplo, consolidados del 3, la haec saber al
Stock Officepor medio de una nota llamada tmnsfer-tícket, boleta o billete de cesion, en la cual solicita o previene que se
trasfieran £ 1,000 de la cuenta. de A a la cuenta de B. El aviso
o boleta de cesion, el trawfer-ticlcet, se rejistra en un libro
ausiliar llamado tmnJer-book, libro de traspasos, compuesto de
modelos en blanco impresos conforme a los actos del parlamento,
una vez que el dependiente encargado de atender~ las transacciones de las cuentas que principian con la letra A, se ha
cerciorado de que A es poseedor dl;'la suma que desea vender. El
mismo corredor, el que hace la venta, debe preparar el recibo
o documento de la transaccion, stock-receipt, arreglado a lo,.;
modelos impresos que suministra la oficina, para que sea firmado en presencia de ella por el vendedor mismo o por su apode.
rado, úntea de hacer el traspaso formal en los libros de la
cuenta. Se exije tambien que uno u otro firmen la partida del
libro ausiliar, transfer-book, donde se rejistró el transjer-t,wket.'
Todas estas formalidades son necesarias, porque el Banco es
responsable de todo error que se cometa en las tran<>aceiones,i
de cualquier fraude con que se obtenga un traspaso. El error
de cuenta, la falsificacion a el fra~de con que se haya obtenido
un falso crédit{l en la cuenta de e, no es reversible ni persegui.
ble por el Banco sino en la cuenta de e; pero el Banco responde
directamente a. B, en cuyo perjuicio se baya obtenido, i no
puede contradecir ni oponerse a la cesion que de esos mismos
derechos obtenidos fraudulentamente haga e a favor de D.
Las boletas de cesion, los transfer-tickets úntes mencionados,
i que se coosideran como el fundamento de las transacciones en
deuda. pública., lOBconserva el Banco en un lugar destinado es.
pecialmente para ellos, i mui sepa.ra.do, por precaueion, de los
departamentos del Stoelt-Office. Sí acaeciese, pues, que por
cualquier accidente ee destruyeran o perdieran los libroB de
23
TEORiA DE LOS BANCOS.
esta oficina, las boletas de cesion o transfer-tickets habilitarian
al Banco para formar nuevos lib~os.. La ob.ra presupondria S~ll
duda una suma inmensa de trabajo 1 de cUIdado; pero podrm
hacerse fácilmente, ayudada por los libros semestrales sobre
pago de di...-idendos,de los cuales se envia copia al Gobierno.
PAGO DE LOS DIVIDENDOS.
Los dividendos de las (liversas clases de la deuda consolidaùa
inglesa se pagan por semestres, los unos en enero i julio, los
otros en abril i octubre. Cinco semanas ántes del vencimiento
de un dividendo, los libros de la respectiva deuda quedan cerrados, para los efectos jenerales de hacer traspasos i cambiar de
propietario, con el objeto de que puedan prepararse los libros
del dividendo i las órdenes de pago.
Los lloros del dividendo se componen de grandes pliegos,
n.rreglados por órden alfabético i rayados con cinco columnas
para cOlltener : el nombre del acreedor; el capital de la. porcioll
de deuda que está en su nombre; el interes bruto que le corresponde; la.suma. a deducir por impuesto directo; i el interes
neto que debe recibir. Suma.dos los libros para. saber si el total
de las columnas corresponde esactamente con las sumas conocidas del importe capiÚtl de la deuda, del dividendo i del impuesto, el Srock-Office los pasa, junto con laB respectivas órde.
nes de pago, a otra oficiua llamada Dividend Rooms, salas del
dividendo, para. que sean entregadas nominalmente a cada
acreedor.
SALAS DEL DIVIDENDO.
L:LSforma.lida.des para entregar las ódenes de pago a Io~
interesados, una vez indentificada la persona del reclamante,
w reducen a hacerlo firmar a la mát:ien del libro de dividendos, frente a su Dombre: se le exije igualmente que firme la
6rden misma que se le entrega, i esta última. firma se hace au·
tenticar por la de uno de los emplea.dos de la oficina, el que atieude a. la seccion que le corresponde.
Las órdenes de pago se libran contra una oficina especial
d.el departamento de descuento, llamada Dividend Pay Oifke,
de la cual se hablará en su lugar.
OFICINA DE VERIFICACION,
"CIIEQUE
OFFICE."
LaB órdenes de pago, warrants, se remiten a eata oficina
24
TEORÍA. DE LOS BANCOS.
dia por dia, a medida que son cubiertas, para que Jas anote en
ltn rejistro que corresponde por órden numérico con la n~meracion de las 6rdenes. Los números del rejistro que vau que.dando en blanco, o c~>ntraJos cuales no se han hecho anotaciones, representan naturalmente las órdenes que no han Bido
sacadas de Ja oficina del dividendo, o sacadas i no presentadas
para ser cubiertas en la oficina de pago, lo cual se sabe ocurriendo a la 06cinadel dividendo para completar el Rejistro.
Al fin de cada año fiscal, es decir, despues del p~go del 2.
:1ividendo, las órdenes de pago de cada deuda se envian, junto
con una copia del Rejistro, al Andit Office en Smru!1'set House,
El número de órdenes, waT1'ants, varia de 500 a 540 mil.
Tambien se manda a la misma oficina un duplicado del libro
del dividendo.
Es pues física, por no decir metafísicamente imposible, que
lleguen a desaparecer, ni en caso de incendio, ni en caso de
robo, las pruebas materiales,
sean los testimonios e.critos
sobre IOil cuales reposa la fe de la deuda pública. He aquí en
efecto la serie de documentos relaciopados, pero independientes i separados materialmente unos de otros, que pueden suministrar los datos necesarios para reconstituir los libros de la
deuda i poner a salvo 10.i derechos de los tenedores:
1.° Las listas orijinales de lC)ssuscritores de cada empréstito que reposan en la oficina del cajero principal;
2.0 Los certificados provisionaJe8, Scrip-Certificates,
que
espide el mismo cajero;
3.° El libro ausiliar Scrip-Book, del Stock-O.iJ'we en que se
copian los &rrip-Certiji.cates;
4.0 Los libros Diario i Mayor de la cuenta;
5.0 Las boletas de cesion de cada traspaso espedidas por los
corredores, Trans/er-Tickets;
.
6.° El libro ausilial', Trans/er-Book donde se copian los
Transfer-Tickets ;
7.° Los recibos o documentos de cada traspaso otorgados
por el vendedor, Stock-Receipts;
8.0 Los libros del Dividendo, Dividend-Books;
9.° Las órdenes de pago, waT1'ants;
10. El libro ausiliar o rejistro de los Wa1'rants del Cheque0
°
Office j L
. d
...
d
I A d't Oln; .
11. a copla e este reJlstro enVIa a a
u ~ - JJ£ce en
SO?ne?'set-House;
12. La copia del libro del Dividendo enviada a la misma.
oficina.
Adernas de las oficinas fiscales que acabl\mos de describir,
el Gobierno ha establecido otras, civiles o curiales en el mismo
départamento del Banco, encargado del tnanejo de la deuda
TEORÍA
pÚblica, para
saber:
OFICIO
resguarJo
DE NOTARIO
DB LOS BANCOS.
de los derechos
PARA PODERES,
de los acreedores,
LLAMADO"
ATTORNEY-OFFICE.'
POWER
a
OF
,
Como el Banco es responsable de cualquier fraude con que
se obtenga un falso crédito en los libros de la cuenta, exijo que
los paJe res para vender. ceder a traspasar i para recibir di videndos, se otorguen ante un Notario especial, creado para este
solo efecto en las oficinas del Banco; i ¡;inembargo, apesar de
todas las precauciones que se toman en la preparacion i en el
exámen de estos documentos,
es imposible evitar equivocacio.
nes, i el Banco ba incurrido algunas veces en pérdidas de mucha.
consideraciou.
El número Je poderes otorgados en la oficina
asciende a cerca de 30,000 por año.
OFICINA
DE REJISTllO,
"REGISTER
OFFICE."
Tiene por objeto recibir, sust¡¡.nciar a legalizar las declaraciones de Ilefuncion, t.estada a in testada, de los tenedores de
deuda pública, para hacer Clue se annlen la cuenta a cuentas
del difunto en los libros del Banco, i que sean reempbza.das
por las de la.s personas, sus hereùeros a acreedores, a quienes
se declare con derecho a tal propiedad.
Mas de 4,000 de l::stos
espedien tes se sustancian anualmente
en la. otieina.
OFICINA
DE
DEUDA
I DIVIDIŒDOS
CLAIMED
DIVIDEND
KO RECLAMADOS .••
UK-
OFE'ICE."
Se ha. instituido e¡;ta oficina para sustanciar las causas Je las
perf'onrls que por cualquier
circunstancia,
muerte, ausencia,
ignorancia a de>lcuido dejan sin reclamar su cilpital a sus dividendos. Cuaudo una suma ha permanecido abandonada durante
diez ll.llOS, se trafitiere a la. cuenta de los" ComiEarios para ln.
reduccion de ln, deuda nacional,"
pero los interefiados pueden
en cualquier tiempo reclamada,
i si prueban su derecbo, las
sumas trasferida.s vuelven a pasar a sus respectivas cuentas.
ARCIIIVO
DE LA DEUDA
NACIONAL.
"STOCK
OFFICE
LIBRARY."
El archivo de esta oficina contiene todos los libros de la
cucnta, Diarios i Mayores, los ausiliares, libros de dividcndos,
TEORÍA Di: LOS BANCOS.
poderes i numerosísimos otros documentos, desde el estableci.
miento del Banco en 1694. Se encuentran allí las cuentas oriji.
nales de la distribucion de las acciones del Banco en aquel
remoto período, i la historia documentada de las diversas deudas
contratadas por el Gobierno basta nuestros dias. Hai más de
100,000 volúmenes a cargo de un bibliotecario especial, i tan
ordenada i sistem~ticamente arreglados, que cualquier dato
puede obtenerse con la mayor facilidad, casi instantáneamente.
No es aventurado decir que Jos títulos de todos los que hayan
sido tenedores de deuda pública, pueden verificarse eon más
prontitud i más satisfactoriamente que. los de cualquiera otra
propiedad.
NOTICIAS VARIAS RELATIVAS
A ESTE DEPARTAMENTO.
La administracion del departamento de la deuda nacional
ocupa un personal de 400 empleados con un cuerpo de 50 super.
numerarios en la época del pll.go de Jos dividendos, i hai cons.
tantemente en uso más de 1,700 libros. El Banco recibe por
remuneracion de este servicio u.na·comision de £, 300 por millon
sobre los primeros 600 millones del capital de la deuda, i £, 150
por cada uno de los millones restantes, o sean £ 200,000 por sfio.
Pero como tiene que pagar al Gobierno £ 120,000 por el privi.
lejio de emitir billet,es, i £, 68,000 por la esencion del impuesto
ùe sello o timbre sobre los mismos, sus respectivos créditos que.
dan casi compensados.
El número de cuentas en que se subdi vide la propiedad de
la deuda pública, varía de 250 a 270 mil por año.
Se necesita la edncacion peculiar, i la. práctica del hombre
de negocios, pa.ra. comprender de una sola mira.da la enorme
suma de trabajo que representan los resultados i las operaciones
que hemos descrito. El número de traspasos o cesiones, por
ejemplo, llega a 176,000 en el curso del año, que representan
352,000 alteraciones en los libros de la cuenta. I este es un solo
ejemplo de los muchos que suministra la obra de este inmenso
departamento. No es el menor de ellos la formacion de los
libros del dividendo, en que hai- que arreglar cada una de las
270,000 cuenta.s, de manera que formen reunida.s el total cono.
cido del capital de Iii. deuda, importe del dividendo, i del impuesto directo; porque un solo error en cualquiera de esta.s
operaciones, lo arroja sobre el resultado jeneral, i exije un trabajo de verificacion superior en muchos casos al que se ha empleado en formar los libros.
I a/unque los dividendos se vencen unos sobre otros, siempre
.se ba encontrado que este complicadísimo aparato funciona Con
27
TEORÍA DE LOS BANCOS.
la. mayar perfeccian. Llegado el dia del pago, los tenedores
ocurren por su dinero, sin la. menor sombra de duda, ni respecta
de las operaciones del Banco, ni de la buena. fe del Estado para
con sus acreedores.
Crea que ningun otro pais del mundo civilizado ofrece un
ejemplo tan brillante de integridad nacional por una parte, i
de perfecta, ilimitada confianza. por otra, como el que presentan
Jas relaciones monetarias del Gabierno i nel pueblo inglés, en la
administracion de una deuda de £ 800,000,000, que no hemas
intentada describir sino mui superficialmente en las pá.jinas
que preceden.
El Dlimero de cuentas i el de trapasos verificadas en las operaciones de la deuda pública ha sido, en lo.scuatro períodos de.
cenales, el siguiente:
Traspa!ol,
Alios.
Cueutae.
1839
201,190 .....•..........
1849 ....•............
190,912
279,584
277 ,506
1859
171,881.
269,304
1865
162,187
245,973
CAPITAL DE LA DEUDA CONSOLIDADA.
1839
1849
1859
1865
£ 767.469,210
759.487,036
780.363,509
708.321,095
CAPITULO IV.
Departameto
de emision.
Habiendo esplícado estensamente en el capítulo 2.° las
funciones de este departamento, reducidas en el mecanismo
económico del Banco à trasferir al departamento de descuento
hasta 15 millones de notas, en cambio de la garantía de una
suma igual representada en la deuda del Gobierno i en otras
seguridades; a entregar notas al que las pida en cambio de
oro, al precio de £ 3-17-9 por onza de 22 quilates, i a redi.
mir las notas emitidas en el acto de su presentacion, por mo.
neda de oro i plata, lo demas de la organizacion material del
departamento, rela.tivo a los arreglos de pura i simple tene.
duría de libros para llevar con esactitud la cuenta de la emi.
sion, si bien es mui interesante para el estudio de un depen.
diente, presenta, por la magnitud i la complicacion de su
cuenta, poca cosa aprovechable que importar en nuestro pais.
No es por falta. de tenedores. de libros por partidn. doble,
pues los tenemos tan entendidos ltan espertos calDolos mejo.
res de Europa, que nuestro Tesoro carece de dinero i nuestro
Gobierno de crédito. No puede haber buena cuenta, es decir,
cuenta clara, donde bai confusion en las ideas, i por consiguiente en los negocios: por eso, aunque nuestros tenedores
de lihros son escelentes, los balances de nuestras oficinas de
Hacienda son íninteliiibles.
Creo pues inútil pèrder el tiempo en hacer esplicaciones
detalladas sobre la manera. como se lleva la cuenta de este
departamento, que por otra. parte no se comprenderian sin la
prlÍ,ctica; i me limitaré Únicamente a describir las operaciones
que puedan lSerconductoras de alguna idea.
El Banco gasta anualmente cerca. Je 213,000 resmas de
papel de It 5UO pliegos en la preparaeion Je sus notas, Los
grabados CJuese emplean en las marcas de agua, water marek,
i las planchas para estampar las nota...<;,
se fabrican dentro del
edificio del Banco; i las operaciones se ejecutan bajo la viji.
lancia colectiva del impresor en jefe, del injeniero en jefe, del
cajero principal i de uno de los comitós de la Corte de Directores. La impresion i grabado de las notas se divide en dos
tiempos: el prim-ero lo comprende todo, ménos el número i
la fecha. Despues de esta primera operacion, las notas se entregan al cajero principal, quien desde ese lliomento es res.
ponsahle de su custodia. La segunda operacion de fecharlas,
numerarlas i firmarlas, DO se hace sino a medida que se ne.
cesitan para pasarIas al departamento de emisioD, el único,
TF,ORÜ DE l,OS B.\NCO~.
como se ha diello, que puede ponedas orijinariamcnte
en eirculacion.
Hemo!'; dicho ya repetidas veces que son dos los caminos
que dan salida a las notas. Eu primer lugar, todo 01 mundo
puede pedirlas en cmnLio de oro amonedado
a en barras, al .~
precio de £ 3-17-[) por onza; en ~cgundo Ingar, todo el que
tiene cuenta corriente en el Banco, jim a cargo del departa~ento de descuento, i es cubierto en notas a en oro a su elcc·
CIOn.
A toda nota emitida se da entrada individualmente
en los
libros del departamento
de emision, i cuando la nota vu~lve
para sef pagada, se anula su crédito por una especie de contrapartida sentada al frente, con la fecha en que ha sido cubierta. De esta manera, balanceados
los libros todos los dias,
el Banco conoce esactamente
no solo el valor total de las
notas en circulacion, sino su número, serie i fecha. Adamas,
la cuenta del cajero principal
señala diariamente
la cantidad
do notas redimidas por el Banco, i la cn.ntidad de las que ban
sido dadas en pago. El Contador jeneral lleva uua cuenta
análoga, en abstracto, de las notas cambiadas por oro, i oro
cambiado por notas, i de las notas pagadas a recibidas en las
oücinas de descuento, i estas dos cuentas deben convenir entre
sí i con las cuentas reuuidas de ámbos departamentos.
Las notas recibidas se anulan inmediatamente,
rasgando
la esquina que lleva la firma del cajero i perforando el lugar
que ocupa la suma en el ángulo superior de la izquierda. Una
voz canceladas .i anotadas en los libros del Contador, se sepa_
ran por séries i fechas i se arreglan
por órden numérico en
paquetes de 300 a 1,500. A cada nota se estampa ademas una
marca sellada sobre el reverso, indicando el folio del rejistro
a que corresponde,
de modo que un dependiente puede en
pocos momentos averiguar
quién la presentó i cuando fué
pagada, pues el portador de una nota está obligado a t'8cribir
en ella su nombre i su domicilio. Las notas canceladas se depo_
sitan en el archivo del Contador en cajas de zinc que contienen
de 3 a 6,000 paquetes de 1,000 notas cada uno, i se conservan
allí por 10 años, al cabo de 108 cuales se incineran en presen_
cia de un comité de la Corte de Directores.
- El número de notas presentadas
diariamente
al Banco
para su pago varia de 30 a 61 mil, dando un término medio
de 45,000 por dia. En el archivo del Contador hai 16 mil
cajas, i el número do notas canceladas que contienen asciende
jenemlmente
a la enorme i cagi increible suma de 90 millo_
nes; i cualquiera de ellas puedo verificarse en cuatro o cinco
minutos, con tal que el-que lo necesite indique el número, la
fecha i la serie de la. nota.
30
TllIOBÍA
n.
LOi BANCOS,
Hai 30 personas empleadas en la fabricacion e impresion
de las notas, de las cuales 24 son, por principio, muchachos
que no pasan de doce años.
Hai 15 empleados que atienden al cambio de notas por oro
i oro por notas, i tres tesoreros encarga.dos de la custodia. d~
las notas que están en depósito para ser emitidas.
El personal de la oficina del Contador, empleado en rejis.
trar, arreglar i perforar las notas canceladas, llega a 125,
incluyendo 15 inspectores, dedicados esclusivamente a examinar las notas para dar aviso en el caso de que llegue a descubrirse alguna falsificacion.
Otra oticina dd Banco que está en relacion directa Con el
departamento de emision, es la de los sótanos en que se guaro
da el otO i la plata en barras, Bullion Office: porque, como
tantas Teces hemos dicho, aquel departamento está obligado a
comprar oro al precio de £ 3-17-9 por onza de 22 quilates.
El Banco envia sus b~ras, a medida que lo necesita, a la Casa
tIe moneùa, donde obticne .£ 3-17-10t por onza, diferencia.
que puede considerarse como el pago de una comision.
El Banco permite a los particulares hacer uso de sus sÚtll..
DOS para guard!l-r en depósito metales
i piedras preciosas u
otros efectos de valor, pagando un derecho iusignificant~ por
el uso de las escalas i prensas de empaque, o por comision de
cobro del flete de las barras. Los sótanos están divididos en
dos compartimientos, uno para el oro i otro para la plata.
Para el recibo del oro amonedado bai una oficina especial
llamada Gold Weigh:ing Room, cuarto de pesar 01'0. La
operacion se verifica en doce máquinas inventadas por M.
Cotton, antiguo Gobernador del Banco; las unas calculadas
para pesar soberanos, i las otras medial! sobel'anos. Cargadas
las máquinas con soberanos i medios soberanos, ellas mismas
van separando las monedas febles, de las que tienen el peso
legal, a razon de 2,000 piezas por hora. Por este procedi.
miento se contaron i pesaron en el año de 1866 £ 20.000,000
en oro, compuestos de 22 millones de piezas, haciendo un
término medio de 68,000 piezas por dia. Los aparatos se malltienen en movimiento por medio de un motor atmosférico
puesto en relacion con las máquinas de vapor.
El Banco estima en £ 100,000 el beneficio amml neto que
le reporta el privilejio esclusivo de emitir notas. Este beneficio está reducido al interes del capital de 15 millones de
libras que se le permite emitir sobre la garantía de la deuda
del Gobierno, deducidas las siguientes cantidades:
£ 120,000 por el privilejio; £ 60,000 por la esencion del
impuesto de timbre; i £ 175,000 por gastos de personal i ma.terial del departamento.
CAPITULO V.
Departamento
de jiro i descuento.
Remos llegado por fin a.la. parte del establecimiento que
comprende las operaciones del comercio de banco propiamen
te dicho. El departamento de la deuda nacional no eBen rigor
sino la. oficina del Crédito público del Gobierno inglés, i el
de emision, annque de grande i trascendental importancia por
el privilejio, no la es con relacioD a los negocios, pnes acaba.
mas de 'ler que del capital de crédito que la lei le concede,
solo deriva la Compañía la insignificante suma de £ 100,000
o
an w~les.
Entremos pueHen las oficinas donde se transan los negocios
ordinarios del Banco, como banqueros particulares, en su cali.
dad de banqueros de Lóndres, recibiendo depósitos, abrieodo
cueuta.'3 corrientes, descontando pagarés i letras de cambio,
&c. &c. De estas oficinas las mas importantes son:
OFICINA DE DESCUENTO, "DISCOUNT
OFFICE."
El Banco emplea una suma mui considerable de sus depÓ'
sitos en descontar efectos de comercio, pagarés í letras de
cambio, considerados como el medio mas seguro de negociar
Call dinero a la 6rden. Si la suma que se emplea se mantuvie.
se siempre en la proporcion de i a t con la suma de los depósitos, siendo el plazo mas largo de Ins letras 90 dias, i el térmi.
no medio G8, es cbro que la suma que entrara. al Banco cou
los pagarés que vencen' diariamente, bastaria para mantener
un equilibrio mui satisfactorio en esta parte de la caja; pero
DO es siempre fúcil conservar el descuento
dentro de estos
límites, porque los banqueros, i el comercio en jeneral, estáu
habituados a contar, coUla si se les debiera do derecho, con el
crédito del Banco para que les abra sus cofres en el momento
en que un pedido estraordínario de fondos viene a refluir
sobre ellos.
Toda persona ql1e se encuentre a la cabcza de ncgocios
respetables en Lóndres, puede abrirse en el Banco la que se
llama una cuenta de descuento, discount account, con tal que
sea introducido por alguno de los directores a que sea prescntaùo al Gob~rnador con las referencias de estilo; i una vez
32
TEORÍA DE LOS BA1!WOS.
abierta su cuenta se admitirán al descuento sus letras o pagarés, sujetos sin embargo a la calificacion que de ellos haga, así
por la calidad comp por la suma que se conceda, el comité de
directores en servicio diario.
La oficina de deiOcuento·no es una oficina de caja en que
se lleven cuent::>.scorrientes. Si hemos dicho que allí se abre
una cuenta de descuento, es simplemente por conformarnos
a ho espresion consagrada por los hombres del oficio, para
significar que se honra la firma de un individuo; pero ella
no es la encargada de recaudar los efectos, ni siq\1Íera.de
prèsentarlos para. su cobro al vencimiento. Sus funciones se
reducen a entenderse con los particulares para notificarles
si han sido admitidos o rechazados los efectos ofrecidos al
descuento.
OFICINA DE LETRAS A COBRAR "BILL OFFICE."
Todas las letras, pagarés i ~heques contra otros banqueros,
entregados por los que tienen cuenta corriente en el Banco,
o pertenecientes al Banco por haberlos descontado, pasan a
esta oficina para que los custodie, cuide de presentarlos opor.
tunamente a su vencimiento, recaudarlos o hacerlos protestar.
Hai 32 corredores empleados en esta operacion. La ciudad
está dividida con respecto a la oficina en dos circÚitos de re.
ca.udacion, llamados, el circûito esterior " Out Walk" i el
circúito interior" City Walk." En el primero, que comprende
toda la parto occidental de la. ciuda.d i los suburbios, solo hai
dos colectns dia.rias; a las 9 de la maña.na. i al medio dia. En
el segundo, las hai hora por hora, hasta las 3 de la tarde.
Cnstódianse tambien en esta oficina todos los documentos
que se depositan en garantía de las cnentas corrientes, i si los
papeles depositados, vales de deuda pública estranjera, acciones de caminos de hierro, &c, tuvieran dividendos que cobrar,
ella se encarga de recaudarlos a su vencimiento.
OFICINA DE JIRO l'ARA CUENTAS PARTICULARES.
"PRIVATE
DRAWING-OFFICE."
Está consagrada, para la. mayor comodidad i conveniencia
del público, al manejo de las cuentas corrientes eon particulares, es decir, a pagar i recibir en cuenta corriente con par.
ticulares,
Toda persona puede abrirse una cuenta corriente en el
TEORÍA
DE LOS DANCOS.
33
Banco si fuere respetablemente introducida, con la única con
dicion de que Sil cuenta se considere provechoso. o remunera.
tiva. No hai sobre el particular reglas determinadas j pero por
punto jeneral una cuenta DOse considera remunerativa, si el
!ialdo permanente sin emplear, tomado al interes corriente del
dinero, no deja a favor del Banco un beneficio de 6 peniques
por cada cheque que jire el parroquiano. Por ejemplo: para
que la cuenta de un individuo que no deja un saldo mayor de
£ 400 se considere provechosa, es preciso que este individuo
no jire en el curso del año más de 480 cheques, que a 6 peniqlles hacen £ 12, interes al 3 por 100 de las £ 400. Si este
mismo individuo usara. de su cuenta jirando 1,000 cheques por
año, creemos que el jefe del departamento le baria saber sin
.demora que su cuenta no podia continuar.
Por una escepcion se permite mantener algunas cuentas sin
necesidad de que se deje sin emplear un saldo remunerativo.
En este caso se carga una comisioDproporcional al trabajo que
da la cuenta. Pero la repetimos, es una. rara escepcion al prin.
cipio jeneral.
Como Banco de depósito, el Banco ofrece todas las ventajas
posibles a sus parroquianos: él se encarga de comprar, de
vender, a de custodiar en depósito para cobrar los intereses, los
documentos de crédito a efectos de comercio que se le designen
a encomienden, i de remesar fondos a casi todas las plazas del
mundo.
A nadie le es permitido esceder su cuenta, haciéndose a
los cajeros responsables por el pago de cheques falsos i por las
sumas con que se esceda una cuenta. Para facilitar las operaciones, el mostrador de la sala está dividido por secciones en
órden alfabético, i los libros se mantienen constantemente al
alcance de los dependientes, para que puedan cerciorarse,
ántes de pagar un cheque, si el saldo de la cuenta lo permite.
Todos los oanqueros de Lóndes mantienen una cuenta corriente en el Banco de Inglaterra, cou el objeto de facilitar el
inmenso cambio diario de sus jiros recíprocos, que vieneu a
fundirse en un centro comun. La operacion de compensacion
i de traspaso eu las cuentas, es demasiado elemental para que
haya necesidad de esplícarla por medio de un ejemplo. El mostrador de la oficina tiene un departamento reservado esclusivamente para las cuentas de los banqueros, i como casi todos
ellos han consentido, desde 1856, en secundar las miras del
Banco, reuniéndose al ClearingHouse, o Casa de compensacioD,
de que hablamos en el capítulo 1,° la suma de cam_
bios que se ajusta. por medio de estas operaciones de pura i
simple teneduría de libros, sin emplear para ello uua sola. moneda. ni Ulla Bola nota de banco, es verdaderamente prodijiosa.
3
34
'l'EORÍA DE LOS BANCOS.
Los jiros compensados en el Clearing Howe, ascendieron en
1866 a cuatro 'mit quinúnto8 ochenta i ocho millonea de librall.
OFICINA DE JIRO PARA. CUENTAS PÚBLICAS.
Sns funciones son esactamente las mismas qne las de la
oficina de jiros en cuenta particular, pero reducidas, para facilitar el trab~io, al manejo de las cuenta.'l con el Gobierno o
con ~ grandes compañías de trahajos públicos. No hai nino
gnna diferenci~ práctica entre el dinero pagado o recibido por
cuenta del Gobierno, o por cuenta de un particular: todas las
entradas se acreditan a la cuenta jeneral de depósitos, i todos
los pagos se cargan Il su débito. Hai 109 dependientes empleados en las dOBoficinas i 221libros en constante uso.
OFICINA DE LETRAS DE BANCO, "BANK
POST DILL."
U no de los huenos negocios del Banco, de ganancia sólida
,i segura, aunque no figure por una suma roui importante, es el
que sa hace en esta oneiDa. El Banco jira letras sobre sí mismo, por toJa clase da sumas, hasta por 6 peniques, a 7 i 60
dias de la facha, haciéndose pagar su importe de contado. Estas
letras tienen un gran pedido, porque de ellas se usa COIllO del
medio mas eC9nómico i conveniente de hacer una remesa. i A
qué pa.rte del mundo civilizado no podrá enviarse como dinero
una. tetra ya aceptada 60bre ~l Banco de Inglaterra? &ta operacion permite al Banco disponer de un balance constante de
;£ 500,OQO, que se emplea libremente en el descuento, cuyo
intores, daducidos los gastos de la oficina, es el beneficio neto
del jiro.
JÍranse por término medio 110,000 letras anuales: por
'o'alor de 6 a 8 millones de libras.
OFICINA PARA
EL PAGO DE LOS DIVIDENDOS, "DIVIDEND
PAY OFFICE."
Hemos hablado ya estensamente de ella. en el capítulo 4•.0
tratando de la organizacion del Departamento de la deuda
nacional. Sus funciones están reducidas ti. pagar los intereses
semestrales de la deuda, sobre las 6rdenes, 'toorrants, que jira
el Stock Office. Su tra.bajo es insignificante en el resto del ailo,
pero es mui considerable en los meSes en que vence el divi_
35
TEORÍA DE LOS DANC08.
dendo: entónces hai hasta 88 dependientes empleados en la
oficina, pues llegan muchas veces a 5,000 las órdenes separadas que hai que cubrir en el curso del dia.
OFIcmA
DE I.O CO~TENCIOSO, "CHANCERY
EXCHEQUER OFFICE."
AND
Fundada en el principio de facilitar el trabajo por medio
de la separacion de ocupaciones, tiene por objeto conocer i
llevar las cuentas de las per¡;;onas cuyos fondos en el Banco
han caido bajo la jurisdiccion de los tribunales, i de las
muchas cuentas en que frecuentemente se subdividen los
fondos contenciosos por órden de la. Corte en cancillería. Los
pagos sobre estas cuentas se verifican por medio de las orde.
nes que jira el liquidador de la Corte, las cuales examina i
visa esta oficina, ántes de ser cubiertas: muchas veces llegan
a 700 por dill..
OBSERVACIONES JENERAL"ES RELATIVAS A ESTE
DEP ARTA:ME~l'O.
Hemos visto la importancia de los negocios que cursan
por las oficinas de jiro i de descuento del Banco de Inglaterra;
i sinembargo, para formarse una idea aproximada del movimiento comercial de Lúndres, es conveniente saber que las
transacciones a que sirven de centro los otros bancos son
€n su conjunto mucho mas valiosas. Los depósitos de todas
clases, públicos iprivados, en el Danco de Inglaterra, rara "Vez
€sceùen de 20 millones, en tanto que los que ~uardan los
bancos por acciones solamente, Joint Stock Banks, llegan a
44 millones, fuera de las sumas depositadas en mas de cincuen.
ta bancos particulares, algunos de los cuales conducen negocios de mucha consideracion.
Son vários los cálculos que se han hecho para averiguar
la suma de dinero que circula en el Reino Unido. Respecto
del papel moneda o notas de banco, su cifra puede fijarse con
toda esactitud, como que solo pueden ser emitidas por el Banco
de Inglaterra i por los pocos bancos que en 6 de mayo de 1844
estaban en posesion de ,ese privilejio, los cuales no pueden esceder la sUIlla que entonces se fijó como el término
medio ùo la circulacion de sus billetes. Conforme a las cuen.
tas publicadas, la suma en circulacion de billetes al portador
o notas de banco no escedia en 30 de junio de 1866 de £
39.487,000 así:
36
RORÍA
DE LOB BANCOS.
Banco de Inglaterra ...••••••••..................
Otros ba.ncos
,
£ 24.800,000
14.681,000
Total..
£ 39.487,000
Pero no es fácil obtener los mismos datos respecto de la
moneda metálica. En una esposicion del Gobernador del Banco ante un Comité de la Cámara. de los Comunes, leemos que
en su concepto la suma de oro amonedado era de 40 a 50
millones de libras; pero Mr. Miller, uno de los oficiales supe.
riores del Banco, persona mui competente i que ha estudiado
con mucho cuidado este asunto de la circulo.cion del pais,
piensa que no hai mónos de 80 millones de oro i 12 millones de
plata. Sea. de esto lo qùe quiera, la verdad importante para el
estudio que hacemos es, que sin el intermediario de los bancos,
por lo ménos se necesitaria una suma cuatro veces mayor
para suplir, i mui imperfectamente, a. las necesidades de la
oircula.cion del paii.
CAPITULO VI.
Sucursales.
Hai diez en los condados i una en Lóndree, inn completamente subordinadas al establecimiento principal, que pueden
considerarse Con toda propiedad como una prolongacion de 1M
oficinas del departamento de descuento, pues su organizacion
no difiere en nada de la que ya conocemos; i todas cllas cstán
autorizada.s para transar los mismos negocios que hacen la!!
oficinas del Bcmking Department en Lóndres : recibir depósito!!
en cuenta corriente i cobrar, pagar i trasmitir fondos al lugar
que se les designe; descontar pagarés i letras de cambio; jirar
letras sobre sí mismas a 7 o 60 dias vista; i poner en circulacion, pagando con ellas, las notas que les remita para sus negocios el banco de Lóndres. Las notas emitidas por una sucursal
no son exijibles en dinero sino en la oficiua de que proceden,
o en el departamento de emision en Lóndres. Las sucursalcl!I
debe u balancear sus cuent,as dia por dia, i enviar el balance
todas las noches por el correo a la oficina de Lóndres. Uno de
los servicios mas importantes que prestan las sucursales es el
de la recaudacion de las rentas i contribuciones del Estado,
que enteran dia por dia los colectores en las cabeceras de lo!!
circúitos de recibo, a los dependientes que la oficina envia. con
tal objeto.
Si hemos pues consagrado un capítulo a tratar de esta materia, no es por que la exija. su estensioD, sino porque lo exija
el método. Kada nuevo tenemos que agregar en esta. parte
del libro que no esté ya dicho en el capítulo precedente. En
Buma, no hai otra diferencia. entre una. sucur6al i una de las
oficinas de depósito, jira i descuento del Banking IJepartament,
sino que no están bajo el mismo techo.
e AP I 'rULO VII.
Administracion
superior dcl Banco.
El gobierno superior de la Compañía reside en dos gober.
nadores i en veinticuatro directores, elejidos anualmente por
los propietarios; i estos funcionarios reunidos toman colectivamente el nombre de "Corte de Directores. "
Como el Banco de Inglaterra en su calidad de corporacion
está sometido a la lei comnn que reglamenta las Compañías
anónimas, su administracion no difiere en el fondo de la de los
otros bancos, i por lo mismo es inútil'para el fin que nos proponemos, entrar en la esposicion de detalles que pueden conl.mltarse en el texto de la lei i en los estatutos de cualquier
compañía regularmente administrada.
Aunque tocan naturalmente al gobernador todas las funcio.
nes ejecutivas propias de la administracion regular de los ne:~ociosi del órden económico del establecimiento, para cumplir
1 cuida.r de que tooos los funciona.rios al servicio de la Compañía c'umplan puntualmente sus deberes; sinembargo, el gobierno del Banco no sigue estrictamente el principio de la division
de los pederes, i la Corte misma se divide en comités ejecutivos para el despacho de los negocios: estos comités se
llaman:
Del Tesoro ;
Del servicio diario ;
De lo contencioso en negocios ch'iles i criminales, i del manejo de las sucursales;
De lo interior i del servicio económico i doméstico del
establecimiento ;
De la inspeccion de las oficinas del contador jenera.l; i
De igual clase para las oficinas del cajero.
El comité del tesoro se compone de los dos gobernadores i
de 108 directores que ya han ejercido aquel empleo.
El del servicio diario, que es el mas importante, examina,
para aceptar o rechaza.r, las seguridades i efectos que se ofre.
cen al descuento j recibe i entrega. cloro i plata. de l(ls sóta.
nos; cuida de -que los efectos de cartera se custodien en la ofi.
cina donde deben reposar; examina de tiempo en tiempo las
TEORÍA DE LOS DA:s'COS.
30
seguridades depositadas por los que tienen cuenta corriente en
el Banco, i atiende en jeneral al desempeño de cualquier tra.bajo que le sea designado por el gobernador ..
El comité de la interior examina i aprueba todas las cuen.
tas do gastos ¿.el servicio económico del Banco, ordena el pago
de los sueldos i pensiones, examina los candidatos que solicitan
empleo, i cuiùa del exámen periódico do los que están en
servicio.
I.os dos comités para la inspeccion de las oficinas del contador i del cn,iero, conoren de todas las quejas sobre irregularidad en el servicio, e informan sobre todofl los camùios que
eu su. concepto
deban introducirse
cu el manejo de los
negoclOs.
De las cuestiones de ménor importa.ncia, relativas a la disciplina del servicio, conoce en primer lugar el vice.gobernador.
La correspondencia entre el Gobierno i el Banco, i en jeneral
todos los negocios que afecten en pricipio la. administracion i
el gobierno del esta.ulecimiento, se conducen directamente por
el Gobernador, que es la autoridad superior que decide en todos los casos cn que los .iefes de departamento no se consideran
:mficientemente alltori:l.ados para resolver.
La Cort.e <le Directores, en su calidad de Consejo administrati va de ln. Com p:Lf¡ía, se reune ordinariamente
los jU('ves
de cada. Reman a, para recibir i examinar el informe que se le
presenta sohre el l:~tarlo de los negocios i la cnenta jenern.l quo
tOmprende ks 0IJCl':\l'ÎOílflS
practicallas
hasta el dia anterior.
La Corto COUllcede "odos los negocios que afecten la rcsponsa.
tilidad de lit Compañ;:l., tales corno concedor peusiones, autorizar cucntn.s de descuento, ordenar el pago de notlts perclidas, i
eu jeneral dl; todos los asuntos on que falta la autoridad del
Gobernador, a que éste considere snficientemente
importantes
para Rometerlos a su deliberacion.
Tal es en pernlla
estructura
del Goùierno superior de ln
Compañía. La administracion
propiamente dicha, a sea la manera ùe conducir i reunir para ùar1es unidad de responsabilidad, unidad de euenta i unidad de caja los negocios de ln.s trell
divisiones principales - el de la deuda nacional, el de emision i
el de descuento - está a cargo de dos departamentos
administrativos, el del tesoro i el de la contabilidad jeueral, de qne sou
jefes respect~vamente el Cajero principal i el Contador jeneral.
El Contltclor jeneral tiene fi su cargo todo la relativo a la
ceutralizacioll de las cuentas, inclusive la de la deuda nacional,
lo mismo esn.ctamente que hace el departamento
de nuestra
contabilidad .ienera! en la administracion de la hacienda públi.
ea, para la centralizacion
de la cuenta del presupuesto i del
Tesoro.
40
TEORÍA DE LOS BANCOS.
El Cajero principal, como jefe del departamento del tesoro,
tiene a su cargo todo lo relativo al movimiento de caudales,
recibo de depósitos, pago de depósitos,jiro de libranzas, cambio
de notas por oro u oro por notas, e interviene, en suma, en
todas las operaciones de banco propiamente dichas, qlle no
afectan el activo ni el pasivo de la cuenta.
El Contador i el Cajero SOn los 6rganos del Banco para
entenderse con el público en todos los negocios que respectivamente les conciernen.
La Corte de Directores trabaja con asistencia de secreta.
rios, que son sus órganos de comunicacion, i cuyas funciones
principales son:
Llevar las actas de las sesiones de la Corte i trasmitir las
órdenes que de ella emanan.
Convocar i atender a las sesiones de los comités, redactar
sus actas i poner en debida forma lOBnegocios que deban
someter¡;;e a la deliheracion de la Corte.
Recibir i sllstanciar las demandas sobre reposieioll o pago
Ile notas i letras perdidas; llevar la correspondencia relativa
:\ este negocio; recibir las declaraciones i pruebas f;upletorias
<]l1ese presentan; i aceptar las fianzas que se esti pulan cuando
se acnerda el pago. Mas de 600 de estas solicituc1es se de8pachan anualmente, por valor de £ 16,000 i en las cuales hai
que recibir mas de 1,000 declaraciones.
Llevar el rejistro de todos los empleados del Banco, e informar sobre sus salarios, aumento o promocion.
Preparar los balances i documentos para el reconocimiento
i pago trimestral de los sueldos, pensiones i retiros.
Examinar e informar sobre fodas las cuentas de gastos del
esta hlecimien to.
El edificio del Banco de Inglaterra ocupa una ?oreade cuatro acres de tierra., i su renta. se estima en £ 70,000 por año.
Hai mas de 1,000 personas empleadas en SIlS oficinas,
contando las de las sucursales, i sus sueldos i pensiones ascienden a £ 260,000 anuales. Los empleados han establecido entre
ellos una sociedad de aseguro, en que con una móùica prima
pueden obtener un modesto retiro de supervivencia en la vejez
o el pago de nna pension para su familia en caso de blUerte.
'l'ieuen tambien una magnífica biblioteca, cuyos volúmenes
llan sido obsequiados en su mayor parte por los Directores.
CAPITULO VIII.
Jllicio sobre lfl institucion, crisis mercantiles, resultados
practica para nuestro pais.
de aplicacion
No es este el lugar de discutir los méritos a deméritos de In
organizacion del crédito en la Gran Bretaña:
las bibliotecas
están llenas de estas controversias,
exajeradas de una i otra
parte, cOmo sucede siempre que se pone en tela de juicio la
existencia de una institllcion poderosa, que ha ejercido una
grande influencia sobre las persollils i las cosas de su tiempo.
Basta para justiticar esta asercion citar la opinion contradictoria de dos eminentes publicistas. Ah,. Cal'cy, en su tratado
elemental de ecollomÍa política, despucs de examinar las dife.
rentes crisis mercantiles
que han uflijido al comercio inglés,
concluye por atribuir todas las calamidades sociales de la Gran
Bretaña al monopolio del Banco.
H Tal es, dice,
la condicion del pueblo inglés bajo la auto.
ridad de su gran institucion de monopolio, dependiendo de las
meùidas capriehosas de un cuerpo ùe cahalleros, gentlemen,
ninguno de los cuales ha podido esplicar jamas los principios
que rijen la administracion
del poderoso instrumento que ma·
neja. Todos ellos, en su calidad de propietarios i de directores
t'¿enen un intel'cs dÚ'ecto en p1'oduci'r cŒmlt¿osen la cil'culacion,
porque haciéndolo, disminuyen la confianza pública i aumen.
tan así la necesidad de dirijirse a sus sótanos, como el único
lugar de depósito seguro."
I Mr. Hm'ile Pel'cÍ1'6, una de las cabezlls mas poderosas de
hombre de negocios i de jénio práctico que tiene la Europa,
deplorando que la organizacion del crédito en Francia esté tan
distante de la perfeccion que ha alcanzado en Inglaterra,
Call·
cluye en estos términos:
" Independientemente
de esta circula.cion de 776 millones,
los 600 bancos que cubren el suelo británico sostienen una
circulacion de 1,700 millones de francos en billetes.
"~sta cadena de union (mppl'ochement)
es la que ùa el
secreto de la potencia industrial i política de la Gran Bret.aña;
potencia que en vano trataria de esplicarse por otros motivos,
porque no es sino con capitales abundantes
i baratos que se
42
TEORÍA.. DE LOS BANCOS.
---------------
_-------------~---_.~~--
tiene una gran marina militar i mercante, un gran comercio,
una agricultura floreciente, i que se reali7.an por la mecánica
todas las maravillas de la produccion manufacturera. Procuremos a nuestra industria recursos análogos en capitales, en
instituciones de crédito, en medios de circulacion prontos,
fáciles, i económicos, i habremos hallado la base principal de
nuestra reforma financiero i comeroial."
La verdad es que el Banco de Inglaterra i la organizacion
del crédito en que él representa tan importante papel, no son
merecedores de que se les atribuyan escluai.amente las maravillas del progreso i de la prosperidad nacional, cuando esas
instituciones pueden considerarse mas como efecto de esa prosperidad que como causa determinante de ella; i que el Banco
es tambieu impotente en el mismo grado, para producir las
calamidades que se le imputan. La separacian del Banco en
dos departamentos lo' coloca con poca.diferencia, eu la misma
condicion que cualquier otro hanco, puesto que como hemos
visto, fuera del crédito legal de los 15 millones represent.ados
en la deuda del Gobierno i otras seguridades, no puede emitir
una sola n,ota que no esté representada por oro i plata en
dep{lsito..
Le sucede al Banco la que a tallo el que se coloca en el
puuto culminante de Ulla situacion dada; que como la sociedad tieue que descargar sobre álguien la culpa de las calami.
dades que le acontecen, arroja sobre él en los momentos de
conflicto todo el peso de su cólera, El público tiene siempre
necesidad de inmolar una víctima, diciéndole como en la con.
sagracion de los obispos: " viS portare p'xcata populi? "
De quú puede en efecto culparse al Banco en una crísis?
De que ua quiere a no pued~ prestar más; pero es ridículo
\ suponer que las cala.midades producidas por el pánico de una
crísis tau grande como la que se necesita para conmover el
comercio de la Gran Bretaña, puedan contenerse a agravarse
porque el Banco cierre a ahra sus cofres por uno a dos millones
mas de libras, que seria el máximum del ausílio que podia
prestar, sobre sus recursos ordinarios, sin comprometer su propia situacion. ¿ Qué son los reClJ,rsos del Banco comparados
con el resto del capital flotante del pais? Lo que son para
Bogotá los de un rico capitalista que en un momento de desconfianza, i en pleno uso de su miedo i de su derecho, rehusa.
el concurso de su dinero ..
I
He aquí lo que sobre el particular dice con mucha justicia.
J{r. James M01'ri8, en su declaracion rendida 'ante el comité
del parlamento, sobre las cuestiones de banco, con motivo de
la. crísis de 1847.
-" Hai la opinion jeneral de que el público se cree con
TEORÍA DE LOS BANCOS.
43
derecho a contar con el Banco de Inglaterra para recurso!f
estraordinarios,
i que a la última hora cualquiera puede ir al
Banco i decirle: "vos debeis ayudarme."
-" i Piensa usted que una crísis puede atenuarse por me.
dio de una emision de papel-moneda?
¿ La esperiencia no ha
demostrado que siempre que se ha recurrido a esto arbitrio,
10 q.ue se ha hecho es agravar el peligro que queria evitarse?
-" Tal es mi opinion en tésis jeneraI."
En resúmcn, pues, todo el defecto de que se culpa al Banco
es el de que usa con demasiada prudencia del crédito. Santo defecto. " En presencia de una circulacion tan desarrollada como
la del Banco de Francia, dice .Mr. Isaac Pereire, hai razon para.
asegurar que lo que falta a este establecimiento
es una cantidad suficientû en metálico;
él tiene nocesidad de aumentar su
reserva para ponerla en relacion con su circulacion, miént?'as
que el Banco de Inglater1'f), tem:l1,ía ru:ce8Ídacl de que se le diese
'(nas latitud para emiti1' billetes, consicleracion habÙ:la al cline1'0 de que dispone."
Todos estos errores sobre la circulacion i el crédito de}1enden de la confusion fascinadora entre la moneda, sus signos
l'epresentativos, i la riqueza. Pero no hai que perder nunca de
vista, i tratándose del cambio mucho ménos, que la moneda es
apénas un instrumento, el intermediario del cambio, pero 110
01 objeto de él: lo que los hombres se distribuyen en definitiva son las cosas que sirven para satisfacer sus necesidaùes.
Cuando una crísis o un pánico sobreviene, oimos a todos
decir:
"no hai dinero, me arruino por falta do dinero." Lo
que escasea sinemb&.rgo no es cloro, sino el crédito o el capital. Ni la. desconfianza ni la crísis provrenen de qlle haya falta
de numerario, sino de que los que pueden disponer ùe capital
no quieren darlo por falta de seguridad.
La mayor parte do las erísis mercantiles son el resultado
ùe especulaciones
frustradas.
Entiendo por espec1llacion las
operaciones que se ejecutan con la esperanza ùe un cambio
cstraordinario en el precio de un artículo de vasta proJuccion.
Nuestro comercio interior sufri6 una verdadera crísis con el
abatimiento
del precio del tabaco i con la depreciacion absoluta de las quinas. En 1855 i 1856, por llU concnrso de cil'.
cunstancias estraordinarias,
aq uellos artículos alcanzaron en
los mercados de Europa, precios qne no podian subsistir. Los
especuladores
acudieron sinembargo con furor a ensanchar su
produccion;
los bosques i los terrenos de cultivo se vendieron
o arrendaron
a precios exorbitantes;
los jornales se encare.
cieron en un ciento por ciento, i un capital mui considerable
se retiró violentamente
de otras empresas para acudir a. la
nueva que tan fuertes ganancia.s prometia.
Pero de repent()
44
TEonfA
DE LOS BANCOS.
los precios que habian determinado este movimiento caen de
un 50 por 100; el mercado estranjero se encuentra supera.
bundantemente abastecido, i los que no se arruinan por COOl.
pleto, sufren pérdidas de mucha consideracion.
El fen6meno es mui fácil de comprender; sus efectos sobre
11\ circulacion son tambien demasiado claros. Los que perdieron su propio capital tratan de reemplazado prestando ~.los
que perdieron el capital ajeno quieren llenar sus ('omprometimientos por el mismo medio. Pero como estas cosas no pasan
en secreto, los capitalistas se alarman i rehusan sus fondos,
bien sea simplemente por no comprometerlos, o para especular
a la baja con los artículos depreciados. Entre tanto, muchos
suspenden sus operaciones, mayor número falta a sus compromisos, i el pánico i la desconfianza se estienden rápidamente
por todas partes.
Pero 10 que falta no es el capital sino el cl"édito, porque
aunque la crisis sea el resultado de grandes pérdidas efectivas,
la humanidad no es tau pobre que se arruine por la pérdida de
uua cosecha: siempre quedan muchos capitales disponibles,
pero sus poseedores no quieren contiarlos para renovar operaciones aventuradas, o para. saldar cuenta~. Sin embargo, como
todas las transacciones se l\valúau refiriéudolas al capital circu.
lante, los hombres de negocios esclaman: "el numerario está
c~caso; nos arruinamos por falta de dinero;" es decir, confun.
den e11nedio ('on el fin i el signo con la cosa representada.
Tan cierto es que lo que falta no es metálico, que son el
oro i la plata los artículos que mas abundan en las crísis mercantiles. J amas hahian llegado las acumulaciones en especie,
en los bancos de Inglaterra, Francia i los Estados Unidos,
a una suma tal! fuerte como la que afluyó a sus reservas despues de la terrible crísis de 1857. Eu julio de ese año, inmediatamente ántes de la crísis, la reserva del Banco de Inglate.
rra ascendia a pénas a.once millones de libras i la del Banco
de Francia no pasaba de diez. Los bancos dè Nueva York,
que Son los mas importantes, tenia.n 14 milwne8 de pesos; i
en julio de 1858, pasados· apénas los efectos del pánico, el
Bauco de Inglaterra tenia en metálico, £ 17.938,000; el de
Francia £ 20.000,000 i los de Nueva York 34.000,000.
La abundancia de metálico prueba., por el contrario; que
la industria no ha recuperado aún todo su vigor, ni el comer.
cio, por consiguiente, toda. su actividad. Aunque las grandes
transacciones no necesitan del intermediario de la. circulacion
metálica., no por eso es ménos cierto que la actividad o inac.
cion del comercio obra estensamente sobre esa circulacion.
Si el cambio por mayor se arregla por medio de letras, làs
pequeñas compras se efectuan en dinero sonante. Hai adema8
*
TEORÍA DE LOS BANCOS.
41)
otro artículo de inmenso consumo que se paga en la misma
moneda: los salarios o jornales. UDa industria activa i un
comercio estenso absorben por consiguiente una cantidad mui
considerable de circulacion metálica: las clases obreras en
prosperidad, requieren talvez para sus pequeñas transacciones,
un~ suma mayor que la que las clases ricas emplean en las
suyas. La actividad del comercio es, pues, bajo este aspecto,
una especie de cosecha que tiende a reducir las reservas me.
tálicas de los bancos, para distribuirlas en centavos por toda
la nacion.
'
De estas observaciones concluyo, que la libertad es la mejor solucion que puede darse en todos los paises del mundo a.
la cuestion bancos, i a.lo que se ha llamado i se llama impro.
piamente organizacíon del crédito, por la sencilla. razon ne
que la libertad es la mejor solucion de todos los problemas
sociales; pero considerado bajo el punto de vista fiscal, elmonopolio que el Gobierno de un pais s61idawente constituido
se atribuya, reservándose para. sí 6010 el derecho de crear i
emitir papel moneda, sobre base!! que ha.gan de los billetes
en circulacion verdaderos recibos por oro i plata. en dep6sito,
es tal vez el impuesto que ménos inconvenientes tiene, porquo
está reducido a esplotar el uso de un capital de crédito, cuyos
heneficios se repartirian sin el monopolio los otros bancos
del pais.
Supongamos representada. por 100 la masa.de los valores,
moneda i signos representativos, por medio de los cuales se
efectúa la circulacion; i por t de estos 100, o sean 20, la.
parte de ese capital disponible de la sociedad que el monopo.
lia esplota gratúitamente sobre el crédito, representado en
los billetes que en cada momento dado esceden a su reserva
metálica, i que no le cuestan nada. He aquí en toda su desnu,
dez el mod'u,soperandi de este monopolio i la materia imponi.
ble sobre la cual se ejerce. i. A qué se reducen, piles, en todo
rigor econ6mico, los males que causa a la socieded ? o en otros
términos: t sobre qué punto se efectúa, c6mo se verifica la.
absorcion del impuesto? Pues no puede estar representada
de otra. manera. que en el alza, que la falta de competencia.
en la movilizacion de ese quinto del capital disponible, pueda.,
en rigor de doctrina, producir en el interes del dinero; es
decir, que si esas veinte unidades las prestaran u ofrecieran
diez banqueros en vez de uno, es posible que la competencia
produjera una baja proporcional en el alquiler del capital.
i. I puede imajina.rse un impuesto mas equitativo, mejor repartido que el que toca al ~ntere8, elemento quo entra necesa.
riamente en el precio de todos los productos? Hemos dicho
en rigor de doctrina, i es posible, pues no es seguro que en la
46
TEORíA DE LOS BANCOS.
práctica. la abolicion del monopolio determinara siempre una
baja correspondiente en el intere8 del dinero, porque el
precio de éste, como el de todas las cosas, se fija por la lei
inevitable de la ofertai la demanda. Sucede frecuentemente
que a una produccion mayor no sigue uua. rebaja en los
precios, cuando el pedido del artículo aumenta i la oferta no
es suficiente para satisfacer las exijen~ías del mercado.
Por fortuna, ·los principios elementales de la ciencia se
han difundido tan jenemlmente entre las clases educadas de
la sociedad, que no hai mucho~que esforzarse para combatir
la opinion de algunas jentes, que atribuyen falsamente el
alza o baja del interes Il. la abundancia o escasez de numera·
Estas personas creen, por supuesto, que la existencia de
muchos bancos que pongan en circulacion masas enormes de
papel-moneda, es un hecho de la misma naturaleza que el
descubrimiento de una mina de oro o de plata; piensan que
por este aumento ficticio de numerario es que se produce una
mejora en la tasa del intereso
" Su error es completo, dice con raZODun eminente econ@misto. frances, examinando el sistema de Law; ellos confun.
den el signo con la cosa representada. Auméntese la. masa
de los signos representativos i no se habrá agregado una sola
partícula. a la riqueza del pais; se habrá elevado solamente
el precio nominal de los productos; pero la tasa del interes
no variará, porque la masa relativa de lOi)valores reales, es
decir, de los instrumentos d~ trabajo, permanece la misma
en presencia de las mismas necesida.dlls."
Habria otras razones J;>ara.justificar el monopolio, aunque
no se le considere com(}.~mpuesto, i son las mismas que han
decidido a todos los pueblos civiliza.dos del mundo a no con.
fiar la erhision de la moneda sino al Gobierno, pa.ra que la
sociedad pueda abandonarse con entera, ilimitada confianza,
a los actos ordinarios de su vida cotidiana. Sustitúyase a la
fe de una nacion la. fe púnica del comercio, en la fabricacion
de la mercancía - valor patron - que sirve de signo, de tipo
i de garantía a todos los cambios; &nójense despues unas
cuantas monedas falsas en el gran receptáculo de que todos
se proveen, i conseguiriamos producir un des6rden mayor que
el que introdujo la. confusio~ de las lenguas en los tiempos
"w.
bíblicos.
La moneda es el intermediario de los innumerables cambios
cotidianos que forman la vida. de cada uno, desde que el sol se
levanta hasta que el sol se pone; pequefios cambios, instantáneos,
que no admiten tiempo de v~riticacion ni de exámen. Los pa.
garés, la. letra de cambio, los jiros i los traspasos sobre las
cuentas corrientes, son, por el contrario, el vehículo de las
TEORÍ.\. DE LOS BAKCOS.
47
grandes transacciones entre las clases ilustradas i ricas de la
1I0ciedad,i por tanto no existen las mismas razones de conve.
niencia. pública para que intervenga la lei preventiva en IllS
unas como en las otras. Una casa de comercio que conciba el
negocio de vender buenas letras de cambio durante diez años,
pa.ra quebrar despues que ha monopoli:r.adoel jiro de su plaza.,
arruina a una veintena de comerciantes que ha podido i debido
asegurarse bien de las condiciones de la person/).con la cual
contrataba; pero un fabricante de moneda o un banco de
emision que realice el mismo negocio, conmueve a la sociedad
desde el fondo hasta la. superficie, porque pasa. la. hoz del des.
pojo por todos los bolsillos, desde el mendigo hasta el rico.
Repito que eu tésis jeneral la mejor Golucionde todos los
problemas económicos es la libertad; pero que hai sólidas
razones para sostener como un buen impuesto, el de la esplotacion del crédito por el papel-moneda, bajo la garantía de
un gobierno respetable como el de Inglaterra o los Estados
Unidos, que pueden, sin que nadie se alarme, erijirse en
cajeros de la comunidad.
CAPITULO IX .
.Aplicacion de este estuùio
Il. la centralizacion
ùe la cuenta i del manejo
de la deuùa nacional.
Seria del todo insostenible que en ,un pais como el nuestro,
falto.. de seguridad, pTetendier~ el Gobierno despojar a los
a.creedores de la posesion de los títulos que comprueban su derecho, para que se conformaran con la garantía de una cuenta
corriente abierta en los grandes libros del crédito nacional. No
lo defiendo de ninguna manera: los archivos del Banco de Inglaterra no están espuestos a ocupacion militar, miéntras que
los nuestros pueden servir de trinchera una vez POTaño, amen
de los frecuentes trasteos, que equivalen a un incendio.
Pero si el que se espidan vales de deuda pública para que
cada uno custodie su título donde mejor le parezca, es una
cosa a que el acreedor tiene perfecto derecho, porque así lo
exije la instabilidad del órden público en el pais, no hai nom.
bre para calificar la torpeza del error cometido descentralizan.
do 10 que no a.dmite deacentralzacion - el pago o amortizacion
de la deuda - que debe estar rigorosamente centralizado en
la misma oficina del crédito nacional que ha hecho el recono.
cimiento.
Desde 1859 venimos declamando contra la inconveniencia
de permitir que los acreedores puedan presentar directamente
en todas las oficinas de Hacienda los vales de la deuda pública,
~n pago de las cuotas de amortizacion designadas por la lei;
porque así es imposible que haya cuenta, 6rdèn ni moralidad
en el servicio de la deuda. Hemos declamado, pero en vano,
porque ningun Gobierno ha querido oirnos.
" Meditando en las causas de la bancarrota del Tesoro, (de.
damos en un artículo publicado en el número
de" El Comercio" de 1859),. hemos adquirido la conviccion de que los
trastornos políticos mismos no han influido tanto en esta ruina,
como el des6rden en que ha estado la administracion de la.
deuda pública: creemos firmemente que la Nacíon ha pagado
por lo ménos dos veces cada una. de las deudas que ha contrai.
GO. Para no perjudicar con digresiones estemporáneas, no!
49
rEORÍA DE LOS BAKOns.
limitaremos a hacer ln. apreciacion de un hecho reciente, por
el cual puede juzgarse de la magnitud de los abusos que se han
cometido ..
" Los vales flotant.es de l.~ i 2." clase provienen, como todos
saben, de la conversíon de libranzas jiradas en virtud de contratos de empréstito hechos al Gobierno en 18.54i 1855. Si hai uno.
deuda cuyo monto debia conocerse con toda exactitud era ésta,
porque ln. emision estaba centralizada. en la Secretaría de Hacienda i la cuer.ta de su amortizacion en la Tesorería jeneraI.
El sefiar Núñez, en la circular de 17 de junio de 1856, " haciendo algunas observaciones sobre la lei de arbitrios fiscales,"
publicada con otros documentos en un cuaderno especial cuyo
título es: " Arreglo de las deudas flotante i de Tesorería," estimaba los documentos convertibles en -yalesflotb.ntes de l.a clase
en $199,717, en esta forma:
"Libranzas contra las rentas i contribuciones al 18 por
ciento anual
t 10~,619
" Libranzas contra la totalidad de los derechos de
importacion con igual interes
93,098
$ 199,717
"I ahora resulta que, segun los datos suministrados por la
Memoria de Hacienda, pájina 17, los reconocimientos hechos
por la 'resorería jeneral i la. Direccion hasta 18 de agosto de
1858, ascienden ya a la suma de $; 358,710 !
" i Quién ignora que la República ha espedido billetes de
manumision por una suma tres veces mayor que el valor de los
esclavos que libertó? i Para quién es un secreto que los fraudes
cometidos poniendo en circulacion vales de renta sobre el Tesoro, i cupones amortizados, por cantidades enormes, se han des.
cubierto por 'liwra casualidad, i no porque alguna oficina baya
notado el fraude en la cuenta? i Qué garantías tiene por la mismo la Nacion de que esos fraudes no se hayan repetido?
"Panel.' tórmino a este desórden, debe ser el fundamento de
todos los arreglos quo puedan bacerse para llegar al equilibrio
de los presupuestos."
Posteriormente, en 20 de marzo de 18G3, escribiamos en
nuestra Revista del Crédito público la siguiente:
" No parece sino que la memoria fuera ln. facultad ménos
viva de los pueblos de la raza latina. Ya nadie se acuerda de
que aquí están, por decirlo así, tirados en medio de la calle los
a.rchivos públicos, con motivo de nuestras constantes revolucionesi nadie se acuerda de los inmensos fraudes, consistentes en
falsificaciones i sustmcciones de cupones, vales de renta idocumentos del cupo colombiano, amortizados i presentados de
nuevo Il. la cOllversion, que se Jescubricron por una casualidad
4
50
TEORÍA DE LOS BANCOS.
eu 1856; nadie se acuerùa de que los créditos supuestos estaban estendidos en esqueletos lejítimos, &: &:"
La demostracion puramente especulativa o teórica de la
facilidad, de la practicabilidad i de la impunidad con que pueden mantenQrse en circulacioD, entrando por una puerta i sa·
liendo por otra, los documentos de una deuda que S6 enúte en
una oficina i se amortiza en mil, podria estenderse basta el
infinito; pero no hai nada tan convincente como la elocuencia
do los hechos: dos o tres ejemplos tomados de la cuenta de
Duestras oficinas de Hacienda, servirán para llevar la convic.
cion sobro la necesidad de una reforma, al espíritu de nuestros
1ejisladores, mas que un libro entero de dÜ,ertaciones.
Sabedores del fin patriótico con que yo hago este trabajo,
los jefes de los departamentos fiscales a quienes me he dirijido,
se han prestado gustosos a suministrar me todos los datos que
los he pedido . .Meha parecido mui conveniente, segun el método ",glés, conservar on la forma de un iutcrrogatorie las
opiniones de las persolms cuyo testimonio so consulta en casos
semejantes.
Principiemos pues por la Corte de cnentas, donde mis interlocutores son el señor Evaristo Escobar, uno de lOBjueces, i el
señor Lara, Secretario do la Corte.
-~, Creen ustedes que la disemillacion de la deuda pública.,
permitiéndose que sea amortizada directamente en todas las oficinas de recaudaciorr i de pago, es un sistema vicioso que apa.reja
peligrOBmui sérios para el1'esol"o nacionall
-Tal es i ha sido siempre nuestra opinion. P&ra COnveD.
cerse de ello basta tomll.r al acaso una cuenta. cualquiera de 1011
responsables del Erario. Tomemos, por ejemplo, las de las Aduanas, i en ellas encontraremos uniformemente la siguiente par.
tida, descrita el 31 de agosto, para cerrar la cuenta del año económico:
,. El Tesoro
a varios.
Por los siguientes saldos de cuentas que se abonau tlOrque
DOdeben obrar en la cuenta del servicio de 1867 a. 1868:
a vales flotantes de 5: clase
$ 31,1873S!
a billetos especiales de Tesorería
21,329 4()
a libranzas de la Tesorería jeneraI.
,
104,802 36
Total..
*
157,319 14!"
Por consiguiente, COIllO cualquiera la comprende, los saldos
de 108 papeles acreditados en la partida que testualmente hemos
copiado, representaban las existencias materiales de dichos documentos en la caja de la oficina e131 de agosto de 1867. Cancela.
'l'I.;QltíA DR LOS BA~C()S.
ól
~os pues dichos saldofl, incorporados des pues de ese asiento en la
cuenta ficticia, insondable, de "El Tesoro," ellos desapare.
cen por completo, pues no pasan 11 figurar en la cuenta del
año siguiente :queda a voluntad del responsable remitir o no
los vales amortízados a la Dircccion del crèdito público. No de •
• cimas que DOse hayan remitido: examinamos en abstracto, sin
cOllsideracion 3, la probidad del empleado, un punto de canta.
bilidad i de adlllinistrucion, i afirmamos que el sistema actual
de amortizacioll de la deuda pública no puede ser fiscalizado,
porquo carece de unidad de cuenta i de unidad de responsabi.
lid:¡,d., prestándose
por consiguiente IL que se cometan fraudes
inmensos conL'a el Tesoro nacional. Ultirnamente la Corte ha
glosado ell principio esas partidas, mandando que las existen. '
.cias en papeles se salden por la cuenta. de " Remesa.s a la Di.
reccion del Cnídito nacional,"
i que el asiento se compruebe
con el recibo de esta oficina; pero eso no basta. Ademas, el per.
sonal de la Corte es notoriamcnte
insuficiente para examinar
las cuentas de todos los responsables del Erario:
ahí están los
estantes llenos de cuentas sin examinar, que tienen un atraso
de diez años. Todavía no so ha enruinado
una sola cuenta do
la Ajencia jeneral de bienes desamortizados,
<]ue representa
un manejo de 20 millones de pesos cn denda pública. Calcúlese,
pues, si es posible en principio, que un mismo vale entre i salga
.cuantas veces quiera por las puertas de la misma. Tesorería.
Pasemos ahora a la Direccion del Crédito nacional, 'donde
el señor Padilla, Tenedor de libros de aquella oficina, ha teni.
do la bondad de suministrarme
a este respecto todos los datos
que le he pedido. La integridad de su carácter i su versacion
en los negocios dan a su testimonio toda la respetabilidad
ape.
tecible.
Oigámoslo.
-i Cree usted que pueda llevarse, con el sistema actual,
cuenta esacta del movimiento de la deuda pública 1 i No cree
usted que diseminando su amortizacion puede defraudarse impunemente al Tesoro naciona11
-Así es: la cuenta que aquí se lleva, !'ujeta a los datos
que quieran remitir las diversas oficinas de recaudacion, diseminadas en todo el territorio de la República, no puede ser
nunca completa;
i en cuanto a las oportunidades
que e I
desórden en su manejo pueda ofrecer para defraudar al Tesoro, usted mismo la juzgará por los casos que voi a esponerle.
Hará cuatro o cinco años, me parece que fué en 1864, que
al ir a tomar razon de los billetes amortizados, remitidos por
la Tesorería jeneral, para formar la relucion que debe presentarse u las comi:>iones lejislativas de Crédito público, encontré
~,oucnt(G m,il piSO:> en billetes perfectamonte
fianos, Sill perfo.
52
TEORÍA DE LOS BANCOS.
racion ni nota de amortiz:lcion, los cuales habria podido apropiarme sin que nadie hubiera podido descubrir, ni siquiera sospechar el fraude. Desde ese momento mi situacion fué mui
embarazosa.: no me atrevia 1\ descubrir esta falta ni a entregar
los documentos al Jefe de la Ofic,ina,sin asegurarme un compro-.
bante que pusiese fuera de toda duda mi reputacion. Busqué
ent6nces al sefior doctor J\lan de Dios Ríomalo, amigo particular
del Presidente, i le hice decir por su conducto, que Importaba
para comprobar ciertos bechos, ordenara a la Tesorería jeneraI
formase de nuevo una relacion completa, por séries i números
de los billetes amortizaùos que había remitido a la Direccíon del
Crédito público. Así se hizo, i cuando vi que la relacion coincidia, con solo la diferencia de ciento i pico de pesos, con 13.s
existencias que estaban en mi poder, entregué los billetcs i los
hice inutilizar.
Por la que hace a. cuenta que pueda llamarse tal, juzgue
usted si será posible formaria, viendo por sus propios ojos lo
que pasa con una sola clase de docnmentos. Los vales de 5.·
ciMe, deuda Mackintosh, 80n admisibles unicamente en la
Aduana, es 'decir, en solo seis oficinas de las mas respetables i
ordenadas de la República: debería pues tenerse Doticias regulares ó aproximadas siquiera de su amortizacion, i sinembargo
no las hai.
Segun el dato suministrado por la Legacion Británica, en
noviembre de 1868, que orijinal enseño a usted con el pormenor de sus números, el saldo de la deuda Mackintosh solo era.
en aquella época de $ 41,165 ;i se~un los da.tos recibidos en
la oficina, todavía quedaban en circulacion $ 90,036.
-I respecto de los bonos flotantes ~
-No he podido formar, como yo deseabaf los rejistros nu.
méricos de su emision i de su amortizacion, porque se han
perdido muchos de los talones de los vales.
Como mis observaciones sé contraen únicamente a la admi.
nistracion de los documentos que forman cou propiedad la
deuda pública interior, dividida en consolidada i flotante, DO
he 'podido aprovecharme de los bondadosos ofrecimientos quo
espontáneamente me ha hecho, leyendo estos escritos, mi res.
petable amigo el señor Flavio Pinzon, actual Tesorero ieneral
de la Reptíblica, por si necesitaba algnnos datos tomados de
la cuenta de su oficina, para fundar mis observaciones. I la
siento en efecto, porque si yo me bubiera estendido al manejo
do los documentos de la deuda de Tesorería, la cuenta de esta
oficina, que he tenido ocasion de ver fenecida mes por mes, i
llevada. con una pulcritud q'lle le haria. bonor a la mejor ofi.
cina del mundo, me habría facilitado instantáneamente Cuan.
tos datos hubiera apetecido.
TEORÍA DE LOS BANCOS.
53
Seria pues preciso cerrar los ojos a la evidencia, para deil.
COnocerque miéntras subsista el desórden que actualmento
reina en el manejo de la deuda pública, es imposible que la.
Nacion tenga crédito. Perùóneseme el que recurra para buscar
un ejemplo a la literatura fósil; pero nuestro 'resoro, entregado
así a todas las oscilaciones del ajiotaje i a todas las tentacio.
nes de la venalidad, es la verdadera im~jen del tonel mitol6 •
.lico que las Danáides se esforzaban en vano por colmar.
Para sU'ltituir, pues, en reemplazo de la absurdo, algo que
tenga viBOsde racional, algo que se parezca, no diré a lo que
se practica en los paises civilizados, sino a la que hace todo ham.
bre de sentido comun que lleva órden en sus negocios, es de
instante, de indispensable necesidad que la lei disponga:
1.0 Que la cuenta de la emision i de la amortizacion de
la deuda consolidada i flotante quede esclusivamente centra.
lizada en la Direccion del Crédito nacional.
2.° Que los vales de ámbas deudas se rejistren en libros
ausiliares, en los cuales se dé entrada individualmente a cada.
documento, por número, serie i fecha, para aunarIos tambien,
individualmente, por medio de un asiento en el libro, imitando
la que se hace con las notas del Banco de Inglaterra.
3.0 Que como una garantía adicional para los tenedores
i para el Gobierno, se establezca un oficio de Notario, formal
i materialmente separa,do de la oncina del crédito público,
para llevar un duplicado de los rejistros i custodiar el archivo
de la. deuda pública.
4.° Que los fondos asignados para el pago de los intereses
de la deuda interior consolidada, no so distribuyan por el
sistema inmoral de remates, sino como debe hacerlo un go.
bierno honraùo, declarando el tanto por ciento que ha corres.
pondido al dividendo, para distribuirlo entre 'l'ODOS los tenedoref!. Bajo el sistema de remates, es imposible que la familia.
o la persona que ha comprado sus vales alI50, al 200 i quizá
al 300 por 100, con los valores efectivos que le fueron espro.
piados, mas los intereses del capital en seis u ocho años, pueda.
competir en el remate con el negociante a quien esos vales
han costado al 8 a al 10 por 100. Es claro que esto último,
por el bajo precio a que puede ofrecer sus cupones, absorbe.
rá. siempre el fondo del dividendo, miéntras que el propietario
de mejor derecho permanecerá esperando a quo lleguen los
tiempos promotidos de la abundancia i del crédito.
Para hacer €omprender mejor mis ideas me serviré de un
ejemplo.
Supongamos que sean 6 millones el capital de la deuda.
interior consolidada. Supongamos que lOB fondos señalados
para el pago de intereses han ascendido en el semestre a $
TEORíA DE LOS DA~COS.
72,000: como el dividendo vale $ 180,000, es claro que 6010'
alcanza a pagarse el 40 por 100 del interes del semestre. Reu~
nidos los fondos en la Tesorerfa del Crédito público, esta.
oficina anunciaria el tanto PO?' ciento del dividendo, para que
dentro de los treinta dias siguientes ocurrieran a ser cubiert{)s,
en esa 'proporcion, todos los tenedores .de la deuda. PasadO'
dicho tennmo, quedaría de hecho i de derecho cancelada la.
cuenta del semestre, i anulados materialmente en lOAlibros;
de la deuda los cupones de ese semestre. Los fondos Bobran.
tes, de los que no se hubieran presentado, acrecerian a llli
cuenta del semestre en curso.
De esta. manera, el Gobierno habrá principiado ~ hacer
algo que tenga visos de decencia i de probidad en BUS relaciones con los acree~ores públicos.
I la necesidad de levantar el crédito interior del pais de la.
postracion en que yace, es de vital importancia. Esta. inani.
cion que hiere de muerte nuestra industria i ciega todas las
fuentes del trabajo, proviene no tanto de la inseguridad polí.
tica, cuanto de la inseguridad civil de las personns i de las
cosas. La diversidad i el cáos ~e la lejislacion, producidos
por el sistema federal, agregados a la corrupcion del foro,
han concluido con el crédito hipotecario. Todo el mundo
sabe que el modo exijido para constituir hoi esta garantía, es
en la forma de venta con pacto de retroventa, condicion excesivamente onerosa para el deudor, i que nadie acepta sino en
el último caso de la miseria o del deshonor.
Bajo-el peso de estas condiciones, no es estraño pues que se
sienta este malestar. que ya toca a la desesperacion i 1\ la miseria para las clases laboriasas de la sociedad. Pero que el Go.
bierno principie a revivir la confianza, poniendo órden i regula.
ridad en el manejo de nuei>tradeuda interior, que representa.
un capital relativamente inmenso, berido de inanicion para la
industria, i es seguro que al impulso de esta primera corrien.
te del crédito, veremos reaparecer la animacion en los negocios i bajar la tasa del interes, íntimamente relacionada con
las fuentes mismas de la produccion.
"Puede considerarse la tasa del interes, ha dicho Turgot,
como una especie de nivel, bajo del cual todo cultivo, todo comercio i toda industria cesan. Es como un mar que se estiende
sobre un vasto pais; las cimas de las montañas que se elevan
sobre las aguas forman islas fórtiles i cultivadas; pero si este
mar se abate, las faldas de las montañas, dcspues las altiplanicies, i finalmente los valles, aparecen i se cubren de producciones de toda especie: basta que el agua suba o descienda
un pié para inundar o para devolver al cultivo comarcas inmensas."
~L
fAPEL }\ONEDAft
Este articulo, publicado en " Ln Paz" en febrero de lSr,3, pl\ra combatir [09 de
cretos del Jen~ral Mosquera, que deelnrsban moneda legal de obligatorio recibo 109
billetes de Te~orcrin, paréceme quc alguna infiueDcia tuvo eD la sancion de la lei 28
d<l19 de mayo de 1863,espedida por la Con•••
encion nacionsl, cuyo articulo 9.' d;cc:
•• Los billetc~ de Tesoreris no tendrán el carácter de moneda para el efccto de ser
obligatorio su recibo en las contrataciones entre particulares, quedando cnternmente libre la circulacion i el cambio."
En UllO ùe los últimos dias del mes de junio de 1862, las
j13ntesde la capital se agolpaban con ansia. para leer un deere.
to del Gobierno, mandado fijar en grandes carteles, fulminando rayos i centellas contra los incrédulos que se resistieran
a recibir los billetes de Tei;orerÍa como diaero sonante.
EscUl5adoes decir que todo el mundo se reia de las eseomu.
niones del decreto; que la sociedad continuó aquel dia vivien.
do como había vivido desde la creacion, cada cual de su trabajo
o del trabajo ajeno, pero ninguno de la nada; que de todas las
ca.sas enviaron a comprar el pan nuestro de cada dia con el di·
nero propio o con el del amigo; que muchos infelices emplea.
dos o pensionados no almorzaron basta las doce, porque los
billetes baj:1ron repentinamentente 50 °10 despues de la publica.
cion del decreto; i finalmente, que ninguno se sintió mas inquieto que si hu~iera leido un firman de la Sublime Puerta,
previniendo que se respirara mimos cantidad de azoe, porque el
aire atmosférico estaba próximo a sufrir una descomposicion
universal.
Sinembargo, hubo un oficial de la guarnicion de la plaza,
que no pudiendo soportar la injusticia de verse él, vencedor en
Campo-Amalia, calzado de alpargatas, apesar de tener en su
bolsillo muchos pesos fuertes de la moneda de p:I.pel de los Es.
tados Unidos, Be resolvió a. abrirles paso con la punta de la
espada.
56
EL PAPEL MONEDA.
Acertaba yo Il pasar frente al taller de un excelente artesano, liberal exaltado i antiguo miembro de la sociedad demo.
crática, cuando me detuvo el escándalo de la escena singular
que allí ocurria. Un oficial, sostenido por cuatro carabineros,
queria arrastrar por fuerza al pobre maestro, para. llevarlo a la
cárcel, de órden del Visitador fiscal, Il quien S6 habia. puesto
la queja por el delito de inoredulidad.
Sí señor, el maestro no queria creer que los billetes de Te.
sorería contuvieran el 90 010 de plata fina, i se habia resistido
Il vender unos botines al oficial por la moneda lecral del Go~~
~
-Ola, señor economista! me gritó, al verme; venga usted
acá; yo lo tomo a usted por "árbitro. Dígame usted si este
papel es dinero i dígame usted si es corriente, si es justo que
ver.ga.na despojarme de una parte dlel valor de mi trabajo, Il mí,
pobre artesano, que. perdí una pierna creyendo combatir en
s~nyiciodel liberalismo el 4 de diciembre de 1854, i que así mutilado i arras~rándome me encerré el 25 de febrero en San
Agustin, i combatí como todos en el puesto que me tocó.
Apesar de tan justas i sentidas reclamaciones, el oooial se
llev6 los botines por seis pesos en billetes, i el maestro tuvo,
p~ra DO ir a la cárcel, que pagar veinte pesos de multa en
pesos de plata.
-Cálmese usted, le dije, luego que se fueron los soldados:
d6me usted esos billetes i veremos si es posible estraerle¡¡ la
parte metálica.
-i Luego estos papeles contienen efectivamente la sustancia
preciosa que remueve todas Jas enerjías, despierta tod06 los
instintos, i enciende todos J08 deseos1 i Contendrán efQctiva.
mente plata estos papeles ¡
I el maestro los examinaba con una>atenêion devoradora.
-N nestro amigo Ricardo de la Parra, le dije, estuvo en dias
pasados resolviendo el mismo problema. Vinieron a sus manos
unos 300 pesos en billetes, i por pocoplerde el juicio sin encon.
trar el reactivo que debia precipitar en sus bolsillos el oro de
esos papeles.
-Pero hablando en serio i c6mo permiten ustedes que se
consumen en silencio estas iniquidades, que se mantenga una
trampa. armada detras de todo derecho lejítimo, que se intro.
duzca un nuevo elemento de desconfianza en la sociedad, que
así amena.za.el último óbolo de la propiedad del mendigo como
la fortuna del rico 1 Va.mos: yo sé que ustedes tienen el valor
vulgar del soldado, que se ponen delante de las balas cuando
es necesario, pero carecen del valor civil del ciudadano.
-Que quiere usted ~ el Gobierno provÎ80rio se ha puesto
en rebclion contra. la ciencia, i nadie dice una palabra. porque
..
EL PAPEL MONEDA.
57
es preciso, como observaba con sobra de talento el Jeneral Sucre, soportar con paciencia las chocheras del Libertador.
-A propósito de ciencia, usted se referirá sin duda a eso
que llaman economía política. Podria usted decirme de qu6
trata esa ciencia 1 Cuando el Jeneral Mosquera, que sabe hasta
teolojía, no ha querido estudiarla, nada de bueno tendrá; i si
no me engafio, fu6 con esos mismos principios que ustedes nos
arruinaron aboliendo los derechos restrictivos sobre el calzado
i los vestidos estranjeros.
-Vamos por partes, mi querido maestro; si usted tiene un
poco de paciencia, i si mi visita no perjudica a sus ocupaciones, prometo introducirle en cinco minutos toda la ciencia
económic~ en la cabeza; enseñarle todo lo que saben Malthus,
Smith, Say, Bastiat, Cobden i Rossi, i principalmente hacerlo a.
usted creyente i fervoroso devoto dé la escuela.
-~ A mí ~
-A usted, mi querido maestro. Va usted a escandalizarse
de la sepcillez de la ciencia, i a renegar del mal gusto del
Gobierno provisorio. La economía política es una ciencia esperimental, como la física, como la química o la botànica; o para que usted me comprenda mejor, le dité que su estudio se
asemeja al de la astronomía. El sol, la tierra, la luna, las estrellas i todos esos cuerpos celestes que usted ve jirar en la
inmensidad del espacio, están sujetos a leyes ménos infalibles
tahez, que las que rijen el curso de nuestros instintos, de nuestras pasiones, de nuestros móviles i de nuestras necesidades.
El hombre tiene capacidad indefinida de recibir sensaciones:
sobre el teclado de su delicada organizacion, por las estremid!lodesdo sus nervios i por la masa de su cerebro i de su sangre,
puede recorrerse el ai! del dolor o del placer en todos los
tonos, desde los goces de la avaricia. hasta las fruiciones del
heroismo i de la gloria; desde la venganza hasta el martirio;
desde el hambre, el mas vulgar de todos los dolores, ha..~tala
locura do amor el mas espiritual de todos 108 placeres. Satisfacciones puramente físicas o sensuales, satisfacciones morales, i
placeres de la intelijencia; dígame usted si este horizonte no
es mil veces mas estenso que el espacio en que jiran los planetas. Pues bien: el hombre como el sol en el mundo celeste,
es el centro de atraccion en el mundo econ6mico i moral: él
comunica la luz, la animacion i la vida a cuanto le rodea; de
él parten todos los esfuerzos; en él terminan tambien los
placeres i el dolor: el medio en que está. sumerjido, la materia.
que lo rodea, es susceptible do a.similarse a sus necesidades:
los desees que lo estimulan son ilimitados e indefinidos; pero
los obstáculos que tiene que voncer para satisfacerlos tampoco
tienen término. Es decir que el hombre está fatalmente con-
58
EL PAPEL MONEDA.
denado a elejir entre males,-la privacíon o el trabajo. TrlÍtase, pues, de saber c6mo aprovecharti mejor sus fuenas mus·
culares, su talento, en una. palabra, su aptitud; c6mo conse.
guirá mayor suma de satisfacciones por cada esfuerzo dado;
c6mo echará la carga pesada del tra.bajo sobre la. natu"'leza,
sobre el vapor, la.electricidad, la gravitaoion o el calórico, &",
en vez de llevarla sobre sus hombros; en fin, trátase de saber
cómo conseguirá cada uno, con la misma suma de trabajo, la.
mayor cantidad posible de esta ma.teria asimila.da, vestidos,
alimentos, libros, muebles, instrumentos, que se llama la riqueza. De esto se ocupa la economía política
-No puedo negar que usted me interesa, aunqne el pro·
blema de hacerse rico me pa.rece difícil de resolver. Todavía
me parece, sinembargo, mas difícil el qne usted cumpla su promesa de enseñarme esa. ciencia. en una leocion, a ménos que
fuera usted capaz de insvjlarme elodilio económico, como di.
ria nuestro excelente amigo Parra.
- La eoonomia política' no promete la renovacion del paraíso terrenal. El <Tolorentra fatal i necesariamente en la orga..
nizacion Datural: no promete tampoco la igua.ldad absoluta,
porque es una quimera i una injusticia; promete únicamente
que viviendo bajo el amparo de sus leyes eternas, el mal tiende
a estinguirse i el bien crece costantemente. Promete, en fin,
que la recompensa de cada uno se aproximará mÍls i más a.la
suma de costancia, de prevision, de cnerjía i de aptitud q~e
baya puesto en acciono
,
-Eso es bastante por sí solo: yo no aspiro a bacerme rico
fabricando ca.lzado; me contentaría con que se acabaran los
petardistas i tramposos, i principalmente con que no me de.
fraudaran la mitad de mi trabajo pagándome en billetes.
-Pues bien, le repito a usted que toda la ciencia econ6mica, todo lo que pueden enseñar Say, Bastiat, Rossi, Chevalier i Cobden, se resume en tres grandes verdades de sentido
comun, a saber:
l.a Debe dejarse a cada uno cn libertad para escojer su
ofiicio, i que se ocupe en¡aquello para lo cual cree que ha recibido de Dios, directa. o indirectament&, mas ventajas naturales.
Qué dice ultted de esto ~
-Me parece una verdad trivial, i me admiro de que todos
esos señores que usted nombra hayan empleado su vida. en
demostrar lo que todo el mundo comprende.
_2.a Debe dejarse a cada uno en libertad para vender en
el mercado del mundo, sus productos al que mejor Ilelos pague.
-Usted se está burlando de mí. t C6mo puedo yo creer
que la economía política, esa ciencia ta.n abstrusa i tan misteriosa, se resuelva en unas proposiciones que nadie contradice.
EL PAPEL :MONEDA.
lJ9
-Eso le parece a usted; i si no bubiera. usted perdido una
pierna, le propondria que se pusiera en camino, para ganar
un premio de cien millones de pesos, amen de la inmortalidad,
que tengo encargo de ofrecer al que haga adoptar estos prin.
cipios a los Gobiernos ilustrados del mundo. La Inglaterra.
pagó a. Cobden cien mil libras esterlinas por su trabajo de
siet(l afios, empleados en convencer a los Doblesde que debian
permitir a los pobres comprar el trigo de Turquía.
-I 3.&Debe dejarse a todo el mundo en libertad para que
compre lo que necesite a quien mas barato se lo venda.
- ¿ I es este todo el secreto; a eso se reduce la ciencia ~
-Ni una palabra más: le repito a usted que si quiere bao
cerse millonario, no tiene mas trabajo que convencer a uno de
los gobiernos de Europa, al Gobierno frances, por ejemplo, para.
que deje el paso libre Il esas tres proposiciones. La Francis
no seria ménos jenerosa que la Inglaterra. I usted mismo, usted, a quien estos principios parecen verdades triviales,
usted no resiste el escalpelo en su propia carne: no bace un
momento me reconvcllia usted por haber contribuido a la re·
baja. de la ta.rifa.
, -Toùo eso será roui hueno, pero usted so ha olvidado de
que yo no la llamé para que me entretuviese con discursos de
la. Escuela republicana, sino para que me dijera si los billetes
son o no dinero sonante. ¿ En qué consiste que solo aquí pasan
las cosas al reves de lo que sucede en los paises civilizados ~
Yo he aida decir que en Lóndres i en Paris todo el mundo
compra i vende con unos papelitos iguales a los billetes, quo
se llaman notas de Banco, i que aun los prefieren al oro,
porque son mas fáciles de guardar i de trasportar. i Esp1íqneme usted en qué consiste esto? i Por qu6 no habriamos nosotros de fundar el mismo sistema, que me parece mui c6modo
i sobre todo mui barato? Razon i mucha. tien"eel Jeneral
:Mosquera en molestarse con 106 que a fuer de ignorantes no
quieren recibir los billetes.
-Sí sefior, no lo han engañado a usted: en Europa se
compra. i vende con unos papelitos iguales a los billetes
de Tesorería; i si no me engaño los nuestros son de mejor papel i mas elegantes: los de allá no tienen retratos ni grabadoS'
i dicen simplemente:
" Prometo pagar al portador, en el acto de su presentacion,
tantas libras esterlinas.- Firmado, el Gobernador del Banco
de Inglaterra."
-Entónces, qué diferencia hai entre los billetes de Teso.
rería. i las Notas del Banco de Inglaterra 1
-Ninguna:
que las de allá tienen en alguna parte una.
cantidr.d correspondiente en barras de oro i plata que está eli-
60
EL P APELMONEDA.
perando a su dueño, i los de aquí andan buscando el tesoro i
i DOlo encuentran jamas.
-g Es decir q.ue esos billetes de Banco se pagan en dinero
sonantel
-Precisamente:
todos los días encuentra usted abiertas lasoficinas del Banco, para cambiar por libras esterlinas, que es
una moneda de oro de valor de 5 fu~rtes, los billetes que se
presenten.
-Pero así ¿ qué gracia tiene esa operacion 1 Yo creía que
los Bancos i los billetes eran el rnaná de la. ciencia moderna., que
eran un presente hecho a la humanidad para redimida de la
esclavitud del dinero; i si un banco no es otra cosa que lo que
usted acaba de esplicarme, yo me atrevería a ser banquero.
-Sí; teniendo los fondos es el oficio mas sencillo y más có.
modo del mundo.
-á Es decir que los tales billetes no son sino recibos por oro
i plata en depósito t
-Esactamente,
ha hablado usted como un sabio. Yo he
visto en los sótanos del Banco de Inglaterra 108 millones de li.
bras esterlinas que sirven de fiadores a los billetes que están
en cÍTculacion.
-De todo esto concluyo que la idea del J eneral Mosquera
cs en el fondo excelente: él quiere cambiar la pesada circula.
cion metálica, por la leve i aérea circulacion fiduciaria, que,
se~un me ha esplicado usted, es más c6moda, más económica i
mas rápida.
-SI; excelente como puod eser la iJea de construir un camino
carretero al Magdalena, o una. Penitencia.ria; tan buena como ~l
consejo que se da al que es pobre diciéndole:" hágase usted
rico," o al que está enfermo: " mejórese usted."
-Pero ontónces, nada me parece más sencillo que depositar
en la. Tesorería. jeneral los $ 500,000, valor de los billetes, i
hacer con ellos lo quo hace el Banco de Inglaterra en el
ejemplo con que usted me ha ilustrado.
-Todavía no seria. suficiente esa garantía..
-Por quó no?
En primer lugar usted se ha olvidado de que el Bancode
Inglaterra, como lo seria un negociante en su caso, es al propio
tiempo acreedor i deudor de los billetes que pone en circulacion j
los ha dado enpréstamo, i no en pago, como la Tesorería jeuera.I.
Sucedería, pues, quo el dia en que se anunciara que estabaD
listos los 500,000 para. cambiar los billetes, todo el mundo
ocurriría con los suyos i quedaba terminada la operacion. 1aun
suponiendo que la Tesorería. organízara un sistema ~rmanente
de cambio, que emitiera billetes al portador, admISibles como
dinero eIlla totalidad, de las rentas i contribuciones nacionales)
*
EL PAPEr¡ ~lONEDA;
..
61
i redimibles adernas en todas las oficinas de Hacienda, todavía
así no podia crear el Gobierno, en estas circunstancias, un signo
representativo, un medio circulante, sino un efecto de comercio,
una buena mercancía de bolsa.
-i Qué quiere usted decir con esa palabrería? Esplíquese
usted en casl,ellano.
-Digo que todavía con esos billetes no compraria su mujer
los huevos, la carne, el pan, las velas, el jabon, el chocolate, ni
la manteca, ni yo el calzado que can tanto gusto lile vende usted
por mi dinero.
-Por qué no?
-Porque faltaría la confianza que es todo el secreto de la
circulacion de las notas de Banco. Dígame maestro, i se iria
usted cou toda tranquilidad a hacer un viaje ùe seis meses !lo
Ambalerna, despues de baber realizado su establecimiento por
billetes de tesorería? Sin contar con las eventualidades de la
guerra i no temeria usted que el Gobierno faltara Il sus promesas,
que cercenara poco a poco el fonùo de amortizacion, o que .suspendiera. la circulacion de ellos seis veces en el curso de un afio ?
Dígame ¿ vendió usted alguna vez sus botas por cupones de
Renta sobre el Tesoro?
-No, sefior, no conod ese papel.
-I sinembargo, aquí circu16 por mucho tiempo a la par de
la moneda de baja lei, i con un pequeño descuento sobre los
fuertes; pero no penetró nunca en el mercado, porque ademas
de que le faltaban las condiciones de un verdadero billete de
Banco, el Gobierno de un. pais en revol'l.WÍon no puede aspirar
a Ber el cajero rle la, c07lw,nidad.
-i E~ de cirque el Gobierno provisorio no conseguirá, con to~
da su voluntad de hierro, aunque fulmine decreto sobre decreto,
hacer pasar los billetes de Tesorería como dinero sonante ~
-Nunca maestro: primero conseguiria detener el curso
de los rios o envenenar la masa del aire atmosférico, ántes que
introducir subrepticiamente una. moneda falsa en el gran labo.
ratorio de los cambios. No digo el Gobierno provisorio; ni el
Aut6crata de las Rusias; ni Rosas, cuyos ajentes de policía
pega.ban con brea hirviendo, sohro la frente de las seiloras
que no las lleva.ban, las cintas oficiales de " I Viva la Confede.
racion Arjentina, mueran los salvajes unitarios! "; ni el Go.
bierno de los Incas, el despotismo mejor organizado que bayn.
existido jamas, donde la autoridad se encargaba de elejirle
ti. uno su propia mujer, nadie sobre la tierra puede despotizar
la conciencia ni el crédito; nadie puede reducir a los hombres
a que consientan en engañarse sobre el precio de todas las
cosas, sobre el valor de los innumerahles servicios que cadn
uno ofrece i solicita ùiariamente en el gran mercado de la.'
62
E~ PAPEL JWNEDA.
-~~~~---~~-----~
_------------------,....,..,...,--~
..•..
sociedad humana. La Repóblica fraJ}{lesacon su cortejo de
mártires i de demonios, con su lejion de filósofos, de demoledores i de héroes, que removió el mundo desde sus cimientos,
que redujo a polvo los tronos de los reyes, que, desafió a.la.
Em'opa i encadenó a.sus déspotas, que negó a. Dios i se bastó a
sí misma ... no pudo meter en el bolsillo de los panaderos de
Paris sus asignaM8.
Cuando la conversacion lIegt'í a este punto, los ojos del
maestro hrillaban con un resplandor siniestro: se ha.bia.levan.
tado gradualmente $obre su pierna., sin servirse de las muletas :
el entusiasmo i la admimcion la dominaban: í)oseu~ un gra.do
superior de lucidez.
-i Cómo, me dijó, h libertad económica, el libre cambio,
la. soberanía. del bolsillo, están fuera del alcance de la fuerza.,
i la libertad civil i politica, la vida del hombre permanece
aun ba.jo el hacha ael verdugo? i Esplíqueme usted este misterio; dígame usted en qué consiste que la solidaridad proteje
tan eficazmente los intereres económicos contra los atentados
de la espoliacion, i que esa misma. solidaridad no defiende 108
derechos maR sagrados del hombre contra la.iniquidad i el despotismo? i Por qué no puo<lell los hombres aprovecharse del
derecho legal de despojarse los unos a los otros con el papelmoneda., i ~ han usado i usan todavía de la esclavitud, del
duelo, Je la guerra i del verdugo ~ e Por qué no se subleva la
humanidad conira estas iniquidades, como se ha sublevado
J3wmpre contea los billetes de Tesorería 1
-Por una razon que en mecánica seria contraproducente
i que es lójica en moral: porque la cadena de la solidaridad
tiene mas anillos en el un caso que en el otro, i es por lo mis_
mo mas fuerte; porque el bien i el mal ecoù6micos obran sobre todos los hombres inmediata i poderosamente, i todos no
son sensibles al bien inmaterial de la justicia.
-Pero el Jeneral Mosqner¡\,que disputa sobre cánones con el
mejor fmile, e iguorará estas cosas, desconocerá los principios mas
triviales de la economía política; i si él los desconoce, puede de.
cirse la mismo de BU Secretario del Tesoro i Crédito nacional ~
-Sí, señor, el Jeneral Mosquefl\ afecta despreciar la cieucia: dice que es pura teoría i que él es bombre prácti{lo.
-t Hai, pues, alguna. diferencia. entre los teóricos i los prác.
ticos 1
-Sí, una mui grande: que los teóricos descllbl-en i formulan las verdades, i los prácticos las prueban. Así, Ell Jeneral
Mosquera, hombre práctico, procede en sus negocios propios
~omo los teóricos a quienes desprecia: sostiene que los billetes
Bon dinero, pero manda cobrar un empréstito, i previene que
se pague en pesos de plata .
•
EL PAPEL 1rlONEDA.
63
-I sus Secretarios piensan la mismo 1
-El Jenoral Mosquera tiono, como todos los hombres, 109
defectos ùe sus buenas cualidades: hombre l>uperior, de ancho
horizonte intelectual i de grandes ideas en casi todos los ramos
de la administracioü pública, es hasta cierto punto incompetente para el análisis i para el desarrollo; pero él, como todos
los hombres superiores, no puede consentir en que no sirve
para algunas cosaf;,i no admite la eolaboracion de sus cuadjutores sino cn calidad de instrumcnt1s. Los hombres eminen.
tes del partiùo liberal que ban scrvido fi. su lado, han debido,
pues, hacer cn mucllOs casos el sacrificio de su amor propio, sin
fijarse en las pequeñeces, por contribuir a la oùra de los resultados finales.
-Qué ¿iria él si nos oyera?
-Nada maestro: estrujaria el kepi, se rascaria la cabeza,
so impacientaria, pero al fin ln.vcrdad la hiere i concluye por
poseerlo.
-Pero ¿ no cree usted que estas discllsiones son en estrem()
perjudiciales pam el éxito de la. lucha, que la censura nos
debilita, i que aclara nuestras filas en vez de compactarlas ?
-Por el contrario, maestro: la dignidad léjos de perjudicarnos bajo el punto de vista politico, nos procura simpatías, i nos
da cohesion i entusiasmo. Nuestros contrarios comprenderán lo
que deben esperar de nosotros cuando termine la guerra, i el
partido Eheral que vive del entusiasmo, de la altivez i de la.
controversia; ql.íl no puede soportar ni accidentalmente el
yugo del silencio; que se enciende de vergüenza i se cree deshonrado cuando calla; el partido liberal combatirá, miéntras
mas suelto se sienta, con más brio contra el enemigo comun.
Ademas, el partido liberal juega con cuarenta cartas: tiene para.
todo el mundo: puede atender al frente, al centro, al flanco,atras.
-Bueno; perQ no olvide usted hacer publicar la leccion que
me ba. daùo sobre los billetes.
-Con tnucho gusto, siempre que tl.'lted pague la improsion.
-Estamos convenidos, creo que hago un excelente negocio.
El maestro salió contentísimo acompañándome hasta. la. imprenta, i al tiempo de despedirse me preguntó:
-Puesto que el papel-moned(l" sin lastre, no sirve sino para.
mantener la desconfianza i el alarma, para alimentar las especulaciones estériles sobre los fondos públicos i para hacer fácil,
segura e impune la corrupcion oficial, ¿ qué pena merecerian
los nuevos discípulos de Cagliostro que derrot9.uos de la química
se han pasado a las prensas litográficas para producir el oro ~
-Con todas sus buenas intenciones, si el Dante viviera,
habrian merecido el bonor de que los colocara en su infleruo,
como ll. Felipe el Hermoso) por monederos falsos.
rUESTRA
PEUDÁ
~STERIOIt.
Este escrito, publicado en los números 135 i siguientes de "El Liberal" de 10
de junio de ¡S70, (ué el que preparó la opinion para la celebracíon del convenio
vijente de 1.0 de enero de 1878, quo redujo el capital dQ la Deuda a 9.756,000. l:lu
autor presentó el proyecto de lei de autorizaciones
al Poder Ejecutivo, a la Cáfijara de 1872. Antes de esa élloca, tod08 los arreglos babian rodado sobre el reconocimiento del valor nominal, orijinario, de la Deuda.
*
REMINISCENCIAS
HISTÓRICAS.
Antes de renovar la dolorosa discusion, cerrada desde 1834,
80breel oríjen i los elementos aritméticos i mora.les do que se
componen los gruesos millones de nuestra deuda esteriaf, para
saber si tenemos, por qué l\vergonzarnos de proponer ~ue1t.
N acion restrinja a. Jos menores términos legales las er()gac¡(:iries
estipuladas en el convenio de 1861, con el objeto de obligar-a,
los acreedores a entrar en un nuevo arreglo para. la. amortiza~
cion definitiva de Ja deuda, es preciso ooloc3.rla cuestion 'en
verdadero terreno, en el terreno prosaico de los negocioa i de
la justicia civil.,
.
Háse repetido sin contradiccion, i el pais continúa. creyéndolo, que la gra.titud i el decoro nos probiben discutir los sacri.
ficios impuestos a la Nacion pare. el pago de esta deuda, por.
que se trata~ dicen, de devolver 10l! millones que la. jenerosidád
inglesa dió para. conquistar nuestra independencia, cuando el
territorio de la gran República esta.ba reducido al que pisaban
los restos de sus ejércitos dispersos en los confines deJ Orinoco
i del Apure. Estos caballerosos sentimientos h~
honor a
quien se deja arrastra.r por ellos; pero carecen de verdad histó.
rica. i no pasan de ser una. metáfora.
'
Ni es cierto que la Nacíon inglesa, como tal, representada
por su Gobierno o por alguna otra entidad, fuera la que decre.
su
~UEST RA DEUDA ESTERIOR.
65
tara por amor a ln. inrlependencia de estos paises los empréstitos de 1822 i 1824, ni en estos negocios entr<Í para nada el
elemonto 8Împ{Ltíco, la h~nevolencia, la. caridad a el amor del
prójimo, como q niera 110,nilrsele.
Los emprt~~titos sc ,:antrataron
con negociantes
que no
tu vieron en mira sino las ganancias que de ellos padian derivar:
la cualida,l de inglés, Jrances, ruso a aleman no se computó
para nada Cll el lJeg-ocio ni sus resultados bucnas a malos son
adscrihibles a I:t nucion:Llidacl de los presta.mistas: los negocios
ua reconocen frontera ni ticnen patria propia.
I si aquellos estuvi,)ron en su derecho como negociantes,
cuyo oficio es ganar dinero. para esplotar la situac;an desventajosa en que noS eneolltr{ihnn10fl, pam vendemos el servicio
por la que valin, nosotro, estamofl en el nuestro para reducir a
su, valm' le.wtl1as obligaciones que hemos contraido.
Confunoir el respet) i la gratitud que dehemos a la gran
Nacion inglesn. por la sangre de sus hijos, derramada, sin pouerle pre15io, en los campos clû hatalla, con los vínculos de las
obligaciones pUl'amente civiles que nos ligan a los suce~ores de
Herring, Graharn, PO'UÙ8 i Goldsc7wcidt de Lúndres, solo pue~
de pasar el, boca de elbs por un reeurso oratorio, tun inocente
como simp;ttieo, para aS'lgurar el fruto cie su industria.
Lo q Ile ménos se pl' )sla para hacer la novela son los negocios. Estos se rijen es:;lusivamente
por las leyes del interes
privado que unda tiene de poético. Si los hábiles negociantes
de los empréstitos de lE 22 i 1824 se levantaran de sus cenizas,
protestarian contra la i nputacion de que ell SIlScálculos habia
entrado para :l.lgo la filautropía.
Por fortuna la historia con~
tempoT<Íuca, la historia de ayer, con sus documentos incontestables est¡j, ahí para no ¡.>ermitir que se les calumnie.
Reasuma.ll1os, pues, egta historia, apoyando toda. asercion
de Ull hecho fundamental
Call la cita del
documento que la
comprueba.
*
Los 33.779,607-3) a que nscendia en 1.0 de julio de 1869
el capital de la deuda. lsterior, provienen, como se sabe, del 50
por ciento que la Nl.eva Granada se obligó a reconocer del
cn.pital i d() los i!ltorosos atrasados de los dos empréstitos colom.
hianos, contrataoo elLO en 1822 por do~ millones de libras,
S 10.000,000; iel S>egUIll0 en 1824 por;£ 4.750,000, $ 23.750,000.
Por todo ~33.750,000.
Resalta, 1mes, Il.pr.rnera vista, el hecho de que, fncra de la.
enorme suma qne hem)s pagado por intereser.; des pues del convenio do 1845, i que l.Sciende 3. cerca de cinco millones di
5
J)U&STRA
DEUDA
ESTERIOR.
pesos, el capital que boi grava&. la.República eDIl los Ùltereses
llue se haD,capitalizado, es cua.tr4.lveces ma.YOl· q 1\0 la cuotapM'te del6apital primitivo de que procede la deuda.
'
Pero la manera de hacer rellaltar la ellormidaù del gravá.
men. no es comparando el importe de 1a deuda. actual con el
va.lor de la. mitad del empréstito orijinario, sino con la suma.
efectiva que recibió la N&cion.Es.t.os d~talles son tall lastimeros como vergonzosos; pero es preciso recordarlos i agru.
parlos en cifras bien hirientes, para quo la Nacion se sienta
fuerte en el uso de su derecho,. i para. que todo aquel a quien
por razon de su oficio le toque hacerlo efectivo, lo haga con
el sentimiento i la conciencia del deber.
Sábese que el señor Zen, tan ilustre en los fastos de Colombia por su fillocuencia.,('OU,O funesto por su ineptitud para los
negocios, i por su loca prodigalidaQ, no dejó cuentas de su ma..
DQjo. ·EI MiDistro HurtadO,llslindo de sus plenos poderes, tuvo
qoo saldarlas sin datos Di comproba.ntes ùe ning~a
clase,
pasando por cuanto quisieron hacer los sefíores Her·ring, (h:akam i Powles l'epresentautes de 108 acrcedol'es, F..st08dijeron
que lo único que dchi~n al Ministro Zea por saldo del emprés_
tito de dos millone:i de libras eran £ 165,000, las cuales se
a.plicaron para pagar a ellos misulos tres dividendos del mismo
empréstito, que .importaban £ 184,500, i 384 de gastos de las
nuevas obligaciones, La diferencia entre lo que confesaron
deber i lo que reclamaron por intereses vencidos, lo completó el Ministro Hurtado tomándolo de los fondos del em.
prést.ito de 1824. (I )
..
,
SiIlembarg(l, a fa.Jta. de detalle!'!, ~a historia D.Oll_ ha cpn&e.r.
vad~ los datos, &\lficie~tes l>araoa.lcular con bas~te·~~
...
maClon por cuanto esta representa.do el abuso escaDda.losl):qu&
loa acreedores hicieroD de nuestra. atlictiva situacion i del
carácter de Ze4\..
El empréstito de 13 de marzo de 1822, por dos millones
de libras, fué una opera.cioD ficticia, fué por decirlo así un
empréstito de cuenta, que tuvo por objeto legalizar las antici_
pa.ciones de suministros que desde 1817 se habian hecho al
~iêl1te 'de Vllnezuela don Lui8 López Méndez i al mismo Zea.
1Estos créditos habian ¡lido reconQcido8 por Zea por conv~niQ
de 1.0 de agosw de 1820, ~pidiendo eD pago de ellos vales o
.pagarés provisionales, con el nombre de Deventures por la
BUllia de £ 731,762 o sean .$ 3:65:8,810. (')
;Esttpul6$e, pues, por el menciona.docontrMo de 13 de
marzo.de 1822, que el dicho empréstito de doemillones dQ
li1xksse cubriria al 80 por !09,admitiéndose-en
pa.go, p~r
J ~jpdlllciondelMinlttro llutt&\1o,pijina
7.
s NDta5,', R~strepo, I'Qmo 3,· ptjina 6~,
XUE8'l'R.l
DEL:DA
ESTERTOR.
67
Sil mlor nominal, o a. la l,ar, el importe de los Deventures por
principal e intereses. Se concedió a los prestamist~6 Ull 2 por
100 de comision sobre el monto total de los dos mIllones; 2!
por 100 para satisfacer
intereses i 1 por 100 para foudo do
amortizacion.
Es decir, que con los descuentos iniciales el
empréstito q uedú reducido ,,1 7 4 ~ por 100 ùe su valor nomi.
nal, o sea á.£ 1.4fJO,OOO,
'1A50,000, con los cuales se amortizó
<lU primer lugal el total
importe de los Deventures i sus intcreses al lO p:>r 100 i a III par. (3)
Pero Úntes de seguir haciendo cuentas, oigamos el testimonio del historiallor
Res1repo, para ¡:aber de qué procedia i
cómo se habia formn.do ese capital de $ 3.658,810 importe
de los Devent1we,~ espedi,los por Zea.
"En cumplilllicnto d'i semejante
transaccion, (la. de 1.° de
agosto de 1820, sobre reconocimiento
de los suministros), es~
pidió Zen la:; vales a la; diferentes a.creedores. Estas ohliga_
ciones se diGron call linO. prodigalidad estupenùa. Los acreedoreg, verdaderos a supues:os, las recibieron de la. funesta. jonero.
cidad de Zea, sin haber presentado
documentos ni precediclo
liquidacion, i solamente por la que ellos aseguraron que se
les dehia: a.3í la confesé el wismo negociador en oficio de 9
<le octubre de 1821, dir jido a su gobierno." ( • )
"Las operaciones de Zea DO podian ser mas ruinosas n. la.
prosperidad futura de olombia. Segun la liquidacion que formara el mÜ;mo Zen en L° de agosto de 1820, i haciendo a los
acreedores con la mayol prodigalidad todas las concesiones que
quisieron, pa.m compelisar los daños i perjuicios que reclama.
bau, ascelldió la deuda a £ 547,783. Despues añadierou por
nuevas liquidaciones £ 183,978. Para un viaje inútil a España.
obtuvo un prÓstamo de £ 20,000 dando en obligaciones la.
suma de £ 66,666. AdJmas, para satisfacer los intereses ven.
cidos en fc";:¡rero de 1E22, negoció £ 140,000 de obligaciones
colombianas al 65i por 100, que produjeron £ 91.700. Ahora,
por el nuevo emprús·,ito ascendió la deuda estranjera a £
2.000,000 o $ 10.000,e OO. En año i medio se habia duplicado
con mui fuerte exceso sin que en pocler de los prestamistas
quedara mas que un s lIdo de £ 800,000. Crecimiento fi!pido
en estremo, de que ha',ia reportado
Colombia pocas ventaja!!
para el sostenimiento (!o h guerra a para el alivio de sus habi_
tantes, que por muc:lOs años iban a sentir el peso de aquolla.
deuda." ( ")
Por último, conclu:'o el historiador Restrepo eu el exámou
*
e
a Pormenor del cOllveni
4 Tomo ;~.• pájil'la S5.
• 1:01\\0
S.' p{¡ib~ 237.
J,
Tomo 3.' pájina :!36
(i8
NU¡;]STRA
DEUDA
EST¡:RlOR,
de este empréstito:
"La deuda esterior de Colombia hasta.
marzo de 1821 no debia haber a:;,cendido a quinientas mil
libras esterlinas
($ 2..500,000), Las ruinosas operaciones de
Zea la hicieron montar en breve a una cantidad mucho mayor ;" ( .) a $ 10,000,000.
Con razon llamaban,
pues, en aquella época a laR Deventures, las Desv0nturas
colombianas! Con rozan decia, pues,
el J enel'al Santander
en su mensaje al Congreso de 1826, que
los negocios fiscale8 de Colombia en Europa babian sido para
RU Tesoro, la que la espedicion
de ~lorillo para la gUel'ra de
la independencia!
Con razon pues, el Congreso de 1823, penetrado de la.
irregularidad,
de los abusos i de los fraudes que existian eD
el fondo de todo este negocio, dictó In lei de L' de junio deseo.
naciendo i desaprobando
las operaciones fiscaies del ex-Mi.
nistro Zea.
Uno de los considerandos de aquella lei dice así:
"Segundo:
Que el Ex-ministro
Zea no solo contrajo en
Europa un empréstito
de dos millones de libras esterlinas a
nombro de la Replíblica, sino que en su mayor parte la ha
recibido, distribuido i consumido de propia autoridad, en hacer
transacciones de créditos anteriores
sin competente liquida.
cion, i de los posteriores
que él mismo ha causado con ope.
raciones enormemente
gravosas al Estado; ya elevando.l08
ca.pitales, duplicando
de gracia los intereses, i haciendo reconocimientos, unos sin la debida. justificacion, otros puramente
gratúitos, icon
a.diciones exorbitantes
a muchos; i en fin,
admitiendo
como numerario
las obliga.ciones o pagarés que
hahía dado el mismo Zello a loS"acreedores de la República, en
virtud del acta. celebrada en Lóndres elLo de agosto de 1820y
sin haberse liquidado i calificado legalmente sus respectivas
cuentas;
fuera de otras obligaciones que tambien puso en
circulacion
con la misma. arbitrariedad,
sin haber oportuna_
mente solicitado, esperado, ni obtenido jamas la indispensa.
ble aprobacion de semejantes operaciones."
Sinembargo, 108 apuros en que 80 encontró la República
para la consecusion del nuevo empréstito de 1824, obligaron al
Ministl'o ITnrtado a ponerle el sello definitivo a las iniquidadea
del empréstito do 1822, ratificando solemnemonte por convenio
de l.' de julio do 1824 las obligaciones contraidas por Zca en
el contrato de 13 de marzo do 1822.
Por el artículo 4.· de dicho convenio los acreedores confesaron dober únicamente por saldo de lOB2 millones de libras la
BIlma de £ 165,000,
las cnales aplicaron al pago de 10.8 trei
G
Tomo 3.· paj¡na 85.
NUESTRA
DEuDA
69
ESTERIOR.
dividendos vencidos en 9 de octubro de 1824, 30 de abril i 10
do octnbre de 1825, por valor de £ 184,500. La diforencia so
les abonó con los fondos del nuevo empréstito. (7)
Puede, pnes, a8egurarse con el testimonio del historiador
Restrepo, qne la República
solo recibiÓ la cnarta parte de la
~1l\na nominal con quo la g-ravaran las funestas operaciones do
Zea.
Veamos, uhora, cxhumándola
de entro el polvo de los
archi vos colombianos,
la cnenta desnuda del producto i de la
inversion del empréstito do 1824. La sevCI'iùad de las cifru¡¡
nos dispensa del trabajo de comentarla. ( ')
Importe nominal del ernlm~~tito
£ 4.150,000
A deducir':
Descnento inicial de 15 por 100
£ 712,500
2 por 100 comision
90,500
Gastos u\:onados a los prestamistas
5,193
.4 à.ividendos quo so dedujeron por antiClpacr.)ll
,
576,459 1.384,652
"\ alar efecti YO del empréstito
Mas lOBintereses qne devengó
der de los prcstamistas
£ 3.365,348
a sn favor en po,
29,283
Líqnido quo debió ingres:lr en el Tesoro
3.394,631
Dcdúcese el saldo Sill emplear quo cxistia en poder de la casa prestamista al tiempo de sn qniclwl\,
i que la Hepúb]ica perùió por sentencia de los Tribunales ingkscs
402,100
I qucdó reducido a
£ 2.992,531
Pero la misma casa prcstamista de Goldschmidt i Compll.fiÍa
dedujo por comision all
por ciento por el pago de ]aa letras
jil'arlH8 a SI1 cnrgo las siguientes cnntidades.
Soùre £ 4G,451-19-5 jiradas desde San Tomas por cnenta
(')
Datos
Ministro
Panamá
(.),
tomados
HurtLdo,
de la cuenta
anexa
Il
por
01
do 6 do junio de J828, impresa
en
por
su csposicion
cargo
i
ùata,
rendida
por José Anjel Sántos.
Datos tomaùos
tHlo publicó
empréstito.
do la cuenta
especial,
por órden del Poder Ejecutivo,
documentada,
del producto
que el sellar Casi de la inversion
del
7Ó
NÙFlSTRA
D:&UDA :iSTJl:RlOR.
del Gobierno, por el sefíor E. SRi'gUY ••••••••.•
464MlO-5
. Sobre £ 136,684-4-8 jiradaB por el senor H.
Goldmann .. : ••.••..•••.......•..•..•...•...
897-10-10
Sob're £ 300,000 jiradas por el sefíor Leandro
PalacioB de Filadeltia ...•...•.•.............•
3,000
Sobre £ 163,565-7-9 iiradas por el sefior
Francisco Infanson, desde Kingston .•.....•...
957- 3- 4
•
Suman estas comisiones ....
,£ 5,319- 4- 7
En la cnenta de oro i plata amonedado i en barras que so
envió a.Colombia por valor de £ 810,324-12-2 figura la enorme suma de £ 27,306-10-3 por gastos de estas remcsas, t'uera
de £ 1,769-0-11101' flete; i como por el artículo 8.0 del contrato
del empréstito los senores Gold~chmidt i Compañía se reservaron el monopolio de los negocios fiscales de la República en
Europa, eBmui natural suponer que la mayor parte de esa Burna,
aunque la cuenta no lo especifica, proviene de comisiones de
embarque cobradas pOl' los prestamistas.
En el.Estado A, anexo a la cuenta del empréstito presentada
por el sefior Castillo, con el nombre de" PagoB hechos con 108
fondos del empréstito por gastos del mismo," encontramos Ja
suma de £ 18,777-0-6 intereses abonados a Goldschmidt i
Compafiía por anticipacion de fondos de Jos instulamentos 2.°
3.° i 4.°
Estas diversas partidas de nuevas comisiones ascienden
juntas a £ 51,402;
..
Rebajada esta "uma del saldo de ;£ 2:992,531, a que hemos
visto quedó reducido el empréstito despues de los gastos orii1nárioB de cousecucion, hallaremos que la. suma efectiva que
se puso a disposicion del (}obierno no pasó en números redondos de £ 2.941,000, $ 14.705,000. La República se cargó pues
desde el principio con nna deuda ficticia de NUl-;VE MILLONES
D¡¡; PESOS.
Ocupacioncs preferentes i la falta. de algunos datos que
debemos toma.r en la Direccion del Crédit{) nacíOlJal, no nos
hanperII1itido preparar para. este número el segundo artículo
sobre la.deuda esterior. Como no es nuestro ánimo sorprender
al público COD el estudio que hemos hecho de esta important6
~GESTRA
DEUDA
ESTERIOR.
71
cuestion, i como por el contrario tenemos interes en que el
pais forme StlS opiniones a la luz de un debate franco, ilustmdo i Revera, hemos dado con mucho gusto cabiùa en nuestras
columnas al remitido que en defensa de la causa de los acree·
dores nos ha enviado nuestro amigo el señor Guillermo E.
:Martin.
Séa.nos, sinembargo,
permitido rectificar desde ahora dos
errores fundamentales
en que el señor Martin incurre al
abordar la cuestion, para inpugnar
nuestras ideas. Es el pri.
mero, que nesotros no hemos pretendido
establecer ninguna
relacion entre laR despilfarros de los Miuistros colombianos,
los cuales Ron esclusi vaIllente a cargo de la N acion, i los dere.
chas civile8 ¿.c los actuales acreedores,
sino entre el escanda_
loso abuso qlle sus causantes hicieron para esplotar nuestrn
situacion, vendiéndonos
uno por cuatro, i la obligacion mo.
raI que tenga la N acion de convertir en pesos de plata cada.
\lno de los peKOsuOlllinuleK de ese empréstito.
Por eso, al formular la. cuenta del producto líquido de los
empréstitos no nOi; ha ocurrido traer a colacion Ins sumas
malversadas por nuestros ajentes en E1Lopa, ni el descabella.
do empleo que dieron a la mayor parte de los foudos, com.
prando por precios fabulosos cordaje, balas, ca.fiones i mil
otros artÍl;llJc,s iuútiles, que vinieron a perderse íntegramente
en nuestros puertos. La cuenta se ha detenido en la suma
lí<luiùa que los prestamistas
pusieron a dispoÚcion del Gabier·
no, de~pues de todos los descuentos i comisiones con que gra_
varon la necociacion.
Segundo:'que nosotros no pretendemos ni aconsejamos que
la Nacion se sllstraiga fraudulentamente
al cumplimiento de
las obligaciones que contrajo por el convenio de 1861; sino
que teniendo ese convenio un mínimum forzoso i un ?luÍœ-i.
?num voluntario, la Nacion, con la conciencia de que no tiene
ningun víncdo moral de gratitud
que la ligue a los sucesores
de lIen-in:;, Gmham, Pm.clf's i GoldschmÙlt de Lóndres, se
reduzca, a pesados en la misL.la balanza. de la justicia i de la.
moral ecouómica eu que SIIS causantes no!>pesaron a nosotros.
Si cada peso de los que 110S dieron en 1822 costó cuatro, nosotros
no tenemos por (Iué im pouerle a este pais tan pobre, tau atra.
sada i tan ignorante, un sacriticio de cuatrocicntos a quiniento!>mil pesos an ualcs, sobre el mínimum de ti 300,000 que
hemos garantizado
a los tenedores
de nuestras obligaciones,
para pago de intereses i amortizacion
gradual de la deuda.
Ese sacrificio gratuito i gracioso de medio roillon de pesos,
representa
la sustraccion
vanidosa quo hacemos a la masa.
desheredada de este pais, del capital que necesita para salir
3. las rejione~ de la luz, con la lllstruccion
primaria., i a las
12
NUESTRA
DÈUDA
ESTERIOR
r~jio~es del traba.jo i de la industTia abriendo vias de cornu·
nlcaClon.
Así, pues, lo que él sefior Martin debe demostrar es que
estamos moralmente obligados a pagar lo que no recibimos, o
que violnmos alguna estipulacion del convenio de 1861, re·
duciéndonos a dar los $ 300,000 que hemos garantizado Como
minimum: esta es la cuestion qne se debate, la cual se resuelve con la historia de la denda i eon el texto del convenio
vijente.
Pero i el crédito! se dirá; quú ~a a fler del crédito de la
Nacion! Nos arruinamos
sin crédito! Hai mueho bueno que
decir sobre este tema; pero es necesario no dejarse alucinar
con' el abuso de fra.ses sentimentales
i apasionadas; i sobre
todo, es preciso analizar para saber donde termin;~ el principio
i donde principia elsofis77l..a. Con el sofisma del crédito engnfiaron a la Nacion los dilapidadores de los empréstitos de 1822
i 1824 para disculpar su ineptitud i su prodigalidad.
Zea i
López :à-Iéndez decian que no se habían parado en precio pa.ra
tomar dinero, ni eu escrÚpulos para gastado, " porque era preciso
q~le la Europa adquiriera una idea cxajerada, ca>;i fabulosa de
nuestras riquezas."
Esto se creyó entónees aquí por los tontos, i es posible que
la creyeran tumbien de buena fe nuestros ajentes; pero tene.
mos por cierto que Zea no engañlí a nadie en EUl'opa con
su ostentosa prodigalidad;
i es ridículo suponer que Mr. Canning se deeidiera a reconocer ln. independeneia de Colombia,
porque creyera que aquí teniamos guardadas montañas de oro
que iban a vaciarse en 108 mercados ingleses. No l~gaha a
tanto la ignorancia sobre la jeografía de estos paises, su pobla.
cion i su industria.
I la prueba era bien clara: si aquí teninmos tanto oro, por qué ibamos a mendigado a Lóndres?
No nos dejemos, pues, seducir por el sofisma del crédito,
fundatÎo en la ostentacioll i en la vanidad. Kallie se desacredita,
al rnénos no dehe desacreditarse,
porque declare que 110 puede aceptar cargas superiores
a sus recunos.
Adema.s, si hemos de hablar con franqueza, ni nos pesa, ni creemos quo
sea un mal, el que la Nacion carezca de créJito i de recursos
para. contratar
empréstitos
estranjeros
para operaciones de
1.'eliorerla ..
El señor Martin ha vivido muchos años en Europa, i debe
conocer la historia dolorosa de los empréstitos sur-americanos.
Los paises que los han contratado
no han hecho sino brindar
un ancho campo a la venalidad de sus a:jentes i El la. codicia de
los especuladores.
En Èuropa se pasea.n, haciendo ostentacion de fortunas coloales, que debetia.n oculta.r por un ·sentimiento de vergÜenza.
NU¡';STRA. DEUDA
ESTERTOR.
73
unos cuantos de esos traficantes indignos enriquecidos con el
peculado i la infamia.
Pero a falta de ese cn:dito pam contratar empréstitos ruinosos,
que S0]0 aprovecha a los encargados de la negociacion, i que DO
nos hace falta, queremos que la Nacion aspire a fundar otro
crédito m:.ís sólido, mas provechoso i mas duradero- el crédito
resultante de la esta.bilidad de nuestras instituciones, cimentado
por la paz, i por la seguridad efectiva de que aquí gocen las
personas i los capitales, que vengan Il. esplotar lo~ abundantes
elemeutos de trabajo con que la naturaleza. enriqueGió nuestro
suelo.
LA LÓJlCA
DE LOS
LOGARIT)roS.
El presen te artículo es mui corto, porque está escrito en
el lenguaje ideográñeo de los nlÍmeros, que tanto ahrevia i CODdensa la. espresion del pensamiento.
Tionc la. forma plástica.
del esqueleto armado con los huesos desnudos do lin cadáver.
Eu el artículo primero del nlÍmero 135 de este periódico,
vimos, con la historia de la negociacion eu la mano, i sobre el
testimonio de documentos irrecuRables, que el valor nominal
de los ern::lré¡,titos de 1822 i 1824, quedó reducido, despues do
apartados los descuentos iniciales, los descuentos de camuio i
las comisiones (lue dedujeron los miRmos prt'stamiRtas, sin hacer figurar para nada los despilfarros de nuestros ajentes, a Ins
siguientes sUOJas:
Los des millories de libras del de 1822, a solo la cuarta
parte, ""£ 500,000
"
ti 2.500,000
Los £ 4.750,000, del de 1824 a £ 2.9H,000
14.705,000
Por todo
~ 17.200..ï,OOO
que fué b suma efectiva (Juo se puso 11 disposieion de los ajentes coloml;ianos, despues de que la nego~iacion salió del domi.
nia del áljebra. i de los logaritmos.
I todavía la hemos llamado impropíamcnte
suma eJ'ecÛvŒ, cuando deberíamos llli.marla.
segunda S1~ma nom'Ínal, pues como so sabe, una gran parte
de ella so suministró en artículos de guerra por prceioR fabulosas; pero 110 es nuestro ánimo entrar en el laberinto de
semejantes cuentas.
Aceptando, pues, los hechos cumplidos i la baRe adoptada en
la Convencion internacional de 23 de diciembre de 1834, sobre
reconocimiento i divisiou de los créditos activos i pasivos de
Colombia,
nosotros deberemos reconocer que recibimos la
mitad de esa suma, habiendo reeonocido Venezuela 28 ! uni-
dades i el Ecuador 21 i.
74
NUlilSTRA. DEUDA. ESTEBIOlL
Procede, pucs, nuestra deuda, de un crédito orijinario, efec.
tivo, (ya sabemos lo quc significa este efectivo), de. 8.625,000.
Vcamos ahora. a. cuánto ascienden las erogaciones en efec.
tivo numerario que ha hecho la parte de la Nueva Granada. •.
(actual Colombia), para el pago de intereses i amortizacion
gradua.l del capital, i a cuánto Be ha eleva.do a.pesar de eso el
impdrte nominal de la deuda.. Por fortuna, aunque no exist&
en la Direccion del Crédito público la. cuenta técnica i corrien.
te de los empréstitos, desde su contratacion hasta nuestros dias,
la. costanci'a de los pagos hechos, sí ha quedado perfectamento
establecida en las liquidaciones de los dos Convenios celebrados
con los acreedores, el de 15 de enero de 1845 i el de 25 de marzo
de 1861.
Dividamos, pues, para mayor claridad, esta cuenta en t.res
épocas: la].a que comprende la época colombiana, desde 1824
hasta 15 de enero de 1845, fecha del primer convenio grana.
dino, por el 50 por 100 de la deuda; la 2.&, de 1845 a 1861,
fecha. del convenio vijente ; i la 3.", de 1861 a 31 de agosto de
1870.
El capital primitivo de £ 6.625,750, importe nominal de
los dos empréstitos, ganaba 6 por 100 de interes anual, confor.
me a los contratos orijinarios. En los veinte años corridos de
1824 a. 1844, habia devengado pues el capital 120 por 100.
Pero en el convenio de 15 de enero de 184;') se reconoci6 que
lo que quedaba a deberse por intereses devengados i· no satis.
fechos eran 114 libras por 100, C") Luego es claro, (los acree.
dores no han podido equivocarse), qne basta esa fecha se habian
cubierto laB 6 libras restantes, o sean £ 397,557, *1.987,785.
En esta suma no están. computados los cuatro primeros dividendos que los prestamistas retuvieron, por anticipa.cion, de los
fondos mismos del empréstito, i que ya dedujimos eu ']a liqui.
daciau de los descuentos orijinarios.
Mitad abonable a la Nueva Granada
$ 993,892-50
Siendo esta la primera partida líquida de la cuenta de
erogaciones que n08 proponemos hacer.
La de la 2: época, de 1845 a 1860, es matemáticamente
esacta, porque es la de la liquidacion del segundo convenio,
vijente en la actualidad. De 1.0 de enero de 1845 a 31 pa
diciembre de 1860, que fué el período de liquidacion que
incluyó el convenio vijente, habian trascurrido diez i seis afios
o seau 32 dividendos semestrales, de 108cuales se capitalizaron
15-10s dividendos 18 a 32; porque se habian cubierto íntegn,·
mente los dividendos 1 a. 17.
(') Memoria sobre la deuda esterior, presentada al Congreso quo debia
reunir¡;e en 1861, páj. 2.
KUEl!lTRA DECD.!
75
ES'l'EB.IOR.
e
Estos 17 dividendos importaban
1.918,125 conforme a la
escala. m6vil del convenio (le 1845, en esta forma: ('0)
8 dividendos all por 100 anual sobre un capital de deuda
activa de $ 16.564,87:, .................••............
$ 660,000
9 i 10 0.111- por 100
206,250
11 i 12 alIi id. id
247/)00
13 i 14 alIi id. id
288,750
15 i 16 al 2 id. id
330,000
17
rJ 2! id. id
185,625
Totr..l de las erogaciones
de la 2.· época
Pasemos a las de la 3.Remitido a Lóndrcs en 1861..
Id. 1862
$
199,958-081
204,759-313
200,776-8:12
199,796-459
272,D66-625
265,505-124
202,641-666
.
Id. 1863
Id. 1864
Id. 1865
1.918,125
.
oo
••••••••••••••••••••••••••••••
:
••
.
IJ. 1866
.
Id. l8G7, 1)rimersemcstre
.
De 1.°de-setiembre
de 67 a 31 de agosto
de 68
.
De L° de setiembre de 68 a 31 de agosto
de 69
.
269,772-390
487,393-250
---2.305,659-540
I de 1.0 d(: setiembre de 1869 a 31 de agosto
de 1870. el ::l7t por 100 de las aduanas,
incluyendo las remesas que aun no hahian
llegado 3. Lóndre~ procedentes de las liquidaciones del afio anterior, no puede estimarse en ménas de
$
Total de la. tercera época
750,000
3.055,059-540
RF.CAPITULAC108.
Recibimos un capital orijinario
de
Hemos pagaùo por intereses.
Mitad abonu?le a h~ Nueva Granada
en la prImera epOl:a .. '"
Pagado en la segunda
Id.
en la tercera
TotaL
H
••••••••••••
$
8.602,500
de lo pagado
.
.
.
oo
••••••••••••
993,892
1.918,125
3.055,659
5.967,676
(10 j Documento número XXVII anexo a la misma Esposicíon.
.
76
NUESTRA DEUDA ESTERIOR.
I debiamos en 1.0 de julio de 1869.
Por deuda activa.
.
Id. id. diferida
.
Id. nueva deuda. activa procedente de los intere.
ses capitalizados en 1861..
.
Tota.l.
'..,'
.
]5.041,000
14.851,250
3.887,357
33.779,607
. Ha llegadl;l el tiempo de que la prensa, si quiere ponerse Il
la altura de las necesidades del pais, i-ejercer ~\lgunascendiente
sobre la opinion, abandone un poco las l'ejiones abstractas de
la política especulativa, para aplica.n;e a estudiar las cuestiones
prácticas de interes palpitante para el progreso i el desarrollo
intelectual i material de la sociedad: instruccion pÚùlica, apero
tura de vias de cOlllunicacion, i como base del fomento qua el
Gobierno debe prestarles, los problemas relacionados con el cré.
dito intel'Îor i esterior i con las rentas i los gastos públicos; he
aquí los puntos a que principalmente deben dirijirse los esfuerzos de los bombres que quieran ocuparse con provecho en la
direccion de los negocios públicos.
El tesoro federal está en baucarota; i esta Gituacion ni
puede ni debe continuar asÍ. Entre las causa!; más poderosas
de nuestros embarazos fiscales, está el enorme gravámen que
nos impone el convenio vijente, de 30 de octubre de 1860, pa.
rn pago de intereses i gradual i mui lenta amortizacion de la
deuda estranjera..
En los ulÎmeros ]34 a 142 de este periódico, publicamos un
estudio minucioso de la histQria de esta deuda, con el objeto de
probar que estamos en nuestro perfecto derel;ho para exijir que
los acreedores reduzcan sus exijencias a la tasa mínima esti.
pulada en el convenio. Apoyados en el testimonio de documentos
irrefragables, que nadie ha contradicho, demostramos (lue el va.
lor nominal de los dos emprÓstitos de 1822 i 1824, quedó reducido
despues de aparta.dos los descuentos iniciales, los de cambio i
las comisiones que dedujeron los mismos prestamistas, sin hacer
cuenta de los despilfarros de nuestros ajentes, ni del precio
fabuloso de los artículos suministrados, a las siguientes sumas:
Los 2 millones de £ del de 1822, a solo la cuarta parte,
£ 500,000
$ 2.WO,OOO
Los £ 4.750,000 del de 1824, a £ 2.941,000
14.705,000
Por todo
17.205,000
Es decir, que, aceptando la base de la. division de créditos
);:GESTRA
DEUDA
77
};STERIOR.
colombianos, la Nueva Granado. solo recibió efectivamente
$ 8.625,000, annque hubiera tenido que reconocer el 50 por 100
del importe nominal de lORempréstitos.
Para comprender bien las indicaciones que respetuosamente
sometemos a la consideracion del Cotlgreso i del Poder ~iecu.
tivo, sobre un nuevo convenio para la amortizacion de III cleuda,
es preciso recordar cuáles son las bases cardinales del convenio
viJentc.
Los intereses corridos i no satisfechos de la Deuda, desde
su conv8rsion hasta 1.0 de diciembre de 1860, se capitalizaron
icon Sll Lnporte 80 formó un nuevo capital de deuda activa, de
$ 3.887,000, quo permanece estacionario, porque no tiene fondo de amortizacion,
i cuyos intereses, al 3 por 100, deben
cubrirse íntegra i preferentemente
con los fonùos asignados en
el converjo.
El producto del 37 ~ por 100 de las aduanas, se distribuye así:
la por 100 para amortizacion, en remate, del capital de la.
antigua deuda, en la proporcion de dos terceras partes para la
activa, i una tercera parte para la diferida; el 90 por 100 res.
tante, deducidos los intereses de 106 $ 3.887,000 de la nueva.
deuda activa, que no entra a la amortizacion, se proratean
entre los intereses de las antiguas deudas, en la proporcion de
! para el capital ùe la activa, i i paru el de la diferida.
En los últimos años, el 37! por 100 de las aduanas TIa subido
progresivamente,
hasta alcanzar a repartir, en diciembre de 69
i junio de 1870, un dividendo de l-95k por 100 a. la antigua
activa, i 0-63~ a la diferida.
Se ha estipulado que los intereses de la activa DO pasarán en
ningun caso del 3 por 100 anual, ni los de la diferida dell!.
Cuando el 37 t (le las aduanas, deducidos ellO por 100 r,eñala.
do para la amortizacion i el importe de los intereses de la nueva
deuda, se anmente de tal manera que aleance Il repartir un di.
videndo de 3 por 100 para la antigua deuda activa i I! para la
diferida, el exceso se aplicará a la amortizacion de la deuda,
en las proporciones ya referidas.
Para que esto sucediera, era preciso que el 37 k de los derechos de importacion produjese más de $ 900,000, los cuales serian distribuidos en la forma siguiente:
10 por 100 para amortizacion
90,000
Intereses al 3 por 100 del capital de la nueva.
deuda sobre $ 3.887,000
116,610
In~ereses ~l 3 por 100 sobre los 15 millones de
la antlgna actIva
450,000
Intereses alIi
sobre los 15 millones de la dife.
rida
,
o ••
o •••••
'fotlll.
o ••••••
o.
o.
o ••••••
o.
o ••••
o ••••••••••••••••
o'
•••••••
225,000
881,610
18
NUESTRA DEUDA ESTERlOR.
-----~._-~_._-~_.-_-,----_.~--~..
Excesoaplica.ble a la a..morti2acion
--._~~
.
18;300
900,000
El convenio es ta.n gra.voso bajo este punto de vista, que en
los 9 años'corridos de junio de 61 a junio de 70, .apénas ha
alcanzado a ¡¡.mortizarse con el 10 por 100 de los fondos
$ 1.284,250 de deuda activa i $ 1.261,500 de deuda diferida.
Los £aIdas a. deber de las tres cla.ses de deuda eraD en 1. de
julio ùe ] 870 los siguientes:
N ueva.activa
$
3.887,000
Antigua activa
14.972,250
Diferida.
14.784,000
0
0
o
•••••••••••••
•••••••••
'
••••••
Total.. ...
33.643,250
S~uiendo esa propOrcion senec~8itarian 153 años para la
estinclOn de la deuda; pero como a medida que crezca el 37+
pOI' 100 de las aduanas, i a medida que disminuya el capital
.con cada arnortizacion, el remanente sube de precio, porque VA
tomando un interes mayor, es claro que las a.mortizaciouessucesivas serian cada vez más altas, i qUe si para-amortiza.r 2 millones
se han gasta.do 9 años, para. amortizar 34 millones no bastarían
153, siJ,loprobablemente 200 años.
1esto es precisamente Jo que ha sucedido: que el precio de
amortizll.cion ha subido de 14-471 a qne se cotizó la activa en
Josremates de 67 i 68, a 24-65 en el remate de junio de 1870;
i de 6-88!, a 10-75 en la diferida,
;El seoor 19ua{;ioGutiéuez en los ~uo.drosd~mostr"ti¥6~ de
las ventajas obtenidas por el nU6VO convenio, compaf&d() COD el
de 1845, calcula, como una cosaIDui lisonJer-., que en el curE!&
d.e 58 años, hasta 1918, solo tenqremos que pagar la módica
.suma de $ 49.390,496 en la. forma siguiente:
Para pago de intereses ..............................•
44.451,i41
Para amortizacion del ~pital.. ....
4.939,049
o
••••••••
o
•••••••••••••••
o' •••••••••••••••
$ 49.390,496
Ba.sta la enunciacion de estosresultadQs; basta leer estas
cifras, para. comprend~r que el c()llvenio aotual es absurdo,;
que 'Su cumplimiento es de todo 'Punto imposible para nuestro
tesoro, aparte de que tenemos derecho perfectQ, pareI oríjen
'd.e IQ deuda i por los sacriticios que hemos hecho, para exi;ir
que los ac¡:eedores reduzcan sus e.x:~jenciasa términ~ compatibles eon la satisfaccion de nue¡¡tr~ necesidades interuas.
No deherá de ninguna manera. insi8tirse ~n un plan tan
'Complica.docomo el que propuso el seùor Camacho R, ique loa
&Cr6idol'ell han rechaza.do COll justa. razo •. La propiedad i el
~GESTR,\
DEUDA
EST~:RroR
79
valor es~imado de las salinas de Cundinamarcll. i Boyacil carece
de toda base cierta de cálculo, sepat'aùos del monopolio;
i
cuando este monopolio Cll.!iino puede sostenerse en manos
del Gobierno, como una renta nacional directamente aplicada
a la satiRfaccion de las mas premiosas necesidades del servicio
público, es imposible que una compañíll. estranjera, a una naciona.l, consienta en colocarse en una posicion tan falsa, como
odiosa e insostenible.
Q.ué deberá pues bacerse ?
Una Gasa mui sencilla, tan sencilla, que por serIo no se
ha visto, porque se tiene la idea fija. ùe que un convenio sobre
amortiza:.:ion de Ulla gran deuda
debe ser siempre algo
mui complicado.
Los articulas 12 i 13 del convenio vijente nos reconocen
clara i terminantemente
el derecho de amortizar en remate i
de comprar la deuda al precio del mcrcaùo; clúusula cspec'ial,
porque en todos los contratos de empréstito se estipula que la
amortiza:.;ion se efectúe en lotería i a la par. Aquollas cláusulas
contiosull pues clar:llnente, que por eloríjcn i las anormalidades
e irreguInrida{les de los empréstitos colombianos, los acreedores
re<.:onoceL que nosotros no estamos moralmente ohligados a
pagar el importe nominal Je lu. deuda, sino su precio de bolsa.
La oporacion es pues roui son cilla. Deberemos decir a
los n<.:reo(;oros: ., señores, nosotros no podemos ùe ninguna nJl1.nera continul1r aplicando la cuarta parte del producto bruto de
nuestras rontas para pagar indefinidamente
los intereses de esta
deuùa; estas operaciones pueden hUGCrse sobre el Tesoro de
una nacían afianzada i rica, pero no sobre los escasos recursos
de un pueblo pobre que apénas principia a vivir; tenemos
pues necesidad indispensable
de poner termino a una nego~
ciacion que nos abruma, que DOS condena a la miseria i a la.
ignorancia;
i usando del derecho que nos cODcede el convenio
vijente, exijimos que el sacrificio que hacemos se aplique sin
pérdida. de tiempo a la amortizacion de Ja deuda."
Esta deuda vale lo sit;uiente, segun Jas últimns cotizaciones
que tomamos del" Economista"
de 31 de diciembre Último.
N úmeros redondos:
$ 4.000,000 de la nueva activa al 38 por 100
1.520,000
15.000,000 Je la antigua activa al 21..
3.150,000
15.000,000 de la diferida al 9
1.350,000
S 6.020,000
Cuál es, pues, el problema que hai que resolver? El de dar _
a los acreedores, Call todas Jas garantías que ellos exijan, confondos cspocialea sobre el producto bruto de toùas nuestras
I\lo.tas, t:.U~I, ailul1.li.daJ. fij3. e invariable, !n. que sea ne~csaria
80
NUESTRA
DEUDA
ESTERIOR.
para que ellos contraten en Europa un empréstito que les
pro(~uzca la su~a efectiva de 6 millones de pesos, eu clloJ1lbio
del Itnporte nomInal de Id. deuùa. Bastaria que el emprÚstito
con~r~tado fuese de 7 millones, al 85 i al 5 por 100, qlle pro.
ducll'la $ 5.950,~00; pero fijemof;la operacioll en 8 millones,
que al tUlsmotipo produciria $ 6.800,000, para que fueran de
nuestro cargo todo') los descuentos i todas las comisiones ·ima.jinahles.
Pucs bien, una anualida.d de 500,000 por 29 años, es la
qu~ se necesita para cubrir lOi;intereses de los 8 millones al
5 por 100 i para amortizar el capital.
El que quiera puedo rectificar la operacion con esta fórmula:
*
..
n _~~.-log~-",~-,')
-
log: (1 x r)
n repre¡;enta el número de -aiíos que se busca, P la an ua.
lidad de $ .'100,000,A el capital $ 8.000,000, i l' el iuteres de
un peso en un ano.
EPíLOGO.
En vez de contratar un empréstito para rcdimil' 108 83
milloncs de la Deuda al precio del mercado, los acrecdores
mismos convinieron en hacer ese empréstito con 81lS propios
documentos, reduciendo su ,valora $ 9.756,000 conforme al
convenio de 1.° de enal'O de 1873. Antes de estos escritos no
r~jistra la prensa nacional nna sola línea encaminada a rastrear
los oríjenes de estas negociaciones ni a demostrar la justicia
mOl'al ilegal que nos asistia para pedir la red uccion de la
Deuda a S11insto valol'. Si otro ántes qne el antOl' de este
libro la hizo, que muestre BUStítulos, Tengo pues derecho
para reclamar la precedencia en el importante servicio prestado al pais con el conxoeniode 1.0 de enero de 1878.
Pero toda vía cste convenio no satisface a la JUBticia. Un
T'laistan pobre como el nuestro, qne no tiene con qué construir
un ferrocarril, no debe Bujetarse a nna erogacion de medio
mi\lon de pesos an'uales solo para pago de intereses. Deberá
pucs moè1ificarseel convenio, en el sentido de que esa suma se
aplique íntegra i preferentemente a la amortizacion del capital,
en sorteo i a la par, i dcspnes a la amo,rtizacion de lOBintereBCs)
como se indicó nesde 1870' en la pájina. 79.
NUESTRA
CONTROVERSIAS
DECDA
SUSCITAllA8
D~:
1.0
lufo-me prc.entallo
(Diario
~ODRE
DR
F.NF.ItO
LA EJF.C'CCION
llR
DEL
CONVENIO
1873.
a la Cámara dc Reprcsentante.
Oficia11lÙmero
81
ESTEnIOR.
en 1816.
3706, de 6 de ab"il de 1510.)
He examinado con la circunspeccion
que la magnitud del
negocio exije, todos los documentos relativos a las cuestiones
i controversias
que se ban suscitado sobre la intelijellcia i
cumplimiento
del convenio de 1.0 de enero de 1873 sobro
amortizacion i pa.go de intereses de la Deuda esterior, de que
el Poder Ejecutivo ha dado cuenta al Congreso, en la nota
documentada de la Secretaría
del Tesoro, de 2D de febrero
\¡!timo, número 26, con cuyo estuùio me honr6 el Presidente
de la Cámara.
Las cnesti011cS promovidas por el Consejo do ~enedores
de Bonos residente en Lóndres, solo merecen el nombre de
tales por el hecho de haberse promovido.; porque todo, aun la
que parece evidente, puede sujetarse a duda;
porque no hai,
Cll fin, palabras
a signas pam. la comunicacion
de las ideas
sobre cuyo significado no pueda alzarse disputa;
pero no porque los términos del convenio, entendidos
gmmatical i racio.
nalmente, puedan prestar el más lijero apoyo a las pretensiones del Comité de L6ndres;
pues de paso advertiré que los
acrcedores de Amsterdam
ban hecho, en oposicion a los de
Inglaterra, la mejor i mûs honrada dcfensa de nucstros derechos.
Principiemos por el estudio de la que se llama la cuestion
del fond() acumulai'ivo de umortizl1cion.
El artículo 4.° del convenio, Único que trata o habla en
todo él ùe fondo de amortizacion, dice así:
" Durante los primeros cinco años, a partir de la fecha del
presente convenio, el Gobierno de Colombia no estará obligado
u asignar cantidad alguna para ln. amortizacion del capital de
la Deuda estcrior. De 1878 en adelante destinará por trimestres £ 25,000, (8125,000), en cada año para la amortization de
dicho capital. l,a dispuesto en este artículo no obsta para que
el Gobierno de ColomlJia pueda señalar o aumentar
en cualquier tiempo i en cllal(plicra suma el fondo de mnortizacion."
En cumplimiento ùe este artículo, Duestro :Ministro señor
Justo Arosemena, a quien tocó ln. ejecucion del convenio, hizo
redactar el tex~o (le los Donas, dicicmlo (p1() dichos Valcs son
ti
82
NL;ESTRA. DEUDA. ESTEIUOR.
" redimihles por medio de un fondo de amortizacion acumular¿va de uno i cuarto por ciento al año"; eu vez de decir lisa i
llanamente, empleandó los términos del artículo 4.°; que eran
redimihles con nn fondo de $ 125,000 por año.
El capital de la deuda era, cnando se firmaron los bonos,
de ::; 10.000,000; i como $ 125,000 es uno i cuarto por ciento
de 10.000,000, el señor Aroi';emena, allnC(ue no hizo bien en
sustituir una frase técnica, por la frase corriente del artículo
4,° no incurrió en error aritmético al decir que los Bonos eran
l'edimibles con un fondo acumnlativo
de Ulla i cuarto por
ciento anual;
porque los $ 125,000 que en el primer ai'ío de
la amortizacion (18iS) corresponden a 1 i t pOI' 100 del capital,
(8 10.000,000), no son ya 1 i i, sino un poeo mái'; sobre el eapi.
tal del segundo año, disminuido en S 125,000 importe de la
amortizacion del primer, año; i así sucesi vamen te; i como el
fondo permanece el mismo, aunque el capital mengÜe por las
o.mortizaciones sucesivas, a en otros téJ;minos, como la proporcion del fondo con el capital va aumentando incesantemente
a
medida (lue este disminuye, por Ci';Ose dice que el fondo es acumulativo. Con efecto, cuando el capital sea solo de ~ 5.000;000,
los 8 125,000 no representan ya ,un fondo de amortizaciQu de
1 i t sino de 2 i t por ciento.
T sin embargo, apesar de esta claridad que abruma, los
a.creedores, nuestra Ministro en Emopa i el i:3ecretariQ del
Tesoro, han incurrido eil. el grave error de creer que el señor
Arosemena tuvo laintencion
de estipular¡ i estipuló en efecto,
que la parte de interes correspondiente
!II, 108 Bonos que fueran amortizándose acrecia a los $ 125,000 del fondo de amortizacion de la Deuda.
El señor Zapata, cuyas opiniones respeto, incurrió
en este
error, aunque opina, por supuesto, que nuestro Ministro carocia
de facultad pam hacer esa estipula.cion contra el texto del
convenio, al cual debió ajustarse en la redaccion de los Bonùs ;
i que por tanto ella, (la nueva ei';tipulacion), cailla GIla entiende,
DO Ci';ouligatoria
para la Repúhlica.
" La formacion de un fondo acumulativo
anual para la
amortizacion del capital, dice en nota de 2 de juuio de 18ï;', es
una condicion tan importante,
que si ella se tuvo en ruira, ha
debido estipularse espresaroente en el contrato. Si esa estipulacion 'falta, no hai duda que la obligacion del Gobierno está
reduc.:ida fi destinar anllu.lmente b suma de $ 125,000 para
amortizar el capital, i la suma necesaria para pagar les interetes cn la pro pare ion correspondiente
a los Bonos amortiz!Hlos. "
Pero como él parte tiel error de dar n. la fra¡;e del Bono un
i:iguilicado insost(:lIible l'OHsu c:ollstruccion gramatic:al i Call él
N ¡;BS'1'J:.\
OEun.\
¡';STEIWlJL
o·,
O·)
1exto del convellio, ell ln. misma notu. agrega: " (jl/() CaIlla CIl
Ulla deuda al portador, que se compra i vell<le liln'elllClÜe
Cil till mere'tdo estra1.1.iero, os elllolJo
nrmll(lo por el represen.
tante del GoLiefllO el quc CSprll~u. las 01¡ligaciolJcs contraidas
por éste, si despucs dc año i llledio Jc omitida la Deuda viuicra
el Goùierno a resolver que el f01.1doIle :lmortizaeion no es acu.
n.1Ulativo, i (lue 011los llanos hai error, este ado ¡;eria cOll¡;iderada de mala fe, i de Ulm plumada quedaria arruinado
el cré_
dito de la Itep:íLlieu.."
.El Se¡;ruturio ùel Tesoro. <lice, p;'jillU lU de lu. :Memoria;
" .Eu rigor de dere¡;ho podria des¡;onoccrse la cláusuln refe_
rCllte al fOlldo acumubtivo,
porquc !lO cOllteni~ndola el COllvenia, su inclusioll en los DallaS impli(;a una moJifiea(;ioll
sustancial de la pactado, que el representalltc
del Gobierno
colombiano no tcuia autorizucion para !t(;cptar;
i probaLlemellte no habria tribunal cn el mUltdo c¡ue condenase a la
RejJúLlicl1 11 somcterse a ell:1, si el caso huhiera dejtlzgarse por
la lei del contrato que diú oríjen a la. cll1ision de aquellos
documento~. Pero i serin. decoroso pam Colombia i convenicnte
n su ¡;rédito replllliar una ohligacioll sOlen1l1Clllente aceptada
i recollocida por un Ajellte suyo, inve'itido de clevado carácter
público 1 Las poderosas considemciolles
cspuestas ell lu nota
de nucstro Ministro en Europa, a que me he referido, responden
ncgativamente
a esa pregunta."
rHas yu hemos visto que se ha ineucido en un gravísimo error
al dar a la frase del BOllO \Ina intelijencia insostellilJle Con Sll
construccicn gramatical i con los térmillos claros del contrato, al
cuul, como lt su le.iítima fuente, ùeueria ocurrirse para uusear
su rect~ i raturaI interpretucioll.
Para comprender la l'ccta illtdi.ieneia, (aun prescindiendo de
los térrllillo;;clcl Convenio), de la frasc Cll disputa, supongamos
q lie ell vez de dècir: " redilllibles por l1Jedio de un fondo de
:1lllorLizacioll UCn1ii'L*d¿t·o de uno i cuarto por eiento al año,"
huLiera dicho: "redimibles
por mellio de UlI foudo de amortizacion do uno i cuarto Ijar cicuta al aîío."
. Ent(Jl1ccS 'lucrria esto decir qlle aunque el esponent.e de b
amortizacion, (1~),permanecia el mismo, su y11,10rcorno cantidad
ùc¡;recia an lInlmentc a medida que disminuia el capital de la
Dcuda con caùa amortizacion.
En el primer año seria];}
dc S 10.000,000
igUllI a
8 12¡j ,000 .
En el 2.° It de 8 9.875,000
123,1:H-üO
En el 3.0 l~ de 8 9.750,000
121,875
.
En el 4.0 I} do 8 9.625,000
120,312-50
En el5.o q de S !JJ>OO,OOO .......•...•............
118,7:>0 '"
I ad suCe~iYallicllte.
84
NUESTRA
DEUDA
ESTERTOR.
El acumulativo significa, pues, que la mengua en, el valor
relativo del esponente de amortizacion se acumula siempre a
l>Í mismo para que no decrezca.
Para que los $ 125,000-li del capital orijinario de la Deuda
- so acumulara, a otra cantidad distinta, cual ]0 es ]a de los
intereses sobrantes de los Bonos que van amortizándose, seria
preciso haberlo dicho espresa i claramente, COmosi se hubiera querido estipular que a dicho It 'acreciera otro cualquier
fondo, por ejemplo, el excedente de la renta de adut.nas sobre
tres millones de pesos.
'
De acuerdo con la estipulado en el convenio de 18 de
diciembre de 1873, tuvo lugar en Lóndres, el17 de diciembre del mismo aüo, una amortizacion pot sorteo i a la par de
£ 48,800, $ 244,000 de Bonos, lo que redujo el capitaL de la
Deuda a $ 9.756,000. ,
A la suma amortizada, $ 244,000, corresponden $ 10,980 de
interes anual al 4t por 100, a sea.n .915 por mes, que con•.
forme a la corruptela establecida por el Comité de Tenedores i a la indebida condescendencia del Gobierno, se en.
tregan mensualmente en la Tesorería al Ajente de los acreedores contra todo derecho.
Tambien debe deducirse del capital de la Deuda la suma
, de £, 16,000 o $ 80,000 importe de Bonos que quedaron sin
emitir desde 1861, por no haberse presentado los dueños de
los antiguos vales neo-granadinos, i que hoi pertenecen a la
República por prescripcíon.
El señor Arosemena reclamó esta suma., pero el Consejo
de 'l'enedoresha rehusado su e~tr~ga, segun nos la informa
el Secretario del Tesoro en la pájina. 28 de la Memoria. El
Consejo pretende que los indicados Bonos se le entreguen
para aplicar una parte de su valor a gastos de conversion'de
la .Deuda, i la otra pa.ra hacer frente a las reclamaciones que
pueùan presentarse por los Tenedores
los antiguos vales.
El capital de la Deuda solo es, pues, de $ 9.676,000, deduccion hecha de los $ 80,~OO de los Bonos prescritos. Este
capital gana 4~por 100 hasta 31 de enero de 1877, i 4~de 1877
en adelanto i i como solo estamos obligados a aplicar para su
amortizacion $ 125,000 desde 1878,]a diferencia de erogacion
de numerario para servicio de amortizacion de la. Deuda, segun que el Convenio se cumpla COIllOestá escrito, o que so
tolere el abuso del fondo acumulativo, tal como la entienden
los acreedores, es el que resulta do los guarismos del siguiente cuadro, en el trascurso de diez afios solamente:
<f
NUESTRA
DEUDA
85
ESTERIOR.
:i:~S-.---_.- Er;g~~i~~-:OnfOr::l-.
.
-f874- .. ~=]1875
1876
1877
1878
187!)
1880
1881
1882
1883
Totales
$
.,
125,000
125,000
125,000
125,000
125,000
125,000
!50,000
con;e~~o~-¡~O~-OqUie~e~:~
acreedores.
=::-:~$-10:980
.
10,980
10,980
11,590
136,5!)0
142,527-50
148,4135 .
154,402-50
160,340 .
1136,277
-50
$1 !);,)3,132-50
La cuestion es tan importante que, como lo observa el
señor Zapata en su nota de 2 junio, si el fondo acumulativo se
entiende como lo sostienen los acreeùores, ln. Deuda quedad,
estinguida Cil un período de 30 años, a contar desde 1878, a
tiempo que si solo se aplica a la amortizacion la suma de
$ 125,00U, será necesario el trascurso de más de 80 aiios para
su redencioll final.
Se comprende igualmente que 'el precio de la Deuda tiene
que afectarse mucho, segun que la euestion se resuelva en
uno u otro sentido j i como ln. República tiene por el Couvenia la faculta<.lde aplicar otros fondos para la amortizacion
de los BOllOSal preoiu l'ibre del ?1w?'cwlo, la diferencia pueùe
ser <.leuno u.dos millones de pesos en toda la operacion. Yo
por mi parte creo que la Hepública llO debe despreciar esta
ventaja, sin faltar en nada al tenor literal de las estipulaciones
del Convenio.
Pero se dice, ciudadanos Representantes, que debemos
permitir ostas cosas, para no l)erjudicar nuestro crédito. Este
es un sofisma con quo se osplota lluestra credulidad. La Nacion no tiene crédito propio, si puedo esplicarme así, por mu.s
sacrificios que baga para pagar la que deùo, como lo prueùa
el hecho de que nadie nos da una libra en Europa sin exijir110S prendl.l,. Entónces no somos nosotros sino la prenda la quo
goza de crédito, i es, por tanto, completamente inútil el que
nos dejemos esplotar por pretensiones injustas con el sofisma
del créùito.
SG
~UESTRA
DEUDA
DESCUE~TO
ESTERIOR.
DE LAS
LETRAS.
:El artículo 3.° del Convenio dicé :
" Las sumas destinadas al pago de intereses, ($ 37,500 por
mes en los primeros cinço años, i despues en la proporciou
correspondiente), lo mismo (lue las destinadas a la amortiztlcion del capital, se eutregar{m en la Tesorería jeneral de la
Union por mensualidades vencidas, en libras esterlinas o su
equivalente, al Ajcnte de los tenedores de Bonos en BogotÚ.
Hecha la entrega a dicho Aj'ente ee~a toda responsabilidad
por parto de la República."
I el artículo 5.° dice:
_
" Los Cupones i los Bonos sorteados serán pagados en Lúndrcs por los Banqueros i Ajentes del Gobierno, a por los de 108
tenedores de Bonos, i el Consejo do dichos tenedores determinará los honorarios que deben pagarse a los que intervengan
en esta operacion, la mismo que en las demas relacionadas
con el presente convenio. Para atender a estos i demas gastos
se deducirá de los intereses pagados i del fondo de amor tizacion de los Bonos sorteados, hasta un dos i medio por «ciento.
El pago de los Cupones tendrá lugar cada tres meses."
Por manera que la RepÚblica tiene el derecho de bacer los
pagos eu Bogotá, i la. obligaciou de rescatar los Cnpones i
Bonos en Lúndres. Los acreedores tienen a sn tUrllOla obliga.
ciou de recibir el dinero cu Bogotá, pero tienen el derecho 'eIe
trasladar sus fondos a Lóndres en especie a por medio de letras,
como ellos lo crean más económico i seguro, puesto que la.
operaciou se hace bajo su responsabilidad.
Los foudos se entregan aquí en especjes metálicas al Ajente, Con más el premio de cambio comercial entre las dos plazas,
para reducir pesos colombianos a libras esterlinas en Lóndrcs;
i el Ajente en uso de su derecho compra letras a 90 dias vistas,
que es el plazo del jiro corriente.
Sucedió, pues, que por esta razon-Ia del plazo de las letras
ag~egado a los 45 dias qúe tardau en llegar a Lóndres-el1.° de
abril de 1875 solo habia en caja la tercera parte del dinero
que se necesitaba para pagar el cupon del trimestre que ven·
ció eu 31 de diciembre de 1874; la otra tercera parte ingre.
saria el 18 del mismo abril, i el saldo cI 2 de junio. Para salir
de la dificultad resolvió el Consejo descontar las letras no vencidas. El descuento costó £ 136-:.?chelines i 11 peniques; icon
tal motivo se ba suscitado la disputa de si cuando esto ocurra i
haya necesidad de descontar las letras no vencidas para pagar
oportunamente el importe de un CUPOD, este gasto es de cucu.
ta del GoLierno a de los acreedores.
~UES'l'lL\
UEGD.\
m'TERroR.
87
Creo que en estricta .iusticia. el gasto debe ser de cuenta
del Gouicrno couforme al artículo 5.°; pero en la práctica la
cuestion car,}ce absolutamente
de importancia,
porque si se
declarara qUJ era de cargo de los acreedores, a éstos les bastaria, para evi'Alr esa pérdida, dar óroen a su Ajente en Bogot:í
para comprar letras pagaderas a 30 Gias a a la mas a 60, i
cailla estas letras valen naturalmente
más que las letras onlinarias a 90 días, i como el oallll.io es de cargo del Gouierno,
seria el GoLierno en detinitiva el que pagaria la. diferencia.
PÉRDlDJ. DE FO~DOS l'Olt PROTESTO DE LETRAS.
Ape¡;ar <le lu. perentoria estipulacioll
contenida en el artí.
culo ;~.odel call venia, cuya lectura delle repetirse en este lu.
gar, en virtud de la cual la RcpúLlica queda libre de toda res.
ponsabilidad call el pago hecho en Bogotá, el Presidente del
Consejo de t3ueJores, Mr. Leonel N. BOHal', ha pretendido en
nota dirijida al l'erraI' Zapata con fecha 13 de noviemure último, que se encuentra entre los documentos, poner en duda la.
respomabilidad
eJe los tCIleùores en caso de pérdida a protesto
de \as letras de cambio, que su Ajeute compra en Bogotá por su
cuenta i riesgo con los fondos que le entrega la Tesorería. Semejante prc-,.ension es verdaderamente
escandalosa, siendo este
el térmiuo mas suave que vuestra comisiou deba emplear para
calificarla..
l'ero Cailla de llecllo, en caso de pérdida do las letras, 101>
cupones 110 pa.gados, que son ùocumcntos al portador, queda.
rian circulando en el mercado, sin poder ser l'ecojidos, i como
a la larga, por mas injusta que fuera, se formularía i I>osten.
dría la correspondiente
reclamacion, i Corno al tin nosotros
concluiriamos por satisfacerla, Con el sofisma del crédito, es iudispensallc,
ciudadanos Representantes,
que no dejeis pasar
las presentes sesiones sin lejislar sobre el particular.
El infrn.sc:rito ha cumplido con su deller estudiando
este
negocio Call la más granùe atencion. Toca ahora a la sabiduría
de la C:í.mar:\ pesar con imparcialidad
Jas l'nones espuestas en
(lste informe i deciùir la que exijan la justicia i la honradez.
En conseJuencia de este informe, la Cámara de 1877 adoptó
las siguientec:; resoluciones que han sido cumplidas:
"1.0 El Poder Ejecutivo procederá inmediatamente
a exijir
-que el Ajent{l del COllsejo de Tenedore':i de BOllOSde la Deuùa
88
NUESTRA DEUDA ESTERIOR.
eBt~riorreintegre al Tesoro las dos mil libras esterlinas (£ 2,000)
sus intereses i premio de jiro, que el Ministro de la República
en Lóndres suministró en calidad de reintegro a dicho CODsejo
en julio de 1876, en reemplazo de una letra de igual valor,
que el mencionado Ajente compró aquí, bajo su responsabilidad,
para el servicio de la Deuda, con los fondos que le entrega la
Tesorería jeneral, de conformidad con el artículo 3.° del Con.
venio de l.e de enero de 1873, i que fué protestada.
"En lo sucesivo se exijirá <tueel Ajente de los acreedores dé
a la Tesorería jeneral un recibo en forma de cada pago, en el
cual se incluya la parte final del artículo 3: del Convenio. Al
completarse aquí la suma correspondiente a los intereses de un
trimestre, se exijirá que el recibo esprese que por este mismo
hecho ha quedado i queda cancelado el respectivo cupon de la.
Deuda. Si el .A.jente de los Tenedores se denegare a espedir los
recibos de los pagos en esta forma, o si de cualquiera manera.
se continuase sosteniendo for parte de los a.creedorefl,contra la
perentoria estipulacion de artículo 3." del convenio, que a la
República puedo quedar alguna responsabilidad por pérùida
de fondos o protesto de letras en manos del Ajente, el Poder
Ejecutivo dispondrá que el servicio de la Deuda so haga en lo
sucesivo en Lóndres, remitiéndose 108 fondos directamente por
la Tesorería jeneral, como lo autorizó el inciso 4.° de la lei 55
de 1876."
pERVICIO
POSTAL FRANCES.
Sinúpsis del estudio hecho
Cil
las Administraciones
~
de correos de Paris
Cil
186R, acojido por ci Gobierno Colombiano i publicado en el" Diario Oficial" del
mismo a;;o, con el objeto de servir a la mejora de e.te importante ralJlO en los
Estados Unidos de Colombia.
DE IJO QUI~ DEBE
ESTUDIARSE,
I DE LO QUE 1'0 DEIŒ
ESTODIARSrl EN FRA~CIA.
Seria necesario cerrar los ojos Il. In. luz del medio dia í
negar la historia., para desconocer que despues del gran alumbramiento de la revoluciou de 89, la Francia ha teniùo costantemente,
bien levantada,
independientemente
i al traves
de todos sus cambios de gobierno, la antorcha que ilumina el
munùo civilizado; i que su literatura, su periodismo, sus libros,
han sido i son los grandes conductores
todas las verdades
política,;, rcIijiosas i sociales que forman el credo de los paises
Ii bres.
Bien sé que muchas de estas ideas han nacido i se han elaborado en el cerebro de otros paises, sin la concurrencia de la
Francia;
que la soberanía de la conciencia i la libertad relijiosa sou hij3.s de la Alemania. del norte; que el gobierno
representativo,
las ~arautías individuales i Jas liuertades públicas florecian ell lnglaterra, i habian ya fUlldado del otro
laùo del Atláutico las doce colonias liures que hoi forman el
gran pueblo americano, ántes de que la Francia pensara en
despertar del sueño del feudalismo. Sin embargo, esto no camùia
ni rebaja en nada el destino asignado a la Francia:
siu
su cooperacion, Sill Sll con tacto, esas conquistas, esas revoluciones, habrian quedado confinaclas a los paises que lus
eln boraron, o se Laùrian clesnrrollado en el munclo con suma
leutitud, porque a los otros pueblos les falta el don de la comunicabilidad, la faculta.d de lu asilllilacion, el misterioso pocIer ùe
la simpatía quo tiene el pueùlo frances. La .Alemania es paru
ue
DO
SERVICIO POSTAL FRANOES.
los alemanes; la. In~laterra. ès para los ingleses; la Francia
es para todo el mun<1o.
I como si hubiera necesidad, para que este fuego no se
estinga, de que la nacion que lo alienta ande siempre, como en
pos de un fuego fátuo, en persecucion de su lumbre, la Providencia, en castigo de sus estra vios" parece que ha condenado a la Francia a no alcanzar nunCa la luz que espa\,ce
a su alrededor. Semejante a esos faros iluminados por la luz
eléctrica, cuya claridad se proyecta a muchas leguas en el
océano, i que dejan en la sombra la base que los sostiene. La
templanza es la lei moral a la cual está sujeto el goce de todo
bien, i esta es ]a virtud de que la lt'rancia carece. Nunca ha
sabido usar, sino abusar de la libertad, i por eso la lihertad
huye de ella, como huyen los placeres de los sentidos entorpecidos i estragados por una disipacion prematura.
Así, al pais que s~ ha sacrificl!do por h libertad de los otros
pueblos no se puede venir a estudiar prácticamente, en forma de instituciones, los resultados de sus docirinas; pero si
el americano del sur no puede ni debe venir a estudiar en
lt'rancia la política, sí debe venir a estudiar la administracion.
No hai ningun pueblo en el mundo, tan admirablemente dota.
do, ni donde se haya hecho el estudio que se ha hecho aquí,
para administrar todó'lo que exije la paciente labor del mó.
todo. La reglamentacion i el centralismo son la manía de la
administracioll pública eu Francia, de donde resulta que, como el gobièrno tiene que esforzarse por gobernar lo ingoberlla.ble, su obra es perfecta en todos ·108 departamentos administrati vos que caen naturalmente en la esfera del gobierno.
No creo que haya un solo viajero, por superfiúial que sen,
sea cual fue re la ciudad del mundo en que habite, que no se
haya sorprendido de admiracion a la vista del servicio municipal
de la ciudad de Paris. Solo es permitido a] parisiense, es decir, al
que ha naciùo viéndo]o, di:spensarse de admirarlo ; pero DO bai
estranjero, el hijo de Nueva York inclnsive, que no deba asombrarse de este prodijio de arte en materia de regla.mentacion oficial; porque es verdaderamente estraordinario ver unn
ciudad de dos millones de almas, tan linda, tan aseada, tan
coqueta como la quinta de recreo de un opulento millonario:
ver esta ciudad donde puede salirse con botin de rasa en invierno, porque DO hai una sola calle, por retirada que fiea,
donde sus barredores no hayan limpiado una faja para pasat,
i donde no hai polvo etl verano, porque los bomberos nolo
dejan levantar con su incesante riego.
En Franda, pues, debe estudiarse, con seguridad de obte.
ner gran provecho, todo lo qué:exija el mecanismo de la regla.
mentacion i de la vijilancia administrativa.
mŒVlCTO
POSTAI,
Dl
FR:\~CES.
Deho n. los "[menos oficios del señor Geofroy, antiguo secretario de In. l,e;;acion francesa en Bogotá, la recomcndaciou que
oùtuve del jlinistro Je negocios estranjeros para el señor Vaudal, Director jeneral de correos del Imperio, con la cual se me
diú carta Llanca para ser admitido en todas las oficinas de la
capital con órdeu de que se pusieran a mi disposicion todos los
datos, lil)ros i lUoJelos que necesitase, i de que se me diesen por
los empleados cuan tos informes creyera con venien te pam llenar
mi ol¡jeto.
Las observaciones con tenidas en este escrito son, pues, el resultado de un estuùio prÚctico hoe1l0 en las oficinas ùe Correos
de Paris, principiando por el burean de menor categoría i concluyendo por Iv. A(lmillistracion
jeneraI, donde se centralizan
toùas las operaciones.
m:
LA XAl'URALE7,,\
DE LOS SERVICIOS
SE ENCARGA
Qt;J<: EL CORREO
DE PRESTAR.
1\0 creo que nosotros debamos imitar a la Francia, atrillllyéndose el Estado el monopolio del correo, para venir así a
crear un delito irnajinario i sujetar a pesquisa el ejercicio de
la llecesiùaL mas imperiosa de la vidû social, el de la comunicacion del bombre con el hombre. El Gobierno de un pais libre
no debe preocuparse
de hacer del correo una renta, silla de
preselltar pr.rfectamonte
organizado, l>ajo ln, fe i la rr.spollsabilidad de la N acion, el servicio de la cOlllunicacion interior
i esterior, como un elemento indispensable de vida i de progreso, i como un título sin el cual no puede ningun Gohierno
llamarse civilizado. Si el objeto, pues, del correo oficial es el
de prestar un servicio público, apénas es eODeebible el absurdo
de impedir que el público se sirva libremente a sí mismo por
otros conductos, haciendo del correo un monopolio fiscal.
Por tanto debe ser permitido a los viajeros í a todas las com.
pañías i empresas particulares,
conùucir i trasportar
Correspondencias, 11eriódicos, papeles, caudales i los demas oujetos
que trasporte el correo oficial, escepto cuanùo se haga soLre los
vehículos flnviales i marítimos que la N acion paga.
En 185G, siendo yo Director jeneral do rentas, i cuando
esü~ba de Ill~da, como el non' plU8 ultm deL liberalismo, la
doctrina ecollómica del deju1' hace?', falsa como principio ah.
soluto, verd[;dera solo en su acepcion paradójica, de que los
gobiernos deLen dejar hacer todo aquello que no deban hacer;
en IS5û, digo, liaS propusimos el scñ0r N {¡fiez, Secretario de
Hacienda, i yo, dejar ¡weer los corroos, es decir, dejar Sill
92
SERVICIO l'OSi'AL
FRANCES.
comunicacion a 108 pueblos que estábamos encargado8 de ser.
vir. Entónces suprimimos,
como medida liberal
la mayor
parte de los correos internos, dejándolos reduci~os a unos
pocos que ponian en comunicacion
la capital de la República
con las capitales de las provincias i con las administraciones
de rentas.
Creo que mi ilustrado amigo el señor Núñez, que despues
se ha puesto en contacto
con el mundo civilizado, recor.
dará este acto, no diré con vergüenza, pero sí con tristeza.
Lacomunicacion
acelerada i regular entre los diversos pueblos
que forman una Nacion, es una necesidad tan urjente como
la de que se administre justicia i que haya una fuerza pú.
blica que reprima a. los malos i dé seguridad a los inocen.
tes. Hoi no se concibe un pueblo civilizado sin correos, como
no se le concibe sin tribunales i sin policía.
-i Cómo está servido el correo en los distritos rurales i en
'los campos? preguntaba.
yo a Mr. Paturaud, el Jefe de la
Oficina principa.l de la calle de Helder donde principié esto
estudio.
-De la misma manera que en Paris, me contestó; no hai
una. habitacion francesa, no hai una sola cabaña del Imperio,
por pobre i retirada que esté, a cuya puerta no .aya a tocar
el factor del correo.
Esto se llama administrar;
esto es devolver ciento por
uno del dinero que se arranca al contribuyente
para los gastos del servicio público.
La lei atribuye en Francia il. los correos nacionales el
monopolio del trasporte de laB cartas, de los diarios, hojas
sueltas, publicaciones periódicas, i paquetes de papeles, C1lyo
peso no exceda de nn kilógramo.
Están esceptllados cie este monopolio:
].0 Las cartas i paquetes
de papeles que un particular
envíe a otro particular por medio de su criado o de un espreso.
2.° Los manuscritos, cartas i planos.
3.° L03 autos i procesos, es decir, las piezas relativas a una
actuacÏon civil que se siga ante los tribunales.
4.° La.s publicaciones no periódicas, i en jeneraI todo im.
preso no periódico, Con tal que no lleve escritura caligráfica, i
que no tenga el carácter de aviso o de circular.
5.° Los diarios, relaciones, anales, memorias i boletines,
periódicos consagrados únicamente a lils letras, las ciencias, las
artes, la aO'rLcultura i la industria, cuando están' reunidos en
un paquet~ cuyo peso exceda de un kilógramo, o cuapdo hacen
parte do una remesa do librero, que excede este mismo peso,
pero bajo la condicion espresa do que en uno i otro caso
los ejemplares no lleven ninguna moncion o inscripcion desti-
RETIVTCIO PORTAL
FRA~CES.
03
nada n facilitar su envio n. otms personas distintas .ùe los
destinatarios del paquete.
13.°Los conoèimicntos i factums que acompañen las mer.
cancías, cuando no contienen sino las enunciaciones indispensables para la entrega del objeto mismo que se acompaña al
conocimiento a la factura.
7.° Las notas de comision de que son portadores los ajontes
mismos, i cuyo o~jeto esclusivo es couferirles autorizacion
o mandato pam entregar la mercancía que conducen a para
tomar la que dehen traer.
8. Los papcles relativos al servicio personal de un empresario de caminos, cuando circulan sobre la línea que él esplota.
Las piezas ù,].'lignadasen los tres Últimos parágrafos deben
estar siempre ahicrtas fi. la inspeccion, bajo fajas.
Los paquetes de papeles que exceden del peso de un kiló.
gramo, despachados por otra vía. que no sea la del correo, no
<Ieboucontener ninguna carta a nota que tenga el carncter de
una correspond.encia, ni diario a publicacion periódica que
trate en todo a en parte de materias políticas o de economía
social, ni prosllecto, circular ni aviso impreso, litografiado o
autografiado.
toda eontravencion contra el monopolio atrihuido al correo
se castiga con una multa de 150 a. 300 francos. En caso de
reincidencia, la multa no puede ser menor de 300 francos,
pudiendo llegar hasta 3,000.
AJ-emas del monopolio atribuido para el trasporte ùe las
cartas, diarios, hojas suoltas i publicaciones periódicas, i paquetes de papeles Jel peso do UIl kilógramo, el correo se encarga.:
1.0 Del traRporte de los títulos i valores fidnciarios de toda
naturale7.u.
2.° Del trasporte de objetos preciosos de pequelin. dimension,
designados bajo el nomhre de "valores cot.izados."
3." Del trasporte de libros, grabados,litografías iautografías.
4. o Del trasporte de muestras.
5.° Del trll,sporte de tarjetas de visita ..
6.° De ln. trasmision de fondos por medio de jiras de unas
oficinas de correos sobre otras, jiras que se entregan en cambio
del d.incro que so deposita.
7.0 De ln. recepcion del precio de suscricion a Jas diarios
oficiales.
0
D E; LA CORRESPONDENCIA EPISTOLAR.
Cuando el que dirijo una carta no quiere que se lleve :lo
domicilio, SiDOque se conserve en la oficina hasta que el
destinatario venga :lo lmscn.rla, debe indicado por estas palabras:
" Poste restar. te," sllstituidas a ]a direccion de] domicilio.
94
Sl<mVICIO rOS'l'AL FRANCES.
-_.~---------_._-_.-_.
__ .__ .._----,~
Es prohibido hacerse dirijir cartas ba.io un nombre supuesto,
pero es permitido hacérselas dirijir bajo simples iniciales.
Las cartas que por cualquier circunstancia
no han podido
ser entregadas,
se devuelven de oficio al remitente, siempre
que por el sello, o por una mencion manuscrita,
pueda conocerse el nombre i domicilio del autor.
Es permitido
encerrar
en las cartas certificadas, leUres
chargées, títulos i valores fiduciarios de toda naturaleza.
La
lei prohibe incluir en las cartas, certificadas o no, ma.
terias de oro a plata, alhajas u otros ohjetos preciosos: prohibe
ademas en las cartas no certificadas la inclusion de billetes de
hanco, bonos, cheques al portador, cupones de dividendos o
intereses pagaderos al portador. La infraceion de estas disposi.
ciones so castiga con una multa de 50 a 500 francos.
Cuando un pat,ticulo.r quiere rectificar la direccion de una
carta arrojada ya al huson de una oficina, i de que aun no se
ha dispuesto, puede hacerla en presencia del empleado i sin
retirada, presentando el sello i un .fac símil de la direccion.
Para que un particular pueda retirar una carta, es preciso,
independientemente
de las precauciones arriba indicadas:
1.0 Que por Uila declaracion escrita se constituya autor de
la carta.
2.· Qlre se someta a responder, a quien haya Ingar en de re·
C11O, de todos los efectos de la supre~ioll
o del retardo de la
carta.
3,° Que sea personalmente
conocido del jefe ùe la oficina,
o que venga acompañado
de dos testigos domiciliados i conocidos.
4,° Que la carta sea abierta en presencia de estos testigos,
a fin de que el efe se asegure de la identda.d de la fhma de
la carta, con la firma del reclamt\llte.
La Francia conserVlt tod::..vía el pemieioso sistema, cuerda.
mente abolido en Colombia, de admitir correspondencia
a debe
(lettl'os et paqnets taxés), disposicion que da lugar a innumera.
bleil abusos, i a que la Adrninistracion se cargue anualmente
con el trasporte de muchas toneladas de correrpondencias
i
paqnetes rechazados por los desti:lll.tarios.
Ademas, no debe
ser lícito poner a nadie a' disposicion de todos los impertinentes
que quieran escribirle, ni roortificarlocon
la ansie,dad i la duda
de si deber:l rehusar una carta cuya procedencia ignora, Los
ahusos fiscales pueden ser por otra parte mui cousiderables.
MonsieÚr Paturaud me decia que últimamente se habia descu.
hierto una t¡'ampa roui cUriOSI\: dos negociantes
tuvieron por
muchos aîíos como señal convenida para practicar cierta ope.
raeion, el envio de ulla carta a debe, carta quü el destinatal' io
rehu'iuba siempre, la cual vino a de.scubrirse por la repeticio Il
.r
SERnCTO
rOST.\L
FRAKCES.
regular i constante del hecho, que despertó
de Ull empleado del ramo.
al fin las F;ospechas
DE LAS CARTAS CERTIFICADAS.
I~lámase certificada la carta cuyo depósito se hace constar
auténticam:mte
ell una oncina de correos i por la cual se da Ull
recibo al depositario.
Estf\s cutas i -paquetes no pueden pasar de manos de Ull
ajente a otro, Sill que el ajente que las recibe descargue al
qne las traFmite; i no pucden ser entregadas sino al destinata.
rio mismo, o a un delegado de este destiuatnrio, provisto de un
poder en forma. Ln. administ.racion se encuent.ra, por cOllsi.
guiente, en cupaeidad de seguir el curso de una carta o de un
pa(luete cerlificltdo, i de justificar en todo tiempo su entrega al
destinatario, el dia i la hora en que esta entrega ha tenido lugnr,
o de devolver la carta i dar las esplicaciolles necesarias cuando por cualquiem causa no ha podiJo efectuarse la entrega.
Al reve:\ de lo que suceJe entre nosotros, la Administracion
en Francia no tiene nada que ver con el contenido de una carta
certificada, ni el que la deposita tienc l)aTa qué enseñarla ni
abrirla en la oficina. Las disposiciones a este respecto, i que
me parecen dignas de atlopt:tr~e, son las sigui en tes:
El deponente presenta su carta CerTalla i sellada con su sello
particular, ·3n lllímero de cinco, para que cierren el centro i los
cuatro ángnlos de la cubiürta: el deponente puedo hacer o no
la declaracion del valor de sn contelJido.
Si no }¡ace lleelaracion de valor, el Estado le tJ,cuerda en
caso de pérdida, una indemnizacion
de 50 francos. En caso de
declaracion de valor, esta declaracion no puede exceùcr de 2,000
francos por cada carta o plic:~o, ni el Estado responde por Ulm
suma mayor. Pero es permitido al doponente dividir los valores
do qne qllip.re ase!!urarse, rep;¡.rti,;n(lo]os en tantos pliegos certificados de a 2,000 francos, euantos sean necesarios para cubrir
la suma, aunque se dirijnll It Ulla misma persona.
Preguutaùo monsiclU' Pduraud qué objeto tenia una disposicion qne podia cludirse tan fÚcilmellte, me contestó: (lue era
puramente preventiva, para notentar
la probil1ad ùe un simple
factor con la sustracion de una curta que contuviera 20, 50 o
100,000 frar.cos, no siendo probable Cjue por 2,000 francos alguicn sc nH'l1tllrase a perder su empleo i a desafiar hs severas
penas impuestas por la lei, en un pais donde 110se practica la
Ï!npulliclu(~.
Las cartas i pa(ll;ct(;~ (;<:r'tifi<:ado;;lmeùcl.: dÜijil~C, COInO la~
96
SERVICIO POSTAL FRANCES.
cartas ordinarias, a domicilio o a la lista (poste restante). Sin'
embargo, cuando una carta certificada contiene valores declarados, esta. carta o este paquete, si está dirijido a una habitacion
rural, no se lleva a domicilio: en este caso el jefe de la oficina.
debe enviar gratúitamente un aviso al interesado.
Todos los factores de los distritos rurales están autorizados
para aceptar de los particulares el encargo de retirar de las ofi.
cÍi1a8las cartas que contienen valores declarados, pero sin que
por este acto se haga responsable la administracion.
DE LOS VALORES
COTIZADOS.
Llámarise valores cotizados los objetos preciosos de pequeña
dimension admitidos para responder de sn valor.
La estimacion de un valor cotizado no puede bajar de 30
francos, ni exceder de 1,000 : este valor se establece contradic.
toriamente entre el empleado i el deponen te ; en caso de discordia prevalece la estimacion del empleado.
Los valores cotiz~dos tienen, pues, que exhibirse para su
ndmision: la caja que los contenga no puede exceder·de 10 centímetros de larQ"O,8 de ancho i 5 de espesor, ni los objetos
i la caja reunidos exceder del peso de trescientos gramos.
Los valores cotizados no se llevan fi. domicilio sino en los
distritos donde existen oficinas principales de correos: cuando
están dirijidos a distritos rurales, el destinatario debe venir a
retirados en persona o por apoderado.
En caso de pérdida de un va.lor cotizado, la administracion
reembolsa el precio de estimn.cion a que fu~ admitido.
DE LOS UBROS, GRABADOS, LITOGRAFÍAS E mPRESos
EN JENERAL.
Los impre~os de cuyo trasporte se encarga el correo en el
interior de Francia i para las colonias, se dividen en tres clases.
La primera comprende los peri6dicos i te vistas periódicas
que tratan en todo o en parte de materias políticas o de economía
social, i que aparecen por lo ménos una vez por trimestre. 06.
brase por estas un porte uniforme de 4 céntimos por cada ejemplar hasta el peso de 40 gramos. Excediendo de 40 gramos, el
porte se aumenta en la. proporcion de un céntimo por cada. 10
gramos o fraccion de 10 gramos.
La segunda categoría comprende los -péri6dic08,anales, me.
marias i boletines periódicos consagrados unicamente fi las letras,
las ciencias, las artes, la agricultura i la industria, con tal
de que aparezcan por la ménos una vez por trimestre. Oóbrase
por estos un porte de 2 céntimos por cada ejemplar hasta el
SERVICIO pOSTArJ FRANCES.
97
peso de 20 gramos: de ahí en adelante e: porte se aumenta en
la proporcion :le un céntimo por cada 10 gramos a fraccion de
JO gramos.
Los impresos tle las clos primeras clas3s, destinados para el
interior del departamento en el cual se publican, no pagan sino
!a mitad de los portes arriba indicados.
La tercera clase de impresos se compone de circulares, pros_
pectos, avisos diversos i rrecios corrientes, con a sin muestras,
libros, grabados, litografías i autografías,
en hojas sueltas, a la
rú~tica a encuadernados;
i en ieneral, de todos los impresos. dis_
tiutos de los especificados en las dos primeras clases i cuyo porte
es de 1 cÚntimo por cada ejemplar hasta el peso de 5 gramos.
Forman la cuarta clase, los llamados papeles de comercio o
de negocios, (palne?' d'affaires).
Se consideran
como pnpeles
de negocios:
Jas documentos de toda clase autorizados
por
abogados. notarios, escribanos, oficiales de justieia i funciona.
rios plíblicos en jeneral; los couocililientos,
las p{¡lizas, do_
cumentos de contabilidad,
facturas i p61izas de seguro; las
copias de documentos privados escritos en papel sellado, los
borradores a manuscritos
destinados a. la prem;a, a dirijidos a.
las academias, liceos i sociedades de cualquiera clase, i jeneral.
mente toùo ma.J.uscrito destinado a no a la publicidad, con ta.l
que no contellg'a nada que pueda darle el ca.rúcter de una
conespondencia
actual i personal.
Como no creo que en ningun caso deba abrogarse la regla.
felizmente establecida en Colombia, que prohibe la admision
de correspondencia que no haya. sido préviamente
franqueada,
me abstengo de esplicar las disposiciones de la lei francesa.
sobre correspondencia a debe. Debe saberse, sinembargo, que
esto apareja aquí mismo grandes inconvenientes, i que solo se
sostiene por no chocar con las costumbres tradicionales del pais.
Así, en el año de 1867 la Administracion se ha cargado con el
trasporte de 2.066,688 cartas cuyos portes no han podido
percibirse.
Gozan igualmente de la reduccion del precio de la tarifa:
1.0 Las circulares a las cuales se haya agregado despues de
impresas, sea por medio de un procedimiento tipográfico a a la
mano, cifras a palabras que no les quiten el carácter de circulares i que no presenten ningun indicio de correspondencia
personal.
2.° Los precios corrientes sobre los cuales se hayan hecho
por los mismos proceùimientos operaciones destinadas a indicar
el precio ùe las mercancías.
3.° Los libros i panfletos, aunque contengan una. dedicatoria manuscrita.
'1.° Las muestras con la marca ùo la fábricu o del comercian_
7
9$
SERVICIO POSTAL FRANCES.
te, aunque se hayan escrito a la mano nÚmeroR de órden i de
precios, con los rótulos que contienen estas indicaciones.
5.° Las pruebas de imprenta conteniendo correcciones tipo.
gráficas, i los manuscritos referentes a dichas pruebas.
Los autores de obras, opúsculos o escrit,()s literarios o cientí.
ficos, obtienen con mucha facilidad, de la Direccion, la esencion
de todo porte para la correspondencia con sus editores. Yo la
obtuve para la traduccion del Paraiso Perùido de Milt<>n,que
se imprimió en Gante, (Bruxelas).
Duélenos alltl, por lo que tenemos de indios, las esenciones
i privilejios de que disfrutan los estra.njf:ros; i por mucho que
hagamos jamas llegaremos a pagar la delicadeza, la esquisita
cortesanía, la jenerosa hospitalidad que aq'Ui se prodiga a todos,.
pero mui especialmente a los sur.americanos.
Es prodijiosa la rapidez con que se verifica la diRtribucion
de la correspondencia en la AdministraciOD jeneral del Ramo.
He presenciado esta operacion, i puedo asegurar que una
hora dtlspues de haber entrado en la sala las numerosas mslas
de un correo de ultramar o del Continente, se hallan los milla.
res de cartas que trae, en poder de los cart.eros. Débese esto
al mecanismo de un, 6rden material, reglado J¡asta en sus mas
minuciosos detalles, a la habilidad de los empleados, adquirida
en muchos años de la práctica constante de un mismo método,
i a la n.plicacion del principio de la separacion de ocupaciones,
e~crupulosatlleIlte practicado. Ademas, los paquetes de corres.
pondencia que proceden del interior, vienen ya arreglados a.
Jas circunscripciones postales de la ciudad de Paris, i distri.
lmidos por (¡rden alfabético, de m~nera que la operacion de
juntarlos i distribuirlos de nuevo en la Administracion jeneral
está mui simplificada.
~I'odoestá previsto, todas las operaciones estJn arregladas a
modelos, en los cuales solo queda a cargo del empleado, estam.
par lwtornát.icamente las cifras con que llena sus columnatl.
Pero ebte prodijio de 6rden i de celeridad cuesta tambien
mucho dinero, i aunque no hubiera otra razon,esta sola bastaria
para que nosotros no podallio8 imitarJo.
~OS
FERROCARRILESPOLOMBIANOSr
Esto olllíseulo escrito en 1374, para responder alas opiniones contrarias de
nuestro diótinguido amigo el seÜor doctor ~"lvador Camacho Roldan, ha sido cuidadosamente despojado de todo colorido de controversia, conserv(Í.ndolo Bi el
sabor de lo. discusiou. Reconozco que en el fondo, más que vacilaciones eeonómiell.s, eran vacilaciones políticas i temores de carácter fiscal los que asaltaban el
nl1imo dd seiior Camacho: él tcmia que este nc!o;ociado del fomento de grandes
obms pÚblicas, ua se convirtiese a la larga en un scmillero de rivaliclades entre
los Estados, i que el Tesoro federal no fuera Il vcrse comprometido en empresas
ruinosas superiores a sus recursos. £1 seÜor Camacho se ha incorporaclo dcspucs
al tllo\"Ímiento i lo Birvc provechosarnen tc.
Por mi parte, firmemente conl'oneido, como aun lo estoi, dc que cs prcciso
arries~urlo lodo para salir del estado de miseria i de postracion cu que nos ba1lamos, con elllombrc de ••ferrocarril del Curarc," (que fué la líDea elejida con cI dictámen dc cmincntes injeniero.), sostuve i sostengo en c.te escrito, In neccsidad de
cOll~truir n todo trancc i a todo precio, pOt donde Ben maS f:'cil, pat donde sc pueda, un f~l'rocarril ul ~fagdalena. Asi es que, como ningun ¡nteres personal t<lugo
en ello, he so~tcnido alternativamcnte
tudos los prO)'ectoB quc se han preseutado
como praclicaù;e~-cl del Carare, el de Honda, i ahora el do Jírardot,
CAPITULO 1.
Del f:llso p1lnlo de ,,¡sIn. bajo el cual consiùera el Sr. CamU(,110 los re.
sultados CCOllOlniCOSùe la constracc¡oll tIel ferrocarril.
Eu la diHcusionde cuestiones complejas es necesario proceder con método; de otra manera se perderia uno eu los detalles, i no lograria allnca llevar al ánimo de sus lectores el
convcllcimiento de ninguna de las proposiciones fundamenta.
les en que'se apoya la discusion. Tratando con el señor Cama_
cho, la necesidad de formarse un plan regular de ataque parn.
combatirlo, es indispensable, porque él es en el debate una
especie de jeneral que, ocultando cuidadosamente la verdadera
posicion que ocupa i el número i calidad de sus fuerzas, fasci.
na al enemigo, haciendo desfilar sus sohládos, que son sus argu_
mentos, vestidos de wil diversos colores. Hai, pl<es, que oLIi-
100
LOS FERROCARRILES
COLOMBIANOS.
garlo a que se concentre, para que sea patente su debilidad;
i esto es la que nosotros vamos a hacer empleando el método
sintético, pam. reducir toda aquella multitud de hechos par.
ticulares, de detalles i de cifras, a principios .ienerales quo
revistan forma i cuerpo sensibles, fi. fin de que haya sujeto con.
quiÚn entenderse i persona con quién discutir.
En el número 1,371 del Dúww fie Oundinarnarca, despnes
de haber tratado ya estem;amente las cuestiones relativas a.
la capacidad productiva de las poblaciones que recorrerá la.
línea preyectada, i a la capacidad financiera del pais, el señor
Camacho resume sus ideas en los siguientes términos:
"Las vias de comunica.cion no son medio's directos, sino
indirectos de la. produccion de las riquezas, i su objeto se reduce:
••A trasportar con más economía los productos en los lugares en que la abundancia de estos ha encarecido demasiado
los trasportes .
••A crear la posibilidad del trasporte en todos los casos en
que otra clase de vehículos seria insuficiente. Ejemplo: el
número de caballos que exijiria el trasporte de 125 millones
de toneladas de carbon que se conducen· anualmente en In.
glaterra a 20 leguas de distancia, en término medio, exijiria
una cantidad tal de cabllllos o bueyes, que esa operacion seria.
imposible sin ferrocarriles.
" A dar rapidez;a los trasporte¡;, pam llacer posible en lu.
gares distantes el consumo de artículos que se deterioran rápidamente. Ejemplo: los víveres frescos de todas clases.
" A trasportar con rapidez los hombres i las cosas en los lugares en que la economía de tiempo, exijida por una circulacion mui abundante i rápida¡da al trascurso del tiempo un
valor inestimable.
" Ninguna de estas necesidades se siente entre nosotros, en
donde todo lo que es trasportable puede, en el dia, trasportar.
se en camino de herradura. Si este medio de locomocionfuese
insuficiente en algunos casos, un camino de ruedas daria medios
cuatro o cinco veces mayores. En ninguna parte del pais, que
yo sepa, hai carga demorada por falta de vebículos, si se esceptúa en Honda durante el rigor del invierno.
"Los trasportes cuestan de diez a veinticinco centavos por
carga o por pasajero i por legua en nuestros caminos de herradura .. Término medio, doce i medio o quince centavos por
carga 1 por legua. "
En suma, el señor Camacho sostiene que el pais no necesita.
el forrocarril, i que ademas de eso 110 tiene con qué partarlo.
Las proposiciones que' dejamos copiadas son el fundame:to de
sus raciocinios en el primer sentido: todo lo demas se reduce
LOS FERROCARRILES
COLOMBIANOS.
101
pruebas colaterales i argumentos de analojía, tomados de
cifras de estadística estranjera, que poca conexion tienen con
nuestro modo de ser económico i social. Ensayarémos demostrar que esa.> proposiciones son, las unas, las que se refieren a
la condicion actual de nuestros trasportes, notoriamente erro·
neas, i las que formulan las leyes jenerales de la accion econ6mica de los caminos de hierro, completamente deficientes.
Principiemos por los hecbos propios.
Dice el señor Camacbo :
"Ninguna de estas necesidades, (la de hacer los trasportes mas fáciles, mas rápidos i mas baratos), se siente entre nosotros, en donde todo lo que es t1'a.~po,,.úible
puede en el dia
tl'aslx>1'tarseen camino de he1'rad'u1'a.Los trasportes cuestan
por término ~nedio de doce a quince centavos do peso, (t} a Ji
real), por carga i por legua," o lo que es lo mismo Ii a I~ centavos por arroba i por legua.
liai en lai! dos proposiciones ántes copiadas un error de
hecho i un falso modo de raciocinar. Es el primero que los
trasportes cuesten de Ji a I~ reales por carga i por legua. El
falso modo de raciocinar es el de aplicar, para deducir térmi.
nos medios, la division aritmética a lo que no admite divisor
comun.
Tratándose de un ferrocarril al Magdalena, los fletes que
deben tenerse en cuenta, son naturalmente los de las sendas
a caminos de herradura que conducen de la altiplanicie al
rio, porque esa es precisamente la dificultad que tratamos de
vencer: lo demas DO viene al caso.
Pues bien, ni aun tomando solo en consideracion las cargas
que vienen en mula, es esacto que los trasportes cuesten ùo
12~ a 15 cer..tavos por carga i por legua. El flete ordinario
de una carga, de Honda a :Facatativ{¡, en el borde de la altiplanicie, es de $ 6, i como entre los dos puntos solo hai catar.
co leguas, el flete por legua i por carga es do 42~ centavos i
no de 15.
I la demora, i la incertidumbre, i las averías, i las pérdidas, i la impo;¡ibilidad de combinar los negocios, i no vale eso
nada, no representa pérdida, ni el instrumento que elimina
esos obstáculos representa ganancia ~
Pero aun dando por cierto que las cargas a mula, del rio
a la Sabana, costaran a razon de Il reales por legua, el señor
Camacho se desentiende completamente de lo que viene en
rastra, de lo que viene a espalda do indios cargueros i de lo
que no pueùe venir de nillgun modo; es decir, se desentiende
de las dificulta.des que nos tienen en esta discusion.
Véamos unos pocos ejemplos de lo que cuesta el trasporte
de las mercancías traidas a espalda de indios cargueros:
8
BANCO DE LA REPUBLICA
1l18UOTtO LUIS·ANGtl
ARAt~G;'
102
LOS FERROCARRILES
COLOMBIANOS.
Un piano comun con peso de 375 kil6gramos, o sean 30
arrobas, cuesta. de Honda a la Sabana. $ 160, o sea a 38 centavos por arroba. i por legua.
Uno grande de cola, con peso de 60 arrobas, cuesta 400, o
sea. ll. razon de 47 centavos por arroba. i por legua.
Una máquina de despulpar café, que pesaba 367 kil6gra.
mos, o 29 arrobas, costó $ 67-60, o sea a.razon de 17 centavos
por arroba i por legua.
Una máquina de trillar con peso do 1,030 kil6gramos,
ape!ar de haberse acomodado, en 35 bultos, costó $164-80, o
sea a razon do 14 centavos por arroba i por legua.
Los bultos con artículos franceses de peso de 66 kil6gramos, o 5 arrobas, cuestan $ 9-50, ,o sea a razon da 14 dEmtavos
por arroba i por legua ..
Un bulto Con artículos de metal fundido i peso de 90 ki16.
gramos, o 7 arrobas, costó $ 14-40, o sea a razon de 15 centavos por arroba i por legua.
Un fondo de cobre con peso de 62t kil6gramos, o 5 arrobas,
costó $10-80,!lo 14 centavos l)Or arroba i por legua.
Los bultos de cristalería con peso de 62 kil6gramos, o 5
arrobas, cuestan de 9 a $ 14, O sea tambien a razon de 15
centavos por arroba i por legua.
La conduccion de la prensa mecánica del .l)iœrio, en que se
imprimieron los artículos del señor Camacho, con peso de
5,000 libras inglesas, o 200 arrobas, costó $ 1,000, o sea a
razon de 36 centavos por arroba i por legua, amen de las infi.
nitas molestias que soportó el señor Gaitan para realizar este
portento, i amen de las piezas rotas,cuya. maJa composicion
ha. costado un sentido.
El trapiche de San Jorje, de la. hacienda de "La Union,"
en Lagunilla, distrito de Ambalema, mui cerca a la orilla del
rio, habria sido del todo imposible internarlo a nin[una hacienda. de las faldas de la cordillera en el Estado de uundina.
marca. Este trapiche hace rendir el 70 por 100 de ca.ldo del
peso bruto de la caña: los trapiches mui lruerws de Cundina.
marca apénas dan el 18 por 100; los comunes no dan 10.
Dejamos a cargo del señor Camacho, el que baga la cuenta de
lo que pierde la industria sacarina por la. falta de trapiches de
alto. presion.
El Banco de Lóndres, Méjico i Sud.america, hizo traer una
caja fuerte a propósito para un establecimiento de su clase, la.
cual hace diez años permanece tirada. en la playa de Honda.
El estimable caballero don Patricio Wilson puedè informar
al sefior Camacho, que hace treinta afios tuvo que dejar abandonada. i perdida. en Honda la. maquinaria que trajo para. las
miuas de plata de Santa.na.
*
*
LOS FERnOCARRILES
COLOMBIANOS.
103
i Poùrá 'el señor Camacho hacer el cálculo do la que deja
de rendir la industria minera, por hita de la maquinaria com.
petente para esplotarla, i abonar su producto a la cuenta del
ferrocarril ~
El bulto de mayor peso recientemente trasportado a estas al.
turas, ha sido la caldera ùe vapor para la fábrica de ácido Rl1lfúri.
co, de solo la fuerza de 4 caLallos, cuya conduccion costó
$ 860. La de las láminas de plomo costo S 7GO.
Rai en el pais un proverbio mui popular, que burlándose de
los viajeros atascados ea los lodazales de los caminos, tan pomposamente dcscritos en los informes oficiales, dice: " échese usted
por donde dice la gaceta." De hoi en adelanto, a todo el que se
encuentre por nuestras breñas sudando sangre, paciencia i dinero, en Ït\ tarea de conducir a este" nido de águilas" los hultos
que no puedan acomodarse a lomo de mula, dobed dccírsele:
tráigalos usted por doncle dice el seíïor Camacho .
• Son, pues, artículos de prohidida importacion para el inte.
rior del pai!'., toda la maquinaria de vapor para la agricultura i
la minería, las grandes bombas, los puentes de hierro, la tubería
para acueductos,
los coches i carruajes, i en jeneral toJo la
que excclla del peso de média tonelada;
i sinembargo el señor
Camacho afirma, " que todo la que ~s trasportable puede en el
dio. traspartarse en camino de hern,dura."
I en ~eguida agrega:
"En ninguna parte del pais, que yo
sepa, hai carga demorada. por fa.lta de vehículos, si se esceptúa
eu Hon(h durante el rigor del invierno"j sin fijarse en que el
estado normal de las comunicacioues entre Bogotá i el :Magda.
lena. es una u.normalidad crónica. Para que los buques lleguen.
a. Honda es preciso que llueva, i cntónces no hai camino de
tierra, e:Jtónces es que la carga está demorada;
i para que
haya camino de tierra i la. carga n.o se demore, es preciso que
no llueva" i eutónces no pueden s<lùir los vapores.
I todavía hai quien se subleve i se indigne contra el proyecto de construir un ferrocarril al Jajo Magdalena! I todavía.
es preciso sosteuer aquí esta discusion i hacer estas demostra.
ciones, para que toùa la América del Sur se ria ùe nosotros:
El !'efior Camacho concluye su esposicion de principios rela.
tiva a los resultados económicos del mejoramiento de las vías
de comuniclLcion, aplicándola
al proyectado ferrocarril
del
Norte, er. los siguientes términos:
"Si cn. un ferrocarril hubiesen de costar más (los trasportes),
104
LOS FERROCARRILES COLOMBIANOS.
léjOB de realizarse un prógrcso, se causaria pérdida a la rique·
za. pública..
"Ejemplo: si en la. línea del Carare Il Bogotá no hubiese
mas que un tráfico de 500,000 cargas al año, que recorriesen
una con otra en sus diversos trayectos diez leguas cada una,
esto equivaldria. sobre 66 leguas a solo 75,000 cargas que recorriesen la. línea on toda su estension.
"Ahora bien: si para. el servicio de 75,000 cargas a.nuales
fuese preciso gastar, como bernas visto, !; 3.128,000 anuales, el
trasporte de cada carga resultaria. costando:il 41-70; es decir,
ochO veces i média 'ilUtS que hoi, porque esa distancia la recorre
UDa carga desde Bogotá, por el camino de Honda i el rio Ma.g.
dalena, con un gasto de solo $ 6.
i" En qué consistiria, pues, el progreso 1 "
Yo tambien participé de estos errores en 1869, i con ellos
combatí, en un Informe como Secretario de Hacienda de
Cundinarnarca, las ideas de nuestro adelantado compatriota
el señor Florentino Vezga, que fué el primero que vió claro
en esta. cuestiono Yo incurrí entónces en la ofuscacion de
aplicar a. los resultados i al servicio económico de las vias
de comunicacion, las estrechas reglas que se aplican al trabajo de la industria privada. Yo dije entónces que el fe.
rrocarril al Magdalena debia considerarse simplemente como
una máquina para producir trasportes a bajo precio, del
mismo modo que Jas cocinas de hierro, (por ser los metales mejores conductores del calórico que la al"cilla), èran
máquinas in:ventadas para producir calórico a bajo precio;
i que así como a una familia de pocas personas !lO le era ven_
tajoso reemplazar el fogon ordinario por una cocina de hierro,
porque su consumo no era suficientemente estenso para repartîr entre muchofl productos el mayor gasto dellluevo procedi.
miento, de la. misma manera un pais debia desechar un ferro.
carril en que las cargas por él trasportadas no le salieran, desde
elprincipio, mas baratas que por el camino de herradura.
Hai en este modo de tratar la cuestion dos grn ves errores:
1.0 El que procode del desconocimiento de la verdadera
naturaleza del servicio económico de la locomocion; i
2.° El que consiste en imputa.r a la cuenta. del primer
ferrocarril que va a construirse en un pais, la totalidad del
gasto, cuando una gran parte de él, nmi probablemente la
mayor, debe considerarse como una verdadera anticipacion
para la construccion de las otras vias que completen su red
ferrocarril era. A este error se enlaza un tercero dependiente
de él, pero qUEl bien merece considerarse por separado, i es el
de hablar del Asunto como si se tratara del servicio de un in~
dividuo i no del de una nacion.
LOS FERROCARRILES
COLmIBIA.NOS.
105
Al primor ferrocarril
quo se construya para escalar lo!;
Andes, no poùrá hacérsele la cuenta con propiedad sino por
nuestro; nietos, dentro de 40 a 50 años, (mando él baya servido
para cO:lducir el material para la construccion
de las demas
vias que fundan en un centro comun do actividad i de cam.
bias la poLlacion do estas comarcas, i cuando se baya desarrollado el movimiento industrial quo esta revolucioll econó.
mica es'.:Í\llamada a efectuar.
Lo contrario es tan absurdo
corno seria el procedimiento del fabricante que imputara a los
productos del primer año todos los gastos de cntretencion
i
todos los intereses del capital empleado en fuudar i montar la
fábrica, capital cuya amortizacion debe distl'ibuirse en ci curso
de 20 a 30 años, sobre una produccion cada vez mayor;
tan
absurdo como el procedimiento del hacendado que cargara el
primer producto de una raza mejorada, con todos 108 gastos
hechos en la traida del reproductor estranjero, que bien ha
podido costarle algunos miles de pesos.
I si esto sucede en UM. eillpresa particular ¿ c6mo quiere
el señor Oamácho aplicar eSl1contabilidad a una empresa social,
cuya influencia se estiende a un pais entero i a una poùlucion
de centenares de miles de habitantes?
Regresemos ahora al primer error.
I..
a regla de (lue el producto que no se paga por sí mismo DO
es producto sino contm.]J1'oducto,
es el principio jeneral en
materias econ6rnicas;
esa es la regla que se aplica a todos los
proùuctos singulares de la industria privada, a ln. producc:íoll
de los servicios que llamaremos int1'arw'it-ivos;
con esa regla
se producen el a-ñil, las velas, los fósforos, el vino, el calzado,
los muehles i las telas; pero ella es inaplicable, por pequeña
i estrecha, a los ¡.¡ervicios sociales que llamaremos"
servicios
económicos t1'ansítívos," es decir que tienen la virtud, la facultad de hacer tr:ínsito pr..ra ir a fecundar otros departalllelltos de la actividad humana.
De es:a naturaleza
son los servicios que se aplican a ln.
difusion (b las luces i a b. aproximacion materi111 de los hOIllbres i de las COSl1S,que tanta parte tienen en la creacion de
las riquezas.
En casi todos los paises ci \'ilizados la. instruccioll pública,
elemental i secundaria,
no se produciria en el grado que se
necesita., si la socieebd no se cotizara para pagar corno servieio
jeuerallo q ne 110 pueden pagar los consumidores directos de
ella.
Puede suceder, i suce(le frecuentemente,
quo de 100 bombres
. que se educall, a 90 no les sirvan los conocimientos elementa.
les o profesionales que ban adquirido en la escuela a en el
colcjio, para ganar la vida, quo nUllca llegue el caso do cm-
106
LOS FERROCARRILES
COLOMBIANÓS.
pléa.rlos como elemento de prodllccion; más todavia: que
)~jos de servirles económicamente, la. educacion los haga en
muchos casos inhábiles para el trabajo. Pero la sociedad tiene'
intereses morales de otro órden, mui superiores a los intereses
materiales, en virtud de los cuales obliga a mantener las
escuelas, los colejios, 1M universidades, los museos, los institutos científicos i literarios, las academias, los talleres modelos, &.B, &.", aunque todos ellos dejen pérdida de trueque,
pérdida. de mostrador, como negocio.
Los sabios viven i mueren jeneralmente en la miseria. i I
por qué 1 Será porque sus productos son económicamente
malos? No; por el contrario, porque sOn demasiado buenos;
porque una verdad descubierta por un sabio sirve para aprovisionar de' una vez a. toda la humanidad, no se gasta nunca i
po~ con~~gui~nteno se renueva.. el pedi~o. Sublime a~ributo de
la llltehJenCll.l.humana que casI puede Igualarse a DIOS en la
fecundidad de su creacion! La humanidad puede tomar las
cantidades que quiera de las leyes descu biertas por Arist6tel,es,
por Descartes, pór Galileo, por Newton, por Fulton, por
:Franklin, por Chappe, por Cuvier, por Humboldt, por Cáldas
i por Moorse, como puede tomar las cantidades que quiera de
las leyes do la pesantez, de la gravitacion, de la electricidad,
del calórico i del magnetismo animal, sin disminuirIas en un
átomo.
Pues lo mismo esactamente sncede con ese otro servicio
transitivo de naturaleza social, que provee al cambio material
de los hombres i de las cosas, el cual no puede medirse en todos los casos por los beneficios directos que.i>erecojen sobre la
Huea por donde pasa. Puede mui bien suceder, i sucede en los
paises incipientes, que uu ferro~arril deje pérdida como negocio particular; pero de ahí no se deduce que no esté produ.
ciendo beneficios inmensos a la sociedád.
Sin aceptar los cálculos del señor Camacho, que esperamos
rectificar en el curso de estos escritos, de que el. ferrocarril del
Norte no tendria mas carga que la que ahora tienen las mulas,
lo cual equivale a decir quo despues de construido el ferrocarril no se traerá al pais nada de lo que hoi no p1lede importarse por falta de vehículos, ni un kiló~ramo más de lo
que se carga en indios, aunque los gastos de trasporte se reduzcan a la centésima parte de lo que hoi ctlestan; sin admitir
esto, admitimos i reconocemos el becho de que por algunos
años, el ferrocarril puede dejar pérdida como negocio particular, ique agregando al flete directo de la tarifa, el flete oculto
de la subvencion del Gobierno, que sale de las cOl}tribuciones
públicas, el trasporte de cada. carga. saldria costando más de lo
quo hoi cuesta por el camino de herradura. No oclw veces i
LOS FERROCARRILES
COLOMBIANOS.
107
--------~---~--_
---------------------~---...•
média más como afirma el señor Camacho, - porque él, como
hemos dicho, no hace sino descargar las mulas para cargar el
ferrocarril j pero sí dos veces o tres veces más que hoi.
Pero el señor Camacho no advierte que este doble flete
comprenderia el de las cargas posibles i el de las iml10sibles de
hoi, i que este punto, al parecer insignificante, es el que divide
sus opiniones de las de toda la Nacion.
Bastará, por ejemplo, que de las 500 mil cargas de movi.
miento jeneral que admite el señor Camacho, la décima parte se
componga de los instrumentos que boy no pueden importarse:
maquinaria de vapor para la agricultura i la minería, carruajes,
materiales para caminos, bombas, molinos, trapiches, máquinas
de aserrar, &: &.•
Bastará esto, para que la que los nüevos instrumentos de
trabajo desarrollen en la zona servidfl. por el ferrocarril, valga.
diez veces más qne la diferencia de flete entre los dos caminos,
miéntras se restablece el equilibrio, a medida que se complete
la red comercial del pais.
Hemos demostrado en el último artículo, 11a8tn. donde es
posible que se dG la demostracion de un hecho en el campo del
racioeinio puro, sin el ausilio de pruebas directas:
1.0 que los
beneficios económicos, que las ganancias de un ferrocarril no
se miden por la que su tarifa de fletes produzca como negocio
particular en las estaciones de la compañía; 2.0 que los ferrocarriles no se cargan con la mÍ-srna cantidad de efectos que están
trasportando las mulas de la trocha que él va a reemplazar; porque es momlmente imposible que se encuentre NI ninguna parte
del munùo civilizaùo, una poblacion de 300 a 500 milll.lmas, suficientemente ignorante, pobre, inactiva e imbécil, para que continúe trayendo por un ferrocaril el rnismo nÚrneTO de pianos,
de bombas, de prensas, de calderos, de carruajes i de máquinas
que ántes traia, con un gasto 10 o 20 veces mayor, en rastra o
a espalda de indios cargueros.
Pero ya que no puede darse con aplicacion al ferrocarril del
Norte, por tratarse de hechos continjentes, la plena pruelJa de
sus resultados sobre el desarrollo de la riqueza pública, réstanos
únicamente, para producir el grado de certidumbre que es posi.
ble llevar al entendimieato,
respecto de las verdades que no
pueden probarse con evidencia, réstanos, decimos, apelar a las
pruebas de induccion, exhibiendo los resultados que el mismo
becho ha producido en paises a pueblos que se encontraban en
condiciones económioas análogas al nuestro .
.Prescindamos en este estudio do la Europa ocridcntal i
108
LOB FERROCARRILES
COLOMBIANOS.
de los Estados atlánticos de la Union Americana, porque se dirá
que estos paises, que eran ya ricos i popnlosos sin los ferrocarri.
les, no son tipos de comparacion con el nuestro; no hablemos de
Méjico ni siquiera del Perú; hablemos de Chile, a cuyo ejem.
plo aludimos en 1870, que no tiene huano, i que en el curso de
20 afíos se ha levantado,. por el solo esfuerzo de su industria i
de su patriotismo, al alto grado de prosperidad en que hoi lo
vemos. Mas para que la comparacion sea esacta, i para que el
ejemplo de este pais pueda servir como prueba de que no per.
seguimos una quimera, al sostener que es ya tiempo de que el
nuestro se lance en la misma via, es preciso considerar la
situacioll en que se encontraba Chile en 1847, cuando acometió
la construccion del ferrocarril entre Valparaiso i Santiago.
El crédito de Chile estaba en e.,a époc:a al ni,el del de la
jeneralidad de los Estados de la América del Sur, es decir, a
poco ménos que cero, porque habia dejado sin pagar los
dividendos de su deuda esterior, desde 1826 hasta 1842, en que
hizo el primer arreglo con SUB acreedores. 'if
El valor de sus importaciones i esportaciones no pasaba de
21 millones de pesos, (2 millones ménos que las nuestras en
1873). Las aduanas produ€ian en 1849 $ 2.300,000, ($ 470,000
ménos que las nuestras en 1873); i la poblacion de las dos
ciudades, Valparaiso su puerto principal, i Santiago la capital
de la República, reunidas por la via férrea, no excedia de
100,000 almas.
Con escepcion de los pequefios pueblos de Quillota i
Llallai, el ferrocarril atravesaba un desierto.
No parece, pues, que el problema econ6mico de la prospa.
ridad de Chile en 1847 fuera mui distinto del que tiene que
resolver nuestro pais en 1874. Si hai algunas diferencias, son
todas razones que arguyen en contra nuestra, para obligarnos
a resolver mas pronto ese problema.
Entre Santiago i Valparaiso existía un magnífico camino
carretero, que nosotros no tenemos, i quo Chile lJ.bandonócon
desprecio, tan pronto como comprendió que las carretas tiradas
por mulas i bueyes, eran indigna~ de su posicion en el mundo
civilizado, e incapaces de desarrollar en el pais el progreso a
quo él aspira bao
I cosa singular! no se encontró ontre los estadistas chilenos
ninguno que se pusiera al servicio de las mulas i canetas que
circulaban entre Valparaiso i Santiago. Quo el señor Camacho
nos cite al Montt, al Matta, al Errázuri que escribiera opúsculo
contra el ferrocarril.
La línea del camino de hierro decretada en 18!7, priuci •
•• Fenn, •• Fondos estl'llujeros,"
pá,iinll 14'1.
IOD
LOS PEHROCARRILBS COLO:lŒlANOS.
}liada en 18)2 i concluida en 1863, mide 110 millas inglesas,
ménos de lo Ilue nosotr08 necesitamos para llegar del Carafe a
Chiquinquin't o Sahoy:i, o sea para trepar el riel a la altipla.
nicie, que es todo el problemCL que hwi que ?'csolver. El ferroca.
rril de Santiago trepa a 2,400 piés sobre el nivel del mar, i
atraviesa dos ramales de cordillera en que hubo que vencer
grandes diticultades.
" A uno i otro lado del camino, dice el injeniero inglés
Campbell, g¡lC hizo el trazo, se levantan desde las montañas
elevados picos que llegan a una altura de 5 i 7 mil piés. El
terreno que ha de atravesarse
abraza accidentes topográficos
ùe la natu;:aleza mas estraordinaria
i rara, tanto que muchas
personas versadas en materia de ferrocarriles,
creian que la
construccio:l de la linea propuesta era por la ménos mui pro.
blemática."
*
La sunB, de cscavacion a que debia proveerse, segun el presupuesto de Campbell, era de 900,000 yardas cúbicll.s de ?'oca,
i 3.000,OOQ de tOdl\ otril. clase. Las 110 millas incluyen 2,710
piés de túnel i el trabajo del camino se clasifica como sigue:
35 mil:as pesadísimo,
35 id. mediano, i
50 id. lijero.
i No es cierto que este ejemplo l)arece como pnesto por la
historia. ddante de nosotros, para que nos atrevamos a. resol ver
el problema de la prosperidad del pais 'I
El Gobierno dió principio a. la oùra, cuyo presupuesto era
Je $ 7.500,000, entrando como accionista por 2 millones;
cI
comercio de Valparaiso suscribió por otros 2, i el déficit ùe :1
se pensó 'lue podia cubrirse emitiendo acciones por esa suma.
Pero la empresa así organizada apGnas alcanzó a construir la.
tercera parte de la línea entre Valparaiso i Quillota: ni hubo
quien tomara mas acciones, ni los primeros 6uscritores alcanzaron a cubrir sus dividendos.
Eu tan dificiles circunstancias el Gobierno chileno no desmayó: aquella obra cra. el primer ensayo quo Chile hacia de
su crédit:>, de su poder como nacion, i de la encrjia i la perseverancia de su carúcter, i cra preciso salir triunfante a cualquier precio; el abandono a la eiecucion de esta obra iba a
decidir del porvenir del pais, como sucederá entre nosotros con
los ferrocarriles del Magdalena i del Cauca. Delantc de estas
obras están Jas campos risueños del progreso, de la actividad i de
la paz; detrás, los antiguos camiJ:lOs de la. revolucion i de la
anarquía.
:No hai término medio, porque la sangre que corre
•• "Historia
oneia! do los ferrocarriles
de Chile," publiealln
32, libro 'luc se encuentra en la lliLliotcca de Ragot.£¡,
CD
18G3, pájinn
110
LOS FERROCARRILES
COLOMBIANOS.
on nuestras venas no puede permanecer inactiva: ti. la hora en
quo no pueda construirso el ferrocarril, podrá levantarse la
revoluciono
Poseido de est{)ssentimientos, el Congreso espidió la lei de
[) de noviembre de 1857, que mandaba continuar el ferrocarril
por cuenta. de la República, autorizando con tal fin al Poder
Ejecutivo para levantar un empréstito de 7 millones de pesos,
destinado a la compra de las 1,000 acciones del comercio de
Valpa.raiso, i a. la terminacion de la. via entre Quillota i Sa.n.
tiago.
l elLo de setiembre de 1863 la obra principiada. en 1852
estaba concluida: la locomotora que habia llenado sus calderas en las aguas del Pacífico hacia su entrada victoriosa en la
capital de la República.
En esta larga i penosa campafia de 11 años librada por el
jenio del patriotismo i del progreso, contra el espíritu indolente, apático, pesimista i rutinero de la antigua colonia caste.
llana, deben oponerse a las doctrinas del señor Camacho sobre
vias de comunicacion, los conceptos i las doctrinas de los esta.
ùistas chilenos.
,
".El ferrocarril, decia el Ministro de lo Interior, señor
Vams, en la Memoria de 1851, pájina 29, es una de aquellas
obras de utilidad incalculable que debe acometerse sin acobar.
darse por dificultades. Muchas habrá sin duda, sobre todo al
principio, para levantar los fondos i para poner en planta la
obra: la~ circunstancias obligarán a adoptar no el modo do
ejocucion mas económico i fácil, sino el mas embarazoso tal vez
ùe dificultades de administracion, i apesar de todo debe marcharse de frente."
"Señores, decia el Almirante Blanco Encalada, Intendente
de Valparaiso, a los representa.ntes del comercio de la ciudad
reunidos eu ei Hotel del Consulado, el 13 de enero de 1852: la.
empresa del ferrocarril en estai! circustancias, es, a mi modo de
ver, no solo llna medida de alto interes materi¡"l para el pais,
sino tambien aconsejada por una súbia política; dando ocupa.
cion al pueblo, entretenimiento útil a las imajinaciones exal·
tadas, i abriendo una. ma.rcha franca en el sentido de las mejo.
ras, habremos con'seguido aniquilar de una vez ese espíritu
anárquico que no há mucho amenazaba consumimos."
"Si pues podemos estar seguros, decia en su informe el •
injeniero Campbell, de que no es diminuta la apreciacion del
qosto del ferrocarril de Santiago i de los gastos que ha de Cau.
sar anualmente cuando estó en actividad; i si por otra parte
no se han exajerado las entradas, no podemos ménos que CODcluir que, meramente bajo el punto do vista de pesos i centavos i del capital invertido, puede esperarse confiadamente Ulla
liberal remuneracíou.
WS
FERROCARRILES
COL03IBIANOS.
111
"Aunque este es Rin duda el medio mas seguro <.le exami~
nnr nna mejora proyectada, para una empresa nacional ESA
};S LA !trAS LBf1TADA l']<;RSPECTIV A del gran proyecto de que
se trata, i considera<.las to<.laslas circunstancias
no puede ser
mas rnczqU'¿na.
,. El pueblo i el gobierno participarian
igualmente
de sus
heneficios: el primero por el crecimiento del valor en el trabajo, tierras i propie<.lades; el seguudo por el crecimiento
de las
reutas consiguiente a ln. estensiou del comercio i al superior valor de las propiedades que pag'1n impuesto."
Pero la prueba! la prueba! esclamará el señor Camac}JO, de
que todos esos visionarios fabricantes <.lediscursos no engañaron
a la Nacio!'. ; la prucba! d(Ju<.leestá?
La prucha, ¡¡evertl. como los números, imponente como los
hecl10s cumplidos, héla aquí:
En la ~lemoria <.leISu periutendente
delferroearril
de V 11.1paraiso a Santiago, comprensiva
del movimiento del camino
en 1871 i 1872 , anexa a la :Memoria del Ministro Je lo Interior prese:ltada
al Congreso de 1873, pú.jina 341, se lee lo
siguiente:
" Los <.latos que preceden darán a ustedes una idea de
la situacio:l actual de la importante empresa que administro;
pero úntes de pasar a informar a ustedes sobre otrOl>puntol>
i entrar a oilo jénero de considcra.ciones, creo convcniente
apuntar Ull dato que manifiesta claramente el impulso estraordinario que toma dia por dia.
" En el aîío de ] 850 el notable injeniero Mr. AlIan Cam.
pbell en su informe sobre la practicabilidll.d de un ferrocarril
entre Santiago i Valparaiso, calculaba qne el trático entre
estas dos ciudades en esa época ern. de 50,000 pasajeros i 90,000
toneladas de carga, incluyendo el tráfico del valle de Acon.
cagua.
"Este cálculo so consi<.leró entónces exajerado, i US. ve
que ¡:;e han movilizado por el ferrocarril en 1872 mas de
608,000 pasajeros i mas de 340,000 toneladas de carga."
I en la pájina 8 del texto de la Memoria del Ministro, se
dice:
" En la última Memoria quo tuvo el honor do presentaros,
os daba cuenta de que estaba pendiente una indicacion <.leI
contratista
del ferrocarril
entre Talcahuano i Chillan pllra
cambiar la superestructura
do algunos puentes, usando el fierro
en lugar del ladrillo.
" Al calcular el movimionto i los resultados proùaùles de
la esplot3.cion de este ferrocarril,
nos hcmos engañado, pero
cn el mismo scntido, felizmente,
cu que nos cngaÏialllos al
]]2
LOS FERROCARRILES
COLOMnrANOS.
calcular los rendimientos
del ramal a San Felipe, el mismo
por Último en que nos engañamos al calcular el movimiento
que debia tener en el porvenir el ferrocarril entre Valparaiso
i Santiago ..
" Este Último ferrocarril moviliza hoi en pasajeros i carga,
ántes de cumplir los primeros diez años de esplotacion, la que
debia movilizar 30 años despues, segun los cálculos formados
al iniciar los trabajos.
" El mismo fenómeno va a repetirse
en la esplotacion del
ferrocarril de Talcahuano a Chillan."
Por eso en la portada de la "Historia
oficial de los ferrocarriles de Chile," cuya¡:; preciosas pájinas me han servido
para este .estudio, se lee la siguiente dedicatoria:
" A todos los hombres de bueua volu1J.tad que con su inte.
lijencia, con su patriotismo,
Con sus capitales, con 8U fe, con
su ciencia o con su brazo han contribuido a elevar el gran
monumento de Chile, a esos dedicamos el siguiente trabajo. El
es la historia de la constancia de unos, de la ciencia de otros,
de la Œudacia de muchos, del jenio de uno, (.Meiggs), del tra.
hajo de todos. En pocas pájinas está encerrado todo ese inmen.
so esfuerzo; pero en ellas no se encuentra
el detalle de esa
bbor, que solo la imajinacion es capaz de abarcar, que solo el
patriotismo es capaz de aplaudir como merece, i ante la cual
callamos i admiramos! "
Como se ve, lia bai allí un solo elojio a la prudencia, ni al
c~lculo que se pierde en los detalles de las pequeñas gananClas.
Para finalizar este capítulo en que creo haber-demostrado,
hasta donde es posible dar la demostracíon de estas cosas," que
los beneficios económicos de un ferrocarril, i principalmente
en los paises nuevos, donde todo está por crear, no se miden
por los rendimientos de su tarifa de fletes," réstame hacer 10
que los ánjeles buenos en la guerra de rebelion descrita por
Milton: agarrar una montaña por la melena de sus montes i
descn,rgarla sobre el sefior Camacho para que sus opiniones queden sepultadas bajo el peso de la jigante mole. Esa montafia es
la autoridad del hecho de mayor importancia que haya ocurrido
eu el comercio del mundo moderno, a virtud de perturbaciones
introducic4'lS por el mejoramiento de las vias de comunicacion.
Súhese que los Estados Unidos de América i la Rusia han
sido los dos grandes competidores para abastecer de trigo a la
Gran Bretaña. Hasta 1866 el trigo americano habia consegui.
do rechazar call ventaja al de los valles del Don i del Volga;
LOS PERROCARnU,ES
h:~sta. esa época la importacion
l·os paises so repartia así:
113
COLO)fBIANOS.
en Inglaterra
del trigo de ám.
Fanegas. '*
Do Rnsin ..............................................•
47.376,809
De los E:;tados Unidos
127.047,126
Pero estr, ventaja la dobian 108 americanos esclusivamentc
Il los cnormcs gastos de trasporte
i al mucho tiempo que gastaba el trigo ruso para llegar a Odessa sobre el Mar Negro. Las
tierras que producen el 90 por 100 del trigo que la Rusia esporta para la, Enropa occidental, distan por término medio 500
kilómetros de Odessa, (100 leguas): son las tierras de la Besarabia, de la Podolia, de una parte de la Yalhynia i del Gobierno de Kiew. El trigo yenia a Odessa gastando de 8 a la sema.
nus, en pe1lueñas carretas toscas, de construccion primitiva,
tiradas por oueyes que caminaban 2 o 3 leguas por dia, i cada
una. de las cuales arrastraba 10 a 12 sacos de trigo. Era. pues
imposible j'lellar ventajosamente
con la competencia del trigo
americano, que todo venia a los puertos de embarque por ferrocarrilo
por buques de vapor.
Así lo comprendió el ilustrado Gobierno de Rusia, quien
sin utenerso a las doctrinas económicas de :Mr. Thiers, emprendió paciente, pero resueltamente,
desde 1860, la obra jigantesca
de unir por medio de una red de caminos de hierro todos los
centros prùduetores de su vasto pais, a los puertos del Báltico
i del Mar Negro. Estos caminos que parten de San Petersburgo
se estiendcn por el un lado hasta Yarsovia i Cl'acovia, para
enlazarse allí a los rieles prusianos;
i por el ot.ro hasta Mas.
cou; de Moscou al Este hasta Nijni-Novogorod,
i al Sur hasta.
Teodosia I;olm~ el Mar Negro, en la estremidad de la Crimea,
puerto q uü ha reemplazado a Odessa. I por el centro, a partir
de Orel, 'ln ramal se dirije al Noroeste hasta Lebau sobre el
Báltico.
Esta vasta red, que hasta 1869 (últimas noticias que hemos
podido ccnseguir (.¡¡ *), comprendía
una. estension de 3,005
millas, las cuales habian costado 56 millones de libras ester.
linas, o 280 millones de pesos, imponia al Gobierno ruso una
responsabilidad
de £ 2.798,130 anuales por la garantía de 5
por 100 i por el término cie 99 años, con la cual se habian cons.
truido dichos ferrocarriles.
Es curioso estudiar en el siguiente cuadro la marcha decreciente que habia seguido la parte en descubierto de la garantía,
* El bU.jnet
te
inglés: 8 bushels hacen un quarter, i 1 quarter es equivalen.
2 hectíJlitros i 0,81816.
** ECOllomi8ta ùe Lúnùres de 16 de abril de 1870, pájina 180.
Il
8
114
LOS FERROCARRILES
COLOMBIANOS.
a medida que se iba estendiendo la red de comuuicacion entre
las diversas partes de aquel dilatado Imperio:
.l-~-.
----------·----¡)'rol>Qrt'j;:m--
a .• :l
" :¡""
AÑOS.
Suma ¡rarnntlzada.
~ ;.~
Z=~
-"--
o
----1----·1-----£
340
.
647
.
. 1,349
1860
1861.
1862
1863
. 1,441
1864
1865
1866
1867
1868
1869
.
.
.
.
.
.
_
1,494
1,494
1,877
2,014
3,005
3,005
.
¡entre lo gaSuma en des- rantizatl" I
cubierto.
lo llagado.
3,808
144,488
917,571
993,673
1.003,868
1.021,164
1.128,013
1.335,033
2.016,028
2.798,130
£
126,141
833,083
913,968
886,273
8&9,081
715,2!J3
700,201
542,605
669,244
87-30
90-79
92-04
88-29
86-81
63-41
52-45
26-91
23-92
I sinembargo i qué le importa a.la. nacion moscovita haber
tenido que pagar en 1869 .£ 669,244 por la garantia en descu"
bierto, si ya por este tiempo la dislocacion efectuada por con.
secuencia inmediata de la construccion de esos caminos, en solo
el comercio de trigo con Inglaterra, valia diez veces mas que
la subvellcion del Gobierno ~
Efectivamente, las importaciones de trigo a la Gran Breta.
fia las encontramos ya representadas en el período de 68 a 72
de la manera siguiente:
Fanegas.,
De Rusia
117.967,022
De los Estados Unidos
116.462,390
O lo que es 10 mismo un aumento de 70.600,000 fanegas
de importacioll rusa, contra una diminucion de 10.600,000 del
trigo de los Estados Unidos.
Hagamos por via de ensayo, con seguridad de equivo.
carnos en 200 por 100 contra la Rusia, un ¡ijero, un mui dimi.
nuto cálculo de lo que esas cifras representan en el aumento
de la riqueza pública.
Suponiendo que el trigo del consumo interior i el de la
esportacion para otros paises solo llegue al triple de la canti.
dad esportada para la Gran Bretafia, (cálculo mui diminuto),
tendremos un movimiento de 300 millones de fanegas de trigo
por los ferrocarriles rusos; i suponiendo que el ferrocarril solo
haya efectuado, !lo partir do la carreta, una economía de 20
centavos por fanega, este ahorro representa una ganancia de
660.000,000.
LOS FBRIWC.\RRIUS
115
COLü:\IBIANOS.
Ahora, admitiendo
el cálculo americano
de 20 fanegas
por acre, los 300 millolles de fanegas se habrán producido en
15 millonos de acres; i :rdmitiendo tambien que el propietario
territorial
solo haya gunudo ln. mitad del ahorro, o sean
centavos por fanega, dejando los otros la a beneficio del consumidor, esos la centavos representan
una mayor renta de ~
2 por acre, en las 20 fanegas; o lo que es lo mismo, un aumento en el valor capital de las tierras de $ 20 por acre, aun com.
putando la renta al la por 100 de intereso Los 15 millones de
acres en q l;e se cultiva el trigo ruso, habrán recibido pues un
aumento de valor de $ 300.000,000.
Luego el gobierno ruso no es tao tonto como yo pensaba
cuando media los ferrocarriles
con el patron de las cocinas
de hierro.
El algodon de los Estados Unido:; ha tenido tambien quo
retroceder delante del de otros paises, por consecuencia inme.
diata de la constrnccion de los ferrocarriles de la India ingle.
sa i del Bn:.sil, como lo demuestran las siguientes cifras:
la
I:>Il'OltTACIOKES DE ALGODO:-f E:-f LA GRAN
18GO.
BRETAÑA.
r,ibras inglesas.
])e los Estados Unidos
De otros paises
1,115.890,608
275.048,144
1872.
De los Estados U nidos
De otros paises
.
.
625.600,080
783.237,392
Estas cifras ban arrancado un grito de dolor al pueblo ame·
1."Ïcano,i el Senado de los Estados Unidos acaba de tomar este
negocio en séria eonsideracion, segun puede verse en el núme.
1'0 G de ]a Revista
mensual, The Republic, do Washington, de
junio último ( 1874), que un amigo nuestro acaba de suminis.
tramos, i del lu. cual hemos tomado las cifras copiadas on oste
artículo.
La cuestion ln. consideró el Senado únicamente
baj o el
punto de vista de la trasportacian de los productos americanos
a los puertos de embarque, i como tal so sometió al estuùio del
Senador lV·,~ndo?n.
Pero {¡ntes de llegar no las conclusiones de la comisiOIl del
Senado, que son decisivas contra las opiniones del seîior Camacho, sobre la naturaleza
del servicio económico de las vins de
comunicacion, es conveniente, para respetarlas en lo que valen,
saber en qué términos habla de ellas la prensa americana:
"El iniorme de la cOllisioll nombrada para estudiar el
116
LOS FERROCARRILES
COLOMBIANOS.
asunto de la trasportacion por los caminos que conduc~n al
mar, dice el periódico ántes citado, es uno de aquellos docu.
mentos solemnes, (ponderous), que mui pocas personas podrán
leer en estenso. El cuerpo del informe tiene 254 p:ijinas, el
ap6ndice 232, i los documentos en que se apoya ~e han impreso
en volúmen separado de 1,000 pájinas ..
" La gran importancia del asunto nos ha impuesto el deher
de estudiar estos documentos COll gran cuidado; i nos es satis.
factorio decir que este informe es uno de los mas interesantes
i valiosos papeles de Estado que hayan visto Iff luz en la 6poca.
preslo'nte. El Senador Windom puede descansar trallquilo en
la reputacion de su carrera senatorial, porque este informe es
el primer esfuerzo intelijente i laborioso que se haya hecho para
ilustrar i profundizar el problema de la trasportacion. Dentro
de Ull siglo, cuando este pais e.sté .poblado por 200 millones de
hombres, las recomendaciones de este informe serán consideradas como el primer esfuerzo hecho para resolver este intere.
sante problema."
I i qué cree el señor Camacho que ha propuesto al Senado americano el Senador Windom en el ponderoso informe
de que el periódico ántes citado habla con""tan~orespeto 1
Pues ha propuesto, contra la economía política que yo
usaba. en 1869, i que ahora usa usted en 1874, ha propuesto,
oh escándalo! que la Nacion que ya posee 60,000 millas de
caminos de l1Ïerro, emprenda un nuevo plan de mejoras materia_
les, por el cllal debe gastar 20 millones de pesos anuales, por un
período de 40 a 50 años, para poner todos los puntos cardinales,
todas las zonas del territorio de los Estados Unidos en cornu.
nicacion fluvial con los puertos del Atlántico i del Pacífico,
a efecto de conseguir que la que allí se Uaman artículos de
4." clase, (algodon, trigo, maiz, papas, maderas i otros frutos
pesados), puedan trasportarse a razon de 0,004 do peso por tonelada i por milla sobre los rios, 0,006 sobre las aguas muer.
tas, i 0,008 sobre los lagos.
Este plan comprende la canali7.acion del Mississippi, del
Fox, del Wisconsin, del Ohio, del Kanawha, del Tennessee;
la coustruccion del canal de Hennepin, de 65 millas, para
unir el Mississippi al Illinois; la nueva escavacion i mejora
del Erie, del Oneida, del Champlain i de Wclland ; i Ill. construccion de un canal para unir los rios Ohio i Kanawha, cerca
de Charleston.
Oigamos ahora por via de estudio, (pues para nosotros tio.
ne la misma importancia relativa la construccion del ferroca.
rril del Norte, que para 108 Estados Unidos el va¡¡to plan de
obras citado), c6mo es qne el Senador Windom hace la cuenta
de las ganancias que el pais obtendria. con la cjecucion de di.
chas obras.
LOS FERROCARRILES
COLMIHAl\OS.
117
"Las cifra:; en que se apoya este informe comprueùan que
cuando se bay..! mejorado la n:1vegacioll del Mississippi, el trasporte del trigo i los cereales de .Minnesota, low 3, Wisconsin,
Illinois, Indiana, Missouri i <le los otros Estados arriLa del
Cairo, hasta Nueva Orleans, no costar~a mas de 17 centavos
por fanega (bushcll). El término medio del costo de Nueva
Orleans a Li,erpool, fué en 1872, de 27 centavos por fanega;
pero éste podria reducirse con la mejora de las Locas del rio
a 18 a 20 centavos, i el costo total de trasporte desde el contra de los Estados productores
hasta Liverpool a 39 centavos,
en vez de 67, que costó en 1872, a sea una economÍll. de 28
centavos por fanega desde San Pablo hasta Liverpool.
,. En el solo comercio. interior del pais la economb en el
trasporte de ~ereales a los mercados del Orien te i del Sur no
seria de mGnos de 20 centavos por fanega.
" El movimiento del comercio de granos con dichos Estados
ascendió ell 1872 a 213 millones de fanegas. Una economía
de 20 centavos sohre esa sola cifra habria equivalido a un poco
mas de 42 millones de ]Jesos; pero si se considera que una gran
cantidad de trigo no puùo encontrar salida por los altos gastos
de trasporte, no será exajerado calcular que el comercio interior de granos cutre los E~tados productores
dcl Norte, con
los Estados J.thí.ntl¡;os i con los del Sur, seria mucho mayor.
"A la ganailcia ohtenida por la e~onOUl¡a ell los gastos de
trasporte debe aiíadirse la del mayor valor que recibirian las
tierras cuLivaùas del Oeste, que llegan en 108 ocho Estados
productoreó de granos a 55.841,000 acres. Estimando la capacidad productiva de estas tierras eu solo 20 fanegas por acre,
una gana1l<:ia adicional de solo 10 centavos, ( solo la mitad de
la economÍ:. en los gastos de trasporte, a sean 20 centa,os, que
es raciona-l suponer se divide entre el productor i el consumidor), agregada al valor de los cereales que aquellos Estados
pueden producir, equivaldria a Ull beneficio neto de $ 2 por
acre, que GS el interes 30110 por 100 de un capital de S 20; i
$ 20 por acre agregados al valor Je las tierras cultivadas de
aquellos Estados, son mas de 1,000 millonos de pesos.
l' Agréguese
a esto el mayor valor que recibirian las tierras
no cultivadas, el mayor valor de las plantaciones de algodon
del Sur, los Leuefi¡;ios obtenido!> por la economía en los gastos
de trasporte de todos los otros productos del pais, i solo de esta
manera podrá formarse una mediana idea del incremento que a
la riqueza púulica i a la prosperidad jeneral daria el vasto plan
de mejoras p:·opuesto."
Se ve, pues, que esta manera de apreciar los resultados
económicos de la mejora de las vias de comunicacion, difiere un
poco de le ql¡e nuestro ilustrado compatriota el sellar Camacho
aplica al ferrocarril del Norte.
118
LOS FERROCARRILES
COLOMBIANOS.
Paréceme más que agotada la materia de este capítulo, en
el cual, si la vanidad de autor no me engaria, creo haber recti.
ficado satisfactoriamente las opiniones del señor Camacho en
los P\lDtos siguientes:
.
1.0 Que n~ es cierto que todo la que es tral>portable, pueda
trasportarse hoi en camino de herradura.
2.° Que no es cierto que los trasportes cuesten de 12 a 15
centavos de peso por carga i por legua, sino a 42! centavos por
carga i por legua., la que puede cargarse a mula, i desde 14
hasta 47 centavos por arroba i por legua la poco qne puede
cargarse a indio, i la que es peor a india. Qué vergüenza! qué
degradacion !
El sei'íor Camacho ha incmrido pues en un error funda.
mental de 300por 100 respecta de la que ménos se discute,
que es la que se carga. en mulas; de 2,000 por 100 respecto ùe
los trasportes que constituyen el punto objetivo del proùlema,
que son los de los bultos que vienen a espalda de hombres, i
del infinito por 100 respect<>de los bultos de imposible trasportacion. EL edificio de sus cálculos está, pues, zapado por
su base.
S.o Que los bu1tüs cuyo peso excede de média tonelada, en
los cuales están comprendidas todas las grandes máquinas, son
de imposible introduccion en el interior del pais; i qlle esta
parte, de que!;e desentiende el señor Camacho, es precisamente
la que má5 debe tenerse en consideracioll pam apreciar los
beneficios cconómicos del ferrocarril-escalera, que vamos a
poner del Magdalena a. los Andes, para incorporar estos puc_
bIas en el movimiento del comercio del mundo.
4.° Que los ferrocarriles no se cargan en ninguna parte
del mundo con la que descargan las mulas í los indios, sino con
al[¡o más,
5.° Que no es exequible imputar al primer ferrocarril que
se construya en un pais, sobre todo si ese ferrocarril tiene el
carácter de ferroca?'?víl-escalera, todos los gastos en él impendi.
dos, porque la mayor parte de e])08 deben considerarse como
meras anticipaciones para la construccion de la!; otras vias; i
6.° Que un ferrocarril puede estar dando pérdida de mos_
trado?' en ta tarifa, i ganancias c6ntuplas de esa pl~rdida en la
feoudacion que está ejerciendo en el radio a que alcanzan sus
efectos.
Las leyes de la certidumbre matemática solo alcan~an a
determinar con precision los movimientos de la materill; pero
son un criterio incompleto e insuficiente para medir los fenó.
LOS FERROCARRILES
COLmmIANOS.
119
menos en que toma parte la actividad intelijente del hom?re,
porque su espíritu creador es demasiado grande para reducIrlo
a ecnaciones. Lo que un nuevo deseo, lo que UDanueva necesidad creada i sr.tisfecha, la que un nuevo juicio formado sobre
la utilidad de ~lguna cosa pueden dislocar i mover en el munJo económico, lia puede medirse de antemano por ninguna in.
telijencia.
N ada grande se ha hecho en el mundo que no sea el fruto
de esperanzas e:mjeradas. Por el camino de nuestros opositores,
que quieren que la humanidad no levante un pié sino cua.ndo,
despues de haher sometido al cálculo de las probabilidades
todos los accidentes posibles de la creacion, esté completamente
segura, con evidencia matemática, de que nunca, en ningun
caso, ni bajo ningun pretesto llegará a hundirse la nueva. tierra. en que va a pisar; por ese camino no se ha hecho ni se
hará Dunca nada grande en el mundo. Lo más que un hombre
prudente hace es adelantar el bordan para tantear el terreno
en que va a pisar. Pero el bordan de los ferrocarriles la tienen
adelantado por el mismo camino que nosotros llevamos los cien
mil viajeros que nos preceden en la via del progreso: solo
falta que nos tomen la delantera las hordas salvajes del África
i de la OceanÍI.',. Por eso nuestro ilustrado compatriota Núñez,
que se eleva más a la síntesis del pro~reso con ménos análisis,
no se ha dignado entrar a tratar en el fondo la cuestion de si
necesitamos o no construir ferrocarriles en Colombia, sino que se
ba reducido, en el opúsculo que recibimos por el último correo
de Europa, a hacer alguna.Badvertencias provechosas para evitar que seamos engañados en los contratos de construccion.
" Los ferrocarriles, dice, son hoi condicion de existencia social i económica, de la misma manera que los bancos, los aseguras, las escuelas, el periodismo, &, &, i prescindir de ellos
es condenarse al aniquilamiento.
" La época del vapor ha llegado i todos los pueblos que no
quieran quedar a retaguardia, decaer i morir deben apresurarse a hacer uso de este moderno ajente de locomocion.
" Resolvamos, pues, sin mas demora acometer la útil empresa; organicemos nuestro Estado mayor de injenieros, i
pronunciemos con fe, esperanza i valor la. palabra definitiva
de órden: Laü(yrernus."
El señor Núñez, apesar de haber vivido diez años entre
los ingleses, envuelto en las brumas de Liverpool i de Manches.
ter, habla de fe, enerjía i valor para construir ferrocarriles;
i nuestros opositores, viviendo en medio de esta naturaleza de
América, tan grande, tan poética, tan linda, donde todo convida a la espansion i a la vida, se han enfermado de juicio,
que es el peor achaque de la humanidad.
120
LOS FERROCARRIJ,ES
COLOMBIANOS.
" Ved, dice Chevalier, a Ill. ciudad de Charlestor. que va a
buscar, recorriendo 219 kilóm, a Augusta on Georjia, los algodones que se cosechan en el valle de Savannah. La distancia es
grande i en Charleston hai poca plata; PERO SE INJENIAN, SE
ESFUERZAN I LLEGAN A LO QUE DESEAN. Yo visité este camiuo
en 1834 cuando acababa de construirse i era el mas largo que
habia entónces en el mundo. Con todo su ma-terial.de esplotacion, locomotoras i carros solo habia costado 6 millones de francos, a 28,000 francos el kilómetro. Aquí i allí estaba construido sobre estacones de madera, como colgado sobre anda.
mios (perché sur des echasses) sirviéndose de los mismos árboles que habían sido derribados en la selva primitiva. Pero
cuando alguien recomienda entre nosotros la economía da
estas construcciones lijeras de que está cubierto el suelo de
la América, se responde que en Francia no poàrian soste.
norse, como si las leyes de la gravitacion no fueran las mismas
en los dos hemisferios. Lo que es distinto en ámbos no son las
leyes de la gravitacioD sino el sentido comuu."
De la capacidad productiva del pais; o de lo que puede traerse i de la
que puede llevarse por el ferrocarril.
En este capítulo como en el anterior es tambien necesario
perseguir al señor Camacho, hasta darle caza en alguna o algunas proposiciones jenerales,
claras, netas, bien definidas,
desentendiéndonos
de los infinitos cálculos i detalles en que
él entra para llegar a establecerlas,
porque de otro modo fatigariamos la atencion de nuestros lectores, perùeriamos 1l0ROtras mismos el rumho, el punto objetivo del debate, i no Ilegariamos nunca. a dewanecer
las aseveraciones fundamentales
con que mestro ilustrado compatriota
niega al pais así la nccesidad como los medios de construir el ferrocarril.
El señor Camacho ha em'pleado todo el articulo 3.° de su
serie, puhlicado en el número 1,300 de este mismo Diw'io,
para averiguar, por medio de cálculos tan minuciosos i tan
complicados como prolijos, cuál es el movimiento actual Je
cargas entre Bogotá i el rio Chicamocha, a la largo de los
caminos centrales de Cundinamarca, BoyaciÍ i Santander, a fiu
de abonado con toda escrupulosidad
al ferrocarril
del Norte,
lo que lo corresponda de ese movimiento, por la parte comprendida entre Bogotá i Carare, por Cipaquirá, Chiquinquid.
i Vélez.
Dice así:
" El movimiento de cargas entro el rio Chicamocha i Bogotá, a la largo de los caminos centrales de los Estados de Boyacá, Santander i norte de Cundinamarca,
puede calcularse ell
un millon J..ecargas de 112¡ kilúgramo8 cada 1.ma.
" Esto no quiere decir que todo ese número de cargas transite toda la estensiou de esos caminos, sino que ese número entra
a ellos i recorre distancias mas o ménos considerables, desde
dos o tri)S leguas hasta la totalidad
de la estension en a.lgunos
casos; de manera que podria calcularse que ese número total
de cargas recorre diez leguas, o quo la totalidad de dichos caminos cs recorrida por un número de cargas do BO a 100,000.
" Esto número de cargas se descompone on los siguientes
cfectos :
122
LOS FERROCARRILES
COLOMBIANOS.
"SI(1
. esacta )
:l.
CI ra. caSi
. 100,000
" Panela i mie!.
. 360,000
e; Trigos~de Boyacá
.
60,000
"Id.
de Cundinamarca
.
2u,000
" Azúcar de Santander
.
12,OuO
" Tabaco
.
15,000
e, Efectos estranjeros ........•...........................
3,000
"Tejidos del pais (mantas, lienzos, al parga.tas,
sacos, ruanas, cobijas, lazos, &.")
. 30,000
" !\;laiz
. 150,000.
" Efectos diversos (papas, plátanos, yucas, loza del
pais, garbanzos, habas, frisoles, huevos, pollos, &.a) 300,000
TotaL
1.050,000
"Este tráfico, dividido entre las diversas porciones del ea·
mino, puede estimarse así:
( Aquí dichas cifras, de que no nos ocupamos ahora ).
" A este cómputo tengo que hacer la rectificacion de que,
con posterioridad he visto clatDs estadísticos del peaje, formados por la Junta del camino del. Norte, en los que solo figu.
Tan entre Bogotá i el Puente del Comun ]80,000 cargas.
"Sobre la base de estos c6mputos aproximados podria esta.
blecerse 1I.l. circulacion de cargas por el ferrocarril del Carare
así:
"Entre Bogotá i Cipnquirá, cargas
150,000
" Entre Cipaquirá i Chiquinquirá
100,000
"Entre Chiquinquirá i Vélez
80,000
"Entre Vélez i el rio Carare
40,000
" Pero debe tenerse presente que la cuarta de estas parti.
das figura en las tres primeras, la tercera en las otras dos, i la
segunda en la primera; - de suerte que la vel'dadera circula.
cion puede reducirse a lo siguiente:
"De Bogotá a Carare i viceversa, 40,000 cargas
a $ 6 cada una
$ 240,000
"De Bogotá á Vélez 20,000 a $4 cada una
. 80,000
e, De Bogotá a Chiquinquirá 6,000 fi. $2..
. 12,000
"De Bogotá a Cipaquirá 100,000 a t 1..
. 100,000
"Movimiento intermedio 100,000 a $0-50
.' . 50,000
"Pasajeros de 1.& i 2: fi. la sumo
. 100,000
"Total producto del ferrocarril sin riesgo de pe.
car por diminuto "
,
$ 482,000
Estas cifras admitirian muchas rectificaciones, pero no
queremos entrar en ellas, por la ménos ahora, para. no ombro-
LOS FERROCARRILES
COLo~mIANOS.
123
llar la discu¡¡ion, que así se haria interminable.
Damos por
cierto que ese es, sin faltar una sola, el movimiento actuaL Je
cargas a la largo de la línea por donde paga el ferrocR-rril.
Pues bien, aun recibiendo como buenas esas cuentas, nosotros decimos: el señor Camacho yerra en ellas tan notoriamente como se equivoc6 al calcular el término medio de los actua_
les gastos dû trasporte entre el rio i la Sabana; ese movimiento no da ni mediana idea del que tendrá el ferrocarril del
Carare.
l por qué?
Porque el señor Camacho, como ven nuestros lectores, no
le coucede al ferrocarril
la virtud de dislocar en el cambio
de los productos del comercio interior i esteriar, '11.11, lcílúgramo
más de la que trasportan
la8 mulas i los indios. En otros términos, el sefior Camacho anrma que por un ferrocarril en que
todo la que es tragportable,
podrá tmsportarse
Il razon de diez
centavos por carga i por legua ($ 6 por 60 leguas de Bogotá
a Carare) i con una velocidad média i contin·ua de 5 leguas
por hora, cOl1tiuuariÍ. trn.yéndose esactamente, sin aumentar una
libra, la misma cantidad i calidad de efectos que hai se traen
por los caminos de montafía, a razon de 42, de 140 i hasta 470
centavos por carga i por legna, i con una velocidad mét1ia i
discontÍ1wa, (computando
las horas en que no caminan las
mulas ni los cargueros),
de !- de legua por hora.
Si esto no fuere cierto, que el señor Camacho DOS señale
en sus cál<:ulos la partida de 1~ncenúwo más que él haya abo.
nado al ferrocarril por la que este nuevo instrumento de locollocion remueva en los cambios del pais.
Desde luego debe advertirse que la posicion de la persona
que se limita tí. contar la que existe, es muy distinta de la posi.
cion en que se coloca la persona que va ú calcular lo que existi.
rá en virtnd de las leyes jenerales del progreso. A la intelijencia
del hombre, probablemente,
ni al jéllio mismo, le es daùo estender la vis'va para medir el desenvolvimiento
del bien i del mal
más allá de un horizonte lUui limitado i de un corto período
de tiempo. Si le hubieran preguntado
a Stephenson mismo,
cuando luchaba con la incredulidad
de los mercaderes de Li.
verpool, cuáles serian los resultados de la aplicacion del vapor
al camino de hierro; si le hubieran preguntado a G1~tterrnbe-r.g
a qué cambios daria Ingar el descubrimiento de sus caractlSres
movibles aplicados a la reprodnccion de las copias; si le hubieran preguntado a Morse hasta dónde creia él que podria llevarse,
al traves de los continentes i de los mares, la repercusion del
alambre eléctrico, veriamos hoi, leyendo esas respuestas, cómo
la intelijencia del hombre al despedir las chispas con que ha de
iluminar al mundo, no puede disipur las tinieblas que le ocultan
124
LOS FERROCA.RRILES
COLOMBIANOS.
el porvenir; cómo el jénio' mismo es pequeño para medir la
fecundidad del bien.
Sin pretender, pues, descubrir los arcanos del porvenir ni
adivinar-, ni ménos magnificar los cambios que en el curso de
medio siglo introducirá el camino de hierro en la condicion
económica i social del pais; limitándonos a contar los resultados
tanjibles que 8urjirán al dia siguiente de introducido en los
cambios este poderoso elemento de produccion i de vida, vamos
a complementar la cuenta del ferrrocarril, abonando a su haber
las partidas omitidas por el señor CUl)1ucho.
Pero desconfiando de nuestro grado de lucidez, aun para al.
canzar la vision de los resultados del dia siguiente, ocurriósenos
suplicar a nuestro amigo Camacbo, tuviese la bondad de prestarse a servir de me(lium para. esta revelacion ; i habiendo Convenido gustoso en ello, ambos nos dirijimos sin pérdida de
tiempo al Observatorio astronómico, donde pasó la qne se refiore en el siguiente diálogo:
G-Póngase usted en relacion con el espíritu del inmortal
Stephenson, el inventor del camino de hierro.
C.- Ya lo estai.
G-i Divisa usted bien toda la línea del camino del Norte
hasta Chiquinquirá?
'
C-¿ Tal como boi se encuentra, sin ferrocarril1
G-Sí.
C- Perfectamente.
G-i Qué ve usted en ella ademas de la sal, la panela, la
miel, el trigo i los demas efectos con que usted hizo la cuenta del
movimiento del ferrocarril del Norte?
C.-Nada, escept~ los transeuntes.
G.- Ya esoS los contó usted por 100,000 entre los pasajeros
de 1.& i 2.& clase. Aun está usted bajo la ofuscacion de sus escritos; qué más ve usted!
C.-Ah! veo todo el ganado flaco que sale por Sogamoso i
que va en busca de las dehesas de la tierra calieIl~e; entre esaS
partidas veo una que va para mis pasta les de Utica. Veo el
gana.do gordo que viene desde Ubaté para ser consllrnido en las
plazas del tránsito basta Bogotá. Veo todas las partidas de ganado lanar que transitan por eSa via.
G.-¿I por qué dejó usted de incluir todos esos animales,
que mucho significan en la cuenta del movimiento del ferrocarril
del Norte? ¿O creia usted que despues de construido el ferrocarril, los duefios de esos cuadrúpedos serian tan tontos para
continuar conduciéndolos a pié a razon de 2 o 3 leguas por dia?
o.-Fuó un olvido involuntario.
G.-No tiene usted necesidad de afirmarlo: el pais entero
que lo conoce, sabe que usted es incapaz de un acto de disimulo
WS
FF.RIWC.\RRILES
COLOi\fllTANOS.
125
o Je falsía. As', puos, usted conviene gustoso en que aclicionemas la cuenta del trÚfico probable del ferrocarril del N arte con
la siguiente pa.rtiJa:
.
" Animales en pié
"
C.-Por
supucsto: mal podria yo negar la que estai viendo
i la que todos vemos, esto es, que hoi transita por la vía del
Norte un nÚmero mui considerable de calJezas de ganado, i que
la construcion del ferrocarril, léjos Je ser mzon para que dismi.
nuya, seri fU7.0n para que aumente ese tráfico.
G.-Estiel1da
usted la. vista a 1880. 'If
C.-Ya está.
G.-Qué
VJ usted?
C.-Veo una cinta de hierro que surca la tierra, i sobre ella.
veo deslizarse con la velocidad del ra.yo, arrastrados por el vapor
iserpen teaudo como una culebra., los largos trenes del ferrocarril.
Con su penacho de espirales de humo,
Que el viento envuelve en la sutil neblina,
Es e, rei majestuoso del progreso,
Que con orgullo su!' dominios mira.
G.-Bueno,
me gustan los poetas: la imajinacíon i el sentimiento son Jas grandes facultades que sirven tambien para
comprender la verdad. Pero dígame usted, i qué ve usted allá
en Puerto-Curare,
en la estremidad del ferrocarri11
C.-Veo dos vapores listos ya para. levar anclas, que están
cargando a taja prisa una tierra. a unos terrones negros que no
alcanzo a Jistingllir quó sean ..
G.-Sígalos usted en su viaje basta Barranquilla,
¿ qué ve
usted?
a.-Veo
que no llegan COLla ::lntes dos a tres veces por dia.
11 tomar leña i que solo se detienen
en los puertos de escala.
G.-Avcr;gÜe
usted la cnusa de ese cambio estraordinario
en la navegacion del Magdalena.
C.-Ah!
Es que el combustible de que se sirven es el carbon
de piedra de las abundantes minas que se encuentran en toda.
la línea del ferrocarril.
G.-I
porqué se sorprende usted? De qué 8e admira usted?
i No ha leido usted el reciente informe del injeniero señor Rid.
ley? Oiga usted lo que él dice en el capítulo en que describe
la formacion jeolójica, la agricultura
i las riquezas naturales
del terreno qèle atraviesa la línea principal:
"Tanto el carbon de este punto (Cucunubá ) como el de las
montañas ùe Tausa es de Ulla C'alidad muy superior.
"" Por ùcsgncia estamos en lSS0 i el problema ùe la construccion de un
ferrocarril al Magdalena no se ba resuelto. Los lJue no hemos tenido sino
nuestra pluma pua servir las ideas, no SOlllOS pasiblcs de sonrojo ni de vitu.
perio por esto fiasco j qlle respondan ùe éllaa revol uciones i l(Js gobiernos.
126
LOS FERROCARRILES
COLOMBIANOS.
" El análisis que de él se bizo en Lóndres dió los siguientes
resultados:
Carbono
80-99
Hidrójeno
5-51
OxíjeD<Yi nitrójeno
6-82
Azufre
:
O-51
Ceniza
'"
4 '"
Agua
2-17
100-...
"I en cuanto a sus propiedades
resultado en una vasija cerrada:
Coke
Materia gaseosa
Agua
productoras,
dió el siguiente
66-72
31-U
2-17
100
"
Existen en el pais minas inagotables
cobre, carbon, hierro i plomo. Cerca de todas
líneas, i creo que si se beneficiasen como se debe,
tener en cuenta otra clase de tráfico) bastarian
ferrocarriles, dando una buena utilidaù."
...
i riquísimas de
ellas paRau 1M
ellas solas (sin
a. alimentar los
Este cambio al parecer insignificante ha realizado mejoras de
mucha importancia en el servicio de la navegacion del rio. Se
acabaron las insoportables i costosas demoras de 3 i 4 horas diarias que cada vapor empleaba en llegar a cargar leña; i los bu.
ques han ganado en capacidad para la carga la mitad por la
ménos del espa.cio que ántes ocupaba el combustible. Pudiera
hacerse la cuenta del número de viajes redondos que cada vapor
puede aumentar al año con las horas economizadas en el acarreo
de lefia, i de la rebaja que por esta causa i por el aumento de
capacidad para la carga. p9diera hacerse eu el fiete del rio;
pero renunciamos a entrar en estos detalles porque el pais mar.
cha de prisa, i la opinion exije que los escritores públicos le den
verdades hechas en párrafos cortos: es preciso curarse de la
manía de escribir llevaudo hasta el último estremo el análisis
de todas las cosa.s, sin contar con el sentido comun de los lectores.
Baste a nuestro propósito decir que segun los datos autén.
ticos que hemos consultado, el consumo actual de leña que
hacen los vapores del Magdalena no es de ménos de $ 100,000
por año. La sola Compañía Unida, cuyas cuentas hemos visto,
gasta de 12 a 13,000 pesos por trimestre;
la Alemana i la
Internacional juntas gastarán otro tanto;
i como los vapores
se contcnt..'\riall cou las dos ganancias de tiempo ~de capacidad,
LOS FERROCARRILES
COLmIBlANOS.
----~._------~-_
_----------------_.~~~-
127
..
estarian dispuestos a gastar en carbon cuando ménos la misma.
suma que hoi gU;otanen leña.
l si siguen canalizándose naturalmente las bocas del Magdalena, i pueden evitarse para un artículo de poco valor el
flete i los gastos de carga i descarga del ferrocarril de Barranquilla, no seria mui difícil que el ferrocarril del Norte pudiera
suministrar carhon a los vapores de las líneas trasatlánticas en
Sabanilla. Pero no contemos con esto, i limitémonos a adicionar
con permiso del señor Camacho la cuenta del movimiento de
cargas del ferrocarril de Cara re con la siguiente partida:
" Carbon para los vapores del Magdalena
Toneladas
"
Cuando se formaba ahora 25 años la primera Compañía
para la naveg'lcion por vapor del rio Magdalena, el señor
Joaquin de Mier, uno de los principales accionistas, decia
en la junta Do sus compañeros: "Señores, yo tomo parte CR
este negocio por patriotismo i por dar gusto a ustedes; pero
ya verán ustel:es que los tales vapores apénas tendrán carga
para un viaje i que no sabremos qué hacer con ellos en todo
el resto del aÎÍo."
I diez años mas tarde el comercio del Magdalena daba lo
suficiente para que pudieran establecerse tres Compañías de
navegacion a vapor, haciéndose formidable competencia en la
rebaja de los fletes; ya ve usted que el rio Magdalena es un
cementerio de vapores sepultados bajo sus aguas, i que las
utilidades del tráfico han sido suficientemente cuantiosas pa.ra
qne las Compañías de navegacion sigan imperturbables por
encima de esas pérdidas i de esos obstáculos. Cada vapor perdido ha sido inmediatamente repuesto por otro mejor. Es que
a la simiente del progreó;Ole basta la menor dósis de actividad
i de vida en 108 pueblos que la reciben, para. obrar en ellos 8US
portentos; él es en los tiempos modernos la verdadera imájen
del fénix de la fábula, que renacia de sus propias cenizas i
perdon por este trozo de literatura muérgano.
Ya nuestro ilustrado compatriota el señor :M:iguel Samper,
habia espresado el mismo pensamiento en la carta que sobre
este asunto dirijió al Gobierno con fecha 8 de agosto de 1872.
Dice así:
" Cuaudo hace veinte años el Gobierno resolvió fomentar la.
navegacion del Magdalena. por buques de vapor, el tráfico de
n,quella época no daba aliciente para fundar sobre él cálculos
ni esperanza de buen éxito, i sinembargo el rio está. surcado
pol' hermosos vapores a 108 cuales no ha faltado carga. La. sola
idea de rer:.unciar a esa clase de vehículos o de volver al uso
de los champaneB, aterrada a nuestro comercio.
128
LOS FERROCARRILES
COLOMBIANOS.
No considero mas u1jente el establecimiento de la línea de
vapores en la época ántcs citada, que lo que es !wi la construecion del ferrocar·ril del Norte. 'il
Mas continuemos la sesion de espiritismo ferrocarrilero.
Q.-E~tamos en 1880. i Qué pasa en Puerto Carare 1 Limpio usted bien el anteojo de la vision interior.
C.-Han llegado al puerto los vapores" Parra," "Vezga"
i " Galindo."
G. -- Cómo!
¿ un vapor con mi nombre?
O.-Sí, señor, en premio de los disparates que usted escribió
en favor del ferrocarril, de 1870 a 1874.
G.-I qué traen 1
C.-Están descargando en abundancia muchos efectos de
los que ántes venian aquí por rareza, a lomo de india, de los
que eran privilejio de los cicos: pianos, coches, espejos, cristalería, bombas, amdos, máquinas de trillar, &,' &." Entre ellos
veo dos coches preciosos, una vict01'Ía í un coupé para. nuestro
amigo
que se ba retirado de los negocios con 200,000
patacones (pesos fuertes).
G.- Cómo ¿ mi compadre
importando coches por el
ferrocarril?
C.-Por supuesto; la circunstancia de que él hubiera opinado contra el camino DO es razon para que no se aproveche
del disparate que ustedes hicieron, para que deje de traer por
$ 20 un coche cuya conduccion costaba ántes $ 200. Pero sí le
digo a ústed que es enorme la cantidad de esas cosas que están
metiendo a. la bodega!
G.-1 por qué se admira nsted de ese cambio en lo~ consu.
mos del pais? Yo lo encuentro mui lójico. Usted sabe que si
hai algun principio evidente en la ciencia de la economía, que
casi pudiera Ilamaroe "verdad de Pero G?'ullo " es el de que
toda diminucionobtenida en Jos gastos de produccion de un
artículo, pone ese artículo al alcance de mayor número de
consumidores, o en otros términos: que los productos son
atraídos al consumo en razon directa de su baratura e inversa
de su carestía. Pero no como usted quiera, sino en los ténninos
de una progresion jeométrica cuyo esponeute es 10. Las fortunas privadas i la distribllciOD de la riqueza pública se han representado admirablemente por una pirámide cuyos conos o
segmentos se desarrollan en esa proporcion: en la cúspide de
la pirámide está el Rostchíld de la humanidad j en la capa
¡
*
Memoria de Hacienda do 1678, pájina 42.
LOS FERROCARRILES
129
COLOMBIANOS.
inferior bai 10 homùres que tienen la mitad de la fortuna del
primero; en la 3: hai 100 con la mitad de la de los segundos j
en la 4: 1,000 con la mitad de lo que tienen los terceros; en
la 5.~ 10,000 con la mitad de lo que tienen los cuartos j en la
6: 100,000 con la mitad del caudal de los quintos, i así sucesivamente. De esta manera, cuando un producto baja a la mitad
de sus -antiguos gastos de produccion, si el artículo era ántes
consumido por la personas, se pondÓ inmediatamente al alcan.
ce, no de 20 sino de 100.
Por esta razon ha causado mucha estrañeza que un economista de Sil reputacion i de su ciencia, se hubiera limitado a
cargar los futuros trenes de este ferrocarril con la mismo que
descargahan los indios i las mulas. Por tanto, ahora que usted
est:! viendo con sus propios ojos, que tener pianos i coches no
es ya privilejio esc1usivo de los que estáu cn la cúspide de la
pirámide, usted me permitirá que adicionemos la cuenta del
ferrocarril con la siguiente partida:
" Por el aumento en el' consumo de los artículos voluminosos, cuyos gastos de trasporte se han reducido a la déc'Íllna
parte de la que ántes costaban
cargas
"
Descr-nse usted un momento, i dígame i qué otros camùios
nota usted en el movimiento de la bodega de la estacion del
Carare ?
C.-Veo que entran i salen de esa bodega cosas estraordinarias, que yo no habia visto ántes en el pais, i que muchas
de las jentes ilustradas de nuestra tierra ~o conoceu ni auD.
en pintura.
G.- Pero en fin, diga usted qué es, sírvase usted hacerme
una descripcion de esos objetos.
e.-Son uuas piezas de fierro mui grandes, como calderas,
i ruedas, i cilindros, i chimeneas para máquinas de vapor. Ah!
sí, ya adivino: son trapiches, injenios, molinos, alambiques i
máquinas de vapor pam la agricultura i ln.minerin" &." &.8
Vienen tambien muchos aparatos pura el establecimiento del
alumbrado de gas; vienen cuatro Road-Steamers para los ea.
minas laterales del ferrocarril, i muchas otras mlÍquinas de las
que ántes no podian iutroducirse al pais.
G.-1 sinembargo era claro como el agua. 'Mal pudo usted imajinarse que la poblacion de Cundinarnarca i Boyacá,
que ocupa una de las rejiones mas feraces del globo, continua_
ra trabajando como bestia de carga con los mismos instrumen.
tos toscos i primitivos que le dejó la. colonia, despues de tener
a su alcance los medios de adquirir a bél.joprecio las máquinas
con que trabaja la industria moderna; esos instrumentos que,
segun la feliz espresion de usted en la memoria de Hacienda.
de 1872, ,¡ proporcionan fi. un tiempo la abundancia i lu. bara.
9
130
LOS }'ERROCARRILES
COLOMBIANOS.
I
tura i reemplazan los brazos humanos donde éstos escasean o
son caros."
Por tanto, usted no tendrá inconveniente en admitir la
4.a gruesa partida con que me permito adicionar, desde el dia
siguiente al de concluido el camino, la cuenta del movimiento
de cargas por el ferrocarril del .Norte, en los siguientes tér.
minos:
"Maquinaria. para la agricultura i para la minería, i en
jeneral aparatos i bultos de los que úntes no podian venir por
los caminos de montafia. Cargas
"
Concedamos siquiera dos años de plazo a esa maq uinaria. para
que vaya a remover las inagotables riquezas minerales en que
abundan los terrenos contiguos a la via férrea; esperémonos
¡¡iquiera a 1882, i dígame usted qué otra cosa ve en el puerto
de embarque sobre el Carare 1
"
C.-Veo una cantidad enorme de zurrones, que por su
tamafío no pueden ser ni de quina, ni de tabaco, ni de ninguu
otro de los frutos esportables que yo conozco.
G.- I no adivina usted lo que contienen?
C.-No, no lo sé.
G.-Pues es el mineral de cobre de las minas de Moniquirá,
que están allí a un pasO'de la línea; minas de las cuales dijo
el Baron de Humboldt que serian suficientes para. abastecer
el comercio del mundo. Usted sabe que Chile, apesar de estar
separado por 6,000 millas de los puertos de Europa, construyó
un ferrocarril que le costó $ 4.000,000 para esplotar las famosas minas de Copíapó, que distan 70 kilómetros de la costa, i
que con todas estas desventajàs ha esporta.do mas de 200,000
quintales de mineral pot año, haciendo una competencia formidable al cobre de Bolivia, de Europa, de Australia, del
Africa meridional i de los Estados Unidos.
Desde 1874 personas roui competentes habian dicho al Secretario de Hacienda lo siguiente:
I" Nunca podrá decirse demasiado de suestension
i riqueza;
i creo que no tendrán segundo en las demas mina.s de cobre de
Sur-América.
'
El mineral de ellas ha sido ensayado por una de las personaS maScompetentes del pais, el sefíor R. J. Treffry, i segun su
opinion, produce 35 por ciento i 135 onzaS de plata por tone.
lada en algunos casos.
H
" Las enormes dificultades i el costo de trasporte a un puerto
de mar, han obligado a los dueños a limitar el producto a la demanda inmediata de los alrededores, i ésta es demasiado insig.
niticante para arrostrar los gastos de uu laboreo estenso.
ws
FF.R1WC.iRItILBS COLO:lmIANOS.
131
" Las mismas dificultades de trasporte ocurren respecto Je la
esplotacion de carbon de las iurnensas capas qlle hai en Samacá,
do quo se tratará luego .
...................................
,
.
"So ver[t claramente que lo úuico qne se necesita es aùrir
vias de comunicacion con la costa, i este ferrocarril lo efectuará tan luego como ;.;econstruya, porque prácticamente
no tiene
límite la cartid!1d de mineral que se puede obtener allí, sino es
por la falta de caminos para trasportado
i la cantidad adecuada
do trabajo."
,
Las mismas personas calculaban
que, aun soportando un
flete de 5-62} centavos para llevar a mula cada carga de 10
arroba,'!, de la mina al Magdalena, poùria ponerse una tonelada
de mineral en Inglaterra por £ 23 i venderlo con una ganancia
de £ 2 a £ 7 por tonelada. Pero agregaban:
" Aun suponiendo que pueda confiarse en los números quo
anteceden, la gran dificultad para conseguir suficiente cantidad
de mulas, para hacer el trasporte en escala suficientemente grande para que hubiera ganancia, seria siempre un obstáculo con
que habria que luchar. En efecto, seria mui difícil trasportar
aun la pequeña cantidad de 120 toneladas por mes, que puede
considerarse corno el resultado mínimo para quo valiera la pena
de trabajar las minas esclusivamente.
"Sinembargo,
si el ferrocarril se bace, el éxito de la empresa seria inmenso, porque podria hacerse la esportacion hasta
por ln. cantidad que uno quisiera; i como puede mui bien supo_
nerse que el costo de flete se rebajaría en £ 7 sobre losallteriores datos, el producto neto ( tomando el menor de los dos precios cotizados para la venta) seria de casi £ D por tonelada.
" Si el coùre se funde i esporta en barras, pueJe ponerse en
Sabanilla, a razon de £ 45 por tonelada.
" Poniondo el precio de mercado en Inglaterra a £ 75 por
tonela.da, el presupuesto quo antecede daria una ganancia de
.£ 35 por tonelada. Abora, suponiendo que solo so esportarall
120 toneladas por mes, el producto neto anual no lmjaria Je
£ 43,200.
" Por supuesto, al empezar habria quo poner la maquinaria
conveniente, bomm.s, &.", la cual costaria probablemente unas
£ 40,000, a sea la ganancia del primer año en la esportacion de
barras solumente." 'Ii
Por tanto, usted nos permitin¡ que adicionemos la cuenta
del mo.imient{} probable del ferrocarril
del Norte, desde el
se.Jundo año en adelante, con la sigu.iente partida:
" Miueral de todas clases, pero principalmente
del cobre do
Moniquirá
Toneladas
"
" MCUloli~ de llaciehùa ùe 1874, I){¡jinas 112 i 113.
132
T.OS FERROCARRILES
COLO.MBIANOS.
La industria minera estabn. en Chile ántes de la construc.
cion de sus ferrocarriles, como hemos visto que estaban su
agricultura i su comercio: abatida, postrada.. Antes de 1840
no se esplotaban en el pais sino minerales oxidados i sul£ul'o.
sos conocidos con el nombre de 'Y"IWtales de color. Pero a par.
tir de 1851, en que se conr;truyó el primer ferrocarril para.
esplotar sus riquezas minerales, de Copiapó a. la. Caldera, su
puerto en el Pacífico, aquella industria principió a descnvol.
Terse r<lpidllmente basta llegar a las estraordinarias cifras con
que figura bai en el comercio del mundo. El procedimiento
semibárbaro de los h01'noS de ?nanga que dejaron los españoles,
parecidos a los que llsamos en Cipaquirá para compactar la
sal, i que aIl~ se empleaban para la fundicion del mineral, fué
reemplazado por los magníficos bornas de reverbero, i por las
numerosas fundiciones dotadas con toda la maquiul,l.rio.de la
industria europea, que cubren los distritos mineros de Copia.pó
i Coquimbo..
El ferrocarril de la Caldera se abrió en 1851, i tres años
despues, en ]854, ya se contaban en Copiapó 824 minas en
actlvidad : 22 de oro, 536 de plata, i 266 de cobre .••
I si Cbile ha podido llevar su industria minera al punto en
que hoi la vemos, teniendo que hacer una navegacioD de G,OOO
millas al rededor de la América para llegar a Europa ¿ por qué
eon minerales tanto a mas ricos que los suyos, i separados apé.
nas de los puertos de su destino por la mitad de la distancia
que tienen que recorrer los de Chile, por qué no habriamos de
llegar nosotros en el curso de·. pocos años a obtener iguales o
mejores resultados 1 ,
Los errores con que el señor Camacho ha reducido a.
$ 482,000 anuales el producto bruto del tráfico probable del
futuro ferrocarril del Norte, en relacion con la capacidad productiva del pais, se dividen en dos clases:
I." Los puramente estadísticos que afectan la cuenta de la.
suma de poiJlacion, de riqueza i de cambios actualmente ex'is.
tentes on 01 territorio que va a ser servido por el ferrocarril.
De esta clase son los errores que en los cálculos del señor Ca.
macho han limitado a 264,400 habitantes la poblacion que
podrá servirse del ferrocarril. del Carare; a 75,000 cargas el nú.
mero de las que recorrerán la línea on toda sn estem;ion; i a
70.000,000 ùe pesos la riqueza mueble e inmueble de los Esta.
dos de Cunùinamarca, Boyacá i Santander.
Forman la 2.&los errores económicos quo, desconociendo
los resultados precisos, infalibles de la accion directa del nue.
vo vehículo delocomocion, se desentienden del incremento de
* Artículo
na 83().
Copiapó, del Diccionario de Comercio universal, tomo l, páji-
WS
FERROCARRILES
cOLO~rnIANOS.
133
produccion i de cambios que él va a determinar, por su propia
virtud, sobre esa misma riqueza i esa misma poblacion.
Los errores de esta clase han llegado hasta reducir a cero la
accion propia del ferrocarril. Como tantas veces la hemos dicho,
i Como no nos cansaremos de repetirlo, esos errores provienen
de limitarse a cargar los trenes de 1880 a 1890 con la mismo
que descarg::m las mulas i los indios en 1874.
El señor Camacho ba dicho:
"Las vias de comunicacion no son medios directos, sino
indirectos de la produccion de las riquezas, i su objeto se
reduce:
" A trasportar con mas economía los productos en 108 lugares en que la abundancia de estos ha encarecido los trasportes.
" A crear la posibilidad del trasporte en todos los casos en
que otra. dnse de vehículos seria insuficiente. Ejemplo: el nú'
mero de caballos que exijiera. el trasporte de 125 millones de
toneladas de carbon, que se conducen anualmente en Inglate.
rra a 20 leguas de distancia, en término medio, exijiria una
cantidad tal de caballos a bueyes, que esa operacion seria
imposible sin ferrocarriles.
" A dar rapidez a los trasportes, para hacer posible en Iuga'res distantes, el consumo de artículos que se deterioran rápida.
mente. Ejemplo: los víveres frescos de todas clases.
" A trasportar con rapidez los hombres i las cosas en los
lugares en qua la economía de tiempo, ex~jida por una circula.
cion rnui abundante i rápida, da al trascurso del tiempo un
valor inestimable."
Esta' esposicion de principios, deficiente para apreciar los
resultados comerciales de la loçomocion a vapor, que tanta
parte tiene eu esto desarrollo inmenso de la riqueza del siglo
en que vivimos, necesita Il.mplificaciotl.
No hai necesidad de que sea la abundancia de un pro.
dueto lo que haya encarecido por competencia sus gastos de
trasporte, para que un nuevo ajente de locomocion realice nna
economía. Basta que exista la carestía del trasporte, por cual.
quier cansa que sca, para que la diminucion del gasto sea un
beneficio neto para la sociedad. Ejemplo: no es la abundancia
de maiz, de maderas, de yuca, de plátanos, de arroz, de miel,
de panela, de azúcar ni de uingullo ùe los otros productos
agríeolas, la que hace que el fiete de una carga cueste 5 o 6
pesos del Magda.lena a Bogotá; es que esa suma representa los
gastos naturales do trasporte, para recorrer 15, 20 o 25 leguas
de camino de montaña. Léjos de ser la abunda.ncia de esos fru.
tos la que ha encarecido el trasporte, el hecho contrario es el
que es cierto: que lu.carestía natural, intrínseca del trasporte,
es la que no permite que se produzcan en abundancia los fru.
134
LOS FERROCARRILES COLOMBIANOS.
tos ~e la tierra fria i de la tierra caliente para. venderse a bajo
precIO.
La accíon comercial de los ferrocarriles no se limita
fi preservar de la. descomposicion la leche, las frutas i las legumbres. Es posible que a éstas les aproveche más que a 108
jéneros secos; pero la mismo se consume en N ueva York, en
I..
óndres i en Paris leche venida por el ferrocarril de 100 le.
guas de distancia, que carnes, queso, madera, carbon, huevos
i harina, lana, quina i azúcar venidos de 500 a 2,000 leguas.
La circunstancia de que estos últimos frutos hubieran podido
soportar sin daîíarse 2 a 3 meses de viaje, en nada disminuye
el valor de la economía que sobre su trasporte ha efectuado
el ferrocarril.
Los maestros del progreso, los americanos, han formulado
ln. doctrina de la accion comercial del camino de hierro en lOB
términos siguientes:
" El tonelaje neto de mercancías trasportlJ.das sobre las
53,000 millas de ferrocarril en 1870, deduccion hecha del tone·
laje duplicado que ha pasado por mas de un camino, se com·
puta en 97.000,000 de toneladas.
"Este vasto tráfico, dice Henry V. Poor, autor oel libro
"Los ferrocarriles de los Estaoos Unidos, 1871-1872," ha sido
creado en su totalidad por la "reduccion efectuada en los gastos
de trasporte. El costo del acarreo del maiz i del trigo en los
caminos carreteros (high ways) era de 20 centavos de peso por
tonelada ipor milla. A esta rata, el primero, el maiz, solo podia
caminar 125 millas para que su precio de mercado no excediera.
de 75 centavos de peso por fanega, (bushel), i el trigo 250
millas, para que su precio no excediera de $ I-50 por fanega.
Con semejantes caminos nuestros mas valiosos cereales no
tenian valor comercial fuera de círculos de un radio de 125
i 250 millas respectivamente. Sobre los ferrocarriles el trasporte de los cereales apéuas sube a 1 i t centavos de peso (medio
cuartillo de nuestra moneda) por tonelada i por milla. Con la.
ayuda de semejante instrumento, el círculo dentro del cual
puede comprarse maiz a 75 centavos i trigo íÍ. $1-75 fanega, se
estiende a radios de 1,600 i 3,200 millas respectivamente. El
área de un círculo con radio de 125 millas es de 49,087 millas;
el de un círculo con radio de 1,600 millas es 160 veces mayor
a sea 8.042, 406 millas cuadradas. Tal diferencia, enorme como
ella es, apéaas miùe el valor económico de los nuevos ajontes
empleados en ]a trasportacion." 'if
Apliquemos ahora, aunque no COn tanta precision en los
números, por carecer de datos esactos, la doctrina americana,
* Dicho libro, pnjina XXVII j i como no l'xiste aquí sino un solo pjeropIar que es el que yo poseo, él está a disposicion del que quiera consultarlo.
LOS FERROCARRILES
COLOMnrANOS.
135
qne tiene a su favor la autoridad de los hechos cumplidos, a.
los resultados que el ferr08arril,
(es decir los ferrocarriles),
efectuarian en el cambio de nuestros propios productos.
Pero
ántes, séanos permitido recor<.1ar, no para el señor Camacho,
silla para el comun de los lectores poco versados en la. materia,
una verdad axiomáticn. de economía, a saber: que aunque aparentemente los productos se compran con dinero, la moneda DO
hace en el ~amhio sino el oficio de un pasador de manos; pero
que la que en definitiva se trasmiten los hombres son produc.
tos por productos; que el valor, representado en cualquier cosa,
es la susianc'ia con que se bacen los cambios; i que así cuando
una persona dice: "no tengo dinero con qué comprar la que
necesito," esta espresion significa en economía:
"DO tengo va.
lores que convertir en dinero." Esto quiere decir en lenguaje
vulgar, que el modo de estar uno provisto de lana, es producir
trigo; que el modo de tener trigo, es tener papas; que el modo
de tener papas, es tener leche; que el modo de tener carne, es
tener plátanos; i así respecto de todas las Jemns COSasque sirven para satisfacer nuestras necesidades;
i que es la cantidad
i la abundancia de estas cosas la que forma la riqueza de los
individuos i de los puehlos ..
En esta tarea, el ideal del esfuerzo humano seria la quo
pudiera llamarse da1·leal cambio densidad uniJorrne, es decir,
aproximarse
cuanto fuera posible a que cada producto ob.
tuviera en cambio una cantidad
igual del valor de los otros
productos, en el lugar de su produccion; a en otros términos,
llegar al resultado de que el inglés, el frances, el americano,
el aleman, el sueco, nos dieran la cantidad de productos que
ellos obtienen allá con 10 jornales, por la que nosotros obte.
nemos aquí con 10 jornales;
eliminar el trabajo de cambiar,
puesto que el cambio mismo, en sí, no le agrega nueva utilidad a Ias casas.
I al contrario, en su marcha retrógrada el último límite
del cambio es este: que las dificultades
que encuentre seau
tales, <Jue a cada cornarea le sea más económico producir
directamente,
en snclo i clima inadecuados, los productos de
las otras zonas, quc adquiridos por medio del cambio.
l csta es con poca diferencia la situacion de nuestros
cambios interiores.
Para la jcneralidad
de los habitantes
de Bogotá son artículos de lujo lo~ frutos del Magdalena;
i para la jeneralidad
de los hahitantes ùe tierra caliente son artículos de imposible
consumo las papas, la mantequilla i las legumbres de la alti.
planicie. Los gastos de trasporte DOS anulan la parte gratui.
ta de fecundidad
que nuestra exuberante
naturaleza
puso
en la creacion de esos productos;
cuando llegan a su destino
136
LOS FERltOCARRILÉS
COLOMBIANOS.
esa parte está consumida por ]a trasportacion, que es un sèr.
vicio negativo.
He aquí los precios de nuestros principales jéneros alimen.
ticio!>,a 20 leguas de distancia:
1 arroba de plátanos, que en las orillas del Magdalena podria obtenerse por 2 reales, vale en Bogotá 8.
1 arroba de yuca, que allá vale un real, vale aquí 4.
El azúcar es un artículo que hoi no puedeo consumir sino
las clases acomodadas; los pobres solo lo usan como remedio.
Hoi vale a $4-40 la arroba, porque el flete de una carga de
8 arobas, del Socorro a Bogota, vale a $ 12.
La mantequilla, que la Sabana poùria producir indefinidamente a 1 o 1~ reales libra, vale en el !Iagdalena a 6 l'eales.
Las papas, que aquí valen, una cosecha con otra, a $ 4 la
carga, no pueden caminar en ninguna direccion mas de 20 leguas, para ir a venderse eo Honda i Ambalema a $ 1 arroba,
que eB el último término del cambio útil de este proùucto con
aquellos pueblos.
El arroz vale aquí a $ 1-60 arroba, porque el flete de una
carga de 8 arrobas, de Muzo a Bogotá, vale :J; 5.
El trigo que la altiplanicie podria producir en cantidad ilimitada está tambien circunscrito por Ull radio de 20 leguas;
enf Honda se ellbuentra ya Call la harina de los Estados Unidos,
que ha podido recorrer unas 300 leguas de camino con un
gasto menor que la nuestra en 20.
El cacao vale aquí, una cosecha COll otra., a :il 2 el millar
de 4 libras: el flete de Neiva a Bogotá vale $ 10 carga.
El carbon vejetal, que es el combustible de que todos usan,
vale a $ 1-20 la carga de tres arrobas. Una familia de seis
personas consume por término medio una carga por semana
o $ 62 por año. El ahorro que en este solo artículo introduciria la mejora de las vias de comunicacion, cuya base es el ferrocarril del Magdalena, seria enorme.
Lo mismo puede decirse de las maderas de construccion, que
para ciertas localidades tienen ya precIos fabulosos.
Los materiales de construccion, piedra, ladrillo, adobe i teja
no pueden traerse en ninguna parte de más de 4 leguas de di:>tancia, i aun es mucho. Es incalculable la economía que el ferrocarril, i los futuros ferrocarriles, introducirian en los gastos de
produccion de este artículo. En fin, no acabaríamos nunca si
quisiéramor recorrer todo el círcnlo de la revolucion que el camino de hierro está llamado a hacer en el cambio de los productos del comercio interior del pais.
Por término medio, pues, los productos agrícolas que forman
la base de la alimentacion públicá, no pueden caminar con los
actuales medios de trasportacion mas de 20 leguas, pam que su
LOS FERROCARRILES
COLo~mIANOS.
137
--~---~-------.._--------~---------- ~---precio de mercado no toque al término en que el cambio deja
de ser provechoso: mas allá de ese rádio, a cada pueblo le ten.
drill. mas cuenta privarse del artículo que se le ofrece o proJu.
cirIo artificial mente en su propio suelo. Pero el dill. en que
hayamos construido nuestra red de caminos, compuesta de 2 o
3 troncos principales de ferrocarril i de los caminos laterales de
montaña, cada producto verá estenderse, con los actuales gastos
de trasporte, el radio de su consumo a 40, 60 a 100 leguas más,
i de esta t.:lanera habremos multiplicado por 2, por 10 o por 100
la masa de los cambios del comercio interior.
Hai mucbas jentes superficiales que creen que la estraordi.
naria care~tía de los principales jéneros alimenticios de la pro.
d\lccion interior, es un síntoma de nuestra próspera situacion eco.
nómica; creen que esosjéneros ban duplicado de valor eu el cur.
so de los últimos 15 años, porque se ha duplicado tambien la ri.
quez:\' .ieneral del país; creen, en suma, que esa es una carestia
ficticia, que corresponde simplemente a los precios nomiuales de
las cosas con rebcion al dinero; pero que en realidad todos estamos mas ricos, porque todos estamos mejor provistos de esas
mismas Cosas que han encarecido.
Semejante aseveracion carece de todo fundamento.
Et pueblo de Bogotá no está hai mejor alimentado de lo que
estaba ahora 20 años. Por el contrario, la clase jornalera ha
tenido que disminuir la cantidad, o renunciar TJor completo a
alguuos ar~Ículos de los que ántes consumia en abuudancia, como
la carne, el a.zúcar, el cacao, la leche, las papas i algunos otros.
Personas Lieu informadas me aseguran que en la comida diaria
de uu jornalero no entran boi 2 onzas de canw ; que la mayor
paree de las familias de la clase média ha teniùo que renunciar por completo al uso del azúcar; i que todas ellas endulzan
su cacao o su café con panela. Si descendiéramos al fondo de lai'>
habitaciones del poùre; si lleg:lramos a visitado a la hora de
comel',cuáuta suma de dolor i de miseria no encontraria.mos allí!
La carestía pue'! de estos iéneros no tiene sino una sola es'plicacion econ{¡mica, vergonzosa para nosotros, a saber: que
nuestros medios de produccion, entre los cuales dcheu contarse
las vias de comullicacion, han permanecido con 'rnui poca dile'('encía los mismos que eran bace meùio siglo, en presencia de
mayores nocesidades.
Eu 18G\) se publicaron con el Mensaje i las :Memorias de los
Secretariof: de Estado de Gundinamarca
algunos datos estadíf:.
ticos del mismo. De ellos resulta que la industria de uu Estado
que cuenta 4:00,000 habitantes,
el mas rico i civilizado de la
Union, está fotografiada en las siguientes cifras:
96 molinos movidos por agua.
138
LOS FERROCARRILES' COLOMBIANOS.
1 movido por vapor. '*
17 trapiches movidos por agua.
4,319 por fuerza animal.
Ninguno 'movido pm' vapor.
74 tenerías primitivas, de las mismas que dejaron los espa.
ñoles.
406 destilaciones de aguardiente.
75 estanques de añil (ya hoi no existe ninguno).
He aquí todos los establecimientos fabriles de Cundinamar.
ea. En medio de 4,000 trapiches de mayal, como los que exis.
tian en tiempo del Arzobispo- Virei, ni una sola chimenea que
anuncie la presencia del vapor, sin el cual no se concibe la
accion de la industria en el siglo en que vivimos!
El único disfraz de esta miseria es la baratura de las telas
de que nos vestimos, producto de la industria estranjera. Gracias a que los ingleses i los franceses, los americanos i los alemanes han construido ferrocarriles i vapores, de que nosotros
nos servimos gratuitamente; gracias a que ellos poseen en sus
mÚquinas \lUOS 1,000 millones de esclavos que trabajan por
salarios infinitecimales para nosotros; gracias a los estrajeros,
tenemos el cnerpo mejor vestido de lo que tenemos alimentado
el estómago.
Resumiendo pues la doctrina de este capítulo, podemos
afirmar contra las conclusiones del señor Camacho lo siguiente:
1.° Que cI mejoramiento de las vias de comunicacion tiene
una influencia tan directa en el incremento de la produccion
como cualquier otro de Jas elementos que concurren a la crea.
cion material de las cosas, porque su efecto inmediato es uno
mismo: aumentar la relacio'n entre el trabajo i la utilidad;
disminuir los gastDs de prociuccion, i provocar una mayor, po.
niendo los productos al alcance de mayor número de consumi.
dores.
2.° Que la accion comercial de los caminos de hierro no se
limita" a. hacer posihle en lugares distantes el consumo de artí.
culos que se deterioran rápidamente, ni a crear la posibilidad
del trasporte euando se hayan agotado las mulas i los caballos,"
sino que su accion jeueraI es ]0. de estender a radios décuplos i
centup]os el acarreo de todos los productos de la industria
humana, hasta llegar de progreso en progreso a la unificacion
del mercado del mundo, para bacer solidarios para. todos los
hombres los dones de la naturaleza, diversamente distribuidos
sobre la superfiGie de la tierra.
3.° Que la çapacidad productiva de un ¡;ais, como la de un
individuo, tiene dos medios de acrecerse: 1. por el incremento
material de las fuerzas elementales de esa produccion, que son
-l<
Ya de5up:mció:
era el de la familia Sayer en Bogotá.
LOS FERROCARRTL'ES cüWMI3TANOS.
139
poblacion,capitales
e industria; i 2, o por el incremento económico
ùe los cstí?n1~lo8 i de las facilidades para producir, que determina el mejoramiento de las vias de comunicacion. Ea otros términas: que. una misma cantidad x de poblàcion; una misma
cantidad z de industria,
i llna misma cantidad t Je capitales,
puede dar uu. resultado como 10 en un pais que haga sus camùios
en mulas i en cargueros, i un resultado como 1,000 en un pais
que haga sus cambios por ferrocarril.
4.° Que hahiéndose desentendido el señor Camacho de este
segundo ele-ne~lto de cálculo, que vale millones, para apreciar
el movimiento del ferrocarríl en relucían con la capacidad producti va del pais; habiéndose limitado a descargar los indios i
ks ?n'ulas paJ"a cargar los trenes, el edificio de sus cálculos está
minado por la base i no hai esfuerzo que pueda. impedir su ruina.
5.° Que para que un ferrocarril
produzca los resultados
económicos que se le atribuyen, es indispensable, por supuesto,
(eso no se discute), que baya poblacion e industria qué fecundar,
suficientes para que las ganancias que se dilatan por toda la
masa, sean mucho mayores que la pérdida sufrida en el punto
donde se aplica el esfuerzo.
6.° Que no puede decirse con esactitlld, i de una manera
jeneral para todos los paises, quú poblacion i qué grado de ri.
queza se necesita para que un ferrocarril sea económica, aunque
no sea conw1'cialJ"Mntc útil como negocio particular.
7.° Que los hechos no se han estudilido la bastante para
reducirlos a teoremas a verdades especulativas
de un órden
jeneral;
pero qne, puesto que no hai en los Estados Unidos de
América, ni en el continente europeo, ninguna pohlacion, rica o
pobre, de 40,000 almas (probablemente
ni de 20,000), a la
cual no se llegue i de la cunl no se salga en ferrocarril, parece
que puede concluirse con toda evidencia que la ciudad de Ba.
got:l con 80,000 habitantes (no tiene ménos) i el territorio que
atravesaría la línea, con una. poblacion civilizada i laboriosa
de :WO,OüO hahitantes, por un lado; i por el ot.ro un rio nave.
gada por buques de vapor, que da salida al comercio interior, i
pone esa pohlacion en comunicacion
inmediata i rápida con
otros 20ü,OuO habitantes de la costa i del bajo Magdalena, son
términos mas que suficientes para un ferrocarril que cueste 14
o 20 millones de pesos.
8.0 Que si no la fueran, deberian abnndonarse como contra.
proùucentes
las tres cuartas partes de las líneas de ferrocarril
dellllundo.
e APIT
ùe
III
TI LO III.
constitucionalidnd de la intervencion del Gobierno en el negociado
de obras publicns, i de la estension de esta intervencion.
La parte de este escrito que podemos llamar puramente
económica, dilucidada en los dos capítulos precedentes, no ba
exijido de nosotros sino una sola cosa: laboriosidad i paciencia
para recojer i estudiar los hechos relativos a la accion propia
de las vias de comunicacion, principalmente de 108 caminos
de hierro, i para deducir de ellos, con el mayor grado de cer_
teza a que pueden aproximarse las verdades de induccion,
cuáles serlÍn los cambios que la construccion de un ferroca.rril
introducirá en la condicion económica. i comercial del pais.
Pero la. parte en que entramos, esta que el público llama
simplomente " la cuestion fiscal," exije algo mas: exije valor
para decir la verdad, toda. la verdad que es preciso que el pais
conozca, sin rodeos ni ambajes de ninguna clase, para impedir
que en busca del progreso, de la riqueza i del engrandecimiento,
tropecemos con el abismo del descrédito,de la bancarrota, probablemente de la disociacion del pais. Jamas, desde la fundacion
de la República, se babia presentado Il.la consideracion del Gobierno i de la opinion, asunto que bajQ el aspecto de una simple
cnestion de finanzas, envolviera en sí un cúmulo tan considerable
de dificultades políticas i administrativas, como esta cuestion del
fomento de las mejoras materiales por parte del Gobierno jeneraI. Jamas cuestioll algulll.\ bahia exijido de parte de los
homores públicos llamados a resolverla i ejecutarla, mayor
grado de probidad, de enerjía i de prudencia a un mismo tiem.
po, do ilustraríon, de tino i de huen sentido para. salir triunfante df3sus dificultades.
Porque no hai qne disimularlo: la alternativa Cil quo nos
encontramos es la siguiente:
Si la Nacion, representadfl. 'en el Gobierno jeneral, se declara impotente para promover el de5arroHo de los intereses materiales, por medio de la contrucciOIl de las grandes
vias comerciales que necesitamos para incorporar los centros
populosos del pais en el movimiento del mundo civilizado, la
conservacion de la unidad nacional es poco ménos que imposible.
LOS FERROCARRILES
COLmIDIANOS.
141
I si por falta de prudente encrjía, por impaciencia, por
falta do habilidad a do prevision, nuestros proyectados ferrocarriles, despues de abandonados, no dan otro resultado que el do
cargar a la Nacion con una deuda inmensa, que haciendo pri.
mero imposible la marcha espedita de la Administracion pública, no tenga mas salida que la de una infamante bancarrota,
el pais, des pues de dos a tres años de revolucion, quedaria tam.
bien disuelto.
En tan crítica situacion la que aconsejan la. política i el
ps.triotismo no es la que hacen nuestros opositores-predicar
la
inaccion i la incredulidad, apagar todos los estímulos del progreso, i señalarnos
el camino del desierto para que vayamos a ocultar en el fondo de las selvaR nuestra miseria i nuestra ignorancia.
No, creemos que por el contrario la que debe
hacerse es :
DarIe al pais la conciencia intelijente del bien a que aspira, para que lo quiera con razon, i persevere en el propósito do
alcanzado;
advertirle que debe estar prevenido para vencer
con paciencia muchas dificultades, para soportar i enmendar
con abnegacion muchos errores, porque es una lei moral ineludible de nuestra naturaleza, que nada grande ni glorioso puede alcanzar el hombre sobre la tierra, si no sabe luchar contra
la advers:dad; ilustrado sobre los medios seguros, aunque lentos
de llegar al resultado que se apetece; i finalmente, combatir
con enerjía los intereses egoistas que pululan i se ocultan a la
sombra de toda gran causa, i que semejantes a los insectos, con.
siguen frecuentemente
devorar la Sil. via del arbusto, ántes de CI nc
se conviErta en árbol i dé sus primeros frutos.
Bajo las modestas i engañadoras apariencias de una simple
cuestion fiscal, se oculta en este asunto de la construccion de
los ferrocarriles una cucstion política de la mas alta impar.
tancia, cual es la de determinar con toda esactitud hasta dónde
debe llevarse la intervencion del Gobierno jeneral en el fomento de las mejoras materiales.
La. cuestion fiscal está comprendida en la cuestion política,
i cI exámen de es~a de be principiar
p~r rec~)Oocer con toda
franqueza, que la llltervenClOn del GobIerno Jeneral en el fomento de las vias de comunicacion,
es una enmienda que el
pais, por un consentimiento
unúnime espresado por actos so·
lemnes del Congreso i de las Lejislaturas de los Estados, i ratiti.
cado por los órganos mas calificados de la opinion pública, ha
convenido en hacer al texto de la Constitucion;
porque eu la.
letra de esta no hai disposicion en cuyo sentido literal apoyarse
para dar al Goùierno jenern.l semejante intervencioll.
Pero esta manera de corrojir los defectos, a de llenar en la
l)ráctica los vacíos de la Constitucioll, sin falsear sus bases fun-
142
LOS FERROCARRILES
COLGMBIANOS.
damentales,
léjos de revelar los antiguos vicios de nuestro
carácter indisciplinado,
chicanero i anárquico, muestra por el
contrario que el:tamos educándonos
en la práctica de las ins.
tituciones democráticas, i que nos apartamos incesantemente
del camino de la violencia i de la revoluciono Así ha formado
su Constituoion en los tiempos modern.os, por meùio de la cos.
tumbre, el pueblo inglés, el mas respetuoso a la lei i el mejor
gobernado del mundo.
La constitucion inglesa no se encuentra reducida a cuader.
no: ella se compone de una serie de cOliquistas hechas sobre
los abusos del poder absoluto, sancionadas como cánones fun.
damentales del pais por actos del parlamento i por las decisiones
de las Cortes de justicia.
En escala mas reducida, porque existiendo un código fun.
mental no habia. necesidad de formarIo por sistema, el pueblo
americano ha ocurrido tambien al mismo espediente, no para
falsear sino para sostener el edificio de la constitucion i de la.
unidad nacional. Allá se suscitó esta misma disputa de la intervencion der Gobierno en el fomento de las mejoras materiales.
Conocido del mundo político es el famoso Mensaje del Presi_
dente Mon'foe a la' Cámara de Representantes,
de 4 de mayo
de 1822, oponiendo el veto constitucional al "{Yill del Congreso,
titulado "An act Jar the prese'l'vat'¿onand repair of the Oum.
bC1'land Road." " Lei para la conservacion i mejora del camino
de Cumberland,"
El Presidente Monroe pudo demostrar, como demostró teó.
?'Ícamente, que no habia ninguna cláusula de la constitucion
que autorizara al Gobierno jeneral 'rara mezclarse en la eje.
cucion de estac1ase de obras; pero e Congreso, Jas L~jislaturas de los Estados i el sentido COmnn del pais, el instinto de
su consel'vacion i de &u grandeza, superior fi, toda demostracion
didáctica, sostuvieron que semejante
intervcncion estaba virtualmente comprendida en aquellas clúllsu]as de la Constitu.
cion, que atribuian al Gobierno jeneral el derecho de declarar
i hacer la guerra, de reglar el comercio esterior, i principal.
mente en la de bacer todas las leyes necesarias para llevar a.
cumplida ejecucion los poderes conferidos al Gobierno jeneral
de los Estados U nidos,
Las objeciones del Presidente fueron declaradas infundadas ;
la lei fué sancionada,
i establecido
el principio de que la intervencion
del Gobierno jeneral
era. lejítima
i necesaria
l. para la ejecucion
de las grandes o')ras de carácter nacional,
superiores a. 108 recursos, !lo la.prevision
i a los estímulos de
los gobiernos seccionales."
El mismo Presidente
.Monr,oe, cambió de modo de pensar
ti. este respect~ i se puso fielmente
al servicio del deseu vol vi-
LOS FF.RROC1RRILES
COLOMBIANOS.
miento de los intereses materiales de la Union, como podemos
verlo en el Mensaje especial que dirijiú a la Cámara do Repre.
sentantes con feeLa 14 de febrero de 1825, recomendando
varias obras entre los rios Potomac i Ohio, cntre los rios Allega.
ny i ScLuylkil;
entre el Delaware i el Raritan;
entre las ùa.
hias de Buzzard i Barnstable; i entre el camino de Narrangan.
set i la 'Jahia de Boston.
En el mismo año i bajo la Administracion
de John Q.
.Adams fué sancionado el acto del Congreso de 3 de marzo de
1825, que ordenaba al Secretario del Tesoro suscribir on nombre
i por cuenta de los Estados Unidos, 1,500 acciones para la obra
del canal de Delaware i Chesapeake.
I resumiendo en un ejemplo vigoroso la doctrina america.
na: suplÍmase finalmellte COllla imajinacion el gran ferroca.
rril in teroceánico de N ueva York a San Frnncisco, i dígase
qué punto de contacto, qué vínculo de union podria tener todo
el pais que demora al occidente de las montañas Hocallosas,
con los pueblos del valle del .Misissippi i de las llanuras del
AtlántÎl;o? i Cómo podria el Gobierno americano mantener la
unidad nacional viajando del Atlántico al Pacífico por el istmo
de Panamá?
Pucs bien, la enmienda
constitucional
que en los Estados
Unidos del Norte se hizo para prevenir un peligro lejano de
relajacíon del vínculo federal, era entre nosotros de im;tante,
de m:iente necesidad. Los pneblos mas remotos de la Union
Americana, a falta de vínculos materiales,
tenian el vínculo
moral de una gran nacionalidad,
cuyo pabelloll servia para
]¡acer respetar sus derechos en las cinco partes del mundo;
al paso que los pueblos de la Union colombiana, jeográficamente ma3 separados que los de la América del Norte, necesitan,
para permanecer unidos, del roce constante de sus intereses
entre las diversas secciones de la Union.
Por eso el Presidente
JlfonToe al someterse a las decisio.
nes de la opinion nacional, concluia majistralmente
su Men.
saje de 4 de mayo de 1822 en los siguientes términos:
••He cumplido con el deber que me impuse de examinar
el derecho que el Congreso tuviera para fomentar un sistema
de mejoras materiales en el territorio de la Union, i creo haber
demostrado que tal derecho no existe. Creo tambieu que si
los Estados convinieran en otorgar ese poder al Congreso i que
si de él se usara sabiamente, tenùria los Illas felices resultados
para el desarrollo de los grandes intereses de la Union. Pero
es sinembargo mi opinion, que semejante poder debe limitarse a la ejecllcion i fomento de las !J1'andcs obras nacionales
Ú.N!CAHENTE,
porque ¡;¡i se ejerciera discrecionalmente
produema muchos males. Para todas las ouras do IDellor importun-
144
LOS FERROCARRILES
COLOMBIANOS.
cia, (minor improverment8), 108 Estados deben bastarse a. sí
mismos i las Secciones deben ejecutarlas con mu venta.jas
que la Union, porque ellas deben entender mejor 10 que concierne al desarrollo de sus intereses locales.e inmediatos."
En cuanto a la lejitimidad de la enmienda, considerada
deede el punto de vi>itadel respeto a la Constitucion, oigamos
10 que el Presidente Jackson decía en su Mensaje a. la Cáma..
ra, de 27 de mayo de 1830, despuesde haber compendiado las
opiniones de Jefferson, de Madison i de Monroe.
" Esta breve referencia de hechos bien marcados, es sufi.
ciento para probar la dificultad, si no la imposibilidad de ha.
cer retroeeder la accion del Gobierno a la letra de la CODstitucion, tal como fué redactada en 1793, suponiendo que tal
sea el verdadero sentido _de las disposiciones con respecto al
asunto de que se trata."
( Es decir, suponiendo que fuera cierto que ella se oponia
de una. manera absoluta a la intervencion del ,Gobierno en el
fomento de las obras públicas.)
.
"Pero aunque es el deber de todos nosotros mantener la.
vista constantemente fija en aquel sagrado Código, para repudiar todas las falsificaciones que quieran hacerse en el espíri.
tu de la. Constitu<:Îon, DOes ménos cierto que el iDteres público
i la naturaleza de Duestras instituciones políticas, exijan que
las opiniones individuales se inclinen ante una. opinion bien
pronunciada, (well settled acquiescence ), del pueblo de los Es.
tados Unidos i de las autoridades confederadas, en la interpre.
ta.cion de puntos dudosos de la CoDstitucion. No conceder esto
al espí'í'itu de nuestras institueWnes seria ponCTen peligro su
estabilidad i hacer nugátorios los objetos para l08cuales se orcùnú la Constit1tcion."
Como se ve, pues, lo que se ha llamado "la cuestion fiscal"
debe principiar por el exámen de la cuestion prévia, la de deter.
mina.r con toda eSll.ctitud quó estension debemos da.r a.,la intervencioll del Gobierno en el fomento de las obras públicas, por.
que hai un presupuesto que nadie puede colmar: el presupues.
to del desórdeD.
Las obras públicas manda.das ejecutar o fomentar por las
. diversas leyes espedidas sobre fomento de mejoras materiales,
desde la de 5 de junio de 1871, hasta la lei 59 de 24 de junio
de 1874, que autoriza al Poder Ejecutivo para establacer una
ferrería. eu grande escala, son las que en seguida pasan a.
espresarse ..
(Seguia aquí la Hsta de 38 obras de magnitud, mandadas
construir, ausiliar, garantizar o fomentar por las leyes vijen.
LOS FF.RROCARRILES
145
COLOMBIANGlS.
tes cn 1874 i que seria. inútil repetir en este libro).
A pllS:U del prolijo estudio que hemos hecho de las leyes
vijentes solJre fomcnto de mejoras materiales, tenemos seguri.
dad de (Ille ball qucdado muchas que no están contenidas
ell esta rebcion
; pero ella. sola basta i sobra a nuestro prop6.
sito, que e" el de poner de bulto, en relieve, de una manera
gráfica ante la opinion pública, el absurdo de la marcha que
sigue este ncgociado.
La mayor parte de estas leyes parecen bechas por los ene.
migas de b construccion de las tres a cuatro grandes vias fé.
rreas que necesitamos para movilizar los grandes centros popu.
losas i ricos del pais: de ellos como de un gran r.io se estendo.
rian despues a las otras secciones del territorio los canales del
progreso que deben vivificado i fecundarlo;
pero no hai me.
dio mas f>egul'O de desvirtuar, de detener el paso de una re.
forma, que el de ensancharla hasta el ridículo de la mas absur.
da exajeracion.
Que la Nacion no puedo acometer todas las obras manda·
das fomentar por las leye·s vijentes sobre mejoras materiales,
es una ·verdad que no puede admitirse a discusion; la eviden.
te no se discute, i mucho ménos la evidencia de sentido comUD.
Yo no discuto, en mi sano juicio, si UD hombre con 10 quin.
tales sobre la cabeza puede mantenerse flotando en 10 brazas
de agua.
r q nc: la Nacion no debe, aunque pueda, tomar a su cargo
el fomento de muchas de esas obras, por scr de carácter muni.
cil)ctl, tunpoco debe discutirse; porque el absurdo político que
de ello resultn" conforme al espíritu de nuestras instituciones,
es tun evidente, como el absurdo ·físico contra las leyes de la
graveùad puesto en el ejemplo anterior.
Muchas de estn,s leyes son idénticas a aquellas quedecian :
" Lei û de 10 de mayo de 1844, autorizando
al Concejo
municipal de Antioquil1 para aplicar ciertos fondoil a la esplo.
racion i apertura. de un camino Mein, el golfo de Urabá.
" Lei 7 de 10 de mayo de 1839 para la construcciOD del
puente de Sube sobre el rio Chicamocha.
" Lei 14 de 13 de maya de 1839, autorizando la aplicacioD
del ponton de Bocachica a la apertura del Dique de Cartajena."
Nirgun debate, pero mucho ménos éste, que en la práctica.
tiene que reducirse al severo análisis de los nÚmeros, debe
aceptarse partiendo de supuestos falsos: ante todo es preciso
restahlecer la verdad de los hechos. Si los grandes grupos jeográficos del pais, Cundiaamarca
i Boyacá, Santander, Tolima,
el Cau::a i la Costa, no se convienen en pedir i sostener la
ejecucion de una Bola obm para cada rejion, la destinada a
incorporarlos en el movimiento del comercio esterior, 8in pre.
10
146
LOS FERROCARlULES
COLOMBIANOS.
tender que la Nacíon los ausiJíe para obras munwipales, per.
deremos en una tarea estéril, por la concurrencia de aspiraciones que se escluyen i que son imposibles de satisfacerse, las
fuerzas que bien empleadas cambiarian en pocos años la faz
econ6mica i material del pais.
Antes que crédito i paz, o junto con ellos, necesitamos
saturarnos de patriotismo i de sentido comun.
CAPITULO IV.
Xegudu~ "al'ios relacionados
FEn
lnfvrmc
rrc"elltndo
fi b
con este ~sllnto,
R O e A R R I L e F.!\T It Ar.,
CÚmfil'll <le R~pre5cntantes
,;c
ell sus sesiones
]879,
Creo que esta Cámara debe al Poder Ejecutivo un va.
to de aprobaeion
por la Jiscreta manera con que ha pro.
ceùiùo en el importante
asunto del ferrocarril central, hasta
dictar la resolueion de 15 de feln'ero último, por la cual se
declara cuùueado el contrato que se celebrÓ en esta ciudad el
2-1 de setiembre de 1877, cutre el Poùer Ejecutivo de la
Union i el seîíor Enrique F. Ross, para la construccion de di.
cha fcrrot:alTil.
EI1'ollcr Ejecutivo ha dado cuenta a la Cámara con esa
resolucioll cn lIota de 17 de febrero, i sobre sn contenido me
toca el honor de daros el presente informe.
A las razones (lSpuestas p0r el Poder Ejecutivo en defen.
sa de aCjuel ado, Lastarin. agregar la consiùeracion
de que
fueron las A,ambbls
lejisIativus de los Eotaùos de CunJi.
namarca i :Boyacá, (especialmente
interesados en la ejeeu.
cion de Cf;aobra), las quo tuvieron el Lucn juicio de oponer.
se a la concesion de una nueva pr(;roga, para llegar a la ùe.
claratorilJ, de caùuciùall;
i esto solo ¡;cria suficiellte para per.
SllltdLl' dû quo la resolucion del Ooùieruo estÚ revestida del
mayor graùo ùe acierto que pucde daŒo a los juicios hu.
r,HUJOS.
SillC11l1lurgo, creo que la C(uuam de Representantes
no
puede dÏf;pcnsarse de l1aoer una esposicion razonaùa ùe lo:; hechos Oll C]ue funde su o~)inion, porque este negocio lia tenido i
ticlle aúr gran resonancia en el pais i en el estraujero, i el preseute inf:mne no quedaria completo si no contuviera esa espo.
sicion de motivos.
Desùe el prillC¡pIO, eó,ta negociaeion no se presentó bajo
hucHas auspicios. Aca:uaua do ser dosechado como impracticaLle
el proye'~to del ferrocE,nil del Curare, cuya línea IlrineipaI,
148
LOS FERROCARRILES
COLOMBIANOS.
escluyendo los ramales, se avaluaba en 12 o 1.5 millones de
pesos, i a renglon seguido, i como para reparar aquella contra.
riedad, se anuncia al pais que se ba contratado en su reemplazo
la construccian de una nueva línea, de mas de 100 leguas, en.
tre Bogotá i Paturin, a la largo de 108 tres Estados de la cordi.
llera i al traves del territorio mas fragoso i quebrado de los
Andes'orientales, por valor de 20 millones..
A despecho de la prensa que defendió este contrato, la opio
nion no se engañó, i el buen sentido pÚblico lo resistió desdo
un principio, como un proyecto atrevido, en que las aspiracio.
nes patrióticas del Gobierno se habian dejado arrastrar a una
negociacion, que segun todas las apariencias solo se proponia
entmr en el manejo de lin empréstito ruinoso, amen de adqui.
rir derocho !lo las injentes reclamaciones por daños i perjuicios
que estipulan 108 artículos 15 i 16 del contrato.
" El trayecto del ferrocarril será el siguiente, ( decia el
señor Ross, en el memorial dirijido al Gobierno' con fecha
16 de julio de 1877): Bogot~, Funza, Cipaquirá, Nema.
con, Chocontá i Tun.ia. Aquí tomará, 8egun et terl'en(), por
GiÍmbita, Cunacua, Charalá, Sanjil i Cepitá; a por Tunja,
Moniquirá, Suúrez abajo hasta el Socorro, Sanjil i Cepitá;
o por Tuuja, Santa Rosa, Soatá, Sube abajo a Cepitá. De Ce.
pitá irá a Piedecucsta, Florida, Bucararnapga, el rio Lebrija
abajo hasta el puerto Botijas; , i de ahí a la ribera del :Magda.
lena, o al lago de Paturia, segun convenga."
I así ha quedado en el artículo 2.° del contrato.
Esta diversidad de líneas trazadas desde el papel, sobre un
territorio que comprende los mas variados accidentes topográficos: unas por el espinazo de los A.ndes; otras por la hoya do
rios encajonados entre famllones de granito, era suficiente
para juzga.r de ln.precipitacion de la propuesta.
Para pasar de Sanjil a Bucaramanga, la línea atraviesa la
inmensa hoya.del Sube o Chicamocba, que debe presentar di.
ficultades de arte casi insuperables para la construccion de un
ferrocarril. Oigamo~la descripcion que de ella hace Codazzi en
la jeografía redactada por el señor Felipe Pérez, tomo II, pájina
399. Dice así: "La mesa de Jéridas termina por paredones
verticales calzados al pié con amontonadas ruinas de cerros, que
al desprenderse do lo alto dejaron desnudos los estratos de caliza
i arenizca, que desde el borde hasta la base de la mesa ofrecen
30 metros de capas sucesivas continuadas todavía debajo de
la tierra. El aislamiento de esta mesa rodeada por rios encajonados en cortaduras profundas, i su correspondencÍ,a.con las
esplanadas que desde Aratoca i Macaregua se estienden hácia
Barichara i Curití, demuestra que ha. sido cortada i separada
de los terrenos adyacentes por' corrientes de aguas impet uosas."
\
LOS FERROCA.RRILES
COLOMBIANOS.
149
Entre Moniqllirá i Sanjil, por la hoya de los rios Saniil i
Suárez, solo existen los trabajos del injeniero inglés Mr. Ridley, que hizo por allí una esploracion preliminar,
i de su informe tomamos la siguiente:
"Del Socorro para abajo hallé que el valle se hacia cada
vez mas u;reste i mas i mas escarpadas las orillas; hasta que
a un diu de jornada presentaLan
esactarnente
la apariencia
de muros vcrticales, i continuaLull así por mucLas millas, encajollanùc el rio quo so precipita on una serie de raudales,
hasta que al fin se abre paso por el cerro tic la I'az a lus llanuras del :MJ.gtIalcll!l.."
"Fuí de opinion que mas abajo de la confluencia de los
rios Suúrez i Sube em materialmente
imposible construir un
ferrocarril.
Seguí por varias millas ln. coriente del Sogamoso
hasta llegar a un punto culminante, dostIe dontIc putIe ver un
trecho considerable tiel valle. Los peñascos se veian desnudos
do vejetacion, semejantes a escarpas de mil pi{~sdo elevacion,
i tan eriz'l.dos en su cima que me dalHlU la idca de una seccion
tomada por medio de un grupo de campanarios, en una cs.
cala jigantesca.
" Supe, por informes que recibí, que estos peñascos seguian
por unas •.einte millas mas allá del lugar donde yo estaLa
colocado, i que allí terminaban
en una escarpa vertical, formando lÍngulo recto con el curso del rio, i de algunos centenares de piés tic altura, la cual semeja un arroyo quo se abriese
paso por una profunda abertura Lecha en una masa enormo
de roca sólida,"
El error fundamental del contrato Ross para la construccion del llamado ferrocarril central, es un error jeográfico. Consiste en pretender reunir para su comunicacion con el rio Magdalena poblaciones de comarcas jeográficas totalmente
diver.
sas, quo doben ser sorvidas por distintas vias férreas. Estas comarcas son: lo" la que poùemos llamar la rejion de las sabanas
chíbclut8, que se estiende, con pequeñas interrupciones
de la
cordillera, desde el valle del Funza hasta Ubaté i Chiquinquirá
hácia el N. O., i hasta Paipa, Dnitama, Santa Rasp.. i SogamosQ
hltcia el N. E. ; 2." La rejíon que forma los DCJlr.rtumcntos del
Socorro j de GUf'nentú, en el Estado ùe SUIJ¿ander, e!ltre el rio
SuÚrez a·. Occidente i el Suue a CJ¡icai~1ocltr. ::-.1 Oriente i al
Norte; püis:llontañoso,
envueltc entre las ;'.Sp3r:lSquiebras de
la cordillera oriental;
i 3." El Departamento
de Soto, donde
están Jiron, Bucaramanga i Piedecuesta,
al norte del Chicamocha, mas llJlá de la mesa J éridas, ántes descrita, que forma
150
LOS FERROCA.RRILES COLOMBIANOS.
una. eminencia aislada, separada por decirlo así de la tierra.
firme, al Occidente por el Chicamocha i los desiertos de la
hoya del :Magdalena, al Sur por la inmensa hoya del Sube, i al
Este por el laberinto de montañas i páramos que la separan
del Departament{) de Pamplona.
La Lejislatura de Boyacá no· podia pues engañarse. Solo
un completa desconocimiento de la jeografía del pais podia
hacerles creer, que Chiquinquirá i 'l'unja, Sogamoso i Paipa
quedarian mas cerca de la estacion de Bucaramanga que de
la de Bogotá. Cuatro o cinco años despues de qlle el ferrocarril trepe por el Occidente a la Sabana de ~ogotá, habrá llegado a Tunja. Veinte años despues de que el riel llegue a Bucaramanga, no habrá pasado la hoya del Sube.
Boyacá procedió, pues, con mucha cordura al solicitar del
Poder Ejecutivo que no se concedieran nuevas prórogas al
señor Ross, a fin de que cuanto ántes pudiera. declararse la
caducidad del contrato.
Para Cundinamarca el error era palpable. La capital de la
República i las poblaciones de la altiplanicie cundinamarquesa no pueden esperar a unirse al Magdalena por la via de
Bucaramanga. A nadie que tenga mediana idea de las distancias i de la configuracion topográfica de nuestro territorio,
podrá. hacérsele creer que Paturia es el puerto natural de Bogotá en el Magdalena. Aun suponiendo construido el ferrocarril central, los frutos esportables de Cundioamarca no podrian
resistir el flete de una línea de mas de 100 leguas de estension.
Para los cueros, las papas, las quinas, el café de Fusagasugá
i de las faldas de la cordilJera, seria mas barato bajar en mula
a Honda o Jirardot, i en champan hasta Conejo, Bllenavista o
Nare.
Cundinamarca hizo pues bien en oponerse a la próroga
del contrato.
Pasemos ahora a la parte financiera de la negociacion.
Esta tiene por base la autorizacion conferida a la Compañía empresaria para negociaT un empréstit{) nominal de
2.500.000, con hipoteca de la renta del ferrocarril de Panumá, al15 por 100 de descuento inicial i 3i por ciento de comision de banco; por todo 18!. El producto del empréstito debia
aplicarse: 1.0 A cubrir los intereses del mismo empréstito
hasta la fecha en quo estuviera libre la renta del ferrocarril
de Panamá, que el Gobierno habia recibido por anticipacion ;
2. A la amortizacion a. la par del saldo a deber del empréstito de 1863; i 3.° Al pago de 108 primeros insta.lamentos de
las acciones del Gobierno.
*
0
LOS FERROCA.RRILES COLOMBIANOS.
151
Alegrémonos sinceramente de que no hubiera podido reaH.
zarso esta funesta negociacion. Véamos a. la que ella habria.
quedado reducida.
Valor nominal del empréstito .........•..•..••....•. $ 2.500,000
A deducir:
15 per 100, descuento inicia.l.. .......•.. $ 375,000
3i por 100, comision de Banco
87,500
Intereses de un año que faltaba para li.
bortar la renta del ferrocarril... ..........•...
175,000
~aIdo del empréstito de 1863 (aproxi_
maClOn ) ..•.•••...•..••..•.•..•••.
400,000 1.037,500
oo
••
oo
•••••••••••••
Líquido
1.462,500
Igual al valor nominal..
$ 2.500.000
Como el empréstito de 1863 salió al 78 por 100, por los
$ 400,000 del saldo en circulacion solo recibimos entónces $
312,000, la que representa una pérdida de $ 88,000 ; i como
para obtoner el nuevo capital con que ahora lo pagamos, ($
400,000), hemos tenido que perder otro 22 por 100, el último
guarismo do la operacion del empréstito representa una pér.
dida 8 176,000.
Hechas las correspondientes operaciones, que cualquiera
puede rectificar, la amortizacion de los 2.500,000, al 7 por
100 de ::ntcres i 2 por 100 de fondo acumulativo, habria. em.
pIcado el servicio de los $ 225,000 de la renta del ferrocarril
de PanlJ.má en 22 años 7 meses. Al cabo de este tiempo la
República habria erogado una suma de 5 millones de pesos,
en pago deI millon i medio producto líquido de dicho em·
présti to.
*
Conforme a los artículos 12, 17 i 18 del contrato, el Go.
-oierno debia pagar los veinte millones de sus acciones, a partir Je la. fecba de la sllscricion, en libras esterlinas a su equi.
valente, por instalamentos mensuales de 8 69,441-70 centavos
a sea S 333,300 anuales en los primeros doce afios, i $ 64,102-50
centavos a $ 769,230 anuales en los últimos 13 años.
Es evidente que la República no habria podido hacer este
desemLolso, i que agotados los fondos del empréstito del ferro_
carril de Panamá, habria caido en las tremendas responsabi.
lid3;des de los artículos' 15 i 16 del contrato, que despues
copIaremos.
Nuestra situacion fiscal, eliminada la renta del ferroca.
rril de Panamá, es, sin ambajes ni sofismas de contabilidad,
la.siguient~:
152
LOS FERROCARRILES
Rentas, unos
$ 5.000,000
COL0MBIANOS.
así:
Aduanas (producto ordinario )
Salinas (id. íd. )
Te16grafos,correos, &, &. (id. id. )
$ 3.600,000
1.200,000
200,000
$ 5.000,000
Gastos:
Servicio de la Deuda esterior
$ 650,000
Id . de Ia 1'd . Intenor
...
( mlDlIno
,.
) '*
. 1.300.000
Vales de acrcencias estranjems
, . 216,000
Lista civil, diplomática i consular
. 540,000
Guardia colombiana (sin incluir vestuario ni
armamento)
. 1.000,000
lnstruccion pública.,Universidad nacionaL
. 300,000
Pensiones
. 270,000
Gastos de Aduanas i Salinas
. 450,000
Obras públicas (Capitolio i l'eparacion de edificios)
:
. 100,000
Ferrocarril de Antioquia
. 100,000
Id.
del Pacífico
. 100,000
Telégrafos i correos
. 37ù,000
Resguardo de Rentas
. 170,COO
$
5.566,000
*
Habria sido, pues, poco ménos que imposible, hacer el pago
de los instalamentos anuales de 833,:iOO que nos imponia.el
contrato.
I detras de esta falta, estaban allí esperándonos los artículos 15 i 16 del contrato Ross, que a la letra dicen así:
"ARTíCULO
15.
" Demoras en los pagos i en la entrega
de tierras.
"Si el Gobierno por cualquier causa dejare de pagar algun
instalamento mensual o una parte de él despues de catorce
dias de vencido el dia del pago, o si dejare de pouel' :lo la Compañía en posesion de las tierras requeridas para la construccion de las obras, un mes despues de haberse dado noticia al
Gobierno de que dichas tierras se necesitan para el ferrocarril,
la Compañía del ferrocarril puede suspender la ejecucion de
las obras; i si trascurrieren dos meses sin que el Gabierno haya efectuado dichos pagos o entregado las tierras requeridas,
la. Compañía del' ferrocarril puede abandonar las obras i retirarse de la ejecucion de este contrato. Esto no obstante, el
*
clllStl,
Reota privilejiada, id. eomun, Libranzas, Pagarós, Vales de l.- i 2.&, &.
LOS FER1~OCARRILES
COL01IBIAKOS.
151
Gobieruo quedarÚ obligado tanto a pagar a la Compañía. toda!>
las sumas que se hayan causado a del,eI' a ésta Lasta la fccha
en que la Compañía dé noticia al Gobierno del abandono del
contrato, como a cumplir todas SIlS de mas ollligacioDc¡¡ hasta
aquella fecba, i a indemnizar a la Compafiía del ferrocarril los
daños i perjuicios de que trata el artículo 10 siguicnte:
•. ARTiCULO
16.
" DnÎluB i perj uicius.
" La Compañía del ferrocarril no estará ohligada a ejecutar
tralmjos de coustruccion de las Obl'¡tSsino en tanto que el Gobierno d0posite puntualmente
en la forma estipulada en el
artículo 12, los instalamcntos mensuales cid capital de sus ac.
cioues; por tanto, si la Compañír. se viere en el caso de suspender los trabajos de construcciol1, el GoLierno quedan! obli.
gada pam con la Compafiía por rawn de dailos i perjuicios;
" 1.0 A pagar durante el tiempo de ]a suspensioulos sueldos
i salarios de los empleados i trabajadores que por virtud de
contratos prúvios no Imedan ser despedidos (discharged) sin
remunemcion,
en la fecba de dicha suspension;
" 2.0 A sustituirse a la Compafiía en el cumplimiento de
todos los contratos que ésta tenga celebrados para la provision
de materiales i ejecucion de obras; i
" 3.° A pagar a Iv. Co:npañfa cualquiera suma que ésta haya
anticipado para la ejecucion de los trahajos, Dlas un interes
de 7 por cielito annal Hobre dichas sumas.
" Si la Compañía del ferrocarril se viese en el caso de abandonar lus alItas, despues de trascurrido el tiempo estipulado
en el artlculo 15, el Gobierno lluedarií. obligaC:o para con la
Compañía. por l'UZan de daños i perjuicios: 1.0 A pagar toda!')
las indemnizaciones Il que la Compañía esté obligada por la
ruptura
a rescision de los contratos que dicba Compañía
tenga celellrados Call empleados, trabajadores,
contratistas
para la fCovision de materiales i subcontratÏstas para la ejecu.
cioll do ohras; 2.0 A pagar a la Compañía todas las antici.
paciones i avances que ésta pneda Laber becho en la ejecucion
de las obras, mas un interes de 7 por ciento anual; i 3.0 A
ahonar a la Compañía un interes de 5 por 100 sobre los
bonos dados en pago a ésta conformo al artículo ]7, hasta la
fecba de la umortizacion de tales bonos.
" Ell f;eguridad del pago de daíios i perjuicios de que trata
este artículo, la Compañía del ferrocarril conservará la pose.
sion i usufructo de las obras construidas hasta la completa in.
demnizaeion de tales daños i perjuicios, i podrá bacer efectivas
(to enforee) ante la Corte Suprema federal las demas garan.
154
LOS FERROCARRILES COLOMBIANOS.
tías i seguridades
este contrato."
dadas por el Gobierno para la ejecucion de
Puede asegurarse, pues, con la evidencia. que da el exámen
de los hechos, que el resultado matemático de esta. negociacion
habria sido el siguiente:
En cambio de un principio de ferro_
carril entre Paturia i Bucaramanga., i de un principio de ferrocarril entre Bogotá i Chapinero, para qué habrian alcanzado
los fondos del empréstito, la República habria perdido por
veintitres
años ln. renta del ferrocarril
de Panama i habria
legado al pais reclamaciones
de daños i perjuicios, de que no
sè habria desembarazado en medio siglo más.
El informe concluia proponiendo un voto de aprobacion al
Poder Ejecutivo por la resolucion de 15 de febrero de 1879
que declaró la caducidad del contrato; i así lo acordó la Cámara por una inmensa mayoría en la sesion del 28 de. marzo.
FERROCARRIL A JIBARDOT.
(Artículo publicado en el Diario de Gltndinamarca de 2 de julio de 1880).
Casi, casi deberia uno velar su nombre para escribir sobre
esta materia, porque el título so)o basta. para excitar la hilaridad
del público.
Hace 22 años, desde 1858 en que el seffor Camacho R. publicó su opiísculo titula.do "Camino carretero al Magdalena,"
que los Congresos, el Gobierno nacional i el del Estaùo de Cundinumarea, la prensa i todos los que nos hemos creido con aIgu.
na competencia para terciar en el asunto, nos ocupamos de él,
i no hemos podido resolverlo. Hoi, como en 1858, el problema
permanece de pié, erizado al parecer de dificultades técnicas,
comerciales. financieras i políticas; hoi como hace diez años,
todo está aún en discusion, la línea que deba adaptarse, los
presupuestos
de gastos i la manera a la forma en que deba
asociarse el Estado a la ejecucion de la obra.
I en tanto que nosotros no hemos podido, en un cuarto de
siglo, ponernos siquiera de acuerdo sobre la línea quo deba.
adoptarse, para la principal i mas import,ante de las vias férreas
que dehen cOllstruirse en el interior del pais,- la destinada a
unir la capital de la República i la opulenta rejion de las sabanas cundinamarquesas
con los vapores del Magdalena,- todos los paises del mundo, inclusive aquellos que parecen colo-
¡,)fi
l"ERROCARUn,ES
COLm[IHA~OS.
155
cadOfl en eonà icioues políticas i econ~micas mas desventajosas
(lue el nuestro, han marchado con pasos de jigante hácia el
progreso.
Solo nosotrOfl parecemos condenados, como en castigo de
ln pedautería.laciorIll-l
que nos aqueja, a permanecer sustraidos
ùei movimiento d31 mundo civilizado, i a gastar lastimosamen.
te el tiempo ell fmguar revoluciones i en discutir teorías, Du.
rante los últimos veinte años en que nosotros no bemos poùido
clavar un riel, .Méjico construyó en medio de la invasion francesa i do toda, sus desgracias el gran ferrocarril de Veracruz
a ~réjico, i recientemente
los de 1\1orélos, Ormetuno, Potosí,
Zacat6cas, S~a 11uis, ~lérid3, i Cuantiltan;
el Perú hizo un
esfuerzo heriíico para desviar los millones delllUano, de la corrapcion otie:al, a la construceion de vias férreas, i cruzó
en todas direcciones el pais d2 ferrocarriles
que, buenos a ma·
los, son i sodn siempre un monumento del patriotismo i de la
cnerjía de ln ua.cion peruana i la Australia que hace veinte
allOS cru una colonia de pueblos nómados, es hoi uno de los
paises mas próspero;; i ricos, merced en gran parte a la red de
caminos de hierro que lo cruza en todas direcciones; la Ru.
sia que en 1858, cuando nosotros principiamos a discutir la
lía ea de un camino al Magdalena, no pose'ia 'Un solo 1'iel, tieno
hoi enlazados por medio de lIna vasta red todos los cent.ros productores de su dilatado imperio a los puertos del Báit.ico i del
1I1ar Negro, desde San Petersburgo hasta Varsovia i Cracovia,
desde Moscow hasta Teodosia sobre el Mar Negro, i desde
Orel hasta Lebau sobre el Báltico: i ahora se ocupa en esten.
der el ferrocarril del Caúcaso hasta la frontera de Persia.
La Francia emprende la coustn,ccion de 17,000 kilómetros
más, con un costo de 150 millones de libras,
Austria i Suiza, Rumelia i Bulgaria, Sal6nica i Bolgrado
quedarán vanta unidos por vias férreas.
Fuera de las UO,OOO millas que los Estados Unidos tenian
en csplotacion en 1878, se construyen hoi 15,000 millas más,
i dos nuevas vias interocennicas
atravesarlÍn el continente
americano, del Atlántico al Pacífico, la de 'l'éjas que mide
1,200 millas i cuesta S 24.000,000, i la del Canadá que recorre
una estension de 2,000 millas .
.Pero e:itn. fiebre del progreso, este gran movimiento de la.
cOllstruccicn de los caminos de hierro, no está confiuado úui.
camente al gr,lpo de lus naciones quo forman la civilizacion
ocidental, ,illo que ha iuvadido tamLien a los pueblos delleja.
DO Oriente i i el .Japon i la India, el Eúfrates i el GÚlljes, el Mar
de ~rárma'~a i Alepo, Alejandría i Bagdad, se abren para recio
bir a dn,r :)a80 al mensajero de la civilizacion i del progreso, a
este riel portentoso que va a resolver por la union de los con.
156
LOS FERROCARRILES'
,COLOMBIANOS.
tinentes i la dislocacion de la poblacion, estos problemas sociales
que parecen la esfinje del siglo en que vivimos.
El progreso es el verdadero emblema de la leyenda bíblica.
Ai! del pueblo que no se ponga eu movimiento para marchar
adelante, sin volver a mirar atras, porque quedará como
la mujer de Loth convertido en estatua de sal.
En un opúsculo que sobre este mismo asunto publicÓ en Europa el señor Núñez decia: "Los ferrocarriles son hOhcondicion
de existencia social i económica de la misma llIaDera que los ban·
cos, los asegurofl, las escuelas, el periodismo, &, i prescindir de
ellos es condenarse al aniquilamiento.
" La época del vapor ha. llegado, i todos los pueblos que no
quieran quedar a retaguardia, decaer i morir, deben apresurarse a hacer uso de este moderno ajente de locomocion."
El publicista de 1874 eshoi Presidente de la República, i
com~ tal tiene a su disposicion la autoridad i el tesoro de la
nacion para ponerlos al servicio de sus ideas. Que el señor
N úfiez se aplique pues, sin pérdida de tiempo, a resolver el problema de la construccion del ferrocarril al Magdalena, que no
ha podido resolverse en ocho años de vacilaciones i de ensayos. Por mi parte, i para ayudar a la.rcalizacion de la obra, en
la medida de mis débiles fuerzas, vuelvo, venciendo grandes
repugnancias, a tomar la misma pluma que durante muchos
años empapé inútilmente en la tinta dc csta discusion.
Digamos, pues, brevemente, lo poco que tenemos que decir,
concretándqllos a estraer de todo lo que sobre esto se ha
escrito, aquellas verdades de simple sentido comun que están
al alcance de todo el mundo.
i Cuál seria, en tésis general, económica i comercialmente
la mejor línea de este ferrocarril 1
Pues indudablemcnte la que fuera a. tomar el rio Magdalena en un punto desde el cual sea navegable en todo el tiempo
del año, i la qne, ademas de esta ventaja, corriera enlnzando
la mayor cstcnsion de territorio cultivado i poblado, para fecundarlo.
Nosotros nos esplicamos perfectamente, no solo la tristeza,
sino la amargura del señor Vezga, cuando recuerda los errores,
las faltas o las desgracias que ocasionaron el abandono de la
línea del Carare; porque nosotros contribuimos, tanto quizá
como él, con nuestra pluma, que era lo único que podiamos
poner al servicio del progreso, a demostrar las ventajas de ese
proyecto, hasta que los hombres que tenian la direccion de los
negocios públicos, hasta que ,el mismo sellor Parra, lo abandonó con laudable franqueza, por haberse convencido de su impracticabilidad.
En un escrito redactado por mí, que dirijió al Secretario de
LW; },EUnOC.\Rr.rLES
..-'_._------..._-
cOl,o:iImANOS.
_.- ... -~--------
157
llar-ie1lda el inj1miero Werhan, publicado en el mímero 2,lï8
del Dia1'io Oji.ciu,l, de ;-}de marzo de 1871, se lee la siguiente:
" El cam' no a 1 Magdalena, en direccioll norte, por Cipafluirá, ChiquinquirÚ, Saboyá, el Vll.lle de Jesus i la hoya del
Carare, es indU(bblemente,
-como usted piensa, el gran camino del pCl'venir de este pais, la que puùiera ll.unarse con
propiedad el "gni:u tronr-o de toda la altiplanicie andina." El
camino perp~ndicular 11occidental, de la sabana de Bogotá- al
rio Magdalena, por mucl'\a impor,ancia
que tenga, es, sin
disputa, compar:tdo con la via del Norte, un camino seccional,
cuyo costo nunca guardará justa proJlorcion con su utilidad.
Esta via pondrá en comunic:acion directa con el Mllgdalena
una poblacion de un millon de habitantes, i tieue para toda la
altiplanicie ;ludiu:1 las siguientes ventajas:
., 1." Que este camino marcha en línea recta a su objeto;
que cada mdro que de él se coustruya va acercando la rejion
que deja attas ú la costa del mar, al re ves de las líueas qua
parten al Sudoeste i al Sur, las cuales, ademas de interesar a
una pobbciou menor, hacen caminar los productos, por un
trecho mas o ménos cOllsidel'uolo, en direccioll inversa de su
destino.
"2.:\ Qnc este camino, atravesando 30 lcgu:ts de las mas
feraces i mejor cultivadn.s de la República, producirá un inmenso aUlll~uto en el valor de las propiedades raices i por
consig nie" t 3 en la rit¡ neza, del pais.
"3." Qt1e e.;te camino va a buscar el rio ~Iagdalena en el
punto dœue el cÙal es nll.vcgable en todo tiempo del año, ahorrando por comiguiente
para el comercio de esta gran rejion
andina, los peligros, las pérdidas i los Illayores gastos dû la
ùifícil na vegacion entre N are i Honùa.
"4," Que esta línea. va literalmente pisando, cn toda su
estoDsion, sobre inmensos depósitos de sal, de hulla i de hierro,
es decir, SOJre tres de los productos mas valiosos del mundo,
dos ùc los Gliales, ci carbon i el hierro, constituyen los elementos primordiales de la industria moderna .
..5: Que su t:osto de construccion seria comparativamente
menor, por la abundancia i la ùaratura
del trabajo en los Es_
tados del Norte."
Parécemc que no puedo encerrarse
en ménos líneas un
elojio mas ::ouvencido ni mas espresivo de la línea del Carare,
que el que dejamos copiado; pero Jcspues de la que ha pasa_
do ell el pa.is CODrebcion a este proyecto, i que DO hai para.
qué reconlar, porque no Imi para qué entrar en el campo de las
reeriminaciones;
en el actual estado de postracion de las finanzas públicas, l puede reasu::nirse sériamente la discusion soùre
una obra a valuada Sill sus ramales en 15 millones de posos ~
158
LOS FERROCARRILES
COLOMBTANOfl.
Yo por mi parte declinaria el houor de semejaute discusion,
porque nadie me haria creer que tenia funùameuto
en qll~
apo.varse.
Vienen en seguida los proyectos de ferrocarril, de Bo!!otá t1.
Guarumo, par la via de" Sietevueltns,"
i de Bogot[~ a Honda
por el trazado Brown; pero no hai que 01 \:idar que todas las
líneas que lleven esa direceion, deben considerarse como obras
de primera clase en el mundo, tanto por la altu~ a que as.
cienden, como por los accidentes del terreno que tienen que
atravesar, i que el costo de cualquiera de ellas está tambien,
pOT ahom, fuera de los recursos fiscales de la N acion.
Para formar una idea jeneral de las dificultades técnicas
o de arte de este ferrocarril,
oigamos la descripcion del terreno que atraviesa esta línea, hecha por el injeniero señor In.
dalecio Liévano en el informe que presentó al Gobierno de Cun.
dinamarca en febrero de 1866. Dice así:·
,. La sabana de Bogotá se aproxima al rio :Magdalena. en
dist~ncia directa, 43 kilómetros, (distancia
del Roble a Chaguaní), i la diferencia de Divel es de 2,500 metros. Si hubiese
pues nn plano incli~lado continuo desde ~l RabI: hasta el rio
Magdalena, la pendIente de este plano sCrla de ;).81 por 100;
es decir, mayor que la máxima adoptada para camiuos carreteros. Agr6guese ahora, que esta penùiente no solo no es lmiforme, sino que el terreno está sumamento accidentado. Las
cordilleras secundarias que ùescienden h{¡cia el rio .MagllaJcna,
jeneralmente
se terminan pronto o presentan grandes cortaduras o gargantas. I lo que es todavía peor, frecuentemente
se presentan cordilleras terciarias, es decir, quo llevan la di.
reccion jeneral de los Andes, las cuales habria que atravesar
por túnel o por medio de pendientes negativas. Esto sucede
casi por todas partes, siempre que DO se torna la direccion de
alguu rio. Es cierto que estas cordilleras terciarias son cortadas por los rios; pero las rutas por Jos rios llemn jellCralmen.
te estos dos inconv~nientes:
1.0 el de ser mui fuorte la pendiente en el primer descenso de la altiplanicie, ùe manera de
e:xijir un desarrollo doble o triple en una distancia directa ùe
unas tres leguas; i 2.' que donde quiera que los rios atraviesan las cordilleras terciarias, éstas presentan puntos abrupto::"
o sean escarpes verticales en roca viva; dificultades que para
vencer seria preciso, o hacer tÚnel, o fortísimos desmontes, o
bien puentes continuos a lo largo del rio ha¡;ta past\[ la diûcuItad: de todos modos sumamente costoso."
El injeniero señor González V. que a SllS conocimientos teó.
ricos reune la autoridad de la práctica, i que fué comisionado por
el Gobierno nacional, para unirse.'11 señor Lievíluo Cll la esplo·
Taeioll i estudio de las diversas líneas o proyectos do ferrocarril
LUS
FERROCAJtRILES
COLü:\1BIANUb.
I ij!)
al MagdalelHl" por In. via de Occidente, presenta la siguiente descripcion de ]a que él considera como la mas apropiada para lu,
construcciOll de dicho ferrocarril:
" Saliendo de Bogotá se atraviesa la sabana en dos direcciones: la primera de Bogotá al Sarnozo, i la segunda del Sarnozo a las cabeceras del ric ùe Pueblo-viejo, a sea .al paso del
camino de Subaehoque a Pacha; aquí volveriamos MCla b
izr¡ uierda, i continuando por las cabecer::.s del rio San .Miguel,
del rio ~añas, del Sulmchoquc, del rio de San Juan, dclrio
Perucho, lhl Gun.livá, dcl Dulce, dcl Namai, atravesaríamos el
Síquimu hasta ne~ar a la depres:on cerca del cerrito Pun de
Azúcar; seguirittillos despucs por las cabeceras de] rio Contador
hastn. el boqueron de Chnmbumui;
de este hoqueron al alto de
las Tablas; ùc aquí faldeando basta el alto Chag-noní ; del alto
Chaguaní d alto del Portan, en el camino de Guaduas a Méndez; .
de este punto, pasando a la falda occiental i costeando la falda
hasta las cabeceras del rio Seco, se pasaria de aqní a lu vertiente occidental del valle del rio Cambrás, que se continuaria
hasta la depresion en frente al charco de la Ceibita en el rio
Negro; i è.e este punto se bajaria al :Magdalena a salir a un
punto comprendido entre Conejo i el Guarumo."
Entre las principales obras de arte de esta línea so cuentan
las siguientes:
El túnel para atravesar la cordillera a la salida do la Saùana, de 3,000 metros do lonjitud.
Cinco puentes en las cabeceras del rio Cañas.
Dos id. sobre el rio Subachoque.
Túnel pam atravesar l(~ cordillera que separa 01 Suhachoque
del rio Ilá, de 1.500 metros de lonjitud.
Túnel de 1,000 metros l)aru pasar del cerrito de " Pan de
Azúcar" a "Chumbamui."
Túnel en " Las Tablas" do 400 metros.
Túnel de 300 metros en la serranía que forma las cabeceras
del rio Seco i del rio Cambrás.
El señor González V. hace subir el presupuesto del costo de
esta obra a 8 13.245,020.
I no DOS engañemos:
todos los trazados de ferrocarril que
partan a buscar el rio l\Iagllalena ell esta direccion, tienen que
ofrecer con poca diferencia las mismas dificultades;
porqne
todos ellos tienen que atravesar las abruptas cordilleras tercia.
rias que se interponen paralelamente
entre el borde de la altipll.lnicie i el Magdalena; todos ellos presuponen un gasto mínimo
de 10 millones de pesos, que estún, '[J0r ahora, absolutamente
fuera de los recursos fiscales de la Nacían.
Pero, porque no podamos construir el ?ncjm' ferrocarril al
bajo Magdalena i deberemos abstenernos de construir otro, ill-
l'JO
LOS FERROCARRILES
COLOMBIANOS:
ferior cuanto se quiera, pero útil i conveniente :para dar prin.
cipio a la obra de nuestra trasformacion econÓmIca?
i Es esta alguna cuestion de orgullo, de delicadeza personal
a de amor propio, en que nos sea lícito decir: ya que no pue.
do hacer todo aquello que tengo derecho a conseguir, prefiero
no hacer nada?
Pero e¡;;toseria colocar una cuestion de progreso i de admi.
n!stracion pública en el terreno de la mas indisculpa~e obseca.
ClOD.
i Qué deberemos pues hacer?
Pues una cosa mui sencilla; una cosa que está al alcance de
nuestros medios i del simple sentido comun.
y Il que no podemos cODstruir el ferrocarril al hajo Magda.
lena, porque no tenemos con qué, construyamos el ferrocarril
• fácil i barato por la via de Jirardot.
'l'odo el que ha viajado por esta parte del pais conoce el tra.
Eado de la línea, hecho por la Naturaleza, en la abertura o en.
trada que en plano continuo nivelado, sin la mas lijera depre.
sion, presenta el valle del Bogotá desde JirarJot hasta las Jun.
tas de Apulo, en una estension de nueve leguas. Todavia de allí
puede uno continuar acercandose al pié de la altiplanicie, por el
otro plano, casi nivelado, que en una estension de cinco leguas
presenta el valle del Apulo desde Juntas hasta San ~·oaquin.
Es deeir que, con un gasto que no excederá, me parece, ùe
$ 100,000 por legua, o sea con $ 1.000,000, traeriamos el Magdalena a 10 a 12 leguas de Bogotá. Los injenieros buscarian
despues cómo bajl\r de la altiplanicie al Apulo.
Opino sinembargo que el Gobierno debería limitarse, por
ahora, a construir el ferrocarril de Jirardot a las Juntas, 9 leguas distante de la orilla del rio, det¡miéndose en este punto
donde se reunen los dos trazados recientemente hechos por el
sefior Liévano, el que desciende de la sabana por el. Apulo i el
que desciende por las faldas del Bogotá.
Una vez puesto el ferrocarril en Juntas de Apulo, cosa que
puede hacerse con un millon de pesos, queda.ria a cargo del
comercio de Bogotá i de la'opulenta masa de propietarios cun.
dinamarqueses, trasportado a la altiplanicie. Si uo lo hicieran,
probarian que el pais ni merecia. estos esfuerzos ni estaba preparado para el progreso.
Danùo principio al ferrocarril
de "La Dorada" por la
construccion de una simple tranvía, de dos millas, entre Caracolí,
actual atracadero de los vnpores del bajo Magdalena,i La Noria, arriba del Salto de Honda~ para arrastrar la carga a los
vapores del alto Magdalena, creemos que el comercio de Bogotá aballl.lonaria la ruta de ViIleta, por la de Jirardot, si como
es posible, los gastos de trasporte por la última, pudieran ser
éstos:
LOS FERROCARRILES
161
COLmmIANOS.
De Caracolí a ln. Noria i Jirardot
De .J ir ilnlot a Bogotá
$ 2
,
4
TotaL
$ 6
Contra El 8 término medio del flete de una carga por la via
de ViIleta.
En cuanto a las facilidades que hoi ofrece el mercado inglés
para ln. wustruccion de ferrocarriles,
es importante
traducir
la que a propósito leemos en el "Economista"
de Lóndres de
3 de marzo último, número 1,907, pájina 52. Dice así:
" Corno una prueba del bajo precio relativo que se obtiene
bai en los gastos de construcciou de los caminos de hierro, es
interesante
recordar que los primeros rieles de acero que la
Compaîíla del Pacífico compró a g 234 por tonelada en 1875, se
han ven:lido hoi a ln. misma Compaûía a \3 43 por tonelada. Lo
mismo 1m. sucedido con las compañía.s inglesas de farrocarriles
que compran ahora, (nov. de 1879), a £ 4 por tonelada los rie.
les que en 1873 pagabu'1 a £ 15-10 s. En otros términos, los
gastos de coustruceion en el artículo rieles han disminuido de
£ 2,000 a £ 4,000 por milla, segun la calidad i peso de los rie.
les empleados;
i todo ferrocarril
que realmente se necesite i
que muestre un razonable prospecto de dar el mas pequel'lo
di I'idellllo, (t7te smallest IUvidencl ), tiene toda probabilidad de
encontrar los medios i recursos de hacerse, en un tiempo en
que hai tanta abundancia de capital, i en que la rata del Ban.
ea es tan baja. Ademas no debú olvidarse que los ferrocarriles
no se consideran únicamente como empresas de colocacion de
fondos. Se les considera i con justicia como los medios indis.
pensables para un fin mui anheludo,- como las avenidas a los
canales por medio de los cuales se derrama el comercio; i
bajo este punto de vista todo Gobierno que no se encuentre en
completa bancarota, (not altogether banlcrupt), está dispuesto
no solo a prestades su cooperacion sino a dar la iniciativa al
espíritu de empresa i de interes particular."
I si esto dicen en Inglaterra ¿ qué diremos nosotros?
El 'J.ltimo párrafo del opúsculo del doctor N nñez, citado al
principio de este escrito, dice así:
" Resolvamos, plies, sin mas demora acometer la útil em.
presa j organicemos nuestro Estado mayor de injenieros, i pronunciemos con fé, esperanza i valor la palabra definitiva-La.
b01'e?n1tS
!"
~Que espera pues el Presidente?
Manos a la obra.
L.1BOREMUS.
11
162
LOS FIŒnOCARRILES
COLOMBIAXOS.
Las inùicaciones contenidas en el precedente artículo han
f;ido favorahlemente
acojidas por el Congreso, que acaba de espeùir la lei de 26 de .iulio de 1880, designando la via de Jirardot para la construccion del ferrocarril al alto-Magdalena.
LA LECClON
DEL
PASADO.
En la p,ijina 125 de este libro se encuentra
esta nota.:
"130rdesgracia estamos en 1880 i el problema de la construc.
cion de un ferrocarril al Magdalena no se ha resuelto. Los que
no hemos tenido sino nuestra pluma para servir las ideas, no
somos pasibles de sonrojo ni de vituperio por este fiasco; que
respondan de él las revoluciones i los Gobiernos."
Ella me obliga a escribir el presente capítulo para rectificar
esos conceptos. No son los gobiernos, ni sirJ.uiern. las revolucio_
Iles las responsalJles de los errores cometidos en la direc(;ion i
administracion
de este vasto negociado de la construccion de
llUestros primeros ferrocarriles:
estos errores eran inherentes
a la naturaleza del asunto, tratÚndose de resolver el difí~il pro.
blema de escalar los Anùes colombianos a 2,600 metros ùe altu.
l'a, en un pais iuesplorado, cubierto de selvas vírjenes, i sobre un
territorio despedazado por decido así en su formacion jeolójica
i en sn configuracion topogrática, por los mas abruptos i varia.
dos accidentes de la naturaleza.
Habidas estas consideraciones,
de la que por el contrario debemos admirarnos es de que los
ensayos de esploracion, trazuùo i ejecucion de las diversas líneas
proyectadas para. descender al Magdalena, no bayan salido mas
caros. Sinembargo, bai que aprovechar las lecciones de estos
dolorosos esperimentos para no repetidos en la porvenir; icon
tal objeto es oportnno recordar a grandes rasgos la historia ad·
ministrativa del malogrado ferrocarril del Norte, que escribimos
en presencia de todos los documentos oficial e>!,i sin temor de
que nadie pueda contradecir una línea.
En virtud de las autorizaciones
conferidas por la lei de 5
de junio· de .1871, el Ministro de la República en Europa,
señor Justo Arosemena, celebró en 10 de enero de 1872 un
convenio con la, "Public W01'ks Construction Company" de
Lóndres, para que ella enviara por su cuenta, pero a costa del
Gobierno, un injeniero destinado a hacer la esploracion i trazado ùe la línea de Ull ferrocarril
al bajo Magdalena. Por dicho
cOllvenio se reservaba la compañía la preferencia, en igualdad
de condiciones, sobre todas las propuestas que se hicieran para.
el contrato de construccion.
Primer error: en vez de -contratar en Europa UD injeniero
por cuenta esclusiva del Gobierno, ¡banse a colocar los secrcto~
cle la esplol'ae::on ell lIl:tuos de la cOIllpai"iía 3 quien sc habia resùrvado lu preferencia pa fa el CODtrato de construecion.
l,lct,in.do al pais el s~iíor Rielle.'\'. quc filé el injeniero envia.
do por h comp:tflÍa, ell abril dG 18ï2, el seilor Parra, Secretario
ùe l!aeiend:t de la Ael1l1inistraeion 1\luri1l0, ql:iso desde el principio iuRuen:;iar sns opiuiolles i hacer di;:i.iir sus miras l¡{¡cia lt\
Huea mas seLmtáo~lal
de lu. hoy;]. del t)uÚe7., como pueLle
Vlrs~ ell lu. llo:a Je iustI'ucciones que le Llirijió con fecba 10 dû
abril, en la CIal le dice;
"La ¡Jr:ml:n1. de estas líneas, (ln, del C:nare), ha sido indio
caeb pDr pcrwIl;:s corn petei1 tGf; ell la Illateria, pr3vio UD estu.
dia de la e~t[\ jCî;.;r(lli.ca dcl pais i algu;JU iWipeccioll ocular
hedlt\ lijen1111tll1tefio!)re cI ter,'ellO.
"Ln segullda, (ln Jel Swirez), sujcrida ¡)oï·la simple ObS61'.
'¿'ucion del ?¡wlx", Ci'; sille'ill)ar:~o b (lue el l>oder .Ejecutivo
(;()llfiider:t prde:'i~)I(), salvo el rc:;ultndo cOlllpa.rativo de las esplol';¡.cionu:;, lJOl' la,; r~~zon3f; si '.'U iCll~(:s,"
El suITor fLi,;i0y dec:l~r{¡"si~l()Ill;)ar/o, desùe la primera esplo.
racion ocular, qU0 el Foj"ec:to de un i'cr¡·ocr..rril por la hoya dû
los rios ~3ll:J(),[;u;::'(:/. i :3~)'.;àmosocm o1soldulllente
impractica_
1)10; o¡linioa (11\(:eClllir,u;; dC:;¡!1wS ell el ¡:d'urlne tIe la espIara.
cion cieIl:.í¡'¡et" cla,~o, 1:0 al Co]¡ie,;¡o l¡HG la ]1n~aLa, sino a lai>
Dil'Jclores de la COiupa¡;¡a, con fecha 2:J ùe setiembre de 1873,
i del cual h(:lllOSC:O¡Ji:lllola condnccn:e e:l In pájina 149 de este
libro; pero so urc,¡:urÚ t1 eslilliUr en b ,nifima nota el costo ùe
lu línea del Cal';U0, Call fiUSramn Ic~;,en g 12.500,000.
COjlclllido~;, a decL1l'ados por él concl uiùos los trabajos de
r.sploracion i trai,uc1o llo la linea del Carat'e, i prod llcido en
Ll'lIldressll ill"cn:10, el SGîíuc.•\roseilleua cr3Yó conveniente con_
finItar s01)re e~te dOe;UI\lCil~Ob opinion de otro il¡jeniero, El
s¡:îíor Marti:.w:w quo fuú e! ;;scojido pr.ra éXHminarlo, quedó por
(lec:irlo así at.íûito al considerar lafi ]1crteutos::s ollras de arte
lJue u<lu::1prQjecto jlre~illpÙlli:t: mural; ùe nroyo de mamposte_
ri:\ para frau:¡l\ear largofi tra:.'edos <¡ue no ofreciau fundamento
para. termp!eue., ; inmenso:> viaductos de piuo ereosotado para
fid v:tr ell.iiudas, " Ú:¡d!Wlo.'; CFIJ una cllispa de 1:1locomotora harin.
m'der como pnjuehs";
tt'tileles de 1,000 i de DOO metros de cs.
tension; fOflllidal¡]c cantiùad de escavaciou en piedra, &, &.
~oLre todo, C3 diguo de leerse cn ay,uel documento el siguiente
p:í.rrafo, <¡ue los futuros negociadores de eSjJlor:tciones i traza.
dos dcberi~1.ll nprell<lcr de mcmoria, para no dejarse elwañar
.1
1
.1·Ù
•
o
COll trn~aU()s
Où ul uJO.
" Ustedes liIC pregu uLan si ann falta algo, (adornas de las
secciones tra&versales de cuya falta he hecllO ya meucion), para
cOlllpletar lo~ csl.udios i paner a un injeniero en c3.pae;idud ùe
C~lclllal' el trabajo, Los datos cOlltüllidos cnlos pIanos i se8cio.
lü4
LOS FERROCARRILES COLOMBIANOS.
nes preliminares que tengo a la. vista, aunque dilmjad<>sa ma.
rav'flla, no pueden compararse con los planos que los injenie.
TOS lllgloses acostumbran
preparar j los cuales detallan minuciosamente cada ramo i sesgo de la obra, con el objeto de guiar
al contratante al bacer su propuesta para la const.ruccion de
ella por una suma fija. Con este objeto es preciso determinar
esactamente el rumbo de la línea; 'l'R.AZARLA EN EL TERRENO
rOR 'MEDIO DE ESTACAS;
dibujar los planos i perfiles en una
escala mucho mayor i mas pormcnorizados ; tOInar Con intér.
valos £reenentes perfiles trasversales minucioi-los,i estudiar por
separado cada puente, viaducto u otra obm. de arte; tDdo esto
acompafíado de dibujos en una escala suficientemente grande
para que vean claramente los diversos puntos de la obra. Para
efectuar eso, un cuerpo de injenieros esperimentados emplearia
por lo ménos dos años; i no me parece deseable perder tanto
tiempo antes de dar principio a las obras."
Todo esto, unido a la circunstancia de que los $ 12.500,000
de b. primera avaluacion de las líneas, subia ahora en los
presupuestos de tanteo de Mr. Ridley a iS 30.199,810, debió
desconcertar al señor Parra. Sinembargo, no era posible de.
jarse derrotar por la primera contrariedad. Pidióronse nuevas
autorizaciones al Congreso de 1874, que las otorgó amplísimas
en la lei de 6 de junio; i en virtud de ellas se dictó el decreto
ùe 24 del mismo mes creando un cuerpo lle in.ienieros nacionales "enca.rgaùo de rectificar la parte del trazado comprendida entre Saboyá i el rio Carare, i de .la. formacion de un
nuevo presupuesto de ga.stospara esa parte de la línea."
El señor J ua.n N. González V. recibió como injeniero en
jefe tan honrosa misioD, i partió inmediatamente a su destino
el 1.° de julio.
, En uso de otra parte de las autorizaciones de la misma lei,
promovió el Poùer Ejecutivo la organizacion de una Compañía
na.cional, con la cual celeuró el contrato de 25 de enero de
1875 para la construccion de la obra. Esta. Compañía. no ma.nejaba en efecto sino el capital de las 12,000 acciones del
Gobierno: sus socios solo habian suscrito 370; pero el señor
Parra apeló a este recurso creyendo poner así la. obra del
ferrocarril del Norte a salvo de toda veleidad lejislativa.
Cuando ya se acercaba el término de los trabajos del cuero
po de injenieros nacionales, la Compañía resolvió contratar en
Europa los servicios de dos eminentes injenieros "encargados
de recibir i rectificar los trabajos hechos por los injenieros del
. pais." Los señores Enrique F. Ross i Frank Geneste, designados
al efecto, llegaron a Bogotá en octubro de 1875, i en junio de
1876 producia 01 señor Ross su informe, totalmente adverso i
dcsfavorablo a los trabnjos de los injeni~ros nacionales. En
LOS FERROCARRILES
COL01l1BB.NOS.
lG5
aquel informe pul.,licado entre los documentos anexos a la
:Memoria de Hacienda de 1877 se lec la siguiente:
" Los trabajos de los injenieros del Gobierno DO estaban
terminados
cuando el Gobierno decidi!) concluir el estudio, i
por consiO'uiente fueron entregados incompletos.
" J.a tarea de examinarlos en este estado incompleto es
difícil; bacer cambios a correcciones i formar un presupuesto
de las obras de un ferrocarril, cuyo estudio en gran parte no
es ma.9 que tanteo, es simplemente imposible;
faltan los datos
necesarios. 1Jnicamente eu el perfit del trozo desde el hoqueron de AO'urJria hasta la peña de Orgallos, se encuentran
perfiles tras;en;ales;
i es ademas este trozo de 17 kilómetros de
estension, lo Ún'ico en todo el trayecto que puede llamarso
terminado."
" Habiendo ba bitado algunos aDOS el l)erú i presenciado
estos errores, nadio estrañará que yo como injeniero de la
Compañía we oponga a que aquí sigan el mismo camino, i quo
yo, en vista de estos resultados tan recientes, califique la cons.
truccion de la via de Carare, con sus auras magnas i costosísimas, i pasando cn una gran parte de la estension por despoblados, una locum. i Para qué sirve la esperiencia siuo pam
aproveehan:e de ulla ~ "
El señor González V. 'replic6 por medio de un contra-informe a las ohservaciones del sefíor Ross, i la discusion asumi6 el
¡;arácter de la mas acerba polémica.
" Empe;~aré por hacer notar, dico el señor González en su
rúplica, q Ile el escrito del señor Ross sobre la vin. del Cara re
es un alegato de fiscal acusador, i no la que debiera ser: 11ll
informe imparcial solire las ventajas, desventajas, facilidaùes i
dificult.ades de la aura.
" Ha tomado los estudios que lie le presentaron,
no pnra
estudiarlos e informar soure el mejor rcsultaùo que pudiera
obtenerse, sino para paller de relieve, acentuando i exa.ierando
cuanto le hn sido posible, tanto ell ln. forma como ell el fondo,
todo aquello que puùiera producir un juicio desfavoraùle
a
la via."
Se comprende que DO pretendo de ninguna manera erijirme en juez de la disputa: ni soi in.iuniero, ni creo que lmya en
el pais qUi311pue!ht dirilllirla. l\le limito a historiar los hocLos
para dar la esplicaciou de la sucedido; i el hecho es que los
cuatro eminentes injenieroiO cmpleados por el Gobicrno -los
señores Hidley, Martineau, GonzáImr. V. i Hoss -lia pudieron
ponerse de ncuerdo ni Roure la línea que dcbia adoptar:;e, ni
soure la pIIl.etica1JiIidad de las 01)[[1.sde arte, ni soure el costo
de la obra. liáse dicho sin contradiccion que el cuerpo de inje.
] 66
LOS PERTIOCA.RRILES
COLOMllIANOS.
nieros nacionales finalizó sus trahajos entregando los planos,
perfiles, presupuestos, &c, do toda la. línea.. Esto no es cierto.
Prescindiendo de que los ejecutados tengan o no el grado de
perfeccion apetecible, asunto que no es de mi incumbencia,
faltó en absoluto el tra7.ado de los 72 kilÓmetros comprélldidos
entre el "Eslaboll de Armas," i el kilómetro 25 del ....alle del
Carar,e. Así lo dice el Secretario de Hacienda en su Memoria.
al Congreso de 1877, pájina 71, i el Presidente de la Compañía
nacional en la pújina 1,'·de sU Informo, pulJlica20 entre los
documentos anexos a la m'isma Memoria.
Llegó pues un moment.o en qne fué imposible sostenerse
contm s('mejuntes contrariedades.
El Presidente sillticí que el
terreno del ferrocarril del N arte se hunàia bajo sus pies, i no
le quedó otro recurso sino pasar a la Cámara el )Iensllje de 9
de junio de 18i6 en el cual se lee la siguiente:
" La insistencia en construir la línea del Carare, en CUY30
esploracion se La estado trabajando,
"fW parece po'r lo rnénos
imp1'udente, despnes de los informes del señor Ross, aun cuando a esa línea haya sido favorable In,opinioli del Reñor Ridley,
no ménos digna de respeto, i la de los injcllieros del pais entre
los cuales figuran hombres que, ¡\unque carecen de r~put:H;ion
europea, hall dado repetidas pruebas de IlIui notables aptitudes. Basta que los estudios hechos no ofre7.('[tli todavia el grado
de eertidumùre- <¡ue se necesita en esta clase Je cm presas, respecto de la posibilidad material
de concluir 1:\ ohm i de su
cost.o, para que, en mi concepto, debamos abstenernos de com.
prometer eu ella los escasos recursos del pais."
Fué éste un acto de doloroso patriotismo de parte del f'error
Parra. Otro nO se resueh'a quizá a hacer el Racrificio de su
amor propio tan comprometido en el {'xito de esta obra: fácil
le habria sido ocultar la verdad, Qngañar por algun tiempo
más la opinion i prolongar los sacrificios pecuniarios para <lue
la empresa muriera en otras manos.
Su única falta consistiÓ en haberse prestado f1 celebrar,
hajo el influjo de las confiadas opiuiones del seîior Hoss, el
contrato de 24 de setiembre de 1877, para la construccion
de
ln. estellsa línea de Pat.uria, sobre nn territorio mil veces mas
accidentado que el que acababa de abandonarse, i respecto del
cual solo existia. la inspeccion ocular del proponente.
Pero
afortunadamente
para la República i para el seÎlor Parra, esa
error no costó un centavo al Tesoro nacional, pOfll'le ci señor
Ross no cn(;ontró en Europa los medios de entrar en posesion
del contrato ántes de que se declarara su caduci<lfld.
LOS FERROC.mmLER
COLŒrBIAXOS.
lû7
J~os seis años i la:;;300 a 400 mil pesos invertidos en las es.
ploraciones del Carare deben enseñamos algo, i ese algo me parece (jue pueùe ccmpendiarse en las siguientes observaciones.
1." Debemos estar apercibidos de qne la. construccion de
ferrocarriles
para ascender del mar, o de los rios navegables,
n. los elevados valles o altiplanicies de los Andes, envuelve en
sí problemas técnicos de los mas difíciles que la ciencia del
injeuiero esté llamada a resolver, iguales il. los de las mas estu.
pendas obras de esta clase que se hayan construido en el mundo,
i que debe por tanto procederse en todo sobre esa base.
2: Que no dehe por la mismo aventurarse un centavo en
principio de construccion
de una obra, ántes de haber adquirido el trazado científico, completo i definitivo de toda la línea,
hecho, no sobre el papel sino boure el terreno, cailla aconseja el
serrar Martineau, i el presupuesto esacto del costo de la obra.
Que atendida la exigÜidad de recurso!> (le quo podemos
disponer, deUer-illn05 dar principio a la construccion do nuestra
red ferl'ocarribra,
no por los mas difíciles i costosos, sino por
los mas k,cederos i baratos: por ejemplo, el de Jirardot, que
presonta del rio Meia el interior una abra. de nuevo leguas
niveladas por la naturaleza,
i el de La DO~'ada, principiando
por una t,'([j¿'/:ia de Caracolí a La Noria; ferrocarril de cintum
para salvar las corrientes del salto de Honda i unir las aguas
Jel alto i bajo .lIIa¡Tdulena.
Qne tallo f~rracarril al .Magdalena deberá principiarse
ni deredw, de la orilla del rio h:í.cia la altiplanicie, pa?yt qlW
ellcnoca?'I'il vcng(~ pm' j'Cl'roca1'Til, i quo deben desecharse por
lo mismo 1.odos los proyectos de traer ferrocarriles
en indios
pura aflllll rIos cn b Sabana.
5." Que el {¡rden de preferencia en que el Gobierno doLe
a!'lociarse It la l~jecucioll de estas obras, en conformidad con la.
sana i probada doctrina que aconsejr.. a los Gobiornos no bacerse emJlre~arios de industria, dollel'ia ser éste: 1.0 Si se
presenta cillpresario particular, vordadera Compañía capitalista,
q Ile quiera acometer la oLm por Sil cuenta, doborá prefel'írselo,
limitándoso el Goljicrno cn este caso a darle, con las debidas
seguridades, nua subvellcioil gmtuita para ayudar a la l'cali.
z3,t;ion de dicha obra, por el interes económico i social que en
ello tiene el pais; 2.° A falta de verdadero ompresario, doberá celelrran,o coutrato de construccion •. poro COll entidad
respetable
que ofrezca todas las garantias apetocibles sobre
su cumplimiento, i no con simples cspeculadores
que solo se
propongan (lutrn en el manojo de los fondos do la obra. Para
esto delle adherirse fielmente al principio tutelar do la con.
curroncia, publit;8ndo el correspondiente
pliego de cargos, para
celebrar el eOlltruto en licitacian pública; 3.° Solo :lo falta de
3:
1:
168
LOS FERROCARRILES
COtOlŒIANOS.
empresario o contratista deberá hacerse la obra por a.dministracion; i
6: Que puesto que estamos lanzados en el camino de la
construccion de ferrocarriles, debe el Gobierno contratar ell.
Europa a los Estados Unidos, pn.ratenado permanentemente a
su senTicio,un injeniero teórico i práctico de la mayor respe.
tabilidad, que le sirva de consultor en estas materias, al cual
no deberá permitírsele que se convierta eu empresario o contratista de ninguna obra.
Era preciso que el pais sufriera estas contra.riedades i el
Tesoro nacional estas pérdidas, para saber si sobre ellas confirmaba su resolucion de incorporarse por medio de la locomocion
a vapor en el movimiento del mundo civilizado; i el ahinco
con que los partidos liberales reclaman de cousuno la construccion de nuestros ferrocarriles, prueba que la victoria alcanzada por los estadistas del progreso fué definitiva i solemne;
que las derrotas impuestas por la magnitud del problema i por
los errores inherentes a todo noviciado, léjos de deslustmr
hacen mas honrosa esta campafía; Î que por tanto, donde se
clave el primer riel, donde suene el pito de la primera loc<r
motora, allí está nuestra obra, allí está nuestra gloria.
ftPUNTAMIENTOS
PARA LA HISTORIA
ECONÓMICA
I :FISCAL DEL PAIS.
(Escrito pub.ic3ÙO en 1874. como Jcfe de 13 oficina de Estlldísticl\ nl\cionnl. )
CAPITULO 1.
Breve resumen ùe los principos qne servian ùe hase al sist.cm~
colonial bajo el punto de vista cconomko.
Al trazar la historia de los progresos de las ideas económi.
con aplicacion a las finanzas del pais, me ha parecido con.
veniente que dehia hacerla preceder ùe nn estudio, aune¡ ue
breve, de los principios fundamentales
del sistema colonial,
bajo el pnnto de vista económico.
De otro modo no podrian apreciarse en su justo valor, ni los
obstáculos que detuvieron la marcha de esas ideas, ni los es.
fuerzas cor, que eu el curso de pocos años, lograron algunos de
nuestros mas distinguidos hombres de Estado, presentar a nues.
tro pais, mucho nntcs qne otro alguno del continent.e, rompien_
ùo con lu. tmdicion del sistema restrictivo i rijiéndose por los
mas adelantados principios de la libertad comercial.
Debe comprenderse
desde luego, que no pretendo de ninguna manera escribir la historia del sistema colonial que la
España aplicó a sus vastas posesiones de América, oùra mui
superior a los límites de un capítulo, al objeto de este libro, i
roui probahlemente a mis propios conocimientos . .Me propongo
simplemente hacer resaltar de la manera mas com:isa los puntos
culminantes de ese sistema, seña.lar los errores fundamentales
quo le sirvieron de hase, para esplicar la inmcns3. suma Je
miseria lJue él eujendró en los paises mas profu8:J.lllonte dota.
elloS,
170
APU~TAMIE~TOS SORRE LOS PROGRESOS
dos por la naturaleza, i construir por decido así el primer eslabon en qne debe apoyarse esta narracion.
Servirá, pues a mi propósito, i a ello se contraerá est.e proemio, el considerar únicamente cómo estaban constituidos en la
colonia estos tres elementos primordiales
de la produccion en
todo pais: la propiedad del suelo, la actividad industrial
del
hombre, i la libertad de los cambios.
Privile.iio funesto ha sido en todos tiempos para España, éste
de que las preocupaciones i los errores de todas las edades, hayan
encontrado siempre en su pueblo i en su suelo sn mas fecunda
i su mas honda encarnacion;
fenÓmeno que puede fácilment.e
esplicari"e, si se considora que Iii mayor parte de los errores i
<le los vicios de los sistemas políticos, son tanto mas intemos
cuanto mejor formado est:\. el espíritu municipal de la nacían;
porque es el falso orgullo nacional, la fatuiùaù nacional la quo
esos vicios lisonjean i adulan;
i nadio podr:i negar que el
pucIllo español ha sido i es el pueblo mas municipal
del
mundo.
/
Digamos ahora, contraY{'ndonos al objeto de este proemio,
i sin tcmor de ser ùesmentidos, que fué la España la que recio
hiÓ iutacta, sin la mas lijerll. modificacioll, la 'herencia de las
ideas oconÓmicas del pueblo romano, cuya base fundamental
cm el desprecio de las clases elevadas por el trabajo productivo, i la creencia inconcusa de que en {·l solo debi:m emplearse
bs manos mercenarias del esc1:tvo i del plebeyo. AgrÓguese a
la twrlicion de estas idens, la circunstancia
de que halJiéudose
formado la nacionalidad
española en ocho "iglos de guerras
rclijiosas contra los moros, ademas de la dureza, de la crueldad,
del egoismo i de los vicios políticos de toda clas~, que el fana.
tismo relijioso que inflamó el espíritu guerrero de la nacion,
enjendrú en el cadcter del puehlo español, el pais subyugado
por el sentimiento relijioso, se entregÚ indefenso a la insaciable
codi~ia del c1áo.
Call estos llutececlentes fácil es comprender bajo qué prin.
ci pios debiÓ constituirse
la propiedad territorial
del vasto
suelo do América que pasó a los dominios de la corona de
España.
RepartiÔse b tierra entre los conquistadores
por Encomienda", caballerías i peonías.
La Encomienda, de que tan prolijamente trata el título
8.0 libro G.o de la Recopilacion de Indias, era Ull verdadero
feudo. Llamar(Înse así porque se dieron con el objeto de encomendar los indios a la guarda de un Señor que los enseñase,
los amparase i defendiese.
Repartiéronse
entre los primeros
descubridores i des pues entre los descendientes de estos. IJa.
ordenanz~ de 10 Je octubre ce 1618, que es la lei 27 de dicho
171
título 8,° pTOhibió que se dividieran a particran
las Encomiendas del número de indios que en esa fecha teninn en cada
provincia, con el où.ieto de que no hubiera J<:neomen{leros po.
bres, qne no Encaran de los tributos a peDsir,nos de los indios
un cómodo i deccnte mantenimiento.
La mayor renta que a un
Encomendero f-e l1crmitia sacar, era la de dos mi! pesos. Sohre
el resto de los trihutos de las Eucomi{mdas ~Tantlos se carga.
ban pensiol' es n fnvor de r)~rSOllas hcnemérit3s i pobres, hijos o
nietos de descuùridorC)s. El tercio dd producto bruto de las
Encomien(hs se elltcmb~t cn la real Hacicnda. Finalmente, la.
EncomicndJ. era una vinculacion que pasal!,1 por mayorazgo a.
la terecra ·vitla. Todo el título 11 de dicho li')l'O G.o tmta Je la
sucesion de las ei1colllielldas.
De esb mancra quedú el sucIo de !as colonias espaiíolas
apropiado par.t maniener una raza de hol':a:>:i\l1es,que sia aptituùes ni ü':t.ílllU10Spam r:lc.ioraI'Jo, devoJ'n1¡a los escasos frutos,
que en haras hnrtaJas Il LL l"nti611, poJi.a armuc:ule la mUlla
e;;clava dol ÍIu;io uiiJ1lt.11ric,
Pero ]lO era eëio solo. Los nuevos i)l"opictnrios !la se con.
tent.ahnn C:llI vivir ell h í ierra sin trahr>',inr, silla (Jlw empleahan los nhorros tIel tral,ajo ajmlo en n'~o¡)iarla COll 1l1levas
cargas.KI.¡ct1dos
Oil la Jl)[lS p'osera. slljJ'lrsticion,
creyendo
que ellíai{lo i.lCdio Jo aSeéTllrHrla sillvaeiOIl ctel'lllt era el ne
comprarla Cal' dinero en m~llos de ln. Iglesia, medio siglo des.
pues de la. ea lqnista, ya no <Jlledaha ea .América Ull palmo de
t.erreno que no cstuvicrr., ~~r¡>.:":lllo
Call el COHSOell favor de las
inDumeml)les ficstas re1ij:osus, sufrajios tIe almus, i aJvoc~z;io.
lles del calendario romano.
11ldJllidn la !':~paîía ell la collicios:1. i(lea Ile <¡ne en la América no dcbia llll:icarse ëillO oro, toda su atcneion econ::mica b
ocupó el de,:culJriuliento de ¡lUeVaS millas, En el volnminoso
euerpo dc leyes (le India.s, (tue la llIandu.ùau todo, la re.~~lnment.aball t.Olio, no se e'lC:llCiltra, nila Eola providoncia oncaminada. a Jalar estos paises <':Oll]luevas [uentcs de illdnstria:
las
colonias espnííohu.; no p:t~aroll jumn.~ de ln. catc~ol'í[\ ùe pueùlos
pastoros a l1li!lel'o~.
Pero estos mismos metales co.traiflos del sella (le la ti:èrra.
en climas (:t~!et(l'eos, en iug:ues dcspro\'i~tos de todo rO<.:l1r>;o,
aUll de lo:; alill\êllt.os nc<.:esarios ]1:1.mlos trnl,;tjadorcs, sill capi.
tales ni it:stLlIlHmtos rpropiaJos
para el Iah:.J;:'code las l11irms,
i empleando cn ellus el ~ervit:io forzaJo (le los iudios, c05tn.lmu
Cll bs vidas de vstos mucllO ilJás de la quc valia. el oro.
Pura' ralJujar bs minas dcl Potosi cn 1;')7;'), asigulÍ el Vi.
rei del Pul'lí, dou Francisco de Toledo, 9;"),000 indios de 17
p'·ovi~lcias .. :F:Jl1:1sordenamms qne l'Orlllrl pam reglamcnt.:!," sus
trabaJO:;. dIspmo (11'0 se rellOVns(m ',mlnljr'.1\do cn cada aITo la
172
APUNTAMIENTOS
SOBRE
LOS PROGRESOS
sétima parte de dícbp número; i sinembargo, fueron tantos 108
que murieron, que en el año de 16::l3 no quedahan sino 25,000,
í en el de 1678 solo babía 1,674 iudios. '"
Es verdad q~, de 1545 en quo se descubrió esta mina, a
1704, es decir en 159 años, habia producido el 5.° de la real
Hacienda
190.000,000 de pesos ensayados de l\, 13 reales i
cuartillo cada. uno, que reducidos a peBOs corrientes hacian
314 millones, los cuales corresponden
a un producto bruto
de 1,570 millones de pesos.
Pero como segun el mismo autor, cada 50 quintales de mineral tenían 100 pesos de costo para sacarlo, molerlo, azogarIo
i fundirlo, isolo producian 200 pesos por término medio, los
1.570 millones del producto bruto quedaron reducidos a 785
de producto líquido. "''1'\
•
Ahora, si de este producto deducimos el valor de los 93,000
de indios que perecieron en este laboreo, estimando cada hombre
s610 como animal de t.rabajo en $ 1,000 cada uno, resulta quo
la estraccion de la plata del Potosí costó a estos paises en los
j6rmenes de su poblacion muchos millones más de lo que produjo el metal.
De esta manera se esplica c6mo consiguió la España, con
sus vicios i sus errores, arruinarse
ella misma i arruinar las
colonias que poseia sobre el suelo mas rico del mundo. De este
modo viene siempre lu. lei indeclinable
de la respoDsabilidad,
que encadena todo efecto a una causa, todo error a un desengaño, i todo vicio a un castigo, a comprobar que la felicidad
.de los individuos como la de las naciones no puede edificarse
de una manera estable sino sobre los fundamentos indestructibles de la justicia.
E5 cierto que lo~ monarcas españoles, desde Carlos V en
1526, (lei 1; título 2,° libro 6.° R. de l.), dictaron lIna serie no
intenunpida
de providencias, que hacen honor a su filantropí,~
i a su piedad, definiendo i asegurando
la libertad personal de
los indios. La mas famosa de Ústas es la cédula dada on Valladolid a 24 de noviembre de lG01 por la cual se dispuso: "<lue
de aquí CD adelante no haya ni se consientan en ninguna parte
de Indias los servicios personales que se reparten por via de
tributo a los indios de las Encomiendas;
i que los jueces i las
personas que hicieren las tasas de los tributos, no los tasen por
ningun caso en servicio personal, sinembargo de cualquiera
introducion a costumbre que acerca de ellos se haya permitido,
so pena que el Encomendcro que usare de ellos, por el mismo
caso pierda la Encomienda."
*
Solórzano, Política indiana, edicion de 1736, tomo 1,° pájina 148.
• '" Id
id.
id.
pájina 149:
Jm
LAS
IDE.\S
F.CONÚ3fICAS.
173
Pero estas eran unas de aquellas disposiciones respecto de
las cuales los vireyes i gobernadores
españoles usaban de
la famosa fórmula:
"'ohedéccse pero DO se cumple." Si hoi
mismo, despues de medio siglo de repúbliea, DO exiRte para
estos illfeliceci mas lei que la voluntad úespótica del dueño de
tierras; si todavía no han f<aEdo de la gleba, puede fácilmente
imajinnrse cUlin poco les aprovecharian
los mandatas de las
cédulas reales para no ser oprimidos en tiempo de la colonia.
Hablando el historiador Solórzano de las cargas de los tributos se espreRa así: "I en el individuo de nuestras Indias lo
dicen dos cédulas dignas de leerse del año de 1582, que muestran justo Rc:ntimiClIto por haber lIegr.do a los aidas reales
que a causa de estos trabajos las madres aborrecian a sus hijos
i se holgaban. de no tellerlos a de abortarlos." 'If
I sinembarg-o, la constitucion de la propiedad territorial i la
condicion económica del trahajo aplicado a la tierra, inmovili.
liada bajo el triple peso de la ignorancia, el feudalismo i la.
enfiteusis, eran modelos de Rahiduría i de libertad comparados
con los prill:lipios que gobernaban la política comercial de las
colonias.
Blanqui en RUhistoria de la Economía política ha demos.
trado perentorimnent.e
que el sistema restrictivo atribuido a.
Colbert, es de invencion española.
¡. Miéntras
que las máximas del gobierno de Cárlos V, dice
este eminente pulJlicista, fundaban en América la esclavitud i
los mas odiosos monopolios, fomentaùau en Europa el despotismo i la fllerl'.a por toda clase cie medios. Los conventos se
multiplicabl).n i se enriquecian a costa de la agricultura i del
trabajo. Organizóse bajo su reinado la trata de negros como
una institueion lejítima i regular, i se renov6 la doctrina, fu.
nesta herencia de griegos i romanos, ell virtud de la cual los
frutos ciel trabajo pertenecian de derecho a algunos pri vilejia.
dos. El gobierno de este monarca apartó violentamente
a la
Europa de las vias regulares de la produccion, para precipitar.
la cu todos los azares de h~ guerra i de la espoliacion del feu.
dalismo. Dificilmente puede formarse idea completa de los absurdos que se imajinaron
en esa época, para asegurar a la
metrópoli cloro de las nuevas colouias. La audacia del privilejio no se habia manifestado jamas de una manera tan tirániea. La metrópoli impuso todos sus productos a la colonia i
le prohibió proclll'árselos aun en su propio suelo. Era pro.
hibido a los americanos cultivar el lino, el cáñamo i la viña,
establecer manufacturas,
aprender el arte de las construcciones navales, i educar sus hijos fuera de España. Fué la é.poca
'" Solórzano, Política IodiaDIl, tomo I,' p3j. 87.
171
Al'U:ST~~IlE;STOS
SODR~;
LOS l'IWGIŒ80S
de todo'l 10'1 malos pen,samientos, de todos los sistemas faJso~ eu
economía, en política i en relijiion. Nosotros !lO cometemos hoi
unn. falta, no obedecemos a una sola prcocupaci()ll industrial
que no !lOShn.ya sido legada por este poder funesto, que pudo
convertir cn leyes sus mas fatales aberraciones."
*Siuernhargo,
es preciso ser justos i reconocer que estos
errores no fueron patrimonio escl mi va del pueblo español ni
de su gobierno, sino de la ignoranci:¡, de una época que todavía no ha pasado completamente
para la historia. Si en nuestros dias vemos todavía a hombres de Estado del caudal científico del señor Thiers, ahogaudo en Francia por las muletillas del sistèma restrictivo,
no debemos asombramos de que
cuatro siglos atms, cn una ~poca en que no se conocia la. ciencia de la .EconomÍ1\, se considerase el comercio como una industria aleatoria, i no como una de las fuentes de la riqueza
pública.
Nadie comprendia en tÓnccs, CaIlla no la comprenden hoi
lI1UC\..¡os
espíritus elevados, Je <¡ul·. manera es que el comercio
COllcurre al incremeuto material de la produccioll, en los mismos tl~r1l1illOSque la agri~ultura, la minería i la industria rnanufacturera.
No comprelldi(~ndose que el comercio es a Ull
tiempo causa i efecto de la separacion de ocupaciones, que en
..•.irtud de él es r¡ ue carla l!Ombre i caela pais puede contraerse
csclusinllneute
a traJmjar sola·e los elementos Call que la naturaleza la ha dotado, la que equivale necl;sariamentc a un incremento material en la produccioll;
creyendo, como {¡Iltes he
ùicho, que el comercio era una industria. aleatoria, en la cual
lo que ulla ganaba era la que otro perdia., los gobiernos i los
pueblos llegaron fácilmente a la. couclusion d<t que el colmo
ue la sahiduría en la relativo al comercio esterior, estaba reducido a que cada uno tratara de yender pm' ({inc?'o sus productos, sin comprar los del estranjero, i a procllmrse grandes colonias para imponerles por meùÍo del monopolio la ovligacion de
comprar caro i de vender J¡arato.
La E':ipaiía aplicó, pues, a sus colonias de América, en todo
su rigor, el mismo sistema que aplicaron a las suy?s el Portugal, la Holanda i la Inglaterra, i nada tenemos que rcprocharle
singularmente
a este respecto. Ella i nosotros fuimos ..•.íctimas
de la ignorancia de aquellos siglos. "La España, como dico
Blanqui, ha expiaùo cruelmente
este fatal error;
perdió sus
fábricas porque creyó que todo lo tenia Call el oro de SIlS colonias; i lUas tarde 110 ha podiùo conServar el mercado livre de
"
Blanqui,
p5j. 2St
llistoire
de l'Economic
polilj(lUe, vul. 1:
Chap. XXI
170
sus antiguas
colouias, porque
no tiene
que venderles."
(1)
DetrM del VIaje de los primeros descubridores, la Españn.
cerró el comercio de sus colonias de América a todos los pnehlos de la tiw:ra, inclusive a la jeneralidad
do sus propios
puortos, resor'i:ílldolo como monopolio csclusivo, primero al
puerto de Sevilla i des pues al de CÚdi7..
Los cronistas no han podido puutul\li7.ar la fecha en que
termiuaron htf; espedicioncs i armamentos militares de la Corona, i Cll r¡ue principin;-on a rcjir las leyes que reg-Jumentaron
lu na\'egacion lllcn;alltil propiamcnte die;m ; pero por las leyes
recopiladas plll~de :'.jároela con 1aotante 3proxil'.1acion en 14
de febrero de 1;)0:3, fecha de la f,IlJlOSa cédula de la Reina
cnt,)lica esprclid:1. en Alcalá de llenÚres i dirijiùa al doctor
S.mello de :\btien7.o, cau()lIi~ro de Sevilla, a Francisco Pinelo,.
jurado i fiel eje~lltol' dO) ell:~: i fi Ximcllo de Dl'iGiesca, cauta.
dol' de In tmnnd;:¡ dc Iudias, hnciéndolcs saGer: "que junta~
meute con el f0i, haJJia maudado ei;taJ¡lcC0r en aquella ciudad
mm casa l'ara la (;()utratacion i l1cgociaciol1 de las Indias i Canarías, i de otras islas quo se habian dcscu'uierto i se descubriesen, 3. la emt so habian de tra8r tcdas las mercaderías i otras
COS:l!:l
(lIle T\ocesarin.s fnoson para la dicha contratacíon, i las
que se hnlJiese/l de llevar a Jas dichas islas i traer do elIas."(2)
Posteriormcnte,
en provision do 15 de mayo de 1509, la
Reina. doita .J wltln, atendiendo a las quejas ùe los mercaderes,
que represcl!taron so1m] 01 mucho daño, peligro i dilacion que
recibían ell irse a rejistrar
a Sevilla, "por estar mui a trasmauo, i teu(,r la entl'l1da tm!mjosa," m:1ndú que en adelanto
todos los navíos qlle en cual(lllÏera parte se cargasen de fuera
cle la cindad de t)evilla pam ir a Indias, i no quisiesen ir a
rejistrarse 8n db, puùiesc:J. ejecutarlo
en la ciudad de Cít.
diz. (3)
Tall estrecb.
ern la prohillicioll ùe comerciar con el ostranjero, que 1:1 real céclula de 3 {le octubre de 1G14, que es
la lei 7" tít. 27, .lib. D, R. de Ind. dico Ui:ií: "ordenamos iman.
damos que oJll ningun puerto ni p::..rte de nuestras Iudias Occi·
dentales, Is~as i Tierra firme ùe los mares del norte i del sur, se
admita ningllD jéncro de trato con estralljeros, aunque sea por
( i). BlJllqui
id. id. pajo 293.
(2).
i Acevedo,
comercio
Ant·~nez
Memorias
Ilistvricas
sobre
la lej:slacion
tÍc los cdpuf¡olcs con ses colonias, cùicioli de 1'747, p{¡j!on 3.
( 3) Anl:lCez i Acc.cllo id. it.!. iJ. pájilla fl.
i el
176
APUNTAMIENTOS
SOBRE
WS PROGRESOS
via de rescate o cualquier otro comercio, pC1't<:£ de la vida, i perdimiento de todos sus bienes Il los que contravinieren a esta
nuestra lei, de cualquier estado i condicion que sean.:'
Pero no debemos admirarnos de que eil esa época se hubie.
ra espedido la bárbara lei, que fué muchas veces ejecutada a
bordo de las naves españolas, cuando toda.vía en 1740, Ustaríz
despues de baber sido Ministro escribia en su "Teoría del comercio," capítulo 4.° pájina 13, de la. edícion francesa, lo si.
guiente: " Es necesario emplear con rigor todos los medios que
puedan conducirnos a vender a los estranjeros mayor canti'dad
de nuestros productos que la que ellos nos vendan de los suyos:
éste es todo clsccreto i la únWa utilidad dc~comercio."
Des~ues de 262 afíos, contados desde 1503, al fin en 1765
vió CádlZ caer de sus manos el monopolio de que habia disfrutado para el comercio de las colonias de América. Bajo la
presion de las quejas i reclamaciones que contra tan injusto
privilejio se levantaron de todas las ciudades comerciales del
Reino, Cárlos III se decidió !lo espedir su famoso decreto de 16
de octubre de aquel año, conocido en la historia de España i
de América con el nombre de " Comercio libre."
Por él se habilitaron para el comercio de las iflll\sde Cuba,
Santo Domingo, Puerto Rico, Margarita i Trinidad, los puer.
tos de CÚdiz, Sevilla, Alicante, Cartajena, Málaga, Barcelona,
Santander, La Coruña i Gijon, aboliendo los derechos de pal.
mea, toneladas, estra.njería, semina.rio de San Telmo, visitas,
habilitaciones i licencias.
En otro de 2 de febrero de 1778, se amplió aquella conce.
sion Il. los navios que se despachasen para la provincia de Buenos
Aires i reinos de Chile i el Perú. I finalmente, en 12 de octubre
del mismo año se cstendió la libertad del comercio de la Pimín.
sula a todas las Indias, habilitando los puertos de Sevilla, Cádiz,
Málaga, Almería, Cartajenb., Alicante, Alfágues de Tortosa.,
J3arcelona.,Santander, Oijon,Coruña, Palma de Mayorca i Santa
Cruz de Tenerife en Canarias.
Los efectos de esta libertad fueron tan grandes, que en 1789
decia el Arzobispo- Virei en la Relacion de mando que presentaba a su sucesor don Francisco Jil i Lémus lo síguieate: "Lo
que más sensiblemente prueba los efectos del comercio libre es
la estraccion de frutos, pues de los informes de la Aduana de
Santamarta consta, que de 30,791 pesos que salieron el afio de
84,ha ido subiendo gradualmente hasta 247,039 pesos a que
llegaron en el año pasado de 88."
Talc8 fucroD, scfialados Il. grandes rasgos, i solo en sus pun.
DE LAS
IDEAS
177
EOONÓJfIOAS.
tos mas culminantes, los vicios fundamentales de la política.
que presidió al gobierno de las colonias de Espafia. La vinculacion del welo, la esclavitud, la gleba, el monopolio i la espoliacion, en una palabra, las restricciones de todo jénero impues_
tas a la actividad industrial del hombre, produjeron necesa.
riamente SllS lejítimas consecuencias: la miseria, la. iguorancia
i la desmoralizacion del pueblo. Conocidas estaI:!causas, se lee
con tristeza pero sin asom'oro, la pintura que de la miseria de
los pueblos del vireinato hacen las Memorias de lo¡; Vireyes,
publicadas en Nueva York por nuestro distinguido huésl)ed el
señor Antonio García i García, Ministro que fué del Perú cer.
ea de nuestro gobierno en 1865.
" Por los padrones actuales, dice la Memoria anónima escrita en tiempo del Virei Mejía de la Zerda, en 1772, Se numeran en esta capital 25,000 almas. Entre ellas son en corto
número las de alguna comodidad; pues la mayor parte son
pobres, no encontrándose como en otros reinos sujetos capaces
de hacer algull desembolso en las urjencias que suelen ocurrir.
Los que disfrutan 1,000, 2,000 o 3,000 pesos, que son bien
pocos, los dan a lucro para su manutencion, reduciéndose todos
a solicitar algun empleo cuyo sueldo les sirva para asegurar el
alimento, por ser mui escaso el comercio i arbitrios para la
negociacion, en tanto grado que faltan seguridades para fincar
algunos principales, pues no ofrecen ningunas ventajas las haciendas de campo así de ganados como de frutos.
Ningun comercio activo disfruta este Reino. Como se ha
dicho, depende su subsistencia del oro que saca ùe sus minas,
sin jiro, espendio ni salida de sus frutos. Su provision de mer.
caderías i jéneros de Castilla depende de uno que otro rejistro
remitido por el comercio de Cádiz a la plaza de Cartajena, de
donde se trasladan estos efectos al interior del Reino, causando
tales costos en su conduccion i derechos, que son mui raros los
que disfrutan alguna utilidad."
La falta de comercio en el Reino es tan excesiva, decía
el señor Mejía de la Zerda, que ninguno tiene activo, a escepcion de algunas cortas manufacturas ordinarias que sirven para
el interior de los lugares donde se consumen." ( 'if)
Tan hondas eran las causas que enjendraron esta miseria,
que la jeneracion viviente puede acordarse de haber conocido
a nuestro pais casi en la misma. situacion en que la describen
las :Memorias do los Vireyes.
Il
Il
(*) Rclaciones
26, 67 i !l7.
de Mando, impresas
en Nueva York en 1869, pájinas
12
CAPITULO Il.
Del sistema tributario de la Colonia.
La República recibi6 en herencia de la colonia. un sistema
de impuestos igualmente complicado i vicioso, fruto de la igno.
rancia. de aquellos tiempos i de la rapacidad del fisco esparíol.
Su larga lista, prescindiendo de muchos de menor cuantía,
puede clasificarse así:
IMPUESTOS SOBRE EL COMERCIO l:STERIOR.
Derechos de almoja.rifazgo, de alca.bala, de toneladas, de .
avería, &, &..
SOBRE LA AGRICULTURA, LA. MINERíA I LA INDUSTRIA. EN JENERAL.
Diezmos-Quintos de oro.i plata. j demas metales-Fundi.
cion, ensaye i marca de los mismos-8isa.
IMPUESTOS SOBRE LAS TRANSACCIONES.
Alcabala-Papel
sioion de tierras.
sellado-Herencias
trasversales-Compo_
RENTAS ESTANCADAS.
Salinas- Tabaco-Aguardiente
nedacion.
IMPUESTOS
-N aipes- Pólvora- Amo-
PERSONALES.
Tributo de indios-Subsidio eclesiástico-Medias
anatasEspolios-Oficios vendibles- Vacantes mayores i menores.
nlPUESTOS
I RENTAS
VARIAS.
Temporalidades-Mina,> de plata. en arrendamiento-Bulas
de cruzada i de carne, &, &, &.
Alguuos de estos impuestos merecen ser brevemente ana.li.
zados.
DE LAS IlJE.\S
ECO~ÓÎlI]CAS.
179
Lo que en todos los paises se conoce COllel nomore de con.
tl'Íbucion de aduanas, se llamaba cn la lejislacion antigua espafíola COll el nombre de alrlwja?'í}'az{JO, de oríjen arábigo,
que como dice la lei 5,a tit. 7, Partida 5.a son "los derechos de
la tierra debidos al rei por razon de portazgo," es decir por el
permiso de eutrada a su reino. El comercio colonial estaba
gravado por razon de este derecho COIllas siguientes cuotas:
Cinco i medio por ciento de esportacion en Sevilla sobre el
valor total ùe los cargamentos despachados para las Indias.
Diez i medio por ciento ùe derechos de importacion sobre
las mismas mercaderías en los puertos de su destino; i
Dos i medio por ciento de esportacioll soùre los frutos de
la colonia ell los puertos de embarque pam España.
Estab~n escntos del pago de estos derechos los jéneros a
mercaderJas españolas que se reesportaran a llevaran de unas
colonias a otras; pero los frutos coloniales pagaban dos i medio
por ciento de esportacion, i cinco por ciento de importacion, aua
entre los puertos de una misma provincia.
Do los esclavos, reputados cosas a mercaderías, se pagaban
los derechos de alrnojarifazgo.
No parece fuera del caso referir aquí que la España tocó
todos los inconvenientes do los diversos sistemas que nosotros
hemos ensayado para el cobro de los derechos de importacion.
Hasta 1629 se cobraron los derechos ad valol'em; pero con
un sistema tan liberal como nunca lo ban conocido las leyes
de la República. Las ordenanz48 formadas en 1554 prohibian
la apertura i reconocimiento ocular de las mercancías. La
real cédula de 22 ùe diciembre de 1579 ordenó: "que hts avaluaciones no se hicieran a los precios a como so vendian las
mercadería~ entre regatones, a por menor, sino a los que laR
tales mercaderías tuvieran dentro de los treinta dias primeros
siguientes, despues de llegadas Ins flotas al puerto, tomando
para ello, de 108 precios mayor, mediano i menor, el precio mediano." Er. real cédula de 24 de enero de 1580 se orden6 el
cumplimiento da la anterior, mandando "que las avaluaciones se hiciesen por los rejistros (facturas) que de España se
llevasen, sin desempacar ni abrir las dichas mercaderías, sino
por el juramento en forma que los dueños de ellas hiciesen de
ser las mismas contenidas en los r~jistros." ('lo )
Pero los muchos abusos quo sin duda se cometian haciendo
declaraciones notoriamente rebajadas, obligaron al Gobierno
español, por cédula de 9 de enero de 1629, a cambiar este
sistema por el ùe la imposicion do un derecho uniforme 8om-e
el peso bn¿to de las 7lwrcadertas. Desde la fecha de esta roal
( '" ) Antúncz ¡Acevedo,
rarte 4,. pájilla 23G.
180
APUNTAllHENTOS SOBRE LOS PROGRESOS
6rden se observ61a forma de aforar cada. arroba de fardo para
'rierra firme a 5,100 tnaravedis, i para Nueva. España a 3,600
de principal. ( 1)
.
El historiador don Miguel Álvarez Osorio calcula que este
derecho equivalia a un 20 por 100. Don Jer6nimo Ustaríz lo
hace subir al 30 i al 40. (2)
Este método se observó hasta 1672 en que se volvi6 al sis.
tema de avalúo por factura, sin reconocimiento. Entre las leyes
recopiladas en 1680 está la lei 7, tit. 16, lib. 8, que manda:
"que las avaluaciones se hagan por los rejistI'os i sobordos,
sin desempacar ni abrir los fardos, defiriendo al juramento en
forma que los dueños o consignatarios de las mercancías hicie.
ran de ser las mismas contenidas en los rejistros," como se dis.
ponia en la cédula. de 1579.Sin duda nuevos abusos de la mala. fé del comercio, obli.
garon otra vez al Gobierno a desistir de su liberalida.d, i por real
cédula de 5 de abril de 1707 se recurrió !lo un nuévo sistema de
aforo por palmos cúbicos, a razon de 5 rea.les i medio de plata
antigua. por cada uno. Se declaró que en esta exaccion queda.
ban comprendidas todas las contribuciones, así de embarque
en España como de almojarifazgo de entrada en Indias, i'que
no la salida de Cádiz no se habian de reconocer en su interior
los fardos, tercios, paquetes o barriles de mercaderías que hu.
bieran pagado la contribucion, regulada por palmos cúbicos. (3)
Observóse constantemente este sistema, que en su esen()Ía
no difiere del que aètualmente practicamos cobrando los dere.
chos sobre el peso bruto de las mercaderías, por espacio de 58
años. En 1765 se abandonó parcialmente, sustituyéndolo con
el de:avalúo por arancel o derechos específicos, para el comercio
de las islas de Barlovento. Rízose mas tarde estensivo al co.
mercio de las provincias de Luisiana i Campeche, i última.
mente se aplicó al comereio de todas las India& por el decreto
de comercio libre de 12 de octubre de 1778; pero nosotros no
hemos podido encontrar en ninguna parte la tarifa que rejia
en nuestros puertos cuando esta.lló la guerra de indepen.
dencia.
Debe tenerse presente que estos derechos solo rejian en
lo relativo a las esportaciones e importaciones tie Iudias, i a
las esportaciones de España para sus colonias, pues por cédula.
de 11 de marzo de 1660 se abolieron todos los derechos de importacion de los frutos coloniales en los puertos de la península.
( 1) Antúnez i Acevedo, parte 4,~ páj. 243.
(2)
Id.
hl.
id.
páj. 247 i 248.
(::l)
1,1.
i<l.
id,
pájinas 247 i 24.8,
DE LAS IDEAS ECONóMICAS.
181
El llamado "derecho de avería" era un impuesto distinto
del de almo:arifazgo, que se repartia o cobraba a prorata sobre
el valor de los cargamentos del comercio con las colonias, así
en los puertos de España como en los de Indias, para pagar
los gastos que hacian las flotas a armadas que protejian i custodiaban a los buques a goleones empleados en este comercio.
Por cédula de 7 de junio de 1644, que es la lei 43, tit. ~.
lib. 9. R de I, .~eredujo este impuesto a la tasa uniforme de
doce por ciento para el ga8to de cada viaje ordinario, i se man~
dó que si el gasto causado en el despacho de la flota saliese a
mayor cantidad, tal exceso lo pagaria la Real Hacienda.
Por cédula de 11 de marzo de 1660 se abolieron todos los
derechos con que estaban gravados cloro, plata, frutos i mercaderías coloniales a su entrada en España, con tal que el comercio contribuyese para los gastos de las armadas i flotas con
Jas cuotas siguientes:
El del Perú con
350,000 ducados.
El de Nueva España con
200,000
id.
El del Nuevo Reino de Granada con.. 90,000 id.
La Real Hacienda contribuiria con 150,000 ducados para
completar los 7DO mil que se computaron suficientes para el
mantenim:ento anual de las flotas destinadas a la proteccion
del comercio de Indias. (*)
En 1667 se redujeron ::t 40 millas 90 mil ducados impuestos al comercio del Vireinato.
En las capitulaciones insertas en ln. cédula de 18 de julio
de 17:12 se suprimió el cobro de aquellas contribuciones, con.
tentándose la corona con el ofrecimiento qne el comercio español hizo de contribuir con el cuatro por ciento sobre todos los
caudales que se condujesen de América. en oro i plata.
Por último, en el reglamento del comercio libre de 12 de
octubre de 1778, se redujo la contribucion al medio por ciento
sobre la plata., como ya la estaba en elora; i mui probable.
mente éste era el oríjen de la contribucion que con el nombre
de "aver:a" se encuentra ell el Estado de ingresos de las rentas del Vireinl1.to anexo a la Memoria de mando del Virei
Montalvo en 1818.
La alcabala gravaba todas las ventas, trueques i cambios,
así de las mercaderías que se traian de España, como de todas
las cosas que se cojieran i criaran, vendieran i contrataran, de
labranza, crianza, frutos de granjería, tratos u oficios o en otra.
cualquiera forma (leyes 2 i 14, tit. 13, Iib. 8,° R. de I). Se
( '1<)
Antúnez i Acevedo, pájina 201.
182
APUNTAMIENTOS/SODRE
LOS PROGRESOS
cobraba pues alcabala en las aduanas por derecho presunto de
consumo, i la lei 29 del mismo título i libro, di¡:ponia que todas
las ventas i trueques de cua.lesquiera bienes raices, muebles o
semovicntes que causaran alcabala, se hicieran ante escribano.
Los quintos de oro i plata constituían el ll..rbitrio predilecto
del sistema fiscal de la colonia: eran el Dorado del Tesoro
Espafiol en estos paises; de tal manera. que ningun otro im.
puesto se encuentra. tan cuidadosamente rodeado de precaucio.
nes, penas i requisitos para su puntual exaccion como éste.
El rei de Espafia se consideraba duefio nato de todas las
minas de metales i piedras preciosas que encerraba el suelo de
América,.i por eso la lei de los Reyes Católicos espedida inme_
diatamente despues del descubrimiento, en Medina del Campo
a 5 de febrero de 1504, dice así: " mandamos que todos los veci.
noS i moradores de nuestras Indias, que compren o saquen en
cualquier provincia oro, plata, plomo, estaño, azogue, hierro u
otro cualquier metal, nos paguen la quinta parte de lo que
cojieren o sacaren neto; que nuestra voluntad es hacerles mer.
ced de las otras cuatro parries, en consideracion a los costos i
gastos que hicieren &."
Fuera de la exaccion de la quinta parte del metal debia.
paga~se uno i medio por ciento de derechos de fundicion, ensaye 1 marca.
Las Jeyes 47 i 49 tit. 10, lib. 8.° de la R. de l, dadas en
1559 i 1622, imponian la pena de perdimiento de todos los
bienes al indio o espafiol que tuviera, recibiera o usara de oro,
plata o pieùras sin quintar.
En la memoria del Virei Mendinuetn, presentada a.su suce.
sor en 1803, se dice que para alivio de la minería habia creido
conveniente conservar a. los mineros la rebaja de que disfrutaban en los derechos de quinto i covo, i aunque no hemos en.
contrado en ninguna. parte el texto mismo de la. lei que hizo
la. rebaja, nos atenemos al testimonio del historiador Plaza que
en la pájina 362 de su obra dice: "Suavizóse andando el tiempo este impuesto, i qued6 reducido al tres por ciento en el
oro, al seis por ciento en la plata, i al cinco por ciento en el
cobre i demas llletales."
El estanco del tabaco fué establecido en el tiempo del Vi.
rei Mejía de la Zerda en 1772, i producia ya en ese año, segun
leemos en la Memoria que presentó a su sncesor, $100,000 de
ingreso líquido 11.1 Tesoro colonial.
DE LAS IDEAS ECONÓ1tfICAS.
183
El tributo de indios ,'ariaba en cada circunscripcion. Ln.
lei 21, tit. 15, lib. G.o R. de 1. mandaba que la tasa se hiciera.
despues que los tasadores asistieran a una misa solemne del
Espíritu Santo que alumbrara sus entendimientos) "dejando a.
los indios con qué poder pasar, dotar i alimentar sus hijos,
reserva para curarse en sus enfermedades i suplir otras necesi.
daJes comunes." Solo pagaban el tributo los varones desdo 18
hasta 50 años, i conforme al testimonio del historiador Plaza,
piÍjina.391, la cuota ,ariaba de 3 hasta 6 pesos por individuo.
De la ominosa i bárbara contribucion del diezmo, que re.
caia sobre los proùuctos brutos de la agricultura i de la gana.
dería, el Estado tomaba dos novenos que se llamaban reales,
deducidos de la mitad de la gruesa decimal. Posteriormente se
mandó dedl.cir de toda la masa otro noveno que se llamó de
consolidacion. Se sacaba tambien una cuota para el seminario
de nobles de Madrid, i otra para la órden de Oírlos III.
En la ~Iemoria de Hacienda presentada por el señor José l.
de Márquez a la Convencion Granadina de 1831, encontramos
el importante dato del producto de los diezmos del Arzobispado en l(lsaños de 17VO a 1805 que fué el siguiente:
1790 ...•..............................................
$ 195,748.
1791. ............................•.....................
1792
1793
1794
oo
167,867.
191,718.
216,121.
200,160.
279,562.
280,966.
286,996.
304,350.
301,834.
••••••••••••••••
1801. ...............................•..................
1802
1803 ...............................................•...
1804 ..............•...................................
1805 ..................................................•
*
Total de los diez años ..... fuertes 2.425,652
Estas cifras representan el producto líquido que dieron 109
remates en la Tosorería del ramo; i come en una contribucion
tan vejatoria, tan odiosa i tan mal administrada, DO puede cal.
eularse, como la afirma el señor Castillo i Ra.daen la pájina 3
de su Memoria de Hacienda de 1823, que entrara más de un
quinto de la que se arrancaba al contribuyente, resulta que
en solo la. contribucion decimal, i en solo la eircuscripcion del
arzobispado de Bogotá, la Iglesia imponia a la agricultura un
sacrificio bárbaro de mas de un millon de pesos por año; en
lo~ tiempos en que esos mismos pueblos sumidos en la miseria.
i en la. ignorancia no tenian ni un camino ni una escuela.
•
184
APUNTAMIENTOS
SOBRE LOS PROGRESOS
Por el mismo tiempo, al clero en cuyo provecho se esqui!maba la tierra, no la animaba ya Ulla chispa del espíritu relijioso, que tanto valor habia infundido en otros tiempos a los
misioneros católicos, para llevar a las tribus salvajes la luz del
cvanjelio.
Hablando del abandono que las 6J'denes relijiosas habian
hecho de los pueblos de Pecunté i la Ceja, que servian de escala a las misiones de la Goajira i los Andaquíes, decia el Virei Mendinueta a su sucesor la siguiente: "debo decir u y, E.
con admiracion, que practicadas por el espacio de dos afios las
mas activas dilijencias para encontrar misioneros entre el clero secular i regular de esta Di6sesis i la de Popayan, no se ha
conseguido ni U?W sow: únicamente ~e ha respondido por todos
que no tienen individuos que poder franquear para el ministerio de conversores, i vi~ndo apurados todos mis esfuerzos, he
tenido el dolor de dejar abandonados aquellos dos pueblos, i
de acordar dar cuenta de ello a S. M. con testimonio del espediente, impetrando el envio de misioneros." Relaciones de
.Manda pájina 433.
I
Llamábase bulas de cruzada el producto de la venta de
estas bulas, que dejaron las empresas caballerescas de la edad
media para rescatar el santo sepulcro ..
Oficios vendibles era el producto del tráfico que se hacia
vendiendo el derecho de desempefiar en propiedad ciertos destinos.
Medias anata8 era. la contribucion concedida desde 1754
por los Papas, a los Reyes de Espafia, para que los promovidos
a dignidades eclesiásticas dejasen la mitad de sn renta del
primer afio, en favor del fisco.
Mesada, eclesiástica era la duodécima parte de la renta. de
un afio, de todos los individuos beneficiados del clero, desde el
arzobispo hasta el último párroco, que se dejaba en favor del
fisco.
Finalmente el monopolio coronaba este edificio fiscal de
pequefieees i descuentos: él era el gran recurso de los fina.ncistas españoles. Apénas asomaba a la superficie de la tierra.
o del comercio algun fruto que prometiera convertirse en una
produccion valiosa, cuando le caia para. ahogado la codicia del
fisco. "Trascendiendo mi celo por el Gobierno de Su Majestad
en el aumento del real erario, decia el Virei Guirior en su
Relacion de mando, espuse con fecha 15 de mayo de 1773 la.
importancia de estancar la quina que rroduce este Reino, de lo
cual resultaría. un beneficio a. la rea Hacienda, comparable
DE
L!l.S lDJ<;AS
ECONÓ1IICAS.
solo al que logran los holandeses
1 8.j
en las especerías del Orien.
te." ("')
La ignorancia en estas materias era tan crasa, que un hombre por otm parte tan ilustrado como el Arzobispo Caballero
i Góngora, que en su Memoria de mando se revela como un
hombre ùe Estado que conoce las fuentes en que se elabora la
riqueza de b.s naciones, renovó con ahinco la solicitud a la
Corte para el estanco de la quina. "Parece, decia, que la mis_
ma naturaleza indica el estanco de este precioso febrífugo, con
producirlo esclusivamente este Reillo, sin ocurrir a esta de vastacion que los holandeses ban ejecutado en las Indias Orientales, para reconcentrar en la isla de Ceilan la canela que toman
de su mano todas las naciones. Poniéndole un precio equitativo
produciria líquiJo a la Real Hacienda 8M8,162."
.
En su admillistracion
se monopolizó para el fisco la es portacion del prolo bmsilete, de que se componen h. mayor parte
de los montes de Santa marta, Riohacba i Valledupar.
El Virei Espeleta, que tan probo i hábil administrador
se
mostró en el Gobierno del Vireinato, rechazó con firmeza estas
sujestiones: la historia debe bacerle justicia. El siguiente ac:ipite de su Relacion de manda le harÜ~ honor a un financista de
nuestro tiempo: "El señor Arzobispo Virei, dice, propuso el
estanco de quina por cuenta de la Real Hacienda, i aunque Su
Majestad no la La resuelto, con viene decir aquí que no es conveniente, como tampoco el de ningull otro fruto a produccion
del Reino: qne :lntes bien se deben dejar en libertad para que
los esporte el comercio; i que en la satisfaccion de los moJerados impuestos que, 8e les carguen a su entrada a los puertos
de la Metrópoli encontrará el Rei mas seguras ntilidades que
culos estancos demasiado dispendiosos para la Real Hacienda,
i mal recibidos Jel público."
De las :.\'lemorias de los Vireyes tomamos Jas únicos datos
que han llegado basta nosotros, sobre el producto que tuvierou
en los últimos veinte años del siglo pasado bs rentas i contribuciones del Vireinato, i el movimiento de su escaso comercio
esterior.
El taba.co dejó en el cuatrienio de 80 a 84 un producto líquido de $ 1.149,095; i de 84 a 88$ 1.270,057.
Los productos de la renta de aguardientes en el mismo tiem.
po fueron, de $ 1.153,OD5 en el primer cuatrienio i $ 1.164,86G
en el segt:ndo.
La aduana de Cartajena,
que era la principal, produjo en
( *) R()Ir.ciones ti e Maudo,
páj. 160.
186
APUNTAMIENTOS
SOBRE LOS PROGRESOS
~l año de 83, despues de la publicacion de la paz, $ 270,242 ;
en el año de 88 $ 296,374.
El producto de los ramos de alcabalas, tributos, salinas,
sisas, quintos de oro i plata, novenos de diezmos i otros muchos
que se cobraban en la.s 18 cajas reales del Vireinato, la calcu.
laba el señor Caballero para el año de 88 en 2 millones de pe.
sos, cantidad, dice, que parecerá excesiva, pero que es aun
mayor.
Las rentas del Vireinat~ ascendian,
pues, en su tiempo,
cosa que parece increible,
a la enorme suma de 4.154,025,
escluyendo como dice el Virei
800,000 de gastos ordinarios
i estraordinarios
de administracion
i produccion de las rentas
estancadas, pues repite "que los cálculos han jirado sobre las
utilidades líquidas deducido todo gasto."
En un quinquenio
contado de 1784 a 1788, dice el señor
Espeleta, se introdujeron en Cartajena jéneros, frutos i efectos
de Europa por valor de
11.292,779, i en el otro de 89 a 93
por $ 8.263,747.
Las esportaciones segun el mismo documento ascendieron
en el primer quinquenio
a $ 10.817,110, í en el segundo a
$ 10.235,482.
La aduana de Cartajena produjo líquido en 1789, $ 251,275
i en 1795 descendi6 a $ 94,262.
Los aguardientes
produjeron
en el quinquenio de 86 a 90
!í(luido $ 1.727,357.
Las alca balas produjeron en el año de 91 $ 71,818; i subie.
ron en 95 a $ 75,708.
Del producto de las salinas no habian podido obtenerse
datos esactos.
Durante
el primer semestre de 1802, que son los únicos
datos que sobre el movimiento del comercio esterior trae la
Memoria del señor Mendiuueta,
habian entrado en Cartajena
solo 10 buques con mercancías por valor de medio millon de
pesos, i habían salido 25 con $ 1.500,000 en moneda i barras,
i $ 634,823 en frutos del pais.
La arluana de Cartajena produjo en el quinquenio de 1796
a 1800 $ 373,483, cuando en el quinquenio de 91 a 95 habia
producido
756,575. Los Vi reyes se quejaban ya del estenso
i sostenido contrabando qne se hacia por aquella costa.
La aduana de Santamarta
produjo líquido en el mismo
quinquenio de 96 a 800, $ 11] ,356.
Esta decadencia provenia tambien de la interrupcion
del
comercio con motivo de la guerra europea. ..
EL estanco de aguardientes produjo líquido en el mismo
quinquenio $ 1.486,786, lo que daba un aumento de $ 344,594
comparado con e"producto del quinquenio anterior .
1
*
*
*
*
.
IlE LAS IDEAS ECONÓMICAS.
187
Los estancos de tabaco i pólvora dieron en el mismo tiempo,
cI primero $1.834,281, i el segundo $ 57,358.
Las alcabalas, que de 91 a 95 dieron en un año comun
$ 71,694, produjeron por término medio en cada uno de los
años de 98 a 802 $ 108,992.
Por la que hace a los productos de estos impuestos en lOB
últimos diez años de la colonia, solo tencmos dos documentos
que son: el Estado anexo a la Relacion de mando del Virei
Montalvo, fechado en Cartajena a 30 de enero de 1818, de los
ingresos que tuvieron las rentaS del Vireinato en 1808 i 1809 ;
i £'1 cuadro comparativo de los productos de los mismos impues..
tos en 1801, i en un año comun de los que le precedieron, trabajado por el señor Soto, anexo a su .Memoria de Hacienda de
1837; pero ámbos documentos son defectuosos, porque una
parte considerable de los ingresos figura con el nomhre de
"Hacienda en comun" i "Recaudado por las Tesorerías de pro.
vincia," en cuya suma se comprende una parte ùel proùucto
de cada contribucion i de cada renta.
Sinembargo, de esos datos nos' servimos para formar el
cuadro número 1.0 de los anexos a esta Memoria.
Aunque referente solo a los progresos de las ideas econó.
micas con aplicacion a las finanzas del pais, la parte de este
lihro relativa a la Administracion colonial, seria no solo
deficiente sino injusta, si terminase sin hacer mencion de los
trabajos de dos hombres de Estado, que brillan por sus luces
i por su talento, en medio de aquella atmósfera entenebrecida
por la ignorancia. Aunque para hacerles justicia hubiera necesidad de apartarse un poco del órden de ideas en que se encierra este libro, ¡:eria preciso incurrir en este desvío.
Prescindiendo de las ideas políticas a cuya causa servian, i
de las cuales no podemos pretender que ellos se hubieran sus.
traido, las Memorias de mando de los Vireyes Góngora i Es·
peleta, revelan un cauda.l de conocimientos, i un espíritu de
adelanto i de progreso, mui superior a su época.
El Arzobispo Virei fué el primero que concibi6 el pensa.
miento, verdaderamente audaz en aquellos tiempos, de dar
nueva direccion a la educacion de la juventud, rompiendo las
cadenas en qne la tenian aprisionada la teolojía i la peripatética, i sefialándole por término de sus estudios todo el campo
do la naturaleza. Él sostuvo una lucha enérjica i tenaz por
secularizar la instruccion secundaria, arrancándola del claustro de los padres dominicanos, a cuyo cargo estaba la Univer.
188
APUNTAMIENTOS SOBRE LOS PROGRESOS
sidad del Reino. El formó el plan, reunió los recursos pecuniarios i propuso a la Corte la formacion de una Universidad
pública para el estudio de las ciencias naturales. Él comprendió los peligros i los vicios econ6micos i sociales de un sistema
de educacion en que solo se abren a. la juventud las mui nobles, pero frecuentemente estériles carreras del profesorado en
ciencias políticas.
" Todo el objeto del plan, dice en su Memoria, se dirije a
sustituir las útiles ciencias esactas, en lugar de las meramente
especulativas, en que hasta ahora se ha. perdido el tiempo
lastimosamente j porque un Reino lleno de preciosas producciones que utilizar, de montes que allanar, de caminos que
abrir, de pantanos i minas que desecar, de aguas que dirijir,
i de metales que depurar, necesita mas personas que sepan
conocer i observar la naturaleza i manejar el cálculo, el compas i el nivel, que de sujetos que crean i entiendan el ente de
razon, la primera materia i la forma sustancial."
El señor Góngora organizó i despachó la espedicion botá·
nica que tuvo por jefe al sabio Mútis, cuyos trabajos han
sido el punto de partida de los estudios posteriores, i los que
revelaron al mundo científico las maraviUosas riquezas naturales con que Dios dotó nuestro suelo.
Él propuso que se enviaran a sus espensas dos mineros
instruidos en los métodos de fundicion practicados ên las millas de Suecia i Alemania, con el fin de difundir sus conocimientos en el pais. La ignorancia de nuestros minero~ habia desacreditado las empresas de minas de plata, por la poca utilidad
que dejaba el dispendioso método de amalgamacion que anti.
guamente se practicaba. Por instancias suyas la Corte envió al
mineralojista don Juan José D'Eluyar que conocia los últimos
progresos ùe la ciencia por su estudio en las minas de Alemania. Por los nuevos métodos de fundicion, que el señor
D'Eluyar aplicó a las minas de Mariquita, se verificaba en
cuatro horas, pudiéndose repetir dos veces al dia, la operacion
en que ántes se gastaban diez dias; podia estraerse de una
vez toda la plata, cuando por el método antiguo se perdia uua
tercera parte entre el mineral, i se ahorraban las tres cuartas
partes del azogue que ántes se empleaba en la amalgamacion.
Las considHraciones económicas que hoi nos han decidido
a construir el camino ùe Bogotá a.l Magdalena por la via del
Norte, en direccion al Carare, las comprendió el señor G6n.
gora. con admirable claridad desde aquella época.
Lástima que sobre la memoria de este hombre pese la
sacrílega violacion de las capitulaciones de Cipaquirá i la
sangre de los comuneros del Socorro!
~iguiendo el señor Espeleta las huellas progresistas del
DE LAS IDEAS ECONÓ:mCAS.
189
señor Góngora, se ocupó en dar algun impulso a la instruccion
pública, fundando escuelas de primeras letras en los barrios
de la capital; construyó con un gasto de mas de 100 mil pesos
el magnífico puente del Cornun, sobre el rio Bogotá, i dejó
formado el proyecto para la construccion del de Balsíllas, o
Puente-grande en el camino del sur.
Comprendiendo la importancia de la via del Carare tuvo
solícito empefío en la reduccion de la tribu de los Yariquíes,
cuyas constantes depredaciones eran el obstáculo principal
para mantenerla espedita i darle la preferencia sobre la de
Honda. " Es tan importante este camino, dice en su Memoria,
que por él se evitan los riesgos del rio Magdalena, ¿esde el
estrecho de Carare hasta Honda, se abrevia la conduccion de
los cargamentos de Europa al interior del Reino, i se facio
lita la esportacion de las harinas de Leiva, azúcares i dulces
de Vélez, algodones i manufacturas bastas del Socorro i San
Jil, que son los lugares mas poblados i mas abundantes de
frutos de estas provincias."
CAPITULO III.
La epoca colombiana
de 1821 a 1830.
La época. de 1810 a 1821, en que se constituyó la. Repú.
blica de Colombia, no tiene historia fiscal. Seria completa_
mente injusto pedir cuenta d~ reformas econ6micas, o de in.
version de caudales públicoR,a los hombres de Estado i a los
guerreros que 'conquistaron la. independencia i libertad de la
América del Sur con el esfuerzo de aquella epopeya inmortal.
Reasumamos, ~ues, el hilo de nuestra relacion en los trabajos
del Congreso Constituyente de 1821.
Solo rebajándolas de su importancia trascendental, a la
categoría de simples reformas económicas, encontramos en la
época colombiana de 1821 a 1830, tres medidas que merezcan
señalarse Il. la consideracion pública en este órden de ideas,
a saber: la lei de 19 de julio' de 1821 sobre libertad de los
partos, manumisiou i abolicion del tráfico de esclavos; la de
28 del mismo mes i año sobre supresion de. conventos menores
i aplicacion de sus bienes a la enseñanza pública; i la famosa
lei de 7 de julio de 1824 sobre estincion de mayorazgos, vin.
culaciones i sustituciones.
Combatiendo a un tiempo contra los ejércitos del Rei de
España, i contra las resistencias que a toda medida de progreso
oponian los innumerables partidarios del antiguo réjimen, (quo
vencidos en los campos de batalla, emprendieron desde el dia
siguiente al de la derrota, esta lucha tenaz en que alin se les
ve mantenerse, para reconstituir bajo el disfraz de b República las mismas posiciones de escepcion i de privilejio que les
daba el réjimen colonial), el Congreso Constituyente no pudo
afrontar de lleno las preocupaciones de la sociedad, i no se
atrevió a consagrar sino a medias los principios de las dos
grandes medidas que hemos enunciado. Junto con las vinculaciones civiles de los mayorazgos, debieron haberse estinguido
desde entónces las vinculaciones eclesiásticas de los patronatos
i capellanías. I en vel':de abolir de un golpe la esclavitud, la.
lei tuvo que contentarse, para no comprometer la tranquilidad
pública, como dice uno de sus considerandos, con declarar simplemente la libertad de los hijos de las esclavas que nacieran desde el dia de su publicacion; con prohibir de una manera
DE LAS
IDEAS
ECONΡMICAS.
lIH
absoluta este infame tráfico, i con establecer una contribuciou
moderada sobre las herencias para la manumision paulatina de
los esclavos.
La completa abolicion de la esclavitud debia hacerse esperar treinta años más, hasta 1850; i es realmente vergonzoso
que despues de medio siglo no se haya podido aun complementar el pensamiento económico de la lei de 1824, estinguiendo
las vinculaciones eclesiásticas. El elemento aristocrático pere.
ció en la lucha. Un padre no puede, al morir, enlazar a los
prim~iénitos
de sus descendientes
con los vínculos de una
fortuna ~U3 se trasmita intacta de una mano a otra, i contem.
plarse aSI desde el borde del sepulcro representado
por una
posteridad que deriva de las previsiones de su orgullo, su opu.
lencia i su fuerza: la lei se la prohibe en nombre de todos sus
descendientes i de la riqueza pública en jeneral;
pero sí es
permitido que uno asegure por toda la eternidad la subsistencia
de los representantes
de su alma a de alguno de los santos del
Reino de los Cielos.
Por la que hace a las ideas económicas propiamente dichas,
los errores de la teoría de la balanza de comercio i del sistema
restrictivo,
estaban tan arraigados en aquellos tiempos, que ni
el señor Castillo i Rada, a quien veramos descollar como un
jigante sobre el nivel de su época, pudo sustraerse de ellos.
Allejislar
sobre el comercio esterior, el Congreso Constituyente cometió el nunca bien deplorado error, de fundar, en
busca de la creacion de una marina nacional, los derechos
diferenciales,
i en busca del adelanto de la industria. nacional, el sistema restrictivo.
La lei de 28 de setiembre de 1821 consolidó en lID solo
derecho de importacion todos los derechos de entrada conocidos
anteriormente
con varin.s denominaciones;
i dividió las mercaderías estranjaras
para este efecto en siete clases, a saber:
1.· el fierro, el cobre i los metales en barras que pagarian un
15 por 100; 2: los tejidos de algodon, lana, lino, cáñamo i
estambre que pagarian 17 t por 100; 3: los sombreros, la
esperma i el sebo manufacturados,
los vinos, las sillas de mon.
t~r, la loza, i los cristales i vidrios que pagarian 20 por 100;
4.~ los jéneros de seda, los encajes, joyas, perfumes, espejos i
artículos de lujo que pagarían 22; por 100; 5: el calzado,
los muebles, los vestidos i ropae hechas, las harinas i los ali.
mentas preparados que pagarian 25 por 100; 6.8 el aguardiente i los licores de uva i caña que pagarían 35 por 100; i 7,"las
otras mercaderías no espresadas en las clasificaciones anterio.
res, que pagarian 20 por 100.
Para protejer la agricultura fueron declarados artículos de
192
APUNTAMIENTO S SOBRE LOS PROGRESOS
prohibida importacíon, bajo pena de pérdida del cargamento,
el cacao, el café, el aliil, el azúcar i las mieles.
Estos derechos eran para las importaciones que se hicieran
en buques nacionales. Las que se hicieran en buques estranjeros estaban sujetas a un recargo de 5 por 100. Se rebajaria 7!
por 100 a los cargamentos que se introdujeran en buques na.
cionales, i 5 por 100 a los que vinieran en buques estranjeros,
siempre que procedieran directamente de puertos de Europa.
Por la lei de 23 de junio de 1823 se hizo estensiva esta re.
baja a los buques que procedieran de los Estados Unidos de
América.
Las leyes de 2 de agosto de 1823 i 13 de marzo de 1826
conservaron con pequelias variaciones la misma clasificacion
de mercaderías para el co~ro de los derechos, i las mÍi;mas dife.
rencia.s, segun que la importa.cíon se hiciera en buques nacionales o estranjeros, i que estos procedieran de colonias, o di.
rectamente de los puertos de Europa i Estados Unidos de
América,
La Inglaterra se sustrajo a los derechos diferenciales por
los artículos 5,° 6.° i 7.° del Tratado de 18 de abril de 1825,
que estipuló la igualdad absoluta de derechos para las importaciones i esportaciones recíprocas en buques colombianos o
británicos. Pero como estaba estipulado por el artículo 3.° del
Tratado de Amistad, Comercio i Navegacíon entre Colombia i
los Estados Unidos, qne los ciudadanos americanos no pagarian
otros o mayores derechos que los que pagara la Nacion mas
favorecida, el Poder ~jecutivo declaró con fecha 30 de enero
de 1826, que las importaciones i esportaciones hechas en buques americanos quedaban igualadas en todo a las que se hi.
cieran en buques nacionales.
La lei de 29 de setiembre de 1821 consolidó en uno solo
los derechos de esportacion, i los arregló de la manera siguien_
te: eximióse por 10 alios del pago de t{)do derecho al café,
algodon, azúcar, mieles, aguardiente i maderas de construccion.
Los cueros, el cacao i el alii!. pagaban 10 por 100 ad valorem;
las mulas i caballos 15 pesos por cabeza; el ganado vacuno
12 !pesos por cabeza.
Las leyes posteriores de 10 de julio de 1824 i 13 de ma.rzo
de 1826 mantuvieron con pequelias variaciones los mismos de.
rechos de esportacion sobre los articulos gravados por la lei de
1821. La última de aquellas hizo estensiva la esencion de
derechos, a la quina, el arroz, el maiz i demas granos alimen.
ticios.
Con respecto al comercio de metales preciosos, las leyes
colombianas mantuvieron laB lllismas rigurosas prohibiciortes
de las leyes españolas. La. lei de 10 de julio de 1824 prohibió
!
Dy.; LAS
IDEAS
ECONÓMICAS.
lD3
J.e una manera nhsoluta lu. esportacion de la plata amonedada
o en pasta, i la del oro en polvo o en barras.
Permitió¡;c h. esportacion del oro amonedado pagando 3
por 100.
Para prennir
el fraude de ln. esportacion clandestina del
oro, la lei de 20 .le setiembre de 182l conservó el absurdo derecho conocido ea las leyes españolas con el nombre de cstmc.
cion píYJsuntc;, el cual se c:msaba a la importacion de las mer.
caderías i efectos cstral1jeros, cuyo valor no se hubiera rejis.
trado de antemano en las aduan2.s, en oro amonedado. Para
no causar eS~3 derecho em necesario acreditar que las mercancías habian sido compradas con el producto de otros frutos de
esportacion.
En el sistema tributario
heredado dû la colonia se hicieron
las siguientes variaciones:
El Congr3so de J 821 abolió los derechos de sisa i esporta.
cion interior, qüe se causn.ban sobre ~odos los frutos que se
conducian de puc>blo a pueblo i de provincia a provincia.
Suprimiú3c b alcabala en todas las ventas de las produc.
ciones del pais, dej{mdola. reducida al 2 i -} por 100 cnla venta
de bielles raices, hasta quo el Poder Ejecutivo, a excitacion
del jencral Bolívar, dió el decreto de 7 de setiembre de 1826,
suspcndienùo las leyes sobre contribucion
directa i restahle.
ciendo la alcabala al mi~mo pilS eu que se hallaba ántes de
1821, es decir :~ uu 5 por 100. Lu. lei de 26 de setiembre de
1827 ordenó despu('fl se cobrara dicho impuesto a un 4 por 100.
Abolióse el tributo de indios por la memora?le i filantrópi~
ca lei de 11 de octubre de 1821; pero el .ieneral Bolívar la
restableciú por decret.o dictatorial de 15 de octubre de 1828.
La lei dG 26 de octubre de 1821 suprimió el efltanco de
aguardientes
en Nueva Granada i Ecuador, i mandó cobrar,
como estaba en Venezuela, un derecho de destiladon i venta por
menor; pero el jeneraI Bolívar restableció el estanco en los
departamentos
del Centro i Sur al pi6 en que estaba antigua.
mente, por decreto dictatorial
de 14 de marzo de 1828.
La lei de 28 de mayo de 1825 suprimió la contribucion de
medias anatas, anualidades
i mesadas eclesiásticas; pero el jeneral Bolívar la restableció por decreto dictatorial
de 28 de
julio de 1828.
Monopolizúse por cuenta del Gobierno el comercio de la
platina. Defleando Colombia tener una moneda especial, decretó su acuñacion, dándole a cada onza de platina purificada
el valor ùe cuatro fU~l'tc~. Se acuñaría!.'. monedas de valor de 4,
13
194
APGN'l'A:MIEN'l'OS SOBRE LOS PROGRESOS
2 i 1 peso. Tambien se mandó emitir moneda de cobre del valor
de un cuartillo i medio cuartillo;
pero estas leyes DO pudieron
cumplirse.
Por la lei de 29 de setiembre de 1821 se mandó conservar
en toda la República el estanco del tabaco, corno la estaba
bajo el Gobierno español. Igual cosa se dispuso por la lei de 7
de julio de 1823 respecto del estan00 de la púlvora.
La gran medida financiera contra la cual se estrellaron
los esfuerzos de los lejisladores i hombres ùe Estado de aque.
lla época, fué la del establecimiento
de la contribucion directa.
El señor Castillo, que fuó el padre de la idea i el que la impul.
s6 con todo su vigor, procedia en esto guiado por un senti.
miento de probidad. El deseaba aliviar de parte del peso de
los impuestos a la masa de la clase menesterosa,'que
era la
que hasta entónces los habia soportado. "Los impuestos directos, decia en su Memoria de 18:33, igualan a los ciudadanos en
la contribucion como lo estíÍn en los derechos;
i esta igualdad
no es grata ni provechosa a ciertos hombres, que acostumbra.
dos a no hacer desembolsos en beneficio de la República, quieren sacar todas lai; ventajas de la independellcia, dejando todas las cargas a la clase que nunca pudo evitar las contribu.
ciones, i sobre la cual pesaron cruelmente las indirectas.
Es.
tos hombres han sido los cllemigos de ln. lei, los que han predicado contra ella i han logrado hacerla ineficaz i poco o nada
proùueti va."
~l señor Castillo i los lejisladores colombianos preocupados
de la justicia abstracta a meramente
especulativa dè la distri.
bucion del impuesto directo, ignoraban, (porque es la esperieu.
cia de los últimos 50 años del siglo la que ha venido a demos_
trado ), que la forma del impuesto no es cuestion de s·i.stema,
sino cuestion esperimental, que se resuelve por el estado industrial i económico de la soci.,dad a que se aplique.
La forma del impuesto directo está en razon directa del
estado de civilizacion de cada pais; i si los pueblos colombia.
nos lia estaban tan atrasados que necesitaran
conservar un
sistema
tributario
inquisitorial
i vejatorio,
deteniendo
al
hombre en todos los actos de la vida civil i a la propiedad en
todos sus cam bios -i en todas sus trasmisiones, no estaban tnm.
poco tan civilizados i tan ricos que pudieran hacer pesar la ma.
yor parte de sus gastos sobre la propiedad raiz, que aun est.'Í mui
léjos de tener el valor que la seguridad i la publacion Je dan
en Europa i los Estados opulentos del Norte i del Este de la
Union Americana.
Es a medida que se desarrollan la riqueza i la poh1acioll; a
mediùa que crl.lCe b diversidad de profesiones; a medida quu
1::)5
por la. division del trabajo las rentas i los capitales tienen pasos obligados donJe pueden iiJventariarse;
a meùiùa que la
tierra, ese fon¿;o comull dando van a capitalizarse todas las
economías, crece en valor; es a medida que eso sucede, que el
lejislador pueùe ir como con una sonda profundizando el imllUesto directo. Los Estados Uuiùos nos ofrecen a este respecto el tablero mns variaùo i la escab mas correcta pam demostrar la eSJ.ctitull de este I)rincipio, a medida que se pasa de los
Estados agrícoL.s ¿el Sur, a las opuleubs
poulaciones manufactureras i comerciales del Norte i del Este.
Pero el señor Ca;;tillo, arrehatado por su amor a la justicia,
no veia que iba Il caer en el escollo de la arbitrarieùnd
de la
reparticion del im¡lllûsto directo, en Ull pais sin catastro i Sill
base alguna m;i~m',ble para F11 imposicion . .Este sed. siempre el
gran ohst~iculo para la imposicion de lM contrilmciones direc_
tas: que ellejisbdor
carecerá siempre de medios para avaluar
los capitales o las nmtas de los individuus, al paso que éstos
tendrán siempre, cn todas las \:pocas i en todOi! los paises, un
gran interes ne,tural en hacer del verdadero estado dc su fortuna UllO de sus mas in violahlcs secreto;;; i así la gran vcntaja
preconomi;o;adfl. por los economistafl, de la proporcionalidad
del
impuesto dircdo, carece de fundamcilto desde que es poco
múnos que imposil)le acercarse a esa distrihucion.
El proverbio inglés que dice: "la que disgusta no es pagar
la cOlltribllcioll sino verle la cara al recaudador,"
hará siempre
da las eOlltriuucio/lCS indirectas, moderadas en su cuota, que no
entraben la illdustrifl. i que recuigan soùre artículoB ùe estcllso
consuma, uua de las formas IllUSaceptahlos de imposicion eu
todos los pueLlos del mundo.
La primenl, lei lIUO so espidiú ¡;olJre Ill. materia fué la do
30 de setiemhre de 1821, que ~ravaha con diez por ciento todas
las rentas provenientes del empleo de capitales raices i flotantes; con dos i meùio por ciento las rentas industriales Je 150
a 1,000 pesos; i con tres por ciento las de 1,000 en adelante.
Esta lei encortró dificultades insuperahles para su c.iecucioll,
tauto que uno de los primeros actos del Congreso de 1823 fuó
mandarla
suspellder, decretando en su lugar un subsidio estraordinario entrc las personas pudientes,
cn una. escala que
variaba. <.lesde 1 ha.sta 180 pesos de imposicion, conforme a hs
reglas dadas poe la lei de 31 de mayo ùe ese año,
La lei de 4 do maya de 1825 reformÓ la lei de 1821, re<.ludeudo 01 impuesto a las reùtas provenieIltes de capitales i
tiorra.s; autoriz!í al Poder Ejecutivo para. formar el catastro
sin sujecion a ~as reglas de la. lei anterior, i para rebajar pru(kllCiullllente has~a nna 5. parte de las CHotas que lag juntas
%Iilicadom~ ü.siguaru.n a los ~ontriullyelltcs. l'cru tOllo ell nll1o.
A
HlG
APU~TA:MIE~TOS
SOBRE LOS PIWmŒSOS
Puede uno fácilmente imajinarse ln. magnitud i la imposibili.
dad de esta tare:¡ en el vasto territorio de Colombia I
Finalmente, él último esfuerzo hecho en este sentido fué
el de la lei de 11 de maya de 182G"estableciendo la contribucion de patentes industriales, con 22 clasificaciones, que grao
vaban desde el comerciante por mayor, el mercader, el abogado, el médico i el empleado, basta los últimos artesanos i
pulperos; i que tampoco pudo cumplirse.
Estas leyes fueron una de las causas mas vivas de la impopularidad del Gobierno constitucional, i el asidero mas fuerte
que encontró la reaccion contra las instituciones, encabezada
por el jeneral Bolívar a su vuelta del Perú.
Pasando ahora de las leyes a las ideas, nadie que estudie la
historia <le aquella época baIlará cxaíerado decir, que el señor Castillo, sólo, la llena en el 6rden económico con sus
avanzados principios, su erudicion, su probida<l i su talent{).
Es verdademmente admirable ver, que a nn hombre eduoado
en las escuelas de la colonia, le fueran familiares, i en un grado JÇl lucidez que es hoi mismo superior al nivel comun, los
principios mas profundos de la ciencia de la Economía.
"Si se quiero hacer abundante el producto de las contribu_
ciones, decia en su Memoria al Congreso de 1823, es indispensable estimular el interes do los ciudadanos i facilitarles los
medios de ejercer libremente todo jénero de industria, removiendo todas las trabas que la entorpecen.
"Todo el misterio consiste en abrir las fuentes cegadas
de la. riqueza, dando movimiento vital a la industria i al
tráfico.
"La. lei quo establece los derechos de esportacion es un
obstáculo para la prosperidad del pais, i puedo asegumr que
disminuye mui considerablemente los derechos de importacion."
Aquel grande hombre de Estado predicó la desamortizacion
civil i eclesiástica, i la aLolicion del diezmo, con un valor de
convicciones no excedido por los apóstoles de estas reformas en
la época presonte.
" El diezmo eclesiástico, decia en su Memoria de 1826, es el
primer obstáculo que impide los progresos de la agicultura.
El diezmo es una contribucion directa sobre sus productos
brutos, que no baja de un 30 por 100, i que en muchas partes de
la República excede de un 40. Debe, pues, abolirse para siem.
pre tan injusto tributo: tributo que 110se conoció en el mundo
cristiano hasta el siglo IV, ni en España, de donde nos vino,
hasta el XII; que se estendió i propagó a la sombra de la barbarie, en razon de los progresos del despotismo, i de la opinion
. que atribuia a los Pontífices i a los Reyes facultad para dispo.
11erùe los bienes'i haciendas de los particulares como de su
DE LAS IDEAS ECONÓMICAS.
1U7
propiedad; tributo que ni los Papas pudieron imponer ni los
Monarca.,; confirmar; tributo, en fin, que choca directamente
con los progresos de la agricultura, i que es el que más ha influido en la miseria del labrador."
I en otra parte del mismo documento:
" La amortizacion eclesiástica es otro obstáculo perjudicial
a la agricultura. Ya, pues, que habeis dado el primer golpe a la
amortir.ucioll civil, completad Ja obra d{mdolo tambien a la
eclesiástica. Disponed que se enajenen precisamente, i sin ad.
mitir protestas, todos Jas bienes raices amortizados, pertenezcan
a conventos, monasterios, cupellanías, cofradías, obras pía.,;,
memori:J.sde misas, casas de misericordia o colcjios, i a las ciudades i villas; por manera que no haya uno que no vuelva al
comercio de los hombres i que no pueda entrar en el dominio
particular, prohibicndo qne esas comunidades a cuerpos puedan adq niridos nuevamente por ningun título. Las leyes que
diereis sobre esto darún vida í movimiento a nna gran riqueza
que estt: muerta para la N acion, i estimularán el interes indiviùual fomcntando el cultivo i !lacicnùo amar la propiedad."
PasclI1o;;a lu. !listoría de lu N ueva Granada.
CAPITUtO IV.
De 1831'a 1846.
Al reconstituirse la l'ueva Granada en Estado indepen.
diente, la reaccion lJatnral <lelas ideas contra el inmenso de.
sórden de la administracion central de Colombia, i contra la
ll.narquí(\,de quo hahia sido presa la. República desde 1826,
debia llevar a sus gobernantes a ser profundamente conserva.
dores en todos los ramos del gobierno, pero principalmente en
todo la relativo a la Hacienda nacional, de que dependia la
subsistencia misma del Estado.
Este espíritu exajerado de órden i ùe economía, i este te.
mor o toda. innovacion, que marca con el sello del stah~ quo la
época que estudiamos, estaba en la naturaleza de hs cosas, i
en las necesidades de aquellos tiempos.
Por otra parte, aun continuaban dominando en Europa, en
todo su crédito, las funestas doctrinas de la balanza de comer.
cio i del sistema. protector: el dia no habia llegado aun para
las verdades tan sencillas como fecundas de la libertad de los
cambios. La Inglaterra QllC por tan largo espacio de tiempcr
parecia IJaber labrado su fortuna con el sistema restrictivo,
principiaba a mostrarse dispuesta a abandonarlo, por la ménos
en la relativo a los productos de la industria £abril, pues aun
mantenia en toda su cr,uel severidad las leyes prohibitivas de
la importacion del trigo estranjero. Pero las ot.ras naciones no
querian creerle : pensaban que despues de haber adquirido bajo
la restriccion 11lla inmensa superioridad, preùicaba p(~rfidamente h libertn.cl de comercio, porque no tenia ya rival en la
industria de los otros pueblos.
La~ ideas económicas de los mas adelantados estadistas neo.
granadinos de esa época, no son pues sino el refle.io, i casi pu.
diera decirse, una copia servil de las doctrinas de Ganilh ide lós
ùemas oráculos del proteccionismo europeo. La historia debo
recojerlas hoi, despues de medio siglo, para confrontarlas con
el testimonio irrecusable de los números, para. corroborar con
nuestro ejemplo la demostracion que la ciencia ha hecho, deducida de la rigurosa ohservacion de los hechos, de que esas
doctrinas léjos de estimular el trabajo nacional, de aumentar
la riqueza pública i de mejorar la condicion fiscal del Estado,
DE LAS lDEAS ECON6:mCAS.
19D
no hacen sino retardar
los progresos de la inùustria, hacerla
languidecer
en el sopor del privilejio, i mantener estancado
el desenvolvimiento
de la riqueza i de los recursos fiscales de
la nacion.
Toda la pretension de los lejisladores colombiados i grana.
dinos, desde 1821 hasta 1846, fué la de levantar las fábricas
de lienzos i mantas del Soeorro al nivel de las fábricas euro.
peas, por medio de los derechos restrictivos,
i la de fomentar
la nacionalizacion
de buques estrunjeros,
por medio de los
derechos diferenciales.
" Las artes, decia el señor José 1. de l\Lí.rquez en su Memoria de Hacienda a la Convencion Granadina
de 1831, están
bien atrasadas entre nosotros, por una consecuencia del bárbaro réji:nen colonial. Este mal proviene principalmente
de la
estension ilimitada
que se ha dado al comercio estranjero.
Esta libertad ha puesto ademas las grandes especulaciones en
manos Je los estranjeros;
j los nacionales, que no pueùen con.
tal' con tan crecidos fonùos, se ven casi arruinados. Si se quiere,
pues, vivificar el comercio interior i beneficiar a los colom.
bianos, preciso es que se pongan trabas al comercio estranjero,
pl'ohibie?ulo aùsoluta'lnente la introduccion
de varias jéneros,
frutos i efectos que se producen eu nuestro pais, i de todo
cuanto pnedan proporcionamos nuestras nacientes artes irecar·
gando de derechos a los que no siendo de necesidad sirven solo
para estender el lujo i crear necesidades facticias. Seria pam
esto mui benéfico el restablecimiento
de la lei de consignacioDes, i que les estranjeros no pudiesen vender por menor."
Los milagros que el señor Márquez esperaba del sistema.
protector, estt:n admirablemente
condensados en este otro pi.
rrafo de la misma esposicioll :
" Limitada la libertad del comercio, decia, se aumentará
infaliblemente
el consumo de nuestras manufacturas,
crecerÚn
las deœalldas, se multiplicará
la produccion, se mejorarán
nuestras f{¡bricn.s, se cultivarán las materias primeras, i queda.
rán entre nosotros los valores producidos i el valor moneda.
Por consiguiente
habrá mas riqueza. aunque no baya mas
lujo. "
Como si trabajar m':s para producir ménos, no fuera preci.
samente todo la contral'Ío de la que el hombre se propone al
aplicar sus facultades a la obra de la produccion. Creer que
una Nacion pueJe sustraerse a la pérllida natural de los valores consumidos, guardando en el pais el ùinero que ha servido
de intermediario en los cambios, i creer qne es posible vender.
le al estranjero sin comprarle sus productos, tales fueron las
ilusiones económicas que produjo el sistema restrictivo.
El señor Soto, repetía las mismas doctrinas en su Memoria
nI Congreso de J833·
'
200
APU~""T.A.MIENTOSSOBRE LOS PROGRESOS
" El arancel o tarifa, i el decreto de 8 de mayo de 1829
que aprecia el valor de las mercaderías para fijar los derechos
de importacion,
decia en aquel documento, exijen imperiosamente su exámen i rectificacion. Necesario es que aquellos
efectos estranjeros que son análogos a los de la produccion interior, paguen un impuesto mucho mas crecido que aquellos
que no tienen su equivalente entre nosotros. De otro modo habrá de resultar,
como alguna vez ha sucedido, que nuestros
artefactos nacientes no puedan concurrir con los del estranjero,
i caigan por lo mismo en el estado de languidez, que insensi.
blemente los conduzca a su aniquilamiento.
El Poder Ejecutivo detesta las prohibiciones absolutas, en jeneral; pero sí
cree que la libertad
del comercio esterior no debe envolver
nunca la ruina de las manufacturas
interiores;
i si está persuadido de que la industria fabril no es el objet{) a que por
ahora debe contraerse.la. Nueva Granada, cuando tiene tantos
objetos agrícolas a que consagrar su atencion, no desconoce
p(lr eso quo aqueIlas provincias eu las cuales los tejidos de
algodon han venido a ser el emplco de algunos capitales, i la
ocupacion de multitud de personas, llccesitan la conservacion
de cstos medios de existir, i que esta. conservacion presupone
que no venga la concurrencia
de productos cstranjeros análogos, mas baratos, a destrnir la salida de los nuestros."
'
El mismo miedo, el mismo horror a las innovaciones prevalccia en materia de reformas fiscales.
"Cuando
he osado, señores, decia el mismo señor Soto al
Congreso de 1833, dejaras entrever Mejoras en el sistema de las
rentas, no eSl)ereis que ln. A¡lministracion reclame del Congreso, con aque nombre, variacioues sustanciales que arranquen
de raiz el árbol que ahora está fructificando, i cuyos frutos
pueden aumentarse
con el tiempo, por la confiam:a lisonjera
de que abonado de otro modo el terreno, a dejiindolo entregado a las solas fuerzas de la natllfaleza, habrian de ser infinitamente mayores sus productos. Despues de los grandes males
que en el Ílrden de las contribuciones i su reeaudacion sufrió
la. Nueva Granada durante
el Gobierno central de Colombia,
por las frecuentes
alteraciones que se hicieron en ramo tan
importante;
i despues que la espericncia ha acreditado entre
nosotros que las trasplantacionos
de leyes estrañas son demasiado peligrosas, i que en ninguna materia mas que en la presente es necesario qu':} los goùiernos respeten las costumbres,
i no contrarien abiertamente
las preocupaciones populares; el
Ejecutivo estiÍ convencido de que no tanto importa crear como
conservar la que existe; i que es ménos conveniente a la Nueva Granada imitar servilmellte
la que en otros paises ha sido
provechoso, que perfeccionar
la que las costumbres i la opio
nion jeneral sostienen para nosotroi:i."
DE LAS IDEAS ECONóMICAS.
~Ol
Como hs opiniones mas adelantadas del pais pidieran con
ahinco algunos cambios en el sistema tributario, como puede
verse en la prensa periódica de aquel tiempo, el Gobierno,
poco inclinado a las reformas prematuras, decia en la Memoria
del ramo, al Congreso de 1835, la siguiente:
"El sistema tributario
de la Nueva Granada ha sufrido
censura de los quo la han examinado en diferentes épocas do
una manera especulativa, sin compararlo con las circunstancias del pais en toda su estension; i ha excitado por la mismo
el celo de los reformadores, que tal vez no se han formado una
idea esaçta del negocio, porque no han considerado sino los
malos positivos de las contribuciones,
sin cstender su vista Il
los demas objetos enlazados con ellas, como son los rendimientos que produceu i la inversion que se les da.
,.lh jUílgado, (el Ejecutivo), que en un pais como el DUCS.
tro, la destruecion de ciertas contribuciones para suplantadas
por otras, es por ahora un paso 'imprudente, que puede llegar a
comprometer la segl!fidad del Estado; i se atreve a croer que
una refleccion detenida sobre la historia de la Nueva Granada
desdo 1810, es una demostracion
irresistible de que los usos i
costumbres dol pais no permiten la suplantacíon indicadn., sin
correr el riesgo de que las nuevas contribuciones, no reemplazando el proô.ucto de las suprimidas, seau sólo ocasion de dis.
gustos i de medios vejatorios para su recaudaciou."
El estanco dol tahaco solo producía en aquella época
8231,000
líquidos al Tesoro Nacional;
i sinembargo, apesar
de que la Admiuistracion
contaba ya a fines del año vencido
en 31 de agoi'lto de 1835 con un sobrtwte on dinoro i existencias de $) 801,0'10, no se atrevió a desprenderse del monopolio:
tan estrechas así eran las ideas fiscales i olmiccia Il toda iUllOvacíoll que dominabn. en aquellos tiempos. (*)
La Cámara de provincia del Socorro, imbuida eu aquel
espíritu liberal i progresista, i con aquel sentido pr(lCtico 'lue
siempre ia distinguido a los pueLlos de aquella adelnntada
seccion <.l13
la H.epúLlica, propuso en 1834 que se reemplazara el monopolio del tabaco con un impuesto de ocho reales
sobre cada millar de matas. La Cámara calculaha que con
escepcion do Vélez, '1.'uuja i Dogotá, las Jicz i seis provincias
restantes po<.lril\Dseruhn:..r 1GO millones de matas; que auu re·
. bajado este nlÍmero a DG millones, i suponiendo que se gastaran 26 mil pesos ell la recaudacion,
todavía el impuesto
dejaria un producto líquido de 70 mil pesos.
( *) IIabiarnos olvidado advcrtir que todas las cantidadcs dc cste
capitulo i las del anterior estin cspresadas en los pesos sencillos o ùe 80
contavos, <lue cra la uniùaù lllonctaria. de la época.
BANCO D[
I\lílUOTëCA
LA REPU8L1CA
lUIS - ANGEl
AR¡.NGO
202
APUNTAMIENTOS SOBRE LOS PROGRESOS
La Administracion
sIOnes.
combatió enérjicamente
estas preten-
Los hombres de aquella época no podian recojer de un
órden económico basado csclusivamente en un sistema de severa economía, lo que la aplicacion de principios mas fecundos i
mas liberales habria producido rompiendo las trabas del monopolio i de la restriccion, que detenian el desenvolvimiento de
la riqueza pública. Pero el sistema de los pequeños aborros, i
de un órden minucioso i disciplinario, aplicado a todos los departamentos de la administracion pública, fué completo entrê
las IUallOSdel señor Soto.
Segun resulta de Sil última Memoria de Hacienda, presen.
tada al Congreso de 1837, i confirmada por las de sus sucesores, la Administracion Santander dejaba pam fin del año
terminado en 31 de agosto de 1836 nna existencia de $ 1.042,188
representada así:
374,562
En tabaco en especie
$
24,526
En pagarés de tabaco
.
274,225
En pagarés de Ad uana
.
31,102
En la Tesorería del Chocó
.
2,803
Eu cartas sobrantes
.
334,970
En dinero
.
1.042,188
:Fuera de
76,671
Pertenecientes a ramos ajenos.
----Por todo
,
$ 1.118,859
I habiendo deducido previamente de la existencia en dinero
la suma de ~ ~3,363 de suplementos hechos por In. renta do
diezmos a la de tabacos.
Pero la historia, para no apartarse del criterio de su enseñanza tral';cendental, dehe colocar aquí, junto a las cifras que
atestiguan los resultados de las virtudes cívicas do los goùernantes, las que confirman los principios eternos de Io. ciencia,
sobre la infecundidad de las doctrinas económicas que les
servian de guia.
Las rontas nacionales, que ert el primer año de la Administracion Santander, de 1.0 de diciembre de 1832 a 30 de noviembre de 1833, produjeron $ 2.485,015, solo habian producido en
el último año de 1835 a 1836 $ 2.517,044.
Por todo, i despues de cuatro años de completa paz, solo un
aumento de $ 32,029, que seria un resultado insignificante eu
108 negocios comerciales de un simplo particular.
Para apreciar eu su justo va.lor, considerado ya dosde el
•
Ii·; L.\S lDr:.\~
203
:F:(;0Xu,'.rTCML
'~)Unto de vista histórico el 811peravit dejado por la Administracion SanÜ~D(lcr, i para que este contraste no pese como una
acusacion '¿nj¿¿stc" contra las Administraciones
posteriores, que
vor tantos afios lucharon COntra el déjicit proveniente
del
aumento progresivo de los gastos públicos, la imparcialidad nos
obliga a decir qnc al señor Soto le fué comparativamente
fúcil
llegar Il. este resultado, pore¡ ne todavía no pesaban sobre el
TeHoro las cU:1lJtiosns deducciones que posteriormente sufrieron
las rentas, pam. atender a los compromisos del crédito interior
i esterior.
Ln. comision lir¡uidadora establecida por la Convencion
internaeiowi.l ",oka division de créditos colomhianos, de 23 de
dieiembre de 1834, no se reunió hasta el 25 de abril de 1838.
Sin embargo, el CongTeso se habia anticipado a dictar la lei de
27 de mayo tle 183G, aplicando fondos para el pago de la parte
correspondiente
a la :Nueva Granada;
pero esta lei, que principi6 a ejecutarse cn 1.0 de setiembre de ese año, no afect(S la
cuenta del Tesol'O para el erédito esterinr Lasta enero de 1838.
El señor Soto informa en la pú.jina 10 de su Memoria de
1837, qne se habi¡tn reeaudado i estaban en dep6sito, por cuenta
de la octava parte de los dercehos de importacion aplicados al
crédito esterior, $ 213,506, en los cuatro meses trascurridos de
1.0 de setiembre a 31 de diciembre de 183G. Eu enero do 1838
so envió a Lóndres la primera remesa de
GO,OOO, en onzas
del cuño de b Nueva Granada, como puedo verse cn la p(ljina
8 de la .Memoria de Hacienda do 1838.
I.Ja Jeuda flotante de Colomhia radicada en las aduanafl do
la Nueva Granada, sí habia sido disminuida
en $ 287,215,
desde 5 de enero de 1832 haflta 31 de agosto de 1835, seguu
resulta de la eu~nta presentada por el sefior Soto ell 10. p~íjina
{) de la Memoria de 1837; siendo esta Sllma la úuica exaccion
positiva que ~ufrieron los ingresof> ordinarios del Tesoro para
el crédito pÚblico, duran le la Admillistraeion' Santander;
pues
aun cuanùo en el mismo tiempo se amort.izarol1 S 2.213,213 eu
vales de de\l'Ja consolidada, estas operaciones se verificaron
por n~~dio de renmtes, a preci"os que no excederian de un 10
por 100, i en camLio de los siguientes valores:
e
Valor non1ÏnnJ nmortizaùo.
Por
Por
Por
Por
l'or
azo'è'uo
tab~co
tierras baldías
biŒllos mue LIes
doudas ocultas
8
1.f>9G,991
3lü,ú 16
2ïl,D72
27,122
212
2.213,213
204
APUNTAMIENTOS BOBRE LOS PROGRESOS
Véase la pájina 7 de la Memoria de Hacienda
de 1837.
El resto del período fiscal que estamos examinando,
hasta
la abolicion de los derechos diferenciales i del sistema protec.
tor en 1847, está marcado por el imperio de las mismas doctrinas i por el mismo horror al espíritu de innovacion.
Sinembargo, en ese tiempo se abolieron los derechos de esportacion,
la alcabala menor i de fincas rl:\ices, ellO por 100 de rentas
municipales, el derecho de tránsito, el de facturas no certifi.
cadas, i el descuento temporal sobre sueldos i pensiones.
El Secretario de Hacienda,
señor Calvo, calculaba ell la
Memoria de Hacienda, presentada al Congreso de 1841, que
los impuestos suprimidos habrian debido producir en el cua.
trienio de 1836 a 1840 $ 810,274.
Aunque los trastorno" políticos de 1839 a 1842 no nos
permiten apreciar con esactitud el movimiento
de lus rentas
públicas en ese período, siuembargo, los re~mltados de los dos
últimos allaS de paz, revelan, por el persistente
estancamiento
de sus productos, el de las ideas econÓmicas que la gobernaban.
En el cuatrienio de 1832 a 1836, su producto fuó, $ 9,288,464
En el de 18360. 1840
,
9.811,141
En el de 1840:lo 1844..
9.GH1,n;,'
El movimiento Je las importa0iones
i esportaciones
fué el .
siguiente:
('IF)
ARos.
1835
1838
1840
1841
1842
a 1845
0.1840
a 1841
a 1842
a 184-4
lMl'OnTACIO~.
$ 3.292,G26
G.584,53i~
M5,3(li)
2.330,438
8.381,696
ESl'ORTAClOli.
2)66,209
5.4G7,752
284,GGG
1.50::l,G74
5.ü08,78i)
Estas últimas cifras deben lieme por supuesto C<ln suma
desconfianza, por la oscuridad Je los documcntos estadísticos
de ac!uella época. Estimábanse
los cfectos importados por el
precio que les daba el arancel de aduanas, o por el avalúo de
los peritos, cuando los efectos no estaban comprcndidos
en el
arancel. La cstimacion de éste era roui subida, pues habia
az:tÍculos que estaban aforados al 100 por 100 de su lejítimo
precio, i el avalúo de los peritos por lo regular era inferior al
precio corriente del mercado;
por lo que hace al valor de las
csportaciones, no se oLtcnian datos estadísticos bren csactos, i
(*) Memoria de lIacienùa ùc 18-15, p(ljina 32 i cuaùro número 15.
1)10; 1•.'l.S
IDE.\S ECON6}IICAS.
205
dche snpOllcrsc qun los efectos se estimaban por nn precio mui
inferior al que tenian en los puertos de embarque.
Los 26 UllOS que il uró en c;ercicio el sistema protector, que
restrinjia call altísimos derechos la importacion
ùo los teji(los
de algodon, destinados al COnHUInf)jeneral de la poblacion, i el
calzado, los muobles, la ropa hecha, las sillas de montar, la
cervew, el iierro i el cobre en bruto, la harina, la pólvora,
el sebo manufacturado,
la loza i otros artículos de produccion
nacional, no dejaron la menor huella de progreso o adelanto
en la industria £abril del pais. Por el contrario, estas manufacturas, adormecidas con la proteccion de la lei, mantenidas
por
un impuesto odioso e injusto, que gravaba en favor de unos
pocos a la jeneralidad de los contribuyentes,
léjos de adelantar
fueron retrogradando;
i cosa singular!
el pais no ha tenido
artesanos de primera clase, sastres, carpinteros,
zapateros, tabbarteros,
herreros, &,' &,' que rivalicen con los productos
estranjeros, sino cuando eu medio de In. lihertad, el estímulo
de la competencia los ha obligado a formarse.
Es que la accion de las leyes eternas a las cuales ha encomendado Di03 el desenvolvimiento
de nuestra especie, no pueden violarse impunemente.
Disminúyase en cualquier punto
la accion de la responsabilidad
i se habrá paralizado, por el
mismo hecho, una cantidad inmensa de estímulos i do esfuerzos.
Procúrense a costa del trahajo aJeno satisfacciones que no sean
el resultado del esfuerzo propio, i se herirá a un tiempo de
inanicion las fuerzas del despojado, i las del que vive a espensas del despojo.
Con el sistema protector se retrocedería
hasta el feudalis.
ma, si las byes admitieran,
que de particular a particular,
pallia haber en las transacciones
económicas, algo lejítimo,
distinto de un cambio do servicios, libremente consentidos, sobre
el pié de la IllaS perfecta igualdad.
No debemos terminar este capítulo sin hablar de una cuestion quo on aquel tiempo fué calurosamente
deùatida, i que
hoi ha perdido ya su importancia, por haùer pasado a la cate.
goría de los hechos definidos i resueltos por la ciencia i por la
lejislacion de los paises que más se obstinaron en poner un
remeùio artificial a los males que pretendían
detener. Habla.
mas de la k,sa legal del interes del dinero, o mejor dicho, do
la fijacioD de un máxim,u?n de interes, a cuyo pago l)foste sn
sancion la lei ci vil.
20G
Al'U.N'l'AMIE~TOS SOllltE LOS 1'1WGHESüS
Despues de largos i mlli acalorados debates, el ConCTreso de
1835 espidió la lei de 26 de mayo de ese año, derog"'ando el
auto acordado, (16, título 21, libro 5.° de la Recopila.cion Cas·
tellalla), <¡ue limitaba el alquiler del dincro dado 11. premio a
intereso En otros términos, esta lei hizo clltrar el contmto de
mútuo, bajo las mismas condiciones de libertad
i de proteccion que los demas cont.ratos por medio de los cuales se
adquiere a se trasmite el uso o el dominio de las cosas, en
cualquiera otra forma.
Pensadores profundos, con A dam SrnÚh, el padre de la
ciencia, a la 'cabeza, i fil{¡ntropos i hombres de hien rnui sinceros, los unos apoyados en los preceptos relijiosos que del judaismo pasaron a la moral cie la IgleBia, los otros conmovidos
por el espectáculo de las catástrofes i de las iniquidadcs causadas por la tiranía. a el abuso del capital, amparado, por la
lei, han creido que ella debia hacerse el árbitro de lu. equidad
i de. la justicia, fijando el límite del interes al cual presta su
sanClOn.
I no deja de ser raro que en este camilla se hayun enCOlltrado, perfectamente
identificados en sentimientos
i en principios, dos de nuestros homùres públicos, de que, nosotros tengamos noticia, pertenecientes
a escuelas políticas diametralmente opuestas: el señor Mariano Calvo, Secretario de Hacienda de la Adrnioistracion
Herran en 1841, i el señor Murillo, actual Presidente de la República.
El primero se esforzó en hacer derogar la lei de 1835, i
dedicó a este efecto un capítulo entero de su Memoria al Congreso de 1841, del cúal tomamos lo siguiente:
" Considero como perniciosa al comercio, a la agricultura,
a la inùustria i a la moral misma, la lei de 26 de maya de
1835 que autorizó el libre ioteres del dinero. Los resultatlos
que ella ha traido, léjos de ser ventajosos a esta EOcicdad naciente, han sido funestos, porque han debilitado
en algunos
el estímulo para el trabajo, han causado eu otros pérdidas i
bancarotas, han becho abandonar a muchos profesiones útiles, i
pocos se han aprovechado de esta medida con la prudencia. i
cálculo que ella demanda. Los lejisladorcs do 1835, al dictar
aquella lei, incurrieron
en el estremo contrario de lo que
prevenia la eKpañola que derogaron;
i casi al mismo tiempo
que en Francia, despues de muchos siglos de esperiencia
e
ilustracion, una considerable mayoría de diputados negaba lo.
libertad legal del interes del dinero, en la Nueva Granada
se permitill. sin restriccion alguna.
" En apoyo de la inconveniencia
de esta medida, bastal'lí
trazar el cu~dro rápido de los males que produce la arbitrariedut1 de las estipulaciones
del ífiteres, i las vcntaja;; que
Dl': LAS
lDBAS
EGO.NÓ~lCAS.
20ï
resultan de (lue su tasa se fije sobre los productos
territoriales, 103 recursos de la agricultura
i de la industria,
la cantidad circulante en numerario i las necesidades
del comercio.
Este cuadro no será obra mia: yo invoco la. misma voz que
en la Cámara francesa. supo eficazmente desarrollarlo.
"Yo no pretendo que se haga revivir en la materia la lei
espafiola, qre confiseaba el valor del préstamo i conminaba con
la infamia al prestamista:
solamente deseo que la lei reconozca
como intere3 legal el mismo que (mtes estaba fijado, i que se.
pa el prestamista que no puede exijir en juicio un interes mayor del que la lei haya designado."
I el señor }Iurillo, abundando
mas tarde en las mismas
ideas, que desenvolvió ampliamente
en varios artículos del
perió<lico El Tiempo, propuso a la Lejislatura de Cundinamarea, en 185!), un proyecto de lei concebido en estos términos:
"Artícr.lo
único. Los contratantes
pueden estipular
por
via de intcres del capital la cuota que a bien tengan, pero
no producirá obligacioll legal que haya de hacerse efectiva por
los trámite¡; establecidos en las Jeyes, i por las autorida<les del
Estado, la cuota que exceda del 5 por 100 auual, sea cual fuere la naturaleza del contrato."
Compreudicwlo todo el sentimiento
ùe equidad i todo el
interes en ::avor de los industriales
i empresarios que revelan
estas opiniones, i honrán<lolas con todo el respeto que ellas
merecen, creemos, sínemb¡ugo, con el testimonio casi unánime
de toda la escuela económica, qne las leyes coutra la usura no
han hecho sino empeorar los males de la clase a quien se pretendía favorecer.
Despues do Bentlutm, ha escrito recientemente
sobre esta
grave cuestÏoll John Stuart .Alill, n-ada sospechoso de parcialidad en favor del capital, i su testimonio es irrecusable. Oigamoslo:
"Examinando
abora, dice, el motivo de la restriccion,
por intero;; en favor del que toma prestado, es difícil concebir
un caso en que la ternura del lejislador esté' peor colocada.
Una persona que ha llegado a la edad en que la lei lo reputa
competente para manejar sus negocios, debe presumirse que es
el mejor guardian de sus intereses pecuniarios. Si puede arrui.
narse vendiendo su hacienda, a haciendo malos negocios, es
incomprensible
que el único contrato que no pueda celebrar
sin iutervcncion de la lei, sea el de tomar dinero a intereso
" Bajo la influencia dc las leyes inglesas contra la usura,
felizmente a1.Jolidas, las limitaciones impuestas se hicieron sen.
tir corno una agravacion terrible en todas las crísis comercia.
les. Negociantes que Sill los obstáculos de la lei, habrian podio
208
APUNTAMlENTOS
SORRE LOS PROGRESOS
do obener f~cilmente la ayuda que necesitaban, a 8 a 9 por 100,
tuvieron que obtenerla a 20 a 30 por 100, o que recurrir a
ventas forzadas de sus jéneros, con una pérdida todavía mayor.
"Con respecto a los pródigos i a los p'l'oyectistas, de que
habla Aclam Smith, ninguna lei puede impedir a un pr6digo
que se arruine a ménos que le ponga curador; i en cuanto a
los llamados proyectistas, término injustamente aplicado, en la
mala acepcioll de esta palabra, a los bomhres de accion ide
empresa· en el campo de la induiltria, semejantes leyes no
}¡acen sino dificultar los mas fecundos proyectos, cuando son
conceùidos, como jeneralmente sucede, por personas que no
tienen capital. Muchos de esos proyect{)s, considerados hoi
como los portentos de la civilizacion, fueron recibidos como
locuras por los capitalistas; i fué preciso que trascurriera mucho tiempo ántes de que se encontrara uno, bastante aventurado para dar el primer paso, aun consintiendo en pagarlo bien
caro. Cuántos años pasaron ántes de que Stephenson pudiera
convencer a los mercaderes de ciudades tan empresarias como
Liverpool i ~Ianchester de las ventajas de sustituir los ferro.
carriles a los caminos carreteros! " (*)
I 110 puede ser de otra. manera: la. lei, en materia de con;
tratos, tiene que aceptar como justos los que, versando sobre
objetos lícitos, han sido libremente estipulados sin mediar fuero
za o engaño. Fuera de esta regla, tan sencilla como equitativa.,
no se encuentra otra salida a las cuestiones de interes privado,
que se resuel ven por el principio de libertad, sino la de la arbi.
trariedad i el despotismo.
I pasando de las ideas jenerales i abstractas de derecho, al
campo de la economía, i qué diferencia hai, científicamente hablando, entre la aquisicion del dominio, i la adquisicion del uso
de las cosas? i Por qué si la lei no se mezcla en la fijacion del
precio, en los contratos de la primera clase, ha de mezclarse
en los de la segunda? Las leyes contra. la usura conducirian
necesariamente, en el desarrollo lójico de las ideas, a la fija.
cion del precio del arriendo, de los víveres, de los salarios, &.
Creemos, pues, que la lei de 1835, fué una conquÍf;ta notable i fecunda en el ca¡;ninodel progreso i de la libertad.
Ninguna otra cosa digna de notarse en el órden do las
ideas. económicas, ocurrió en el periodo que acabamos de
examInar.
(*) Political EconolfY, edicion de 1867, pájína 560.
CAPITULO V.
Lns rcformas ()coJ1omlcas llc 1840 a 1840.
El allO de 1845 cierra el período del quictismo i del miedo
a toda. innovacion económica, CJ.ue ha.bia dominado desde 1831;
i el año do 18'17 abre rotunda.mente la érn. do las grandes re.
formas liberales, que son como los oríjenes de este movimiento
progresista, que con mtts o m6nos fijeza, pero ya sin retrogra.
dar, ha seguido el pais desde aquella época, i que en pocos
años más la conducirá a poner en accion los elementos vitales
de su prosperidad.
Al llegar aquí, se ve que el curso de las ideas cambia brus.
camente cie direccion i de aspecto, como se ven el sesgo i el
cambio de color en Jas aguas de un rio que entra en el mar.
De las cstrechas illeas que buscabll.n el desenvolvimiento in.
dustrial i mercantil del pais en Ja.iruposicion de derechos res.
trictivos, p.'tra favorecer las toscas i escasas manufacturas del
pais, se 'pasa de un solo golpe a Jas grandes ideas económiCIlS, que midiendo la riqueza, no por la intensidad del trabajo,
sino por su relacion con la SUillaefectiva de bienestar i de satisfacciones qno él IlOS procura, hacen solidario el progreso de
todos los pueblos de la tierra, i van a buscar el resultado económico del trabajo intelijente del hombre en la unidad del
mercado del mundo. Pero corno un cambio tan Datable no pue.
de esplicnrse, i ménos en un pais incipiente como el nuestro,
que siempre ha recibido el impulso de las ideas estra.njeras,
por un simple cambio de Administracion ejecutiva, o por el
ingreso do determinada persona en los consejos del Gobierno,
la historia debe buscarlo, i así lo hallará, eu el movimiento de
las ideas económicas que por aquel tiempo predominaban en
la política comercial de la Gran Bretaña, que es la que más
ha. influido en el curso de nuestras ideas a este respecto ..
La Inglaterra ponia cn aquellos momentos el sello a la obra.
de las reformas económicas, que tímidamente al principio, pero.
con gran decision al fin, había acometido desde 1841, para
buscar por la. libertad de la j¡j(lustria i do Jos cambios, en el
incremento do la riqueza nacional, Ull remedio contra la mi.
seria qne afliji.'t a Jas pobl::tcioll~s obreras i contra el déficit
~l'\;t:iL'~:~;'; ,_1,~ 11,;_ ·~~i':'L.;J;;:.~
.••'J't1. f;'~~J~0
..(.\..1 Ü~
tl4Jl ~~JuC~ùllÓ.
11
210
APUNTAMIENTOS SOBRE LOS PROGRES015
mico de 1841 ese déficit habia llegado a la enorme suma. de
;£ 2.101,369.
I cosa singular: los liberales o whigs que ha.cia algunos
afios estaban en el poder, obsecados, como bernas visto a los
gobernantes neo-granadinos desde 1831, por los errores económicos de a.quella época, se esforzaban en colmar el déficit rea..
gravando la cuota del impuesto. Pero apesar de este aumento
el déficit para el año de 1842 se estimaba en ;£ 2.570,000. La
contribucion para los pobres, term6metro oficial de la miseria,
aumentaba rápidamente. Stocloport, que en 1837 pagaba £ 2,628,
habia tenido que triplical' la cuota i pagaba en 1841 £ 7,128 ;
i así en las otras ciudades manufactureras del Reino.
ELmundo político CODservatodavía el recuerdo del famoso
discurso pronunciado por Sir Rober Peel en 1841, en que abrumando bajo. el peso de una lójica. inflexible i de una invectiva
sangrienta. al Canciller del Exchequer, la comparaba a un
pescador aturdido que se esforzaba. en pescar su presupuesto
tirando sus redes sobre aguas estancadas.
Llegado al ministerio a fines de 1841, i comprendiendo que
la embarazosa i humillante situacion quo sus antecesores le
habian legado, no tenia. otra salida que la inauguracion de un
s.istema económico que, dando a.cti••idad a.la industria, fecundara más i más el trabajo nacional, e biciera la vida barata. por
la facilidad que diera. a los cambios internacionales, se aplicó a
ponerlo por obra, revisando las adua.nas. La tarifa inglesa fué
~ompletamente reformada en 1842. Redújose la cuota de la
mayor parte de los derechos, i otros fueron completamente suprimidos. La reduccion recay6 principalmente sobre todas la.s
materias primerJ.s, dándole a este tórmino su mas lata signifi.cacion. La prohibicion que rechazaba la mayor pa.rte de los
artículos alimenticios del reino animal, fué reemplazada por
un derecho moderado. Rebajáronse notablemente los derechos
sobre el cafó i las maderas de construccion, i redujéronse a
tórminos casi insignificantes los derechos de esportacíon.
En 1844 BI esfuerzo libre cambista cobró nuevo aliento.
La sesion de 1845 se sefial6 con una. llueva moditicacion de
la tarifa. Supl'imióse enteramente el derecho sobre el algo.
don en bruto, que producia.£ 700,000. Suprimióse el derecho
sobre las lanas, i rebajáronse considerablemente los derecbos
sobre el azúcar estranjero, sacrificio para el 'l'esoro que no era.
de ménos de 2 œillones de libras.
En enero de 1846 Sir Robed Peel tomó al fin la gran
determinacion de dal' a sus ideas todo su desarrollo lójico, proclamando la libertad absoluta del comercio, como el principio
que en adelante debia servir de base a la política industrial del
Gobiel'llo. El 26 de junio de eso año, despues de largos debates,
DE LAS
IDEAS
211
ECONóMICAS.
fué nI fin proclamada la lei que fundaba el nuevo réjimen res.
pecto de los cereal os i de las harinas, quo eran los l!ltimos baluartes del sistema protector. Vencido sobro este punto, donde
se reunian en un lazo comun los grandes intereses de la aris.
tocracia inglesa, el proteccionismo quedaba derrotado en toda
la línea. La lei estatuia que a partir del 1.0 de febrero de 1840,
los granos no quedarian somotidos sino a un derecho do 43
céntimos de franco por hectólitro, i las harinas a un derecho
proporcional. Para la mayor parte de los artículos el derecho
de importacion
quedaba reducido a un 10 por 100, en vez del
25 idol 30 con que ántes estaban gravados.
Los financistas que so han ocupado en 01 exámen de estaq
reformas, calculan
que el sacri1icio momentáneo
aceptado
por el 'res oro inglés, con la diminucion de lar. derechos, no
valia ménos ùe O millones de libras; pero era un sacrificio
igual a la pérdida aparente que hace el labrador, cuando ocuL
ta bajo una tierra hien preparada
la semilla que debo aparecer centuplicada en el valor do la cosecha.
Efectivarhente
los resultados no se hicieron esperar mucho
tiempo. EL 1842 el monto de las esportaciones, segun la deela.
mcion .iun.da do Jas comerciantes habia siùo de £ 47.381,023 ;
i en 1850 ascendieron ya a £ 71.359,184, a sea en 8 años Ull
aumento ào 50 por 100. Por el mismo tiempo el déficit habia
desaparecido. En vez de los 2.101,360 libras que faltaban en
1841, el Tesoro tenia un excedente de £ 2.578,806 ell 1850. 'If
Bajo el influjo de estas ideas i de estas roformas, que él habia estuùiaùo durante su larga permanencia eu Europa, fué de
allí llamado a desempeñar la Secretaría do Hacieuùa el señal
Florentino González en octubro de 1846.
Tres cuestiones importantes encontraba el señor González
sobre la carpeta de la Secretaría, que la Opillioll pÚblica ajitabu.
con gran calor: la revision i simplificacion de la tarifa j eJ arreglo del sistúma monetario; i la aholicion delrnolJopolio del ta.
Laca. V éarnos qué hizo la Administracion
Mosquera a este
respecto.
LA REFOR1tIA
ADUANEUA.
El comercio de importaeion estaba arreglado por Ja lei Je
5 de junio de 1845, que no tuvo otro mérito (lue el de haLor
*
Datos tOUlados de Chevalier, Sislème Commercial,
lS¡¡3.
212
APUNTAMIENTOS
SOTIRE LOS PROGRESOS
consolidado eu uno solo los derechos conocidos con los nombre
de importacion, alcabala, caminos, sueldos militares i derecho
de San Lázaro, i el de haber establecido en un arancel completo
los derechos específicos sobre todos los articulos. Esta lei libertó
al comercio de la arbitrariedad del sistema de avalúo por peritos, heredado de 1;1. colonia.; pero fundó el réjimon no ménos arbitrario de los aranceles, con el co~plicado i vejatorio reconoci_
miento de los artículos, unos por peso, otros por número de
objetos i otros por medi<;lalineal.,
Leyendo estas obras biza1'rCtS del atraso de aquellos tiempos,
difícilmente se concibe cómo podia un comerciante desembarazarse al fin de aquel cúmulo ùe complicaciones, de cuentas i
de trabajo que lo ,cercaba en la Aduana, teniendo que pasar
por la prueba del reconocimiento i liquidacion de una tarifa
conma.s d.800 clasificaciones jenéricas, amen de las divisiones
i subdivisiones específicas. I todo esto en prosecusion de la
quimera. de hallar la reparticiou proporcional del impuesto
entre, los consumidores de las mercancías estranjeras, por medio de una reparticion proporcional en la tarifa. 'l'rataremos
esta cuestion, cuando examinemos la reforma funùamental del
impuesto uniforme sobre el peso bruto de las mercaderías, que
sirve de base a nuestro sistema aduanero, propuesta por el Secretario de Hacienda señor Juan Nepomuceno Gómez, en
1853.
La lei que examinamos, aferrada a la teoría de los derechos
diferenéiales, mandaba en su artículo 44 que la liquidacion
de las mercancías importadas en buques estranjeros, se h)ciera recargando con un 20 -por 100 la suma total de 10& derechos
fijados en el arancel, los cuales eran únicamente para las im.
portaciones hechas en buques granadinos.
Los derechos sobre los tojidos ordinarios de algodon, que
proveen al consumo do la masa jeneral de la poblacion, i sobre
los artefactos análogos de la industria nacional, eran mostruosos, como que tenian en lUira pl'otejer las fábricas de lienzos
i mantas de las provincia:o del norte i los talleres de la capital.
He aquí algunas muestras del impuesto restrictivo, redu.
cidas a pesos fuertes:
Las domésticas o lienzos del norte, hasta de 3 cuartas de
ancho, pagaban 5 i i centavos por vara o 38 i ! centavos la
libra, puesto que 7 varas de lienzo pesan una libra.
El fierro en bruto o sin manufacturar, $ 1-65 el quintal.
Un par pantalones de seda, paño o casimir $ 3-7 i.
Una levita 12-52i.
Un chaleco $ 3-7t.
La bayeta de 100 hilos, 25~ centavos vara.
Un sombrero de pelo, 1-62!.
*
*
DE LA.S IDEAS
ECONÓMICA.S.
213
Uno de paja de Italia, $1-13t.
Un elástico con galon fino, $ 7-10.
Uno con galon ordinario, $ 5-10.
La lJogotana 10 centavos vara.
La docena de piezas grandes de loza de porcelana COUllln
$1-82i·
Id. id. pequefias, 45 centavos.
Una ruana hecha, de algodon, lino o lana, $ 10-12~.
La. vara de jénero para ruana, $ 2-04.
Una c6moda o armario, $ 25-04.
Un escritorio o escribanía, $ 32-40.
Una silla de montar sin arnescs, $ 8-27 t.
Una con arnesos, $ 12-55.
Costales o sacos de fique, Ulla, 211 centavos.
Harina de trigo, $ 3-87 por barril basta de oeho arrobas.
Contra la iniquidad de semejante contrilmcioll, que clcvalm.
de una manera bárbara, en provecho de algullos centenares do
malos fabricantes, el precio de Ulla multitud do artículos Jo
primera necesidad, i con la cual las clases trabajadoras veian
disminuir casi en un 50 por 100 el importe de su jornal, levantó el sefior González su voz con toda la enerjía del ta.lento, la.
ilustra.cion i el patriotismo, i luchó con valor, arrostrando la
impopularidad de la ignorancia i el odio de la claso privilejiada cuyos intereses horia, hasta que viú sustituido en su patria
el réjimen espoliador del protoccioDismo, por el reinado de la
justicia con la absoluta libertad de los camùios.
La. esposicioll de principios con que este grande hombre de
Estado inició la lucha contra las l'utillas del sistema protector en su Memoria de Hacieuda do 1847, debo pasar a lu.
historia:
" En un pais rico en minas i en productos agrícolas, qua
pueden alimontar uu comercio de esportacion considerable i
provechoso, decía tratanJo de la tarifa, no deben las leyes propender a. fomentar industrias que distraigan a los habitantes
de las ocupaciones de la agricultura i minería, de que pueden
Bacar mas ventajas. Los granadinos uo puedeu sostener en las
manufacturas la concurrencia de los europeos i de los ameri.
canos del Norto, i las disposiciones que puedan inducirlos a
dedicarso a la industria fabril, despreciando los recursos quo
las producciones agrícolas pueden proporcionarlos, no estlÍn
fundada, en los principios que debe cODsultar un Gobierno que
desea hacer el bIen de la Nacion que Je ha encargado 01 ma"
nejo de sus negocios. La Europa eon una poblacion intelijente,
poseodora del vapor i de sus aplicaciones, educada en las manufacturas,llena su misiOIl en el'muudo industrial dando divcf!jas formas il. las m¡¡,tcri~.3primeras. Nosotros debemos tam1.Jicu
214
APUNTAMIENTOS SOBRE LOS PROGRESOS
llenar la nuestra; i no podemos dudar cual es, al ver la pro.
fusion con que la Providencia ha. dotado esta. tierra. de ricos
productos naturales. Debemos ofrecer a la Europa las primeras
materias, i abrir la. puerta a sus manufacturas para facilitar
los cambios i el lucro que traen consigo, i para proporcionar al
consumidor, a precio cómodo, los productos de la industria
fabril.
"Por desgracia, la tarifa que fija 108 derechos que deben
pagarse sobre las mercancías que se importan para el consumo
interior, no ha consultado los principios que dejo estable~os.
Basada sohre los errores del sistema protector i restrictivo, ha
tenido lo. influencia funesta que los errores económicostienen
siempre sobre la riqueza nacional i sobre la disminucion de las
rentas, que nunca pueden ser pingües en un pais en quo
las leyes se propongan sacar recursos de los ciudadanos, sin
facilitarles los medios de ganar. Entre los documentos que
acompañan este informe, hallareis el que manifiesta cuáles han
sido los productos de la renta de aduanas en el último aîio económico. Este documento da lugar a reflexiones que yo quisiera
omitir; pero son indispensables para persuadir que lo· que
existe no debe continuar.
"Tiene la Nueva Granada cerca de dos millones de ho.bi~
tantes, situados en una parte del globo la mas favorecida. para
el comercio por su posicion jeográfica.i por sus productos naturaIes; i a. la. Nueva. Granada no vienen productos estranjeros
que pagueu a su importacion mas de un roillon de pesos, cuando en cualquiera de los otros vaises de la América del Sur el
producto de esta· renta excede en mucho a esta proporciono
Este es un hecho que debe llamar mui seriamente la atencion
de las Cámaras, para averiguar la causa i poner el remedio
al mal.
" En mi concepto, hai diferentes causas que contribuyen a
producir lo: 1." el fuerte derecho irofuesto sobre las telas de
algodon destinada.s al consumojenera de la poblacion, aleja la
importacion de estos productos, induce a los granadinos a convertirse en fabricantes, i mantiene a una parte de la pohlacion
en la ocupacion improductiva de manufacturas montadas sin
intelijencia, i cuyos artefa.ctos no pueden tener salida ventajosa. Se descuida en consecuencia la agricultura i la mineda ;
se dejan de aprovechar las ganancias que ellas podian propor.
cionar; no hai medios de comprar porque no se cria la riqueza
que pudiera dárnoslos, i el consumo es necesariamente mui
limitado, aunque la poblacion no es escasa. Porque no basta
para consumir el que haya ea unpais muchos habitantes; eB
menester que estos habitantes tengan medios de consumir, i estos medio~son la. riqueza, qne no se obtiene sino produciendo
DE LAS
lDl<:,\S ECONÓmCAS.
215
cosas que puedan venderse con utilidad, como nuestros tabacos,
nuestros azúcares, nuestros añiles, el café, el cacao, el algodon,
las maderas preciosas, el oro, la plata i el cobre do nuestras
minas, que se llevan a vender al mercado inmenso i rico
de la Europa; i no fabricando aisladame:lte i sin máquinas lienr-os i bayetas que se han de vender a la miserable pohlacion indíjena del pais; 2." la tenacidad con que se ha man.
tenido el derecho diferencial sobre Jas importaciones becbas en
lJUques de naciones que no están con la Nueva Granada sobre
el pió de la mas favorecida. Se ha sostenido así un privilejio en
favor de dos :.:laciones poderosas, que han hecho esclusivamen.
te suyo nuestro comercio de importacion; porque solamente
sus manufacturas i sus buques podian venir a nuestros puertos
con ventaja; i hemos estado privados de los beneficios que el
libre i franco acceso de los buques i productos de todas las
naciones a las costas granadinas nos hubiera proporcionado;
3." la desmoralizacion que introducen en el comercio de importacion los altos derechos i las tarifas restrictivas i prohibitivas.
El aliciente es grande para el contrabando; i cuando se cuen.
ta con que los empleados serán induljentes por las faltas cometidas en contravencion a una lei injusta, preciso es que se
baga; i hecho por un comerciante es seguro que se hará por
los demas, a ménos que consientan en arruinarse, vendiendo
despues de pagar los derechos a los mismos precios a que venden los que no los pagaron. El contrabando es un mal contajioso por necesidad, i es preciso adoptar toda clase de precauciones para que no aparezca; porque es seguro quo se difun.
dirá con presteza.
" El derecho de importacion moderado que establece la ta.
rifa que presento a las Cámaras, i el medio sencillo que en ell&.
se adopta pam cr.lcular este derecho soLre los efectos de un con.
snmo mas jeneral, son, en mi concepto, el remedio eficaz que
puede aplicarse a los males do que han sido causa las leyes
vijentes soLre el comercio de importacion. Puedo asegurar a
las Cámaras que la renta de aduanas tendrá un aumento considerable, si la tarifa se aprueba, i que los embarazos del co.
mercio, i el malestar de la poblacion, desaparecerán gradualmente.
"Frecuentados nuestros puertos por la marina de todas las
naciones, facilitándose el ingreso a nuestro pais de todos sus
productos con el pago de una contribucion moderada, desaparece el aliciente para defraudar el Tesoro; i a tiempo que
pesan más 108 riesgos en el ánimo del importador, se diRminuye
la induljencia de los encargados de celar el contrabando, que
verán en el que Jo bace un criminal que priva de un derecho
justo al Estado, i no un hombre industrioso que evita una vejacion i una estorsiOll insoportable.
216
APUNTAMIENTOS
SOBRE LOS PROGRESOS
" Por otra parte, la ~bundancia de vehículos en que esportar nuestros productos, I la afluencia de capitales que vendrán
a b~scarl08, darán a la produccion i al comercio de esportacion
un Impulso tan poderoso, que nos hará reparar en pocos años
el tiempo que hemos perdido sometidos a leyes basadas sobre
lOBmas crasos errores económicos.La escuela práctica de sufri~iento ~n que hemos estudiado, debe dejamos algun provecho;
1 las mUIHonorables Cámaras verán con placer que las lecciones no han sido perdidas: Un cambio feliz se ha efectuado en
las ideas; las elecciones se han hecho bajo la influencia.de las
opiniones liberales de la mayoría; i los lejisladores represen.
tan en este Congreso los mas sanos principios, así como vienen
animados de los deseos mas ardientes de sacar a este pais de la
senda tortuosa de las rutinas, para encaminarlo por la via ám.
plia i recta de los principios."
I despues :
" De buen agüero es para mí que granndinos i estranjeros
manifiesten la esperanza de un porvenir dichoso pam la Nue.
va Granada, fundado en los principios que han guiado la con.
ductil. del Ejecutivo en el uso do las facultades que las leyes
vijentes le conceden; pero todavía es un presajio mas feliz
para la patria el que, en esta época en que va a decidirse
de sus grandes intereses, en que vamos a emprender nuestra
rejeneracion económica i financiera, toque hacerlo a lejisla.dores ilustrados, animados del mas puro patriotismo i penetra.
dos de la necesidad de librar a nuestra patria del imperio de
las viejas rutinas, i ponerla bajo el dominio de los mas sanos
principios.
"Nuevo es en la Nueva Granada lo que propongo :lo los
lejisladores, i no se me oculta que, por esta sola razon, está
sujeto a objeciones i que pOl'muchos se creerá impracticable.
Es mui difícil resolverse a olvidar lo que se habia aprendido,
dejar los hábitos que se habian contraido por muchos años,
prescindir de intereses que se han formado sobre prácticas consagradas por la sancion del tiempo, para pasar a una vida nueva, en que hai que estudiar, eu que lo que va a.existir no tiene
semejanza con lo que ha existido, i en que por consiguiente
hai que renunciar a las convicciones adquiridas para formarso
otras, romper la relaoion de las esperanzas con los recuerdos,
i arrostrar las dificultades de la. transicion de lo conocido a lo
deaconocido. Consideraciones son estas, que talvez obrarán con
fuerza 8()brela meute de algunos, para decidirse por el statu
quo ~n que permanecemos hace tantos auos; pero que estoi
seguro no arredrarán a los Representautes del pueblo en la
empresa loable de mejorar nuestra condiciono
~'Las ocasiones de hacer reformas importautes no se pre.
DE
LAS
IDEAS
ECONóMICAS.
217
sentan todos los dias, i si cuando se presentan no se aprovechan, talvez no vuelven a aparecer en muchos aîíos; porque
pasan los hombres que pudieran llevadas a cabo, pasa la buena disposicion de los pueblos para aceptadas, i se arraigan mús
los abusos con el tras curso del tiempo. Aprovechemos, pues,
esta época. de esperanzas i de decision; alentemos a los ciuda.
danos abriéndoles el campo en que puedan emplear su enero
jía i el espíritu de empresa que han de¡;plegado Call el solo
anuncio de que el Gobierno se proponia sacar al pais de la
senda. tortuosa de las rutinas, i hacerla marchar por la via
recta i ámplia de los principios. La Providencia, siempre propicia 11 las buenas intenciones i 11 b pen;everancia en reali.
zarlas, bendecirá nllestros trabajos, i prestad su favor a lo"
que estamos encargaùos de ejecutados."
La. Lejislatura de 1847, eu la cual tenian asiento muchas
de las altas ilustraciones del pais, corresponùió plenameute a
los esfuerzos del Gobierno i a las esperanzas de la Nacion, sancionando siu vacilaciones la famosa lei ùe 14 ùe julio de aquel
afio, que marca la época de la libertad comercial ell el pais.
Su artículo 39 dice así:
"Art. 39. Sobre las mcrcaderías o productos cstmnjúros
que se importen en la Nueva Granada, por los puertos habili.
tados para el comercio de importacion, cualquiera que sea su
procodenGia a el buque en qne se importen, se coural'Ú,Ull solo
impuesto a contribucion, que se denominará" derecho de im.
portacion," i se pagará en las cuotas establecidas por la tarifa.
o arancel aùjunto a esta lei."
Aboliéronse casi por completo los derechos restrictivos, i la
rebaja jeneral en la cuota del impuesto fué de más de un 25
por 100. Abolióse el ùcrecho de tránBito sobre las mercancías
estranjeras por el Istmo, i se hizo una considerable rebaja en
el derecho de toneladas.
Comparemos estas cuotas con las 'de la tarifa de 1844.
El algodon manufacturado en toda clase do hilos i tejidos,
comprendiendo bajo esta denomiuacion los lienzos i domésticas,
11 centavos libra, en vez de 38t.
La harina de trigo, maiz a avena, 8 céntimos de real la libra
o $ I-GO por barril de 8 arrobas, en vez de $ 3-87 ï.
La lana manufacturada en ropa hecha, 75 centavos libra,
en vez de $ 12-52! porlevita i €s 3-7! por pantalon o chaleco.
Una montura para hombre o mujer, con a sin arneses, $ 4,
en vez do :il 12 i $ 8, respectivamente.
Lu. docena de sombreros de pela, ~ tl-GO, en vez de \fi 1\)-4.·1.
218
APUNTAMIENTOS SORRE LOS PROGRESOS
La loza blanca, $ 1-20 docena de piezas, en vez de
I así de la demas.
$ 1-82!.
Los hombres que sancionaron la reforma económica de
1847, nO esperaban que el progreso en las rentas públicas se
hicieran sentir inmediatamente, como por un efecto májico de
la rebaja en los derechos de importacion. Ellos sabian por el
contrario que momentáneamente el producto de la renta de
aduanas esperimentaria un déficit mui Datable. Lo mismo le
]Hl.biaacontecido a Peel en la Gran Bretaña, por la cual, agobiado por el odio de sus enemigos i por la vocinglería. de la iw.
paciencia i de la ignorancia, tuvo que abandonar el poder el 5
de julio de 1846.
Los efectos económicos i fiscales de la reforma debian
esperarse del incremento que la economía realizada por los
contribuyentes diera a la capacidad consumidora del pais,
cuando esos ahorros se hubieran convertido en capital produc.
tivo, i cuando el trabajo, libre de los obstáculos de la restric.
cion, hubiera comunicado nuevo vigor a la produccion nacio.
nal. Pero estos fenómenos no se cumplen en un dia, i ménos
en las transacciones de un pueblo atrasado i pobre: ellos necesitan años para realizarse.
'
Es verdad que en el año inmediatamente anterior a la reforma, 1846 a 1847, las aduanas habian producido $ 859,727,
i que en el año siguiente, de 47 a 48, ba.jaron a $ 692,037. Pero
aun este mismo déficit era ya mas aparente que real; porque
habiéndose rebajado los derechos en un -25 por 100, suponiendo que las importaciones hubieran sido las mismas, las
aduanas 8010 deberian haber producido $ 644,795, o sea un
25 por 100 ménos que en el año anterior; mas como el producto alcanzó a $ 692,037, es claro que por efecto inmediato
de la rebaja en los derechos, las aduanas tuvieron un aumento
de 7 por 100 sobre el producto de 46 a 47.
Desde elLO de enero de 1848, en qne qued6 abolido el
sistema protector ¡restrictivo, pudieron venir a nuestros puer.
tos los buques i productos de todas las naciones, que no B6 .
habian eximido por tratados de los errores de nuestras leyes.
La primera bandera que se vió en la bahía de Santa Marta, la
víspera de ponerse en cjecucion la lei, fué la. de los Estad{)s
Unidos de América, que habia quedado escluiJa desde que
terminó el tratado de 1824.
Dando cuenta de los resultados de la lei al Congreso de
1848, decia el sefior González la siguiente:
" No faltarán talyez reclamaciones para quo se restablez.
DE LAB !DEAB ECONÓMICAS.
219
can los derechos protectores de ciertas indnstrias, que pretenden no poder sostener la concurrencia
estranjera.;
mas el
Ejecutivo
confín. en que los lejisladores no atenderán estas
solicitudes perjudiciales, que se traducen por la pretension de
que se imponga lIna contribucion a los consumidores, en favor
de ciertos industrialefl que en nada contribuyen
al fomento
de la riqueza nacional. Cuando la agricultura
i la minería,
q ne son laR fuentes de nuestra riqueza i alimento de nuestro
comercio, ~,ehallan gravadas, la una con el diezmo, i la otra
con el derecho de quintofl, protejer los artefactos que la Europa
i la América del Norte pueden enviar a precios baratísimos a
todos los mercados del mundo, seria un contrasentiùo económico imperdonable.
Libertad para producir i cambiar, he aquí lo
qne ellejisbdor
debe conceder a todos, i dejar a la intelijencia
i a. la acti viciacl el campo Ebre para obtener 1o.sventajas que la
poca hahilidad o la pereza pretenden
conseguir con una proteccion onerosa para la sociedad entera."
La. Administracion .M:of;quera no se desalentó por los primeros resultados fiscales de la reforma, ni por los embarazos en
<tue la rebaja de los derechos, combinada con el creciente pago
<e los dividenrIos de la deuda estranjera, i con el aumento do
Josgastos públicos, ln. habia puesto; tuvo hasta el último momento fe en los principios de la ciencia, i pOI eso decia al Congreso de 1849, en la Memoria del ramo la siguiente:
"Ln. lei i tarifa de 14 de .iunio de 1847, sobre los derechos
que se cob-mn en las aduanas, aunque basada en principios económicos qne nunca fallan, no ha producido todavía los resu1tl\dos ventajosos que promete: ellos son obra del tiempo; i sin
embargo, causas estrañas i las cOllsiguientes a 1:1 transicion, han
contribuido a arrebatarnos
por ahora parte de los frutos quo
mas tarde debemos recojer. Nuestro comercio ha debido por
cierto resentirse de la crÎsis mercantil i do los trastornos quo
han aflijillo a casi todas las naciones europeas. Paralizadas por
otra parte1:1s importaciones
durante et primer tercio del año,
para gozar los interesados cio la rebaja concodida por la lei en
los derechos, i apesar de que en los ültimos ocho meses excedieron notablemente al mismo período del año anterior, nunca.
alcanzaron
al del último uña económico. D6bese osperar,
pues, que en la venidero se repare casi el déficit, i en adelante
haya un numento progresivo, a. medida que tome la actividad
que, sin duda, tomará nnestro comercio, si la mejora de los
principale" caminos nacionalefl se lleva, como la exije la pros_
peridad de ln. H.epúhlica, al punto que facilite el movimiento do
los cambios i trasportes a un precio soportable."
220
APUNTAMIENTOB
SOBRE LOS,PROGRESOS
LA REFORMA DEL SISTEMA.
MONETARIO.
Por esta vez nO podemos acusar sino mui parcialmente a la
madre patria, de los males que por tantos afiOBsufrió la Repú.
blica con las perturbaciones, la desconfianza i la. falsificacion
introducidas en el mecanismo de los cambios, por el desconoci.
miento de las leyes económicas que determinan el valor natural
de las monedas, i que deben servir de lei a la probidad del
Gobierno. Sea dicho en honor de la justicia: el Gobierno espa.
tIoI no figura entre los autores principales del arbitrio fiscal
de la reduccion forzada i fraudulenta del peso i de la lei de las
monedas. El Dante tuvo que ~buscar en Francia a Felipe el
Hermoso para colocarlo en su infierno por monedero,falso. Las
monedas espl.l.fiolashan,sido en todos tiompos unas de las mas
apreciadas del mundo por su belleza. i por el crédito de su peso
i de BU lei.
El oro que se dispuso amonedar en las casas del Nuevo Rei.
no por la ordenn.nza real de 13 de diciembre de 1751, debia tener
la lei de 22 quilates (0,916!) de fino. De cada marco de oro que
pesaba 230 gramos, debian sacarse 68escudos de a 2 pesos, 0136
pesos fuertes; i como se pagaba a los introductores a. $ 128 i 32
maravedis, la Real Hacienda ganaba 7 pesos, 7 reales i 2 mara·
vedis.
El peso espafiol de 8 reales era un poco mayor que el peso
fuerte de nuestros dias, piles pesaba 542 granos i l'f de grano
(26.47 gramos) a lei de 10 dineros 20 granos (0,9021-)
Haciendo las convenientes reducciones, la onza ~spafiola pesaba. 27,580 milígramos; la media onza 13,529; el doblon de 2
escudos 6,764; i el escudo 3,382.
Con la lei de 22 quilates se estuvieron emitiendo las monedas de oro españolas hasta que se disminuyeron a lei de 21 quilates, 2! granos, o sean 0,901 en vez de 0,916t, por la real cédula.
de 18 de marzo de 1771. La España se vió obligada a dictar
esta medida para rebajar la lei de sus monodas do oro al nivel de
las otras monedas de Europa, principalmente do Inglaterra i
Francia.
Por otra' real órden mui reservada, de 25 de fehrero de
1786 se previno al Virei de Bogotá que desde 1.0 de enero
de 1787 se rebajase la lei de las monedas de oro a 21 qui.
lates (0,875).
La unidad de las monedas de plata españolas era, como
hemos dicho, el peso fuerte do 8 reales con el peso de 542 i l~
de grano (26,47 gramos) a la. lei de O,902j do fino.
DE LAS
IDEAS
ECONÓMICAS.
221
.'.~--~-----------~---------Fn6 el Gobierno delll.ntiguo Estado de Cundinll.luarca., en
1813, presidido por dOli :Mauuel Bernardo Álvarez, el que, n
semejanza de los romano~) que durante la segunda güerra pú.
nico. redujeron a ~tnn onza de cobre el as que pesaba dos,
mandó emitir como arbitrio fiscal para las necesidades de la
guerra unn. moneda de platr.. de 7 dineros (0,5831) que es la
que todavía circula hoi entro nosotros, con premio de 4 i 5 por
100 sobre cloro de 0,900, conocida con el nombre de " peso
chino," porque tiene por el anverso el busto de una india ea.
rouada de plumas. (Así estaba el cambio en 1874).
Por iguales motivos de escasez de recursos con que soste.
ner la guerra, los realistas ocurrieron al mismo arbitrio de
los patriotas, emitiendo monedas de baja lei; i el Capitan "
jeneral Montalvo durante su gobierno en 'Santa Marta, de
1812 a 1818, hizo acufiar unn. moneda de plata de lei todavía
inferior a la cundinamarquesa. Las tropas del jeneral Morillo
difundieron esta moneda por todo el pais cuando reconquistaron las provincias de la Nueva Granada en 1816. ('if)
El Congreso Constituyente de Cúcuta, queriendo, como
dicen los considerandos de la lei, remediar los males mui gra_
ves que sufrían los pueblos por la diversidad de monedas intro_
ducidas con la guerra, persuadido de que estos males no se
cortarian miéntras todas esas monedas no se redujeran a un
peso i lei uniformes, dict6 la lei de 1.° de octubre de 1821
mandando: 10° que todas las monedas do oro colombianas tuvie.
ran el mismo peso i lei que se les daba por la ordenanza es.
pañola; i 2.° 'lue todas las monedas de plata en circulacioD,
esceptuando las de cordoncillo espaflol i la macuquina anti.
gUllo,se reacuñasen con la misma lei i peso de las antiguas
monedas españolas. Pero esta lei DOpudo cumplirse por abso_
luta escasez de fondos j i el Gobierno de Colombia, para elu_
dir la prohibicion legal, continuó emitiendo monedas de plata
de baja lei, poniéndoles fecha anterior a su reacufiacion.
El Congreso de 1823, urjido por las necesidades de la guerra.,
autorizó la emision de la moneda de 8 dineros por la lei de 4 de
junio de 1823. La lei de 14 de marzo de 1826 repitió el mandato
de que las monedas de oro se acunasen con el mismo peso i lei
que se les daba bajo el Gobierno español; pero nada dispuso
respecto de las monedas de plata, las cuales continuaron acu·
fiándose a la lei de 8 dineros ( 0,6661.).
Fué la lei granadina de 20 de abril de 1836, (lei 16, p. 4.·,
t. 5.° R. G. ) la que volvió a bacer un esfuerzo para uniformar
el sistema monetario, poniendo las monedas de plata en relacion
con el valor del oro. Esta lei dispuso que los pesos, medios pesos
(*) Dato3 estadísticos e hi~tóricos tomaùos de la Memoria sobre nmoncdacioD, cscrita por el señor José Manuel Restrepo, CIl 1861.
222
APUNTAMIENTOS SOBRE LOS PROGRESO S
i cuartos de posoo pesetas, tuvieran en adelante la lei de 10
dineros 20 granos (0,902j,) la misma que habian tenido las
monedas de plata españolas desde 1772. Acuñátonse a esta lei
19,559 marcos de plata que produjeron $ 166,.500: pero hoi no
se encuentra en el pais una muestra de esta moneda, porque
toda se llevó a l¡¡glaterra para hacer el apartado del oro que
contiene la plata aurífera de nuestras minas.
La lei de 9 de abril de 1839, (17, p.
t.O5,° R. G.), volvióa
permitir la acuñacion do monedas de plata a la lei de 8 dineros.
4:
~n esto estado,encontró las cosasla Administracion Mosquera, OR decir retrotraidas al que tenian cuando la provincia de
Cundinamarca, en 18I;~,o~urrió al arbitrio de la emision de moneda de .plata de baja lei. Las leyes granadinas sobre monedas
continuaban pues empeñadas en mantener la ilusion de que un
peso de 8 dineros valia lo mismoque un pesode Il dineros, i en
forzar a los dueños de las onzas de oro a que dieran una onza
de oro por 16 pesos de 8 dineros, que solo contienen 245 gramos
de plata fina, comola daban· por 16 pesos españoles, que conte.
nian 382 gramos de plata pura, despreciando fracciones.
La Administracion Mosquera se decidió con voluntad firmo
ll. cortar los males de raiz, acelerando la amortizacion de la
moneda macuquina, i restableciendo entre las monedas de oro
i plata la relacion de valor intrínseco jeneràlmente admitida.
en todos los pueblos civilizados, en vez de la relacion absurda
i contradictoria que por las leyes vijentes existia entre las
monedas de plata de 8 dineros, o la macuquina, i· la moneda
de oro de 21 quilates (0,875).
Los perjuicios que semejante estado de cosas causaba en
la circulacion, i la inseguridad con que afectaba todos lOB
cambios, eran inmensos. En una semana habia 6UbiJoel premio del oro sobre la plata del 8 al 18 por 100. ~Quién podia.
calcular sus ganancias ni sus pérdidas bajo la inBuencia de tan
~arosas circunstancias?
La oscasez de numerario era mui grande, i esto tenia tres
causas: La que la mayor parte de la moneda de 8 dineros
corria a las provincias del Sur i de allí pasaba a la vecina
República del Ecuador, donde se admitia con premio sobre las
piezas franCesas de 5 francos; 2: que nuestras leyes mantenían rigurosamente prohibida la reimportacion de nuestra
moneda j i 3: que desde la emision de monedas de baja lei,
habiamos desterrado naturalmente de nuestro mercado las
monodas de los otros paises, que nadie volvi6 a traer a la
N ueva Granada, porque se habria visto forzaùo a vendedas
l)crdiendo.
223
DE LAS IDEAS ECONóMICAS.
--.--------------.----.-------
.•.
----.-.-------
La escasez de numerario contribuia poderosamente nI
alto intcres del dinero, que babia subido desde el 5 por 100
anual, que se pagaba cun.ndo todas las monedas del Continente
circulabn.n con facilidad cutre nosotros, hasta el 24 i el 36 por
100, que era el precio corriente en 1846.
Para remediar estos males i los de la csportacion clandestina del oro, que no tenia. otro camino para bu ir de los inso.
portables derechos con que estn.ba gravado; propuso la. Administracion Mosquera al Congreso de 1846, por conducto de su
Secretario de Hacienda señor Lino de Pamba, dos proyectos de
lei que hacen época en la historia de la libertad del comercio
de meta1.es preciosos; el uno permitiendo la esportacion del
oro en pasta i polvo con un derecho de 7 por 100, i reduciendo al 6 por 100 todos los derechos de quinto, fundicion i porte
de correo del oro destinado a la amonedacion ; i el otro adoptando el sistema decimal i la lei uniforme de 0,900 para la
acuñacion de las monedas de pln.ta, cuya unidad seria el real
con el peso de 2} gramos.
El señor Pamba estimn.ba que el gravámen actual, recarga.
do con la pérdida que la prohibicion de esportar las pastas im.
ponia al dueño del oro, era de 10-ô por 100; i que el gravúmen futuro COll la libertad de esportacion solo seria de 4-5ô
La gran dificultad para realizar la reforma del sistema mo.
netario consistia en el temor quo todos abrigaban de que la.
moneda de plata do ocho dineros iba a sufrir una depreciacion
correspondiente a la diferencia entre su lei i la de 0,900; es
decir que un peso de 8 reales solo quedaria valiendo 6 reales
i 3 cuartillos.
El señor Pamba desvaneció con una claridad majistral ese
temor, racional eu el fondo, pero que él comprendia que no podia
realizarse por la influencia del hábito i de otras circunstancias;
i es realmento admirable ver hoi, <lepuesde 30 años, cómo se
han realizado al pié de la letra sus cálculos sobre el curso quo
ha seguido el valor relativo de los dos metales, i sobre el papel
que las dos monedas de oro i plata están llamadas a desempeñar como iutermediarias de la circulacion. Al efecto decia:
. "El tropiezo único eon que se tocará será la presunta depreciacion de la moneda actual de plata, con respecto a la moneda de oro: juzgo de mi deber esforzarme en deshacer de
antemano toda equivocacion sobre este punto capital.
"De ningun modo debe temerse que la depreciacion do la
moneda circulante de plata siga la misma proporcion do ocho
a diez, pues han de impedirlo forzosamente diversas causas que
procuraré esplan'1rj siendo la principal de todas el becho notorio
de hallarse en la N ueVllGranada, apesar de sus mal compajinadas leyes monetarias, o por el vicio mi'imo de ellas, los precios
224
APUNTAMIENTOS SOBRE LOS PROGRESOS
venales o de cambio de las monedas de oro i plata en la relacion
de sus valores nominales. El oro se cambia, por plata con un
premio hasta de 8 por 100 en las provincias deLinterior, i hasta.
de 12:por 100 en las marítimas, no siendo todavía mucho mayor
este premio por la., supera.bundancia de la moneda de oro,
i por lo limitado del movimiento mercantil. Promulgada que
sea. la lei que restablezca a su lejít.im~ proporcion 108 valores nominales relativos de las monedas de plata i oro, varia.
rá la apariencia de las cosas sin variar éstas sino paulatina.mente en la realidad: vendrá. a pasar a la plata, en la forma, el
premio de cambio de que hoi disfruta el oro, i es seguro e in.
dudable que tardará muchos afíos en correr a la par como
mercancía., pues aparte de otras rAzones las acuñaciones de oro
habrán do duplicarse,.i tripli<:arse, sin 9Ul;l sé verifique. aumento
notable en las acuña.ClOneso mtroducClones de plata, 1 la plata
será por largo tiempo la reguladora del cambio.
" Los precios de los artículos ordinarios o indispensables de
COllsumo,ninguna altera.cion sufrirán, o si la sufren será. de un
modo lento e imperceftible, i sin afectar por consiguiente los
intereses de nadie. E Gobierno no exijirá. en sus ad'uanas, ni
por la sal, ni por el tabaco, ni por el pa.pel sellado, ni por razon
de otro impuesto alguno, mayor cantidad de plata que la que
ahora exije, ántes exijirá ménos por porte de correo si se adop.
ta. la reforma solicitada de la. tarifa, i en cuanto a la sal, su
precio de venta. acaba de rebajarse en la salina del distrito de
Cipaquirá: tampoco pagará a sus empleados i ajentes sino
como actualmente los paga. El arancel de derechos judiciales;
bueno o malo, permanece tal cual se halla establecido. El ,es.
pendedor de mercancías estranjeras no subirá los precios de
éstas en el menudeo; porque su importacion no cuesta más, i
porque el oro con qno ha de cubrise su valor en Europa se ob.
tiene despues de la nueva lei al mismo o poco mayor costo que
ántes: ni alzarán los !)uyoslos vivanderos, los artesanos i menes.
traIes, los dueños de fincas rurales o urbanas, porque lo que
ellos necesitan, no ha encarecido. Tampoco padecerán menos.
cabo sensible, aunque al afirmado lleve visos de paradoja, lOB
contratos i transacciones) pecuniarias anteriores a la reforma:,
lo que haya de pagarse o cobrarse en pesos de a ocho rel\lee
granadinos, Ilepagará. o cobrará, pudiendo adquiriese entónces en.
cambio de ese valor lo mismo, con poca o ninguna diferencia,
que se adquiere en la actualidad.
"I aun concediendo como posible que la depreciacion no.
minaI necesaria de la moneda de plata de ocho dineros llegue
a afectar sensiblemente, dentro de poco su valor convencional
circulante, concesion hipotética que no debe estenderse sino a
lo sumo hasta un cinco o cinco i medio por ciento adicional de
DE LAS
IDEAS
225
ECON(¡;lIICt.8.
b:tja, no pal' eRa la refor,n:1 mouctaria pro pueRta será taehablo
de injusta a irrpolíticfl, ui ncreeertL repulsa ci proyecto que la
establece.
La depreciacioIl efectiva de la IllOUetht actual de
plata seria consiJerada. como una cot'.tribuciou imp~()sta para
el impol'tanti:'iimo o~)jeto de amortizar la mda moneda; opera.
cion que t:t,·tlc o :.cll1prano ha de verificarse fi espensas del Te.
sara llD,cioil:1l,es (hcir a espenms de los contribuyentes CI ue llenan sus (l,rcas i que cuanto ,UURtarùe se ejecute ha de ser mas
dificil i ¡na:; costosa. El redizar cou un gfl1vámen tan lijero la
colo,ml cll111c;sa, tlU'Cve¡·el.'.lOSc;uJl1jJliùa si pasc,n los proyectos de
loi, (de :lli1o;:t;7.arcerca ùe t:,es miJloncs de pesos de corùoncillo
i mn.cwlllira, il,hor¡'audo al Tesoro el sacrificio de mns de un
miJloll que so 1m eomlJUt:l.l!O cost:1.ria hacerla por los medios
ordinario:;), será lIll rc~;ultario (lue pareciera proùijio si no so
viese cOllspir,u natmn.luwnte
a p;'odlleido una feliz comùi.
naeion de cj<·c.lIlsta·:ci:l~;. K:a cOllt"i1J1wion, notaré <lepaso, tcn(hia carv.etC·C8 d;:; hor~(;:l(l ,;i!ll~':llares; ~Tavi:a"ia ('0'\ igur.ldad
sobre todos los JJal)il;:lJ~~s del ¡')<1is,1J1\~!'-;(lUC n,Jo. uuo ia pagaha ell esactr. proporcioll cou St\S pocos a 'llucl~os habètes en numerl'xio; s~ p,lgt'.riu. casi sin :J.dvcrtirlo. i gota a gota, ¡;egun la.
medid[t dEl COlliHntlOi reprocl \leeion tIel capital; i de ella se
nprovechn.ria inteL~mmeut() la Nacion, por no necesitarse do
aj en tl!S pan" recauùarJa. ui ser posiLle~ los frU1ll'es."
Efectiv:1l1leute, el Congreso de 18·16 ospidió la lei de 23 de
mayo de ese ~;'ío, permitie¡;do b cRportacion del oro sin amone.
dar con el pago do un derecho único de 6 por JOO e¡1 especie
por raZa!! de <1U[ut08, funùicion i IJorte de corroo; i la de 2
de junio sobre 1ll0neJas ur.ciolla.lèS. Por esta Últin':1 se adoptó
el sÜ,tema decimul i ln. lei uniformo de 0,900 para h~:;monedas
de oro i pb:l.ta.
La. uuièaù monetaria seria el real de pbta con el poso do
un adarme, once f~rallos i uu quiuto de ~rano, equivalente a.
2~ gramos i a. la lei de 0,000. El artículo 11 dispuso, como era
z:.aturn.l, quo continuaran en circulacion por su valor nominal
la.s monedas de plata gmnaùinas i colomuianas; pero conser.
vándose prohibida su ilIlPortacion de pais estranjero. El oro
se pagaria a los introùuctores
dándolcs su proùucido íntegro,
con solo la deduccion de 3·~ por 100 ..
Esta le;., sinemhargo, no era completa; ella atlolecia de dos
defectos principales:
que al mismo tiempo que mantenia prohibida la reimportacion
ùe la moneda nacional de ocho dineros,
no habia abierto las puertas a las monedas estranjeras de igual
peso i lei ùe las que ahorD. se Inl1ndalmn emitir; i como continuaba la escasez de numerario,
por la afluencia ùe las anti.
guas monedas de plata a los mercados del Sur, eran muchos
los males ~.ue ~e ~ufriail C'l hs p,oyincias del Ncrle i Centro
15
226
APUNTAMIENTOS
SOBRE LOS PROGRESOS
de la ~pública;
i segundo, que la lei, aferrada a los ríjido¡:;
principios de Juan B. Sa.y, i sin tener en cuenta las modifi.
caciones que esos principios pueden sufrir i sufren en la práctica por la influencia de los uSQ.<;
i costumbres de cada pueblo,
no habia querido fija.r la equivalencia oficial entre el valor del
oro i de la plata.
Cornoobservaba el señor Florentino González en su esposi.
cion al Congreso de 1848, seguíanse de aquí males de mucha.
consideracion. Como la verdadera unidad monetaria del pais,
tanto por la lei como por la costumbre era la plata, las monedas de oro no entraban en la circulacion, i habian quedado
reducidas a la condicion de pastas selladas con grandes fluctuaciones en su precio. E., cierto que desde que en un pais hai mo.
nedas de distintos metales, la lei no puede fijar con rigurosa esactitud su valor relativo, i que el curso natural del cambio determinará siempre un premio en favor de las mas solicitadas;
pero estas flutuaciones serán menores, o casi insignificantes, si
a estas mOlledas se les fija su valor relativo en la proporcion
conocida ell el mundo .comercial entre el valor del oro i de la
plata, i si se facilita su circulacion adLl1itiéndolasel Estado en
pago de sus estellsas transacciones.
El señor González se empeñó en que las lejislaturas de 1841
i 1848 corrijieran estos defectos; pero solo se consiguió parcial.
mente: la lei de 27 de abrillle 1847 mandó admitir en pago
de las contribuciones nacionales las monedas de plata de Fran.
cia, Béljica i Cerdeña arregladas al sistema decimal, a raZOD
de 2 reales el franco. La lei de 20 de marzo de 1848 hizo es·
tensiv3s estas disposiciones a todas las monedas 'estranjeras,
iguales en peso i lei a las granadinas.
La lei de 4 de junio de 1849 permiti6 la ~portacion del
mineral concentrado de oro i plata, pagando un derecho de 3
por 100 sobre el valor que contuviera el mineral reducido a
moneda Je oro o plata.
Para completar la reforma del sistema monetario, quedaba
aún por retirar de la circulacion la antigua moneda macuquina
o de cruz, de forma irregular, sin peso i lei conocidos, la cual
era un elemento permanente de inseguridad i de desconfianza,
por las facilidades que ofrecia para su falsificacion, i sobre todo
para ser impunemente recortada a cercenada ..
La lei de 30 de mayo de 1838 habia autorizado al Poder Ejecutivo para su paulatina amortizacion, a medida que 10 permi.
tieran los recursos del Tesoro; i para que fuera retirándola por
provincias, de la ciroulacion. Estas operaciones comenzadas bajo
la Administracion Márquez se practicaron principalmente bajo
la del jeneral Herran; i en 1848 eran ya muipocas las provin.
cias donde circulaba la macuquina, la cual habia re fluido en
m; LAS IDEAS ECONÓmCAS.
227
r,mn p~rte 3. la de Bogotâ. So ca.lculaba una existencia de medio millon de pesos ..
Pero decidiùos el jeneral Uosquera i el señor Gonzále? a
poner término a esta vergonzosa situacion, espidieroll el memorable decrc-;o do 1'1 de junio de 1847, declarando que cI3l de
a60sto de 1848 dejn.ria de ser do obligatorio recibo, n.sí en las
transacciol13S particulares como en pago de Jas contribuciones
púhlicas, ln.mOTlaùa macuquiaa, i disponiondo el modo i términos
do su alllorti,mcioll con billetes de Tesorería. Grande fué lu. alarma que prod njo esta medida; pero el Gobierno, que no sabia
retroceder ante esos obstáculos, la llevó a efocto con laudable
firmeza, i elLO do setiembre de 1848, dejó de ser moneda legal
lu. maeuquina.
En el n~islr..oaño llegaron de Inglatorra Jas nuevas máqui.
nas peclid.a~ para la acufiacioll de las 1I1011edl~s
mandadas emitir por la lui de 2 de junio de 184G, i de este moùo se complementó la reforma i unificacion de nuestro sistema monetario.
La única cllestion prácticn que nos queda por resol ver eil
ln. de cOllse.!,uir (!lIC clora
penotre eu la maso. jeneral de las
transacciones, que adquiera por el uso el carácter de verdadera
moneda (lue hoi no tieue, para que desaparezcan las dificul.
tades COll(PlOtropie7.a la circuIacioJl mouetaria del pais, i COll
ellas el des~uell to absurdo, porque ot;~onomhro no mereco, de
4 a 10 por 100 l/lIe la ignorancia i la ospeculacion hacen sufrir
en el mercad.o a las monedr.s do oro. (Esto se escribia en 1874).
Fijado como está el valor legal relativo del oro i de ln.
plata, cn la proporcion en que está ell el mundo civilizado el
valor relativo de lOf) dos metales, la no circulacion de las mo.
nedas de oro a la par de las monedas do plata, no tiene otra
callsa quo ln. desconfianza i el atraso comparativo de nuestr:..s
pohlaciones internas, apegadas todavía a los usos i tradiciones
lllullicipales de la Colonia, i separadas del contacto inmediato
Call el comercio de los otros pueblos.
Tambieu hai que reconocer quo el descrédit<l del oro provino, i proviene tod:wía, de In. illlperfeccioll a sea Je la mala
calidad extrinseca ùe nuestras monedas, i do la cstensa falsifi.
caciou que por esta causa so ha hecho de ellas. Si todo el mun.
do pono gran cuiJado en el exárnell de una mOlieda de plata
Je valor de 10 o 20 centavos icúmo puede exijirse que el pue.
blo admita cou facilidad monedas de oro quo no está acostum.
brada a examinar, i en qne la pérdida, por el riesgo de la falo
sificacion, no es de 10 a 20 centavos sino ùe 1 a 10 pesos?
Pero el ell11Ílibrio eutre el valor corriente del oro i de la
plata se restablecerá a. mediùa que mejoren nuestras monedaR,
(lile se aleje la.descoll(jauzu i que vuyu form(mdose por el hú.bito lu eùucu<.:ion lllcrcaur,il de nuestrus masas . .En esto, como
228
APUNTAMIENTOS SORRE LOS PROGRESOS
en todo, hai que confiar ~ la accion del tiempo el encargo ùe
vencer el imperio de la rutina i do las preocupaciones; pero
no debemos arredrarnos ni retroceder ante 108 primeros obs.
táculos.
La abolicion del monopolio del tabaco pertenoce con propiedad a la. matoría del capítulo siguiente.
________
...•__
~__
•.•....•.•..•
__ ,",r
_
CAPITULO V!.
El movimientoliberal de 1849 3. 1853.
Solo el período que estamos atravesando, ésto en quo va.
mas n. poner cou la instruccion, el créditD, el ferrocarril i el
teI6gra~'0 bs bases seguras i permanentes del .' "nroll0 eco.
nómico e industrial del pais, podrá dentro de ~ J.ños,cuando
este cultivo haya principiado :.t cambiar la fa;. de la nacion,
compararse en fecundidad, en elevacion i en verdadera grandeza al período do 18!9 a 1853. Si en la época actual se cavan
cou ma'lO firmo los cimientos del progreso, en aquella so ejecut6 un trabajo colosal para preparar el terrello, limpiándolo
de las nalezas i de las ¿!antas agrestes que absorbian los jugos
nutritivos de la tierra, para abatir resueltamcnte el bosque
secular de las rutinas i del empirismo, quo mantenia ese suelo
oculto u 103 rayos viviûcu.ntes del sol, i para romper el dique
del centralismo que ma::J.tenia estancada.s las aguas quo dobian
abonado i fecundarlo.
Ya han desapareci(~o afortunadamente los intereses oligárquicos quo ostallaron con toda la vohemencia do la pasion i del
odio contm los reforrnadores de aquella época. liai solo quodan
en pié, de relieve, los benéficos resultados de aquella reforma,
convert~das eu fundamentos de nuestra constitucion política i
social, i aceptadas por los hombres ilustrados do todos los par.
tidos. For la mismo podemos ya apreciarlas en completa calma;
pero manteniéndonos en el terreno do los intereses económi.
cos, c011sideraremos eûas reformas con absolutfl, proscindencia
del movin:Îento político que las iÚlpeliÓ; i por la mismo que
fueron ln. obra victoriosa del partido liooral, pondremos espe.
cial cuitlado en ser sóbrios en su elojio.
Auuque la Lejisbtura do 1843 espidió la Ici de 23 do
mayo decretando que desde 1.0 de enero ùe ] 850 seria libre en
toda la Repúhlica el cultivo i comercio dol tabaco, sujeto solo
a un ù3reuho de esportacion do t\4 por cada quintal que se
esporta:;e on rama, i Je 82 por cada quintal do cigarros, pecando al parecer contra la cronolojía, no homos croido qllo
debiamos colocar ni atribuir esta importante mcdida al período
de 4G a 40: 1.0 porque ella no se complement6 sino por las
leyes do 12 de junio de 1810 i lG de mayo do 1850; i 2: por.
230
APUNTAMIENTOS
SOBRE LOS PROGRESOS
que la. promesa de là.abolicion del monopolio para 1.0 de enero
de 1850, que era. lo único que en reflúmen contenia. la lei de
48, fué obtenida a. despecho de todos los esfuerzos que para.
impedirla hizo la. Administracion Ejecutiva. El Presidente,
Jenelli.l Mosquera, 10 único que tuvo fué el talento de no objetar una lei que la. opinion pública. reclamaba con gran calor
que aún tenia 18 meseflpara su ejecucion.
Mas no por esto es nuestro ánimo acusar a la Administracion Mosquera de que procediera por espíritu retrógrado o ili.
beral en la oposicion que bizo a la inmediata abolicion del
monopolio. Sus objeciones se dirijieron únicamente contra los
resultados fiscales de la medida, por 01 temor de que un desfalco
repentino de cerca de medio millon de pesos, que era el producto líquido de la renta, cayendo ya sobre un tesoro en des.
cubierto, pusiera en sério peligro la marcha del Gobierno.
El sefior González, comprendiendo que cuando está de por
medio el interes jeneral de los pueblos, la opinion que ha
resuelto hacer una conquista importante en el camino de la.
libertad i del progreso, no se apiada do las penurias del fisco,
no habló una palabra. de esto en la Memoria de ]847, i se propuso combatir la reforma con razones mas o ménos espociosas
do conveniencia. pública. Segun él los productores granadinos
no tenian todavía la capacidad industrial ni mercantil necesaria
para aprovecharse de la libertad del cultivo i del comercio del
tabaco; i era. preciso preparar su educacion por algunos años
más bajo el monopolio.
"Oportunamente, decia, se pasarán a las Oámaraslas £life.
rentes solicitudes q\le ban venido al despacho de mi cargo, sobre
que se permita el libre cultiV'Oi comercio del tabaco. Deseoso
el Ejecutivo de que esa medida no se tome sino cuando se tenga seguridad de que puede ser provechosa a la nacion, ha fija_
do en el proyecto la produccion que, cuando se alcance, será
una prueba de que ya puede cesar el monopolio sin menoscabo
de las rentafl nacionalc8, i con ventaja de los que se ocupen en
el cultivo i comercio del tabaco.
"En nuestro pais, en que todos trabajan aislados, en quo
no se tienen ideas del modo de hacer ventajosamnte el comer.
cio de esportacion, fácil es concebir los resultados que tendria.
el inmediato desestanco del tabaco. Otros productos esportables son abundantes i baratos en varias provincias de la Repú.
blica, i podri~n esportarse con utilidad crecida, si se supiese
hacer este comercio; pero el hombre que trabaja aislado, como
jeneralmente trabaja el granadino, con un corto capital que
invierte en una. pequeña cantidad de frutos, que conduce i va
a vender él mismo, no puede tener utilidad; porque los gastos
personales, el valor del tiempo, del trabajo i ~e la intelijencia.)
DE 1,,\8 lDEAS ECONúl\rICAS.
231
son los mismos para conducir i realizar un pequeño cargamen_
to, quo uno grande; pero las ganancias de uno pequeño no dan
lo bastnllte para hacer estos gastos. El habitante del interior
quo lleva a la Costa cien quintales de azúcar, por ejemplo, tiene que venderlos con un 200 por 100 de recargo para sacar sus
gastos; i si en lugar do 100 llevara 1,000, con yondedos al
ciento por ciento tendria mas de 50 por 100 de utilidad neta.
Sinombargo, 01 granadino no sabe todavía hacer este cálculo;
no sabe que asociándose a otros pequeños capitalistas
puedo
hacer grandes acopios de frutos, mandarlos al estranjero i realizar Sll valor, por medio de letras de cambio, sin mover¡:e del
lugar de su residencia, ni desatender sus ocupacionos. Un gobierno quc conoce que tal es el estado en que se hallan los co·
nocimientos mercantiles en el pais, obraria con imprudencia,
si promoviera inmediatamente
el que se dejase libre el cultivo
i comercio del tabaco. Ha becho, pues, lo que su deseo de proporcionar ventajas a la nacion le dictaba como necesario. Ha
promovido la formacion de compañías que, en los distritos en
que la produccion es buena, cultivén el tabaco, lo acopien i
preparen con intelijencia, i en cantidad hastante para dejadell
utilidad, f:¡.cilitándole~ el pago en letras sobre los lugares Il.
donde lo e~porten. El dia que la esportacion haya subido a l3.
cantidn.d que se fija corno condicion pam. el desestuneo, 'ese dia.
hai ya pruebas de que el comercio de esportacion se hace de
una manera. provechosa, de que la prodllccion se prepara con
iutelijencia
en el interior, i de que una gran cantidad del jénero tiene salida en el estarior. Entónces puede dejarse libro
la prol~uccion i el comercio del tabaco, pagándose la eontribucion que estableco el proyecto, sin que haya riesgo de un déficit en los produc.:tos de las rentas, ni de que la nacion deje de
sacar ventajas de este comercio. Estas son las ideas del Ejecutivo, i las que espero consagrarán los lejisladores con su san-
cion."
La Aclministracion creia eludir la dificultad, aplazándola, i
para satisfacer las exijellcias reiteradas de la opinion presentó
ti. la misma Lcjislatura
de 47 un proyecto de lei orgánico de la
renta, cuyo artíc.:ulo 48 decia: "El primero do enero siguiente
al año económico en que la esportacion anual de tabaco para.
paises Gstmnjeros haya excedido de 50 mil quintales en el año,
cesará el estanco del tabaco, i scrán libres su produccion i venta pam el consumo interior i para la esportacion."
En el año siguiente de 1848, la Administracion continuan.
do en el sistema de alegar razonnes de otro órden para aplazar
la medida, decía al Congreso en la Memoria de Hacienda,
todavía bajo la firma del señor González 10 siguiente:
" Las nnevas factorías establecidas en el año anterior, han
232
APUNTAMIENTOS SOBRE LOS PROGRESOS
empezado a producir tabaco de buena calidad, que se esUIes.
portando a los mercados estranjeros. Los empresarios de dichas
factorías se han esmerado en difundir el conocimiento de los
mejores métodos para el cultivo i preparacion del tabaco, i a
su solicitud cuidadosa se debe el que la poblacion de los dis.
tritos a propósito para la produccion de la planta, se vaya instruyendo en-el cultivo, Es probable que dentro de poco tiem.
po, el comercio que se haga con este artículo sea de mucha
consideracion ; pero como a meùida que él abunde en los mercados estranjeros, el precio habrá. de bajar naturalmente, no
deben formarse cAlculosexajerados de las utilidades que reportará el pais, basados sobre el precio que ahora obtieue el tabaco
granadino. Dificultades grandes habrán de vencerse para abrir
a nuestro ta.baco otros mercados que aquellos en que ahora se
vende; porque el gusto do los pueblos por este artículo de lujo,
no ~e cambia en un dia, i los que están acostumbrados a.l uso
del tabaco de otro pais, no admitirán repentinamente al consumo el de la Nueva Granada, para sustituirlo al que es conforme a su gusto. Sinemhrgo, la superioridaù reconocida del
tabaco granadino, debe darnos esperanzas de que llamará la
atencion de los consumidores, i hará que con m.Jnos embarazos
que cualquiera otro, encuontre mercados en dondo espenderse.
Ent6nces, al)lpliándose la proùuccion i esportacíon, podrá cobrarse sobre una fuerte cantidad un l¡equeí'ío derecho, que
igualad el producto de la renta actual, que es una de las mas
pingües de la República i que no puede destruirse sin reemplazarZa con otra, sin graves embarazos para la marcha de la Ad.
nistracioll.
" Pendiente so halla en las mui Honorables Cámaras lejislhtivas el proyecto de lei que tuve el honor de presentar en el
año pasado sobre uu nuevo arreglo de esta reuta, i en él están
consignadas las ideas del Ejecutivo sobre las nniaciones (lue
podrían hacerse con ventaja Jel pais. El Presidente de la República habria deseado que en el caflOde hacerse ulla variacion,
se hubiera hecho en el año pasado, porque la Aùrninistrcion
presente habria tenido entónces tiempo do plantear la combinacion quo contiene el proyecto, i sobre ella habria recaido la
responsabilidad de los resultados. Mas en la época en que nos
encontramos no sucede la mismo, i es justo i prudente abstencI'se de cargar con la cjccucion de una lei tan iUllJOrtante, a individuos que. pueden no haber tenido parte en su adopcicn, i
que aun la crean perjudicial."
Pero en realiùad lo que en el fondo habia era el tomor mui
justificado a la buncarota.
DE LAS 1DE.\8 ECONllJ¡UCAS.
-----------------
233
--~
---------.------_.
~----;
Como êra natural, (porque la diminucion en la cuota de los
impuestos pam. buscar su reemplazo en el incremento que recio
ban de la prosperidad jeneral i del aumento en la produccioll, no
Be realiza de un dia para otro), el déficit habia aparecido ya de
una manera alarmante en el balance de los presupuestos.
Ya en 1846 el Congreso habia tenido que autorizar al Eje.
cutivo para contratar un empréstito de $ ?4U,OOO, deuda que Be
estaba pagando todavía en 1848, segun informa. el Secretario,
en la pájina 21 de su Memoria.
En el Bonicio de 47 n 48, el mismo señor González calcu.
laba. quo habria un déficit de
1'i7 ,8n, icon talmoti VD decia :
" El Ei ccutivo lmùia omitiùo CIl lc:; allaS nnt¡3rior~s hacer a
la Lcji:;la:ul't- n,ílocciol:cf. da esta clase; porque c1.Presidcllte,
resuelto a promover la ID2jom <le nuestra,,; leyes fiscales, al
traves de cualeslluieúl. dificultades, no quise ocurur a los Icjisladores con ln. c:onHÍdornci.:m de esos emharazos, 11 que tendriau
que ocurrir, adernas ùe lOf; inherentes
a lu. traueiciou que
íbamos a ~1acer de un sistema a oL·o. !!I¡¡,shoi, quo escá próxi.
ma el térmiuo del período de la netual admillistracioD,
ha
llegado el caROde hacer ¡)resente a bs m;¡i hOllOm.blcs CámaraR, que deùe e~uilil)r~.:-5J el presnpnesto
de gastos con el
de reutas i fI uo si ésto se halle. dcfici'Jnte, se autoric(;u r:.lcursos
estraordillurioR,
pam. qua plleeb hacerse el servicio de la
manera que dispollen b.s leyes."
Por otra partu, laR di"id.undos D.scemlentes de 1:1 JC.lda es.
terior, conforrre a la e~;cdl', rnó\'il Jel cCilvenio de lo45, crecian
rápidamellto.
Ln lî..<Lllinistraciou j\losquem no lmLlv YJ. ]lagar
el ùivilkllr10 número 8, ciell }lOL' 10(), correspoi)(liunte a lU de
diciemhre do 18-i8, (}I'C iC:l}Jortah['. c,(j W,5G4- e:) Los Ji vidcndos
números DilO, de iUllio i diciomb:ce de -HJ, imlJorta'.Ja cD..Ùauuo
£ 20,Gl O.
Posteriormente Re hu. pretenclillo estalJIeccr COilhaJ)ajos Je
simple contahilidad, iudml:\blcmente csucto:; soure 01 pap;,:l,
erróneos hajo el puuto (le vista Je los negocios, qUlJ el 'l'esoro
teuiu. en 1:' de setiemLrlJ de Ii>!!) Ull cnpital G snjlGrcw¿t·
( nominal) Je 8 425,\)"/0. Pero 1Jastar:í rcrrotlncii :lJ¡uí los elementos cardillales de es:;¡, cuenta, (lue Ciitlí ell el iû.forme del
Director de la Contal;ilidad jülwral, sobre ln formacioll de las
C\lCutaR jenerales de 49 n. 57, anexo a la Jlemoria de n~cienda
de 1859, para qne se com)rcnda lo err!Jnco ùe U\!. cálculo priÍ.ctico
soLre la situacion efectiva del Tesoro, basado cu aquellas
cuentas.
Los elementos aritméticos que arrojan dicho supéravit, son
en compendio los siguientes:
.. -.
e
(*) Informe del Director de Crédito público de 1850, V:íj. 13i..
•
234
APUNTAMIENTOS SOBRE LOS PROGRESOS
Saldos de rentas por recaudar de 1832 a 1849 ... $ 2.009,605
Deudas positivas por pagar acumuladas en
el mismo tiempo ...................•..•..................
1'583,626
Capital nominal del Tesoro en 1.° de setiembre
de 1849 ........................................................•
425,979
Pero cualquiera. comprende que un particular o un gobierno que tenga que pagar como 15, i que solo cuente para hacer
el pago con deudas perdidas como 20, está quebrado;
i esa cra.
positivamente la situacion del Gobierno en 1847.
Tan justificado era este temor, que de él IJarticiparon con
patriótico interes i con un espíritu de probidad política que los
honra, dos de los miembros mas ca.racterizados de b oposicion
liberal en la Cámara de 48. La comision mixta de que ellos
hacían parte, nombrada para estudiar este árduo negocio, pre.
sent6 un proyecto de lei acompafiado de un informe, en el
cual leemos la siguiente:
" La comision especial, encargada. de presentar un proyecto
de lei sobre estincion del monopolio del talw.co, que obviase
los incon venientes del proyecto primitivo, i consultase las TlC.
cesidades dell'esoro,
somete su trabajo a. vuestra ilustrada
consideracion.
" Los miembros de la comision, aunque encontrados
en
sus opiniones sobre el proyecto primitivo, juzgan ahora uná.
nimes, que las disposiciones que os proponon serán útiles para
la H.epúLlica.
" Acaso se equivocará la comision, pero sus miembros creen
que el proyecto de lei acordado, tiende:
1.0 a estender por
necesidad
el cultivo del tabaco en la Nueva Granada;
2.° a aumentar su consumo cn el esterior;
3.0 a propor.
cionar mejores salarios al agricultor;
4.° a aumentar las rentas del Estado."
J,os artículos 9 i 10 del proyecto, conciliando las necesidades
del 'l'esoro cou las exijellcias de la. opinion, aplazaban a 4 años
la abolicion del monopolio; ellos decian :
" Art. 9.° Tan pronto como el derecho de esportacion quo
se impone sobre el tabaco, produzca la cantidad de cuatro.
cientos mil pesos al año, cesará. el monopolio en toda. la República; i solo continuará cobrándose para el Tesoro la cantidad
de veintidos rJaws por caeta quintal de tabaco i la de dos reales
por cada arroba de cigarros que se esportnren.
" Art. 10. Si en el cuarto año contado desde la sancion de la presente lei, no hubiere producido el derecho de
esportacion sobre el tabaco los cuatrocientos mil pesos anuales
de que habla. el artículo 9.°, será sinembargo estinguido el
monopolio en toda la República;
pero en esto caso SC proce-
"
DB LAS IDEAS
ECONóMICAS.
235
ùerá del modo que se prescribe en los artículos siguientes. ("')
Sinembargo, naùa fué bastante a contener el empuje de la
opinion que pedia con ardor la abolicion del monopolio. El pais
estaba impaciente por ganar la primera victoria decisiva en la
lucha que ya se habia empeñado para hacer el tránsito definitivo
Je las ideas viejas a las ideas nuevas, i no podia ni queria con.
tentarse con medidas a medias. Bajo la presion de esta exijencia i a despecho de todos los vaticinios sobre la indefectible
hancarota
del Tesoro i las funestas consecuencias
que ella
traeria consigo, la Lejislatura de 1848 espidi6 la lei de 23 de
mayo, a que ántes hemos aludido, disponiendo que desde 1.°
de enero de ] 850 seria libre en toda la HepÚblica el cultivo i
comercio del tahaco.
La Lejislntlll'a de 1849 ratificó, en la lei de 12 de junio, la
promesa de la lei de 48, pero dejando gravado el cultivo con
un impuesto de la reales por cada 1,000 matas, i la esportación
con un derecho de 20 reales por quintal.
Estas contribuciones eran monstruosas e insostonibles. Como
cada 1,000 matas no producen por término medio sino 5 arrobas, i como cada quintal de tabaco, uno COD otro, no podia estimarse en mas de $ 12 en cllugur de su produccioll, el impllesto
sobre 111 siembra equivalia a 6.66 sohre el valor del producto,
i el de siembra. i esportacion reunidos al 23.33 por 100. Si
las cosas hubieran continuado así, la medida habria carecido de
fecundid::.d i de importancia;
pero la Lejislatura de 1850 tuvo
el buen juicio de complementarIa, dictando la lei de 26 de mayo,
por la cual (IUeÙaron abolidos desde el dia de su sancion los im.
puestos sohre la siembra i la esportacion.
Es de justicia que consignemos aquí una parte de los lumi.
nosos razonami"entos con que el sellor Manuel AncízaJ', Director
jeneral de Ventas, abog6 por la abrogacion de estos impuestos
en el Informe que dirijiú al roder Ejecutivo para el Congreso
de 1850.
" Entre v,quelIos dos impuestos, decia, el de h siembra es
el mas gravoso, porque aparte de que tiene que pagarse aunquo
la cosecha He pierda, i Je que tiene que desembolsarlo el pobre
cultivador, i no el rico comerciante, seria ocasion de vcj{'lJ1cnes,
Je constantes visitas en las plantaciones por parte de los rematadores dd impuesto, i do eternas disputas entre el rematador
i el c08ec'1ero, que siempre terminarán
en perjuicio ùel mas
débil.
" Los ve}ímenes i molestias que acarreará este impuesto al
product{)r, no queclaráu siquiera compensados con los proùuctos
(lUO riuda al '1'e:;o1'O. Actualmente
se siembran en la Repú.
(") Gaceta do la Nuovll Granada, do 2 do abril de 1848, nÚmero 968.
,
236
APUNTAMIENTOS
SOBRE LOS PROGRESOS
hlica 38 millones de matas por afio, i suponiendo que a viftud
de la libertad subiese esta cifra a. 60 millones) se causaria a
favor del Tesoro solo un crMito de seiscientos mil reales ( Rs.
GOO,OOO.) Solo la. mitad de esta suma alcanzaria a cobrarse,
por las dificultades que para. su recaudacion opone la vasta
estension del territorio, i de estos trescientos mil reales, puede
calcularse que algo más de la tercera. parte seria preciso inver.
tir en pago de empleados. Doscient()s mil reales o Eean veinticinco mil pesos sencillos, es una suma que no vale las
molestias que se causarian a los pueblos i que no compensa la
opresion a que todavía queda sometido este ramo principal de
nuestra agricultura.
" Soi, pues, por tanto de concepto que se solicite de la pró.
xima Lejislatnra la abolicion de este impuesto."
Pocas reformas económicas han ejercido sohro la prosporidatI jeueral del pais la influencia que tuvo el desestanco del
tabaco. Como puede verse en el cuadro número 2, completo,
do los anexos a esta Memoria, la produccioll del tabaco bajo el
monopolio, en los 15 años de que tenemos datos, 18;36 a 1850,
a.pénas alcanzó en números redondos a 26 millones de kilógramas, o sean 2.080,000 arrobas, vendidas para el consumo interior i para la csportacion. Tomemos ahora para compararlos
los datos de la produccion en un período igual bajo la libertad,
siendo de advertir que es mui probable qUé las cifras oficiales
de la esportacion por las aduanas pequen por deficiencia .. Los
únicos años de que hemos encontrado los datos de la esportacion
del tabaco en las respectivas Memorias de Hacienda, son los
de lf:l51 a lf:l52 -1854 a 1859 - i 18(;4 a ] 872. De cllos
resulta que cn estos 14 años se esportaron 57.108,787 kilú~ramos.
Agreguemos a la sllma allterior, pam completar 15años, el
término medio del producto de un año comuu, estimado cn 3
millones do kill¡.~rarnos,i tendremos ell números redondos una
esportacion de GOmillones en 15 años.
I supolliendo que el conSumointerior, que eulos últimoRaños
del monopolio cm de 125,000 arrobas, 110 se hubiera elevado
con el aumento de poblacion i del uso del tabaco sino a 150,000
por término medio en los últimos 25 años, cálculo notoriamente deficiente, el consumo de los 15 años del período de
comparacion vale 2.250,000 arrobas a 28.125,000 kilógramos,
que unidos a la cantidad esportada hacen un total de produccion de 88.000,000 de kilógramos o de 7.000,000 de arrobas en
los 15 años. Ya en 1856 la libertad habia triplicado la produccioll, i devuelto al fisco en forma de derechos de importacion lo (Ille habia perdido Call el monopolio.
237
Ln. pro:lllcclOll ùeI tuhaco ha alcnm;ado Jaspues de la liLertad
un t~rmi\lo medio de 400,000 arraoas por año, la cual repre.
sentn. un mOvimiento da 1.2000,000 l1 1.500Q,000 pesos anua.
les, q!lC S(~ km hocha sentir provcchoS:llllC;:¡to en el alza de los
jornales, :;n el buen precio ùe los productos agrícolas de la
sabana ùo Dogotá, en el ::.ctivo come:.::cioùe ganaùos, cn la cria
j ceLa de los mism~s, i Cil el incremento
<10 muchas otras in.
d\Jl;trias nlimcntadas por aquel vn.sto trMico.
KI comercio tle esportacion del tabaco resolvió de una ma.
net;), est::hle el problcmn, de la navegacion del 1\1agdalena,
cubi-:;rto hoi de 1mqueG ùe vcpor, tmidos lx)r el movimiento
(lue él eqclld,ú;
i hn (¡o.i~do como mcjor:1 perm:mente
del
SllcIo, -,rn c:1pital de muc;103 ¡n:Ho;¡œ de p::r,OH, en esas inmen.
sns prJ.,llo~n.s art~.fi01,1.1c;;\~U:J}roÍ sc d~spliegnn cu la.~ comarcas
donde :b',08 GC r.'~cùt~·b:¡;:¡le::: bosques seculares do la tierra
culicn:c.
llero ,o: vamos r. la sitlrn.cion :m q.10 la n.bolicion del mono·
polio dejabp, momeilttbcmnentc
r.l 'resoIo nn.cionn!.
Esa r,ibacion, como úntes lo hemos demostraùo con el testimouio irrccus<1'o1:::(}:;los námc:cs, era. en estremo alarrnante;
no pudiÔ:c.tloso ni supÚmir gastos, :Li cret'.l' nue,os impuestos,
ni aumcntar ln. cuota do los existentes, era necesario pensar
en un rJmedio algo 1l1í'.3 profu:ll!o qne el de los manoseados
arbitrio~ G.w2.lcs 11 que en casOG ordinarios se recurro para
habncer,r Jo:: prcs¡¡p"es~os, Fuá pr:)ciso pensar en hacer una
VO:¡:dUl;U~rcyolucion ccen6micr. en Jv,estructura i e:l b. organi.
~n.cion del departamento de la llacienda mwional ; tlidocar los
puntos carllinu,lcs del sistcnw, ; llm"û.D.fr. b viù;), mWlon ceatros
do ucÜ"idrd económica j traer, finalmcntc, CL. ansilio dc Ir.,
H:wiol' 103 recursos políticos i fiscales de las secciones, adel.1ilt".nc:O el en¡;ayo del Gobierno federativo en matQria de
;,ont.ri.lll1.cioneGi Gnstcs públicos.
Pam comprender bien el pensamiento
cardinal de la. reforma, cedámoflle ln, palabra a su autor, nI señor Murillo, Se·.
ctetario de Ilaciend;:c de ln. Aùministracion
López, copiando
la parb relativa de flU Memoria al Congreso de 1850 cn que
desarrolla i esponc sus ideas. Dicc así:
"DESCENTRALIZA.CION DE RENTAS I GASTOS.
" IT e hecho una dtpida resella del estado que presentan los
Jiversos l":1mos que fOlIllan nuestro sistema Tcntístico i por la
238
APUNTAMIENTOS
SOBRE
LOS PIWGRESOS
contraposicion de los presupuestos de rentas i gastos para el
próximo año económico, prescindiendo
de los Faldas por pagar
que nos dejaran las cuentas de los últimos años, queda sentado
el hecho grave i trascendental de que si nuestros negocios fiscales hubieran ùe continuar como hasta aquí, correriamosevideutC¡Ilente a la bancarota i a las desgracias inevitables de una
mala situacion financiera. Ha llegado, pu~s, el momento ùc
estudiar detenidamente
el remedio radical que deLa aplicarse
a cste estado de cosas.
" La primera idea que naturalmente
ocurre es la de reducir los gastos, i la de imponer una llueva contribueion ; pero se
comprende bicn que estas dos cosas quo fácilmente se enuncian,
ofrecen dificultades casi insuperables
para. llevadas a cabo.
Bajo UWl Administra.cion central, i en una sociedad rejida por
instituciones
democráticas o popula.res, la econoínía no es cosa
sencillamente
hacedera. Los puehlos se habittían a esperarlo
todo del gobierno <.:entrai, a él ocurren por sueldo para sus
funcionarios, i por todo jénero de ausilios para sus menesteres,
para sus iglesias, casas de escuela, &, &, i los iutereses de partido, las iutrigas de localidad, i mil otras causas <Jue vosotros
ùebeis comprcnder fácilmente por la csperiencia (liaria de los
llegocios, hacen que, por estravagautes
e injust.ificables que
sean muchas veces esas solicitudes, i a despecho de las mas
claras demostracioncs del déficit en las arcaS dcl :Estado, triunfen en las CÚ.maras.
"No sou menores las dificultl.tdes que se palpan para el
establecimiento
de nuevas contribuciones.
Reconozcamos primero que el pais está pobre, la industria incipiente, i que esta. situaciou es obra del mismo sistema fiscal que ha rejido
desde el Gobieruo colonial, que los hombres que han gobcroado el pais posteriormente
no se han atrevido a tocar. En un
pueblo poùre, sin industria, que' careco de todos los o1ement{)s
necesarios para el desenvolvimiento
de la riqueza, como vias
de comunicacion,
cOllocimientos i capitales, impolier nuevas
contribuciones
sobre las defectuosísimas
que cxtsten, seria
agravar su coudicion i llenar de mayores embarazos el porvenil'; i no es improbable que por las mismas caUSáS que he
apuntado ántes, esta nueva imposicion, causando un desagrado
jeneral i desalentando
más la industria, fuese tambien de insignificantes productos.
" La contribucion directa eS la única que, gravados como
están todos los consumos i casi todos 10&ramos de produccio:l,
podria decretarse; pero no puede desconocerse que pam (pte ella
sea productiva al mismo tiempo que justa o igual, e<¡preciso poder contar COll cI celo intclijcnto de los funcionarios i corporacioncs locales, a quienes incumbiría repartirla i recaudarla; pUtS
ml
LAS IDEAS ECO~¡)~:ICAS.
239
que ni aun Fosiblc es entre nosotros, por ln.s varias condiciones
ùo lu constitucion oe la propiedad, de la industria i del comercio de nue>-tm8 poblacione~, fijar las huses o reglas n. que el
repartimiento
dcllia sujetar.:;c. Será, pues, iudispensaLle interesar en clIo a las localidaJes de una mancra directn, i es el
plan que la Admillistracion se ha trazado proponi6ndoos, como
os propongo, la adopcion del proyecto adjunto marcado con la
lctm H.
"La necesidad do entrar resuelt:1mente en esta nueva via,
que es un paso av::wzado en el sistema del goúie'l'no propio,
dando vida a las localidades, nuevo alimento i distinto campo
de accioll a los partidos, libertad a b illùu<;tri~ i efcctivos golpes a los rr,onopolios que han empohreèido el rais i sèrviùo
solo al egoismo de lJUOS pocos, es un convencimiento que nace
de ln, historia de nuestras rcntas, de la impopuluridad que las
l)ersigue, del lJrogreso de 108 conocimientos econÚmicos, i ,lel
poder quo aùquieren lo~ pueblos Il proporcion que avanZt\ll en
la práctica del sistema representativo.
"El último dia de nuestro sistema tributario se acerca visi·
blemente, sin que nada pueda sosteùerlo contra los embates
poderosos de la ciencia i do la democracia;
i es precisamelJte
por esta prevision que importa adelantamos
:1 prevenir los
funestos efectos que ell el Tesoro debe producir este suceso.
" Las dealocracias ejercitan mucho sus fuerzas i sus arranques voluntariosos en la demolicion de los obstáculos que las
detienen a embarazan; pero es preciso convenir que se prestau
poco a la sustitucion de la demolido i que solo a fuerza de ha})ilidad, de teson, i cstrechándolas con premiosas llecesidades,
se les obliga il. ello. Os ruego, ciudadanos lejisladores, fijcis mu.
cho vuest!'.'},atencion en esto, porqúc es de lo. mayor importan.
cia para ~a soluciou de la grave dificultad que nos ocupa.
" i Cuál cs la. marcha que ha llevado la democracia entre
nosotros con relacion de las rentas públicas? V6amoslo.
"Las primeras víctimas fueron los derechos ùe sisa i esportacion interior;
los que se cobraban a los lavado res de oro,
conocidos con el nomhre de mazamorreros;
la reduccion eulos
conocidos con el nombre de alcabala;
i la estincion de los tri.
butas de iudíjenas con algunas mui debidas esenciones do
otros impuestos decretados por el nunca bien elojiado Congre.
so constituyente de Cúcuta, en favor de algunas pt'oduciones
o artículos. La desaparicion de estas rentas fuú inmediatamen.
te un hecho cumplido; pero la contríbucion direct!), con que se
les quizo reemplazar enca116 en sus primeros ensayos. Bajo la
primera Administraciou
constitucional,
i a des})echo suyo,
l'uando yu. las C~tllaras adquirieron mayor poùer () influjo, se
suprimi':> del todo la renta de alcabala;
la do aguardientes La
240
APUNTAMIENTOS SOBRE LOS PROGRESOS
sufrido desdc catónccs i con posterioridad repetidos embates;
la de quintos de oro se ha reducido considerablemente', i ya la.
Cámara. provincial de Antioquia, apoyada por una fuerte opinion, pide encarecidamente la abolicion completa, que no puede dlldarse obtendrá al fin. La pingüe i talvez la ménos defec.
tuosa de todas, procedente del monopolio en la produccion i
i venta del tabaco, ha caido delante del enérjico querer de 103
pueblos, siu que pudieran sostcnerla ni la seguridad del défi.
cit en el Tesoro ntl.cional, ni los graves i solemnes compromisos
a que debia hacer frente. Los intereses de la agricultura, se.
cundados eficazmente por los preceptos de la ciencia, preparan
igual suerte a la ùe los diezmos, contra la cual se alza vigorosa
la voz de mucbas Cámaras provinciales, La de salinas está amenazada en Sll crecimiento por la concesion becha a las provincias que DO se provean esclusivamente de sal elaborada por
cuenta de la República, por los artículos 20 i 21 de la lei de 26
de mayo de 1847 orgánica de esta renta; i no tardará mucho
el dia en que su chocante desigualdad, que hace pesar sobre
lIDas pocas provincias solamente su enorme gmvá.men, i la circunstancia de recaer sobre un artículo de primera necesidad,
axite contra ella un pronunciamiento jeneraI.
" La rellta procedento de las aduanas es para nosotros el
mM seguro i progresivo recurso fiscal, i si vosotros prestais decidido apoyo al plan de severa perseéucion del contrabando que
la Administracion se ha. propuesto, i Il cuyo objeto tienden las
disposiciones dol proyecto adjunto bajo la letra (B), con dicha.
renta, que no dudo progresará mucho; con la procedento del
papel sellado, i la quinta parte del producto bruto de las municipales, adoptando el pensamiento de descentralizar las demas
rentas, i el que contiene el proyecto de lei de crédito nacional
que os propongo, estad. seguros, ciudadanos lejislndores, que
dentro do roui poco tiempo la HepÚblica proveerá holgadamente a sus necesidades, la industria estará ménos gravada, i nues·
tro crédito nacional se habrá levantado de la postracion en
que yace.
"Eu vez del establecimiento de una oontribucion directa.,
que, decretada por el Congreso, i llevada a efecto por el Ejecu.
tivo, no podria pesar con igualdad i justicia. en las diferentes
provincias de la República, de tan diversas condiciones indus.
triales, cometamos esta tarea a las Cámaras de provincia, que
conociendo mejor las circunsta.ncias del pequefío territorio que
administran, pueden con toda esactitud determinar el medio
de hacer mas productivas las contribuciones, eliminando, si lo
creen conveniente, la. renta de diezmos, la de aguardientes, o
cualquiera otra, segun lo exijian las circustancias particulares
de f:U situacion ; siendo cierto que, gravúnùolas con la quinta.
DE
LAS
IDRAS
ECO:N6MICAS.
241
parte del producto bruto de hs rentas, e imponiéndoles la obU.
gacion de hacer sus gastos, so los apremia a meiorar su sistema.
rentístico i habriÍ muchas que no vacilen en sustituir a las ac.
h13.les rentas las de contribuciones directas.
" La linica objecion que acaso puede presentarse a esta idea.
fecunda i perfectamente
congruente con la manera como está
dist.ribuiûa la. poblacion en el vasto i singularmente
variado
territorio de la República, seri la desconfianza de que las Cá.
maras pnvinciales
i los funcionarios que dehen ayudarlas, no
den las ba.stantes garantín,s del uso cuerdo i atinado que hagan
del poder que va a conferírseles;
mas semejante objecion apéna~ podr:í. enunciarse hoi que tanto se ha propagado la educa.
cacion política, i cuando vemos que casi todos los miembros de
las Ctímaras lejislativas figuran entre los de las Cámaras pro.
vinciales. Por otra parte, el modo de acelerar la. educacion ad·
ministrativa de los pueblos es d<Índole la práctica de los negocios.
Es posible que al principio cometan notable!! desaciertos de que
no han estado esentas las Cámaras lejislativas ni el poder Eje.
cntivo, pero es seguro que mui pronto se correjirán i la esperiencia traza luego el camino del a.cierto. Habiendo la última
Lejislatura
adopta.do respecto del Itsmo de Panamá gran parte
de este pensarniceto, no puede ya. hacerse semejante argumento.
"Ademas, este proyecto de descentmlizacion
no es sola.
mente uu sesgo dado a la situacion económica en que nos en.
contramos;
es tambien un pemamiento
político de suma
trascen¿.encia. Se trata. de connaturalizar
el espíritu de liber.
tad por medio del impulso que se da al de localidad o consejil ;
desembarazar
al Gobierno de tantas menudencias, que sir.
viendo Je alimento a los partidos i ocupando el tiempo de los
altos funcionarios, ni son bien dirijidas por la autoridad cen.
tral, ni sirven para otra cosa que para acarrear mayores odiosidades a los gobernantes i esponerlos a las mas groseras i
degradantes calumnias. 'Un poder central, ha dicho un pro.
fundo escritor contemporáneo, por mas cult-o i docto que se le
suponga, no puede abarcar por sí solo t-oùos los pormenores de
la vida de un pueblo grande, i no la puede, porque Remejante
ta.rea sobrepuja a las fuerzas humanas. Cuando quiere con su
solo esfuerzo formar i bacer andar tantas ruedas diversas, no
obtiene sino un resultado mui incompleto i echa el resto en
inútiles afanes.' Descentralizadas
las rentas i cometido a las
Cámaras provinciales el encargo de proveer a todo!:! los gastos
que domanùa el servicio especial de las localidades, estas
corpora.ciones adquieren una inmensa importancia, i los par.
tidos, teniendo teatros diferentes, Ita se agrupan ya solo aIre.
dedor del Gobierno nacional, haciéndolo el centro de miseraulcs ill':rig~s i embaraz;Ínllolo ell ~n:=;m:t8 Ímport:tntes deberes.
Ir.ü
242
APUNTAMIENTOS SOBRE LOS PROGRESOS
~ no solamente se separa un poco el Gohierno de la accion de
sí que tarnbien de la tutela de los capitalistas
que especulan soùre las rentas uaeiollalcs. La política interior
cambia completamente, i la. organizaciou misma de los pa.rtídOBeu que hoi está dividido el pais se modifica profundamente,
al misillo tiempo que el órden público i la.~institucioncs demo.
cráticas echarán raices mas profuuclas.Mc<lita.l bien, ciudadanoS Diputados, en la fecundidad de esta idea, i os conveucereis
de sus incuestiollll.1Jlesventajas. En la discllsion podré presentaras datos seguros de que por la ménos diez i siete provincias
pueden hacer Call holgura los gastos que se les imponen, con
solo las rentas 'lue se les cellen. Do las Jelnas provincias, tres
de ellas correspondell al Istmo de Panamá, que en virtud de la
leiespecial .le franquicias no pueden cOllllJceuderse en los
mismos oálculos. "
.
Apesar de la violenta. oposicion que las pasiones de partido
hncian en que a'IueHa época a las ideas do la Adraiuistracion,
el Congreso cQJ;JllUestoya de una mayoría liberal, sancionó el
pensamiento del Gohierno eu la famosa lei (lo 2() do ahril de
1850, sobre descent.ralizacion de reutas i gastos. Por ella que.
dó desde elltllnces planteado el sistema federativo en materias
lilconómicasi fiscales. Los Departamentos admiuistrativos de
gastos que aquella lei ùëj6 a carg-o del Tesoro nacional
son los mismos que bai tieue el Gobierno fe,leral, a saher :
De Gf)bierrw, compre1Hlielllloúnicamente la relativo a .'mel.
dos i gastos de los indivilluos llamaJos a ejercer los poderes
l~islll.tivo i ejecutivo i la SecretarÍ3. ,de Estado de ese
wmbre. De JUl:!ticia, comprenJien(lo 10 relativo al personal i
material de la Corte Suprema i cIel fiscal o procurador jene.
raI de la Nacion. De Guerra i M",ri¡ùJ,.De Relaoion6s E8Urwres. De ObrClS PÙblMas. De Benefwencía i Recompensas ..
De Gastos de lfLWienda i dÛ Tesoro.
Todos los demas gastos no comprendidos en la precedente
cl'asificaciou fueron declarado.3 Je ca.rgodel~ provincias, a las
cuales se ceJieron en compeust\Ciou.Jas.~~as
de diezmos,
a,gQs:rdientes,hipotecas ~ rejistro, <1uín~:.;~~i,
plata, peajes
i otros impuesto.>Je menor cuantía."
'\_~"",,,c:<.,
Los ellemigos do la reforma no quisierOO·réc~ocerle entónces, por que ua debe olviJarse que ella venia. 'éhvuelta en la
tra.sformacioll política de aquella época, nillgun mérito sustancial. Decian que habia sido simplemente la iuvoncion de un
arbitrio mezquillo para ec'¡ar sohre las provincias la l>ancarota
del 'T<3~oroi ocultar así la incapacidad administrativa de los
recien llegados al Gol>ierno. Pero hoi puede ya demostrarse
que semejante acusacion no tenia siquiera en su apoyo el testi.
monio de los números.
ros partidos,
2-t;~
'romClllOf>p11m ]:3.eer cstn, (iclllo:;trucÎon Io~ elementos aritméticos mas arher::;os a lu. refon,m, ~1saber, el producido efectiYO de las rentas ceJidas en el año inillCdi:1lamentc
anterior al
de la ùescc;¡tmliz!lcioll,
dato fIllC tomamos de \lU trabajo cjecutado por In. Contabilidad
jelleml l!ajo la Aùmiuistmcion
Ospina ell H-;;j~'.('~)
COUfOflllCa est3 llo~\lmeuto bs rcntas ce(li(hs produjeron
cr.1 el año (le 40 n.GO la si;,;u:ente:
Diezmos ~;Z;·)(),,127. Aguar.
dlCntes tí 170,141. Qniutos de oro Si 74,020. Peajes ti 22,367.
Hipotecas i rejistro t~ l:i,S()S. Impuestos var~os $ JO,OOO. Total
cedido Cil rentas ti :J~~2,723.
Los gastos c1csentmlizados 1ll11,in.n::;irlotnn l:iolo: Gohernucio.
nes ti 93)5,). Trihunales S 1)7,OH3. Fiscales:3 17,0-13. Juzgados
de eircúito ¿; 0-!,(j;'j3. Culto S G:1,221. Lazaretos, hospitales icolejías (aproximacion)
€-î 23,000,
Total ahorrado en gastos
$ 35G,L5;) e*).
I sll]lOl:ieIlclo flne las rentas ce,li'las tuvieran 20 por 100 de
gastos de recall; !acial! iguuI n. $ 100,544, todavía quelluha una
diferencia cOlltm el pre~upuesto de rentas oe Si 70,024.
Lue;;o ln. lei de <lesce:Jtralizacioll fIJe rnéno::; qU(} un arbi.
trio u.seaI, i mús Cj1l3IUl,:\'Lw •.lida eC0Il<Ît:lÍca,porqne fuó una
gran reforma política para sacar al pais del' marasmo ùel
ceutrnlislOo, i rel~lOver to,]n. sn at,tivÍtlall Call los estímulos del
golJiüfllo l'muio.
Las otras rcforl1w,s cconÓmicn.s rcalizn.llns en el mismo
l)críodo, b;; c:¡corJlmmos ¿L<h;¡ira',!e:llct;(C COI,¡pc:Hliadas cu un
artículo Jill:1]]cicl'o CO:¡ (lIle llllestro Ósti:li,"ui,Jo estn.rlistn señor
Sa.l v ador (':\: ,1:\C!;0 n.ol,1[',:J,cO:ltril ¡l1YÚ par:!. la "Guia i AlmanarIue pclítieo ,lo Colom1,ia" en WUUj i a 61 prestamos su au.
toriJa,l i Sil pablJra. Dice así:
"Se ::;rprir;:¡ierol1lus [t(~lla¡;as Cil el htmo de Pana\11:1, (lS50).
Se cOlltrntÚ ellcvautaL1icnto
de la carta. corogrúfiea cou los señores CO(!azÚ i Allcízar, (18::;0). Se arrc~lú e hizo con hilletes
I1rllllisihks e:¡ 1-:J por cicllto de la;; derecho::; de importacioll el
pag-o (le los &C:~lcstresùe la. (lcuria esterior, (PIC se adeuo.abau
desde 18-1-8. Se contratl' (lotillitivamcnte i (;on huen éxito el
ferrocarril (1.e Palll1¡:¡¡í, (1850). Se reùajr) eonsiderahlemente
la
eontrilmeioD rIe papel se:lu(lo, (1850). Fueron aholirlas las eua·
reiltena8, (B:,){)), Se rebajó illl 20 por 100 a la tarifa de aùua.
nas, ( IS:;]). Se autorizó la renellcion ùe cellSOSen el Tesoro,
(18ú1), Se eRtahleciero:J oficinas de cO~!Iercio en Bogotá, Me.
dellin, Culi i J irati puru revisar el reconocimiento i aforo de
bs merc;1IlGÍus cstru.njerati imporl<J.das al interior, (lB;)l). Se
, Doc
un·'L3 cila¿¡o, pÚjilla 11, .
nÚUl~lc 1, :,I~lUori:J. de llac:clIù;¡ ¡Je ltJ¿;,3,
~mC'lt(J
", e uaùrL
244
APUNTAM1ENTOS
BOBRE LOS PROGRESOS
rebaj6 a 5(} centavos el precio de la ~rroba de sal, (1851). Los
diezmos, quintos de oro, e impuestos de aguardientes, descentralizados, fueron suprimidos i reemplazados con contribucion
directa en la. mayor parte de las provincias, (1851). Se con.
trató la cOllstruccion de un camino a la Mac-Adams desde
Bogotá hasta el término occidental de la esplanada; primer
camino de esta clase construido en la República i hasta hoi el
Único, (1851). Se inició vigorosamente el cobro de la deuda.
del Perú a Colombia, (1852). Se permiti6 el comercio de cabotaje a los buques estranjeros, (1851). Se permitió la navega.
cion ùe nuestros rios con bandera estranjera a los buques de
vapor de todas las naciones, (1852).
Aunque por la distancia a que ya están separados de noso.
tras, pudiéramos, con seguridad de ser imparciales, estender
este estudió basta el afio de 1861, en que se corta la historia
económica i política del pais, prescindimos de entrar en el exámen de 1(,,; trabajos ejecutados por los señores Rafael N úflez e
Ignacio Gutiérrez Vergara, Secretarios de Hacienda bajo las
Administra.ciones Mallarino i Ospina; porque aunque mui im.
portantes bajo el punto de vista. administsativo, no habiéndoles
tocado servir de eslabon a una reforma económica, este exámen saldria de los límites en que hemos circunscrito este libro.
Así, el último año que nos queda por estudiar, en la éMca a
qne se estiende esta historia, es el de 1853, personificado en
los trabajos de un hombre tan respetable por su ilustracion i
su patriotismo, como interesante por su desgracia, el señor Juan
N. Gómez, último Secretario de Hacienda de la Administracion López.•.
Leyendo la notabilísima Memoria de Hacienda presentada
por él al Congreso de 1853, se siente ubo avasalla.do por la
profundidad i solidez de sus conocimientos econ6micos, 1 conmovido por la espresion de ardiente, de sincero patriotismo que
brilla en aquel escrito.
Fué el sefior Gómez el que espuso i presentó al Congreso
eu la Memoria de ese año, la. idea cardinal, que todavía. no ha
podido hacerse llegar a su desarrollo lójico, (tanto así ofusca i
pesa sobre los entendimientos mas claros el poder de lo que
existe), de cambiar el réjimen absurdo, arbitrario, bárbaro de
los aranceles, por el de la imposicion de uu derecho uniforme
sobre el peso bruto de las mercaderías.
Entrando en los detalles de la reforma, el señor G6mez
decia con admirable claridad:
" IJor el arancel djente los aforos varian desde un décimo
DE LAS IDEAS ECONÚ:mCAS.
245
de rcalla libra do peso neto, basta trescientos veinte reales,
quedando en cierto modo al arbitrio de los reconocedores de
mercancías, alzar a bajar la cuota del impuesto, o por impericia, o por malquerencia, o por amistad a por cobecho, &, &.
j Cuánta dificultad cierta a finjida para decidir si una mercancía es de algodon puro a mezclada de seda., si es de lino a dñamos, si es pana o terciopelo, muselina u alan! i I cuánta diferenci •.•.en los derechos segun estas calificaciones! Los artícu108 de algodon pagan, por la jeneral,
un real i doce centavos, i
los de seda o mezclados, dos pesos i hasta treinta i seis reales
por libra. Hai tambien injusticias inherentes :tI arancel, como
la de exijir doce reales por libra de broches que no sean de
metales preciosos, la que equivale a una confiscacion.
" Estas diferencias en la cuota de la contribucion no afectan solo al comerciante: para el consumidor son todavía mas
monstruosas. i Qué razon hai para que el granadino que prefiere el càñ:1mo en hilo a en tejido, pague apénas de veinticinco
a cincuenta centavos de real por libra, cuando el que prefiere
el algodon hilado a tejido, paga desde uu real i doce centavos
basta trece reales i veinticinco centavos 1 No está del todo al
arbitrio del bombre et vestirse de lana, lino &: la temperatura
entre otras causas, la obliga a adoptar los tejidos do que deba
servirse. Adviértase tambien qlle los pueblos donùe se prefieren los jéneros mas favoreciùos por el arancel, son en lo jeneral
aquellos a. donde las mercancías importadas llegan con menores gastos de trasporte. Justo es por tanto, buscar en cuanto a
los dereehos do importacion, ¡os medios de acercarse siquiera
31 equilibrio; i me parece que el proyecto desata estas dificul.
tades, i que con él, el peso de la contribucion se reparte con
muchísima equidad, siendo esta una de sus mas plausibles ven.
taja.,>.
"Pero queda otra de la mas grande importancia que no
debo callar. El proyecto sepulta pa.ra siempre el mentido sistema protector. ¿ Qué mercancía pudiera quedar escluida del
comercio de la N neva Granada 1 Ciertamente que ninguna.
Luego el proyecto tiene a su favor todos los argumentos que se
aducen cuando so propone la abolicion de las aduanas, sin que
se le pueda oponer ninguno de los que hacen ahora imposible
esta medida .
•.Encierra, pues, el proyecto las principales condiciones
científicas de las buenas contribuciones; siendo así innecesario
para sostener las aduanas alegar las razones, demasiado jeneraIes, de que el pueLlo está habituado a pagar esa antiquísima
coiltribucion, pues por el proyecto la pagará con mas gusto i
casi insensiblemente.
&< De esta manero. el arancel quedaria limitado a dos clases,
246
ArU~TAMTEN~OS SOBR~ LOS PROGRESOS
ámbas sujetas a rejístro: la de los efectos libres, i la ùe los
que pagasen veinticinco centavos; pues todo lo demas no men.
ciona\lo en ellas, como no ~jèto a mayor derecho, no sería
necesario especificarlo. La regla jeneral seria: todo lo no
mencionado paga ciento veinticinco centavos de real por libra.
Nada mas sccillo, nada mas espeditivo, liberal i progresista."
Pero en medio de su decantado liberalismo, nuestro pais
es en el fomlo, cuando bien se examina su historia, uno de los
mas refractarios al espíritu de innovacion i ,le progreso, pues.
to quo son mui pocas las reformas, por insignificantes que
sea.n, quo no haya sido precil;o conquistar con sangre. Los
aranceles estarian aún vijentes, si en medio de la revolncion
de 1861 ne se hubiera espedido por el jeneral Mosquera el
decret{) de lG (le octu1re de ese alla, mandando cobrar los de.
rechos de importacion sohre el peso l¡ruto de las mercaderías,
divididas en dos clases, a saber: la mercancÎ::l.ordinaria, que
viene sin enfnnlelaje; i la mercancía fina que viene !lo bulto
cerrado.
Porque léjos de avanzar hácia la adopcion del derecho único, es decir, hácia la gran medida de simplificar el impuesto
dej6udolo reùucido al cobro (le nu pe~je nacional en la. fronte.
ra, hoi hemos retrogradado a la division de la tarifa en muchas
c1a&es,con la Clllllse pierden todas las ventajas económicas i
fiscales (le la. reforma; i esto porque no ha. sido posible todavia
llevar al ánimo de los lejisladores el convencimiento de a.lgu.
nas verdades, f¡ne en nuestro humilde concepto tienen la e.videncia de los axiomas matemáticos, i quo sou en compendio
las siguicntes :
.
I: No es cierto qne el importe de todo impucsto seasiempre, fija e invariablemcnte pagado por el consumidor, recar.
gándose eu la misma proporciou de su cuota. al precio del artículo. El impuesto, como ha dicho gráficamente el inmortal Scty,
es semejante a In pÚlvora, que obra a un tiempo sobre la recámara del arma i sobre eJ proyectil que arroja; i 'lue en definitiva Reescapa, llovándose una parte de las ganancias del pro.
d\ictor, a impouiéndole todo su peso al consumiflor, o repartiéndose cntre ámbos, en proporciones desconocitlas, segun qué las
leyer. del pedido i de la oferti\. estén oontra el uno o contra.
el otro.
Sucedo frecuentemente que el consumidor no paga todo el
impuesto: cuando el introductor mas Lien que perder el mer.
cado se somete a disminuir su ganancia. Sucedo tambien, con
mucha frecuencia, que a una rebaja en los derochos no s'iguo
DE LAS IDEAS Eco~6MICAS.
247
una rebaja en los precios; cuando el pedido del artículo au·
menta i la oferta no es suficiente para satisfacerl0.
Ga?'nie1' la h~t (licho tambien en su último tratado de Ecomía política: no puede fornmlars"C nna lei .ioneral para deter.
minar la incidencÍf6) la 1'(;pe1'cusion a la dífusion de los im.
pueRtos.
2." Dedúcese de aquí que cuando se t.rata de impuestos in.
directos, el mejor servicio, mejor dicho, el unico qne puede
prestftr el lejiE'la(lor, es el de simplificar la contribucion, to.
mándob cr: nil solo punto, i Je una sola vez, sobre la masa
jeneral de la. mtÜeria imponíble;
i tlej'1.r ft ln. lei económica.
del pedi,lo i de ln. oferta la tarea de distrihuirla proporcional.
mente cL'trc laR cow;ur;Üdores ; /'porqne b distrihucion que los
gobiernes ktCCll ell sus nrallce1es va. por un lado, i la que esas
leyeil realiw.ll ea 1m;precios Jel mercndo, signo imperturbablemeute fiU camino, sin Lacer I:HlS C:tSOde los cálculos de los
financistas, (llle el llue ha hecho el munJo celeste Je los siste.
mas inventad·)s }lar los astrúno:nos ..
3.& La a(luaua. así eiltnblecida equivalllrin. a un recargo adi.
cional whre los gastos Ile trasporte (]ue han tenino l3.s merca.
derías hasta el puerto de su Jestino; seria una simple adicion
al flete llI;1rítimo.
EquivalJria a que por cualquier circunstancia
adversa al
trasporte maritima, el flete Ile In1tr so encareciera
en :;; 100
}lar tonele"b.
i Le ocurriria a {¡lsuien decir (lue esta alza en
el costo :le prod.nccioll de las mcrcancías estranjeras
iba a
causar ur.a. dislocacio:::!., lL1 trastorno w,t'VicÙÛ en el justo precio
relativo '-.0 esas mercancías? i Le ocurriría a úlglliell ùecir que
108 artícnlbi:i precioilos, lrt t'eda, ellÎ:.1o, las joyas, los perfumes,
estaban \clIdiúlll1oso a nn precio menor del que les correspondia, i esto n. costa. (le los cons\lI!Ütlores de artículos ordina.
rios, encureciJos Í1¡jusÜ,; i artijLcialmente por el alza del flete
marítimo '1 De ninguna manera. Caelo. cosa cuesta lo que cues.
ta vencer los ohsuíc\dos naturales que exije su proJuccion;
i
porque artículos Jcsct:1cjantes en valor tongan algnnos gastos
de produccion iguales o comunes entre sí, no se deduce que
esté tnrba(h b acciou de las lcyes' econúr:1Ícas que determinan
el valor de las cosas, i que <lehamos correjir por ordenanza.
la plana, al BOLerano Autor de la naturaleza, para restableccr
el equilil.rio.
4: Los ¡;t::sto~ùe trasporto, (que por regla jeneral se causan
en raza n (leI volúmen i peso de la mercadería trasportada, i no
eu raZOll do su valor, i que constituyen el últir.l0 gasto de produccion ùe un artículo), los carga el comerciante al valor jenerai de ht factum, i los distribuye
dcspues a prorata del valor
de cada a.rtículo.
248
APUNTAMIENTOB
SOBRE LOS PROGRESOS
5: Los gastos naturales de trasporte, i por consiguiente el
derecho de aduanas al peso bruto, (que es una simple adicion
a. esos gastos,) se resolveria pues en definitiva, atendida la COffiposicion de los consumos de las diversas clases sosiales, eu uu.
gravámen proporcional sobre la reuta del contribuyente.
Los que, para juz9ar del impuesto uniforme sobre el peso
bruto de la merc~dena, comparan el gravámen de la vara de
terciopelo o lino, con el de la vara de fuIa o doméstica; i el
del reloj o las joyas, con el de las aznelas, las bisagras o lOB
candados, estas personas, debo decirlo con toda franqueza,
no han pasado una línea mas allá de lb.superficie de la cues.
tion que nos ocnpa ..
Lo que bai que comparar no es el chaleco de terciopelo
a.l calzou de lienzo, ni la saya de seda a la enagua de fula, ni
el relqj del rico, al martillo a la azuela del artesano, sino la
totalidad del peso bruto de los artículos que por analojía tiene
que consumir el rico, con la totalidad del peso brnto de los
artículos estranjeros que consume el pobre; i se verá que el
flete es, en definitiva, por la naturaleza i la cnantía de los
consumos, un impuesto proporcional sobre la renta. El jornalero que tiene $ 100 de renta anual, no consume, probablemente, mas de 5 kilógramos de efectos estranjeros en las pocas
telas ordinarias de que se viste; pero el que tiene $ 1,000de
renta sí consume 100 kilógramos, i el opulento propietario que
tiene 10,000 consume con toda seguridad mas de 1,000 kilógramos de efectos estranjeros en sus muebles, sus licores, sus
carruajes, su alumbrado, sus vestidos, sus bronces, SlIS már.
moles, sus alfombras, su porcelana, &,& &.&
6." La tarea de repartir proporcionalmente el impuesto
por medio de un sistema de division de clases, a de un arancel
de derechos específicos, calculados ad v.Ûorem, es una pretension que raya en la imposible.
Hoi, (1880), existen, fuera de la clase libre, cinco clases
gravadas, incluyendo recargos, con 5, 20, 40, 60 i 75 centa.
vos por kilógramo.
Sin hacer la enumeracion de los artículos de que cada una
de ellas se compone, se comprende por iutuicion, como una
verdad de simple sentido comun, que semejante division o
clasificacion tiene que ser esencialmente fal~a i absurda; que
ella no puede corresponder a ninguna verdad econ6mica, a
nimrun principio de distribucion equitativa del impuesto;
porque es materialmente imposible dividir en cinco, ni en die:z:
ni en veinte grupos la inmensa variedad de artículos que forma el comercio de importacion, sin que en cada grupo queden
artículos más desemejantes por su peso i su valor que los que
forman las distintas clases del mismo arancel.
*
DE LAS
IDEAS
ECO~ÓMICAS.
249
Leyendo entre los documentos anexos a las }1lemorias de
Hacienda la infinidad de resoluciones dictadas para fijar la
intelijencia de las clasificaciones del arancel, casi lia compren.
de uno cómo se avienen en el estranjero para el despacho de
las mercaderías destinadas a Colombia.
Allí lie ve que en el curso ùe pocos años ha habido necesidad de dictar mui doclas resoluciones para declarar a qué clase
de la tarifa corresponde el anis; a cuál la faja o cincha de
cáñamo;
a cuál las cinchas de Jos galápagos;
a cuál los tacoli
para billar; a cuál las almendras con cáscara o sin ella; a
cuál las drogas o medicinas i ln. perfumería;
a cwillos encurtidos; a cuál los bultos para escribir;
a cuál los sacos de
cañamazo alquitranados;
Il cuál las paibs
cuyo peso no exceda
de 25 kilÔgmmos; 11 cuál el bicarbonato de soda; a cuál 108
teteros a chupos de cau(;ho; a cuúl los machetes;
a cuál la.
tejamanila j a cuál los £le.ies de hierro; a (;uúl los cedazos de
hierro i alambre; a cual los mármoles para mesas; a cuál las
cinchas de cuerdas de cáñamo;
a cuí¡llas bandas i el paño
para billares j a cuál las silecias i otros jéneros ùe algodon; a
cuáL
; pero la lista seria interminable.
t Puede baber comercio activo i libre con semejante legislacion 1
Creo que Colombia es el único pais del mundo a donde no
pueda llegar un buque si no ha sido espresl1mente despachado
para su'! puertos por los ajentes consulares del pais eu el estrau)ero ; el único a donde no pueden hacerse envias directos cie
cualquier lugar, por los fabricantes mismos, o por cualquier
persona; porque estos despal;bos no pueden verificarse silla por
comisionÜ,tas especiales, que sepan preparar el espediente del
caso ante los Cónsules residentes en los puertos de embarque.
En todos los paises del mundo, las Aduanas liquidan los derechos sobre los sobordùs i los manifiestos que presentau los
Capitanes i los consignl1tarios a dueños de las mercancías en el
puerto de su destino, sin exijir que estos mismos documentos
hayan sido ántes presentados ante los Cónsules del pais en el
lugar de ]a esportacion.
Semejante complicacioll, tantas dificultades, tau minuciosos
detalles, tantos i tan pueriles requisitos, han conferido el monopolio de nuestro comercio a uuas pocas casas de comisiollistns,
que han hecho una profesion aparte del estudio de semejante
teolojía.
Hablando
"No
del monopolio de la sal, el señor Gómez decia:
era posible que eu su mar¡;ha liberal se olvidase la
250
APUNTAMIENTOS SOBRE LOS PROGRESOS
Administmeion de una de las mas filantrópicas reformas: el
cruel monopolio dd la. sal debia modifiearse, i el Poder Ejecutivo lo ha hecho abriendo todas las salinas 'lue erróneamente
se mantenian cegadllos,a cuya elaboraeion ha llamado, dando
así valor a. los terrenos i hosql1es, mínás de carbon i otros
elementos de ela-boracion, facilitando ocupacion lucrativa a
muchos braios, i preservando al pueblo de la escasez de este
artículo de primera necesidad. que tanto la ha aflijido recientemen te: todo sin el menor perjuicio, i tal vez eon muchas
ventajas para el Erario Jentro de lJOCOS
años."
Esto cm \)asta1lto en una época en que no podia pensarse,
como no se piensa hoi 'mismo, eu la aùolicion del monopolio.
Ya por aquel tiempo principiaba. a vislumbr:use que en un
pais atrasado i pobre; la tarea del Gobierno no puede limitarse
a. la accion pasiva de dejar hacer, contentándose con abolir
sobre el papel los obst(\oulos legales que se opongan al libre
desarrollo de las facultades del individuo, silla que es preciso
emplear los recursos de la colectividad en romper los obstáculos
m.ate1'i.alcs que so oponen a ese dos.'trroIlo, i que son de becho
superiores a los estímulos i a la prevision del interes individual.
Algo como un relámpago de 13 luz que hoi nos alumhra,
pasó por el espíritu del señor Góraez, cuan<.lotuvo la feliz
inspiracion de proponer al Congreso de 1853 la creacion de
Escuelas esperinwntaks
pura el estudio de la agricultura, la
minería, &; &," pensamiento repetido hoi por el señor Parra en
su blernoria al Congreso de 1874. Como las razones económicas
e iwlustriales en que ese proYf;'ctose funda están aún. vijentes,
no será fuera ,leI caso repetir aquí lo que eutónees decia el
señor Ûlímez.
" Los puelJlos ignorantes ven pasar el curso de los siglos
sin apercibirse siquiera de su propio i mortal abatimiento. Ni
vislumhran los bienes de otros pueLlos, 11Ï entiennen el i(lioma
de la civilizacton: jemir en la lJarbarie essu destino lastimoso.
Los Audaquíes, )Iocoa, la Goajira i difieren. hoi cn algo de lo
que fueron trescientos años úntes j Lo mismo acontece en
escala menor a las naciones que han avanzado algo en el
camino de la civilizacion. si no se ponen al nivel con lOB pro.
gresos \le la ciencia. ¿ Oultivamos hai la tierra de un moùo
notablemente mas perfecto que en el siglo pasado? Mil obser.
vaciones :\nálogas pu,liecuu aña(lirse para demostrar que eu la
Nueva Grallada no se avam~3. hastante en los conocimientos
modernos, en aquellos que más desarrollo dan a la. produccion.
"Si cuando las uecesiùades públicas lo requieren, no
DB LAS IDEAS ECOK(Œ1CAS.
2!H
hallais emlJ3.mzo en apropiar ipjentcs sumas pam otros objetos,
no deberf.os ser exiguos en asignar la suficiente pam. el plantel
que os indico.
"Esc'jelas
esperimeutales
en que se enseñen científIca i
practicamente
lu. agrieultum
i la hotáuica, la jeolojía i la
minería., la. veterinaria i la zoolojía, i ln.economía rura.l, darian
no mui t:mlo n;In. Nacion los mas lisonjeros resultados. Con algunos pbntcles de esta clase, debeis estar seguros, q lIO dentro
ùe pocos años los productos (le la industria agrícola hahrán
alcum:adJ U:.w, perfeccion i un desarrollo céntuplos, devolviendo así pofusalUcute a la ~ acion los gastos que ella haya hecho
en aquellos 3stahlecimicntos ci vilizrvlores.
" Si ·)5 t'i;nais acojor este pensamicnto, no seais seuores,
os repito, dcmasiado parcos. 'Una suma i:lsuficiente sed. un
gasto p(~rdillo. N a pneden a htenerse profesores (¡Ile merezcan
ese nombre, a hajo precia. Dotados hiu:1 i asignar]o l;uticiento
pam. gas:os, es il1dispensabIe para que la ll1e,1ida surta !iUS efectos. j Que no os (}etenga una tími,b economía! Recordemos la
que <lecia Ull <~istiuguido compatriota nuestro hn.ùIa11l10 en un
dia sole.nne al ilustre jeneral Santuu(h;r, u nombre del colejio
del Rosario, qHO dignar.1cnte rejeutn.ha:
'Las letras, señor,
SOll agratlevjdas:
ellas consagrara u un siglo a Augusto i otro
a Luis XIV."
Difundir cntre las clases populares los conocimientos elementales (le las ciencias <}no mús directamente
se rozan con
nuestro~ ramas de prorluccion; forrnar la educ:1.cion industrial
de la clase ollrcra, i aùrir en fin fi. la jnventnù otras carreras
distinta'; tie Ins del profesoraùo en medicina i jurisprudencia,
es una de ln.s llccesi<intles más ilnperiosas del pais; i en este
sentido algo ha prilJvipiu(Jo ya a ])a(:erso COll la .F:scnel(t de
artes i ivfœ ¿08 fUlll.laùr\ en la Universidad nacional.
Al t'crasat este ]ihTO, co:no bemos tenill0 <lue hacerla por
la cel\tl~si:,l:;' vez, hemos a(lverticlo quo, ir;¡\lUidos en la idea de
perseguir el CHrso de b;; reformas e(;on<~micas, i acaso so(Iu'ciclos !Jar SH :lfestijio, HO rtccnt;¡amos hi<!:), no dimos a la figura
del señor Soto CIl el capítulo '1.0 tecla la luz que él refleja.
Dijimos ap~nas SO¡:1Cramo:ltc, I':íjinn WB, <¡ue el espíritu
conserv:\dor que dornill{¡ ell la. administracion de las finanzas
del pais, o8taùa en la naturaleza de las cosas i en las necesida.
des de aquellos ticmpoe ; pero (lohimos haber agregado, como
ahora la h::.ce:nos, quo era casi moralmcutc imposihle que hom_
llrcs ocupados ell salvar <leI llrtufmjio de la anar<¡uía los elomentœ ùÜmorsos del órllcu ~;OCÜ1J, pcrdiùos entre el (lcsordcn
... ,r--r\
252
APUYTAMIENTOS
SOBRE LOS PROGRESOS
de la guerra i las dilapidaciones del gobierno militar que habia
afl.ijido a Colombia desde 1826, pudieran pensar en acometer
i llevar a cl1bodesconocidas reformas económicas.
El señor Soto fué lo que debia ser: el jenio del 6rden, de
la economía i de la probidad. Encargado de administrar una
Hacienda desmoralizada por la guerra i la' dictadura, él la
OI:ganizÓrápidamente en el curso de pocos años, i dejó, por
decirlo así, fundido en el molde de su probidad personal, este
tipo tan respetable i tan simpático en la historia de la admi.
nistracion nacional, QUE NO CONOCE.EL PECULADO.
Como ántes dijimos, los añofelde 1854 a 1860, a~nque llenos
de importantes trabajos administrativos, a los cuales están unidos
los nombres de los señores Rafael Núñez e Ignacio Gutiérrez
Vergara, no rejistran en sus anales el paso de una idea a de
una reforma económica, que suministre materia para prolongar
este escrito.
Con la. Confederacion Granadina termina la historia de la
escuela económica, o simple libre-cambista, a quien la libertad
debe sus mas preciosas conquistas, bajo el principio del dejad
hacer,. principio despreciado i calumniado por haber cumplido
ya su mision.80bre la tierra. Con el año de 1863 principia para
nosotros la historia de la escuela moderna del progreso, que
apiadándose UR poco más que la escuela ríjidamente doctrina·
ria, de la miseria del mayor número, asigna al Gobierno el
deber moral de acelerar el advenimiento de un grado de bieuestar superior para las clases mene<¡tet"osas,empleando una
parte de los recursos de la colectividad en difundir la instruc.
cion i en romper los obstáculos materiales que se oponen a su
desarrollo económico i social.
Pero esta historia cst:i apenas en su oríjen: la. escribirá. la
posteridad .
••
ESCUELA DE ARTES I OFICIOS.
El siguiente informe, presentado por mí a la Cámara de Re.
presentantes en 1872, i que reproduzco fielmente, tal como se
halla publicado en el número 2,507 del Diario Oficial,de 5 do
abril de aquel año, pertenece con propiedad a la materia de
estos apuntamientos, i la he escojido para que forme su capí.
tulo fiual. Es un documento hist6nco, que atestigua que ellilyl'o
cam1Jio, merced Il. los esfuerzos de los hombres ilustres que por
tantos años pr~dicaron i difundieron las Sanas ideas económi.
DE l. AS IDEAS f;CO~ú~[JCAS.
253
cas, hacia ya parte de nuestro derecho comun i de nuest.ra vida
social i econSmica; i da la meùida del daño causado por los que,
en pcrsecusion de malos fiues políticos, han venido a suscitar,
sobre todas nuestras calamidades, una cuestion obrera i una di.
vision de cbses, que hacia 26 años habian de~apareciùo del pais,
i por los que han vuelto a plagar nuestra tarifa aduanera con
todos los errores del mentido sistema protect.or.
Los artesauos de la capital verán tambien, por este documento, que sus verdaderos amigos no so'} sus aduladores, sino
10~hombres de principios que quieren i buscan su bien en aro
mouía Call la justicia, por medio' de la difusion de las luces ido
los conocimieutos útiles, i vinculándolo
al progreso jeneraI
del pais. Dice aHí:
La solicitud que han dirijido al Congreso, en número niui
respetable, los artesanos de la ciudlld de Bogotá, pidiendo que
la Lejislatura
nacional apropie los recursos necesarios para
que en la Escuela de Artes i Oficios se funden las ensellanzas
teóricas i prácticas destinadas a fomentar el desarrollo de las
artes mecánicas, i a dotar al pais de una clase obrera, ilustrada, intelijente
i laboriosa, es un documento que bace mucho
honor a quienes la suscriben, i mucho honor al pais.
No hace todavía veinte aíïos que los artesanos ùe Bogotá,
imbuidos en 1M falsas ideas del sistema proteccionista, se diri.
jian al Congreso de 1853, pidiendo en nombre de la proteccion
al trabajo nacional, que la lei rechazara en Jas aduanas los ar.
tefactos estranjeros, para obligar a consumir a un alto precio
los de inferior calidad fabricados en el pais; pedian en otros
términos que la lei impusiera, cn provecho de unos pocos, una
contribucion jeneral exorbitante, injusta i atentatoria, i cuyo
resultado infalible habria sido, como el de todas las primas,
mantener estacionario el trab3:jo nacional, retirándolo 01 agui.
jan de la competencia estranjera.
Pero qué de es tralla tiene, ciudadanos Representantes,
que
los artesanos de Bogotá creykran, en 1853, que el sistema pro.
tector, que a!>egura por medio de derechos prohibitivos un mer.
cado artificial a los productos nacionales, es el que vivifica,
desarrolla i aumenta la produccion interior, si hoi mismo ve.
mas al ilustre Presidonte de la República francesa, empeñado
en resucitar las absurdas teorías de la balanza de comercio;
empeñado en rechazar el fierro inglés, que la naturaleza pro.
duce bueno i barato del otro lado del Canal, para que los capitales i el tro.bajo frances so empleen en producir, con gran
detrimcnto
de otms industrias,
fierro malo i caro sobre el
25-!
Al'ü.l\'l'AM1EN'I'OS
SOUUI<; LOS PROGRESOS
suelo de la. Francia! I esto en el pais donde Juan Bautista Say
escribi6 i popularizó su famosa teoría de las salidas, demostrando que los productos se pagan con proc1uctoil; que un pais
no importa mercaucíàs estranjeras sino porque forzosamente
esporta Cil igual cantidad las suyas; i qne el sistema protector,
que en último análisis se propone resolver el prohlemu de que
un pa.is venrla sin comprar, persigue una ilusion irrisoria! Esto
en el pais donde el ¡mortal Bastiat condenÓ n. la mllerte del
ridícnlo ellllelltido
sisteraa protector, escrilJif:udo en sus inimitahles sofismas la peticion cómica de los fabricantes de velas,
bujías i lámparas, i de los productores de recinas, alcohol, acei.
tes i gas c1estiuuJos al alumbrado, contra la lu? del sol que nos
alumhra(le balllel
Comparad, ciudadanos Representantes,
el inmenso espacio
que ban recorrrirlo las huenas ideas económicns, i el asombroso
adelanto que toùas las clases sociales han !Jecho en la (!scuel3.
del libre cambio, por la que hoi os piden los ahnegados i patriotas artesanos de Bogotá. Ese documento, que para honor del
pais dehería traducirse ¡ puhlicarse
en frances, se limita a
pelliros que le ,leis a la clase obrera la justa part.icipacion que
dehe tener en la instrucciou elemental, tC<Jrica i práctica, cos.
teada con foudos pÜblicos, para ponerse en capacidad de dispntarle, en campo lihre, a la indu::¡tria estranjera, el mercado de
nuestro propio pn.is.
Os la repito, ciudadanos Representantes,
e[.;te es probable.
mente el documento mas ímportlWlte que se haya imido a la
discusion del Con~;reso en las presentes sesiones, i vosotros cometeriais una brave falta po)¡t.ica, que es mas que 1111 crimen,
si os pusieseis en receso Sill dar a las illstas i patrióticas aspi.
raciones de la cJa.se obrera, ámplia, liberal e ilustrada satis.
faccion.
E,lucadn por los resultados esperimentales dellihre ca.mbio,
la clase o!)reTa sahe r¡lle hoi no podría pedir la proteccion del
sistemn. restrid'¡vo, sin (lue esas malas armns volvieran de re·
chazo contra. eHn. misma. Con"tra el zapatero <Iue pidiera la
prohibicioll del calzado estranjero, pediria el sastre vecino que
se le desnuùara del vestido elegante i harato que compra en la
confeccion estranjem, para encargarse él de vestirlo con ménos
comodidad i a caro precio; i contra el carpintero i el talahar.
tero que pidieran la imposicion de fnertes derechos sobre los
muebles i los arnesos estranjeros, pediria el herrero nacional
que se les rlesl,ojara de los instrumentos de la cuchillería ingle.
86., para encargarse
él de vendedes las toscas herramientas que
produce su fragua. I así retrocederiamos
hasta la harbarie i la
miseria, si nue¡;tro.s instituciones admitieran que de particular
a particular,
pueùo haber algo lejítimo, distinto dcI cambio de
servicios, librc'~l(mte <.lcbl1tidos, sobre el pié ùe la mas perfecta
igualdad.
Riu(!aJ:lOs gracias par este progre.'lO (le lus illoa\l, que cs
una sóli,1a gacu:dlL de (m1ün, :L los fundadores (le ln. República, que tall lLCertada t1irecciùn dieron:~ los estudios universitarios deslle 1826, fnndando i mantenienJo
coutra el fanatislllo i las preo\:n]Jaciones ,le aquella época, las cátedras de
Economín. poli(;ic~t i (le LejisJacioll por Dcntlmm i 'Entcy. Merced a las armiga(las call viccioues i a la probidad po1ít.ica del
jeuera! S:llltall(ler i tIc sus i!ustraclos cobuora,lores,
estamos
hoi casi dew \' .los· del hábito tajar (le la Colollia, (jue conservan
hoi, I'.lUS ajustado (lile llullca, otros lJ\lel,los hennuuos, que nacieron junto eOil 1l0sOtroS, dol mis:ao seno uatcrllo, ti. la vida
Ile Pllehlos inrlepen,lieutes.
Sail los hOT:llll'CSIle esto. clase los
que pllellen vac;iar a \lit Pllel ,Jo en el r.lOl·.lc de f'llS llropias convicciones, ilia los caractére3 aCO:;lOlbticios i (;01'nrtle~, (IUO
sin po'¡cr se.;;¡ir eu la Îl1ti;;lO de Ell cOIlcie:lCin.la corriente de
las ideas de progreso, quieren couscrvar, CI; Jucha consigo
mismos, el prestijiu i el hrillo de los aplí~toles de la lihertall ;
portluO pam est·)s lJomhres la ReplÍ1Jlica. es ;,lU prosccilio i la
causa liberal una (;O~
.ledia.
Morcol! [l 10'; esfuerzos,Je los hornl'l'es tle Es~.a(lo lIue fundaron sol)re el priucipio ¿el libre cxámcIl 01 estudio d'e las
ciencias políticas, est:t:'lOu hoi cn el polo opuesto (10 los erroros
econÓmicos tlllO Voltaire escriLia hace Ull siglo 011 ol artículo
" Patria" dei ,~iccionario filos,íiico, •.1iciel1<
la: ., 'l'al os la COLldie ion hlllU~,Ua, 'Ille (lescar la graudoza de su pais es desear el
mal Je Sil vecino. Es claro que un pai~ lia puoJe prosperar sin
que otro l'ierùo,."
Pero Ol..tre el sistema protector, C]ue prO(lllCe eJ resultado
de imprÜ:iÏr a la actividad uaciona! nna direciou ,listinta de la
que huhiera tOI'lado ell nerlio de la lihertad;
entre esto i la
iuiciativa (Ille Uti Goùicruo previsor e ilustrado dolJe tO¡:lar para
educar el tralJa.io nacional, a fiu de hacerla mas intelijcllte,
ma::; fecundo, mas pro\luctivo, hai tOlla la distancia que separan
el error Je la verdad, i el torpe almlldoDo ùe la ignorancia i
de la pereza, .le la activiJaJ intelijollte i previsora Jel verJa.
dero hOI::.1lrre<le Estado.
No se trata, ciu'l:l'b.nos Reprcscnt:J.ntes, de hacerle l)roducir al pais las maravillas de la iuJustria
l:lalluf::wturera,
que
los capitabs, la cicncia i bs nuíC]uinas estranjeras nos trae~l a
tall bajo precio; triítase de veuil' por me(lio de la eùucaclOn
teÓrica i pr::letiuL de nuestros ohreros, on ansilio Jo muchas
industrias nativu!';, <]UO par la misl:lo (Ille los elementos natura.
les del pais les
SOI.1
favorable¡;, han poùido sosteucr la
COllCH-
256
APUNTAMIENTOS SOBRE LOS PROGRESOS
rrencia est.ranjera, apesar de los procedimientos rudimentarios
que emplean en su manipulacion .•
Es cierto que nuestro pais está llamado principalmente a
suministrar a la industria. manufacturera del viejo mundo 108
materiales que sus máquinas trasforman en esa infinidad de
o?jetos que satisfacen nuestros mas raros caprichos; pero tambIen es cierto que solo las tribus semi - salvajes pueden tener
una industria única, igual, eoruun, vaciada, estereotipada en
el misruo molde. Despues, todo pueblo, por pobre i atrasado
que sea, necesita diversificar sus ocupaciones, so peoa de dejar
muchas facultades Sill empleo, muchos brazos sin trabajo. To.
dos no podemos ocupamos en la ganadería, en la minería o en
108 rudos trabajos de la agricultura:
por pocos que sean, algunos quedarán en las ciudades, que necesiten cultivar artes mas
delicadas, so pena de morir de inanicion.
Ademas, todo pueblo neceBita aclimatar en su propio suelo
ciertas industrias, que llamaré elementales ijeneradoras, aunque
en el principio tenga que hacer grandes sacrificios para fundarIas, para. que a la larga compre sus productos a mas bajo pre.
cio, produciéndolos en el pais que importándolos del estranjero.
Esas industrias son aquellas en que una gran parte del valor
de sus productos está para el consumidor nacional en los gastos
de trasporte, tales como las manufacturas pesadas iordinarias de
fierro, de madera i de piedra, que suministran los materiales para
la construccion arquitectónica i las vías de cO!1:lnoicacion.
En este caso es mas económico hacer granJes anticipaciones
para aclimatar esas artes en el pais, que quedarse perpetuamente importando sus productos del estranjero, i principalmen_
te en un pais sin caminos. Por eso es que no se concibe pais
medianamente civilizado sin fundiciones, sin herreros i cerra.
jeros, sin carpinteros, i sin canteros i albañile:;.
De conformidad ,con la.s ideas contenidas en este informe
tengo el honor de propaneros un proyecto de lei, adicional a la
de 11 de julio de 1870, apropiando los recursos necesarios para
que en la Escuela de Artes i Oficios se establezcan las ense.
ñanzas elementales de las ciencias que mas íntimamente se rozan con las artes mecánicas, i para que se funden por ahora,
con toda la maquinaria moderna, cuatro talleres modelos, de
herrería i cerrajería, de carpintería, de talabartería, i de corte
en piedra; i para hacer venir de Europa los maestros necesarios para dar estas enseñanzas.
Aprovechemos, ciudadanos Representantes, la paz que
reina en el pais, i las buenas ideas morales i económicas de que
está impregnada nuestra clase obrera, para incorporada entre
los buenos elementos del órden social, educándola i satisfaciendo sus lejítimas esperanzas.
~lMITACIONES
1 ADJUmCAcrON
DE
DE 'tIERRAS
DOMINIO
BALDiAS.
En los diversos escritos publicados ce,mo Jefe de la Oficina
de EstadísÚa Nacional, en 1873 i 1874, i en los discursos pronunciados en la Üímara de Representantes, en 1878, en apoyo
de un proyecto de lei presentado por mí, sobre amparo a los
pobladores i cultivadores de tierras baldas, he tratado de exa.minar esta cuestion econ6mica que abisma por su profundidad
i por la magnitud de sus consecuencias, a saber: En paises como
el nuestro, que encierran inmensos territorios desiertos, poseídos
a déspota, i tiene el Gohierno que los administra por el dominio eminente de la Nacion, deberes de otro órden que llenar,
distintos de los de simple comerciante en tierras baldías? O
mejor dicho: i puede a debe el Gohierno desprenderse de la
propiedad do dominio público sobre las tierras baldías, para
constituir la de dominio privado, sin consideracion al objeto
económico de esta enajenacion, a los derechos naturales del
hombre a la accesion del desierto, ni a las necesidades ni a la
independencia política i personal de las jeneraciones presentes
i futuras?
Yo creo, con la desconfianza natuml de quien se atreve a
emitir una opinion sobre materia tan oscura i tan delicada, que
la Nacion incurre en un gravísimo error, fecundo en males de
toda. clase, cuando se presta, sin uu exámen detenido de estos
fen6menos, a continuar fundando sobre el réjimen feudal del
repartimiento de las Encomiendas, la propiedad anticipada de
la tierra. que deben ocupar las jeneraciones futuras. Estas in~
mensas enajenaciones de tierras ba.ldía~,en favor de propietarios
que no las reciben para cultival'las, sino para situarse a monopolizar en ellas el valor que les va, allegando el trabajo de
todos, con el progreso social, i para. oprimir a las jeneraciones
venideras, imponióndoles enormes sacrificios para la adquisi~
cion del suelo, tienen que ser fecund.as en perturbaciones inmensas sobre la distribucion de la ril!ueza pública.
17
258
LIMITA.CIONES DE DOMINIO
1
Creo, con pensadores profundos, que una de las causas m as
bondas de pertllrbacion en la distribucion de la riqueza i en la
jeneracion de la miseria de muchos millones de hombres, está
en la viciosa constitucion de la propiedad territorial en el
mundo. Es comparativamente insignificante el número de trabajadores que pide su subsistencia al comercio i a las manufac-.
tu ras : no llega probablemente a la centésima parte de la po.
blacion útil del globo; la gran masa tiene que pedirla direc.
tamente a la tierra, en la. agricultura propiamente dicha, la
minería, la pesca i las industrias estractivas; i si la tierra
desierta o inculta so encuentra por todas partes ya apropiada;
si unos pocos, como sucede ya entre nosotros, tienen adquirido
ya el derecho de impe\lir ID accesion del jénero humano al de.
sierto, la gran masa tiene forzosamente que caer en la mise.
ria o en la servidumbre.
No se trata de desconocer el principio, tan obvio como tri.
vial, de que la tierra necesita ser apropiada para que desen_
vuelva basta el último término su potencia productiva, sino de
averiguar científicamente dónde termina la razon de ser del
derecho, o eu otros términos, cuándo UD d'erecho de propiedad
sobre la tierra es contrario al principio de ntilidad pÚblica en
que ese serecho se funda.
El derecho de propiedad sobre la tierra, se ha introducid()
para hacorque este ajen te natural, desenvuelva bajo la mano
intelijente de un cultivador, que tiene asegurado el goce perpetuo de su mejora, todasu potencia productiva. El fundamento
ético de este derecbo es la utilidad pública resultante de esa
apropiacion. Donde falta, pues, la ocupacion real por el cul.
tivo a la mejora del suelo, falta la razon del derecho de prQpiedad sobre él.
No hai propiedad lejítima sino la que reca.e sobre los valores creados por la industria; e industria es la aplicacion de
las facultades del hombre a la roodificacion útil de la materia,
para asimilarla a la satisfaccion de nuestras necesidades. Pue·
de haber sin duda propieqad consistente en valores producidos
por la creacion de obstáculos artificiales, inventados COll el
esclnsivo objeto de obligar a los hombres a pagar el trabajo de
vencedos ; J>ero esto no es lo que la ciencia llama industl'Ía :
todas estas categorías de servicios artificiales, que propiamente
deberian 11.1.111arSe
contra-servicios, es lo qua la cioncia de la
economía llama despojo ..
De esta clase es la propiedad consistente en tierrras baldías,
que la Nacion enl~jena sin la' mira de ocuparlas o cultivadas,
i cuyo único resultado es que esos propietarios titulares se sitúell eu los puntos privilejiados del territorio, para revender
los dODesgratuitos de la natull\leza i los valores creados por el
J .\l)J[Jl>lC.\CWN
OF, 'l'IlmnAS
ILo\LnÍ-\S.
2[)})
progreso, f. la poblacioll que necesite estenderse sobre esa
tierra.
Para mí no hai ninguna diferencia entre conceder a alguien
el derecho de hacer el "acío del aire respirable, si esto pudiem
efectuarse
materialmente
alrededor de una ciudad, con el
objeto de crear la necesidad de comprado, i el título por el
cual se ccncede el derecho de propiedad anticipado sobre las
tierras baldías, con el csclusivo objeto do revenderlas, cuando
el progreso social les baya dado valor, a la poblacion que necesite ¡;ituarse cU ellas.
El valor del suelo se compone del valor directo del trabajo
humano incorporado en él para su mejora material, i del valor
Je la utilidad ql1e le agrega el progreso social, consistente eu
el aumento de poblacion, la seguridad jeneral, la apertura do
nuevas vias de comunicacion, &, &; i esto· e¡;plica el fenómeno
econ6mico de que, miéntms que todos los productos de la industria tienden a lmjar constantemente
de precio, la tierra sigue
un camilla inverso, subiendo constantemente
de valor: porquo
la tierra es por excelencia el fondo donde vienen a capitalizarRo
los valores creados por el progreso, i porque aunque especulat¿varnente haya todavía una cantidad indefinida de tierr/.l.S no
apropiadas, práct'¿ca'Y"fl,ente la cantidad de tierra cultivable quo
cada poblacion tiene a su alcance, en raZon de sus medios do
oomunicacion, es una cllntidad limitada,
En el número 3,211 del Dimio Oficial, de 15 de julio de
1874, se halla publicàda la cuenta formaùa por mí como Jefe
de la Oficina de Estadística nacional, de la conccsion i adjudi.
cacion d,a tierras baldías, de la cual resulta que hasta esa fecha
se habian emitido títulos de concesion por 3.318,506 hectaras,
i se habian hecho a aprobado adjudicaciones materiales sobre
el terreno por 1.159,502 hectaras.
De esta, inmensa cantidad de baldíos adjudicados, no hai
sino unas 100 mil hect:uas que hayan sido concedidas a los
ocupant'3s i cultivadores <.leI suelo, que son las únicas personas
que en puridad de principios tienen derecho a adquirir el dominio d'3 las tierras incultas; las de mas representan concecio_
lles hechas Sill discrimiuacion, en contratos onerosos que han
llevado siempre implícita la condicion de colonizar i cultivar
las tierras concedidas, pero que no han sido cumplidos. I del
milIon i lOa mil hectaras que han pasado al dominio privaùo
por adjudicaciones materiales
hechas sobre el terreno, puede
IlBegurarse, sin temor de equivocacion, que no llega a la centésima parte la porcion de esa superficie que ba sido realmente
ocupada i modificada por el cultivo.
i Qué representan, pues, en rigor de verdad, estas adquisi.
Giones de dominio sobre las tierras baldías? Pues representan
260
LIMITACIONES
DE DOMINIO
pura i simplemente la constitucion de una cstensa clase do
propietarios feudales, de propietarios parúsitos del suelo, formada con el csclusivo objeto de acaparar el plus-valor que
reciba la tierra por el progreso social, interponiéndose para pc.
dir un precio d~onopolio
entre el ajeute natural, tal como
Dios la hizo, i lajeneracion que realmente necesite ocupar la
tierra para el trabajo ..
I es ésto justo 1 es ésto útil? i Las leyes civiles que así proceden se han detenido a pensar en los innumerables males
políticos i sociales que resultan de esta viciosa constitucion de
la propiedad territorial? Ran estudiado esas leyes los princi.
pios económicos que sirven de fundamento al derecho de propiedad sobre la tierra? Saben ellas con qué objeto se ha. introducido ese derecho, i qué elementos econ6micos concurren a.
la formacion del valor del suelo?
Si la.propiedad territorial no se hubiera. fundado en el mo.
nopolio, por el derecho de conquista, sino en la. ocupacion natural del suelo, por el principio científico de que el único fundamento lejítimo del valor de la tierra es el servicio humano
incorporado en ella, su distribucion habria seguido una marcha
mui distinta de la que ha tenido en nuestro pais. En vez de
cien adquirientes orijiuarios, habria habido mil, diez mil, probablemente cien mil; el pl~¿s valor que el progreso social le
agrega!constantemente, i que es el mayor de los factores que
entran ell sn valor, se habria di~tribuido entre muchos; la
fijacion do su preoio seria el. natural que lejítimamente le hubiera determinado una concurrencia. efecti va, i no el artificial
que le ha dado el monopolio; el cultivo habria. cubierto, bajo
la mano dil~jente de pequefios propietarios, lo que no puede
nUllca hacerle producir el trabajo asalariado; i finalmente,
en vez de una poblacion rural, dividida entre unos pocos propietarios, i millares de labriegos oprimidos en su condicion de
locatarios, tendriamos un número mui considerable de labradores propietarios, clase que por sus condiciones murales i eco·
nómicas es un baluarte inespugnable contra la miseria.
El dere¡jho de propiedad sobre la tierra se funda esc1usivamente en un principio de utilidad pública. Se ba introducido para. estimular i asegurar a perpetuidad el trabajo del hombre que .la.mejore, confundiéndolo con la propiedad del suelo
mismo, i elevarla de este manera a la mayor suma de su potencia productiva en servicio de la humanidad. Por consiguiente, donde faltan la. razon i el fundamento del derecho, falta el
derecho mismo .
. La tierra, tal como Dios la hizo, pertenece orijinaria.mente
a la comunidad. La lei reconoce la apropiacion particular cnn el
objeto de que 111. tierra sea rnejorada. Las mas profundas iuves-
I ADJUDICACION DE TIERRAS
BALDÍAS.
2ôl
tigacione¡; de la ciencia no pueden descubrir otro fundamento ético al derecho de propiedad sobre la tierra. Por consiguiente, donde quiera que la sociedad la encuentre en estado de naturaleza.
i necesite servirsa de ella i da sus materiales para rnejorarla,
mal puede el propietario titular del suelo, que DO ha usado
aún de su derecho de cultivo, alegado contra el dueño orijinario.
Estos principios fueron espuestos por el eminente filósofo
John Stuart MilI, en el seno del pueblo mas fauático por el de.
recho de propiedad, i tuvieron una resonante aplicacion en la
lei a.graria de Irlanda. Del cap. 11 (Property in Land) lib. II
de Sll famoso tratado do Economía política, tomo los siguientes
pasajes que servirán para autorizar este escrito:
"Tales son, dice, las razonas que justifican bajo un punto de
vista económico el derecho de propiedad sobre la tierra. Solo es
válido en tanto que el propietario de la tierra es su beneficiador,
(Us imp¡·over). Cuando en un pais, el propietario, jeneralmente
hablando, (leja de ser su beneficin.dor,la economía política no tie.
ne nada que alegar en defensa de semejante propiedad. En nin.
guna sana (8ound) teoría sobre la propiedad, debe admitirse que
el propietario de la tierra sea un mero sinecurista alojado en
ella (Páj. 114.)
" Aun tra.tándose de tierra culti\'ada, un individuo a quien
la lei permite retener millares de acres como su patrimonio
privado, no debe creer que tiene el derecho de usar i de abusar
de esta propiedad, ni de manejarla como si solo lo interesara
a (\1 i no a otro. La pretension de dos Duques do encerrar una
parte de los Ili[Jhlanrl~, i escluir de muchas millas cuadradas
al resto de la comunidad, solo con el objeto de que pudieran
multiplicarRe a su agrado los animales de caza, es un abuso
que excede los límites del derecho de propiedad sobre la tierra.
(Páj. 142.)
" En suma, el derecho del propietario territorial está ente.
ramente subordinado a la conveniencia jeneral del Estado."
(PÚj. 14.1.)
El caso de Irlanda es roui notable i merece una breve
recapitulacion.
La Irlanda fué donnda al rei de In~lnterra Enrique II,
por una bula del Papa Adriano IV en 115G, aunque la ocupa.
cion completa de la isla no llegó a efectuarse hasta el tiempo
de Cromwell. La tierra fuá repartida eutónces en grandes
feudos, entre los vencedores, como la fueron las tierras del
continente europeo, Il la caida del imperio romano, i las tierras
de Am6rica, por Encomiendas, al tiempo de la conquista espa.
fiola. No es, pues, el oríjeu del título el que se hn. disputado
a los herederos de los conquistadores de Irlanda, porque en
definitiva ellos la derivan de la misma fnente que los propio-
262
LIMITACIONES DE DOMINIO
tarios de la isla vecina i los del suelo europeo: no ha sido el
título, sino el uso que se ha hecho de él, lo que ha venido a
invalidar i a ilejitima.r sus derechos.
,
Los lores ingleses, dueños,del suelo irlandes, residentes en
Inglaterra, miraron siempre esos dominios, de donde los apartaban las antipatías relijiosas i políticas de los dos pueblos,
como una especie de adehala agregada a sus cuantiosas fortu.
nas de Inglaterra; i se limitaron, por siglos, a darlos en arren~
damiento, sin consentir en gastar un solo chelin para su mejora,
a una clase intermediaria de agricultores, lla.mados middlemen,
quienes a su turno subarrendaban las hacien,das, dividi6nùolas
en pequeños lotes, hasta de un acre, para estirar la ganancia sin
compasion. El suelo irlandes llegó a cubrirse así de esa multitud de mendigos, con cuyas cabatias miserables tanto nos han
familiarizado los grabados de los pe1"Îódicos,de las novelas i de
las relaciones de viaje. La isla que en 1766 no contaba todavía
dos millones de habitantes, se elevaba en 1822 a 6.800,000
almas.
Es de esta época que data la deplorable situacion de la,
Irlanda. Puede fácilmentèconcebírse la estrechez i la miseria.
de una poblacion de siete millones, reducida a vivir de la
cosecha. de pata.tas, que el trabajo rudimental de sus propias
manos, retiraba de un suelo donde el capital i el trabajo intelíjonte del propietario nada habian hecho para fecundarlo.
"La miseria irlandesa, dice M?". de BeaumO'nt, forma un
tipo aparte: se reconoce al verla. que no podria asignarse una
forma determinad~ al ;infortunio de los pueblos. En todas las
naciones so encuentran mas o ménos pobres; pero un pueblQ
entero de pobres era. una cosa que no se había visto jamas."
Cuando los dueños titulares de Irlanda se apercibieron de
esta peligrosa situacion, quisieron ponerle remedio barriendo
sus haciendas de este enjambre de pordioseros que las afeaba.
Pero, i cómo espulsar de sus hogares a un pueblo entero? Los
que intentaron ponerlo por obra, los ajentes que so aventura.
ron a notificar los desahucios fueron escarmentados por las
venganzas del labrador, a. quioo la poblacion entera ofrecia un
asilo impenetrable contra las persecuciones de la justicia. El
fenianismo vino en apoyo de los loeatarios, i la Inglaterra
misma se vió por algun tiempo en s6rios peligros de perder la
'Irlanda. Esta situacion, como lwmos dicho, databa desde 1822.
Los crímenes agrarios se multiplicaban, la fermentacion de
los ánimos habia llegado a su colmo. La, palabra de órden de los
loeatarios era ésta, bajo la cual capituló el Parlamento: fixity
Dl ienU?'e at a ¡ai?" rent ~ mantenimiento del arriendo a un precio equitativo.
Bajo la presion de estas circunstancias i a propuesta de
I ADJODlCACION
Dl~ TIERRAS
BALDÍAS.
263
Mr. Gladst()ne, el Parlamento votó en las sesiones de 1870 el
la,nd bill de Irlanda, que consagra el reconocimento del dere-
cho del ocupante, i ampara su posesion, donde quiera que la
costumbre lo autorice. Un tribunal especial establecido para
poner en ejecl:lcion elland bill, la lei agraria, debia examinar
qué derechos daba la costumbre, para hacerlos respetar del
propietario.
A falta de costumbre i de contrato, ln. lei proteje la posesion del locatario, estableciendo que no puede ser despedido,
flino mediante una indemnizacion, que varia segun el impor.
te dei arriendo.
Para una locacion de ménos de ID libras, la indemnizacion
puede elevarse, conforme lo decida el tribunal, hasta 7 veces el
importe anual del arriendo; para una de 10 a 30 libras, hasta
5 veces su importe; i así disminuyendo, hasta equivaler sólo a
un año de arriendo, cuando el precio del arriendo excede de
100 libras anuales.
La lei inglesa ha reconocido, en suma, al locatario irlandes,
por la ocupacion, la mejora i el cultivo de la tierra, un dere.
cho de co-propiedad con el dueño titular del suelo.
Como ántes dijimos, no fué el oríjen del título el que se
tuvo en cuenta para decretar estas indemnizaciones, porque en
definitiva ese título es en su fuente el mismo de donde derivan
el suyo lORdemas propietarios del suelo europeo. No fué con
argumentos derivados del oríjen del título, sino por considera.
ciones de eqt-.idad fundadas en la naturaleza del valor de la
tierra, en relucion con los deberes que impone su propiedad,
que se llegó a esta soluciono
Esta cuestion de los principios econ6micos por los cuales
debe rejirse la formacion de la propiedad individual que se
desprenda de las tierras incultas de dominio público, a sea el
problema de la oportuna i conveniente ocupacion de los terri.
torios desiertos del pais, es inmensa: para estudiarla seria
preciso recorrer todo el campo de las cuestiones de agronomía
que con ella se relacionan: yo no hago sino desfiorarla; i
aunque quisiera sa.lir del campo puramente especulativo ùe los
fundamentos éticos del derecho de propiedad sobre la tierra,
para pasar al terreno práctico de los resultados sobre el cul.
tivo, la mejora del suelo i los rendimientos de la agricultura,
no podria dar un solo paso en esta direccion, porque no bai
un solo dato para resolver estas cuestiones: aun no ha nacido
para nosotros el A.1,thu1' Young que debe suministrárnoslos.
Naùa sabemos en respuesta a estas preguntas:
A.. i Cll~I es la condicioll ag!ícola de las pequefías propiedades cultivadas por sus propIOSduefíos? i Están en jeneral
peor o mejor cultivados estos campos que los de 'las grande~
264
LIMITACIONES DE DOMINIO
haciendas? i Rinde más su agricultura? iEs numerosa esta.clas9
de propietarios? î Cuál es, en jeneral, el grado de comodidad i
de bienestar de que disfrutan?
B. i Cuál e~ la diferencia de condiciones, en cultivo, rendi.
mient:<>i .m~ioras,.entre las propiedades cultivadas por arren.
datarlos lIas cultivadas por sus propios duefios?
G. i Cuáles son las condiciones jenerales del arrendamiento
impuesto a los colonos que viven en tierra ajena? t Son mui
onerosas? iEn qué se paga este arrendamiento; en trabll:10,en
frutos o en dinero ª i Tienen algunas garantías de estabilidad
estos contratos? ~O los arrendatarios son lanzados de la tierra
a voluntad de los duefios 1 i Se les indemniza de las mejoras
hechas cuando son despojados? i Ou:il es la condicion física i
moral de estas personas?
D. i Ouál es, por término medio, el jornal de un peon
agricultor? i Se practica el sistema de los jornales por tareas?
i A qué cultivo se aplica? i Qué resultados produce 1
E. ¿ Se practica el sistema. de cosecheros, en que él COIODO
no paga arrendamiento, sino que se obliga a vender los frutos
que prod \lee a un precio determinado? Qué resultados produce?
F. i Se practica el sistema de medianeros, en que el colono
tampoco paga arrendamiento, sino que divide en especie, con
el dueño de la tierra, los frutos O los productos de los frutos î
i Qué resultados produce este sistema? ¿ Cuál es la condiciou
física i moral de estos co]onos?
Si tuvieramos estos datos, con ellos seria que p()(lriamos
ilustrar i tratar a fondo esta inmensa cuestion de la viciosa
constitucion de la propiedad territorial, por consecuencia de
estas inmensas enajenaciones del suelo del pais, que tienen por
único objeto estorbar el libre acceso Ùe. la poblacion agrícola
al territorio desierto, retardar su oCllpacion útil, e impedir la
formacion do esa estensa clase de propietarios campesinos,
económica, frugal i previsora, que tiende a reprimir el exc,eso
de poblácion, i que es la mas sólida garantía de la libertad i
del órden.
Pero a falta de los datos necesarl0s para. hacer demostra.
ciones prácticas, lo que dejamos sentado en el campo pummente especulativo de la economía, nos autoriza para concluir
que las leyes sobre concesion i a.djudicacion de tierras baldías,
deberian basarse sobre los siguientes principios.
l.? Que todo el que de hecho ocupe i cultive UDaestension
cualquiera de terren~ baldío, es el dueño lejítimo de esa es·
tension;
2.° Que es de derecho natural la libre accesioD del hombre
a la tierra inculta, i que la lei debe mantenerlo. como nu de.
recho inherente a la existencia i al progreso del hombre sobre
la tierra;
l.
I ADJUDlCACION DE TIERRAS BALDiAS.
2G5
3.° Que la propiedad sobre la. tierra inculta es condicional
de que el dueño use de su derecho de dominio para. mejorarla;
se ha concedido con ese objeto i depende necesariarMnte <.leI
cumplimiento de esa condicion ;
4.° Que una buena lei agraria debe fijar un término de reversion del dominio de las tierras incultas a la comunidad;
porque solo In ignorancia puede mantener un derecho de propiedad sobre la tierra, que tenga por único objeto escluir de
ella al resto de la especie.
Guiado por estos principios, i movido por un sentimiento de
justicia i de compasion en favor de los infelices cultivadores de
nuestras tierras baldias, frecuentemente desposeidos de sus
labraIlza>:,a reducidos a la condicion de siervos por la rapacidad
i la codicia de los tinterillos i gamonales, presenté a la Oámara
de 1878 el siguiente proyecto de lei:
Art. l.0 La lei mantiene el principio de que la propiedad
de las tierras baldias se adquiere por el cultivo, cualquiera
que Rea su estension, i ordena que el .Ministerio público ampare
de oficio a los cultivadores i pobladores en la posesion de dichas tierras, de conformidad con la lei 61 de 24 de junio
de 1874.
Art. 2.' Los terrenos desiertos en que se hayan Qjecutado
trabajos ùe cultivo, con habitacion i labranza, se reputan baldíos para el efecto de que los colonos que los ocupen sean
considerados como poseedores de buena fe, i no puedan ser
privados de la posesion sino por sentencia dictada en juicio
civil ordinario.
Art. 3.' Las tierras baldías se reputan bienes de uso público, i Rllpropiedad no se prescribe contra la Nacion en ningun caso, de conformidad con la dispuesto en el artículo 2,519
del Código civil.
Art. 4.° Contra los cultivadores de terrenos desiertos, reputad0s Laldíos, no se admitirán los interdictos posesorios ùe
que traLt el título XI Cap. VI del Código judicial.
Art. 5.° Ell el juicio plenario de propiedall, único admisible
contra 108 culti vadores de terrenos desiertos, establecidos en ellos
con casa i labranza, el actor deberá exhibir el título primario
de propiaùad de la tierra, emanado de la concesion del Soberano,
en el cual ~e espresen con toda claridad los linderos del terreno que reclama COlUOsuyo, única prueba admisible contra la
propiedad orijinaria do la Nacion.
Art. G.o Aun en el caso de que el cultivador pierda el juicio
plenario de propiedad, no será desposeido del terreno que ocupa
sino despues de que haya sido indemnizado del valor de la.s
mejoras puestas en el terreno, como poseedor de buella fe.
Art. 7.° Los ajentes del Ministerio público ampararCm ùe
266
LIMITACIONES
DE
Do~nNIO
oficio a los cultivadores de las tierras ba.ldías, debiéndose repu.
tar a. dichos Ajentes como parte lejítima en los juicios de pro.
piedad que contra. ellos se promueva.n.
Art. 8.° En toda. adjudicacion de tierras baldías, por cuaJo
quier título que ella se haga, se entenderán espresamente sal·
vados los derechos de propiedad de los ocupantes, los cuales
serán amparados contra. los adjudicatarios en los términos de
la presente lei.
Sosteniendo ese proyecto decia en la Cámara de 1878 :
"Perseguidos por la necesidad, animados por la dulce espe.
ranza de conquistar la independencia personal, de recuperar
la dignidad de hombres, perdida bajo el látigo del dueño de
tierras, emigran Il las montañas los valerosos hijos del pueblo,
estos mismos a quienes nosotros llevamos amarrados a morir
por causas que ellos ignoran; i cuando estos hombres, que
principian por disput,ar a. las fieras el dominio del suelo, ban
descuajado los montes i convertido en amenos prados, cubiertos
por los plantíos del café, del plátano i de la caña de azúcar,
la honda cañada, o el áspero declive de la montaña, ent6nees,
incitados por la codicia, salen del pueblo vecino esas aves de
rapiña que se llaman el gamonal i el tinterillo, i bacen el por.
tentoso descubrimiento, de que esas tierras que permanecian
tan ignoradas de todo el mundo corno'si'no existieran, -cuyo
primer sendero fué trazado por la planta de sus actuales mo.
radares, tienen otro dueno;, o si absolutamente ha siùo impo.
sible descubrirles un dueño, solicitan la adjudicacion del
terreno corno baldío, i reducen de nuevo a la escla.vitud" a la
condicion de siervos a estos infelices, que ni en el fondo del
desierto, ni en medio de las fieras han podido conquistar el
bien inestimable de la independencia i de la libertad personal.
" Hace pocos meses tuve ocasion de conocer prácticamente
una de estas iniquidades.
" Encontrábame de paspo visitando las plantaciones de una
colonia de cultivadores recientemente establecida en una. de
las abras de la cordillera central, que de la. ciudad de Ibagué
~;ube al fondo de la montaña por las márjenes del rio Coello.
Quejábase uno de los colonos, en cuya casa. me hallaba, de que
iba a ser despojado de su labranza por álguien que pretendia.
ser dueño del bosque desierto, i b~biéndole preguntado ineon.
cientemente si no tenia arreglados sus títulos de propiedad del
terreno, el rudo montañes, (Avelino Guerrero, para salvar
su nombre del olvido), me eontest6 al pié de la. letra. lo
Riguiente: "Sí, señor: mis títulos están allí en la enramada
del trapiche: son 18 cueros de tigre i 44 de oso que tuve que
matar con mi propia mano para. establecerme aquí."
"Qué respuesta, señores Representantes!
No la habria
I ADJUDlCACION DE TIERRAS BALDíAS.
267
dado mejor el economista que más profunùas meditaciones
hubiera hecho sobre los fundamentos del derecho de propiedad
sobre la tierra! "
Faltan tambien en la lejislacion n~cional i en la de los Estados, cada una en lo que respectivamente lo concierne, disposiciones científicas que definan las limitaciones del derecho de
propiedad individual sobre el suelo, en servicio de los derechos
de uso inocente de la comunidaù, para refrenar los escandalosos
abusos que se cometen en nombre del derecho de propiedad
sobre la tierra.
Estos abusos llegan basta el punto de qne aquí se hall olvidado completamente las nociones mas elementales que del derecho romano pasaron a las leyes españolas i que definian las cosas
de propiedad comun.
A8Î vemos, por ejemplo, el caso verdaderamente ignominioso,
de que el E~tado de Cundinamarca carece de puerto propio sobre
el rio Magdalena, para el servicio del comercio esterior, porque
los aledafios de ese rio, uno de los grandes rios navegables del
mundo, han absorvido en el derecho de propiedad sobre el predio confina!lte,los derechos de soberanía i dominio público sobre
la ribera i 108 puertos.
Algo se hizo a este respecto en el Congreso de 1876, en la
lei 59 de ] 6 de junio que define la. servidumbre legal de uso
público de las riberas de los rios cuya navegacion pertenece llo
la República. El parágrafo final del artículo 4.°, propuesto por
mí dice así:
" En las espropiaciones que baya lugar a decretar por causa
do necesidad pública para la ereccioll de las obras de que trata
esta lei, los dueños del área o terreno espropiado no tendrán
derecho Il qne se tome en cuenta. para. la indemnizacion el
mayor valor que el terreno o el área debe adquirir por razon
de la obra n obras que en él van a construirse." (Diario Oficial,
número 3,767 de 17 de junio de 1876).
Esta disposicion fué adoptada despues de una importante
discu~ion sostenida contra mis colegas los señores Caro, Hol.
guin i Cúrlos Martínez Silva, Diputaùos conservadores, sobre
los fundamentos éticos del derecho de propiedad sobre la
tierra, el cual no queda en manera alguDa vulnerado por la
dir,;posicionJe la lei; porque en el valor de un terreno que
deùe ser ocupado para la constrnccion de una obra pública,
hai que distinguir cuidadosamente dos elementos: el de la
propiedad actual, que lo constituye el valor que dicho terreno
tenia úntes de quu se pensara en acometer Ill. obra de qne se
268
LIMITA.CIONES DE DOMINIO
trata, i el que crea la lei que acomete una obra pública, que
la misma lei que lo jenera debe reglar, para abrir paso al progreso. La lei americana, con esa sabiduria práctica que distingue a la raza sajona, no solamente no paga este último valor,
sino que lo torna en cuenta para deducido de la indemnizarion
que deba darse al propietario por el valor actual del terreno
espropiado. Si así no fuera, el dueño de una roca erial soLre
la cual hubiera de apoyarse el estribo de un puente colgante
sobre el rio Magdalena, por e1emplo, tendria derecho a que esa
roca le fuera pagada por una suma igual, por la ménos, a la.
que se necesitara para levantar la misma roca en calicanto;
lo cual es a todas luces absurdo; 10 cual no seria el derecho
de propiedad, sino el abuso de ese derecho; la cual en fin, si
no hubiera lei que lo reglara, seria una espoliacion; es decir,
todo lo contrario de la nacían de la propiedad, que es la adquisicion lejitirnada por el trabajo.
La misma disposicion fué adoptada en lalei del Tolima (26)
de 18 de febrero de 1880, i ademas estas:
"Todo predio rural está sujeto a servidumbre de tránsito
para la cónstruccion, mantenimiento i uso de los caminos, ferrocarriles, canales, puertos i puentes que hayan de construirse
con arreglo a las leyes o a los contratos que celebre el Poder
Ejecutivo para la construccion de dichas obras.
" Tampoco habrá lugar a reclamar indemnizacion de per.
juicios resultantes de los cambios o mudanzas que en la direccion de las vias comerciales introduzca la obra que va a construirse. "
Pos regla jeneral el dominio sobre las cosas muebles puede
ser absoluto, miéntras que el domiuio sobre la tierra tiene que
ser necesariamente limitado. En el primer caso se trata de cosas
que !>onel producto esclusivo de la industria del hombre, i na.
die tiene derecho a quejarse porque se le escluya de un bien
que sin el trabajo de otro no habria existido; miéntras que la
tierra, creacion de Dios, es fuera de muchas otras consideraciones, el espacio que de hecho circunscribe i limita la existencia
del hombre sobre el planeta, i nadie puede apropiársela, puesto
que no es suya, sin una raza n de utilidad pública que justifique
dicha apropiacion.
" Qué ataq}lc tau monstruoso COD tra el derecho de propiedad,
csclamaba Clodio en el banquete de Diomédes, qué lei tan inÍCUll. es esta leí romana que no nos permite arrojar nueatros
escIavosa nuestras cistl.'1rnas,para engordar nuestras lampreas!"
Pues todavia hai quejas mucho más gráficas que un futuro
Lytton poclr1iponer en boca de un amo de tierras, cuando la
lei emprenùa la tarea de estudiar i correjir sus abusos.
El estudio contenido en este Informe, que fné presentado n In Cámara en StlS
scsiopes dc 167\1, i ~nû se halla publicado ell el ntÍmero 4,3G7dcl •• Diario Oficial,"
<lonSlrlera el amnt" desdc el punto de vista fiscal, en cI supucsto de ~ue la l\acion
necesita CODser..,u'la renta que deriva <le este monopolio, Si no la necesitare Il
!ladie le ocurrirá discutir la conveniencia de devolver n IlLpropiedad particuÍar
1 Il In industria
prh'ad" este valioso fondo de csplot.aeíou i de t1'llbnjo; pero sin
e~ta AdvertenCia.' álj!uíen vendria ese dia a hacer el descubrimiento de qne yo babla cmpleado mI palabra i mi pluma en defensa de los Cl'rores i de la injusticia
del mODopolio, Dice así el informe:
Debo informaros sobre el importante proyecto de lei presentado por el señor Rodríguez Pérez, en virtud ùel cual la
República se desprenderia del monopolio de la cristalizacion i
compactacion de la sal, abandonando estas operaciones a la
industria privada, i reduciéndose el Gouierno a la venta de la
sal vijua i del agua salada de las minas i fuentes de propiedad
nacional.
Esta i¿ea. contó al infracrito bace 22 años entre sus primeros iniciadores. Se encuentra calurosamente espuesta i defendida en el informe que como Subdirector de renta8 nacionales
presentó :1 la Administracion Mallarino con fecha 15 de abril
de 1857, i que la Cámara de Representantes dispuso publicar en la Gcweta, Ofiâal, por resolucion de 18 de mayo de ese
mi;;mo año. ~ ueve años mas tarde la propuso a esta honorable
Cámara, como Representante por el Estado del Tolimn, en el
proyecto de lei que presentó el 10 de abril de 1866 i que se
encuentra publicado en el número 616 del DiaTio Oficial, ocho
años ántes de que la hubiera propuesto al Senado el ilustrado
Senador señor Ignacio Gutiérrez Vergara, en 12 de mayo de
1874.
Sinembargo, eiudadanos Representantes, el entusiasmo puramente especulativo por la consagracion de un principio de
libertad industrial, ha sido reemplazado en mi espíritu por el
estuùio reflexivo de los resultados prácticos a que conduciria
la medida que se propone, bajo el punto de vista del progreso
i de las finanzas públicas; i este estudio me ha conducido al
convencimiento de que esa mediùa carece en absoluto del interes social con que so la defiende, i quo como medida de simple
270
LA. RENTA
DE SALINAS.
administracion conduciria. inevitablemente a la desorganizacioD
de la renta de salin~a, en beneficio de uoos pocos especul:£dores.
El monopolio en que la :N'acion funda la renta que deriva
de la esplotacion de las salinas nacionales, es UIl monopolio de
hecho, dependiente de la naturaleza i condiciones de esta pro.
piedad: lo lleva necesariamente consigo el dominio de estos
ricos bancos de sal jeroa, situados en el centro del territorio
nacional, en medio de la parte mas poblada de él i a \lna gran
distancia de la costa donde se produce la sal marina. Si la Na. cion no se hubiera reservado la propiedad de estos minas, el
monopolio habria pasado de hecbo, icon caractéres mucho más
odiosos, a los dueños superficiarios de la tierra. Cipaquirá, Ne.
mocon, 'fausa, Sesquilé, Chita, Pajarito, Cumaral, &, no pueden ser sino propiedad de dominio público. A quién sino
al Gobierno, es decir, a. la. comunidad misma, se concibe que
pueda pertenecer' un banco de sal jema como el de Cipaquirá,
que basta donde ba ;;ido posible apreciarlo, se reputa que contiene 78 mil 600 millones de arrobas, que a lO centavos la
arroba vale siete mil millones de pesos! riqueza natural superior a toda la. riqueza social de que 8ctulllmente disponemos.
Por eso decia majistralmente el señor Parra en su Memoria
de Hacienda de 1875: "Es el Gobierno en su calidad de Representante de los intereses de la comunidad, quien tiene mejor título para aprovechar esta l'Íqueza, mayormente cuando es
el único que dá completas garantías de que no abusará de su
posicion privilejiada como productor del artí~mlo. Entre esto i
la libre esplotacion de las salinas no hai medio alguno que
pueda considerarse aceptable; i como la libertad de espIotarlas tendria en la práctica. inconvenientes de mucha gravedad,
es claro que debe conservar siempre la propiedad i la administracion de esas minas j propiedad que le fu6 cedida por los
Estados al sancionar el Pacto federal."
'
En el impuesto que las poblaciones sujetas al monopolio
pagan como precio de la sal, no entra un centavo de ganan_
cias que el Gobierno derive como fabricante del artículo. El
plus valor lo impone él, no en su calidad de monopolista fabril, sino de dueño de la. matería prima. En Chita, donde el
Góbierno se ve vergonzosamente obliga.do a dividir los provechos del monopolio con los dueños de los montes que suminis_
tran el combustible para. la elaboracion, estos gastos pesan no
sobre los consumidores, sino sobre las ganancias del Gobierno.
En las salinas de Cundinamarca. que suministran 11 millones
600 mil kil6gramos, de los 13 millones 740 'mil kil6gramos que
se producen en todas las salinas, a sea el 85 por 100 de la produccion total, los gastos de elaboracion i esplotacion han sido
LA RIŒ'rA DE SALINA.S.
271
•
reducidos PO! la conmpetencia
a su nivel natural, i en nada,
absolutamell';e en nada, reagravan los males del monopolio.
I aunque así no fuera, como la diferencia entre los gastos
de produccion i el precio de venta es tan grande, queda al Gobierno un m:irjen mui considerable para rebajar el precio del
artículo cn beneficio del consumidor, cuando por una lei económica no la fuera tambien en beneficio de sus intereses fiscales.
Estas diferencias son las siguientes:
Compactada, que cuesta a 171 centavos arroba, se vende a
$ 1-60 cs.
Caldero,
que
cuesta
a 15 centavos
arroba,
se vende
a
~ 1-45 cs.
VijufL, que cuesta a 10 centavos arroba, se vende a $ 1-40 cs.
El contrato en licitacion ha rebajado todavía los precios de
elaboracion a 13, 7 i 3t centavos, respectivamente.
El Gobierno tiene, pues, CD su mano todos los recursos necesarios pam. disminuir los males del monopolio, sin cuidarse
de los precios de elaboracion, los cuules, técnicamente hablando, no determinan 01 precio venal del artículo.
He dicho que no es un interes social el que con tanto ahinco solicita lu reforma, sino un interes industrial Je mera espe.
culacion. Pura convencerse de ello ba~ta considerar que los
gastos de produccioll de toda la sal compacta da i de caldero
que se espencie en las salinas nacionales, apénas alcuza a la
suma de iS150.000. Son, pues, 8 150,000 el producto bruto de
la industria cmpleada en la compactacion i cristalizacion de
la sal, deduccion hecha de unos $ 32,000 que vale la esplota.
cion de 4 millones de kilogramos de vijua, a 10 centavos arro·
bao Suponiendo que la industria privada realizara milagros de
economía en la elaboracion de la sal, i que por procedimientos
desconocidos lograra convertir en ganancia líquida el 50 por
100 de aquella suma, quedaría pues reducido a la. distribucion
de unos 8 75,000 entre los especuladores que reemplazaran
al
Gobierno, el interes económico que solicita la medida. I bien
se ve que este no es un interes social.
Qué diferencia entre este interes i el que reclamó i obtuvo
la abolicion del monopolio del tabaco al cuul quiere equipa.
rarse 1 Aquí se trata únicamente de trasferir Be unas pOGas personas, ventajosamente
situadas para hacer este negocio, una
parte de los provechos del monopolio ùe la sal, tan solo lejíti.
mo en manos del Gobierno. I allá se trataba de desestancar
todas las tierras, todos los capitales i todos los brazos disponible para el cultiw de uuo d:.: los mas ricos productos del co.
mercio esterio:, diseminados en toda la c;;tension del pais.
Por la naturaleza de las cosas, de la libertad de elaboraciou
•
272
LA RENTA
DE SALINAS .
de sales no podrian aprovecharse sino las pocas personas que
de antemano han tomado alrededor de cada salina. posiciones
ventajosas para hacer esta operacion.
Admito que en las salinas de Cundinamarca, donde hai en
esplotacion diversas minas de ulla i abundante oferta de combustible, este negocio podria ser acometido por muchos empresarios i aun por una parte considerable de las poblaciones de
Cipaquirá, Nemocon i Tausa, que se convertirian en una inmensa fábrica de compactacion de sal. Siento de todo corazon
oponerme a que se desestanque esta pequeña industria i se
ofrezca como medio de subsistencia a los habitantes pobres <le
aquellas ciudades j pero mis deberes de Representante de la
Nacion me obligan a daros este informe. No defiendo el mono·
polio como tal, sino la subsistencia de una renta que procura
una entrada de un millon de pesos, i de la cual no podemos
prescindir sin comprometer sériamente todos nuestrosproyec.
tos sobre mejoras materiales, de los cuales pende el porvenir
del pais ..
En las salinas de Boyacá, dondo de tiempo inmemorial se
ha cuidado de poner sitio al Gobierno, aduefièÍndose una sola
persona, familia. o compañía de los montes que suministran el
combustible para la elaboracion, abandonar éi>taseria trasfe.
rir a aquellos el monopolio mas inicuo de cuantos pueden im.
ponerse sobre el trabajo i la paciencia de los pueblos. De
$149,000, producto bruto de la. salina de Chita, gasta la elabo.
racion la enorme suma de $ 52,000, que representa en su ma.
yor parte el alto precio impuesto al combustible por el duefio
de los montes. Hoi esa exaccion èercena únicamente las uti.
lidades del Gobierno, porque éste vende la sal al mismo pre.
cio en Chita, donde le cuesta a 40 centavos arroba, que en
Cipaquirá donde le cuesta a 17!; pero mañana, cuando el mo·
nopolio de la compactacion cayera de hecho en manos de una
sola persona, que pudiera a su antojo aumentar o disminuir la
oferta del artículo, alzar o rebajar su precio, no sabemos hasta
qué punto la codicia abusaria de este privilejio.
He dicho al principio que la libre elaboracion constituye
un peligro sério para la renta de salinas, i la razon es obvia.
Hoi, como esta operacion está reservada al Gobierno nacional,
el contrabando no puede usar sino de una manera mui clan.
destina, por decirlo así mui ratera, i por lo mismo insignifi.
cante, del agua de las muchas fuentes u ojos de agua salada de
alta saturacion que se encuentran diseminados en el territorio
que atraviesa el banco de la formacion salinífera; pero decre.
tada la libre elaboracion, el agua de esas fuentes se trasladará
toda a las fábricas que en sus cercanías se monten, las cuales
sostendrán qne se alimentan esclllsivamente de la sal vijua
273
LA RENT.\. DE SALINAS.
comprada en los almacenes del Gobierno. Hoi toda la sal com·
pactada que no tenga lu. forma que recibe en las grandes mo·
yas de compactacion de las fábricas del Gobierno, se reputa
i e!';aprehendida como de contrabando- Mañana, perdidas las
8eñales esternas de verificacion del producto oficial, el contrabando seria inperBeguible, porque se haria impalpable.
La gra.n medida de iuteres social, íntimamente
relaciona.
da con la administracion
do esta renta, !lO consiste en desorganizarla por abandonar a la industria privada un centenar de
miles de pesos, que no pasaria del bolsillo de unos pocos especuJadores,
sino en administrarla
Eberl! I i científicamente,
çonfiando su progreso a la estension indefinida del consumo,
por la baratura del artículo.
Finall:::istas a quienes nO llegan los piés al suelo sentados
en la silla de Castillo Rada, de Florentino González, de Plata, de
Núñez, de Gutiérrez Verg-ara i de Cuenca, han sostenido quo
siendo !ri. sal un artículo de primera necesidad, la misma can.
tidad se vende cuando está cara que cuando estiÍ. barata, i que
se puede i)or tanto duplicar i triplicur el precio sin perjudicar
el consumo.
Esta proposicioll solo tiene de cierto la parte que forma el
mira.ie de todo sofisma.
Es cierto que por ser la sal un artículo de primera necesidad, la ca::estía no restrinje el consumo en la misma pro por.
cion en qne los altos precios Jo reducen en artículos de otra na.
turaleza.
Es cierto, por ejemplo, que aumentando
en un 50
por 100 el precio de la sal, se verifica el fenómeno, que de
seguro no se verificaría en otros consumos, de obtener un 20
o 25 por ciento de aumento en la renta.
Pero b;Ü que comprender que éste no es un incremento con
que contribuyan,
a despecho de la carestía, las fuerzas activas
del trabajo nacional, sino el último límite de un sacrificio im.
puesto por el Fisco al hambre de los pueblos, i que este miraje
del sofisma de los altos precios es el que ba condenado a la
renta de salinas a permanecer estacionaria.
Desele 1848 el consumo de sal de las salinas nacionales habia
llegado ya a 9 millones de kilógramos. Tarùó 9 años ( 1857) en
alcanzar a 10 millones. Hasta 1869 no llegó a 11 millones, i
hoi apénas alcanza a 13 millones.
Tan insignificante resultado obtenido en los progresos de
una renta fundada en el monopc>lio de un artículo de primera
necesidad para la vida, i de que tan estenso liSOpodria hacerse
para la agricultura
i la ganadería, está probando claramente
que la teoría de imponer las contribuciones sobre el l¡ambre i
no sobre la vida de los pueblos, concluce necesariaruclJtc a la
csterilidall .i a la muerto ..
18
274
LA REN'l'A DE SALINAS.
Es un grave error creer que el alto precio de la sal no limita
el consumo. Lo limita aun para el COllsumoindividual, porqu~
las clases pobres, que forman la gran masa de los consumidores,
tienen un poder espasmódico de contraccion para sustraerse a
la carestía i para. encerrar sus necesidades dentro del límite del
salario, de que las clases acomodadas i ricas no tienen idea. En
la aplicacion de la sal a usos industriales, para la agricultura i
la ganadería, el alto precio no solo restr~nje el consumo sino
que lo suspende.
Los hechos comprueban esta teoría. El señor Rico
noS informa en la Memoria que se ha distribuido a las Cá.
maras, que cuando el precio de la sal compactada es de
$ 1-60 centavos arroba, se venden 47,221 arrobas por mes,
i que cuando baja a $ 1-20 se venden 51,559; que cuando el
precio de la de caldero es de $ 1-45, se venden 779 arrobas
mensuales, i que cuando baja a
1 se venden 1,694; que
cuando el precio de la vijua es de $ 1-40 se venden 21,000
arrobas, i que cuando se rebaja a 80 centavos se venden 41,106.
Para mí no es dudoso que, si adhiriendo fielmente a estos
principios, hubiéramos persistido por 20 años en mantener el
precio de la sal vijua a 35 centa.vos arroba, para que todo el
mundo, rico i pobre, pudiera dar sal abundante a sus ganados,
hoi no venderia la Administracion ménos de 3 o 4 millones de
arrobas, fuera de la sal compactada, i la. renta de salinas estaria. produciendo 2 millones de pesos.
'fratando de esta materia decia el señor Castillo i Rada en
su Memoria de Hacienda de 1826 lo siguiente: "La República
nO debe fundar sus rentas en la ruina. de los ciudadanos: sus
leyef!fiscales no son justas ni productivas cuando ponen en con.
tradiccion los intereses del Estado con los de los individuos.
Las rentas de un Gobierno deben salir de las rentas de la poblacion; íes un deber de las leyes procurar el aumento de aquellas por las vias indirectas que hagan crecer las de ésta. cada
vez mas."
*
PANAL
J NTEROCl!;ANICO.
---
Las personas quo ùeseen complementar su instruccion sobre
la materia, deberán leer los notabilísimos escritos de nuestro
emineute publicista el sefior M:iguel Samper, principalmente
la
esposicion y¡resentada por él al Congreso, con fecba 23 de febrero de 1869, como uno de los negociadores del Tratado de 16
de enero de 1869, la cual es un verdadero papel de Estado.
De dOfldifltintas maneras puede nuestro paifl considerar i
tratar este asunto del Canal, que domina por su. magnitud i
su importancia todos Huestros intereses como nacion: o considerándolo como una empresa puramente industrial, que debe
ponerse, bajo el pié de la mas perfecta igualdad idol princi.
pio de la neutralidad absoluta, bajo el patrocinio colectivo del
derecho de jentes i de los intereses pacíficos de todos los pueblos de la tierra; o como un asunto político para un tratado
de alianza Con los Efltados Unidos, haciendo del Canal un es.
trecho Américo-Colombiano
rigurosamente
cerrado a los buques de guerra de las naciones que se haIlen en guerra COll
ellos o con nosotros, como lo estipulaban los Tratados SamperCueuca-Sullivan,
de lG de enero de 18(39, i Arosemena-Hurlbut de 27 (:0 enero de 1870, qne los Congresos de 1869 i 1870
no acertaron a aprobar.
El informe que a continuacion se puh1ica, estudió efle aSUDt.o bajo el primer punto de vista, i sirvió pam que flù llenaran
los vacíos que habían dejado insegnros los derechos de la República en el COI! vellio vijente de que es conce"ionario el señorde
Lesseps. Dicho convenio habia pasado sin la mas leve modificacion en el Senaelo. La Cámara de Represcntantes
acojió i
adoptó las importantes modificaciones indicadas en el Informe,
coma puede verse CIl la lei 28, de 18 de mayo de 1878, aproba_
toria del Convenio, pújinas 43 a 54 del Código de leyes de
aquel ano.
Pero n(, quiero disimular que mifl opiniones librefl hn.brian
preferido p·'lra mi pais la solucion mas pdctica, mas resonante
en el mundo, i mas positi va de la alianza Americana;
i por ella
276
CANAL
INTEROCÉANICO.
abogué calurosamente en defensa de aquellos Tratados desde
la. redaccion de Hl Liberal en 1870.
Los Estados Unidos no pretenden, ni nosotros podriamos
otorgarles privilejios, asenciones o franqnicias comerciales. Bajo
el punto de vista de la tarifa, sus buques i su comercio quedaban colocados bajo el pié de la mas perfecta igualdad con el
comercio de las demas naciones.
Las bases de la alianza eran éstas: Los Estados Unidos se
obligaban: 1.° A abrir el canal a su propia costa; 2.° A garantizar la soberanía, propiedad i posesion de Colombia sobre el
canal i el territorio del Istmo; 3.° A defender la inmunidad del
canal contra toda hostilidad de parte de otra nacion; i 4.° A
hacer esclusivamente suyos los gastos que esta garantía i esta
defensa ocasionen.
En cambio nos pedían: Que sus tropas, buques i municiones de guerra pudieran pasar libremente por el canal, lo mismo
que los nuestros, así en tiempo de paz como en tiempo de guena, libres de todo gravámen; i que el paso del canal quedara
rigurosamante cerrado a los buques de guerra de la nacion que
se hallase en guerra con ellos o con nosotros, aunque dicha
nacion llegase a ser posteriormente garante de la soberanía de
Colombia i de la neutralidad del canal.
El compromi<;o perentorio, definido, positivo de abrir el
Canal, como la exijia el señor Martin en la nota que ha publicado el Diario de Cundina?narca de 24 de agosto de l8S0,
tenia que ser la base sine qua 'lwn de la negociacioD. Respecto al interes que en ello tengan los Estados Unidos i a la
confianza que merezca la fe de aquel Gobierno empeñada
solemnemente en un pacto internacional, oigamos lo que el
señor Samper dice en la Esposicion de 23 de febrero, citada al
principio de este escrito :
"El ferrocarril del Pacífico no debe verse como un concurrente de nuestro futuro canal. Aquella obra es un complemento del lazo constitucional que ha de mantener en la Union Es_
tados demasiado lejanos, i de suficientes elementos para pretender alguna vez su independencia. Es al propio tiempo el mas
poderoso medio de poblar i cultivar el far west de aquella inmensa rej ion.
"Suponer que es pura bro?na ]a aspiracion de un gran
pueblo i de un Gobierno tan ilustrado i respetable como el de
Washington, de redimirse de pérdidas enormes i de luchar
ventajosamente con temibles. rivales, es exhibir dotes parroquiales en una cuestion internacional."
Pero de todos modos importa Bobre manera. al pais acelerar
cuanto sea posible la solucion de este imflOr~ante negocio.
. No hai que confiarse en la creencia, destituida de todo fUIl_
damento científico, de que Colombia m~ntiene dClltro de ¡:,u
CANAL
I~TEROcf;ANICO.
277
jurisrliccion la, única garganta por donde sea posible abrir el
paso entro los dos mares. E~ probable que nuestros istmos
ofrezcan las mayores facilidades i ventajas para la perforacion
del continente; pero no es imposible que los grandes intereses
políticos i comerciales que buscan con afan la solucion del pro.
blema, nos despertaran mañana de nuestro sueño anunciándonos qu~ la fortuna, cansada de nuestras veleidades, lo habia
fijado en Tehuantepec o en Nicaragua.
El informe sobre el Convenio vijente presentaùo a la Cámara de 1878, es como sigue:
Hai dos puntos que el negociador de un convenio pam la
apertura del caual interocéanico al traves del Istmo colombiano no debe nunca perder de vista. Es el primero el de las
estipulaciones relativas al caso en que la Compañía empresa.
ria no pueda llevar a efecto la obra; i es el segundo el Je los
intereses que deben asegurarse en beneficio del comercio uni.
versaI i do Colombia en el caso ùe que se abra el canal.
No espereis de mí, ciudadanos Representantes, un discurso
académico, ni siquiera uua disertacion sobre la influencia que
esta obra portentosa está llamada a ejercer en el progreso i
la civilií:acion del mundo. E~os discursos estún escritos en
todas las lenguas i yo no podria hacer sino plajiarlos. Aspiro
simplemente a ser en la C{lmara el abogado del positivismo en
las cuestiones fiscales, i por lo mismo rue reduciré a daros un
informe de esa cla~e en este importante asunto.
Son dos cosas mui distintas ajustar un convenio definitivo
para la apertura del canal interocéanico, i celebrar un con.
trato preliminar o ad 1'efc1'cndnm para el caso en que la obra
resulte pmcticable i que el concesionario encuentre capital i
compañía que la lleve a cabo. De esta última clase es el con·
venia sometido a vuestro ex{¡roen.
Por la chiusuIa 3: del artículo 1, o la República se obliga
a esperar hasta 31 de diciembre de Ul81 la noticia que el
concesionario le dé respecto del resultado de las esploraciones,
trazo definitivo del canal, i presupuesto o costo de la ohra.
Si ln.obra resultare practicable, el concesionario tendrá dos
afios mús, hasta 1883, para formar una compañía anónima
universal quo se encargue de la empresa.
I despues de formada esta Compañía, tendrá 12 años prorogables por 6 mlis, para la ejecucion de la obra.
Por el artículo 2. el concesionario se obliga a otorgar,
dentro de los 12 meses siguientes a la terminacion de los trabajos de esploracion, una fianza de El 150,000 en documentos
0
278
CA"NAIo INTEROC.FJANICO.
·de nuestra deuda esterior, al precio del mercado, para aarantizar el cumplimiento del Convenio. Despues veremos q;e esta
fianza carece de interes i de valor para la República.
I finJl,lmente, por el artículo 4.° se otorgan gratúitamente
nI concesionario 500,000 hectaras de tierras baldías, con las
minas que ellas puedan contener, las cuales le serán adjudicadas, tan pronto como las pida, despues del depósito de la fianza;
es decir, aun ántes de que se haya formalizaGo la Compañía
anónima que debe abrir el canal.
Vosotros creereis sin duda, ciudadanos Representantes,
porque ésto es la racional i porque así se ha estipulado en
los contratos preceden teR, que en caso de caducidad del Convenio, estas 500,000 hectaras volverian al dominio de la República.
Pues no sucede así en el presente ·caso. Aunque no se abra
el canal, aunque no se forme la Compañía empresaria, aunque
no se dé principio a. la obra, las 500,000 hectaras pa~an a ser
propiedad del concesionario en cambio de los $ 150,000 en documentos de deuda esterior, que ningun interes tiene la Repú.
blica en adquirir.
Oíd cómo. El artículo 23 del contrato dice: "Artículo 23.
En todos los casos de declaratoria de cl\Jucidad, las tierras baldías de que hablan las cláusulas 7: i 8: del artículo 1,° i las
que no estuvieren enajenadas de las concedidas por el artículo
4.° volverán al dominio de la República, &."
Pero es claro que todas ellas aparecerán enajenadas a la
hora en que se pronuncie la declaratoria de caducidad del con.
trato: es el derecho del concesiona.rio, i no debemos suponerlo
tan cándido para que no use de él.
Por primera vez aparece tan inepta estipulacion en los convenios que se han celebrado para la ejecucion de esta ohra.
El artículo 40 del contrato de 25 de enero de 1866 impro.
bada por el Congrcso, prévio informe que tambien me cupo la
honra de dar para su exámen, decia así:
., Artículo 40. En cualquiera de los casos cn que se declaro
la caducidad del privilejio, perderá la Compañía a favor de
la República: L' las cantidades con que debe asegurar la ejeeucion de la obra conforme al artículo 33; 2.° todas las tierras
baldías que se conceden a la Compañía, las cuales volverán al
dominio de la República, en el estado en que se hallaren; 3.°
todas las obras, edificios, &, &."
Lo mismo disponia el artículo 16 del Tratado con cI Gobierno de los Estados Unidos de América, de 16 de cnero
de 1869 ; i lo mismo el artículo 24 del Tratado de 27 de enero
de 1870, con más la siguiente estipulacion: "I cn atcncion a
que los Estados Unidos de Colombia quedarían privados de
CANAL l~TEROCÉANICO.
279
hacer otras concesiones análogas, i sufririan el consiguiente per.
juicio de que la obra del canal no se emprendiese i eiecutase
dentro de los términos espresados, los Estados Unidos de Amé.
rica indemnizarán este perjuicio COllla suma de 300,000 pesos,
moneda colombiana, si la presente Convencion caducare por
cualquiera. de las causales espresadas en este artículo:'
Es la primera vez que se estipula que la República quede
multada con la p6rdiùa de las tierras baldías cOllcedidas como
ausilio para la apertura del canal, en. el caso de que el e"mpre.
sario no pueda llevar a efecto la obra.
Ademas, la can tida.d concedida es enorme i no tiene precedente que la justifique.
El artículo 8. del contrato de 1866 solo concedia 64,000
hectaras.
Por el artículo 2.' del Tratado de 16 de ellero de 1869 solo
se concedieron 160,000 !Jectaras.
I por el artículo 5. del Tratado de 27 de enero de 1870,
con el mismo Gobierno americano, solo se dieron 494,220 acres
equivalentes a 200,000 hectaras.
Fué bajo la presion que en 1876 hizo el señor Gogorza,
cuando estipulaba, sin el merwr rernonlimiento de conciencia,
la construccion Je un canal a cielo abierto, sin túneles ni es.
clusas, que se deslizÓ en el artículo 21 de la lei 33, de 26 de
mayo, la frase incidental que solo comprende en la declaratoria de caducidad las tierras que no estén enajenadas.
O ésta es una negociacion séria pum la apertura del canal interocéanico, o es una simple especulacion sobre adquisicion de
tierras baldías. En el primer caso no hai ningun motivo que
justifique la concesion del ausilio sin la ejecucion de la obra;
i en el segundo es a. todas luces claro que a la República no le
cOllviene vender 500,000 hectaras de tierras baldías, en la zona
privilejiada. de nuestro territorio, por $ 150,000 en bonos de
la deuda esterior.
El propietario de esta. inmensa estension de terreno, tomado en las inmediaciones de la ruta del canal, quedaria en mejor posicion para tratar sobre este negocio que el Gobierno de
la República, i seria. verdaderamente con él con quien debe.
rian enter.derse los futuros negociadores de un contrato para
la ejecucion de la obra..
Oigamos lo que a este respecto decian los Plenipotenciarios
colombianos, señores Miguel Samper i Tomas Cuenca, en la
esposicion que dirijieron al Poder Ejecutivo sobre el Tratado
de 16 de enero de 1869. Dice así:
"Segun el artículo 2.' del proyecto del señor Ministro, se
concedería al Gobierno americano una faja de tierras baldías
de diez millas a uno i otro lado del canal. Semejante exijencia
0
0
280
CANAL INTEROCÉANICO.
fué constantemente rechazada. por los infrascritos, que no veian
ni el motivo ni la necesidad de una. concesion de esa especie
para que la obra se llevase Il. efecto .
•, La'empresa del canal, como empresa industrial, DOpuede
fundarse sobre adquisicion de baldíos, ni sobre proyectos de
colonizacioD, sino sobre los productos del tráfico interocéanico
en su relacion con el costo probable de la obra. Si el mundo
comercial viese en ese tráfico un alimento insuficiente para
servir el capital que ella exijiese, es bien seguro qne no se llevaria a cabo, cualesquiera que fuesen las concesiones de tierras
baldías que se hiciesen en favor de la empresa.
" De otro lado los infrascritos no creyeron prudento que el
Gobierno de su pais se desapoderase de todas las tierras baldías
adyacentes al canal, privándose de fundar allí poblaciones na.
cionales, i condenando a. los colombianos a no poder establecerse en ellas sin permiso de una. Compafiía O de un Gobierno
estranjeros.' ,
He dicho ilntes que la fianza de $ 150,000 en honos de la
deuda esterior carece de interes i de valor para la República;
i así es 'la verdad: porquo habiéndose destinado por el COD venio de 1.0 de enero de 1873, a la amortizacion de los diez mi.
llones a que monta el capital de esta. deuda, un fondo anua.l de
$ 125,000, que debe continuar siendo el mismo hasta el fin de
la operacion, ningun interes tiene el Gobierno en la adquisi.
cion de ta.n insignificante suma. Ni aUll siquiera dejan de enviarse a L6ndres los intereses' correspondientes a las sumas
amortizaùas, los cuales se han declarado fondo acumulativo de
amortizacion. Seria, pues, Jentro de medio siglo, al terminar
la amortizacion de la deuda, que nos encontraríamos con estos
$ 150,000 de ménos. En la práctica, en el hecho, pues, la fianza es de ninguu valor para la República.
De todo lo espuesto resulta:
1.° Que la República, desde que el presente Convenio fuera
aprobado por el Congreso, quedaria obligada a esperar 8 o 10
años el resultado de los trabajos de Mr. Wyse, con prohibicion
absoluta de bacer jestion alguna rela.tiva a este negocio, ni do
. aceptar ninguna otra propuesta, aunque fuese la formal i defi.
nitiva para la ejecucion de la obra; i
2.° Que si el concesionario no pudiese llevar a efecto la obra,
o hallase una combinacion financiera. mas ventajosa que lp. de
promover la apertura del canal en territorio colombiano, todo
el ne<Yocioquedaria ¡-educido a. comprarnos 500,000 hectaras
de la~ mejores tierras, en la zona de las rutas esploradas del
canal interocéanico, por 150,000 en documentos de la dell-da
esterior.
Estas son la.s que yo he llamado estipulaciones relativas àl
*
CANAL lNTEROCMANICO.
281
supuesto de que la obra no se ~jecute; ibien se ve que ellas
son inaceptables.
La República no puede conceder a nadie, por tan largo nÚ.
mero de años, el derecho de disponer a su arbitrio de la suerte
de esta obra, esponiéndonos a que el concesionario de seme.
jante privilejio pueda sacrificar los intereses de Colombia a
los de otra empresa rival.
E'ita última suposicion no es ni injuriosa ni aventurada.
No es injuriosa, porque las grandes especulaciones comer.
ciales i financieras delmlludo, no se rijen por las leyes del ho.
nor que se aplican al cumplimiento de los convcnios de carlÍ.cter
personal i privado, sino por las leyes del intereso Ni los Go.
hiernos, ni los pueblos, ni las Compañías anónimas pierden su
honor por entrar en combinaciones de esta naturaleza. Es asunto de historia contemporúnea la tenaz oposicion que la Ingla.
terra. hizo, miéntras Lord Palmerston vivi6, a la apertura
del callaI de Suez, el cual no se habria realizado sin el jenio i
la infati!j"able perseverancia de su autor i sin el ilustrado con.
curso del Gobierno frances. Lord Palmerston encontró un in·
jeniero ùe la rcputacion de Stephenson que declarara que el
canal era impracticable; i miéntras el noble Lord vivi6, se consideraba casi como un deber de patriotismo decir que el canal
ha se a briria jamas.
Sábese que el Gohierno inglés es bai el mas fuerte accio.
nista. en aquella. empresa, i su iuteres debe consistir natural.
mente el: que todo el comercio de la Costa americana del Atlántico, desde el Canadá hasta el cabo de Hornos, se dirija a
la India i a la China, al traves del Atlántico, por el Mediter.
ránco, el MarUojo i el Océano Indico. I por su inmensa su.
perioridD,d marítima, la Inglaterra, como la comprendia Lord
Palmerston, está más 'ùien interesada. en conservar quc Cil
suprimir la larga i costosa na.vegacion de los Cabos; porque en
esta navegacion nadie puede luchar con ella, que posee mas
buques, mas fierro i carbon, mas capitales i marineros, que
todos los pueblos del munùo.
Los Estados Unidos sail los únicos que hoi tiencn un inmenS? interes en la. apertura del Istmo americano, porque ahorra.
rIun:
14,000 millas de Nueva York a San Francisco. 8,900 Il.
Canton. 8,100 a Valparaiso. 4,100 a Calcuta. 2,830 a Mel.
bourne. 2,620 a Nueva Zelandia.
Pero los Estados Unidos no están precisamente interesados
en que el canal se aura por nuestro territorio. Por el contrario,
su iuteres está en que el paso se abra. lo más al norte po&ible,
del Istmo americano. El proyecto de canalizacion por Nicaragua, patrocinado por el Gobierno de 108 Estados Uniùo~, es una
282
CANAL INTEOCÉANICO.
empresa rival que no debe perderse de vista, i que puede,
como la Inglaterra i Suez, disponer de muchos recursos para
quitarnos la primacía.
Por todas estas consideraciones, juzgo que seria en el más
alto grado impolítico, consentir en que Colombia se ligara, por
un pacto que llamaré de?Mm, e8ploracWn i tanteo para la
apertura del canal, comprometiéndose a esperar por tan largo
número de afios el resultado de esos trabajos, e inhabilitándose
para tratar sobre este mismo asunto, con un Gobierno o una
Compañía que propusiese la inmediata ejecucion de la obra.
I para remediar este obstáculo, conciliando en cuanto sea
posible los intereses del pais con los derechos del concesionario,
os propongo en pliego separado las conveniente¡¡ modificaciones.
Entremos ahora a examinar el contrato Salgar - Wyse bajo
el segundo puuto de vista, es a sabel', en el supuesto de que la.
obra va a realizarse, bajo las estipulaciones de un Convenio
que aspira a colocada bajo el amparo colectivo de todos los
pueblos de la tierra,
En este sentido hai dos intereses que consultar i a.segurar:
los del comercio universal, i los de Colombia como partícipe o
condueño de la obra.
Respecto de los primeros deben consagrarse estos principios: 1.0 una tarifa. igual para los buques, pasajeros i mercaderías de todas las naciones, sin esenciones, privilejios ni distinciones de ninguna clase; i 2:° la neutralidad absoluta del
canal.
La igualdad de la tarifa. está consagrada de una manera.
absoluta i completa por el artículo 14 del convenio, i na.da hai
que agregar a este respecto.
El principio de la neutralidad estaba ámplia i perfectamente definido en los artículos 5,° i 6,°; pero el Senado ha.
introducido dos modificaciones que considero antipáticas a la
opiniondel mnndo civilizado, i por consiguiente desfavorables
a la ejecucíon de la obra, peligrosas para el mantenimiento do
la soberanía de Colombia sobre el territorio del Istmo, i contraproducentes para obtener los tratados de garantía de poscsion
de ese territorio, i de neutralidad del canal, que aspiramos a
obtener sobre la base de este Convenio.
Las dos escepciones a rectricciones impuestas por 'el Senado al principio d~ la neutralidad son éstas: 1: que el paso
del canal quede rigurosamente cerrado a las naves 'rlwrcantes
de las naciones que estando en guerra con Colombia no hayan
adquirido el derecho de tránsito por medio de tratados en los
cuales nos garanticen la soberanía del Istmo i la neutralidad
del canal; i 2." que el paso del canal quede igualmente cerrado a los buques de guerra de las naciones que estando en
CANAL ISTEROCBANICO.
283
guerra con otra u otras, no hayan adquirido de nosotros el
derecho de tránsito por tratados de igual clase.
La primera de estas escepciones es injustificable
en principio, ~ la segunda completamente
exótica en el presente
convenIO.
El derecho de jentes considera hoi los estrechos de los
pasos mediterráneos, interoceánicos o intercontinentales,
como
partefl adyacentes del Océano, que provee a la comunicacion
de todos los pueblos de la tierra, sin reconocer en la nacion
propietaria de las riberas otros derechos que los inherentes
a
la soheranía, para la defensa del territorio i el ejercicio de la
jurisdiccion.
Consagrar a estas horas del siglo, en que la civi.
lizacion se esfuerza por reducir las guerras marítimas a las
proporciones de un duelo entre las escuadras helijerantes, restricciones de h.ostilidad contra el comercio, es más que un error,
es un anacrOnIsmo.
La Turquía renunci6 al derecho de gravar con un impuesto
el paso de los Dardanelos i el del Bósforo. La Dinamarca consagró en sus pactos internacionales
el mismo principio, abrien.
do paso libre a todas las naves del munùo por los estrechos
del Belts i del Sund.
l el canal de Suez está abierto a todas las banderas sin
restricciones de ninguna clase.
Supongamos que abierto el canal, i consagrada la primera
escepcion, se encontrase mañana Colombia, por cualquier pretesto, en estado de guelvra con la Inglaterra, la cual, por no
creer conveniente injerirfle en los negocios de América, hubiera
rehusado suscribir un tratado de garantía.
i Tendriamos nosotros por eso derecho a escluir las naves
'lnel'cante8 de Inglaterra, del paso por el canal? i Consentiria
el comercio del mundo, que se conduce bajo pabellon inglés, en
someterse a ese vej:írnen i en imponerse de nuevo el largo
rodeo de la navegacion del Cabo, por respetar nuestro capricLo 1
De ninguna m~nera.
Los tratados con los Estados Unidos, de 16 de enero de 1869,
i 27 de enero de 1870, basados sobre el principio de la ncutmlirlad l'cst1'i71:j'icùt, sólo escluian el paso ùe las naves de guerra
de las naciones que estuvieran en guerra con ellos o Con no.
sotros.
Por lo que hace a la segunùa escepcion, la inoportunidad
de introducirla
eu uu Convenio con el cual va a solicitarso
el concurso de todas las Potencias, es manifiesta.
Por el contrario, soi de opinion que el principio de la neutralidad, tratÚndose de un convenio de esta naturaleza,
debe llevarse a.
su último término,
estipnlándose
que ni Colombia, cuando
sea belijerante, pueda usar del canal para el tránsito de tropas,
h\ll'!ues o TIlunicionefl de guerra.
284
CANAL INTEROCÉ4NICO.
Nosotros no podemos conceder a un belijerante el derecho
de pasar sus escuadras por el canal, contra otro que no ha
podido a no ha querido asentir a las condiciones mediante las
cuales la hemos concedido' al primero, i consernltr al mismo
tiempo el carácter de neutrales en la guerra: las dos cosas se
escluyen. Las obligaciones que el derecho de jantes impone a
los neutrales son absolutas, i nadie puede modificarlas en
perjuicio de terceros por la que estipule en sus pactos con otra
Nacion, sin asumir la responsabilidad de BU conducta. Si el
paso del canal por los buques de guerra de un belijerante
constituye un acto de hostilidad contra el otro, consentirlo
es una iufraccion clara de las obligaciones de los neutrales, que no cubre ni escusa el pacto singular eon uno solo de
los belijerantes.
Supongamos que mañana se encontraran empeñados en
una guerra marítima la gran Bretafia i 19s Estados Unidos.
Pues la Inglaterra, aunque nosotros hubiéramos concedido el
derecho de tránsito a los Estados Unidos, atacaría en el canal
a la escuadra americana del Pacífico que quisiese pasar al
Atlántico para romper el bloqueo de Nueva York, por ejemplo. i QuÓ obligacion tenia la Inglaterra de respetar en este
caso las estipulaciones de un tratado, que en menoscabo de
sus derechos hubieran celebrado Colombia i los Estados Unidos? Ninguna. La Inglaterra nos consideraria de hecho como
belijerautes aliados de los Estados Unidos i nos envolveria en
la guerra.
¿ I qué necesidad tiene Colombia, sin las ventajas de una
alianza poderosa, de provocar estas disputas, ni de hacerse
parte obligada en todas las guerras marítimas que tengan por
teatro de operaciones las agnas de ambos Océanos?
i No es mucho más ¡;eucil1oi mús conforme con la naturaleza de este convenio, consagrar en él, el principio de la neutralidad absoluta del canal Ein restricciones de ninguna clase?
Tal es mi opinion, i por los fundamentos que dejo el3puestos
os excito a rechazar las moùificaciones del Senado. 'if
Pasemos ahora a considerar los intereses particulares
Colombia en la negociacion.
do
* Las cosns deben hacerse bien i no n médja~. Si hacemos del Canal.
como en este convenio, una empresa puramente industria], debe aplicarse el
principio de la neutralidnd absoluta. Solo en el caso de una alianza poderosa,
corno ]a de los Estados Unido~, podemos estipular ]a neutralidad restrinjida,
corriendo los riesgos que elln n08 apareje, en cambio de las singulares i estraordiDarid6 ventajas que esa alianza nos dé.
CANAL
I~TEROCBANICO.
285
Estos int0reses son de dos clases: los relativos al mante.
nimiento de su soberanía sobre las aguas i el territorio del
canal, i los que miran a ln. iusta participacion
que le corres.
ponda en los productos de la empresa.
Los primeros no han sido mouoscabados en ninguna de las
estipulaciones del convenio. La jurisdiccion territorial i marí.
tima de Colombia se reconoce i acepta por todas partos, i las
controversias a que dtÍ lugar el convenio serán decididas por
los tribunales del pais.
Por la que bace a la participacion, ésta debe ser equitativa,
clara i csenta de liquidaciones litijiosas, es decir, no di8puú~ble.
El artículo 15 del convenio la fija en un 5 por ciento del
producto bruto. Esta forma, la de deducir nuestra cuota del
producto bruto, i no del producto neto, corresponde perfectamente a la cualidad de no disputable, no litijiosa que debe
tener nuestra participacioIl;
pero hace mas difícil éalcularla
o apreciarla bajo el puuto de vista fundamental
do la cuantía
que 1l0S sea lícito pedir, sin anular ni menoscabar los derechos
del empresario. Para hacer este cálculo sería preciso conocer
con esactitud el costo de ]a obra al ponerse en servicio, el
tráfico o sea el producto bruto del canal, i los gastos de conser.
vacion i reparacion.
Sinembargo, es preciso formular algunos cálculos aproxi.
mados sobre los datos que nos son conocidos, i que tomo de
documentos auténticos i de las mejores fuentes de autoridad
en la materia. No habrá uno sólo que no esté comprobado.
El canal de Suez, que mide 160 kilómetros, ha costado
(incluyendo ell esta suma los intcreses de las acciones o sea
dol capital invertido durante su construccion) £ 19.000,000, o
seau $ 95.000,000. (Economista de Lúndres de 6 de marzo de
1875, número lü45). Admitamos, pues, que el nuestro, que es
mucho mas corto, re~resente tambien una suma de$ 100.000,000
al ponerse en servicIo.
Conforme a los datos del contra-almirante
Davis, que se
publicaron en el número 1,475 del Dia?"Ío Oficial, el comercio
que se habria becho en 1857,usando del canal del Darien, representaba ent{mces 3.902,000 toneladas. Pero como segun observa
.M. de Lesseps cD. el informe sobre el Canal de Suez, que present6 a la Ju,:lÍa jeneral de accionistas el 2 de Junio de 18GB,
(Economista de Lúnd?'C8 de 13 de junio de 1868, número 1294 )
el comercio de las principales potencias se duplica cada 12 años,
no es exajerado afirmar que el tonelaje del comercio interocéanico que haria uso del canal colombiano al principiar el año de
1900,en que el presente convenio entraria en ejecucion, es decir,
43 años despues de las cifras dadas al tráfico de 1857, no seria
menor de 7 millones de toneladas, equivalentes a.8 millones de
metros cúbicos de b. medida adoptada en el convenio.
28G
~~
CANAL
.•,~"
IN'rEROCÉAt\ICO
.•w_,
~~~
__
~
Para saber, pues, si la modificacion que yo propongo, de 5 por
100 en los primeros diez años i 10 por 100 en los siguientes,
basta la terminacion del privilejio, es exajerada, veamos cómo
afectaria esa cuota la situacion fiscal de la empresa.
Producto bruto sobre 8 millones de metros cúbicos, a ¡; 2,
prescindiendo de los otros derechos menores de faro, anclaje,
pilotaje, remolque, balaje, depósito, &
$ 16.000,000
,5 por 100 para Colombia
.
800,000
Gastos, máximum
_
__
.
2.000,000
Producto líquido para la empresa (números re.
dondos)
13.000,000
De la cual suma podria disponerse así:
Para distribuir un dividendo de 10 por 100 en
los primeros 10 años al capital, sobre 100 millones. 10.000,000
Para fondo de amortizacion
3.000,000
Tres millones de instalamento anual para fondo de amorti.
zacion, al 4 por 100 de interes compuesto, que es la base uni.
versalmente admitida para fundar estos cálculos, habrán amortizado en 10 años 40 millones de pesos.
La situacion financiera de la empresa al comenzar el año
11.0 seria la siguiente:
Producto bruto, calculando que el tráfico se haya aumenta.
do apénas en un millon de metros cúbicos, o sea sobre 9 millo.
nes, a $ 2
$ 18.000,000
10 por 100 para Colombia .....................•...
1.800,000
Gastos jenerales, máximum
2.000,000
Producto líquido, números redondos
14.000,000
Cuya suma podria considerarse técnicamente distribuida así:
Intereses 0.115 por 100 sobre $ 60.000,000 ea.
pital no retirado
$
9.000,000
Para fondo de amortizacion
5.000,000
I 5 millones de instalamento anual, al 4 por 100, habrían
amortizado los 60 millones del capital no retirado en ménos de
10 auos.
Es decir que al principiar el año 20.0 i sin calcular ningull
aumento en el tráfico, la situacion financiéra de la Compañía.
del canal seria ésta:
.
Capital no retirado ( cero)
0.000,000
Producto bruto ...••................................
i 18.000,000
10 por 100 para Colombia
1.800,000
Gastos
2.000,000
Producto líquido
14.000,000
Elévense los gastos, imaj ínense pérdidas, rebÚjesefinalmente
esa SUUlaa.solo 10 millones, i l!l capital compuesto que ella prooo
•••••••••••••••••••••••••••••••••
CANAL
INTEROCf;ANICO.
287
duciria en los 79 años restantes de la concesion excederá de doa
millares de millones.
He becho, ciudadanos Representantes, cuanto ba estado a
mi alcance pam corresponùer al honor que se me ha dispensa_
do cuando el Presiùente de la Cámara me designó para el
estudio de este importante asunto.
Ojalá que este estudio i e¡;te informe merezcan vuestra
aprobacion.
~A
I
EL
PROPIEDAD
DERECHO
DE
LA
RAIZ
GUERRA,
Resumen de los disrursos pronunciados por el antor, sicndo Representante
por el Estado <lel Tolima, en las sesiones de los dias 21, 22 i 23 (le marzo
ùe 1879, sosteniendo el proyecto de lei que mamlaba <levolver a sus 1ejltimos dueños las fincas rematadas en la ultima guerra civil.
Viviendo cn un pais azotado por ]a guerra civil, donde ]a apc!acion a las armas
e8 el recurso ordinario de alcanzar las soluciones polHicas, considero III boga que
ban tcnido cstas idcns, como uno de los mas bellos triunfos que puedan obtenerse
COD
el prestijio de la raZan i del derecho, para]a civilizacion i ]ajusticia.
Señor PresiJente.
Parece que los argumentos hechos por el señor MantilI_
contra el proyecto que se discute, han causado honda impresion
en la Cámara, puesto que han obtenido como primer triunfo el
voto del señor Cucalon, con cuyo apoyo me prometia contar en
este debate. Sostiene el señor Mantilla que, por injusta, dura ó
inicua que haya sido la medid n.de la confiscacion de la propiedad raiz, rematàda para hacer efectivos los empréstitos de
guerra decretados contra los rebeldes o sus cómplices, durante
la guerra civil de ]876, el Congreso carece de autoridad constitucional para reparar la injusticia, porque los títulos en virtud
de los cuales se han traspasado esas fincas son hoi del dominio
de la lejislacion civil de los Estados, i es el Poder Judicial de
éstos el único ante quien pueden intentarse las acciones del caso
para reclamar lá nulidad de tales remates.
El argumento es tentador, pero es falso.
Las fincas de cuya devolucion se trata no fueron adquiridas
por ninguno de los medios ordinarios que la lejislacion civil
reconoce como medios lejítimos para adquirir el dominio de las
EL
DERECHO
289
DE LA GUERRA.
cosas, sino úc.ica i esclusivamente
en virtud del derecho de la
<J'uerra, i esÜ:.ll por lo mismo sujetas a lo que la lei federal dispouera sobre 31 particular.
El Congreso lejisla en este asunto,
sob~~ efectos de la guerra federal, con absoluta independencia
de los Esb1JOS, corno sucederia si en vez de haber sido una
guerra civil hubiera sido una guerra internacional,
i cstuvié.
ramos ajustando los términos del tratado de paz. Algunos cjem.
plos contribuirim
más a poner en claro la competencia del
Congreso para lejislar sobre este asunto, que los razonamientos
pllr;mente especulativos. Supongamos que en vez de la guerra
civil hubiéramos teuido una guerra int4ftnacional con alguno
de nuestros vecinos;
que el ejército colombiano hubiera ocu.
pado una parte del territorio enemigo, i que bajo el imperio
de autoridades colombianas se bubieran confiscado i rematado
casas i hacicudas del enemigo. i Sostendria en este caso el
señor Mantil la, que el tratado de paz nada podia disponer sobre
devolucion de estas fincas, i que la nulidad de los remates
dobia litigarse cu juicio civil ordinario ante el juez competente 1
Supoug&mos que en vez de caBas i hacielJdas, el Presidente
de la República hubiera anexado una porcion del territorio
onemigo al Estado limítrofe de la Union colombiana. ¿ Sosten.
dria el señor Mantilla, nombrado negociador por parte de
Colombia para ajustar el tratado de paz, que no podia devol.
verse la proviucia anexada, porque el artículo 5.° de la Cons.
titucion ne permite que puedan variarse los límites de los
EBtados colomhianos s~n su consentimiento?
Pero en este caso
el negociador estranjero tendria que retirarse de la discusion
diciéndole al señor Mantilla: "yo creia, señor, estar discutien.
do con un diplomático, i veo que usted es un simple abogado."
I como el derecho de jentes hace parte do la lejislacion
nacional; como gUS disposiciones deben rejir especialmente en
los casos de guerra civil, conforme al artículo 91 de la Consti.
tucion, i como el derecho de' la guerra es el mismo en las guerras internacionales
que en las guerras civiles, los dos ejemplos
citados SaIl irrecusables para apoyar la autoridad del Congreso
on el proyecto que se discute. Las guerras civiles no terminan,
como las iuteruacionales,
por un tratado de paz, sino por el
sometimiento del partido vencido al partido vencedor, el cual,
asumiendo o revistiéndose de la autoridad soberana de la Nacion, dicta por sí solo el tratado de paz en las leyes sobre amnis.
tb o iudulto, i sobre indemnizaciones, suministros, espropiacio.
nes, &,~ Yo sostengo, señor Presidente,
con el apoyo de estas
doctrinas, claras como la luz del medio dia, que los rematadores
de las fincas raices de los rebeldes i sus c6mplices, no han po.
dido adquirir ese título indiscutible i sagrado de dominio con
que los favorece el señor ~:IantiJJa, asimilándolos en todo i por
19
290
LA PROPIEDAD RAIZ
tod~ a los títul~s 9ue consagran la a~qui8i~ion de ~as cosas por
e~hb~e consentImIento de sus duefios 1 medIante laJusta indem.
DIzaClonde su valor. Los ocupantes de esas propiedades tienen
un títu!o tan precario como el del soldad? q~o recoje una parte
del botm en el campo de batalla, que esta sujeto a que nn artí.
culo de la 6rden jeneraI del ejército disponga la devoluciou a
sus duefias de 108 objetos tomados, o su entrega en las Comisarías
de guerra para el servicio del ~jército. No tienen mejor título
de propiedad los rematadores de las fincas raices confiscadas a
los rebeldes. Pretender equiparar el título de esos detentadores
con los títulds que se adquieren en virtud de las permutas lejí~
timas del comercio ordinario de las cosas, es un atentado contra.
todas las nociones de justicia i de derecho que nos enseñaron en
las aulas. La paz i la guerra forman dos estados esencialmente
distintos, que se rijen por leyes separadas. El primero cOI1!>titu_
ye la vida ordinaria de la sociedad, sobre las hases de lalibel·tad
.i de la justicia; el otro no tiene ml.l.S lei que la fuerza, i preten.
der aplicar a las transacciones de la guerra, los títulos del Códi·
go civil que reglamentan las trasmisiones de la propiedad en el
libre comercio de los hombres, es una anoma¡ía tan absurda
como insostenible.
Permítaseme repetido: los rematadores de las fincas confisca.
das a los rebeldes durante la última guerra civil, solo adquirie.
ron un derecbo de simple espectativa, sujeto a la ratificacion
de las leyes federales, en las cuales se di¡;ponga de los efcctos
de la guerra.
Esto por lo que hace a la jurisdiccion del Congreso para lejiBlar sobre esta materia. Por lo que respecta a la nulidad mis.
ma de dichos remates, conforme a las prescripciones del derecbo
de jentes, aquellos actos no tienen defensa.
Es cierto que la guerra es un oficio ùe bárbaros, como la.
defini6 NapolE:on despues de Austerlitz; pero la civilizacion, la
filosofía, la bumanidad, se han esforzado en poner límites a la
barbarie; i los códigos, i las compilaciones de principios i de
máximas de los grandes publicistas i filósofos, que reglamentan
el derecho de la guerra, son uno de los mayores timbres de la.
civiliza.cion cristiana.
Aquí tengo en mi mano el mi¡¡molibro de Vattel, que me
sirvi6 en el colejio ; Vattel, considerado, icon raZOD, como la
lumbrera de lo!! publicistas del derecho internacional. Sus
máximas son el consejero i la guillo segura de los Gobiernos de
Europa i América, i en él leo lo siguiente:
Tratando de la. guerra civil, dice:
..
" La oblicracion de ohservar 'entre sí las leyes comunes de
la guerra es,'"pues, absoluta, indispensable para los dos parti.
dos, i la misma que la. lei natural impone a todas las ll<'1ciones
de Estado ti. Estado.
, El,
DlŒECJ[()
DE J,.\.
(;¡:ERRA.
2Dl
" Solo el botin, los bienes ~nW3úl(',s cojiJ..os p01' el enemigo,
serán considemdos perdidos para. los dueños, por la Jificultad
tic reconocerlos i a causa de los innumerables
inconvenientes
que de su reivindicacion
rcsultarinn;
j()!leralmente todo esto
suele arreglarse en el edicto de amnistía."
La regla jeneral es ésta: que solo es lícito hacer en la guerra el mal estrictamente
necesario para debilitar al enemigo i
para veucerlo, i que todo la que de esto exceJa, es la obra de
nn odio salvaje, condenado por la civilizacion i por la. moral.
Vattel principia su tratado de la. guerra ha.ciéndonos distinguir
entre el enemigo público i el enemigo particular, pa.ra que no
nos creamos a.utorizados a.tratar al primero, que puede dofender
una causa justa, i la defiende COllIas Ilrmascon el mismo derecho
con que nosotros defenùemos la nuestra, como tra.tariamos
al enemigo particular
que procura nuestro mal i se complaco
en él. "De este moJo, dice, si tornamos al enemigo mûs Je la
q¡Ie debe, mls de la que de él se pretende, es con la intencion Je
restituír el exceso por el tratado de paz."
I en otra parte:
" Si un jeneral quisiese gozar de una reputacion sin tacha,
moderará las contribuciones i Ir.s proporcionará a Ins facultades
de los contr:buyentes.
El exceso en esta parte siempre de ùure.
za i de inhumanidad
es acusado. Si ménos ferocidad muestra.
que la asolacioll i la destruccion, ruas avidez i codicia anuncia."
Sí, señor Presidente:
la guerra es un oficio ùe bárbaros;
pero la filosofía i la civilizacion han puesto límites efectivos a
ese derecho, i todo el que los traspasa incurre en el delito do
felonía contra los fueros de la humanidad. La guerra es la violencia, pero no es el pillaje, la asolacion ni el asesinato. El sol.
dado que finji6ndose rendido, mata al que lo toma prisinero;
el que envenena las fuentes; el qne envenena los proyectiles;
el que mata a los prisioneros rendidos, se Hawa asesino, i el que
confisca i eutrega a saco la propiedad enemiga, se llama ladroD.
El señor Ministro americano, mi honorable amigo el señor
Ditchman, que tan grande interes toma en todo la que se rela.
ciona con nuestra prosperidad,
acaba de poner en mis manos
el tomo 2.° del Libro Rojo do los Estados Unidos, correspon_
diente al año de 1875, para que lea en la declaracion concerniente a las leyes i costumbres de la guerra, adoptada por el
Congreso de Bruselas, a propuesta del Emperador de Rusia,
la siguiente:
"Art. 23. Todo la que pertenezca
personalmente
a los
prisioneros de guerra, escepto sus armas, permanecerá de su
l}ropiedad.
"Art. 38. Lu Propiedad
]'YI'ivada?w puede se?' confiscada.
"Art. 3fl. El pillaje queda formalmente prohibido.
292
LA PROPIEDAD RAIZ
" Art. 40. Como la propiedad privada debe ser respetada
el enemigo sólo podrá exijir de las poblaciones a habitantes la~
contribuciones i servicios relativos a las necesidades de la crue.
rra, eu proporcion a los recursos del pais, i que no impli~uen
para la poblacion la abligacion de tomar parte eu las opera.
ciones de la guerra contra. su propio pais.
"Art. 41. El enemigo que levante contribuciones, bien
como un equivalente de los impuestos ordinarios, a como sumi.
nistros de guerra que deban pagarse en especie, a Comocasticro,
procederá, en cuanto sea posible, segun las leyes que recru~n
las contribuciones ordinarias del territorio ocupado." Ob~a ci.
tada, pájina 1018.
En el mismo tomo encuentro el decreto de represalias cspe.
dido por el Gobierno español contra los carlistas, de 29 de
julio de 1875, páji~a 1,129, i recorro en vano todas sm; dispo.
siciones para buscar una que autorice la venta de las propiedades raices, pertenecientes a aquella secta de fanáticos, que
ha deshonrado a la humanidad con sus crímenes, i contra los
cuales era. lícito todo estrcmo de rigor. Solo se autoriza el em.
bargo de sus propiedades, con aplicacion de la renta que
produzcan al Tesoro público. El decreto está acompañado de
instrucciones severas para asegurar el buen manejo de los
administradores de las fincas embargadas.
Por manera que la Rusia, a quien llamamos bárbara, i la
España, a quien llamamos sanguinaria i cruel, nos dictan la
leccion de la que debe hacerse en el caso presente.
La medida que se discute tiene una trascendencia casi in.
conmensurable para el porvenir de esta sociedad. Se trata de
devolver a este pais, trabajado _por la anarquía i despedazado
por las revoluciones, un rayo de esperanza. i de fe sobre el por.
venir de la patria.
El derecho de propiedad es la urdiembre misma sobre la
cual reposa el ór.den social. La historia nos enseña que muchos
pueblos han podido levantarse a las mas altas cimas de la gran.
deza humana, sin el goce de las libertades políticas, sin liber.
tad de conciencia, sin libertad de imprenta, sin libertad de
asociaciacion; pero donde el hombre no puede contar con algo
seguro para la vida, el territorio se conyierte en un yermo i la
sociedad en hordas de tribus erra.ntes. Miéntras la naturaleza
humana sea ésta. que nosotros conocemos; miéntras el hombre
esté sujeto al imperio del dolor; míéntras las necesidades que
causen este dolor no puedan satisfacerse sino con la riqueza; i
miéntras no haya otro medio de producir' la riqueza que el tra.
bajo, la propiedad será la primera condicion de todo progreso
i ùe toda civilizacion •.
La con6.scacion de la. propiedad raiz decretada contra el
I EL DERECHO DE LA GUERRA.
293
mismo derecho bárbaro de la guerra, zapa, mina por sus fun.
damento& el derecho de propiedad,
i no deja esperanza de
salud para lo porvenir. Las leyes cundinamarquesas
que durante la última guerra civil abrieron el camino para estas confis.
caciones, han causaùo mas daño moral a la sociedad que todos
los daños materiales causados por la revoluciono
Garanticémonos 11.10'0 en medio del furor de nuestras revoluciones; gflranticémo~os
el techo que cubre a nuestras fami.
lias i el pedazo de tierra que nos da la subsistencia; i despues;
puesto que vivimos en un período de descomposicion i de tras.
formacion, abandonemoH el resto de nuestros bienes al pillaje
de las guerras civiles. Lo que queda es bastante para saciar
las fauces de este monstruo.
Estas confiscaciones recaen ademas sobre los inocentes; re·
caen sohre nuestras esposas i nuestros hijos, que no pueden de.
tenemos con su llanto en el camino de las revoluciones. La casa
del hogar no pertenece al padre; pertenece, debe pertenecer
a la familia.
Decia el señor Mantilla, que el ejemplo invocado por mí
en otra discusion célebre, de los fundamentos con que I.incoln
decretó, como medida de guerra, la'libertad de los esclavos, que
eran l0jítima propiedad de los rebeldes del Sur, deberia servir.
me para sostener la lejitimidad de las confiscaciones hechas al
enemigo en la última guerra civil.
.
Comparar, señor Presidente, los derechos de cuatro millones
de hombres a la libertad, con los derechos de los rematadores
de las casas i haciendas confiscadas al enemigo, i vendidas a vil
precio en remates clandestinos i fraudulentos, es uu argumento
que yo no hago el bonor de contestar!
.
Dice ademas el señor Mautilla, que con los mismos argumentos con que yo sostuve en las sesiones de 1877, la lei sobre
cancelacion de la renta que el Gobierno reconocia a las enti.
dades eclesiásticas, se lejitiman los remates de las propiedades
particulares que abora combato.
Esto sí merece una respuesta.
Los dos casos son roui distintos. En el uno, en el de la cancelacicn de la reuta eclesiástica, se trataba de la ocupacion de
uua propidad de dominio público, perteueciente
al cnemigo
históri~o del liberalismo en el mundo. Yo demostré entónces,
con toda la historia de la lejislacion española, que los bienes
de la Iglesia fueron considerados siempre como bienes de dominio público. I en este caso se trata de propiedades personales
i priv:;.das, muchas do ellas pertenecientes
a personas arbitra.
riamente calificadas de enemigos del Gobierno. En el un caso
se trataba de herir a una entidad enemiga de la República; i en
el otro de reparar el daño excesivo causado por la guerra a
294
LA PROPIEDAD &AIZ.
personas 1Wtumles que sufren todos los horrores de la miseria
i del despojo.
r sinembargo, aun tr~tándose de la renta eclesiástica, como
108 bienes de que procede fueron convertidos por las leyes de
desamortizacion en un capital inscrito sobre el Tesoro público,
forma esenta ya de toda objecion económica, si los prelados
católicos variaran de conducta, si se reconciliaran con la República, si se contrajeran al ejercicio de su ministerio evanjélico i cesaran en la guerra que hacen a las inst.ituciones patrias,
yo no adelanto opinion alguna, pero creo que las Cámaras esta.rian dispuestas a air la voz de la clerrleucia i de la jenera.
sidad.
Es vergonzoso que sea el partido liberal el que haya vendo
a dar esta estension cruel al derecho bárbaro de la guerra;
la escuela liberal que fué la encargada de reivindicar el derecho de propiedad contra todos los abusos del depotismo.
El primer recuerdo que tengo de mi vids. es éste, señores
Representantes: el de haber visto formado en la plaza de la
ciudad de Ibagué, frente a mi casa, en 1841, un batallan del
Gobierno, mandado por un Coronel Pacheco, esperando que
desocupásemos la casa para cuarteL de la tropa. Recuerdo que
vi arrojar a la plaza, donde fuimos recojidos por la caridad de
una familia amiga, nuestras camas i nuestros muebles. Aque.
lla era la casa del Coronel Tadeo Galindo, que llacia la guerra
al Gobierno, i que selló en el pátibulo su lealtad a las opiniones liberales.
I sin embargo, los conservadores de 1841 no nos confiscaron
la casa ni el pedazo de tierra que allá poseiamos. Al regresar
del confinamiento pudo mi hermano mayor vender estas propiedades, para proseguir su carrera i ausiliar la mia.
El espectáculo que hoi ofrecen millares de colombianos
despojados de sus propiedades en el Sur del Cauca, vagaudo en
la miseria i consignados al látigo de los esbirros del Ecuador, es
realmente afrentoso. Si mañana .necesitáramos formar un haz
de toda la Nacion, para defender el honor del pabellon i el
nombre que llevamos con orgullo, i con qué derecho solicitaria.
mos el concurso de estas víctimas,de la injnsticia doméstica i
de la tiranía estranjera?
Bastaria esta sola consideracion para justificar la lei que se
discute.
pOCIALISMO
I LA CLASE OBRERA.
_~.--
--......•
EL
'l'RA.BAJADOR.
Carta al señal' Adolfo Llános i Alcaráz, funùador, propietario i director
ùe " Lu. Raza Latina "-1\ucva York.
BogotA, 2'1 do juUo do 1850
Mui señor mio :- H 3.cia mucho tiempo que deseaba retri.
buir la ::incza con que he estado recibiendo de la Direccion,
!J1'ríti8, el hermoso periódico que usted redacta; pero embebe.
cidos, encenagados, esterili¡.:ados por decirlo así en Jas debates
i Jas Iudlas de esta política incandescente de la raza la.tina, ni
encontraba, ni mi pluma se atrevia a afrontar un tema. polí.
tico a social digno de la.s columnas de esa hoja, cuando he aquí
que usted mismo me lo proporciona Con la lectura del artículo
de fondo, El Tl'ubajad01', del señor Castelar, inserto en el
número 1,343 del 8 de mayo último.
CÓ/r.o es posible! esclamé al terminarla, que el señor Caste.
lar,en cuyos escritos ha resplandecido
siempre la idea moral,
venga, ~)or una lamentable
exaltacion de simpatía en favor de
las clases populares, a poner al servicio de la utopía socialista
la majia de su poderosa palabra, en los momentos en que estas
absurdas quimeras salen del campo de la teoría, para conver.
tirse en conjuraciones sangrientas contra el órden social!
El señor Castelar cuenta pocos admiradores mas apasiona.
dos que yo de su talento i de su ilustmcion en el mundo de las
letras. Yo he aprendido de memoria, a fuerza de leerlas i releer.
las, páfnas Guteras de sus escritos, principalmente
las de ese
precioso libro" Recuerdos de un viaje a Italia," donde se en.
cuentra
a,!uella obra maestra de pintura con el pincel de la
palabra humana, " La Capilla Sixtina," i aquel capítulo inmor.
296
EL SOCIALISMO
tal, " El Dios del Vaticano," doude una verdadera inspiracioD
~a vuélto a: encontrar acent{)s proféticos para desenmascarar la
lIDpostura 1 para elevarse al ideal del símbolo cristiano.
Sí, todos sentimos el hálito, todos nos rendimos a la influencia fascinadora de esa palabra máj¡ca, que pasa como un simun
cargada de las enseñanzas de la historia, i a la que su autor
sabe comunicar todas las infle:x.iones del sentimiento i del arte'
que ora ruje como la tempestad para maldecir el despotismo:
.ora. se entenebrece como el averno dara condenar la iniquidad
ora susurr~ como la brisa para modular cantos de amor, or~
reverbera I resplandece
como un astro para adorar la liber.
tad i la justicia.
Pero esta.,; dotes de la im~iinacion, este pincel tan adm¡m.
blemente adecuado para apasionar las almas, pvra trasmitir a
las idea:; el fuego de la poesía, para dar al habla humana los
encantos do un eterno lirismo, para destacar todas la bellezas
del sentimiento i del arte; estas dotes8on un instrumento, DO solo
inadecuado, sino peligroso, para bacer incursiones en el campo
de estas ciencias sociales, áridas, prosaicas, doude es preciso
que el entendimiento
obre sólo, sin perturbaciones
dE' la ¡ma_
jinacion, para analizar los hechos i reducir a ecuacioD las leyefl
del progreso.
La naturaleza es avara de sus dones, i niega a las intelijen_
cias que se ciernen en la atm6sfera de las verdades tr!1scenùcn.
tes, la facultad de analizar i apreciar bien los fenómellos ùe
estas ciencias subalternas, que se refieren al bienestar material
del bombre.
I esto es lo que ba sucedido al señor Castelar: él no es ni
puede ser economista;
e impulsado por un noble seutimieuto
de compasion i de amor bácia las clases menesterosas, ha incllrrido, al escribir ese artículo, en errores i faltas graves, que por
la mismo que vienen de él, no pueden dejarse pasar desaper.
cibidos.
Atravesamos una época de prueba para la justificacion de las
doctrinas liberales, acusadas por los partido!; conservadores del
mundo, de haber relajado por toda,> partes los vínculos del
deber, de haber en.iendrado todas estas perturbaciones,
todos
estos sistemas absurdos de una nivelacion quimérica, con su
cortejo de desmoralizacíon i de crímenes, que amenazan dostruir el órden social, i no debe por lo mismo permitirse que,
apoyándose en la autoridad de tan eminente escritor, torne la
juventud
por axiomas económicos, ni se carguen a la cucllta
dellibera.lismo,
las proposiciones asentadas por el señor Caste.
lar en el escrito a que aludimos.
Tengo a la vista el texto inglés del discnrM pronunctado
por Bakunin en Jinebra., en 1868, considerado por la prensa
1 LA CLASE
OBRERA.
2D7
curopea :::01110 la mejor e~po~icion del nihilismo, i en 61leo lo
siguiente:
"Vuestra
hermosa civilizacion, caballeros del Occidente,
que vosotros enrostrais a los blÍrbaros del Ori~nte, c~t;i basada
en la servidumbre forzosa de la inmensa mayoría de la l'Jza
humana la cual está condenada a una existencia miserable i
ca5i besÚal, a tin de que una mui pequeña minoría pueùa vivir
en la opulencia. Esta monstruosa desigualdad en las condiciones de la, vida se debe a vuestro sistema occidental,
sistema
incapaz de mejoramiento,
porque es la consecuencia necesaria
de vuestra civilizacion, fundada en la bien combinada separa.
cion que existe entre el trabajo mental i el trabajo manua!."
I por una singular aborracion, casi pudiera decirse, por un8.
ironía dJ la historia, la poesía puesta al servicio de un senti.
miento mal comprendido de compasion i de liable interes por las
clases tmba.jadoras, hace proferir a uno de los mas con~picuos
representantes
de la civilizacion, los mismos conceptos que ban
salido de hoca del odioso tribuna de la harun.rie rusa.
El señor Castelar, despues de pasar en fulgurante rcvisb
las maravillas del progreso, realizadas por el trabajo del hombre sobre la tierra, esclama : ..
" il cu:il ha sido la Ruerte del trabajw.loJ' que creó eRe mun·
do de mara.villas i milagros? Subid al calvario Je la hiRt.oria
i la ver'3is siempre crucificado. En Oriente, a es l):íria, o su
amarga suerte no Re diferencia gran cosa ùe la SHerte del púria; en Grecia, Platon lo sujeta a ciega obediencia; en Romr..,
ni es poseedor Je su vida ni dueño de sus sentimientos. I esos
llOmbres tenidos en cOlldicion de bestias, habian lev:mtado
aquellos templos resplandecientes
en c¡\IC se ocultaba la sail t.i.
dad de Brahama; aquellos renombrados palacios en (lUC vivian
vida sohreuatural
los :Baltasares i los Ciros; ellos amontonan
las pir~,mides quc alzaIl su cúspide sobre el mar de las edades;
construyeron
el Parthenon,
que eucerraba en S\lS armoniosas
línenR el arte griego, i levantaron
en sus brazos el Capitolio,
sepulcro de la antigua civilizacion."
Aparte la diferencia Je lenguaje, que proviene de la diferencia de sentimientos i de educacion, i en quú se diferenci:.m
económicamente las clos doctrinas?
En nada.
Ambas proceden del error de conRiderar el trabajo mauual
si no como superior, cuando ménos como igual al trabajo de :a
intelijencia i al trabajo moral de la previRion, de la enerjía,
del ahorro, de la abnegacion i de la constancia que comhina i
dirije las operaciones de la industria;
i por consiguiente en
apoyar unn. teoría socia.lista que, tomando por patrou de la
remuuemcion el trabajo mas grosero, el trabajo del homb:l'c
298
EL SOCIALISMO
esclavo de ],a naturaleza, abate i degrada al hombre al nivel de
los brutos ..
¡Curiosa ciencia social para el ennoblecimiento de la especie,
ésta que coloca a Jenner al nivel del mozo que vació )11. pústula de donde el jenio estrajo el precioso virus que hoi preserva
a la humanidad de la. deformidad i de la muerte; la que colo •.
ea a Fulton i a Stephenson al nivel del guarda de esta.cion que
camhia las señales o limpia los carriles del camino de hiena;
la que coloca a :Franklin i a Moorse al nivel del peon que clava.
el poste que sostiene el hilo misterioso, que ha dado al hombre
la ubicuidad del espacio; la que ..... pero la relacion seria interminable;
la que coloca al señor Castelar al nivel del tintorera
que ayuda a multiplicar las copias de sus escritos inmortales!
Call perdon del señor Castelar, no fueron los canteros, ni
los albañiles, ni los cerrajeros, ni los carpinteros los que construyeron el Parthenon i el Capitolio, como no son los cajistas
de las imprentas de Barcelona o de Madrid los autores de los
libros con qne el señor Castelar llena el orbe de su fama. No;
moral i económicamente
construyeron
el Parthenon i el Capitolio, los artistas divinos que en esas líneas dejaron esculpidos
los modelos clásicos de la belleza i del arte.
A la doctrina desconsoladora de la nivelacion de las recompensas, rebajada al tipo del trabajo muscular, la ciencia de la
economía, basaùa en el estudio de la naturaleza humana, opoue de mui distinta mll.uem las verdaderas leyes del progreso i
del ennoblecimiento
de nuestra especie. Ella dice al hombre:
Ko ha entrado en los planes de l~ Providencia la idea de
una igualdad absoluta, que es un mero juego de la fantasía. A
las mÚltiples necesidades del hombre, tal como está organizado,
tienen que corrrespollder
forzosamente múltiples i diversas
aptitudes para satisfacerlas.
Pero si no ha entrado en los planes de la Providencia la idea quimérica de la igualdad, sí ha:
entrado b de la libertad individual, pam conseguir por ella el
mayor grado de bienestar en lucha abierta contra el mal. La
competencia en esta lucha del trabajo es la consecuencia necesaria del ejercicio de vuestra libertad. Elejid, pues: o la diferencia de remuneracioll con la. libertad, a la igualdad con la
servidumbre;
i la eleccion no puede ser dudosa. Nadie debe
nacer atado, como en el mundo antiguo, al poste de su destino.
Todos los caminos, sin privilejios, sin obstáculos artificiales de
ninguna clase, deberán abrirse delante de vosotros. liabeis nacido esclavos de la naturaleza i de vuestras necesidades, que
por t{ldas partes os cercan i os agobian; pero luchando, observando, combinando, economizando,
podreis veucerlns, e ir
elevandoos gradualmente
del trabajo rudimental, del trabajo
m~scular, semejante al do la bestia de carga, a las mas !lObles
J
L.\
GLAST-: OBRERA.
categoríns de ese trn.bajo de la intelijencia, que arranca con
el camhio de direceion de una línea en la mecánica, con la
mezcla de dos sustaneias
en la química, con el cambio de Ull
grado de temperatura
en la física, con el poder de una idea,
sus mas reconditos secretos, sus mas poùerosas fuerzas, sus mas
ricos proùuctos a la naturn.leza.
Del un lado estún, pues, la,; quimera,; socialistas de una
nivelacion aberrante,
qne abate al hombre a la condicion de
hestia de car~a; que desprecia su intelijencia, que es su ma.
YOI' i mas poderosa fuerza;
que desprqcia las facultades morales de la prevision, de la abnegacion, de la economía i del
sacrificio, que son sus mas bellos atributos, i qne pretendiendo
horrar la nocion de la responsabilidad
inJividual en la nocion
ùe una responsabilidad
colectiva, concluiria, si pudiera, por
hacer del homb¡:e el autómata í el esclavo del mas degradante
servilismo ..
I del otro está la santa lei natural de la libertad i de la
responsabilidad individual, que eutregando al hombre por suyo
todo el campo de la naturaleza, i la plenitud de sus facultades
físicas, intelectuales
i morales para obrar el bien, señala a la
humaui¿.ad esa escala del tmbajo, de la perseverancia i de la
enerjía, verdadera escala de Jacoh, que desciende del cielo a
la tierra, para que se eleve por ella al ideal de su destino.
Continúa el señor Castelar :
" Abolida hasta sus últimas cOllf:ecuencias la propiedad feuJal; arrancaùo su patrimonio a la Iglesia ; e~critos los derechos
en la conciencia, las libertades guardadas en el corazon, DO parecia sino que de tan jigantescaepopeya,
el Aquíles i el Homero,
que era el pueblo (1), hahia de salir feliz con los atributos de
su soberanía i los despojos de su victoria. Fuerza es decirlo:
no existe ya el esclavo sujeto a ]a voluntad de su señor, ni el
siervo p2gado como el pólipo a la dura roca do naciera; pero
existe el jornalero, acosado por las exijencias del capital, ides.
poseido de todo linaje de derechos."
Lo decimos con positiva pena: este lenguaje solo difiere en
la belleza literaria, pero no en la amargura de las quejas, ni en
la inj m ticia de las acusasiollcs, ni en la exajeracion
de la
li.sor:.ia a las clases popu lares, del que han usado todos los so.
erahstas, i del que usa Bakunin en el discurso a que úntes
hemos aludido. Si el señor Castelar apellida a las clases popu.
lares los Aqllíles i los Horneros, es decir la fuerza, la belleza
i la gloria de la humanidad, i qué deja para los destellos dela
intelijencia i del jenio, que son como los luminares del planeta,
I}lll: para los desvelos i los sacrificios de la sabiduria, que vive
olleorva:b sobre el gran libro de la naturaleza
arrancando sus
f'ecretos a 11 ciencia?
'
300
EL SOCIALISMO
~---------------------Nada ciertamente mas di<tno de la rneditacion del filósofo
ni de la atencion del hombre ode Estado, que el estudio de estos
problemas sociales que se relaciona.n con el mejoramiento
de
la gran masa de la clase obrera, encorvada bajo el peso de un
trabajo abrumador, i mui distante todavía del arado de bienes.
tal' i de abundancia a que la lei del progreso'=' debe llevarla;
pero es preciso cuidarse de no hacer de este asunto una novela,
ni de convertir al obrero en héroe de romance. Aparte de la
aspiracion quimérica de una nivelacion social, que se encuentra
en el fondo de todas las ideas sociali~tas, parten tambien estos
sistemas, del error fundamental de considerar el proùlema del
mejoramiento de las clases populares, como aislado, separado e
independiente
del progreso jeneral de la especie;
cuando en
realidad todos los hombres que viven del trabajo, cualquiera
que sea. su categoría, no forman sino 'mil. sola clase de operarios,
unidos por la indisoluble solidaridad del progreso humano. J;a
verda.dera, la lejítima, la única fuente sÓlida i fecunda del
mejoramiento
de cada clase, es la que se deriva del progreso
jeneral de la especie, bajo el imperio de la libertad.
Todo lo
que no se dirija a buscar el bien económico en las fuentes del
progreso, de la lihertad, del ahorro i de la justicia, DO puede
conducir sino a lo que han conducido las utopías socialistas - nIa perturbacion de esa armonía, a la violacion de los derechos
más sagrados de Ja. liberta.d i de la dignidad natural del hombre, i a retardar el advenimiento de ese grado de bienestar i
de abundancia
que se solicita para las masas desheredadas de
la humanidaù.
Pero la marcha del progreso no es un WU1' de force de la
civili1.acion;
no es negocio de un dia, ni siquiera de un siglo;
no es un paseo a Ja aldea vecina: es la obra lenta, paciente,
constante, de jeneraciones i de siglos.
En vez de mirar impacientemente
hácia adelante, deberia
volverse la vista un poco hácia atras, para no desfallecer, para
tener fe en la accion de la libertad i para no calumniar a la
sociedad.
¿ Qué tienen ùe comun las masas obreras de nuestro siglo,
con Jos proletarios i Jos ilotas de la antigÜedad? Dónde está
el esclavo, dónde está el siervo feudal ~
I en cuanto a satisfacciones, comodidades i bienestar material, i en qué puede compararse, en qué se parece la clase
obrera de hoi, a esas multitudes de mendigos vestidos de harapos, bacinados en asquerosa promiscuidad i alimentados con
fétidas carnes o groseras yerbas, que infestaban los campos i
las ciudades en tiempo de las cruzadas, i hasta hace un siglo
apénas, ántes de que los progresos de la química, de la mecá.
nica i de la industria manufacturera,
vinieran a dotatla de los
I LA CLASE OBRERA.
301
tejirlos de nlgodon, de los muebles, las habitaciones i la alirnen.
tacion, que hoi confunde a esos obreros con las últimas clases
de la bou?'gcoisie? i Quién no ha visto los domingos en las capi.
tales de Europa, priucipalmeute
en Paris, a esta clase obrera,
limpia, aS'3ada, hien vestida, llenar los teatros, los paseos, las
tabernas i los cafés, lleua de [tnimacion i de vida? En qué se
parece la Francia de hoi, a la Francia de Luis XIV descrita
por VauùJ.n en su p1'OyectOde diezmo real, donde se hizo cons.
tar, (por la cual murió Vauban en la desgracia del soberano),
que debajo de aquella gualdrapa luciente del despotismo, no
habia en Francia sino ] 0,000 familias
acomoda<.las, sobre
22.000,000 de mendigos?
Estos son hecbos, no son metáforas.
Pero por mucho que la humanidad progrese, no hai que
olvidar qlle las aspiraciones de nna nivelacion comun i de una
perfeccion absoluta, son, Cl\ boca del señor Castelar, meras
quimeras, meras ilusiones de jeneroso corazon, i en boca ùe
los demagogos, meros temas de especulacion para saciar su despecho i sus vicios. La igualdad i la perfeccion absolutas son
contrarias a la naturaleza humana. Bastaria para convencerse
<.leello una sola consideracion:
que este cielo de las satisfacciones a que el hombre aspira, se retira a medida que se eleva.
la esfera. en que está colocado; que las necesidades crecen con
los goces, i que toda satisfaccion queda inmediatamente
reem.
plazada por un nuevo deseo.
Todas las relijiones, la antigüedad i el cristianismo la han
comprendido así: que el mundo será eternamente el asiento
del dolor; la cual debe confirmar a los hombres sérias, a los
verdaderos amigos de las clases menesterosas, en el convencimiento de que todos los sistemas que no se apliquen a curar
sus male3 en las fuentes del progreso, de la libertad, del tra.
bajo, de la perseverancia i de la economía, son tan est~riles,
como falaces i empíricos.
Analizando las relaciones entre el capital i el trabajo, dice
el señor CasteJar:
" Los trabajadores ponen su actividad, su vida, al servicio
del capital; i cuando la asociacion no existe, la activiùad se
pierde en el tra.bajo, la vida en el vacío."
La última parte que descubre un sentimiento
de simpatía
por la organizacion de la industria sobre la quimera socialista
ùe la asociacion entre el capital i el trabajo, la examinaremos
separadamente;
la primera no es esacta. Los trabajadores,
(comprendiendo
como debe comprenderse bajo esta denomina.
cion, no solo a los operarios de un trabajo manual, sino a. todos
los que concurren con sus facultades industriales a la creacion
ùe los proùuctos), no ponen su actividad i su vida. al servicio
302
EL
SOCIALISMO
del c~pital, sino .al servicio d"e sí mismos, en la obra de la pro.
dUc.cI.on;. tan CIerto como que todos ellos reciben su parte por
nn~lcIpaclOn en la forma de sueldos, salarios a jornales, sin
CUl?arSe d? los res~ltados de esa produccion: puede el empre.
sarlO arrUl~arse. s~n que ellos S? preocypen. ~i se afecten por
esa desgracIIl:; 1 SI la especulaClon deJa utIlIdad, el capital
entra. el últImo a tomar su parte en las ganancias. Si a la
economía política le fuera lícito asumir el tono sentimental del
romance, podria decir que esta Compañía en que nno de los
socios - el obrero - solo toma parte en las ganancias i ninguna en las pérdidas, era un pacto aleatorio, leonino e inmoral,
que dehia modificarse en beneficio del capitalista,
concediendo
a ésto accion civil para el recobro total a parcial ùe los jorna.
les, en todos los casos de pérdida en la especulacion.
Pero la ciencia, basada en la observacion de los bechos i
~n la rigurosa deduccion de principios, sostiene, por el contrario, que las cosas estáu mui bien arregladas de esa manera;
que la industria es uIIa especie de milicia, en que el éxito depende de la unidad de accion, con un jefo responsable de sus
operaciones;
que este jefe es el empresario, al cual debo dejarse en completa libertad para combinar los negocios i para
que triunfe o se arruine bajo su responsabilidad;
i finalmente
que en esta organizacion, la única natural, la única racional,
la única que permite al talento i al jenio desplegar todos sus
recursos i levantar t{)do su vuelo, la forma natural, lejítima i
conveniente del pago del trabajador, es el salario fijo, incondi.
cional e independiente
de los resultados de una empresa quo
él no dirije ni debe dirijir.
Continúa el señor Castelar :
" El capital es un elemento productor, pero el trabajo le da
vida, forma, movimiento, circulacion."
"La masa inerte del capital nada produciria sin el aliento
que la fatiga arrauca al pecho del obrero."
Estas proposiciones son ciertas, pero tambien la son sus
contrarias, la que prneba quo careceu de importancia en la
discusion. Tambien puede decirse:
El trabajo es un elemento productor, pero el capital le da
vida, forma, movimiento, circulacion.
La masa inerte del trabajo nada produciria sin el aliento que el capital arranca al pecho del obrero.
Dice el señor Castelar:
" El capital no es otra cosa que el objeto del t.rabajo, es el
múrmol de que Fidias despierta uu Dios, es la piedra. c?n que
Micruel Anjel levanta el mundo del arte entre la OSCUrIdad de
la tierra i los arreboles del cielo."
El capital es el conjunto de materiales
i de instrumentos
I L.1.C[,.\S~ OllREIU.
i3ú3
de que se sirva el trabajo; el verdadero objeto del trabajo es
la creacion d<3 las riquezas para la satisfaccion de las necesidades, de donde resulta qlle el valor del trabajo no se mide
por la intensidad de la fatiga, sino por la fecundidad del resultado. Tod::.s las teorín.s, todos ios sistemas económicos que se
empeñen en deprimir el capital para enalte~er el trabajo, a
viceversa, proceden de un desconocimiento
completo de las
leyes de la produceioll. En definitiva el capital no es sino 'la
acumulacion, el ahorro del trabajo de a:yer, élue merece tanto
respeto CaIlla el trabajo de hoi. La produccion es el rwnJtado
de la multiplicacion
de estos factores:
capital, industria i
ajeutes naturales;
i no hai ciencia que pueda decir cuál de
esos tres factores tiene más parte en esa multiplicacion.
Solo hai un medio práctico de saber, para los efectos de la
remuneracio::!, cuál tiene Irús parte en el mármol animado
por Indias i en la montaña de piedra convertiùa por :Migu~l
Anjel "en el poema del catolicismo," i es el de dejar que fUllcione en toda su amplitud el principio de libertad, qne no es otro
quo el de la competencia;
dejar que capital i trabajo se estrechen en ese campo, i debatan el precio de sus servicios cn medio de la libertad.
Ni ha sic'o má;; afortunado el señor Castelar en la seleccion
del remedio que 61 considera como la panacea que ha de curar
las miserias de la humanidad
i levantar a la clase obrera al
grado de prosperidad i de abundancia a donde solo pueden Ile.
varla los principios:
" Qué pide, dice, el trabajador, en cambio de SllS servicios?
Asociacion. Como la relijion es la union de las conciencias en
Dios, i el Estado la union de las voluntades en la lei, las asociaciones son la union de las fuerzas.en el trabajo."
Prescindiendo de las comparaciones, que carecen de similitud ide unulojía, porque la union de las voluntades en Dios se
verifica en el campo espiritual de las conciencias, sin sacrificio
humano de ningnna clase, i en las asociaciones políticas que se
llaman Estados, la primero que los asociados deben sustraer ùe
ellas, es el ejercicio de todas aquellas facultades de uso inocente,
que forman el vasto campo de la accion inui vidual; prescindiendo de las comparaciones, decimos, es rigurosamente esacto " que
las asociacic·nes son la union de las fuerzas en el trabajo" ; mas
para que esas asociaciones sean fecundas es preciso que sean
lejítimas: nada vive en el mundo sino por la idea moral; i la
base de toda lejitimad en el campo de lo tuyo i de la mío, es la
libertad de las transacciones.
Por eso las asociaciones de esa
naturaleza, las que reconocen los códigos de comercio de todos
los pueblos civilizados - la anónima, la comandita, la regular
colectiva- han lIel1aJo el muudo coulas portentos de su esfner.
304
EL SOCIAJ.¡S!ltO
zoo Son. ellas, sin necesidad de emplear una sola metáfol'a, las
que estwnden dia por dia los términos del mundo civilizado ti.
los confines de los más remotos. continentes;
ellas las quo mandan sus numerosas naves, sobre todas las costas i sobre todos los
mares, para conducir este inmenllO comercio, que hace comunes
los doues de la. nll.turaleza entre todos los pueblos de la tierra;
cI/as las que colectan gota a gota, por medio de las mas injeniosas combinaciones, los incontables
millones del capital que
alienta i vivifica estas empresas;
ellas las que han nivelado la
tierra con el camino de hierro, para volar sobre ella con la presteza del viento; ellas las que han descendido al fondo de los mares, para colgar de continente a continente, esos hilos misteriosos
que so adelantan al tiempo. en alas de la electricidad;
ellas las
que han dotaclo Il la industria de esos millones de autómatas
que se llaman las máquinas, merced a las cuale~, la sola industria
del tejedor ]Jroduce anualmente, una cantidad de telas suficiente para tapizar diez veces el camino del sol soùre la tierra.
Pero no suponemos que sea Il estas asociaciones libres del
capital i de la -industria a las que ha querido referirse el sofior
CastcIar; no, él se ba referido forzosamente Il las asociaciones
peculiares de la clase obrera, que vamos a examinar:
Sqn las primeras, las que podemos llamar sociedades de
beneficencia a de socorros mutuos, que bajo distintas formas i
diversas denominaciones
tienen por ohjeto proveer con un
fondo cornun, formado por medio del pago de cuotas semanales
a mensuales, a las necesidades de sus miembros o de sus familias, en caso de muerte, enfermedad,
lonjevidad, pérdida de
instrument{)s, siniestros a cesacion de trabajo. Lejítimo, noble,
santo oùjeto, digno de la ayuda de todas las intelijencías
que
buscan el progreso en la libertad, de todos los corazones jene.
l'osas i de la ilustrada proteccion de la lei.
r sinembargo, la mala fe en unos casos, la falta de conoci.
mientas en otros, de parte de los obreros que intervienen en
su direccion, ha conducido a los más lastimosos resultados. Es.
tudiando este asunto, leo eu el Economista de Lóndres de
16 ùe mayo de 1874, pájina 587, que la más importante
de
dichas asociaciones, la llamada" Manchester Unity" que etlen.
ta 426,663 miembros i maneja un fondo anual de £ 10.767,840,
tenia ese año lin déficit de £ 1.343,447, la cual hace proferir
al periódico citado, la primera autoridad europea en materias
económicas, estos sensibles conceptos:
" El resultado, por tanto, es que e¡;ta gran. sociedad que maneja tanto dinero i afecta tan' crecido número de pobres, está
absoluta, completamente
insolvente. I no hai razon para suponer que esta sociedad esté' peor que las demas; por el contrario, probablemente es la mejor, puesto que es l(b primem que
publica sns cuenúbs i que examina su situacioll,"
I
LA CLASE
OBRERA.
30J
Vese, PU01':, quo no ¡¡on tanto los medios Je ahorrar, cuanto
las virtudes que da la eùucacion, la que mas falta hace a la
clase obrera, i que es a este punto al que deoen Jirijirse los Coj·
fuerzas de sus verdaderos amigos.
Viene'u en seguiùa las sociedades de alianza o ligas industriules, cenociùas con el nombre de "Trade's Unions." E.'itJ.'i
asociaciones, que tanto ruido han hecho en el mundo en los últimos 25 aJos, tienen un doble objeto: sou sociedades de ben(;licencia o socorros mutuos, como las llam!lùas "friendly societies," i son alianzas obreras, que es la que las caracteriza. CaIlla
tales, 108 tr3s plll~tos cardinales
ùe su programa son estos:
resistír toda reliuccion ùe salario a aumento de horas de trahajo; ohtener aumento de salario; i atraer a todos los oLreros
a la asociacioll.
Sí lo~ lLiembros de estas asociaciones no apelaran a medía>.
reprobados para conseguir su objeto, habrian estado í estarial;
en su lejítimo dereclJo, porque, como dice Adam Smith, "L
lUas sagrada de todas las propiedades es ésta que cada uno po~ee en su propio trabajo;"
í como a toda otra propiedad, el
dueño de ella está eu su perfecto derecho para buscarle, por medios lejítimos, el mejor prer.io en el mercado del mumlo. Pero su;;
armas favoritas han sido hasta hoi la intimiJacion í b violeucia, por la cual estas sociedades uo han podido contar con ln;;
;;itnpatías de lusjentes honradús, ni de los verdaderos amigos
de la!> clases populares.
l,f'. historia de sus violencias ha quedado escrita en saJlgrícntc.s curactéres ell las calles i en las f:ibricas de Notti~lgham, de Sheffield i de :Manchester. Con efecto, los afiliados
proscrioen, persigucn i castigan de hecJlo, con las JUus eXeCfl1!.Jles violencias, inclusive la muerte:
l.u el jornal por tarca
0
-Fieee wO"l~; 2. la admision o empleo del trabr..jo femenil o
juvenil en competencia
con el del homure adulto; 3.0 los
obreros no afiliados; 4.° la importaciou de trabajo estranjero;
5.° tOt',o aumento de velocidad en el uso de las máquinas o
tc1arC3 -loo'Ti1-spcccl; 6.0 la iatroduccioll
de nuevas máquiu::¡s,
principalmente
de ks llamadas,labou1' sa'ving 1nacldno'?J. i Ne
es éste todo un progr&ma de barbarie, de violencias i de crír.)l~nes '1 .Pue('; ninguu hombre honrado, p¡¡cùe ninguna intelijencia ptwatll al servicio ùe la verdad, puede ·l.illgUU amante del
lJrogr'~so i de la libertad simpatizar con estas asociaciones, mit:lI'
tras ellas persistan Cll DO abandonar el terreno de la violencia ~
El sefior CasteJar puede leer en el interesante libro pu 'Jlicado por :Mr. G. Phillips Bevau, titulado" The Strikes of tbe
last ten years" -las huelgas de los últimos diez l1ÎÍos-presentaùo
a. la wcieùad de E,iadística de L{índres el20 de enero último,
(1880), los resultados económicos de dichas huelgas en sus mÚ~
20
306
EL SOCIALISMO
mmuclOsos detalles. De ese escrito tomamos los siguiente!!
datos:
El número de huelgas ocurridas entre 1870 i 1879 ascendió
:\ 2,352. Estas huelgas hicieron perder 54,162 dias de trabajo;
i suponiendo, el cálculo es moderado, que el término medio del
llúmero de obreros comprometido en ellas no bajara de 1,000,
estimando un jornal con otro a 4 cbelines, ($ I), la pérdida
efectiva no fné de ménos de cincuenta millones de pesos.
N a será pues a estas asociaciones, tal como están constitui.
das, sobre el réjimen de la intimidacion i de la violencia, a las
'llle un hombre como el señor Castelar puede dar el apoyo de
SIlSsimpatías, de su palabra ni de su talento.
Vienen en tercero i Último lugar, las llamadas sociedades
cooperativas, asociaciones de obreros, inventadas o ideadas con
el objeto de suprimir de la organi2acíon industrial el oficio i h\
remuueracion del empresario.
Pero, ¿ lluién ignora que nadie se ocupa ya en el mundo cien.
tífico, ni entre jentes sérias, de semejantes asociaciones, que
debian conducir nccesariamente
a. lo quo conduce toda quime.
ra?
Era la pretension de suprimir la oligarquía de la cabeza i
la aristocracia de la intelijencia
en la. direccion de las operaciones de la industria. El resultado no podio. ser dudoso. El
sistema do la nivelacion 66 estrelló contra las leyes eternas de
la naturaleza,
que se cierran como un anillo de acero sobre
todas las utopías: o las asociaciones eran conducidas por jentes
igualadas por la ignorancia i sucumbían faltas de direccion, o
eran dirijidas por uombres d~ talento, i entónces est08 hombres
~xi.iian la remuneracion olígarquica correspondiente a la rareza
i a la capacidad de sus serviciOll. No hai término medio.
El sistema quedó luzgado eon el ensayo que de fI se hizo
por el Gobierno provisorio de la República francesa despues
,le la revolucion de 1848. La moneda corriente de la época
Nan las asociaciones de obreros, para poner en planta el sistema cooperativo, para suprimir la oligarquía do la intelijell.
cia en el mundo industrial.
I qué sucedió!
El señor Reybaud en su preciosa obra titulada"
Los Eco.
Ilomistas," ediçion de París de 1862, nos ha conservado, fielmente estractados de los documentos oficiales, los resultados
deI ensayo.
La Asamblea constituyente
votó el 5 de julio de 1848 un
préstamo de 3 millolles do francos, destinado a ausiliar, bajo la
vijilancia del Estado, las asociaciones cooperativas entre obre·
l'a;; stÍlos, o entre pa.tronos i obreros. Esta suma fué iumediat:\:nel1te distribuida
ent,re 56 asociaciones, de las cuales 30
307
I LA CLASE OBRERA .
•.
_--~---~----~----------------
..
residiau cu Paris i 26 en los Departamentos.
La mayor parte
de los coutratos de préstamo tuvo lugar en los primeJos meses
de 1849 ; i 18 meses despues, a mediados de 1S50, el Gobierno
se veia obligado a dictar su decreto sobre revocacion de pr~st.amos, por el mal estado en que se encontraban bs empresas
ausiliadas.
Para saber qne las leyes econ6micas se cumplen, la mismo
de éste que del o;ro lado del Atlántico, oigamos en elorijinal
frances, la nota d'3 la pújina 282, con que concluye el capítulo
del libro úntcs citado. Dice así:
"Rien de plus curieux ni de plus significatif que la page
d'observations où sont consignés les motifs ii. raison desquels ces
prêts out été révoqués. Ici, c'est Ull gérant qui emporte la
caisse et les registres de la comptabilité;
ailleurs, cc sont des
infractions multipliées aux statuts. Dans beaoucoup de cas,
illl' y a ni travail positif, ni association sérieuse;
deux ou
trois personnes se partagent
les avances du trésor et en disposent pour leurs besoins jusqu'à épuisement.
Parfois la société
est abandonnée de tous ses membres, et quand on se transporte
au siége qu'etc a choisi, il ne s'y trouve personne pour In. re·
présenter.
En d'autres occassions, il y a dol réel, mauvais cm·
ploi de matiè1es ou suppositions de signatures dans les sous.
(;riptions d'actions: ici des ouvriers sans g{·rants, là des gerants
SRUS ouvriers;
enfin trois faillites légales, ouvertes ou déclarées,
six mois après <les versements importants faits par l'administra.
tion. Une circonstance est encore à noter pour s'être plusieurs
fois reproduite:
c'est que des ouvriers eux.mêmes, convaiucus
cie lour impuis3an8e et voyant leurs fonds s'en aller sans profit,
out demandé a l'Etat de vouloir bien dissoudre leur société et
1100céder le pIns tÛt possible à une liquidation.
"D'après les derniers documents officiels, la liquidation lai.
s~emit j'Etat en pertG do 1.500,000 fraucs, sur les 3 millions de
prGts faits aux associations d'ouvriers en 1848 et 1840D. C'est
payer Ull peu cher nile expérience
qui 11 'etait cloutcuse pour
ancun esprit sensé."
Suplicando a nsted quiera bacerme el honor de ;nsertar esta
carta eu las col umllUS ue su il ustrado periódico, wi con porfeeb. cOllsideracion su mui atento servidor.
do
Ha.sta aquí la carta que apareció en el D'ia1'io
Ound'i.
de 23 de julio tÍltill1o; pero no quiero cerrllrln. para
c.3te libro, sin agregarle nnas pocas consideraciones, à~stilll\ÙaS
:lo delinear,
sOllleralllente, bs faces características
i ln. marcha
del progreso jeneral de b especie, Cll el sella de la libertad
nanW1'C(t
308
EL SOCIALISMO
individual, del cual es que debe esperarse el mejoramiento '<le
la condicion econ6mica, intelectual i moral de las clases po_
pulares,
Este progreso es de ayer, porque no ha nacido sino con la
_aplicacion del vapor a la maquinaria de esplotacion, i princi_
palmente a la locomocion; i ya se ve el cambio prodijioso
efectuado en la produccion, en las condiciones del t,rabajo i en
la organizacion de la industria; i se adivina claramente la
revolucion que ese movimiento va a efectuar en la distribucion
i en los consumos. Ciego el que no la ve: la raro es que no lo
vean los que están en Europa, i que la veamos aquí, desde la
América del Sur, á donde no ha llegado.
LaS faces características de esta revolucion eConomICa son
tres: lo" La accesion de todas las clases, hasta las más ínfimas,
a los bienes i comodidades de la riqueza, por el estraordillario
incremento de la produccion i por la. ínfima baratura a que
salen los productos fabricados con la ayuda de esos autómatas
que trabajan por salarios intinitesirnales: la fotografía, la
oleografía, la telegrafía, la litografía, la imprenta, la máquina
de cocer, las máquinas de hilar i tejer el algodon, han puesto
al alcance de las últimas claces sociales, comodidades, placeres
i fruiciones que eran ántes el pri vilejio de los potentados de la
tierra; 2: La anula.cion c¡reciente del trabajo muscular, del
trabajo de bestia. de carga, impuesto al trabajador ántes del
progreso, i su reemplazo por el trabajo intelectual i moral dû
la atencion i de la vijilancia, a que van quedando reducidas
las funcionefl del obrero en el taller moderno. Por todas partes,
'mutatis 'mutandi, el carguero pasa a la. categoría de guarda
o vijía de un camino de hierro. Hasta en el oficio bárbaro de
la guerra, la invencion de las armas de fuego Ila operado este
cambio. Las antiguas armas -la clava a maza- hacian insepara.
hIe el valor, de la pujanza, de la ajilidad i de la. fortaleza
física. El héroe de Hornero no podia ser otro que Aquíles.
Hoi el valor físico queda reemplazado por el valor moral; i el
héroe de la epopeya moderna puede encerrarse en el mas
débil, enfermizo i frájil organislllQ físico; i 3. o La dislocacioll
de los grandes centros de poblacion, para buscar el nivel del
trabajo i del salario en el mercado del mundo, merced a la
rapidez, a las facilidades i a la baratura con que pueden efectuarse los viajes por las modernas vias de comunicacion.
La antigÜedad no conoció sino la emigracion de lejiones de
bárbaros, que invadian los paises civilizados, para. establecerse
en ellos, despues de a:sesinar una parte de la poblacion i reducir la otra a la esclavitud. Hoi es el exceso de la poblacion
industriosa de Europa el que emigra, a razon de 500,000 almas por año, para venir a. establecerse pacíficamente en las
1 L.\. CLASE onnER.\.
;;O~)
('i\lÙUlbs i en los ùesiertos
del nuevo mundo. Son lo~ c-Jlir:.OF'
']Ile emigran por millones a. todas partes, los (lue desnlojan ell
>iU proria. casa. 3.1 robusta 7Janbe, i la obligan
a petlir projet;.
t:ion contra la habilidad, la economía, la frugalidad
i ln. pa.
ciencia de su ri val.
Sin ser profeta, puede anunciarse que dentro de un +:10.
que es uu dia en la marcha de la humanidad, elmulldo cst:1l;~
¡rasformado,
ln. miseria, como lepra social, habrá dcsupnrct;i¡l(¡
de la tierra, i los sistemas de organizacion
artificial ù() Jr, so..
eicùad, ahogados por el progreso, Se recordarán
tan solo ell In!'
l1iùliotocuE, como UJiO de tantos estravismos <rue La Eufrido el
inicio delltombrc,
cn su afan pOI penetrar los are~U1Osde s·,
destino i adelantarsc al fin ùe su carrera.
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