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AÑO IX
NÚMERO 9
JUNIO 2009
A caseta d
de a Coroneta
de Carpintero
Morse y guerra
en el Puerto
Roma, Santa Eurosia
y el ángel músico
Enterramientos en el interior de
la iglesia de Yebra de Basa
O Zoque
a s o c i a c i ó n
Junio 2009 • número 9
c u l t u r a l
2
Sumario
Editorial .................................................................................................... 3
Prólogo
Alfredo Boné Pueyo.................................................................................... 4
Pueblos y monasterios desaparecidos de Ballibasa y Sobrepuerto: Isuala
José Miguel Navarro López......................................................................... 5
A caseta de a Coroneta de Carpintero
Félix A. Rivas ............................................................................................. 7
Morse y guerra en el Puerto
Enrique Satué Oliván ................................................................................. 9
Antiguos lugares de sobrepuerto: Ayerbe de Broto
José María Satué Sanromán ...................................................................... 13
Calamocha estrena imagen de Santa Orosia
Ricardo Mur Saura ................................................................................... 16
Yebra de Basa y la carretera que le une al mundo (y II)
Jesús Castiella Hernández ......................................................................... 17
Pastorada Santa Orosia 2009 .................................................................. 21
Enterramientos en el interior de la iglesia de Yebra de Basa:
Graciano Lacasta Estaún........................................................................... 25
Más reliquias de Santa Orosia: Ambel y Belver de Cinca
Ricardo Mur Saura ................................................................................... 34
Postales
Jesús Castiella Hernández ......................................................................... 35
Sucesos precedentes a la muerte de Mosen Benito Rocatallada
José Ángel Gracia Pardo ........................................................................... 36
Por as bals do se mete ro sol
Pep Coll (traduzión de Óscar Latas Alegre) .............................................. 37
“Aire fresco y una ardua ascensión”: Violet Alford en Yebra
Mariano Pujalá Torralba ........................................................................... 38
Roma, Santa Eurosia y el ángel músico
Manuel Tomeo Turón............................................................................... 42
Noticias de O Zoque. ................................................................................ 45
Reseñas bibliográficas ............................................................................... 46
O Zoque
Asociación Cultural Ballibasa y Sobrepuerto
C./Las Roseras, s/n • 22610 Yebra de Basa (Huesca)
e-mail: [email protected]
© O Zoque, Yebra de Basa (Huesca) 2009. Todos los derechos reservados. Esta publicación no puede ser
reproducida, ni total ni parcialmente, ni registrada en, o transmitida por, ninguna forma ni por ningún medio
sin el permiso previo por escrito de la Asociación Cultural Ballibasa y Sobrepuerto O Zoque.
O Zoque no se identifica necesariamente con las opiniones expresadas por sus colaboradores.
D.L.: HU-506-2000
Diseño: UTM Desarrollos
Foto de portada: Romería de las Escoronillas.
Obras efectuadas en el camino de Santa Orosia en 2009.
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O Zoque
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La cadena del progreso
ue no espere nadie que esta editorial sea una
contestación a las descalificaciones vertidas
sobre los ‘cuatro amigos’ de O Zoque que representan
a 413 socios. No. Nos negamos en redondo a entrar
en ese juego destructivo. Muy al contrario, ésta es
una editorial de agradecimiento a todos los que
desde muy diversas vías muestran su interés por
la conservación de la tradición y se esfuerzan por
construir un proyecto de desarrollo cultural de
futuro en nuestra zona.
or parte de nuestra asociación estas dos premisas
son un referente, la construcción de un futuro,
partiendo de las bases de la tradición. Siempre hemos
intentado la búsqueda de soluciones positivas que
las aunaran con nuestro compromiso en todo lo que
hemos acometido, aunque en muchas ocasiones no
fuera la vía más fácil. Nunca se habrían recuperado
las banderas en varios núcleos de Sobrepuerto,
Valle de Basa, Galliguera y en este último año, la
de Biscarrués. Nunca se habría rehabilitado el pozo
nevero, reconstruido la iglesia de Espín o se habrían
iniciado las costosas obras en el Camino de Santa
Orosia que este año se pueden ya contemplar y
recorrer. Nunca podríamos haber implicado a tanta
gente que invierte su conocimiento y su tiempo
en escribir en esta revista. Nuestro más sincero
agradecimiento.
onocíamos de la dificultad de la declaración de
un lugar tan singular y emblemático como el
macizo de Santa Orosia y Sobrepuerto como Paisaje
Protegido. Sabíamos a qué nos podíamos atener
pero nunca nos desanimamos y no por ello dejamos
de hacerlo desde el altruismo, con el único beneficio
personal de la tranquilidad de conciencia. Pensábamos
en los indudables beneficios socioeconómicos que
contrae esta figura de protección y, simplemente,
continuamos adelante por el orgullo de sentir que
nuestra tierra, pese a su fragilidad, es especial y así
debe quedar reconocido por las instituciones.
l tiempo ha dado a nuestro Monte el valor que
tiene verdaderamente. Los hombres pasamos
y lo único que somos capaces es de contemplar y
mantener lo que nos ha sido legado, por eso no
podemos romper la cadena que llevan forjando
desde generaciones nuestros antepasados, porque la
dureza de esta cadena está basada en la tradición y
es inquebrantable.
or nuestra parte, por supuesto, reiteramos
nuestra intención de diálogo y abrimos las
puertas, otra vez más y las veces que hagan falta, para
todo el que quiera conocer en qué consiste y qué
consecuencias traería la declaración del macizo de
Santa Orosia y Sobrepuerto como Paisaje Protegido.
Es nuestro deber y nuestro compromiso con la
tradición y el progreso de nuestra tierra. Es nuestro
pequeño eslabón en la cadena.
O Zoque
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Prólogo
enía muchas ganas de subir a Santa Orosia.
Sabía lo que representaba para Yebra, el Alto
Gállego y la Jacetania por amigos, artículos
y libros, pero nunca había encontrado el momento.
Así que fue para mí un placer subir caminando desde
Yebra hasta Santa Orosia, con la compañía de amigos
naturalistas, como José Luis Latas o Eduardo Viñuales,
y compañeros, como el Agente de la Protección de la
Naturaleza, Carlos Tarazona.
A la bajada, mantuvimos una reunión con el
ayuntamiento y la asociación O Zoque, donde se
pudo palpar la voluntad colectiva por proteger ese
espacio, auténtico legado natural, histórico y cultural
que, más allá de lo espiritual, es toda una montaña
mágica desde tiempo inmemorial para quienes viven
en su entorno.
Hasta hace bien poco, eran “los de medio ambiente”
quienes planeaban la protección de espacios “desde
Madrid o Zaragoza” y lo acometían sin contar apenas
con la gente del territorio que, con razón o sin ella,
tendían a oponerse, muchas veces por no haber sido
suficientemente informados, considerados o tenidos
en cuenta. Por fortuna, eso cambió hace tiempo. Los
planes de protección se dialogan, se consensúan tras
amplios procesos de participación.
Y lo que es más importante: las propuestas de
Panorámica de Otal
protección
parten ya del territorio, conocedor de que
desde la ermita de
pertenecer
a
la Red Natural de Aragón, lejos de ser un
San Benito (Erata)
mero factor limitante al desarrollo, supone ante todo
una marca de calidad y una fuente de ingresos que
contribuye sin duda al desarrollo socioeconómico del
territorio. No hay más que ver el auge de los pueblos
de la zona de Ordesa o de la Sierra de Guara para
comprobarlo. Santa Orosia y Sobrepuerto, como el
nacimiento del río Pitarque o las ampliaciones de
San Juan de la Peña-Monte Oroel, Moncayo o los
Pinares de Rodeno, han venido ya a propuesta de la
propia gente del territorio, lo cual, como consejero
de Medio Ambiente, es toda una satisfacción.
Quiero aprovechar esta oportunidad que me
brinda O Zoque para agradecer a los vecinos,
asociaciones, ayuntamientos y comarcas del Alto
Gállego y Sobrarbe su apuesta por este espacio de vida.
También al personal del Departamento de Medio
Ambiente que está haciendo posible esta realidad,
encabezados por el secretario general técnico, Roque
Vicente, la directora general de Desarrollo Sostenible,
Anabel Lasheras, el exdirector, Alberto Portero, y el
director del Servicio Provincial, Inocencio Altuna.
Con el necesario consenso con el territorio, vamos a
poder hacer muchas cosas en beneficio de todos.
Alfredo Boné Pueyo
Consejero de Medio Ambiente del Gobierno de Aragón
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Isuala
Pueblos y monasterios desaparecidos en Ballibasa y Sobrepuerto
(continuación)
José Miguel Navarro López
ISUALA
Etimología del topónimo:
Del latín INSULA “isla”, en el sentido de “lugar
aislado”.
Acceso y situación:
os posibilidades, a cuál más atractiva... y
problemática.
La primera, desde Oliván, por pista restringida
(llave y permiso en el Ayuntamiento de Biescas) hasta
el cruce de pistas conocido como Cruz de Basarán.
Una vez allí, coger la pista que lleva a Basarán para
dejarla inmediatamente y tomar un desvío que sale
a la izquierda. La pista, en dirección norte, llanea
entre campos repoblados de pinos al principio y tras
dos o tres curvas inicia un fuerte descenso que nos
llevará al cauce del barranco Forcos. Antes de llegar,
fijarse a la izquierda en un gran desprendimiento de
tierra y rocas encima de una curva a la derecha y una
contracurva muy cerrada a la izquierda. Nada más salir
de ella, en el talud izquierdo de la pista aparecen al
menos ocho sepulturas de laja. Allí presumiblemente
se encontraba el pueblo de Niablas que veremos en
otro número de la revista.
Para llegar a la Isuala, seguir bajando por la pista
hasta cruzar el Forcos y subir al pueblo abandonado
de Escartín.1 Desde allí, iniciar un largo y penoso
flanqueo por la falda del pico Manchoya en dirección
Este -aprovechando aterrazamientos y viejos caminos
perdidos- hasta ver las edificaciones. Sin camino,
dirigirse hacia ellas. Si se va andando desde Oliván
son dos días de camino.
Para la segunda opción, más corta, debemos
dirigirnos al valle del río Ara y desde Oto, coger una
pista que al principio sigue el trazado del río Ara por
su orilla derecha y a la altura del barranco de Ayerbe,
Antigua casa de Isuala convertida en corral
inicia un fortísimo ascenso hasta llegar a Ayerbe de
Broto. Una vez en el pueblo, coger una senda que,
en ascenso y dirección Oeste, sube al puerto. Rodea
por el sur un gran espolón rocoso en cuya cima se
encuentran los restos del poblado. 2
Para ambos accesos, necesitaremos una excelente
planificación del tiempo y un mínimo conocimiento
del terreno ya que, salvo Bergua, no hay pueblos
habitados en muchos kilómetros a la redonda y
los accesos son penosos, incluso para vehículos
todoterreno. Tener mucho cuidado con el agua en
Portalada antes de su
época estival.
desmantelamiento
Coordenadas U.T.M. 30T YN 330 148 Alt. 1490
m.s.n.m. (Casas de Isualda)
Descripción del yacimiento:
arte de los muros de los edificios todavía persisten,
(se pueden ver ventanas aspilleradas), aunque
algunas paredes de lo que debieron ser edificios
auxiliares, fueron convertidas en límites de campos y
algunas de ellas fueron aprovechadas para construir
alguna borda.
La iglesia, se conserva en perfecto estado. Fue
convertida en una gran borda con dos alturas, aunque
se aprecia perfectamente el uso original. Presenta
planta cuadrada, con ábside plano y orientada al
Este. La portalada, de gran interés, constaba de arco
de medio punto dovelado, con una moldura interior
que arrancaba de la base de las jambas, donde
podemos apreciar un cordón. En la clave, e idéntico
al que encontramos en la iglesia de Bergua, se podía
leer JHS, el anagrama de Cristo. 3
Al sur de las construcciones, todavía se distinguen,
los muros semienterrados de una pequeña iglesia de
planta románica. Se trata de uno de los despoblados
mejor conservados, no sólo de Sobrepuerto, si no de
toda la comarca del Alto Gállego.
Iglesia (S. XVII) con la portalada desmantelada
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Sillares de la
iglesia románica
Historia: 4
urante, al menos los siglos XIV-XVI, su iglesia era
anexa a la de Bergua teniendo dos casas en el siglo
XV.
Tenía dos fuegos en 1495, 1543 y 1609, uno en
1646 figurando como despoblada en 1785.
En una memoria manuscrita de Domingo José
Escartín, rector de Bergua, Ayerbe y la Isuala y
descendiente del lugar de Escartín, éste escribía: Fue
Aysuala y era el año 1590 población de once casas todas
con gente (...).
En 1674, estaba habitado por dos familias
constituidas por Pedro Acín (1640-1692) casado
en primeras nupcias con Ana Escartín († 1682) y
después con María de Bergua († 1693), y sus cuatro
hijas: María Benita, Juana, Gracia y Orosia.
La otra familia estaba formada por Jaime Acín
(1636-1704) y Gracia Ferrer. Ambos cabezas de
familia eran hermanos y como la segunda familia
murió sin descendencia hicieron heredera a su sobrina
María Benita.
Esta mujer casó en Escartín el año 1695 con Miguel
Allué, momento en que se deshabita definitivamente
el lugar.
A partir de este momento, se inician una serie de
pleitos por la posesión de los pastos entre los herederos
legales y los racioneros de Oto, que reclamaban
las tierras por haber prestado dinero a los antiguos
habitantes y no haber sido devuelto.
1
A Escartín se puede llegar también desde Basarán por
un sendero acondicionado o desde Bergua mediante
senderos balizados. La descripción que se hace es para
llegar, lo más cerca posible, con vehículo. En este caso será
imprescindible un todoterreno.
2
La opción más corta para ir andando es desde Bergua.
Allí dejamos el coche, bajamos al Forcos y cogemos, a la
derecha, un camino que, indicado, nos lleva a Ayerbe de
Broto. Desde aquí seguir las indicaciones del texto.
3
Esta portalada todavía la pudimos fotografiar intacta
hace pocos años. En la actualidad está desmantelada y
Por otra parte, se documenta en 1682, la entrega
de diversos objetos litúrgicos al rector de Escartín,
mosen Felipe Lafuente: (...) Felipe la Fuente recibió y
puso el sacramento en el altar en Aysuala en 10 días del mes
de setiembre de 1682, con toda solemnidad, en presencia
de mi Vicario de Ayerbe mosen Pedro Maza de Lizana y de
mi mosen Sebastian Vallés Retor de Bergua, con asistencia
de muchos otros (...). A continuación se enumeran los
materiales entregados: misales, un manual, la sacra,
los incensarios, ocho tablas de manteles, dos albas
con sus cíngulos, los corporales, dos casullas, el paño
de muertos, la campanilla, un plato de lámpara, un
cáliz dorado, una casulla de terciopelo bordada de
oro, la cruz de plata dorada y reliquias de San Babil
y Santiago.
Durante los siglos XVIII y XIX se recrudecen
los enfrentamientos. Multitud de pleitos entre
los herederos, los vecinos de Escartín y los vecinos
del valle de Broto se hallan documentados por
pastar en zonas supuestamente propiedad de los de
Oto, apresamientos de ganado... Esta situación se
mantiene hasta principios del siglo XX en que las
dos familias de Escartín, parientes de los últimos
habitantes de Isuala, compraron la mayor parte de
las tierras, repartiendo el resto del monte entre los
demás habitantes de los lugares vecinos.
Etnología:
os abuelas sobrevivieron de una peste también
en el pueblo de Isuala. Mendigaron asilo en el
vecino pueblo de Escartín donde fueron acogidas.
Una en Casa Pedro Escartín y otra en Casa Royo.
Por eso, la mayor parte de los terrenos del antiguo
pueblo pertenecían a estas dos casas. El resto fue
repartido en “suertes” para los demás vecinos. Los
pastos se explotaban de forma comunal.
Esta leyenda, era argumentada para defender los
derechos de explotación de Escartín frente al vecino
lugar de Ayerbe de Broto en numerosos litigios por la
pertenencia de las tierras.5
dispersa por los alrededores. Al principio pensamos que
podría ser fruto del expolio (otro más de los muchos que
ha habido...) pero en nuestra última visita vimos que la
puerta fue derribada por las vacas al rascarse.
4
La información histórica íntegra sobre este despoblado la
encontramos en el interesante artículo de José M. Satué,
La pardina de la Isuala en “Serrablo” Nº 98 y 99, diciembre
1995 - marzo 1996. Aquí nos limitamos a reseñar los
acontecimientos que consideramos más importantes.
5
Satué Sanromán, J.M. Sobrepuerto, naturaleza en silencio.
Ed. Autor. Zaragoza 1999. Pág. 91.
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A caseta de a Coroneta de Carpintero
Félix A. Rivas
erditos por o mon d’o termino munizipal de
Yebra de Basa en hai un camatón de tresoros
en grau periglo d’enruena. Son construzions,
casetas y buerdas, que os labradors y os pastors d’antis
más debantón pa cubillar-sen en algunos intes d’o
treballo suyo, emplegando cosa más que as piedras, o
bardo y a madera que alcontraban en o suyo alredor,
as suyas propias manos y, profés, a tradizión replegada
de chenerazión en chenerazión y l’inchenio y abilidá
de cadaguno.
Una contrimuestra eszeuzional d’iste patrimonio
ye a cuasi inedita Caseta de Carpintero, situgada en
a Coroneta de Carpintero, en as faldas d’a sierra de
Purtiello. Ista caseta ye eszeuzional en primer puesto
porque ye a unica caseta de planta zircular y cubierta
de bobeda que se conoxe en toda ra Ballibasa,
fueras d’o clamau Casetón d’os Romeros d’o que
charraremos dispués.
O suyo puesto ye en a coda noroeste d’una suabe
cresta entre dos laderas con endrezera NW-SE, a’l
canto d’un pino de tamaño meyano. A suya entrada
ubre ta un amplo prau que s’estendilla en a ladera
dica rematar en un conchunto d’antiguas faxas güei
bestidas de pinos, caxicos y buxos.
O suyo tamaño risponde á un zirclo de, alto u
baxo, 2´6 m. de diametro interior y 3´15 m. pa
l’esterior. Isto fa una superfizie interior aprofeitable
d’unos 5 m2 que podeba permitir a presenzia de
barias personas y, talmén, d’o suyo emplego p’alzar
algunos trastes. En l’interior, l’alzaria masima ye de
1´75 m. por o que seguro que os que bi entraban no
yeran guaire tiempo drechos.
As suyas paretes son de losas de piedra d’arena de
tamaño pro irregular, con bellas falcas en os güecos
Interior d’a bobeda
que quedan entre ellas, y sentadas a piedra seca, u
siga, sin garra argamasa entre ellas. A suya reziura
ye de 55 zm. Solo que alguna pieza ye treballada y,
más que más en os costaus d’a puerta, en hai algunas
llabes que ocupan toda l’anchura d’a paret y le dan
mas fortalera.
Pa l’interior, a cubierta ye de bobeda (que ye o
mesmo que en castellano dizen “falsa cúpula”). Á
l’altaria mayor d’a entrada, as paretes se prolargan
y ban bolando pro enta l’interior formando unas 7
ringleras de losas que rematan en un forau d’unos
30 zm. de diametro tapau por una losa bien plana.
Cara l’esterior, o tejau tiene forma de capuchet y ye
fecho de piedras embueltas con yerba u tasca. Tiene
antimás alredor un curioso alerau de losas orizontals
que salen unos 10 zm. d’a paret.
A entrada ubre perpendicular respeutibe á ra
costera y s’orienta ta 30º NE. Tiene 1´45 m. d’altaria
y ra suya amplaria ye mayor enta difuera que t’aintro.
O suyo cabezero ye una gran losa plana de 90 zm.
de larga, y antis más tenió una puerta que ubriba ta
l’interior á tamas de que agora no’n queda gota.
En as paretes d’aintro se beyen cuatro foraus u
bentañons que güellan ent’os costaus norte, oeste y
sur por ande s’estendilla ra costera. Encara que to
l’interior ye bien labau por l’agua que escorre d’a
llubia, en algunos rincones agún quedan as tacas
afumadas de cuan se feba fuego.
O suyo estau de conserbazión alticama dende a
primer güellada por o perigloso grau d’enclinazión
d’as losas interiors d’a cubierta. No parixe fácil
atrapaziar-ne pero si no se fa cosa ye zercano l’inte en
que se espalde. Talmén una soluzión estaría colocar
Bentañón
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Caseta d’a Coroneta
de Carpintero
Planta y corte
d’alzau
unos puntals durante que aguante pa conserbar-ne
por agora y, cuan siga posible, esfer a cubierta pa
bolber a refer-la d’a misma traza.
A funzión prenzipal d’ista caseta yera posiblemén
a de cubilar fren á o frío, a llubia y os andalozios en
algunos intes d’o suyo treballo a ros miembros de Casa
Carpintero ocupaus en as custions d’o campo u a ro
pastor que, grazias a os bentañons d’a caseta, podeba
alufrar o suyo rabaño enta todas as endrezeras.
Por l’emplego en a suya construzión solo que de
piedras y bardo, y por a suya particlar cubierta de
bobeda, cal contimparar ista caseta con atras parexidas
d’a redolanza. A más zercana yera o clamau Casetón
d’os Romeros que yera dezaga d’a Ilesia o Puerto, pero
no yera de planta zircular sino cuadrada, teneba un
banco corrido en o suyo interior y, más que más, yera
mucho más grande ya que podeba cubilar más de 30
personas. Tarcual, pero más chiqueta, ye alguna de
Tierra de Biescas y, más parellana a ra de a Coroneta
de Carpintero ye algún exemplo d’A Mangueta de
planta zircular pero con tejau esterior de losas. Un
siñal más lexos ye o conchunto de casetas pastorils
de Sallén de Galligo con a mesma planta y mena de
cubierta que ra de a Coroneta de Carpintero, y as
d’o Campo de Chaca y a Garzipollera que son cuasi
todas cuadradas y con tejau de losas encara que as
de Bellanuga y Canfrán gosan ser de tejau de forma
conica rematau en tasca.
A teunica de construzión d’a piedra seca con
cubierta de bobeda ha cundito en l’arquiteutura
popular de l’aria mediterranea asinas como en
l’estremo ozidental d’Europa. As suyas prenzipals
bentachas respeutibe a ras buerdas de tejau de madera
y losa son que puede ser construida por una sola
persona sin cuasi trastres y, más que más, que ebita
o periglo d’inzendio fendo fuego en o suyo interior.
Algunos autors han quiesto meter-la á beta d’algunas
construzions megaliticas d’a Preistoria pero más bien
se trata d’una teunica tan simpla y azesible que ha
puesto estar periodicamén xublidada y reimbentada
en diferentes puestos. En o caso d’as casetas d’a
redolanza se sabe á punto fijo que estión construidas
mayormén entre a mitá d’o sieglo XIX y o segundo
terzio d’o sieglo XX, por o que podemos abenturar
una data parellana p’a nuestra caseta d’a Coroneta de
Carpintero.
Más informazión sobre ista mena de casetas en:
BIARGE, Fernando. “Las casetas pastoriles de falsa bóveda del Valle de Tena”, Temas de Antropología Aragonesa 2 (1983).
GARCÉS ROMEO, José; GAVÍN MOYA, Julio y SATUÉ OLIVÁN, Enrique. Arquitectura popular de Serrablo. Huesca, Instituto de Estudios
Altoaragoneses, 1991.
LACASTA ESTAÚN, Graciano y otris. El camino de las ermitas. De Yebra de Basa al Puerto de Santa Orosia. Yebra de Basa, O Zoque
Asociación Cultural, 2008.
RIVAS, Félix A. “¿Y eso de las casetas de falsa cúpula, qué es?”, La Estela 6 (2001). “Casetas, casetas y más casetas en La Jacetania”,
La Estela 11 (2003).
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Morse y guerra en el puerto
Enrique Satué Oliván
unque no lo crean, la fuente de Santa Orosia
en verano es un lugar de lo más cosmopolita.
Hubo unos años en los que pasaba más de
una semana por aquellos parajes y que cuando quería
conversación, sólo tenía que acercarme a la fuente con
la excusa de llenar unas botellas o limpiar un plato.
Sabías cuándo marchabas a la fuente pero nunca
cuándo ibas a regresar.
Allí he hecho amistades con peregrinos, con
cicloturistas, con pastores, con paisanos de la tierra y
también con antiguos combatientes de la guerra civil
que, de un modo u otro, estuvieron en el puerto y
querían recordar.
Uno de ellos fue Valentí Fabrés y Cardona, un
enamorado de la montaña que se enroló en los
Batallones Alpinos de la Generalitat.
Natural y vecino de Tarrasa, llegó al puerto un
buen día de agosto del año 2000 con unos amigos,
para recordar los intensos meses que pasó por estas
montañas durante la Guerra Civil.
Desde el comienzo, el amigo Valentí se mostró
muy afable y, como no tenía mucho tiempo, me
prometió que me enviaría unas notas sobre su estancia
durante la guerra en el puerto de Santa Orosia. Y así
ocurrió, cumplió lo acordado.
A su primera carta yo le respondí con una pequeña
encuesta y él me contestó con un texto más amplio
que el primero.
Como yo le pedía, él me envió la mayor parte de los
escritos en catalán. Fruto de esta correspondencia es
este texto en el que fusiono y organizo la información
con el mayor respeto y fidelidad.
En el 2001 Valentí me contaba que el C.E.T, el
Centre Excursioniste de Terrassa, al que él pertenecía
de modo activo, llevaba 52 años organizando
campamentos de verano para familias y que, después de
haber probado en muchos sitios del Pirineo Aragonés
y Picos de Europa, aquel verano querían instalarse en
el valle francés de Azún, en las faldas del Balaitus.
Valentí, a sus ochenta y tres años se mostraba
entrañable, en plena forma y cargado de ilusiones.
Sirva este pequeño artículo como agradecimiento a
su actitud vital. Queda para otra ocasión el transcribir
cómo vivió la guerra en el Puerto otro combatiente
que lo hizo desde el otro bando.
En ambos casos preocupa más el testimonio
humano y su cosmovisión, que el rigor histórico,
porque, al fin y al cabo, casi siempre, los que
ocasionan las guerras y los que las estudian no han
pisado sus trincheras.
a historia comença amb l´arribada a Boltaña de
quatre estacions d´óptica…
La historia comienza con la llegada a Boltaña de
cuatro estaciones de óptica. La finalidad era aumentar
las comunicaciones a través de estas estaciones, pues
hasta la fecha sólo se comunicaban los republicanos
por teléfono en un terreno muy accidentado y extenso,
situación que propiciaba el que se cortasen las líneas con
mucha frecuencia.
Llegué los primeros días del año 37 al sector de la
130 Brigada mixta. Estuvimos haciendo prácticas
ópticas por Laguarta, Santa Marina y Boltaña y, de
allí, marchamos a Santa Orosia. Al final, contaré una
experiencia entrañable que tuve aquellos días por el
valle del Guarga.
Llano y ermita de
Santa Orosia, 1938.
Museo de Bielsa/
Fototeca, Diputación
de Huesca
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En los Batallones Alpinos –de donde yo procedíahabía muchos excursionistas y, también, bastantes amigos
míos. Sus mandos fueron postergados al ser integrados
en las brigadas 72 y 102 porque éstas eran comunistas.
Los Alpinos chocaron con el Teniente Coronel de la 72
brigada que se llamaba Beltrán y era de Jaca.
Desfile en Barcelona
de las Milicias
pirenaicas
Pero vayamos a la vida en el Puerto, que es lo que
nos interesa.
Antes de seguir diré que las comunicaciones por radio
no existían, pues la 43 división aún tardaría unos meses
en tener una emisora. Aquello sería a finales del 37 o
enero de 1938.
El jefe de la estación óptica se llamaba Martín De
Gracia y era de Mora de Rubielos, de la provincia de
Teruel. Era rubio y muy rojo de cara. El teniente de
Transmisiones era un maestro aragonés que se apellidaba
Bosor. Tenía este cargo porque había hecho el servicio
militar en África y en aquel desempeño.
Desde el Puerto Orosia nos comunicábamos por
óptica con un pico pequeño que había junto a Villobas y
que se llamaba el Buche.
En aquel entonces las estaciones
contaban con medios ópticos y de
telegrafía que se combinaban.
Nuestra convivencia con el
batallón de maestros, el de la
FETE, era muy buena. Aquella
gente era un personal estupendo
y generoso. Pertenecían a la 136
Brigada.
Esta unidad cubría desde encima de la carretera
de Villobas, por Santa Orosia o Puerto Orosia, pico
Oturia, pico Erata –que hay una pequeña capillatúnel de Cotefablo, hasta Bujaruelo y Ordesa, que lo
custodiaban los carabineros.
La fuerza militar en la zona aumentó a mediados
del 37 como consecuencia del descalabro del Cuerpo de
ejército italiano en Guadalajara. De allí vendrían la
brigada 72 y, también, la 102, a las que se les añadirían
un par de batallones de las Alpinas de la Generalitat
de Cataluña que se diluyeron entre las dos brigadas
anteriores para crear, en conjunto la 43 División.
En la Brigada 136 había un batallón de Izquierda
Republicana procedente de Cataluña y cuyo corneta
había cumplido antes esa función en la Cruz Roja de
Tarrasa. Era un hombre muy pequeñito.
El actor principal del pueblo era el “canonet”, el
cañoncito del 7,5 que disparaba hacia Sabiñánigo.
Había muchos problemas con él, el principal era
encontrar el ángulo de tiro pues, al ser de un solo disparo
y tener que estar escondido, no había posibilidad de
rectificación. Yo la verdad es que nunca vi que acertase,
sería por la dificultad de lograr ángulo de tiro o porque
los artilleros no sabían más.
La pieza estaba situada en una vaguada muy
pequeña que había en medio de la explanada.
La munición subía a lomos de mulo desde Fiscal y
la pieza se ocultaba de las pasadas de la aviación con
planchas del césped alpino que corona el puerto.
Aquel cañoncito sólo disparaba cuatro o cinco veces a
la semana y un solo tiro cada día.
Los que se ocupaban de la batería –no quisiera
equivocarme- me parece que eran vascos
Todas estas cosas hacían que en la fábrica francesa de
Sabiñánigo pudiesen estar muy tranquilos.
Recuerdo especialmente la complejidad de los
trabajos de transmisiones. Desde allí duplicábamos y
triplicábamos la comunicación telefónica.
El santuario servía como puesto de comandancia
para la zona al tiempo que albergaba una cocina que
también nos suministraba a nosotros.
Recuerdo que no teníamos refugios ni bunkers y que
cada vez que pasaba por encima de nosotros la aviación
nos teníamos que camuflar como podíamos.
En una ocasión llegaron cuatro aparatos juntos,
dieron dos o tres pasadas y nosotros nos metimos dentro de
una pequeña balma para protegernos de mala manera.
A doce compañeros los cogieron a campo abierto, les
ametrallaron, se echaron éstos en medio de los bojes y
no les causaron ni un rasguño. Ni que decir tiene que
Santa Orosia nos protegió. Los aviones venían a buscar
el cañoncito que molestaba a la fábrica francesa de
aluminio. Vinieron a por él seis u ocho veces, pero no
lo podían localizar porque disparaba y lo tapaban con
rectángulos de césped arrancados del suelo.
Nuestro refugio siempre estuvo incompleto porque
el teniente Bosor pidió unas uralitas que no llegaron a
causa de los sucesos de mayo del 37 en Cataluña, en
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que los comunistas se hicieron con el mando de todo y
desarmaron al POUM.
Grupo de
Transmisiones de la
43 División, 193738.
Museo de Bielsa/
Fototeca, Diputación
de Huesca
Aquel ametrallamiento de la aviación hizo que nos
trasladaran al pico Oturia, donde la aviación lo tenía
más complicado para darnos.
La vida en Oturia era muy dura. Estábamos lejos
del manantial y la comida que nos subían desde la
ermita siempre llegaba fría. Bebíamos agua de la nieve
que había en la cara norte del pico, lo que nos ocasionó
más de una diarrea.
Para evitar algo la aviación en el pico Oturia hicimos,
en la cara norte, agujeros como las marmotas. Yo creo
que aún debe notarse el hundimiento del terreno.
Allí vivíamos en la más absoluta soledad y sólo
bajábamos por turno a la ermita cada dos días.
De los jefes recuerdo muy poco, sólo del teniente
o capitán que pasaba por todos los puestos junto al
comisario.
La distracción en el Puerto o en Santa Orosia era
a base de bromas. Recuerdo que había dos o tres de
Monzón que nos hacían partir de risa. También había
gente muy maja de los pueblos del contorno (…eren
“collunuts”…).
También había una gente muy curiosa. Recuerdo
que había una o dos secciones especiales que tan pronto
estaban cerca de Huesca, en Zaragoza, en Burgos o
por donde nosotros estábamos. Eran gente que hacían
incursiones y sabotajes.
De los mandos que allí había diré que faltaban
militares de carrera y, en cambio, había muchos
políticos. Aquello se notaba para mal. De los maestros
que allí había, ya lo he dicho, era gente extraordinaria
y muy idealista.
Por fin, después de catorce o quince meses, nos dieron
ocho días de permiso. Al regreso, estaba con la estación
en un collado, junto al camino que llevaba a Fiscal para
comunicar con el pico Santa Marina y Boltaña por la
noche.
Allí estaba cuando los nacionales tomaron el
Puerto.
Tengo referencias de que se confiaron y que los
sorprendieron los moros (…amb “calzoncillos” i
durmiendo sin guardia…).
Bien, a lo que íbamos, tras la retirada del Puerto
nos instalamos cerca del pico Erata, en una capilla
muy pequeña que había en la punta del cerro. Cuatro
dormíamos de costado mientras que uno hacía la
guardia. Esto duró desde la pérdida de Santa Orosia
hasta la retirada del año siguiente. La ermita estaba
llena de hielo y tuvimos que hacernos un suelo con losas y
planchas de césped alpino. Hacía mucho frío (…sempre
bufava el vent o per cantó o per l´altre…).
A finales del verano del 37 participé en la toma de
Biescas. Fui el telefonista ayudante del observatorio que
había en una trinchera frente a Gavín. Allí estuve, mano
a mano, con el teniente coronel Bueno, un militar de
carrera que era el jefe de operaciones en el frente BiescasOrna de Gallego.
Poco que añadir más. Vayamos a la retirada, a la
“reculada”, que decía la gente del país, para crear la
Bolsa de Bielsa.
Recibimos la orden de retirada en morse a través de
señales ópticas. Se nos dijo que lo hiciésemos hacia Yésero
y luego hacia Broto y Fanlo por Sarvisé. La orden la dio
el teniente Tomé.
Para nosotros allí empezó la
retirada. Salimos de aquel collado
y en una tirada llegamos hasta
Fragen.
Por cierto que en 1968,
durante un campamento del Centre
Excursionista de Terrasa que hicimos
en Bujaruelo, llegó un paisano de
este pueblo y me dijo:
– Perdone, usted estuvo en mi
casa durante la guerra. Yo era muy
crío, sólo tenía ocho años, pero me
acuerdo de usted porque nos enseñaba
cómo hacían las señales los rojos.
Allí, en uno de aquellos pueblos, nos hicimos con dos
o tres mulos y sus correspondientes muleros. Es curioso,
pero a pesar de la situación, hicimos por la noche
baile con un acordeón. Era en Broto un sábado. Nos
acompañaban dos hermanas de casa Silverio de Broto.
Recuerdo que una se llamaba Esperanza.
Al día siguiente ellas marcharon hacia Francia y
nosotros nos quedamos en Salinas. Así comenzó para mí
la Bolsa de Bielsa.
Soldado republicano
del grupo de
Transmisiones.
Museo de Bielsa/
Fototeca, Diputación
de Huesca
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Milicianos
republicanos en el
monte de Espierre,
1937.
Museo de Bielsa/
Fototeca, Diputación
de Huesca
Los tres meses de la Bolsa los pasamos en la Virgen de
la Peña de Tella, haciendo transmisiones por teléfono con
Peña Montañesa, Monte Perdido, el ángulo del Valle de
Pineta –donde estaba el Mando- y el Hospital de Tella.
A los dos días de estar allí encontramos un abuelo en
el pueblo que estaba solo. Llamamos a Salinas y con un
mulo lo llevaron a Bielsa.
Aquello acabó con la marcha hacia Francia por el
puerto de Bielsa. Luego llegaría la Batalla del Ebro y
después campos, campos y más campos, y per acabar,
moltes gràcias i de tot cor a Santa Orosia.
Amigo lector, seguramente te ha sabido a poco
mis comentarios sobre el Puerto, pero piensa que los
de transmisiones éramos muy pocos y uno no podía
pasearme por el prado. Nadie lo podía hacer cuando
estaba destacado. No podías alejarte de tu destino y un
servidor tenía la máxima responsabilidad.
Como he anunciado al comienzo, quiero terminar
con una vivencia algo cómica que tuve en la Navidad
del año 37, cuando, recién llegados, hacíamos prácticas
de transmisiones ópticas por la zona de Laguarta.
La guerra también tuvo cosas como esta.
Andábamos por ese valle tres pelotones al mando del
teniente Tomé y nos ocupábamos del mantenimiento
de la línea telefónica que iba de Boltaña a La Nave.
En esas estábamos, trepando por los postes, cuando el
día 23 me llama el teniente y me pregunta que si tenía
preparado algo para la cena “del día siguiente”. Yo le
dije que sí, que había comprado de modo legal tres o
cuatro pollos. Y el añadió:
– Venga, pues los traes, que nos juntaremos los
tres pelotones en las casas de Arraso.
Con que nada, dicho y hecho. Allí acudimos cada
uno con lo nuestro. Unos trajeron pollos pequeños, otros
un cordero y los de la casa añadieron un cerdo y siete
conejos atrapados con lazo por la nieve.
Todo aquello para 36 personas entre paisanos y
soldados.
Aquello era extraordinario pero yo estaba muy mal,
arrastraba una diarrea que no sabía qué hacer con
ella. Sólo tomaba que unas sopas que me hacía a base
de tomillo y pan tostado –farigolas, que decimos en
Cataluña–.
La vista se me iba, pero yo no podía comer. Por eso
me dediqué a probar un poquito de cada cosa.
La gente de Arraso lo planeó todo muy bien. Primero
un pica pica, luego un arroz con menudillos y carne y, al
final, un cerdo rustido que daba gloria verlo.
Además, los que habíamos recibido correo, repartimos
entre todos lo que nos había mandado la familia. Yo
partí dos barras de turrón en 36 trocitos y el teniente
Robles –un madrileño que era abogado- también partió
lo suyo.
Y no quedó allí la cosa, pues la familia de la casa sacó
una botellas de vino muy viejo que hacían temblar.
El banquete se regó con un vino de Cariñena
guardado en unos botos de piel de cabra. Recuerdo que
los vascos sólo hicieron que beber. No hicieron otra cosa.
La consecuencia es que, de los 29 soldados, todos
menos yo acabaron borrachos como cubas, largos en el
suelo, soñando o durmiendo.
Así estaba, contemplando aquel panorama, cuando
llega el teniente Tomé y me dice que cuántos soldados
estaban serenos. Yo le dije que, salvo yo, ninguno. Y él
me dijo que con él ya éramos dos, que cogiera cuatro
cubos y que se los echase por encima a los que viese
menos tocados. Él, mientras tanto, se puso los dedos en
la boca, tiró todo y me dijo que ya estaba sereno, que así
ya estábamos bien 6, por si pasaba algo. Para calmar a
los que habíamos despertado a las bravas, el teniente les
dijo que aquello era normal, que en el otro lado –los de
Franco- aquella noche hacían lo mismo.
Esta historia que parece sacada de La Vaquilla,
termina en mayo del 2000, cuando me presenté con un
amigo en las casas de Arraso y veo que la familia aún
vivía allí. El amo me dijo que en el 37 su madre tenía
16 años de edad y que, gracias a Dios, todavía vivía
llena de salud con una hija. Y no sólo eso, sino que,
además, les había contado muchas veces la historia de lo
que fue aquella Noche Buena.
Yo, a veces, he pensado que sólo faltó una misa para
redondear la noche.
Estas cosas no vienen en los libros de Historia, pero
ocurrían así.
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Antiguos lugares de Sobrepuerto:
Ayerbe de Broto
José María Satué Sanromán
Vista de Ayerbe
de Broto en 2006
stá situado a 1.187m. de altitud, en una
pequeña hombrera, que cae casi verticalmente
sobre el río Ara, ofreciendo una buena
panorámica de la Ribera de Fiscal, de Asín de Broto y
su término municipal, y de una gran parte del monte
de Bergua.
Su territorio está rodeado por la Torre Isuala
(1.500m.), la Manchoya (2.030m.) y Gabalos
(1.960m.), desde cuyas cumbres se dominan unas
amplias vistas del entorno. El suelo es muy frágil
y castigado por la erosión, a causa de la extrema
pendiente de sus laderas. Solamente era aceptable
para el cultivo la zona más próxima al pueblo y los
huertos de la orilla del río (San Pedro, Sancipián y
Forcos), en realidad tierras de aluvión. El caserío
estaba estructurado longitudinalmente, a ambos
lados de una calle, por donde pasaba el camino de
Escartín a Broto, con dos placetas irregulares.
La iglesia de la Natividad de la Virgen, situada en
la parte más oriental del pueblo, está separada de los
edificios próximos: sus muros son de mampostería,
reforzados en las aristas con sillares trabajados,
revocado y encalado el de la fachada principal al
Sur. Presenta una nave rectangular dividida en tres
tramos iguales, con cabecera plana de la misma
altura, pero más estrecha, tres capillas-altar, entre
contrafuertes, en el lado Norte. y dos semejantes en
el lado Sur. Nave y cabecera cubiertas con bóveda
de lunetos y arcos fajones entre las fracciones, de
medio cañón en las capillas. A los pies de la nave
está el coro, conformado por un tramo idéntico al de
la cabecera, separado de la nave por una cancela de
madera torneada y un banco en todo su perímetro,
con alto respaldo y un sitial, sin decoración alguna.
La capilla del tercer tramo del lado Norte. hace las
veces de baptisterio, conservando la pila bautismal
semiesférica, sobre un fuste cilíndrico: presenta en
la parte frontal, bajo el cierre del tape de madera,
un sencillo relieve representando un rostro humano
con cabellera (similar al que tenía la de Escartín). La
puerta de acceso se abre al Sur, mediante arco muy
rebajado de una sola pieza (AÑO 1779), protegida
por un pequeño pórtico con bóveda semicircular. La
torre se levanta sobre el coro, estructurada en un solo
cuerpo, cubierta de madera a dos vertientes, con dos
vanos de medio punto al Oeste y otro menor al Sur
para albergar las campanas, con acceso independiente
desde el exterior. Se puede apreciar otra fecha en el
dintel de madera de la puerta del cementerio: AÑO
1827. La fábrica permanece todavía en pie, a pesar
del deterioro del tejado, y, como tiene un estimable
valor artístico, es necesaria su urgente rehabilitación.
De las antiguas casas sólo una se encuentra en
aceptable estado (casa o Yerno), del resto quedan
parte de sus muros, casi ocultos por la vegetación,
destacando un par de dinteles grabados en los
años 1765 y 1856. Hay algunas bordas de era en
bastante buen estado de conservación. Junto a la
desembocadura del barranco de san Pedro, a orillas
del río Ara, se encuentran las ruinas del antiguo
monasterio de San Pedro de Rava (s. X-XI): un recinto
rectangular, con sus cimientos de piedra trabajada y
unos escalones para bajar a los huertos.
Antiguamente, sobre la crestería de la Torre Isuala,
situada al oeste, colocaban unas grandes cruces de
madera, con la creencia de que les protegieran las
cosechas de todo su término municipal, pues por
esa dirección venían casi todas las tormentas, que,
al pasar por allí, descargaban con gran virulencia y
aparato eléctrico. Sea por la disposición del terreno
o por la orientación, el caso es que en el siglo pasado
ocurrieron varios accidentes graves por rayos. En los
años 50, hay constancia de dos miembros de una
misma familia (Miguel y Gregorio) fallecidos a causa
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por lo que construyeron tres balsas para abrevar
los ganados: una en plena ladera, más arriba del
pueblo (a Basa), otra cerca de la pardina de la Isuala,
a más de 1.500m. de altitud (o Basón d’a Isuala) y
una tercera, muy pequeña, en las proximidades de
Gabalos (a Fuen d’o Cerro). En el camino de Bergua
estaba la fuente Memil, a la que iban a lavar los
intestinos de los cerdos de matanza, porque sus aguas
manaban templadas y facilitaban la tarea. También
construyeron una acequia (la de Redainsa) desde la
fuente Matriz, para llevar el agua al pueblo y regar
algunos huertos, pero en el verano se perdía por el
trayecto, a causa de la evaporación y las filtraciones,
pues la canalización era de tierra. Junto al pueblo
estaba el pozo comunal de Fondeca, que utilizaban
para abrevar los animales.
de un rayo, en distinta fecha y lugar: uno en la cumbre
de Gabalos y otro en las proximidades del pueblo,
bajo un quejigo en el que se había cobijado. En la
década de los 60, otro rayo mató un rebaño de ovejas
que estaban en un cercado, detrás de la iglesia.
Al Oeste del pueblo y encima del camino de
Escartín estaba la ermita de Santa Eufemia (Fimia),
desde la que se bendecían los términos. Al quedar
derrumbada, colocaban una Cruz sobre sus ruinas,
en señal de protección.
Tenemos noticias de una antigua iglesia, con su
cementerio anexo, en el camino de Bergua, a poca
distancia del lugar. Sus piedras fueron utilizadas en
las reformas de la parroquia. Ahí quedan los nombres
de Campo a Ilesia y Campo o Cementerio.
Las disponibilidades de agua eran bastante
limitadas, aunque había algunas fuentes
estratégicamente situadas por el término municipal,
Para solucionar la escasez de pastos de sus
ganados, los trasladaban durante el verano a los
comunales del valle de Bujaruelo y Pirineo francés.
Además arrendaban algunos espacios en el solano de
Escartín y también les cedían parte de los derechos en
los puertos de Francia.
Celebraban las fiestas mayores el 8 de septiembre,
festividad de la Natividad de la Virgen.
Llegó a tener 16 casas (o Yerno, Cadena, Esteban,
Villacampa, Antón, Valentín, Jaime, Franco, Antín,
Frauca, Pedro Bergua, Chan de Bergua, Périz, Orús,
Carasús y Sastre), más la vivienda del maestro,
alcanzando un máximo de 91 habitantes en 1857,
reducidos a 73 en el censo de 1950 y a 43 en 1960,
poco antes de iniciarse su despoblamiento. Los
apellidos más repetidos eran: Allué, Aznar, Campo,
Casaus, Duaso, Fuertes, Giral, Lardiés, Latre, Mur,
Pérez, Puértolas, Satué y Serrate. Sus habitantes
emigraron a Algayón, Barcelona, Broto, Cartirana,
Francia, Sabiñánigo, San Lorenzo del Flumen y
Zaragoza. La última familia que dejó el lugar fue la
de casa o Yerno, en 1973.
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Para conocimiento de investigadores y estudiosos
dejamos constancia de los nombres de sus partidas o
términos del monte: Albín, os Ballos, a Basa, o Basón
d’a Isuala, os Cañemares, as Cubilellas, as Estibas,
Forcos, as Frandes, as Fuñatas, Gabalos, Graba, as
Lañas, Lis, as Mallatiallas, o Mollar, as Nuanas, os
Pacos, os Pacos de Lis, Pallés, a Plana o Cerro, Plana
o Corral, a Planialla, o Rallar, a Rambla, o Raso, os
Redainsas, Sancipián, San Pedro, Santón, o Sarrato
Estazón, a Sierra, Solaniello, o Solano, as Suertes,
Sopirana y os Trocos.
Y los nombres de campos y fincas particulares:
Artica o Barranco, Artica a Craba, Artica Medio, Artica
San Pedro, as Arruabas, Aspuña, Bajocanal, o Balle, a
Basa, os Ballos, os Ballones, os Bosques, os Buralones, o
Cachicar, os Cachicares, o Cambón, o Campo Albín,
o Campo Bajo, o Campo a Basa, o Campo Abozo, o
Campo Cementerio, o Campo a Cuasta, o Campo
a Era, o Campo Gato, o Campo a Ilesia, o Campo a
Puyata, o Campo Sarrato, Canal, Canda, as Cansinas, o
Cañemar, as Cardosas, a Coma, o Comenal, Condialla,
a Coroneta, o Costalazo, os Costalazos, o Cuatrón,
os Cuatrones, a Cubilella, Chanebas, a Era Bajo, as
Escursiallas, as Espereras, as Fachualas, o Fachuelo,
a Faichona, a Faja Fuente, a Faja Larga, as Fajas, o
Fenal Alto, o Fenal de Pallés, a Fita, o Fobión, Fondeca,
Forcos, Frabieco, a Frande, a Fueba, a Fuente, as
Fuñatas, as Graderas, a Guaga, o Güerto o Barranco,
o Güerto Forcos, o Güerto Nuevo, a Laña, a Lañeta,
Lañaluanga, Lis, Lopirera, Martiñón, os Nabaliús,
as Nuanas, Ornalón, Osburalón, Ospuñal, Ostrecho,
Palolillo, Pallés, a Parra, os Parrales, o Patiello, o
Pezuelo a Sierra, Planabasa, Planabucho, Planacorral,
Planandrés, a Planeta, a Plaña, Peña Antín, Petrosa, a
Pozina, o Pozo, a Rambla, a Ripa, Redainsa, Retonialla,
Salde, as Salineras, Sancipián, Santón, Sanclimiende,
Sancharnal, Sanchez, Sanchordán, San Martín, San
Pedro, Sarratiás, o Sarrato, a Sierra, a Sopirana, o Soto,
as Suertes, Toziniero, Traseras, Trillarón, as Viñas, as
Zerezeras, o Zerrau y Zinaras.
Además de algunos datos históricos. Según A.
Plá Cid (1) el nombre de Ayerbe podría considerarse
derivado del apelativo ‘ain-erbe ’, “patrimonio de
arriba”.
Antonio Ubieto (2) nos proporciona la siguiente
información: la primera mención histórica aparece
en un documento falso de 1042, como “Aierbi”.
Pertenecía a la sobrecullida de Aínsa en 1495, vereda
de Jaca en 1646 y corregimiento de Jaca de 1771 a
1833. Constituía ayuntamiento propio en 1834 y se
unió al de Bergua en 1845. La propiedad de la tierra
era de realengo en 1785. Evolución de la población: 5
fuegos en 1488, 11 fuegos en 1495, 1543 y en 1609,
Casa Cadena
12 fuegos en 1646, 14 vecinos en 1713, 7 vecinos en
1717, en 1722 y en 1787, 23 vecinos en 1797; 9
casas y 66 almas (siglo XIX, según Pascual Madoz); 91
habitantes en el Noménclator de 1857; 6 habitantes
en el censo de 1970. Despoblado poco después.
Iglesia parroquial
y Casa O Yermo
Pascual Madoz (3), recopiló varios datos en el
siglo XIX: lugar con ayuntamiento de la provincia
de Huesca (18 leguas), partido judicial de Boltaña (5
leguas), administración de rentas y diócesis de Jaca (9
leguas), Audiencia Territorial y Capitanía General de
Zaragoza (30 leguas). Situado en el valle de Broto,
cerca del río Ara, en la falda de un cerro combatido
principalmente por los vientos del Oeste que hacen su
clima muy saludable. Tiene 9 casas de construcción
ordinaria y además 1 llamada municipal o de concejo
y en ella la cárcel. Hay también 1 iglesia parroquial
bajo la advocación de la Natividad de Ntra. Señora,
servida por 1 cura y 1 sacristán. El curato es perpetuo
y se provee por S.M. o el diocesano, previa oposición
en concurso general. El término confina con los
de Oto, Escartín, Bergua y Asín, extendiéndose en
todas direciones cuarto y medio de hora, poco más
o menos. El terreno más quebrado que llano, es de
inferior calidad y escaso de aguas para el riego, pues,
aunque, como se ha dicho, corre por el término el
río Ara, trae tan profundo su cauce y pasa por tantas
quebraduras, que no pueden utilizarse sus aguas. Hay
bosques de buena madera para la construcción de
edificios, y que proporciona abundante combustible, y
hierbas de pasto. Junto al río Ara se ven aún en estado de
firmeza las paredes del que fue convento de templarios,
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bajo la advocación de San Pedro de Raba. Hasta hace
5 años conservaba intactas las paredes de la iglesia, pero
en aquella época un vecino de este lugar seducido por un
francés que se llamaba adivino, a quien fue a consultar,
habiéndole anunciado que en aquel paraje había dinero
escondido, demolió una gran parte, sin que nadie le
opusiera el menor obstáculo. En la distancia que media
desde el pueblo hasta el referido camino se encuentran
43 vueltas, siendo imposible, sin vencerlas, el acceso
al mismo con caballerias. Los demás son todos locales.
Produce trigo, avena, legumbres, patatas y hortalizas.
Cría ganado lanar y cabrío. Población: 9 vecinos, 6
de catastro, 66 almas. Contribución 1.913 reales 4
maravedíes.
Borda de era
1
2
3
Plá Cid, A.: “Escaparate de onomástica”. Revista “Treserols”. Cuaderno del Centro de Estudios de Sobrarbe, nº 2. 1998.
Ubieto Arteta, A.: “Historia de Aragón. Los pueblos y los despoblados”. Anubar. Zaragoza, 1985.
Madoz, P.: “Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de ultramar”. Ed. La Ilustración. Madrid.1847.
Calamocha estrena imagen de Santa Orosia
Ricardo Mur
omo los habituales de estas páginas recordarán,
en los números de O ZOQUE de los dos
últimos años, he hablado ampliamente acerca
de la devoción existente a Santa Orosia en tierras del
Jiloca, concretamente en Burbáguena, Calamocha y
Las Cuerlas.
El pasado año 2008 di a conocer el emplazamiento
de la recién desaparecida ermita en honor a la santa que
hasta hace muy poquito estuvo en pie en Calamocha,
la cofradía que se fundó y los rescoldos que aún
quedan calientes de la hoguera de su devoción. Como
colofón al artículo, sugería la posibilidad de dedicar
una calle a la santa en la nueva urbanización que se
ha construido en la zona donde estuvo la ermita.
Busto de Santa
Orosia en
Calamocha
Cuál fue mi sorpresa cuando, al mes justo de la
publicación del artículo, llega la noticia de que en
una de las rotondas, frente al Instituto de Educación
Secundaria, han levantado un peirón con la imagen
de la cabeza de Santa Orosia. Su autor, un tallista de
un conocido taller valenciano, tomó como modelo la
imagen tallada en piedra por la escultora de la cantera
de Torrijos, Teresa Pueyo, que puede verse en la villa
de Yebra.
Sé que la iniciativa no surgió a raíz del artículo,
los impulsores han sido personas del vecino pueblo
de Loscos, vinculadas íntimamente a Banaguás y
Guasillo. Pero, de alguna manera, O ZOQUE,
también ha contribuido a levantar el peirón con los
ladrillos de sus páginas.
Al pie de la imagen, puede verse una placa pétrea
con la siguiente inscripción: “IN MEMORIAM
ANTIGUA ERMITA DE SANTA OROSIA. AGOSTO
2008. ALCALDE: JOAQUÍN PERIBÁÑEZ”.
Animo, desde estas líneas, a los jacetanos y a los
hijos de Yebra de Basa a que, cuando vayan por la
autovía a Teruel y Valencia, entren en Calamocha,
no sólo a tomar un café o a comprar jamón, sino a
ver la plaza y el monumento que el ayuntamiento ha
dedicado a nuestra patrona. Les costará muy poco
encontrarlo, está junto a la salida hacia Luco de
Jiloca. Vale la pena.
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Yebra de Basa
y la carretera que le une al mundo (y II)
Jesús Castiella Hernández
i en el número anterior nos ocupábamos del
trazado de la carretera en sí, sin considerar la
estructura principal que lleva implícita y le da
personalidad, en éste nos ceñiremos a ella, por ser
peculiar y conformar la característica estético-artística
del ingeniero proyectista -su firma podríamos decir-,
y que en muchos casos va unido el prestigio a su
diseño. En las siguientes páginas podremos comprobar
como el diseño previsto para el puente del Gállego,
considerado muy avanzado para su momento, después
de fallecer su autor generó dudas y controversias que
desembocaron en una modificación sustancial y que,
junto a la travesía de Yebra, acabaran segregadas
del proyecto original; aquél fue construido como
proyecto aparte, pero ésta quedó olvidada y nunca
vio la luz.
La vía de comunicación fue incluida en el Plan
General de Carreteras del Estado por ley de 28 de julio
de 1893, como Itinerario 61, recibiendo la sugerente
denominación: Carretera de 3º orden de la Estación
Férrea de Sabiñánigo a la Ribera de Fiscal, que hablaba
bien a las claras de la pretensión en su planteamiento;
su misión era poner en comunicación los valles del
Ara y Gállego y con ellos los partidos judiciales de
Jaca y Boltaña. Hoy, más de cien años después, casi
puede decirse que está concluido, vislumbrándose
real aquella idea planteada a finales del siglo XIX.
En 1906 se incluye la carretera a Yebra entre los
estudios a realizar en la provincia oscense, aunque
habría que esperar hasta 1912 para ser una realidad;
los primeros trabajos serían del ingeniero Emilio
Monterde, en el tramo que vamos a tratar. El autor
falleció en 1913, al poco tiempo de finalizarlos,
y eso quizá pudo condicionar las modificaciones
posteriores que sufrió. No obstante el proyecto fue
remitido a Madrid, quedando desierto en su primera
subasta y teniendo que esperar hasta 1916 para que
el ingeniero jefe accidental del momento, Pedro
Montaner, con fecha 18 de mayo redactara una nueva
Memoria. En ella hace hincapié en dos prescripciones
a considerar, como causa fundamental de no haberse
podido adjudicar en la subasta: segregar el puente sobre
el río Gállego y la travesía de la población de Yebra.
En la Memoria de la Liquidación de lo que se
había construido del Trozo 1º, realizada el 20 de
agosto de 1929 por Alberto Méndez Romero, ya
se hacen constar las segregaciones referidas para la
segunda subasta: 77 metros en el comienzo, que se
correspondían con el trozo del puente sobre el río
Gállego (Real Orden de 21 de julio de 1920) y casi
94 metros al final, que representaban parte de la
travesía de Yebra de Basa.
De estas dos cuestiones tratamos a continuación.
Puente sobre el río Gállego:
a Memoria del proyecto del Trozo 1º remitida para
su aprobación, realizada por Emilio Monterde
en 1912, recogía un punto obligado de paso para
cruzar el río Gállego y la posible ubicación para la
estructura necesaria. El técnico llega a estudiar cinco
soluciones como alternativa: metálico, de hormigón
armado, mixto de ambos, de tres arcos de 12 metros
Puente espectacular
proyectado por
Emilio Monterde
para cruzar el
Gállego.Formado por
arco campanel con
tres centros, de 38
m. de luz y 22 m. de
altura sobre el cauce
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de luz y de arco carpanel de tres centros con 38
metros de luz y 12 de flecha (viaducto de 22 metros
de cota sobre el cauce del río y 77 m de longitud, que
posteriormente fueron 11´46 m. debido al trazado).
Pormenorizadas cada una, atrevido y valiente como
autor vanguardista, opta por la más rompedora y
sugerente: arco carpanel de tres centros.
Tras su fallecimiento, el ingeniero jefe accidental
en Huesca, Pedro Montaner, informa en 1916 la
Memoria referida, reconociendo que la solución
en viaducto por la que optó Monterde era estética
y agradable, con cierto aspecto de atrevimiento y
una ligereza notable. Prosigue que de por sí es la
obra más importante del trazado, dando lugar a
convertirse en un puente de prestancia monumental; si
bien considera excesiva su altura, teniendo en cuenta
las máximas avenidas de caudal. Después de otras
argumentaciones y análisis de posibilidades sugiere,
como solución preferente, una obra de tres vanos de
12 metros de luz, si del reconocimiento del terreno
resultara factible y los riesgos de los agotamientos del
cauce -costosos para la cimentación-, lo permitían;
caso de que el anterior no fuera posible por problemas
de cimentación, optar por un tramo metálico de
38 a 40 metros de luz con tablero inferior, con lo
que se conseguiría bajar la rasante unos 9 metros.
Años después, reconocido el terreno y localizada
una falla longitudinal, concluyen que la roca firme
está a gran profundidad, por lo que se desecha las
ideas anteriores y se acogen a otra sugerida en un
informe a un reformado del mismo Montaner, de
23 de junio de 1923, donde se habla de un puente
con un económico tramo metálico de 25 metros, que
tampoco sería el elegido.
En la Memoria del proyecto modificado del
original de Monterde, redactada por Joaquín Cajal
Lasala con fecha 16 de agosto de 1926, se observa
Puente construido
por Alberto Méndez
Romero, con dos
tramos de 16 metros
de luz, pila central
y que rebaja en más
de 6 metros la altura
sobre el cauce.
que éste no fue tan valiente en el diseño –no sabemos
si por decisión propia o condicionado por las
sugerencias efectuadas por Montaner-. Lo cambia,
rebajándole 6 metros la cota sobre el nivel del río,
de los 22 previstos, y desplaza su emplazamiento
unos cincuenta metros aguas abajo del proyectado,
sobre el del antiguo puente de Sardas, que considera
utilizarlo de apoyo a los andamios y encofrados en la
construcción del nuevo. El modelo oficial de los de
Zafra por el que optará, es el de un tramo recto de
hormigón armado, compuesto de dos vigas aligeradas
de 32 m. de luz y sus obras accesorias, por un
presupuesto de 178.899´33 pesetas. Se hace constar
la transcendencia que representa su construcción,
porque aún subsistiendo el antiguo puente de
madera de Sardas, por el que estaba prohibió hacia
un tiempo el tránsito de carruajes por seguridad,
con el consiguiente perjuicio para los pueblos de la
margen izquierda (Sardas, Osán, Yebra, etc…) que
se quedaban incomunicados con el ferrocarril. Este
proyecto fue aprobado el 9 de septiembre de 1927
y sufrió dos reformados: uno llevado a cabo por
Alberto Méndez Romero en 1930 y otro por José
García López en 1935.
En el primer reformado, cuya memoria se redactó
el 31 de marzo de 1930, se advirtió un error en el perfil
de emplazamiento del puente proyectado y aprobado,
siendo muy distinto al que resultaba realmente, por
lo que la obra debía ser diferente, pero afirmándose
que aún así resultaría más económica. Para más
sencillez en la ejecución de la obra se dividió el tramo
de 32 m de luz en dos de 16 m. aproximadamente
(16´85 y 15´15), debido a que se aprovecharía un
islote de roca caliza donde cimentar la pila central
del apoyo, lugar que ya se había utilizado para el
puente viejo sin ningún contratiempo. De esta
forma la unión de la estructura en sí, con los tramos
de carretera ya ejecutados a ambos lados del río, se
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realizaría mediante dos curvas y un tramo recto en
cada sitio. Su presupuesto era menor, pues ascenderá
a 149.840´83 pesetas, aunque perdería estética y
monumentalidad.
El segundo reformado, redactado el 28 de febrero
de 1935, no difería ostensiblemente en cuanto a la
obra en sí, pues se componía de ligeras variaciones en
desmontes y terraplenes -motivado por la supresión
de una curva en la entrada del lado izquierdo-, la
necesidad de aumentar el volumen de fábrica de los
muros de acompañamiento de la orilla izquierda
(haciendo que las dos luces sean de 15´25 m.), la
ubicación de una tajea no prevista y el reforzamiento
de una tubería de la empresa Energía e Industrias
Aragonesas que debía cruzarse. Se argumentó,
además, que con ello se conseguían suavizar las rampas
de entrada y salida a la estructura. El presupuesto
ascendió a 164.304´25 pesetas, montante que seguía
siendo menor al proyectado que sirvió de base,
aunque finalmente la longitud de tramo de obra a
realizar eran 242´62 metros en total.
Las circunstancias vividas por nuestro país en los
años treinta del pasado siglo serán causa de la demora
en la liquidación, que es presentada por Mariano Aisa
Dea el 26 de marzo de 1942, con el informe preceptivo
del ingeniero jefe Diego Tejera y ajustándose al
proyecto que había sido redactado por Joaquín
Cajal Lasala. En ella se reflejan datos curiosos para
la historia del proyecto como: aprobación con fecha
9 de septiembre de 1927; subastado el 6 de abril de
1929, adjudicado el 23 del mismo mes a Rafael Vilalta
Giménez por un importe de 122.201´56 pesetas
y plazo de ejecución de ocho meses. Como hemos
afirmado anteriormente la cuantía de la liquidación
y el tiempo de ejecución fueron superiores, pues se
le concedieron dos prórrogas, con ocasión de los
modificados aludidos: una el 31 de octubre de 1930
de ocho meses y otra el 18 de julio de 1931 de seis;
siendo, al mismo tiempo, aprobados dos reformados.
Los trabajos dieron comienzo el 21 de noviembre de
1929 y finalizaron el 31 de octubre de 1931.
Travesía de Yebra de Basa:
n la Memoria que hemos venido citando,
realizada por Emilio Monterde en 1912, y que se
remitió para su aprobación y subasta en 1916, estaba
incluida la travesía de la localidad de Yebra como
final de tramo. En ella se recogían los acuerdos de la
Comisión Mixta, entre Guerra y Fomento, y se decía
en el 2º punto: Desde el cruce del Gállego, el trazado
se dirigirá a encontrar el Valle del Basa y continuar
hasta el pueblo de Yebra. En su redacción ya se percibe
algo premeditadamente extraño, cuando habla de lo
que comprende el proyecto, pues refiere: Como Yebra
es punto obligado y se ha hecho el estudio de varios
kilómetros siguientes, no hay para que preocuparse de
las prescripciones de los actuales formularios relativos a
no presentar de una vez el proyecto (…). Más adelante
añade: En la ladera izquierda del Basa está Yebra,
que se extiende desde el pie del acantilado del monte,
de modo que yendo por la parte alta necesitaremos
rampa y contrarrampa fuerte, por la baja al final de
la población (…) además expropiamos los huertos que
son de bastante valor, más que las pocas fincas urbanas
ocupadas. Por ello y a falta de ancho necesario se
aprovecha un claro de fincas rústicas hacia la mitad del
pueblo, y ensanchando los dos callizos que les limitan,
bastará ocupar a la derecha un modesto cubierto y a la
izquierda dos casas y parte de otra (por encima de la
plaza actual un cobertizo) (…) y salimos a una era (era
Capellán en el plano) como final, por serlo también
de la travesía y desde allí continuar por los bancales
siguientes sin perder nivel (…). Unos 200 m pertenecen,
en números redondos, al pueblo (…). La travesía no
ofrece particularidades, yendo las rasantes ceñidas al
terreno para expropiar pocas fincas.
De lo previsto a la realidad un abismo, pues Pedro
Montaner, en el informe que redacta el 18 de mayo
de 1916, ya considera que teniendo en cuenta que
el Trozo 1º debe acabar en Yebra, encontrándolo
razonable, no ve la necesidad de que por el momento
penetre la obra en el pueblo y lo cruce en travesía. Para sus
efectos prácticos e inmediatos concluye que bastaría
con construir el trozo hasta la entrada de la población,
sin cargar con los inconvenientes que ocasiona una
travesía por modesta que sea. Se intuye un presagio de
espada de Damocles fatal, la negativa a su ejecución,
Plano del trazado
modificado a la
altura de Sabiñánigo,
redactado por la
Comisión Mixta en
1922, para evitar la
ocultación a la vista
de los Capitiellos de
Jaca
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Plano de la travesía
de Yebra de Basa en
el proyecto de 1912.
En la imagen son
reconocibles enclaves:
Casa del Médico (1)
Iglesia (2)
Plaza (3)
Cuartel de la
Guardia Civil (4)
cuando sigue argumentando que, por ahora, dicha
obra solo se justificaría si el trozo hubiera de prolongarse
para construir el resto de traza. Ese fue uno de los
argumentos empleados para justificar la supresión de
la zona de la rasante 48 del proyecto, perteneciente al
pueblo, y que el final de la obra quedara localizado en
el perfil 756; de ese modo quedaron excluidos 93´88
m., para ejecutarse en el trozo siguiente… pasando
al olvido para siempre. Como hemos padecido, tras
la segregación de la longitud referida, que era donde
debía arrancar la travesía, ésta nunca más llegó a
considerarse.
Joaquín Cajal Lasala, en la memoria adicional
redactada el 31 de diciembre de 1919 como encargado
de llevar a efecto el proyecto, recoge las sugerencias de
Montaner y actualiza los precios. En los reformados
citados ya no vuelve a reflejarse la Travesía.
En esos años era preceptivo constituir una
Comisión compuesta por ingenieros civiles y militares
para el estudio del terreno, y poder centrar las bases
de posibles trazados, obligatoria en zonas de costa y
frontera. Su composición fue: por el Ministerio de
Guerra el comandante Federico Torrente Villacampa
y por el Ministerio de Fomento el ingeniero Joaquín
Cajal Lasala. En la Memoria conjunta que redactan el
14 de enero de 1922 se hace la observación curiosa de
que en la meseta serrablesa de Santa Lucía, extremo
de un campo atrincherado por dominación táctica,
no resulta aceptable el trazado previsto a los intereses
de la defensa, diciendo: entre la E.F. de Sabiñánigo y el
río Gállego se modifica en forma que evite la ocultación a
la vista de los Capitiellos de Jaca.
Como apostilla sólo resta hacer unas referencias
a lo que ya recogía la prensa del momento, respecto
a los enfrentamientos entre las dos concepciones
diferentes sobre una misma obra: civil y militar.
Mientras que unos buscaban el desarrollo y futuro
del territorio, otros se planteaban elucubraciones
hostiles sobre posibles invasiones militares foráneas
para justificar su negativa.
El Diario de Huesca, ya el 25 de abril de 1889,
refería:
Nuestro apreciable colega el Diario de Avisos de
Zaragoza, se hace eco del rumor de la probable suspensión
de las obras que para la construcción de un puente sobre
el río Gallego, han emprendido en común los pueblos de
Sardas y Aurín, suspensión que, se presume, procederá del
ramo de Guerra porque una parte del emplazamiento de
ese puente afecta a la zona polémica.
Algo de esto ha llegado también á nuestro conocimiento,
y también que a pesar de haber sido autorizada dicha obra
por el gobernador civil de la provincia, ha sido denunciada
por la guardia civil del puesto de Biescas, que depende
directamente de la misma autoridad superior gubernativa
que la ha autorizado.
Y tampoco seria del todo extraño que otra importante
obra del Estado, en construcción en la alta montaña de
nuestra provincia, fuera interrumpida, más ó menos
temporalmente, por la misma indicada causa. (Un mes
antes de estos sucesos ya se había producido otra
situación similar en la población de Jaca, entre Blas
Sorribas Bastarán, Ingeniero de Obras Públicas, y su
homólogo del Ramo de Guerra).
La conveniencia general y el prestigio de la
administración pública, exigen una solución definitiva
que evite para lo sucesivo esos conflictos que a la postre
pagan el público y los pueblos. Es de urgente necesidad
resolver de una vez para siempre esas cuestiones y
subvenir a las disposiciones y procedimiento que
eviten en definitiva su producción.
Hoy el siglo XXI da la bienvenida a la culminación
de aquel sueño romántico, y bordeando la población
de Yebra de Basa, uniéndose a ella mediante un acceso
de 390 m. desde la rotonda partida proyectada,
podemos concluir que se ha efectuado una variante
de población en toda regla, que evita el colapso y
trasiego que el anterior trazado comportaba a sus
moradores. Para no desentonar sólo faltará que los
núcleos aledaños corran la misma suerte, viendo
transformado su entorno, y la administración sea
receptiva a que ninguno quede aislado de una forma
que pueda considerarse inapropiada –no estará de
más citar y traer a colación, a modo de ejemplo, que
los accesos a Allué y Espín no se ajustan al deseo
mencionado-.
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Pastorada de Santa Orosia 2009
Mayoral
Mayoral
1. Biembenido sía
iste seleuto auditorio
de o que pasa por o mundo
yo quio daros notorio.
11. Toz os días siento n’o Barrio
o cara que está ra bida
y dizen n’o telediario
que zierran otra fabrica.
2. En o mío nombre y de os lanzantes
en primeras quereba agradezer
que estez con tanta atención
toa ista caterba chen.
12. Os ricos, igual de ricos,
os esqueferaus sin salario
y a zarracatralla e chen normal
que no adubimos con os pagos.
3. Que mamá siempre me ha dito
que o primero ye a educazión
pos si por algo me podez carrañar
no ye ixa a mía intenzión.
13. Agora embede sudokus
con o jornal que nos ne queda
imos de fer unos ‘sueldokus’
y ni asinas nos salen as cuentas.
4. Si ez parau cuenta
que a mía fabla ye un siñal aspra
Buen cabal!
Santa Orosia me entiende,
que yo le charro a ella
dende aíntro d’a mía alma.
14.Nomas espachan a os que treballan
os mandamases siguen bien fartos.
cofladizos en a cadiera
y sin pasar miaja e mal rato!
5. Grazias tamién a os romeros
que de tantos lugars eis plegau
con o ropón y o palo
como tantos antepasaus.
6. Grazias a os cruzeros
que’n bienen de toda a Montaña
trayez a millor joya buestra
pa engalanar ista fiesta.
7. Y a os zereños banderistas
de ro Balle y Sobrepuerto.
Qué argüellosos nos sentimos
de que abandiez sin rangüello!
8. Memoranza pa os que iste día
con nusotros no puen estar
Santa Orosia se alcordará
de a fé que le eis tenido en bida.
Punto!
Cantas
9. ¡Cuánto gozo, qué contento
de golber-nos a alcontrar
pa astí chuntos zilebrar
a fiesta e Santa Orosia!
10. Alas me das pa puyar
fuerzas d’ande yo no’n tiengo
y to por bier-le a cara
a ra Santa que más quiero
15. Ya nos ha plegau a crisis,
no’n dan una de ipotecas.
Os d’o banco en que te beyen
ascape te trancan as puertas.
16. Antes sí que te quereban,
pa chupar-te as cuatro perrotas.
Agora que no tiens cosa
a escaparrar t’espachan ta fuera.
17. Ye normal tanta fatera?
A yo rai. No paso gota e pena.
M’encomiendo a Santa Orosia
y astí que empezipie a fiesta.
18. Ista nuei femos güen baile,
güena borina en casa nuestra,
que no falte güena lifara
y a remojar a gargamela.
Punto
Rebadán
19. Tres consellos te daré
pa enrestir mielsudo a crisis
Paren cuenta en Wall Street
que astí ban os míos analisis.
20. A tú que yes bien rufo
no’n sé si te farán falta.
No te se ha bajau a pez ta o culo?
Que inantes no parabas en casa
con ixo d’os buelos baratos
de bier mundo no te’n queda garra.
21. Ixe aeropuerto de Monflorite
a yo almirazión me causa.
U os abions irán a pedals
u tendrás que ir batendo as alas.
22. Pero no me cabe n’o esmo
que te cueste un biache ta Franzia
igual que una talega e patatas.
Pue que acabes en ixos asientos
doblau como una cañabla
y sin endrezar en una semana.
23. Si marchas enta o mercau
bierás t’ande han puyau os prezios.
A soluzión la tiens en casa,
en o mon y n’o tuyo güerto.
24.No t’alcuerdas cómo yera
o sabor d’as galimbastas,
d’os manzañons y d’as zerollas,
toas yeran bien baratas.
25. Te se ha puesto o morro fino
dende que chugas a o Golf en Latas
No t’alcuerdas o que has xarticau
y de cuan entrecababas patatas.
26. Si no tamién puez fer
o que o mío lolo me contaba
pertocando a os suyos pies
con o calzero de estar por casa.
27. Un día lo calzaba a dreitas,
a la otro’l día al bies
y asinas no se gastaban.
Pero ixo sí, le goleban un poqué.
28. Agora no charraré más
que m’han dito que’n hai d’espías
y creigo que as güellas leban
microfonos en as esquillas.
29. No’n sé si son de Asperanza
u si son de Gallardón,
nomas sé que as nuestras crabas
con os bucos no se achuntan
pa que dimpués no alparzíen
a suya combersazión.
30. No les faltarán antiparras
ni gambeto a ixos espías.
Yo no sé o que fatían
que entre ellos se cosiran
y a nusotros no mos ejan en paz.
Punto
O Zoque
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22
Mayoral
Rebadán
31. De toas as fatezas que charras
Algo e razón no te’n falta.
No sé si endrezamos d’ista.
Que a yo ya me cansan
os patacazos que da a bida.
Imos a tirar t’alante
ent’atrás ni pa pegar remetida.
40.No parez muita cuenta
de to ro que diga iste mayoral.
Charra y esbarafundía
y a ra ora de cumplir se le olbida.
32. Agora plega o mío consello:
Aquí tiens güen treballo
bien joriau y a saber qué sano.
Tres meses en iste Puerto
rodiau de mardanos y segallos
y d’o jornal… ya charraremos.
33. Cal tener bocazión
pa estar un güen pastor
y asinas que cuasi están
en perigro de estinzión.
34.Será difízil que bella bez
pleitíes con qui no quiers.
Tan caro que por iste mon
te trobes bella manifestazión.
41.Si me tenese que afirmar yo agora
pa ratos lo feba con él.
En esti año pasau
un día de bacazions me dies
pa autuar con os lanzantes
en a Expo de Zaragoza.
42.Y de to ro que allí aprendiés
no te se’n ha quedau cosa.
Con tantisma agua y tanta chen
en zagueras cuasi te afogas.
43.Igual que no ye o mesmo
goler que ulorar,
puez contar que no ye o mesmo
escusar que no gastar.
44.Preba de no malmeter
o bien escaso de l’agua.
Solo tiens que mirar pa istas fechas
o eslanguido que baja Basa.
cuasi no se’n tapan cosa,
enseñan asta ebajo a meliquera.
51. Menistros y deputaus
toz a treballar de rezio,
tiengan salida os paraus
y no puyen más os prezios.
52. Tos chuntos lo imos de fer
que ista Fiesta, iste Mon,
nunca conozcan a crisis,
que asinas nos lo enseñón
os nuestros antepasaus.
53. En nombre de Santa Orosia
ye obligau reconozer
os grandismos esfuerzos
de tantisma güena chen.
54.En ista zaguer añada:
os arreglos d’o Camino
y declarando ista Montaña
como paisaje protegido.
55. Y pa poder rematar
a chanzoneta y os dichos
yo tos encargo y suplico:
¡Si algo tos ha molestau,
que lo ejéis en l’olbido!
35. Si tiens problema de sueño
te adormirás si yes pastor
al cabo e tarde acabas canso
como un can cortejador.
45.Pero en ixe afán de escusar
no baigas a no gastar
cuan se trata de l’agua
en a higiene personal.
36. No siempre fa güen orache
ormino te tendrás que amallatar
en o primer cado u cubilar
que p’astí te puedas trobar.
46.Pai que bas marcando
o terreno como os cans,
que yes un ombre que eja rastro
pero no por tu personalidá
37. Chalamancau rematarás
cuan tiengas que esquirar.
As ancas y ros riñons
no ejarán de fer-te mal.
47.Que o bayo que bas ejando
en a nariz s’eja notar
y prezisamen no son rosas
o qu’ejas allá t’ande bas.
38. No cal que fagas un máster
ni formazión a distanzia,
nomas una miaja e talento
y echar-le un siñal de ganas
pa que no acaben as bacas
enronadas en o suyo fiemo.
48.Más se paize a ra ulor
de l’agua que antes más
n’ixe cobalto de Yebra
de ra fuen d’os Palomos
no paraba de manar.
39. Ya nadie quie estar mayoral
ni os campos suyos labrar,
sincusas to ro mundo dan.
Dizen que ye mal ofizio
y con tarcual benefizio
pero yo con as mías bacas
corders, güellas y crabas
pa comer cosa me falta.
Mayoral
MARTIRIO DE SANTA OROSIA
49.O unico que pai
que no le ha tocau a crisis
ye o Güesqueta de fútbol
que no para e poner gols
en a segunda dibisión.
1er. LANZANTE:
Punto
56. ¡Pos yo en nombre de toz,
Orosia, lizenzia tos pido
pa poder esplicar
con tu grazia y con tu ausilio,
57. a iste auditorio que está
asabelo qué atento y benigno,
con conzieto d’ascuitar
a tuya bida y prodigios!
Punto
Canta
58. Te conozié n’iste Puerto
me prendé de tú y d’a Santa
dende antonzes siempre biengo
porque si no, algo me falta
Punto
50. Tampoco no ye to desgrazias,
bien qu’escusan as mozetas
en os bestidos a tela,
Yo tos charraré d’a benida d’Orosia
dende Bohemia enta istas montañas:
59. ¡De Bohemia yera Orosia
y d’Igipto natural,
pa onra d’ist’Alto Aragón,
ta Yebra se’n bino a coronar!
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60. Llegó t’o monte de Yebra
y bido á un mesache sembrar:
- ¡Labrador, güen labrador!
¿me dirá qué ye o que sembra?
- ¡Trigo sembro, mi señora,
pos ye o propio d’ista demba!
61. Antonzes contesta Orosia,
biyendo benir o martirio:
-¡Mañana á punto e día
podrá usté segar o trigo!
62. mesache se’n fue ta casa
y d’ixo no’n fizo miaja e caso.
¡Ya marchón n’a mañanada
os pastors con os ganaus!
63. ¡Ya ascape astí s’alcontrón
con que o trigo d’ixa demba
yera un sementero granau,
perfeuto pa ser segau!
3er. LANZANTE
Yo tos charraré d’o martirio d’Orosia
y d’os suyos acompañantes:
71. Mandó o rei formar as tropas,
comenzipión a escalada.
En llegaus ta Cruz d’a Gualda,
luego bidon ande estaba.
72. ¡O rei moro con a espata
esfilorchó as telarainas,
salió a joya guapisma,
d’espanto quedó chelada!
73. O monarca fue escarau,
qu’asinas l’entró a charrar:
- ¡A muerte yo te perdono,
si con yo te quiés casar!
81. -¡Ya fa un rabaño e diyas
qu’o mío ganau no s’abreba,
astí no’n hay gota d’agua!
-¡Yo t’abrebaré o ganau,
y á tú no te faltará cosa!
82. -¡Alza ixa losa, pastor!
Y astí no salió cosa.
-¡Alza ixa losa, pastor!
Y brotó una fuen de sangre.
-¡Alza ixa losa, pastor!
Y brincó una fuen d’agua.
5º LANZANTE:
Yo tos charraré d’o traslau d’os Restos
d’Orosia enta Yebra y enta Chaca:
74.Orosia con boz zereña
ascape le respondeba:
-¡Zien mil bezes yo quió ser,
zien mil bezes egollada,
antes que con bel rei moro
aiga de ser yo casada!
83. Os Restos de Santa Orosia
Los guardó n’a suya mochila.
-¡A Capeza ejá-la en Yebra
y porta ro Cuerpo ta Chaca!
¡Enfilas o camín d’O Puente,
drecho por a Bal Estrecha,
asta llegar enta Guasa!
Yo tos charraré d’a persecuzión qu’os
moros le fizon á ra debina Orosia:
75. Antonzes aquel salbaje,
con muita rasmia y angluzia,
á l’umilde Santa Orosia
lastimosos golpes daba.
84.¡As campanas d’as ilesias
d’os lugars por ande pasaba,
en biyendo tan gran miragro,
por sí solas s’abandiaban!
65. ¡Ya a pionada s’enzamarraba,
ya bidon pasar cozcoz
muita chen qu’en son de guerra
por Orosia preguntón!
76. Le matón á os suyos ermanos,
San Cornelio y San Azisclo,
pa bier si s’acotolaba,
y asinas palabra daba.
85. Elante O Portal d’as Monjas,
cantando as suyas grandezas,
o Cabildo y o Conzello
á nuestra Santa aguardaban.
66. -¿Por bel casual ha pasau
bella siñora puyando,
con donzellas y criaus
que l’iban acompañando?
77. Dimpués le cortón os pechos
con ixa espantosa espata.
Ya le cortan a capeza,
por tres bezes espadata.
86. Dende astí ent’a Catedral
marchón toz en prozesión
y en a izquierda d’o Sagrario
o Cuerpo d’Orosia ejón.
67. -O diya que sembré ista demba
me pai que po astí pasón.
O rei moro enzenegau,
á esgrituziar emprendió:
4º LANZANTE:
68. -¡Empentaremos ta l’alto,
feremos güen resacau,
qu’ascape l’alcontraremos
t’andequiera aiga pegau!
78. Cuerpo d’Orosia esbrusau
y os d’os suyos acompañantes
astí quedón n’iste mon,
pa qu’as fieras los minchasen.
87. O bentizinco e chunio
Se zelebra a suya fiesta,
s’enseñan as suyas reliquias
y Orosia a suya palabra da,
con os anchels. ¡Amen!
69. Con l’animo acongajau
por ista persecuzión,
Orosia s’iba amagau
en l’ondo d’un cobachón.
79. Mas n’iste Puerto tan gran
nomas un pastor abeba.
D’o zielo se’n bino un ánchel
pa rezibir aquella alma.
88. ¡Qué tos pai, oyentes míos,
qué bida tan miragrosa,
qué inozenzia, qué birtús,
y qué muerte tan dichosa!
70. ¡Asta as mesmismas arañas
á efendé-la se’n binon!
¡Pa qu’Orosia s’ocultase
un gran enrejau le fizon!
80. L’anchel le ijo á o pastor:
-¡Abrás de baxar ta Yebra,
dimpués te’n irás ta Chaca!
mas o pastor s’escusaba:
89. ¡Ánchels se’n bajón d’o zielo
que le trajon a corona,
y en a palma la subión
ellos mesmos enta a Gloria!
64.¡Escopetiau se’n golbió un pastor
y ascape le’n dijo á l’amo!
¡Deseguida buscón peons!
¡Ascape subión a segar-lo!
2º LANZANTE:
Yo tos charraré de cómo o pastor alcontró
os restos de Santa Orosia:
CULMINAZION D’OS ELOGIOS
Mayoral
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90. ¡A Suprema Trenidá,
por a suya gran fortaleza,
le otorgó muitas grazias
y muchismas preferenzias!
95. Asinas yo tos espido:
¡Plantar fuerte y no reblar
¡Qu’otra añada n’ista fiesta
nos golbamos alcontrar!
100.¡Asinas tamién quisiera
grazias dar á tanta chen,
que con tan grandisma fe
partizipó n’ista Fiesta!
91. ¡En ixas tronadas fieras
nos efiende de ra piedra,
d’ixas brutas abenidas,
d’os rayos y d’as zentellas!
Mayoral
101.¡Orosia, Santa mía!
¡Mira-te ta tanta chen,
que de tan lejos binon,
agradeze-les a suya fe
y o gran esfuerzo que fizon!
92. ¡En os partos perigrosos
ye asaber qué medianera,
y por ella merezemos
o benefizio de l’agua!
93. ¡Ella cura endemoniaus,
ella á ros enfermos sana,
ella asiste á ro afligido
y á ro que con ferbor la clama!
Cantas
94.¡Biba ra debina Orosia
con su grandismo Martirio!
¡Biba ista fiesta tan biella,
alma d’iste Pirineo!
96. Prenzipiaré á espedir-me
por ixe Templo sagrau,
ixa fuen tan eliziosa
y por iste florido prau!
97. ¡Adiós á Cueba d’Orosia,
lugar d’o suyo martirio,
adiós á ixa Ilesia que fue
d’as suyas reliquias sagrario!
102.Os que escribimos y charramos
podébamos fer-lo millor
pero no tos quede a duda
que se fa con güena intenzión.
98. ¡Adiós á o siñor Retor,
mui querido Mosen José,
y á o siñor Pedricador,
con clero y autoridades!
103.¡Grazias por a buestra atenzión,
de toz busotros yo m’espido!
¡Dios nos dé a Gloria Eterna
por os siglos de ros siglos!.
99. ¡Pa rematar, Santa mía,
recordanza imos de fer
de toz os debotos tuyos
qu’en ista zaguer añada
ta la otro mundo se’n fuen!
ROMEROS:
CRUCES:
BANDERAS:
Galliguera:
Casa Satué de Arto
Arasilla
Arto
El Puente
Estallo
Fanlo
Ibort
Jabarrella
Lanave
Latre
Orna
Puente Sardas
Espín
Orús
Fanlillo
San julián
Yebra
Sobás
San román
Isún
Sardas
Allué
Osán
Satué
Latas
Jabierre
Larrede
Olibán
Susín
Casbas
Bergusa
Ainielle
Otal
Bergua
Cortillas
Gavín
Yésero
Biescas
Puente Sardas
Sabiñánigo
Ceresola
Estallo
Fiscal
Chimillas
Cortillas, Cillas y Sasa
Sobás
San Julián
El Puente
Escartín
Barbenuta
Gavín
Bergua
Yebra (grande, pequeña y de los
niños)
Guarguera:
Casa Blasco de Sandiás
Abenilla
Alabés
Arraso
Artosilla
Belarra
Bescós
Ceresola
Fenillosa
Gésera
Ordovés
San Esteban
Villacampa
Villobas
Yéspola
Valle Mangueta:
San Vicente
La Sotonera:
Chimillas
Bohemia
Bergua
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Enterramientos en el interior de la iglesia de Yebra
Graciano Lacasta Estaún
Aclaraciones previas
1. Fuente: La información ofrecida a continuación
está tomada, en su mayoría, de los cuatro Libros
Sacramentales de la Parroquia de Yebra. Abarcan
desde 1577 hasta 1860. El texto original se escribe
directamente en letra cursiva, sin comillas al inicio
ni al fin de la cita. Para indicar el lugar exacto
de donde se extrae la cita, el número romano se
refiere al nº de Libro Sacramental (I-II-III ó IV) y
la cifra árabe al nº de folio. Si a ésta le sigue una r,
se trata de la cara del reverso del folio señalado.
2. Nombre de las casas: Por tratarse de la situación del
pueblo hace entre 200 y 400 años, resulta difícil
identificar algunas de las casas de entonces con
las actuales. Otras parece que por entonces aún
no existían. Algunas han desaparecido. Por eso se
recurrirá al uso del signo de interrogación cuando
se carezca de seguridad o se trate de una mera
hipótesis.
3. Plan de trabajo: Presentamos y analizamos, primero,
dos relaciones diferentes de los propietarios de
sepulturas dentro de la iglesia, aprobadas por el
obispo de Jaca. Y estudiamos, después, las 217
actas de defunción, correspondientes a tan sólo
90 años, en las que se dice expresamente que su
cuerpo se enterró en la Yglesia Parroquial. De este
análisis se desprende que el número de sepulturas
en el interior de la iglesia era muy superior al
reconocido legalmente por la autoridad epicospal.
Aludimos al probable conflicto obispo-vecinos
que explicaría este desajuste, e indicamos, al final,
algunas características de dichas sepulturas, así
como la localización aproximada de algunas de
ellas dentro de la iglesia.
I. Primeras noticias
i bien es necesario admitir que desde la
construcción de la primitiva iglesia románica de
Yebra debieron llevarse a cabo enterramientos en
su interior, como era habitual en todos los templos
por esas fechas, también es preciso reconocer que los
primeros testimonios que nos ofrecen los documentos
parroquiales sobre este tema son los siguientes:
1613: En el Inventario de todas las Jocalias y Hornamentos
de la Yglesia Parroquial del lugar de Yebra del año 1613
se incluyen: Dos Lapidas (I, 178)
1630: A 24 de octubre de 1630 fue sepultado en la
Yglesia Parroquial de Yebra Mossen Mathias Allue,
Retor de Gesera -nacido en casa El Señor-.
El 14 de diciembre fue enterrado en la Yglesia parroquial
Francisco Ferrero... (I, 173).
1661: Librada de Bergua murio en la parroquia de
San Vicente y dejo dicho a sus executores la trajeran a
sepultar a las sepulturas de sus padres que estan en la
Higlesia Parroquial de Yebra y assi se enterro en ella a
10 de Marzo de 1661... (II, 207)
1671: Juan de Latas Hermitaño -casa Capellán- murio a
8 de Abril de 1671, recivio los sacramentos de penitencia
y extremauncion, no comulgo por impedimento, no
hizo testamento que era pobre, enterrose en la Higlesia
parroquial de Yebra. (II, 211r)
1683: A 11 de Noviembre murio Pedro de Allue -casa
Juan d’Allué- ..., se enterro más abajo de la columna del
pulpito, en una sepultura contigua a otra que es tenida
por de la casa de Juan de Allue, hermano del dicho
difunto, y esta sepultura en que se enterro Pedro Allue
quiere el Sr. Obispo Don Miguel de Frias se assiente en
este libro y que este assiento valga ... por derecho perpetuo
de sepultura a los de casa del dicho Juan de Allue, y por
verdad lo escrivi yo el infrascrito a 14 de Enero de 1684.
Orencio Bergua Rector de Yebra (II, 221).
1684: ... murio Miguel Espierre (¿Casa El Correo?) ...
su cuerpo se enterro en una sepultura mas abaxo de la
columna azia la Capilla del Rosario (ibidem).
II. Propietarios de sepulturas en el interior de la
iglesia
A) Primera lista: año 1686
Por quanto diferentes personas tienen derecho a
Sepulturas dentro la Yglesia Parroquial de la Villa de
Yebra y nos ha constado, por legitima probanza y dezir
de testigos, que las personas que se nombraran abaxo
tenian Drecho a las sepulturas que alli se nombraran y
que las escrituras que les concedian dichos drechos hoy
han perdido, para que en adelante conste y que no se les
ponga estorbo a dicho drecho, concedemos las presentes, y
para que no se les puedan perder... mandamos al Rector
copie fielmente este mandato y lo tenga en el archivo de
la Yglesia.
Con estas palabras inicia el obispo Miguel de
Frías, en 1686, la primera relación que conocemos
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8. Pedro Fenestra: -casa Mariamaza- Dos sepulturas
delante la Puerta del Cementerio.
9. Maria de Bergua: -casa El Majo- Mujer de
Pedro Esquer, para los dichos y sus difuntos de este
matrimonio: Una Sepultura delante el rexado del
Coro, al lado la Pila de Agua Bendita.
Losa de lápida en
Yebra de Basa
de sepulturas dentro de la iglesia de Yebra. En ella
se detalla el nombre del propietario, número de
sepulturas y su localización.
1. Juan Escartin: -casa Escartín- Tres sepulturas,
una delante de la puerta del granero. Ésta es de
parvulos. Otra a la parte de afuera de la misma
puerta del Coro. La otra al Pilar del Pulpito, al
lado sepultura que debe ser de Mossen Joseph Perez.
2. Pedro Cañardo: -casa Cañardo- Tres sepulturas
en medio el coro, las tres juntas, por la una parte
confrontan con la pared de la Pila Bautismal.
3. Lorenzo de Fanlo: -casa Polonia- Una sepultura,
confronta con Sepultura que dicen ser de Jusepe
Squer.
4. Miguel Esquer: -casa Sastre Alto- Una sepultura,
confronta con sepultura de Julian Piedrafita junto
Capilla del Rosario.
5. Agustin Perez: -casa Pérez- Cinco Sepulturas, una
entre la columna y Presbiterio, al lado la Capilla
de Sta. Orosia. Dos frente el Pulpito en mitad de la
Yglesia, queda espacio a una sepultura entre las dos.
Otra a la Puerta del Coro de dicha Iglesia a la parte
de afuera. La otra entre la Capilla del Rosario y la
Puerta del Cementerio.
6. Juan de Allue: -casa Juan d’Allué- Sepultura mas
abaxo a de la Columna del Pulpito, donde tiene
derecho a otra contigua a ella, cuyo derecho no
habia antecedentemente constado.
7. Jusepe Esquer: -casa Eusebio- Una sepultura
entrando en la Yglessia a seis pasos de la Puerta
principal mas abaxo la Columna del Pulpito. Y
por cuanto el dicho (Escuer) tenia otra dentro de la
Yglessia, que aora es granero. Por tanto se le concede
el derecho de hacer otra al lado de esta de siete pies
de largo y tres de ancho.
10. Juan de Saras: -casa Arilla- Una Sepultura
arrimada a la Pared del Cementerio. La cual
Sepultura estaba fuera de la Yglesia antes que esta
creciera, y aunque hay mandato de Visita que los
que tenian Sepulturas en el Cementerio y las han
coxido despues dentro la Yglesia, caso ussar de ellas
habian de dar 50 reales ... El dicho Juan de Saras
ha hecho ... en dicha Yglessia... le concedemos el
drecho.
11. Juan de Lorau: -antigua casa El Boticario/
¿Lardiés?- Sepultura entrando en la Yglesia a mano
izquierda confronta con la Pared y con Sepultura de
Lorenzo de Fanlo.
12. Martin Sanclemente -casa Juan d’Allué-, Miguel
Esquer, Martin Fenestra, Domingo Ferrer y
Francisco de Saras -casa Arnalda-: Como tienen
derecho a enterrarse en dos sepulturas delante la
Capilla de la Virgen del Rosario y, muertos los dichos,
las dos dichas sepulturas quedan de la Yglessia.
Posteriormente, no se indica la fecha exacta, se
añaden a esta lista otros dos propietarios:
13. Felipe Grasa: -casa Jalle- Sepultura dentro la
misma Yglesia, confronta con sepultura de delante
la esquina del Coro hacia la Pila del Agua Bendita.
(Parece tratarse de una sepultura que con
anterioridad había pertenecido a Cosme de Allue
-casa El Señor-).
14. Julian Piedrafita: -casa El Señor- Sepultura dentro
la Yglessia al pedestal de la Capilla del Rossario,
que era de la Casa de Cosme de Allue, y por haber
muerto este sin sucesores de sangre, era de la Yglessia,
y le habemos hecho Don de ella (II, 221r-222r).
Esta relación nos habla de 26 sepulturas situadas
dentro de la iglesia, con escritura que acredita su
propiedad a trece familias del pueblo. Siete de
ellas disponen de una sola sepultura, mientras que
el resto cuentan con 2, 3 ó 5. Llama la atención el
caso de las dos reseñadas en el nº 12, destinadas a
cinco personas diferentes. Su propiedad pasará a
la parroquia, una vez que éstas fallezcan. ¿Querría
agradecer la parroquia, de esta forma, posibles
trabajos prestados desinteresadamente por estos cinco
feligreses? ¿Habrían destacado, quizá, con su trabajo
en la construcción del nuevo templo parroquial, o
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en las obras de la iglesia del Puerto, concluida tan
sólo diecisiete años antes? Tampoco debe extrañarnos
que una misma casa tenga dos titularidades distintas,
como es el caso de casa Juan d’Allué. En las sepulturas
sólo se podía enterrar a los sucesores de sangre, Martín
Sanclemente no reunía esta condición, era yerno
en segundas nupcias. Había acudido a la casa para
suplir la muerte prematura del heredero. Lo mismo
ocurre en casa El Señor, el obispo accede a otorgarle
la propiedad a Julian Piedrafita, por muerte del
heredero Cosme de Allué sin dejar sucesión.
Lápida del interior
de la iglesia de San
Ginés de Espín.
No debía diferir en
mucho a las de Yebra
B) Segunda lista: año 1788
Todo indica que en los años siguientes a 1678 otras
muchas familias del pueblo adquirieron sepulturas
dentro de la iglesia. Aunque lo más probable es que
ya las tuvieran de antes, pero que en aquella fecha no
les fuera reconocida su propiedad. Ciento diez años
más tarde de la primera lista, hallamos otra relación
de sepulturas dentro de la iglesia recogida en el Acta
de Visita del Obispo D. Antonio López Gil, el 5 de
septiembre de 1788. Éste da instrucciones al párroco
para que no entierre en la iglesia más que a quienes
cuenten con el debido título de propiedad de su
sepultura.
...Con arreglo a lo resuelto por Su Majestad en
su real cedula del mes de Abril, el año pasado de 87,
rogando no entierre persona alguna en la Yglesia que no
tenga Drecho de propia sepultura en virtud de legitimo
título por Nos aprobado ò que justifique de otro modo en
debida forma, no consintiendo extender los títulos que
hubiere â otras personas que hayan en ellos contenidas
y privilegiadas, ni le hayan de permutar, vender ni
alargar sepulturas, a fin de que en todo tiempo conste
las sepulturas propias que haya en su Yglesia y pueda
mas exactamente cumplir con esta providencia ... El
prelado manda comprar un libro donde se anote cada
una de las sepulturas con los títulos aprobados y sus
confrontaciones (III, 298r-299).
Registro de los títulos de sepultura en la Yglesia
Parroquial de la Villa de Yebra presentados y
aprobados por el Obispo de Jaca, D. Joseph Antonio
López Gil, el año 1788:
1. Primeramente se presentó y aprobó uno de dos
sepulturas a favor de Pascual Pérez y los suyos.
2. Otro a favor de Agustín Pérez, para enterrar
párvulos, y sin descendientes de sangre.
3. Otro de otra sepultura a favor de Juan de Allué y
sus descendientes por línea recta masculina para
enterrar sus hijos parvulos.
4. Otro a favor de Juan de Allue y sus descendientes,
una sepultura.
5. Otro de otra a favor de Juan de Lacasa, para él y sus
herederos descendientes de sangre.
6. Otro de otra sepultura de Pedro Pueyo y sus
descendientes.
7. Otro de otra sepultura a favor de Don Domingo
Lapuente y sus descendientes.
8. Otro a favor de Mosen D. Domingo Lapuente y sus
descendientes.
9. Otro de otra a favor de Juan Baleta, sus hijos y
descendientes.
10. Otro de otra sepultura a Mosen Francisco Laplana
y sus descendientes.
11. Otro de otra sepultura a favor de Domingo Buesa,
su suegro Phelipe Laplana y descendientes del dicho
Buesa.
12. Otro de otra sepultura a favor de Theresa Laguardad
y sus descendientes.
13. Otro de otra sepultura a favor de Thomas Morel y
sus descendientes.
14. Otro de otra sepultura a favor de Joseph Escuer y sus
descendientes.
15. Otro de revalidación de otra sepultura a favor del
mismo Joseph Escuer y sus descendientes.
16. Otro de otra sepultura a favor de Joseph Campo, sus
hermanos y descendientes.
17. Otro de dos sepulturas â Agustín de Campo para sí
y sus sucesores en sangre.
18. Otro a favor de Juan Antonio Allué y sus
descendientes.
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19. Otro de otra sepultura a favor de Mathias Escartín,
su Muger e Hijos descendientes y parientes que en su
Casa murieren.
20. Otro de otra sepultura para el dicho Mathias
Escartín, sus herederos y sucesores constituyentes una
familia.
21. Otro de otra sepultura a favor de Pedro Escuer, sus
parientes herederos y sucesores.
22. Otro de otra sepultura a favor de Pedro Miguel
Espierrez, sus hijos y descendientes.
23. Otro de otra sepultura a favor de Juan Jordán y su
Muger Phelipa Sorbet, sus hijos y descendientes por
linea recta masculina.
24. Otro de otra sepultura a favor de Martin Jordán y
sus descendientes.
25. Otro de otra sepultura a favor de Juan Botaric y sus
descendientes.
26. Otro de otra sepultura a favor de Andrés Laviña,
su muger, hijos y descendientes que muriesen en su
Casa.
27. Otro de otra sepultura a favor de Phelipe Grasa, sus
descendientes y sucesores.
28. Otro de otra al mismo Phelipe Grasa y sus
descendientes de Grasa.
29. Otro de otra a Silvestre Laguardad y sus
descendientes.
30. Otro de otra a Mathias Gil, a sus hijos y descendientes
que viviesen y muriesen en su Casa y herederos de
esta.
31. Otro al mismo y a sus descendientes.
32. Otro de otra â Antonio Gil para enterrar parvulos,
así de dicho Antonio Gil como de los suyos que
murieren en su Casa.
33. Otro de otra a favor de Juan de Saras y los suyos.
34. Otro de cinco sepulturas a favor de Joseph Cañardo
y sus herederos.
Los cuales titulos fueron presentados y aprovados por
S.Il., -el Obispo- y para que en todo tiempo conste de
su orden, pongo la presente que firmo en visita a la villa
de Yebra â 6 de Septiembre de 1788. Dr. D. Manuel
Placido (III, 300-302).
Identificación de las casas:
Propietarios
Casa
Pascual Pérez (1.) y Agustín Pérez (2.)
Pérez
Juan Allué (3. y 4.) y Juan Antonio Allué (18.)
Juan d’Allué
Juan Lacasa (5.) y Pedro Pueyo (6.)
Lacasa
Don Domingo Lapuente (7.) médico y
Mosen Francisco Lapuente (8.) Capellán de Sta. Orosia
Capellán
Juan Baleta (9.)
Carpintero
Mosen Mathias Laplana (10.)
Cura Regente de Yebra 1783-85
Boticario Viejo (¿Lardiés?)
Domingo Buesa (11.) + su suegro Phelipe Laplana
Laplaza(?)
Theresa Laguardad (12.) y Silvestre Laguardad (29.)
Albeita
Tomás Morel (13.)
Morel
Joseph Escuer (14. y 15.)
Eusebio
Joseph Campo (16.) y Agustín Campo (17.)
Campo
Mathias Escartín (19. y 20.)
Escartín(¿Lafuerza?)
Pedro Escuer (21.) y Pedro Miguel Espiérrez (22.)
Majo
Juan Jordán y su Mujer Phelipa Sorbet (23.)
Pabla
Martín Jordán (24.)
???
Juan Botaric (25.)
Balera(?)
Andrés Laviña (26.)
Pepa/Baldomero(?)
Felipe Grasa (27. y 28.)
Jalle
Mathias Gil (30. y 31.) y Antonio Gil (32.)
Valentín
Juan de Saras (33.)
Arilla
Josef Cañardo (34.)
Cañardo/Pelaire
TOTAL
Nº de sepulturas
3
3
2
2
1
1
1
2
1
2
3
2
2
1
1
1
1
2
3
1
5
40
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Muchos de estos titulares, pertenecientes a 21
familias del pueblo, ya no vivían en 1788. Algunos
lo hicieron incluso dos siglos antes. Pero la escritura
de propiedad figuraba a su nombre y así la transferían
a sus herederos. Hay sepulturas de reciente
construcción, como la de Juan Botaric, de profesión
calderero, abierta en 1759: A 13 de Agosto murió Juan
Botaric francés, domiciliado en Yebra, de 52 años. El
mismo dia se le concedió por el Sr. Obispo para él y
sus descendientes Drecho para una sepultura, y que yo
señalase confrontaciones en el Libro de la Cura, y en su
cumplimiento el día 14 señalé el sitio y confrontaciones
y son por la frente azia el Altar Mayor, con sepultura de
Mathias Jordan, y por detras, con el Rexado del Coro y
Pilar para su arco, por la mano derecha, con sepultura
de Martin Juan Lopez, y por la izquierda, con sepultura
del dicho Mathias Jordan que esta en la Nave del medio,
y se enterró en ella el mismo día 14.
Pedro de Torres Retor de Yebra (III, 265r-266).
Parece que la parroquia siempre dispuso de
sepulturas vacías, como en el caso siguiente: Josepha
Turbirez falleció el 24 de Diciembre de 1779, natural
de la Villa de Bolea... dispuso fuese enterrada en esta
Yglesia Parroquial, y conformandome a esto se enterró
en una sepultura vacante, ofreciendo su Marido Pedro
Lobaco -médico- pagar su Drecho en la Visita y 200
Misas (III, 290).
III. Registro de enterramientos dentro de la
iglesia
1725-1739: Hasta la llegada a Yebra del Rector Dr.
Antonio de Hena el año 1725, las actas de defunción
en el Libro de los Muertos no especifican el lugar
de enterramiento de los difuntos. Ya en su primera
anotación del 23 de agosto de dicho año podemos
leer: Ana María de Casbas, viuda de Bartholome
Escuer, -casa Eusebio- enterrose en las Sepulturas de su
cassa en la Yglesia (II, 253). Gracias a esta fórmula
que acompaña al nombre de muchos de los difuntos
anotados en el Libro de la Parroquia nos es posible
conocer el número de enterramientos efectuados en
el interior de la iglesia. En los 15 años que dura la
rectoría del Dr. Antonio de Hena se consignan 121
fallecidos en el pueblo. De ellos, 51 son enterrados
en las Sepulturas de su cassa en la Yglesia. Del resto se
escribe: enterrose en el Cementerio de esta Parroquia.
1757-1832: También los tres párrrocos que rigen
la Parroquia en este periodo de tiempo: D. Pedro
de Torres, D. Lorenzo López y Latrás y D. Juan
Francisco López de Villacampa indican el lugar de
enterramiento de cada difunto. En los 75 años que
median entre estas dos fechas se contabilizan en el
pueblo 309 fallecidos. De ellos son enterrados en el Lápida decorada con
interior de la iglesia 166. El último enterramiento, grecas y elementos
documentado, dentro de la iglesia fue el de María vegetales en Sobás
San Román, fallecida el 13 de marzo de 1832, de 40
años, casada con Urbez Ciprés, de casa El Señor. De
ella se dice, por última vez, que: se enterró su cuerpo en
la Yglesia en sepultura propia de la casa (IV, 411).
Más sepulturas dentro de la iglesia
Pero hay motivos suficientes para sospechar que
el número de sepulturas en el interior de la iglesia de
Yebra superaba en mucho las 40 registradas en 1788.
A esta conclusión nos lleva el análisis de cada una
de las 217 actas de defunción en las que se nos dice
expresamente que: su cuerpo fue enterrado en sepultura
de su casa en esta Yglesia Parroquial. Muchos de estos
difuntos enterrados en la iglesia pertenecen a familias
no incluidas entre las 21 nombradas en 1788. Esto
demuestra que dichas familias tenían sepulturas
dentro de la iglesia, y las usaban habitualmente, a
pesar de que no se les reconociera un título legítimo
de propiedad. Es más, algunas de ellas figuraban en
la lista de 1686, como sucede con casa El Señor,
Mariamaza, Polonia y Sastre Alto, para luego
desaparecer en la de 1788.
Ofrecemos a continuación varios ejemplos
de estas familias que, a pesar de no figurar como
propietarias de sepultura dentro de la iglesia en la lista
de 1788, sin embargo, sus difuntos son sepultados
en el interior del templo. Citaremos no más de dos
nombres por familia, aunque a veces sean muchos
más los sepultados en la iglesia. Veremos, de paso,
cómo muchas de estas casas son nombradas por su
nombre actual, y cómo algunas de ellas cuentan
con varias sepulturas dentro del templo. Al final,
aludiremos a las Sepulturas de los Eclesiásticos y a otros
casos especiales.
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*Médico (¿Anglada?): + Mª Francisca Blasco (†1012-1731) Parbula, hija del Dr. D. Antonio Blasco,
médico, enterrose en la Yglesia y su Padre debera pagar
el drecho de la sepultura (II, 201).
+ Miguel Rivera, Médico, Catalán, y domiciliado en
Yebra, de 70 años, se enterró el 29 en esta Yglesia en
sepultura nueva. + Su esposa: Cathalina Fondeyras
(†16-02-1773)... domiciliada en Yebra, de 38 años, se
enterró en esta Yglesia en sepultura nueva (III, 282).
Canastillo de velas de Casa Arilla
Nombre de la casa:
*Carrera: + Martin Juan López -de Carrera- (†1209-1788) viudo, de 80 años, ... se enterró en la Yglesia
sepultura de su casa... + Marco Galindo -de Carrera(†17-11-1788) de 16 años, se enterró en la Yglesia
sepultura de sus Padres (III, 302r).
*Mariamaza: + Pasqual Fenestra (†29-03-1739), de
70 años... enterrose en la Yglesia en sus sepulturas (II,
236) + Pasqual Finestra -de Finestra- (†18-10-1805)
de 17 años... se enterró en la Yglesia sepultura de sus
Padres (IV, 401).
*El Señor: + Nicolas Allue -del Señor- (†21-05-1798)
de 25 años... se enterró en la Yglesia sepultura de sus
Padres... (IV- 398) + Juan Allué -del Señor- (†31-081805) de 60 años... se enterró en la Yglesia sepultura de
sus Padres (IV, 400r).
*Arnalda: Polonia Bescos -de Arnalda- (†23-11-1803)
de 48 años... se enterró en la Yglesia sepulturas de su
Marido Miguel López de Arnalda (IV, 399r).
*Polonia: + Juana Ferrer -de Polonia- (†26-05-1795)
de 63 años, Muger de Mathias Escartin... se enterró en
la Yglesia sepultura de su Casa (III, 305) + Mathias
Escartin (†14-09-1797) de 70 años... se enterró en la
Yglesia sepultura de su Casa (IV, 398).
*Sastre: + Josef Abadias -del Sastre- (†30-10-1817) de
62 años, se enterró en la Yglesia sepultura de su casa...
(IV, 404r).
*Escagüés: + María López y Estallo (†6-09-1817) de
34 años, ... mujer de Josef Villacampa, se enterró en la
Yglesia... (IV, 404r)
*Casbas: -Casa desaparecida- En el testamento de
su último heredero, Simón Casbas, puede leerse:
Que despues de mi muerte sea mi cuerpo sepultado en
la Yglesia Parroquial de Yebra en una de las sepulturas
de mi casa (Escritura del año 1768). + Rosa Muro -de
Campo- (†1802) de 36 años, mujer de Juan Pablo de
Campo, se enterró en la Yglesia sepultura de Casbas.
*Cirujano: Juan de Lorau (†8-10-1733) de 88 años,
Maestro Cirujano, ... enterrose en la Yglesia en su
Sepultura (II, 262).
*Boticario: + Bernardino Laplana, Boticario,
(†16-08-1790) de 55 años, ... sepultose en la Yglesia
sepultura de su casa (III-303r). + Mossen Francisco
Vicente Damián Laplana (†29-11-1757), de 27 años,
Rector de la Villa de Secorún ordenó ser sepultado en
esta Iglesia parroquial de Yebra en las sepulturas de su
casa, lo que se executó el dia 30 (III-263).
*Máximo ¿Madrileño?: Thomasa Pérez -de Maximo(†4-09-1782) de 64 años,… en sepultura de su casa,
abiendome monstrado antes el Drecho legitimo por
escrito (III-292r).
*Eclesiásticos: +Mossen Pascual Cañardo (†2504-1727) de 73 años... Enterrose en el entierro de los
eclesiasticos de esta Yglesia (II, 255). + Moss. Juan Lopez
(†25-12-1732) de 78 años, Beneficiado de esta Santa
Yglesia ... Enterrose en una de las sepulturas destinadas
en esta Yglesia para eclesiasticos (II, 261r-262). + Moss.
Miguel de Casbas (†5-07-1734) de 86 años, Presbitero
Beneficiado de Yebra, fue sepultado en la Yglessia de
esta Parroquia, en uno de los Lugares destinados para
los Eclesiasticos (II-263r). + D. Pedro La Cassa (†
27-04-1736), de 58 años, Rector de Sabinianigo, fue
sepultado en esta Yglesia en el Lugar destinado para
los Eclesiasticos (II, 230). + Don Francisco Domingo
Eusebio Escuer, Vicario de Espín y Fablo (†1-02-1764)
de 39 años, natural de Yebra, se enterró en esta Yglesia
en las sepulturas de los Eclesiasticos (III, 260). + Dn.
Pedro Pascual Escuer, Rector de Xillué, (†3-02-1766)
de 81 años, natural de Yebra, hermano de Eusebio
Escuer... se enterró en las Sepulturas de los Eclesiasticos
(III, 262r). + Dr. D. Lorenzo López y Latrás (†30-101823) de 82 años, Cura Párroco (40 años) que fue de
la Yglesia Parroquial del Señor San Martín de la Villa
de Yebra, se enterró en la Yglesia en una de las sepulturas
destinadas a los sacerdotes...(IV, 406r).
*Monje: Don Francisco Mariano Allué, Monge del
Monasterio de San Juan de la Peña (†19-11-1814) de 82
años, se enterró en la Yglesia Parroquial de Yebra en una
sepultura contigua á la Pilastra del lado del Evangelio...
Sus Parientes de la Casa de Allué... (IV, 403r).
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*Sirviente: Cathalina Ballarin († 4-03-1739) de 40
años, mujer de Domingo San Román -ambos sirvientes
en casa Eusebio- ... enterrose en la Yglesia en sepultura
de su Marido (II, 235).
*Capilla y sacristía funeraria de la Virgen
del Pilar: Cuando se construye el actual templo
parroquial (1642-1645), el entonces párroco de
Yebra, Mosen Pedro Pérez, sufraga los gastos de
una capilla lateral y su sacristía del costado norte, a
la vez que instituye en dicho lugar la capellanía de
la Virgen del Pilar, dotada con recursos suficientes
para el mantenimiento de un capellán permanente.
El retablo de esta capilla se expone actualmente en el
muro sur del coro. El fundador de estas capellanías
solía reservarse el derecho de sepultura dentro del
recinto por él costeado. Lo más probable es que los
restos descubiertos en el subsuelo de dicha sacristía
con ocasión de su reciente restauración pertenezcan
al mencionado clérigo Mosen Pedro Pérez.
y pues gozan de este privilegio, tambien acudan con algo
a beneficio de dicha Yglesia. Por tanto mandamos a los
que tenian dichas sepulturas en el ciminterio, que aora
las tienen dentro la Yglesia, para poder gozar de ellas,
hayan de dar a dicha Yglesia a cinquenta reales por
cada una, y si no las quisieren, que el dicho rector les
asigne sepultura en el Ciminterio añadido, de manera
que no se haga perjuicio a nadie. Salvador Alastuey, de
visita en la Villa de Yebra a 19 Se(tiembre) 1648 (II,
33r-34).
Pero algunos vecinos de Yebra no debieron acatar
esta orden, negándose a pagar ningún derecho por el
uso de sus sepulturas de toda la vida. Esta negativa
motivó que durante más de un siglo asistamos a
un sin fin de mandatos episcopales exigiendo su
cumplimiento:
Lápida del interior
de la iglesia de San
Ginés de Espín
Del conjunto de datos hasta aquí examinados,
es lícito suponer que el número de sepulturas en el
interior de la iglesia bien pudo alcanzar, e incluso
superar, la cifra de sesenta. Cuando algún día se
levante la tarima que hoy recubre su suelo, quizá se
obtenga información más exacta.
IV. Conflicto prolongado entre el obispo y los
vecinos de Yebra por impago del Drecho de
sepultura en la Yglesia
al vez sea la existencia de este conflicto lo
que nos ayude a entender el hecho de que
ciertas sepulturas del interior de la iglesia no fueran
reconocidas legalmente por el obispo. Y que tampoco
el párroco se atreviera a negar a las familias que
hicieran uso de aquellas sepulturas que desde hacía
siglos les habían pertenecido. El problema debió
surgir con la construcción de la actual iglesia en
1642. Al ser ésta mucho más ancha que la anterior,
muchas sepulturas del cementerio que rodeaba al
anterior templo románico quedaron dentro de la
nueva iglesia. El prelado ordenó que cada una de estas
sepulturas pagara su correspondiente Derecho, que
fijó en 50 reales por sepultura. Cantidad excesiva para
una época en la que el sueldo diario de un profesional
no superaba los tres reales.
La primera noticia de este conflicto data de 1648.
El Visitador episcopal escribe: Por quanto quando
havemos visitado dicha Yglesia havemos bisto que
dicha Yglesia a costas de los bienes de la primicia se ha
ensanchado mucho, de manera que muchas sepulturas
que estaban en el Ciminterio estan dentro de la Yglesia,
1678: Mandamos (al Rector) no de lugar a que se
entierre en la Yglesia sin que primero exiban el derecho
de las sepulturas (II, 218r).
- 1680: Mandamos al Rector que en tiempo ni manera
alguna de lugar a que en su Yglesia se entierre difunto
alguno que no tenga legitimo derecho de sepultura en
pena de diez libras jaquesas. Y que los que tienen dicho
derecho no lo puedan prestar mas que a sus descendientes
(II, 219r).
1682: Que de oy en adelante, en los asientos de los
difuntos, (el Rector) ponga el puesto y lugar donde cada
uno se ha enterrado con distincion y claridad, en pena
de diez ducados (II, 220r).
1686: Mandamos al Rector no dexe enterrar a nadie
dento la Yglesia que para ello no tenga licencia in
scripsis nuestra o de nuestros antecesores... y que observe
y guarde lo que hemos dispuesto (221r).
1699: Cincuenta años más tarde del primer mandato,
el conflicto seguía vigente, a pesar de la considerable
rebaja del citado derecho, reducido a 20 reales: Por
quanto... havemos allado se deven a dicha Yglesia los
drechos de fabrica, que algunos, que tienen sepulturas
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Canastillo de velas de Casa Capellán
en ella estan obligados a reconocerlas y pagarlas...
decretamos, se le contribuyan a dicha Yglesia veynte
Reales por cada una de dichas sepolturas, y mandamos a
los que han obtenido lizencia para ellas y las han avierto,
satisfagan sin dilacion dicha cantidad... (II, 230).
1708: Porque en diferentes visitas de nuestros Predecesores
y Visitadores hallamos haverse mandado pagar dos
Libras Jaquesas por cada una de las sepulturas que se han
abierto en la Yglesia, o, tienen drecho para abrirlas desde
el año 1648 hasta de presente, y constarnos no haverse
cumplido con esta obligacion. Por tanto mandamos
a los interesados en dichas sepulturas que paguen con
efecto dichas dos Libras Jaquesas... por todo el mes de
Deziembre de este presente año. Y lo contrario habiendo
pasado dicho termino, queremos queden privados del
drecho de tales sepulturas y no puedan enterrarse en
ellas sin nuestra nueva licencia. Y para el cumplimiento
de este mandato, ordenamos al Retor no permita que
ninguno de dichos interesados en dichas sepulturas ni sus
descendientes se entierre en ellas. Don Matheo Foncillas,
Obispo de Jacca de visita en Yebra à 14 de Octubre de
1708 (II, 236r).
Todo indica que este conflicto nunca se resolvió,
porque en 1771 el obispo aún seguía insistiendo
con todo rigor en la misma prohibición: Mandamos
al Cura no permita habrir sepultura alguna en la
Yglesia sin que primero le muestren legitimo Drecho
por escrito, y si razones tubieren, acudirán a Nos que
providenciaremos lo conveniente (III, 280r). Algunos
párrocos, como hemos visto, desoyeron la obligación
de indicar el lugar donde se enterraba al difunto. Así
evitaban la sanción de su superior y, a la vez, no se
enfrentaban a la firme voluntad de sus feligreses.
V. Características y localización de
sepulturas del interior de la iglesia
las
os detalles conocidos sobre las características de
estas sepulturas son más bien escasos. Sabemos
que medían: siete pies de largo y tres -o tres y medio-
de ancho (II, 222). Su estructura de piedra dotaría
al suelo de la iglesia de un enlosado bastante regular,
formado por filas de sepulturas, tal como se aprecia
en algunos templos restaurados. A ello alude un
mandato episcopal de 1650: Mandamos a todos los
que tienen sepulturas dentro de la Iglesia que se ofreciere
haberlas de abrir, las buelvan a empedrear (cerrar con
piedra) de la manera que hoy estan... (II, 44). Otro
documento habla de que: Para mayor claridad se
pondrá en la sepultura un aro o marco en el que se podrá
grabar el nombre del dueño, y de su cassa (año 1716).
Las sepulturas del interior de la recién restaurada
iglesia de Espín quizá puedan servirnos de referencia.
Es probable que, como allí, sobre la gran losa que
cubre cada sepultura estuviera grabado el nombre
de la familia propietaria. Si se trataba de familias
infanzonas, figuraría también su escudo, como se
desprende del mandato dirigido al dueño de casa
Eusebio: Mandamos â Pascual Escuer que en el preciso
termino de ochos dias mande quitar la cruz que esta en
el Escudo de sus Armas sobre la sepultura que tiene en la
Yglesia, por estar expuesta a mil profanaciones y por esta
causa prohivido por Decreto de la Santa Ynquisicion
colocarlas en los pavimentos. Visita en Yebra a 23 de
Noviembre de 1776 (III, 286).
A pesar de que ya en 1808 se había prohibido
desde Madrid, por motivos de higiene y salud, los
enterramientos dentro de las iglesias, fue en 1832
cuando se dejó de enterrar en el interior de la iglesia
de Yebra. Ese año se llegó el decreto de prohibición
absoluta: Por una vereda prohibiendo el enterramiento
en las Iglesias (Primicia II, 109). Años después de esta
fecha el suelo de la iglesia aún seguía siendo de piedra,
como atestigua una factura de 1860: Por componer
todo el piso de la Iglesia que se enlosó de nuevo, 142
reales (Primicia II, 131r).
El recuerdo de en qué lugar cada familia tenía sus
antiguas sepulturas en la iglesia perduró vivo hasta
mediados del siglo XX. Incluso mucho después de
cubierto el antiguo suelo de piedra con la tarima
actual, era costumbre que las mujeres de cada casa
colocaran sus reclinatorios y canastillos de velas sobre
el lugar donde antiguamente habían sido sepultados
sus antepasados. De esta vieja tradición se hace eco
un mandato de 1717: Mandamos que porque entre las
mugeres de dicho Lugar (Yebra) ay algunos tumultos en
la Yglesia por los asientos y por querer se asienten en
las sepulturas de las que tienen drecho ellas, mandamos
que ninguna tenga aczion de elegir puesto, sino que
conforme lleguen a la Yglesia se asienten en donde les
pareciere... (II, 243r).
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Conscientes de que nuestra información sobre el lugar de cada sepultura en el
interior de la iglesia es incompleta, nos arriesgamos a elaborar una distribución
aproximada sólo de aquellas tumbas de las que tenemos alguna noticia sobre su
localización, advirtiendo que del resto carecemos de información. Las familias que
conserven la escritura de sus sepulturas en la iglesia, encontrarán en ella datos precisos
sobre su localización.
1. Mosen Pedro Pérez (?)
2. Don Francisco Mariano Allué, Monje de San Juan de la Peña
3. Sepulturas de los eclesiásticos (?)
4. Mosen Joseph Pérez
5. Casa Escartín
6. Casa Parroquia
7. Casa Campo
8. Casa Pérez
9. Casa El Sastre
10. Casa El Señor
11. Casa Jalle
12. Juan de Lorau (¿CasaLardiés?)
13. Casa Polonia
14. Casa Eusebio
15. Mathias Jordán
16. Casa Juan d’Allué
17. Casa El Correo (?)
18. Casa Arilla
19. Casa El Majo
20. Casa Juan Botaric
21. Casa Carrera
22. Casa Mariamaza
23. Casa Cañardo/Pelaire
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Más reliquias de Santa Orosia:
Ambel y Belver de Cinca
Ricardo Mur Saura
AMBEL
mbel es una villa de la provincia de Zaragoza,
sita en el Campo de Borja, a 9 km. de la capital
comarcal y con un censo de 371 habitantes. En su día,
tanto la villa como el castillo pertenecieron primero a
los templarios y, a partir de 1308, tras la desaparación
de éstos, a la Orden de San Juan de Jerusalén. Uno de
los empeños de sus comendadores fue la adquisición
y acumulación de reliquias.
Ambel:
Iglesia parroquial de
San Miguel.
Al fondo, capilla de
las Reliquias
La iglesia parroquial, dedicada a San Miguel
Arcángel, fue levantada en el siglo XVI en estilo
gótico-renacentista. En su interior destaca la Capilla
del Santísimo Cristo de las Reliquias, construida a
expensas del comendador Fray Pedro de Monserrate,
benefactor local que llegó a ser virrey de Cerdeña,
en la que se guardan numerosas piezas de orfebrería
y relicarios de todas clases. En 1768 se fundó una
cofradía para organizar y regular el culto al Santísimo
Cristo de las Reliquias, a la que pertenecían todos los
vecinos de la villa.
Además de hacerlo para San Sebastián, el 20 de
enero, Ambel celebra fiestas en honor a las Santas
Reliquias del 28 al 31 de agosto, siendo éstas las
Mayores.
Sería prolijo detallar y hasta contar el número
de reliquias custodiado en esta capilla. Simplemente
diremos que las hay de apóstoles, de mártires, de
fundadores, de religiosos, de confesores y hasta de
beatos y venerables y que, si las contásemos por
decenas, necesitaríamos al menos las manos de todo
un equipo de fútbol, con reservas y todo.
El velo de Santa Orosia
Sin querer ni pretender extendernos más sobre el
asunto, hacemos constar la presencia en dicha capilla
de una reliquia del velo de Santa Orosia. La trajo Fray
José Antonio de Hebrera, de la Orden Franciscana,
en la cual fue Predicador General, Definidor y
Cronista del Reino de Aragón, Comisario Visitador
de la Provincia de Compostela y Secretario General
de toda la Religión. Nació en Ambel el 26 de junio
de 1652 y murió en Zaragoza el 30 de mayo de 1719.
Escribió muchos libros y, además de la de un trocito
del velo de Santa Orosia, dio a la Parroquia de su
pueblo natal las siguientes reliquias: de San Felipe
Apóstol, de San Bartolomé, de San Juan Evangelista,
de Santo Domingo de Guzmán, de San Antonio
de Padua, de San Buenaventura, del hábito de San
Francisco de Asís, de San Pedro Regalado, de San
Ignacio de Loyola, de San Diego de Alcalá, de San
Vicente Mártir, un escarpín de San Vicente Ferrer,
de San Columbano, de San Carlos Borromeo, de
Santa Lucía, una muela de Santa Rufina, de Santa
Emerenciana, del casco de Santa Bárbara y de San
Vitillano Mártir.
BELVER DE CINCA
a villa de Belver se halla en el Bajo Cinca, en su
orilla izquierda, a unos 28 km. de Monzón y a 32
de Fraga. Hay unos 1362 habitantes censados. Al igual
que Ambel, primero perteneció al Temple y, desde
1312, a San Juan de Jerusalén. Su iglesia parroquial, tal
como hoy la vemos, dedicada a la Asunción, se levantó
en estilo gótico-renacentista, a partir de 1583.
Las imágenes y ornamentación interior actual
son posteriores a la guerra civil, al inicio de la cual
desapareció todo lo anterior. No obstante, gracias a
la documentación conocemos con detalle la obra que
albergó, como el retablo mayor churrigueresco, la
imagen de la Asunción, un retablo de San Juan, una
talla muy antigua de la Virgen del Rosario, varios
santos, ornamentos de plata, joyas, las reliquias de Santa
Orosia (mechones de pelo) y huesos de San Blas.
Si conocemos estos datos es porque, en 1936,
previo el incendio de la iglesia y la desaparición
de todo su mobiliario y ornato combustible, así
como del saqueo de todos sus objetos litúrgicos,
al menos los libros parroquiales se salvaron gracias
a la intervención de varias personas y familias que
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se encargaron personalmente de esconderlos y
custodiarlos en sitios seguros hasta el advenimiento
de tiempos más seguros.
Belver de Cinca:
Iglesia parroquial de
la Asunción
Mechones del cabello de la Santa
El relicario con los mechones del cabello de Santa
Orosia aparece en un inventario fechado en 1828,
junto con otro relicario con los huesos de San Blas y
otras jocalías recién adquiridas como dos cálices y una
custodia. Suponemos que fue una nueva adquisición
de la parroquia, que hasta entonces o bien no existía
el relicario o bien se encontraría en otras manos. En
inventarios anteriores no aparece citado.
La reliquia tuvo que salir de Yebra de Basa,
sede de la Cabeza de Santa Orosia. Y aunque es de
sobras conocida la tenacidad con la que se evitaba la
extracción de reliquias, tanto en Jaca como en Yebra,
sabemos que se hicieron excepciones; si bien también
podemos hallarnos ante casos de falsificaciones, nada
extraños, por cierto, a lo largo de la historia.
Postales
Jesús Castiella Hernández
Iglesia de San Román.
Estilo popular del siglo XVIII.
San Román de Basa (Huesca)
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Sucesos precedentes a la muerte de
Mosen Benito Rocatallada
José Ángel Gracia Pardo
adie podía imaginar que lo que empezó
siendo poco más que una travesura, avivada
por los años de miseria que se atravesaba,
fuera a acabar en una tragedia de magnitud
considerable.
Década años 40.
Fiesta de Aineto.
Mosén Benito
acompañando a
los músicos. A la
guitarra de doce
cuerdas Urbano
Borruel, músico
y sastre nacido
en Aineto. Al
saxo y violín
instrumentistas
foráneos sin
identificar
El juicio tuvo lugar en Huesca el día 30 de
noviembre de 1950. El acusado permaneció en prisión
desde el día 13 de diciembre de 1948 (día de su
arresto) hasta el 20 de mayo de 1949 y desde el 5 de
septiembre de 1950 hasta el día del juicio, sumando
en total 8 meses y 2 días, es decir, 6 meses y 2 días más
de la pena impuesta. El juez, el mismo día del juicio,
ordenó su excarcelación inmediata, pues “le abonamos
para el cumplimiento de la pena todo el tiempo que ha
estado privado de libertad por razón de esta causa”.
Pero todo hubiese quedado en una pequeña
escaramuza si el día de su detención no hubiesen
concurrido una serie de sucesos con final trágico.
Todo comenzó cuando Hilario Inocencio Salomón
Lardiés, hijo de Clemente y Jesusa, natural y vecino
de Aineto, de estado soltero, de oficio jornalero, “de
mediana conducta y sin antecedentes penales”, infligió
amenazas contra la persona de D. Lorenzo Palacín
Ascaso de casa Pimpirigallero de Borrés. Con fechas 4
y 10 de diciembre de 1948 y utilizando el nombre de
Fausto Bara, para lo que fue autorizado por su titular,
escribió dos cartas a D. Lorenzo “que las recibió en su
domicilio de Borrés”. En ellas amenazaba con poner en
conocimiento de la Fiscalía Provincial de Tasas la
posesión clandestina de trigo que suponía que poseía.
Así las cosas, le exigía la
cantidad de 5000 Kg. de
trigo o 10.000 pts. Gracias
a la “oportuna intervención
de la Guardia Civil”, no
consiguió defraudar al Sr.
Palacín.
Fue detenido, calificándose los hechos como
constitutivos de estafa en grado de tentativa “penado
en los artículos 529, Nº 1 y 528 Nº 2 del código penal
vigente, ya que el agente, utilizando un nombre supuesto,
intentó defraudar a una tercera persona más de 500 pts.
Y menos de 25.000 pts.” siendo condenado a 2 meses
de arresto mayor y al pago de las costas procesales.
La defensa del procesado, que corrió a cargo del
letrado Sr. Torrente, negó los hechos atribuidos a su
defendido “ya que éste no tuvo intención de defraudar,
sino conocer con certeza el hecho de la posible tenencia de
cereal por parte del Sr. Palacín, para formalizar denuncia
ante la Fiscalía de Tasas”.
Como procurador ejerció el Sr. Abad y ponente el
magistrado D. Manuel Pérez Romero.
Al despuntar el lunes 13 de diciembre del 48, la
guardia Civil se apostó en las calles de Aineto con la
intención de arrestar al presuntamente implicado Hilario
Inocencio. Una serie de informaciones cruzadas
entremezclaban el caso con el maquis, estando alertas las
guardias Civiles de Sabiñánigo y Yebra. En un momento
indeterminado de la mañana, todavía a media luz,
irrumpe en Aineto Mosen Benito Rocatallada, cura
párroco de Cerésola1 (lugar al que eclesiásticamente
pertenecía Aineto), con la intención de conocer de
primera mano la versión de los hechos y mediar ante
la justicia por su vecino y feligrés Hilario Inocencio2.
Tras echarle varias veces el alto y ante la negativa de su
detención (mosen Benito era sordo), un guardia civil,
del cual por respeto omitimos su nombre3 hizo varias
descargas matando en el acto al sacerdote. La
consternación por el desgraciado accidente fue
enorme. Ese mismo día acudió el Prelado de la
Diócesis al pueblo de Aineto, dedicando un Responso
por el alma del finado. El gobierno del Régimen
encubrió el incidente de tal modo que tan sólo hemos
podido encontrar una breve reseña en el semanal El
Pirineo Aragonés.
Mosen Benito Rocatallada Casanova murió a los
cincuenta y siete años de edad, siendo enterrado en el
Castillo de Lerés, lugar al que le unían estrechos lazos
familiares. Sirvan estas breves palabras de recordatorio
al haberse cumplido sesenta años de su muerte.
1
2
3
Benito Rocatallada Casanova era natural de Aragüés del Puerto. Tras
vivir unos años en Zaragoza, ciudad donde sus padres regentaban un
negocio, se traslada al Castillo de Lerés a la muerte de su padre. Era el
menor de tres hermanos y aunque un poco tartamudo, no le impidió en
absoluto para que sacase sus estudios de teología.
De todos es sabido la gran influencia y el poder que tenían los curas en
la posguerra, sobre todo en zonas rurales como la que nos ocupa.
Este guardia civil, tras el lamentable suceso cayó en una gran depresión
de la cual ya no se recuperó, muriendo al poco tiempo.
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Por as bals do se mete ro sol,
de Pep Coll
Traduzión de Óscar Latas Alegre
Yebra de Basa, chuebes, 21 de setiembre de 1899
diya ha alcorzau asabelo. De maitins o sol no
remata encara de salir e de tardada, se amaga
ascape e, cuan te lo bas á mirar, ya se ha ficato por os
mons de debán. Yo tamién soi un poqué canso, mai,
o mesmo que o sol.
Ayere nos dioron notorio de que a sanazión d’os
endemotiatos namás ha lugar una begata á l’año,
o diya de Santa Orosia. Iste diya, que ye ro 25 de
chunio, chusto dimpués de San Chuan, o bispe
de Chaca estapa ra urna d’as relicas d’a Santa y, en
ixe inte en que las amuestra á ros espirituaus, se fa
a curazión miraglosa. Tamién podiemos saper que,
en reyalidá, as relicas de Santa Orosia se guardan
trestallatas d’entre Chaca, do se guarda o cuerpo, e un
lugar més chicorrón que li dizen Yebra, do guardan
os güesos d’o crapazín, d’alcuerdo con una tradizión
que cuenta que os moros escapezoron á ra santa en o
mon de Yebra, pero dimpués os canonches de Chaca
se portioron o cuerpo enta ra Seo.
Agora ya sapes por qué imos plegau enta astí,
dimpués de dos diyas de sudar a gota gorda por o
disierto terroso d’o Sarrablo, tierra d’o diaple, dizen
con razón as chens d’o país. Lomarras e més lomarras
de pins, matas e atras plandas de secano, as cualas,
cansas tamién de tanto brano, demandan augua por
l’amor de Dios. De cabo cuan, astí lexizos, columbras
una pedrera de zaborros que dimpués se fan en pardina
u lugar, porque as casas son cubiertas con un tellato de
losas, as mesmas piedras d’as paretes. No me alcuerdo
de beyer en tó ro camín denguna frontera rebozata
e muito menos blanquiata, como si en bez de casas
estieran corrals ta ro ganato. Tasamén si has dixato
dezaga a claror d’os cultibos que arredolan a pardina,
o pin e o caxico se fican atra begada en l’ambiesta.
Ita-li ro polbo d’os camins e ro que plega d’os
cambos que labran os agricultors, tan xutos que ye o
mesmo que si labrasen zenisas e peñas, y o polbo d’a
palla que sale d’as eras an os més tardanos baten as
zagueras gabiellas d’o brano.
Te esplico tó isto ta que te fayas a ideya de que a
redolada que imos esnabesando istos diyas no se parixe
en cosa á ro berdor rico e polito d’as bals d’o Pirineu,
allí no ye posible caminar meya ora deseguida sin
trobar un güen churro d’augua freda e agundante do
amorrar-te. Fartos de polbo e de secarrals, o lugarón
de Yebra nos ha acullito como un chicorrón oasis
chunto d’o riu Basa.
A tú que te fa més goyo, mai, a capeza u o cuerpo?
Isto ye, d’as dos relicas d’a santa, cuála ye, ta tú, a
que tiene més poder ta ensanar? As chens á ras que
lis hemos dito, no son guaire d’alcuerdo. En Yebra,
profes, to’l mundo ye combenzito de que ro suyo
crapazín ye ro millor. A capeza ye ra que gubierna ro
cuerpo, espeta uno, e l’atro te amanixe con que ros de
Chaca ya se pueden chentar a gosaralla con trunfas,
que si la tienen ye porque nusatros no la queriemos,
nos quedemos con o millor piazo. Por cuentra, tamién
ha bistau chens que nos han consellato de ir ta Chaca,
una ziudá gran en a que trobarez de tó e agundante,
andemás, o bispe no ye fato, pensaz que si a capeza
estase millor, ya li’n aberba portiato á ra suya casa fa
tiampo, en cuentas de premitir que se la quedasen en
aquel lugarón de mala muerte.
Millor me ha parexito a destinzión que nos ha
feito una lola. Ixo pende d’a malotía, ha filato més
fondo a biella, ta curar a xordera, metamos por causo,
ye millor a capeza; en cuentras, os tesicos u os que
han mal de peito, u os coxos, si quien trobar remeyo,
lis toca d’ir enta Chaca. E os poseyíus por o diaple,
siñora? A muller ha dandaliu bel poqué, dimpués ha
dito que ta Chaca, profes, porque os diaples biben
amagatos en as tripas d’o poseyíu.
Ye ro mesmo, nusatros lo prebaremos en Yebra,
agora ya semos aquí. Si se fa ra sanazión, pistonudo, si
no, á prebar suarde la Chaca. Dimpués de tantísmos
meses de biache, agora ya no nos ba d’un diya. Maitín
de maitinada, á primera ora iremos á uscar á ro reutor,
li esplicaremos que benimos dende muito lueñes e
que queremos que nos amuestre ra relica, que nos
faya ra esposizión d’o crapazín, a mesma zirimonia
que ro diya de Santa Orosia. E en causo de que fatíe,
emos asabelos de diners como ta que se lo piense dos
begatas.
O escritor Pep Coll ye “Premio
San Jordi 2007” e autor d’a
nobela “Per les valls on es pon el
sol” (2002), d’a cuala femos asti
traduzión d’o capetulo 71, por a
suya ambientazión en Ballibasa.
Pep Coll en o Museu de
Sarrablo
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“Aire fresco y una ardua ascensión”:
Violet Alford en Yebra
Mariano Pujalá Torralba
lo largo de la década de los años 30 los ojos
curiosos de una estudiosa inglesa recorrieron
Europa en busca de manifestaciones
folklóricas reflejo de un lejano pasado común.
Incansable viajera, Violet Alford, encontró en España
innumerables muestras de bailes, de ceremonias de
una semejanza asombrosa con otras de Alemania,
Checoslovaquia, Inglaterra o de cualquier otro punto
de Europa. Como narra en su obra biográfica The
singing of the travels, Alford asistió a representaciones
muy elaboradas, como las “moriscas” que tanto
le interesaban, al tiempo que reconoció dances
conectados con el Morris inglés, su primer objeto
de estudio. La noticia de la existencia de dances
vinculados al culto a una santa en una apartada zona
de montaña, haría ponerse en marcha a la experta
folklorista para conocerlos de primera mano, así
asistió a las celebraciones de Santa Orosia.
Mariano Jiménez,
músico de Jaca en
la época del viaje de
Alford
de 1932 ó 1933. En el escrito, Alford expone su
teoría de la existencia desde épocas prehistóricas de
un culto a una divinidad femenina exteriorizado en
la adoración de piedras, cavernas, cursos de agua, etc.
Muchas de las manifestaciones folklóricas pirenaicas
serían pervivencias de antiguos ritos dedicados a esa
diosa-madre. No es extraño pues, que las ceremonias
de Jaca y Yebra atrajeran la atención de Alford, quien
sin dudar las encajó en su visión global del folklore
pirenaico.
Los festejos de Jaca causaron una pobre impresión
a la investigadora, abundan en su texto comentarios
negativos sobre lo sórdido del espectáculo de las
espirituadas, sobre la suciedad de la indumentaria de
los romeros, sobre el ambiente en la adoración del
cuerpo de la Santa. Sólo se recupera algo su interés
de investigadora cuando contempla a danzantes y
músico.
En Yebra, Violet Alford encontró algo muy
diferente, algo que justificó el viaje hasta este rincón
del Pirineo. Aquí sí halló elementos que poner en
directa relación con su teoría de culto a la Madre
Tierra (las Arrodillas, las cuevas) y vio la expresión
de lo popular sin contaminar, como venía existiendo
desde siglos atrás.
Es de destacar cierta incoherencia de fechas pues
del texto del artículo parece desprenderse que Alford
asistió a la procesión de Jaca y también estuvo en el
Puerto de Yebra, algo que se antoja complicado con los
medios de locomoción de principios de los años 30.
Probablemente sí contempló la ceremonia jacetana,
así como los ritos de la víspera, y no llegó a Yebra
hasta el 25 por la tarde o el 26. Si en la descripción
de Jaca abundan los detalles, cuando habla del Puerto
habla de manera general y comete algún error de
bulto (ignora la existencia de la ermita de Puerto y
se centra únicamente en la de las Arrodillas). El día
26 sí vería toda la fiesta e incluso subiría parte del
camino, precisamente hasta las Arrodillas.
Las experiencias del viaje están recogidas en un
artículo titulado Santa Orosia: a Thaumaturgic Saint
(Santa Orosia: una Santa taumatúrgica) publicado en
la revista Antiquity en el año 1934, relatando hechos
Imprecisiones a un lado, la parte del artículo
dedicada a Yebra es un hermoso texto, descripción
de nuestra fiesta por parte de una de las mejores
folkloristas europeas, de una mujer excepcional como
fue Violet Alford.
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Santa Orosia: una santa taumatúrgica
l día siguiente otro viento soplaba en lo alto
de la montaña. Yebra mantiene su fiesta el día
25 en el puerto, y el 26 en el pueblo. El aire fresco
y una ardua ascensión dan otro carácter a los actos.
El párroco aprieta el paso con coraje, el pequeño
relicario que contiene la cabeza de la santa es llevado
por fornidos montañeses. Llega una hermandad
distinta de la de Jaca, no faltan las cruces parroquiales,
pero sobre todo son los danzantes los que engalanan
la procesión. Muy temprano todos se ponen en fila
india en la tortuosa senda y comienzan la larga y
dura subida al Santuario. Los danzantes aparecen
inmaculados con sus trajes regionales sobre los que
llevan las fajas, lazos, pañuelos y cascabeles que los
convierten en miembros de la gran hermandad ritual
europea. Llevan ramilletes de flores en los sombreros;
el jefe hace destellar un espejo en el suyo mientras
una nube de cintas flota en su espalda – un traje que
recuerda tanto el Volantak vasco que se baila en la
nieve, como el Bampton Morris que desfila por la calle
principal de Oxford. Las almohadillas con cascabeles
en las piernas de Yebra son del mismo tipo que las de
las piernas de Yorkshire, las checas, vascas o catalanas;
los pies calzan alpargatas al estilo aragonés. Llevan
un palo en cada mano y ante ellos marcha el músico
con su tambor de cuerdas y su flauta de tres agujeros.
Con él marchó su destronado hermano jaqués, pero
me parece que no se le permitió tocar. Bailan donde
el camino es suficientemente ancho, pero lo más
habitual es que tengan que ir en fila india hasta que se
despliegan en la gran planicie que es su meta. Allí, en
el Santuario el Señor Cura abre el relicario y muestra
lo que una vez fue una cabeza. La Romería permanece
allí todo el día para comer y beber, para cantar y
bailar. Las muchachas despliegan limpias servilletas
en la hierba, aparecen botellas y botas de vino de
las que los hombres sacan chorros colorados para
remojar sus resecas gargantas. Si los portadores de las
banderas o las cruces tienen alguna diferencia privada
aquí tienen todo el sitio que quieran para pelear, con
los palos de las banderas y de las cruces chocando
como los báculos de los antiguos obispos guerreros.
Pero todo es aquí sana alegría, aunque haya un poco
de sangre todo acaba en un convite. Los danzantes
rituales se pierden en la multitud abandonando su
misterio, festejan, cantan jotas y a duras penas se les
puede reunir para la procesión de regreso.
Antes de dejar el puerto vacío y silencioso
durante otro largo año debemos examinar el
pequeño Santuario. Se trata de una diminuta capilla
toscamente construida de piedra. Bajo el tejado hay
un nicho para una figura de la santa. Detrás crece
una zarza sagrada, siempre verde. La capilla se levanta
sobre un gran canto rodado que aparece en la hierba,
en el canto rodado hay dos depresiones con forma de
copa, casi juntas. Son las arrodillas, las marcas de las
rodillas del pastor que encontró el cuerpo decapitado.
Aquí se arrodilló mientras recibía instrucciones sobre
lo que debía hacer con él. Y aquí como en ninguna Bampton Morris
parte encontramos una pista de cual podría ser el (The traditional
dance,
origen de todo el asunto.
Violet Alford)
Es evidente que una divinidad femenina
relacionada con las rocas, las piedras y los picos
fue adorada a lo largo de la cordillera, en ambas
vertientes. En Francia el Aude, Ariège, Bigorre
y Béarn están plagados de piedras sagradas y de
leyendas referentes a ellas. En las provincias vascas
abundan las Vírgenes de la Peña y Señoras de la
Cueva, ahora confundidas con las modernas brujas.
En el valle de Aspe (por el que desde la época de los
romanos, e incluso antes, discurría un camino desde
la Galia a Hispania que pasaba por Iacca) existe una
piedra que visitan las mujeres estériles. En el mismo
valle tienen lugar peregrinaciones a la Virgen negra
de Sarrance, una piedra casi sin forma a la que más
tarde se le añadió la cabeza y una mano. La descubrió
una yunta de bueyes; las bestias se empeñaban en
arrodillarse en el río a pesar de las órdenes de su amo.
Al investigar el atónito hombre descubrió a la Virgen
negra debajo del agua. Se supone que la piedra es en
realidad una imagen pre-cristiana, quizás la deidad
femenina de la que hablamos, que celosos misioneros
o sus conversos arrojaron a las aguas del Gave hace
muchos años. O algún escandalizado cura francés,
no tanto tiempo atrás. Un ejemplo más remarcable
de continuidad del ritual es, o era, la procesión de
Martes de Carnaval alrededor del Cailhou que hacen
los mozos de Arriba-Pardin, en el distrito de Luchon.
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Mouriscos
portugueses (The
traditional dance,
Violet Alford)
Encendían una hoguera en la “piedrecita” y en fila
india bailaban desnudos alrededor, en tal actitud
que “la fiesta hiere demasiado la decencia como para
ser descrita en todos los detalles”. Esas piedras (que
evidentemente estaban consagradas a un antiguo
culto de fertilidad) están situadas exactamente al
otro lado de la montaña de la roca con las marcas
de las rodillas. Así que no resulta forzado deducir
la existencia de un culto, aquí también, dedicado a
una taumatúrgica Señora de las Rocas, ella misma
una descendiente pirenaica de la gran Madre Tierra,
que no sólo fue adorada en santuarios, sino también
simbolizada por piedras, rocas, conos y pilares.
Las marcas de rodillas pueden ser naturales, pero
también es posible que sean depresiones hechas por
hombres (o incluso mujeres) para acoger las ofrendas
a la libradora de fecundidad. Aun hoy se depositan
las ofrendas en rocas, o bajo cromlechs, en tierras que
todavía no han olvidado. Los insultos y amenazas de
las “poseídas” son bastante normales. Amenazar al
proveedor de los dones es una manera de conseguir
tus deseos. Sir James Frazer habla de un dios menor
japonés que controlaba las lluvias. Sus creyentes lo
arrojaban a un campo de arroz para que quedara
expuesto al sol abrasador hasta que recuperara el
sentido e hiciera su trabajo. Pero no hace falta ir hasta
Japón para contemplar cómo los deseos humanos se
oponen a los silencios de la divinidad. Los pescadores
de Lequeitio golpean su estatua de San Pedro y la
Grabado de The singing
of the travels
tiran al agua, mientras que en Nestier lanzan entre
amenazas a su santo al Garona. Así subrayan sus
necesidades de pescado y lluvia ante los desobedientes
dadores de esos bienes. Parece probable que la Virgen
del Pilar, la gran Patrona de Zaragoza, reemplazara
a una Madre-Tierra, simbolizada por una columna.
La Virgen dejó la tierra todavía en su pilar, y ha
sido venerada desde tiempo inmemorial, y también
desde tiempo inmemorial han sucedido allí milagros
estupendos. La confusión entre brujas y Señoras de
las Rocas es particularmente apropiada, porque si las
brujas fueron herederas de las sacerdotisas de la Gran
Madre, sus lastimosas supervivientes de hoy también
lo son, y lo que parece confusión es en realidad
conexión directa. Incluso la zarza siempre verde está
en el lugar adecuado, ya que los arbustos cercanos a
las rocas sagradas quedan contagiados de su carácter
sacro.
Al día siguiente, abajo en la población, la fiesta
continúa. Los Romeros y las cruces parroquiales se van
pronto a casa, así que la gente del pueblo lo tiene todo
para ellos si no fuera por dos Inglesas preguntonas
que son recibidas con toda la graciosa hospitalidad de
los españoles, e incluso bendecidas por el más viejo
de los habitantes, vestido con un completo (aunque
excesivamente sucio) traje aragonés y calzado con las
íberas abarcas. La “misa de los mozos” todavía no
había acabado cuando la ronda de la villa, tocando
sonoras guitarras llegó hasta el porche de la iglesia.
Estaba formada por bandurrias –la guitarra de agudos
con cuerdas metálicas–, guitarras, poco tradicionales
violines y el cantante. Este último es un joven que
canta jotas, improvisa versos alusivos a la casa ante la
que actúa y que fuerza su voz de tenor en el auténtico
estilo de la Jota, contagiando por simpatía dolor de
garganta. Cuando el cura y el alcalde recibieron su
albada el grupo se desplazó a la diminuta escuela,
trajeron a las muchachas del pueblo y el “baile”
público comenzó. Se animó con abundante vino tinto
y se levantó una gran cantidad de polvo –no, ay, con
las Jotas, sino con un lánguido dos-pasos. Pero por
lo que hace a los bailarines una podría haber estado
en Balham –o en Berlín. Un silencio de muerte cayó
sobre la pequeña Yebra cuando cesó el alboroto.
Hasta bien entrada la tarde el efecto de los lechales
asados enteros, las migas y el vino tinto no permitió
a los celebrantes reaparecer. Entonces los tintineantes
cascabeles y las ondeantes cintas llamaron a la ínfima
plaza sacada en lo alto de un saliente de la roca. Éste
es el único lugar llano, o algo llano, del pueblo. Aquí
los danzantes bailaron hasta que con ellos lo hicieron
las sombras alargadas; entonces todo el mundo se
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acercó a oír la pastorada. El Mayoral, así llamado en
referencia al guía de los rebaños que crían y pastan
en los pastos comunales, y el Rabadán, el jefe de los
pastores, permanecen en los extremos de las filas
enfrentadas. El Mayoral “dedica” cada mudanza a
algún personaje del pueblo, aprovechando la ocasión
para aguzar el ingenio sobre los temas de aquel. Sus
danzantes dicen con orgullo: “Él nos sirve”, pero
nadie lo toma a mal. Por un breve espacio de tiempo
el Mayoral, como tantos otros líderes tradicionales
de heredado oficio, es el rey, crítico y juez de este
pueblo. Entretanto el pequeño Rabadán de ocho
años persigue a las mozas, coloca bien a los danzantes
y en general se comporta como un Morris Fool
inglés; mientras el músico, cargado con su inmenso
tambor de cuerdas (llamado salterio en este pueblo),
prefiere tocar la flauta sentado, dejando el tambor en
el suelo.
El dance tiene varias mudanzas, todas comienzan
con un “por encima de la cintura” en parejas y
un “cierre” en lo alto. Las mudanzas son meras
variedades en la forma de chocar los palos; todas
tienen nombre: La Procesión Cruzada, La Niña, y
otras más malsonantes. Cuando el sol por fin se pone
comienza la pastorada propiamente dicha, esperada
con ansiedad durante meses; es un repaso a los
acontecimientos del año en el pueblo. El pequeño
Rabadán “recita su parte” sin errores ante la admirada
vigilancia de su familia, entonces el Mayoral
se adelanta, centelleando el espejo, agitando su
encintado bastón. Comienza con una introducción,
como una Jota, y pronto improvisa versos referentes
a los altibajos de la venta de lana y a los rigores de
la temporada de cría de corderos, porque aunque
no es más que un Mayoral fingido, el ganado es la
riqueza y la vida de la comunidad. Los escándalos
del pueblo, los acontecimientos extraordinarios –¡y
qué pocos hay!–, retornos o partidas de Americanos
buscando su fortuna, nada se olvida. Por fin se trata
el tema más importante de todos: el comportamiento
del tiempo. En una pastorada que conozco es de tal
interés este asunto que el primer día de la fiesta el
Mayoral comenta el tiempo de Octubre a Marzo,
como la fiesta cae en Octubre termina sus detalladas
advertencias con
Mañana, Dios mediante
explicaré el otro tiempo
y el día siguiente explica desde Marzo hasta Octubre.
En muchos lugares cada danzante recita un dicho, el
conjunto se asemeja entonces extraordinariamente a
las piezas de los enmascarados y danzantes de espadas
de Inglaterra. Su manera de presentarse es idéntica:
Dance de Sena (The
traditional dance,
Violet Alford)
Aquí llego, viejo Belcebú,
en la mano traigo mi garrote,
anuncia un muchacho de Gloucestershire en
Navidad.
Aquí sale Belcebú
a vuestras plantas postrado,
declama uno de la provincia de Huesca.
Morris Fool
inglés
Semejanza, simplemente indicada aquí, que
cierra la pastorada y nos devuelve al antiguo rito que
mantienen vivo las piezas del solsticio de invierno y
las danzas de los solsticios de primavera y verano, cada
una más o menos cercana al original, extendiéndose
por Europa entera, desde Piamonte hasta Shetland,
desde Bulgaria a la costa de Galicia.
Sorprendería que el culto en el santuario rupestre
de la taumatúrgica Orosia fuese algo diferente.
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Roma, Santa Eurosia y el ángel músico
Manuel Tomeo Turón
Roma. Barrio de La Garbatella. Via delle Sette chiese.
Parroquia de San Filippo Neri.
stamos en Roma, en la “Ciudad Eterna”, en donde
dicen que cada santo tiene su iglesia. Estamos en
el antiguo camino extramuros que comunicaba, y aún
comunica, la basílica de San Pablo con la Vía Appia
y las catacumbas de San Sebastián, es la antigua ruta
que San Felipe Neri (Florencia 1515, Roma 1595)1
bautizó de “las Siete Iglesias”2 por la costumbre de
rezar en otras tantas iglesias los días de la cuaresma.
Allí, hacia su mitad, se alzaba y se alza todavía una
pequeña ermita, la “chiesoletta” la llaman, dedicada
a Santa Eurosia.
Vista exterior de la
“Chiesoletta”, en
la via “delle Sette
Chiese”, Roma.
La “chiesoletta” forma un conjunto con la iglesia
parroquial de San Filippo Neri y un gran centro social
y juvenil que los padres “filippinos” (de San Filippo)
tienen en este popular barrio romano de la Garbatella.
La parroquial es moderna, pues su antigüedad no
va más allá del año 1952 en que fue construida y
consagrada por el entonces cardenal Montini, futuro
Papa Paulo VI. Éste propuso que la parroquia, para
diferenciarla de otra antigua ya dedicada a San Felipe,
tomase el nombre definitivo de San Filippo Neri in
Eurosia, en recuerdo a la pequeña ermita junto a la
que se había construido.
La antigüedad de ésta era mucho mayor, pues
parece que fue construida en 1822 a instancias
del entonces Ministro de Agricultura, Alessandro
Nicolai, que quiso construir una iglesia en sus
terrenos contiguos al “camino penitenciario” de las
Siete Iglesias. Allí se construyó una pequeña ermita,
“la chiesoletta”, dedicada a los santos Isidro, el
labrador, y Eurosia 3.
Resulta curioso el singular patronazgo de estos
dos santos, pero es importante reseñar la especial
devoción que hacia Santa Orosia, o Eurosia como allí
la llaman, existe en numerosas zonas de la península
italiana, especialmente en la Lombardía y la región
del Véneto. Una devoción que sorprendería y que
resulta desconocida para muchos en el Alto Aragón.
Esta pequeña construcción situada entonces en
las afueras de Roma, extramuros, pasó a manos de
la Congregación del Oratorio, la cual había fundado
San Felipe en 1575, en el año de 1889. El día de
Navidad de ese mismo año la “chiesoletta”, una vez
restaurada fue de nuevo consagrada quedando al
cuidado hasta hoy, junto a sus terrenos anexos, de los
padres filippinos. Más tarde, en 1952, se construiría
en dichos terrenos una nueva parroquia romana
que diese servicio espiritual al nuevo barrio que se
construía en la periferia de la ciudad.
Si alguien desea curiosear todo lo dicho
acercándose hasta allí, que no dude en hacerse notar
preguntando por Santa Eurosia. Seguramente no le
faltarán parroquianos que le muestren la imagen de
la Santa que se halla en la parroquia. Observará que
es una talla moderna, que la tienen bien cuidada y
que no le faltan flores y luces encendidas, señal de
que su devoción se mantiene a pesar de los siglos, y
sin duda le preguntarán por aquellas lejanas tierras de
las montañas españolas en donde saben que la joven
princesa murió decapitada en manos de un moro
cruel.
Si el visitante tiene un poco más de suerte, podrá
contactar con alguien que le abra las puertas de la
chiesoletta de Santa Eurosia y entrar en ella.
Santa Eurosia.
Iglesia de San
Filippo Neri,
barrio de la
Garbatella,
Roma
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La ermita es de una sola nave, casi de planta
cuadrada y capaz para más de una docena de bancos
en dos filas. Posee hasta un pequeño coro sobre la
entrada y un atrio algo espacioso en el exterior que lo
comunica con la iglesia parroquial de San Felipe.
El altar, único y principal, está presidido por una
gran pintura en la que aparecen los dos santos titulares
de la ermita. Por una parte Santa Orosia con la palma
del martirio y por otra San Isidro, arrodillado. Entre
ambos, queda enmarcado el ángel labrando los
campos con una yunta de bueyes, de la tradición del
santo madrileño. Detrás aparece todavía, la figura
de un monje benedictino, posiblemente San Benito;
todos juntos alzan su mirada hacia la figura de la
Virgen con el niño en brazos, que aparece entre un
conjunto de nubes.
La “pequeña iglesia” todavía cuenta con un
atractivo más, pero esta vez se encuentra en su
subsuelo. Son unas pequeñas galerías excavadas en
la roca que recuerdan muchísimo las catacumbas
cercanas de San Sebastián, y según los vecinos
servían para el mismo fin en épocas difíciles, lo que
demostraría la antigüedad del culto en aquel lugar.
La ermita ha sido restaurada hace unos pocos
meses; según nos consta, el pasado 21 de febrero se
llevó a cabo la inauguración de la reforma llevada a
cabo en el interior de la misma.4
Si el visitante quiere, todavía en el exterior y antes
de regresar al centro de la ciudad, podrá tomarse
un café con un excelente helado justo detrás de la
“chiesoletta”, en la misma piazza de Santa Eurosia,
en la terraza de la “pasticceria” del mismo nombre.
Es una plaza tranquila, sin edificios que la agobien,
tan solo varios enormes pinos destacan del conjunto.
Anuncian que estamos “fuori le mura”, extramuros,
cerca ya del campo.
No terminan las sorpresas en Roma para los
amantes de lo orosiano y del folclore altoaragonés.
Pero para ello deberemos acercarnos al mismo centro
de la ciudad.
Roma, centro histórico, Panteón de Agripa, iglesia de
Santa María sopra Minerva.
o es complicada su visita, pues se encuentra a
unos pasos de uno de los monumentos más
visitados de la ciudad: el Panteón. Junto a él, se sitúa
una de las iglesias más impactantes de la ciudad y que
tan apenas deja adivinar algo de su espectacularidad
en su fachada principal. Se trata de Santa María sopra
Minerva, que fue construida sobre los restos de un
antiguo templo dedicado a esta diosa romana.
Vista general de la
piazza de Santa
Eurosia. Barrio de la
Garbatella, Roma
La iglesia es de las pocas construidas en la época
gótica, y hasta ella se acercan numerosos visitantes a
contemplar y aún tocar la sensacional escultura del
“Cristo abrazado a la cruz” de Miguel Ángel, que se
encuentra junto al altar. Para los italianos es visita
obligada visitar el altar mayor con los restos de su
patrona, Santa Catalina de Siena. También se suele
visitar el lugar donde se halla la tumba del pintor Fray
Angélico y que se encuentra también en esta iglesia.
Nosotros deberemos ir al final del transepto, a su
ala derecha. Allí se encuentra otra de las joyas de la
Iglesia: la Capilla Caraffa. Se la denomina así por el
obispo que la construyó, pero en realidad es la de Santo
Tomás de Aquino. La capilla destaca por la calidad
y espectacular colorido de sus frescos dedicados a la
vida del Santo dominico y de la Virgen.
En su frontal se halla suspendida entre un cielo
azul y un coro de ángeles, la Virgen en su asunción.
Llaman poderosamente la atención los nueve ángelesmúsicos que la rodean. Están pintados en muy vivos
colores y casi a tamaño natural (si los ángeles tienen
un tamaño natural, claro) y tocan los más diversos y
curiosos instrumentos.
Interior y altar
mayor de la
“Chiesoletta”. En él
podemos observar
a San Isidro
(izquierda) y a Santa
Orosia (derecha)
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Conjunto de
ángeles-músicos
rodeando a María
en su Asunción.
Capilla Caraffa en
Santa María sopra
Minerva, Roma.
Obra de Filippino
Lippi (c. 1483)
Justo en el ángulo inferior, a la izquierda del
espectador, se encuentra nuestra sorpresa. Se trata
de un formidable ángel que está tocando la pareja
instrumental de flauta y salterio tan característica de
nuestro folclore. Es una de las escasas representaciones
pictóricas antiguas de estos instrumentos, tan apenas
aparecen registrada una quincena, y sin lugar a dudas
una de las más bellas, si no la que más.
Ángel músico de
flauta y salterio.
Detalle de los frescos
de la Capilla Caraffa
en Santa María
sopra Minerva,
Roma. Obra de
Filippino Lippi (c.
1483)
Vestido de vivos colores y con gran teatralidad,
nuestro ángel porta sobre su brazo izquierdo un
modelo antiguo de salterio. Posee tan solo tres cuerdas
y su forma nos recuerda la de una viola alargada, pero
sin lugar a dudas es un claro precedente del salterio
actual que llevan los danzantes de Yebra y Jaca. Así
mismo, lleva en su mano izquierda, al igual que los
músicos actuales, la flauta, pero esta vez mucho más
alargada y estilizada que nuestro chiflo. El realismo
de estas pinturas nos hace pensar que las imágenes
de ambos instrumentos se acercan mucho a lo que
debieron ser en la realidad.
Junto a él, otros nueve ángeles músicos
multicolores completan el espacio superior de los
frescos de este altar central. Estas pinturas fueron
realizadas entre 1488 y 1493, por el pintor toscano
Filippino Lippi, que inundó de color y luminosidad
la capilla del cardenal Caraffa.
Italia guarda muchas sorpresas sobre nuestra
santa, dos de ellas están en Roma, merece la pena
visitarlas una vez allí.
1
San Felipe Neri es llamado “el apóstol de Roma” de cuya
ciudad es su copatrono. Había nacido en Florencia en
1515; desde allí marchó a la ciudad papal a estudiar
derecho en La Sapienza, pero su inclinación religiosa
junto a la decadencia que vio en que estaba sumida
la iglesia, hizo dedicarse por entero a la labor de
“reevangelizar” a la comunidad creyente de la ciudad.
En 1548 funda la Confraternidad de la Sta. Trinidad
o de los pobres y comienza a practicar lo que se llamó
“la visita de las Siete Iglesias”, una especie de “camino”
penitencial y de culto eucarístico que se llevaba a cabo
en otros tantos templos romanos los días anteriores a la
Cuaresma.
de la Caritá, en donde se ubicaba la Congregación del
Oratorio, llegando en una primera etapa a San Pedro
del Vaticano. A la mañana siguiente, se iniciaba en San
Pablo extramuros y por un camino entre los campos, se
llegaba a San Sebastián y sus catacumbas. Este camino
es la actual vía de las Siete Iglesias, hacia su mitad se
encontraba una pequeña “chiesoletta”, la dedicada a
“San Isidoro (o Isidro) e Sant´Eurosia”. Más adelante se
visitaba San Juan de Letrán, Santa Cruz de Jerusalén, la
basílica de San Lorenzo terminando en Santa María la
Mayor, arriba en el monte Esquilino.
3
En 1622, el 26 de mayo, murió en Roma, no sin antes
haber fundado la Congregación del Oratorio para
aquellos sacerdotes que participaban de sus mismas
inquietudes. Esta Congregación, presente en numerosos
lugares italianos y extranjeros, es la que actualmente rige
la parroquia de San Filippo Neri in Eurosia.
2
Esta ruta comenzaba la tarde del miércoles previo al Jueves
“Landero”, partiendo de la parroquia de San Girolamo
Es curiosa la unión de estos dos santos. Ambos eran
invocados por los agricultores, San Isidro para favorecer
el desarrollo de sus cosechas y Sant´Eurosia para aplacar
las malas tormentas. Parece ser que los dos llegaron a
Italia desde España en aquellos años en que grandes
extensiones de tierras italianas estuvieron bajo el control
de los monarcas españoles.
Conocemos este mismo emparejamiento en otros lugares
del Norte de Italia, como en Cremona.
4
Ver www.chiesoletta.it/centrale.asp
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Noticias de O Zoque
O Zoque colabora en la recuperación de la bandera de Biscarrués
El año pasado, desde el Ayuntamiento de Biscarrués se pusieron en contacto con
nuestra Asociación porque querían recuperar el pendón procesional que utilizaban
para ir a la Romería de la Virgen de Casbas, que celebran el primer domingo de
junio y a la que acude también el pendón de Ayerbe. Desde Biscarrués nos indicaron
que todavía guardaban el mástil del pendón, por lo que solamente necesitaban la
tela para bordar uno nuevo y que conocían el trabajo que habíamos realizado con
la recuperación de las banderas de la Romería de Santa Orosia.
Después de nuestra experiencia y trabajo con las banderas de San Julián de
Basa, Cortillas-Cillas-Sasa, El Puente de Sabiñánigo, Escartín, Gavín, Bergua y
Barbenuta, conocíamos la dificultad que supone conseguir una tela que sirva para
este tipo de banderas, por lo que fue un placer poder colaborar con el Ayuntamiento
de Biscarrués y ofrecerles la tela para que confeccionaran uno nuevo, que ya lleva
dos años acudiendo a la romería de la Virgen de Casbas.
Los habitantes de Biscarrués
muestran orgullosos su bandera
Instituciones públicas y privadas colaboran en la recuperación del Camino de Santa Orosia
En el número anterior de esta revista os
comunicamos que habíamos obtenido una
subvención para realizar un estudio técnico
para la recuperación del Camino de Santa
Orosia. Éste se realizó y presentamos el
proyecto a distintas entidades tanto públicas
como privadas.
Las distintas instituciones mostraron su
sensibilidad por lo que significa este camino y
se concienciaron del estado lamentable en el
que se hallaban algunos tramos y del peligro
que comportaban para las personas que los
transitaban, así que están aportando distintas
partidas económicas para la recuperación del
camino desde Yebra que está gestionando
O Zoque.
Sirvan estas líneas para dejar constancia
de nuestro agradecimiento a las entidades
que han colaborado en ellas, y sin las que una
obra de esta envergadura no hubiera sido
posible:
Os contamos el proceso. Como hemos
dicho se comenzó con la redacción de un
proyecto con la colaboración de la Comarca
Alto Gállego, que cuantificara y nos orientara
acerca de cómo debíamos abordar las
diferentes fases del proyecto, y que por su
envergadura no era posible realizar a la vez.
Posteriormente fue la Obra Social de
Ibercaja, que una aportación de 40.000 €,
nos permitió ver viable la realización de este
proyecto e iniciar los trabajos de la zona más
complicada del camino por tratarse de margas
azules (salagón) y estar el camino prácticamente
desaparecido. Esta ayuda, unida a las
concedidas hasta la fecha por parte de la
Presidencia de la Excma. Diputación
Provincial de Huesca, con 12.000 € y del
Departamento de Medio Ambiente del
Gobierno de Aragón con 10.000 € han hecho
posible que se pudieran acometer estos
trabajos.
Actualmente se están finalizando las obras
en ese tramo de salagón con la colaboración
de Caja Navarra, que a través de su obra social
aporta 8.548 €, que a buen seguro servirán
para dar un empujón definitivo.
Sin duda el camino que nos queda por
recorrer es muy largo todavía, pero seguro
que con la colaboración de estas y otras
entidades, podremos al final recuperar un
sendero que cuenta con ocho eremitorios
rupestres en su trayecto y una gran tradición.
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Inauguración en San Ginés de Espín
Por fin el año pasado se realizó la inauguración de las
obras de la iglesia de San Ginés de Espín. Obras que han
conseguido evitar el derrumbe y ruina total del templo,
consolidando la estructura y dotándole de cubierta. Estas
obras han sido posibles gracias a la colaboración de la
Comarca Alto Gállego y la obra social de Ibercaja, y
especialmente por el esfuerzo de muchos miembros de la
asociación que han colaborado en todo momento.
Estas obras se han desarrollado en tres fases. En la primera
se realizaron labores de limpieza de maleza y desescombro,
tanto del entorno de la iglesia como del interior, en la
segunda se consolidaron las paredes y se colocó la estructura
de madera de la cubierta de los tejados, así como la tabla y el
butilo para impermeabilizar la misma y evitar que siguiera
entrando agua dentro del edificio, y en la tercera se colocó la
losa de los tejados de la nave, el atrio y la torre y se
reconstruyeron las cubiertas abovedadas del altar y de la
capilla lateral de Santa Bárbara.
Por fin el día 30 de agosto de 2008, con la celebración de
una misa y un posterior aperitivo, se dieron por inauguradas
las obras de este templo que se ha podido recuperar.
Reseñas bibliográficas
Montuenga Ruiz, Jesús
Acumuer (1556-1965)
Amigos de Serrablo, Sabiñánigo
2008
Otal Otal, Fernando
O Parlamento de Barbenuta
O Limaco edizions. Rolde O Caxico d’o biello
Aragón, Sabiñánigo
Bolumen II (narratiba)
2008
Tarazona Grasa, Carlos
Borregueros: Aragoneses en el oeste
americano
DVD, 2008
Antonio Aso y Mariano Laborda
El baile; segundo día d’a fiesta
Archivo Pirenaico de Patrimonio Oral,
Sabiñánigo
CD, 2009
Oña Fernández, Juan Jose
Los años convulsos: El fotógrafo Alfonso y la
Sublevación de Jaca (1923-1936)
Pirineum Editorial, Jaca
2008
VV.AA.
La Bolsa de Bielsa: El puerto de hielo
Diputación de Huesca, Huesca
Libro + DVD, 2008
Gutiérrez, Juan Miguel
Motema na ngai
DVD, 2008
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