CRONICA DE UN VIAJE A LO DESCONOCIDO RELATO PUBLICADO EN LA REVISTA CONVIVIR EN 10 PUBLICACIONES Por: Mario Guillermo Marino 1ª parte) Publicado en noviembre 2012 Todo empezó así: No se trataba de un viaje más, era el otoño de 1980 en Argentina, yo tenía 30 años y estaba yendo a Estados Unidos de Norteamérica para permanecer allí por 8 meses junto a mi esposa y mis 3 hijos, enviado por una importante Empresa de radares para hacer un curso, con todos los gastos pagos. El viaje auguraba ser una fiesta ya que encerraba una gran aventura para mi familia aparte de ser una experiencia inolvidable que cerraría con una visita a Disney para el final de la comisión. El lugar de nuestra residencia sería Baltimore en el estado de Maryland. Yo dominaba perfectamente el idioma inglés. Para esa época de mi vida y como ingeniero jefe de un programa de entrenamiento militar, yo era una persona absolutamente materialista comprometido con mi profesión. Mi estado físico era excelente ya que entrenaba desde hacía años en las artes marciales. Había algo que no andaba bien, ya que días previos al viaje comencé a sentirme mal y en especial a no dormir bien a la noche. Tenía pesadillas, taquicardia y ataques de pánico. Casi no dormía y me levantaba cansado; se lo atribuí a la cercanía del viaje y a un raro estado de incertidumbre nunca experimentado. No era lógico ya que todo estaba planeado sin dejar nada librado al azar. Vale decir, había tenido otras experiencias de viajes a lugares lejanos e inclusive una campaña a la Antártida. Llegamos un lunes y todo estaba saliendo a la perfección. La casa que nos había conseguido la Empresa era confortable y con buena ubicación, cerca de una vía de acceso al puerto de Baltimore (Rollyng Road) y estaba dentro de un condominio que daba mucha seguridad, con árboles y juegos para los niños. A un matrimonio que se marchaba le compre una pickup Buick familiar para poder movilizarme con la familia. Pese a que todo estaba saliendo de maravilla, mi salud empeoraba; seguían las palpitaciones, y a las 2 de la mañana me desvelaba y no podía conciliar el sueño. Comenzaba a sentir una angustia inusual en mí y también estaba con gastritis la cual me quitaba el apetito y casi no comía. Al cabo de unos días ya exhausto, estaba acudiendo al médico. Como había perdido peso y el diagnóstico médico era estress, me recetó Valium 5 y un digestivo; también me aconsejó que frecuentara el club de argentinos, porque me conectaría con compatriotas y sería una forma de distensión. Aún con la medicación, no lograba sentirme bien; estaba embotado y mi rendimiento en el trabajo había caído muchísimo. No podía pensar. También mi esposa se había puesto malhumorada porque me notaba “raro”, agresivo, y le empezaba a molestar la cantidad de veces que me levantaba por la noche al no poder conciliar el sueño. Ese mismo domingo fuimos invitados al club de Argentinos cuyo lugar era en una casa de familia; Felipe Deeza, de profesión psiquiatra, era el presidente. Nos recibió con mucha calidez y nos presentó a los miembros del club en su mayoría profesionales y también a otra gente de países sudamericanos que se acercaban como amigos al grupo. Allí iba a conocer a Panchita, cubana de 65 años, esposa de un médico psiquiatra y compañero de trabajo de Felipe. Panchita sería la persona que me daría la clave de por qué mi salud estaba alterada y también el principio de mi iniciación al mundo de lo desconocido, cosa que yo hasta el presente ignoraba y que si no hubiera sido por estos acontecimientos ,jamás hubiera creído que existía. Era tarde ya y nos estábamos despidiendo del grupo. Fue entonces que esa señora que no me había sacado los ojos de encima durante toda la tarde, se acercó para presentarse y para hacerme una invitación a su casa; dijo que tenía algo muy importante que decirme. Así conocí a Panchita. En la semana, por la tarde, fuimos a visitar a Panchita que vivía en una hermosa residencia en las afueras de Baltimore. Mientras mis hijos jugaban en el parque nosotros nos preparábamos para tomar el té y ella me abordó con una afirmación: “hijo, tú estás muy mal”. Esto me sorprendió porque ni yo ni mi esposa habíamos estado hablando del tormento que estábamos pasando con una enfermedad que sólo tenía el nombre de “estress” y que los estudios que me habían hecho no mostraban nada. En ese momento el esposo de Panchita, Richard, nos cortó la charla diciendo que ella sabía lo que estaba diciendo porque era “vidente” y que él como psiquiatra investigador, tomaba esa cualidad como un don, que ella había visto en mi “algo” por eso la invitación para conversar. Agregó también que ella había pasado por esto pero en mayor medida y que más adelante nos iba a contar. Dijo que mi problema de salud era un “ataque espiritual” cosa que no creí, porque lo que yo sentía era demasiado fuerte, algo así como que mi vida estaba frente a un peligro inminente. Como esto jamás me había pasado antes, nunca pensé que algo intangible como lo espiritual podía afectarme de esta forma. Pero por los acontecimientos, decidí escuchar atentamente la explicación desde su punto vista; Dijo que Baltimore era un “cementerio viviente” o algo peor, porque en la época de la esclavitud a los negros más rebeldes, que serían imposible de vender, los estaqueaban dentro de un pozo y los enterraban vivos. Esas “almas en pena” obsesionaban a los blancos que vivían sobre estos lugares, y que aquellos que eran muy sensibles sentían lo mismo que a mí me estaba pasando, lo cual, de mantenerse, con el tiempo podía provocar enfermedades físicas: cardiacas, digestivas y también alienación y locura. Lo único que se me ocurrió decir fue que eso era algo imposible de creer, habían pasado ya más de 200 años, ¿Como podía afectar a la gente actual ?, y de ser esto cierto, como yo podía contrarrestarlo, dado que ese no era mi país ni tampoco mi problema? yo estaba de tránsito y no quería estar sufriendo más. Ella me dijo que si yo no creía en lo que me estaba diciendo, no tocaría más el tema y que respetaría mi derecho de no creer. El sufrimiento de la época de la esclavitud había sido terrible e inimaginable. Bastaba ver la película “Raices” para poder apreciar la magnitud de la barbarie y la tortura que el hombre blanco le había hecho a esa raza y de que víctimas y victimarios seguían estando allí, como algo sin resolver. Que si lo que yo estaba sintiendo lo tomaba como propio me podía enfermar físicamente, pero que si yo no lo aceptaba y lo tomaba solo como “sensaciones” me serviría para detectar “lugares de sufrimiento” y así poder evitarlos. Dijo que estos “ataques espirituales” (ahora los llaman “ataque de pánico”) pasarían cuando yo abandonara Baltimore y volviera a mi país. Richard, su esposo, en todo momento presente, asentía con la cabeza cada cosa que ella decía. Explicó que en el Instituto Psiquiátrico donde él trabajaba, los médicos no creían en esto, pero que tampoco desestimaban esa posibilidad, porque los relatos de los pacientes que acudían eran similares a lo que a mí me estaba pasando y que salvo los tranquilizantes no había otra medicación. Felipe (psiquiatra forense) y él estaban investigando con la Johns Hopkin University, que esa influencia afectaba solo a la “inteligencia emocional” dando una falsa señal de peligro inminente. Regresaba a mi casa y estaba anocheciendo, a tan solo cuatro cuadras a llegar, una pinchadura no me dejó seguir y bajé para cambiar la rueda. Necesitaba un taco de madera para poner debajo del crike, tomé la linterna para ver si encontraba algo que me sirviera, ya que exactamente en ese lugar había una obra en construcción. Es entonces veo al pié de un árbol, a metros de una enorme excavación, una pila de huesos humanos. Aterrorizado dejé todo donde estaba, cerré la pick up y corrí para mi casa… 2ª parte Parecía tan fantasioso lo de Panchita que no me quise sugestionar pensando en la venganza del alma de los muertos que según ella todavía estaban allí, obsesionando a los vivos. Lo tomé con “pinzas” pero después del acontecimiento de anoche cuando volvía a mi hogar por la Rollyng Road y vi la pila de huesos humanos mi razonamiento se quebró. En diferentes lugares había visto esas excavaciones hechas para construir el “basement” de una casa, pero ahora de una forma u otra estaban las pilas de huesos humanos muy antiguos; varias tibias y restos de calaveras: Pregunté a los constructores y me dijeron que posiblemente se trataría de algún cementerio indio que yacía en esa zona, porque estos hallazgos eran frecuentes en la cercanía del puerto. Me dijeron que esos huesos que yo había visto, serían llevados al osario común del cementerio local. Esto, de alguna forma, daba crédito al relato de Panchita cuando afirmó que a los esclavos más rebeldes se los enterraba vivos. Más tarde me entero, cuando voy al club de argentinos, que Panchita había sufrido un accidente y estaba internada en una clínica; al parecer se había caído por la escalera que bajaba al basement. Recién la pude ver tres semanas más tarde. Mi problema de salud seguía igual pero gracias a los tranquilizantes y a ciertas instrucciones que ella me había dado, aún mal, lo podía sobrellevar. Mi descreimiento persistía, y la sensación de miedo que tuve al principio se fue convirtiendo poco a poco en enojo, pero no obstante empezaba a entender algunas cosas acorde a como se presentaban los hechos. Realmente deseaba verla nuevamente, porque le quería contar lo de los huesos que había visto en las excavaciones y hacerle preguntas de cosas que no me cerraban, entre las más importantes estaban; “¿Por qué estas sensaciones me afectaban solamente a mí y no a mi grupo familiar ?” , “¿Por qué el malestar que ahora tenía me había empezado días antes de embarcarme?”, “¿Qué era lo que ella veía en mi para aseverar que yo estaba muy mal ?”. Finalmente pude encontrarme nuevamente con Panchita. Fui a visitarla a su casa ya que no podía movilizarse con comodidad. Dijo que lo que le pasó fue por haberme revelado el por qué de lo que me estaba pasado y que “ellos” no querían que yo lo supiera. Pregunté;--- ¿Quiénes son “ellos”?--- entonces me señaló con el dedo hacia abajo, y sin decirme más se despidió y se fue a acostar porque no se sentía bien. Richard, su esposo, se quedó conmigo y platicamos; “Tienes que disculparla “—dijo--; viene sufriendo estos ataques desde hace ya mucho tiempo, esta vez le pegaron fuerte, los moretones que tiene en la espalda no son solo por la caída, porque la escalera está cubierta con tapiz. Hace unos años eran tan fuertes los dolores que en el Johns Hopkin Hospital le practicaron una serie de operaciones para anularle los nervios sensitivos que salen de la columna. Ella solo tiene sensibilidad en la cara. Prosiguió; Siempre que “veía” un negro y un indio que subían las escaleras del basement, era para venir a pegarle y dejarla tirada en el suelo llena de moretones, entonces empezaban los dolores en la piel, como de quemaduras o de azotes. En mi profesión he visto estas cosas pero en gente internada por locura, mientras que Panchita no está loca, aunque hace descripciones de lo que “ve” como para hacer una película de “polter geis”. Lo último que me dijo es que las visiones de esclavos flagelados luego se transformaban en pequeñas esferas rojas y amarillas que entraban y salían de su cuerpo y que cuando salían se llevan parte de su vitalidad, por eso el agotamiento que le quedaba después. Dijo que esas “cosas” tienen inteligencia, pueden leer la mente y actuar en consecuencia, malogrando situaciones que podrían ser placenteras o bien organizando todo lo que está alrededor para generar una “escena del crimen”. También pueden hacer que una persona que cruza la calle o la vía del tren, no mire o no vea lo que viene, por consecuencia ser arrollada.” Richard manifestó que lamentaba el hecho de que yo no creyera, porque Panchita le había dicho que mi verdadera misión en Baltimore era la de tomar conocimiento de esto para “testificarlo” . Que si bien yo no tenía el conocimiento de quién era “verdaderamente yo”, tarde o temprano lo iba a descubrir. Y que los “ataques” que estaban afectándome se debían a que “ellos” sí sabían quién era yo y les molestaba mi presencia en este lugar porque mi ser tenía “luz”. Te quiero mostrar algo. Me dijo, invitándome a que lo siga; entramos en una habitación donde había un pequeño altar con la foto de un soldado, medallas y una cadenita con una plaquita de identificación que había sido colocada delicadamente alrededor de la fotografía. Entonces, con lágrimas en los ojos, Richard me dijo que esto era a la memoria de su hijo muerto en la guerra de Vietnam y que coincidentemente había un ligero parecido conmigo, quizás por ser rubio y de mi misma edad, de allí el deseo de ayudarme. Le di mis condolencias y le pedí me dejara tocar esa plaquita de identificación porque yo, cuando fui miembro de una expedición Antártica, había encontrado en la sentina del barco una bolsa que decía “Us Army” repleta de ellas, posteriormente me vengo a enterar que ese barco llamado US Eltanin había sido usado como transporte fúnebre. Accedió con la cabeza y la retiró de donde estaba depositándola cuidadosamente en mis manos y me preguntó cuando y donde yo había visto esas identificaciones, porque eran entregadas a los familiares junto con la bandera y el féretro del fallecido. Que era muy raro lo que yo le estaba contando, dado que era la última pertenencia en vida del soldado y que después pasaría a ser tan solo un recuerdo. No contesté nada, le dije que fue en un viaje que hice a la Antártida hace 5 años. Me despedí. Las ideas fluían sin cesar por mi cabeza buscando una lógica, me fui más confundido que antes; Cómo podía creer en cosas que no veía y menos pensar que ahora estaba perseguido por vaya a saber qué poder sobrenatural. Mientras regresaba para mi casa tuve una extraña sensación de congoja y de remordimiento. Hice una parada para vomitar y eso me alivió. Pensé en no volver más a lo de Panchita, porque todo esto me hacia mal y ahora a las palpitaciones se había agregado un síndrome de claustrofobia. 3ª parte Como Felipe Deeza (presidente del club de argentinos) había conseguido un tour para visitar el Cementerio Militar de Arlingtong, en el estado de Virginia. Ni Panchita ni yo nos anotamos para ir, por lo que aproveché tal circunstancia para visitar los museos de Washington, especialmente el Aeroespacial y el Smithsoniano. Era un sábado soleado, estábamos a solo 40 millas de la Ciudad Capital. Conocería no por casualidad, a Jerónimo, un auténtico indio Cherokee, que me daría otra parte de la información sobre lo “desconocido”, mucho más difícil de digerir que lo de Panchita, pero con una frescura poética apasionante. Habíamos estacionado la pick up en el parking del subsuelo del Museo Aeroespacial, lugar recomendado por la gente del club de argentinos, muy conveniente, porque de estacionar en la calle, no había posibilidad de alejarse mucho debido a la obligación de “alimentar” los parquímetros con monedas cada tres horas. Estacionando en el Aeroespacial se podía dejar el vehículo todo el día y retirarlo al atardecer antes de que cierre. Recorrimos los salones con mucha atención, mis hijos extasiados viendo desde los aviones antiguos hasta las capsulas espaciales y los trajes de los astronautas. Los dejé al cuidado de mi esposa, para concurrir a un pequeño anfiteatro, porque habían anunciado una proyección de imágenes satelitales de la tierra. La conferencia que se daría posteriormente tenía que ver con el cambio climático, la formación de los huracanes y su desplazamiento. Me acomodé cerca de la salida, porque si me aburría o me sentía mal tenía una forma rápida para salir sin molestar a nadie. Noté que a mi derecha se había sentado un hombre de cabello blanco, bien vestido pero con la apariencia de ser un indio; nariz aguileña, pelo recogido por un rodete en la nuca. Físicamente fornido y de mediana estatura, manos grandes y con arrugas profundas en el rostro, piel dorada por el sol. Al terminar la conferencia, este hombre hizo un comentario sobre lo que la ciencia intentaba explicar con las fotos satelitales sobre el origen de los huracanes. Dijo, a modo de observación: --Pero… no han tenido la más mínima curiosidad de analizar por qué se originan en Costa de Marfil y no en otro lado, justo en donde capturaban a los negros y los embarcaban en los galeones de esclavos. Me quedé pensando lo que había dicho con tanta convicción y le pregunté: ¿Como sabe si eso que está diciendo es cierto? ¿Qué relación le encuentra a los esclavos con los huracanes? Sonrió y giró la cabeza para verme mejor, sus ojos brillaban, luego continuó: --Las diferencias de temperaturas son tan grandes en esa zona que el aire caliente sube a mucha velocidad generando un espiral de viento, que luego se ha de mantener girando para después encaminarse con el mismo rumbo de los barcos de esclavos: Va directo a Cuba o hacia Haití. Se potencia, para finalmente entrar en el Golfo de México. Dije algo disparatado que se me ocurrió, para unirme a la locura de lo que dijo este hombre; -- Es por el sufrimiento ¿no? , perdón, no sé por qué lo dije…-Dijo: -- Si, si… pero usted ¿sabe de esas cosas?- -Me miró de una forma muy profunda y con el ceño fruncido-Continuó-- Si, en efecto, es el sufrimiento de esa gente que quedó guardado, memorizado en esa parte del planeta. Porque la tierra tiene inteligencia y tiene memoria, es un “ser” vivo, el hombre no lo cree y sigue sembrando sufrimiento. Esa memoria del dolor que queda es peor que la contaminación atómica, busca más dolor, se alimenta de la energía del sufrimiento, lo genera… luego atrae los inorgánicos. – Hubo un silencio y extendió la mano para saludar – soy Jerónimo Juárez, como verá soy nativo y muy apasionado de estos temas. Permítame presentarme: soy Guillermo Marino, argentino, ingeniero y resido temporalmente en Baltimore, vine con mi familia. Dijo-- Mis ancestros son del pueblo Cherokee, soy veterinario y fui director del Zoo de Cincinaty. Estoy acá para encontrarme con una persona; un científico de la NASA, pero… hasta ahora no se ha presentado. Si mañana no viene, tendré que regresar a Colorado. Continuó mirándome con atención y preguntó: -- ¿Usted es consiente de lo que me dijo antes ?, o lo dijo solo por decir; lo del sufrimiento de esa gente…de los esclavos. Le contesté que eso que dije tenía que ver conmigo, porque estaba viviendo un ataque de pánico, estress para la medicina, que afectaba mi salud y si bien el médico no me había encontrado nada yo me sentía muy mal. Una señora de mi grupo me había dicho que lo mío se debía a eso… al sufrimiento de los esclavos. Que yo tenía “luz” y los atraía. Le dije que no creía en esas cosas, pero que finalmente, iba a terminar creyendo. Me dijo-- Créalo, créalo… porque es más grande el mundo de lo que no se ve que el mundo de lo que se puede ver. Lamentablemente este país sigue haciendo guerras, sigue matando gente propia y ajena, aumentando el dolor y también la furia de los huracanes. Le pregunté sobre lo que él había dicho, que se contradecía con la explicación científica que habíamos escuchado recién, sobre el origen de los huracanes por consecuencia del cambio climático. Me dijo-- El viento no solo es aire que se mueve, el viento tiene un espíritu, es algo vivo, como…un animal: Es el espíritu de la manada el que decide, organiza y actúa. Al igual que los caballos, búfalos, elefantes…cuando hacen una estampida. Los mayores más viejos de mi pueblo, sus abuelos y a su vez sus bisabuelos, no recuerdan haber visto huracanes antes de la llegada de los primeros esclavos a América del Norte. Existió un viento muy fuerte en Japón que hundió una flota de cuatro mil barcos del Imperio Mongol dispuesta a invadirlos, se lo llamó “el aliento de Dios” y se lo bautizó con el nombre de “viento Kamikaze”. Miro el reloj, murmuró unas palabras posiblemente en su idioma, me saludó, tomó sus cosas que estaban todavía sobre la butaca y se alistó para irse… Le dije: Aparte del “espíritu” del viento, usted nombró otra cosa antes;” inorgánicos” Respondió -- Ha sí, dije los seres inorgánicos… Lo abordé inquisitivamente – Nunca escuché esa palabra… ¿Qué son ? Continuó--Aparte del reino animal y el vegetal, existen otras formas de vida, se los llama “seres inorgánicos”, son invisibles y no tienen un organismo biológico. Los que interactúan con los humanos son seres que piensan, se alimentan y viven desde otro plano; el de la energía. Hay otras categorías que mantienen el equilibrio de las especies. Pregunté sonriendo-- Si son invisibles, ¿Como sabe que existen ? Replicó -- Porque cuando se manifiestan; actúan sobre las sensaciones y sobre la conciencia, ingresan información en nuestro centro emocional que después procesamos como propia…somos como videocaseteras. Me tengo que ir – dijo, se lo veía apurado. Me dejó boquiabierto, no sabía si reír o tomar en serio todo lo que había dicho. Venido de un “indio” era de esperarse que pensara que todo tiene espíritu, de allí la confrontación de creencias con las religiones nuestras, occidentales. Habló de cosas que yo no tenía ni la menor idea que pudieran existir. Quería desenmascararlo, ya que no sabía si estaba frente a un loco desquiciado o frente a un sabio. No sabía que preguntarle y lo deje ir sin hacer cuestionamientos, quedé atónito… Tomo sus cosas, me saludó nuevamente y se marchó. Viéndolo alejarse, me sorprendió que caminara con la agilidad de un joven, muy difícil calcular su edad, por su rostro aparentaba 75 años o quizás muchos más. Posiblemente no lo volvería a ver, me llenó de curiosidad, al menos no habló de muertos, pero habló de cosas que hicieron tambalear mi raciocinio. Fue un raro encuentro, sin intercambio de tarjetas ni números telefónicos, imposible de ubicarnos mutuamente. No me sentí mal. Mientras platicábamos, me dio la impresión de que lo conocía desde hace mucho tiempo y de que nos volveríamos a ver, aunque yo dudaba de sus afirmaciones por su controversia con la ciencia, pero transmitía paz y serenidad. Lo que hablé con Jerónimo, se lo conté solamente a mi esposa, pero lo mantuve alejado de comentarios con mis compañeros de trabajo, porque hubieran pensado que enloquecí, si aparte de mi raro proceder frente al estress les hablaba del extraño origen de los huracanes. En cuanto tuve la oportunidad, consulté una enciclopedia para cerciorarme lo que dijo sobre el viento Kamikaze y efectivamente tenía razón: Fue en dos intentos de invasión Mongol a Japón; en el año 1274, los ejércitos de Kublai Khan cruzaron el mar con 140.000 hombres en 4000 barcos para masacrar a los japoneses. Los Samurai practicaban el Budismo Zen y en cadena de oración le pidieron a las deidades protectoras de Japón que mandaran un tifón y así fue como acudió el “viento divino” que les hundió los barcos. Lo intentaron nuevamente siete años más tarde, en 1281, y volvieron a fracasar, porque nuevamente el viento fue convocado y volvió a hundirles los barcos. Esto los hizo desistir de invadir a Japón por la superstición de que volverían a fracasar, atribuyéndoselo a la mala suerte. Al día siguiente de mi encuentro con Jerónimo, el domingo, yo había pensado regresar a Washington para continuar con las visitas a museos, pero como mi malestar milagrosamente se redujo, aproveché y dormí toda la tarde. Recién volvería a ir a Washington el próximo sábado. Pasé toda la semana sin pena ni gloria, las palpitaciones habían desaparecido pero persistía ahora con mayor crudeza la claustrofobia; necesitaba estar acompañado para sentirme seguro, no podía ver en la televisión ninguna escena de violencia porque me volvía a sentir mal, recurrí nuevamente al médico, me recetó un remedio psiquiátrico. A todo esto recibí llamadas telefónicas de la gente del club de argentinos, recordándome que para el próximo domingo estaba invitado a un locro. De la visita al Cementerio Militar de Arlington, me comentaron que estuvo plagada de desencuentros y de gente que se descompuso o que se sintió mal, por lo tanto estaban planeando una próxima salida para visitar el Longwood Garden en Philadelphia. Pregunté por Panchita, me dijeron que estaba bien y que había viajado a Phoenix para visitar a su hija, les dije que le dieran nuestro saludo y que tenía cosas muy interesantes para platicar con ella. Al siguiente sábado nos encontrábamos nuevamente yendo para Washington, era un día caluroso y el cielo amenazaba con lluvia, nuevamente decidimos estacionar en el subsuelo del Aeroespacial. Mientras descendíamos por la rampa de acceso, una limusina negra que estaba también descendiendo por la rampa paralela, baja su vidrio metalizado obscuro para que una persona en su interior se asome y me haga señas con las manos, para mi sorpresa, se trataba de Jerónimo. 4ta parte Estábamos bajando por la rampa de acceso al estacionamiento del Museo Aeroespacial, en Washington, cuando por la rampa paralela una limusina negra que también estaba descendiendo, bajó el vidrio metalizado de atrás para que un hombre en su interior gesticulara con las manos dirigiéndose a mí, para mi sorpresa era Jerónimo, no podía creer que nos encontráramos de nuevo. Resultó raro, pero las señas que me hizo me recordaron a mi padre, que era médico, y que cuando lo iba a visitar y estaba ocupado con un paciente, por la ventana que daba a la calle y sin hablar me hacía esos gestos con las manos, en forma muy rápida me daba a entender que nos encontremos en el bar de la esquina para tomar un café en una hora. Mi esposa, sentada a mi lado me preguntó:--- ¿qué quiso decirte ese hombre con esos gestos? ¿Lo conoces?... --Contesté ---Si… ese es Jerónimo y me dijo que en una hora nos encontremos en la cafetería para tomar un café.--Me contestó: -- Estas realmente loco, que un magnate que viaja en limusina con chofer te haga unas señas que solamente vos comprendes y encima, me hablas de un indio, que yo me había hecho a la idea de un indigente desquiciado, que conociste hace solo siete días y hablaste toda la semana de él como si fuera la relación de toda la vida. Prosiguió: ¿Estas tomando los remedios psiquiátricos que te recetó el médico?----Respondí con un NO rotundo… Llegamos a la recepción del Museo, un grupo de gente reunida esperaba la llegada de una guía turística para iniciar la visita guiada por todo el museo, la misma incluía un “lunch” porque duraría todo el día y parte de la tarde. Pregunté donde quedaba la cafetería y me fui para allí, mi esposa no estaba muy conforme pero le dije que si había algún problema estaría tomando un café y no me movería de allí. Al cabo de aproximadamente ½ hora me encontraba nuevamente con Jerónimo que se acercaba sonriendo y lo primero que dijo fue: ¿Te rompí la cabeza con la charla del otro día ? No estaba seguro si estabas preparado para las cosas que te dije, pero traté de ser lo más desatinado posible y veo que funcionó, estás nuevamente aquí y no huiste despavorido al verme. ¡ Bravo! Respondí: Es por la curiosidad de querer encontrar una solución a mi problema y veo que cada vez estoy más complicado con especulaciones mentales que no se si son ciertas. Preguntó: -- Ingeniero ¿Qué es lo que le dice su intuición sobre este tema ?--Contesté ---Me dice que escape cuanto antes y que retorne al campo de lo conocido por mi mente, a las formulas matemáticas, a lo demostrable con experiencias.--Prosiguió: Esto que te conté la vez anterior está basado en cosas reales derivadas de la experiencia, pero quizás sean de una realidad que tú no manejas ni conoces. Interrumpió la charla, se levantó y me pidió que lo siga a los ventanales. Desde allí se divisaba la avenida principal con un conglomerado de gente que caminaba, parejas tomadas de la mano, chicos corriendo y turistas sacando fotos, entre otro público. Continuó: --- De toda esa gente que ves allí, solo algunos son “humanos” pero no lo saben porque aún están dormidos --- Se quedó mirándome fijamente, esperando mi reacción – No lo entiendo… yo solo veo personas.--dije Después de un silencio continuó: Son humanos aquellos que aunque dormida tienen conciencia, los demás son máquinas que revisten apariencia humana y pertenecen a la ley del accidente. A las máquinas estos temas no le interesan y aunque te desgastes en explicaciones no te entenderían o se burlarían de ti diciendo que estás loco. Ellos están cómodos con lo que el “sistema” les muestra y no se les ocurriría buscar otra cosa. Creen que son libres. A ti, esta situación que estás viviendo, lo del sufrimiento de los esclavos, que te afecta porque sientes lo mismo que sintieron ellos que fueron traídos prisioneros. Eso te sacó de tu comodidad y con sensaciones te mostró algo que jamás llegaste ni siquiera a pensar, la posibilidad de una realidad paralela… Te produjo un “choque consiente”, que tienes que aprovechar porque te sacó del estado de sueño. -Volvimos a la mesa, ya nos habían traído los cafés que humeaban, tomamos asiento: Continuó:-- De la minúscula cantidad de gente que tiene “conciencia” o sea, los que son humanos, aún estando “dormidos” creen que están despiertos. Son como pequeños soles, como dijo tu amiga del grupo; tienen “luz”, porque fuimos creados a imagen y semejanza de nuestro Padre, el Sol. No es la luz que habitualmente conocemos, es una luz de inteligencia sagrada que es capaz de “abrir” la conciencia de otros humanos a nuestro alrededor; para poder discernir entre la verdad y la mentira, abrirnos el camino a los verdaderos poderes que escondidos llevamos dentro; intuición, percepción, el 6to sentido: a esto se lo llama “centro magnético” que si lo desarrollamos nos permitirá estar en la ley del destino. Interrumpí: -- ¿Que son esas leyes y en que me benefician ? Estar en la ley del accidente es estar expuesto a que cualquier cosa me puede pasar y puedo morir simple y sencillamente; una bala perdida, un accidente vial, la guerra… Tomó en sus manos la jarrita de la leche que reposaba en el centro de la mesa y dijo: – En Texas tenía un amigo, un blanco dueño de una hacienda. El quería dedicarse a la leche; es decir, poner un tambo con las mejores vacas y la mejor pastura. Compró unas tierras con galpones donde antaño había funcionado un matadero de caballos, tiró todo con topadoras y construyó en ese lugar un moderno establecimiento para el ordeñe. Se asesoró en los mejores lugares, incluso contrato gente de la Universidad de Colorado Spring. – hizo un silencio… Entonces – dije -- ¿Qué pasó ? Se fundió… quebró y al poco tiempo, termino con su vida de un tiro en la sien; no logro que ninguna vaca diera leche, pese a los esfuerzos y al dinero invertido. Las vacas sintieron que no estaban seguras en ese lugar porque el sufrimiento del viejo matadero estaba todavía allí. Estaban estresadas y por eso no daban leche. Continuó; -- Estar en la ley del destino significa que estoy protegido por fuerzas superiores y que nada me puede pasar; es porque mi “esencia” está creciendo. Repliqué: -- No me diga que si en la esquina de mi casa hay un tiroteo justo a la hora que salgo rutinariamente, las balas se van a desviar y no me van a tocar. ¡ No lo puedo creer...! Tampoco es así, las cosas se ordenarían de tal manera que tu no estarías allí; un amigo te pasaría a buscar para salir antes, en auto, o quizás enfermes y ese día faltes al trabajo, o mil posibilidades mas, para que tu no estés en ese lugar ese día, a esa hora y en esos segundos. Cambié de tema y le dije: Tengo dos incógnitas que preguntarle: la 1ª, ¿Por qué vino en una limusina ? y la 2ª ¿ Se encontró finalmente con ese científico de la NASA y si se puede saber, para que…? Respondió: No hay problema: Lo de la limusina es una estrategia. O crees que un científico de la NASA se va a jugar en dar información ultrasecreta por nada. Aún así, vine en esa limusina porque es para entregarla a un Senador que contrató el servicio a mi hijo, que las renta para todo tipo de eventos. La segunda; Si… Me encontré con él hace unos minutos y me entregó un sobre escrito en idioma Navajo (los códigos indios usados en la 2ª guerra). Es porque la Santa Inquisición está vigente y yo tengo que actuar como Galileo con sus descubrimientos, para no ser capturado y quemado en lo hoguera.—Se rió— La inquisición ahora está encarnada por una organización gubernamental destinada a hacer desaparecer todo aquello que intente estropear el negocio farmacéutico. La información que está en este sobre es relativa a experimentos biológicos y genéticos clasificados, hechos fuera de la influencia del planeta tierra. Van a ser analizados por nuestro Consejo de Ancianos, previa traducción del Navajo y si ellos lo consideran me informarán sobre el tema. No soy chamán pero si un hombre de conocimiento, un iniciador; en términos de esa realidad paralela. Le pregunté: --Esto que me acaba de explicar, ¿Qué tiene que ver con lo que yo estoy padeciendo ?; los antiguos esclavos, los muertos enterrados vivos en… Baltimore. Respondió: --No en forma directa, me faltaría explicarte algo más: no son los espíritus de los muertos los que te están acosando, son los seres inorgánicos producto de la energía del sufrimiento de ellos. Los espíritus de esos muertos partieron hace mucho tiempo para ubicarse, de acuerdo a su evolución vibratoria, en las distintas capas espaciales de la tierra; troposfera, estratósfera, ionosfera, etc. Para luego bajar a encarnar nuevos seres, es decir, volver a nacer. Pero... ¿Tú crees en la reencarnación? Repliqué: --Pero esto es muy loco, es más increíble e impensable que todo lo anterior. Me habló nuevamente mirándome fijamente a los ojos – Te acabo de hacer la pregunta del millón: ¿Crees que exista la reencarnación ?... Si me contestas con un SI; dime tu argumento, y que tenga lógica. Si me contestas con un NO, va a ser muy corta nuestra plática de hoy. Dije: -- Si…pero carezco de pruebas, porque cuando alguien se muere no regresa para contar como le fue. Por otra parte, recuerdo que con mi padre nos acostábamos en el piso de le terraza mirando el cielo nocturno estrellado y él me señalaba las constelaciones diciéndome siempre: “Tú crees que todo esto está solo para adornar el cielo, esto fue creado con un propósito que nuestra mente es incapaz de comprender” — después me tomaba de la mano para no marearse y me decía: “piensa si ese cielo estrellado que estás viendo, yace debajo de nosotros y no arriba; no nos caemos porque estamos pegados a la tierra por la gravedad que jala nuestra espalda al piso… si no fuera por eso, nos caeríamos hacia ese abismo lleno de estrellas. Sería como volver a donde vinimos, es decir; morir”. Interrumpió – Tu padre era un ser muy especial… Contesté: --Muchas de las cosas que me decía nunca las llegué a entender ni siquiera ahora, pero quedaron dando vuelta en mi mente. --Ahora intentaré responder la pregunta del “millón”—Dije Siempre tuve ciertas dudas sobre el cielo y el infierno, que pasaremos por el “Juicio Final” y que Dios nos castigará o nos premiará de acuerdo a nuestro comportamiento en esta vida. Pero eso de volver a nacer… Para venir nuevamente aquí…, me suena como que me fue mal en los exámenes finales y tendré que recursar la materia. Explotó en una carcajada y dijo: -- Y que tal si este es un planeta escuela donde venimos a aprender… a los golpes. ¿Te suena más lógico ?... ingeniero. Tomamos el café y nos distendimos, yo no entendía mas nada, pero tampoco eso me preocupaba. Estaba escuchando cosas que no estaban en ningún libro y aún así me eran familiares, me sentía como que estaba recordando. Continuó: -- Volvamos al lugar de donde habíamos partido con tu preocupación actual; los espíritus de los muertos que en la realidad no son los espíritus de los muertos, pero te hacen sentir muy mal al punto de estar enfermándote—Esbozó una sonrisa y se paró, en una actitud similar a la que hacen los “mimos” ; gesticuló las manos como si nos estuviera cubriendo con un marco invisible de tela mosquitero, se sentó nuevamente y dijo: Acabo de hacer una capsula de luz azul en torno a nosotros, es por lo que ahora vamos a platicar.-- Puso cara de misterio para luego reír nuevamente--. 5ta parte Se paró y gesticuló como si fuera un “mimo” simulando construir una caja de tela mosquitero en torno a nosotros, dijo que había hecho una capsula de luz azul para protegernos por lo que ahora íbamos a empezar a platicar. Yo estaba muy confundido porque no veía lo que el afirmaba con tanta seguridad, para mi habían sido solo movimientos de manos y nada más. Me preguntó: -- Chequeá tu espalda y tu cuello, fíjate si se fueron las contracturas— Comencé a mover el cuello en forma circular y también mis omóplatos, comprobé que estaba mucho más liviano ya que anteriormente me había sentido muy contracturado y no había reparado en ello. Me sentía libre, como si me hubieran sacado una mochila con piedras de la espalda. De repente se me había ido todo, había quedado atrás esas sensaciones de pánico. Me sentí con ganas de gritar… Respondí: -- Me siento realmente bien, como habitualmente solía estar antes de padecer “esto”. ¿Que fue lo que ahora me hizo?... ¿ Un nuevo truco? Quizás… Contestó: -- Construí una barrera de protección en torno a nosotros, momentáneamente esas “cosas” que traías pegadas a tu “aura” se fueron, pero luego volverán, hasta que aprendas a hacerlo solo. Es como una escafandra para bajar al fondo del océano. Pregunté, antes de que comenzara su plática: -- ¿Por qué se está tomando este trabajo conmigo ? Si yo no estoy dispuesto a aceptar todo lo que me diga y tampoco a pagar su tiempo.— Dijo: --Porque en tu desesperación frotaste la lámpara de Aladino, y el Gran Espíritu te escuchó y me convocó para que haga esta tarea. Yo lo único que sabía es que tenía que venir a encontrarme con ese científico de la NASA y que debía estar sentado en ese lugar, a esa hora, cerca de la salida del microcine, donde se proyectarían las imágenes satelitales de la tierra. El resto de lo que iba a pasar, realmente estaba fuera de mi control. Tú viniste a sentarte a mi lado, lo cual hace pensar que sin darte cuenta favoreciste el encuentro. Bueno, acá estoy nuevamente, soy el “genio” de la lámpara.— Echó a reír nuevamente, ahora sus ojos brillaban .— Retomé el diálogo preguntando: ¿Qué es eso del aura y que tiene que ver conmigo ? y ¿ Por qué se me pegaron esos “inorgánicos” , que todavía dudo que existan porque no se pueden ver ? Contestó: -- Bueno, si tú crees que nada de esto es cierto, voy a sacar la burbuja de protección y aquí no ha pasado nada, volverás a sentirte como antes. ¡ No!... ¡ Por favor, no lo haga ! – Dije, muy alterado. Respondió: -- OK, no lo hago, pero… ¿Esto significa que estas empezando a creer ? No del todo, pero si… no quiero sentirme mal como antes, esto es extorsivo. — Dije. Continuó: -- El origen de esas entidades es realmente desconocido, pero, cuando los seres superiores deciden “sembrar” la vida humana en el planeta tierra, es decir, traer de otra galaxia los especímenes para poblar el planeta, no tienen en cuenta de que ya la tierra estaba poblada por estos seres inmateriales inteligentes, o sea “los inorgánicos”. Si bien, los que ellos detectaron en el planeta, tenían como única misión regular el equilibrio ecológico de las especies entre sí, animales y plantas. Vieron que había otra variedad que tenían mucha similitud mental con los humanos, es decir; aunque no tenían un cuerpo biológico eran unidades inteligentes pero lo único que les interesaba era alimentarse de la energía que emana de las emociones tales como de desborde emocional. Esto los atraía a tal punto que hicieron alianzas con algunos humanos para estar a su servicio, con tal de que les proveyeran ese sutil alimento, algo así como una simbiosis. Los resultados fueron desastrosos; tan pronto como la siembra humana crecía, se mataban en disputas irracionales, por celos o por envidia, pueblo contra pueblo se diezmaban en guerras. Todo esto ocurrió por el solo hecho de que su accionar, por supuesto, invisible, modificaba la conducta del anfitrión del que hacían uso, haciéndole sentir cosas falsas de sus pares, odio, envidia, deseos destructivos. Estas fueron las causas de los genocidios y también de los holocaustos; conseguir alimento. Las entidades invocadas por humanos les daban poder para someter a otros humanos, por supuesto era un poder invisible pero real. Se entiende por poder a la posibilidad de leer la mente y de actuar sobre la conciencia de las masas. Interrumpí: -- ¡ Eso no puede ser ! , siempre las guerras fueron por un motivo; ampliar territorio, conseguir riquezas o simplemente problemas raciales o étnicos. Continuó: -- Nunca existen motivos válidos para generar el sufrimiento de una guerra Los únicos beneficiarios de una guerra son los “seres inorgánicos” por el alimento que obtienen, es decir, energía de sufrimiento. Interrumpí nuevamente: -- Entonces son malos, perversos, no tienen compasión… Continuó: Son entidades que persiguen a su víctima obsesivamente, con el solo fin de obtener alimento, atendiendo a la Universal exigencia de la supervivencia: producen desequilibrios en las relaciones de pareja, familiares y también laborales. Volví a interrumpir: -- Pero eso es espantoso, no somos dueños de nuestra voluntad, entonces estamos totalmente desprotegidos. Continuó: -- No es tan así, tenemos nuestra propia protección, una energía que nos cubre escasos milímetros y los repele. Los chinos la llaman “energía Wei o protectora”, Mesmer la llamó “magnetismo animal”. Pero… déjame continuar con el relato anterior: Los seres superiores que sembraron al hombre en la tierra, observaron que los inorgánicos capturaban la conciencia de los humanos y los dominaban. No iban a poder encauzar a la raza humana, por lo tanto aquellas poblaciones que se habían descarriado completamente, entre ellas estaban Sodoma y Gomorra, fueron arrasadas. Perdón – dije; Entonces Darwin estaba equivocado… Respondió: No, estaba acertado con las especies pero no con el hombre, el homo sapiens. ¿O tú crees que descendemos del mono ? – Hizo unas caras de burla, rascándose la cabeza y emitiendo sonidos guturales, como un simio.Interrumpí nuevamente: -- ¿Que certeza tiene de que fuimos sembrados o traídos de las estrellas ? Continuó;-- Dado que estas en el jardín de infantes, puedes preguntar. En el Museo de Bagdad, en Irak, existe información de la civilización más antigua que se conoce; los Sumerios, de hace unos 5 mil años. También hay una talla en piedra con el Genoma humano y mucha pero mucha información sobre unos seres iguales a nosotros pero de una talla de 4 metros, los Anunakis, presentes en las escrituras sumerias como seres venidos de las estrellas para controlar la siembra de humanos en el planeta. Albergo el temor de que toda esta información sea destruida por alguna potencia mundial que haga lo mismo que hicieron los Cruzados – Continuó: El Gran Espíritu envió a los “profetas”, para que se encarguen de encarrilar a las poblaciones por la senda de la moral y la ética, creando las religiones y evitar así su autodestrucción. Pregunté:-- ¿Pero entonces, si estos “inorgánicos”, que ya estaban en el planeta antes de que el hombre fuera sembrado, de que se alimentaban originalmente? Contestó: -- Se alimentaban del residuo etérico que queda en los cadáveres de los animales, en forma similar a los gusanos o larvas que comen lo que se pudre, de allí la denominación de “larvas energéticas” o “larvas etéricas” , cuando el nombre más apropiado sería el de “seres inorgánicos”, son de naturaleza eléctrica. Pregunté:-- ¿Y por qué me persiguen a mí y me hacen sentir tan mal ? Respondió: -- Es la energía de tu miedo la que los atrae – Contesté: -- No lo puedo creer, que mi miedo tenga una energía – Respondió, mirándome a los ojos: -- ¡ Así que no lo crees ! Contesté: -- Por supuesto que no, yo no soy un cadáver en descomposición…-Respondió, con cara de enojado:-- Mira, ingeniero, a vos que te gusta hacer experiencias, vete a un cementerio y orina en el baño, tu energía va a quedar en el pis que hagas y eso tomará contacto con “ellos” que allí están, alimentándose de los residuos etéricos de los cuerpos en descomposición. Después verás lo que te pasa… Habló nuevamente pero ahora sonriendo: --La podes llegar a pasar muy mal…-- Dijo. Pregunté:¿ Pero, no hay filosofía en el mundo que acuse la existencia de estos seres ?. Si – Dijo – Los Vedas en la India las estudiaron y las llamaron; bhutas y desarrollaron técnicas para poder extraerlos de las personas afectadas. También dentro de la filosofía China son representadas como afecciones Kuei, que quiere decir; espíritu desencarnado. La Santa Biblia Cristina los rotuló; demonios. Volví a preguntar: -- ¿Y la ciencia, ignora de que existan estas “cosas”? Me miró con cara extraviada y encogiéndose de hombros dijo; --Al sistema no le interesa y hasta creo que le conviene; la guerra, la drogadicción, la delincuencia, las enfermedades… Continuó: -- En 1937, un pionero armenio descubrió un aparato para fotografiar el aura, se llamaba Kirlian. El experimento fue llevado a las más importantes universidades de los EEUU, esto fue en los 70, lograron fotografiar los “seres inorgánicos”, pero creyeron que era la materialización de las energías mentales de los sanadores que habían fotografiado, justo en el momento en que se disponían a curar a un paciente. De haber seguido con la investigación, tarde o temprano hubieran hecho el hallazgo científico de fotografiar Entes; el destino de la humanidad podría haber cambiado para siempre y haber sentado verdaderas bases para la psicología y la psiquiatría. Pero, todo fue abortado y transformado en Top Secret, posiblemente haya intervenido la FDA para que finalmente quede todo en la nada; la conspiración del silencio. Las Universidades rusas los siguen investigando y los llaman; Maflok o parásitos de la conciencia.-Pregunté-- ¿Y qué piensan los pueblos originarios sobre estos seres inorgánicos ? --Sus ojos comenzaron a brillar, se lo notaba algo nervioso, en estado de alerta-Hizo un largo silencio, miró luego el reloj y me preguntó: -- ¿Quieres que hagamos un alto ?, para que puedas atender a tu familia, que quizás en este momento te estén buscando. Volví a preguntarle, en tono desafiante—¡ No ha prestado atención a mi pregunta ! Contestó—Bueno, allí reside toda la verdad, pero antes debía explicarte qué idea tiene el mundo civilizado sobre estos seres para que te ubiques en el problema, luego hablaremos de mis ancestros; los Tsalagi y el por qué del camino del guerrero. Le dije que estaba muy interesado en conocer ese otro punto de vista y que lo abordemos después del break, ya que mientras él iba al WC, yo me daría una vuelta por el restaurante para ver si encontraba a mi familia, que estaban en un lunch. Dijo: --OK., voy entonces al WC. – Se levantó, me saludó, como si se estuviera despidiendo, fue desatinado como siempre, luego se encaminó hacia la puerta de salida de la cafetería. Antes de que saliera observé que hacía nuevamente movimientos de “mimo”, como si limpiara un vidrio invisible en el espacio entre las puertas de la salida, me pareció algo extravagante y al parecer no le importaba hacer el ridículo, pero a su vez era como que la gente no lo veía. Me recordó a cuando se entra en la zona de pre embarque de los aeropuertos. Quede solo y pensé… Como podría ayudar a Panchita con todos estos conocimientos… Stop, me dije, sorprendido de haber pensado en esto, ya que un par de semanas atrás realmente no creía en nada. Tenía un abanico de cosas para pensar sobre algo inexistente. Recordé el libro de A. Huxley ; “Un Mundo Feliz” y me pensé parte del protagonismo, me recorrió un escalofrío: el haber recibido este conocimiento no me permitía volver atrás, sería como cambiar de caballo a la mitad del río. Repentinamente una idea cruzó por mi mente: -- Me levanto y me voy, así cuando regrese no me encuentra. Habidas cuenta de que no tengo ningún compromiso con él y que tampoco tiene mi dirección-No lo pensé mas, me levanté, tomé mis cosas y me encaminé para la salida. A medida que me acercaba a la puerta por donde él había salido, esta se iba desdibujando. Desesperado, quise salir pero no pude, la puerta ya no estaba y la pared cubría ese lugar. 6ta parte Era imposible salir de la cafetería, la puerta por donde había salido Jerónimo ya no estaba, en su lugar continuaba la pared. Me encaminé a otra puerta que daba a un jardín de invierno y que se conectaba con el restaurante, estaba en el sitio opuesto. Crucé todo el salón, nuestra mesa ya se había ocupado con dos personas; un joven y un anciano. Observé que estaban siendo interrogados por dos policías de civil, que aparentaban ser de migraciones. Me detuve un momento para ver; les estaban requisando los documentos, se mostraban muy nerviosos, luego les hicieron vaciar los bolsillos sobre la mesa, hablaban entre ellos y les preguntaban por un sobre de papel marrón. Apuré el paso sin mirar para atrás, una de las mozas me hacía señas para que me acercara a la barra, así lo hice y sin hablar me puso en la mano un papelito escrito, luego, rápidamente se fue para adentro, antes me señaló la puerta de atrás, la del jardín de invierno. Supuse que me quiso decir que salga por allí. Mientras me alejaba vi como se llevaban, aparentemente detenidas, a esas dos personas, como si fueran sospechosos de algo. Minutos antes Jerónimo y yo ocupábamos ese lugar. Pensé--; ¿No los estarían confundiendo con nosotros ? Quedé muy preocupado, mi repentina idea de abandonar todo, luego intentar irme y que la puerta por donde había salido Jerónimo había desaparecido, mas los policías que se llevaban detenidas a esas personas, entré en un estado de confusión. Finalmente salí de la cafetería al jardín de invierno y por una puerta lateral entré al restaurante. Había una mesa larga repleta de platos con distintas comidas y un grupo de comensales disfrutando de un lunch, pude ver entre ellos a mi esposa y mis pequeños hijos, el más chico embadurnado con mostaza y mayonesa intentando comer un bocadillo. Al verme se sorprendieron y echaron a reír. Dijeron -- ¡ Papá, te ibas a perder esto ! Interrumpió mi esposa—Déjenlo, está a dieta porque se siente mal…-Respondí—Algo voy a comer, tengo hambre y parece que me siento mejor.-Acerqué una silla y empecé a comer, realmente me sentía bien como nunca antes. Empecé a disfrutar de la comida, era como que la pesadilla de los ataques de pánico habían quedado atrás, la sensación de bienestar seguía aunque una sombra la empañaba; Jerónimo había dicho que la cápsula de luz azul me protegía por ahora, pero que cuando se desvaneciera todo volvería a ser como antes, hasta que yo aprenda a hacerla solo. Esto me pareció como algo imposible. Mi esposa continuó—Creí que estabas con el indio…Jerónimo ¿Qué pasó? Me acordé del papelito que me entregó la moza, lo leí en silencio, decía: -- La FDA me está pisando los talones, por favor si quieres continuar, llámame a este número de teléfono… bienvenido al club.—Luego de leerlo lo guardé en el bolsillo de la camisa. Contesté—Todo bien… se marchó porque tenía asuntos que atender. Me preguntó nuevamente-- ¿Te sentís realmente bien ?, al menos tu cara está mucho mejor, se te ve más tranquilo… Después te cuento, fue muy interesante lo que platicamos. También hizo una capsula de luz azul. Interrumpió— ¿Parecida a la cápsula de los astronautas ? Si… parecida, pero no igual – Dije, riendo… -- Me sentí como hablando en otro idioma. Asocié la carrera espacial entre americanos y rusos, para poner una “pelota” en órbita o para pisar la luna y recordé lo que me dijo de los seres que vinieron de las estrellas para sembrar la vida humana, los Anunaqui. Me sentí como si estuviera en el planeta de los simios. Me dije -- ¿Esto es la “tecnología espacial”…? Ahora entiendo porque se ocultan estas cosas; el efecto desacreditante es devastador, si aceptáramos esta premisa no quedaría un solo país como “potencia mundial”. Esbocé una sonrisa y me consolé pensando que todo lo que había dicho Jerónimo era una mentira. De lo contrario sentía que no podía ejercer mi libertad, estábamos controlados por cosas invisibles que intentaban gobernarnos caprichosamente. La ciencia, tan arraigada en mi pensar, se estaba resquebrajando. El mundo de la causa y efecto ya no era esa dualidad, sentía como que la causa estaba en la realidad paralela y el mundo de la materia, es decir; este mundo, era el mundo del efecto… --Afuera, por los ventanales, se veían los relámpagos de una tormenta lejana que se estaba aproximando, la tarde estaba muy pesada y se sentía el olor a la lluvia. El lugar donde estábamos era vidriado y aparentaba ser muy seguro, se podía ver la tormenta que se avecinaba con toda claridad, como si fuéramos parte de ella. Al cabo de un rato ya estaba encima nuestro, el rugir de los truenos me hizo recordar a mi infancia, cuando mi padre me decía: -- Desde que ves el relámpago, cuenta los segundos: uno, dos, tres, cuatro… hasta que escuches el trueno, entonces podrás saber a qué distancia cayo el rayo: el relámpago que ves es inmediato, el trueno se escucha después; se propaga a 300 metros por segundo que es la velocidad del sonido. Haz el cálculo…-Antes de nuestra partida hacia Baltimore, hice un recorrido por la cafetería para ver si estaba la puerta que se había “convertido en pared”. Esa puerta nunca existió, me dijo un empleado, porque del otro lado están los elevadores. Quedé boquiabierto, la única puerta que había era en el ala izquierda, de cristal y automática, se podía ver como la gente ingresaba o salía sin problemas: ¿Que fue lo que vi ? Hicimos el viaje de regreso con lluvia, llegamos a nuestra casa finalizada la tarde, encontramos una nota escrita a mano en la puerta que decía: domingo locro – Felipe ( Felipe Deeza era el presidente del club de argentinos, tenía una casa de dos plantas con un hermoso jardín alrededor, él vivía cerca de la casa de Panchita y Richard, ambos cubanos de unos 65 años de edad. Panchita era una vidente natural). Felipe, médico psiquiatra del Johns Hopkin Hospital y compañero de Richard, ambos forenses del Condado e investigadores para una afamada revista de psiquiatría médica, donde escribían sobre temas relacionados con psicopatías criminales, por supuesto, dentro de lo ortodoxo. Ambos aceptaban con cierto escepticismo las ideas de Panchita con sus visiones, pero eran muy respetuosos y en más de una ocasión también la habrían consultado. Tanto Felipe como Richard estaban al tanto de mi problema de salud pero no habían podido aportarme nada, al menos dijeron que con el Valium 5 estaba bien medicado y que no había otra alternativa posible. Richard era más permeable a lo que dijera su esposa, Panchita; de que lo mío se debía a los esclavos enterrados vivos, debido a que ella padecía de lo mismo que yo. De esos dos encuentros con Jerónimo, mi enfoque sobre ese tema ya no era el mismo que antes; había perdido el miedo a esas cosas y ahora, afortunadamente, tenía una sensación de bienestar nunca antes experimentada durante mi estadía en Baltimore. El locro sería la oportunidad para encontrarme nuevamente con Panchita y por supuesto, platicar de las cosas más importantes que había descubierto recientemente. Ya estábamos saliendo de nuestra casa, eran las 10 de la mañana, los niños se habían acomodado en la pick up. El condominio a esa hora y siendo domingo, estaba desierto, solo la empleada de la lavandería se la veía recorriendo las casas con un enorme canasto con ruedas, recogiendo la ropa para lavar, que ordenadamente la gente dejaba en una bolsa en la puerta de cada casa. Mi esposa la saludó, le dio ciertas recomendaciones cuando se llevaba nuestra ropa y luego marchamos para el club de argentinos que era en la casa de Felipe. Fuimos calurosamente recibidos; besos, abrazos, choque de manos fiel a nuestro estilo latino. Sentada junto a un piano de cola estaba Panchita que al verme se levanto y se dirigió hacia mí: -- ¡ Hola hijo !, que gusto verte nuevamente… y a tu esposa también – Murmuró y se quedó mirándome, luego se alejó unos pasos, me di cuenta que me miraba con el rabillo del ojo, típico de los videntes, luego se acercó y me dijo al oído: -¿ Qué pasó con tu aura …? Contesté con signo de preocupación: -- Como… ¿Qué pasó con mi aura ? Si – dijo ella – Cambió de color… era de color ámbar, y de a momentos se tornaba roja como de agresividad contenida… pero ahora es azul celeste. ¿ Como te sientes ? Contesté con asombro – Bien, muy bien, creo que mi problema quedó atrás, espero me dure… Habló nuevamente, con cara de misterio – ¿ Que te pasó ?, porque esto no se hace solo, algo o alguien te lo cambió… ¿ Cuéntame ? Interrumpió Felipe – Guillermo, se te ve muy bien, creí que eras otra persona – se rió Dije – Tuve un encuentro muy especial con alguien muy especial – Se miraron y rieron pícaramente, continuó Felipe mirando a Panchita – Bueno, en tal caso mejor que tu esposa no se entere… Interrumpí rápidamente – No, no, no es lo que ustedes están pensando… es porque conocí a un genuino indio Cherokee, Jerónimo, un hombre de conocimiento según dijo, y platicamos de cosas esotéricas en dos oportunidades. Fue en ocasión de una visita que hicimos al Aeroespacial de Washington. Me habló de cosas increíbles que él llamo “la realidad paralela”, luego me cubrió con una cápsula protectora de luz azul y a partir de allí no tuve más la enfermedad, volví a ser otra vez yo. Interrumpió Felipe, esta vez con el ceño fruncido: -- ¿Y a donde se fue después ? Contesté: -- Salió por la puerta de la cafetería para ir al WC y cuando yo quise salir por la misma puerta, ésta ya no estaba, se había convertido en pared. Fue la última vez que lo vi. Se miraron haciendo el típico gesto de que estoy loco – Felipe continuó – Mi querido amigo, por tratarse de un encuentro en el Aeroespacial y lo digo porque he sabido de otros casos, estuviste platicando con un ET.-Panchita, no del todo convencida con lo que dijo Felipe, se acercó a mi oído y me susurró que vaya a visitarla a su casa durante la semana, dio la vuelta y se fue a sentar con sus amigas, cerca del piano. La velada estuvo muy linda, nos divertimos mucho, planearon ir al Longwood Garden en Philadelphia, para el próximo domingo, Richard y Panchita conversaban por lo bajo entre ellos y de a ratos me miraban, supuestamente estaban hablando de mi. Terminó como a las 19 hs, ya nos disponíamos a volver. Al despedirnos Panchita se aproximó nuevamente a mí para decirme que ella estaba muy interesada en conocer a ese hombre, si por favor le podía dar algún dato para poder ubicarlo y que me quedara tranquilo porque ese encuentro fue real, prueba de ello era que mi aura había sido modificada y que eso no lo puede hacer cualquiera, solo una divinidad o alguien con mucho poder. Lo primero que hice al llegar a nuestra casa fue ir a buscar el papelito donde estaba el teléfono de Jerónimo. La camisa en cuyo bolsillo había puesto esa anotación estaba en la lavandería y a esa hora el local ya había cerrado. El lunes, ni bien me levanté fui para ver si podía rescatar esa camisa pero ya era tarde, había sido lavada y planchada, en el bolsillo solo había una papilla escasa de papel. Un imperdonable error mío había hecho que se cortara el único lazo posible con Jerónimo, ahora sí estaba librado al azar un próximo encuentro. Cuando se lo dije a Panchita se afligió mucho y me dijo que se había esfumado la posibilidad de su curación, cortó el teléfono sumida en llanto. Me sentí un fracasado. Se me ocurrió una idea; ir hasta el Aeroespacial el día martes para tratar de ubicar a la moza que me había dado el papelito. Lo hable con Panchita y accedió a ir en su automóvil, me pasaría a buscar el martes al mediodía. Era un último intento, lo único que yo sabía de él era que vivía en Colorado, en el Estado de Arizona y había sido director del zoo de Cincinnaty. Llegó finalmente el día martes y estábamos yendo para Washington con Panchita, por el camino le conté aquellas cosas puntuales que platiqué con Jerónimo, me sentía acongojado y culpable de no haberle dado importancia al asunto y en especial no haber sido más cuidadoso con el papelito. Ella me recalcaba que había sido muy torpe porque estas cosas pasan una sola vez en la vida, después nunca más. Séptima parte Cuando se lo dije a Panchita se afligió mucho y me dijo que se había esfumado la posibilidad de su curación, cortó el teléfono sumida en llanto. Me sentí un fracasado. Se me ocurrió una idea; ir hasta el Aeroespacial el día martes para tratar de ubicar a la moza que me había dado el papelito. Lo hable con Panchita y accedió a ir en su automóvil, me pasaría a buscar el martes al mediodía. Era un último intento. Llegó finalmente el día martes y estábamos yendo para Washington, por el camino le conté aquellas cosas puntuales que platiqué con Jerónimo, me sentía acongojado y culpable de no haberle dado importancia al asunto, mi soberbia no me había permitido valorar la oportunidad de crecimiento interior que me daba el Gran Espíritu a trabes de Jerónimo y en especial no haber sido más cuidadoso con el papelito. El mensaje de sufrimiento que los antiguos esclavos me habían manifestado para que a trabes de los ataques de pánico yo despierte del estado hipnótico en que estaba, como la inmensa cantidad de personas que componen la humanidad. Ella me recalcaba que había sido muy torpe porque estas cosas pasan una sola vez en la vida, después nunca más. Finalmente llegamos al Museo Aeroespacial, nos encaminamos hacia la cafetería y allí estaba la moza que me había dado el papelito de Jerónimo. Al verme sonrió, cosa que me animó a hablarle, le dije: --Hola…Soy Guillermo, amigo de Jerónimo. ¿Me recuerda?... ¿Como lo puedo ubicar? Contestó: -- Si, me acuerdo de Ud. Yo le pasé una nota y le indiqué que saliera por la puerta de atrás. Soy del equipo de él… del club, como suele decir. ¿Lo perdió…?– Nos miramos con Panchita con una expresión de alivio y también de sorpresa. Continué; -- Pero… Si, lo perdí, por eso vine… ¿es posible verlo y ´platicar con él?-Dijo: -- Hoy no, se marchó, pero el próximo sábado va a estar en el Smithsonian Museum, ya que él es parte del museo por haber sido director de un zoo, y eso es muy importante. Va a dar una disertación sobre el libro que publicó, será a las catorce horas. Vallan ahora al Smithsonian para conseguir entrada. Panchita me explicó que el Smithsonian Museum era una Institución muy importante en su género, ya que aglutinaba 19 museos y casi todos los Zoo dentro de los Estados Unidos y también tiene ramificaciones en el exterior. Dentro de esos museos está también el Aeroespacial. Así lo hicimos y regresamos satisfechos para Baltimore, no creímos que sería tan fácil poder encontrarnos con él y tampoco verlo en una conferencia, era la ocasión ideal para presentarle a Panchita. Finalmente llegó el sábado y lamentablemente ella no pudo concurrir porque estaba muy dolorida, por lo tanto concurrí solo. Supuse que eran los ataques que sufría regularmente, los esclavos negros enterrados vivos. El auditorio era suntuoso, paredes decoradas al estilo Luis XV, con un gran candil de cristales colgando en el centro del salón, bajo relieves revestidos color dorado y algunas antigüedades del viejo Egipto. En la pared un telón para proyectar imágenes, un gran escritorio y un vaso con una jarra de agua. En un rincón del auditorio se podía ver a un grupo de personas y en el centro el anfitrión conversando acaloradamente con ellas, se trataba de Jerónimo. Tomé asiento y esperé a que se organice la disertación. Esas personas, al cabo de un rato ya habían tomado asiento y el lugar se había despejado. Jerónimo no había llegado aún, pero a mí me pareció verlo en medio de un grupo de gente, otra vez entré en estado de confusión. El libro que iba a presentar se titulaba: “Los Animales que Hablan”, unos ejemplares estaban sobre la mesa. La concurrencia era de unas treinta personas y el lugar podía albergar treinta mas, de hecho es que las butacas desocupadas estaban reservadas porque tenían un cartelito. De pronto llegó un contingente que ocupó rápidamente esas butacas, junto con ese público entró también Jerónimo, como si hubieran llegado todos juntos. Pude ver sentada en la primera fila a la moza de la cafetería y al chofer de la limusina. Era tan fuerte la vibración en el lugar que tres o cuatro personas se levantaron y se fueron, como que no la podían soportar. Si bien yo percibí el cambio, no sentí el deseo de irme, todo lo contrario, me pareció como que conocía a todos los que habían entrado con él. A continuación, Jerónimo se paró en medio del anfiteatro, levanto los brazos con las palmas de las manos hacia arriba y nos dio la bienvenida. Los concurrentes nos paramos espontáneamente y lo aplaudimos. Estaba vestido con un traje negro de tela muy fina, como de seda y sobre la camisa de tono salmón tenía una pechera colorida con tablitas, de las que usan los caciques indios. El cabello blanco recogido en un rodete a la altura de la nuca y el rostro cobrizo le daban un brillo que no provenía de la luz ambiente, como si un rayo de sol lo estuviera iluminando. Sonreía y sus ojos brillaban. Recorrió con la mirada a todos los presentes y al verme se detuvo e hizo una señal imperceptible de aprobación. Empezó la charla agradeciendo a todos el que estemos allí. Dijo que nos llevaría de la mano por una experiencia maravillosa donde sería necesario desprendernos de todo cuanto el sistema social nos había hecho creer, porque la verdad pasaba por otro lado. Dijo también que su libro estaba dirigido a un conocimiento más puro y sin contaminar, que provenía, en esencia, del comportamiento de los animales salvajes en la naturaleza. Explicó, a modo de introducción, que una colmena o un hormiguero eran también un animal en su conjunto, con un espíritu único, ubicado a escasos centímetros fuera de su nido. Cada abeja y cada hormiga son como las células que forman ese animal. Una célula aislada muere si no se une biológicamente a otras para formar un cuerpo vivo, lo mismo pasa con una abeja, sola no puede sobrevivir. El espíritu de la colmena decide y organiza, está formado por la vida del conjunto de abejas que la componen, dentro, cada grupo realiza una función, como los órganos de un animal. Si el espíritu de la colmena no acepta el lugar, o se reproduce emigrará en enjambre. Si no aceptan al apicultor, porque detectan agresividad, se volverán bravas y reducirán la producción de miel. Este hecho, no es evaluable por la ciencia y en otras creencias se los llaman debas, nos da a pensar de que existe una realidad paralela, sutil, espiritual e inmaterial. Los animales que no han sido domesticados por el hombre conservan el 6to sentido, es decir, la conexión energética con sus congéneres y con el entorno natural. Voy a comentar la 1° parte de mi libro: “La ley de la selva” o “la ley de la presa y el predador”. Relata el comportamiento de los animales salvajes en el juego de la supervivencia de la selva, en la segunda parte comparamos la relación presa- predador en la ciudad. En la ciudad no podemos equiparar los animales domésticos con los animales salvajes. La diferencia entre un animal salvaje y uno doméstico reside en que este último depende para sobrevivir del hombre, porque se halla en parte sometido a él, su organización energética no está completa, debido a que una parte de su energía está ocupada con la psicología de su amo. En la selva existen dos categorías de animales: la presa y el predador: La presa: son los animales cuya dieta preferentemente consiste de vegetales, o sea que no comen carne, tales como ratas, conejos, monos, ciervos, venados, búfalos, elefantes, etc., Estos animales “saben” que tarde o temprano van ser comidos por predadores, por lo cual frente a esa amenaza constante, no alteran su modo de vida. Agudizan su oído y olfato para que cuando perciban la presencia de un cazador se den a la fuga inmediatamente, generando cantidad de adrenalina, suficiente como para desarrollar gran destreza y velocidad. Detectar la presencia del predador no significa verlo, en tal caso sería demasiado tarde ya. Para preservar la vida es condición sin sine ecuanon tener un estado físico sano, lo cual implica que estar enfermo o viejo, inevitablemente derivará en ser devorado por un predador. Cada especie tiene su estrategia; los roedores son de hábito nocturno para tener menor posibilidad de ser cazados especialmente por aves de rapiña. La estrategia del conejo es muy particular: grita cuando ve al halcón y lejos de alejarlo lo atrae, porque éste, al escuchar el grito, lo descubre y viene a buscarlo. El instinto de gritar frente al peligro quizás funcione con otros predadores pero casi nunca tiene buen final. El predador: son esencialmente carnívoros y se dividen en tres categorías; predadores primarios o cazadores: son en general los felinos (león, tigre, chita, puma y las aves de rapiña; águila, halcón, chimangos ), que cazan para comer carne fresca y una vez saciado su apetito abandonan la presa. Predadores secundarios: esperan a que el predador primario termine de comer para alimentarse con lo que queda. No son capaces de cazar por si mismos . En general su aparato digestivo es incompleto y necesita que la carne esté en descomposición (hienas, perros cimarrones, etc). Los carroñeros como los buitres, cóndores, y otras aves que tienen pelada la cabeza es para no ensuciarse con lo que comen. Si hay algo que queda claro es que entre predadores no se atacan ni se comen entre si, por más hambre que tengan. La única manera en que pueden llegar a matarse entre si es defendiendo la cría o cuando están en el periodo de celo. La ley de la selva en la ciudad: tanto presa como predador conviven y en apariencia no se diferencian los unos de los otros, salvo por algunas características especiales que pasamos a describir; La vestimenta influye si llamamos la atención de los predadores poniéndonos de manifiesto en forma más evidente y de acuerdo a las circunstancias. El regresar a la noche a nuestro hogar a pie, con ropa elegante y caminando por el medio de la calle por ser el lugar más iluminado, nos hace vulnerables a los posibles predadores, es decir; delincuentes que estén merodeando (al boleo) si la zona donde transitamos es relativamente insegura. Concurrir a un banco con traje y maletín, tal cual lo hacen los ejecutivos de las empresas puede también atraerlos. Los delincuentes, por el contrario, visten ropas oscuras, usan zapatillas para poder correr y se mueven en las sombras. Pueden vernos a varias cuadras de distancia y emboscarnos, especialmente de noche o en lugares solitarios, donde no hay gente transitando. Si hay algo que queda claro es que si el delincuente que hará el rol de cazador no actúa, no habrá botín para repartir entre los predadores secundarios. A esta compleja situación, que no tiene paralelismo con la selva, se le agrega el consumo y tráfico de drogas, lo cual hace que desaparezcan los viejos códigos de los delincuentes, haciendo impredecible el accionar y nuestra desprotección. Existe otro tipo de delincuencia mucho más peligrosa y vil, no comparable con los predadores de la selva: son los asesinos seriales y los violadores. Estos casos no tienen paralelismo con nuestros hermanos los animales, porque ellos no atentarían contra su propia especie. --- Hizo una pausa, y dijo; ¿ Alguien tiene alguna pregunta…? Un señor mayor levantó la mano y dijo: -- Soy periodista del Time, cubro hechos policiales y he visto casos donde un psicópata ha matado a toda su familia y que lejos de arrepentirse, se justifica de lo que hizo. Pero también he visto otros casos donde no creen haber sido ellos quienes asesinaron. ¿ Qué explicación tiene esto, fuera del contexto psiquiátrico convencional ? , ¿Fue un simple ataque de locura? --- Muy interesante su pregunta --- Dijo, antes de contestarla y volvió a preguntar; --- ¿ Alguien quiere preguntar algo relacionado con este tema ? Una joven sentada en la primera fila, levantó la mano y dijo: -- Es muy extraño todo esto: Una amiga que estudiaba teatro, se encontró cara a cara con un violador, que la estaba esperando en un recoveco de la escalera del edificio donde vive y ella creyó que se trataba de una broma que le estaban haciendo sus compañeros de un nuevo reparto en una obra que trataba sobre mujeres asesinas. Entonces, lejos de asustarse, obró como lo hubiera hecho una de las protagonistas de la saga: invitó al sujeto a entrar a su casa para emular una escena de seducción y fingir luego asesinarlo. Dentro de lo que ella planeaba, comenzó a quitarse la ropa con erotismo salvaje y cuando quiso atraerlo hacia ella, el supuesto violador se puso pálido a punto de desmayarse y luego escapó a gran velocidad… Al cabo de un rato, llegó la policía, porque una anterior víctima de ese violador había llamado al 911 cuando lo reconoció entrando al edificio. Fue inexplicable la cara de mi amiga cuando se enteró que se trataba de un autentico violador, que además, tenía en su haber hechos de violación seguidos de muerte. Mi pregunta es: ¿ Por que huyó, si podía haber concretado lo que quería; tener sexo ? --8va parte Jerónimo, fiel a la tradición Cherokee, diserta sobre su libro: “Los Animales que hablan” en el auditorio del Smithsonian Museum: En la explicación intenta demostrar que en la ciudad somos la presa y los predadores son los delincuentes con apariencia humana; el botín de su cacería son nuestras pertenencias y también nuestra energía. Genera una polémica la certeza con que él afirma de que sean parásitos energéticos los que actúan en la conciencia de un psicópata, poniéndonos en estado de indefensión frente a situaciones que no sabemos manejar en la realidad paralela. La gran experiencia que Jerónimo tenía sobre el comportamiento de los delincuentes se debió a que la cárcel de Cincinnati y el Zoo, donde él fue director, hicieron un convenio experimental para que los presos más inadaptados fueran sociabilizados mediante el contacto con animales salvajes, .De eso trataba una parte de su libro. En materia de protección, él no dependía de las fuerzas policiales, sino que usaba lo que en la tradición india se define como “animales de poder” o “animales tótem”. Dijo también que a lo único que hay que temer es a nuestro propio miedo y que en la Energía Universal, común a todo ser vivo, es el amor el que prevalece. Jerónimo contestó: --- En el mundo animal no existe la violación. Una hembra en celo elige al macho para copular, aunque haya muchos, se quedará con el que ella elija y a los demás les impedirá acceder. En la relación humana, es la energía del miedo la que decide qué va a hacer el atacante. Pero para poder explicar esta conducta, diferente en el reino animal, debo llevarlos a otro terreno: el de la energía --Podríamos catalogar a un psicópata como un ser incompleto que desprecia los sentimientos de los demás y toma a los otros como si fueran cosas, solo busca saciar su sed con la energía del miedo que provoca el sometimiento de la víctima. En la mayoría de los casos cuanto mayor sea el miedo más cruel será su accionar. Se asemejan a “vampiros psíquicos”, solo buscan abastecerse de energía, porque ellos están impedidos para generarla como lo haría una persona normal. Si la posible víctima tiene temple, es decir “poder personal” y no siente miedo por más que la amenacen con un arma, no habrá agresión, salvo que el delincuente se sienta amenazado.—Señaló a la señorita de la primera fila.--Un asesino serial necesita ver publicadas sus fechorías en los medios, para alimentar su ego y su autoestima. El violador no busca como finalidad el sexo, aún si lo castraran seguiría violando con cualquier objeto que tenga a mano. Ambos buscan la energía que libera la víctima en el sometimiento, si la víctima no se aterroriza la agresión no llega a concretarse. ---Hizo un silencio, recorriendo las miradas de los concurrentes.--Prosiguió: --- La cuestión es: Esa energía liberada por la víctima ¿ Adónde va ? Si no es para él… ¿Quién o qué cosa se la lleva? También cabe la posibilidad de que analice lo que hizo y lo niegue, diciendo que no fue él, aunque sus manos estén manchadas de sangre y no encuentre ninguna explicación. Entonces… si él no fue, ¿Quién es el autor intelectual de la ejecución? En los animales el miedo solo sirve para generar adrenalina y escapar o atacar. Pero antes explicaré las bases de la conducta humana.—dijo— Nuestro Centro emocional es 10.000 veces más rápido que nuestro Centro intelectual. ¿ Cómo podemos demostrar esto ? --- Dijo, y señaló a una persona en particular --Supongamos que habitualmente voy en bicicleta hasta la estación de trenes a hacer un cierto trámite, y supongamos que rutinariamente ato la bicicleta con cadena y candado al mismo lugar de siempre. Cada vez que termino lo que vine a hacer, regreso buscar la bicicleta para desatarla y volver a mi hogar, pero esta vez no la veo y siento el golpe de la emoción negativa ante la posibilidad de que me la hayan robado. Esto hace que mi corazón palpite más rápido y mi cuerpo transpire. Luego de unos segundos, tomo conciencia de que ese día no vine en bicicleta, porque estaba pinchada y quedó en mi casa. El susto que me causó creer que me la habían robado fue neutralizado luego del tiempo que tardó mi mente en analizar la situación: No veía mi bicicleta porque justo ese día no vine en bicicleta. Mi abuelita decía: “antes de contestar un agravio cuenta hasta diez” , de esta forma le damos tiempo al Centro intelectual a que procese la información y evitar una acción irracional. Una persona violenta recibe la emoción y actúa, porque pensar le llevaría algún tiempo. Cuando finalmente piensa ya actuó y es tarde para arrepentirse. El Centro emocional, cuya sede está en el corazón, es ni más ni menos el que regula y economiza nuestra energía vital. En un desborde emocional como puede ser el miedo o un gran disgusto y si carecemos de entrenamiento, podemos llegar al infarto.--Hizo un silencio y caminó de un lado a otro del salón, luego se detuvo y dijo: --- Prepárense… porque lo que voy a decirles ahora va a ser muy fuerte… Si el parásito energético que está manejando al psicópata se aloja en la esfera de su conciencia, tanto la memoria emocional como la inteligencia emocional estarán siendo manipuladas para no tener ningún remordimiento de lo que va a cometer, porque obtendrá alimento; la energía vital de la víctima. --- Hubo un murmullo generalizado, por la sorpresa que causó lo que Jerónimo había dicho. Una persona de la concurrencia interrumpió intempestivamente y dijo poniéndose de pié:-----¡ Cómo usted afirma que exista un parásito en la conciencia !. Nunca escuché tal cosa, suena ridículo. En realidad podría estar tratándose de un desdoblamiento de la personalidad…Sin darle una respuesta inmediata Jerónimo continuó: --- La batalla siempre se libra en la realidad paralela, es decir, en la esfera de lo inmaterial, solo la ganan los valientes, habremos salvado nuestra vida y el delincuente huirá, sin acción física. Es el poder personal que habrá bloqueado nuestro miedo, impidiendo que nos “roben” la energía. Esto, en la tradición de las artes marciales de Japón se lo llama: el espíritu del Budó, y significa que cuando se llega a la maestría, no habrá agresión posible, la lucha se ganó en el otro plano. --- Perdón.--- dijo la misma persona. ---Usted habló de un parásito que nunca se supo que existiera y lo digo como médico.--Contestó: --- Doctor, el ignorar su existencia les da más poder y nos hace más vulnerables, lógicamente que el sistema social lo va a negar porque también le conviene --- La gente de la concurrencia comenzó a levantar la mano pidiendo la palabra.--Jerónimo le habló con un tono muy suave: --- Si…, los rusos lo han estudiado y lo llaman “Maflok”. Lo definieron como un poder maligno de bio-programas psicogenéticos que afectan los principales programas de la vida humana, existen y son de origen desconocido, doctor… Los manicomios están llenos de gente que no está loca, solo tiene estos parásitos -----Esto es la universidad de la bolita--- Dijo la persona, ahora se la veía muy ofuscada, y continuó parado mirando desafiante a los que habían levantado la mano. --- Me marcho, no me quiero quedar ni un minuto más --- dijo. Una de las organizadoras pidió que formularan las preguntas por escrito en un formulario que comenzó a repartir. Otro concurrente, una persona joven de aspecto intelectual, que había levantado la mano antes habló: --- Soy abogado penalista y trabajo con un equipo de forenses. Yo no sé si existen esos parásitos energéticos que afirma usted, pero pienso que deberían ser materia de estudio. Porque me pasó que un condenado a muerte por el asesinato de una joven, el cual sin éxito tuve que defender, guardó el secreto del lugar donde había escondido el arma asesina hasta su ejecución. Es decir, se llevó el secreto a la tumba. Al día siguiente, para dar fin al proceso legal, tuve que acompañar a la morgue judicial a un pariente de él para reconocimiento del cuerpo. Cuando esta persona se acercó al cadáver espontáneamente lo tomó de la mano y luego empezó a convulsionar. Hablaba con la misma voz que mi ex defendido. Dentro de las cosas que decía, reveló el lugar exacto donde había escondido el arma, lugar que luego comprobamos era verdadero. Este pariente luego se descompensó y debió ser hospitalizado. Más tarde dijo no acordarse de lo que había pasado. A mí me pareció ver “algo” saliendo del plexo solar del reo ejecutado que luego entró en el cuerpo de esa persona. --Gracias --- dijo y tomó asiento. La calma lentamente retornaba al salón; la concurrencia terminó hablando entre sí, produciendo un murmullo; se fue calmando y muchos papelitos fueron recogidos. Antes de que se fuera el médico que originó el desorden, Jerónimo le quiso hablar, para tranquilizarlo, pero no aceptaba palabra alguna, se lo veía muy nervioso. Le pidió que todavía no se fuera, que se quedara, pero al ver la negativa le recomendó serenamente que fuera con mucho cuidado. Prosiguió:---Luego quiero hablar de la diferencia entre animales y humanos partiendo de que el humano es un ser “tri céntrico” mientras que los animales son “bi céntricos.” Es decir: El humano tiene un Centro instintivo/motor, un Centro emocional y un Centro intelectual y los animales tienen solo dos Centros: instintivo motor y emocional. Veremos unas diapositivas y seguiremos explicando esto luego de la pausa.--Un personal del bufet anunció que habían dispuesto una mesa con gaseosas, café, sandwiches y otros bocados en el hall central. Y que habría un recreo de veinte minutosMientras los concurrentes se iban levantando, Jerónimo se aproximó a mí y me dijo en vos baja:--- Celebro que hayas venido…¿ Como estás? --Bien --- Le contesté--- Pensaba venir con Panchita para que la conozca, pero estaba indispuesta y se quedó en su casa. Supongo que son los ataques que sufre siempre... los antiguos esclavos…-La cara de Jerónimo cambió, frunciendo el ceño dijo:---Vamos a tener que hacer algo--:- Cierra los ojos e imagínatela, cómo es su voz, su caminar, mientras yo leo tu mente y fijo su imagen—Dijo, y así lo hice. El salón había quedado desierto, los concurrentes habían salido al hall a merendar. Luego se paró, comenzó a cantar como susurrando en un idioma indio, mientras hacía un movimiento de manos, como si amasara un pedazo de plastilina. Luego juntó las palmas, dejando un hueco a modo de recipiente, sopló su aliento adentro, tomó una botellita de agua mineral que reposaba sobre la mesa y la abrazó con sus manos con mucha delicadeza durante un rato. Me dijo: --- Llévale esto a Panchita y dile que la coloque en su mesa de luz, es para que la proteja durante el sueño, que es el momento cuando actúan los inorgánicos. Me gustaría que el próximo sábado venga contigo. --De repente se escuchó de la calle una frenada y un golpe seco; en escasos minutos una sirena de ambulancia. Corrimos a los ventanales para enterarnos de lo qué había pasado: Un automóvil que venía a gran velocidad había atropellado a una persona, justo en la puerta donde estábamos nosotros, un maletín marrón yacía tirado en la calle. Busqué a Jerónimo para contarle lo que estaba viendo y que podría tratarse de ese señor que había interrumpido la conferencia. Hacía unos segundos estaba conmigo pero ahora nuevamente había desaparecido. .--- 9na PARTE El accidente ocurrido en la calle lo ponía a Jerónimo en el papel sanador o en otro plano quizás, hasta ahora desconocido para mí: una persona con poder de “saltar” a otra dimensión para ordenar las cosas de otra manera y obtener resultados en este plano, el de la materia concreta, bajo una lógica de desatino controlado. Era evidente que Jerónimo tenía un grupo de gente que lo seguía. Creí que estábamos solos, pero cuando me preparó la botella para llevarle a Panchita, pude darme cuenta que había gente que permanentemente nos estaba observando y no se acercaban respetando nuestra privacidad. La explicación del funcionamiento del hombre como una máquina de tres pisos me dio una idea real del porque de la conducta humana y cuando presentó la idea del magnetismo animal, era evidente que habló de esto para consolidar lo anterior; de que se alimentan los entes o seres inorgánicos, fue un hilar fino sobre ese tema Bajé corriendo las escaleras, pero en un descanso donde se podía acceder al balcón que da a la calle, pude ver a un grupo de mujeres que estaban apoyadas en la baranda con los brazos extendidos hacia adelante, con las palmas de las manos dirigidas hacia el frente, a la calle. Me llamó la atención ver a esas cuatro mujeres inmóviles, todas en la misma actitud. ¿ Qué cosa estaban haciendo ?... Sin darle importancia continué bajando las escaleras hasta llegar al hall de entrada y recién allí vi a Jerónimo que venía de la calle; estaba muy agitado, jadeante y me dijo: -- Llegué justo, casi muere…, vamos para arriba y te cuento. Lo que había pasado era muy grave, había sido atropellada una persona que minutos antes estaba en el salón con nosotros. En efecto, se trataba del médico que se fue de la conferencia enojado cuando Jerónimo dijo que existían parásitos en la conciencia, eso fue muy evidente. ¿ Qué pasó con él ? --- Pregunté --- Contestó con una voz que denotaba cansancio: --- El inorgánico que tenía pegado a su aura no lo quería dejar y precipitó el accidente, posiblemente ante el peligro de ser descubierto y exorcizado. A muchas personas les pasa esto y actúan en forma irracional frente a una posible toma de conciencia. En este caso particular, el hombre era médico cirujano y hoy tenía que operar a una persona, me dijo, antes de partir en la ambulancia. Pregunté: --- ¿ Le fue a dar los primeros auxilios o solo a curiosear ? Contestó: --- Ni una cosa ni la otra. Mis animales de poder me avisaron lo que estaba pasando en la calle. Cuando llegué se estaba muriendo y la entidad, o sea el inorgánico, estaba fragmentando su alma y eso iba a ser irreversible; iba a morir. Por lo tanto corté el maleficio que pesaba sobre él, anulando el poder de la bruja que lo hizo, y lo liberé. Ahora está en camino al hospital fuera de peligro. Pregunté: --- ¿ Que puede pasar si el cirujano que opera a un paciente tiene parasitando una entidad, como en este caso… ? Contestó: ¡ Terrible! --- No ocurriría nada bueno, seguramente cometería mala praxis.--Continué: --- Entonces, de donde le vino ese supuesto “inorgánico” o la entidad que usted habla, causante de que casi muere arrollado por un carro.--Respondió: --- Desde hace algún tiempo, alguien encargó un maleficio a una bruja y hoy fue el día de la ejecución. Para peor, en la senda peatonal donde ocurrió el accidente hay un cruce de líneas telúricas. Por eso, supongo, que al cruzar no vio el carro que lo atropellaría y que además el conductor estaba borracho, porque la máxima velocidad allí es de 20 millas por hora y venía a 60. Ahora quedó preso por manejar con exceso de alcohol. Interrumpí, desconcertado y molesto: --- Nunca creí que a mí me podía pasar esto… Sentí en carne propia cuando los seres inorgánicos de los que usted habla, me estaban enfermando. Supe de la existencia del aura por Panchita y por la cápsula de protección que usted me hizo, pero esta vez me está hablando de cosas muy raras: Que una bruja le haya hecho un maleficio a este señor, así de fácil y con eso casi lo mata un carro que apareció de la nada, un cruce de líneas y luego sus animales de poder le avisaron para que usted lo salve. Yo creía que las brujas solo existían en los cuentos de hadas para asustar a los niños. Discúlpeme, pero hasta aquí llegué, no puedo creer que haya tantas coincidencias, esto es muy loco y descabellado.--Dije--- Con todo respeto…Usted se burla de mi inocencia, lo que hizo siempre fue usar sus conocimientos de mago, bien no lo sé...--Después de un largo silencio le pregunté: --- Jerónimo… ¿ Cómo hizo usted para desaparecer por una puerta de ficción, el sábado pasado en la cafetería y recién; estando en el salón, para en segundos, aparecer en la calle con el accidentado, así… ? --- Hice un chasquido con los dedos.--Me contestó: --- ¡ Ay ingeniero… ingeniero…!! ¡¡ Cuánto te falta saber todavía… Con tus ojos pudiste ver lo que es la auto tele transportación.--Continuó:--- Y prepárate… porque pronto te voy a dar tu primera misión.--Las cuatro mujeres que yo había visto en el balcón, en una rara actitud, se estaban acercando riendo entre ellas; al parecer conocían a Jerónimo. Se presentaron en este orden: Lucy, simpática y bromista, con un aire atractivo y de a momentos desafiante, aparentaba tener unos 35 a 40 años, era la que se destacaba del grupo. Eva, la mayor de todas, de unos 65 años de edad, era la voz del conocimiento, aplomada, solo me dio la mano y luego guardó silencio mientras cada una se iba presentando. Ambas eran rubias de tez blanca pero no eran americanas nativas, me daban la impresión de ser polacas o rusas. Leticia, de penetrantes ojos negros, abrazó y besó a Jerónimo mientras no me apartaba la mirada, algo le dijo al oído y ambos comenzaron a reír. Leticia lucía ropa árabe, posiblemente ella también lo era y aparentaba unos 35 años, y en todo momento estaba tomada del brazo de la otra mujer; María, de unos 40 años, de mirada preocupada, pertenecía a la comunidad negra norteamericana, fue la primera en extender su mano para saludarme y desearme un buen pasar en su tierra. Una vez cumplidos con los formalismos, Jerónimo nos invitó a tomar un café pero sentados en una mesa que se hallaba en un rincón del salón, me presentó como un descreído de estos temas pero que tenía una gran predisposición para aprender. También que había sufrido varios porrazos antes de toparme con él y que ahora me “tenía” dentro de una campana de protección de luz azul, porque, aparentemente yo era un apetecible bocado para los inorgánicos. Las cuatro echaron a reír, cuando Jerónimo les habló de mi miedo a los antiguos esclavos enterrados en las cercanías del puerto de Baltimore. Lucy, de forma descarada hizo un gesto poniendo las manos en forma de garra a ambos lados de su cara y exclamando; “¡¡¡ Booooo…!!!” No me pareció nada gracioso, pero con una sonrisa lo tuve que festejar y hablé: --- Si se puede saber ¿ Qué cosa estaban haciendo con las manos extendidas en el balcón ? porque la escena se veía muy rara… Echaron a reír al unísono, Jerónimo tosía y también reía. Dijo: --- Me estaban ayudando a mí. Me mandaban energía con sus manos para cubrir lo que yo estaba haciendo en la calle; resucitar al accidentado y todo lo demás.--A continuación las presentó como “Chamanas” y dijo que las conocía desde hacía tiempo, también dijo que se sentía responsable del conocimiento de ellas porque a las tres más jóvenes las había iniciado en el camino del guerrero. No así a Eva, la mayor de todas, rescatada de una secta afrobrasilera donde se hacían cosas no santas, por lo tanto el conocimiento que tenía ella sobre esos temas era muy basto; “casi llega a mis talones”, dijo Jerónimo riendo… En síntesis, por lo que pude apreciar de la conversación, las tres mujeres más jóvenes habían pasado por experiencias similares aunque no iguales a la mía de Baltimore. Esas experiencias fueron iniciáticas y necesarias para despertar sus conciencias e interesarlas en lo espiritual; el choque consiente a la realidad paralela de la que Jerónimo siempre habla. Si cualquiera de ellas hubiera tenido miedo, posiblemente quedaban excluidas. No podía entender como después del accidente en la calle y la participación activa de Jerónimo, mas las cuatro mujeres que desde el balcón aparentemente tenían algo que ver con ese “rescate”, que ahora estén todos sentados como que nada pasó, mientras que una persona estuvo a punto de morir minutos antes. La organizadora del evento se acercó a Jerónimo para avisarle que el recreo había terminado y también acercarle los papelitos de las preguntas hechas por los concurrentes, Jerónimo se tomó un tiempo en leerlos y apartó tres por ser los más interesantes y dijo que los tendría en cuenta a posteriori. Volvimos al salón donde se daba la conferencia y tomamos asiento, la concurrencia estaba completa. Se habían agregado seis personas más que se les alcanzó sillas y se ubicaron al fondo, contra la pared. Sus caras eran muy raras, toscas, pregunté quienes eran y me dijeron; ex convictos que habían estado en el programa de readaptación del zoo donde hace diez años Jerónimo había sido director. Lucían trajes oscuros y anteojos negros, eran de contextura robusta, se sentaron sin hablar, si no me hubieran dicho nada hubiera pensado que se trataba de policías. Ya todos sentados, Jerónimo nos dio nuevamente la bienvenida y citó el accidente en la calle diciendo que había sido una desgracia con suerte, minimizando lo ocurrido. Luego, hizo leer el papelito seleccionado y dijo que lo contestaría guardando el secreto de quién lo escribió, sería al final de lo que ahora iba a exponer. Continuó, proyectando una imagen de diapositiva en el telón titulada: El Hombre como Máquina de 3 pisos; se veía en el dibujo tres cajas rectangulares, una encima de la otra; la de abajo, pintada de marrón, con un cartel en su interior que dice: Centro instintivo motor (representa al cuerpo físico). Sobre esta, otra caja rectangular de color verde en cuyo interior dice: Centro emocional (ubicado en el corazón), y finalmente la tercera caja rectangular, de color azul, colocada sobre la verde escrita como: Centro intelectual (ubicado en el cerebro). En la caja de abajo, la de color marrón, una flecha entrando de afuera rotulada como: Alimento (comida), saliendo de esa caja una 1er flecha que la conecta con la superior de color verde y rotulada como Proceso de digestión (sangre venosa), entrando también en esa caja verde que representa al centro emocional, una 2a flecha desde el exterior rotulada como Aire, Prana 1er choque = sangre arterial, una 3ª y última flecha saliendo de esta caja verde y entrando en la caja azul de arriba, rotulada como Alimento para el Cerebro (a partir del magnetismo animal) siendo este término el más correcto para definir la “energía etérica o energía vital” de los seres vivos.. Finalmente, una última flecha entrando desde afuera a la caja azul, el Centro intelectual rotulada como: Impresiones (vivencias) que representa el alimento psicológico para la mente. Finalizando el dibujo, una larga flecha con línea punteada que sale de la parte de arriba de la caja azul y circunvalando las tres cajas, ingresa en la caja inferior, la de color marrón. Esta línea punteada tiene escrito en su recorrido “Reinversión” = generar células jóvenes para reemplazar a las viejas y gametos para la reproducción mediante el centro sexual. Recomendamos dibujarlas en un papel. Explicó que el proceso de la digestión en el hombre comienza cuando se ingiere el alimento y que para la biología ortodoxa culmina con la producción de la sangre. En nuestro caso la digestión no termina allí, el proceso continúa ya que esta sangre venosa se transformará en arterial gracias a los pulmones, que reciben el oxígeno del aire mas una energía muy sutil llamada prana, a esta transformación se la llama “1er choque”. A su vez la producción de sangre es tarea del intestino delgado y no de la médula ósea, como se dice en biología. Si la calidad del alimento ingerido es bueno, citó las dietas especiales como la macrobiótica, los glóbulos rojos producidos por el intestino delgado serán de buena calidad para formar células madre. Otro punto importante es el concepto erróneo de que el glóbulo rojo no es una célula por carecer de núcleo, pero en las aves y los peces si lo tiene. En el caso del humano, el núcleo aparece en el momento de reemplazar a una célula. En el proceso de la digestión a la que nos referimos consistente en llegar a producir el alimento sutil para el funcionamiento del cerebro, recién entonces diremos que el ciclo se ha completado y las energías resultantes se reinvertirán para el recambio de las células del organismo; rejuvenecer, y también en las células que servirán para generar una nueva vida a través del sexo; reproducirse. La representación más ingeniosa, desde las energías más densas a las más sutiles, es la teoría de los hidrógenos; que nos llega de enseñanzas esotéricas muy antiguas, porque el hidrógeno es el elemento más simple de la naturaleza y piedra fundamental de la materia. El Sol no solo proporciona calor y luz, también energías muy sutiles de inteligencia que podríamos llegar a captar si nuestro nivel de conciencia crece. La última flecha es la que entra al Centro intelectual, marcada como Impresiones: Son aquellas que nos proporciona la vida que llevamos y el medio donde nos desenvolvemos y esas impresiones serán captadas por los cinco sentidos. --- Luego Jerónimo caminó hasta la mesa y con la mano izquierda tomo una piedra pulida que oficiaba de pisapapeles y con la mano derecha sujetó un vaso de agua.--Luego dijo: --- Este es el secreto de la vida --Continuó:--- Esta piedra simboliza el reino mineral absorbido y procesado gracias a las raíces de los vegetales por medio del agua, el solvente que más abunda en este planeta, y los rayos del sol, nuestro Padre. Este es el primer eslabón de la cadena alimentaria; los minerales que han evolucionado, ha subido un escalón, para transformarse en alimento--Dijo:--- Esta piedra es la materia más densa que se conoce, gracias a la vida orgánica del planeta evolucionará hasta convertirse en materia sutil y luego en energía muy sutil para hacer funcionar al cerebro. El ser humano es la siembra del sol en la tierra y su única misión es la de evolucionar para entrar en la ley del destino. El rectángulo de la base, color marrón, representa al cuerpo físico del hombre, con los músculos, nervios, huesos y vísceras, los sistemas simpático y parasimpático, en fin, lo que trata la biología y la fisiología. El primer proceso de la digestión, según nos educaron en la escuela, es el de producir la sangre que suministra todo lo necesario para el funcionamiento y mantenimiento del cuerpo físico.--Prosiguió: --- Hasta aquí… ¿Estamos todos de acuerdo? --- recorrió las miradas de la concurrencia y dio a entender que algo se traía entre manos. Cuando la sangre venosa llega al pulmón, ocurre la primer transformación milagrosa de la creación, el primer choque, que transmutará en sangre arterial la sangre venosa, merced al oxígeno del aire y al prana que trae con él. En la medicina China el pulmón es el quemador principal, porque sublima la energía del elemento madera producida por el hígado, madre del pulmón, para generar el Magnetismo Animal, elemento más sutil que el aire, que será administrado desde el Centro Emocional. Es la energía protectora del cuerpo físico y la base para producir una energía más sutil aún que alimenta al cerebro para la función de pensar. Si este magnetismo animal, es generado correctamente y en la cantidad necesaria, entonces el proceso de la digestión seguirá su curso dando como resultado energía muy sutil para poder pensar. Es necesario cuidarlo, no perderlo y también que no me lo saquen las situaciones de la vida con la cual nos identificamos. Es decir: no lo vampireen…--- Otra vez sus ojos comenzaron a brillar e hizo un largo silencio, recorriendo el salón de un extremo al otro. Se escuchaba un murmullo de la concurrencia porque estaban hablando entre sí. Continuó en voz alta:--- ¡ Escucharon bien ! Dije, que esta es la sangre que simbólicamente beben los vampiros en las leyendas populares, absorben nuestro magnetismo animal; nuestra vitalidad. 10ma PARTE10ma PARTE Sobre el final de su conferencia, Jerónimo nos sorprende con un enfoque distinto del conocimiento sobre el ser humano, basándose en una teoría que pretende explicar cuerpo, emoción y mente como un todo: El “Hombre como máquina de tres pisos”, lejos de la ciencia ortodoxa este esquema plantea un sin número de posibilidades y que también para llegar a ser “humano” es necesario despertar la conciencia. Recién entonces podremos dejar de ser máquinas y salir de la ley del accidente para entrar en la ley del destino. Dijo que estos conocimientos eran “vestigios de una enseñanza desconocida” recopilados por pensadores muy antiguos. En lo personal me resultó difícil de seguir, por la cantidad de información que nos dio en tan solo 6 horas de conferencia y también creo que usó sus poderes para que no perdamos nada de lo que expuso: es decir, nos llevó a un estado de conciencia acrecentada al introducir un sonido de tamborcitos chamánicos, esto es; “Lo sé, aunque no me acuerde de nada”. Jerónimo tomó la palabra y continuó diciendo: --- He leído las preguntas que me hicieron y todas referidas al mismo tema; Los Seres Inorgánicos y las Entidades. Voy a profundizar un poco más sobre el tema para poder responderlas en conjunto: --Decir Magnetismo Animal es decir Energía Vital y no se asusten, la sociedad y el sistema también nos lo sacan mediante las noticias negativas que vemos en la TV y en los diarios: crímenes, vejámenes, terrorismo, pornografía, droga y más… con las cuales podemos llegar a identificarnos y si lo hacemos, perderemos esa sutil energía. ¿Y cuál es la finalidad?: que no llegue a convertirse en alimento para el cerebro; así bloquearnos el poder pensar, razonar y ser fácilmente manejables, en eso se basa la manipulación de la información. Si la comida con la cual nos alimentamos es suficiente, pero se está afectado por fanatismo religioso, también de ciega devoción, entregamos nuestro Magnetismo Animal al grupo, resultado de ello es la sumisión total a los líderes, e inclusive en desprecio de la propia vida--En el estado de pobreza extrema en que vive gran parte de la humanidad, hace que las masas hambrientas estén impedidas de pensar porque se corta el proceso de la digestión y entonces se produce escaso Magnetismo Animal proveniente de la sangre. Cuando este flagelo es endémico, es decir, cuando la comida faltó desde el principio de la vida, el cerebro se atrofia y la intelectualidad desaparece. Esas son las voces que no se oyen. En la antigüedad, a los esclavos se les hacía escasear el alimento ex profeso para no dejarlos pensar y así no correr el riesgo de tener una sublevación masiva. Un señor de la concurrencia interrumpió levantando la mano, mientras hablaba rápido y dijo: --- No estoy de acuerdo con esa teoría conspirativa, las cosas ocurren, los periodistas publican lo que ocurre y no veo por qué la sociedad quiera evitar de que la gente piense. A esa gente le gusta consumir noticias, corren a comprar el diario o a ver los noticieros, muchas veces con morbo…--Otra persona, una mujer mayor, se puso de pie para preguntar: --- No entiendo qué es eso del magnetismo animal.,.¿ me lo puede aclarar, por favor?., nunca escuché esa palabra--Jerónimo le contestó primero a ese señor: --- A la manipulación de la que estoy hablando se la llama: Ingeniería Social, y sirve para fines políticos; tapar una noticia que no conviene por otra sensacionalista. Generar un motivo mentiroso para iniciar una guerra o provocar una guerra para ocultar un problema político o económico insalvable, también promover la droga y así con el libre consumo alejar a la juventud de las protestas sociales para manejarlas como ganado. Las efemérides de la historia se escriben con las fechas de las guerras y no con las fechas donde hubo paz.--- (nota del autor: buscar “Noamk Chomski” en google). ---Señora…--- Dijo Jerónimo: --- Yo tampoco sé lo que es el Magnetismo Animal pero sí se para que sirve y cómo funciona.--Esta persona que preguntó, era una mujer mayor y se la veía fastidiada, dijo: --- Cómo usted se atreve a hablar de cosas que no conoce... me siento engañada… Jerónimo le contestó, mostrando tener mucha paciencia: ---Señora mía, como usted sabrá la ciencia usa cosas que no sabe lo que son y para darle un ejemplo nomas: el campo magnético, el campo eléctrico y el campo gravitacional, en esencia no se sabe lo que son, pero gracias a los investigadores se pudieron establecer las leyes que los gobiernan y por ende hoy día se pueden usar para nuestro provecho.--Continuó la señora:--- Entonces... hasta ahora yo pensaba que la ciencia actual, la física y la química explicaban todo, como muestra la existencia de la materia a través del átomo, y eso ni usted ni nadie lo puede negar…--Jerónimo contestó:--- Ni lo niego ni tampoco lo afirmo, son sólo teorías como lo es el origen del universo; el Big Bang o la gran explosión. Sólo teorías…, El hombre como máquina de tres pisos también es una teoría y no deja de ser interesante--La señora dijo: --- Soy profesora de química y realmente esta conversación me altera porque pone en duda conocimientos que tengo muy arraigados. ¿Qué quiere decir usted con todo eso, que está todo mal? --Nuevamente contestó: --- Ocurre señora que nos han contado solo una parte de la historia: En los comienzos la química era la alquimia, que afirmaba que la materia se componía de dos partes: una parte física y otra espiritual. O sea que los elementos tenían espíritu, por eso la búsqueda de la piedra filosofal que al plomo lo convertía en oro, era solo metafórico y finalmente ganó la batalla el materialismo más absoluto y lo otro fue negado: “La conspiración del silencio”.--- Finalmente, terminó diciendo: --- No nos olvidemos que un siglo atrás, la luz no era considerada materia y hoy día sabemos que si lo es; fotones que tienen peso y también masa. Es la ciencia sin conciencia la que gobierna a nuestro sistema actual de creencias--Ahora interrumpió nuevamente el mismo señor quien dijo: --- Usted sigue pensando en la teoría conspirativa, que todo fue armado ex profeso y si eso fuera cierto ¿ Para qué ?. Jerónimo contestó, con el brillo característico de sus ojos: --- Para mantenernos en estado de sueño y hacernos creer que estamos despiertos; hipnotizarnos…--El salón había quedado en silencio, nadie tenía nada para decir ni retrucar. Continuó diciendo: --- El Magnetismo Animal es una propiedad exclusiva de los organismos vivos. Se lo puede transferir directamente de una persona sana a otra enferma, cuando se practica la imposición de manos en la sanación y también se lo puede enviar a distancia con técnicas muy particulares. Cuando anteriormente hablé de las Entidades y de los seres inorgánicos dije que se alimentaban de ese sutil elemento porque la producción de la Energía Vital, es decir; Magnetismo Animal para los investigadores antiguos, es un atributo de los seres biológicos y no de los seres que no tienen órganos. Si fuéramos atacados por esos seres inorgánicos, que se llevan nuestra energía vital, nos provocarán embotamiento, sensación de pesadez, y también algo así como una tenaza apretando la sien. Experimentamos claustrofobia, ataques de pánico, angustia y si la agresión permanece largo tiempo, podemos enfermar y también alterar nuestro entorno. Por eso es imprescindible aprender a darse cuenta de su presencia ya que son invisibles y debemos saber defendernos de eso. Si lo negamos aumentamos su poder sobre nosotros. Por otro lado, hay categorías de estas entidades que inducen a los placeres sexuales desmedidos; desde el onanismo hasta la prostitución y también nos obligan al consumo de drogas, con tal de extraernos la energía: También se los llama “obsesores” y actúan tanto en hombres como en mujeres, voluntaria o involuntariamente. Por favor, ¿Díganme si les quedó claro o tienen alguna duda? --Una mujer, que vestía uniforme preguntó: --- No entiendo el concepto., Usted acaba de decir que actúan voluntaria o involuntariamente… ¿Se refiere a que la persona que tiene este parásito, si es que se lo puede llamar de alguna manera, puede estar de acuerdo con él, algo así como una simbiosis?--Contestó: --- Es correcto, ambos se ayudan; el Ente para “comer” la energía de la supuesta víctima y el humano para conseguir un cliente: Es el caso de una prostituta, que ayudada por una Entidad, despierta deseos sexuales incontrolables en cierto tipo de personas, mientras que en otras no puede. En realidad el sexo mueve mucha energía--Habló nuevamente la mujer uniformada y dijo: --- ¡Ahora me cierra!... también se asocian con ciertos tipos de delincuentes para indicarles a qué víctima atacar, justo a la que lleva mucho dinero consigo y que además está distraída. Gracias… esto me ayuda muchísimo. Gracias…--Jerónimo terminó diciendo: --- Sobre este tema se podría hablar horas. Ya es suficiente entonces y lo cerramos aquí.--Luego caminó hasta el escritorio y tomó una serie de utensilios, algunos con plumas otros hechos en piedra, también de madera tallada mostrando extraños dibujos. . Dijo: ---Ciertos símbolos los atraen, como también las armas de fuego, pero hay otros símbolos que nos pueden proteger porque tienen el poder de rechazarlos.--- Mientras, hizo una señal a la secretaria para que proyectara unas diapositivas relativas a animales salvajes, dijo que significaban la Rueda de la Medicina para su pueblo y que se llamaban Animales Tótem o animales de poder, que nos habían sido dados por el Gran Espíritu para agudizar nuestra percepción y para conferirnos protección en este y en el otro plano, el de la realidad paralela. Casi simultáneamente comenzó a oírse una música suave de tamborcitos combinados con cascabeles. Se trataba de tambores chamánicos, según luego me enteré. Continuó diciendo: ---El hecho de que hayan venido a esta conferencia es porque intuyen que existen otras cosas más allá de lo material. La secretaria les alcanzará el dibujo que proyectamos; el de la máquina de tres pisos, para que lo analicen en sus casas. Y… ¿Qué importancia tiene este esquema del hombre como máquina?... Es simple, si ustedes compran cualquier artefacto electrónico viene con un manual de instrucciones para no equivocarse en el uso y sacarle el máximo provecho a ese aparato. En el caso del hombre, tan complejo como mágico, ocurre que de muy pequeños perdimos el manual y por eso no lo llegamos a entender en su plenitud, debido a la atrofia de la glándula pineal. Tenemos el conocimiento de partes sueltas y no como un todo. Estas energías sutiles, las muy sutiles y las hiper sutiles, todas ellas en conjunto conforman un cuerpo al que los videntes llaman “Aura”, porque rodea al cuerpo físico.--Luego continuó caminando por el salón esperando otra pregunta, pero como los concurrentes quedaron en silencio dijo; --- ¿Se entendió?... esto nos lleva a una sola conclusión; debemos ser avaros, muy avaros… Debemos economizar nuestra energía vital, el Magnetismo Animal, para no perderlo ni que nos lo roben, es el único motivo donde es aceptable la avaricia…--PARTE XI Debo confesar que la explicación del “Hombre como máquina de tres pisos” parecía estar dirigida a mí ya que me produjo un fuerte impacto intelectual: mi formación práctica en querer explicar las cosas desde el punto de vista ingenieril y mi descreimiento en las cosas esotéricas se había fracturado porque en todo esto se vislumbraba cierta lógica. Evidentemente los pensadores antiguos, de los que Jerónimo hablaba, contaban con una información científica desconocidas para esta época; habían calado muy profundo en cosas que hoy se discriminaban como supersticiosas, mágicas o de brujería . Resultaba de ese análisis que lo emocional descontrolado provocaba la enfermedad y que tanto investigador como investigado estaban unidos por un delicado hilo invisible que unía a ambos y podía alterar los resultados. Todo esto lo charlé con Felipe en la reunión del Club de Argentinos de ese domingo; También le conté que había sido invitado a una reunión donde se nos daría el “Animal de Poder” que nos corresponde. Me dijo que yo había descarrilado… y que finalmente lo había hecho enojar ¿?. Jerónimo continuó: ---Pero no debemos echar culpas de lo que pasa afuera, miremos también para adentro: Nuestro centro emocional es el encargado de administrar esa sutil energía; el Magnetismo Animal, este centro es 10.000 veces más rápido que el intelectual, como antes dijimos, y tiene también un lugar donde se encuentra la memoria emocional. Esta memoria se divide en dos sectores: la positiva, donde almacenamos las emociones placenteras de todos los acontecimientos de nuestra vida y la negativa, donde están todas las cosas malas que nos afectaron en algún momento. Son como habitaciones estancas que no se conectan la una con la otra. Son salones llenos de casilleros donde entramos cuando estamos bien o cuando estamos mal. Cuando nos ocurre un hecho desagradable, es decir; de mal sabor, y entramos en el archivo de memoria de lo negativo y se nos cae todo encima, nos perdemos en un laberinto espantoso de los recuerdos amargos,. Resultado de ello es la depresión e inevitablemente al identificarnos con el problema perdemos la energía vital. Nuestro Centro Emocional se encuentra entonces anegado, inundado, por ende se bloquea la energía muy sutil que alimenta al cerebro, entonces nos cuesta pensar, nos sentimos torpes y desubicados. Son esos momentos en los cuales nuestros ojos están enfocados hacia abajo y esto tiene un por qué. Los ojos hacia abajo llevan a nuestro cerebro a la zona cenestésica donde experimentamos la emoción con sensaciones en nuestro cuerpo, lo cual nos hace sentir muy mal.--Una mujer de la concurrencia, levantó la mano pidiendo la palabra, dijo: --- Hola, yo trabajo en un centro telefónico de atención al suicida. Me resulta familiar lo que usted dice porque lo primero que hacemos cuando se nos pide auxilio es indicarle a la persona en situación de riesgo, que levante la vista y que trate de no mirar para abajo, de esa forma la sacamos de la depresión. Gracias…--Dijo: --- No… Gracias a usted…--- Continuó--- Debemos sanear nuestra memoria emocional y para esa tarea necesitamos perdonar y también perdonarnos. Lo demás lo aporta la energía del amor.--Continuó: --- Los animales carecen de memoria emocional negativa a diferencia del hombre, porque si así fuera las especies se extinguirían. Son bi-céntricos por no tener un Centro intelectual. Tanto en el hombre como en los animales el Centro Emocional es la sede de la intuición y el sexto sentido. En los animales el sexto sentido está a pleno por carecer de memoria emocional negativa, mientras que en el hombre esta habilidad se encuentra bloqueada por el anegamiento que las emociones negativas hacen sobre la inteligencia emocional. Si se trabaja arduamente sobre el recuerdo de si, guiados por una Escuela de Conocimiento Esotérico, se puede llegar a la clarividencia, atributo exclusivo del Centro Emocional, donde el cociente intelectual y la racionalidad pueden ser una traba para ese desarrollo— Hubo una última pregunta. Una joven de aspecto “punk” que estaba sentada en el medio, dijo: ---Me da pena mi perro, porque según usted no tiene cerebro y no puede pensar…--A lo que contestó: --- Yo no dije tal cosa, solamente dije que los animales no tienen centro intelectual: El cerebro, es el ordenador que maneja las células del organismo y hasta el cabello más fino tiene una terminal nerviosa en él. Cada célula es monitoreada continuamente desde el cerebro. No quiero decir que su perro no merezca poder pensar, en esencia lo hace pero no como el humano, lo hace dentro del Centro Instintivo y no desde el Intelectual, porque no lo tiene.--La joven hizo un gesto de aprobación y luego preguntó: --- Esto me hace pensar de que el hombre nunca puede descender del mono, ¿No es así? --Jerónimo se rió y dijo: ---En efecto, la evolución de las especies no incluye al intelecto, aunque algunas personas tengan la apariencia de un simio. Le dejo picando otra respuesta, ya que dijo algo muy sabio: El ser humano ni siquiera es oriundo de este planeta, fue sembrado, fue traído de otra galaxia. Y la conclusión de todo esto es; esta máquina humana perfecta, única, la más compleja que existe en el universo, que jamás será superada por la tecnología, cuándo empieza a andar mal, es decir; cuándo enferma. ¿ Cómo hacer para sanarla si fue creada para que se repare sola? He aquí el dilema… Finalmente; recuerden que la única protección que tenemos es nuestra impecabilidad. Mi libro está referido a los Animales Totem o Animales de Poder, que nos dan lo que psicológicamente nos hace falta para estar completos. Recuerden que nos fueron dados por el Gran Espíritu y por haber sido descuidados nos abandonaron, ya que poseerlos implica una gran responsabilidad; ellos nos obligan a ser impecables. ¿Verdad…? --Dijo, señalando a los ex convictos sentados en el fondo.--Continuó: ---Para los que quieran, la semana que viene haremos una meditación guiada para recibir el animal de poder que nos corresponde. Será aquí, en este lugar y a esta misma hora.-Luego apagó el proyector, encendió las luces y dijo: --- Gracias, doy por concluida la conferencia y espero que las haya agradado. ¡¡¡ Que el Gran Espíritu los bendiga a todos !!! --La concurrencia se puso de pié y comenzó a aplaudir con entusiasmo en señal de aprobación, mientras Jerónimo contestaba con un: --- Gracias, gracias…gracias…--Una de esas personas sentadas atrás, de aspecto rudo, al parecer se trataba del grupo de los ex convictos, se levanto y comenzó a caminar hacia donde estaba Jerónimo. Sonriente, pero en forma muy respetuosa le dijo: --- Usted no aprende, y sigue discriminando a los monos…--- Se acercó y lo abrazó. Jerónimo le dijo: --- ¡Muchacho…! No sabes lo que me alegra verlos.--Me sentía muy cansado, agotado. Había sido mucho para un solo día, por lo tanto decidí irme y no participar de la charla privada que se estaba armando. Tampoco le dije a Jerónimo que la pregunta en el papel que él tenía en su mano la había formulado yo, era evidente que no planeaba contestarla porque estaba muy entretenido con los ex convictos, con sus chamanas y con la gente que lo rodeaba. Saludé, pedí disculpas por no quedarme y luego me fui para Baltimore donde me esperaban mi esposa y mis pequeños hijos. Esta vez contaba con números de teléfono y también direcciones como para poder ubicarlo, también tenía que pasar por la casa de Panchita para alcanzarle la botella con agua energizada que le había preparado Jerónimo. Ya en casa de Panchita estacioné mi automóvil en la entrada, eran casi las diez de la noche cuando llamé a su puerta, estaba Felipe en la casa; les conté como me había ido esa tarde en la conferencia de Jerónimo, también mostré la lámina con el “Hombre como máquina”. Felipe (psiquiatra y presidente del club de argentinos), lejos de alegrarse al verme, se lo veía algo ofuscado, dijo que esas reuniones me habían alterado y que eso era porque yo no había aceptado todavía mi enfermedad. PARTE XII: Lo que pasó en la conferencia de Jerónimo fue decisivo: Por un lado recibí conocimientos que jamás hubiera pensado que existían y que daban lugar a un abanico de conclusiones sobre el comportamiento humano, más aún, empecé a entender el por qué no hay que enojarse con la gente aunque haya una provocación y que todo pasaba por la percepción extrasensorial y el “arte del no hacer”. Por el otro lado la existencia de una realidad paralela a esta realidad pero en un plano sutil de causas y efectos, arribando a que la casualidad no existe: solo existe la causalidad. El enojo de Felipe (presidente del club de argentinos) hacia mí estaba anticipando que su materialismo no le permitía aceptar lo que yo estaba descubriendo, quizás por celo profesional o porque yo me estaba saliendo del esquema social establecido; decidí no polemizar. En el viaje de regreso a Baltimore, decidí ir a la casa de Panchita porque me quedaba de paso y tampoco quería demorar la entrega de la botella con el agua “energizada” por Jerónimo, con las indicaciones: colocarla en la mesa de luz, cerca de la cabeza, a fin de darle protección de los ataques de esos supuestos “seres inorgánicos”. Refrescando lo que hizo Jerónimo con la botellita de agua: “-- Cierra los ojos e imagínatela, cómo es su voz, su caminar, mientras yo leo tu mente y fijo su imagen—Dijo, y así lo hice. Luego se paró, comenzó a cantar como susurrando en un idioma indio, mientras hacía un movimiento de manos, como si amasara un pedazo de plastilina. Luego juntó las palmas, dejando un hueco a modo de recipiente, sopló su aliento adentro, tomó una botellita de agua mineral que reposaba sobre la mesa y la abrazó con sus manos con mucha delicadeza durante un rato. Recogió unas hojas de papel de diarios del cesto he hizo un paquete muy compacto.” Era tarde, las 10 de la noche. Panchita no había podido venir conmigo a la conferencia debido a que estaba afectada de lo de siempre: Los antiguos esclavos enterrados vivos en Baltimore, tal era su creencia como vidente al haberlos percibido salir de abajo de la tierra antes de indisponerse. Felipe estaba también en la casa y se estaba despidiendo… pero al verme se quitó el saco y dijo que aún no se iba a marchar. Procedí a darle el paquete que contenía la botella, empacada cuidadosamente por Jerónimo, quién le dio una importancia desmedida al envoltorio. Entre sus recomendaciones estaba la de que fuera la propia Panchita quien debía desenvolverla y esta acción debía ser ejecutada en su dormitorio y no en otro lado. Panchita – le dije – Esta es una botella que te manda Jerónimo para que te proteja, pero no entiendo las recomendaciones que me hizo; algo así como que estoy transportando nitroglicerina o algún tipo de explosivo. Proseguí: -- Acá está y bueno, tú sabrás que hacer con ella… --Felipe miraba atónito, se lo veía muy nervioso y dijo: -- ¡ Pancha ! … Tira eso, antes de que sea demasiado tarde, después no habrá vuelta atrás. Panchita estaba muy serena, tomó el paquete de la botella y nos invitó a que la sigamos a su dormitorio, Felipe se negó y estuvo a punto de arrebatarle el paquete de sus manos, pero cuando intentó hacerlo, se vió un destello de luz, algo así como la un flash que iluminó toda la habitación, luego tropezó con una silla y cayó al suelo. Ya en el suelo, se arrastró hasta la puerta de calle y se fue refunfuneando mientras decía: -- ¡Ustedes están locos!... completamente locos, y la culpa es tuya Guillermo porque descarrilaste. ¡Descarrilasteee…! y no sabes en la que te estás metiendo.— Panchita y yo habíamos quedado solos, Richard, su esposo no estaba en la casa. Como si se tratara de un ritual sagrado, procedió a desenvolver el paquete. Una vez hecho esto, se veía la pequeña botellita plástica de agua mineral tan inofensiva que nos miramos y echamos a reir. ¿De que se habrá asustado Felipe? , dijimos, si se trataba de una inocente botella conteniendo solamente agua. La dejamos sobre la mesita de luz y nos retiramos hacia el comedor, mientras la saludaba y me preparaba para marcharme nuevamente hubo un destello de luz que provenía del dormitorio. No me quedaban dudas, se trataba del mismo relámpago que impidió que Felipe le quitara de las manos la botella a Panchita. Dijo: -- Sígueme hijo, acá está pasando algo raro. ¿Eres creyente? – me preguntó, pero no contesté porque no podía hablar. Pachita iba caminando despacio delante mío, al llegar a la puerta de su dormitorio y mirar para adentro hizo una exclamación de sorpresa, se había emocionado por lo que “veía” como vidente. Se arrodilló y empezó a rezar, me indicó que yo también lo haga. Entonces, sin saber por qué, me arrodillé y junté las manos. Luego empezó a relatar lo que estaba viendo; era sorprendente. Yo me sentía sereno, no tenía miedo, pero aunque no veía nada, los vellos de mis brazos se habían erizado y también mi cabello, mi corazón palpitaba a mil. Estaba inexplicablemente emocionado, era algo así como si aguardara tener una experiencia religiosa. Panchita me decía que de la botellita emanaban rayos de luz rosa, celeste y dorada, dando una imagen de faro, de carrusel, porque no era algo estático sino que giraba e iluminaba todo el cuarto. Me dijo que una especie de murciélagos negros que colgaban cabeza abajo del techo, echaron a volar y desaparecieron. Estos engendros eran “vistos” por ella una vez que se acostaba para dormir, ahora ese juego de luces que ella llamó; “la llama trina” los había desalojado de la habitación para siempre. Mientras esto ocurría, ambos empezamos a escuchar un suave un sonido de tamborcitos y cascabeles, iguales a los que escuché en la última parte de la conferencia de Jerónimo; eran los tambores chamánicos. El fenómeno que estaba aconteciendo era alucinante, a medida que rezábamos el “Padre Nuestro” las luces que emitía la botellita se volvian más fuertes y formaban burbujas o algo así como pompas de jabón que también iluminaban, esto y los tamborcitos lo pude percibir con claridad, mientras Panchita decía: -- ¡Virgen Santa!... Que hermoso es todo lo que estoy viendo. – Le pregunté: ¡Que estás viendo ahora Pancha!, Dime… por favor. Me contestó: -- ¡Se está abriendo un portal!, es en esa pared.—Señalando la cabecera de la cama, mientras sentía un aire fresco en mi cara, continuó: -- Hay dos columnas Dóricas a ambos lados y el portal estaba en medio de ellas, se divisa un hermoso jardín con flores, mariposas y pájaros de vistosos colores, más atrás una verde pradera –Hizo un largo silencio y luego otra exclamación: ¡No puedo creer lo que estoy viendo!... Pregunté con urgencia: ¿Qué estás viendo ahora?... dime, por favor. Continuó: --Es un venado… un ciervico... ¡Un bambi! Que graciosamente se está acercando a nosotros… siempre he soñado con tener uno, desde pequeña…y ahora está aquí y también es luminoso. Siento el respirar de su hocico que topa mi nariz. ¡Qué hermoso regalo el que me han hecho! Hijo… me han quitado veinte años de encima, me siento feliz, muy feliz…gracias.— Luego, la visión comenzó a esfumarse, también suavemente se extinguieron los sonidos de tamborcitos y, según lo que ella veía, la luz de la botellita empezó a decrecer, pero ya nada era igual, había quedado flotando en la atmosfera un aroma de rosas y una paz como nunca antes recuerdo haber experimentado. Me incorporé, las rodillas me empezaban a doler por la posición y la inmovilidad. No podía precisar cuanto tiempo duró la experiencia, segundos, minutos, no lo sé, pero ya había retornado nuevamente al mundo cotidiano. Nos quedamos abrazados por un largo rato, luego tomé mi chaqueta, y me despedí. Panchita estaba sonriente y las lágrimas corrían por sus mejillas, a raudales. Juramos hacer un pacto de silencio de lo que habíamos vivido, solo se lo contaría a Jerónimo por ser el autor de todo esto, también decidimos no hacer ningún comentario sobre la torpe actuación de Felipe, para no polemizar, ya que Richard era su amigo y colega, ambos médicos psiquiatras. Puse en marcha mi automóvil, estaba agotado, luego de veinte minutos ya había llegado a mi casa, todos descansaban en sus camas, me acosté silenciosamente y me dormí. Ya había amanecido y era domingo, fui el último en despertarme, los niños habían acudido a mi cama para jugar, decidí quedarme todo el día en la casa porque estaba muy cansado de la jornada del sábado. Había tenido un sueño reparador y placentero, al punto que no podía recordar si lo que pasó la noche del sábado había sido real o fue simplemente un sueño, decidí entonces llamar por teléfono a Panchita. Estaba convencido que todo lo que pasó la noche del sábado era solo mi imaginación exaltada por los extraños acontecimientos de ese encuentro con Jerónimo y su gente, necesitaba tiempo para digerir todo esto y llegar a una conclusión. El único testimonio que me quedaba era esa sensación de paz, el aire fresco que acarició mi rostro cuando se abrió ese “portal” invisible, el inexplicable aroma a rosas que se sentía en la habitación de Panchita y el monótono sonido de los tamborcitos y los cascabeles chamánicos. Lo que “vio” y sintió Panchita esa noche mágica era patrimonio suyo y de eso nada podía opinar, tal era mi deseo de llamarla para una confirmación, y preguntarle por la actuación de Felipe que también fue muy rara y no concuerda con su carácter sereno y cabal que hasta ahora conocí de él. Tampoco era explicable su presencia a esa hora de la noche en casa de Panchita. Pero había algo que me tenía preocupado y era referente a una corta plática con Eva, la chamana mayor del grupo de Jerónimo. Ella me dijo que un famoso escritor de novelas de terror y misterio, de nombre Edgar Allan Poe, vivió hace mas de cien años en Baltimore y al parecer permanentemente lo afectaban esas influencias negativas de las cuales hablaba Panchita, pero a él le servían de inspiración para lo que escribía y que se entregó a ellas de tal manera, que lo afectó una enfermedad llamada “Delirium Tremens” que suelen padecer los alcoholicos, la cual lo llevo a la muerte a la edad de 40 años. Tenía miedo de estar alucinando y que lo de anoche no hubiera sido una vivencia real, la única confirmación posible me llevaba a Panchita, porque yo recién estoy entrando en estos temas y además soy sugestionable. Llamé, sin éxito, a la casa de Panchita, pero nadie atendió el teléfono. Lo intenté a distintas horas del día sin resultado alguno. Se me ocurrió entonces llamar a unos argentinos que vivían cerca de su casa para pedirles que pasen a ver si se encontraba bien, quedaron en llamarme por la noche. Esa noche me llamaron para decirme que la casa estaba cerrada y que nadie contestaba a la puerta… Como último intento se me ocurrió llamar a casa de Felipe, tampoco contestaba nadie, pero finalmente conseguí hablar con la cafetería de Museo Aeroespacial en Washington, ya que la moza que nos atendiera resultó ser la nieta de Jerónimo y durante la conferencia de ese sábado se había presentado y cordialmente me dio ese teléfono y los horarios en que ella estaba. Me dijo que su abuelo se había marchado a Colorado y que regresaría el próximo sábado para guiar una meditación sobre el Animal Totem. No pude hablar más con ella en virtud del pacto de silencio que hice con Panchita. Quizás lo había soñado todo y nada de lo que pasó esa noche fue real, no lo sé ¿?. CONTINUARA