REVISTA DE MÚSICA Año IV - n." 30 - Diciembre 1988 - 400 p dosier: CARL PHILIPP EMANUEL BACH 1788-1988 ntrevist MAURIZIO POLLINI ZIMERMAN Festival de Canarias 1989 Las Autoridades Sanitarias advierten que: FUMAR PERJUDICA SERIAMENTE LA SALUD. tduo SCHERZO EDITORIAL. S A C/ Marqués de Mondéjar, U - 4." C 2BQ28-Madrid. Teléí. (91) 24fi 7f> 22 Presidente Gerardo Queipo de-Llano Director Antonio Moral Director Adjunto Arturo Reverier Redactor Jefe Enrique Martínez Miura Cornejo de Dirección Javier Alfaya. Domingo del Campo C'aslel, Manuel Garcia Franco. Agustín Muflo; J¡mine?. Enrique Pcrcz Adrián Sen-iones. Redacción en Barcelona: Rogar Alier. Actualidad: Arturo Reverter y Enrique Martínez Miura Discos: Enrii/ue Pérez Adrián. Alia Fidelidad: Alfredo Orozco. Danza: Roger Setas. Libros: Xoan Manuel Carreira. Jazz: Ebbe Traberg. Música contemporánea. José Iges. scht^zo Año IV n.° 30 - DICIEMBRE 1988 - 400 ptas. Colaboran en ene número: Javier Alfaya. Roberto Andrade Malde. Myriam Ahissimov, Santiago Bueno. José Carlos Cabello Arroyo, Sansón Carrasco, Xoan Manuel Carreira, Luis Fernando Carvajal Blazquez. Miguel Ange] Coria t Pedro Elias. Mauricio Fernández Ordóñez, Fernando Fraga. Florentino Gracia Utrillas, M." Angeles de Juan Robledo, Kenneth Loveland, Santiago Mari i n Rermúdej, Joaquín Martin de Sagarminaga, Enrique Martineí Miura, Francesc Xavier Mata i Berttán, Blas Malamoro, Wolfgang Amadeus Mozart. Agustín Muño/ Jiménez. Rafael Ortega Basagoiti, HansCiúnleí Oltenberg. Enrique Pérez Adrián, Vicior Pliego de Andrés, Gerardo Quciprj de Llano Onaindía. José Rada. Francisco Ramos, Arturo Reverter, Jordi Ribera i Bergos, Caimen Rodríguez Suso. Ciemens Romijn, Andrés Ruiz Tarazona, Ebbe Traberg, Víctor Uceda, José Luis Vidal, Albert Vilardell, Claudio Zulián. Coordinan el Dosier de este número: Pilar Tomás Goii/ále? y Enrique Martínez Miura. Diseño ríe portada: Salvador Ala re o foro de portada: H. Caniler (DG). Publicidad, fíedaici'in y Administración^ Scherzo Editorial. S,A, Marijuíí de Mondéjar. II - 4." C 28028-Madrid Tpléf. ( « D i J ó l f i 22 Imprime: MOVIECRAF. S.A. < • Fstigia, ' i S 2SO37 Madrid Tfno.: 204 95 0.1 Fotocomposición Lumimar, S r A r Albasan?. 18-50 28037-Madrid Teléf. 204 30 01 Depósito legal M.41822-198Í ISSN-0213-4802 SCHERZO es una publicación de caráoeT plural y no pertenece ni está adscrita a ningún organismo publico ni primado. La dirección rc^pe1^ la libertad de expresión de sus colaboradores. Lds texios firmados sonde la exclusiva responsabilidad de los firmantes, no siendo por tanto opinión oficial de la revista. SUMARIO OPINIÓN ACTUALIDAD 3 8 ENTREVISTA: — Maurizio Pollini. El corazón del ángel, Arturo Reverter ACTUALIDAD DISCOGRAF1CA DISCOS ESTUDIOS D1SCOORAFICOS: — Un pianismo en la encrucijada, Enrique Martínez Miura — Leonard Bernstein: 70 años, Rafael Ortega Basagoiti — Un Beethoven renovador. Haitink se despide de Amslerdam, Santiago Martin Bermúdez — Gyórgy Ligeli: un recorrido por su obra, Francisco Ramos.... LIBROS LA GUIA DE SCHERZO DOSIER: Cari Philipp Emanuel Bach. 1788-1988 — Un lipo galante, Gerardo Queipo de Llano Onaindía — Un músico innovador, José Rada — El Berlín de Cari Philipp, Andrés Ruiz Tarazona — C.P.E. Baeh y su Tratado sobre el verdadero arte de tocar instrumentos de tecla, Clemens Romijn — Los fundamentos clásicos de la Teoría de los afectos, Carmen Rodríguez Suso — Emanuel Bach, clavierista, José Rada — C.P.E. Bach y los compositores clásicas^yieneses, Hans-Cünter Otlenberg GALERÍA: — Ernest Martínez Izquierdo, Agustín Muñoz ANIVERSARIO: — Karel AncerI: la inocencia, Pedro Elias MÚSICA CONTEMPORÁNEA: — Metacoiiage. Consideraciones sobre la obra de Stocithausen, Claudio Zulián JAZZ: — Episodios, Ebbe Traberg EFEMÉRIDES 46 45 52 61 62 63 64 65 66 67 68 72 74 76 84 86 88 94 96 101 104 106 Scherzo 3 opinión Puente de plata y oportunidad deoro la encuesta sobre la Orquesta Nacional y el maestro López Cobos que insertamos en páginas interiores, el público muestra más amor a la música que conocimiento de determinados mecanismos (una cosa es que López Cobos se haya dedicado poco a la O.N.E. y otra la impensable dedicación Lotal de cualquier director, sobre todo si es de los grandes, a un solo conjunto), al tiempo que parece desconocer nombres importantes alternaiivos de la dirección de orquesta internacional, hasta el punto de relacionar a Karajan, genial batuta y gran producto de marketing, ya con 80 anos, que le hacen poco aconsejable alejarse de casa. También se relacionan precisamente los dos últimos graneles directores que han pasado por Madrid: Mehta y Maazel. Los tres poseen abundante discografía. Se ignoran, por lo tanto, importantes nombres al margen de las multinacionales del disco. Sin embargo, es de notar que más de un 55% del público no contesta en cuanto al nombre de un director extranjero adecuado, y casi un 42% no lo hace tampoco de un director español. Es de notar el bajo porcentaje del aún director titular, tal vez porque muchos de los encuestados consideraban su nombre no incluíble al haber presentado días antes su dimisión. Esia dimisión, ahora se presta a comentarios. En el Ber/iner Zeitung del pasado 13 de septiembre, podía leerse lo siguiente: «Jesús López Cobos, actual director de la Opera de Berlín, pasará a dirigir dentro de dos años la Orquesta de Cámara de Lausana. El director español no deja sólo sus actividades en Berlín, como es sabido, sino también sus cometidos al frente de la Orquesta Nacional de España». No era la primera vez que se publicaba esta noticia como posibilidad. Pero nunca se había expresado tan rotundamente. Sorprende, entonces, que el maestro López Cobos asegure dimitir de su cargo al frente de la O.N.E. por las opiniones vertidas por varios músicos de la Orquesta en un artículo firmado por nuestro colaborador José Luis Pérez de Arteaga en El País dominical mes y medio después. Estas opiniones fueron expresadas en un momento difícil, justo después de un agotador programa de ensayos para los conciertos inaugurales del Auditorio Nacional de Música y que el Ministerio de Cultura tuvo que pagar a precio de oro. En tales circunstancias, los músicos pusieron en tela de juicio la labor de López Cobos, criticándola duramente. Otras críticas, no tan evidentes desde perspectivas gremiales, quedaban para otra ocasión: por ejemplo, la negativa a cubrir las plazas vacantes con contratados en el mercado libre, algo que el maestro E 4 Seherzo podría haber arbitrado al tiempo que se produjeron los sustanciosos aumentos retributivos de 1986, y a pesar de las medidas que en tal sentido le ha ofrecido la Administración. Sin embargo, también ha razonado su dimisión por las famosas 27 vacantes adscritas a funcionarios-músicos. Es una de las muchas oportunidades perdidas durante el largo mandato de López Cobos en la O.N.E. La encuesta es taxativa al respecto: los aficionados creen necesaria una reforma y tos músicos no deberían ser funcionarios, sino contratados libremente. Ahora sólo hay tres españoles con contrato de prestigio (algo habitual en cualquier orquesta, y además algo necesario): los concertinos de violín Domingo Tomás y Víctor Martín y el de los violonchelos, Pedro Corostola. Es lástima que un intento de reforzar la degradada familia de las violas {la más débil en orquestas españolas y extranjeras) no contara con el apoyo de los músicos y del propio maestro. En cuanto a los extranjeros, sólo se puede contratar un 10% (12 músicos en total). Pero un 65 por ciento de los aficionados considera adecuado acudir a ellos para cubrir las vacantes, aunque el sector encuestado de los profesionales parece demostrar un temor gremial evidente. Hay que recordar que, a partir de 1992, Bruselas puede no aceptar que un conjunto orquestal se componga de funcionarios, porque ese ámbito de actividad no puede ser considerado, en modo alguno, como parte de la función pública. Durante la mal llamada Rueda de Prensa (el maestro no permitió preguntas, sólo leyó un comunicado), el abogado del Sr. López Cobos se permitió, entre otras opiniones, la de considerar que la ocasión era un "puente de plata» para su retirada. Quizá ha sido así en vista de las aludidas declaraciones de los músicos, de sus compromisos internacionales y de una incipiente actitud crítica de algunos medios hacia su gestión artística. El Ministerio, poco dado a acciones decididas, tiene ahora una «oportunidad de oro» para llevar a cabo la reforma en profundidad de la O.N.E., que es algo, no lo olvidemos, que pide la gran mayoría del público. Si no se hace ahora esa reforma (una reforma que respete los derechos de los trabajadores, sin que ello suponga olvidar los del público, pues la O.N.E., cuya calidad artística es tan cuestionada como cuestionable es un servicio público que ahora no cumple sus obligaciones al estar aislada en un teatro, sin que ni siquiera se transmitan regularmente sus conciertos por radio para el resto de la nación) ya no puede aducirse que la culpa sea de obstáculos imponderables. ¿Se sabrá aprovechar esta oportunidad de oro? opinión EL DISPARATE MUSICAL El gato continuo a nos han inaugurado el Auditorio. En el Auditorio no tenemos órgano — todavía—, la urbanización en la pueria principal está sin terminar, la de la puerta de las taquillas está... como puede (que es bastante mal), el parquet de uno de los anfiteatros se ha levantado, y además, casi nunca hay entradas (mucho me temo que hasta el casi es optimista), por aquello de que Simón and his bays siguen actuando como si nada. Bueno, como si nada, no, porque cada vez ponen más pasta. El caso éste de Don Simón es ver dad er amen le admirable: para ser un negocio que no da beneficios, las inversiones que se permiten son de alivio; y si no, vean los kilos que ha puesto para copar los abonos del Festival de Ibermúsica, cuyos precios, por cierto, siguen siendo totalmente propios (?) para los ingresos del español medio, que al parecer es el tipo de socio más habitual en Simón 's Corporation Limiled. Pero, en fin, dado que este asunto lleva camino de convenirse en monopolio sin que a nadie se le muevan las pescañas, pues habrá que resignarse, al menos hasta que alguien le haga la competencia, momento en el que pronostico una situación guapa: ríanse Vds. de las patadas de Seúl. Entre Luisito destrozando música por un lado y Don Simón no dejándonos enlrar por el oiro, lo tenemos claro. Pero hablando de nuestra nueva, flamante, poco urbanizada pero por demás excelente sala de conciertos, pues no tengo más remedio que hablarles del gato. Sí, verán. Resulta que aquí no tenemos órgano, pero tenemos una creciente presencia de políticos en los conciertos (tema que será tratado pronlo como merece) y, además, tenemos gato. El otro día, cuando Sawallisch se disponía a iniciar la interpretación de la Missa Solemnis beethoveniana, se produjo una enirada anticipada, descarada y desafinada... del gato. Sawallisch quedó paralizado, presa de la sorpresa producida por el tan poco musical proceder del felino. Superado el estupor inicial, parte del público reía, mientras otros murmuraban indignados: «inefable», «país de traca». El director bávaro, sin dar crédito a lo que oía, porfiaba en su intención de iniciar el concierto, mas he aquí que era estentórea e insistentemente interrumpido por los maullidos, en tonalidad que no pude determinar, del garito. Alguien Y i—UNA BROMA MUSICAL—\ is dotes proféticas se acrecientan en mi actual estado de inmortalidad. En vida tampoco me equivoqué. Casi todo lo predije, incluso mi muerte, con réquiem anticipado. La actual movida musical en Madrid se veía venir, pero había que señalarla con el dado anticipadamente. La O.N.E. y López Cobos iban camino del divorcio por mutuo disenso. Así ha sido. El esposo, señor López Cobos, a fuer de ligón, abandona el domicilio conyugal. La esposa, o sea, la O.N.E., no cumplía con sus deberes conyugales desde hacía tiempo. En resumen, un bello ejemplo de matrimonio español. Sólo faltaba alguien para completar el triángulo mortal:, el INAEM. Se sospecha que en más de una ocasión el dulce veneno del poder se derramó sobre tan poco estable relación. El público se ha quedado sin matrimonio, y sin perjuicio de lo que se opina en la encuesta de las páginas siguientes, apuesto porque la solución será más negra que mis días de réquiem: ¿Nuevo matrimonio? ¿Amancebamiento? ¿Vida inestable para siempre? ¿Muerte de la esposa?... Mein Gottü M tV.A.M. debió pensar si Beethoven había metido un gato a última hora en la partitura. Otros miraban, incrédulos, a la soprano, no fuera a ser que... en fin, ya me entienden. Algunos pensaron si sería algún ministro. Los seguidores de Rodríguez de la Fuente se entretenían en dilucidar si el gato era un Felis catus, léase gato doméstico, a si por ventura tratábase de un Felis margarita, léase gato de los arenales (hipótesis ésta que iba ganando adeptos, dado el estado de la urbanización exterior del local). Los más reían, mientras Sawallisch, habiendo desistido de encontrar al gato entre los instrumentos o voces de la partitura, se volvía a uno y otro lado sin saber si comenzar o mandarnos a todos a freír gatos, digo, monas. Alguien, al fin, anunció con desmesurada voz, desde las alturas, que el felino se encontraba atrapado en el interior de un tubo (no creemos que del órgano) sin que al parecer pudiera ser liberado con prontitud suficiente. En medio de la general estupefacción, Sawallisch, en generoso gesto, dio comienzo al concierto. El gato vio sus maullidos inicialmente sepultados por el rorrente sonoro, pero, incansable y con voz potente, resultó claramente audible durante casi toda la obra. Resultaba asi innovador escuchar aquello de El sepulmiauuuuius esi, en efecto que ni el mismo Strawinsky hubiera discurrido. El gato debió ser extraído posteriormente, ya que no percibí su presencia en los siguientes conciertos. Y no deja de ser una lástima, pues no apareció a recibir los aplausos (o abucheos, según gustos) que su empastada y perfectamente traducida intervención merecía. Lo malo es, además, que con el sentido car peto be tónico del cachondeo, alguno puede llegar y decir aquello de que «aquí se cuela hasta el gato», y para qué les cuento. Estarán conmigo en que esto es una experiencia única: hemos oído la Missa Solemnis para solistas, coro, orquesta y gato continuo. Dejaré, por limitaciones de espacio, el sangrante tema de la dimisión de López-Cobos a frente de la ONE. En esa orquesta sí que hay gato, y de los gordos. Ocasión habrá de hablar de ello, y del último poema sinfónico de Richard Strauss. Mientras tanto, ya saben: Ha muerto el gato. Vivael perro, Rafael Ortega Scherzo 5 opinión ÁNGULOS BACHILLERÍAS Anécdotas Del poder C ieno filósofo redujo las fuerzas que conducen a la Historia a tres: el poder, el sexo y la riqueza. Puede que haya más, pero en esta breve columna me bastan estas tres y aún me sobran dos, poique para hablar de la relación del sexo con la música precisaría fotos para las que no tengo espacio y al asunto dinero-música seria menester dedicarle un suplemento especial. Los pocos sabios que en el mundo han sillo solían distinguir con precisión entre poder y oulorídad. Sólo tiene autoridad sobre algo quien es autor y, por tanto, puede autorizar. Un ministro incompetente (de lo que seguramente vuesas mercedes conozcan algún ejemplo), tendrá lodo el poder que le olorgue el puesto, pero carecerá de la mínima autoridad. Por el contrario, el maestro en una materia será una autoridad en la misma aunque los poderes lo mantengan al margen de toda la actividad pública. Dicho eslo de principio, echo en falla autoridades entre los que rigen la cosa musical, y en sobra poderes. Discútese a veces si es preferible un técnico en la materia o un especialista en gestión. Ante semejante disyunl i va se suele optar por la solución salomónica del político o del amigúete, y ahí suele estar el origen de no pocos cargos gubernamentales, autonómicos y municipales con incidencia directa sobre la actividad musical. Al fin. quien tiene poder es quien puede, sepa o no sepa lo que se trae entre manos. En esto nuestra sociedad ha abandonado el dualismo aristotélico potencia-acto para adoptar las teorías de Nikolay Hartmann al respecto. Por si vuesas mercedes no eslán al tanto de lo que afirma este pensador, se lo expondré en un ejemplo: cuando vemos nubes afirmamos que es posible que llueya, pero en realidad tal posibilidad sólo es alirmahle cuando confluyen las nubes con determinadas temperaturas en las capas altas de la atmósfera, cierta concentración de polvo atmosférico, un preciso desequilibrio eléctrico, ele. Pero si lodas estas variables coinciden, entonces no es posible que llueva, sino que efectivamente llueve. Es decir, posibilidad (o potencia) y realidad lo ocio) coinciden. Sólo es posible lo que es real y sólo es real lo que puede ser, o dicho con frase más castiza, "lo que no pue ser no puc ser y además es imposible». V en esas estamos. Nuestra realidad es la única posible, porque es la que emana del poder, y éste no deriva de la autoridad, sino de oíros factores ajenos a la materia que ñus ocupa, que no es la política, sino la música. Y, sin embargo, ¿habrá que pensar como Leíbniz que estamos en el mejor mundo de los posibles? Yo me digo todo esto cada vez que me tropiezo con alguna de las habituales chapuzas para no caer en la desesperanza. ¿Podría haber sido esto de otra manera mejor? Ca, no señor, si es así, es porque sólo puede ser así. Desde que pienso de tal modo no he conseguido arreglar nada, pero duermo mejor y hasta he engordado algún kilo. Es un método que recomiendo. Sansón Carrasco 6 Scherzo A la prensa, en general tan poco sensible a los aspectos menos vistosos pero más profundos de la vida musical, han saltado en la.s últimas semanas dos noticias que casi han rondado lo sensacional: el escándalo de la reventa de entradas para los conciertos y la dimisión de Jesús Lopéz Cobos como director de la Orquesta Nacional. Dos noticias, dos anécdotas. En general el tratamiento de ambas no ha pasado de ese plano. Nadie ha profundizado en lo que hay detrás, buscando los orígenes de una y otra, investigando por debajo de la piel de dos hechos preñados de significados. La reventa de entradas es un escándalo antiguo que ha saltado varias veces tímidamente a los periódicos pero que sólo ahora se presenta con las características de lo insoportable. En cuanto a la dimisión de López Cobos más que una anécdota es un signo de lo que marcha mal en la música española, que es casi todo. duda, ha tratado de disimular la vergüenza diciendo poco menos que en todas partes cuecen habas, lo cual es estrictamente falso. En ningún país europeo —de las dos Europas— existe esa vergüenza permanente. Hay métodos —y serios, operativos— para cortar de raíz el mal. La cuestión es ponerlos en práctica. Lo que no es tolerable es la burla de la administración y de los administrados. En cuanto al asunto de López Cobos alguien podía haber ahondado, buscar las raices. Por supuesto el tema es complejo y en otra parte de la revista hay una amplia información sobre ello. Pero de lo que no cabe duda es que la dimisión de López Cobos ha puesto de manifiesto algo que se quiere ocultar —vivimos, y no es ahora, en un país de apariencias: o en balde una de las figuras emblemáticas de nuestra literatura es aquel hidalgo muerto de hamhre del ¡Mzarillo de Tormes que se echaba migas en la capa para salir a la calle y que los demás creyeran que iba bien comido y satisfecho— y es ta crisis permanente de la ONE y más allá, bastante más allá, la crisis estructural de la música en nuestro país, desde la enseñanza básica —que es mala, por no decir malísima— hasta la interpretación pública. El asunto, apuntamos, no es cuestión de nombres, de políticas superestructurales. El mal es profundo y resolverlo exigiría plantemientos radicales, de traslormación completa. Los parches — aquí como en tantas cosas— no resuelven nada. Un alma ingenua —si es que las hay— podría preguntarse: ¿por qué es infinitamente más difícil para un ciudadano de Madrid conseguir entradas para cualquier concierto en esta ciudad que conseguirlas —por ejemplo— para el maratoniano espectáculo de Londres donde Lorin Maazel, con una considerable expectación internacional, va a dirigir en una sola jornada todas las Sinfonías de Beethoven? ¿Por qué se permite que la picaresca nacional se haya apoderado, descarada y abusivamente, sin el menor respeto a los intereses del público, de una área tan imAsí, estas dos anécdotas nos invitan a portante de la vida cultural? ¿Es que nadie va a poner coto a unas actividades que elevarlas a categorías, asomándonos a lo constituyen una vergüenza, un recordato- que en ellas subyace. Dos temas, como dirio constante de que este país tiene los ojos ría un teenócrata de esos que tanto pulupuestos en Europa pero los pies —y las lan en el país, que deben hacer reflexionar. manos— sólidamente asentados en el más Esa cosa tan difícil y tan infrecuente en nuestro país. triste subdesarrollo? Javier Alfaya Algún periódico, bienintencionado sin i =>- AUDITORIO NACIONAL C E MÚSICA \++ opinión- AL MARGEN CARTAS Una recuperación urgente: la tradición L as páginas de sucesos musicales han recogido estos días las novedades que ya lodos conocen: dimisiones, trifulcas, reproches... Sólo disonancias, a fin de cuentas. A mí me parece que la causa de este desasosiego no es otra que el generalizado abandono de aquellos sanos principios que guiaron la vida y la obra de nuestros más ilusires predecesores, así que aconsejo a todos que retornen a las fuentes de la armonía, en la que durante tantísimo tiempo y con tan admirable fruto ha bebido la música. Y me explico: Marco Valerio Marcial, en un ayer ya lejano, se hizo lenguas de las «puellae gaditanae» (muchachas de Cádiz) y sus lascivas danzas, bailes cuyos pasos y sones sin duda navegaron hasta ese bello fondeadero desde la orilla mediterránea, aquella ribera que alcanzó, un alegre y venturoso día, nada menos que Afrodita, la misma ribera en que muy probablemente retozaba Pan con las Ménades —por cierto que nuestro poeta, dicho sea para mayor edificación de los lectores, fue un redomado tunante: merced a su voluntaria abyección logró que Domiciano le concediese la exención de tributos y aún no satisfecho casó, ya más pasado que maduro, con una rica viuda bilbilitana, al abrigo de cuya hacienda agotó los muchos inviernos que los Dioses le concedieron sobre la tierra. «Más vale trocar placer por dolores anles que estar sin amores», asevera Juan del REVISTA DE PRENSA Música, colas y economía Dado el atractivo del programa «Orquestas del mundo», de Ibermúsica, un amigo y yo madrugamos el pasado martes 25 e hicimos una larga cola ante el flamante Auditorio Nacional de Música. Ya desde la Tria madrugada la organización espontánea habla provisto a cada cual de su número; el nuestro —llegamos a las seis y media— era el 74. En condiciones normales no habríamos lenido ningún problema, pero el hecho mismo de la cota madrugadora indicaba que no regían «condiciones normales». En cuanto abrió la taquilla los revendedores adquirieron nnualmente la totalidad de los abonos disponibles y salieron a la caite con varios sacos llenos de entradas. La cola prorrumpió en gritos hostiles y los revendedores partieron a toda prisa, sacos al hombro. La furia se desató más contra los revendedores que contra los que se colaron, contra los guardas jurados que lo permitieron y la organización de la taquilla. A las doce y media se anunció que los abonos se habían terminado —todavía había una veintena de personas delante de nosotros—. Esto no es más que un episodio que se repite con enorme frecuencia en el caso de los espectáculos de música clásica. Enzina y no mucho después el infatigable John Dowland solicita, una vez más, los favores de su dama («come againu) y sube encendidamente los peldaños que le llevaran a su disfruie: «To see, to hear, to touch, to kiss, io die «(mirar, ofr, locar, besar, morir,..). Mas no se crea que lan noble afición fue exclusivo adorno de los claros varones —o de las auténticas mujeres— de la Antigüedad y del Renacimiento: Maurice Ravel, en los antipodas de todo ello, ha cantado en nuestros días a la belleza de Nahandove, cuyo seno —dice aquel artífice fabuloso— palpita, viva y deliciosamente, bajo las carceleras manos de sus amantes y cuya venustez resplandece, más aún, si cabe, tras sus amorosos transportes. Pero ahora, ya digo, las virtudes de la tribu parecen irremediablemente perdidas y sólo vemos airados ademanes, ceñudos semblantes, torvas miradas... Se diría que la cólera es hoy dueña y señora de la música. Ya sé que la contemporánea, toda aristas, hética, poco agraciada —si no decididamente horrorosa—, no está para trotes ni revolcones. Sus adeptos, seguramente por eso, renegaron en mala hora de Venus y sólo adoran al superabundante Pluto. Poco puede hacer, pues. Cupido, con semejante tropa. Y así nos va y seguirá yendo, mientras no recuperemos los valores tradicionales. Migue/ Ángel Coria La revenía no es por si misma la responsable del desaguisado. Las colas y ¡a reventa indican a las claras que la demanda de música clásica supera a la ofena a los precios oficiales. El ajuste de oferta y demanda se produce —el mercado se «vacia», como dicen los economistas— a precios más elevados. Según se cotizan las entradas en tas empresas revendedoras, el precio vjusto» puede superar al oficial en un SU y a veces en un 100 por 100 o más. Esta es la diferencia que explica que la revenía sea una actividad rentable. Más aún. mientras esta diferencia persista resulta inútil combatir la reventa ponaue no es ella la causa de dicha diferencia, sino simplemente un efecto de la misma. El argumento que corría entre el aplauso de los sufridores de la cola era que la solución estriba en limitar el número de entradas que cada persona puede adquirir. V esto es un error. En rigor, la única solución a la extensa cola y a la consiguiente reventa es ajuslar el precio oficial al precio de mercado, lo que dcsestimularia las esperas prolongadas y privaría a la reventa del carácter de actividad rentable. Si se limita el número de entradas por persona, las empresas revendedoras pondrán no a uno, sino a mil jóvenes en paro en la cola desde el día anterior, ello incrementará sus costes, disminuirá sus beneficios y hasta es posible que todo concluya en precios aún más elevados. £1 mandarín Señor Director: Con gusto hemos leído los artículos del número de octubre sobre la problemática de la Música y de los Conservatorios. Como alumnos del Conservatorio de Valencia nos han parecido excelentes, por su buen enfoque del problema de nuesira profesión y futuro, los de los profesores Ángulo y Torres. Pero nos ha sorprendido extraordinariamente el de un mandarín que acumula todas las prebendas posibles en Valencia, que consiente la mafia organizada en el Con ser val orí o que él dirige, que será bastante maltusiano, ya que no tiene alumnos en su especialidad y que ataca despiadadamente las organizaciones en las que no se le permite la entrada, por no tener competencias en ellas, quizá porque al quedar fuera no puede chupar, como hace de todo lo que puede, incluso de los conciertos institucionales del Conservatorio. Como comprenderá, somos alumnos, y no nos atrevemos a firmar. El mandarín tiene mucho poder. | AVISO | A partir del próximo número de Enero-Febrero (n." 31) la revista SCHERZO pasará a costar 425 ptas. y las suscripciones anuales 4.000 ptas. De hecho, aunque parezca paradójico, en las actuales condiciones de oferta y demanda, la solución es facilitar la reventa, no obstruirla. Si las autoridades no atinan con el precio «justo» —o quieren mantener la farsa de que proveen cultura a precios asequibles— lo mejor seria que solamente los revendedores hicieran la cola y que los usuarios acudieran directamente a la reventa. Es arriesgado pronosticar una disminución de la demanda de música culta. Al contrario, lo esperable seria que siguiese aumentando. Por lo tanto, no habrá forma humana de abaratar su precio si la ofena no aumenta. Y este aumento debe ser e! objetivo primordial de las autoridades. Se debe estimular a la actividad cultural privada, promover uan adecuada y moderna legislación sobre fundaciones, etcétera. Las colas y el elevado precio de la reventa demuestran nítidamente que el mercado esta insatisfecho y por lo tanto debería resultar atractivo para el capital privado. No digo que la reventa vaya a desaparecer ante un aumento de la oferta —hay reventa en numerosos espectáculos de amplia oferta, como el cine—, pero el diferencial de precios entre taquilla y revenla no es muy grande {...). Carlos Rodríguez Braun Diario ABC (16-11-88) Scherzo 7 octuolldod Examen a Jesús López Cobos y la Orquesta Nacional Mli I asunto estaba en la calle tras la publicación en el dominical de El País de unas explosivas declaraciones de algunos profesores de la Orquesta Nacional. Se criticaba en ellas la labor de López Cobos al frente del conjunto. A los pocos días, en decisión fulminante —v que revela la existencia desde hace tiempo de un evidente mar de fondo—, se producía la dimisión del director zamorano. De pronto, cuestiones que, más o menos, han estado larvados durante años, malestares latentes, aspectos no conocidos del gran público, han aflorado a la superficie y se han hecho dramáticamente presentes. Resulta que tenemos una orquesta que, de repente, se nos muestra envuelta en una crisis bastante más grave de lo que podía suponerse. Es un asunto muy serio que mueve a plantearse graves interrogantes cara al futuro. SCHERZO, que procura siempre estar en la cresta de ¡a ola de la actualidad, no quería estar ausente de la cuestión y deseaba brindar sus páginas para que tuviera cabida este palpitante problema. Por eso ha encargado a una empresa de sondeos tan solvente como SIGMA DOS la realización de una encuesta entre profesionales y aficionados a la música con objeto de arrojar un poco de luz en torno al tema tan espinoso. ¿Cómo se ha recibido por el usuario la crisis? ¿Qué piensa de ella? ¿Qué soluciones propugna? Nos parece que las contestaciones al cuestionario poseen un alto grado de interés y que ilustran, respecto a próximas actuaciones administrativas, deforma harto elocuente. L os problemas que tiene la Orquesta Nacional de España se han puesto de actualidad por los medios de comunicación a causa de la dimisión de su titular, Jesús López Cobos, y de las polémicas que le han enfrentado con los músicos de la Orquesta. La situación en que se encuentra la O.N.E. pone de manifiesto según los resultados de este sondeo la necesidad de transformarla profundamente; de que el nuevo titular encargado de su dirección tenga dedicación completa, y de que la programación de las actividades musicales no dependa principalmente de la Dirección artística, sino de la actuación colegiada del Director con la Junta de Programación. También se hace un especial hincapié en que los músicos sean contratados libremente, en lugar de ser funcionarios y en que las plazas vacantes en la actualidad se cubran con extranjeros. Aunque en la muestra los colectivos de profesionales de la música y de estudiantes tienen una representación menor en comparación con los aficionados, la opinión de aquéllos debe ser tenida en cuanta debido a que están más cualificados. La gestión de López Cobos l_ía valoración que hacen los encuesdos de la labor profesional de Jesús López Cobos es «muy buena» y «buena» en un 76.6%. Esta calificación, altamente positiva, se refiere ante todo a su capaciíación artística y a su profesionalidad. La buena opinión de que goza es mayor entre los encuestados de 45 8 Scherzo Como Vd. sabe. Jesús López Cobos ha dimitido como Director de la Orquesta Nacional de España (O.N.E.). ¿Que opinión la merece la labor de Jesús López Cobos como Director da la O.N.E.? SEXO Hombre TOTAL Muy buena Buena Regular Mala Muy mala NS/NC 38,6 38,0 10,6 2.4 0,4 9,9 RELACIÓN CON LA MUSO EDAD Mujer 18-29 3M4 ««1 años años años -66 años Profesional Estu Muy afi- diante cionado Aficionado % % % % % % % % % % 38,0 37.6 11,8 2,5 0.4 9,7 39,4 38,4 9,3 2,3 0,5 10,2 30,3 42,0 13.4 1.7 0,0 12.6 32.9 42,8 9,2 2.0 0,7 12.5 47,7 32.9 10.3 3.2 0.0 5,8 55.6 22.2 7,4 3,7 3,7 7,4 16,7 23.3 30,0 10,0 0.0 20,0 52.2 30,4 8.7 4.3 0.0 4,3 50.7 36.1 9.0 1.4 0,0 2,8 33.3 41.6 9,0 2,0 0,8 13,3 ¿Cree Vd. que la actitud que han tomado la mayor parte de los músicos de la Orquesta frente al Director Jesús López Cobos está...? RELACIÓN CON LA MÚSICA Totalmente jutificada En parte justificada De ningún modo Justificada NS/NC Profesional Estudiante Auy aficionado TOTAL % % % % 9,9 23,3 13,0 4,9 11.0 24,3 16,8 49.0 33.3 10.0 33.3 26,1 21.7 39.1 25,7 22,2 47,2 22.0 14.1 52,9 FICHA TÉCNICA Uüivrnu: aíslenles a la sala Sinfónica del Auditorio Nacional de Música. Ambilo: Madnd. Mucsln: 450 enlrevjscas con un error para dalos globales de 4,7"'(, para un nivel de conharva de 95,5*0 idos s'igma) y un p/q •- 50/50. Selección: aleatoria. Ktchfl Irabijo de campo: dia?, I I , 12 y 1.1 de noviembre de 19HS. Realización: Sigma Líos, S.A. tvciulpf» Técnico: tose Miguel de libas, Josc <'arios Ari/a, Carlos Campos. IHrecrtón: ("drlos Mato de Molina. Aficionado años en adelante, entre los estudiantes üe musita y entre los que se definen como muy aficionados. Esta opinión, en cambio, ofrece un menor grado de aceptación entre los profesionales de la música; es más, un 30.0% de este colectivo califica la labor profesional de Jesús López Cobos de regular y un 10% de mala. Es, pues, necesario dislinguir la óptica de valoración desde la cual responden los profesionales, de la otra Óptica que, en general, abarca a los encuestados profesionales que tienen -actualidad' to lugar el metal, con una puntuación de 6.83. Las clasificaciones son buenas: dos secciones sobrepasan el notable, y las otras dos restantes se aproximan. Teniendo en cuenta el estado actual de la sección de cuerda (la que mayor número de vacantes tiene), la calificación que obtiene es alta. Si se segmentan los datos por la relación de los entrevistados con la música, la calificación de los profesionales a esta sección es más baja. La percusión, al contrario, ocupa el primer lugar, lo mismo entre los profesionales que entre los aficionados. No ha de chocar la calificación de este grupo, compuesto tradicionalmente en la O.N.E. por instrumentistas de buen nivel, desde los históricos Vicente o Puerto hasta Martín Porras, hace años excedente, y los más o menos nacidos de su escuela o conectados con ella, como Regoli, Anaya, el hoy ausenle Ivorra, Osa... La opinión sobre la calidad artística de la O.N.E. es mayor i tari amen te buena (72.6%), sobre todo entre los jóvenes, los aficionados y los estudianies. Calificación en verdad muy alta teniendo en cuenta las contestaciones a la cuestión posterior y algo sorprendente si se piensa que, por unas causas o por otras, la orquesta lleva varios años en permanente crisis, con oscilaciones, de la O N t ei Hitamente positiva para la aran sin acabar de enconirar su sitia No en La labor unoiica de López Cobos uljrenu- ¡os profesionales de la música, que ¡a cuest.ovano ha desarrollado en muchos casos mayoría de los encuatados, excepto para nan en un 40%. su afición a su sombra, incluso desde percusión, que obtiene una puntuación los tiempos del Monumental. De todas relación con la música, ya sea como aficionados o como estudiantes. No obs- de siete y medio (de 1 a 10, siendo I la formas, tampoco, hasia hace poco, han mínima y 10 la máxima). En segundo existido puntos de comparación. Mutante, a lo largo del informe habrá que lugar, se sitúa la madera, con un 7.05; chos guardan todavía en su memoria la considerar también la opinión de los esen el tercero, la cuerda (6.96); y el cuarimagen sonora de la Nacional de Artudiantes de música en función de su futuro profesional y de su preparación técnica. Siendo 1 la mínima puntuación y 10 la máxima, ¿cómo La actitud que ha tomado una parte calificarla Vd. cada una de laa siguientes seccionas da la de los músicos de la Orquesta frente al Orquesta según su calidad artfstlca7 Director está en parte justificada para RELACIÓN CON LA MÚSICA un 24.3% de la muestra. Los que tieTOTAL Profesional Estudiante % aficionado Aficionado NS'NC nen entre 18 y 44 años destacan sobre los mayores; por su relación con la múCuerda 6,96 6,58 6,82 6,90 7,07 8,00 sica, los profesionales se identifican Metal 6,83 7,41 6,38 6,63 6,92 8.00 más con la actitud de los músicos que Madera 7,05 7.42 6,73 6,97 5.00 7.16 los estudiantes o los aficionados. Si se Percusión 7,49 8.00 7,14 7,48 5,00 7,48 segmenta la muestra por recuerdo de voto, no se observan diferencias significativas entre los votantes de AP y ¿Qué opinión tiene Vd. de la calidad artística da la O.N.E.? PSOE. EDAD RELACIÓN CON LA M I S O SEXO Casi la mitad de los encuestados no 3044 €M »66 18-29 ProfeEstu- Muy afi- Aficiosabe o no contesta sobre esta cuestión, Hombre Mujer años años sional diante cionado nado años años sólo la décima parte cree que la actitud de los músicos está totalmente justifiTOTAL % % % % % % % % % % cada; la opinión contraria, la de aqueMuy buena.... 16,8 13,5 20,4 1 1 , 8 16,4 17.4 37,0 16.7 4.3 17,4 17.6 llos que en ningún modo la justificaría Buena 55,8 53,6 58,3 59,7 57.2 54.2 40,7 43.3 56.5 51.4 60.0 es de de un 16.8%. Regular 20.1 24,5 15,3 21,0 19,7 20.0 18,5 30.0 30.4 24.3 15.3 La orquesta por secciones Según la encuesta la sección de la Orquesta de mejor calidad artística es la Mala Muy mala NS/NC 2.6 0.2 4,4 3,4 0,0 5,1 1,9 0.5 3,7 2.5 0,0 5,0 5,3 0,0 1,3 0,6 0,6 7,1 0.0 0.0 3,7 10.0 0,0 0,0 4.3 0.0 4,3 2.1 0.7 4.2 Stherzo 9 2,0 0,0 5,1 octuoltdod ¿Cuál cree Vd. que sería la mejor solución, de las siguientes que le cito, para atajar los problemas que actualmente tiene la Orquesta Nacional? SEXO Hombre Disolución v creación de una nueva orquesta. NS/NC genta y de los primeros años de Friihbeck de Burgon. Pero el aficionado persigue lo mejor: a despecho de que eslima que la O.N.E. es, una agrupación buena, insistente, como se verá enseguida, en su reforma radical en busca de un soñado ideal. Necesidad de una reforma profunda Mujar +e jftw años años Profesional Estudiante Muy aficionado Afkáonado TOTAL % % % % % % % % % % 3,5 54.5 22,5 19.4 6,3 51.9 23.2 18.6 0,5 57.4 21.8 20,4 2,5 55.5 22,7 19,3 5,9 59.9 17,8 16,4 1.9 52,3 25,2 20,6 3,7 33.3 33,3 29,6 10.0 43.3 36,7 10,0 0,0 69,6 21,7 8,7 4.2 2.7 51,0 22,4 23,9 Más de la mitad de los encuestados afirma que hay que reformar profundamente la O.N.E. n relación con estos problemas de la E Orquesta, un 54.5% de entrevistados ellos (quizá pensando en su futuro proconsidera que la mejor solución es refesional) estima que deben tener cateformarla profundamente. Esta opinión goría de funcionarios. Lo que hay que es mayoritaria entre profesionales, es- destacar aquí principalmente es que los aficionados son partidarios de la contudiantes de música y aficionados. tratación libre. Seguidamente se van a tratar algunos de eslos problemas: la contratación de El 65.6% de los entrevistados estaría músicos, el tipo de dedicación que de- de acuerdo con que las vacantes existentes en la Orquesta fueran cubiertas be tener el Director de la Orquesta y la programación de las actividades mu- con músicos extranjeros. Esta opinión sicales. es mayoritario entre los aficionados; del La opinión mayorilaria (72.4%) es mismo modo que antes, una porción del que los músicos deben ser contratados colectivo de profesionales, seguida de libremente. Así piensan sobre lodo los los estudiantes, no sería partidaria a esmuy aficonados y los simplemente afi- ta medida. cionados; también los estudiantes y los Desde un punto de vista ideológico, profesionales, aunque una parte de los votantes de izquierda se muestran 10 Scherzo RELACIÓN CON LA MÚSICA EDAD 16-29 años 61.1 19,4 15,3 octuolidod más partidarios de la contratación libre que los conservadores. Está claro que para iniciar una posible reforma de la O.N.E. uno de los pasos inmediatos es el de revisar el status actual de sus componentes. La mayoría de los entrevistados no tienen rebozo en confesar (hasta un 78.5°7o en el caso de los más aficionados) que prefieren una orquesta no funcionarial y Opinan que la contratación de los profesores ha de ser libre. Es decir, que se propugna que no exista ningún tipo de corsés que cierren ia posibilidad de contar con músicos idóneos que ayuden a ¿Sena Vd. partidario de la contratación de músicos extranjeros para cubrir las vacantes existentes actualmente en la Orquesta? RELACIÓN CON LA MÚSICA Si No NS/NC luy aficionado Aficionad Profesional Estudiante TOTAL % % % % 65,6 32,5 56.7 43,3 60,9 34,8 72,2 26,4 63,5 34,1 2,0 0,0 4,3 1.4 2,4 mejorar el nivel de la formación. Lo que ha de extenderse al factor conectado con el origen: al instrumentista de cali- dad hay que buscarlo, y contratarlo, allá donde esté, con independencia de su nacionalidad. No estima la mayoría Scherzo II actualidad- de eneuesiados (un 65.6% nada menos) la necesidad de que los integrantes de la orquesta hayan de ser forzosamente españoles. Ni se establece ningún tipo de porcentajes (aunque habría que suponer que a igualdad de méritos y condiciones, el nacional saldría adelante antes que el foráneo). Los ejemplos de algunas otras formaciones españolas, en cuyo seno hay una proporción alta de extranjeros y cuya calidad ha aumeniadQ en los últimos años, habrán influido sin duda en la apreciación. Tampoco se debe de haber pensado, se establecen en otros países de mayor tradición y nivel musical cortapisas funcionariales y de nacionalidad. Sucede sin embargo, que aquí la necesidad de importar músicos preparados y sólidos es mayor; el lamentable estado de la educación, la En relación con los músicos de la Orquesta Nacional, ¿con cual de esta* afirmaciones estaría Vd. de acuerdo? RELACIÓN CON LA MÚSICA Los músicos deben ser funcionarios Los músicos deben ser contratados libremente.. NS/NC Profesional Estudiante TOTAL % % % % 17,4 30.0 21,7 13.9 17,6 72,4 10.2 63,3 6,7 69.6 8.7 78,5 7,6 70,2 12.2 falta de una infraestructura adecuada en el campo de las enseñanzas musicales es la causa fundamental. Y estas cosas, a lo que parece, !a mayoría de los aficionados las sabe; y las siente. iluy aficionado Aficionada ¿Qué tipo de dedicación cree Vd. que debe tener el nuevo Director de la Orquesta Nacional? TOTAL % Dedicación completa Dedicación parcial NS/NC 66,0 29,4 4,6 El nuevo director de la Orquesta Nacional, ¿prefiere Vd. que sea espaAol o extranjero? TOTAL % Español Extranjero NS/NC El 72,4% de los encuestados piensa que los músicos deben ser contratados libremente 12 Scherzo 64,0 6,8 29,1 La programación de las actividades musicales de la Orquesta debe depender de la Dirección Artística y de la Junta de Programación. Con esta solución colegiada está de acuerdo el 61.6% de los encuestados. Gran parte de las críticas dirigidas contra Jesús López Cobos han ido en este sentido, ya que los músicos le han acusado de excesivo protagonismo, si no de «despotismo». Aunque esta opinión es mayoritaria en todos ios sectores de la muestra, hay que destacar a los profesionales y a los estudiantes, que prefieren una solución colegiada a que la programación dependa de al Dirección Artística o de la Junta. Uno de los problemas fundamentales de la O.N.E. es el de la función de la Dirección Artística. Las mayores críticas que se le han hecho a Jesús López Cobos han partido de este punto. La mayor parte de los encuestados, desde los profesionales hasta los aficionados, consideran que la dedicación del nuevo Director tiene que ser completa. Además, es preferible en un 64.0% de la muestra, que el nuevo Director sea español (los estudiantes de música son los más radicales a este respecto). Parece que esa mayoría que postula por que el director sea español está, sobre todo, expresando un deseo (no con- -octuolidod En su opinión, ¿considera Vd. que la programación de las actividades musicales de la Orquesta debe depender...? Sólo de la dirección artística Dirección artística y junta programación Sólo de la junta de programación NS/NC creíado, sin embargo, por lo que se refiere a los instrumentistas). Es significativo que un 20.0% de profesionales apoyen la elección de un extranjero, quizá conscientes de que, de acuerdo con la experiencia y por distintos motivos, la labor de los directores titulares hispanos no ha dado casi nunca los frutos apetecidos. Posibles titulares Sobre qué director español ha de ser el adecuado para dirigir la Orquesta, hay que destacar en primer lugar que la mayoría de entrevistados no sabe o no contesta. Después, que el nombre más citado es el de Jesús López Cobos (18.8%), seguido de Rafael Frühbeck, Miguel Ángel Gómez Martínez, Antoni Ros Marba y Víctor Pablo Pérez. Algunos directores bastante conocidos, como Odón Alonso, tienen porcentajes mínimos, otros directores importantes, como Arturo Tamayo, García Navarro, Edmon Colomer a José Collado, ni siquiera son nombrados. Es explicable que se mencione en primer lugar el nombre de López Cobos. Su calidad, mayor o menor, como director nunca se ha negado aunque si, a lo largo del articulo publicado en EL PAÍS, se haya puesio en entredicho su concreta labor como litular o director artístico y se le haya criticado, directa Ll 61% de los emueslados está de acuerdo en que la programación de la O.,Y£. se haga colegiadamente entre la Dirección Artística y la Junta de Programación. o indirectamente, su falta de dedicación, su política de contratación o de programación. Esto último queda muy claro en el cuadro correspondiente, que revela que existe un muy alto porcentaje de encuestados que propone una actuación colegiala. La cita de otros nombres es relativamente significativa —en particular cuando hay un 41.9% que no da ninguno—. En estos casos los encuestados suelen mencionar muchas veces e! primero que se les ocurre o tienen más fresco en la memoria. De ahí que, como se apunta, ni siquiera aparezcan directores españoles de indudable prestigio y formación. Entre los directores extranjeros que se consideran adecuados para dirigir la Orquesta, se citan los nombres, por este orden, de Herbet Von Karajan, Zubin Mehia, Lorin Maazel, Claudio Abbado, Bernstein, Barenboim y otros cuyos porcentajes de aceptación son mínimos. Aquí valdría gran parte de lo dicho más arriba respecio a los españoles. Es impensable que la mayoría de los citados pueda acceder al podio de la ¿Podría vd. decirme el nombre de un director español que considere Vd. adecuado para dirigir la Orquesta Nacional? RELACIÓN CON LA MÚSICA Jesús López Cobos Antón i Ros Marba Rafael Frühbeck Gómez Martínez V. Pablo Pérez Luis de Pablo García Asen si o Antón García Abril Cristóbal Halffter Otros NS/NC fluy aficionado Aficionado Profesional Estudiante TOTAL % % % % 18,8 7,7 9.9 7,9 6,4 1,5 0,4 1,5 0,2 0,4 3,0 41.9 6.7 13.3 10,0 13,3 10,0 0.0 0,0 3,3 0,0 3,3 6,7 33,3 13,0 8.7 0,0 8.7 17.4 0.0 0,0 0.0 0.0 0,0 8,7 43,5 25.0 6,9 12,5 11,8 3.5 2.1 1,4 0.7 0.0 0,0 3.5 32,6 17,3 7,5 9.0 5.1 6.7 1.6 0,0 2.0 0,4 0,4 2,0 48,2 Scherzo 13 octuolidod O.N.E., y no ya por cuestión de dinero. Sin embargo, soñar siempre es nilo. No es raro que —con abstención del 55.6/— los más dos sean Karajan, el director más famoso, el auténtico mito para cualquier aficionado grande o pequeño, a pesar de su provecta edad, y Mehta o Mazzel, estrellas refulgentes del actual firmamento que, casualmente, acaban de visitar Madrid al frente de la Filarmónica de Nueva York y Filarmónica de Berlín, respectivamente. La reventa de las entradas Ot' tro problema es el de la reventa de las entradas, que incide directamente en el público. La medida que se considera más acertada para acabar con esia situación es que la Administración se responsabilice y busque una solución legal. Así opinan más de la mitad de entre- ¿Podría Vd. decirme el nombre de un director extranjero que considere adecuado para dirigir la Orquesta Nacional? TOTAL Maazel Herbert von Karajan Leonard Bernstein Zubin Mehta Claudio Abbado Daniel Barenboim Cario María Giulíni George Solti Andre Previn Otros NS/NC 7.1 9.3 2,0 9,3 3.8 2.0 2,0 0,9 0,2 7.9 S5.6 consecuencias de un estado de cosas intrínsecamente injusto. Las calificaciones de distintos aspectos del nuevo Auditorio Nacional, de 1 a 10, da unas puntuaciones altas. La acústica alcanza el sobresaliente; en esta apreciación coinciden los más cualificados,(profesionales y estudiantes) y los aficionados. En el segundo lugar, se sitúa la funcionalidad, que obtiene una puntuación de 8.29. Le siguen la comodidad (7.99) y la eficacia de los distintos servicios del Auditorio (taquillas, personal, etc.), con una puntuación de 7.70. ¿Cuál de las siguientes medidas considera Vd. más acertadas para acabar con el problema de la reventa de entradas? TOTAL /MÍ'" 1 vistados; otras alternativas para solucio- * nar el problema (reducción del número de abonos y !a posibilidad de adquirir las entradas, además de en taquilla, por correo, teléfono o tarjetas de crédito), no alcanzan porcentajes significativos. Debe considerarse que las soluciones, relativas algunas, apuntadas no se excluyen entre sí, sino que son complementarias. Suponiendo que se pudiera arbitrar una solución legal —para lo que probablemente tendría que inveitir los despropósitos que, de acuerdo con el /uí naiuralis y con lo que se deduce de una lectura del espíritu de la Constitución, se producen en orden a la adquisición de localidades, el que éV tas pudieran obtenerse de un modo o de otro, con una facilidades o con otras, con limitación o sin ella, completaría las bases de una situación nueva y deseada. Aquí, y es lógico, la postura de los encuestados no admite duda. La mayoría han sufrido en sus propias carnes las 14 Scherzo Adquirir entradas: taquilla, correo, teléfono Reducir número de abonos Que la Administración se responsabilice y busque una solución legal NS/NC 24,7 10.6 Muchos de los conciertos de Wilhelm Furlwangler han sido grabados constituyendo de este rnodo un mitagroso patrimonio de su irte. Desgraciadamente muchos de ellos han sido editados con frecuencia ciandestinamente, en perjuicio de la calidad original de ts grabaciones y sin que la técnica pueda respetar la interpretación artística. Siempre he deseado que cese esta traición musical: '•stoy feliz por la edición por parte de RODOLPHE PRODUCTIONS de los grandes momentos «Uve» de mi marido, en condiciones artísiicas y técnicas irreprochables lo más próxima cuanto es posible a las Interpretaciones originales. MOZART X ) N GIOVANNI / LE NOZZE DI FÍGARO/DIEZAUBERFLÓTE FURTWANGLRR MOZART/FURTWANGLER. 3 Operas completas Don G¡ovanni Cesare Siepi Elisab Grúmmer Antón Dermota Elisab. Schwarzkopt RPC 32527 30 CD WEBER/FURTWANGLER Le Nozze di Fígaro Paul Schoffer Elisab Schwarzkopf Erích Kunz Irmgard Seetried Die Zau be rilóte Josef Greindl Antón Dermola Irmgard Seetried Erich Kunz Der Freiachütz Eüsabeth Grümmer, Rita Streich, Kurt Bóhme. Claus Clausen, Coros del "Wiener Staatsoper", 'Wiener Ph¡íharmóniker". Director. Wilhelm Furtwángler. RPC 32519.20 CD Con el sistema monoaural RODOLPHE consigue doblar la duración del CD sin pérdida de la calidad técnica de la grabación original consiguiendo una sorprendente mejora en la calidad sonora por su claridad, manteniendo el ambiente teatral, y aproxima al aficionado estas magníficas, generalmente míticas, producciones a un precio más asequible. Producciones aparecidas WAGNER I PARSIFAL O r n a n KRAL'SS - Bavytulh BJJ DONIZZETTI LUCIA DE LAMMERMOOR María Callas; Giuseppe di Stefano. Herbert von Kara^an, director Coros del "Teatro alia Scala di Milano" Rias Sinfonie Orchester RPC CD 232518 BEETHOVEN/FURTWANGLER FIDELIO Opera en 2 actos de J. Sonnleithner y G F TreitSChke Alfred Poell. Otto Edelmann, W Wmdgassen, Martha MÓdl Coros de "Wiener Staatsoper", "Wiener Ph i I h armón iker" Director, Wilhelm Furtwángler RPC 32494 CD PUCCINI LA BOHEME Mirella Freni; Gianni Raimondi, Rolando Panerai. Herbert von Karaían, director Coros y Orquesta del Estado de Viena RPC CD 32512 en CD's monoaura! larga duración. WAGNER PARSIFAL George London; Josef Greindl; Ludwig Weber; Ramón Vinay. Hermann Uhde;Martha Módl Coros y Orquesta del Festival de Bayreuth Director, Clemens Krauss RPC 32516.17 CD WAGNER EL BUQUE FANTASMA Hans HoOer; Georg Hann, V. Ursuleac, Louise Willer, Karl Ostertag Coros y Orquesta del "Staalsoper Münclien" Director. Clemens Krauss RPC CD 32515 WAGNER EL ANILLO DE LOS N1BELUNGOS Wollgang Windgassen, Hans Hotter; Astrid Varnay Director, Clemens Krauss RPC CD 32503 9 actualidad Los conciertos de la Autónoma Desde el pasado 5 de noviembre y hasta el próximo 16 de mayo se extiende el ciclo de conciertos organizado por la Universidad Autónoma de Madrid bajo el título Grandes Autores e Intérpretes de la Música, que esta temporada alcanza su decimosexta edición. Aparte de otros valores, como el muy evidente de enriquecer la vida musical madrileña, estas series cuentan en su historial con el transcendente hecho de haber puesto a miles de universitarios en contacto con la música. Al parecer este número de SCHERZO ya han tenido lugar la sesión de la Filarmónica Eslovaca y las dos veladas de los London Virtuosi. Quedan por celebrar conciertos corales, sinfónicos y de cámara. Como es habitual, las orquestas de cámara ocupan un lugar destacado en la programación. Una interesante selección de música religiosa rusa (con la inclusión del italiano Sarti, que también trabajó en Rusia), de Tchaikovsky a Schnitke, nos ofrecerá el Coro de Moscú. El Coro de la Filarmónica Checa, por su parte, ha escogido a Palestrina y Bach. El estupendo conjunto La Chapelle Royale de París, que ya ha actuado en los conciertos de la Autónoma, protagonizará uno de los momentos culminantes del ciclo con su monográfico Victoria. Krzysztof Penderecki, un músico muy ligado a la Universidad Autónoma de Madrid —fue nombrado Doctor honohs causa y ha intervenido ya en estas temporadas—, dirigirá a la Orquesta de la Radiodifusión del Norte de Alemania en un programa aún no conocido, pero que con seguridad incluirá obras suyas. La Orquesta de Cámara de la Filarmónica de Berlín, que tocará en dos ocasiones, se ha decantado por el eclecticismo, al haber seleccionado obras barrocas, románticas y de nuestro siglo. Más unidad tienen las sesiones de formaciones que no suelen faltar en los ciclos de la aulónoma: conciertos Bartok y Haendel de la Orquesta de Cámara de Franz Liszt de Budapest, tres jornadas Bach de la Orquesta de Cámara de Suttgarl con Munchinger, y atención al barroco italiano y a Vivaldi en los tres días de 1 Musici. Está sin precisar el contenido del programa de la Orquesta de Cámara de Noruega, sesión que tendrá a Rostropovitch como su baza más importante. Narciso Yepes y el Cuarteto Enesco, finalmente, homenajearán a Carlos III con la interpretación de Quíntelos de Boccherini en un concierto que conmemora los veinte primeros años de vida de la Autónoma. Como se ve, una programación que no carece de interés, con convocatorias de importancia, pero también notablemente convencional. 16 Scherzo En la muerte de Antal Dorati on Antal Dorati, fallecido hace pocos días en Suiza, desaparece un testigo importante de la mú sica de este siglo; un hombre que llevaba denlro mucha historia y que no paró, en toda su larga existencia y desde su niñez —era hijo de músicos—, de hacer cosas relacionadas con el arte de los sonidos: componer, arreglar, enseñar, dirigir, tocar... Había nacido en Budapest —Hungría, cuna de grandes directores— el 9 de abril de 1906. Tuvo entre sus maestros nada menos que a Bartók y a Kodály y de ellos bebió abundantemente constituyéndose en tre el 66 > el 74 en Estocolmo, con la Filarmónica. Pasa luego a hacerse cargo de la dirección de la Nacional de Washington, de la Royal Philharmonic de Londres y, por último, de la Sinfónica de Detroit, a la que abandona en 1981. Dorati ha sido, qué duda cabe, uno de los directores más activos de la centuria. Estaba en todas partes, se apuntaba a todos los proyectos. Poseía un inmenso repertorio (favorecido por una gran memoria) que le condujo a grabar en torno a los 500 discos con música de cualquier época. Es famoso su integral de las sinfonías de Haydn, autor de quien ha registrado igualmente casi todas las óperas. Trabajó en estas sesiones con la Philharmonia Hungarica y con la Orquesta de Cámara de Lausana. No vale la pena detenerse, porque ello ocuparía un espacio del que no disponemos, en detallar sus trabajos para el disco. Baste decir que lo grabó casi todo, hasta una ópera como La Dueña de Gerhard, del que estrenó el Concierto para orquesta, o sinfonías de Berwald y Blomdahl. Mercury, Philips o Decca, entre otras casas, lo tienen en su catálogo. La imagen del director húngaro en el podio era muy peculiar: piernas separadas, en permanente y nervioso movimiento, brazos abiertos, batuta móvil, dibujando extraños e indescifrables arabescos... La música fluía de él con natural facilidad, aunque no siempre su mensaje —raras veces profundo— fuera entendido por los instrumentistas. Más Anta! Dorali intuitivo que racional, muy directo y counos de sus principales intérpretes, en municalivo (para el público), por lo común sus texturas eran claras y su especial del segundo. Dio varias primeras audiciones de colorido orquestal brillante. Su tempi, Stravinsky en Hungría. En 192S la en- vivos a veces en exceso, dotaban de eleccontramos en Dresde como asistente de tricidad a cualquiera de sus versiones y Fritz Busch. Inicia luego una extensa les daban un aire ligero no exento de carrera internacional que no se deten- sensualidad. dría prácticamente hasta su muerte y En Madrid Dorali ofreció, en los meque le lleva sucesivamente a Múnster, jores tiempos de la Nacional, algún Monte-Cario (con los Ballets Rusos), atractivo concierto, con su mujer, la piaNueva York (como titular del American nista Use von Alpenheim, de habitual Ballet Theatre y de la New York Opera compañera. Recordemos alguna sinfoCompany), Dallas (al frente de la Sin- nía de Dvorak, una curiosa e inesperafónica)... Su esplendor y máximo reco- da Sexta de Mahler y una excitante nocimiento vendría a partir de aquí, Séptima de Beethoven, que años dessobre todo desde que accede a la titu- pués dirigiría también a la Sinfónica de laridad de la Sinfónica de Minneapo- Detroit. Visitó España igualmente con lis, con la que graba, de 1949 a 1960, otras orquestas, la del Concertgebouw la cabeza (tres conciertos de calidad más de 100 discos. Entre 1963 y 1967 avariable). lo hallamos en Londres con la BBC, en- C actualidad Festival de Canarias: de cara al futuro El Festival de Canarias cumple en 1989 su quinta convocatoria, buena oportunidad para realizar un rápido balance y esbozar los proyectos que la organización tiene en mente. Tengamos en cuenta que al crearse el evento en 1985, con el apoyo decisivo del entonces presidente de la comunidad autónoma, Jerónimo Saavedra, conocido aficionado a la música, no se coniaba en las islas con una infraestructura satisfactoria, problema no resuelto todavía en la actualidad. Un hecho determinante de la actuación del Festival ha venido siendo la necesidad de atender tanto a Las Palmas de Gran Canaria como a Santa Cru¿ de Tenerife, lo que ha dado a la manifestación una naturaleza en este sentido doble. El Festival ha debido cubrir un vacio de muchos años con su actividad programad ora. En otro número de SCHERZO (n.° 26, p. 12) realizábamos algunas valoraciones respecto al repertorio manejado en Canarias, valoraciones que matizamos ahora. Naturalmente, la situación no es la misma en Madrid o Barcelona, donde ciertas obras se escuchan hasta la saciedad, que en las ciudades de las islas. Aquí aún están por escucharse obras básicas de compositores muy significativos. Así, la dirección del Festival está empeñada en ofrecer audiciones de los ciclos completos de las sinfonías de Mahler y de líruckner. Del primero se han oído ya 2, ", Canción de la Tierra, canciones, 9. ", 7. ", 5. ', I."; del segundo la 7. °. En el Festival de 1989 están previstas la 4.' y los Kindertoienlieder de Mahler y 4." y 8. " de Bruckner. Han pasado por el Festival muchas orquestas de importancia: Filarmónica de Israel. Sinfónica NDR de Hamburgo, Filarmónica de Estocolmo, London Philharmonic, Filarmónica de Moscú, Filarmónica Checa, Gewandhaus de Leipzig, Sinfónica de Bamberg. A estas formaciones se las contrata específicamente para e¡ evento y se recurre a las orquestas en gira sólo parcialmente. Como es sabido, la Sinfónica de Londres liene la entidad de conjunto residente en el Festival. Dentro de las previsiones para 1990 figura la vuelta de la Sinfónica londinense, con su titular, Tilson Thomas al frente, en un programa de música americana y obras de Brahms y Schoenberg. La Nacional Francesa, con Maazel, hará dos programas de músi- I uclav Seumann vulneró en IWUcurt la I cícera de Mahler. ca francesa. La Orquesta Nacional de la URSS, que será dirigida por Svellanov, contará, si todo se confirma, con un solista de excepción: Svjatoslav Richter. Prosiguiendo con las interpretaciones mahlerianas, la Filarmónica Checa, con Neumann, visitará b¡anualmente el Festival. Otros proyectos, a más largo plazo, incluyen la participación de la Academy of Ancient Music y Hogwood, que en principio interpretarán el Réquiem de Mozart, en 1991, año del bicentenario de ¡a muerte del compositor. A partir de 1990 se desea incidir en una política de encargo de obras. Para 1992 el compositor Falcón Sanabria estrenará una obra sinfónico-cora. Este mismo protagoniza el primer disco —listo para ser distribuido— en el que José Ramón Encinar dirige a la Sinfónica de Londres. Continuando con el apoyo a las orquestas de las islas —a las que se hace actuar junto a renombrados solistas—, existe la posibilidad de crear una Filarmónica de Canarias con los instrumentistas de la Sinfónica de Tenerife y la Filarmónica de Gran Canaria. La recuperación del fesrival paralelo en 1990, que hará llegar la música de cámara a todas las islas, es una importante novedad. Teniendo en cuenta el presupuesto de 260 millones de pesetas, debe reconocerse que se despliega una notable actividad. Adiós a Pilar Yzaguirre Será, suponemos, un adiós momentáneo porque el hecho de que la emprendedora e inquieta organizadora madrileña se haya despedido del Festival de Otoño de la Comunidad de Madrid no querrá decir que deja por completo sus actividades. De seguro que muy pronto la veremos conectada con alguna otra; es normal que en su mente bullan constantemente proyectos. Quizá sea aún pronto para hacer un repaso analítico y critico de su, en todo caso, entusiasta labor a lo largo de cinco años al frente del certamen. El balance luego, es importante, los logros, indudables, aunque la mediaiización, los pies forzados, las limitaciones administrativas en materia de contratación hayan actuado en contra y aunque a los planteamientos organizativos les haya faltado, en lo musical, ciertas dosis de equilibrio, novedad o decisión. F_) Festival, de todas formas, está cumpliendo los fines —quizá políticos antes que arrísticos— para los que fue creado, y en mayor medida desde que Ramón Espinar está al frente de la cultura de la Comunidad. El dio voto de confianza a Yzaguirre en una época delicada y reforzó su autoridad, afirmando por otro lado la solvencia económica de la organización. Las cuentas de la edición que acaba de cerrarse se han presentado ya. No es ninguna tontería el coste total de la muestra, algo superior al previsto: 285 millones de ptas., repartidas, claro, entre música, teatro y danza. A la Comunidad, sin embargo, le toca pagar menos dinero, ya que en taquillas se han recaudado 38 millones y medio y a los patrocinadores, con Amper a la cabeza, se le han sacado 55 y medio. Uno de estos sponsor, la firma alemana Bosch, subvencionó gran parte de los muchos que costó la visita de la Filarmónica de Berlín con Maazel. Según los datos facilitados a la prensa, el número de espectadores que han asistido a esta quinta edición, excluyendo espectáculos como Carmen, Carmen, Ay Carmela y los conciertos de carillones de El Escorial, ha sido de 59.036: es decir, un 81,3%. En Madrid la asistencia se cifra en un 83%. El Festival, por lo tanto, sigue. Habrá que esperar ahora el nombramiento del nuevo director. No es un puesto fácil. Scherzo 17 SERIE DE CASSETTES A PRECIO ESPECIAL -—lila -^Ct-o— BRAHMS DOUBLE CONCERTÓ' DOPPEIKONZERT SCUl'MANN PIANO CONCERTÓ COL' MBIA SWPIIOM ORCHE5TRA BRAHMS PIANO CONCERTÓ NO.l.Op 15 LAZAR BERMAN PIANO HR1CH LEINSDORF HAYDN: BEETHOVEN: SYMFHONYNO.l.OP. :i SYMPHONY SO.2. OP. Mi NS^ I «ÍV N ^5^( SYMPHONY NO. 88 SYMPHONY NO. 100. •M1LJTARY" Xii I 'MPU STMPHflNV OBÍ3-ÍF5TE A COLÍ.MW». 'YMPH1WVORCHESTR* Bruno Walter Bruno Walter MYT44771 MAHLER SYMPHONY NC.4 iHE iXEVELANn OBCHESTRA JUDITH RASIÓN SOPRAW GEORGESZELL N4OZART SYMPHONY SO.35. K.ÍB5 H^HFNER" SYMPHONY NO.W.K.54J CULLMBIA bVMPHÜNY ORCHESTRA BRLfiO WALTER SAINT-SAENS ORGAN" SYMPHONy NO. i LEONARD RAVER ORGAN NEW'YORK ri!!L(iAR.UONIL LEONARD BERNSTEIN SHOSTAKOVICH: SYMPHOKYNO rHli.HABJK.Nli Leonard Bernslein P 9 -^^° MYT44713 SIBEL1US SYMPHOMYNO.5 POHJOLA'S DAUGHTER MYT44720 MYT44778 MYT447I6 MYT44770 WAGNER MI.^1C FROM "THE RING' 1 THE MYT44769 ^ octuolidod Cuando el piano nos habla Entrevista con Krystian /¡merman K RlSTIAN ZIMERMAN.—Mi padre es un buen instrumentista, y se llevó un primer premio en 1956. Pero después de la guerra era muy difícil para un músico de clásica ganarse la vida en Polonia y tuvo que ponerse a tocar en re si aura mes, como el padre de Vladimir Ashkenazy. El me dio las primeras lecciones de piano cuando yo tenía cinco años. También me enseñó composición, lo que me permitió escribir piezas breves. En casa había una alfombra que tenía —y esto es algo que no tiene nads que ver con la música— un adorno, y este adorno consistía en cinco líneas: sobre esas líneas escribía yo mi música... Un día, cuando tenia seis años y medio, mi padre mandó que me hicieran una foto, y cuando gané el Concurso Chopin el fotógrafo vino a traerme aquel documento de 1963. Yo escribía variaciones y mazurkas. Hasta he llegado a tocarlas, en aquella época, para la televisión polaca. SCHERZO.—Su padre dejó de darle clases y te puso un profesor. K.Z.—El señor Yashinsky enseñaba en el Conservatorio de Cracovia. Era un joven de veinticinco años. Acababan de nombrarle y yo era su primer alumno. Me obligaba a hacer un montón de cosas, S.—¿Lo había elegido su padre deliberadamente? K.Z.—Había pedido consejo a la señora Markevich, que en aquel tiempo era una profesora muy prestigiosa, y fue ella quien le habló de un brillante alumno suyo que acababa de ganar un concurso y había terminado sus estudios en Francia. S.—¿Cómo enseñaba? K.Z.—No era dogmático, dejaba que el alumno tocara lo que deseaba tocar. Fue así como llegué a encontrarme muy pronKrystian Zimerman FOTO: D.ü. to delante de partituras bástanle difíciles. Me gustaban tanto que me costaba menos trabajar con ellas que si me hubieran obligado a perder el tiempo y la energía tocos años han bastado al polaco Krystian Zimerman para colocarse con piezas para niños. Y asi me puse a toconciertos de Rachmaninov. De esta a la cabeza del ranking pianístico de la actualidad junto con otros cuatro car manera he aprendido mucho más que si o cinco instrumentistas de excepción como él. A los 32, cumplidos por me hubiera dado de bofetadas con los tíestas fechas, es ya considerado por muchos como un auténtico maestro. picos ejercicios. Impulsado —como Pollini o como Pogorelich (éste precisamente por no S.— ^' -eñor Yashinsky tenía ideas inp s en cuanto a la técnica, ¿no ganarlo)— por el galardón más famoso de la especialidad, el Premio Cho-irans' pin de Varsovia, en 1975, ha desarrollado luego una carrera seria, selecti:,./..—La señora Markevich había estuva, de espaldas muchas veces a la galería, tocando poco, estudiando diado en Berlín anees de la guerra cuanincansablemente, grabando lo imprescindible. Personalidad introvertida, do ."."•,. i vivía allí. Se encontró junto a afectiva, profunda, el artista, triunfador en Madrid en varias ocasiones alumne. de Liszt y de Egon Prcti, y deun icnomenal virtuosismo. Des—con la Filarmónica de Viena y Bernstein en 1984, en recital de este año—,sarregló pués se tue a estudiar con Magda viene por derecho propio a nuestras páginas a través de esta entrevista. Tagliaferro, y con ella tuvo la revelación En ella, respondiendo prontamente, con agudeza y rigor, nos ofrece al- del toque francés. Yashinsky, a su vez, había heredado las virtudes de las escuelas gunas interesantes opiones en torno a su mundo, a su técnica y a su a1 e alemana y francesa. y toca un aspecto frecuentemente marginado en este tipo de conversacioS.—¿Le gusta a usted Conot? nes: el de la personalidad, casi humana, de los instrumentos. Muy pronK.Z --¡Lo adoro! Tenia una sonoridad to, al inicio del Festival de Canarias, el público español podrá tomar de delicada, refinada. Hay que tener en cuennuevo contacto con él. En esta oportunidad «El Emperador» será la obra ta t)Li- los pianos de su época tenían un más quedo y suave. ¿Sabía usted situada en los atriles. Con él actuarán la Orquesta Sinfónica de Tenerife sonido que Chopin locaba a veces con tal suaviy Víctor Pablo Pérez. dad en los salones donde actuaba que apeScherzo 19 actuolidod ñas podía oírsele en la quinta fila? Listz era lodo lo contrario, un auténtico león del piano, completamente distinto a los pianistas franceses... Una vez escuché una grabación del Concierto en fa menor de Chopin por Corlot, con Barbirolli, y me pregunté por qué los músicos de hoy en día se han alejado tanto de esa manera de tocar. Creo que todo cambió con la modernización de las técnicas de grabación. Los músicos han podido escuchar, durante las sesiones, los errores que cometían, y se han puesto a estudiar más: hasta el punto de que hoy dia es difícil oírle a un solista una nota equivocada. Si Cortot entrara hoy en un estudio de grabación se pondría a trabajar inmediatamente en detrimento de su manera de locar. Seria, por desgracia, el momento en que se perdería la música, ya que a menudo se alcanza la perfección técnica en detrimento de la música. S.—¿Qué piensa usted de sus grabaciones? K.Z.—No he puesto los pies en un es20 Scherzo tudio desde hace cuatro años, porque las sesiones me distraen de mi trabajo, obstaculizan mi desarrollo. No me gusta ninguna de mis grabaciones. Cuando vienen los espectadores a mi camerino después de un concierto y me preguntan qué grabación mía deberían comprarse, les aconsejo que las de... Rubinstein. S.—¿7o/ vez porque él si daba notas equivocadas? K.Z.—¡Por supuesto que las daba! Pera tocaba maravillosamente, según le pedia el corazón. Yo le visité a menudo en Suiza en los ocho últimos- años de su vida. No puedo decir que éramos amigos, ya que él se encontraba muy por encima de mi, pero nos apreciábamos mucho. Se pasaba horas habiéndome de artistas de ios que yo no conocía sino la leyenda, y que él había tratado en la intimidad, como, por ejemplo, Szymanowski. S,~Su carrera es muy diferente de la de Rubinstein, ya Que usted se niega a dar demasiados conciertos. K.Z.—Es cierto. Desde que gané el Premio Chopin mi única preocupación ha si- do la de limitai la expansión de mi carrera. Una gran carrera se parece a un pantalón demasiado ancho, hay que tirar de él a cada momento. Y aún doy demasiados conciertos, aunque pueda considerarse, en relación con las pautas habituales, que veinticinco apariciones en escena duran"te este año es más bien poco. S.—¿Le basta a usted con eso para vivir? K.Z.—Mi mujer y yo hemos nacido en familias polacas tan modestas, que la vida que llevamos hoy, nos parece realmente lujosa. S.—¿Cómo utiliza su tiempo libre? K.Z.—La música no es mi oficio, es mi amot... Después de haber seguido cuidadosamente la prensa internacional durante ocho años, me he suscrito a veintidós publicaciones de Suiza, Alemania, Estados Unidos. Me interesa la psicología, la hipnosis, la electrónica, la medicina, la arquitectura, la política, la filosofía... Me causa estupor comprobar hasta qué punto está limitada la vida de los músicos de hoy. Los músicos parecen desear, apasio- • actualidad iradamente, que los reconozcan por la calle, algo que yo detesto especialmente. No aguanto que la gente sepa quién soy. Por esta razón he dejado de salir en televisión, y también porque en este medio el sonido es abominable. S.—¿Podría usted hablar de la educación musical en Polonia? K.Z.—Entre nosotros los estudios musicales no se limitan a la posesión técnica del instrumento. He podido darme cuenta de que en Francia los músicos no recibían educación musical alguna. En el Conservatorio de Cracovia se estudian dieciséis materias: idiomas extranjeros, geografía, historia, literatura, biología, armonía, instrumentación, trabajo de orquesta, canto coral, fuga, contrapunto, folklore, musicología, etc. Cuando era estudiante me levantaba a las cinco para tomar el tren. Llegaba a eso de las seis al Conservatorio y trabajaba sólo con el órgano, ¡que sólo estaba libre a esas horas! A continuación todos los minutos estaban ocupados hasta la tarde, en que era habitual que nos llevaran a un concierto. A menudo me acostaba entre las once y las doce de la noche. Estuve así cinco años. El gran maestre de esta febril actividad era el señor Varikevich, el director, que de pequeño me daba mucho miedo, y al que ahora he vuelto a ver para darme cuenta de cuánto le debo. S.—¿Qué hizo usted después de ganar el Premio Chopin? K.Z.—Me fui a Londres con mi mujer —nos conocemos desde muy niños— y durante catorce meses no hicimos otra cosa que ir al leatro y estudiar inglés. Yo me compré todos los discos que siempre había soñado. Debo tener unos seis mil. ¡Y no sólo de música clásica y de piano! S.—¿Realiza usted su propia edición de Bach, Beeihoven o Mozan? K.Z.—No, hay pianistas que hacen eso con mucho talento, como es el caso de Paul Badura-Skoda con Chopin. Por mi parte, consulto muy a menudo los facsímiles. S.—Dicen que es usted un entendido en materia de factura del instrumento. K.Z.—Es que en Polonia no teníamos dinero suficiente para llamar a un técnico cada vez que se estropeaba el piano. Así que, en el Conservatorio, habia gente que era capaz de hacerse el piano por su cuenta. A mí me gustaba verles trabajar. Este tipo de saber está desapareciendo hoy día, pero yo sé todavía montar y desmontar un piano. S.—¿Comparte usied el punto de vista de Michetangeli, que sólo toca en su instrumento? K.Z.—Le comprendo perfectamente. Es uno de los más grandes músicos de nuestro tiempo. A menudo me digo que si me contratara como técnico de pianos no anularía tantos conciertos. En lo que a mí respecta, siempre ajusto los pianos en los que voy a tocar. Y es que hay obras que no requieren un piano excepcional, pero hay otras que sí. Por ejemplo, yo he tocado la Sonata en si bemol de Chopin en cincuenta instrumentos diferentes, y no he encontrado el que le convenía de verdad a la obra. El final de esta sonata es imposible de tocar en un piano moderno, porque Chopin escribió legato y pianissimo. Esto debe de producir un efecto de «viento que sopla sobre las tumbas». ¿Cómo traducir esta atmósfera en un piano de sonido limpio, fuerte, preciso...? Un día me encontré con Arturo Benedetti-Michelangeli en un avión. Hablamos sobre piano. El trabaja con habrini, que sabe interpretar cada deseo suyo. Por mi parte, yo colaboro con varios técnicos afinadores suizos, pero para una obra como el Segundo Concierto de Brahms, que he interpretado con Bernstein en Viena, lo he hecho todo yo mismo. Encontré un instrumento en Hamburgo y lo mandé a Viena. Intenté ajustarlo en la medida de lo posible a las características propias del piano en el que yo había trabajado la obra. ¡Qué distintos son unos pianos de otros! Esto trae a los técnicos por la calle de la amargura. Llega un solista y les pide determinado sonido; a los dos días llega otro y les pide el sonido contrario en el mismo instrumento. En mi opinión, hay tres elementos primordiales: el peso del sonido, su intensidad y su calidad. A esto hay que añadir otro factor que es imposible de medir en casa; la acústica de la sala de conciertos. Yo tengo seis pianos, repartidos L /a música no es mi oficio es mi amor... » por los rincones, y a veces tengo varios teclados para el mismo instrumento. Cada piano te obliga a desarrollar cuajidades especificas, y puede decirse que existen al menos diecinueve elementos que determinan la producción del sonido. Cuando era niño no tenia juguetes. Mis padres no podían comprármelos, y también hay que decir que habia pocas tiendas en Polonia a finales de los cincuenta. Pero teníamos un piano en casa, y para mi aquello era un extraordinario juguete. Dormía a su lado, hablaba con él, le quería. Pero hay pianos de concierto con los que es imposible hacer el amor. Le hablo a algunos pianos que me inspiran y me contestan como si fueran seres humanos. En todas las salas de Europa me encuentro con Steinways, pero los Yamaha, los Bósendorfer, los Fazioli, los Bechstein, tampoco están mal. A veces me he encontrado con muy buenos instrumentos hechos por fabricantes desconocidos. No hay regla válida en este asunto. S.—Después de estudiar la partitura y haber elegido el piano, se pone usted a tocar, ¿no es asi? K.Z.—No siempre. Cuando no doy conciertos me paso mucho tiempo en las tiendas de música y salgo de allí con un montón de partituras. Vuelvo a casa, leo, y de repente hay una obra que me inspira.. Intento identificarme con ella. Es un trabajo caótico. No puedo decir que me siento ante el piano con la resolución de estudiarme el repertorio de mis próximos conciertos. Necesito por lo menos dos años para ponerme a tocar una obra nueva. He estado esperando diez años para tocar en concierto el Segundo de Brahms, y he anulado muchos contratos porque aún no estaba en condiciones. S-—¿Qué tipo de memoria utiliza usled para asimilar una partitura? K.Z.—Creo que la memoria afectiva. Una sonata hay que construirla en tres partes: exposición de ambos temas, desarrollo y dualidad entre los dos temas, reexposición. Y sin embargo estos temas no son ya los mismos porque los tocas después del desarrollo. La música es humana, viva. Una sonata es un momento de mi vida, y yo le transmilo mi experiencia y mis emociones. Todo eso me parece evidente, pero cuando enseño me doy cuenta de que el alumno no siempre es receptivo a esas evidencias. ¡Es tan lenta la elaboración de este tipo de conocimiento! Yo trabajaba en el Segundo Concierto de Brahms desde hacía mucho tiempo y sabía perfectamente que algunos pasajes no estaban realmente vivos. Lo dejé, y volví a él un año después. Me había transformado en el plano emocional, y toqué la obra desde el principio hasta et final sin ningún problema. Me preguntaba usted hace un rato cómo trabajaba, cómo me apropiaba de la partitura. Creo que hay varias especies de memoria. Rubinstein tenía una extraordinaria memoria visual. Se quedaba mirando una página de música durante unos instantes, la guardaba y se ponía a tocarla en el aelo. Otros poseen una memoria lógica. Para acordarse, se dicen: «primero está A, luego viene B y C...» Pero también existe la memoria táctil. A veces son los dedos los que se acuerdan de todo, mientras que la otra memoria te ha traicionado. En mi opinión es muy peligroso confiarse a esta memoria de los dedos, porque puede llevarnos al desastre. Pero en cualquier caso considero menos grave un fallo de la memoria que locar de manera no musical. La memoria emocional es muy importante para mí y actúa mucho en mí cuando toco. No me gusta tocar fuerte, hacer bonito, producir un gran sonido. El sonido no tiene que ser bello, sino auténtico. Un día una anciana señora vino a verme al terminar un concierto y me dijo: «¡Es maravilloso, ni siquiera me he dormido!» En ese momento me reí, pero luego comprendí que tenía razón. Lo que yo habia conseguido era captar su consciencia desde el principio hasta el final del concierto. Myrian Anissimov © Le Monde de la Musique Traducción: Santiago Martin Bermúdez. Scherzo 21 actualidad Mutter, serena y enérgica Anne-Shopie Mutter ensayando con la O.N.E. FOTO: A. MUÑOZ Madrid- Auditorio Nacional» 4-XI-88. Orquesta Nacional de España, dirigida por Jesús López Cobos. Solista de violin: Anne-Sophie Multer. Sinfonía n." 60 ti disimilo de Haydn. Concierto n.3 para violfn de Mozan, Condeno paro violin y suile de El pájaro de fuego de Stravintki. El programa se tendió sobre dos fronteras: Haydn y Mozart llevan al límite el clasicismo y abren las perspectivas del Sturm und Drang. Stravinski recupera las formas clásicas para citarlas en clave de parodia o de exasperación, dos maneras de perpetuarlas. En el medio, el siglo XIX con todos sus desarrollos. Sonoramente, el clima fue austero hasta el ballet final, en que una robusta orquesta cubrió el proscenio, aunque no siempre la expectativa de sonoridad que produce el Stravinski de las primeras obras. Estrella de la tarde resultó Mutter, frágil y escuela como una niña, serena y enérgica como una matrona. Ya conocemos sus cualidades en directo y por disco. Aquí debió afrontar dos partituras estilísticamente distanciadas, que exigen dos presentaciones instrumentales diversas y una versación en épocas muy aguda. A todo ello sirvió Mutter con su competencia viloliníslica y su vigorosa inteligencia de intérprete. Sonó siempre rica y nítida su cuerda, con graves corpóreos y agudos cristalinos y penetrantes. Se tendió en la melodía y se crispó en dobles cuerdas y adornos. En los momentos virtuosos, caminó, relajada, sobre la cuerda floja (nunca mejor dicho). No tiene vértigos la muchacha, no le asustan los abismos del circo musical y salta las distancias con una certeza felina. En Mozart destacó la perfilación clásica del canto y el chisporroteo de las dos cadencias. En Stravinski, la difícil linea melódica y los pasajes de compromiso espectacular, los ataques á secco y las piruetas armónicas. Su competencia se hizo más visible en el compositor moderno, por tratarse de una obra más vistosa, si cabe. La recogida expre22 Scherzo sión mozartiana empuja más hacia adentro y circula menos por la sala. López Cobos tuvo faenas diversas que superar. El Concierto de Mozart fue programado a último momento, en sustitución de otro, del mismo autor. Se advirtió la escasez de ensayos y la pericia del director para salir del paso sin comprometerse. A veces, el volumen pareció inapropiado y las cuerdas empastaron incómodamente a la solista. En el Concierto de Stravinski las cosas fueron notoriamente mejor, pues en ella el violin está arropado en un cómodo y blando entorno de vientos, y las cuerdas intervienen en pizzicato. Las maderas sirvieron especialmente a la pieza. La curiosa Sinfonía de Haydn, con sus insertos teatrales (rachas de una obertura, un aria) y sus chistes armónicos, da juego para contrastes y suspenses. López Cobos prefirió una lectura diáfana y un tanto impersonal, correcta pero sin el toque de histrionismo que propone el sabio papá y olvidando, a veces, que estamos al final del rococó y no en su apogeo. El más logrado fruto del director fue El pájaro de fuego, objeto de un minucioso tratamiento, diríamos de tipo quirúrgico, como si un pájaro de fuego intentara atravesar una densa selva sonora sin llevarse los árboles por delante. Cobos hizo un estudio de planos exhaustivo y perito, alternó las crispaciones con el canto distendido, manejó la dinámica de los volúmenes y puso la guinda final con una contenida espectacularidad. B.M Madrid recibe al hijo pródigo Madrid, Auditorio Nacional, H de noviembre de 1988. Guridi: Diez melodías vascas: EraesloHalfflen Rapsodia portuguesa, Debussy: El hijo pródigo, (iiiillenno González, piano; Miríi Oran, soprano; Hmnrd Cronk, tenor: David PHtman-Jennings, barítono. Orquesta Nacional. Director: Víctor Pablo Pire/. Era probablemente estreno en Madrid, al menos en su totalidad, la primeriza cantata de Debussy El hijo pródigo, con la que el autor recibió en 1884, a los 22 años, el codiciado premio de la Academia Francesa de Roma al que había ya concurrido en la precedente edición con otra obra del mismo tipo. El gladiador, segundo premio entonces y todavía menos conocida que la que motiva esta crónica. El músico galo, aún lejos de que su lenguaje comenzara a adquirir la personalidad y riqueza que le otorgaría un puesto de honor en la historia de la música, tantea aquí, con el pie forzado de las inflexibles normas de la Academia, el diálogo entre las voces, el subrayado orquestal, la delicada pirueta instrumental en conexión con el conocido tema bíblico servido por mediocres y redundantes versos de Guinand. No deja de tener encanto, dentro de su academicismo y superficialidad —tan a lo Massenet— esta escena lírica, que proporciona posibilidad de lucimiento a tres solistas vocales, cuyas partes no están siempre tratadas con conocimiento de la vocalidad expresiva. Pudo escucharse en esta ocasión una versión que permitió apreciar la liviana poesía de la obra, conducida con seguridad, claridad de genio —dúctil y amplio—, y adecuada sensibilidad por Víctor Pablo Pérez, que obtuvo en genera! de la orquesta aceptable rendimiento en una partitura cuyas mayores dificultades se presentan a los cantantes. Un lirismo más efusivo y un más depurado alquitaramiento de los timbres —algo problemático en una formación de sonoridad global un tanto gris como la ONE y de empaste sólo relativo— no hubieran venido mal. Un poco justa arriba, de color quizá en esceso lírico, María Oran, que cantó, no obstante, con musicalidad intachable. Demasiado limitado y corto, el nasal Crook. Plausible Pittman. Buena labor, intencionada y limpia, de González en la obra de Halffter. A.R. octuolidod Música en Nuevo Baztán Pedro Espinosa ofreció el dia 9 de octubre un concierto de música contemporánea en la iglesia barroca del palacio de Nuevo Baztán con ocasión de las fiestas municipales. En el programa, compuesto de música navarra en honor a Juan de Goyeneche, fundador del poblado, hubo piezas de Remacha, del P. Donosda y de Albéniz, junio a dos estrenos absolutos del Grupo de Pamplona (Iruñeako Taldea) y de Agustín González-Acilu. De este último se estrenaron los Cuadernos pora Piano I-VI que reúnen un total de veintitrés piezas de un intensidad expresiva comprimida hasta el extremo. La pieza N° 6 (o la 9), por ejemplo, sólo tienen seis compases. Con tanta concisión GonzálezAcilu genera una fuerza claramente expresionista, y aunque, evidentemente, la colección es fruto de una profunda reflexión, ello, al igual que ocurre en Ravel, no resta ni un ápice de musicalidad y fluidez a esta obra exquisita. El Grupo de Pamplona se compone de cinco jóvenes compositores, discípulos de González-Acilu: Teresa Catalán, Vicent Egea, Jaime Berrade, Luis Pastor y Patxi Larrañaga. La obra de este grupo que se estrenó se titula Da Capo (Col Legno) y consiste en una colección de veinticinco pequeñas piezas para el piano, diversas como sus autores, pero iguales en cuanto a concisión y brevedad, como las de Acilu. En casi todas ellas encontramos la búsqueda de un depurado melodismo. La colección está dedicada a Pedro Espinosa y tanto esta obra, como la anterior, ha sido publicada por Arte Tripharia. Es de lamentar que el intérprete tocara el programa, visiblemente nervioso, de un tirón, sin paradas y sin dar ocasión al público de celebrar con sus aplausos los estrenos. Este concierto se celebró con casi un año y medio de retraso, pues estaba inicía!mente programado para el día 21 de mayo de 1987, en que se debia haber efectuado la presentación oficial del proyecto de la Escuela Internacional de Música de Nuevo Bazián que la Comunidad de Madiid iba a promocionar. Sin embargo, el silencio de la administración frustró no sólo la presentación, sino el propio proyecto, que en febrero de este año fue retirado por sus autores (V. SCHERZO n° 25, p. 91) sin que hasta el momento ninguna alternativa lo haya sustituido. La Comunidad de Madrid se ha apropiado de la idea, magnifica idea, pero, por lo que se ve, no tiene ningún interés en darle un con- tenido concreto y llevarla a efecto. Es obvio que sufren de escasez de ideas. Las que tienen entre manos las dilatan al máximo. La idea en si es lo que menos les importa. Ya se observa esta tendencia en los horribles y llamativos carteles que han sembrado, destrozando el paisaje, a lo largo de la carretera que conduce a Nuevo Baztán. La información, que justifica los carteles y su propia utilidad, es secundaria e intrascendente. En llamativo color y letras más grandes se anuncia ¡Comunidad de Madrid! Ved y Creed. Víctor Pliego de Andrés ScottRoss, intérprete de Soler Madrid. Museo Municipal. 27-X-SS. Obras de Bach. Scarlalii y Soler. Sean Ross. clave. Siguen las celebraciones del bicentenario del fallecimiento de Carlos 111. Rememoración que ha tomado un cariz un tanto autocomplaciente, no el de una necesaria revisión critica. La llamada ilustración española existió a una escala muy reducida si se compara con el resto de Europa. Estuvo además vigilada, dado que la Inquisición, aunque suavizada, permanecía en activo. Fijándonos ya en el aspecto musical, es cierto que Carlos III impulsó la música bajo su reinado, pero sería útil plantear si lo hizo respondiendo a las expectativas creadas por su extraordinario mecenazgo napolitano. El ciclo de siete conciertos organizado por el Museo Municipal presenta una oferta desnivelada, sobresaliendo con mucho las sesiones de apertura y cierre, confiadas al clavecinista Scott Ross y al Cuarteto Mosaíques. La Sala del siglo XVIII, escogida como lugar de las audiciones, no es precisamente idónea. Los ruidos de la calle se introdu- jeron inmiserícordemente en el recital de Ross y el calor agobiante produjo problemas de afinación a su instrumento. Scott Ross se decidió a tocar —no adelantó el programa— la Parliía I de Bach, que desde luego nada tiene que ver con el tema de los conciertos. Privilegio de astro. Fue una buena ocasión para comprobar la maduración de su concepto de Bach, muy interesante, mas sin la hondura de Leonhardt. Extrañamente, el clavecinista se mostró menos preciso de lo que en él es la norma. Vitales y luminosas las cuatro sonatas de Scarlatti, autor al que Ross conoce como ningún otro intérprete vivo. Tuvo carácter de revelación su acercamiento a varias composiciones de Soler. En estas músicas el norteamericano se mostró tan a su gusto como en Scarlatti. Fue muy brillante su lectura del Fandango, donde Scott Ross nos guió con mano segura por el laberinto de dificultades de esta obra maestra. E.M.M. Scherzo 23 -actualidad- La hora de la degustación Madrid. Auditorio Nacional. 31 de octubre, i y 4 de noviembre de 1988. Beethovtn: Egmoni, Leonora III y Sinfonía n. ° 7; Schumann: Condeno para violin (Solista: Karl Suske). Orquesta de la Geivandhaus de Leipzig. Director: Kurl Masur- Mozart: Sinfonía n.° 39; Bruckner: Sinfonía n. " 7; Mendelssohn: Obertura Sueño de una noche de verano; Beethoven: Sinfonía f." 8; Prokofiev; Sinfonía n. " 5. Orquesta Filarmónica de Bedín. Director: Lorm Maazel. Dos orquestas, dos maestros de la batuta y ocho autores (incluidas propinas). Placeres para el oído: suntuosas sonoridades, afinación, virtuosismo, belleza timbrica. Y para la vista: entrega acompasada, elegante gestualidad de los directores. Las dos formaciones son, cada una en su estilo, per fec f a mente representativas de la tradición musical germánica. Más compacta, equilibrada, poderosa y brillante la berlinesa; más flexible, cálida y densa en sus arcos, algo más apagada en el resto la de Leipzig. En cuanto a dulzura, intensidad expresiva, potencia y precisión la cuerda de la Gewandhaus no tiene, en efecto, nada que envidiar a su colega. Es curioso que dos agrupaciones no muy alejadas en lo geográfico, hijas de una misma cultura y que han llevado una vida artística paralela durante años, compartiendo incluso maestros —dobles reinados de Nikisch y Furtwangler—, se muestren tan distintas. Pero no deja de ser lógico teniendo en cuenta las diversas sendas por las que discurren en la actualidad y desde hace tiempo, la divergente planificación de sus actividades y la dispar personalidad de los directores que las rigen habitualmente y que, sobre todo, las han conducido en esta visita madrileña. Masur y Maazel son, desde luego, dos músicos, artística y técnicamente disímiles. El primero es el típico —con sus virtudes y defectos-— maestro teutón, sólido, conocedor, preciso, enormemente dominador y totalmente unido —desde hace 18 años— a sus huestes. Es evidentemente un hijo de la cultura y de la sociedad germanas, un gigante de 1,90 que se asienta en el podio con seguridad y firmeza y que, de fijo, trabaja con ahínco y aplicación, sin dejar nada al azar, la música que dirige, en la que profundiza con rigor, dominio del oficio y autoridad. Es, en todo caso, dueño de un gesto flexible, claro, sugerente, perfectamente indicativo en el que la mano derecha —sin batuta— marca incisiva y constantemente con secos y rápidos movimientos de muñeca y la izquierda proyecta y planifica con extrema habilidad. Su gran estatura, su envergadura, propician la creación automática de bien calculados climax sonoros en el momento en que abre su brazos. Masur está lejos de la rigidez e inflexibilidad; antes 24 Scherzo al contrario, maneja el factor rítmico con suma habilidad, acelerando o retardando muy expresivamente lejos del capricho, siempre con las miras puestas en la lógica que ha de gobernar en todo instante cualquier discurso musical; algo que no se aprende en un día y para lo que es necesario, aparte la propia inspiración, tener, por ejemplo, 61 años y encontrarse inmerso en una corriente en la que antaño bebieron algunos de los grandes. El Beethoven de este director es famoso en los cenáculos desde principios de los 70 por su extraña mezcla de sensibilidad y justeza, por su elocuencia nacida de una correcta planificación narrativa, por su plástica configuración y su excelente construcción; todo ello apoyado en la idónea pasta sonora de la Gewandhaus. Orquesta y director —cuyas grabaciones de sinfonías y oberturas del compositor de Bonn para Philips son ejemplares en muchos aspectos— ofrecieron en esta sesión madrileña, montada casi por sorpresa y al paso por la Caja de Madrid, una bien organizada obertura de Egmoni, una magníficamente medida, excelentemente clarificada y explicada Séptima, animada y viva, aunque con ciertos problemas de planificación y confusionismo l.orin Maazel de voces (obras que ya tocaran en Madrid temporadas atrás), una aseada lectura del siempre aburrido y lírico Condeno de Schutnann (en el que el víolín solista quedó algo justito) y una espléndida, detallada, matizad ¡sima y vibrante Leonora III, regalo que cerraba un concierto que, pese a lo sobado de las composiciones beethovenianas, distó mucho de ser rutinario. Cerca de las estrellas Allí, al lado de ellas, nos colocaron Maazel y la Filarmónica de Berlín, astros también ellos mismos, en determinados instantes de sus dos conciertos, cima y telón final del Festival de Otoño. El vello se erizó y los pulsos se pararon en aquella majestuosa progresión dinámica que dibuja el luminoso ascenso al infinito del final del movimiento inicial de la Séptima de Bruckner; o al oír la manera de cantar la cuerda la densa frase de comienzo del sublime Adagio; o ante las precisas y esplendorosas intervenciones de los metales en el Scherzo; o ante la dulzura de las maderas en las figuraciones líricas del trío o del Finale. La respiración se cortó en el prodigioso pianissimo de los ágiles violines que abren la obertura de Mendelssohn, se acompasó escuchando el suave y redondo sonido de las trompas en el trío de la Octava y se entrecortó ante el nervio, exactitud, brillo y virtuosismo de los más agresivos y espectaculares pasajes de la Sinfonía de Prokofiev, de la que conjunto y batuta brindaron una interpretación globalmente sensacional, atendiendo más a lo FOTO; A. MUÑOZ -actualidad dramático que recreándose en los remansos 1 i ricos que sin duda abundan en ella y que oirás aproximaciones tienen más présenles. Maazel dio en todo momento un recita) de las características que han conformado su estilo directorial y que le han hecho justamente famoso, aunque algunas de ellas no casen por completo con una formación como la berlinesa —tan unida hipostáticamente a Karajan—, con la que, a excepción de la obra bruckneriana (que ambos han grabado hace poco), no debió de ensayar demasiado para estas actuaciones. Cosa habitual por lo demás; sobre todo en formación tan experimentada y en batuta tan fácil como éstas. El maestro norteamericano se mostró, como siempre, elegante, persuasivo, flexible, brillante, suelto y resuelto. Y un punto superficial. Su Mozart, que la orquesta bordó, resultó, aunque bien delineado, escasamente contrastado (en obra tan contrapuntística), excesivamente galante. Bruckner estuvo espléndidamente construido, vigorosamente trazado, pero escaso de íntima intensidad, de ensimismamiento, de sabor demoníaco (la extraña sensualidad del organista de San Florián) en el Adagio, más bien extrovertido en esta ocasión. El dibujo de las macroestructuras fue diáfano; la carcasa, por decirlo así, repujada y sólida, brilló con mil fulgores; dentro de ella, como podía y debía pedirse, no aparecieron las luces matizadas, los claroscuros, las efusiones... La propia dimensión sonora, tan cegadora, de poder lumínico tan brutal, no respondió al tan interesante y revelador juego tímbrico que es posible extraer de partitura tan rica y concentrada, llena de los ecos de mil órganos. Irregular la página mendelssohniana, con ciertas dificultades de empaste y ensamblaje en los tulti; más bien incoherente Beethoven, ora vivaz y agreste, ora melifluo y algo azucarado (los repetidos sforzandi, tan frecuentes en esta Octava Sinfonía, casi estuvieron ausentes, algo habitual en la mayoría de los casos), con un timbal poco fino (que luego, en Prokofiev, tiró estrepitosamente una pandereta). Apabullante la inevitable propina del preludio del tercer acto de Lohengñn de Wagner y bella pero escasamente aromática y evocadora la danza eslava de Dvorak. En cualquier, caso, quede claro: conciertos para quitarse el gorro por estos pagos. Escuchar y ver a una orquesta como la berlinesa; ver a un director tan seguro, eficaz y brillante —músico no profundo, pero competente— como Maazel, a quien da gusto contemplar en su sempiterno vaivén sobre el podio, son placeres que no todos los días no es dado degustar. A , „ 6 Sawallisch: un trabajo serio Madrid, 28.10.88. Auditoría Nacional. L.V. Beethoven: Misse Solemnisen Re Mayor, Op. 123. Helen Donath. soprano. Marjana Lipovsek, meoo. Wolfgang Schmid!. tenor. Theo Adam, barítono. Orquesta y Coro de la Opera del Estado de Baviera. Director: Wolfgan Sawallisch. (Festival de Oiono de la Comunidad de Madrid). Wolfgang Sawallisch Confieso que me sentía atraído por este concierto por muy diferentes razones: la monumental Misa del sordo de Bonn no suele ser interpretada por estos pagos, quizá en relación con el grado elevad)simo de inclemencia técnica contenido en su partitura vocal, lo que obliga a movilizar coro y solistas de alio standing; por otra parte, estaba el aliciente de conocer el nuevo centro musical de nuestra capital, dados mis fracasados intentos (Don Simón habemus) para conseguir localidades en alguno de los conciertos inaugurales. En fin, y razón más importante, la presencia, tampoco frecuente, de Sawallisch, artista serio donde los haya, garante casi siempre de un alto nivel de calidad interpretativa, y con unos mimbres que hacían prever excelentes resultados, lo que, en efecto, se vio confirmado. El preludio del concierto lo constituyó, para el firmante, la grata impresión que produce el interior de la sala (excepto por el cortinaje que sustituye al órgano aún no instalado: primer detalle típicamente celtibérico), si bien tuvo una coda inusual en el torrente de carcajadas y murmullos de indignación despertados por la presencia (audible, no visible) de un gato sobre cuyos maullidos se escribirá, en el tono correspondiente, en otro lugar de esta revista. Con toda esta precarga, preludio de lo que pudo cargarse el concierto, Sawallisch anunció desde el primer momento una aproximación marcadamente dramática de la obra, producto de un mando firme, unos tempi vivos y la consecución de súbitos pero controlados constrastes. Aunque la gama dinámica ofrecida por el maestro bávaro, siendo amplia, distaba de abundar en el matiz piano, estos contrastes aportaban un elevado grado de tensión. Planteamiento, pues, lejos de la exclusiva devoción (aunque no exento de ella), en todo caso enteramente aceptable, y que permitió apreciar y disfrutar las maravillas escritas por Beethoven. Sawallisch podrá no ser genial, pero sin llegar quizá a cumbres, tampoco genera fiascos. Si a su trabajo excelente (cuándo se dará cuenta alguno de que la presencia de partitura no presupone mejor conocimiento ni superior interpretación) añadimos la presencia de la aún excelente Donath, siempre segura, grata y musical, de la no menos estupenda Lipovsek, con voz potente pero nunca forzada, y de los también afortunados Schmidt (que a última hora reemplazó a Büchnner, a su vez anunciado para sustituir a Seiffert. La actuación de Schmidt no fue anunciada, en muestra de buena organización) y Adam (cuya bonita voz aún se mantiene en buena parte, lo que no es poco a los 62 años, aunque la cantidad haya mermado), y se cuenta además con una buena orquesta y un coro capaz de pasar (alguna tirantez en ciertos agudos, inhumanos por demás, como el E¡ viiam venturi saeculi. algún desajuste de entradas, como los tenores en el Quoniam) con notable la durísima prueba de esta partitura, tendremos, en fin, los ingredientes de un magnífico concierto, de los que uno querría ver con más frecuencia. El gato, las localidades vacías (¿el famoso corle?) y la puntualidad (alguno llegó al Sanctus) son temas dignos de otra sección: ya saben Vds. cuál. Rafael Ortega Basagoiti Arturo Reverter Scherzo 25 actualidad La gran orquesta deeste siglo Madrid, Teatro Monumental, 18 de noviembre de 1988. Mayuzumi: BttRakit; Bloch: Scheíomo; Olivcr: ."vunt. Janácek; Sinftimeuu. Rafael Ramos, Moloncello. Orquesta de la RTVE. Director: Arpad Joó. De muy interésame cabria calificar esle concierto de ta RTVE con su titular al frente. En él la orquesta locaba por vez primera tres obras, entre ellas, Nunc de Oliver, V Premio Reina Sofía, que se estrenaba mundialmenie. Cuatro composiciones infrecuentes; cuatro recorridos por la gran orquesta sinfónica de este siglo. Un suizo, un japonés, un checo y el citado autor español los firmaban. La partitura que veía la luz, a diferencia de las otras, escrita sólo para cuerdas, es, podría decirse, un completo compendio de efectos musicales a cargo de los arcos. Oliver, conocedor como pocos de nuestros autores del oficio, compositor que siempre ha revelado mano firme, criterio personal y que es capaz de otorgar a todos sus productos una factura de primer orden, ha dado a esta partitura un tratamiento de concerro grosso en una muy bien organizada sucesión de secciones unidas sin solución de continuidad y centradas fundamentalmente en la misión de proporcionar a los instrumentos —a! tutti o a los solistas— diferenles posibilidades de expansión. Para ello se trabajan al detalle todos los amplios recursos del conjunto de arcos: ataques diversos, pizzicatti. ñolas mantenidas, dobles cuerdas, güssandi, trémolos, trinos. Los divisi son continuos. La dinámica está muy cuidada ya desde el comienzo, tras el pianissimo de los cellos, que inician un lento crescendo. Luego, un breve diseño de tres notas da pie a una animada elaboración. La textura se aligera y se adensa de forma alternativa. El lenguaje, de gran libertad, no está exento de figuras ínterválicas. Pasajes lineales se suceden a pasajes de fuerte estructura armónica; lo dramático (contrastes entre cellos y violines, bordoneo de los bajos, acordes disonantes, continuos ascensos y descensos de la marea sonora, que se contrae y se expande permanentemente...) se entremezcla con lo sereno (notas mantenidas, discretos pizzicatti...). Largos silencios aparecen aquí y allá. De uno de ellos nace el tutti que inaugura el vibrante y seco final. He aquí, pues, una obra bien hecha, construida con seriedad, perfectamente diseñada e instrumentada. Falta en ella, probablemente, una mayor fantasía tímbrica, una imaginación narrativa más acusada que la hagan un poco más amena y sugeren26 Scherzo Angel Oliver te. Buena muestra, en todo caso, de trabajo preparado y realizado a conciencia, exponente de las exigencias que plantea la consecución del Premio Reina Sofía de la Fundación Ferrer Salat, que en su VI edición ha sido adjudicado al joven autor catalán Agustín Charles. La próxima temporada será su turno. La interprelación de Joó y sus hombres fue no más que correcta. Hay que reconocer, no obstante, que la obra es difícil y que las cuerdas de la orquesta no están todavía para muchos trotes. Se notó, eso si, una labor de ensayos inhabitual (dos semanas, muy necesarias, para este concierto) y se apreció la notable claridad y poder explicativo de la batuta del director, músico competente, de gesto amplio, bien dibujado y criterio serio. Como dejó demostrado en el adecuada acompañamiento —mejor, colaboración— a Ramos, solista de nítido fraseo, intachable afinación y bello, aunque no muy voluminoso sonido, en ¡a partitura de Bloch, tan rica de timbres, tan evocadora y de tan excelente trazado. Janácek, en su preciosa Sin/oniella, buen ejemplo de la variedad de sus recursos, de la impecable estilización de su folklore, de lo convincente y brillante de su orquestación, de la hábil y lúdica combinación de lo lirico y lo militar, quedó algo deslucido en su primer tiempo sobre todo por falta de empaste, de ajuste y de afinación de los múltiples meiales, pero alcanzó una plausible delineación general y estuvo correctamente encajada en lo rítmico. A.R. El arte de decir Madrid, Auditorio National, 26 de octubre de I9BB. Obras de Haendel. Gan:ia Abril, Ciranados y Turina. Teresa Berganza, mezzosoprano. Orquesla de Cámara Reina Sofía. Director: David Parry. Es uno de los secretos del canto: medir la intensidad sonora, regular el control del fiato, adaptar la emisión a los fonemas, acentuar éstos con arreglo a la intencionalidad expresiva contenida (y deducida de él) en el texto; articular todo ello de forma inteligible. O sea —y es algo básico en el campo de la música carnada—, enunciar con propiedad, resaltar los planos líricos, revelar las potencialidades poéticas. En una palabra: decir. Algo en cierto modo vecino a aquello propugnado por Bellini —y descubierto por Monteverdi— de recitar cantárida La belleza del timbre, el volumen, la extensión, el colorido de una voz son otras historias. Teresa Berganza tiene hoy 53 arlos, edad que empieza a ser peligrosa en una voz de mezzo aguda como la suya, de siempre y por otra parte tan bien manejada. Su instrumento lo acusa, no posee, lógicamente, la lersura de antaño, la exultante facilidad y brillo que lo adornaban. Pero, a excepción de las zonas extremas de la tesitura, aún conserva —como esos vinos añejos de sabores densos y pastosos o esos licores artesanales con destellos de oro viejo— redondez, vigor y cordial comunicatividad, tamizados por la pátina del tiempo enriquecedor, que ha preservado, sin ajarlo, un color aterciopelado. Pero en este concierto lo que se recordará —antes incluso que lo expuesto y que la ya limitada facultad para la nítida y fácil reproducción de agilidades— es el modo de decir, tan cerebral y espontáneo al tiempo, Cara sposa del Rinaldo haendeliano, Las Majas de Granados, el Poema en forma de canciones de Turina o Che faro sensa Euridice del Orfeo de Gluck, ofrecido como primera propina. Lástima que la colaboración orquesta! —¿falta de ensayos?—, con un violinista como Ángel Jesús García irreconocible, fuera tan deficiente. Claro que la torpeza y escaso rigor de estilo del director no contribuyeron en absoluto a que las cosas fueran distintas. A.R. *-•—tf solo moho can ¡abite ÉH actuolidod Semana Caballé Mi técnica, tu técnica Montarral Caballé y Miguel Zaneui {p.}; Lecciones Magistrales. 22 al 27 de Octubre. Auditorio Nacional. La soprano ha manifestado que «el aire debe alcanzar la región fonadora tras una perfecta coordinación de las funciones musculares y respiratorias. El esfuerzo abdominal desarrolla el volumen de los pulmones y crea un vacío en su interior, que el aire exterior ocupa creando una reserva mucho mayor que si no se usa la técnica abdominal». Esta defensa de la respiración abdominal —que conecta con la vertiente carusiana— es resaltada por la soprano contra viento y marea en contra de los sectores más puristas. A la opción de Caruso contrapone Pertile el uso de una respiración fundamentalmente torácica apoyada en los músculos intercostales, lo que motiva un menor esfuerzo, dado que se excluye el concurMonlserral Caballé y José Manuel Garrido en el Auditorio. so predominante de la musculatura abdominal. no pudieron ser cantadas por haberse Con las clases magistrales do las que extraviado o no llegar a tiempo sus parse habla aquí al lado inició Caballé el Para la Caballé la inspiración debe importante proyecto del INAEM, que tituras (!). realizarse siempre por la boca, lo que hasta la fecha ya casi cabalística de 1992 Dos características esenciales ha de permite mantener relajados los múscureunirá en similares cometidos docen- reunir una buena cantante de música de los del cuello, bombea con mayor flutes a lo más distinguido de nuestra vi- cámara: la nítida y comunicativa dicjo de aire los pulmones y ahorra un da musical, entre cantantes, instrumen- ción del texto y la diferenciación puntiempo necesario entre dos frases ligatistas, directores de orquesta y com- tual de estilos. Ambas cualidades bridas o el ritmo galopante impuesto por positores. La prolija relación de perso- llaron por sus ausencia en este recital najes invitados se concreta ya para el 89 de Montserrat Caballé. La primera muchos concertantes. Es un postulado con los nombres de Luis de Pablo, Al- parte fue simplemente leída, superficial sorprendente, por cuanto que la inspifredo Kraus, Groncal Cornelias, Cristó- y cómodamente, rehuyendo la cantanración nasal es recomendada unánimebal Halffter y Joaquín Achúcarro. te las dificultades por medio de su bamente entre quienes se han dedicado a musical y técnico reconocido, la pedagogía del canto, gracias a su virSirviendo de clausura al curso, en la gaje faltando carácter y profundización en tud de calentar el aire, humedecerlo y larde del día 27, se estrenó una cantata las lecturas. Los fragmentos de Martín filtrarlo de impurezas. ad hoc con música de Antón García y Soler de su ópera UArbore de Diana, Abril sobre un poema de Rafael Alber- discutible en principio su inserción Las sesiones pusieron de relieve, aparti, el Salmo de la Alegría para el siglo aquí, le ocasionaron bastantes problete de la apabullante vitalidad de CabaXXI. En realidad, más que de estreno, mas vocales, en particular el aria Perllé, que hay muchas y grandes voces, debe de hablarse de un ensayo general, fidi in questa guisa, de una dificultad pero acaban malográndose por falta de en acertadas palabras de Caballé, que parecida al Come scoglio mozartiano incentivos o infraestruturas, es una veraprovechó la coyuntura para que los del Cosifan tutte. A partir de Albéniz dad como un puño. Véase si no la de alumnos, partitura en mano acompa- el clima mejoró, pero no lo suficiente Ismael Pons, un barítono que, tras conñando tímidamente su canto, entendiepara dar al resto del programa su necefesar su ignorancia en materia de esturan la dinámica de la preparación de sario valor. De los ires bises (o sustituuna obra. Inteligente manera de subsa- ciones de las ausentes tonadillas), dos dios vocales, atacó un Eri tu que más nar el hecho de que no había estudia- canciones de Obradors y las Carceleras de un profesional desearía poder iguado previamente la página. El Salmo de de Chapi, la buena impresión lograda lar, o a Miguel Ángel Zapater, un bajo García Abril posee una densa y atrayen- por las primeras, fue anulada por la ex- profundo —sin más explicaciones—, te sonoridad; encomendada a la cuer- trañísima interpretación de la página que literalmente, y haciendo abstracción da completa de la orquesta, fue inter- zarzuelera de inclasificables maneras. del estilo, se paseó otra página verdiapretada cuidadosamente por esta secna del calibre de // lacéralo spiriío. ción de la Sinfónica de Madrid y ArLa voz de la Caballé se mantiene aún bós. Las circunstancias ames aludidas Una soprano totalmente hecha fue la en que se produjo la ejecución aconse- firme, a pesar de la aspereza del agudo Rey, quien se llevó la mayor ovación del jan que no se entre en mayores consi- y el dificultoso pasaje del centro al gra- curso, totalmente merecida si juzgamos ve, que se lorna afónico o forzado. Se deraciones hasta que no se escuche en su escena final de La Sonnambula, cansería Si ha de añadirse que esta Can- conserva la belleza de la línea, alguna tada con buen gusto, medida y fraseo riqueza de matices musicales, si no se tata servirá siempre para clausurar futuras clases magistrales, adaptándose infla el volumen del instrumento. A inteligentísimo, La soprano Marta José Gallego, únipor tanto a las categorías musicales del partir de tales aportaciones quedan en pie del recital algunos momentos má- ca discípula directa de Montserrat Caartista enionces convocado. gicos, únicos, en un balance general de ballé, contribuyó con un aria de monotonía y distanciamiento. Un reciTurando! y muy especialmenie con BoEl recital del 29 de octubre sumaba tal, no obstante, de gran éxito para la héme, a que en la pequeña sala del páginas españolas del gótico, renaci- admirada y querida cántame, que conmiento y barroco al siglo XX, a través Auditorio Nacional se oyeran unas ovató con la precisa y colaboradora presende músicos como Valderrábano, Luis de cia al piano del buen acompañante que ciones como muy pocas veces he escuMilán, Literes, etc. y los más habitua- es siempre Miguel Zanetti. chado en los grandes teatros. les de Falla, Granados, Turina y Albéniz. Las tonadillas de Blas de Laserna F F. J.M.S. Scherzo 27 DEAL rCMUSICAL DISCOS Los Clásicos de la música En nuestro departamento de discos, disponemos de 250 m2. dedicados exclusivamente a la música clásica, donde podrá encontrar la mayor selección de música en: Compact-Disc Discos Cassettes Videos de Opera - Videos pedagógicos de Música Sinfónica - Videos de pintura - Revistas musicales - Catálogos de Discos Somos distribuidores exclusivos de los prestigiosos discos MINUS-ONE con los que podrá interpretar su instrumento favorito de solista, y con una gran orquesta al fondo (Disco + partitura en Play-Back), además disponemos de exclusivas, en Música Contemporánea, y en discos y compactos de la UNION SOVIÉTICA. MUSICAL CARLOS III - N° t - ?B013 - MAOSID «actualidad La doble respiración Madrid. 3-11-88. Auditorio Nacional. Obras para dos pianos y piano a cuatro manos. Brahms: Venaciones Haydn, Op. 56 b- Rajmaninov: Sutie rt." 2. Op. 17 Lutoslawski: Variaciones Paganini (1941). Schubert; Rondó en La mayor. Op. 107 (D. 951). Ravel: La Valse. A la primera variación Haydn uno ya se preguntaba: Pero bueno ¿qué están haciendo los intérpretes? En vez del ejercicio di bravura de un compositor enseñando su maestría a partir de un tema popular tocado por unos distinguidos pianistas, Argerich y Freiré nos hacían partícipe de un rito primario y telúrico, provocando la misma sensación que los viejos aficionados al flamenco llaman arrancarse la camisa: el deseo de estar solo en la última playa, desnudo ante la última ola. Muy lejos de un Papá Haydn jovial y bonachón, de un Brahms ya sereno y bien nutrido, los intérpretes enlazaron las variaciones Haydn con el Concierto en Re menor. ¿Qué resonancias trágicas producía la música de Haydn en este momento de la vida de Brahms? ¿Qué drama provoca Brahms en estos dos pianistas, y delante de tanta gente? ¿Qué carga emocional nos arrancan Argerich y Freiré de lo más profundo de nuestra existencia, haciéndonos replantear nuestra misma Weltanschauung? Hay trastornos que conducen a un punto de no retorno. Si Arrau es un creador pánico, Argerich y Freiré están bajo el signo de Shiva de los mil brazos; ella mercuriana, inquieta; él, venusino, ayudándonos a tragar el filtro. A esta altura del concierto era patente que también Freiré, primus Ínter pares, es uno de los grandísimos pianistas del tiempo: un artista que paga caro su no conformidad a las reglas del circo musical, A pesar de extraordinarias versiones discográficas (Chopin, Villa-Lobos, conciertos de Grieg y de Schumann con Kempe —para muchos una de las referencias—), hasta ahora hizo una carrera apartada del gran público. ¡Qué interpretación de la iberia podría (debe) ofrecer! Un crítico se lamentaba de que la acústica de la sala impedia distinguir a un solista de otro: Argerich y Freiré tocaban en un sueño paralelo, sombra única y sorprendente, donde era imposible el más mínimo desfase. El dúo de piano es aún más difícil que el dúo violín-piano donde el arco podría corregir una posible imprecisión: aquí los ataques deben corresponder absolutamente, y como además los dos pianistas cantan y parecen inventar sobre la marcha... Sólo se les podía distinguir cuando uno lo decidía a través de un cambio de timbre, de registro: en La Valse, el sonido de Marina era como la almendra arropada en su vaina por el sonido de Freiré, quien a su vez se adelantaba creando el perfume amargo de la fruta. El hielo raveliano quemaba como el fuego más seguro. Hubo humor imposible de ensayar, scherzo y poesía espontánea en Laideronnette, Imperairíce des Pagodes; brillantez inimaginable en Lutoslawski. Se suele decir que para tocar la música rusa, hay que ser Ruso, Español o Judío; habrá que añadir Porteño y Brasileño. Los pianistas exaltaron el lado salvaje de Rajmaninov sin ninguna re- Monha Argerich y Nelsol Freiré ferencia al «lúgubre banquete de mermelada y miel» a menudo asociado al compositor. Al contrario, cantaron las cualidades del alma rusa: la Dushka y el Uyutno en Romanze, la elegancia cálida en Valse, la ebriedad creadora en Taran tella. Argerich y Freiré, polifacéticos, pasaron del fuego al aire con Schuben: muy lejos de los Lieder, Landler, Salieri, Viena, Madrid... estuvimos en una nube sonora. Una nube. Existen dúos de pianistas, y muy buenos, pero éste... ¡Ay, la mi madre! Pedro Elias FOTO: A. MUÑOZ Alicia de Larrocha como Verónica de Alhelí Madrid. 8-II-S8. A.N.M. Soler: Sonatas en Sol menor. Re mayor, Sol menor. Schumann: Carnaval de Viena, Op. 26. Albénii: Iberia (Libros 3 y 4). 8-11-88. Un programa de concierto coherente es muy distinto al de un disco, sobre todo si no es monográfico. Soler, Schumann y Albéniz no tienen a primera vista ninguna afinidad electiva ni tampoco parecen opuestos como lo podrían ser Scriabin, Stravinski y Schoenberg. Sin embargo, Larrocha propone un concierto unificado bajo el signo del ritmo, como una posible historia de la pulsación rítmica. Este original concepto pone de relieve la modernidad de cada compositor. Al inverso de otros pianistas que hubieran buscado un sonido para cada obra, Alicia de Larrocha las interpreta a partir de su estructura rítmica, de su pulsación vital, de su vibración específica. En las sonatas de Antonio Soler la melodía y la armonía se ordenan jerárquicamente a partir de ta pulsación unitaria que las genera. Con e\ pequeño Carnaval (buen humor, exaltación alegre, color y movimiento), Alicia de Larrocha estuvo muy lejos de la embriaguez del travesiido, de la confu- sión orgiástica presentes en el gran Carnaval. El tratamiento rítmico fue prodigioso: un continuo andar y venir, el deseo de cazar la pulsación fugitiva más rápida que un pensamiento. Una tercera mano, entre la izquierda y la derecha (insistencia discreta de los pulgares), dibujaba un contrarritmo, acentuación furtiva. La pianista estuvo lírica entre los episodios bailables del Allegro, traviesa en Romanzee, enloquecida en Fínate, pero nunca a punto de perder el control. En Albéniz asistimos a unos verdaderos Esludios de rumo: independencia de las manos y de los dedos poco común, para dividir y recomponer los ritmos castizos y andaluces: oído privilegiado, para tratar a los slaccali de forma diversa (con desplante en El Pulo, con sorna en Lavapiés.,,) Alicia de Larrocha ofreció un concierto revi tal izan te: exaltación de la ligereza, del poder de seducción y de la gracia de una España ilustrada. P E. Scherzo 29 actualidad Problemática versión de Don Cario en la apertura del Liceu Barcelona: Gran Teatro del Liceo. 7 de noviembre de 19R8. Verdi: Don Cario. Margare! Pricc, Slefania Tocíysca. Rosa M 1 Conesa, Luis Lima, Piero C'appuccilli. Ruggero Raimondi. Harald Stamm, Alforno Echevarría, ele Dirección musical: Thomas Fuiton. Dirección Escénica: Jean Claudc Riber. Escenografía: Josef Svoboda. Vestuario: Carin Bariels (Producción; Opera de Bonn). La presente versión de Don Cario, que ha inaugurado la temporada de ópera del Liceo , ropiameme dicha, no ha sido tan satisfactoria como se podría haber esperado, y ello se debe, en nuestra opinión, a tres razones principales: en primer lugar al uso, hoy. dia ya superado, de la versión italiana en cuatro actos de 1882-83 (presentada en la Scala de Milán en 1884), en vez de la versión también en italiano de 1886 que conserva el Acto 1 original, nunca representado aquí en nuestro tiempo; en segundo lugar, el uso de una producción distinta (Riber-Bonn) que reemplazaba a la nueva previamente anunciada (Faggioni-Liceo): es triste comprobar una vez más la asombrosa facilidad del Consorcio del teatro por hacer en ese aspecto las más halagüeñas promesas y la escasa capacidad para cumplirlas: en fin, está en tercer lugar el rendimiento de un lujoso reparto, que en general ha decepcionado a público y critica. La producción de Bonn contaba con un espacio escénico concebido por el ilustre escenógrafo Josef Svoboda, artista proclive a los símbolos, a la desnudez y a un decidido ant¡naturalismo. Se basaba en una gran caja formada por una cuadrícula de andamies de madera que nos hacían pensar en los nichos de un cementerio. Asi, pues, sugería un inmenso pudridero dentro del cual moraba la corte de Felipe II, una corte donde los sentimientos difícilmente tienen una vía de escape y casi perecen ahogados o se reducen al diálogo con uno mismo. Con el cambio de distintos elementos corpóreos, llegamos sin demasiados tropiezos hasta el Auto de Fe, donde dicho espacio escénico resultó insuficiente para contener lo que externamente es a fin de cuentas una escena de grand-opéra, a la que además le faltó la sensación de pompa histórica y el problema del rogo punitor se solucionó con una molesta humareda blanca que se expandía por el escenario. Menos mal que en el vestuario estilizado a partir de modelos históricos de Carin Bariels hubo por lo menos corrección y decoro. Riber realizó una satisfactoria dirección de actores) (¿o deberíamos decir de canlames'}) y tuvo detalles interesantes — asesinato del protagonista a manos del Santo Oficio y puro espejismo en ia aparición de Carlos V al final de la ó p e r a pero el movimiento de coristas y comparsas estuvo repleto de lugares comunes: procesiones frailunas con el inevitable ci30 Scherzo rio encendido, estolidez en los cortesanos y en la soldadesca, sometida además a alguna aparición gratuita, frontalidad excesiva, etc. Una labor bastante por debajo de la desempeñada en el Holandés errante de la pasada temporada, en suma. Del elenco vocal es justo citar ante todo a quien en resumidas cuentas fue el gran triunfador de la noche: el admirable barítono Piero Cappuccilli, que interpretó a Posa en sustitución del indispuesto Renato Bruson. Cierto que su voz ha perdido la lozanía de antaño, pero el arrojo, la potencia, la facilidad en la emisión de agudos y trinos, el buen gusto y el lirismo, tan importante en este rol de que hizo gala, le granjearon la mayoría de las ovaciones que se escucharon a lo largo de la velada. Su Cario che so! y el posterior Per me giunio é i! di supremo constituyen una lección que muchos barítonos no deberían olvidar. Se esperaba mucho más de la Elisabetta de Margaret Price, que por fin se presentaba en el Liceo. Su voz, de gran belleza tímbrica, aparece algo fatigada, pero su dominio del rol y su clase interpretativa le permitieron ofrecer, aquí y allá, de modo disperso, momentos de gran arte verdiano (como en Non pianger, mía sa que no podemos decir de la Eboli de Srefania Toczysca, quien ya en la Canción del velo mostró problemas en las agilidades y en O don fútale con los temibles agudos, que resultaron desiguales cuando no fallidos (recordemos que teóricamente debe alcanzar el Do5); por lo demás, al personaje le faltó una mayor sensualidad y apasionamiento: qué duda cabe que, a pesar de todo, la Toczysca es una excelente mezzo, aunque de una frialdad absoluta. El caso de Luis Lima como Don Cario es distinto, porque cantó indispuesto, A pesar del deslemplamiento en los agudos, llegó hasta el Acto II sin demasiados problemas, pero en su intervención Siref egli, é lempo ch 'lo viva! de la escena del Auto de Fe se empezaron a evidenciar los síntomas de su afección en el estrangulamiento del agudo, y llevó adelante su parte en inferioridad de facultades pero con valentía. Su real padre en la ficción fue Ruggero Raimondi, que presentó una completa caracterización dramático-vocal del personaje. Su voz de bajo cantante de claro timbre sirvió una importante versión del monólogo Ellagiammai m'amó!, pero insistamos: ante lodo, el trabajo de Raimondi es un trabajo globalizador, no un trabajo a favor únicamente de la exhibición vocal. Como oponente en su cuerda destacó el Gran Inquisidor de Harald Stamm, aunque esta parte exija sin duda un timbre más oscuro y cavernoso. Muy bien el coro (brillante versión de Spuntanto ecco il di) y correcta la orquesta, obligada empero, por el desmelenado Thomas Fuiton, a unos tempi rapidísimos, incómodos para los cantantes y a un desbocamiento continuo de los metales. compagna o en Tu che le vanitá). Por lo menos gustó, aunque sin entusiasmar, co- Huggero Raimondi y Harald Slamm en Don Cario Jordi Ribera Bergós actualidad Torré Lledó: abrirse caminos fuera Un premio al esfuerzo Taire de !• Psssiú de Oltsa de Monlsrrrsl, 25-10-19S8. Aída (Verdi). Marión Vemeiie Moore (Aida), Jesús Pimo (Radames). Adriana Siamenova (Amneris), Enrique Baquerizo (Amonasro), Juan P. García Marqués (Ramfis), Siefano Palatchi (El Rey), Rosa Nonell (Sacerdotisa), Carlos Arboles (Mensajero). Coral Polifónica de Puigreig, Coro de Amics de l"Opera de Sahadell, Coral Olesa de l a Pa.«io. Orquesta Sinfónica del Vallé?. Dirección- Javier Pére? Baiisra. Cuando un día se escriba la historia de la ópera en nuestro país se rendirá justicia a las temporadas, que hasta un poco más allá del primer tercio de siglo, se realizaban en ciudades y pueblos, contribuyendo asi a la difusión de la misma. Pero con el tiempo, fueron desapareciendo hasta llegar un momento en que, prácticamente, en Cataluña, la única posibilidad de oír dicho género era el Liceu. El creciente interés actual por la ópera ha generado iniciativas para volverla a llevar a otros lugares, así han surgido representaciones en Sabadell, Terrassa, etc., y ahora también en Olesa de Montserrat, aprovechando el bellísimo teatro que se construyó para la clásica Passió a raíz del incendio que destruyó el local antiguo. La obra escogida fue Aída, una de las más populares y sin duda la más espectacular de Verdi. La iniciativa es muy loable y esperemos que continúe y se extienda por doquier. Un teatro así permite montar una Aida realmente espectacular, y en este sentido considero muy interesantes los decorados de los actos primero y segundo, adecuado el tercero, aunque podía sacarse mayor partido del fondo, y bastante discutibles los dos cuadros del último acto. La dirección escénica tuvo sus momentos más afortunados en las escenas de masas, aunque algunas composiciones recordaban la propia Passió; . "_., i líenos acertada fue la dirección de actores-cantantes, con detalles (como la salida de Radamés en el tercer acto o el aria de Aida en el primero, sola delante de una cortina mientras cambia- ban con algo de ruido el decorado) poco acordes con la acción. En el aspecto vocal, hay que destacar una interesante Marión Vernette Moore como Aida, con una voz algo lírica para el rol, de bello color, que pierde algo de su nitidez en el registro intermedio, recuperándolo en la zona aguda, acompañada de una buena línea canora y una deliciosa musicalidad. Apreciable Adriana Stamenova, con una voz penetrante, algo oscura, que podría completar con una mayor expresividad. Para el difícil papel de Radamés estaba previsto Francisco Ortiz, que fue sustiiuido en el último momento por Jesús Pinto, tenor de bella voz y amplias facultades, pero con una limitada lécnica vocal y poco expresivo. Muy interesante Enrique Baquerizo como Amonasro, con una bella voz, demasiado lírica, y una amplia gama de matices. Cumplieron Juan P. García Marqués y Stéfano Pal ate h i en los dos papeles de bajo que completan la ópera, y discretos Rosa Nonell y Carlos Arboles. Otra de las gratas sospresas fue la actuación de la masa coral, que no sólo formó un todo cohesionado, sino que supo lograr momentos de gran brillantez y expresividad. Más discretos los números de ballet de la Companyia de Dansa Joan Tena; la Orquesta Sinfónica del Valles, dirigida por Javier Pérez Batista, salvó las dificultades, pero tiene un importante camino que recorrer en el desarrollo expresivo. Albert Vilardell Agnes Baltsa supo a poco Pilan de li Músicm Catalina, I de noviembre 1988. Barcelona.Agnes Ballsa, mezzo-soprano. Orquesta Ciulal de Barcelona. Dirección; Bdmori Colomer. Obras de Fauré, Ravel y Berlioz. En el programa de I bercamera uno de los puntos más novedosos era poder oír a esta gran mezzo soprano griega con la Orquesta Experimental de Atenas. Por circunstancias especiales que no se dieron a conocer adecuadamente no pudo dicho conjunto mantener el compromiso, pero sí acudió Agnes Batsa, cambiando el programa inidalmeme previsto por Les Nuitsd'été de Berlioz; la temperamental cantante y su sentido de la interpretación, capaz de expresar toda la sutileza y la belleza expresiva que emana de la música del compositor francés; fue una lástima que la actuación de la artista fuera tan corta, apenas treinta y cinco minutos. Acompañó a la cantante la Orquesta Ciutat de Barcelona, bajo la dirección de Edmon Colomer, que interpretó en la primera parte Peltéas el Mélisande Op. 80 de Fauré, y Ma Mere, de Ravel; el director barcelonés dio unas versiones comedidas, cuidando que la orquesta estuviera cohesionada, aunque con una cierta limitación expresiva. Nos queda el consuelo de esperar a Agnes Baltsa en una obra también francesa como es el Samson el Dali/a, a representar en el Liceu el próximo mes de junio. Bircdoni. Paiau de La Música, 18 de octubre de 1488. Obras de Rossini, Sibelius. Torre Lledó y Frokofiev. Coral Ondarreta. O Sinfónica de la Radjo de Cracovia. Director: Ramón Térro Lledó. Torre Lledó, como oíros naturales de un país en el que la profesión de director y sus enseñanzas están todavía poco menos que en mantillas, ha intentado, con cierto éxito, abrirse caminos fuera. Con la Orquesta de la Radio de Cracovia ha organizado una pequeña gira española que ha contado con el patrocinio de Naviera del Odie], S.A. Distó mucho de ser perfecta la ejecución global de este concierto de Barcelona. La formación polaca, aplicada y profesional, posee una cuerda muy estimable, pero carece de relieve en la madera y flaquea, a veces peligrosamente, en los metales. El coro bilbaíno, no tan amplio como precisa la cantata de Prokofiev, prestó entusiasmo y todo su vigor, pero anda escaso de redondez, de empaste y de brillo, aunque posea una afinación las más de las veces correcta. Con una orquesta gris y un cora falto de poder difícil era obtener de la monumental partitura cinematográfica los relieves, el abrigarrado colorido y el tono épico que la caracterizan. Lo internó la extrañamente resuelta y fácil batuia del director vasco sin conseguirlo. Pero su estilo decidido, su energía, su clara manera de marcar y subrayar lograron que, al menos, aquello tuviera forma lógica y quedara narrado con aseo y no poca propiedad. Lo mejor se dio quizá en los tres bellos números del Pelleas de Sibelius, en los que el director puso en juego una evidente sensibilidad y un adecuado tratamiento de los timbres, en el vital y hasta garboso Intermedio de La boda de Luis Alonso ofrecida como primera propina y en la difícil obra del propio Torre Lledó, muy compleja en lo métrico, llena de un primitivismo muy directo, reveladora de un olfato dramático indudable que recurre, con excelente dominio del oficio, aunque quizá algo grandilocuentemente, a efectos de rico cromatismo y a la utilización de una muy completa gama percutiva. Partitura atractiva, variada, racial, que incluye, en trabajo un tanto superficial, falto de entrarla, vertido únicamente a lo rítmico-tímbrico, una txalaparta, elemento que otorga un espléndido colorido a la pieza. Aportó su talento dramático, con una muy personal manera de decir el texto de Aresti, Esperanza Abad. A.R. * la ma de guido A.V. Scherzo 31 actualidad Música en la Universidad de Barcelona Gaudeamus igitur... El añejo y querido himno universitario, arropado en la pomposa y brillante instrumentación con que Brahms cierra, honoris causa, su Obertura para un festival académico, llenó con su augusta reverberación el espacio del Paraninfo de la Universidad de Barcelona en solemne sesión de apertura de curso. Fueron magníficos y aplaudidos protagonistas los miembros de la Orquesta Ciudad de Barcelona bajo la dirección de su titular Franz Paul Decker, gozosos partícipes la comunidad universitaria y cuantos ciudadanos quisieron sumarse al acto; invitaba, comme ilfaui, el Magnífico y Excelentísimo Sr. Rector de la Universidad. Felicitemos, pues, a la Universidad y felicitémonos de que tan simbólica apertura no tenga nada de excepción, sino de que sea un ejemplo, bien es verdad que de lujo, de una atención constante prestada por el servicio de extensión universitario a la música, precedido de un curso encero (el pasado 1987-88), en que diversas facultades han prestado sus aulas para el ciclo Música a la Universitat y prolegómeno, a no dudar, de un nuevo ciclo que esperamos atentos. La obertura brahmsiana era, claro está, de rigor en una ocasión asi; de rigor, pero en modo alguno de rutina: Decker se la tomó muy en serio, sensible sin duda, con la Orquesta entera, al marco y ocasión oportunísimos, y dio una auténtica versión, sólida y brillante y muy alenta a conjugar las diversas partes — deliberadamente goliardescas, casi vulgares, algunas; elocuentemente retóricas otras— de este puzzle magnífico que Brahms compuso entre divertido y solemne. El ambiente derivó hacia la reflexión y el ensimismamienio con una versión tensa, emocionada, del Adagietto de la Qui/tía Sinfonía mahleriana, para distenderse de nuevo con una fresca y jugosa interpretación, por parle de la mezzosoprano Bernadette Greevy y de ta Orquesta, de las Cinco canciones negras de Montsalvatge, presente, por cierto, y cariñosamente aplaudido en aquella fiesta académica y musical. El año Gershwin naturalmente fue muy dignamente conmemorado, con un estupendo y nada gratuitamente jazzístico Francesc Burrull al piano, con el Concierto en fa. Recomendación final para el año que viene: repetir, como fastuoso bis, por lo menos la coda de la obertura brahmsiana. Así se empieza el curso con ganas. José Luis Vidal 32 Scherzo Temporada 88/89 de la Caixa La Caixa de Pensions presentó su nueva temporada musical 88/89 que constará en la presente edición de 28 conciertos, a más de 5 programas matinales, y en la primavera próxima, el ciclo de Música Antigua que este año llega a su edición número doce. El auditorium de cristal del Palau Macaya será donde tendrán lugar la mayoría de los conciertos —un total de 24— El resto se ofrecerá en el Palau de la Música Catalana. La temporada se inició el 16 de noviembre con un concierto para violin a cargo de Shlomo Mintz que tocó la Partita núm. I de Bach y finalizará el 18 de mayo con el Cuarteto Mosaiques que ofrecerán obras de Haydn, Beethoven y Mozart. Como en ediciones pasadas, los tradicionales conciertos de Navidad y Semana Santa, con El Mesías de Hándel y la Pasión según San Mateo de J.S. Bach, tendrán lugar en el Palau de la Música. Los organizadores este año han querido ofrecer, al público barcelonés, la posibilidad de escuchar a los Tríos más destacados de actualidad. Por esta temporada pasarán los Tríos Mendelssohn (23 de noviembre), Scherzo (14 de diciembre), Fontaney (1 de febrero), Barcelona (15 de marzo), Lipatti (5 de abril) y Polyvalence (12 de abril). Pero no de Tríos solamente consta esta temporada, sino que la organización, con muy buen criterio, ha incluido Cuartetos (Quartet Mistry —8 de febrero— y Quartet Endellion —1 de marzo—), concierto para instrumentos solistas (dos para piano a cargo de Gyórgy Sebók y HsisoLieng-Liu y uno para violin a cargo de Shlomo Mintz) y para orquestas de cámara (Orpheus Chamber Orchesta —15 de enero— y Diábolus in Música —25 de enero—). Además se contará con la participación del conjunto vocal La Chapelle Royale, que ofrecerá una a priori muy interesante versión del Réquiem de Tomás Luis de Victoria. Los dos conciertos-estrella, los más esperados y anhelados por el público son El Mesías de Hándel, que este año será interpretado por The London Bach Orchestra and Choir, unos verdaderos especialistas en este género, secundados por la soprano Valerie Masterson, la mezzo Della Jones, el tenor John Graham-Hall y el bajo Stephen Varcoe, y ¡a Pasión según San Maleo de J.S. Bach que será ofrecida por la formación holandesa The Amsterdam Baroque Orchestra, con la colaboración de la soprano Barbara Slich, la contralto Ula Groenewold, el tenor lan Honeyman, los bajos Peter Kooy y Michael Schopper bajo la dirección de Ton Koopman. Un total de 18 conciertos que forman parte de esta primera etapa, en donde las formaciones occidentales tienen un predominio absoluto. Los organizadores han sabido combinar las diferentes formaciones que toman parte de esta temporada y el resultado es una programación homogénea, compacta y su gerente que ha recibido el apoyo- del público, agotando las entradas de determinados conciertos en pocos días. Francesc Xavier Mata i Bertrán Orpheus Chamber Orchestra actualidad Temporada de Euroconcert: la consolidación deun ciclo La temporada musical de Euroconcert llega este año a su cuarta edición. Y se consolida como un ciclo de música de cámara que abarca desde el siglo XIV hasta nuestros días, con dos importantes incursiones en el repenorio de música contemporánea y la inclusión de un recital a cargo de soprano Bárbara Hendricks. La organización, como en ediciones anteriores, ofrecerá para sus abonados un concierto-invitación en el monasterio de Pedralbes el 21 de noviembre a cargo de Marcal Cervera, violonchelo, y María Lluisa Cortada, clave, que ofrecerán tres Sonatas de J.S. Bach. La temporada de Euroconcert se iniciará el 2 de diciembre en el Palau de la Música Catalana, con la presentación en nuestro país del Coro de Moscú, que interpretará la obra de Rachmaninov, Las Vísperas —que es la primera vez que se ofrece en concierto en nuestro país. La organización ha asignado un título orientativo a cada uno de los conciertos —tal como viene haciendo en ediciones anteriores— y éste llevará el título de La Gran Liturgia ortodoxa rusa. Tomarán parte en él la mezzo Taiiana Gérangé y el tenor Víctor Roumianev. El 11 de enero y bajo el título de Tres aspeaos singulares del Trío. La formación norteamericana The Beaux Arts ofrecerá un programa basado en obras de Haydn, Ravel y Brahms. Una semana más tarde los Virtuosos de Berlín, miembros de la Orquesta Filarmónica de Berlín, a los cuales ya tuvimos ocasión de poder escuchar el año pasado, ofrecerán un concierto basado en obras de J.S. Bach, Telemann Verdi y Mozart. El 17 de febrero la soprano Bárbara Hendricks, secundada al piano por Staffan Scheja, ofrecerá un recital de lieder con obras de Fauré, Liszt y Schubert. Este concierto tiene un carácter especial para los organizadores dado que hacia bástanles años que Euroconcert iba detrás de Bárbara Hendricks para que interviniese en este ciclo. El mes de marzo albergará dos conciertos. El primero de ellos estará dedicado a Hándel con la participación de The Sixteen Choir and Orchesira y los sol islas Lynda Russell, Maldwin Davies y Michael George que bajo la dirección de Harry Christophers ofrecerán por primera vez en Barcelona Alezander's Feast (La Fiesta de Alejandro). El segundo estará dedicado integran)eme a Johann Sebastian Bach con su Pasión según San Maleo BWv 245. Los solistas y el director del concierto anterior Terrassa, la alternativa musical a Barcelona Iniciadas las actividades de este año con un interesante concierto de la Orquesta de Radio Pekín, a fines de octubre, y con la presencia de la Orquesta de Cámara de Friburgo, el resto de la programación anual es sumamente variado y tiene un considerable interés, que configura a Terrassa como alternativa musical a la actividad concertística barcelonesa. El concierto siguiente será el de Navidad, y correrá a cargo de la Orquesta de Cámara de Munich, que ofrecerá un programa totalmente germánico con obras de Mozart, Bach y Dvorak. El primer concierto del nuevo año correrá a cargo del pianista Joan Molí, ti- tulado Chopin en Mallorca, que Bárbara Hendricks otra vez pero en esta ocasión secundados por David James, Gordon Jones e lan Patridge. En abril, en la iglesia gótica de Santa María del Mar, la Capella Reial que dirige Jordi Savall ofrecerá El Ltibre vermell de Montserrat (S. XIV) que servirá a ios aficionados para poder contrastarlo con la obra que Xavier Benguerel estrenó en el Liceu esta temporada. El segundo concierto del mes de abril ya volverá a su sede habitual, el Palau, y bajo el título de Obras muestras del siglo XX para orquesta de cuerda The English Strings Orchestra bajo la dirección de William Boughton y con la participación de la soprano Kathleen Livingstone ofrecerán un programa basado en las obras de Elgar, Bartók, Britten y Tippett. Los dos últimos conciertos que cierran el ciclo, tienen la particularidad de que ambos ofrecerán obras que son estreno en nuestro país. El día II de mayo y bajo el título de El Teatro inglés de la Restauración se ofrecerá la ópera en versión concierto The Iridian Queen de Henry Purcell. The King's Consort bajo la dirección de Mark Brown será secundado por verdaderos especialistas en este género como Elisabeth Lañe (soprano), Timothy Penrose (contratenor), James Griffett y lan Patridge (tenor), lan Caddy (barítono) y Christopher Keyte (bajo). ofrecerá un recital sobre obras del compositor polaco. El 16 de febrero la formación húngara, Orquesta Ferenc Lísiz, bajo la dirección de János Rolla ofrecerá un programa con obras de Grieg, Hándel, Corelli y Telemann. En el mes de marzo tendrá lugar la actuación de la última formación occidental, el Ensemble César Franck de Bélgica, que intenpretará obras de Mozart y Schumann. El 20 de abril los Solistas de Zagreb interpretarán obras de Hándel, Rossini, Martínú y Mendelssohn. Destaca de este concierto la inclusión de la Sinfonía n." 10 de Mendelssohn, para cuerda. La única ópera de la temporada, tendrá lugar el 18 de mayo. La ópera seleccionada en esta edición ha sido el Rapto del Serrallo, de Mozart. El Centre Cultural de la Caixa de Terrassa posee un moderno auditorium con unas instalaciones idóneas para este tipo de representaciones. Su escenario —que permite el efecto giratorio— puede dar mucho de sí con esta producción. La Opera de Cámara de Praga, será la encargada de ponerla en escena. La dirección correrá a cargo de Josef Bohac. Los solistas de momento se desconocen pero estas formaciones poseen unos equipos tan amplios y equilibrados que cualquiera de sus miembros puede desempeñar varios roles. Había una gran expectación por conocer el titulo de esta edición y cuando se anunció las entradas se agotaron en breve plazo. Y el 25 de mayo The Koenig Ensemble cerrará este ciclo con el estreno de la obra de W. Walton Facade, que será acompañada de la obra de Stravinsky L'Histoire du soldat, dada su brevedad. La Orquesta Filarmónica de Silesia cerrará este ciclo el 1 de junio con un concierto-recital centrado en obras de Penderecki, Tchaikovsky y Mozart. La soprano polaca Zdzislawa Donat cantará arias de Mozan bajo la dirección de Karol Stryja. F.XM. F.X.M. Scherzo 33 &K Í.TRJFT"» octualidod Por fin, un gran Monteverdi Líón. 13 de octubre de 19B8. S.l. Catedral, 21 horas. Morucvsrdi: fespro delta Beata Vergine. Solistas (M. Figucras, M.C. Kiehr, L. Picotti, G. de Mey. G.P: Fagoito, J. Cabré); Coro de] Centro de Música Antigua de Padua, La Capilla Real. Dirección' Jordi Savall. Los habitantes de León pueden felicitarse por el hecho de que, con espléndido criterio, los organizadores del Festival Internacional de Órgano (que este años celebraba su 5. * edición) hayan contado con Jordi Savall como auténtico animador musical de los tres últimos años. En 1986 fue El Ane de la Fuga de J.S. Bach lo que Hesperion XX interpVetó en León. Al año siguiente, la Missa pro Defunctis y la Missa de Batalla de Joan Cererols, con Savall estrenando nueva formación: la Capilla Real. Y en 1988, el bombazo: la mejor interpretación de las Vísperas que este comentarista haya podido escuchar jamás (ni siquiera en versiones discográficas). Comentaba el cellista Christophe Coin hace poco en las páginas de SCHERZO que «Monteverdi todavía no sabemos lo que es», aludiendo a la falta de expresión de las versiones inglesas. Pero por fin se ha podido asistir al descubrimiento de un Monte- verdi profundamente latino, calido, pasional y hermoso: el que presentó Savall. Varios fueron los factores que ayudaron a este hecho. En primer lugar no siempre se tiene la suerte de contar con un coro tan maravilloso como el del Centro de Música Antigua de Padua. Ver cantar a este coro ya es un espectáculo, porque se nota que viven plenamente lo que hacen. Sus voces, de un color bellísimo, perfectamente empastadas y afinadas, aportan algo esencial, como es la expresividad mediterránea. Un diez para este excepcional conjunto, preparado por Livio Picotti. Por olro lado reunió Savall a un magnífico plantel de solistas vocales como la controvertida (para mi sublime) Montserrat Figueras, María Cristina Kiehr, Ouy de Mey o Josep Cabré, etc. Voces bonitas, frescas, perfectamente conocedoras del lenguaje monleverdiano, de las técnicas expresivas y ornamentales de la época... Por fin, un conjunto ins- trumental asombroso como La Capilla Real (en sentido estricto, un Hesperion XX aumentado), auténtico lujo sonoro que sólo Jordi Savall se puede permitir (y también sólo él sabe coínbinar tantas exquisiteces individuales, con gente como Bruce Dickey, Canihac, Lasalle, Becu, Casademunt, Memelsdorf, Gatti, Chamorro, etc.). En cuanto al aspecto de plantemiento conceptual de la obra, como casi siempre Jordi Savall pareció dar constantemente en la diana: se escuchaba justo lo que uno se imaginaba que tenía que sonar, y tal y como debería hacerlo. Es muy difícil destacar algo de tan genial interpretación, pero creo que se alcanzó a crear una magia especial con el bombón de la Vísperas: la So~ nata sopra Sánela María. Todo tuvo una altura insospechada, que será difícil superar, incluso en la grabación discográfica que Savall realizará próximamente. Para finalizar, señalar simplemente que el director no planteó las Vísperas como obra litúrgica, sino como obra concertante. Este último extremo podría discutirse, pero lo que no tiene discusión es que Savall se confirma, una vez más, como uno de los grandes. Suponemos que el año que viene volverá a León, ¡por favor! J.C.C.A. Orquesta Sinfónica y Coro de RTVE Temporada 1988-1989 DtOEMMtl Jueves, I Viernes, 2 Director John'Nelson Jueves, 8 Viernes, 9 Director Anioni Ros-Marbü Jueves, 15 Viernes, \á Director Vittorio Negrí Jueves. 22 Viernes, 2 3 Director A r p a d Joo MRLIOZ Harold en Itoiia. Sellito: A determinar Romeo y Julieta (fragmentos) MADERNA OHANA BENGUEKEL •RITTEN VIVALN Music oí gaity Concierto para guitarra. Sollite: Narciso Yepes (guitarra) Raíces Hispánicas Cuotro Interludios Marinos de -Peter GrimesDomine o d odiuvandum me, RV 5 9 3 Beotus v», RV 5 9 7 Introducción al Dixil, RV 6 3 6 Di<¡t Dominus. RV 594 SalLitot: Valene Masíerson y Teresa Ringholz (sopranos}, Christíne Coims |mezzosoprano|, Andreas Joeggi (tenor) y Cornelius Hauptmann (bajo) Coro de RTVE SMETANA La novia vendida (obertura) OVOKAK Concierto para violonchelo, o p . J 04 SoHitoi Jónos Starter Iviolonchdo) PtOKOFKV Sinlonia núm. 5, o p . 100 Ensaya general: Jueves, a las 11,00 horas Horario de ios conciertos: Jueves, a las 19,30 horas Viernes, alas 20,30 horas Teatro Monumental MADRID Los conciertos Impares corresponden al Abono A Los conciertos pares corresponflen al AOono B 34 Scherzo Chandos Chandos Chandos Chandos SHOSTAKOVICH ISYMPHONY NO.9 IN E FLAT O R 7 0 I ISUITEfroniKATERMA 1SMAH.OVAI FESTIVI OVBCTUWE O B « M I X T E A FQR TVWO Q B H f^EME JABVIW SCOTnSH NATIONAL OftCHESTWA r? I Ti' i SCHC .2BERN . MKL153NOE M.UTIII.IS [ll.\li:PífJ..í,.r iTchaikovsky Manfred Symphoay •HmttT LC i'HOKOIlEV . JÍIJ.IJ Jf V,; . l.'l Chandos Compact disc La única técnica conocida hoy como el «sonido Chandos» crea una calidad de grabación natural e impresiónate que no tiene rival. Esto, junto con una lista de artistas igualmente de primer orden, inusual como su línea de repertorio y la documentación que se incluye, hecha con anterioridad, son testigo de la línea de Chandos. Digital Audio Tape Pero en auténtica avanzadilla, Chandos se incorpora a la última técnica en soporte sonoro, publicando una amplia selección de sus mejores éxitos en Digital Audio Tape. "El Sonido Chandos" en DAT. Pedir información a su proveedor habitual. NEEME JARVI SCOTTISH NATIONAL ORCHESTRA DVORAK SINFONÍAS Ciclo completo SHOSTAKOVICH Sinfonía n° 14 op 135 Elizabeth Hollegue, soprano N. STOROJEV, bajo I Musici de Montreal Yuli Turovsky, director CHAN 8607 CD ABDR 1252 LP ABRT 1252 MC HOSTAKOVICH SYMPHONY NO.14 OR135 ACADEMY OF ST. MARTIN IN THE FIELDS Criamber Ensemble SKAILA KANGA, harpa RAVEL Introducción y allegro DEBUSSY Danza sagrada y danza profana SAINT-SAENS Fantasía ROUSSEL Serenata CHAN 8621 CD ABRD 1309 LP ABTD 1309 MC ELPIABETH HOLLEQUE loprono NIKITA STOROJEV b o u MUSICI DF MONTREAL YULt TUROVSKY Sinfonía n° 4 Canciones bíblicas 1-10 op.99 Brian Rayner Cook, barítono Scottish National Orchestra Neeme Jan/i, director CHAN 8608 CD ABRD 1251 LP ABRT 1251 MC (7° de la serie Dvorak] Arnold BAX Sinfonía n° 7 4 canciones para tenor y orquest London Philharmonic Orchestra Marlm HMI. tenor Bryden Thomson, director CHAN 8626 CD ¡ ABRD 1317 LP STANFORD Sinfonía n° 6 en mi bemol mayt Rapsodia Irlandesa n° 1 Ulster Orchestra Vernon Handley, director CHAN 8621 CD ABRD 1309 LP ABTD 1309 MC Vaughan WILLIAMS Sinfonía n" 4 en F menor Concertó Accademico -] Kennet Sillito, violln The London Symphony Orctiestr Brudem Thomson, director CHAN 8633 CD ^ ABRD 1322 LP ABTD 1322 MC La sintonía n" 14 fue dedicada a Benjamín Brillen estrenada por la Orquesta de Cámara de Moscú (donde Yuh Turovsky fue primer celisla) en 1969 con R Barshai y en presencia del mismo Shostakovích. CHANDOS está orgulloso de presentar esta nueva grabación. PURCELL Sonatas vol.1 The Purcell Quartet CHAN 8591 CD ABRD 1285 LP TANEYEV R. STRAUSS Don Quijote Romanza en Fa para celo y orquesta 2 canciones op. 27 n" 1 op. 33 n° 2 R. Walltisch, cello F. Lott. soprano Scottish National Orchestra Neeme Jarvi. director CHAN 8635 CD Piano Trfc^in Dmajor Op.gg THE BOROOtN TRIO MENDELSSOHN TANEYEV Piano Trio en Re Mayor op. 22 The Borodin Trio CHAN 85 92 CD ABDR 1261 LP ABTD 1261 MC BRAHMS Sinfonía n° 4 op 98 SCHUMANN Obertura Genoveva London Symphony Orcnestra CHAN 8595 CD ABRD 1290 LP Sinfonía n° 9 para cuerda Concieno para violín en Re menor The soloist of Australia Ronald Thomas. director CHAN 8644 CD ABRD 1330 LP netos Chanclos Chanclos Chandos Chanclos PETER WARLOCK Song Benaimin Luxon, barítono David William. piano CHAN 8643 CD hando^^gandos SfflUSH ilM /M.l/f Jlüfl S T R A (J S S ¡FOURLASTSONG® i S F OE tP r« CA ÍWT O I N £ E M E i r L O T T J i H e s c o i N A I I O N A [ ii i n , 1 IHíl i IIIIIIIIIIIIIHI lani cwraro l I|\tH,tK l **l\ BM1B — tU Uk |)UI \fflls t m i i octuolldad la aproximación de Lyubimov. Por suerte, se contaba con un excelente reparto para superar los defectos visuales. James Morris fue un Wotan poseído por un tono cultural nunca forzado, una tan dominante como meditativa autoridad proclamada a todas partes. El Loge de Kenneth Riegel fue un triunfo, chispeante, astuto e inventivo, la confidencia de una disimulada motivación, sutilmente sugerida. Ekkehard Wlaschila como Alberich dio nueva luz a su personaje. ¿Nos apenaremos por Alberich? Wlaschila lo reviste con tales venas de humanidad que vuelve imposible que no sea asi. Un Alberich avaro y codicioso tal vez, pero éste hizo tan aguda su conmoción al ser traicionado que tuvimos que responderle. Además estuvo soberbiamente cantado. La experiencia de Helga Dernesch se demostró en una segura Fricka, Nancy Gustafson fue una deliciosamente juvenil Freía. No es raro que los gigantes se entristeciesen de perderla. Su pesar fue vividamente expresado en los retratos de Fasolt por Roderick Kennedy y Fafner por Williard White, gigantes capaces de torpe emoción. John Dobson fue un Mime apropiadamente terrorífico, Kim Begley y Philip Joll cantaron con efectividad a Froh y Donner. La noche comenzó agradablemente con las El oro en el Covenl Carden. En el centro James Morris I Wolan) y Kennelh Riegel fLoge/. De izquierda a derecha: Helga Dernesch (Frícka), Nancy Gusta/son (Freía), Roben Ken- tres Hijas del Rhin de Judith Howarth, Anne Masón y Jane Turner. Este es el nedy (Fasolt), Willard White (Hafner), Philip Joll (Donner) y Kim Begley (Froh). magnífico material vocal a partir del cual puede construirse un Anillo de caLondres. Royal Opera. Covenl Carden. l-X-88. rraban ofreciendo vistas instantáneas, tegoría. Queda por ver si puede vislumWagner. Das Rheingold. que parecían tener poca relevancia con brarse el sentido dramático en la la acción. El efecto era más bien el de producción de Lyubimov. En 199] acaEl nuevo Anillo de la Roya! Opera se so haya repensado algunos temas que una invitación a examinar algo a través completará en 1991 después de cuatro han sido ahora confusos en Das Rheinentregas anuales. Tanto el direcior de es- del lado equivocado de un telescopio, gold. Por lo menos (la levita de Wotan cena, Yuri Lyubimov, como el musical, causando una distracción. es una excepción menor) parece improCon una excepción, el vestuario fue Bernard Haitink, trabajan la obra por bable que vaya a cargar el ciclo de suvez primera. Al final de la primera no- incompetente. La excepción estaba en gestiones políticas. Muchas gracias por che de Das Rheingold, uno tenia la im- Loge, cuyo atavío arlequinesco, mitad ello. presión de que Lyubimov no estaba negro, mitad rojo, ayudaba a proyecseguro de dónde se encontraba. Pero tar su personalidad dividida. Wotan vesmusicalmente la cosa fue completamen- tía una levita reminiscente de director te diferente. Haitink es obviamente un de compañía capitalista pasado de mogran wagner i ano por su construcción, da. Donner, sin razón aparente, pareKenneth Loveland su decidida conducción de la corriente cía estar enfundado en una aureola, los orquestal, su apoyo a los cantantes, con- colores de arco iris de Froh eran enigfigurando con elegancia las frases líri- máticos. cas y subrayando los puntos de climax. Lyubimov insistió en añadir personaCada motivo básico tuvo una clara definición desde su primera aparición. Ex- jes. La figura de la Justicia, con laminillas y todo, impuesta sin justificación. trañamente, la temperatura musical Loge tenía un asistente, aunque uno decayó hacia el final, pero logrando una refinada ejecución orquestal, fue más imaginaria esto de todos los personael foso que la escena el que dio la sen- jes del Anillo, él fue capaz finalmente de cuidarse de sí mismo. Se nos presentó . S T - . l í l . : « 9 29 Al sación de una narración continua. demasiado pronto a los gigantes, reduciendo con ello el efecto de su llegada Lyubimov y su escenógrafo, Paul Todus lu* d i « más tarde en la ópera. La transformaMúsica í lisie» ín dirtclu Hernon, habían trabajado antes juntos ción de Alberich fue desastrosa. En vez en el Covent Carden (Jenufa), así que de serpiente, había un inofensivo gusaDe lunes a jueves y a las 23.30 C l í I.OS era presumible una cierta unanimidad no verde hinchado. El sapo, un pequeI>E MUSICA CLASICA, dedicados a un de intención. Incluso esto fue difícil¿lutor. a un esíilo o a un periodo de la ño y bonachón animal doméstico. Ammente detectable. La pieza central era Historia de la Música bos provocaron risas en el teatro. En un disco giratorio, donde las Hijas del Viernes sábado*, y domingos, doi actuacuanto al puente al Walhalla, se puede ciones, a las 20.30 y las 23,30. Rhin cabriolaban al ¡mentar alcanzarasumir que los dioses no lo habían vislas Alberich, y que luego tenía un agu- to antes de pagárselo a los giganies, jero desde el que Erda, admirablemente quienes obviamente les defraudaron con cantada por Jadwiga Rappé, salía para algo barato y útil. Se buscaría, infrucdar su advertencia. Al fondo, una pantalla con orificios que se abrían y ce- tuosamente, un impulso consistente en No esoro todo lo que reluce Scherzo 39 actualidad La Opera North del experimento a la estabilidad Utds. lirand Theatre. I7.IX-8S. Prokofiei. El amor de faí tres naranjas. Optra North. En sólo 10 años la Opera North ha progresado desde el experimento a ser una compañía estable con sede en Leeds, que actúa también en ciudades como Manchester, Notiingham, Hull y Bradford. Hoy es un importante miembro de la ópera británica, con reputación por sus imaginativas producciones, el apoyo de un público fiel, que ocupó la pasada temporada el 90 por 100 del aforo, y una fuerte financiación de las autoridades locales a sus espaldas. Naturalmente, hubo algo de celebración en la apertura de la décima temporada con la nueva producción de El amor de las tres naranjas de Richard Jones. Esta fue violentamenie cómica, llena de sorpresas y casi agotadoramente movida, algo conseguido en gran parte gracias a los fácilmente maniobrables, pero atmosféricos, decorados de los hermanos Quay (equipo americano que trabaja en la ópera por primera vez). Pero fue una sensación más profunda que una simple velada hilarante. El amor de las tres naranjas tiene raices de cuento de hadas, pero las historias de hadas no son solamente azúcar y encanto. En ellas, viven la crueldad y el miedo, y Jones dio luz a estos aspectos junto a lo grotesco, lo fantástico, lo satírico y lo romántico. Se usaron unos personajes extrañamente vestidos, a modo de mudos comentaristas, que ocasionalmente rebosaban por los palcos, atrayendo regularmente a la audiencia a la acción. Había muchas cosas que nos recordaban que Prokoftev fue influido por el teatro de Meyerhold. Sólo en una ocasión se sintió que Jones había ido demasiado lejos en su búsqueda de la risa. El tratamiento del demonio Farfarello era de una grosera vulgaridad. David Lloyd Jones ha sido el director musical desde el comienzo de la compañía y a él deben dirigirse buena parte de las alabanzas por el éxito. Las ejecuciones orquestales han sido constantemente de calidad y así ha sido de nuevo en El amor de las ires naranjas. Un afilado y vibrante relato de la brillante partitura de Prokofiev, con el que parpadearon y bailaron los rápidos movimientos de la escena. Es éste un triunfo de equipo con numerosas caracterizaciones brillantes. El Truffaldino, vivaz, rico en payasadas, de Paul Harrhy, fue una obra maestra de invención. Peter Jeffes, como el príncipe, presentó un convincente esbozo de un hipocondriaco autocompasivo. El preocupado rey de Michael Glanville, la amenazadora Fata Morgana de Pauline Tinsley (otro éxito más en la carrera de esta experimentada cantante), la maligna princesa Clarissa de Patricia Payne, el cocinero gigante de Richard Angas, Juliet Booth como una encantadora Ninetta, Mana Jagusz como Smeraldina, todos ellos se distinguieron, mientras el Leandro de Andrew Shore fue una mezcla repulsiva de servilismo y sigilosa maldad. Kenneth Loveland El amor de IUÍ ¡res naranjas en la producción de la Opera North, 40 Scherzo La de cal y la de arena París: Paiais Garnier. Verdi: Rtgoletto El Duque de Mantua: Giuseppe Concia nzo/Pietro Bal!oh Rigoletto: alain Kondary, Gilda: Alida Fcrrarini. Sparafucile' Romuald Tesarowiz, Magdalena Jocelyne Taillon. Orquesia de la Opera de París, director: Alain Guingal, director de escena: Jean Mane Simón. Handd: Julio César. Cleopaira: Felicity Lott. Ce«ar: Graham Pushee, Cornelia Guilletnette Laurens, Sesto: S u ^ n Quittmeyer, Tolomeo: Jochen Ko<*alski. Nireno: Dominiquc Vissé. La Grande Fcuric e la Chambre du Roí, director: Jcan-Claude Malgoue. director de escena: Nicholas Hymer. Gracias a Julio César, la ópera de París ha demostrado que es algo más que un buen teatro de provincias, ya que esta impresión causaba el Rigoletto con que los franceses han inaugurado la principal temporada lírica del lejano país vecino. Una concertación fosoescena atenta —sin salirse de los límiles impuestos por la rulina—, buenos coros e iluminación excelente son algunos de los elementos que otorgan un barniz profesional a las producciones de este teatro. Pero Rigoletio es una ópera de lucimiento vocal y sin voces resulta un barco en desguace. No hay mucho donde escoger hoy, es cierto, pero es una excesiva declaración de impotencia el hecho de que en las redes del Duque de Mantua se vieran apresados cinco tenores: Schicoff, Ichihara, Bello, Constanzo y Bailo, quienes por turno se iban indisponiendo o asustando. Al final le tocó la china de cantar a Giuseppe Constanzo, que fue recibido con un abucheo porque ya se le conoce en este foro, y aunque su voz no se oía se advertían las venas del cuello desde cualquier localidad. En la misma función, a ¡a altura de La donna é mobile, fue sustituido por Pietro Bailo que a su lado parecía algo sin serlo gracias a unos groseros agudos. Tampoco convenció el barítono Alain Fondary en su retrato del protagonista, pues si bien la voz interesa los primeros minutos, después él mismo desconecta y no te deja otra opción que la de hacer lo propio. Son sus credenciales la anchura artificia] en las notas que le resultan cómodas y para el resto imposibilidad de ligar frases largas, nasalidades en la zona alta y respiraciones ad libttum. Veinticuatro horas después vino a poner las cosas en su sitio el Julio César haendeliano, al salir valedor de este poco afortunado Rigoleito. La puesta en escena de Nicholas Hynter reflejaba un disianciamiento irónico, palpable en momentos como la discusión conyugal del primer acto entre Cleopatra y Tolomeo o en el intermedio de la batalla entre las huestes de éste y las de César. actualidad IV Bienal Madrid-Burdeos Jean-Claude Ma/goire La concepción de la obra es algo estática y próxima al oratorio, y es quizá la larga sucesión de arias lentas lo que ha envejecido más deprisa. Jean-Claude Malgoire hace tabla rasa ante cualquier posible desigualdad de la ópera y dirige toda la música sin sobresaltos ni altibajos. Concede igual importancia al aria de presentación de Tolomeo que al tiúo de Cornelia y Sesto, al célebre lamento de Cleopatra o al regocijante dúo fina! enire ella y César. Afirma así una incontrovertible unidad de la obra y de paso su propia alegría contagiosa al dirigir esta música, la única que hoy parece conocer un auge irtterprelativo. La pueria de acceso a la fantasía barroca de Hándel se encontraba abieria de par en par por los tres contratenores —César, Tolomeo y Nireno—, que son la mejor elección para hacer de guias en este recorrido. Destacó entre ellos Jochen Kowalski, con una voz que era la proclamación de la ambigüedad, y fue más limitado Pushee, su rival y protagonista. Del resto del reparto fueron admirables Susan Quittmeyer, Sesto de voz deliciosamente impostada y la Cleopatra de Felicity Lott (pese a algún sonido entubado o fijo), con más volumen pero perfectamente integrada en el conjunto. Joaquín Martin de Sagarminaga Doce concienos, Doce constituyen la cuarta Bienal Madrid-Burdeos de música contemporánea que se desarrollará en el Circulo de Bellas Artes de nuestra capital del 6 al 11 de este mes. El primer encuentro tuvo lugar en 1985 en la ciudad francesa. Se pretende establecer una política de intercambios entre las dos culturas estructurada sobre las obras de compositores de hoy y sus intérpretes. Las experiencias más recientes van a tener reflejo en esta serie de actividades organizadas por el Cemro para la Difusión de la Música Contemporánea y patrocinadas por el 1NAEM, el Ayuntamiento de Madrid, el Circulo de BeMas Artes y diversos Organismos franceses como el Ministerio de Cultura y Comunicación, la Asociación Francesa de Acción Artística, el Ayuntamiemo de Burdeos y el Consejo General de Aquitania. Cabe destacar en primer lugar el espectáculo demoninado A corps el á cris, de Marc Monnet y la Compañía Capul Mortuum, que combina ópera, teatro musical y danza buscando relaciones entre sonido y escena y que se estrenó en Francia el pasado abril (8 de diciembre). La lecon d'espagnol mezla también distintos elementos organizados escénicamente por Luc Ferrari, que cuenta con el conjunto La Muse en Circuit. Nada menos que cuatro estrenos mundiales se llevarán a cabo en esta ocasión (7) firmados por el propio Ferrari, Musseau y Jisse. El Ensemble Musique Nouvelle de Bordeaux y el Grupo Circulo de Madrid, dos formaciones muy similares, acometen presentaciones absolutas de obras de Mellé y Vercken y nacionales de partituras de Turina, Garrido y Miereanu respectivamente (8 y 9). Altamente interesan le aparece lo que podríamos denominar sección pianística, en la que se han previsto conciertos de tres importantes instrumentistas. El más clásico, Ciaude Helffer, se enfrenta a creaciones de autores no menos clásicos como Stockhausen (siete Klaviersiücke), Manoury, De Pablo y Xenakis. El siempre inquietante valenciano Caries Sanios combina, como viene siendo habitual en sus últimas producciones, el piano, la voz, el cine y la acción escénica (ambos el día 10 a distinta hora). El tercero, asimismo autor e intérprete, Denis Levaillant, actuante también el 10 (22 horas), improvisa sobre banda magnética con singular empleo de la luz como elemento expresivo. El mismo artista cerrará la Bienal con un escenario musical de su invención titulado Les passagers du Delta, próximo, con la intervención de percusión y contrabajo, al mundo det jazz (día 11. 19 h.). Dos agrupaciones galas inician y acaban la muestra: el Ensemble Acroche Note, con sendos conciertos en los que ven la luz en España obras de Manoury, Donatoni, Reverdy y Mache, y el Ensemble International de Saxophones, dirigido por Jean-Marie Londeix, que brinda dos premieres, de Rossé y Lauba, y dos mundiales, de Fusté-Lambezat y Guerrero; esta, Rfiea, resultado de un encargo de la Bienal. ciaude Scherzo 41 octuolidod 15 atracciones 15 Con fines altruistas y desinteresados se han reunido en una escena vienesa un plantel de cantantes líricos de enlre el montante actual de la escena operística. Allí estuvo TVE, en diferido, para ofrecer el espectáculo por su segundo canal de la tarde del sábado, compitiendo, en la aira cadena, con una película de los Hermanos Marx (si fuera la Noche en la ópera la cosa traería cola). En el desfile de estrellas hubo ausencias apreciadles de inmediato: la del ubicuo Domingo (días más tarde llenaría el vacio zarzueleando en Contigo), la de la Caballé (Je chante totil el partout). Asi como otros nombres de rodaje continuo por los teatros del orbe. Pero el grupo reunido, un esfuerzo considerable, y a pesar de las ausencias, pudo sevir para formarse una idea de la situación presente de la ópera. Y se comprobó que lo mejor se dio ofrecido por los veteranos (Kraus en primer término, y luego Ludwig), muy por encima del resto, los que hoy se encuentran en su momento, que se movieron entre lo correcto (Von Stade, Ricciarelli por momentos en La Wally) y lo pésimo (Marton, Zampieri>, con el agravante de preludiarnos un futuro con modestas esperanzas (Pace, Hampson). Un programa donde no hu- Alfredo Kraus bo nada de repertorio alemán, sin duda no se encontraron intérpretes disponibles de tal disciplina. Mucho Verdi sobre todo y otros compositores italianos y franceses. La orquesta de la ORF tuvo un desganado y vulgar Anion Guadagno en el podio. ¿Qué más destacar, para el bien o mal, del desfile vocal de la velada? Ahí van, a vuela pluma, algunas impresiones. María Chiara podría trasladar algo de su encanto personal a las dos interpretaciones, faltas de sutileza, de !M Forza y Tosca. Teresa Berganza recordó su gran clase en Isabella de L'Italiana in Algeri (no tanto en Carmen), pero puso demasiado alcohol en La Perichole. Gedda sólo fue quien fue en pocos compases del aria de Lenski. Kurt Rydl, el único representante de su cuerda de bajo (casi un símbolo esta falta de competencia) apareció como un comprimario con recomendaciones. El ya citado Thomas Hampson encandiló al fervoroso público con un desenvuelto y juvenil Fígaro rossiniano, hábil manera de disimular un instrumento de evidente medianía. Cappuccilli y Manuguerra, con destellos de autoridad y presencia vocal. En fin ¿para qué ocuparse de los demás? Fueron, no obstante, tres horas de atención e interés sin decaimiento, aunque a la postre el entusiasmo quedara un tamo entibiado. No obstante, ¡hasta la próxima! F. F. Música Clasica ¿Ha pensado ya en el regalo para estas Navidades? REGALE MÚSICA CLASICA seguramente... tenemos ¡o que Vd. busca Turner Música Clásica Genova 5. 28004 Madrid. A\(\ AA 10 NOUEDflDES EN COMPflCT D1SC 7494832-2CD's 749487 2-6 CDs 7495342-4CD 7496412-3 CDs 749108 2-3 CDs 749' COMPflCT D1SC fl MEDIO PRECIO DONIZETTl i.i-OOf, HEPEM f APECCHI APttl* dulTcfllco dril Opcr» 1> 769635 2-3CDs 7698972-2 CDs 7695382-2CDs hilpt 7696312-2CDS UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE MADRID DEPARTAMENTO DE MÚSICA XVI CICLO DE GRANDES AUTORES E INTERPRETES DE LA MÚSICA Curso 1988-89 DICIEMBRE Martes, 6 19,30 h. CORO DE MOSCÚ Obras de G. Sarti, P.I. Tdiaikovski, Bortnianski, S. Taneev, Rachmaninov, Alfred Schnitke Director: Valery Polianski DICIEMBRE Viernes, 16 22,30 h. NARCISO TEPES Y EL CUARTETO ENESCO DE PARÍS Quintetos de L. Boccherini ENERO Sábado 14, lunes 16 y Martes 27 22 30 v 19 30 h ' >J" ¿¿ JW y ORQUESTA DE CÁMARA DE LA FILARMÓNICA DE BERLÍN Obra;, cié Offenbach, Mendelssohn, Becihoven, Schónberg, Telemann, J. S. Bach, Stravinski, Gershwin, Janacek FEBRERO Domingo, 19 19,30 h. 18,30 h. LA CHAPELLE ROYALE DE PARÍS Obras de T. Luis de Victoria 19,30 h. CORO DE LA FILARMÓNICA CHECA Obras de G.P. Palestrina, J. S. Bach MARZO Miércoles, 15 19,30 h. ORQUESTA DE CÁMARA NORUEGA Y ROSTROPOVICH Programa a determinar MARZO Lunes, 20 17,30 h. ORQUESTA DE LA NDR DE HAMBURGO Dir. K. PENDERECKI Programa a determinar ABRIL Jueves 20, viernes 21 y sábado 22 22,30 h. ORQUESTA DE CÁMARA DE STUTTGART Y K. NUNCHINGER Obras de J. S. Bach ORQUESTA DE CÁMARA FRANZ LISZT DE BUDAPEST Obras de Béla Bartók, Haendel FEBRERO Domingo, 19 MARZO Martes, 7 MAYO Martes 16, Miércoles 17 y Jueves 18 22,30 b. I MUSICI Obras de Barroco italiano y Vivaldi AUDITORIO NACIONAL Con el patrocinio de CAMPSA Con la colaboración del Instituto Nacional de las Artes Escénicas y de la Música Localidades: Departamento de Música de la Universidad Autónoma de Madrid y Taquillas del Auditorio Nacional. - actualidad Messiaen: 80 años El 10 de diciembre cumple 80 años el compositor francés Olivier Messiaen, uno de los grandes nombres de la música contemporánea, de los que más ha influido en las diversas generaciones. Boulez, Stockhausen, Henry, Xenakis, Amy, entre otros, han bebido de sus enseñanzas, impartidas desde 1942 en distintos centros. Messiaen es un incansable creador, un investigador profundo, una personalidad subyugante que escribe sobre papel pautado casi a partir de su nacimiento en Aviñón. El mismo se autocalifica de compositor, ornitólogo y especialista en ritmos. En su primera composición, La Dame de Shalolt, de 1916, para piano, muestra su inquieiud. Su primer maestro, Jean de Gibon, le regala dos años más tarde una partitura de Pelléaset Mélisande. Su vocación queda entonces ya definitivamente fijada. Dukas y Dupré figuran entre sus profesores en el Conservatorio de París en donde estudia de todo: piano, armonía, acompañamiento, percusión, órgano (uno de sus grandes caballos de batalla), contrapunto, fuga, composición, orquestación... Luego, sobreviene una carrera, larga —todavía con futuro—, rica, llena de éxitos y descubrimientos. Su matrimonio, en segundas nupcias, con la pianista Yvonne Loriod, marca buena parte de su creación posterior (1961). Desde su salida del Conservatorio parisino se empeñó en el estudio de diversas materias: rítmica hindú, métrica griega, canto llano... Profundizó en la obra de Mozart y Debussy e inició una sistemática anotación de los cantos de los pájaros, labor ésta que le ha servido muchísimo en la confección de gran parte de sus obras posteriores. Olivier Messiaen «...mis preferencias van hacia una música variada, refinada, voluptuosa..., una música que arrulle, que cante...», «una música como una vidriera, una vorágine de colores complementarios», «un arco iris teológico» Esta miisica, ausente de progresión, de desarrollo se corresponde con una ausencia de intencionalidad. «La perfección de su arte consiste en componer como la naturaleza lo hubiera Es el propio compositor quien clasi- hecho, sin intervención de la voluntad fica sus creaciones en cuatro clases: a) humana» (Paul Griffiths). Siempre hay religiosas y teológicas basadas en tex- en esta música una tendencia hacia la tos de las Sagradas Escrituras: Trois pe- inmovilidad, hacia la persecución de un tiles Liturgies, Visions de /'Amen. Les ideal: comprenderla como un color deCorps gloríeux, Messe de la Pentecóte; fi ni torio de su deseo de eternidad. De b) de investigación rítmica: Vingt Re- ahí las relaciones establecidas entre garás, Qualtre Eludes de rythme. Liv- acordes y colores; por ejemplo, entre el re d'orgue, Chronachromie; c) de sexta aumentada en la mayor y el relacionadas con el mito de Tristan e azul, el azul de los ríos, de los cielos y Isolda: Harami, Cinq Rechants, Turan- de los mares del Catálogo de pájaros. galila Symphonie; d) escritas sobre el canto de los pájaros: Réveit des osiCelebremos desde aquí y desde nuesseaux, Sep Haikaí, Catalogue tra natural modestia la efemérides, aund'oiseaux... que no tengamos, al contrario que en Francia —donde se han programado diLa producción del octogenario com- versos actos—, ningún concierto con su música que llevarnos al oído. Recordepositor es tan caleidoscópica como pomos al menos su presencia entre nosodía suponerse en artistas de su singularidad, que mezcla técnicas y es- tros hace dos otoños con moiivo de la tilos diversos en el tiempo y en el espa- interpretación en versión no escénica de cio, incluidas las seriales. Recurramos gran parte de su ópera San Francisco de Asís. de nuevo a las declaraciones del autor: Música neutra El tono general del concierto que abrió el pasado día 24 de octubre la IX edición del Festival de Jazz de Madrid se correspondería aproximadamente con el que hubiera ofrecido un músico del estilo denominado new age —esto es, música neutra y ecléctica hasta extremos de intolerante somnolencia—, pero interpretado por un artista que conoce profunda y extensameme la historia del piano jazzístico: Keith Jarrett. Jarren apareció en el escenario del Auditorio Nacional de Música con quince minutos de retraso y, sin embargo, la visión de su menuda figura resultó casi inesperada. Saludó en medio de una ovación moderadamente apasionada, tomó asiento delante de un Steinway y curvó tanto su espalda que casi se da de bruces contra el teclado. A partir de ese momento comenzó el habitual espectáculo escénico que suele brindar este pianista: contorsiones espasmódicas, tocar de pie, a veces casi de espaldas, gestos crispados o inverosímiles que muchas veces son calcados minuciosamente de tos que la madres efectúan diez segundos antes de parir, estufidos, jijeos, gemidos, plañidos y evohés. Fueron tres cuartos de hora de música sin interrupción, un receso y otros cuarenta minutos de piano. Después una propina, una delicada —tal vez demasiado— versión de la bellísima Over the Rainbow. Keith Jarrett es un músico técnicamente superdotado y parece conocer todas las escalas y acordes del universo mundo. Pudimos escuchar gigas, minués, tonos frigios, preludios del Clave bien temperado, música árabe y si me apuran, aires propios del folklore alcarreño. Incluso en la segunda parte se le escaparon unos acordes de blues, pocos. Luego se pasó casi diez minutos tocando sólo las teclas negras del piano: debió de ser una promesa. Si Cecil Taylor es un pianista (actuó muy recientemente en Madrid) que toca en primer lugar para su propia satisfacción personal, olvidando a veces que quien escucha puede no estar dotado de su compleja cultura musical y riguroso oído, Keith Jarret quiere ser anle todo un divo. Le resulta imprescindible el reconocimiento público, el aplauso apasionado. Por ello sus concesiones al oyente son infinitas. Toca sin sorpresas, como todo el mundo espera que toque. O sea, muy bien. Pero esa tensión propia del jazz, ese algo indefinible que distingue a esta música de la que no lo es, eso que llaman swing —vieja palabra que algunos han olvidado— no se sintió, sino en contadas ocasiones. Víctor Uceda Scherzo 45 entrevisto Maurizio Pollini, el corazón del ángel FOTO: D.G. erio, concentrado, tímido, un poco huraño al principio. Asi es Maurizio Pollini. Su voz, grave, queda, melodiosa. Su talante modesto. Sus largas pausas a lo largo de la conversación. Su deseo de aprender con exactitud el verdadero sentido de cada pregunta. Sus respuestas lentas, pensadas, razonadas... Son rasgos que definen una personalidad sin duda singular y atractiva, llena de claroscuros, en la que se aloja, no del todo en el fondo, un corazón musical y humano de notable tamaña Hay algo de infantil y casi angélico en la mirada de este mitanes de mediana estatura, que se muestra, quizá por hábito defensivo, extremadamente cauto y que larda en entrar en situación. Extraña mezcla de intuición e intelecto, de inspiración y razón, Pollini revela ser un fenomenal artista, un ser de rara sensibilidad que no siempre es capaz de explicar los porqués de su modo de hacer —pero ¿es explicable el arte?—, combinación exquisita de rigor clásico, fantasía y arrebato. SCHERZO pudo conseguir, al fin, esta entrevista con un pianista triunfador y huidizo que, como escribiera Roberto Andrade en el número anterior, ofreció el 12 de octubre un concierto memorable en un Real a punto de echar el cierre. Son explicables por ello las alusiones y referencias que, a lo largo de ¡a conversación, aparecen en torno al señalado evento. S 46 Scherzo entrevisto S CHERZO.— Usted ha actuado una sola vez en Madrid. Sin embargo, se le puede considerar un pianista casi mitico para nuestro público. Quizá ello se deba, entre otras cosas, al mismo origen, un tanto legendaria de su carrera. Le habrán preguntado ya ames las razones que le movieron, tras ganar el Premio Chapín en Varsovia, a abandonar prácticamente todo para dedicarse al estudia ¿Qué necesidad sintió para hacerlo cuando tenia ya ante sí el triunfo, la gloria? POLLINI.— Verá... No fue exactamente así, como se suele contar. Después del concurso de Varsovia comencé a locar, a dar muchos conciertos. En seguida me di cuenta de que era demasiado pronto para mi, de que no me convenia este upo de vida; y corlé el sentido de mi carrera. Pero se ha exagerado en exceso. Se ha dicho que abandoné las salas de concierto por completo. Eso es asi sólo por lo que respecta al primer año. Luego reinicié mi carrera, pero tocando de forma limiíada, reduciendo actuaciones. Creía que era lo mejor para mi desarrollo artístico a lo largo de los sesenta. S.—¿Fue durante ese año sin actuar cuando entabló relación con Benedetti-Michelangeli? P.—Exactamente, debió de ser por el sesenta y uno o sesenia y dos. S.—Es de suponer que sentía por él gran admiración y que su personalidad influiría mucho en usted por aquella época. R— Benedettí, qué duda cabe, era y es un gran artista, un pianista de excepción; pero, a pesar de que en su momento recibí de él útilísimos consejos en el orden técnico y sobre la concreta interpretación de algunas obras, yo he seguido mi propia evolución. Han pasado muchos años. Mi forma de locar es, en todo caso, consecuencia de mi manera de sentir ta música. Tengo por Benedeiii el máximo respeto, pero no creo que pueda establecerse un paralelismo entre él y yo. S.—¿Puede hablarse de una escuela pianística italiana equivalente a las de otros países o que siga las grandes lineas fijadas por la de Liszt-Siloti o sus herederos rusos o polacos? P—Puede hablarse más bien de la existencia de magníficos profesores que, en cierto sentido, quizá hayan constituido, si se les agrupa, una especie de escuela. Recuerdo, como representante de la vieja tradición, a Lonati, con quien estudié de niño, o a Vilale, miembro de una, podríamos llamarla asi, escuela napolitana, que tuvo una extraordinaria cantidad de alumnos, pianistas de primer orden. Quizá podría considerarse que, más que una escuela propiamente dicha, lo que ha habido es una notable floración de espléndidos enseñantes, una estirpe de estupendos pedagogos. S.—¿Llegó a conocer a Diño Ciani? P— Si. Era amigo mió. Un artista de altísimo nivel, siempre interesado en todos los aspectos de la música. Una personalidad magnífica. Lástima que muriera tan joven. S.—¿Se sintió interesado desde el principio de su carrera por la música de vanguardia, que tanta relevancia ha ido teniendo en su repertorio? P—Ya en !a época de concurso de Varsovia mi repertorio era bastante extenso. Junto a obras de Beethoven, Chopin y otros compositores clásicos, situaba las de autores del novecientos. En aquellos años tocaba ya, por ejemplo, Petrouchka de Siravinsky, Mi interés concreto por la música de vanguardia es posterior, hacia el fin de los sesenta, cuando comencé a estudiar las partituras de Schoenberg, la Segunda Sonata de Boulez... Y ya en los años sesenta, obras de Nono, Stockhausen, Manzoni, etc. S.—y algunas las ha grabado. P—De Nono, por ejemplo, he grabado las dos únicas en las que él utiliza el piano: una especie de cantata, como una ola de fuerza y luz. con texto en español de una poeta chileno, para piano, soprano, orquesta y cinta magnética, del 71 o 72, y Sofferte onde serene, para piano y cinta, escrita pocos años más tarde. S.—Hoy precisamente uno de los principales compositores italianos quizá sea Nono. Y a su lado, Beño. P.—Sí. Pero debo decirle que en Italia existen actualmente otros autores de enorme personalidad, aparte de los citados, que probablemente son menos conocidos: Bussotli, Manzoni, Donatoni, Clementi..., todos surgidos después de la guerra. Y luego, de una generación posterior, Sciarrino, extremadamente interesante... Creo que estamos de suerte ahora en mi país. Es quizá el momento más feliz desde que terminó la guerra. 5.—¿Uniría el nombre de Scelsi, recientemente fallecido, un auténtico adelantado ya en los años cincuenta, a los mencionados? P.—Es posible, era una personalidad atrayenle, pero no conozco prácticamente su música. S.—Ha comentado usted alguna vez que la música hija del dodecafonismo había que escucharla con independencia de que estuviera adscrita a un sistema sonoro determinado; con oídos inocentes. Por ejemplo, y en concreto la última de las Piezas op. 23 de Schoenberg, que tocó en el concierto de ayer. P.—En efecto, ante este Vals, primera composición estrictamente dodecafónica del autor, el oyente no ha de sentir forzosamente una fractura estilística; para él no es evidente la sistemática empleada. Ha de dejarse llevar. Y asi suele suceder. Como parece que ha sucedido en este concierto de Madrid. S.—Al abordar el estudio e interpretación de una pieza, ¿atiende usted en mayor medida a los efectos ¡imbricas, puramente sonoros, o a la estructura, a la arquitectura? P.—... Depende. Ante todo es preciso saber de qué música se habla, conocer el carácter de la composición. De un modo general puede decirse que el timbre es un componente muy importante para otorgar —según las relaciones que se establezcan entre él y otros componentes— aquel carácter individual. Pero quizá deba hablarse sobre todo de que los distintos aspectos de la obra forman un conjunto perfectamente integrado en el que ninguno ha de tener relevancia en perjuicio de los demás. El fraseo, el timbre, la dinámica, la estructura... Son todos elementos que se combinan a la vez, que se integran. No son independientes, están íntimamente ligados. S.—Da la impresión escuchándole tocar de que usted concede especial preponderancia a la claridad de la estructura básica, a la nitidez de las voces. R—No lo sé. Puedo comentarle que la mayoría de las veces no prefiguro de manera precisa la transparencia de la estructura. Lo que intento es realizar la idea que tengo de la composición; una idea que trato de enlazar directamente con su carácter. Pero no me planteo como objetivo la evidencia o relevancia de un factor por encima de los otros. S.—Y, como ¡odo músico-intérprete, quiere reproducir la partitura del modo más fiel posible. P—Sin duda. Me parece algo deseable la fidelidad al texto, seguir las indicaciones del compositor lo más rigurosamente posible. Pero no creo que esto sea suficiente par transmitir el espíritu de una obra musical. El respeto a lo escrito es una cosa buena, pero es muy poca cosa, podría decirse. No hay en él creación. Es simplemente un buen punto de partida. Nada más. S—¿Hasta dónde se plantea cuestiones de carácter histórico o estilístico en la interpretación de composiciones del pasado "M ¡forma de tocar es consecuencia de mí manera de sentir la música Scherzo 47 entrevisto Claudio Abbado y Maunzio Pollmi, amigos en la vida y en la música desde hace años. que precisaban de insirumemos de naturaleza y características determinadas? Por ejemplo, en relación con la reproducción hoy, en un piano moderno, de una sonata de Mozart escrita en principio para un fortepiano. R—Yo en esle lema concreto no me muestro demasiado rígido. Pienso que lo verdaderamente imponante es la imaginación de Mozart. La idea de los compositores creo que no estaba necesariamente ligada al instrumento que tenia a su disposición. Recordemos la famosa contestación de Beethoven a aquel violinista que se lamentaba de la dificultad de algunos pasajes: «Créame que pienso en su miserable instrumento cuando escribo». Hablemos de Chopin: el piano era ciertamente más moderno, más próximo al aciual que el existente en la época de Beethoven o de Mozart. En este caso nos encontramos con una adherencia clara, con una escritura extraordinariamente feliz de un compositor para un instrumento. Pero es evidente que si esla escritura la trasladamos, la ponemos en práctica sobre un piano actual, el resultado es aún mejor. Insisto en que para mi es más relevante el edificar la interpretación más a partir de la imaginación del compositor que a partir det tipo de instrumento. La propia fantasía creativa debe ir más allá de la realidad precisa y de las posibilidades de aquél. S.—¿Estos son los criterios que ha empleado para acercarse, por ejemplo, al Clave bien temperado? P.—Sí, aunque este es un ejemplo extremo. Durante muchos 48 Scherzo años tuve reservas en relación con el uso del piano en una obra destinada en principio para el clave. Hace ya algún tiempo que me decidí a ello y comencé a tocar el primer cuaderno. Estoy contento de la experiencia. Pienso realmente que es una posibilidad de acercarse a la música de Bach. Hoy no debe haber demasiadas restricciones sobre este tipo de fidelidad ceñida al concreto instrumento. Hay que tener en cuenta que el propio Bach realizó un incontable número de transcripciones de sus obras. Por ejemplo, transformó el preludio de la Suitepara violi'n en Mi mayor en una pieza sinfónica para órgano y orquesta ubicada en una cantata. Convertía un concierto para clave en un concierto para violín o viceversa. Ha hecho todo tipo de transcripciones de su música... Y de la de otros. Pero lo que importa señalar es que la esencia de sus composiciones iba más allá que las características tímbricas de los correspondientes instrumentos. Al menos en la mayoría de los casos. S.—¿Con qué compositor o compositores se identifica más? P.—Me identifico con la música que toco; no con un autor más que con otros. En realidad toco las obras que amo; aquellas con las que ¡a identificación es posible. S.—Su repertorio es, en verdad, amplísimo. Toca usted muchas composiciones de distintas épocas. No es especialista en un autor determinado, en un tipo de música particular. ¿Puede decirse que es especialista en todo y en lodos? P.—(Con franca risa). ¡No! Sobre todo no soy especialista, ni entrevista- "L a dirección de orquesta requiere una dedicación y una constancia que no son compatibles con las exigencias de mi profesión • t quiero serlo. Los pianistas leñemos la fortuna de contar con un repertorio extraordinario, único para nuestro instrumento, lo que nos permite una enorme multiplicidad de iniereses y experiencias diversas. S.—Además de Benedetti-Michelangeli y Ciani, ¿a qué oíros pianistas admira? R—¡A muchos! He admirado profundamente a Rubinstein, a Schnabel, al que conozco solamente a través de sus discos; a Backhaus; a Lipafii, igualmente por sus discos; Cortot... Y, naturalmente, Horowitz y Arrau; y a algunos de mi generación. S.—Y lodos muy disiimos. P.—A fo rt uñad ame n te. S.—¿Por Qué razón ha empezado a dirigir recientemente ópera? ¿Que le movió a ello? P.—Bueno... Esto en realidad fue una experiencia ya pasada impulsada por mi interés por la orquesta. Dirigí algún concierto de Mozart, un número no crecido de conciertos sinfónicos... Y posteriormente tuve la oportunidad de dirigir La donna del lago de Rossini en Pesaro, que me atrajo por la posibilidad de descubrir el Rossini serio, no muy conocido. Pero luego decidí interrumpir esta actividad. Creo que la vastedad del repertorio pianístico es tal que, al menos para mí, no es posible hacer las dos cosas al tiempo. La dirección de orquesta requiere, por otra parte, si se desea desempeñarla con rigor, una dedicación y una constancia muy grandes que no son compatibles con las exigencias de mi profesión pianística. Así que por el momento la he abandonado. S.—¿Estudia mucho, es amigo de estar horas y horas ante el teclado? P.—Sí (dudando), bastante. Sin embargo, creo que no se debe tocar el piano demasiado tiempo seguido. Hay que dejarlo después de un cierto número de horas. Se puede pensar en la música, se puede pensar en la interpretación, que, después de todo, son modos de estudiar, de profundizar en ta música. Pero debe huirse de estar mucho tiempo físicamente sentado ante las teclas. Acaba por hacerse inútil. S.~Da la impresión de que durante sus conciertos se halla totalmente concentrado, inmerso en lo que toca. P.—... Sí; cierto... S.—Sin embargo, esa concentración no le impide percatarse de lo que sucede en la sala cuando ello hace peligrar precisamente ese grado de ensimismamiento. Sin ir más lejos, ayer, en el curso del segundo movimiento de la Appassionata, hubo dos personas que Te levantaron en el patio de butacas y salieron; y usted se dio perfecta cuenta: dirigió una mirada, y no precisamente de aprobación, hacia ellas. P.—¡Ah! ¿También usted lo vio? (Riendo). Sí. La verdad es que hay como una especial sensibilidad, un sexto sentido que nos informa de lo que ocurre en la sala. S.—¿Necesita al público para tocar? ¿Es importante para el acto interpretativo? P.—Sin duda. Es fundamental. Otorga sentido a nuestra profesión, define la propia manera de tocar. Es lo que proporciona vida a una sesión concertistka. Creo que entre el artista y el público se puede establecer un intercambio muy importante. En todos los órdenes. Algo que no siempre sucede, claro. S.—Aunque el público tiende a aplaudir siempre de la misma manera. R—No crea. En todo caso, el aplauso es io menos interesante. Lo que tiene significación es la forma en que el público escucha y lo que ocurre durante la ejecución. Por supuesto que. el aplau- so es importante, pero ei grado de atención del oyente es lo que anima; atención que viene promovida tanto por la preparación y disposición de aquél como por la intensidad y calor —y, desde luego, nivel artístico— del pianista. He ahí lo fundamental, lo que promueve la especial atmósfera que une a ambos. S.—En el condeno de ayer se produjo esa atmósfera. Pero había demasiadas toses inoportunas, ¿no cree? P.—No hubo tantas, me parece, Yo toqué muy a gusto. Y el público siguió atentamente una primera parte bástanle difícil. Quizá, esa impresión me dio, estuvo algo desconcertado en Schoenberg y Stockhausen; pero eso, después de todo, no es tan raro. S.—Usted graba bastante. ¿Encuentra el necesario punto de concentración en los estudios? R—No tengo especial dificultad. Pero he de reconocer que prefiero las tomas realizadas en las propias salas de concierto. La vida de las ejecuciones públicas es única, tienen una dimensión imposible de encontrar en la frialdad de un estudio. Pese a las lógicas imperfecciones, como hecho artístico, las grabaciones en vivo son preferibles. S.—¿Proyectos discográ/icos? P.—Continuar con las sonatas de Beethoven. Hace años grabé las del último periodo. Ahora me centraré en el del medio. Luego registraré en Berlín el Concierto de Schoenberg con Abbado, que irá en el mismo disco con el de Schumann, cuya grabación está prevista para el año próximo. Hay muchos proyectos, algunos todavía sin concretar: Liszt, Debussy, Chopin... S.—¿Conciertos? P.—Sí, también; aunque he reducido bastante mi actividad al respecto. He limitado el número de actuaciones: ahora hago menos de cincuenta al año. S.—Es importante en la música concertante contar con batutas de confianza. ¿Con qué maestros se compenetra en mayor medida? P.—Quizá Abbado en primer lugar. Tengo con él una relación inmejorable. Somos amigos desde hace muchos años. Pero recuerdo felices experiencias con otros. Me acuerdo, por ejemplo, de la magnífica relación con Bóhm a propósito de incisiones de Mozart, Beethoven y Brahms. Tengo en la memoria conciertos muy afortunados con Karajan, con Boulez, etc. S.—¿Alcanzó a ver en Italia a Toscanini? P.—Solamente durante un ensayo en la Scala. Era yo muy niño. Debió de ser hacia el 52. Pero era demasiado pequeño para darme cuenta de las cosas; aunque ya estudiaba música. De niño también, un poco más tarde, tuve oportunidad de escuchar y ver a muchos grandes artistas del piano, como Rubinstein, Backhaus, Fischer, Cieseking, etc. A directores de orquesta, como Mitropoulos, Bruno Walter... S.—Para ir terminando, maestro Pollini, ¿le gusta la sociedad en la que vive? R—¿En Italia? S.-~En Europa, aunque la italiana sea más conocida por usted. p.—Quizá debería abrirse con esto,,, (riéndose) una nueva entrevista... Puedo decirle lo que pienso de mi país. Creo que se vive muy bien, dentro de una atmósfera agradable. Pero flota en el ambiente una cierta desilusión que, hay que decirlo, no impide a la nación desarrollarse, esto es verdad. Pero no se hace absolutamente nada para resolver los grandes problemas... S.—Lo cual guarda bastante similitud con lo que sucede en España- Arturo Reverter Scherzo 49 PLACIDO DOMINGO LO MEJOR DE LA ZARZUELA ÍMr • discos ACTUALIDAD DISCOGRAFICA D espués de sus buenas versiones de Idomeneo y El rapio en el serrallo, Nikolaus Harnoncourt prosigue su grabación del corpus operística mozartiano con el nuevo registro de La flauta mágica; los interpretes más destacados en esta versión son Edita Grubeiova, Bonney, Blochwitz, Salminen, Lipovsek, Coburn y Moser, con los coros y orquesta de la Opera de Zurich. A la vez, el director berlinés continúa con el integral de las sinfonías de MozarI (números26, 2&y3O)y Haydn (números 101 y 102) con la Orquesta del Concertgebouw de Amsterdam. También en el sello TELDEC Kurt Masur comienza una nueva edición discográfica de las Sinfonías de Mendelssohn con su habitual orquesta de la Gewandhaus de Leipzig; las primeras en aparecer serán las populares Escocesa e ¡laliana. Señalemos también en este sello las primeras publicaciones de la pianista soviética Elisa bel h Leonskaia (Primera sonata de Schumann, Segunda de Brahms, Cuadros de una exposición y la Gran Sonata de Tchaikovsky). De nuevo Vladimir Ashkenazy ha registrado los Conciertos para piano y orquesta de Beelhoven para su casa habitual, la DECCA. Como es bien sabido, el célebre pianista ya había grabado estas composiciones beethovenianas dirigido por Sir Georg Sol (i y Zubin Mehta respectivamente; ahora ha opiado por hacerlo él solo ejerciendo las funciones de pianista y director con la Orquesta de Cleveland (del mismo modo que no hace mucho Daniel Barenboim lo había hecho para la EMI inglesa con la Filarmónica de Berlín). También en Cleveland el titular de la Orquesta, Crisloph von Dohnanyi, será protagonista en una nueva edición de las Sinfonías de Schumann, habiéndose grabado ya la Primera y la Segunda. Siempre en e! mismo sello, pero esta vez en Amsterdam y con la orquesta del Concertgebouw, Riccardo Chai I! y ha comenzado la grabación del mismo cíelo schumanniano. Joshua Bell, después de su excelente comienzo dideográfico, ha grabado en Cleveland los Conciertos para violi'n y orquesta de Wieniawski y Tchaikovsky con dirección de... Vladimir Ashkenazy. Además de los primeros discos de Kerben Blomstedt dirigiendo a la Sinfónica de San Francisco, la DECCA propondrá próximamente también las Cuatro pinas sacras de Verdi con Stephen Cleobury y 'as Su i íes Inglesas de Bach interpretadas por Andras Schiff. Jessye N arman y Philip» t i essye Norman ha firmado un contrato de larga duración en exclusiva con Philips Classics Produclions. En el mismo se contempla la realización de las siguientes, grabaciones: Carmen dirigida por Seiji Ozawa; un recital tomado en vivo con Geoffrey Parsons; los Kindertotenlieder con la Orquesta Sinfónica de Boston y Seiji Ozawa; Los cuentos de Hoffmann con Jeffrey Tale; un álbum de canciones populares acompañada por John Williams; un recital de lieder acompañada al piano por el inevitable James Levine, registrado en concierto público en el pasado Festival de Salzburgo y, finalmente la Orquesta de Filadelfía dirigida por su titular, Riccardo Muti. Como es bien sabido, éste ha firmado un contrato con Philips para grabar la música orquestal de Brahms con su Orquesta de Filadelfia. Sin embargo, Riccardo Muti permanece fiel a su compañía habitual, la F.MI inglesa, con la que ha firmado un nuevo contrato para realizar grabaciones con sus dos orquestas, la de La Scala de Milán y ta de Filadelfia, asi como con las Filarmónicas de Viena y Berlín. Los proyectos incluyen Aitila y Las Vísperas Sicilianas de Verdi en Mi- lán, y obras de Dvorak (el Concierto pora violin y orquesta con Kyung Wha Chung), Scriabin, Wagner y Rachmaninov en Filadelfia. Con la Filarmónica de Viena completará su ciclo dedicado a las Sinfonías de Nikolaus Harnoncourt la Rapsodia para contralto de Brahms con Schubert y añadirá el Don Giovanni a sus célebres versiones de Cosifan lutte y Bodas de Fígaro (ya publicadas). Con la Filarmónica de Berlín grabará más Bruckner (la Sexta ha sido publicada este mes en Europa. Cuando estas lineas aparezcan en el número de diciembre, la citada lectura ya habrá sido importada a nuestro país). Siguiendo con EMI señalemos el contrato en exclusiva que ha firmado Wolfgang Sawallisch con la empresa británica; el mismo ha sido inaugurado con la grabación de La mujer sin sombra de Richard Strauss (no olvidemos que también Sir Georg Solti la ha grabado para DECCA; de esta forma pasaremos de no tener ninguna versión de la ópera straussiana, a tener tres: la ya publicada por DEUTSCHE GRAMMOPHON dirigida por el fallecido Karl Bohm, la de Sawallisch en EMI y la de Solti en DECCA). Otra vez LCVIBC I nos vamos ahora al sdlo amarillo. Kathleen Bal I le y Plácido Domingo son las es- vo a la Bal I le con ei omnipresente James Levine en una nueva edición de La Creación de Haydn y de la Misa en Do de Mozart. Saliéndose de sus habituales cauces comerciales, la DEUTSCHE GRAMMOPHON nos ofrecerá la primera grabación mundial del Concierto para vinlín y orquesta de la compositora rusa Sofía Gubaidutina: Gidon Kremer, destinatario de la obra, será acompañado por la Orquesta Sinfónica de Boston dirigida por Charles Dutoit. Finalmente, el Cuarteto Emerson, nueva adquisición de la DG, ha grabado los Seis Cuartetos de Béla Bartók. El nuevo y flamante titular de la Sinfónica de Londres, el norteamericano Michael Tilson-Thomas, continuará en su nueva etapa con su casa habitual de grabación, la CBS CABMELO trelias de un concierto de gala registrado en Tokio durante la última gira del Met por la capital nipona. Nos encontraremos de nueMASTERWORKS. con la que ya ha registrado numerosos y excelentes discos; recordemos sus más que notables versiones de obras de Charles Ivés, Cari Ruggles, Steve Reich. Stravinsky o Gershwin. Los proyectos como titular de la London Symphony incluyen la Tercera de Mahler (con Janet Baker), ya grabada; Seven Deadly Sins, de Kurt Weill (con Julia Migenes-J orín son); la música orquestal completa de Ravel; los Poemas sinfónicos de Richard Strauss, música de Ballet de Debussy y Tchaikovsky; las Sinfonías de Stravinsky y las Serenatas, Oberturas y Danzas húngaras de Brahms. Asimismo, 'i BBC producirá programas de televisii1" l Tilson-Thomas dirigiendo y explica' .o obras como Till Eulenspiegel o la 5i .\u de Sibelius (nuestra Televisión podía tomar buena nota... claro que sin cargar lo:. ccLjncillos de Tilson-Thomas en los Presupueí'js Generales del Estado-.- ¿les suena?). Enrique Pérez Adrián Schmo 51 discos ARNE: Los seis conciertos para órgano. Roger llevan Williams, órgano. Cantilena; dire.: Adrián Shepherd. Clisados 8604-5, 2 CD's.DDD. 86 minutos. Esta es la primera grabación integral de los Concierros para órgano de Arne, de los cuales había algunos registros parciales aquí y allá; y de nuevo tendremos que agradece! a Cantilena su esfuerzo por acercamos repertorios poco conocidos (la grabación de DiitersdoiT aquí comentada hace unos meses, las Sinfonías del propio Arne, etc). Los Conciertos, publicados en 1793, algo después de la muerte de Thomas Arne, seguramente debieron mantenerse en repertorio durante un cierto tiempo en las serenatas de los Vauxhall Gardens o sitios similares, lo cual dice algo respecto a su calidad y popularidad. Musicalmente toman pinceladas de cosas anteriores que se mezclan con el estilo galante propio de la época: rilóme]los casi vivaldianos, contrapunto barroco, t[adición organística británica (con movimientos a solo), etc. En general escuchamos melodías muy atractivas, un estilo ligero y fresco, y varios pasajes que denotan la habilidad e inventiva de Tliomas Ame. Puestos a escoger, creo que el momento más bello del disco es el tercer tiempo del Concierto n.° I (un solo de órgano realmente precioso) junto con la giga final del Segundo y el movimiento inicial del Tercero, lleno de interesantes figuraciones en el instrumento solista. Como podría esperarse de Cantilena, sus interpretaciones, sin llegar a ser extremadamente pulidas, son de alta calidad. Los tiempos han sido escogidos con sensibilidad y conocimiento, y se acompaña de forma sensible al organista, Roger Bevan Williams, un músico que domina el repertorio. Su forma de locar es muy precisa y segura, si bien en algunos momentos uno desearla que se recreara un poco más en esos silencios que hay metidos dentro de la música; en algunos pasajes (allegro del Concierto n. ° 5) parece que no deja que la música respire, pero en conjunto su actuación me parece que está a la altura de la música, lo cual garantiza el disfrute. No sé si habrá muchos aficionados interesados en Arne, pero para los amantes de la música inglesa estamos ame un registro necesario. Para terminar, recordar únicamente que, como es bien sabido. Cantilena y Bevan Williams utilizan instrumentos convencionales (es decir, suenan de forma convencional. Además se ha omitido cualquier dato sobre el órgano, del que sólo sabemos el nombre de su constructor, McKenzie). J.C.C.A. BACH: El Clavecín bien temperado. Libro ¡I. Svialoslav Rfchler, piano. LE CHANT DU MONDE CD LDC 278 528/29 (2 CDs. ADD, 148'2S"). Grabación: Salzburgo, 1972-73. Distribuido por Harmonía Mundi. O Ira vez el eterno tema de discusión: ¿Bach al piano, sí o no? Aunque este crítico piensa que lo ideal es escuchar estas obras en el instrumento para el que fueron escritas (léase el clave), ello no debe ser obstáculo para que puedan ser disfrutadas en versión pianística, siempre y cuando el pianista en cuestión no pierda de vista que lo que está tocando, 52 Scherzo ¡Qué lástima de disco! Es sencillamente deplorable la manera que tiene Virgil Fox de interpretar a Bach, utilizando todos los amaneramientos posibles nada más empezar la gran Toccata y Fuga BWV 565. No es ni siquiera una interpretación romántica, grandiosa... que hubiera sido una cierta opción, aunque pasada de moda. Son inventados calderones aquí y allá sin sentido; el volumen del órgano del Albert Hall de Londres es aumentado y bruscamente disminuido de manera insufrible, etc. DISCOS con todo lo que ello implica, es Bach y no Tchaikowsky, siendo consciente al mismo tiempo de que lo que está utilizando es un piano y no otro instrumento. Nos encontramos en este disco a un pianista que se halla entre los grandes de nuestro tiempo por méritos propios. Autor de más de un portento discográfico, para nuestro placer, Richter es pianista de medios técnicos apabullantes capaz de ponernos al borde de la silla. Confieso que nunca le había escuchado en obras del Cantor de Santo Tomás, y que a priori, lo único que me parecía seguro es que estaría muy bien tocado, dado que otros grandes del piano me han producido considerables decepciones, con frecuencia por caer totalmente fuera de estilo. El Bach de Richter está, como era de esperar por lo dicho antes, espléndidamente tocado, con articulación muy clara y con las fugas sabiamente planteadas en lo referente a la exposición de la trama contrapuntístíca, merced a un sabio empleo de las posibilidades de matiz del instrumento. Lejos del autenticismo (lo que resulta lógico), Richter no duda en emplear una gama dinámica amplia, aunque no exagerada, huyendo de la clásica monotonía del mf, aunque es éste el más frecuentemente empleado. No recurre, sin embargo, al más mínimo crescendi lo que ya no resulta tan razonable. El fraseo es siempre muy cuadriculado, sin concesiones a dosis mínimas de rubato (para lo cual no acierto a ver la razón). En cambio, encontramos aquí y allá r i tardan di un tanto exagerados (Fuga XIII, c.40, por ejemplo). Los tempi se mueven entre lo equilibrado (Preludio VI), lo mortecino (Fuga II) y lo desquiciado (Preludios II y XV, Fuga XX). Así, encontramos un nivel variable con aciertos indudables (N.° V, VI, por ejemplo) y algunos otros que no lo son tanto (N.° XII, XX). En suma, testimonio de un excelente pianista en, quizá, una de las músicas más difíciles de interpretar. Creo, no obstante, que se pueden conseguir mejores cosas con eslas obras, incluso en versión pianística. Sonido aceptable sin más, aunque una mayor claridad y transparencia sonoras quizá habrían hecho más favor a Richter. R.O.B. BACH: Grandes obras para órgano. Toecata y Fuga en re menor. Pequeña Fuga en sol menor y otras/. VirgU Fox, órgano. RCA Viclroi» VD87736 (ADD) Compacto. Serie media. Duración; 40'23". Y después de la Fuga en sol menor, siguen unos arreglos a partir de una diversidad enorme de obras: del cora! de la Cantata 147 (¡qué mala fortuna!), del coro de entrada de la 140, del aria de la Suite en sol... todo ello de lo más meloso. Para colmo, el sonido es malo. El ruido de fondo de la cinta original se impone sobre los pasajes piano. Y la toma tampoco es nada del otro mundo. Todo ello no puede justificarse porque se trate de una serie económica, o divulgativa. a precio medio encontramos otras interpretaciones magistrales, como las de Helmut Walcha (Gallería, Deutsche Grammophon) o las de Marie-Claire Alain (Erato). 5.A. BACH: Concierto para piano y orquesta n." len Re menor, BMW 1052. BEETHOVEN: Concierto para piano y orquesta n. " 2 en Si bemol mayor, Op. 19. Glenn Gould, piano. Orquesta Sinfónica de la Filarmonía de Leningrado. Dir.: Lad¡siav Slorak. LE CHANT Dl¡ MONDE CD LDC 278916 (AAI), 53'06). (Grabación mono durante un concierta en Leningradn, 1957). Distribuido por Harmonía Mundi. Que el canadiense Glenn Could era un gran pianista nadie puede ponerlo en duda. Que era un tanto extravagante, creo que tampoco. Producto del elevado interés que despierta su portentosa técnica, su asombrosa claridad de ideas, su extraordinaria articulación, es la edición de un disco como el presente, que con solista menos atractivo no tendría sentido, ni por obras, ni por grabación, ni por acompañamiento. Digo esto porque el sonido es penoso (incluso se oye otra música durante el primer tiempo del concierto de Beethoven), la orquesta es bastante pobre y la batuta es de quinta división. El acompañamiento resulta así lamentable, con entradas desajustadas y tardías (la del final de la cadencia del primer tiempo en Beelhoven es tan retrasada que casi entran en el segundo movimiento). Pero lo cierto es que Gould domina el disco, que es lo que al final importa al potencial comprador del mismo, que desde iuego no será quien vaya buscando una versión princeps de estos conciertos para su discoteca. Sobre el tema Bach-piano-clave se han escrito ríos de tinta y no seré yo quien entre, al menos aquí, en la polémica. Partiendo de que para muchos la conjunción Bach-piano resulta aceptable, he aquí un pianista capaz de ofrecernos un Bach vivo, maravillosamente articulado y disecado en su compleja trama; un Bach sin concesiones al Tullo legato, a la blandenguerla almibarada y a la - discos sordina; un Bach tocado por alguien que lo siente, pero que no pretende, lógicamente, estar locando otra cosa que un piano, lo que se traduce en la ausencia de miedo a su propio sonido. Un Bach, en suma, del máximo Ínteres. El Beethoven de Gould, traducido también con cristalina claridad, en nada pretende ser la mera continuación de Mozarl. Desde los lempi hasta los sforzandi, todo es aquí el más genuino Beethoven, aunque en este caso quepa lamentar especialmente la deplorable orquesta que acompaña al pianista. En suma, disco documental de gran inierés para los entusiastas de Gould, que son unos cuanlos. R.O.B. BARTÓK: Concierto para violín y orquesta n." 2, Op. postumo. André Gtrtkr, violin. Orquesta filarmónica Checa. Director: Karel Ancerl. SOUND 3432. Digital compacto. AAD. 36'76". El sello holandés Sound nos propone la reedición en compacto de una ya añeja versión de este concierto de Bartók, producida originariamente por el sello checo Supraphon bajo la dirección del ya desaparecido Karel Ancer!, distinguida batuta de la Opera de Praga y de la Filarmónica Checa, con la que realizó numerosas grabaciones. La obra que nos ocupa fue compuesta en 1937-38 y estrenada, en ausencia de su autor, en Amsterdam el 23 de marzo de 1939, con Zollán Székely como solista y la Orquesta del Concerlgebow a las órdenes del histórico Willem Mengelberg. Con anterioridad a esta premiére, Bartók y Székely se encontraron en París para discutir acerca del nuevo concierto, encuentro que fue seguido por varias revisiones urgentes del mismo realizadas por el compositor. En esta obra —una de las grandes composiciones de la época de plena madurez bartokiana y una de las últimas creadas en Europa antes del exilio definitivo a los E.U.A. en 1940 ante el avance del nazismo— hallamos un lenguaje altamente personal y una vena melódica en los cuales puede detectarse por todas partes, a pesar de todo, las huellas de la música popular húngara. La versión que nos proponen Gertler, Arcerl y los músicos checos se adapta totalmente a estos rasgos. Gertler exhibe una sonoridad recia e interesante, aunque a veces ligeramente desgajada; buen rapsoda, tiene además un bagaje técnico que le permite afrontar con éxito todos los escollos virtuosísticos. Su entrada, tan atrayente en lo melódico, del Allegro non troppo inicial, es ya ejemplar, y aún lo es más la cadencia del mismo movimiento. A la toma de sonido le falta una mayor claridad, resultando un punto borroso. Las grabaciones de Supraphon nunca fueron según nuestro parecer de primera calidad en ese aspecto, aunque sí de indudable interés en cuanto a repertorio e intérpretes. Pero por lo menos es lícito hablar de una calidad standard dignificada por la reimpresión en compacto. Jo.R.B. BRAHMS: Un réquiem alemán, Op. 45. Barbara Bonney, soprano; Andreas Schmfdt, barítono. Coro de hi Open estala! y Orques- ta inarmónica de Vttna. Director, Cario María Glulini. Disco compacto DG 413574-2 DDD. Duración, 73'28". La relación entre Giulini y Brahms dala de los años 30, cuando, como viola de la Orquesta del Augusieo en Roma, tocaba su música bajo las batutas de Furtwángler, Walter, de Sabata, Klemperer y otros. A finales de los 50, el joven maestro inició, con la Filarmónica de Walter Leggc, la grabación de las Sinfonías de Brahms que habría de culminar diez años después con una memorable Cuarta en Chicago. A comienzos de los 80, una soberbia Primera y una notable Segunda señalaron el arranque de una nueva integral para DG, todavía incompleta. Ojalá este Réquiem dé ánimos a la casa alemana y al propio maestro para registrar las Sinfonías restantes, pues aunque no sea ésta la versión definitiva del Réquiem alemán sí es una de las mejores que esta monumental composición, tan difícil de realizar, haya conocido en disco. En una entrevista publicada en el libro Conductors on conducting (Macdonald and Jane's Londres 1979), Giulini confiesa a Bernard Jacobson el ímprobo esfuerzo que le costó encajar las fugas en la estructura general de la obra. En efecto, la excesiva monumentalidad en tales pasajes supone el riesgo, no siempre evitado aun por los grandes —Karajan o Sol ti—, de romper la atmósfera íntima que caracteriza este singular Réquiem. Giulini supera este escollo de modo admirable y, en general, se puede decir que su construcción es perfecta o poco menos, no sólo en los números más líricos (1, 4,5 y 7), dichos con calor y afecto, sino también en los más intensos o dramáticos (2, 3 y 6). El problema principal de este disco es que la toma sonora no reproduce la extraordinaria calidad de la Orquesta vienesa que, sobre todo en los climax de las partes segunda y tercera, suena algo metálica y sin equilibrio correcto con las masas corales. Tampoco los solistas son lo que Giulini merecía: Andreas Schmidí sigue las huellas de Fischer-Dieskau con algunos de sus manierismos, inferior talento y escasos graves; Barbara Bonney es correcta pero superficial. Recordemos a las destacadas parejas Schwarzhopf-Hotter (Karajan I, 1948); Schwarzkopf-Dieskau (Kiemperer, 1962); Janowitz-Waechter (Karajan II, 1964); y, sobre todas, Grummer-Díeskau (Kempe, 1956). El coro está acertado pero sin alcanzar la redondez de otras ocasiones ni la plenitud del de Santa Eduvigis con Kempe. En suma, problemas técnicos y otros han rebajado el valor de una versión que pudo haber sido definitiva; pero el caso es que no hay ninguna que la supere de forma clara. En general, las antiguas son la mejor conseguidas musicalmente como la citada de Kempe o la de Furtwangler, pero ofrecen serias limitaciones técnicas. De las cuatro firmadas por Karajan (I, 3 para EMI; 2 y 4 para DG), la mejor es la primera. Entre las recientes, bien grabadas, destacan Solli (Deeca) y Haitink (Orfeo), pero no acaban de dar en la diana. Sawallisch (Orfeo), Levine (RCA). Previn o Shaw (Telare), entre las de última hora, aportan poca cosa, y hay que evitar la prosaica y tediosa de Leinsdorf, publicada por RCA en serie económica. En suma, tras esta apresurada revisión, quedan la antigua de Bruno Walter (CBS) — demasiado veloz para mi gusto— y la de Klemperer, magistral de construcción, con un equipo excelente pero, como casi todo el Brahms que nos legó el maestro berlinés, algo seco. Mi recomendación iría, con todo, hacia esta última o hacía Giulini, a la espera de algún milagro, como el «reprocesado» de la de Kempe. R.A.M. BRUCKNER: Sinfonía n. " 7. Orquesta Filarmónica de Viena. Director: Karl Bohiri. Deuuchf Grmmmophon. Gallería, 419858-2, compacto ADD. Duración: 66'25". Grabación: Vitna, 1976. BRUCKNER: Sinfonía n." 7. Orquesta Sinfónica de Chicago. Director: Sir Georg SolU, Decca 4176)1-2, compacto DDD. Duración: 68*35". Grabación: Chicago, octubre de 1986. Dos buenas versiones de la más popular de las sinfonías de Bruckner, sobre todo la del desaparecido Karl Bóhm, uno de sus, a mi juicio, pocos e indiscutibles logros en los estudios de grabación. Supera a Solti en idioma, lirismo, efusividad y misterio. Lo de Sir Georg es un trabajo orquestal severo, frío, lógico, de una claridad y objetividad impresionantes, pero, por desgracia, ahí empieza y acaba su Bruckner. Apuntemos también que ni uno ni otro logran alcanzar a Cario María Giulini en su reciente grabación con la Filarmónica de Viena para DG (versión comentada desde estas mismas páginas ha* ce algunos meses). En fin, el disco de Bohm se puede adquirir sin temor a que defraude, pues además de las virtudes reseñadas posee una gloriosa intervención de la Filarmónica de Viena, el sonido original ha sido mejorado y es de precio medio (nota malévola, quizá innecesaria: el Dr. Bohm no era ni Furtwangler, ni Celibidache, ni Schuricht, ni Knappertsbusch, todos ellos brucknerianosde primer orden, lo cual no es óbice para considerar su lectura como muy bella y atractiva). En cuanto a la interpretación de Solti, si a usted, suirido lector, le sobra el dinero hasta el punto de no saber qué hacer con él, la puede adquirir con el único objetivo de facilitar el estudio de la partitura dada su claridad y excelente grabación. E.P.A. DON1ZETTI: II Campanello. Angelo Romero, Enzo Dan, Agites Baltsa, Blanca María Caso ni. Cario Caifa. Coro Open de Vitna. Orquesta Sinfónica de Vieua. Director: Cary Bertiai. CBS MK 38450. DDD. SS'S»". Tercera versión d¡geográfica de // Campanello la que nos propone CBS, que sigue a la de la Rai de I9S5 con Capecchi y Bruscantini y a la de DGG de 1965 con Rinaldi y Mariotti tomada en vivo de la Fenice de Venecia. Obra menor, por extensión y resultados, del catálogo donizettiano, pero que posee una frescura, alíenlo e ingenio nada despreciables. Con abundante y decisivo recitativo (en la versión acompañado curiosamente al piano) ¡a partitura se desenvuelve con una rapidez dramática y musical concisa y operativa, encontrando su punto álgido en las escenas que Scherzo 53 discos dan contenido a la situación cení ral de la obra y que le da titulo. Hasta entonces la música sólo define convencional mente a los protagonistas: a Pistacchio, el farmacéutico, tímido esbozo del futuro Don Pasquale, y a Enrico y Serafina, en un dúo donde el músico se toma un poco el pelo a sí mismo como compositor de ópera romántica. El meollo, pues, se encuentra en aquellas escenas, con Enrico, travestido en tres pintorescos y caricaturescos personajes, obstaculizando la noche nupcial de Pistacchio. De ahí que la parle del león corresponda a estos dos personajes, que precisan, en similar balance, al cantante y al actor. Angelo Romero y Enzo Dará dan en esta versión el esperado relieve, tratándose de cantantes especializados en este tipo de empleos. Sin embargo, como el resto det equipo, están bastante frenados por una dirección, colorida y brillante, pero demasiado comedida, que supedita la elegancia y el buen tono a una música a la que algo de exceso y desmesura no le vendrían mal. De todos modos se trata de una realización recomendable sin ambages, que se escucha con progresivo interés y donde Agnes Baltsa (en un rol escrito para un soubrette) pone un interés adicional en su episódico cometido. La grabación es del año 1983 y, como es habitual en la marca, técnicamente impecable. F.F. ELGAR: Marchas de Pompa y circunstancia. Op. 39, Oberturas de Cookaigne. Op. 40 y Froissart, Op. 19. Philharmónica Orebestra. New Phil harmonía Orchestra. Director: Sir John Barblruili. EMI Studio CDM 769563 2compacto ADD. Duración: 58'20". Grabaciones realizadas en la Kingsw«y Hall de Londres en agosto de 1962 y JuBo de 1966. Reprocesado a digital en 1988. pio timbre característico y con un colorido inigualado e inigualable (ningún director inglés —a Beecham no le gustaba Elgar— ha conseguido con estos pentagramas lo que logra Sir John). En fin, discos imprescindibles. Esperamos que EMI prosiga en esta estupenda serie la publicación del resto de la música orquestal de Elgar por este inolvidable director. E.P.A. HALFFTEH. Cristóbal: Antiphonismo, Oda, Concierto para Flauta y Sexteto de Cuerdas. Grupo Círculo. Flauta: Salvador Espasa. Director: José Luis Temes. GRABACIONES ACCIDENTALES. GA-240. Grabación patrocinada por la Fundación Locwe. La producción de cámara de Cristóbal Halffter es escasa y poco conocida. Comprende algunas canciones para canto y piano, un par de piezas para flauta sola y otras para piano. Aparte de las Tres piezas para cuarteto de cuerda, las demás obras de cámara son ya para un pequeño conjunto instrumental. En el texto que acompaña a este disco Halffter afirma que su lenguaje musical necesita un medio muy numeroso para desarrollarse, y, verdaderamente, aunque emplee pocos instrumentos en algunas raras ocasiones, éstos están siempre aprovechados al máximo. La música contemporánea se suele difundir en nuestro país, por razones obvias, principalmente gracias a conciertos de cámara. Cristóbal Halffter es un compositor bien conocido, pero gracias a su música sinfónica, aunque paradójicamente en los grandes conciertos la música contemporánea es infrecuente. Por ello, este disco tiene un especial interés. Las dos primeras piezas del disco son de tiempos lejanos. Antiphonismo, compuesta en 1967, fue un encargo de ALEA. La ELGAR: Variaciones Enigma. Op. 36. Fals- Oda, pora felicitar a un amigo, al Dr. Altaff, estudio sinfónico. Op. 68. Philharmofred Kalmus, director de la Universidad Edinia Orcbestni (Op. 36). Hollé Orchestra (Op. tion, en su ochenta cumpleaños, es de 1969. 68). Director: Sir John Barbirolh. EM1 StuEl Concierto para Flauta y Sexteto de Cuerdio CDM 7 69185 2 compacto ADD. Duradas es más reciente, de 1982, y también es ción: 65'10". Grabaciones realizadas en la un encargo, en este caso del Patrimonio NaKtugswaj Hall de Londres en mayo de 1962 cional, para los Stradivarius del Palacio Real y Junio de 1964. Reprocesado • digital en y en homenaje a SS.MM. los Reyes. Cada 19». una de las caras del disco representa un momento creativo bien distinto. En la primera Hay obras y autores que parecen encontramos un compositor que juega con haber sido concebidos para un todos los recursos del lenguaje instrumennúmero limitado de intérpretes, tal, a los que tanto partido saca en su prosiendo para el resto total o parcialmente inalducción sinfónica. La segunda cara nos canzables. Recordemos, por citar solamenpresenta un maestro consumado que huye te a los más representativos, el Réquiem de de la espectacularidad que tanto le identifiVerdi por Víctor de Sabata (EMI Référenca. Con unos medios sencillos y austeros loces), el Concierto en Sol de Ravel por gra un resultado lleno de expresividad. Benedetti-Michelangeli (también EMI), el Tristón de Furtwángler (nuevamente EMI), Este disco reúne en suma un aspecto poel Winterreise de Schuben por Han Hotter co conocido a Cristóbal Halfter. Su publi(en cualquiera de sus cuatro versiones) o La cación es un acierto y tiene un gran interés. consagración de ¡a primavera por Pierre Con esta grabación, la calidad técnica de la Boulez (en su versión para CBS con la Ordiscografía del Grupo Círculo, que tanto esquesta de Cleveland), por no hablar de tá haciendo por la música española contemBruckner de Celibidache, del Mahler de Hoporánea, mejora sensiblemente, pero está renstein o del Wagner anticuado de Knapaún lejos de alcanzar un nivel plenamente pertsbusch. Pues bien, otro binomio similar satisfactorio. nos llega ahora con excelente sonido y a precio medio en dos compactos que esperamos V.P. de A. sean la introducción de lo que Sir John Barbirolli hizo con la música de Elgar. Nunca ha sonado esta música asi, con tal fervor IVÉS: Hoüdays Symphony (Washington emocional, con tal claridad instrumental, Birthday, Decoration Day, The Fourth of dando a cada detalle de la partitura f> proJuly, Thanksgiving and Forefathers'Day); Díptico: The unanswered question (versio- 54 Schcrzo nes original y revisada) Central Park in the dark. Cbkago Sympbony Orcheslr» It Choras: Mkhael Tilson Thomas. CBS Masterworks MK 42381 DDD. Este disco es de una considerable importancia. No sólo porque contiene una obra raras veces grabada, la llamada Holidays Symphony ó A Symphony: New Engtand Holidays. excelente muestra del itinerario compositivo de [ves en cuatro obras (que suelen interpretarse por separado) escrita; desde finales del siglo (la primera versión del cuarto movimiento, el más antiguo, fue concluida en 1903) hasta casi su retiro de la composición hacia 1920. Tampoco es importante el disco porque contenga el maravilloso díptico de dos breves y trascendentales obras, una de ellas en dos versiones. La importancia radica en que se trata de la grabación de ediciones criticas realizadas por expertos a partir del material de Y ale, catalogado por Kirpatrick seis años después de la muerte de Ivés. En este sentido, la esplendida interpretación de Tilson Thomas de las cuatro ./¡esto se diferencia en cuanto a fuente estricta de la antigua versión de Bernstein (también CBS). La calidad de las lecturas y lo inédito de lo leído hacen más que recomendable este disco, di' rígido por uno de los defensores más asiduos de la causa de Ivés en la fonografía. Por otra parte, se trata de uno de los pocos discos que en los últimos tiempos ha grabado la Sinfónica de Chicago (interviene además su coro asociado, dirigido espléndidamente por Margare! Hillis) y se remonta a dos anos atrás. No es una orquesta muy New England por lo geográfico (lo serían Filadelfia o Boston), pero la gran comprensión de Tilson Thomas nos da perfectamente el espíritu trascendental ísta de la antigua costa este que está patente en estas espléndidas obras del mayor compositor que han dado los Estados Unidos. S.M.B. JANACEKT Sinfonietta, Taras Bulbo. Orquesta Filarmónica Checa.- Director: Vacia* Neumann. Duración: 46 02". SUPRAPHON. (Importado por TURNER). DDD. La Sinfonietta y Taras Bulba son sin ninguna duda las dos obras de Ja nace k que llegan con mayor frecuencia a las salas de conciertos. Fonográficamente la primera tiene una gloriosa historia detrás de sí —Ancerl, Kubelik, Szell. Abbado. Kempe (en una preciosa versión grabada durante un concierto con la orquesta de la BBC de los buenos tiempos, jay! pasados), recientemente Mackerras—. Taras Bulba ha tenido una suerte un poco peor, tal ve; porque es una obra sobre la que, a pesar de su belleza, ha pasado algo más el tiempo. De cualquier manera ambas son dos hitos en la obra de Janacek y la talla de este compositor genial— y malamente conocido en nuestro país— no ha hecho más que crecer en los últimos años. La interpretación de Neumann y su soberbia orquesta se ajusta con precisión al espíritu de ambas obras. Neumann tiene una concepción de ambas obras sólida y precisa: tensión dramática ejecutada con impecable pulso en el Taras Bulba. transparencia y nitidez en la Sinfonietta, impecablemente servida por la Filarmónica Checa. J.A. discos MAHLER. Segunda Sinfonía «Resurrección». Barbara Hendrirks, soprano; Chlista Ludwig, meiííHoprano. Coro Westminster. Orquesta Filarmónica de Nueva York. Director, Leonard Bernslein. DG 423395-2. 2 discos compactos DDD. Duración 9'2g". Leonard Bernstein prosigue su ciclo sinfónico MahJer para 1X5, el cuarto que la casa alemana tiene en curso, junto con los de Abbado, S¡nopoli y Kaiajan. Tras la aparición hace arlo y medio de las Sinfonías 7 y 9, se publica ahora la Cuarta, además de las Segunda y Quima aquí comentadas. En el número 12 de SCHERZO apuntaba EPA en su critica a Séptima y Novena que las lineas maestras del ciclo en curso eran las fijadas en el completado para CBS a mediados de los 60 y retocado años después mediante una nueva (y muy supetioi) versión de la Segunda con la London Symphony. También señalaba EPA que los tctnpi actuales son mucho más amplios, aduciendo como ejemplo el final de la Novena, exageradamente lento en su Coda. Todo ello es aplicable a estas Segunda y Quinla, verdaderamente hermosas de concepto y realización. Bemstein domina el lenguaje mahleriano y sabe cómo obedecer las abundantes indicaciones de lempo y dinámica de estas Sinfonías sin que la atención al detalle debilite su cohesión interna, problemática en origen y difícil de realizar, pero imprescindible para llevar a buen puerto su ejecución. La apuesta de Bemstein es muy audaz: Alargar hasta 93 minutos una obra que en su grabación más lápida (Klemperer / Decca) dura 72 y que normalmente no pasa de 80 (Bruno Walter / CBS), es arriesgarse a que el discurso se trocee y, por muy bellos que resulten los fragmentos aislados, acabe por aburrir y, además, pasen a un indebido primer plano las irregularidades o trivialidades rara vez ausentes de las obras de Mahler, bien notables en el final de la Segunda Sinfonía. Pero nada de esto sucede. V aunque acaso otros directores (Waller. Klemperer, Hait¡nk, Kubelik) consiguen realizar de forma más coherente y acabada la estructura cíclica de las partituras de Mahler, Bernstein es un óptimo narrador de eslas (permítaseme) fábulas sinfónicas en que coexisten lo onírico, lo mágico, lo grotesco, lo trivial, lo sobrenatural y otras muchas categorías. Y consigue cautivar nuestros sentidos con sonoridades orquestales siempre cálidas y brillantes, llamando la atención hacia esta plétora de hallazgos timbrícos (que sesudos epígonos convertirán en klangfarbenmelodien, nada menos); y arrastramos con la entusiasta y extrovertida vitalidad característica del Bcmsiein de las grandes ocasiones y que evita que el resultado final se transforme en un espectáculo egocéntrico y efectista, como en el caso de su reciente registro de las Sinfoniasác Schumann. Todo funciona de maravilla: hasta la sexagenaria Christa Ludwig, cuya soberbia voz está ya agotada, aún sale airosa de sus intervenciones con gran clase. El Coro Westminster está admirable (¡ese «Auferstehn» murmurado!), como la Filarmónica de Nueva York que, galvanizada por su titular de tantos años, da lo mejor de sí misma. La nueva versión de la Quinla mejora considerablemente su anterior —y notable— con Nueva York, que ya tenia un excelente Adagieito: de los aiíos 60 a hoy, Bemstein ha madurado su concepto de esta Sinfonía tan completa y difícil de realizar (esquizofrénica, según la llamó Deryck Cookc). Atenta a los sutiles lazos temáticos que unen los bloques de esta partitura, capaz de mantener una pulsación coherente, pesca unos tempi amplísimos, y con un enfoque optimista análogo al de Bruno Walter, Bernstein redondea una gran interpretación que, dentro de esta línea, acaso sólo sea superada por la inolvidable de Barbirolli, recientemente reeditada por EM1. Citemos aún, para esta Quinta Sinfonía a WaJter, Scherchen y Mitropoulos, referencias obligadas en toda la obra de Mahler, a pesar de los muchos años que soportan sus grabaciones. Entre las más recientes descuellan, a mí juicio, las de Si no poli (ver SCHERZO 6) y Eliahu Inbal, todavía fresca en la memoria de muchos asistentes a] Teatro Real. Para la Segunda, eran, son y serán insustituibles Walter (CBS) y Klemperer (EM1; ver número 5 de SCHERZO). Hace un par de meses recomendaba JLT las versiones de Ozawa y Neumann. ésta última en un solo compacto de precio barato. En cualquier caso, Bernstein sigue siendo un valor seguro en este repertorio, con la plusvalía de unos registros de gran calidad. R.A.M. MAHLER: Sinfonías números 9y lOiAitigio). Orquesta Filarmónica de Viena. Director: Claudio Abbado. Deutsche Grammoptaon 423564-1, álbum de 2 discos compactos DDD. Duraciones 52'O6" y 52-42". Grabaciones realizadas en conciertos públicos en la Konzerthaus de Viena en mayo de 1987 (Novena) y en la Muslkvtrttnsaal de la misma ciudad en junio de 1985 (Décima). Por fin se han dado cuenta los ejecutivos de la PolyGram, e imaginamos que el propio Claudio Abbado también, de que las grabaciones en vivo son de un atractivo infinitamente mayor que los gélidos productos salidos de los estudios de grabación. Los que hayan visto en concierto al director italiano interpretando alguna partitura de Mahler sabrán sin ningún género de dudas a qué nos referimos: quizá uno de los ejemplos más representativos sea el de la soberbia lectura de la Quinta hecha por Abbado en Madrid al frente de la Sinfónica de Londres hace algunos años y la comparación que pudimos hacer con su inexpresiva aunque impecable versión discográfica con la Sinfónica de Chicago aparecida semanas después en nuestro mercado del disco. En general su ciclo Mahler (pendiente sólo de registrar la Octava) hecho para la Deutsche Crammophon en estudio tiene poco o nada que ver con sus interpretaciones en vivo; desde luego, de lo que le hemos oído en directo (Segundo. Tercera. Sexta, Séptima v Novena) sólo esta última queda en una cota interpretativa inferior a la que ahora comentamos, aunque este ejemplo no sea válido en tanto que esta versión también está tomada en vivo. El problema de esta partitura radica en su enorme complejidad, superior en concepto al resto de sinfonías citadas y con la cual Abbado no logra deshancar a otros directores más afortunados en estos pentagramas: recordemos a Bruno WaJter (EM1 Références y CBS, ambas comentadas desde estas mismas páginas), Otto Klemperer (EMI, pró- xima reedición en compacto), Cario María Giulini (Deutsche Grammophon), Bernard Haitink (Philips) o Eliahu Inbal (Denon), todos ellos preferibles al maestro italiano. No obstante, el acostumbrado rigor interpretativo de Abbado, la claridad en las texturas orquestales, la intensidad y la espectacular respuesta orquestal de una Filarmónica de Viena en plenitud de facultades, son virtudes más que suficientes para recomendar esta más que notable y atractiva versión discográfica, con una toma de sonido muy clara y definida. Para los que no se conformen con esto, ya saben dónde acudir. E.P.A. MARTINU: Sinfonía n." 3. Sinfonía n,"6 "Fantasías sinfónicas». Orquesta Filarmó- nica Checa: Vádav Neumann. SUPRAPHON 33C3T-7760 DDD 55:40 mns. Importador: Turner. El compositor checo Bohuslav Martinu (1890-1959) fue prolffico en exceso. Compuso algunas cosas suyas que debía de haber revisado o destruida Sin embargo, hay obras suyas, como sus óperas y su ciclo de seis sinfonías, que cuentan entre lo más importante que se ha escrito en el siglo XX. El ciclo sinfónico de Martinu ocupa un lugar tardío en su amplísima relación de títulos orquestales: la primera es de 1942 y la sexta de 1953. Es decir, se trata de su periodo americano, antes del regreso a Europa (aunque no a Checoslovaquia). En 1977-78 Václav Neumann y la Orquesta Filarmónica Checa grabaron la integral de las sinfonías de Martinu y dieron a conocer así a los melómanos una música de radical importancia. Dos de esas sinfonías fueron prensadas en España por Discophon (segunda y sexta). Pese a la calidad de aquellos registros, Supraphon lanza ahora de nuevo lo que parece otra integral, lo cual resulta chocante, sobre todo si tenemos en cuenta que este disco, plenamente digital, es de 19S5. Lo que parecía imposible, podernos constatarlo, se ha producido: Neumann y su centuria se han superado a si mismos. Lo que antes era calidad, comprensión, cuidado, ahora es uno de los mejores discos que hemos escuchado en los últimos tiempos. La fuerza y el dramatismo de estos pentagramas son dados aquí en lecturas que sentimos la tentación de creer definitivas, aunque ya sabemos lo que pasa en la fonografía. Nos parece un disco maravilloso. Tan sólo esperamos que llegue pronto el resto de la segunda integral Martinu de Neumann y su orquesta. S.M.B. MARTINU: Conciertas para vello y orquesta N.° I y 2. Angélica May, cello. Orquesta Filarmónica Chita. Director: Vaclav Neumann. Duración: 63*32". SUPRAPHON {Importado por TURNER) DDD. Uno siente la tentación de decir que Bohuslav Martinu fue un formidable artesano de la música, de una inspiración marean témeme variada, que de vez en cuando encontraba la vía del genio, asi en algunas de sus óperas como La pasión griega, o Juliette, en los ma- Schcrzo 55 -discos ravillosos Frescos de Piero della Francesa, en el oratorio Gilgamesh o en sus Fantasías sinfónicas. Martinu fue un músico sin complejos, que sin vivir a espaldas de las vanguardias de su tiempo cogió de ellas lo que le plació para alimentar su talento dúctil y errabundo. El resultado es una música de un frescor y una gracia inmarchitables, que está hoy posiblemente mucho más viva que la de algunos de sus contemporáneos que vivieron con la obsesión de «étre toujours á la page». Son dos tas obras concertantes aquí recogidas. El Primer Concierto para cello fue dedicado a nuestro compatriota Gaspar Cassadó, que lo estrenó en Berlín en 1931. El Segundo fue compuesto en 1945 pero sólo fue estrenado veinte años más tarde en Praga. Son dos obras vigorosas, doladas del encanto melódico y del fulgor rítmico propios del autor, aunque el Primer Concierto es una obra más densa y elaborada que el Segundo. Excelente interpretación —clara, vital, dinámica, como corresponde a esta música— de la cellista germana-occidental Angélica May, espléndidamente acompañada por los filarmónicos checos dirigidos aquí una vez más por el gran Vactav Neumann. J.A. NIELSEN: Las Seis Sinfonías. Orquesta Sinfónica de Load res. Dir.: Ole Schmidt. UNICOBN KANCHANA Compacto VK CD 2000/1/2 (3 Cds, AAD, 208 minutos). Importador: Turner. Hace pocos meses comenté en estas mismas páginas la primera edición integral de la obra para piano del danés Cari Nielsen (1865-1931), músico notable al que creo que la historia aún no ha hecho la justicia que debiera. Esta injusticia, verdaderamente clamorosa en nuestro país, en el cual sigue siendo un perfecto desconocido, es especialmente llamativa en lo referente a su obra sinfónica, campo que dominaba con bastante más soltura que la que mostró en su escritura pianística, con ser ésta muy interesante. Así las cosas, nos llega ahora la primera integral de sus sinfonías que fue registrada en Londres por la casa británica (¡como no!) Unicom en 1973 y 74 (todo un dato, por cierto). El mundo sinfónico de Nielsen abarca desde 1891-92 (I.'Sinfonía) hasta 1924-25 (Sexta), y en este periodo se aprecia —como también resultaba palpable en su obra pianística— una progresiva liberación tanto en el manejo de la forma como en el de la tonalidad. Como muy bien señalan las magníficas notas de Roben Simpson (quizá si máximo expeno en el tema), Nielsen demostró que la tonalidad era aún algo a través de lo que se podían encontrar nuevas vías de hacer música. En cuanto a la forma, baste citar algunas de sus indicaciones de lempo para comprobar lo atipico de su elección: el allegro orgoglioso en la primera, los cuatro calificativos de la segunda, que tipifican los cuatro temperamentos clásicos: colérico, flemático, melancólico y sanguíneo, o el tercer tiempo de la Sexta, titulado «Proposta seria». Y éste es sólo un detalle. Si tuviera que resumir, diría que la Primera Sinfonía es una típica obra del romanticismo tardío, rebosante de energía y vitalidad. La Segunda, basada en un cuadro 56 Scherzo cómico que al principio motivr .a hilaridad de Nielsen, pero que luego no cesó de volverle a la mente, es un preciso y precioso retrato de los cuatro temperamentos enumerados antes. En esta obra, el ascenso tonal de Si Bemol Mayor (3.") a Re Mayor en el 4.", cuando los anteriores mostraban tonalidades progresivamente descendentes, proporciona un cambio lógico de gran efecto (el de «melancólico» a «sanguíneo»). La Tercera Sinfonía, subtitulada Expansiva, es obra que nos devuelve, corregida y aumentada, la energía vital de la primera. La Cuarta (Inextinguible), compuesta en los principios de la primera guerra mundial, reúne climas de aparente caos y catástrofe en conflicto con la constante energía del compositor. Cl último tiempo de esta sinfonía es verdaderamente difícil de resistir, con sus frenéticos pasajes de cuerda y su espectacular diálogo entre timbales. La Quinta se mueve en una atmósfera que se antoja siniestra, como algo que viniera de la nada y fuera a parar a la nada. El contraste mayor viene con la Sexta Sinfonía, verdadera ruptura con to anterior que, aun tratando de transmitir una idea humorística, nos deja con la sensación de que estamos ante un humor negro, tal es la amargura que respira. Aun no siendo quizá un genio, no cabe duda de que el talento sinfónico de Nielsen era masque notable. Otros, con menos méritos, son insistentemente programados y registrados. Así, pues, esta integral vino a hacer justicia y a rellenar un hueco. Desafortunadamente, y a juzgar por la lista de contribuciones que aparece al final del folleto acompañante, la grabación debió hacerse con dificultades de tiempo y medios. Así, encontramos fallos palpables de ejecución (último tiempo de la Primera, bastantes momentos de la Cuarta, por ejemplo), con ataques y entradas pifiados, que son impropios de un conjunto de la categoría de la sinfónica londinense. No da la sensación de ser Schmidt el toial responsable de tales pifias, ya que tanto el conocimiento de las obras como sus versiones son inatacables; en muchos casos la interpretación es de nivel muy elevado (La Sexta, por ejemplo, o la Cuarta). Más bien parece que no haya existido demasiado tiempo para ensayos, con lo que determinados pasajes (Nielsen es de todo menos fácil de tocar) han quedado cogidos con alfileres. Sin ir más lejos, la respuesta que obtiene Previn en la Primera Sinfonía, con esta misma orquesta (RCA), no tiene nada que ver. Eso por no hablar de la que Karajan y sus chicos ofrecen en la Cuarta (DG). Por otra parte, la grabación, para ser de los años 73-74, es simplemente lamentable: opaca, sin presencia, con una sensación de mazacote bastante aparente. Las notas de Roben Simpson, como ya se apuntó, son del todo excelentes, las mejores que he leído en un folleto desde hace tiempo. En resumen, obras muy interesantes, que merecerían ser grabadas de nuevo con suficientes medios, y quizá con una batuta de más relieve. Por el momento, esto es lo que tenemos y, para hacerlo más atractivo, terminaré aclarando que los tres discos están muy bien aprovechados y pueden adquirirse a un precio muy atractivo. Para ser la única alternativa, no está mal. R.O.B. NIELSEN: Sinfonías números 4, «Inextinguible», y 5. Orquesta Sinfónica de San Francisco. Director: Herbert Blomsledt. Decca compacto 421524-2, DDD. Duración: 71'S9". Grabado en la Davies Symphony Hall de San Francisco en noviembre «le 1987. El interés despertado por la obra sinfónica de Nielsen queda demostrado por el empeño de diversas compañías díscográficas embarcadas actualmente en la grabación de sus Sinfonías; recordemos a Esa-Pekka Salonen con la Orquesta de la Radio Sueca para CBS, el coreano Myung-Whun Chung para BIS (no estará de más refrescar la memoria con la espantosa Escocesa ofrecida por este director al frente de nuestra Orquesta Nacional hace algunos años) y al finlandés Paavo Barglund para RCA. A la vez, la Orquesta Sinfónica de San Francisco y su nuevo director musical, el sólido y eficaz Herbert Blomsledt, han comenzado a grabar para Decca otro ciclo sinfónico del compositor danés, cuyo primer ejemplar con las sinfonías Cuarta y Quinta es el que ahora comentamos. El director sueco ya había grabado la obra sinfónica completa de Nielsen para EM1 a mediados de la década de los setenta con la Orquesta de la Radio Danesa (álbum de S Lps hoy prácticamente inencontrable), de tal forma que ya estaba muy familiarizada con estos pentagramas. Estas dos nuevas versiones han ganado en prestación orquestal (excelente el conjunto sinfónico de San Francisco) y grabación, permaneciendo iguales en concepto y construcción, faltando ese indefinible algo más que encontramos en otras versiones (léase Jascha Horenstein para la Quinta lectura de autémica antología que esperamos escuchar pronto en compacto, y Simón Raitle en la Cuarta, asombrosamente intensa y vibrante —nos alegra coincidir con Kurt Masur acerca del director inglés: es, sin ninguna duda, una de tas promesas más sólida en la dirección de orquesta—). En definitiva, dos buenas versiones, sin más, fiel reflejo de lo que hoy es Herbert Blomstedt: maestro seguro y solvente, siempre atento a la letra y, lamentablemente, poco imaginativo. E.P.A. PAGANINI: Centone di sonóte per Violine e Chitarra. Vol. III. Luigi Alberto Blanchi; violfa, Maurizio Preda; guitarra. CDS 34-dh»mic digital 68'20". Miscelánea de Sonatas, dividida en tres juegos de seis Sonatas cada una. Fecha aproximada de composición: 1828. El sucinto comentario que acompaña este compacto indica que dicha forma de sonata para violín y guitarra fue abandonada por Paganini tras los inicios de su carrera y que, si bien muchos las consideran un conjunto de obras sin importancia, compuestas a beneficio de amateurs, están nutridas por el mejor aliento paganiniano. No es del todo cierto, y al escucharlas tenemos la impresión de que están concebidas un tanto como ejercicios, de ejecución mucho más fácil que los Caprichos, pese a la profusión de escalas y notas de adorno. El violín de Bianchi no es especialmente dulce ni contrastado, e incluso resulta duro. Los armónicos tienen poca expansión, pero esta sequedad es en parte achacable a discos- la grabación, muy plana y sin eco. La guitarra de Pieda —audible en todo momento gracias a este hecho—, armoniza con el violin en un col de acompañante que muy escasas veces asume el canto. La música es agradable y tiene un explícito loque mozarliano. pero acaba fatigando un poco, ya que muchas de sus melodías descansan en la fosa del lugar común. K1MSY-KORSAKOV: Scheherazade, suite sinfónica Op. 35. Obertura de La Gran Pascua Rusa, Op. 36. llrt Pianka, violín. Israel Philharmoníc Oches Ira. Dir.: Zubin Menta. CBS Maslerworks MK 44559 (DDD) Compacto. Duración 60'00" Mehta plantea la suite de Scheherazade como narración, con un inicio lento, denso, intimísta mas que brillante. Se sitúa, por ejemplo, J.M.S. muy lejos de un Karajan (en la versión de 1965, Galena), quien opta por la brillante PROKOFIEV: Romeo y Julieta. Suite N. - exposición desde el principio. Desde esta visión serena va hilando el en2. Chiikovski: Cascanueces. Op. 71. Selecredo de la sultana. Para ello cuenta como ción. Por la Orquesta Filarmónica de Lcninsolista con Uri Pianka, seguramente de la grado. Director: Yevgcny Mravinsky. misma Orquesta Filarmónica de Israel, quien PHILIPS 420 S. CD. Duración: 59'14". cumple con fortuna su ejecución. Cuando hace unos meses fallePero echo en falta algo más de interés en comei cía Yevgeny Mravinsky el munesta interpretación de Mehta. En todo moes© do de la música perdía a uno de mento se espera que se anime, que se vuelsus nombres coniem pora neos más ilustres. va más intensa, que aporte el dramatismo Mravinsky era una leyenda, pero no un dique también contiene la leyenda de las Mil vo. Director de la misma orquesta —la no y Una Noches. Pero ese aspecto no llega fimenos legendaria Filarmónica de nalmente, y la versión se disuelve en algo que Leningrado— casi tanto tiempo como Erpodría haber sido (ensoñadora, quizás), pero nest Ansermet lo fue de su Orquesta de la que no acaba de cuajar. Es demasiado blanSuisse Romande, Mravinsky fue un ejemda, y ello ahoga los contrastes entre los teplo magistral de servicio a la música sin narmas: la princesa, el sultán, el mar, el peligro, cisismo y sin histerias. En España tuvimos la intriga... ocasión de poder verlo y escucharlo varias Versión, pues, no del todo conseguida. veces. Por supuesto vino a nosotros sin el La obertura de La Gran Pascua Rusa fue acompañamiento habitual del markeling la siguiente obra compuesta por Rimsky, demultinacional y de los servicios de prensa y dicada a Borodin y Mussorgsky. También promoción que venden a directores de mees una partitura de contrastes, entre los candio pelo y a orquestas ramplonas como oro tos litúrgicos ortodoxos rusos, inmensos y puro. Mravinsky no era hombre de entresolemnes, y la pervivenda o reminiscencia vistas sensacionales ni de montajes publicide antiguos ritos paganos en la celebración tarios millonarios. Era, en cambio, eso tan cristiana de la Pascua en Rusia. supremamente difícil: un gran artista. La interpretación de Mehta sigue las líneas Se reúnen en este CD dos obras registrade la obra anterior, también tendiendo a lidas en vivo. Una, Romeo y Julieta, data del mar constrastes, aunque de una forma más 30 de diciembre de 1981. Cascanueces de un limitada. Por ello me parece más acertada concierto celebrado al día siguiente. la dirección en esta obertura que en la suite. Mravinsky grabó relativamente poco y la En resumen, quilas Mehta debería ver un mayor parte de sus grabaciones proceden poco más dinámicamente la música de precisamente de conciertos en vivo. Lo cual Rimsky, porque a veces le sale demasiado añade un interés mayor a esas grabaciones. parecida al Mendelssohn de la Sin/orna esEn este caso se trata de dos interpretaciococesa. .. nes deslumbrantes. El director soviético nos ha dejado un Chaikovski —Sinfonías 4, 5 S.B. y 6— absolutamente renovador, bien lejos de la complacencia crespuscular de otros diSCHUBERT: La bella molinera. D. 795. rectores. Su Chaikovski es un compositor Tres Heder D. 550, 686 y 257. FriU Wunque no mira nostálgicamente hacia el pasaderlich (leñar), Huberi Giesen (piano). do sino un músico que apunta hacia el porDeulsche Grammophon. Dokumentc, venir, creador de grandes estructuras 413956-2, compacto ADD. Duración: sinfónicas, fiel al espíritu de su tiempo. La selección de Cascanueces que aquí se nos 71'35". Grabaciones: Munich, noviembre de 1965 v julio de 1966. Reproctsado a digital presenta nada tiene que ver con la Suite reaen 1988. lizada por el propio compositor. Mravinsky opta una vez más por el Chaikovski menos SCHUBERT: Lieder. Klihleen Balite (soblanco, menos asimilable. Su suite tiene amprano), James Levine (piano), Karl Leister plitud y poder sinfónicos. (clarinete, en D. 965). Deulsche GrammopEn cuanto a Romeo y Julieta tal vez el me- hon 419237-2, compací o DDD. Duración: 57'18". Grabaciones: Salzburg, agosto de jor elogio sea decir que esta versión es comparable y en algunos aspectos mejora a una 1985 y agosto de 1987. que los discófilos consideran de referencia Ninguno de los dos discos conpar excellence: la soberbia del gran Karel sigue su objetivo. La belleza tímAncerl con la Filarmónica Checa. Mravinsky brica, la extraordinaria intenlogra con su Filarmónica de Leningrado una sidad y la concentración del excelente caninterpretación de majestad y de tensión catante de Lieder que fue Fritz Wunderlich se si insoportables. La música suena crispada, malogran por un acompañamiento burdo y refulgente, animada por un formidable sensuperficial, más propio de un estudiante de tido de los valores rítmicos y tímbricos. Un conservatorio que de un pianista profesiodisco indispensable. nal, mal sin paliativos, sobre todo teniendo en cuenta que la Deutsche Grammophon lo ha lanzado en una serie llamada DokumenJ.A. te, junto a nombres de la talla de Astrid Varnay, Víctor de Sabata, Igor Markevitch o el propio Fritz Wundcrlich: una mancha, la primera, en una serie que promete muchos tesoros ocultos. Recordemos que en el año de grabación de este disco, 1965, todavía interpretaba (¡y de qué forma!) Gerald Moore, y recordemos también que el piano en el lied es protagonista a dúo, no relleno a posteriori. Federico Sopeña decía con acierto «que su núcleo inicial, base de esta forma, presenta unidos al piano y a la voz, e incluso una de las maravillas expresivas y técnicas es que la voz sea realmente compañía a la afirmación primerisima del piano». En definitiva, el bueno de Hubert Giesen malogra lo que podía haber sido una excelente versión de La bella molinera. Preferible, por supuesto, la en muchos aspectos modélica interpretación de Fischer-Dieskau y Moore (Deulsche Grammophon, recientemente transferida a compacto, si bien en la serie cara). En cuanto al disco protagonizado por la soprano norteamericana de color Kathleen Battle, digamos que no pasa de ser un atractivo recital de una bonita voz que no interioriza las canciones, bien acompañada por James Levine (sobre todo si lo compararnos con el pianista de! disco anterior) y con una cálida intervención del siempre excelente músico Karl Leister en El pastor en la roca, sin duda lo mejor del disco. Desde luego este registro no hará historia. Cuando la Battle se dedique a estudiar y profundizar en el mundo del lied schubertiano, entonces será otra cosa. Hoy por hoy hay que seguir acudiendo a nombres como Ludwíg, Norman Grümmer, Schwarzkop o Ferrier para saber cómo se tiene que cantar a Schubcrt. E.P.A. SCRIABIN: Las últimas obras. Sonatas 8, 9 y ¡0 Preludios Op. 67 y 74. Poemas Op. 69 y 71. Estudios Op. 65. Danzas Op. 73. Vers laflamme. Mikhail Kudy, plano. CD Calliope. CAL 9692. ADD. 69'53". La vida de Vladimir Sofronitzkí (uno de los más importantes pianistas del siglo) corresponde al programa de la Tercera Sonata de Scriabin: el alma libre y salvaje se lanza con pasión, en el color y en la lucha, para caer, herida por el rayo, anles de alcanzar la cima. De las Sonatas 8, 9 y 10 (con i. 4, 5. CD, Chant du Monde), Sofronitzki ofrece una interpretación iluminada, en la cual la carreta exaltada hacia la Estrella se yuxtapone a su propio drama. Hoy, sólo Arrau ÍAprés une leciure de Dante) puede dejar esa sensación de incurable herida. Horowitz (Recital CBS) se centra en el aspecto intelectual (sin olvidar las referencias metafísicas) y anima la obra de Scriabin de un movimiento inexorable, hasta el vértigo psicodélico. Szidon (excepcional integral de las Sonatas. DCG. ¡Urge reeditarlo inmediatamente!) en una interpretación audaz y dramática, acepta el reto del compositor y se sumerge en las oscuras profundidades del espíritu creador, tímidos esbozos de la vida; intenta (y consigue una aproximación al mundo de Debussy /Preludios) y de Ravel ÍCaspard de ¡a nuil)En un programa ideal por su unidad conceptual (los tres últimos anos de Scriabin), Scherzo 57 discos Rudy, con una técnica trascendental, en la linca de Richier, pero con más atención al texto, obtiene una fluidez (los cambios de dinámica e intensidad son menos exacerbados) y una transparencia, ausentes en La exaltación visionaria de los tres pianistas (la Novena Soneto es más negra con Szidon, la Décima, más alucinada con Sofroniizki; en Vers laflamme, Horowitz, ilusionisia magistral, transmite la sensación física del fuego creador y destructor). Para los que pueden molestarse con el delirio religioso del compositor, aquí está la versión edulcorada de Rudy; para los que se abandonan con bravura ai placer, la versión Hardúe Sofroniizki quema de manera inconfesable, P.E. SHOSTAKOVITCH: Cuartetosn.° 13y 14. Dos Movimientos para cuarteto de cuerda. SCHULHOFF: S*xl«o. Dúo para violín y cello. Estudios de Jazz para piano. Gidon Kremcr, Annetle Bik, Philip Hirsrhhorn, Thomas Zthelmair (tiolines). Veronika Hagen, Nobuko Imai, Kim Kashkashian (violas). Julius Berger, Tilomas Dementa, David Geringas, Boris Pergamentsrhikow (cellos), James Tocto (piano). L.P. DDD. Edil Ion Lockenhaus. ECM ¡NEW SERIES. Vol. 4 y 5. Durante los años cuarenta se libró un drama paralelo a la guerra oficial, en el cual la Unión Soviética y e¡ Tercer Reich compitieron en el horror, asesinando por millones a sus propios ciudadanos. Meyerhold, Babel, Mandelstam fueron liquidados en Moscú o en Siberi», mientras la cantante Ottilie Metzger y el compositor Viktor Ullman lo fueron en Auschwitz. El pianista Karl Roben Kreiten fue ahorcado (era soldado), acusado de desmoralizar al ejército (a raíz de este hecho, Arrau, su maestro, decidió dejar Alemania). El caso de Erwin Schulhoff es más complejo: nacido (1894) en Checoslovaquia, obtuvo ¡a nacionalidad soviética (era comunista), intentó escapar así al genocidio (era judio), pero fue finalmente asesinado en el campo de Wulsburg. Entre las dos guerras, llegó a ser un compositor muy celebrado en Europa Central; escribió dos óperas, seis sinfonías, un ballet, un concierto para piano, varias obras de cámara, músico el manifiesto del partido comunista... Se interesó durante una época por el sistema de Alois Haba, pero no practicó un vanguardismo radical. Integró en su vocabulario elementos de músicas populares y tradicionales (Estudios de Jazz}. utilizó la politonalidad (Sexteto), encontró timbres nuevos (Dúo), empleó el collage... Al igual que Shostakovitch, con el cual estaba unido por una amistad y respeto mutuo, Schulhoff puede ser considerado como un músico de la ambigüedad. Se suelen presentar los Cuartetos de Shostakovitch como una reflexión íntima, complemento del lado público de sus Sinfonías. Puede ser verdad para algunos Cuartetos. Otra escucha provocan los que fueron escritos después de largos silencios sinfónicos: el Quinto, seis años después de la Novena Sinfonía; el Octavo, tres después de la N." II; el Duodécimo, seis después de la Babi Yar. Un último grupo: el 13 y 14, aquí grabados, forman un triplico con el N. ° 15. Si bemol menor para el clima angustioso; Fa sosteni- 58 Scherzo do mayor, en el cuarteto central, desmentido por la referencia a los Kindenotenlieder; Mi bemol menor, rarefacción final en el n. ° 15. Los Borodin (extrovertidos, patéticos, violentos y desesperados) privilegian la independencia de los instrumentos; los Fitzwilliam (con más distancia, más abstractos), el lado sinfónico. Enfrente de estas opciones, las obras aquí reunidas, parecen creadas en el momento por Gidon Kremer y sus amigos de Lockenhaus (lugar único donde se reúnen algunos de los más destacados solistas para hacer música de cámara), intérpretes de la crrancia eterna, de la espera, de la incertidumbre, de la quebradura; en esta misma ausencia, nace el Acto Poético. P.E. STA1NER: The Crucifixión. lenor. Michad George, bajo. Andrew Newberry, órgano. Coro de la Catedral de Peterborough. Director Stanley VRDII. HELIOS CD8K007. Compacto (61' 01") Distribución: Harmonía Mundi. No es pródiga la Inglaterra del siglo XIX en grandes nombres para la Historia de la música. Algunos de ellos, aunque nacidos a mitades de dicha centuria, ocupan buena parle de nuestro siglo XX, como son los casos de Elgar y Delius. Otros, menos conocidos, como Parry, Stanford o Stainer, se encuentran prácticamente enmarcados entre 1840 y 1900, tocando el siglo actual sólo en sus principios. No obstante, lodos ellos coincidieron en el desarrollo de su labor durante una de las épocas más prósperas de la Historia de este país, la Era Victoriana. John Stainer, cuya vida se extiende de 1840 a 1901, es en su música un prolotípico representante del espíritu presidido por la citada época. Su relación con la música, y más en concreto con la de carácter religioso, comienza en la Catedral de San Pablo, de Londres, donde entró a formar parte del coro a la edad de siete años. A los veinie ocupa el puesto de organista en el Colegio de la Magdalena de la Universidad de Oxford, regresando posteriormente a San Pablo como organista y maestro del coro. La obra de Siainer recogida en este compacto viene marcada por su carácter meditativo en lomo a la Pasión de Cristo. El discurso musical presenta una estructura bastante sencilla: intervenciones alternas de solistas y coro con el único acompañamiento del órgano como soporte instrumental. La obra, sin excesivas aspiraciones ni complicaciones, es presentada con limpieza y buen hacer por todos los componentes del conjunto. No creo, sin embargo, que este aspecto positivo tenga el peso suficiente para apuntalar una composición bastante endeble en líneas generales. El texto literario, integrado por el relato evangélico y por himnos escritos ad hoc, tampoco resulla demasiado afortunado, En cuanto a las notas que acompañan ai disco son escasas y pobres de contenido. Entiendo que éste es uno de los aspectos que más deberían cuidarse cuando, precisamente, se trata de obras y autores inhabituales y poco conocidos, como ocurre en el caso de Stainei. En definitiva, estamos ante una de esas obras cuyo interés radica más en la novedad —si bien ya existía una versión discográfica (EM!)— que en su valor puramente musical. Este aspecto debe tenerse muy en cuenta a la hora de adquirir un compacto de tales características. F.C.U. STRAVINSKY: Peirushka (versión original de 1911). La consagración de la primavera. Orquesta Sinfónica Columbia. Director: Igor Stravinsky. CBS MK 42433, compaclo ADD. Duración 65'26". Grabaciones realizadas en Hollywood > Nueva York en 1%©. Reprocesadr» • digilal en 1988. STRAVINSKY: El pájaro de fuego. Scherzo a la rusa. Scherzo fantástico. Fuegos Artificiales. Orquesta Sinfónica Columbia. OrqnesU Sinfónica CBC. Director: Igor Stravinsky. CBS MK 42432, compacto ADD. Duración: 63'26". Grabaciones realizadas en Hollywood, Hueva York en 1961, 1962 y 1963. Kenrocesftdgs a digital en 1988. STRAVINSKY: Sinfonía en tres movimientos. Sinfonía en Do. Sinfonía de los Salmos. Orquesta Sinfónica Columbia. Orquesta Sinfónica CBC, Cantores del Festival de Toronlo. Director: Igor Slravinsky. CBS MK 42434, compacto ADD. Duración: 70" 10". Grabaciones realizadas en Hollywood y Toronto en 1962 y 1963. Reprocesadas en 1988. De todos es conocida la pericia de Stravinsky dirigiendo sus proa pias obras, ya que en cada una tXUVlJllBD de ellas sabia muy bien lo que tenia que decir plasmándolas en cada caso con indudable maestría directoría], hasta tal punto que muchos las consideran como las auténticas versiones de referencia. Ahora nos llegan estos tres compactos excelentemente transferidos a sonido digital por el productor original, el veterano John McCIure (también productor de la mayoría de la discografia de Bruno Waller), conteniendo varias de las composiciones más papulares del compositor ruso dirigidas por él mismo y que constituyen el preludio de lo que será toda la obra stravinskyana reprocesada a digital en sopone compacto (claro que todo esto depende de cómo se porten los consumidores con estos tres compactos iniciales que, lamentablemente, la CBS lanza en serie cara). Por lo que respecta a la interpretación en sí ya hemos dicho que las versiones son clásicas e imprescindibles en cualquier discoteca; sin embargo, no hay que olvidarse de los extraordinarios resultados de otros directores en estas partituras: recordemos la lectura de Le Sacre por Pierre Boulez con la Orquesta de Cleveland (también CBS), el director francés logra enseñar a Stravinsky cosas que éste ignoraba o no recordaba haber escrito y que, tras su lección magistral, nadie puede ya ignorar; tampoco puede pasar inadvertida la lectura de este mismo director de Petrushka (Filarmónica de Nueva York, nuevamente CBS): realmente es un verdadero examen radiológico capaz de detectar los más mínimos detalles; o la impresionante interpretación de Leonard Bernstein de la Sinfonía de los Salmos (Sinfónica de Londres, otra vez CBS). Pero, a pesar de todos los pesares, estos discos pueden ser considerados historia, una de las lecciones orquestales más importantes de nuestro siglo. E.P.A. discos TCHAIKOWSKY: Sinfonía n.° 5 en Mi menor, Op. 64. Gewandhausorchester Leipzig: Kurt Masar, director. CD Tchlece-Digital 8.43675 ZK 47'12". La Quinta de Tchaikowsky en manos del voluntarioso Kurt Masur adopia la apariencia de una obra eufónica y de muy grato curso, que fluye y se desarrolla con naturalidad y sin especiales sobresaltos. Masur es cualquier cosa antes que apasionado; su Tchaikowsky no hace uso del portamento continuo ni se complace en gritos neuróticos y se lo agradecemos. Sin embargo, quien tanto y tan bien se preocupa de mostrar el gran oficio de Tchaikowsky acaba despojándole un lanío de su genialidad. Desde el comienzo de la sinfonía se ocupa Masur de nivelar contrastes demasiado acusados, y el paso al Allegro, tras el Andante inicial, se produce gradualmente y casi con desgana. Todo ei primer movimiento tiene cierto regusto brahmsiano, y la contención del director prima sobre cualquier elemento, incluidas las alusiones folklóricas. Carece, además, de cualquier alisbo de fantasía en momentos como la reexposición, en la que el lírico segundo tema está calcado de su presentación sin apenas variar un acento. La versión se encuentra en los antipodas de la de Mengelberg, quien acentúa en exceso el fervor sentimental. El contrapeso perfecto de este elemento con otros factores, que van desde el fatalismo del mensaje al equilibrio de la construcción, se encuentra sólo en ese alquimista soberbio que fue Yevgeny Mravinsky. J.M.S. VICTORIA: A ve María. A ve Morís stella. Ne límeos, Moña. Sánela Mario. Succurre miseris. Vidi speciosam. Missa Vidi speciosam. Coro de la Catedral de Weslminster. James O'Donell, órgano. Dir.: David Hill. H Y PER ION Disco Compacto CDA 66129 (DDD. 45' 09"). Distribuidor: Harmonía Mandl. Pese a ser uno de nuestros más grandes compositores de polifonía, no se puede decir que la música de Victoria sea el pan nuestro de cada día en cuanto a grabaciones discográTicas (especialmente en lo referido a las grandes casas: Beethoven vende mucho más). El panorama es aún más desolador si nos vamos a explorar la participación espartóla en el tema. Lo triste, aunque real, es que, entre la Iglesia Católica por un lado y los colegios por el otro, la música sacra viene sufriendo un prolongado y continuo declive que la ha colocado en peligro de extinción. Eso se antoja especialmente indignante cuando uno escucha este tipo de música, verdadero arte coral donde los haya, y se encuentra, casi continuamente, con músicos... de las Islas Británicas, como no podía ser menos. El presente disco, no excesivamente generoso en cuanto a duración, contiene, además del archiconocido (y de auntenticidad IH> totalmente aclarada) .4 ve Morio, famoso —agárrese— entre otras cosas por servir de sintonía al Ángelus de RNE en la época franquista, el himno Ave Maris slella y tres motetes, asi como la Misa Vidi speciosam. perteneciente al II libro de misas (1592). La maestría polifónica y conlrapuntística de Victoria es aparente a lo largo de todo el disco. La Misa, obra central del mismo, está escrita para coro a 6 voces (salvo el Agnus, que lo está a 7 voces), y utiliza (de nuevo salvo en el último número), reelaborado, material temático del motete del mismo titulo. La versión del coro de la Catedral de Westminster, que con este disco continúa una interesante serie de grabaciones de Victoria, es del todo impecable. No saben quizá los ingleses el inmenso tesoro que poseen conservando la tradición coral en colegios e iglesias, pues ello proporciona una escuela musical inmejorable, una cantidad notable de coros verdaderamente buenos, y, en fin, la posibilidad de afrontar (y para el oyente, de disfrutar) de repertorios que para el sufrido aficionado hispano son casi desconocidos por no interpretados. David Hill es un músico con un gusto espléndido y con un conocimiento notable de lo que está haciendo. El acompañamiento de O'Donnell en las dos últimas obras, discreto en el mejor sentido del término. Lo cierto es que, aunque puedan encontrarse muchas vías válidas para la interpretación de este tipo de música (apoyo la idea de que es un error la versión standard; error que señala Bruno Turner en sus acertadas notas), y que por consiguiente éste o aquel criterio puedan parecer discutibles, cuando uno se encuentra un coro de voces asi de bonitas, perfectamente empastado, de afinación y conjunción inatacables, y conducido por un maestro de criterio tan sólido como el de Hill, pues no nos queda sino sentarnos tranquilamente a disfrutar de to mejor del arte coral, y envidiar a quienes tienen conjuntos asi. Una grabación igualmente impecable redondea un disco recomendable sin reticencia alguna. R.O.B. WOLI-FERRA8I: // segreto di Susanna. Renata Scolto, Renato Bruson. Philharmonia Orcheslra. John Pritchard. CBS MK 36733. DDD. Duración 4Í'34". De los catorce títulos escritos por Wolf-Ferrari son este intermezzo estrenado en 1909 e / Quattro msteghi (de 1906) las dos obras del compositor que merecen un intermitente interés por parte de la programación escénica. Y similar reflejo presenta el medio discográfico, que, en el caso de // segreto, aparte de la que se comenta, cuenta con tres ediciones más, siendo la más destaca ble la realizada en 1976 con Chiara, Weikl y Cardellí para Decca. Con la grabación de Sly en 1983 se completa la escasa oferta del músico veneciano por parte del disco. La personalidad musical de Wolf-Ferrari parece definida por los dos orígenes del apellido compuesto: la procedencia germana se refleja en su cuidadosa escritura orquestal; la italiana, en la elección temática (que no en el idioma, pues sus óperas, a menudo, cuentan con ediciones bilingües) y en la importancia concedida a la linea melódica. Pero en esta segunda escritura no tuvo WolfFerrari el aliento de muchos de sus comtemporáneos peninsulares (véase Mascagni, Leoncavallo, Giordano, Cilea), quienes, a pesar de su inferior formación, estuvieron más seguros de sus propósitos, menos am- biciosos, y emplearon medios no tan intelectuales para conseguirlos. Músico, pues, un tanto aislado y poco clasificable, merecería Wolf-Ferrari, no obstante, mejor consideración de la que suscita en público y critica. // segreto di Susanna toma como modelo La serva padrona de Pergolesi con sus tres personajes, uno de ellos criado mudo. Para el excelente texto de Enrico Golisciani, que desarrolla un sencillo tema de equívocos entre marido celoso y mujer fumadora (con la fobía actual al tabaco, poco porvenir le queda ya a la obrita), el músico compuso una partitura de traslúcida orquestación, con temas recurrentes que van explicando la acción y una línea cantable atractiva, aunque de no muy elevada inspiración. Pero es tal la unión entre texto, música y gesto teatral que quizas en un registro discográfico se pierda bastante de la eficacia de la ópera, que en una representación bien dirigida alcanzaría su completa realización. La versión propuesta por CBS cuenta con una justa lectura de la firme y esmerada batuta de John Pritchard y con una pareja casi ideal de intérpretes vocales. Es cierto que Scotto ya por esos anos (la grabación es de 1980) dejaba ver algunos problemas, hoy agudizados, con el control del víbralo y el agudo, pero la imaginativa artista hace de Susanna un personaje vivo y acabado. A su lado, Renato Bruson da una réplica perfecta a su conde Gil de estudiada seriedad, ideal contraste con el juego siempre picaro y hasta malicioso de la soprano. F.F. RECITALES PURCELL'S LONDON: Obras de Godfrey Keller, Nícol» Maltéis, Thomas Balizar, John Blow, Wllliam Crofl, Henry Purcell y anónimos. Crispían Steele-Perkins, trompeta natural: The Parle; oF Instruments. Dirección: Roy Goodman y Peter Hclman. Hyperion CDA MtO8. DDD. Duración: 50'56". Distribuido por Harmonía Mundi. El cada vez más interesante conjunto The Parleyof Instruments nos trae una nueva grabación, ejemplar por su contenido y por su excelente interpretación. Con el titulo de El Londres de Purcell nos presenta obras y autores bastante poco frecuentados en la discografía: músicos como Keller, Matleis o Balizar, que vivieron durante el período comprendido entre la restauración de Carlos 11, en 1660, y la muerte de la Reina Ana, en 1714, y que tuvieron un papel considerable dentro de la palpitante vida musical del Londres de aquellos días. Naturalmente, no todo el material musical que nos encontramos en esta grabación es de absoluto primer orden, aunque sí que podremos disfrutar con obras de categoría, como la fulgurante Sonata n. ° I de Keller, para trompeta, 2 violines, viola y continuo, la suite que Crogt compuso para la obra teatral The Twin Rivals, o la maravillosa Cibell de Purcell (ambas con la misma disposición instrumental que la obra de Keller). Es precisamente en las obras que requieren el concurso de la trompeta en las que hallaremos, creo yo. más placer, si bien la Sonata con «concertino» anónima para Schcrzo 59 discos cuerdas que se inicuye aquí denota que su compositor era un verdadero maestro. Por lo general las músicas grabadas en este disco están llenas de ligereza y colorido; son obras extrovertidas y poco profundas, que requieren agilidad y virtuosismo por parte de los intérpretes, dados sus constantes cambios rítmicos y sus frecuentes pasajes destinados a causar la fácil admiración entre la audiencia. La actuación de Steele-Perkins a la trompeta natural barroca es de las que difícilmente pueden superarse, no sólo por su brillante y flexible técnica, sino por el color y redondez de su sonido, su exquisita dinámica y su musicalidad (únicamente hay algún mínimo roce que no empana para nada su gran labor). El acompañamiento de The Parley of Instruments es vigoroso y efectivo, con una línea del continuo que toca con garra y fuerza. La cuerda alta, violines y violas, ocasionalmente peca de alguna falta de refinamiento y precisión, pero sin que la afinación final sufra. En resumen, interpretación vi ¡alista y enérgica de una música interesante. Compacto más que recomendable. J.C.C.A. MÚSICA BARROCA PARA TROMPETAS: Conciertos para una o más trómpelas de Vivaldi. Telemann, Pac bel bel, Michael Haydn y Biber. Wynlon Marsalis, trómpelas (sincronización). English Chamber Orchtstra. Dir.: Rajmond Leppard. CBS Maslenvorks MK 42478 (DDD) Compacto. Duración: 47'19". Este disco está concebido para el lucimiento del trompetista americano Wynton Marsalis, para el cual se escogieron varias obras del género en tas que participaran varias partes de trompeta (hasta ocho en la sonata de Biber). Pero, según los comentarios del disco, no se pudieron encontrar suficientes irompetistas de la talla del solista principal, por lo que se opló por utilizar la sincronización para que él mismo grabara lodas las panes, por medio de complicados procesos en los que debía escuchar lo anterior grabado con auriculares para añadir cada vez la parte correspondiente. El resultado es espectacular en lo técnico, y bastante apreciable en lo artístico. Para ello cuenta con la excelente English Chambei, y con un Raymond Leppard que sabe sacar jugo de estas partituras, dentro de unas interpretaciones, evidentemente, alejadas de las realizadas con instrumentos y técnicas originales. Pero no todo pueden ser, desde mi pumo de vista, alabanzas. Continúo yo creyendo que la riqueza que se obtiene en conjugar la personalidad de más de un artista no puede compararse a la perfección técnica de un Wynton Marsalis omnipresente. Todo suena igual, no hay casi opción a la curiosidad... se convierte en un mero entretenimiento. Por otra parte, recurre a los consabidos arreglos (del mismo Leppard) de obras que no siempre se compusieron para trompeta. Si tales licencias son hasta cierto punto admisibles en la música barroca, llegan al abuso indiscutible cuando se arregla el conocidísimo Canon de Pachelbel paia 3 (!) trompetas y cuerda: resulta una cosa más bien rara y con poco que ver con la simplicidad y hermosura del original. 60 Scherzo En fin, disco interesante, bien hecho... para los tocos por el clarín barroco. S.B. MÚSICAS TRADICIONALES ITALIE: Chants de Mendiants. (Cantos de mendigos). Malteo Salvatort, canto y guilarra. Harmonía Mundi. H, A 190434. ADD. Precio medio. 38*10'\ El poco entusiasmo popular hacia la música escrita en la segunda mitad del siglo (salvo excepciones: Brillen, Ohana, Tippett...), está en gran parte compensado por la revelación de las músicas clásicas y populares de las diversas culturas del mundo. Maneo Salvatore era un músico enante (el término mendigo, como consta en e! disco es menos adecuado, aunque más seductor) dentro de la tradición de la Italia meridional. No es un mero transmisor de repertorio, sino un auténtico creador como lo fueron el Ashik Veysel en Turquía, Rosa Ashkenazy en Grecia, Antoñel Fresquet en nuestro Levante y Juan Talega en Andalucía. Las canciones interpretadas durante la vida errante de Sal valore reúnen, en este disco picante y sabroso como un plato de strozzapreti alia puttanesca, toda la gama de las emociones y vivencias del ser humano: el amor (Mo ve'la bella mía), la irisleza (Lu pecurerej, el sentimiento religioso (San Michele del Monte), la comunión con la naturaleza (La notie e'bella), el trabajo (II pescivendolo es una jubilosa enumeración de los peces del Adriálico digna del mejor Niño Rota —a menos que sea al revés), la sátira social (de la manera más ladina—furba dicen los italianos, y es una cualidad, Salvatore acata el discurso oficial —Padrone mío. quiero hacerte más rico—, pero con una sorna, dentro de la tradición que va del Arlecchino hasia Darío Fó, más efectiva, que mil manifiestos). Tratándose de un disco tan entrañable uno no quisiera ser desagradable, pero tiene que denunciar una práctica miserabilista: los textos de los poemas (auténticas joyas populares, algunas pulidas durante siglos) han desaparecido en esta reedición en compacto. ¿Tacañería o desprecio hacia el público? P.E. RAMÍREZ: Misa Criolla. Navidad en verano. Navidad nuestra. José Carreras, lenor. Ariel Ramírez, teclados: Conjan los Huancar*; Coral Salvé de Laredo; Sociedad Coral de Bilbao. Dirección: José Luis «cejo (Misa Criolla) y Damián Sánchez. Philips 420955-2. DDD. Duración: 43'34". Cuando hay que reseñar discos tan lamentables como éste, uno nunca sabe por dónde empezar, lal es el cúmulo de barbaridades que se escuchan. Pero, en fin, al tajo. La primera critica será para el propio Ramírez, que no sólo ha consentido que su obra fuera literalmente avasallada, sino que encima ha participado activamente como instrumentista. Tendría que haber optado por una versión más cálida, auténtica y popular, como la pío I agonizada por Los Calchakis para Arión hacia 1977, en su mejor momento musical, pero precisamente en las dos versiones donde el autor participa el aburrimiento es absoluto, gigantesco, ¿por qué? La partitura liene aciertos, pero también muchos fallos conceptuales y de mera instrumentación de posibilidades. Las partes corales, desmesuradas en cuanto a participantes, no pegan, como suele decirse, ni con cola, y únicamente Los Calchakis supieron resolver el problema sustituyéndolas por instrumentos folklóricos (por cierto, mucho mejor interpretados que aquí), consiguiendo asi un ambiente sincero y genuino. Pero Ramírez no ha querido ver lo evidente; su talento no va más allá de ser un buen inventor de melodías, pero no puede arreglarlas de forma que suenen convincentemente. De hecho, prácticamente toda su música (no sólo la del disco) ha sido versionada por muy distintos intérpretes, y casi siempre mejorada sensiblemente. Dicho de otra forma: su música necesita un arreglista. La interpretación naufraga igualmente, comenzando por Carreras. Durante esta grabación empezó a sentirse mal, y quizas eso explique su desastrosa actuación, hasta el límite de lo aguantable. No sólo está fuera de repertorio, es que desafina y se va de ritmo de forma escandalosa (en el Sanctus de la Misa, por ejemplo). Pero los instrumentistas no están mucho mejor, desgraciadamente. Los vi en listas, aparte de mediocres, ya que no son capaces de hacer sonar de forma ágil y profunda algo tan simple como la zampona, y como kenistas son penosos, locan de forma abiertamente cursi (algo que se ha extendido últimamente entre los grupos folklóricos argenlinos de nuevo cuño, en oposición a los magníficos grupos chilenos, como lnti lili maní o lllapu, o, en plan totalmente distinto, los bolivianos de Bollvia Manta, auténticos representantes del folklore de los países andinos). Muy cursis y rebuscados lambién los percusionistas (con Domingo Cura no podía esperarse otra cosa). El charanguista es, simplemente, malo y soso. Comprendo que para los aficionados no especialmente iniciados en la música sudamericana estos datos puedan parecer confusos y complicados, pero creo que si alguien lee esta reseña lo hace buscando orienlación. y les puedo asegurar que esta grabación de la Misa Criolla vale menos que el dinero del Monopoly. En cuanto a los directores de coros, se debe señalar que, por principio, con masas corales tan grandes era lógico que su actuación fuera pesada, marmórea, turbia... Sin que se sepa muy bien la causa, la mayoría de las veces pronuncian con la «s» (a la manera sudamericana), mientras que Carreras, con muy buen senlido, lo hace normalmente, esto es, en castellano de Castilla. Bueno, para qué seguir... Son tantas cosas, que mejor nos olvidamos de que el disco dichoso existió, ¿de acuerdo? Si desean escuchar muy bella recreación de la Misa Criolla, acudan a la casa AriónHispavox. y pidan el volumen 10 de Los Calchakis. Sinceramente. vumuM J.C.C-A. En el n.° 29 (noviembre 88) de SCHERZO aparecen sin firma dos críticas discográficas: Hazanout (p. 40) y Maroc: listad Massano Tazi (p. 45). Corresponden ambas a las siglas P.E. •studio discogrófico- Un pianismo en la encrucijada B usoni era hasta hace no mucho tiempo un músico menospreciado por una época para la que se han convertido en extrañas las paráfrasis y transcripciones. Lo injusto de esta estereotipada imagen de un hombre dolado de multitud de talentos —y no sólo musicales— se nos viene revelando desde que su importante ópera Doktor Fausí se ha vuelto accesible gracias al disco. Le toca ahora el turno a! piano busoníano, que constituye la parte principal de su actividad compositiva. Siendo él mismo un formidable pianista — Rubinstein afirmó que tenia una técnica diabólica—, era lógico que dedicase a su instrumento lo mejor y más abundante de su esfuerzo creador. Mas, como en tantos otros casos, el virtuoso eclipsó al compositor. tina época, un hombre -F erruccio Busoni (1866-1924) incluso como ser humano nos da una impresión que su música acentúa aún más: la de encontrarse en una encrucijada de caminos. Este italiano de mentalidad y gustos germánicos, interesado por una constelación de temas, defensor por escrito de avanzadas posturas estéticas que sólo aislada o (imidamente se atrevió a poner en práctica, encarna casi arqueiipicamente las fuertes contradicciones de la cultura europea, por descontado de la música, de las décadas iniciales de nuestro siglo. Como intérprete de piano, pertenecía a la gran tradición decimonónica. No dudó en realizar arreglos de páginas de Bach, Mozart, Beethoven, Lisa y aun de páginas propias que ponía al servicio de sus facultades como ejecutante. Cuando escribe obras originales, Busoni traduce en su teclado un mundo con multitud de referencias, algunas miran al pasado, otras al porvenir. Un piano enlrt «I barroco y U vanguardia Estos seis compactos que comentamos, dedicados según se indica a las obras más importantes para piano, no a todas, dejan de lado al Busoni arieglista y parafraseador para centrarse en el autor personal. Precisamente, no le resultó fácil a nuestro músico hacerse con un lenguaje propio. La obra más antigua grabada, la Suile campestre (1878), ofrece numerosas pruebas de influencias y es lógico que asi sea, pues las piezas de carácter que la integran fueron escritas por un muchacho de doce años. Pronto se despeja el panorama, la siguiente obra fija las dos más fuertes atracciones del teclado de Busoni: Bach y los grandes hitos del siglo XIX. Los 24 Preludios (1881), sin excesivas demandas al ejecutante, explotan las posibilidades del instrumento, suponiendo al mismo tiempo una realización más personal, aunque esté claro que El clave bien temperado —se recorren todas las tonalidades— y los Preludios de Chopin han sido los modelos seguidos. Los Racconti fantaslici (1882) presentan una inspiración literaria que los retrotrae al primer romanticismo. Formalmente, alcanzan un grado de elaboración no desdeñable. Es a Schumann al que se acerca Busoni con la partitura, for- mada por breves retratos sonoros, que llama Macchiette Medioevali (1883). En seguida se sintió atraído el gran pianista por los procedimientos del discurso musical de Brahms. Compuso varias obras bajo esta influencia, que es resumida y conducida a su máxima expresión en las Variaciones y fuga sobre un tema de Chopin (1885). Busoni hizo una segunda versión de esta obra, también recogida en esta grabación, en 1922. Abreviando considerablemente las variaciones, introdujo, sin embargo, algunas nuevas con un marco armónico mucho más avanzado. Después de la interesante consecución de las primitivas Variaciones Busoni compone poco. Encontramos en estos años piezas de corto vuelo que reflejan una técnica lisztiana: Zwei Tanzstúcke(IS90, rehecha en 1914). Vierte Ballett-Szene (1892), 6 Stücke (1895). Etapa de entrega a la interpretación, sí, pero en la que sin una gran imaginación se intuye una crisis creativa. Busoni la resuelve con la que es su primera obra pianística auténticamente personal. Se traía de las Elegías (1907), página bisagra que, partiendo de sonoridades que son todavía del postromanticismo, se abre a posibilidades de renovación que cuajarán en un futuro inmediato. No se rompe aún con la armonía tradicional, pero se la fuerza. Las novedades contenidas en esta obra tienen un eco en Nuil de Noel (1908), cuya textura tiene mucho que ver con el impresionismo. La Fantasía sobre Bach (1909), que vuelve busoni anas tres piezas organísticas de! genio barroco, y Andie Jugend t,\<KÑ), que utiliza temas de Bach, Mozart y Paganini, son páginas de un pianismo en tono menor. Todo lo contrario representa la Fantasía contrapuntistica (1910), una de las piezas más ambiciosas, logradas y extensas del catálogo de Busoni. A partir del contrapunto final, no acabado, de El arte de la fuga, Busoni, fiel a ia esencia bachiana, realiza una creación totalmente suya. La página es ciertamente una de las más extraordinarias del piano del siglo XX. Su retorno al repertorio vivo es de la máxima urgencia. Por lo demás, no olvidemos que Busoni fue un gran conocedor de la música de Bach, de ia cual hizo una amplia edición, acabada sólo en 1920, cuatro años antes de Su muerte. Con Choral Vorspiel (1912) vuelve al material de la Fantasía, reelaborándolo de forma totalmente independiente, si bien en una pieza de alcance mucho más reducido. La Sonatina seconda (1912) es otra de las piezas fundamentales de Busoni. Sigue aquí rápidamente los pasos de Schoenberg con una música alona!, nacida no de la conciencia histórica, sino de una necesidad de libertad. Las sonatinas del compositor son un variado universo que admite desde el ejemplar progresista que acabamos de ver al neoclasicismo de la Sonatina ad usum Infantis (1915) y el regreso a la paráfrasis de la Sonatina sobre «Carmen» (1920). Es una música escrita por él mismo la que usa Busoni —de sus óperas Die Braulv/ahl y Doklor Faust— como punto de partida de la Toccata (1920) que guarda una fuerte conexión procedimental con la toccata antigua. Descubrí miento de un Intérprete busouiano Ge leoffrey Douglas Madge, el pianista aus- traliano encargado de ia grabación, se muestra como un conocedor profundo de la música de Busoni. Madge suele interpretar sobre todo piezas del siglo XX y está realizando una carrera que se cimenta en la dedicación a significativas páginas olvidadas por los pianistas de fama. Dueño de una técnica muy completa —el hecho de que los registros no sean de estudio así lo certifica—, obtiene un sonido siempre hermoso, brillante cuando es preciso y con un convincente balance entre ambas manos. Su preocupación constante por el control dinámico, así como un sabio uso del pedal, forman parle de sus aciertos. Madge experimenta con las sonoridades en las páginas busonianas más avanzadas y dota de un moderado neobarroquismo a las de este sello. Sus lecturas son siempre rigurosas, el mismo Busoni se habría tomado muchas libertades al recrearlas, pero pianistas como el australiano pertenecen ya a la objetividad actual. Geoffrey Madge sabe ser sencillo y levemente romántico en los Preludios, vital y comunicativo en las Tanzstücke y Ballet-Szene, de un tenue populismo en la Suile campestre y un ágil instrumentista en las 6 Stücke, Perpetuum mobile o la Toccata. El lado narrativo, en su caso plástico, no es desatendido en los Racconti y Macchiette. Aun ¡as composiciones de menos peso, las de clara intencionalidad pedagógica, como An die Jugend y las 7 kurze Stücken, son dignificadas por la interpretación. Las dos versiones de las Variaciones sobre un temo de Chopin dan pie a la manifestación de un pianismo integral, por momentos orquestal, logrando Madge atender por igual los aspectos estructurales y de color de la música. Las Sonatinas son exploradas como una lección de los cambios y la evolución operados en Busoni. No está ausente un apropiado deje irónico en la interpretación de la basada en Carmen. Las importantes Elegías son enfocadas desde varios ángulos. El pianista, aquí especialmente claro y atento a la dinámica —amplísima en la tercera Elegía, donde otra vez se culminan vigorosas sonoridades orquestales— adopta un prisma mistérico, en algunas instantes schoenberguiano y, finalmente, lúdico como una forma de liberación (sígase el jugueteo con el tema de Mangas verdes en la cuarta Elegía). Pero donde Madge se comporta como un pianista de talla es en su versión de la Fantasía contrapuntística. Logra salvar las dificultades extremas de la partitura, lo que ya es mucho, pero además accede a la plenilud sonora desde una concepción de la obra que no es la de un falso barroquismo. Por el interés de las obras y lo adecuado de las interpretaciones estos discos se recomiendan por si solos. Enrique Martínez Miura BUSONI: Las obras mayores para piano. Geoifrcy Douglas Madge, piano. PHILIPS 420 740-2.6 Compactos. DDU. Tiempo 10lal: 3S5'29". Scherzo 61 •studlo discográflco Leonard Bcrnslein: 70 años E l famoso director-compositor norteamericano Leonard Bernstein ha cumplido 70 años recientemente, efeméride que ya ha sido recordada en esta revista. Con (al motivo, la multinacional CBS, que ha sido su casa discográfíca durante buena parte de su carrera, le ha nombrado «artist lauréate" y le ha dedicado una mini edición (en España más mini aún, me temo) conmemorativa en una serie de compactos. Bernstein, un auténtico showman, como muy bien señalaba Enrique Pérez Adrián en su artículo (SCHERZO N." 28), hombre alrededor del que se mueven extraordinarios aparatos publicitarios, es, qué duda cabe, uno de los grandes directores de nuestro tiempo, aunque recurra a veces a medías poco ortodoxos y a técnicas gesluales rayanas ocasionalmente en lo hilarante. El director norteamericano posee un fino sentido rítmico (ama los ritmos complejos, que domina a la perfección), y aunque sus ideas musicales pueden resultar a veces extravagantes, con frecuencia, sobre todo en determinados autores, se traducen en efectos muy consegidos y en traducciones acertadísimas. Bernstein disfruta hasta el máximo haciendo Leonard Bernstein música, y ello se transmite inmediatamente al oyente. Es todo lo contrario de un músiIII, como cabía esperar). Recomiendo enco anodino. carecidamente al lector, por el bien de la paz de su familia, que evite la audición de estos En la edición que nos ocupa hay, como ejemplares, verdaderamente impresentables. era de esperar, de todo. Hay que lamentar, El resto ofrece, por fortuna, perspectivas en primer lugar, que no nos haya sido re- bien distintas. Una arrebatadora lectura de mitido ningún ejemplar de sus grabaciones Le Sacre, con una fuerza rítmica impresiomahlerianas, especialmente si se tiene en nante, centra la atención de un disco que se cuenta que sí se nos han remitido dos de los completa con una afortunada Pulcinella; tres especímenes de una horterada mayes- ambas versiones, pese a lo antiguo de la gralática titulada «The Encoré collection». Es- bación, suenan muy bien, y podemos apretas joyítas son uno de los mayores petardos ciar una magnifica ejecución por parte de discográficos que uno haya tenido ocasión ambas orquestas, especialmente la británide soportar, y contienen piezas inigualables, ca. El disco dedicado a música coral tiene como el final (?) de la obertura de Guiller- su punto más alto en una sentida, muy bien mo Tdl o la decimoctava variación de la rap- construida y traducida lectura de la Sinfosodia de Rachmaninoff sobre un tema de nía de los salmos de Strawinsky. La versión Paganini, por no hablar del preludio del acto del Gloria de Poulenc se me antojó más so11 de Lohengrin (que resulta ser el del acto sa, a lo que contribuye un sonido no muy afortunado. Los Chichester Psalms, del propio Bernsiein. son música agradable de escuchar y están muy bien interpretados, como cabla esperar, aunque el solista anda un poco j imito. El compacto con obras de Bartók es otro gran acierto, en especial por lo que se refiere a una espectacular versión del Concierto para orquesta, con especial mención para el finale. La grabación suena muy bien, pese a los años que tiene (el original es de 1959). Nielsen (cuya creciente presencia discográfica saludamos con satisfacción) y Shostakovitch completan la colección remitida. Las versiones que ofrece Bernstein de las dos sinfonías del danés son muy buenas, especialmente en el caso de la Quinta, planteada sin concesiones y con el grado justo de atmósfera siniestra. La Tercera es también francamente buena, si bien un punto demasiado espectacular en algún momento. En ambos casos, la grabación y ejecución son superiores a las de Schmidt (Unicom). Shostakovitch, en fin. es compositor con el que 62 Scherzo Bernstein siente indudable afinidad, por lo que se mueve muy a gusto en ambas sinfonías. Destacaría su humorística lectura del allegretto de la Quinta, así como su afortunada versión, con buen ambiente camerístico, de la Novena. En resumen, edición, al menos en lo que se nos ha remitido, bastante afortunada en cuanto a versiones y sonido (pese a ser grabaciones ya antiguas). Mención especial merecen los discos dedicados a Bartók y Strawinsky {.Consagración de la primavera y Sinfonía de los salmos). Totalmente rechazables los Encores. Por desgracia, me temo que nos han privado de lo más interesante, léase Mahler. El folleto acompañante no revela si estos discos son de precio medio. De no serlo, ello constituiría una sería desventaja. Rafael Ortega SHOSTAKOVITCH: Sinfonías 5 y 9. O.F. de Nutv« York. CBS CD MK 44711 (ADD. 71'). NIELSEN: Sinfonías 3 (Real OrqnesU Danta) y 5 (O.F. de Nutvi Vori). CBS CD MK 4470S {ADD, 70'Sl"). BAHTÓK: Condeno pata orquesta. Música para cuerdas, percusión y celesta. O.F. de Nueva York. CBS CD MK 44707 (ADD. t9'50"). STRAWINSKY: Sin/onía di/OÍ ía/moj (Coro i d Eagllsh Bmch Festival; O.S. d« Lonirol. POlll.ENC: Clona (Judlth BlegcB, sopnio; WMminiltr Ctaolr; O.F. de Nueva York). BERNSTEIN: Chichester Psalms (John Bo(*rt, •Un; Camera» Singere: O.F. de NIKVI York), CBS CD MK 44710 (ADD. M'52"). STRAWINSKY: La consagración de la primavera (fl.S. de Londres). Pulcinella, suitr <O.F. dt Nutva York). CBS CD MK 4471» (ADD, 58'). THE ENCORF. COLLECTION, Vols. II ) III. O.r. de Noen York. CBS CU MLK 447M/5 (ADD, 7 2 ' » " y TJ'M"). •studlo discogrófko Un Beethoven renovador: Haitink se despide de Amsterdam A l encontrarnos con una nueva integral de Beethoven es legitime pensar que vamos a enfrentarnos a una nueva leciura de gran corrección y aportación escasa. Después de tantas integrales de las sinfonías, qué se puede decir aún a estas alturas. Esta reacción fue la que tuvimos ante el álbum de 6 CD que ahora reseñamos. En seguida acudieron los fantasmas ideales del pasado, encabezados por Furlwangler. Qué podían hacer frente a ese legado Haitink y la orquesia del Concertgebou» de Amsterdam, director y conjunto que siempre deseamos ver actuar en vivo y del que a menudo descreemos fonográficamente. Por una antigua manía personal, sumamente inofensiva, empecé la escucha por la Pastoral. Desde el principio la integral en cuesiión se hacia notar como algo diferente, como algo apañador. El resto de la escucha no hizo sino confirmar esto. Aun así, hice repetidas escuchas y realicé comparaciones puntuales de determinadas sinfonías. En estas comparaciones habia que prescindir de la gran iradición romántica, es decir, de Furtwangler y compañía. Las versiones de Haitink son todo lo contrario, y su filiación hay que buscarla en nombres como Toscanini o Szell, que infundieron una tremenda energía no sólo romántica a esos pentagramas, que le dieron cierta vida operística —poi decirlo asi— mediante una revisión de las convenciones que se consideró objet ¡vista, pero que en realidad era un planteamiento de convenciones interpretativas radicalmente diverso. No olvidemos que eso que llamamos convenciones son las pautas más o menos indefinibles, pero vigentes en una época, a la hora de acercarse a una partitura. Pues bien, con Beethoven, eso que empezó más o menos con Toscanini y siguió con Szell, ha sido consumado y llevado más allá por Haitink en la integral que nos ocupa. Se trata de un estilo clásico. Apolo ha triunfado plenamente sobre el pathos, el sentimiento, el drama. Pero se trata de un clasicismo lleno de energía, de vigor, de fuerza, una pro""?sia cuya elegancia no excluye la u.i—utez y el poderío. La integral puede resumiise en las propuestas de las sinfonías Segunda y Novena. La Segunda puede ser propuesta clásicamente sin problemas para el oyente, que lo acepta sin planteárselo. La Novena, en cambio, ha sido leída siempre mediante propuestas que entran de lleno en el Romanticismo; después de todo, se trata de una partitura que acaso prefigure muchas cosas del Romanticismo más tardío. Cómo realizar una lectura clasicista sin que se note un desajuste entre nuestra memoria y la propuesta actual. Cómo no ceder entonces a la tentación de hacer uso de los nombres de Funwangler, Erich Kleiber o Klemperer como terribles armas arrojadizas. Haríamos mal de echar mano de tan respetable parnaso, porque indicaría que no hemos comprendido lo que nos propone Haitink. Esa No vena se presenta en su radical novedad precisamente en unir lo aparentemente opuesto: la aportación profénea del sinfonista prerromántico y la lectura clásica de quien se codeó con Goethe y fue, como él, masón y filántropo; pero también era Beethoven el músico de quien Goethe desconfiaba por su pulsión futurista... Dónde está el equilibrio, dónde la objetividad en el planteamiento de las sinfonías del genio de Bonn. Después de todo, el más futurista de todos los Beelhoven, el de la Novena, no fue seguido por sus epígonos. Estos siguieron el modelo de las ocho primeras y de él extrajeron auténtico romanticismo: Mendelssohn, Schumann, Brahms... y nacionalistas como Dvorak, o románticos tardíos como Chaikovski. Sin embargo, es legítimo sospechar que todo esto es forzar el nivel de conciencia musical posible de Beethoven cuando compuso no las ocho, sino las nueve sinfonías. También Schubert entrevio el futuro y compuso algunas amplias y densas sinfonías finales, y no por eso podemos considerarle un romántico. Es tal vez el último clásico vienes. Por eso, su contemporáneo mayor, Beethoven, al margen de lo patético (que le resulta extraño, por la grandeza espiritual <te su música), puede considerarse con más razón el gran clásico vienes que vino de Renania. Luego el planteamiento de Haitink no sólo no es inadecuado, sino que tiene gran lógica y es, dada la tradición interpretativa de estas sinfonías, decididamente recuperador. Novenal No, lo que tal vez sucede es que ahora la propuesta es demasiado diferente y los tempi se resienten, o mejor dicho, nos resentimos nosotros, con nuestra escucha acumulada, nuestra historia sonora implacable. No es fácil desromantizar, despatetizar, e incluso, por qué no decirlo (sin que con ello condenemos a los antiguas), desfilisteizar este Beethoven tan interpretado y, eventualmente, tan castigado por inadecuadas manos. Este es un camino, sin duda. Se impone, entonces, una escucha más dilatada en el tiempo, que acaso pueda neutralizar lo que es casi consuetudinario, para ver qué hay en realidad en esa Tercera y en esa Quinta. Podemos decir que lo que hace Haitink con Beethoven es paralelo a lo hecho por Harnoncourt con Mozart (no olvidemos que se trata de la misma orquesta). Y tampoco Harnoncourt surgió de la nada. El autor de la revolución mozartiana ha sido Harnoncourt, pero antes estuvo ese antecedente insoslayable que es Krips (de nuevo la misma orquesta). Es lógico que este conjunto y quien hasta ahora era su titular hayan decidido, por fin, hacer lo mismo con Beethoven: los dioses clásicos no desdeñan aqui la armadura, y aun asi son elegantes y bellos. Es el verdadero sentido de una época clásica, de la que Beethoven es superviviente y albacea testamentario, con un concepto de belleza que es preciso redefinir cada cierto tiempo, como en este caso. En resumen: se trata de una de las grandes integrales de Beethoven en la historia de la fonografía. El tiempo nos dirá en qué lugar de tan importante parnaso se sitúan estas lecturas que ahora creemos profundaSe diría que no hay grandes problemas en mente renovadoras. Esperemos no tener que aceptar el clasicismo poderoso de la Segun- dejar pasar, para aceptarlas, tanto tiempo da, Cuarta, Sexta y Octava: la Sexta es de como fue necesario en el caso del Mozart de una/irme delicadeza, más descriptiva que Harnoncourt. nunca, con ese gusto por la referencia exteEstas nueve sinfonías (con la preciosa prorior literal que es propia del siglo XVIil, pina de un Egmont imponente) son el legafrente a la referencia espiritual (de situación) do final de Haitink con la Concertgebouw. que será propia del sinfonismo heterodoxo Todo acabó aquí, sobre todo si se confirma del XIX (Liszt y el poema sinfónico, Bruck- que !a Octava de Mahler de abril no se coner y la macrosínfonia). Por esa razón la mercializará en disco. Es una lástima que, Pastoral proporciona una de las claves de obteniendo estos resultados, cuesliones en esta integral. Otra clave se encuentra en el principio ajenas a la música hayan llevado espléndido, arrollador tratamiento de las sin- a este lamentable divorcio. No sabemos si fonías consideradas menores (Segunda. alguien saldrá ganancioso. Desde luego, no Cuarta, Octava), si es que alguna de ellas va a ser la orquesta del Concertgebouw. puede ser siquiera hipotéticamente planteada como menor. Esa Segunda y esa Octava Santiago Martín Bermúdez son tan olímpicamente grandes (o tan deíficamente grandes) que la integral merecería ía pena sólo por ellas. Las dudas pueden llegar en Tercera, Quinta y (algo menos) en Séptima, cuyo úliimo movimiento es más que espléndido, es apoteósico. Cabe legitimidad en ello, cabe incluso creer que nos encontramos ante una propuesta relativamente menor si comparamos lo aportado en media Séptima y en las otras seis sinfonías. ¿Es que acaso no consigue aquí Haitink el milagro de reconciliación de los opuestos que consigue en la BEETHOVEN: Sinfonías I a 9. Obertura Egmoni. Orqwil* dd Conccrt£tbouw de Anslerdua. flcmird HúHnk. dinrlor. PHILIPS 416 S22-2. 6 CD. DDD. Duración: 6 hora. 5'R". Schcrzo 63 estudio discogrófko Gyórgy Ligeti: Un recorrido por su obra L a publicación en los últimos meses de A grabaciones en el mercado internacional conteniendo música de Ligeti, nos mueve a la redacción de un apresurado comentario en el que se quiere hacer hincapié en el giro que ha tomado el estilo de este compositor en los últimos años. En casos como éste es cuando hay que agradecer la existencia del disco, que posibilita el que cualquier aficionado pueda desde casa seguir la trayectoria de un músico determinado, y en este caso es especialmente singular al tratarse no ya de un autor vivo, sino de uno de los creadores de sonidos más originales y apasionantes de la última mitad del siglo. Las tres épocas fundamentales de la obra de Ligeli están representadas en estos discos: la primera, de formación, o período húngaro (1941-1956), con Capriccio, las Invenciones, Música Ricercata. para piano, y el Cuarteto n. ° I; la segunda época, la de la expansión y reconocimiento de su estilo, con Doble concierto, San Francisco Polyphony, Continuum y las Tres piezas para piano; y la tercera, o actual, en la que abunda el pastiche, la recreación sobre los viejos modelos, representada por el Trío de 1982 y el primer libro de los Eludes pour piano (1985). Camino de madurez El auditor, así, se halla de un plumazo ante toda una trayectoria compositiva que va desde los balbuceos por escapar de la inevitable influencia de Bartok (Capriccio) hasta el empleo de las estructuras polirritmicas de Eludes. En efecto, las primerizas Invenciones (1942) y la posterior Música Ricercata (1953) son un paso decisivo por parte de Ligeti en ese durísimo ira bajo que consistía en doblegar la huella bartokiana. En ambos casos estamos ante un intento de experimentación con la sintaxis musical. Invenciones está concebida como un entramado de pequeñas células melódicas dispuestas según todas sus posibilidades combinatorias. Esto y el uso del principio de imitación lo aproximan al mundo de Bach, pero la evidente falta de relaciones tonales lo acercan mucho más al estilo de Bartok y al de Webern. El Cuarteto n. ° 1 (1954) o Metamorfosis nocturnas es la obra más importante del primer periodo y, sin duda, uno de los más bellos logros de toda la carrera de Ligeli. A la vez síntesis del período húngaro y anticipo del nuevo estilo, conserva aún este Cuarteto la estela del autor de El Mandarín maravilloso, pero también contiene pinceladas del Ligeti más característico, como las superposiciones en clusters. Concebido en un solo y largo movimiento, el Primer Cuarteto, que ha sido ignorado durante mucho (lempo por parte de los concertistas en favor del más innovador Cuarteto n. ° 2, contiene páginas de exaltada emoción que hacen plenamente recomendable su escucha. De las obras del segundo período o de madurez estilística de Ligeti, representadas en estos discos, la más sobresaliente por sus especiales características es Monument/Selbsportrait/Bewegung (1976), también denominada Tres piezas para dos pianos. Se traía 64 Scherzo del primer intento de Ligeli por buscar una nueva manera, lo que va a configurar más tarde su estilo de los años 80. El autor se enfrenta aquí a la disyuntiva de continuar empleando como material básico los grandes bloques sonoros y el estatismo melódico o, por el contrario, derivar hacia una escritura más flexible, donde se puedan dar cita otros lenguajes musicales y donde las emociones personales puedan fluir con más libertad. En las Tres piezas se encuentran resios del modelo típico de Ligeti {SelbsporIrait: uso de varias capas sonoras estratificadas) pero también perfiles poco habituales hasta ese momento. Por ejemplo, Monumeni, donde empieza a obsesionarse con la idea del ritmo, y es ahí donde radica la novedad de la pieza, articulada sobre la base de una complejidad rítmica que irá acentuándose gradas a una renovación constante del tratamiento del material. Es evidente que Ligeti ha querido aquí rendir un homenaje a los representantes clásicos de la música repetitiva, Riley y Reích (de hecho, el subtítulo de la primera pieza es significativo: A utorretrato con Reich y Riley, con Chopin al fondo). Ligeti conjuga en ella su propia técnica de transformaciones rítmicas progresivas y la de los americanos. El resultado es cercano a la repetición, pero con el sello de Ligeli. Veamos por qué: nuestro músico emplea una técnica pianística particular, e! bloqueo o truco móvil de las teclas. que consiste en apoyar con los dedos de una mano en ciertas teclas sin emitir sonidos y tocar realmente con los dedos de la otra mano sobre las teclas que no están bloqueadas. Los sonidos tocados serán las notas normales, los mudos serán las pequeñas notas. Ello permite obtener ritmos complejos de un género, para entonces, nuevo, siendo la fórmula de los dos pianos la más adecuada. Las Tres piezas anuncian con 9 años de antelación lo que será la obra de Ligeti de composición más reciente contenida en estas grabaciones. En efecto, algunas de las características que se vislumbran en el Monumem están plenamente desarrolladas en el Primer Libro de los Eludes pour piano (1985), pieza ésta que pone de manifiesto, como ya lo hizo el Trío de 1982, el interés de Ligeti por encontrar nuevos métodos expresivos. cas pretéritas, ya perceptibles en piezas como Le Grand Macabre o Passacaglia Ungherese. de una parte, y por la otra, una mayor atención por una escritura más libre en la que no hay ningún rubor en emplear cadencias perfectas, tenemos conformado ya un esquema muy útil para saber cuál es el momento actual del autor de Lontano. El Trio para violín, trompa y piano (1982) es un claro ejemplo de música pastiche. Homenaje explícito al Trío de la opus 40 de Brahms, juega con formas pretéritas, como la chacona o la passacaglia, con el empleo de danzas de diferentes pueblos (Hungría, Rumania, los Balcanes), pero, ante todo, rezuma gran expresividad, con un núcleo misterioso, melancólico y nostálgico en el Adagio. Nunca como aquí denotó la música de Ligeli tal sentimiento de tristeza. Tras la transición hacia una nueva expresividad del Trío. Ligeti compone en I9S5 los Eludes para piano, su obra-faro en lo tocante al nuevo estilo y de la que se ha grabado aquí el Primer Libro en interpretación fidelísima de Volker Banfield, en perfecta comunión con las exigencias del autor. La propuesta de Eludes es muy diversa. Así, el n.° 3, Touches, se relaciona con Selbsportrail en el empleo de la técnica de la pianola. El n.° 4, Fanfyre, es reminiscencia de Música Ricercala, así como pastiche de viejos modelos pianísticos: Schumann, Liszt y sobre todo Chopin. Lo que en la superficie es un desfile de temas familiares, en el fondo es algo muy ajeno a una estructura clásica. Ligeti, sobre los viejos modelos, aporta una inventiva rítmica constante con momentos tan llenos de vitalidad como el fenomenal Elude n." I, «Desordre», obra maestra de vigor y simplicidad y, además, nos demuestra gran capacidad de síntesis al aunar el pensamiento tradicional europeo con las influencias ya antes apuntadas, de la polirrilmia africana, y las del tratamiento a base de superposiciones y permutaciones rítmicas de Conlon Nancarrow. Los Eludes, por su frescor, su comunicatividad y la enorme técnica que explota del piano, se nos revela como un trabajo que tendrá gran resonancia en lo venidero, ya que supone un importante paso de un compositor actual que se enfrenta con el problema de cambio de estilo y, sobre todo, con el dilema de cómo insuflar un nuevo aire a EJ nuevo estilo su música con el fin de conseguir, gracias Nuestro autor, que ya se había distingui- a una mayor expresividad, un más inmediato do del grueso de los maestros de Darmstadt contacto con el público auditor. Las antíal no aceptar en su propio estilo el puntillis- podas de las Sonatas de Boulez o los Klamo a lo Webern, creando un mundo sono- vierstücke de Stockhausen. ro propio e intransferible mucho más uniforme y continuo, ajeno a las configuFrancisco Ramos raciones matemáticas y numéricas de la serie, se ve necesitado en un momento dado — Trio para Piolín, trompa y piano. Passacagtia Unghede insuflar un nuevo aliento a su música. El resv. Ciinftnuum. Hungariari Rock. í pieza*, paro dos piamismo ha reconocido repetidamente que las nos Gftwríloff IvIoJm). Baumtim tlrompal, Bcsdi (pinito), influencias provenientes de los cantos poli- ChDtnarka (clmel. BaNlM». Canino I » . Werg<i 60]M. Rice reata. Coprjcctt) ¡nvenitort. Monurrítmicos de Centroáfrica y de los trabajos — Música Ü l t g . L t e f e . MDDEIUTIU. Wersobre ritmos superpuestos de Conlon Nancarrow han resultado ser fundamentales para — Eludís pour pinna (+ ME5SIAEIS: M ReíanJj sur alimentar lo que se puede llamar su nuevo l'taflat Jejos). Bantírid. Vrttjo 601J4. — Doble concierto pümnhae, flaum y uit/vesla. San franestilo. Si a estas dos grandes presencias en ctsiv Potyptiony. Cuantío n " / t.'onttnuurn Muticti Riel último Ligeti agregamos un mayor gusto cercala. Homnll- Orquesta S4«l<rakl de la Radio Saeca. por el pastiche, el empleo de citas de músi- Cuide» Voces lalloue. En Noidoill Idnrl, Lúa Pbjoli (pl. BIS CD 53. libros ENRICO HJBIM: La enética musical desde la Antigüedad hasta el siglo XX. Traducción de tartos Guillermo Pérez de A randa. Madrid 1988. Alianza Música n." 31. 521 páginas. Enrice Fubíni es una de las personalidades destocadas que ha dado ]a efervescente moderna musicología italiana. En sus trabajos aparece como una constante la preocupación por las relaciones estre la filosofía y la música. Fruto de sus estudios en este campo son sus dos textos clásicos en la materia, La enética musical de la Antigüedad al siglo XVIII y La estética musical del siglo XVIII a nuestros días. Esta última mereció ya versión castellana (Barcelona, 1971. Traducción de Antonio Pigrau Rodríguez), que ha sido durante esios años punto obligado de referencia en el tema para los lectores españoles. El libro que nos presenta ahora Alianza es básicamente la refundición de los dos escritos antes mencionados del investigador italiano. Ahora bien, editores y traductor han tenido el acierto de basarse en la última edición italiana de La estética musical del siglo XVIII a nuestros días, en laque el autor ha introducido una considerable cantidad de nuevo material. A diferencia del libro de Lewis Rowell, Introducción a la Filosofía de la Música, que tuvimos ocasión de comentaren su momento (SCHERZO n°ll, pág,46), y que abordaba directamente algunos problemas estéticos, Fubini opta por una exposición histórica de las posturas de las distintas épocas ame e¡ hecho musical. Se repasan asi las variadas creencias que filósofos y teóricos han tenido de nuestro arte: como imitación de la naturaleza, armonía dentro del cosmos ordenado, expresión de emociones, estructuración del discurrir del tiempo, proceso autónomo de talante intelectual. El libro de Fubini, magnífico de por si, carece de competencia en castellano en este asunto. La recomendación es, pues, obligada, aun con la ausencia de índices onomásticos o analíticos, algún error tipográfico y determinados descuidos en la traducción. £. Ai M ALBERT NIETO: La dieitación pianística. Fundación Banco Exterior. Colección Investigaciones. 272 pags. Madrid, 1988. No puedo sino iniciar este comentario expresando mi más efusiva felicitación al autor de este excelente libro sobre la digitación pianística. Felicitación que se basa en un trabajo serio, bien documentado, pensado y estructurado. Sin duda, es un libro de minorías, es un libro para pianistas, sobre todo para profesores o. en menor grado, para alumnos suficientemente avanzados. El orden de la obra, que se divide en tres grandes secciones (Generalidades, que incluye la evolución histórica. El Elemento Físico y El Elemento Compositivo), es perfectamente adecuado. Los ejemplos son siempre ilustrativos y el lenguaje es, en general, suficientemente claro. Quiza la parte dedicada a la ana tomo-fisiología de la mano sea la más dura para el lector, aunque desde luego no lo fue para mí (mi condición profesional me hace ser parcial en este juicio). Cualquier pianista encontrará aquí los problemas de todos los días en lo que a digitación se refiere, y la forma o formas de intentar resolverlos. LIBROS Establecidas las numerosas virtudes, pasamos a los escasos defectos, en su mayoría de poca relevancia. Las citas que figuran al principio de cada capítulo sólo están traducidas en parte, lo que en mi opinión constituye un error. La impresión de los fragmentos musicales (el libro contiene más de 400 ejemplos) es en ocasiones difícilmente legible —por pequeña— desde el atril del piano, que es el lugar donde se supone que el lector potencial lo empleará. Por otra parle, la búsqueda de ejemplos en parles distintas del libro resulta a veces un tanto fatigosa, si bien la solución de tal problema es un tanto difícil. Finalmente, y aunque la profusión de ejemplos es sin duda muy positiva, quizá lo hubiera sido más aún si el texto acompañante hubiera sido un punto más aclaratorio. No obstante, creo que nos encontramos ante una obra necesaria que tendrá éxito entre el grupo de lectores que le aguarda — ciertamente no masivo, como muy bien apunta Achúcarro en su acertado prólogo—. Libro, pues, para leer y experimentar sentado al piano. Lo único malo que tienen este tipo de obras es que a veces resulta muy diffcil extraer unas reglas más o menos fijas, teniendo en cuenta que cada mano es un mundo distinto. Bien es verdad que esto lo deja muy Claro el autor. En definitiva, obra de total recomendabilídad para quienes está dirigido. Excelente presentación. R. O, B. CENTRO DE DOCUMENTACIÓN DE LA MÚSICA ESPAÑOLA CONTEMPORÁNEA.— Catálogo de obras 19SS. Fundición Juan Mareta. Madrid, 1988. Vol. de I7S pp. 21 x 15 cm. Tras un paréntesis de un par de años, la Fundación March nos entrega ahora el cuarto catálogo de sus fondos de música española del siglo XX, actualizado al última día de 1987. La espera valió la pena y quizás hubiera valido que fuera un poco más larga pues pude comprobar personalmente en el pasado mes de febrero que recientemente hubo incorporaciones de gran importancia; la propia presentación de este Catálogo especifica que han quedado fuera las obras completas de Conrado det Campo, de Salvador Bacarísse y tengo noticias de otros importantes legados. El pequeño esfuerzo de leer detenidamente este Catálogo (no lleva más de dos horas y media) se ve recompensado con noticias gratificantes como las novedades en manuscritos de obras de Falla nunca publicadas y con el notabilísimo incremento en la relación de compositores, y en la oferta de la obra de los ofrecidos anteriormente. El Catálogo es también un excelente termómetro del estado de los conocimientos sobre la música española del XX; que sigamos sin disponer de la obra de Mantecón o Casal Chapí es una tragedia que puede ejemplificar lo que digo como lo es la pequeña colección de partituras de Granados y la ausencia de partituras de Albéniz (del primero he de dar noticia de un cuarteto de cuerdas cuyo autógrafo fue re- galado al violinista Manuel Quiroga y conservado en A Corufla). El Centro de Documentación ha realizado en este sentido una importantísima labor a través de sus adquisiciones, sus catálogos monográficos y sus conciertos con música del Centro; pero cuanto mayor es la importancia de los fondos más amplio veo el camino que queda por recorrer. Otro aspecto a elogiar es el criterio estrictico seguida al acertar todo tipo de material sin juicios de valor lo que posibilita que se ofrezcan obras de autores de tan sólo catorce años. La impresión ha mejorado con respecto a las anteriores ediciones y con ella la corrección de los errores tipográficos y el esmero en la ordenación de la información. Menor rigor existe en la introducción de información sobre si el Centro posee Documentación, Publicaciones o Referencias sobre/de tos autores pues me sorprende que, por poner un ejemplo, el Centro no posea la preciosa autobiografía de Sorozábal. Un capítulo descuidado es el referido a las fechas de nacimiento y fallecimiento de los autores, que puede incluso desorientar al lector. X. M. C. MÚSICA Y EDUCACIÓN. Revista de investigación pedagágico-musical. Vol I. Nnm. Io. Madrid, primavera de 198S. 291 pp. 11x15 cms. La educación musical en todos sus aspectos es hoy un tema de gran actualidad en nuestro país y de vivas polémicas ante la imperiosa necesidad de acometer de una vez por todas una reforma seria y profunda. Esta reforma tan solicitada es una necesidad cultural y una obligación política que cada día se impone con más fuerza. En este terreno todavía no se ha hecho prácticamente nada y hay una gran inquietud, no sólo en los colectivos directamente afectados, sino también en otros sectores sociales. Por eso, la aparición de esta nueva revista, que dirige D. Mariano Pérez, no podía ser más oportuna y se convierte en señal esperanzadora de que el interés es creciente. La revista está estructurada en diversos bloques (artículos, documentos, recensiones, noticias) y ofrece una información de primera mano que sin duda será de gran utilidad para potenciar el debate que actualmente hay en lorno a la reforma de la enseñanza musical. Sin embargo, también tiene interés para todos aquellos que quieran estar al corriente de las novedades sobre educación musical (publicaciones, materiales didácticos, cursos, concursos, becas, noticias, informes sobre experiencias educativas y sobre la enseñanza musical en distintos países, documentos sobre la reforma). Es una revista de carácter científico que servirá para apoyar y orientar la tarea de pedagogos, para delimitar la situación y las necesidades de la educación musical en España y como tribuna donde quienes se interesan por este importante tema puedan expresar diversas opiniones y experiencias. La revista pretende ser plural y abarcar todas las áreas de la educación musical en su más amplio sentido Estoy seguro de que esta nueva revista no tardara en convenirse en una obligada referencia. Desde SCHERZO damos la bienvenida a esta nueva compañera. KP.de A. Scherzo 65 -lo guío de scherzo- CONCIERTOS BARCELONA Ibeminu 6 de diciembre: María Joao Pues, piano. Brahms, Mozan, Monpou. Becihoven. Eurocoacerl 2 de diciembre: Coto de Moscú. Valery Polianski. Tatiana Gerangé. mezzo; Viclor Roumames, tenor Raen mam inoi. Vísperas. Orquesta Ciudad de BircdoH* 6 de diciembre: Franz-Paul Decker. Alicia de Larrocha. piano. Beeihoien. 10. II: Frani-Paul Decker. NikiEa Magalo*. piaña Barber, Rachmaninoi. Tchaikovwky. 17,18: Jean Foumet. Sophie Rolland, cello. Berhoz. Saini-Saéns. Chausson. Roussel. BILBAO Sociedad filarmónica 6 de diciembre: Orquesta de CamJra buropea. t>. Boyd. 15: Andrei Gavnlovh piano. CANARIAS V Festival de Música de Canarias 7, 8 de eaero: Sinfónica de Tenerife. Víctor Pablo PérezKristian Zimerman, piano. Beethoven, Sibelius. 8, ID: Lucia Popp, lrwin Gac. Schubert, Schumann, rahms, Wolf. 11,12, U, 1* Rojal PhilKarmonte. Wladimír Ashkenazy. Crista Ludvig, con! ral LO. Slrauss, Mahler, Franck. Mozan, Sibelius. II, 12, 13, 14: Finarmónica de Leningrado. Yun Temirkanov. Bariok. Slravinsky. Mariss Jansons. Respighi, Siiauss. 6 GRANADA Centro Cultural Man Bel de Falla 1 de diciembre: Camerata MozarL. Fausto Zadra. Haydn. Mozart. 11: Orquesta de Cámara de Munich. Ha/is Stadlmair. Mendelssohn, Reícha, Slrauss. MADRID Orquesta Nacional I, 3, 4 de diciembre: Walter WclícT- Angeles Domínguez, arpa. Nikita Magalot, piano. López-Chavarn. Chopin, Glasunov. 9, 10, II: Waller Weller. Barry Tuckwell, trompa. Slrauss, Dvorak 16, 17, IR: Rafael Rfuhbeck. Albíntz, resto sin determinar. 13,14,15 de enero: Sinfónica de Euskadi. Gabriel Chmura. Ibarrondo, Mendelssohn, Sibelius. Orquesta de RTVE I, 2 de diciembre: John Nelson. Berlioz. I, 9: Antoni Ros-Marbá. Yepes Madema, Ohana. Benguerel. Brillen. 15. 16: Vi [lorio Negri. Solistas. Coro RTVE. Vivaldi. 22, 23: Arpad Joó. Smelana, Dvorak. Prokofíev. 66 Scherzo Cklo de Cámara f Polifanii 13 de dicwmbre: Orquesla de Cámara Teatrc Lliurc Josep Pons. Brolons, Schoenberg, Ravel, Berio, Hindtmith. 15: Genoveva üálvez, clave; Frank Thcuns, flauta. Lectait, Bach. C.P.E. Bach. 20: Orquesta df Cámara Villa de Madrid. Mercedes Padilla. Vivaldi. Haende!. Marcello, Boccherini, Mozarr. 22: Pro Música Antigua. Miguel Ángel Tállame. La música en Europa hacia 1600. 10 de enero: Trío Beaux Arts. Mozart, Schumann, Mendelssohn. 12: Cuando Borodin Borodin. Shoslakovitch, B rahms. Ibtratiíslca 3 ái dkicnibn: The Chambet Orchestra or Europe. Marickc Blankestijn. Bach. Mozan. Dvorak. 12 de enero: 1 Solisti Veneti. Claudio Scimone. Viyaldi, Rossini, Puccini. Verdi. Centro de Arle Reina Sofía Conciertos del l.IM 4 de diciembre: Patachich, Orts, fcslcvan. Marie. Mon[an^s, Iges. II: í.choenbeig, Brahms. 11: Prieto, Looten, Girard. Hidalgo, Lim. IV Bienal Madrid-Burdeos Circulo de Bellas Arles. 6 de diciembre: Ensemblc Acronche Note. Manoury, Dona ion i. Rcvcrdy. Marco. 7: La Muse en Circuit, rerrari, Mus»au, Fourts, Jisse. 8: Ensemble Musiques Nouvelles de Bordeau. Michel Fusií-Lambezal. Garcin, Mellé, Vercken, Dusapin. 9: Grupo Círculo. José Luis Temes. J.L. Turina, Garrido, Miereanu, Boulez. 10: Caries Santos. / L'laude Helffer. piano. Slockhausen. Manoury. De Pablo. Xenakis./ l)en« l-evaillant. piaña Levaillant. 11: Ensemble International de Saxophones. Londeix. Fuesié-Laambe^at. Lauba, Rosse, Guerrero. — les Passagers du Delta de Levaillant. Fondados Juan March 7 d> dkkmbft: LIM Jesús Villa Rojo. Homs. 14: Aula de reestrenos. María Rosa Calvo Manzano, arpa. Obras de Guridi, Gombau, Bacatisse. 21: Martín. Tomás. Mateu, Corostola. Prieto, Cuarteto de primavera. Centro Cultural de l> Villa laleenl de !• Obra de Cámara de Brahms 3 de diciembre: Romani, Francesch. Mocató, RuizCasaus. Sonatas para clarinete. Trío pan trompa. 14 de enero: Quinteto Espaflol. con Aureli Vila. viola. Quintetos para cuerda. Aula de Cultura d> la Caja Postal de Ahorroi S, 12, 19 de diciembre: José Francisco Alonso, piaña Schuben, Sonatas. 7: Josep Colom. Carmen Deleito, piano a 4 manosMoszkowsky, RimskyKorsakov, Ravel. 14: Claudia Bonamico, piano. Scarlatti, Soler, Mozart, Beethoven, Schumann. 9 de enero: Marta Mircheva, cello; Perfecto García Chornet, piaña Granados, Lama- te de Grignon, Cassadó, Homs, Gerhard. Momnou, Nin. 11: Joaquín Torre, violin. Boris Sluisky, piano. Mozart. Prokofisv. Saint-Saens. Paganini, Sarasete- Miieo MaoMptl Carlos III v li Músk» de sa Tiempo 1 de diciembre: Presentación RÍOS, órgano de cámara. Larranaga, Lidón, Nebra, ALbero, Scarlatti. Seixas. Soler. 1S: Cuarteto Mosaiques. José Miguel Moreno, guitarra. Boccheríni, Haydn, Mozart. TABRASA Cenlre CullunU de la Caixa át T t m s H 15 de didcntbfe: Orquesta de Cámara de Munich. Hans Stadlmair. Mozatt. Bach, Reicha. Dvorak. TENERIFE Sinfúaica de Tenerife S, 9, 10 de diciembre: Viclor Pablo Pérei. Tchaikovsky. Liszt, Dvorak. 15,16,17: Edmon Colomer. Strauss, Bottesíni, Schumann. 22, 23: Víctor Pablo Pérez. Vaughan Williams, Vahes, fragmentos de zarzuelas, villancicos. VALENCIA Paliu de li múskí 2 de diciembre: The Chamber Orchcslra or Europe. Mozart, Shostakovkch. Bach. Dvorak. 3: Orquesla Municipal de Valencia. Narcís Bonet. Mompou, BoneE. 4: Coro de Moscú, valery Polianski. Rachmaninov. S: Nikita Magalov, piano. 7, (: Trio I ivchii/ de Zurich. Schubert, Beelhoven, Dohnanyi. / (Con Nigalov) Schubert, Faur¿. Brahms. 9: Orquesta Municipal de Valencia. Tonko Níníc. Haydn. Bottesini. Moiart. Ifc Alcunder Lagoya. guiiarra. Milán, Tárrega. Rodrio, Poulenc, Asencío. Villa obos. II: Banda Municipal de Valencia. — Orquesta de Cámara Reina Sofía. Haendel. Montsalvatge, Dvorak. 12-16: Invitación a la danza. 12: Orquesta Lysy-Gslaad. 17: The Enghsh Brass Ensemble. Obras del renacimiento y el barroco. 19: Alexis Weinssenbcrg. piano. 20, 22: Orquesta Municipal de Valencia. Coro de Valencia, Manuel Galduf. Haendel. El Mesías. 21: Orquesla Johnn Slrauss de Viena. Alfred Schwe. Polkas y valses. 23: Orfeón Universitario. Orquesta del Conservatorio de Valencia. Eduardo Cifré. Villancicos. 9 de eaero: Roya! Philharmonic Orchcslra Wladimir Ashkenazy. Mozart, Shostakovíteh. f VALLADOLIO Teatro CaMeraa 20 de diciembre: Ivo Pogorelich, piano. Liszt, Brahmsh Chopin. BERLÍN Sinfónica de I* Radio dt Berilo 23 de diciembre Vladimir Ashkenazy. Anne-Sophie Muucr, yiolln. Giasunov. ShostakoviEch. BOSTON Sinfónica de Boston 4. 5, 6, 7, 10 de enero: Jeffrey Tale. John Alcr, tenor. Scfireker, Brillen, Schubert. CINCINNATI Stnfíoka de Ondonsü 2, 3 de dirwmbrt: Rafael Frühbeck. pmitri Siikovetsky, violin. Prokofiev. Beethoven. 9, I0T I van Físcher. Pelel Frankl, piano. Mozart. Mahler. 13, 14: Jesús Lóp» Cobos. Cho-Liang Lin, violin. Arriaga, Hoffman. Mendelssohn. LISBOA Fuadacidn Calouttc Gulbenkian 15.16, 17 de diciembre: Coro y Orquesta Gulbenkian. Midiel Corboz. Saim-Saéns, Weber. LONDRES The Soolta Bank Centre I de diciembre: Nash Ensemble. Jornada Messiaen. 4: RPO.LSO, Philharmonia. Lorin Maazel. Beethoven, las 9 sinfonías. 10: London Philharmonic Orchesira & Chorus. Solistas. Kenc Nagano. Messiaen, San Francisco de Asís. 15: Philharmonia Orchestra. Guiseppe Sinopoli. Shlomo Mintz, violin. Schoenberg, Brahms9-12 de eaero: Hermann Prey, Helmut Deutsch. Schuberi. Barbkan Cenlrr 15 de diciembre: Maxim Shostakovirch. Shosiakovitch. MUNICH Filarmónica de Munlcn 7,1, 9, 10: Yevgueni Svetlanov. Wagner. 16.17, l E Cario María Gíulini. María Joao Pires, piaña Mozart, Bruckner 22, 23: Coro de la Filarmónica. Solistas, fcter Schreier. Haendel, El Mesías. 6,7. 8 de enero: Kurt Masur Slrauss. Beelhoven. PARÍS. Orquesta de Paris t de diciembre: Daniel Barenboim. Cecilia Barloli. Rossini. Mo/arl. Strauss. 14, 15: Daniel Barenboím. Isaac Stcrn. Beethoven, Du tilleux. Tchaikovski. 21, 22; Daniel Barenboím. Bruckner. 4, S, tí. Semyon Bychkov. Hnas. Labeque. Hindemith, Mozart. Mendelssohn. 13, 14: Daniel Barenboim. Wagner. OPERAS BARCELONA Gran Teatro dd Liceo PARS1FAL (Wagner). Uwe Mund. Hoffman. Esles. Randova. Molí. S, 11,13.16, 19 de diciembreSALOMh (Siraus). U*e Mund. CabaiJé, Muss, Siesihesmann Hoits. 27,30 de dicktnbrt BILBAO Teatro Arriaga LA VERBENA DE LA PALOMA (Bretón). LA REVOLTOSA (Chapi). Compania del Teatro Lírico La Zarzuela. 14, 15, 16, \t de diciembre. LA TABERNERA DEL PUERTO (Sorozánal). Producción del A [naga. 27, 2S. 29, 30 de diciembre. MADRID Teatro Lírico Nacional La Zarzuela DON G1OVANNI ¡Mozan). Amoni Ros Marbá. Mario Coradi. Bren del. Robinson, Winberg, Ricciarelli. 13,15. 18, 20. 22 o> enero. VALENCIA Tnlro Priacipsl DON GIOVANNt (Mozan). Ivan Fischer. Kent Opera. Gómez, Knapp. Curtís, Daniels. 15, 17 de diciembre. FIDELIO (Beelhoven). [van Fischer. Kent Opera. Milner, Dnwer, Cannan. Knapp. 16, 18 dt diciembre BERLÍN Opera de Címara de Berlin ORLANDO (Haendel). Brynmor Llewelyn Jones. Henry Akina. 2. 3 de diciembre. CHICAGO Lyric Open DON GIOVANN1 (Mozart). Semyon Bychkov. Vatless. Manila. McLaughlin, Dcsderi, Winbergh, Macurdy. 2, 5, ID de diciembre. SALOMt (.Sirauís). Leonard SI al km. Fcter Hall, íiwing. Nimsgern. King. Fassbaender. 3. 7, 12, 16, 19 de diciembre. AÍDA (Verdi). Richard Buckley. Nicolás Joel. Dunn. Gíacomini, Zajick, Nimsgern 17, 20, 30 de diciembra. LONDRES Royal Operm House Covenl Carden MANON (Massenei). Plaison. Hegarty. Kitchen, Povrell, Vaduva. 2 de dktembre. RIGOLETTO (Verdi). Boder. Espert. Shicoff. Anderson. Me Int y re, Ellis. Tomlinson. I. 13, 17, 20, 23, 26, 29 de diciembre. 4 de enero. Naliosal Opera THE MAKING OF THE REPRESfcNTAfTVE FOR PLANET 8 (Glass). Llo^d. Terada. Garren, Shore. Angas. 2, 7, 9. 13, 16 de dlciembrrPARIS Opera de Paris ORPHEE AUX ENFERS (Offenbach). Lombard. Maríinoly. Raphanel. Vissc Dran, Galois. 21, 22, 23, 24, 26. 2?. 28. 29, 30. 31 de diciembre, I de enero. -dosier- Cari Philipp Emanuel Bach 1788-1988 I Grabado de J.M. Lips. La enorme figura de Johann Sebastian Bach venia eclipsando secularmente las creaciones de sus varios hijos compositores. Sólo recientemente hemos aprendido que éstos son acreedores de lugares propios en la historia de la música. El más famoso de todos en su época, Cari Philipp Emanuel, está siendo reconocido en la nuestra como el autor de la música más importan le. El proceso de recuperación, sin embargo, no ha concluido todavía: comienzan a grabarse un buen número de discos dedicados a Cari Philipp, pero únicamente en un futuro no muy lejano se verá completa la edición —una parte considerable del legado del compositor se mantenía en manuscrito— de su ópera ommnia. El tricentenario de su muerte, ocurrida el 14 de diciembre, es un buen motivo para insistir en la revisión de su personalidad y su obra. Scherzo 67 dost«r Un tipo galante l quinto de los veinte hijos que luvo Juan Sebastián Bach nació en Weimar el 8 de marzo de 1714 y murió en Hamburgo, a los 74 años, el día 14 de diciembre de 1788, hace exactamente ahora doscientos años. Parte de su periplo vital se desarrolla durante la época en la que floreció el denominado estilo galante. E momento. Por lo demás, el músico había expresado claramente sus ideas en un Tratado: Ensayo sobre el verdadero arte de locar instrumentos de teclado, en el que alude, entre otras cosas, a la carga emotiva que el ejecutante debe transmitir al auditorio. Su especial posición histórica quedó espléndidamente precisa en las palabras de Haydn: «Emanuel Bach es el padre, nosotros somos sus hijos». Los hijos de Bach y el estilo galante La afirmación artística y estética ÜJS difícil definir con absoluta precisión lo que es el estilo galante. Como en tantas ocasiones nos encontramos frente .Adentrémonos ahora, aun cuando sea brevemente, en el pea un concepto acomodativo que comprende, al mismo tiempo, riplo vital y artístico de este singular compositor. Como afirpáginas musicales muy distintas entre sí, como pueden serlo la ma Geiringer en su estupendo libro La familia de los Bach: de los italianos Pescetti o Paradisi, las de algunos de los hi- siete generaciones de genio creador: «era típico de su natujos de Bach, o del silesiano Schobert, o del padre de Mozart, releza emprendedora, el hecho de que a los 17 años, grabó e incluso del mismo Mozart joven. No obstante la abstrac- por su propia mano su Opus I, un minué para clave, publicación del término y la diversidad del lenguaje de cada músico, do casi simultáneamente con la Opus I de su padre, el c/avier hay algo común que se advierte fácilmente: se trata de esa Ubung». En aquella fecha era ya un destacado intérprete de particular sensibilidad, ese patetismo, ese querer cargar a la clave, si bien, a pesar de ello su padre decidió que estudiara música de un vibrante acento derecho durante tres años en de pasión que desembocará en Leipzig, y posteriormente en el romanticismo musical y enFrankfurt der Oder para concontrará una afortunada plenitinuar sus estudios. En esta ciutud en la poderosa y arrebadad había todavía muy poca tadora sonoridad del piano. actividad musical, por lo que Algunos de los hijos del gran un joven ambicioso, con talenBach desempeñaron un importo como él, podía encontrar tantísimo papel en este concreuna buena ocasión para estato momento histórico. Se ha blecerse. Y eso fue precisamendicho muchas veces cuan difíle lo que hizo. cil y delicada era la situación Aunque el joven Emanuel de los hijos del gran músico de gozaría de una posición destaEisenach. Hoy nos vemos inclicada, sin duda no pensó en vinados, al mismo tiempo, a suvir allí de una manera pervalorarlos, como un permanente, pues sentía la neemocionado homenaje a su pacesidad de residir en un centro dre, y a infravalorarlos, busartístico donde pudiese enconcando en ellos solamente un irar otros músicos y aprender eco del magisterio paterno y no de ellos. Impulsado por su inauténticas individualidades oriWeimar, ciudad natal de C.P.E. Bach nato sentido de la inpedendenginales. Por otra parle, no cia decidió marchar a Prusia y hay que olvidar que los hijos de Bach no tuvieron que sufrir probar suerte en Berlín, su capital. Es posible que este viaje durante toda su vida la gran sombra del padre ya que fueron fuera aconsejado por los hijos del Ministro prusiano Von Hanconsiderados, casi sin excepción, absolutamente superiores a pe, que coincidieron con él en la Universidad, ya que posteJuan Sebastián cuya grandeza no comenzó a perfilarse hasta riormente se tienen noticias de las relaciones especialmente bien entrado el siglo XIX. cordiales entre los Bach y el Ministro von Happe, que fue paGran parte de la existencia de Cari Philipp Emanuel trans- drino de un hijo de Emanuel y de otro de los hijos de su hercurrió al servicio de la corte de Prusia, como clavednista, de mano Friedemann. Así, pues, en 1738 Cari Philipp Emanuel se encuentra en Federico II. Los Últimos veinte años los pasó en Hamburgo, amado y apreciado por lodos como organizador de la vida Berlín, sin duda, con la intención de establecerse allí. Pero musical de la ciudad. A él se debe, entre otras cosas, la primera poco después fue invitado a acompañar a un joven noble en ejecución alemana del Mesías de Haendel y el estreno inte- la acostumbrada gira continental, y aceptó, disfrutando por gro de la Miso en Si menor de su padre. Lo mismo que su her- anticipado de las alegrías del viaje por el extranjero. Cuando mano mayor, la parte más interesante de su monumental pro- estaba a punto de emprender el viaje fue llamado a Rheinsducción está dedicada al teclado. En estas páginas, Cari Phi- berg, donde el príncipe heredero Federico residía en una eslipp Emanuel, encuentra frecuentemente un feliz equilibrio pecie de exilio, proyectando reformas gigantescas y actividades entre la vena sentimental y las brillantes elegancias del estilo culturales para la época en que subiese al trono, y gozando galante. Por algo se le consideró como el inventor de la forma mientras tanto de festivales de buena música, que habían de sonata, no tanto porque fuera el primero en experimentarla, mantenerse secretos para el emperador, sólo interesado en focomo por haber fundido en ella las distintas tendencias del mentar y perfeccionar el arte militar. Esta llamada le impi68 Scherzo Cari Phiiipp Cmonuel Boch Andreas Stóitup pintando a Bach y al Pastor Srurm. dio viajar al extranjero frustrando así uno de los mayores anhelos de su vida. Sin embargo, en Rheinsberg el principe heredero disponía de un pequeño grupo en el que, como flautista consumado, locaba con regularidad. No se sabe cómo Federico llegó a interesarse por Emanuel Bach, quizá conocía alguna de las obras que había escrito para flauta o también pudiera sei que la familia Von Happe elogiase las dotes sobresalientes del compositor. Sea como fuere, Federico llamó a Bach e impresionado por la extraordinaria forma que tenia de tocar el teclado, le contrató como acompañante, aunque no podía hacerse un nombramiento en regla dada la particular posición de Federico. Dos años más tarde, subió al trono de Prusia y Emanuel, como él mismo escribe en su pequeña biografía, «tuve el honor de acompañar en el clave, al primer solo de flauta que Federico tocó como rey». A partir de esta fecha, especialmente desde 1742 cuando en Berlín se inauguró el Teatro de la Opera, la vida y los hechos musicales de Cari Philipp Emanuel Bach son conocidos y se tratan, en sus diversos aspectos, en el resto de los artículos que SCHERZO le dedica en este dosier de fin de año. Por lo tanto, mi intención es transmitir la imagen de un músico especial imbuido del mundo galante y con un sentido del humor, realmente extraordinario, hasta tal punto que sus chistes eras famosos en toda la corte. Examinando de cerca el carácter de Cari Philipp resulta, sorprendentemente, bastante alejado de lo que los cuadros de la época nos transmiten cuando contemplamos su imagen. Bajo, más bien rechoncho, con un cierto tinte sombrio en su rostro, al que sólo se oponían dos ojos vivos y profundos, nuestro músico fue persona enormemente activa, emprendedora y positiva. Es curioso observar las distintas reacciones que experimentaban Emanuel y su hermano Friedemann en momentos íntimos cuando juntos se dedicaban al arte de la improvisación en el que ambos sobresalían. Así, mieniras la exaltación que se produda en esos momentos servia solamente para incrementar la incapacidad de Friedemann para enfrentarse con la realidad, Emanuel tenía la rara habilidad de mantener netamente separadas las dos esferas de su existencia. Las horas de éxtasis ante el clave eran vitales para él, ya que le proporcionaban un desahogo para sus más Íntimos anhelos artísticos y después de semejante experiencia se sentía capaz y con fuerzas para acometer la solución de los extremadamente arduos problemas cotidianos. En este dualismo de su personalidad, que le aseguraba el éxito lanto artístico como material, Emanuel tañía mucho de común con Haydn a quien las obras del maestro proporcionaban un estímulo decisivo. Podemos imaginarnos cuánto habría gozado cada uno de ellos con la compañía del otro, charlando sobre los aspectos agradables de la vida para lo que ambos tenían una aguda percepción mientras saboreaban alimentos exóticos, tales como las calandrias que Emanuel le había enviado. Pero nunca llegaron a encontrarse, y el joven Haydn que tocaba entusiasmado las sonatas de Emanuel noche tras noche, en su carcomido clave y descubriendo un nuevo mundo en ellas, no podía sospechar que este venerado músico fuera un hombre eminentemente práctico, astuto y hasta duro en la tramitación de sus negocios. Se han conservado informes que presentan a Emanuel como un avaro desagradable, pero ésios deben considerarse, junto con las historias de embriaguez de Friedemann, como leyendas propagadas por sus enemigos, No hay duda de que Emanuel era tan escrupuloso en cuestiones de dinero como su padre lo había sido. Se había criado en una tradición de estricta austeridad en asuntos económicos y la atmósfera peculiar de Hamburgo incrementó aún más tales tendencias. Como su padre, parece que gozó de una agradable vida hogareña, pero todo en una escala más opulenta que en el modesto hogar de su progenitor. Burney elogia la comida elegantemente servida que hizo en la casa de Emanuel, y el hermoso y gran salón de música adornado con cuadros de más de 150 músicos eminentes, que su anfitrión había logrado reunir. No es difícil imaginar que la encantadora habitación, llena de libros, que vemos en un cuadro que el pintor Augusí Stóttrup hizo de Emanuel, Sturm y él mismo, es una de la casa de Emanuel. El retrato del músico, de pie junto al pastor Sturm revela claramente el dualismo de su naturaleza. Esta persona elegantemente vesiida, más bien corpulenta, se asemeja mucho a un hombre mundano que sabe gozar de las cosas buenas de la vida; las manos ágiles parecen expresar los rasgos de ingenio de su dueño y su modo temperamental de hablar. La cara sin embargo, refleja un deseo vehemente y una tristeza penetrante. Es la misma tristeza también visible en un retrato pintado en 1773 por Jaríann Philipp Bach. En los años siguientes, un acontecimiento en su propia familia contribuyó a profundizar la expresión en los ojos del compositor. Ninguno de sus dos hijos varones quiso ser músico. Esto fue un gran golpe para Emanuel que coleccionaba con cariño antecedentes pertenecientes a la historia de la familia, y para quien la descendencia ininterrumpida de músicos Bach era un motivo de orgullo y satisfacción. Su tristeza se tornó definitiva cuando murió en Roma a los treinta años su segundo hijo, mientras recibía lecciones de pintura. A partir de este año 1778, la muerte fue un visitante frecuente en la familia. En 1781, murió su hermanastra Elizabeth, un año después el hijo menor de Juan Sebastián y enl784, Friedemann. El propio Emanuel estuvo gravemente enfermo en 1782 y nunca más recuperó su fortaleza falleciendo seis años más larde, el 14 de diciembre de 1788. Al día siguiente los periódicos publicaron la siguiente nota necrológica: «Fue uno de los mayores músicos teóricos y prácticos, creador de la verdadera técnica del clave, sin igual en este instrumento. La música pierde con él uno de sus mayores ornamentos, y para los músicos el nombre de Cari Philipp Emanuel Bach será siempre sagrado. En su trato personal fue un hombre vivaz, alegre, lleno de espíritu e ingenio, contento y satisfecho...» Gerardo Queipo de Llano Onaindia Scherzo 69 V1DAD-8* EN OEAL K MUSICAL Carlos III, 1 - MADRID Ríos Rosas, 8 - MADRID Hernán Cortés, 6 - MAJADAHONDA Goya, 4 - ALCALÁ DE HENARES HORARIO DE NAVIDAD DEL 12 DE DICIEMBRE AL 5 DE ENERO MAÑANAS: 10 A 14 horas TARDES: 17 A 21 horas (ESCEPTO SÁBADO: LOS DÍAS 23 Y 30 DE DICIEMBRE Y 5 DE ENERO ABRIMOS AL MEDIO DÍA iORTEO DE UN MERCEDES -190-E CORDEONES DESDE 65.000 pus LSDE 12.0O0P DESDE 12-175 p * "VIOLINES OFERTA • PIANOS X ? rr&oOesóeVm pías PIANOS nuevos rtefle 1BM0O pías, cor cinco artos de garanto BAJOS TUBAS - EN COMPW SM EHTWOA: OesOe 4.719 pias-ws - EN ALQUILER con cocían a a m o a •••••••••••••••••••••••••••••••••••I ''METRÓNOMOS .DESDE3.865 p TROMPAS "CONTRABAJOS OBOES ATRILES DESDE 1.700pt«| DESDE 150.000 pte PETROF. ROSLER. WtINBACH. SCHOLZE, YOONO - CHANO, ALEXIS. GROTRIAN-STEINWEG. CHEBNY, BÚSENDORFER PflINCETON. FUJI HA, ROOQERS. BHVTHMIC. ÍIOA. AM*TI, BeTTtB SOUND, CONCORQ, HOLTON, KOIAKE MIRAPHONE, MUSICA-STEYR. MV PADS. OTTO UNK, PISON1. H. M , ROTT. SANKYO, STOMVI, TAKEZAWA. LINKO. ARS POLONIA, BILLAUDOT. EDITIO MÚSICA, MUS4C SALES, UNIVERSAL E*c.. VAH Df VELDE. WIENER URTEXT, REAL MUSICAL. OEAL K MUSICAL Garlos IH, 1 - MADRID Ríos Rosas, 8 - MADRID Hernán Cortés, 6 - MAJADAHONOA dosier Un músico innovador ari Philipp Eraanuel Bach ha sido y es uno de los mú- Vistos desde la perspectiva de su época y, en especial, siguiensicos más innovadores de todas las épocas, a la vez que do el transcurso de sus vidas y obras, existen entre padre e uno de los que todavía no han encontrado su auténti- hijo un número considerable de puntos afines. ca posición en el cuadro de valores de la historia de la músiComo compositor-intérprete, Cari Philipp consolida el proca y en nuestro entorno musical actual. La sombra de su gran ceso iniciado por su padre, quien creaba e interpretaba en el padre y la influencia de la obra de éste en el mundo musical denominado estilo mixto, una fusión de los estilos francés e del siglo XIX, y hasta nuestros lares musicales, nos han he- italiano, que fue la gran obsesión de J.S. Bach. Tener esto en cho ver en C.P.E. Bach un compositor extraño, galante (siem- cuenta es muy importante a la hora de juzgar y analizar la pre en comparación con estilos anteriores) y, sobre todo, de obra de padre e hijo. El completo oficio como teclista y comenrarecidas ideas estético musicales en parangón con su augus- positor de Cari Philipp no seria posible de entender sin una to padre. Con la restauración en el romanticismo de la obra línea directa de enlace con Johann Sebastian. de J.S. Bach, totemizada en Alemania por el latente prusianismo germánico, apareció el mito de un C.P.E. Bach (incluso existen pastiches y composiciones irónicas al respecto) hijo indócil, que no se entendía con su padre, que no admiraba la inmensa obra paterna, que vendía las partituras de Juan Sebastián, y, antes que nada, no seguía los caminos del gran músico, que tantos frutos ha dado a la historia de la música. En primer lugar, se debe afirmar que todas estas teorías se hunden por sí solas documental e históricamente, convirtiéndose en puras especulaciones anímicas que tienden a ensalzar la enorme figura de Johann Sebastian Bach. Hubo naturalmente un conflicto generacional entre padre e hijo, pero éste discurrió por cauces estéticos y en ningún momento personales, ésio en virtud del compromiso histórico que cada cual estaba convencido de llevar a término. Johann Sebastian Bach, querámoslo o no —y quizás gracias a Dios— se sintió llamado a consolidar muchas cosas de su entorno musical, renunciando a la modernidad y convirtiéndose automáticamente en lo que hoy llamamos un conservador, cuya música en el vibrante mundo alemán de su época llevaba ya muchos años fuera de moda. Cari Phiüpp Emanuel, por el contrario, institucionalizó y condujo lo que hoy llamaríamos la vanguardia, sin la cual no hubiera sido posible el inmenso cambio de estructuras que dio paso al clasicismo en sus diversas fases y vertientes. Fríednch Goiilieb Klopstock, 1780 C 72 Scherzo Cari Philipp Cmanual Boch Otra faceta heredada de su padre, bastante silenciada por los biógrafos de ambos, pero trascendental para comprender a Cari Philipp Emanuel Bach, es su absoluto desinterés por la todopoderosa ópera de su tiempo, e igualmente su desprecio olímpico por los espectáculos teatro-mus i cales tan dominantes en el ambiente musical de entonces. A Johann Sebastian Bach le costó muchos disgustos e incomprensiones este distanciamiento, pero piénsese en Cari Philipp, asalariado en Berlín en la real corte de Federico 11 de Prusia, rey músico totalmente poseido por la fiebre de la ópera, para el que su cembalista no compuso absolutamente nada en este estilo, siguiendo con terquedad luterana las normas heredadas de su augusto padre. Su estancia en Hamburgo como maestro de capilla (ciudad a la que J.S. Bach siempre quiso ir), donde existia la fuerte tradición operística creada por Mattheson, Haendel y Telemann (este último su antecesor), no cambió la actitud hacía el género de nuestro famoso kapellmeister. Cultural mente, ambos procedían de dos mundos distintos. Johann Sebastian Bach enraizaba su persona en toda la tradición de creadores muy influenciados por la reforma luterana, con su estatus de cultos artesanos de formación eminentemente práctica, y cuya cultura irradiaba sus propios moldes de trabajo, de una afinidad fundamental de su mundo con el religioso. Asi comprendemos la falta de textos poético-religiosos de una calidad parecida a la de la música en las obras vocales de J.S. Bach. Por el contrario, algunos son poseedores de un supino mal gusto. Sin embargo, Cari Philipp Emanuel Bach, estudiante de leyes, decide hacerse músico y desde su estancia en Leipzig se rodea de poetas y filósofos propios de su época. Más tarde, y tanto en sus obras como en la famosa tertulia de su casa de Hamburgo, se codea con lo más interesante del mundo poético e incluso pictórico de su tiempo. A la cabeza de sus libretistas de textos profanos (no hay que olvidar la importancia de Cari Philipp como compositor de üeder) y religiosos se encuentran filósofos y poetas del rango y la inquietud intelectual de Lessing, Ramlez, Klopstock, Gerstenberg, etc. Naturalmente el nuevo estilo encuadrado dentro del llamado Slurm und Drang no fue un invento de Cari Philipp, aunque sí fue éste quien concretó e institucionalizó todo este periodo, donde los afectos dominan sobre los bloques y donde otra vez se vuelve a nombrar hasta la saciedad esa unión poética enlre verso y música, dándole al discurso musical un contexé i t t i C)t<rti>t C t r U t l n ti pmior J.S. Bmh to silábico, poético y retórico de mayor importancia que en la época anterior. Si verdaderamente el paso del renacimiento al manierismo y al llamado barroco sólo es posible bajo la decisiva influencia de Monteverdi y Frescobaldi, tampoco cabe entender a Mozart, Haydn y Beethoven sin pasar por la obra total e inmensa de Cari Philipp Emanue! Bach. Sólo asi se explica la gran veneración de estos tres músicos por Cari Philipp, del que escriben con enormes elogios y cuyas obras interpretan. Mozart, por [ ejemplo, obtuvo un éxito señalado con la interpretación en Viena del oratorio La resurrección y ascensión de Cristo, presidida por un retrato del propio Cari Philipp. Volviendo a las relaciones de padre e hijo, es seguro que J.S. Bach quiso que su hijo fuera abogado, ésle, por el contrario, llevado del veneno de la música, decide, como muchos jurisconsultos de todas las épocas, dedicarse al arte de los sonidos. Cari Philipp llama a su hijo igual que su padre, Johann Sebastian Bach, y desea ardientemente convertirlo en músico, pensando en ampliar y continuar la saga de los Bach, llamada inexorablemente a desaparecer. J.S. Bach (júnior) se hace pinlor naturalista y marcha a Roma (historia casi romántico-chopiniana), donde muere de tuberculosis. Cari Philipp, en medio de dolor por la muerte de su hijo, consciente del final de la saga musical de los Bach, compone un Rondó hermosísimo a modo de lamentación, en el que las notas ~* B-A-C-H si bemol, transportadas, son siempre cortadas en el discurso musical, sin que se complete la palabra Bach, como intuyendo el final de la familia. José Rada 8 n f í Ii 4 1 # t f i i a tSttioWa ium Singcn ttp frtm ffíottím «un >•• 3 * l " > ('••'• í r i . l t , iiu. Edición de Cantos Espirituales. Hamburgo 1781 Scherzo 73 dosj«r £1 Berlín de Cari Philipp D espués de haber estudiado Derecho ires años en Leipzig, Cari Philipp Emanuel Bach se trasladó a Frankfun-am-Oderen 1734 para ampliar estudios. La ciudad era menos importante y culta que Leipzig, pero, lejos de la protección familiar, pudo dar clases de cémbalo, fundar y dirigir una academia de música, componer y dirigir en conciertos públicos durante ciertas festividades. Acostumbrado a la independencia (nunca más apreciada que en esas familias numerosísimas, llenas de niños por todas partes, como era la suya), Cari Philipp quiso probar suerte en la capital prusiana, la pujante ciudad de Berlín. Tal vez le animó el tener por compañeros en Frankfurt a dos hijos del ministro prusiano von Happe. Asi que, en 1738, a los veinticuatro años de edad, se dirigió a la capital de Prusia con intención de establecerse allí. Inmediatamente, sin embargo, le surgió la oportunidad de acompañar en un preceptivo viaje por Europa, a un joven caballero, que no era otro que el hijo del embajador de Rusia en Dresde (conde Hermann Keyserlingk, para quien Juan Sebastián Bach había escrito las célebres Variaciones Goldberg) . Le hacia ilusión conocer Austria, Italia, Francia e Inglaterra en compañía de Heinrich Christian Keyserlingk, pero no pudo ser. De pronto fue convocado para presentarse en Rheinsberg, donde en 1738 se encontraba el principe heredero de Prusia, Friedrich, amante de la música y músico é¡ mismo El padre del príncipe Friedrich, Federico Guillermo I, había enviado a su heredero a Ruppin, a un Regimiento, en 1732, y poco después, el príncipe se casaba con Elisabeth Christine de Brunswick contra su voluntad (hay razones fundadas para pensar que era homosexual). Ella vivía en Shónhausen e iba a veces a Rheinsberg, pero no pondría nunca ios pies en Sans-Souci, la residencia favorita de Friedrich. El príncipe era feliz en la residencia de Rheinsberg, que había mandado restaurar al gran arquitecto Georg Wenzeslaus von Knobelsdorff (1699-1753), pues allí se rodeó de una serie de personas que le agradaban, gentes refinadas, intelectuales, poetas, actores, músicos, filósofos, embebidos de cultura francesa, gentes en fin, muy diferentes a la camarilla que rodeaba a su padre en Tábakscollegium, o la degenerada corte de la vecina Sajonia en Dresde (la de Augusto II el Fuerte). Pues bien, tal vez porque Federico hubiese oído alguna obra para flauta —su instrumento favorito— escrita por Cari Philipp, tal vez porque conocía por referencias sus grandes cualidades como ejecutante al cémbalo, o bien porque la familia von Happe le había recomendado, el caso es que Cari Philipp fue contratado y pasó a formar parte, como clavecinista, de la orquesta del Principe heredero de Prusia. Dos años más tarde, en 1740, el principe subía al trono con el nombre de Federico II de Prusia, y pese a sus muchas debilidades y errores, ha pasado a la historia con el nombre de Federico «el Grande». Bach y Federico el Grande A joven Bach tendría el honor de ser el primero en acomE. pañar al clave al nuevo monarca en un solo de flauta en la residencia de Charlottenburg. Cari Philipp Emanuel va a permanecer durante casi treinta años al servicio de Federico el Grande y en la corte berlinesa dará a conocer, sin excesivo reconocimiento por parte del rey, buena parte de su obra. Su estancia en Prusia, en un momento de particular esplendor de este estado nortealemán, iba a ser para él altamente provechosa y, en muchos casos es74 Scherzo timulante. Pudo ver como en 1742 se alzaba en Berlín el Teatro de la Opera, gracias a lo cual se puso en contacto con la producción operística italiana de su época; esa experiencia le sirvió para canalizar su talento dramático, aunque fuese dentro de la música instrumental, (Sonatas Prusianas y Sonatas Würlenberg ). Vio también como se alzaba en Postdam el palacio de Sans-Souci entre 1743 y 1747, obra maestra de von Knobelsdorff, y sobre todo, como la pequeña orquesta de 17 músicos del castillo de Rheinsberg pasaba en Posldam a ser de cuarenta, que se reunían cinco veces a la semana para los conciertos nocturnos, en los cuales participaba muchas veces como ejecutante el propio rey. Entre los músicos que formaban parte de la orquesta dé Federico el Grande en Sans-Souci estaba el célebre flautista, compositor y teórico Johann Joachim Quantz, preferido del rey, que era discipulo suyo. Gozaban de alta consideración en la corte los hermanos Graun. Uno de ellos, Johann Gottlieb, era violinista y director de la orquesta real. El otro, Cari Heinrich, es el autor del célebre oratorio pasión Der Tod Jesu. Cari Heinrich dirigía además la ópera de Berlín y para ella escribió unas 27 óperas en estilo italiano, entre ellas Cesare e Cleopalra, que inauguró en 1742 la ópera berlinesa de Unter den Linden. Estaba también en la corte el destacado violinista y autor bohemio Frantisek Benda y su hermano Jiri Antonin (1722-1795) extraordinario compositor que hoy es visto como uno de los precursores de ta gran ópera alemana de los Mozart (El rapio y La flaula), Weber y Beethoven. Su melodrama Medea y sobre todo su Ariadne auf Naxos son modélicos a ese respecto. Resulta curioso y significativo, sin embargo, que precisamente Cari Philipp Emanuel y Jiri Antonin (o Georg Benda, cono era allí llamado), fueran, una y otra vez, los músicos peor tratados en los presupuestos cortesanos. Benda cobraba 800 táleros por año y Cari Philipp (el músico peor pagado de la corte) tan sólo 300. Recordemos que Cari Heinrich Graun cobraba 1200 táleros y Quantz 2000, además de un suplemento por cada composición (tal vez ello explique sus más de 300 conciertos para flauta). ¿Por qué Benda y Bach eran los menos apreciados en la corte de Federico el Grande?. La respuesta ya la dio el musicólogo viajero Charles Burney (The Presen! Slale oj Music in Germany the Netherlands and United Provinces) al decir que «se habían atrevido a tener un estilo propio». Y eso, claro, no debía ser del agrado del autocrático rey prusiano, por otra parte enormemente conservador en sus gustos. Un célebre cuadro de Adolf Menzel (Neue National Galerie de Berlín) refleja una de las veladas musicales en el célebre salón rococó del palacio de Postdam. En él vemos al rey tocando la flauta (probablemente un concierto de Quantz), a quien se ve a la derecha supervisando la ejecución) con una orquesta en la que Cari Philipp figura sentado al clave. Sólo le debía apreciar el rey a Cari Philipp como ejecutante y, desde luego, las relaciones entre ellos jamás debieron ser como las que mantuvo el padre de Cari Philipp con el príncipe de Anhalt Cóthen. Tampoco le debía hacer mucha gracia al rey el genio critico de Bach, su espíritu bromista, un tanto corrosivo, que debía tener desde niño y que le acarreó muchos problemas. Se le atribuye, por ejemplo, el siguiente chiste: «Pregunta: ¿cuál es la bestia más terrorífica del mundo? Respuesta: El perrito de la señora Quantz; el señor Quantz la teme a ella, pero él es temido, a su vez, por rey más poderoso de la tierra». Entre Postdam y Berlín, fueron transcurriendo los años — no muy brillantemente— para Cari Philipp Emanuel. El maestro supo, de todas formas, aprovechar aquellos días en que, Cari Phllipp Cmonuel Bach i fiolph "i lenzel: F.l concierto de//aula, 1752. Con Friedrich tler Grossen de solista i Cari Philipp hmanuel Bach en el cémbalo en la corte del monarca prusiano triunfaba el espíritu ilustrado de la Aufklárung (movimiento espiritual característico del racionalismo del siglo de las luces), un tanto constreñido en Prusia por el autoritarismo autocrático del rey. De todas formas, el rey se interesaba por la historia, la filosofía, las [ciencias políticas, la administración y, sobre todo, las técnicas militares. Fue un gran mecenas de la arquitectura, de la literatura al gusto francés y de la ópera italiana. Se carteó con numerosos intelectuales de la época, entre ellos Voltaire, que llegó a instalarse en 1750 en la corte prusiana de quien él llamó «el Salomón del Norte». Voltaire escribió en Berlín su Micromegas (1752), traducidas luego al castellano por el afrancesado y revolucionario abate Marchena. Voltaire sólo duró tres años en la corte de Federico el Grande, pues disentía de los afanes guerreros e imperialistas del monarca alemán, que era además hombre religioso, si bien tolerante. El ambiente íntimo I ese a su preterición en la corte. Cari Philipp disfrutó de aquel gran momento de los 40 y 50 en el Berlín del siglo XVIII. Conoció y trató a buen número de intelectuales y artistas de aquella época, reuniéndose con ellos en el famoso Club de los Lunes, en los conciertos de los sábados en la casa de Agrícola, o en su propia casa, siempre abierta a todos. Karl Geiringer (The Bach Family) dice que Cari Chilipp ofrecía a sus amigos muchas horas deliciosas con sus improvisaciones al calvicordio, mientras rendía pleitesía a las viudas berlinesas trazando encantadores retratos musicales de ellas, los cuales aparecieron en varias antologías de la época. La Bergius, la Borchward, la Prinzette, la Buchholtz, la Stahl, fueron viudas de altos oficiales y algunas de ellas y sus maridos fueron madrinas y padrinos de los hijos de Cari Philipp. Cari Philipp se había casado en 1744 con Johanna María Donnemann, hija de un comerciante de vinos. Ninguno de sus hijos fue músico. El mayor, Johann August, fue jurista. Después tuvo una hija, Anna Carolina Philippina (1746-1804) que permaneció soltera, y finalmente otro hijo, Johann Sebastian II (1748-1778), notabilísimo pintor y exquisito paisajista, que falleció en Roma a los 30 años de edad. Cuando nació Juan Sebastián li no menos de seis aristócratas firma- ron como padrinos y madrinas. Dos margraves, Friedrich Heinrich y Cari Brandenburg-Schwedt; dos ministros de estado, el Conde Keyserlingk y von Happe; la viuda del general von Meyer y su hija, casada con un amigo de Emanuel, Friedrich Wilhelm von Printzen. Esto da idea del prestigio social de que gozaba Cari Philipp en Berlín, aunque sus obras se escucharan poco en la corte. Como hemos apuntado, Cari Philipp disfrutó de aquel gran Berlín de Federico el Grande, donde se pudo relacionar con los poetas de la escuela anacreóntica (Johann Ludwig Gleim, Johann Peter Uz, Karl Wilhelm Ramler) con el ilustre Cotthold Ephraim Lessing (1729-1781) que por entonces escribía su Mmna von Barhelm, con Sulzer, Agrícola, los Graun; con la familia de banqueros Itzig, a la que pertenecía Sara Levy, la tía abuela de Mendelssohn; con el periodista Christoph Friedrich Nicolai (1733-1811), editor délas Cartas sobre la Iileratura actual, primer intento serio de acabar con el a francesa miento de las letras alemanas, etc. Fueron años de gran efervescencia espiritual y política, en los que se abolió la tortura, se rehabilitó a catedráticos proscritos, como Christian Wolf (destituido años antes de su cátedra en la Universidad de Halle) y a ciertos militares, como el teniente Keith, se establecieron reformas agrarias como la de los silos del Estado, se fundó la Academia Prusiana... La guerra de los Siete Años (1757-1763) y la creciente dedicación del rey a los asuntos políticos y militares, dio un vuelco a tan halagüeño panorama, pese a que en 1765 se fundaba la Banca del Estado y cuairo años después se daba fin al Neues Palais (1763-69) de Postdam, henchido hasta la saciedad de esculturas y ornamentos. Por cierto, en su interior se ha conservado una de las mejores colecciones históricas de instrumentos musicales. Pero para entonces, Cari Philipp ocupaba su nuevo cargo de diieaor musical en la ciudad libre y próspera de Hamburgo. Dejaba atrás una gran obra creada y su formidable Versuch Uber die wahre Ari das Clavier zu spielen (Ensayo sobre el verdadero arte de locar instrumentos de teclado), cuyas dos partes aparecieron en Berlín en 1753 y ¡762. En Hamburgo, Cari Philipp seguiría siendo el músico intelectual que admiraron hombres como Haydn y Beeihoven. Andrés Ruíz Tarazona Scherzo 75 dosier C.P.E. Bach y su tratado sobre el verdadero arte de tocar instrumentos de tecla n el año de 1772 visita el eminente historiador inglés tiva en lo que respecta a la apreciación de su obra entre el Charles Burney la ciudad de Hamburgo. Pasa por ca- público. sa de Cari Philipp Emanuel Bach, con el cual tiene una Bach mismo nos legó una clave con su impresionante trainteresantísima entrevista. Bach toca e improvisa al clavicor- tado, una obra en la cual podemos seguir hasia en los más dio de una manera incansable, usando toda su fantasía. Bur- mínimos detalles el proceso creador del compositor. ney describe asi el encuentro con Bach en su Diario de un viaje musical: «Bach se senió al clavicordio y de pronto su espíritu se llenó de emoción y arrobamiento; no sólo locaba La enfermedad sino que toda su complexión traducía por medio de gestos sus emociones. Sus ojos no se movían mientras que su labio «{Muestro intérprete disparatado tiene unas manos de eninferior caía y parecía como si su alma hubiera abandonado sueño. Sin embarga no tiene la mínima noción de cómo usarsu cuerpo sin sentir más los sufrimientos de la existencia. Al las, pero ¡cómo cambia la situación cuando el aya se descuida finalizar afirmó que si siempre pudiera locar de esa manera y lo deja a solas con sus alumnas! Las reglas de la digitación rejuvenecería». son un misterio para él. Cuando hace trinos con la mano deEn términos semejantes se expresa Johann Friedrich Rei- recha usa exclusivamente los dedos segundo y tercero y es rechardt cuando describe la inspiración de Bach, sus modula- nuente en permitir a los dedos tercero y cuarto que hagan lo ciones y gran riqueza de armonías que dejaban a sus oyenles mismo. Cuando toca acordes en triada con la mano derecha completamente desconcertados: «... los oyentes se pasaban la con una cuarta sobrepuesta a una tercera (como por ejemplo mano por la frente». Tal vez su música se adelantaba a la época re, sol, si), emplea los dedos segundo, tercero y quinto, aun en aquellos años (1770-1780). Burney recalca que «muchas de cuando la nota intermedia deba tocarse con el cuarto dedo. sus obras parecen estar escritas para oíros mundos o por lo menos para siglos venideros, y tal vez entonces lo que hoy parece difícil y rebuscado, se volverá fácil e inteligible». Bach mismo escribe en su Tratado sobre el verdadero arte de tocar instrumentos de tecla (1753) con cuania confusión se topan los malos ejecutantes que no comprenden el «genio de una obra; no saben lo que se esconde detrás de una composición porque simplemente no saben buscar». La grandeza de Emanuel Bach ha sido reconocida por una minoría de historiadores desde el siglo XV1I1, y aún su música parece rebuscada y enigmática para mucha gente, mientras que una buena parte del público la ignora por completo. En nuestro siglo ha reirí. cambiado esta situación gracias al trabajo de musicólogos como son Bitter, Wotquenne, Schenker y 9?e6|í rinít JtupfertafeL Vrieslander. Todos sus esfuerzos, aunados al trabajo de otros científicos en las últimas décadas, han awctorií. SBerífguna tenido como resultado el siguiente: una biografía básica (H.G. Ottenberg, 1982), la edición en facsímil de todas las obras para teclado (edición de O.M. Berg) y por último un catálogo de toda la obra compleia de Bach (E. Helm). Más aún, se editará la correspondencia integra (R. Angermüller) y la ediSBtrlin, ción de las obras completas está por terminarse. Tal vez la conme©tfcrttrft 6(1} ffiífrg* gutewig 2Bí»t(T, moración de fallecimiento de Bach (1788) tenga una influencia posi- Portada de la segunda pane del Tratado, edición de 1762. E Sari úbtx bit ta* Slfltwr 3« fp telen itt wn í>em 2fccompaancmmt Ne Ut 76 Scherzo frecen &anta(te Cari Phllipp Cmonuel Boch Con todo esto destroza las manos de sus alumnos. Para colmo de males es tan pésimo ejecutante del bajo cifrado que no conoce siquiera las notas de un acorde de segunda aumentada. Como acompañante se parece al peor de los organistas de iglesia y salta de una octava del teclado a otra, como si sólo pudiera realizar los acordes en aquellas zonas del teclado que le son conocidas. Aquí va otro ejemplo de su ignorancia total de la armonía: no solamente toca todas las notas erróneas de una copia defectuosa de un aria, pero como si esto no fuese suficiente, copia él mismo los mismos errores para sus alumnos». Este es el texto de una sátira aparecida el 13 de mayo de 1749 en el Critische Musicus an der Spree, la gaceta musical de Berlín dirigida por Friedrich Wilhelm Marpurg (1718-1795). Marpurg es sin lugar a dudas el autor de esta sátira y en ella se ve que no tiene clemencia alguna con los maestros de música de la época. Marpurg, uno de los más ilustres teóricos, críticos y compositores del siglo XV1I1, es con seguridad el auior mismo de la citada sátira; ésta es un ejemplo entre muchos de este tipo de publicaciones que vieron la luz alrededor de 1750. En ellas se critican duramente la teoría y la práctica de la interpretación de tecla en Alemania. Podemos imaginarnos que toda esta crítica corresponde a la realidad de aquellos años. musical: instrumentos de tecla, realización del bajo cifrado y composición. A diferencia de su hermano Friedemann, Cari Philipp no recibe clases de violin por el hecho de ser zurdo. Después de graduarse en leyes en las universidades de Leipzig y Frankfurt, es nombrado clavecinísta principal en la corte del príncipe heredero Federico, más tarde conocido como Federico el Grande de Prusia y uno de los mecenas más ilustres de su época. Es en la corte de Berlín donde Bach crea las sonatas llamadas Prusianas y las de Wúrttemberg, en 1742 y 1744 respectivamente. Estas Sonatas para clave poseen características bastante avanzadas para su época. Haydn, Mozart y Beethoven las conocerán y admirarán a su tiempo. No menos innovador resultará su Tratado, editado en dos partes en los años 1753 y 1762. En 1768 toma Bach a su cargo el puesto de director de música de las cinco iglesias principales de Ham- La curación V einticuatro aflos más tarde leemos en el Hamburger unpartheiischer Correspondent el siguiente texto (11 de enero de 1773). Me ha complacido sumamente comprobar que desde la aparición de mis dos tratados referentes al arte de tocar instrumentos de tecla, los cambios de actitud han sido favorables. Sin tratar de alabarme yo mismo puedo afirmar que desde ese momento la educación y la interpretación han mejorado considerablemente. También es notable la aparición de multitud de tratados y manuales sobre los instrumentos de tecla, pareciendo por el momento que esta moda no se agotará pronto». Así se expresa Emanuel Bach (casi sexagenario) respecto a los efectos logrados desde la aparición de su Tratado sobre el verdadero arte de tocar instrumentos de teda, editado en dos partes en 1753 y 1762 respectivamente. Bach puede verificar que no sólo la educación ha cambiado radicalmente, sino que los intérpretes realizan mejor la música de tecla. Este texto (jrabodo de Charles Humey. nos da asimismo una idea de las capacidades literarias de Ema- burgo. Esta vacante se creó a la muerte de su padrino Telemann. A diferencia de Berlín, donde Bach compuso nuel Bach. Antes de comentar algunos aspectos del tratado de Bach, principalmente obras instrumentales, en Hamburgo se gesofrecemos a continuación una corta biografía para aquellos tan muchas composiciones vocales tales como son pasiones, lectores que no estén familiarizados con nuestro compositor. oratorios, etcétera. También nacen en esta ciudad las famosas seis sinfonías (1733) y las Seis colecciones de Sonatas, FanCari Philipp Kmanuel Bach (1714-1788) tasías libres y Rondas para conocedores y aficionados (1779-1787). En 1788 muere Bach a la edad de setenta y cuat^arl Philipp Emanuel Bach fue el segundo hijo de Johann tro años. Deja una vasta obra de más de 875 composiciones, Sebastian Bach y su primera esposa María Bárbara. Nació una extensa correspondencia y por supuesto su famoso en Weimar en el año de 1714 el que más tarde seria conocido Tratada como «el Bach berlinés o hamburgués». A la edad de nueve Primera parte años comienza su educación en la Thomasschule de Leipzig donde su padre ejerce la función de director musical y can- / \ h o r a trataremos varios aspectos del manual de Bach. En tor. Es pues su padre quien le enseña los principios del arte la primera pane habla Bach del tocar en sí, o sea, la realizaScherzo 77 dosier - ción sonora del texto musical y destaca tres características esenciales: la digitación, la ornamentación y la interpretación. Una obra de tal envergadura consagrada al arle de locar los instrumenios de tecla era en tiempos de Bach un acontecimiento único en su género. Solamente podemos comparar este tralado con la versión de Franfois Couperin, su Arle de tocar el clavecín, aparecido en 1717. El manual de Couperin no se puede medir con el de Bach por sus dimensiones mucho más reducidas. lograr una síntesis armoniosa entre el estilo italiano (el cantabile) y el refinado gusto francés; por otro lado, se desata en Berlín y otras ciudades alemanas una polémica entre partidarios y oponentes a uno de los dos estilos (léanse los escritos de Marpurg y Agrícola), Bach indica que los franceses son excelentes en el arte de la ornamentación, aunque abusen de ella. Los alemanes por el contrario usan menos adornos y así podrán ejercer una influencia positiva sobre los Clavecín, clavicordio y fortepiano Inmediatamente en el primer volumen nos encontramos con un hecho bastante personal, esto es, la preferencia de Bach por el clavicordio por encima del clavecín y el fortepiano, sobre todo cuando se trata de lograr la máxima expresión y realización sutil del estilo emocional (en alemán la muy discutida Empfindsamkeit). «Hasta nuestros días ha habido dos instrumentos muy favorecidos por el público, el clavecín y el clavicordio. El clavecín se emplea para interpretar música con dinámicas fuertes; el clavicordio en cambio se usa para tocar cuando está uno solo. El nuevo instrumento es el fortepiano, el cual, en el caso de estar bien construido, puede ofrecer muchas ventajas siempre y cuando uno lo estudie arduamente. Este instrumento es recomendable para piezas solistas y para combinaciones de instrumentos muy sonoros. Sin embargo, soy de la opinión de que un buen clavicordio, exceptuando su sonido débil, puede reproducir una vasta cantidad de bellezas con su vibración muy particular (en alemán Bebung) aunada al alcance del tono. Esto se logra prolongando la duración del sonido aplicando una cierta presión sobre la tecla. Es por consiguiente el instrumento perfecto para juzgar las capacidades de cualquier intérprete». Aquí se nos revela Bach como un partidario de una dinámica rica en sutilezas y cambios abruptos, a la vez que favorece un crescendo y decrescendo paulatino. Son muchos los pasajes en sus obras que nos descubren esta preferencia. «Las cuerdas deben poder resistir un ataque violento Página de la copia de C. P. E. Bach de su Tratada, por un copista y con o sutil a fin de poder realizar toda la gama di- correcciones del propio Bach. Del catálogo de Hans Schnneider (n." 132). námica». Aquí nos encontramos con una paradoja: Bach franceses; al menos, ésta es la idea de Bach. «Uno debe aprenfavorece el clavicordio, el cual habría de pasar pronto de der a sacar ventaja de todo lo bueno para emplearlo adecuamoda y eso en un tratado dirigido hacia el futuro. damente». En otro fragmento afirma Bach que «está claro que nuesLa independencia del pulgar tro gusto actual ha sido influido enormemente por el sitio canlabile de los italianos; por lo mismo no nos basta el estilo A.] leer el capítulo sobre la digitación resalta el hecho de francés y por esta razón trato de unificar los diversos estilos que Bach nos está transmitiendo las enseñanzas de su padre. en uno solo. También advierto que he contribuido yo mismo Estas enseñanzas avalan el uso del pulgar, el dedo que aún a lograr esta síntesis añadiendo elementos propios». Leyenen tiempos de la juventud de Johann Sebastian era conside- do este fragmento no nos sorprende el hecho de que Bach rado como poco menos que obsoleto. Emanuel Bach trata hable de siete tipos principales de adornos, más veinticuatro exhaustivamente las técnicas de pasar el pulgar por debajo subtipos, de los cuales no emplea más de unos cuantos en el de los demás dedos, abriendo así el camino hacia la indepen- apéndice de su tratado, los Dieciocho Ensayos en forma de dencia de los diez dedos. Emanuel Bach es mucho más mo- seis sonatas. derno en este aspecto que Francois Couperin, el cual sin embargo, parece poseer el arte de cambiar de dedos frecuentemente, ya sea tratándose de notas tenidas o repetidas. Segunda parte (1762) INos sorprende alin hoy día la manera decidida y definitiva Una síntesis alemana como Bach presenta su Tratado en medio de una verdadera Í J O S capítulos que tratan la ornamentación nos revelan al- revolución estilística y práctica, la cual se llevaba a cabo en gunos aspectos estilísticos de Bach sumamente interesantes. los años cincuenta del siglo XVIII. Esta observación se apliNos encontramos con un compositor alemán que trata de ca sin lugar a dudas a la segunda parte del manual, editada 78 Scherzo xi CICLO DE CÁMARA Y POLIFONÍA AUDITORIO NACIONAL DE MÚSICA Temporada 1988/89 PROGRAMACIÓN: DICIEMBRE/ENERO 10 Kobefl SdMuiw: 1 de deiemhre de I98K, jueves CICLO B 14 22 de diciembre de 1988. jueves CICLO B Pro Música Antigua Dirfttoí1 Méjuel Ángel Tafame David Alien Wher, piano "La música en Europa hacia 1600" ttaldscenen. Op 82 Fntiance Huraetm Ambuih l.ondy Roaers Haumed Place Fncndl) Undsape AlThcInn The Bird - Prophel Hunting Song Farewll (España. Italia. Alemania. Ingkicüdi 15 10 de enero de 19K9. manes CICLO C T r í o Beaux Arts M u a l Trio pan piano, ipiolin vviolonf helo en Si bemol mavor. Sefannan Mtndtbota Tno para piano. Piolín y violonchelo en Re menm. Op ó J Trio para piano. ^IOHII y violonchelo en Do menor. Op. tt Jota Fantasía on an Oaimio lint* Cruud» Hijín frimlijl 16 Los itquiebra df "Goyescas" lonrin Sbosuko'ieb Bnkms Sonataen Mi mayor, HobXVI:48 Andante ton spiesaone Rondo Presto Dos piezas de "Atines de Pclennigc* Pnmer año. Suua. ValleedObtimanri Au lar dr Wallenslail Rapsodia húngara num. ó. 17 16 de enero de 1989, lunes Cuarteto Borodin Cuarteto num 2 en Re mayor Cuarteto num. 11 en Fa mayor, Op. 122 Cuarteto núm. 1 en Do menor. Op SI. 17 de enero de 19B9. manes 11 Duector; InHm «ndd Sdaoabert Sinfonía num B.Ven Sol menor \oche transfigurada, Op i E)umbanon Oais Sercnju dt nenio CICLO A 18 Orquesta de Cámara Teatre Ltiure JotqiFon DmcTor Sálala FuskJ.Op.45. trtnnulD Sinfonía de CimaR Op. 5 Inri Tns poemas de Mallarmt. IrttfH Boto Concertino Pai H M n M Kammermusik, num. 1. 19 I9deenerode 1989,jueves 15 de diciembre de 1988. jueves 24 de enero de 1989. martes Igor Oütrikh, >ioln i •lob Vdrry Oiarüt, i c f c XHüt íotialovL finan Tno para ruano. Piolín y nola en Mi bemol mayor, Op 40 Inbm Pasaíalks pata nolin y kiold tualrmarmchuinaradosiiolincssolindeOp 181. nurru 1. 2. i. i Puema "Knendship" parí dos uolines) pane. Op. 26 Danza española "Navarra" para dos tiolivs apiano Hahonn Winimii Sonata en Sol mayor, pira flauta y injo continuo Imano libro, sonata núm 7) T o m a en Mi menor. BWV 914 Sonata en Mimayoi, parJibuUV bajocommuo. BWV I OÍS C. n. l i c k Wiaaen U mere», pan (lauta sola, Wotq 1)2 Sonata en Si menor, para flauta ¡ clave obligada. BWV 1030 Ledú JS.faí* 13 20 de diciembre de 1988. manes CICLO C Susue 20 26deenerode 1989.jueves 21 31 de enero de ¡989. manes CICLO C Lindsay Q u a r i t i Hi<dD Cuarteio para cuerda. Op "4. núm. 3 BriiBi Cuarteto para cuerda, núm. J leftbna Cuartelo pata cuerda. Op 54. núm. 1 Orquesta de Cámara Villa d f Madrid M n n d n Pidilta MipdQñMokoe Sinfonía núm .' en Sol mayor Contieno en La menor num 5 para oboe, ciiffday continuo Murrio Conwnoen Do menor, para oboe i orquesta I c c t k ñ B Paitorale. patr t landaiuo Monrl Serenata en Re mayor, K V ffl Directora Soluta Vitili CICLO A Trío Oistrakh CICLO B Genoveva G i l vez, clave Franfc Thcuns, flauta travesera CICLO C Orquesta de Cámara Reina Sofia S i b u Cfllvilla Rifífl Ranas, •iulmchrio M i m Orín, «peino Obertura en Sol menor Suite en Re nuvoi para violonchelo, orquesta de cuerdas y continuo Las Iluminaciones, Op 13 Solistas 12 CICLO A Orpheus Chambtr OrcheMra Sduaberg Dvohli 13 de diciembre de 1988, manes CICLO B CICLO B Trío Anudeus Tno para puno y violonchelo, en Sol iftayor. Op l.num. 2 Trio pira piano "oim v violoncheio. núm. í en Re mitof, Op 'O núm. 1 Trio para puno, viohn y violonchelo, núm 7 cu SJ bemol Dp. 97vArchiduqiie~ H o n r o de a m a n t o * 19J0 h. MINISTERIO DE CULTURA ~dosi*r- SJfln ttv frítjín Jantafií. 341 &&ír¡ugtf)ín: e t o i t Híffnit n 6 « t t i r b boj (5) mit auilaffuns ttt n>eid)cn £>ttr¡fían$t6 b ote úStrmágigc CWmrt ftn S«unttnaccorbí |tim c gmomttKn, alé retnn man in t a i t)ar» 9 auíncidien rnolt*, unb ngitift htm ofinstatfet Cit Jjatmonit txii mtidicn 9 ( 6 ) , loormif man mifyitnifyttíi butd) {ijyonittnt* ©rifft ísírtír tn bit £juprtortart $<f)tt, unb bit ganiafif mil tiintn 0rt|([pun(lt btftylufítt. Aütgro. (,) i 4 U í ^ i — J = i? C=() (*• O 4 I 1 ^ 1: • • - r - fr' » " • - i O {») . . 4I » J U^—.—_^Í—.— . 1 * * •—j =—r-< R—*— -*^ W ak '• ,_ C4) 7 Cí) ^ a l í\ í 1 !b í —4 «-4—|f Tema de una fantasía libre. Desarrollo de un lema de fantasía. en Berlín en 1762. Aquí se concentra Bach sobre la interpretación de piezas escritas y la improvisación. Esta última práctica va siendo relegada a segundo plano junio con la realización del bajo cifrado. Más tarde, en la época de Dussek, Haydn, Mozart, Beethoven y Hummel renace una vez más el arte de la improvisación. La segunda parte del Tratado de Bach que se ocupa del acompañamiento de bajo continuo y la fantasía libre, es la más extensa compilación de todos los siglos y también la última (excepción hecha del Manual de Türk, publicado en 1791, el cual debe mucho a Bach). adornos, se concentra Bach en el género más curioso de todos: la fantasía libre. La fantasía libre tiste género era el más refinado medio de expresión dentro del estilo llamado Empfindsamkeit, correspondiente con la corriente literaria y musical del Sturtn und Drang. Se trata de una forma sin medida de tiempo con modulaciones hacia tonalidades bastante lejanas y que hace uso de contrastes abruptos y pausas. Bach concluye su Tratado con una Fantasía libre, de la cual él nos da de antemano la estructura: un tema en el bajo cifrado. Aquí nos percatamos de la enorme riqueza musical de La alta escuela del bajo cifrada Bach. Ya antes de nosotros hubo compositores que se dedicaron a explotar esta riqueza del Tratado de Bach. U na vez que Bach trata las diferentes clases de instrumenEntre ellos podemos mencionar a Johann Chrislian Bach, tos de tecla con todas sus perfecciones, defectos y posibilida- Jan Ladislav Dussek, Friedrich Hüllmandel, Franz Xaver des de dinámica, se dedica el autor a dar instrucciones Richter, y sobre todo Haydn, Mozart, Clementi, Beethoven, educativas. En veinte capítulos comenta una cantidad igual Czerny, Weber y Mendelssohn. Bach mismo llamó al hecho de acordes, ordenados según sus intervalos comunes. Leyen- de imitar «una especie de robo, pero necesario en lo que a do estas líneas nos percatamos de cuan importante es para música se refiere». Bach la realización adecuada del bajo cifrado. Habla Bach Ctemens Romijn de la conducción de las diferentes voces (una visión netamente (Traducción del holandés de Mauricio Fernández Ordóñez) contrapuntística de la armonía, la cual caracteriza la obra de Bach), de la dinámica del acompañamiento, del crescendo y decrescendo y de cómo lograrlos de manera más efectiva (añaINDUSTRIAS DEL FUNK DISTRIBUCIONES diendo o disminuyendo la cantidad de voces en el acompañamiento). CD INTERNACIONAL CLUB CATALOGO DE 14 000 TÍTULOS EN COMPACT DISC En el capítulo dedicado a la interpretación reitera Bach sus CONSIGÚELO ENVIANDO 1 200 Ras EN SELLOS comentarios sobre la dinámica del acompañamiento. Esta viSERVICIO DE VENTA DE COMPACT Y CD-SINGLES (EDICIONES sión la complementa con su elección del instrumento indicado. LIMITADAS) POR CORREO O CONTRAREEMSOLSO Tanto el clavicordio como el fortepiano son los instrumenULTIMAS NOVEDADES IMPORTADAS DE EUROPA Y USA POP ROCK COUNTRY JAZZ DISCO FUNKY Y CLASICO tos ideales para realizar un acompañamiento rico en sutilezas. ESCRIBE A. Por otro lado, recomienda varias técnicas adecuadas al claINDUSTRIAS DEL FUNK DISTRIBUCIONES vecín, como son cambio de registros a fin de lograr entre otras CD INTERNACIONAL CLUB C/SALIENTE, 1 cosas un Cortísimo doblando los acordes consonantes en la 28007 MADRID mano izquierda. FAX: 912746776 Después de comentar extensamente las diferentes clases de Si deseas saber la discografía disponible Oe tu artisla preterido, envíanos un acompañamiento como son el estilo galante, el unísono, tassobre con sello y tu dirección y le mandaremos la información GRATIS to solo, fermatas, síncopas y libertades en notas de paso y 80 Scherzo J.S. BACH Das wohltempenerte Clavier El clave bien temperado David Moroney, Clavecín HMC 901285 88 CD Cada vez que se inlerpreta una obra es un momento único donde se mienta captar lo inalcanzable. Cada vez que se reinterpreta la misma obra, el resultado es distinto, el problema, es que el disco capta únicamente uno de esos instantes y lo tita. Por esta razón yo dudo siempre mucho antes de realizar un disco y con ello fijar mi visión del momento. Es el caso del "Clave bien temperado" ahora que parece insuperable. (De la interviú de Davitt Moroney y Jean-Luc Macia 1987} JOSQUIN DESPREZ ADIEU. MES AWOURS Canciones HMC 901279 CD Ensemble Clement Janequin Primera grabación enteramente dedicada a las canciones de J Desprez, importante ¡alón en el conocimiento de la obra de este compositor MONTECLAIR LA MORT DE DIDON. CANTATES Les Aris Florissants Agnés Mellon, soprano Monique Zanetli. soprano Gérard Lesne, contra tenor Jean-Paul Fouchécourt, tenor Jean-Francois GardeN. bap WILLIAM CHRISTIE, director HMC 901280 CD Una gran ocasión de escuchar los grandes cantantes que forman parte de Les Arts Florissants con la obra del ma.s importante compositor francés entre Lully v NOVEDADES POLYGRAM SELECCIÓN DECCfi WOZAKT Conoenn No U Omt para 2 pianos Ashltenizy Barenhcmn - II) -+21OÍÉ2 MOZAKT Quiiiinu con ctannete Qjantio fun (Jn^ yuintetr^ ton trompa tonmnio de (.iniara dt la «ademi oí íncitnt Wusic .WAIMO l.amuna fSurana. tul 1 \e* 1-tNnünr Ctinjort - PKJÍÍII I I ! «10622 liigiial IHCII La& 4 Suites orquestalo ^cadeim uf Ancienl Musit - Hopaond 2<!l A\'KW! Digilal LitETHUUN Sinfonías Sos i i > On| Sinfónica de Chiiago - Sol» u i 4 : I Í H O ¡ • LP tíiísoí W SIJiASTIAX Rtt'H Drclu'^l Hit liud.i.1 n Osiíieno paii nolh KlEVWtskl Contieno pan nolin No loshua Bfll - Urq. de Clnelanii - . ai iir\t,¡ • I Í í j i n é i • MI; i : ai íl (.imt(i( J-la.ll lariai i cancnin») CD 4J1Í262 • LP 1>I536I - MC í2152 M I : 4 : I S « H iiifimí IftORAK i.onneno para piaim SCHL MANN InlTuducciñi ' Allenni appassionatn A. Schiff • iirq fiiamtóno df \iena • [hihninin (!> -irmli - \P il7S02i • JIC i r s o i i íiisnal ffiUt.- (Bfjlun Petlcas el Mellsjrale Pamní Tt fcaims. Milna - l'nto v Wq Smf Morareal luimi • U) 4JN102 • <r 12IM Cuanews np n6 Nns ] i\ < Fm|*ra íiiartctf Talá0 a> .t'i.vío' • I P -tii.w» Uif/ui MÜZART (.oncenos para puno Nos 1! i ít Aúhkfnaz}" - Oiq Philharnionti CiniciíRiis Nos I al 6 Cune parj J planos fchkcnazy líarenkoim l-'oic TsOng ¡(D -tilí"1"1; Digital IttiMIEl. Fl MBIJS /mtft \on ínter, llhanct. Cook. Tomlnson <JHII y The Enjilsh Concín • Pmnocli iCD 42.Í6.W2 • ÍLP í2ít.WI - 2WC RíVH. los 2 Conclnn* pan piano fanlarna Miroieto Hitigu» Le Tombeau de Crjupenn ^rgendi. femíf - Orq Sjnf Londres - Abtudu d i 4Í.166SZ Digiul Colección de obras para piano Uadimir Hwowin • .ICD 1272692 Dígita! (MKTüK los ti luaneíoí de cuerda (jiantHi Eoirtvm - JfJI -*¿3fc?72 Digital HEtAHMS SCM'MANN' loi Cuaitnos de íwrda iiianflo iteii* • WD • Í J W I U SCHUMANN Sinfonías Nos I y i "Renana" On[ Fil Berlín • Levuie - CB «M1SER La ftalk)-na benrens. Uka. Normas Ludwig Morra. Molí Orq del MflropoJiUn Sueva Vorh • L«vin# C l l iim2 • -1LP i'.imi • <W< PHILIPS reS Sonaus 1 > fl "Patalea" Claudio Amm - CB «01532 Digiial BEETHOYEK Smaas 21 "Waldoein y » Andan» Ilion Claudio Arrau - CD 41614^2 Digilal BERIJOt. Te lleura Coros y Orq Smf Londr» - C Dans - O) 4166602 MAK1IR Slnlonia So 1 Oni Fil Bírito > Hamnk - d ) «09342 Digital MOZAKT liavid Pm nenie Emilia» lubilaw Maishall - <lri| ,SjnF Radt» Inpzig CB * M 9 i ' > • \t Marrmef i J W í : i Dígita] MÍ1ÍAST Anas d i nmcieflo v de (peras Te Kanavw Ichida - Enslish Chamber - Tait MI -|J(I9ÍC2 • IP ROSSW U Lamentóla baE&i Ani^a, Karmondi ^laLmn. fíleme Coro Amrfifeijn. j^ademv nf SE Manm ÍO) 130HÍK • IIP 12ÍM68] • WilC íJIU K S1K.V SE Amdiw luí \ l i o s BIr ^rinnir. Fre>' üruberon Varads, ()«[ (¡nmdhius • Masir - 2CD Í22OS42 Di(ial JOSÉ CARRERAS: ULTIMAS GRABACIONES .BRAVO' MKREUS Romanza de zarTLíla. Anas ile opera CjnonnK napnlitanc y Irmas de películas 2(3) 4260412 • i l P «60*11 • 2WC .(260414 A RAMÍREZ MSa Criolla. Navidad en Verano Navidad Nuestra Giqta Hiuncari Socitdad CnU it Bilbao |t6í üus Oceto. Dímian Síndiez O) 42O9H2 • IP 42O9S5I - MC 1 2 0 9 ^ Digiul Manon líííaul P1CCIM Madama Bunetlly Frtni. Carrerc. Bergaiua. Pisa Te K i i i M , Carros. Con! Com. Drq Fftilhatinofíia - Sin W ) í 2 j i 6 ' 2 • 3IP 4 2 t í 6 ' l • 2HC 42Í5674 D i j i o l Coro > ünt Optu * Chamo FuaH •BWíI n™MAv wí DUTTERPU , Miiella Frenl Jow Carrera! frrcu BeiganíaJiun Pois 1 ' 4mtn<n4jnOp«Ti(haru(. • i ^-Phi1h.Nrm.>rtiJ O f t f i m r a ' " ' " GlUStPPE SINOPOU Bolonia • t - 2IP 1ÍI426I • 2HC 4114264 fwí dosier Los fundamentos clásicos de la teoría delos afectos La imitación T al como mostró Ervvin Panofsky, el pensamiento de la Antigüedad mantuvo dos posturas contrarias respecto a ia función deí Arte. Por una parte, el ideal de lodo artista era el de emular a Zeuxis, portentoso pintor que, según se cuenta, había reproducido en una de sus obras un racimo de uvas tan aparentemente reales, que hasta los mismos pájaros acudían a picarlas, creyendo que eran auténticas. Según esta teoría, la misión de los artistas debe ser imitar a ¡a Naturaleza, colaborando con ella, sometiéndose a sus leyes y apariencia, y subordinándose a lo que perciben los sentidos. Pero, por otro lado, los grandes idealistas consideraban que el Arte debía Superar a la Naturaleza, puesto que su objetivo era representar la Idea misma de la Belleza, para alcanzar esta meta, les parecía legítimo el que los artistas corrigieran, modificaran o desecharan los aspectos imperfectos del mundo visual, e incluso, que tomaran motivos de su propia imaginación. De este modo, sentaron las bases para la autonomía de los lenguajes artísticos, ofreciendo al espectador un resultado que mejoraba la realidad circundante. Esta contraposición entre los que consideran al artista como un mero copista de la realidad, y los que lo consideran como un portador de verdades que trascienden la realidad, ha creado una tensión dinámica que atraviesa toda la Historia de las Artes en Occidente. Así, la contraposición entre Venecia y Florencia, entre dibujo y color, entre el último Durero y Miguel Ángel, o entre impresionistas y simbolistas, etc. También la Historia de la Música está atravesada por este conflicto dramático, en el que un importante papel lo representó nuestro C. P.E. Bach, como veremos. De hecho, y dado que las obras musicales de la Antigüedad no fueron accesibles a la Europa moderna, la influencia de la época clásica sobre la música posterior solamente podía ejercerse a través de las doctrinas sobre la misión del Arte y del compositor. Para reproducir e imitar este orden numérico del mundo, los teóricos de la música insistían en el fundamento también numérico de las estructuras musicales. Pero, en el umbral del siglo XVI!, otras voces comenzaron a levantarse, reclamando exactamente lo contrario. Su idea era que e! papel de la música no era el de someterse y copiar las leyes cósmicas, uno expresar áe la manera más intensa posible, pasiones, sentimientos y afectos, para inducir así ai oyente a experimentarlos por sí mismo. Estos nuevos teóricos, encabezados por Vincenzo Oalilei (1533-159!), y Claudio Monteverdi (1567-1643) y los músicos a los que sus teorías daban apoyo (Luca Marenzio, Jacopo Peri, Giulio Caccini y el mismo Monteverdi) decidieron que para poder expresar los sentimientos a veces puede ser legitimo —si ese sentimiento que se va a expresar lo requiere— utilizar determinadas técnicas musicales no autorizadas por las teorías numéricas. Así es como comenzó a escucharse música con disonancias intolerables según la teoría numérica, cuando el texto que se iba a cantar hablaba de temas como guerra, odio, dolor, etc. A excepción de quienes conscientemente se opusieron a esta nueva música, en particular los autores de mucha música eclesiástica o de fugas, el reinado de esta segunda prácttca fue total desde el siglo XVII. Pero este triunfo histórico no fue acompañado del correspondiente logro en el campo de la teoría. Frente al formidable aparato de normas, leyes y tradiciones que podían ostentar, razonar y justificar los viejos contrapuntistas, recurriendo al acervo conceptual acumulado durante siglos de predominio de sus lécnicas, Monteverdi y los suyos no supieron alzar un edificio equivalente, y, ante las criticas de estos conservadores, no pudieron replicar más que con decir algo tan poco serio como que «no tenían tiempo para contestarles», según respondió Monteverdi a Bottrigari y Artusi. Dos formas de mover los afectos Ejsta pobreza conceptual en la defensa de la segunda práctica nos impide utilizar fuentes directas para señalar el proceso mediante el cual se fue sustituyendo un ideal por el otro. Uurante la Edad Media, la teoría del Arle, si es que exis- Pero, dado que el objetivo de estos nuevos y revolucionarios tió, mantuvo una discreta posición colaboracionista con res- músicos era «mover al oyente a varios afectos», y apoderarpecto a la imitación de la Naturaleza, y, así, los recursos se de él mediante la expresión apasionada, podemos dirigirtécnicos de la música se consideraron como si fueran una re- nos a los escritos de otra disciplina que tiene también este producción de la naturaleza física, que. a su ve/, derivaba mismo objetivo, aunque sea con otros medios: Se trata de e imitaba un principio metafisico. De este modo, la música la Oratoria, que también persigue la finalidad de convencer instrumentaiis. la música audible, la que hacen los músicos, por medio de la emoción. era siempre una copia terrenal de la música mundana, esa Aunque existen importantes escritos sobre este tema duarmonía inaudible que realizan los seres celestiales ordena- rante los siglos XVI y XVII, bien sean traducciones de los dos por Dios. grandes clásicos como Cicerón o Quintiliano, o bien obras Con las grandes transformaciones de la sociedad bajome- originales, la primera aplicación sistemática de los concepdicval, sin embargo, la música se fue olvidando de estas raí- tos de los rétores a la música no la encontramos hasta las ces imitativas, pero, aun así, el fundamento metafisico de las obras de Joachim Burmeister, justo en los años que bordean estructuras musicales se mantuvo a través del pensamiento el cambio de siglo del XVI al XVII. En ellas, expone el mobasado en la aritmologia de los herederos del pitagorismo an- do de aplicar a la música las figurae, que son diseños especítiguo. Según esta, la música está basada en las relaciones de ficos, análogos a las figuras del habla que emplean los los diversos ritmos, intervalos o consonancias, que pueden oradores, y que están destinadas a provocar determinados ser expresadas con proporciones numéricas, y siendo éstas efectos emocionales en los oyentes del discurso. Siguiendo los instrumentos por medio de los cuales ha sido construido las obras de Burmeister, se llega a realizar tablas enteras de y ordenado el mundo. Podemos verlo, por ejemplo, en la su- equivalencias entre los estados de ánimo o afectos, y los dicesión do los doce signos zodiacales, en el orden de las ocho seños musicales correspondientes. De este modo, se racionaesferas planetarias, las siete virtudes o pecados capitales, las liza uno técnica expresiva, y se sistematiza algo que, a primera siete semanas de cuaresma, o los cuatro elementos, los cua- vista, podría parecer totalmente irracional. tro humores, las cuatro edades del hombre, o sus cuatro temEsta línea de pensamiento que planea racionalmente el conperamentos, etc. tenido afectivo de cada obra, y que espera del oyente que seHacia el artista creador 84 Scherzo Corl Philipp Cmonuel Boch nuestro Bach como teórico. Hereda el tema clásico de la imitación, pero lo desvía hacia el campo de la expresión personal, lanzándolo así a los territorios de lo que será el Romanticismo. Este nuevo ideal se encuentra expuesto en, entre otras obras, su tratado de 1753 y 1762, el célebre Ensayo sobre la verdadera manera de locar los instrumentos de teclado. No en vano nuestro autor se encontraba muy cerca de los integrantes de aquel movimiento literario conocido como Sturm und Drang, que, años después, repudiaría la vida cortesana por artificiosa, proponiendo la naturalidad del mundo rural como ideal de vida. El ambiente cultural en el que se movía conectaba también con el incipiente movimiento nacionalista alemán que por su parte daría lugar al Romanticismo. Amigos de C. P.E. Bach fueron Lessing y Klopstock, y, como muestra de su interés por el mundo del pensamiento sensible, baste decir que fue corresponsal de Diderot. La orientación hacia ese mundo de los sentimientos espontáneos se muestra todo a lo largo del tratado de C.P.E. Bach, sin recibir un tratamiento específico por separado. Asi, por ejemplo, toda su exposición de la manera de ornamentar las obras está empapada de la idea, revolucionaría en su momento, de que los ornamentos tienen como principal misión la de facilitar la expresión afectiva, y no la de permitir las exhibiciones de dominio técnico y virtuosístico del intérprete por la dificultad que entraña su ejecución. De este modo, nuestro autor llega a defender la supremacía del intérprete sobre el compositor, ya que, según sepa alumbrar tas posibilidades expresivas de la obra al desnudo, mediante las sutilezas interpretativas, puede, incluso, llegar a «realzar una composición mediocre, y hasta a conseguirle una cierta aprobación». Para ello, es necesario que este intérprete sea tan sensible que sepa «experimentar las mismas pasiones que el compositor en el momento en que escribía». El principal papel del mundo musical viene así reservado al intérprete, que se convierte en el centro del que dependen tanto la obra misma como el autor. De hecho, propone un tipo de intérprete que ha de saber incluso improvisar sus actuaciones, y tener una disciplina interna abocada hacia la inFantasía de la Sonata n. " 6, aparecida tensa experiencia emocional. Por eso, defiende a aquellos como complemento de la 2, ° edición del Ensayo intérpretes que sean capaces de dominar «la elocuencia y el arte de pasar bruscamente de un sentimiento a otro», y, papa decodiftcar las figuras para reaccionar consecuentemente, ra ello, frente a la idea de obra acabada, propone practicar se encuentra a lo largo de la teoría de los siglos XVII y XVIII, sobre todo «las fantasías, hechas sin pasajes aprendidos de conformado asi lo que solemos denominar música barroca. memoria ni tomados de otro, sino viniendo de un alma toSe trata de todo lo contrario a la emotividad espontánea que talmente musical». puso de moda el Romanticismo, y que predomina aún hoy en nuestros días. El resultado de esta poética intensamente emocional, y gráEl cambio de actitud frente a este modo de expresión ra- cilmente inestable, son piezas musicales en las que la música cional vino de la mano de los músicos y teóricos (frecuente- va pasando de un afecto a otro, evitando mantenerse en el mente, las dos cosas a la vez) que realizaron su obra en los mismo clima afectivo durante largos períodos, y cambiando dos últimos cuartos del siglo XVIII: Son los que prefieren constantemente el tiempo, la dinámica, etc. Es ésta la razón el reinado de la expresión franca, llana e instintiva. En los de que C.P.E. Bach prefiera el clavicordio al clavicémbalo, países germánicos, esta nueva poética se difunde desde el cír- ya que éste no permite realizar dinámicas cambiantes, y porculo de músicos de Berlín que se adscriben ai llamado Emp- que el primero produce una sonoridad más recogida, que, findsamer Siil, del que formaban parte el (eórico Marpurg, por lo tanto, favorece tocar ante un público menos numeroel flautista Johann Joachim Quantz, y también nuestro Cari so y más íntimo, donde la inspiración personal puede vagar con total libertad. Es el preludio del salón romántico. Philipp Emanuel Bach. C.P.E. Bach aspira, pues, a convertirse en médium de los sentimientos propios tal como discurren en el corazón. Al Los afectos en C.P.E. Bach tocar son imitados de modo que se exteriorizan, entrando el oyente en esa misma corriente. ¿Qué ha quedado de la leoEr, jn lodos estos autores alemanes se observa la tendencia a, na clásica de las artes en nuestro autor? Bajo una apariencia por una parte, rechazar el contrapunto bárbaro (dando asi bien alejada del sereno ideal de los griegos de la Antigüedad, el golpe definitivo a la primera práctica, e inscribiéndose asi late, sigue latiendo, la idea y la confianza en los poderes transentre los contrarios a la figura de Johann Sebastian Bach) y, formadores de la música, en su capacidad para conmover al por otra, a rechazar también las a rl i Ociosidades cerebrales oyente, y su objetivo purificador. Basándose en una teoría de la expresividad barroca. Lo importante para estos inno- de la imitación, el resultado final es puramente catártico, de vadores, agrupados en torno a la corte prusiana, es poder modo que las dos posturas contrarias de los teóricos antiguos expresar las emociones y sentimientos de una forma natural quedan abolidas en una síntesis que alimentó todo el moviy espontánea, dejándose llevar por el flujo interno de las pa- miento romántico. No es poco mérito. Y nada hubiera comsiones propias, y haciendo estallar los moldes de la expresi- placido más a Lessing... y a todo lo que siguió. vidad codificados en el período anterior. Es en esta Carmen Rodríguez Suso reorieniación en donde radica la principal importancia de Scherzo 85 -dosier- Emanuel Bach, clavierista D os años después de la muerte, en 1788, de! Kapelmeister hamburgués C.P.E. Bach, su viuda edita en la imprenta de Gottlieb Friedrich Schniebes, a la sazón impresor en Hamburgo, el catálogo de libros, partituras propias y de oíros compositores, así como el llamado Archivo antiguo de ia familia Bach, además de una colección imponente de grabados de poetas, músicos prominentes, pintores y personajes épicos, junto con una relación interesantísima de instrumentos, casi todos de tecla, que según consta textualmente pertenecieron al difunto Cari Philipp y al igual que los otros objetos del catálogo pueden ser adquiridos en casa de su viuda. La relación es la siguiente: \? Un clave (Fliigel) de madera de nogal de cinco octavas, que posee una entonación fuerte (Stark von Ton), 2? Un fortepiano o «Clavecín Roial» del viejo Federico (se trata de Federico II de Prusia. aunque se debiera uno inclinar hacia Amalia de Prusia, gran amiga y mecenas de Cari Philipp en Berlín) lodo él de roble con una entonación de sonido muy hermosa (se trata, sin duda, de un instrumento de entonación algo suave y menos agresiva que la que estaba de moda hacia 1780). 3.° Un clavicordio de Jungcurt hecho de roble y de sonido hermoso. 4." Un clavicordio de cinco octavas del viejo Friederici, de roble, con la tapa de Feuernholz (casi con seguridad castaño rojo), de hermoso sonido. En este clavicordio han sido compuestas casi todas las obras creadas en el período hamburgués. 5? Una corneta de marfil hecha del diente torneado de un solo elefante, que puede ser tan interesante como para estar en una colección de obras de arte. Por encima de la divertida anécdota del Cari Philipp coleccionista de cornetas de marfil entre otras cosas, esta relación de los posibles últimos instrumentos del maestro indica el destino artístico de clavierista (definición alemana de la época que describía a un virtuoso tañedor de tecla). El mismo Cari Philipp, en distintas cartas y conversaciones con amigos poetas como Claudius o Gerstenberg, reivindica con legítimo orgullo la condición de clavierista. Un clavierista era un compositor-intérprete, que empezando a formarse en el clavicordio (siempre escrito con «c») dominaba en ambas vertientes creadoras el clave (Flügel) y el todavía en proceso evolutivo fortepiano. Lógicamente, el órgano, instrumento que dominaba la liturgia y e! acompañamiento de los coros, también entraba en el conglomerado de instrumentos de tecla, pero en el caso de Cari Philipp, y él mismo nos lo indica en su tratado Versuch über die Wahre Art das Clavier zu spielen, se usa para los coros y las fugas vocales dentro de las cantatas, pasiones y oratorios. No es ningún secreto la reserva de Cari Philipp hacia el órgano y la poca importancia que le dio en sus obras. En parte es comprensible por la afinación que tenían estos instrumentos en su época, que los hacía casi imposibles para las nuevas tendencias físico-armónicas. Una ojeada a los fúgalos de los oratorios donde se debe utilizar el órgano nos da la clave de las dificultades en mantener las coordenadas de la armonía bachiana con las estructuras de composición armónica de los órganos de esta época. Esta inhibición organística le costó varios disgustos y quejas, sobre todo de sus superiores, por no usar el pedal. Clavicordio Ur1 na de las mejores definiciones del instrumento y su uso nos la da J.G. Walther en su Musik Lexikon, editado en 1732, donde dice: «Clavischordarum, este conocidísimo instrumento Clavicordio de Jnhann Hehmch Silbcrmann, Hamburgo, ¡775 86 Scher?o -Cari Philipp Cmanuel Bach es, por decirlo asi, la primera gramática del tañedor, que, cuando se hace fuerte en él, podrá dominar la spinetta, el clave, el regal, el positivo y el órgano con facilidad». (Esta definición fue tan acertada que fue copiada por varios tratadistas literalmente, uno de ellos es J.F.B.C. Maier, en su Museum Musicum, también editado en 1732). O quizá Walther la copia de otro tratadista que no conozco. Todos los indicios conducen a un instrumento que en Alemania fue el preferido de los tañedores como base de la formación teclistica, por su lañido delicado y pulsación, y sobre todo por su capacidad de percutir a través de las tangentes una enorme cantidad de aspectos dinámicos, como en ningún otro instrumento de léela. Su movilidad como mueble y la simpleza de su mecánica abogan por esta predilección, pero la motivación de la gran importancia del clavicordio en Alemania es estética y está suficientemente fundamentada en toda la literatura de tecla del barroco de dicho pais. La nueva estética con su teoría de los afectos, donde cada tono (bajo el difícil control del experto tañedor) puede cambiar su dinámica, los trémolos de dedos (Bebung) sobre la misma nota, el estilo cantable y todas las aplican uras (movimiento de los dedos) y todas las maneras de este estilo hicieron del clavicordio estéticamente no sólo la base del principio del estudio de un tañedor (clavierista), sino también el instrumento preferido de la llamada casi simbólicamente Kammer (recinto para la música, habitación de estudio, etc.) y el abandono de las nuevas tendencias estélicas del llamado Sturm und Drang. Curiosa es la mención del catálogo de posesiones de Cari Philipp Emanuel, en la que se indica que en uno de los clavicordios había compuesto casi toda la obra de su época de Hamburgo, ciudad que contó, entre otros, con dos importantes factores de clave muy renombrados por sus excelentes clavicordios, uno de ellos era de la familia de los Hass, el más conocido y apreciado de sus artesanos era Hieronymus Albrecht y el otro era Johann Chrislian Gerlach. El Museo de Historia de Hamburgo guarda entre otros instrumentos dos clavicordios preciosos, uno de Hass y otro de Gerlach, hechos el primero en 1742 y el segundo en 1769. Ambos con una amplia caja de resonancia y en la parte superior con un registro de octava alta o cuatro pies, pero por sus distintas formas en la construcción y, sobre todo, en las medidas de las cuerdas, el de Hass obtiene un sonido con un tono algo más intimo, mientras el de Gerlach, construido 27 años más tarde, posee una sonoridad algo más robusta. Volviendo a Cari Philipp Emanuel Bach como clavicordista, todos coinciden en la perfecta forma de exponer sobre este instrumento el discurso musical, los afectos, el cantable y hasta un virtuosismo siempre al servicio de! discurso y del afecto, que reinaban sobre iodo lo demás. y así se aseguraba que no fuera vendido o maltratado después de su muerte, cosa que realmente, y por dificultad de subsisiencia de su viuda, ocurrió, como pasó con casi todas las viudas y huérfanas de los Bach. Clave (Flügel) 1/ orkel, en su Almanaque musical de 1782, nos da una idea de la postura de su época respecto al clave cuando dice: «A saber (el clave), con este instrumento no puede sensibilizarse el corazón, mal se puede con él pintar paisajes y poner luz dentro de las sombras, por el contrario, nos da el clave el aspecto concreto y claro y la aptitud corta y decidida del momento, acabando cortésmente, y dicho con rapidez, es el ideal para acompañar». Llamado dentro de la sistemática de nomenclaturas de instrumentos de tecla de la época Flügel (cola), pasa a ser el instrumento amado y odiado del tiempo. Amado por su terrible empleo dentro del bajo continuo y odiado por no responder con flexibilidad a las nuevas tendencias de subidas y bajadas de volúmenes sonoros. Sea lo que fuere, el clave sigue siendo el instrumento imprescindible en la época, sobre todo en el recitativo, donde reina, y en la Hammerfíugel de Goujned Silbermann. 1749 Jakob Adlung (1699-1762), profesor en ia Facultad evangélica y organista en la Predigerkirche de Erfurt, en su Escuela básica para aprender las estructuras, uso y conservación de órganos, clavicémbalos, clavicordios y oíros instrumentos, crito en dos partes y editado en Berlín tras su muerte en 1768, dice en su intitulada Música Mecánica Organoedá «Un clavicordio debe sonar fuerte, pero no a golpes, sino con un sonido suave y fino como si fuera un arpa». Este punto es en el que los constructores nos dan reales quebraderos de cabeza y hacen clavicordios a su manera y según les viene en gana. Interesante es la historia casi mítica de la venta o regalo (no aparece nada claro al respecto) del amadísimo clavicordio Silbermann en posesión de Cari Philipp y con destino a Dietrich Ewald Gotthus, a quien aquél dedicó el famoso Rondó en mi menor, llamado «Despedida del clavicordio Silbermann», obra en forma de lamento, que fue contestada por el nuevo dueño con un Rondó en do mayor sobre «La alegría de recibir el clavicordio Silbermann». Esto ocurría en 1781 y parece que Cari Philipp, quizá intuyendo su desaparición, puso su amadísimo instrumento en manos de un conocedor música concertante, conciertos de tecla, tríos, etc. Incluso en la iconografía es el instrumento que predomina sobre el clavicordio y el pianoforte. Es interesantísimo comprobar cómo el clavicordio, con su forma de mesa cuadrada, y el clave esen forma de cola, influyeron en la construcción exterior del pianoforte de martílleles, y aunque en realidad su uso es casi ej mismo, no como en el caso de los otros instrumentos antes citados, el Tafelklavier (con «k») en forma de clavicordio, se usa en recintos pequeños, mientras el Hammerfliigel (cola de martillos) se utilizaba en conciertos solos. Es entonces cuando aparece la nomenclatura de Kielflügel (cola con plectros) para hablar del, o mejor dicho, denominar al clave, sobre todo después del gran impulso de la mecánica vi en esa, dada por la familia Stein en 1770 a la del pianoforte, que llenó de entusiasmo algunos años más tarde a Mozart, por cierto grandísimo admirador de nuestro Cari Philipp Emanuel Bach. José Rada Scherzo 87 dosier C.P.E. Bach y los compositores clásicos vieneses e puede decir que C.P.E. Bach creó una escuela de composición en el más amplio sentido del término. Desde sus días de Berlín atrajo generaciones de alumnos que hicieron buen uso de sus técnicas interpretativas e incluso de las compositivas, si tal era su inclinación. Mayor aún es el número de los que aprendieron de él indirectamente, a través de un detallado estudio de sus obras, entonces en circulación, principalmente del Versuch uber die wahre Art das Clavier zu spielen. Gran parte de la obra de Bach fue publicada ya durante su vida; sólo en el terreno de la música para teclado existían 8 colecciones, por no citar las numerosas obras incluidas por separado en antologías de la época. Tenemos información bastante precisa sobre la distribución geográfica de la producción de Bach. Sin embargo, no parece haber ejercido una influencia decisiva en la vida musical de Mannheim o de Viena, por citar sólo dos centros de la zona meridional. Su música no se abrió paso en los programas, al contrario que la de su hermano Johann Christían, ni moslraron mucho interés en ella los editores, salvo una o dos excepciones, a esle respecto son reveladores los comentarios hechos por Friedrich Nicolaien Viena en 1781: «Uno de los aficionados musicales más conocedores del tema es Herr Reichshofrath von Braun, quien admira especialmente al gran Philipp Emanuel Bach. No es preciso decir que tiene en contra suya a la mayor parte del público vienes. Yo mismo he oído en Viena a muchos expertos amantes de la música hablar de Bach no sólo con indiferencia, sino también con abierta hostilidad. Sus ídolos entre los compositores de clave son Kozeluch y Steffan». La razón de ello es el profundo arraigo que en Viena y iodo el Sur de Alemania tenía la tradición local, representada por la música de Johann Wenzel Anión Stamitz, Christian Cannabich, Cario Giuseppe Toeschi, Georg Christoph Wagenseil, Matthias Georg Monn y Joseph Antón Steffan. Esta no sólo poseía un eihos musical completamente diferente, impregnado del espíritu de la suite y del dívertimento, sino que también difería en lo esencial del estilo musical de Bach. El desarrollo musical y el Fompinnung —como en la obra de Steffan— degeneraba con demasiada frecuencia en figuras triádicas sin diferenciación temática, adornos gratuitos de rasgos melódicos simples, escalas y progresiones armónicas totalmente convencionales. No hay que olvidar, sin embargo, que había algunos compositores en Alemania del Sur y Austria que bebieron con frecuencia en las fuentes estilísticas de Bach. En concreto los tres grandes compositores del Clasicismo vienes destacaron en más de una ocasión el estimulante efecto que su obra había ejercido sobre ellos. No es preciso decir que no hay que sobreestimar tales influencias. La música de Haydn, Mozart y Beethoven se alimentó de tantas fuentes que el papel de Bach en la formación de un estilo clásico debería considerarse más bien como un estímulo, si bien muy importante. S Haydn Lia relación de Haydn con Cari Philipp Emanuel Bach fue comentada por sus primeros biógrafos, Griesinger y Dies. El primero relata: «Por esta época (noviembre de 1749) Haydn descubrió las 6 primeras sonatas de Emanuel Bach. «No pude abandonar mi instrumento hasta que las interpreté todas y cualquiera que me conozca bien ha de ver que debo mucho a Emanuel Bach, que le he estudiado con aplicación y le he comprendido. El mismo Emanuel Bach me felicitó una vez en Viena por ello». La versión de Dies es la siguiente: Scherzo Joseph Haydn «Haydn entró en una librería y pidió un buen texto teórico. El librero le habló de los escritos de Cari Philipp Emanuel Bach como de los más recientes y mejores. Haydn quiso verlos con sus propios ojos. Comentó a leer, a entender, encontró lo que estaba buscando, pagó e¡ libro y se marchó muy complacido. «Que Haydn procuró hacer suyos los principios de Bach y que los estudió sin descanso queda claro incluso en sus joviales obras de este periodo. Aprendió tan rápido que, a sus 19 años, Haydn escribió cuartetos que le valieron la reputación de genio entre los amantes de la música. Con el paso del tiempo fue adquiriendo los nuevos escritos de Bach. En su opinión éstos constituyen el mejor, y más difundido y útil libro de texto editado jamás». «Tan pronto como fue publicada la obra de Haydn, Bach comprendió con satisfacción que podía considerarle como uno de sus alumnos. Más tarde tuvo hacia él un halagador cumplido al decir que solamente Haydn había comprendido totalmente sus escritos y había sabido sacarles buen partido». Estos comentarios no dejan lugar a dudas sobre el enorme impacto que Bach ejerció en este compositor 18 años más joven que él. Ello ha quedado demostrado con respecto a la música para teclado de Haydn, especialmente a las sonatas escritas a finales de los años 60, pero puede aplicarse igualmente a los cuartetos de cuerda, las sinfonías y otros géneros, aunque no se han realizado estudios detallados. Ambos músicos nunca se conocieron personalmente; cuando Haydn pasó por Hamburgo en su regreso a Viena desde Londres en 1795 solamente conoció a la hija de Bach. Para un joven compositor la música de C.P.E. Bach ofrecía sobre todo lo que podría llamarse un receptáculo de estilos de gran variedad. Bach y Haydn poseían una disposición artística muy similar. El apasionado Empfindsamkeit carac- Corl Phllipp Cmonu*l Boch teristico de ambos compositores y la búsqueda de soluciones compositivas poco usuales deben ser considerados como manifestaciones del Slurm und Drang. Destaca en la música de Haydn un gran esfuerzo por lograr la unidad temática sobre la base de una lécnica de desarrollo motivico allamente refinada. En esto puede observarse con especial claridad la influencia de Bach, tanto más cuanto que el problema del tratamiento temático no fue ni mucho menos tan importante para los compositores preclásicos de Viena y Sur de Alemania como para Bach. En las sonatas de Monn predominan a menudo los pasajes técnicos y las escalas, lo cual es contrario a cualquier deseo de unificación lemática. No ocurre lo mismo con Haydn. Desde el comienzo de sus movimientos los motivos y temas reaparecen constantemente en formas ampliadas e intensificadas, como resultado de unas dotes de despliegue melódico extraordinariamente ricas. El ejemplo que a continuación citamos, extraído de ta Sonata en Mi menor (anterior a 1766), que es la versión más temprana y probablemente original de esta obra, Hoboken XVI/47, puede ser ilustrativo de las imaginativas transformaciones que Haydn puede hacer de sus temas: torios La Creación y Las Estaciones de Haydn. En dichas páginas éste logró una genuina individualidad, dominando nuevas técnicas y formulando ideales clásicos y expresiones humanísticas completamente originales. Mozart IVlucho más diluidas y difíciles de precisar, son las conexiones entre la obra de Cari Philipp Emanuel Bach y la de Wolfgang Amadeus Mozart. A primera vista podría parecer que aquél, con su tendencia a la intensidad profunda y la pasión desenfrenada, no tendría nada en común con la espontánea riqueza del arte mozartiano, su buen humor, su elegancia interpretativa, con su gran sensibilidad, fuerza dramática y su absolutamente inagotable flujo de invención melódica. De hecho Mozart estaba más cerca del extrovertido estilo del cantabile italiano de Johann Christian Bach. Sin embargo, existieron también lazos de unión con C.P.E. Bach, y el siguiente testimonio (¿apócrifo?) de Rochlitz no es la única prueba de ello: «Cuando Mozart visitó Leipzig unos años antes de su muerte había pasado por Hamburgo poco antes y se preocupó por visitar a Bach, que era ya anciano; oyó a éste improvisar va- mm " i* * _ ~ (Aquí se muestran sólo las principales configuraciones temáticas, no las innumerables variantes motivicas, ni las figuras individuales). Incluso Betlina Wackernagel, que tiende a minimizar la influencia de C.P.E. Bach sobre Haydn en su monografía Joseph Haydn friihe Klaviersonaten, observa con respecto a este empeño por conseguir unidad: «Ningún otro compositor que pueda haber influido en Haydn utiliza una técnica para lograr unidad tan similar a la del propio Haydn, en su esfuerzo por la cohesión lemática de cada movimiento, como Bach». En algunos movimientos lentos pueden observarse aún más afinidades con el lenguaje musical de Bach. Hermann Aben pone de relieve los rasgos estilísticos bachianos del Largo de la Sonata en si bemol mayor de Haydn, Hob. XV1/2, que transcribimos a continuación, citando la «emotiva cantilena del tema principal con sus profundas suspensiones, la amplia melodía rota por sincopaciones, tos variados rumos de la frase consiguiente, los restos de fuertes golpes que interrumpen la melodía, la figuración impregnada de cromatismos...». Medallón de Mozart realizado por Leonard Posch en 1780 rias veces en su Silbermann. Hablando de ello durante una velada musical en casa de Doles, el anfitrión pidió al músico salzburgués su opinión sobre la interpretación de Bach. El nvitado respondió con un candor y sinceridad típicamente teñeses: «El es el padre, nosotros sus hijos. Los que saben algo lo aprendieron de él; cualquiera que no admita esto es un... (no logré entender esta última palabra). Lo que él hacía, conlinuó Mozart, seria considerado hoy como anticuado, pero la forma en que lo hacía era insuperable. Prefirió oírme tocar el órgano. Aunque hace tiempo que perdí práctica ello no le importó, y me abrazó una y otra vez hasta que casi grité». j J Si bien no hay prueba de que Mozart visitase Hamburgo, de todos modos queda bien paiente la alta estima que sentía por Cari Philipp Emanuel Bach. «Además, la vía que une a Haydn con C.P.E. Bach es, seEn sus primeros años la preocupación de Mozart por la gún Aben, la misma a través de la cual el maestro se descu- música de Bach fue en cierto modo esporádica, siendo sus brió a si mismo». Es también, podríamos añadir, la que lleva modelos principales compositores como Schobert, Eckard, a las sinfonías clásicas, a los cuartetos de cuerda y a los ora- Abel y Johann Christian Bach; tras conocer al Barón van mf Scherzo 89 dosier Swieien, es decir, a partir de 1782, aquélla cambió. Mozart hizo un cuidadoso estudio de la música para teclado de Bach. Hermann Aben, en su biografía de Mozart, describe las características que influyeron en las Fantasías K 394, 397 y 475; «el elemento fuertemente subjetivo, el carácter de concierto, que se revela en arrolladuras escalas y arpegios, los rasgos típicos del recitativo y las osadías armónicas». Aún no se han investigado estas mismas influencias de Bach en el desarrollo de los conciertos para piano de Mozart. Hay un temprano Concierto en Re mayor, K 40, que contiene versiones orquestales de algunos movimientos para teclado solista de Honauer, Eckard y C.P.E. Bach. Mozart interpretó ocasionalmente obras de Bach; la música de cámara era la forma de entretenimiento más popular en los conciertos dominicales del Barón van Swieten. Ei anuario Musikaiischer Aimanach fur Deutschland auf das Jahr 1789 de Forkel contiene información sobre una importante empresa de grandes conciertos: «Viena, 26 de febrero de 1788. En esta fecha y también el 4 de marzo se interpretó en casa del Conde Johann Esterházy, y bajo la excelente disposición del incomparable Bach de Hamburgo, la Cantata de Ramler Die Auferstehung und Himmelfahn Chrísli, con una orquesta de 86 músicos, en presencia y bajo la dirección del gran conocedor de música Barón von Swieten, que mereció el aplauso de todos los distinguidos asistentes. El maestro de la Capilla Imperial Herr Mozart dirigía y el maestro de la Capilla Imperial Herr Umlaff estaba sentado al clave. La interpretación fue magnifica y de acuerdo a los dos ensayos generales que había habido. Durante la interpretación del 4 de marzo su señoría mostró a los asisientes un grabado en cobre del maestro de capilla Herr Bach. Las princesas y condesas de la audiencia, así como toda la alta nobleza, admiraron al gran compositor y lanzaron grandes vítores y aplausos». el joven Beethoven usa una lécnica de desarrollo melódico sorprendentemente avanzada para alguien de tan poca edad, y precisamente esta técnica contribuye a lograr la unidad temática dentro del movimiento. Incluso el segundo tema pasa a ser una variante del primero. Respecto al Larghetto de introducción de la Sonata en Fa menor, que detallamos más adelante, y al comienzo de la forma Scherzando de la Sánala en Re mayor, Ludwig Shiedermai declaraba: «En esos agitados pasajes, que ascienden para estallar más tarde, en esos violentos acentos e interrupciones vive algo del revolucionario y demoníaco espíritu de Cari Philipp Emanuel Bach». Se podría objerar que Haydn ejerció una influencia mayor en el joven Beethoven. Pero, mientras que no hay duda de que Neefe, quien, como ya se mencionó antes, se educó en la tradición musical de Alemania del Norte, se preocupó de enseñarle a su alumno las Sonatas de Bach, sin embargo, el papel representado por la obra de Haydn en la educación del Beethoven de aquella época no puede analizarse aquí. Qui- Beethoven t i l legado de Beethoven incluía una copia manucrista del Klopstocks Morgengesang am Schopfungsfesie, al cual había añadido el comentario; «escrito por mi querido padre». Beethoven debió haber dado con esta obra cuando aún se hallaba en Bonn. Por entonces era ya alumno de Chrisiian Gottlob Neefe, que no sólo le dio una sólida base en piano y órgano, bajo cifrado y composición, sino que también despertó en él un gran interés literario y filosófico. Neefe, un estimulante compañero y admirador de Gellert y Klopstock, había comenzado su aprendizaje musical bajo !a guia del cantor de Leipzig Johann Adam Hiller, y a comienzos de los años 70 encontró en Cari Philipp Emanuei Bach un poderoso modelo. No debe sorprendernos, por tanto, que durante sus estudios con Neefe, Beethoven entrara en contacto directo con Johann Christian y C.P.E. Bach. De este modo el joven compositor tuvo que abordar una gran variedad de estilos, que iban desde el elevado arte de la música polifónica aprendida del Clave bien temperado, hasta las obras para teclado de carácter poco rígido e incluso casi improvisatorio de C.P.E. Bach. Pero sería un error suponer que Beethoven, que entonces tenía 12 años, comprendiera totalmente las sutilezas y el gran potencial que contenían las técnicas de desarrollo motívico utilizadas en las colecciones Fur Kenner und Liebhaber. Las tres Kurfürstensonaten, WoO 47. muestran diversos grados de influencia bachiana: la intervención melódica en la Sonata en mi bemol mayor se concentra en la mano derecha, con un fraseo regular y una articulación directa, y hay un acompañamiento de figuras de nota repetida y bajos Alberli. Desde el punto de vista estilístico tal escritura no tiene nada en común con las texturas mucho más variadas de la música para teclado del último período de Bach; pero lo que sí puede derivar de él es el hecho de que en la misma Sonata 90 Scherzo pwimtft por H zá al principio de los años 80 y con seguridad después, enViena, durante su breve estancia de estudio con Haydn, Beethoven aprendiera directamente en su obra a utilizar las técnicas de tratamiento temático que Haydn había ido desarrollando en los llamados Toit-Quartels y en sus Sinfonías de Londres, Debemos al menos contemplar a Bach como uno de los modelos de los cuales derivó el primer estilo de Beethoven. ¿Cómo podría interpretarse el comentario que éste hizo en 1809, en el sentido de que la obra para teclado de Bach tendría que servir a todo artista «también para fines de estudio», sino como prueba de que él mismo había, en el curso de su desarrollo artístico, recurrido a ejemplos concretos de técnica compositiva utilizados por C.P.E. Bach, aun cuando él llevara tan lejos sus descubrimientos que resulta imposible reconocer el modelo original en sus obras, por llevar un sello tan absolutamente personal? Algunas comparaciones analíticas entre la Sonata en fa me- AUDITORIO NACIONAL DE MÚSICA ORQUESTA Y CORO NACIONALES DE ESPAÑA Temporada 1988/89 PROGRAMACIÓN: DICIEMBRE/ENERO 6 3, 3, 4 Diciembre 1988 Ciclo 111 Director Walter WeUer Solistas: Angrfes Domiiguez, upa Nüta MagaloS, perno López Chivuii * Concierto para arpa y orquesta de cuerda (revisión Zabaleta) Chopal Concierto para piano y orquestó núm. I en Mi menor Op. 11 Sinfonía núm. 5 en Si bemol. Op. 55 7 9,10, I! Diáanbrc 1988 9 Ciclo U Cidol Rafael Frühbeck de Burgos Bnhns Sinfonía núm. 4 en Mi menor. Op. 98 Alieno Evocación Corpus Christi en Sevilla Triana Ravd Bolero Orquesta Sinfónica de Euskadi Solistas: Féfa Ayo, viokn Emma Jknénez, piano Ibarrondo [rrintzi Menddsofan Concierto para vioKn, piano y orquesta en Re menor Scbuntam Sinfonía núm. 3 en Mi bemol mayor "Renana" Solista: Barrj Tucfcwefl, trompa Stmns * Sinfonía de "I-a mujer sin sombra" Concinto para trompa y orquesta núm. 2 en Mi bemol mayor Dvorak Sinfonía núm. 5 en Fa mayor. Op. 76 8 Ciclo III Director Gabriel Chmura 10 Director WaltíT WefleT 16.17. 18 Drémbre 1988 13. 14. IS Enero 1989 Director 20, 21,32 Enero 1989 Ciclón Joven Orquesta Nacional de España Edmon Colomer Gluck Danza de las furias de "Orfeo y Euridice" Mozart Sinfonía núm. 38 en Re mayor, K. 504 "Praga™ GnuBdoa [ntermtdio de "Goyescas" Fairí •Peileas el Meüsande" suite Op. 80 Ravd "Ma mere L'oye" 11 27, 28, 29 Enero 1989 Ciclo 1 Orquesta Ciudad de Barcelona Franz-Paul Decker Director. Solistas; [gor OiSrskh. viobi Valen O ñ n k h , viola Moart Sinfonía concertante para violín, viola y orquesta en Mi bemol K. 364 Matakr Sinfonía núm. 5 en Do sostenido menor Primera vez por la O.N.E. Horario de conciertos: Viernes y sábados 19 JO h. Domingo 11,30 h. Con tí palrocino de IBEROUERO MINISTERIO D€ CULTURA dosier ñor op. 2 n." i de Beethoven y la Sonata en la misma clave cantabile cargado de suspensiones y dinámicas muy bien grade Bach Wq 57n. " 6 de la tercera colección Für Kenner uncí duadas, un bello ejemplo de expresividad introspectiva: Hebhaber pueden apoyar este argumento. „„,„ , Se pueden observar tanto semejanzas como contrastes ya desde los primeros compases. El tema principal del Op. 2 n. - I: El solista responde con un recitativo instrumental; R«Hl. n rrrf fc ÉPÜ aparece a primera vista como un préstamo de la ¡dea temática que abre la composición de Bach. íító El diálogo que sigue ilustra otra de las características halladas en muchas de las fantasías: en el curso de su improvisación el solista parlante se va apartando gradualmente de la tonalidad inicial en Mi bemol mayor, e incluso alcanza la . remota clave de Mi mayor, por medio de armonías y progresiones de terceras. Como resultado, e! ripieno también es atraído hacia esas nuevas regiones tonales y así, necesariamente, cambia su modo de expresión. De esta forma el recitativo, con su armónica movilidad y función retórica, hace que el Affekt se presente bajo un aspecto siempre nuevo. También llena el mov i mié ni o lento del Concierto para piano en Sol mayor de Beethoven un diálogo similar entre dos pasajes declamatorios y a modo de prosa de los tutti: En efecto, hay semejanzas entre ambas páginas en el enérgico ímpetu de estos primeros compases, cargados de tensión (mucho más en el ejemplo de Beethoven que en el de Bach) y, sobre todo, en la omnipresencia del tema principal. Sin embargo, la comparación es dudosa, puesto que, indirectamente, presupone intenciones similares por parte de ambos autores. Ni siquiera la referencia a la relación entre las líneas y la poesía Hrica del instrumento solista: melódicas y las progresiones armónicas bastan para indicar cualquier similitud importante entre ambas obras. Los logros de Beethoven en su Sonata son totalmente diferentes de los de Bach, el primero logra una poderosa demostración de técnica de desarrollo que no decae ni un momento. La sustanÉ cia temática se presenta al oyente de un modo conciso y concentrado poco usual; durante los 8 primeros compases está aquí actúa un principio dual que eleva ambos elemensujeta a una aceleración gradual del ritmo armónico, inten- tosPero nivel del Clasicismo puro: «el lamento por la pérdida sificada por un crescendo que llega aiforiissimo, seguido de de laalfelicidad» lleva inevitablemente a un ruego por el estaun repentino retorno al piano, que prepara la segunda frase, blecimiento del bienestar personal y común. Beethoven destodo ello a un nivel que Bach no sólo nunca logró, sino que cubre en el Finóle este alegre y elíseo humor. ni siquiera intentó. Parece cierto, sin embargo, que «la técNo se encuentran estos mensajes en la música de Bach, sin nica de desarrollar todo un movimiento desde una pequeña para alcanzar esta persuasividad e ingenuidad mucélula temática», que Beethoven poseía, se base en un pro- embargo, sicales Beeihoven tuvo que conocer a fondo los logros de fundo estudio de la música de Bach. C.P.E. Bach, y, al menos, en lo que respecta a la música paAmbos autores tienen otros rasgos comunes: su gusto por ra teclado, transmitió lo que había aprendido. lo poco convencional, por procedí miemos compositivos idioCuando Cari Czerny quiso ser alumno suyo, Beelhoven le sincrásicos. Cuando un cronista del Allgemeine Musikalis- dijo al padre del muchacho: che Zeitung criticaba en 1798-99 las Sonatas para piano y «Su hijo tiene talento; me encargaré de su educación perviotín Op. 12 de Beethoven por su «extraña y difícil progreenvíemelo dos veces por semana. Cómprele ahosión» y por su «búsqueda de modulaciones poco corrienies» sonalmente, ra mismo una copia del tratado de C.P.E. Bach sobre el se hacía eco de las críticas hechas a Bach muchos años antes. verdadero arte de interpretar instrumentos de teclado y que Se ha destacado la cualidad de paríanle de los temas de venga con él». Bach respecto a la cuestión de la influencia en el estilo musila amplia perspectiva de la historia musical puede vercal de Beethoven. De hecho el «principio de progresión retó- se En C.P.E. Bach logró muchas novedades y que, aunque rica» y otras formas de declamación instrumental juegan un noque pudo hacer llegar sus ideas hasta las cimas del Clasicispapel decisivo en la música de Beelhoven, Consideremos en mo, estableció una base sobre la que los otros pudieron ediprimer lugar una obra de Bach en la cual el principio de diá- ficar. Lo que él empezó o completaron Haydn, Mozart y logo se pone claramente de manifiesto: el Concierto para clave Beelhoven. „ _.. _ en do menor, WqSI, de 1753. Los tutu del comienzo del AdaHans-Gunter Otíenoerg gio, que a continuación exponemos, consisten en un pasaje © Vertag Philipp Rectam jun. Leipzig rr 92 Scherzo galería Ernest Martínez Izquierdo a la conquista de París S En la selección que este mes inauguramos, con un titulo más que significativo, se pretende dar cauce para que diversos profesionales de la música hagan acto de presencia, se den a conocer en algún caso, expongan sus inquietudes en todos; hablen, sin tapujos ni mordazas, de la parcela que cada uno ocupa, de las limitaciones que encuentran el desarrollo de su labor, de las aspiraciones que los mueven y de los proyectos que los animan y que suelen estar detrás de su cotidiano trabajo. A veces el público aficionado, la propia administración musical desconocen la realidad creativa y laboriosa de estos habitantes no siempre populares del entramado social, frecuentemente situados entre bambalinas, en misiones alejadas de cualquier relumbrón; de cualquier triunfo y general aceptación y reconocimiento, que quizá algún día, como premio a un esfuerzo, puede llegar. A lo largo de entrevistas o de semblanzas de carácter informal intentaremos, por tanto, acercar al lector a estas personas que, día a día, acaban por ser las forjadoras de una historia, no tan pequeña, de ¡a música del país. KJTO: A. MUÑOZ 94 Scherzo u presencia no por discreta, a lo largo de la última temporada de la O.N.E. ha sido menos derla. Sentado imperturbable en el entresuelo del Teatro Real, partitura en mano, ha sido testigo de los ensayos que a escasos metros de él han dirigido los maestros de turno. Escueto, de mirada intensa y escrutadora, Ernest Martínez Izquierdo ha sido el último asistente de la O.N.E., becado por la Fundación Banco Exterior; barcelonés, de 26 años, intuitivo y racional al 50%, compositor y director, admirador incondicional de Boulez, su vida y sus inquietudes son las de los músicos que hacen la travesía del desierto español en busca de un lugar en donde desarrollar sus capacidades ante la indiferencia de los responsables de la cultura. Apenas con un pie en el estribo para irse a completar su formación como becario áe Boulez en el Intercomemporain de París, Ernest comentaba su historia y las razones de esta salida de estudios al extranjero; según sus palabras «aquí no hay nada que hacer porque no existe una planificación racional que termine por normalizar la música, ya que para eso se necesitan muchos buenos profesionales, conciertos y centros docentes que formen y ayuden a difundirla. Además, como artista es muy frustrante seniir la necesidad de expresar muchas cosas que no se pueden decir, porque las mafias de siempre controlan todo en beneficio propio, no dan oportunidades a los jóvenes y en este caso es mejor buscarse la vida fuera.» la historia de Ernest Martínez Izquierdo no registra ninguna precocidad ni tiene estigmas especiales; en su familia no existen antecedentes musicales, pero su madre, gran aficionada a la música, lo lleva al conservatorio para que estudie, y en ese follón, entre B.U.P. y la flauta, entre reyes godos, ecuaciones y la armonía, se irá configurando una personalidad, que a los 18 años decide dedicarse por entero a la música; entonces a partir de ahí, es el apretón fuerte para ponerse al día y es el momento en que decide ser director de orquesta o compositor. Con apenas 20 años escribe sus primeras obras y se matricula como alumno de Ros Marbá en la clase de dirección. Pronto Ernest se dará cuenta que golería FOTO: A. MUÑOZ teoría sin práctica no sirve de mucho, que sonido pensado no escuchado, no tiene ningún valor; entonces con oíros compañeros funda un grupo que se Mamará Barcelona 216, con el que experimentan sus obras y las dan a conocer, aunque según confiesa, esas obras estaban llenas de barbaridades, porque se aprende de los errores y el conocimiento pasa por la experiencia. Con el título de director y mientras continúa los ensayos compositivos, es admitido como asistente de Edmon Colomeren la J.O.N.D.E. Alli se enfrenta a la realidad de una orquesta sinfónica no profesional y cuyo sistema de trabajo, más minucioso y lento, hace que constantemente haya de resolver miles de problemas que surgen de instrumentistas bisónos, sin experiencia de atril; ¡todo un desafío! para un principiante. En este duro deseo de aprender y madurar, a comienzos del 88 llega la beca de la Fundación del Banco Exterior y es nombrado asistente de la O.N.E. Ese es el encuentro con ia vida profesional en bruto, con el trabajo rápido, con las carreras contra reloj, los agobios y los desfiles de directores que semana tras semana suben al podio de !a O.N.E. La experiencia adquirida, insuficiente por pasiva, le demuestra obviamente que se pueden evitar muchos errores, si los ves en otros. En cualquier caso, ha sido un trabajo que si estuviera planificado más racionalmente, cara a su labor íbrmativa, sería más beneficioso. Han caído algunos conciertos para escolares y hubiera sido intersante que bajo la dirección del titular, por ejemplo, se hubieran trabajado fragmentos de obras por secciones o grupos, facilitándose su labor. El gran momento esperado surgió casualmente cuando se matricula en uno de los escasísimos cursos que Boulez da con el Ensemble Intercontemporain, en el que se estudian Le marteau Sans Mattre, Eclats y la Segunda Improvisación sobre Mallarmé. Tras las difíciles selecciones de vigor pudo dirigir algunos fragmentos de teláis ante Boulez, prueba que fue satisfactoria porque finalmente fue seleccionado con otros tres compañeros para trabajar directamente con el maestro francés y después de un «repaso machacante», recibió la oferta tentadora: «Necesito un asistente de sus características, le conseguiré una beca para trabajar conmigo o en el Intercontemporain». La beca consiste en estar en París para aesistir a los ensayos del conjunto y bajo la dirección del propio Boulez continuar estudiando las obras programadas, dirigir en algunas ocasiones bajo su tutela hasta que la madurez del alumno aconseje dar cor ciertos. ¿Qué pudo interesarle a Boulez del joven español?, muy posiblemente su momento vital en el que aún puede aprender y asimilar muchas cosas, con la ayuda de un ambiente más culto e interesante, en este caso, los buenos solistas del Intercontemporain, el Ircam, con la música electroacústica, y, en suma, toda la música actual europea que pasa por París, la oportunidad es única. Cuando se publique esta semblanza, Ernest Martínez Izquierdo estará en París, su suerte le ha permitido encontrar a un Boule/ en el momento justo, pero, ¿cuántos talentos se pierden por falta de una enseñanza adecuada? Ahora que somos europeos: ¿no va siendo hora de modernizar las instituciones musicales para evitar que el fantasma del tercermundismo continúe enviando a los artistas más prometedores allende los Pirineos? Agustín Muñoz Scherzo 95 aniversario Karel Ancerl: La inocencia E ste año se ha celebrado por octogésima vez el aniversario de Herbert von Karajan, dejando en el más completo olvido el de Karel Ancerl, nacido en 1908 y muerto en 1973. La historia oficial de la dirección de orquesta divide el mundo entre los herederos de Toscanini y de Furtwángler, proponiendo a Karajan como el sintetizador ejemplar. Recientes reediciones de Ancerl, Fricsay, Horenstéin, Kleiber, Krips, Mitropoulos, Monteux... ponen en entredicho esta clasificación artificial. Saliendo poco a poco de la clandestinidad, Karel Ancerl representa ta voz discrepante en el universo karajanesco. Opuestos humana y artísticamente, poeta y emperador, fueron protagonistas de las más grotescas situaciones. En 1942, cuando Karajan era Staatskappellmeister de la Opera de la capital del III Reich, Ancerl conocía (según la expresión de Gerard Belvire) extraños escenarios: Terezin y Auschwitz. En 1968, durante la invasión de su país por las tropas soviéticas, Ancerl se encontró en el exilio en Francia. Las autoridades culturales prefirieron, para el cargo de director de la Orquesta de París, un nombre más prestigioso y escogieron a Karajan. Hoy, asistimos a un cambio de suerte. Mientras se reconsidera el legado de Ancerl, el imperio de Karajan empieza a tambalearse: sus interpretaciones del Barroco desaparecen discretamente de los catálogos; Mozart, Beethoven, Schubert... brillan con otra luz en versiones de Brüggen, de Norrington... Algunos músicos empiezan a decir en voz alta lo que muchos piensan de Karajan intérprete de los impresionistas (James Galway), de Bartok (Karl Leister), de Mahler (Christa Ludwíg). Al contrario, los discos de Ancerl no han envejecido, siguen ocupando sitios de honor en nuestras discotecas. El arte de este director es único su mirada ante la partitura es tan inocente que solicita la más activa participación del auditorio. Una eliminación de todo preconcepto interpretativo, una decisión de no favorecer unas voces en detrimento de otras, permiten, en una misma obra, la coexistencia de varios mundos musicales, que el auditor, transformado en Alicia, visita según su capricho. Polimorfa para siempre, la obra así interpretada, goza de una eterna modernidad. La inocencia anceruana alcanza de esta manera la más refinada dialéctica. Tal actitud frente a la partitura (habría que hablar de acto musical) ha sobrevivido en algunos directores que hoy revolucionan la interpretación (concretamente Norrington en Mozart, Beethoven, Berlioz...). las trompas está acompañado, una primera vez por un p ^ f > d e la orquesta. Unos compases más tarde, e! tema aparece con el acompañamiento siguiente: En toda la Sinfonía (Tpo. Io compases 21, 42, 72, Cifra II. Tpo 2° Cifra 2. Finale Cifra 3...) encontramos supersposiciones de acentos y de reguladores organizados en canon, en slrelta, en aumentación... El respeto escrupuloso del texto (e! significante y no sólo el significado) se transforma en concepto estructurante; una polifonía de intensidades y acentos aparece y contribuye, en gran parte, a la vibración misteriosa, a la tensión agridulce que distinguen esta interpretación única. Encontramos la misma inocencia en la Primera de Mahler (Tpo. Io) La versión de Ancerl (enire todas las estudiadas) es la única en la cual se puede oír la melodía del oboe con los matices •4 ' ' r #M*# FÍI - -6 ...Sé decirlo todo. Hacer reír, llorar V descubrir el Nuevo Mundo. LS • " LJ LU1J ir indicados: —,.,*. ínfimas variaciones dinámicas paralelas a la fluctuación (melódica, armónica y tímbrica) del resto de la orquesta son recuerdos que se nublan, sueños que no podemos recordar. Ancerl consigue aquí un punto álgido de la interpretación. ¡A veces la inocencia es muy astuta! Inocencia en el tratamiento orquestal. Dvovak: Sinfonía n." 9, compás 16 En muchas buenas versiones (Fricsay, Kubelik, Chailly, Macal...), los directores funden las dos indicaciones —crescendo y acentos— en un solo concepto: las trompas tocan cada vez más fuerte y non legato, o bien, los sucesivos acentos producen el crescendo. Las trompas checas, con Ancerl, encuentran una riqueza mayor, superponiendo las dos estructuras (— - y => a» > ). Siguen la partitura al pie de la letra; dentro del crescendo integran los acentos como coletazos de bailaora. Este detalle tiene singular importancia: el tema de 96 Scherzo Para Karajan los instrumentos parecen no tener vida propia, cada uno prolonga la tesitura de otro en un universo sin sentido; Viena y Berlín, bajo su batuta, son magníficas máquinas inhumanas en pos de una perfección inexistente, gigantescos órganos tubulares. Ancerl está fascinado por los timbres específicos, busca una extrema individualización de los instrumentistas, unificados en un criterio camerístico. En el scherzo de la Novena de Dvorak (Compases 5 y sig.), los músicos despiertan inmediatamente nuestra atención: contrabajos, violas, celos y violines, verdadero quinteto, intercam- aniversario ...Quiero dar » las visiones inquietas el cobijo de la rima y del ritmo. Para Ancerl la pulsación no es una horma a la uua! todas las obras se tienen que adaptar. No es falta de respeto señalar que, en las interpretaciones de Toscanini, Flirtwángler y de sus seguidores, encontramos siempre las mismas características rítmicas, y casi gesi uales. La pulsación de Ancerl interviene como concepto interpretativo, cambiando a veces radicalmente, de color: en el Concierto Para Orquesta de Bartok, la pulsación en la Elegía, ligeramente crispada en el Intermezzo. En la Segunda de Brahms, al contrario, la pulsación homogénea unifica el carácter dramático del Finale y la fantasía del Allegretto Grazioso. Dialéctica bian el esquema rítmico sin contundirse en un solo rumor, flaula y oboe cantan entonces al unísono, pero buscando a través de sus timbres una tensión que resolverá el clarinete. Rechazando el dilema momento-gran frase, (ToscaniniFurtwángler), Ancerl consigue dar vida a unos compases generalmente despreciados. En la Primera de Mahler (Tpo 1°, compases 10 y sig.) el clarinete bajo no se contenía con prolongar el registro de sus colegas en Si b, y prepara el canto de las trompetas en Fa; las trompetas en Si, imitando el clarinete bajo —es decir, rechazando la asimilación—, contestan con insolencia. El concepto orquesta de Ancerl transforma este preludio (con muchos directores, Inbal incluido, no pasa nunca nada) en una alfombra rulilante para el tema de las cuartas. En la Primera de Mahler (Tpo Io, compases 10 y sig.) el clarinete bajo no se contenta con prolongar el registro de sus colegas en Si b, y prepara el canto de las trompeta;, en Fa; las trompetas en Si, imitando el clarinete bajo —es decir, rechazando la asimilación—, contestan con insolencia. El concepto orquesta! de Arcerl transforma este preludio (con muchos directores, Inbal incluido, no pasa nunca nada) en una alfombra rutilante para el tema de las cuartas. En la Consagración (cifra II), los músicos, diferenciados al extremo, tocan a piacere, unidos por la pulsación soberana del director, produciendo un momento de anarquía triunfante (Boulez consigue una lectura muy clara, pero somete, sin embargo, la página al canto del clarinete piccolo.). «La música popular judía es única... No está nunca en un solo nivel. A veces alegre exteriormente, pero trágica en realidad, casi siempre se oyen risas a través de lágrimas. Esta propiedad de la mú-.ica popular judia es muy próxima a mi concepción de la música. La música tiene que tener siempre dos niveles. Se ha perseguido a los judíos durante tanto tiempo que han aprendido a disimular su desesperanza. Y esta desesperanza los judíos la expresan en sus bailes». (Shostakovitch citado por Volkov). Intérprete de Mahler, Ancerl consigue lo que añoraba Inbal a la hora de transmitir la vena popular de las sinfonías. Ancerl entiende el Mil Parodie {Primera sinfonía, Tpo 3o) como un matiz interior, no recurre a un Forte Súbito, a ninguna enfatización de la percusión, de [acuerda col legno... La parodia no es burla ni sorna, sino un tierno homenaje a los músicos bohemios, a todos los músicos callejeros: metal y madera, acompañados por bombo y platillos, se mezclan jocosamente para el baile del oso, para las acrobacias de !a cabra. En estrecha complicidad, los dos bohemios (compositor y director nacieron en Kaliste y en Nelahozeves) recrean esta fiesta radiante en la cual se esconde la más irreprimible melancolía. Horenstein, Walter, Inbal... han entendido, evidentemente, el humor Judio del Ttío (Tpo. 2"), pero en el vals ancerliano, con Charlo! y Kafka, quienes se embriagan del ritmo vienes. Discografíu (brevemente) comentada BARTOK: Intérprete ideal de Bartok, Ancerl compagina la poesía popular con la construcción cerebral. En el Concierto Pañi Orquesta (CD), el lado romántico aparece sin énfasis dramático (Karajan), el edificio rítmico es cristalino, pero sin frialdad (Boulez), en una versión de gran virtuosismo, nunca gratuito (Solti). Bruckner, Debussy, Mahler, Smetana, sombras furtivas, impregnan el paisaje banokiano. Concierto para piano n° 3 (Bernáthova), para violín n. a /(Suk), n.°2(Gertler): adaptándose a las personalidades distintas de los solisScherzo 97 aniversario- tas (mozartiano Gertler, más sensual Suk), Ancerl firma las versiones de referencia. BERG: Concierto para violin (Suk). Versión de original concepto: al dramatismo de Suk, Ancerl opone una lectura analítica. Siempre al límile de la ruptura, solista y director consiguen un clima de tensión inolvidable. (Menuhin y Boulez internan la misma aventura sin alcanzar el mismo equilibrio). BRAH MS: Doble Concierto (Suk, Navarra). Obertura trágica: los solistas admirables se sitúan entre el clasicismo de Haitink-Szeryng-Siarker y el fuego de Szell-OistrajRostropovitch. Sinfonías I y 2. Opuesto a la tradición monumenia! (Furtwangler, Klemperer, Solti), Ancerl consigue unas sinfonías luminosas, a la altura de Monteux y Walter. MUSORGSSKY-RAVEL: Cuadros de una exposición. (CD). Reiner y Mravinsky son tan salvajes como Ancerl, pero éste, más complejo, introduce momentos de alegría inocente. PROKOFIEV: Concierto para piano n.° I (Richter). Virtuosismo sin límite en una versión histórica, Richter y Ancerl se pierden en la aparente libertad de la música popular. SHOSTAKOVITCH: Sinfonías i y 5. Shostakovitch, como en Mahler, la vena dialéctica de Ancerl encuenira terreno de predilección. El director concibe las dos sinfonías como un díptico simétrico: en la Primera, un lenguaje nuevo surge del mundo postromántico, tiende hacia el modernismo provocador de la Segunda, para, en la Quinta, recaer en el punto de partida. Las obras se contestan en un fascinante juego caleiD V O R A K : Concierto para violin (Suk), Romance Op II. doscópico. Oberturas (Mi País OP. 62, Al aire libre OP 91, Carnaval STRAVINSKY: Msj. Sinfonía de los Salmos. OedipusRex. Op 92. Ote/lo Op. 93). Sinfonías 6 y 9 (la Nuevo Mundo, dis- Petrushka (1911). Consagración de la Primavera. ponible en CD). JANACEK: Misa Glagolilica (CD). Taras En Petrushka, Ancerl no subraya la audacia de la escritura Bulba, Sinfonietta (CD). SMETANA: Má Vtasi. De la músi- (Boulez), no quiere demostrar. Escoge como Monteux (la otra ca checa, Ancerl tiene una visión dramálica y llena de fanta- versión de referencia) un lempo giusto para el ballet, para el sía; la melancolía está habitada por la vitalidad de los ritmos baile desesperado del pelele. En la Consagración Ancerl conpopulares, la nostalgia teñida de humor. Dvorak, Janacek y sigue una osmosis excepcional entre iodas las lecturas posiSmetana son universales como Brahms, Liszl o Mahler: frente bles: perfección rítmica, dispersión máxima de los timbres en a tal interpretación, nada existe realmente. un mosaico bárbaro (Karajan divide su orquesta en dos: cuerMAHLER: Sinfonías 1 y 9. Horenstein (en la Primera), Mi- das y viento), organiza todos los detalles de la partitura (Boutropoulos (en la Novena), Walier (en ambas) son igualmente lez) dentro del poema coreográfico (Monteux). indispensables: Ancerl ofrece las versiones más ambiguas, más ricas y, por qué no decirlo, más bellas. Pedro Elias 98 Scherzo CONGRESO INTERNACIONAL DE TERMINOLOGÍA MUSICAL CASTELLANA MURCIA, 18-20 ENERO 1989 UNIVERSIDAD DE MURCIA - AULA DE MÚSICA TEMAS Y PONENTES EL VOCABULARIO MUSICAL ANTIGUO: LOS TRATADOS CASTELLANOS RENACENTISTAS Y BARROCOS: Dr. D. Francisco-José León Tello (Catedrático de Estética de la Universidad Complutense. Catedrático excedente del Conservatorio Superior de Música de Valencia). EXAMEN DE LOS TÉRMINOS MUSICALES EN EL DICCIONARIO DE LA REAL ACADEMIA ESPAÑOLA: D. Alvaro Marías (Profesor del Real Conservatorio de Música de Madrid. Licenciado en Literaturas Hispánicas). LA TERMINOLOGÍA MUSICAL EN LA COMPOSICIÓN, ESTILÍSTICA Y ANÁLISIS: D. Ramón Barce (Compositor). EL VOCABULARIO DE LOS INSTRUMENTOS MUSICALES: D. a Cristina Bordas (Investigadora. Experta en Organología). PROBLEMAS DE TRADUCCIÓN DE LOS TÉRMINOS MUSICALES: D. CarlosJosé Costas (Crítico musical y traductor de libros musicales). PROBLEMAS DE EDICIÓN DE TEXTOS MUSICALES: D. Pablo López de Osaba (Director de Alianza-Música de Alianza Editorial. Director Técnico de las Semanas de Música Religiosa de Cuenca). Las ponencias irán seguidas de comunicaciones y coloquios. información e inscripciones: AULA DE MÚSICA, UNIVERSIDAD DE MURCIA, c/ Granero, 4. 30071 MURCIA. Tels. (968) 21 05 66-21 08 64. UNIVERSIDAD DE MURCIA - CAJA DE AHORROS DEL MEDITERRÁNEO INSTITUTO DE COOPERACIÓN IBEROAMERICANA AYUNTAMIENTO DE MURCIA DIRECCIÓN GENERAL DE CULTURA. COMUNIDAD AUTÓNOMA DE MURCIA. 8 de? Dici TEATRO MUNICIPAL MIGUEL DE CERVANTES 20'30 horas (Coro de la Universidad de Sczcean - Polonia) Director: lun Sz 5 [lleves Coral Carmina Nora, k Uá _ Director 1 Miguel Ángel Garrido, Sánchez Cortil [áfl ?ÚWfjí k Rljgfal {Yugoslavia) Director Dusan Praselj Ojjm UÉmitario k M Director 1 Luis Diez Huertas Otxote "Danok Bat" de Portugalete Viernes Director ' 0 S £ Moisés Egaña Coral Santa Mana ¿ la V\tím,k Ml Coral POÍÍ/ÓÉÍÍ (fe te 1 Director; Manuel Gdmez López Sábado Director: luán lose Falcan Sanabria Concito k Cbsura Intervención conjunta de todas las corales participantes: Interpretación de temas representativos de cada comunidad representada. Domingo Estreno en España de la Cantata "\am Rara Micant Sidera" para solistas. Coro y Orquesta Texto: Séneca Música: Salvador Brotóns Ayuntamiento de Málaga músico contemporánea Metacollage Consideraciones sobre la obra de Stockhausen El pretexto de las presentes reflexiones ha sido la serie de once conciertos que el Festival de Otoño de París ha dedicado al compositor en el mes de septiembre y octubre. El programa estaba constituido por uno versión del concierto de la ópera Montag aus Lichi (Lunes de Luz) y diez sesiones donde se mezclaban composiciones antiguas y recientes. Hemos podido oír asi obras como Kontakte, Hymnen y Manirá, junto con extractos de las tres óperas del ciclo Licht, Donnerstag, Samstag.y Monlag. a característica más sobresaliente de estas úllimas composiciones de Stockhausen es una especie de heterogeneidad febril que afecta todos ios niveles de la música y de la puesta en escena. Jirones de melodías, ruidos instrumentales, sonidos electrónicos, irónicas teatralizaciones, referencias literarias, místicas y autobiográficas, se acumulan de un modo caleidoscópico e inestricable. Sin embargo, el autor nos advierte que toda aquella multiplicidad aparente tiene un único núcleo. No solamente cada una de las tres óperas está construida a partir de una fórmula, sino que existe una superfórmulo que es ei germen del ciclo entero (siete óperas). Esta manera de formar no es nueva en la producción del compositor, incluso podríamos decir que es uno de sus rasgos más típicos, pero ha dado lugar a obras radicalmente diferentes entre sí. Este hecho es muy significativo, y merece ser analizado con detalle. Tanto en las primeras piezas, como en los primeros escritos del autor, queda muy claramente afirmada la voluntad de fundar todas las fases de una composición en un solo principio. Así por ejemplo, en un artículo de 1952 podemos leer: «La música como orden sonoro se dirige a la facultad que tiene el ser humano de percibir un orden de sonidos... El orden sonoro significa una subordinación de los diferentes sonidos a un principio unitario representado y una ausencia de contradicción entre el orden de lo particular y el orden de lo general» (I). En el mismo escrito, Stockhausen relaciona esta concepción con la obra de Webern. y con el pensamiento estructuralista, que estaba, en esos años, en su apogeo. L Los modos de expansión o desarrollo del material de una pieza son determinados por los principios de la «riqueza de relaciones» y de la «ausencia de contradicciones». En esta perspectiva el compositor intenta establecer, a través de la serialización de todos los parámetros sonoros, una continuidad entre la estructura física del sonido y la forma general de una pieza. Un espectro acústico servirá como punto de partida para la creación de acordes, para la determinación de las relaciones entre los acordes, luego entre los grupos de acordes, y así sucesivamente. O bien, al revés, de una idea formal general se llegará a la definición de las características acústicas de los eventos más pequeños. En este sentido, el compositor ha podido decir de su Klavierrstücke XI que no es más que «un único sonido». La aparición, en estos mismos años, de las primeras técnicas electroacústicas, supuso una aportación decisiva a la hora de crear sonidos cuya constitución interna pudiera corresponder al plan formal de la obra. Piezas como los Estudios electrónicos ¡y II o Kontakte representan uno de los momentos de máximo rigor de II) Cantrechamps n." 9, Karlheinz Stockhausen, Edilions L"Age d'Homme. Lausanne, 1988. pag. 11 (traducción francesa). Karlheinz Stockhausen Scherzo 101 músico contemporáneo portancia creciente a la interpretación, entendida como momento culminante de una integración existencia] de lo heterogéneo. La voluntad del coinpositorintérprete de hacer convivir materiales diferentes en un instante dado es suficiente para anular toda contradicción y reencontrar asi los dos preceptos de la «riqueza de relaciones» y de la ^ausencia de contradicciones». Stockhausen llama «música intuitiva» a la que se da en estas condiciones y cuya máxima expresión puede ser considerada Aus den Sreben Tagen: la partitura está constituida por unos poemas destinados a los intérpretes, sin ninguna notación específicamente musical. El reinado de ta Fórmula Fórmu/a de Manirá esta manera de componer que, en alguno de sus aspectos fundamentales, permanece inalterada hasta las obras más recientes. En el famoso articulo «...wie die Zeit vergeht...» (2) (...como el tiempo pasa...) Stockhausen intenta hallar en la fisica acústica y en nuestros límites perceptivos unas bases objetivas a la continuidad enire microeventos y macroeventos. Con este fin reduce, de una manera un tanto forzada, los habituales cuatro parámetros del sonido — altura, intensidad, timbre y tiempo— al solo parámetro temporal, e interpreta todas las variaciones que pueda haber en los demás parámetros como variaciones de una escala temporal particular. Un ejemplo típico podría ser la transformación de una serie de impulsos en un sonido de una altura determinada: lo que se percibe como ritmo se transforma a partir de las veinte repeticiones por segundo, en altura. En conjunto, estas ideas tienden a reducir el peso de la tradición musical, con todo su repertorio de formas, sintaxis y sonidos. Las justificaciones históricas quedan descartadas y hay un intento de buscar la legitimidad de los procedimientos compositivos en ¡a racionalización y en la ciencia. Sin embarga, hacer tabla rasa de la historia de la música es prácticamente imposible. Nos baste, como ejemplo, el considerar que el sonido de cualquier instrumento es un hecho preformado, una estructura sonora inmutable (hasta cierto punto) y que, además, está cargado de connotaciones históricas. Sólo la música electrónica podría permitir un verdadero alejamiento de la tradición, puesto que sus sonidos se pueden consIruir y no están connotados. Pero, por 102 Scherzo una parte, esta música ha dejado poco a poco de ser nueva y ha ido formando su propia tradición y, por otra parte, nuestra percepción también está históricamente determinada. Stockhausen es muy consciente de estos problemas, e intenta resolverlos poniendo el acento cada vez más en la capacidad que tiene el acto compositivo para integrar materiales heterogéneos: «Yo busco los medios (...) para trabajar abiertamente, con la sola condición de que todas las cosas nuevas sean incorporadas a lo que existe y sean transformadas, transformando» (3). En relación con esta deriva de los planteamientos iniciales, se van definiendo dos nuevas estrategias, que aproximadamente se suceden en el tiempo. En los años 60, el autor va otorgando una im- '""•'• Segmento dJ formula per SABATO d* LUCE IMaggio 19S1I Samstag aus Lichi ; i SOCNO di LUCIFE> Más o menos coincidiendo con el comienzo de los años 70 aparece la segunda estrategia: la serie es sustituida por la fórmula. En las composiciones de los años 50, la serie es un principio ordenador abstracto que permite y define las relaciones entre los diferentes niveles estructurales de una pieza, así como la ordenación interior de cada nivel. Casi podríamos pensar en una fórmula matemática que define de un modo abstracto órdenes y relaciones. La fórmula, por el contrario, es una entidad existente en la realidad, compuesta de elementos dispares que la voluntad del compositor ha reunido. Tiene la función de prefigurar la obra entera en sus propias relaciones internas. Por ejemplo, en la fórmula de Manirá que reproducimos en esta página, hay trece notas, «cada nota tiene un carácter diferente (ataques, appoggiaturas, ritmos...). Estos trece carac(2) Conrrechamps n," 9. Op. til., aparecido por primera ve/ en Die Reiche 3, 1957. (31 Contrechtimps n." 9, op. cit., [«S- 119. ,^• SEQLIIEM músico contemporánea teres diferentes van a dominar las trece grandes partes de la obra» (4). Olro ejemplo, sacado de una obra mucho más reciente, es la fórmula que subyace en toda la ópera Samsiag aus Lichl, en la que el compositor mismo ha indicado a qué segmentos de la fórmula corresponde cada parle de la ópera. La expansión de cada segmento, según los conocidos principios de «riqueza de relaciones» y «ausencia de contradicciones», genera todo el material de la escena correspondiente. Notemos, de paso, que la fórmula no es un tema, puesto que este último no determina sus propias manipulaciones y, en general, no tiene implicaciones constructivas tan profundas. Este método tiene una gran ventaja para Stockhausen: le permite usar una parte de sus antiguos modos de formar en un contexto comp leí amenté diferente. La continuidad entre los detalles y la forma general está asegurada y sirve, además, para dominar las fuerzas centrífugas debidas a la diversidad de los materiales. El compositor nunca ha abandonado la idea de un proyecto compositivo preconcebido y definido, de una manera u otra, hasta el mínimo detalle, aun reconociendo la particularidad de todo material sonoro: «Técnicamente es muy difícil de superar el cotlage, de hacer que un evento no destruya a otro... el metacollage y la integración no son sistemas dominados por lo exclusivo sino, más bien, por la utilización de sujetos fuertes y por el deseo de crear una situación de equilibrio, de mediación y de intermodulación» (5). El método de la fórmula permite la integración de elementos dispares y permite, por lo tanto, la subsistencia de un proyecto compositivo detallado y orientado, capaz de usar cualquier formación musical {y extramusical) respetando su identidad y, al mismo tiempo, asegurando su relación estructural con otras formaciones. Aquí vemos, pues, cuál es el sentido de la afirmación de que el enorme y heterogéneo proyecto de Lichl «tiene un núcleo único», y hasta qué punto hay continuidad con la obra anterior del compositor. Para terminar, quisiera ilustrar brevemente un problema relacionado con el método que acabamos de describir. El proyecto de serializaeión integral de todos los parámetros se apoya, en última instancia, en la descripción científica del sonido. El punto de partida es la estructura acústica del sonido, tal y como la describe la física —una imagen fria y ahistórica—. No hace falta ninguna legitimación especial para tales concepciones, puesto que la ciencia es la fuente de toda legitimidad en nuestra cultura. Al tener que reconocer la carga histórico-existenciai de cualquier evento musical, la compacidad de estos presupuestos empieza a resquebrajarse. La ciencia es voluntariamente incapaz de dar razones ante fenómenos de connotación. Aparece, por lo tanto, un problema en cuanto a la legitimidad filosófica de los nuevos procedimientos compositivos. Abandonada, aunque no del todo, la ciencia, Stockhausen ha echado mano de una fuenie de legitimidad antigua y, en general, inútil ya para nosotros: la religión. En sus escritos y en sus entrevistas, el compositor subraya y esgrime continuamente su religiosidad gnóstica. Estas creencias cumplen unpapel importante en su producción actual: le permiten encontrar un sentido, más allá de lo estrictamente musical, al acto de componer. La potencia barroca del ciclo Lichl, comparada a la relativa inanidad de la filosofía que lo sustenta, nos recuerda que el arte, junto con todo lo que no es cuantificable, ha sido asignado a una zona oscura, impensable, opuesta a la ciencia. Quizás tengamos que empezar a dudar de tales categorías. Claudio Zulián (4> Jonathan Con, Conversanonx avec Slockhausen. F,d. J. C. Unes. París. 1979. pag. 261. (5) Jonaihan Cotí, op. di- pag. 217. Scherzo 103 jazz ca del be-bop que significó nada menos que la liberación de la música, su definitivo distanciamiento de una pesada y absurda rutina. Es una gran tragedia llena de locura, amor, poesía y humor, nae verdad, no recuerdo haber ido si tres horas de duración, tenía que dar rrada con conmovedora comprensión, con mayor preocupación al escuerpo y alma al difunto Yardbtrd co- sin bordear el melodrama y, desde luetreno de una película que aquel mo se le llamaba a Charlie Parker. Y go, sin el menor intento de moralizar. día de junio en París cuando fui a ver también acertó plenamente cuando eliUn impresionante homenaje a un genio —y sobre lodo oír— Bird, el tan comen- gió a Forest Whitaker, magnífico actor cuya imborrable huella, a los 33 años tado retrato de Charlie Parker que ha que dedicó un par de años a aprender de su muerte, se hace cada día más supuesto para Clint Eastwood su éxito a hablar, pensar, vivir, moverse, reaccio- grande. más resonante tras una docena de obras nar y casi tocar como el siempre irralo lanto, una obra absolutamenque no eran precisamente fracasos. Ya cional saxofonista a quien se parece le Por digna que se puede y se debe volver conocíamos desde hacía tiempo su proincluso físicamente. a ver una, dos o más veces tal como lo yecto de contarnos la dilatada carrera Bird es la historia fragmentada de un he hecho yo, aun contándome entre los de este revolucionario músico, para muhombre que, rodeado de inseguridad e privilegiados que llegaron a ver a Parchos el más genial en [oda la historia injusticia, vivía constantemente al borde ker en vida y en pleno vuelo. Fue en el del jazz, y la cosa era, desde luego, padel abismo y que lograba siempre ex- otoño de 1950, concretamente en Cora echarse a temblar pensando en los presar el caos, que la droga y el alcopenhague, durante su segunda y última desastres cinematográficos que otros hol habían sembrado en él, con su visita a Europa. Por supuesto, no se me han hecho con Louis Armstrong, Dufabuloso saxo alto que hizo cambiar de olvidará jamás. Ya llevaba varios años ke Ellington, Benny Goodman, Billie rumbo el jazz allá por los años cuaren- obsesionado con su música que después Holiday y un largo etcétera. ¿íbamos a ta. La película es ante todo un apasio- ganó otra dimensión y una profundidad ver una vez más a un intruso pisar un tenado tributo a este legendario pionero, que no ha dejado de aumentar con el rreno tan sagrado para nosotros y copuro lambicn refleja fielmente, a través liempo, y que la obra de Eastwood no meter un auténtico sacrilegio con fines de múMpies Jlashbacks, la gloriosa épo- daña en lo más mínimo. comerciales? Bien es cierto que vimos recientemente con satisfacción RoundMidnight, el intento de Bertrand Tavernier de acercarse a dos figuras tan trascendentales como Lester Young y Bud Powell a través de Dexter Gordon, otro gran músico y además actor. Resultó ser un trabajo serio y convincente, tal vez marcado por un excesivo sentimentalismo muy francés, pero, al fin y al cabo, lleno de autenticidad y emoción, sin concesiones morbosas de ningún tipo. ¿Iba a tener la misma suerte el mítico Parker que, más de treinta años después de su muerte prematura, no podía contribuir a la aventura de otra forma que con su música? Precisamente el miedo a lo que Eastwood podría hacer con la banda sonora de su película empezó a cundir en los amantes del bello y poderoso discurso parkeriano que, a pesar de sus innumerables imitadores, no admite ninguna clase de trucos. Y es en este terreno tan delicado donde el director ha sabido jugar como un maestro recurriendo a un experto responsable y respetable como Lennie Niehaus, que decidió utilizar una serie de interpretaciones del mismo protagonista aislándolas de su contexto original, limpiándolas gracias a los métodos de la nueva técnica digital que permiten una resonancia mucho más luminosa, y añadiendo otro acompañamiento de músicos afines a Parker. A simple vista un disparate que, sin embargo, resulta milagrosamente satisfactorio. Con este problema esencial resuello. Eastwood, que es desde su infancia un magnifico conocedor del jazz y lo demuestra a ¡ravés de esta película de ca- EPISODIOS D Charlie Parker en el 46 104 Scherzo jozz Y, sin embargo, hay que poner ciertos reparos que, por otra parte, son naturales, por no decir inevitables en un caso como éste. Se ha dicho que la película es más bien un retrato de Chan, la acompañante de Parker durante sus últimos, tan difíciles y turbulentos años. En cieno modo es verdad, porque esta inteligente mujer, magist raímente interpretada por Diane Venora, tenia una importancia capital para él a pesar de sus continuas huidas. Pero también sirve como una especie de espejo que nos ayuda a comprender mejor al protagonista. A través de ella se aclaran una serie de enigmas que tienen su raíz en una infancia tan desgraciada y absurda que muy pronto tenia que surgir el problema de la droga. La película, que en gran parte se basa en la biografía de Ross Rusell Bird Uves, se limita a describir el infierno del adicto, nunca cuenta lo positivo de sus hábitos y la inspiración que busca y, sin duda, encuentra en los estupefacientes. Y es una pena. Igualmente quedamos un tanto escépticos y decepcionados por la manera deficiente de retratar a los compañeros de Parker. Dizzy Gillespie y Max Roach no eran así como nos los presentan. Bud Powell, Duke Jordán. Miles Davis, Kenny Dorham y Tommy Potter ni aparecen. Y sería, sin duda, pedir demasiado. Bird, que es en el fondo tan desequilibrada como la vida de su protagonista, pero nunca desigual, no pretende cubrir toda la biografía de Parker, sólo dar pinceladas, destellos de una realidad que se revela en toda su magnitud, crueldad y, ¿por qué no?, belleza. Tan densa, tan rica en episodios dispares es este documento tremendamente estremecedor que aguanta una segunda y hasta una tercera visión, ya sin el nerviosismo de la primera. Se sitúa a un muy alto nivel técnico, literario y musical. Creo sinceramente que tanto los amantes del jazz como los del cine debemos estar agradecidos a Clint Eastwood que con esta hazaña ha querido hacer lo imposible y lo ha logrado, gracias a una impresionante ambición basada en la pasión y, sobre todo, a una fe ciega en su cometido. - 30* Ebbe Traberg BOAgenda 89. Tu guía de bolsillo, 1• 1 0 x 1 4 cms. 1 ^1 al 1 2 1 EDICIONES BOA. Apdo. 21084. 28080 MADRID Scherzo 105 í -efemérides EFEMÉRIDES 1-1935: Enrique Fernández Arbós dirige en Madrid el estreno mundial del Segundo Concierto de violín de Sergei Prokofiev. El violinista francés Robert Soetans, que había encargado la obra, interpretó la parte solista. 2-1883: Hans Richter al frente de la Filarmónica de Viena estrena la Tercero Sinfonía de Johannes Brahms. 3-1883: Nace en Viena Antón von Webern. 4-1881: Estreno en Viena del Condeno para violín y orquesta de P.I. Tchaikowsky. Esta obra, escrita en 1878, estaba considerada por los violinistas de la época como intocable. En esta primera audición intervino como solista Adolf Brodski. 5-1791: Muere en Viena Wolfgang Amadeus Mozart. 6-1846: En el Teatro de la Opera Cómica de París se estrena La Condenación de Fausto de Héctor Berlioz. Esta «Cantata», que fue acogida con indiferencia por parte de la critica y el público, se transformó posteriormente en «Opera de Brtihms: ittnmt>\ uño$ Concierto», forma en la que se interpreta actualmente. 13-1928: La Orquesta Filarmónica de 7-1841: Se représenla en el Teatro de New York, dirigida por Damrosch, inla Cruz de Madrid // Solitario, prime- terpreta por primera vez el «fragmenra de las óperas compuestas por Hila- to sinfónico» Un americano en París de George Gershwin. rión Eslava. 14-1657: Nace en París el compositor 8-1915: Para celebrar el 50 cumpleaMichel Delalande (también La Lande ños de Jean Sibelius se celebra en Helsinki un concierto extraordinario o Lalande). 15-1899: Gustav Mahler présenla con durante el cual se inlerpreta por primera vez su Quinta Sinfonía, aunque hasta la Orquesta Filarmónica de Viena su versión para orquesta de cuerda del 1919 no alcanzó su forma definitiva. 9-1882: Nace en Sevilla Joaquín Cuarteto op. 95 de Beethoven. 16-1893: Antón Seidi, al frente de la Turina. 10-1923: Muere en Madrid Tomás Orquesta Filarmónica de New York, ofrece la primera audición de la SinfoBretón. 11-1940: Un mes después de su estreno nía n."9 (del «Nuevo Mundo») de Anen Barcelona se presenta en Madrid el tonin Dvorak. 17-1749: Nace en Aversa (Italia) el comConcierto de Aranjuez de Joaquín Rodrigo. Fueron sus intérpretes, en esta positor Domenico Cimarosa. ocasión, Regino Sáinz de la Maza (a 18-t953: Paul Sacher estrena en Basiquien está dedicada la obra) y la Or- lea la Cantata de Navidad, última de questa Nacional de España bajo la di- las obras compuestas por Arthur Honegger. rección de Jesús Arámbarri. 12-1891: Primera audición del Trío pa- 19-1888: Nace en Budapest el director ra violín, clarinete y violonchelo (op. Fritz Reiner. 114) y de! Quinteto con clarinete (op. 20-1872: Nace en Tortona (Italia) el 115) de Johannes Brahms, ambas obras compositor y organista Lorenzo Perosi. interpretadas por el Cuarteto Joachim 21-1899: Fallece en París el violinista y director Charles Lamoureux, funday el clarinetista Richard Mülfred. 106 Scherzo dor de los «Nouveaux Concerts» conocidos después como «Concerls Lamoureux». 22-1808: Beethoven dirige en Viena el estreno de sus Sinfonías Quinta y Sexta. En este mismo concierto se interpretaron, por primera vez, el Cuarto concierto para piano y la Fantasía para piano, coro y orquesta, obras en las que el propio compositor intervino como solista. 23-1893: Richard Strauss dirige en Weimar la primera representación de la ópera Hansel y Gretel de Éngelbert Humperdinck. 24-1871: Dentro de los actos celebrados con motivo de la inauguración del Canal de Suez se estrena en El Cairo la ópera Aida de Verdi. 25-1815: Se interpreta en Viena, por primera vez, Mar Serena y Viaje Próspero, Cantata para coro y orquesta con lexios de Goethe y música de L. van Beethoven. 26-1709: En el Tealro San Giovanni Crisóstomo de Venecia se estrena Agnppina, ópera bufa compuesta en el plazo de tres semanas por G.F. Haendel. 27-1525: Fecha establecida, con reservas, como la del nacimiento de Giovanni Perluigi da Palestrina. 28-1768: Muere en París el flautista y compositor francés Michel Blavet. 29-1928: Estreno en el Teatro Apolo de Madrid de la zarzuela La Pícara Molinera de la que es autor Pablo Luna. 30-1905: En el Teatro An der Wien se estrena Die lustige Witwe (La Viuda Alegre), opereta de Franz Lehár que, contra pronóstico, alcanzó un éxito fulminante. Antes de 1920 había alcanzado en todo el mundo 18.000 representaciones, para las cuales debían reservarse las localidades con más de un año de antelación. Fue llevada al cine en varias ocasiones y traducida a diez idiomas, enire ellos el árabe (El Cairo, 1946). 31-1907: Se hace efectiva la dimisión presentada por Gustav Mahler como director de la Opera de Viena, aunque, en realidad, el compositor ya se encontraba en Estados Unidos desde el 21 de este mismo mes para hacerse cargo del Metropolitan Opera House de New York. L.F.C.B. PIANO S POPO SENTIP wm II LO musicn III < ETROF CHERNY \\ ^Wñwim m WEINBACH fedfer AL SERVICIO (RM) DE LA MÚSICA REAL MUSICAL CARLOS II 1. 1 (Frente al Teatro Real) Tels.: 241 30 09 - 241 31 06 28013 MADRID