Concepto de verdad de Nietzsche

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Universidad Autónoma de Chihuahua
Facultad de Filosofía y Letras
Teoría del conocimiento
Ricardo Téllez Sosa
Sobre el concepto de verdad en Nietzsche
RESUMEN
En su obra de 1873, Sobre verdad y mentira en el sentido extramoral, Friedrich Nietzsche
nos plantea una noción de la verdad entendida como metáfora. Inicia Nietzsche
preguntándose acerca
del origen del impulso humano hacia la verdad. Recalcado al
respecto, la importancia del lenguaje en determinar aquello que es verdadero y falso,
mediante la construcción de conceptos. Nietzsche propone una concepción pragmática de
la verdad, al mencionar que el ser humano solo desea las implicaciones satisfactorias o
placenteras de la verdad, o aquellas que contribuyen a mantener la vida. Así pues,
Nietzsche concluye que la verdad, o verdades, son solo metáforas que el ser humano
necesita para que sea posible la vida en colectividad y negando que el ser humano pueda
llegar a descubrir lo que son las cosas en sí, o bien, alguna causalidad entre sujeto y
objeto.
Sobre el concepto de verdad en Nietzsche
En su obra de 1873, Sobre verdad y mentira en el sentido extramoral, Friedrich Nietzsche
nos plantea una noción de la verdad entendida como metáfora. Al respecto, nos propone
una perspectiva pragmática de ésta; en donde la verdad o falsedad de un juicio se decide
en base al provecho o daño que éste tenga hacia la vida.
Inicia Nietzsche su argumentación planteando la pregunta acerca del origen del impulso
humano hacia la verdad. Al respecto, menciona que el intelecto es para el ser humano una
herramienta que le favorece en la lucha por la sobrevivencia, o bien, el “medio de
conservación del individuo” (Nietzsche, 1998). Lo anterior debido a que al carecer de las
“armas” con que cuentan otros animales (como cuernos, dentaduras o garras afiladas),
emplea su intelecto para sobrevivir. Sin embargo, menciona que el intelecto es engañoso
y hace uso de éste “la mayor parte de las veces solamente para fingir” (Nietzsche, 1988).
Nietzsche recalca la necesidad humana de vivir en sociedad y de forma gregaria, creando
para ello, lo que llama “un tratado de paz”, a través del cual se determina lo que es
verdad, inventando “una designación de las cosas uniformemente válida y obligatoria”
(Nietzsche, 1998). Y es por medio del lenguaje, como se establece “por primera vez el
contraste entre verdad y mentira” (Nietzsche, 1998). Siguiendo este planteamiento,
Nietzsche plantea una concepción pragmática de la verdad, al mencionar que el ser
humano solo desea las implicaciones satisfactorias o placenteras de la verdad, o aquellas
que contribuyen a mantener la vida; implicando, de esta manera, que sea “indiferente al
conocimiento puro y sin consecuencias e incluso hostil frente a las verdades susceptibles
de efectos perjudiciales o destructivos” (Nietzsche, 1998).
Partiendo de lo anterior, Nietzsche pasa a cuestionar la validez del lenguaje como un
medio para llegar a la verdad; o bien, para describir la esencia de las cosas. Una vez
plantada la duda a la mencionada concepción del lenguaje, define el concepto de 'palabra'
como “la reproducción en sonidos de un impulso nervioso” (Nietzsche, 1998); y negando
que exista un vínculo entre nuestras palabras y la verdad. Argumentado con relación a ello
que “inferir…. a partir del impulso nervioso la existencia de una causa fuera de nosotros,
es ya el resultado de un uso falso e injustificado del principio de razón” (Nietzsche, 1998).
De esta forma, Nietzsche niega que exista una correspondencia entre el mundo y nuestras
construcciones lingüísticas asignadas a los objetos y procesos que lo conforman.
Nietzsche prosigue su crítica analizando la creación de conceptos, argumentando que
“todo concepto se forma por equiparación de casos no iguales” (1998). Es decir, es una
abstracción que es creada a partir de acciones diferentes, pero que no obstante, deja de
lado las desemejanzas. Partiendo de esta noción, Nietzsche realiza una objeción al
idealismo (platónico), negando que exista un modelo primigenio separado de las cosas y
del cual derive su esencia, y mencionando que “la naturaleza no conoce formas ni
conceptos, así como tampoco ningún tipo de géneros, sino solamente una x que es para
nosotros inaccesible e indefinible” (Nietzsche, 1998).
La verdad, o verdades, son pues, para Nietzsche, solo un conjunto de interpretaciones
“adornadas poética y retóricamente y que, después de un prolongado uso, un pueblo
considera firmes, canónicas y vinculantes” (Nietzsche, 1998). O bien, metáforas que el ser
humano necesita para que sea posible la vida en colectividad. Con respecto a la pregunta
planteada al principio del presente texto, Nietzsche menciona que el impulso hacia la
verdad surge “a partir del contraste del mentiroso, en quien nadie confía y a quien todo el
mundo excluye” (Nietzsche, 1998). No obstante, para Nietzsche, esta forma de ir hacia la
verdad carece de valor, puesto que ésta es construida mediante conceptos, en última
instancia arbitrarios. Al respecto menciona que la búsqueda de la verdad es comparable a
que, por ejemplo “Si alguien esconde una cosa detrás de un matorral, a continuación la
busca en ese mismo sitio y, además, la encuentra” (Nietzsche, 1998); lo cual conlleva, al
ser humano, a confundir completamente las metáforas con los objetos.
La crítica de Nietzsche, pasa a centrarse en la ciencia.
En ese aspecto se percibe
claramente una defensa de la concepción gnoseológica kantiana; a saber, que el ser
humano no puede conocer el noúmeno o la esencia de las cosas, así como tampoco las
leyes de la naturaleza, argumentando que “en realidad sólo conocemos de ellas lo que
nosotros aportamos: el tiempo, el espacio, por tanto las relaciones de sucesión y los
números” (Nietzsche, 1998). Negando de esta forma que exista alguna causalidad entre
sujeto y objeto.
Partiendo del anterior argumento, Nietzsche realiza un contraste entre la ciencia y el arte,
,o bien entre el científico y el artista. Al respecto comenta que la ciencia busca explicar el
mundo empírico tratando de llegar a la esencia del objeto. Lo cual como se explico
anteriormente, es negado por Nietzsche. Según esta tesis, la ciencia es un edificio de
conceptos “regular y rígido que le sirve de fortaleza” (Nietzsche, 1998). Es pues, en este
punto, cuando el ser humano se ve obligado a crear metáforas, o bien, “un nuevo campo
para su actividad y otro cauce” (Nietzsche, 1998), y de lo cual se deriva la creación del
mito y el arte. Lo anterior ocasiona, según Nietzsche, que el intelecto se libere de la cárcel
conceptual, constituida por la rigidez de la ciencia. De esta forma, el ser humano crea su
propio mundo —según Nietzsche, como el mundo de los sueños— donde “poseído de
placer creador, arroja las metáforas sin orden alguno y remueve los mojones de las
abstracciones” (Nietzsche, 1998).
Concluye Nietzsche su crítica al afirmar que el hombre racional y el hombre intuitivo —o
bien, el científico y el artista—, convergen en un mismo punto, ya que ambos buscan el
dominio de la vida. El hombre racional “sabiendo afrontar las necesidades más imperiosas
mediante previsión, prudencia y regularidad”(Nietzsche, 1998); y el intuitivo,
despreciando la abstracción “como héroe desbordante de alegría” (Nietzsche, 1998).
Bibliografía
Nietzsche F. (1998) Sobre verdad y mentira en sentido extramoral. Tecnos, Madrid.
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