Discursos Sra. Trinidad Jiménez. Año 2010

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DISCURSOS Y
DECLARACIONES
DE LA MINISTRA DE
ASUNTOS EXTERIORES
Y DE COOPERACIÓN,
D.ª TRINIDAD JIMÉNEZ
GARCÍA-HERRERA
(Octubre-Diciembre)
2010
DISCURSOS Y
DECLARACIONES
DE LA MINISTRA DE
ASUNTOS EXTERIORES
Y DE COOPERACIÓN,
D.ª TRINIDAD JIMÉNEZ
GARCÍA-HERRERA
(Octubre-Diciembre)
2010
MINISTERIO DE ASUNTOS EXTERIORES
Y DE COOPERACIÓN
DIRECCIÓN GENERAL DE COMUNICACIÓN EXTERIOR
ENTREVISTAS
Y ARTÍCULOS
Página
Entrevista en el diario “El País”. 30 de octubre . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
13
Entrevista en el diario “ABC”. 26 de diciembre . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
16
Entrevista en el diario “Público”. 26 de diciembre . . . . . . . . . . . . . . . . .
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5
6
INTERVENCIONES PARLAMENTARIAS
Página
Comparecencia ante el Pleno del Congreso de los Diputados, para responder a la pregunta de Gustavo Manuel de Arístegui San Román,
sobre las medidas que ha adoptdo el Ministerio de Asuntos Exteriores
ante la constatación judicial de la creciente presencia de ETA en
Venezuela. 27 de octubre . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
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Comparecencia ante el Pleno del Senado, para responder a la pregunta
de Iñaki Mirena Anasagasti Olabeaga, sobre las gestiones realizadas
por el Gobierno para que en Venezuela sean liberados todos los presos
políticos. 2 de noviembre . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
27
Comparecencia ante el Pleno del Senado, para responder a la pregunta
de Francisco Javier Arenas Bocanegra, sobre el mantenimiento de
la ministra de Exteriores y de Cooperación de la misma política que
su antecesor en relación con la colonia británica de Gibraltar. 2 de
noviembre . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
29
Comparecencia ante el Pleno del Senado, para responder a la pregunta de
José Carracao Gutiérrez, sobre la valoración del Gobierno en relación
con la reciente decisión del Consejo de Asuntos Exteriores de la
Unión Europea, que implica la apertura de una nueva etapa en las
relaciones con Cuba. 2 de noviembre . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
31
Comparecencia ante el Pleno del Senado, para responder a la pregunta
de Francisco Javier Tuñón San Martín, sobre las medidas que piensa
tomar el Gobierno en relación con los ataques violentos del Ejército
marroquí sobre los campamentos de El Aaiún. 16 de noviembre . .
33
Comparecencia ante el Pleno del Senado, para responder a la pregunta de
Miren Lore Leanizbarrutia de Bizkarrakegorra, sobre si el Gobierno,
en la actualidad potencia administradora del Sáhara Occidental,
entiende que ya ha sido descolonizada la que fue la provincia española número 53. 16 de noviembre . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
35
Comparecencia ante el Pleno del Senado, para responder a la pregunta
de Iñaki Mirena Anasagasti Olabeaga, sobre si el Gobierno se ratifica en que en Venezuela no hay presos políticos, ni los organismos
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internacionales encargados de los derechos humanos se han hecho
eco de la situación en la que viven. 16 de noviembre . . . . . . . . . . .
37
Comparecencia ante el Pleno del Senado, para responder a la pregunta
de Joan Josep Nuet i Pujals, sobre si el Gobierno piensa condenar la
violencia ejercida por la policía y el Ejército del Reino de Marruecos
ante la protesta pacífica y civil del pueblo saharaui. 16 de noviembre . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
39
Comparecencia ante el Pleno del Senado, para responder a la pregunta de
Dionisio García Carnero, sobre la opinión del Gobierno de la reacción
de los partidos venezolanos integrados en la Mesa de la Unidad tras
las declaraciones de la ministra de Asuntos Exteriores y de Cooperación en el Senado, en las que afirmaba que en Venezuela no existen
presos políticos. 16 de noviembre . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
41
Comparecencia ante el Pleno del Senado, para responder a la pregunta
de Juan Van-Halen Acedo, sobre su opinión en relación con el ataque
que su homólogo marroquí profirió, en su presencia, contra la prensa
española. 16 de noviembre . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
43
Comparecencia ante el Pleno del Senado, para responder a la pregunta
de María Emelina Fernández Soriano, sobre la valoración que hace el
Gobierno de la reciente gira que ha realizado por Bolivia y Ecuador.
16 de noviembre . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
44
Comparecencia ante el Pleno del Congreso de los Diputados, para presentar el presupuesto correspondiente a su Ministerio. 16 de noviembre. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
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Comparecencia ante el Pleno del Congreso de los Diputados, para informar sobre los recientes incidentes en el Sáhara Occidental, sobre los
incidentes acaecidos en El Aaiún a petición del Grupo Parlamentario
de Esquerra Repúblicana-Izquierda Unida-Iniciative per Catalunya
Verds, explicar los recientes acontecimientos ocurridos en El Aaiún
y si su Ministerio tiene pensado llevar a cabo algún tipo de actuación
al respecto. A petición del Grupo Parlamentario Popular en el Congreso e informar acerca de la posición del Gobierno con respecto a
los gravísimos incidentes ocurridos en los últimos días en el Sáhara
Occidental, y sobre las medidas que piensa adoptar para apoyar el
ejercicio de la libertad de prensa en la zona. 18 de noviembre . . . .
51
Comparecencia ante la Comisión de Asuntos Exteriores del Senado, para
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informar sobre las líneas generales de la política de su Departamento
y de la política que va a desarrollar al frente de su Departamento. 24
de noviembre . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
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Comparecencia ante el Pleno del Senado, para responder a la pregunta
de Alfredo Belda Quintana, sobre si condena el Gobierno las torturas
sufridas por el ciudadano español Ahmed Gachbar Baillal en una
comisaría de El Aaiún, tras los sucesos del pasado día 8 de noviembre.
30 de noviembre . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
90
Comparecencia ante el Pleno del Senado, para responder a la pregunta
de Iñaki Mirena Anasagasti Olabeaga, sobre si cree el Gobierno que
en Venezuela hay políticos y jueces presos. 30 de noviembre . . . . .
92
Comparecencia ante el Pleno del Senado, para responder a la pregunta
de Dionisio García Carnero, sobre cómo piensa el Gobierno cumplir
con la moción aprobada por la Comisión de Asuntos Iberoamericanos
por la que se insta a reconocer y apoyar la Declaración de Caracas.
30 de noviembre . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
94
Comparecencia ante el Pleno del Congreso de los Diputados, para responder a la pregunta de Gustavo Manuel de Arístegui San Román, sobre
si ha renunciado el Gobierno a la defensa de los derechos humanos
como principio rector de la política exterior. 1 de diciembre . . . . .
96
Comparecencia ante la Comisión de Asuntos Iberoamericanos del Senado, para informar sobre las líneas de actuación que tiene previstas
en relación con la comunidad iberoamericana de naciones y sobre
prioridades de este Departamento en el ámbito de Iberoamérica y
sobre la Cumbre Iberoamericana de Mar del Plata. 9 de diciembre.
98
Comparecencia ante el Pleno del Congreso de los Diputados, para responder a la pregunta de Gonzalo Robles Orozco, sobre los criterios que
tiene en cuenta el Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación
en la concesión de subvenciones. 15 de diciembre . . . . . . . . . . . . .
120
Comparecencia ante el Pleno del Congreso de los Diputados, para
responder a la pregunta de Juan Moscoso del Prado Hernández, en
sustitución de María Elena Valenciano Martínez-Orozco, sobre la
valoración que hace el Gobierno de la reciente Cumbre Iberoamericana celebrada en Mar del Plata. 15 de diciembre . . . . . . . . . . . . .
122
Comparecencia ante la Comisión de Asuntos Exteriores del Congreso de
9
los Diputados, para informar sobre las líneas generales de la política
que va a desarrollar al frente de su Departamento. 15 de diciembre.
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124
ENTREVISTAS
Y ARTÍCULOS
ENTREVISTA EN EL DIARIO “EL PAÍS”
30 de octubre de 2010
–Si hubiese ganado a Tomás Gómez, hoy no estaría aquí. ¿No hay mal que por
bien no venga?
–Es verdad que en política no siempre he elegido lo que más me apetece, sino
lo que creía que podía ser más útil. Cuando me presenté a las primarias lo hice
para ganar. No me hice ningún otro planteamiento, porque tenía que concentrar
todo mi esfuerzo en ese objetivo. Lo que no puedo negar es que ser ministra de
Asuntos Exteriores y de Cooperación es un gran privilegio, y además una gran
responsabilidad.
–Su nombramiento se ha interpretado como una forma de recompensar su lealtad.
–Cuando el presidente me llamó, me dijo: “Si no estuviera completamente
seguro de que vas a hacer un gran trabajo, nunca te nombraría”. Supongo que el
principal factor es la confianza en la tarea que pueda desarrollar, pero tampoco
entiendo que pueda considerarse un demérito en política ser leal. En un Gobierno
y en un partido la lealtad es un factor fundamental.
–¿Está superada la Posición Común de la UE sobre Cuba o sigue plenamente
vigente?
–El hecho de que los 27 países hayamos decidido otorgar un mandato a la Alta
Representante [Catherine Ashton] para que inicie conversaciones con el Gobierno
cubano tiene enorme trascendencia. Es un dato que va más allá de la formalidad
de si se mantiene o no la posición.
–El canciller cubano ha replicado con desdén: “Que no sueñe Europa en normalizar
relaciones mientras haya Posición Común”.
–Su pretensión era la derogación de la Posición Común. Como no se logró esa
formalidad, mantienen cierto escepticismo. En diplomacia es muy difícil lograr las
cosas en un solo paso.
–¿Se atreve a poner fecha de caducidad a la Posición Común?
–Para mí ya ni siquiera cuenta. Desde el momento en que Ashton empiece
a negociar, la Posición Común queda en suspenso, congelada. Vamos a ver hasta
donde se llega...
–Cuba ha liberado a 42 presos, pero siguen entre rejas quienes se niegan a venir
a España.
–Hemos defendido que los excarcelados puedan quedarse en Cuba. Y también
que quienes han venido a España tengan posibilidad de volver. Por eso es muy
importante que conserven sus casas y propiedades.
–Demostrar que no se cambia cárcel por exilio convencería a los países más
escépticos...
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–Todos los países reconocen que algo se está moviendo en La Habana. Todos.
Con independencia de que unos crean que el movimiento es más intenso y otros
lo consideren un gesto menor. La UE está a la expectativa para ver cuál será el
siguiente paso. Igual que La Habana.
–¿Extraditará Venezuela al etarra Arturo Cubillas?
–El Consejo de Ministros ha decidido tramitar su extradición, a petición de la
Audiencia Nacional. Veremos cómo reacciona el Gobierno de Caracas. Cubillas
tiene la nacionalidad venezolana, por lo que se podría denegar su extradición pero,
en virtud del acuerdo bilateral, debería responder de las acusaciones en Venezuela.
A partir de ahora, el tema ya no está en manos de la política, sino de la Justicia.
–Lo que sí está en manos de la política es mantenerlo o no en un cargo de confianza
en el Gobierno de Chávez.
–Estamos trabajando con todos los Gobiernos para que colaboren activamente
en la lucha contra ETA. Con Venezuela también. Ya ha habido resultados y vamos
a seguir trabajando. Creo que lo más eficaz es mantener una actitud de diálogo
permanente, desde el respeto.
–Moratinos citó el conflicto del Sáhara como un asunto que dejaba pendiente. ¿Vale
la pena enfrascarse en él?
–Hay que intentarlo. Es verdad que hemos suscrito todas las resoluciones
de la ONU que hablan del derecho a la autodeterminación del pueblo saharaui
pero, para que se haga realidad, tiene que haber un acuerdo entre las partes.
Nosotros podemos ayudar, pero ya ha llegado el momento de que las partes se
sienten y busquen una solución realista. ¿Cómo se satisface ese derecho? Eso
deben decidirlo Marruecos y el Frente Polisario. Me alegro de que hayan decidido
mantener conversaciones en Nueva York la próxima semana.
–¿España ve bien el plan marroquí de autonomía?
–España verá bien lo que sea fruto del acuerdo entre las dos partes.
–La muerte de un adolescente por disparos de la Gendarmería marroquí ha elevado
la tensión en la acampada de protesta saharaui cerca de El Aaiún.
–Hablé con mi homólogo marroquí [Taieb Fassi-Fihri] porque me llamó para
felicitarme. Me explicó en qué circunstancias se produjo la muerte de este joven y
me dijo que el máximo interés de Marruecos era mantener un diálogo con quienes
están en el campamento para evitar un estallido de violencia. Creo que ese diálogo
ha dado sus frutos y espero que se pueda hallar una solución.
–¿Condena usted lo sucedido?
–Claro que lamentamos, y así se lo dije al ministro, la muerte de este joven,
pero el propio Fassi-Fihri me dijo que iba a ser objeto de una investigación y, hasta
que concluya, una mínima prudencia debe imperar a la hora de manifestarme,
sobre todo cuando me dio todo tipo de explicaciones sin que yo se las pidiera.
–¿Le contó Moratinos cuál fue la causa de la crisis de Melilla durante el pasado
verano?
–Para mí está claro que fue un incidente fronterizo. España y Marruecos
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mantenemos posiciones muy diferentes sobre Ceuta y Melilla. Para nosotros no
hay ninguna duda sobre la soberanía. No es un asunto que forme parte siquiera de
nuestras conversaciones bilaterales. Cada uno conoce la posición del otro.
–¿Se celebrará finalmente la cumbre de la Unión por el Mediterráneo (UPM),
prevista en Barcelona el 21 de noviembre?
–Espero que sí. Una vez que hemos logrado elegir secretario, encontrar sede...
posponer de nuevo la reunión podría interpretarse como que la Unión por el
Mediterráneo no consigue arrancar. Es muy importante el conflicto entre israelíes y
palestinos y es verdad que la UPM se creó en parte para que los países de la región
arropen el proceso de diálogo, pero deberíamos evitar que la política euromediterránea esté condicionada exclusivamente por este asunto. Creo que todos los
países, incluidos israelíes y palestinos, estamos buscando una excusa para poder
reunirnos. Espero que de aquí al día 21 podamos tener alguna señal positiva.
–¿Vendrá Obama?
–Indudablemente sería un elemento muy positivo, pero aún no podemos
aventurar la presencia del presidente Obama.
–Usted ha llegado a un ministerio cuya cúpula renovó su predecesor en los últimos
tres meses. ¿Planea hacer cambios?
–En función del análisis que haga sobre cuáles son los elementos en los que
me gustaría poner mayor énfasis, con el objetivo de reforzar determinadas líneas
de trabajo, tomaré las decisiones que tenga que tomar. Pero no voy a tomar una
decisión sin un análisis previo.
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ENTREVISTA EN EL DIARIO “ABC”
26 de diciembre de 2010
–¿En qué se va a diferenciar la política exterior de Trinidad Jiménez de la de su
antecesor en el cargo?
–Las líneas de la política exterior las marcó el presidente del Gobierno; las puso
en marcha Moratinos y las voy a seguir yo. No habrá cambios. Sería incongruente.
Sólo han cambiado las personas, no las políticas, aunque cada uno le pueda dar
un mayor impulso a unas que a otras.
–Por ejemplo, en cuanto a Gibraltar, ¿hay una ralentización en la marcha del Foro
Tripartito?
–El Foro ha sido y es muy útil para buscar un acercamiento entre las sociedades
del Peñón y del Campo. Pero no podemos aceptar que uno de los vértices del foro
intente introducir asuntos que están fuera del mismo y que afectan a la soberanía.
Las cuestiones de soberanía, España sólo las trata con el Reino Unido.
–¿Se va a hablar, entonces, con Londres, en lo que queda de legislatura, sobre
soberanía, después de ocho años sin hacerlo?
–Vamos a ver si se dan las condiciones para ello. España puede desearlo, pero
tiene que haber voluntad por las dos partes.
–Usted habla ahora mucho de diplomacia económica, sobre todo en Iberoamérica,
pero al comienzo del Gobierno de Zapatero, casi se estigmatizaba a quienes buscaban
rendimientos económicos o hablaban de obtener retornos de la ayuda al desarrollo. ¿Ha
cambiado eso?
–Siempre hemos procurado trabajar para que las empresas españolas tuvieran
una buena presencia en el exterior, para favorecer su proceso de internacionalización y para ayudarlas cuando tuvieran algún tipo de dificultad ante un gobierno
determinado.
–España está apostando por China, que asegura que somos su mejor aliado en
Europa. ¿Cuándo se van a ver los resultados de esa sintonía?
–España, como país, ha llegado recientemente a China y ha logrado ganar un
gran espacio en poco tiempo. Confiamos en que ese esfuerzo nos dé un buen resultado. Además, a China le interesa mucho América Latina y sabe que España tiene
unas relaciones privilegiadas con los países iberoamericanos, lo que le puede ayudar
a articular unas relaciones políticas y económicas más intensas en la zona.
–El Gobierno ha invocado en las relaciones con Marruecos la defensa de los intereses de España. La defensa de esos intereses, ¿está por encima de los principios que se
mantenían en relación con el Sahara?
–Yo no veo ninguna incompatibilidad. Siempre España ha tenido la misma
posición sobre el Sáhara y la hemos defendido en el marco de la ONU: la defensa
del derecho a la autodeterminación del pueblo saharaui y la realización de ese
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principio en base al acuerdo de las partes. España no es parte en la negociación.
No podemos imponer la decisión. Y cuando hablo de intereses de España, no estoy
hablando de petróleo ni de gas, para que quede claro.
–¿Acaso estamos asistiendo a una especie de «chantaje», si me permite la expresión,
de que si no contemporizamos con Marruecos, vamos a tener problemas de algún tipo?
–No vamos a tener problemas de ningún tipo, nunca. España toma sus decisiones en función de sus prioridades en política exterior. Y es muy legítimo. Igual
que hacen otros países y eso no significa renunciar a ningún valor, ni a ningún
principio. Nadie está diciendo: ayúdeme aquí para que yo le ayude a usted en otro
sitio. Jamás he visto ninguna posición en ese sentido. Marruecos es un país muy
importante en el Mediterráneo y, de los países del Magreb, es uno de los que ha
hecho un desarrollo más avanzado, en el ámbito democrático y en los derechos
humanos.
–La imagen que da el Gobierno es que se ha volcado más hacia las tesis marroquíes
que hacia el lado saharaui…
–Y si nos hubiéramos volcado hacia el lado saharaui, ¿sería mejor? Yo no hablo
de impresiones. Hablo de política exterior y el Gobierno defiende ahora lo mismo
que ha defendido siempre.
–Cuando el Gobierno pactó con Marruecos que fueran a El Aaiún dos periodistas
españoles, se dijo que se trataba de un primer paso. Sin embargo, luego se ha impedido
entrar a periodistas, incluso cuando iban de vacaciones a Marruecos…
–El Gobierno ha estado siempre tratando de ayudar a superar esa situación
porque consideramos que los periodistas españoles deberían poder hacer su trabajo en cualquier país y con toda normalidad. Ya han comenzado a poder entrar
periodistas que van de turismo.
–Tras dos aplazamientos, ¿hay que olvidarse ya de una nueva cumbre de la Unión
por el Mediterráneo?
–No, el futuro de Europa pasa por fortalecer el partenariado con los países
del Mediterráneo. Pero está el conflicto entre israelíes y palestinos, que afecta al
conjunto de la región, y hay que buscar la manera de evitarlo.
–¿España apoya que la UE reconozca un Estado palestino?
–El objetivo acordado es que se pueda hacer en 2011. Trabajamos en el fortalecimiento institucional para que Palestina esté en condiciones de tener su propio
Estado. Si no conseguimos que sea el conjunto de la UE, al menos que un buen
número de países podamos hacer ese reconocimiento.
–¿Debe la Unión revisar su relación con Israel si siguen los asentamientos?
–La UE ha lamentado que no se haya ampliado la moratoria, porque lo que
queremos es que se reanuden las negociaciones, pero no creemos que sea el
momento de adoptar sanciones contra Israel.
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ENTREVISTA EN EL DIARIO “PÚBLICO”
26 de diciembre de 2010
–Con la que está cayendo, ¿le resbalan las críticas?
–Cuando uno asume una responsabilidad política tiene que estar siempre
preparado para recibir críticas, tener claro cuáles son los objetivos que tiene que
defender y tratar de convencer a aquellos que puedan mantener alguna discrepancia con respeto y normalidad.
–¿Pero cree que obedecen a errores de su gestión o a problemas larvados en la
etapa anterior?
–Insisto, no estoy recibiendo más críticas de las que habitualmente recibe un
ministro en la gestión de sus responsabilidades. Más que críticas personales, han
surgido elementos extraordinariamente sensibles para la opinión pública. Todo lo
que tiene que ver con nuestra relación con Marruecos y el Sáhara Occidental lo
es y han hecho su aparición nada más empezar mi gestión.
–Desde su toma de posesión, ha apelado a la diplomacia económica para ayudar a
salir de la crisis. Parece que ese escenario no está cerca.
–Un componente fundamental en la política exterior es la diplomacia económica. Para el Gobierno es prioritario apoyar a las empresas en su expansión
internacional pues es una de las vías posibles para salir de la crisis económica.
Fortaleciendo a las empresas se contribuye a la recuperación.
–¿No cree que España ha perdido peso en la Unión Europea?
–España no ha perdido peso, en absoluto. Sigue siendo uno de los países grandes de la UE, no sólo por nuestra contribución al proceso de construcción y de
fortalecimiento de la unidad política, sino por el peso específico como país, España
tiene una posición geoestratégica que le hace mantener posiciones privilegiadas
en América Latina y con el Mediterráneo. Es un país muy fuerte en el seno de la
UE y en el contexto internacional.
–Si somos tan fuertes, ¿cuánto tendrá España un asiento “en propiedad” en el
G-20?
–Hasta hace unos meses, España nunca había estado en el G-20. Y ya está
sentada de pleno derecho, participando con toda la responsabilidad y todas las
condiciones. Ese cambio no está vinculado a la posibilidad de que España pueda
detentar de manera efectiva su posición sino a que se puedan hacer los cambios
institucionales necesarios.
–Los informes de las organizaciones internacionales han confirmado la violencia
ejercida por las fuerzas marroquíes en los sucesos de El Aaiún. ¿Es hora de que el
Gobierno condene a Marruecos?
–Amnistía Internacional y Human Rights Watch han puesto de manifiesto
la violencia excesiva empleada por las dos partes en el desmantelamiento del
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campamento, no sólo de las fuerzas marroquíes, y hacen referencia de forma específica a la violencia premeditada de grupos violentos en el lado saharaui. Todos
conocemos el resultado de once policías marroquíes muertos. En este sentido,
España, el Gobierno, el Congreso y el Senado condenamos la violencia que se
había producido en torno a todos los sucesos.
–Parece que la opinión pública esperaba un pronunciamiento del Ejecutivo.
–El Gobierno se ha pronunciado ya en múltiples ocasiones. Desde el primer
momento lamentamos el uso de la violencia de manera contundente y clara. Ahora
pienso en lo ocurrido, en lo que se me pedía al principio, y reivindico la prudencia
con la que me manifesté y con la que me sigo pronunciando. Tengo claro cuál es
mi función y mi responsabilidad como ministra, que no es dejarme llevar por lo
que la opinión pública o los medios quieren, sino por mis obligaciones: no precipitarme a la hora de valorar unos acontecimientos, esperar las investigaciones
independientes y contrastar los hechos. Una vez conocidos, hemos podido comprobar cuál es la situación. Hay una gran distancia entre la situación de la que se
hablaba en un inicio y lo que realmente ocurrió, verificado por organizaciones de
derechos humanos.
–¿Ha abandonado este Gobierno a los saharauis?
–España dejó de ser potencia administradora en 1975. Hay que hacer entender
a la gente que este es un asunto con una dimensión internacional. España forma
parte del Grupo de Amigos del Sáhara y como expotencia administradora tiene
una responsabilidad. Por eso, desde el primer momento hemos estado al lado de las
partes para ayudarlas a encontrar una solución en el marco de Naciones Unidas,
pero España no es parte del conflicto y no puede tomar una decisión. Y, permítame
que le diga, España siempre ha sido solidaria con el pueblo saharaui, primero con
la población. Este país es el primer donante en los campamentos de Tinduf. Hemos
pasado de enviar cinco millones de euros a 22 millones en cinco años.
–Y entonces, ¿por qué la percepción es la contraria?
–La actitud desproporcionada que se mantuvo en un principio, cuando no se
sabía lo que había ocurrido en el campamento, hace necesaria una reflexión sobre
cómo se analizan los hechos. No sólo del Gobierno, sino de todo el mundo. Ahora
me alegro de no haberme dejado llevar por la especulación, porque los informes
de los organismos independientes reparten la responsabilidad sobre la violencia
en las dos partes.
–Pero España está más ligada al pueblo saharaui.
–Muchos saharauis tienen la nacionalidad española y es verdad que hay
muchos vínculos afectivos con la población. Yo misma siempre he defendido al
pueblo saharaui. Pero eso no significa que condenemos a Marruecos, sin tener en
cuenta la violencia que se ha ejercido también sobre la policía marroquí. Yo me
siento también muy cerca del pueblo de Marruecos. No sólo son nuestros vecinos,
sino que también tenemos unos lazos culturales afectivos. Creo que hay una actitud
absolutamente desproporcionada en este proceso.
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–Las últimas conversaciones entre Marruecos y el Frente Polisario han terminado
sin avances ¿Cree que el conflicto se puede superar con el acuerdo de ambas partes?
–El que las negociaciones no hayan avanzado en esta últimas conversaciones
no significa que no sirva. Es que llevan más de 30 años de conflicto y, por tanto,
mientras se mantengan las conversaciones hay esperanza de lograr un acuerdo.
Yo creo que ambas partes deben tratar de ponerse en la piel del otro y buscar una
solución realista. También deberían participar en el proceso Argelia, Mauritania
y el grupo de amigos.
–Según los papeles filtrados por Wikileaks, el Gobierno era más partidario de una
solución autonómica dentro de Marruecos para el Sáhara Occidental.
–Hago una aclaración, de carácter previo, para los temas de los papeles filtrados. Son informaciones de una parte basadas en percepciones e impresiones. Me
parece una auténtica temeridad decir que esa es la posición de España. No voy
a entrar a rebatir todo lo que se ha dicho en esas informaciones, pero sí quiero
recalcar cuál es la posición de España. La mejor solución será la que sea fruto del
acuerdo entre las partes y no hemos mostrado nuestras preferencias. Podíamos
hacerlo legítimamente y no lo hemos hecho.
–¿Le ha sonrojado verse retratada en los cables descalificando a varios líderes
latinoamericanos?
–A mí me molesta ver publicado eso, sobre todo porque no me siento representada por ese tipo de expresiones. Ningún Gobierno ha dado ningún crédito a
esas informaciones que venían de una parte. Lo digo porque las relaciones que
tenemos con los gobiernos, y que yo mantengo en particular con América Latina,
son tremendamente cordiales y de muchísimo respeto.
–¿Ha recibido alguna llamada por esos comentarios?
–No, no. Creo que le dan una importancia muy relativa. En diplomacia, hay
una cosa muy importante, los hechos. A lo largo de mi trayectoria política, las
actitudes y los hechos me avalan como una persona enormemente respetuosa y,
sobre todo, especialmente vinculada con América Latina. Los años en que estuve
como secretaria de Estado para Iberoamérica (2006-2009) fueron especialmente
fructíferos e intensos en cuanto a una buena relación bilateral.
–¿No cree que los países le restan importancia porque casi todos han salido en los
papeles?
–Nadie le da mucho crédito a expresiones que se han vertido en conversaciones informales y en un momento respondiendo a una determinada coyuntura.
Evidentemente, no es lo mismo la expresión oral en una conversación informal que
después ver reflejadas por escrito determinadas expresiones. Los que nos dedicamos
a la política sabemos distanciarnos muy bien de este tipo de episodios.
–Esos documentos retratan a España sometida a Estados Unidos.
–No comparto esa impresión, en absoluto. Al contrario, España tuvo momentos de mucha dificultad en las relaciones con Estados Unidos, a raíz de la decisión
del presidente Zapatero de retirar las tropas de Irak. No creo que ahí nadie pueda
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observar ningún tipo de sometimiento, más bien lo contrario. El hecho de que
distintos altos cargos del Gobierno de España quieran mantener una relación
cordial con EEUU no significa sometimiento a nada. Nosotros en todo momento
hemos defendido nuestros intereses y nuestras posiciones.
–¿Habría que cerrar la página web de Wikileaks?
–En general, soy partidaria de la transparencia en las actuaciones, más todavía
de quienes tenemos una responsabilidad pública. No tengo ningún inconveniente
en explicar el fruto de mis gestiones, igual que el resto de miembros del Gobierno.
Pero hay cuestiones que tienen que mantenerse dentro de la reserva porque si
no sería superfluo que hubiera gestiones diplomáticas. Me refiero a cuestiones
que tienen que ver con la seguridad nacional, no a los chismorreos, que son
irrelevantes.
–Tiene en agenda la visita a Washington. ¿Se entrevistará con Hillary Clinton?
–Será una agenda más completa, no sólo para reunirse con la secretaria de
Estado, sino con otras autoridades y con la Organización de los Estados Americanos (OEA). Estamos pendientes de fijar una fecha que sea conveniente para
las dos.
–¿Va a ser más prudente en sus conversaciones?
–Siempre he presumido de que hablo lo mismo en público que en privado.
Hasta ahora no me he sentido con ningún problema. He tenido múltiples entrevistas en estos meses y no me he sentido incómoda a la hora de discutir los temas
de interés mutuo.
–¿Ha cumplido Cuba los compromisos de liberación de presos satisfactoriamente?
–Cuba ha dado una señal extraordinariamente importante. La liberación de
54 presos políticos es un dato de extraordinaria relevancia y creo que hay que
seguir manteniendo ese voto de confianza a las autoridades cubanas que dijeron
que se iban a comprometer a liberar a esas personas y lo han hecho. Aún quedan
pendientes alrededor de 11 personas que no quieren ser liberadas porque quieren
quedarse en Cuba. Nosotros estamos hablando, a través de la Iglesia católica
cubana, para que a estas personas, por razones humanitarias, se les permita quedarse en su país.
–¿Entiende que algunos de los liberados que han llegado a España reclamen que no
se toque la Posición Común de la UE?
–Quiero diferenciar entre los que han llegado a nuestro país y que han
mantenido una actitud crítica con el Gobierno, que es una minoría, y el resto.
Respetamos las opiniones de todos. Somos los gobiernos de los países europeos los
que tenemos que hacer la evaluación política de cómo se puede ayudar a Cuba a
avanzar más en ese proceso de reformas anunciado por las autoridades cubanas. Ya
sabemos cuáles son los resultados del aislamiento. Creemos que con una actitud
de diálogo hay más posibilidades de conseguir cosas. Y también la experiencia nos
dice que en un país los cambios se empiezan a producir desde el interior, no por
la presión externa.
21
–¿Le inspiran confianza las últimas palabras de Raúl Castro?
–Se deben tomar con mucha seriedad. Es relevante que la primera autoridad
haya expresado la necesidad y la urgencia de que haya cambios. Ante esa actitud,
la comunidad internacional debería ser consciente de que lo mejor que podemos
hacer por la isla es apoyar ese proceso de reformas a través de un diálogo y mayor
apertura hacia Cuba. La decisión que ha tomado la UE va encaminada en esa
dirección.
–¿Volverá el Gobierno a relanzar la cumbre euromediterránea?
–Es muy difícil que podamos convocar la cumbre mientras persistan los enfrentamientos entre Israel y Palestina. Las partes y los países involucrados no se quieren
sentar. Ahora es importante apoyar los esfuerzos de la diplomacia americana. El
Gobierno, que tiene una interlocución muy buena con las dos partes, va a seguir
trabajando en esa misma dirección.
–¿Es partidaria del reconocimiento del Estado palestino con las fronteras de
1967?
–España, junto a sus socios de la UE, ha manifestado que la solución para el
conflicto de Oriente Medio radica en los dos Estados: de Israel y de Palestina.
Creemos que en 2011 se darán las condiciones necesarias para la proclamación
de dicho Estado dentro de las fronteras de 1967.
–Zapatero ha dicho que ha tomado una decisión sobre su futuro político. ¿Ha abierto
el debate sucesorio en el PSOE?
–Él no ha abierto ningún debate, sobre todo porque no ha dicho que ha tomado una decisión. Ha dicho que ha comentado su situación.
–¿Convendría despejar esta incógnita cuanto antes?
–El presidente está muy concentrado en sacar adelante el proceso de reformas
y en lograr la estabilidad financiera de España. Precisamente por eso creo que no
es el momento de abrir ningún tipo de debate sucesorio. Además, en el PSOE no
se ha abierto ese debate.
–¿Seguro?
–Si me pregunta a mí, sólo hay un candidato: José Luis Rodríguez Zapatero.
22
INTERVENCIONES
PARLAMENTARIAS
23
24
COMPARECENCIA ANTE EL PLENO DEL CONGRESO DE
LOS DIPUTADOS, PARA RESPONDER A LA PREGUNTA DE
GUSTAVO MANUEL DE ARÍSTEGUI SAN ROMÁN, SOBRE LAS
MEDIDAS QUE HA ADOPTADO EL MINISTERIO DE ASUNTOS
EXTERIORES ANTE LA CONSTATACIÓN JUDICIAL DE LA
CRECIENTE PRESENCIA DE ETA EN VENEZUELA
(BOCG núm 200, 27 de octubre de 2010)
La señora MINISTRA DE ASUNTOS EXTERIORES Y DE COOPERACIÓN (Jiménez García-Herrera): Muchas gracias, señor presidente.
Señoría, como sabe, el Gobierno tiene la firme determinación de acabar con
ETA, un objetivo que todos los demócratas compartimos y que se enmarca en el
pacto de colaboración entre el Partido Socialista y el Partido Popular. Los frutos
de esta firme determinación los conocen todos los ciudadanos, nunca como ahora
ETA ha estado tan debilitada, tan arrinconada, y en este éxito ha tenido mucho
que ver la colaboración internacional con muchos países, con Portugal y con Francia fundamentalmente, y esta misma colaboración es la que solicitamos y venimos
solicitando al Gobierno de Venezuela. Estamos seguros, señor De Arístegui, de
que el Partido Popular nos acompañará en este camino, insisto, en el marco del
pacto de Estado de la lucha contra el terrorismo, tal y como ocurrió ayer en esta
Cámara al alcanzar un amplio acuerdo sobre la defensa de los intereses de España
y la petición de colaboración a Venezuela en esta materia.
Muchas gracias.
* * *
La señora MINISTRA DE ASUNTOS EXTERIORES Y DE COOPERACIÓN (Jiménez García-Herrera): Muchas gracias, señor presidente.
Esperaba, señor De Arístegui, que mantuviera una posición más de política de
Estado en relación con un asunto como es la política antiterrorista del Gobierno de
España en virtud de un pacto de colaboración entre su grupo y el nuestro. Reitero
que el Gobierno ha solicitado a través de la Fiscalía de la Audiencia Nacional,
el magistrado que lleva este caso, que se emita orden de extradición del señor
Cubillas. A la espera de la decisión de la Audiencia Nacional, el Gobierno quiere
reiterar que se va a dar cauce inmediatamente a la petición de extradición de
Arturo Cubillas cuando sea solicitada por el juez y, una vez tramitada, corresponderá a las autoridades venezolanas decidir al respecto, atendiendo al acuerdo de
extradición vigente entre ambos países. En este sentido, me permito recordarle,
señor De Arístegui, que la cooperación de Venezuela en la lucha contra ETA ha
dado ya algunos frutos. Por ejemplo, recientemente se produjo la detención del
25
dirigente de Askapena, Walter Wendelin, el pasado 28 de marzo. Esa colaboración
va a seguir produciéndose en relación con este caso. Insisto, señoría, en que nunca
en la historia ETA ha estado tan debilitada. Nunca en la historia de la banda
terrorista ha habido menos atentados. Nunca ha habido un convencimiento tan
sólido por parte de todos los demócratas de que el final de ETA está próximo.
Este resultado, señoría, nos exige a todos continuar manteniendo unidas nuestras
fuerzas para acabar definitivamente con ETA. Este es el objetivo, señoría.
Muchas gracias.
26
COMPARECENCIA ANTE EL PLENO DEL SENADO,
PARA RESPONDER A LA PREGUNTA DE IÑAKI MIRENA
ANASAGASTI OLABEAGA, SOBRE LAS GESTIONES
REALIZADAS POR EL GOBIERNO PARA QUE EN VENEZUELA
SEAN LIBERADOS TODOS LOS PRESOS POLÍTICOS
(BOCG núm 98, 2 de noviembre de 2010)
La señora MINISTRA DE ASUNTOS EXTERIORES Y DE COOPERACIÓN (Jiménez García-Herrera): Muchas gracias, señor presidente.
Señoría, tenga la seguridad de que tendremos la mejor relación, porque estoy
segura de que nos anima a todos la defensa de los intereses de España.
Quiero decirle, señoría, que el Gobierno de España ha hecho de la defensa de
los derechos humanos una de sus prioridades de política exterior, y la liberación
de los presos políticos constituye un compromiso inequívoco en nuestras relaciones, tanto bilaterales como multilaterales. Pero tengo que informarle de que, a
diferencia de lo que ocurre con otros países, las organizaciones internacionales
de derechos humanos, en concreto Amnistía Internacional o Human Rights
Watch, no tienen catalogado como preso político a ningún preso en Venezuela.
Existen presos por causas penales, acusados de haber participado en el golpe de
Estado del año 2002 o por posible corrupción, que son considerados como presos
políticos por parte de algunos partidos políticos de la oposición venezolana; pero
no por estas organizaciones, que son organizaciones de derechos humanos, cuyo
criterio es el que sí hemos utilizado para tratar sobre derechos humanos en el caso
de otros países.
Muchas gracias.
* * *
La señora MINISTRA DE ASUNTOS EXTERIORES Y DE COOPERACIÓN (Jiménez García-Herrera): Gracias, señor presidente.
Señor Anasagasti, tenga la completa seguridad de que la cuestión de los
derechos humanos es una prioridad de nuestra política exterior, como lo ha sido
siempre en el marco de nuestras relaciones multilaterales. Esto lo hemos hecho
siempre. Pero el concepto de preso político es algo que viene determinado por las
organizaciones internacionales de derechos humanos, y ninguna de ellas tiene
catalogado ningún preso político en Venezuela.
Señoría, usted se ha referido al caso de la jueza Afiuni, y figuran en el Diario
de Sesiones las declaraciones y explicaciones que dio en su momento el ministro
Moratinos sobre ella; no tengo mucho más que añadir. La señora Afiuni liberó a
una persona que estaba implicada en el golpe de Estado y aplicando la legislación
vigente en Venezuela, esta cuestión se resolvió... Esta cuestión sí, señor Anasagasti,
27
se resolvió conforme a la legislación vigente en Venezuela. Poco puedo añadir sobre
esto, puesto que son las organizaciones internacionales las que tienen la facultad
de catalogar como presos políticos a los que existan en cualquier país, y no existe
ninguno en Venezuela.
Insisto: tanto en nuestras consultas bilaterales como en las multilaterales, la
cuestión de los derechos humanos está siempre presente. Y tenga también la seguridad de que el Gobierno de España realizará cualquier gestión que vaya encaminada
hacia la liberación de presos políticos en cualquier país, como lo hicimos con Cuba
anteriormente; estaremos dispuestos a hacerlo con cualquier otro país.
Muchas gracias.
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COMPARECENCIA ANTE EL PLENO DEL SENADO, PARA
RESPONDER A LA PREGUNTA DE FRANCISCO JAVIER
ARENAS BOCANEGRA, SOBRE EL MANTENIMIENTO DE
LA MINISTRA DE EXTERIORES Y DE COOPERACIÓN DE LA
MISMA POLÍTICA QUE SU ANTECESOR EN RELACIÓN CON
LA COLONIA BRITÁNICA DE GIBRALTAR
(BOCG núm 98, 2 de noviembre de 2010)
La señora MINISTRA DE ASUNTOS EXTERIORES Y DE COOPERACIÓN (Jiménez García-Herrera): Muchas gracias, señor presidente.
Señoría, la política española en relación con el contencioso de Gibraltar tiene
como objetivo principal la recuperación por parte de España de la soberanía sobre
dicho territorio. Y este objetivo ha sido compartido por todos los gobiernos de
España sin excepción y también, por supuesto, por el actual. Esta posición, que
es inequívoca, afecta al territorio cedido en el Tratado de Utrecht en 1713 y a la
parte sur del istmo, que el Reino Unido ocupó sin título y que España nunca ha
reconocido. Afecta, igualmente, a las aguas próximas a Gibraltar. Y sobre estas
cuestiones, señoría, solamente pueden negociar los Estados soberanos, es decir los
Gobiernos de España y del Reino Unido.
Este es, señoría, el fundamento de la política exterior española en relación con
Gibraltar. Una política que, por cierto, llega inalterada desde hace más de 300 años,
y que, salvo el abandono de la fuerza como procedimiento para resolver disputas,
no puede sufrir ningún tipo de modificación al ser consecuencia de la defensa de
unos intereses que están por encima de coyunturas y de personas.
Muchas gracias.
* * *
La señora MINISTRA DE ASUNTOS EXTERIORES Y DE COOPERACIÓN (Jiménez García-Herrera): Muchas gracias, señor presidente.
Señoría, no sé qué diría el señor Cameron si le oyera, ya que es su referencia y su modelo. Solamente quiero decirle que yo he sido secretaria de Política
Internacional del Partido Socialista en la oposición y he conversado con el señor
Piqué cuando era ministro de Asuntos Exteriores. He mantenido una actitud de
defensa de los intereses de España y hemos compartido, en un asunto tan importante como es el de Gibraltar, muchas opiniones e iniciativas. Asimismo, apoyé
sus negociaciones en el marco de la cosoberanía. Ese marco fracasó y se produjo
un cambio de actitud del Reino Unido con relación a la negociación con España
para una solución del conflicto de soberanía.
Por ello, sin modificar un ápice las posiciones históricas de defensa de los
intereses de España durante trescientos años, el Gobierno puso en marcha en
29
2004 un foro totalmente separado de dicho proceso. Mantenemos el proceso de
Bruselas y al mismo tiempo convocamos un foro tripartito para abordar cuestiones
de cooperación. Cuestiones de cooperación totalmente separadas de lo relativo
a la discusión sobre la soberanía, siempre en beneficio de Gibraltar y de toda la
comarca circunvecina del Campo de Gibraltar, con el objetivo último de establecer
unas nuevas circunstancias que permitiesen la recuperación de las negociaciones
sobre soberanía, porque esos son nuestros intereses. Este proceso de generación
de confianza debe continuar. Y ello siempre con el convencimiento de que solo
por este camino podremos reiniciar las conversaciones hispano-británicas sobre
las cuestiones de soberanía, que son las que tienen mejores perspectivas de éxito
para España y las únicas que pueden conducir a un resultado. Tengan la seguridad,
señorías, de que seguiremos defendiendo la soberanía sobre Gibraltar y los intereses
de España. Por ello pido al Grupo Parlamentario Popular que actúe también en
este campo como siempre hemos actuado, con lealtad y en defensa de los intereses
de España.
Muchas gracias.
30
COMPARECENCIA ANTE EL PLENO DEL SENADO, PARA
RESPONDER A LA PREGUNTA DE JOSÉ CARRACAO
GUTIÉRREZ, SOBRE LA VALORACIÓN DEL GOBIERNO EN
RELACIÓN CON LA RECIENTE DECISIÓN DEL CONSEJO
DE ASUNTOS EXTERIORES DE LA UNIÓN EUROPEA QUE
IMPLICA LA APERTURA DE UNA NUEVA ETAPA EN LAS
RELACIONES CON CUBA
(BOCG núm 98, 2 de noviembre de 2010)
La señora MINISTRA DE ASUNTOS EXTERIORES Y DE COOPERACIÓN (Jiménez García-Herrera): Muchas gracias, señor presidente.
Señorías, efectivamente, la decisión adoptada por el Consejo de Asuntos
Generales del pasado día 25 de octubre ha abierto una nueva etapa en las
relaciones de la Unión Europea con Cuba. Supone un nuevo consenso de la
Unión Europea en torno a Cuba, un nuevo consenso entre los veintisiete Estados miembros articulado en torno a las posiciones que ha venido defendiendo
tradicionalmente España.
Tras la decisión del Gobierno cubano, anunciada a principios de julio, de
iniciar la liberación de todos los presos políticos del denominado Grupo de los 75,
encarcelados en el año 2003, nadie puede negar que en Cuba se está produciendo
un movimiento de cambio. Ante esta realidad, la Unión Europea no podía quedarse parada, sino ayudar a que las reformas se fueran consolidando. Esto es lo
que España ha venido defendiendo en los últimos años a través de una diplomacia
prudente, pero exigente, activa y comprometida, al mismo tiempo que crítica, a
pesar de las presiones. Porque, señoría, la ausencia de diálogo nunca produce
resultados. Los resultados se consiguen con un diálogo que no deja ningún tema
sin tratar por incómodo que pueda resultar para alguna de las partes; un diálogo
político intenso, crítico y orientado, además, a resultados.
Y ahora podemos decir, con legítima satisfacción, que el diálogo con Cuba
ha sido mucho más fructífero que el sostenimiento de una posición que bloqueó
los contactos durante más de una década. Y con este nuevo consenso se trata de
superar la unilateralidad en la estructura de relación entre la Unión Europea y
Cuba. El esquema unilateral siempre ha sido percibido como una imposición de la
Unión Europea por parte de las autoridades cubanas, y ahora quedará sustituido
por un marco bilateral de relaciones, como tiene la Unión Europea con la mayoría
de los países del mundo.
Eso no implica que los derechos humanos u otras cuestiones vayan a estar
ausentes de las conversaciones con Cuba. La cuestión de los derechos humanos es
un pilar fundamental –lo reitero– de la política europea y de la política española.
31
Por ello, cualquier acuerdo que resulte de la decisión tomada siempre incluirá las
necesarias cláusulas en materia de derechos humanos.
Muchas gracias.
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COMPARECENCIA ANTE EL PLENO DEL SENADO, PARA
RESPONDER A LA PREGUNTA DE FRANCISCO JAVIER
TUÑÓN SAN MARTÍN, SOBRE LAS MEDIDAS QUE PIENSA
TOMAR EL GOBIERNO EN RELACIÓN CON LOS ATAQUES
VIOLENTOS DEL EJÉRCITO MARROQUÍ SOBRE LOS
CAMPAMENTOS EN EL AAIÚN
(BOCG núm 100, 16 de noviembre de 2010)
La señora MINISTRA DE ASUNTOS EXTERIORES Y DE COOPERACIÓN (Jiménez García-Herrera): Muchas gracias, señor presidente.
Señoría, el Gobierno de España, como todos los Gobiernos e instituciones
internacionales, ha expresado su profunda preocupación por los sucesos recientes
en el Sáhara Occidental. Al mismo tiempo, el Gobierno ha pedido siempre respeto
por los derechos fundamentales y ha apelado al diálogo entre las partes, Marruecos
y el Frente Polisario, en el marco de las Naciones Unidas como único cauce para
encontrar una solución negociada al conflicto. Y lo ha hecho utilizando su relación
privilegiada con todos los actores, porque le recuerdo, señoría, que mantener una
interlocución con Marruecos es lo que nos permite avanzar hacia una solución del
conflicto acompañando en todo momento el proceso de negociación. Y esa misma
interlocución es lo que nos ha permitido, señoría, solicitar y pedir en reiteradas
ocasiones a las autoridades marroquíes una investigación para esclarecer lo ocurrido, así como que permitan la libre actuación de los profesionales de los medios de
comunicación para garantizar, asimismo, una información veraz y trasparente.
Insisto, señoría, en que no ha habido ningún Gobierno ni institución ni organismo internacional que haya dado datos sobre cifras de víctimas porque todavía
ninguna de las dos partes ha podido aportar datos fehacientes que nos permitan
hacer determinadas afirmaciones; y sin confirmación de los datos un Gobierno
responsable no debe especular.
Los hechos tienen consecuencias, pero los pronunciamientos sin datos también
la tienen, señoría. A partir de la información que tenemos, el Gobierno ha pedido
una investigación para esclarecer lo sucedido; ha hecho, como no podía ser de otra
manera, un llamamiento a la serenidad, a la contención, para que pueda recuperarse el clima de normalidad cuanto antes; y ha hecho un llamamiento –insisto– a
Marruecos y al Frente Polisario para continuar con las negociaciones directas.
Señoría, el Gobierno está convencido de que la solución del conflicto del
Sáhara Occidental, que dura ya más de 35 años, pasa por la negociación y por el
acuerdo entre las partes, como así señalan las resoluciones de las Naciones Unidas,
de manera que el pueblo del Sáhara Occidental pueda ejercer su derecho a la libre
autodeterminación. Esa es la posición de las Naciones Unidas, esa es la posición
33
de la Unión Europea, y esa es la posición de España. Y esa, señoría, es la posición
que deberíamos apoyar todos de manera responsable si queremos realmente una
solución a este conflicto.
Muchas gracias.
* * *
La señora MINISTRA DE ASUNTOS EXTERIORES Y DE COOPERACIÓN (Jiménez García-Herrera): Gracias, señor presidente.
Señoría, efectivamente, prudencia. Y quizás, a la vista de los acontecimientos que vamos conociendo posteriormente, realmente la prudencia haya sido
la mejor consejera desde el primer momento, sobre todo cuando hablamos de
un Gobierno responsable. Insisto: todos los hechos tienen consecuencias, y les
reitero que cualquier pronunciamiento hecho desde la superficialidad también
tiene consecuencias.
Muchas gracias.
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COMPARECENCIA ANTE EL PLENO DEL SENADO,
PARA RESPONDER A LA PREGUNTA DE MIREN LORE
LEANIZBARRUTIA DE BIZKARRAKEGORRA, SOBRE
SI EL GOBIERNO, EN LA ACTUALIDAD POTENCIA
ADMINISTRADORA DEL SÁHARA OCCIDENTAL, ENTIENDE
QUE YA HA SIDO DESCOLONIZADA LA QUE FUE LA
PROVINCIA ESPAÑOLA NÚMERO 53
(BOCG núm 100, 16 de noviembre de 2010)
La señora MINISTRA DE ASUNTOS EXTERIORES Y DE COOPERACIÓN (Jiménez García-Herrera): Muchas gracias, señor presidente.
Señoría, la Administración española abandonó el territorio del Sáhara Occidental en febrero de 1976. Desde entonces, España no es la potencia administradora del Sáhara Occidental y desde entonces España no tiene responsabilidades
en el Sáhara Occidental, tal y como informó el embajador representante de España
ante las Naciones Unidas al secretario general de la organización en carta dirigida
en el momento de abandonar el territorio, al afirmar que –abro comillas– España
se considera desligada en lo sucesivo de toda responsabilidad internacional en
relación con la administración de dicho territorio. (Rumores.)
* * *
La señora MINISTRA DE ASUNTOS EXTERIORES Y DE COOPERACIÓN (Jiménez García-Herrera): Las Naciones Unidas, y con ella España, consideran que el territorio del Sáhara Occidental es un territorio sin autogobierno, de
acuerdo con el artículo 73 de la Carta de las Naciones Unidas. Las resoluciones de
las Naciones Unidas establecen claramente que el proceso de descolonización debe
llevarse a cabo con la negociación y el acuerdo de las partes, es decir, Marruecos y
el Frente Polisario, que permita el derecho a la libre autodeterminación del pueblo
del Sáhara Occidental.
Esta es la postura, señoría, que defiende el Gobierno de España, como la
defiende el conjunto de países en el seno de las Naciones Unidas.
Muchas gracias.
* * *
La señora MINISTRA DE ASUNTOS EXTERIORES Y DE COOPERACIÓN (Jiménez García-Herrera): Muchas gracias, señor presidente.
Señoría, para mí la libertad y la democracia consiste en depender tan solo de la
ley. Y la legalidad internacional es la que es. No admite interpretaciones. Como le
he indicado antes, España no es la potencia administradora del Sáhara Occidental;
se ponga como se ponga. Por tanto, las Naciones Unidas no nos considera...
* * *
35
La señora MINISTRA DE ASUNTOS EXTERIORES Y DE COOPERACIÓN (Jiménez García-Herrera): ... una parte en el conflicto, ni siquiera en las
negociaciones que deben concluir con el proceso de descolonización del territorio,
siempre a través del acuerdo de las partes y del ejercicio de la libre autodeterminación del pueblo saharaui. Eso sí, Marruecos es la administración de facto del territorio, reconocido como tal por las Naciones Unidas. Como especifica claramente
el Informe Corell de 22 de enero de 2002, España renunció unilateralmente a su
estatus de potencia administradora colonial en febrero de 1976. Y como reconoce
dicho informe, que vuelvo a citar, desde 1979 solo Marruecos –lo reconocen de
facto– ha administrado el territorio del Sáhara Occidental.
Así pues, señoría, la responsabilidad de España en relación con el Sáhara Occidental está en acompañar a Marruecos y al Frente Polisario para que alcancen un
acuerdo entre ellos, contribución que España ha realizado desde el primer momento, tanto en el plano bilateral como en el multilateral, con su activa participación
en el Grupo de Amigos del Sáhara, en el que también participan Estados Unidos,
Francia, Reino Unido y Rusia.
Muchas gracias.
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COMPARECENCIA ANTE EL PLENO DEL SENADO,
PARA RESPONDER A LA PREGUNTA DE IÑAKI MIRENA
ANASAGASTI OLABEAGA, SOBRE SI EL GOBIERNO SE
RATIFICA EN QUE EN VENEZUELA NO HAY PRESOS
POLÍTICOS, NI LOS ORGANISMOS INTERNACIONALES
ENCARGADOS DE LOS DERECHOS HUMANOS SE HAN
HECHO ECO DE LA SITUACIÓN EN LA QUE VIVEN
(BOCG núm 100, 16 de noviembre de 2010)
La señora MINISTRA DE ASUNTOS EXTERIORES Y DE COOPERACIÓN (Jiménez García-Herrera): Muchas gracias, señor presidente.
Señoría, me vuelve a hacer la misma pregunta que hace tres semanas y mi respuesta, lógicamente, no va a ser diferente. El Gobierno constata que las principales
organizaciones de derechos humanos que son consultoras de las Naciones Unidas
en esta materia, como Amnistía Internacional o Human Rights Watch, no señalan
la existencia de presos de conciencia en Venezuela, aunque hayan mostrado su
preocupación por ciertas prácticas judiciales o la falta de independencia judicial.
Me remito a lo que dicen las organizaciones de derechos humanos ligadas a las
Naciones Unidas.
Señoría, no le corresponde al Gobierno de España entrar a valorar las listas
de presos políticos que puedan elaborar distintas organizaciones. Al Gobierno
solamente le corresponde constatar si las organizaciones de derechos humanos
reconocidas en el sistema de las Naciones Unidas consideran que existen presos
de conciencia y, a partir de ahí, actuar conforme a los acuerdos internacionales
firmados por España en esta materia. Insisto en que si estas organizaciones no
reconocen presos de conciencia en Venezuela, el Gobierno tampoco puede considerarlas como tales.
Muchas gracias.
* * *
La señora MINISTRA DE ASUNTOS EXTERIORES Y DE COOPERACIÓN (Jiménez García-Herrera): Muchas gracias, señor presidente.
Señoría, por mucho que se empeñe con sus declaraciones, los hechos son los
hechos, y el contenido de las listas es el que viene en las organizaciones internacionales asociadas al sistema de Naciones Unidas. Por cierto, el pasado 5 de noviembre
el secretario de Estado de Asuntos Exteriores y miembros de la oficina de derechos
humanos de mi departamento mantuvieron una reunión con el director de la División Américas de Human Rights Watch, en la que se confirmó la inexistencia de
presos de conciencia en Venezuela. Pregunte al director de la División Américas de
Human Rights Watch. Pero lo que sí nos trasladó –y en eso venimos trabajando en
37
estos tiempos– es que, según esta organización de derechos humanos, existían problemas de independencia judicial, tal y como he dicho en mi primera intervención,
y se refirió particularmente al asunto del que usted se ocupó en la última pregunta:
la situación de la jueza Afiuni, afirmando que se trataba –y cito textualmente lo que
nos trasladó– de una detención arbitraria. Esa es la realidad de los hechos y lo que
nos trasladan las organizaciones de derechos humanos.
Señoría, España sigue con atención y con mucha preocupación la evolución
de la situación de los derechos humanos en todo el mundo. Es un principio de
acción de nuestra política exterior, también en Venezuela.
* * *
La señora MINISTRA DE ASUNTOS EXTERIORES Y DE COOPERACIÓN (Jiménez García-Herrera): En particular, el Gobierno sigue atentamente
el caso de la señora Afiuni y se compromete a abordar esta cuestión, tal y como
lo ha hecho en otras ocasiones, con las autoridades venezolanas en el marco del
diálogo bilateral sobre derechos humanos. Esa es la realidad; no son informes,
son realidades.
* * *
La señora MINISTRA DE ASUNTOS EXTERIORES Y DE COOPERACIÓN (Jiménez García-Herrera): Son hechos objetivos. Por cierto, que responderé
a todas las cartas que me lleguen y daré cuenta de ellas al destinatario antes que
a su señoría.
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COMPARECENCIA ANTE EL PLENO DEL SENADO, PARA
RESPONDER A LA PREGUNTA DE JOAN JOSEP NUET I
PUJALS, SOBRE SI EL GOBIERNO PIENSA CONDENAR LA
VIOLENCIA EJERCIDA POR LA POLICÍA Y EL EJÉRCITO DEL
REINO DE MARRUECOS ANTE LA PROTESTA PACÍFICA Y
CIVIL DEL PUEBLO SAHARAUI
(BOCG núm 100, 16 de noviembre de 2010)
La señora MINISTRA DE ASUNTOS EXTERIORES Y DE COOPERACIÓN (Jiménez García-Herrera): Muchas gracias, señor presidente.
Señoría, efectivamente los derechos humanos no han sido ni serán nunca
moneda de cambio para este Gobierno; no hay razón alguna que lo justifique y
este Gobierno no lo ha hecho nunca. Y como ya le he dicho antes al señor Tuñón,
el Gobierno de España, como todos los Gobiernos e instituciones internacionales,
ha expresado en primer lugar, y antes que nadie, por supuesto, su profunda preocupación por los sucesos que estaban teniendo lugar en el Sáhara Occidental;
ha pedido respeto desde el primer momento a los derechos fundamentales; ha
apelado al diálogo desde el primer momento entre las partes: Marruecos y el Frente
Polisario, y lo ha hecho siempre dentro del marco de Naciones Unidas, que es el
único cauce para dar una respuesta al conflicto.
Aunque se nos ha informado por una y otra parte de un número indeterminado
de víctimas –todavía no suficientemente aclarado por las dos partes–, se trata de
datos que no consideramos fehacientes, como tampoco los consideran ninguna de
las dos partes. Esperamos que en los próximos días podamos tener esa información,
que sea fidedigna, que sea contrastada y que nos permita un análisis definitivo de
la naturaleza y alcance de los hechos.
Muchas gracias.
* * *
La señora MINISTRA DE ASUNTOS EXTERIORES Y DE COOPERACIÓN (Jiménez García-Herrera): Señoría, cuando los hechos sean probados,
porque somos un Gobierno responsable y somos un Gobierno serio...
* * *
La señora MINISTRA DE ASUNTOS EXTERIORES Y DE COOPERACIÓN (Jiménez García-Herrera): Y, por cierto, señores del Grupo Popular, un
partido que aspira en algún momento a gobernar –supongo que en algún momento
tendrán esa aspiración– debería actuar con responsabilidad.
* * *
La señora MINISTRA DE ASUNTOS EXTERIORES Y DE COOPERACIÓN (Jiménez García-Herrera): Cuando los hechos sean probados actuaremos
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en consecuencia. Por cierto, con víctimas por ambos lados, tal y como ahora se
nos está comunicando.
El Gobierno no puede reaccionar ante opiniones, por muy respetables que
sean; tenemos que esperar hasta contrastar los hechos. Lo que sí puede hacer es
lo que hemos hecho: manifestar en todo momento nuestra profunda preocupación
por todos los datos de violencia que nos estaban llegando, aunque no estuvieran
contrastados.
Hemos hecho un llamamiento permanente al respeto a los derechos fundamentales y también hemos hecho un llamamiento permanente y solicitudes al Gobierno
de Marruecos para que permitiera el acceso a los medios de comunicación a fin de
que pudieran informar de manera transparente, desde la pluralidad informativa,
sobre lo que ocurría. Y al mismo tiempo quiero recordar que el Gobierno ha pedido
una investigación de lo ocurrido y que hemos desplegado todo un dispositivo en
materia de protección consular.
Señorías, lo importante en este momento es que, para que no vuelvan a repetirse episodios violentos de esta naturaleza, se mantenga el diálogo entre Marruecos
y el Frente Polisario. ¿O es que nadie es consciente de que la noche anterior a
que el campamento fuera desmantelado el Gobierno de Marruecos y el Frente
Polisario estaban reunidos y continuaron sus reuniones en los días siguientes? Es
que realmente es importante que las Naciones Unidas asuman el protagonismo
como marco de negociación...
* * *
La señora MINISTRA DE ASUNTOS EXTERIORES Y DE COOPERACIÓN (Jiménez García-Herrera): ... que permita el ejercicio del principio de libre
autodeterminación.
Por lo tanto, el Gobierno español tiene una responsabilidad histórica y va a
seguir jugando ese papel, facilitando el diálogo de las partes, manteniendo medidas de confianza y, desde luego, manteniendo nuestro papel en el marco de las
Naciones Unidas desde el punto de vista multilateral y bilateral.
Muchas gracias.
40
COMPARECENCIA ANTE EL PLENO DEL SENADO, PARA
RESPONDER A LA PREGUNTA DE DIONISIO GARCÍA
CARNERO, SOBRE LA OPINIÓN DEL GOBIERNO DE LA
REACCIÓN DE LOS PARTIDOS VENEZOLANOS INTEGRADOS
EN LA MESA DE LA UNIDAD TRAS LAS DECLARACIONES
DE LA MINISTRA DE ASUNTOS EXTERIORES Y DE
COOPERACIÓN EN EL SENADO, EN LAS QUE AFIRMABA
QUE EN VENEZUELA NO EXISTEN PRESOS POLÍTICOS
(BOCG núm 100, 16 de noviembre de 2010)
La señora MINISTRA DE ASUNTOS EXTERIORES Y DE COOPERACIÓN (Jiménez García-Herrera): Muchas gracias, señor presidente.
Señoría, en relación con la carta que me ha dirigido el señor Abeledo, el
secretario ejecutivo de la opositora Mesa de la Unidad, quiero señalarle que
está siendo analizada con toda atención por mi equipo y por mí misma, como no
puede ser de otra manera, como todas las cartas que me llegan, y a ella daremos
respuesta por el mismo canal de comunicación por el que nos la han hecho llegar,
exactamente el mismo.
Sin embargo, más allá de las consideraciones generales políticas sobre la
situación en Venezuela que se citan, solo se menciona un caso con nombres
y apellidos, uno, que es el de la jueza Afiuni, y ya me he referido a él en esta
Cámara. Hasta el momento, y tratándose de un caso que está en los tribunales,
tengo que constatar, señoría, y constar que a día de hoy la señora Afiuni no ha
sido declarada –y le repito lo mismo que al señor Anasagasti– presa de conciencia
por ninguna organización u organismo internacional de derechos humanos. Me
reitero en los criterios que he expuesto sobre este tema al señor Anasagasti hace
apenas unos minutos.
Muchas gracias.
* * *
La señora MINISTRA DE ASUNTOS EXTERIORES Y DE COOPERACIÓN (Jiménez García-Herrera): Gracias, señor presidente.
La verdad, señor García Carnero, que oyéndole a usted se entiende por qué
su partido es incapaz de ganar elecciones. Desde luego, con esa actitud populista
es incapaz. Y cuando utiliza determinados calificativos...
* * *
La señora MINISTRA DE ASUNTOS EXTERIORES Y DE COOPERACIÓN (Jiménez García-Herrera): Cuando utiliza determinados calificativos
dirigidos a presidentes de Gobiernos, presidentes de determinados países que han
sido elegidos democráticamente, deberían tener un poco de respeto institucional
41
porque realmente lo que usted está haciendo es un flaco favor si es que en algún
momento su partido tiene pensado, insisto, ganar las elecciones.
También hablaré más tarde, porque tengo una pregunta, sobre el viaje de
Bolivia y de Ecuador, pero ya de entrada le voy a pedir una cosa: que sea capaz de
mantener un mínimo respeto para los pueblos, para las etnias y para la forma de
expresar agradecimiento, como es el caso del pueblo Aymara, en Bolivia. Mantenga
un poco de respeto a todos los pueblos. En relación con la pregunta que me formula
en el día de hoy, le diré que el propio contenido de la carta que me dirige el señor
Abeledo dice que es necesario actuar en defensa de los derechos humanos con
criterios objetivos basados en el derecho internacional, y hacerlo caso por caso,
con nombres y apellidos; de lo contrario, correremos el riesgo, señoría, de caer en
una utilización subjetiva del derecho internacional. Y yo no estoy dispuesta –le
vuelvo a repetir lo que le dije antes al señor Anasagati–, la libertad consiste en
depender tan solo de la ley y de lo que el derecho internacional marca y de lo que
las organizaciones internacionales señalan, y no de lo que nosotros basamos en
opiniones. Esta es la realidad de la situación. Porque si seguimos basándonos en
opiniones y con un criterio subjetivo de la legalidad internacional, lo que emane
de ahí le privaría de toda legalidad, de toda legitimidad y de toda eficacia.
* * *
La señora MINISTRA DE ASUNTOS EXTERIORES Y DE COOPERACIÓN (Jiménez García-Herrera): Termino, señor presidente.
Esta actitud es también parte de una defensa responsable de los derechos
humanos que corresponderá, en primer lugar, determinar a las autoridades judiciales venezolanas.
Muchas gracias.
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COMPARECENCIA ANTE EL PLENO DEL SENADO, PARA
RESPONDER A LA PREGUNTA DE JUAN VAN-HALEN ACEDO,
SOBRE SU OPINIÓN EN RELACIÓN CON EL ATAQUE QUE
SU HOMÓLOGO MARROQUÍ PROFIRIÓ, EN SU PRESENCIA,
CONTRA LA PRENSA ESPAÑOLA
(BOCG núm 100, 16 de noviembre de 2010)
La señora MINISTRA DE ASUNTOS EXTERIORES Y DE COOPERACIÓN (Jiménez García-Herrera): Gracias, señor presidente.
Señoría, el Gobierno del que formo parte considera que la libertad de información es uno de los pilares de la democracia, de los derechos humanos y del Estado
de derecho, y, en consecuencia, tiene muy presente y defiende en todo momento
el respeto al derecho a la libertad de información y de expresión en el ejercicio de
sus funciones, con total normalidad y total tranquilidad. No hay más matices.
Y, como no podía ser de otra manera, este Gobierno tiene una alta valoración de la prensa española y de cómo lleva a cabo su labor informativa, y en este
sentido, considero que nuestro país cuenta con una prensa libre, de calidad y
democrática.
Esa es nuestra opinión. Gracias.
* * *
La señora MINISTRA DE ASUNTOS EXTERIORES Y DE COOPERACIÓN (Jiménez García-Herrera): Muchas gracias, señor presidente.
Señoría, simplemente, un poco más de seriedad, un poco más de respeto y
un poco más de sentido de Estado, básicamente, eso es lo que necesitan. En todo
caso, le vuelvo a contestar como empecé en la rueda de prensa con motivo de la
visita del ministro de Asuntos Exteriores de Marruecos: la política española de
información es diferente a la política marroquí, y ya dije que no coincidía, ya dije
que no coincidía –eso está grabado también– con lo expresado por el ministro
de Asuntos Exteriores de Marruecos, y le vuelvo a decir que no compartía sus
declaraciones, y no comparto sus declaraciones.
No obstante, aprovecho, señoría, esta ocasión para apoyar, como siempre he
hecho, el trabajo de la prensa libre en España y para ofrecer el apoyo del Gobierno
de España, como estamos haciendo en Marruecos y en todos los países, y como lo
he venido haciendo en todas las declaraciones desde el primer día en que tuvimos
conocimiento de este tipo de agresiones.
Muchas gracias.
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COMPARECENCIA ANTE EL PLENO DEL SENADO, PARA
RESPONDER A LA PREGUNTA DE MARÍA EMELINA
FERNÁNDEZ SORIANO, SOBRE LA VALORACIÓN QUE HACE
EL GOBIERNO DE LA RECIENTE GIRA QUE HA REALIZADO
POR BOLIVIA Y ECUADOR
(BOCG núm 100, 16 de noviembre de 2010)
La señora MINISTRA DE ASUNTOS EXTERIORES Y DE COOPERACIÓN (Jiménez García-Herrera): Gracias, señor presidente.
Señoría, como sabe, la gira que realicé a Bolivia y a Ecuador se encontraba ya
programada por mi antecesor y, cuando fui nombrada, ambos Gobiernos manifestaron su enorme interés para que mantuviera la visita a estos países.
Iberoamérica constituye una prioridad de la política exterior española. Podemos afirmar que el futuro de España en parte reside en América Latina. Por ello es
tan importante que reforcemos nuestros vínculos, tanto políticos como económicos
y de cooperación. Ese fue el objetivo de la gira, como ha puesto de manifiesto su
señoría. En los dos países tuvimos un mismo esquema de trabajo con el objetivo
final de reforzar los vínculos en esos tres ámbitos que he señalado: político, comercial y de cooperación.
Desde el punto de vista político, mantuve, en ambos países, reuniones con los
presidentes, además de con los ministros de Asuntos Exteriores, lo que revela el
alto grado de interlocución que tiene España tanto con Bolivia como con Ecuador.
Este alto nivel de interlocución nos ha permitido abordar todos los temas que nos
preocupan ante las máximas autoridades del Estado, cuestiones que incluyen en
ambos países grandes inversiones en sectores tales como hidrocarburos, infraestructuras o telecomunicaciones. Son sectores estratégicos en los que España, en
los que la empresa española quiere consolidar su posición.
Esta actividad se enmarca en lo que en mi toma de posición declaré que
constituía una prioridad en mi programa de trabajo, la llamada diplomacia económica, con el objetivo siempre de contribuir a mejorar la posición económica de
las empresas españolas y, por tanto, de España.
Finalmente, desde el punto de vista de la cooperación he mantenido con
las autoridades de Bolivia y Ecuador un diálogo muy franco y fluido en materia
migratoria basado en el respeto de los derechos humanos. En el caso de Ecuador,
firmamos, entre otras iniciativas, el acuerdo que permitirá la entrada en vigor el
día 1 de enero del año 2011 del convenio bilateral de Seguridad Social. En Bolivia
se insistió en la importancia de seguir trabajando en el área de saneamiento y del
agua como una de las principales líneas de actuación de la cooperación española
que se desarrolla en el marco del fondo del agua. Además, este último viaje, el de
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Bolivia, sirvió para preparar la próxima visita del presidente del Gobierno a ese
país los próximos días 1 y 2 de diciembre.
Muchas gracias.
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COMPARECENCIA ANTE EL PLENO DEL CONGRESO DE
LOS DIPUTADOS, PARA PRESENTAR EL PRESUPUESTO
CORRESPONDIENTE A SU MINISTERIO
(BOCG núm 204, de 16 de noviembre de 2010)
La señora MINISTRA DE ASUNTOS EXTERIORES Y DE COOPERACIÓN (Jiménez García-Herrera): Señora presidenta, señorías, nuestro presupuesto
para el año 2011 está condicionado, como no podría ser de otro modo, por las
circunstancias macroeconómicas que condicionan el conjunto de la ley general de
presupuestos del año 2011. En cualquier caso, en el horizonte macroeconómico se
atisban perspectivas de mejora y, de hecho, el Gobierno cuenta con una previsión
de evolución positiva del PIB del 1,3 por ciento para finales del año 2011. Como
forma de combatir los efectos negativos de esta situación, el Gobierno ha adoptado un conjunto de medidas que permitirán, entre otros logros, reducir el déficit
del conjunto de las administraciones públicas a un 6 por ciento del PIB frente al
11,2 por ciento del año 2009, de manera que nos acerquemos, progresiva y firmemente, a cumplir los límites del Pacto de Estabilidad de la Unión Europea en el
horizonte del 2013, tal como requiere el compromiso de España con la Comisión.
Una parte considerable de tales medidas se ha aplicado ya en el 2010, con lo que
el presupuesto del Estado realmente disponible ha quedado reducido de un modo
significativo. Nuestro ministerio, lógicamente, no podía ser una excepción y se ha
visto afectado también por el resultado de la aplicación de tales medidas.
Entre ellas citaré el Plan de austeridad, los acuerdos de Secciones 12 y 34,
Asuntos Exteriores y de Cooperación y Relaciones financieras con la Unión Europea no disponibilidad, el Plan de revisión de gasto público y el Real Decreto-ley
8/2010, de 20 de mayo, sobre retribuciones del personal de la Administración
General del Estado. Con todo ello, la dotación prevista para el año 2011 se va a
situar en 2.645,7 millones de euros. Dentro de tal cifra, el presupuesto no financiero será de 1.550,3 millones y el presupuesto financiero dispondrá de un importe
de 1.095,3 millones de euros para el año 2011. Señorías, a partir de tales cifras
puedo afirmar que nuestro presupuesto sigue gozando de una perspectiva evolutiva
saludable. Así, si tomamos en consideración el ejercicio 2004, constatamos que
hemos pasado de una dotación de 1.044,9 millones de euros a otra de 2.645,7
millones, lo que supone una diferencia positiva de 1.600,8 millones de euros y,
por ello, un crecimiento del 153,2 por ciento. Otro tanto puede decirse del peso
relativo de nuestros créditos frente al conjunto del subsector Estado, parámetro
en el que seguimos manteniendo una fuerte tasa de crecimiento desde el punto
de vista evolutivo, ya que el porcentaje de 1,26 de que dispondremos para el año
2011 supera considerablemente el 0,67 con que contábamos en el año 2004, lo que
significa un incremento del 88,1 por ciento en estas dos últimas legislaturas.
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Como saben, señorías, las competencias de mi departamento suponen trabajar
en dos grandes áreas de actuación: por un lado, la acción exterior del Estado y, por
otro, la cooperación internacional al desarrollo. Me referiré, en primer lugar, al
área de acción exterior del Estado, que va a disponer de un presupuesto de 621,8
millones de euros. Se trata de un presupuesto adaptado a la nueva organización
del ministerio que ha supuesto la eliminación de una secretaría de Estado, dos
secretarías generales y cuatro direcciones generales. Con esta nueva estructura
se pretende lograr un mayor dinamismo acorde con el redimensionamiento que
se está produciendo en el conjunto de la Administración General del Estado, que
va a permitir continuar en la senda de la consecución de los objetivos marcados
mediante una estructura más ligera a partir de las siguientes directrices: la defensa
de la paz y la seguridad, la protección de los derechos humanos, la promoción de los
valores democráticos y el impulso a la efectividad de la legalidad internacional.
Bajo estas directrices, las principales líneas de acción que se pretenden llevar a
cabo en el año 2011 derivan en buena medida de los logros y planteamientos que
se han efectuado durante el periodo de nuestra Presidencia de la Unión Europea.
Dichas líneas vienen constituidas, en primer lugar, por el impulso del Servicio
Europeo de Acción Exterior; en segundo lugar por el relanzamiento del proceso
de paz en Oriente Medio, y en tercer lugar, por el fortalecimiento de la presencia
española a través del Plan África, el apoyo siempre permanente a las actuaciones
en América Latina y el fomento de las relaciones económicas y comerciales bilaterales y multilaterales en general, y en particular con aquellas regiones y organismos
internacionales objeto de planes específicos, como es el caso del Plan Asia-Pacífico
2008-2012, o del ya citado Plan África.
Señorías, creo que todos coincidimos en que en el mundo en el que vivimos
no hay compartimentos estancos. Vivimos en un mundo de redes, de vasos comunicantes en el que los procesos globales afectan por igual a todas las dimensiones
de nuestra política exterior. Sin embargo, a título ilustrativo creo conveniente
recordarles que tales dimensiones enmarcan un conjunto de actividades que es
necesario destacar como soporte a las dotaciones presupuestarias de que disponemos. Desde el punto de vista de la acción diplomática bilateral tenemos, por
un lado, la defensa de los intereses españoles y, por otro, la potenciación o el
fortalecimiento de las relaciones de España con el conjunto de los países. Desde la
perspectiva de la acción multilateral es importante y fundamental la participación
activa en las organizaciones internacionales y el trabajo que venimos desarrollando
en la protección de los derechos humanos.
En cuanto a la acción consular, he de destacar la protección y asistencia
consular a los ciudadanos españoles y la defensa de los intereses en el exterior, así
como la canalización de los flujos de ciudadanos extranjeros que se desplazan a
España y en lo que se refiere a la acción diplomática en el ámbito económico, o el
apoyo a la empresa española en su dimensión internacional. Estos cuatro ámbitos
de actuación enmarcados dentro del programa de acción del Estado en el exterior
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disponen de unas dotaciones comunes que constituyen los gastos en recursos
humanos y materiales, y en infraestructuras y seguridad de nuestras representaciones en el exterior, a los cuales vamos a destinar 347,5 millones de euros y 21,3
millones de euros, respectivamente. Además, dicho programa contiene dotaciones
específicas para dichos ámbitos en los términos siguientes: la acción multilateral,
126 millones de euros; la acción bilateral y económica, 5,3 millones de euros y la
acción consular, 4,3 millones de euros.
Otro programa destacable dentro del área de acción exterior es el de la acción
diplomática para la Unión Europea, que tendrá una dotación de 24 millones de
euros destinados a costear la asistencia de altos cargos y funcionarios a reuniones de la Unión Europea, la presencia en los comités de coordinación con otros
ministerios, comunidades autónomas y ciudades y entidades locales, también a
la subvención de actividades relacionadas con la Unión Europea y a cursos de
formación al respecto, así como la participación en el equipo de tres presidencias
durante el primer semestre del año 2011.
Debo señalar, señoría, que una buena parte de la diferencia entre los presupuestos del año 2010 y del 2011 en este programa se debe a la supresión de los
créditos con los que se ha contado en el presente ejercicio para sufragar los gastos
inherentes a la Presidencia española en el Consejo de la Unión Europea. Además,
el área de acción exterior cuenta con el soporte de dos programas instrumentales que sufragan los gastos de los servicios centrales en aspectos tales como los
recursos humanos y materiales, con 84 millones de euros; las infraestructuras y la
seguridad, con 4,5 millones de euros; la tramitación, el seguimiento y la custodia
de los tratados internacionales, con un 1,2 millones de euros; el desarrollo de la
intranet y de la página web, con 1,5 millones de euros y, por último, las conexiones
telemáticas para el registro civil consular y la implantación de la firma electrónica,
que cuentan ya con 2,3 millones de euros.
La segunda gran área de actuación de mi departamento es la de la cooperación
internacional para el desarrollo, cuyas actividades se dedican mayoritariamente
a la gestión de la ayuda oficial al desarrollo que corresponde a ese ministerio. En
esa materia nos guía como principal propósito la consecución de los Objetivos
de Desarrollo del Milenio, entre los que se incluyen la lucha contra el hambre y
la pobreza extrema, la igualdad de género y la educación primaria o la salud. (El
señor presidente ocupa la Presidencia.) La línea de acción en este ámbito de la
cooperación internacional para el desarrollo se enmarca lógicamente dentro del
Plan director de la cooperación española 2009-2012, que apuesta por la calidad y
por la eficacia de la ayuda tanto en las relaciones con aquellos países denominados
como prioritarios de la cooperación española como también en el plano multilateral. En lo que respecta a la cooperación cultural específicamente, las líneas de
acción se van a canalizar a través del fomento de los intercambios culturales y
científicos y de la promoción en el extranjero del español y también de las demás
lenguas cooficiales de España. Bajo esta estructura, las actividades más relevantes
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que se van a llevar a cabo en el próximo ejercicio serán las siguientes: la adaptación
a la Declaración de París sobre la eficacia de las ayudas; la coordinación de los
distintos actores de las administraciones públicas españolas que intervienen en el
sistema de ayuda oficial al desarrollo; el fortalecimiento de la acción humanitaria;
el fomento de la cooperación en sus planos cultural, científico y tecnológico; la
potenciación de la red de centros asociados y acreditados por el Instituto Cervantes, y la promoción de las lenguas españolas y de nuestra cultura a través de las
nuevas tecnologías.
Desde el punto de vista económico, para esta gran área de actuación el proyecto de presupuestos para el año 2011 contiene una considerable dotación de
2.023,9 millones de euros que nos van a permitir garantizar el logro de los objetivos
planteados. De este modo continuaremos disponiendo de un montante de casi mil
millones de euros en el instrumento de reciente creación, que es el Fondo para
la promoción del desarrollo, el Fonprode, que sustituye a los que hasta ahora se
denominaban fondos FAD y Fondo para la concesión de microcréditos. Ello se va
a producir a través de las correspondientes enmiendas planteadas en esta Cámara
para adaptar la Ley de Presupuestos a esta nueva ley de Fonprode.
En lo que se refiere al Fondo de cooperación para agua y saneamiento, las
dificultades económicas de austeridad presupuestaria en las que nos movemos
han obligado a aplazar la finalización del compromiso de nuestras aportaciones,
que por un total de 1.200 millones de euros estaba previsto que concluyeran en el
año 2012. Con esta nueva periodificación, esta cuantía la alcanzaremos en el año
2005. Mantenemos el compromiso y posponemos dos años más el cumplimiento
del fondo que creamos en su momento.
Por su parte, los dos organismos públicos adscritos al ministerio a través de la
Secretaría de Estado de Cooperación Internacional han realizado unos considerables esfuerzos presupuestarios para mantener su nivel de dotación en un entorno
similar al del año 2010. En el caso de la Aecid, su presupuesto será de 880,8 millones de euros en el año 2011, de los que el ministerio le transferirá 834,4 millones.
Un importante factor que influye en la disponibilidad del presupuesto total de la
Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo es la inclusión
de un buen montante de ingresos propios a través de su remanente de tesorería,
por un importe de 37,5 millones de euros. Con esta medida se va a mantener la
realización de los programas bilaterales que ya están en curso, tanto los que ejecuta la propia agencia como los que se gestionan a través de las organizaciones no
gubernamentales para el desarrollo, así como también la atención humanitaria a la
que antes he aludido. Por lo que se refiere al Instituto Cervantes, su dotación será
de 102,8 millones de euros en el año 2011 y de ellos mi departamento le transferirá
86,7 millones. El instituto ha promovido el incremento de las actividades que,
como valor de la lengua, repercuten en su resultado comercial, así como también
el crecimiento de sus ingresos por patrocinio. De este modo podremos mantener
la actividad desarrollada por la red de centros y por su red de bibliotecas, que es
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la mayor red de bibliotecas españolas en todo el mundo.
Señorías, como saben también, mi departamento es el que tiene mayor nivel
de participación entre todas las entidades que configuran la ayuda oficial al
desarrollo española. Ello va a seguir siendo así a pesar de la situación de austeridad presupuestaria en la que nos movemos. Prueba de ello es que continuamos
representando el 48,4 por ciento de toda la ayuda oficial al desarrollo -igual que
en el año 2008-, con un notable incremento respecto al volumen de nuestra
participación en el año 2004, en el que era tan solo del 19,2 por ciento. No hay
que olvidar nunca esta cifra de referencia: en el año 2004 representábamos un
19,4 y en el año 2011 representamos un 48,4. Entre dicho ejercicio y el actual
se ha producido un incremento de nuestra participación del 145,8 por ciento.
Quiero referirme con detalle a este tipo de ayuda que, si bien se construye
mayoritariamente a través de los créditos del área de cooperación internacional
para el desarrollo, también participa en menor medida de algunas dotaciones del
área de acción exterior del Estado. En particular, en la distribución de esta cifra
corresponden, en primer lugar, 939,1 millones de euros al presupuesto no financiero, compuesto en este caso por contribuciones a organismos internacionales no
financieros, contribuciones a operaciones para el mantenimiento de la paz, gastos
y aportaciones desde la Aecid, gastos del Instituto Cervantes y otros desembolsos
bilaterales. En segundo lugar, con respecto al presupuesto financiero la cifra es de
1.132,2 millones de euros, que corresponden al nuevo instrumento Fonprode y al
Fondo de cooperación para agua y saneamiento. El conjunto de ambas aportaciones totaliza 2.072,4 millones de euros que se enmarcan dentro de los casi 4.300
millones del total que hay en España.
Señorías, se trata, en resumen, de un presupuesto austero como el del resto
de los departamentos, en consonancia con la Administración General del Estado
y el esfuerzo que estamos haciendo para reducir el déficit público, y planteado
para alcanzar el objetivo establecido en el Pacto de Estabilidad de la Unión
Europea. Ese el objetivo del Gobierno. Sin embargo, no por ello renunciamos
a nuestras metas. Hemos hecho un gran esfuerzo muy sólido y solvente para
que con los recursos disponibles podamos realizar los objetivos que teníamos
previstos. Insisto en que no renunciamos a nuestras metas. Quizá una de las más
emblemáticas es la consecución del 0,7 por ciento de la renta nacional bruta en
2015, tal como ha establecido Naciones Unidas en los objetivos de desarrollo
del Milenio, por lo que nos comprometemos a realizar todos los esfuerzos que
sean precisos para lograrlo dentro –insisto– de esas disponibilidades financieras
y de este contexto de austeridad presupuestaria.
Muchas gracias.
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COMPARECENCIA ANTE LA COMISIÓN DEL CONGRESO DE
LOS DIPUTADOS, PARA INFORMAR SOBRE LOS RECIENTES
INCIDENTES EN EL SÁHARA OCCIDENTAL, SOBRE LOS
INCIDENTES ACAECIDOS EN EL AAIÚN A PETICIÓN DEL
GRUPO PARLAMENTARIO DE ESQUERRA REPUBLICANAIZQUIERDA UNIDA-INICIATIVA PER CATALUNYA VERDS,
EXPLICAR LOS RECIENTES ACONTECIMIENTOS OCURRIDOS
EN EL AAIÚN Y SI SU MINISTERIO TIENE PENSADO LLEVAR
A CABO ALGÚN TIPO DE ACTUACIÓN AL RESPECTO. A
PETICIÓN DEL GRUPO PARLAMENTARIO POPULAR EN
EL CONGRESO E INFORMAR ACERCA DE LA POSICIÓN
DEL GOBIERNO CON RESPECTO A LOS GRAVÍSIMOS
INCIDENTES OCURRIDOS EN LOS ÚLTIMOS DÍAS EN EL
SÁHARA OCCIDENTAL, Y SOBRE LAS MEDIDAS QUE PIENSA
ADOPTAR PARA APOYAR EL EJERCICIO DE LA LIBERTAD DE
PRENSA EN LA ZONA
(BOCG núm 658, 18 de noviembre de 2010)
La señora MINISTRA DE ASUNTOS EXTERIORES Y DE COOPERACIÓN (Jiménez García-Herrera): Señorías, comparezco por primera vez en esta
Comisión de Asuntos Exteriores desde mi nombramiento y lo hago para tratar una
cuestión específica, que son los recientes sucesos en el Sáhara Occidental. Es costumbre parlamentaria que la primera comparecencia de un miembro del Gobierno
ante la Comisión de su competencia se produzca para tratar con carácter de las
líneas generales de trabajo de su departamento; compromiso que mantengo intacto
y que, tal y como ha decidido la propia Mesa, haremos efectivo el próxima día 15
de diciembre. Como sus señorías saben, en los últimos días he tenido oportunidad
de referirme a la situación en el Sáhara Occidental en varias ocasiones, tanto en
comparecencias ante la prensa como en sede parlamentaria, al responder a varias
preguntas orales y a una interpelación en el Pleno del Senado esta misma semana.
Sin embargo, esta comparecencia ante la Comisión de Asuntos Exteriores, a petición del propio Gobierno y de algunos grupos, me ofrece la oportunidad de tratar
el asunto en su verdadera amplitud y al mismo tiempo hacer las aclaraciones o
responder a las preguntas que puedan surgir en el curso del debate.
Señorías, a lo largo de mi intervención me referiré a los sucesos ocurridos
en el campamento de Agdym Izik, al estatuto del Sáhara Occidental y a la
posición española respecto a esta cuestión, así como también a las relaciones
con Marruecos tanto desde su perspectiva bilateral como multilateral. Antes
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de entrar en el detalle de estas cuestiones, quiero comenzar destacando cuatro
aspectos que estarán presentes en el conjunto de mi intervención y que representan el núcleo de la actuación del Gobierno en relación con los recientes sucesos
en el Sáhara Occidental. En primer lugar, el compromiso del Gobierno con los
derechos fundamentales; compromiso que nos ha llevado a expresar desde el
primer día nuestra profunda preocupación por la utilización de la violencia así
como por la dificultad para conocer la verdadera dimensión de lo sucedido, a
lo que ha contribuido la imposibilidad para que la prensa pudiera acceder al
territorio del Sáhara Occidental. En este sentido, el Gobierno ha insistido en la
necesidad de que las autoridades marroquíes permitiesen el acceso a los medios
de comunicación, y hemos solicitado, asimismo, a las autoridades marroquíes
información fidedigna sobre los sucesos, investigación sobre los mismos y de
manera particular una investigación para esclarecer la muerte del ciudadano
español Baby Hamadi Buyena. Quisiera afirmar en este ámbito que el Gobierno
quiere que haya un informe claro e independiente de los hechos, y recordamos
en este sentido la posición que ya ha manifestado el Gobierno con motivo del
debate abierto en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas hace varios
meses, apoyando la inclusión del debate sobre derechos humanos en el mandato
que en este momento tiene en vigor la Minurso. En segundo lugar, el Gobierno
ha apelado desde el primer momento al diálogo entre las partes, entre Marruecos
y el Frente Polisario, en el marco de Naciones Unidas como único cauce para
encontrar una solución al conflicto. Insisto, desde el primer momento España
ha trabajado para que continúe el diálogo entre Marruecos y el Frente Polisario,
y en este sentido el Gobierno valora y ha valorado de manera muy positiva que
las partes decidieran, incluso el mismo día de los sucesos de El Aaiún, continuar
sus conversaciones directas.
En tercer lugar, el Gobierno considera fundamental mantener la interlocución con Marruecos. Solo si mantenemos esa interlocución podemos contribuir a
alcanzar una solución al conflicto, a que se esclarezcan los hechos, acompañando
en todo momento como parte fundamental en este proceso de negociación. Y,
en cuarto lugar, esa interlocución nos ha permitido desde el primer momento
llevar a cabo la asistencia consular necesaria a favor de los ciudadanos españoles
que o estaban en la zona o intentaron desplazarse a la misma. El Gobierno puso
en marcha desde el primer momento su acción consular para prestar asistencia
y protección a los ciudadanos españoles que lo pudieran necesitar, estando en
contacto directo con ellos, tanto desde nuestros servicios consulares radicados en
Rabat como los que tenemos en España. Este contacto regular con los ciudadanos españoles se ha mantenido a lo largo de estas últimas semanas, incluso desde
el primer momento que tuvimos conocimiento del asentamiento, hace ya algo
más de un mes, con los activistas españoles en El Aaiún hasta que regresaron a
España. Quiero recordar también en este contexto la actuación de las autoridades
consulares españolas acompañando a los parlamentarios españoles a los que no se
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permitió el viaje desde Casablanca a El Aaiún y que recibieron en esa ciudad y en
el aeropuerto la asistencia de nuestro cónsul.
Señorías, a partir de la segunda semana de octubre de 2010, un número creciente de ciudadanos saharauis, muchos de ellos jóvenes –las cifras oscilan, según
las fuentes de 2.000 a 20.000– levantaron un campamento de jaimas, el campamento de Agdym Izik, a unos 15 kilómetros de El Aaiún. Sus reivindicaciones,
según manifestaron en ese momento los principales líderes del campamento, eran
para protestar contra el deterioro de sus condiciones de vida. Lo que comenzó
siendo una reivindicación, parece ser de carácter socioeconómico y de naturaleza
pacífica, se fue endureciendo poco a poco con motivo, primero, de la muerte de
un menor saharaui en un control policial y terminó con el desmantelamiento del
campamento el pasado 8 de noviembre, con una secuela de víctimas, bien de
fallecidos o de heridos, de la que aún se desconoce su cifra exacta. El representante
especial del secretario general para Minurso en las consultas oficiosas del Consejo
de Seguridad que se celebraron hace dos días, manifestó que no tienen datos sobre
las mismas. Se limitó a enumerar las cifras proporcionadas por Marruecos y por el
Frente Polisario, cifras que, por no estar suficientemente contrastadas el Gobierno
toma con una cierta cautela. A estos sucesos descritos se añade el impedimento
de desplazarse a El Aaiún y de entrar en los campamentos a los medios de comunicación, a representantes políticos de países europeos, como ocurrió con los tres
parlamentarios españoles, y también con los activistas españoles. El Gobierno ha
seguido desde el principio con la máxima atención y con gran preocupación la
evolución de los acontecimientos. Para comprender su actuación sobre el terreno,
considero necesario explicar la razón por la cual no existe una representación
española en El Aaiún. El estatus especial del territorio del Sáhara Occidental, al
que luego me voy a referir, no permite otra presencia española que una oficina
administrativa, que es la depositaría de los bienes inmuebles que el Estado español posee allí. A través de esta oficina, y en la medida de sus posibilidades, se ha
velado en todo momento por la seguridad de los españoles presentes en El Aaiún,
y ante el agravamiento de la situación el Gobierno dio además instrucciones al
cónsul general de España en Rabat para que ejerciera la protección consular de los
ciudadanos españoles en El Aaiún. Como ya he señalado, el Gobierno también ha
pedido oficialmente información a las autoridades marroquíes sobre la muerte de
un español nacido en El Aaiún, Baby Hamadi Buyena, que es de quien tenemos
constancia en este momento que corresponde con la nacionalidad española.
Señorías, el Sáhara Occidental es uno de los territorios no autónomos que
regula el capítulo XI de la Carta de Naciones Unidas, y por ello figura entre los dieciséis territorios no autónomos inscritos en la lista de la Asamblea General porque
no ha culminado su proceso descolonizador. Se trata, por tanto, de un territorio
pendiente de descolonización que requiere el ejercicio de la libre determinación de
la población saharaui. El cómo, cuándo y con qué opciones depende básicamente
y en este momento del acuerdo entre las partes y la comunidad internacional. La
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posición española, que es coincidente con la doctrina de Naciones Unidas y con la
postura mantenida por la mayoría de la comunidad internacional, es la siguiente.
En primer lugar, la cuestión del Sáhara Occidental se tiene que resolver mediante
el ejercicio del derecho a la autodeterminación. Esto queda claramente establecido
en el dictamen consultivo del Tribunal Internacional de Justicia de 16 de octubre de
1975, donde se dice literalmente: El tribunal no comprobó que existieran vínculos
jurídicos capaces de modificar la aplicación de la resolución 1514 en lo que se
refiere a la descolonización del Sáhara Occidental y, en particular, a la aplicación
del principio de la libre determinación mediante la expresión libre y auténtica de
la voluntad de las poblaciones del territorio. En segundo lugar, el corpus jurídico
aplicable son las resoluciones 1514, 1541 y 2625, de la Asamblea General de Naciones Unidas. En tercer lugar, la concreción de esos principios se realiza mediante
las resoluciones sobre el Sáhara Occidental de la Asamblea General y del Consejo
de Seguridad de Naciones Unidas. En particular las de este último organismo
establecen unánimemente los elementos que tienen que reunir la solución en
una fórmula que se mantiene invariable en todas las resoluciones del Consejo de
Seguridad de Naciones Unidas desde el año 2002: solución política justa, duradera
y mutuamente aceptable, que prevea la libre determinación del pueblo del Sáhara
Occidental en el marco de disposiciones conforme a los principios y propósito de
la Carta de Naciones Unidas.
La posición española sigue milimétricamente la del Consejo de Seguridad,
reiterando los dos elementos de la solución: acuerdo entre las partes y centralidad
del corpus jurídico de Naciones Unidas. Esa es la posición que han mantenido todos
los gobiernos de España desde el año 1976 de forma constante, clara y coincidente
con las resoluciones de la ONU y de la UA, que es la actual Unión Africana. La
actuación de España además no se ha limitado a defender con firmeza la solución
del problema, la identificación de la solución, sino que se ha implicado activa y
constantemente en la búsqueda del arreglo y ha contribuido, quizá como ningún
otro Estado, a enfocar la atención de la comunidad internacional hacia el Sáhara
Occidental y a recordarle que es un conflicto de resolución fundamental, crucial,
esencial para el porvenir de la región y también para la vigencia del acervo de
Naciones Unidas en materia de descolonizadora. La concreción de esta implicación
activa la hemos materializado a través del impulso permanente y constante del
Grupo de amigos del Sáhara Occidental, que está formado, además de por España,
por los otros miembros permanentes del Consejo de Seguridad, Estados Unidos,
Francia, Reino Unido y Rusia y, en particular, la participación en la redacción del
borrador de resolución del Consejo de Seguridad que renueva periódicamente el
mandato de Minurso; en segundo lugar, con el apoyo que hemos dado al enviado
personal del secretario general de Naciones Unidas para el Sáhara Occidental desde
el punto político pero también logístico; y, por último, con la defensa del papel de la
Minurso. Quisiera hacer especial hincapié en este punto, que es extraordinariamente importante porque establece la dirección que ha seguido y debe seguir la política
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exterior española en este tema. El Sáhara Occidental es un asunto que compete
fundamentalmente a la comunidad internacional, en el que el sistema de Naciones
Unidas es un actor fundamental, tanto desde el punto de vista doctrinal, mediante
el dictamen del Tribunal Internacional de Justicia y las disposiciones conforme a
los principios y propósitos de la Carta de Naciones Unidas, como desde el punto
de vista ejecutivo, mediante las resoluciones del Consejo de Seguridad y, desde el
punto de vista operativo, mediante la actividad de Minurso. España presta a esta
cuestión una atención preferente desde la instauración de la democracia y tiene,
como pide el Consejo de Seguridad a las partes, una visión realista que persigue,
con un espíritu de compromiso, contribuir a solucionar el conflicto.
La política española en el Sáhara Occidental es una política de Estado y una
política de principios, conscientes del papel histórico que España ha desempeñado
y también muy conscientes de la especial sensibilidad que existe en la sociedad
española sobre el pueblo saharaui y su situación actual.
Paso ahora a ocuparme del asunto relativo a la responsabilidad de España
en relación con el Sáhara Occidental. Quiero subrayar que, más allá de nuestra
particular vinculación histórica, que la tiene, no tiene responsabilidades en el
Sáhara Occidental desde el 26 de febrero de 1976, cuando la Administración
española abandonó el territorio, momento en que el embajador representante de
España ante Naciones Unidas dirigió una carta al secretario general de la organización informándole de que España se considera desligada en lo sucesivo de toda
responsabilidad internacional con relación a la administración de dicho territorio.
Pero es que esa comunicación y esta posición, no solo se hace en el año 1976,
sino que se recoge de forma reiterada año tras año, en la Declaración anual sobre
territorios no autónomos de la Asamblea General de Naciones Unidas. Por tanto,
no fue solo la Declaración de 1976, sino la posición que España ha mantenido en
los informes anuales en relación a dichos territorios. Por lo tanto, España no es
potencia administradora del Sahara Occidental al haber renunciado al ejercicio
efectivo de esa administración a través de la citada carta, pero también de sus
posteriores actos renovados actualmente.
Naciones Unidas, y España con ella, constata la presencia de la Administración
marroquí en el territorio. En tanto no se produzca la descolonización del mismo
bajo los parámetros y el marco de Naciones Unidas, ejerce una administración que
es de facto y es acordada. Esta situación no supone ni implica que el Gobierno
español no conceda importancia ni preste la mayor atención a lo que sucede en el
Sáhara Occidental o que no se interese por la suerte de la población saharaui, en
especial por la residente en los campamentos de Tinduf, que es la más necesitada
de ayuda y la gran receptora de la ayuda humanitaria española. Por el contrario,
España es, al margen de las partes en conflicto, el país de toda la comunidad
internacional que más se preocupa por estos asuntos y el que más solidario se ha
mostrado desde el primer momento con la población saharaui. Antes y ahora.
Por todas estas razones, el Gobierno de España en el curso de los recientes suce-
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sos pidió a las autoridades marroquíes que mantuvieran con los responsables del
campamento y que negociaran con los mismos para encontrar una solución y una
salida. La negociación, como he señalado antes, se mantuvo entre ambos incluso
el mismo día 8 de noviembre, día en que se produjo el desmantelamiento del
campamento. Es evidente la especial vinculación de España con el Sáhara Occidental y es evidente también que existe una enorme sensibilidad por parte de la
sociedad, la opinión pública española, sobre todo lo que ocurre en dicho territorio.
Al mismo tiempo, es importante señalar que España no es parte en el conflicto ni
en las negociaciones. Acompañamos, ayudamos a las partes, generamos un clima
de confianza, impulsamos, pero el papel que nos corresponde es el de propiciar,
colaborar, acompañar el proceso de negociación y mantener una cooperación al
desarrollo que permita al pueblo saharaui vivir en unas condiciones dignas. Todo
esto no nos puede hacer olvidar que, como decía al principio, lo decisivo es la internacionalidad del asunto, tanto para la perspectiva como para la solución. Conseguir
el arreglo del problema del Sáhara Occidental solo es posible con la participación
de la comunidad internacional, con la aplicación de la legalidad internacional y
mediante el apoyo permanente y sin fisuras del multilateralismo de las Naciones
Unidas, que son el fundamento de la solución que acuerden las partes. Hace tan
solo dos días, el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas se ocupó del asunto
del Sáhara Occidental. Se trató de una sesión informativa que, a instancias de la
Presidencia del Reino Unido, abordó, por un lado, un informe del departamento de
operaciones de mantenimiento de la paz de Naciones Unidas, Minurso, sobre los
recientes acontecimientos y los sucesos en el Sáhara Occidental y, por otro lado,
el enviado del secretario general de Naciones Unidas informó sobre el desarrollo
de la reunión informal que tuvo lugar entre Marruecos y el Frente Polisario en
Nueva York.
Quisiera entrar ahora a referirme específicamente a la cuestión de las relaciones con Marruecos. Es importante traer a colación en esta comparecencia que el
Gobierno considera que estas relaciones también constituyen una de las prioridades
de su política exterior, no solo por tratarse de un país vecino, sino porque son pieza
esencial de nuestra política mediterránea, magrebí y africana. Las relaciones con
el Magreb y el Mediterráneo occidental y en particular con Marruecos, son un eje
indiscutible de la política exterior española con un objetivo y una práctica continua, que han seguido los diferentes gobiernos, consistente siempre en subrayar la
importancia de compartir una zona de seguridad, de estabilidad y de prosperidad.
Marruecos ocupa una posición muy especial en la ribera sur del Mediterráneo en
la frontera con el África subsahariana. Esta situación y la inmediata vecindad con
nuestro país hacen que tengamos siempre una especial preocupación por mantener
su estabilidad y favorecer su desarrollo. No podemos aspirar a esa estabilidad que
ambicionamos para Marruecos y para España sin un Magreb estable e integrado,
que resulta a su vez inalcanzable sin la resolución del conflicto del Sáhara Occidental, y sin una relación de cooperación y amistad entre Marruecos y Argelia. En
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este mosaico, el interés de España pasa por apoyar y estimular todos los procesos
de desarrollo, de modernización, de democratización, de apertura al mundo del
norte de África y de manera muy señalada de Marruecos.
Señorías, como parte de esa política favorecemos la vinculación de la Unión
Europea con Marruecos. Esta vinculación se ha manifestado de forma especialmente relevante en la reciente cumbre Unión Europea-Marruecos, celebrada bajo
Presidencia española de la Unión Europea y la decisión en torno al estatuto avanzado de la Unión Europea con Marruecos. Esta perspectiva comunitaria completa
la relación hispano-marroquí y, como dije al principio, es un elemento fundamental
del diseño de futuro en el que se quiere basar nuestro proyecto de relaciones. En ese
marco, es importante recordar que Marruecos es el país del sur del Mediterráneo
que más voluntad de acercamiento a Europa y de convergencia con sus normas
y sus valores ha mostrado. Quiero resaltar que el partenariado Unión EuropeaMarruecos se basa en el compromiso de ambas partes sobre valores comunes, que
son el respeto a los principios democráticos, el respeto a los derechos humanos
y a las libertades fundamentales. Con ocasión de esta mencionada cumbre de
Granada, la Unión Europea recordó a Marruecos la importancia que otorga al
Sáhara Occidental y a los derechos humanos, y las obligaciones que tiene en ese
ámbito, por tanto, insisto en la importancia de favorecer y mantener esa relación,
esa interlocución y esa capacidad para abordar en los ámbitos que compartimos
cuestiones tan importantes como es democratización y derechos humanos. El
seguimiento de los temas de derechos humanos tiene lugar en el subcomité de
derechos humanos, democratización y gobernanza, cuya última reunión tuvo lugar
en Rabat el 11 de octubre de este año, cuando ya había comenzado a plantarse el
campamento de Agdym Izik.
Marruecos y Unión Europea y España y Marruecos tienen una relación sólida
en la que en ocasiones manifestamos nuestras discrepancias pero en la que podemos tratar todos, absolutamente todos los asuntos que nos conciernen, también
los ocurridos en las últimas semanas. Es importante que defendamos ese diálogo y
esa relación. Quiero poner de manifiesto que la relación entre España y Marruecos
ha probado su fortaleza para afrontar los problemas cuando surjan en un clima
que sea de respeto y de diálogo mutuo. No debemos llegar al punto de ruptura de
los canales de diálogo, como parece que algunos quieren que hagamos ante los
problemas, porque solo con el diálogo y la interlocución de manera permanente
estaremos en condiciones de avanzar y de alcanzar soluciones. (Termina la señora
ministra de Asuntos Exteriores y de Cooperación.) Señorías, me refiero también,
ahora algo más detenidamente, a las dificultades que han tenido los medios de
comunicación en Marruecos en El Aaiún y a los obstáculos e impedimentos para
realizar su labor. El asunto tiene a mi juicio dos vertientes: la del valor del trabajo y la de la defensa de sus representantes. El Gobierno considera fundamental
que los medios de comunicación puedan trabajar con independencia y transparencia. El Gobierno ha subrayado la importancia de la labor que los periodistas
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españoles ejercen en Marruecos y la ha defendido. Apoyamos ese trabajo porque
consideramos que la libertad de información y la libertad de prensa son elementos
imprescindibles de la concepción que tenemos del Estado y de la democracia y
porque sabemos y pensamos que forman parte del mandato constitucional, del
pluralismo, en el que el Gobierno se reconoce y con el que se identifica. Por esta
razón hemos resaltado desde el principio que tenemos una política de información
y de comunicación diferentes. Hemos hecho, y seguimos haciendo, un llamamiento
constante a las autoridades marroquíes para que faciliten la actuación de los medios
de comunicación españoles y, aparte de esos argumentos de principio, el Gobierno
considera que es interés de Marruecos y voluntad de su Gobierno conseguir una
información fidedigna sobre el país, para lo que resulta imprescindible permitir el
libre acceso a la prensa para que conozca los hechos. En este momento estamos en
contacto permanente con las autoridades marroquíes para organizar la presencia
de los periodistas españoles en El Aaiún. Esperamos recibir muy pronto noticias
que permitan la presencia en similar situación en que se le ha permitido a algún
otro país. La otra vertiente, más práctica, es la protección consular a los periodistas,
como hemos hecho para otros españoles cuando las circunstancias así lo han requerido. La asistencia consular, por ejemplo, en el caso de los dos periodistas españoles
que fueron agredidos en Casablanca cuando cubrían la vista del juicio contra siete
activistas saharauis o, por supuesto, las gestiones que hicimos para ayudar sobre el
terreno a los periodistas cuando han llegado a El Aaiún.
Señorías, antes de concluir esta primera intervención quería destacar de
manera breve algunos aspectos de lo dicho hasta ahora y hacer una consideración
final. Quiero resaltar una vez más la importancia de que, a pesar de las dificultades
derivadas de los sucesos en El Aaiún, tanto Marruecos como el Frente Polisario
decidieran continuar la ronda de conversaciones informales celebrada en Nueva
York el 8 y el 9 de noviembre; y las partes quedaron emplazadas a volver a reunirse
a principios de diciembre y a principios de enero. También quisiera destacar que,
según el informe que hizo el enviado especial, el secretario general de Naciones
Unidas, dichas conversaciones fueron calificadas como útiles y fructíferas por lo
que supusieron de avance por las dos partes. En segundo lugar, quiero señalar que
lo que inicialmente parecía una reivindicación de carácter socioeconómico, en
la que había elementos de diálogo tratando de buscar una solución negociada,
derivó paulatinamente hacia el desmantelamiento por la fuerza del campamento.
Sin embargo, y pese a las dificultades derivadas de esta evolución que he descrito,
vuelvo a subrayar que Marruecos y el Frente Polisario decidieron mantener las conversaciones directas en el marco de Naciones Unidas, que constituyen un aspecto
central de los recientes sucesos ocurridos en el Sáhara Occidental. Es necesario
que la comunidad internacional conozca el balance final de lo ocurrido para hacer
un pronunciamiento definitivo, con datos precisos y fehacientes, a través de un
informe claro, un informe independiente de los hechos, como he señalado en mi
introducción.
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Concluyo aquí, señorías, insistiendo en que la mejor manera de contribuir a
buscar una solución después de más de treinta años de conflicto es seguir siendo
interlocutores de Marruecos, de todas las partes, acompañando al proceso hacia
una solución justa, duradera y mutuamente aceptable por las partes. Muchas
gracias.
* * *
La señora MINISTRA DE ASUNTOS EXTERIORES Y DE COOPERACIÓN (Jiménez García-Herrera): Muchas gracias a todos los intervinientes por
sus observaciones, en especial muchas gracias a la portavoz del Grupo Socialista
por su apoyo.
Quiero empezar mi intervención con una cuestión que me parece especialmente importante aclarar y que quiero que conste de una manera destacada en el
“Diario de Sesiones”. Es en relación a una observación que ha realizado el señor
Llamazares en una interpretación que ha hecho de mi exposición que ruego por
favor sea recogida como rigurosamente contraria a la lectura que he hecho en
mi intervención. En ningún caso, bajo ningún concepto he vinculado en ningún
momento en mi exposición el hecho de que en un momento hubo una reivindicación económica; en ningún caso en mi exposición he pasado a que después hubo
un conflicto de naturaleza distinta. No he hecho ningún tipo de vinculación, tengo
aquí mi texto, iremos al “Diario de Sesiones” y lo rechazo totalmente, totalmente;
es una cuestión de principios para mí. Siempre me he referido a las reivindicaciones
de carácter socioeconómico que han hecho en todo momento los que estaban en
el campamento durante el mes completo. A lo único que he hecho referencia es a
que la situación de tensión se fue agravando a partir de la muerte de un joven por
un tiro en un control. Esa es la única referencia. No he hecho ninguna interpretación. Mi prudencia en este tiempo va en todas las direcciones. Mi prudencia a
la hora de emitir una opinión o valoración definitiva va en todas las direcciones,
en el sentido de que hasta que no tengamos un conocimiento exacto de lo que
ha pasado no quiero apresurarme como Gobierno a emitir una opinión definitiva,
por cierto, como no ha hecho ningún otro Gobierno u organismo internacional
en todo el mundo. Seguramente no me habré expresado bien, señor Llamazares,
pero quería que quedara bien claro que bajo ningún concepto me he hecho eco
de ninguna interpretación de nadie, de ninguna interpretación de nadie. Solo he
querido poner de manifiesto que la tensión en el campamento fue subiendo a raíz
de la muerte de un joven en un control policial. Eso fue lo único.
Voy a pasar, una vez aclarada esta cuestión para que no quede ninguna duda,
a responder a alguna de las cuestiones que se me han planteado a lo largo de las
exposiciones de los distintos intervinientes. Me van a permitir empezar con la
lectura jurídica que se hace sobre nuestra posición en el Sáhara. Más allá de la
opinión que tengamos sobre lo que hizo España en 1975 y en 1976, tengo que
referirme a la legalidad internacional y a los hechos que ocurrieron en el año 1976,
concretamente el 26 de febrero de 1976, donde España, con independencia de
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la opinión que nos merezca, abandona dicha responsabilidad en el territorio del
Sáhara Occidental, y lo hace además de manera reiterada en los informes anuales.
Siempre vuelve a repetir dicha posición. Insisto en que no entro a valorar lo que
hizo España en ese momento, pero sí que abandona toda responsabilidad como
potencia administradora.
Señor Llamazares, cuando se refiere al informe Corell, le tengo que decir
que justo ese informe es el que viene a sancionar por primera vez la condición
de potencia administradora de facto de Marruecos. Es la primera vez que se hace
con un carácter específico. Es verdad que el informe Corell dice que España no
transfiere soberanía. Pues claro que no; si es un territorio no autónomo; si todavía
está pendiente la descolonización; si todo el problema que tenemos ahora es porque
aún no se ha producido. Lo que hace el informe Corell es decir que España no
transfiere soberanía. Claro que no transfiere soberanía. Abandona su condición,
su responsabilidad como potencia administradora. Es la primera vez, precisamente
en ese informe, que se reconoce esa potencia administradora que ejerce Marruecos
de facto. Eso es lo que dice el informe Corell. Por tanto, ¿España tiene responsabilidad desde el punto de vista de la legalidad internacional? Desde el punto de
vista de la legalidad estrictamente internacional no tiene porque abandonó esa
responsabilidad. Es un territorio no autónomo pendiente de descolonización. Eso
es lo que dice Naciones Unidas. Eso es lo que dicen las resoluciones de Naciones
Unidas. Es verdad, como decía la portavoz del Grupo Socialista, que tiene una
responsabilidad de carácter histórico, tiene una responsabilidad de carácter político.
Por eso estamos aquí, y por eso España es el único país donde ha tenido eco en la
sociedad española lo ocurrido en El Aaiún, algo que no ocurre en ningún otro país,
ni siquiera en Argelia. Si uno repasa los medios de comunicación de todos los países
verá que algo más en Argelia, pero ni siquiera en Francia conceden los medios de
comunicación atención a lo acontecido en El Aaiún. Solo en España, que pone
en evidencia esa especial vinculación histórica, esa especial vinculación política o
responsabilidad política. Por eso España es el único país que forma parte del grupo
de amigos, aparte de los miembros del Consejo de Seguridad. Son Estados Unidos,
Rusia, Francia y Reino Unido. ¿Por qué forma parte del Grupo de amigos del Sáhara
si no es miembro permanente del Consejo de Seguridad? Por esa posición histórica,
por esa responsabilidad política. Por eso siempre hemos estado trabajando con las
dos partes, con el Frente Polisario y con Marruecos, con Argelia y con Mauritania,
y con esos miembros permanentes del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas,
lo que nos ha permitido ir avanzando. Es verdad que es muy frustrante y decepcionante el resultado, sobre todo cuando a partir de un determinado momento el
secretario general de Naciones Unidas, en ese momento Kofi Annan, constata, y
así lo comenta y lo informa en el Consejo de Seguridad, que no puede imponer
una decisión a las partes, que no puede imponer una decisión a las partes. En
ese momento es cuando se hace una operación para que las partes se pongan de
acuerdo, y cobra una especial importancia el diálogo entre las partes y cobra una
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especial importancia el acuerdo entre las partes. España ha estado favoreciendo las
conversaciones, ha estado favoreciendo el encuentro, ha estado favoreciendo las
medidas de confianza para crear un clima que, cuando se encontraran las partes,
les permitiera avanzar.
Señorías, hace mucho tiempo las partes se sentaban y no podían discutir sus
propuestas respectivas. Siempre se negaban porque mantenían posiciones diametralmente opuestas; una parte mantenía un plan y otra parte otro, y no admitían
que se discutiera. Fracasaban, plan tras plan, los propuestos por los enviados
especiales y personal del secretario general de Naciones Unidas. Así han ido
fracasando todos los planes de propuesta y solo en este momento, paradójicamente, se están discutiendo los planes que una y otra parte, el Frente Polisario y
Marruecos, han querido poner encima de la mesa. Digo que se ha querido discutir,
lo que no significa que se ha aceptado. Eso sería el paso definitivo. Situemos esta
cuestión, porque es el fondo del asunto. ¿Tiene España responsabilidad? –Insisto–, responsabilidad histórica. Responsabilidad política; por eso estamos hoy aquí,
porque este debate no lo veremos en ningún otro parlamento del mundo. Pero
tenemos que ceñirnos a la situación a nivel internacional y continuar siendo muy
exigentes en el marco de Naciones Unidas para que se siga dialogando, para que
se siga negociando, para que se sigan buscando soluciones, que serán justas, que
serán equilibradas y que serán políticamente perdurables en el tiempo, porque es
la única manera de responder a un conflicto que dura cerca de treinta y cinco años
y que tiene a mucha gente sufriendo –soy muy consciente–, en una situación muy
precaria y dependiendo tan solo de la ayuda humanitaria, como decía la portavoz
socialista, la ayuda que España está proporcionando. El Gobierno socialista y el
Partido Socialista siempre han mantenido la misma posición, la misma. Espero que
podamos entre todos seguir trabajando para poder defender la misma posición.
España lo ha manifestado a través de sus diferentes gobiernos. Considera que la
mejor solución es aquella que sea fruto del acuerdo entre las partes, siempre que
se satisfaga el principio de determinación del pueblo saharaui. Siempre lo hemos
defendido. El señor Erkoreka leía unas declaraciones mías del año 2002 y puede
leer las de 2001. Yo empecé muy temprano haciendo política –llevo ya veintiséis
años– y siempre he mantenido la misma posición respecto al pueblo saharaui y
respecto a todos los conflictos que existen en el mundo. Siempre he defendido con
igual intensidad la defensa de los derechos humanos, las libertades, la democracia,
porque eso es lo que me ha animado a estar hoy aquí. Lo defendí en el año 2002
y lo defiendo de igual manera hoy, y lo defendió mi Gobierno hace veinte años
y lo defiende hoy. Defendemos el derecho a la libre determinación del pueblo
saharaui, y la mejor manera de realizar ese derecho es buscando y favoreciendo
un acuerdo entre las partes. Naciones Unidas renunció a imponer la solución y
quiere que sea fruto del acuerdo entre las partes. Nosotros vamos a ayudar a las
partes a conseguir ese acuerdo y lo hemos hecho siempre y no es diferente nuestra
posición, ni antes ni ahora, ni la mía personal. Como tampoco quiero de verdad
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–eso sí que ofende– que alguien piense que el Gobierno de España está contraponiendo los derechos humanos a los intereses económicos. Eso sí que ofende, eso sí
que ofende. Siempre hemos defendido los derechos humanos y las libertades y la
democracia, en todas partes y en todo momento; por igual en todos los países, en
todos los conflictos y en todos los territorios, pero por igual. Cuando un gobierno
ha emitido una opinión es cuando tiene una posición clara, cuando tiene datos
claros que le permita emitir una opinión sin estar cayendo en la especulación. Decía
la portavoz socialista que a veces eso es incómodo porque la presión a la que nos
vemos sometidos puede ser muy fuerte.
No he querido dar cifras en la primera intervención pero me van a permitir
que les diga los datos que tenemos, que nos han llegado. El Gobierno de Marruecos
cifra el número de víctimas mortales en 10 miembros de las fuerzas de seguridad
y dos saharauis; el Frente Polisario habla de más de 36 fallecidos. Los heridos son
para el Frente Polisario 4.500 frente a los 70 de los que nos habla el Gobierno de
Marruecos, que especifica 70 heridos de las fuerzas de seguridad y dos civiles. Hay
77 detenidos y 36 personas a disposición judicial, según el Gobierno marroquí y
2.000 detenidos según el Frente Polisario. Hay una gran disparidad, ¿no? Una gran
disparidad. ¡Y un Gobierno responsable tiene que esperar a conocer el resultado
definitivo para emitir una opinión!
* * *
La señora MINISTRA DE ASUNTOS EXTERIORES Y DE COOPERACIÓN
(Jiménez García-Herrera): Hemos mantenido contactos con los países que forman
parte del Grupo de amigos, con Estados Unidos, con Francia, con el Reino Unido,
con Rusia. Y todos ellos coinciden en destacar la imposibilidad a día de hoy para
comprobar que los datos y las cifras que ofrecen las partes puedan ser claras y puedan ser veraces. Incluso el representante especial del secretario general de Naciones
Unidas, el señor Hany Abdel Aziz, también nos ha comunicado su dificultad a la
hora de determinar la veracidad de las cifras. Lo mismo ocurre en el ámbito de la
Unión Europea y en Naciones Unidas. El otro día hubo un debate en el Consejo
de Seguridad, por cierto se celebró una sesión informativa a puerta cerrada, en un
principio esa sesión informativa se iba a celebrar el día 23, donde el enviado especial
del secretario general de Naciones Unidas iba a informar sobre las conversaciones
de las partes. Fue México, miembro no permanente del Consejo de Seguridad en
este momento con su carácter rotatorio, quien pidió que se informara además de
los datos que se tenían.
La Minurso, ya que hablamos del Consejo de Seguridad. La Minurso se creó en
un determinado momento para cumplir dos objetivos. Uno, verificar la celebración
del referéndum mediante la realización de un censo; otro, poder mantener el alto
el fuego. De hecho, hay más de 300 componentes de las fuerzas de la Minurso en
El Aaiún; está ahí. Y el Gobierno pidió hace un año y además lo pidió el Grupo
Parlamentario Socialista mediante una proposición no de ley apoyada por todos los
grupos políticos de esta Cámara, que se ampliara la vigilancia y el componente de
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derechos humanos en esa misión de la Minurso. Siempre hemos sido igualmente
exigentes con la defensa de los derechos fundamentales, de las libertades; y lo
seguimos siendo ahora y se lo hemos dicho al Gobierno de Marruecos desde el
primer día. Cuando tuve ocasión de hablar con el ministro de Asuntos Exteriores
lo primero que hice fue pedirle –aún no había empezado el desmantelamiento del
campamento– que continuaran el diálogo con los representantes del campamento,
que era importante que no hubiera violencia, que era importante mantener el
diálogo y atender su situación. El señor Xuclà hacía una reflexión. Estos saharauis
que protestaban, que manifestaban su situación en El Aaiún, ¿lo han hecho al
margen del Frente Polisario? Es una reflexión interesante y que también hay que
contemplar y estudiar. ¿Ha surgido un grupo de descontentos, que tienen que
atender reivindicaciones que son de carácter socioeconómico? Hay muchos interrogantes, hay muchos interrogantes y hay muchos elementos que hay que tener
en cuenta porque lo que nos jugamos en el futuro es dar una respuesta política y
que se produzca el proceso de descolonización que aún está sin completar; eso es
lo realmente importante. ¿Que hemos pedido clarificación de los hechos? En todo
momento; ¿Que hemos mostrado nuestra preocupación? En todo momento. ¿Que
condenamos la violencia? En todo momento; la ejerza quien la ejerza, se produzca
sobre quien se produzca. Por eso, la actitud responsable es esperar a conocer exactamente en quién se ha producido y cómo se ha producido. ¿Que velamos por los
derechos humanos? Siempre. Y ofende profundamente pensar que alguien crea
que el Gobierno de España antepone intereses a valores.
* * *
La señora MINISTRA DE ASUNTOS EXTERIORES Y DE COOPERACIÓN (Jiménez García-Herrera): Y no estoy dispuesta a admitirlo de nadie, de
nadie. Creo que después habrá otro turno de palabra para quien quiera intervenir.
Insisto, nunca hemos hecho esa referencia y nunca hemos hecho esa reflexión.
¿Qué ha hecho el Gobierno de España en este proceso? Hablar en todo momento
con el Gobierno de Marruecos expresándole nuestra preocupación por lo que
estaba ocurriendo, pidiéndole una investigación de los hechos, pidiéndole en todo
momento que permitiera a la prensa viajar, a las organizaciones que están allí
presentes, que les permita viajar, que les permita informar que es la única manera
de tener credibilidad a la hora de informar y de saber lo que está sucediendo. Y
lo hemos hecho de manera reiterada todos los días. El señor Llamazares se refería
a que hoy había llegado una propuesta. Nosotros hemos pedido que vayan todos
y todos los medios sin excepción y sin discriminación. El Gobierno de España ha
pedido que vayan todos y ha sido el Gobierno de Marruecos quien ha hecho una
propuesta, como ha hecho con Francia. Pero el Gobierno de España ha pedido que
vayan todos los medios e insisto en que ha sido el Gobierno de Marruecos quien
ha hecho una propuesta concreta.
Aquí, señoría, se han vertido –insisto– algunas opiniones que me han parecido
especialmente duras. No me importa asumir mi posición de ministra del Gobierno
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y hacerlo, como siempre lo he hecho, desde el primer día que decidí dedicarme a
la política. Siempre me han animado la defensa de la democracia, la defensa de
la libertad, la defensa de la justicia, de los derechos humanos universales, y desde
luego como Gobierno la defensa de los intereses de mi país. No hay contraposición,
no hay ningún tipo de mercadeo. Hay simplemente ejercicio de la responsabilidad,
ejercicio de la responsabilidad entre lo que significa tomar decisiones sin conocer
los hechos, los hechos tienen que conocerse con claridad y rotundidad sin que
exista especulación, y al mismo tiempo ser exigente mientras los hechos se están
esclareciendo, en cuanto a la investigación que tiene que ser independiente y
clara y en cuanto al resultado final de dicha investigación. Junto a ello, desde
luego, seguiremos trabajando porque en el fondo del problema –situaciones como
esta lo han provocado– está un conflicto que dura ya demasiado tiempo. No ha
variado nuestra posición ni va a variar porque es una posición que se ha reiterado
a lo largo del tiempo. Y a pesar de las dificultades y a pesar de la situación tan dura
que tenemos en este momento creemos que somos el país que está en mejores
condiciones de ayudar a las partes a encontrar una solución. Esa es la posición
del Gobierno de España y esa es la posición que quería transmitir a sus señorías
directa y personalmente.
* * *
La señora MINISTRA DE ASUNTOS EXTERIORES Y DE COOPERACIÓN
(Jiménez García-Herrera): En primer lugar, quiero reiterar cuál ha sido la actuación
del Gobierno español. Hemos mostrado nuestra preocupación por lo que estaba
sucediendo desde el primer minuto al Gobierno de Marruecos directamente. En
segundo lugar, hemos pedido investigación de los hechos, no solamente del dato
que hemos conocido del ciudadano saharaui con nacionalidad española, sino de
todos los hechos. Todos los casos que quieran ser investigados nosotros se los vamos
a trasladar; cuando tengamos documentado todo se lo trasladaremos caso por caso.
Hemos pedido una investigación de los hechos y estamos a la espera de la misma.
En tercer lugar, sí que hemos defendido en todo momento que haya acuerdo y
diálogo entre las partes y sí que hemos contribuido a que lo haya; lo hemos hecho
de manera prolongada en el tiempo, con mayor o menor acierto según las ocasiones
pero desde la democracia. No ha habido variación. Señor Llamazares, el hecho de
que en una línea de un libro de texto se diga que España no ha contribuido a la
mejora de la situación porque ha abandonado su posición, no significa que España
haya abandonado su posición y no significa que el Gobierno la haya abandonado. Es
una mera línea en un libro de texto, que es siempre una opinión, por muy respetable
que sea. No ha dicho el nombre del autor, pero digo de antemano que por muy
respetable que sea. España no ha abandonado su posición ni su responsabilidad. Me
quedo con algo que ha dicho el señor Salvador. Ha dicho: Busque la complicidad
de los grupos políticos. Yo soy la ministra de Asuntos Exteriores y de Cooperación
y creo que tenemos suficientes elementos, aun después de todas las intervenciones,
para poder buscar una posición común entre todos los grupos políticos de esta
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Cámara en relación con la situación del Sáhara Occidental. Es verdad que los
sucesos violentos que han tenido lugar durante el desmantelamiento del campamento en El Aaiún han desbordado la situación y la posición de todos los grupos
políticos, pero creo que en la cuestión concreta de cómo buscamos una solución
que todos queremos de descolonización efectiva del Sáhara Occidental quizás ahí
sí podamos ponernos de acuerdo. Yo, brindo toda la disposición del Gobierno para
que así lo hagamos. Quizás de esta manera, cuando ocurran sucesos violentos de
esta naturaleza, podamos evitar que se produzca una situación parecida a la que
se ha producido. Hay muchas cuestiones y muchos matices pero creo que tenemos
la capacidad, desde el entendimiento político y las discrepancias políticas, para
poder mantener esa posición que ha sido invariable a lo largo de los años, que es
que España y su Gobierno defienden el derecho a la libre determinación del pueblo
saharaui, siempre lo han defendido. Hemos trabajado y seguiremos trabajando,
a pesar de la dificultad y el momento actual. Por eso me pareció un ejemplo y un
ejercicio de responsabilidad que el Frente Polisario y Marruecos mantuvieran una
reunión, a pesar de lo que había ocurrido en el campamento. Quiero destacar
esto. Creo que es importante que España, el Parlamento, los representantes de los
españoles, tengan la capacidad de llegar a ese entendimiento sobre cuál podría ser
una posible salida, una solución.
Es verdad, señor Xuclà, que queda mucho que ver, estudiar y analizar, sobre
todo esto último, a la luz no solamente de los últimos acontecimientos, sino de
nuevos elementos que forman parte del escenario internacional, nuevos riesgos,
nuevos problemas. Creo que debemos estudiarlos, debatirlos, antes de lanzar aquí,
en una Comisión de Asuntos Exteriores, una hipótesis de trabajo que siempre está
sujeta a la especulación. Como Gobierno debo mantener esa posición de no caer
en la especulación, ni siquiera en el análisis. Antes la portavoz socialista decía
que siempre hemos pedido una investigación y estoy segura de que los hechos se
conocerán, estoy segura. Ya estuvo el viernes un representante de Human Rights
Watch y ha dicho que va a haber un informe. Esperemos a ver cuál es el informe
que nos llega. Es una organización de derechos humanos vinculada a Naciones
Unidas; esperemos a ver qué informe llega, esperemos a ver cómo se pueden
verificar las informaciones y las declaraciones de personas que se contendrán en
el informe. Todo eso lo tenemos que hacer.
Por último, sí que hemos defendido a los medios de comunicación de manera
permanente. Sí que hemos exigido al Gobierno de Marruecos que les permita
entrar, porque sabíamos que era nuclear en todo este asunto que hubiera una
información veraz. Lo hemos pedido hasta el último minuto y todavía seguimos
haciendo gestiones para que entren todos, sin excepción ni discriminación
alguna. Por cierto, ha habido algunos parlamentarios que han sido expulsados
de otros países, creo que les ha tocado casi siempre a los representantes del Partido Popular, los más recientes. Ha habido un pronunciamiento de la Cámara y
hemos hecho siempre gestiones desde el Gobierno para solventar la situación
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y para trasladar nuestro malestar y nuestra queja al gobierno correspondiente;
siempre lo hemos hecho. Me van a permitir, señorías, que reivindique la gestión
que ha hecho el Gobierno español. Por supuesto, estamos sometidos a la dura y
fuerte crítica y tenemos que tomar nota de todo lo que ustedes han dicho aquí y
claro que lo hacemos con todo respeto. Pero también algunas cuestiones deben
quedar claras, y es nuestra petición permanente al Gobierno de Marruecos para
que defienda y proteja los derechos fundamentales, la petición de investigación,
la no utilización de la violencia; investigación por encima de todo, permitir que
la prensa pueda viajar e informar de manera veraz. Lo que está en el fondo de la
cuestión es lo que creo que nos debería ocupar; al menos ahí sí que podríamos llegar a un principio de acuerdo y entendimiento, y es que entre todos defendamos
la posición de España en relación con la solución que se tiene que encontrar para
el Sáhara Occidental. Como ministra de Asuntos Exteriores y de Cooperación
estoy dispuesta a ello. Hay elementos suficientes y sobre todo razones suficientes
para pensar que si damos un impulso para buscar la solución del conflicto no
tendremos que asistir a sucesos tan lamentables como los que hemos vivido en
estas últimas semanas.
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COMPARECENCIA ANTE LA COMISIÓN DE ASUNTOS
EXTERIORES DEL SENADO, PARA INFORMAR SOBRE LAS
LÍNEAS GENERALES DE LA POLÍTICA DE SU DEPARTAMENTO
Y DE LA POLÍTICA QUE VA A DESARROLLAR AL FRENTE DE
SU DEPARTAMENTO
(BOCG núm 442, de 24 de noviembre de 2010)
La señora MINISTRA DE ASUNTOS EXTERIORES Y DE COOPERACIÓN (Jiménez García-Herrera): Muchas gracias, señora presidenta.
Señorías, es un motivo de satisfacción poder comparecer por primera vez ante
esta comisión, desde mi nombramiento como ministra. Lo hago para presentar las
líneas generales de política exterior al inicio de mi etapa; una etapa de mi departamento que ha de ser necesariamente de renovado impulso y de adaptación, para
mejor adecuar la defensa y promoción de nuestros valores e intereses a todas las
cambiantes circunstancias de la realidad internacional. Con mi comparecencia
pretendo, asimismo, seguir la práctica ya consolidada de mantener abiertos los
cauces de diálogo con las Cortes Generales, en lo que se refiere a esta política de
Estado que es la política exterior. Solo con este consenso podremos conseguir que
la política exterior esté asentada sobre una base sólida, y que redunde en una mayor
eficacia y sostenibilidad. Por mi parte, señorías, no escatimaré esfuerzos, a partir
de esos valores y principios que comparte la mayoría ciudadana, para construir ese
consenso parlamentario. Por ello, quiero mostrarles ya desde este primer momento
mi entera disponibilidad al debate y a la consecución de acuerdos.
Señorías, la realidad de nuestro tiempo se caracteriza por la confluencia de dos
grandes fuerzas: por un lado, la tendencia hacia la mayor interrelación y dependencia entre los actores internacionales, lo que conocemos como globalización; y, por
otro, asistimos a un incremento de la competencia entre esos mismos actores, sobre
todo entre aquellos que han ocupado una posición de privilegio en la jerarquía
internacional y aquellos otros, llamados emergentes, que piden una mayor presencia y voz en la gestión de los asuntos de interés global. Estas dos fuerzas que condicionan nuestro tiempo histórico, la globalización y la competencia geopolítica,
no son contradictorias; al contrario: son fenómenos que se refuerzan mutuamente.
De hecho, podemos decir que solo los actores con capacidad para comprender y,
en la medida de lo posible, orientar ambas fuerzas están en condiciones de hacer
frente a los retos que nos plantea el nuevo siglo.
Hacerlo no es tarea fácil. No lo es para un país como España, que se encuentra
en la encrucijada de ambos fenómenos. Pero esa misma posición de encrucijada,
que nos corresponde por geografía, historia y también por nuestra circunstancia
presente, nos abre inmensas posibilidades que debemos saber aprovechar. Por
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el peso y apertura de nuestra economía, estamos especialmente inmersos en la
corriente de la economía globalizada, hoy sujeta, como vemos, a fuertes tensiones.
A pesar de las dificultades conocidas, seguimos siendo la novena economía mundial
y nos mantenemos desde hace más de una década entre los seis mayores inversores
internacionales. Nuestras multinacionales hace tiempo que supieron salir de nuestras fronteras; y nuestra diplomacia ha de acompañar e impulsar esta tendencia,
sobre todo a la hora de consolidar y ampliar nuestros intereses en aquellas zonas
del mundo que tienen mayor dinamismo. Pueden, por ello, estar seguros de que la
diplomacia económica y comercial será una de las prioridades de mi departamento,
intensificando una línea de acción ya iniciada por mis predecesores.
Sin embargo, señorías, la globalización no son solo flujos financieros o unidades
de información o de personas que traspasan las fronteras. Es también, o ha de ser,
una oportunidad para aspirar a que la mayor parte de la humanidad, que hasta
ahora había sido mantenida al margen del desarrollo, disfrute de los bienes comunes; disfrute de las enormes posibilidades que se nos ofrecen en todos los ámbitos.
Hoy las naciones tienen el deber y la responsabilidad de proveer y gestionar nuevos
bienes públicos globales. Sobre la base de esta visión, España es hoy una potencia,
una nación comprometida, y ese compromiso se concreta en varias dimensiones.
En primer lugar, la de los valores y principios rectores de las relaciones internacionales: la paz, la solución pacífica de las controversias, la justicia, la promoción
de los derechos humanos y el desarrollo, y el respeto al derecho internacional. En
segundo lugar, la del compromiso activo con nuestras responsabilidades para lograr
estos objetivos en un mundo global, como evidencian, por ejemplo, nuestra política
de cooperación al desarrollo o nuestra participación en operaciones de mantenimiento de la paz lideradas por Naciones Unidas, la OTAN o la Unión Europea, y
siempre con el mandato del Consejo de Seguridad. En tercer lugar, la de la apuesta
por el multilateralismo activo y eficaz, como mejor vía, como la más apropiada,
para dar respuesta a los grandes desafíos a los que se enfrenta la humanidad. Y
para servir a este objetivo, España utiliza todos los medios de los que dispone; es
decir que nuestra promoción del multilateralismo eficaz es una premisa transversal
que inspira nuestra acción en cualquier escenario en que actuemos. Bien se trate
de organismos internacionales de vocación global, de organizaciones de carácter
regional o de organismos especializados; y, al mismo tiempo, completamos nuestra
acción exterior con una ambiciosa agenda multilateral a la que voy a pasar ahora
a referirme.
Entre las líneas generales que han dirigido la actuación del Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación durante los últimos seis años, el compromiso con el
multilateralismo efectivo ha sido una de las que más peso ha tenido, y sigue teniéndolo. Dentro de ese compromiso, España y la Unión Europea, que España acaba de
presidir, han defendido siempre el papel protagonista indiscutible de las Naciones
Unidas como órgano clave de la gobernanza mundial, siempre en la búsqueda de
soluciones a los problemas en el contexto de un mundo globalizado. El Gobierno
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de España confía en las tareas de las Naciones Unidas; prueba de ello ha sido el
aumento continuado de nuestra contribución, que sitúa hoy a nuestro país como
sexto contribuyente neto al presupuesto de la organización. Dicho compromiso,
evidentemente, va a continuar durante los próximos años; fiel reflejo de ello es
nuestra candidatura como miembro no permanente del Consejo de Seguridad
para el bienio 2015-2016. A nuestra participación en distintas operaciones de
mantenimiento de la paz, que continuará durante los próximos años, se sumará el
año que viene la inauguración en Valencia de una base logística de las Naciones
Unidas. Esta base estará destinada a dar inicialmente apoyo en materia de comunicaciones a las distintas operaciones de las Naciones Unidas en el terreno; tanto
a operaciones de mantenimiento de la paz, como a otras actuaciones destinadas a
la expansión de la paz en el mundo. No obstante, señorías, el apoyo de España a las
Naciones Unidas va a seguir siendo igualmente crítico, insistiendo en la necesidad
de acelerar la reforma de la organización y la mejora de su eficacia y transparencia.
Creemos que es posible, al mismo tiempo, reforzar las Naciones Unidas y asegurar
un uso eficaz de los recursos con disciplina presupuestaria. Tras haber sido el año
pasado cofacilitadores del proceso de reforma de la organización, hemos logrado
aprobar, mediante la oportuna resolución de la Asamblea, el proceso de mejora del
trabajo de las Naciones Unidas con un especial énfasis en los ámbitos de desarrollo,
ayuda humanitaria, medio ambiente y desarrollo sostenible, y cuestiones de género.
Este último aspecto, las cuestiones de género, ha sido un asunto prioritario de
nuestro trabajo en el seno de las Naciones Unidas; lo fue en la época de Unifem y lo
seguirá siendo ahora con ONU-Mujeres, que dirigirá y liderará Michelle Bachelet,
a la que brindaremos todo nuestro apoyo y complicidad en su tarea.
En materia relativa a la nueva arquitectura de seguridad, España seguirá siendo
especialmente activa en su colaboración con la Comisión de la Consolidación de
la Paz, y seguirá desarrollando su apuesta por la extensión de la protección a civiles
de estas operaciones y la inclusión del factor género en todas las fases del conflicto,
tal como estableció la resolución 1325 del año 2000. En cuanto a la Alianza de
Civilizaciones, se trata ya de una iniciativa totalmente consolidada en el seno de las
Naciones Unidas. Este año hemos podido ver con satisfacción cómo se celebraba
el Foro de Río de Janeiro, así como las estrategias regionales de América Latina y
el Caribe, el sudeste europeo y el mediterráneo.
En materia de cambio climático, ya durante nuestra presidencia impulsamos la
aprobación del paquete financiero fast start, dotado con más de 2400 millones de
euros de 2010 a 2012, que les permitirá a los países más vulnerables emprender una
política de reducción de emisiones. La próxima cita es sin ninguna duda Cancún,
donde el objetivo no es otro que lograr un marco jurídico vinculante dentro de las
Naciones Unidas. Vamos a redoblar nuestros esfuerzos para que se pueda aprobar
un paquete de medidas conjuntas relativas a las cuotas de emisión, al sistema de
control y verificación de las mismas y a la financiación adicional.
Señorías, las Naciones Unidas deben ser el eje en la búsqueda conjunta de
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soluciones a los problemas globales. No olvidamos que, como se dijo en la conclusión de la reciente cumbre de Objetivos de Desarrollo del Milenio celebrada
en Nueva York, en la que participó el presidente del Gobierno, la erradicación de
la pobreza y del hambre, así como la lucha contra las desigualdades a todos los
niveles, son fundamentales para crear un futuro más próspero y sostenible para
todos. Las Naciones Unidas, habida cuenta de su composición universal, su legitimidad y su mandato, desempeñan un papel fundamental a la hora de promover el
logro de esos objetivos. Por ello, la acción de mi departamento seguirá apoyando
y cooperando con las Naciones Unidas, para lograr entre todos los Objetivos de
Desarrollo del Milenio.
Por su importancia deseo también hacer especial mención de la intensa actividad española en la defensa de los derechos humanos y, en particular, para lograr
la abolición global de la pena de muerte y, entre tanto, la moratoria de las ejecuciones al año 2015. Este compromiso ha llevado al Gobierno español a impulsar
la creación de una comisión internacional contra la pena de muerte, que estará
integrada por personalidades de prestigio internacional y apoyada por un grupo de
países de diferentes regiones del mundo. La comisión internacional se constituyó
formalmente en Madrid el pasado 7 de octubre en el marco del Día Mundial contra
la Pena de Muerte.
Señorías, en coherencia con los principios que acabo de expresarles y que rigen
la acción exterior del Gobierno, la política de seguridad de España está basada en
un decidido compromiso con el multilateralismo eficaz y en un enfoque amplio de
los actuales retos de seguridad. En este sentido, España seguirá trabajando en el
seno de la OTAN por la renovación y transformación de la Alianza. Ese proceso ha
recibido un nuevo impulso al máximo nivel político en la Cumbre aliada de Lisboa
que se celebró el pasado fin de semana. Allí se adoptó un nuevo concepto estratégico de la OTAN que, dentro de los equilibrios que requiere el necesario consenso
entre los aliados, responde en gran medida a las aspiraciones españolas. En primer
lugar, una OTAN renovada, más apta para afrontar los nuevos retos globales del
siglo XXI, a la vez que preserva el compromiso solidario de la defensa colectiva y
el firme vínculo trasatlántico. En segundo lugar, las consiguientes reformas en las
estructuras y capacidades de la Alianza que se irán desarrollando con más detalles
durante los próximos meses. En tercer lugar, el papel de la OTAN en la gestión
de crisis, con pleno respeto a la legalidad internacional y con un enfoque global
de las misiones, en sinergia con otros actores internacionales. En cuarto lugar, la
contribución de la Alianza a los esfuerzos globales de desarme y no proliferación.
Y, en quinto lugar, la renovación de las relaciones de partenariado, que ilustran el
enfoque de seguridad cooperativa de la OTAN, incluyendo la voluntad de profundizar la relación con los socios mediterráneos que España viene liderando. La
plena normalización de la relación con Rusia como socio estratégico, que España ha
contribuido a promover en la Alianza, ha supuesto también un hito fundamental de
este proceso de cambio. Y el reconocimiento del papel de la Unión Europea como
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actor global, junto con la voluntad de avanzar en las relaciones Unión EuropeaOTAN, es otro de los elementos fundamentales de este proceso.
En el ámbito operativo, España sigue apoyando el compromiso solidario de la
Alianza con la seguridad de Afganistán. Así lo hemos subrayado en la Cumbre de
Lisboa, al mismo tiempo, que nuestro pleno apoyo al proceso de transición gradual
al liderazgo afgano, acordado por la comunidad internacional con las autoridades
de Kabul. Ese proceso va a marcar nuestra agenda en Afganistán durante los próximos años, con el fin de completarlo en el año 2014. Ello permitirá la progresiva
reducción de las fuerzas internacionales, a medida que los afganos se vayan haciendo cargo de su propia seguridad. Para facilitar ese proceso, España ha duplicado sus
efectivos militares durante el último año, hasta alcanzar la cifra de 1500. Quiero
aquí rendir homenaje a todos los que han dado su vida en esta misión. España está
dispuesta a mantener ese nivel de compromiso, a fin de dar seguridad a zonas cada
vez más amplias, proteger las tareas de desarrollo y formar al Ejército y a la Policía
afganos. Este doble énfasis en la formación y el desarrollo resulta esencial para el
éxito de la actual estrategia de transición al liderazgo afgano.
En el ámbito de la no proliferación y el desarme, destacaré el seguimiento de
las cuestiones suscitadas en el marco de la Cumbre sobre Seguridad Nuclear que
se celebró en Washington en abril, en la que participó el presidente del Gobierno
para respaldar la iniciativa del presidente Obama de garantizar la seguridad nuclear
de todos los materiales vulnerables de uso civil y militar, y de trabajar conjuntamente para fortalecer la seguridad nuclear. La cumbre ha identificado el terrorismo
nuclear como uno de los riesgos más graves para la seguridad internacional. En este
ámbito, España ha asumido la tarea de coordinar durante los próximos tres años,
por medio del Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación, la actividad
técnica de la Iniciativa Global para Combatir el Terrorismo Nuclear, foro multilateral que reúne a 83 países y al Organismo Internacional de Energía Atómica, en
estrecha cooperación con Estados Unidos y con Rusia.
En este ámbito me quiero referir, aunque sea brevemente, a la situación en
Irán. El Gobierno ve con preocupación el desarrollo del programa nuclear iraní,
una preocupación que comparte la Unión Europea, y responde con el denominado
enfoque de doble vía: ofrecer, por un lado, a Irán una salida negociada para restaurar la plena confianza de la comunidad internacional en el carácter exclusivamente
pacífico de su programa nuclear, señalando, al mismo tiempo, que la negativa a
atender esta oferta negociadora implicaría la imposición de nuevas medidas restrictivas. Las sanciones adicionales adoptadas recientemente, cuya aplicación se
ha coordinado en el marco de la Unión Europea, se derivan de la resolución 1929
del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Hay que aclarar que el objetivo
de estas medidas es hacer que Irán vuelva a las negociaciones para alcanzar una
solución diplomática. Actualmente, la alta representante de la Unión Europea y
los seis países implicados en el proceso negociador buscan una fecha y un lugar
para el próximo encuentro con las autoridades iraníes.
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Señorías, ya me he referido al ámbito de la cooperación al desarrollo desde
la perspectiva multilateral, al tratar los Objetivos de Desarrollo del Milenio. De
manera específica, abordaré el compromiso del Gobierno en la lucha contra el
hambre y la pobreza, y a favor del desarrollo, en mis próximas comparecencias en
las comisiones de Cooperación al Desarrollo vigentes tanto en el Senado como en el
Congreso. Pero antes de que se produzcan estas comparecencias, quisiera recordar,
en esta intervención de carácter general sobre prioridades de mi departamento,
que la cooperación al desarrollo es un compromiso inequívoco de este Gobierno;
compromiso que, a pesar de las dificultades económicas, mantendremos. España
es el país de la OCDE que más ha aumentado su ayuda oficial al desarrollo desde
el año 2004. Su compromiso la ha convertido en país de referencia mundial en
materia de cooperación internacional, no solo por su contribución financiera, sino
también por su contribución en calidad de la ayuda. Así lo muestran iniciativas
como el Fondo España-PNUD, para la consecución de los Objetivos de Desarrollo
del Milenio: un fondo para financiar proyectos relacionado con los Objetivos de
Desarrollo del Milenio, que cuenta con más de 700 millones de euros, una contribución sin precedentes en la historia de las Naciones Unidas; o la Iniciativa contra
el Hambre y la Pobreza, la Reunión de Alto Nivel sobre Seguridad Alimentaria, el
Fondo de Cooperación para Agua y Saneamiento, o la creación del Fondo Unifem
para la igualdad de género.
El panorama internacional ha cambiado mucho desde la última Cumbre
del Milenio. La crisis económica y financiera ha llevado a la recesión a muchos
países. El hambre y la pobreza siguen asolando buena parte del mundo; persisten
las flagrantes desigualdades de género; el sida y otras enfermedades siguen devastando países y hasta continentes; millones de habitantes no tienen garantizada la
educación ni los servicios básicos de salud; y el mundo entero, en mayor o menor
medida, sufre las consecuencias del deterioro medioambiental y el cambio climático. En este contexto, nuestra obligación es redoblar esfuerzos, redefinir estrategias
y acordar medidas para que la ayuda sea cada día más eficaz, y ello sin renunciar
a lograr nuestro objetivo de destinar el 0,7% del PIB en 2015, como reafirmamos
en la Cumbre de Nueva York.
Señorías, una vez abordados los ejes de nuestra política exterior que tienen
un carácter transversal, haciendo especial énfasis en la diplomacia económica, el
multilateralismo, los derechos humanos, y el compromiso con los Objetivos de
Desarrollo del Milenio, las cuestiones relativas al medio ambiente y los asuntos
de seguridad, me voy a referir ahora a las diversas áreas geográficas, estableciendo
nuestras prioridades en cada una de ellas. El Gobierno viene impulsando la profundización de las relaciones bilaterales con nuestros socios de la Unión Europea.
Estas relaciones son cada vez más intensas, más ricas y más complejas; y, como
muestra de su propia madurez y también de su intensidad, implican a un creciente número de actores tanto públicos como de la sociedad civil. En particular, el
Gobierno desea estrechar la cooperación con sus socios estratégicos europeos,
72
considerados así por su vecindad o por el peso específico que tengan en el seno
de la Unión. Es el caso de Francia y Portugal, pero también el de Alemania, el de
Italia y el de Polonia; países con los que se celebran cumbres bilaterales cada año.
Está previsto que celebremos la cumbre con Polonia antes de que finalice el año.
Con el Reino Unido nuestra relación se estructura en un formato diferente, pero
no por ello menos intensa.
La estabilización definitiva en la región de los Balcanes occidentales ha
constituido una prioridad estratégica de la política exterior española, pues de ella
depende en gran medida la estabilidad general de Europa. Esto solo se producirá
mediante el ingreso de estos países en la Unión Europea. Por eso España es un
impulsor tan decisivo de los procesos de adhesión. Con este objetivo, España,
durante el ejercicio de su presidencia rotatoria de la Unión Europea el pasado
semestre, convocó una reunión de alto nivel sobre los Balcanes occidentales en
Sarajevo, que fue extraordinariamente útil pues, por una parte, reunió a todos los
actores de la región, lo que demostró que la reconciliación entre ellos es posible y,
por otra, renovó el compromiso de la Unión Europea con esta región y reafirmó la
perspectiva de la integración. Igualmente, España trabajó activamente para que
Serbia pudiera sumarse a una resolución copatrocinada, junto con los 27 Estados
de la Unión Europea, sobre el dictamen consultivo del Tribunal Internacional de
Justicia sobre la declaración unilateral de independencia de Kosovo. Esto se ha
sido visto en los Estados miembros de la Unión Europea como una actitud muy
constructiva por parte de Belgrado, que tendrá consecuencias satisfactorias sobre
la perspectiva europea de Serbia que España apoya plenamente.
En lo que respeta a Turquía, España siempre la ha considero un socio estratégico indispensable para la seguridad y la estabilidad del continente europeo, pues
aporta a la Unión activos estratégicos de una gran importancia. Hemos observado
con satisfacción los resultados del último referéndum, mediante el cual se han
aprobado unas reformas de la Constitución que servirán para la profundización de
la democracia en Turquía y para dar un nuevo paso de aproximación a los estándares europeos. España apoya, sin vacilación alguna, la adhesión de Turquía a la
Unión Europea y, desde luego, seguirá trabajando para acelerar este proceso.
Rusia también es un socio fundamental para España. En el año 2009 se firmó
la Declaración de Asociación Estratégica entre ambos países, que eleva nuestra
relación bilateral al mismo rango que la que ese país mantiene con Italia o Francia.
La celebración dual en 2011 del año de España en Rusia y de Rusia en España será
una buena ocasión para intensificar las relaciones bilaterales a todos los niveles.
Compartimos con nuestros socios de la Unión Europea el objetivo de la consolidación del Partenariado Oriental en el marco de una política de vecindad de
la Unión que sea equilibrada. El Partenariado nos ha permitido configurar una
relación reforzada con los seis países vecinos que se sitúan entre la Unión Europea y
Rusia; es decir, con Ucrania, con Bielorrusia, con Moldavia y con las tres repúblicas
del Caúcaso Sur. También compartimos el refuerzo de la estrategia europea para
73
Asia Central, un área de creciente importancia estratégica, pero también energética
y de seguridad para la Unión Europea.
Por lo que se refiere al ámbito multilateral, deseo mencionar la celebración el
1 y 2 de diciembre en Astana de una cumbre de la Organización para la Seguridad
y la Cooperación de Europa (OSCE). El objetivo de esta cumbre es el de adaptar
el marco de la seguridad euroasiática a las necesidades del siglo XXI y de reformar,
al mismo tiempo, la propia OSCE, de modo que continúe siendo la organización
regional de referencia en materia de seguridad, estabilidad, prevención de conflictos
y gestión de crisis en nuestro continente.
Señorías, me referiré muy brevemente a nuestra relación con Iberoamérica, una
cuestión que abordaremos con más detalle en el curso de una próxima comparecencia en la Comisión de Asuntos Iberoamericanos. Iberoamérica constituye una
de las tres dimensiones naturales de nuestra política exterior. Podemos afirmar que
el futuro de España reside en parte en América Latina, y por ello es tan importante
que reforcemos nuestros vínculos políticos, de cooperación y económicos, pero
también los culturales y los de nuestras sociedades civiles. El esfuerzo de nuestra
política exterior en Iberoamérica durante el primer semestre de 2010 quedó concentrado en el llamado diálogo euro-latinoamericano, liderado por España durante
nuestra presidencia del Consejo de la Unión Europea.
En este segundo semestre estamos poniendo en marcha las iniciativas europeas
que se decidieron en la Cumbre Unión Europea-América Latina-Caribe del pasado
mes de mayo, y hemos recuperado el impulso de nuestras relaciones bilaterales políticas, económicas y de cooperación. Como saben, señorías, acabo de viajar a Bolivia
y a Ecuador; los Príncipes de Asturias visitarán Perú, lo hacen ya entre momento,
finales de noviembre; y el presidente del Gobierno se desplazará próximamente a
Bolivia, a principios de diciembre. Los días 3 y 4 de diciembre, Su Majestad el Rey y
el presidente del Gobierno asistirán a la Cumbre Iberoamericana de Mar del Plata,
que este año la dedicaremos a la educación, donde se van a debatir iniciativas relacionadas con la erradicación del analfabetismo y la modernización de los sistemas
educativos para convertirlos en auténticas herramientas de inclusión social.
En relación con Cuba, el Consejo de Asuntos Europeos del día 25 de octubre
valoró positivamente las decisiones políticas del Gobierno cubano en materia de
excarcelaciones, así como el anuncio de reformas económicas. En este sentido,
autorizó a la Alta Representante de la Unión Europea para que lleve a cabo conversaciones exploratorias con los cubanos sobre diversas opciones para ese nuevo
marco bilateral de relaciones Unión Europea-Cuba, que responda de forma más
eficaz a las previsiones de futuro de transición política, a la protección de los derechos humanos, a las necesidades económicas del pueblo cubano y a la presencia
europea en la isla. Estas conversaciones, según nos informó la Alta Representante,
comenzarán próximamente.
En el análisis de la crisis económica internacional actual es necesario reseñar la
notable capacidad de las economías emergentes de América Latina y Caribe para
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hacer frente y continuar creciendo, modernizándose y creando riqueza y puestos de
trabajo. El dinamismo de la economía latinoamericana en su conjunto es esencial
para la superación de la crisis y para la conformación de una nueva gobernanza
internacional que resuelva las deficiencias estructurales y organizativas que han
quedado ya bien patentes. Dedicaremos un esfuerzo primordial a apoyar una mayor
interrelación económica, de mutuo interés para los actores españoles y latinoamericanos. Y ello sin olvidar la situación de los países de América Latina y Caribe de
menor desarrollo relativo en Centroamérica o en la región andina, con los que,
incluso en estos momentos de dificultades presupuestarias, hemos mantenido los
programas y los recursos destinados a cooperación y solidaridad.
Señorías, me referiré ahora al área del Mediterráneo, comenzando por el Magreb.
El Gobierno considera que las relaciones con Marruecos constituyen una de las
prioridades de su política exterior, no solo por tratarse de un país vecino, sino porque
son pieza esencial de nuestra política mediterránea, magrebí y africana. La situación
geoestratégica de Marruecos en la ribera sur del Mediterráneo, y como frontera con
África Subsahariana, hace que tengamos especial preocupación por mantener su
estabilidad, favorecer su desarrollo y ayudar a la solución del conflicto en el Sáhara
Occidental. Porque no podemos aspirar a la estabilidad que ambicionamos, y a la que
tienen derecho las poblaciones del norte de África, sin un Magreb estable e integrado
que resulta inalcanzable sin la resolución del conflicto del Sáhara Occidental y sin
una relación de cooperación y amistad entre Marruecos y Argelia.
Durante la última semana he comparecido en el Parlamento en distintas
ocasiones para abordar esta cuestión. Lo hice para responder también a preguntas orales y a una interpelación en el Pleno de esta misma Cámara, y de nuevo
comparecí en la Comisión de Asuntos Exteriores del Congreso de los Diputados
para tratar con carácter monográfico este asunto. Permítanme reiterarles el compromiso total y absoluto del Gobierno de España con el proceso de búsqueda de
una solución justa, duradera y, fundamentalmente, aceptable por ambas partes en
el marco de Naciones Unidas.
Los recientes acontecimientos en el Sáhara Occidental, con las limitaciones
que tenía la labor de la Minurso, influirán sin lugar a dudas en la renovación de
su mandato, con más presiones para la inclusión del control y vigilancia de los
derechos humanos, posición que España apoya en caso de consenso en el Grupo
de Amigos y que ya se expresó desde el punto de vista parlamentario en una
proposición no de ley aprobada ya hace un año en el Congreso de los Diputados.
España contribuye y contribuirá en todos los esfuerzos de solución tanto en su
apoyo a Naciones Unidas como en posibles iniciativas conjuntas con Francia y
Estados Unidos. Se mantendrá la ayuda humanitaria a la población saharaui en
los campamentos de Tinduf. No puedo dejar de destacar la necesidad de apoyar
una mejora en las relaciones bilaterales entre Marruecos y Argelia como condición
también necesaria para el progreso regional, garantía de la estabilidad del espacio
hispano-magrebí y europeo-norteafricano.
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Señorías, el proyecto de la Unión por el Mediterráneo, que es heredero directo del proceso de Barcelona, ha sido objeto de debates intensos en esta Cámara.
Conozco el interés de sus señorías y, por ello, me van a permitir detenerme, aunque
sea brevemente, en este asunto. La Cumbre de la Unión por el Mediterráneo estaba
programada –como conocen sus señorías– en principio para el día 7 de junio. Se
aplazó al mes de noviembre con el fin de que avanzaran las conversaciones de
paz palestino-israelíes y mejorar las condiciones para que la cumbre se pudiera
celebrar con éxito. Sin embargo, el 15 de noviembre, España, junto con Francia
y Egipto, es decir, las dos copresidencias del norte y del sur, decidieron aplazarla
por segunda vez al constatar que el bloqueo actual del proceso de paz de Oriente
Medio imposibilitaba una celebración satisfactoria.
Independientemente de estos obstáculos, durante el semestre de nuestra Presidencia, España trabajó intensamente en la puesta en marcha del Secretariado
de Barcelona que –como saben sus señorías– es la pieza clave de la Unión por el
Mediterráneo. El trabajo realizado bajo nuestra Presidencia europea permitió sucesivamente adoptar los Estatutos del Secretariado, la elección del secretario general
y sus adjuntos, la aprobación del presupuesto definitivo y del plan de trabajo del
Secretariado y la firma de un acuerdo de sede. Podemos afirmar que, pese a estos
aplazamientos derivados incluso de una coyuntura externa a la Unión Europea
y al propio Mediterráneo, al conflicto en Oriente Medio, el Secretariado estará
operativo y a pleno rendimiento a partir del próximo 1 de enero.
Con la mirada puesta en el año 2011, nuestras perspectivas, teniendo en cuenta las circunstancias que condicionan el buen desarrollo y marcha de la Unión
por el Mediterráneo, son moderadamente positivas, aunque somos conscientes
–como les decía– de las dificultades existentes, ya que, pese a que no es el foro de
resolución del conflicto palestino-israelí, la cumbre está estrecha y directamente
influida por la situación en Oriente Medio y especialmente por el desarrollo de su
proceso de paz.
Señorías, Oriente Próximo se configura como uno de los polos geoestratégicos y
políticos más importantes de todo el escenario internacional. Es un tema en el que
España ha jugado un papel importantísimo de mediación y de puesta a disposición
gracias a su privilegiada capacidad de interlocución con todas las partes para la
búsqueda del diálogo y de soluciones duraderas encaminadas al logro de la paz, el
establecimiento de la democracia y el fortalecimiento de los derechos humanos.
Todo ello en un área que, señorías, a nadie se le escapa, encierra una enorme
complejidad y abarca asuntos tan diversos como es el conflicto palestino-israelí, la
política nuclear de Irán o, incluso, la situación del Líbano.
España ha empleado –como les decía– esa excelente capacidad de interlocución
con todas las partes para respaldar desde la Unión Europea y en el seno del Cuarteto los esfuerzos norteamericanos para dar un paso definitivo hacia una solución
global, justa y duradera del conflicto, a través del establecimiento en la práctica de
la solución de los dos Estados. La puesta en marcha de las conversaciones sobre las
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cuestiones del estatuto final y su mantenimiento, pese a las crisis políticas que han
sacudido la región, es quizás la parte más destacable de este período.
Es mi intención continuar defendiendo el interés fundamental de España en
la zona con un compromiso para que se logre alcanzar un acuerdo de paz en el
plazo de un año marcado por el Cuarteto para la paz en Oriente Medio. Además,
España seguirá comprometida con el ámbito multilateral del proceso. No debemos
permitir que se olvide el papel clave que Siria tiene en la región y la importancia
de retomar las negociaciones entre Siria e Israel. España y Siria han mantenido
unas relaciones de especial cooperación que, además, han favorecido en muchas
ocasiones y han contribuido a la distensión en la región.
Hablar de Oriente Medio y de su actualidad implica, señorías, mencionar
la centralidad que el Líbano tiene en nuestra política exterior, debido a nuestra
apuesta decidida por la estabilidad global en Oriente Próximo. En este sentido,
España ha dado muestras de su compromiso con la estabilidad en el Líbano en el
marco de la Resolución 1701, mediante su liderazgo en la misión de la FINUL.
Señorías, con el continente africano hemos afianzado una relación intensa y
compleja, con una serie de objetivos muy claros que pasan por la lucha contra la
pobreza, el afianzamiento de la paz y de la seguridad, el apoyo decidido a la construcción de Estados de derecho, la promoción del comercio y las inversiones y la
consolidación de nuestros distintos partenariados migratorios. Saben sus señorías
que esta estrategia, dirigida a África, tiene como elemento central el Plan África
2009-2012.
Dentro de las múltiples acciones que ocupan el desarrollo del Plan África, me
gustaría destacar la atención que le venimos dedicando a Somalia, un país que
–como saben sus señorías– tiene una preocupante capacidad desestabilizadora en
la región. Su signo más evidente y llamativo para la sociedad europea está en el
fenómeno de la piratería que no hace sino poner de manifiesto la realidad de un
país que necesita una estrategia de reconstrucción del Estado, en la que España
está especialmente comprometida, como puso de manifiesto la celebración, a finales de septiembre en Madrid, de una reunión del Grupo Internacional de Contacto
para Somalia de Naciones Unidas.
Nuestra relación de vecindad con los países del África Occidental sigue siendo
un punto crucial en nuestra aproximación al continente. Con ellos mantenemos
líneas de trabajo muy intensas para contribuir a su desarrollo. Pero, sobre todo,
vamos a seguir impulsando nuestra asociación con la organización regional
CEDEAO/ECOWAS, tras la primera reunión de alto nivel España-CEDEAO el
año pasado, en el desarrollo de políticas que permitan afrontar los retos comunes
en materias tan cruciales como la lucha contra el terrorismo, los tráficos ilícitos y
los flujos migratorios irregulares.
Ese espíritu es el que subyace en el compromiso que España viene desarrollando respeto al Sahel, en el que usamos de manera conjunta instrumentos de
cooperación y políticos para el refuerzo de la seguridad en una zona que resulta
77
estratégica. De este modo, durante la Presidencia española de la Unión Europea,
hemos impulsado sendas estrategias integrales para el Sahel y el Golfo de Guinea
sobre las que ya se ha empezado a trabajar. Seguiremos apostando por la integración regional y ayudaremos en los distintos procesos abiertos, pues para España
representan oportunidades de desarrollo económico, de estabilización y de paz. De
ahí nuestro apoyo a la Unión Africana, al desarrollo de la Unión Europea-Unión
Africana, cuya próxima cumbre, en este caso Unión Europea-África, que está
prevista para el próximo 30 de noviembre, hemos preparado durante la Presidencia
española de la Unión Europea.
Señorías, las relaciones con América del Norte engloban a Canadá y Estados
Unidos, países con quienes trabajamos en sintonía y complicidad en el ámbito
multilateral. En la presente legislatura nuestras relaciones bilaterales con los Estados Unidos han experimentado una notable intensificación. Ya en su discurso de
investidura, en abril de 2008, el presidente del Gobierno fijó el objetivo de relanzar
nuestras relaciones con Estados Unidos. Unas relaciones que a lo largo de estos
dos últimos años se han profundizado en todos los ámbitos. Fruto de ello ha sido
una intensa y rica agenda de contactos. Yo mima, el pasado sábado, me reuní con
la secretaria de Estado, Hillary Clinton, para abordar cuestiones de interés mutuo,
relaciones bilaterales, relaciones de carácter multilateral, pero también tuvimos
ocasión de hablar de la situación en el Sáhara Occidental.
La colaboración bilateral con Estados Unidos abarca todos los ámbitos: el
diálogo político sobre los principales temas de la agenda internacional, la creciente interrelación económica, tanto financiera como mediante la presencia de las
empresas españolas en áreas como las energías renovables, las infraestructuras, la
banca, el ámbito de la defensa, la lucha contra el terrorismo o la educación y la
cultura. Además, no quería que pasase inadvertido que ahora se percibe a España
como a un interlocutor muy valioso en los temas de gobernanza económica global, como lo pone de manifiesto el apoyo que Estados Unidos ha dado a nuestra
presencia en el marco del G20.
Las prioridades en las relaciones con Estados Unidos, señorías, se orientan, por
un lado –como decía–, al objetivo de generar sinergias en los respectivos procesos
de recuperación económica. Y, por otro, en un escenario internacional que es
cambiante y complejo, pero que es absolutamente necesario dar un nuevo impulso
a la dinámica de la relación trasatlántica. Ese triángulo atlántico que configuramos
Europa, América Latina y Caribe y Estados Unidos o América del Norte debe
empezar a ocupar su espacio global paulatinamente para influir en la configuración
de una agenda global de manera sustantiva.
En relación con Asia Pacífico, es esta una región del mundo que, a sus señorías
no se les escapa, tiene ya una importancia fundamental en el panorama internacional, tanto por su coyuntura económica, más alejada de la crisis global que
otras regiones del mundo, como por la emergencia y consolidación de algunas de
sus potencias en el debate y en la agenda global. Vamos a seguir trabajando en el
78
relanzamiento de las relaciones con el conjunto de la región. Nuestro instrumento
para el desarrollo de esas relaciones bilaterales con los países de la región descansa
–como conocen sus señorías– sobre el Plan Asia-Pacífico, edición número III,
2008-2010, que nos permite entrar en una región en la que tradicionalmente
España ha tenido una presencia discreta, situación ésta en proceso de cambio,
como demuestra la reciente visita del presidente del Gobierno a China y a Japón
o el anuncio de una nueva gira a principios de año.
Señorías, quisiera terminar esta intervención con un claro mensaje de confianza, de confianza en nuestras posibilidades como país para hacer frente a los retos
globales que tenemos por delante. España siempre ha trabajado para estar en la
vanguardia de los dos grandes procesos que definen nuestro tiempo: la geopolítica
y la globalización. Los activos que hoy presenta nuestro país en el mundo son fruto
de ese trabajo continuado. Entre esos activos destacan nuestro papel esencial en
el ámbito europeo e iberoamericano; nuestra activa participación por primera
vez en nuestra historia en el G20, el foro de decisión política y económica más
importante a escala mundial; nuestro compromiso en materia de cooperación al
desarrollo o en defensa de los derechos humanos. Aspectos que nos permiten ser
optimistas sobre el lugar que debemos y podemos ocupar en esta nueva sociedad
global, en la que lo que cuenta es la voluntad y la capacidad para ejercer liderazgos
compartidos, comprometidos y solidarios.
Se trata de una voluntad y una capacidad que compartimos como país, y que
es el resultado de una contribución que hemos realizado entre todos, las distintas
fuerzas políticas y los distintos actores sociales. Sé que cuento con el apoyo de sus
señorías, con su capacidad de interlocución, de crítica constructiva y también
de su energía para sumarla a la del Gobierno de España y así conseguir mejores y
mayores logros de nuestra política exterior, que es, en definitiva, algo que seguro
todos compartimos al considerar la política exterior una política de Estado.
Muchas gracias.
* * *
La señora MINISTRA DE ASUNTOS EXTERIORES Y DE COOPERACIÓN (Jiménez García-Herrera): Muchas gracias, señora presidenta. Muchas gracias, señorías, por sus intervenciones, por sus reflexiones y por sus aportaciones.
Quiero también comenzar con carácter general agradeciendo el tono de los
portavoces de los distintos grupos parlamentarios para afrontar temas que, evidentemente, en algunos pueden existir discrepancias, incluso pueden ser discrepancias
profundas, pero en muchos otros, en líneas generales podríamos coincidir y estar
de acuerdo.
Me van a permitir que les diga con carácter general que solamente concibo la
política exterior como una política de Estado. No sé en qué momento ha dejado
de serlo, pero desde luego mi objetivo, mi intención y mi propósito es que podamos recuperar entre los distintos grupos políticos ese carácter y ese sentido que,
desde luego, desde mi punto de vista tiene la política exterior; política de Estado,
79
que es una política compartida entre los principales grupos parlamentarios, los
principales partidos que conforman la opinión y la expresión de los ciudadanos.
Por tanto, insistiré no solamente desde aquí, desde esta comparecencia en el día
de hoy, sino en cuantas reuniones tengamos ocasión de celebrar, para poder llegar
a entendimientos en esas líneas básicas que considero que estamos en condiciones
de coincidir, que hemos coincidido en el pasado y que creo que sinceramente estamos en condiciones de coincidir; porque al final, estoy convencida de que todos
compartimos que la política exterior es básicamente la defensa de los intereses de
nuestro país y de unos valores y principios que son compartidos por el conjunto
de los ciudadanos. Más allá de las percepciones que me haya mostrado el portavoz
del grupo nacionalista, el señor Anasagasti, reitero que mi actitud siempre va a
ser de diálogo, de búsqueda de acuerdo, de consenso y de diseño de esas líneas
básicas de trabajo en lo que, insisto, creo que la política exterior tiene que tener
esa condición de política de Estado. Podemos tener discrepancias, es razonable, es
legítimo; podemos tener disensiones de fondo, también es razonable, y puntuales
mucho más, pero creo que estamos en condiciones, todos los que nos sentamos en
torno a esta mesa y todos los que representamos a la ciudadanía, de poder hacer
una aproximación lo más constructiva, rica y enriquecedora posible para cumplir
con esos objetivos generales que tiene que tener una política exterior como la de
un país como España. Por tanto, más allá de las percepciones, reitero mi voluntad,
permanente, firme, de diálogo con todos los grupos políticos, siempre tengo el
teléfono abierto –los que me conocen de hace tiempo, lo conocen bien– y siempre tengo una actitud permanente de búsqueda de consenso. Lo hice cuando fui
secretaria de Estado para Iberoamérica, lo he hecho mientras he sido ministra de
Sanidad y de Política Social, y lo haré ahora, con más razón que nunca, desde mi
responsabilidad como ministra de Asuntos Exteriores y de Cooperación.
Por las intervenciones de los distintos portavoces he podido colegir que existe
un acuerdo básico en línea de lo que el señor Muñoz-Alonso ha podido calificar
como un discurso plano, pero en el fondo lo que existe es un sentimiento compartido sobre algunas reflexiones en las cuales podemos coincidir todos.
Es verdad que España es mucho más que una potencia media. Yo creo que
España tiene una condición geográfica e histórica que le da un valor añadido en el
conjunto del escenario internacional. España tiene una primera prioridad que es
la política en el seno de la Unión Europea donde, sinceramente, creo que España
siempre ha jugado un papel enormemente constructivo, muy positivo y muy apreciado por nuestros socios. Hemos contribuido de manera decisiva a la construcción
política de Europa y seguimos contribuyendo en estos momentos con unas posiciones que son muy apreciadas, porque son posiciones de vanguardia y de confianza
en lo que pueda ser el futuro de esa Unión Europea, en la cual hemos puesto tantas
ilusiones, tantas esperanzas y tantas expectativas, de construir una Unión Europea
como actor global, como actor relevante en el escenario internacional.
Al mismo tiempo, tenemos una relación privilegiada con el conjunto de Amé-
80
rica Latina. Eso nos da un valor añadido en todo el escenario internacional; no
solamente nos da un valor añadido como España por ese vínculo tan estrecho y
privilegiado con el conjunto de los países de la región, sino que si hay algo que
le interesa a países como Estados Unidos –gran potencia– en las relaciones con
España, es en parte por nuestra relación privilegiada con América Latina, y siempre forma parte América Latina de las reuniones, de los encuentros que tenemos
con potencias tan relevantes en el escenario global, como es el caso de Estados
Unidos. Por tanto, jugamos un papel importante. Creo sinceramente, señorías, que
sí, que España lo juega; porque tenemos ese valor añadido desde el punto de vista
histórico, desde el punto de vista geográfico, desde el punto de vista estratégico,
que nos permite avanzar en esa dirección. Pero también para otras potencias y
países emergentes, como son los casos de China o de India, también ellos ven
ese valor añadido por esa relación estrecha, histórica y fluida que tenemos con
América Latina.
Yo pondría el foco en un inicio en esos dos conjuntos integrados: por un
lado, es Europa y, por otro, ese triángulo atlántico y ese vínculo transatlántico
que conforma Estados Unidos y América Latina. Y después, creo que también es
importante, muy importante el papel que España desempeña en el Mediterráneo,
por una posición geográfica o geoestratégica, pero está ahí. Somos frontera, pero
también jugamos un papel importante por nuestras relaciones históricas; nuestra
propia historia nos define como un país que tiene que jugar ese papel. Y lo hemos
hecho defendiendo a lo largo de nuestra historia nuestros principios, nuestros
valores, nuestros intereses, pero nuestros principios y nuestros valores por encima
de todo; y hemos conseguido que haya respeto a la posición de España y que seamos
un interlocutor válido, que seamos un interlocutor valioso para muchos países en
el escenario internacional.
Y desde hace algunos años hemos hecho un esfuerzo para abrir unas relaciones con Asia que antes no existían y que alguien pudiera pensar que por lo
alejado en el territorio, en sus intereses, en nuestra historia común, pudieran no
representar lugares de especial interés, y sin embargo son potencias emergentes
que se han convertido en polos enormemente importantes en el conjunto de las
relaciones internacionales, de tal manera que se ha desplazado parte del foco de
atención a nivel internacional de un centro de poder a otros. Y creo que España
tiene que estar ahí. Y tiene que estar ahí porque la economía juega también parte
fundamental en el escenario internacional globalizado. Y nuestra obligación como
Gobierno es también ayudar a nuestro país y, por tanto, también a nuestras empresas a buscar una salida a la crisis actual. También es nuestra obligación ayudar a
que consigamos una mayor presencia, un mayor intercambio comercial, un mayor
intercambio financiero, creo que también es importante y España debe ayudar a
conseguir todo ello.
Tenemos después no solamente esas posiciones que vienen marcadas por
nuestra historia, por nuestra posición geoestratégica, sino también tenemos
81
una actuación muy precisa en función de esos intereses en las organizaciones y
organismos internacionales. Creo que es importante reiterar nuestra apuesta por
Naciones Unidas, por la reforma de las Naciones Unidas, porque sea un foro, una
institución capaz de verdad de hacerse cargo de la gobernanza global; y lo podemos
alcanzar si conseguimos que esa institución logre una mayor legitimidad, una mayor
autoridad y una mayor capacidad para hacer que sus decisiones sean de obligado
cumplimiento.
Y en la medida en que vamos avanzando a pesar de nuestra frustración porque
no conseguimos todo lo que queremos, se van dando pasos muy importantes. Y si
uno echa la vista atrás y observamos el mundo de hace cuarenta de hace treinta y de
hace veinte años, vemos que a pesar de todas las frustraciones que nos pueda producir el que no se haya avanzado en determinadas materias, ha avanzado mucho,
y se han dado pasos muy importantes. Yo he conocido la América Latina de hace
treinta años, la América Latina de las dictaduras, dictaduras en Chile, en Paraguay,
en Uruguay, en Brasil, en Centroamérica, y sé que todavía queda un largo camino
por recorrer y sé que se puede hacer mucho, pero hemos ido avanzando mucho
entre todos, y ahí la comunidad internacional ha jugado un papel importante.
Por tanto, yo creo que España puede jugar ese papel, y lo está jugando. Podemos discrepar, señorías, en la manera en que nos hemos planteado conseguir
determinados objetivos, pero creo que en el fondo compartimos esos objetivos.
¿Podemos sentarnos y discutir la manera? Sí, podemos hacerlo. Pero también ha
habido otros ensayos en el pasado y hemos vistos si producían o no algún resultado, si conseguíamos o no ser eficaces. En este momento estoy pensando en Cuba.
De hecho no son solamente sus señorías, los portavoces, los que han manifestado
su deseo de que continúe, por su utilidad, la posición común, sino otros muchos
países en el seno de la Comunidad Europea. Podemos hablar y respetaré siempre
la posición de uno y otro, pero creo que el Gobierno de España, cuando hace una
determinada apuesta por intentar avanzar en una determinada posición, lo hace
pensando en un objetivo: avanzar. ¿Se ha producido algún avance? Señorías, yo
creo que todos somos conscientes y que podemos reconocerlo: se han producido
excarcelaciones. ¿Qué no es suficiente? Evidentemente. Muchos podrán valorar
que no es suficiente, pero se ha producido ese avance gracias, además, a la acción
concertada de la Iglesia católica en Cuba y también del Gobierno de España. ¿Eso
significa que haya desaparecido la posición común? Claro que no, señor MuñozAlonso, se mantuvo; lo que digo es que la imposibilidad de establecer el diálogo
entre la Unión Europea y Cuba, queda de alguna manera congelado –esa es la
expresión que yo utilicé–, suspendido mientras que se intenta proceder a un diálogo, a un acercamiento que tenemos que esperar a ver hasta dónde conduce. Yo
creo que hay que intentarlo. Hay que explorar siempre con el respeto a nuestros
marcos institucionales, a nuestros instrumentos legales, pero yo creo que hay que
intentarlo, y esa es una posición del Gobierno de España, que tiene un perfil propio,
y creo que es interesante el poder trabajar en ello.
82
Cuando el señor Anasagasti me muestra su disconformidad o su malestar por
determinadas políticas también del Gobierno de España hacia América Latina o,
en particular, en relación a Venezuela, le tengo que decir que la actitud del Gobierno de España siempre ha sido una actitud crítica, con todos los Gobiernos cuando
la tiene que tener y trasladarle en todo momento lo que le tiene que trasladar. En
el marco de las relaciones bilaterales tenemos mecanismos de derechos humanos,
tenemos con Cuba, tenemos también con Venezuela.
Desconozco ese informe a que su señoría hacía referencia, pero, evidentemente, lo voy a recoger –por supuesto, con toda seguridad–, y lo voy a trasladar a
nuestra oficina de derechos humanos, que se ha encargado en numerosas ocasiones
de estos asuntos. Creo que el señor Anasagasti conoce bien nuestra propia oficina,
cómo funciona, la persona que está al frente de la misma, cómo se encarga de
gestiones personales, de gestiones de carácter colectivo, de gestiones casi todas
muy discretas, como señala el señor Luís María de Puig, para conseguir eficacia en
la resolución de los mismos. Pero estamos dispuestos, señoría, a hablar de todo, a
compartir las reflexiones, a compartir sus preocupaciones; todas son respetables,
en todas a lo mejor no vamos a coincidir, pero quiero decirle que nos merecen el
máximo respeto y van ser tenidas en cuenta y estudiadas con la máxima seriedad
y con la máxima solvencia, con toda seguridad, como hemos hecho siempre.
Hay algunas cuestiones pero sobre todo hay una que ha sido repetida por
muchos de los portavoces, que es en relación al Sáhara Occidental, que entiendo
que ha sido objeto de gran preocupación en estos días, sobre todo porque, es verdad, que existe una enorme sensibilidad por parte de la opinión pública española
y nosotros entendemos que exista esa gran sensibilidad, puesto que la inmensa
mayoría de los españoles de alguna u otra manera se sienten concernidos por el
destino del pueblo saharaui.
¿Qué ha hecho el Gobierno de España? Me van a permitir que empiece primero
haciendo una pequeña reflexión sobre cuáles son las circunstancias históricas
del Sáhara Occidental. Me referí a ello el día que tuve ocasión de responder a la
interpelación del señor Muñoz-Alonso, pero quiero recordarlo sobre todo para que
nos permita situarnos a todos en el espacio de acción que tiene el Gobierno.
En el año 1976, con independencia del calificativo que nos produzca y con
independencia de la valoración que hagamos de aquel momento, España abandonó
su responsabilidad como potencia administradora en el Sáhara Occidental, y eso
lo ha ido reiterando todos los años en los informes anuales que ha habido sobre el
Sáhara Occidental. Insisto, no entro a valorar lo que hizo España en ese momento
pero la situación es esa, que España renunció de manera reiterada; y como son
más de 35 años, pues es verdad que en este momento España no tiene ninguna
capacidad de acción ni de potencia administradora bajo ningún concepto.
Desde el punto de vista jurídico –y así también contesto al señor Torres–, desde
el punto de vista estrictamente jurídico no se puede calificar a Marruecos como
potencia ocupante, puesto que el ejercicio de facto, insisto, de facto que hace
83
Marruecos en el territorio de El Aaiún no es producto de un conflicto bélico ni de
un elemento de fuerza, es fruto de un acuerdo. Por tanto, ¿qué es lo que tenemos?
Pues tenemos un territorio no autónomo donde no se ha concluido el proceso de
descolonización. Eso es lo que hay desde el punto de vista del derecho internacional. Y me van a permitir que yo, como ministra de Asuntos Exteriores, me acoja a
la legalidad internacional. Eso es lo que dice Naciones Unidas.
¿Qué podemos hacer a partir de ahí? Pues evidentemente tratar de trabajar en
todo momento con las partes para que se logre una solución. ¿Qué ha ocurrido?
Que desde hace ya algunos años, Naciones Unidas renunció a imponer por la
fuerza o imponer unilateralmente una solución. Y hay muchos planes; empezamos
con el Plan Baker cuando hubo una mayor preocupación en la época del secretario general Kofi Annan, pero dichos planes, o bien no gustaban a una parte o
bien no gustaban a otra. Y el secretario general de Naciones Unidas decidió –y a
partir de ahí se implantó esa decisión– no imponer ningún plan a las dos partes
que estaban en conflicto, y se instó en ese momento a la búsqueda de un acuerdo,
que fuera pacífico, que fuera políticamente aceptable, que fuera duradero y que
fuera equilibrado.
Es verdad que los puntos de partida de las dos partes hacían muy difícil encontrar un elemento común, es verdad, pero ¿podemos renunciar a ese objetivo? No,
porque es absolutamente imprescindible. En todo lo que ha ocurrido en estos últimos días está muy presente la necesidad de encontrar un arreglo, porque el pueblo
saharaui, que vive básicamente en los territorios de Tinduf, vive en una situación
absolutamente desesperada, viviendo además de la cooperación internacional, sin
tener ningún tipo de perspectiva, sobre todo los jóvenes que ya han nacido en el
campamento. ¿Qué tenemos que hacer ahora? Desde luego, desde el punto de
vista del Gobierno de España ejercer nuestro más intenso y denodado esfuerzo por
conseguir que haya ya un acuerdo.
Paradójicamente –lo decía el otro día en la interpelación el señor MuñozAlonso–, este es el momento en el que, después de algunos años, se han retomado
las conversaciones, en que por primera vez las dos partes han aceptado discutir la
propuesta de uno y de otro. Y digo paradójicamente porque no siempre ha sido así,
porque es en este momento en el que han tenido lugar los sucesos de desmantelamiento del campamento de El Aaiún. Pues bien, yo creo que ahora, teniendo en
cuenta todo lo que ha ocurrido, teniendo en cuenta las circunstancias, teniendo
en cuenta la situación, es cuando la comunidad internacional tiene que implicarse,
como ha estado haciendo siempre, y España lo ha hecho de una manera especial,
más que ningún otro país, precisamente porque nos ligaba una relación histórica.
Y es ahora cuando España tiene que pedir al conjunto de los actores esa mayor
implicación.
Es verdad que lo del Grupo de Amigos puede sonar a una expresión un poco
informal y con poca capacidad de acción, pero están ahí los cuatro miembros del
Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, que son Estados Unidos, Rusia, Francia
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y el Reino Unido más España. Es decir, son países o somos países que, por nuestras
diferencias y distintas condiciones históricas, tenemos capacidad para ayudar a
encontrar una solución. Por eso, en mi reciente encuentro con la secretaria de
Estado norteamericana le pedí que activáramos el nivel de actuación política de
ese Grupo de Amigos.
¿Qué hemos hecho además de ello? Hemos pedido –y lo hicimos hace un
año– que se amplíe el mandato de la Minurso. Y digo que lo hicimos hace un año
porque fue en una proposición no de ley a iniciativa del Grupo Socialista y apoyada
por todos los grupos de la Cámara. Hace un año pedimos que la Minurso ampliara
sus capacidades para que tuviera una mayor observancia en materia de derechos
humanos. Es verdad que hace dos años se introdujo en las resoluciones una frase
que se llama la dimensión humana del conflicto, que también nos permite actuar
sobre esa nueva terminología para poder pedir una mayor implicación de Naciones
Unidas en esa observancia de derechos humanos.
¿Qué hemos hecho también? Hemos hablado con el ACNUR, con el secretario general, el señor Guterres, porque sí que hay una oficina del ACNUR, es
verdad que con pocas capacidades, con pocos elementos, pero hay una pequeña
oficina del ACNUR. ¿Para qué está esa oficina? Inicialmente estaba prevista para
buscar lo que se llaman medidas de confianza entre las partes, que son: procurar
que pudiera haber vuelos o viajes entre familiares en el campamento de Tinduf y
el territorio de El Aaiún.
En fin, son actuaciones en las cuales España siempre ha estado trabajando,
siempre ha prestado su capacidad, sus recursos, también su capacidad logística de
interlocución entre las partes. Y al mismo tiempo hemos sido interlocutores para
buscar una mayor colaboración y coordinación con Argelia, con Mauritania, donde
también tiene frontera. ¿Y qué hemos dicho a Marruecos? Evidentemente, cuando
el Gobierno de España quiso desde un primer momento actuar con prudencia, no
es porque quisiera actuar con tibieza, sino porque en ese momento los datos que
nos llegaban eran lo suficientemente confusos para que el Gobierno no actuara
con precipitación a la hora de calificar lo que estaba ocurriendo. Y creo que hoy,
con lo que vamos conociendo, con los informes que empiezan a elaborar las propias
organizaciones independientes de derechos humanos y los testimonios que nos van
llegando, empezamos a tener ya una visión más clara, más adecuada, donde, como
señalaba anteriormente el señor Lluís Maria de Puig, se preguntaba en voz alta:
sí, habrá que condenar la violencia pero ¿dónde ha habido más víctimas mortales
hasta el momento? Por lo que vamos conociendo hay once víctimas mortales en
el lado marroquí y dos víctimas mortales en el lado saharaui. Cualquier víctima
humana necesita y tiene igual reconocimiento, igual protección.
En fin, lo que quiero decir es que esa prudencia con la que se manifestó el
Gobierno no iba marcada porque desconociéramos o quisiéramos dejar de lado
cuestiones tan sensibles como es el no uso de la violencia, la protección de los
derechos fundamentales, sino porque desde el primer momento quisimos tener la
85
completa seguridad, y así se lo demandamos al Gobierno de Marruecos, de conocer
datos exactos sobre lo que había ocurrido y las circunstancias en las cuales había
ocurrido.
Esa ha sido la posición del Gobierno de España, y la actitud del Gobierno de
España siempre va a ser de defensa de los derechos fundamentales, de apelación
para el no uso de la fuerza ni de la violencia, de potenciar el diálogo para la resolución de un conflicto que dura ya demasiados años. Esa ha sido la actitud, señorías,
y eso es lo que va a seguir haciendo el Gobierno de España.
Señorías, cuando yo llegué al Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación lo hice hace apenas hace un mes. Algunos compromisos y la agenda estaba
fijada ya por mi predecesor; y algunos compromisos y la agenda viene marcada por
la actualidad de las organizaciones internacionales, que evidentemente nos concierne a todos los países, y otras vienen marcadas por relaciones bilaterales que, de
no cumplir con los compromisos, pudiera provocar malestar, razonable y lógico, de
nuestros socios. Lo digo porque en relación al viaje que hice a Bolivia y a Ecuador,
ya había una agenda fijada con el presidente, con los ministros de Asuntos Exteriores, para la firma de acuerdos de cooperación, para encontrarnos con las empresas
españolas. Había una agenda ya fijada. Y los compromisos internacionales hay que
mantenerlos; hay que mantenerlos porque es una manera de garantizar nuestra
seriedad a la hora de mantener las relaciones con nuestros socios, y hay toda una
serie de actores implicados en los mismos. Por supuesto que he estado en Argentina
y he estado en Portugal y he estado con todos, absolutamente con todos los socios
de la Unión Europea, con los ministros de Asuntos Exteriores de la Unión Europea.
En fin, en un mes –es verdad que las circunstancias se han dado así– difícilmente
he podido tener un contacto más intenso con todos los principales actores del escenario internacional, donde España además quiere tener una relación privilegiada,
fluida y permanente. En todo caso, señorías, como les he dicho al comienzo de mi
intervención, entiendo la política exterior como una política de Estado. Siempre
que he hecho política lo he hecho desde una actitud de diálogo, de acuerdo, de
consenso, donde tengo como único objetivo la defensa de los intereses de España.
Y, por tanto, con esa actitud y con esa línea de trabajo voy a seguir y espero poder
mantener la capacidad para tener ese diálogo fluido y permanente, ese encuentro
permanente dentro de la comisión, en este ejercicio de control, que es lo instituido
desde el punto de vista político, y fuera de esta comisión, para trabajar sobre todo
en aquello que sus señorías consideren que podemos avanzar juntos. Yo creo que
tenemos un largo recorrido para trabajar juntos. Creo sinceramente que podemos
y espero que consigamos hacerlo.
Me quiero referir brevemente a Gibraltar, para que no quede la sensación de
que no he respondido a su pregunta, señor Carracao.
El Reino Unido y España son los dos y únicos actores fundamentales para
resolver la cuestión de Gibraltar, son los dos únicos actores que podemos hablar
de soberanía.
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Eso es algo que ha sido invariable siempre en la política exterior de España,
y eso siempre se ha mantenido. España mantiene esa actitud y así lo reitera en
el marco de Naciones Unidas, y también mantiene vivo el Proceso de Bruselas
para hablar de soberanía, y puso en marcha la iniciativa Foro Tripartito, donde se
exploraron ámbitos de coordinación para mejorar el clima, sobre todo en Gibraltar
y en el territorio del Campo de Gibraltar.
Yo creo que han sido importantes los avances que se han logrado. Creo que el
generar condiciones de confianza siempre es bueno, siempre que tengamos claro
que la soberanía es entre dos países soberanos y que las relaciones de confianza
son para que haya una mayor coordinación, una mayor gestión, un mayor entendimiento y una mayor comprensión de la situación, y creo que estos elementos tienen
que ir en dos ámbitos separados. Y lo hemos conseguido razonablemente y, desde
luego, tenemos que seguir hablando para poder continuar en ese esfuerzo.
No es nuevo. Es decir, hace unos días, en una conferencia en la que tuve que
impartir me preguntaban ¿cómo es que hay escaramuzas en las aguas territoriales?
Las ha habido hace doscientos años, no es nuevo, porque ha habido una disputa
en la que España ha mantenido una posición y Reino Unido ha mantenido otra;
pero, afortunadamente, en el marco de la Unión Europea y en el marco del buen
entendimiento y confianza que tenemos que mantener evidentemente hay espacio
para generar confianza y esfuerzo de cooperación.
No sé señorías si me he dejado alguno de los temas pendientes, pero, como han
sido reflexiones compartidas y muchos de los elementos han sido comunes, espero
haber respondido al menos a lo que me pedían, no tanto en el detalle, sino sí en lo
que puede ser una determinada actitud de trabajo, que tiene que ser continuada,
que tiene que ser permanente y que tiene que ser discutida y eventualmente consensuada. Si ha habido algún tipo de duda, espero haberlo disipado en el sentido
de poder trabajar juntos, siempre desde el respeto a la legítima discrepancia, pero
siempre también pensando en que, cuando uno pone en marcha alguna iniciativa o alguna acción en política exterior, por encima de todo –y la fundamental
responsable de mantener ese clima soy yo– debe pensar en compartir esas líneas
básicas con el conjunto de los portavoces que representan la voluntad popular.
Así lo entiendo, así quiero que sea, y quizá no hay política donde más se nos exige
el consenso que en el ámbito de la acción exterior.
Muchas gracias.
* * *
La señora MINISTRA DE ASUNTOS EXTERIORES Y DE COOPERACIÓN (Jiménez García-Herrera): Muchas gracias, señora presidenta.
Solo unas breves palabras para agradecer a los portavoces sus intervenciones.
Creo que a pesar de los esfuerzos que hacemos siempre para poner de manifiesto
nuestras discrepancias, en el fondo seguimos todos defendiendo, básicamente, las
líneas que siempre han estado presentes en el diseño de nuestra política exterior.
Reitero el ofrecimiento de seguir hablando en este foro y en cualquier otro marco
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de carácter informal que nos permita consensuar y, sobre todo, conocer con una
cierta antelación algunos de los asuntos que, por complejos, entrañan una mayor
necesidad de explicación, para evitar que se produzcan malos entendidos y tensiones que solo perjudican a nuestro país.
Creo sinceramente, señor Muñoz-Alonso, que tenemos la capacidad necesaria
para ponernos de acuerdo. Seguro que en algunos elementos vamos a discrepar,
pero insisto en las líneas básicas. Usted me pide una política más realista y otros
portavoces me piden una política más maximalista. Yo creo que el Gobierno tiene
que intentar cumplir los dos objetivos. Usted me hablaba de que las empresas no
se sienten representadas, y cuando voy a defender los intereses de las empresas
hablando con los Gobiernos, también ahí soy objeto de reprobación. Tiene usted
que entender que el Gobierno tiene que intentar hacer una política equilibrada
en la que, manteniendo el respeto a unos intereses, podamos dar satisfacción a
la defensa de otros derechos. Le puedo decir –seguro que usted también, señor
Muñoz-Alonso– que llevo haciendo política exterior y desde ámbitos muy diferentes veinticinco años de mi vida, y no le exagero. Antes hacía referencia a las
dictaduras de América Latina, y yo tuve ocasión de viajar a esos países cuando
todavía no había democracia. Por lo tanto, llevo muchos años haciendo política
exterior, y le puedo asegurar que la imagen de España es buena. Tenemos que
defenderla y sentirnos orgullosos, porque va más allá de la coyuntura de quién esté
al frente del Gobierno. Es una buena imagen. Somos un país querido, respetado y
apreciado. Si hablamos de los logros de la sociedad civil, es más evidente aún. Si
no nadie se explicaría los logros que hemos conseguido en foros internacionales
y la mayor presencia de nuestras empresas en el exterior. Es verdad que son muy
buenas, son verdaderas multinacionales con gran prestigio, pero en muchos países solo se explica su presencia porque van acompañadas del Gobierno. Esa es la
verdad. Sinceramente tenemos prestigio, y se nos considera un socio confiable, y
deberíamos hacer entre todos un esfuerzo. Los Gobiernos van cambiando, pero
España permanece. La imagen tarda mucho en consolidarse y la aceptación de su
prestigio puede quedar erosionada por actuaciones que no siempre están enfocadas
a erosionar la imagen de España sino a erosionar la imagen del Gobierno. Por eso en
esto siempre he sido especialmente cuidadosa y delicada. Usted aludía antes a las
referencias que hice al señor Piqué. Yo era secretaria de Relaciones Internacionales
del Partido Socialista. El señor Piqué me llamaba y me contaba que se encontraba
en esa fase de negociación con el Reino Unido. Nosotros lo apoyábamos, y en
esos años, estando fuera, nunca hice ninguna referencia que pudiese afectar a la
imagen de España. Para mí, España está por encima de la coyuntura de cualquier
Gobierno, y eso que soy del Gobierno. De verdad que somos un país querido, somos
un país apreciado, somos un socio confiable. Así me lo manifestaba la Secretaria de
Estado, Hillary Clinton: reliable. Se nos ve así, como una potencia con capacidad
de interlocución.
En mi modesta opinión, debemos intentar ver aquello que podemos potenciar,
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que podemos poner en valor, que podemos realmente explicar al mundo, y después
tratar de limar las diferencias –que las hay, que son razonables y legítimas– para
construir un consenso, por lo menos básico, de líneas generales que nos permita
caminar y avanzar. Yo, desde luego, tengo la máxima disposición. Me van a permitir
que termine con esta reflexión: tengo la máxima disposición. Siempre, si ustedes
me llaman por teléfono, estaré disponible por si tienen alguna inquietud, algún
problema, alguna cuestión. Yo lo he hecho también con el señor Rajoy cuando he
tenido que contar con él para presentarle alguna cuestión con carácter particular.
Lo he hecho, y así lo seguiré haciendo, porque creo que es importante que, más
allá de quién esté al frente del Gobierno, todos tengamos la capacidad necesaria
para defender esa imagen de España a la que usted hacia referencia: la marca, que
es lo que nos va a permitir seguir siendo ese país, que yo creo que sí que somos,
apreciado en el mundo.
Muchas gracias.
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COMPARECENCIA ANTE EL PLENO DEL SENADO, PARA
RESPONDER A LA PREGUNTA DE ALFREDO BELDA
QUINTANA, SOBRE SI CONDENA EL GOBIERNO LAS
TORTURAS SUFRIDAS POR EL CIUDADANO ESPAÑOL
AHMED GACHBAR BAILLAL EN UNA COMISARÍA DE
EL AAIÚN, TRAS LOS SUCESOS DEL PASADO DÍA 8 DE
NOVIEMBRE
(BOCG núm 102, 30 de noviembre de 2010)
La señora MINISTRA DE ASUNTOS EXTERIORES Y DE COOPERACIÓN
(Jiménez García-Herrera): Muchas gracias, señor presidente.
Señoría, ante este caso, el Gobierno de España ha llevado a cabo gestiones
muy concretas desde el primer momento, que me parece importante que usted y
la Cámara conozcan.
Desde el primer momento, tras conocer por diversas llamadas de atención la
detención de estos españoles de origen saharaui –normalmente eran llamadas de
sus familiares–, hemos hecho gestiones directas con las autoridades marroquíes,
tanto desde los servicios consulares aquí en Madrid como desde nuestro consulado
en Rabat y también en la depositaría que tenemos en El Aaiún.
Durante los primeros días estas gestiones tuvieron como único y principal
objetivo, en primer lugar, localizar a los ciudadanos de nacionalidad española; una
vez localizados, ya pasados unos días, el día 15 de noviembre se les pudo atender y
prestar toda la asistencia consular. Es cierto que, debido a las circunstancias, tras
el desmantelamiento del campamento resultó difícil conseguir hacer efectiva la
asistencia consular en los primeros momentos. Pero también es cierto que hemos
estado en contacto permanente con sus familias y, desde el momento en que fue
posible, con los propios implicados, como conoce su señoría, haciendo un seguimiento de los sucesos para poder prestar lo más rápidamente posible la asistencia
y la protección consular necesarias.
Señoría, quiero insistir en que en todo momento nuestra preocupación y
nuestro interés por los ciudadanos españoles –en concreto estos ciudadanos
españoles– ha sido máxima. Hemos hecho un gran esfuerzo para poder atenderles
en esas difíciles circunstancias, como han reconocido públicamente los propios
interesados.
* * *
La señora MINISTRA DE ASUNTOS EXTERIORES Y DE COOPERACIÓN
(Jiménez García-Herrera): Gracias.
Señoría, me preguntaba por las gestiones concretas que ha realizado el Gobierno de España para atender a este ciudadano saharaui de nacionalidad española y
si el Gobierno español condena. Esta es su pegunta concreta.
90
En primer lugar, ya le he explicado cuáles han sido las acciones y las gestiones
que ha llevado a cabo el Gobierno de España para atender a estos ciudadanos de
nacionalidad española.
Por otro lado, tengo que decir que no nos consta –y, además, nos hemos interesado por ello– que haya habido formalmente una denuncia, ni ante las autoridades
marroquíes ni tampoco ante las autoridades españolas, cosa que hubiera movido
algún tipo de acción adicional por nuestra parte. A pesar de ello, además de las
gestiones para prestar asistencia consular –a la que he referido anteriormente–,
hemos hecho otro tipo de gestiones. En este sentido, el Gobierno, al tratarse de
un ciudadano de nacionalidad española, se ha dirigido a las autoridades marroquíes interesándose por este caso concreto que usted ponía de manifiesto, señoría,
solicitando información sobre las circunstancias de su detención. Precisamente
hoy, el director general de Relaciones de Asuntos Consulares está en Rabat para
reforzar estas gestiones.
Usted insiste en saber si va a haber condena o no. Y, señorías, quiero ser muy
clara y muy firme en este punto para que no haya ningún tipo de duda. Si concluye
la investigación que el Gobierno español directamente, sin denuncia concreta,
ha instado y se confirma la información sobre malos tratos, desde luego tenga la
seguridad de que el Gobierno español condenaría lo sucedido.
* * *
La señora MINISTRA DE ASUNTOS EXTERIORES Y DE COOPERACIÓN (Jiménez García-Herrera): Termino, señor presidente.
Por cierto, señoría, como siempre hemos hecho porque estamos radicalmente
en contra de este tipo de práctica en cualquier país del mundo.
Muchas gracias.
91
COMPARECENCIA ANTE EL PLENO DEL SENADO,
PARA RESPONDER A LA PREGUNTA DE IÑAKI MIRENA
ANASAGASTI OLABEAGA, SOBRE SI CREE EL GOBIERNO
QUE EN VENEZUELA HAY POLÍTICOS Y JUECES PRESOS
(BOCG núm 102, 30 de noviembre de 2010)
La señora MINISTRA DE ASUNTOS EXTERIORES Y DE COOPERACIÓN
(Jiménez García-Herrera): Muchas gracias, señor presidente.
Señoría, efectivamente, hay personas presas que ostentan la condición de
políticos, jueces o militares. Pero permítame que le explique, con carácter general,
cuál es la política exterior del Gobierno de España en materia de derechos humanos
ante un caso como el que su señoría plantea.
Cuando el Gobierno tiene conocimiento de un supuesto caso de maltrato o
violación de un derecho fundamental, de derechos humanos, en cualquier lugar del
mundo, se ponen en marcha distintos mecanismos. En primer lugar, como hemos
hecho en este caso, constatamos la información disponible a través de nuestra
dirección política competente, nuestras embajadas, y de la Oficina de Derechos
Humanos, del Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación. A su vez, esta
oficina está en contacto permanente con el Comité de Derechos Humanos de
Naciones Unidas y otros organismos internacionales.
En segundo lugar, suscitando estas cuestiones en el marco del diálogo político
que España mantiene con otros países, es decir, nuestro país se sirve de la interlocución que hemos establecido con otros Estados para pedir que se interesen también
por los casos individuales relativos a derechos humanos, no solamente por los que
tienen un carácter universal.
Y en tercer lugar, coordinamos nuestras actuaciones principalmente con
nuestros socios europeos para interesarnos por este tipo de casos que con carácter
individual conocemos a través de denuncias.
Señoría, esta es nuestra política, que siempre es activa y responsable y responde
a nuestro firme compromiso con la defensa de los derechos humanos.
Muchas gracias.
* * *
La señora MINISTRA DE ASUNTOS EXTERIORES Y DE COOPERACIÓN
(Jiménez García-Herrera): Muchas gracias, señor presidente.
Señoría, no tengo inconveniente en hacer ese esfuerzo que usted pide porque
es como siempre procedemos en materia de derechos humanos. En el caso concreto
de la jueza Afiuni, por el que usted y otros grupos parlamentarios se han interesado
tanto en el Senado como en el Congreso, hemos seguido exactamente el procedimiento que le he explicado en mi primera intervención. Por eso, quería relatarle los
datos desde el punto de vista teórico, para que sepa que aquí hemos seguido ese mis-
92
mo procedimiento. Hemos remitido la información que nos han trasladado tanto a
la Oficina de Derechos Humanos como a la Dirección General para Iberoamérica
y a nuestra embajada en Caracas a fin de completar todos los datos disponibles y
de que se pueda interesar sobre el caso concreto de la jueza Afiuni.
En este sentido, le puedo decir que España ya se ha interesado por esta cuestión
ante las autoridades venezolanas. Y, además, aprovecharemos los cauces establecidos para ello en los foros en los que España participa en esta materia de derechos
humanos para hacer un seguimiento de este caso concreto que su señoría propone.
Eso fue lo que dije en mi última comparecencia ante la Comisión de Asuntos Exteriores de esta Cámara y que hoy vuelvo a repetir. Insisto, tenemos el compromiso
de hacer un seguimiento muy cercano del caso ante las autoridades venezolanas.
Señoría, España es un país con una conciencia pública muy alta del valor y la
importancia de los derechos humanos, y el Gobierno ha asumido como una prioridad política que estos se conviertan en un real patrimonio de todos los ciudadanos.
Por eso consideramos esto como una línea de nuestra política exterior, y tengan la
seguridad de que seguiremos de cerca el caso, como su señoría nos ha pedido.
Muchas gracias.
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COMPARECENCIA ANTE EL PLENO DEL SENADO, PARA
RESPONDER A LA PREGUNTA DE DIONISIO GARCÍA
CARNERO, SOBRE CÓMO PIENSA EL GOBIERNO CUMPLIR
CON LA MOCIÓN APROBADA POR LA COMISIÓN DE
ASUNTOS IBEROAMERICANOS POR LA QUE SE INSTA A
RECONOCER Y APOYAR LA DECLARACIÓN DE CARACAS
(BOCG núm 102, 30 de noviembre de 2010)
La señora MINISTRA DE ASUNTOS EXTERIORES Y DE COOPERACIÓN
(Jiménez García-Herrera): Muchas gracias, señor presidente.
Señoría, el Gobierno comparte gran parte de los principios y valores reconocidos y recogidos en esa llamada Declaración de Caracas. De hecho, la política
exterior del Gobierno de España en general, y en particular en relación a América
Latina, busca siempre consolidar la democracia y la estabilidad regional, algo a lo
que se refiere dicha declaración, al mismo tiempo que hemos desarrollado políticas
concretas a través de la ayuda oficial al desarrollo, que son políticas dirigidas a
erradicar la pobreza, a favor de la redistribución social y, por supuesto, a la defensa
de los derechos humanos, especialmente con América Latina, por una razón muy
sencilla: por los fuertes lazos que nos unen. Esta política se canaliza a través de una
relación multilateral y bilateral muy intensa. Y quiero recordarle que, por impulso
de España, tanto en el acervo de las cumbres iberoamericanas como en nuestras
relaciones bilaterales con todos los países de la región se recogen no solamente los
principios y valores –que compartimos–, sino también todos aquellos instrumentos
dirigidos a hacer efectivos estos objetivos; objetivos e instrumentos que aparecen
reflejados en la mencionada declaración a la que usted ha hecho referencia.
Señoría, es indudable que, si miramos hacia atrás, la región de América Latina
ha experimentado avances muy notables en los últimos años, y cada uno, desde su
posición, hemos podido contribuir activamente a la consolidación de la democracia, a la estabilidad regional, al desarrollo económico y social de América Latina.
Y sabemos que nuestro reto es seguir avanzando trabajando con los Gobiernos de
América Latina en esta dirección.
Muchas gracias.
* * *
La señora MINISTRA DE ASUNTOS EXTERIORES Y DE COOPERACIÓN
(Jiménez García-Herrera): Muchas gracias, señor presidente.
Señoría, le he dicho que este Gobierno comparte, en parte, algunos de los principios que vienen expresados en la llamada Declaración de Caracas, en lo relativo
al desarrollo, a la estabilidad, a la democracia y a la paz y seguridad en la región.
La ciudadanía de cada país elige a sus propios representantes y el Gobierno
94
de España respeta la voluntad expresada en las urnas por parte de las sociedades.
Nuestra obligación es mantener un diálogo, que puede ser crítico, pero ha de ser
permanente y siempre respetuoso con los Gobiernos de toda la región, con el fin
de hacer realidad esas aspiraciones y esos principios a los que hago referencia. Así
ha sido en todo momento, desde el primer día, y no ha cambiado absolutamente
nada.
Yo no entro en valoraciones, y el Gobierno de España tampoco lo hace, sobre
lo que hacen los distintos Gobiernos que han sido elegidos en las urnas por los
ciudadanos. Es la única forma de trabajar con los Gobiernos, y espero que ustedes
así lo entiendan, a través de unas relaciones de respeto.
* * *
La señora MINISTRA DE ASUNTOS EXTERIORES Y DE COOPERACIÓN (Jiménez García-Herrera): Y, precisamente porque existen relaciones de
respeto y la posibilidad de mantener una interlocución en ese sólido marco de
relaciones, podemos sustanciar este tipo de cuestiones.
Muchas gracias.
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COMPARECENCIA ANTE EL PLENO DEL CONGRESO DE
LOS DIPUTADOS, PARA RESPONDER A LA PREGUNTA DE
GUSTAVO MANUEL DE ARÍSTEGUI SAN ROMÁN, SOBRE
SI HA RENUNCIADO EL GOBIERNO A LA DEFENSA DE LOS
DERECHOS HUMANOS COMO PRINCIPIO RECTOR DE LA
POLÍTICA EXTERIOR
(BOCG núm 208, 1 de diciembre de 2010)
La señora MINISTRA DE ASUNTOS EXTERIORES Y DE COOPERACIÓN
(Jiménez García-Herrera): Muchas gracias, señor presidente.
Señoría, los derechos humanos son, han sido y serán uno de los principios
rectores de la política exterior de este Gobierno y este principio rector lo hemos
venido manifestando con carácter integral y permanente en diversas iniciativas, en
el Plan de derechos humanos que presentamos en Naciones Unidas en diciembre
del año 2008, en el enfoque en materia de derechos humanos que hemos dado a la
cooperación al desarrollo, en los planes de acción exterior de gobierno en África,
en Asia, o en la iniciativa de la Alianza de las Civilizaciones. También hemos puesto
como eje y referencia a los derechos humanos en el marco de diálogo que hemos
establecido sobre derechos humanos con diversos países como Colombia, Cuba,
México, Argentina, Filipinas o China. Señoría, a estas alturas ya debería saber
que la defensa de los derechos humanos, la real, solo es posible si mantenemos
esa capacidad de interlocución con los distintos países, que es un instrumento
indispensable para ser eficaces en política exterior y para ser eficaces en materia
de derechos humanos.
Muchas gracias.
* * *
La señora MINISTRA DE ASUNTOS EXTERIORES Y DE COOPERACIÓN
(Jiménez García-Herrera): Muchas gracias, señor presidente.
Señoría, mientras usted hace demagogia sobre una materia tan sensible como
los derechos humanos, el Gobierno está trabajando. Esa es la gran diferencia. Lo
hace a través de gestiones directas y permanentes con todos y cada uno de los países
donde hay el menor indicio de violación de derechos humanos; de forma permanente. Mientras usted hace demagogia en esta Cámara, el Gobierno es quien trabaja
y quien pone en marcha iniciativas como la lucha contra la discriminación de la
mujer y la violencia de género, donde España es miembro de la junta ejecutiva de la
ONU Mujeres. Es España quien se ha convertido en esta legislatura en el segundo
donante en la oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los derechos
humanos, con quien mantiene un diálogo bilateral permanente y muy intenso en
todos los ámbitos y somos miembros por primera vez, con el apoyo de 177 países,
96
del Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas. Es España quien en
materia de derechos económicos y sociales ha tomado la iniciativa, junto con
Alemania, para el reconocimiento al acceso al agua potable y al saneamiento. Eso
también son derechos humanos, señoría. Igualmente es España quien patrocinó la
creación, el pasado octubre en Madrid, de la comisión internacional contra la pena
de muerte, que contempla dos objetivos principales en 2015 como la moratoria
universal en su aplicación y la abolición universal respecto de menores y personas
con discapacidad. Es España quien trabaja, señoría, este Gobierno es quien está
implicado en la promoción y defensa de los derechos humanos.
97
COMPARECENCIA ANTE LA COMISIÓN DE ASUNTOS
IBEROAMERICANOS DEL SENADO, PARA INFORMAR
SOBRE LAS LÍNEAS DE ACTUACIÓN QUE TIENE PREVISTAS
EN RELACIÓN CON LA COMUNIDAD IBEROAMERICANA DE
NACIONES Y SOBRE PRIORIDADES DE ESTE DEPARTAMENTO
EN EL ÁMBITO DE IBEROAMÉRICA Y SOBRE LA CUMBRE
IBEROAMERICANA DE MAR DEL PLATA
(BOCG núm 451, 9 de diciembre de 2010)
La señora MINISTRA DE ASUNTOS EXTERIORES Y DE COOPERACIÓN
(Jiménez García-Herrera): Muchas gracias, señor presidente.
Buenos días.
Es para mí un motivo de satisfacción comparecer de nuevo en la Comisión de
Asuntos Iberoamericanos del Senado para informarles sobre las prioridades de este
departamento en el ámbito de Iberoamérica y sobre la celebración de la reciente
Cumbre Iberoamericana, que ha tenido lugar los pasados días 3 y 4 de diciembre
en la ciudad argentina de Mar del Plata.
Esta es una comparecencia, señorías, que cobra un especial significado para mí:
por una parte, tengo la oportunidad de reencontrarme con sus señorías nuevamente
–porque, como recordarán, he comparecido ante esta comisión en varias ocasiones
cuando era secretaria de Estado para Iberoamérica– y por otra, porque esta es la
primera vez que lo hago como ministra de Asuntos Exteriores y de Cooperación,
para informarles de la política exterior del gobierno hacia América Latina, que,
como saben, es una región a la que me siento especialmente vinculada, probablemente como sus señorías.
Quisiera iniciar mi intervención, señorías, analizando brevemente el contexto
político, económico y social latinoamericano actual. Precisamente en mis últimas
comparecencias ante esta comisión hablábamos del intenso momento de cambio
político y social que América Latina estaba atravesando; en aquellos momentos se
enfrentaba al gran desafío de hacer compatible un crecimiento sólido y sostenido
con avances sostenibles, sensibles en materia de redistribución de la riqueza y de
reducción de la pobreza, así como también a una mayor estabilidad y credibilidad
de las instituciones democráticas.
Hoy podemos hablar de un subcontinente que, tras varios años de crecimiento
económico continuado, ha logrado no solo una mejora sustancial en los indicadores económicos, sino también en los indicadores sociales como son el desempleo
y la pobreza. Además, la democracia se ha consolidado en la región de manera
prácticamente definitiva. Y todo ello, señorías, en medio de una crisis financiera y
económica sin precedentes, de una crisis global, que sin embargo –quiero señalar-
98
lo– apenas ha afectado a la economía latinoamericana ya que en estos momentos
es una de las regiones más dinámicas del mundo con crecimiento, que puede oscilar
entre un 5 y un 9% del PIB. De hecho, la crisis ha puesto de manifiesto el mayor
peso real de América Latina en la economía mundial.
Por otro lado, parece asumido por todos los gobiernos que la integración regional tiene un efecto multiplicador sobre el crecimiento económico y que favorece
una respuesta más eficaz a los retos del desarrollo social, pero no solo esto, parece
asumido también que la unión, la integración permite hacer frente a una serie de
fenómenos que tienen un alcance transnacional como puede ser el narcotráfico,
el terrorismo o el crimen organizado, que requieren inexcusablemente respuestas
coordinadas.
Todo ello ha mostrado la capacidad regional de solucionar sus propios problemas en una apuesta clara también por el multilateralismo. Es decir, América
Latina se siente más segura de sí misma, tiene la capacidad y la voluntad de abordar sus propios retos de manera coordinada, siempre privilegiando el diálogo y la
concertación, pero América Latina tiene también la capacidad y la voluntad de
participar en la configuración del nuevo orden internacional que se está fraguando
a raíz de la crisis financiera.
La crisis entre otras muchas consecuencias ha provocado en cierta manera
que la hasta ahora gruesa línea que separaba el mundo desarrollado de los países
en desarrollo se haya ido difuminando. La crisis también ha sacudido el orden
económico internacional de manera que el G-20, que incorpora a los países emergentes más significativos, incluidos Brasil, México o Argentina, haya ganado un
nuevo protagonismo.
En definitiva, yo diría que América Latina ha ganado un mayor protagonismo
en el escenario internacional, en parte reflejo de su creciente peso político, pero
también demográfico, económico y cultural en el mundo, y en parte porque se está
abriendo paso un nuevo escenario internacional más equilibrado que incorpora los
intereses reales de la nueva geografía económica del mundo. Pues bien, señorías,
en ese tiempo España ha sabido adaptar su política exterior a ese nuevo escenario
latinoamericano más favorable y al nuevo contexto internacional marcado por la
complejidad, pero también por las incertidumbres y las rápidas transformaciones.
En primer lugar, lo hemos hecho fortaleciendo las relaciones políticas desde una
óptica de simetría, es decir, el Gobierno ha pretendido sentar un determinado
tipo de relación entre España y América Latina que esté basada en el respeto,
en el reconocimiento y también en la igualdad; una relación que esté basada en
la colaboración y en la concertación, en el esfuerzo compartido para afrontar los
retos que son comunes; una relación, en definitiva, que nos va a permitir y nos
permite tener un diálogo directo y asegurar una interlocución sólida que sea fluida,
que sea permanente con todos y cada uno de los gobiernos iberoamericanos, sobre
todo con los principales actores en la región y que son, no por casualidad, aquellos
con los que tenemos en España un acuerdo de asociación estratégica, como es el
99
caso de México, de Brasil, de Argentina, de Chile, de Colombia y de Perú. Pero,
en general, el Gobierno mantiene un diálogo bilateral intenso y permanente con
todos los países de Iberoamérica.
El diálogo político no es, desde luego, señorías, un fin en sí mismo, se trata de
dialogar para conseguir unos fines que sean coherentes con los intereses de España
y también con los principios de nuestra política exterior. De manera específica,
esta interlocución permanente con los distintos Gobiernos de América Latina
basada en la confianza y en el respeto nos permite abordar los asuntos referidos a
la promoción de los derechos y libertades y también a la protección de los derechos
humanos en la región.
El diálogo también nos ofrece la oportunidad de coordinar nuestras posiciones
en el ámbito regional y en el ámbito global. El diálogo tampoco tiene que ser necesariamente sinónimo de acuerdo, pero sin duda ese diálogo y un marco de relaciones
políticas sólido nos van a permitir y nos permiten superar nuestras diferencias, tejer
compromisos y conseguir además resultados concretos.
En segundo lugar, hemos adaptado nuestra política exterior a este nuevo escenario impulsando las relaciones económicas y comerciales con América Latina,
con el fin de incrementar las oportunidades de inversión para nuestras empresas y
contribuir también de esta manera a la recuperación y al crecimiento económico
de nuestro país.
Como saben, España es el segundo inversor extranjero de América Latina.
Entre 1993 y 2009 la inversión española neta acumulada en la región rondó los
130.000 millones de euros. Esto significa algo más del 10% de nuestro PIB. Es
más, desde los años noventa las inversiones españolas en América Latina son las
responsables de que nuestro país haya ganado peso como potencia en la percepción
internacional, contribuyendo decisivamente también a mejorar la imagen de nuestro país en el mundo en ese proceso de internacionalización económica.
El Gobierno ha apoyado la expansión internacional de las empresas españolas
en la región y las ha acompañado cuando han surgido problemas y contenciosos;
y precisamente esa capacidad de interlocución permanente que tenemos con los
países nos ha permitido, en suma, ser útiles y eficaces en nuestra intervención.
También quiero subrayar la apuesta firme de las empresas españolas por América Latina que siguen optando por invertir y permanecer en la región, no solo porque
las inversiones que estas realizan suponen un aporte importante para el crecimiento
de nuestra economía, sino porque –como la realidad ha demostrado– han tenido
y tienen un impacto muy positivo también en la modernización y en el progreso
de los países que las reciben.
En fin, el Gobierno español quiere en este momento de crisis económica en
particular promover el intercambio económico y comercial, así como la expansión
de las empresas españolas en el exterior. Considero que el factor empresarial anima
y dinamiza nuestra acción exterior, pero también nuestras empresas aprovechan
y agradecen las puertas que una activa política exterior les va abriendo. Se trata
100
ahora de potenciar la diplomacia económica para contribuir a la recuperación y
al crecimiento económico de España.
En tercer lugar, también hemos adaptado nuestra política de cooperación
internacional al desarrollo al nuevo espacio iberoamericano. Es cierto que el
Gobierno ha hecho desde el año 2004 una apuesta firme y decidida para incrementar significativamente los recursos de la cooperación española, así como también
para mejorar su calidad y su eficacia. En términos cuantitativos, la ayuda oficial
al desarrollo española en Iberoamérica ha pasado de 625 millones de euros en el
año 2004 a 1170 millones de euros el año 2009, es decir, prácticamente hemos
duplicado la ayuda oficial al desarrollo en la región.
En términos cualitativos, en el III Plan director 2009-2012 hemos puesto
el acento en el fortalecimiento institucional, que permite a los diferentes países
diseñar y ejecutar eficazmente sus propios planes de desarrollo nacionales para
la superación de la pobreza dentro de un marco de cohesión e inclusión social.
Quiero subrayar igualmente el creciente enfoque de derechos que impregna todos
nuestros programas en Iberoamérica, principalmente a través del eje transversal de
equidad de género y mediante el trabajo con los pueblos indígenas y con los afrodescendientes. También me parece importante subrayar el impulso a la cooperación
horizontal entre los propios países latinoamericanos, como lo muestra el apoyo al
Programa Iberoamericano de Fortalecimiento de la Cooperación Sur-Sur y los tres
convenios de cooperación triangular que hasta el momento ha suscrito la Agencia
Española de Cooperación con Chile, Argentina y Brasil. Pero también es cierto que
Iberoamérica ha llevado a cabo durante la última década un importante esfuerzo
de estabilización de su economía y la mejora de sus indicadores sociales.
Los progresos han sido considerables en lo relativo a la reducción de la pobreza
–según el último informe de la CEPAL, publicado hace solo unos días, desde el
año 2002 la pobreza se ha reducido en 10,9 puntos, aunque también tengo que
señalar a sus señorías que América Latina sigue siendo una de las regiones con la
brecha de desigualdad más acusada de todo el mundo–, pero también ha mejorado
la representatividad y la inclusión de los sistemas políticos latinoamericanos y, por
tanto, el fortalecimiento del Estado de derecho.
Señorías, existen otros elementos importantes que también conforman nuestra
política exterior iberoamericana a los que me referiré de manera más breve: por
una parte, los flujos migratorios. España se ha convertido en uno de los destinos
más importantes de la emigración latinoamericana. En el año 2009, un 30% del
colectivo total de los emigrantes empadronados en España –esto es, casi 1.800.000
ciudadanos de un total de 5.700.000– eran latinoamericanos. En los últimos tres
años el Gobierno ha impulsado convenios en materia electoral y de Seguridad
Social basados en la reciprocidad con prácticamente todos los países de la región.
Se trata de facilitar la integración de los ciudadanos iberoamericanos en nuestro
país y de hacer efectivo que en España puedan disfrutar de los mismos derechos
de que gozan los españoles.
101
Además, la aplicación de la disposición adicional séptima de la Ley de Memoria
Histórica ha supuesto el reconocimiento de la nacionalidad española a numerosos
descendientes de exiliados emigrantes españoles como consecuencia de su marcha
de España durante el franquismo. Concretamente, hasta septiembre del 2010 se han
aprobado ya alrededor de 146.000 solicitudes de un total de 238.000 presentadas,
de las cuales el 95% se hizo en oficinas consulares de Iberoamérica.
Por otra parte también quiero mencionar la amplia red que se ha tejido entre
España y América Latina en los ámbitos científico, cultural y académico. Más allá
de la lengua común que nos une, la música, el cine o la literatura iberoamericana
han permitido que España se perciba a sí misma y en el exterior como una potencia
cultural, multiplicando exponencialmente el valor económico de la lengua y de
nuestra industria cultural.
Señorías, esta presencia permanente y constante de España en la región se
complementa con una intensa relación multilateral de nuestra política exterior
iberoamericana. Como saben, durante el primer semestre del año 2010 nuestros
esfuerzos se han concentrado en el diálogo eurolatinoamericano, ya que, coincidiendo con la Presidencia española de la Unión Europea, tuvo lugar la VI Cumbre
Unión Europea-América Latina y Caribe en Madrid, que tuvo una extraordinaria
relevancia estratégica para ambas regiones.
La Presidencia española de la Unión ha consolidado las bases de esta asociación
estratégica, desarrollando nuevos instrumentos de diálogo y de cooperación birregional, afianzando el acervo y el espacio común eurolatinoamericano y promoviendo con nuestro liderazgo y empuje procesos que llevaban años abiertos. Fueron tres
nuestros objetivos esenciales: por un lado, extender el diálogo a todos los asuntos
relevantes de la agenda global; en segundo lugar, acercar e imbricar más a ambas
regiones; y, en tercer lugar, poner a punto todos los instrumentos institucionales,
jurídicos y presupuestarios para todo ello.
Desde la celebración de la Cumbre Unión Europea-América Latina y Caribe
se han ido poniendo en marcha los primeros proyectos acordados, todos ellos de
gran envergadura y ambición. Así ha ocurrido con el Plan de Acción birregional
2010-2012, adoptado por primera vez en el ámbito de las cumbres y centrado en
diversos ámbitos de especial relevancia para la cooperación entre las dos regiones,
que son ciencia, investigación, innovación y tecnología, desarrollo sostenible,
medioambiente, cambio climático, biodiversidad y energía, migraciones, educación
y empleo y el problema mundial de la droga, que tiene una especial incidencia en
el ámbito regional iberoamericano.
Nos encontramos ahora en pleno proceso de desarrollo de iniciativas concretas
y diálogos temáticos en estas áreas identificadas en el plan, que España, por su
inmenso interés en la región, va a seguir muy de cerca.
Por otro lado, el Gobierno se empeñó en impulsar las distintas negociaciones
birregionales –que estaban ya en marcha hace varios años– y nuestra determinación permitió alcanzar –considero, señorías– notables acuerdos y resultados. En
102
esta línea, en primer lugar, la Unión Europea decidió reanudar las negociaciones
de asociación con Mercosur, que estaban paralizadas desde el año 2004 y están
previstas ya tres nuevas rondas de conversaciones de diálogo para los próximos
seis meses. Las perspectivas, señorías, son optimistas y, de hecho, los pasos dados
recientemente por Mercosur en su cumbre de agosto han supuesto un avance muy
importante al consolidar ámbitos claves en materia aduanera y arancelaria, que
eran imprescindibles para la negociación con la Unión Europea.
En segundo lugar, el Acuerdo Comercial Multipartes con Perú y Colombia, que
se espera que sea rubricado el próximo año y que entre en vigor en el año 2012.
Además, se une que Ecuador y Bolivia han superado en parte las resistencias que
tenían para este acuerdo como países andinos y trabajan con diversa intensidad
para incorporarse al mismo, y lo están haciendo mediante conversaciones con la
Unión Europea. De consumarse la negociación en curso, se sentarían las bases
para la futura firma de un acuerdo de asociación con los tres pilares clásicos con
los que trabaja la Unión Europea: con el pilar comercial, con el pilar político y
con el pilar de cooperación.
En tercer lugar, el Acuerdo de Asociación Unión Europea-Centroamérica
ha supuesto, sin duda –me van a permitir que lo exprese así, señorías–, un gran
hito en las relaciones de la Unión con terceros al ser el primero de su categoría
de región a región que Europa concluye con otro grupo de países en proceso de
integración. Creo que es un dato muy relevante y que será extraordinariamente
útil en el futuro.
Tras la fase actual de verificación y legalización de textos, la parte comercial
del acuerdo podría entrar en vigor de manera provisional también para mediados
del 2012, mientras que la parte mixta –que es la de cooperación y la de política–, al necesitar de ratificación por parte de los Estados miembros, lo haría antes
del año 2013. Es decir, avanzamos de manera rápida –es notable– y con mucha
intensidad.
En la cumbre también se firmaron los términos de referencia de la Fundación
Unión Europea-América Latina-Caribe, creada para contribuir al esfuerzo de nuestra Asociación Estratégica Birregional en la promoción del conocimiento mutuo
y en la mejora de la visibilidad entre las dos regiones y el espacio de encuentro
también para la sociedad civil de ambos lados del Atlántico. Se negocia ahora la
sede de esa fundación con tres candidaturas –Estrasburgo, París y Milán–. Será
una única sede refrendada por los sesenta países de las dos regiones, aunque las
ciudades que no la obtengan podrán presentar instituciones colaboradoras con la
fundación, a la se otorgará el estatus de socio privilegiado.
Igualmente se ha puesto en marcha un mecanismo latinoamericano de inversiones para aprobar proyectos de infraestructuras e interconexión en la región, que
es quizá la vía más interesante para fortalecer la integración regional, el mayor
acercamiento de interconexión de los países. Su esquema de funcionamiento
será similar al de otras facilidades creadas para África y los países de la vecindad
103
europea. Tendrá una previsión financiera inicial de 125 millones de euros para los
años 2010-2013, con una posibilidad de movilización de recursos de hasta 3000
millones de euros, y un listado potencial de proyecto que ya supera esa cifra en
ámbitos como infraestructuras, servicios sociales básicos, medioambiente, mitigación y adaptación al cambio climático, transporte y energía. En la actualidad ya
hay proyectos aprobados en Centroamérica y en México. Por último, ya se han
negociado los primeros documentos que desarrollan la estrategia conjunta Unión
Europea-Caribe: desastres naturales, Haití; crimen y seguridad, coordinación en
foros multilaterales. Se trata del primer paso para el establecimiento de una política
sólida y estructurada y en pie de igualdad –es importante hablar en estos términos
en este mundo globalizado– con una región que tradicionalmente se sentía ajena
a la política latinoamericana de la región.
Quiero resaltar también la firma del Economic Partnership Agreements Unión
Europea-Caribe, el primero que la Unión firma con una región y que supone la
adaptación de las previsiones del convenio de Cotonou a los criterios y exigencias
de la Organización Mundial del Comercio.
En definitiva, señorías, hemos dado un salto cualitativo en el fortalecimiento de
la relación esencial entre dos regiones del mundo con las que compartimos fuertes
lazos históricos, sociales, culturales y económicos y definitivamente también valores
y principios democráticos, así como un compromiso a favor de la paz, de los derechos humanos y del multilateralismo. Esta apuesta decidida de la política exterior
española tiene ahora que consolidarse y avanzar a partir de estrategias innovadoras
que vayan más allá de los paradigmas tradicionales y que nos permitan hacer frente
a la magnitud de los retos que tenemos por delante a escala global. No podemos
olvidar que estamos ante una nueva era, ante un punto de inflexión en este proceso
constitutivo global que nos afecta a todos los países que estamos en el escenario internacional, en el que el multilateralismo vuelve a resurgir demostrando no solamente
su vigencia sino su extraordinaria utilidad para hacer frente a los retos globales. Ante
este nuevo escenario considero que un sistema de articulaciones regionales abiertas
que propicie un orden internacional de relaciones políticas y de cooperación más
eficiente y compensado sería posible sobre todo entre América Latina, Unión Europea y Estados Unidos. Quizás no haya dos conjuntos regionales que se parezcan más
que estos que acabo de mencionar. Por una parte se dan las condiciones necesarias
y por otra, existen las bases suficientes para avanzar –insisto en que nos unen unos
mismos principios y valores–, compartimos identidades culturales y tenemos intereses
coincidentes. Todos buscamos construir sociedades más prósperas, sociedades más
justas, más integradas, sociedades más democráticas. Por todo ello, creo que América
Latina, Estados Unidos y Europa estamos destinados a lograr un mayor acercamiento,
un mejor entendimiento y una mayor coordinación para todos estos asuntos que nos
resultan de interés común. Este es precisamente uno de los retos que tenemos por
delante: saber aprovechar estas condiciones para impulsar esa triangulación de la
relación atlántica, explorando nuevas formas y actitudes para la cooperación.
104
Señorías, como antes señalaba, la intensa relación multilateral de nuestra
política exterior hacia la región tiene otro eje fundamental en la consolidación
de la Comunidad Iberoamericana de Naciones. Como saben sus señorías, la cita
de este año ha tenido como tema central la educación para la inclusión social,
un asunto respecto del que todos los integrantes de la comunidad internacional,
de la Comunidad iberoamericana, estamos de acuerdo en subrayar su carácter
de bien público y derecho social y su importancia estratégica para el desarrollo
económico y social de la región, quizás el bien más preciado, mejor preparado y en
mejores condiciones para procurar ese progreso. En este sentido la Declaración de
Mar del Plata y el programa de acción recogen tanto los objetivos en este ámbito
como los instrumentos para alcanzarlo. No es solamente una declaración, tenemos
instrumentos para alcanzar dichos objetivos. Esto último me parece especialmente
importante porque la incorporación de los instrumentos supone dar un paso más y
concretar la voluntad de los Gobiernos latinoamericanos en avanzar en el ámbito
educativo. Y quiero destacar en primer lugar el compromiso que hemos adquirido
en cuanto a invertir más y mejor en educación. Concretamente el objetivo que
nos hemos fijado la media de los diferentes países es destinar el 5,5% de nuestro
PIB a educación para el año 2021. En la actualidad la media está en torno al 5%,
un poco más alto que el porcentaje que se invierte en España, pero no hay que
olvidar que hay países de América Latina que invierten en educación en torno a
un 2% o algo más de esa cifra.
Quiero destacar en segundo lugar la adopción del programa Metas 2021. Sin
duda este es el programa estrella de la cumbre, el que nos va a permitir abordar los
retos aún no resueltos en la región como son el analfabetismo, el abandono escolar
temprano, la escolarización en la etapa infantil o un mayor acceso a la educación
superior y a la formación profesional, entre otros. En este sentido este proyecto
cuenta ya con financiación, y me refiero a los programas de becas firmados por la
Organización de Estados Iberoamericanos con el BBVA por valor de 400 millones
de dólares y con Unicef por valor de 500 millones de dólares para los próximos
diez años, así como también a los acuerdos que se han firmado en los márgenes de
la cumbre con Telefónica por valor de 500 millones de dólares y otras empresas
latinoamericanas como Itaipú y Yacyiretá, con una aportación de 200 millones
de dólares cada una para los próximos diez años del programa, además de firmar
acuerdos con el Banco Interamericano de Desarrollo, la Corporación Andina de
Fomento y el Banco Mundial.
En tercer lugar quiero destacar el compromiso de los Gobiernos de avanzar
en las tres vertientes del espacio iberoamericano del conocimiento: educación
superior, ciencia e innovación. Quiero destacar del programa de acción el esfuerzo
por racionalizar, priorizar y ordenar los programas iberoamericanos que ya están
en curso o que se van a iniciar en el futuro con el fin de optimizar al máximo los
recursos existentes. También me parece importante destacar que con esa declaración se establece una continuidad con los compromisos que habíamos adquirido
105
en cumbres anteriores. Hace cinco años en la Cumbre de Salamanca acordamos
avanzar en la creación de un espacio común de educación superior. Hoy, cinco
años más tarde, ya empezamos a concretar lo acordado. Desde entonces hemos
ido abordando distintos aspectos: por ejemplo, la innovación y el conocimiento,
en Estoril; los temas relativos a los jóvenes, en El Salvador; y la cohesión social
ligada al desarrollo, en Santiago de Chile. Es decir, todos los pasos dados en la concertación de políticas públicas van engrosando y dotando de contenido al acervo
latinoamericano, que comienza ya a ser significativo y que nos obliga a todos los
países que suscribimos las declaraciones en el cumplimiento de unos determinados
objetivos y fines.
Quiero también mencionar aquí el papel de la cooperación española en el
ámbito de la educación en su relación con América Latina. En los últimos cinco
años, España ha destinado una media anual de 137 millones de euros al sector de
la educación, lo que representa algo más del 10% de la ayuda oficial al desarrollo
bruta dirigida a la región. Este apoyo financiero incluye también los programas de
canje de deuda por educación.
España está plenamente dispuesta a seguir apoyando este esfuerzo y esta voluntad que en Mar del Plata todos nos hemos marcado para alcanzar en una década
las metas educativas 20-21.
Por otro lado, además de la declaración y el Programa de acción, en la Cumbre
Iberoamericana de Mar del Plata se han aprobado diez comunicados especiales
–habitualmente, en el marco de las cumbres se aprueban nueve comunicados– y
me voy a referir especialmente a la aprobación del comunicado relativo a la cláusula democrática suspensiva. Esta es una cláusula democrática semejante a la que
ya figura en la Carta Democrática Interamericana de la Organización de Estados
Americanos. Se trata de una iniciativa que da una nueva dimensión política a la
comunidad iberoamericana –iniciativa que antes no tenía– y, por ello, supone una
inflexión política de gran calado.
También me quiero referir a la presencia de observadores en la cumbre, porque
en aplicación del consenso de San Salvador, esta es la primera vez que tanto Estados
como organismos internacionales asisten a la cumbre con estatus específico. Hasta
ahora acudían en calidad de invitados, organismos internacionales, y ahora acuden
con estatus específico.
En definitiva, España, señorías, hace una valoración muy positiva de los resultados de esta cumbre. Es verdad que seguimos teniendo grandes retos por delante;
es verdad que hay que seguir trabajando, pero también es cierto que, como he
señalado antes, se han realizado progresos significativos en los últimos años y creo
que es un motivo por el cual nos debemos felicitar todos.
Señorías, Iberoamérica siempre ha sido una prioridad para la política exterior
española y va a segur siéndolo. La existencia de una comisión parlamentaria dedicada exclusivamente a Iberoamérica demuestra ese carácter especial, ese carácter
singular que nuestras relaciones tienen con la región. Es cierto que en los últimos
106
diez años hemos redoblado nuestros esfuerzos en y hacia Iberoamérica. De hecho,
España ha sido uno de los pocos países desarrollados –quizás el único– que ha
diseñado y ha puesto en marcha una política global dirigida a toda la región,
hacia todo el conjunto de países de América Latina. Es cierto también que hemos
adquirido un importante peso específico en los asuntos de la región, con un trabajo
que siempre ha sido serio y continuado y que es la base de nuestra credibilidad,
siempre con relaciones que están basadas en el respeto, que es un elemento clave
de nuestra política exterior.
Ahora, nos enfrentamos al reto, no solo de preservar y seguir fortaleciendo la
presencia de España en la región, sino también de promover el papel de Iberoamérica en el concierto internacional que ya logra precisamente por ese desarrollo,
por el avance significativo de ese peso que el conjunto de los países iberoamericanos, en los últimos años, está adquiriendo en el escenario internacional. España
quiere ayudar y contribuir a fomentar ese peso específico de Iberoamérica en un
mundo que aspiramos a que sea multipolar y que el multilateralismo sea la regla de
actuación. De esta manera, conseguiremos un mayor equilibrio en las relaciones
de poder que se van a dar en el escenario global.
Nuestro principal objetivo es construir una agenda positiva, una agenda que
sea de futuro, una agenda con las naciones iberoamericanas, como socios fiables
–insisto– desde una posición de igualdad, una posición de respeto, en base a la
noción de comunidad iberoamericana y aprovechando también el diálogo y la
cooperación en el seno de la Unión Europea y con los Estados Unidos.
Para ello, estoy segura, señorías, de que cuento con todos ustedes. Por mi parte,
estoy siempre en la mayor y mejor disposición de colaborar, de manera que juntos
podamos seguir impulsando esta relación privilegiada que, sin duda, nos refuerza
como país, porque, como saben bien, no seríamos lo que somos como país sin el
valor añadido que nos ofrece nuestra relación privilegiada con el conjunto de los
países de América Latina.
Muchas gracias.
* * *
La señora MINISTRA DE ASUNTOS EXTERIORES Y DE COOPERACIÓN (Jiménez García-Herrera): Muchas gracias, señor presidente.
Quiero comenzar esta segunda parte de mi intervención dando las gracias a
todos los grupos políticos por su tono siempre respetuoso, aunque pueda haber
divergencias. Asimismo, quiero agradecer sus intervenciones porque seguramente
van a ser muy útiles para ir conformando esta política iberoamericana en la que
el Senado tiene un protagonismo muy especial y particular.
Me van a permitir que comience respondiendo al señor García Carnero y a
algunas otras cuestiones que han sido suscitadas de manera singular por cada uno
de los portavoces.
El señor García Carnero ha empezado hablando de las ausencias. Yo llevo
siguiendo las cumbres hace muchos años, y recuerdo que siempre, en cualquier
107
momento y lugar, el debate inicial –lo que parece que despierta mayor interés en los
medios de comunicación– es sobre quién va o quién no va; siempre hay un debate
sobre el tema de las ausencias. En particular, la ausencia del presidente Zapatero
creo que ha quedado suficientemente explicada y justificada. El presidente Zapatero
y yo misma ya explicamos –y no de forma titubeante, porque estaba afectada por
una gravísima afonía, como todavía hoy– cuál había sido el motivo de su ausencia.
En primer lugar había que tomar una serie de decisiones en el Consejo de Ministros
del viernes, que tenían que ver con reformas que podían ayudar a dar una mayor
estabilidad a nuestro marco económico y financiero y, por otro lado, y a ello ya se ha
referido el presidente del Gobierno, quería mantener conversaciones –incluso hubo
una videoconferencia en la que tenía que participar el presidente Zapatero– porque
había que tomar una serie de decisiones que eran importantes en ese momento
por como ya se ha visto que actúan los mercados. Repito que en ese momento era
importante que el presidente Zapatero permaneciera en España para cualquier
eventualidad que pudiera surgir, y además para ir trabajando sobre decisiones que
tienen que ver con el futuro consejo que tendrá lugar el día 16. Era muy importante,
como así se ha demostrado, que el presidente Zapatero permaneciera en España
justo esos días donde el marco financiero y económico de la Unión Europea estaba
con una creciente inestabilidad. Creo que el presidente Zapatero, en un ejercicio de
absoluta responsabilidad, prefirió –y fue una buena decisión– quedarse en España
para evitar ataques especulativos de los mercados, para poder tomar las decisiones
que fueran necesarias en ese marco de inestabilidad económica y financiera en el
seno de la Unión Europea.
Por otro lado, quiero recordar a sus señorías –y no lo ha mencionado nadie– que
España estuvo representada por S.M el Rey –la más alta representación del Estado
en política exterior corresponde a S.M el Rey–, y por supuesto, además de mí, hubo
una amplísima delegación del Gobierno de España. Además, no es solo el trabajo
que se realiza en los días en que se celebra la cumbre, sino que se viene trabajando
en la cumbre en los meses y días previos, de tal manera que todos los asuntos que
se van desarrollando y consensuando concluyen en esos días, y España ha tenido
una presencia muy activa y muy importante en todos esos días.
Me ha preguntado el señor García Carnero sobre otras cuestiones particulares.
Honduras es un asunto que ha sido objeto de debate dentro la Comunidad Iberoamericana, no solamente para esa cumbre, sino incluso para la Cumbre Unión
Europea-América Latina y Caribe que tuvo lugar en Madrid. Una parte de la
comunidad iberoamericana se ha pronunciado en diversas ocasiones en el sentido
de no querer contar con la presencia de Honduras por encontrarse en una situación
no reconocida por muchos países, no tanto por la elección del presidente Lobo,
sino por el marco en el que se desarrollan dichas elecciones producto de un golpe
de Estado condenado por la inmensa mayoría de los países. Esto es así.
¿Cuál ha sido la posición de España? La posición de España ha sido, mediante
el diálogo con el Gobierno de Honduras –muchas veces crítico–, con resto de los
108
países centroamericanos y con el resto de la Comunidad Iberoamericana, tratar de
buscar vías de solución a una situación creada desde hace bastante tiempo.
¿Cuál es la vía de solución? Procurar las condiciones para el regreso del presidente, que fue destituido mediante un golpe de Estado, y reaccionar y responder
hacia aquellas personas responsables del golpe de Estado, como no podría ser de
otra manera, situación esta que aún no se ha resuelto. España en todo momento
ha procurado, mediante la vía del diálogo, encontrar una solución a esta situación creada, y su postura ha sido la de no excluir. Pero quiero que su señoría sea
consciente de que es una decisión que responde a la comunidad iberoamericana.
Y digo no excluir porque ya se conoce cuál fue la posición del Gobierno español
en la Cumbre Iberoamericana América Latina y Caribe que se celebró en Madrid
durante el semestre de su Presidencia.
La cláusula democrática –y así lo ha puesto de manifiesto el señor senador–
surge a propuesta del presidente de Ecuador, señor Correa, como consecuencia de
la preocupación legítima por el intento de golpe de Estado que vivió en su propio
país. Todos los países consideraban que era importante dotarse de una cláusula
democrática similar a la que existía en la Carta de la OEA con dos vertientes: una
vertiente preventiva –para evitar que ante una situación de estas características
se pudiera consolidar un golpe de Estado, porque hubo una reacción por parte de
todos los presidentes de la región, algo que funcionó razonablemente bien en el
intento que hubo en Ecuador, reacción que permitió poder responder con prontitud a la situación de riesgo que vivía el presidente Correa en particular y Ecuador
en general– y una cláusula suspensiva –para que si un país consolida un golpe de
Estado, este quede excluido de la comunidad iberoamericana–. Este es el motivo
por el que se aprueba la cláusula democrática, lo que hace que las instituciones de
la comunidad iberoamericana tengan un mayor papel político. A partir de entonces
la Segib cuenta con un importante papel político.
Como saben sus señorías, desde el principio, el sistema de cumbre iberoamericana se forjó bajo el principio de no excluir a ningún país, y eso se ha mantenido
hasta ahora y no se ha discutido en ningún momento desde el año 1991; nunca se
pretendió excluir a ningún país. Ahora lo que se hace es articular un mecanismo
de protección por parte de la Comunidad Iberoamericana para cualquier país que
pueda ser objeto de un intento de golpe de Estado, pero en su tratado constitutivo
de 1991 nunca se pretendió excluir a ningún país.
Le tengo que indicar al senador García Carnero en cuanto a su pregunta
sobre Wikileaks que en la cumbre iberoamericana estamos Gobiernos de diferente
posición y signo. España mantiene una determinada posición sobre las filtraciones
de documentos que ha habido del Gobierno de Estados Unidos. No le hemos dado
mayor importancia al considerar que es una información de parte de un embajador
dirigido al Departamento de Estado. Por tanto, son impresiones subjetivas, es la
posición que un determinado responsable diplomático envía a su Departamento
de Estado. Evidentemente, si no hemos adoptado una posición en nuestro país,
109
no vamos a tomar otra fuera. Y el Gobierno de España, al igual que otros países,
se opuso a introducir cualquier tipo de comunicado al respecto, porque no. Si en
nuestro país no le hemos dado importancia, tampoco se la vamos a dar en el ámbito
iberoamericano. Cada uno hace sus propias consideraciones en el plenario y lo
utiliza para decir cuál es su posición sobre distintas cuestiones. Eso no significa que
uno lo comparta o deje de compartirlo; al final los comunicados se hacen sobre la
base del consenso y de la importancia que cada uno quiera.
Quiero hacer una precisión: no es que España se ofreciera, sino que el Gobierno de Costa Rica preguntó a España de una manera expresa si estaba dispuesta a
participar en un eventual grupo de amigos que se constituyera para poder buscar
una solución a la situación creada, a lo que España respondió, como no podía ser
de otra manera, que tratándose de un país amigo de ambos, si puede jugar un papel,
lo haría con mucho gusto.
La OEA. El secretario general de la OEA acudió tanto a Costa Rica como a
Nicaragua, siempre con la pretensión de volver al statu quo, que era lo que pretendía la OEA, que es quien tiene competencias para ello; es decir, ordenar que se
retiraran tanto las fuerzas militares como las fuerzas de policía y de seguridad de
Costa Rica. Ese fue el objetivo del secretario general de la OEA, algo que, evidentemente, no consiguió. Por ese motivo, Costa Rica pidió una votación en la OEA,
y esta no da la razón a un diferendo que hay en materia territorial, porque no es su
competencia, porque es una cuestión que está sometida al Tribunal Internacional
de Justicia, y es en ese foro donde los dos países han decidido acudir. El diferendo
territorial es una cuestión del Tribunal Internacional de Justicia. Lo que la OEA
pidió en esa resolución –que fue adoptada por mayoría– es que se volviera al statu
quo –algo que no ha sucedido–, que se retiraran las tropas militares y las fuerzas de
seguridad. Desde luego, si se le pidiera a España, actuaría como un interlocutor de
buena voluntad entre las partes, y yo espero que la situación se pueda recomponer
cuanto antes, pues son países vecinos y amigos. El proceso de integración centroamericano depende mucho de que marchen bien las negociaciones para resolver
este problema, y también es importante para el proceso de integración iberoamericana que se resuelva la cuestión de Honduras, que forma parte de Centroamérica,
y hay diferentes posiciones entre los países centroamericanos y la totalidad de la
Comunidad Iberoamericana. Nosotros vamos a tratar siempre, mediante el diálogo, mediante el acuerdo, con la legalidad internacional, de ir superando estas
diferencias que van surgiendo, porque es lo que va a permitir a los países avanzar
en los procesos de integración.
Tengo que decir que Haití sí fue objeto de discusión u objeto de debate –para
ser más exacta, objeto de preocupación– en el almuerzo que tuvimos los ministros
de Asuntos Exteriores. Como no había muchos espacios para las reuniones, en
el almuerzo de trabajo de los ministros de Asuntos Exteriores se habló de Haití:
por un lado, respecto a la situación de la ayuda que estaban recibiendo de los
donantes internacionales. (Como el señor García Carnero ha puesto de manifiesto,
110
España es el segundo país donante en Haití, el primero de la Unión Europea, y
no solamente durante el proceso de reconstrucción del terremoto, sino también
ahora con motivo de la epidemia de cólera.) No son solo las ONG las que están
en Haití, hay una oficina técnica de cooperación, y las ONG están allí porque el
Gobierno de España les ha hecho una transferencia de recursos para que puedan desarrollar su trabajo. Me va a permitir que le dé un dato que creo que es
importante: si en 2005 la ayuda bilateral española en Haití era de 8 millones de
euros, actualmente es de 100 millones de euros, y además España ha aprobado un
compromiso de 350 millones de euros entre 2010 y 2013. Además hay que saber
que España durante la Presidencia de la Unión Europea actuó como coordinador
del grupo de donantes. Es decir, ha habido un incremento sustantivo, ha habido
una visibilidad sustantiva.
Le diré respecto a la ayuda humanitaria que hemos tenido que enviar a Haití
en los últimos días con motivo de la epidemia de cólera en primer lugar que activamos el fondo de la Organización Panamericana de la Salud por valor de 100 000
euros, que fue para la ayuda inmediata de emergencia y de medicamentos, y en
segundo lugar, fondo de emergencia con el Banco Interamericano de Desarrollo
por importe de 2,5 millones de euros a través del Fondo de Cooperación para
Agua. Quiero destacar que lo más importante y lo que más nos solicitaban eran
plantas y pastillas potabilizadoras porque el problema era que no había ni siquiera
cloro. Faltaba lo más básico: potabilizadoras, agua potable para poder tratar a las
personas que estaban afectadas por el cólera. Como saben sus señorías, el cólera
es una enfermedad que se puede curar, pero cuando no se tiene lo más básico ni
siquiera para hidratar a las personas enfermas, se pueden llegar a morir. Además, la
Oficina de Acción Humanitaria ha enviado cuatro aviones, y el total de la ayuda
humanitaria suma casi 100 toneladas. Es decir, estamos permanentemente ahí,
como no podía ser de otra manera.
Por otro lado, también se trató en aquel almuerzo la situación política. España
forma parte de la Unión Europea y como tal ha seguido con mucha atención la
evolución sobre el recuento electoral y ha expresado su preocupación porque ese
recuento electoral pueda verse alterado. La Unión Europea tiene 500 observadores
internacionales, y no solamente los días en que se celebran las elecciones –como
saben sus señorías, se envían con antelación–, y la Minustah, liderada por el señor
Mulet, que es guatemalteco, también está haciendo observación electoral. Tanto la
Unión Europea como la Minustah han expresado su preocupación por el recuento, y esperamos que cuando ya sea definitivo –el día 20 de diciembre– se hayan
subsanado todos los errores, incluida la posibilidad de revisar dicho recuento.
Evidentemente, se sigue con preocupación, pero las Naciones Unidas y la Unión
Europea, realizan la observación electoral para poder garantizar que el resultado
final se ha ajustado a lo que los propios haitianos han expresado en las urnas.
Quiero ser muy clara en relación con la posición común hacia Cuba. Empezamos a trabajar en esta dirección cuando yo era secretaria de Estado y la Unión
111
Europea trató de buscar la apertura de un diálogo crítico con Cuba, como se tiene
con otros países, para favorecer su inserción internacional y, por tanto, su proceso
de reformas.
En este momento, nos parece un dato positivo que de los 27 países de la Unión
Europea haya habido 20 que hayan manifestado que era necesario establecer un
tipo de relación diferente con Cuba. Asimismo nos parece también importante que
se haya abierto un diálogo entre la alta representante y las autoridades cubanas
para llegar a la conclusión de un acuerdo –del tipo que sea– con Cuba. ¿Eso qué
significa? Lo que yo expresé cuando llegamos a este acuerdo los distintos miembros
de la Unión Europea, y era que quedaba suspendida de alguna manera la Posición
Común mientras que ese diálogo crítico y ese diálogo se mantuvieran entre la alta
representante, la Unión Europea y las autoridades cubanas. No se eliminó –todos
lo sabemos–, pero el marco de relaciones ahora es diferente. Esa es la realidad: el
marco de relaciones es diferente.
Me van a permitir que este tema lo enlace con la situación de los presos,
porque todo este cambio de las relaciones entre la Unión Europea y Cuba viene
provocado en parte por unas nuevas condiciones y unas nuevas circunstancias tras
las liberaciones recientes de presos que se han producido.
Me preguntaba el senador Roig cuántos presos hay. En este momento son 52 los
presos que han llegado a nuestro país y más de 350 familiares. ¿Cuántos quedan?
Quedan todavía una docena de personas del grupo de los 75, que han preferido
quedarse en su país y no acogerse a la posibilidad de venir a España. Si unas personas quieren elegir esa opción, España desea que puedan quedarse, de hecho,
sigue trabajando con las autoridades cubanas, con el cardenal Ortega en el marco
de una gestión humanitaria para que se pueda producir la liberación de todas las
personas que conformaban el grupo inicial de los 75 –aunque se han producido
otras liberaciones no englobadas en este grupo– y que además lo puedan hacer en
las mejores condiciones posibles escogidas por ellos, todo lo cual se engloba dentro
de lo que se ha llamado una gestión humanitaria.
Quiero decir respecto a las condiciones de las personas que llegan a nuestro país
que España está haciendo un gran esfuerzo de acogida humanitaria no solamente
de los presos, sino de sus familias –hay un promedio de seis familiares por preso
liberado– procurándoles las mejores y más dignas condiciones que puedan recibir
en nuestro país. Le puedo asegurar que conozco los programas de acogida que se
hacen en otros países, y lo que hace España es algo muy similar o incluso superior
por la complejidad que entraña nuestro programa.
La mayoría de los presos que han llegado a nuestro país se sienten bien, se
sienten integrados, y el hecho de que unos pocos hayan expresado en voz alta su
disconformidad con su situación no invalida ni compromete al conjunto.
Señoría, le voy a explicar lo que ocurre. Cuando llegan aquí se les da la posibilidad de que se acojan al derecho de asilo; al iniciarse el proceso de tramitación
del derecho de asilo, su pasaporte se queda en poder de las personas que tramitan
112
el asilo, con lo cual se les dificulta la posibilidad de viajar. ¿Qué han hecho algunos
presos? Solicitan el asilo y cuando quieren viajar, retiran su solicitud de asilo y
vuelven a recuperar su pasaporte. Cuando llegaron a España se les dio un visado en
vigor que les permite viajar por la Unión Europea. Cuando se empiezan a cumplir
esos 90 días retiran la petición de asilo y el plazo empieza a contar, con lo cual a
veces nos encontramos con dificultades para poder atender sus peticiones y demandas. Pero el derecho de asilo les otorga una serie de derechos y otras circunstancias
–les permite tramitar aquí su permiso de trabajo, su permiso de residencia– que,
evidentemente, se les conceden. Incluso tengo que decir que en el caso de los
nacionales cubanos se les ha otorgado una fórmula especial para poder acceder a
los derechos a que estoy refiriéndome de forma más ágil.
Algunos han decidido que quieren ir al exterior. Estamos trabajando con otras
autoridades, sobre todo con las de Estados Unidos, para que se agilice su situación.
Puedo decir solamente respecto a los títulos académicos que en ocasiones nos
encontramos dificultades que vienen derivadas de otros países. En el caso de las
autoridades cubanas, estamos trabajando con ellos para agilizarlos, pero, insisto,
estas dificultades pasan con cualquier persona que venga a trabajar a nuestro
país. Pero España se puede sentir orgullosa del esfuerzo que ha hecho con estos
programas de acogida, de la experiencia que ha ido adquiriendo y del grado de
dignidad alcanzado en la gestión de los mismos, sobre todo si tenemos en cuenta
cómo se hace desde otros países.
El senador Belda me preguntaba si vamos a reforzar los consulados para que
puedan gestionar de una manera más adecuada todos los aspectos relativos a la
memoria histórica. Ya lo hicimos. De hecho, llevamos ya cerca de tres años reforzando de una manera notable los consulados en esta primera oleada de gestión
de peticiones para atender todas las cuestiones derivadas de la aprobación de la
Ley de la Memoria Histórica. Insisto en que los consulados han estado reforzados
notablemente en estos cuatro últimos años. En este momento no estamos en condiciones de hacer una renovación completa a esa importante cantidad de personas
que contratamos de una manera extraordinaria, pero sí haremos las renovaciones
en la medida de nuestras disponibilidades presupuestarias.
La posición sobre el voto en las elecciones municipales de los españoles no
residentes es ya sabida. Usted conoce bien cual es la posición del Gobierno.
Evidentemente, estamos haciendo, desde distintas instancias, un esfuerzo para
explicar por qué no se contempla en este caso y las consecuencias que ello tiene.
En el caso en que sea posible el voto subrogado explicaremos qué supone y qué
consecuencias tiene; pero la posición del Gobierno no ha variado.
La ocupación de tierras es algo que ha preocupado especialmente a su Grupo,
aquí y en el Congreso. El Gobierno trabaja desde hace mucho tiempo en este
tema. Trabajaba en él el ministro Moratinos. Yo misma me ocupaba cuando era
secretaria de Estado para Iberoamérica y seguiremos haciéndolo. Esta ocupación,
como saben, no solamente afecta a España, sino que afecta a otros países. Desde
113
España hemos conseguido tener un tratamiento especial –yo diría que privilegiado
porque supone un arreglo extrajudicial y no tenemos que acudir exclusivamente
a la vía judicial, aunque evidentemente no se excluye y, de hecho, hemos contratado abogados para defender a todas las personas que se vean afectadas por este
tipo de decisiones– con la llamada Mesa de Tierras que ha aceptado acoger 200
expedientes, algunos de los cuales se han solucionado. Asimismo, trabajamos con
las autoridades venezolanas para dar la mayor agilidad posible y la mejor resolución
posible a este tipo de situaciones que se producen. El diálogo con las autoridades
venezolanas es esencial para agilizar todo este tipo de trámites y para la resolución
de expedientes.
Usted me preguntaba también sobre la cooperación en materia antiterrorista con Venezuela, con Cuba y con otros países. Le reitero lo que he dicho en
numerosas comparecencias. Trabajamos con las autoridades de todos los países.
Incluyo a todos los países porque mantenemos una única línea de actuación y una
única visión del trabajo que tenemos que realizar, la de buscar en todo momento
el apoyo y la colaboración de las autoridades de cada país para tener éxito en la
lucha en materia antiterrorista. Esa es nuestra línea de trabajo, la línea marcada
por el Gobierno de España, que es la que vamos a mantener. Es la mejor manera de
trabajar y la mejor manera de controlar la situación en cualquier país.
Me preguntaba también sobre la ayuda humanitaria que se ha enviado, en
este caso a Venezuela y a Colombia. Hacia Venezuela, España envió el pasado 8
de diciembre, desde el centro logístico humanitario de la cooperación española
en Panamá, un avión con 15 toneladas conteniendo lo que nos había pedido el
Gobierno venezolano que era urgente para poder atender a los cerca de 100.000
afectados por las inundaciones: artículos de higiene y, sobre todo, de cobijo: mantas,
tiendas de campaña, etcétera.
En Colombia la situación es aún más grave porque afecta a más de un millón
de personas. La contribución de España global estimada estaría en algo más de
un millón de euros. Hemos activado un fondo de respuesta para emergencias
de 500.000 euros, un convenio de respuesta a emergencias con la ONG Acción
contra el Hambre, que trabaja sobre el terreno con 300.000 euros y un convenio
de respuesta a emergencias con Cruz Roja Española que también trabaja sobre el
terreno con algo más de 320.000 euros.
Hemos activado también mecanismos de ayuda con otro país afectado por
inundaciones, como es el caso de Albania, país que nombro aunque no sea objeto
de esta comparecencia. También cooperamos con Haití. Atendemos especialmente
a la situación política que, evidentemente, nuestro país sigue –como no podía ser
de otra manera– con mucha preocupación.
Señor Roig, creo que he contestado a todas las preguntas que me ha planteado.
No obstante, quiero agradecerle el análisis que ha hecho sobre el papel que debe
asumir España en América Latina y recalcarle –como hacía el senador Nuet– que
América Latina debe trabajar con el máximo respeto a la simetría si quiere mante-
114
ner unas relaciones adecuadas con países que se consideran amigos, que se consideran hermanos, pero también socios en muchos campos. Esa es la mejor manera
de hacerlo. Se ha referido usted a las expropiaciones y a los derechos humanos.
De ahí que le quiera reiterar lo que dije en mi comparecencia o en el control
parlamentario: España tiene una preocupación fundamental por el respeto a los
derechos fundamentales, a los derechos humanos. Siempre mantenemos el respeto
por los derechos humanos tanto en nuestras reuniones bilaterales con los diferentes
países como en las multilaterales. Así, además de mostrar nuestra preocupación,
instamos a nuestra oficina de derechos humanos a que haga un seguimiento de los
casos y a que haga, en su caso, peticiones expresas sobre personas de las que se nos
da conocimiento, como es el caso de la jueza Afiuni, que ha citado su señoría.
También le he respondido a la cuestión de los presos cubanos en España.
Para nosotros ha sido una preocupación fundamental. Le hemos dado una gran
importancia. Como sabe, España y el ministro Moratinos tuvieron un protagonismo particular, así como también el cardenal Ortega. El papel de la Iglesia ha
sido fundamental a la hora de plantear las liberaciones como absolutamente
imprescindibles. El Gobierno cubano ha dado muestras de su voluntad. Lo sigue
haciendo porque se prevé que en un futuro se pueda llegar a la liberación de
todos los que estaban incluidos en la lista que Cuba recibió de la Unión Europea,
España y la Iglesia católica. Espero que todas las personas que están aquí, más
allá de las dificultades objetivas con las que uno se encuentra cuando sale de su
país y tiene que ir a vivir a otro, se puedan sentir razonablemente bien integrados
entre nosotros. Ese es nuestro objetivo y esa es nuestra intención. Vamos a seguir
facilitándoles la vida en la medida de lo posible y con todos los instrumentos de
los que disponemos.
El señor Nuet decía que agradecía la posición que había mantenido el ministro
Moratinos. Quiero decir también, en relación con una pregunta que me planteaba
el señor García Carnero, que ha habido cambio de ministros pero no de Gobierno,
con lo cual las principales líneas políticas, como puede entender su señoría, se
mantienen, porque son políticas que responden no a la decisión de un ministro en
particular, de una persona en particular, sino a unas líneas generales de Gobierno,
por lo que no ha habido ningún cambio que suponga alteración del trabajo que
venía realizando el señor Moratinos.
Se ha referido el senador Nuet a algo que es importante destacar, y son las
informaciones que nos suministra el Latinobarómetro. Pienso que es bien interesante lo que se hace ahora en relación con el año 2002. Hay dos datos que me
parecen significativos: uno, la reducción de la pobreza en casi 11 puntos. Es un
dato positivo en sí. Es verdad que el crecimiento sostenido permite esa situación,
aunque no se pueda reducir la brecha entre pobres y ricos que actualmente existe.
El otro dato positivo que leí con atención es que anteriormente la sociedad latinoamericana, los ciudadanos latinoamericanos justificaban la falta de democracia,
el autoritarismo, la falta de derechos humanos si existía prosperidad económica.
115
Ahora no, eso ya ha cambiado. La gente valora mucho la democracia, las libertades,
los derechos junto a la prosperidad económica, pero no lo hacen excluyente. Este
es un dato de la madurez política que empieza a alcanzar América Latina, además
de que los ciudadanos adquieren una mayor soberanía en el buen concepto, en el
buen término. Yo creo que es un dato positivo de la evolución, del desarrollo y del
progreso que ha ido alcanzando América Latina en los últimos años.
Evidentemente, hay que trabajar. Es una de las regiones más inseguras del
mundo, donde se produce un mayor índice de violencia, fundamentalmente ligada
al tráfico de drogas, aunque también persisten movimientos armados, sobre todo
en Colombia, así como otros tráficos ilícitos. Es fundamental trabajar de manera
coordinada y conjunta en la región para atajar este gravísimo problema, que a su
vez provoca un déficit de protección en materia de derechos fundamentales, un
déficit de desarrollo y un déficit de institucionalidad. Por tanto, en este campo es
fundamental seguir trabajando.
Me he referido también a la cuestión de Honduras. Espero, señorías, que haya
el acuerdo que todos esperamos, sobre todo dentro de las líneas diseñadas por la
Comunidad Iberoamericana de la vuelta del antiguo presidente Zelaya, que haya
una respuesta a los culpables de ese golpe de Estado y, por consiguiente, haya un
acuerdo básico político entre los países centroamericanos que permita recuperar la
normalidad, sobre todo porque es una situación que genera no solamente incertidumbre, sino también dificultades de trabajo político, de cooperación entre todos
los países.
También me he referido a la cláusula democrática. Evidentemente es un aviso,
como señalaba el senador Nuet, de lo que pueda venir. América Latina es más
soberana que nunca y me parece que es bueno tratar con una comunidad iberoamericana que es soberana, que es fuerte, que pone sus propias líneas de trabajo y
creo que para España es bueno relacionarse con una comunidad iberoamericana
que ha adquirido una mayor fortaleza, una mayor capacidad de decisión sobre sus
propios. Entiendo que eso es algo muy bueno.
Le agradezco a la senadora Fernández Soriano su apoyo y su exposición, que
es complementaria a la que hace el propio Gobierno, como no podía ser de otra
manera.
Hace casi 26 años que viajé por primera vez a América Latina, a un país que
todavía no tenía democracia. En ese momento había cuatro países que todavía no
tenían democracia y ha habido una evolución. A raíz de la última cumbre no he
encontrado en ningún momento un mejor clima de trabajo, de entendimiento,
más allá de las diferencias que podemos tener, y de relación cómoda con España.
Para mí articular una relación cómoda, buena, basada en el respeto, en el diálogo
–que no significa que estemos de acuerdo, sino que significa que tenemos una
relación que nos permite abordar todos los asuntos que tengamos que abordar,
todos, sin exclusión de ninguno–, me parece que es bueno para España, como se
está demostrando en este momento.
116
Terminaba mi intervención inicial con el valor añadido que supone para
España tener esa relación privilegiada con América Latina en el concierto internacional. Es un valor que nunca deberíamos olvidar ni dejar de lado y es algo que
hemos madurado a lo largo de los años y hoy está en un estado óptimo.
En relación con lo que me decía el presidente de la comisión, el senador
Anasagasti, quiero reiterarle que mantener, desde mi punto de vista, los foros
institucionales de concertación iberoamericana es una prioridad de este Gobierno,
más allá de que puntualmente alguna reunión no haya estado a la altura o con el
nivel que a lo mejor le exigiríamos. Pero los foros parlamentarios en un contexto
de crisis o en un contexto cambiante se convierten en el marco ideal para poder
avanzar en eso que nosotros llamamos construir la Comunidad Iberoamericana
de Naciones.
Por lo tanto, trabajaremos desde el Gobierno de España para ayudar a fortalecer el foro en la medida en que se ha podido quedar debilitado en los últimos años
y para relanzar su papel y su protagonismo, ya que desde nuestro punto de vista
es esencial para la construcción de esa Comunidad Iberoamericana de Naciones,
máxime cuando desde nuestro país tenemos una comisión que trata específicamente todos estos aspectos. Podemos, bien con la comparecencia del secretario de
Estado o bien en el marco de una reunión o de un almuerzo, ver de qué manera
podemos poner en marcha las líneas de trabajo que ayuden a ese relanzamiento
y a ese fortalecimiento de un foro que es verdad que se creó en España, que tuvo
mucho éxito y mucha relevancia pero que necesitamos hacer un mayor esfuerzo
para poder fortalecerlo y aprovechar su potencial, que puede ser extraordinario,
en todos sus términos.
Muchas gracias.
* * *
La señora MINISTRA DE ASUNTOS EXTERIORES Y DE COOPERACIÓN (Jiménez García-Herrera): El reglamentario.
* * *
La señora MINISTRA DE ASUNTOS EXTERIORES Y DE COOPERACIÓN (Jiménez García-Herrera): Gracias, señor presidente.
Quiero decirle al señor García Carnero que si cada vez que se habla de la
cumbre se empeña en tocar temas tangenciales, es evidente que no discutiremos
los temas que se han tratado en ella. Y además vuelve a reiterar la ausencia de
Zapatero y cosas así. Su señoría reitera de nuevo que no se cree mi explicación,
con lo cual, francamente, no voy a insistir en ello. Si usted no es capaz de creer
las palabras de un ministro del Gobierno en sede parlamentaria, no puedo decirle
otra cosa. Yo le he dicho cuál es la explicación, y punto. Si usted no se la cree,
pues no se la crea. Lo que sí le digo es que usted se empeña en que los temas de
la cumbre sean temas colaterales, como las conversaciones con el representante
de Marruecos –por cierto, era el antiguo embajador de Marruecos en España– y
ya expliqué –cuando me lo preguntaron allí los periodistas españoles– que no se
117
trataba de que hubiéramos tenido ninguna reunión, sino que en el acto oficial de
inauguración se acercó a mi butaca y estuvimos charlando un rato, comentando
los últimos acontecimientos. Eso fue lo que hicimos, eso fue lo que dije y expliqué
a los periodistas y eso fue lo que ocurrió. Pero, insisto, usted se empeña en tocar
siempre temas tangenciales.
Además, dice que las cumbres están perdiendo peso político. Mire, solamente
tenemos que ver que cada vez hay más peticiones de países que quieren estar en
las cumbres. Más programas concretos; no sé si a su señoría no le merece relevancia que haya, concretamente, 3.000 millones de euros destinados a programas
en materia de educación; la educación es la única posibilidad de desarrollo y de
futuro de un continente y de un país. Yo no sé si otros países, de manera individual,
han estado trabajando en esos programas concretos, yo de lo que estoy hablando
es de los programas que tenemos a nivel iberoamericano, gestionados a nivel de
la Comunidad Iberoamericana de Naciones. A mí me parece que es un dato de
una extraordinaria importancia, como lo fue en su momento la aprobación del
Convenio Iberoamericano en materia de Seguridad Social; me parece que tiene
una relevancia extraordinaria y cada día mayor, porque eso es lo que hace que se
construya la Comunidad Iberoamericana de Naciones.
Usted ahora plantea por qué está Cuba ahí, en la Comunidad Iberoamericana
de Naciones. El presidente Aznar formó parte de la Cumbre Iberoamericana durante ocho años y jamás se le ocurrió –no se le ocurrió a ningún otro, como no podía
ser de otra manera– excluir a ningún país; nunca se le ocurrió; a lo mejor habría
que pensar por qué no se le ocurrió. También aquí seamos rigurosos.
Por último, en relación con la cuestión de Honduras, me dice que seamos rigurosos; lo ha decidido Argentina, que es la que invita, previa decisión de los países
de Unasur, que son la mayoría de la Comunidad Iberoamericana de Naciones, salvo
lo que plantearon los países centroamericanos, y ahí sí se generó una disyuntiva
que era complicada de resolver. Pero es verdad que Argentina tomó la decisión,
amparándose en lo que había acordado por unanimidad el resto de países, más allá
de que algunos, como España, quisieran que fuera invitada para no excluir a nadie.
Todo esto se tiene que hacer mediante acuerdos.
Hay muchos más temas, evidentemente, y todos ellos me parecen relevantes
e interesantes, pero creo que he contestado suficientemente y no voy a entrar en
una discusión sobre la posición común, sobre Cuba, sobre los presos.
Ha habido cambio. ¿A usted no se lo parece? Muy bien, es respetable su opinión, y yo siempre la respetaré, aunque no la comparto, y al final, es el Gobierno
el que dirige la política exterior. Todo lo que podamos hacer, trabajar, ayudar,
complementar, será muy útil y a mi me gusta estar aquí en el Parlamento, poder
oír a todo el mundo y poder compartir y reflexionar sobre lo que está ocurriendo y
cómo podemos mejorar. Pero, francamente, mi posición es que ha habido cambios,
le guste o no, o le parezcan más o menos, pero el cambio se ha producido y eso es
lo que ha motivado que la propia Unión Europea quisiera dar un paso.
118
Así pues, hay cosas que son absolutas y cosas que son relativas y yo, desde luego, como ministra del Gobierno, intento trabajar con el mayor grado de consenso
y acuerdo posible, siempre pensando en la defensa de nuestros intereses. Cuando
yo hablo de diplomacia económica, no estoy pensando en intereses económicos
de empresas, estoy pensando en nuestro propio país, dentro de uno de los ámbitos
que debe tener nuestra diplomacia, porque ayudar a superar la situación de crisis
económica y financiera que tenemos me parece que no es un interés espurio, creo
yo que no, no lo ha sido nunca y espero que de repente no lo sea ahora, dentro
del conjunto de intereses que tenemos que defender, como ya me he referido a él
de una manera explícita y reiterada en todo momento.
Muchas gracias.
119
COMPARECENCIA ANTE EL PLENO DEL CONGRESO DE
LOS DIPUTADOS, PARA RESPONDER A LA PREGUNTA
DE GONZALO ROBLES OROZCO, SOBRE LOS CRITERIOS
QUE TIENE EN CUENTA EL MINISTERIO DE ASUNTOS
EXTERIORES Y DE COOPERACIÓN EN LA CONCESIÓN DE
SUBVENCIONES
(BOCG núm 212, 15 de diciembre de 2010)
La señora MINISTRA DE ASUNTOS EXTERIORES Y DE COOPERACIÓN
(Jiménez García-Herrera): Muchas gracias, señora presidenta.
Señoría, la concesión de subvenciones a las ONG, a través de las convocatorias
que formulamos en la Agencia Española de Cooperación al Desarrollo, responde
a dos tipos de criterios: en primer lugar, de valoración técnica de cada una de las
propuestas individuales que nos llegan y, en segundo lugar, de distribución de los
fondos, de forma que se asegure el cumplimiento de los compromisos que están
fijados en el plan director. Como saben, los criterios se establecen en la orden de
bases del año 2005 y en las propias convocatorias de subvenciones.
Muchas gracias.
* * *
La señora MINISTRA DE ASUNTOS EXTERIORES Y DE COOPERACIÓN
(Jiménez García-Herrera): Muchas gracias, señora presidenta.
Señoría, sobre este caso particular que me pregunta, permítame hacer algunas
puntualizaciones porque quiero ser muy clara. En primer lugar, hay ya una negociación entre la ONG Asamblea de Cooperación por la Paz y la Aecid, siguiendo... Por
favor, ¿se quieren enterar de lo que ha pasado o no? Se ha hecho siguiendo el criterio de la Abogacía del Estado y además en los términos marcados escrupulosamente
por la Abogacía del Estado. En segundo lugar, el cambio de posicionamiento de la
Asamblea de Cooperación por la Paz en octubre hizo que la agencia comunicara
a la Abogacía del Estado la nueva situación y que abriera de nuevo el expediente
para estudiar la retirada de la calificación, además de paralizar la ejecución de la
subvención. Le estoy diciendo lo que en todo momento marcó la Abogacía del
Estado. Por lo tanto, la Asamblea de Cooperación por la Paz no ha recibido ni un
solo euro de la subvención. Tampoco es cierto que el inicio del expediente de la
revocación de la calificación se haya hecho a raíz de lo publicado en los medios de
comunicación, sino que –ahí están los documentos– el director de la agencia lo
firmó dos semanas antes y este procedimiento aún no ha finalizado. En definitiva,
la Agencia Española de Cooperación se ha ajustado en todo momento a la legalidad
y ha seguido paso a paso las indicaciones de la Abogacía del Estado.
Señorías, quiero ser muy contundente porque el Gobierno sigue escrupulosa-
120
mente los principios de transparencia y respeto a la legalidad, valorando estrictamente el trabajo que realizan las organizaciones no gubernamentales, y porque este
Gobierno además los considera aliados insustituibles de la cooperación española y
valora muy positivamente el trabajo serio...
121
COMPARECENCIA ANTE EL PLENO DEL CONGRESO DE LOS
DIPUTADOS, PARA RESPONDER A LA PREGUNTA DE JUAN
MOSCOSO DEL PRADO HERNÁNDEZ, EN SUSTITUCIÓN DE
MARÍA ELENA VALENCIANO MARTÍNEZ-OROZCO, SOBRE
LA VALORACIÓN QUE HACE EL GOBIERNO DE LA RECIENTE
CUMBRE IBEROAMERICANA CELEBRADA EN MAR DEL
PLATA
(BOCG núm 212, 15 de diciembre de 2010)
La señora MINISTRA DE ASUNTOS EXTERIORES Y DE COOPERACIÓN
(Jiménez García-Herrera): Muchas gracias, señora presidenta.
Señoría, España hace una valoración muy positiva de los resultados de esa
cumbre. Como ha señalado, la educación es un asunto estratégico para el desarrollo económico y social de la región, por ello me parece importante destacar
tres compromisos concretos que se han acordado en esa cumbre. En primer lugar,
el compromiso de invertir más y mejor en educación. Concretamente, se ha
decido invertir el 5,5 por ciento del PIB en el año 2021, cuando la media en la
actualidad está situada en el 5,1 por ciento. En segundo lugar, hemos adoptado el
programa Metas 2021, que sin duda es el programa estrella de esa cumbre, para
abordar retos que aún no están resueltos, como el analfabetismo, el abandono
escolar temprano, la escolarización en la etapa infantil o un mayor acceso a la
educación superior y a la formación profesional. Lo importante del proyecto es
que cuenta ya con financiación a través de programas de becas, firmados por la
Organización de Estados Iberoamericanos con empresas como el BBVA o Telefónica o con instituciones como Unicef o el BID, entre otras. En tercer lugar,
el compromiso de los gobiernos de avanzar en las tres vertientes del Espacio
Iberoamericano del Conocimiento. Nos hemos centrado en educación superior,
en ciencia e innovación.
Señoría, estos tres compromisos dan continuidad a lo que ya habíamos asumido
en citas anteriores, concretándose la voluntad de los gobiernos iberoamericanos de
avanzar en el ámbito educativo como motor esencial del desarrollo. Es decir, los
pasos dados en la concertación de las políticas públicas van engrosando y dotando
de contenido lo que llamamos ya el acervo iberoamericano, que tras veinte años de
cumbres comienza a ser muy significativo. Por último, quiero destacar la aprobación
de la llamada cláusula democrática suspensiva, que no solo supone un compromiso
reforzado de la conferencia iberoamericana con la democracia, sino que le da una
nueva dimensión política que antes no tenía. También quiero destacar la presencia
por primera vez de observadores no iberoamericanos en las cumbres.
En definitiva, la cita de este año ha supuesto un paso más en la consolida-
122
ción del espacio iberoamericano, poniéndose de manifiesto una vez más nuestra
vocación compartida, nuestra proyección de futuro y, sobre todo, la vocación de
España de mantener con el conjunto de Iberoamérica unos lazos privilegiados
que nos dan...
123
COMPARECENCIA ANTE LA COMISIÓN DE ASUNTOS
EXTERIORES DEL CONGRESO DE LOS DIPUTADOS,
PARA INFORMAR SOBRE LAS LÍNEAS GENERALES DE LA
POLÍTICA QUE VA A DESARROLLAR AL FRENTE DE SU
DEPARTAMENTO
(BOCG núm 679, 15 de diciembre de 2010)
La señora MINISTRA DE ASUNTOS EXTERIORES Y DE COOPERACIÓN
(Jiménez García-Herrera): Es para mí un motivo de satisfacción comparecer ante
esta Comisión de Asuntos Exteriores del Congreso para informarles de las líneas
generales de la política de este departamento.
Como saben bien, España siempre ha tenido una fuerte vocación europea y
hemos trabajado de manera decidida para contribuir al proceso de construcción
europea. Junto a ello, el vínculo especial con Iberoamérica y nuestro compromiso
firme con la región dan sentido y contenido a nuestra posición en el mundo, de
manera que nuestra relación sigue teniendo un potencial extraordinario de futuro.
También el Mediterráneo ha sido un área prioritaria para España, los lazos históricos, geográficos y la necesidad de hacer frente a retos comunes junto a estos países
de nuestro entorno nos han llevado a dar un carácter privilegiado a las relaciones
con el Magreb. Además de estos tres ejes tradicionales de nuestra política exterior, sin duda las relaciones con Estados Unidos y el fortalecimiento del vínculo
trasatlántico, junto con el desarrollo de las relaciones con Asia, principalmente
China, así como con África, se han constituido en nuevas prioridades para la acción
exterior de España.
Pero hoy, además, nos enfrentamos a este mundo complejo e incierto en el que
se entrecruzan los contenciosos tradicionales con los nuevos retos del siglo XXI.
Desde el punto de vista de la política exterior, ya no es suficiente con reforzar
nuestras relaciones de vecindad con los países de las áreas geográficas que consideramos prioritarias, también tenemos que dar respuesta a cuestiones globales,
como son el terrorismo internacional, la lucha contra el hambre y la pobreza,
la influencia geoestratégica de los recursos naturales y energéticos, el cambio
climático o la gestión de las migraciones. El Gobierno es consciente de que los
problemas de carácter mundial no pueden ser resueltos a través de decisiones de
carácter nacional, sino que necesitan de la escala global para ser abordados en
toda su complejidad y así poder dar una respuesta que resulte eficaz.
Precisamente la actual crisis económica y financiera que estamos padeciendo
ha puesto de nuevo de manifiesto la necesidad urgente de dotarnos de un modelo
multilateral para responder de manera sólida y estable, de manera responsable y
sostenible, a estos desafíos. Parece asumido por todos que una economía y un sistema financiero globalizados no pueden funcionar sin una gobernanza en ese mismo
124
sentido. Lo mismo ocurre si hablamos de otros asuntos, como el cambio climático,
la seguridad o la lucha contra el hambre. Además, la crisis ha sacudido el orden
económico internacional vigente. En cierta manera la hasta ahora gruesa línea que
separaba el mundo desarrollado de los países en desarrollo se ha ido difuminando.
Los países emergentes han ganado protagonismo y reclaman su derecho a participar
en el proceso de toma de decisiones, abriéndose paso a un escenario más racional y,
por qué no decirlo, más equilibrado, que incorpora los intereses reales de esa nueva
geografía económica del mundo. Por ello, muchos analistas coinciden en señalar
que estamos ante una nueva era de las relaciones internacionales, ante un punto
de inflexión en la configuración de un nuevo escenario global. Pues bien, señorías,
el Gobierno está haciendo un esfuerzo para adaptarse a los nuevos tiempos, convencido de las oportunidades que se nos ofrecen y seguro de que los principios en
los que se fundamenta y se inspira la política exterior del Estado –son la defensa de
la legalidad internacional, la promoción de la paz, la apuesta por la concertación
y el multilateralismo y el respeto a los derechos humanos– son el único camino
posible que debemos transitar para afrontar estos retos globales.
Tenemos la convicción de que una política exterior así concebida es la que
mejor permite defender nuestros intereses como país y afrontar estos retos globales.
Señorías, me referiré en primer lugar a las prioridades y desafíos fundamentales
de la política exterior a los que España está haciendo frente en este nuevo contexto internacional, que, como antes señalaba, está marcado por la complejidad,
por la incertidumbre, pero también por las rápidas transformaciones. Como les
he mencionado, el Gobierno considera que la mejor forma de afrontar estos retos
es trabajar para contribuir a la creación de mecanismos eficaces de gobernanza
global y en esa tarea está firmemente empeñado nuestro país. En primer lugar, a
través de nuestro compromiso con Naciones Unidas, porque esta organización
sigue siendo el punto de referencia de cualquier esfuerzo multilateral y porque
la legitimidad de Naciones Unidas es un activo indispensable para hacer frente a
los retos a los que antes me he referido. Fruto de ese compromiso fundamental,
España se ha convertido en uno de los primeros contribuyentes del sistema de
Naciones Unidas y está plenamente comprometida en reforzar su eficacia. Concretamente, España va a seguir insistiendo en la necesidad de acelerar la reforma de
la organización y la mejora de la transparencia. Creemos que es posible al mismo
tiempo reforzar Naciones Unidas y asegurar un uso eficaz de los recursos desde la
disciplina presupuestaria. En lo que concierne al Consejo de Seguridad, mantenemos nuestra posición en el marco del grupo de países unidos por el consenso,
que, como saben, aboga por un incremento de los miembros no permanentes del
mismo. Tras haber sido el año pasado cofacilitadores del proceso de reforma de la
organización, hemos logrado aprobar mediante la oportuna resolución de la asamblea el proceso de mejora del trabajo de Naciones Unidas, con especial énfasis en
los ámbitos del desarrollo, la ayuda humanitaria, el medio ambiente y el desarrollo
125
sostenible, además de las cuestiones de género. En segundo lugar, en relación con
los asuntos que tienen que ver con la gobernanza económica mundial, España está
desarrollando una intensa acción en dos ámbitos fundamentales: por un lado, en el
G-20 y, por otro, en el ámbito europeo. Por un lado, coincidirán conmigo en que,
a raíz de la crisis, el G-20 ha ido ganando protagonismo y en este momento es el
foro de cooperación económica mundial más importante. En el marco del G-20
se ha abierto un proceso de diálogo que, sobre la base de un diagnóstico común,
busca soluciones de consenso y por tanto necesidad y voluntad de concertación.
La presencia de España en este foro no es solo consecuencia del tamaño y grado de
desarrollo de nuestra economía, es también prueba de nuestra capacidad de aportar
ideas, de aportar soluciones, a los dos mayores empeños que tiene el grupo, que
son la pronta y concertada salida de la crisis y sentar las bases para que no vuelva
a repetirse un colapso financiero de esta magnitud y características, y España está
comprometida en ambos frentes. Nuestra presencia no solo nos permite participar
en condiciones de igualdad en cualquier solución que se proponga a la crisis actual,
sino que supone un reconocimiento a nuestra posición en el mundo, fortaleciendo
el compromiso de España por la comunidad internacional.
Por otro lado, también estamos en una etapa caracterizada por cambios importantes en la concepción de lo que se ha venido en denominar el gobierno económico de la Unión Europea, cambios destinados a consolidar, avanzar y profundizar,
en una política económica común y en una mayor fortaleza de los fundamentos en
torno a la estabilidad monetaria del conjunto de la Unión y en particular de la zona
euro. Como saben, el Consejo Europeo de octubre respaldó el informe de la task
force sobre el reforzamiento de la gobernanza económica, uno de cuyos elementos
principales es el establecimiento de un mecanismo permanente de resolución de
crisis para salvaguardar la estabilidad financiera de la zona euro. Precisamente el
Consejo Europeo que tendrá lugar mañana decidirá la modificación del Tratado
de Lisboa para hacer frente a ese mecanismo de estabilidad financiera con el fin de
que los posibles cambios puedan estar ratificados a mediados del año 2013, que es
el momento en que finaliza el mecanismo que ya está actuando y que adoptamos
el pasado mes de mayo. Se trata sin lugar a dudas de una decisión importante para
afianzar la gobernanza económica en Europa ya que damos un paso sustancial en
el gobierno económico común, así como para enviar –y eso también creo que es
importante en este momento– un mensaje de confianza y de capacidad de la Unión
Europea para hacer frente a los retos que nos plantea.
En tercer lugar, en relación con los asuntos que tienen que ver con la seguridad
la política exterior tiene dos marcos de referencia en los que desarrollamos nuestra
acción exterior, la OTAN y la política común de Seguridad y Defensa de la Unión
Europea. En la OTAN hemos realizado un gran esfuerzo para que la contribución
española a la cumbre de Lisboa, que se celebró hace tan solo unos días y a la que
tuve ocasión de asistir, haya sido relevante para que la alianza pueda ganar en
legitimidad, eficacia y operatividad. Como saben, los temas centrales de la cumbre
126
fueron la adopción del nuevo concepto estratégico, la estrategia de transición en
Afganistán y la cumbre OTAN-Rusia. El nuevo concepto estratégico fija la estrategia político-militar de la alianza para los próximos diez años. En este documento
la OTAN reconoce que no se puede pretender actuar solo militarmente para
solucionar las crisis que exijan una intervención militar y se muestra dispuesta a
actuar de manera coordinada con otras organizaciones como Naciones Unidas y
la Unión Europea, respetando la legalidad internacional, así como con otros países
que no son miembros de la OTAN. De ahí la relevancia de los partenariados y
especialmente la decisión de profundizar en el diálogo mediterráneo, que España
siempre ha liderado. España considera que el texto acordado constituye un buen
compromiso que contribuirá a fortalecer la alianza y que respeta nuestras prioridades. En el ámbito estrictamente europeo España mantiene su compromiso con
un desarrollo ambicioso de la política común de Seguridad y Defensa de la Unión
Europea; para ello impulsamos la puesta en práctica de los nuevos instrumentos del
Tratado de Lisboa: el desarrollo de las capacidades europeas para la gestión de crisis
y respuesta a catástrofes, las relaciones Unión Europea-OTAN y las operaciones
militares y civiles, con especial prioridad a actuar para la lucha contra la piratería
en aguas de Somalia con la operación Atalanta.
Pero la lucha por la paz y la seguridad en el mundo puede y debe realizarse
también por otras vías. La iniciativa para la Alianza de Civilizaciones tiene entre
sus fines convertirse en instrumento para la construcción y la organización de ese
multilateralismo que defendemos y del cual hago un punto de partida. Sin duda, en
la actualidad esta iniciativa está ya totalmente consolidada en el seno de Naciones
Unidas y para el año 2010 ya se han fijado estrategias regionales en América Latina
y Caribe, en el sudeste europeo y en el Mediterráneo.
En cuarto lugar, en relación con asuntos que tienen que ver con la lucha contra
la pobreza y el hambre nuestra acción exterior está dirigida a apoyar la consecución
de los objetivos del Milenio en el marco de Naciones Unidas. Es cierto que en los
últimos años hemos sido el país que más ha avanzado en la dedicación de unos
recursos, que han sido crecientes, a la ayuda al desarrollo, la ayuda destinada a
la acción humanitaria y a la educación y sensibilización para el desarrollo, un
crecimiento que ha ido acompañado de una mejora en la calidad de la ayuda,
apoyándonos en el mayor peso de la cooperación no reembolsable y no condicionada. De esta manera estamos consiguiendo que España siga siendo, a pesar de
las dificultades y los ajustes necesarios, un referente internacional en este campo,
contando con la mayor presencia en nuestra historia en organismos multilaterales
com el PNUD, Unifem y Onusida. También es cierto que durante 2010, como
decía antes, nos hemos enfrentado a una coyuntura económica muy complicada,
que nos ha obligado a hacer recortes en todas las partidas presupuestarias. Aún
así somos conscientes de que la situación económica va a implicar necesariamente
una modificación del calendario para su consecución. Quiero dejar bien claro que
el Gobierno mantiene su compromiso de llegar en el año 2015 al 0,7 por ciento de
127
nuestro PIB de ayuda al desarrollo, después de haber pasado en los últimos cinco
años del 0,2 al 0,45 por ciento.
En quinto lugar, en relación con asuntos que tienen que ver con el cambio climático quiero referirme especialmente a los resultados de la cumbre de Cancún que
finalizó el pasado 11 de diciembre con acuerdo; eso ya es un dato importante, hubo
acuerdo. En primer término, acuerdo para reducir las emisiones de gases contaminantes de los países desarrollados y, en segundo término, acuerdo para establecer los
principios de un régimen avanzado de lucha contra los efectos negativos del cambio
climático para los países en vías de desarrollo. Los acuerdos de Cancún refuerzan
y dan coherencia tanto a la vía emprendida con el Protocolo de Kioto como a la
vía de la Convención de Naciones Unidas sobre cambio climático y, además, se
han tomado decisiones de carácter financiero. Con esto puedo afirmar, señorías,
que el Gobierno está razonablemente satisfecho con los resultados de Cancún,
porque el consenso logrado ha permitido integrar las preocupaciones de todos los
países, partiendo del principio de responsabilidades comunes pero diferenciadas.
Además, el acuerdo permite la continuidad de las negociaciones internacionales
dentro del marco multilateral, algo que nos parecía especialmente importante
lograr. La cumbre de Cancún ha supuesto la vuelta al multilateralismo. Gracias al
esfuerzo –y quiero decirlo aquí– de la Presidencia mejicana, al trabajo de la Unión
Europea y al espíritu de consenso imperante ha sido posible que Naciones Unidas
retome un proceso que muchos anunciaban que ya estaba finalizado. Sin duda,
los acuerdos de Cancún son solo un paso, es verdad, si bien necesario, para lograr
alcanzar quizás en la próxima conferencia de Durban en 2011 la continuidad del
Protocolo de Kioto, elevar nuestro nivel de ambición y consolidar los compromisos
en un acuerdo global y, eso sí, jurídicamente vinculante.
En sexto lugar, en asuntos que tienen que ver con la promoción y protección
de los derechos humanos en todo el mundo, nuestra acción exterior se ha intensificado en los últimos años en el plano multilateral, concretamente mediante
nuestra acción en el marco de Naciones Unidas. Precisamente la presentación
de la candidatura de España al Consejo de Derechos Humanos obedece a este
compromiso de nuestro país.
Hoy, por primera vez, España es miembro de este consejo de Naciones Unidas
con el apoyo de 177 países para el periodo 2010-2013. En este tiempo trabajaremos
para mejorar y fortalecer los mecanismos de protección de los derechos humanos,
de los que dispone el consejo, especialmente en el contexto de la revisión de
los métodos de trabajo que acometerá este órgano durante los próximos meses.
Además, entre el año 2004 y el año 2009 España ha multiplicado por seis su contribución voluntaria a la Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos
Humanos, convirtiéndose de este modo hoy en día en el segundo contribuyente a
las actividades de la oficina. Por otra parte, el pasado mes de octubre, coincidiendo
con la celebración del día mundial, se constituyó la Comisión internacional contra
la pena de muerte, que España ha patrocinado. Nos hemos propuesto contribuir a
128
lograr en el año 2015 una moratoria de todos aquellos países que aún mantienen
en sus ordenamientos la pena capital, así como su abolición universal para menores
y personas con discapacidad. Quisiera referirme también a nuestro compromiso
contra la discriminación de la mujer y la violencia de género, siempre dentro del
marco de Naciones Unidas. De hecho, España es miembro de la junta ejecutiva
de ONU Mujeres y está a la cabeza de la aplicación de la Resolución 1325 sobre
mujeres, paz y seguridad. España, junto a Alemania, ha promovido en el Consejo
de Derechos Humanos iniciativas como el reconocimiento al derecho al agua
potable y al saneamiento. En definitiva, señorías, el compromiso del Gobierno con
el multilateralismo eficaz y la defensa del papel protagonista de Naciones Unidas
como órgano clave de la gobernanza mundial son claves de nuestra política exterior, porque entendemos que la mejor forma de enfrentarnos a los retos globales es
a través de un sistema multilateral sólido, eficiente y legitimado en su actuación.
Señorías, es cierto que la extraordinaria evolución de España en los últimos
treinta años nos ha permitido en muy poco tiempo avanzar e impulsar nuestra
presencia efectiva en el exterior. Hemos ampliado y fortalecido nuestras relaciones
bilaterales y multilaterales. Somos un país que compite con éxito en un escenario
globalizado. Nuestro firme compromiso con la cooperación al desarrollo nos ha
situado como uno de los primeros países donantes. Tenemos una cultura y unas
lenguas pujantes que son extraordinarios valores añadidos para afirmar nuestra
imagen en el mundo. Al mismo tiempo hay que ser conscientes de las dificultades
que enfrentamos en el ámbito económico y financiero. Creo firmemente que
nuestra política exterior debe estar en consonancia con esta realidad, con lo que
es nuestra tradición, con lo que es nuestra política exterior, ya consolidada, pero
con la realidad con la que nos encontramos en este momento, con los principios
y valores que la sociedad española comparte –los que he ido mencionando anteriormente–, y también con una política exterior que puede contribuir, por un lado
a la potenciación, a la proyección y visibilidad de España a nivel internacional.
Siempre hago mención –y siempre he querido hacerlo– a que la política internacional en este momento también debe contribuir activamente a la recuperación
económica de nuestro país.
La acción exterior de España cuenta con distintos instrumentos que también
hemos ido actualizando con el fin no solo de adaptarnos sino también, por qué no,
de adelantarnos a los retos y al nuevo orden internacional que se está fraguando.
Y en esta línea vamos a seguir.
En primer lugar, el Gobierno considera que el diálogo político que debemos
mantener con todos los países con los que tenemos una relación privilegiada debe
asentarse en un determinado tipo de relación. La relación tiene que estar basada
en el respeto y el reconocimiento, en la colaboración y en la concertación. Estoy
convencida de que esta es la mejor manera de asegurar una interlocución sólida,
fluida y permanente, con todos los gobiernos, sobre todo, con los países que consideramos estratégicos por su vecindad, por su peso específico regional, y con los
129
que en los últimos años hemos fortalecido y estrechado nuestra relación política
bilateral. Me refiero, en el ámbito de la Unión Europea, a países como Alemania,
Francia, Italia, Portugal o Polonia, países con los que España celebra cumbres bilaterales, pero también con el Reino Unido, con el que mantenemos una relación
igualmente intensa. Además, España siempre ha considerado a Turquía como un
socio estratégico indispensable para la seguridad y estabilidad del continente europeo. En América Latina tenemos firmados acuerdos de asociación estratégica con
Argentina, con Brasil, con Chile, con Colombia, con México y con Perú. También
el Magreb es un escenario prioritario para la diplomacia española, y especialmente
resulta estratégica nuestra relación con Marruecos. En general, el Gobierno mantiene un diálogo bilateral intenso y permanente con todos los países de estas tres
áreas geográficas que forman eso que llamamos los ejes tradicionales de nuestra
política exterior. Además, en los últimos años hemos hecho un gran esfuerzo para
establecer y ampliar las relaciones bilaterales con otros países y regiones a los que
hasta entonces no habíamos prestado tanta atención. Me refiero sobre todo a los
países asiáticos y africanos, con los que hemos dado un salto adelante a través
de la puesta en marcha de los planes Asía y del Plan África. Por otro lado, Rusia
también es un socio fundamental para España. En 2009 se firmó la Declaración de
Asociación Estratégica entre ambos países, que eleva nuestra relación bilateral al
mismo rango que la que ese país mantiene con Italia o con Francia. La celebración
en el año 2011 del año dual de España en Rusia y de Rusia en España será una
gran ocasión para intensificar las relaciones bilaterales a todos los niveles. Con
Estados Unidos, que es un país socio y aliado, mantenemos también una relación
de lealtad y respeto mutuo, que abarca todos los ámbitos de cooperación, desde
el diálogo político sobre los principales temas de la agenda internacional, pasando
por la creciente interrelación económica, tanto financiera como mediante la presencia de empresas españolas en áreas estratégicas, como las energías renovables,
las infraestructuras y la banca o, en el ámbito de la defensa, en la lucha contra el
terrorismo o la educación y la cultura. En la presente legislatura, nuestra relaciones
con Estados Unidos han experimentado una notable intensificación que me propongo continuar. He tenido ya la oportunidad de entrevistarme con la secretaria de
Estado, Hillary Clinton, y en breve tengo previsto viajar a Washington para seguir
fortaleciendo el vínculo trasatlántico que para España reviste gran importancia.
Señorías, en cualquier caso me parece importante subrayar que el diálogo
político no lo considero un fin en sí mismo; se trata de dialogar para conseguir unos
fines que, de acuerdo con los principios de nuestra política exterior, sean coherentes con los intereses de España y que nos permitan también coordinar nuestras
posiciones en el ámbito regional y global. De manera específica, esta interlocución
permanente con los distintos gobiernos, basada en la confianza y en el respeto, nos
permite abordar los asuntos referidos a la promoción de los derechos y libertades
y la protección de los derechos humanos, asuntos con los que este Gobierno se
siente especialmente comprometido. El diálogo tampoco significa que estemos
130
necesariamente de acuerdo en todo; ahora bien, el diálogo y un marco de relaciones políticas que sea sólido es lo que nos permite abordar nuestras diferencias,
tejer compromisos y conseguir resultados concretos. En este sentido considero
que la defensa de los derechos humanos es posible si mantenemos esa capacidad
de interlocución, ya que precisamente el diálogo se convierte en un instrumento
indispensable para ser eficaces en política exterior.
En segundo lugar, ante este nuevo escenario internacional, la diplomacia
económica juega un papel fundamental que el Gobierno quiere impulsar con
decisión, sobre todo para contribuir a la recuperación y el crecimiento económico de nuestro país. Es decir, se trata de aprovechar la oportunidad, de poner en
valor las buenas relaciones políticas con el exterior para promover las relaciones
económicas y comerciales, para que nuestras empresas puedan crear empleo, para
exportar nuestra tecnología y para promover nuestra industria cultural. Sin duda,
vamos a seguir reforzando nuestras relaciones políticas y económicas en áreas tradicionalmente preferentes para nuestra política exterior, como son Iberoamérica
y el Mediterráneo. En estas áreas, España se ha situado entre los primeros países
inversores y, fruto de ello, hemos ganado peso como potencia en la percepción
internacional. También me propongo dedicar una atención preferente a países
como China o India, además de otras economías emergentes de la cuenca del
Pacífico, Asia central y el Golfo Pérsico, con el fin de aprovechar las excelentes
oportunidades para la inversión y el comercio.
Señorías, España es hoy líder en el mundo en sectores clave para el desarrollo
económico de muchos de los países que mantienen más altas tasas de crecimiento
y, por lo tanto, de capacidad de compra y facilidades de inversión. Las infraestructuras, las telecomunicaciones, el transporte, el sector energético tradicional,
las energías renovables, las entidades financieras, nuestra industria química, las
industrias culturales, la moda, la gastronomía, la ingeniería civil, el deporte, la
lengua española, incluso los despachos de abogados, son algunos de los sectores
más activos que han irrumpido con fuerza últimamente en el exterior. El Gobierno
español, en este momento de crisis económica en particular, quiere promover
el intercambio económico y comercial así como la expansión de las empresas
españolas en el exterior. Considero que el factor empresarial anima y dinamiza
nuestra acción exterior y también nuestras empresas aprovechan y agradecen las
puertas que una activa política exterior les va abriendo. Se trata ahora de potenciar la diplomacia económica para contribuir a la recuperación y al crecimiento
económico de nuestro país a través de nuestra presencia en el G-20, apoyando
los acuerdos de asociación de la Unión Europea con terceros países, así como la
acción coordinada con otros ministerios y aprovechando la importante red que
tenemos ya consolidada de fundaciones y consejos que tenemos establecida con
los más importantes países del mundo.
En tercer lugar, España ha dado un salto extraordinario en materia de política de cooperación internacional al desarrollo. Desde el año 2004 el Gobierno
131
ha hecho una apuesta firme y decidida para incrementar significativamente los
recursos de la cooperación española así como para mejorar su calidad y eficacia.
De hecho, España es el país desarrollado que más ha incrementado su ayuda al
desarrollo en los últimos cinco años.
En este periodo hemos duplicado la ayuda al desarrollo y nuestro país se ha
constituido en un donante decisivo para el sistema de Naciones Unidas, especialmente en la lucha por la seguridad alimentaria y en la lucha por la igualdad de
género. Si bien tradicionalmente la cooperación española ha estado centrada en
América Latina y en el Mediterráneo, en 2009, por primera vez desde que España
realiza cooperación al desarrollo, el África subsahariana es y se convierte en la
principal área geográfica receptora de fondos para el desarrollo. Lo cierto es que
con el continente africano hemos afianzado una relación que es muy intensa, que
es compleja, con una serie de objetivos muy claros que pasan por la lucha contra
la pobreza, el fortalecimiento de la paz y la seguridad, el apoyo decidido a la construcción de Estados de derecho, a la promoción del comercio e inversiones y a la
consolidación de nuestros distintos partenariados migratorios.
Señorías, existen otros elementos importantes que también conforman nuestra acción exterior en estos nuevos tiempos, a los que me referiré de manera más
breve. Por una parte, la acción cultural exterior, que contribuye cada vez más a la
proyección y visibilidad internacional de nuestro país. Sin duda, gracias a nuestros
especiales vínculos con América Latina, en los últimos años España se percibe a
sí misma y en el exterior como una potencia cultural, multiplicando exponencialmente el valor económico de nuestra lengua y fomentando el dinamismo de
nuestra industria cultural. Por un lado, el Instituto Cervantes, que en la actualidad
está presente en 75 ciudades de 44 países, juega un papel clave en la promoción
y difusión de la lengua española, pero también del resto de lenguas cooficiales del
Estado. Queremos consolidar esta amplia red de centros y fortalecer la plataforma
multimedia. Por otro lado, la decisión del Gobierno de fusionar las tres sociedades
estatales dedicadas a la acción cultural exterior debe ser una oportunidad para dar
un nuevo impulso y repensar cómo hacemos en la difusión de nuestra cultura de
una manera más eficaz. Además de la cultura, los flujos migratorios son también
un nuevo elemento de nuestra política exterior. España se ha convertido en un
destino importante de la emigración latinoamericana y de otras regiones del mundo.
En la actualidad viven en nuestro país alrededor de seis millones de inmigrantes.
En los últimos tiempos el Gobierno ha impulsado convenios con distintos países
de origen, tránsito y destino, vecinos y más lejanos, para crear nuevos canales de
cooperación y reforzar los ya existentes. También hemos impulsado convenios en
materia electoral y de Seguridad Social basados en la reciprocidad, sobre todo con
los países de Iberoamérica para facilitar su integración y hacer efectivo que en
España puedan disfrutar de los mismos derechos fundamentales de que gozan los
ciudadanos españoles.
Señorías, nuestra política exterior se complementa también con una intensa
132
acción multilateral, convencidos de que la integración regional no solo permite
hacer frente a fenómenos de alcance transnacional que requieren respuestas coordinadas, sino que también tienen un efecto multiplicador sobre el crecimiento
económico y favorece una respuesta más eficaz a los retos del desarrollo social. Por
supuesto, en Europa. Nuestro compromiso con el proceso de construcción europea
es absolutamente firme, como hemos demostrado con la reciente Presidencia española de la Unión Europea, que ha coincidido con la puesta en marcha del Tratado
de Lisboa y al cual España en su conjunto ha contribuido activamente. En el nuevo
diseño de la Unión, las figuras del presidente del Consejo y de la alta representante
de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad tendrán una importancia decisiva para dar a Europa un impulso que le permita constituirse en un actor
global, un actor capaz de influir en la configuración de la sociedad internacional
con sus valores, con su compromiso con los derechos humanos y de ciudadanía
y con su defensa de un desarrollo sostenible para nuestro mundo. En definitiva,
junto a los socios de la Unión Europea, con la nueva estructura España trabaja
para conseguir una Europa más integrada y más capaz de hacer frente de manera
eficaz a los retos que emergen en estos comienzos del siglo XXI y que reclaman
sin lugar a dudas una respuesta multilateral europea. También es relevante para
la política exterior española la consolidación de la Comunidad Iberoamericana
de Naciones. Se acaba de celebrar la XX Cumbre de la ciudad argentina de Mar
del Plata, a la que he asistido acompañando a Sus Majestades los Reyes, una cita
dedicada este año a la educación para la inclusión social, en la que se han adoptado
compromisos concretos en este ámbito y que dan continuidad a la voluntad de los
gobiernos iberoamericanos de seguir avanzando juntos en la concertación de sus
políticas públicas. De hecho, en este tiempo el acervo iberoamericano se ha ido
consolidando, se ha ido dotando de contenido y comienza a ser ya significativo.
Podemos hablar de un acervo iberoamericano. Y quisiera subrayar también el apoyo
que hemos prestado a las organizaciones regionales y subregionales en nuestros
esfuerzos para consolidar la Comunidad Iberoamericana de Naciones.
Igualmente, el Gobierno ha trabajado constantemente para profundizar las
relaciones entre la Unión Europea e Iberoamérica, con la vista puesta en favorecer
la conclusión de acuerdos con Mercosur, Comunidad Andina y Centroamérica.
Ya asumimos el reto en el que España pretende desempeñar un papel impulsor
con la Unión Europea y Estados Unidos de lograr un mayor protagonismo de
Iberoamérica en el mundo.
Por último, quiero referirme a la Unión por el Mediterráneo, que creo que ha
tenido durante años una influencia positiva, una influencia que ahora se ha visto
afectada por la falta de avances en el proceso de paz de Oriente Medio. Como
saben, la cumbre prevista en Barcelona para el pasado mes de noviembre ha tenido
que aplazarse, pero también quiero trasladarles que vamos a seguir trabajando para
avanzar en el proyecto de la Unión por el Mediterráneo. Señorías, hace algo más
de un mes que asumí la responsabilidad de dirigir la política exterior de nuestro
133
país y me parece importante hacer hoy aquí un reconocimiento a la intensa labor
de mi antecesor, de Miguel Ángel Moratinos, que ha ocupado este cargo durante
más de seis años. (Aplausos.) En esta nueva etapa que ahora inicio quiero dar
continuidad a las líneas fundamentales de esta política, quiero reiterar nuestro
compromiso con el multilateralismo, con la paz, por la lucha contra el hambre
y la pobreza y la defensa de los derechos humanos y al mismo tiempo contribuir
a fortalecer la presencia efectiva de España en el exterior defendiendo nuestros
intereses de país.
Para ello espero contar con todos ustedes, con su contribución, con sus
aportaciones. Por mi parte, tengan la seguridad de que estoy en la mayor y mejor
disposición de colaborar. Pretendo seguir la práctica que he mantenido a lo largo
de mi trayectoria política, ya consolidada, de mantener abiertos todos los cauces
de diálogo con las Cortes Generales en una política de Estado, que es la política
exterior, porque solo, y así lo entiendo, a partir del diálogo, el consenso y el acuerdo,
podremos conseguir que la política exterior esté asentada sobre una base sólida y
redunde por consiguiente en una mayor eficacia y sostenibilidad de futuro.
Muchas gracias.
* * *
La señora ministra de ASUNTOS EXTERIORES Y DE COOPERACIÓN
(Jiménez García-Herrera): En primer lugar, quisiera decir con carácter general que
agradezco sinceramente las intervenciones de todos los portavoces de los grupos
parlamentarios, y no solo las intervenciones sino el tono con el cual han tenido
la oportunidad de expresar sus posiciones e incluso sus discrepancias. También
quiero agradecer algunas observaciones que de alguna manera complementan la
intervención que he tenido la oportunidad de realizar, teniendo en cuenta que en
una exposición de carácter general siempre quedan asuntos que deben ser objeto
bien de más comparecencias o bien de análisis más pormenorizados en diferentes
comisiones.
Me van a permitir que asuma algo que he olvidado en mi intervención y a lo
que no ha hecho referencia ningún portavoz de los grupos parlamentarios pero que
es interesante hacer aquí hoy en esta Comisión y que me ha sido apuntado por el
propio presidente de la Comisión, como es la referencia a la diplomacia parlamentaria, que ha tenido un gran efecto y un gran reconocimiento en nuestro país, algo
que es importante poner de manifiesto y que puede jugar un papel extraordinariamente importante sobre todo en determinadas situaciones. Quiero que sepan
que esto es algo que quiero reactivar en la medida en que este Parlamento tiene
posibilidades de jugar un papel importante –insisto– en determinados momentos
y en determinadas situaciones.
Me voy a referir, en primer lugar, a la exposición que ha hecho el señor Llamazares, porque, aunque no está aquí, quiero que quede constancia de ello en el
“Diario de Sesiones”. El señor Llamazares ha empezado diciendo, como muchos
otros portavoces, que esta no es mi primera comparecencia, y es verdad; uno
134
no escoge el momento en el que le nombran ministra, sino que son las circunstancias las que se van sucediendo, pero cuando uno asume una responsabilidad
lo tiene que hacer con todas sus consecuencias. Tuve que comparecer en el
Parlamento prácticamente a los diez días de ser nombrada ministra y gestionar
de la manera que considerábamos más adecuada conforme a la defensa de, por
un lado, nuestros principios, nuestros valores y nuestros intereses, determinadas cuestiones relacionadas con los sucesos acontecidos en El Aaiún y en el
desmantelamiento del campamento. En todo caso, no solamente mi comparecencia, que fue exhaustiva y exclusiva sobre esta cuestión, sino también otras
intervenciones que he tenido oportunidad de realizar a lo largo de los días y
el conocimiento de los hechos a los que también hemos tenido la posibilidad
de acceder en el propio debate parlamentario configuran un tema que ha sido
tratado suficientemente en esta Cámara. El señor Llamazares me preguntaba
sobre la posición que defiende España, y quiero dejarla aquí bien clara porque
es importante –aunque en numerosas ocasiones ya lo hemos dicho distintos
miembros del Gobierno– reiterarla hoy aquí. El Gobierno de España siempre ha
mantenido una posición muy activa para buscar una solución al conflicto que
dura ya más de treinta años en el Sáhara Occidental. Esto quiere decir que ha
trabajado intensamente con las partes en el conflicto para ayudarles a encontrar
una solución que sea justa, duradera y equilibrada. Es verdad que el Gobierno
de España no se ha pronunciado ni por una solución ni por otra, porque en este
momento ya hace tiempo que Naciones Unidas renunció a imponer a ninguna
de las partes la decisión y la solución definitiva. Más bien al contrario, Naciones
Unidas lleva años instando a las partes a que sean ellas las que encuentren esa
solución. Por tanto, ¿cuál será la solución mejor para el Sáhara Occidental?
La solución que sea fruto del acuerdo y del consenso entre las partes. Esa es la
solución que apoyará España. ¿Qué hace España mientras tanto? Forma parte
del Grupo de Amigos del Sáhara, mantiene una relación bilateral intensa con
todas las partes para ayudar a encontrar una solución, no solamente con las
dos partes negociadoras, Marruecos y Frente Polisario, sino también con los
países –insisto– que forman parte del grupo de amigos y además con otros dos
actores especialmente involucrados en la solución del conflicto en el Sáhara
Occidental, como es el caso de Argelia y Mauritania. España va a mantener
esa posición de facilitador, de ayuda permanente a las partes para encontrar
ese punto de equilibrio. Creemos que en este momento lo más importante, el
mejor papel que puede jugar España, es ayudar a encontrar una solución en el
plano internacional, trabajar con el enviado personal del secretario general de
Naciones Unidas, como estamos haciendo; trabajar con la partes, como estamos
haciendo; trabajar con el grupo de amigos, como estamos haciendo. Mientras
tanto, no hay que olvidar que España es el primer donante, muy por delante de
los organismos internacionales, en el Sáhara Occidental para ayudar a paliar una
situación bastante desesperada que viven tantos miles de personas.
135
Esa es la posición que mantiene España en la cuestión del Sáhara Occidental,
la que ha mantenido siempre y la que vamos a seguir defendiendo.
También se ha hecho referencia a la Unión Europea, y de manera más exhaustiva el señor Erkoreka. Yo no podía estar más de acuerdo con el análisis que hace el
señor Erkoreka, en el sentido de que demuestra en su intervención una visión profundamente europeísta, profundamente defensora de lo que es la Unión Europea, y
no podía estar más de acuerdo porque es el ideal con el que yo crecí políticamente
y con el que he madurado en este momento político de mi carrera. Creo que los
conjuntos regionales integrados y la Unión Europea son el elemento más perfecto
de un conjunto regional integrado, son los instrumentos más eficaces para responder a los grandes desafíos que tenemos en la actualidad. Lo estamos consiguiendo
en la Unión Europea, a pesar de las dificultades, a pesar de determinados elementos y obstáculos con los que nos hemos ido enfrentando, pero hemos conseguido
–en este momento somos veintisiete, pasamos de seis a veintisiete– que la Unión
Europea, a pesar de la ampliación –que yo siempre defenderé en consonancia con
la posición que siempre ha defendido España–, haya adquirido un mayor relieve
y mayores competencias en todos los órdenes. Es verdad, la entrada en vigor del
Tratado de Lisboa supone un punto de inflexión extraordinario por cuanto tiene
competencias en política exterior y políticas de seguridad. Ya se nos ha olvidado,
pero tenemos una moneda común, y estamos trabajando para tener también una
política económica. La historia de la Unión Europea, a pesar de las dificultades
y de los obstáculos que hemos encontrado, es la historia de un éxito, un éxito de
todos, un éxito colectivo de todos los gobiernos y de todos los países que hemos
ido formando parte de ella. Por tanto, si se dice que estamos en crisis, se puede
responder que la crisis también puede tener esa acepción de cambio, puede tener un
carácter positivo, un sentido positivo en cuanto que estamos afrontando una nueva
realidad, y ante ella tenemos que responder. Por cierto, yo no soy la primera que
comparece tras la entrada en vigor del Tratado de Lisboa, porque a España le tocó
presidir la Unión Europea después de la entrada en vigor del Tratado de Lisboa.
Supongo que entonces el ministro Moratinos, como Presidencia, comparecería en
multitud de ocasiones ya con la entrada en vigor. Además tengo que decir que si hay
algo que nos reconocen –y yo ya he ido a tres Consejos de la Unión Europea– los
países miembros de la Unión Europea es que hemos actuado con generosidad
política –así nos lo pedía el Tratado– a la hora de ceder las competencias que el
Tratado de Lisboa otorgaba a las instituciones comunitarias. Lo hemos hecho y
está funcionando bien.
Creo que, a pesar de que el señor Llamazares –todavía estoy contestando
algunas de las cuestiones que me planteaba– dice que hay una crisis política en
la Unión Europea, no hay tal crisis política, hay cambios, hay incertidumbre, hay
conflictividad, hay retos, hay desafíos, pero me van a permitir una expresión: no
hay problemas, en el sentido de que tenemos la capacidad para resolverlos. En este
momento estamos definiendo algo tan importante como un mecanismo permanente
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de resolución de crisis económica que va a aportar una extraordinaria estabilidad a
la zona euro, que va a aportar confianza, y sobre todo se va a poner de manifiesto
la capacidad de la Unión Europea para responder a tan importante desafío en el
ámbito económico.
El señor Llamazares hablaba también de la ausencia de España. ¿Habla de la
ausencia de España en la Cumbre Iberoamericana? Yo estuve presente, pero si
conmigo no fuera suficiente, que soy la ministra de Asuntos Exteriores y de Cooperación de este Gobierno, en primer lugar hay que decir que estaba Su Majestad el
Rey, que es el jefe del Estado constitucional. Esa fue la representación de España,
y quiero ponerlo de manifiesto. La cumbre es el momento de la celebración, pero
es además todo el trabajo previo que hacemos a lo largo de los meses anteriores,
que nos permitió llegar a la adopción de una serie de programas y de objetivos de
extraordinaria relevancia a que ya me he referido.
En cooperación internacional al desarrollo sé que hemos tenido que hacer ajustes, y ha sido doloroso para un Gobierno que ha mantenido y mantiene la cooperación internacional al desarrollo como una seña de identidad de su política exterior,
y lo seguimos haciendo, pero los ajustes los hemos tenido que hacer en todos los
campos y en todos los departamentos, también en la cooperación al desarrollo.
¿Seguimos manteniendo el objetivo de llegar al 0,7 por ciento? Sí. Hemos tenido
que alargar el cumplimiento de dicho objetivo, en vez de ser en el año 2012 va a
ser en el año 2015, pero lo conseguiremos, y hemos avanzado, hemos duplicado la
ayuda y vamos a mantener aquellos ámbitos que son más importantes y relevantes;
por un lado, la ayuda humanitaria en el sentido estricto –esta no se toca, ni un
euro– y, por otro, la ayuda bilateral. ¿Por qué? Para no afectar a los compromisos
de programas que ya se estaban realizando, para que se puedan completar. Es una
cuestión de coherencia.
Sobre Estados Unidos, ya que el señor Llamazares ha hecho referencia a ello,
me gusta tener la oportunidad, al menos mientras esté en esta Comisión, de contestar a lo que se me plantea. Sobre el asunto de las filtraciones de los cables de
los diplomáticos estadounidenses, el Gobierno mantiene una posición coherente
con la realidad de los hechos, y es que son informaciones de una parte basadas
en impresiones; se transmiten impresiones subjetivas y no podemos estar dando
valor, contando, desmintiendo y poniendo. Son reflexiones de una parte y son
percepciones subjetivas, y como tales hay que tomarlas. Nuestra posición es la que
es. Ya les he explicado cuál es la posición de España en relación con el Sáhara, no
hay otra, es la que es y es la que siempre hemos defendido. Ya que me preguntaba
el señor Llamazares quiero contestar. Sobre el supuesto obstáculo de la fiscalía y
el Gobierno a la investigación sobre el caso Couso quiero decir que el Gobierno
ha mantenido siempre con relación con este caso una reivindicación permanente
de investigación por parte de las autoridades de Estados Unidos; lo ha hecho el
ministro Moratinos, no solamente en las conversaciones bilaterales, como así
consta en los documentos que tenemos en el Ministerio de Asuntos Exteriores,
137
sino solemnemente a través de una carta. Lo hizo en el año 2004 a Colin Powell y
lo reiteró después cuando llegó a asumir la Secretaría de Estado Condoleezza Rice.
Lo ha hecho permanentemente y lo vamos a seguir haciendo.
Sobre la supuesta falta de colaboración para investigar los llamados vuelos
de la CIA, el Gobierno ha actuado con total transparencia. Si no recuerdo mal,
el ministro Moratinos compareció en esta Cámara en varias ocasiones. Pero no
solamente compareció aquí, compareció en el Parlamento Europeo. Ha sido el
único ministro de Asuntos Exteriores de toda la Unión Europea, que se encontraba
concernida por esta cuestión, que compareció en el Parlamento Europeo. Por tanto,
explicó suficientemente, de manera detallada y exhaustiva cuál había sido el papel
de España; papel que estaba basado, como siempre, con total transparencia en
cómo quería que estuvieran afectados los resultados de la investigación, el papel
que jugamos en las conversaciones con el Gobierno norteamericano y la máxima
colaboración con la justicia en todo momento. Eso es lo que cuenta, lo que el
ministro Moratinos dijo aquí, en sede parlamentaria, lo que dijo en el Parlamento
Europeo y lo que dijo en el Consejo de Europa.
En relación con lo que planteaba el portavoz del PNV, señor Erkoreka, no
puedo estar más de acuerdo con esa visión extraordinariamente pasional y europeísta que ha hecho. Me ha parecido muy pertinente. Me he referido a ella de una
manera extensa; lo que pasa es que usted quería que me hubiera referido a ella
como la primera persona que se había presentado ante esta Comisión después de
la entrada en vigor del Tratado de Lisboa.
Le diré que me parece interesante, y además es donde está enmarcado nuestro
principal componente de política exterior, pero ya el señor Moratinos se refirió
en varias ocasiones con motivo de la Presidencia, de la cual nos sentimos muy
satisfechos, y yo, además como ministra de Sanidad y Política Social, me encontré
especialmente involucrada porque sacamos adelante muchísimos acuerdos. También hay aquí una Comisión mixta Congreso-Senado para hablar específicamente
sobre la Unión Europea. Su portavoz del Grupo Socialista me hace una seña de
asentimiento como diciendo que también le gustaría que lo hiciéramos aquí.
Es verdad, señor Erkoreka –también me parece importante decirlo–, que habría
que ver cuál es el marco europeo en relación con el Mediterráneo.
También lo señalaba el señor Xuclà, y creo que es interesante. La política
euromediterránea tenemos que construirla sobre la base de lo que nos interesa a
Europa y a los países de la ribera sur del Mediterráneo.
Creo que es mucho lo que podemos hacer. Por eso España puso tanto empeño
y por eso España quiere jugar un papel destacado. De hecho, se consiguió que la
sede de la Unión por el Mediterráneo estuviera localizada en Barcelona. Es decir,
no es casual, se ha hecho una apuesta y la vamos a seguir haciendo. Ahora estamos
trabajando para ver de qué manera podemos construir una relación euromediterránea sin que quede hipotecada por el conflicto de Oriente Próximo. Esa es un
poco la clave que tenemos en este momento, porque es verdad que no podemos
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hipotecar todo el conjunto de las relaciones con el Mediterráneo por el conflicto
en Oriente Próximo, y es lo que tenemos que resolver ahora. Yo estoy hablando con
mis colegas en el seno de la Unión Europea –porque esto es una política europea– y
también con los países más relevantes de la ribera sur del Mediterráneo, que son
con los que tenemos que dialogar. Antes el señor Xuclà me decía que tenía que
haber un relevo de la copresidencia norte. Está perfectamente previsto. Además,
no solamente está previsto, sino que está acordado con la alta representante, con
Francia, con Egipto, etcétera. Lo que sucede es que hasta que no se produzca una
reunión en la que podamos dar consistencia a ese acuerdo no se podrá materializar, pero estamos trabajando y, sobre todo, estoy trabajando de una manera muy
intensa con mi homóloga en Francia, a quien por cierto tendré ocasión de visitar
oficialmente el próximo viernes.
Me preguntaba el señor Erkoreka –porque creo que en relación con el Sáhara
ya me he pronunciado con claridad y contundencia, porque también me preguntaba qué va a hacer España– sobre ese marco internacional, y quiero decirle que
lo tenemos activado al máximo nivel y mantenemos conversaciones permanentes.
Nos parece relevante que ese marco internacional de cooperación que hemos
desarrollado a lo largo de los años, pero que ahora de una manera más intensa y
especial estamos desarrollando sea el que encuentre una solución para el pueblo
saharaui.
Me preguntaba por Kosovo, como también me preguntaba el señor Xuclà. No
hago valoraciones. Le puedo asegurar que en este sentido podemos hablar con
mucho respeto. España decidió no reconocer a Kosovo porque hizo una declaración
unilateral de independencia. Por tanto, España defendió la legalidad internacional.
Que después otros países hayan hecho el reconocimiento no significa que España
no se haya ajustado estrictamente a la legalidad internacional. Y eso es lo que ha
defendido España. No sé si era el señor Erkoreka quien hablaba de compañías
exóticas –veo que sí–, pero tenemos algunos compañeros tan exóticos como Rusia,
Brasil o China. Hay muchos otros, pero lo digo por el peso específico que tienen en
el escenario internacional. Tiene usted razón, señor Erkoreka, dentro de los países
europeos, pero nosotros nos movemos en un contexto global, en un marco internacional. Además, le quiero decir algo más. España ha mantenido una actitud muy
constructiva porque no queremos perjudicar a la población y hemos favorecido el
acercamiento de Kosovo a la Unión Europea en sus programas, en sus proyectos,
en sus iniciativas. Por tanto, lo que España ha hecho ha sido ceñirse estrictamente
a la legalidad internacional, pero ha mantenido una actitud constructiva para no
perjudicar a la población, para no perjudicar a la ciudadanía. Por otro lado, ahora
estamos en un proceso bien interesante. Vamos a ver si finalmente se produce el
diálogo entre Belgrado y Pristina y qué da de sí ese diálogo. Por tanto, también
tenemos que esperar todos estos acontecimientos.
El señor Xuclà me preguntaba sobre el servicio exterior. Es cierto que es un
tema que preocupó y ocupó de manera permanente al señor Moratinos, y desde
139
luego también está en nuestro programa de Gobierno y nos parece importante.
Nosotros manteníamos como objetivos una coordinación interna para asegurar
un principio de unidad de acción. Ese es un elemento fundamental como objetivo.
El segundo es la modernización de los instrumentos. Ha hecho referencia el señor
Xuclà, y también el señor De Arístegui, a la modernización de los instrumentos para
ejecutar la política exterior. En todo este tiempo hemos trabajado elaborando un
diagnóstico, hay un informe de una Comisión interministerial y medidas de potenciación del servicio exterior que aprobó el Consejo de Ministros en la legislatura
pasada, así como el anteproyecto de ley de reforma de la acción y servicio exterior,
que ha sido aparcado durante el semestre de la Presidencia. Es verdad que con los
cambios que se han producido en estos últimos momentos tenemos que darle un
renovado impulso, con unos principios que su señoría seguro que comparte. Es
un anteproyecto de ley que requiere una redacción técnica muy laboriosa y muy
trabajada, que además incorpora a distintos ministerios y que supone una cierta
complejidad, pero en todo caso estamos firmemente decididos a darle la importancia que creemos que se le debe dar.
El señor Xuclà me preguntaba por la supuesta pérdida de peso de España en la
Unión Europea. Creo sinceramente, señor Xuclà, que España no ha perdido peso
en la Unión Europea. La única diferencia –me va a permitir que sea muy sincera– es que hemos pasado de ser quince a ser veintisiete, y por tanto hay una mayor
coordinación de políticas de los diferentes gobiernos en la cual España siempre está
entre los cinco o seis primeros, siempre. Está Francia, está Alemania, está el Reino
Unido, está Italia, está España y está Polonia; hablo en cuanto a peso, dimensión,
capacidad, etcétera. Yo lo sé porque al asistir a los Consejos uno lo ve en el trato,
en el orden de palabra, en el turno, en el peso de la toma de decisiones, etcétera.
Me preguntaba señor Xuclà por la presencia de los españoles en los organismos
internacionales. Solamente en el año 2010 –es verdad que ha sido un buen año en
ese sentido– hemos incrementado la presencia de españoles en el ámbito de Naciones Unidas un 76 por ciento, tanto en niveles profesionales como directivos. La
última incorporación, la más importante, es un conciudadano suyo, Joan Clos, con
nivel de assistant secretary general, que es un altísimo nivel en Naciones Unidas,
para director general de Habitat. Este año además, después de trece años, que es
mucho tiempo, se han vuelto a celebrar pruebas de acceso al sistema de Naciones
Unidas específicamente para los españoles. Creo que es un dato importante. Es
verdad que tenemos que hacer un esfuerzo para redimensionar nuestros efectivos
en el exterior y que hay algunos países que necesitarían más efectivos. Estamos en
ese proceso de reasignación de efectivos; en el caso de China se abrió el consulado
general en Shanghai y recientemente hemos abierto el de Cantón. Lo hemos podido
hacer porque hemos cerrado otros consulados generales que habían quedado si no
anticuados sí tuvieron su peso en otro momento, en un momento en que España
era un país de emigrantes, etcétera.
De América Latina, más allá del sistema cumbre, ustedes me han oído aquí,
140
en esta misma Comisión hablar en distintas ocasiones. Yo era secretaría de Estado
para Iberoamérica, que no solamente ha sido objeto de mi responsabilidad política
durante dos años y medio, sino también parte de mi vida. La primera vez que llegué
a América Latina fue hace más de veintiséis años y, por cierto, a un país donde
había una dictadura.
América Latina ha cambiado mucho en estos últimos años, mucho. Yo la
conozco bien, y recuerdo países con dictadura como Chile, Uruguay, Paraguay,
Argentina, Brasil. Recuerdo los conflictos armados en Centroamérica. Señorías,
tengo cuarenta y ocho años, quiero decir que no están tan lejanos. Recuerdo esa
América Latina y recuerdo la América Latina del subdesarrollo. ¿Quiero decir
que se ha avanzado? Sí, claramente. El señor Xuclà lo ponía de manifiesto hace
un momento. Se ha avanzado en el sentido de que América Latina ha aguantado
la crisis económica más fuerte de los últimos ochenta años con un crecimiento
positivo de media del ocho por ciento. Algunos han crecido al cinco, pero es que
otros están creciendo al nyeve o al 10. Es extraordinario. Otros están creciendo
al dos o al tres; pero ya quisiéramos en Europa. Hay muchas circunstancias que
confluyen en ello, pero la realidad es esa. Por tanto, creo que hay que mantener
la confianza en la evolución que cada país, cada región, están realizando. Es muy
importante. ¿Que hay elementos que a todos nos preocupan? Efectivamente, como
nos preocupan en el resto del mundo. Supongo que queremos para el conjunto del
mundo lo mismo que queremos para nuestro país; yo lo quiero para el conjunto
del mundo, para todos los países. Desde mi punto de vista, la consecución de unos
objetivos se alcanza con una posición permanente de diálogo, de relación bilateral,
de confianza. Así se consiguen las cosas, por lo menos en este momento, donde
el elemento de soberanía de todos y cada uno de los países que componemos el
escenario internacional es un componente notable en el ejercicio de esa actividad
y en el ejercicio de la política nacional.
El señor De Arístegui me decía que había eludido hacer referencia a temas
espinosos. Él mismo reconocía que en una exposición de carácter general sobre
aspectos generales, evidentemente, no se citan países concretos.
¿Qué podía haberlo hecho? Lo puedo hacer ahora –de hecho lo estoy haciendo,
en concreto, de distintos temas y cuestiones– y seguro que tendremos ocasión de
hacerlo en otras muchas. Saben sus señorías que me tienen a su plena disposición
para reunirme cuantas veces sea necesario y no solamente en el marco de una
Comisión parlamentaria, sino en otros foros informales donde podamos hablar.
Señor De Arístegui, yo coincido en que la política exterior es una política de
Estado. España me importa mucho y me importa mucho la defensa de sus intereses.
Le puedo asegurar que solamente me guía la defensa de los intereses de mi país en
todas las decisiones que tomo. Podemos compartirlas o no, y unas pueden ser más
acertadas que otras, pero le puedo asegurar que, como a usted, señoría, lo único
que me anima es defender los intereses de mi país. Por tanto, estoy dispuesta aquí
y en cualquier otro momento a que nos sentemos, a que hablemos, a que inten-
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temos consensuar posiciones que nos permitan defender de manera consistente
nuestro país y nuestros intereses en el mundo. Para mí eso no es retórica, para mí
son gestiones concretas, acciones concretas. A veces podemos llegar a un acuerdo
y otras no porque podemos tener posiciones diferenciadas, pero creo que, aunque
mantengamos posiciones diferenciadas, debemos hacer un esfuerzo para que en
esa política de Estado, que es la política exterior, no se vea afectada la imagen de
España a nivel internacional. Debemos hacer ese esfuerzo porque es algo importante. Yo, desde luego, estoy dispuesta a trabajar en esa dirección.
Coincido –me van a permitir que no haga una referencia muy exhaustiva– con
algunas de las reflexiones que han hecho sus señorías. Es cierto que llevamos tiempo
hablando de un mundo en cambio y de países emergentes, cuando ya son países que
son auténticas potencias en todos los sentidos, cuando están cambiando los polos
de poder en el mundo, cuando vemos la capacidad que tienen en este momento
China o India –que a veces se nos olvida–, Japón o el África occidental. También su
señoría ha querido poner de manifiesto la importancia que tiene África occidental
con la consolidación de los procesos de democracia. Es decir, estamos asistiendo
a un momento que es interesante. Yo no diría que no es una buena era, es una era
de cambio, como todas las eras, de mucha complejidad, pero creo que también
podemos tener esperanza de consolidación de procesos que son enormemente
beneficiosos, sobre todo para sus propias poblaciones. Ahora estoy pensando en
lo más inmediato, en Sudán, en el próximo referéndum tendrá lugar el día 8 de
enero, o estoy pensando en las elecciones que acaban de tener lugar en Costa de
Marfil y en el papel que han jugado la Unión Africana o Naciones Unidas. Ya sé que
hay todavía una situación de riesgo y de conflicto, pero por primera vez la Unión
Africana juega un papel de una extraordinaria importancia. Estas cosas hay que
decirlas y defenderlas.
Es importante hablar de crimen organizado. Es verdad que no ha utilizado la
expresión crimen organizado, pero ha hablado de tráfico de armas, tráfico de drogas,
que son los elementos de mayor riesgo que existen en el panorama internacional
y que exigen una colaboración mucho más intensa y específica entre todos los
países. Coincido con usted también en la referencia a la proliferación y no solo en
el caso de Irán, hay otros países. Ayer tuve ocasión de asistir al Consejo Europeo,
donde la alta representante Catherine Ashton hizo referencia a las conversaciones que han tenido lugar recientemente en Ginebra. Creo que fue interesante.
No se satisfacen todas las pretensiones que tenemos, pero el hecho mismo de
que se produzcan las conversaciones ha sido interesante. Un segundo elemento
es que se ha mantenido la unidad entre los seis países que han asistido a dichas
conversaciones. Otro elemento es el papel que han tenido China o Rusia, que es
importante destacar aquí.
Todavía quedan muchas partes del mundo en las que es necesario avanzar, claro
que sí, siempre hay que profundizar en los mecanismos de derechos humanos, en la
defensa de los derechos humanos; hay muchos países donde hay que profundizar
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en los elementos básicos de la democracia, los que nosotros defendemos. Lo que
me duele un poco es que usted me diga, señoría, que aquí defendemos los derechos humanos a la carta, por una sencilla razón, porque nosotros tenemos una
política de derechos humanos muy consolidada, que tiene un ámbito multilateral
que es claro y permanente, que ha sido de los más avanzados que ha habido en
los últimos años, y una política bilateral, porque por primera vez España ha constituido comisiones y diálogos bilaterales en materia de derechos humanos con
determinados países, cosa que no se había hecho nunca. Lo mantenemos desde
España y ha sido fruto de nuestro esfuerzo, de nuestra intensa relación con dichos
países. Por cierto, me habla de defensa de los derechos humanos a la carta y me
cita cuatro países. ¿Qué hay del resto? ¿Quién hace esa defensa de los derechos
humanos a la carta? Porque me cita cuatro y supongo que habrá otros países en
el mundo donde también se deba trabajar para defender los derechos humanos.
Por tanto, la defensa de los derechos humanos tiene una dimensión multilateral
de coordinación internacional extraordinariamente importante, que es quizá la
más eficaz, y después donde tenemos la capacidad de influir y avanzar a través del
diálogo político y de ese diálogo en derechos humanos.
Sobre la reforma del Consejo de Seguridad, creo que hemos estado básicamente de acuerdo; el multilateralismo ha sido también objeto de referencia por parte
de todos los portavoces. Estamos en un mundo multipolar y, al estar en un mundo
multipolar, global, el multilateralismo eficaz es lo único que funciona. Creo que está
funcionando y he hecho la referencia al G-20 porque es importante, ya que cuando
hablamos de gobernanza económica global estamos hablando también de gobernanza política. Sobre el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, la posición de
Amigos por el consenso es el aumento del número de miembros no permanentes
del Consejo de Seguridad. Al contrario de otros países que mantienen la posición
de aumentar el número de miembros permanentes, nosotros somos partidarios de
aumentar el número de miembros no permanentes. Además, la reforma tiene que
abarcar todos los aspectos de la actividad del Consejo, incluidas las relaciones con
la Asamblea General y los métodos de trabajo –es una parte importante y sustantiva– y, por otro lado, tenemos que exigir inevitablemente que la reforma cuente
con el más amplio consenso posible, porque el problema de Naciones Unidas en
la actualidad es la dificultad para hacer de obligado cumplimiento sus decisiones.
Vamos a seguir insistiendo en ello. Ocupamos ya un puesto en el G-20. España es
invitada sin necesidad de hacer ningún tipo de gestión, ya es miembro de pleno
derecho y, como tales, formamos parte del G-20 con toda normalidad.
Me preguntaba también el señor De Arístegui sobre la gobernanza económica,
que es un tema también muy interesante en la Unión Europea. Tenemos multitud
de informes que se han hecho desde el Consejo, desde la Comisión, desde distintos
Estados miembros. Todos, absolutamente todos coinciden en que la reforma acordada en función de los artículos del tratado que han sido elegidos para colgar el
proyecto de reforma no entraña, con toda seguridad, señor De Arístegui, ningún
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tipo de referéndum, ni siquiera con carácter voluntario. Esto ya lo expresaron los
miembros del Consejo en la reunión de octubre. En ese Consejo de octubre algunos
de los países que tenían reticencias a la hora de crear un mecanismo permanente de
resolución de crisis dijeron: No es que estemos en contra de crear este mecanismo,
es que no queremos reabrir todo el proceso de nuevo, ahora que ya tenemos el
Tratado de Lisboa. Y los servicios jurídicos del Consejo, de la Comisión, se han
asegurado muy bien de elegir determinados artículos del tratado que nos van a
permitir la reforma. La redacción todavía no es definitiva, todavía lo tienen que
aprobar los jefes de Estado y de Gobierno el próximo viernes, pasado mañana, y
supongo que será una reforma muy limitada del tratado, con un procedimiento
simplificado que permita que la reforma, sea cual sea la elegida, entre en vigor
hacia mediados del año 2013.
Coincido también con usted en la referencia que hacía a la piratería. Creo que
hemos conseguido una solución en el ámbito de Naciones Unidas y sobre todo en el
ámbito de la Unión Europea. Es verdad que la respuesta a la piratería no es una sola
respuesta, tiene que conllevar otras soluciones, pero estamos trabajando bien. Creo
que la operación Atalanta, en la que España participa de manera muy activa con
capacidades y efectivos, está funcionando bien y realmente ha supuesto un cambio
importante respecto a lo que vivimos hace algunos años. Respecto a cooperación
internacional, no puedo estar más de acuerdo con usted: transparencia, eficacia
y, desde luego, calidad en la ayuda. Ninguna duda, nada que objetar, eso es lo que
hemos defendido siempre.
Para terminar, quiero hacer una referencia a mi predecesor. Sé que ustedes
mantuvieron algunas diferencias en esta Comisión, pero ha habido un cambio de
miembros del Gobierno, no ha habido unas elecciones ni ha cambiado el partido en
el Gobierno y, por tanto, lo que sería un poco extraño es que yo llegara ahora aquí
y dijera que borrón y cuenta nueva, que lo que ha hecho mi predecesor, a quien
tengo un gran respeto y cariño, lo voy a cambiar. Tenemos que ser coherentes con
lo que es la política exterior basada en un programa de Gobierno, el programa de
Gobierno que, además, el presidente explicó en este Parlamento en su investidura.
Más allá de eso, es evidente que podemos intentar establecer unas bases de relación
que nos permitan recuperar un diálogo que nos ayude a converger; no puedo estar
más de acuerdo. Termino como empecé. Le puedo asegurar, señor De Arístegui, que
mi voluntad es esa, que la política exterior sea una política de Estado. Intentaré,
con el diálogo, contar con ustedes, con todos ustedes; en algunos casos llegaremos
a un entendimiento, quizás en otros lleguemos a un entendimiento a medias y en
otros a lo mejor a ninguno, pero siempre tendrán mi permanente colaboración.
Por último, quisiera agradecer la intervención de Elena Valenciano, agradecer
sobre todo su apoyo permanente desde el primer día en que fui nombrada ministra,
no solamente aquí, en esta Comisión, sino a lo largo de este mes y medio que ha sido
un mes y medio muy intenso. Además, quiero agradecerle que haya tocado temas
que no han sido desarrollados en mi exposición inicial, sobre todo el relativo al con-
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flicto de Oriente Próximo, que es un tema importante al cual también ayer en la
Unión Europea prestamos una atención especial. Quiero decirle además que estoy
en contacto permanente con el senador Michael, que ha estado viajando por la
región; hemos mantenido conversaciones sobre cómo ve la situación, quiere seguir
contando con España para poder colaborar en el marco de la Unión Europea y
Estados Unidos, el marco del cuarteto, que es el marco más adecuado para avanzar.
Vamos a hacer un permanente seguimiento porque creemos que es un conflicto que
tiene un alto poder –quiero utilizar bien la expresión– de complicar otros muchos
conflictos que existen en el mundo. Por tanto, son todos asuntos de una altísima
complejidad y que llevan mucho tiempo presentes en el escenario internacional.
Solamente con que mostremos una capacidad de diálogo, voluntad permanente
de actuar con firmeza y con rigor, creo que seremos capaces de ir aportando entre
todos aquello en lo que estoy convencida todos los portavoces coinciden, que es
construir un mundo en paz, en seguridad, más justo y más libre.
Creo que eso lo podemos suscribir todos, cada uno desde nuestra propia visión
y posición estratégica, pero espero que tengamos la capacidad de ayudar en este
empeño en el que, insisto, todos coincidimos.
* * *
La señora MINISTRA DE ASUNTOS EXTERIORES Y DE COOPERACIÓN (Jiménez García-Herrera): Muy brevemente. Solo quiero, de verdad, agradecer a todos los portavoces sus comentarios, que son comentarios enormemente
constructivos y son reflejo de lo que puede ser el trabajo futuro que podemos
desarrollar. Les agradezco sinceramente todos los planteamientos que han venido
haciendo. Estoy segura que alguna de las reflexiones que han incorporado –aquí
hay tres directores generales del Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación– irán tomando buena nota en aras siempre de ir construyendo todo aquello
que pueda ayudar a la defensa de los intereses de nuestro país.
Solo quería hacer algunos comentarios sobre alguna de las intervenciones,
algunas son preguntas y creo que es obligado contestar. Al señor Erkoreka
quisiera decirle que no creo que yo tenga el monopolio de la legalidad internacional –no está aquí el señor Erkoreka, pero quiero que conste en el “Diario de
Sesiones”– pero al menos permítame que, si no el monopolio, me ponga bajo el
paraguas de la resolución de Naciones Unidas. Invoca una sentencia del tribunal
y yo me pongo bajo el paraguas de una resolución de Naciones Unidas. Respecto
a la pregunta del señor Xuclà sobre si vamos a seguir trabajando en la reforma del
servicio exterior, le diré que así me comprometí el día que tomé posesión. Quiero
decirle que en la subcomisión que hubo en el Congreso de los Diputados nunca se
emitieron conclusiones. Sí que fue interesante el trabajo que aportaron, pero no
conclusiones. Pero me comprometí cuando tomé posesión a seguir trabajando en
la reforma del servicio exterior; hay un trabajo ya muy adelantado, muy bueno,
y es mi obligación además de un compromiso electoral de mi propio partido. En
relación con Cuba, respecto a la política que ha seguido el Gobierno, al diálogo
145
en materia de derechos que mantiene el Gobierno, yo hacía referencia al ámbito
multilateral y al ámbito bilateral. En el ámbito bilateral con Cuba el resultado
ha sido muy bueno. ¿Por qué? Porque trabajamos en el ámbito de la gestión
humanitaria en sentido estricto. Es donde podemos trabajar, en colaboración
con la Iglesia católica, que ha sido quien ha jugado un papel protagonista en
todo esto. Creo que hay que reconocerlo. Son 52 personas las que han salido.
Es verdad que el compromiso del Gobierno que hizo Moratinos y que he vuelto
a hacer yo misma es seguir planteando a las autoridades cubanas, cada vez que
tengamos reuniones con ellos, que aquellas personas que no quieran salir de
Cuba puedan ser excarceladas. Esa gestión humanitaria también se la trasladé al
cardenal Ortega y estamos trabajando en esa dirección, por tanto, confiamos en
que finalmente nuestras gestiones puedan tener un buen resultado.
Respecto al Foro tripartito con Gibraltar, sobre el que me preguntaba también
el señor De Arístegui, desde el momento en que el Reino Unido dijo que ninguna
solución sería adoptada si no era contando con los ciudadanos de Gibraltar, la
situación en el panorama de acuerdo, de negociaciones era un poco complicada.
Pero España siempre ha mantenido la misma posición. Nosotros tenemos un diálogo
bilateral con el Reino Unido, que es con el único país con el que vamos a hablar de
un tema de soberanía. ¿Para qué resultaba útil el foro de diálogo? Para desarrollar
políticas de cooperación con los ciudadanos de Gibraltar.
Están aquí haciendo frontera, y se desarrollaban políticas de cooperación en
distintos ámbitos. ¿Cuándo se ha interrumpido? Cuando ha habido una discrepancia fundamental sobre un tema que España considera que afecta a su soberanía,
que es la cooperación en aguas del Estrecho. No pasa nada.
En otros ámbitos hemos podido avanzar y estoy segura que conseguiremos
seguir avanzando. Pero tenemos claro cuál es el ámbito, con quién tenemos que
dialogar, que es con el Reino Unido, y de qué tenemos que hablar, que es de
soberanía y solo con el Reino Unido. Es verdad que formalmente sigue abierto
el proceso de Bruselas y que nosotros lo seguiremos defendiendo. Para nosotros
es donde está residenciado ese ámbito, ese diálogo sobre soberanía y esa negociación. Mientras tanto, el ejercicio hecho por el ministro Moratinos de intentar
avanzar en un marco de cooperación con la ciudadanía de Gibraltar era y es un
ejercicio interesante, que no implica en ningún momento ni diálogo de soberanía
ni ejercicio de cambio de posición en ningún sentido.
Me preguntaba el señor Xuclà –igual que han hecho otros parlamentarios tanto
en el Congreso como en el Senado– sobre la jueza Afinni acusaciones. Le hemos
dado cauce, a pesar de que no se trata de un caso nacional y de que tengamos un
mecanismo de activación de defensa más rápido, pero hemos trasladado a nuestra
comisión de derechos humanos dentro del ministerio este asunto, así como a las
autoridades venezolanas a través de nuestra embajada. En fin, hemos utilizado los
cauces que tenemos normalmente habilitados cuando se nos da traslado y conocimiento de un determinado asunto que, en este caso, es el de la jueza Afiuni.
146
Hemos seguido los cauces que tenemos marcados para interesarnos sobre una
determinada situación o persona.
Los tres portavoces presentes han hecho referencia a Wikileaks. No he querido hacer exactamente referencia, sino más bien defender la posición de España.
Como el señor Llamazares ha puesto en cuestión cuál es la posición de España en
materia del Sáhara, el caso Couso o los vuelos de la CIA, he querido simplemente
reafirmar la posición de España y qué es lo que hizo España en todo momento.
Empecé diciendo que me parece que son consideraciones de parte y con apreciaciones subjetivas sobre determinadas cuestiones que ninguno de los presentes
estamos dando relevancia.
Señor De Artístegui, es verdad que no debemos divorciar los procesos del
Magreb del Mashreq y que hay que hacer avanzar el proceso de paz. Ahí coincidimos, pero tenemos que ser conscientes de que si tenemos foros y cauces institucionales para avanzar en el caso de la Unión para el Mediterráneo con programas
de cooperación concretos, o en ámbitos sectoriales, agua, agricultura, seguridad,
el hecho de que se queden bloqueadas esas conferencias sectoriales porque haya
una ruptura en la mesa de diálogo, francamente nos debería hacer ver –pensarlo
entre todos– de qué manera –sin renunciar, porque no lo vamos a hacer nunca, a
trabajar por el diálogo y la reconciliación entre Israel y Palestina– se puede lograr
el establecimiento de dos Estados que puedan vivir en paz.
No podemos olvidar que una cooperación euromediterránea es fundamental
también para ayudar a avanzar en ese ámbito. No estaba hablando de un divorcio
ni de una disgregación. Todos coincidimos y todos hemos hecho referencias en
general a lo que suponen los derechos humanos. No tenemos que dudar los unos
de los otros. Aquí todos somos representantes de la soberanía popular, personas
que hemos nacido y crecido en democracia y somos todos conscientes de lo que
defendemos. Claro que todos defendemos lo mismo en materia de derechos humanos, en materia de libertades, en materia de democracia. Algunas veces unos le
ponen el acento en un lugar específico del planeta y otros en otro momento, pero
podemos tener la voluntad de avanzar en esa defensa de los derechos humanos con
carácter general, en la cual todos podemos coincidir. No tengo ningún problema
en afirmar que la cooperación al desarrollo es un instrumento de política exterior,
pero además de un instrumento de política exterior es muchas otras cosas: es un
elemento de justicia y de ética irrenunciable que tenemos que tener como país, y
eso lo podemos suscribir ambos.
Después de hablar y de que el diálogo que hemos intercambiado haya sido
más fluido, lo que me llevo como impresión es la posibilidad de generar consensos
básicos en torno a la mayoría de los temas. Podemos discutir puntualmente sobre
una u otra cuestión, pero más allá de que en el marco de esta Comisión cada uno
–porque es legítimo–, desde el punto de vista político, quiera marcar la diferencia,
en los ámbitos más informales de negociación podemos llegar a acuerdos básicos
que nos van a permitir no solamente defender mejor la posición que tenemos que
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defender como país, y yo como ministra, sino también nuestra posición con respecto
a otros muchos países. Algunos lo agradecerán, algunos países agradecerán que los
partidos políticos, que son representantes de la soberanía popular, se pongan de
acuerdo; lo agradecerán para evitar fracturas, para evitar asperezas y para percibir
a España como un país que quiere tener una política constructiva. Creo que esto
es interesante y espero, señorías, contar con todos ustedes.
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