TRABAJO FIN DE MÁSTER MÁSTER EN GESTIÓN DEL PATRIMONIO LINGÜÍSTICO Y LITERARIO ESPAÑOL 2009/2010 Al hilo de tus palabras Textos en diálogo de mujeres poetas. De Al- Ándalus a la España del siglo XXI VANESA RAVIRA JIMÉNEZ DIRECCIÓN: Dra. Mª BELÉN MOLINA HUETE 131 [Al hilo de tus palabras] se ha centrado en ellas y en el complejo universo femenino porque de su lucha por la plenitud se puede aprender mucho. Tanto si vivieron en el S. XV como en el XIX, o en el XX, lo hicieron por delante de su tiempo y, lo que es más importante, dejaron constancia escrita de su anhelo. Ana Caballé, 2004. La pluma como espada 132 ÍNDICE DE CONTENIDOS 1. Presentación…………….................................................................................... 1 2. Estudio preliminar 2.1. Las antologías de poesía: de mujeres o generales.................................... 5 2.1.1. ¿Por qué una antología de mujeres?................................................... 7 2.1.2. ¿Por qué no hay mujeres en las antologías generales? O el porqué de una pregunta mal formulada.................................... 20 2.1.3. De la necesidad de incluirlas o de replantearnos todo de nuevo................................................................................................ 28 2.2. Panorama de las antologías de poesía escrita por mujeres..................... 33 2.2.1. La proliferación................................................................................ 33 2.2.2. Una breve historiografía................................................................... 35 2.2.3. Las antologías................................................................................... 39 2.3. Hacia un canon de mujeres poetas.......................................................... 55 2.3.1. Autoras y poemas de los siglos XV y XVI....................................... 56 2.3.2. Autoras y poemas del siglo XVII..................................................... 58 2.3.3. Autoras y poemas del siglo XVIII.................................................... 60 2.3.4. Autoras y poemas del siglo XIX....................................................... 63 2.3.5. Autoras y poemas del siglo XX. De 1900 a 1950............................ 62 2.3.6. Autoras y poemas del siglo XX. De 1950 a 1970............................ 65 2.3.7. Autoras y poemas del siglo XX. De 1970 a 2000............................ 67 2.3.8. Autoras y poemas del siglo XXI. La primera década...................... 71 133 2.4. Al hilo de tus palabras. Origen y proceso de creación............................ 73 2.4.1. El proceso de creación...................................................................... 73 2.4.2. El canon en Al hilo de tus palabras...................................................76 2.4.3. Criterios de edición........................................................................... 82 2.4.3.1. Delimitación temporal y geográfica..................................... 82 2.4.3.2. Procedencia de los textos...................................................... 82 2.4.3.3. Selección de los poemas....................................................... 84 2.4.3.4. Bloques temáticos................................................................. 84 2.4.3.5. Ordenación de los poemas.................................................... 85 3. Al hilo de tus palabras. Antología de textos................................................... 95 3.1. Poemas al ser amado.............................................................................. 96 3.2. Poemas sobre la identidad femenina..................................................... 131 3.3. Poemas de cotidianeidad....................................................................... 169 4. Índices.............................................................................................................. 201 4.1. Índice de primeros versos......................................................................201 4.2. Índice de autoras................................................................................... 207 5. Bibliografía.......................................................................................................215 134 PRESENTACIÓN Al hilo de tus palabras se presenta como una antología diferente dentro del panorama antológico de poesía escrita por mujeres. Es diferente por dos motivos. En primer lugar porque está configurada como una compilación de textos en diálogo de mujeres poetas desde la época de Al-Ándalus a la España contemporánea. Y en segundo lugar porque, además de ser un ejercicio de carácter editorial, es también un ejercicio de divulgación, pues uno de sus objetivos principales es difundir la obra de las poetas que llevaron a cabo su escritura en España. Por ello, además difundir los textos de las poetas al antologarlos, este volumen se presenta como una herramienta interactiva para trabajar con los textos en talleres dirigidos a crear un recital poético y seguir, de esta forma, difundiendo la escritura de mujeres. Como recopilación de textos tuvo su origen en forma de trabajo para la asignatura Recuperación del patrimonio literario, dentro del marco del Máster en Gestión del patrimonio lingüístico y literario español del curso 2009- 2010 de la Universidad de Málaga. Dentro de todo el patrimonio a recuperar, se encuentra todavía la obra de muchas mujeres poetas por lo que, con la intención de mostrarla, de hacerla visible, al igual que la mayoría de antologías de mujeres, se crea un ciclo de lecturas poéticas. Este ciclo de lecturas poco después pasa a tomar la forma de un “taller de recital poético” para desarrollarlo como prácticas de trabajo dentro del Máter. En él se prepararía a un grupo de mujeres para poner en escena precisamente las primeras lecturas programadas: ellas, después de trabajar los textos seleccionados, realizarían la lectura poética con una puesta en escena en la que entrarían el vestuario, la música y proyecciones. El buen resultado que tuvieron tanto la dinámica del taller como la selección y el trabajo con los textos propuestos, hizo que el conjunto de poemas evolucionara hasta convertirse finalmente en este proyecto editorial, elaborado también dentro del marco del citado Máster como trabajo final de investigación. La idea, desde el principio, fue la creación de una antología en la que los protagonistas fueran los poemas y su ordenación, cual sucede en cualquier libro de poemas de un autor donde la disposición de cada texto es un factor determinante para el sentido global. Por ello los poemas de Al hilo de tus palabras están hilados unos con otros, 135 como si de una conversación entre autoras se tratara, sin que el cuándo o el por quién fueron escritos determine su localización en el libro. Para hacer esto posible los poemas están organizados en torno a tres bloques temáticos definidos pero sin límites demasiado rígidos para poder permitir que la conversación entre las escritoras siga su curso. Como fuente principal para este proyecto se han utilizado antologías de poesía escrita por mujeres principalmente por querer partir para nuestro proyecto de textos que ya hubieran pasado una selección previa, asegurándonos así una cierta calidad en ellos. Además, en muchos casos las antologías son las únicas fuentes donde encontrar obras de poetas anteriores al siglo XX, por lo que su consulta para una obra de este carácter es fundamental. El hecho de estar creada exclusivamente a partir de antologías hace de esta obra una muestra representativa del canon femenino que poco a poco se va configurando con la cada vez mayor aparición de este tipo de obras. Además de para seleccionar los poemas, se ha partido de estas antologías para elaborar un estudio preliminar que pretende, por un lado, desentrañar los motivos por los que la obra de las mujeres comienza a compilarse de manera separada y, por otro lado, trazar una historiografía y un recorrido por las antologías de poesía de mujeres más importantes y destacadas. Tras tratar estos dos aspectos, se presenta un posible canon poético elaborado a partir de la presencia de las autoras en las antologías de mujeres consultadas. Estos tres apartados nos sirven de para esbozar el panorama antológico en el que se inserta Al hilo de tus palabras que, como una antología más, será descrita en cuanto a criterios de edición y proceso de creación en el último punto del estudio. Como antología, el resultado ha sido una de las que Pedro Salinas llamaría “antología íntima”, regida únicamente por el gusto personal de su creadora con la intención de mostrar una doble lectura poética: de la los poemas en relación entre ellos al ser propuestos en un orden concreto con un mensaje concreto; y la de los poemas seleccionados en sí con su propio valor semántico como unidad independiente. Este segundo aspecto es imprescindible sobre todo a la hora de realizar los talleres ya que un texto no podrá ser bien recitado si previamente no se le ha sacado su esencia. Por ello, y como una posible guía para su puesta en práctica, se deja abierta la posibilidad de completar el proyecto con apéndices enfocados aclarar aspectos tanto formales como de 136 contenido los poemas, además de con una muestra de material audiovisual y de música factible de ser utilizada en los recitales. Finalmente y siguiendo todos los apartados que presentan las antologías, en esta presentación sólo nos queda agradecer enormemente y de todo corazón a aquellas personas que han creído en este proyecto. Desde la profesora Belén Molina Huete, que vio muy claro desde el principio la forma en la que el proyecto de lecturas poéticas podía evolucionar hasta convertirse en una antología, dándome ánimos y confianza para realizarla, hasta las participantes del taller del recital poético organizado por la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Estepona que me regalaron desde el primer día todo su interés, motivación y cariño, además de muchos poemas creados por ellas mismas y la satisfacción de saber que la selección y ordenación de los textos les había traído de vuelta la inspiración a muchas de ellas. Porque tirando del hilo de tus palabras es como llego a las mías. 137 2. ESTUDIO PRELIMINAR 2. 1. LAS ANTOLOGÍAS DE POESÍA: DE MUJERES O GENERALES Para las mujeres [las antologías] representan un escaparate de su dificultosa posición en el mundo literario. Salta a la vista su escasa presencia. En cambio han proliferado recientemente las antologías que reúnen exclusivamente autores femeninos. El problema es doble: por un lado está la marginación de las poetas por parte del poder literario masculino y por otro su “ghetoisación” a cuenta de los/las presuntos/as defensores/as de la poesía escrita por mujeres. Se trata en realidad de las dos caras opuestas de la misma moneda.1 Tal y como presenta Cecilia Dreymüller en esta cita, y para la revisión que nos ocupa, en el panorama actual de las antologías de poesía en España se puede hablar de dos mercados: el mercado de las antologías “a secas”, las llamadas antologías generales, y el mercado de las antologías de poesía escrita por mujeres o de poetisas. La relación entre estos dos tipos de obra constituirá este estudio. Comenzaremos para ello con un recorrido por las antologías dedicadas a la obra poética de las autoras más importantes y destacadas, para comprobar como los términos utilizados por Dreymüller en su cita –esto es “marginación” y “ghetoisación”- muestran la dinámica actual de existencia de estas antologías. Para ello veremos que, según las justificaciones de la gran mayoría de antologías que recopilan la obra de las poetas, se crean antologías porque se afirma, y en algunos casos se demuestra con cifras, que ésta no está presente en las antologías generales, con lo cual en muchos casos se habla de marginación. De esta situación nace un campo editorial nuevo, y presentado además como necesario, dedicado exclusivamente a las poetas. Estamos entonces ante la “ghetoisación” de la que se habla en la cita del principio y de la que resulta difícil salir ya que, pasadas tres décadas desde la proliferación de las antologías de mujeres, a día de hoy se sigue denunciando que las autoras todavía no ocupan los puestos que les corresponderían en las antologías generales. Dada esta situación, la única manera de que sigan siendo visibles y 1 DREYMÜLLER (1993: 20). 138 no caigan en el olvido es seguir creando más antologías específicas. Estamos entonces ante un claro ejemplo de lo que comúnmente figuramos con pescadilla que se muerde la cola. Dos campos, dos caminos que si no son paralelos, como explica Juan Senís Fernández, son, cuanto menos, independientes: En la España actual, la publicación regular de antologías de poesía femenina ha dado lugar a la creación y al afianzamiento de un sistema literario particular que cuenta con sus propios cauces de difusión y de desarrollo. Y ha creado, además, una tensión entre dos sistemas diferentes (y no siempre separados): un sistema general, compuesto por aquellos poetas (hombres y mujeres) que figuran en las antologías poéticas generales o mixtas; y un sistema femenino, integrado por las poetas que aparecen en las antologías poéticas femeninas. Estos dos sistemas no son paralelos. Lo serían si no convergieran jamás, pero no es así. Es decir, no son ámbitos totalmente separados y ajenos, sino que llegan a converger y se ven unidos por intersecciones. Estas intersecciones tienen lugar cuando alguna poeta incluida en antologías femeninas aparece en una antología general. No ocurre esto muchas veces, como hemos visto, pero sí en alguna ocasión, y desde el instante en que esto sucede no se puede decir que estemos ante dos ámbitos paralelos, sino más bien ante dos dominios independientes pero ocasionalmente convergentes. No todo lo convergentes que cabría desear (porque no son muchas las mujeres que aparece en el las antologías generales), pero convergentes al fin y al cabo.2 Por lo tanto, ante la existencia de estos dos ámbitos, relacionados e independientes a un tiempo, nos detendremos en desentrañar qué hace que estas dos líneas no se conviertan en paralelas. El primer paso será averiguar las razones por las que se crean las antologías de poesía de mujeres, lo que nos llevará directamente a comprobar la presencia de las poetas en las antologías generales y a seguir los cuestionamientos hechos, en su gran mayoría desde la crítica feminista, sobre el porqué de esa escasa3 presencia. 2 SENÍS FERNÁNDEZ (2004: 14). En todas las antologías de poesía escrita por mujeres consultadas se hace referencia a la escasa o nula presencia de sus obras en las antologías generales, como veremos más adelante. 3 139 Para realizar este recorrido hemos tomado como tren los prólogos, presentaciones y estudios preliminares de las antologías de poesía de mujeres, así como otros estudios sobre el tema, por lo que lo expuesto a continuación será, sobre todo, la voz de sus autores. 2.1.1. ¿POR QUÉ UNA ANTOLOGÍAS DE MUJERES? Si quien decide elaborar una antología literaria y sacarla a la luz parece sentirse obligado, por un consenso no por tácito menos pesante, a justificar las razones que le ha llevado a ello, en una antología dedicada exclusivamente a literatura escrita por mujeres las justificaciones parecen ser aún más necesarias, dado que este tipo de proyectos editoriales todavía provoca cierta reticencia y no pocas suspicacias.4 Dado que la respuesta a esta pregunta se encuentra presente en cada una de las antologías consultadas para la elaboración de este trabajo, y en la mayoría de ellas en las primeras páginas, resulta casi obligado comenzar por esta misma pregunta: ¿Por qué antologías de poesía escrita por mujeres? ¿Por qué sólo mujeres? O como se pregunta Ramón Buenaventura en Las diosas blancas: ¿A qué viene, pues, una antología de jóvenes mujeres poetas? ¿No sería más digno, si a juventud queremos acogernos, dejar que los chicos retocen con las chicas, en el mismo florilegio, en lugar de preparar una obra que parece destinada a nutrir trabajos doctorales del futuro?5 La principal motivación de la antología que aquí presentamos fue hacer visible una obra, la de las mujeres poetas, para acercarla al público que, interesado en la poesía, no está en contacto con la obra poética femenina. El saber que existe la producción de mujeres en el ámbito poético e ir descubriéndola e investigando sobre ella impulsó la creación de un ciclo de lecturas de sus poemas. De ahí, como se ha explicado anteriormente, surge Al hilo de tus palabras como propuesta antológica. Hacerlas visible por lo tanto, era nuestra justificación inicial. Como la nuestra, cada antología tiene su justificación. Veamos cuál fue la de Ramón Buenaventura al responder a su propia pregunta: 4 5 SENÍS FERNÁNDEZ (2004: 14). BUENAVENTURA (1985: 19). 140 A las mujeres se les hace, en principio, menos caso que a los hombres: limítense ustedes a repasar las diversas antologías “totales” que se han confeccionado en lo que va de siglo; apenas si encontrarán un uno por ciento de nombres femeninos (...).6 Así pues, justifica Buenaventura su antología en que a las mujeres se las desatiende generalmente frente a los hombres, al menos en cuanto a presencia en las antologías “totales”. Como comprobante de si este hecho es real o no, más adelante ofreceremos con números el porcentaje de mujeres que aparecen en estas obras de la mano del estudio realizado por la poeta María Rosal. Pero, aunque eso será más adelante, podemos adelantar que Buenaventura se quedó un poco corto a la hora de pronosticar, (afortunadamente). Ahora sigamos centrados en intentar responder a la pregunta original: ¿Por qué una antología de mujeres? Ramón Buenaventura no se queda sólo en la explicación de que las mujeres son ninguneadas, sino que va más allá y se mete en el debatido tema de la calidad de la obra de las poetas afirmando que, en la época de la que él se ocupa en su antología (autoras nacidas entre 1950 y 1966), las poetas “por primera vez en la historia, están diciendo versos nuevos y enteramente distintos de los que dicen los hombres”7. Y no es el único que toma como justificación la diferencia y la calidad de los poemas para antologarlas, sino que esto es una constante entre las antologías dedicadas a las poetas que publican entre los años setenta y noventa. Así, Sharon Keefe Ugalde, en un libro en el que une conversaciones que mantuvo con las poetas y una muestra de sus obras, afirma que “en la actualidad [1991], la poesía descrita por mujeres ofrece un atrevimiento, una diversidad, una fuerza expresiva y una vitalidad imaginativa anteriormente desconocidos”8. A ellas se unen Noni Benegas9 y Luz María Jiménez Faro10 en sus respectivos títulos. En otras antologías dedicadas a periodos de tiempo más amplio, y diferentes en cada una de ellas, se hace referencia a la urgencia de obras como las realizadas por motivos todos relacionados con la necesidad de conocimiento de la obra literaria de las mujeres. BUENAVENTURA (1985:19). BUENAVENTURA (1985:20). 8 KEEFE UGALDE (1991: IX). 9 “A partir del advenimiento de la democracia y de la recuperación de las libertades emergen unas poetas que sorprenden, tanto por la franqueza con que relatan sus experiencias y las de su generación como por la renovación estilística que aportan” BENEGAS y MUÑÁRIZ (1997: 17-18). 10 “Un auténtico vendaval renovador, de poesía sin prejuicios, distinta y limpiamente agresiva (...) alzar su voz sin limitaciones” JIMÉNEZ FARO (2002: 7-8). 6 7 141 En primer lugar, Manuel Serrano Sanz en sus Apuntes para una biblioteca de escritoras españolas habla de la recopilación de autoras que él hace como de un “Asunto apenas desflorado hasta ahora” pero necesario “dada la imposibilidad de redactar nuestra Historia literaria o nuestra Bibliografía sin tratar de ellas”11. Y es Serrano Sanz, allá por el año 1903, de todos los consultados, el único que expresa claramente que ésta, la producción de las mujeres, es una parte más de nuestra literatura de necesario conocimiento. Algo parecido, pero expresado en otros términos, fue lo que contestó José María Balcells en la presentación de su antología12 en Córdoba a la respuesta de por qué se había centrado en las mujeres poetas de esa época, respondiendo que “por justicia y por necesidad de conocimiento, puesto que entendía que los profesores de literatura y la universidad deben estar lo más ampliamente informados de la materia de su estudio”.13 Con esta afirmación el autor presenta una necesidad de conocimiento en ámbitos de transmisión de saberes como es la universidad, necesidad que lleva implícita un desconocimiento del campo por él abordado. Por último en cuanto a las antologías que se presentan realizadas para paliar esta necesidad de conocimiento, Manuel Francisco Reina introduce Mujeres de carne y verso como la obra de referencia de la que carecía la poesía escrita por mujeres del siglo XX.14 Tras esta justificación, la siguiente pregunta surge de manera espontánea: ¿Por qué necesitan las mujeres una obra de referencia diferente a la de los hombres? ¿No es toda la poesía la misma? Pero claro, si la poesía es la misma, ¿por qué antologías sólo de mujeres? Seguimos pues, buscando respuestas a esta pregunta. Sharon Keefe Ugalde, en el estudio preliminar de En voz alta, una antología de la poesía escrita por mujeres en los años 50 y 70, presenta el libro como “una invitación a conocer, o a redescubrir, un importante caudal artístico de la España del siglo XX”15, lo que significa que en el año 2007 seguimos aún con la necesidad de dar a conocer, de presentar o de rescatar la obra de autoras desconocidas en la actualidad porque, según palabras de la misma autora: SERRANO SANZ (1975: IX). BALCELLS (2003). 13 ROSAL (2005: 232-233). 14 “Por un lado, el convencimiento de que la poesía escrita por mujeres en lengua castellana, salvo elogiosísimas excepciones, carecía de una obra de referencia donde se contemplara el devenir poético de todo el siglo XX a nuestros días” FRANCISCO REINA (2001: 13). 15 KEEFE UGALDE (2007: 9). 11 12 142 La mujer tiene una larga historia de ausencias dentro de las antologías y estudios generacionales, como recalca Fanny Rubio al señalar la repetida falta de mujeres en las fotos generacionales del noventa y ocho, del veintisiete, de treinta y seis, y del cincuenta. En algunos casos la exclusión se prolonga hasta nuestros días.16 Por lo tanto, según Ugalde, ante una historia llena de ausencias, surge la necesidad de hacer que las mujeres estén presentes y, de ahí, muchas de las antologías aparecidas en las últimas décadas dedicadas exclusivamente a su obra. Como la citada En voz alta, las antologías también nombradas de Manuel Francisco Reina, Noni Benegas, Sharon Keefe Ugalde17 y los volúmenes de Poetisas españolas de Luz María Jiménez Faro se suman a este propósito. De uno de estos últimos, del volumen 4 publicado en el año 2002, rescatamos esta cita: (...) [Pretendemos] ofrecer al lector una realidad que durante mucho tiempo ha sido minimizada, cuando no olímpicamente ignorada: la destacadísmia aportación que, a través del tiempo, y especialmente en toda la segunda mitad del siglo XX, han hecho las mujeres al extenso panorama de la poesía española. Y no exageramos un ápice si hablamos de ninguneos y silenciamientos.18 Recapitulando: de muchos de los prólogos y estudios preliminares de las antologías de poesía de mujeres obtenemos la idea de que estas obras se realizan para presentar a las poetas, rescatarlas del olvido y silenciamientos, para mostrarlas al público, ya que parecen ser las grandes ausentes dentro del ámbito cultural y literario. Según estas obras, una de las formas en la que esta ausencia se ha manifestado es a través de la no presencia en las antologías generales. Si éstas, las antologías generales, son antologías a secas, sin marca de género, ¿por qué hay tan pocas mujeres, en el caso de encontrarlas? Esta es una cuestión encontrada constantemente en las obras consultadas y por ese motivo, porque aparecen pocas en comparación con el número de hombres, se han realizado y se realizan muchas antologías exclusivamente de poesía escrita por mujeres, para que sus obras queden KEEFE UGALDE (1991: VIII). En su antología En voz alta, hace referencia al movimiento que se está generando de recuperación de la poesía escrita por mujeres al introducirla dentro del “proceso colectivo de contrarrestar las prolongadas ausencias”. KEEFE UGALDE (2007: 9). 16 17 18 JIMÉNEZ FARO (2002:11). 143 recogidas y no desaparezcan, ya que, como recuerda Ana Caballé, esto lleva pasando desde el siglo XV: A finales de siglo, las escritoras españolas necesitan todavía antologías específicas de poesía, narrativa, teatro porque apenas aparecen en las antologías masculinas, y el pequeño lugar que ocupan en las historias masculinas de la literatura lo tienen que defender día a día, de forma que suelen desaparecer de ellas después de su muerte, como lleva pasando desde el siglo XV.19 Esta ausencia sigue ocurriendo a pesar de que a partir de la década de los ochenta se ve incrementado el número de mujeres poetas que participan del ámbito cultural y editorial, pero no así su presencia en la “jerarquía literaria” como explica J. M. Balcells. Según este autor, “las escritoras siguen apareciendo ínfimamente en antologías de carácter general o de promociones concretas y, cuando aparecen, a veces salta la sospecha de que figuran como cuota mínima”20. Y a pesar de que a partir de los años 70 muchas poetas ganan premios importantes21 y quedan finalistas, como explica Noni Benegas22, estas no llegan a alcanzar la visibilidad de los poetas en España mientras que, fuera de nuestro país, se hacen estudios y antologías que comienzan a hablar del “fenómeno literario” que supone el surgimiento de las voces femeninas en la poesía española. Esto es lo que sucede con la antología titulada Voci feminili della lirica spagnola23, publicada en Bolonia en 1963, con un estudio crítico que la configura como la primera antología “seria” que aparece de la poesía escrita por mujeres en España24. Pero a pesar del incipiente movimiento editorial y de los primeros intentos por hacer visible la obra de las poetas, como fueron las antologías realizadas por Carmen CABALLÉ (2004: 12). BALCELLS (2003:17). 21 Premios Adonais recaídos en mujeres desde los años setenta: 1970, Pureza Canelo: Lugar común; 1974, Julia Castillo: Urgencias de un río interior; 1980, Blanca Andreu: De una niña de provincias que se vino a vivir en un Chagall; 1984, Amalia Iglesias: Un lugar para el fuego; 1993: Mª Luisa Mora Alameda, Busca y captura; 1994, Ana Merino Norverto: Preparativos para un viaje; 1999, Irene Sánchez Carrón: Escenas principales de un actor secundario; 2007, Teresa Soto González: Un poemario (Imitación de Wislawa). Además el premio Hiperión lo consiguen desde su creación: 1986, Luisa Castro: Los versos del eunuco; 1998, Laura Campmany,: Travesía del olvido; 1999, Carmen Jodra Davó: Las moras agraces; 2000, Esther Giménez: Mar de Pafos; 2001, Ariadna G. García: Napalm; 2005, Ana Isabel Conejo: Atlas. 22 BENEGAS y MUÑÁRIZ (1997: 49). 23 ROMANO COLANGELI (1964). 24 “El mérito de la antología de Colangeli, editada en Bolonia, reside no sólo en recoger las voces más importantes, sino en que abre perspectivas nuevas para evaluar esas obras. Pero no halla eco en España” BENEGAS (1998a:14). 19 20 144 Conde25, deducimos de la lectura de estos prólogos que la repercusión de sus obras en el canon o en la historia literaria seguía siendo casi nula. De hecho, décadas después nos encontramos con el caso, muy curioso a nuestro parecer, de Vicente Muñoz Álvarez que, según afirma él mismo, a pesar del interés y del deseo de que la obra de las mujeres poetas estuviera presente en las antologías generales que se encargó de realizar, no consiguió equilibrar la balanza. Con sus palabras, que citaremos a continuación, explica que intenta darles presencia, pero no lo consigue. Y ahí se para, sin explicar por qué, a pesar de su interés, finalmente ha sido vencido en su empeño: (...) Pese a haber intentado en estas compilaciones [Golpes. Ficciones de la crueldad social(DVD ediciones, 2004), Tripulantes. Nuevas aventuras de Vinalia Trippers (Eclipsados, 2007), Resaca/ Hank Over: Un homenaje a Charles Bukowski (Caballo de Troya/Mondadori, 2008)] equilibrar deliberadamente la balanza de sexos, la nómina de escritores superó siempre con creces a la de escritoras, y no precisamente porque los antólogos escatimáramos esfuerzos para compensarlas. Más bien al contrario, puedo asegurar que en todo momento prestamos especial atención a las voces femeninas con las que progresivamente, a raíz de unos y otros proyectos, fuimos entrando en contacto26. Resultado de la “espinita” de no poder haberlas incluido en sus anteriores antologías es Veintitrés Pandoras. Poesía alternativa española, una antología dedicada exclusivamente a la poesía de mujeres. Siguiendo los términos de Cecilia Dreymüller presentados en la introducción de este apartado, podríamos decir que ésta es la manera en la que Vicente Muñoz Álvarez colabora en el entramado de la “pescadilla que se muerde la cola”: marginando primero, para engrosar el gueto después. El caso es que, como decía Serrano Sanz, esta falta de trato igualitario, que algunos han querido justificar por la diferencia de calidad entre la poesía escrita por hombres y por mujeres27, perjudica más que a las propias poetas, a toda la cultura del país que no se completa sin ellas. Porque no se trata solamente de las últimas poetas o de aquellas con obras menores, sino que, como afirma Noni Benegas: CONDE (1954 y 1971). MUÑOZ ÁLVAREZ, Vicente (2009:9-10): Veintitrés pandoras. Poesía alternativa española. Tenerife: Baile del sol. 27“Poetisas mías, atiendan vuestras mercedes a sus maridos y a sus hijos, mantengan la casa en orden y déjense de versos malos y cochambrosos, que ya hay demasiados poetas que se dedican a ello con terca dedicación” Francisco Bejarano (1993: 39):”Poetisas”, La torre de marfil, Sevilla: Renacimiento, Aput BENEGAS y MUÑÁRIZ (1997: 21). 25 26 145 (...) Incluso las más consolidadas carecían de visibilidad. No están recogidas en las antologías, digamos, exegéticas; es decir, las que ayudan a conformar el canon, y pueden convertirse, con el tiempo en instrumentos fiables para contar la historia literaria de este periodo. Y cuando se las selecciona, apenas figura una o dos a lo sumo tres.28 Como estamos comprobando, en las antologías de poesía de mujeres se le ha dado mucha importancia de manera general al tema de la no -o escasa- presencia de las poetas en las antologías generales29. Hasta ahora se ha hablado de “ninguneos”, de “silenciamientos” y de “ausencia” de la obra de las mujeres en estas obras así como en el panorama literario. Debido a la atención dedicada al respecto en la bibliografía consultada, nos centraremos a continuación en comprobar cuál es realmente esa presencia en cifras. Para ello haremos un repaso de los números exactos de mujeres que aparecen en las antologías de poesía generales publicadas en diferentes épocas. Comenzaremos por los estudios de las publicaciones más recientes, el hecho por María Rosal sobre antologías30 aparecidas entre 1970 y 2005.31 Según los datos ofrecidos en su tesis doctoral, en 6 de las antologías publicadas en la década de los setenta, encontramos un total de 80 poetas, entre los cuales hay 79 hombres y 1 mujer. Esto supone un 1,25% de mujeres frente a un 98,75% de hombres. La mujer antologada es Ana María Moix, en Nueve novísimos poetas españoles, editadas por José María Castellet en 1970. En la década de los ochenta los números aumentan a ambos lados. Las antologías seleccionadas son 9 y en ellas encontramos un total de 97 poetas: 11 mujeres y 86 hombres. La presencia femenina ha aumentado en esta década hasta un 11,34% frente a un 88,65% de presencia masculina. Sólo hay una antología que no presente a ninguna mujer, Las voces y los ecos, de José Luis García Martín, publicada en 1980. De entre las poetas seleccionadas, únicamente encontramos a Julia Castillo en dos antologías. En la década de los noventa los números se disparan. Las antologías publicadas ascienden a 28 y en ellas encontramos a 858 poetas: 134 mujeres y 724 hombres. A pesar del BENEGAS (1998a:8). Según Mª Rosal, el porcentaje de antologías publicadas entre 1975 y 2005 en las que no hay presencia de la obra de las poetas asciende al 90 %. ROSAL (2006: 115). 30 En su estudio, María Rosal se centra en las antologías más significativas y, especialmente, en aquellas que presentan la intención de mostrar el panorama poético de la poesía española, incluyendo en algunos casos, poesía hispanoamericana. ROSAL (2006: 119). 31 ROSAL (2006: 120-134). 28 29 146 aumento del número de poetas en estos años, los porcentajes son similares a los de la década anterior con un 15,61% de presencia femenina y un 84,38% de masculina. Finalmente, en los primeros años del segundo milenio, concretamente hasta el año 2003, son 3 las antologías estudiadas y en ellas, de los 62 nombres, 1432 son mujeres y 48 hombres. Estas cifras suponen un 22,58% de mujeres y un 77,41% de hombres. Estos son los números presentados por María Rosal en su trabajo de investigación sobre las antologías de poesía entre 1970 y el 2005, cifras de las que podemos comprobar que realmente el número de mujeres es mucho menor que el de hombres. Lo que Mª Rosal no tiene en cuenta a la hora de presentar estos datos, o al menos no lo presenta en su estudio, es la relación entre estas cifras y el número real de publicaciones hechas por hombres y por mujeres, ya que, a nuestro entender, esta sería la única manera de comprobar con datos si la presencia se corresponde con la realidad: si se trata de medir con números, entendemos que la única manera de saber si la presencia es la justa o no sería comparando el número total de autoras que aparecen en las antologías generales con el número de mujeres que publican. Otro tema esbozado desde una vertiente de la crítica feminista es si las mujeres publican con la misma facilidad que los hombres, pero eso, como ya se ha dicho, es otro tema. Al igual que Mª Rosal, las siguientes fuentes utilizadas tampoco tienen en cuenta el número de mujeres que están publicando en las épocas sobre las que realizan sus estudios. Aún así, como de lo que aquí se trata es de realizar un recorrido por las antologías de poesía de mujeres, seguiremos presentando los datos encontrados. Trece años antes del estudio de María Rosal, Cecilia Dreymüller escribió en 1993 un artículo en el que se publicaban por primera vez el número de mujeres presentes en las antologías poéticas haciendo evidente la gran diferencia en cuanto a la cantidad, a la visibilidad y reconocimiento que supone. Según su estudio 33 , realizado sobre 100 antologías publicadas entre 1939 y 1989, el porcentaje medio de participación femenina es de 13,82. Destaca la autora de estas cifras que durante los años de la transición el porcentaje de poetas incluidas en las antologías duplicaba a la de los años del franquismo, con un 19,3% frente al 8,3%, pero que, a pesar del evidente aumento, las cifras no llegan a corresponderse con la realidad. Y aquí sí encontramos, aunque sin datos concretos, al Según los datos de Mª Rosal serían 13, pero hemos encontrado que en una de esas antologías, Veinticinco poetas españoles jóvenes, Madrid: Hiperión, 2003, de la que ella toma 5 mujeres poetas ( Ariadna G. García, Carmen Jodra, Vanesa Pérez- Sauquillo, Elena Mendel y Esther Giménez) en realidad son 6, ya que Miriam Reyes también aparece. 33 DREYMÜLLER (1993:20). 32 147 menos una referencia a la relación entre la presencia en las antologías y las publicaciones de las poetas: A pesar de comprobar en las antologías de los años 80 una mayor acogida de autores femeninos, tampoco correspondía plenamente a la realidad literaria (...) El porcentaje de poetas antologadas se queda por debajo del nivel cuantitativo de su actividad literaria real.34 Sobre el mismo tema, en el año 2006 la poeta y estudiosa Angelina Gatell publicó en el estudio preliminar de la antología Mujer que soy35 una pequeña tabla con información sobre la presencia de la mujer en obras recopilatorias de la literatura del siglo XVIII. Según los datos que aporta, de cuatro obras recopilatorias36, aparecen, en dos de ellas, una mujer en cada una: Margarita Hickney y María Gertrudis Hore. Por nuestra parte, ante la ausencia de datos relativos a antologías sobre poesía escrita a partir del 2003 (fecha en la que termina el estudio de Mª Rosal), en el siglo XIX hasta 1939 (fecha en la que inicia el estudio de Cecilia Dreymüller) y antes del siglo XVIII (periodo acotado por Angelina Gatell), hemos querido hacer un breve investigación por algunas de las antologías consideradas indispensables dentro de cada periodo buscando la presencia de las poetas en ellas. Comenzando por antologías que recogen la obra poética desde del siglo XV, en las dos consultadas37 hemos encontrado la presencia de Florencia del Pinar como la única autora de este periodo. En las antologías de poesía de mujeres es también la única que aparece. Continuando por los Siglos de Oro, encontramos una presencia de 32 mujeres frente a un total de 675 poetas recogidos en las seis antologías consultadas38. La mayoría de ellas DREYMÜLLER (1993: 20). GATELL (2006: 46). 36 Las obras consultadas son VALBUENA PRAT, Ángel (1968): Historia de la literatura española, Barcelona: Gustavo Gili, (0); REYES, Rogelio (1993): Poesía española del siglo XVIII, Madrid: Cátedra, (0); POLT, John H. R. (1986): Poesía del siglo XVIII, Madrid: Castalia (Mª Gertrudis Hore); SAINZ DE ROBLES, Federico Carlos (1964): Poesía española, Madrid: Aguilar (Margarita Hickey). De esta última obra como tal no hemos encontrado referencia, aunque sí de la obra de la obra de Federico Sainz Robles titulada Historia y antología de la poesía española, editada también por Aguilar pero en 1967 y recoge la obra poética desde el siglo XV al XX. 37 ALONSO, Álvaro (1986): Poesía de Cancionero, Madrid: Cátedra y MOSTAZA RODRÍGUEZ, B. (1982): Panorama de la poesía española en castellano, 2 vols. S.XI-XVI; S.XVI-XVII, Madrid: Biblioteca de autores cristianos. 38 MOSTAZA RODRÍGUEZ, B. (1982): Panorama de la poesía española en castellano, 2 vols. S.XI-XVI; S.XVI-XVII, Madrid: Biblioteca de autores cristianos; CASTRO, Adolfo de (1857): Poetas líricos de los siglos XVI y XVII, Madrid: Rivadeneyra; MOLINA HUETE, Belén (2005): Flores de poetas ilustres de Pedro Espinosa, Sevilla: Fundación José Manuel Lara; JAURALDE POU, Pablo (1999): Antología de la 34 35 148 están presentes en dos de ellas si bien nos resulta curioso que las más antigua de ellas, la de A. de Castro publicada en 1857, es la que contiene 13 mujeres, el mayor número de todas. Las poetas son presentadas en un apartado específico titulado “De varias poetisas”, que ocupa 4 páginas de las 600 que tiene el segundo tomo. A pesar de que el siglo XVIII queda representado por el estudio de Angelina Gatell, hemos querido fijarnos en las poetas presentes en dos obras publicadas en ese siglo imprescindibles para el estudio de la poesía española. Son Parnaso español. Colección de poesías escogidas de los más célebres poetas castellanos, a cargo de Juan José López Sedano y publicada entre 1768 y1778, y Colección de poetas castellanos de Ramón Fernández, publicada entre 1786-1797. La primera de ellas está formada por 9 volúmenes y la segunda por 20. En ninguna de ellas aparecen autoras. El siguiente periodo del que nos encontramos huecos de información es del siglo XIX. De poesía perteneciente a este siglo se han consultado cinco antologías39. Llama la atención, al igual que en el volumen de Adolfo de Castro, la presencia en la antología de Ricardo Navas Ruiz, Poesía española vol. 6. El siglo XIX, de un apartado dedicado a la “poesía femenina” con 13 de las 37 poetas que encontramos entre los cinco títulos. En total en estas obras hay recogidos 487 poetas. En cuanto al siglo XX, las épocas que nos quedan por comparar cifras son de 1900 a 1939 y del 2003 al 2010. De los primeros cuarenta años del siglo XX se han consultado cuatro antologías40, tres de ellas específicas de la poesía de la generación del 27, entre las que sólo hemos encontrado mujeres en la de Gerardo Diego. De los 109 poetas encontrados en los cuatro volúmenes, 7 de ellos son mujeres. poesía española del Siglo de Oro (siglos XVI-XVII), Madrid: Espasa; RIVERS, Elías (1993): Poesía lírica del siglo de oro, Madrid: Cátedra; PÉREZ DE GUZMÁN, Juan (1891): La rosa. Manojo de la poesía castellana formado con las mejores producciones líricas consagradas a la reina de las flores durante los siglos XVI, XVII, XVIII y XIX por los poetas de los dos mundos, Madrid: Impr. de M. Trillo. 39 QUINTANA, Manuel Josef (1807): Poesías selectas castellanas, desde el tiempo de Juan de Mena hasta nuestros días, Madrid: Gómez Fuentenebro y Compañía, 3 vols. [2ª ed. 1828-1830]; BÖHL DE FABER, Juan Nicolas (1821- 1825): Floresta de rimas antiguas castellanas, Hamburgo: Librería de Federico Perthes; PÉREZ DE GUZMÁN, Juan (1891): La rosa. Manojo de la poesía castellana formado con las mejores producciones líricas consagradas a la reina de las flores durante los siglos XVI, XVII, XVIII y XIX por los poetas de los dos mundos, Madrid: Impr. de M. Trillo; DOBRIAN, Walter A. (1988): Poesía española, Madrid: Gredos; NAVAS RUIZ, Ricardo (2000): Poesía española 6, El siglo XIX, Barcelona: Crítica. 40 GONZÁLEZ, Ángel (2005): El grupo poético de 1927, Madrid: Visor Libros; GARCÍA DE LA CONCHA, Víctor (2007): Antología comentada de la Generación del 27, Madrid: Espasa; DIEGO, Gerardo (1962): Poesía española contemporánea: (1901-1934), Madrid: Taurus; SORIA OLMEDO, Andrés (2007): Las vanguardias y la generación del 27, Madrid: Visor. 149 Finalmente, sólo nos queda presentar los datos relativos a los siete últimos años de primera década del siglo XXI. De este periodo se han consultado seis antologías41 en las que aparecen más de 569 nombres de los cuales, 100 son mujeres. Entre ellas aparecen poetas tanto españolas como hispanoamericanas e incluso, en una de ellas42 también portuguesas. Después de esta exposición de cifras, presentamos los datos ofrecidos en la siguiente tabla: Nº de antologías Porcentaje de mujeres Siglo XV 2 1,88 Siglo XVI-XVII 6 4,74 Siglo XVIII 3 1,33 Siglo XIX 5 7,56 PALENQUE, Marta (2009): La Corte de los Poetas: florilegios de rimas modernas, Sevilla: Renacimiento; SÁNCHEZ ROBAYNA, Andrés, VALENTE, J. Ángel, VARELA, Blanca y MILÁN, Eduardo (2002): Las ínsulas extrañas. Antología de la poesía en lengua española (1950-2000), Madrid: Círculo de Lectores; MORALES BARBA, Rafael (2006): Última poesía española (1990-2005): antología, Madrid: Mare Nostrum Comunicación; IGLESIAS, Amalia (2006): Poetas en blanco y negro contemporáneos, [prólogo de Fernando Rodríguez de la Fuente], Madrid: Abada; KRAWIETZ, Alejandro y LEÓN, Francisco (2003): La otra joven poesía española, Montblanc (Tarragona): Igitur; PAULINO, José (2003): Antología de la poesía española del siglo XX: (1900-1980), Ayuso, Madrid: Castalia. 42 IGLESIAS, Amalia (2006): Poetas en blanco y negro contemporáneos, [prólogo de Fernando Rodríguez de la Fuente], Madrid: Abada. 41 150 1900-1939 4 6,42 1939-1989 100 13,82 1990-2003 31 17,17 2003-2010 6 17,57 Como se puede apreciar en este pequeño recorrido por las antologías generales, la presencia de la obra de las mujeres, tal y como se viene informando en las antologías de mujeres poetas, ha sido y sigue siendo en principio escasa en comparación con la presencia de los hombres. De hecho, es cierto también que en muchas no aparece ninguna, pero no hay que olvidar que están y que por poco que aparezcan, no hay que negar su presencia. A pesar de ser pocas, el número, poco a poco, ha ido aumentando, sobre todo a partir de los años 50, lo que quizá derive en que algún día estas antologías dejen de tener sentido y justificación, deseo hecho explícito en más de una antología de mujeres: Me gustaría, nos gustaría a los antólogos, que en el futuro, en ese siglo XXI ya tan cercano, no hubiera que seguir haciendo más antologías poéticas “de mujeres”, por la sencilla razón de que sus obras, valoradas como se merecen, pasen a integrarse en el acervo común de la poesía española 151 contemporánea. Es un paso obligado, no por cumplir con “cuotas” femeninas, sino por pura justicia.43 Por lo tanto, lo que se ha venido nombrando en los prólogos de las antologías como ausencia o escasa presencia de las mujeres en las antologías generales parece justificarse con estos números: las mujeres, hasta la fecha, no han llegado a superar el 20% de presencia en estas antologías. Pero si, como afirma Luis Antonio de Villena “La buena poesía no es ni femenina ni masculina (...) poetas y poetisas beben ser lo mismo. Y su número debe depender de la calidad y no de la obligatoriedad por razones de sexo”44, ¿por qué estas cifras? Veremos, a continuación, los comentarios presentes en las antologías consultadas y en algunos estudios sobre la poesía de mujeres al respecto de la llamada ausencia de las mujeres en las antologías generales. 2.1.2. ¿POR QUÉ NO HAY MUJERES EN LAS ANTOLOGÍAS GENERALES? O EL PORQUÉ DE UNA PREGUNTA MAL FORMULADA Hasta ahora hemos comprobado que la presencia de la poesía escrita por mujeres en las antologías generales es reducida y, a pesar de los datos que demuestran que sí están presentes, en muchas antologías de mujeres se afirma que están ausentes y, como consecuencia, se crean antologías exclusivamente de mujeres. Pero además de afirmarse que su poesía es silenciada o escasa en estas obras, Mª Rosal45 afirma que también está casi ausente en los libros de Historia de la Literatura y en los libros de texto de esta materia. Lo que rastrearemos en este apartado serán algunos de los motivos dados como explicación de este hecho. En su estudio María Rosal expresa claramente la falta que hay de justificaciones serias por parte de los antólogos para explicar la ausencia de la poesía de mujeres en las antologías consultadas para su estudio46. Así que nada más empezar nos encontramos ya con el aviso de Rosal de que las explicaciones dadas de esta ausencia, por parte de los creadores de las Jesús Muñáriz en BENEGAS y MUÑÁRIZ (1997:12). José María Balcells se pronuncia también a este respecto (2003:17). 44 VILLENA (1988:63) Aput ROSAL (2006: 152). 45 Véase al respecto ROSAL (2006a). 46 “Lo frecuente es que los antólogos –mayoritariamente varones- elaboren antologías con una clara exclusión de las mujeres, aunque con escasa o nula conciencia de ello, de modo que cuando se disculpan lo hacen más para curarse en salud, o cualquier otro tipo de cortesía que para justificar seriamente y con criterios estéticos la exclusión de personas concretas y no de grupos segregados por razón de género”. En ROSAL (2006:143). 43 152 antologías de poesía, si no son pocas, no son claras y mucho menos rigorosas. En palabras de la propia poeta “son escasos los comentarios que justifiquen la escasa presencia de las mujeres entre las listas de sus poetas preferidos”.47 Sin embargo, nuestro campo de trabajo no son las antologías generales, sino las de mujeres. En ellas nos centraremos y en estudios realizados sobre ellas para ver qué explicaciones encontramos. ¿Cuáles son las causas de esta exclusión? (...) Las causas de esta exclusión no pueden estar (...) en la falta de interés o de calidad literaria en las obras escritas por mujeres. Los premios con los que han sido galardonadas, o la infinidad de estudios de que han sido objeto tanto en España como en el extranjero avalan su trabajo literario, si hay aún alguien que necesite de ese tipo de avales.48 Comenzaremos por la diferencia de calidad, el argumento esgrimido durante muchos años que, hoy día, parece no sustentarse. De hecho, son pocos ya los que se atreven a utilizarlo, suponemos que debido al esfuerzo desde las teorías críticas contemporáneas para demostrar que tras la excusa de la calidad, lo que hay es el funcionamiento de un canon considerado “elitista y exclusivista” al no abrirse a obras que no correspondan a las del modelo en el que se sustenta: el modelo anglosajón masculino. Como explica Ana Caballé: Existe una elitista concepción del canon cultural mundial que ha normalizado como modelo la cultural anglosajona masculina (Harold Bloom), y ha endurecido su postura en clara oposición a otras visiones más democráticas que, desde los estudios culturales, tratan de abrir ese canon a las obras de mujeres y de otras lenguas, razas y clases sociales. Un canon elitista y exclusivista que, con respecto a la cultura española, no considera a las mujeres, y plantea como cuestiones de calidad lo que son, muchas veces, cuestiones de diferencia.49 Con respecto al canon, Iris Zabala 50 se detiene en explicar su configuración y funcionamiento en cuanto que afecta a la exclusión de la literatura escrita por mujeres. Según expone en Breve historia feminista de la literatura española, el canon son “las reglas o las leyes o la norma autorizada” que conlleva la connotación de una selección de autores/obras (que pasarán a ser los clásicos) que son los que merecen preservarse. Los ROSAL (2006:120). DREYMÜLLER (1993:20-21). 49 CABALLÉ (2004: 12-13). 50 DÍAZ- DIOCARETZ y ZABALA (1996: 65-66). 47 48 153 críticos, las historias literarias, las ediciones de textos, las academias, las antologías, las reseñas y los premios, entre otras formas institucionalizadas, señala la autora que funcionan como “agentes que ayudan a formular el canon” y que “ayudan a diseminar y reproducir la cultura”, su función principal. Lo que se cuestiona la escritora es “la validez objetiva de tales juicios valorativos” para determinar qué autores/obras son las que deben perdurar y funcionar como representantes a la vez que configuradores de una cultura. Según Zabala, lo que se esconde tras el funcionamiento del canon es ”la exclusión o el silencio de grupos humanos”51 los que supondría, en este caso, la exclusión de las mujeres como grupo. Como vemos, el tema de la configuración del canon es de gran relevancia en cuanto a la presencia o no de las mujeres en las antologías porque como ya se ha dejado entrever, las antologías funcionan como uno de los instrumentos sobre los que se va configurando el canon literario de un país, de ahí que la aparición o no en ellas sea determinante para que el canon ofrezca un reflejo de la producción cultural real o un reflejo parcial de la misma. Por lo tanto, según Marta Palenque: El relevante papel desempeñado por las antologías en la consolidación y difusión del canon literario las ha convertido en pilares básicos del estudio de la historia de la literatura. Parece evidente la interdependencia entre Canon, Historia de la Literatura y Antología; como escribe Alfonso Reyes, toda historia presupone una antología y al revés (...) Funcionan a manera de museos, permiten conocer el cambio del gusto y entrever las poéticas dominantes e incluso a los jefes de un momento; son depósitos textuales, archivos de épocas y tendencias, muestrarios de las líneas o campos de fuerza de una determinada cultura52. Por ello, desde la crítica feminista se presenta como una de las posibles causas de la poca presencia de la obra de las mujeres tanto en las antologías como en la historia literaria, (y como consecuencia en el canon) la propia naturaleza del canon, una naturaleza definida por la crítica feminista como excluyente, con un único patrón en el que no entra la obra de las mujeres. 51 52 DÍAZ-DIOCARETZ y ZABALA (1993:65). PALENQUE (2001: 3). 154 Fuera de esta perspectiva teórica, tanto J. M. Balcells53 como Noni Benegas54 (aunque esta última no muy apartada) nombran como una posible causa de que las autoras no lleguen a entrar, el hecho de que además de ser pocas a las que se les da presencia en las antologías, son siempre diferentes, por lo que ninguna de ellas llega a establecerse en el inconsciente colectivo creando confusión entre la variedad de nombres y ninguna permanencia. Esta podría ser, no ya la causa de que las autoras no lleguen a canonizarse, sino la consecuencia del funcionamiento del canon. Noni Benegas55 nos presenta su opinión claramente al respecto y es que, según la poeta, no hay interés en que aumente el número de obras que puedan llegar al público. Ella rechaza la idea de que la calidad sea lo que mantiene a las mujeres al margen y explica que esto ocurra por la existencia de “intereses muy precisos del campo literario”. Primero, afirma Benegas, porque “hay demasiados autores y los beneficios a repartir no alcanzan para todos”. Segundo, porque la novedad aportada por su obra, tanto estética como temática, obligaría a revisar las “vías de consagración” en el campo literario en el caso de que las mujeres llegaran a ocupar un lugar relevante en lo que ella llama “el bastión de la lírica”. Por tanto, concluye la autora, el hecho de que ellas ocuparan el mismo puesto que ellos en el canon supondría una revisión de las leyes y mecanismos que lo han regido y rigen actualmente. Esto mismo explica Benegas en su entrevista con Ana Nuño: Recuerda eso que escribe Antonio de Trueba sobre cómo debe ser la mujer y cómo no debe. Si a su lado el público empieza a escuchar de verdad lo que dice Rosalía o Clara Campoamor, entonces lo que dice Trueba pierde todo el valor, y como consecuencia deja de vender ocho ediciones de su libro, como las vendió. Esa es la otra razón de la exclusión: la entrada de las mujeres obligaría a revisar los tópicos, los temas y los “presuntos” universales.56 A este respecto también comenta algo Belén Suárez Briones: (...) La inclusión de las mujeres en la historia hace surgir preguntas que reestructuran el conjunto de las disciplinas (...) la lectura de las mujeres BALCELLS (2003: 17). BENEGAS (1998a: 8). 55 BENEGAS (1998a: 13). 53 54 BENEGAS (1998b:82). A este respecto comenta Belén Suárez Briones: “(...) La inclusión de las mujeres en la historia hace surgir preguntas que reestructuran el conjunto de las disciplinas (...) la lectura de las mujeres escritoras altera necesariamente los estándares sobre la valía literaria, obliga a la redefinición de los periodos literarios y rehace el canon.” SUAREZ BRIONES (2000:27). 56 155 escritoras altera necesariamente los estándares sobre la valía literaria, obliga a la redefinición de los periodos literarios y rehace el canon57. Añade, además, Benegas58 que si no se incluye a las mujeres en las antologías y en la historia oficial “es también por falta de instrumentos críticos para juzgar sus obras”, una obra calificada por ella (y otros autores y críticos, como se ha podido ver en el apartado anterior) de novedosa y diferente a la establecida para la que, según la autora, no existen mecanismos críticos con los que poder juzgarla. Aclara este punto la autora de nuevo en su entrevista con Ana Nuño: Por ejemplo, [la obra de las mujeres] no puede remitirse a una tradición previa; segundo, escribe desde una posición nueva, cuyo reconocimiento es difícil para los críticos al uso. Porque no pueden establecer comparaciones para ver hasta qué punto su sujeto lírico ha evolucionado o no en los cien años que han pasado. Como esta historia tampoco se ha contado...Y no se ha contado porque en el siglo pasado tampoco las mujeres entraban en las antología exegéticas, las que conforman la historia de la literatura.59 Explica Benegas que estos instrumentos, que servirían para valorar justamente la obra de las mujeres, habría que crearlos para facilitar la entrada al campo literario tanto de las poetas excepcionales como de las que están en proceso de llegar a serlo, “al igual que sucede entre los poetas varones”.60 En relación a esto la autora presenta un dato interesante. Desde los años setenta las autoras publican y ganan premios, lo que significa que de alguna manera están presentes y pueden ser visibles más fácilmente que en otras épocas, pero a pesar de esto no tienen repercusión en el canon ni en la historia literaria. Teniendo este factor en cuenta, señala Benegas que “lo que está en juego no es tanto cómo “hacer visible lo invisible” sino cómo crear condiciones de visibilidad para otros sujetos sociales diferentes”.61 Es decir, que lo importante sería centrar la atención no tanto en hacerlas visibles sino en crear unas condiciones que permitan que sean visibles. Pero para que esto ocurra, según Benegas, existe un problema: 58 BENEGAS y MUÑÁRIZ (1997:83-84). BENEGAS (1998b:88). BENEGAS (1998b:88). 61 BENEGAS y MUÑÁRIZ (1997: 49). 59 60 156 (...) Siempre ha habido un hiato entre la producción editorial y de prensa, por un lado, y la producción académica por otro. Pues en las universidades, tanto nacionales como extranjeras, hay investigadores que están estudiando y forjando instrumentos críticos desde hace décadas a fin de valorar en su justa medida esta poesía. Pero sus descubrimientos no llegan al gran público. No influyen en la opinión pública.62 Por lo tanto, actualmente, a pesar de la creación del instrumental crítico63 necesario para valorar la obra poética de las mujeres y crear las condiciones de visibilidad, el canon y sus mecanismos siguen sin modificarse. Llegados a este punto no podemos más que volver a preguntarnos por qué, y buscando de nuevo una respuesta hemos encontrado autores que han intentado explicar claramente su opinión al respecto de por qué la obra de las mujeres no consigue entrar en las antologías. Una de ellas, de las más esclarecedoras quizás, es la que ofrece J.M. Balcells64. Pero antes de ver su explicación es importante conocer la labor de configuración de grupos y generaciones poéticas que tienen las antologías y las dinámicas de funcionamiento de promoción que ejercen. De ello habla Cecilia Dreymüller65 y explica que las antologías constituyen algo parecido a una primera y provisional historia de la literatura. Éstas suponen una ayuda en la formación y consagración de nuevas corrientes y tendencias poéticas así como de nuevos grupos o generaciones. De esta manera, explica la autora que las antologías “juegan un importante papel en el lanzamiento de un poeta o de un colectivo” configurando o delimitando una generación, promocionando un grupo, una corriente o situando a un poeta dentro de alguno de ellos. Esto con respecto a los poetas, cuya obra se tiende a intentar encasillar dentro o fuera de una corriente determinada y de ahí su inclusión o no en cierta antología. Sin embargo, según la opinión de algunos autores, las obras de las autoras parecen funcionar de manera diferente ya que, como afirman tanto Jesús Muñáriz como el profesor Balcells, su poesía rara vez encaja tanto en los movimientos poéticos como la de sus compañeros. Veremos a continuación las aclaraciones de ambos. BENEGAS (1998a:14). “Tanto en las universidades españolas como en las extranjeras, mujeres y hombres de variadas disciplinas trabajan desde los años setenta para recuperar e interpretar el aporte de las poetas. Las transmisión de sus instrumentos críticos a las nuevas generaciones podría ayudar a que sus obras obtengan el reconocimiento que les es debido y que, de momento, la escena lírica local es remisa a otorgarles.” BENEGAS y MUÑÁRIZ (1997: 20). 64 BALCELLS (2003:17-18). 65 DREYMÜLLER (1993:20). 62 63 157 Por un lado, el profesor Balcells66 explica que la mayoría de las autoras suelen publicar su primer poemario en una edad más avanzada que la de sus coetáneos (una vez cumplidos los treinta años e incluso los cuarenta), lo cual les hace perder la posibilidad de unirse a la promoción emergente por edad, independientemente de que su obra pueda inscribirse dentro del movimiento o corriente o no, ya que la no pertenencia a una corriente en muchos casos sirve como reafirmación de la misma. De esta forma, ocurre que la publicación de los primeros poemarios de las autoras se hace en un momento en el que están en vigencia promociones literarias de poetas masculinos posteriores a la que les corresponderían por edad. Este hecho, presenta Balcells, plantea el interrogante de si las poetas “deberían ser historiadas aparte” ya que “en muchos supuestos parece que su estudio está demandando un enfoque diferente al usual”, que según explica el autor es el de configurar promociones, grupos y tendencias para contemplar la evolución del proceso poético. Según esto, en muchos casos la obra de las poetas no encuentra simetría con las de las promociones literarias y refleja las tendencias poéticas del momento de forma menos general que la obra de los poetas. Esto, unido a que no suelen participar en los grupos poéticos, crea, según el autor, las condiciones para que su obra no sea muy tenida en cuenta a la obra de configurar una antología. Por otro lado, Jesús Muñárriz67 incide en la misma idea de que “Sus obras [las de las poetas] rara vez son tan encasillables como las de algunos de sus compañeros de letras” y va un poco más allá al anotar que tal vez éste sea el camino por el que la poesía debería ir, un camino con “menos etiquetas, menos capillas y sectas, y más valoración de la labor de cada poeta por lo que supone de aportación individual a la tarea colectiva que es la poesía de un país y una lengua”. Quizás, pensamos, este camino de tomar las obras y valorarlas según lo que aportan en sí mismas, y no en relación con el grupo o corriente del momento, sea un camino en el que tendría cabida toda la poesía, independientemente de la edad, de la corriente o del género de quien la escriba. Otra de las respuestas claras encontradas a la pregunta de por qué no están presentes las mujeres en las antologías, es la dada desde la crítica feminista que hemos encontrado en el trabajo de Sharon Keefe Ugalde: 66 BALCELLS (2003:17-18). 67 BENEGAS y MUÑÁRIZ (1997:12). 158 La explicación de la perenne ausencia está arraigada en la estructura patriarcal de la sociedad que relegaba a la mujer a la marginalidad, lejos de los centros del poder y sin un acceso pleno a la cultura.68 Éstas son las explicaciones que los teóricos consultados nos han ofrecido, algunas más esclarecedores que otras. Por todas ellas y teniéndolas a todas en cuenta, podemos concluir que, para que la obra de las poetas sea más visible y reconocida, y para que así las antologías de mujeres poetas dejen de tener justificación y no sean consideradas necesarias, tendría que ocurrir que la obra de las poetas pudiera verse y reconocerse fuera de los marcos generacionales y de corrientes para valorarla justamente y, de esta forma, que llegara a ocupar el lugar que le corresponde, tanto la obra de las mujeres, como la de aquellos poetas que se mueven al margen de movimientos y grupos poéticos. Esto mismo explica Sara Pujol Russel69 en la revista Ínsula, palabras que tomamos como conclusión: Se impone con urgencia, por una parte, el estudio pormenorizado de la poesía femenina, y, por otra, quizá también otro tipo – uno, varios, múltiples tipos- de antología, basada –no en generaciones, ya que afortunadamente nos hemos librado de esta lacra o soporte fácil y equívoco- en razones estéticas, o en cualquier otro criterio que permita salvaguardar los valores de la individualidad y los rasgos afines cuando los haya; que permita una revalorización, desde el centro mismo del poema, literaria y filológica; que invite a una lectura gozosa desde la intensidad de cada una de las diferentes manifestaciones poéticas. 2.1.3. DE LA NECESIDAD DE INCLUIRLAS O DE REPLANTEARNOS TODO DE NUEVO. Tal y como conocemos la historia de la literatura, sería algo más que un ejercicio de imaginación pensar en la inclusión de las mujeres en la historia literaria con la misma naturalidad con la que aparecen los hombres; sería más bien un acto subversivo y de justicia que probablemente daría lugar a una nueva historia literaria.70 68 KEEFE UGALDE (1991: VIII). 69 PUJOL RUSSEL (2001: 34). ROSAL (2006). 70 159 Vistas las justificaciones más comunes de por qué es necesario antologar la obra de las poetas y, vistos también, algunos de los posible motivos por los que la presencia de la poesía de mujeres es menor en las antologías que la de los hombres, nos centraremos ahora en presentar algunas de las razones encontradas en las antologías por las que se plantea necesario hacer que la poesía escrita por mujeres ocupe el mismo lugar que la escrita por hombres. El primero de ellos que esbozaremos, por lo que de consecuencia tiene, es el esgrimido por Ana Navarro en Antología poética de escritoras de los siglos XVI y XVII. En la introducción, la autora hace referencia a que la ausencia de mujeres en los manuales de Literatura puede llevar a dudar “de la existencia de manifestaciones literarias o artísticas de la mujer en determinadas épocas, en incluso de su potencialidad intelectual y creadora”71. Gracias a los trabajos de investigación que se realizan desde los años setenta en torno a la recuperación de las obras de escritoras de épocas pasadas y a las nuevas perspectivas críticas que permiten su valoración, la idea de que la mujer no escribía o no lo hacía tan bien como el hombre deja de sustentarse. Pero si, como decía Noni Benegas, estos descubrimientos no llegan al gran público, en las escuelas e institutos, así como en los círculos literarios, se seguirá esgrimiendo esta justificación a la escasa presencia de la mujer en los libros que estudian cuyos contenidos son, prácticamente, los mismos que estudiaron sus profesores. Con respecto a este tratamiento de las mujeres escritoras, hemos encontrado un par de comentarios que muestran la diferencia de la situación en España con respecto a otros países. Uno de ellos es de Noni Benegas,72 en el que hace referencia a que en Estados Unidos, hoy en día, sería impensable la existencia de una antología exclusivamente de mujeres porque su obra está presente en las antologías generales. El otro, sacado del libro Escritoras españolas contemporáneas73 de año 1880, sin ninguna firma a la que poder adjudicarle el comentario, habla de que “La animosidad que hay contra las escritoras existe sólo en España”, mientras que en otros países europeos, como Francia, Inglaterra o Italia, las mujeres que se dedican a la literatura son elogiadas y respetadas como cualquier otra persona con mérito verdadero. Además, quienquiera que escribiese la introducción arremete contra aquellos que no se casarían con una escritora y sí lo harían con una mujer que se dedicase a la pintura o a la música, “como si no fuera tan digna de aprecio la que se dedica á la literatura cual la que cultiva cualquiera de las bellas artes”. Por lo tanto, se NAVARRO (1989:8). BENEGAS y MUÑÁRIZ (1997). 73 Escritoras españolas contemporáneas (1880): Madrid: Biblioteca Universal 5. 71 72 160 concluye, lo mismo supone una mujer que se dedique a la escritura que a la pintura o a la música ya que “estas tareas [alejan] igualmente de los cuidados del hogar doméstico á la escritora que á la artista”74. Hablamos de 1880, cuando los cuidados del hogar eran más importantes que el debate sobre el canon. Aún a pesar de la ideología que hay tras este comentario, en la introducción de esta obra no se pone en duda en ningún momento la calidad literaria de las seleccionadas. Otro motivo por el que la presencia de las mujeres en las antologías e historias literarias es necesaria es el que presentan las poetas y críticas María Rosal y Noni Benegas. Ambas, desde una perspectiva de género, se centran en el tema de la necesidad de construir una genealogía femenina para que las escritoras que vienen detrás tengan una tradición en la que apoyarse en cuanto a la construcción del sujeto lírico. María Rosal explica de la siguiente forma la necesidad de esta genealogía femenina: (...) Cuando se reivindica el conocimiento de las predecesoras y el establecimiento de una genealogía de mujeres, no se trata tanto de poner el énfasis en lo que han escrito las mujeres- todas las mujeres-, sino de resaltar los valores que algunas han puesto en marcha (...) de manera que han inaugurado sujetos líricos inéditos que no deben pasar desapercibidos para las poetas posteriores que, de ignorarlos, continuarán indagando y proponiendo sujetos líricos nuevos como si fueran las primeras.75 Noni Benegas76 por su parte afirma que es necesario rescatar a las autoras que han hablado con voz propia a lo largo de los siglos burlando «las convenciones de su época que dictaban lo que las mujeres debían ser y, por tanto, decir... –“el ángel del hogar”, para las románticas; “custodias de la raza”, para el franquismo”, entre otros sambenitos». La lectura de las obras de estas mujeres, según la autora, permitirá conocer las estrategias que desplegaron para poder hacer uso de su propia voz y poder, con este conocimiento, crear un marco de referencia para las siguientes escritoras. “Es por ello, para crear marcos de referencia, que interesa elaborar una genealogía”, concluye Benegas. Ambos motivos presentados, el de ofrecer una visión real de la producción literaria del país y no una parcial sin las mujeres, y el de la construcción de una genealogía femenina en la que se puedan apoyar y seguir creciendo nuevos sujetos líricos, se incluyen dentro Ob. Cit. p.6. ROSAL (2006: 313-314). 76 BENEGAS (1998a:12). 74 75 161 del motivo presentado en primer lugar a través de la cita inicial, el de introducirlas, simple y llanamente, por justicia. Desde las obras de mujeres se justifica con estos motivos la necesidad de que éstas estén presentes en las antologías generales tanto como les correspondería, pero el hecho o, más bien, la denuncia hecha, como se ha esbozado anteriormente, no se corresponde con la realidad, al menos con la realidad a la que hemos tenido acceso. Tras tantas afirmaciones en las que se denuncia la ausencia de la obra de las poetas, y considerando que si se utilizan números para probar una realidad es justo ofrecer todos los datos, nos hemos dirigido a la base de datos de la Agencia Nacional del ISBN77 para buscar la cantidad de libros publicados por mujeres poetas. Entre los libros publicados bajo la materia “poesía española”, las mujeres sólo en los últimos cinco años han publicado por encima del 20%. En la década anterior, la correspondiente a los años 90, la media de publicación fue del 19,72% frente al 17,17% de presencia femenina en las antologías generales. Como vemos, estos datos no se alejan demasiado unos de otros. Quizás entonces la necesidad existente no es la de incluirlas, ya que el hecho de aparecer en las antologías generales y en los libros de Historia literaria sería un paso posterior, la consecuencia de la resolución de la necesidad primera. La necesidad, por lo tanto, sería otra pero, ¿cuál? ¿Publicar más obras de mujeres para que ocupen más lugar en el canon y en sus herramientas de configuración? Publicar en estos momentos en los que el mercado editorial, a pesar de la crisis, es uno de los pocos mercados que sigue creciendo y en el que tiene cabida casi de todo, por no hablar de las posibilidades de internet y de la Para la obtención de estos datos se ha realizado una búsqueda aleatoria en la base de datos del ISBN. Dada la inmensidad de volúmenes publicados por año, la búsqueda se ha centrado principalmente en meses sobre todo a partir de la década de los ochenta. Se presentan los datos de dos años completos que sí se pudieron consultar: - Enero de 2010: 134 libros publicados, 33 de mujeres (24,64%). - Marzo de 2006: 169 libros, 39 de mujeres (23, 07%). - Noviembre de 2003: 141 libros, 26 de mujeres (18,43%). - Mayo de 2000: 145 libros, 29 de mujeres (20%). - Septiembre de 1996: 100 libros, 28 de mujeres (28%). - Abril de 1993: 124 libros, 24 de mujeres (19, 35%). - Diciembre de 1990: 117 libros, 15 de mujeres (12,82%). - Marzo de 1986: 58 libros, 14 de mujeres (24, 13%). - Agosto de 1983: 30 libros, 3 de mujeres (10%). - Noviembre de 1980: 79 libros, 7 de mujeres (8,86%). - Octubre de 1977: 68 libros, 5 de mujeres (7,35%). - Junio de 1974: 29 libros, 3 de mujeres (10, 34%). - Año 1971: 144 libros, 17 de mujeres (11,80%). - Año 1960: 11 libros, 2 de mujeres (18, 18%). 77 162 autopublicación, no parece suponer ni un problema ni una necesidad sin fácil resolución. ¿Cuál será entonces esa necesidad? Tras las páginas leídas y escritas, al pensar en esta necesidad indefinida, pero que conlleva una clara necesidad de reconocimiento, regresan las palabras del profesor Balcells, esas en las que explicaba cómo se pretende tratar la obra de las poetas de la misma manera en la que se trata la de sus compañeros, sin participar éstas en el mundo de los movimientos y tendencias poéticas de la misma manera que ellos. Quizás esta necesidad surja del querer tratar de nuevo la obra de muchas mujeres, y de muchos hombres que no entran en el canon, con el rasero que el propio canon ha creado para poder configurarse, un rasero del que sus obras, en principio, parecen no participar: comienzan a publicar más tarde de lo habitual, sus obras no encajan en las corrientes ni tendencias, exploran sus yos poéticos, lo deconstruyen para crear otros, juegan, innovan y crecen. Y mientras hacen todo esto, las nuevas antologías premonitorias se configuran, se reimprimen los mismos manuales de literatura y la Historia literaria sigue como si no hubiera pasado el tiempo. No están ahí dentro, pero están. Lo hemos comprobado y a continuaremos con esta labor en lo que queda de estudio. Fuera del canon también se existe y eso es algo que no podemos negarles. 163 2.2. PANORAMA DE LAS ANTOLOGÍAS DE POESÍA ESCRITA POR MUJERES 2.2.1. LA PROLIFERACIÓN Como hemos visto en los puntos anteriores, la antología de poesía de mujeres es un tipo de publicación que ha ido en aumento con los años, sobre todo a partir de la década de los 80. Las causas de esta proliferación hay que buscarlas sobre todo en la llegada a España de las ideas y reivindicaciones del movimiento feminista con el comienzo de la democracia. Noni Benegas hace un breve resumen de esta época en Ellas tienen la palabra: Tras la muerte de Franco en 1975, tienen lugar en Madrid y Barcelona las primeras jornadas feministas y, poco a poco, se logran muchas de sus reivindicaciones: aumenta la participación activa de las mujeres en la vida política e institucional, se produce su inserción académica con el cambio epistemológico que eso supone y el acceso al trabajo remunerado fuera del hogar. Lo que les otorga autonomía y ayuda a configurar el fantasma del abandono. Tema recurrente en las poetas de las décadas anteriores. En esa atmósfera de libertad recuperada aparecen simultáneamente poemarios de varias generaciones de poetas, pasando por autoras del primer y segundo grupos de posguerra, y el de las nacidas a fines de los treinta y durante los cuarenta.78 Por lo tanto, en la década de los setenta las mujeres comienzan a publicar de manera generalizada y gracias al cuestionamiento del papel tradicional de la mujer planteado por el pensamiento feminista las mujeres comienzan a salir del ámbito privado para ir ocupando poco a poco el público. Y en el ámbito público entra hacerse cargo de su escritura y de lo que las predecesoras habían escrito. En este momento se plantea la necesidad de rescatar a las figuras femeninas que desarrollaron su trabajo dentro de los espacios del saber y de las artes y de entre ellas, a las escritoras. Por un lado, por justicia y por demostrar que el patriarcado las había ocultado; por otro, por la necesidad de 78 BENEGAS Y MUÑÉRIZ (1997: 53). 164 construir una genealogía femenina dentro de cada campo que funcionara de tradición, para que aquellas que vinieran detrás pudieran continuar la senda trazada por sus antecesoras. Este impulso teórico se ve en la década de los ochenta apoyado materialmente con la creación del Instituto de la Mujer en 1983. Esta entidad, nacida durante el primer gobierno socialista, al que siempre ha estado muy ligado el trabajo por la igualdad de género en España, fue creada —siguiendo los principios constitucionales— con la finalidad primordial de “la promoción y el fomento de las condiciones que posibiliten la igualdad social de ambos sexos y la participación de la mujer en la vida política, cultural, económica y social.”79 Por lo tanto, para conseguir la igualdad social entre hombres y mujeres, una de sus funciones será la de estudiar la situación de la mujer en el campo legal, educativo, cultural, sanitario y sociocultural, y la de recopilar información y documentación relativa a ésta. En el desarrollo de esta función toman auge los estudios sobre la mujer en los diferentes campos nombrados y con ello el fomento de la creación de grupos de investigación en las universidades apoyados económicamente con subvenciones por parte este organismo. Asimismo, se asiste al nacimiento del Área de la mujer en los ayuntamientos locales y diputaciones provinciales que, en la mayoría de casos, están detrás de las publicaciones de antologías regionales. Como vemos, se puede afirmar que las teorías del movimiento feminista son la causa de que se haya fijado la atención en la mujer y en el papel que la cultura le ha asignado para de ahí, intentar cambiarlo. En lo que respecta a nuestro campo, el efecto fue el rescate de muchas mujeres escritoras que hasta la fecha eran prácticamente desconocidas, la reedición de sus obras, estudios sobre ellas y antologías con el fin principal, como hemos visto, de recuperar y mostrar su obra para que no se perdiera con el tiempo. Esta pudo ser la causa del origen de la creación de antologías de mujeres, pero en la actualidad se levantan voces que, sin negar lo expuesto anteriormente, afirman que estas publicaciones están de moda y que, por lo tanto, venden, convirtiendo las ventas en el motivo principal de su publicación en estos momentos. Como afirma Pablo Lorente Muñoz: (...) Siguen apareciendo antologías a buen ritmo, las razones son diversas. La fundamental es que las antologías -de cualquier signo- venden, o por lo menos, Ley 16/1983, de 24 de octubre, de creación del organismo autónomo Instituto de la Mujer, en http://noticias.juridicas.com/base_datos/Admin/l16-1983.html 79 165 venden mucho más que un libro de poesía de un solo autor. Además, en principio, resultan obras más atractivas. Así pues, se ha dado un vuelco a la originaria reivindicación de la obra escrita por mujeres bajo el formato de antología, para convertir, como tantas otras cosas y otras tantas veces, la literatura en producto.80 Lo que, de ser así, nos presenta un camino en el que las antologías de mujeres pasan de ser un elemento de reivindicación de su obra a ser un medio para conseguir más ventas. Ventas en cuanto al campo editorial, y subvenciones en cuanto a las investigaciones, ya que no pocas veces el tema de la investigación está determinado por las subvenciones dadas. Lo cierto es que, ya sea por seguir con la labor de reivindicar la obra de las mujeres, por crear un producto con buena salida en el mercado editorial o por conseguir una subvención para investigar, no paran de publicarse antologías de poesía de mujeres desde que empezaran tímidamente a salir los primeros títulos de forma continuada en la década de los setenta. Para tener una visión de la historia de estas publicaciones, presentaremos a continuación una rápida cronología. 2.2. UNA BREVE HISTORIOGRAFÍA Para la realización de esta historiografía se ha realizado una búsqueda bibliográfica de antologías dedicadas a la poesía escrita por mujeres desde la época de Al- Ándalus hasta la actual publicadas en España. En la investigación se partió del catálogo de las antologías de obras escritas por mujeres que ofrece el portal web de la Biblioteca de mujeres.81 De ahí, la recopilación continuó con la consulta de fuentes bibliográficas tales como el catálogo de la Biblioteca Nacional, el de la Universidad de Málaga, la Universidad de Granada, el catálogo de las Bibliotecas públicas de Andalucía y el específico de temas sobre mujeres de la Biblioteca del Servicio de Políticas de Igualdad de la Diputación de Málaga. Además de estos catálogos, se ha buscado en la página web de la Agencia Nacional del ISBN. 80 LORENTE MUÑOZ (2009:105). Biblioteca de mujeres en http://www.mujerpalabra.net/bibliotecademujeres/pages/catalogos_bibliografias/escr_esp.htm 81 166 Finalmente, la última fuente que queda por mencionar, es la recomendación oral personal: lo conocido como “boca a boca”. La totalidad de títulos de antologías recopilados es de 116 publicados entre el año 1880 y el 2010, de los cuales se han podido consultar 46 títulos. Además, a estos números hay que añadir una antología poética virtual coordinada por Noni Benegas.82 De ésta y de los títulos consultados se hablará con más detenimiento en el apartado siguiente. A continuación nos centraremos en la historiografía de sus publicaciones desde su proliferación en los años 80 no sin antes mostrar una tabla de cómo se han ido incrementando con el tiempo. Antologías publicadas Antes de 1980 14 Década de los 80 9 Década de los 90 25 Primera década del 2000 53 Como se puede comprobar en la tabla, de todos los títulos recopilados, hasta los años 80 se habían publicado 14. El primero del que tenemos noticia es Escritoras españolas contemporáneas, publicada en Madrid por la Biblioteca Universal en el año 1880. Desde esta fecha hasta los años 50 se publican 5 obras más, incluyendo en estas los Apuntes para una biblioteca de escritoras españolas de Manuel Serrano Sanz que, si bien no se dedica exclusivamente a las poetas, la hemos tenido en cuenta por ser una obra de obligada referencia en este campo. En los años 50 comienza Carmen Conde su labor recopilatoria con tres83 de los ocho títulos que se publican en este periodo. En 1975 se publica la primera antología dedicada a poesía regional que conocemos: Les CINC branques: poesía femenina catalana, editada por Esteve Albert en Barcelona. Este será el comienzo de todo un fenómeno que alcanzará su punto álgido en la primera década del siglo XXI. BENEGAS (2005). Aunque los títulos son tres, en realidad son dos antologías: Poesía femenina española viviente, de 1954 que en una segunda edición publicada en 1970 pasó a llamarse Poesía femenina española (1939-1950), y Poesía femenina española (1950-1960) de 1971. 82 83 167 La década de los ochenta es inaugurada por Poesía feminista del mundo hispánico. Desde la edad media hasta la actualidad publicada en México en 1984. Entre ésta y la publicación en 1989 de Poesía femenina hispanoárabe en la Biblioteca de escritoras de Castalia se publican 7 títulos más, 9 en total en toda la década, de los cuales dos están dedicados a la poesía femenina escrita en Al-Ándalus. De entre las publicaciones destaca, por el número de ventas que tuvo y que hizo que se reeditara, la realizada por Ramón Buenaventura y publicada en Hiperión, Las diosas blancas, que recoge la poesía joven del momento con autoras nacidas entre 1950 y 1966. Otro hecho para tener en cuenta en esta década es la creación en 1982 de la Editorial Torremozas, dirigida por Luz María Jiménez Faro y especializada en la literatura escrita por mujeres. Una de sus colecciones es la llamada Voces nuevas, en la que se publica a modo de pequeña antología la obra de las poetas que van surgiendo en el panorama literario escrito en español. Desde 1982 hasta la actualidad se han publicado 23 volúmenes de esta colección. Durante los años 90 el número de publicaciones se dispara llegando a contar 25 títulos de los cuales 11 están dedicados a la poesía realizada por mujeres de una zona geográfica concreta. Estas cifras muestran el aumento del interés por recoger la poesía contemporánea escrita por mujeres en diferentes regiones realizadas, generalmente, por asociaciones culturales, cajas de ahorro y fundaciones. En cuanto a hechos que resaltar en este periodo, destaca la labor de Luz María Jiménez Faro como antóloga, además de como editora a cargo de la ya citada editorial Torremozas. Como antóloga publica tres libros: los tres primeros volúmenes de Poetisas españolas, los cuales abarcan desde los orígenes de la poesía en castellano hasta el año 1975. Otras tres publicaciones destacan en esta década: Antología poética de escritoras del siglo XIX, de 1992, por el rigoroso estudio que hace de la situación de las mujeres escritoras en ese periodo; Tras el espejo la musa escribe, de 1993, por ser la primera antología crítica publicada en España y Ellas tiene la palabra, de 1997, por su estudio preliminar en el que se intenta, por primera vez, explicar con fundamentos el porqué de la invisibilidad de la obra de las mujeres.84 De estas tres y del resto de antologías consultadas se hablará con un poco más de detalle en el siguiente punto. 84 168 Finalmente, en la primera década del siglo XX tenemos noticia de la publicación de 53 antologías, de las cuales 17 corresponden a títulos de poesía regional. De entre ellas destacan las publicaciones de las poetas cordobesas y canarias, con 3 títulos cada una. Además de estas publicaciones, otras que destacan son las actas de los primeros encuentros de mujeres poetas, acompañadas siempre de una antología, y las antologías temáticas, curiosamente más abundantes en cuanto a la poesía erótica, inexistentes hasta este momento. En este periodo hay que resaltar la aparición de una obra que reúne, siguiendo la línea de Serrano Sanz en sus Apuntes, a escritoras de todos los géneros de España e Hispanoamérica que desarrollaron su labor desde los orígenes de la literatura en castellano hasta nuestros días. La obra, dirigida por Ana Caballé, se presenta en cuatro volúmenes bajo el título genérico La vida escrita por las mujeres y un título específico para cada tomo.85 Como conclusión de esta escueta historiografía queremos resaltar datos que por sí solos llaman la atención: el hecho de que en una década el número de antologías dedicadas a la obra poética de mujeres haya doblado su número, y que de ellas, un tercio correspondan a antologías regionales. Es evidente que el interés por este tipo de compendios y por conocer la obra de las poetas ha aumentado considerablemente con los años. 2.2.3. LAS ANTOLOGÍAS A continuación haremos una breve descripción del panorama general de las antologías consultadas para este trabajo pasando por los criterios de edición, la época a la que se dedican y los antólogos que las han elaborado. Todos los títulos, excepto la antología italiana Voci feminili de la lirica spagnola,86 han sido publicados en España. No hemos querido dejar de tener en cuenta esta obra por lo que significó a la hora de establecer el fenómeno literario de las voces femeninas de la poesía en España. En palabras de Benegas: Aunque no es ésta una obra dedicada exclusivamente a la poesía, creemos importante tenerla en cuenta ya que son muchas las poetas presentadas en sus páginas. 86 ROMANO COLANGELI (1963). 85 169 (...) Será en Italia donde se otorgue rango de “fenómeno literario” al caudal de voces femeninas españolas que cristaliza alrededor de 1963, fecha de la aparición de una antología bilingüe dedicada a ellas en Bolonia y precedida de un estudio pionero en su campo.87 Comenzando por la rigurosidad de edición, de entre las 46 antologías consultadas, la gran mayoría son obras con propósito divulgativo cuyo objetivo principal es el de dar a conocer la obra de las poetas de una época determinada. Se caracterizan por presentar la antología sin estudio preliminar o introducción y por no incluir bibliografía relativa al tema ni las fuentes de procedencia de los poemas. La inclusión de una bio-bibliografía de las autoras es bastante común entre estas antologías, aunque no la encontramos siempre ni siempre los datos encontrados son correctos. Esto sucede, por ejemplo, con la antología Mujeres de carne y verso, a cargo de Francisco Manuel Reina, donde se afirma que Sagrario Torres, al darse a conocer literariamente en 1968, fue elogiada por Dámaso Alonso y Pedro Salinas, quien murió en 1951.88 A pesar de este panorama general, encontramos una serie de antologías que podrían considerarse “serias” por contar con aquello que en las otras se echa en falta: un estudio introductorio con bibliografía relacionada y las fuentes de procedencia de los poemas.89 Además, dos de ellas han sido creadas como ediciones críticas en las que encontramos un estudio riguroso introductorio, una amplia bibliografía relativa al tema, las fuentes de origen y comentarios filológicos al texto. Son Voci feminili della lirica spagnola de María Colangeli y Tras el espejo la musa escribe realizada por Julián Olivares y Elisabeth S. Boyce. Otro de los aspectos que destacar dentro de los criterios de edición es que todas las antologías consultadas presentan la obra de las poetas ordenadas de manera cronológica, BENEGAS y MUÑÁRIZ (1997:49). GARCÍA MARTÍN (2002). 89 Las obras que las presentan son: SERRANO Y SANZ, Manuel (1915): Antología de poetisas líricas. Tomo I y II, Madrid: Real Academia; CABALLÉ, Ana (dir.) (2004): La vida escrita por las mujeres en sus cuatro volúmenes; KEEFE UGALDE, Sharon (2007): En voz alta: las poetas de las generaciones de los 50 y los 70, Madrid: Hiperión; ROSAL, María (2006): Con voz propia. Estudio y antología comentada de la poesía escrita por mujeres (1970-2005), Córdoba: Renacimiento; NAVARRO, Ana (1989): Antología poética de escritoras de los siglos XVI y XVII, Madrid: Castalia/Instituto de la Mujer; KIRKPATRICK, Susan (1992): Antología poética de escritoras del siglo XIX, Madrid: Castalia/Instituto de la Mujer; BALCELLS, José María (2003): Ilimitada voz: antología de poetas españolas 1940- 2002, Cádiz: Universidad; OLIVARES, Julián y BOYCE, Elisabeth (1993): Tras el espejo la musa escribe: lírica femenina de los Siglos de Oro, Madrid: Siglo XXI de España; PRIETO GRANDAL, María Victoria (2006): La voz escrita de las poetas: antología de las jarchas al romanticismo, Granada: Dauro; MIRÓ, Emilio (1999): Antología de poetisas del 27, Madrid: Castalia; PÉREZ PRIEGO, Miguel Ángel (1990): Poesía femenina en los cancioneros, Madrid: Castalia/Instituto de la Mujer; RUBIERA MATA, María Jesús (1989): Poesía femenina hispanoárabe, Madrid: Castalia; BENEGAS, Noni y MUÑÁRIZ, Jesús (1997): Ellas tienen la palabra, Madrid: Hiperión. 87 88 170 bien por la fecha de nacimiento de las poetas, bien por la fecha de publicación del primer poemario. Por el contrario, son pocas las antologías que introducen a cada autora con una foto de ellas. Esta característica la encontramos sobre todo en las antologías dedicadas a la obra de poetas publicada a partir de los años 50 del siglo XX. Las dedicadas a épocas anteriores, cuando presentan fotos o ilustraciones, no lo hacen de todas las poetas presentes en el volumen.90 Las fotografías o retratos son siempre en blanco y negro. Una única antología presenta imágenes con ilustraciones que apoyan lo que se explica en el texto y es Tras el espejo la musa escribe. Sólo Antología poética de escritoras del los siglos XVI y XVII presenta portadas facsímiles y la ilustración de un poema autógrafo. En cuanto a las épocas representadas, entre todos los títulos recopilados se encuentran las siguientes: las poetas de Al- Ándalus, de los Siglos de Oro, del Romanticismo, de principios del siglo XX, los años 50, 70 y la época contemporánea. Todos estos períodos aparecen en las antologías consultadas para este trabajo, sin embargo las más habituales son las que muestran el panorama contemporáneo. Así, casi la mitad, 22 de ellas, están dedicadas a la poesía escrita por mujeres desde el año 1940 hasta la actualidad. De éstas, 12 se centran en la poesía escrita desde los años 70. En relación a las otras épocas, encontramos entre las antologías estudiadas 3 dedicadas a los Siglos de Oro, 3 dedicadas al siglo XIX, 3 a las cuatro primeras décadas del siglo XX — una es específica de las poetas de la generación del 27— y 8 que abarcan desde el siglo XV hasta el siglo XX. En cuanto a las personas encargadas de realizar la selección encontramos poetas, críticos, investigadores, profesores, editores y académicos. De entre estas figuras, la más habitual es la del poeta, mayoritariamente la poeta, que ha estado al frente de la edición de 13 de las que conforman este estudio. Tras ésta, suman 11 entre profesores y catedráticos de universidad e investigadores; 4 los editores y 3 los críticos literarios de prensa. De lo que se deduce que en primer lugar son las poetas, con 12 títulos, las interesadas en realizar Las que introducen imágenes de las poetas son: OLIVARES, Julián y BOYCE, Elisabeth (1993): Tras el espejo la musa escribe: lírica femenina de los Siglos de Oro, Madrid: Siglo XXI de España; KEEFE UGALDE, Sharon (2007): En voz alta: las poetas de las generaciones de los 50 y los 70, Madrid: Hiperión; BENEGAS, Noni y MUÑÁRIZ, Jesús (1997): Ellas tienen la palabra, Madrid: Hiperión; KIRKPATRICK, Susan (1992): Antología poética de escritoras del siglo XIX, Madrid: Castalia/Instituto de la Mujer; NAVARRO, Ana (1989): Antología poética de escritoras de los siglos XVI y XVII, Madrid: Castalia/Instituto de la Mujer; MIRÓ, Emilio (1999): Antología de poetisas del 27, Madrid: Castalia; MUÑOZ ÁLVAREZ, Vicente (2009): Veintitrés pandoras, Tenerife: Ediciones Baile del Sol; GONZÁLEZ, David (2010): La manera de recogerse el pelo. Generación Blogger, Madrid: Bartleby Editores. 90 171 estas obras; tras ellas, investigadores y profesores universitarios con 10 títulos; los poetas, con 4 títulos; editores con 4 y críticos periodísticos, con 3.91 Finalmente queda resaltar los límites geográficos de las antologías, que en la gran mayoría de los casos se circuscriben a los de la España actual. Sólo en cinco obras92 se encuentran como base la idea de Menéndez Pelayo de que el español es uno allá donde se hable, por lo que no hay motivo en distinguir entre los que lo hablan o escriben aquí y allí. En lo que nos afecta, esto se traduce en la configuración de una antología con escritoras tanto españolas como hispanoamericanas y guineoecuatorianas. A continuación, con la intención de ofrecer un panorama algo más detallado de las antologías utilizadas para este estudio, presentaremos sus características agrupándolas por aspectos en común. En primer lugar es obligado destacar, de todas las obras recopilatorias de literatura escrita por mujeres, la labor realizada por Manuel Serrano Sanz tanto en sus Apuntes para una biblioteca de escritoras españolas como en la Antología de poetisas líricas, obra resultado de la primera, con las que todas las antologías que presentan poemas de la época acotada por él (del siglo XV a principios del XIX) tienen una deuda, en la mayoría de los casos no reconocida. De las ocho antologías dedicadas a esta época,93 sólo dos, Primeras poetisas en lengua castellana, realizada por Clara Janés y Tras el espejo la musa escribe: lírica femenina de los Siglos de Oro, de Julián Olivares, citan las obras de Serrano Sanz como fuentes de las que, o bien han obtenido los poemas, o bien han seguido la pista hacia el testimonio original. El resto, a pesar de haberlas tenido como fuente evidente, no hacen referencia a ellas. El hecho de que no salgan las cuentas al sumarlo todo se debe a que algunos títulos han sido creados por más de un nombre. 92 Son: SERRANO SANZ, Manuel (1915): Antología de poetisas líricas. Tomo I y II, Madrid: Real Academia/Tip. de la Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos; FLORES, Ángel y FLORES, Kate, (1984): Poesía feminista del mundo hispánico (desde la Edad Media hasta la actualidad), México: Siglo XXI; FRANCISCO REINA, Manuel (2001): Mujeres de carne y verso: antología poética femenina en lengua española del S. XX, Madrid: La Esfera de los Libros. 93 FLORES, Ángel y FLORES, Kate, (1984): Poesía feminista del mundo hispánico (desde la Edad Media hasta la actualidad), México: Siglo XXI; ESCORIAZA, Teresa de (1929): Antología de mujeres, Madrid: Los poetas, Año 2, n. 46; JIMÉNEZ FARO, Luz María (1987): Panorama antológico de poetisas españolas (siglos XV al XX), Madrid: Torremozas; JIMÉNEZ FARO, Luz María (1996): Poetisas españolas. 1, Hasta 1900, Madrid: Torremozas; NAVARRO, Ana (1989): Antología poética de escritoras de los siglos XVI y XVII, Madrid: Castalia/Instituto de la Mujer; CABALLÉ, Ana (dir.) (2004): Por mi alma os digo. La vida escrita por las mujeres IV, Barcelona: Lumen; OLIVARES, Julián y BOYCE, Elizabeth S. (1993): Tras el espejo la musa escribe: lírica femenina de los Siglos de Oro, Madrid: Siglo XXI; PRIETO GRANDAL, Mª Victoria (2006): La voz escrita de las poetas: antología de las jarchas al romanticismo, Granada: Dauro. 91 172 En Apuntes lo que encontramos es una ordenación alfabética de más de 1000 autoras entre poetas, narradoras y dramaturgas de entre el año 1401 y el 1833, con datos biobibliográficos y con muestra de sus obras en el caso de conservarlas. De entre todas las autoras rescatadas por él, selecciona a 100 poetas y las une, junto a una representación de su obra y datos biográficos, en los dos tomos de Antología de poetisas líricas publicado en 1915. Ambas obras, sobre todo los Apuntes, supusieron un gran trabajo de investigación que las han convertido en una fuente indispensable para aquellos que quieran acercarse al mundo de la producción literaria de las mujeres entre el siglo XV y principios del XIX. Un ejemplo patente lo tenemos en las poetas que más han aportado al panorama de las antologías de poesía escrita por mujeres: Clara Janés y Luzmaría Jiménez Faro. La primera de ellas, Clara Janés, realizó una recopilación de poetas que escribieron desde el siglo XV hasta los comienzos del siglo XVIII bajo el título de Las primeras poetisas en lengua castellana. Sin estudio introductorio, en la escueta presentación nombra los títulos en los que se ha basado para la recopilación de textos, entre los que se encuentran los dos volúmenes de Antología de poetisas líricas. Aparte de este, el resto son libros específicos de las autoras más conocidas como María de Zayas, Santa Teresa de Jesús y Sor Juana Inés de la Cruz, por lo que deducimos que el grueso de poetas las ha rescatado de la obra de Serrano Sanz, y lo deducimos porque si bien cita los libros en los que se ha basado no informa de la fuente específica de la que ha obtenido cada texto. Al final, en los apéndices, sí cita las fuentes originales en el caso de conocerlas, pero sin afirmar que éstas sean las consultadas por la editora. Tras ella, con su primera antología publicada un año después de la de Janés, en 1987, Luzmaría Jiménez Faro inicia su labor como antóloga con Panorama antológico de poetisas españolas (siglos XV al XX), el primero de los cinco volúmenes de poesía escrita por mujeres realizados por ella. Los otros cuatro corresponden a los tomos de la obra titulada Poetisas españolas divididos por periodos cronológicos: hasta el 1900; de 1900 a 1939; de 1939 a 1975; y de 1975 a 2001. Aunque Panorama pretende precisamente hacer un recorrido por la obra de las poetas desde el siglo XV hasta el XX, en realidad más de la mitad de las poetas presentadas corresponden al siglo XX. De épocas anteriores es curioso que presenta algunas poetas, generalmente las dos o tres más conocidas por siglo hasta el siglo XX, y después nombra a otras no tan conocidas sin dar más datos de ellas que el nombre. Ninguno de los poemas seleccionados tiene la fuente de origen y, aparte de un prólogo de Florencio Martínez Ruiz sobre el “boom” de la literatura femenina y la justificación al proyecto de la autora, no 173 presenta más estudios ni bibliografía. Todas las autoras de las que selecciona poemas están presentadas con algunos datos biográficos que van aumentando conforme se van acercando al siglo XX. La otra obra de Jiménez Faro, los cuatro volúmenes de Poetisas españolas, presenta características similares a la anterior. El primer volumen, publicado en 1996, es quizás el que intenta ser más riguroso en cuanto a la información que presenta, con un prólogo realizado por Mª Dolores de Asís en el que habla de las características y peculiaridades de la obra de las mujeres dentro de las generales de cada época. Tras el prólogo viene la antología dividida por siglos con una breve introducción a cada siglo en la que nombra las autoras más destacadas. Presenta biografía de las poetas y en algunos casos bibliografía, pero no las fuentes de los poemas. La selección de poemas y de poetas es bastante representativa viéndose en ella una gran deuda con la obra de Serrano Sanz, sobre todo en lo relativo a las poetas menos conocidas, todas ellas presentes en Antología de poetisas líricas. El siguiente tomo, el dedicado a la poesía escrita entre el año 1900 y 1939, se publicó también en el año 1996. Presenta características similares al primero si bien destaca la ausencia de la bibliografía de las citas del prólogo a cargo de Mª del Pilar Palomo sobre los cambios acaecidos en el reconocimiento social de la mujer en la época de la que se ocupa la antología y de las características de la poesía de las mujeres frente a la de los hombres. Las autoras presentadas son 19, las más representativas y conocidas de la época y, a pesar de que nos encontramos ya con autoras más accesibles que las del tomo anterior, las fuentes de los poemas siguen sin aparecer. El tercer y el cuarto tomos, publicados en 1998 y 2002 respectivamente, son más completos en cuanto a la bibliografía presentada de las poetas y en cuanto a las fuentes, que sí aparecen citadas sistemáticamente. La selección nuevamente se corresponde con lo más representativo del momento, aunque el último tomo está más planteado como unos apuntes de escritoras o una pequeña enciclopedia con un poema de muestra ya que se detiene en recopilar a las muchas de las autoras que han publicado en la editorial Torremozas, dirigida por la autora. Como se ha podido comprobar, la obra recopiladora de Jiménez Faro, grande e importante en cuando al número y la calidad de poetas y poemas recogidos, no aporta novedades ni en los prólogos-estudios ni en la selección, además de ser una obra que carece de rigor sobre todo en los dos primeros tomos de Poetisas españolas y en Panorama. 174 Otra poeta que se dedicó a la recuperación de sus coetáneas fue Carmen Conde, con dos títulos publicados entre el año 1954 y 1971 en los que recopiló la obra de 60 poetas. El primero de ellos, Poesía femenina española viviente, publicado por la editorial Arquero en 1954, tuvo una segunda edición en el año 1967 bajo el título de Poesía femenina española (1939-1950). Lo característico de esta obra es que las bio-bibliografías presentadas de las escritoras fueron escritas por ellas mismas. Además, del prólogo destaca su reflexión hecha por la poeta sobre la esencia poética y la ausencia de ésta en general en la poesía contemporánea. En este título no se presentan las fuentes de los poemas seleccionados. Las poetas presentadas son 26. Dos años después de la reedición del primer título, en 1971, se publica Poesía femenina española (1950-1960) como continuación a la labor recopilatoria comenzada. Esta antología se diferencia principalmente de la anterior por un rasgo de edición que es la incorporación al final de los poemas de cada autora de una nota crítica escrita por Angelina Gatell. En ella se sitúa la obra poética de las autoras y se dan algunas claves interpretativas. Además, en este título sí se presentan las fuentes de origen de los poemas, y la biografía (en ese caso escrita por Carmen Conde) viene acompañada de una bibliografía de las obras publicadas de cada autora. Antes de cerrar el espacio dedicado a las poetas-antologadoras queremos hacer referencia a las poetas actuales que siguen recopilando las obras de sus colegas como son Noni Benegas con Ellas tienen la palabra, Mª Rosal con Con voz propia y Angelina Gatell con Mujer que soy. La voz femenina en la poesía social y testimonial de los años 50. Tras la labor de las poetas en este campo, nos centraremos en la de las editoriales, dos de ellas especialmente: la ya citada Torremozas y la Editorial Castalia con la creación de su Biblioteca de Mujeres. Por un lado Torremozas, editorial dirigida por Luz María Jiménez Faro, desde su creación en 1982 se ha dedicado por entero a la publicación de obras escritas por mujeres, tanto en prosa como en verso. En cuanto a la poesía, además de publicar obras de escritoras, periódicamente publica una antología en la que recoge las voces nuevas del panorama nacional poético bajo el título de Voces Nuevas. Su labor viene siendo muy importante a la hora reservar un hueco en el panorama editorial actual a las autoras, bajo el supuesto de que sea necesaria la existencia de este hueco exclusivo para ellas. Por otro lado la editorial Castalia ofrece una colección titulada Biblioteca de Mujeres a través de la cual publica antologías de diferente índole. De ellas han sido utilizadas para 175 este trabajo cinco: Antología de escritoras de los siglos XVI y XVII, Antología de escritoras del siglo XIX, Antología de poetisas del 27, Poesía femenina en los cancioneros y Poesía femenina hispanoárabe. En cuanto a las tres antologías de esta editorial dedicadas a las poetas a partir del XVI, todas comienzan con una introducción que funciona a modo de estudio preliminar donde se presenta información sobre la mujer y su relación con la literatura en la época acotada. En el caso de la antología de las poetas de 27, dedica un apartado a la obra de cada una de ellas: datos biográficos, los temas de su poesía, el estilo, su evolución, son algunos de los aspectos tratados en ella. Igualmente, las tres presentan la bibliografía utilizada en la introducción así como una bibliografía sobre las autoras, principalmente de las más conocidas y de los títulos más accesibles. Las fuentes de los poemas están siempre presentes y, en el caso de las antologías históricas, se marca la consulta del texto original cuando ha sido posible. Con esta colección la editorial Castalia ha ejercido y ejerce un importante papel a la hora de rescatar de las páginas de la historia a un número de escritoras y de obras que en su gran mayoría son desconocidas actualmente. Con esta misma intención, la de rescatar y preservar la obra de mujeres entre las décadas de los 50 y los 90, se realizan las antologías publicadas por Hiperión: Ellas tienen la palabra, en 1997, y En voz alta, diez años después. Lo que caracteriza por encima de todo estas obras, además de ser las que incluyen más poetas y más número de poemas de cada una (41 autoras en el primer título y 33 en el segundo con una media de 20 páginas por autora en cada obra), es que están elaboradas con un claro enfoque de género presentado en los estudios preliminares correspondientes. En el estudio preliminar de Ellas tienen la palabra, Noni Benegas hace un rastreo de la crisis del sujeto tradicional femenino y la emergencia de nuevas subjetividades en la mujer desde el siglo XIX hasta finales del XX. De esta forma pasa por los roles que la mujer ha desempañado desde el “ángel del hogar” hasta la conservadora de la raza del franquismo, para dar paso a la ruptura de ese papel presente en las creaciones poéticas de algunas escritoras. Si bien el estudio está muy documentado, falta una bibliografía general en la que se recojan las obras citadas a lo largo del mismo. De las autoras se presenta, como diferencias con respecto a otras antologías, una foto de cada una de las autoras y una poética escrita por ellas mismas. Además, la selección de poemas abarca textos de cada libro publicado por cada poeta y, al ser presentados según la 176 fecha de publicación, deja ver con claridad su evolución poética. Se incluyen también las fuentes de los poemas así como una bio-bibliografía de las autoras. La siguiente antología de perspectiva feminista, En voz alta, elaborada por Sharon Keefe Ugalde con una muestra de 33 autoras, se plantea como la continuación en orden cronológico inverso a la ya presentada Ellas tienen la palabra. Por ello, por ser una continuación, tienen rasgos comunes con ella como son la presencia de retratos y pequeñas bio-bibliografías de las autoras, de las poéticas escritas por ellas mismas, la selección de poemas de cada uno de los libros publicados por las poetas y su ordenación por fecha de publicación. El estudio preliminar está igualmente centrado en temas de género: la configuración del género femenino en este caso y en las marcas visibles de éste en la poesía de las autoras seleccionadas. Lo que la distingue de la anterior es la inclusión, en esta sí, de una bibliografía tras el estudio preliminar con las obras de referencia citadas. Ambas antologías presentan un índice de autoras con los primeros versos de los poemas presentados. De todas las antologías consultadas, son sólo 794 las que incluyen índice de primeros versos. Dentro de estas 7 se introducen las dos vistas anteriormente y la antología que se presentará a continuación, la única de las consultadas de la que se podría decir que es realmente una obra crítica: Tras el espejo la musa escribe. Julián Olivares y Elisabeth S. Boyce, los creadores de Tras el espejo, convierten esta antología en un profundo estudio de la poesía escrita por mujeres y de lo que supone escribir siendo mujer en los Siglos de Oro en España. Para ello, comienzan tratando el cambio de lugar y de comportamiento social que supone para la mujer el desarrollo del amor cortés para llega al cambio que llevan a cabo las mujeres al tomar la pluma y al adaptar su discurso amoroso a estos ideales. Otros aspectos que tratan en el estudio preliminar son los diferentes géneros poéticos desarrollados por las mujeres, estos son la poesía burlesca y la religiosa, además de las querellas literarias y las comunidades desarrolladas por las mujeres. BENEGAS, Noni y MUÑÁRIZ, Jesús (1997): Ellas tienen la palabra: dos décadas de poesía española, Madrid: Hiperión; KEEFE UGALDE, Sharon (2001): En voz alta: las poetas de las generaciones de los 50 y los 70, Madrid: Hiperión; BALCELLS, José Mª, (2003): Ilimitada voz: antología de poetas españolas 1940- 2002, Cádiz: Universidad; FRANCISCO REINA, Manuel (2001): Mujeres de carne y verso: antología poética femenina en lengua española del S. XX, Madrid: La Esfera de los Libros; OLIVARES, Julián y BOYCE, Elizabeth S. (1993): Tras el espejo la musa escribe: lírica femenina de los Siglos de Oro, Madrid: Siglo XXI; GATELL, Angelina (2006): Mujer que soy. La voz femenina en la poesía social y testimonial de los años 50, Madrid: Bartleby; FLORES, Ángel y FLORES, Kate, (1984): Poesía feminista del mundo hispánico (desde la Edad Media hasta la actualidad), México: Siglo XXI. 94 177 Las fuentes utilizadas para el estudio son variadísimas y en diferentes idiomas, y las utilizadas para la edición de los poemas han sido siempre las originales, localizadas generalmente a partir de la obra de Serrano Sanz, para evitar, según sus palabras, que las erratas cometidas por el académico continúen propagándose. Presenta este tomo además, como característica única de entre todas las antologías consultadas, una edición crítica de los poemas con anotaciones de las variaciones en las distintas ediciones, explicación del vocabulario en desuso e informaciones al respecto de la historia que rodea a algunos poemas necesaria para su mejor entendimiento. Por lo tanto, de las antologías consultadas, se puede afirmar que ésta es la única antología académica.95 Junto a esta, unidas por la escrupulosidad de los estudios presentados, se puede destacar otra obra que, aunque presenta más páginas de estudios que de poemas, es una antología de poesía escrita por mujeres. Hablamos de Seis siglos de poesía española escrita por mujeres. Esta obra incluye 45 estudios de 45 expertos diferentes sobre 45 poemas de 45 poetas diferentes escritos entre el siglo XV y el siglo XX. A continuación pasaremos de las antologías más serias a una antología que no destaca precisamente por su calidad científica, sino por ser la más vendida además de una de las más criticadas. Es la publicada por Ramón Buenaventura en 1985 en Hiperión: Las diosas blancas. Fue reeditada dos años después y en palabras del propio autor en un artículo de 1986 publicado en la revista Litoral: Las Diosas Blancas se ha vendido, por el momento, ocho o diez veces más, y veinte veces más deprisa, que cualquier otro libro de poesía actual.96 Es por el éxito conseguido de esta antología que Hiperión y, en concreto, Jesús Muñáriz, le propone a Noni Benegas una actualización de Las diosas blancas que conllevara además una ampliación. El resultado fue Ellas tienen la palabra. Esta antología se caracteriza principalmente por la figura de su autor. Por él la antología no tiene un prólogo sino tres presentados como “Antes del prólogo”, “Prólogo” y “Prólogo dos”. En ellos el tono es totalmente coloquial y pareciera que se está dirigiendo a un grupo de amigos más que a lectores desconocidos. A la obra poética de cada autora le acompañan Fruto de este libro es el conjunto de ensayos en torno a la escritura femenina de los siglos de oro recogidos en Studies on Women´s Poetry of the Golden Age. Tras el espejo la musa escribe, edición a cargo de Julián Olivares y publicado en el año 2009. 95 96 BUENAVENTURA (1986: 239). 178 una fotografía, notas bio-bibliográficas y comentarios de Ramón Buenaventura tanto sobre la poesía de las autoras como sobre su relación como antólogo con ellas. Los criterios de edición los presenta en un apartado titulado “Datos indispensables” y en “Nota de urgencia” explica las ausencias. Tal y como sucede con las otras dos antologías de Hiperión, se presentan poemas de cada uno de los libros publicados de las autoras hasta la fecha, queriendo mostrar una evolución de su obra. Las poetas seleccionadas son 22. Además de ser muy vendida, esta obra fue igualmente criticada. Por un lado, desde la crítica oficial, se denunció el hecho de ser una obra dedicada exclusivamente a mujeres jóvenes, además de criticar la afirmación del antólogo de que las mujeres estaban haciendo poesía completamente nueva y diferente con respecto a la poesía escrita por sus coetáneos. Asimismo, se le echó en cara hacer afirmaciones sin presentar datos que las soportaran, como si sus opiniones por sí mismas valieran, lo que la hace carecer de validez. Por otro lado, sobre todo desde la crítica feminista, se criticó y se sigue criticando el tono paternalista del antólogo hacia las escritoras así como la “actitud sexual”97 que presenta hacia el arte. De este modo el antólogo habla de cómo ha quedado seducido por muchas de las poetas, lo que significa, según la crítica feminista, que se sigue mezclando en la actualidad el sexo con la producción artística. En conclusión, una mujer jamás presentaría una antología de poetas hombres haciendo referencia a sus encantos personales, mientras que, si son las mujeres las antologadas, eso sí está permitido. Un año después de la publicación de la antología, Ramón Buenventura escribió un artículo en la revista Litoral en respuesta a las críticas recibidas. En él vuelve a defender su trabajo y sus criterios en el mismo tono en el que se expresó en Las diosas blancas. Otra antología que ha causado revuelo recientemente es la actual La manera de recogerse el pelo, a cargo de otro poeta: David González. El hecho de que esta antología no haya pasado desapercibida es porque está dedicada a la primera generación blogger de mujeres, es decir, que las autoras son poetas que han publicado poco o nada en papel pero que sin embargo publican sus poemas en sus propios blogs. Al libro le acompaña un DVD con vídeos de cada uno de los poemas en los que se unen la imagen, el texto poético y la música. 97 BUENAVENTURA (1985: 10). 179 Más allá de esta peculiaridad el libro presenta un formato convencional. Lo abre una breve presentación del proyecto y de las autoras para rápidamente pasar a los poemas. De cada autora, nacidas entre 1972 y 1984, se incluye una foto, algunas notas biográficas y las fuentes de los poemas, la gran mayoría de ellos procedentes de sus propis blogs. Otra antología que puede considerarse diferente al resto es otra realizada por Sharon Keefe Ugalde en la que se unen conversaciones mantenidas con las autoras con una selección de sus poemas. La antología, titulada Conversaciones y poemas y publicada por siglo XXI en 1991, transcribe las entrevista realizada a 17 poetas consagradas en las que, entre otros temas, hablan de su trayectoria poética y de lo que significa ser mujer en el mundo de la poesía. De sus poemas se presenta una breve muestra que en ningún caso supera las tres páginas por autora. De ellas se incluye también una bibliografía con todas sus obras poéticas publicadas hasta el momento. La siguiente obra a la que le prestaremos atención es una antología que, aunque no es exclusivamente poética, hemos querido incluirla por lo que supone de labor recopilatoria y de recuperación de escritoras de todos los géneros literarios en español. Se trata de la obra dirigida por Ana Caballé en cuatro tomos titulada La vida escrita por las mujeres. Entre los cuatro tomos encontramos a escritoras españolas junto a hispanoamericanas desde el siglo XV al XX. Los tomos están divididos cronológicamente con dos tomos para la obra del siglo XX, uno para la del XIX y otro que abarca desde el siglo XV al XVIII. Las escritoras están agrupadas en capítulos, cinco en cada volumen, que en el último tomo aparecen introducidos por una experta en el tema, con lo que la obra, además de ofrecer un compendio de textos, ofrece nuevas perspectivas para su estudio. Los textos son todos presentados con sus fuentes, siempre originales, y al final de cada volumen, en los apéndices, se presentan dos bibliografías: una de las fuentes consultadas en cada capítulo para los estudios y otra con las obras de las autoras. Cada libro está presentado por Ana Caballé pero hasta el último, el dedicado a los siglos XVIII, XVII, XVI y XV,98 no presenta uno de los objetivos principales de la obra: ofrecer un corpus amplio y completo de textos, tanto de ficción como de no ficción, de autoras durante siete siglos, algo que desde los Apuntes para una biblioteca de escritoras de Serrano Sanz no se había hecho. Por lo tanto, tenemos aquí otra deuda con la obra de 98 Recordamos que la obra se publicó en orden cronológico inverso. 180 Serrano Sanz, esta vez por tomarla como modelo a partir del cual continuar con la labor investigadora. Tras la presentación de todas estas antologías, queda resaltar dentro de las obras consultadas las actas de los encuentros de mujeres poetas y los monográficos de revistas literarias dedicados a la poesía de mujeres. Comenzando por los encuentros de poetas, estos se han estado realizando entre el año 1996 y el 2005 en diferentes ciudades españolas. De todas las actas se ha podido consultar únicamente las del encuentro realizado en Granada en el año 2002 que se presenta dividida en dos partes. La primera contiene la nómina de poetas participantes con unas frases de presentación y un poema en representación de su obra, con lo cual queda configurada una antología. En la segunda parte se presentan las conferencias y las ponencias en torno al tema sobre el que versa el encuentro, que ese año correspondía al carácter multicultural del encuentro a través de la palabra poética. En cuanto a las revistas, dos han sido las consultadas: un número monográfico de la revista Litoral y dos de la revista Zurgai. La revista Litoral publicó en el año 1986 un especial en el que unió dos números, el 169 y 170, dedicados a la literatura escrita por mujeres en la España contemporánea. En sus páginas incluyen poetas y narradoras desde las que aparecieron en torno a la generación del 27 hasta las contemporáneas de la fecha de publicación del monográfico. De todas las obras presentadas, es la única cuya realización ha sido consultada. El número comienza con una introducción en la misma línea del resto de antologías, donde no podía faltar la justificación de la labor realizada por la ausencia casi total de las autoras dentro del panorama cultural general. Tras la introducción, se dedica un apartado a las poetas y otro a las narradoras. De entre la obra poética, que es en la que nos hemos centrado, destaca la reproducción facsímil de algunos poemas de las escritoras del 27, bien de páginas de sus libros, bien de páginas de revistas de la época. Además, como material complementario a la obra poética, resalta la presencia de los prólogos que escritores destacados realizaron para algunos de los libros de estas autoras, como son los de Juan Ramón Jiménez al libro de Concha Méndez Vida a vida y a La voz en el tiempo, de Ernestina de Champourcin —este autógrafo—, y el de Pedro Salinas a Versos y estampas, de Josefina de la Torre. Otra característica es la presencia del artículo ya citado de Ramón Buenaventura titulado “La 181 marcha de las diosas blancas” y una selección a cargo de este autor de las poetas más jóvenes. Todos los poemas presentados tienen la fuente de la que han sido obtenidos. La otra revista cuyos monográficos han sido consultados es Zurgai. Poetas por su pueblo. Los dos números dedicados a la poesía de mujeres, el de junio de 1993 y el de julio de 2004, recogen junto a una amplia selección de su obra, artículos en torno a la escritura de mujeres. El número de 1993 destaca por la presencia de un bloque con poemas autógrafos de algunas de las figuras poéticas más importantes del momento como son Mª Victoria Atencia, Andrea Luca, Ana Rossetti o Clara Janés. Además, en cuanto a los artículos, destacan por novedosos los dedicados a la poesía guineoecuatoriana y a la poesía negra uruguaya escrita por mujeres, entre otros artículos dedicado a estudiar la obra de algunas de las poetas consagradas como Ángela Figuera Aymerich o Blanca Andreu. El segundo monográfico se centra en la poesía escrita en las diferentes lenguas oficiales del país. Arranca con un artículo de Sharon Keefe Ugalde sobre el uso de los grandes temas de la poesía en la obra de las mujeres seguido por una muestra de la poesía contemporánea escrita en castellano, para dar paso después a la poesía escrita en las otras tres lenguas oficiales, primero con un artículo sobre el panorama de la poesía en catalán, en vasco y en gallego y, después, con una muestra de su producción en edición bilingüe. Al igual que en la anterior revista, todos los poemas presentan las fuentes originales. Hemos querido dejar para la última la única antología virtual99 encontrada y consultada en esta investigación, la realizada por la ya asidua a estas páginas Noni Benegas. En ella se presenta una selección de la obra de siete poetas para hacer un recorrido por la poesía escrita en España por mujeres desde la posguerra hasta la actualidad. El prólogo, escueto, le sirve a Benegas para dar algunas pinceladas sobre la poesía de cada autora. El resto de apartados corresponden a cada una de las poetas y queda mostrado en la página principal con el nombre de cada una de ellas, un retrato y algunas notas biblio-biográficas. Para acceder a la información hay que clicar sobre la fotografía y aparecerán a continuación los poemas seleccionados con las fuentes. Al final, tras los poemas, aparecen de nuevo los mismos datos bio-bibliográficos. Antes de finalizar, aunque no han formado parte del corpus de la selección de textos para configurar la antología aquí presentada, hemos querido dedicar un espacio a las antologías 99 BENEGAS, NONI (2005): 7x10. Antología de poetas españolas contemporáneas http://www.enfocarte.com/antologia/index.html 182 de poesía regional escrita por mujeres debido al auge tenido en los últimos años. Por ello, por su proliferación, se han consultado algunos de estos títulos correspondientes a la poesía escrita por mujeres en las ciudades de Málaga, Córdoba y Palencia.100 Todas ellas tienen el mismo formato: una escueta presentación y los poemas de las poetas sin presentar ni bibliografía ni fuentes, ya que los poemas incluidos son generalmente inéditos. Son volúmenes pequeños que surgen de la labor de asociaciones de mujeres y que generalmente han sido editados con subvenciones públicas, lo que hace que tengan una tirada pequeña y una edición humilde. Por último, como hacen la mayoría de antólogos al disculparse por las ausencias en sus antologías, también presentaremos ahora nuestras disculpas por las antologías ausentes. Dos son las que se nos han presentado inaccesibles y que consideramos que deberían haber sido estudiadas por ser de las pocas publicadas antes de los años 70 y por la nómina de autoras que presentan. Son: Safo en Castilla, con edición de Enrique Vázquez Aldana publicada en 1953 con 200 poetas en nómina y Cien años de poesía femenina española e hispanoamericana a cargo de Mª Antonia Vidal, publicada en 1943. Por su ausencia, nos disculpamos. Abanico. Málaga, Asociación de Mujeres Kartio, 2000; Decir que somos lo que somos, Colectivo abierto de poetas cordobesas, 2008; Las Mujeres trabajamos la palabra, 2006; Tanto que decir. Poetas palentinas. Ayuntamiento de Palencia, 2008. Todos los rostros que soy. I. A de la mujer + Asociación Kartio, 1996. 100 183 2. 3. HACIA UN CANON DE MUJERES POETAS Las antologías y la canonización van de la mano, pues aquellas son una manera de que se produzca esta (...) si se sigue con atención la publicación regular de estas antologías de poesía de mujeres, enseguida se da uno cuenta de que hay poetas que se van repitiendo de una a otra. Y estas poetas acaban por confirmar un canon singular, uno más dentro de los muchos que pueden confeccionarse, pero uno singular y hasta cierto punto más válido, ya que deriva de los cánones particulares de las personas a las que se les presupone, como acabamos de señalar, cierto criterio (y es además un canon a la contra, pues responde a un deseo de compensar la ausencia de mujeres en las antologías generales). Por eso, nada nos impide establecer un canon de las poetas españolas.101 Tal y como podemos comprobar por la cita presentada, Senís Fernández estableció en el año 2004 un canon102 de las poetas denominado por él “canon a la contra”. Su canon comenzaba con las poetas nacidas a partir de los años 50 en España. El que presentaremos a continuación, se remonta a las autoras que escribieron a partir del siglo XV en España. Nuestra propuesta se ha elaborado a partir de las poetas presentes en las 46 antologías consultadas para este trabajo. Debido al extenso periodo de tiempo que abarcamos, hemos separado a las autoras y las antologías en las que aparecen por periodos cronológicos similares a los que son utilizados en las colectáneas consultadas. Por ello, ofreceremos tablas con las autoras que más aparecen en las recopilaciones de la poesía femenina del siglo XV al XIX por separado, del siglo XX por periodos (del 1900 al 1950; del 1950 al 1970; del 1970 al 2000) y de la primera década del siglo XXI. Asimismo, junto a las poetas, aparecerán también sus poemas más seleccionados. En cada bloque se informará de las antologías utilizadas para su configuración y de los criterios para seleccionar las poetas y los poemas, así como del número de antologías en las que aparecen tanto las autoras como los poemas puestos entre paréntesis al lado del SENÍS FERNÁNDEZ (2004: 13). Sus criterios de selección fueron: tomando 8 antologías, para formar para del canon las poetas que publicaran antes de 1990 debían aparecer en al menos 4; las que publicaran después de 1990 debían aparecer como mínimo en 2. 101 102 184 nombre de la poeta y del título o del primer verso del poema.103 Finalmente, tras cada tabla se harán algunos comentarios al respecto. 2.3.1. AUTORAS Y POEMAS DE LOS SIGLOS XV Y XVI Para este apartado se han consultado 11 antologías,104 de las cuales, las poetas debían aparecer en al menos tres para ser seleccionadas. El mismo criterio hemos seguido con sus poemas: que apareciera el mismo texto en al menos 3 de las 10 antologías. El resultado es el siguiente: Siglo XV AUTORAS POEMAS Florencia del Pinar (10) El amor ha tales mañas (10) Mi dicha me desconcierta (2) Santa Teresa (9) Vivo sin vivir en mí (5) Dichoso el corazón enamorado (5) Luisa de Carvajal y Mendoza (7) Deseos de martirio (3) Ay, soledad amarga (3) Para nombrar los poemas se ha utilizado letra cursiva para el título y letra redonda para el primer verso del poema. 104SERRANO SANZ, Manuel (1915): Antología de poetisas líricas. Tomo I y II, Madrid: Real Academia/Tip. de la Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos; JANÉS, Clara (1986): Las primeras poetisas en lengua castellana, Madrid: Ayuso; ESCORIAZA, Teresa de (1929): Antología de mujeres, Madrid: Los poetas, Año 2, n. 46; JIMÉNEZ FARO, Luz María (1987): Panorama antológico de poetisas españolas (siglos XV al XX), Madrid: Torremozas; JIMÉNEZ FARO, Luz María (1996): Poetisas españolas. 1, Hasta 1900, Madrid: Torremozas; NAVARRO, Ana (1989): Antología poética de escritoras de los siglos XVI y XVII, Madrid: Castalia/Instituto de la Mujer; FLORES, Ángel y FLORES, Kate, (1984): Poesía feminista del mundo hispánico (desde la Edad Media hasta la actualidad), México: Siglo XXI; CABALLÉ, Ana (dir.) (2004): Por mi alma os digo. La vida escrita por las mujeres IV, Barcelona: Lumen; OLIVARES, Julián y BOYCE, Elizabeth S. (1993): Tras el espejo la musa escribe: lírica femenina de los Siglos de Oro, Madrid: Siglo XXI; PRIETO GRANDAL, Mª Victoria (2006): La voz escrita de las poetas: antología de las jarchas al romanticismo, Granada: Dauro; PÉREZ PRIEGO, Miguel Ángel (1990): Poesía femenina en los cancioneros, Madrid: Castalia/Instituto de la Mujer, Biblioteca de escritoras. 103 185 Luisa Sigea (5) Un fin, una esperanza, un cómo, un cuándo (5) Pasados tengo hasta ahora (3) Siglo XVI Sor Mª de la Antigua (5) Alma que estando muerta (5) Isabel Vega (4) Nunca más vean mis ojos (3) Sor Ana de San Bartolomé Si ves mi pastor (4) (4) Isabel de Castro y Andrade Púrpura ostenta, disimula nieve (3) (3) Sor Mª de San José (3) ¡Ay, carmelo dichoso! (3) Sor Hipólita de Rocaberti Oh llave piadosa (3) (3) Hipólita de Narváez (3) Engañó el navegante a la sirena (3) Fuése mi sol y vino la tormenta (3) Leandro rompe, con gallardo intento (3) Sor Jerónima de la 186 Vuestra soy, para vos nací (3) Asunción (3) Se dan en esta tabla algunos aspectos dignos de reseña. En primer lugar, en cuanto a las poetas del siglo XV, el primero de ellos en la presencia de Florencia del Pinar y de su poema “El amor ha tales mañas” en 10 de las 11 antologías.105 Con respecto a este poema es de destacar que en una de las antologías, Panorama antológico de poetisas españolas de Luz Mª Jiménez Faro, se presenta como primera estrofa la que en las demás aparece como la segunda, por lo que la primera queda desaparecida. A pesar de que en alguna antología se citan otros nombres de poetas de esa época,106 Florencia del Pinar es la única de la que aparece alguna obra. En segundo lugar, en cuanto al primero de los siglos áureos, hay que aclarar que si Santa Teresa de Jesús no aparece en todas las antologías es porque en Tras el espejo los autores ha preferido no tomar la obra de las poetas que ya forman parte del canon, como es el caso de Teresa de Ávila, para cederle ese lugar a otras no tan conocidas pero interesantes. La otra antología en la que no aparece de las dedicadas al siglo XVI, Poesía feminista del mundo hispánico, los autores no dan información alguna sobre esta ausencia. Otro dato interesante es que, a pesar de que Luisa Sigea está menos presente en las antologías que Luisa de Carvajal y Mendoza, uno de los poemas de la primera —“Un fin, una esperanza, un como, un cuando”— aparece más veces en las antologías que los dos poemas más antologados de la segunda, con lo que al final, puede llegar a ser más conocida Sigea por este poema, aunque aparezca menos, que Carvajal por todos los suyos presentes. Lo mismo ocurre con el poema de Sor Mª de la Antigua “Alma que estando muerta” con respecto también a los de Luisa de Carvajal. Poetas que aparezcan sólo una vez en una única antología hay muchas ya que Serrano y Sanz nos dejó un legado de 100 poetas que escribieron entre el siglo XV y principios del XIX. Algunas de las que escribieron durante el siglo XVI son Catalina Zamudio, Teresa del Calvario o Ana Ramírez Ateza. Si no está presente en las 11 es porque Tras el espejo comienza con las poetas del siglo XVI, por lo que cronológicamente no la incluyen. 106 JIMÉNEZ FARO (1987) nombra a Mª Sarmiento e Isabel de Borja como poetas de esta época. 105 187 2.3.2. AUTORAS Y POEMAS DEL SIGLO XVII Para la elaboración de este canon se han utilizado las mismas antologías que para el periodo anterior, exceptuando la antología específica de la poesía de cancionero, y los mismos criterios: al menos en tres libros tanto las poetas como los poemas. Veamos a continuación la tabla: AUTORAS POEMAS Catalina Clara Ramírez de Retrato suyo (6) Guzmán (9) Soneto pintando el invierno (3) CRISTOBALINA Cansados ojos míos (8) FERNÁNDEZ DE ALARCÓN (8) Leonor de la Cueva y Silva No sé si muero, ni si tengo vida (7) (7) Procurad, memorias tristes (3) Sor Mª de Santa Isabel (6) Dándome por asunto cortarse un dedo llegando a cortar un jazmín (3) Romance melancólico (3) Siglo XVII Sor Violante do Ceu (5) Huid del amor, zagalejas (3) Belisa, la amistad es un tesoro (3) 188 Sor Marcela de san Félix Al jardín del convento (5) (5) Romance de un alma que temía distraerse al salir de un retiro (3) Sor Juana Inés de la Cruz Detente sombra de mi bien esquivo (4) (7) Al que ingrato me deja, busco amante (4) SOR Mª DE LA ANTIGUA ALMA QUE ESTANDO MUERTA (4) (4) Mª de Zayas y Sotomayor En el claro cristal del desengaño (4) (4) Sor Ana Francisca Abarca Romance a una fuente (4) de Bolea (4) Soneto a la muerte del príncipe Don Baltasar (4) De este periodo, al igual que del anterior con Santa Teresa, puede sobresalir la presencia de Sor Juana Inés de la Cruz en 7 de las 10 antologías. En una de las que no aparece es Tras el espejo por el mismo motivo por el que los autores no introdujeron la obra de la fundadora de las carmelitas descalzas: ceder ese espacio a otras poetas. En las otras dos, ambas obras de Luz María Jiménez Faro, no se da información al respecto. Otro apunte que tener en cuenta sobre la presencia de la poeta mexicana, es que a pesar de no ser propiamente española, 3 de las 6 antologías que recogen su obra están dedicadas a la obra de poetas españolas. Las otras 3 especifican que no hacen distinción entre las poetas de uno y otro lado del Atlántico en los que se habla español. 189 Centrándonos en otras poetas, volvemos a tener aquí el mismo caso presente entre las poetas de la época anterior. Por un lado Catalina Clara Ramírez de Guzmán es la poeta más presente, ya que aparece en todas las antologías consultadas de esta época, pero frente a ésta, el único poema de Cristobalina Fernández de Alarcón que se repite — “Cansados ojos míos” — aparece más veces (8) que ninguno de los poemas de Ramírez de Guzmán, siendo este el poema más presente de todos. Después de las poetas que aparecen en 4 antologías pasamos directamente a las que aparecen dos veces o sólo una. De entre estas últimas nombramos a Rafaela Hermina Jurquetes, Mª Jacinta de Abogader y Mendoza y Felipa Ortíz de Zárate. 2.3.3. AUTORAS Y POEMAS DEL SIGLO XVIII Las antologías que recojan la obra poética de las mujeres de este periodo son escasas, de hecho no hemos encontrado ninguna específica, por lo que hemos buscado su rastro entre las antologías que abarcan un periodo más amplio. Las consultadas son seis,107 de entre las que hemos rescatados tanto las poetas como los poemas que aparecieran en más de tres: Siglo XVIII AUTORAS POEMAS Margatira Hickey (5) Borrasca disfrazada en la bonanza (4) Mª Gertrudis del Hore y ¿Hasta cuando, Filena mía? (3) Ley (4) Los dulcísimos metros de tu pluma (2) Mª Rosa Gálvez (3) 107SERRANO SANZ, Manuel (1915): Antología de poetisas líricas. Tomo I y II, Madrid: Real Academia/Tip. de la Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos; ESCORIAZA, Teresa de (1929): Antología de mujeres, Madrid: Los poetas, Año 2, n. 46; JIMÉNEZ FARO, Luz María (1987): Panorama antológico de poetisas españolas (siglos XV al XX), Madrid: Torremozas; JIMÉNEZ FARO, Luz María (1996): Poetisas españolas. 1, Hasta 1900, Madrid: Torremozas; FLORES, Ángel y FLORES, Kate, (1984): Poesía feminista del mundo hispánico (desde la Edad Media hasta la actualidad), México: Siglo XXI; CABALLÉ, Ana (dir.) (2004): Por mi alma os digo. La vida escrita por las mujeres IV, Barcelona: Lumen. 190 Nicolasa de Helguero y Alvarado (3) Pocas más son las que aparecen en las antologías que retratan este siglo. Entre ellas, algunas son Josefa de Rivadeneyra, Joaquina Tomaseti de Aranda y Josefa Amalia de Sajonia. 2.3.4. AUTORAS Y POEMAS DEL SIGLO XIX Para este periodo hemos consultado nueve108 antologías entre las que se encuentran cuatro específicas de este momento. Para seleccionar a las poetas hemos continuado con el criterio de estar presente al menos en tres de las antologías pero en cuanto a la selección de los poemas, para poder presentar algunos a modo de muestra, hemos tenido que bajar a dos antologías ya que en esta época comienzan a diversificarse los poemas. Como veremos a medida que avanzamos en el tiempo, cada vez será más difícil que éstos coincidan. Los resultados son: AUTORAS POEMAS Carolina Coronado (8) Una corona no, dadme una rama (2) JIMÉNEZ FARO, Luz María (1987): Panorama antológico de poetisas españolas (siglos XV al XX), Madrid: Torremozas; FLORES, Ángel y FLORES, Kate, (1984): Poesía feminista del mundo hispánico (desde la Edad Media hasta la actualidad), México: Siglo XXI; JIMÉNEZ FARO, Luz María (1996): Poetisas españolas. 1, Hasta 1900, Madrid: Torremozas; ESCORIAZA, Teresa de (1929): Antología de mujeres, Madrid: Los poetas, Año 2, n. 46; Cien sonetos de mujer: S. XIX y XX (1919): Madrid: Sociedad General española; KIRKPATRICK, Susan (1992): Antología poética de escritoras del siglo XIX, Madrid: Castalia/Instituto de la Mujer; Escritoras españolas contemporáneas (1880): Madrid, Biblioteca Universal; CABALLÉ, Ana (dir.) (2004): La Pluma como espada. La vida escrita por las mujeres III, Barcelona: Lumen; JIMÉNEZ FARO, Luz María (1996): Poetisas españolas. 2, De 1901 a 1939, Madrid: Torremozas. 108 191 ¡Oh, cual te adoro! Con la luz del día (2) Rosalía de Castro (7) Silencio, cuando pienso que te huyes (2) Extranjera en su patria (2) Blanca de los Ríos (6) Sofía Casanova (6) Gertrudis Gómez de Avellaneda (5) Josepa Malssanés Dalmau (4) Siglo XIX Rosario de Acuña (4) Ángela Grassi (4) Mª del Pilar Sinués (4) Concepción Arenal (3) 192 Concepción Estevarena (3) Misterio (2) Enigma (2) Hojas perdidas (2) Patrocinio de Biedma (3) La muerte de mi hijo (2) Joaquina Gª Balmaseda (3) Faustina Sáez de Melgar (3) Josefa Ugarte Barrientos (3) Como se puede comprobar a simple vista, este es un siglo de poetas más que de poemas. De las quince poetas que aparecen en más de tres antologías, sólo los poemas de cuatro de ellas se repiten en dos antologías. Del resto, no encontramos poemas que se repitan, ni si quiera de autoras de la talla de Gertrudis Gómez de Avellaneda. Otras autoras presentes en sólo una antología son Vicenta García Miranda, María Verdejo y Durán y Eduarda Moreno Morales. 2.3.5. AUTORAS Y POEMAS DEL SIGLO XX. DE 1900 A 1950 El número de antologías dedicadas a la poesía del siglo XX aumenta bastante con respecto a los siglos anteriores. Para la primera mitad hemos consultado catorce antologías,109 de JIMÉNEZ FARO, Luz María (1987): Panorama antológico de poetisas españolas (siglos XV al XX), Madrid: Torremozas, (1996): Poetisas españolas. 2, De 1901 a 1939, Madrid: Torremozas, (1998): Poetisas españolas. 3, De 1939 a 1975, Madrid: Torremozas; FLORES, Ángel y FLORES, Kate, (1984): 109 193 las cuales nueve son específicas de este siglo. El número de antologías en las que las poetas deben estar presente en este periodo se amplía hasta cuatro, aunque el de los poemas se mantiene en tres, ya que, como en el siglo anterior, aparecen pocos poemas repetidos de las autoras. AUTORAS 1900 - 1950 POEMAS Carmen Conde (10) Ángela Figuera Aymerich (8) Concha Méndez Cuesta (7) Ven a mí que vas herido (3) Sombras (3) Josefina de la Torre (7) Ernestina de Champourcín Soledades (3) (6) Gloria Fuertes (6) Poesía feminista del mundo hispánico (desde la Edad Media hasta la actualidad), México: Siglo XXI; Cien sonetos de mujer: S. XIX y XX (1919): Madrid: Sociedad General española; (2004): Contando estrellas. La vida escrita por las mujeres II, Barcelona: Lumen; SAVAL, Lorenzo y GARCÍA GALLEGO, Jesús (1986): Litoral femenino, Torremolinos (Málaga): Revista Litoral; FRANCISCO REINA, Manuel (2001): Mujeres de carne y verso: antología poética femenina en lengua española del S. XX, Madrid: La Esfera de los Libros; (1954): Poesía femenina española viviente, Madrid: Arquero; BALCELLS, José Mª, (2003): Ilimitada voz: antología de poetas españolas 1940- 2002, Cádiz: Universidad; GATELL, Angelina (2006): Mujer que soy. La voz femenina en la poesía social y testimonial de los años 50, Madrid: Bartleby; (1971): Poesía femenina española (1950-1960), Barcelona: Bruguera; COLANGELI, María Romano (1964): Voci feminili della lirica spagnola, Bolinia: Patrón; MIRÓ, Emilio (1999): Antología de poetisas del 27, Madrid: Castalia, Biblioteca de escritoras. 194 Rosa Chacel (5) Susana March (5) Clementina Arderiu (4) Canción de la hermosa confianza (4) Elena Martín Vivaldi (4) Como vemos, el poema más presente es “Canción de la hermosa confianza” de Clementina Arderiu, a pesar de que Carmen Conde y Ángela Figuera Aymerich son las poetas más antologadas de este periodo al aparecer en 10 y 8 recopilaciones respectivamente. Resalta, de estas autoras, el hecho de que ninguno de sus poemas aparezca como mínimo en tres antologías. 2.3.6. AUTORAS Y POEMAS DEL SIGLO XX. DE 1950 A 1970 Ésta época es la que se encuentra más recogida. Para establecer el canon de estos 20 años se han consultado dieciocho antologías,110 si bien la mayoría de ellas coinciden con las del JIMÉNEZ FARO, Luz María (1987): Panorama antológico de poetisas españolas (siglos XV al XX), Madrid: Torremozas, (1998): Poetisas españolas. 3, De 1939 a 1975, Madrid: Torremozas; FLORES, Ángel y FLORES, Kate, (1984): Poesía feminista del mundo hispánico (desde la Edad Media hasta la actualidad), México: Siglo XXI; Cien sonetos de mujer: S. XIX y XX (1919): Madrid: Sociedad General española; CABALLÉ, Ana (dir.) (2004): Contando estrellas. La vida escrita por las mujeres II, Barcelona: Lumen; SAVAL, Lorenzo y GARCÍA GALLEGO, Jesús (1986): Litoral femenino, Torremolinos (Málaga): Revista Litoral; FRANCISCO REINA, Manuel (2001): Mujeres de carne y verso: antología poética femenina en lengua española del S. XX, Madrid: La Esfera de los Libros; CONDE, Carmen (1954): Poesía femenina española viviente, Madrid: Arquero y (1971): Poesía femenina española (1950-1960), Barcelona: Bruguera;; BALCELLS, José Mª, (2003): Ilimitada voz: antología de poetas españolas 1940- 2002, Cádiz: Universidad; GATELL, Angelina (2006): Mujer que soy. La voz femenina en la poesía social y testimonial de los años 50, Madrid: Bartleby; COLANGELI, 110 195 periodo anterior. Se mantienen los mismos criterios que para la primera mitad del siglo XX: aparecer en cuatro antologías para las poetas y al menos en tres para los poemas. AUTORAS POEMAS La condesa de Chinchón (4) Mª Victoria Atencia (11) Godiva en Blue jeans (3) Epitafio para una muchacha (3) Clara Janés (10) Engalanada con las joyas de Subad (3) Julia Uceda (9) El silencio (3) Amparo Amorós (9) Juana, las voces y el fuego (3) Criaturas del gozo (3) Fanny Rubio (8) Dresde (3) Aurora de Albornoz (8) En Montrouge: con César (3) 1950 - 1970 María Romano (1964): Voci feminili della lirica spagnola, Bolinia: Patrón; ANDRÉS ARGENTE, Josefina y GARCÍA RAYEGO, Rosa (2005): Di yo, di tiempo: poetas españolas contemporáneas: ensayo y antologías, Torrejón de la Calzada (Madrid): Juan Pastor; BUENAVENTURA, Ramón (1985): Las diosas blancas, Madrid: Hiperión; KEEFE UGALDE, Sharon (1991): Conversaciones y poemas: la nueva poesía femenina en castellano, México: S. XXI y (2001): En voz alta: las poetas de las generaciones de los 50 y los 70, Madrid: Hiperión; PARRA, Jaime D. (2002): Las poetas de la búsqueda, Zaragoza: Libros del Innombrable; MIRÓ, Emilio (1999): Antología de poetisas del 27, Madrid: Castalia, Biblioteca de escritoras. 196 Juana Castro (7) Inanna (4) Pureza Canelo (7) Elena Andrés (7) Lluvia (3) Angelina Gatell (7) Pilar Paz Pasamar (7) Mª Elvira Lacaci (6) Ana Mª Navales (6) Cristina Lacasa (6) El pan (3) Concha Lagos (6) Mª de los Reyes Fuentes (6) Rosaura Álvarez (5) 197 Elsa López (5) Paloma Palao (5) Madura (3) Dionisia García (5) Mª Beneyto (5) Acacia Uceta (5) Lejana presencia (3) Sagrario Torres (5) Ana Mª Moix (5) Trina Mercader (4) No pesantez de carne que se estanca (3) Ana Mª Fagundo (4) Francisca Aguirre (4) En este periodo volvemos a encontrarnos poemas repetidos en diferentes antologías. Esto se da de manera general entre las poetas presentes en más de ocho antologías, y de manera esporádica entre las demás. Aún así, los poemas que más veces aparecen lo hacen en cuatro antologías: uno de Mª Victoria Atencia, la poeta más antologada de este periodo; 198 y otro de Juana Castro, presente en siete de ellas. Destaca, sin embargo, que un poema de Paloma Palao, Acacia Uceta y Trina Mercader, presentes en menos de cinco antologías, se repita en tres antologías cada uno de ellos. Ello, teniendo en cuenta que a medida que se nos acercamos al la época contemporánea se vienen diversificando los poemas seleccionados de cada poeta. 2.3.7. AUTORAS Y POEMAS DEL SIGLO XX. DE 1970 A 2000 Las cifras comienzan de nuevo a bajar y para establecer el canon de estos treinta años nos hemos basado en trece antologías,111 cuatro de ellas nuevas con respecto al periodo anterior. Seguimos seleccionando a las poetas que aparezcan como mínimo en cuatro antologías y los poemas que aparezcan en tres. 1970 - 2000 AUTORAS POEMAS Blanca Andreu (12) Di que querías ser caballo esbelto (6) Ana Rossetti (11) Chico Wrangler (4) Calvin Klein, underdrawers (3) Festividad del dulcísimo nombre (3) JIMÉNEZ FARO, Luz María (1987): Panorama antológico de poetisas españolas (siglos XV al XX), Madrid: Torremozas, (1998): Poetisas españolas. 3, De 1939 a 1975, Madrid: Torremozas; SAVAL, Lorenzo y GARCÍA GALLEGO, Jesús (1986): Litoral femenino, Torremolinos (Málaga): Revista Litoral; FRANCISCO REINA, Manuel (2001): Mujeres de carne y verso: antología poética femenina en lengua española del S. XX, Madrid: La Esfera de los Libros; BALCELLS, José Mª, (2003): Ilimitada voz: antología de poetas españolas 1940- 2002, Cádiz: Universidad; ANDRÉS ARGENTE, Josefina y GARCÍA RAYEGO, Rosa (2005): Di yo, di tiempo: poetas españolas contemporáneas: ensayo y antologías, Torrejón de la Calzada (Madrid): Juan Pastor; BUENAVENTURA, Ramón (1985): Las diosas blancas, Madrid: Hiperión; KEEFE UGALDE, Sharon (1991): Conversaciones y poemas: la nueva poesía femenina en castellano, México: S. XXI; PARRA, Jaime D. (2002): Las poetas de la búsqueda, Zaragoza: Libros del Innombrable; BENEGAS, Noni y MUÑÁRIZ, Jesús (1997): Ellas tienen la palabra: dos décadas de poesía española, Madrid: Hiperión; SEVILLA, Francisco José (2006): Hilanderas, Madrid: Amargord, 2 v; ROSAL, María (2006a): Con voz propia. Estudio y antología comentada de la poesía escrita por mujeres (1970-2005), Córdoba: Renacimiento: JIMÉNEZ FARO, Luz María (2002): Poetisas españolas. 4, De 1976 a 2001, Madrid: Torremozas. 111 199 Almudena Guzmán (11) Luisa Castro (9) El cerdo (3) Mª Sanz (8) Andrea Luca (7) Abrázame desde tu vaporoso estado (3) Mª del Carmen Pallarés Bodegón (3) (7) Concha García (7) Confirmación (3) Rosa Lentini (7) Menchu Gutiérrez (7) Corre una brisa de invisibles, millares (3) Isla Correyero (7) Lola Velasco (7) Mercedes Escolano (7) 200 Aurora Luque (6) Amalia Iglesias Serna (6) Olvido García Valdés (6) Guadalupe Grande (6) Ángeles Mora (6) Casablanca (4) Chantal Maillard (6) Esperanza Ortega (5) Carmen Borja (5) Margarita Arroyo (5) Mª Ángeles Maeso (5) Como gotas de sangre los frutos de las moreras (3) Julia Otxoa (5) 201 Mª Rosal (5) Rosana Acquaroni (5) Ada Salas (5) Ana Merino (5) Inmaculada Mengíbar (5) Amalia Bautista (5) Esperanza López Parada Éxodo (3) (5) Isabel Abad (5) Neus Aguado (4) Mª José Flores (4) Encarnación Pisonero (4) Josefa Parra (4) 202 En esta etapa encontramos a la poeta presente en más antologías de todos los periodos estudiados: Blanca Andreu, resultado de lo que supuso la publicación de su libro De una niña de provincias que se vino a vivir en un Chagall en 1980, libro al que pertenece el único poema que ha entrado en nuestro canon. Un hecho destacable no visible en la tabla es que son numerosos los poemas de muchas autoras presentes en dos antologías. Tras dudar sobre si incluirlos en las tablas, finalmente se desestimó esta idea por coincidir de manera general las dos antologías en las que aparecen los mismos poemas de las autoras. Esto sucede entre Mujeres de carne y verso (2001) y Ellas tiene la palabra (1997). Se puede afirmar que es casi una constante encontrar los poemas seleccionados en la primera antología correspondientes a esta época en la segunda. Esto sucede en dieciséis de las treinta y seis poetas de la tabla. 2.3.8. AUTORAS Y POEMAS DEL SIGLO XXI. LA PRIMERA DÉCADA Por último, de la primera década del siglo XXI se han tomado ocho antologías112 para realizar este canon y, al ser de nuevo menor el número, se han tomado las autoras que aparecen en al menos tres antologías. AUTORAS POEMAS Mª Eloy García (5) Elena Medel (5) FRANCISCO REINA, Manuel (2001): Mujeres de carne y verso: antología poética femenina en lengua española del S. XX, Madrid: La Esfera de los Libros; BALCELLS, José Mª, (2003): Ilimitada voz: antología de poetas españolas 1940- 2002, Cádiz: Universidad; SEVILLA, Francisco José (2006): Hilanderas, Madrid: Amargord, 2 v; ROSAL, María (2006a): Con voz propia. Estudio y antología comentada de la poesía escrita por mujeres (1970-2005), Córdoba: Renacimiento: JIMÉNEZ FARO, Luz María (2002): Poetisas españolas. 4, De 1976 a 2001, Madrid: Torremozas; Transgeneración 1.0. Encuentro de jóvenes poetas españolas (2007): Málaga: Centro Generación del 27- Diputación de Málaga; MUÑOZ ÁLVAREZ, Vicente (2009): Veintitrés pandoras, Tenerife: Ediciones Baile del Sol; GONZÁLEZ, David (2010): La manera de recogerse el pelo. Generación Blogger, Madrid: Bartleby Editores. 112 203 2000 – 2010 Miriam Reyes (4) Esther Giménez (4) Carmen Jodra (3) Como se puede observar, ninguno de los poemas seleccionados de estas autoras coincide en las antologías consultadas, ni siquiera en dos de ellas y, a pesar de la cercanía en el tiempo, hay nombres que comienzan a ser constantes en estas recopilaciones. Una vez hecho el recorrido por las autoras más presentes en las antologías poéticas de mujeres, sería interesante comprobar hasta qué punto estas autoras tienen representación en nuestra propuesta. Este aspecto, por considerarse una parte integrante del proyecto, se presenta en el siguiente apartado en el que nos dedicaremos por completo a las características de Al hilo de tus palabras. 204 2.4. AL HILO DE TUS PALABRAS. ORIGEN Y PROCESO DE CREACIÓN La antología aquí presentada bajo el título Al hilo de tus palabras nació, como ya se ha hecho referencia, del trabajo para la asignatura Recuperación del patrimonio literario, dentro del marco del Máster en Gestión del patrimonio lingüístico y literario español. Como tarea final para la citada asignatura, debíamos presentar un proyecto de recuperación del patrimonio literario, y con tal fin se presentó un ciclo de lecturas poéticas de la obra de mujeres escrita en España desde la época de Al- Ándalus hasta la actualidad. De la selección de poemas para el ciclo de lecturas surge esta antología poética. 2.4.1. EL PROCESO DE CREACIÓN (...) Hacer una antología es, para un ser humano, rebuscar, entre los símbolos de los otros, atisbos de mutuo amor y seducción; serie de actos caprichosos, pero fatales, como todo rito de cortejo.113 Tal y como muestra la cita de Ramón Buenventura, una vez decidido que el proyecto por realizar sería un ciclo de lecturas poéticas de mujeres, el siguiente paso era seleccionar los textos, “rebuscar entre los símbolos de los otros”. Para ello se comenzó a buscar en antologías de poesía de mujeres, ya que ahí es donde se encuentra más variedad y volumen de poemas. Lo que se buscaba, en principio, era que estuvieran presentes muchas voces: se pretendía aglutinar a bastantes poetas diferentes con el objetivo, confesado al principio de estas páginas, de mostrar su obra. La motivación inicial fue disminuyendo con la lectura de una antología tras otra debido a que los poemas de estos volúmenes no presentan ningún hilo interno entre ellos. Esta carencia de relación entre los textos es resultado de una ordenación cronológica de las autoras y la muestra de sus respectivos poemas, pasando por alto la relación que se da entre los textos que conforman un poemario. 113 BUENAVENTURA (1985: 9). 205 Como consecuencia de esta experiencia lectora, surgió la idea de que para las lecturas del ciclo los poemas no fuesen leídos de autora en autora, sino que se presentasen todos mezclados a modo de conversación a través del tiempo entre las poetas. Para poder realizarlo de esta forma y que los textos se siguieran unos a otros a través de un hilo común, éstos tendrían que versar sobre una misma temática o, al menos, sobre aspectos relacionables. La elección de los temas que la conformarían se resolvió por sí misma al comprobar, con la lectura de antologías de diferentes épocas intercaladas, cómo algunos temas no habían cambiado a través del tiempo pero sí la postura de las poetas ante ellos. Presentar estos poemas sobre el mismo tema pero con diferentes perspectivas saltando los límites del tiempo y uniendo a poetas contemporáneas con románticas e hispanoárabes parecía una forma atractiva de realizar una lectura poética. Por ese camino se continuó con en el proyecto del ciclo de lecturas y en forma de conversación se configuraron las tres sesiones que lo componían. Pero en estos tiempos en los que la población en general está sobreestimulada de tecnología, pensamos que para que el público se sentara a escuchar poemas de mujeres, y con el fin de llegar a cuanta más gente mejor, habría que ofrecer algo más. Por ello quisimos complementar la lectura con algunos toques tecnológicos que le dieran un aspecto más real de conversación y que amenizara los tiempos en blanco. El resultado sería una lectura poética dramatizada en la que cinco mujeres lectoras se repartirían las voces por épocas114 y, sin papeles delante, recitarían los poemas contestándose unas a otras mientras, simultáneamente, se proyectarían tras ellas diapositivas con el título y el nombre de la poeta. La música también tendría presencia para marcar las diferentes fases de la conversación, a modo de telón que cae y que prepara al público para el segundo acto, diferente pero relacionado con el primero. Las lecturas, como ciclo, no se han llevado a cabo pero sí se ha tenido la posibilidad de trabajar los poemas con un grupo de mujeres muy interesadas por la poesía como parte de las prácticas obligatorias dentro del marco del máster. Con ellas se realizó un taller de recital poético donde, tras trabajar el material seleccionado para el ciclo, se eligió uno de los bloques temáticos y se realizó su lectura pública, apoyando los textos con proyecciones Una para los poemas de las poetas de Ál-Ándalus; otra lectora para la poesía de cancionero, de la edad media y de los siglos de oro; otra para los poemas del romanticismo y primeras décadas del siglo XX; otra para los poemas de las décadas de los 50, 60 y 70 y una última para los poemas desde los años 70. 114 206 y música, y con una valoración final muy positiva tanto por parte de las participantes como de los organizadores. Entretanto, mientras nos perdíamos entre antologías y poemas, surgió la posibilidad de continuar trabajando en la misma línea para la realización del trabajo final del máster. Para ello, la selección de poemas se convertiría en una antología, pasaría de lo efímero de la voz, a la permanencia del papel. Y a pesar del interés no fueron pocos los miedos y las dudas porque, como se ha visto anteriormente, la gran mayoría de antologías forman parte del entramado de configuración del canon queriendo fijar corrientes, tendencias o poetas, o vaticinar quiénes serán los futuros elegidos. Nuestra antología no tenía esa intención y tampoco se basaba en mostrar lo más representativo de la poesía escrita por mujeres. Entonces ¿qué aportaba? Pues aportaba precisamente la ordenación, novedosa tanto entre las antologías que son temáticas como en las que no lo son, al menos entre las antologías de poesía contemporánea, ya que entre el siglo XVII y XIX encontramos más de un ejemplo de antología con esta configuración.115 La novedad dentro del panorama antológico de esta propuesta, además de unas palabras encontradas de Pedro Salinas en el momento oportuno, es lo que ha hecho que los miedos de esta antóloga a presentar un trabajo realizado casi exclusivamente siguiendo sus gustos desaparecieran y este proyecto siguiera adelante. Gracias, don Pedro, por ofrecerme el soporte teórico que tanta seguridad ofrece a una nueva investigadora, ya que el hecho de que lo diga don Pedro Salinas, no es lo mismo que lo diga Doña María, con o sin gustos: La única vía recta hacia una buena antología es la preferencia personal, la intervención sin reservas del gusto, nunca su inhibición ni cautela. Arriésguese en la demanda toda la personalidad, todas nuestras luces y potencias de elegir, siempre dominadas por el sentido de la responsabilidad que nos toca. Que haga cada cual su antología como quién es, y no como Don Nadie o como Doña María sin gustos. La poesía es hechura del alma, y no cabe acercarse a ella desalmadamente.116 Véase Flores de poetas ilustres de Pedro Espinosa y Floresta de rimas antiguas castellanas ordenadas por D. Juan Nicolás Böhl de Faber. La ordenación de las Flores obedece a criterios estéticos manieristas de variedad y captación del lector, mientras que la Floresta presenta una ordenación temática e internamente semicronológica sin que interesen los nombres de autor, eliminados de la presentación y relegados a índices finales tal y como se ha hecho en Al hilo de tus palabras. 115 116 SALINAS (1983: 117). 207 Pierda usted el cuidado, don Pedro, que el gusto ha quedado aquí sin cautela alguna. Arriesgados estamos pues. Y Al hilo de tus palabras es el resultado. 2.4.2. EL CANON EN AL HILO DE TUS PALABRAS Como ha quedado explícito anteriormente, la antología Al hilo de tus palabras no pretende mostrar ni lo más representativo de la escritura de mujeres ni a las autoras más consagradas, sino presentar poemas escritos por mujeres en diálogo ya que ésta es más una antología de poemas que de poetas. Aún así, hemos considerado interesante comprobar hasta qué punto se refleja nuestro canon en ella. De ello dan cuenta las siguiente tablas en las que, de forma similar a lo ya hecho en el apartado anterior, se muestra por épocas las autoras presentes en Al hilo de tus palabras que forman parte del canon de mujeres poetas. Se señalan los poemas en el caso de que coincidan los más seleccionados de las autoras con los presentes en esta antología. AUTORAS POEMAS SIGLO XV Florencia del Pinar (9) El amor ha tales mañas (9) SIGLO XVI Santa Teresa de Jesús (9) Luisa Sigea (5) Un fin, una esperanza, un cómo, un cuándo (5) En la tabla original el número de poetas de los siglos XV y XVI es de doce. De ellas, tres están presentes en la antología con sus poemas más representativos. Esta cantidad supone un 25% de representación. 208 AUTORAS POEMAS Leonor de la Cueva y Silva No sé si muero, ni si tengo vida (7) (7) Sor Juana Inés (7) Al que ingrato me deja, busco amante SIGLO XVII (4) Sor Violante do Ceu (5) Huid del amor, zagalejas (3) Belisa, la amistad es un tesoro (3) Mª de Zayas y Sotomayor (4) Sor Mª de Santa Isabel De las once poetas que configuran el canon del siglo XVII, cinco de ellas aparecen en esta selección, lo que supone un 45,45%. De tres de ellas los poemas introducidos se corresponden con los que más aparecen en las antologías. Siglo XVIII AUTORAS POEMAS Margatira Hickey (5) Borrasca disfrazada en la bonanza (4) Mª Gertrudis del Hore y Ley (4) 209 Del siglo XVIII hay una representación del 50% ya que eran cuatro las autoras que configuraban en canon. De una de ellas se encuentra también su poema más representativo en las antologías de poesía de mujeres. AUTORAS POEMAS Carolina Coronado (8) Rosalía de Castro (7) Siglo XIX Gertrudis Gómez de Avellaneda (5) Josepa Malssanés Dalmau (4) Rosario de Acuña (4) Ángela Grassi (4) De las autoras presentes en el canon del siglo XIX aparecen en nuestra antología seis de las quince, un 40% de representación. Con respecto a estas autoras no han sido seleccionados ninguno de sus poemas más antologados. 210 AUTORAS POEMAS Carmen Conde (10) Ángela Figuera Aymerich (8) Concha Méndez Cuesta (7) Ven a mí que vas herido (3) Josefina de la Torre (7) SIGLO XX Ernestina de Champourcín 1900 - 1950 (6) Gloria Fuertes (6) Susana March (5) Clementina Arderiu (4) Canción de la hermosa confianza (4) Las autoras del siglo XX sí encuentran más espacio en Al hilo de tus palabras. Comenzado por la primera mitad, de las diez autoras que configuran el canon están presentes ocho, un 80% de ellas en las que se incluyen las más representadas, aunque sólo de dos se incluyen sus poemas más seleccionados. 211 AUTORAS POEMAS Mª Victoria Atencia (11) Godiva en Blue Jeans (3) Clara Janés (10) Julia Uceda (9) Amparo Amorós (9) Aurora de Albornoz (8) SIGLO XX 1950 - 1970 Angelina Gatell (7) Pilar Paz Pasamar (7) Mª Elvira Lacaci (6) Cristina Lacasa (6) Mª de los Reyes Fuentes (6) Elsa López (5) 212 Dionisia García (5) Francisca Aguirre (4) De las décadas de los cincuenta y sesenta están presentes catorce de las veintitrés, lo que configura un 60,86% de representación, y nuevamente se incluyen las poetas más antologadas. Sin embargo, en cuanto a los poemas, únicamente el poema de Mª Victoria Atencia Godiva en blue jeans es el que aparece. AUTORAS POEMAS Ana Rossetti (11) Chico Wrangler (4) Calvin Klein, underdrawers (3) Almudena Guzmán (11) SIGLO XX Mª Sanz (8) 1970- 2000 Andrea Luca (7) Mª del Carmen Pallarés (7) 213 Menchu Gutiérrez (7) Lola Velasco (7) Mercedes Escolano (7) Aurora Luque (6) Olvido García Valdés (6) Ángeles Mora (6) Mª Rosal (5) Inmaculada Mengíbar (5) Julia Otxoa (5) En cuanto a la presencia de poetas de las últimas tres décadas del siglo XX, el porcentaje disminuye con respecto a la época anterior con un 42,42%. Son treinta y tres las autoras más presentes en las antologías y de ellas, catorce las que se incluyen en esta selección. De nuevo, los poemas más representativos de una de las poetas están incluidos: los de Ana Rossetti. 214 AUTORAS POEMAS Miriam Reyes (4) SIGLO XXI 2000- 2010 Carmen Jodra (3) Finalmente, de la primera década del siglo XXI hay representación del 40% con dos de las cinco poetas más antologadas. De esta época recordamos que no hay ningún poema que aparezca en más de dos antologías. En total, de todas las poetas que configuran nuestro “canon a la contra”, en Al hilo de tus palabras hay una representación del 47,96% de las poetas, dentro de las cuales están las más antologadas, por lo que, a pesar de ser ésta una antología de poemas, puede considerarse una muestra representativa de las autoras que configuran el canon femenino. 2.4.3. CRITERIOS DE EDICIÓN 2.4.3.1. DELIMITACIÓN TEMPORAL Y GEOGRÁFICA . Al hilo de tus palabras abarca desde la época de Al- Ándalus hasta la actualidad con un doble objetivo: por un lado intentar mostrar la tradición de la poesía escrita por mujeres, y, por otro lado, que la escritura de mujeres no es algo exclusivo de la modernidad. Los límites geográficos, a pesar de que estamos de acuerdo con Don Menéndez Pelayo en que el idioma es uno a ambos lados del océano, son los de la España actual. A pesar de estos límites, hemos introducido la obra de dos poetas, Sor Violante do Ceu y Sor Juana Inés de la Cruz, que, sin haber vivido dentro de los límites geográficos de la España actual (la primera es portuguesa y la segunda, mexicana) aparecen constantemente en las antologías de mujeres como los únicos casos de poetas no 215 españolas. Nos referimos a las antologías que no incluyen en su nómina a autoras que escriben desde fuera de España. 2.4.3.2. PROCEDENCIA DE LOS TEXTOS La totalidad de los textos proceden de otras antologías de poemas escritos por mujeres, lo que convierte este trabajo en una antología de antologías. Uno de los motivos por los cuales se han tomado como fuentes sólo antologías poéticas es el hecho de que a través de la consulta de estas selecciones se accede a la obra de un mayor número de poetas que se suponen representativas de un lugar, de una época o de una corriente. De esta forma, a pesar de no pretender ofrecer en nuestro proyecto lo más representativo, nos asegurábamos que los poemas escogidos tuvieran cierta calidad al haber pasado ya un proceso de selección realizado, en muchos casos por poetas y, en otros tantos, por investigadores y profesores universitarios. Otro motivo de gran peso es que, en lo que se refiere a la obra de autoras que escribieron en siglos anteriores al XX, en muchos casos su obra está recogida únicamente en antologías, como sucede con la gran mayoría de poetas incluidas en la obra de Serrano Sanz o en la Antología poética de escritoras del siglo XIX de Susan Kirkpatrick El único problema que se nos planteó en cuanto al uso exclusivo de antologías como textos de donde seleccionar era la consulta de las fuentes de publicación originales. En lo relativo a los poemas anteriores al siglo XX, el acceso a ellas se ha presentado difícil ya que ninguna antología, exceptuando la de Serrano Sanz y la realizada entre Julián Olivares y Elisabeth E. Boyce, presenta sistemáticamente todas las fuentes de sus poemas. Por ello, en lo que respecta a estos textos, éstas no se han revisado por ser la mayoría de ellas desconocidas. En el caso de que uno de los poemas seleccionados estuviera presente en las dos obras mencionadas anteriormente, se ha escogido la versión de Julián Olivares ya que, según anota en el prólogo de Tras el espejo la musa escribe, se ha realizado un esfuerzo por corregir las posibles erratas que hubiera en la obra de su antecesor. 216 Al respecto de los poemas publicados en el siglo XX, las fuentes serían consultadas únicamente en el caso de encontrar diferencias de un mismo poema en más de una antología, caso no que se ha dado en ninguno de los textos elegidos. La ortografía original de los poemas se ha mantenido por considerar que ésta, al igual que el vocabulario o las expresiones utilizadas, son marcas de una época determinada que no hemos querido eliminar. 2.4.3.3. SELECCIÓN DE LOS POEMAS Para la selección de los poemas se han tenido en cuenta los siguientes criterios: - Poemas escritos por mujeres en España (en español o en alguna de las lenguas habladas en España) del s. X al s. XXI117. - Poemas en español escritos por mujeres que forman parte incuestionable del canon literario (Sta Teresa, Sor Juana, Rosalía de Castro). - Poemas variados de poetas desconocidas españolas que puedan ser representativos de la época artística en la que fueron creados. - Poemas que muestran la cotidianeidad de las mujeres en las diferentes épocas. - Poemas que se cuestionan los roles sociales y culturales de género. - Poemas que, temáticamente, respondan a los bloques establecidos y que encajaran bien en la ordenación. Sobre el motivo por el cual nos remontamos al siglo X, téngase en cuenta las palabras de Martínez Ruiz: “Una lírica [la femenina] que viene en el río lento de la lírica árabigo-andaluza, donde la mujer jugó un papel tan decisivo — recuérdese a Wallada o a Hafsa—, sólo equiparable al desempeñado por las escritoras francesas durante los s .XVII y XVIII”. JIMÉNEZ FARO (1987: 1213). 117 217 2.4.3.4. BLOQUES TEMÁTICOS Los poemas se agrupan en tres bloques en torno a los siguientes temas: - Poemas amorosos: expresión de amor, desamor, desengaño, abandono, rechazo, adoración, deseo... - Poemas de identidad en relación a los roles sociales: escritora, poetisa, madre, hija, mujer... - Poemas de cotidianeidad: ambientes, relaciones y pensamientos sobre la vida. 2.4.3.5. ORDENACIÓN DE LOS POEMAS Los poemas están ordenados formando una conversación entre todas las autoras en la que unas se responden a otras, hacen comentarios y exponen sus sentimientos, opiniones y vivencias sobre un tema concreto. Para conseguir el ritmo vivo de la conversación se han suprimido de manera general los títulos de los poemas, las citas y dedicatorias que lo acompañan y el nombre de la autora, datos que se presentan en notas al final del documento, junto al título de la antología de la que se han extraído y la página118. Únicamente se han conservado aquellos títulos que se consideran indispensables para la comprensión del poema.119 Al final del documento, en las notas, se han introducido también algunos comentarios que mejoren el entendimiento del poema así como otros que marquen la atención en el significado que el texto podría adoptar al leerlo individualmente. La conversación fluye dentro de cada bloque y, al ser ésta algo vivo, deriva de unos aspectos a otros dentro de un mismo tema. De esta manera se sucede la secuenciación de los poemas según el orden propuesto por la antologadora, una ordenación abierta a reinterpretaciones y susceptible, por lo tanto, de plantearse de otra forma. El lugar que En las notas al final se presenta entre comillas y en letra redonda el primer verso del poema y en cursiva y entre comillas el título. Además, también se incluyen en las notas las citas y dedicatorias que aparezcan en cada poema. 118 El título del poema aparecerá separado del mismo por un espacio para distinguirlo del primer verso de los poemas a los que se la he extraído el título. En estos casos el primer verso aparece marcado pero sin espacio. 119 218 ocupa cada poema confiere un sentido global al conjunto que podría ser otro bajo otro orden. Además de ser una obra abierta en cuanto a la disposición de los poemas, este carácter abierto se amplía a la posibilidad de incorporar más textos y redimensionar sus alcances. Esta propuesta editorial es germen consistente y modelo para posible material de trabajo en talleres con garantía de funcionamiento al haberse puesto ya parcialmente en práctica, como se ha comentado anteriormente. Precisamente, en tanto que obra germinal y propuesta práctica, admite la ampliación para introducir explicaciones de aspectos literariamente importantes, sobre todo, claves formales de los textos y peculiaridades estilísticas que definen el poema aparte de su contenido. Veamos, a continuación, cómo fluye la conversación en cada uno de los bloques temáticos. Primer bloque: poemas al ser amado Los poemas recopilados en torno al ser amado hacen un recorrido por algunas de las diversas fases por las que puede pasar el sentimiento amoroso: la primera atracción, el encuentro sexual, la confirmación del amor, la distancia y la separación, el dolor de la ruptura y la superación de ese dolor. Las poetas presentan experiencias y pensamientos y puntos de vista diversos sobre cada fase. Comienza el bloque con un poema que relata el principio de una historia de amor ideal, Sin título de Mª Sanz, pero que finalmente resulta no ser real, sino que es el resumen de una película, lo que sugiere cierta incredulidad en ese tipo de historias. A éste le sigue el poema titulado Casi un cuento, de Ángeles Mora, en el que se afirma que la felicidad en una relación afectiva la trae el no entrar en el amor y quedarse exclusivamente en la relación carnal. Tras esta introducción de incredulidad en el amor, comienzan las voces de las poetas que explican los inicios del amor, algunos que no llegan a ningún lado (como en Poca cosa de Imnaculada Mengíbar), y otros que dejan la puerta abierta al qué pasará, como en “Volvemos a comer juntos”, de Almudena Guzmán. Y lo que sucede después es que, 219 tras la espera, las poetas comienzan a llamar a sus amados, a invitarlos al encuentro corporal, como hacen claramente las voces de las autoras hispanoárabes con poemas como “Amiguito, dedídete”, el primero de la serie de poemas que invitan a esta unión. El acercamiento físico comienza, tras la promesa de entregarse al goce de “No amor, no temas” de Mª Victoria Reyzábal, con la expresión del deseo de una boca hecha en la canción de requerimiento “Dulce saliva”. Los besos preparan la atmósfera para el acto sexual que se insinúa con la evidencia del miembro masculino de los poemas de Ana Rossetti, Diótima y su muy aplicado discípulo y Chico Wrangler. En este estado, la invitación se hace clara y Lucía Fraga no se piensa el hacer explícita la situación de la que hasta ahora nadie ha hablado con ¿Te apetece subir? Los siguientes textos ahondan en diferentes aspectos del encuentro sexual hasta llegar al poema Cuerpos, texto que si en otro contexto podría hacer referencia a su estado general, aquí situado hace referencia al cómo se encuentran los amantes tras el acto sexual. En este punto de la conversación ha llegado al momento en el que se habla de relaciones sexuales que dan paso al sentimiento amoroso y a la entrega no únicamente ya física, sino emocional e incluso espiritual, como se nos muestra en el poema “Amo” de Lola Velasco. De ahí se pasa a la entrega, en algunas total, como en “Yo toda me entregué y di” de Santa Teresa y “Yo no te pregunto” de Carmen Conde, y en otras guardando cierta parcela de independencia para cada uno, como en “Canción de la hermosa confianza” de Clementina Arderiu. Tras el establecimiento de la relación y su consumación, alguna poeta expresa su deseo a tener de nuevo cerca a su amado para seguir disfrutando con él, como en “¡Qué maravillosas son las noches!”, de Nazhun Bint Al-Qalai de Granada, y “Ven a mí que vas herido”, de Concha Méndez. Con estos textos llaman a su amante todavía presente para continuar entregándose, pero rápidamente esa llamada se convierte en el requerimiento de regreso tras una ausencia que causa sufrimiento. El poema de Ernestina de Champourcín “Amor de cada instante” hace de puente entre la breve ausencia y la distancia prolongada que trae el poema de Leonor de la Cueva y Silva “¡Ah larga esperanza vana!” y que continua hasta el poema de Nazhun Bint Al-Qalai de Granada A Abu Ya Far. La distancia, a alguna poeta, la lleva al desencuentro mostrado por Josefina de la Torre con “Tú en el alto balcón de tu silencio”. Con este poema comienza una serie que lleva a las poetas a poner en duda a la persona a la que se han entregado. Esta inseguridad 220 lleva a algunas a pensar que realmente su amado está enamorado de otra, como en “Era un beso redondo” de Ana Mª Drak, y a otras a llamarle directamente a la cara lo que es, sin escatimar en detalles de lo que piensa de él como resultado del sufrimiento causado, como hace Wallada la Omega en Sátira del seis contra Ibn Zaydun. La duda está sembrada y el dolor ha llegado, por ello alguna poeta se levanta declarando que lo mejor es ser libre y dejar a la persona causante del daño. Este es el caso de Sor Violane do Ceu y su poema “Libertad no tengáis dueño”. Tras ellas, otras tres poetas hablan de su preferencia a estar solas, a no casarse y a no perder su libertad por estar con un hombre. Estas ideas dan paso a reflexiones sobre la naturaleza cambiante del amor con los poemas que van desde el de Florencia del Pinar “El amor ha tales mañas” hasta el de Mª de Zayas “Amar el día, aborrecer el día”. El cambio ha llegado y del amor y la compañía se pasa a la vida sin el otro. Este cambio y lo que les supone se expresa a partir del poema de Mª Rosal A mano armada, en el que la autora especula sobre lo que ocurriría si un día llega a casa de su amado para dejarle. Tras su voz, Ángeles Mora habla de lo caro que le resulta vivir sola, Teresa Agustín del dolor que le produjo escuchar que su pareja no quería ser amada, Menchu Gutiérrez se plantea si es su deber esperar y contener al amado y Hafsa Bint Hamdun de Guadalajara comenta cómo reaccionó su amado cuando ella lo dejó. El siguiente poeta, “Síndrome de abstinencia” de Aurora Luque, presenta la última secuencia en la que tras la pareja, el dolor también desaparece y aparece entonces el perdón. Las últimas palabras las pone Julia Uceda con su Libertad de luz, haciéndonos reflexionar sobre el proceso del amor vivido. Segundo bloque: poemas sobre la identidad femenina En esta sección el recorrido va desde la toma de conciencia de no identificarse con lo que se ha dicho culturalmente que es una mujer hasta el reconocimiento de una identidad propia. En el transcurrir de la conversación se plantean cuestiones como la escritura, la maternidad y los límites impuestos, todo en relación con el descubrimiento de una misma. 221 Se parte del poema titulado Mujer de Ángela F. Aymerich para plantear la necesidad de cuestionar la identidad femenina. Los tres siguientes poemas se suman a esta voz planteando situaciones en las que una mujer no se reconoce a ella misma en el papel que le ha sido asignado. Este no reconocerse lleva a algunas a expresar la sensación de que les falta algo muy importante, como sucede en Sé que me roban algo de Julia Uceda, algo que en el poema siguiente, La cautiva de Manuela Cambronero, acaba nombrándose como libertad. Los siguientes poemas ahondan, por un lado, en la sensación de tener límites y paredes alrededor que les impiden llegar a ser y, por otro lado, en el efecto resultado de tener una pared entre una y el mundo: la inexistencia a los ojos de los demás. Termina este momento Nuria Parés con “Esta voz que no es mi voz”, poema en el que se plantea si esa identidad dada podría llegar a acabar con la suya propia. Tras el inicio de la conversación en el que se ha reconocido un malestar, dos poetas dan algunos consejos que pueden ayudar a cambiar la situación: Pilar Paz Pasamar en Consejo invita a estar con una misma, a escucharse, a descubrirse y a actuar en consecuencia con lo que se es; y Elisabeth Mulder en Reposo pide a los demás que la dejen ser y estar con ella misma como medio para llegar a encontrarse. En esta situación de propia búsqueda aparece la poesía, los deseos de escritura y los diferentes enfrentamientos, ya sea con una sociedad reticente a que la mujer escriba, ya sea con los propios miedos. Estos planteamientos se encuentran en los poemas que van desde La poesía de Angelina Gatell hasta “¿Son paredes las páginas?” de Ernestina de Champourcín. Tras estos textos, algunos poemas abordan otros temas relacionados con la escritura como son, por ejemplo, la denominación de poetisa y lo que significa para Rosario de Acuña, y el tema de la escritura como fuente de ingresos económicos en el poema de Carmen Jodra. Concluye este tema el poema de Carmen Conde Mi secreto donde, tras definirse como poeta, clama por un mundo que tenga hueco para sus palabras, un mundo que, aunque insiste en buscarlo, la poeta no llega a encontrar. Al poema de Carmen Conde y, sobre todo a la afirmación de que no halla un mundo en el que se escuchen sus palabras, responde el siguiente poema a la vez que abre un nuevo rumbo para la conversación. Francisca Aguirre con Nunca os diré que sí le dice a Carmen Conde que no se resiste a que sus palabras no se oigan y que con su tozudez continuará batallando porque le gusta ser así. Encontramos la primera voz que afirma que se siente a gusto con ella misma. Tras ella, una sucesión de poetas expresan de diferente forma que han llegado a encontrarse y exclaman su bienestar, como es el 222 caso de Cecilia Domínguez Luis en Eva o, yendo un poco más lejos en cuanto a la seguridad adquirida en una misma, el de Lola Velasco en “Asciendo”. Una vez situadas en la propia identidad, de nuevo una voz se alza en el poema Talento de Isla Correyero para recordar los rasgos sobre los que se ha sustentado la identidad femenina, rasgos que las poetas han puesto en tela de juicio. Pero esta voz es acallada por la poeta, poniendo a la mujer por encima de todo eso. Y al hilo de que Correyero sitúa a la mujer en el centro de la conversación, Aurora Albornoz hace que el diálogo siga evolucionando hacia otros temas al recordar que la mujer es un ser que ama y que se hace cargo de la vida de los otros. De entre los otros, irremediablemente aparecen los hijos. Diferentes aspectos de este tema son los que se abordan en los siguientes poemas: el deseo de ser madre en Ana ruega al Señor le conceda un hijo de Josepa Malssanés Dalamau; la espera del embarazo en Una mujer espera de Clementina Arderiu y las inseguridades que trae el nacimiento de un nuevo ser en Madre, de Ángela Torrijo. Pero no se tratan sólo los aspectos relacionados con el alumbramiento, sino que también hay cabida, por un lado, para los reproches hechos a la madre siendo ya adulta, en “La vida es breve” de Mª Antonia Ortega y, por otro lado, para expresar el deseo de resguardarse de nuevo en la madre de “Dejadme”, de Mª Victoria Atencia, como único lugar en el que se puede dejar todo atrás y volver a encontrarse con la propia esencia. Se abre con este regreso a la madre de nuevo la conversación. Desde aquí, desde la vuelta al origen, sólo queda crecer pero para hacerlo primero hay que superar los miedos que trae la noche, lo desconocido. Cómo se hace nos lo explica Begoña Paz en Insomnio y tras ella asistimos al resurgimiento de la nada de Chantal Maillard en Iniciación. Gloria Fuertes se une y avisa en Al borde de que está a punto de despertar siendo otra, siendo ella misma, a lo que Sagrario Torres y María Sanz añaden que ellas ya están, que cada una a su manera ha llegado a encontrar esa identidad en la que se reconocen y que las potencia. El camino se ha completado y las poetas han pasado de cuestionarse una identidad con la que no estaban cómodas a encontrarse con la suya propia. Las penúltimas palabras las pone de nuevo Julia Uceda con La caída, poema en el que abre la puerta a una nueva reflexión sobre la identidad. Una vez que se ha llegado a saber quién se es, afirma Uceda que lo necesario es destruir lo que nos han dicho que somos para simplemente ser vida. A sus palabras Brenda Ascoz contesta que ella ya lo ha conseguido. 223 Tercer bloque: poemas de cotidianeidad En estos últimos textos las voces dispares de las poetas se intercalan más y la conversación toma un ritmo parecido al de una discusión en la que se enfrentan diferentes posturas ante la vida y el paso del tiempo. Comienza la secuencia el poema de Luisa Sigea “Un fin, una esperanza, un como o cuando” introduciendo la nostalgia y tristeza producida por esperar algo de la vida que no llega. El siguiente poema, de Rosalía de Castro, reafirma esta sensación de pesadumbre e infelicidad, una postura ante la vida que se ve enjuiciada a continuación por las palabras de “La chica más suave”, poema con el que Ángeles Mora desprecia esa actitud vital. Tras esta voz que quiere apartarse del desasosiego, las poetas continúan expresando sus agobios (en Laxitud), sus miedos (en A solas con el miedo), su tristeza (en El caldero de la bruja Birgit), las ganas de desaparecer (en Cine de barrio) y el dolor ante la pérdida (en Nido) hasta que las palabras del poema Evocación de Ernestina de Champourcín dan un giro a la conversación al dejar de hablar de malestar para expresar un profundo deseo de entrega. El poema de Champourcín da paso a una serie de textos de los que se extrae la determinación de sentirse bien y de comportarse según las propias necesidades, como si un grupo de poetas contrapusieran su actitud vital a la expresada anteriormente por sus compañeras. Esto lo vemos en poemas como Huerto cerrado, Vía del espectáculo y Cuando la lluvia se ha ido. Tras ellos, nuevas voces se alzan comentando que ellas lo intentan, quieren encontrar lo bonito que hay en la vida pero no lo consiguen. Esto se expresa en los poemas que van desde En busca de un remedio, de Blanca Sarasua, hasta Peces muertos en el mar, de Cristina Lacasa. Entre ellos, el que expresa el mensaje con más claridad, es Vanas empresas, de Inma Luna. Nuevamente alguien se levanta para oponer su punto de vista y esta vez le toca el turno a Julia Otxoa que, según su poema “Me niego a creer”, expresa su resistencia a creer que la muerte y la tristeza sea lo que gobierna la vida. Concha Méndez la sigue y en el poema Mi ventana expresa que ella no piensa dejarse inundar por esas sensaciones. Otros poemas apoyan esta postura de enfrentamiento a lo que, según se ha expresado anteriormente, parece ser un sentimiento irremediable y comentan sus experiencias de rebelión ante la infelicidad en textos como Buen viaje. Tras este poema 224 llegan otros que expresan que es posible vivir en la felicidad y en el disfrute de la vida, incluso teniendo en cuenta que ésta se acaba y que la muerte llega, como es el caso de Presencia, de Dionisia García. Situada la conversación en esta posibilidad de vida, surgen evocaciones de épocas en las que se respira tranquilidad, estabilidad y con ello, felicidad. El primer texto en el que encontramos ese mensaje es en “Y las niñas coleccionan pegatinas”, de Maga Alderete, y tras él, otros poemas nos hacen viajar a tiempos pasados a través de la vuelta a la casa de antaño (Regreso de Mª Rosal), el olor del Arroz con gambas que comían de pequeñas y el recuerdo El armario de la casa materna. Dionisia García con “Cuando frecuentas” nos trae de nuevo al tiempo presente con una reflexión sobre la actitud tomada hacia las cosas por las que pasa el tiempo y la importancia de que éste no llegue a pesar. Tras ella, Mª Victoria Atencia y Jahel Villaronga retratan dos escenas diarias que se sustentan en el equilibrio y el amor, presentando la vida como algo que transcurre, tranquilamente, a través de acciones habituales. Llegar a esa estabilidad parece ser la meta y para ello Almudena Guzmán propone, como una posibilidad para alcanzarla, hacer Limpieza general, tirar todo lo que no sirva para así conseguir enamorarse de la vida como explica Mª Teresa Cervantes, y llegar a sentir alegría (en Un joven poeta) y ganas de vivir (en Era la reina de los cartones). Los dos siguientes textos, Revelación y “Cuando se nos revelan las rosas de aquel tiempo”, profundizan en la idea de que todo en la vida es relativo y que, finalmente, el que un sentimiento u otro gobierne depende del cristal con que se mire. A esta relatividad otras poetas contestan con la idea calderoniana de que la vida es una ilusión y de que lo que se tiene generalmente pasa a ser menos importante que lo que se desea (en Ilusión e Inventario). El debate se va acabando y las poetas no han llegado a un acuerdo. Las dos formas de mirar y enfrentarse a la vida continúan sin encontrar un nexo en común. Algunas intentan cambiar su actitud, otras ni siquiera se lo plantean; unas animan a las demás a disfrutar y otras relativizan el tema. En esta situación es Ángela Figuera Aymerich la que pone las últimas palabras para dejar clara su firme determinación a ser feliz. Para ello expresa todos sus deseos, pide todo aquello que quiere y que necesita para conseguirlo y se despide pidiendo perdón a todos por ser atreverse a apreciar toda la belleza de la vida y por disfrutarla así, tal cual es. 225 AL HILO DE TUS PALABRAS 226 POEMAS AL SER AMADO 227 TÚ Y YO NOS ENCONTRAMOS en Washington Square. Me invitaste a cenar en un club, y la orquesta tocó para nosotros “Indian summer”... Bailamos inmersos en la noche neoyorquina. Más tarde, mi vestido brillaba abandonado sobre el suelo de aquel apartamento, donde era muy distinta la música: palabras y suspiros mezclados con sirenas de los barcos lejanos... Pero, ¿será posible que no recuerde ahora, mientras abro los ojos, cómo se titulaba la película donde vi estas escenas?65 ÉL SUSURRÓ QUE LO MEJOR SERÍA no enamorarse, ella no le llevó la contraria, para qué si se sabía vencida. Ante todo se dejó acariciar por sus manos manchadas de ternura. Eso sí, no se enamoró de sus manos. Más tarde no impidió que sus labios muy lentos la abrasaran, pero tuvo cuidado, no se enamoró de sus labios, y aunque tampoco se opuso a que su lengua 228 la hiriera sin remedio, no se enamoró de su lengua ni de sus ojos ni de su voz ni de la palidez que le subía a la cara entre los besos, esa palidez que a ella más y más la arañaba. Pero tuvo cuidado y no se enamoró. Para qué si se sabía vencida. Una y otra vez volvieron a encontrarse. Sin amor. Eso sí, felices como niños.66 BASTANTE POCA COSA, A SIMPLE VISTA. Demasiado delgado, para mi gusto. Un tanto insípido, anodino. Alguien que no te dice nada especialmente. Y, sin embargo, aquella noche supe que si al día siguiente me telefoneaba, me acostaría con él. Y telefoneó. Mucho mejor de cerca que de lejos, tierno y obsceno al mismo tiempo y dulce como un terrón de azúcar en la boca, decidí que tendría que probarlo una vez más. Y más tarde fue otra y otra y otra y otra y otra y 229 tuve miedo al pensar dónde podría llevarme todo aquello. Ir poniendo tierra de por medio fue mi modo de huir y él tampoco hizo mucho por quitarla. Pero una de las últimas noches me pidió, tierno y obsceno al mismo tiempo y dulce como el terrón de azúcar de su lengua en mi boca, que le escribiera un poema. Entonces yo, bajo un impulso extraño, en un intento de llevármelo conmigo a un lugar muy cerca del peligro, le propuse: inspíramelo tú. De habérmelo inspirado, quién sabe lo que ahora le estaría escribiendo.67 ME PROPONE CENAR EN RESTAURANTES CHINOS, ir a algún sitio nuevo para tomar café —cualquiera con un mínimo de exotismo y que invite a la conversación: los pubs son ruido, el ruido es sexo y, eso, el enemigo peor de la amistad civilizada— y yo pido una copa, siempre pido una copa de más, por si me obligo —de esta noche no pasa— a declararme definitivamente en huelga ante sus ojos. Un minuto más de conversación y me suicido.68 230 VOLVEMOS A COMER JUNTOS. Este hombre cada día más guapo y a ti te rebasan las ojeras. Qué importa. Qué importa el poco tiempo que tienes para enamorarlo, qué importa la sopa fría —no puedes permitirte el lujo de perderlo de vista un solo instante, Almudena—, si cuando vas a citar yo siempre estoy triste él se anticipa y acariciándote los ojos dice que le encanta tu alegría.69 AMIGUITO, DECÍDETE, ven a tomarme, bésame la boca, apriétame los pechos; junta ajorca y arracada. Mi marido está ocupado.70 ELLA TIENE LOS PIES COMO MARILYN MONROE y una tierna indefensión en los hombros. Están en una sala y la ventana descorre sus cortinas a un atardecer boscoso, pero es como si fuera una esfera de cristal. No se miran. Él la mira a ella. Ella a lo lejos. Hace ya mucho tiempo que él la había soñado como un aire de cigüeñas, una luz, 231 y ahora estaba allí. Tantas vidas que no parecen ciertas en una sola vida. Campanillas azules en la mano. él sabe que se irá. No hablan y el momento está lleno de voz, voz acunada, lejana. El amor es una enfermedad campanillas azules. Siempre en ti, como en el sueño, volviendo siempre en ti. Tan incierta la luz. Como en el sueño.71 ¿NO VIENES, NIÑO MÍO, CONMIGO? Hoy desayunarás, te daré mi hermosura y mi pecho, y no seré yo parca.72 NO AMOR... no amor no temas no moriremos somos inicio de arcángel larva de dioses bellísimos felices confirmantes de la eternidad lengua a lengua disfrutadores de una metáfora secreta.73 232 ¡DULCE SALIVA! ¡Déjame por el profeta!, ¡Déjame besarle!74 HACE CUATRO BESOS que dormía al sueño, un beso de llanto y un beso de fuego, un beso de angustia y un beso de miedo. Hace cuatro siglos que desperté al eco, un eco de agua y un eco de hielo, un eco de espuma y un eco de viento. Hace dos miradas que perdí mi vuelo.75 ELOGIO A UNA BOCA PORQUE SÉ LO QUE DIGO, por ciencia y experiencia; le hago justicia, por Dios que no miento, he bebido de ella saliva más dulce que el vino.76 EL MÁS ENCANTADOR INSTANTE DE LA TARDE tras el anaranjado visillo primoroso. Y en la mesita del té y un ramillete, desmayadas rosas, y en la otomana de rayada seda, 233 extendida la falda, asomando mi pie provocativo, aguardo a que tú te avecines a mi cuello, descendiendo la mirada por el oscuro embudo de mi escote, ahuecado a propósito. Sonrójome y tus dedos inician meditadas cautelas por mi falda; demoran en los profundos túneles del plisado y recorren las rizadas estrellas del guipur. Apresúrate, ven, recibe estos pétalos de rosas, pétalos como muslos de impolutas vestales, velados. Que mi boca rebose en sus sedosos trozos, tersos y densos cual labios asomados a mis dientes exigiendo el mordisco. Amordázate, el jadeo de tu alto puñal, y sea tu beso heraldo de las flores. Apresúrate, desanuda las cintas, comprueba la pendiente durísima del prieto seno, míralo, tócalo y en sus tiesos pináculos derrama tu saliva mientras siento, en mis piernas, tu amenaza.77 QUIZÁ SEA VERDAD QUE NO QUIERES TOCARLO fálico y mordaz lagarto del desierto. Pero si llegaste así ataviada, diosa del oasis, ¿no será porque pensabas en un roce agradable? Quizá sea verdad que no quieres tocarlo mientras este amigo de las dunas se muere por tu nombre y tú te colocas una flor blanca en el pelo y te tiendes, bellísima, a la sombra de las palmeras.78 234 DEJA MI AJORCA, y coge mi cinturón, mi amigo Ahmad, sube conmigo a la cama, vidita mía, acuéstate desnudo.79 DULCE CORAZÓN MÍO DE SÚBITO ASALTADO. Todo por adorar más de lo permisible. Todo porque un cigarro se asienta en una boca y en sus jugosas sedas se humedece. Porque una camiseta incitante señala, de su pecho, el escudo durísimo, y un vigoroso brazo de la mínima manga sobresale. Todo porque unas piernas, unas perfectas piernas, dentro del más ceñido pantalón, frente a mí se separan. Se separan.80 SOY LO SUFICIENTEMENTE INGENUA COMO PARA CREER que las camas sólo son para dormir. Pero también soy lo bastante zorra como para saber que no tienes sueño.81 TE TENGO TODO MARCADO como un yacimiento arqueológico. No es extraer los restos de ti lo que persigo —ruinas de una ciudad tallada en la arenisca— lo que quiero es penetrarte —taladrar la piedra de tu cuerpo— 235 y este sexo cóncavo de mujer se vuelve inútil para mi deseo. Cavo en tu ombligo para entrar por el flujo de tu sangre. Vacío mi espíritu como aire en tu boca y con mis ojos acuosos te veo respirarme. Ya sé que no necesito de piel para tocarte no es eso yo quiero hacerme una cueva en tu cuerpo. Flexiono tus rodillas bajo mis axilas como los brazos de un taladro. —Las aceras que rompo son las de tu calle—. Con mis pestañas barro el polvo que levanto de tu frente y no me detengo hasta que soy tú y tu sexo es el mío hasta que soy yo quien está dentro.82 SE ROMPIÓ de placer el mecanismo de mis células mientras la tarde se teñía de zarzamoras y supimos como nadie vivir entre nosotros.83 ¡CÓMO, POBRE DE MÍ, ME HA DEJADO! ¡Mi vestido dejó alborotado y el peinado!84 236 CUERPOS Surgen de la costumbre; liberados, respiran y se palpan, contingentes y físicos, bajo el cálido afán que los convoca. Han dejado la prisa, el engaño de siglos, para sentirse muda naturaleza. Cuerpos. Son sólo eso ahora, bajo el sol y entre el agua.85 AMO tu cuerpo, porque es un antro de improvisaciones. Y a cada nuevo balbuceo, aniquilas un detalle de mi historia. A través de ti, descubro la desaparición como el momento más perseguido por los rasgos.86 237 TÚ NO SABES AÚN QUE HE CERCADO TU ORILLA , que sueñas por la noche el color de mis ojos, que tus manos en sombra dirigen su tanteo hacia mi soledad. ¡Ignóralo así siempre! Yo agolparé tinieblas en el limpio sendero que hollan las verdades. Plegaré la inconsciencia como una venda inmóvil sobre tu laxitud. Nunca sabrás que en ti la fuerza se desnuda para erguir hasta el cielo el soplo de mi vida. Que tus labios se mueven al encuentro de un beso modelado en mi boca por tu ardiente obsesión. Ignóralo, y así desechará mi gesto la rígida cautela que detiene el impulso, e invadiré gozosa la atmósfera profunda que arrebata en su cauce lo más puro de ti.87 YO NO TE PREGUNTO ADÓNDE ME LLEVAS. Ni por qué. Ni para qué. ¿Tú quieres caminar?, pues yo te sigo.88 YO TODA ME ENTREGUÉ Y DI, y de tal suerte he trocado, que mi Amado es para mí, y yo soy para mi Amado. 238 Cuando el dulce cazador me tiró y dejó rendida, en los brazos del amor mi alma quedó caída, y cobrando nueva vida de tal manera he trocado, Que mi Amado es para mí y yo soy para mi Amado. Tírome con una flecha enarbolada de amor, y mi alma quedó hecha una con su Criador; ya no quiero otro amor, pues a mi Dios me he entregado, Y mi Amado es para mí y yo soy para mi Amado.89 A MI AMADO ENTREGUÉ todas las llaves; tengo a cambio las suyas, y hechas las paces. Pero queda una estancia, en lo profundo, donde entrar no podríamos ni unos segundos. ¡Tantas fuerzas ocultas y pensamientos, libres a todas horas hay allí dentro! 239 En vano intentaría fisgar un poco: una piedra no haría tanto alboroto. Bástenos una sombra, leve de rumor. Y que él lleve sus cuentas como hago yo.90 ¡QUÉ MARAVILLOSAS SON LAS NOCHES, qué hermositas son! Y la más bonita sería la noche del domingo, si estuvieses conmigo, con la mirada del espía descuidada y sin que nos viese nadie. Verías al sol de mediodía en brazos de la luna, mejor a una gacela en brazos de un león.91 VEN A MÍ QUE VAS HERIDO que en este lecho de sueños podrás descansar conmigo. Ven, que ya es la media noche y no hay reloj del olvido que sus campanas vierta en mi pecho dolorido. Tu retorno lo esperaba. De un ángulo de mi vida 240 voz sin voz me lo anunciaba.92 SI OS VAIS, ¡OH SEÑOR!, antes quiero besaros la boca roja, bermeja como cúrcuma.93 AMOR DE CADA INSTANTE duro amor sin delicias: cadena, cruz, cilicio, gloria ausente, esperada, gozo y tortura a un tiempo; realidad de los siglos, gracias por ser y estar en el nunca y en el siempre. Pues mi ejercicio, ahora es amarte en la ausencia, y aferrarme a esta nada porque también es tuya y beber ese polvo de soledad y vacío que es Tu don del momento y Tu clara promesa. Y por eso me obstino contra lo más cercano, huyendo de lo fácil —metal a flor de agua—, y si acepto por ti lo que todos entienden, por Ti también me acojo a lo que nadie sabe. Y así voy caminando por este desconcierto oscuro y luminoso, por este amor amargo, veteado de gloria...94 SI DE NOCHE VIENES, cuando te he citado, te daré los bucles y las trenzas 241 de mi pelo.95 ¡AH, LARGA ESPERANZA VANA! cuántos días ha que voy engañando el día de hoy esperando el de mañana. Pásase el tiempo ligero, no por mi amor, por mis años, que éste está como primero y sin darme desengaños. Esperando desespero en mi desdicha inhumana adorando un imposible, deidad más que soberana, ¡pensar que ha de ser posible! ¡Ah, larga esperanza vana! Quiero con tal perfección, que aunque pierdo en ello el gusto y se abrasa el corazón, contra amor y a mi disgusto, me sujeto a la razón. A mi pena treguas doy, sirviéndome de consuelo en el encanto en que estoy, que tome en cuenta tu cielo cuántos días ha que voy. Sólo mirando tus ojos, norte de mi pensamiento, se deshacen mis enojos y se acaba mi tormento 242 en viendo sus rayos rojos; y cuando no, en calma estoy en un mar de mil amores, donde firme roca soy y vivo Cori tus favores engañando el día de hoy. Susténtame la esperanza con verdes de tu hermosura, aunque mi desconfianza me dice que es mal segura de mujer la confianza; mas todo mi mal se allana, que si falta mi alegría, porque hoy no hable a mi Diana, llevo en paciencia este día esperando al de mañana.96 ¿HABRÁ SOLUCIÓN PARA NOSOTROS DE ESTE DISTANCIAMIENTO?] ¡Todos los enamorados se quejan de lo mismo! He pasado las horas de las citas durante el invierno, ardiendo en las ascuas de la pasión. ¡Y cómo, si estoy de ti separada y el destino ha sido rápido en traer lo que temía! Pasan las noches, no veo que la separación termine, y no tengo entereza para librarme de la esclavitud de la pasión; ¡Dios riegue la tierra que sea para ti morada con abundantes y perennes lluvias!97 243 ARROYOS CRISTALINOS que murmuráis soberbios sobre azules pizarras mi pena y mi tormento; altas, desiertas cumbres a quien esmalta Febo con los dorados rayos de sus cantos reflejos; veisme aquí sola y triste, que en busca de Liseno paso riscos de nieve y montañas de hielo. Si viéredes acaso aquel mi ingrato dueño, contadle mis pesares, decidle cómo quedo. Si vive presa el alma entre el amor y los celos, ausente de la causa padezco en dos extremos: sigo a quien me desprecia y a quien me estima dejo; adoro deslealtades, firmezas aborrezco. Y entre el temor y pena, lo amargo del recelo en dudas por el alma esparce su veneno; ingratitudes coge 244 por penas y desvelos, que en campos agostados mis esperanzas siembro. Mas cesen ya mis quejas, yo sólo poner quiero en este verde sauce que es Floris de Liseno.98 ¿VIENES TÚ A MÍ O VOY YO A TU LADO?, pues mi corazón se inclina a lo que tú deseas; mis labios son aguada dulce y transparente y mis bucles ramas que son sombra; pues espero que estés sediento y ardiente cuando llegue junto a mí la hora de la siesta; Contéstame rápidamente, pues no está bien que rechaces a Butayna ¡oh Yamil!99 TÚ EN EL ALTO BALCÓN DE TU SILENCIO, yo en la barca sin rumbo de mi daño, los dos perdidos por igual camino, tú esperando mi voz y yo esperando. Esclavo tú del horizonte inútil, encadenada yo de mi pasado. Ni silueta de nave en tu pupila, ni brújula y timón para mis brazos. En pie en el alto barandal marino tú aguardarías mi llegada en vano. Yo habría de llegar sobre la espuma en el amanecer de un día blanco. 245 Pero el alto balcón de tu silencio olvidó la señal para mi barco. Y me perdí en la niebla de tu encuentro —como un pájaro ciego—, por los años.100 ¿QUIÉN ME DEFENDERÁ DE ESTE AMANTE ANTIPÁTICO, que no entiende los gestos y los deseos? Quiere unirse a alguien que no le daría ni siquiera una bofetada; con una cabeza necesitada de un cauterio y un rostro necesitado de un velo.101 AL INGRATO QUE ME DEJA Al ingrato que me deja, busco amante; al que amante me sigue, dejo ingrata; constante adoro a quien mi amor maltrata; maltrato a quien mi amor busca constante. Al que trato de amor hallo diamante; y soy diamante al que de amor me trata; triunfante quiero ver al que me mata y mato a quien me quiere ver triunfante. Si a éste pago, padece mi deseo: si ruego a áquel, mi pundonor enojo; de entreambos modos infeliz me veo. Pero yo por mejor partido escojo de quien no quiero, ser violento empleo, que de quien no me quiere, vil despojo.102 246 CON ESA BOQUILLA QUE FUMAS provista de cierta suntuosidad, los cabellos grises, cortos y muy rizados; un hedónico donaire en las maneras y ese halo de sutil belleza decadente. Con todo eso, como digo, podría enamorarme de ti, si de verdad, no te conociera.103 NO ME TOQUES, AMIGO, no, no quiero al que hace daño; el corpiño es frágil. ¡A todo me rehúso!104 Y SI TÚ FUERAS UN HOMBRE DE BIEN (que no lo eres) vendrías a mezclarte conmigo en las afueras de Argel o de Venecia para besar insieme il sacro piede e admirare le spaventose meraviglie superbe della antichitá... como cantar solían los poetas. Pero no eres hombre de bien. Oh, si lo fueras.105 LO QUE LE JURAS A TU HIJO NO VALE pues para que no sufra le prometes cualquier cosa lo que me ofreces a mí no vale porque me lo regalas 247 pensando que he sido o que seré otra y cuando me ves igual a mí o parecida me niegas todo ésa es la causa de que no podamos dialogar y sólo te pasee por el parque de cristal cuando ya comprendo que no quieres mi amor sino el de aquella inexistente y me he resignado a no salvarte.106 ERA UN BESO REDONDO antiguo diminuto. Lo escondí en mi bolsillo y se mezcló con todo. Mis bolsillos son casi la buhardilla del suelo porque guardo botones lapiceros papeles cualquier cosa que encuentro mientras limpio la casa. Allí con esas cosas que reúno hasta el sábado esperó a serme útil. Era un beso redondo que todavía conservo. Lo llevé en la cartera. Me lo escondí en la playa. Todavía no entiendo como pudo ser tuyo. Era un beso distinto, me acompaña siempre. 248 Se te debió caer cuando amabas a otra.107 TE APODAS EL SEIS y este mote no te dejará mientras vivas: pues eres marica, puto y fornicador, cornudo, cabrón y ladrón.108 HUID DE AMOR, ZAGALEJAS, huid si vivir queréis, que verme morir amando escarmiento os puede ser. No os fiéis de sus caricias, no de sus gustos os fiéis, que cual sirena engañosa regala para ofender. Huid de sus tiranías, que, disfrazadas, tal vez áspides son entre flores, si flores al parecer. En los tormentos que paso cerca el ejemplo tenéis; miradme y veréis, zagalas, este enemigo quién es. Mirad la tristeza mía, y en ella conoceréis su tirano maltratar, mi continuo padecer. 249 Mirad mis lágrimas tristes, y en su corriente veréis desde tirano lo injusto, desde traidor lo cruel.109 ¡POR DIOS!, ME DESAHOGUÉ GRITANDO, me ha roto mi pecho, me ha herido mis labios y me ha deshecho el collar!110 LIBERTAD NO TENGÁIS DUEÑO que os ha tratado tan mal dejadle por la inconstancia, huidle por la crueldad. No tratéis de ser cautiva de quien tan mal trato os da, que cuando es yerro ser firme quien es firme, es pertinaz. El dueño a quien solamente os quisisteis sujetar por juzgarle peregrino, por hallarle sin igual, tan mal os ha merecido la firmeza que ostentáis, que sabiendo prometer no ha sabido ejecutar. Las finezas que ostentaba 250 tan mudadas están ya que hoy es todo ofender lo que ayer todo obligar. ¡Oh, qué mal se verifican sus deseos, y oh, qué mal se concede a los deseos, quien se niega a la piedad! Que mal su amor acredita quien después de tanto amar prefiere al menor deseo la mayor comodidad. Amante que por respetos ejercita una crueldad, ¿quién duda que sabe amarse más de lo que se sabe amar?111 MADRE MÍA, MURIERA YO... y no me casara, no.112 ¡OH CÓMO INTENTA LEONIDA, ya más que amorosa, cruel, vengar previstos olvidos de un ausente descortés! Auséntase, pues, Lisardo, y aunque segura el volver, sabe Leonida que parte al todo de su interés. Prendas que estimaba el alma, 251 o ya de esmalte o pincel, arroja y borra, ultrajando al que dueño suyo fue. Papeles al fuego entrega; ¿quién ha visto que se den castigos de inquisición a sobras tantas de fe? Mas no es mucho que parezca bárbara con el que, infiel, la ley que le debe rompe, porque se muda a otra ley. viéndola entre sentimientos vendida al fiero tropel, Anarda el motivo injusto intenta desvanecer. Vuelve en ti, Leonida —dice—; deja el morir esta vez de sentimientos de amante para aquéllos de Teruel. Tú que piensas que esto de amar censo de por vida es, y de su amor cada uno un ensayo puede hacer. Todo galán considera que es hombre, sí, no mujer; y cual más, cual menos, toda lana pelos viene a ser. Si es necio no hay quien le escuche; 252 si es discreto y habla bien satiriza, ensarta y parla, dicho, hecho y por hacer. En ninguno hallarás medio, y si le llega a tener, y a esa cuenta le dan mano, quiere tomarse hasta el pie. Muy bien me parecen todos y a todos pienso querer; pero, ¿sujetarme a uno?, libera nos Domine. Bendita mi libertad, Dios la conserve, porque viva libre, libre viva por siempre jamás, amén. Aprende de mí, Leonida, rígete por mi arancel: quiere a todos y a ninguno, sin querer a dos por tres, Y encomienda ese tu ausente al apóstol calabrés con intención de olvidarte, y yo en tanto cantaré: Alalalalelá, vaya y nunca vuelva; alalalalelá, que si fuere a Argel, vaya Dios con él.113 253 PENSÁBASE AMOR, MADRE, que a su rigor me rindiera: ¡malos años para quien a sus engaños se entrega! Cautivarme quiso un día, rayo a rayo y flecha a flecha, con los ojos de un serrano, el mejor de nuestra aldea; pero yo, que ya conozco sus engaños y cautelas, por no enredarme en sus lazos, cerré del alama la puerta, No le dejé en ella entrar, porque es prevención discreta cuando comienzan los daños remediarlos con presteza; que si aumentar su fuego, tarde el remedio aprovecha, que cualquier tiro hace esclava la libertad más exenta. Véisle vendados los ojos y que siempre tira a ciegas, pues mejor que el que más ve, todos sus golpes acierta. A nadie yerra el rapaz, aunque a todos veis que yerra, porque sabe el blanco donde encamina sus flechas. 254 Mas yo libre estoy, zagalas, de sus tormentas y penas, aunque él pensaba, mi madre, que a su rigor me rindiera.114 EL AMOR HA TALES MAÑAS que quien no se guarda dellas, si se l’entra en las entrañas, no puede salir sin ellas. ...................................................... Es de diversas colores, críase de mil antojos; da fatiga, da dolores, rige grandes y menores, ciega muchos claros ojos; y aquellos, desque cegados, no quieren verse en clarura; hállanse tanto quebrados, que dicen los desdichados es un cáncer de natura, a quien somos sojuzgados. Éntranos por las astillas cuándo quedo, cuándo apriesa, con sospechas, con rencillas; y al contar destas mancillas tal se burla que s’confiesa, y aun las más defendidas señoras del ser humano, cuando déste sin heridas, si saben y son garridas, y a ellas come lo sano y a nosotros nuestras vidas.115 255 DEFENDIENDO EL AMOR O SUS CONTRARIEDADES Borrasca disfrazada en la bonanza, engañoso deleite de un sentido, dulzura amarga, daño apetecido, alterada quietud, vana esperanza. Desapacible paz, desconfianza, desazonado gozo mal sufrido, esclava libertad, triunfo abatido, simulada traición, fácil mudanza. Perenne manantial de sentimientos, efímera aprehensión que experimenta dolorosas delicias y escarmientos. Azarosa fortuna, cruel, violenta zozobra, sinsabor, desabrimientos, risa en la playa y en el mar tormenta.116 AMAR EL DÍA, ABORRECER EL DÍA. llamar la noche y despreciarla luego, temer el fuego y acercarse al fuego, tener a un tiempo pena y alegría. Estar juntos valor y cobardía, el desprecio cruel y el blando ruego, tener valiente entendimiento ciego, atada la razón, libre osadía. Buscar lugar en qué aliviar los males y no querer del mal hacer mudanza, desear sin saber qué se desea. 256 Tener el gusto y el disgusto iguales, y todo el bien librado en la esperanza, si aquesto no es amor, no sé qué sea.117 SUPÓN QUE ME PRESENTO cualquier día en tu casa. Que digo: “Hasta aquí hemos llegado” que cierro las ventanas, apago las cortinas, los libros, los periódicos. Supón que me presento cuando menos lo esperas. Ya puedo disfrutar tu mirada de asombro, el lecho abandonado, los sentidos alerta. Supón que te desnudo con besos y sonrisas, conjuro tus fantasmas, asalto tu desvelo, amanezco en tu sombra, y me marcho, y me juras —dentro de un orden, claro— fidelidad eterna.118 ESTUVE HACIENDO CUENTAS pues no sé hacer milagros ni esas cosas que dicen 257 que sabemos las mujeres. Y ahora que estás lejos me pregunto si acaso vivir sola no me cuesta más caro.119 Y EL NIÑO AQUELLA NOCHE le pidió a la niña que le odiara; y ella, recogidas las manos en su cintura, lloró en grieta el largo camino de la palabra, fría de silencios y de tiempos, de quien antes le pidiese que le amara.120 ¿ES TU DEBER SER AUSENCIA, el mío, contenido manantial?121 TENGO UN AMIGO que no se inclina ante los reproches, y cuando le dejé, se llenó de despecho y me dijo: ¿has conocido a alguien que se me parezca? y yo le dije también: ¿Y tú, has visto a alguien como yo?122 CUANDO ABRÍ EL BUZÓN encontré un mensaje que venía a decir: “todavía hoy encontré rastros de tu cuerpo dentro de mi cuerpo”. 258 En ese espacio de silencio se remueven ahora los afectos.123 NO ES TAN TÓXICO YA: TAMBIÉN CADUCA el amor en la fecha señalada en su dorso. Ya no es ese veneno tan eficaz, ni acaso necesaria la urgente sobredosis. Qué cualidad letal la del amor filtrado en la memoria.124 POR MÁS QUE VIVIERA, jamás entendería de qué hermosa plenitud podrías aún adornar mi vida. Y ni siquiera recordar los años de soledad, olvido y pobreza, causan ya en mi fatal amargura, y, aún sin tu amor, saber de ti hoy, justifica aún más el amor que te profeso. Mas no creas que odio o rencor alguno te guardo, que quien ama, la maldad no va consigo. Por eso te lo digo, para que lo sepas: buena suerte amigo, buena suerte amor, a mí sólo me queda partir y aprender a vivir con tu ausencia, y perderme en algún otro lugar, sin saber que me depara este tiempo tan confuso.125 259 ¡HUBO UN TIEMPO TE AMÉ ! ¡Dentro del pecho un altar te erigí: tú eras el solo único objeto de mi ardiente culto, mi sumo bien, mi religión, mi todo! En ti cifraba mi existencia entera, por ti el vivir me pareció dichoso, bella la muerte, que al amor le es dado con su llama avivar el yerto polvo. ¿Qué me importaba de esa ciega turba el aplauso o desdén? Para ti sólo inmarcesible lauro ambicionaba y un renombre inmortal del mundo asombro. ¡Cuánto te amé! Pendiente de tu labio, me viste estremecer, temblar de gozo, cuando tu voz tan desdeñosa siempre formulaba de amor sagrado voto. ¡En vano mi mirada escrutadora doquier buscaba con empeño loco otro mortal más digno de mi afecto, digno cual tú del general encomio! ¡Engañosa ilusión! ¡El bello manto que al ídolo fatal sirvió de adorno el tiempo disipó... ¡Vi convertido en tímido mortal al gran coloso! ¡Del pedestal caíste en que mi mano te colocó insensata, y cual oprobio recuerdo el llanto que por ti he vertido al mirar tu desdén y tu abandono! 260 ¿Conoces tú el amor? ¿Sabes acaso lo que encierra este nombre tan hermoso, que es fuente eterna de entusiasmo inmenso, de abnegación purísimo tesoro? ¡Ay, no lo sabes, no!... ¡tu pecho frío no comprende ese afecto, y por el lodo de vil materialismo calcinado, cálculo y falsedad sólo ve en torno! ¡Tu talento sin par puede altanero los átomos contar del ancho globo, pero tu corazón seco y marchito en misterios de amor jamás fue docto! ¡Indigno eres de mí!... ¿De nieve helada cuando ardiente volcán pudo ser socio? ¡Lo que te sobra en calculada ciencia, en corazón me sobra generoso! ¡Vano empeño es ya! El amante lazo que nos unió fatal tranquila rompo: ¡Hoy no me ves llorar!... ¡Hoy que el desprecio con que acoges mi amor pusiste el colmo! ¡Mírame sonreír... mírame alegre entre el bullicio rebosar de gozo, y ni un instante tu adorada imagen se presentó fatal ante mis ojos! ¡Pasó aquel tiempo ya!... Pasó aquel tiempo en que tu esclava fui... ¡Hoy sin encono puedo decirte que en su ausencia vivo y hallo placeres, si el placer evoco! 261 ¡De hoy más tu nombre que adoré ferviente no vibrará en mi pecho melodioso; será un nombre no más, un nombre vano que no revela ni cariño ni odio! ¡Ya para siempre adiós! ¡y ojalá nunca recuerdes al luchar contra el insomnio, que nadie como yo supo adorarte, y me pagaste con mezquino dolo! ¡No lo recuerdes, no! El remordimiento es cáncer que devora ponzoñoso; recuerda sólo que al dejar de amarte exclamé sin rencor: ¡yo te perdono!126 NO EXISTE LAZO YA: TODO ESTÁ ROTO: plúgole al cielo así: ¡bendito sea! Amargo cáliz con placer agoto: mi alma reposa al fin: nada desea. Te amé, no te amo ya; pienso al menos. ¡Nunca, si fuere error, la verdad mire! Que tantos años de amarguras llenos trague el olvido; el corazón respire. Lo has destrozado sin piedad: mi orgullo una vez y otra vez pisaste insano... mas nunca el labio exhalará un murmullo para acusar tu proceder tirano. De graves faltas vengador terrible, dócil llenaste tu misión: ¿lo ignoras? No era tuyo el poder que irresistible 262 postró ante ti mis fuerzas vencedoras. ¡Quísolo Dios y fue: gloria a su nombre! Todo se terminó: recobro aliento. ¡Ángel de las venganzas! ya eres hombre... ni amor ni miedo al contemplarte siento. Cayó tu cetro, se embotó tu espada... Mas ¡ay! ¡Cuán triste libertad respiro! Hice un mundo de ti, que hoy se anonada, y en honda y vasta soledad me miro. ¡Vive dichoso tú! Si en algún día ves este adiós que te dirijo eterno, sabe que aún tienes en el alma mía generoso perdón, cariño tierno.127 ALGUNA VEZ HE DE VOLVERME y mirar hacia atrás. No sé si habré de dirigir mis ojos hacia arriba o hacia abajo, pero tú, a quien no escribí un poema de amor y di más que el amor, comprenderás. (¿He dicho que no creo en el amor sino en la luz? Amor... He visto demasiado esa palabra: conteniendo la vida, engalanando la muerte, arrastrada por lechos, desvaneciéndose en los idiomas —love, Liebe, amore... amore mío, amor: sonidos, confusión de sonidos que ocultan algo. Luz: tan sólo en ella creo). Nadie es su voluntad: es su destino. Si es sólo su presente: es el pasado y el futuro también —un peligroso borde donde, no siempre ciegos, caminamos—. 263 Inevitable despeñarse mas tal vez no terrible. La luz sólo puede librar a las sombras, derretir sus cadenas, dar a las aguas transparencia y vida, aire al espacio clausurado. Y el presente de ayer no es ya más una soledad sin sentido en que se puede llamar amor a las sombras. Porque ¿puede ser una garra el amor? ¿Puede ser un desierto el amor? ¿Puede ser una alta muralla? ¿Podría haber sido, yo sola, el amor y el amante viendo otro cuerpo donde nada había? No sé: ¿cómo saber quién fui, quién, ellos, fueron, sin luz? Yo, a mí misma, regresaré por esa luz –sencilla de una luz ahorarestaurando los rostros mordidos por el tiempo, ordenando la casa que me habita —puesto el mirto en los vasos en honor de las sombras ancestrales—, porque no hay que renunciar a la pena, ni al testimonio de los escombros, sino a la destrucción. Porque ser o no ser destruida, sólo depende de mí: de que mi mano tape la luz o la deje pasar por el pequeño espacio que entre mis ojos vive, hasta el fondo infinito, y me incluya en su círculo. En ese día inacabable en el que los vocabularios se fundan en la luz, y sea suficiente mirar, ¿para qué llamar nada a nada?128 264 LA IDENTIDAD FEMENINA 265 MUJER ¡Cuán vanamente, cuán ligeramente me llamaron poetas, flor, perfume!... Flor, no: florezco. Exhalo sin mudarme. Me entregan la simiente: doy el fruto. El agua corre en mí: no soy el agua. Árboles de la orilla, dulcemente los acojo y reflejo: no soy árbol. Ave que vuela, no: seguro nido. Cauce propicio, cálido camino para el fluir eterno de la especie.129 ME MIRO EN UN ESPEJO: ¡Así que esa soy yo!, descubro sorprendida. Y, para asegurarme, me pincho en cualquier sitio del espejo un alfiler: ¡No duele!130 Y YO LLEVABA UN GORRO muy moderno. Parecía una extraña cazuela. Unos tacones leves y muy altos. Un abrigo atrevido. Unos guantes y un bolso de color avellana. Los labios y los ojos pintarrajeados. No debía de ir mal. 266 Las mujeres volvían la cabeza para mirar la hechura de mi abrigo. Los hombres... Pero yo, bajo la piel y aquella vestidura de comparsa, llevaba otro ropaje de un tejido muy denso. Era de angustia. Y añoré mi pelo suelto, mis zapatos bajos, mi abrigo deportivo, mi tez morena, solamente al agua. Tú me veías, Dios. Y cómo hablamos. Yo te decía que estaba muy ridícula con todo aquello. Tú dijiste que sí. Y compartiste el tan amargo leve movimiento de mis labios oblicuos.131 PERO SEAMOS REALISTAS: Penélope, cosiéndole, no es más feliz que yo ahora mismo rompiéndole la cremallera.132 Y TODO ESTE QUEDAR SOBRE LAS PLAYAS, para morirse un día. Dicen que allí... 267 Pero respondo que vivo ahora. Que es sobre esta tierra donde estoy, en donde me conozco, en donde estoy muriendo un poco más a cada instante. Sobre esta tierra que me roban, sobre estos prados que me huelen a muerte inhabitada. Que debe ser aquí, en donde somos. Que este vivir para la muerte no es vivir humano. Nadie me hará creerlo. Alguien me debe algo que no estará en la muerte y duerme sobre el pecho estrellado del mundo. Sé que en alguna parte alguien me quiere débil para domar mi sangre. Para robarme esta vida que exijo ahora, para hacer de mí un cuerpo mortificado y dulce escondiéndome sobras por detrás de la muerte. Sé que me roban algo y no sé quién, ni dónde.133 TENGO PERLAS Y DIAMANTES relumbrantes, ciñe corona mi sien; tengo sedas y bordados delicados también 268 Cien esclavas me acompañan y me bañan en esencia de clavel, llamándome fresca rosa, primorosa, luz y encanto del vergel. La palmera me da sombra; y en la alfombra del espléndido jardín, me reclino entre las flores de colores y el blanquísimo jazmín. Aunque, no soy africana, soy sultana, y me adora mi señor, en tanto que otras se afanan y engalanan, sin poder lograr su amor. Envidian una ventura que maldigo sin cesar. ¡Ah! malhaya mi hermosura, que es causa de mi pesar. Está marchita mi frente, yo no hallo felicidad, y recuerdo tristemente mi perdida libertad. Miro el agua transparente del arroyo bullicioso deslizarse suavemente por el prado delicioso, 269 y en la rama temblorosa a el amante ruiseñor, y la bella mariposa volando de flor en flor. Pero la verde pradera y el amoroso jardín, la risueña primavera con sus hechizos sin fin, nada clamará las penas de mi triste corazón; son doradas mis cadenas, pero al fin... cadenas son.134 RISUEÑOS ESTÁN LOS MOZOS, gozosos están los viejos, porque dicen, compañeras, que hay libertad para el pueblo. Todo es la turba cantares, los campanarios estruendo, los balcones luminarias, y las plazuelas festejos. Gran novedad en las leyes, que, os juro que no comprendo, ocurre cuando a los hombres en tal regocijo vemos. Muchos bienes se preparan, dicen los doctos al reino; si en ello los hombres ganan, yo, por los hombres me alegro, mas por nosotras, las hembras, ni lo aplaudo ni lo siento, 270 pues aunque leyes se muden, para nosotras no hay fueros. ¡Libertad! ¿qué nos importa? ¿qué ganamos, qué tendremos? ¿un encierro por tribuna y una aguja por derecho? ¡Libertad! pues ¿no es sarcasmo el que nos hacen sangriento con repetir ese grito delante de nuestros hierros? ¡Libertad! ¡ay! para el llanto tuvímosla en todos tiempos; con los déspotas lloramos, con los tribunos lloraremos; que, humanos y generosos estos hombres, como aquellos, a sancionar nuestras penas en todo siglo están prestos. Los mozos están ufanos, gozosos están los viejos, igualdad hay en la patria, libertad hay en el reino. Peor os digo, compañeras, que la ley es sola de ellos, que las hembras no cuentan ni hay Nación para este sexo. Por eso aunque los escucho, ni me aplaudo ni lo siento; si pierden, ¡Dios se lo pague! y si ganan, ¡buen provecho!135 POR QUÉ HABRÁ SIEMPRE LÍMITES AL FONDO. 271 Al fondo no tendría que haber nada: vía libre, y poder decir que sí, un sí tremendo. Ser mineral, arroyo, chubasco vivo, ola vuelta al revés, relincho de caballo. Todo el color del mundo a mis espaldas. Ser como soy pero además, ser alguien imprevisto, algo que aún no esté catalogado, como un matiz de pluma, como una decisión, como la luz danzando quitándose los velos, como ese grajo guerrero que guardamos.136 HAY QUE SABER COMERSE LAS PAREDES. Darse de boca contra lo imposible. Querer saltar la tapia y que no pueda el atlético impulso demostrarse. Hay que pensar que estamos, como estatuas, serenos ante no sabemos cuántos marmóreos basamentos por raíces.137 A TRAVÉS DE LA NEBLINA DEL BAR EN SOBREMESA, vimos en el televisor a una mujer somalí descendiendo de un automóvil en medio de la multitud. 272 En las imágenes pudimos percibir la bella fragilidad de sus ademanes; su cuerpo flaco cubierto del explosivo color de las ropas africanas. Y luego, inmediatamente, vimos la brutal actividad del bicho humano. Todos querían golpear a la prostituta. Todos la fueron desnudando hasta dejarla perfectamente sola entre los suyos. Y sin embargo nuestros soldados no perdieron la compostura. Estaban allí, presentes, con los ojos del mundo, con los ojos de una especie fraudulenta, y al fin ojos de nadie para cuidar al otro. Después vimos un anuncio navideño, otro sobre seguros de vida, otro sobre un perfume de insospechados efectos. Olvido y yo nos miramos desde muy lejos. Nada había ocurrido y, sin embargo, ambas sujetábamos el vientre con las manos.138 ME LEVANTÉ SIN QUE SE DIERAN CUENTA y salí sin hacerme notar. Había estado todo el día entre ellos, intentando hacerme oír, procurando decirles lo que me habían encargado. Pero el recado que me dieron no era preciso. El humo, la música, el ruido de las risas y de los besos —estallaban como las rosas en el aire—, eran más fuertes que mi voz. Cansada de mi trabajo inútil, me levanté abrí la puerta y salí del hermoso lugar. Desde la calle 273 miré por la ventana; nadie había advertido mi ausencia. Caminé. Volví el rostro: ninguno me seguía.139 NI SÉ SI MUERO NI SI TENGO VIDA, ni estoy en mí, ni fuera puedo hallarme, ni en tanto olvido cuido de buscarme, que estoy de pena y de dolor vestida. Dame pesar el verme aborrecida y si me quieren, doy en disgustarme; ninguna cosa puede contentarme, todo me enfada y deja desabrida; ni aborrezco, ni quiero, ni desamo; ni desamo, ni quiero, ni aborrezco, ni vivo confiada ni celosa; lo que desprecio a un tiempo adoro y amor; vario portento en condición padezco, pues que me cansa toda humana cosa.140 ESTA VOZ, QUE NO ES MI VOZ, con la que hablo y me río, que habrá de seguir en mí y habrá de acabar conmigo, esta voz, que no es mi voz, que está robándole el sitio a esa voz que yo me sé cantando sonidos vivos... Esta voz, que no es mi voz, 274 ¿habrá de acabar conmigo sin que la otra voz, mi voz, pueda surgir de su olvido?141 APRENDE A ESTAR TAN SOLA QUE HASTA TU SOMBRA MISMA apetezca librarse. Sé tú la compañera de tus pasos, de modo que llegues a las cosas siempre como el que llega de una tierra extranjera. Aprende que el dolor sólo es de ti, la risa sólo tuya, testigos los dos de tu manera. Para que la luz fluya clara de tu sonrisa, desaloja el fingido sol que el mundo te presta. Quédate con la nada que brote de tus manos, quédate con lo poco o lo mucho que seas en la noche tranquila de tus mejores gastos, en la sobra amorosa que ahora se te revela. ¡Los otros!... Si los otros pudieran comprenderte, si alguien pudiera hablarte por dentro y no por fuera, si esos que ahora te llaman no estuviesen atentos al sonido estruendoso de las falsas trompetas... Llámame tú. Sé música de tu propio instrumento, color de tu pintura, cincel en la madera de tus sueños. Dibuja lo que quieres decirte, escríbete tu historia, escúlpete en tu piedra. Aprende a estar a solas. Bebe el agua en tu mano, nadie te la ha de dar tan limpia ni tan fresca. Lo que tomes del mundo con la ayuda de otros no podrás admirarlo de noche en las estrellas.142 275 NO FIJES TU MIRADA en mis pupilas hondas; no sacudas el ángel de las visiones rojas. No oprimas con tu mano mi mano temblorosa; no despiertes la bruja de los gestos de loca. No obligue tu palabra a que la mía responda; deja mi voz ahogada, mi lengua silenciosa. No indiques a mis pies la ruta tentadora; no evoques el fantasma de la marcha azarosa. No nombres a mi mente la rima que obsesiona; no llames al espíritu de la ilusión traidora. Déjame así un minuto: muy serena y muy quieta, y muy sola, reposando de esta mi exaltación morbosa, sin tensión en los nervios y el alma sin zozobras. Dame este breve instante, 276 ¡oh vida arrolladora!, este fugaz momento de calma luminosa. Déjame así un minuto, muy serena y muy quieta, y muy sola.143 LA POESÍA Entró en mi casa y silenciosamente se instaló entre las cosas. Nadie la vio llegar ni advirtió su presencia. Yo tan sólo recuerdo, muy vagamente, una extraña inquietud, una violencia indescifrable lastimando un sosiego ya desde siempre quebradizo, inseguro. No hubo por mi parte objeción, resistencia, ni nada que impugnara su aparición fortuita. Y así pudo, impune, clandestina, adueñarse del aire, del pan, del agua, de mis ojos... Decidida, implacable, fue llenando mi corazón con su desorden. En tan mínimo espacio, 277 puso tristeza y gozo, unió la claridad con la tiniebla, valor y miedo vertió con gesto sibilino en una misma copa. Abrió puertas, descorrió visillos, plantó en mi huerto su árbol esquivo, solidario, amoroso, rebelde... Aglutinó en mi voz todas las voces y me colmó las manos de dones y vacío. Y me dejó viviendo en soledad, con ella.144 NO SOY MAGA NI SIRENA, ni querub ni pitonisa, como en tus versos galanos me llamas hoy, bella niña. Gertrudis tengo por nombre, cual recibido en la pila; me dice Tula mi madre, y mis amigos la imitan. Prescinde, pues, te lo ruego, de las Safos y Corinas, simplemente me nombra Gertrudis, Tula o amiga. Amiga, sí; que aunque tanto contra tu sexo te indignas, 278 y de maligno lo acusas y de envidioso lo tildas, en mi pretendo probarte que hay en almas femeninas para lo hermoso entusiasmo, para lo bueno justicia. Naturaleza madrastra no fue (lo ves en ti misma) con la mitad de la especie que la razón ilumina. No son las fuerzas corpóreas de las del alma medida; nos encumbra el pensamiento por el vigor de las fibras. Perdona, pues, si no acato aquel fallo que me intimas; como no acepto el elogio en que lo envuelves benigna. No, no aliento ambición noble, como engañada imaginas, de que en páginas de gloria mi humilde nombre se escriba. Canto como canta el ave, como las ramas se agitan, como las fuentes murmuran, como las auras suspiran. Canto porque al cielo plugo 279 darme el estro que me amina; como dio brillo a los astros, como dio orbe armonías. Canto porque hay en mi pecho secretas cuerdas que vibran a cada afecto del alma, a cada azar de la vida. Canto porque hay luz y sombras, porque hay pesar y alegría, porque hay amor y esperanza, porque hay amor y hay perfidia. Canto porque existo y siento, porque lo grande me admira, porque lo bello me encanta, porque lo malo me irrita. Canto porque ve mi mente concordancias infinitas, y placeres misteriosos, y verdades escondidas. Canto porque hay en los seres sus condiciones precisas: corre el agua, vuela el ave, silba el viento, y el sol brilla. Canto sin saber yo propia lo que el canto significa, y si al mundo, que lo escucha, asombro o lástima inspira. 280 El ruiseñor no ambiciona que lo aplaudan cuando trina... latidos son de su seno sus nocturnas melodías. Modera, pues, tu alabanza, y de mi frente retira la inmarchitable corona que tu amor me pronostica. Premiando nobles esfuerzos, sienes más heroicas ciña; que yo al cantar solo cumplo la condición de mi vida.145 DICE EL MUNDO QUE PRETENDES celebridad literaria, ¡desdichada visionaria! ¿en qué fundas, con qué emprendes tu pretensión temeraria? ¿Con el noble corazón que te dio la Providencia? ¿Con tu ciega inexperiencia que oculta la ilustración bajo modestia apariencia? ¿Con esos méritos cuentas para alcanzar nombradía? Amiga, ¡qué niñería! Muy humilde te presentas ante el Parnaso del día. 281 ¿No ves que las hembras somos, con poquísima excepción, todo extremosa afección, o bobas como palomos, o doctas como Solón? Y en llegando a presumir de literatas ¡no es nada! ¿Quién le tose a una ilustrada? ¿Quién es capaz de escribir su extraña vida privada? Suelta por tanto la aguja, tira el dedal sin empacho, haz que en ti no quede cacho de femenil, ni burbuja indigna de una marimacho. ¡Y digo coser! menguada, ¿de tal modo te envileces? ¿No ves que el genio entorpeces? ¡Oh mujer adocenada! Deja tamañas sandeces. ¿Qué se dirá de tu musa en los literatos corros, si en domésticos ahorros gastas activa y difusa tu ardiente mollera a chorros? Te estrellas, aquí no hay más, rechiflada vas a ser, si quieres la gloria obtener, echa la modestia atrás y olvida que eres mujer. 282 ¿Un talento despejado cumplir con su obligación? ... No hay en la Constitución, ni un artículo jurado, que del caso haga mención. Y no importa que nacida seas pura y recatada, para la dicha formada de un familia querida a tu prudencia encargada; ni que estés por dios sujeta al varón y a su mandar, en consiguiendo forjar alguna traba discreta puedes echarte a volar. ¿Los hombres? ¡raza importuna! Prescinde esos aleves... No es cosa del otro jueves... Gloria te ofrezco y fortuna si a emanciparte te atreves. ¿Hay o no hay libertad? ¿Se clama o no por progreso? Pues, hija mía, si hay eso, con toda seguridad libre el alma y libre el seso. Ta mi razonar te inflama, ya modelo solicitas, puesto que tanto me incitas atiende, y verás la fama como te lleva en palmitas. 283 Y siguiendo la advertencia con que dirigirte quiero, apuesto... mil contra cero, que obtendrás sin competencia la cruz de Carlos tercero. En primer lugar, el plagio sea tu base, tu guía, no busques, amiga mía. ideas nuevas... contagio hay de rapsodia en el día. Cubre los plagios con voces, retumbantes, tremebundas, forma estrofas nauseabundas con galicismos atroces, y parecerán profundas. Y cuando te asalte el tedio cansada de consonantes, una docena de amantes te indico para remedio, o dos, si no son bastantes. En esto debes andar al por mayor, pues, sin tasa, no casarte... ¿quién se casa? ¡Oh qué cosa tan vulgar! De puro rancia se pasa. ¿Y si Dios te enriqueciera con frutos de bendición? Amiga, ¡qué perdición! ¿Tú convertida en niñera 284 con esa imaginación? Por el consorcio no opino; lleva vida de soltero, viste de fraque y sombrero, cabalga como Beduino, y fuma cual carretero. Debes usar mucho el ron y beber el licor puro, esto te dará, seguro, el aspecto del varón y un metal de voz... oscuro. Debes las noches pasar como un tahúr en garito, y allí levantar el grito, y si juraren, jurar, sin que se te importe un pito. O con menos aprensión por entre las tumbas frías, vagar en noches sombrías, buscando la inspiración que perdiste en las orgías. A lo dicho y criticar cuanto la prensa produce, mientras el ponche luce cual pitonisa garlar, mi consejo se reduce.146 285 FEBRIL LA MANO Y PALPITANTE EL SENO, las nieblas en mis ojos condensadas, en un mundo de dudas los sentidos, en un mundo de tormento las entrañas, sintiendo cómo luchan en sin igual batalla inmortales deseos que atormentan y rencores que matan, en propia sangre mojo dura pluma la vena hendiendo hinchada, y escribo..., escribo..., ¿para qué? ¡Volved a lo hondo del alma, procelosas imágenes! ¡Id a morar con muertas remembranzas! Trémula mano en papel sólo escriba palabras, y palabras, y palabras. De la idea, la forma inmaculada ¿dónde quedó velada?147 ¿SON PAREDES LAS PÁGINAS mientras no las escribes? Vas viviendo una extraña confusión de blancuras: blanco espeso y duro de la pared sin grietas, blancura de papel tan dócil a los signos. Ya es hora de decir, hora de que los sones atraviesen las puertas y las gentes aprendan a escuchar las campanas. 286 Página, papel, pared, blancura. Tacto blando e impasible, y entre esas dudas blancas se resuelve el problema del mensaje perdido.148 ¡POETISA...! Raro capricho la mente sueña, será inmodesta, vana aprensión. Tal palabra no me cuadra; su sonido a mi oído no murmura con dulzura de canción; la armonía melodía y hace daño al corazón. Tiemblo escucharla; ¿será manía? Oígo un murmullo cerca de mí: no me cuadra tal palabra; que el murmullo que al arrullo de la sátira nació, me lastima con su giro y un suspiro 287 me arrancó. Si han de ponerme nombre tan feo, todos mis versos he de romper; no me cuadra tal palabra, no la quiero; yo prefiero que a mi acento lleve el viento, y cual sombra que se aleja y no deja ni señal, a mi canto, que mi llanto arrebate el vendaval.149 OH MUSAS DE LA HERMOSA CABELLERA, castas hijas de Zeus, que en la cumbre del Helicón sagrado entonáis cantos a la augusta Hera argiva y Febo Apolo y Atenea ojizarca, concededme la habilidad e inspiración divina de escribir un relato o cuento corto, de entre tres y seis páginas, con letra Arial de doce puntos, veinticinco palabras cada línea, a doble espacio y presentado bajo lema o plica para poder ganas un premio o dos y ver un poco de dinero fresco.150 288 YO SOY UNA MUJER: NACÍ POETA y por blasón me dieron la dulcísima carga dolorosa de un corazón inmenso. En este corazón, todo llanuras y bosques y desiertos, ha crecido un amor, grande, muy grande, colosal, gigantesco; amor que se desborda de la tierra y que invade los cielos... Ando la vida muerte de cansancio, inclinándome al peso de este afán, al que busca mi esperanza un horizonte nuevo, un lugar apacible en que repose y se derrame luego con la palabra audaz y victoriosa dueña de mi secreto. Yo necesito un mundo que no existe, el mundo que yo sueño, donde la voz de mis canciones halle espacios y silencios; un mundo que me asile y que me escuche: lo busco y no lo encuentro!...151 NO ME DIGÁIS QUE NO ES POSIBLE. Al menos, no me lo digáis. Dejadme como se deja al loco en su utopía. Dejadme con mi obstinación de bestia irracional a quien la lógica no sirve. No me digáis que no. No digáis nada. 289 Ya sé, ya sé que todo puede ser explicado. Lo sé, pero no importa. Lo sé, pero es inútil. Nunca os diré que sí. Nunca. Simplemente, me gusta mi trasnochado corazón, mi tozuda locura. Simplemente, me gusta ser así.152 YO NO SÉ QUÉ TENGO. Si son vuelos ciegos de tormenta oscura, o es reposo lento de inmóviles aguas. Pero todo gira cerca de mi sombra y conmueve el aire de mi pensamiento. Es el mar y el sol y la arena misma y es la vela blanca por al orilla abierta y es todo que vibra dentro de mi sangre y cubre mis brazos de áspero reflejo... No sé qué me pasa. siento que me espera una hora de luces, un inesperado vaivén del misterio. Y en mis sienes vivas, sabias compañeras, ya siento la huella del primer latido. ¡Ah, sonrisas libres de todos los niños, voces olvidadas de todos los viejos, rodeadme ahora, pedidme consejos!153 290 EN SU PRIMERA CRISIS DE LOCURA recorrió la alameda abrazando los árboles desnudos. Luego pintó sus labios con un carmín barato y sonrió a la luna en una noche eternamente suya.154 ¡CUAN HERMOSA TÚ, LA DESVELADA! Te lleva y te moldea dulce viento encima de jardines y de estatuas. Tu cuerpo es el de Venus en la orilla eternamente mar dentro del alba. Acude siempre a mí, seme propicia. La fiesta de las hojas en tus ramas te rinden los esbeltos soñadores que en movibles racimos se levantan. No tengo ni una flor... Sólo mi tronco aloja por frutal una campana. Lluvia que contemplo, melancólica: no crezcas para mí. Vivo inundada.155 ESA FALDA DE TELA DESVAÍDA, tantas veces lavada, usada, poseída, se ciñe a mi cintura tan impalpablemente, que casi ni la siento resbalar suavemente, rozando mis caderas. 291 Y esa blusa gastada de la que tú te ríes cuando me la ves puesta, ofrece su caricia más íntima a mis senos, ahora no tan altivos, como ella, no tan nuevos. Ay, las cosas gastadas por el tiempo y la vida, se han hecho tan amigas de mi cuerpo, que cuando estoy cansada nada me reconforta como su suave tacto, tan cálido y sereno. El gran armario guarda las ropas más preciadas. Oscuros terciopelos, suaves sedas de Italia. Los hermosos vestidos con que te gusta verme. Pero ahora estamos solos en la dulce penumbra de la tarde que cae. Perdóname que elija entre el placer de verme hermosa ante tus ojos, esa humilde alegría de verme como soy.156 292 ASCIENDO hasta el punto más audaz de la aventura, sometida a la espontánea influencia del rasgo atrevido. Y qué difícil pretensión retenerme.157 DICEN QUE SÓLO TIENE CURVAS Y BELLEZA, dicen de ella. Que sólo sabe caminar como los tigres hacia el gamo herido. Sólo marcar figura y arrogancia dicen. Dicen sólo impostura y gloria física en el aire. Y yo digo que hay talento en esa mano, en tales orejas de fosfórica pregunta transparente, en esa mariposa craneal que parpadea y hace el cálculo exacto de su tiempo. Así, digo que el éxtasis que causa no puede ser fulgor cosmético y vacío no puede ser respiración de tigre hambriento o loco, no es impostura sus temibles rasgos, ni lo es, no lo es, la encadenada raíz de su cabeza. Hay talento y secreto en esa bella, limpia fascinación y enigma del prodigio. 293 Sólo hay que olerla el rostro y la memoria, medirle los latidos y los hilos de conexión de un dedo a otro, ponerla vertical, profundizada, y oír su boca germinando el mundo. Yo os digo que es mujer y eso es relámpago.158 LA MUJER AMA SIEMPRE. Al hijo o al recuedo o a sí misma o al hombre Acaso al hombre que la quiere Y entonces todas las cosas son un fondo Un fondo que se puso sin que nadie lo viera. Y la muerte está lejos Muchas mujeres tienen hijos Y las mujeres que tienen hijos están contentas Cuando la madre abraza al niño siente quizás que se abraza a sí misma en pequeño y muchas otras cosas 294 Y siente que la muerte ya no importa Hay algunas mujeres que escriben versos Escribe lo que piensan o no piensan o sienten o imaginan O escriben lo que sueñan Y algunas veces cuando la palabra —sueño terror o grito o pensamiento— dice la muerte queda lejos. Y sin embargo acaso duele el amor y el hijo y la palabra Sentimos que la espalda se nos dobla de las vidas de todos Todos es mucho peso Y tememos caer Y no queremos Y el tren se nos acerca Y es muy fácil perderse para siempre entre sus ruedas Porque la espalda nuestra es corta 295 y está toda doblada de las vidas de todos.159 MALDITO FUE MI SENO DE MATRONA, hembras felices de Judá y Sión. Estéril es cual roca del desierto donde no arraiga el musgo vividor. Burlaisme, y bien hacéis, matar debierais a la que el cielo la matriz cerró como arrancáis la planta improductiva que nunca al hombre da fruto ni flor. Cual de leproso desviáis mi encuentro, la ignominia se sigue por doquier voy, y el contacto evitáis de mi ropaje como objeto de horrible maldición. ¡Matadme, sí, matadme! Acá en la tierra es perdido el lugar que ocupo yo, perdido el aire que mi boca aspira, perdido el eco de mi triste voz; porque el orbe la armonía eterna a cada objeto señaló misión, y en más inútil la mujer estéril que el invisible y frágil arador. Puedo morir, ¡ay mísera!, ninguno desgarrará la veste en su aflicción, ni de cenizas cubrirá su frente, ni mostrará con gritos su dolor. Sólo la yerba mi desnuda fosa cobijar debe en toda su extensión, sólo el rocío matinal del alba dará a mis restos llanto bienhechor. y así olvidada la memoria mía 296 será cual sombra que fugaz pasó. ¡Señor, Dios de Israel!, mira a tu sierva, basta de pruebas y tribulación; sumida en amargura y desconsuelo abandonarme no querrás mi Dios. ¿En qué falté a tu ley? ¿En qué pecado pude incurrir que atraiga tal rigor y de mí aparte tu clemencia externa? ¿Delinquí como esposa acaso? No. ¿Falté a mis padres o a los padres de ellos? ¿No les amé cual ningún hijo amó? ¿No compartí mi pan y mi vivienda con el anciano y huérfano, Señor? ¿No llevé al templo las mejores reses de mi redil y el trigo de mi troj, y sacrificios de mis frutos no hice con voz humilde y sincera oración? Pues siendo así, mi Dios, si complacido grato te fue mi celo y mi fervor, ¿por qué de mí tu espíritu separas si terminar este suplicio atroz? Si madre no he de ser, ¿Por qué de esposa me diste a conocer el casto ardor? ¿Por qué el lecho nupcial, centro de dichas, sólo me ofrece a mí desolación, y soledad la casa de mi esposo, oprobio el mundo, befa y desamor? Muy más que yo dichosas son las fieras y las sencillas aves, más que yo, y las palmeras de dorados frutos, y los vetustos cedros del Hebrón. Cuida amorosa el ave a sus polluelos, a sus cachorros el león feroz, su fresca sabia el cedro y la palmera dan al naciente fruto o al raigón, 297 yo planta inútil, sin retoño alguno, frondosa y joven vanamente soy, y el exceso de vida que en mí siento, encerrado en mí misma es destructor. ¡Oh! dadme un ser que el ser a mí me deba, que me deba el sentido y la razón, que sea carne de mi carne misma, luz de mis ojos, prenda del amor. Quiero besar tus párpados rosados y sus cabellos rubios como el sol. toda mi sangre darle en alimentos, aunque me deje exhausto el corazón. ¡Oh Dios de Dios!, ¡espíritu de vida!, fecunda sea al soplo creador de tu querer omnímodo y potente, madre yo sea, madre de varón, o matadme, Señor, porque en la tierra es perdido el lugar que ocupo yo, perdido el aire que mi boca aspira, perdido el eco de mi triste voz.160 MUNDO QUE GIRA. RELOJ. ¿Es desde siempre la espera tan sólo femenina? ¿La clara certeza inmediata no cuenta? No sirve el dolor ni el remedio. ¿No sigue —muy lenta— la implacable rueda? Un clima a cada alegría. Para cada dolor ¡cuánta fuerza nos falta! 298 Bajo un cielo transitorio, que pesa, o en el soleado llano que fulgura, seremos —es más fuerte que nosotros— la eterna vestal que suplica y espera.161 MATERNIDAD De sus polluelos siempre rodeada, cuidado infatigable les prodiga; les cede el trigo y la sabrosa hormiga, con verlos prosperar recompensada. Pierde su mansedumbre acostumbrada si el defenderlos a luchar la obliga; con sus alas de madre los abriga en los rigores de la madrugada. Cantando sólo en el alumbramiento, la gallina demuestra su contento y en triunfo resonante lo convierte. Febril e inmóvil no abandona el nido y de sí misma llagará el olvido hasta causarle por amor la muerte.162 DE NUEVO SEPTIEMBRE y tú llegas con la confluencia difusa de lo pequeño. Eres una hoja en blanco y ya lo eres todo, estás toda tú, ahí. 299 tienes el pasado en la sangre de tu madre y de tu abuela. El presente se nombra Adriana y te crece una violeta y el futuro, tu futuro, es la humanidad completa. Llegas sudorosa del país de las sombras y ya eres hermana, madre, mujer y enamorada. Adivino tu sonrisa y el milagro de tu vida. Septiembre, niña, empieza ya a tejerte un manto.163 Y ME MIRA A LOS OJOS, Y YO ME MUERO DENTRO DE ELLOS. Su miel me derrite, de amor y de miedo. “¿Podré hacerlo bien?” Oigo por dentro mientras dejo el té y me recuesto] Él sonríe, me acaricia un pecho, deja de mamar, me mira otra vez. Nos ayudaremos.164 LA VIDA ES BREVE, pero algunos instantes son eternos. Indudablemente tengo un ramalazo católico, vivo en una comuna de católicos ortodoxos. Pero mi corazón canta como una vedette de los años sesenta. Unas veces, cuando era más sensata, mami, me llamabas egoísta; otras, cuando era más original, loca. Así era castigada en mi lucha por la libertad. Gracias a ti, mami, ahora me da menos vergüenza desnudarme que confesarle a alguien que le amo.165 DEJADME como cuando nací desnuda y sola, vacía de palabras, sólo aire en el pecho, y en mis venas corrían los cursos de un arroyo. Que vuelvan a su origen los gestos usuales y que al abrir mis ojos sólo penetre en ellos un punto de luz pura. 300 Que por la enredadera de las horas se pierdan mi memoria y mi nombre. Que el tacto de las rosas me abandone en la tarde, y en la humedad del alba retorne nuevamente al olor de las juncias. Dejad que sin zapatos siga andando y regrese de muy lejos al pecho caliente de mi madre.166 POR LAS NOCHES, cuando cierro los ojos, a veces oigo voces. Todo suena tan confuso. Tantas pequeñas voces hablando a un tiempo al principio me asustaban. Hasta que un día, al captar una frase diminuta, comprendí lo que pasaba: todas las pequeñas Begos que habitan mi cabeza, conscientes de mis miedos, venían a arrullarme.167 ESTOY CRECIENDO DE LA NADA. Mis ojos tantean la claridad difusa mis manos se posan y tantean 301 abro agujeros en el cielo agujeros tanteo las estrellas agujeros que llueven y es dolor y el dolor penetra mi cuerpo tantea el dolor tal vez el gozo indaga descubre el mí mi boca dice vuelvo sobre mí misma y tanteo ¡es tanta la ceguera! cierro los ojos lo cierro todo y de repente me abro veo veo lo que no hay veo estoy creciendo de la nada.168 PORQUE TAL VEZ TU MANO SE DETUVO en los viejos sillares. Porque acaso en uno de estos arcos tu sonrisa atestiguó tu indócil primavera. Porque no es imposible que tus ojos en otros enredaran su destello y, prendido quedara en este espacio el espectro de un sueño. 302 Y no sería en absoluto extraño que tus labios dibujaran un nombre ya imposible resumido en la muerte o el olvido. Quizá por eso bajo hipnotizada las carcomidas gradas de este templo con ansia de encontrar algún indicio, una señal que arguya la tormenta que te empujó a la sima de ti misma.169 SOY ALTA; en la guerra llegué a pesar cuarenta kilos. He estado al bode de la tuberculosis, al borde de la cárcel, al borde de la amistad, al borde del arte, al borde del suicidio, al borde de la misericordia, al borde de la envidia, al borde de la fama, al borde del amor, al borde de la playa, y, poco a poco, me fue dando sueño, y aquí estoy durmiendo al borde, al borde de despertar.170 303 ESTE ES MI CUERPO. LO CONTEMPLO, LO AMO es última y profunda vaharada. Esta soy yo, en cadera recostada. A mí misma con mi temblor me llamo. Esta es mi nuca. Mi cabello, un ramo que se dobla para mirar calmada sombra en pubis; la ribera ondulada de mi íntima mansión, tramo tras tramo. Sí, yo me amé. ¿Por qué quise el espejo sino para mirarme, para amarme larga, lánguidamente complacida? Antes, cumplí el mandato, el gran consejo de amar. Después, ha sido enamorarme de mi espina dorsal estremecida.171 SUPONÍA QUE EL FUEGO traspasaba los ojos de la noche, que ahuyentaba los rayos de un primitivo amanecer. Ahora descubro que no quiere convertir mi mirada en un puñal flamígero, pues sabe que la noche está ciega, que su incendio de sombras no derrumba mi claridad. Ahora comprendo que la llama soy yo misma.172 304 HAY QUE IR DEMOLIENDO poco a poco la sombra que vemos. Que nos dieron. Que nos dijeron “eres”. Hay que apretar las sienes entre los dedos. Hay que asentir a ese punto —comienzo, duda, o hueco—, que yace dentro. Y es preciso que una noche todo arda —el “eres”, el “seremos” — y el terror polvoriento nos muestre su estructura. Es urgente bajarse de los dioses. Tomar el fuego entre las manos. Destruir esos “yo” que nos presentan Una hilera de sombras agotadas. Y dejarse caer sobre el principio de la vida. O del sueño. Ser solamente vida presente. Sin recuerdo de ayer ni de mañana.173 ¿NO LO VEIS? Soy eterna. Tengo en los ojos todo el presente del 305 mundo. 174 POEMAS DE COTIDIANEIDAD 169 UN FIN, UNA ESPERANZA, UN COMO O CUANDO; tras sí traen mi derecho verdadero; los meses y los años voy pasando en vano, y paso yo tras lo que espero; estoy fuera de mí, y estoy mirando si excede la natura lo que quiero; y así las tristes noches velo y cuento, mas no puedo contar lo que más siento. En vano se me pasa cualquier punto, mas no pierdo yo punto en el sentillo; con mi sentido hablo y le pregunto si puede haber razón para sufrillo: respóndeme: sí puede, aunque difunto; lo que entiendo de aquél no sé decillo, pues no falta razón ni buena suerte, pero falta en el mundo conocerte. En esto no hay respuesta, si se alcanza razón para dejar de fatigarme, y pues tan mal responde mi esperanza justo es que yo responda con callarme; fortuna contra mí enristró la lanza y el medio me fuyó para estorbarme el poder llegar yo al fin que espero, y así me hace seguir lo que no quiero. Por sola esta ocasión atrás me quedo, y estando tan propincuo el descontento, las tristes noches cuento, y nunca puedo hallar cuento en el mal que en ella cuento; ya de mí propia en esto tengo miedo por lo que me amenaza el pensamiento; mas pase así la vida, y pase presto, pues no puede haber 170 en fin mi presupuesto. 220 171 ¡CUÁN TRISTES PASAN LOS DÍAS..., cuán breves..., cuán largos son...: como van unos despacio y otros con paso veloz!... Mas siempre, cual vaga sombra, atropellándose en pos, ninguno de cuantos fueron, un débil rastro dejó. ¡Cuán negras las nubes pasan, cuán turbio se ha vuelto el sol! Era un tiempo tan hermoso..., mas ese tiempo pasó. Hoy, como pálida luna, ni da vida ni calor, ni presta aliento a las flores, ni alegría al corazón. ¡Cuán triste se ha vuelto el mundo! ¡Ah, por doquiera que voy sólo amarguras contemplo, que infunden negro pavor! ¡Sólo llantos y gemidos que no encuentran compasión!... ¡Qué triste se ha vuelto el mundo! ¡Qué triste le encuentro yo!cxii PERTENECES —LO SABES— A ESA RAZA ESTAFADA que el dolor acaricia en los andenes. Medio mundo de engaño conociste y el resto fue mentira. Has llegado hasta aquí huyendo de mil días 172 que pasaron de largo. Has llegado hasta aquí para mostrar a todos tu inefable pirueta, ridículo equilibrio, ese nado a dos aguas, piedra de escándalo, ese triste espectáculo que ofreces, esas gotas de miedo que salpican tus insufribles lágrimas. Aparta.cxiii LA TARDE GRIS Y TRISTE ME AGOBIA, tengo sueño; estiro lentamente mis dos brazos abiertos que se prenden al aire; quieren cazar el tiempo, aprisionarlo pronto, robarle su secreto, deshacer bruscamente sus límites estrechos. Quiero llorar: no sé; quiero reír: no puedo. Los deseos se estrellan contra la inexorable inercia del silencio; sobre mi corazón rueda grávido el peso de la existencia toda. Al fin me desperezo. Logro romper el cerco del malsano sopor, pero apenas lo venzo ya me torna a invadir 173 quedamente su tedio. Luego... Ya no sé más; suspiro, me paseo, exprimo el tormentoso lagar de mi cerebro, destilo el elixir de su inquietud en mi pecho... sujeto en mi memoria repite el pensamiento; la tarde gris y triste me agobia, ¡tengo sueño!...cxiv A VECES, todos tenemos miedo. Un miedo que penetra por las sienes en forma de campanas. Un miedo de las cosas que nos hace agarrar a las cosas. Que quiere salir en palabras y borra la palabra. Un miedo de saberse yo libre desierto solo. Un miedo que perfora nuestra carne. Que grita por las venas. Que extiende al corazón en cabeza y en manos y en garganta. 174 Y todo se nos huye y nos quedamos solos con el miedo.cxv ¿QUIÉN DA ESE SALTO A TIEMPO para salir de esta cerrada oscuridad? Con miedo a esos rincones que agiganta la sombra, con paredes que niegan la libertad cercana, con la duda que vive de atrevidas verdades, ¿dónde la claraboya que permita el ensueño?cxvi BAJANDO LOS PASILLOS trasegados de fámulos entro hasta la cocina y dispongo el caldero. Llevo siglos cociendo todo el llanto del mundo. Cuando queden tres gotas las beberé al instante para que la tristeza no me mate los ojos.cxvii LLORABA 175 sódicamente por mi leve garganta, por donde resbalaban tímidamente las palabras húmedas, las palabras sin nombre todavía. Respiraba con lentitud forzada, para que mi agonía no se lanzara presurosa al aire, porque a mi alrededor había mucha gente. Estaba en la deshilvanada y familiar cola de un pequeño cine de barrio: “el Chamberí” (donde las butacas habían de estar calientes —era de sesión continua— donde un vaho maloliente penetraría por mis poros durante más de dos horas, donde, acaso, una “extraviada” pierna rozaría la mía y un taconazo afiladísimo intentaría hacerle comprender a aquel podrido hueso, su humana condición de animal primitivo, donde...), y me puse a observarla. Novios, de los que luego parecería estaban ocupando una sola butaca. Niños que, mientras daban puntapiés en el asiento de delante, irían alfombrando la sala de cacahuetes o pipas. Hombres y mujeres de una edad ya madura, pero infantiles, sencillos, que se reirían estrepitosamente cuando el protagonista, al resbalar y caerse, se embadurnara la cara 176 con una tarta de crema, o llorarían con idéntica facilidad ante cualquier lance folletinesco, e irían alternando las carcajadas y el llanto con un gran bocadillo de tortilla. Sí, allí estaban todos esperando su turno para tomar la entrada. Contentos, felices con sus pequeñas aspiraciones satisfechas. Para ellos aquel rato de cine vendría a ser como una continuidad de lo que llevaban dentro. Como un esparcimiento honesto tras una jornada de intenso trabajo. De pronto me miré, me miré hacia dentro y comprendí que yo allí desentonaba, ya que mi alma, no estaba acorde con la levedad del momento, porque lo único que iba buscando allí era una pequeña muerte de dos horas y pico.cxviii COGER EL BOLSO CON DESGANA, las llaves de mi coche o las gafas de sol son gestos cotidianos. La novedad del día es la pistola que de repente alberga mi bolsillo y la nota que escrita me seduce: “Que no tiemble tu mano”.cxix 177 VÍAS, VÍAS, VÍAS... Cuántos caminos de hierro cuánta fiebre en este andar. Hoy a las once en punto hubo un suicidio en el metro de Colonia, una mujer trágicamente sola que quería escaparse de sí misma. Los suicidas de ahora ya no van al infierno, eso era antes. En la oscura capilla del colegio, yo, niña, y el Padre Bonifacio con cara muy severa y gestos alarmantes nos hablaba del fuego eterno para aquellos que no tenían la paciencia de esperar a que Dios los llamase solemnemente. Y, si... alguna niña jugaba a esas cosas que sabíamos prohibidas iba al mismo lugar que los suicidas. El fuego de infierno ha debido quemar a tanta gente desde los tiempos de Isabel la Católica y aún antes, que al final ha extinguido su llama. Prisa, malestar, cansancio, curiosos aglomerados. 178 Salgo del metro aturdida, respiro el aire del Rhin. Cuántas vías me separan de aquella triste capilla. Qué maraña de recuerdos se me enreda. Cuántos raíles cruzados desde 1944 a nuestros días. Hoy a las once en punto se me ha parado el reloj y en todo el día no le he vuelto a dar cuerda.cxx YO ADVERTÍ EN UN HUECO de mal juntas vigas haciendo su nido una golondrina. Vi que de la tierra, donde el agua caía formaba una mezcla, que llevaba arriba y que, cuidadosa, con el pico unía las pequeñas partes que juntando iba. Luego que a su gusto la casa fabrica, a sólo alhajarla con su cuidado aspira. 179 Las plumas más suaves del pecho se quita porque encuentre lecho la esperada cría. Déjela en su obra, pasáronse días, volví, y encontréla llena de alegría. A tres pajarillos, que amante acaricia, con las alas cubre con el pecho abriga. Tal vez se levanta, y a buscar camina el tierno sustento, que ya necesitan; y tal vez su amante su cuidado evita, trayéndose insectos que halla en la campiña. Los tiernos polluelos, ¡con qué gracia pían! Ah, si tú los vieras, ¡qué gusto tendrías! Vieras a la madre con cuánta justicia el dulce sustento les distribuía. 180 Vieras... Mas ¿qué digo? Veráslo algún día. Sí, ven a la aldea; mientras allí asistas ésta es en tu ausencia la diversión mía, y lo será siempre que estés en la villa. ¡Déjame que llore; déjame que sienta! ¡Ah, muchacho infame! ¡Pobres avezuelas! Ayer, ¡ay Mirtillo! volvía contenta a ver de mi nido las amables prendas. Vilo ¡ay triste vista! ¡nunca yo lo viera! deshecho y rompido, todo por la tierra. Un muchacho aleve con una cañuela seguía obstinado la villana empresa. El resto del nido en las vigas queda, de un triste polluelo inútil defensa. 181 Pero el inhumano abatirlo intenta; percíbolo, grito, corro en su defensa; mas no llegué a tiempo, que el pájaro apenas de las vigas cae y en mi pecho queda.cxxi LATEN OSCURAMENTE los frutos del mañana... ¡Árbol mío reseco, desnúdate más hondo! Va sin túnica el agua, ofreciéndose al cielo.cxxii UNAS TAPIAS ALTAS CERCANDO UN ESPACIO PEQUEÑO: pequeño tan sólo si se mira a tierra, pero ilimitado si se mira al cielo. Hiedra en esas tapias. Un ciprés muy viejo, al que en Mayo alegran unas golondrinas, pone en el ocaso su perfil austero. Las nubes muy cerca. El mundo muy lejos... Crece el cinamomo junto a los granados, el mirto, el romero; y sobre la orilla fresca de un arroyo 182 abren sus coronas los lirios bermejos. De mi propio campo, de mis propias flores soy el jardinero. ¡Con qué amor las cuido! ¡Con qué fe las riego! De hierbas, reptiles e insectos, que un día pudieran secar sus raíces, las limpio y defiendo.cxxiii YO NO ARRANCO RAÍCES. Quemen la tierra, rompan sus entrañas; pasen los potros fáciles olvidos. Oh yerba, oh salvia, oh tallo. Otros incendien, pisen vuestro imperio. Yo no arranco raíces.cxxiv CUANDO LA LLUVIA SE HA IDO, he salido descalza al exterior, el olor a tierra mojada era tan intenso que me parecía que la montaña entera latía con fuerza dentro de mi estómago. 183 Mi silencio emocionado era entonces un manzano mecido por la brisa, luego me he arrodillado y he estado comiendo tierra, hasta que dentro de ella he oído cantar a mis abuelos.cxxv ME HE BAÑADO EN EL MAR y sigo sin ser agua. He frotado mi piel con una estrella: ni una chispa. No sé qué va a pasar cuando la noche acabe, y me vea tan gris como los pájaros, pero sin saber volar.cxxvi HAY MOMENTOS EN LOS QUE HAY SED PERO NO HAY AGUA, y la madera del tiempo cruje lastimada hasta por el leve peso de una mota de polvo, yo lo he visto, son esos instantes en los que un fuerte viento apaga las lámparas y el mundo se queda sin rumbo en la oscuridad, pendiendo de un frágil hilo, sostenido por la trompa de un mosquito.cxxvii ME PASO LA VIDA DERRIBANDO PUERTAS completamente abiertas.cxxviii 184 ABRE LAS PUERTAS —¡sésamo!— museo de curiosidades. Lo más raro es el beso, lo más raro; sus leyendas florales, sus familias, la estupenda memoria de los niños. Lo más raro es el viento, son sus labios, sus labios que ahora besan en los míos y en ellos van volviéndose inocentes. Lo más raro es el alba, un alba rubia, cormoranes que vuelven, los dieciséis sentidos de la luna. Abre las puertas, abre: lo más raro es el “¡sésamo!”, la noche que entretiene sus goznes en el juego. Lo más raro es mi calle de madera (¿qué niño no imagina que ha muerto en la batalla?) Lo más raro es el agua, el sueño, el agua, el sueño que sí sabe de manglares. Y los yelmos, las yemas y las vides que vemos relucir, remudarse, pasmar el cielo de repente. Entonces es la espléndida compañía de nadie. Lo más raro. Lo raro.cxxix HAY MUCHAS LUCES ILUMINANDO LA CIUDAD Son las Resistencias Nuestros ojos mirando brillantes las cosas también son las Resistencias La Resistencia no conoce los muros 185 ni los puños que se incrustan en los ojos Resistencia: palabra que impide el cerrar de las mandíbulas.cxxx AUNQUE EL PEZ SOLICITA UNA MOCIÓN de censura, el desecho y el petróleo dictadores del siglo, decretan muerte al mar.cxxxi ME NIEGO A CREER en un mundo regido tan sólo por la persuasión de la espada, en un tiempo cerrado y excluyente, donde ondeen gloriosas banderas hechas de mortajas.cxxxii EL VIENTO bate espadas de hielo. —No abriré la ventana— El viento decapita luceros. —No abriré la ventana— El viento lleva lenguas de fuego. —No abriré la ventana— 186 En telegramas de sombra que van llevando los vientos se lee ya la Gran Noticia que conmueve al Universo... —Yo no abriré mi ventana—.cxxxiii LA PRIMERA VEZ OCURRE QUE TE MIRAS EN EL ESPEJO y tu cara no es tu cara. lo mismo sucede con las palmas de tus manos o con los dedos. después, debes acercarte a tu mejor amiga y decirle que hace tiempo que dejó de ser tu mejor amiga. y no esperar que llore. también tienes que asumir que la definición de las cosas ocultan su significado, y que, tal vez, tu padre se viene demasiadas veces abajo y tu madre es feliz pero sólo a ratos. has de comprender que tropezar y caer de rodillas, no es lo mismo que arrodillarse. que a veces, 187 la tragedia es la sonrisa perversa del camino equivocado. debes decidir si existes y no olvidarlo. y puede que, algún día, con suerte con mucha suerte aprendas a atarte fuerte los cordones antes de dar el siguiente paso.cxxxiv SIN EMBARGO hay momentos Hay comunicaciones que pueden alcanzarse Cuando nos encontramos con el otro que teme Cuando nos encontramos con aquel que proyecta en nosotros todas sus soledades Hay minutos Segundos que justifican una vida Hay segundos pequeños que queremos volver infinitos Son pequeños No pueden extenderse 188 Pero acaso hay segundos que justifican una vida.cxxxv APRECIA EL SABOR A VINO QUE REPRIME EL VINAGRE, levanta la vista buscando nidos, camina despacio bajo la lluvia, saborea la dulzura del limón en el hogar del fuego, gana luz bajo un rayo incesante, sé único disfrutando agua y barro sin prisa ni destino, empápate, abre tus poros, confúndete y que todo esto se llame presente durante un instante.cxxxvi CRECER construir placer sobre los escombros del dolor.cxxxvii NO DEJO LAS SANDALIAS , simplemente me aparto del camino para ver quién transita. Aquí cuento las horas mirando la planicie y el viñedo, los almendros en flor, el cielo rosa. Mi corazón aún siente el dulce aroma 189 que al impulso acompaña. Son los días en paz, tan preciados, el regalo que llega necesario, antes que otro destino me arrebate, y haga de mí noticia póstuma.cxxxviii LAS NIÑAS COLECCIONAN PEGATINAS y yo junto principios de novelas ellas, desnudas, se enseñan los pelitos, y yo ordeno las facturas por su nombre la pequeña quiere ser más pequeña, afeitarse la pelusa que le nace la otra se ríe como una cabra loca y yo junto finales de poemas es verano, la siesta ¿no lo habían adivinado?cxxxix HE SACADO LA LLAVE DE MI CASA. El pulso no muy firme. El latido se me hace más intenso a cada instante. Es la llave de antaño, con que abría una puerta de largos corredores, estancias amplias, con olor a espliego y a retama, al olor de los míos, el puchero bullendo en la cocina. Los gatos del ayer nos han dejado, igual que tantas cosas. Y da un escalofrío recorrer los sillones con los dedos, tan descuidadamente que me parece que no estamos aquí. 190 Rezuman las paredes lejanía. Huele a espera. A esa mano que llegue autoritaria y abra los visillos, y limpie los cristales. ¡Que entre otra vez la luz y pueble los salones de gritos y chiquillos! No en vano ésta es mi casa.cxl ESE OLOR QUE AHORA MISMO entra por la ventana, exactamente era el olor que había en la antecocina de la casa de la abuela los días que la abuela guisaba arroz con gambas. No sé si era el laurel, o el azafrán en rama, o el sofrito amoroso que sin prisa majaba en el mortero. No sé pero es una punzada este olor, un paraíso perdido que me habla como habla el membrillo, la canela, y en el mes de los muertos, las castañas.cxli HAY MUCHAS CLASES DE ARMARIOS. Armarios que se compran, armarios que se encuentran en las tiendas de barrio. Armarios olvidados en el rincón de la casa. Hay armarios de plata, de madera maciza, 191 de madera. Los hay negros, lacados de colores, casi blancos. Hay armarios como cajones, como vitrinas, como de luna llena con claridad de estanque. Infinidad de armarios. Pero una noche —finales del invierno— me llegó por sus dedos el calor de la infancia y el sonido del mar en la alacena. Yo alcancé, muy despacio, el recinto sagrado. Crucé ceremoniosa por los claros manteles, porcelanas, luciérnagas. Y él me cogió las manos, me llevó hasta un armario con sabor a manzanas. “Aquí guardo...” —me dijo— No hizo falta explicarlo. Volaron mariposas, rompieron en pedazos las estrellas, y yo supe que allí estaba escondida el alma de la casa, el olor de la abuela recién planchado, la falda de mi madre rozando las paredes, sus zapatillas blancas, y el beso que le daba las noches de tormenta.cxlii CUANDO FRECUENTAS los mismos lugares en los años, posible no advertir esa pátina leve que el tiempo deposita; pero ante la mirada de otros ojos más nuevos, aquello que tú amas 192 aparece gastado, lo mismo que tus manos y rostro. No por eso la vida es menos bella, y las costumbres tienen que ser otras. El problema es saber acomodarse, acudir a la cita como aquel primer día y hasta que llegue el último.cxliii CUANDO SOBREPASAMOS LA RAYA QUE SEPARA la tarde de la noche, pondremos un caballo a la puerta del sueño y, tal Lady Godiva, puesto que así lo quieres, pasearé mi cuerpo —los postigos cerrados— por la ciudad en vela... No, no es eso, no es eso; mi poema no es eso. Sólo lo cierto cuenta. Saldré de pantalón vaquero (hacia las nueve de la mañana), blusa del “Long Play” y el cesto de esparto de Guadix (aunque me araña a veces las rodillas). Y luego, de vuelta del mercado, repartiré en la casa amor y pan y fruta.cxliv POR LAS MAÑANAS TEMPRANO, cuando aún no han puesto el aire y tú duermes, te escucho. Es, calma en que no existe el segundo en el que crees comprender todo, pero tampoco te importa. Desnudo desde lejos, te escucho donde pienso en ti con todas tus lagunas que ya son mías si hay otras que quizá no lo sean nunca. Cuando te oigo creo, que uno dormido no es uno. Cuando duermes quisiera, que tu mente borrara la mezcla de lo que me afecta. Que diluyera las legañas que me mantienen despierta, las cortinas viscosas del dormitorio que no me dejan ver. 193 La mañana tiene soledad de pensar sin que nadie te piense. Digo que la muerte es ese frío a las seis de la mañana, también desnuda como yo escribiendo a lo lejos. Disney nos engaña. No hay ratones que tengan un perro por mascota y además nadie entiende por qué Mickey puede ser feliz sin haber tenido infancia en una juventud condenada a moralizar a los niños. Pero nosotros nos comprendemos y tenemos pensamientos semejantes o dispares. Y te miro y sigues durmiendo, e ignoras que haya abandonado la cama aunque lo sabes y me dejas porque me conoces, y no me reclamas. Pero es cierto, las sábanas son blancas y la habitación está hecha a conjunto. Alguien, antes de que decidiéramos ser dos antes que uno, ha estado aquí pensando con toda circunstancia. Y ahora es cuando todo parece cobrar sentido, en ese segundo espacial. Tengo frío, ese frío de mañana. Tapo el bolígrafo con el insomnio y regreso a la cama, el equilibrio.cxlv VAMOS A HACER LIMPIEZA GENERAL y vamos a tirar todas las cosas que no nos sirven para nada, esas cosas que ya no utilizamos, esas otras que no hacen más que coger polvo, las que evitamos encontrarnos porque nos traen los recuerdos más amargos, las que nos hacen daño, ocupan sitio o no quisimos nunca tener cerca. Vamos a hacer limpieza general o, mejor todavía, una mudanza que nos permita abandonar las cosas sin tocarlas siquiera, sin mancharnos, dejándolas donde han estado siempre; 194 vamos a irnos nosotros, vida mía, para empezar a acumular de nuevo. O vamos a prenderle fuego a todo y a quedarnos en paz, con esa imagen de las brasas del mundo ante los ojos y con el corazón deshabitado.cxlvi ESTOY ENAMORADA DE ESTE DÍA, Estoy enamorada de este día, sí de este día, de esta breve hora. Estoy mujer consciente de este instante, me complazco en mi viaje y no quiero llegarme todavía. Este día me place, me complace: Saboreo la piel de la manzana, le digo a la serpiente “buenos días”, miro de frente al sol sin deslumbrarme. No hay declive ni mano segadora, ni un... “mañana veremos” ni otras cosas. Me bebo en este día hasta el final y jadeo en el fondo de mi vaso.cxlvii 195 SOBRE LA MESA EL LIBRO ESCRITO en esa edad que, al comparar, siempre nos parecemos al más bello. Tiempo el tuyo de sensaciones, cuando todo huele a mañana y es hermoso. Tus palabras, contrarias al destino, detienen la esperanza, siembran oscuridades. Yo invoco de nuevo la alegría, el sencillo vivir entre las cosas.cxlviii ERA LA REINA DE LOS CARTONES, gobernadora de los jardines fríos que inauguraban los pájaros y fiel habitadora de la casa oxidada de un carro de híper. Andaba gansamente por los charcos de lluvia que ponía la ciudad precisamente para ella. Dijo que se llamaba “Ganas de vivir”.cxlix MIRO LA LUZ Y EN ESE ATARDECER me parece tan pura y transparente desleída, muy fría y toda intacta que se diría la de amanecida con esa claridad que asciende de la tierra. Está y no está. No sé por qué la veo si su presencia nada más consiste en concederme fiel la forma de las cosas como si no existiera, lo mismo que esos seres que si se van nos faltan 196 y si nos acompañan no se nota. A través de su cuerpo veo el mundo con tanta nitidez que le adivino el revés prodigioso que el amor nos descubre en el agua de un vaso cuyo fondo es la noche de cristal. La luz. La lucidez —sí, sólo es eso. simplicidad escueta y misteriosa: saber mirar y, a veces, acertar a decirlo.cl CUANDO SE NOS REVELAN LAS ROSAS DE AQUEL TIEMPO y entre las manos crujen unos tallos quebrados, ¿dónde puede alentar lo que pasó y adivino, lo bello que persiste y es y será siempre? No se cuentan los años: lo que queda es un zumo de perfección extraña, lo que vale y sonríe porque ya es eterno. Y no es en el aire, ni en el mar, ni en la ola, donde pueden hallarse los revelos que faltan; y no es necesario que se trate de rosas, todo es flor si se quiere y se sabe cogerlo.cli 197 SOÑÉ QUE EN UNA NOCHE DE ESTÍO, del firmamento azul te desprendiste, diáfana y ligera, como un globo de tul. Yo vi que hollabas, sin romper sus tallos, las flores con tu pie; y sentí que la punta de tus alas acarició mi sien. Parecía que el aura de la noche te llevaba hacia mí: y al acercarte al lecho en que dormía, te miré sonreír. Poco después, sobre mi frente helada, tu frente se inclinó; apoyaste tus labios en los míos y un beso resonó. Al sentir el perfume de tu aliento, se estremeció mi ser; mis mejillas de llanto se inundaron, pero era... de placer. Entonces, extendí hacia ti mis brazos, con delirante afán; quise asirte, y como una blanca nube, ¡ay! te vi disipar. Y conocí, aunque tarde, que era un sueño que mi mente forjó; que todo era mentira, vida mía, ¡¡porque era una ilusión!! 198 ¡Ilusión! ¡Bendita seas! Cuando despiertos soñamos y en nuestros sueños gozamos, no padece el corazón. ¡Y cuánto no goza el alma, cuando por amor delira, aunque la dicha a que aspira es también una ilusión! Ilusiones son los goces; ilusiones los placeres, la amistad de las mujeres, de los hombres el amor. Ilusión es todo aquello, que al pasar por nuestra mente nos conmueve dulcemente, calmando nuestro dolor. Y si bien reflexionamos, los dolores que sufrimos y las penas que sentimos ilusiones son también. porque el hombre que debiera de su mente desecharlas se complace en aumentarlas, como si fueran un bien. ¡Ay! cuando en la triste noche pensando en mi suerte varia, y alzándote una plegaria, sienta mi angustia crecer, dígnate, si es que quieres 199 como me amaste en la vida, dígnate, sombra querida, de tu cielo descender. Y aunque al mirarte mis ojos derraman copioso llanto, ¡si vieras! ¡consuela tanto a mi pobre corazón! que aunque pronto te disipas como la niebla ligera, a una dicha verdadera, prefiero yo esta ilusión!clii CIENTOS DE TERRAZAS DE VERANO ADORNADAS DE PAREJAS y un sinfín de sonrisas disfrazadas de nosotros un cartel de cerrado por vacaciones en la puerta de todas las oportunidades de siempre sólo que esta vez tampoco. un nuevo deseo de afinarme las mañanas en clave de ti, a fin de cantarte las cuarenta estrofas que sugieren el tacto exacto de uno sólo de tus gestos. recuerdos en blanco y negro que me sacan los colores, ante el ridículo vértigo de perder el equilibrio en la cuerda floja del extremo de tu cama. extractos de felicidad por entregas. 200 tipos de tipos y de vidas y un número (primo) de miradas que me hacen comprender que llevo lo que me falta de vida durmiendo en el patio trasero de los sueños de otros. y eso es duro. muy duro.cliii SE TIENE: la mañana para reconocernos sin sorpresa, la siesta de los domingos en ciudades dormidas, la enfermedad de siempre, almacenada, por si no hay otra excusa, un amuleto chino regalo de un amigo para los días grises, una caja de trastos, alguna carta comprometedora, un cansancio, ya viejo, que nos visita al alba cada lunes, un traje de ocasión en naftalina, la ventana, la espera, un cepillo de dientes, un pañuelo olvidado por el último amante, el insomnio del viernes, un reloj, una cita para cumplir mañana y algunas otras cosas sin mayor importancia. 201 Lo demás se desea.cliv DADME UN ESPESO CORAZÓN DE BARRO, dadme unos ojos de diamantes enjuto, boca de amianto, congeladas venas, duras espaldas que acaricie el aire. Quiero dormir a gusto cada noche. Quiero cantar a estilo de jilguero. Quiero vivir y amar sin que me pese este saber y oír y darme cuenta; este mirar a diario de hito en hito todo el revés atroz de la medalla. Quiero reír al sol sin que me asombre este existir de balde, sobreviva, con tanta muerte suelta por las calles. Quiero cruzar alegre entre la gente sin que me cause miedo la mirada de los que labran la tierra golpe a golpe, de los que roen tiempo palmo a palmo, de los que llenan pozos gota a gota. Porque es lo cierto que me da vergüenza, que se me para el pulso y la sonrisa cuando contemplo el rostro y el vestido de tantos hombres con el miedo al hombro, de tantos hombres con el hambre a cuestas, de tantas frentes con la piel quemada por la escondida rabia de la sangre. Porque es lo cierto que me asusta verme las manos limpias persiguiendo a tontas mis mariposas de papel o versos. 202 Porque es lo cierto que empecé cantando para poner a salvo mis juguetes, pero ahora estoy aquí mordiendo el polvo, y me confieso y pido a los que pasan que me perdonen pronto tantas cosas. Que me perdonen esta miel tan dulce sobre los labios, y el silencio noble de mis almohadas, y mi Dios tan fácil y este llorar con arte y preceptiva penas de quita y pon prefabricadas. Que me perdonen todos este lujo, este tremendo lujo de ir hallando tanta belleza en tierra, mar y cielo, tanta belleza devorada a solas, tanta belleza cruel, tanta belleza.clv 203 4. ÍNDICES 4.1. ÍNDICE DE POEMAS 4.1.1. POEMAS AL SER AMADO 1. “Sin título”, Mª Sanz 97 2. “Casi un cuento”, Ángeles Mora 97 2. “Poca cosa”, Inmaculada Mengíbar 98 4. “Me propone cenar en restaurantes chinos”, Inmaculada Mengíbar... 99 5. “Volvemos a comer juntos”, Almudena Guzmán... 99 6. “Amiguito, decídete”, Canción de requerimiento. 99 7. “El rey cophetua y la muchacha mendiga”, Olvido García Valdés 8. “¿No vienes, niño mío, conmigo?”, Alba hispanoárabe 100 9. “No amor”, Mª Vicoria Reyzábal... 10. “¡Dulce saliva!”, Canción de requerimiento 11. “Hace cuatro besos”, Marina Romero 101 12. “A una boca”, Hafsa Bint al-Hayy Ar-Rakunyya de Granada 13. “Diotima a su muy aplicado discípulo”, Ana Rossetti 101 14. “Quizá sea verdad que no quieres tocarlo”, Andea Luca... 15. “Deja mi ajorca”, Canción de requerimiento 102 16. “Chico Wrangler”, Ana Rossetti 103 17. “¿Te apetece subir?”, Lucía Fraga 103 18. “Te tengo todo marcado”, Miriam Reyes... 19. “Se rompió”, Mª Vicoria Reyzábal... 20. “¡Cómo, pobre de mí, me ha dejado!”, Canción de queja 21. “Cuerpos”, Dionisia García 22. “Amo”, Lola Velasco... 105 23. “Tú no sabes”, Ernestina de Champourcín... 204 100 101 101 102 103 104 104 105 104 100 24. “Yo no te pregunto”, Carmen Conde... 106 25. “Yo toda me entegué y di”, Santa Teresa de Jesús... 26. “Canción de la hermosa confianza”, Clementina Arderiu 27. “¡Qué maravillosas son las noches”, Nazhun Bint Al-Qalai de Granada 28. “Ven a mí que vas herido”, Concha Méndez 29. “Si os vais, ¡oh señor!” Canción de requerimiento... 30. “Amor de cada instante”, Ernestina de Champourcín... 31. “Si de noche vienes”, Canción de requerimiento 32. “¡Ah, larga esperanza vana!”, Leonor de la Cueva y Silva 33. “Poema a Ibn Zaydun quejándose de su ausencia”, Wallada la Omega 110 34. “Arroyos crsitalinos”, Cueva y Silva, Leonor de la 35. “A Abu Ya Far”, Hafsa Bint al-Hayy Ar-Rakunyya de Granada 111 36. “Tú en el alto balcón de tu silencio”, Torre, Josefina de la 111 37. “A un pretendiente feo”, Nazhun Bint Al-Qalai de Granada 112 38. “Al ingrato que me deja, busco amante”, Cruz, Sor Juana Inés de la 39. “Con esa boquilla que fumas”, Luca, Andrea... 113 40. “No me toques, amigo”, Canción de queja 41. “Contra ti”, Mora, Ángeles 42. “Lo que le juras a tu hijo no vale”, Reyzábal, Mª Vicoria... 43. “Era un beso redondo”, Drak, Ana Mª... 44. “Sátira del seis, contra Ibn Zaydun”, Wallada la Omega 45. “Huid de Amor, zagalejas”, Ceu, Sor Violante do 46. “¡Por Dios!, me desahogué gritando”, Canción de queja 47. “Libertad no tengáis dueño”, Ceu, Sor Violante do 48. “Madre mía, muriera yo”, Canción anónima 49. “¡Oh, cómo intenta Leonida!”, Sor Mª de Santa Isabel 117 50. “Pensábase amor, madre”, Leonor de la Cueva y Silva 119 51. “El amor ha tales mañas”, Florencia del Pinar 120 106 106 107 108 108 108 108 110 113 113 205 113 114 114 114 115 116 115 112 107 52. “Defendiendo el amor o sus contrariedades”, Margarita Hickey 53. “Amar el día, aborrecer el día”, Mª de Zayas y Sotomayor... 54. “A mano armada”, Mª Rosal 121 55. “Gastos fijos”, Ángeles Mora 122 56. “Y el niño aquella noche”, Teresa Agustín... 57. “¿Es tu deber ser ausencia...?”, Menchu Gutiérrez 58. “Tengo un amigo”, Hafsa Bint Hamdun de Guadalajara 59. “Cuando abrí el buzón”, Eloísa Otero... 123 60. “Síndrome de abstinencia”, Aurora Luque 61. “Palabras sinceras”, María Dols 62. “La despedida”, Ángela Grassi 124 63. “A”, Gertrudis Gómez de Avellaneda 126 64. “Libertad de luz”, Julia Uceda 127 120 121 122 122 122 123 123 4.1.2. POEMAS SOBRE LA IDENTIDAD FEMENINA 1. “Mujer”, Ángela Figuera Aymerich... 132 2. “Me miro en un espejo”, Inmaculada Mengíbar... 3. “Con tacones altos”, Mª Elvira Lacaci 132 4. “Cosas de mujeres”, Inmaculada Mengíbar 5. “Sé que me roban algo”, Julia Uceda 133 6. “La Cautiva”, Manuela Cambronero 134 7. “Libertad”, Carolina Coronado 135 8. “Los límites”, Blanca Saura 9. “Las paredes”, Mª de los Reyes Fuentes 10. “A través de la neblina del bar en sobremesa”, Graciela Baquero 11. “La Extraña”, Julia Uceda 12. “Ni sé si muero ni si tengo vida”, Leonor d ela Cueva y Silva 138 13. “Esta voz que no es mi voz”, Nuria Parés 132 133 137 137 138 206 139 137 14. “Consejo”, Pilar Paz Pasamar 139 15. “Reposo”, Elisabeth Mulder 140 16. “La Poesía”, Angelina Gatell 141 17. “No soy maga ni sirena”, Gertrudis Gómez de Avellaneda 18. “A una literata”, Josepa Massanés Dalmau 19. “Febril la mano y palpitante el seno”, Rosalía de Castro 148 20. “¿Son paredes las páginas?”, Ernestina de Champourcín 149 21. “¡Poetisa...!”, Rosario de Acuña 149 22. “Ménin Aéide, Theá...”, Carmen Jodra 151 23. “Mi Secreto”, Concha Espina 24. “Nunca os diré que sí”, Francisca Aguirre 152 25. “Yo no sé qué tengo”, Josefina de la Torre… 152 26. “Eva”, Cecilia Domínguez Luis 153 27. “Lluvia de Mayo”, Carmen Conde 28. “La Falda”, Pino Betancor 153 29. “Asciendo”, Lola Velasco 154 30. “Talento”, Isla Correyero 155 31. “Ana Karenina”, Aurora Albornoz 32. “Ana ruega al Señor le conceda un hijo”, Josepa Massanés Dalmau 33. “Una mujer espera”, Clementina Arderiu 159 34. “Maternidad”, Casilda de Antón de Olmet 160 35. “Nacimiento”, Teresa Agustín 160 36. “Madre”, Ángela Torrijo 37. “La vida es breve”, Mª Antonia Ortega 161 38. “Dejadme”, Mª Victoria Atencia 39. “Insomnio”, Begoña Paz 40. “Iniciación”, Chantal Maillard 162 41. “En la iglesia de San Francisco”, Angelina Gatell 142 145 151 153 156 161 161 161 207 163 157 42. “Al borde”, Gloria Fuertes 163 43. “Este es mi cuerpo”, Sagrario Torres 164 44. “Leyenda”, Mª Rosal 45. “La caída”, Julia Uceda 165 46. “¿No lo veis?”, Brenda Ascoz 165 164 4.1.3. POEMAS DE COTIDIANEIDAD 1. “Un fin, una esperanza, un como o cuando”, Luisa Sigea 170 2. “¡Cuán tristes pasan los días!” Rosalía de Castro 3. “La chica más suave”, Ángeles Mora 4. “Laxitud”, Ernestina de Champourcín 172 5. “ A solas con el miedo”, Aurora de Albornoz 6. “Galería Anular IV”, Mª de los Reyes Fuentes 173 7. “El caldero de la bruja birgit”, Rosa Díaz 8. “Cine de barrio”, Mª Elvira Lacaci 174 9. “Nota a pie de página”, Mª Rosal 175 10. “Qué maraña de recuerdos se me enreda”, Mª Teresa Cervantes 11. “El nido”, Mª Gertrudis de Hore y Ley 177 12. “Evocación”, Ernestina de Champourcín 179 13. “Huerto cerrado”, Pilar de Valderrama 179 14. “Vía del espectáculo”, Mª de los Reyes Fuentes 15. “Cuando la lluvia se ha ido”, Julia Otxoa... 180 16. “En busca de un remedio”, Blanca Sarasua 181 17. “Hay momentos en los que hay sed pero no hay agua”, Julua Otxoa 181 18. “Vanas empresas”, Inma Luna 181 19. “Museo de curiosidades (sala once)”, Carmén Pallarés 182 171 171 208 173 174 176 180 20. “27”, Pilar González España 182 21. “Peces muertos en el mar”, Cristina Lacasa 22. “Me niego a creer”, Julia Otxoa 183 23. “Mi ventana”, Concha Méndez 183 24. “Buen viaje”, Esther García Camps 183 25. “Sin embargo”, Aurora Albornoz 184 26. “Eternidad”, Lucía Boscá Gómez 185 27. “53”, Pilar González España 185 28. “Presencia”, Dionisia Gracía 185 29. “Las niñas coleccionan pegatinas”, Maga Alderete 30. “Retorno”, María Rosal 186 31. “El arroz con gambas”, Rosa Díaz 32. “El armario”, Elsa López 33. “Cuando frecuentas”, Dionisia Gracía... 188 34. “Godiva en blue jeans”, Mª Victoria Atencia 188 35. “wb 27 07 06”, Jahel Virallonga... 36. “Vamos a hacer limpieza general”, Amalia Bautista 37. “Estoy enamorada de este día”, Mª Teresa Cervantes... 38. “A un joven poeta”, Dionisia García... 191 39. “Era reina de los cartones”, Rosa Díaz... 40. “Revelación”, Amparo Amorós 191 41. “Cuando se nos revelan las rosas”, Ernestina de Champourcín... 42. “Ilusión”, Dolores Cabrera y Heredia 193 43. “Con vistas al mar”, Esther García Camps 44. “Inventario”, Cecilo Domínguez Luis 195 45. “Belleza cruel”, Ángela Figuera Aymerich 182 186 187 187 189 209 190 190 191 195 196 192 4.2. ÍNDICES DE PRIMEROS VERSOS 4.2.1. POEMAS AL SER AMADO Tú y yo nos encontramos 97 Él susurró que lo mejor sería 97 Bastante poca cosa, a simple vista. 98 Me propone cenar en restaurantes chinos, Volvemos a comer juntos. Amiguito, decídete, 99 99 Ella tiene los pies como Marilyn Monroe ¿No vienes, niño mío, conmigo? No amor... 99 100 100 100 ¡Dulce saliva! 101 Hace cuatro besos 101 Elogio a una boca porque sé lo que digo, 101 El más encantador instante de la tarde 101 Quizá sea verdad que no quieres tocarlo ...................................................................... 102 Deja mi ajorca, 102 Dulce corazón mío de súbito asaltado.103 Soy lo suficientemente ingenua como para creer 103 Te tengo todo marcado Se rompió 103 104 ¡Cómo, pobre de mí, me ha dejado! Cuerpos Amo 104 104 105 Tú no sabes aún que he cercado tu orilla, 105 Yo no te pregunto adónde me llevas. 106 Yo toda me entregué y di, 106 210 A mi amado entregué 106 ¡Qué maravillosas son las noches, Ven a mí que vas herido 107 107 Si os vais, ¡oh señor!, 108 Amor de cada instante 108 Si de noche vienes, 108 ¡Ah, larga esperanza vana! 108 ¿Habrá solución para nosotros de este distanciamiento Arroyos cristalinos 110 ¿Vienes tú a mí o voy yo a tu lado?, 111 Tú en el alto balcón de tu silencio, 111 ¿Quién me defenderá de este amante antipático, 112 Al Ingrato que me deja112 Con esa boquilla que fumas 113 No me toques, amigo, 113 Y si tú fueras un hombre de bien 113 Lo que le juras a tu hijo no vale 113 Era un beso redondo 114 Te apodas el seis 114 Huid de Amor, zagalejas, 114 ¡Por Dios!, me desahogué gritando, Libertad no tengáis dueño 115 Madre mía, muriera yo... 116 ¡Oh cómo intenta Leonida, 117 Pensábase amor, madre, 119 El amor ha tales mañas 120 115 Defendiendo el amor o sus contrariedades 120 Amar el día, aborrecer el día. 121 211 110 Supón que me presento 121 Estuve haciendo cuentas 122 Y el niño aquella noche 122 ¿Es tu deber ser ausencia, 122 Tengo un amigo 122 Cuando abrí el buzón 123 No es tan tóxico ya: también caduca 123 Por más que viviera, 123 ¡Hubo un tiempo te amé! 124 No existe lazo ya: todo está roto: Alguna vez he de volverme 126 127 4.2.2. POEMAS SOBRE A IDENTIDAD FEMENINA Mujer 132 Me miro en un espejo: 132 Y yo llevaba un gorro 132 Pero seamos realistas: 133 Y todo este quedar sobre las playas, 133 Tengo perlas y diamantes 134 Risueños están los mozos, 135 Por qué habrá siempre límites al fondo. 137 Hay que saber comerse las paredes. 137 A través de la neblina del bar en sobremesa, Me levanté sin que se dieran cuenta 138 Ni sé si muero ni si tengo vida, Esta voz, que no es mi voz, 138 139 Aprende a estar tansola que hasta tu sombra misma No fijes tu mirada 139 140 212 137 La Poesía 141 No soy maga ni sirena, 142 Dice el mundo que pretendes 145 Febril la mano y palpitante el seno, ¿Son paredes las páginas ¡Poetisa...! 148 149 149 Oh Musas de la hermosa cabellera, 151 Yo soy una mujer: nací poeta 151 No me digáis que no es posible. Yo no sé qué tengo. 152 152 En su primera crisis de locura 153 ¡Cuan hermosa tú, la desvelada! Esa falda de tela desvaída, Asciendo 153 153 154 Dicen que sólo tiene curvas y belleza, 155 La mujer ama siempre. 156 Maldito fue mi seno de matrona, 157 Mundo que gira. Reloj. 159 Maternidad 160 De nuevo septiembre 160 Y me mira a los ojos, y yo me muero dentro de ellos. 161 La vida es breve, Dejadme 161 161 Por las noches, 161 Estoy creciendo de la nada. 162 Porque tal vez tu mano se detuvo Soy alta; 163 163 Este es mi cuerpo. Lo contemplo, lo amo 164 213 Suponía que el fuego 164 Hay que ir demoliendo ¿No lo veis? 165 165 4.2.3. POEMAS DE COTIDIANEIDAD Un fin, una esperanza, un como o cuando; 170 ¡Cuán tristes pasan los días..., 171 Perteneces —lo sabes— a esa raza estafada 171 La tarde gris y triste me agobia, A veces, 172 173 ¿Quién da ese salto a tiempo 173 Bajando los pasillos Lloraba 174 174 Coger el bolso con desgana, Vías, vías, vías... 176 Yo advertí en un hueco Laten oscuramente 175 177 179 Unas tapias altas cercando un espacio pequeño: 179 Yo no arranco raíces. 180 Cuando la lluvia se ha ido, 180 Me he bañado en el mar 181 Haymomentos en los que haysed pero no hayagua, 181 Me paso la vida derribando puertas 181 Abre las puertas 182 Hay muchas luces iluminando la ciudad Aunque el pez solicita una moción Me niego a creer El viento 182 182 183 183 214 la primera vez ocurre que te miras en el espejo Sin embargo 184 Aprecia el sabor a vino que reprime el vinagre, CRECER 185 No dejo las sandalias, 185 las niñas coleccionan pegatinas 186 He sacado la llave de mi casa. 186 Ese olor que ahora mismo 187 Hay muchas clases de armarios. Cuando frecuentas 187 188 Cuando sobrepasamos la raya que separa Por las mañanas temprano, 188 189 Vamos a hacer limpieza general 190 Estoy enamorada de este día, 190 Sobre la mesa el libro escrito 191 Era la reina de los cartones, 191 Miro la luz y en ese atardecer 191 Cuando se nos revelan las rosas de aquel tiempo 192 Soñé que en una noche de estío, 193 cientos de terrazas de verano adornadas de parejas 195 Se tiene: 183 195 Dadme un espeso corazón de barro, 196 215 185 4.3. ÍNDICE DE AUTORAS ACUÑA, Rosario de (Madrid, 1851): - ¡Poetisa...!..........................................................................................................149 AGUIRRE, Francisca (Alicante 1930): - Nunca os diré que sí...........................................................................................152 AGUSTÍN, Teresa (Teruel, 1962): - Y el niño aquella noche.....................................................................................122 - Nacimiento.........................................................................................................160 ALBAS hispanoárabes: - ¿No vienes, niño mío, conmigo.........................................................................100 ALBORNOZ, Aurora (Luarca, Asturias, 1926): - Ana Karenina....................................................................................................156 - A solas con el miedo..........................................................................................173 - Sin embargo.......................................................................................................184 ALDERETE, Mada (Madrid, 1959): - Las niñas coleccionan pegatinas........................................................................186 AMORÓS, Amparo (Valencia, 1950): - Revelación..........................................................................................................191 ANTÓN DE OLMET, Casilda de (Huelva, 1871): - Maternidad.........................................................................................................16 0 ARDERIU, Clementina (Barcelona, 1889): - Canción de la hermosa confianza......................................................................106 - Una mujer espera ..............................................................................................159 ASCOZ, Brenda (Madrid, 1974): - ¿No lo veis? ......................................................................................................165 ATENCIA, Mª Victoria (Málaga, 1931): - Godiva en blue jeans.........................................................................................188 - Dejadme............................................................................................................161 216 BAQUERO, Graciela (Pontevedra, 1960): - A través de la neblina del bar............................................................................137 BAUTISTA, Amalia (Madrid, 1962): - Vamos a hacer limpieza general........................................................................190 BETANCOR, Pino (Sevilla, 1928- Las Palmas de Gran Canaria 2003): - La falda..............................................................................................................153 BOSCÁ GÓMEZ, Lucía (Valencia, 1985): - Eternidad...........................................................................................................185 CABRERA Y HEREDIA, Dolores (Huesca, 1826): - Ilusión................................................................................................................193 CAMBRONERO, Manuela (Galicia?, 1820?): - La cautiva..........................................................................................................134 CANCIONES ANÓNIMAS DE QUEJA hispanoárabes: - ¡Por Dios!, me desahogué gritando...................................................................115 - ¡Cómo, pobre de mí, me ha dejado!..................................................................104 - No me toques, amigo.........................................................................................113 CANCIONES ANÓNIMAS DE REQUERIMIENTO hispanoárabes: - Amiguito, decídete.............................................................................................99 - ¡Dulce saliva! ....................................................................................................101 - Deja mi ajorca....................................................................................................102 - Si os vais, ¡oh señor!..........................................................................................108 - Si de noche vienes..............................................................................................108 CASTRO, Rosalía de (Santiago de Compostela, 1837): - Febril la mano y palpitante el seno....................................................................148 - ¡Cuán tristes pasan los días!..............................................................................171 CERVANTES, Mª Teresa (Cartagena, 1931): - Qué maraña de recuerdos se me enreda...........................................................176 - Estoy enamorada de este día.............................................................................180 CEU, Sor Violante do (Lisboa, 1601): - Huid de Amor, zagalejas....................................................................................114 - Libertad no tengáis dueño.................................................................................115 CHAMPOURCÍN, Ernestina de (Vitoria, 1905): 217 - Tú no sabes........................................................................................................105 - Amor de cada instante.......................................................................................108 - ¿Son paredes las páginas?.................................................................................149 - Laxitud..............................................................................................................172 - Evocación.........................................................................................................179 - Cuando se nos revelan las rosas........................................................................192 CONDE, Carmen (Cartagena, 1907): - Yo no te pregunto..............................................................................................106 - Lluvia de mayo..................................................................................................153 CORONADO, Carolina (Almendralejo, Badajoz, 1820): - Libertad.............................................................................................................135 CORREYERO, Isla (Miajadas, Cáceres, 1957): - Talento...............................................................................................................155 CRUZ, Sor Juana Inés de la (San Miguel de Nepanthla, México, 1651): - Al ingrato que me deja, busco amante...............................................................112 CUEVA Y SILVA, Leonor de la (Medina del Campo, Valladolid, principios del s. XVII): - ¡Ah, larga esperanza vana!................................................................................108 - Pensábase amor, madre.....................................................................................119 - Arroyos cristalinos.............................................................................................110 - Ni sé si muero ni si tengo vida..........................................................................138 DÍAZ, Rosa (Sevilla, 1946): - El caldero de la bruja Birgit..............................................................................174 - Arroz con gambas..............................................................................................187 - Era la reina de los cartones................................................................................191 DOLS, María: - Palabras sinceras..............................................................................................123 DOMÍNGUEZ LUIS, Cecilia (La Orotava, Tenerife, 1948): - Eva.....................................................................................................................153 - Inventario...........................................................................................................195 DRAK, Ana Mª (Elche, 1943): - Era un beso redondo..........................................................................................114 ESPINA, Cocha (Santander, 1869): - Mi secreto..........................................................................................................151 218 FIGUERA Aymerich, Ángela (Bilbao, 1902): - Mujer ................................................................................................................132 - Belleza cruel......................................................................................................196 FRAGA, Lucía (La Coruña, 1979): - ¿Te apetece subir?............................................................................................103 FUERTES, Gloria (Madrid, 1917): - Al borde ...........................................................................................................163 GARCÍA, Dionisia (Fuente- Álamo, Albacete, 1929): - Cuerpos .............................................................................................................104 - Presencia...........................................................................................................185 - Cuando frecuentas.............................................................................................188 - A un joven poeta................................................................................................191 GARCÍA CAMPS, Esther (generación blog): - Con vistas al mar .............................................................................................195 - Buen viaje..........................................................................................................183 GARCÍA VALDÉS, Olvido (Santianes de Pravia, Asturias, 1950): - El rey cophetua y la muchacha mendiga..........................................................100 GATELL, Angelina (Barcelona, 1926): - La poesía .........................................................................................................141 - En la iglesia de San Francisco.........................................................................163 GÓMEZ DE AVELLANEDA, Gertrudis (Puerto Príncipe, Cuba, 1814): - A.......................................................................................................................126 - No soy maga ni sirena .....................................................................................142 GONZÁLEZ ESPAÑA, Pilar (Madrid, 1960): - 27 .....................................................................................................................182 - 53......................................................................................................................185 GRASSI, Ángela (Cremá, Italia, 1823): - La despedida.....................................................................................................124 GUTIÉRREZ, Menchu (Madrid, 1957): - ¿Es tu deber ser ausencia?................................................................................122 GUZMÁN, Almudena (Madrid, 1964): - Volvemos a comer juntos .................................................................................99 219 HAFSA BINT AL-HAYY AR-RAKUNYYA de Granada (1135- 1191: - A una boca........................................................................................................101 - A Abu Ya Far....................................................................................................111 HAFSA BINT HAMDUN de Guadalajara (siglo X): - Tengo un amigo.................................................................................................122 HICKEY, Margarita (Barcelona, 1753): - Defendiendo el amor o sus contrariedades.......................................................120 HORE Y LEY, Mª Gertrudis de (Cádiz, 1742): - El nido................................................................................................................177 JESÚS, Santa Teresa (Ávila, 1515): - Yo toda me entregué y di..................................................................................106 JODRA, Carmen (Madrid, 1980): - “Ménin Aéide, Theá...”......................................................................................151 LACACI, María Elvira (La Coruña, 1928): - Con tacones altos ..............................................................................................132 - Cine de barrio....................................................................................................174 LACASA, Cristina (Tarrasa, 1929): - Peces muertos en el mar ...................................................................................182 LÓPEZ, Elsa (Santa Isabel de Fernando Poó, Guinea Ecuatorial, 1943): - El armario..........................................................................................................187 LUCA, Andrea (Madrid, 1957): - Quizá sea verdad que no quieres tocarlo...........................................................102 - Con esa boquilla que fumas...............................................................................113 LUNA, Inma (Madrid, 1966): - Vanas empresas.................................................................................................181 LUQUE, Aurora (Almería, 1962): - Síndrome de abstinencia....................................................................................123 MAILLARD, Chanta (Bruselas, 1951): - Iniciación ..........................................................................................................162 MASSANÉS DALMAU, Josepa (Tarragona, 1811): - A una literata ....................................................................................................145 - Ana ruega al Señor le conceda un hijo ............................................................157 MÉNDEZ, Concha (Madrid, 1898): 220 - Ven a mí que vas herido....................................................................................107 - Mi ventana.........................................................................................................183 MENGÍBAR, Inmaculada (Córdoba, 1962): - Poca cosa............................................................................................................98 - Me propone cenar en restaurantes chinos...........................................................99 - Me miro en un espejo.........................................................................................132 - Cosas de mujeres...............................................................................................133 MORA, Ángeles (Rute, Córdoba, 1952): - Contra ti.............................................................................................................113 - Casi un cuento.....................................................................................................97 - Gastos fijos........................................................................................................122 - La chica más suave...........................................................................................171 MULDER, Elisabeth (Barcelona, 1904): - Reposo...............................................................................................................140 NAZHUN BINT AL-QALAI de Granada (siglo XII): - ¡Qué maravillosas son las noches......................................................................107 - A un pretendiente feo que la pedía en matrimonio............................................112 OMEYA, Wallada la (Córdoba, siglo XI): - Poema a Ibn Zaydun quejándose de su ausencia...............................................110 - Sátira del seis contra Ibn Zaydun.....................................................................114 ORTEGA, Mª Antonia (Madrid, 1954): - La vida es breve.................................................................................................161 OTERO, Eloísa (León, 1962): - Cuando abrí el buzón.........................................................................................123 OTXOA, Julia (San Sebastián, 1953): - Cuando la lluvia de ha ido.................................................................................180 - Hay momentos en los que hay sed pero no hay agua........................................181 - Me niego a creer................................................................................................183 PALLARÉS, María del Carmen (Pontevedra, 1948): - Museo de curiosidades (sala once....................................................................182 PARÉS, Nuria (Barcelona, 1925): - Esta voz que no es mi voz.................................................................................139 PAZ, Begoña (La Coruña, 1965): 221 - Insomnio............................................................................................................161 PAZ PASAMAR, Pilar (Jerez de la Frontera, Cádiz, 1933): - Consejo.............................................................................................................139 PINAR, Florencia (siglo XV): - El amor ha tales mañas.....................................................................................120 REYES FUENTES, María de los (Sevilla, 1927): - Las paredes.......................................................................................................137 - Galería anular IV..............................................................................................173 - Vía del espectáculo............................................................................................180 REYES, Miriam (Orense, 1974): - Te tengo todo marcado......................................................................................103 REYZÁBAL, Mª Victoria (Madrid, 1944): - Se rompió..........................................................................................................104 - No amor............................................................................................................100 - Lo que le juras a tu hijo no vale........................................................................113 ROMERO, Marina (Madrid, 1908): - Hace cuatro besos.............................................................................................101 ROSAL, María (Córdoba, 1961): - A mano armada ................................................................................................121 - Nota a pie de página ........................................................................................175 - Retorno .............................................................................................................186 ROSSETTI, Ana (Cádiz, 1950): - Diótima a su muy aplicado discípulo ...............................................................101 - Chico Wrangler ................................................................................................103 SANTA ISABEL, Sor Mª de (Toledo, principios del siglo XVII): - ¡Oh, cómo intenta Leonida................................................................................117 SANZ, María (Sevilla, 1956): - Sin título ............................................................................................................97 - Leyenda ............................................................................................................164 SARASUA, Blanca (Bilbao, 1939): - Los límites ........................................................................................................137 - En busca de un remedio ...................................................................................181 SIGEA, Luisa (Taracón, cuenca, 1530?): 222 - Un fin, una esperanza, un como o cuando........................................................170 TORRE, Josefina de la (Las Palmas de Gran Canaria, 1907): - Tú en el alto balcón de tu silencio.....................................................................111 - Yo no sé qué tengo............................................................................................152 TORRES, Sagrario (Valdepeñas, 1922): - Este es mi cuerpo...............................................................................................164 TORRIJO, Ángela (Valencia, 1971): - Madre ............................................................................................................... 161 UCEDA, Julia (Sevilla, 1925): - Libertad de luz ..................................................................................................127 - Sé que me roban algo .......................................................................................133 - La extraña .........................................................................................................138 - La caída ............................................................................................................165 VALDERRAMA, Pilar de (Madrid, 1889): - Huerto cerrado .................................................................................................179 VELASCO, Lola (Madrid, 1961): - Amo...................................................................................................................105 - Asciendo............................................................................................................154 VIRALLONGA, Jahel (Barcelona, 1986): - wb 27 07 06 .......................................................................................................189 ZAYAS Y SOTOMAYOR, María de (Madrid, 1590?): - Amar el día, aborrecer día..............................................................................121 223 el 5. 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Ángeles Mora, “Casi un cuento”, Ellas tienen la palabra, p. 164. 67 Inmaculada Mengíbar, “Poca cosa”, Ellas tienen la palabra, p. 450. 68 Inmaculada Mengíbar, “Me propone cenar en restaurantes chinos”, Ellas tienen la palabra, p. 447. 69 Almudena Guzmán, “Volvemos a comer juntos”, Ellas tienen la palabra, p. 522. 66 “Amiguito, decídete”, canciones de requerimiento hispanoárabes, Poesía femenina hispanoárabe, p. 44. 71 Olvido García Valdés, “El rey cophetua y la muchacha mendiga”, Ellas tienen la palabra, p. 130. 72 “¿No vienes, niño mío, conmigo?”, albas hispanoárabes, Poesía femenina hispanoárabe, p. 71. 70 Mª Victoria Reyzábal, “No amor”, En Voz alta, p. 557. ¡Dulce saliva!”, canciones de requerimiento hispanoárabes, Poesía femenina hispanoárabe, p. 46. 75 Marina Romero, “Hace cuatro besos”, Poetisas españolas 2, del 1901-1939, p. 213. 73 74 76 77 Hafsa Bint al-Hayy Ar-Rakunyya de Granada, “A una boca”, Poesía femenina hispanoárabe, p. 141. Ana Rossetti, “Diótima a su muy aplicado discípulo”, Ellas tienen la palabra, p. 94. Cita: El placer es el mejor de los cumplidos, Coco Chanel. Andrea Luca, “Quizá sea verdad que no quieres tocarlo”, Ellas tienen la palabra, p. 276. “Deja mi ajorca”, canciones de requerimiento hispanoárabes, Poesía femenina hispanoárabe. p. 45. 80 Ana Rossetti, “Chico Wrangler”, Ellas tienen la palabra, p. 101. Wrangler es una marca de pantalones y el poema hace referencia a un anuncio. 78 79 81 82 Lucía Fraga, “¿Te apetece subir?”, en La manera de recogerse el pelo, p. 125. Miriam Reyes, “Te tengo todo marcado”, 23 pandoras, p. 145. Mª Victoria Reyzábal, “Se rompió”, En Voz alta, p. 556. “¡Cómo, pobre de mí, me ha dejado!”, canciones de queja hispanoárabes, Poesía femenina hispanoárabe, p. 50. 85 Dionisia García, “Cuerpos”, En Voz alta, p. 275. 83 84 Lola Velasco, “Amo”, Ellas tienen la palabra, p. 388. Ernestina de Champourcín, “Tú no sabes”, Poetisas españolas 2, del 1901-1939, p. 107. 88 Carmen Conde, “Yo no te pregunto”, Litoral femenino, p. 68. 86 87 Santa Teresa de Jesús, “Yo toda me entregué y di”, Poetisas españolas 1. Hasta 1900, p. 48. Nótese que siendo este poema una expresión del amor místico puede entenderse como dirigido a un amante carnal. 90 Clementina Arderiu, “Canción de la hermosa confianza”, Poetisas españolas 2, del 1901-1939, p. 63. 91 Nazhun Bint Al-Qalai de Granada, “¡Qué maravillosas son las noches!”, Poesía femenina hispanoárabe, p. 129. 89 Concha Méndez, “Ven a mí que vas herido”, Poetisas españolas 2, del 1901-1939, p. 129. “Si os vais, ¡oh señor!”, canciones de requerimiento hispanoárabes, Poesía femenina hispanoárabe, p. 43. 94 Ernestina de Champourcín, “Amor de cada instante”, Poetas españolas 2, del 1901-1939, p. 111. 92 93 231 95 “Si de noche vienes”, canciones de requerimiento hispanoárabes, Poesía femenina hispanoárabe, p. 44. 96 Leonor de la Cueva y Silva, “¡Ah, larga esperanza vana!”, Por mi alma os digo, p. 482. 97 Wallada la Omeya, “Poema a Ibn Zaydun quejándose de su ausencia”, Poesía femenina hispanoárabe, p. 104. 98 Leonor de la cueva y Silva, “Arroyos cristalinos”, Por mi alma os digo, pp. 380- 381. 99 Hafsa Bint al-Hayy Ar-Rakunyya de Granada, “A Abu Ya Far”, Poesía femenina hispanoárabe, p. 142. 100 Josefina de la Torre, “Tú en el alto balcón de tu silencio”, Poetisas españolas 2, del 1901-1939, p. 160. Nazhun Bint Al-Qalai de Granada, “A un pretendiente feo que la pedía en matrimonio”, Poesía femenina hispanoárabe, p. 129. 102 Sor Juana Inés de la Cruz, “Al ingrato que me deja, busco amante”, Las primeras poetisas en lengua castellana, p. 192. 103 Andrea Luca, “Con esa boquilla que fumas”, Ellas tienen la palabra, p. 278. 104 “No me toques, amigo”, canciones de queja hispanoárabes, Poesía femenina hispanoárabe p. 49. 101 Ángeles Mora, “Contra ti”, Ellas tienen la palabra, p. 158. En elogio de L. F. de Moratín. Mª Victoria Reyzábal, “Lo que le juras a tu hijo no vale”, En voz alta, p. 554. 107 Ana Mª Drak, “Era un beso redondo”, Poetisas españolas. 4, De 1976 a 2001, p. 192. 105 106 108 109 Wallada la Omeya, “Sátira del seis contra Ibn Zaydun”, Poesía femenina hispanoárabe, p. 105. Sor Violante do Ceu, “Huid de Amor, zagalejas”, Por mi alma os digo, p. 284. “¡Por Dios!, me desahogué gritando”, canciones de queja hispanoárabes, Poesía femenina hispanoárabe, p. 49. 111 Sor Violante do Ceu, “Libertad no tengáis dueño”, Por mi alma os digo, p. 293. 110 112 113 Canción anónima, Poesía feminista del mundo hispánico, p. 51. Sor Mª de Santa Isabel, “¡Oh, cómo intenta Leonida!”, Tras el espejo la musa escribe, pp. 361362. Leonor de la Cueva y Silva, “Pensábase amor, madre”, Tras el espejo la musa escribe, p. 137. Florencia Pinar, S. XV, “El amor ha tales mañas”, Antología de poetisas líricas, pp. 1-2. Ese poema aparece también en Panorama antológico de poetisas españolas (siglos XV al XX), p. 21 116 Margarita Hickey, “Defendiendo el amor o sus contrariedades”, Antología de poetisas líricas, pp. 246- 247. En Poetisas españolas I, por error, “tormenta” (último verso) aparece como “tormento”. 117 María de Zayas y Sotomayor, “Amar el día, aborrecer el día”, Antología de poetisas del S. XVI y XVII, p. 208. 118 María Rosal, “A mano armada”, Ellas tienen la palabra, p. 404. 114 115 Ángeles Mora, “Gastos fijos”, Ellas tienen la palabra, p. 164. Teresa Agustín, “Y el niño aquella noche”, Ellas tienen la palabra, p. 482. 121 Menchu Gutiérrez, “¿Es tu deber ser ausencia?”, En Voz alta, p. 309. 122 Hafsa Bint Hamdun de Guadalajara, “Tengo un amigo”, Poesía femenina hispanoárabe, p. 83. 123 Eloísa Otero, “Cuando abrí el buzón”, Ellas tienen la palabra, p. 494. 124 Aurora Luque, “Síndrome de abstinencia”, Ellas tienen la palabra, p. 419. 125 Mª Dols, “Palabras sinceras”, Litoral femenino, 1986, nº 169-170, p. 122. 126 Ángela Grassi, “La despedida”, Antología de poetisas del S. XIX, p. 163. 127 Gertrudis Gómez de Avellaneda, “A”, Antología de poética de escritoras del S. XIX, p. 152. 119 120 128 Julia Uceda, “Libertad de luz”, En Voz alta, p. 151. 232 129 Ángela F. Aymerich, “Mujer”, Mujeres de carne y verso, p. 98. Inmaculada Mengíbar, “Me miro en un espejo”, Ellas tienen la palabra, p. 450. María Elena Lacaci, “Con tacones altos”, En voz alta, p. 224. 132 Inmaculada Mengíbar, “Cosas de mujeres”, Ellas tienen la palabra, p. 448 133 Julia Uceda, “Sé que me roban algo”, En voz alta, p. 140. 134 Manuela Cambronero, “La cautiva”, Antología de poética de escritoras del S. XIX, Castalia, p 105. 130 131 Carolina Coronado, “Libertad”, Antología poética de escritoras del siglo .XIX, p. 120 Blanca Sarausa, “Los límites”, En voz alta, p. 478. 137 María de los Reyes Fuentes, “Las paredes”, En voz alta, p. 200. 138 Graciela Baquero, “A través de la neblina del bar”, Ellas tienen la palabra, p. 372. 139 Julia Uceda, “La extraña”, En voz alta, p. 142. Cita: La fatiga e´ sedirsi senza farse notare. CESARE PAVESE: Il vino triste. 140 Leonor de la Cueva y Silva, “Ni sé si muero ni i tengo vida”, Antología poética de escritoras de los siglos XVI y XVII, p. 189. 141 Nuria Parés, “Esta voz que no es mi voz”, Litoral femenino, p. 61. 142 Pilar Paz Pasamar, “Consejo”, En voz alta, p. 400. 143 Elisabeth Mulder, “Reposo”, Poetisas españolas 2. Del 1901-1939 p. 147. 144 Angelina Gatell, “La poesía”, En voz alta, p. 189. 145 Gertrudis Gómez de Avellaneda, “No soy maga ni sirena”, Antología de poética de escritoras del S. XIX, p. 154. 146 Josepa Massanés Dalmau, “A una literata”, La pluma como espada, p. 113. 147 Rosalía de Castro, “Febril la mano y palpitante el seno”, Panorama antológico de poetisas españolas (siglos XV al XX), p. 82. 148 Ernestina Champourcín, “¿Son paredes las páginas?”, Panorama antológico de poetisas españolas (siglos XV al XX), p. 102. 149 Rosario de Acuña, “¡Poetisa...!”, Antología de poética de escritoras del S. XIX, p 289. 150 Carmen Jodra, “Ménin Aéide, Theá...”, Poetisas españolas. 4, De 1976 a 2001, p. 324. 151 Cocha Espina, “Mi secreto”, Poetisas españolas 2. Del 1901-1939, p. 49. 152 Francisca Aguirre, “Nunca os diré que sí”, En voz alta, p. 295. 135 136 153 154 155 156 Josefina de la Torre, “Yo no sé qué tengo”, Poetisas españolas 2. Del 1901-1939, p. 157. Cecilia Domínguez Luis, “Eva”, En voz alta, p. 686. Carmen Conde, “Lluvia de mayo”, Poetisas españolas 2. Del 1901-1939, p. 169. Pino Betancor, “La falda”, En voz alta, p. 244. Lola Velasco, “Asciendo”, Las diosas blancas, p. 181. Isla Correyero, “Talento”, Ellas tienen la palabra, p. 296. 159 Aurora Albornoz, “Ana Karenina”, En voz alta, p. 166. 160 Josepa Massanés Dalmau, “Ana ruega al Señor le conceda un hijo”, Antología de poética de escritoras del S. XIX, Castalia, p. 190. 161 Clementina Arderiu, “Una mujer espera”, Poetisas españolas 2. Del 1901-1939, p. 65. 162 Casilda de Antón de Olmet, “Maternidad”, Poetisas españolas 2. Del 1901-1939, p. 71. 157 158 Teresa Agustín, “Nacimiento”, Ellas tienen la palabra, p. 483. Ángela Torrijo, “Madre”, Hilanderas, vol. II, p. 185. 165 Mª Antonia Ortega, “La vida es breve”, Ellas tienen la palabra, p. 195. 163 164 233 Mª Victoria Atencia, “Dejadme”, Poetisas españolas. 3, De 1939 a 1975, p. 117. Begoña Paz, “Insomnio”, La manera de recogerse el pelo, p. 265. 168 Chantal Maillard, “Iniciación”, Mujeres de carne y verso, p. 321. 169 Angelina Gatell, “En la iglesia de San Francisco. De tres sonetos con estrambote para Sor Juana Inés de la Cruz”, En voz alta, pp. 193- 194. 166 167 170 171 172 173 174 Gloria Fuertes, “Al borde”, Poesía femenina española viviente, p. 174. Sagrario Torres, “Este es mi cuerpo”, Panorama antológico de poetisas españolas (siglos XV al XX), p. 246. Mª Sanz, “Leyenda”, Poetisas españolas. 4, De 1976 a 2001, p. 260. Julia Uceda, “La caída”, Di yo, di tiempo, pp. 335- 336. Brenda Ascoz, “¿No lo veis?”, 23 Pandoras, p. 133. 234 220 Luisa Sigea, “Un fin, una esperanza, un como o cuando”, Antología de poetisas líricas, pp. 25- 26. Rosalía de Castro, “¡Cuán tristes pasan los días!”, Antología de poética de escritoras del S. XIX, p. 228. cxiii Ángeles Mora, “La chica más suave”, Ellas tienen la palabra, p. 159. cxiv Ernestina de Champourcín, “Laxitud”, Poetisas españolas 2. Del 1901-1939, pp. 105- 106. cxv Aurora de Albornoz, “A solas con el miedo”, Mujer que soy. La voz femenina en la poesía social y testimonial de los años 50, p. 277. cxii cxvi Mª de los Reyes Fuentes, “Galería anular IV”, En voz alta, p. 204. Rosa Díaz, “El caldero de la bruja Birgit”, En voz alta, p. 624. cxviii Mª Elena Lacaci, “Cine de barrio”, En voz alta, p. 216. cxix María Rosal, “Nota a pie de página”, Ellas tienen la palabra, p. 407. cxx Mª Teresa Cervantes, “Qué maraña de recuerdos se me enreda”, En voz alta, pp. 364- 365. cxxi Mª Gertrudis de Horde y Ley, “El nido”, Por mi alma os digo, pp. 563- 565. cxvii cxxii Ernestina de Champourcín, “Evocación”, Poetisas españolas 2. Del 1901-1939, p. 111. Huerto de Fray Luis, Salamanca, febrero de 1929. cxxiii Pilar de Valderrama, “Huerto cerrado”, Poetisas españolas 2. Del 1901-1939, p. 77. cxxiv cxxv Mª de los Reyes Fuentes, “Vía del espectáculo”, En voz alta, p. 204. Julia Otxoa, “Cuando la lluvia de ha ido”, Ellas tienen la palabra, pp. 180-181. cxxvi Blanca Sarasua, “En busca de un remedio”, En voz alta, p. 480. Julia Otxoa, “Hay momentos en los que hay sed pero no hay agua”, Ellas tienen la palabra, p. 181. cxxvii cxxviii Inma Luna, “Vanas empresas”, La manera de recogerse el pelo, p. 249. Carmen Pallarés, “Museo de curiosidades (sala once)”, Ellas tienen la palabra, p. 116. A Pedro Molina Temboury. cxxix cxxx Pilar González España, “27”, Ellas tienen la palabra, p. 378. Junto a este poema y al poema “53” aparecen un hexagrama en cada uno de ellos que corresponden a uno de los ´símbolos de I Ching, el oráculo chino. “Yi” es el nombre del hexagrama que acompaña a este poema, al que la autora le añade la siguiente frase “los ángulos de los labios”. cxxxi Cristina Lacasa, “Peces muertos en el mar”, En voz alta, p. 263. cxxxii Julia Otxoa, “Me niego a creer”, Ellas tienen la palabra, p. 179. cxxxiii cxxxiv Concha Méndez, “Mi ventana”, Poetisas españolas 2. Del 1901-1939, p. 127. Esther Gª Camps, “Buen viaje”, La manera de recogerse el pelo, pp. 74-75. 235 cxxxv Aurora de Albornoz, “Sin embargo”, En voz alta, p. 169. cxxxvi Lucía Boscá Gómez, “Eternidad”, 23 Pandoras, p. 33. Pilar González España, “53”, Ellas tienen la palabra, p. 380. JIAN, El desarrollo. Véase la nota 128. cxxxviii Dionisia García, “Presencia”, En voz alta, p. 286. cxxxvii cxxxix Mada Alderete, “Las niñas coleccionan pegatinas”, 23 Pandoras, p. 271. María Rosal, “Retorno”, Ellas tienen la palabra, p. 405. cxli Rosa Díaz, “Arroz con gambas”, En voz alta, pp. 622- 623. cxlii Elsa López, “El armario”, En voz alta, pp. 526- 527. A Vicente Pérez Bravo. cxliii Dionisia García, “Cuando frecuentas”, En voz alta, p. 283. cxliv Mª Victoria Atencia, “Godiva en blue jeans”, En voz alta, p. 338. cxlv Jahel Virallonga, “wb 27 07 06” Transgeneración 1.0., p. 53. cxl cxlvi Amalia Bautista, “Vamos a hacer limpieza general”, Mujeres de carne y verso, p. 416. Mª Teresa Cervantes, “Estoy enamorada de este día”, En voz alta, p. 357. Este día es la vida, la esencia misma de la vida (Del sánscrito). cxlviii Dionisia García, “A un joven poeta”, Mujeres de carne y verso, p. 171. cxlix Rosa Díaz, “Era la reina de los cartones”, En voz alta, p. 629. cxlvii cl Amparo Amorós, “Revelación”, En voz alta, p. 754. Ernestina de Champourcín, “Cuando se nos revelan las rosas”, Poetisas españolas 2. Del 19011939, p. 115. clii Dolores Cabrera y Heredia, “Ilusión”, Antología de poética de escritoras del S. XIX, pp. 94- 97. ¿Qué es la vida? Una ilusión, Calderón de la Barca. cliii Esther García Camps, “Con vistas al mar”, La manera de recogerse el pelo, p. 69. cliv Cecilia Domínguez Luis, “Inventario”, En voz alta, p. 689. “Caetera desideratum” cli clv Ángela F. Aymerich, “Belleza cruel”, Panorama antológico de poetisas españolas (siglos XV al XX), p. 164. 236 237