Divorciarse por la escuela

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Divorciarse por la escuela
Escrit per GEC Familia
Hecha la ley, hecha la trampa. Si para conseguir plaza escolar o de parvulario las autoridades
priorizan a las familias monoparentales o la proximidad de la vivienda al centro escolar, algunos
matrimonios se “divorcian” o “trasladan” la residencia a casa de los abuelos. Después, con la
plaza adjudicada, ya se “reconciliarán” o “volverán” a su piso.
Artimañas de este tipo han sido denunciadas en diversas partes de España y no faltan padres
movilizados en busca de falsarios. Todo indica, sin embargo, que las trampas irán a más en
Cataluña. El anteproyecto de Ley de Educación no garantiza el derecho de los padres a elegir
el tipo de educación que desean para sus hijos porque prioriza de forma absoluta la zona de
residencia. La libertad de elección se reduce a los colegios públicos y concertados del entorno
en que vive, y aún así verá si logra plaza en el que desea. El “carácter propio”, el ideario, de los
centros ni se menciona. La nueva Ley, de otro lado, no garantiza la gratuidad en los centros
concertados porque no iguala las aportaciones económicas a las de los centros públicos. A la
vez pretende que los niños inmigrantes se repartan entre centros públicos y concertados para
que los primeros no carguen con la casi totalidad de los recién llegados. Es justo que sea así.
Pero siempre que se acompañe del dinero correspondiente. Imponer más obligaciones a los
centros concertados cuando la Administración sólo cubre una parte de sus costes hace inviable
tal exigencia. De otro lado, los directores de colegios están que trinan. La Generalitat ha cedido
a las presiones de los sindicatos de profesores y no se avanza hacia una mayor autoridad en
los centros.Los redactores de la ley desean luchar contra el fracaso escolar, pero el sistema
fallará siempre al desconocer el derecho fundamental de los padres a elegir el tipo de
educación que deseen para sus hijos. La motivación, la implicación de las familias, es mucho
mayor si los padres eligen el centro en consonancia con sus criterios educativos y sus valores
morales y religiosos. En otro tiempo abundaron los matrimonios de conveniencia. Ahora
promueven divorcios de conveniencia. Daniel Arasa - Gaceta, mayo de 2008
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