Lectura Recomendada: “La Fuerza Aérea Francesa en 1940 ¿ fue derrotada por la Luftwaffe o por la Política?” FUERZA AÉREA ECUATORIANA ACADEMIA DE GUERRA AÉREA LECTURA RECOMENDADA FEBRERO, 1987 Academia de Guerra Aérea Página No. 1 Lectura Recomendada: “La Fuerza Aérea Francesa en 1940 ¿ fue derrotada por la Luftwaffe o por la Política?” ESTRATEGIA TEMA: “LA FUERZA AÉREA FRANCESA EN 1940. ¿FUE DERROTADA POR LA LUFTWAFFE O POR LA POLÍTICA” TÍTULO DE LA LECTURA: AUTOR: TCrn. Faris Kirkland, USA (RET) PUBLICACIÓN: FEBRERO 1987 ÍNDICE La Tecnología de Aviación Francesa entre las dos Guerras Mundiales Pág. 4 Problemas Políticos Cívico-Militares e Intercastrenses Pág. 5 La Batalla de Francia: 10-may-25 Junio 1940 Pág. 9 ¿Podría la Fuerza Aérea Francesa adquirir el Dominio del Aire? Pág. 13 Pie de Páginas Pág. 15 LECTURAS SELECTAS Academia de Guerra Aérea Página No. 2 Lectura Recomendada: “La Fuerza Aérea Francesa en 1940 ¿ fue derrotada por la Luftwaffe o por la Política?” “LA FUERZA AÉREA FRANCESA EN 1940 ¿FUE DERROTADA POR LA LUFTWAFFE O POR LA POLÍTICA” Por: TCrn. Faris Kirkland, USA (RET) D urante la Batalla de Francia en mayojunio de 1940, los jefes del Ejército Francés se quejaban de que la aviación alemana atacaba sus tropas libre de interferencias por la Fuerza Aérea Francesa. Los generales y estadistas franceses les rogaron a los ingleses que enviaran a Francia mayor cantidad de escuadrones de cazas de la Real Fuerza Aérea (RAF). Los periodistas espectadores confirmaron la dominación alemana de los cielos, y la avasalladora superioridad numérica de la Luftwaffe se aceptó como una de las principales causas del colapso francés. (1) viniera a desmentir la posición oficial al respecto de que Francia había perdido la guerra debido a que los políticos de la preguerra no habían equipado de manera adecuada la fuerza aérea. La fuerza aérea vino a ser la cabeza de turco según la opinión de los generales del Ejército francés que gobernaron a Francia durante el régimen de Vichy dominado por los alemanes. Al atribuir la derrota de las fuerzas francesas a su debilidad en el aire, los oficiales del ejército desviaron la atención para cubrir sus propios fracasos. Además, los líderes de Vichy pudieron reforzar así sus demandas de legitimidad al culpar al régimen parlamentario que habían suplantado por haber dejado éste de proporcionar un número suficiente de aviones. Los líderes de Vichy reprocharon también a los ingleses por haber retenido el grueso de su fuerza aérea en las Islas Británicas. Al propio tiempo, los oficiales del ejército del régimen de Vichy se aprovecharon de la derrota de la fuerza aérea francesa para justificar la abolición del ministerio del aire y del estado mayor general del aire, incorporando sus funciones al ministerio de la guerra y al estado mayor general del ejército, reintegrando así a la fuerza aérea a su posición anterior de rama del ejército. Con el ejército en control de las fuentes de información de la postguerra, por muchos años no existió voz alguna que La industria de aviación francesa (con la modesta ayuda - alrededor del 15 por ciento de parte de los fabricantes estadounidenses y holandeses) había fabricado ya en mayo de 1940 una cantidad de aviones modernos de combate (4,360) suficiente para derrotar la Luftwaffe que puso en acción una fuerza de 3,270 unidades. (2) Academia de Guerra Aérea Desde mediados del decenio del 60, han venido a relucir nuevos fragmentos de información memorias de aviadores, informes sobre la producción, inventarios de aeronave s y correspondencia anglo-francesa. Estas fuentes revelan cuatro nuevas realidades acerca de la Fuerza Aérea Francesa de la preguerra. En lo que respecta al desempeño y capacidad de combate, los aviones franceses se podían comparar con los aviones alemanes. El 10 de mayo de 1940, los franceses habían situado en el Frente Occidental sólo una cuarta parte de sus aviones modernos de combate en formaciones operativas (3) La Real Fuerza Aérea había situado en Francia una proporción mayor (30 por ciento) de su fuerza de cazas que la cantidad de aviones (25 por ciento) empeñada por los franceses de sus propios recursos (4) Página No. 3 Lectura Recomendada: “La Fuerza Aérea Francesa en 1940” Los datos anteriores exoneran de culpa al régimen parlamentario francés de la preguerra y a los ingleses. Ponen en tela de juicio la calidad de los líderes de una fuerza aérea que gozaba de paridad en números de aviones, de ayuda de un aliado poderoso, de los radares más modernos y de la tecnología de aviación más avanzada en Europa, sin embargo perdió una batalla defensiva sobre su propio territorio (5). LA TECNOLOGÍA DE AVIACIÓN FRANCESA ENTRE LAS DOS GUERRAS MUNDIALES La industria de aviación de Francia fabricó más aviones de guerra durante el período entre las dos guerras mundiales que cualquiera otra nación competidora. El bombardero Breguet 19 de 1922 (1,500 fabricados) y el avión de cooperación del ejército modelo Potez 25 de 1925 (3,500 fabricados) fueron los aviones militares más extensamente utilizados en el mundo. (Durante este período interguerra no más de 700 ejemplos de cualquier otro tipo de avión militar se fabricaron en ningún país). Un avión Breguet 19 atravesó el Atlántico en 1927; y un grupo de 30 Potez 25 circunnavegaron el continente africano en 1933 (6). Los bombarderos franceses eran consistentes y técnicamente excelentes. El bombardero mediano tipo Lioré Olivier 20 de 1924 fue el más rápido en el mundo durante tres años consecutivos, y originó media docena de diseños derivados. El Potez 542 de 1934 era el bombardero más rápido en Europa hasta 1936. Los bombarderos franceses eran consistentes y técnicamente excelentes. El bombardero mediano tipo Lioré Olivier 20 de 1924 fue el más rápido en el mundo durante tres años consecutivos, y originó media docena de diseños derivados. El Potez 542 de 1934 era el bombardero más rápido en Europa Academia de Guerra Aérea hasta 1936. El Amiot 143 de 1935, con el cual se equiparon 18 escuadrones, llevaba a bordo una carga de dos toneladas de bombas alcanzando una velocidad de 190 mph a 25,920 pies de altura. Su equivalente alemán contemporáneo, el Dornier Do 23G, tenía la mitad de la capacidad de carga de bombas y volaba a 30 millas por hora más despacio a 13,780 pies de altura. Durante el año siguiente, el Bloch 210, con un techo de 32,480 pies, empezó a utilizarse para equipar lo que en definitiva llegaron a ser 24 escuadrones. Ningún bombardero extranjero construido antes de 1939 alcanzó 30.000 pies. El Farman 222 de 1936 fue el primer avión pesado moderno cuatrimotor. Los modelos en producción llegaron a alcanzar el estado operacional al mismo tiempo que se entregaron los modelos de prueba al ejército (Y1B-17) de la fortaleza volante Boeing y dos años más adelantados que la versión de producción de este último (B-17B). La envolvente de performance del Farman 5,510 libras de bombas, alcance de 1,240 millas y velocidad de 174 mph, en comparación con el modelo Y1B-17:2,400 libras de bombas, alcance de 1,500 millas a 238 mph - demostró que los diseños de ambos eran técnicamente comparables, con el francés haciendo hincapié en la capacidad de carga y el modelo de EUA recalcando la velocidad. La evolución de diseño de los dos tipos se inclinaron a aumentar la velocidad de los modelos derivados del Farman (llegando a 239 mph para el modelo 223.4 de 1939) y a aumentar la capacidad de carga del tipo Boeing (que alcanzó una carga de 4.000 libras de bombas, con 1,850 millas de alcance a 211 mph para el modelo B-17G de 1943). Ninguno de los dos diseños en su forma de 1940 poseía la capacidad para operaciones de bombardeo de largo alcance durante el día. El tipo Farman se empleó exclusivamente para incursiones nocturnas. El Lioré et Olivier 451, a 307 mph, y el Amiot 354, a 298 mph, eran los bombarderos medianos más veloces durante las primeras fases de la Segunda guerra mundial sobrepasando las versiones Página No. 4 Lectura Recomendada: “La Fuerza Aérea Francesa en 1940” operativas de 1940 de los tipos alemanes Schnellbomber - el dornier Do 17K (255 mph), el Heinkel He 111E (261 mph) y el Junkers Ju 88A (292 mph). El bombardero de reconocimiento tipo Bloch 174 de 1940 era, en configuración operativa, el avión multimotor más rápido del mundo (329 mph). Los cazas franceses alcanzaron 11 de los 22 records mundiales de velocidad aérea registrados entre las dos guerras mundiales y siete de ellos fueron obtenidos por un sólo avión francés, el caza Nieuport-Delage 29 de 1921. El caza monoplano Gourdou-Leseurre 32 de 1924 fue el caza de estado operacional más rápido del mundo hasta 1928, cuando el Nieuport-Delage 62 lo sobrepasó. En 1934, el Dewoitine 371 obtuvo este honor y en 1936 el Dewoitine 510 fue el primer caza en estado operacional que llegó a alcanzar la velocidad de 250 mph (7). El Dewoitine 501 de 1935 fue el primer caza equipado con un cañón que disparaba a través del eje de la hélice. Los cazas franceses en acción durante 1939-40 eran extremadamente maniobrables, estaban armados poderosamente y capaces de vencer al Messerschmitt Bf 109E Y Bf 110C, así como a los bombarderos alemanes. No fue sino en el verano de 1938 que el ministerio del aire inició la adjudicación de contratos de volumen suficiente para justificar la construcción de instalaciones dedicadas a la producción en masa de aviones y motores. Al mismo tiempo, el gobierno francés inició un programa de invertir los fondos necesarios para la expansión de las instalaciones de producción en Estados Unidos para fabricar cazas Curtiss, bombarderos ligeros Douglas, bombarderos ligeros Martin, motores Pratt and Whitney y motores Allison. Ya en mayo de 1940, los fabricantes franceses estaban produciendo 619 aviones de combate mensuales, y las firmas estadounidenses estaban suministrando además 170 al mes para atender los pedidos franceses, y los ingleses estaban fabricando 392 cazas mensualmente. La producción alemana de aviones de combate alcanzó un promedio de 622 unidades mensuales durante 1940, número que era sólo un poco más de la mitad Academia de Guerra Aérea de lo que producían las industrias que apoyaban los aliados (8). La explicación tradicional de la derrota francesa en términos de suministros inadecuados de aviones y de la inferior calidad de estos no tiene fundamento. El ambiente sicológico y político en que evolucionó la fuerza aérea durante los años entre las dos guerras mundiales, ofrece una base más substancial para percatarse de lo que le sucedió a la Fuerza Aérea Francesa. PROBLEMAS POLÍTICOS CÍVICO-MILITARES E INTERCASTRENSES La Fuerza Aérea Francesa nació, creció y entró en combate en una atmósfera de intriga política. Los oficiales de la fuerza aérea se vieron embrollados en tres luchas mortíferas durante todo el período interguerra: la animosidad entre los políticos de izquierda y el ejército regular que se había iniciado aun antes de 1800; la lucha burocrática entre los oficiales del ejército y los aviadores acerca del control de los recursos de aviación que se originó durante la Primera guerra mundial, y una modalidad de coerción y engaño entre los líderes de la fuerza aérea y los políticos, los que empezaron a utilizar esta arma para fines políticos a fines del decenio de 1920. Durante los últimos dos siglos, las relaciones entre civiles y militares en Francia se han visto dominadas por el temor de los políticos de izquierda de la represión del ejército regular, el cual ha llevado a cabo represiones de levantamiento de izquierda en sangrientas confrontaciones en 1789-90, 1848 y 1871. También ha apoyado golpes de estado derechistas en 1799 y en 1851, y en 1889 los políticos se alarmaron por la posibilidad de un golpe de estado por el General Georges Boulanger. Uno de los principales problemas confrontados en el famoso Caso de Dreyfus de 1894 a 1906 fue la pretensión del ejército de que la palabra de sus oficiales no debería ser objeto de duda por parte de las autoridades civiles. Los políticos prevalecieron sobre los oficiales y se aprovecharon de cada Página No. 5 Lectura Recomendada: “La Fuerza Aérea Francesa en 1940” oportunidad para debilitarlos y humillarlos. Los gobiernos de Combes y de Clemenceau de 1905 a 1907 obligaron a los oficiales católicos a supervisar la incautación de las propiedades de la iglesia, degradándoles así en orden de precedencia y nombraron como ministro de guerra a un general "Dreyfusiano". En 1910, un gobierno centroderechista utilizó el ejército regular para aplastar la huelga de trabajadores del ferrocarril, confirmando así las percepciones de los izquierdistas de que el ejército era su enemigo. En 1914, el lema central del programa socialista era el remplazo del ejército regular por una milicia popular. Las izquierdas ganaron las elecciones de 1914, pero no pudieron poner en práctica su programa porque la guerra estalló dos meses después. Durante la guerra, los generales se arrogaron poderes extraordinarios y le robaron a las izquierdas su victoria electoral. Pero en 1924, las izquierdas ganaron de nuevo el control del gobierno y rápidamente la emprendieron contra el ejército regular. Una serie de leyes en 1927-28 redujo el ejército desde el nivel de una fuerza de combate hasta una institución de entrenamiento; una ley de 1931 ordenó la cesantía del 20 por ciento de los oficiales regulares, y otras dos leyes (1928 y 1933) separaron a la aviación militar del ejército y de la marina para establecerla como un arma por separado. Aun cuando había argumentos lógicos que favorecían una fuerza aérea independiente, esa medida fue en efecto una demostración del poder de los políticos sobre los líderes militares. Los aviadores recibieron con beneplácito el apoyo de los políticos pues ellos habían estado luchando con los oficiales de las armas terrestres desde 1917 referente a la función apropiada de la aviación militar. Los pilotos consideraban que la aviación era más efectiva cuando se empleaba en masa para atacar a puntos decisivos designados por el comandante en jefe, pero cada general del ejército quería tener a su disposición un escuadrón bajo sus órdenes directas. Los aviadores habrían alcanzado su objetivo, aunque fue sólo en el papel, en la Academia de Guerra Aérea organización de la Primera División de Aviación en abril de 1918. Esta división era una poderosa fuerza de 24 escuadrones de cazas y 15 escuadrones de bombarderos, 585 aviones de combate en total. Podía desplegarse rápidamente hasta sectores muy apartados y podía ejercer una apreciable potencia de combate en apoyo de las fuerzas terrestres. Sin embargo, los comandantes de tierra en cuyo sector operaba esta Primera División de Aviación empleaban estas fuerzas primordialmente como conjunto de cazas extra para proteger sus aviones de observación (9). La habilidad de los aviadores para influenciar el progreso y empleo de su nueva rama estaba limitada por su condición de oficiales subalternos. Los comandantes de brigada escadres (alas) y los grupos en la Primera División de Aviación eran tenientes y capitanes en función de comandantes interinos; y el comandante de división durante la guerra tenía sólo el grado de coronel. En el ejército de la postguerra, los mandos más importantes se asignaron a los generales y coroneles que no eran aviadores y que procedían a la infantería, la caballería o la artillería. Habiendo gozado de la responsabilidad de mando superior durante la guerra, con solo 8 o 10 años de servicio, los aviadores más importantes sentían impaciencia por su ascenso, pero la estructura de su rama dentro del ejército proporcionaba pocas posiciones para el grado de oficiales por encima del rango de capitán (que servían como comandante de escuadrones, unidades que comprendían de 10 a 12 aviones en tiempo de paz). La formación de un ministerio del aire independiente del ministerio de la guerra en 1928 brindó a los aviadores una lista de ascensos por separado, la oportunidad de organizar la fuerza aérea según su opinión y un estado mayor general de la fuerza aérea para forjar la política. Los aviadores no perdieron tiempo en reorganizarse para crear puestos adicionales para los grados de coroneles y generales. Entre 1926 y 1937, el número de escuadrones aumentó desde 124 a Página No. 6 Lectura Recomendada: “La Fuerza Aérea Francesa en 1940” 134, mientras que el número de los groupes (al mando de un comandante) aumentó de 52 a 67. Quince regimientos de aviación, formaciones compuestas de varios grupos, se convirtieron en 30 escadres, constituidos cada uno por solo dos grupos. El número de posiciones de mando para coroneles fue así duplicado. Los mandos superiores de aviación -dos divisiones aéreas en 1926- se transformaron en cuatro regiones aéreas en 1932, y en dos cuerpos aéreos y seis divisiones aéreas en 1937. Además, ocho mandos de aviación del ejército (encabezados por brigadier generales) y 26 mandos del cuerpo de aviación (encabezados por coroneles o por teniente coroneles) se habían activado al llegar la movilización. Al crearse una abundancia de plazas para oficiales superiores, el ministerio del aire aceleró el proceso de ascenso: En el ejército, el tiempo promedio de servicio para oficiales de ascenso rápido para alcanzar el grado de comandante era 16 años; para coronel, 26 años; y para brigadier general, 30 años. En la fuerza aérea después de 1928, estos promedios bajaron a 13, 19 y 22 años respectivamente. La cuestión de la política de aviación no era fácil de controlar. El ejército y la marina habían batallado contra la creación del ministerio del aire y de la fuerza aérea independiente, con suficiente vigor para retener el control operativo de 118 escuadrones de combate de un total de 134. Los oficiales de la fuerza aérea estaban encargados del adiestramiento, administración y mando de la fuerza aérea en tiempos de paz; pero en tiempos de guerra, solamente 16 escuadrones de bombarderos quedarían bajo la cadena de mando de la fuerza aérea. Muchos aviadores consideraban que el papel primordial de la fuerza aérea era el apoyo cercano de las fuerzas terrestres observación, enlace y ataque a blancos en el campo de batalla. Los franceses habían perfeccionado técnicas de apoyo cercano durante la Primera Guerra mundial (1914-18), y las habían refinado durante la guerra contra la rebelión del Rif en Marruecos en 1925. En Academia de Guerra Aérea Marruecos, los aviadores volaban en apoyo de las fuerzas móviles de tierra, y perfeccionaron así el empleo de la aviación para apoyo de fuego, protección de los blancos, persecución de un enemigo en fuga, reabastecimiento del campo de batalla y evacuación aeromédica (11) . Pero muchos oficiales de la fuerza aérea buscaban una misión más amplia para su arma. Los aviadores que se mostraban impacientes con las misiones de apoyo cercano debido a que ello entrañaba la subordinación de la aviación del ejército gradualmente obtuvieron ascendencia en el estado mayor general del aire. En 1932, los conceptos del General Giulio Douhet sobre la guerra aérea estratégica fueron traducidos al francés con un prefacio elogioso del Mariscal Henri Pétain. Para aplacar el estado mayor general políticamente poderoso del ejército, la doctrina de la fuerza aérea prescribía que la fuerza aérea en total debía tener capacidad para participar en las batallas terrestres. Empero los aviones que el estado mayor general del aire trataba de adquirir eran del tipo descrito por Douhet como aviones de combate, es decir de gran tamaño, y fuertemente armados y diseñados con capacidad para llevar a cabo bombardeos, reconocimiento y combate aéreo. Estos aviones estaban destinados claramente a bombardeos a gran alcance y no al apoyo aéreo cercano. El estado mayor del aire pretendía que tales aviones podrían apoyar las batallas terrestres, pero el estado mayor del ejército tenía dudas al respecto. El ejército gozaba de influencia suficiente para continuar dominando la política de compras de la fuerza aérea hasta el comienzo de 1936. En enero de ese año, la fuerza aérea contaba con 2,162 aviones de primera línea. De este total, 1,368 (63 por ciento) eran aviones de observación y de reconocimiento dedicados al servicio del ejército, 437 (20 por ciento) eran cazas dedicados a proteger los aviones de observación (13). De 1934 a 1936 la tensión entre el ejército y la fuerza aérea se reveló en una serie de incidentes. Durante un ejercicio de Página No. 7 Lectura Recomendada: “La Fuerza Aérea Francesa en 1940” puestos de mando en 1934, el ejército ordenó el ataque de objetivos en el campo de batalla; la fuerza aérea protestó aludiendo que problemas técnicos y limitados recursos militares hacían imposible cumplir las órdenes del ejército. El ejército apeló al Comité Supremo de Guerra, el cual resolvió que la fuerza aérea debía responder a los comandantes terrestres y que no había necesidad de un comandante supremo del aire. En 1935, durante unas maniobras conjuntas del ejército y la marina, el ejército ordenó el ataque aéreo de columnas motorizadas. La fuerza aérea respondió después de una larga demora con un ataque realizado por aviones pesados de batalla tipo Bloch 200 bimotores volando a la altura del tope de los árboles. Los árbitros declararon que los aviones habrían sido destruidos (14). La fuerza aérea no contaba con aviones apropiados para el ataque de blancos en el campo de batalla, y en varias ocasiones el estado mayor del aire se negó a considerar las propuestas de utilizar bombarderos de picado o aviones de asalto alegando que el ataque a blancos en el campo de batalla era contrario de la política de la fuerza aérea (15). Entusiastas del bombardeo estratégico encontraron un defensor en Pierre Cot, ministro del aire desde junio de 1936 hasta enero de 1938. Cot triplicó las fuerzas de bombardeos al organizar cinco nuevos escadres de bombarderos, al convertir 7 de los 12 escadres de aviones de observación y reconocimiento a escadres de bombarderos, y equipó cuatro de los cinco escadres de reconocimiento restantes con aviones capaces de realizar bombardeos a larga distancia. Las misiones de observación, exceptuando en las colonias, fueron reasignadas a la reserva de la fuerza aérea de modo que el máximo número de unidades regulares de la fuerza aérea pudiera participar en las misiones de bombardeo estratégico. El decidido apoyo del bombardeo estratégico favorecido por Coto encontró alguna Oposición en el Consejo Supremo del Aire - siete u ocho generales superiores en la fuerza aérea. Para facilitar la aceptación de su Academia de Guerra Aérea programa, Cot convenció al parlamento para que aprobara una ley reduciendo los límites de edad del retiro obligatorio hasta cinco años por cada grado. Esta acción forzó el retiro de todos los miembros del Consejo Supremo del Aire y eliminó también el 40 por ciento de los demás oficiales. Cot llenó estas vacantes mediante el ascenso de suboficiales y llamando al servicio activo oficiales de la reserva, los cuales él creía que eran más capaces de avenirse a las razones de su nuevo programa de indoctrinación política (17). Sus purgas y el súbito ascenso de entusiastas del bombardeo estratégico generó una crisis de moral en la oficialidad. La crisis se exacerbó en vez de reducirse cuando Guy La Chambre remplazó a Cot en 1938, debido a que el nuevo ministro del aire llevó a cabo sus propias purgas, precisamente de los hombres que Cot había ascendido. La Chambre censuró el bombardeo estratégico y dio instrucciones para que la fuerza aérea se preparara a proporcionar apoyo cercano al (18) ejército . Después de estos acontecimientos, los líderes de la fuerza aérea percibieron que el gobierno era su adversario, como lo era también el ejército. De modo que ellos iniciaron la práctica de ignorar las normas de política del gobierno y de engañar al ministro del aire y al parlamento al propio tiempo que promovían estrechamente los intereses de la institución. La lucha por la independencia absorbía la energía y atención del estado mayor del aire tan completamente que ellos dejaron deformar completamente el cuerpo de observadores terrestres, así como los sistemas de mando, control y comunicaciones, y las instalaciones de los aeropuertos (19). Debido a que ellos estaban preparándose para combatir en una batalla aérea defensiva sobre su propio territorio, los aviadores franceses podían haber preparado estos elementos en tiempos de paz, pero en 1940 estos se encontraban todavía en estado rudimentario. Durante la batalla, los franceses tuvieron dificultad en rastrear e interceptar los incursores, se vieron imposibilitados de agrupar unidades y en consecuencia sufrieron bajas extraordinariamente fuertes, de modo que Página No. 8 Lectura Recomendada: “La Fuerza Aérea Francesa en 1940” lograron un nivel de disponibilidad operativa equivalente sólo a un cuarto del que tenía las unidades de la Luftwaffe. Posiblemente debido a su desencanto con el gobierno, por haber utilizado su arma como un juguete político, no pudieron o no estaban dispuestos a creer que se les suministraría algo más que unos pocos aviones adicionales. De modo que cuando el director de producción de aviones informó al General Vuillemin, jefe de la fuerza aérea, en enero de 1939, que se recibirían de 370 a 600 aviones mensuales de las fábricas francesas en 1940, el general respondió que las fuerzas aéreas requería sólo de 40 a 60. No se disponía de suficientes pilotos para tripular los aviones ni personal de tierra para prestar servicio a un número tan grande de unidades; para ampliar el programa de entrenamiento se hubiera requerido los esfuerzos de todo el personal existente de la fuerza aérea. En marzo, Vuillemin transigió en aceptar 330 aviones mensuales. Sin embargo, aun utilizando los servicios de reservistas de 40 a 45 años de edad para tripular los aviones de combate de primera línea, él no podía dotar sus unidades completamente con la tripulación requerida después de la movilización 20. La disponibilidad de las tripulaciones aéreas vino a ser el factor limitante en cuanto al número de unidades que Vuillemin podía desplegar, y las capacidades físicas de sus pilotos ya entrados en años resultó el factor limitante en cuan frecuentemente los aviones podían despegar. Para evitar ser abrumados por la enorme cantidad de aviones que producían las fábricas, el estado mayor del aire impuso múltiples requerimientos para modificaciones, llevó a cabo complejas inspecciones de aceptación, y retuvo componentes clave (como ametralladoras, hélices y radios) en lugar separado de los aviones donde debían ser instalados. Los aviones que acababan de llegar de Estados Unidos se dejaban almacenados en sus embalajes. A pesar de estas medidas, la fuerza aérea recibió más aviones de los que podía dotar y el estado mayor del aire tenía que esconder al exceso Academia de Guerra Aérea para que este problema no llegara al conocimiento del Parlamento, lo que realizó dispersando los nuevos aviones listos para la acción hasta aeropuertos remotos lejos de la zona de batalla (21). Como consecuencia de las luchas políticas entre la oficialidad y los políticos izquierdistas, entre el ejército y la fuerza aérea y entre la fuerza aérea y el gobierno, la fuerza Aérea Francesa entró en combate disponiendo de una infraestructura terrestre incompleta, insuficiente personal para tripular sus aviones, y una doctrina tan completamente diferente de la doctrina del ejército que estas dos armas estuvieron así destinados a combatir mayormente guerras independientes. LA BATALLA DE FRANCIA: 10 MAYO - 25 JUNIO 1940 Los franceses hicieron frente a la invasión alemana con 4,360 aviones de combate modernos y con 790 nuevas unidades que llegaban mensualmente de las fábricas francesas y estadounidenses. Sin embargo, la fuerza aérea no estaba organizada por la batalla. La fuerza aérea regular disponía sólo de la mitad de la cantidad de unidades que poseía cuando alcanzó el punto más bajo de los tiempos de paz en 1932. Cuando se inició la batalla, 119 de los 210 escuadrones disponibles estaban listos para la acción en el frente decisivo del nordeste. Las otras unidades se estaban reequipando y estaban estacionadas en las colonias. De estos 119 escuadrones, sólo una cuarta parte de los aviones disponibles pudieron entrar en acción. Estas circunstancias colocaron a las fuerzas aéreas aliadas en una posición de grave inferioridad numérica respecto a la Luftwaffe. Sin embargo, cualitativamente, los pilotos y los aviones franceses resultaron ser más eficaces que sus adversarios. Las unidades de cazas en el frente del nordeste estaban equipadas exclusivamente con aviones fabricados dentro de los 18 meses anteriores. Los cazas Curtiss 75A fabricados Página No. 9 Lectura Recomendada: “La Fuerza Aérea Francesa en 1940” en EUA se unieron a los escuadrones franceses a principios de marzo de 1939. Este resultó ser el tipo más eficaz en su clase en los combates sobre Francia hasta que el tipo Dewoitine D250 entró en estado operacional a mediados de mayo de 1940. Ocho escuadrones equipados con aviones Curtiss 75A derribaron 220 cazas alemanes (derribados confirmados) con solo una pérdida de 33 pilotos. En siete batallas aéreas en las que los cazas Curtiss se enfrentaron con los Messerschmitts, el total de aviones destruidos fueron 27 tipos Bf 109E y 6 Bf 110C de los alemanes contra tres aviones franceses (23). El 10 de mayo de 1940, 18 escuadrones en Francia estaban equipados con aviones Morane-Saulnier MS 406. La proporción de derribos-pérdidas de estas unidades MS 406 en vuelo fue de 191 a 89. Las deficiencias de los cazas Moranes en comparación con el Bf.109 alemán ha sido el tema de muchas memorias, pero en los informes de las batallas en que se enfrentaron los Messerschmitt contra sólo los Moranes, los franceses se anotaron un record de 31 aviones alemanes derribados con solo cinco pérdidas. Tanto del tipo Morane como el Messerschmitt fueron diseñados para cumplir con las especificaciones en vigor hasta 1934, sus prototipos alzaron el vuelo en 1935 y la producción en masa se inició en 1938. El diseño del Messerschmitt se prestaba mejor a las innovaciones evolutivas y el modelo Bf 109E-3 de diciembre de 1939 era superior al Morane. Durante la Batalla de Francia, el estado mayor del aire convirtió doce escuadrones equipados con aviones Morane por otros tipos tan rápidamente como lo permitieron las actividades de entrenamiento. Esta normativa incrementó marginalmente la eficiencia de las unidades individuales pero por otro lado resultó en un descenso de la efectividad de la fuerza de cazas en conjunto al retirar escuadrones con experiencia de combate de la línea de batalla en un momento crítico. Además, dejó de aprovecharse de la Academia de Guerra Aérea nueva producción para aumentar el número de la fuerza de cazas. Otro caza diseñado para cumplir con las mismas especificaciones que el MS 406 fue el Bloch MB150. Aun cuando este perdió en las subastas de compra frente al Morane, la compañía Bloch perfeccionó el diseño básico para ser equipado con un motor más potente. Como resultado, el Bloch MB 152 fue un caza más rápido y más poderosamente armado que el MS 406. El 10 de mayo de 1940 ya se contaban con 12 escuadrones equipados con cazas Bloch, y seis más entraron en operaciones durante la batalla. Las unidades equipadas con Bloch derribaron 156 aviones alemanes y perdieron sólo 59 pilotos (24). Los primeros dos escuadrones equipados con el caza Dewoitine 520, que era rápido y ágil, entraron en batalla el 13 de mayo; ocho escuadrones más terminaron el entrenamiento de conversión y entraron en operaciones antes del armisticio. Esos dos tipos en conjunto derribaron 175 aviones enemigos con sólo una pérdida de 44 aviadores. Pilotos polacos tripulaban dos escuadrones de cazas Caudron C714. El Caudron ultraliviano (pesaba 3,086 libras vacío) podía alcanzar 302 mph con un motor de 450 caballos. Estos Caudron entraron en operación el 2 de junio y los polacos derribaron 17 aviones alemanes con solo una pérdida de 5 pilotos antes que su unidad fuera desmovilizada el 17 de junio. Durante la batalla, la fuerza de cazas francesa contaba con más de 2,900 aviones modernos. Pero en ningún momento llegó a tener más de una quinta parte de estas unidades desplegada contra los alemanes. La tasa operacional de la fuerza de cazas fue de 0,9 salidas por avión por día en el apogeo de la batalla. (Las unidades de cazas alemanes volaron hasta 4 salidas por avión por día). Pero a pesar de utilizar sólo una pequeña porción de sus recursos a una tasa de uso baja las fuerzas de cazas francesa lograron derribar entre 600 y 1,000 de los 1,439 aviones alemanes destruidos durante la batalla. Página No. 10 Lectura Recomendada: “La Fuerza Aérea Francesa en 1940” El grueso de los comentarios publicados sobre la fuerza de bombarderos francesa se ha enfocado en el hecho de que 8 escuadrones de bombarderos medianos Amiot 143M bimotores permanecieron en el orden de combate francés. Diseñados en 1931 y fabricados entre 1935 y 1937, los Amiot 143M en 1940 habían quedado atrás debido a la rápida evolución de la tecnología de aviación. Los críticos del régimen de la preguerra y los apologistas de la fuerza aérea habían llamado la atención sobre este avión para recalcar la pobre calidad del equipo con que tenía que combatir la fuerza aérea francesa. En las operaciones, las unidades equipadas con bombarderos Amiot 143 actuaron con distinción. Los ocho escuadrones volaron 551 salidas de bombardeos nocturnos entre el 10 de mayo y el 16 de junio y perdieron solo doce aviones. Además, seis de los escuadrones suplieron trece aviones para una misión desesperada en pleno día el 14 de junio contra puentes alemanes y tránsito vehicular que se acercaba a Sedan. Una fuerte escolta de cazas redujo la pérdida a tres Amiots (26). Cuatro escuadrones estaban equipados con bombarderos pesados Farman 222 cuatriomotores y de gran alcance. Estos escuadrones volaron 71 misiones de bombardeos nocturnos, atacando blancos como Munich, Colonia y Koblenz. Perdieron sólo dos aviones. Los escuadrones de bombarderos franceses modernos para los ataques de día incluyeron el Liaré et Olivier LeO 451, que hacía 307 mph (18 escuadrones, 392 salidas, 98 pérdidas), el Amiot 354, que hacía 298 mph (4 escuadrones parcialmente equipados, 48 pérdidas), y el Breguet 693, que hacía 304 mph (10 escuadrones, 484 salidas, 47 pérdidas). Estos aviones franceses se suplementaron con embarques de Estados Unidos de Martin 167F, que hacía 288 mph (el primero de 8 escuadrones, entró en acción el 22 de mayo; 385 salidas, 15 pérdidas) y el Douglas DB-7F, que hacía 305 mph (el primero de seis escuadrones entró en acción el 31 de mayo; 69 salidas, 9 pérdidas). Academia de Guerra Aérea La efectividad de la fuerza de bombarderos francesa amainó debido a la deficiente comunicación que hizo imposible el agrupamiento de escuadrones de bombarderos y problemático el encuentro con la escolta de cazas. Con los ataques poco sistemáticos, las dos alas de bombarderos de día, que iniciaron sus operaciones el 10 de mayo, perdieron veintiocho de sus cuarenta y dos aviones en la primera semana. Las unidades de bombarderos de día de la Real Fuerza Aérea, operando en las mismas condiciones de mando-controlcomunicaciones, perdieron 132 de sus 192 unidades. La mayoría de los aparatos que sobrevivieron necesitaban extensas reparaciones. Aun cuando nuevos aviones similares entraron en acción, la baja tasa operacional (0,25 salidas por avión por día) de la fuerza de bombarderos contribuyó a disminuir su idoneidad para un efecto significante en la tabla terrestre. Las unidades francesas de reconocimiento y observación incluían los aviones más potentes del mundo en estas dos categorías. El avión francés estándar para el reconocimiento estratégico, el Bloch 174, tenía capacidad para volar a 329 mph a una altura de 36.000 pies. Este tipo de avión fue entregado a las unidades en marzo de 1940, y se fabricó lo suficientemente rápido para equipar todos los escuadrones de reconocimiento estratégico durante la batalla. Las unidades de reconocimiento obtuvieron información anticipada, exacta y detallada sobre las concentraciones y ejes de avance de los alemanes. Durante la batalla, ellos continuaron informando al cuartel general superior del Ejército, pese al estado del tiempo y la oposición enemiga. Sin embargo, el ritmo de actividad de las unidades de reconocimiento era extraordinariamente bajo: un promedio de una misión cada tres días para escuadrón ( .04 salidas por avión y por día). Al nivel más alto de intensidad -del 10 al 15 de mayo- el escuadrón más activo voló solo dos misiones diarias (27). La rama de observación, relegada a la posición de reserva en 1936, era por decirlo Página No. 11 Lectura Recomendada: “La Fuerza Aérea Francesa en 1940” así el "hijastro" de la fuerza aérea. El estado mayor del aire no tenía programa alguno para modernizar su equipo que consistía de aviones de los años 1925 a 1935. En junio de 1938. Guy La Chambre ordenó al estado mayor aéreo que reequipara los escuadrones de observación. Los pilotos de estas unidades operativas querían disponer de un avión ultra rápido monoplaza para reconocimiento a larga distancia y de un avión ligero biplaza con capacidad para aterrizar en campos de aviación sin pavimento para misiones de observación a corta distancia. El estado mayor del aire, preocupado con los problemas políticos e indiferente a las opiniones de los oficiales en servicio de escuadrón, hizo pedidos de aviones Potez 63.11, que era el tipo de observación más rápido, más pesado y más complejo en el mundo. Con una velocidad máxima de 264 millas por hora, era 40 millas por hora más rápido que su contraparte alemán (el Henschel Hs 126 B) y 50 millas por hora más rápido que el tipo Lysander inglés. Dotado de 12 ametralladoras, el Potez era el avión más fuertemente armado de cualquier fuerza aérea. Demasiado rápido y pesado para aterrizar en pistas improvisadas y no obstante demasiado lento para escaparse de los cazas alemanes, vino a ser, un ataúd elegante y airoso para su tripulación. Los escuadrones de observación se entrenaron y movilizaron bajo el mando del ejército que habrían de apoyar. Los comandantes de cuerpos del ejército consideraban sus escuadrones de observación como su fuerza aérea privada y con frecuencia le imponían exigencias fuerza de la realidad que resultaron en fuertes pérdidas al principio de la guerra. El estado mayor general de la fuerza aérea estableció reglas para proteger los aviones de observación que limitaron su utilidad; por ejemplo, ellos tenían que volar detrás de la artillería amiga, ninguna misión podía exceder de 15 minutos, requerían escoltas de cazas, y solo podía utilizarse el tipo de avión más modernos, el Potez 63.11. Un enlace deficiente entre el ejército y la fuerza aérea, junto con las lentas comunicaciones dentro de la fuerza aérea, Academia de Guerra Aérea hizo que muchos escuadrones de observación permanecieran en aeropuertos de vanguardia hasta que se encontraron a punto de ser arrollados por las unidades motorizadas alemanas. Como resultado, más de la mitad de las unidades de aviones de observación fueron destruidas el 10 de mayo, para evitar su captura, o simplemente fueron abandonadas al final de la primera semana de la batalla. Cuando el frente se estabilizó entre el 25 de mayo y el 5 de junio, las unidades de observación se desempeñaron con eficacia, pero la coordinación entre la fuerza aérea y el ejército era demasiada escasa para permitirles funcionar en una guerra de movimientos (28). La habilidad de la fuerza aérea para proporcionarle al ejército apoyo de combate cercano fue afectada fatalmente debido al empeño de los aviadores por tener independencia. La oficialidad superior del ejército ignoraba las capacidades y limitaciones de la aviación, y la fuerza aérea no había hecho casi esfuerzo alguno para lograr la capacidad para atacar los blancos en el campo de batalla. Los generales del ejército se negaron a atacar blancos apropiados, y por otro lado exigían apoyo sin poder describir la índole o ubicación de los blancos ni del plan y momento oportuno de las maniobras amigas que habían de ser apoyadas. La fuerza aérea realizó esfuerzos máximos para apoyar los contraataques de las fuerzas blindadas francesas. El 14 de mayo, los bombarderos ingleses y franceses volaron 138 misiones y perdieron 51 aviones en apoyo del contraataque del General Charles Huntziger en Sedán, que propuso su ataque. Al día siguiente, la fuerza aérea realizó 175 salidas y como resultado el ataque se canceló. La fuerza aérea realizó el mayor esfuerzo para apoyar el ataque de las fuerzas blindadas del Coronel Charles de Gaulle en su avance hacia Montcornet el 16 y 17 de mayo. Los cazas nocturnos realizaron misiones de ataque terrestre de día y el resto de las unidades de bombarderos se empeñaron. Pero el Coronel de Gaulle dejó de informar a la fuerza aérea sobre el momento y dirección de sus movimientos. Como resultado, se enviaron 68 salidas de bombarderos antes de que de Página No. 12 Lectura Recomendada: “La Fuerza Aérea Francesa en 1940” Gaulle avanzara y de este modo no pudieron prestarle la asistencia necesaria. Para el 21 de mayo se hicieron planes con el fin de abrir una brecha importante hacia el sur por el Grupo 1 del Ejército que estaba cercado. La fuerza aérea recibió órdenes para apoyar el ataque pero no tenía información sobre el momento, lugar o dirección (29) (Esta misión fue cancelada). El estado mayor general de la fuerza aérea, dedicado a realizar misiones de bombardeos estratégicos, había ignorado sigilosamente las instrucciones de Guy La Chambre de prepararse para las misiones de asaltos terrestres. La Chambre había forzado al estado mayor del aire a colocar pedidos de bombarderos de asalto en 1938, y los primeros de estos aviones llegaron a las unidades en octubre de 1939. Pero los manuales de instrucciones para las unidades de bombarderos de asalto no aparecieron sino hasta enero de 1940, Y nunca se llegó a disponer de manuales para el empleo de cazas para el papel de ataque. El estado mayor del aire obedeció la carta de las demandas del ministerio y del ejército en cuanto la capacidad de asalto terrestre, pero no asignó recursos intelectuales, de organización o de entrenamiento para lograr esta capacidad. Con las fuerzas blindadas alemanas arrollando a toda Francia, la fuerza aérea trató ya tarde de improvisar una capacidad antitanque. Más de 2,300 de los 2,900 cazas franceses y todos los 382 bombarderos de asalto disponibles durante la batalla estaban equipados con un cañón de 20 milímetros capaces de penetrar el blindaje del tope de todos los tanques alemanes. El estado mayor del aire designó al Grupo 111/2 de Cazas para llevar a cabo las primeras misiones aéreas antitanques. Sus aviones MS 406 estaban equipados con cañones de 20 milímetros de alta velocidad montados en el motor pero no disponían de municiones para penetrar el blindaje. El 23 Y el 24 de mayo, la unidad voló 9 salidas, perdió tres aviones y no destruyó tanque alguno. Dos semanas más tarde, algunas unidades de cazas volaron un total de 48 salidas antitanques durante un Academia de Guerra Aérea período de 4 días, y otra vez sin proyectiles para penetrar blindajes. Perdieron 10 aviones y el daño que ocasionaron fue insignificante. Otros dos ataques realizados a mediados de junio se realizaron a un costo de tres aviones adicionales sin dañar seriamente ningún tanque (30). La capacidad del armamento y el valor de los pilotos fue desperdiciado debido a la ausencia de preparación intelectual y logística. La historia de la Fuerza Aérea Francesa presenta una ejecutoria individual competente y galante que no llegó a tener efectos perceptibles en el resultado de la batalla. Una docena de años de luchas políticas llegó a desbaratar la red de crédito y confianza que gracias a ellas el valor y a la habilidad profesional podía haber llegado a tener mucho efecto. El ejército y la fuerza aérea combatieron cada uno en su propia batalla, debilitados por la falta de coordinación. El estado mayor del aire, con el ojo puesto en Berlín, descuidó la preparación de los sistemas de mando, control y comunicaciones y de esta manera denegó a la Fuerza Aérea Francesa la habilidad de coordinar los esfuerzos de las unidades. La fuerza aérea llegó a estar tan amarga y enconadamente alejada de la dirigencia política que llegó a declinar la expansión de su organización y de este modo privó a Francia de una fuerza aérea poderosa que le había proporcionado su base industrial. ¿PODRIA LA FUERZA AEREA FRANCESA ADQUIRIR EL DOMINIO DEL AIRE? El 10 de mayo de 1940, las unidades en estado operacional de la Fuerza Aérea Francesa en el Frente Occidental eran numéricamente inferiores. La baja tasa de operaciones de la Fuerza Aérea Francesa comparada con la alemana incrementó cuatro veces más la inferioridad francesa en el aire durante el primer mes de la batalla. Sin embargo, a mediados de junio, la Luftwaffe estaba exhausta, pues ya había perdido el 40 Página No. 13 Lectura Recomendada: “La Fuerza Aérea Francesa en 1940” por ciento de sus aviones y sus pilotos habían estado operando sobre territorio hostil sin instrumentos de navegación y sintiendo la seguridad de captura en el caso de que su avión quedara averiado. Las tripulaciones de aire y tierra trabajaban en aeropuertos capturados al final de extensas líneas de suministro. Por otro lado, los franceses habían realizado operaciones de vuelo mucho menos intensivas, podían rescatar las tripulaciones de aviones averiados, se aproximaban más a sus bases logísticas y estaban poniendo en servicio nuevas unidades con nuevos aviones cada día y en 15 de junio, las fuerzas aéreas francesas y alemanas habían alcanzado aproximadamente la paridad con unos 2,400 aviones de cada lado, pero los franceses estaban operando en su propio territorio y tenían el apoyo de la Real Fuerza Aérea. Cualquiera podía dominar el aire, pero el 17 de junio el estado mayor del aire francés empezó a ordenar a sus unidades a volar hacia África del Norte. La justificación de esta medida del estado mayor del aire era que el ejército se había destruido y no podía proteger los aeropuertos. Un examen de cuáles unidades fueron enviadas a África del Norte y cuáles se retuvieron revela bastante los motivos en que se fundaba la evacuación. Las unidades que volaron a África del Norte fueron los escuadrones regulares de la fuerza aérea equipados con los aviones más modernos y efectivos, es decir, todos los escuadrones equipados con los aviones siguientes: Curtiss 75A (10), Dewoitine 520 (10), Amiot 354 (8), Bloch 174 (18), Farman 222 (4), Douglas DB7 (8), y Martin 167 (10), además de la mayoría que estaban equipados con los Lioré et Olivier 451 (12 de 18 unidades). Las unidades que se retuvieron incluían todas las unidades de reserva de la fuerza aérea 47 escuadrones de observación y 12 escuadrones de cazas y todas las unidades estrechamente conectadas con el ejército (los escuadrones de observación, los 10 escuadrones de bombarderos de asalto, y 7 escuadrones de cazas nocturnos convertidos para la función de asalto terrestre (31). Academia de Guerra Aérea La conducta de los líderes de la Fuerza Aérea Francesa antes y durante la Batalla de Francia indica que su propósito primordial era proteger a la fuerza aérea regular contra sus adversarios domésticos y asegurar su sobrevivencia después de la batalla y la derrota esperada. Los siguientes hechos dan la pauta: el negarse a la expansión de la fuerza aérea regular, relegar a las reservas y las misiones peligrosas y no atractivas de observación, el mantener una baja tasa operacional, el no aprovechar la oportunidad de apoderarse del dominio del aire cuando la Luftwaffe esta debilitada, y el seleccionar sólo las unidades de la fuerza aérea regular así como aquellas que no estaban destinadas al apoyo directo del ejército para enviarlas a África del Norte. Los jefes superiores de aviación retuvieron su arma en pequeño, protegieron sus cuadros de oficiales de severos daños y mantuvieron la mayor parte de la fuerza aérea regular lejos del alcance de los alemanes. Tales decisiones sugieren un desorden inconcebible de prioridades en una nación en guerra, pero por otro lado tienen sentido sicológico e institucional cuando uno reflexiona tanto sobre las frustraciones de los aviadores que sufrieron en su lucha por alcanzar independencia operativa del ejército así como en la manera arrogante y con que los funcionarios parlamentarios habían jugado con sus vidas, sus carreras y sus valores. La importancia de la experiencia francesa para los líderes de la Fuerza Aérea de EUA estriba en el hecho de que la lucha institucional por autonomía y la necesidad operativa en pro de cooperación son elementos permanentes y antipáticos de cada establecimiento de defensa. La Rama Aérea del ejército de EUA (y el Cuerpo Aéreo) soportó un trato tan caprichoso y destructivo por los funcionarios civiles y uniformados del ejército y de la marina durante los años entre las guerras mundiales como ocurrió a la Fuerza Aérea Francesa (32). Al confrontar el problema de la independencia institucional para la aviación precisamente después (en vez de precisamente antes) de una gran guerra, los líderes militares estadounidenses evitaron una confrontación interarmas en el campo de Página No. 14 Lectura Recomendada: “La Fuerza Aérea Francesa en 1940” batalla. Pero la lucha interarmas continua aún: la divergencia doctrinal retiene su potencial para el sabotaje del apoyo mutuo entre las ramas armadas en las guerras futuras. La experiencia francesa puede ser útil a manera de advertencia acerca de la facilidad con que las lealtades institucionales pueden debilitar la posición de defensa nacional "En 40, ou étaient nos avions?" Icare, 57 (Spring-Summer 1971), pp. 36-57; HansAdolf Jacobsen, Entscheidungsschlachten des Zweiten Weltkrieges (Franckfurt-am-Main: Verlag für Wehrwesen Bernard Graefe, 1960), p. 25. 3 Para detalles y fuentes sobre rendimiento y número de unidades de la Fuerza Aérea Francesa, véase la presentación en este artículo sobre la Batalla de Francia. PIE DE PÁGINAS 1 Para un estudio de los esfuerzos franceses para obtener más apoyo aéreo, véase Patrick Fridenson y Jean Lecuir, La France et la Grande Bretagne face aux problemas aériens (Vincennes: Service Historique de l'Armée, 1976). Ejemplos de generales del ejército que se quejaron del apoyo aéreo incluyeron: Teniente General René Prioux (Souvenirs de guerre 1939-1943. París: Flammarion, 1947); Teniente General Henri Aymes (Gembloux: succes francais. París: Berger-Levrault, 1949); Teniente General Benoít Fornel de la Laurencie (Les opérations du III Corp d' Armée en 1939-40. París: Charles Lavauzelle, 1948); y General Alphonse Georges introduciendo Années cruciales del General Gaston Roton (París: Charles Lavauzelle, 1947). Historiadores que aceptaron la inferioridad aérea francesa, según se informa, incluyen: Alistair Horne (To Lose a Battle: France 1940. Boston: Little, Brown, 1969, pp. 184-85); Guy Chapman (Why France Fell: The Defeat of the French Army in 1940. Nueva York: Holt, Rinehart, and Winston, 1968, pp. 33-34, 69-72); William L. Shirer (The Collapse of the Third Republic. Nueva York: Simon and Schus¬ter, 1969, pp. 611, 616-20); y, Jeffrey A. Gunsburg (Divided and Conquered. Westport, Connecticut: Greenwood, 1969, pp 107-10). 2 Joseph Roos, "La bataille de la production aérienne", Icare, 59 (Autumn-Winter 1971), pp. 44-51; Jean Truelle, "La production aéronautique militaire jesqu'en 1940", Revue d' Histoire de la Deuxieme Guerre Mondiale, 73 (January-March 1969), p. 103; Pierre Cot, Academia de Guerra Aérea 4 La Real Fuerza Aérea envió a Francia 12 de sus 40 escuadrones de cazas operativos - 30 por ciento. Los franceses dedicaron 580 de sus 2,200 cazas - 26 por ciento. Las bajas de la RAF fueron 227 de los que se encontraban en las bases en Francia más 219 de las unidades del Mando de Cazas con base en Inglaterra. Total: 446. Las pérdidas totales de aviones en la Batalla de Francia fueron: franceses, 892; ingleses, 1,029; y alemanes, 1,469. Estas cifras se derivan de los datos y estudio del Comandante L. F. Ellis, The War in France and Flanders (Londres: Her Majesty's Stationery Office, 1953), pp. 98, 309, 312, 272-73; Robert Jackson, Air War over France (Londres: Ian Allen, 1974), pp. 76-78, 136-37; Fridenson y Lecuir, pp. 18485, 189, 198; Chapman, pp. 160-61, 255, 290; Gunsburg, pp. 111-12, 268; Shirer, pp. 700, 766, 767, 783; General Maurice Gamelin, Servir París: Plon, 1946), vol. 1, p. 282; William Green, Warplanes of the Second World War, vol. 2, Fighters (Garden City, Nueva York: Doubleday, 1961), p. 61. 5 Los franceses habían creado un radar de ellos; los ingleses proporcionaron a la Fuerza Aérea Francesa equipo superior de radar a principios de 1940. Gunsburg, p. 107; Fridenson y Lecuir, pp. 167-70. 6 Breguet 19 vuelo oceánico - Heiner Ernde, Conquerors of the Air (Nueva York: Viking, 1968), p. 79; Potez 25 vuelo por África André Van Haute, Pictorial History of the French Air Force (Londres: Ian Allen, 1974), pp. 97-103; producción de Breguet 19 y Potez 25, Elke C. Weal et al., Combat Aircraft of Página No. 15 Lectura Recomendada: “La Fuerza Aérea Francesa en 1940” World War Two (Nueva York: Macmillan, 1977), pp. 88, 97. l'armée francaise (París: Charles Lavauzelle, 1922, 1925, 1928, 1932, 1936). 7 Datos sobre el rendimiento de aviones entre las dos guerras de Weal et al.; C.G. Grey y L. Bridgman, Jane's All the World's Aircraft (Londres: Sampson Low Marston, 19191939); Martin C. Windrow y Charles W. Cain, editores, Aircraft in Profile, 14 vols. (Nueva York: Doubleday, 1967¬1971); Kenneth Munson, Fithters between the Wars 1919-1939 (Nueva York: Macmillan, 1970); y Bombers between the Wars 1919-1939 (Nueva York: Macmillan, 1970); William Green, The Warplanes of the Third Reich (Garden City, Nueva York: Ships and Aircraft, 1946). Datos de aviones de 1939-40 de la misma fuente y también de William Green, Warplanes of the Second World War, vols. 1-11, y Famous Bombers, vols. 1 y 2 (Garden City, Nueva York: Doubleday, 195960). Records de velocidad de Christopher Chant et al., The Encyclopedia of Air Warfare (Nueva York: Crowell, 1975), p. 54. 11 Coronel Paul Armengaud, "Les enseignements de la guerre Morocaine (19251926) en matiere d'aviation", Revue Militaire Francaise, 28 (January-March 1927), pp. 150-71, 340-56; 28 (April - June 1928), pp. 73-94, 151-64; editores de Revue des Forces Aériennes, "Ait Yacoub - le role de l’ aviation dans les affaires de Guefifat, Tarda, et Ait Yacoub en Maroc", Revue des Forces Aériennes, 1 (August - December 1929), pp. 295-308. 8 Producción Alemana - William Green, Warplanes of the Third Reich, pp. 296, 387, 433, 455, 543, 578; producción francesa William Green, Warplanes of the Second World War vol. 1 , pp. 21- 22 , 29 - 30, 32, 46; vol. 7, pp. 88, 110, 113, 117, 140, 142-44; vol. 8, pp. 12, 13, 32; John McVickar Haight Jr., American Aid to France, 1938-1940 (Nueva York: Antheneum, 1970), pp. 139-40 (aviones construidos en EUA) y producción inglesa - Derek Wood y Derek Dempster, The Narrow Margin (Nueva York: Paperback Library, 1969), p. 453. 9 Van Haute, pp. 60-64; General André-PaulAuguste Voisin, "La doctrine de l' aviation francais de combat en 1918", Revue des Forees Aériennes, 3 (1931), pp. 885-90, 898910, 1299-301. 10 Jane's All the World's Aircraft, 1927, p. 57a; Van Haute, pp. 66-70, 81-83, 89-92; Teniente General Jean Henri Jauneaud, De Verdun à Dien Bien Phu (París: Editions du Scorpion, 1960), pp. 38-39; Francia, Ministere de la guerra, Annuaire officiel de Academia de Guerra Aérea 12 General Giulio Douhet, La guerre de l'air, traducido por J. Romeyer (Paris: Journal "Les Ailes", 1932). 13 Van Haute, p. 108. 14 Brigadier General Jean Hébrard, Vingtcing années d' aviation militaire (1920-1945), 2 vols. (París: Editions Albin Michel, 1946), pp. 162-67, 170-75. 15 Brigadier General Fleury Seive, L'aviation d'assaut dans la bataile de 1940 (Paris: Editions Berger-Levrault, 1948), pp. 21, 50, 53-55; Hébrard, pp. 179. 17 Mayor General Paul Armengaud, Batailles politiques et militaires sur l' Europe. Témoignages (Paris: Editions du Myrte, 1948), pp. 37-40. 18 Krauskopf, pp. 254-56, 263; Young, pp. 72-73. 19 General Henri Hugo, "Une expérience inestimable", Icare, 54 (Summer 1970), pp. 92-93; General Joel Pape, "Parfois, j'ai envie d'oublier", Icare, 54 (Summer 1970), pp. 10001; General Raymond Brohon, "Le groupemente de bombardement N° 10", Icare, 57 (Spring-Summer 1971), p. 87; Teniente Coronel René Josselin, "Sept semaines sur la front de la Sarre", Icare, 59 (Fall-Winter 1971), pp. 163-64. Página No. 16 Lectura Recomendada: “La Fuerza Aérea Francesa en 1940” 20 Teniente General Francois-Pierre-Raoul d'Astier de la Vigerie, Le ciel n' etait pas vide (Paris: René Julliard, 1952), pp. 48, 53-54; Comandante Jean Fraissinet, "De la drole de guerre a la vraie", Icare, 56 (Winter 1970), p. 123n; Pierre Jean Gisclon, "Maurice Arnoux est mort au combat", Icare, 54 (Summer 1970), p. 135; Pape, p. 99; Teniente Coronel Henri Dietrich, "Point de view d' un réserviste", lcare, 54 (Summer 1970), p. 118; Coronel Jacques Ballet, "A l' abordage sur Potez 63", Icare, 59 (Fall-Winter 1971), p. 118 Coronel Henri Moguez, "Histoire du groupe 501", Icare, 59 (F'all-winter 1971), pp. 138-40; Comandante Jean Ridray, "Comme a la fete", Icare, 54 (Summer 1970), p. 128 Jacques Lecarme, "Triste campagne de France", Icare 57 (Winter 1970), pp. 149-50; Roos, pp. 46-49; Gunsburg, p. 74. 21 Cot, pp. 799-800; Shirer, p. 618; Coronel Jean Louveau, "Jusqu' a l' abordage", Icare, 54 (Summer 1970), P. 110. en septiembre de 1939, el Coronel Louveau divisó 150 cazas nuevos estacionados en Chateauroux, y cuando fue a recoger aviones de remplazo en mayo, se le ofreció uno sin artillería y uno sin mirillas. El Coronel Dietrich del Grupo 11/10 de Cazas tuvo una experiencia similar en Cazeaux las partes que faltaban eran radios y espoletas de disparo (Dietrich, p. 122); General Paul Stehlin, "De la diplomatie au renseignements et a l' escadrille", Icare, 55 (Fall-Winter 1970), p. 46; Pape, p. 105; Frank Fremond, "Le dernier vol du Colonel Dagnaux", Icare, 57 (Spring-Summer 1971), p. 136; Roos, pp. 46-49, 52; Haight, pp. 24243. 23 "Effectifs, pertes, palmares des 24 groupes a 2 escadrilles et des 4 escadrilles de chasse de nuit dans la Bataille de France", Icare, 54 (Summer 1970), p. 72; Martin C. Windrow y Charles W. Cain, Aircraft in Profile, vol. 6, profile 135, p. 16; vol. 7 p. 24; vol. 9, p. 235; Teniente Coronel Salesse, L'aviation de chasse francaise en 1939-40 (París: BergerLevrault, 1948), pp. 36, 40, 48, 54, 57, 61, 72, 83, 85, 175. 24 Salesse, pp. 72, 83, 85, 91, 94, 97, 102, 106, 110-11, 113-16, 118, 120, 130, 132-34, 136, 143, 145-46, 149, 151, 154, 1548-59. 26 Para rendimiento, véase los apartados y secciones para cada avión en particular en Weal et al., Windrow y Cain, y Green, Warplanes of the Second World War. Para nivel operativo, véase Jackson, pp. 60-70, y Coronel Pierre Paquier, L'aviation de bombardement francaise (París: BergerLevrault, 1948), pp. 208-49. 27 Teniente R.P. Guy Bougerol, Ceux qu' on n' a jamais vus .... (París: B. Arthaud, 1943), y Teniente Coronel Pierre Paquier y Comandante Cretin, L' aviation de renseignement en 1939-1940 (París: BergerLevrault, 1947), pp. 88-89, 92-93, 97, 99, 102, 106, 114, 116. 28 Paquier y Cretin, pp. 48, 57, 62-64, 67, 75. 29 Astier, p. 72 (el General Corap dice que el ejército fue "traicionado" por la fuerza aérea), p. 104 (el General Huntziger se negó a bombardear masas de tanques alemanes), p.105 (el General Bilotte se negó a bombardear el cruce en Houx; el General Corap pidió que se hiciera un ataque aéreo pero no puedo decir donde), pp. 110-14 (todos los esfuerzos para apoyar el contraataque de Huntziger se pospusieron subsiguientemente), p. 127 (el General Corap pide ataques aéreos pero no puede especificar los blancos), p. 167 (el Coronel de Gaulle se opone entregar a la fuerza aérea su plan de maniobras), p. 238 (el General Altmayer rehusa apoyo aéreo para el ataque sobre Abbeville). También, Salesse, p. 109 (de Gaulle pide ayuda demasiado tarde); Paquier, pp. 200-01. 30 Astier, pp. 136, 150-151, 181; Salesse, pp. 103, 116, 118, 143, 146, 148, 161-62, 169. 31 Paquier, pp. 186-87; Salesse, pp. 166, 170, 187-88; Paquier y Cretin, p. 172; Jackson, pp. 134-35. 32. Para un resumen interesante de la experiencia estadounidense, véase Dewitt S. Academia de Guerra Aérea Página No. 17 Lectura Recomendada: “La Fuerza Aérea Francesa en 1940” Copp. A Few Great Captains (Garden City, Nueva York: Doubleday, 1980). Fin. LECTURAS SELECTAS DIAGRAMACIÓN E IMPRESIÓN Academia de Guerra Aérea FEBRERO, 1987 Arbr. Academia de Guerra Aérea Página No. 18