I)ISCURSOS lOronnnciab09 por Los aluluuoS DEL ESTABLECDHENTO DE EDUCACION DE EN LOS ACTOS PUBLICO S DE PIEDECUEST 1858. A. IlIIPRENTA DE PAREDES E HIJOS. POR B. BERMUDEZ. 1858. BANCO DE LA REPU~UCA 81BLIOTECA i .J'; - :.' CATAI.o:Jt :C'ó,- t,RA~lGO ':'lON 1. 11. 111. \'I. \'. 1\- . YII. \'111. IX_ X Xl. XII. XTlI. XI\'. X\·ll. X\' ¡1J. X:X - Di.our.uo d,· ¡oS UhllJlllOti ell le5e .•••••..•.•...... Sobre la Embriaguez ....•••...••••... _•...... _.. eHohrc lu Educucion de la muj •.'r •••••• __••.• _. _"" Soll!'(' la puntualidad, la eficacia, la exactitud i la \'('r. dad en todo .. _••• " •••• " _..• _•.•• .• ::;01)1'(' lu Fraternidad de los pueblos .••..•.. _""" So oro la Arq uitcctura. __..... " •.••••.. _•.. " • _ ... Hohre el Dibujo ....• __ ••.•.••. '" ....•.......... Ho ore la Yerdad • _ •••• _ .••••••. _ ••• " • _ .. '" . Sl,ore la Pnrtida Dobl(> _.•. " . Hol))'e la Moral i In Hclijion ""'" " .. '" . H.-.hre In Ir rbanidad ......••.... __ . _ " _ ..•••.•... Hohre la Gel.g-rafín i la CU~lJlop:l'llfífl.• _••.•••••••.. Hobrc la :\Iúslca _.. _ " . _.. _ " . :-;v)¡rc c6mo ddJl'lllOS ouscnr las riquezas, i .¡ué "," debemos hucer do l'IluJ-; _ •• " .•••••.•... Sobre la Químiclt '" ' _.....•... ~ubn' ,-1 tema siguiente; .. La tolerancia ('s bUf'lJl¡ ellsi sil'mpre; pero mns illdi.sp(>n;;ublp f'll In;:' tcrias relijiosa.s i políticas." .. _ _ 1:' 20 2(j :!!I ;14 ;\i 10 \, . •••. ·1 ',1 .•• l'Íubre lo!! Deberes de los hijos pura COl! los pudres .. siguieutll: •• La virtud /I1'¡:atil'a IlO <',i virtud." ....•••. '" .................•... Sul>re el tenlll siguientll: "Hacer el retrato fk un il1- Sohre el tema tlil'iduo ,;impático bien llcondit:iunullo." . la Gramútk'l J('uernl. " " '. XXII. Sobre la Gnunútica Ca"tt·l!tlnu '" _ . XXIII. Robre lo. Aritmética _ XXIV, Sobre la A~trouolIlíu ..•.. ' _.••••............ XXY. Sobre In TU'luigl'llfílt. .. " _ __..•.•............ XXYI. Sobre el tema siguieutll: "¿ A qué cond¡lc,· i ('UÚl1tu conviene el tratar hien í,los 11l1iIlHlk,!." •.. XXVII. Sobre el E"píritu público .•. __ _ . XXVJII. Sobre la LójiciL .....•......••. _ .•.• " . _ . XXIX. S(,bre la .1<:ollldría i la Trigonollletría .. __ . _ . XXX. Sobre h, P,¡c-o¡ojía i la 'l'c·otlida ... _.. ". _, .. _ _ XXXi. Subr" el t('lIla ,¡g-llif'nte: •. L,>;; ¡'"cllO;; j ""lo ],);; 1".cho:; ,j\'\'('11 para jlll;;,ur á lo;; }wlllbre.'.·'., .. XXXII. Subro lo. Lengua francesa .. _.. ""'" _ . XXXllI. Sobre la Juwntull __ , _. _ " ,,_ . XXXIY.·Sobre el Aljcbra XXXV. ·Sobre los D•.I)(·r(>;; d<'l hlllUhre pura conl •• ,o(,j(·dad j yicevcrsa .. _. _ _.. _ " .. XXXVI. Sur la llhétorÍllue _ XXXVII. On the Eugli,h lunguugc _ . XXXVlTI. Sopra la Lillf,(ua Italianll .. _ _.. _ . XXXIX. Sur la Langue }'ran~aise ...•••••........ ",. _'" XXi. .. .lO l·) l'Íoure oo oo Oo, ••••••• ••••• .oO _. _ ••••••••••••• •••••••••••• •••••••• __ ' •••• " WJ 11:; 11-1 117 ~, 1," 1:;:; 1:1 ! l;l¡j l·¡;' \!t5tabLcciulitnto ~c Qt~ucacion DE lWiCURSOS Dl~ LOS ALUIXOS E~ lb!)':'. :-;icndo el objcto principal de la imprenta reproducir, multipliCa!' i hacer circlllar las ideas, i pareci{>Jl(lo!lo:<, por lo m<'llos illocelltc:<, las que sc CIlCllelltrall ell los discur:<os que "t' "erán á continnacioll, 110 tenemos illconvcnientc en puIdicarlos. Hubiéramos tI uerido dar lugar aquí á 20 Ó 25 lI1as, com}lllestos, como los ill(\icados, por los alullIllos del Establecimicnto; pero 110 pudicndo hacerlo por ahora, llOS hemos limitado á Ull corto lllímcro. De estos hai varios (Iue son obra l'"c\nsinl de los n~spcctinls alumnos; otros j¡ai cuyas correccioncs hall consistido l'n adn'rtencias sobrc la convcniellcia de "lIprimir Ú agTI'gar alglllla co;;a; cn otros se han Ill'cho eslas "llpre"iollcs í. agn'gaciolH'S sill de"truir la origillalidal\ de la compo;.¡icion, i por últilllO hai ttes v cuatro (lile 110 son Clll\1llllcstoíi por los (Jlll' los prollunciaroll.Se llotarán IllIIchas ¡idta" <~ifll!lerfl'cciolles ('11 casi todo", i sc ob;.¡er\"ar;t qlW llillgll1l0 til'll(~ sillo 1111m{'ritu jl\lranwntc rclatiyo; sin llue pudiera scr de otro l\1odo, pues cntre los .jí'H'lll·íi que han hedIO l'stas l)('(lue~,a" composiciones hai :dglll10íi qlle ap{'l!as I"llf'ntall dI' docl' ;'( cal()j"('!:' a'I('S; i l;\1I1o "Alos ("omo oUo:,; Ut· mas (,(¡<Id, .,010 11"1'1111 .-)1' IlIlO ,', do>: a"o;. de .:'.Illdio, i de l:'>:1lIdio "11 'lllC la IJClIa literatllra solo se ha tl},~"do sllp('rfic-iallile nI!:. -{- Es UI) hecho bien demostrado por la esperiencia, que eS"tos ensayos, por imperfectos que sean al principio, producen resultados admirables en poco tiempo. Se aconstumbran los jóvenes á pensar i á coordinar las )(leas,-se adiestran en la caligrafía i ticnen ocasion de practicar, no solamcnte la gramática sillo la ret(¡rica i la IÓRica; esto es sin contar COIIel hábito que adquieren de hablar en público sin ese empach() ó encojimiento que desluce i amengua el mérito aun de per-sonas lIIui instruidas. Un jóven qne se está educando no tiene por qué averKonzarse de su actual incapacidad para hacer una composicion maestra: él está obligado por los reglamentos á hacer á este res pedo lo 'Iue le es posiblf'. Tampoco debe asumir niuguna responsabilidad por la 1mblicacioll que se l¡;¡ga de sus imperfectos trabajos, por que no cs rl quien la dispone. El uuen criterio de las personas inteligentes justificará sin duda estas publicaciones, en 'Iue, si¡i apal'ecer los jóvenes haciclldo ostentacion de sus nombres, se ven siu embargo fucrtemente estimulados ¡'t esmerarse en la romposicion. En los discursos que,;m en illglés, fhlllcés é italiano, se hallarán mas defectos que 1'11los otros, por que seria imposible que sus (tutores ~e aproxilllarall á la perf(~rcion ni al co· nocinliemto de los idioti~llIo" i géuio dI' las respectivas lenguas en el COl"totiempo que hall cmpleado en el e"tudio de ellas. Se puhlicall a~1 rldectllo,;()S, por qnc se quierc que se vea la muestra de lo poco o mucho <¡ue hall akan1.ado los alumnos ue la primera clase de idiomas, cada llllO de los cualrs puede pres~I1tar trabajos poco mas 6 ménos como estos. Nada de cuanto pueda estimular noblemente el estu· -dio, sin acarrear males de nillgulla especie, debe omitirse ·(·uando se trata de la educacion. T,a illlatuacion i el pedantislIlo á que tanta pl'Opcnsion tiene la juventud mal dirigiua, i en que escoIlan COIl 110 poca frecuencia allll jóvcnes de verdad(lro talento, no son inconvellicntes que deben temerse sino prevelJirse con tiempo, pl'cseutálldolos á los ojos de los edncandos en toda Sil i'ealdnd i con todas las malas consecuencias que traen consigo.- 1 t:obre todo, si lo que se quiere hacer e8 bueno i útil en ellolldo, debe hacerse !'ill vacilar •. puesto que el temor de dcsnaturalizarlo, por que haya posibilidad para ello, no es razon ¡Idmisible. -:; -..1. l'o¡¡nF. l..~ F.'¡¡¡¡lUGl'EZ. Quisiera teller, seiiorcs, la l'uficientf' capacidad para tra· tar la materia que me ha.:,tocado en suerte, por que es ll1uí digna de dilucidarsc con habilidad, al paso que mis fuerzas son demasiado fla(~as para abordarla com,o;,;e debe; aludo á la embriaguez. Vicio es este que espanta i contrista á \111mismo tiempo, cuando se obsena Cl1 '\11IiudividllO, por quc al a~pl?cto de este afluyell {l la ill1ajinacioll todas las mi,.:eria" hlllnallas qu!' ell él se rellllf:'1I para :<11 oprobio, desdicha de su familia ¡ escándalo dt, la socic{lad; pue ••l'i se exalnilla;;e el c¡¡adro que este individuo 1I0S prc,.:cnta, 1'11¿.l se Cllcolltl'urian lodas las fealdadcs físicas i morales del hombn'. EII l'rillwr lugar pier· de el don mas precioso (:011 qnc!'nl Creador lo doti), tal es el de la raZOll que 10 separa de la ('sli'ra dc los alJimalc:,; irracionales para pOlH'rlu en cOlllulIicacion con Dios; pierd~ igualmente :;11 honra su rcpulacion, a,,¡ COlllO talllhien su tiempo, :-:ll fin·tuna, cOllcluyelldo al fin ("<m la p<,rdida de la vida, i dejando tul \'(,1. en la or/¡lIldad ti ~ll t:unilia /jill que jamas ni ella, Ili la "nciedar! hnbie"clI rl'c¡\¡ir!o el menor servicio de su parte; PUl?"él ('nI ;', la crc;l("ion ¡¡/limada, lo que en la n'jetal son lo,; abrujo::; i bs phwtlS par.,"¡w>'. 1 si llll solo indi"iduo se no:; presenta 0:00 1111u:'pe<.:to tan triste i lClTible, cuánto mas lastimero 110 ser,í. el nwdro que se nml ofr('ce cuando ¡,"le hOlTiLle yiciu no nkda ya {t tal ó cnalversona "ino {l la jCJ]cn,lidad de 11Il I"H:IJlo { Elll!ma se anonada, el COr".7.011 de,hllcce {, ia "¡,,la de un espec· t;tculo tan allicti\'o i desgarradllJ'! 1 Cl¡;il :"er;í. la suerte, 03 pregunto ahora, de un I:ueblo ,,<·tlJrjal1tl~! Ló claro que será. la mas adversa, por la simple ra1.on de que entrc SlIS moradores 3e relaj,u:1l1 hs con¡;:tumbrer; i se pervcr¡ir{t la juTentad, lo que es mui natural, pue:;to qlH~el n\ilyor deeto del uso de la bebida, como lo he dicho, es dCSll'llir todas lan ['l.o c!1Itar/es del hombre, cegándolo de tal modu 4ue llega á la horrible creencia de qne este es el estado un.; dichoso que debe proporcioual ..,e á de~pecho dd munoo entero. Duro es decido, 8c;-,orc;:, mas no es un misterio, no es cosa que se ocnlta á los ojos de nadie: e;:a ignorancia, esa inaccion, esa pobreza ó miseria, esa apatía, esa enervacion, en una palabra, Cila de:;moraliz¡¡cion que vemos difundida por to::1o:::zestro pa.!s, no prc'v'iene d~ las léyes, :10 de! rc.car go de l;;s contnbnclOne,::, no d~l gChV:-!!1::\ !,'f0'; l"!1é CJ.~l es· o -6C]lIsj'-:l"Wlll(~ d,,1 e';[I:tulo,;o illlTeuleuto qll(~ ha tomado el 11,,0 dI' las hebidas a!coh ••Jiea," SlIcstros Jlllcblos, qllf' (¡ules eran t:tn pacíficos j tall !aIJOrios()s, han camuiado estos fi:clIlldos hCdJiloS de llloralidad, PO)' los de la embriaguez, >;iu apen'iI)ir",(' cid CI"llll.:lI '1"1.: COllJ(>ti'U. La elllbrirtgll('!. dpstnne las fllPrzas fisica", ddJilita compldallwnte la c~ust¡tllCioll'de] individno, le desorg:lI1iw el cerehro, marchitando í destruyendo lo>;resorte>; de Sil iutelijencía, i acaba con la existencia en un ti('mpo prematuro, despu\" de haber sufrido pellosas i horribles enfermedades í miS1.: I'las. Tended, SI'll(Jrp", la vi;,:ta sobre U11a¡¡unilia euyo jefe no embriaga; de onlill:uio vel'(:,is reinar la paz en ella,-allí no ha}¡r;'l lo" ,icios (lile ,,010 sou iJli;t'parablcs de \a bcod<:"l,-alli no ha!Jr{¡ r¡¡las; la moral, el amor, la rcJijion presidir:ín todo~ los actos de csta familia, por que su jef(~ da el primero los lmenos (jemplos, La caridad se practica Jlor todas las personas de la casa; todos est:í u alegres, todos contento!;, por que la ausencia de 'aqllel vicio se ha prestado al des;lrrolJo natllral de las v¡rtndes (lile alllllldan elltre los habitantes de este aforlullado paí", Ahora, "olved Ins (~jos hÚcia esa olra familia, CIIJOjefe pst{~ entregado {¡. lall humillante conslulllhre. Este era un homhre honrado, intclijenlc, robusto, trabajador i hasta herJIIOSOi cllmplillll'l1tcro: era akgTc jeneroso, cOlllcdido, - todos llll"ca[¡all Sil ClllllnalJia i la de su familia. Plles hien, va jo '-eis; ahí yacc tc¡¡'dido ('11 el sucio, sucio, haraposo, hainbricnto, ball.llll'i('iltc: acaba de >;er !'stropear/o por \In gaítall ;'l ljuiell ill"lllt;, el1 llIedio de ;.:u clwjena('ÍoIl. :"U hijo mayor I'St;'l.en 1111 presidio, ;'~ ('alisa de ullas herida;,,- el segundo ('st:í en la c;lrcd por Ull hurlo, ~Il esposa desolada, i con el fill d(~Sllbvcllir ('11lo posible;'l las nccp;;idades de todo:;, ha clI(rado de "in-ienle CIl ulla casa, i ;:llS hija;; JH_'qlleiias mcndigan 1\11 pan por las callv", Este padn~ de"dichado de nada se apercíbe ; 81ll'Ostro se ha cambiauo cn reo i 111acileJIto; f'1I>;micmlJros os~il:l!ltes, su eabcllo de,;greiiado, su torvo i vago mirar allllllciall ulla I1l1wrte prÓxima. 1 no Imi remedio para tantos males? - Harisimas veces: la espericncia demuestra (lile Hila YC7, lauzado el hombre á aqnella !'strcmidad, i'llClllllbe elll-o!vielldo cn su dc;:graeia á toda su familia! _.. _ Es que la ~al'idad, \ajusticia, la moral ,la relijion 11IIyen del illfeli'i, (f'W t¡(!le la iutlll'l;ilidad de dejar:>" ¡:ulnl'ir de los licor!'!'; !---~I,toda" b" virlnde" hnyen di' {,I, I'0rqnc (ksdc elmomcnto ell (llll' f'e 1~1I1n'gaá t:lll ,ergonzoso ,-i('in, df'ja de Sf'r h¡)ln')n~ para dcscclldcr al campo C\C las bestia;;, i Plll'de (\pI:ir::;c (¡lIC se convierte cu el lilaS grotesco i cst,ípido allilllal. S(' .-,I <I•.I:l11t- <Ic I:n; :\tl'I'1':1<1111"t',Wnll'lo. 1i:,1lJ·;'1qnjpll ,,(' a1J'('n', .', ,-;i'g:nir la IIn('lla d •. 10-; lJllf' :1"1 "" lk.i:11l a"a·;~dl:tr d •. Hila llrlas ma,; torp •.s pa"inlw" !jll(' plI('d('ll :lfll;dl'l"at''' •. dl·1 hOlllhn' ! Es pruposirioH bit'll probada, (l"C aqlld '111t.'no ticIll' l'I "¡gOl' suficiente para dominar SIIS malas pa",jollf's, ('S UIl mall' tlría, IIn illlbécil, es la dehilidad prrsollilicat!a: 110 (1c-1lI' lla· m:lrsele lIombn', pnl's lllle d •.",hollra el timbre de (',,¡C, H' deshonra la especie ell)'o car;lctcr distintivo es la racionali· dad, i el hombre lJ!le audica la raZOl1, dl:j:íudo:< •. domillal' d(' los vicios, i particularmente dd de ~a ('nlliriaguez, ljlll'da n'· dncido, no COIllO (luiera ;¡ la c()ndicio!1 de la,,' b('stias, :<illO ;t la de las bestias feroce". cion, A partelllus la \ista d •. l'sl(~ call1illu de i¡¡l¡lI11i~ISi perdii fij{-IlIO:<laeJl d 1]11('l'lilldnc(' :, la ll:licidad. Por n:gla jeueral el hOlIlure ¡]utadu de 1111llH·di:lIlO "('11, ti do comUII, distingue COIllO pOI' instinto, si se llH' permite es· plicanne así, el camino del biell del de el mal: :í poca dili· jellcia puede seguir á paso firme Jlor el primcro; i eIJtí>lll't~" es seguro que ('l! la llIi~ma proporeiol! lJUC adelal!te el! él, s,' alejará' del segundo ha:;;ta haCl~rse imposible el tUlllar este. De mi parte aconsejaría IIllli encarcci(bmcl!te iÍ. todos mis amigos i conocidos, i I'i posihle 1111,'flll'!'a á. la jll\'clltud, eu jelleral, que jamas, ('11 lIillgtlua cjl'eul1stal1cia dc la \i(1;¡ probaran sÍtluiera el licor j 1I¡¡lIca es preciso ni cOII\ellic¡¡tl' hacerJo, pucs el licor uo es blll'110 para l1ada, i "i Jluede aplicarse algul1as "eees COIllO rellledio, es 1I1elll'ster 11"1' se sepa que se aplica siu necesidad, por que ei' sabido (lile hui mil estimulantes mas eficaces <IUC (>1 i aun lllas ngradables. ElliCal' es como el tabaco: se ernpil'za;1 fUlllar PI»)' jucgo, se si· gue por irnitacion, i poco á poco 1'(; ya p;ustalldo de la exal, tacion, del sopor, de aquel no I'{' <¡ué <¡I!I~s(' csperillleuta en en el cerehro, i I]ue acaba por constitnil' ('n poco ticmpo nlla necesidad. El <¡\le f\lllla suele lWl'Iler el (',;tomago, elltlaquc, cerl'e delllasiado, suele ('Ilenar';l', pcrdl,¡" la llll'llIoria, la "i;, ta, el apetito &"j pero, el1lill, 110 pierde b raZOI1, no se cOI1\ierte en bestia, no arruina la fortllllH i la nlOr~tl de:;ll familia, 110 causa escándalos .. El qllc bebe hoi lIua copita de ,'iuo, gusta IlJal,alla de dos: luegu apett'cc 1111licor lilas 1'1ll'rte, i tom:l de {o/ p('Clnl" iia copa, luego dos, hlf'go'tres, i ya /lO jlai 1'n'llu: ,'iclIP el hÚhito que todo lo domil1a; el vicio;;c sohrl'po/l(' á luda cOl1sidpracion i miralllil'1lto, i,rl indi,iduo l''' vl('tillla tal, e'l de ulla inocente ;;cdul:cion: i 110 olvidemos que atlll(]ue hui pf'TSOIlas que llullca se embriagan :<in embur~o de (llIe I'if'lllpn~ han hebillo, ROI1las ménos: la mayor parte de los illdi,it!no,-< -Rtieuen predisposicion á lwber COII exce:;o, i plW des¡¡;racia no saben cuando empieza el furor que les \'a á dominar He dich". 11. SOBRE LA EDUCACION ·DE LA lIlU¡¡Ul.. Seiiores: Si la educacioll se ha considerado cn todos tiempos i en todos los paises como necesaria, ¿ con cuánta mayor razon no será de iajellte necesidau para lajuvel1tud de tlll país como el nuestro que habia estado por tantos ;;iglos sumerjido en la salvaje ignorancia i luego imbuido en las costumbres acaso peores de un sistema tenebroso, cnólleo i embrutecedor, como el que lo !'ijió en tiempo del coloniaje español? 1 si tCJJemos CjI1§ JamclltarnfJS de ese sistema, porque encadenaba la industrí<.1, el comercio, las arte;; i las ciencias, ave~ando á los hombres á las prácticas que les imponia una autoridad tiráuica i caprichosa; si nos quejamos porque se cortaba el vuelo al espiritu i se preci;;aba á los hombres á jirar eter· namente dentro de círculos viciosos, seiialál1doles por lími· tes de sus alcance;;, á ciertos privilejiados, la lectura, la escritura, nn poco de latinidad, al~unos cálculos i el derecho civil,- si hai motivos justos, repito, para murmurar de todo esto ó para censurarlo con enerjía t en quérincon de la tierra no deberia resonar el eco doloroso de la mujer produeidopor el estado de abyeccion i depresion á que la ha tenido r~ducida la sociedad? Esto último, señores, apéuas se puede esplicar por la barbarie que ha alimentado á los pueblos hasta tines del siglo pasado, en que empezó á efectuarse una metamórfosifl en el sentido de la verdadera civilizaríon, como corolario de la libertad que ya un siglo ántes habia principiado á jt'rminar, i que tan eficaz ha sido para desarrollar las prácticas de la relijion cristiana, que contiene en si todo cuanto hai de mas sublime i conveniente para 18_ organiladon i bienestar de las sociedades. A esas prácticas, i á esa libel"tad debe la mujer el puesto que está empezando á ocupar t!ntre las naciones cultas. Ya se le reconocen ciertos derechos,-ya goza de ciertas pre· rogativas i de mucha mas estimacion.que &ntes,- ya en fiu, se la considera como el primer elemento de órdeu i de moralidad entr~ las familias i fuera de ellas. Mas, con todo, aun no se le han hecho todas las concesiones que la justicia i la -!l- conveni"neia de las ¡;;ociedu(leg reclaman, ni estas limitadas (~OIICesiollrs se hanjellcmlizado en todos los países cristiulIos j libr('s, por lo cual 1'11lIluchos de ello!'>apénas se piensa en la cducacion de la lIlujer. Triste cosa ('s decido; pelo sobr(~ Illlcstro país est:l gravitando est(' cargo fOJ'lllidahl('. Es nlla rareza "el' en ÚllllJa escuela mediaJlameJJW organizada para la educacioll de la::;niílas: esta cducacioJl se mira en {'I como em objeto secundario, i á yeces como oujeto dI' lujo, lo cnal prueba que no ¡;e ha meditado en la inmensa influencia que tiene la mujf'r en la formacion del corazon de sns hijos, i en todo lo qne hai dI' lilas importante cn la f'dncacion de estos I SI' ignora eHla henéfica influeneia, i por ('so SI' le niegan {¡. la mnjer 10HlIledios de ejercer]a cou d{~cl1placíicacia? O ('S (¡\I(, ]a indolencia, el egoismo i la apatía hall dI' im¡wdil' tambiell con Sil corrosiva po]1'lOiia el t'jf'rcicio de uno de los lilas sacrosantos deberes dI' la "ociedad .? Si no hai quien dude de la influcncia de la madre sobre la educacioll i suerte oe su hijo, claro es q lIe tampoco se podrá dlluar (Itle esta influencia será buena i de inCOllmCllsurables trasee.ndencias, cuando la madre (':'; buena {, ilustrada, cllaudo tiene bllena8 tlocu'iuas i principios que illcukar ('11 el COl'a1.onde sus hijofl; mas cualldu esa madre carezca ll.' il1HtI'IIl'eÍon, ('uaudo por fitlta lk luz no cOlllprl'(Hla ui pueda (>f1pliearlos (\Pbel"l's 1I10)'¡t!.,Sj rdijiosos,- ("uando por ig-Ilo, rancia confllnda la virtlld con t'l "icio, u sea illdii'crcllte {l todas las hllena;.: pr{l.cti(~as, Úsiga las IIla1as por carCl"l,}"de COI1" "icciolle;.:? i. quÚ St'r(l lo que Ilna tal madre traslIlitir:l á sus hijos? - Toda la ignorancia i los e!Tore;.: que acabo de indi ear, por qne C80 es lo único qn(~ saue i lo tÍl1ico que practica de mili huella fe. Ah ! seílort>s ! al cOlltcmplar e;.:ta verdad, el alma toda se rehrla con jllf;ta illdignaei'lJ1 1'0lltra UlI Úrdell de cosas tall absurdo corno temerario i rcprellsihle. Es ulla crueldad, e" IIn crímen el qtie la sociedad comete desentcndiéndose adrede de SIlHlilas nobles i caros ililtere:,el<, I no crcais 1"('1101"('':, que mi,: amargas (pHjas se rdierau á determinados círculo;! de la ¡.;oeiedad en que ,-i"imos: ha .. 1>10de eJla en jelleral. Por lo dernas, g-racias (t Dios, ya empezamos á obsen-ar cicrtos esfuerzos, ciertos 1l1OYiUliento,.: reacciolHll'ios el1 fityor de la mllj('r, i ('>;de eSjwrar>;e (lile ('11 un país ~>n!fue se están ensayando actaalmente los principios nla" ju;;to" i lnminoflos, i capace;; de producir •.1 mayor desarrollo i el mayor bieu po,.:ib\¡' á J\1wstra querida patria, no se pretermitir;i por lIla>;tiempo el clC'IIll'ulO lila;; fecundanll' <1•• la moral i dt~la yil'ltHI. lit- dic!to. -10111. flal:RF. L.\ PI'STt:.\LmAD, LA VERIJAD EFICACB, ES L.\ F.X.\CTITUD I LA 'fODO. He aquí, Sciiores, el tema de mi disCurso.. Declara que no. cuenta COn las fuerzas sufi.cien,t~8 parnáborda¡' mediana~ mente la cuestiaIi, i de_lDa!ldocf>il:.a~tic:ipacion la induljenCia ~c-este respetable audltorJO .. ;_ .. Siempre hemos canfliderádo cama una dclosprindpales medios de ser {elizes sobre la tierra, el de que nuestra caJIducta esté en armauia can las eternas prinCipias de lajustida i de I.a lI1aral; es decir, quc nuestras accianes tengan par fundamenta cstc precepto; qllerer para las <lemas la que quisiéramas para nasotros. De aqni, pues, tleducil:é,·que la puntualidaJ, la ~ficacia, la exactitud i la, verdad en tada, seráu cuali.dades que nas colocarán en, el rango de hombres honradas i nos hará.n felices,. _ Entraré ahora en la demastraciQll de la que~de;. Tadas las moralistas están de acuerdo en qUe la únic;afelicidad verdadera"lue podemos adquirir en la tierra, está en la pr",áctica de la virtud. i Tenemas obligacion de ser veridicas. 1Juntuales i exactas? Sí, Seiiores, sapena de suicidamos moralmente ante la >;ociedad, iI de ser prcsa de los vicios i de lo;; mag crueles remordimientos. ¡ 1 cuan inmensas son lal> '·(~nta.ias de la práctica de la virtud! iCuan agradable pam el individuo la posesiou de una.>cOlicimciap~.-a j tranquila! Subsiste siempre risueño el p~n&amicnto, .siempr.e-libre.iel alma siempre gozándase en sí misma, libre como la brisáque nos refre"sca i grande como lo 80ft'· SUB sentimientos. Pero al contrario i (~ué triste) desgraciada la vida del perverso! 110 se pogee porque sus pensamientos oprimidos por el mal, siempre se arrastran i nunca se elevan mas allá:· de su miserable é imperceptible yo. Las naciones cama loi'!i~Hlividuos tienen su edUCaCIOI1, sus usos, castllllll)l'eS, maneras i.~ábitos caracte-rístie9Si--pt'ovCllieute tado ó (;asi tada deau sistema de gobierno, de su !JlOdode entender la refijioll i de aplicar la Ínorlll á la'! h'yes i ('ostnmbres. Nosotros los brranadinas estamos avezlldas á la edncac¡on j Pl'ácticas qnc@s l~gó_Ja Espaiia, precisam("ltt' c\!allllo ell media de Sil tríste uccádencm se sumerjio Cil un 'lbi';ITJn de el'/'OI'l':",snperticiollcs., humillaciones í desatino¡.¡de tnrl,) liw\jc.-Esta [lié nuestra de¡.¡gracia; que si la conquista €lileE,'paíla hizo d¡-'estas comarcas se hubiese veriticauo Cll lo;: tiempos ell qUl' aquella era, por su grandez~, -11- Sll diglwlad, su libertad i sus virtudes la primera nacion dé la Eu'wpa, es seguro que los americanos, i los e8pañoles mismos se hubiesen salvado de la inundacian de la harbaríe e11 que todos quedaron sumerjidos. Nosotros no tenemos por qué quejanJOs de lo:'!espaiío.les como pneblo, ni ménos de su raza, una de las mas bien acoudicionadas del orbe: el pueblo espaiiol como el americano tienen sl qne quejarse de e!olaraza de -'-eyes, i de déspotas que nos han traído á unos i otros la degradadon por medio de 8U estupidez, !;u tiranía i su bÚruaro limatismo, hasta conseguir la degclleracioll de ('se cúmulu de cualidades que siem¡>l~e camcterizú al br;ibnt" i wmcroso pClJinsuhr, como debia caracteri'iar á sus t!c,c('lH!it,!,tcf: (\1: América, si 11,) I'lC hubiesen nutrido COIl sus ya corrompida..; m,í.cticas i doctrinas, • Di¡;¡imulad !'eilores, esta digrcsion, i di"inndad tambicn qne abandone mi tema en toda léljl'neralid.:tJ que ab;¡rca pata apliearlo solo á nue:stro pals. Esas leyes i esas costumbres que nos !egil el :;i~terna colonial, sistema profundamcnte errólIeo, porque obstruia loda:-; las fuentes del saber i de la industria, se elaboraba en medio de las tinieblas i se sostpnia á fuerza de represion; ('sas leyes i esas costumbres, digo, imprimieron á llnf'stras poblaciones el car;tcter que manifiestan, es decir, esa falta de pfllltnalidad esa falta de "ncna fe, esa inexactitud, esos subterfugios, esa pereza, eil<t iudolellcia, e.,;e cgoismo, esa trapacena de (l(l(~ hasta las altas rejiol1(,s de la sociedad estáJl afectadas. I todo proviene de UIla sola fuente. i(llliéll lo habia dc ereer! proviene de la mentira! Mcntira Cll los labios de los d:-spota", mentira cn las kyes, i mentiras illtcl'poladas, Dios mio,! hasta en ta 8ublime i salita relijioll que !lOS l'l!vela:steis! Pero no, dejemos á un lado este lÓbrego ClIhdl'o: uo es ya tiempo de dhugar i de lument<ll'nos del pasado. EstaulOéI en medio del siglo de la rcstatll\leion. Nucstro;; padn:s, c,m Sll sangrc, nos han redimido de lo~ er:'ol'(';; i miscrias de los oprcsoi'c::; de la América. Una completa rcjl'ncracion sc ope·· 1'a actuahnente Cll la iÍl'l'l·u. colombiana: la jun'lllud ~;iclllpr(' "lucera, siempre denodada i siempre leal á los prillcipios, se ha encargado de la ardua i gloriosa emp1"l'.~ade trasformar las leyes i la" (~o:;tllmhre:-;(l11C lllr\utcnian clllhrut{'cidn i d('o';nlllralizado d ¡mis. Las cieucias, las artes, b illlill"ellta, d recollocimiento de lo,; derechos del hÚil,])I'l', la lihertad dd pCIlsamielltll, la lil)('rud de la illd:¡,trt;¡, b j:¡je!'t'lll'in dir('(:!a del pueblu soljrc cuanto le ataiic, cn Hila pala!)!':!, h (·ill;wci· pacíoJl de los esclavos negro" i (¡,. los csdavos blancu;,; est;Ín surtiendo todos 1m:, cf(~c1us. La edllcacioll se proclalOa por todas parlc:s como ckUH'nto nl'cc~;ilri; para b ¡,¡archa de ia -12sociedad, i los planteles en que se ha cle recibir se multíplí~ can ison concurridos por todas las clulles del pueblo. ~e aproXima, pues, el clia en que, gracias á la libertad iá.las luces; las tinicblas i la mentira desapal"ecerán de entre no~otros. 1 cs clltónces que Yá desnudos de esos hábitos tartlltos, de esa crueldad que entrañaban las instituciones i las costulribres, de ese prurito de prohibiáon i derepresion empleado en todo para cortar absoll1tameute el vuelo al espíritu ~ impedir 108 progresos de la sociedad-en todó sentido. prescntiirémos el tipo que cumple á. Íll1estra razai á nnestrópueblo • . Entónces serémos exactm; ipulltuat-es,entónces hablarémos el lenguaje de la verdad, entónces serém08 eficaces, entónces nos horrorizarémos de la trapacería, de la pereza, de los subterfujios, de la ihdolencia i chicancria que hasta ahora manchan. aun nuestra reput3;c~on c?mo pueblo. Aquí tel'ª,lUa, señores. mI mUlJon, 1 concluyo, no por qne'eYé¡¡-Hwer tratado este ímportantísimb,pllRto eOIl toda la exaétiflid que él merece ser~trittado, pues esta- nna de las inagotables. ~aterias q u.e darán P?bulo por ?D. UC~Q...9~P .....• ~ á la elocuencIa (fe los sabiOS en sus lllVc8tJgaclOneg ;~as, sino por que }n.~stu~rzas noalcanzaná:procurai· algun- ali· ~',l-vuestm iriduljente $IU:ÍOn-.- ',- ..... '" He dicho. es IV. ___ . IlO!lllE LA FáAT~'D~;i.,'08~W8.--".' ." ,:;,;.-" . .",.'0.,;' '- .• :_..•- ",; ..•.-~,,::._ . - ..•. .. Este es seiiores, el tema d¡-mi (1Isc11r8O;- Materia tan teeullda i sublime es esta, qne en vano me t'",lorzaria yo pobre ignoratlle euqucrer ahordarla conalgull ~uccso. La tronauce cloeucllcia de 1\IIirabeall COlJ toda .su pompa i el'udicioB, apénas tendría aptitu.u pata devarse á los altos c~mceptos q He cr, prt'ci.;o Cluiúl' acerca de tan imporlante asunto. Y o 110 dir(~ sobre el /lino pocaH llulaLra:s lIlal destacudas i cn mui mala prosa,. :. La. fratel'Uidad que debe exit.tir entre I08pu.cpJo¡; CI; tan preci!la é índi:;pensable como la qne debe haLer entre cada uno de los individuos de la especie humana, COIl la di/i.·re/1cia de que aquella debiera licr por sHnatllrale1,a trasccndc/1tal, ma;; séria, mas inviolable; mas sólidai fija, pues que suPOIIC mas impacíbilidad, Illénos inl~rvt'nci()ll de lall mala:;; pasioni';;;, roa.', dignidad, ma;: grandeza. l.a fi-atnnidad c;;L'\ indicada en las leyes di' la mora.l; pero adema" está prevelIida é impuesta de la mimera mas e,;;;plicita por las sublillle"~eyes d('l Redentor del mundo, las Cllale¡; son la antorcha que ha ci\-iliz,lllo i cOHtinnarit civiliz,wG(' d mundo. -1:3La Illunanidad eon,.:tituye nna sola falllilia, de;-,;ciendl' tie HilOS Illi$H10S patlre::<, ti('He toda los llliSlIlOs interese::<, la;,t mislllas necesidades, los mismos deberc;,:. "El hombre es ciudadano del llllllHlo. ~IIS o"li~at:ione:;, 1'11 influcncia, su bellcficellcia no deben limitarse;Í este ó {t aquel pueblo: ese es lugal'eñisrno, ruindad de alma i de corazon. Si el hombre se considera con deberes para coil ulp;unos otros hombres, porque son sus hermanos, no hui rH7.01l por qué -haya da esquivar ó desconocer los qne tieue para con todos los delllas, pues que, ,.:i por nna parte es verdad que esos deberes han de practIcarse con mas diligencia, amOI' i eficacia respecto de nnestros padres, de nucstra lllujer é hijos, de nucstra patria i de nuestros paricntes i amigo,.:, (''':0 no debilita en nada los que telJ('lllOS i debemos l:jcrcer para con la sociedad cn jeneral, los cnales no son mhws sagTudos. Disentir de esta proposicioIl es careC('l' de idea::;, de scntido COllll111,de coraZOll, es disentir de las doctrinas cristianas. Segun esto ¿ por qué no vemos practicar esa fi'atcruidad-I por qué viven las naciones en guerra penllallt'lIte la,.: uua" contra las otras 1 Es que esas naciones can'c\'n de la ki llatllral? Es que hai pueblos en que las leye~ de la moral SOIl diferentes de las de otros 1 Es q lle las nacillne8 cristianas ( qne no escasean SllS malos ejemplos en materia de guerra,.: i discordias) no comprclIllcII el cri~tiuni~mo -1 No, ni los IHwblos ni los illdividuos carecen dc (,i'as nociones. Si las grandes masas de los pueblos fncntn cow;ulladas en materia de fraternidad, ellas la proclamarian siempre i en todo caso, porque la humanidad nunca se malea ell su ~eneralidad: jamas los males se encuentran naturalrnl'nle ell mayoría; i c!lando las masas o\¡ran espollt:'lIlealllente raras veces se equivocan, i 1ll1l1caproceden conlllalu intencio!l. NillgUII pueblo quine cstar en g-ul~rra, ponluc sabe (lue la guerl'll le es lH'rjudicial; i porque los pnchlos ticncn el se!ll¡miento de la fi'aternidad i aplica!l sus deberes morales á la prÚctica, lo mismo que los individuos, ¿ Por '(lllé, JllH'i', yuel. vo á preguntar, se ven e::itO;jenconos, estas g-1H'lTaSdiarias i crueles, este recíproco esterminio de las llacionc;;? La razon es mili sencilla: no "nC(,c1etodo c;.:o con t'l \'oto i volUlltad de los pu('hJos; tiene lugar con el objeto de sati"t'acer la \'('ngan1.a, la ambicion, las pasiones de llIl particular, d(~ UI1solo individuo. SOIl los rr)T:S Ó los padra;;\O" ohii¡l;¡lflos dp los pucblo", los l!"llrpadol"f~:', 10.-; tir:1I10;; d(' la hlll'larlÍd¡Hl, 105-0 'JIW ill\-entan (, prolllllcven Lt" ¡,IIl'IT~¡''; par;l \'('og:ir Iln inIllto particlllar, para Ip]!('r oClcio'l de proclIrar Inedia:'! i In '\UC'('llos lIalll:Ul honorC'i', a ;;U,i ¡Mn iale" "corlpllu':,L,),~ JlHt'bJO.'5 ('J1 :<Ii,,, ¡:;raJJd('~ JJhI'yori;,_,:no tirllcn clIlpa l'l! ,_~",to; ellos son llevados al matadcro cn masa .. Lo úníco que se les puede reprochar es Sll imbécil mansedumbre, que 108 hace servir de ciegos instrumentos á esos déspotas carniceros, á. q~lles debieron residenciar i castigar de una manera justa i ejemplar. Verdad es tambien que los tiranos i tiranuelos han tenido siempre e.n uso, _medios. tan poderosos i urd~dos con maiia tan satá.lll(:a, que. han.wp:ado. hac~r .partícIpes cómplices.i.có~~ellte8" á l~.ta!¡lpje$.m~_inftll~:Q.~~ de la 8lJ..ciedad,fa.la.»~~_~~ad~,~~lpr~~ejiadaff ~.e_U~ mismos; en cuyo cns~ láCOr.t1¡i.pclOll penetra e~ ·up.::~~~q considerable de los ciudadano!! capacelil de arrastrllI áotrOs muchos i enrolarIos en su sistema de opresion, de eiltafa i desolacíon. J c;; talla eficacia con que estas vorájines de la humanidad han combinado sus medios de represion, que entre 108 mismos gobiem?s.~ue se Ilamanilus!Ta~os. i .q.ue ~ozan hace cerca de dos .mll anos de las. ventajas 1 Clvlli.zaclOn que ha ido desarrollando eJcristianis~o,.$~ han confeccionado i se sosticnen los códigos mas brutales i absurdos sob:ree~deI:e~ cho de jcntcs. Esos gobiernos (no diremQ~nacioneS j)~'que no_ .s~ria exacto) forman aqn.eUos códigoS sin COlltultar-la raióA.tUa.justiCia,-¡,sin teiier:én~uea.tad08_intere8es de los puebtdasinó'sus despóticas i torpespasioucs, sus intereses i sus convcniencia~, su orgullo i su ambicion, gobiernos pero sonificados que envilecen ó avasallan á los otros goLiel"llOS, tí los pueblos segun el grado de su fuerza brutal, i que á su vez son humillados por ot~os.was~def.~S i gobj~rnos que no tienen el~ nada la _8uerte~er~:i:$.aehl~!P'ltfla glJ;ma1.l1dad entera, l por eso lo saCrIfican todoma1ncnce áSiis mines i miserables intereses i pasiones. Para ofuscar al pueblo que gobiernan i hacerlo cómplice de sus crímenes, inventan CllUJltOSpretestos i patraiias alcanzan á concebir, simulando su ambicion, ocultando su~ iniquidades tras el velo del honor nacional, de Fmpnestos i ridículos agravios &", como si alguna vez fuera lícito proceder á saquear i degollar puclJlos cntcros, i privados tic su libertad, por lo que alguIl arlequin de esos llamados monarcaS dijoá. sn cóJega compinche &á su primo, como ellos se lI~nan unos á otrOIil. De lo espuesto sc colije claramente: )? que los pueblos como tales, sí quieren profesal"-laílleyes de la fraternidad, i están de acuerdo icn armonía. {;()11 todos los principios cristianos; pero q!lC no los practican por que no pueden, pOlo que tutorc.I:1,SellOreS, aUlOS i mandarincs no les permiten hacer otra cosa que su voluntad; i 2° que el dia en que los pucblo:-:se emancipen i l"Ompan la coyunda ignominiosa que los tiene atados al carro del despoti8mo i de la arbitrariedad, ese dia prodarnar;'lIl ('11 VOl alta lo~ derechos dd hombre, b igualdad, la lihf'rtnd, la I¡'aternidad i praf'ticarán í!in duda el bello i celestial programa del Salvador de 11)';lIomb1"l'';, Gracias á la" Divina }>l'ovidellcia f'l dia de la )'('IIC:II(, j(lJI política de los pueblos í!e aproxima, El sol de la rivili7.acina deja percibir á. mui poca distancia sn calor 1i.'cu!ldalHC', i )rollto no servirán de rémora;l la dicha 'de las ;;o,:ied;¡dcs, os Ncrones, los CalíglllaB, 108 Napoleonc:,;, los Fcli¡ws de Espaiía. La libertad ha establecido su imperio CII el Suevo Mundo, i como si quisiera dominar i rcjlstl'ar dcsde un punto dado todos los inten;ticios de la tierra, I'roy<,cta f'dificar :'11 trollo sobre las altas n~iones .del ('ulldor, l v. SOBRE J.c\ ARQ!:ITl:CTt;lU, Seiion:s :-En todos los siglo,~ i ell todas las llac iOJIc:; ha existido un arte que con r:17.011 ocnpa el priuH:l' lllgal' elltn' los <¡ue el iujenio del hombre se ha creado para satisfilcer sus llccesid;¡dr.s Ó halagar sus sentidos, artc que por "1I antigiil'dad relllotísima, '1n{' digo! nrtl' que pUl' hahcr lIacido 1'011 e\ hombre i ser 1'1 víllculo material lilas eficaz de asociacioll humana, i sin el cual apÍ'lla,;; se puede concebir la existellci;l de los <lemas, merece todo nue:-itro respeto i atellcioll, Ya aclivinai~ que qyiero hablar tle la Arquitectura. Los anticmiiiOf~ j los escrilores se hall agotado en iJljenio!:<as conjetnras sohre el Ilacimit'nto de este nohle art.e, i poco á poco esas conjetnras i \as CíllHlas <¡\lC de dlas han Ilacido, han ido tomalldo c\lcrpo, i ;;en'idu de PUllto de partida (¡ Cilllicllto por decirIo así, para la historia del arte de edificar. ,\nlllllalo parece, que sol'rr'I>a:"cs tal! huecas d('seallse'\¡ los l11ollUlIlentos de los cronistas de las piedras, pero ello es que la fanta,.:ía ha tenido ma:-; parte qnc el selltidc comnTl en esas especulaciones .. Quc el hombrc pOI' un in"tillto natural dchii¡ rcsgna¡'d;;rsc del rigor de las eSlaciOlll'8, pr<'cavcrse Ih~ h i!uÚa, sustraer"e de los ardo]'(:; del ;;01, es eo,.:a qllC :i ledo:; 1I0S OCUITC, pero scntar como cosa cil'rta 'lile su pri.llcr reliljio fw\ una gruta ,) !lila '~al¡aiia, i IJl:e la caballa precedirj a la grul'l í, ",'la ,'1 <¡(IUl·I!.I, r,i'egur;lr qlle ItlS lll¡l(kr<)~: que cUlI::'lillIyeron la caballa se c!i,.:púsjcl'OI! dI' (':"tl' t) dt:l otl'O modo. I¡'[lgual' por fill lllJa inycucioll i des:ll'l'oihr :;o!J!"e I'lla 1I1l ~ji" lt'IlW, !lO me pan'ce tli¡,no {\(' IJllil'H ya /, ')('111':\1':«' d" iUI arte -16c-nyo tipo i condicioll primera Ci'l la solidez, No ser(, yo pncs lJuien os dig-a cómo fiIé el albcl'gue cn que encontró abrigo el primer IlOmhr(', I~as primera:,: rnOl'adas bmuanas dehieron ser sobre manera s('J]eillas; ('11 ellas seguramente 110se consultó mas que la utilidad i la satisfilccion de \lna necesidad urjente. Pero, la tcndencia natural de la especie hacia el placer, movió al hombre á bu:;car la mayor ,comoclidadpoaible en sus habitacioncs, i de informes, maLventiJadasiperecederas que pudieroJ] ser cn su ol'Íjen, todó: ti~ndeáhacercreer queá.¡impulsos del injeuio inventivo, de la prevision ¡de la esperieii(,ia, ('sos refujios improvisados primero, fueron tomando mayores c1imeusioncs i algnn carácter i estabilidad. A llIedida qne la raza humana flIé anmelltándose i que la civilizacion fl\l\ cnndienrlo entre pueblos que SI' iban formando, el :lI:t(' de edificar debió tomar mas vuelo i el dI'¡;;eode legar á las j<,neracionés futuras monumentoR i estructural' dura(~e~'al', n~turahllente iJu1!ljo.á lo!! ho~bres á m,ira¡' (~om{)COlldlC101Illl'lme'ra d(~sus:¡ NlIficlQ!>la 8ohdez. La hIstoria de todo" los pUl'blos nos enseiia quc los primerose_yag' de arquitecturLi siempre han tenido por 'objeto laereccion-de templósi mQnumentoR :í. ladiviJiídad.~la:il en qué arte no ba ¡.;ido esa vencracitm de un S~r Supremo, eRa idf'a innata en el cora7.01l (1('1homhr<" la qne le ha iU!o1piradoellH'imer esfue¡'zo Ill!llla!lo 1I;'lcia lo sublime i lo bello, EJl(i'C todo" los pneblos filcron los F.jipcio!o1los quc primero entrcvi.cron el porvellil' _de RUS edificio.s, i por <'&0 V(,mas que eil Sll~ cOllstJ'UcciGne&'·~1pen8amiei1to: de Una solidez incontrastable parece haber silbordintHo toda:~'i(kade belleza i elc~allcia, E;<e carácter di) inmobilidad que se nota 1'11toda¡;; las construcciones de,los Ejipcios eR debido en gran Il1<1lH:raá la!! con¡;;tumbres, i creencias l'elijiosas de aquel pueblo mi"terioso. La natlll'aleza del pais qne habitaba i los ¡;¡iateriales (:on que contaba para ~us c;;tructuras debieron influir ta¡¡¡bicn en cierto modo CII la (orma i carácter de es~s. l;n autor moderllo ha dicho con ~rande acierto que los monumentos de las di(ercntes naciones se pa.recen á las condms formadas por los,,,,animales que las habitan i dejan en ella" la impresion de SU cuerpo, de 8U¡;;hábito¡; i de su vida toda, 1 en vrrdad que <,ste juicioso concepto no pudiera tener aplicacioll mas acertada qne la que de él 8e haga á los q (1<'erijieronlas PirÚmides, constru}:el'on á Tehas i cSI'ulpie· 1'011la E"íinje, al pllchlll momia por excelencia, JIai quienes opincn <¡ lIe lo:;; griego:;; aprendieron de los E.iipcios el arte dc edificar, al paso quc otro& rechazan esta cn>('IJ<'ia, Sea dI' dio lo que fuel'e, lo que ¡;;í(8 cierto e:': <¡Ill' -li- existe \Ina difercncia llotal.Jilísima entre los monumentoS que cstos dos pueblos 110Shan dejado, i que los ~riegos poco partido dcbieron sacar de los cOllocimientos que pudieran haber derivado del Ejipto, siendo 108 materiales de que primero se sirvieron de un carácter totalmente distinto del que los Ejipcios usaron invariablemente. Es bien sabicto que los grie~os en la infancia del arte emplearon la madera en todas sus esetructuras, i que DO flIé sino cuando las instituciones de aqud gran pueblo comenzaron á tomar asiento, que sOliamn en trabajar la piedra para usos arquitectónicos. J fué tal el apego que los griegos tuvieron á Sll si:;tema primitivo de constnlccioll, era tal el aire de lijerezu i atn~vimiento que él imprimia á sus construccioues, qne cuando ocurrieron al mármol i otras picdras para reemplular la madera, 110 pudieron prescindir de dar á aquellos matenales formas i proporciones análog:'.s. De aquí nacieron varios vicio,; de C01l8truccion que tenian su asiento en el sacrificio de la ciencia al arte, hermanas jemelas sin" euyo mutuo auxilio !lO se puede concebir la existencia de la arquitectura. No fllé t;il1o cnando la dmninacion cstranjera sentó sus reales en la Grecia, que el arte de edificar llegó á su ·mayor estado d'~ perfecciono Los Romanos, sea que éons,agrasen mayor ateucion al estudio de las propiedades de los matf'riales de constrtlccion, sea que la naturaleza de los que tenian á Sil alcance fuese distinta de los que abundaban en la Grecia, usaron de mas injcDio en sus estructums i á falta de muteri¡dcs cuva cf)nsj~tencia i tamaiio se prestasen á abarcar grandes espacio." inventaron juiciosos artificios que les permitiel"On suplir con materiales de pequeílus dimensi9nes las enormes piezas de piedra de que los griegos i primero que ellos los Ejipcios se sirvieron p:lra sus platabandas i al¡nmas porciones del techo. Dtbese á los Romanos la illvencioll i uso de los arcos, nacidos seguramente de la necesidad á que ya he aludido, hecho que nos hace ver hasta dilllde puede in!1uir en el cadtctcr de la arquitectura de los diterel!tc:': pueblo;:;, la nrlturalc7.¡¡ de los recursos materiajes, i ('ómo la nccesidad, esta madre feclllllh de toda invencion, entra como jérmen esencial i preci80 (~ll el (h;sarro110de la parte que la ciencia tiene en el arte Je que me OCllpo, i como corolario preciso en el arte' mismo. Los Romanos llevaron la arquitect!!r<l á un punto de perfeccion que raya en lo maravilloso, dl~ suer~c que las ruinas quc hall sobrevivido á la lllano dentstadora de los bárbaros, han constituido el tipo de la uelicza i de la armonía, i hoi mismo que el arte de edificar ha hecho tantos progresos como ciencia, son las proporciones i fÍlrmas de los monumentos griegos i romanos los qlle nos sin'en aun de'norma, 'J -18como colmo de cuanto hai de mas elegante i grato á la vista. Ha sido eJijiendo entre lo que los antiguos 110S legaron en materia de COllstnlcciones, que los modernos revivieron en el siglo XVI el arte, i del fruto del estudio concienzudo i juicioso que entónces se hizo de aquellos restos venerandos, resultaron esos sistemas de ordenanzas que vinieron á ··fijar el gusto i esparcir por la Europa toda csasemilla preciosa sepultada por tanto tiempo bajo .Ios escombros, pero fresca. robusta como el trigo que enterradubajoltiscenizC1S i la lava áéstructora que borró de la .faz de Iiltieffi1.á.·P~y,ª,La Herculalleo, Jio esperaba sino la mano del n6~b}-equeJe redimtese de su oscura mansion para brinrlarle nuevas co"echas, i brotar egrejio i lozano al cabo de 2.000 ailOS. Pero qué! desde la caida del imperio romano hasta el renacinliento de las artes, desde el siKlo 50 hasta el siglo de los Médicis permaneció la Arquitectlua lIluerta i eSUl'lta 1 No: qaelas nadoties del Norte tambien se -crearOn:nil estilo i un sistema propios, estilo austero'¡'$olemnecómo la época en que tuvo su nacimie.to, sombrio i sublime como la exaltacion relijíosa que lo enjendró. Nada simboliza mejor la¡ creencias i el espíritu de la edad media cotllo esos jigantesco$ monu:·ment93·~de In Arquitectura.góticll, que. despiertan en el espí-rito fa-¡dea mas majestuosa i eJ sl'ntiniiento ma8 íntimo de Dios i de la eternidad. Pero nuevos tiempo;; i nuevas ideas quieren nuevo~Jen· guaje que lo¡: represente, i si los calltillos fl'lldales i las ('ate~rales de la edad medi~ hal!a!:.-~pen 01 órdeng6tico un ell?BJcma análogo á la socleda-d é cldéas 1'.fela (J)cn:ll\:..=:la· emanCl· pa:cibn del individuo i del pensamiento 4f"'lin inffio "pedían simholos que harmollÍzascn con la· era risueña i amena que ¡;;ucedióá la ~sclav-itlld i el vasallaje. Y a hemos • visto como fué de entre los veslijios de una civilizacion tan precoz como fugaz, que habian de salir los nuevos cánones del arte, inang11tándose ar,i el periodo que 8C ha llamado del renacimiento, periodo mas fecundo en obras que en orijinalidad. Sin embargo, si la Arquitectura no ha ganado mucho como arte, sobre todo en los dos siglos pasados, como cíenciaha hechoenormes progl'e~ en losúJtimos años. Asi debia ser: un siglo esencialmente pORitivista como el nuestro, quiere bar¡;¡tura, celeridad de ejecucion, simplificacion en el trabajo. Hoiqueremos ferrocarriles, teJégrafos submarinos, máquinas de todas especieR, realidades, en uIJa palabra; pero realidades útiJes i convenientes, exentas de esa lujosa i estéril ostentacion que nos precedió. Ilespues de haber hecho una lijera é imperfecta rcseíla del nm'o que ha seguido la Arquitectura en 101" pa5:>eo;; c¡vi- -19- li'lado~, vOLá tel'luluar consag;ramlo algullus palaul'a$ á los principios en que debe de"cansar para lIenal' sIl objeto, i á /¡t Illlportancia de su estudio. No es la Arquitectura arte imitativo, si por Arquitectura entendemos el arte de disponer i edificar ulla estructura de cuaiquiera especie que sea. I.• a Arquitectura en sU esencia no tiene qué imitar en la naturalc1.a, i de que Cll algunas de \us fOI'mas i combinaciones llegue á resultar analojía COll las de los()bj~tos naturales, .DO hai que CQncluii' que tal haya sido-la mira de los que idearon tales fOÍ'tQas itales combinaciones. La imitacion de las formas naturales en Arquitectura, no es ya Arquitectura; es escultura, i como tal ha de estar subordinada á las gntrldes fonnas i á la distribllcion de [as construcciones; son estas el cuerpo q u~ ha de n'civir las galas que le prodiguen las de mas artes hertnanas. Dejando, pues, reduciua la ,\rquitectura á sus límites pl'eei8os i naturales, no es dificil inferir c.uáles scan los principios en que haya de basarse. Ya he tenido ocasion de manifestar cómo este arte tuvo 1m oríjcn en la nccc:sidad i cómo e;.; el fruto i la satisfaccioll de una necesidad permanente. De aquí pues se desprende UIla consecuenc.ia inmediata i lójlea, es á saber: que la utilidad i la economía deben ser los obJetos constantes q¡.le han de tenerse en mira en Sll ejercicio. Son estos los \·erdadcros cimientos sobre que el arquitecto ha de basar su,; combinaciones. Toda idea de belleza ha de resultar de la práctica de estos dos principios inconcusos, por que la vi;<ta no se complace sin que la razol1 se sntisíag-a, 1 esta no puede !:lJ~jarde satisfacerse si el conjunto de tod,ls las partes que constituyen un edificio ó estrnctun~ cualquieraJlenan cumplidamente su objeto i esta estructura ó este edificio harmonizan con el destino que se les dé. Poco me queoa que a::aoir para insil1lwr IR Ilccpsiúad del estudio de la Arquitectura despues de haber examiu<.ltlo las fuentes de este arte. Cuando se cO!l"idcra el liSO constante que de él hai que hacer, la importanci,! de l¡l\C en UI~ apli. caciones reincn no solo los principios natnrai.es ell <JEe lk;caos a, sino los conocimientos técnicos indispensables para que llene su fin, i cuando al propio tiempo se ve por todas partes que á la ignorancia de' estos principios i de esos conocimientos se debe tanta deformidad i capricho, tanta incoDlodidad, tantos desatinos i tanto djnero mal gastado, qué mas me queda á mí que decir para persuadir de la ingente necesidad de cultivar con amor ijuicio un arte tan nuble'/ :\0 tropezamos todos los dias con testigos mudos de tanto abando110 que á cada paso nos reprenden por nuestro descuido iDOS amonestan parR lo fut~~rQ? í Dl" qué arquitect"s podemos no· 8ati·os vanagJoriarnos ¡ i sin ir tan allá, dónde están l1UC8trOS ·arquitectosl mén08 digo, i !iónde están nuestros albaiHles 1 He dicha. VI. _~ºBREEL-!~Q. '~. '.'-. Cuando el hombre di~>IRI-;mr.rdi~'_.marav¡nas <le la natu-l'afe~a:r'ctJntempl. su' ga~-fe8pJe~/íttii- .. sictá no separar jarnaa sus ojos- de 108~ben08 cn~dJ:"ós i v,ariados panoramas que aquella madre fecunda le presenta. Pero uno no puede recrearse largo tiempo en la COllternpla~ion de estaS bell~zas; ni los cuadros, las escenas, las lrnáJenes de los seres 1 de las dernas coSas que llaman la: atencion i que quisiéramos perpetuar en la memoria, duran siemP_I:e. . La bella i c1elicada flor que en la mañana se abre para lucir sus admirables matices, inuere con el dia. El hombre i los <lemas seres animados tienen su existenciali~;I-:en una palabra, ~odo.lo que tiene ,:ida i torloJo 'l.ue nál~--'--.gjQ:ne •. fE!do, todo esta sUjeto ásel' varlado, alterado -1destruido por tainán~ podffOsa del tiemt)o-. Pero alIado de esta leí inmutable de Dios á que están -&ujetos' los elementos físicos i perecederos del mlUldo, hallamos el espíritu del hombre, esencia siempre viva i siempre sedienta de rel-elar su existencia aun despues que Sil misterioso enlace con la ll1ateria cesa. Ese antagonismo entre Ja inc~ntrQ!!ltable ~~cion del tiempo, de ese ministro dedeYilStaóióH~quea- ~~~ºle pero inexorable se aVRuza sobre locrlaa-ól~U1liple'~'fi su: nrision de muerte, i la lahor del espíritu, que á su calidac;J de eterno une la mision de imprimir por doquiera el sello de su naturaleza, despierta en el IHlmbrc la. necesidad de perpetuar sus concepciones i pcnsamientos, dar vida á sus recuerdos, traer al teatro material del mUlldo hasta la imájen de los que fueron i el testimonio de sllS..obras .. He aquí, ~ellOl'es, la fuen~p.rimerª,}necesllri!!~e' ~n ~ ,que haga '~oLreponcr las C()Sf\8 'á.Jos ,PeJllJO¡,.Ijt)llII ~c tandaS. Ese arte ~ti dibujo j laplntllD, 1'elf$obre -asnnto tan noble que_va á rodar hoimidiscurso._ . ' , -...;Al enunciar_misicleas sobre cste.ar1e§, mepr.opongo dar á conoce l' mni 8Omeramente~ .•..1~su:óríjeJÍ.~,~~ su- conexion é influencia soure lasdernng artes liberales,,",3~ las ventajas: 'c¡ue resultan de su: cultivo entre las jentes, ya couaideralldo Jan'ecesidad é importancia de BU estudio, ya manifestando los pJ¡¡CCi"c:; que proporciona; i terminaré consagrando alguDato palabras 5. la conside.,racioll del estado en que este arte se halla cn nnestro pais. -.~l;\0 es estratio que desde la mas remota antiguedad se cultivase el dibujo, ora á impulsos de la necesidad, ora en fuerza de SUs atractivos como fuente de placer i ¡'!ledio de ornato. La primera tentativa se debió probablement(~ al conato natural en el hombre de trasmitir á la posteridad i á los ausentes sus ideas por medio de signos. De aquí los jerogllfi. cos con que los pueblos de la mas remota antiguedad ántes de conocer el modo de perpetuar sus ideas por medio de la escritura, l'ejistraban las crónicas de sus asuntos pÚblicos i domésticos. De aquí ese lenguaje ideográfico que Improvisó el hombre poniendo á contribucion la imitacion de los objetos que le rodeaban, como emblemas i prototipo:,; de f<IlS afec, tos, ideas i pensamientos. Pllcde decirse que la naturaleza misma reveló al hombre la pl"imel'a idea práctica del dibujo; la reproduccion de la densa sombra de los árboles en el límpido espejo de los tranquilos lagos, ó las lotanas praclc¡'us i la palmera csvelta (lue se rellejau en las agitas de los mansos rios, ó hien la im5.Jcn gel coreé! sediento que se acercó á beber al p01.O, todo debiil dade la mas clara idea de la manera de represl'!ltar COII li· neas i sombras los objetds naturales. Cu;ndo el pastor enamorado yj¡, proyectada la ~orubra de Sil 7.agala hermosa en los ri~c.os t,csti~o" de >\lIS afcctuo>;os coloquios, i percibió el perfil de esas caras facciones delineado con rigurosa verdad por la inajia de la llrl. solar, ¿ no cediÓ á la tentacio!l de aprisionar esa íiombra i seguir con Slt cayado los contornos que contemplaba, haciendo asi el primer retrato? . Pero baste esto por via de conjeturas, ya que el oríjen real del arte se pierde en lo mas recónJito i lejano de los tíempo!,1. ·Las bellas artes que tienen por objeto la imitacion deben sus meúios de espresioll al dibujo. Este es, por decido así, el padre de todas ellas. Con él adquierell forma las cOllcepciones del pintor, del escultor i del arquitccto; porr)lll' ni se puede pintar, sin haber ántcs trazado los cOlltOl'nos del objeto á que el colorido ha de dar ser i vi,da por medio de la pintura, ni se puedc sacar de la piedra ó· de la tosca madcra una figura. que ántes no haya sido determinada por lillcns q!le circunscriban las formas que concibe el ingenio del escultor iJ del arquitecto. I>ara representar la armonía qlle reina en ci mundo pintoresco, son las lineas las que sinen de primer vehíeulo para hablar á los sentidos é interpretar las diversas faces de la natnrale7.a. Esos bellos monumentos que se hallan sobre la superficie de la tierra, esas ricas decoraciones, esas atrevidas rcprcl'lcntaciollC8 de lallatUl'aleza que nos llenan de encanto i enriquecen nuestras ideas de lo sublime, son todas obraaqué nolwbicl'aIl ido mas allá. de la mente de quienes las cOnci. bieron sin el ausilio del dibujo. MaS no se limita ~ esto sií':~ minio. Las artes mccánicas recibe~ de él una ayuda poderosa, i pasaudo de estas á. las lllM. - _etatrencias i nece- ' sidades de la vida"f v-em9S eJl'~:" "'l!lfSít'-lj¡,~tilid,ad de ull lenguaje sensible; ~aeun le¡ ----~f! que se dirija-á'WiI!~j facilite las percepciones que el hab,Ja apénas puede 6-Oéqtiéj~t vagal?e~lt~ eDil o~c~ridaa i lentitud, i la memoria retiene cón trabllJo 1 Sln pl'eclslOn. De las l1ltimas relaciones que el dibujó tiene con casi lodas las artes de utilidad i ornato, se infiere claramente la illlQ()rtancia de ~u est~dio, i pr~s-cj,rIdiendo p~r u~Ailofuento de ros placeres 1 dulceffntreten .n~oqne DOS brmdá cuando se cultiva como arte 'de po '·~~,';;.t c~~ntosot¡:9smoti. vos de conveniencia puedeÚ ti.: ... '. ue c¡:mve ·-·-lo~ . urj~lltc .que es su adqni8icion,c'narq~~!a:<1u~~e~ n' .' ,:;:: C~El()!llla natuTalc7.a de nues!tap($©,()J1:8ocudt, .. ::-. " :'~:.EE1lWm.O,CODíO yátuve ~n~·lftj dec'itlO, es Cierto modó" Íilden'guaje ideográfico; Jfiorserlo así es universal é intelijible por todo~" i aunque la cstension de su esfera no sea tan lata como la del letlguaje oral ó escrito, es un poderoso auxiliar i complemento de est-e. El propietario que quie- en Ii~~~~efáb~~~rd~:.::aicruai~i~~·,~~~~~a~;. reahZá1:10nde~11.proyeet08t:ji;rl.' ,fectade sus deseos' para la pone á contribucioll algo maS que él donde la palab"fá en la~ esplicaciones que suministí'é"las personas encargadas de poner en planta sus conatóS'"'I'EI artesano sea cual fueré su profesion, jamas llevará· á:-buen fin la obra que emprenda si en ella 110 va el conocimiento de los sanos principios del dibujo sirviendo dé base á SIlS tareas. No hai casi qmdicion cn la "ida que nos autorize á considerar este arte ~o irinecesario •. ' .. :..... ,': ... ' . Pero si de estas brlf\'es obsewation-es tocáIíte'álaub"id8:d práctica p:lsamos, á consideraciones de otro ónleli;: si -de 10 directamente útil pasamos á lo ~!dal?Jé{ii'delleDguiije' de los sentidos, de la neceSidad urjen.pasamos al lenguaje del sentimiento, á la personificacÍon de las sublimes inspiraciones del poeta i del filósofo que el pincel con su májicopoder ofrece á nllestra contemplacjo'nt i cómo hallaréYl)-palabras ni colo'res con que hacer justiCia á. tarea tan risueña cuanto delicada? AqUÍ me veo yo perdido en la inmensidad del se 111(' l'l'e;;cllta i )ltl s.:' \jllC no" \I'l'::r ell (·,.;tl· ¡:araiso de la ¡imtasía i de la illl:liiuarion, de miedo de lll:\l'chitarTa. " Al considerar el arte de la pintura bajo Sil aspecto ma>; noble i elevado, ocurren de ulla \'('7, al clltelldimil~l1to .,bue!'tiones cuyo desarrollu i sulnciol1 ellvu '~lv(,1J vastos colindmientos filosóficos, i ~obre todo Ull sr!Jtin:iento eSljuisito de 10 bello que so108e adquiere con eí;tu¡ljos i obsen'aciollc!' prácticas i conocimientos mas estentó;OS de los que )'0 poseo aUll.·I.como tampoco es de la natnraleza de mi discurso profundizar principios de est(·tica que mas biell se han derivado de las obrns mae;;tnl~ del arte, qUl' servido lk 110J'mr:. para su ejecur.ion, yo me ('f)n\('lllar{, mcramente 1'011 elllll;cnr con nrevedad el Úrijcl1 de las C;W;;;¡S prinH>ras d,~ la grata i ;;alll' dable influencia I\HC la pilltura tjCI'CC 1'1 d hombre'. Son los phecl"cs que la:,; \¡,·!Ia,; <'1',1':; Il'::; f:nrniJli.qrnlJ, df~ 1111ÍJrdell SllPCl'iOI", altamentr ['~Firjtu:d{'.< i pnro", lJUf' ti('lJ(>ll f'n aÚellto en }¡¡ illu::nacioll i la '::'Il!;ihilid:«[, i c;; h suhlimidad de !;1! nalllrale~a b q:,,' [':cli!\·:~ , " ;.¡¡ ¡!():;:~ c: la nnvo1' parte de los mortal:'s CIJ fIn¡[·!F'.'; 1;." frni"j";;(';; di; lo;;; f;(:Jltído>;ticncn cabida mas f,¡dl i ;¡ccu.ibk, El ~~llsto l''i un s¡:¡¡timiento del alma, es ulla df'!ica.la (Jc!"cepciol1 de lo sublime i bello en el artp. i Cl! la llalnr<;k1.:1, i f'i á esta esquisitn per- (';:\111\)0 ltlll' ccpcioll va unida la ehii.;¡a di\'ina del ;:Ij:'l'io, "1 ser privilejiado que Ikga ;¡ po~('er e:ót::.; dot('s 1I:"J)l ('1: si t'¡ Yrllll'll ¡¡UI" nn dia In d(, hacerlo nrti;;;!a con 11 di!ije¡lf~ia, el trabajo i la obsel'vacit.Jil at!:nta i conci.:'m:uda d!" la llatllr;¡lcz)l, á la cual tiene por mision ataviar i emhellecr'l', Hí: emhd!f'ccr i ataviar con sus propias ~alas di"l:mina(h!,," por tndai-' partes, pero ocultas á los ojo:; vnl~arcs. No es ('op::lr t:('rvilm~'ntc los ohjetos lo qne COII"tiluye el fin lilas c:1cvado del a¡'tp. El ¡:¡¡pista, por hábil que sea, no pn:.;a de hacer flll mal rl~lIlcd¡¡ de/lllOdclo que la naturnle:',}{ le brinda, i por n'n';irJ;liiellt<" sus ohras por lo llIi"mo {jUP llev<ln en mi¡'a l11i o¡'.ido in,;ell::ato, no pueden dejar de ser de,'preciab!f'''; i Jl\'rcn'dr¡"::-.;, El verdrrdero artista 110 copia, sino (lile imita (: jIllF"illlf' ('11 f'IlS obrm: el sello de !:iU propia imajinacion i sC!1¡ill1iclIIOS; •• emulalldo como dice el inmortal Gorthe. la natur;¡lrza llIi"ma i creando un todo espi¡'jtualmentc nrg:í.nico, dando á !ins obra;; HIla importancia i forma que las i¡¡icen p:II,."cer :i Lt vez naturales i sobre-naturales." ¡>ara él el vasto carllpo ck la naturule7.a no es ~;ino ulla maleza en que brillan esparcidas aquí i allí fnt.gantes i frescas flores que ti escojl~ i arralJí~a para ljue 11't<irvan de material con qne pueda la t;e)icada f(1i!)Jf) del jeni() t~jer las ~nirnaldas qne han de inmortaliz:l/-Ic. El', plH'S, d ¡¡rlista crf~¡¡df)r en f'il'l'to !'!(lf~')d,' ,,,:11';I\';!I;J-" él solo concibe i combina cn su imajillacion i que la habilidad natural adquirida pOl" un trabajo é industria. continuados ( habilidad que solo constituye un elemento secundario en las cualidades i mérito de I!lQS producciones) ba,de es. ~m.a~r e.n ell!enzo ó formular en ..~a tosca pi~dra, dá~ Vida 1 eXistenCia rp.aI.Cuá.n prOdIJlosa la sene de ope~ nes que da por fruto resultado tan ~atavilloso; cuán exaltados los 8entimie~tos i goces que h~ d~irij)~~r el cora~()n i la .lQe.qte. del ~rt18ta al ver ¡¡ahr: ~detjlláJ~op~r de &!l::fllltf10 JUl~~8~re8, anjtnados .de afectosi palliooe8-:enat'mQJJ~~ su~e~ncepc-iones! Y(; no sé, seiio~es, donde pueda -h!l_.~ eu este mundo, cuyos goces son tan cfímeros, una ftientede placer lhas pura, elevada i exenta de sinsabores que en el cultivo de las artes i sobre todo de la pintura, que entre las imilativas es sin duda la que mas l,lt1'activos reune i mejor satisface en su complejo los gnstos, necesidades í condiciones que ellas todas tienen en mira COllSU!tlll·.No en vano el inmortal Correjio, ese divino pintor cuya grandeza en la posteridad solo fué i~ualada por la pobreza i oscuridad enq.lLC vivió, cuando viÓ por primera vez la~ obras de Rafaet~:cou lágrimas dc gozo i movido por un trasporte sencillo é involuntario, e¡oclamó "i yo tambien -Boi pintor!" Sí, él tambíen era pintor, él tambien tenia parte en esa cOllstelacion priviJejiada cuyo brillo todavía hacc el encanto de las jeneraciones presenteH i el timbre i p;loria mas sólidos de la palria que la vió naccr, i sintió su adol'aule iuflujo. Las grandes ventajas que ulla nacion deriva del cultivo dc las bellas artes son incalculablelJ, son inmensas. Eldesarrollo de las grandes ideas, el progreso positivo de-Ullp.e. están personificados en sus artistas i sus obras: i puede decirse sin temor de equivocacion, que la nacion donde prop;resan las hellas artes puede estar segura de contar COll las simpatías i respeto de sns vecinos i de todos los puebl08en que florece la verdadera civilizacion. Ellas hacen las delicias, i el orgullo de los ciudadanos; desarrollan en ellos el a.llor á la patria i distraen sus malos instintos de tentativag,de intrigas i de pasiones daíiinas que tle tornan en otras, tantas palancas pacificas de adelanto, riqueza i prospel'idacl..- -- . Si de consideraciones jcnerales sobre la intluencia de las bellas artes, nos concretamos á considerar la accion benéfica que Sll cultivo seria capaz de prodncir-en nuestro país, desde luego ocnrren á la imajinacion mil risueños pensamientos que contrastan duramente con la contemplacion de la fria realidad, quiero decir, del abandono i total descuido en que el arte del dibujo i la pintura se hallan cntre nosotros. 1lJO es por qne dejen de existir elementos naturales, injenios <¡IlC - 2;') - idoneo:=;que solo esperan el cultivo para lIe¡.!."araC[1SO(1 la mas alta eminelll'ia artística: destellos de e••as joyas ocultas, de ese calor i ¡¡lego latentes, si se me permite la metáfora, \emos á cada paso; pero la falta de direecion i dt' estímulos, la ninguna importallcia i escasísimo 1oIllcnto que :;e ha dado al estudio del arte por excplencia, hac~ qne á cada paso tenp;amos qlH' lamentar esa [alta de clcga1lcia i de belleza quc t;e cncucntra por todas p¡Jrtes, ora e11 las estructuras, ora el! el adorno i disposicion interior de lluestl'as habitaciones, ora en las obras mas triviales de n\lt~stros artesanos en tallos los r;vnos de nnestl'a cscalla industria. 1 enando hablo de i1ldugtria i de las llecesidades de la ,ida, lo hago a¡.;í dl'sce1ldic1Ido ala b e del arte, por IpIe yo lJuisiera que ya lJue la1ltos obl,1t{\culos nos impiden é impedirán todavía pOlOmucho'" arios cultivar con amor i provecho la pintura e11lo que tiellc de mas elevado i noble, al méllos cow;agrl'lTIolI C01l ahinco lluestra ateneion i anhelo (1la si,lida adq nillieion de los elelI1ento~ del dibujo indul'.trial i an¡lIitcctónico, propiamente llamado dibnjo lineal. Era.aquí (lca8iull de eutrar ell el eX(lIl1ei1dt' otras cansas que han influido en retardar entre nosotro~ la anrora del artI', i pero á quién se oculta la principal? (lvién que hatlÍdo tet;tigo de las rencillas, conticnda~ i sangri'~ntas luchas fratricida,. que 110S hall ajitado casi sill intl'l'nqH'ion, pndit'ra albergar el pensamielltode qne ClI lIIedio de ta11 lalll~'llt,lb!es j luctnosas eSCI~lIas echase raíces esa lit'ruu plallta qlle solo Hace i cn'(:e á la sombra de la paz i se marchita i muere con d huUlo del combate i la sangre que se le ofrece en vez de rif'go ? El mi"mu amor i férvido entnsiasmo q ne 111<' animan en favor del arte i t'l allta~oui81T10 abicl'lO (¡ne exi"'tf~ ('ntr!' ('8te i la guerra, acaso me impidau n~r 1'11vuestras pasadas lo"y"r_ taR lo que olros c(lllsidl~l'an cOII",ecuI'lIcia illevitable de la. impetuosa marcha i empuje de las ¡(leas de libertad. l'en) si yo me engallo I'U considerar illllti) tnJJta sallgrc derramada, tantus talento!'; malogrados, tanta", riqneza:;; perdida" i tanto jérmen de progreso material comprimido i parali.,.ado, si di" veras era necesario para el Cl~eciulicllto sillido i robu~lo 1]1'1 árbol de la lihertad, esa sall~r(', i (',.;o!';talellto;; i tantos labra· dore!>.qne leeullcla;;cll el sucIo ell qlll' Irabia de ('('har raicf's, ¡;lea a~i, que ¡;¡ ;\ :su tUl'110¡)ar;t abrigo i IH'(,i'<tar:1 ";:I\ia allau· 1"(-1 qne tiempos lH:l;; bOllaucilJlt>i'<preparan al injellio .. - ::!ti - Vil. !<OIlRr. LA VERDAD. ElllOmbre-ein"bwitero es Ún cobarde, es un miserable, tJS un ente indigno de todu .ideracion .. Bl hombre que dit-e siempre la l'erdad, será respetado;'~iempre -digno, siempre se hará merecedor de la induljencia de cuantos le conouan, si prJr.ventura delinque;' confiesa su falta ... ~;.;:c--:'=._ -:. . _.c : ... . Señores: - Grllflde es el :i$wit¿ de qu~ me QCttpo;:~ comprende el objeto de todO(! los c(mocimientos httUlarios: de grande importancia son sus trascendencias, puesto que abraza un ancho campo en el camino de nuestra felicidad: el mundo entero conoce todas sus ventajaS, i yo me complazco esta noche en prestar al ilustrado auditorio que me escucha, 1111pequeiio cuadro sinóptico de aqucllos principi6a que vosotros tenéis g-raoados en v-uestroespiritu i que mi corta intelije11cia me permite bosqu_ejar:' Respetado auditorio: la verdad ~ajada del cielo i pro' llunciada ell la tierra por el autor de todas las cosas.-~ ~8encia de todas las yerdades, cs la que ilumina el entendimiento del.h01J1bre, es la que Ie'-da-~or en Ja socied-ad,i valor á, auspciilabras, es la que lo cC'JDduc-ccon éxito por entre J08 caminos engañosos que le ofrcce 1•• méntira i lo presenta grande, fuerte i dominaute á los ojos de una ¡;;ociedad digna de valuar c!olla prenda. Ella es la inespull,uable ITll1ralla (lnC Re levanta á orillas del aceano de los vicios i que fria ataca i reduce á vapor los 8ubterfujiOiJge-Io&.hombres débiles i cobardes. Ella es la que habita las rejiones mas elevadascde la: atmósfera liara no ¡;;erempañada con el aliento fétido de la baja hipocresia. F.lla es tan gr.ande i tan poderosa, que sube al trono del AltisinlO i nos muestra allí las grandezas de una Divinidad infinita, baja á la morada de los homhrss i lcs euseña á. conocer cual es su nada. Ella ellllObll'ce i reviste IIP nn cadete¡' tan nohle á los qiW jamaR han lH'Ol;tituiJo la palabra, qll(~ deja Impresa cn "11 fi'cnte la imájf'11 de una potencia illtle¡;tl'llcti¡'l(~. Es tanscllcilla, que para presentarse al mundo no llecesita de las gal(!& i pompa de IOH grandC!; i poderosos porque ella por sí sola es la gl"allde1.a i poderío dI' las almas, i ent)'e ellas 110 establece diferencia alguna. Es el lenguaje del COl·a~on. la espre&ion de sus sentimientos, ¡por decirlo de una vez, es el hombre, es la que constituye la creaInn\ pri\'ih'jiada del Creador. (!Ilé vendría á ser el mundo si no hubiese verdad? podria siqnii'ra concebirse? Claro es qlH' seria impoliiblc que exi::;ti¡:>r¡¡,por que etl imposiLle dejar de l"l'CGIlOCt'r que existe IIna realidad i/l/inita, por f{Ul' \;; \'(·,.dad [H'rJJJ,lJlece altll fUa!ldo aquel deje de (~\i~tir; i por 11'W el IOU)l(!Oha ¡,:ido causa do por Ulla reali,lad, i por cousig-n ¡cllte eu ella tiene su oríjelJ. Los hOlll¡'n~s Ilc<~c"ital\ estar ¡~ll sociedad para concurrir todos con SIlS esfucn.w; i sus mÚtuos socorros á obtener el .mayor graJo de fclicillad que lc~ el'< posihle con:;eguir cn e.s· ta tierra. l'uede acasO crcer8e quc esto sncediera si cana lUlO se propusiera con I>U astucia engallar á los 4!cmaR~ Si cada IIrlO despertase en Ie.s otros el sl'utimil'llto de Ilesconfianz:i i uua sociedad tal, podría march;\l' en {¡rdcu i arl110nía? po dria ofrecer los ('UUlIl!<)Sdel matrilllollio, la tidclidad i COIIl¡alrLa tle los esposos, ll'l sumisillll i obedicllcia de lo;; hijo;;, los respetuosos i COllstantes afc\:tos de los amigos? podria haher alguna relacion elltre los hOlllures sin que la verdad viuiera á c8tahlecerla 1 en ulla palabra ¿ podria existir la so· ciedad? No señores, seria de todo punto illlposible, por que la mentira jumas puede conciliarse con la ulIion de los individuos; <Ion cosas incompatibles i se rechazan la una i la otra como la luz rechaza toda oscuridado Ciencias i artes, en donde existiriais si la verdad no fuera vuel'tro fundamento! Cuál yendria á ser el resultado de vuestras jmoestigaciones? A dilllue llevariai,; el entendimiento 110 conduciriais acaso á dou(le residell las tinieblas? alLí dónde reside el engaiio donde todo es j;¡\scdad ? ~o, lIlUlCa, porque en la tierra no podeis ser otra cosa que las antorchas que lo iluminan i que cada dia Il~dejan descubrir lilas vI'rdades con qué puriquccerse él mislllo i vosotras mis!llas. Sin examinar mucho esta materia, Í dcj;indmlw, llevar ÍlHicamellte por la. razon natural, sc compreuJe perfectamente que el hombre dotado de un don tan apre~'ial)le como la paiahra dl'l)(' indi."pcllsablelllente \I;;ar de dla para poner ell dcsarrollo SllS t;lcuIH!dcs intelectua!es, para dar cspresion á sus "eutimiento,;, hOllra á Dios i ~t la hlllnanidad cHtera. Es llIui racional que esos ('''píritlls d~bi¡"s i cohardes (!uc se complacen l'1l prostitnir la palahra recilH11I romo castigo de su falta el d('~prcci(' é ignominia CO\l (111(' SOI1 mirados en sociedad. Pero son ÍInic;-¡ment(~ ~t{):, I<'~ rf'sllltado;; (lile trae con~ig(J lu 1l1'~\Jt¡r,d iBa habioo alguno (¡n(~diciendo la verdad '10 haya eSlH'rimclltado en Sil alma aqnelIa Sl!.tilSfaccion qnc c;¡ ('on~iguiente al p.ierr;eio ,le la.~ virtndes i que e;::la ,n;tYOIOrf'COlllI)l'nsa quc P} hombre Plll'(le obtenl'r pOI" sus accic;ne¡d I:"tl' 1':'; 1'1 plan>r q:w ;-'1' ,,¡cntp 1'11 medio (h~las mayores vicis¡[Udes dI' b "ida, i (·°1 !a IIHlcrtr- mi~m~, cuando nño ha obrado ¡¡Í(\l., Cll,lI fllt' ¡';;',l hll'i'1a ll"r mal::!;ve; tan ~f"~f.'n0;' ('~ rnr-dl') dr lo:: ~c crn.('il."·,- "nX:~'_21~h;: .:1;-(té!.::1'" -28de ltU~,OOO de lIIirtircs qne dabau cou guslu i"llSvidat; POI" confesar la verdad? Et;ta fucrza era ÍJnicamente el COIlH}Jl" cimiento, que teni~J1 de (lue ourabau bien, esto es, cliIasalis" faccioll que se f$petil1'lentai qne apénas po~emos de6tiir. J qué clase de veñmd. era esa que se afirmaba 1 se sellaba con la sangre de tantas victímas que perecian bajo las malles crueles de la incredulidad i de.la obstinadon? Esa vCTda~ era la misma que había sido olvidada por Jóshombres, i que 1mDiosTodópoder~9 hizo4ué fuera restablecidacon~ll!adi1idode su hijo, el Redentor del mundo ,:' :..~ iOh relijion divina la del Cristo? por qué tel'ítraes' las simpatías de los que bien te' conocen, por qué dejas vencidos i siu eutrar en combate á los soberbios i obstinados que illteutan derribarte del trollo qlle tau majestuosamente ocupas? Por qué? porque eres la verdad, porque en tu seno se hallan la>; delicias de una madre que brinda á SUs hijos la 'villa, la felicidad i el consuelo •. iDivino Salvador! ¡clllÚl grandes han 'sido 108 re>;lIlt:ldos qlle tus doctrinas hall proc4Icido! El ~llnC:lH¡.~ra escl.avo i ahora es dl;lciiO de, sí miim?, porque. ~~[~cl SUCIO velo de las paslOUCS ~ue lo tema envllecldq, porque .te";eÍ}. éJ.h~i hombres, pre.ciso esCqueconozcnn que hai li1éritó Fd'emérÍto en sus acciones, precisQ es que recono7. can que hai un Dios i qne es la justicia Divina. Que se presenten un San Pablo, un San Agu>:tiu i que confiesen cuál fllé el poder que los hizo trocars~ de tigrc/; i c.rnclcs pcrscp;uidorel:l que fueron de nuestra relijioll en mallsos corderos i dignus sCTvidores.peCfla: . Insensatos luentirosos, sercls'hlselll:libles cOIlOcwilurique touo un ~er Supremo se sacrificó por sacar á 10& hombres dl?1cITor i em;eiiarllts la verdad? sercis tamuien iudiferentes al grau poder que el/a da á las creaturas qne J'c!o1'petandoel don celestial de la palaura se sacrili¡;,lll <Íutes qlle mentir? Sereis lila>; obstillado>: que aquellos lllle fr.eron euellligo"i aClirrirnos de la verdad mas pura i qlle luego Joblegaroll su cabeza cu presencia de ella porque la encontraron ·intachable 1-.No, 110puede ser que vuestra ceguedad sea· tan grautle que llegue enteramente á dcspreci'lr ese lenguaje tml propio del seutimiento j que la conclellcia pide con tauta ansiedad. En {¡II, seiíoresj siendo la nrdadlaqne pone en bueu pié nucstra>; relaciones por la.- palabra, qne sea ella la q 'le :;iemprc se haga oir en \'lIc"tms lahio:;, que ella sea el objeto «e todas vueHra!:> illvcstigaciollcs para llue lo!:>cOllocilllil'll108 ::leeleven (~ada dia á Ulla altwra Illa)'or, para 4ue la sofiedad "e nos !'1"l'SCJllC'"'ara, sin di¡;li"a:r.al¡'¡;IIIJU,i para IfUl' el 1IIIIIIbrc llIiraJl(lo Ú la IIH.'lItira COII el dc",d'~Jl llUl' ella 1J1('J'cce, C -~ndigno (k los laureles COII lJue la \'('rdad pre (1uc ha ~abidu lllalH:jur biell su palahra. f'ca lo coruna SJl'1ll' IIe €licito. VIII. SOBRE f.A )'AnT1D.\ ))()JlLE. Sellores :-Nada en el muudo, que sea obra del hnmbre, es ui ha sidn perfl~cto. Todus los dcscuhrillliclltos, todas 1(\>; invendouei', i para cOllJ¡ln'IH!crlo todo, din'lIlO>; qHl' cuallto 1'1 hOlubre ha cOl1Jhillado ha tcuido sivlIlpre \lila illhncia, Illla edad de progrc,.;o i por fin la vcjez lllll: ya acolllp:u-lada dc la decallellcia. El c()JucrcÍo, (Jl¡(~ e:,; nna iU\"l'liCilln d(~ lu>; Jllwblos, hija de alglllws poca,.; art(~,.; <lllc >;c fllcron descll' briclldo, se fué allllH.?lltalldo i dilatallllo COII aquellas por UII JlO lIlIli Ih1itado niÍlllCrtl de Ilaciouc>;; illlperfcda al principio, las traw;acciout's no compreudian sino c:lI11uios de efcctos, que Illuchas veces era iUlpORibll' v('rilicar por la dificultad que á todos Jlos"asalta, de ¡¡jadcs prt'cio ;i las cosas sill ulla Lase que sirva COIlIO de p\llltO dc partida, cual es hoi la mOllcda. P(~ro luego la elaboracion de las millas de metales pn~ciosos que se f¡lcroll encolltrando, hizo arbitrar clnll/llt'rario COIIIO \In medio de camhio, i con (~sk 1I1edio se ftlCi[itaroll COJl:;ilh'l'alJlelllcIlW la:; traw;acciou<'s i SP ayudíJ ;1 polIel' el comclTio en el grado de lH'rli~cciou~lI11ie;lto ell .que se l'llcuclltra ]¡oi, (LIle e:; mirado C01110 \lila cieucia <lUl' cxije larg-os estudios i COllsiderable Sllllla de cOllocirnieutos. Eu elpcto, quiell Lu,:ca ~;II fi)rtUll<l eu esta cal'!"cra, se dedica al c¡;;tlldio d!! al12:1I110,;rHmosde las matemáticas para ser t¡lerte calculista, abraza la (;pop;rafía, la l·::;tad:stica, la Ltji:dacioll mercantil, las leuf.!,"lIas de las WlI'ioucs mas eOllwrciale,; i ol¡-;.!,; no poco cOlllpliGldas t¡¡reas, qlw lo di:,till<2;au de! ,;illll'le buhonero; pero lwi 11II:l cieucia <[lIl' es tCllid~l 11lIi COIlIO la lila,.; illl)lortalltl' eutj'(~ Lt,.; <[lIe cOIl;;til!lYt~1I la cdllcaciou l1lerc:lIl1il, la Tt'lI(~dllrja de Ld¡ro,;, ~;lhre ella ,"Irsa lllll',.;tro ('x;ill1"u, 1 ¡.lobre ~lIa me permitin'is, Sl'l101"'8, (lile h:'ga ullas I¡ren.'s obscrvaClOiles. La primcra parte dc!lll1l111lo (IIH' COll1t'lTi¡', tra:'l'0rt:lllllo de cilldad ;¡. ciudad, dp U:\CiOIl ;'1 l1aeiou los arllclllos de C<lllllJio fué el Asia, La .\rabia, el Ejipto j la Fcui,i;., Sl~ call1uiahau sus artíclIlos dcsd~ los tielllpos ma:; I'ClllotO':, Los Fenicios, hO!l1hrl'., tan <':ollocido:-; por ~1l la\lorimid;¡d i l"'lllritu d\' elllpresa, .I"S('O,,;O,,; dt~ Cll;IlH'('I' (ltras )l"rtl'.~ dl,l glolJO, i dI' propagar el cOlllercio, fueron Io.~prillll'ro., qlle slll'CarOll l(l:~ 111;11'1''', i;llhn'[Io11i,"lldo,w al I'digTll de lo., IUllil,!l's ¡¡;1I1fr;¡ji",.,. iH\l'lll<lrllU la !J:.!\·"gaciuH, d-e 'lile talllu::;l' 1I1¡lr<l\illa hui tud,,· -:30via el muudo t'III'·W. Esta estupenua ill\'ellcioll que ha p••sn· do al traves de 35 sigl~)::;, le dio alas poderosas al cOlllcrcio, con las cu_all'l>,tOll!ó~-l¡n!l faz;\ que lIadie podia creer llegara ell el siglo ('Jiqn~ii\'o sÚ oríjeu. CUlI la na\'egacioll el mundo se dilati>, seéfísallcharÓlI las relaciones, ¡toda lasqcie~ad, crC'audo IIcÚs.iua(les i destl'u)"clldo ob¡¡~áclll()s par~8a~ t1sfacerlas, se ha nnculado con los estrechQl!l lazos dellllteres, hasta formar hoi casi una ~ola comunidad, Ó Ulla sola nadon Cn <Juc ti,>dos sus morador~8se al1silfan mútuameute para la satIsfilC~lon de esaR necesHladcs. A este punto 1108 han traido los Fenicios, (pIe multiplicando cada día mas i mas Sil!';viajes, arro;;¡tranrlo multitud de inCOn\'ulielltes, consiguieron dar la vu~fta á la Afriea, de allí se dirijieron á Alejandría, luego á Roma, i así sucesivan)('llte tilel"OlIrecorrien(lo lugares, i dC'jandn selllurados cn ellos los jérmelle¡;¡ del t•.áfico q 111' no tardaroll en n'producirse en toda la F.uropa. _i\pénas se hubo estendido el comercio en toda la Europa, todo se puso en;movimiento i Cil una ajitacioncontinua, todo c:lmhii" i tomé) nueva forma el lOlltinente ElIrop~Q. Las artcs,.Ias ciendas i cnjellcr(\1 todo progrcsó, i 8e et-emá tlln alto l"ango aquella parte del globo, qlie pronto vinoá;ser la señora_ del mundo mercantil. Pronto radiaron de'allí las Inees, er-trabajo i las riqIH'7.a>;. Impulsada con los elementos poderosos con (lIle contaba la Europa, la eivili1.acion hi7.o cOllquistas rÚpidas el! lo>;cuatro sigloR que nos quedan atra::o, tl'asf()nllalldo la faz de la tierra: mil selvas {¡lItes vÍl:jenes son hoi ricos emporios de comercio, mil rios solitarios son hoi el asiento de millares de habitantes ambulantes, mil tesoro!;, mil bases fundamcntales de mil artes, de mil inctustrilUl-boi, :illtcs eran troncos indiferentes, iní·ules piedras á. los ojos de los indíjenal'l del Nuevo Mundo. El descuhrimiento de i\mérica hilO tomar inmensas proporeioncs á touo cuanto tenia relacioJ\ con el comercio, ofi'ccici1l1o :í las trans<1cciones un dilatadísirno C:\lIIpO de operaciones, una fuente illagotable de nuevos ueseuurimicntos, tIc preciosos elementos para las artes, de necesidades, en fin, que activaron la industria, la locomocion del habitante de la tierra, í precipitaron la realizacioll de asombrosas ideas que hoi I\OS ofuscan para echar llu(>~tra mirada al pasado. 'ral es el n.e/o que lleva el progreso. El Europeo desentraña del uuevo continente las riquezas encerradas cn él, da vuelta al mundo COIIsu;; nue\'os tesoros, camhia el víl:jcn fruto por el labrado metal, ó la piedra tosca por la prensada tela, i vucla fa falua de los Potosíes, las Califomias, las rejiOlll's de los palos de tinte, de' las bellas maderas, de las plantas medicinaie", de le_spiedras prcciosas, de la cxhuberante \,ejt:titcÍcn. h !;1Il1a nll'la d (~:o;pll'ituI"llIpr('JI(ledo;', j 11("1](;"; ;;'!l:í tr,ltauda ti., J"asg-ar 11l1l'yn,,:\"1:10;;: ;t Jo~ f;('crdtJ', dt' 1:1creaeiOll, ,;alvand\l L,>ó di"tanci,lS con illrO!llpreH>:ih~p" :1g('llt:':-:dt' colllll· nicacion i lanzando osadamente nn guante al por\·ellir. Estas elevadas consideraciones nos hacen de:;ccnder á conocer la necesidad creadora del arte (le Hé'yal' las Cllelltas de Illl c,,:pecuJador, arte á que al fin tenemos «jU(' u,.;erihirle sI. coutinjeme podero~o para la realizacion de las grandes ('lIlIH'csas que acomete el hombrc, por descansar tcdas sobrc Ull c:ti culo simplificado,al alcance de casi tudas las intelijencias. Sin fijar la época del de!\clIhrilllielllo de t'st(~ artl", pnr C¡lle él se pierde i l:lC escapa á la illyestigacioll del hOlllbre ell sig-los mui n'motos, rClldiremo,; elllOuwuaje debido [¡ jos 1ll011ta'leses dt' la LOlrllJanlia de los siglos 1:~í 1:3, lo 1J1i";lllo(liH~" IOf; gcno\'escs, vcncciallos, fiorclltinob i otro,; italiano ••, ('01\)0 los primeros que tuyjerllu la gloria de lll':jorar el arte de 10:4 cambios iuvelltalHlo la partida doble, i ;í la lllglaterra como la primera llaCíOll que principiÚ á haccr cOllocer su,; utilidadeso Dios, gran,dc i previsivo, al echar al l111llldo311 Hechura perfecta la. dota i adom<l de inteli.iellcia i de l'a1.01li le da 1111 alma grande i sublime como su pellsanlil'lllO, para que pueda vivir i hac(r uso de tod/;s los m;'dl'1i' líciws 1 COll\'elliclI{(>;; que puedan cOlldu.:irlo :1 Lt f('!i •..idad nmpldao E" así que Hn~ desV(dos son por Sil cOlllpl"la felicidad; jll'ro para S(')O dichoso, para hacer l'I lJiell, para llenar el íill hudable de la ambicion, el e;;píritn debe estar e"-cllto de innecesarias 'l.O'LObras i Judas. Esto fué lo qne gni{} á ¡os primeros grandes f'mprendedores, á quiell'~s tanto (Idlc el progre:;o material de las lIaciones, :í crear lllHI ciencia (lile alivian •.la memoria, alejara las dndas en 1M c:'dculos, i con cllas t:lnlas ¡]"¡,\COllfia1l1.as, tanta>; inqnit:tmlcs, (lile ,;011 \liJa ll'Il10ra fatal C!l la CO!lSllwacjon dI' toda /'Illpresa. Las leycs dI' la naturaleza 11(,;; impollen e1traha.i(' para llIit?:<lro s"~,lellilllicJlt<); los csfuerzos de 1IH<'stt'aiUlcli.ici\(·ia, 1;ls y"nl'l.ias de la f'lhIC:lI'iIJH pr',ctir:! ti('IHf('1l ;í :llnnclltar IlUt.',.;tI'OSIlledios de accj'»l j ha,'!.'r lIe\'a I!¡>!"a1" caloga «jnl' p:ravita !\obre lIosotros, d:í ndollo;; la Hu\'(> para la acmnnlacioll de biellc;; n'ales que h~lIl de ~'ervirnos como asiellto dt:' descanso (:Il la carrera dI' In :\llolcsccllcia j de la ¡,\cnectnrl. Las leyes hllm:lJIaJlas !lOS protejl'i1 cu el gocl' de flul'slros adquiridos bienes; peru para (11.11' esta prott>(:CiOll SI' llt>ve Ú eli'cto, f'S preciso que haya la c.itlellcia dt'! del'l'chu de propiedad, i /',~ esta eviucllcia la <¡lIe se ha querido consulta!' en h 'I'elledllri:~ dI' lihros, (:vidcll('i:. de qne se desprr:ndieJ'oll otras IIIIlCh"" v.'ut:'j:¡..;; aS'I, elh eU:;f'ii •• '" 1ll'.jor IIlHlin ,\': det:lllar el ,kredu de pJ'opil'd:Hl, i ,.) ¡j•• I'()"'-'Sillll. ('<:11 -321:'1prccil'o "i"trma de :lIlquiri¡' o~jeto8 de \'ulor; de atestigna¡' la variedad de (~ompr()llliso:; de los <lemas para eOIl UIlO, i dI' HilO pam con los dcm~.;. cn IIlla palabra, como mui hien dijo UIl célehm l;:1)nt~a"'fs la Teileum'Ía de lihros ~~ espejo que ,représ~ntli alJlómbre en todas sus proporciones, ¡'W~ll~e en él están'(lelinli:ÚJas todas las operaciones de 8UI!\ nego~,: i e,s tan fieLespejo ante la lei, que la cvidelH;i"ª ocularindcluís veces tiene que ceder :< la {'videllciadcl ~~lo.. Uno de JQS medios de lIev.áljl08rejjstrosq)tn;ercialcs es el-y~ enunciado de loajtalian&, que_consUt.te eri~'i~jistrar l¡lB_ cueiltasde toda espp.culacioll que uno emprenda, con.t8Ida~ ¡'idad, precisioll i concisiOll, qu~ en cualqui~ra época pueda nno darse cucnta~~stado de todo~ sus negocios. Ahora mucho'tt'ellipo cuando el comercio de 108 hombres se cnco1¡!traba apEhas' prillcipjando á. recibir sus mejoras, no 8e llevaban sino lijeros i confusos rejistros, tall~o d~ 108 e.tcc10& Jlu~8e compraban como de los qu.e se VCI!4ian. 1 un libro en que Be abrían cuentas simplemente á; las personas con quicues se negociaba; este modo dc llevar. cuen~8 se ha )lamado Partida sencilla, Pero á pl'opol'cibn queladvj~~c}D, fllé invadiendo lo!! Jlueblos, elcomercio sc 1ta.~oatltriérlln.1ldo-, ~.~_fr~~~i~8~r~ead~-~IÍS::;:[lald~&~~bi1id comer~ No -está léjosde no;,otros el tiempo eu-que eAte Ristema cm mirado como UIl lalwrillto incstricalJJe i á fuerza de escrihir grandísimos volúmenes para csplicarlo i desl'nvolverlo, lIegal'On en \;el. de enseiiarlo á cOlltimdirlo j presentar Sil estudio á los j{,veues como una. emp~AA-par.aJa c-ual8C-requcrian eSfllCl'7.0S de intelijellda; i«Sonstantesia8i~~aj9M materiales. Tales dificultadc!:! desalentaban al mas: '-mante (le los estudios, j Re presentaban como una barrera ineRpugn:tllc al que prctendiera penetrarse de las Hntajas dela contabilidad. Mas, toda e8a confusioll del arte ha desaparecido, ¡lió! le encontramos claro, fácil i accesible aUll para las inteAijendas lIlcdio('r~s, puP;;to que CIl poca:> reglas i con el coiiocimie/llo de llll ;;010 priucipio descubrimos todo cuanto el'! llcceilurio saber para entl'aI'~Il __ el ~eJlto de las varias partidas qu~-cQñstituyen UIJa contahilidad. _ Por medio de este ¡.;istcma, {~Il cualqui€r momento dado el comerciante casi á un golpe de vista },jobre sus libros sabe en que estado est-án-iflls Begoc-ÍóR, .qllé. poaéeó de qué puede <Iisponcl' para acometer .'mll . -empresas: ventaja inapreciable para el capitalista, á quien muchas veces lo grueso de su ea· pital aho~a 811 cálculo i le deja cie~o para vel' aquello qne le cOJl\"clldl'la ejecutlu' con propiedadcs cuya existencia tal vez duda ..• :;t'ria imposible q\le sin estos rl'curl'lOS que 'slll1líllistl'a1t los libros de cOlltabiJiJad hicn dirijidos, el comerciante pudie,ra e.m~~e.nde¡' 8\1 c?-rrera sin ir cspl~est_?á ca!~mi1ades infalibles ~~_l'!"ovclldflall de la falta ~rec1J;@rdo ell -16s lIegoci08jÍ de coñsiguiente, la facilidad desufrít-_equi'Wcacioue~ al examinar los valores de -las cosas, sin t~llci' luego á donde recurrir para rectifrcarlas. • Pero se ~ 1ir~! ;que CÓ!'l0 hui lllultitt;HI de l'en:Ollas <1~lC hacen SU8 10&,1 'neViUl-lmS:;,C1lentas Slll someterse al 81St~a(ie -"ingohablando, - i que sill cmha.r/!,"o e:o<aspersonassost1enen su crédito j--aullIentan !;u capital? \ esto pudiera responder dicicndo, que se examinc <!e(e11id:llll"IHe t:'J cur;;;o de sus nep;ocios, i i;e llotar;í (I'~P9r ;1lgll11 ti,'m!l0 marchan hiel!, ¡wro Ileg:! un momento C11 que se le~ complican sus transaccÍmwfol, i ~us llegocios llegan á cierto estado del CHal no podrán pasar; i si su capitar se aumenta, HO es de ningnna mañera en la misma proporcion cn qne se acrccerii1 con el ausilio de la partida doble .. C@~iderimdo m partida doble h;\,jo :m ill!1nencia !lloral, suesfQji6i..enJtivo SOl! ille~tilllahle!! i de grande importancia para Jajuventud, por qne ella inculca i graba en d C()!'UZ¡lIl el respeto i consideraciones quc dehemos á los derecho::; de otros •.•pril.lell?ios altamente morales, con los cuales debe fnmi'lilU"izQrse todo hombre, por !lne elloH cnSCllHn la conducta que se aebe guardal' COll 8US dependielltcs i la,.; dt'll1as [ler80nas que ayuuan en los trabajos mcrcantiles; impide fi'audes i dIsputas, ¡;cfiala la justIcia, el hOllor i la honradez, cs el fanal CODstallte que indica la fru~alid~d., e}!H'!'elltle conse. Jera-eontl'a-tosrulilOlloS efect9s del de~pdfuxro, la e:stl'a\'agullcia--ó el aJr.mdono; por último, le da espansioll al c,;píritll, i ha~-e entrar eJ/ el camiuo la IÚjica á ta mal dirijida vn!nntad. Para mí tengo qnc e;:ta cicucia debe ~Cl' 11110 de 10>:: ramos de e(Iucacion que dl'sde temprano dehe inculcarse á. la juventud, por que siendo una aplicacion de los principios mas elementales que se ahrazan en los <-~olcjios,Yiclle ;'1 ser llll poderos9 inccl1ttvopara proyocarla á mas rleHHJo rango de líteratuni deinst/'Uccion g-encral. . Gran fortul!:l_ es verhoí qlle' ec8te ~~sanUento felizménte cOllcl'bido por los jefes de lluestrO E8~cimi.ento o •• oti'czca enlosjóvl'ncs. qne 1108 he· IU~ oCQpa40~Aa ~ontllbilidad en nuestras tarca" escolares, otws_ tantos entendiInieutos diRpuestos COI! ardor á recibir J08:-pÚncipios de las artes i ciencias quc 80n dI' lilas Útil apli· caClOll en la carrera de la vida. - ue lle dic!to. -3.t- IX. sgnnc t.A AIDn.U T LA RELlJIOX • . La moral se:ha definido con mucha propiedad, "la ~iencia que gobierna á los seres intelijentes i libres, i segun la cual se caracterizan en sus determinacionJ¡:S el bien i el el vicio i la virtud; lei natural.independierite de toda iostitudon humana; lei relijiosa que crilana del,Lejislatlor :Supremo; lei obligatoria qu e 10 elJ por sí misma." ... Sin la Moral el mundo seria un caos inhabitable; la sociedad humana no. seria mejor, sioo áutes peor, que la sociedad de las fieras~l~que arraigádo en el hombre un sentimiento inmoral, s·f';hace mas.temible que el mOllstnw mas feroz; -el hombre alejado deun sentimiento jeneroso innato á su espíritu, deja dc ser hombre para convertirse en bruto. Sin las leyes inmutables que la Moral ha establecido i· que se cumplen por la conviccion de su bondad i de su con· veniencia, el hombre seria hl mas desventurada de las criaturas í Qué seria de él entregado lilH·emcnte al arranque impetuoso de sus pasiones? Las leyes de la }Joral son con9.UlJtancÍale&.con la humanidadt son invariables, i es por eso que si por vcntura se relajan ó pervierten á causa de ltls vicios i desellfrcno de las pasiones, nnnca perecen, siempre revivcn con tendencias naturales á ejerceJ' su jenuino imperio; i por eso se nota con frecuencia que pueblos dellviados de la virtud, vuelven sin embargo al camino dd honor i de la r~on, pata emprender uuanueva vida enteramente contraria á la que habian llevado. Las verdades quehoi reconocemos no discrepan 'en nada de las que encontramos consignadas en todos i cada uno de los libl"Os·de la mas remota antigiiedad. Echad una ojeada por la historia de la Moral de los pueblos desde· tiempos inmemoriales i v~reis que siempre se ha conscnado tl'ansmitiéndose de jeneracion en jencracion hasta nosotros para hacernos felices. A la I\loral, á estas leyes imperecederas h"1'abadas por Dios en el corazon del hombre, se debe el órden de la sociedad. En efecto; las leyes que el hombre formula 'i(ln buenas si se ealcan sobre las que constituyen el código de la Moral, i son mala¡; siempre difieran de estas; i con razon,- pues las leyes de la Mora Rpn todas perfecta:i. Resulta de aquí que cuando se imponen leyes que chocan con el buen sentido de la mayoría, la sociedad se desquicia, i una sublevacion jcneral de los espíritus se deja sentir inmediatamente; i ¡.;ila fuerza creada por los intereses <k los pocos, trata de reprimir esta !o:ublevacion del sentimiento moral, el choque pro- ma'. >. 3ue - a5 duce estragos espantosos i despierta nuevas pasiones, ue las cuales vieae á participar la sociedad entera; i dividido ya así ~ll-pa~, no en jentes que defienden JaMoral i jentes que la ataea!l,'t!lino eutre dos partidos que ~Dden .•• ctiv,ªmente,l66,iQtereses que les sujieren sus paeif.Ues, laanarquii1 i el desconcierto se, difunden par todaa'pa~8; 108 comprojnetimient6$ se ~,~~lican ; 108 odios se encienden, i estos ~ales Bue.len-durár fi~ enteros. Si esto no fuera ~si.no ~abria !~:!~'l~;~.~~Q h;abria esclavos, 110 ~abriBV~tlm38· m'.VletlinuRm-, .•..no 'l1abna esas monarquias, Jerarq ~ias , aristoerlWia8 i oligvguias, invenciones de una p()mpa vana, de la ambicion bdel orgullo, 'que aolo sirven para desolªr;Ja tierra, para mantener enl6;'ignorancia *n la miseria á ,las nueve ~éeiinas pa~es ,de la pób!ac.ion que,:slIfre j cosa increible éul<;~renslble! con cFlnllnal reslgIJaClOn, §.l robo, el v~!Jamu,t;,rte, ántes que parar!;e todos COIDOun sq!o hombi! '~ural' las leyes imprescriptibles ~ la.~ 1 los derec;hi1Iique ~Uaeoncede á cada uno -de los mdlVlduos de la e~'pe~ie,humana. '¡ r'p:~ea i de dónde provvne esta humil~cion de los iíu4ií¡q~,~l\lA~ar-$e arrebatar derechos que la naturale-¡a miSma'lefltia~@@1,.,~.,~~aso por falta de luc~a~ lea enseñen á.cQnOCét l(r¡j~cl1os que tienen en presencia de Dios i de los hombrcsl Ah! hoi en medio del llamado siglo de las luces i del progreso intelectual i material, hoi apénas se palIan ménos conculcadas que álltcs las sagradas leyes de la Moral por muchas de las naciones que impropiamente se apeUid~j:ivili~adas.~En~ll.,.,,~xiste en vigor un derecho de jentes=tqltQbioso. Laesclavi~ esa mOU$truosidad, ese inri que a~n~a j degrada la htlmanidad, se encnentra coosa· grada eu..,jeódigos; el patíbulo i las penas que imprimen marcas in~les, son el altar donde los tiranos 'que hoi oprimen á. pueblos dignos de mejor suerte, rinden adoracion á la liarharie. Esto es quebrantar las leyes de Jesucristo, quedljo: "No matarás." Desgraciadas las naciones que caen bajo el azote de los que hOl se titulan Reyes ó Emperadores; desfP'aeiaa.~JiIÍ, ,porque su 811crte--B8tá. pendiente del capricho del nrlUlD;'.,su séquito i de 8U8aduladores, que venden sus serviciosá~ne de orjías i festine8 i se chupan la sangre de los pueblOS'i:. embrutecen. i De qué medios, pues. ha de valerse la humanidad para salir de tan espantosas· ti1iieblis, i tan oprobiosa condicion 1 Estimo que los medios ordinarios no tienen eficacia, puesto que no han sido suficientes para introducir ninguna reforma en esto. Vemos que las represalias son inmorales i contraprodncente8, así comottJnbj~ in'" procedimientos que dil:ta la ,·ellga1l'l.a, la ira i las ul:lllas pasiollcH. ¿ (~ué l'ewcdíl1,. pues, si "emos que de este modo 110 podemos consegui¡' lo que del>camos, COI/JO lo IlIlIcstra la historia de todos 108 pueblos, lSill~ áuth; p~cl cOlltrario,perpctuar el mal1 Solo hai un rcmedio,'si se qu,icre hacer un bien permancnte á la hum;lllitlad: es, instmir i moralizar las grandes mayorías. Ilustrad al pueblo i lo vCI'cis 1Ieno de vuluntad, simuItaneítladi prudencia anojarsc l.:ou,vi¡.¡:orádewnderi sostener sus derecho;;,. sin dejárselOJl.~.I~batal· por los ambiciosos i .mmrpadores cuyo fin detestable cs sumcrju' i embrutecer para hacerse poderosos. - _ ~ P~ro si qucrcis, 86101'e8, instfl~ir i moralizar. al pueblo, ten.!rre¡s que_ empe;,¡ ~Ol' darle la.J11~ertad. Ella libertad, t~n deseada por la Jenciahdad, esa m<J,Jlu que para ser el ~IIlJel salvador del mundo ha atravesado tautos sig'los, i cuya ae(;ion se~estiellde' del uno al otro polo del mundo, haciendo temblar la tiranía, i llegando amable i jenerosa'á la cabafja del infeliz pro:icrito i dcllaborioso al'teS~l1O. 'lfo dcjcis errar mas esa palabra, aC(~iedla,cstudiadla. enseiiadla i pract¡cadla s,i quereis que el pueblo se moralice; de otro modo no podr(~is hacer (lile pi'o~resc i se desarrolle. Sí, es nccc,;:¡rio darle la libettad al pueblo, porque ella sola' c¡; la (Iue ticlle l;¡ virtud, como derivacioll dc la verdad, de dar ¡ilcrza, digllidad,jellerosidad, c.~pallsion; en una palabra, ¡\Idas las ,,¡rtndcs sociale;; ('apaccs de elevar al homhre al úl(!l~U ~rado de I'crf~'Ct:i()ll. Y () h,dlo l'1I la libertad lll! IlJanall¡ial flTllW.I·) de riqueza,;; la alUO PO)"{lUC amo tamhit'll la virtud, porquc quiero la Iclicidad tlr> mi patria, porque ,-eo que es el. estado en quc. el hombre CS, hombre, i Illas auu, cuando estudIO eRte pell,;amlCllto de uu celebre pells:uJor. "El bombl"i~ no e:l completo, no es todo lo que puc(le ser, ni produce t"do h qne {)uede producir sj!!O cn el <:stado de lihert::ul.". l\-¡,o hi·,'.i1: p:1Senl0:-i Si c¡w'n>is tI l~tro PlllltO. obra, si qlll:yj:,; edificar :';0_ illdestructiblP", tornad por base de·la Illond que lj¡¡!~rt'is cllse,iíar alpuchlo, [:.1rdijioll cri;;;tialJa elJ toda S!l ¡"nena, en toda ím ,'iI:jillid;:d, en toda su wa!.'.ilificl·ncia, i ténti'll("('''; no babrei" p¡~rdido de vista que la !:I'irtlCcioll i la illtdijCIIC¡,1 SOIl In;; hl'i"I11anaS jcmelas de b \ír~lId, ! '1';" In" doctr¡ll;:" dd cristiallislIIo Ron la:, qlle COlltj('Jl(':: el ;_',T:m depÚsito-dc luc(·s i de ra7.OU d~ dOlld,' radiall en din'ccioJl(''; di\"cr8as ese cúmulo de vi¡·tud.,,- in:lp •.ecialJles. t\JJ1\ll1UClIIOS; pero f)(·nu.itidme cJltre tilllto ql/e os dé U1m ueJillicioll. -" La RdijioJl, diCt: ull amor ilustrado, eSA :;;ali;;/;lccioll que tLlllWS á las nen·,.,ida.Je,; mas lllisteriosas del almél; (':se objeto d.· la" facultadus slIblimes de lllH':<tro espi. bre ftlndatllentos cOi/lple:"j" ni!''''!,';! (,Il\n"liill:llt,~ - :J7 - títu, cuyas aspiraLÍolles IJO podriau quedar satisfechas COIl"' la cxil:ltencia de un breve dia que media eutre la clIua i el sepukro. es en su nocioll mas jenérica i completa, la espreiltQ~:-dela6 relaciones que unen á ]a crifi'Ura con~i Criador, q~'e¡J1a'l.an nuestra vida presente con nlle~tro destino futl11'O, 'fue ligan el mundo de las cosas visibles ea n un órden de hechos sobrenaturales é invisibles. Vínculo de 1111ion entre ,el 'cielo i la ticrrJ!. ,C~ aimi&.lllO ticmpo ct nudo llIas firme i la prend~ de :olUiUZfl mas duradera i estrecha entre las sociedade&-hUDuuias." .. ,.... - . Vese, por estas definiciones el elevado Ingar ql1P respecto de la Moral ocupa la Rclíjion, i C;IIllO se ('~lItrelazan i contilUdell las do:; cn puntos impercpptiIJJ.es. Sil! embarg-o, no ~,ebemos perder de vista qne la Moral I;lede:,;prende toda de la rawn en tanto que la relijion cri:stiana es un dOll~lel cielo que nos ha llegado por medio de la revelacion, que nos l'vne en comunieacion con Dios i que nos ofrcce esplícitamente la bienave'íituranza eterna á 108 qile sigamos el camino de la virtud. Dios ha gmbado lSas leye,~ en llue" tro CO\'a?01l i mallifc!'ltado su poder i Sll volttlltad en la g-rallde ohra de la nuturaIeza;"i por-un especia] Lavor hecho á la humunidad.ha.;arreglado la conducta dc esta por medio del Evalljelío. Há-újado todo COIl tal ónlen,que nada ellcontralllOS ;<ullPrlhlO. El nm; comunica po\' medio de la :Uoral :>clltirnientos i ,-irtude:" i por medio de la Relijion 110'; enseii.a á amarle i recOllOccrle, nos da csperanzas i re:lÍguacíoll i Qué liino la Helijioll,de Je"ucristo detienc al bombr.e en el arrojo de HUS pasiones 1 Qué 'sino ella da consllclo al infelii mendigo que c.amina descalzo por entre los abrojo;; de la vida 1 1 q né en fin, SillO ella, da el último pan al moribundo i lo acompa"<l. hasta la tumba I Solo á ella .es dado tanto poder. l'Iillgllll filósof{) ha descollocido por un lllomeuto la 8Ublimidad de I:l biblia. EllIIismo R',IlL-;seall confesaba qu~ no h I(~iasin l'eeibir II11CVaS¡i¡erza" en su espíritu, i Voltaire (~llbrja 8H~ pijina~ COl! I;'tgl'imas a;-;-allead~l~; pUl' llll sentlmiento prpfundo de respeto. , 'l~OdBesto pnes, HO~ pone en claro lo que he dicho, esto e:::: que la RelUion i la Moral son h Ílnica fuente de la ycrdad('l'a d,"ilizaeÍoll. He d iell!'. x. ~OBlt¡.; L.\ UUl,\:-i!l>.\Il. Seiíort's: -. En el ól'den natural que las ~oricdad{'8 hau ~('gllido en d t:lIl';;U de lo;; ;;i~dos pil,ra pel'fec,:j'.l!1éW:W,nIJ'i:l::;!I<\II:sido la::; -3~causas que han contri huido á cste perfeccionamicnto; unas obrando de afuera hácia el centro, han prcparado el campo i estendido los conocimicntos humanos, otras obrando en sentido contrario ó como consecuencias del sucesivo desarrollo intelectual, han perfeccionado el espíritu del hombre suavizando las I:ostumbres i haciendo mas amcna i fecunda la vida social. La civilizaciolZ,paIabra que con tanta impropiedad se usa á cada paso, no ha servido en algunas partes sino para encubrir las maneras toscas i soeces .de algunos pueblos, q ne no conocian de ella sino su nombre; por ejemplo i por qué llamar civilizados aquellos pueblos, en donde no habia respeto por los ancianos, las mujeres eran miradas únicamente como trastos necesarios i en que los hombres virtuosos eran mirados como los mas iulimos en la so-· ciedad i .en donde solo imperaba el derecho del mas fuerte 1 No señores, tales pueblos por mas que florecieron en las artes, en la guerra i gozaron de algunas comodidades socialcs 110 pudieron pasar de bárbaros acomodados. Es que la Civili7.acioll está mas bien t'n el órden moral que en el conjunto de goces materiales. Por consiguiente, un pueblo moral es urbano i será aquel que con mas propiedad"merezca el título de civilizado. Permitidme, pucs, que os "hable de la Urbanidad que es el objeto del presente acto. La l"rbanidad es el arte de agradar sin faltar á las leyes de la moral. Entre los principios morales i urbanos, existe cierta relacioll que aun no alcanzamos á comprender. Son ámbas ciencias tan sublimes, que COI} razon se han colocado entre el número de los aprendizajes nccesarios para la conservacion de los lazos sociales que deben existir aun eulos lugares mas recónditos del globo i que son el sosten de todos los estudios que se pueden emprender i de toda clase de adelantos, ya sean físicos ó morales. Muchas de nuestras acciones urbanas se hallan ó tienen su orijen en los principios relijiosos ó morales, i pueden mirarse como consecuencias necesarias de estos. 1 viceversa, un hombre en cuyo carácter se descubre el aseo i la témplanza, tiene casi siempre una alma pura i un corazon bondadoso. En el hombre virtuoso se descubre á primera vista la jenerosidad, la tolerancia i la condescendencia, i es de estas cualidades que nacen los modale,;; apacibles i aquellos movimientos que producen cierto donaire que sobresale en algunas personas, i que nos compele sin saber de qué modo á estimados i á respetarlos. Si qucremos convencernos mas de esta vcrdad, fijémonos por un momento en un hombre, cuya -:l9nllkLa ó poca cultura no le permite conocer sus Jebcrc,.; ; (), en su ceguedad, dará rienda á sus caprichos i por bneuo que sea aparecerá repelente é insoportable . .La Urbanidad puede COD!~iderar8ecomo dividida en dos partea, universal i local. -Ambas abrazan el mismo objeto i conspiran á nn mismo fin; PU('s ámbas llevunla mira de haccrnos agradables 4 108ojos de los dernas; la universal señalándonos los principi08c;:o~unes á-todas lae naciones i pueblos del univ~; 1~~lócaJ,ehiieñátidonos cuales son las r-eg1as i ~quei'i~uobset'van en determinado pais ó lugar; i como ámba$- tienen el mismo objeto, es claro que tanto la una como la otra requieren particuhu í c;,;mcrada atcncion. Entremos uhora á examinar de paso algLlna~, reglas de las mas jCllerales de la Urbanidad, i que constituyen al que las practica esencialmente urbano i por cousigiente sociable. El1bombre dócil, amable, accesible á todo el muudo, comedido, de nn lenguaje culto, i aseado en BU persena, tiene en sí, por estas $olas cualidades el mejor titulo para ser acel?~~do donde quiera, para merecer una alta reputar ion i viVIr esti.riadOde todos. Por que i Qué importa que un hombre goce de las .riquezas de Creso i de conocimientos vastos i profundos sobre una materia, si 8010 por necesidad seJepúede tra~ar? L qué impofta que haya sabiduria, gi esta tieu~ que quedar encerrada en el que la posée, porque su jenio discolo. su lenguaje brutal, i su continente áspero i duro hace que todo el mundo esquive el tratarlo por no sufrido 1 El buen trato es uno de 108 principales adornos de qnc puedeg~ el hombre UrDan,~J consiste en aquella dulzura ue-qne ilebetnoa valernos pati-Y¡f JI'lanifestacion: de nuestros Pénsamientos para con los deplas. no usando palabras qne pueden ofender de alguu_ modo el amor propio de ellos. En todo cuanto concierne á la Urbanidad entra _la mujer haciendo uno de los principales papeles. En vano trataría de pasar por hombre civilizado i de cuitas maneras aquel que olvidase por un momerito la delicadez~ respeto i circ.unspcccion que es indispensable emplear siempre; en toda-QCa$iriri to(}a parÚ! i lugar. contq4as las mujeres;perteJiMcan á la clase qtie- perteneciel"en~ -TOdas merecen particular lltencion i la mas decidida ~oJidtnd i miramientos, ya por su debiiida~ física, ya .porsuinjé?1ita i con8ustanclal ternu-Ca; ya enfui~'Por que tenIendo como tIenen la mas noble parte en la educacion i en el recinto doméstico, i habiéndolas escluido la fuerza brutal del hombre de muchedumbre de funciones é injerencias que debieran cultivarlas i darles-DIaS importancia, es ju8t6 que las indemnicemos de algun modo de ese inicuo predicamento en que las tienen las sociedades. i-en _ -HlEntn'l1lOS ahora ('/1 otra (k las condiciollcs sin la ('ual (" hnmhrp 1I0 podria llJl'n'Cf'I' ('stimacioll :. hablo del aseo .. En t'i'lta partl', se¡lore~, que es ellla que se revela por de cirIo así, el individuo tal como es; es en la que tanto la hijiene eomo la Urbanidad recomicndan particular atenci.on; i ('n esto no hai duda: por que ¿ qué cosa eran Diójen~i Crates de la escuelit cínica, con todos sus preceptos i de~precios de las riqlleias? unos ellt,es asquerosos i repelente;;, "qU~f como decia Platoll, revelabansll orgullo 1,&J;lvanidad por ent/'e sns hUI'apos i su mugre j al mismo tiempo era11'1a.' mofa i el (';;camio de toJos." Es que (d ascn en la persona, cn el vestido, i C11 jel1eral Cll tudo :\(!llcllo (lllC lie!lc Ulla inmediata rela(~ioll con el individuo, c;; una condicioll (',;encial é inseparahle cid humbre i qne n'vela cierta pureza de costnmbres i las cOllsiderucioneli que se ticnen por la sociedad en qne vivimos; i lri:~nol;otrot'i ~x~limos tales cosas de los delDail, dehelllo¡; usar de reciprocida'd; pero no por esto se infiera que acepto el acicalarnicllto, 10:5 perfumes i ridiculeces con que algunos pretenden confundil' un porte airoso i elegante. '. • Pero detengámonos ya: para dar una idea completa de la Urbanidad i dc llUS numúroRaR ventajas, me sCl"ia forzoso agootar la paeiencia de mi induljente auáitorio, porqne sin duda, mi insuficiellcia IIJC haria diragilr demasiado .. H(' procurado tocar nlgnllo;; de 1m; puntos eOllcernicn\('s :\ e;;la vastÍsim<l materia, i asi mal tratados (:omo lo han sido, bastun para dej¡U"lJOSconrenccr del solícito intel'l'g con qU'e debemos estudiada i pra<;~ica.da. ,.,.. JIIl dicho_ XI. s()nnr; L~ r.E{)(¡R\FíA 1 L.\ COS'ldGR.\Fí.\, SC¡Iorcs: -Cualquier clojio que se hiciese de la importanqia_dcl~stlldio ,de la Geografia, por' magnífico quetue:w, nnriÓl' llenaria dehidamcllte el objeto. 1 aunque este estudio es 11no d~ 1m; mas útiles i trascclldcnta}es para todos los homI)/"es, ·el1 eual~uiera cstado,ftc la vida, no se le ha dado toda la importancia que- él mer~. Y~no mepl'Opongo ell cste momento demOstrar/a COI1 torla 'la }n('1(l('z (tUl' se rcq !líel'!', pues ¡¡¡u'a ello seria J1('ccsario una vasta crtldirion quc alln no he·tenido tiempo de adquirir. Así, pues, no debej¡; (';;trallal' mi rlcticiencia ('11 todo lo que dig-a relativanwntc al tema de mi di"('III'SO, -41- Entre todas las ventajas que !lOS presenta el estudio ue la Geografía, encontramos que nos sirve de auxiliar para una multitud de otros estudios mui importantes, i que sin aquel qued~ri3n incompletos. De qué serviria, por ejemplo, el C8tU· dio de la historia, de la política i del comercio si se ignora¡.¡e Ja-Geografía 1 Claro esti que de nada, El que quisi~s~ estudial' la historia sin conocimiento de la Geogr«fía, aprenderia ·á relatar una multitud de acontecimientos sin pouerse dar cuenta dedo.nde tuvieron lugar; el político se veria burlado en 8US teorlasvíéndolas á cada instante modificadas por el carácter que el temperamento i la topografía del pais imprimen f>n los pueblos; 1 pllr Último, el comerciant~ no sabria sacar provecho de S\lS especulaciones si ignorase cuáles eran las producciones tic cada pais. Pero no es esta sola su utilidad; adema" de iluminar tanto la mente del individuo que la posée, por las muchas consideraciones filosóficas que en él des1Herta, tiene una gran ventaja sobre todas las otras ciencias, i es, la de poderse estudiar sin necesidad de tener grandes conocimientos en otras materias, de suerte que presenta al jóven todas las comodidades apetecibles para emprender su aprendizaje con alguna ventaja. Es esta la razon por que le damos tanta importancia á su estudio. __ Pero ántes de ir adelante permitidme que os haga una breve reseÍla histÚrica de la marcha progresiva de la Geo~afia desde lo:>tiempos antiguos hasta nuestros dias. En el primer estado de la sociedad hubo gran diversic dad de opiniones mas ó ménos. absurdas acerca de la forma de latierr~, .pertl..Mbre todo RreYalecia la de (¡ue esta era un gran plano cit"éU1ar ceiiido por el oeeano, i euyas estremidades tocaban en IR bóveda cele!lte. Luego, hombres atrevidos é impulsados por las necesidades del cOlllereio emprcnd~eron ,naJ~s l~rA,"0si "peligrosos, tales como. los de los ~jipClOS, t Cl1lClOS1 CartaJlllenses, hasta que al hn por medIO de varias observaciones i descubrimientos llegaron á comprender que habia otros contiuentes i otros moradoreil. Los primero8 viajes de esta especie i de que hace mencioll la historia son el de Hanon i el de Ilimilcon algunos si~los ántes de la era vulgar; el que hizo haeer Neco rei de Ejipto al rededor del At¡·ica, i el de Nearco.bajo el reinado de Alejandro el Grande á las Indias Orientales. La rdacion de estos viajes despertó la curiosidad de otros pueblos que tambien emprendieron conquistas i descubrimientos, ha:>ta que al fin Roma completo la obra conqqistanda una gran parte de la Europa i haciéndose dllei'ia del Afriea i drl Asia. -4~En este estado quediJ la Geografía hasta el siglo Xl de la era vulgar en qne comenzaron las cn17.auas, i de¡;de ent('IIces se volvió á reanimar el deseo de los viajes. En los siglos XII i XIII Benjamin Tudéle i Marco Polo emprendieron e¡.;pediciones lejanas, i este último se internó hasta la China, rejion'- del Asia enteramente úesconocida de los Euro~QIl. Por este espiritu de empresa se distillguieJ"OJl particularmente los Italianos, los Portugueses i los Españoles. Pero no fu(le sino hasta el siglo XV que se vió nacer la verd~der8. ciencia Geográfica. Esta época para siempre memorabtepor el d~scubrimiento de un Nuevo Mundo, es tambien aquella en que el espíritu humano hizo con suceso los mas grandes esfuenos para salir de la barbarie de la edad media, i es de allí que data la rejeneracion de las ciencias, cuyos progresos aumeutándose sucesivamente i con rapidez, vinieron á estender por todas partes el dominio, hoi tan \ asto, de los conocimientos humanos .• Pero pasemos á la conquista del' Nuevo MUllllo, de este acolltccillliento tan singular á los ojos del filósofo, tan interesante al naturalista i que ha sido siempre la admiraeion de todas las naciolles. Hasta el siglo XV en que tuvo lugar este acolltecimien~ totanl!straordinario i de tantas trascendencias, hasta este siglo para siempre memorable en los anales del entftndimiento humano, todas las naciones de J:uropa, Asia i A frica estuvieron enteramente ig-norantes de la existcncia de otra inmew;a porcÍon de la tierra, de otro mundo distillto en born~r!.?s, en brlltos i en plan~. , .' _-iF _ Pel"O era solo al inmorfilt Qtistóbal Colon á quien~taba reservaúa la gloria de tantas-hazañas. El solo concibi\¡' desde Sll juventud esta grlllldios¡i. idea, la conservó toda su vida i ella es 8U historia. Colon desde 8U juventud se dedicó á la navegacion, i des pues de haber hecho un viaje al polo Artico, "á"lfls Azores i;', las Canarias, concibió la idea de la esfcrÍci"dad 'de la tierra i con ella i ayudado de sus pl"OfulIdos conocimientos en Geografía, i flun mas por el sublime deseo úe hacer inlllortalizar Sil nombre, venció todos los obstácu.los que se'p~esentaron i sc arrojÚ .por prim'erwvez en e!.J1UnCllesplo. 'rado Oceano, con rcsoluclOll de encontrar un Nuevo Mundo ó perecer. - Resolllci01l di,gna solamente de 'lIn corazon ansioso de gloria, noble i jelleft)so. El 3 de agosto de 1492 '..l!c~díí)Colon á la vela del puerto de Palo:s en Espaí'ta, i despn'cs de dos meses de sufrimientos i de ulla penosa navegacion, descubrió una isla llamada por los natllrales Guanahani i áquien Colon denominó San SalvaflOl', i el 12 de octubre, para siempre memorable en lo~ anales de la historia, América fué descubierta. - 4:3 - l'ranqneada la llave~acion por Colon, de todas partes irradiaron colonizadores i esploradores, i bien pronto se encontró la América poblada i colonizada. Pero no puede mé1)08 de causar espanto i dejar at<lllito á todo el qne contemp~c:.;p:orun moment~ las, cru~ld~?es empleadas por lo~ COllq-n18tad:ores ~on los ll~!ehces mdlJenas. Estos, atl'll101'1zmlo;; .fll ver un punado de hlJ08 del Sol que monta han corceles ve'oces n~l1ca vistos i que. hacian ar~ojar fuego de ws armas, no .podlan.méBQs que hUIr de esta tlCrra para buscar e~ otra un asilo hospitalario, i en Último caso ceder á los rudos gol---'" pes del tirano Espuriol, quicn cegado por la codicia cometia las mayores atrocidades cn cUlllbi"ode cOllseguir OI'U, Colollizada la América por lo:;; CSpalJoles, fué repartida ('omo herencia entre varias naciones Europeas; todas pretendian tener dominio sohre ella, pero alllli"mo tiempo no trataban sino de sacarle el mayor provecho posible i ue arraigar mas en sus habitantes el sistema de osclll'antismo i embrutecimiento en que se queria que permanccie¡¡;e el flais entero . . Trtacientos años pennaneciel'Oll el dcspotismo i la supersticiOll ejercicndo un imperio' absoluto sobre los habitantcs del Nuevo Mundo; hasta entónces la fuerza era Ja única J('i; la desigualrlau era tenida como uria rÍ1edida política i judicial; los privilcjios cstaban consagrados COlllOinherentCf!al sistema tic gobierno. Por consiguiente 110 había recíproco cambio de ideas, no se daba ensanche al espíritu, i casi nil1p;un conocimiento se teuia de los progresos qne hacia la civilizacion en otros pais~< Pero á' tantos años de 'supeisticion i servidumbre, ¡.juceden tambien dias venturosos i de descanso para los colonos oprimido!!. Los albore8 del siglo XIX comenzaron á descubrir que la razon se despertaba, que el entendimiento de los colollos oprimidos iba á soltar las fucrtes amarras de supe.!"stidon i servidumbre. EntÓnces, como por encanto, dCl'cuellaii· sobre la turba hebetada del pueblo raros jellios que desne el'rincon del" sus gabinetes discutian las cuestiones dp alta pol1tiea; se internaban en los adentros de la ciencjai .d,.bnu pagOl3 aV6Bzado8 hácia la libertad i la civili'Zacion ..•• ~ ' :t En efecto, poco -tiempo desp'u~fl se vió que los esfuerzos' i sacrifici.Qs que estos hombresftr'daaerari\ente patriolasi desinteresados hicieron, noJie:t.ftn infrHctuo8ÓS, plle~to que el sol de la libertad pOI' fin apñn!ciÚ radiante en el horizolJte, i hoi son mui pocas las colonias qne no reciban su bcnéfica i yivificant~e luz .. Los siglos siguientes al descubrimiento ue América fueron nna serie !lO interrumpida de descunrimiento1l bien im.•. portautes en áll1uos mundos, i 1\IagaHanes, Cook, J'ranklin i otros hombres intrépidos ernpl'ellllieron el recorrcr todos los mares i scntar de una manera definitiva las bases de la Geografía i la forma de la tiel'ra. Pudiéramos citar la serie de descubrimientos queSli efectuaron en este memorable tiempo, tales como el del ~o Pacífico pOI' Vasco N úiiez de Balboa (aiio de 1512), el del Brasil por Pedro Alvarcz Cabral, &~;pero seria obra larga é im-propia de mi pequeiía disertadon .... • COIl el descubrimiento de Nuevo Mundo, qiii impropiamente se le llama América, en vez de Colombia, las naciones europeas encontraron en ella el objeto de sus desvelos. I..•os Andes, esa inmemm cordillera que se estiende desde el Cabo de Horllos hasta el estrecho de Hclll'illg i se ramifica en tod,l la estensioll de la América, guardahari en sus entraiias inagotaoles minas de oro, diamantes, esmeraldas, plata &~ con qué saciar la codicia de los esploradores. Sus selvas es"taban ~obladas por una raza dotada de intelijencia, pero falta de actividad; en sus oosques abundaba toda clase de lliatlcra¡;; de construccion, palos de tinte, plantas medid~s &~ :En fiu, los europeos creyeron encontrar el EJen .. . '. A lastlilciones que hoi pueblan la América no les faTta mas que actil'idad 'para llegar al alto grado de poderi civiJizacion ti qne estáu llamadas. Porque, qué puede envidiar la AlIIérica á la Enropa,? Es acaso sn ciyilizacion? Nosotros valllOS pOI' ese caluillO. Producciones vejerales? A(lUí 1I0S sobran, i Ileuamos sus mercados con ellas .. . La América respira el anJbieute de la libertad, i su uombl'C reSUClla ya en todas pllriés: la Europa yace e:nJ~.(.)pl·e. SI011. J,uego nada podelllQs envidiar, i es de la juventud, que es la esperam::l de la pati'ía, de quien se debe esperar IIn porvenir bicu lisonjero. Pero permitidl1lc que 08 ha~a ulp;uuu¡; observaciones so·Me la Cosmografíu, por ser otro <le los ramos sobre que versa el prescllte acto. La Geografía matemática ó Cosmogra1ia se-ha cODeideD,ldQ.co~o. una parte iIlteg~ante de .la Geografla, pues siendo <ta que nos~eníleña las reluclODes baJO las cubJcs 8eeucoontra ímestro planeta con los dcrnas astros, i la influencia qne esws~jerce.l1. en cHa, no hai'"Jtú~a. «1ue nunca podríamos darnos razon ~ li~ conocimiento de ~iversidad de est<lciones, de las mal'Cas i meteoros attnosfá"icos i otra multitud de fenómenos que ticncn lugar. Tampoco podri~mos conocer las peculiaridades de los paises habitados poi" eL hombre, ni las ,"arias producciones de la tierra sin conocer la posicion que ocupa llIlCSW'Oglobo COil respecto al Hol. Este grall lllluillar _·t.:Jque I>Ccunsidera eorno el cClltro de Jlucstro sistema plalletario, es á la verdad el padre de la ,·ida, cOlllllllicaudo desde el centro del mundo donde reside, sllluz i calor á lus demas cuerpos que obedientes jirall á mayor ó nwnor distalH~ia de ~l.:para l'ecibir su influcJlciasin la cual JlO poc!rii111existirllc di/;ho. XII. Seiiores: - Al hablar sobre la mÚsica quísieta tener to das las dotes de un profundo pensador, para pulsar el instrumento mas delicado que puede ofrecerse á la di¡¡;na sociedad que me escucha, elevandu este arte con la majestad que se merece al augusto trono q\fe ocupa en el mundo ch'ili'wdo; pero ya q!1c .su illipor~anc~a s_e,hace .í'<clIt'_i.hlc ~lllll Ú los .1>(,_1"CS mas desprOVIstos de CIenCIa, I a las lIlteh.lCUCHll>mas 11..1!l1tadas, permitidrne que separándome {¡ veces del terna que parece mas apropiado. para esta ocasion, eche ullaojeacla sobre los progrcsos hechos por estc artc imblime, arte in¡:;pirador, sin esperar quP yu pÚeda dejar í'<ati"feeha mi tarea, porqnp; para llcnada debidamente mc l>icnt\'li'in /¡ll>fuerzas nccc8a1"la8. La música, se¡"¡ores, tiene no sé que rclacioll con la palabra musa, i seguramente por que los antignol> atribuyerun este arte á las muSas es que lleva este bien conocido nombre. Aunque es cierto que se asegura por otra parte que ('1 célebre 1.'crpandro, unos seiscientos arlOI>ántes de Je"lIcrií'<to fué el inventor, de Sil oríjen solo sabemos que el hombre ha debido imitarla de la natllrale1.a; porque teniendo qne espresar SIlS afectos por medio dc las inflexiolles de la voz,por l/O conocerse un instrumento que hubiese nacido con él, los filJll'esaha por medio de aquellas modulaciones que se llamaron canto. Nohai duda que la música voeal existii) álltes qne la instrumental-; i es mui natural concebir tambien, que el silvido de los vwntos en las CUllaló\ú otroí'<tubos, Sil zumbido en los 8ubterraneos, i la diferencia de sonidos que producian segun el hueco por donde se introducían fue¡,;e la causa que dió oríjen á la idea de los insU'nmentos de viento. Sea l·'outi, el primer rei de los chinof'l, ó gea log dactilos de Creta, qnc vivieron dos mil allOS ántes de Jesncri8to,- i:lea ntalquiera otra causa á la que I>Casignaí'<e la invcllcioll de la música, es verdad que por doquiera en la naturaleza la C\l- - 46 - contramos, teniendo que ser sus prodijios dignos de la¡,;primeras obras de la creacioll; pero es mas que probable que este arte se fuese formando paulatinamente con el traRcurso del tiempoo • Las aves con sus gOl:jeos nos muestran en sus coneier.tos todo lo que pudicra apetecerse de agradable al oido' ;"C-O" 1II0agradecidas de haber visto ,el nuevo dia, acuerdan sus yoces pa¡'a cantar su gozo i anunciar al hombre, que puede principiar las tareas de cuyo trabajo debe procurar., su sub¡;;istellcia. Contemplando UIlOá lino los innumerahles objeto!! que nos rodeau, notaremos que en todos ellos se encuentran los sonidos; i la combiu<lciol1 acertada de los que así combinados forman UIl conjullto a¡¡;radable, es lo que constituye la armonía, esta armonía (lllC nos trasporta á considerac1ones en quc se pierde el espíritu humano. Pero sigamos sus progrN10s desde que el hombre la tomó de la naturaleza. Lasso de Henrnonc, PhiloxPlles, Timot8o, Phrynio i algunos otros hacrll (;poca ell la historia de la música, despucs de los tiempos de Homcro. Parécellos que estos (~élebres carabteresna.cierC!l!lpara SIIa,'izar con los done:; del arte mas arrobador, inspirando por medio de sencillas hilaciones de sonidos, á los espíritus mas débiles, trallf\formálldolbs en seres enteramente distinto,.;:, Sus nombres, en los anales de la música, se consen-adll al trayes de los siglos como homenaje debido á asiduos trahajos, cn que otros estribaron la ciencia. ].os atriblitos qtiC cn esos remotos tiempos se le daban, son los i'nislllOs que les damos n09otr08 boL J.~ntóDces era considerado este arte, tan necesario i grato al hombre en 80-· ciedad como al solitario. Efectivamente: no pudo inventarse otro ma¡.;ellcantador que conn'loviese tanto las pasiones, los >'Ieutimiellto:-\.El que quisiese negar la evidencia de esta vel dad no seria \l1l ser dotado de illtelijencia, de conocimicnto, de·¡¡ensibilidad ; en una palabra: no seria racional. 1 hasta el irracional :se conl1luey(', cede al impulso de la música. Por eso se reconoció su preeminencia sobre las demas artes, sien110 así que tiene hasta el podel' de curar ciertas enfermedades; la historia nos trae cl ejemplo del alivio que e¡;perimentaba Saul al soniJo a-rmonioso del arpa de David. Los ejipcios cultivaban la música, dándole Una importancia superior á la música fnerte- j-va.l'onil. La lira, la flauta, el sisll'on, el tímpano, son de oríjen ejipcio. Despues de la conquista de AIt~andl"O el Grande, 10"- Toloméos contrilmyeroll podel"Osamente á darle celebridad al Ejipto por sus exhibiciones musicales. Luego, el cnlto relijioso de los hcbreos l'cal"f.()su pompa c·OU f'Ha; i así ha ido aplicÚndose á O - las ccremonias relijiosas como medio elica'L tll' arn~j(U"eierto mistcrio, que tienen en sí las vibraciollrs de 108 sonidos ~'obre la conciencia bien dispuesta de los fieles creyentes. Los griegos antiguos considrraban esta como un dOIl de l~diot'les. A Júpiter le atribuian Rll in \'I~ncioll: Millcrva fué cnmdora de la flauta, ~Iereurio inventor de la lira; i Apolo, Baca, Pan, los sátiros i otraR di,'inidades inferiores contribuyeron, segun ellos, al perfeccionamieIlto ,i (lue llegó cn ni tiemp~. Pe~ningun pueblo ha hecho mas apreCil) de este artr que la Grecia, considcl';Índola como UIIO de los prillcipales ramos de educacion; no "in 1':11,011, porque todos "ent¡lllOS su poder dc l'scitar i di' reprimir las pasiolle,', d(' ,.;navi'L¡]rla:; costlunbres, i hacer sociables anll ;, los pllelJlos lilas :::ahaj(·,'. Con ella el gucl'l'ero pronto Ú combatir, ya IllOdenl tiU li¡ror, )'a cnaltecc su valor; eon ella, el p¡\stor h'llnildemcnte re·clinado sobre la peiia, (¡ cómodamente ahrigado por el uug'WltOroble, al son de su llantilla deja ipasarl insp.nsiblemente horas de ti'Ío i ráfilgas de ~alor, sos!eni('tlllo;1 >'11 bdD ("lit su atrayente instrumento á su manso i bien protl'jido n:ba,,(l; con ella, d cautivo, el desg-raciado, el mendigo, alijeran el, peso de las cadenas, apaciguan el dolor, o!\'idan las nccesidades: á ella, enfin, prestan atencioll los hombres, los animale;;, i hasta pa-rece que herrnos('r\ lo:,;IUg":lr(''':dOlld(' "('side con el aire de la armonía. No sin ra1.on lo;;; arcadios que no se averg-ot;1.aIJan d,> ,.;tl ignorancia eu las dcmas artes, se considL'ralmn deshonrados cÚando 110 habían adquirido conocimientos del cUlItO. _'Ierced á. esta inclinacioll, :>us costlllllhrelS feroces se -~Il,n'i'{.aron, i se mejoró su carácter triste i melaucIlJic'o. El papa Gregorio Magno, quc perfeccionó Ull mHodo mÚsico trasmitido de los antiguos gricgos,defipertÚ el gusto cmre los romanos, que_ alctal'~ados habian despreciado su;; encantos. i1 cuántas conquistas sucedieron á (·"tos primeros pasos! Guido de Arez'W en 1021 introdujo el pellt;ig'l'allla; i esta invencíon cqn la de las notas, por el luislllf.l, [1/(', l'I pa,.;o lilas caracterizado por el influjo poderoso qllc diÚ coutribllyellclo ~ lajeneralizacion del arte así simplificado. -~La época mas importante para la historia dc la música es el sip;lo XV, en que se adelantÓ cOllsidl'rablelllcnte la armonía, haciéndose notables en este ramo Guillermo Dufav, Juan Ockenheim; i luego, Juan Tinctllr, Antonio S(jlHlI"ciahipi. Pero es el siglo X V1 el en (}UC la música se tl'aslíll'lllÍ) en rI idioma mas á propósito para CRpl'eSar los mas r/clicar/os selltimientas del COl'azon humano; fné entólIces (11lC{/orcclcroll De-Ca-TossiR, \Virdllng, Isaac, i otl'08 flHC sns(II\'i"rol1 COl! -4~C.sfIH'¡'7.0"('~(" artc di\"illo. J'ale.strilla sciiaJa el principio de la época de la miisiea sagrada vcruadel'al1lCn(c sublimc i ¡-¡-IUiosa; desde entónces es la Italia superior á los demas paises en esta lillca; Discípulos de Palestrina fueron Azesio, (jiovanni i 'JarclJgio; i en Sil tiempo se hicieron uotabJCfJ Las • .,IIS i 1\1ons en los J>aises Bajos; Victoria en Espalia; Bird, Tallis i MorlcJ cn Inglatcl'I'a, i lIussler en Alemania. Ya hácia los aiios de 1590 i 1600 comenzaron á repl'esentarse dramas líricos; los esfuerzos necesarios para. dar á la música la elasticidad de la palabra en la espresion ae los seno timientos no contribuy¡) poco á una f.'lvorable trasformacion en el estilo musical, hasta cntónces poco libre, adoptado por los predecesores de l\lonteverde, el autor de la ¡'pera de Orfeo. Italia contilJuó siendo la madre de la mÍlsica modemu. l\fiéntras la Frallfia i la Alemania apénas aceptaban las innoyaciones vcnccianas, los Pcrgolese, Capana i otros célebres músicos se inmortalizaban para venir luego á ser admirados," cnan(lo se apercibieron de su jenio i se aprovecharon de !;iUS iuvpncionc;; las otras naciones qtle hoi apI'eeian el arte. Apareci" luego el siglo XVIII que fué de no ménos triunfos para la Italia; pero elltímces la Alemania tomó á su turno un vuelo ajigalltado dejando deMlcollar las sublimes illl;¡piracioHCS de los Rach, Mozart, Gliick, Havcln i Otl·os muchos, cuvos lIombl'l''; est(uI tan impresos eri todo el que arroja las jn"ilHera,; miradas sobre una cartilla de música, En el siglo ('1) que vivimos los ereclOs mn"ica]es en sus difcrentes jéneros hall llegado á una per/cccion que parece no poderse ya sobrepasar, tanto cn Ita]ia, como en Alemania i ¡"rl\Dcia, que flan los paises donde se ba cu.Jtivado con mas esmM'O el arte musical. "' Echando una qjéada rápida sobre los pasos que ha seguido el arte de los Palestrina, Pergolese, Beethoven i Rus,,¡ni, deteniéndonos en el pa!!ado de las naciones, i fijando !lOhre cada cscalon de Sil vida la lira que puli"aroll SUR bardos, las fibras que reSOllaron en sus trihunos, los misterios que revelaroll á sus erey(!lJtcs, las inspiraciones que movieron á ::m~ guerrel'os, allá contcmplarémos á la fiera enfurecida de. samu al viento ununante,-en su elilcllla á los Diójenell acordlW' sn;; melodías con las suavcs inspiraciones (Id corazon,- ¡desde las épocas mas remotas, cambiar el alma de la sociedad á cada rcfinamiento de las modulaciones armónicas de que la naturaleza nos ha dejado disponer para hacer resaltar el inmenso poder de la ai'monía que reina en todo lo crcado, ASl es, que esa regula~idad que veis en el Universo que admiranlos, es la música .sublime, que armoniza con las trémulafl yibrul'iollcs que un humilde alambre ó una sua"c aspirarion nl~ --H)- de1'l'aman cn sutil airc embalsamando mil corazones palpitantes, que se agrupan en torno de sus encantos.. Suspendo por no entrar en consideracioncs sobre la import~nE;ia de su estudio, .• co~deraciolles quc os son familial'ej-eilJIU mayor parte, i al i!Splauarlas tendría q lIC abnsar de:vuestril paciencia li~á.ridol11e á. emitir el concepto de que han meditado seria~nte sODre este pUlltO.- Aeaso >n. o haciendo..o.tra cosa qu~:.~~J," .una- ojeada sobre la carreraque q, s~guldo desde óHf iicumeuto, os he hecho notar el :~cjogtande en que la música se ha tenido en los tiempos antiguos i modernos, por 8('1' unánimemente aceptado que el hombrc necesita de \lna di\'crsion honesta cn cualquiera sitllacion de su "ida. ¿ Cuál mas inOCl'llte i mas grata qnc aquella que, no ocasionando inquietudc!<, no le peljllrfica, i alimentando el illjenio, satisface su entendimiento, excita su fantasía, ~blanda los resortes de su corazon, i en una palab¡a, le aleja de los estravíoll que con cebos dorados se le pr~-, sentan en el fango de las pasiones i de los malos instintos? >,.jFeúces los que gocen de las delicia~ de arte tan encan~>'r~ quc conozcan los bienes que él encierra. Felices 8q,aeDOs cuyos sentimientos ceden á las vibracioncs armoniosas que tantos destellos divinos hacen renacer en el cora7.on humano! ~ Jos !TI' dicho. XIIJ. DlAcuRllo BODltE cintO DlIlBEllofOS B~> USO DF.BE!lJOS IIA~ LAS R~E~A.S, 1 qUE DE ELt,,~s; :Empezaré, Scrlorc~, por emitir mi ol~ion accrca del vérdadero valor de las riquezas. Se equivocan miserablemente los quc creen en la tclicid~::llU~ R.roducen 1M riCJUezaB:t!C equivocan \lua i mil VCCC8· loaq1.!-e'.:cOl'rcn i se dC8VlveBtras el oro, pen"ando qu,~_~•. ~>~i:on todo.lo consigilen 1 ilu!;lion lamentable:_ vole!; 10$ !;leSOS í malfa el corazon de la humanidad L Al ob. aClVar este error tan general, Be contrista el alma dcl hombre pens~dor considerando que como este error puede haber ()tros muchos que malecn i desuaturaliceu la razon humana. No es en las rique1.us, no en )018 bienes de fortllnaque se encuentra la felicidad. Quién ha dicho que un rico es mas dichosoJl~ un R9,bre .en ~gll~."de citeuI!-stuJlICias morales 1 Comparad la VIda _,rICO c ••• del otro 1re!<pon·1 -,so¡led catrgÚricamellte, El pobre acaso ticne mal'; tiempo de dirijir Sil COra7.011á Dio:::i de emplearse cn ouras mas agranables á él : el poure come frecuentemente, dijiere bien i duerme bien, porque trabaja con asiduidad: el pobre no se vé aterrado por los ladrones, no 8t' desvela pensando en sns te· soros ni cn los difi~rentes i á, vece¡ tristes i censnrabletJm~dios de aumentarlos: el Jlobre recorre una órbitamui reducida en la esfera de tos vicios,i pasiones que abruman i destruyen á los opulentos. Sus ujiíii;~-aus costumbres, sus recreos, sus alimentos &•. se acercarf mas á las indicaciones de la naturaleza, i por lo mismo le proporcionan mas fuena; mas salud, i uua lonjevidad casi segura. Los males del espiritu no lo atOl'lllentan, i los del cuerpo son ménos numerosos que los que sufi'e el que pasa la vida 'cn cálculos ambiciosos, en fruiciones i placeres que hastian i aniquilan los resortes del cuerpo i del alma. El hombre de l'iquezas se ve rodeado de comprometi'mientas; no duerme, - á veCCRno come, olras 8C escrde ~1 los manjares i las behidas deletereas. En medio de sus afanes' en atesorar suele ser poco escrupuloso en sus transacdol1~-, su actual fortuna jamas lo satisface, i suspira, se hutl1!I~i!8't! envilt>ce por acrecentarla. Raras- veces,hace un usorazotilt.: blc i convenitmte de lo que tieno: de prdinario emplea 8US dineros en lo que mas males le ac¡urean ; i en medio de este dpsesperante ('"tado, i cuando mas lo ha)a~a la fortuna, es S'Orprellllido por una g-rayc enfermedad: lIáma8c alll1éclico de mas tama, ningun ahorro se hace e1l medicamentos, consultas &~;pero, como todos los u3ortales, él sucumbe sin quc la pl!lta le sirva ni aun para 'prolongar. por UJiOS~fl\~xistenclIl. y a..se.,ye, pues;~l., ImportanCIa del oroi!tf~~ solo caso.' Veamos' ahor~ que destino tiene ese tesoro, fruló-'dc tantas fatigas, de,tantas v-elgulmzas, de tantas combinacioncs acaso ignomi,niosas . .~.Muerto ~rhHhviduo, su dinero lIO le alivia mas que la tierra que lo <:nbre. I)ero se dirá, ese dinero Y'a á enriquecer á su viuda i á sus descendientes. Error! . ~_:-~ __ .C.~lántas veces las viudas ricª,~ no han halJado sino ~.~.lar.: ~ 1 pesares en ese elemento de q"UC e8peraban. diCha' 1 bÍenestar! Yo no me 'atrevo ;í descelWer al camIlO ~e 108 multiplicados ilamentables heehos que comprueban esta verdad; pcro quién ignºra ._IWl arterías. ,cálculos i combinaciones de qne las viudas ricaR son víctimas? .Mas los hijos, Be dirá, 110 lile hallan en el misI1lo caso: es verdad, no en el mis~ mo,p~r,o si en otros no Jncjorcs. Es lo mas comlln ver á los hij04 defl'o~l' stdl*ncia cn po~o tiempo~i quedar no solamcnte corl'olllpido~ los viQios inhercntes á la disipacioll, -:)1- !!lUlOen un estado dé mendicidad i de postraciou de que jamas se levantan, porque tanto sus padres como ellos, ateninidos á. sus riquezas, ~an descuidado el cultivo de las fuerzasfi,gicas é intelectuales, al paso que se han acostumbrado á -llevar una vida muelle i delicada. 1 no es raro ver á estos her-ederos entregarse descllfi'cnadamente á tOd08 aquellos ~icios que puedeil sostenerse con la plata que tienen, i pasar luego á apoderal'se de la ajena para continuar Sll carrera de perdicion~'Ir.& visto, pues, que no es en las riqueza~ donde debemos buscar la dicha: es en nuestra conducta, es en el lleno de nuestros deberes para con Dios i para eOI1 lluestro. semejantes. Amemos á Dios con toda nuestra alma i todo nuestro eorilzon, seamos li-aternales, sufridos i caritativos para con nuestro pri,jimo: fijemos Iluestras aspiraciones de completa felicidad en la vida eterna; i trabajemos como buenos obreros en ganar esta por medio de lluestras constautes uuenas obras, miéntras -dura la efímera existencia que Úillemos en la tierra. Habreis observado, seiiores, qne me he separado demasiado del tilpico á que debo contraerme: "Cómo devemos bU8carlas riquezas, i que uso dcbemm: hacer de ellas, " rorzo~o me era sentar ciertos preliminares csplicatoriolS para responder á la preg-unta. Ahora me interrogo de llueva: i Son los ricos mas felices que los pobres? ~o. i Son los pobres lilas felices CIUC los ricos 1 Sí, en lo jeneral. i I)uede el rico llegar á ser feliz '1 Sí, l>in duda: i Puede el pobre ser infeliz 1 Sí, con mucha frecuencia.· m rico puede haber habido Sil fortuna por l~dios laudables, por su asiduo trabajo, por su illtelijellcia, sill que esto le haya maleado el COra7.011: puede no olYidal'se de sus «eberes morales i relijiosos; puecle ser buen _padre, huen hermano, buen e8po::;0, buell ciudadano; puede emplear gran parte de su fOl'tuna en ohras Útiles i filautrópicas, el1 el bienestar de sus conciudadanos &a En e::;te caso, es "isto que eJ rico no ha. hecho sus esfuerzo,s sino impulsado pOl'~~1 deseo de ~cer bien: no se ha metahzado; no ha l.ll1sca~l oro sino-como un medio de llenar con mas eficacia SllS ddieres. Por lo mismo, este rico 110solamente gozará· de toda la dicha á que se Plrede aspirar en este mundo, sino de la bienaventuranza eterna, I,a desgracia es que e¡;¡Ofltipos no forman la regla jeneral ! El pobre, flin embargo eJe!CÚIllu,lode circunstancias que lo favoreccn para >ler virtuoso, corno se ha illlJicado, puede ser infeliz en esta vieJa i en la otra, parque no por ser pobre está exento de vicios i pasiones, aun cnando no sean en el 8ANCO DE LA REPUBlICA BIBLIOTECA LUIS - :,J~GEL ARANGO CATALOGACION -52eúmcro ni en la escala del rico. Si no lIcna sns debcres, si es ti'ayaccro, sí miente, si hUl'ta, si se embriaga, si juega, si no CUida dc educar su familia i darle buenos ejemplos,-este pobre, por Sl'r pobre no tiene por qué espel'ar mejor sucl'te que uu mal rico ... __ ., En rcsúmen, pnes, que pobres ó ricos sigamos síndesrío el camino del bicn; i que si deseamos tener fortuna i h'abajamo8 para adquirirla, sea con el único objeto de empleada en buenas obras miéntras vivimos •. He dia/lfJ~ XI\'. ¡,¡OilRj,¡ L.\ QUílllICA, -'Mui rara sCl'á la ocasion, señores, en que ocupado el hombre en la íllvestigacion de'la naturaleza, no sienta aquel placer iutcllso que causa en el corazon el descubrimiento de lo que se pretendia salJer; pero cualquiera que sea elprirner descubrimiento, scrá siempre una fuerza que despertárá en el alma 'losde.seos mas vehemelltes de ir á bl1scª-r mas allá ¡ie lo que puelo ~conquístal', otros efectos que tal yez apénas aJcalJza oí. {'utrever, di'ctos que e¡.;taban qUí7.á ocultos bajo un velo dellso que 110 permitia áll(t~s que la;; miradas cente~ Hall(es del hombre Ilegarall it pelletrar, j pnra cuyo desarrollo preciso era desgarrar Sil manto, el cual no era sino aquel objeto que habia llamado la atencion en primer lugar aljenio investig.wor. Esto el! lo que succde én el estudioaelaeciendas naturales: se va anrlalldo de C(lllsa en causa, i se va encont-raudo con un primer efeCto. des pues se di\'isa otro, mas luego el tercero; i así se avanza' en una sede de hermoso8 triuufos que-lIenan de nn noble orgullo por que se consiguió ,iilorprender á la naturaleza en alguno de,aquellos maravillosos secretos que hall solido hacer felizes á pueblos enteros, i quc. luego revelados al universo han, sido la, causa de gran..J~,oces para todas las naciones. ' '#"~l estudio de una de estas ciencias que tratan de sondcar los Illisterios de la uaturaleza ha cOllstituido parte de nuestras tareas elilcolares en el presente año, i á mí me ha tocado cl honor de ocupar vue.stra atcllcion por llII momento, presentándoos en liD r;'lpido razonamicnto la importancia de la l'ísica en Sil!> relaciones con la quítníca, i de la Química propiamente dicha. La intelijcncia del hombre hasta ahora no ha podido pollcr limites á esta ciencia; así es que marchando por un C<.l- - ;'),1- J11inoque apénas nos estamos abriendo, solo podcmos conccbir los grandes fiucs á que nosl:onduce, dedUcidos de los principios que ticne ya fijados definitivamente, principios que desarrollándose de una manera la mas sorprendente cn m~dio siglo, han venido á hacn dc la Química, el ramo mas importante de loscoruh:imientos científicos aplicables principalmente á. las- artes; el ramo de que mas inmediata ventaja. '-puede reportarel hombre donde quiera que ':.Íva, i cualquicra que s«1~l~ carrera que tome. -La Qufmica, habiéndose apoderado de tantos i tan importantes secretos como le ha desf'ntraitado ;t la natnraleza ell el trascurso de los alias, hoi n-gala al homhre producciones é inventos que dejan sorprendidos almas docto injeuio, i maravillados á los cntcndimientos mas lúcidos i penctrante::;. _ Qaién no ve los portentosos cfcctos que cansa la clcctricidad en todos los o~ietos que !lOSrodcan 1 i i qui{n no queda asombrado á. la vista de tan variados fenómenos como exhibe en todo cuanto toca i cn todo cuaute tiene relacion cODeUa 1 i ahora, qué diremoti del calórico, de la luz, la afinidad, elementos tan potentes, que sin ellos la máquina del mundo no seria -siuo ruedas sin jiro que pcrmaueceriau incrtes sin que el hombre, si- acaso entónces pudiera cxistir, l>upiese que exil>tian? Estas cousideracionc;; inspiran a11101' Ú la cienda i excitan al clltcndimil'lIto á (',.;indiarla, ¡lII('S(¡He lc presenta elelllcntos que habrán dc senir de eseala á HUIellas otras cicncias para alcanzar la l!Crfeecion del ohjeto que se propongan, si acaso no viel~e á. servir/e de alma. de Cuando la Física en combinacion con la Química hicieron· entre sus descubrimientos el estupenuo ha1lazgo del "apor, franqueó desde luego todas las pnertas que impedian á las artes mecánicas su desarrollo, i les e;;telldii¡ su mano protectora para que pudieran penetrar en a(ll1e1l08adentros, en que sc iban á encomrar tantos efcctos capaces tIc llamar la ateneion del mundo entero. Al cabo de penosos eusayos i de tenaz constancia se han visto por fin recorridos los mares por Cl>Ol> injeniosos edifici0'8, que· hoi ya con mayor razon que los antiguos,podriamos decir que tienen alas para volar al U'aves dcl mas grande i mas poderoso de los elementos. Muchos siglos trascurrÍeron sin que esa densa nube d~ i~norancia 1)1Ieformaha el horizonte de In;;;iutelijencia;; humanas de la época, fuera disipadn i ¡{(dara ver al hombre el ,'asto campo que presenta hoi la Química. No se encontrÍJ cntÚnces quien tuvicra el arr~io necesario para levantarsc ¡ cscalar las rejionell illul:cesiblcs de la natllraleZ<l, no hubo -5·t(¡¡¡icn osara aplicar el pensamiento al exámen {ilos()fico de las propiedades de los cuerpos i á la determinacion de sus leyes. La Arabia que tiene la gloria de ser la cuna de esta ciencia, siendo la que dió el primer paso á la próspera;-mareha de mnchas otra", nos deja ver en el siglo VIII los esfuerzos vanos que los alquimistas de esªs épocas hicieron por encontrar por ol1lfdio deestrava~antes procedimientos la piedra filosofal i el elíxir de larga vid(J•.. No obstante, porcl'l"ado que fuera el camino iel fitique llevaron los Geber, los Rhazes, Avicenne, Mesne, i .Averoes, cuyos 1l0m1H"eS re;;altan eJl la historia de la Alquimia, 'mucho les debe la Quimica de hoi, porque es una verdad que nos demuestra la e"periencia, que los grandes errores casi siempre conducen al esclarecimiento de grandes verdades . . .Muchos siglos trascurrieron siu que las otras naciones tuvieran cOllocimielltlJ de las investigaciones químicas eJl que los árabes se desvelaban; iaunque los moros llevaron á la Espaiia algunos métodos de hacer sales de sus b~8, fu.. bricar el villa~re, el vino &n, ya se deslizaba el siglo XIII sin que la Europa dirijiera aun sus miradas á la madre de las artes, cuando la Inglatel'ra tuvo ,un Roger- Bacon, que en medio de los martirios á que lo sometieron el fanatismo, siempr\' I'!lelrligo de las luce", dedicó fructíferas horas á estudios CiClltilicos i !lOS legó las primeras llOciones exactas de Física i Química <le (lue se ocupó Sll siglo, llocioncs que se escaparon de las hogueras levantadas por Nicolas lB para esterminar las llamadas herejías i brujerías del sahio rclijioso ingles. Despues del franciscano Bacon, el ádmirable Doctor, Boyle, !Iooke, Newlon,ilustraron la Química cmi nuevos principios que la verdadera épo~a de esta ciencia comenzó i desarrollar bajo Beed\t'r, Stahl,Bergman, Sheelc, Priestley,Thompson, Dav~, Paraday, Prout, I,iebig i un no corto número de la escuela fi"ancesa cntre las cuales J,avoisier, Guyton Morvean, Geoffroy, Berthollet, Vourcroy, Berzelius, Dumas i Regnault nan dado mas glorias con sus injenios á la Europa, que tantas mal ajustadas coronas, que pasan á la historia c;on ínfulas de hombres, i á ,-cces de i grandes hombres! No hai 11110 solo de esa multitud de variados objetos que la naturalez¡i uos ofrece, qlle no sea el resultado de la comhinacion quínlIca. 1esas combinaciones que se nos presen, tan por doquiera sieudo IClIlo efecto de las fuerzas de la naturaleza, en parte pueden ser imitadas por nosotros con rápidos procedimielltos que constituyen una parte principaf de la (-!uími('a .. ¿ Habré dicho lo bastante para probar la importun('ia de f'sta cieucia? Es imposible, seiiores, que mi débil V07. Jlucda pintar con los colores vivos con que se ostenta 1m Jl)a~nitnd, porque i9ué cosa mas grandim;a i sublime pnede oli'ccerse al ent611dtmiento que esas obras divinas cn las cuales el Creador Be deja ver? . Una }JÍcdra es un objeto de¡.;preciable :1 la vi~ta dc todos los qlle ignoran el análi¡.¡is de los cuerpos; pero :'t )OSojos del Quimico ella ofrece ~randes i poderosa!'; influencias, fuc17.as terribles cn"su'mas vwlento desarrollo, i comhinaciones casi ~rce~les; allOfa;¡ sí en lugar de la piedra tomamos una Bori hacemos el análisis de ella, encolltrarérnos que nos ofrece los mismos fcnilmenos. Pero tlllltO la piedra como la flor encierran en sn con;;titucioll tres grande!'; elementos: la luz, el calor i la eleetricidarl. Estos son los hechos de las cÍpndas que con r;\7,on l'\e dice sacan SerI1l01}(~S de las piedras i hallan lenguas en los árboles. Cuán déhil(~s son I'l.s creaciones del romanticismo cuando se ponen alIado del descubrimiento de la ciencia! La una es una fuente inagotable de obje.tos de meditacion, de pensamientos los mas nohles; el otroeaeita'el espíritu por momentos, i lnego lo enferma i lo deja hastiado. Detengámonos un instante sobre la infinita variedad de fenómenos que obsCT,;amos en las materias orgánicas é iuorgánic1iS. Tornemos \111 nwtal ('11cualquiera de S'I>' C(JIllbi,¡;¡ciones, veamos las ,'ariadas formas del I1llllldo allimal i delllllllldo vejetal, analicemos {ilosi)fica i sencillamentelo que son estas diversas formas de materia, i j qué positivlW real deduccion! Todo fué en su oríjen i todo habrá. de volver á ser polvo ~tOllo lo ,.que eSUlatena está. constantemente espcrimentando un cambio de estado que no nos apercibimos de C(lIl10lIeg-a á verificarse. Constantemente vemos los cambios d(~la h~llIosa capa orp;ánica de la tierra, vemos la vida vejetal pasar á la f()!"llla animal,.vemos q\le tanto las planta~ como los animales perecen para alimentar otras nuevas phmtas. El hOlllbre mismo, hoi sciior <le un pueblo poderoso, dentro de pocos allOS '-01verá á su forma primitiva, i esa combinacioll de á.tOIl\OS dt~mentalefl-qu.e se nos presentan -hoi ofnsdwdonos con !iU p~.puraí s~ ~e8t$n08 de sabiduría, pronto ,"('ndr{1á constituir el pasto que alimenta nnestras dehesas, humildes llores de un camIlO santo. MOlíuna realidad pues, qUe el Químico c\lmicn'l1lcpor conocer, i sobre la cual está fnudada la ciencia; á, salH'r : todas esas variedades de objetos qne est:ll1 al rededor lluestro, son una aCUll!ulacion de átomos. 'roda esa diversidad de objetas qtte se presentan cn h1 naturaleza no S011 sino particulas de ·un polvo invisible (ple -;'¡(j- ~c oculta {t los mas delieado~ microi;copios; pero nn polyo que encierra propielhdes que en parte son del dominio de fa cicncia, i de las ~ualei; mnchas aun no nos ha sido dado descubrir. CIl:tlltos son los maravillosos efectos del calórico sobre él ! cuán misteriosas las inllueJ1cias de la luz, de Jaelectricidad, i sobre torlo, cuán sabio es su modo de obeded~fá; la májica fU('!"7,aquímica. Cuántos fenómenos vemos, cuántos reproducimos, i cómo penetramos diariamente los 'secretos de la naturaleza, para CQlló¿-¡~ttambien~uiíntono8 falta p.or saber, cuánta es nuestra ign?tam:ia con t'el~ioll i ;~e, sImple folvo que tanto nos- admIra chando lo vemos en la ftlllltitll( de hermosas i yariadas combinaciones que puede formar! Sin embargo, he aquÍ en resúmcll las conquistas que la ciencia de que me ocupo, enteramellte nueva, ha hecho: Partiendo del priucipio de que toda forma de materia orgánica é inorgánica se compone dé áto,mos imperceptibles capaces de asumir, bajo la in1hreoiltia p'e las fuerzas IIsicas las condieioncsqllc les son t'senciaJes;considera un cOI·tonú. mero de sustancias como eleri1entales, es decir. qtie se han podido reducir á una condicion mas simple de laefr que, ~ encuentran, i-esloll eiEtlQentos combinándose de mil maneras, vienen á producir la infinita variedad de sustancias que componen los reinos mineral, animal i vejetal, ~()lftribl1yendo á csta divcrsidad la mayor Ú menOl' gravedad especifica de las partículas elementales, i la iulluencia de una fuerza que nos es desco1l8cida, pero que representamos con la e¡¡presion de afinidad; porque la esperiencia demuestra que hai enll'e los cuerpos sus dispolliciones particullfl!eS~inUlitllá;-mas fácilmente con unas que con otras. -T,a QuJtnica nos.,hace·conocel" las pl'op¡eq.!ld~8 i relaciones de las partículas de que se componen eso::; elementos ó sus compuestos i de ahí -prosigue llIostráudonos 1m;",Iementot5que constituyen todu'i; las sustancias que nos rodean: la tierra: el agua, el aire, cl hombre, los animak¡;, nue;;tro alimento i y(!StidolS, las con lecciones medicinales (~ue tantas Yeces deddcn de nuestra morada sobre la tierra, ¡,Ueva-su dominio hasta enSCllarnos la naturaleza de los camDiosqu~ 8ttfi'e de contiuuo la materia i las leyes áqUe está. sujeta Ja union Ó sCl'ar.cJon de sus diversos elementos. He aqui un vasf:O,-~flmpo de estudió: el ctUllnd~ material, eu una palabra. Desccndamog á. particularidades, volvamos los ojos hácia cualquiera -objeto de cuantoil nos rodean: definida como está la Química i quién llO sc ve en esta ciencia tilla fuente inagotablc de goces, por nO. dccir u n resorte milagroso que descorre en parte el yclo de fa creaci~ ? no -.:;iEl hombre en sí es todo ,química, i es un verdadero químico; IUl - cuerpo es un magni1ico laboratorio, donde se en. cuentr~ulo8' mas delicados in.trume-ntos, r¡Ol'medio de los cuales see:fectúall todas laR combinaciones nCCt!sarias para s~:·la materia en el estado en que debe encontrai'se; en cada accíon suya, sea que beba, coma, se hañe, reciba 'ire, grite, toque, corra &1\ &~, se cfectúa una rcaccion química, 110 ,ea!Dbio§n el modo de ser, en los elementos de la mg r~lit6--nO- c<){lVelldrilíconocer la naturaleza de·~ te c·-segun las diversas acciones en una materia que nos interesa tanto, como la en que reside nuestro yo! ' . , , .. En las artes en que casi nunca ocnrre el cambio mecánico de forma de una materia, sin que tenga este cambio al· go que hacer con la Química, de i cuanta trascendencia no será la ciencia de que me ocupo 1 El campecino, el minero, el fabricante de papel, de jahon, el pintor, el tiutorero,.el-aJbañil, todo8, todos 108 artesanos encucntran en la Qu'ímka.untesoro de_.perfeccion para sus industrias, porque estando sujetas sie-mpre á combmaciones químicas, tienen que estar aplicandQ las leyes de la ciencia, í~s la oportuna i sabia aplicacion de es.las leyes la que caaislempre decil.ie del gran artífice. Una hacienda es un granfilboratorio -en que los desvelos del labrador tienden á efectuar cicrtos cambios en la materia, cambios que son de naturaleza química. El ara i pulveriza su terreno para esponerlo mas convenientemente á los ajen.tes que efectúan la accion química; esto.§ajentcs son, el aire, el agua, el aqono, el calor, la luz, fa electricidad i tal vez o~o~;),¡!~l!i~nse le ol<uJtan.)os milravillosos efectos que csc arado~e8,t;apa~ de producid á. quién se le ocnlta que de la calidad de-! abono depende en gran parte las mas de las vccelOla abundancia i calidad del fruto de la tierra? que la in· íluencia de la atmósfera, los excesos de lluvia, de flol, de fi'io, ú la escaces de esto¡; mismos elementos obran de una manera directa, ya en favor, ya como obstáculo para el buen cultivo 1 el abono demasiado rico, no qnema la vcjetacion? el demasiad9 _p,obr~ nO esteriliza lo§campos 1 1 qué S011 esa lluvia, e!Mtªºk~~. q:ioi tantos otros materiales de que se aprorecpa el agricultor, sino ajentes que debe conocer en el porIDenor de lliSle'yes que los gO~Í!:rnall i en. SllS re!aci?n,es mÚtu~s para aP!l~arlo~-:ll las. d?S_I.S convemente.s? _~Il!pldlel!do__uor los medlOs artifiCiales mas adecuados las Invasiones mriiOde. radas de fuerzas incompetentes para satisfacer f;ll~ ai"piraciones i recompensar sus delc;vclos? . Pero ya abuso tal vez demasiado de "uestra paciencia. Bien quisiera, señores, presentaros' un cuadro perfecto del elevado raug'o que ocupa hoi la química, -de Sil marcha pro' -.>8gresiva tendiendo siempre á la perfeccion de las artes, de los grandes prodijios que en su nacimiento no mas ha efectuado, haciendo volar el pensamieateen materia fulminante, arrojando al hombre cual ave fujitiva en cómodo vehkuló de un mundo de tierra á otra tierra, efectuando en fin, diariast.el'Oluciones en el mundo material que abren paso á la mas elevada concepcion de la perfectibilidad humana; pero siento que en el terreno en que me encuentro, ántes que volar debo hacerme á 'alas, ántes que pénetrar en cQn&ideracion~'que puedan excitar agradablemente vuestra atencion, debO hacerme fuerte en una materia que internándose hasta el ilimitado espacio exijc los serios i largos desvelos del jóven que quiera señalarse á la sombra de los Liebig i Regnault. He dicho. XVII. SOBRE EL TJJMA SJGUlEKTF.: . " La toleran€Ía es.h~na ctUi siempre; pero mas indispmsabIe en materias relijiosas i políticas." La tolerancia es una lei que no se comprende lo bastante por falta de reflexion i de buenos sentimientos: es una lei que debe ser mui sagrada para todos los que pretenden ser respetuosos por'los principios cristianos: es unalei humanitaria que tiende á la fraternidad i buena armonía de la sociedad. Si considerásemos los defectos del hombre como una emanadon del tortuoso carril que conduce la sociedad ó como errores involuntarios de su entendimento, pues que ha~iendo un análisis concien7.udo se viene en cuenta de que no }ral espontaneidad ni placer en obrar el mal en lugar del biell,-si tuviésemos presente que en lo jeneral son las leyes, las malas costumbres allteriore~,los gobiel'Uos, los que enjendran la mayor parte de. los vicios i errores de losbombres; sin-"duda seriamos mui induljentes aun con- los criminales, máxime si estos errores ó malos procedimientos tienen lUA"ar entre Jos ignorantes i desvalidos. ~as institlieióue8-i los-gobiernos han sido por lo comun los que han perverHdo la raion pública i á los individuos. En casi todas las 1ejislacioncs conocidas está consagrada la venganza como cosa mui buena i corriente con el nombre de vindicta: entre las naciones que se precian de mui civilizadas ha estailo establecida la esclavitud COIl todos 8118 -5Urigores i torpezas: la pena de muerte está consagrada entre misMos pueblos brutales que se creen civilizados; i ennn lIDa larga série de barbaridades de que nadie se escandaliza han torturado la razon humana, i connaturalizado al hombre CÓIl<la venganza, con la crueldad, con el asesinato i el homicidiQ &~ 1 dados i santificados estos ejemplos por las leyes, epor los gobiernos i aun por los puebloR iPor qué hemos de estrañar que 108 iDdividq~hagan lo mismo 1 Lo que es malo'ni).J,.~-debe--hacer por uauie, i mucho ménos por quienes tieiienla riiision de moralizar i dar los ejemplos que conduzcan á correjir i dulcificar las co¡;;turnbres, pues que tales ejemplos obran con una eficacia estraordiuuria en el ánimo del pueblo. Ni la sociedad, ni los gobiernos tienen derecho para establecer en principio la venganza, ui para esclavizar á t08 hombres, ni méllOSpara quitarles la vida: los que sosten~an lo contt'ario, pertenecen á. esa falanje de criminales ó delmcuentes á quienes debemos compadecer por su ignorancia i por la pobreza de su espíritu. Así pues, es visto que si á los hombres de algun saber 108 aebenl'>s tolerar i disculpar, ya por que no saben 19 bastante, ya por que no tienen la capacidad de sobreponerse á. los malos ejemplos i rutina de sus antepasados, con mayor razon debemos ser tolerantes é indllljcntes para con las jentes sin educacioll i sin illstruccioll; sin perder de vista que su ignorancia, su perversion i hasta su miseria tiellcn su orijen en la mala organizacion dada á esa misma sociedad que tan impía i crugl se manifiesta contra su propia obra . . .Ahora, si descendiésemos _á los pormenores de la vida, hallaríamos en escala menor las mismas causas de los malos procedimientos del hombre i los mismos motivos i razones de tolerancia i benevolencia para con los delincuentes. Observad Iá, ese jóven disipado derrochando los fOCOS haberes de su fiulIilia, pasando las noches enteras en e jue~ So, beodo casi siempre, atrevido é impudente en sus palabras 1 en sus obras, sin comedimiento, sin modales, siu respeto por nin~na persona, habituado á la mentira, á ta estafa, á. 1!t holga..nería~enemigo del trabajo; sin nociones teóricits ñi prá.cticas de moral ni de reJijion. Ob$ervadle bien, i hallareis acaso 9ue son ciertos ~ positivos todos es?s defectos, que si.n duda llenen que esclull'lo de la buena SOCIedad;pero nO-AealS inexorables para con él; no lo tomeis por el autor esclusivo de tan vil i humillante conducta; buscad á su rededor las causas de este terrible cuadro i hallareis, l? que no se. han acordado de educarlo, i 2~ que ha estado recibiendo los mas perniciosos ejemplos, cuya atmósfera 11a constituido el eleC80S mento de su vida moral, sin que un rayo de luz haya Hnido ~60á iluminar su entendimiento. "Este jÍlvcn tieHe por su desgracia que ser escomulgado de la sociedad de los buenos, á la eual ~9 debe contajiar; pero o_odebemos aborrecerlo, no deDemos hosti1izarlo; léjos de eso, la moral i la reliji<»l ~~ mandan trabajar con laltÍayor eficacia en sacarlo á ~ ca.mioo por medio de la persuasion: nos mandan aIiviarlo,so:::rd~~~J;abfe~decerlo i disc~~~~lo_ en tocJQ~!luenO que deb. A esto se reduce la verdilt!era tolerancia. ""..." .. Pero si debemos. ser tolerantes respecto de los punt&t que qtledan insinuados ¿ con cuánta mayor razon no debiéramos serIo en materia de opiniones ya relijiosas, ya pobtiticas 1 F:s un.a co.~':lbit~ averiguada que la gran ma>'or~a de los polítiCOS 1 rehJlonanos, pecan, no tanto por malJgoldad., cuanto por lIl} estúpido fan~tismo que- se apodb-ade ellos; i l!0~lid6 ~iemJ>recrim!noso "e!'lefanatismo,. puc~ ~ue suele ser aprei1l:hdo o proveDlente de: errOr de entendurnento-, sel'la una crueldad castigal'ló' ó perseguido con pella ~ti1.ita !le la qlle el mismo acarréa vittuahneute á los que~.~~:~n arrastrar de sus finorcs, á no ser que seanárrastrad~·{f~~ lil~tt.'delitOij Ó crhnéi1eSprOpillmentedicb.os; No haF bestfa " iñ'lÍtfbravia que el fanatismo; riJas tampoco hai una mas digna de compasion. E¡.;ta fiem pasion no debe C"ombal:irse eOn otras armas que las de la ra1.011,la persuasion i la verdad. A los que se enfurecen con ella no se lcs debe matar ni mal~ U'atar: basta privados tempo¡'almente de los medios de dañllr. Abundan "10$ejemplos de hombrellque¡¡e--han atrepentííio~e @"(fmam conducta relijiosa" ó politica- i han \l'uelto'aJ-~Íi1o a~18razón.· """ En fin, señores, la tolerancia siempre es conveniente:' ella no implica, eso así, impunidad de los delitos, sino suavi~~n su represion, ausencia de ira i de veuganza"asistencmáe benevolencia: i de jenerosidad. Las penas jamas deben ir mas allá de lo absolutamente' necesario, para garantir á la sociedad del furor de los que la hOstilizan. ;~;?~~¡.o ~i aun descendemos á losdíariosi pequeños..pI:l,)f;C'diiñielif.ól¡ de la vida, hallariamos infinitas ocasiones' de practicar ~atolerancía; "con mucho provecho "i oportunidad. " ~omo haylin.tas diferenci~..flltr_~J.~_opiniones é ideas de los oombrel> en ¡JÚnto"ácada una-de laa cucstiones con que se alimenta la eonversacioll, la tribuna, la prensa &~ como bll'¡~"d.iferellciaen las fisonomías, si la tolerancia no presidiera en todo esto, se imposibilitaría d.e todo punto el medio de dilucidar las cuelltiones i llegar :í la verdad. La tolerancia <tu elOtoscasos, con todo Sll stquito de bcnevolencia, comedi- -Gf- mÍento é induljencia, se hace necesaria aun I~ara cumplí: con las reglas de la buena educacion que CXIJen respeto miramiento por las opiniones ajenas. He diclw.. 1 XVIII. 808RE LOS DEfinES DI:: LOS IIlJOS PAnA CON LOS PADRES. Tema fácil i sencillo es este, i sobre el cual puede di,,· cnrrir todo el mundo. No mc acobarda la materia: vo hablatia sobrc ella horas enteras, si no tcmicra fati~ar á ¡ni indvljente auditorio; sí, señores, hablaría indefinidamente, i hablaria sin titubear i con segrrri«(ad i conviccion á pesar de mi corta edad, pues que ela.sunto es de tal naturaleza quc nohai quien uo haya pensado en él, i dilucidado i comprendido como es en si, desde ántes de ponerlo cn discusion porprimera vez. Sin ayuda de otros hombres, sin puucacion nillgu.na ó t;asi nin~una, el hombJe averigua i se asegura de la eXlstenela de DIOs. Pues, sen.ores, no es ménQ.'i elocuente la voz. que pl'cgona á gritos cp. el fOlldo ue nuestro corazon el amor i los sap;rados delwre:'1 que nos ligan á llUel'tros padres .. ¡Quién no siente este fuego sagrado qne tan dulce i est,rc,,chamente nos uue á e ¡¡os? ~ 1 con razon !Dios laR ha éscojido i valídose de ellos pata q~e ~_dell el ser ql\(~ tellemo~, para que nos cuiden, HOS cri_cp, nWJuutran, noa eduquen, nos protejan i nos sufran inauditas iml?crtinencias con paciencia, COIJ cari;-¡o i con un amor tierno 1 constante. Estu Id está grabada e n el ~ora7.on del hOmbre de una manera i.ndelehle. Los padre~ mas desnaturalizados bajo algunoo rcspectos, no pueden prescíndír.de cumplirla, por que parece ser la lei mas exijente de cuantas rijen la naturalez.a. Pues,5eñOTCS-, no es méll08 perentoria i exijente la que se encW$tra grabada en el corazon de los hijos. Acaso soi ~xacto sra"severo que csta lei es mas imperiosa que ninganao Los hijos no solamente estamos obli!?;udos á obedecer, á. respetar,: á.socorrer, i á. suuvitar con nuestro amor constante i eficaces i carifiosos sel'VÍCiOlilá nuestros padres por solo el hecho de habernos dado el ser, sino por ¡ma inmensa deuda de gratiturl,-gratitud que ellos no nos deben á nosotros. pues que solo se han empleado en hacernos bien, al paso qu~ nosot1"08 no nos hemos ocnpado sino cn recibir i gustar sus bencficios. -G:.!- El hijo que !lO se complazca en servir, agl'adal' i respetal' á sus padres, parúcularrnente cuando ya han tocado en la veje~, ese no es hijo, es un monstruo maldito de Dios. Ese hijo es una dejeneracion, uua escrecencia de la especie hu~ mana, que solo puede verse como uno de aquell08 fenómenos físicos en que nace el hombre al mnndo sin ojos ó con cascos en lugar de pies &~ El hijo que conoce los deberes ·de tal ( pal'R lo cual n08 basta la cienc~a infnsa. 1ne al etl.ect.o tenem08 todos),uo gozará de mayor dIcha que a de .~~~:" jar asidua i constantemente en hacer pér todos 10& memOs posibles la felicidad de sus padres. 1 cosa rara! al obl'ar así el hijo, no hace otra cosa que gozal' él mismo de la mayor dicha que Sq pucde imajinar. Tanta es la armonía que se encuentra en el camino del bien! lle rlicllO. XIX. SOBRE EL TEMA SIGUIENTE: " La virtud negativa no es virtúd." Seriores: - Si los hombres, comprendiendo bien su~ verdaderos intereses i su mision sobre la tierra, hubieran seguido siempre los sublimes dictados de Dios i la natutaleza, 8U .suerte seria verdaderamente feliz i deliciosa i comparada apénas con la de los ánjeles. Pero por desgraciapars la humanidad, el hombre no conserva esa fuena i esa· inoceucill que se concibe en su primitivo estado, esto es al nacer. El egoismo i la envidia, el orgullo i la ambicion, con todos sus espantosos i funestos enjendros, se han concentrado en el cor~on del hombre, se han apoderado de él i desde luego se han falseado los sentimientos de beneficencia i de bencvolcncia: las ideas de moralidad se han adulterado, el deber se ha confuudido con el derecho i la inaccÍon con el sacrificio; i en una palabra, se ha llegado á. creer que para ser virtuoso basta no hacer mal á nadie i hacer el bien que cólllodamente se pueda. Este error, es el que me propongo combaúr e11,mi Hjero razonamiento, á. cuyo, efecto pro<?u}·a_r~ demostnr esta, verdad, que será el tema dcmÍ discurso,á,saber: La virtud neg-ativa 110 es vil·tud. Hai en el hombre una serie de inclinaciones que trazan la senda que debe seguir sobre la tierra: unas, de acuerdo con la razon natural preparan su dicha, i 011'U8 formadas, por hábito de perversidad elaboran sU ruina. - u3 .La virtud, aque~la fuerza moral que. nos i!upele á. hacer el blen COIl sacrlficIo de nuestro propIO ser o de. ~eU!'8 cosa~ qne valen para n?Sotr08 tanto como. n~est!a ~~~.~~._ teucIa, pertenece precisamente á aquellas lllchnac)(}t1etr-qne preparan nuestra dicha ennobleciendo los sentimientos de nuestro corazon i elevando á un alto grado de pt~rfeccion las percepciones de lluestro espíritu, á aq ueIlos actos que, aCOll8e)ados:~J~elu-!dad, am~atan al hombre del seno de la ~iaffe~8IJemeJan á su Criador. Jeneralmente se Cl'éeque efñombre cuyas acciones no dañan á los dema.~ es hombre virtuoso, pero se engañan los que asíjuzgun de la virtud; en el campo de la virtud, todo es activo, todo es grande, noble heróico. Cuando sostengo que la virtud negativa no es virtud, no hago mas que imitar el lenguaje vulgar de la materia, pues de ordinario vemos que á una persona inofensiva, impasible, abstraída se la llama virtuosa. Esto no debe ser así, pol' que virtud 'Juiere deCir fuerza,. fortaleza, i para ser impasible Ó inofenSIVOno se necesita las mas veces, no digo de virtud, no, aun de moral. . Se equivocan, pues, los que creen que obran mui bien, los que se contentan con permanecer aislados sin hacer mal á nadie, por que eso es con frecuencia hasta inmoral. El hombre tlene muchos deberes activos que llenar en la sociedad, i esos deberes son los que atañen á su moralidad i el modo de lIenarJos es lo !lue imprime á esta moralidad un cará.cter mas Ó mén08 subhme, mas ó ménos baladí. lsi la moral solamente impone esos deberes activos t cuáles· itnpond¡·ft la vii't~endoesceder, para ser tal, los deberes morales l· 8i~liHQoral debe ser activa, la virtud tiene que ser activísima, por que para ser tal es necesario qne vaya á ejercer su mislGD á. una esfera distinta i superior á la de la moral. Me esplicar¡;. Un peregrino llcga á mi casa en busca de hospedaje: recíbole con cariño, doile algo de comer, procúl'o]e nn lecho para que -pase la noche: ningun sacrificio hago en esto; he llenado uudeber, he cumplido con las leycs de la moral. Enc~me pobre i enfermo,-una tormenta bra~ por todas partes, un peregrino llama á mis puertas,-arrastrándomeJ ~ ries de. .._empe.or~rme s.algo á ~ecjbirle. ~l peregrino se eoouentfa yerto_de fl;'lo,-AOlle la mItad de nll cama; manifiesta hambre,-yo cuentoapénas con lo necesario para nutrirmeeldia sigUIente: levántome, i arrastrándome preparo algun alimento, come, se acuesta, duerme i es entónces que yo me recojo tambien. He ahí un acto de virtud. Un hombre cae al río en cuya orilla me encucntro: veo que no sabe nlldar, qne se debatp, qne va á ahogarflc: yo sé m s.() -GI- - nadar mui bien, soi fuerte, gusto del baiio, me desvisto, pues, me lauzo al agna i salvo á aquel hombre. Este es un bello ~~de moral: 110 hai virtud por qúe no hai esfq.erzo. no hai ne$~. Pero ocurre otro caso; un enemigo fuerte i atlético que me busca para estropearme por que me aborrece. cae al rio, se debate en medio de las oudas;~~ poderse.salvM, va áaho-garse: yo lo veo, lo reconozc6," disfrazo mr'C!lra: C~lD lJuas man~has deti~ta'para 9ne no me conozc.a,i eViwie:F:~!"~"': medio el sonrOjO 1 el reproche que habrla de esperune~::-' como los instantes Uljen para salvarle-Ia vida, i á pesar de quc yo no me considero capaz ni aun de atravesar solo el rio, me arrojo sin siquiera desvestirme, logro asirlo i ponerlo salYO en la orilla, i me escapo sin que él se aperciba de su salvador. He ahí un acto de la mas suhlime virtud, i de una abnegacion sin límites. Paso por un sitio: un hombre golpéa á una débil mujer; observo la escena, lumento pai'a conmigo el sufrimÍento_ de aquella infeliz; mas aunque acaso tan fuerte como etagn.>sor ,desnatura!i¡,ado, sigo luego mi .camino. En, csta ocaiJÍQn-no hai m9ral, ni mucho ménos virtud. En vano. lloraria yo la suerte de la víctima, en vano -desearía que se salvara,- con todo esto, no dejaria de ser un indiferente, un iudoleute, un cobarde, pUf~s que mis lágrimas i tJeseos 110 pasaban de ser humo de paja,- estéril i criminal illaccioll. Ya se Vff pues, que no Jlal mérito ninguno, ni virtud -cuando no haiaccion.1 Da PQd~ia-aell"de-9tro.modo: el hombre lÍo ha nacido para yacer septilta~o enel~~m9:iJ~)Il~ diferencia: tiene prójimos á quienes servil' í alíviar.,,:l~ ¡fI~; manidad es su familia para con la cual tiene positivos deberes. Si sufre IllIseria desea ser socorrida, si~sperimEmta pe~ ligr()s i enfel-mcdades. desea qne se le alivie, si tiene sed querría q Úe le- dieran agua, si frio, querria que le dieran una manta para cubrirse: todo esto lo qUIere i lo desea conseguir, i, lo consi~uc en efecto, ~racias :í, la moralidad de los dcmas. , ¿I ~o~ qué, pue;;, solo él ha de enconcharsc i esquivar sus serVICIOS á los otros, sopretesto d'e 9.ue no le gllsfa me~erse en nada 1 Con una condÚcta semcJante se peca gravement_e !;ontra la rclijion, se peca contra la moral, se aleja:llrto infillii:awellte. de la vi!'tiÚ:l, i ell fin", qu~daellrombre .reducidoá hacer el papel de Un tronco"'podridlJj estorboso; íf mejor dicho, de un ente COI'ruptor i aniquilador del esph:itu p6blico ¡de todas las virtudes sociales. Ile dicho. -G;,- xx. sonm: EL TEMA SIGUIF.NTF. : Hacer el retrato de un indivictuo simpático bien awltdicionado. El estado violento i desnaturalizado, el trastorno en que ese ve la sociedad á causa de los difercntcs artificios con que se ha éncarrilado por senderos sin salida.. sin objeto i sin m~, t;OJlveDieudaque la fugaz ¡;¡atisfacc-ionde pueriles i ridíctítos.'caprichos~ ha producido un desórdcn en las ideas i un Qesconcierto tal en los diversos procedimiento8 del hombre, que por todas partes se ve á c8te en un oscnro laberinto, i en una confusion de ideas comparablc solamente á la de la torrc de Babel. Dcscarriado el individuo por medio de estos artificios, modas, usos i cavrichos que producen las pasiones, descarriado l?or el uso Insensato del libre albedrío <¡ue le con~diú la Divma Providencia para sumas completa perfeccion, ha venidoi presentarse en aspecto de arlcquin travestido de dif~ren;tef:l colores, sin armonía, sin dignidad, sin salud en el cuerp().j,con e1lilooa enfermiza i delirante. De ahí. esa heterojeneidád en el aspeclo moral de los individuos i las ~acioncs enteras, con el despotismo, con la servithhnbre, i con tantas i tantas otras !J.1l.'llaridades que se ven consagradas como cosas naturales i uuenas. De efita terrible perturbacioJl de las leyes naturales pre· ciso era que surjierall diferel1tes1non8truos i caricaturas que espantasen á aquellos individuos que COIl flU 1'obu8ta razon i claro-entendimicnto comprendcn el piélago dc errores i miserias en que se ellcucntra sumeljida la mayor parte de la humanidad. Esos moni'truo8, esas caricaturas son oura (k las pasiones urutalcl', de la nccedad, de los caprichos i (ávolidades, en una palabra, del cstravío de la razono Veis á ellOS hombres adustos, peleadorcs, irrespetuosos, que sc lmrlan de la moral i de la reliJion, (¡ue !lO llcnan ninguno de ¡;;ns deberes, que no hacen'Dien á nadie, pero qUt' tampoco tienen escr(¡pulo en aflijir i perjudicar i IOR demas, que en vc'/. de dar buenos ,:jemplo8 se compiacell en csc211dalizar i perverti/' á cuantos los rodean l Pues bicu, esos son produeto,; de es". pcrturbadon de las leyes naturales. Algunos de eso!' lwmhres beben i seembringan por lujo, por ostentacioÚ, por imitacion, por cRtnpidez i por torpeza ;Í que son condllcido:, por la¡;; aherraciones de tiU cntendimiento, i la debilidad ; d'~flconcierto de Sil pobre razoll: otros jUl~gan lo IJlte lienclI i lo que 110 tic11ell, ;;in alcallzar :, cOJ!(·chi., el cúmulo dI' lIla\Ps 1/11.' 'al rOll' -IiG - ducta les acunea; i'ill obsL'n'ar el hambre i \'er¡'¡:il\'Il1.a<¡ne suti'c la familia, la ¡)ese"pel'uciol1 que producen las pérdida", el descrédito que apareja la trapacería inhcrelltc á ese vicio, la miseria, la pérdida de la reputacion, la pérdida de la salud, el infierno de maletl, en fin, qne 108 hastía i rodea por .loda;; partes: otros se avezan tanto á las mentiras, á los cuentóS', 'á las calumnias, i á los enredQ$, que ni siquiera se aperciocll del envilecimiento, bajeza, i tiQ.i~ulez qne representan: otl'O~ se entregan ~ la hol~azanerLa,~ála indolencia, i p.or supuestó contraen todos los vicios que forman el séquito de la uciqsi dad, á saber: lá-estafa, los proyectos aviesos, el hurto &a, otros son pendencieros, orgu1Josos, pedantes, altaneros, presuntuosos, insllltal1tcs, groseros, envidiosos é insoportahles, pues que pierden toda idea de verdad, de dignidad i de bucll sentido, Tipos i camctéres de estc jaez son los resultados indefectibles de una mala eJucacioll, i es mala aquclla que se des~a de la sana raZOll i de los preceptos morules. m hombre simpático i bien acondicionado, q~e es el que constituye mi tema, es en todo el reverso de la medtUa. Detesta los vicios, ama i busca la verdad, i la hall~,.sc- eleva oobre todas las miserias humanas: i'uertecotl la ~rdad i la ra~on, domina. sus pasiones; se goza·en el bien de los demas : sus placeres consisten en hacer siempre el bien i evitar el mal. Sus selllej:llltcs todos son sus hermanos queridos. Compadece las debilidades ajenas i los sufrimicntoll dcljnsto lo mismo que los del criminal" porque considera que la mayOl' pal-té de los defectos de los hombres son obra de los descarrío8 de la sociedad: considera qúe el hombre no es malo con su entera 'Voluntad, sino por sus hálJitos i costumbres i·poi' la mala orgallizaciou í pésima sancion de la sociedad, e11cnyo caso si la tólerancia i la conmiseracioll no yiencn :~suavizar la sueíte de los pobres de espíritu, de lo" ignorante", j de todos aquellos quc lIO han podido \'er claro, los males ell' nltestro~ prójimos .se reag-ravarian ilHlefluidalllente (lando cada dia peores resnltado.s. _ . ~i homore seria digno de pOl'te, jeneroso, fil'.wtrópico, áriiable, carjtati~-o, veraz é incapaz de mcntiras, éhieanaR i subterfujíos. Seria sumamente comedido, De su boea. ,jama;,; saldría una palaora ofensiva contra nadie: de sus labios destilaria siempre la benevuleucin-, _el.;onsuelo, la pcrsuusion, Su ciencia i sus habilidades cRtarian al aceeso de cuanlos necesitaran de ellas, Solícito hijo, derramaría la dicha en el hogar doméstico, Leal amigo, seria idolatmdo pOI' cuantos tuvieran amistad COlr él, porque seria UlI lllodeloacahado dI' dulzura, de carir-lo, de sinceridad, de delicado;; i !-!:fa('io:;w; 4 -G7- Hl'rvicios. Honesto i l'C:>pdIlOSO, llillgllll caballero podl'ia cxccdcrle cn pu.re1.a i circunspeccion. El continuo trabajo i el cstll{}io scrian la fuente de su subsistencia i la dc su familia; :;icmpre sobrio i frugal, jamas se le vcria en orjías ni disipacioncs. :a.Iiraria todos los vicios con horror i con aquel desprecio que cs prcciso mirar todo lo que es indigno, g1'Osero, .bajo i humillante. La práctica de lOdas las virtudes seria el teatro de sus mas encantado¡;as distraccioncs. Ile dicho. XXI. somn; LA liRAMATICA JENER.U •• S~ores : La importancia de los estudios filosóficos i el vudoque la civilizacion ha tomado en c.Iprescnte siglo cn todo su complejo, requicrcll que la juventud quc forma la vanguardia en todo w~reso,. lH? los picrda de yista un solo momento para poder: COJltnbUlr con su contIlijentc á la obra comuu que es la causa de la humanidad. "" Las grandes cuestiones que hoi sc ajitan sobre puntos científicos, que tiencn al munúo en espectativa, i el estudio profundo i concicll7.udo de las ciencias i de la literatura en jencl'al, dependen "cn gran parte del conocimiento de1lenguaje. 1 como cs sobre la filosofía de este importante ramo que verBa etpresenteacto, me permitireis hacer sobre él algunas observ'acioilCS. Las grandcs obras del Omnipotente son asombrosas, incomparables; pero ¿ cuál podr1i. igualar al hombre? Alma, intelijeuc¡a, lihre albedrío, diferentcs órganos para el cumplimiento de su voluntad, i por Último, la maravillosa dote del lenguaje para cspresar !:lUS pensamiento/! i que sirva de intermedio entre la crcatura isu Creador, son Sl! patrimonio. Sí: el p.oplbre 'por su int~lijencia. es ell;ei ue la lIatu.rale~, es el cnee"predIlecto de DIOS á qUlen saco de la nada -!-le 111fundió una alma dotada de sublimcs facultades; es el ser espirifl1al'-quc puebla el globo, i cs ducño lIe los objetos que lo componen, . ~, La intelijencia dcl--hombre, destello del espíritu divino, lo coloca Cll una ('sfera infinitamcnte superior á. los ¡(cmas sel'es; sin ella el hombrc no toledistinguiría de los Drutos : los estrallrdinarios conocimientos queJla llegado á adquirir no exil5tiriall: el mundo :seria Ull inUlclu;o yenqo, mudo i :siJenciOi5Q. " -(;8l'eJ'o pascmos al lenguajc. Por medio de él la humanidad entcra comunica sus sen~ rimientos, SIlS ideas, sus pasiones: por medio de él es que .ros' fúósofos, los artistas, los mat€máticos, eu fin, todos Ios8abios han ensellUdo sus (foctrillas: por medio de él es que el ora-' dar derrama su elocuencia, nos agrada,. nos convence de loque trata de cnseiiar, nos conmueve i nos arrebata. Finalmente, siD el precioso don de: la palabl'a, Due!Stl"oel!pirit~ .JIÍ podria dar á, conocer á sUl'!semejantes sioomui ~pe¡:_ fectamente,.i--esto por medio de signos, sus idca8i SUIl¡nec~c sidades. Pero lo mas singular en esto es que no ha habido quien seiiuJe el tiempo q11& media entre una idea i su espresÍ<m. Al oir hablat'á un orallor vcmos la multitud dc ideas que espresa. Vemos la rapidez con que se establece una conversacion entre dos personas, i sinembargo, para que es.a conversadon ttwiera lu~r .ha sido necesario que ¡,¡emeditase sobre la Blateria, que obrase nuestra vohm1ad, que negase la voz al oido' del oyente, que entendiésemos-lo que !le nos decía, i t<!do estO. con una rapidez tal que apéRHs se puede imajinar. Pétmi~lf-me ahora que os trace á. grandes pinceladas el orljewpfob'a. hle del Jenguaje. Habiendo Dios criadQ al hombre "A su semejanza i habiéndole colocado con su compañera en el Eden,' rl'ebió nrceIo>-nriamenteslIl1linistrarles los medios de comunicarse sus pensa.nientos i sus ideas. Pero al considerar el lenguaje ('11 su orijen lo tendremos que hallar précisamente imperfecto, puesto que entónces nose habian podido invcntatsiilomúi pocas palabras para espresar un número mui reducido de ideas .. Es mili probablc que las intcljecciollcS ti.tcranlas primeras palabras que pronullciaj'~n los primeros habitantes del globoo Ellos al ver tanta variedad de objetos sorprendentes, al contemplaoi' por la noche ese inmenso cielo tachonado de' ésticlJás, esa multitud de cuerpos tan enormes que iluminan el espacio, esta naturaleza que á todos nos conmueve i nos deslumbra, el cantar de las aves, el zumbido del viento, el' ninrmulIo de las fuentes; no podria.n,ménos tpH~ prQrumpir Con laS: espresiones qne indican los ,:arios afectos deh~íJJn. fuertemente conmovida. Natural era que á. medida que se enriquecía el lenguaje se disminuyera el nÚlU~l'Ode-in~ioncs, como que estas río eran .sino un suplemento de &tras palabras que no se haIÚan aun invcntado, Es Illui vélOsímil tambiCJl que las priri1eras voce;,¡ <¡.UC se conocieron tuvieran alguna analojía en Sil slJuidiJ con los obj~os jOcpreséntados i que de aquí se orijiuase lo qllc~e UnIDa en lJelljUl J('U'atl armunía imital'ivlt, arlUO- ~ ()!.' - n ía comulI á todas las lcnguas. I.a manera de prolJUlicf¡U' las palabras es otra de las cosas q1le merecen atencion en I,t inf~ia,del lenguaje. Se '.podría Wlegurar que las voces el! eatoe,~mer08 tiempos se prommdaban con un tono fuerte í \t.&;~énía.sis particular, acompaiiando la pronunciacion de ~8 jestos i ademanes preSIQU._ para comunic.arle enerjía á la es· - ne~~~_~:~ D1Wf.iPRc;¡cion suc~siva de l~s .palauras, PXQv.e~.J. ll.uevas Ideas que se lb{lu adqml'lendQ por iQcKltl1..:~::li.~óDlernpladon de los divers08 objetos reales i abstracto$, elleoHuaje se fué enriqueciendo l>u:.:csivamellte. hasta que se consiguió que llegara á sel' abundante, variado i armonioso. Si el lenguaje tcnia cntÓnccs una pronV!lciacion áspera i un tono enérjico i ¡¡¡erte, así tambiell se deberia usar un estiJo. fi~urado i florido, efecto de la escaSC7. de vocesi de la novedad de objetos, No estando todos los idtol:Gas de acuerdoell las reglas gramaticales que les rijen. i habiéndose establecido an colOOl'cio i unas relaciones tan estrechas entre casi todas las R~,.. preciso era l«i~maR de estudiar la gramática dd idioma-patrio, conocer tambien los principios que les son comúnes á todos los otros. De esto e8 que 8e ocupa la Gramática jeneral ó tilosofta del len!1;uaje. Cnan<f()-~vemos la intima relación que hai entre la palabra i la idea es que mas notamos la importancia de este estudio, i al paso que las idcás ~e van perfeccionando se hacen mas claras i sencillas. Mas no se limita á esto su utilidad, PUCH á medida_ que ano se interna mas i mas-en las ciencias descubre en ellas ma.yore8-vé""fi1ajas~ La bÍstoria debe en gran pUl'te sus aMlantos {da Gramática jeneral: pues sin poner el lengnuje bajo el dominIO de la tilosolia i~norariamos enteramente los varios hcchos qU.€ ocurrieron la alltigiiedad, no tendriamos llOtici~ de las obras de nuestros antcpasados que l1an cQBtríbuido en gran parte á la civilizacion de los Últimos siglos i especialmente á la del siglo en que vivimos. De aquí ha nacido. ese vivo interes pOl'llevar á cabo los mas <filatadQ¡'!i penosos trabajos: de aquí ese crecido número de libr~s para if8plicar i-para perfeccionar el lenguaje i de a<¡uí tantos siglos de labor empleados para ponerlo bajo un plé filosófico i que merezca el dictado de culto, Un crecidollÚmel'O de sabios han consnmido su vida en dejar á su nacion una lengua '1"C mas pp.rfi!cta i lllt\!o; armoniosa !lina dc fuudamcnto para hacer progresar su literatura i como de tónica pal'a cntOllar todas las ohras del illjellio que en ella- hubieran de~aparecer. De aqui tumuicll 1<1dcduc~olil de <¡Ile d prilllel' c:sludio en -70<Íue debc haccl'¡;c al iutclltar cl camillo de la ciencia debe ser el dehdioma cn que se hayan de consignar los pcnsamientos propios i recibir tambien los ajenos. La Gram~tica jencral desentendiéndose de los idiotismos qne c1uso introduce siempre en todas las lenguas, toma ~J idioma bajo un PU¡¡to de vista sintético i en seguida descu~ \Jrc i analiza sus clementos, señalaild()cuales8on esas partes que se ha~ de enconú'ar prcNtim@te,~ 'tOduIas len:gua~ i cómo no podria' a:istir ningunlle¡- careciera' 'de'-ulte~'~!;r mentos. _ -.. - -, .- . En vista de lo cspuesto, podremos considera}' laGramá· tic a jeneral.como el cuadro sinÓptico de la filosofía del lengnaje i COI~O la llave que nos habrá de abrir tantos departamentos en que nos scrá preciso entrar si es que pretelldemOJ; adquiri!,: á Ion do el conocimiento de una lengua. e Mui distante queda de nOSOÚ'08el tiempo en que se conocit. el arte de hi Gramática, arte que nunca ba sido mirado como inútil i cuyo estudio cn nin~un~ época se ha <;le(ld~ña. do: pero en cuanto á la Gramátlca Jeneral es de inferuse q'lC no 3 pareciera sino despucs que cada -lengua tuvo:en Gramática particular, i cuando eUilósofo ob~rvó que los elementos que constitUyen el }ellguaje~ran fijos é invariablc!>,i que no habria idioma alguno que pudierll existir sin ello;;, La Gramática particular de nn idioma puede sufrir altcl'acioues i modificaciones mas ó ménos. notables, nacidas de los cambios que las lenguas cspci:imentan con el trascurso del tiempo; pero nunca sucederá esto con la Gl'amáticajetiel'uJ, pues sus principios fundados en la naturaleza no·peTe-cerian sino con ella, 'fodos lo.s actos de nuesU'o entendimiento se reducen á tros :,:,pcl'cepc-iones, juicios i raciocinios, i para espresarlos se veqne se nccesita de palabras que reprcsenten las sustl1nc das, sus diversas relacioncs i sus calidades: estas palabras se #laman partes de la oracion, Al dirijir nuestras miradas at' miJlHlo-, encontramos infinidad de objetos que llevan nOfll: hrea i)articnlarcs. Para nombrar estos se usa del nombre, ¡se divide en ,ms!antit,o i arljt:tivo segun que csprescn los nombres de las cosas ó sus calidades, El verbo sirve para evitar rooeos en la ellprcsion que harian confuSó- el_ lenguaje, i tiene por propiedad caracteristlca el tiempo, La pl"cposídon i la cOJ!iuuciou desempcílan ~n la -Ol;acion 1111 oficio nmi Remejant!l' La pr-cposicioT/. elilaza las partes del di~cllrso, la cOI/Juncian une las oraciolleR,;+:1 adverbi'!, va siempre lllodiíicallllo al vcrbo. 1 P'>l' último, la inte/jecciol! espresa -;1los vario,; afectos dcl alma. La parte de la Gram;Ítica llllC trata de la colocacion de estas palabras se llama gJ..utáxis. El llúmcl'o de estas es lDlli reduddo, i teniendo cad1ridiomasll jénio particular, las reglas que los rijen no son las mismas. No solo la palabra nos suministra medios para cOUluuiCanlOS: pues tambiel1 se puede haccr por medio de signos; i de ellos no se sirve solo el raciOllal siuo el irracional. Dellenguai~ -~atural se ~irve tanto el hombre l'OlIlOel :nJ,ñoi lQ8~~lfel'e~ vi~en:tes: por meftio, de este espresa~nueS~8 afeCtos I sentImientos. Estos signos por su naturaleza nos (;onducen á la formacion de la voz i la palabra. Pero lo que hai en esto mas asombroso, mas estraordinario es, que con un corto número de letras se )?uedcn ¡¡Irmar todas las combinaciones irnajinables. 1 ¡cosa -adlllÍrhhlc! todas las obras que se han escrito i se escribil'án, todas las lenguas í todos los dialectos que existell, todo se f~ma con un número tan insignificante de caractéres ! 1i quién es el que al contemplar tan rara com\l.inacioll no se queda estupefacto i confiesa lleno de fé i de humilla..cionlacbondad i poder del Ser Supremo? i El salvaje mismo en medio de su indolencia i su barbarie reconoce i compren-de esta estnpenda maravilla! La palabra aunque es un signo tle que nos valemOBpara representar las ideas i reconlar los objetos, sicndo de tan poca duracion i no pudiendo prolollg-arse su sonwo á hll'gas distancias, se hizo necesario el que hubiese un mcd~(Jde rcpresentar los pensamientos de manera que pudicrUll conservarse permanentemente i trasmitir~e en todo ticmpo á los pnntos masrecónditQs del globo :he aquí se¡iores el oríjen ueJa escritura. Pero podrá haber alguno que al detencrse untJflomento tí contemplar una cosa tan asombrosa no s,~(lIlcde estasiado i csclame lleno de reconocimiento: sí, hai un Scr OnmípoteDte criador de lo que existe, i que cuida de 11osotros ell el esc.abroso camino de la vida 1 1 ¿ cuál es el mortal que aIrec9noccr estO no da gracias al Ser Supremo llor 8cmejante beneficiQ 1 Habl()de la escritura fonética. A decir esto se comprende que hai varias especies de escrituras. Los objetos se pueden espresar de varios modos: por la pintura, por los jeroglíficos, ó lo quel es lo mismo, por la escritura idcográfiea i por la- est;ritura fonogr;ífica ó fonética. Al analizar los inconV"enientes que presenta la pintura enculItra~os _que~esta I~o'puedc c~pre~ar objet?s qll.e no seau matcrIales }del domullo de la Vista,} que la e.lecuclOn de cuadros 'lllC rcprcsentascn*icrtati ideas i ciertos hechos cxijiriall delIIusindo-'lit·mpo. Si pas<1l11o:;á 10.'\ jCl'oglífiClI!-;Jlotalll(l8 (lllt' -i2-para cada idea ll~cesital11os un signo especial, i ya se Vt~ (I\lt' Ja mernori~ lilas fi>Jiz no podria rctencrlos. Mas, si por una parte pre8c"nta gl"an'.s inconvenientes la escritura ideográfiea, aplicada al cálculo 110S lJena de admiracion al cOntemplar cómo con tan pocos car<,ctéres re\1resentamo~" todas 1118 cantidades imajinables. Por último la escritura fonética salva todos los incouvellientes de los otros sistemas de escritura. Las inmensas velltajaR que o(rece esta escritul'a i el grado de perfecciOll á. que. ha llegado boi dia, 119ncosas que apénas podremos coneebh' con nuestra débil imajinacion. Re~' montémonos á las antig\las sociedades, r~jistremos sus asombrosos monumentos; su gloria i su poder, todas las revoluciones de los iJnperios i todas las ~randes acciones de que las naciones autigllas se vanuglorían. 1 i creis señores que esto hubiera llegado hasta nosotros si no fuel'a por la escritura 1 Qué hub.iera sido del inmortal Homero, del divino PlatoD, del célebre Demóstenes i de todas las hazaiias que se rejistrall cn la historia de la civilizada i het'oica Grecia, si la cscritura no nos hub~er~ J~gado.elrecuerdo de tan preciosos momune~tos? J la lhbha I los hbros sagrados en que bebemos Illsabl'" .<Inría i la virtud ¿ creis que hubieran llegado hasta nosottoj;,? No señores ; es á la escritura á. la que debemos la estension de las luzes, por ella u'Mstimos á las lecciones de los sábios que estudian la naturaleza i /Se las revelan al mundo entero. .sin la ~scritura la historia seria una tradicion confusa, o/Scura é. incompleta de los acontccimientos, el progreso i las. luzcs del siglo XIX no existirian, ningun hombre se habria inmortalizado i los sábios no habrían podido legar al mUIHlo el fruto de su espericncia, el ejemplo de sus virtudes ni su saber: en resúmen, estariamos sumidos en el caos de la ig'no; l'ancia de" donde nunca podriamos sulir. En presencia de semejante portento, aun los mas sábios filósofos han vacilado en sus opiniones acerca del orijen de la escritura f(lllética i han llegado á pensar que no es cosa creible que un ser como d hombre se elevara hasta tal grado de sabiduría que descuhri~ra ulla cosa tan estraordillaria, i cn medio de su peloplejidad se refujian en la crcencia de que solo un Dios! solo el Criador del universo! solo aquel scr tan bondadoso que exi8,;te en los cielofl i que desea lluestl'u felicidad ha podido dotarnos con tan elltupenda maravilla! He dicho. -73XXII. BORRE L ..\ GRAMATICA CMlTELI,ANA; .-_:Vlilas son las carrerl\S que se prel'cntan para (}.ue el jliiCiti-deJ jóvell elija en cual se hahrall de COTl51umll' los di3J;i de su vida: entre ellas se encuentra las de la letras, que á. la ver~a4 exije ,gran ~a!ltidud de tiempo, i grandes recnr80S de parte del ~~tendlmlento para hacer un tal ~ual adela.~~i tóearp~t lo ménosen aquel grado de la escala, desde el'é1íMp'n-éd:f',>érse algo de la hermosa llerspectiva que debe pre~éi1tar un conjunto tan llumeroso de conocimientos, como son los que en Sl encierra todo el gran compuesto de !a litera~ur~. Per? entre estos ram(!s sw~n alguno~._qqt; 6;on lmprescl1l(hbles, I de que no podna nii<he quedar Ignorante sin esponerse al PUl1tO á perder el brillo de todos loseouoci¡l!.i~ntos que en cualquiera otra ciencia se propusiera adqUIrIr •. - _ ])igamos de Ilua vez, que uno de los ramos de la litera-tnra de que nadie puede pasarse, cl' la Gramática; i llllli par~ ti~JarmeJlte de la gramática del U1ioma propio; porque es roni ob"io que ~n~fs~e pasar á emitir Ú percibir 108 pellsamientos, se sepá c&mo ellos se deben "disponer en el ó~ano de la voz, Ó cómo deben ser estampados en la escritura. Así pues, d objl~l()ql1íl motiva el presente acto es la gramática castellana, i segun costumbre, :íntcs que podamos arcanzar el honor de COllteslar vuestras pregulltas, 110';;permitireis dos palabras. El mundo literario, así como laH ;l1·tes liherales, tienen pan et -bombre los mas fuertes é illcontral-ltables atractiyos: na.die hM privado enteramente del gm.to de sus encantos, to' dos los admit·an, todos 1m; desean i todos son dominados por ellos. Bljcnio meditabundo queda extasiado en la contemplacíon de las copias que al vivo se tomaroll de la nllurale'l.a; el hombre amallte de. los placeres inoccntes, como que hace pasear su espíritu por entre las apacibles avenidas del hennosoJaberinto;cl filósofo se recrea al mirar delante de sí tanta copia de- a,suntos, tautas armouías prodijlos;l.s, i tantos resultado~ admirables, cuyas causas ansia por desentrañar i descnvolver: i cuando el jílVcn cstudio¡;o llega ;í, acercar!?c á fucntes tan abundantes eIl recreos i que vicrtell por todas partes la feÍiddadn¡.as pura, ya no piensa sino en gozarIas; la vida mas br~a la COll51ide-r<l mili corta p;1.ra disfmtar de placeres tan" dignos del hombre. Pero sigamos eWlmerando los efectos que las letras producp.Jl cn la humaniaarl. No hablemos del carácter suave que c -74el/aR imprimen en el jenio úel hombre, ni de los ahllndantc~ para morijerar las penalidadcs de la vida, ni reparemos tarnpoco en qne han sido el agradable ¡oportunísimo consuelo de multitud de desgraciados, á quienes tina suerte advcrsa ha mantenido sumidos en larg~8 prisiones i privados de la dulce voz del amigo, del anciano 'Padre ó del amoroso hijo; veamos solo lo que sucede cuando las letras imperan sobre las grandes masas sociales. La fuerza i poder del razonamiento se hacen sentir en todOll los corazones, llevan su intJfiencia á todos los j~cios del entendimiento, 'i siempre son dueños de las mas· i"eIlístidas voluntades~La literatura forma al orador, i luego este se apodera del qu~cr de la multitud, la manda, la_conduce, i la dirije á Sll arbitri~ nnas veces persuadiendo los mas import"cÚrte¡;¡ designios,"" enardeciendo la fue-rza que ha de impulsar las operaciones mas fecun~as en benéficos resultados; oteas veCC8prodigando eonsuelos i llenando de un re¡;ignado valqr á Jos corazones aflijido~, que lamentan una calamidad publica; en ciertas ocasiones suspendiendo i dejando como yerto el brazo que ¡;¡ehabia levantado para dcscargar un .golpe jnju¡;to; i cuántas otras veces acallando la muchedumbre concitada, que atrop·elIadamente se moviera para esc«lar el edificio social, hacer correr la sangre en el hogar doméstico, llenar de luto ti sus mismas familias, i furiosa i sin tino deshacer aquello mismo que á grandes pcnas ~e habia podido adquirir. A,¡j es como Ja SlIcrte feliz Ó dcsgraciada de un número de asociados pendc de las espl'csiollCS de un hombre. La litcratura se nos presenta tambien organizando i COl'rijiendo las costumbres. I.•a vemos exhibil;!ndo en BU teatro lecciones saludables, i g"l'andes ejemplos de justicia, parae-nscñar la piedad, para hacer odiosos los vicios i alIDonizilr la vida, cual convendria á la especie humana. Contemplemos cl mundo en que vivimos, ó el en que otros vivieron, i allí ve¡émos como rc/lejados en el mas puro espejo, las costumbrés del siglo con toda su deformidad (¡ hermosura.- Alli comparamos; allí vemos lo que habria debido hacerse, cnando tal vez se tomó una scnda contraria ó una determinacion que nos arrastró al error. En esas escenas finjidas se.nos muestra cual debiera ser el mundo moral que debiéramos formarnos para nuestro goze; i cual es el hombre que verdaderamente debe ser tenido por justo. La literatura ha sido la que ha hechQ gustal' la lengua de casi todas las nacione¡; i pascar por todo el mundo tantas i tan bellas creaciones del pensamiento. La literatura hare que Fenelon se hag-a dueiio de todo ese poder de que dispuso cnando hablaba ó escribia; i es la qll~; en nuestro tiempo meúios que proporcionan -75puso por algunos instantes en manos del diserto Lamarline la suerte de la :Francia. 1 es por fin aquellaft..en.a que arrebataalespiritu, suspende nu~stro ánimo, para 108~ri'an ques 4elaa pasiones violentas, conmueve nuestro corazon i deleita-el alma. --:"pérose me dirá, no se trata aqui del poder de la e1ocuenecia. ni de los muchos i variados encantos de las letras: se trata de la GrtQIlátic ••.•castellana .. _X () ~p~re: no podía hacer mejor ápolojia de la causa. que~~o ánteioJsus efectos. La Gramática es la base de ese gran edificio que componen las lctras: ella es recomendada al historiador, al orador, al poeta, al político i al hombre que está destinado á ulla sociedad refinada en costumbres. Ella fija la intelijencia de los libros, rectifica el pensamiento i descompone, como en un laboratorio, las partes con que forma mos las proposiciones. Ella nos enseña á quitar lo super l1uo de nuestras enunciaciones, nos muestra lo oscuro _que $e encuentra en ellas i nos indica el camino para correjii1as,no ~g~la manera de hermoseadas i darles aquellos toques qne'PfOducen efectos tan agradables en el lenguaje. En suma, es la principal fuente del bien decir. La Gramática, como todas las artes, bª ido haciendo sus progresos desde tiempos mui lejanos, sin ~ se pueda asignar cual ha sido SIl mas brillante época. Pero tampoco queda duda que sus progresos han sido mas rápidos desde que la filosona ha alcanzado á dominar mayores porciones de la tierra. Es ~eJ!dad que ha habido casi en todós 108 paises que hantemdo aficion por las letras, hombres que han hecho époc(i-en 10$ anales literarios por SllS conocimientos en el arte de bien decir; pero no por eso se ha dicho que el arte haya quedado perfeccionado, ni que esos illjenios hayan podido obtener al ménos una mejora que se haya allegado mucho á la perfecciono Siempre en reformas, siempre inventando nuevas nomenclaturas i haciendo nuevas divÍ!Úolles, i siempre buscando la cla&ficacion mas propia quP. debe tener el idioma; pero hasta tUlQra(segun la espresion del poeta latino) las lu~ chas entre los gramáticos continúan i la lítis está por decidirse.! para esto parece que hai razon, porque se comprende cuan variadas son las formas i maneras en que puede ofrecers~ una cuestion de lenguaje. Pero sea de todo lo que fuere. al literato toca hacer el hondo exámcn de las cuestioncs que se debaten, i al joven que estudia pertenece preguntar en donde se aprende á filosofar sobre una lengua: i luego que se le haya aicho que''' en la gramática, estudie con cuidado el arte i siga las opiniones de la escuela que mas razonable le parezca. -7() - Uoi podcmos glol"iul"lloS'de posccr un númcl'O bien COllsiderable de gramáticas españolas, que hall sido elaboradas dentro i fuera dc nucstro-pais. i varias de eUas escritas con meditacion filOBófica, i pureza de estilo pero quien sabe sipregllntamos, cual sea la que haya obtenido una u.n~~r..~l aprobacion, no encontramos la que cstéseñalada wueilÚl:tHo· 4re de- la opiuion jeueral, sin duda porque el c;onociniíe-nto i aáeglode una lengua será aca.somuchQmas4ifícildelo· que ~re~e al simple eJltámen; ,~no~es niera d.~la.:.l?i.iS.i~ilidad ··ilti,·wcosueI-que al nn scelU:uentren 108prmClpl08 l,bases efilidas sobre los ·cuales se pueda levantar el arte con toda la ~olidez ti inmutabilidad que él requiere. Muchas sutilezas hai que descubrir, muchas anomalías que notar Cll él; pero llObre todo, mucho el númcro i muchos son los jiros de sus ínmensas combinaciones. De tal mauera, que siguiendo el lenguaje el paso veloz del pensamiento i por decirlo asi" ~rápj.da 8uccsion de los wstantes, marclu\, como atado á cse ser pel1sant{! que no ticne nittocha fija, ui medida exacta en il~ velocidad de sus juicios i concepcioncs. De aquí resulta , por qué no se ha podido asignar el verdadero nombJ-e que deben llevar los tiempos del verbo, ni la precisa denQmi~don que deba darse' á. laa pl'oposicioJief!" con otras mnchas irregnláridades!;IR corren igual suerte. Mas, como en mi actualruzonarnimib serian :\jcnus cuestiones que habrán de determinarse :lJlte el trihunal de la literatura, dejar(, aqui este aSllnto para pasar á otra cosa. i Podria alguna vez ¡,;ernos indifercnte el artc que nos fa.dli~»,~spI:e&ion de nuestros juicios i nos da seguridad de ql,l~~u.ello que dijimos era. lo qUll queriatnO& ·d~cir·~.'. nada mas1 qué nos guardase contra alguna ínrorpretacion mafIS"ua que se quisiera hacer de lo que inocentemente habiamos proferido. No: la Gramática es en el idioma lo que ta agujá' l!1ugnética cs en el camino del mar. Aquella enseiía al cscl'itor su rumbo, i le muestra en su auáli8is los desvíos de sus proposiciones, i la otra es el consuelo para poder abordar ála tierl'a deseada. Las lenguas hoi se están haciendo la competencia de la .perleccion: las diferentes fl'lKciones del. globo se erilpeiial~ eil mejorar cada cual la suya, i datle ascendiente sobre las de mas, euriquec:iéndola con bellos i útiles escritos, q~e bal)}'~n de ser C~DlO el in,centivo para, aprenderla i estudiar/a. Nlngut:U( naCIQU.s~ aViene á. que su lengua sea antitilosÍltica ó bárbara, todl\J:!'clilmnn pOl'·la superioridad i e;xcclcllcia que se I:llcuelltra cn el vehículo que sirve para comunicar sus ideas: i cuaudo la fUel'7.ade una verdad les hace confesar ¡llgUllOSdefectos, C01l grUJ,l,cuidadQ prOClU'an COlllIlCIlSal'lossnperabuudanlementc COIl dotcs ya reales ó ya es ~77iUHUiuarias. 1 cuando Ull ciudadano cn una ticrra Icjau<l oYe' los sonidos COl! que principió á conocer las cosas.en IOf~priJ lUeros momentos en que, lll$' yeia,j,--se las esplicaban,sieiKedentr9- de sÍ- aquel : placer rjftiu80 qne ha venido á causarle st~tdo de su cW'ohoAAt~ recuerda tal vez las voces COIl ":Mt\carieíadó:i~_ ••qneltos que le dieron la vida, ó la de .aquellOs que- le reprendían cuando erraba. L-a oo:lturn,eudl~nguaje no puede cOllseguirse sil} Cs~'~:~'~:'~;;Alicmapt9pio. Esta cultura J'evela casi "••• ~,lJ(-iñii¡'~i)a.buena educacion del individuo. En:yano8epretcndcria hacer algunos OU"OS adelantos cilla literatura i especialmente cn los idioma~ t>:,;traujeros, sin eo)locer el nuestro con perfeccion: cn vano sc intcntaria ligllrar cn el mundo literario, i cn vano se eSl,eraria outener el nombre de literato. Preciso es, pues, estudiar nuestra lengua con todo el esmero posible. Este es~udio nos ~';lrá gustar con m~l,'I.a~~ toda la dubura de Arna7.u, la satlra de Quevedo, Ja'lIl.lClllll-dad de Cervántes, la melifluidad de Zorrilla, i la gracia de Garcila:w. ~ ,,~Nuestro-idioma es tan yarimIo, que se acomoda perfecta~ mcnte á_todos los estilo,¡¡,á todos lus pensamient08 i á. todas las profesiones. El es grave i ~erio par~or~Jista~li'6tleIlte para el orador polítlCO, I\laJestnoso é"lnipOllell((~ para el orador sagrado, dulce, elegante i melifluo para cl poeta, fácil i lacÓnico para el comerciante, i accesiule para el artista. Si, SellOl"eR;el idioma castellano, el idioma que por mas' de tres siglos fué elencauto de .Europa, cs el que h()i- rero~'-t laateJidt)Jl i cultura de la juventud: i no-se crea qpe:1ixajero; recórrase la historia literaria de Europa, i la de E5paña,en particular: véasc cuánta gloria, cuánto injenio sobresaliente, cuántas figuras colosales aparecen en su histo" l"Ía desde el reinado de Cirios V, hasta la decadcncia del reino en mano!:!de Felipe IV! Todo este periodo fué una serie no interrumpida de gloria para E8paiia: sus armas prcponderantes en todo elcQntiuente se hacian los áruitros de los reye~i'~'Jafi~naciones, i Sl! literatura floreciente se enseiio~tiba de ftJdas las otras literaturas: eutónces los Cervántes, 8Dlis.:~GÓngol'U,Garcilazo, Lope de Vega, Calderon de la llarca,:eana,.uno en su jénero colocaron el idioma Espariol como el primero: de todo810~ que tienen su oríjcn CIl ellatin. '.' -'Pero su superioridad flo'¡:'l;ltriba en eso ¡.;olo ; el idioma que- nosotros hablamo~ traido ;1 la A mrrica por nuestl·Oí! conquistadores está destinado por su abundancia, sonoridad i cnerjía á seguir avtmte en su gloriosa canera i hacer en h América Española su mas lucida aparicioll. -iHE:; cierto que hoi hai otras literaturas á las cuales les ha llegado su tiempo de florecer, i que han encontrado jCllios que las impulsen; pero la literatur(!. española tiene dos mundos donde con empeilo la juventud'se e8fuerza en sacada de ese letar.go ~"atal,en q\le la hab~an dejado 8umeljirse losjenio8.~"e" Ibena; 1 entonces la América retornará con prOfU&10n¡l¡Jlu! qu~e ha v~l1ido de ~ltral1.lar. :Una nueva literatura s.e pt~ra en la América EspanoIa: 1 entonces entrenósótros°tamblen npal"eceránj".nio~ q':le 0p9ner á Io.s de Ca~en-s,K:lop~tock,~yron, Lamartme I VIClor Hugo. Es á medIados delltlglo XIX: qHe digo esto, i Ri se ha dejutgar por el asiduo cnltivo que actualmente se le da al idioma de que me ocupo, dentro de mui poco tiempo la literatura Hispano-Americana rebozará en todo lo q\le hai de grande i bello en el campo del jenio i de la intelijencia. _01 si este empeño hai en el mejoramiento de In lengua propia i si fodos estos placeres derivamos de ella ¡,podrérnos ser indiferentes á su estudio? ¡,podrémos hastiamos de sn tilosofia, i abandonal'la como cosa inútil é insipida que ningun bien HOS trac, Ó que nil1gun placer nos presenta? ¿"Dé!..jarémos que otros m!joren su lengua, se alcen sol08 con el triunfo de laliter~a, i hagan recaer sobre los que gozan del hermoso Ieng\í1ljj' castellano toda la afrenta de su ncgIíjencia? No: la lenina castellana ha sostenido Sll dignidad que le dejaron los primeros que con tanto empeiio la mejoraron, i no le han f"altado nuevos injenios que la enriquezcan. Es de las principales en Europa, i es la primera en América ¿ qué mas le falta 1 Que no se olvide su cultivo, que lajuventud haga con empeño su estudio i que cuando hayaadq*iri· do los ('stensos conocimientos que son capaces de in$pirar l'espeto i ¡¡teucion, los deje consignados en esta preciosa lengua, (lUC tal V<:1. jamas perecerá. lle dicllO. XXIII. SOBnE )'A ARITMETICA. En medio del estenso i fecundo campo de la !;1ihi¡dur;a se ostenta lleno de maje8tadtdegranaeza un frondoSOá.!bol, bajo cuya sombm hunuacido, !ie conservan i fructificaÚ'ótros no ménos estimables. ¡'~I cubre con sus flexibles ramas, ador~ na con sus flores, i fecundiza i alimenta con sus dorados frutos ulla g-rande estelIsioll del campo qne lb sostiene. Su clevacíon i su POdN son talcs, que, encumbrándose en las reo -í9- jinllp.s del espacio, ha llt'gallo;L clnlllillar i ;i >'II.1('t:1r ;', ::;1I illI(H'rio el mundo telcscópieo. Este árbol es el de las m\llcmáticaA, árbol que se divide en tres ramas distintos; aquellos bajo los cuale3 ,se' representan las 'cantidades, á saber: Aritmética, 41~.bfaj Geometría. Del primero de ellos debo ocuparme en e5tii''V'e7. por ser el objeto (ie1presente acto. Desde, el momento en que el hombre se apercibe de la eiÍ8~;I)cª de ~< opio s,er i de los objetos que le rocman, di••ijie. '. ~~__ jma mirada, desde enlónces coneibe en ~;~e:.' __ -=:. ,"1il'unidad i Juego la de la multiplicidad, ó' seª, <ieI-ñ'úmeró. Las relaciones i comparacioncs de las rosas, de los tiempos i de las distancias lo hacellUeCe<'1ariamente entrar en el cálculo. Mas, á propol'cion que van allll1cntándo;;e las cantidades ó las unidade8 que entran cn el campo de sus composiciones ó im'c8tigaciones, los cálculos se complican, i el hombre necesita entímces un arte íl una ciencia que asegul'c dichos dí,kulos i que los simplifique i Im~ abrevie. Es la Aritmética la que llena este fin. Acostúmhrase en'ocasiones CO\1l0e::;tael haeer b apo(ojía de la materia de que se trata. Pero hablar de las Hntajas de la ciencia.de la Aritmética, entrar en el análisis é inve;;tigacion de sus primeros ensayos, sus adell\I}~Qsi progresos i el ausílio i poderoso empuje que ella ha dIIi!I»~ las otras ciencias del saber humano, seria emprender nna tarta casi interminable í tal vez innecesaria delaute de vosotros que nada ignorais de estas circunstancias. Me limitaré tan solo á manifestar algunas de ellas; pero ántes permitidme que os haga una relacion aunque incompleta del curso i progresos de la Aritmética. He dicho ya quc la idea de los números, que el meeanismo de sus combinaciones debió comenzar con los hombrcs, como que les eran indispensables cn sus [>rimeraH llecesidadeH i en sus mutuas relaciones: por con:>iguientc no es dado aseverar ni conjeturar siquiera con alguna segnridad cuál fuera el primer ensayo en que se tratara de sujetar los dlculos á reglas i colocarlosen el rango de la", ci{'ncias, ni los pr.o,greSQ$Í el perfeccionamiellto que el uso i el tiempo dieran á. la. ciencia de la Aritmética. El hecho es, que la histor~ DÓDOS habla de ella hasta pocos siglos ántes de la ~ra criBtÍililn. , Pasaré á dar una Jijera pincelada sobre alp;nnaf< dc las partes principales cuyo oríjen i perfecciollalllicllto se conocen. á fin de que este lijero recuerdo ceda en ohsequio de sus inyentorcs como un sencillo tributo dp homcnaje i de re¡.;peto. o .' -~Sábese que el admirable i maravillo!'!o ~istema de ('ontar ·de diez en diez, q lIe sin duda pudo tomar su orijen en el número de los dedos de nuestrusmanos, era, ya conocido de ~~Í1 ~aciol~' de la Tracia de <I.tleAristóteles'llos habla. E~te lU,JcnlOSOsistema de numeraClOn que hace la base de.la,4(ltmética, eracolJocido por 108 árabes ánte¡; de penetrar'en la Europa; i ellos se llevan el honor de haber inventado las .di~ ('ifras que.por esta raZODlJe,:an el nO~PJ'e d~"arábigas Al célebre Pitágoras sedel>~ ia itl~(looioJl '<le'J.tl,;imeni9SQcuanto útil tabla de muttiplldll'"llamada pítag6rica,~I1~ otros machoS adelantos sumamente importantes que haill: venido á ser la base de los progresos de la ciencia, progresos dehidos en gran parte á los discípulos de aquel filósofo á quienes algunos atribuyen la invencion de la estraccion de las raices cuadrada i cúbica, i aun la de las proporciO'ncs. Faltaria á un ~mgrado deber si no honrase mi relato con el nombre del esclarecido AJ'químedcs, ese malogrado jenio honra de su ¡;;igloi gloria de su patria, que inventó i lIeviJ á un alto graJo de perfeccionamiento la utilísima teoría .cl~las progresioucs, i al cllal se deben otros muchos descubrimienMl8 asombrosos de cuyo precioso legado nos privó su prematura i nuncíl.hiell set¡y.J.a rilnerte. }¡UCho8 .otroafilósofos pudiera citar aquí qUe.h~-<Jndo impulso :í esta ciencia importante, tales como F.rató~tenes, Leilmit7., .i\"ewtolJ, Diofante, Beda, Juan l\liillcr i otros muchos autiguos i modernos, A. este último se cl'ée deber, los primeros tl'ab~os sobre la gran teoría de las fracciones decimales, famoso descubl'imieuto que adelantó los límites de la Aritmética i simplificó los cát',uJos de una nmnera tan a!lombrosa, que los comerciantelJ:'1(e,~a8 las naciones (';vilizauas han convenido en que este sea el mejor i mas s~ncillo sistema de cspresar las partes de la Hni~ dad i de él se ha tomado la base i el principio del gran sistemamétrico de qne os hablaré luego, Las matemáticas animaron cl noble ardOl' de Stitfels, l'clletif'r, Maurólico, Vieta i otros m~hos, pero estaba reservado al escoces Juan Nepe!" el nunca bien ponderad~ iuvento de los logari~~los, ~~~edió á luz e!J..el siW:oX:YIJ~~~ste adelanto~stenrllO prodlJlOsamente la l1t!hdadde-,lflAJf~, i causó por decirlo así, en la Jeometría, 'rrigon.()Jnirtritd· As. tronomía la mas feliz revoluciono Basta comprender la facilidad i rapide~ con que se e.ieCl~~a~laBoperaciones por medio de los log-ari(mos para reconocer su alta importancia iadmi. rar al inventor, Al tratar de la Aritmética seria faltar á. la justicia ial debc!' mas sagrado, el deja.r de mencionar aquí el nombre de la Fralleia,dp_.csa célebre nacíon tan entusiasta por las cien· -81- cias i las arte8, i que tiene la gloria de haber sido su gobier. llO el primero que estableciÓ el sistema métrico decim¡lJ. lo.· mando por unidad la invariable i natural medida del metro~ Ó ~~~_-lad¡ezmi~onésima parte· ,de la distancia que media entre el Ecuador 1 el Polo de la tierra. - -Pero no es justo hablar del sistema métrico decimal sin traer á. la memoria el nombre esclarecido de La Condamine, de ese s¡ij)~9J~fatigllb1e} laborioso á C~lYO entU1'liasmo i de~vel~ ~dellen los trahUJ08 qne han vemdo á arreglar las Unldades fimdlÚnentales de dicho sistema. ' Innecesario me parece hablaros de la comodidad, importancia i facilidad de este utilísimo si8tema i de su preponderancia sobre todos los otros establecidos; vosotros sabeis bien que ellas exceden á toda ponderacion. Es en verdad digno de sentirse queseau pocas las naciones que haJan adoptado hasta ahora este sistema; i preciso, aunque penoso es df:cir qne, si todos ó la mayor parte de lo!!"pueblos civilizados -no lí) han instituido, es sin duda debido, no á qne ignoren su sencille~ é importancia, sino tal vez á la rutina, al or~ullo Ó al capricho. Pero vendrá un dia, que tal vez no está lejano, erique el sistema métrico decimal sea el sistema universal de pesos i medidas' de todos los pueblos esparcidos en el glo- b~ . Finalmellte, las aplicaciones de la Aritmética han llegado á tal punto de importancia, que á fines del siglo XVJJ se estendieron á asuntos á donde apénas parece que podria alcanzar su dominio. })ascal i otros sabios la aplicaron á las combin~(l.!!;~!:u;le.lo~juegos desuert~. Petri redujo á cálculo el númcyp-lleh-abltantes de una nacJOn, las mercaderias que pueden consumir, los campos que pueden cultivar, los frutos que puedc.t;\ recojer, la cultura, las entradas, salidas i prodUCCIOnes-acl comercio, la navegacion, los gastos del tren administrativo, i en uua palabra, todo cuanto puede interesar á. un- gobiel"oo: -así formó aquel célebre calculista una aritmética: polít~a-quc fué como ensayo del arte de con.ietll~ar, el cual-toflÍ(H(1.~8PUe.s aume~to con ~os l?rogresmj ,del AI.Jcbra. PeroiLe~.vo mas léJos esta CIenCia; él llego á aplIcarla álaJqrls'prú~cia i á la moral para determinar varias cnes~ tione.r de cá.léulo que estas ciencias implican, entre otras la usura i el i~tei'es del dinero. En una palabra: la ciencia de la Aritmética ha llamado laatencion de todos los hombres que han pretelldido gustar lOs frutos deliciosos del árbol de la sabiduria. 1 no puede ser mén-os: ~a!l B'rande i tan ?stc!l~a es su it!ll?ortancia. De ella me permlurels hacer una hJulslma esposlclOn. Nadie ignhra qne sin eJconocimiento de la Aritmética ll'-,:: uo puede darse IUl paRO l'n ningun otro ramo (le las Cielldas exactas, especialmente en las de contabilidad. El estudio de eUa es pues esencialmente necesario para el manejo de la hacienda públi~a i particular. Tambien e~ in~ispen~lej}U todas las artes 1 en la mayor parf,e de las cle!lclas. Mut~: vía su dominio es mas estenso. Es un hecho induda61eque elpabio j el ignorante, el rico j el pobre, el hombre ila mu. jer tod,M i cada uno en ~u clase ien su profesion,~od~s cal~ ~ulan 1 comparan 108 numeroll, por censigniente necesitan principios de la ciencia. cual mas cual para I1'i6"JJ08~1'40~s esto de penétrarse..ue,jo;¡ Preténdese sin (Iuda que su estu'dio esmerado no es de tan alta importancia para los usos de la vida comun i doméstica, i que para ellos bastan las lijeras nociones hijas del capricho i que dejan la esperiencia i el cálculo natural de las C05~8; pero este error craso, hijo de la ignorancia i de la torpeza, es ('1 triste producto de la preoéupacion i de la indolencia. No hai necesidad de grandes ra7.0namientos para demostrar la evidencia de esta verdad incontestable; bllSta observar lus frecuentes é innumerables errore~ en qu'tH:ae'n á cada pasp los que calculan por fantasía. ó mejor'dicno.por capriéhó ó por rptina i sin reglaR que les sirvan de guía en SIlS investig-acioifés. Con frecuencia oimos C}ul'jarse á. una multitud de individuos <{ue, ig'noralltes de las reglas de la Aritmética, sc apropian el tÍ!u10 de com(,l"ciantes, con frecuencia digo, se lamfutan del estado atrasado i decadente de SUB negocios; se qu~ja tambieneLlabr~dor despues de J'ecojida Sil cOlSecha, de lo infructOsodesu,s fad~_e~quejll el artesano de que !'tllsalario 110 eorresp'onde· ál¡C.fa~~Ul de sus trabajos, al costo de sus materiales, ellos i otros muchos. todo>! á su turno se lamentan de sus pérdidas i del mlll estado de Sil industria ¿ 1 á qué pudicra atribuirse el ()Jijen de SliS dCRg1'acias? y o lile atrevo á aSC"C1'a1'sin temor' de eq u iYOCarml! quP la razoll principal i (uente primordial de esa!! pt"nlidas, de csos sufrimientos i de esos atrasos, puede no !ler otra cosa que la falta de cálculo en sus especulaciones, ó mcjor dicho, la ignorancia d,e la Aritmética, 1,}1 mayor ptlrle de las quiebras ó bancarrotas de los comerciantes, la ruiná de mnchos empresarios i el desf..'l\co de muchos artesanos, no hai que dudarlo, provienen de lainditerfmcia con que han mirado la antorcha que los,habi;1 de iluniinar eu sus cálculos. Acabo de haceros, SeilOrl'S, una lijera i mui desordenada rcllciia de la historia i de la utilidad de la Aritmética; pero ántes rle abandonu1' este lugar, cumple á mi deher el prevcniros injcnualllente que del rápido cuadro que acabo de bosquejar, uo debeis dedu~ir el que nuestros conocimied'lm; sean '"as tos i profund9l;4?n la materia. Sencillas son Ú la vcrdad las rc- -83- i su estudio a-inenísimo i delicioso para bien su ~p~r~ taJlCl~-;. -pero el estado de progreso 1 adelanto en que tl'h@ colocaao'ros calculistas le dan una estension tan considera~ - ---;t(ecinosotl"Oslos que componemos esta clase jencral nos eramos á la entrada apénas de los grandes resultados equeeJla ofrece. Quiera la Divina Providencia concedemos mas tarde e$te ñ'l~o campo desde el cual me dirijo á. YOSOtrOstpaI'a:Pl'fJ_~JIlr6e con sólidos conocimientos una praeoa re~l*,:~t«!-amamoB la dencia i- de que aspiramos á ser mer~8 ·de tal> cOllsideraciones que se gana en la sociedad uníverl5al el hombre de saber, llc dicho. glas de la Aritmética, el ql.!~sabe aprecial' la ciencia i c0I!lprende XXIV. SOBRE LA ASTRONOMíA, . Habiendo &ido designado para llevar la voz ante vosotros en él acto de Astronomía, cumplo gustoso COIl el debc¡' (lile se me haímpucsto, -aunque reconO'¿co que mis fucJ,'Las son dema· lSiado débiles i mis conocimientos mui lin,it~ para poder siquiera daros una irupcl'fecta, idea dc UII ramo tan elevado. Seiiores: Una de las ciencias que mas han llamado la ateucion del hombre es sin disputa la Astronomía, como lo atestigua el hecho diiÚw desde los tiempos mas r~motos hMta hoi no ha· ya eeB<Ido"íle comtemplar absorto las·estupendas maravilla!! ,de la bóveda celeste 1 de todo el inmenso espacio qu_e Dios con su omnipotencia sujetó á un órden de leyes estricto i admirable, _ Entre los Jlrimeros puehlos que se ocuparon del clltlldio de esta ciencia, se cita á los Caldeos por los histol'iadoreR profanos i sagrados, i fueroh aquellos pueblos del Asía los quc dieron á.la cntónces naciente cicucia un impull<o podcroso, aterididQA]os eRcasos medios con que contaban para anan('ai'le Retrctos á la naturaleza, ·~8tos hombres ociosos i pacíficos,-pastorcs en SlI ma)'or parte,-favorecidos por la calma i el silencio de las bellas i !lerenas- noches de su hermosa comarca, no podian ménos de aizar lo!! ojos hácia ese magnífieo firmamento i entregarse á. observar extasiados ese coujunto prodijiof!o é inmenso de cuerpos celestes, logrando hacer de este modo algunos import~J1tes -descubrimientos, nO.iQbstante que en e¡;08 remotos ticmpos no 8C 'tollocía ning¡S¡n clase de instrum('ntm; astronómico¡; quc facilita::scll las observaciones i los cjJclllol'. -84Despues de haber florecido la Astronomía en la Caldéu1 se lnsmitiel'on los conocimientos que allí se habian adquirídQal Ejipto i á la f:recia, i uno de los primeros que se distingo,ieron en tan int~resant~ i gr,andioso estu~io fué T.,áles de MJleto, célebre geometra 1 astl'OllOmO que h¡w lltpr~· 1'3 esp1icacion de los eclipses i calculó con exactitud 8U liparicion. ,Mas tar?e v,ino al mllndo_~oloméo. em~Í1te ~~~grarai .a&tronomo eJlp<:lO, autor de vanMoñras (;ie~fica~n del..injenioso sistema astronómico qtle lleva su nombtei que-~9idel'a á la Tierra como centro del sistema planetarióc ••-sooma aceptado en EUl"Opa durante catorce sigl6s, hasta que el inmOl'tal Colon con el portentoso descubrimiento de uu nuevo mundo i el célebre Copérnico, examinándo todos 101'.1 sistemas que habian aparecido hasta entónces, revivieton ~t:ya conocido por Pitágoras i su discípulo Filolao, filóscirosgriegos de de la antiguedad. El racional sistema de eopémico, que ha inmol'talizadd @u nombre, i que considera al Sol como centro del sistema planetario, al rededor~l cual jiran todos los planetas de occidente á oriente dellcri~~do 9rbitas elípticas,- apareció á Inediados del siglo XV-I~~tituyó al de 'foloméó,. i es hoi día el jénel"$.lmeiite adoptadoeu las nacjones~iviJi'1;adas. De aquelia época hasta nucstl'OS dias la ~1\stl'oDomía a~siliaua por las altas matemáticas, ha continuado haciendo grandes conquistas i ha llegado á un alto grado de perfcccion debido á los intatigablesesfuel·zO$ de Ticho Brahe Galiléo, New.toD.• Kepler, H~rsclie!, C~a8mi~,:l;a: }lJa~_~ i ot,ros grandes )emos europ~ 1 americanos. Pero ya q1ie1leh~ebo una rapidísima reseña de la historia i progrf'sós de la Alti'oDomía, pel'mitidrue decir unas cortas palábras acerca de su úti1idad i sus aplicaciones, La Astronomía considerada bajo el aspecto de sus aplieaciones prácticas, ('!'; un estl~dio iml?ortaute i aun neCeSal"~O para toda persona de edUCaClOl1 e~erada, pues por medIO de ella !'ie calcula exactamente, la época i aun la dllrl!ciou de varios fenómenos celestes, tales como los eclipse8,-se.{'_o~()ce la distancia de los cuerpos celestes á la Tierra, ¡;¡u volúmfm, /Sus revoluciones, su- masa, la intensidad de su IU7-, su curso, no obstante la prodijrosa distancia á qne- se encuentran de nosotros. 1 es precis~mcnte·de~,qlle se demostró de una manera palpable que la tierra jira al rededor del Sol i ~l rededor de su propio eje, que ha venido á enriqueceJ;'se esta ciencia con una no interrumpida serie de descubrimientos, i ha llegado á ser tan vasta como cierta i matemática ·en sus demo.~íl'aeiolle;:,' -~Pero prcscindicndo de lo quc acalJalllo8 de dccir i quién negará que la Astronomía es U11 complemento i a~ili!lr podel'osode la interesantísima i útil ciencia 'de la Geograf'ra 1 La N~tica no se puede siquiera concebil' sin la Astronomia, }l!J~,qil.e está basada en ella: sin los conocimientos que dc~6 de su estudio, no sepodria tener comunicaciones de ninguna eape_cie con las diversas rejiones del globo, i sepllrado$ _~-lo~Ql~s, los p\1.cblos vivirían aislados i sepnltaAOtI-enJ • .:::--'-:=-¡ailal$~f)Cupacj~mes: el comerci9 estcriQrJlO_~' : _i-elmari~:~~poc4'jillanzarae á merC!:d' de liUf:"_sWconsultar á los c;elos, por dccirlo así, para que lo guiast'n é indicasen su l'umbo al traves de los bonascoso>l mares. La Agricultura, esa llobilísima cÍencia,-':fuclltc la mas pura de l¡¡ prosperidad pública,-nccesita igualmente del allsiJio de la Astronomía para poder calcular con acierto la-s épocas en que cllahradOl" debe <:ol1sagrarse á las varias faenas que apareja el cultivo de la tierra, de las cnales depende la suerte del aE$ricultor i el bienestar material dc los rnoradore~ de una naClOn, i con e8pecialidad de la clase pobre i tl~Yálida. _ .. (PCro para qué seguir enumerando laRventajuB del estudio de la sublime Astr<luomía 1 LQuién podrá dudarlas 1 qu~n 110 se apercibe dé cUas 1 .. . Fina1mellte, señores, aun sUIJoniendo por un·· momento que la Astronomía no presentase ycntajas prácticas i de inmediata utilidad, deberia estudiarse para fortalecer nuestro espíritu i elevarnos llenos de relijioso recojimicntoá la contemplaC,ion de esa incomellsurable i asombrosa bóveda tachonad!l:~~pumerabl~s a8tr~,éuyairesencia es la ~as subli· IDelelocuente JÍlanifestaclOH de una lJIano Ommpotente. Nuestra. flaca intélije-ncia se abate i se abruma i se confunde i queda absorta- al contemplar los prodijios de la creacioll,al observar el órden admirable que reina cn el Univerl'lo,- e.J número infinito de astros de un volúmen illnlemiamcnte mil.· yor que el de la Tierra,. que pueblan el espacio jirando á inmensas distancias,-al retlexionar que el globo que habitamos no eS-~OlID átomo insignificante, un punto imperceptible t:¡ne-tlóta en el espacio,-que las estrellas son otros t¡¡lItO!':solet! i que esos millones de soles que sirven de centro á millones de sistemas planetarios no vienen á constituir acaso sino una lDí~~ p_arte de lo creado. .. j OhOniliÍpotente Señor, !lutor de tan pa¡;:mosas maravillas t cuya infinita sabiduría llucRtra finita i débil Ill('ute 110 -a1canz.a á, comprender,-recibc desde tu exelso trono este hllmil~~homenaje de a_PIori admiracion de un corazon tiemo--p'ero~lensible á tu magotable bondad! -86- xxv. SOllRE L.\ 'l'.\QUIGRAFh. 8eiiorcs : :Entre lps positivos adelantos i conquistas que j~~i; jencia del ~liombre ha alcanzado á hacer ,enel cur8o:d~tO$ siKlos. luchandocón toda especie de oblJtá.culo8 queJa uame _ l'alez~J barbarie de.~Mri~oli~t!e~i~iliau_~J:ef~~k ~f:~~Í:::~~~ J~d:nir~cl~!1:t~~~ J:~~ll:=pi:1e=: mente, es sin duda la escritul'_a; pero una vez alcan~aa:e¡¡t.a conquista po't el hombrc, su espíritlJ se ensanchó indefinidamente, i con Jos conocimientos que dial'Íamellte iba adquil'iendQ por la"facilidad de comunicacion, el espíritu de progreso q!ol~jJlfuJJdió la escritura, i los grandes acontecimientos que j~~ie}'on como corolario. nuevas necesidades se preseutaron; i con el trascurso dejos siglos vino á. hacerse para los pueblos mas civilizados, una de ellas, el de estamparcoll SiRllOS indelebles las ideas con la velocidad del pe~~.múi~tQ,. He aquí, sCflOres, el oríjen que tuvo la 'l'aquigridla~~ue'¡' eua,.! UJC v,~i á ocupar por ser el objeto del presenteactó~ ,El hQ,fuhrc,en todas sus aécÍones,cn todas sus empresas, busca ansioso la felicidad, i es mili natural i bien admirable que cuaudo cmpreurla su conquista en el apacible campo de la sabiduría, cada triunfo aumcnte su ambicion, i la copa de sus u. eseos 110 \le vea llena. Así es que si al inmortal Guttembcrg somos deudorcs de la maJ,'¡lvillaaa invencion de l~ ill1pre\lta, cUya 1.nfluencia en 11:1dvi~iza~io-n:~el iñn~ft:~~d!c de"~?noce. al u~ventor 1Pcla TaqUlgraJia, cuvo nomljfel!~' gracJadamente 19noramos, somos d~udores de otros progresos 110 méllOS sorprendentes, en la linguistica, en Ia-dédfracion de jeroglíficos de muchos i mui importantes monumcn. fOi\,.ipor último, de la cOllservacioIl de mili interesantes docllncmtos que sobre relijioll nos habia legado la antigiiedad. Sieuto no tener en este momento"'a imajinacioll del [lOeta, ni la palabra robusta del orador para que en esteillstante solemne! }?urliera rendir el hotne.naje debido á'c~ogieDiO$ f~. cuntlos 1 JIgantescos que han dejado á la humamda(hm nombre imperecedero por los inmensos beneficios que les debemoi'l. La Taquigrafia"señores, cuy~ oríjen estáettvu,:ltoallá clllos tiempos en que Tiro 'era fa eepositmiide)as-1'iquezas del mundo, 110 vino á tener un dcsarrollo completo,hacetHe lInivcr.sal, i l~lirál:selt.; con importancia~ sino .dc~dc CJ~J~ letras) la sablduna fueron buscadas con aml1a~él.f!ltH parucularmcnte ell {;recia, desde 'tiempo de 8ócrates. - Jenofonte. lUlOde I:illS mejores di8cípulos, nos conservó por medio de -t'\7- la Ta411i~rafia mucho~ (fp IlIs Illui importantes pr('('('jlt(l~ de la sabiduría de su mae8tro, i hoi SIIS obras SOIl leidas eOIl el mayor cuidado i atenciou por todos aquellos que quieren conocer á fondo el corazon humano, iniciarse en la sabiduría de los antiguos, i recordar los hechos pasados por medio dt~ dicha escritura. De Grecia e~tc importante ;¡rte pas!) á Roma, en cuyo punto un liberto de Ciceron llamado Tiro, lo mejoró -hasta hacerse tan fácil, que llegó á ser tan comun entre los Rot'lianos, como la escritura~tica entre nosotros; ¡es por este- medio que se nos han com.ervado intactos 108 milS- preciosos documentos sobre relijioll, i las elocuentes {~ intt'rcsantcs homilías i scnllonc>! de los All1Lrosio~, (os Ag-ustines ¡los Jerilllimos, columnas i lumbreras de la Ig-lesia CatÓlica, cuya Y01.que r('"elaba la 8abidllría, parece que n'SlH'ua aun en nuestros templos. Pero despues de com:jderar detenidamente lo dicho ya, i las Yentaja~ <¡ue d(~ aqllí resultau, IJI'cgUllto yo. ¡, De qué otro modo se hnbierall podillo con~ryal' cstas preciosas joya;; de sabi{\uría i relijiou, i trasmitir;;!' hasta nosotros? i Ah, si! i He ahí uno solo d(' lo" po(kro;;os móviles pm:a. que este .arte flH:;;e l:st~[(~iado, l~~).rtodo,; :U\ltt'nos que qUlslescn scrnr á la CIl'nCJa 1 a la re 1.)1011Pero aUll hai mas, scllOres; la 'l'aqui~rafía dcspue8 de lIIejorada ea \loma, sufriÓ COIllOtodas las demas Ciencia~, aqllcIla especie (k hlludimi(,uto Clt l1l1f'se SllliH'lji<,ron toda8 ella;; ('11 los tellebroso8 tiempos de la ('da(l IIIcdia, para Illf'¡.!,"orcaparecer COII un 11l1e\-Obrillo qu(' jam;¡>! se esliugttirá. 1 la Iuglalcrra l'n el siglo XVI yolvió Ú dar \lila alta importancia á este Ycn.tajoso i estmonlinario arte, que luego en el 8iglo xvnr,-eÚ la época gloriosa de las grande>! lllchas parlamcutarHis -entre Fox, Pitt, Scheridau, i otros g-rande~ hombre!';, vino á quedar casi completa, men,ed al intcn,s con que se dedicaron lo~ ingll'se" (,.IIIcjorarla. Poslt'rionJ]('lltr la Fmueia, ('sa cé!l'bre Francia qlle ha <¡u<,rido siempre ir (, la yang-nan!ia dl' las t!l'mas nucÍoT1Ps ciyilizada:'!, lo introdujo i se propagi) de talmall!'ra, (lllt' hoi lIohai idea, ni dicho de alguu<l importancia (l"t' Sll de"prcnda de las inspiraciones dc pellsamientos (l"c acata clmullllo, que el taquíg\"afo 110 fije illiltant:llleamente en caractCl"l'H, i el periodista 110 lance á lo l':ios con HI1~ radianteH tipos. 1 IHIt'cle a.se~urarse que 1'11 Fl'aneia la Taquigrafía es la 8:l\-ia del periodismo, i el tuqutgrato un hombre de 110C0ll1l111importancia. Cuando florecia, pl1e"s, (,Hte arte ('11dicha nacioll, el interes qne se tomÍl por :<11 difll8ioll i mejora tUYOquc concsponder á las ekyadaH tra.;celldcncias de tall {(,Iil,adquisicioll, á lo cual se debe d J!<,rfecl'Íollamieuto q\te casi akam.; .• <'11tilllCCS. -8H- Mas t<\J"(I(',hasta la Ef.:paiia misma, ese pueblo aletargado, que parece ha qnerido pcnnaneccr ('n la inercia cn los prob'Teso:; humanof.:, ha venido en aceptarla con no pocas ventajas, lo mismo q IlC COll fecundos i abundantes frutos; i es al distillg"uido i célebre español Marti, á quien somos deudores de la invencioll de 11110 de 101l tratados mas senemos i perfectos que sobre taquigrafía se hayan escrito. El esta hasado en cuatl'O reglas principales, á. sa~r.~ signos, enlaces, supresiones i tetmillaciones,que vienen á qlledar representadas por tI'cs simptes lineas; la recta, la curva i la miMa; Por esta pequeña rc!wña qne 08 doi de la 'raquigrafía, vel1lh'eis :í comprender lacilmente, con cuánta velocidad puede e:scribirse, Hep;ando á hacernoi'l ya 108 -depositarios de todos los pensamientos c1e:los p;I'andes oraoores del púlpito i del fiwo, i los fieles histOl'iailores de las Jornadas de los cuerpos colejiados; en una palabra, los mas minuciosos escudrJiíadores d~ toda clase de pensamiento emitido}>(lr ('1 habla i hasta por la acciono J lIe¡.{aasí al saludahle, por no decir m:íjico efecto, de hacer con~cer al pueblo quienes son 108 que:<e intere;;an en la suerte del comun de los ciudadanos, i cu{¡les los que en ehccinto de las asambleas públicas faltan á, su misioll i cOllsultan únicamente llU iliteres. En cada uIio de ~tos-lances la sabiduría se derrama como un arroyo inag-otahTe de los lahios de los oradores; i si la 'l'aqui~rafía 110 hubiera sido de:<cubierta, tal ve1. 110 se encontrunu un medio por el cual lop;ráralllos conservar aquellos ricos i preciosos tesol'OS de sabiduría i de elocuenda. Es así, señores, que este arte uti1íIJÍmo é inestimahle, rccoj~ como por encanto i con la prontitud delretám~lIgo, ~qt;ellos pensamientos al paso que van dilatándose ~n elcerebro del orador, i buscando fuera de él espacio que no lo limite . . :;;<; Basta por sí solo esla ventaja para recome!1dar el arte deque me ocupo; PCI"Ootras muchas no m{'uos Importantes que esta, se desprenden á primera vista. Por último, no ha habido \lna :sola nacion en el mundo civili1.ado, donden~ se haya establecido este utilísimo i precioso !'amO de jcisc~HOcimicntos humanos, como indispensable, i de primera necesidad para la ilustracion, así como para impuI~ar las ciendas i las artes. i 1 cuánto fruto no se ira togradQ~ Díganlo la Francia, Esparla, Inglaterra, que háu sllb.K!o sácar tanto partido de ella; i digámoslo nosotros que hemos pet'dido los lilas precio:sos alTanq ucs del coraZOll de' losjenios de lluestra independencia, cuando el amor á su patria ponia en ajitaeion sus pasiones. i COIl cuánto placer no los leeriamos hoi, si la 'l'aqlligrafía nos los hubiesc tmsmitido ! -8!)- Pero afortunadamente entre no¡;otro¡; la misma cllisp:, que prendió el t¡lego i despertÍ> el jenio de los que habian de darno.s Patria i Ubertad, despierta hoi en nos~os el amar por cultivar con e>¡llIcru i atcncion todo al{ucllo quc tienda á em;alzar, fecundar i hacer dichosa llucstra (lUerida Patria. Nuestro suelo, seilorcs, no ha carecido de ulla que otra ,persona que conozca la utilidad de e"te arte; pero las ventaJas que reporta, no han sido bastantemente bien reconocidus, i por eso, (preciso es confesarlo) se le mira con desden, i permanece olvidado en casi todos los establecimientos de educadon. Atribúyesc sin duda c"te repn>nsible descuido, á la dificultad que presenta el arte para llegar á 1II1a venladera perfeecion: pero nna \"(>rdad bicn reconocida 8e nos pre· f'enta. ¿ Se eOl1sig;ncu acaso grandes co:,as sin grandes sacrificios, ni grandes adelantos t;ill grandes tI'abajo;;? Cicrto es que para ser un buen taquígralo, se necesitan varios conocimientos en muchos de los ramos del saber humano; pU'es la c8pcrieucia demuestra todos los dias que para llenar todas lafl condicione" que SOl! necesarias {¡, un buen taquígrafo, no basta simplemcnte saber la taquigrafía: se necesita de otros ramos que le sirvcn de ansiliar para ej!'lTCr la escl'ituru con la prontitud que Re requiere. Concluiré, sellOres; el hecho capital, el hecho prominente que pide i llama toda nuestra atellcioll en el estado prospero de nUCi;[ras socieoades, CSet basado cn la e¡.;perallza ciuC la incliml!:iol! de la jll\·¡'lItW.\ h;iei.t la ei\'ilizacloll deja entl'evcr, en la marcha qlle han tOlll'.Hlo las 1I;I\,joJle;; para la pl'Opagacion de la luz, i de todo lo qm' ¡.;!'<\ Útil :1 la sociedad í al individuo. Así pues, reconocida la utilidad de la 'l'alj,lligrafía por el pálido é imperfecto cuadro I)ue acabo (IP bO"(iuejar, i por lo necesat'io ql!e se e:;ti uu('.iclldo CUl/'l~ Ilosotro;;, no 1108 queda duda qlle la soeiedad aplalldil';t llue;.;tra cOlIsagracion á este distillguido ramo, el! el ('uul, si por la brevedad de nnestro tiempo dedicado ;1 él, \icrei;; 1!llC' 110 hai grandes adelalltOg; 1'01' cl amor que ya se le haya fijado por algullos jÓvCU!!S,. Eueda quc en algllna ocasiou alcancci~ {l. palpar sus frutos. XXVi. I'OllR~: BI. 'l'F.~1A swt: /I::\'l'I': : ¿A gu¿ ¡:O/lrluce i clIIlnto WJ/l:if./II: el t¡,alar ¡lÍm ,¡ los (1IlÍmalt5 ? Scriorcs: - Es Hila cosa bien sabida de todo>;, que los unimale8 ¡nacionales tienen 1'11 lo lllaterÍallll1a afinidad ó si - !JO - se ljuicrc, identidad con no:;:otro:;:,(!ue no prc8cntan discrppancia alguna, Todos los dolores físicos dd irracional son iguales á.lof'del hombre, Unos i otros están sujetos aJ hambre, á la sed, á las enfermedades, á la muerte, Lós tmGsílos otros tienen como animales las mismas necesidades, J>artiendo de estas premisa s i del principio de que el bien nace de una sola f¡lente, i de que no puede calificarse de bueno el que solo obra el bien en determinadas ocasiones, ó respecto de determinados individuos ócosas, vend~mos en cuenta de que, aBí como no podemos dejar de ser caritativos ann para con llUestros enemigÓR, miéntras no nos abandone Ja nocíon del bien i de l1uesU'o deber, tampoco podemos ser indiferentes, crneles (¡ indolentes para con los animales, los cuales sienten i sufren físicamente como nosotros, i especialmente pnra con aquellos que se nos acercan, i que á mas de sel'vimos hasta con su propia "ida i despojos, n08 manifieloltan simpatías, aficion i hasta terllura. Se necesita tener 1111 corazon de bronce para VCI' con neglijencia al Luei <¡Ile dcspues de haber estado todo el día arándollos la tierra sin comer i sin beber, busca en vano el modo de folatisfacer estas apl'emialltes necesídade¡;¡, 1 qué diremos del noble cabnlJo q~enos ha llevado por largo tiempo sobre su dorso, que lIegá faligado i sudoso al fin de la jornadll í qne se le abandona luego en un sitio :;:in pa>:to i ;;ill <lgU3? qllé juzgariamos de aquella I)('r>:ona que habielldo sacado pl'O\"I!cho de su millo sirviéndolo por semanas elltcras hasta agotarle su!> fi1el'1.as i lastimal' sus lomos, no se moviesc á cllrarlo i alimentado? El perro, la gallina, el pavo, la vaca, el asno, todos estos animales que de tantó nos sirven i que por todas partes parecen destinados á nuestro alimento, á nuestra locomocion i á nuestra compañía tienen derecho, en primer lugar, á nuestra compasion í á nuestros cuidados, No es estraiio, pne¡.;, sino álltes bií'n digno de el~iio, qlle eJiCalgunos paises se hayan dictado leyes prohibil'lldo bajo la pena de multas mas o ménos fuerte;;, el maltrato de los ammalc ••• , Pero como 1111bien trae otro bien, así como un mal. trae otros male~, llenando nuc/<tros deben':;: para con IOR pobres animales, nOf; ejercitamos eu la caridad, en la b('uevolencia : dulcificamos lIuestro carácter, i i108 hacemos mas sensibles á. los sltfi'imientos de Duestl·os semejante~s; lIenauwH, en fill, con ma.vor place)' i tilCilida<l nuestros deberes para con f'I prójimo, despues de haber practicado los que en su linea tenelllOs para con los animales, Si pOI' el contrario, somos dnro/< é inoifpreutes para con Cl'tos i nos acostl1mbl"amOS ;t (ratar/os l1Ial, 110hai para r¡up pl'lJ:.:ru" qtH:' seamos JllPjol'l's -91- para con los de nuestra especic; pncs el coraZOll se habituará á la dureza, sc encallezerá i se connaturalizará con la crueldad i la indolencia. He dic/¡o. XXVII. Seiíores :-lJna de las cucstiones morales i eminentemente filosó/icas que se presel1tal1 en el vasto campo de la intelijcncia i cuyo interes es de la mayor trascendencia para la sociedad entera, supnc8to que viene á ser el vinculo podero~ so que presta á la civilimcion un vuelo rápido en su marcha progresiva, es lo concerniente al espíJ"Utu pÚblico; pero desgraciadamente e.n nuestro pais republicano i democrático, en donde este sentimiento altamente noble debia preponderar en los ciudadanos, no se tienen ideas mui precisas de él por la mayoria,_ tal vez á camm de la vaguedad de los térmi!los i de los errÚneos medios con qne se ha tratado de desal'l'ollar. Me permitirei,.; sellores, qnc, á pcsar de mis débiles conocimientos para tratar ulla materia sohre la cual podrian escribirse volúmencs t~nteros, emita brevemente las humildes id!'as que tengo en este asunto, tan digno de la,; investigacioncs de la.juventud, i que fué en la antigiicdad el tema fecundo- delsan-io i elocuellteCiceron. -Siendo el hombre la criatura mas perfecta de cuantas se reconocen en la creacion, dotada de una intelUencia superior, provcniente !\in duda de un de!\tello de la misma Divinidad que lo ereó; sicndo evidcnte ;;u preponderancia sobre todo,,; los seres creados, i cvidente el empleo que debe hacer dc sus facultades para llenar cumplidamente la mision qne trae <11 mnndo,- e¡; tambien indudable el deber que tiene de hacer fuuctonar todas esas noble!! facultades, que no han de esterilizarse en medio de la apati.a i de la inaccion, puesto que Dios no ha creado cosa alg-una sin un fin, I>in un objeto que ha de cumplirse. J,a llIision del hombre el> activa: está. llamado á emplear constantemente su intelijencia en su provecho i el de sus semejantes. La h'i del progTf'SO es sn norte, es su vida, su salud, su placer i lo que satisface su C011ciencia. t:l quietismo, el egoismo, la indili~l'encia, es lo contrario del progreso: es el estado anormal del hombre,-impliea un estado morboso del alma; i es preciso buscar el remediQ que haya de redimirla de semejante ignominia. -92'Pero cuál puede 8U' esta enfcrmeúad del alma? - La!) pasiones,-Ias malas pasiones, de las cuales se dejan escla,jzar los dóbiles,;de espíritu, transforman al hombre liDas veces CD máquina, otras en bruto i no le dejan ver ni la dignidad quc debc conservar en todos 10R trances de la vida, ni el piélago dc miserias, dc dcgradacion i de torpezas en que vaga. desapercibido. Las pasiones lo ciegan hasta el punto de ocul-· tal'le enteramente el camino' 'de la felicidad, i orondo con sus vicios i envilecimiento, é ignorante de los inefables goces del alma, busca cn vano toda: su dicha en la materia, que jamas lo satisfaec i que léjos de eso le producc mas sed, mas avidez, constante inquictud, eterno aburrimiento. Por el contrario, el hombre cuya alma 110 es vietima de ]a materia ó de los goccs sensuales, el hombre que léjos <k d~jarse dominar de las pasioncs, las refrcna i avasalla con ese. espíritu decidido de una razon elevada i robusta, sc remOllta sobre todo lo que hai de indigno, mezquino i repro~hable, i subyuga la materia con sencillez i sin pretensiones. Un hOlUb~e de. est~ temple deSCOll?Ce e! (!~oi8mo ieael llamado á difundIr é lllcnlcarel espintu publIco, por que en,él laabuegacion es ¡¡U elcmento. Los arranques de jenerosidad 1e"~:tilá naturftles i senciUos, quenisiqniera se apercibe 'tle lenerlos; obra siemprc con tanta benevolencia, buena intencion i lIaturaliuad, I(ue apénas cree habcr llenado su deber cuando ha ejecutado un acto de sublime vil't1l1L Este hombre acaso no será rico; pero no neccli'ita de riquezas sino de accion para obrar el bien, i obrando siempre el bien hasta uonde sus medios lo permitan, queda satisfecho, viyc eOllteuto i de nada ncccsita por que su alma. está tranquila. El hombre que ama á Dios i á su prójtmo i que sabe dominar sus maJas pasiones, es un te80l'O inapreciable para la sociedad, por que eOIl su ejemplo hace un biel! inconmensurable á sus scmejantes. Por doquiera diflllllle las buenas ideas acompaiíadas de las buenas prácticas: cnseí:a é ilustra al ig'norante, aliyia los males físicos i morales,-se hacc fervoroso partidario i laborioso obrero del bienestar jeucral, d'c la libertad, dc la igualdad, de la fhlternidad, todo úe aLuerdo con la lei de Dios, 'lne a:;í lo quiere i lo mauda para bien de la hl1munirl:Hl. La aplicaciol1 de eí?!,as cUíl,lidadesá todos los proccdimicnto;; de la vida, es lo que ,con~'tituye el 1~f!píritl1público i el eSl'il'illl de progT<';"J, (j!!(' ~Oll las I(~):~:sde la filantropía, de la moral, de la ueJJeÍlccHcla I de la reliJIOll. Vil bncll ciudadano imprcgwlllu de estas idcas, tcndrá t~1J toda parte i lugar lu;; medios i la ocasiou de practicado,;., por (111(' ('U toda!' partcf< hallará hermanos á qllicllCf' bencfi- - Ha - ciar, que ea lo que constituye su felicidad. I !oliendo esto a~í, pal'ecc<\ue nada pu~de serIe mas grato. que el procurar el mayor bIenestar posible á todos los que le rodeen,,-al pueblo d~ B~ residencia. En él propenderá por el eRtablecimiento i -wena organizacion de planteles de educacion i de instl'lIccion,- por diseminar lai! prácticas morales i virtuosas,- por que el órden i las huellas costumbres concurran ('11 primer lugar Í\ formar la dicha d~ la poblacion,- por ennoblecer i estimular et:trabajo como el mejor _alimento de vida i salud para el alma i para el cuerpo, i seguro destructOl" de la pereza, del egoísmo i de los tIemas vicios alliquila(lorcs dc la moral i de todo ]0 hueno. Tomará interes ¡l1ar{t sacrificios por la prosperidad jcneral, trabajando decididalllente cn (lile se mantengan espeditas las vias de comunicacioll,en que la poblacion esté en perfecto aseo, tallto para la comodidad como para la salubridad. Procurar{t algunm; recreos Í1lQcente:; i saludables para el público, como son los baiios, las fuentes, acueduetos, árboles, paseos. Procurará emplear sus esfuerzo:; .áfin de que la ju..<;;ticiase administre recta i cumplidamenw +ql1e todos los ramos del servicio público este n bien administrados. Fomentará sociedades que tengan por objeto estirpar los vicios i estimular la industria, i hacer conocerá los ciudadanos sus derechos i SllS deberes. Es así como el espírit~ público se inculca i se practica en el lllg:u ell qlle llllO o \lVC. Patriotismo, deflinteres, abllcp;acioll, he aquí Cll resúllH'n las palabras (llle se vierten por tollas partes i cnyo eco lHIlIlluioso en medio de la ignOl"ancia i del ruido del l1lundo, calllSando impresiones agradables por las imájenes i hienes que representan, solo deja Illla idea vaga que se pierde ell las rcjiulles opacas del olvido, siu producu: otro efecto, llol' faltar el concurso de los lwcllOs i las pr;'lcticas. Ser;l por ventura q lIe se cumple COIIlos deberes del patriotismo ellunciálltlolos? Será (IIW 110 se cUll\~il'cn SIlSplausibles resultados 1. " ~o seílOres, el mal cst:t CII la indiferencia, cn la ~atía, en el egoismo l.{llCBOS kf!."(' el si;;;tema colonial, cuyas costumbres aun nos abnuuall. Pero es esta precisamente la tarea 'lile debe (~lahorar la jun'lIllld qlle se levanta: eLl1p{'lle;;cella con e;<e ahinco (PW le c" lIntllral, en cambiar esos háLitos servilcs é indolclltes, qne ahogan los sClltÍmientos jenerosos i poncn al homhre ('U la iucapacidacl de pcnsar ell el hien de los tlcllla", i d eS)llritll pÚblico aparecerá, i con ese solo hecho n\le"tra Patria pn)¡.?;i\·"al':t r{tpidamente i obtendrá el alto puesto (IUC la l'ro\, ilkucia lc tiene rescrvado. /1,: dir/¡(I, o o o. -94- XXVIII. sonRE LA LómCA. Seiiol'es:Al entrar en el campo de la filosofía i dirijir lluestras débiles miradas á las altas 6.inmensas rejiones de la metafísica, ~n vano intentariamos hacerlo si en nuestras e8peculaciones no tuviésemos delante un faro que iluminándoJ10sla difícil senda que cOlldric-eá. ellas, nos guiase hU.gJ.Uep;ar al objcto deseado; Ese faro,esa antorcha !'csplandedeD~ te es la Lilgica, que ausiliando la intelijencia en el acto de dicidirsc, la conduce á la cima de la verdad. La Lógica e8 COIllO la portada del templo de las ciencias, i nadie podrá entrar en él, conocer su recinto, abrazar todo lo t{ue lIeya el sello de la verdad, si álltes no ha buscado el camino que le conduce allá, detellídose en su cntrada i recorrido las gradas con-paso mesurado i firme, El pensamiento sigue una marcha que no es la mili.Ola para todos los hombres: unas veces es lento, circunAM.ct~, otms siguc una carrera precipitada ó tal vez sin tino ~)m. exámen. Estos diferentes medios de conducirse la facuUad rle pensar, tenian que estar sujetos á-la alttrllativa, ó de ser todos buenos i entilllces nada importaba que las cosas sc mirasen de cllalquicr modo pat'a lIe~ar á c.onocerlas; ó de ser alglluos malos, i entÚnces era preciso conocerl08 pam evitarlos i separados de los qne solo ayudan al descubrimiento de la verdad. La máquina qne parcl'ece mover el alma i que se aplica á la discriminacioll de las percepciones necesnrias á-l:¡:formacion de los juicios, debia cncontrarse en uno de los tres estados en que plleden -hallarse todas las cosas, esto es, ó en perfecto arreglo para servil' á las operaciones á que se desti]lan, Ó en un estado medio, Ú en un completo trastorno. En el primel' estado SlIS obras serian perfectas; en los otros dos (enian que carecer de fun(lamento ó de las condiciones indispensahles del bIH'U raciocinio, i por tanto·hai que evitar los escollos que se presentan al pensador que no sigue, con prevision por el sendero de la verdad. Es por eso que el !lIma emplea ciertos artificios, por decido así, para el exámen de las cosas, sirvit5ndose de datos que á este efecto le suministran los (¡rganos del cuerpo. De aquí la conveniencia i necesidad de s("lalnr :i ('se sel' lihre, intelijcnte i simple, que piensa, quiere i siente dentro de nosotros, las muestras ó seriales de la acertada mal'cha cn sus inve¡;;tigaciones. 1esos indicios que dall ;í, conocer la solidez ó falsía del piso sobre que anda, son Iv;; <pIe la LÓgica encierra en forma de doctrina. 1 caJa vez qne me ocupo (le esta ciencia me pl't'gUlltll ;'1 mí mismo: i En qué otra podrian encontrarse 108 medios de e"itar toda clase de descaníos en nuestros juicios 1 i i cuál otra es mJlS 3nsiliar en todas las investigaciones, en todos los análiaiiLde-cuallto ocurre á nuestro ent~lldimiento, ciiíéndonos á Jiñriguroso órden, á una pauta infali!Jle que dirije siempre e) pensamiento lleválldolo al elevado fin de la verdad esell!lilivistadel error? - :---LQsmedios que emplea 108 encontramos en la esperiencili:- la esperiencia nos hizo conocer que nuestros pensamientos no esta~an acordes con los de los demas hombre ..•i qnc siendo susceptibles de estravíos estaban SOllletiuos:'t los eapridlOs de cada uno: deduciendo de aquí que era necc,:a¡-io buscar reglas que determinasen cu{¡ndo hai lila;; s('gnridad de acertar i cuándo mayor número de prouabilidaclel5 de (pie va uno sin quererlo, eu pos del enOI". Una multitud de equivocaciolle$ provenientes de c¡('toto método que se elllpleÍt, dccidierou que siguiéndolo uo ohtl'lldr¡anlOs muchas veces sillo resultados enOlleos; i fllÓ c\e,_:c\l' luegó que se pensó ser de gran ;;enicio Ú la i!ltelijcllcia del hombre i á la causa de ]a ""rdad, re<luci)' á. doctrina e] procedimiento que causó 1'11 una serie de resultados iguales ó mui semejantes, el oesennrimiento de lo real en circunstancias tambiell iguales Ú selllejautcs. Sabiendo que el alma puede dírijir SIlS mi"lwls facultades segull e] (nOdel!que ella misma quiera trazar>;e, aplicar los instrumentos de ]OS ilcutidos segun le plazca en el cllrso de sus operaciones, se vino en cuenta de que por medio de la esperiellcia se le podia enseñar cómo debia ohrar en la discl'imínacion de qué es cierto (l real i de]o qlle se ~epal'a de la verdad, la discriminacion de aquello que haee al hOI11bre, grande, virtlloso, sobrio, moderado i juslo, i de aquello que ]1' hace coharde i ]e llena cl cora1.On de ~upersticiones i de scntimientos corrompidos, reducit-ndolo á la miserable COIldirían de los brutos. El dudar si estas reglas son útiles vale tanto COIllOdudarsi las ciencias tienden á algo. Si; las reglas se han formado por un exacto,atento i continuo eXál1lCllde los \"('~ultados qne pro(llljeion repetidas vec!'s ciertos métodos (lue se emplearon. Es sobre estos resultado.s que se han fuudado los principios que nos .guían en todas las ciencias i artes; asi es, qne si('llIpre que procedemos cou las coudicioll('s prescritas para ;dcanzar cierto objeto, si la ciencia está bien tuudada, nuestro éxito será. compkto. i 1dudarémos del ausilio que presta al eu(clI<limicl1(o ('1 encontral" orrlcnadas con método las preocanciolles que de- -00lWII tellcr..:e para 110 desvial' la l'aZOll? nna s('rie de IUllIinares q!le JI()":guíen, pOI' dpcil'lo así, sin necesidad de cl'carlos nosotros llli>;mqs, sometiéndonoB á la lal'ga esperiencia, á la <lecidida ateneiOIl, i al juicio seKuro con que la Pl'ovidepcia quiso dolar ;i ¡;;eres tlue nos sin'en á los débiles de 8o~teJlj de baluarte? ,""~Esto hace aquel corlo llúmer.o de reglas que se denomillan Lógica, Ella tiellc por objeto hacer al hombre previ1>ivo, cuuto, acertado, prudente, recto en sus juicios, i pal-tl decir-lo todo, huen pensador. Me parec(~ que os he manifl'stado, aunque con bastante imperfeccioll, laJlccesidad de someter á reglas -el modo de emplear l/llestros >;cntitlos. Aunquc á mucho conduce el mostrar la fueutede csu luz l'esplanueciellte que ilumina el juicio í la intelijencia de la especie humana, solo os diré del oríjen de la Lógica, que ella vino con el hombre; hablo de lo q\l~:$e llama Li>gica natural; pero adelantando las sociedadc::,;i entremezclándose las relacioncs en todo, fué preciso que los homlm's pellsad6rcs emprendiesen la obra de determinar con precii'ion i !;cllcillez, reglas q IIe estando bllsadasen lallatllrale~a de las cosas, guiasen con seguridad el cspkitv. humano. Entónccs apareciÓ Ari8tóteles, quien dominando el círculo del de~arrollo filosófico (lel jeuio g-riego, ensanchó el (~¡¡lllpO de h, di;;CII"ioIlCS lilosi¡{icas i selltÍl las ba8eR de esta ('¡eucia. Con raZOll [o;c ha dicho del jClIio de Aristótclc8, que ,es UIlO de los fellómei/os cstraordillurios i excepcionales digHa de toda lluestra velleracioll. Si cuando la ínvasioll de los bárbar.os, si en este gra.n uaufrajio de la civili'1.11Cionantiguaqne sepuhÚ tantos i tan bellos lÚonumcnt03 tic los tiempos pasados, el nombre i recuerdo de Ari;;tÍltcles huhiesen sido borrados de la memoria de los homures, la re\'opibeiol1 de sus obras habría sido considerada i habria pasado á la posteridad como una cstensa enciclopedia escrita en eomun por la flor de los literatos, de los 6Ió>;0ti):>: i de los ,.:abio;; de una de las mas grandes época>; de la eivili1.acioll griega .• ncspuc,.:' de Aristótelei' aparecieroupara co~a.umar la ohra, Bacon de Venllan,Leibnit7. i Condillac, los-cuales ensayaron ulla rcjellcraeion filosófica, sacando la fiJosofia de cierto círculo en que la ~abian enCerl'ad9 los escoIástico~, i presclltáudola bajo una forma nneyarhlgiendo así 1l!1 ÍDmen:";0 sel'yicio á las ciencias i á la humanidad. El ramo de In fi]o.~ofja de que me ocupo, hoi es considerarlo como la intro<luccion á los estudios de cualquiera clase, como la ¡Im-e de la ciencia. Cuánto ha contribuido ádespejar la ílltelíjcncia de los hombres, á abrir el campo del aná.lí- -!li- ;;i,,:,del prnsalllicnto, del \"cnladero ¡'ucioc;nio,-;I juzp;al' el1 fin con acierto de todo lo que está al alcance de nuestra iutclijencia! j A cuánto ha contribuido el pensamiento de un 13010 hombre! " . T..Qdos los ramos de nuestros conocimientos hicieron pro~Ofi evidentes, rápidos i seguros á favor de la influencia que. ejerció esta ciencia cuando principió á difundir su luz. El precio$€> ausilio de la impl'enta dió mayor impulso, facilitando así k .comunicacion de las ideas, fa direecion de lo>! tnlentos,eYeatudio de la naturaleza i de los hechos. El juez, el abogado, el literato, el naturalista, el matemático, cl politico i cufin todo el que picnsa i forma juicios, todos, todos los miembros de una socicdad necesitan de la ),()gica, porque todol! debcn obrar e"on la rawn i la justicia' i no se obrará con estas miéntras el 110mb)"/' no refizcrce su natural lógica con una guía de su entendimiento, que le I~vite los estravíos á que está espuesta la razon por la infiJ1idad de circunstancias opnestas que suelcn oponerse al conocimiento -de esta verdad, de esa justicia q ur~ ~w busca con llllelltra cien.da. p,or ejemplo, 110 hallo el medio de rebatir esos argumcntos falsos que se denominan sofismas ó falacias, de que se valian" los dialécticos para confundir i engaíiar á 108 amantes tic la verdad, !lino es apelando ;l nuestras reglas. Aquellos lllB interprctaban capciosamente, ya queriendo hacer jene1'al lo particular ó de tomar el término medio en lugar del mayor, ya sacando consecuencias falsas de la comparacion de una 'IWOposicion particular i una ullircrsal ó de una afirm!ltiva i otra negatÍ\-a, ya valiéndose de la ambigiiedad de las pillabras tomaudolas en un sl'lltido mas estenso ó mas reducido <lcl de su propia significacion ; otra:;; vcces valiéndose del círculo vicioi;o Ó suponiendo verdadero lo Ciue no estaba aun probado como tal, ó tOl1lando la no causa como causa; juzgando de las cosas pUl' lo que 110 les cOllviene sino accidcntalmente, i sacando consecuencias absolutas de verdades enteramente relativas. A.si se ha querido estinp;uir i apagar la resplandeciente 1m que se desprende dc la Lógica; aSl se ha pretendido ofuscar i disfrazar la verdad; pero jamas las tinieblas ahogarán elSta luz que aun en medio de los eng-aílos i de los sotismas, se ha bastado á sí misma i ha triunfado de sus ellemigos. Es qnp. la verdad, hija de Dios, resplandecerá siempre con aquel brillo que da esperanza á la humanidad en medio del caos en que han querido precipitarla los insensatos que pretendian ultrajarIa. Es del dominio de la Lójica la conciencia Ó sea ese po· I > - !JH- del' irrc;;i;;tihle que no;; impele á afirmar la relacioll que cxiste entre nuestro espíritu i la organizacion de nuestro cuerpo i que no nos permite dudar un momento de los fenómenos que tienen lugar en nuestra alma, ó como la definió ROU8&eau, es~ ,i!lstinto di,vino! esa. guia segl~ra ~el ignorante, inlfID«rnte 1 hbl'e, ese juez mfahblc del bien I del mal, que hace-.l hombre semejante á Dios! Es por el criterio de coucitlllcia que el filósofo afirma la existencja del Universo: sin él todo seria ilusion, i las ciencias fil~cas que hoi OO11paJIlaiuteJijencia humana serian nn vano juep;o de palabr~ qUe- desaparecerían al menor impulso del raciocinio. El hODlbrc sabr)a tanto en Sil cuna como en la edad madura, las ciencias i las artes estarian por nacer, i el gran rei de la tierra no se habria levantado de la escala de los irracionales, Ademas del criterio de conciencia tenemos el de cvidCllcia ó sell_el asenso irresistible !lue damos á aquellas ideas' qu~ pe»~ de la esencia íntima de las cosas. Es sobre este CTItcño:que descansan las ciencias físieas, las ciencias exactas i morales; es en fin por él que el hombre da ensanChe á~us conocimientos dcsentraiiando la verdad i disipandocl;~IT~r que nco,mpaiian á sus juicios i raciocinios ..• : : ~: _. Tenemos por fin el señtido comun i la autoridad 1iñmana que pueden tranquilizamos tambien de haber encontrado la renlidad de Ins cosas sin temol' de que haya algo de falso en lns ideas que hemos adquirido por su ausilio, E!>tos criterios son los que forman la base de los conocimientos humallOS; ellos son la guia que nos hace distÍuguir lo real de lo ilusorio, lo bueno de lo malo: esos criterios son en una palabra los que encaminan nuestras acciones durante nuesva peregrinacÍon sobre la tierra, i la Lógica es el antemnral contra el cual se estrella la razon estra\'iada, sirviendo ~ la ,'ez para e\p\'arnoR :t la esencia de las cosas, He ahí Sil importancin. lle dirllfl, XXIX, SOllRR (;F:O}IF:TllÍA 1 TRIGONOMF.TnÍA. ~eiioJ'cs : El soplo di"ino con que Dios completi) su mas llerfecta obra ( el hombre), ese destello de la Íntelijencia Suprema colocado en una escala de donde domina al mundo i se acerca á su Criador, tiene tambien el poder de aondear i escudrÍ- - !lt! - ¡¡al' las obras de la naturaleza, las leyes que las rijen, i el órden que por todas partes se encuentra. Por medio_de su intelijeuCÍll. a.ka~za ~ darse cuenta i á p-en~trar sutilmente en prcfq.ndos 1 mIsterIOSOS arcanos de CIenCIa, recorre el espaeio{ilteva su atrevimiento hasta tratar de sondear lo infinito. UBiDJ:'Vecesengolfá.ndose en su propio ser, apénas se daba cueuta de su existencia, i otras pretendia conocer aquello que está muallá. de su yo; desarrollándose gradualmente c?Doció,.'"iuera de !JIu se.,r h~bia infinidad de fenómenos dignos- de~-itet conocIdos, 1 ammado cada vez mas por las novedades que se oii'ecian á su entendiinicnto, comprendió la multiplicidad dc lo que le faltaba por conocer, de donde dedujo un nuevo órden de ideas. 1 bien pronto por conquistas sucesivas sobre la uaturale7.a, flié penetrándose de las ideas de tiempo, espacio, cantidad, estension &~, que transm~tidas por la esperiencia i mejoradas por otros -desc~~~imIentas, han venido á ser una de las mas estupendas con$IStas del espíritu humano, formando una de laMciencias masfec,undas en útiles resultados. ,pe~de que e! hombre i~lVadió el v~sto calUl~o dc la Geotlletria;r de la '.rrlgonometna, su estudIO ha vcrudo á ser una necesidad como elemento principal del progreso intelectual i material de todas las sociedades. En el tiempo naciente de estas dos cienciaM se hacian sacrificios á la:,>divinidades que tormaban el culto relijioso de la época, lo cual dii> oríjen al descubrimiento de algunas de las relacioues de las líneas i se presentó al calculador Ulla ventaja incomparable para sus OR-~1'!lc¡mÚ~3~ Entónccs se creian prodijiQs de májica lo que so4U:l':lJJl_resultados del cálculo. Hubo tambien hombres que artastrados por el deseo de presentar al mundo fenómenos que en aquel tiempo se creian como encantos, corrieron con estupenda asiduidad en pos de tantas relaciones i tantas combinaciones COtllO encierran las ciencias que se ocupan de la estensioll: pero apesar dc su trabajo sus progresos eran lelltos, i el círculo dentro del cual podian moverse eu sus opera~iones era mui reducido. No obstante, épocas felices hall ido sucediéndose, jellios analíticos fueron elevándose á. mayores alturas, i prestaron á aquellos i á las ciencias exactas, con la invenciou de muchos i bien combinados instrumentos, un vuelo tal, que las han empujado por decirlo así, á un grado que parece olvidar las serias dificultades de los cálculos. 1 apénas puede concebirse cual ¡;ea la satisfaccion que ha impreso en el corazoll del hombre el triunfo de sus iuvesti· gaciones matemáticas, al cOllsiderar que no ha habido ocasion en q~ desentrarialldo alguno de los secretos de la ciencia, no haya señalado "'11 nombre con caractercs indelebles, - 100l¡aciélHlulo pasar cuidadosamente {t los anale;! de la historia. Justo es que la posteridad haya recibido aquellos conocimientos pagando el tributo de gratitud por la hercncia de sus antepasados, El cálculo matemático es una de aquellas cosas qllearrebatan el alma, no como los transportes que en ella c3uft la melodía de los sonoros instrumentos, ó la impresion de~uDa. vehemente hilacioIl rctól"ica, sino de unamanel'a tan fuerte, que parece ahsorvcl' todas msfacultades del espíritu pan dejarJe sentir otra cosa que su cálculo. No es estrai'io- qUe'-'e1 grande Arquímedes; cuando en la embriagucz de sus meditaciones, inscnsible al estruendo de las devastadoras armas, á los adoloridos quejidos de las víctimas de la desolacion, al furor aterrador de un encarnizado vencedor, se dejara arrebatar sin resistencia la vida pOI' mano de UD soldado que scdj.~1),todesangrc, COIl ella bebió la execracion de JasjcneradO'lre8 que le siKuicrou. No parece ménos estasiado cl matemático, cuando con los principios evidentes de la ciencia recorre el- mUlldot se r~mollta hasta I(~sastr.os, mide la tierra, equilibra 108¡e~, dIvaga por los CIelos, 1 se engolfa en los teueurosoli ~t:¡JiiIQ08, midiendo comparando, i deduciendo resultados de in6nita utilidad pUI'a el saber humano. La 'ierdad misma no es otra cosa q u~ deducciones matemáticas, siendo estas el medio mas ~cguro, mas convinccllte i !lIas facil de demostracioll, pues los principios de las cicllcias exactas, hacen que de sn argumentacion se deduzcan las consecuencias mas irresistibles á la razono _ La ciencia gt'ométrica no se ócupa sinode_e~cª!i~namientos de verdades, que poco á poco sc van ligahdoi se van fortificando, i cuya serie tiene siempre un principio, en el estremo del cual sigue una cadena de deducciones que despues de hacernos palpar lo real i positivo, va á perderse de vista, porque dcjando tras sí la tumba del calculista, sigue sus avanzados pasos internándosc en sutiles combinaciones que n~ncen al hombrc, mostrándole un campo inmenso i profundidades insondables. La Geometría encarrila el juicio, precisa los t.ensamienmiento!! á que no abrazell nada lilas que aquello que necesariamente debe estar contenido en un todo, i obliga á la imajinaciml á i'echaziu-tódo lo qne inú.tilmente puedá ocupar el paso franco que necesita para sus obras deeombiuacion i relacion. l,a Trigonometría, aunquc limitada á UJl círculo mucho lila'" f{¡cil de recorrer, 110 por eso deja de ser mén08 injeniosa. lma, con ;:cis elcmentos ~ tres lineas i tre!; á ng"ulo,"" da resou -HlI-- IltdOll á las eue:-;tiom's mas apllrada~, haciéntlolu eOIl tanl:t simplicidad, qne DOS basta un breve espacio de tiempo para determinar la resolucion de un problema, que ~ill sus prmcipios ofuscaría nuestra mente i debilito ría lluestras fuert.all. ,_Por el incalculable número de ventajas qllc ofrecen esta& dos ciencias en el descubrimicnto de lo real, los filósofos, ~ntQ anti¡.¡;uos como modernos, han hecho dc ellas el objeto de sus Midu.08 elirtudios, fundandu en ellas el éxito de sus in~t\tiga.cim1ea. i wmando de eUas mismas normas que les habri1ln de serVir para todos sus inquisitivos procedimiento:;. [ en este vemos que han tenido razon, porque Illui hi(~n JlOdriamos llamar la Geometría, la Lilgica 11\1e"in necl'"illacl de hipótesis, nos conduce de las venlades cOllodd¡¡:-; ;1 la¡;; que I>eencuentl'an todavía oculta", Ó la cicncia quc !lO" de¡;;cubre verdades l:ompuestas por medio de otras simple:-;. Sin Ctltos dos poderosos ansiliarcs de la iutelijenci}q po· driamos concebir siquiera la existcncia de la astronomía, la arquitectura, la mecánica, la injenipríu, la escultura 1 No, puesto _que todos sus t:ákulos, todo;; sus de,,\"ubrillliento8 es-~n_.basndos en ellas, i :t ellas les deben el grado de perfceclOD:_quQ cou tanta rapidez-van alcanzando . . Detengámonof. nn momento dando una ojeada rápi4a á las relacioncs <¡ lIC la Geomctría i la Trigonometría tienen COI1 cada nn<t de estas l'icucia", para qU(~ de allí podamo" por medio de los hechos deducir la veracidad de las proposiciOlles ulltcriore". La exactitud de los cálculos geométricos fijaron la cicncia que tiene flor objeto el conocímiemo de los cielol>: ella determina las distancias de los astros i sus movimientos, ;;e¡Hilando tambien la huclla de su reyoluciou; i como e>,ta cieucia es el consuelo i la salvaguardia dd IJaH'gallte, teIH'IIlU'; aquí á la Geometría unielldo COIl811S líllea:-; i circu]os ]ejallol> contine'ltcs del globo i trayendo "obre la" agua~ cl camino quc habia de :-;cgnir la errada na,-e CO\l toud s('gul'idad Ó COIl plcHo conocimiento. La .Geometría vino á determinar la equi,-alencia de lo,; cuerpos i sus semejantcs: vino así á ayudar á]a perspectiva para ]a l'epfCsclltacioll de los t\"raJldcs objetos eu pequeiia:-; dclineacionelS, i para dar idea de las gralldetl cosas por medio de otras infinitameute mas peq lleiias, ó para representar en grandes proporciones lo que se oti"ece á nuestra vista hajo pequcliÍ¡;;imas forma;;. lJa Geometría enseiiÚ á la n)('c~ Ilica ;1 df'tPrminar las fuenas de los equilibrios, ]e enseÍ1Ú proporciones i le dctérminó reglas para ]a graduacion segura de aquellas mismas -fuerzas; descllbrii} á la arquitectura ('] ,"eneto de bs hellcw:, BANCO DE LA REPUBLlCA &161IOTECA LUIS - A~.;::.;a ARANGO CATALOGAC¡ON - 10',ldel arte, i determinó tambien cómo debía buscarse la seguridad de lo que se pretende edificar. Por medio de esta ciencia, el arquitecto diseíia, pinta i da he'rmosura á. aqueUas fi. guras que tanto lIamau nuestra atencion, i que hacen amena i agradable la , ista de sus suntuosos edificios. La TrigOllQmetría domina todas las distancias, ya Séa que podamos percibirlas, ya que se encuentren fuera de unes. tm mano. Esta seria tal vez la. razon porqué parecía má.jica esta cienda á. los antiguos qoeteian que OD hombre de tie~' to grado de sabel· les determinaba dimensioncs á que .m:rté habían visto llegar. Por medio de la Trigonometría sabemos hasta doude llegan aquellas alturas que apénas podemos di. visar COIlla simple vista, ó con el ausilio de poderosos ins~ truruentos: podcmos avcriguar hasta donde alcanza uua dimcnsion que vemos allá léjos de nosotros, i á donde niugun camill() podrá llcvarnos, ni ninguna máquina trasportarnos; matt~-:dá nos conduce este último ramo de las cicncias matemáticas, i largo seria el seguir enunciando la cadena de sus ventlljas. !anto la Geomctría como. la Trigonom(tl'~a dlr1ie~~'!f carlllUtcro en su taller, al arquItecto sobre .l!US elevacr~'áñdafuios, al mecánico en el empuje de 8tll; pesos, al astrónomO' cual~(fo reji:;tra la hó,,~da ceJ,cste, al marino cuando pasa de las nbcras dc UIl cOlltlllClltc a las playas de otro leJano,ál famoso capitull cuando cuidadoso ordena las filas que anima á combatir i i por último, son las ciencias quc despejan el entendimiento del filósofo i abren el camino para la correspondenciadc las ideas. De nlántas cosas no estariurnos privados si no hubieran existido estas dos ciencias! ni tal vez habria esas hermosisimas,ciudades que son el adorno del mundo, ni los hombres habrían podido comunicarse vencicndo el temor que debian causarles las impotentcs (llas,ni veriamos tan crecido número de máquinas, que SOIl los mas grandes ausiliares de los trabajos del hOl1lure: hoi nos "criamos aislados: cada nacion estada encerrada cn un pequcño círculo de tierra rodeado de agua, sin tener que aspirar á otros goces que aquellos de su pro. pio SIH:ilo,ni en que emplear sus fuerzas, SillO en unos pOCOll trabajos monótonos i hasti080S, que apénas darian un lijero contento á una vida que si uo gustaba de la rústica sencillez, tcndria que ser desesperada .. Pero ántcs de " Mirad lo que donde los astros se peso, yo mido elios concluir, oigamos á Aimé Martin : sucede en los campos del infinito, dice, multiplican como las arenas del mar. Yo astros, esos soks, sin tocarlos, sin llegar - 10:3á ellos. Por medio de lineas i númcros regulo sil:; Illovimientos. La Geometría es la razon de Dios. Es dado al hombl'C descubrir la materia, i subir así á su oríjen intelectual." He dic/¡o. xxx. SOBRE LA PSICOLOJíA 1 I.A Tt:ODICF.A. SeílOres: - Campean en el mas elevado terreno filosófico las dos materia~ que despueg df' haberse I'studiado brevemente, son el objeto de egte acto: Psicolojía i Teodicéa. Ellas son tambien el objeto de mi discur~o, en que voi á entrar, temeroso-al mismo tiempo que confiado: mui natural es mi temor, pues he de habla)" de cuanto hai de mas grande i delicado, Dios i el alma; pero no lo e~ rnénos mi confianza, pues, ya sea que entre ell mí mismo, ya que contemple á mis semejª,utes, allí encuentro el alma con Sll illlllortalidad, COII su eapritualidad i con la infinidad de sus bellos atributos; i si abro mis ojos, ni un objeto, ni. llno solo se presenta á mis miradas, que no publique clar~1 i esplÍ>ndidllmente que un Dios existe i que este Dios es infinito {,ililllitndo cn su poder, en su grandeza i en todas \as cualidadps de Sil ~er. Me parece mas natural ocuparme en primer lugar del alma, de su esencia i de los prinCIpales fenilmenos que en ella se suceden: para pasar en !Seguida á. !OiRhumildes creencili,~i observaciones con relacion á la Divinidad: esto eR, primero contemplar á la criatura, i despnes al Creador. Tanto mas natural me parece esto, cuanto que oCllpándome primero del alma, anticipo 110 pOCO,para cuando hu}'a de clItrar á la Teodic(·a. De aquí pasara directamente á la cuestion, si no encontrara al investigar parte de las ciencias filO!'!iJficas,ulIa especie de e¡ecta' ó esencIa que, llamándose naturalista dice: "no hai mas ciencias que aquellas que ticnen por fundamento hechos reales, esto es, aquellas á cuyo conocimiento nos conduzcan los s!'ntidos ": Aceptamos la primera parte, pues en virtud de esto es que la P:,;Ícolojía i la Teodicéa, U00s de ser borradas del catálogo de las ciencias como ellos pretenden, se hacen mas di~Jlns i adquieren IlllCVOS títulos para ser colocadas distinguidamente entre las cicncias; pero dotados como estamos, de sentido comun, negamos i rechazamos la segunda, esto es, " hechos á cuyo conocimiento nos conduzcan los sentidos." No; esto es un absurdo, i nada mns qne ¡;n absur- -IO~- 110. JIl11Ull¡eTab!es son los fcnÓmC110";il hechos que se efeetlÍan en nuestro interior de cuya real existencia nos da patente testimonio nuestro yo, nuestra concicncia. Siendo esto asi, sobre hechos I"caíes es que versan estas materias, cOllla única diferencia, sobre las naturales, de que lIsan divers()S medios de investigacion; unas ponen en juego la sensibíJídad, otras la observacion i la contemplacion; ~pero qué im· porta la diversidad de medios si -ámbas obtiencn por resultadu la verdnd, la realidad 1 Es, pues, infundado el querer privar á laR investigaciones filosóficas del mui merecido título de cirncia. Probado qnc solo en virtud de I1n e1"l'or ó mas Lien de IIlla preocuparion es que se ha iutentado rebajadas ciencias filosóficas del elevado ¡Jllesto que con razon ocupau, no encnentro obstáculo C11pasar á lo que me propongo. Varios han sido los jellios que apareciendo ~n el C>lcellarib-de las cienda¡;¡, han iluminado con preciosos .destellos las cnestione:; jilosÚficas i metafísicas. Entre estos, D.esc'írtei eminente psicÓlogo, t'p muestra brillante ofreciendo el método de obscrvacion i contemplacion para el conocimiento de_los hechos internos, método á que no se ciiió por una l'areta$iu~ guiar. Yero si cn virtud de esto no fueroJl (como pudiel'aJl haber ¡:iuo) mayores i ma¡;¡ importnntes los beneficios que este filÓsofo Ic~ó ;t lo,; (1'le l<~sucedicron, sí dió á la escuela cscocesa Sil metodo, COl! cuya ayuda vino á ser tan célebre por la claridad i pureza COIIque desarrollÓ todas las cuestiolIes de los hechos iutemos; escuela que se personifica bellamente en Dugald-~teward i Bálmes,quieucsllos presenta.n estas ciencias en su vcrdadero modo de ser; quieu~ de!K:uhreu en el hombre algo mas que materia, instinto é intelijencia ; quiencs contemplan i dilucidan la parte que encierl"a lo que cn él hai de bello i de divino; quienes contemplan d alma i en ella el sClltimieJlto de lo infinito, en ella el sentimicnto de lo bello, en ella el sentimiento moral, rémora de nue>tra¡;¡ bajas inclinaciones i en ella la conciencia, juez inexorable que condena i !lile c¡¡stiga, que absuelve i recompensa. Pero no solo ('"tos vcnerandos filósofos han existido, no solo SIlS doctrinas ó de los que han pensado i el'cido como ellos, se han presentado al exámcn del mundo; 110; otros anojando la duda i las tinieblas, han intentado' oscurecer el hrillo, qne como de una aureola, se desPl'endia de estas sabias doctrina8. Examincmos algunas de estas doctrinas, de estas ciencias, á este ex;ímen unamos la illvestigacion de la realidad, de la vcrdad, i m;Í podremos conocer la esencia del alma. Las primrras ideas ¡creencias psicolójicas que abrigó - 10i) - la mentc de lo~ primeros hombrc:!, fueron biJl duda ninguna espirituales: si fueron espirituales: acababa el hGmbre de salir de la.s manos de 1'\11 Creador, conserntba todo su candor i su ino6encia como el primer perfume que se desprende de nna flor que eon~erva toda su fragancia; á illJpnlso:': de c¡;;ta !lencillez i esta inocencia, era todo espíritu lo (¡UCconstitu,ia la esencia de 8US concepciones. TraU~CUITeu los tiempos, la corrupeion impregna la atmósfera q ne respira el jéllero humano, i de entre uu conjlllltO de vicios, depravaciol1 i e8tupidet levanta asquerosa la cabeza el materialismo: el hombre espiritual, el hombre moral, el hombre deificado, fuÓ vencido i anonadado por el hombre material, por el hombre de instinto, por el hombre animal. Los sectarios del epiclIrismo S011 la eucarnrrcion de ese monstruo llamad') materialismo. Para e\los el hombre no es mas que un auimal cuya iutelijelleia debe emplearse en aumentar i apurar los goces sensuales. Cuál es la idea queestos guzallos envueltos en el lodazal de los sentidos, se forman del alma 1 Esta es una d('du~cion.lójica de sus principios: para el epicurista el alma es materia: 110, digo mal; en SIL mente deprª,v-a.da no tiene cabida la noble idea q lIe despierta la palabra alma, i es por esto que niegan su existencia. A estas doctrinas se oponen con irre"istible i severa lójiea aqueflas de que Platon fllt, apÚ8101. Este lil:,sofo inspirado por un destello de la Divinidad, concibe ÍJ diré mejor, si('lIte su alma con toda su espiritualidad, libertad, inmortalidad i ese innumerable cúmulo ue bellezas que hacclI de ella el mas hermoso i espléndido de los t'lel'es creados. Honrado con los gloriosos títulos de divino i de prólogo del E,-anjelio, comprt'ude la verdadera esenda del alma humana: prueba qne es espiritual, demuestra que es libre, i con la severi<L1d del raciocinio deduce su inmortalidad. i (;lona al jenio (:sclarecido! i Gloria al gran Iwn8ac!or cntre lo;; grandes pensadores! ¡Memoria illlpereeedt'J'a al colosal 1¡1",.:ofoque remontándose al iutinito llega al trono de Dios, de donde contempla con ~~ombro . la obra de 8\~S ?~}ras, la olm~ de 8~ gloria, la obra --q~e habla de ser su lmaJell! j Loor a los :Socl'ates, que comprendiendo la cO!1cl'peion dI' los Platoues dicen, "en el seno del hombre hai UIl dios, ])0 sé cual, pero el hecho es que hai un dios. Ese dios es el alma, con su sel!tirniento moral, con Sil inclillaelOU á lo Lcllo, C01l su cOl!cieneia de libertad é inmortalidad i Cal! su tcudellcia á lo illfiuilo!" Esto que así se ha concebido del alma, es lo que se llama sus facultades, i e8 el verdadero objeto de la deuda psieolójica. Léjos, mui léjOll estoi de intentar enumerarlas todas i ,despues pasar á definirlas, no Rolo porque seria impropio L de la capacidad 106 - i forma de mi discurso, sino mas aun porque seTia intental' lo que no alcanzaria, seria intentar un imposible. Muchos filósofos lo han pretendido, pero sas locos esfuerzos han fracasado estrellándose contra lo indefinible. i Cómo definir lo que cn su naturaleza, en 1m esencia, Jlevllenvuelto el infinito 1 Cómo definir aquello que la única faz que nos prescllta es la de lo ilimitlldo 1 Sabemos, sí, que esta. SOn de dos especies: de instinto i de no instinto: las primeras n08 muestran que su fuente es celestial i nos ofrecen la idea de lo eterno; 80n, por decido así, la revelacion·de: la Divinidad i de nuestra inmortalidad; para probar esto baste decir que en ella se encierra la facultad de amar; i la facultad de amar! facultad ilimitada en que el mismo Dios funda su gloria! 1 si volvemos á las segundas, á mas de las ideas que nos ofrecen las primeras, nos descubren razon é mtelijencia, chispas irradiadas del seno mismo del Eterno sobre el alma del humano [ Se ha definido, por ventura, 10 que es la facultad de creer 1 se ha definido lo bello, la razon 1 acaso lo qu~ es un sentimiento 1 1 noobstantc sentimos: lo que es un pe-n$iuuiento 1 j no obstante pensamos. Arcano es este del mundo iote~~~u8.l. per~ .arcano profundo é insondable! iLuz misteri~ sa qUé esparce oscuridad, pero que nos lleva al verdadero fin, al único objeto de esa esplt'lldida ciencia llamada fllosofia; á saber: que una realidad infinita existc; que en ella tuvo su fucnte esta alma que bulle en nuestro interior, esta alma imájen de su Creador, ien fin, que esa realidad, que ese Creador de nuestras almas es Dios! Dios, objeto de una llueva ciencia llamada Teodicéa, tan intimamente relacionadll con la Psicolojia i de la cual "oi á ocuparme. " Dadme, Señor, palabras no de aquellas que lisonjean el oido, i hacen aplaudir nuestros discursos, sino de aquellas que penetran hasta lo profundo el corazon i que cautivan el entendimiento." Esto decia Bossuet al hablar del mundo, i yo copio sus palabras i su súplica . 'l'odo era barbarie en el mundo, todos los pueblos estaban desunidos, la palabra armonía no había sonado por la primera vez, pues la idolatría cubria la faz de la tif'rra ! todo era uu dios de materia para los hombres de esa antigiiedad, cada una de las fllenasde la naturaleza, cada uno de los atrihutos de la Divinidad. Estado triste i lamentable cuya memoria acongoja i oprime nuestra mente! Pero estado que no se eternizó sobre la tierra, saliendo de él por la accion de dos medios; la revelacion, i el p.jercicio de la ra7.0n é ínte/ijeDcia. - 107 - Acompañá.dmc al pié del Sinai i de alh acontemplaréis el mas espléndido, el mas estupendo de cuantos espectáculós se hayan ofrecido á la tierra enmudecida. iUn Dios se revela á. un -mortal! Ese Dios cs el Creador del Universo, ese m()~~ MOllies i Grand~za .qu.c asombra i que confunde el ~n)lento! La salvaclOn 1 Vlda del mundo moral se en.cuentran encerradas en este instante supremo, dentro la mente de un 8010 hombre! ! He aquí el co~imiento de Dios, ese conocimiento que án~801o existiacomo un mero instinto ó inclinacion secrc· ta~ traido á. la úerra por la revelacion. Mas de mil años se sucedieron al dia del Sinai para que naciese un hombre, hombre tan grande, que en la posteridad no ha cabido lo inmenso de su gloria! ... Este fué Sócrates ... Sócrates que desprendiéndose del lodazal que en ese entónces formaba el paganismo i la idolatría, llega conducido por las alas de sujenio hasta esos universos que jiran mas allá. de este i otros mil! Allí descubre no ménos que en la humilde tlorecilla de un jardin, la existencia de un Dios único, infinito, inmortal, omnipotente. He aquí el conocimiento de la Divinidad traido á la tierra por-la razon é intelijencia. Sócrates lanza al mundÓ sus creencias, sus doctrinas; el mundo envilecido no alca1l1.a á comprenderlas: he aquí porqué el hombre jiganle mucre la muerte del mártir; del már· tir de esa idea que dcspucs de haber mendigado hospitalidad por mas de mil alios vino á encontrarla en su seno. Muere, Sócrates ! la cicuta es el premio que alcanza tu elevadojenío; muere la muerte del má.rtir, pero no álItes de haber enlazado tu nombre al de la Divinidad i de hacerlo como es ella, grandioso é inmortal! Sé pues, grandioso é inmortal! Vemos asi, la idea de que un Ser Supremo existe, establecida i rejellerada sobre la tierra. No me detendré á. decir como esta idea fué acojida; á referir como, unos la acojieron, como otros la rechazaron, ni como otros. comprcudiéndola malla equivocaron i amplificaron demasiado: esto pertenece á la hIstoria. Conocer á Dios por medio de "us atributos, conocer sus atributos por medio de las facultades de nuestra alma, he aquí la obra de la Teodicéa. Cómo conocer los atributos del Eterno 1 El mundo físico i el mundo intelectual, obras en que los efectos de estos brillan con todo esplendor, nos ofrecen el campo; el campo di· go, no para contemplarlos i abra'l.arlos en su totalidad á la manera que Be contempla i admira una perla que se halla en - 108nuestras manos, sino para asir el imperceptible :ítomo que nuestra intelijencia nos descubre i por él juzgar de lo infinito i de lo ilimitado, que el; su esencia. Ved al hombre morando sobte una tierra por dondequiera l/ena de bellezas i arrnollias ; J?0l' donde quiera PUbJiUDdo la vOlldad, cl poder, la IJl'eviswll de su artífice supremo. I_os campos encierrnn bajo una alfonbra de prccio!':o verde delicadas semillas que dCMlfrollállllosesosticuen i alimcutan su eXIstencia; las fuentes brota 11 aguascristalillas para apagar su sed; los "bosques con su quietud i su frescura le ofrecen un lugar de reposo, de meditacion i de solaz; Ja bóveda celeste con su apacible azul i sus amol'chas luminosas, llenan su alma de encantos, Jlcllan su ser de gralld¡'s cOllcepciones i le olrc¡;en la imájen de lo infinito; lluestl'aS madres aduermen lluesU'Os primeros a¡¡os en lo muelle de sus brazos, i al eompas de SIlS apacibles cantinelas 1108 instruyen para el porvenir! Todo en el mundo es bello, todo es bondad, todo arm"oliía .•• Es la hermosa muestra de que Dios ama al hombre con amor inmellso !" luo obstante i cÓmo !':iDIOS es justo i bondadoso, permite tantos m'lles que se ven aparccer mezclados con el bien 1 Cómo el patriota denodado muere en el instaute de defender Sil patria '1 Cómo el anciano pierde nI hijo cuando ya los aílOS lo tienen d('cr{~pito, macilputo i tItlloeallte ? _ . _Estas 8011 pregllntas qtW!lO poeo :<e han hedlO i (l las que han dado esta impía resoluclOll; •• No, mentira, Dios JlO es justo ni me-nos bondadoso." j Insensatos! Allí doude V080t1'0l'<solo encontrais Ull reproche qnc haccr á la Divinidad, yo solo encuentro vuestra cra:.·.-aignoranc'ia unida á. la blasfemia! No ois la voz del mundo, de las criaturas i de la naturaleza clamando contra vuestro errOr i vuestra iniquidad L ..... A la bondad, la jllsticia, el amor, la inmortalidad, ese Ser Divino a¡¡aoe la ullidad. No ha~o llH'lIcion de este lluevo atrio buto para probar que Dios lo posee. No, él se desprende de los ya demostrados. Lo hago para dar Jug-ar á una rápiria eonsideracioll sobre los efectos que esta Cl'eeneia ha produ. cido sobre la humanidad. Volvamos los ojos á lo pasado. Vemos en <:lull hecho que tambicll auservalJlos en el presente, i t's, que, seg-ull sea claro i vcrdadero Ó COfJ[USOi el'rOllCO el sP1Jtimiento i culto de la Divinidnd, /0 es tambien el sentimiento i culto l'f'!ijioso, como 'lile e:-<Sil eman:\cioll dirctta; i de aquí prccisanwllte proviellen los crrorn; i ma!\'s de clltilllceiS i la v('n/ad i bienes de ahora. En la época á quc Ir.e l'cliero se hacia una apoteosis de ¡;ada virtud, de cada vicio, ó mas claro, no habia unidad, méllos armonía ijamas (lrden ~ los pUl'blos se empeñan en hl - IOfI- hrchu i lal:!rivalidades de sus dioses, como nos lo refiere Homero, i he aquí que el sentimiento reliji08o, 1H'cienrlo de la multiplicidad de 108 dioses, produ('c frutos en un todo contrarios á los~lle se ¡'ecojen hoi; no !lile las Ila{'i()ne,~; por el contrariQ'dlifr eepnra i les mUt~stra un cnemigo donde hoi velllOS un herm!\Do. Ved pues las timcstas COU[<(,CltellCinsde la Divini· dad mnltiplienda. Ahora, urilla la suhlime verdad (pie proclama, •• un solo'Dios, " ya •• 110 hai sino un padre único i comUll allá en los cielos, i una familia de hermanos en el mundo".! Uno sólo i CO!llun es el intercs de.los pueblos tanto del OHén.te como del Occidente, tanto de 8etentrion ('amo del Mediodia; lIna sola la civilizacioll, U110 1"010 el sentillli(,llto del amor. No hai :ya un altar para el I'leheyo, otro p¡¡ra el noble; el Dios uno, cn ::;\1 n Ilidad el1eíerra la mil veces sauta democracia .. Se aterroriza el crímcn: se alienta la virtud j se proétama i bendice la illOlOl'talidarl de nucstras alma~, pll-€S rindíerido adorllcioll i culto al DioR que encierra todas- tas virtudes,8c espera tambien el premio de todaR las virtudes. Eu fin, esta verdad ~mblime el,: la alta oant'ra 1(,\,(lIltadll entrC las jeneruciolles vetnstas i las llUe\-aS; cf;ta verdad esplén. didaque di{~e, " no hai mas que llll solo Dios, una sola moral, una !'Iolavirtud! " .. , Palabras CUyo eco 110 tarda en resonar en ámbos estremos del mundo! - . ~... Débil ha sido mi VOl, incompleto mi raciocinio, pues tú, tú, alma mia, tiÍ, alma de todos lo::;humanos ('",tás lila" allá de nuestro alcall(~e : eres espléndida, eres inmortal! ! i tú, Divinidad suprema, tÍl, Creador del Universo, eres infinito, eterno, inmenso, ineomprenl:!ible ! ! He dicho. XXXI. I!OnIlE F.L Te:ll.-\ S!c,.U1El>TF.: Los hechos i solo los hechos sin:en para Juzgar á los hombres.' ~ien cándido seria el que los, calificase por sus palabras solamente. Seiiores : -Si todos 108 homhres hablaran.elleng-uaje de la verdad, í si todos tuvieran huena l(¡jica para hacer sus aseveracion",s, las trallsacciolle;¡ humanas de todo lillaje se simplificariall infinitnmente, i ",llllundo parecnia poblado dc ánjele¡:. Pero dl':,graeiadal!lentl' 110 el:! asi: d hombre, por sus paslOues é interese", pre:;enta un conjulIto iuforme é inescrutable de contradicciones, engaií08, suutcrfujlO!<, mentiras i errores c¡ne {1 nadic es dado (,Olloe!'r, Los ({He 110 mienten -110ó no son guiados por sórdidos intereses, acaso son ignorantes, acaso se equivocan, acaRO no nan podido formHr bien SIlS JUIcios, Ded:lcesc de aq uí que no podemos coufiar mucho en la palabra i los escritos de los homures, si no van CO~probado;; de acuerdo con las reglas de una sana dial~tica. Obrar de otro modo, es hacerse el juguete de los malos, es; esponerse á com~ter los mismos errores de los ignorante8. Diariamente somos víctimas de los charlatanes i ~ cuanto" quieren e••plotarnos, porquecojnctclD9S la candidez de dt:jaruos seducir por sus- mas b ménos aHiiados i glacjO&Ql!j dillcursos. Mucho abundaron estos dolos en úempos nQ ~Ul remotos. Los progresos de la literatura, i especialmente de Ja retÓrica, que suele ser confundida con la verdadera elo. cuencia, aumentaron e;¡te mal; pero corno tambien la lójica se esttidia, como la civilizacion i las luces se difunden, i como la mentira nunca puede prevalecer en lucha C,OP I~rerdad,- boi empieUl á predomi»ar una concienzuda discriminacíon i una sensatez consoladora en todos los hechos á. pesar de la muchedumbre de farsantes, saltimbanquis, tartufos &~ que abundan por todas partes, __ . A tal pUllto llegó la ccguedadí puerilidad en algqqai pai::es, que hombres que no habían ~nido otro oñcioque componer cueotos, versos i nove-Jas, fueron elevados á las p'rimeras maji~traturn8 del Estado, porque se creia que 1'iJieJldo á este, realizarian todas las invenciones de su imajinadon. En Espal'u i mas todavía en Francia, se ha ,-isto esta sandez, sin que 'falten otros muchos paises que hayan pagado tributo á la misma tontería. El hombre juega cubiletes de diferentes maneras, i los aplica á todas las cirrustancias i bajo diferentes faces. Una compaiiía empresaria de un teatro anuncia que va á rep."csentar 11na pieza nue\'a, la mejor, la mas brillante que rejistran los anales de la literatura. Qué espectáculo! qué pasajes tan tiernos é inimitables ofrece! qué cnerjía! qué 1i1er7.a de espíritu en tal ó tal episodio! qué naturalidad en todo! qui\ moral tan pura en cada una de sus partes! qué decoraciones tan elegantes, qué alumbl·ado! .. " Con tan cam. panudo anuncio, quién se queda. sin' concurril'1 Indolencia é idiotismo setia privarse de tan bella representacíon por no pagar una módica entrada. Vamos, pues, á la funcíon: resulta que el autor no conoda ni su lengua, que todo era vulgar, cansado, incoherente, grotcseo, sin idea, sin sentido comun, detestable: que los adores no sabian los papeles, que no había donde sentarse, que las decoraciones eran atroces, que el alumbrado lo constítuian unos malos candiles que á. cada instante SIC apagaban. Cuántos 3rt'epcntidos! cuántos -llt - chasq ueados! 1 pOI' qué todo esto 1 Porque prestaron te i crédito ~ la charlatanería, sin atender á los precedentes de los farsantes, sin habi~r leido la pie~a, sin tener idea- de la posibilidad i pundonor de los empresarios. Me encuentro en un camino con un :mjcto acicaladu, de bell!ís maneras, de porte caballeres_co, lllui sen-icial, mni amable. Todo indica en él que es rico. Ofréceme sus servicios, su casa, su fortuna. Me da cartas de recomendacion para sus amigos, las cuales rnanifiestanque el sujeto es mui inteJijente-¡ qut> está bien '"relacionado. Convfdalne á comer tí, casa de la marquesa N., su pariente, isi yo no estuviera para partir al día siguiente, en su casa tendriamos un magnífico 8arao. Voi á despedirme de mi elegante ijcllcl'o;;O personaje, por quien tengo ya las mayores simpatías, i al darme el último apreton de manos recuerda que por hallarse embelezado en mi oompaííía, ·se habia olvidado pedir á su provincia unas mil libras esterlinas que necesitaba aquel dia: sabe que yo tengo mas que esta suma en billetes: va ;., decil'me que se la deje, cuando yo me adelanto á ofrccél'8ela. Recíbela: pronto me la enviará por el correo, i nos volveremos á ver. J)asan días, meses, arios i el dinero no parece. EscríLole, 110 coutesta: búscole en el lugar donde le conocí, i á fuerza de indagaciones averif\"uo que era un bailarin de parroquia, hijo de una especie de bruja que decia la buenaventura por los campos i á quien llamaba la marquet<a, su parienta. Al fin doi con él, le cobro mi dinero: dICe que no me conoce, que jamas me ha·visto, que sueuo, que deliro, que si no lo dejo en paz me romperá la figura, que soi un embustero, un impostor . Pero eon qué fin multiplicaria va los ejemplos que comprueban la necesidad de conocer 'á los hombres por sus he· chos para no verse burlado con solo sus palabrusl Quién hai que no haya tiitlo víctima del charlatani:smo i de la hipocresía 1 Preciso C>l, con todo, agl'ef\"ar una esplicacion á 10 dicho. No todos los hombres son mentirosos, no todos engaílauo.res: no caigamos en el absurdo de !Sospechar de cuantos trataiftos, cuyo estremo seria mil veces peor que los chascos i cngallos que nos ocasionasen los malos. Prevcnirse eontra la buena fe de cuallto~ nos tratan, no solamente nos impo",ibílítaria toda transaccioll, toda comunícacioll o cordial iutelijellcia, sino que nos haria faltar abiertamente á ·Ia caridad cristiana que no quiere que sc prcjuzgue ;,¡j p'ri'jimo de ese modo. Yo quiero mas ser esplotado ó ellgailado diez veces por la maja fe, que Imponer e!;ta mala fe gratuitamente ulla sola vez. -1I'tXXXII. SOBRE LA J.E~;GUA FR . \NCES •.\. Seiiorcs: - Yo no entral'é en un largo detalle aCe!'cade las ventaja>: qlW resultan del estudiod!:'1 idioma Frunces, ya porque \"o¡;ot/"03Ios cOJlocci~ snficieutt'mente, ya po_'qu'e mi edad i mis conocilllientos 110 mé !o permiten, ya e11fin, porque aquello seria ajeno <.leuna~}a~e purnmente preparatoria, cuyos cotiocimieutos- SOl} sunril.m~ffte débiles i'limitlfdos,i-eD nombre de la cual os dirijo la palabra. -_ Sci¡ores: - Ahora tendremos el placer de presentar tambien como punto de certámen los pocos i Ului pocos conoci· mientas que prillcipiamo8 á tener eula lengua fi·aucesa. Este idioma es en si agradable; i tal vez para }T080troS un poco m~~ atcndlda _la curiosidad que vosotroR 8<~b~is tenelD?s. siemprelolil peque'los por aqueJJo que alcauza1nos á pe/'cllnr, pero que encicrra algo qne á llUCl'tra co-nsideracion parece cosas dp- majia. Antes de obtener nuestras nociones de ti'ances, ya poclrei!; cow'¡clcrar 8i nos pareccria estraiio ver e!lplicar la:; cosas con otros ¡:;onidOlSque á nuestros oidos nós Ul:ga~an como confLH\OSruidos; que nos ofrecían el impo¡:;ible de que se pudiera distinguir, en toda Sil confusion, el sentido ó la cosa ;Í q lle cada UIlO de ellos se refiere. De aqui podreis deducir "i \"('riamo);; COIl allhelo llueSU'as primeras lecciones; aunque deb¡~is SIlJ)(lIH'I" tambicn ti lIe palSad" la curiosidad, queda ... ya vosutros sabeis qué. J'cro-Ia precisioll {le cumplir . con la tarca impuesta, i UIlas cuantas espre¡;iolles agradables para nosotros, i que encolltramós en nuestro librito, nos hall traido haciendo alguna co!;a en el idioma frances, hasta colocarnos en este pUCllto en que hai'C1110Rnuestro último esfuerzo para: satisfacer aunque HC;l con mediana propiedad á vuestras preguntas. Solo podremos daros razon de algunas pocas reglas de pronunciacion francesa, i de la tradUCclO1l i lectura de f'SOS ~eilleilos trozo:-; de .Ilue~tro cnadcn~o, que, como vcreis, contIenen la convcrsaClOll llos pensamientos de UIl pcqucJ¡o que se ellcuentra aliado de su padra ó de su madre. Escenas de ratollcs, acolltecrtniemos con los mallSOS gatos, hazai,as de los valerosos perro!;, i alegatos de un chiquillo con estos animales, son el asunto de-nuestras traducciones: bien a~:radables por cierto, porqne nos· rpcuerdan ese tiempo que ':••.a ¡:;cnos quedÓ, pel'O del cual todadli ~n('mos recuerdo:,: tan frescos. }"iguraos vosotros si cnnndo retirados cn nuestl"O colejio, nos será triste el recuerdo de la amada casa dc nuestros papás, i la rcpresentacion de toda esa "ida que vimos con-er -113tan ag-radablemeute. Pel"O contemplaréis igllalmente si estaremos contentos con las esperanzas que ahora mismo tenemos, de que solo esperamós cumplir como mejor pudiéremos, con las óblip;aciones de alumuos, para decir adioRá nuestros preceptores i tomar un camino alegre á la casa cn que hemos nacido, teniendo la satisfaccion de llevar ya con nosotros algUlIacosa de eso que buscamos á duras penas, i por lo cual tienen tanto anhelo nuestros padres, i se nos asegura que despues DOS ha de valer mucho cuando haya cambiado nuestra v-i4a .."- .. yo 08 confieso (i creo que lo mismo haria cualquiera otro en nuestras circunstancias) que el estudiar es penoso, i que cansa tan te, que rinde i abate nuestras fuerzas á tal estado, que nuestra cabeza cae sobre nuestro escritorio tal vez cuando era de mas importancia mantenemos atentos. El sueño nos mortifica, en ocasiones nos hace tan pesados que apénas nOs deja movimiento para ir poco á poco á nuestra cama; pero se nos dice, i lo creemos, que estas penas vendran recompensadas con goces de que quedaremos mui satisfechos i' que nos consideraremos pagados de nuestro trabajo, i ademas tendremos Ima demasía que no podremos valuar. Convencidos es.tlUllOSde ello, perque tambien principia-mos á esperimcntar el placer que proporciona la ciencia; i e-reo que lo probaremos cuando podamos hacer todas las comparaciones que hayamos de establecer luego que sean bastante capaces nuestras fuerzas. En medio de nuestras nacientes esperan7.as, nna de las primeras, es la de que un dia podremos recorrer alguna :parte del mundo, para' conocerle i satisfacer COIl nuestros propios ojos toda esa curiosidad que excita en nosotros constantemente 13ll relaciones de los que han cruzado los mares i han visto una tierra poblada i enriquecida. 1 como el idioma frances nos sen'irá para cntendernos con las personas que se encuentran cn uno de esos paises que ya desde ahora queriamos conocer, tenemos pues, que hacemos el estudio de esta lengua impulsados por la esperanza i animados por el deseo de proporcionarnos comodidades para ese tiempo, tlue no desconfiamos llegará. alg"un dia. l\lui grato será para cualquiera de nosotros recordar entónces el lugar de nuestros estudios, i el tiempo en que principiamos á estudiar una lengua que nos va haciendo gustar del trato de UIlOS estranjeros . cuya tierra í cuyas obras deseábamos ver. Mui agradable ciertamente, poder cel·rar nuestra conversacion con uno de esos hombr.es de la Francia, i preguntarle por todas esas cosas que despertaban nuestra curiosidad, i d{jar completamente satisfecho Illlcstro ~ -114deseo. Tamuien mui satisfactorio, poderse UIlO alivi<lr tic SI1S necesidades de viaje al llegar á una posada i encontrarse en capacidad de poder hacerse entender i suministrar todo aquello que lo, hace falta para su comodidad, i lue~o entrar en aquellas preguntas que jamas dejan de ocurnr" cnando se presentan cosas que no se han conocido. Pero despues de estos bienes, hai otro que no es ménos apre~iable: sabiendo frances podemos comprender tantos libros que están escritos en esta lengua i cuya lectura, segun oimos, nos deberá ser llIuÍ agradable. De todas matierá8 tenemos el convencimiento de que esas penas que por ahora pasamos, al aprender tantas voces i tanto número de impertinentes reglas, seran pagadas con los placeres que ya me parece estoi ¡;intielldo, no obstante que estamos mui llijos todavía de alcanzarlos. En fin sei"¡ores, !Si putliéremos demostrar con nuestras contestaciones, que nuestro trabajo ha sido de alguna utili'dd,,:esta será ya una de esas recompensas que aguardamos; porqne 8abemos que nuestros padres recibirán placer, i nosotros sentirémos aquel gozo ta,'n comun en nuestra edad cuando oimos decir que vamos bien. Por fin, nosotros al pasar este acto, 1.a no seremos ftanceses e)] el presente año; p~o.lo¡1 hbros ahí quedarán abiertos para.. volverlos á tomar cuando cada uno haya visto á su querido papá, á, su amable mamá, i haya contado á sns hermanos el adeJallto en sus estudios: haya consagrado algu)]OS dias á recorrer aquellos lugares que cada cual ama Illas i haya recibido los parabienes de al¡;{un querido tío ó de algun amiguito de estrecha confianza. Despues de esto vendrá el dia en que habremos de pasar la última noche en nuestras casas, i en el que cuando alcanzemos á percibir la lus de la mañana hayamos de decir sin sentir pena, ya s0I!l0s otra vez franceses. ' He dicho. I mas XXXIII. SOBRE LA JIJVE~TVD. Seílores : - Al levantar mi débil voz en medio de un auditorio tan nume~o i re8{>Ctable, i allte el cual tengo que dirijir mis mal coordinados pensamientos, me atrevo á llamar vuestra atcncion á un punto dcma:,:iado interesante, i mui recono{~ido por vosotros; este es él de hablar de la juventud ansiosa de saber, moderada, amable; respecto de esos jeneroso;;; clp coraZOI1,amigos de la verdad, de la humanidad &"; pero ántes ue emitir mis ideas acerca del particular, me permitireís 08 haga notar que ~ soi yo quien puede presentar un cuadro bien adecuado á la materia, por carecer de los ele$cntos necesarios, r3zon mui poderosa ~~:1ra'S-;npHcar seais tolerante i benévolo . . La juventud, como mui bien ha dicho un ~lebre escritor, es la personificadon arquetípica del r-rogrctlo, i la misionera de la civilizacion en el campo de la lllteliJencia, del honor i del deber. i Cuán b~lIo es el patrimonio de lajuventud! ¡Qué mision tan sagrade: la que debe llenar; pero tambien j cu{tntos cuidados! cuántos sacrificios, i cuánto ,-alor i abnegacion para hacerse digna de tan envidiable mitlÍon ! mision que solo por medio de una bnena educacion puede tener su efecto. }~s, pues, de la juventnd (ilustrada, moralizada, filantrópica, modelo ó prototipo de la educacion i bue~lOs sentimientos, que debeu\Q8 aguardar algo positivo porque es soIQ.e~~ que está llamada á hacerse digna de honrosa menciono porque de ella es de quien se espera la dicha i bienestar de los pueblos, i en fin porque es de sus manos yue se debe aguardar en gran parte el progreso i la civilizacion. pcro permitidme, os haga mas notablcs las tazones que tengo para manifestar que la juventud ilustrad ••.es digna de especial menciono En el- seno de toda!'! las lrocíedades siempre ha habido dos principios que se combaten á mucrte, dos potencias que sostienen una lucha incesante, en la cual están empeliadas la suerte i porvenir dc las jCllcracioncs: estas dos fuerzas que continuamentc están como Cll,guerra abicrta, son: el vicio i la virtud, el progreso i las prcocupaciones, la relijion i el indiferentismo, ó hablando en términos mas claros, el bien i el mal.·Tenem08 pues, que de esta lucha ha de l'esultar precisamcnte el triunfo de la nua í) de la otra, i por consiguiente . la preponderancia dd bien ú del mal en la ~ocicdad; pero (~omo una de las dos ha de Hulir triunfante, i para ello sc ne(~el'litaque haya cora7.úl1es firmc!; i ",ineerm; (lue ;sepan sostclIcr las causa8, rcsultan que los que están bas;ldo8 en la fucrza poderosa de la ra'lon i la justicia ganarán la victoria. No sc puede imajinar por un solo momento que el mal pueda !'!obrepujllr al bien, puesto que sabcmos que de el mal no resultan sino males, i que pOI' tauto para obrar conforme á los principios de la sana ra7.0n i de la moral, es necesario proccder sicmpre á un fin, que cs el bien, i este por lo mismo que nos asegura la felicidad, será el protector de la juventud. Estas escenas que pa8an CIl la soc-iedad, se reproduccn en nosotros mismos i segull quc dejemos preponderar la una o la otra, seremos los atletas del bien ó del mal, los propagadores de la civili'lacion Ó los sostenedores de las preocupaciones. - Jl6Para que la sociedad pueda proveerse de una fuente fe('uncta en benéficos resultados, es necesario que se haya estendido en todos sus miembros una educacion cuyos resultados tiendan ~á moralizar las costumbres, á conocer mui ame~ Dudo las palabras bond~?, tolerancia, caridad, espirit~ público &,•., pero CQ,Q}D la utIhdad no resulta de saber lo que ellas significan, e~preciso empapal'se en el fondo de la ciencia que por sí enc!en:an i redu~jrlásA)_a ~pr~ctica; i sino.)~ pregunto ¿ qué sJIJD1ficala vlruul lU1l aCClOfl'?¡qué Jaeandfld •. (},llé la t?teJ:ancia 1 nada Jl!Ia~-~ &Da muftit~d de pa~,"~s 5Ill mérIto-, espucstas á ~aparec~er con el sImple soplo delas pasiones; perO' habrá. por ventura COl'azones pervertidos que desconozcan I~s causas que pueden asegurar uua felicidad permanentel sm duda que ~n nuestra SOCiedad ab~dan : ¡. cU'ál es la· causa 1 ninguna otra SIDO la de baber dejado t~i. nar desde mui,te~p}'lUlU esa, multitud de pasiones que arras~ral'hombre, por decirlo así, al fango de la miaéria i de la de~a~ia. Conoceis, pues,' qtt~ .10 irilportáritísÍffiO l,ara nuestra socICdad, es que los sentlmufntós de qne debe estar caracterizada, sean nobles i puros, lo cual se consigue CQn }:!tla. edl1cacion temprana. Entónces vel'cis con qué scncitlm 'de. sempeña el hombre todos sus deberes, c0Ucqué alegría i ve~mel)cia tra~ja en ~l b,ien jé.iferal; i!0il <¡Úé paciencia i humildad se reSIgna, 1 como se somete á cada una de las pruebas i contratiempos de la humanidad. La l'a7.Olide e¡;¡to se desprende de su propio peso, i es que él entiende ellcnguaje i la labor de la natUl:alezar se halla en comunicacion con Dios, ¡, Dios lo guia, i o~ra así porque 81.1 fin es Dios i Sil aspiracion la eternidad. A medida que la civilízaciQn avall7.a se descub~ mas i mas el camino que debemos seguir en el curso de la vidar nos aclara el bien que debemos hacer i el mal que d~bemos evitar; ella nQS quita la venda de la ig-norancia i nos señala la huella qne se debe seguir para llegar al conocimiento de la verdad i de la virtud. La ilustracion, seiíores, será el arma poderosa que puesta en manos de la juventud la prepare á. librar el combate que tiene que s~te'Qer para contarse como digna de ser la tlor de la socii!dad i el dechado i modelo de las virtudes sociales, tan necesaria& para la felici<tad. A la juventud ilustrada i morali~ada está encomendada la augusta mision ~de.traQaj,Qr;tJl el bien jeneralt porque es la que siempre está en via.'.QeFejir la sociedad, si al saber reune la virtud. Ella dcue ser la, investigadora del camino fácil i seguro para con.ducir á los hombres, i asegurar les así la mayor felicidad posible. La caridad primero que todas las otras cualidades que le sen necesarias debe ser su primera -117compaílera, pues qu~ siendo caritativo, el hombre es igualluente amigo del espíritu público, que tambien lo ennoblece sobre manera. He aquÍ de lo que mas carece uuestra sociedad. i esta es la ra~Ol1 porque vemos al mendigo perecer en la miseria, por falta de un compadeciúo que lo sustente. Preciso es, señores, que la sociedad redoble sus fuenas, í para ello no hai otro nredio sino cultivar nuevos espíritus para que vengan á. prestar apoyo, i por consiguiente redoblen las f~~ Asise irán multiplicando los corazollcsjcne,rosos, pUrOs 1 libres de toda p8slOn malévola hasta llegar a conocer cuales son los sacrificios que exije la virtud, i sabrán que el honor i el deber, son los pnncipios ante los cuales cs necesario sacrificar hasta la vida, i mil mas si las pudiéramos a~qnirir, en defensa de la patria, de la virtud i de la huma- mdad •. t Qué mas dicha para lIucstro pais qué la de tenel· jenios ilustrados é intelijentes, capaces de sostener la prospei"idad pública con constancia i firme'l.a? t Qué digno de cnvtd1arse no será el ver desaparecer las preocupaciones COIlla simple QPosicion de un principio, las pasioncs COIlla virtud Ó Ull rasgo jeueroso. al vil iDteres con la lealtad, i en fin al enemigo de la patria con una intelijcncia vaIel'osa 1 Despues de cuanto dejo espuesta en honor de la juventud, de esa juventud qne por SIlS virtudes, por su conducta i otras uuenas cualidades se debe llamar la flor de la sociedad, debo advertiros que 110hablo de manera alguna de la juventud pervertida, de la que no tiene creencias ni llJOral, ni virtud, de esa juventud entregada á los vicios'¡ á la disolu;cion. Esa juventud se apellida la polilla, que no la llar de la lIociedad. Esa juventud no puede aspirar á nada, no tiene mision, por que csta mision seria corruptora i destruc. tora de cuanto hai de bueno i sagrado. /le dicho. XXXIV. SOBRE F.L AJ,GEBRA. Señores: Es una verdad inconeú8a-ijeneralmente reconocida, que creado el hombre á im(,jcl1 i semejanza de Dios, i dotado de facultades intelectuales que deben hacerlo feliz i el clueiio de la tierra, este será tanto mas perfecto cuanto mas es tenso i esmerado sea el cultivo de sus facultades. Es por esto que -118se ha dicho con tanta razon como acierto, que el hombre se acerca lilas á scr el yenJadero hijo, el verdadero objeto de sus miradas ¡.la perfecta im{tjen i semejanza de su Creador, miéntras mas busca la 8abiduria, ¡ se aleja mas de él miéntras mas se acerca á la ignorancia. Preciso es _~onfesar que muchos hombres desde épocas las mas remotas han procurado llenar esta mision i se le8ha. yistoyenciendo enormes dificulta~€s, i traspasando 108 mayores obstáculolS,con tanto anhelo ientusiasmo, buscar la vel'dad á fuer de trabajos i desvet08 para llevar luego sUs pt~ ciosaFl ofi·cnda.<;al sagrado altar de' la sabiduria i legarlOl" á la posterid ud. Si convencirlos de que la instruccion es la única rÍ<lueza durable i positiva, dirijirnos n¡Iestros pasos en pos de ella al templo de las cicncias, allí, á la entrada no mas encontraréIlles entre su cúmulo inmenso de riquezas el precioso ,tesoro tle las ciencias exactas, entre las cuales brilla el AJjebra con cspJeiiJor particular. De esa parte importante de lar;¡ matemáticas debemos ocupal'llOS CII el prescnte acto, i al efecto me permitireis algunas mui lijeras observaciones. Jeneral~lCnte se conocen con, cl-,nOQlbrecle matemáticas diferentes ramos científicos cuyo objeto es la cantidad, ó todo ]0 (lile e~ sllceptible de aumento (¡ diminucion por distintm; grados sujetos al cálcu]o: si consideramos la cantidad en los seres fjsico~ ó reales., toman el nombre de matemáticas mistas i diferentes cienciar;¡ se ocupan de ella; si las consideramos en jeneral, ó separadas ,de los seres por el pensamiento, llevan el nombre de matemáticas puras: estas Ron la Aritmética, el Algebra i la ,Geometría; las dos primeras tratan de la cantidad numérica i la otra de la estension. Fué, sCllores, cn el siglo IV, que se presentó entre los griego!'; un illtclijcllte dándonos á luz una obra en clIJas cuestiones aritméticas nos ellSel¡a el Algebra hasta la!'; ecuaciollcs de segundo grado. Todos los documentos de este filósofo, así como el comcntario de la sabia Aspasia han desaparecido, i con ellos su~ luminosas chispas que pudieran dejamos cQnocer al glorioso autor de esta ciencia tan sorprendente. Los árabes le fijaron I'lll atencion i la cultivaron con ardor, publicando su primera obra en el siglo VIII, en la cual quedan resueltas las ecuaciones de segundo grado. En 1494, se presentó en la-Ftancia fa primera obra algebraica conocida con el nombre dc" ciencia de la cosa," aparicion que no se pudo atribuir sino á. luzes lanzadas al contiBente euJ"Opco, }lar los árabes, cuyas habilidades é injenio en estas matcrias eran dote qne la naturaleza les tenia reser- -1I!l- vaelo. Pocos fueron los progresos qne bajo los allsplCIOS litlos franceses de entímces se alcanzaron en aquella ciencia; i no fué sinQ hasta que los italianos se ocuparon-de ella. que se introdujeron variaciones sustanciales, entre l~ cuates hacen un papel de mucha importancia la resoluciol1 de las ecnaciones de tercer grado i otros varios descuurim¡cllto:;; i aplicaciones que en pos de esta siguieron, Las naciones que ihan á la \'anp;uardia de la civilil,acion abrigaron ~n su seno en el liliglo X VI, materfiáticos ilustres qu.e.-·mcieron progresar á. porffa lo:;; conocimientos algehraicos. iasí como los alemanes, los franceses i los holandescl; tuvieron su Stifelius i Vieta, p'>lpatJa vió naccr ;t l\iÚ;¡l:1., qne contribuyó en alto grado al desarrollo de esta importante ciencia, Al fin se presenta el siglo XV 11, época gloriosa para las ciencias, por ser entónces que apareció eljenio que habia de desarrollar grandes principios fiJosí¡ficos, esplicar sOI'pl'entIentes fenómenos físicos, i desarrolhu en gran maneJ:a las aplicaciones del análisis matemático. Este jenio que es Desc.artes, apénas dirijió su ateucion á las llIatellLÍtiras i se ocu·· pó en desenvolver la espresion de los poliIlOllliol'!, el cákulo de los 8i~nos i espo.Qenlcs de las potencias j hizo cluso debido de las raices neg-ativa:; i esplir() su naturaleza i velltajas, determinil con los I'ignos clnúlllero ,le rail'('S positivas i 11e~ativas de \IBa ecn:tcioll cuando no hai ill1ajillarias, dejó reducido el C:dculo {l la (~eoll1etría {:hizo 1I1l arte de esta aplicacion, formÍl el método.. diél las reg-las, i por su artificio aplicado á las liticS rectas se elevó Ú las difíciles teorías de las cm'vas, levantando del polvo en que estaha sumida por la ignorancia la Geometría, ciencia mezquina ¡simplemente pr;lctic a hasta entóncei', pero ;t que ¡;UPO imprimir]e el sello de ciencia sublime de la Illas alta utilidad .. \ml>as toman un diverso rango con e:;;ta aplicacion, ;',mhas recihen prodijiosos adelantos en todos sus ramos, i el antor de ella He lleva d glorioso nombre de cOl1quistador de las matelu:iticas. Eu todo este tiempo grandes jenios se levantan por todas partes, practican, simplifican sus cákul03, obSelTau, i f¡janlas bases deslls diferentes sistemas, pero 1;010 á Descartes le estaba r)J;eITada la mayor gloria. A este mismo tiempo se prescnta el príncipe de los matemáticos, el gran Newton: lasJnje¡íiosus como inapreciables reglas de lus di\-isores nlcion'!iles dI' las ecuaciones, de los límites de SIlS raices, lo,~ m{,todos dI' aproxilllarlas Cllanto se quiera, de aplicar las fracciones al de los espollcntes, el hlmoso teorema que lleva su nomhre, la aplicacion d(~ estos inventos :i la cllrldratllra dE' las curnlS i á la ¡;olllcioll dI:' los -120- problemas jeométrico8 mas difíciles, con otros hallazgos en touas la ramificaciones de las matemáticas ila fisica. le dan sin oposic4111,lwvictoria sobre cuantos han cnltiv-aclo estas materias: pero sin embargo todo parece eclipsarse cop su re¡;;plandeciente descubrimi{;nto del cálculo infinitesimal. . A rivali1.ai'á Newton ¡;;aleá la liza de las ciencias el sabio mas universal de los tiempos modernos, el orgullo i glo. l'ia de la Alemania; el gran Leibnitz. Este i Newton á. la vez conciben, comprenden, eaplican, i llegando al mismo punto de partida, sacan avante el4cScubrímiento de 108 proeeGimientos jenerales delllnálisis infinitesÍmal, que Fermat dejó iniciado. No hubo ciencia que Leibnitz no ilustrasc con 8U meditacion i trabajo. Dos naciones poderosas se disputan la g-loria de haber dado á luz descubrimientos de tantas trascendeNcias, sosteniendo cada una ser de su seno ese jeni~ prodiji08o; ellas Be aji. tan i revuelven poniéndose en conmocion, i solo el exámen convence de la exactitud del descubrimiento hecho al mismo tiempo por hombres diferentes. La invencion lenta i de tanjeneral aplicacion como es la de los si/{nos,la de rept'esentarcon letras las cantidades, van produciendo sucesivamente grandes revoluciones entre los griegos, t'Cvoluc.jone8 qne nos dejan conocer lo maravilloso de su invencion: j cómo parece que la naturaleza hace ostentacion de su fecundidad en esa edad feliz para las ciencias! hoi se nos presenta el Algebra como el segundo pero mas interesante eslabon de la gran cadena de las matemáticas.. Por la variedad, de jenios producidos en todas partes en el siglo XVIII, tan grandes como la empresa acometida, vemos á la mitad de él levantarse el Algebra á. un grado sublime de perfeccion i llevada ó ser el mas apto como el mas útil instrumento para adelantar todas las demas ciencias. - Las ciencias matemáticas son en su conjunto el i>rdcn mas perfecto de realidadcs á que haya podido Ilegal' el saber humano en nuestra época. Las leyes jenel"ales del UniVCl'SOsolo han llegado á ser sencillas á nuestra intelijencia por el simple concurso de estas ciencia¡;; que comprenden en su inmenso imperio las relaciones multiplicadas de la cantidad i la estension, 111 medida del tiempo i del espacio. Solo en el santuario de las verdades inmutables que ellas se han establecido es que el hombre pued,,=raer á la memoria su estraño oríjcn, i observar penetrado de relijiosa admiracion la obra santa de ¡;;urazon: contra sus verdades no sabrá prevalecer ninguna intelijencia, i su adplirado descubridor se ha elevado ha¡;;tasu mismo principio, rompiendo los velos que nos impedían poner á nuestro alcance el mundo entero. - l~l - Solo dcspues de mui largos trau;¡jos, de ellsay~s infrnr.tuosos i de tentativas é investigaciones_ vanas, es que sc encuentra Ia.humanidad al alcancc de las vcrdade$ mas infalic blcs j por que, iqué se oculta boi por vcntur"a állr penetra.· don del bombre 1 en cuanto á cálculos, ¡,cuál es el que no está. resuelto i demostrado aunque áures se le haya considerado como irresoluble 1 No hai fenómenos, teorías físicas ni químicas &ft,-que no teD~au necesidad de su especial ausilio para su esplicacion,-Slendo MÍ que con cortas fórmulas., t:Oll pocas letras i un limitadísimo númcro de signos se e6tableceu los principios mas elevados dc las cicncias cxa('tas. t •. Concluiré, scílOres: jamas será demasiada la atcndon, los esfuerzos, ~I tiempo i los desv~los !lue de~iquemos al importante c8tudlO de las matemátIcas I especialmente al del 1\.1gebra.clave de todos sus secretos. Hagamos volar nuestro es· píritu en alas del entu.siaslllo i la volu.ntad al traves de ese espacio intinito de la sabiduría, i al recoje¡' l'llS inagotables te8oro#l.Uehcmos el deber sagrado de ofrecer el debido tributo .de admiracion ¡alabanza á los jenios inmortales que cultivaron la ciencia legándonosla como el instrumento mas eficaz para elevamos en.nLIGst¡;a calidad de seres pcnsadores á. la esfera de las altas concepcione.s, de los estupendos prodijios con que á cada instal).te nos sorprenden esos scres privilejia~os, que ycueramos i que llamamos grandes jelliol'. r.•· He dicho. xxxv. cSORRE 1.08 IIEBERES DEL 1l0MIlllE P.~IlA COS I.A SOCIJ':DAD, I YlCEVERSA. Voi á tomar la palabra para hablar sobre un {lUlltOde una importancia tan grande,cuanto son medianos mIS alcances i ~i intelijeucia. N~ espereis pues, por esto ~ue. e~}m.ira~onamIento llegue SJqmcra á acercanne á lo lUas tnvljlll lIallo.de la elocuellcia. Procuraré sí, hacer comprender mis imperfectas ideas, por medio de mi d~sali¡iado modo dc decir. Así, pre\'cnidos vosotrOj. de fa clase de lenguaje que vais á escuchar, i ue las circunstancias del que lo usa, yo casi me prometo ya Vllcstra tolerancia é illdllljencia. Tócarne hablar 50bre " log deberes dcl hombre para con la sociedad, i "i~·eversa." o - J 2-2 - Seiiores:La moral qlW 1'l~gla todas llllcstras acciollc>:, la moral, que es la lei i la base de la fClicidad en todas la~ Aaciones, por !lile es tan consustancial, si puede decirse, Íl \nse~rable de'Ja gran familil\.humana, como el instinto con que el Criador dotó al ser irracional; la moral digo, e_ntre sus diversos preceptos, ha prescrito al hombre detalladamentetodos los dcberes que tiene COI! la sociedad, que es el teatro en quG. se desarroJlan sus 'funciones én una esfera mas ó ménos limitada, seg-un los alcanees ó capacidades del il1dividuo, pe1'0 teniendo siempre por fundamento la vel:dad, la benefic.ellcia i el bien jeneraf. ~, Segun esto, una de las ces:.s.que primero se prescntaIl á nuestra imajinacion, al considerar lolo;deberes del hombre pam con 1m; donas de snespecie, es la fealdad, pOI' no decir la criminalidad del egoismo, que lH) es propiamente la negacioll, sino la impllgnaci~n, la protesta del,h?mbre contra lo-s sagrados deberes qne tIene para con la.l;oclerlad, No discutiremos el c\lInulo de absurdos del egoismo i todas las faltas cometidas contm los lazos qu.e nos un.en :i esta gran familia que constituye la humauidad i ála cual se da el nombre de sociedad, por que no Plln.de hab~ ql!ien desconozca los pormenores 'de estas, erdadeR_ . - Espon<lré solamente en breves palttbras los suprcmos deberes Ú ohligarioncR á que debe someterse el individuo miéntms ,-iqt cn rclaciollcf< con los dtulas, ' No me ocuparé tampoco en hablar de los que tienc en particular, esto es, para (~on los padres, para con los intimas amigos, para con los hermanos &~:-me contraeré á los deberes en jeneral para con la sociedad, Ni discutiré el punto sobre si el hombre ha nacido ó_no para vivir en sociedad, pOI' que solo espíritus especiosos i falsos oe razo,)1 han podido controvertir un hecho tan claro i sencillo C0ll10 el de la ahsoluta necesidad que tiene el hombre ~e vivir COII los d(~ Sll especie; ¡mesto que esta elo;Sil condicion, esta su maneJ':l de existir, este su estado permanente j en el que debemoi'1 considerado siempre_ S~ntaúo este principio, ¡, cuáles son los deberes que á primera viS4l resaltan mas, entre los muchos que hemos' de llenad En primer lugar, reconociendo, como el': preciso, ~todos los hombres como hot'manQ8, la fraternidad viene tí. ser nuestro norte, De este princip¡"--se desprende naturalmcnte e1 espÍl-itu pÚblico, que ha de animamos el1 todol': nuestros procedimientos, Como hombres de espíritu público, como hombref\ que natllralmentp dl'hcn teUl>r semhmdos en Sil CQra7.011aqlle- -1~:31108:mLlimes sentimientos que los compele á velar por el prog'reso de su patria, i á. propender por todo cnanto asegure i fomente la_moralidad, la instruccion, la educacion, á fin J"c sacar del estado de "ignorandll' i abatimiento á loa pueblos i presentarles aunque sCa á lo léjos un risueiío porvenir, uno de los SI1prem08 deberes quc tenemos que llenar es el de dar 108.mejores ejemplos como -padres, como esposos, como-maestros, como hijos i como ciudadanos, segun el estado que á cada €ual haya cabido. Como cinda.no~, que somos los hijos de la patria, debemos atnarla i prestarnos á sen-irla de cuantos modos no!! sea posible: debemos contribui"r COIl una parte de nuestros bienes para"e1 sostenimiento de los empleado;,; que son necesarios, i que tienen por objeto dirijir la sociedad con órdeu i en provecho de todos, pnes no es otra la mision del gobierno. Debemos clIntribuir al sostenimiento de establecimientos ({ue tiencn por objeto el asilo del desvalido () desgraciado, para la instruccion del cOlllun de las masas sociales i para la reforma de las vias de comunicacion i fomento de la salubridad &~ En una nacían bien gobernada, que permanezca siempre en órden, no hai dnda qu~ debe reinar tambien la paz, que es el fundamento de la fcliriducl individual i de la fuerza i poder de las Ilaciones. Seamos, pues, patriotas i seremos felices; pero no patriotas por este ó aquel provecho especial, por q llC eso no es ser ya patriotas, sillo negociantes que solo traficarian con los intereses que á todos corresponden. Que los hombres en cuyo corazon arde la llama del patriotismo, sean la columna en que se apoye i descansc el edificio político! Como esposos debemos ser intachables en nuestra conuucta, para que la abundancia, el amor, la fidelidad, la confianza i la armonía presidrtn en el hogar doméstico i sir\ill. todo de ejemplo á los hijos, ;'t los criados"¡ á cnantos lUlS rodean. En cuanto ;t los deberes para con los amigos, son mui sagrados, puesto que á ellos debemos los mayoi'cs goce,; para poder sobrellevar las penas i fatigas á q nI.' el hombre e¡,¡,tá, es puesto durante SILpasajera mansion s4l¡rc la tierra. Nada mas agradable qne la ami.~tad,~ada mas confol'me que el tener un amigo á quie)l confiarle lluestl"OSsecretos," de quien aconsejar.lOs en nueStro modo de obrar i quien nós consuele en nuestros infortunio;;. Teniendo en cuenta toelo esto, dt'l)('1I10Sser para con ellos, fieles, leales, afecttfoso:,\, veraces, sencillos i serviciales. Pero cuidado grande debemos tener en aplicar este nombre de amigo i i si una vez lo aplicamos con nuestra concicncia, - TU ~ grande dcoe ser tarvbien el cuidado i esmero en conservarfe. Difícil es esplical' la suerle de un individuo que no gO~l?ra de los sublimes sentimientos i encantos de la amistad, ~in -eluda poqriamos decir qne llevaria una vida insoportable, desesperautc, encontrando siempre -escollos i preeipic"'s qne romperian á caáa instante sus goces i SlUI. placeres. Por donde se ve cuán necesario es-,el teW!r amigos, i c.uántos debe res tenemos que llenar" par~ poder merecer este dulce n081bre .. " _ ~f!ls Y"-_1.lo aeabaria si;}Óe propusres~ 4.nd.iear todolll i cada uno de los deberes que tenemos con la sociedad. llásteme decir, que hasta nuestros gustos i placeres deben tener por objeto el bien. Bástem'e decir de la misma:; manera que hasta para COIl los animllles tenemos uebel'es que llenar,pues no JIOS deben se¡; indiferentes .us 8ufl'umentos_-_L,paesto que~on.o~emos que sielltcll. gozanr i,se ~grall c:~~dó ve~ al IndIvIduo que 108 favorece, nomen.os que- parecen tambIell ha~er comprender su queja cuando ven el brazo que los t)pnme. La sociedad de su parte tiene tambien deberes -que Henar para con cada uno de sus miemoros: las mismasreJaciolles que ligan al hombre con la sociedad, 108 mismos deber.es que ella le impone, suponen reciprocidad para con cada individuo en partlcular. La sociedad para conservarse en órclen i hacerse capaz de procurar el bienestar jenéral, tiene el deber de atender con- eficacia á la moralidad i bienestar de cada una de sus partes componentes,. de cada individualidad . . -nebe,pues, la sociedad cuidar de !a vida de sus miemliros, de la tranquilidad, de la libertad i de la prosperidad de aquellos. Debe consagrar la. igualdad de deredlOs, la equidad, la suavidad de las penas i la frat~rnidad. Debe dejar q¡¡e todos hagan lo que no esté espresarncnte vedado, i no -(feb~ vedar lo que la misma sociedad jenuinamellte representada no éstime abf'olutamente conveniente i necesario al bien jcnera!. Por fin, se¡¡ores, una ve7. que se haya faltado á los deberes que cada uno tiene para con sus semejantes, habrá trastornado el órden .ial i haorá contribuido por su parte á la desgl'acia de muchos; por que reputándose la sociedad conH~ 1111 cuerpo i una masa homojene. cualquier Icsion que afecte una de las partes qmdacomponél1, tiene que hacer resen. tir al todo qlle la representa. No hai entúnces, para precavel' sus males, otro remedio que Ulli1 perfecta unanimidad i exactitud en el cumplimiento del deber propio, i una cuidallosa vijilancia en que las leyes que reglan esos deberes i. €OnCCUClllos derechos no sean lranflg-rcdidas. e - 12'5(;on tales prácticas, Im~in<1ivid~ centuplicariall su di- cha, i cada dia irillu.siendo diez vects'mas aíortunados gue el dia anterior: las llCcion~8 loables adq.uiririan mayorbr¡" llantes,idarian frutos mncho mas abundantes :~a honra1rez mas respetable, i su ejemplo edificaria con mayor eficacia': el buen hijo seria seímlado con las particulareil marcas que anuncian ántes lo que será en el fijturo un 8er hl1mall0 que va caminando á su perfeccion: el celoso ciudad~, el hombre pobre, el docto i el ignorante, sod08 c~ndria1l un cuerpo admirable pOl'jlU regularidad i perfeccion, i la sociedad llevaria una marcha fácil i tan sin oostáculos, qne Reria imposible calcular los grados de sus ade. lantos. Aquí se veria entimces resplandecer la virtud i apagarse el vieio, i los corazones aparecerian rebozando en dignos 8en~ientos; en una palabra, este lugar terrenal que hoi llamamos lugar de nuestro destierro, quedaria convertido en una manaion segura, apacible i aun deliciosa. dcl:pwe de familia apareceria J[c dicho. XXXVI. Sf'Il L.\ I:lléTOIUQIJE. l/esprit hurnain a t¡lit de rapidcs conquctes. Gtece et Ilome, qui eclaircrent le monde ancien, ont diNparu de l'hOl·iwndes peuples libres pour s'ensevelir, I'unc dans les cendrcs de $a viei1le civilisatiou, et l'autre pour n¡udre témoi.gnage d"'une décré~tude' hOllteuse. L'intelligcnce de \'homme a bravé les secrets des scicnces, a transpereé quelques UIlS deK épais voiles qui la cOllvraient, et elle est sortie dn milieu dc ses labyrinthes, avee la marque emb/élllatiq tle de la gloire. J.•e langage, ee bean partage dllquelle Tout-Puissant caressa l'homrnc, cette barriere formidable qui l'doigue des animaux, a aballdollué I'étroite sphi:re dans IU1lllelle il tournait, et á présent iI se montre a nos yeux majestueux, riche,fleuri, doux, énergique et penmasif, scloJ,l. qU'IJ sert de communication a l'espagnoJ, au f1"all~ais, a l'italien, a l'anglais ou 11d'autres langues cultes. Dans ehacllne d'eIle;¡ 011 a filÍt des progre s cOllsidérablcs, on il atteinrde grandcs perfections. Les opiuions Sllr \aqu~lIe devrait avoil' la prrfércncc, sont encore bien partagées. Ccst le philologue qui doil pronOllcer sa se n(elite décisivc. Pour établir mes raisonnements sur le langage. en le considérant comme un des premicrs atributls de tout etre pl'llRant et ~ans le.quel ue signi1ieraient r¡en loutes les mer- -1:26,,('¡l/es úe l'ullivel's, j'ai élu ponr parIer dc I'dollucllec, le l'rulll;;ais, paree que e'e.st-llllc des langlles Ics plus harmollieuses: uuí; parlons d'elle dans la lanKue quí servit d'cspressioll aux Hacínc, allx l\1olíere et aux Fénélon, et !lOUSIUl aUl'01l5 rendu un .inste hommage; mais voyons, avant de considé:rer ses eficts, les progl'ps et les triomphes qu'el1e a atteint dans la tnuullc et dalls la littérature des divers pays. VOriellt, lHessieurs, a é~ le tieu d'ou sont sorties les lumicl'es et d'ou la civilisation a eclairé de ses rayoDIl tOl/te la terre. I.es langues, le cOlll~rce et un~~grande partie des inventions qui ont attiré l'attelltiOlI dll monde entier, furent lii avant ()Ile dalJll tont autre pays, I'objet dl\ ravissement et de la recn;ation de )'homll1e. L'éfoql1ence suivít la m~me carrii'l'e: die (~tait d<'ja un mot éel'it dans le cremo de I'homme, lIlais ellCOl'e salls traductioll pour l'humanité; elle errait sur les airs chel'chant UII réfug-e, et bient6t ses aiJes l:ltignées la dil"igerent an líeu indiqué par la Pl'ovidence.ElIe avait hesoin pou!' brillrr avec la splendeur qlli la caractérise, d'llue IHJU,"eHe patri(~, d'ull horizoll plus étendll, d'un champ, ellfin, tertili~é pal" les inspil"atiolls dn génie. 01. trouya-t-elle cette patrie tallt desirée, 011le pays sur lequel elle deyait planer ponr feconder I'arbrc de I'intelligcnel'? (hi'ce et ROllle ¡ni ofli'ircnt un séjour et bientat elle y l,tahlit son (,lllpire trayersalJt nn chemin pars(~lI1(:de flellri'. La Gri'ce fllt nlle des prel1lieres llatiOIlS dll mOllde {'ivilisé oÚ les i'CiellCes, la littéra"lre et les arts arri,'i,rellt au plus haut degré de perfcction, Duuée de tonte la pompe et de tout le luxe avec lesqucli' la Ilature pare scs créations, e/le otfrait ¡\ l'homme conterrlplatif le plus beau ciel, la situation la plus pittoresqul', les productiolls les plus singulierts; elle oUraÍt allsl'li au gl'llie Hile littérature riche, un lallgage ahondant, hal"l1louieitx et f1ruri, et desinstitntions SOlllll'ombre desque!les senlemellt elle pOli"ait brilll'r et se lancrr iI visiter des régiol1ll plus étellduell. ¿ Cummellt corrcspol1dit-clle i\ la l"hlniollde tallts I.'t de Ili beallx dons 1 comment aux seduisants attt'aits (jui l'clllbellissaient et qui lui firent jOtler un rÚle unique au milicu d'un si grand nombre de puys? En produisi;ant un Pérícles et un Dému8thcnes pour symboliser I'eloquence, un Plnton pour représenter la philosophie, un Euclíde pour les Iluulimes mathclllatiques, et une Sapho commc l' embléme (le l'el1chanteressepúé~e. Tout indiquait la qu'íl de\'ait étre I(~pa)'s de predilection, le t:11lal qui dc"nit jet(cr sa Iumii'.rc nu delú dll IllOn(f¡~q\ll' Colomu imagina, et que sa yoix lle de"ait périr jarnais, ljuanu llOUS VOYOIlIlapparaHre I'hilipll<' I't Alex<lIIdre le Grand et avec ellx la destructioll el la chutc de la liuerté et de I'éloquence Gracqnc, -I~i- Rome resta ajar:> maitresse dll monde; scs trjolllplws uans la littérature et dans l'élOflucllce lIe fllrcllt que la continuatioll de ceux qu'autrefois avait recueilli la Crece. Si I'espl'ithumain n'y obtint plus de lauriers, il cut al1 moins ses digl,lesreprésentants, par!ui .Iesquels brim~e.ut Ci,cér(~u et Cé8ar dans l'éloquellce, \' lrgde daus la poeKl:':el racW' (hns l'histoire. • ' Ce serait difficile de prononcer un jllgcment S\ll"Jequel des deux pays ait attcint le plus hallt dcgrÚ daus l'echelle dll progres;-to\I:t,e cet~ littérature uniquc dan;; :;on espere, toute cette-:6b1oulssante éloquellce (¡ui guida la destinéc de la (treCe et de-Uome-étaiel1t compriscs c1aw; Dt~Ill();:;thi'lles('t d;]ll,~Cicéron. Voyons, donc, ces den:\: granels oratellr", et ;.!ors vous pourrc'l jnger aver rertitude ¡l ce sujeto Démosthenes était la personnificatioll dll ¡;;ii~;:lc,l'ap(,tre de la.-liberté et de I'éloquencc; il était scmblablc ¡'¡llll d~ ces furicux tOlll'billons <¡ni í'ntraillllt'llt tout ¡\ leur passag-e et qlli vainrmeilt on pCllserait ¡['¡¡rreter dalls l('nr eOllr~. La cOllcisioll, l'éllérgil', la ydll'lIll'llce t~t la pas,;ion lt- placi-rellt dalla unc sphere bC<1UCDUP plus élcy{>('<¡U(,c(~lle dt' SI'" COIltcmporains. Son éloll\lCncc Í'taíl ('lllít,rt'I1Wllt dill"én'ntl' de ce\le de Cicéroll .. -\vcc plus d'(;lIérgie et plus de pas;.;ion, l'éc!at du lallgage Ilt~Ri~llifi~it rien ¡'¡RPSycux l{lland il defendait HIlC g-rallde cama'. L'ar( parai,:,:;:ít ,.;c t('¡¡ir:', di,:tallcC d(' lui; il cljlouissalt SCUICIlH'lltU\'cc c:-t:e 111;-::(' t-lo(!lH'JJce dont il Hait dou~ par la naturc, I>uurce {,"'OIH{c dan,; laquellc il avait obÚ ses plus heurcusel> inspiratiol1". Combuttunt ponr la m&í:necause que Cicéroll, SOll esprit ~aYait anssi ¡;'élelldrc et allcr uu dcli'l de I'horiwll qlli l' entollrait. Sa :"implieité, ~a véhémence extr[~me et la profollde convictíoll ayce laqllelle iI parlait, étaient ses plus bl'anx OrIH'l1lt'll:;\ t't ('(,IlX (lui immortalisallt SOIl llOll1, le pr<'",clltl'rcllt COltlllle !'orade et le p~re de I'l']oquellce (;recqlle . .Joigncz ¡'¡ prés0ut Ú la lIl¡lg-11il1ccj)c(~et;'¡ la dOllceur, á ~'agréll1ellt et a la sedllctioll, \ln stJlc POllllH'11 ;: I't plcin dc llJaJcsté, et vons aurez en pell de mots décrit Ci('{·roH. 011 pCllt comparer Cicéroll i'lllll oasis un milien <InJ,;sert oille yoyageur f.1tig9é Re r~.io\lit et d'oÚ il contemple CUjollÓune llutu;'e plus riante et pllls harrnonicuse; ill'tait le pai"iille J'ui.-;seau <¡ui se glissaut dOllcelllcnt par la prairie, arraclw aux tlcurs qui se tronvent sllr son passage ton t leur parfu1l1 ct toute lenr alllbroisie, :'on sty[e í\curi, Res ehp/:;<\'-O'U\TI'ó' da!!,", 1'{,loqllt'llt'e on dalli; la littératun', lit' sout (lue 1','\prc"",iull (('Ull vaste génie, d'une imagillation singnlieremL:nl poi·tiquc. Répuhlicain ardeut el pit";SiOll il ¡l\-ait hit de f:¡ rt:publiqne l'ohjt't lit' ¡;;P';]JIu,; OOUC('';: I'h'('ril',"'; Qll:tud il pal'bit PJ1 l\ -I~- d6fenduIlt :'la dlfre patrie, le mondc entier lui puraissuit un atome imperceptiblc et son e¡.;prit semblait se multiplicr; Cicéron, d01ÍG, tnérita le titre de pere de l'éJoquence Romainc. Les int;_oncevublcs progres que d'une maniere presque magique firent Rome et Grecc, disparúrent avec uneégale rapidité: a la chute de DémoRthcnf's se suivit ceHe de Cicéron, el avec Cicéroll tomba l'iIlustre ¡¡icele qui les \'1t vivre; J'éloqllcncc done, tomb¡1 aussi. L'empirc Romain mcna\iait l'UÍlle par faute d'unité, par l'introduetion du militaris¡ne et par la dissolutiollges moenJ;'N. L'unio:n l'~vail distillgué toujúurs,-a\'ee dIe iJ était arrivéal.l comblc dll bonheur et du malheur; ¡¡- était (tans la' 16gique des éY~l)elncns qu'il se demembrat, qu'il s'eeronlat par Bes fondcmell~. Mais, ¿ comment s'etfeetua eette dissolution 1 Une fonJe de barbares sem?lab~s aux loups. atfam~s 9ui se la-,?-cent auroupés-sur le bercml qUI Bert d'abn a la tumdc breols, se préc1pite SlU" l'empire, et-tout-a-eoup tout cc bruit qui aeeompagna son orflgeuse existence, s'éteint ~t menrt au milieu de ses dcrniers sallRlots sans qtl'un écho 11Cslttvive a tant de ,-je, i) de si glorieux exploits. L'éloqnellcc qlli snivit apres ne fut qu'unc étineelte du fen glorieux qni - vcnait de s'eteindre,-une rafale subtíle qui bientot sc dissipa. Un {>\'t'lH'mcnt d'une étollll;lnte significatioll,-un éveneII1cnt son s l'illllllcnce duqllella teITe meme s'etait cmue, \lvait eu lien qnelqucs sicclcs auparavant. í Quel fut cetcvencment? L'apparitioll <lu Christiauisme. Le Christianisme fut.le llambeau qui dissipa Jes-téJlcbres dll passé et ql1i éclaira les siecJes futurs ; le Christialli¡;;me fut la résurrection de J'intelligenCC, ce fut la trompctte destillée a éveiller ces tribus sanvagcs qui habitaient I'épaissenr des forets; le Christianisme fut enfill le drapenu qui ondoyait slIr les airs en mOlltrflnt a J'humall~té transportée ('t cxtatiqne, les Inots sublimes de Liberté et de Civilisatio11. Une éloquence nouvclle parut avec lui. Saillt Paul au "ieele premirr de J'Eglise, Saillt Au~ustin uu quatricme el Saint Uernard aux siecles X et XI, furent les prerniers qui élevel'ent lenr voix ponr chantcr des hymnes en son éloge. Quelques siedcs apres, cct édifice colossalresta 80utenu par BO!lBllet et Massíllon; tral¡ons, donc, une Iégere csquisse a Icur égard . .,. TIossuet était I'illterpreiede la Divinité et l'ap6tre du Ch1"Ístianisme. Semblablc ií. un de ces phénom¡~nesqllige prélilentcl1t dc temps en temps, sa voix n 'était qU'UllC révélalion des esprits célestes,-voix sortie des levres du Créateur et qlli trotn'a un éeho dalls son grand cceUY. L'élévation des -1~9- n. conceptions, la grandeur des pensees et la sublimik des imagel!, fire~t de J;losmet un modele d'éloquell.ce qui eu p~ut @tre de rival m dans les temps les plus glóneux de l'lntlqUlte. Le style de Bossnet créa un nouveau langage, un langage interprete fidéle de ses grandes idées: ce fi.1t (ni qlli el'éa le langage du scntiment. Doué par la natllre d'ull géi;i0. essenticllemcut inyestigateur et protond, d'ulle ¡;:em.ibil¡t.'~la plus exquise et d'un grand amOllr pOtil' la religioll, l'idée de Dieu, de !'etetnité et de la mort élevcrent Ron esprit plus d'ullc fois a la. contemplation de nouveaux monde¡;:. Entcndez-Ie dan s ses oraisons funi'bres dirigpes u la reinc d' Ang-letefl"c et an grand Condé;. \'oyez-Ie dans ~on discoul's sur l'histoire nniverselle, un des plus beaux monumellS historiques eonllUS, et votre imagillatioll se pen.lra et restera confollulIc en voyant décrits avec Ulle magestueusc verité, avec une sublimité presque divine, les miseres de l'homme, le néant du monde, l'ephémore pouvoir des rois. llOSsllet tantót vous transporte an paradis an moyen de ses harmonies,-tantDt au llloyen de sa sévérité il vous laisse llaufragé et perdll dans l'Océan agité par 11'8 tempetes; aux lurmes de commisération qu'il tait Jaillir de nos CCEursémus, se succi'dent les .riantes et paisibles émotions qui 110U8transportent dans les regions memes dcs bienhcureux. Suive7.-le daos ses grandes conceptioJll~, et bicntClt vous le n~rrcz frallchir l'irnmclIsité (le I'étendue et se lancer upres I'infini; voila pourqnoi on a dit que les idées intuitives de llossuet étaient entre la terre et l'éternité. L'éloquence de Massillon était une éloquence douce et mélodieu¡,¡e; mais entrainante et variée. La force, l'atl'abilité, la gr~e, la sévérité et l'onction le caractérisaient en le présentant comme UD favori de la nature. Connaisseur profond du CCEur humain, il lni servait comme un PUissullt rcssort pour émouvoir et ponr échauffer les passions. MassilIoll an movel1 de ses sermons modéles et Boasu!'t par ses oraisolls fUll~brcs, furent les plns beJles figures qui cumpterellt l'éloqucllce et la littérature traIH;aises. La Bruycre avec ses vastes conllaissances, son génie et son éloqucnce distinp;uée, vint fermcl' le siecle du grand B08suet, ponr laisflcr entrevoir la pompeusc aurore du XVIlI siecle. Voltaire élevant l'histoire et la poésie dramatique, le grand ROUllseau pl'oclamant les droits de l'homme, Bernardin de Saint Pierre déchirant le voile des préocupations populaires, Buffon historiant la nature, Mirabeau, Vcrglliaqd et quelques autrcs couvrallt de t1ellrs la tribune, furcnt les étincelles de ce brillant 80leil qu'accompagna leur gloricuse carri~re; ils furent les précllrseurR de la granel e reuvre qui i1evait s'ac9 - t:to - complir plus tal'tl et dont ils préparl'l"t'llt le ehemin uvee des tríomphl' splendides. Le slcele XIX est le siccJe de la philosophie, le siecJe de I'intelligenec, des seienees et des arts, des grandes décou\'erte8; il est en{in le siecle de J'éloquenee. Par la rapide esquisse que je viens de vous donner de. puis J'époque de Démosthenes jusqu'au siecle dont nous par10n8, \'OW! aurez vu que I'éloquenee se trouve non seulement dans la tribune servaut detélégraphe aux pensées, dans la chaire proclamant les eanons d'une religion, au barreau en defendant les interets des individus: on la trouve pal.tout; elIe a done l>esoin d'une étoile, d'un gllide qui la dirige el qui eonduisse ses mouvemens. Oil. trouvera.t-elle eette étoile, oil ee gnide. Dans la Rhétorique. l.a rhétorique lui o/li'e une multitude de préceptes, elle arrlhe le t1"Opd'e8sor qu'unc imagination éehautiee pourrait prendre, elle modere l'agitatíon des pass ion s, ensegine ti. I'orateur oil peut·il lrouver une fle.u!",oil un ehardon, elle nide a diriger les délibératiolls publiques, et finalement, eUe éclaire le sentier par Jequel passerent ees génies dont la g!oire'et l'immortalité nons révérous .. i Croyez-vous que la vérité séver e et froide comlne la présellte la Jo~ique, les grandes pensées dépourvues du colo. ris des image;' pourraiellt avoir le mi)rne éeho dans tous les co;urs? Non. ¿ Ou, done, ¡riez vous chereher le somptuellx manteau duqueJ vous. couvririez la vérité? ou mouiJleriez vous Je pino ceau qui doit embeIlir vos tableaux si ee n'est dans la source de l'éloquenec 1 t COlllment arr~teriez vous le frénésie d'un peuple emporté, comment étoutfel"iez vous les cris de l'ignoranee, comment cnfil1 briseriez vous les chalnes de l'e¡;;c1avag'esi ee n'est en faisant jaillir de vos len'es un ton'cnt d'élo(lIleuce qui euJeve, renverse, transporte, ébranle les cceurs 1 De quel pouvoir se servit Démostheues ponr commander le versatllc peuple d'Athenes? 00. Cieéron puisa-t-i1 la force qui arracha des maíns de César l'arret eontre Ligadus, et de quelle SOUrcejaillit la vigueur dont les Girondins se servirent pour térrasser le trane de Louis XVI 1 . La musique et l'éloque~~, ces deux puissants mobiles du eo;u!" humain, out leurs pÓints de contaet; vous avez vu la premiece conduisant les armes a la victoire, passant des palai&dea rois aux champs, et de la anx retes civiques; bien: vous verrez l'éJoqueneebrandissant sur la faee du globe ce Rambean dI' I'intelligf'nce: la libert~. - l~H -- L'éloqucncc n'c~t pas un arbrisllcau qui peut apparaitre 80U8 tOU8le8 c1imats, non. Vous la chercheric1. en ~in sous les sceptres et sous les couronnes; vous 1Ietrouveriez la qu'une 6eur lIétrie et dépourvlle de son arorne, une de ces plantes qui croissent a I'abrí de la lllmiere et dont la p[t!eur décele lelir triste séjour; non: si vous voulez trotlver l'é1oql1cnce du c<enr, a11ezla ehereher sous l'ombre du Christianisme, e'est a dire: dans la Républíque, et vous la trouvcrez lá majestueu¡.;e,alticre et servaut de luminaíre 11la destinée de l'humanité. C'est qu'elle ne naít ct ne croit que sur les champs arrosés et fecondés par la liberté j c'est qu'elle Ile deploie ses ailes, que lorqu'on Ini donne pour thd,trc l'imnwlllSité et quand au lieu de la guillotine, 011lni pl'{~sellte UlI beau lanrier pour reeompenser ses triomphes; e'est enfin, qn'elle veut voir arborer son pavíllon par le eitoyen libre et jamais par l'esclave. Découvrir, done, les moyens par lesqnels nous puissions reussir dans l'éloquence, uoit lHI'e l'objet de nos veille;;; e!le doit etre. notre mere chérie j e'est e\le qui doit llons présenter )a couronne de l'irnmortalité a laquelle tont le monde aspire; c'est eHe quí doit ehanger en agréables vallées, les déserts de la vie; et c'est ellc qui enflant de gloirc 110Screurs, doit nous élever jusqu'aux arcanes de Dieu .. Concluons, done, en adrel'sant un hymne de grace et de profonde reeonnaíssanGe au Tout-Puíssallt, pour nous av oír dOllllé COll1mepatrie, un pays oa I'on ne reconnaít pas d'autre roi que l'inteJligenec et la raison, et laissons a l'éloquenr.c s'élevel' jusqu'allX plus hantes re8'íon de l'étenuue: ouí; laíssons-la se perdre dans les domames de l'illfini, mais avant, donnons-lui au-travers de son long pélérinage, un sage et sllr guide quí la eonduise : donnons-Iui la Rhétorique. XXXVII. OS THE ESGLISH LANGti.\GE. Gentlemen: As soon as we attempt lo examine a language, we find ourselves in the midst of a varied assemblage of ingeniolls combínations and ol" dilferellt colours wíth whích we are going to paint the thought as it appears ín the mínd of him who c9nceíves it. 'Ve are astollíshed at findin~ how a langun~ ge shows us all that we consídered concealed 111the intrie~ maze of the faculties of the soul, and tral1smits it ",ith impei'. - 132ceptible subtilty throngh thc most llarrow openings by which she com!Junicates our judgments. We /lee how it gathers aU that the ~ellius of man has produced; then, we are impelled by the wlsh of knowing where suoh a great wondel' had it8 origin, to raisc up the dense veil of the past in orderto disco ver it; and fillding ourselves 10st in the multitndeof retlexions suggested by sucb an admirable element, -and confonnded in the darlwess of past ages, we must recur to the origin of a11 beneñts: to God. 1am goinp; to speak of a language,- of the english Jangua~e,-whieh has played such a distinguished part in the world and in the atrairs of man, that 1 consider it uSf"1ess to Tepeat all the epithets that have beell applied to it by those who dedkate themselves to commercial speculations, or to the analysis of the arts and sciences. lt is tmc that theclcsil'e of acquiring a language varies accordillg to the splendour of the history and importance of the nation to whichit belougs. So that, from the day that frozen is1and bathed by the calm '.rhamcs prcscntcd herself as gl'cat, industriOUs, mcrcautile, as pt'oteetillg in her bosom the loving 80118 of scicnce, frorn that day the cnglish language had to be-come the interpreter of a11that progress which l'aised np that mass of'men to occupy, as they now occupY, a distinguishcd place amongst the nations of the world. Aud as S0011 as the english comrnerce sprcad f¡'om one extremity of the carth to the other, amI cvery natioll was ohligcd to have rccourse to Great Britaiu for a supplv of her mallufacturies,as SOOllas the id~as of liberty and fratefllity l1ursed by her Ron8, beg.an to be propagatcd, amI a large number of loaded shlps ¡¡ailed from her shorcs for all the different ports of the gIobe in order to fiud a marked rol' her supcrabundant produce, her Jallguagc bccame also kuown. It \Vas then that men who sought either knnwledge 01' wcalth, found themselves compclled to study it, surulOulltiug the many difficulties they necessariJy met with in its ilTcgularitics, its constrllction and ditncult idiomatic cxprcssiolls. It is unqucstionable that fol' the better knowlcdge of la nguages, as of all other thillgs, we should examine their origin, course'J)l·ogress aud the peculiarities by which they are distillguishc . Therefore, with the purposc of¡conveiJllg a more complete idea of this-IanguaB'c, 1 shall c\lucavour to give a bricf rcview of its history. The Celtic 01' Gaelic language \Vas spoken by the lir!!t inhabitants of Great Britain; but when the RomaUB and afterwal'ds the Barbarians of the North overflowed Europe, tl.e8~roycd her allcicnl gonrmnent and {;hanged hel" langua- - 1:13-ge, the Celtie gradual1~ disappeared frolll Britain, and in proportion as the conquerors mingJed with the conquer~d,the btter had to speak the tongue 6t the: former, the Celuc had to take shelter in the mountains of \Vales, of Seotland, of Ireland, and in the part of Britain bathed by the Atlantic Ocean. In the year of Our Lord 450,. the SaxolHs, a people of lower Germauy, illvaded the island, subdued her inhabitants and introduced into the couutry their own Sa"xon language. 'l'he whole. of the Southern part, as far North as the friths of Forth and SolwaJ was oceupied by thero; aud their dcscendants have formed the p;reat mas:> ofthe cnglish people. The Saxon tong'uc was ¡;;pOkell in the coulItry 1lI11ilthe ~'ear 1066, when William the Conqueror took pof':-¡essioll 01 the Briti:-¡h soil and introducerl his own freneh. The actual english is therefore composed of the celtie, the 8aXOll, the dauish, the nonnan french languages and a slight mixture of latin and greek. Henee the irregularitics wc rcrnark in it. But il' the english is one 01'the most irregular, it i:-¡ also one of the richest of the european languages: in 110ne of them is found so great a simplieity in the conjugations of verbs,- the gender of s\lbstalltivcs is aeconling to llature,- the adjectives admit uo other variation than that ,[lf the degrees 01'comparison. The cnglish literatul"e was neeessarily very impcrfi.~ct al ¡tB birlh; and remained so until the l-ilh century, when the echo ofthe sublime inspiratiolls ofPetrareh and Dante issuing from the smilíng Boil ol' Italy l'esollnded in the eold borders ol' the majcstic Thames, and awokc thc ardent imagination of (he poct Chancer, fOllnder of (he english literature. It was him who la id (he firs( stone of the buildill~ afterwards raised and perfected by the ctTol"ts alld genins 01' Shakspeare, creator ol' (he engli:;h theatre, Spenser, Bacon, Milton, Jeremy Taylor, lIooker, Sidlley, Raleigh, Thomson, Swift, Pope, Dryden, Johnson, 'Valter-Seott and Byron. The course (lf a long lapse of time which England hall known how to profit by, has- enriehed the englísh tongue with so many literary pl'Odllctions 01"every kind, that it would be impossiulc to bccollle aClluaill(cd with the grcater part ol' the useful works cOlltained iu (lIis lauguagl'. But not content with the abundallce ofher o\\'n literalure aud science applied even to the most insignificant art that the english ~enills has been able to iuvent or diseoycr,- it has :>ought auroad all that was worthy of being naturalized in it¡.¡own eoulltry and translated iuto its own lauguage, with the purpose of givin~ impulse and streugth to all those branche8 in which the bntillh nation has excelled~, For that reasoll we !'ee the briti¡;h -- 134 álltiquary 8earchiug in the obscurC" greek texts, or in the characters almost alreadv forgottell of the hebrew lallguage, what was the mauner of thinking of tho!\e mell who were. nearly ignorant ano approached to barbarism, - what did they do wheu cornpclled by necessity they wel'e forced tu overcollle the obstacles with which the progress aud civilization ol'natiollS have been impeded iu cvery age,-nnally, what was the phild'sophy, wliat the character, what the state of nations in such remote times, and have tbus presel'ved alive that knowledge in the marvelous depository of Janguage tu OUl', own rlays, Thus \Ve filld collected in the ellglish language almost all that has heen thought and writtell in the ancient and modern world. lt is astonishing to behold how ita literature has embraccd in its famous encyclopedias the thoughts of tbe ancient genillse~ of those tillles,which if they did not produce men of univel'sal knowledge, gaveat least learned meTl who with their pcnetl'ation 'were able to discover the most abst,ruse things, and ,,'ith the vigour of their imagination to present the most vivid aud picturesque images, 'Ve see on the one hand the philosopher Bacon elevating himself to t<heobscure reglous ol' metaphysic8 to, demonstrate the spirituality of the soul,-on the other the blind Milton dictating to his daughters, iu s\\'eet vcrsc:s, the lJeautiful imag-es that r08e in his ardent imagillutiou; here the pensi\'e and immortal Newton walking in his garden ami meditatillg pl'OfOllndly to discover the law of gravitation,-further on the l'eno'l'l'ned Herschel, who, surveying with his telescope the celestial \'ault, forgets even the ground he trcads on. Long, very long it wOllld be to enumerate here al! the gl'cat geniuses which England has produced, fOT ¿ what has been wl'itten in the philosophicallauguages of antiquity that may not be fimnd tl'anslated with Ihe greatest precision in the british tong'ue? ¿ '''hat books have issned from the presses of any ci\'ilized nation that are not also destined to pass tluough those which propagate and render imperishable the british langnage? Fe\v even of the insignicant; not one of the important, The english langllage is almost universal; it is spoken in the British Islands, in the ellglish colonies al! over the worlo,-in the United States arid Canada,-it is al so common in Hanover, in the [ollian I:;]allds, in Malta, in several parts . of China and the [ndies; it is besides spokcn in almost aU polished nations by the great majority of the educateel. ' l~rom what has been said, we naturalIy deduce tbat its ¡;tudy is not only important, but necl'~ssary, And necessary'it - a:, - 1 wíll be for him who wishes to penctrate iuto the depths of science, 01' fOl"him who endea,vonrs to impw\'c any of the al"t.. ••,- nor con le! he do without it who not fillle! of quietness, loves to cross the seas to go to distant lands to see othcr mell, to cnjoyother climates une! to learll other custOl!IS. Now, ir \Ve considcr the english tonglle Ilot "ith rc;:;pcct to its utility, but to its philosophv, we sha\l fiud it always energetic and gral-e,-capable of tlÍc greatest prccisioll iu tlw explanation of ideas,-majestic and powertul iu emitting thonghts that are boldly conceived. Trnly, it is Ilot a langnage so abuud;llIt aR lhe i'pallish j but iu compeilsation it possesscs ;!!I\-antangc:-; o\'\'r other modcrn Iallgnages; sllch as adapting it"elf to vnrious con"tructions and to the formation of !lew ,,"or<ls that give a free I'ange to the author';; style, cnablillg him to be l1ui!1aud agl'ecable when it is convenient, or strong aud har,"'h as occasion reqnil'e;;, For this reas01l the mcla1lcholy stl'ains of y ()llUg inspire sadness,- and tlle bold conceptiow; of )Iiltoll {in: onr imagi. nation,-and wc fe el onn;e1ves cheel-ful ",ith the cheerlill Shakspeare,and profoulldly moved whilist reading the paso sionate Byron. This tongllp. affOl'<ls apropriate /i>nn;; for al! tllollghts, it has sweet amI harmonious wonl., wherewith to paint swcet ami pleasant objccts,- thlllldering alld powerful expressiolls to speak of clamorons wal', of the rude stonn or of snddell bursts of passion; it is musical and melotliolls wh(,11the heart reechoes the tender iuvitation of l¡·ielldship 01' the grateful insinuations of love. A 11,al\ the afleetions uf the soul are expl'essed llatural!y, vividly ane! gracefully ill this Iallg"uagc. Love and hate, checrfulncss and sorro"" elltllusiasm and apathy,- the elevated cOl1ccJlliollS of lhe phi lo,,:ophcl' and the t10rid illusions of the poet {ind in it suilahle cxpresi"ion . . 1 think, Gcntlcmen, that 1 have attainee! the object which 1 sought,-that of demollstratillg the utiJity of the l'nglish study, llot only for him who devotes himself to lhe career of como merce, 01' for him who wishes to nndertal{e the stuuy of the useful al't.Sj bnt also for him ",ho aspires to acquirc thorough. ly any ooe of lhe branches of human kl1owledge. If such then is the truth ¿ why not give this language the importance it dcserves? \Vhy not stndy it with the carnestness worthy of the highest branches of kl1owledge? And by none more than by you, youth of New-Gl'anada, to whom 1 auJrcss myself, it deserves to be studied with interes!; fOl, of the kingdom!! ofth~ Oid 'Vorld :von will i'Pl' nnJy in F.nglalJlJ rf'cPÍve¡] - Jtl6 - -anu praetised lo some extent those t\Vogreat eivilizing principIes so long sought with anxiety by you: Liber~ ternity. - and Fra- XXXVIII. SOPRA LA UNGUA· ITALIANA. Signar! : Qualldo un obictto si presl'nta al'la nostra ragione per sotfrire il suo esame, sempre prendiamo da punto di partila per le noslre illvestigazioni la parte che in lui sorpas¡;a, sia per la sua llobilezza o per altre circostall1.e, che ci lo [acciano cODsiderare come prillcipalc. E per questa ragiolle che considel'ando l'uomo, il suo inteIletto appal"isce come il piu notabile dei $uoi altributi; e conseguentemente e sopra di lei che fondamo le Ilostre osscrvazioni.' l\Ia per che (iursto ~ttributo apparisca con tutto il suo spiceo, bisogna un mezzo che ]0 faccia COlloseere, una espressione. E quale sara questa espression~ qual il mezzo? QlIcsto e la p¡lrola - Essendo uno dei earatteri distintivi e [orse il piu portentoso deHa nostragrandezza cd elcvaÚolle, possiamo uedlllTe con logica che il verso la sua coltura che dobbialllo ilJcamiuare di prcfcrcnza le nostre cure e consaC¡'are Ilostra attenzione. ElIettivamclltc 1. che !!arebbc la intclligema sema una espressione dcglla di lei 1 Si dica cii>che si voglia, sarebbe un gran fenomeno disconosciutto, una stella sema ori7.7.0nte dove lucere. Laonde possiamo dedurrc che lo studio delle lingue ti uno dei pia interessanti. Mi propongo fare qualche osservaziolJi sopra ]a lingua e la ]etteratura jtalianc, chc sano I'obietto del presente atto; e come per tl"Ovare la sorgente di qucsto bello idioma e forzoso andar cercarla 11clla primitiva storia dei popoli che g-li diedero nascita, comminc iero per dare una rapidissima oeehlata, sopra i fatti piu marcati della storia o'Italia che abbiano relazione col mio obietto. L'Italia era il paese iI pii\ fioreutc del mondo iDllanzi al secoJo 1V. 1 romani crano stati fino alIora il foco della civiliz7.azione. La loro laboriositA similmente che i suoi lavori intellettuali; gli avevano f:ltti acquistare tutte le conoscen7.e che fino allora s'erano svoltc, e l'idioma latino si trovava in tulta la sua belIez7.a. A questa epoca sisegue ]'irruzione dei barbaridel Norte, che somiglianti a I'oeeano uscito di madre, si llcagliavano sopra le pittorcsclH' regioni del Sud den'Europa. DevlUl- - la; tallo tntto, ridnscollo :l ccnere !l' ciW't intieL' l' rovesciallll tutti i monumcnti che la civilizza7.Íone si aveva inna17.ati. Sei secoli di tenehre e di cruda oppressione pesal'ollo sopra di tanta gloria passata, tanta ~andez7.a e tante luci; ma p;ia al cominciare del 8ccolo XI gli italiani nutriti dai ricordi del loro antico splendore, a"scttati d'illdepelldcl11.a c fcrYf'nti ncl,le credellze religiose che le nuoye dell'Evallg-dio illlprirncrollo nei loro petti, fe cero UIlOsforzo mag-Ilo pcr m,eire dcHa barbarie. E aIla fille romperouo il giogo, e useirono del conllitto gran di e' radianti di [orza, d'ingegllo e di vita, come se le pristine cattene, e la tenebrosa noUe ollde emcrgevano gli avessero fortificati e dati nuovo brio. Nacquero del caos che origini\ íI conílitto llllmcrose Repubbliche, e era quelle figlie d'uII eosl santo entusiasmo, vediamo aIla vanguardia de!" progresso la misteri8sa Venezia che fu la fiorita cuna e il santuario deBe lluove idee e dei germi di grandezza che piu tarde ebbero illoro 8viluppo . .>\lessandro ni viene anche in ainto del movimento romminriato e rilllll'ga apcrtamellte coutra la i<cryitu e il feudalismo' che in n'rto 1II0do COllllllincia\';\llo a I"illlpiazzare la schiaviti'l, {' gli ltaliani, incllra@;p;inti col FilO e:>Rell1pio,despiegallO 1111 JlUOVO yip;orc }ler adelllpire i »lIoi pl'ogetti liberali che diedero ¡ler fruto, graudi iugeglli \,rodottori d'idce, t' d'aÚoni immortali. Fu rer qllf'st'amor a 'indcpendenza che fracassarono contra la volunt;l llaÚoll'ale e coutra I'intimo sentimento del popolo le contiuuc tcntati\'e faue dagli imperatori tedeschi etI austriachi per soggiogare l'Italia. }fa mentre che accadono tutti questi avycllimenti, il pellsiero si sparge, le idee si aumelltano e illingnaggio cerca mezzi per la sua espressione, fisRnndo e perfeziollando l'informe idioma che e!lbc il suo origine nella nec<'ssita di comunicaziOlle Era i popoJi assalitorie i vinti poichp. ¡;;iattutirol1o i primieri movimenti, idioma che doveya e;,;ser il generatorc de la dolee e eadell7.iosn fave\la italiann. G li abitanti deHa Sicilia che erano in cOl11lll1icazione coi Grechi e i Saracilli che loro portarono le luci dei sa\'j di COllstantinopoli, fUl'ono i primi che cbbero 1111linguaggio proprio;Ci fu solto Rogerio 1, nella di cui corte fiorivano le scienzc e gli arti, che t;i Cerero sentire j primi aecenti dei !lCrittol'i italiani. Poi FrcJel'igo 11 introdn"sc grandi populazioni saracillc che s\'p.gliarollo il gusto per la poesía. L'ara!.J.icafll dunque quella ehe inspiro nel suo principio l'italiana. l.a corte di Frderig-o era il cclebre punto di rClllliollC di tutti gli amanti poeti, eloqncllti oratori, S¡l\j natnraliste, in ¡;Ol1lma,di tutti (IUei che !li distingllerono per le sue conoscen1,e. La, egli e molti dei suoi cortigiani lavorarono con speziaJj.ta ud dan' rarattcre e belle1.zn nI J1110VO liJ1g'lla~gio appcna - ]38lonnato. 1 ¡,;uoi assiJlli luvori non I'lIrono inli'lltlllosi; 1101'0 a"ere staLiJito fJllulche illlporlunli {(lIldamenti, illillg"uaggio si sparse per tutto il paesc e divent(', I'elegante mezzo d'espressione dei popoli che oggi aLitano iJ Giardino dell'Europa. Nondimf'no, l'amore e il rispetto col quale si coltivaba ancora illatino e il c1isdeg-nocol qllule i Jctterati gllardarono fino al mezlO al secolo xru quella JlnOVn lillgnu, mana armoniQsa di voci prcstate all'Oriellte, del latino e dell'idioma harbal'O introdotto dalle genti del Norte; qucJ disdcgno dico, fece che nelle produzioni letterarie si displ'ezzasse quasi iutieramellte il sno uso. E facelldo ecceziolle dclla parafi'así del salmo H8 ed altre eili¡;;ioni religiose di San l'rancesco d'Asissi e qualehc romanzi e eallzolli alllorose dei trovatori, nulla pare avcrsi serilo in quclla liuJZ;ua volgare, an1.Í ch'ella trovasse un colo";l\o che l'annoLilisse e J'ele~asse al pill alto gmdo di pcrfeziolle colle >lile opere immOl·tali. ({uesto COIOSRO fu il Dantc; colosso pel suo illgegllo, colosso pel >;uopatriotismo e la >;ua virtÚ cívica, col0880 per la Jlobile fortczza colla c¡nrde sopporti) tante disgmzie. Dante nato in Fil'enze ¡'anno ]26.:;, si considera non solo come il creatore della \'era poesia italiana, ma come l'uomo ehe de>;se pii'l ale al suo ingegno 11el tempo al quale mi riferi~co. 1.0 studio deHa filosofía, della rettorica, t1dl'astronomia e c1'altre scíenze preparo la g-Jol'iosa via politica e lcueral'Ía che poi scor,<t'. Fu l'ardplllC alllore per lleatrice cio ch'inspiro i suoi pl'imicri canli. Quella passione pura, veemente e sublime >;cgala l1ellc sue fonti dalla prematura morte del SilOobietto, si vede ri{]ettata con tUUa la simplicilií, fC¡Tore e veemt'l1za della sua natllralezza nella rila Nuova, mescuglio di prosa e di \'CI'SO,nei di cui llIístici accentÍ gia si >;corge la grande opera ehe dove'"a segui1'¡.!,'li,e pe!' dire (~osl, ¡;i ra\'visa il dolee profumo clei canti lid ]>((I'([diso. 1: Jlon solo si aUllUllzia giii iI di,'iuo pOf'ma della RcgnH'\'a'f.Íollc nella rifa Nuol'a CIJllIf' preselllilllcuto, llla in uno clci sOlletti chc lIe {fU1I10parte, dol'O la mortc di Bcatrice, il bunlo adclolol'ato ci lo annunÚa e prega al Ollnipolcntc di dargli forza e luce assai lH'r Ol1oral'C deguamenl(, la sua memoria, E Dio udd] la sua prcghiera e rcnd,\ propizj i sl10i deside"ri, in~piral1dogjí qnel pocma iUlIllortalc, quclla trilogia gloriosa •.he rimolltandosi a regioni discono,.;cilltc, cercando i >;noi fOlldanwlIll ncllc cose eterne ed invisi/¡i]i, penetrando i ,.;cg-rcli piÚ occll!ti dclla Slla divina saviezza, riprcsl~nta (a \ita aui\'a e la 1'lllltcIlJl'latti,'a, 1I1f't!Cllllo sollo di nostri OCcJlÍ i tre stati a rwi asseg-lIati dopo la mortc,sccolldo i Il(l~tri meriti, dal gÍusto giudizio d'Iddio; faccenda suhlime innanzi la lfl/;dc r('troÚdc i'pavcJltato J'arte, la natura ~i confon()c, e la - imagilluÚollc t:JU - stessu si vede fonata u eOllfessare la sua impo- ten1.u. E se della grulldezza dell'opera e deIl'uSsllllto, pussamo a considerare i materiali che dovevallo servire aIla sua espressione, quanta possallza tl'íngegno ¡;:iri"ela lIella conquista de tan ti ostacoli, ne! collllo di tallti yoti, nell'armolli7.zaziolle di .elem~nti cosi etero¡l;cnei. Eo:o le parole del medcssilllo Dante nel canto XXXI[ clell'bifrrno, che lnsciallo vcdcre la lotta che ebbe a sostenere contra lo scurso di qucsti ricorsi. " S'io avessi le rime e aspre e chiocee Come ;;i eonvel'l'ehbe al tristo buco Hovra'l qual pOlltan tutte Pultre roccc, lo premerci di Olio concctto il :meo Pio. pienamcnte ; rna perch'io nonl'ubbo Non aenza tema a <.Iieer lui eondlleo : Chc non ¡,'mpresa <.lapigliare u gabbo Descriver toudu u tllttO l'uni\'cr::io, Ne da lingua ehe chiallli mUllll1lUc babuu. l\1a qnelle donne ajulillo il mio Yerso, Ch'ajutaro A IIfione a ehilldcr 'l'eb ••, l;l che dal fatto il dir non sia diverso." E nondimeno ¿ che parto della intdlip:ellza e dcIla imaginaÚone fu mai piu [ccondo in gagliardia di stilo, allimaÚone, universalita e riehezza d'ammirabili eoncetti ulliti a lllaggiore eleganza di dizione, ,"cTita e robm,te7.'lU di linguaggio 1, Dante lIon fiI soltanto poeta e savio, ma patriota di Cllorc, llomo che alla grandezza e generositil. dei ¡moi sentimenti, uni il corap;gio dell'eroc e la volonta d'aÚollc nccessaria per ditlcudere colla spada gli statuti e i privileg,i della sun patria, di qul'lla Fireuze eh'l'¡~li chiamava empia c ril>ella g-iacchi'. in retribuzione dei slloi servizj gli fi.'ce eSlwrilllcntare, sccoudo le sue medessime paroJe, " quauto e amaro il d'altrui p::me." Si; il Dante fu fOl'1.ato a mcndicarl' iu ~tr::\lliero lido il pane dcll'es,,;iglio ed csalare l'e~tremo sospiro lont:.luo da qllella citta dci suoi Jlcnsicri, ud di cui recinto vide la luce e 80ttO i Illuri della quale cOJllbaW~ per dlfcuderla. 1\la io vado (Jltrapa~>iandu la mí>iura e gli ,,;tretti limítí dentro i qnali devollo lllaUlt'nersi le mil' limite osscT\'azioni. Penlollate, siguori, ehe il [crvorc dd mio eutll~iusmo mi uhbia strascinato a una digressiolle dalla qnalf' llIi ritraggo COll un dolore tanto Illuggiorl', quanto dcgllo ,'; I'as:;unto che vi mi condusse. A gli austeri e snblimi accenti del Dante si segnirollo i tened e mclodio::ii canli del poeta di VaucIusa, dell'autore - 140dei T,.ionfi e di tan ti !;onctti trRooccanti d'amore, di graÚa e di divilia illspirazione, del bardo di Laura, dell'immortal Pctrarca. E qui permettetemi di chiamare la vostra attemione per' nll momento verso un fatto deguo rl'osscrvazione e che conviene far notare trattando clell'ingegllo italiano. C'c fra lo sviluppo della illtelljgenza urnalla in Italia ed in Grecia nna ¡;omigliauza che chiama )'attenzione di cui compaJ'a la storia letteraria ed artistica di qucsti du,epo(loli. In amoidue si osserva una progressione molto caratterizata del sublime al bello, e del bello al Yero, movimento iutelettnale che pare provcllire della fo)'te organizazione naturale della l'alla e degli avvcuimenti ehe favorÍrono la sua azioue. Nella Grecia antica il secolo di Pericle si ¡;egnalil }ler la gra\'itil ed elevazionc dclla sua letteratul'a e delle sue artj . .A1 canto di E¡;ehilo, di Sofocle, di Socrate e d'Aristofalle, echi gloriosi della poesia piu nobile, della fil080fia e della teologia natnrali piil gravi ed elevate e delJa satira comiea pii), degna e seria,-vcdlamo a lctino, il severo architetto del Parteu0ne, a Policleto e a 1'idia8, 8cllltori austeri e sllblimi cd a Polignoto pittore egnalmente esaltato e casto nelle sue cOl1cezioni. La trunsizione del sublime al bello non si fece aspetal'e molto tempo nclJaGr-ecia-Platoll.Qe.U.a filosofia, il tenero EUl'ipide lIel dtama, illJirillullte e pittoresco Hcrodoto DcHa 8to1'ia, Praxitl'le e ZCllxi'l nelle Slle bellc e graziose produziolli artistiehe, e DellJQstcne lIei suoi eloqneuti e brillanti sforÚ oratolj costilllil'OlJO una lIUOVUera e diedero UlI aspetto distinto alle produziolli dell'ingcgllo. Ma il volo immenso dato a I'int-elligcllza ar.rl il campo ad especulazioni piu pogjtive, e delle regioni 'dell'illlugiuazionc la vediurno passare aU'inveetigalioue della vCl'ita e all'osernuione deHa natura e dei fattí metati,,;ichi; J~cco perchc ,'ediamo Aristofane, discepolo di Platolle, inl)lIirendo neIlo }Jiu pl'OfOlldo delle facolta del peusiero, creando nn sistema aualitico ed eminentemente prattico, Epicuro, Democrito, Hipocrate ed Euclide, tutti nella 101'0 sfera particolare svellelldo alla natura i suoi scgreti; a '1'cofrasto metlcudo sn solidi fond:unenti colla sua cattivallte cloquenza le sciel1ze morali, u l.i8ipo ed Apellc ridnsecndo Parte al dominio della illlitazione fhleJ& ed e:,>sata dclla natura, Egnal gradazione osscrvasÍ uello sviluppo dcll'intcndimento 11I1HlIlO in Italia. A l'ep{)ca dej poeti omeri.chi corrisponde la c1t>lDante colla sua ionante e suhlime armouia poetica; all'eJc\'aÚolle e ::;e"el'ita di cOllcezione illcarnatc Del Pa1'tenone corrispolldollO le severe e maestose opere d' Arnolfo di Lapo, del Giotto e d'Orgagna, rapresentarnenti coetani e muti dello !i'pirito della Divina Comedia. Ma dietro a qllea~e - lU - l:l'caÚoni mc>;tc ed llnstel'C, ~C¡.?;UC ill'cg"lIo (lel uello, curto nella Grecia, lungo e 1eccolldo iu Italia. Al Dalltc suecede il -Petrarca, Al rauco tuono delle tempesta dell'illlerno, all'01ru8C1lllre luce deBe regioni celesti succede il cadenzioso ~org-heggianrento dell'inalllorato rllsi~nllolo, le adoloratc lJuerele dellavedova eolombella, il dolce crcpnsculo d'llll d\ di primavera, Alla ~randiosa e mesta architcttul'a di i\o;;tra :-;i~nora. dei Fiori, succedono le fantastiehe ed elep;auti crca.,.iolli di Drunclesco, die-tro ai g-ravi artisti del Campo Sallto di Pisa, vengono l,eonardo aa Vinci, Michel-An~clo, il divino Ratiaele, e tallti altri illgPRlIi che p1"OlOII~alloJler {lit¡ di tre seeoli il n~gl1O dd bello, di qncsta SPcollda lIatllr,l, fortunato patrimonio del popolo poeta per cccelcu1.a. l\la le investiga1.iolli filosofJehe e le illllllisi?ioni sciellti· fiche dovevallo avere anch(\ il loro imperio iu Italia. E IJer <tuesta cagioue che veJiamo al rnc'T.ZOal sccolo XVI ingegni come Galilei, ReJi, l\lalagoui aprellllo Huove ,-ie al pensiero ed incaminandolo vcrso l'osservaÚonc dl'gli obbietti nuturali. Petrarca, nato in 1:104 cOllsidcrasi C()lIIC['nolllo che ullito aU'autore dclJa Divina Comedia SVi'Rli(lsse in tntta ¡'Europa la poesia. FlI a illlitaÚone di <}lll'"ti c/ue I!ullliui che si formarono Challcer in lnghi!terra e tauti altri fi'<lllccsi ('ti e8pagnuoli. Dopo avere stÚJ.ia.to giuri"pnu!ellZa lielle ullin~rsita. di MnlltpelJier e Bolo¡.!:l1;\,g-uirlato d:d "uo gelliu si dieue tutto allo s!udlO ¡¡ro('Hidu dci bardi rOlu:\lli. Le poc"ie che piÚ hauno eontribuito ,lll illllllortalare il Petrarea sono le sue opere liriche, fi'a le qual!' figllra \ln prodigio>lo J1l1ml'rOdi sonetli, etI i slIoi Trionfi, poema allf'gorico di E{ran merito ed originalita. l\Ia cio el\(' e pit'l nutabile neU'opera del Petran:a, l~ che precisamente le compu;;i1.ioni alle quali egli dava piÚ d'ilnlJllrtanza e collc (luali lwnsuva assieuran' ¡¡iií la ~Ioria S!la, SOliOqUl'llt~ dI(' l<ni"s(' in l:11ino, essendo 1)('11 sa pu to, (IUanto {JOCOera il ";1I0re (' h' egli attribuiva alk S!le tro\l~ ¡.;erittc in liugua voJ¡.;-are. COlltelllporalleo del Petrarca fu Bocaccio, padre pt:'I' dir cosi dcHa prosa italiana cd appasionato ;Il11iratore dell'antichita. Egli' ci a las('iato Ulla IllllltitlldilH' di opere, fra le quale si rlistillfl:ono la sna bc\lisima ¡¡iuura della IlP,.;te di Firen7.<.', iI l)tU1/l/erOl/(~ ed il rOI}]éUl"ledi FiamLfla. ~arebbe imposibile da dipillgcr<' i mara\-igli()~i elfeli clw prodllssero le sue opere. Uocaecio, UIIO degli uOluini piÚ graudi del SllO sécolo, preparo ill ¡:erall maniera la l'evoluziolH' enropea pl'odotta dalla civiliz1.;¡.,.iolH'. 111 SOlllllla, egli aper"e \lila via, segllaló \\n camino e me:,;"e i fOlldamenti lkWehHI\lcu-La moderna. ~cco i (re uO\llilli che la lillfol;llé\itali,Hla cOII"idera comc _la [ante di tlltte le ,me gr¡¡lldc1.'T.l'. -lt:..!- ;\lelllJ'C ljllesti geJlj fiorinllJo,l'jdioma italiano ;;i pllriÍ1<:;¡ 11IOltissiUlO,si ricacciarono Illolte parole di suono a;;pro e turte,si.dicde librrtÚ ni giri,e per dir cosl,,,i rinuovi, jllingllaggio per rC8tal'C fi:;su al mezw al secolo XIV. Nel St'coJo XV la ICllerntura italiana preRenta nn aspetto degllo di ilot:\rsi. !l desiderlO di slndiare l'antiehita fcee che i kttcrati ablJalldona,.:sero il loro idioma nelle mani d'Ull popO lo ignorante ('he lo fcee ritrogadare moltissimo. NonJi~ mellO qncslo I'ccolo fu d'importanza pei progressi del1e seicnze e degli arti. 11disprezzo col qnalc si vide per una Iamentabile ab~rra. ZÍ01W la coltivazioJlc della bella liugna del Dante Ilon dm'('v3 anTe lrlll¡!a ,"ila. Al mczzo al :secolo XV il capo medc..,,,imn della HcplIbbliea fiorclltil1a, Lorenzo di Mcdici,che meriti\ }ler :;Iloi l;lUi e la decidita protezionc che diede a¡¡;li arti il nome di .Magnilico, pubo 1ll1Ovamente la lira italiana abbandonata gia da SI lnllghi :llllli e Ile svello accenti dep;ni del PeI¡·;¡rca. Ad (';.;;wmpio di :\[pdici e stimolati dalla ;;;ua pl'otezione, (jiu:>lo di ('onti, Ludovico Pulci e lloirardo sol!~YarOllO anchi~ la 101'0 YOCCpcr darc f:plPndore a/la popsia. 11 [¡¡rnoso PoJiziallo fiar! anche aJlora ed ebbe l'onore di rivivel'e il drama <kg-li alltichi. r romanÚ c:n"alll'l'i'f:ehi di Ludovico Pulci e del COllte Boiardo, scrilli g-iii in ,.:tall1.Cd'olto Yel'si, rima introdotta dal Boeaecio (~d ado(tata d':dlora innallÚ come la pill pl'opria pclle composiziulIi cpiche, prcpamrono iJ campo alJ'jmmo!'lal Ariosto, il di cui mal'<lyjglioso ingcgllo si ridesta in mezzo all'erudiÚoJl(~ clt·i f:uoi cOlltclIlpOl"allei come si ¡-¡desta la robusta c mac:-;to>;a '1ucrcia era gl'illvecchíati arbuscelJi che crescollo ai ;;uoi picdi. 11capo d'opera di qucsto poeta privilegiato p iJ ":110 Or!andn Furioso. L';¡":SU'ltO del poema, pres80 nellc cronichc di Carlomagllo, prc,;t() alla .'lua ricea c pittoreRea fantasia un campo iUllncllsn don:' dare bl'iglia sciolta aIla fuga delJa sua imaginazionc cd al suo prodig"ioso ingcg110 im"('/JlinJ. !\el O"h!lldo ha saputo dar alla pal'ola tuUa la gmndezza deJla <¡ualc l' susccltibile, el! ceeita col suo iucanto i sel/tilllcllti pit'. variad, cambiando talvolta la legerez'La in sublimita c la melauconía iu gi~ia. Fu l'gualmcnte di qucsto tempo il fiorcntino Maehiu,'ello, dctro C011 mg-ionc il Tacito moderno, uomo profontlo di 1>('Usicro, lo sloriatol'P pill eloquente cel il politico pill abile che abbia prodolto \"ltalia . .Fra altl"c 0lwrp ci ha !l'g-ato il suo f)cc.:c/ta[e Primo, il 1'1 illcipc e la slIa Storía di Pircllz('. 1 li"uuGesi ed i !'1pagnuoli im'aderono I'ltalia non molto prima chc Julio II ocenpassc la Santa ~edc, e la serie di ea- -11;1lalllit;', p di disastri COJls¡'g-lIeJlti alla gU('l'ra, lllillae •.¡:, di 1l10j'({' gli arli italiani . .Ma Ilonera Hlcutre che «1l1plpapa llllllJific('lIte e il suo succesf-lore, il grall Leo11e X, occllpasi;cro la fiedia di San Pietro, chc la civilizzazione e g-li arti, i s\loi liori piÚ fragranti, do\'evano eadere a 11'ITa ell ei'i'('1' cal peslali da queI\a folla d'a¡ubi1.iosi oppres:.;uri Chl' iu c<nll!¡io di co ..:i pl'i~zi08e gioje 1l0U pUl'lanlllO e1w le lO!'t!!!"c (' L' cattene dd!;. Inqui:siziolle, l'u>;cunulli:illw, la ll1orll~ dd pcw,;iero. XOIl; ¡,CUDC X fu papa, ma prima c,lI(' d'cs"t:rc papa fll gllcr!'¡ero, e prima chc guerricro fu figiiodi Lun~lIzo ill\lagllilico, e UOH ced¡\ in nuIla a qupsto priuci]J<' artista e poPta, in amor alla poe"ia el! al arlP. Ecco pt~rchi' \'~'dialllO iI ,;I!O trollo rcrlllo iu 1Jlezzo al\.o ag-ressiuui ddIo "traJli('\'o (~ circolJ(!alo d{'¡ ¡,itl brilhtllti hUllilliari ddl'ill:~('guo lUo(krllo. lJlLtli>, c1¡i c\w nOllliua a Lpolle X itnll P\'OCI illlofllO "uo le illl!"lri :'Ilillll' tIPI di,-illo RaIEu:I¡', di ;'¡Iichel AlIgclo di I.collardo da \'iIlCi, d',\ndrea del Sarlo, c di tllttO 11l1l'II'o"tc d'artj,;li fhe ci di~ dera la ha"ilica di ~,\11 Petro, la Trani'fip;iír,II,i(J!ll', il (;illdíÚn jinall', e tan te aitre IlIal"<1\i:.!,lie che C,!i!l') In ""Ilp0j'i' (IL-Ile gencrazioni presenti ? Dicde finc al s('colo di L('one X pd nlh hrilblltt' (,pUGI eh'inaugnro il suo poulifÍ<'ato, il hardo il1lll1un;de deHa prillla Crociata, il colosso della lllod!'l'llu cpolwia, il gran 'l'asso. L'opi:'?'¡¡ prillcípaic' di q::r'stn ])(}('t? i!I:,i~~I:P al. p,nr di sv('nttlrato, l.' fOII!l' tulll ;':a11110,la :'lla (,('¡','ls.0 .. ':I:' >,,,I/(:'(/!((, :1~"UIl10 co",i ¡.!,Talldf' e 11la¡{lJiiicu ljll:l!l.l.lu i, i';;';llld,' (' ¡i1agniíico il 11IOlllllllento dw C01111ll"!llOl'a i f':1tl'f di {;()cbCI'I,do. Hopo la IllOrle (Id Tusso la 1,l(H'",ia l' i "'Iloi ar¡i fratdli decaderono (1'1111a Illallicl'a lallH'lltahik. L'llpprp,;iOlll' ,.:tra, I1il'ra e le gUt'rre iutel'iori ch'a:':'oLtrollo I'llalia duraute i "ecoli XVI e X\'IJ :d ilne afJ(>:':',lroIlP (;d "~'¡I; ,~uirolJo !'ingq;, 110 1: COITOtllperollo il P.w;¡\) C01T()lllpt'll!l() allcil(' i co,'l!!l1Ii. ~l)1l fll ;.;C 11"11 ,11 1)l:·U.;) al ,,¡'colo \. \' 1 ¡1 C:l;,' il :\!\'t""t'M'IO syegli" la 11I1l.':a il:'¡i"IJ:l (!:II "dI"))'" jll''''¡;lll:!() IIp] <¡Ilall' l'ra :::tata "Ollln)(')'sa pit'l d"llI ""I~olo l' 111:';'/'1, (~Li'S!o pO('I;1 fec('onJo (lrlttllat:ttth'llll' eon:;acr" la s¡¡a p"lllla ('ti il "EiJ illg('~' lID ti qndlo pcl l(nalle la sna liOl'ita iill:t'l'in;u,iOJIl' ed il S!lO delicato g;1I;o;IO ]0 bcen11l0 Iliil aUo. L,~ "'11" cClllpo"iÚOlli liric6-tlram;;tidll' 1',:('1'1'0.k d,·lh¡" 1lt-Il'E!lrnpa t¡¡tla, :\lalf,;j ¡wlla tr:It,!;(·dia, (' (;"ldolli lldh COilllllf'dia, prodl!~spro anchi, 01H'l'<' di grlll ltIeri,n. PiÚ taúli ,\lfic)'i, Ung-o Fo,:colQ, :\lollli, )l.allwlIÍ ('ti altri S"p,'nil'ollu .'ol¡i\'qiltln la 1I't(I'j',u¡¡r:1 C,)II ,,:'don' i"f:ttic:d,i/¡O t'd aS!';f'i1llato ti¡lo. Dop,) an'j', ¡lidio ttll brt'i" ,:];0Z1.0 d:,j j','illl'il':i!¡ ""'llllli cite halll10 (!;t¡o al liugn:J:!;,:\io italiano il (".,'"ttrr,' cllI ()~:!' i - 144 - ha, pa~so a H'd('n~ l}llalchednne delie sue qualiti\ priueipali. Nata (la linglla italiana) come l'abhiamo veduto, ucl ¡.;ecolo XII, si trovo gia C011 tutti i suoi attrativi e tale qual la vediamo og-gi, verso il mezzo al 8e('010 XIV. Questo e nn fenomeno ('he 1Ion si )"(~gistra nella storia deIle lingue Fe nOn questa \'olta; felJOmeno uuico nel SilO genero e clavero sor. prendente. A primo sguanlo pare che la rapidita deHa sua formazione,sia una cosa fnora dc\l'ordine nRturalc, 111avariaremmo d'opinione considerando le canse che ]'hanno prodotto. Il progrcsso d'ulla lil1gua e sempre in relaÚone colla eivilizzazione del popolo che l'usa, e questa {civilizzazione) e la consf'gllenza della lihert11, I'independenza e le luci. Tutti questi vantaggi le rilllle il popolo italiano in alto grado. Il (~arattcrc della naziolle ~ cill ehe viene a fonnare qllello del ling-uagp;io, QlJello dell'italiano che 1\ irnminentemente libe}'o e sellza intoppi di nessun genero, i~Hlependente in quanto lb permette la elaritil, e l'cspressiollC d'un popolo che ha pel' ~ogno dorato la liberta e l'illdepennell7,a. T,a varictl d[~i slIoi m(ldi, la dolee combinazione delle If>t!ere Oll(ll' f('''lIlta I'armollia, la delicatezza, la soavita, la tinezza dci ~ll()i giri, la sua prosodia Illusicale e cadenziosa, tutto. tutto ci mostra cbe la lingHa italiana e il prodotto d'un IlOpolo emmine-ntemente artista, dotata dd selJtimenti piu clclic¡¡ti (' d'lIlla >,ell"ihilit¡, e~tr¡¡ordillaria in vista del bello. L'lIl1iollp. di tuttl' J(, heJlc7.7.e dl'll'illlaginaziolle con tlltta la Illelallcollía deí pal';.;i .-ttl'lItrionali ~¡,trovano in questa linglla df~lI'alll()re, del g-enío e della Inllsica; ella offerisce al nostro orecc)¡io l'annoIlia pill perfctta; ci commuo\'e e trasporta; oceupa duuc¡uc al Illedessimo tempo duc luoghi pre. mille.llti: ,\ la bella espressiolle del pensiero e l'armonia dei Sllon J. In somma, si',\'lIori, pal'lando ddlo studio d'una lingua e particolannclJ\l' de]]'Italiana, eos) pl'cllliarc per le suc belIezze e,il SilO carattl'l"l' l'uf(JIIieo; nOIl dobiamo considerada colile il ;;cllIplice modo d'c;;prillwre i Jloslri pellsieri con una 1l1l0\'a {()l"Il1;¡ ;-rl!a ¿. lo spt'cchio dove riflettansi le convi,,!oni. h cons"llr~ll1dilli e i dc>:,idcl:i<lei popoli. Sarebbc pocchissimo de~na di studi;¡l' ..;i ¡¡nella che scrvissc d'espressione a un popolo abicuo e sehia\"o; l1lU d"~llissima al cOlllrario lo saI'COUC, se fossc I'c"prcsi;iouc d'un popolo Ilobile, d'illstinti libel'ali e civiJizzati. Se l'Italia non f ¡.;empre andata al capo del pl'(¡g-l'(;"~:O,i1 t1é8potismo-e la teOCl'a'T.1ane SOllO la causa;questi non hiln!lO !l01U(O (':;:'<'1' vinti, llon \>el'mallca di cornggio, di disintel'l'Ssl' IIr IJI ¡.rl'andczza d'anillla, ma pel' rnanca_ di J()j'Z:le di poss:lIlza. Se 'J'Italia J(lSSe stata sempre libera, sarebbe ogg:i in proporziollf', cio cht>fn in tempo della Repll b- -l-tr,- blica Romana, il punto ollde irradiarollo tutte le COlloscenze, la Bollecita madre deJle scÍenze e la protettora degli arti. l\1a non disveniamo in speme ;-Ja civilizzllziOlle, queJla sorgente fecondante che strascina tutto verso il bene,verso la fraternitA .e verirola pace, dara gloria ed independeuza agli italiani. - XXXIX. Messieur:> : L'objet des l'('iIIe~ el'un jellne hommc doit etre toujours l'utile: sa principale attention doit lHrc dirigée constammeot a ce qui puisse lui presente!" la plus grande somme de COllllaissances, soit dan¡; le monde moral, soít dans le physique et dan s l'illteJlectllel, cal' eette sor\1mc de connaí"sallces est dans son entier cclIe qui vient pro<lnire le bonhenr que non;; ponVODS attcinclre. Je vais rn'oceuper de la lauglle frall~aise, et en 111'enoeeupa.nt, je dois parler d'unc des premicres nations continellt europécn, p!lrff.-"~ étevé ~u"ei~-upe-damde monde civilisé, par son caractrl'isé gt'nie artistique, scif'ntitiqlle,et litteraire; el pOllr étrc cnfin une de celles (¡ui n¡]ti"ent ave e nous les líens les plus eordiaux el les plus u\'antagcux a notre industrie el a nOU'e commerce. En eílet, en parlant du fran~ais, la premícrc chose qlli frappe l'ef\prit e'est de s'interrogcr a soi-memc ~qui le par~~1 (:6mbien sont CCIIX qui le parlellt? \1(1'C;;tce qu'on a é<;rit dans ccUe -langue? Qnel" sont les a\'antr..gci\ directs el quels les indirects que Ron étude peut nons oHí"id Et en analysant ces questiollt; !lOIlS tronyc'rolls an fOj\(l la .France, et dan" la FralH:e llJle raee ardcutc, iudllstrieuse, ingénieuse, intelligente et pl'utique, conditions <Jui, comme 1\1r. Gui'tot a parfaitement dit, ne se tl'ou\'c~t prcsque jamais ensemble. O'est qu'il y a dan" la l-'rance Ún douhle eal'acterc d'activité inteIlectllelle et d'habilité pratiql1c qui montl'e ses habi· tants au monde et memc aux cOllccptíons les plus clcvées, eomme une raee priveligiée; et pcnsant ainsi, je dis, que la jo'rance cm grande par ses génics, grande par son industric, grande par ,;la popnlfttÍoD,et nsnngrande paree que Sll langue universeJlc contrilme puissulllent il cctte union socialc .et merealltile, qui forme le plus vigourcux mobile intellee. tuel et materiel des sociétés. Et Il'est-ce pas un puissant appat que cclni-ei, pour entreprendre l'étndc de la langue, uu 10 -14Q- lorsque l'on sait que pour bien cOllnaitre un pays el c.tploitcr !les richesses iI fant commellcer par cOllnaitre la langue qu'oll y parle? Voil¡\ les considératiolls qui nous rappellent a son étude, -étude qui d'ailleurs n'est pas infrllctueuse paree que l'idée d'unité luns l'esprit de l'hommc commenee a se développer et avec e/le l'harmonie d'interéts et le sentiment de fraternité, qui ll01lS foreent a chercher les moyens de nous mettre en communicatioll avec tous les pays de la terre. Les immcll8es avantages que nous tirons de ces étroits liens dans lesquels nous Ollt miS, et le désir de I'instruction, et le commerce, et la Communauté civilisatrice, le parfait accord d'i<.!ies, qui se généralisent a mesul'e que les distances diminuent et que les préjugés disparaissent, font anjourd'hni si nécessaire l'instruction pour le dévcloppement intelJectue1 de nos sociétés et de nos iustitutions, que nous nous trouvons forcés par la meme raison ¡), embrasser les langues vivantes avec la méme ardeur que nous saisissons le~ avantages que nons offre tout véhieule ou moyen de eommunieation avec nos semblables considérés dans lellrs dinrs états 011 capaeités artistiques, scientifiques, humanitaires, philosophiques &c. &c. La natioll franl,{aise, qui~ar les géniesqu'ellea prodnit/!i, par la partie qifeH-e--a--prisp ans Jl'« qn"Pl;tions d'intérH géneral et dans la propagation de la véritable civilisation, attire nos regards particulicl'ement, en nons faisant préferel' ses modeles dans les sciences et dans les arts libcraux,-nous invite de la méme mani¡~rc a étndier son lang;age comme un des plus eultes des plus seientitiques, et le plus a fl·OpOSpour acquérir lout genl'e de connaissances. D'ailJeurs i a un avant'lge pour ceux qlli parlent I'espagnol; c'est que dérivés tailt le fran<;ais que l'espagnol de la milme langue latine, et ayant de milmes raeillCS et un génie en quelque sorte semblable, en étudiant le fran<.;ais, nOllS faisons de grands et de positif8 progre s dans la cOllnaissance de notre propre langue, C'est que la connaissance critique et philosophique d'nne langllt' ne peut s'obtenir qu'a l'j1ide de la connaissanee d'autres qui scrvent de point de comparaison. Aujourd'hui l'étude de la langue matrice de toutes les langues modernes, a été negligée, car la civilisation laisse en arriere de ses pas gigantesques, tout ce qui ne rend une utilité tres-direete aux besoin9 présents de la!!ociété,- et elle 8'est penetrAe de ce que J'étude des Jangues Jriddemes-n-o'Osprorlointl'S· biens plus positifs et plus aisés que celui-lil., et l'étude dll fran<;ais en i'end de plus tangibles, •• La langue fran~aisc n'était jusqu'au XV siecle qu'un diaJectf' composé (In latin et des mflmes dialectes rlu paY!l, - 147 - qu'il était difficile de comprendre; maia depuis l'époque de Louia XVI, dans laquelle elle atteignit son plus haut degré de perfeetíon, elle. a été rechercbée et son mérite a été tellement reeeonnu, qu'elle est de 110Sjours la langue des s:.\vants, de la eou.r et de la diplomatie. Le theme de mon faible raisollnement n'est pas un éxamen de la eOUl'se qu'elle a suivíe depuis sa naissance, paree qu'on voit bien que pour y réussir ¡f(aut pénetrer jusqu' an fOlld de la littérature des nations qui ont contrihué de leur eontin~ent Ú enriehir le fran~ais, pauvrc par U!lture; et il est de mon cllgéuuité de vous avouer que ce serait lii un abime pour moi, qui U. peine commenee a gouter les sympathiques 80n8 musicaux d'autres langues,dont l'a1linité ayee eertains sentiments propres, souvellt nous attircnt par l'application que nous pouyons lenr dOllner a la poursllite de nos dillÚens be;.:oills. Reconnaitre sa clarté, la raisonable et logique simplicité et regnlarité de sa construction et les maiutes l'essources qu'elle pr6te a I'harmonie, malgré la monotonie que son aceent propre lui dOllne, sont des qualités dont on s'appen.;oit tout aussit(¡t qu'on prend dans ses mains les premiers livres publiés sous les heureuses inspirations de tants de fameux ¡\erivaills que la France a produits. Véloquellec de ill.cllaÍl·~I®.u.k..uce du !,larrcau, l'éloquence parlemeutaire ont en fran<;als teur!> modeles qui n'ont été surpassés par nulle autl'C laugue ¡, Qui a ('galé dans son genre Bassuet, eet ap6tre de la religion, ce Cicéron de la }'rance? Que dirons-nOU8 de la véhémence de pcnsée de MassilIon et de Fénélon? Il parait 8an8 doute qu'on tronve re tracé chez ces hommes le earactere essentiel de cette langue. D'Aguesseau,VH6pital et tant d'autres dont l'énumération seruit li:mgue,ne sont-ils par autants de modelcs de l'éloquence judicíare 1 l\Iirabeau, Cazalús, Vergniaud, Guizot &c. qui ont entrainé le peuple li'anc;ais aux plus heroiques exploits i qu' ont.ils été dans la tribulle parlementaire 1 Et si de ces grandes figures n0l18 passons á ses savants, ses historiens, ses philosophes, ses moralistes, ses hommes d'état et ses soldats, nous trouverons partout que son génie est fécOlld, fadle, insinuant, persuasif, attachant et charmant; a {ortc raison a· t-on dit que e'est la langue des dames; ct commc e'est une vérité reeonllue, que la perfection dans le langage perfectione la pellsée, iI est évident que I.a langue fran~aise a cette precie use qualité qui la range au dessuB des au.tres. Abstraction faite de tout ce qui plaH a l'esprit, et regar· dant cette laugue SOllSun point de vue quelconque, soit dans le rale qu'elle ajoué dans les événements eccIésiastiques, et dan a les philosophiques et littér¡¡ires, nOllS \'l'rrons qu'elle Sª - l48sc signale pal'ticulierement par son expl'eSSiOll, sou énergie, et sa L'1cilité a la portée de tout le monde. L'activité de l'inteIligencé humaine s'y fait voir BOU8 tous les rapports, dans les rclatiollS des hommes entre eux et ave e le pouvoir, dans le simple travail intclIectuel.-en un mot, e'cst a la Francesellle a se van ter d'avoir renfermédallB SQll sein les hommes les plus grands el les plus grandes chlJ.lJseso Ces faits dominants ces événcments que 1'011 régistre daDil' son histoire, 8011tsana aoute ce qui vient déterminer 80n cal'actcre particulier, dissémiuant partout la lumiere, attachant lasociabilité, attiiant des sympatliics et semant la civilisation. Toute8· ces choses réunics n'imprimcnt ellea point dans la pensée un movcmcnt, un besoin imperieux de progrcs lVoyez donc, l\Iessicllrs, avec ce que j'ai cxposé, le rcsultat le plus général, l'influcnce qu' clle a sur les autres langues, le fait dominarJt de sa destinée. Je dia fait dominunt, paree que ce qui a c1ist.ingué I'p'spl'it des f~·an\ais cst sans doute u~ eours succes:Hf de réformes a la COlSque de décourvetes, qll1 eonspirent directctllet an soulagerneA't de l'humanité, - de!J faits pll1Wt que des príncipes, des resultats plut(¡t que des intelltions. Voila ce que vous voyon::; il présent; mais si 110\1.9 jettons d'leil retro¡;;pectif sur les sii:'cles· passé;:, nOLl:'!trouvori!dá YriÚ:réejO'tfáñ'tñn-g¡·at'ill r()Je daí18 l'histoire, la :France la prcIHi¡,rc ,\Ia tete dc la ci,-ilisation, dirígeant dans ces temps-IÚ le monde enropéen duns tous ses progreso Il n'y a presque existé qUldque grande idée, quelque principe de civilisation qui n'ait pas;;é par la Frunce avunt d'ctre généralisé; de lá ceUe exprcssioll de Lamartinc:" lorsque Dieu veut que quclque grande idéc s'étende dan/! le monde, illa met dans la tete d'un l~ra/l(,¡ai;i;'; nous pouvons bic"n aire que de 11\eIles prcnllent de la fOl·ce et du cléveloppement pour prendre son e8S01"et le cOllll1l11niquer al! reste du monde. Une fois que nous a,-ons consideré l'importal1ce de la mn!ue fraw;aise comme la laugue d'uue nation riche, puissante, scientifique, ct qui a pris une partie tres-active dans lClJ découvertes et les améJi6ratiQns introduites dans le monde, en descClldant 11des tl'ascclldanees particlllieres de son étude,. nons la trouverOllS esseutielle ponr le négociant. Cela va llans dire, cornme il est bien reconuu, la I·'rancc est une des nations les plus manufacturieres du glohe, elle est le depilt d'nne grande~~tLd'a1'1icl.e8 de-..pr.emierhesoin pour 110lS aisanceH et les conyenuuccs de Iavie. Les toiles de luxe que nons portons, le::;bien finis bijOllX, les machines ingénicuBe6 de toute c1asse, les papir.rs bien preparés, les instrumentlil IClJ plus (lpljcat~ de médeciuC', de Dlusique de toute classe, en un uu eo~ - 14!lmot, tona les articles qlli peuvent cngager l'allention de Partiste de l'homme de lettres, de l'homme de génie, et en p;énéral, de toutes les classes de la société, se trouvent en 1.'r3nce etnous viennent de la, La necéssité de I'emploi de ces articles. étant crée, le commerce doil y porter, et y porte ses ~d15 t ~t quellien ph~s attl'ayant et plus c~)lnrnode peut-,on oifñr.'A qUl prend sur SOlla charge de fourlllr nos magasllIs da fruit des génies el'outre-mer, que la languc qui doit lni servir a se mettreen communication directc avec ellx ? Maia noWl, 8\l1'tout,Je ne sais pas si hereusement, nou>! qui tant sympathisoDs ave e le goilt, les moeurs, et meme le caractere fran«ais, nOU8 avons de plus cc mobile de notre ambition pour posséder les ressorts de la pem'ée de Racine, de Fénélon, de Rossuet, de Massillon, de Fléchicr, de La Rruyere, de l\1adame de Sevígné et de tallt d'antres qui de leurs sublimes cOllceptions ont pous",ées en fran~ais d'heureusses rafales de llivinité qui embaument les lieu'!: par oil elles passent, nous avons le dcvoir d'ctre pénétrés des mistcl'es, pour ainsi dirc, de cette lungue llui"crselle qlli renfenne des forees aussi puissantes que celles que nou/> reeonnaissolls dana la maticre, dans les intersticcs de laquclle ]lllllulellt, ¡). ce q~ nOU8 sayona, le caloríque, l'aftinité chímique et les agents ineompréhculliblclil, dOllt l'étllde donne de I'expansioll a l'esprit el nous transporte d'un monde matériel, all plus bel example dll monde idéal.