Revolución digital

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EL PAÍS SEMANAL
Domingo 19 de septiembre de 2004
Revolución
digital
Ha estallado otra gran
revolución digital. Y pronto
nos alcanzará a todos. Esta ola
promete transformar nuestras
costumbres en el hogar, en el
trabajo, en el supermercado y
en los lugares de ocio.
Por Luis Gómez.
Fotografía de Óscar Carriquí y Mili
Sánchez.
REPORTAJE | WI-FI | PERFILES
ARCHIVO EPS
© Copyright DIARIO EL PAIS, S.L. (Miguel Yuste 40, 28037 Madrid-España | Tel: 34 91 33782 00) EL PAÍS SEMANAL
Domingo 19 de septiembre de 2004
PORTADA | REPORTAJE | WI-FI | PERFILES
El planeta digital
Ha estallado la gran revolución digital. Y pronto nos alcanzará a todos. Si la telefonía móvil
cambió en su día nuestras vidas e Internet nos abrió infinitas vías de conocimiento, esta
siguiente ola promete transformar nuestras costumbres en el hogar, en el trabajo, en el
supermercado y en los lugares de ocio. Casas inteligentes controladas desde el teléfono, una
concepción distinta de las relaciones laborales y nuevas formas de comunicación son el
horizonte próximo de una metamorfosis apasionante del mundo en el que vivimos.
PÁGINA UNO
Hace diez años, un ciudadano medio
procuraba no olvidarse las llaves de su
domicilio, el dinero y un bolígrafo a la hora
de salir de casa. Ésa era la conclusión a la que
llegaba uno de tantos barómetros que
estudian los usos y costumbres del
consumidor. Ahora, uno de esos tres objetos
ha cambiado, el lugar del bolígrafo lo ha
ocupado el teléfono móvil. Ese detalle explica
cómo el avance tecnológico ha modificado ya
algunos de nuestros hábitos.
Ahora bien, ¿cuál será la respuesta dentro de
diez años cuando ese teléfono móvil sea capaz
de hacer las tres funciones, cuando, además
de servir para comunicarnos, nos abra la
puerta de casa y lo podamos utilizar como
tarjeta de crédito? ¿Qué dirán entonces las
encuestas? ¿Qué no podremos olvidar al salir
de casa? ¿Quizá un teléfono inteligente? ¿O
un pequeño ordenador portátil, que además
sirva de teléfono?
Los adelantos en el nuevo siglo caminan a
tanta velocidad que corremos el riesgo de
perder la perspectiva. Nuestra adaptación a
las nuevas tecnologías, sobre todo en las
generaciones jóvenes, es tan inmediata, que
no tenemos tiempo para percibir los cambios
que se operan a nuestro alrededor ni algunas
de sus consecuencias. Volvamos al móvil. El
pasado año se vendieron en el mundo 84
millones de teléfonos que disponen de una
cámara fotográfica. Hemos adoptado esta
novedad con naturalidad; además de hablar,
hacemos fotos y las enviamos. Así de simple,
sin considerar que estamos contribuyendo,
junto a la masiva introducción en el mercado
de las cámaras digitales, a hundir en la
miseria a la fotografía tradicional y a las
empresas dedicadas al revelado de fotos.
Posiblemente tampoco hayamos caído en la
cuenta de que ese móvil tiene una capacidad
de memoria de 24 megabytes. Pues bien, a
primeros de los noventa era un lujo disponer
Hoy podemos contratar nuestras vacaciones
desde casa, hacemos nuestras operaciones
bancarias, encargamos la compra, accedemos
a documentos útiles para nuestro trabajo y
podemos leer el periódico del día aunque
estemos a miles de kilómetros de distancia.
Llámese sociedad de la información a todo
este complejo panorama que está
modificando nuestros hábitos de conducta,
dígase revolución digital, la cuestión es que
tanto la comunicación personal como la
transmisión de datos se han vuelto accesibles
a cualquier ciudadano casi desde cualquier
lugar del planeta. Estamos hablando de que
la tecnología se ha vuelto accesible y, desde
luego, móvil. El concepto de movilidad o de
ubicuidad es, ahora mismo, el asunto central,
pero adquiere una dimensión casi universal.
Hasta hace no mucho tiempo había algunas
cuestiones por resolver. Digamos que la voz
iba por un camino, y los datos, por otro;
digamos que unos aparatos servían para una
cosa, y otros, para otra, fueran teléfonos,
agendas digitales, cámaras digitales,
ordenadores, televisores, equipos de sonido,
con sus correspondientes formatos, léase
disquetes, CD, DVD, cintas, tarjetas de
memoria. Y una cosa era la telefonía móvil, y
otra, Internet. ¿Qué sucederá cuando los
aparatos puedan comunicarse entre sí y
cuando la voz y los datos vayan por el mismo
camino? Eso era ciencia-ficción hace no
mucho tiempo. Ahora empieza a ser una
realidad gracias a tecnologías ya en uso como
WiFi, umts, Bluetooth, VoIP, hotpots, wland,
wimax, redes ADSL y redes rfid, por citar
unas cuantas. Así que, una vez digerida la
ensalada de siglas, preparémonos para vivir
en el planeta digital, dentro de unos años
probablemente no reconozcamos algunos de
nuestros hábitos de hoy día.
Y toda esta transformación se está fraguando
sin que apenas nos demos cuenta.
de un ordenador con 20 megabytes. Así que
tenemos en nuestra mano un potente
ordenador, una cámara de fotos y un
teléfono. Tres funciones en una. Y quizá no
nos habíamos dado cuenta de ello.
El resultado de la encuesta sobre hábitos del
consumidor al salir de casa no hacía sino
reflejar la realidad. De todas las tecnologías,
ha sido la telefonía móvil la que ha
experimentado un mayor grado de
penetración en el mercado. En España, por
ejemplo, su utilización alcanza casi al 90% de
la población, muy superior al uso del PC
(43%), al acceso a Internet (29%) o a la
utilización del ancho de banda (16%). En una
sociedad como la española, el uso del teléfono
móvil ha experimentado un crecimiento tan
espectacular que todas las previsiones
quedaron obsoletas con carácter inmediato.
La telefonía móvil arrancó en España en
1982, en 1995 contaba con 922.000 clientes,
y actualmente, el número de abonados supera
los 37 millones. En el año 2003 se vendieron
14 millones de móviles en el mercado
español, cuando las previsiones hablaban de
10 millones. Ese mismo año, el porcentaje de
móviles/fijos en Europa era ya del 60/40.
Sin embargo, la expansión del móvil siguió un
curioso proceso. Inicialmente, la gente
adquiría esta tecnología no tanto para hablar
como para sentirse comunicado, y así lo
demostraron los primeros estudios
sociológicos. De hecho, las horas de llamadas
sufrieron algunos descensos, según las
estadísticas de los operadores, hasta que
volvieron a recuperarse. Y al mismo tiempo
aparecieron fenómenos inesperados como fue
el uso extensivo de los mensajes cortos y las
llamadas perdidas. No sólo apareció una
nueva forma de lenguaje, sino también un
nuevo método de comunicación entre las
personas, sobre todo en las generaciones
jóvenes. Una llamada perdida, que no tiene
coste, puede significar muchas cosas, puede
significar “hola”, “te quiero”, “me acuerdo de
ti”, “he llegado” o simplemente “llámame, que
tú tienes más saldo”.
“El móvil se ha convertido en el centro de la
intercomunicación personal”, concluye Luis
Ezcurra, director de estrategias de Telefónica
Móviles. “Supone el gran cambio tecnológico
y social porque afecta a la esfera personal.
Cada cual tiene un número, que es suyo. Y
además ha descubierto modelos de
comunicación en formatos radicalmente
distintos y que han sido asumidos por grupos
de población con los que no contábamos, que
es lo que ha sucedido con los mensajes”. En
2003 se difundieron 9.302 millones de
mensajes cortos sólo en el ámbito de
Telefónica, lo cual significa que cada segundo
sus clientes están transmitiendo casi 300
mensajes. “Hay una generación que ha
La llamada segunda revolución digital ha
empezado ya. Lo ha hecho en el hogar. Y en la
empresa.
Todos los empleados de los departamentos de
marketing y ventas de la multinacional Intel
en Europa trabajan en casa buena parte de su
jornada laboral. La compañía les ha puesto
una línea ADSL, una comunicación Wi-Fi, un
ordenador portátil, una impresora, un
teléfono móvil y una línea de telefonía fija. El
empleado tiene en su casa todos los
elementos de que dispone en su oficina.
Puede acceder al Intranet de la empresa,
disponer de sus archivos y documentos e
incluso mantener entrevistas por
videoconferencia. “Tenemos una sede en
Madrid, donde disponemos de unas salas
para celebrar reuniones de departamentos o
con clientes. Si no tengo reunión, no necesito
moverme de casa”, explica Isabel Lama,
responsable de prensa de esta compañía
multinacional.
La experiencia de los empleados de Intel no
es una novedad. Hay muchas empresas en
España cuyas comunicaciones internas se
hacen a través de tecnología Wi-Fi, sin hilos y
a un coste muy bajo. Hay muchos comerciales
o ejecutivos que ya no tienen necesidad de
volver a su despacho para cerrar un contrato,
acceder a sus archivos o leer su correo
electrónico. Lo hacen a distancia, desde su
hotel, desde una cafetería, en el aeropuerto
mientras esperan en la sala de embarque o en
el mismo avión, como es el caso de la
compañía Lufthansa en su vuelo WashingtonFrancfort. “Hemos instalado ya el sistema
inalámbrico en 300 empresas con más de 40
empleados y lo que observamos es que la
productividad se ha mejorado en un 20%.
Cada empleado está 75 minutos más al día
conectado”, explica José Manuel Petisco,
director de empresas de la multinacional
Cisco Systems en España. “La tecnología
inalámbrica abre verdaderas posibilidades a
la empresa. Los empleados, ¿necesitan ir
todos al trabajo a la misma hora? La
tecnología te quita horas de atasco, por
ejemplo, y eso significa ser más productivo y
aumentar tu calidad de vida. La empresa se
ahorra espacio, se ahorra costes en el
cableado y se ahorra dinero con una
tecnología más barata en sus comunicaciones
internas”. Naturalmente, a cambio de esa
libertad de movimientos, la tecnología
permite también al empresario evaluar la
rentabilidad del trabajador, a través del
tiempo de conexión, el número medio de
llamadas y el uso del correo, entre otros
factores.
El Internet móvil estaba destinado a ser una
evolución de la telefonía móvil. Tras el éxito
de la telefonía GSM o de segunda generación,
se presumía que el siguiente peldaño sería la
asumido estos avances sin preguntar”, explica
Luis Ezcurra, “nos pasó con el aviso de
llamada perdida y la posibilidad de no
admitir mensajes de voz. No hicimos nada de
publicidad sobre este nuevo servicio y
contamos ahora con millones de usuarios del
mismo”.
“El móvil”, dice Julio Navío, director de
tecnología de Nokia España, “ha sido un
facilitador de la comunicación. Ha
incorporado la movilidad a nuestras vidas.
Ahora sentimos que no estamos sujetos a
esclavitud, tanto en el puesto de trabajo como
respecto a un teléfono fijo. Y, como
consecuencia de ello, nos hemos vuelto más
exigentes en la percepción del móvil,
queremos más prestaciones y calidad, porque
los análisis de productividad perciben ese
impacto. Vamos hacia una forma de
comunicación que significa estar
permanentemente conectado: el móvil
absorbe toda la voz, pero va a ser útil como
acceso a la sociedad de la información”. “El
móvil es una categoría”, explica Javier
Jaquotot, director de estrategias de
Vodafone, “es el motor en el que se va a
desarrollar toda la tecnología de la
información”.
El móvil nos ha llevado a la percepción de que
estamos comunicados en cualquier momento
y en cualquier lugar, pero no es una
experiencia única. La revolución digital no ha
sido asunto de una sola tecnología. Al mismo
tiempo, las novedades nos han llevado a otros
escenarios en donde nos empezamos a
comportar con gran naturalidad. Los cambios
se producen a tanta velocidad que lo que
parecía ciencia-ficción hace diez años es hoy
plena realidad, y en ello tiene mucho que ver
Internet.
tercera generación de móviles (llamada 3G o
UMTS). Gracias a un mayor ancho de banda,
se podría transmitir no sólo voz, sino también
datos e imágenes. Ése era el momento para el
despegue. Las compañías telefónicas
acudieron a subastas multimillonarias para
obtener las licencias de explotación en los
albores del año 2000, pero había un pequeño
problema, la tecnología no estaba todavía
preparada. La tercera generación era todavía
un proyecto. “Se crearon excesivas
expectativas”, recuerda Julio Navío, director
de tecnología de Nokia España, “se divulgó
una publicidad irreal en torno a unas
tecnologías que todavía no funcionaban, hubo
retrasos en infraestructuras y había que
resolver algunos problemas importantes
como que un móvil pudiera operar en su paso
de GSM a 3G. Son mínimos que ya están en
todas las capacidades”.
Ese parón tecnológico permitió que
evolucionara más rápidamente otra nueva
tecnología, impulsada no por las compañías
de comunicaciones, sino por las empresas
informáticas. Aparecía así otra solución al
problema. Y además era mucho más barata.
Se trataba del Wi-Fi, que es el nombre
popular del protocolo 802.11b o Wireless
Fidelity (Wi-Fi), un estándar desarrollado por
la Wireless Ethernet Compatibility Alliance,
que une a más de cien empresas, algunas tan
características como Intel, Cisco, IBM o
Microsoft. Su éxito radicaba en que lograba
una velocidad de transmisión muy alta (200
veces la de un módem tradicional), un ancho
de banda suficiente para transferir grandes
ficheros de datos y, sobre todo, usaba una
frecuencia para la que no hacía falta licencia,
era algo así como transferir datos por ondas
de radio. La tecnología Wi-Fi permitía que,
gracias a una pequeña antena (hotspot)
conectada a una línea ADSL, fuera posible
comunicarse a través de Internet en un radio
de 100 metros. Era una tecnología simple,
barata y cómoda.
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Domingo 19 de septiembre de 2004
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EL PLANETA DIGITAL
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El crecimiento de Wi-Fi ha sido
extraordinario. Sólo en Europa, el número de
antenas pasó de 269 en 2001 a 1.150 en 2002,
y se prevé llegar a las 32.500 en 2007.
Algunos expertos interpretaron este
fenómeno como el producto de una
competencia entre Estados Unidos y Europa,
por el hecho de que la tecnología del móvil se
había impuesto en mucha mayor medida en
el continente europeo. Otros anuncian el
riesgo de una nueva burbuja tecnológica,
dado el increíble crecimiento de algunas
pequeñas compañías dedicadas a este tipo de
comunicación. “La tecnología Wi-Fi no es
móvil”, dice un escéptico Luis Ezcurra.
“Elimina el cableado, lo cual sirve para
reducir costes, y crea puntos de acceso para el
PC. De ahí se ha sugerido una movilidad.
Respecto a la lucha entre Estados Unidos y
Europa, es cierto que el Wi-Fi responde más
al modelo telefónico instalado en Estados
Unidos, donde una llamada la pagan entre el
que llama y el que la recibe. Por eso mucha
gente tiene el móvil apagado y sólo lo
enciende cuando espera una llamada. Aquí
nos hemos acostumbrado a que o lo tienes
disponible cuando quieres o no lo tienes. Y
además, el modelo de negocio tiene que ser
transparente al cliente”.
En cualquier caso, ambas tecnologías están ya
en funcionamiento. Wi-Fi lleva ya dos años
de experiencia al menos en España. Las
compañías telefónicas acaban de anunciar
hace dos meses que el 3G está en
funcionamiento, si bien sólo en grandes
ciudades (el gran despegue está previsto para
las navidades de 2005). Wi-Fi ofrece más
ancho de banda en poco radio de cobertura;
3G, menos ancho de banda en áreas mucho
más amplias. 3G es el modelo básico de
negocio de las compañías de
telecomunicaciones, mientras Wi-Fi proviene
del sector de las comunicaciones de datos y es
un subproducto de la industria informática.
3G es un servicio de pago, Wi-Fi puede ser
gratis o mucho más barato. Esta realidad
significa el pleno arranque de lo que algunos
han dado en llamar “era inalámbrica”.
Wi-Fi ha puesto de moda las antenas u
hotspots que, conectadas a unas líneas ADSL,
pueden permitir navegar por Internet sin
hilos a cientos de consumidores en un
entorno de 100 metros. Se calcula que hasta
“De hecho”, explica Julio Navío, “se está
estudiando un tipo de teléfonos que
funcionarán como una especie de walkietalkies y que podrían ser muy útiles en
determinados países”. “Converger voz y datos
en la misma red es muy interesante, y eso
hace la telefonía IP con un gran ahorro de
costes. En los próximos siete años, todos los
fabricantes de telefonía tradicional tendrán
IP”, dice Petisco.
Así que la era inalámbrica es una realidad, no
un asunto de ciencia-ficción. Desaparecen los
cables. Es cierto. El ratón no lleva cables.
Tampoco el teclado. Pero es algo más, los
datos viajan sin necesidad de un cable y los
aparatos pueden hablar entre sí, gracias a otra
tecnología, conocida como Bluetooth. Eso
quiere decir que desde el ordenador portátil
podemos darle órdenes al televisor o al equipo
de música, o transferir películas o canciones.
Todo ello significa que la revolución digital es
algo más que la simple transmisión de datos.
Hace unas semanas, Bill Gates le auguraba
una corta vida al DVD, no más de diez años.
Quizá no le falte razón. “Toda la información
está ya digitalizada, es posible almacenarla
cada vez en dispositivos más pequeños. Lo
que interesa a las personas es el acceso para
poder disfrutarla o utilizarla. Estamos
hablando, por ejemplo, de posibilidad de
almacenar películas, y de acceso a esa
información desde cualquier lugar. Las redes
adquieren aquí gran importancia”, dice José
Manuel Petisco. Cada seis meses, los
microprocesadores aumentan su velocidad y
la capacidad de almacenamiento de
información. Buscadores como Yahoo o
Google ofrecen bastantes megas de memoria
en sus cuentas de correo gratuitas. El pasado
5 de julio, Cisco Systems anunciaba que el
Libro Guiness había certificado que su router
(una especie de redistribuidor de redes), el
CRS-1, es el de mayor capacidad de la historia
de Internet, capaz de transmitir 92 billones de
bits por segundo: eso significaría que la mitad
de la población española podría descargarse
simultáneamente una canción de 2,4
megabytes o que 12.415 personas podrían
descargarse una película de 7,4 gigabytes en
un segundo. El citado aparato está ya a la
venta al precio de 450.000 dólares.
Las novedades que se le ofrecen al
200 usuarios pueden trabajar por línea
ADSL. Lo pueden hacer gratis o a un precio
mucho más bajo. Las consecuencias de esta
tecnología son visibles a simple vista. Una
antena puede dar cobertura a una comunidad
de vecinos. Una red de antenas supone dotar
de Internet a una pequeña localidad, léase un
pueblo. Una red más amplia puede significar
lo mismo en una pequeña capital, caso de
Zamora, una experiencia que mueve a
imitación en España. Algunos expertos creen
que éste es el comienzo de una gratuidad total
en las comunicaciones (sencillamente porque
la voz también puede viajar a través de
Internet a un precio irrisorio) y anuncian el
final de las grandes compañías telefónicas.
Otros opinan que este escenario de gratuidad
total es pura entelequia, Internet será móvil y
accesible desde cualquier punto, cierto, pero
ni mucho menos será gratis, y terminará bajo
el control de las operadoras, que son las que
disponen de un modelo de negocio. De hecho,
todas las operadoras en España ofrecen
acceso a Wi-Fi.
“Cualquier tecnología funciona con 40
clientes, pero con un millón empieza a
caerse”, explica Jaquotot, de Vodafone, que
defiende el futuro dominio de las operadoras.
“Hemos acostumbrado a los clientes a la
cobertura total. No sirve que tú salgas de un
establecimiento y ya no puedas operar o que
tengas que pagar a operadores distintos
según donde te muevas. Para cubrir Madrid,
por ejemplo, harían falta 7.000 hotspots, el
mismo número de antenas con que se
cubriría toda España con la tecnología 3G.
Wi-Fi es una tecnología muy interesante para
empresas o pequeños espacios, como hoteles
o aeropuertos, incluso para resolver posibles
problemas de saturación o de aislamiento en
zonas rurales. No la veo como un competidor
del 3G, sino que, en todo caso, creo que son
complementarias”. “El Wi-Fi es
complementario y funciona en entornos
reducidos”, concluye Navío, de Nokia. “Su
problema es la discontinuidad, la
encriptación (las comunicaciones no son
seguras) y un modelo de negocio: ¿quién
sufraga el Wi-Fi?”. “Wi-Fi es un ancho de
banda que nos permite manejar gran
cantidad de información en coberturas
interesantes”, dice Petisco, de Cisco Systems.
“Mejora la productividad en las empresas. Es
una tecnología sencilla y muy barata, aunque
no muy segura si no tomas precauciones. Si
vas por la Castellana, te puedes ir pasando de
un sistema a otro, y eso es una tentación para
los hackers”.
El final de esta batalla por el mercado
inalámbrico es todavía incierto por
numerosas razones. Primero, porque todavía
está por ver si las autoridades públicas
permitirán el desarrollo de una red de
comunicaciones sin licencia. Segundo, porque
hay otra tecnología, denominada WiMax, que
consumidor irán reflejando los nuevos
cambios en perspectiva. Ya se aprecia en el
mercado cómo los ordenadores portátiles
están arrinconando a los de sobremesa y
cómo éstos van a tener otra función. “Habrá
un ordenador que gestionará el
entretenimiento en casa”, dice Luis Ezcurra.
“Pero todo hará de todo. Es la convergencia a
la que vamos. El portátil se quedará como un
esqueleto para un entorno empresarial o
profesional, y el móvil más la agenda tendrán
que ver con la comunicación personal. No
hace falta un dispositivo único, pero sí que los
dispositivos hablen entre sí”. El ordenador de
casa será una central de entretenimiento,
permitirá grabar películas en el disco duro o
bajarlas de Internet, por ejemplo, y verlas a
gusto del usuario enviando la señal al
televisor. Todo ello sin cables. Lo mismo
sucederá con la música. O con las películas y
fotos que se graben en una cámara.
Y en todo este conglomerado todavía es
pronto para vaticinar qué funciones tendrán
determinados aparatos. ¿Sustituirá el teléfono
al ordenador portátil? Hay quien se inclina
por un teléfono que a su vez sirva de agenda y
de receptor de correo electrónico (ya existe en
el mercado el Blackberry, que hace ambas
funciones gracias a un pequeño teclado).
¿Quedarán atrás las consolas de videojuegos
si un usuario puede entrar en un juego en red
compitiendo con otros y con una gran
definición? ¿Desaparecerán las actuales
cámaras digitales si los teléfonos se están
acercando ya a los dos megapíxeles de calidad
de imagen? Jaquotot muestra su nuevo
teléfono Vodafone 3G. Acaba de recibir el
resumen de un telediario: la imagen llega a su
móvil con toda nitidez. Dentro de un tiempo
podrá contratarse desde un móvil un partido
de fútbol en directo.
El flujo de novedades que se presentan en el
mercado es de difícil digestión para un
ciudadano no especializado. En un lugar de
los Alpes, por ejemplo, funciona actualmente
un cajero automático inteligente. Dotado de
tecnología 3G, él mismo es capaz de hacer
operaciones de ingreso y de disposición de
dinero. Él solo cuadra las cuentas. El cajero
está diseñado por la empresa Wincor-Nixdorf,
especializada en soluciones tecnológicas para
el sector de la banca y del comercio. WincorNixdorf, como otras compañías, ha
experimentado ya lo que va a ser el futuro
inmediato en muchos establecimientos: el
código de barras está a punto de caducar.
Ahora será un chip dotado de tecnología
inalámbrica, a través de redes RFID, el
sustituto. Las mejoras saltan a la vista, el chip
permite saber dónde está cada mercancía en
cada momento, cuáles son sus cualidades y
cargarla automáticamente a la cuenta del
comprador sin necesidad de pasarla por un
lector óptico.
puede ampliar la cobertura de Wi-Fi a los 50
kilómetros con las mismas prestaciones.
Tercero, porque los expertos estudian el
comportamiento del mercado asiático, que
puede terminar inclinando la balanza, donde
ya lleva tiempo operando la tecnología 3G
(sobre todo en Japón, donde cada ciudadano
mayor de 12 años dispone ya de un móvil y
una quinta parte de los clientes operan con
3G). Mientras los defensores de un Internet
libre y gratuito avanzan desde numerosas
plataformas de opinión un futuro prometedor
e interconectado, las consultoras caminan
con pies de plomo. Los primeros plantean en
defensa del sistema gratuito las tremendas
posibilidades de Wi-Fi y WiMax a la hora de
incorporar a la sociedad de la información a
los países subdesarrollados. “La brecha
tecnológica podría empezar a dejar de
existir”, dicen. Wi-Fi permite, entre otras
cosas, la posibilidad de comunicación
telefónica a través de Internet, barata y
accesible para países que no hayan
desarrollado una red telefónica convencional.
Wincor-Nixdorf experimenta desde 2003 con
un supermercado piloto en la localidad
alemana de Rheinberg. Los clientes llevan un
carro provisto de una pantalla. En esa
pantalla tienen información de ofertas y
localización de los productos. Una vez
incorporado el producto al carro, se anota el
precio a la factura. En cada momento, el
cliente sabe lo que se está gastando y no hará
colas en la caja porque el pago se efectuará de
forma muy sencilla y rápida. Por otro lado, el
empresario sabe qué están comprando sus
clientes en cada momento y qué productos
debe reponer.
Así que por influencia de una u otra
tecnología, porque todas ellas son ahora
capaces de relacionarse entre sí, porque la
segunda revolución digital es una realidad,
algunas de las costumbres de los habitantes
del planeta digital están cambiando. Cambian
en casa, en la empresa, en el supermercado, a
la hora de trabajar o entretenerse. En breve
tiempo nos podremos olvidar las llaves con
toda tranquilidad. Además de abrir la puerta,
el móvil nos avisará también de si alguien ha
entrado en nuestro domicilio.
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Domingo 19 de septiembre de 2004
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Cómo montar Wi-Fi en casa
Cada vez más aficionados guardan su música, fotos y vídeos favoritos en el ordenador. Lo
almacenan todo en forma de archivos. El inconveniente es que, hasta hace poco, estos archivos
sólo se podían disfrutar en el monitor y altavoces del PC. Ahora, gracias a los nuevos módulos
multimedia, todos estos archivos se pueden ver, oír y degustar en el equipo de sonido y el TV de
cualquier habitación de la casa.
Basta pulsar un botón del mando a distancia para ver en el televisor del salón una película que
está almacenada en el ordenador del despacho. O, por ejemplo, para repasar las fotos de las
últimas vacaciones. También es posible escuchar, desde cualquier equipo estéreo de la casa, la
colección de canciones que hemos ido acumulando en el ordenador. Música, vídeo, fotos,
Internet… Todas estas facilidades en cualquier habitación y sin tener que instalar un laberinto de
cables.
Para tener todo esto, hay que partir de un ordenador con archivos de fotos, vídeo y música. El
siguiente elemento necesario es un punto de acceso. Un dispositivo del tamaño de una caja de
puros con un par de antenas. Conectado al ordenador, este punto de acceso funciona como una
emisora capaz de comunicar por radio con otros equipos. El punto de acceso emplea un sistema
de comunicación sin cables llamado Wi-Fi (Wireless Fidelity). Gracias a esto, los archivos del
ordenador se pueden transmitir hasta cualquier equipo “compatible Wi-Fi” que se encuentre en su
zona de cobertura. Una zona que alcanza los 300 metros sin barreras físicas, y entre 25 y 50
metros cuando hay paredes por medio.
Una vez que está montada esta red Wi-Fi en casa, el paso final de la instalación llega con el
módulo multimedia. Se coloca junto al televisor y la cadena de música y se conecta por cable a los
dos equipos. Una vez ajustado, el sistema se controla desde un mando a distancia. Desde el mando
del módulo multimedia.
Al encenderlo todo, aparecerá en la pantalla del televisor un menú sencillo. Habrá que elegir entre
música, vídeo o fotos y, después, seleccionar los archivos que queremos ver o escuchar. Unos
archivos que, aunque se encuentran en un ordenador situado en otra habitación, se pueden
degustar en cualquier TV y equipo de sonido que lleve conectado un módulo multimedia.
>>CHEMA LAPUENTE
3Com OfficeConnect 11g. Un kit bastante completo. Funciona como
un módem de Internet (ADSL), como un router (como una central sin
cables) y añade un lápiz Wi-Fi. Precio: 155 euros.
SMC Wireless Multimedia Receiver. Compatible con música, fotos,
vídeo y radio Internet, este módulo incorpora el estándar Wi-Fi más
rápido (802.11g) y conexión por cable. Precio: 268 euros.
Philips Multimedia Link SL300. Música, fotos y vídeo por toda la casa
con este equipo compatible con el estándar Wi-Fi de alta velocidad
(802.11g). Precio: 349 euros.
Acer WLAN 11g Turbo. Este paquete incluye todo lo necesario para
montar una red Wi-Fi en casa. Incluye el router, una tarjeta para PC
portátil y una llave. Precio: 99 euros.
Linksys Media Adapter B. Permite visualizar la colección de fotos en
la pantalla del televisor y reproducir la música del PC en cualquier
estéreo normal. Precio: 231,50 euros.
Netgear MA111. Un lápiz que, conectado a cualquier ordenador
(portátil o de sobremesa), añade la función sin cables. Se enchufa por
el puerto USB. Precio: 69,50 euros.
ADL Digital Home. Una alternativa al módulo multimedia es el
ordenador de salón. Este dispositivo con el aspecto de un vídeo lleva
radio, sintonizador de TV y lector DVD-grabador de CD. Está equipado
con Wi-Fi. Precio: 799 euros.
ADS Media Link. Módulo compatible con música, fotos, vídeo
comprimido y radio Internet. Sencillo y económico, emplea el estándar
802.11b (Wi-Fi) y es compatible con los formatos multimedia más
populares. Precio: 249 euros.
Pinnacle Show Center. Además de mostrar fotos, vídeo, música y
radio Internet, puede funcionar como grabadora de vídeo a distancia si
se combina con una tarjeta PCTV de la firma. Conexión Wi-Fi opcional.
Precio: 279 euros.
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La red cambió mi vida
Personas que encuentran trabajo en profesiones que antes no existían o cuya única casa es un ‘email’. Discapacitados a los que el ordenador ha hecho más libres. Gente que se comunica con el
mundo desde pueblos antes aislados. Artistas que descubren un nuevo medio de expresión.
Por Ana Sánchez Juárez. Fotografía de Carlos Serrano.
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EL PAÍS SEMANAL
© Copyright DIARIO EL PAIS, S.L. Domingo 19 de septiembre de 2004
(Miguel Yuste 40, 28037 Madrid-España Tel: 34 91 33782 00) EL PAÍS SEMANAL
Domingo 19 de septiembre de 2004
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PEDRO GALIÁN
“Nada me da miedo, porque lo tengo todo perdido
de antemano”.
Tetrapléjico l 25 años l Respira, se mueve y maneja un ordenador
gracias a la tecnología.
Antes de entrar a su habitación, ya se oye We will rock you, de
Queen. “Me encanta”, dice según entramos. Pedro vive en la
Fundación Instituto San José (Madrid), es tetrapléjico desde
los 12 años porque la puerta de un garaje cayó por un fallo del
dispositivo de infrarrojos y le partió la columna. Aún espera
una indemnización.
La silla de ruedas, que acciona presionando un dispositivo a
golpe de barbilla, le da media vida: sirve de base para un
aparato de respiración asistida. “Sin tecnología sería casi un
vegetal”, murmura. La otra media vida se la da el ordenador,
estrella indiscutible de su habitación; es su compañero
inseparable durante casi todo el día. “A unos les da por ver la
televisión, otros leen, tengo un compañero que se pasa las
horas con su silla al sol… A mí me encantaría ir a todas las
ferias de tecnología y probar todos los avances para
discapacitados. Si tengo acceso a una silla más potente, la
pruebo. Nada me da miedo porque lo tengo todo perdido de
antemano. Cuando me propusieron probar el Irdata 2000, un
invento de software cien por cien español, para poder mover
el ratón del ordenador sólo con pequeños movimientos de
cabeza, no me lo pensé”.
Pedro explica cómo funciona el Irdata 2000 delante de
Manuel Ruiz, uno de los padres del invento, que poco a poco
se va popularizando entre las personas que no pueden utilizar
las manos. “Es muy sencillo y fácil de manejar. Se activa
mediante una moderna tecnología de infrarrojos. Consiste en
una pequeña unidad que se coloca sobre el monitor y un
sensor muy ligero que se fija, mediante una cinta, a un lado de
la cabeza. ¿Ve cómo se mueve el cursor?”. Cuenta que le hace
la vida más llevadera: “Gracias a esto, puedo leer la prensa
digital, escribir con un teclado especial, he hecho un curso de
nutrición on line y, bueno, me he sacado el módulo de
informática en FP, así que mal no funciona”.
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TXEMA SALVANS
“Ya no escribimos, pulsamos. Ya no enfocamos,
pulsamos”.
Fotógrafo. Acaba de publicar el libro ‘Nice to meet you’ l Gran defensor
de la fotografía realizada con móviles, que ‘naturaliza’ la creatividad.
Txema Salvans siempre ha defendido la fotografía como un
acercamiento sincero a la vida; el fotógrafo como alguien que
no impone su presencia, sino que capta la corriente cotidiana
de la gente corriente. Es lo que refleja su libro Nice to meet
you. Y lo que le lleva a defender el valor del móvil con cámara,
que permite eliminar las barreras entre fotógrafo y
fotografiado. Así hizo él el minirreportaje de arriba: “Mi
abuela, siempre joven. O cómo mi abuela se prepara una
mascarilla”. Buen trabajo: sólo se necesita un móvil, una
abuela… y espíritu joven. “Ya no escribimos, pulsamos”, dice
Salvans. “Ya no llamamos, pulsamos. Ya no enfocamos,
pulsamos”.
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ISAAC NEGRO
“Cuando me dieron un correo electrónico, tuve por
primera vez un domicilio”.
No tiene casa. Es un ‘sin techo’ l 27 años l Ha recuperado habilidades
sociales gracias a un ordenador de la ONG Fundación Bip-Bip.
“Cuando me dieron un correo electrónico y me enseñaron a
manejarlo, me emocioné. Era la primera vez que tenía un
domicilio, aunque fuese virtual, y eso para mí es importante,
porque cuando busco trabajo no tengo una dirección para que
la gente me responda. Es lo malo de vivir en la calle, sólo te
encuentran los que te quieren dar una paliza”. Un papel oficial
dice que Isaac tiene un leve retraso, sin embargo habla con
una cordura pasmosa. “Soy más niño y más tonto, pero
también tengo mejor humor. A ver, si no, cómo me tomo que
me abandonaran al nacer en un centro y que el centro me
abandonara al cumplir 18 años”, dice con una sonrisa. Este
riojano, al que la vida le ha vapuleado hasta Madrid, es una de
las 250.000 personas que, según Cáritas, no tienen hogar y
sobreviven en albergues, pensiones o infraviviendas. Hoy
duerme en un piso compartido gestionado por la parroquia,
mañana no lo sabe. Sólo tiene seguro que cada día acude a las
aulas gestionadas por la Fundación Bip-Bip para ponerse
frente a un ordenador. “Si me meto en un chat, me siento
libre, porque la gente no sabe si soy pobre o ando por la calle.
También he conocido a una chica andaluza que jamás se
hubiera fijado en mí si me ve en persona”.
May Escobar, presidenta de esta ONG dedicada a integrar a
personas en desventaja social a través de la informática, está
orgullosa de los progresos de Isaac, que no deja de pasearse
con la boca abierta por el taller donde se reparan y actualizan
miles de ordenadores donados por empresas. Él es uno de los
65.000 usuarios a los que han alfabetizado digitalmente en
apenas tres años. May tiene las ideas claras: “Las personas sin
hogar quedan atrapadas en la calle, pierden las habilidades
sociales y entran en un autismo demoledor. Que Isaac se
imponga la rutina de levantarse, asearse para venir a las aulas,
charlar y buscar trabajo por Internet es un éxito que nos da
fuerza para seguir trabajando. La informática es una
herramienta de comunicación básica y un requisito
indispensable en cualquier currículo. Formándoles
intentamos que superen la barrera informática. Frente a un
ordenador, todos somos iguales, una empresa no ve a un sin
techo o a un inmigrante, ve a una persona cualificada y apta
para trabajar”.
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ALEJANDRO YBÁÑEZ Y PAZ SÁNCHEZBARCO
“Yo tenía muy claro que no quería decorar mi casa
con terminales informáticos”.
Él es director de ‘marketing’ de una empresa de domótica. Ella, ama de
casa l 35 y 34 años, respectivamente l Viven en la sierra de Madrid en
una casa ‘inteligente’.
Martes. Siete y cuarto de la mañana. Suena el despertador de
Alejandro. La casa que la familia Ybáñez tiene en la sierra de
Madrid se pone en marcha. Y no es en sentido figurado. Sin
que Alejandro mueva un dedo, la luz del recibidor se enciende
tenuemente para que su mujer no se despierte. La calefacción
y la cafetera comienzan a funcionar, la radio se enciende, la
alarma parcial se desactiva, se levantan las persianas y la casa
decide que es hora de que el perro salga a la terraza, el resto
de las ventanas regulan el tono de los cristales según la
intensidad de la luz y el aire acondicionado corrige la
temperatura del baño. Antes de irse, Alejandro, director de
marketing de Millenium Technology, enciende la calefacción
de su oficina desde un ordenador. “No es ciencia-ficción.
Durante los últimos años ha habido una comunicación
errónea; la gente, cuando piensa en una casa domótica o
inteligente, se imagina un espacio minimalista poblado de
pantallas de ordenador en el que ha invertido millones de
euros. En realidad, la domótica es la parte de la electrónica
aplicable al lugar donde vivimos. El mando a distancia del
garaje o el interfono son los primeros experimentos de
automatismos mecánicos. Es como amueblar poco a poco la
casa, nosotros nos hemos instalado el kit básico de sensores
para controlar luz, agua y calefacción, que es lo que nos pide el
99% de nuestros clientes. El ahorro es tal que la inversión se
amortiza en una media de cinco años”.
A pesar de todas las ventajas, a Alejandro le costó convencer a
su mujer, ama de casa, de informatizar su propio hogar. Que
fuera una tecnología sin instrucciones ayudó a Paz a decidirse.
“Yo tenía muy claro tres cosas: que no quería levantarme y
tener que leerme un manual para encender una luz, ni hacer
una obra colosal para domotizar la vivienda, ni decorar mi
casa con terminales informáticos. Y así fue”.
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BEATRIZ MEDINA
“La tecnología nos abre una ventana al mundo de
los oyentes”.
Sordomuda l Profesora de Lengua de Signos l 22 años l Gracias a la
tecnología se comunica con su pareja sordomuda y hace amigos
oyentes.
Piercing en la lengua, extensiones en el pelo, estilo
supernenas y ombligo al aire. El uniforme de cualquier joven
frente a un ordenador en plena furia virtual. Pero si en lugar
de la pantalla miramos las manos y la cara de Beatriz, nos
damos cuenta de que gesticula exageradamente frente a una
pequeña webcam. Beatriz y su novio, David, son sordomudos.
Con sus ahorros se compraron un ordenador hace dos años
para poder mandarse correos electrónicos; luego, un móvil
para no tener que recurrir al fax, y el año pasado, una
webcam. “Es lo mejor, porque podemos comunicarnos a
través de la lengua de signos, nuestro idioma, en tiempo real.
Además, él me dice que salgo muy guapa en pantalla y, bueno,
nos sale más barato que los sms. Lo peor de todo es que ahora
somos más impuntuales porque tenemos más medios para
poder decir que llegamos tarde”. Beatriz no para de bromear.
Intenta mover sus manos despacio para que Estrella, la
intérprete y alumna suya de la Escuela de Sordos de Madrid,
no se quede atrás. “Hubiera sido más fácil hacer la entrevista
por correo electrónico, ¿no? La tecnología nos abre una
ventana a vuestro mundo; nos agiliza el día a día. Lástima que
sea tan cara y no haya facilidades de la Administración”.
Su madre cuenta orgullosa que con 13 años aprendió la lengua
de signos y con 17 se apuntó a un curso de ofimática. “Es la
más independiente de mis hijas. Nunca le ha frenado ser
sorda, todo lo contrario. Los miedos partían más de nuestro
lado. Se mete en el chat y se comunica con oyentes, con
discapacitados, y siempre tiene a alguien con quien quedar.
Nos ha dado una lección a todos”. Sí, la agenda de Beatriz está
repleta. “Me gusta sentirme útil, por eso quiero enseñar a las
personas sordas más mayores a manejar el ordenador y
aprovechar la tecnología para mejorar su calidad de vida. A
ellos es a los que más les cuesta”.
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LUIS SÁEZ Y PETRA BRAVO
“Somos demasiado mayores para estar sin teléfono.
Por lo menos podemos avisar si nos pasa algo”.
Jubilados l Vecinos de la comarca de Tiermes-Caracena (Soria) l Han
estrenado este verano red de telefonía móvil.
El sonido de un teléfono móvil es algo nuevo en los más de
600 kilómetros cuadrados de la comarca soriana de TiermesCaracena. Sus 57 habitantes llevaban pidiéndolo años, ya que
la red fija es muy deficitaria y no es buen reclamo para nuevos
pobladores. Santiago Martínez, director del yacimiento
arqueológico de Tiermes, lleva tres años probando en carne
propia las consecuencias de la incomunicación. “Todo empezó
porque en el yacimiento necesitábamos cobertura. No sólo por
los miles de visitas mensuales, a las que les costaba demasiado
algo tan sencillo como reservar en un restaurante, sino por la
seguridad del equipo de arqueólogos que aquí trabajamos. En
verano hay cerca de 70 personas a pie de excavación. El
teléfono es básico para cualquier emergencia. A raíz de esto,
Telefónica nos va a instalar de manera pionera Internet rural
vía satélite”. Pero Santiago Martínez y su equipo no se
conformaron: “No queríamos que la cobertura se restringiese
al yacimiento, que los 25 pueblos de la comarca la tengan
significa sacar a estas poblaciones de una muerte natural
segura. El objetivo del proyecto Life es dinamizar la zona,
convertirla en una comarca rica como cuando era una
próspera villa romana de 2.000 habitantes”. En sólo un mes,
el teléfono ha sido una revolución en la zona.
“La comarca ha empezado a resultar atractiva para los
habitantes, y eso es bueno para todos”, puntualiza Felipe
González, edil de Montejo de Tiermes. Incluso hay otros que
vuelven de Madrid, como Luis Sáez y Petra Bravo, que tras
jubilarse han decidido hacerse una casa en Pedro, su pueblo.
“Somos demasiado mayores para estar sin teléfono. La
cobertura no es completa, pero por lo menos podemos avisar
si nos pasa algo”, explica Luis, desde un rincón junto a la
iglesia, el único punto donde hay comunicación sin problema.
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VÍCTOR FERNÁNDEZ
“Mi trabajo es producto del avance digital”.
Retocador de fotografía digital l 26 años l Trabaja desde su casa gracias
a Internet.
“¿Ve ese cable de la luz atravesando la fachada del edificio?”,
dice observando una fotografía en el ordenador. “En esta
producción de moda, el fotógrafo se centró en la modelo, pero
olvidó fijarse en la fachada del edificio. El retoque es algo tan
sencillo como valerse de herramientas informáticas para hacer
desaparecer ese cable que afea la foto, levantar un cielo
demasiado gris o corregir esas manchas de la pierna de la
modelo. No falseo la imagen, como creen algunos. Es decir, no
manipulo porque no resto información, sólo la mejoro. El
retoque digital es simplemente un proceso más de la fotografía
como puede ser el revelado. La diferencia es que unos se
hacen con procesos químicos y éste se hace con ordenador”.
En unos minutos corrige un rostro deslumbrado por un flas.
“Mejor ahora, ¿no?”, sonríe mientras juega a retocar su propia
imagen en el ordenador.
Víctor descubrió su profesión gracias a la llegada de las
cámaras digitales al mundo de la fotografía. “Me di cuenta de
que las barreras no se acababan en un papel impreso”. La
curiosidad por descubrir hasta dónde llegaba lo digital y
cuáles eran sus posibilidades es lo que llevó a este fotógrafo
madrileño a especializarse en el tratamiento de imágenes. Hoy
trabaja desde su casa, gracias a Internet, para publicaciones
mensuales de moda e imparte talleres de retoque digital en su
estudio. “Mucha gente cree que con una cámara digital ahorra
el tiempo del revelado, pero para el profesional el proceso no
es tan inmediato. El retocador tiene que estar ahí detrás para
pulir cada foto. De momento, estamos a la sombra de los
fotógrafos y nuestro nombre no aparece, aunque las imprentas
y fotomecánicas valoran nuestro trabajo porque el producto
que les llega tiene más calidad. Hasta que se reconozca la
profesión de retocador pasará mucho tiempo”. Lo que tiene
claro es que la tecnología le ha cambiado la vida. “Mi trabajo
es producto del avance digital, una nueva forma de expresión
artística”.
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