CUMBRE EUROMEDITERRÁNEA DE ATENAS DE LOS CONSEJOS ECONÓMICOS Y SOCIALES (6-7 de marzo de 2002) LA DEUDA EXTERIOR DE LOS PAÍSES DEL SUR DEL MEDITERRÁNEO GRUPO DE TRABAJO • • • Consejo Nacional de Economía y Trabajo (CNEL) de Italia Consejo Económico y Social (CES) de Túnez Consejo Nacional Económico y Social (CNES) de Argelia Atenas, 6-7 de marzo de 2002 F/CES 523/2002 FR-PLI/gf -2- La Cumbre de los Consejos Económicos y Sociales Euromediterráneos celebrada en Nápoles los días 2 y 3 de noviembre de 2000 encomendó al CNEL de Italia la elaboración, con la colaboración del CNES de Argelia y el CES de Túnez, de un informe sobre la deuda exterior de los Países del Sur del Mediterráneo que va a ser presentado en la Cumbre de Atenas los días 6 y 7 de marzo de 2002. F/CES 523/2002 FR-PLI/gf …/… -3- PREÁMBULO La cuestión de la deuda exterior se ha abordado en numerosos foros de la sociedad civil y su reconsideración constituye una de las principales reivindicaciones de los países en vías de desarrollo (PVD), incluidos los países socios del Mediterráneo (PSM). Esta cuestión ya fue: objeto de una comunicación conjunta del CNEL de Italia y el CNES de Argelia con motivo de la Cumbre euromediterránea de los Consejos Económicos y Sociales e Instituciones Similares celebrada en Nápoles en 2000. inscrita en el orden del día de la Cumbre euromediterránea de los Consejos Económicos y Sociales e Instituciones Similares celebrada en París en 1996. Cabe celebrar los numerosos progresos realizados en este ámbito en favor de las posiciones abanderadas por la sociedad civil y algunos círculos políticos, así como por las autoridades científicas y morales. Conviene también hacer una referencia a: las numerosas resoluciones propuestas por varios PVD en el marco de las Naciones Unidas para la materialización concreta del derecho al desarrollo; a las numerosas intervenciones ante la Comisión de las Naciones Unidas de los Derechos humanos; a la posición afirmada por las XI e XII Conferencias interparlamentarias entre la Unión Europea y América Latina (Sao Paulo, Brasil, 1993; Bruselas, 1995) al objeto de que la Asamblea General de las Naciones Unidas pida al Tribunal Internacional de Justicia de La Haya que emita un dictamen consultivo que permita abordar el problema de la deuda exterior según los principios generales del derecho internacional contemporáneo (Estatuto del Tribunal, apartado c) del artículo 38). Esta última posición fue reafirmada por el CNEL de Italia en su dictamen emitido el 24 de junio de 1997 y por la Cámara de Diputados de la República Italiana en la moción aprobada en septiembre de 1998. F/CES 523/2002 FR-PLI/gf …/… -4- Sobre esta base, cabe recordar también las posiciones de las iglesias católica y protestante en relación con los principios del derecho y los derechos humanos, que concuerdan con las del derecho musulmán. Por otra parte, es oportuno recordar: la Declaración de Annaba sobre la deuda exterior de los países del Sur y el Este del Mediterráneo, adoptada conjuntamente por el CNES de Argelia y el CNEL de Italia en 1999; los dictámenes del CNEL de Italia emitidos en 1997 y en 2001 sobre la deuda exterior de los PVD del Mediterráneo; la ley n° 209 adoptada por el Parlamento italiano el 25 de julio de 2000 referente a las "Medidas en favor de la reducción de la deuda exterior de los países con ingresos reducidos y los países pobres muy endeudados". Conviene por último tomar nota de los progresos realizados en el tratamiento de la deuda a través de la iniciativa para los países pobres muy endeudados (PPME), la ampliación del número de países beneficiarios de las medidas de reducción de la deuda enunciadas por el G8 en general y la atención que éste presta a los problemas de la deuda exterior de los países africanos en particular, en el marco de la nueva asociación para África (NEPAD). El conjunto de estas medidas resulta no obstante insuficiente, en particular las relativas a los PSM. Como se trata de países con rentas intermedias, estos PSM quedan excluidos de la iniciativa destinada a los PPME. En cuanto a las conversiones llevadas a cabo, con frecuencia en un marco bilateral, siguen siendo simbólicas y sin efectos notables en las deudas de los PSM. La perspectiva de la creación de la zona de libre comercio Euromed requiere un reequilibrado de los flujos y también la utilización de los recursos necesarios para la modernización económica y social de los PSM. Dichos flujos pueden ser logrados a través de la reducción del peso de la deuda y de su conversión en otros tipos de activos gracias a una política de redistribución de los recursos. Y todo ello en un contexto en el que los muy avanzados objetivos de la asociación euromediterránea han encontrado obstáculos que han frenado la progresión del proceso de F/CES 523/2002 FR-PLI/gf …/… -5- Barcelona de manera notoria, retrasando la aplicación de distintas disposiciones tomadas en el marco de la cooperación euromediterránea. CONSTATACIONES 1. Actualmente el problema de la deuda exterior de los PVD en general, y de los PSM en particular, sobre todo de los del Sur y el Este del Mediterráneo (PSEM), se plantea en términos de justicia social y estabilidad económica, y por lo tanto en términos de garantía de la paz y la estabilidad regional. La deuda exterior de los PVD supera los 2.300 millardos de dólares con un servicio de la deuda de 270 millardos de dólares, es decir, un décimo de la riqueza producida en el mundo, y está concentrada sobre todo en América Latina y África. Este último continente está excluido en realidad de los grandes flujos de inversiones y del comercio mundial, en los que participa, con sus 700 millones de habitantes, en un 4% solamente. 2. Es por otra parte notable constatar la grave desigualdad de las relaciones entre los países deudores y los países acreedores. Estos últimos están agrupados en el "Club de París" para coordinar las posiciones de las instancias de decisión sobre las medidas que deben adoptarse en relación con los países deudores. Desde este punto de vista, es conveniente recordar la iniciativa destinada a crear un "Foro de deudores". Esta propuesta, presentada por el CNEL de Italia en 1997 en su dictamen sobre la deuda exterior de los PVD del Mediterráneo, fue favorablemente acogida por el Parlamento latinoamericano en sus Declaraciones de Caracas en julio de 1997 y de Sao Paulo (Brasil) en mayo de 2001. La propuesta de crear un "Foro de deudores" revela en realidad una grave anomalía de carácter más general, que caracteriza aún actualmente los procesos internacionales de toma de decisiones, con muy serias deficiencias en materia de transparencia y democracia. En efecto, los PVD se encuentran actualmente excluidos de las instancias donde se deciden los parámetros económicos y financieros mundiales, y por lo tanto quedan también excluidos de los beneficios del proceso de globalización de los mercados. F/CES 523/2002 FR-PLI/gf …/… -6- Del mismo modo, los países deudores están excluidos de las instancias decisorias que abordan la problemática de su deuda exterior. Han tenido que soportar medidas inadecuadas de reestructuración, lo que a menudo ha empeorado sus situaciones económicas y ha tenido consecuencias negativas en las condiciones de vida de sus poblaciones. Es necesario reconocer su derecho a organizarse a nivel internacional para poder negociar multilateralmente las condiciones de tratamiento de sus deudas. Pero es también necesario que superen sus diferencias, que son no obstante legítimas, y logren encauzar la voluntad y la capacidad que conduzcan a la unidad necesaria para negociar juntos y, por lo tanto, con más autoridad y credibilidad. La petición formulada en diversos ámbitos para una reforma de las relaciones financieras internacionales, y en particular de las instituciones multilaterales competentes como el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, constituye una necesidad tanto para los países deudores como para los países acreedores. 3. La participación de la sociedad civil en los procesos de cooperación garantiza una mayor coherencia de las intervenciones respecto de las necesidades reales y una mejor cohesión social, más extendida gracias a la participación "por la base" en el proceso de desarrollo socioeconómico. Constituye también un instrumento eficaz de democratización política. En cuanto a la conversión de la deuda, cabe destacar la necesidad de una participación activa de los países beneficiarios en la financiación de los fondos de contrapartida, que serán financiados a través de los reembolsos de las deudas. Los recursos se destinarán a la financiación de programas de desarrollo. La gestión de dichos fondos debería encomendarse a un organismo local de cooperación para el desarrollo. El control del destino y la utilización de estos fondos puede garantizarse con la participación tanto de los países acreedores como de los países deudores. 4. La resolución del problema de la deuda exige nuevas normas en el contexto de la globalización de los mercados para que este proceso sea un instrumento de inclusión y emancipación de los países del Sur y de construcción de un sistema económicamente estable y socialmente sostenible. Este proceso debe tener en cuenta especialmente la situación de la fuerte desigualdad económica entre los países del Norte y del Sur, adoptando F/CES 523/2002 FR-PLI/gf …/… -7- medidas compensadoras y de excepción con relación al proceso de liberalización. Se trata de prever medidas similares a las que, en el transcurso de cada revolución industrial, han "protegido" de distintas maneras el desarrollo de los mercados interiores en todas las partes del mundo desarrollado de hoy. Y no en una óptica que tendería a perpetuar la "exclusión" de los PVD de los mercados, sino con una visión más dinámica y más moderna, que habría que definir progresivamente, de las medidas de compensación y excepción acordadas a nivel internacional, y que, al menos en principio, serían admitidas también en el marco de la Organización Mundial del Comercio (OMC). Además de las consideraciones de carácter técnico y financiero de la deuda, se impone un enfoque político. No puede abordarse eficazmente sin una coordinación entre las políticas financieras, comerciales y de cooperación, al objeto de crear y mantener en los países afectados las condiciones para lograr un marco macroeconómico "sano". En efecto, la espiral de la deuda empeora las condiciones de desigualdad de los PVD deudores con relación a los países industrializados acreedores, actuando como un factor de deformación de las relaciones económicas internacionales y del desarrollo económico y social. La deuda exterior de los PVD tiene también consecuencias negativas en las economías de los países acreedores. Limita la posibilidad de expansión de los intercambios comerciales y la ampliación de los mercados de los países ricos. El apoyo al desarrollo de los países menos desarrollados (PMD) y los PVD mejoraría las relaciones económicas y comerciales entre los países del Norte y del Sur, lo que acarrearía un aumento de las posibilidades de intercambio de bienes y servicios, la mejora del empleo y la limitación, por consiguiente, de los flujos migratorios, que son cada vez más difíciles de controlar en un mundo globalizado. 5. El derecho internacional, en su aplicación e interpretación actuales, no parece indicado para la regulación de este problema, dado que no regula la relación entre países acreedores y países deudores. Es necesario pues definir los instrumentos jurídicos capaces de garantizar una mayor equidad en las relaciones de obligación entre los Estados. F/CES 523/2002 FR-PLI/gf …/… -8- 6. Las Conclusiones de las XI y XII Conferencias Interparlamentarias entre la Unión Europea y América Latina (Sao Paulo, Brasil, 1993; Bruselas, 1995) pueden tomarse como modelo para los gobiernos euromediterráneos al objeto de exhortar a la Asamblea General de las Naciones Unidas a que solicite ante el Tribunal Internacional de Justicia de La Haya un dictamen sobre el derecho y la ética de la deuda. 7. También es cierto que, en espera de que se establezca un marco jurídico internacional adecuado, el estado de urgencia dictado por las graves condiciones económicas y sociales de los países muy endeudados requiere medidas inmediatas que deben respetar los principios generales de justicia y equidad. Habida cuenta de estas consideraciones, no cabe sino compartir y apoyar las orientaciones definidas en las Cumbres del G8 de Colonia (junio de 1999), Okinawa (julio de 2000) y Génova (julio de 2001). Los ocho expresaron su compromiso de incluir el problema de la deuda exterior de los PVD entre las cuestiones prioritarias y estratégicas de la globalización. Previeron la necesidad de introducir el factor social entre los objetivos del desarrollo. Pero es necesario destacar que, durante estos años, a las modalidades de tratamiento de la deuda, generales y más bien genéricas, y la determinación de los países prioritariamente beneficiarios de este tratamiento no siguió la definición de los instrumentos necesarios. Se ha echado en falta la acción de cada gobierno separadamente, así como la acción coordinada de los gobiernos y de las Instituciones internacionales competentes. Por consiguiente, para las Cumbres futuras se desea que los PVD participen en las instancias de decisión donde se definen las estrategias de lucha contra los problemas del subdesarrollo y la pobreza. 8. En cuanto a las acciones que deben emprenderse a nivel socioeconómico, sería razonable pensar que el problema de la deuda se plantea en términos diferentes según los niveles de crecimiento económico de los países endeudados: para los PPME, es lógico abogar por la anulación total o parcial de la deuda más que por su reestructuración o su conversión. Para los países con ingresos medios, la solución más adecuada consiste en utilizar el reembolso de la deuda en forma de acciones de desarrollo local en un marco de asociación económica y social, bilateral y/o multilateral. F/CES 523/2002 FR-PLI/gf …/… -9- El objetivo es contribuir a lanzar un proceso de reestructuración y crecimiento de las economías nacionales con arreglo a objetivos que tengan en cuenta las necesidades reales de los países considerados y ofrezcan ventajas recíprocas a las "partes" afectadas. 9. En cuanto a los PSM del Sur y el Este del Mediterráneo, sería conveniente examinar la necesidad de promover una amplia cooperación basada en la conversión de una parte de la deuda exterior. Esta conversión deberá contribuir a la modernización económica y social de estos países en la perspectiva de la creación de la zona euromediterránea de libre comercio en 2010. Sin embargo, la conversión total o parcial de la deuda en acciones de desarrollo local puede constituir una etapa importante hacia una política de cooperación concreta y duradera. Sin pretender subestimar los problemas técnicos vinculados a las medidas de conversión, es inevitable una elección política dirigida principalmente a los siguientes objetivos: la defensa del medio ambiente, la protección social de los grupos más seriamente afectados por las medidas de reestructuración económica, las inversiones en favor de las empresas locales y la formación de capital humano. CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES Como conclusión, y en el marco de la búsqueda de soluciones para resolver los problemas de la deuda de los PVD, en particular los de los PSM del Sur y el Este del Mediterráneo, en el respeto de consideraciones éticas, de solidaridad y del necesario reequilibrio de los flujos, y en la perspectiva de un apoyo al desarrollo de dichos países, es oportuno presentar algunas propuestas, que la Cumbre euromediterránea de los Consejos Económicos y Sociales e Instituciones Similares de Atenas hace suyas, y que pueden constituir un planteamiento regional para los PSM y un planteamiento internacional para los PVD. Se articulan en torno a las siguientes recomendaciones: 1. La creación de un Foro euromediterráneo de PSM deudores. Este Foro debería servir no sólo de interlocutor privilegiado de los PSM deudores para defender sus intereses ante los acreedores, sino también de interfaz con las instituciones multilaterales (G8, Naciones Unidas, OMC, BM, FMI, etc., a través, naturalmente, de la Unión Europea). F/CES 523/2002 FR-PLI/gf …/… - 10 - Debería también participar en las principales decisiones que afectan al futuro de los países en desarrollo, tanto en relación con el tratamiento de la deuda como con la defensa de los derechos de los PSM deudores en un marco universalmente aceptado. Naturalmente, esto no debería impedir que cada país negociara separadamente con sus acreedores las condiciones y modalidades de tratamiento de su deuda. 2. La creación de un observatorio euromediterráneo de la deuda de los PSM. 3. La reducción de la deuda de los PSM del Sur y el Este del Mediterráneo mediante: el establecimiento de un límite para el servicio de la deuda equivalente al 15% de los ingresos de las exportaciones para no hipotecar sus posibilidades de desarrollo; la reducción de los tipos de interés o eventualmente su anulación. 4. La conversión (reciclaje) de la deuda de los PSM del Sur y el Este del Mediterráneo. Los reembolsos efectuados, en lugar de transferirse se destinarían a un fondo (fondo de contrapartida) para financiar programas complementarios o programas prioritarios de desarrollo. Los programas que puedan ser financiados por el fondo de contrapartida tendrían que guardar relación con: la protección del medio ambiente; la educación y la formación profesional, en particular, en el ámbito de las nuevas tecnologías; la creación de nuevas zonas industriales que respondan a las normas internacionales; la promoción de la mujer como socio y protagonista del desarrollo económico y social. 5. El estímulo y el refuerzo de los flujos de capitales no generadores de deuda con destino a los PSM como, por ejemplo, inversiones directas extranjeras, capital riesgo y los fondos de garantía de las inversiones. F/CES 523/2002 FR-PLI/gf …/… - 11 - 6. La concesión de un importe sustancial de ayuda pública y de préstamos en condiciones favorables para mejorar la estructura de la deuda de los PSM deudores. 7. La creación de un fondo euromediterráneo entre los países de la Unión Europea y los PSM: El fondo Euromed debería tener como objetivo estimular y orientar la inversión privada. Se abastecería a través del reembolso de la deuda privada contraída por los países deudores con acreedores privados, en particular los de los países de la Unión Europea. Las modalidades se definirían de común acuerdo en el marco del proceso de Barcelona. Estas distintas recomendaciones pueden generalizarse a escala internacional en favor de los PVD. Sin embargo, estas medidas y soluciones no deben de ninguna manera reducir los compromisos de los países acreedores en la continuación de la financiación del desarrollo de los PVD, en particular de los PSM del Sur y el Este del Mediterráneo, ofreciendo facilidades de financiación en condiciones favorables. Los países con rentas intermedias que forman parte del grupo de PSM deben también beneficiarse de las soluciones propuestas para resolver el problema de la deuda exterior y de la continuación del apoyo financiero internacional. Sería ilógico e inaceptable que se vieran penalizados por haber logrado buenos resultados económicos y sociales. F/CES 523/2002 FR-PLI/gf