dinámicas sociales y transformaciones de la ciudad latinoamericana

Anuncio
cultura-urbana.cl
DINÁMICAS SOCIALES Y TRANSFORMACIONES DE LA CIUDAD
LATINOAMERICANA
Curso de Formación General. Departamento de Pregrado de la Universidad de Chile
Primer Semestre Académico 2006
Profesores Responsables:
1
Catalina Gobantes
2
Verónica Tapia ,
Profesores Asociados:
3
Andrés Aedo
4
Carlos Lange
PRESENTACIÓN PROGRAMÁTICA
Para entender la realidad latinoamericana actual es cada día más necesario profundizar en su
dimensión urbana. A lo largo del curso se analizarán las principales tendencias socio-territoriales
que caracterizan en la actualidad a las ciudades latinoamericanas y sus habitantes. Se
profundizará en las dinámicas migratorias y los procesos de metropolización, crecimiento de las
ciudades intermedias y en la transformación de los espacios urbanos. Finalmente, se analizarán
los fenómenos de fragmentación y segregación en el contexto de diversidad cultural que ha
caracterizado a estas ciudades históricamente.
El curso está destinado a los estudiantes interesados en comprender los fenómenos que
experimentan en la actualidad las diversas ciudades latinoamericanas; diversas en cuanto a las
características de su fundación, a los procesos históricos que han experimentado, a su localización
geográfica y a su actual inserción en las redes económicas regionales y globales.
Este curso tiene un enfoque interdisciplinario que integra los elementos teóricos y conceptuales de
la antropología, el urbanismo y la geografía, logrando un conocimiento profundo de las ciudades
latinoamericanas, lo que contribuye a la formación de profesionales íntegros y comprometidos con
su medio sociocultural
Objetivos Generales
1. Conocer los procesos socio-territoriales experimentados por las ciudades latinoamericanas,
principalmente las metrópolis y ciudades intermedias.
2. Desarrollar la capacidad de análisis y comprensión de las principales transformaciones actuales
de las ciudades latinoamericanas.
Objetivos Específicos
1. Conocer la configuración de los asentamientos urbanos precolombinos y el proceso de
fundación, desarrollo y consolidación de las principales ciudades latinoamericanas.
2. Profundizar en la matriz cultural que caracteriza a la región a partir del análisis de las principales
dinámicas migratorias regionales e intraurbanas que la afectan.
1
Licenciada en Antropología Social, Universidad de Chile.
2
Antropóloga, Universidad de Chile.
3
Antropólogo, U. de Chile.
4
Licenciado en Antropología Social U.de Chile, Master en Desarrollo Urbano PUC.
1/27
cultura-urbana.cl
3. Comparar las diferentes ciudades latinoamericanas a partir de su localización geográfica y
función en las redes económicas regionales y globales.
4. Analizar los procesos de crecimiento metropolitano y policentrismo, y la transformación de los
principales espacios urbanos.
5. Comprender los fenómenos de fragmentación y segregación socio-espacial en el contexto de la
diversidad cultural que caracteriza a las ciudades latinoamericanas.
6. Conocer las diversas políticas de recuperación y regeneración urbana, analizando críticamente
el concepto de Patrimonio Urbano.
COLONIZACIÓN Y ORDENAMIENTO TERRITORIAL DE AMÉRICA
Las ciudades latinoamericanas generalmente son consideradas dentro de una única
categoría uniforme, atendiendo su clasificación sólo a las similitudes que presentan en la
actualidad las principales metrópolis de la región. Sin embargo, para poder comprender
los fenómenos que experimentan hoy estas ciudades es necesario incorporar las miradas
y conocimientos que diversas disciplinas han construido y acumulado. Para ello se
requiere necesariamente de la interrelación constante entre disciplinas como urbanismo,
antropología, geografía, historia y economía, por nombrar sólo algunas de ellas.
Para dar cuenta tanto de las diferencias como de las características que comparten las
ciudades latinoamericanas, analizaremos en primer lugar aquéllas que surgen de la
fundación de centros urbanos durante la colonización, entre principios del siglo XVI y fines
del siglo XVIII. La colonización de América por parte de españoles, portugueses,
franceses, ingleses, holandeses y daneses, constituye el proceso más importante en
cuanto a la conformación de amplios sistemas urbanos en el continente. Por otra parte,
las distintas empresas coloniales fundaron distintos tipos de asentamiento, creando un
ordenamiento diferenciado del territorio que hasta hoy mantiene sus principales rasgos.
Colonización española
En 1492, año del descubrimiento de América, la corona española reconquistó Granada,
última ciudad ibérica en manos de los árabes. En esa ocasión se instaló un asentamiento
militar, Santa Fe de Granada, en donde se aplicaría un modelo similar al que
posteriormente se implementó en América. Dicho modelo urbano, aplicado durante gran
parte de la Reconquista de la España musulmana, tenía sus raíces en la colonización
griega de la región del Pireo (siglo V a.C.), donde se atribuye a Hippodamo de Mileto el
trazado de los primeros asentamientos de calles regulares. Sin embargo, el antecedente
más directo lo constituyen los campamentos militares y ciudades de frontera del Imperio
Romano.
El modelo romano, castrum, tenía un “foso y cerca alrededor, en forma reticular, que
marcaba el perímetro de la ciudad. El campamento siempre se encontraba atravesado por
dos calles, una que corría de norte a sur, que se denominaba cardo y otra de este a
oeste, denominada decumanus y que se cruzaban en ángulo recto en un espacio libre
denominado forum, en el cual se reunían los soldados diariamente para recibir órdenes”5.
En definitiva, la colonización española de América se llevó a cabo como un poblamiento
sistemático y deliberado mediante la fundación de ciudades y el intento de unificación de
5
Brewer-Carías, Allan R. Poblamiento y orden urbano en la conquista española de América [texto online:
http://www.brewercarias.com/nuevo/getdata2.php?type=2&id=1068], p.15.
2/27
cultura-urbana.cl
los criterios de selección de la localización y de las características del trazado urbano.
España fue el único de los países que participaron de la colonización de América en
establecer un plan general con tales características, lo que no implica que muchas veces
no se cumplieran sus principios.
Por otra parte, de los países que colonizaron América, sólo España funcionó como un
monopolio de la empresa de conquista y poblamiento por parte de la Corona. Si bien hubo
particulares y órdenes religiosas que participaron, siempre lo hicieron bajo el alero y la
orden expresa del rey.
La fundación de ciudades en Hispanoamérica puede dividirse en 3 etapas principales:
1. Los primeros asentamientos fundados en América corresponden a factorías 6
instaladas en las grandes islas del Caribe (Hispaniola o Santo Domingo, Cuba, Puerto
Rico, Jamaica). Durante esta etapa se realizaron importantes viajes de exploración
que serían de vital importancia para la expansión de la conquista hacia el sur y el
interior del continente. Así se descubrió el Océano Pacífico en 1513 (llamado entonces
Mar del Sur), articulándose importantes rutas marítimas hacia América del Sur y las
Indias Orientales.
2. A partir de 1513 se implementan desde España las Instrucciones Reales, órdenes
entregadas a los Adelantados, que cristalizaban los ideales renacentistas de
construcción de ciudades, lo que constituye el primer ordenamiento jurídico del
continente. Las Instrucciones fueron siendo cada vez más completas, incorporándose
los criterios precisos para la elección del lugar del asentamiento; la forma ordenada
que debía seguir el trazado urbano; el repartimiento de los solares del nuevo
asentamiento; la ubicación de las instituciones, así como el ritual de fundación que
debía seguirse al pie de la letra. Estos principios que se entregaban de manera
individual a los Adelantados fueron compilados, dándoseles un carácter más general,
mediante una Real Cédula en 1521, aunque se siguieron entregando Instrucciones en
todas las provincias de América.
3. En 1573 se dictan las Ordenanzas de Descubrimiento y Población dadas por Felipe II
en el Bosque de Segovia, que constituyen “el primer cuerpo orgánico de normas
jurídicas sobre ordenación urbana que se haya dictado jamás”7. En ellas se establecen
los criterios ya implementados y perfeccionados a lo largo del proceso de colonización,
dándose especial importancia a la Plaza Mayor de cada asentamiento:
“En Hispanoamérica, la plaza mayor se constituye en el punto central
dominante al cual se supedita todo el trazado de la ciudad y la repartición de
sus solares; es el símbolo y el lugar único de encuentro y reunión de todo el
pueblo, es el recinto de comercio y, por su accesibilidad, el lugar de partida y
llegada de los forasteros. En su contorno se albergan las instituciones más
importantes y se organizan los espectáculos, el mercado, las fiestas religiosas
y la administración de justicia. A partir de ella, la ciudad se extiende a regla y
cordel incorporando plazas menores o plazoletas (...). La plaza es la clave de la
organización urbana, base urbanística fundamental de la fundación de
ciudades hispanas... de manera que hablar de la historia de la ciudad
6
En la época colonial, asentamientos que cumplen la función de ser sólo puestos de articulación para la extracción y
exportación de materias primas.
7
Brewer-Carías, Allan R. Op.cit., p.33.
3/27
cultura-urbana.cl
hispanoamericana, es en gran medida hablar de sus plazas, foco de su
actividad política, económica y social”.8
A lo largo de todo el periodo colonial se fundaron importantes ciudades-puerto. En un
primer momento, ello se hizo siguiendo las rutas que trazaban los vientos, localizando
siempre estos asentamientos en sitios estratégicos para el comercio, el abastecimiento
interno y la defensa. Además, algunos puertos cumplieron la función de postas en el
camino de exploración y conquista de diversos territorios, especialmente del sur de Chile.
Otro tipo de asentamiento colonial de vital importancia para la metrópolis fueron los
centros mineros, localizados principalmente en el Valle de México y el Alto Perú. Su
importancia radicaba, en primer lugar, en que la economía colonial se basase en la
explotación de recursos mineros y otros materiales preciosos. En segundo lugar,
ocuparon un lugar central en el proceso de estructuración de los sistemas urbanos
coloniales. En torno a ellos se articularon las principales rutas comerciales, así como una
red de ciudades cuya actividad se centraba en el abastecimiento de dichos enclaves
mineros (producción agrícola y ganadera y proporción de mano de obra).
La administración y el ordenamiento territorial de la colonización española cumple también
un importante rol en la estructuración de los actuales sistemas urbanos del continente. La
administración del gobierno general se realizaba mediante la Casa de Contratación y el
Consejo de Indias, con residencia en España, y las Reales Audiencias, Cabildos y
funcionarios locales, establecidos en las colonias. En cuanto al territorio, en términos
generales se organizaba en virreinatos, capitanías generales y gobernaciones.
La principal unidad territorial, política y administrativa que existió en América fue el
Virreinato. En un comienzo, se establecieron los virreinatos de Nueva España (1535) y del
Perú (1542). El Virreinato de Nueva España, con capital en Ciudad de México,
comprendía gran parte de América Central, excepto la Gobernación de Castilla de Oro
(con centro en Panamá) y las Capitanías Generales de las Antillas, que constituyeron en
su mayoría gobernaciones independientes. El Virreinato del Perú, con capital en Lima,
comprendía todo el territorio al sur de Nueva España, excepto el territorio portugués
(Brasil) y francés (Guyana), y la costa Caribe de Venezuela. Posteriormente, la
exploración del cono sur implicaría la creación de nuevas Gobernaciones y Capitanías
Generales independientes por tratarse de territorios en constante guerra.
Durante el siglo XVIII, el Virreinato del Perú se desmembró debido a la extensión de sus
territorios y a las rivalidades entre los gobiernos de Buenos Aires y Lima9. En 1717 se
creó el Virreinato de Nueva Granada, con capital en Santa Fe de Bogotá, y que abarcaba
los territorios de Venezuela, Colombia, Ecuador y Panamá. Finalmente, en 1776 se creó
el Virreinato del Río de la Plata, con capital en Buenos Aires. Ambos virreinatos
cumplieron además funciones defensivas estratégicas: Nueva Granada era la puerta de
entrada a América del Sur y controlaba el paso interoceánico (terrestre hasta 1914) del
istmo de Panamá. Esta zona, importante por su producción aurífera, era un sitio de
constantes ataques piratas, situación que pretendía controlarse mejor mediante esta
nueva ordenación territorial. El Río de la Plata, por su parte, ocupaba un lugar estratégico
8
Matas, Jaime; Necochea, Andrés y Pilar Balbontín. Las plazas de Santiago. Ediciones Universidad Católica de Chile.
Santiago, 1983, p. 11.
9
Esta rivalidad se debía principalmente a que el comercio entre Buenos Aires y España debía realizarse mediante la ruta
que unía Lima, Panamá, Veracruz y Sevilla. El gobierno de Buenos Aires sostenía que su localización estratégica en la
costa atlántica reduciría los costos del comercio con la metrópolis, favoreciendo también el abastecimiento interno de las
colonias.
4/27
cultura-urbana.cl
para el comercio con España, pero también para el control de los avances portugueses
(que habían fundado recientemente una colonia al otro lado del río) y las incursiones de
ingleses y franceses en la Patagonia y las Malvinas.
Colonización portuguesa o lusitana
Con anterioridad a la colonización de Brasil, Portugal había participado de la exploración y
explotación de las costas africanas del Atlántico. El modelo de asentamiento eran las
factorías comerciales de plano orgánico, a diferencia del plano reticular español. Los
asentamientos portugueses no tenían la intención de ser permanentes ni de defensa, por
lo que los contingentes de población eran escasos y transitorios. En los primeros tiempos
de la colonización, se utilizó el mismo modelo de asentamiento; Brasil constituía una
colonia marginal para Portugal dado que se extraían productos de escaso valor comercial.
Sin embargo, si bien se siguieron asentando exclusivamente en las costas, con el paso
del tiempo (y la presión de otras potencias con intereses coloniales en la región) existió
una voluntad de poblar efectivamente el territorio conquistado.
La colonización de Brasil puede dividirse en 3 grandes etapas:
1. En un principio, Portugal experimentó con un sistema de ordenación territorial llamado
de Capitanías Hereditarias o Donatarias. Estas capitanías, de explotación mixta,
dividían el territorio colonial (el actual nordeste brasileño) en amplias franjas
horizontales cuyo dominio sería hereditario e independiente de la Corona. Este
sistema fracasa rotundamente por su falta de comunicación con la metrópolis, el
abandono de la población migrante y por los constantes ataques de indígenas y
piratas. A partir de 1548, el sistema es reemplazado por Gobernaciones reales. En
esta etapa, la economía colonial se basaba en extensos ingenios azucareros
principalmente en la región de Pernambuco, con capital en Salvador de Bahía (Bahía
de Todos los Santos). Las plantaciones azucareras se caracterizaron por ser grandes
propiedades con un monocultivo orientado al mercado externo; por la incorporación
de mano de obra esclava y porque se asemejaban al sistema feudal, entrando en
conflicto los poderes locales con la corona portuguesa.
2. Entre 1580 y 1640, Felipe II de España se proclamó también rey de Portugal. Ello
implicó un avance portugués en territorio amazónico (antes perteneciente a España
según el Tratado de Tordesillas) y el apoyo mutuo en la expulsión de los franceses,
que habían ocupado la región de Paraiba. Ello implicó también el libre comercio con
las colonias española y la creación del Conselho da India, órgano similar al Consejo de
Indias español, encargado de la administración de las colonias portuguesas de
ultramar. Esta vinculación con España trajo también serios inconvenientes, como la
enemistad de los holandeses, que querían tener el monopolio sobre la producción
azucarera, y constantes ataques de piratas ingleses.
3. En 1640 Portugal se separó de España y se abocó a recuperar los territorios ocupados
por los holandeses. La economía se seguía basando en la producción azucarera, sin
embargo, ésta sufrió una importante crisis en 1670. En esta época se inicia la
ocupación de los territorios del sur de Brasil, acercándose poco a poco al Río de la
Plata. A fines del siglo XVII se encontraron los primeros yacimientos de oro en la
región que posteriormente se llamaría Minas Generales o Minas Gerais, lo que
transformó totalmente la economía colonial y, por tanto, el ordenamiento territorial y
urbano de Brasil.
Colonización holandesa, francesa e inglesa
5/27
cultura-urbana.cl
La colonización francesa, inglesa y holandesa se caracterizó en un primer momento por la
acción de piratas y corsarios mayoritariamente financiados y apoyados por sus gobiernos
y por las burguesías nacionales. En este sentido, cabe destacar la acción conjunta del
estado y empresas privadas, especialmente en el caso holandés.
La Compañía Holandesa de las Indias Occidentales (conocida también como La Hermosa
Estrella Brillante), creada en 1621, tenía como uno de sus objetivos la posesión del palo
brasil y el azúcar mediante el establecimiento de una colonia en Brasil y de la
organización del contrabando. En 1624 atacaron sin éxito la ciudad de Salvador (Bahía) y
en 1630 ocuparon la región de Pernambuco, expandiéndose posteriormente hacia el norte
(Maranhão), sur (Sergipe) e internándose en la región de Goiana. La capital de los
dominios holandeses en América del Sur era la ciudad de Recife, desde donde se
organizaba una colonia exclusivamente costera. El primer gobernador (Maurício de
Nassau) fue el príncipe de Holanda, lo que muestra que la colonización holandesa
funcionaba como una organización mixta, público-privada.
La colonia, llamada Nueva Holanda Antártica, debió soportar numerosas revueltas y la
hostilidad de los portugueses, que querían recuperar sus antiguos territorios.
Finalmente, en 1654, los colonos portugueses con el apoyo de Portugal e Inglaterra,
lograron expulsar a los holandeses del territorio brasileño. Esto tuvo nefastas
consecuencias para la economía colonial pues los holandeses habían organizado un
eficiente sistema de explotación de las plantaciones azucareras (fueron también
responsables de la introducción masiva de mano de obra esclava), sistema que se
llevaron consigo a sus colonias en las Antillas.
Los holandeses ocuparon también territorios en América del Norte, sin embargo, su
ocupación fue breve. Su núcleo de colonización era la ciudad de Nueva Amsterdam
(Nueva York) y los poblados de Harlem y Brooklyn. Este intento se caracterizó porque
no atrajo a grandes contingentes de población, por lo que fue rápidamente ocupada
por los ingleses.
El caso francés fue similar al holandés en la organización inicial de la empresa
colonizadora. La acción de piratas y corsarios franceses es célebre tanto en territorio
español como portugués, donde la ocupación de Haití en la Hispaniola ocupó un sitio
estratégico. Sin embargo, fue también de vital importancia la acción de empresas privadas
de colonización, principalmente en América del Norte. Las compañías de colonización
organizaron una economía basada en la exportación de materias primas (pieles, maderas
y pescado). Además, se utilizó un sistema de alianza con los grupos nativos de América
del Norte con la intención de unirse a ellos en su lucha contra los ingleses y sus aliados.
La colonización francesa tuvo diversas formas. En primer lugar, se utilizó un sistema
mixto, similar al modelo holandés e inglés. Entre estas compañías comerciales destaca la
Compañía de los Cien Asociados, fundada por el cardenal Richelieu. En segundo lugar,
las mayores oleadas de población francesa a América fueron impulsadas por las guerras
de religión en Europa, estableciéndose importantes colonias de hugonotes o calvinistas y
católicos que establecieron colonias independientes de la corona.
Entre las principales ciudades fundadas por los franceses se encuentran Québec,
Montreal, Detroit, Michigan, Saint Louis, Missouri y Nueva Orleáns.
El caso inglés es muy similar a los anteriores. Por una parte, se organizó en función de la
acción de corsarios y piratas, y de compañías particulares con apoyo estatal, entre las
que destacó la South Sea Company. También se estructuró un sistema de pago para que
la población necesaria para ocupar efectivamente el territorio quisiera migrar a América.
Este fue el caso de las colonias del sur (Maryland, Virginia, Carolina del Norte, Carolina
6/27
cultura-urbana.cl
del Sur y Georgia). Por otra parte, existieron numerosas colonias cuyo poblamiento tenía
su origen en las guerras de religión. Así surgieron las colonias puritanas del norte (New
Hampshire, Nueva Inglaterra, Rhode Island y Connecticut), cuyos habitantes, que se
habían refugiado primero en Holanda, consideraban estas tierras como la Nueva
Jerusalén. Fueron ciudades puritanas Plymouth, Salem y Boston, entre otras.
Finalmente, existió también una colonización sueca llevada a cabo por la Compañía de la
Nueva Suecia, centrada exclusivamente en América del Norte, en la región del río
Delaware, sin embargo, fueron desplazados por los holandeses.
SISTEMA URBANO COLONIAL
Las ciudades coloniales de América Latina pronto se articularon en complejos sistemas
urbanos que abarcaban gran parte del continente. Los roles adquiridos por su posición
estratégica en dichos sistemas van a conformar una incipiente red de núcleos urbanos
que posteriormente aumentarán su influencia e importancia en los sistemas urbanos
nacionales luego de las Independencias.
Colonias Hispanoamericanas
El primer sistema urbano de la colonia española en América se conformó en función de
las posiciones estratégicas respecto a las Caminerías Reales, rutas establecidas para la
importación, exportación a España y consumo interno de las colonias. Entre estas rutas
destacan las siguientes:
1. Virreinato de Nueva España: se articulaba principalmente en torno al puerto atlántico
de Veracruz (México) y la Ciudad de México, que cumplía una función de
almacenamiento de la producción. Asimismo, existían diversas rutas interiores que
conectaban a los centros productores y de extracción con al Ciudad de México (por
ejemplo, Mérida y Campeche en la Península de Yucatán; Monterrey y San Luis Potosí
en el norte, y Guatemala en el sur). En el comercio con España se utilizaba también el
puerto de La Habana (Cuba), que cumplía una función más bien de posta intermedia
entre Veracruz y la metrópolis.
En la ruta comercial entre Nueva España y las colonias españolas en Indochina, el
puerto utilizado era el de Acapulco, ubicado en la costa del Pacífico. Finalmente,
existía una ruta de conexión entre el Virreinato de Nueva España y los territorios del
sur, donde la ciudad de Panamá era un puerto fundamental, particularmente por
situarse en el paso interoceánico.
2. Virreinato del Perú: una de las rutas comerciales articulaba los puertos de la costa
Caribe (Nombre de Dios, Cartagena, Santa Marta, Maracaibo, Coro y La Guayra). A su
vez, dichos puertos de almacenamiento se relacionaban con los centros de producción
y extracción de materias primas del interior. Con esto, se reunía toda la producción de
la zona para ser luego transportada a España, utilizando los puertos de Veracruz o La
Habana. Por otra parte, la principal ruta comercial de la región unía el Pacífico sur,
desde Panamá, pasando por Colombia, Ecuador, Perú, y Chile. Destacan al respecto
los puertos de Callao, La Serena, y Valparaíso.
La ruta que unía la costa atlántica (Buenos Aires) con el puerto del Callao, que
articulaba también a los centros urbanos de Asunción, La Paz, Cochabamba, Arequipa
y Lima, fue causa de diversas disputas. Como hemos visto antes, los altos costos para
Buenos Aires producto de su relación indirecta con la metrópolis (ya que no tenía
derecho a comerciar directamente mediante una ruta atlántica) hicieron que finalmente
se creara el Virreinato del Río de la Plata.
7/27
cultura-urbana.cl
Río de la Plata
La región del Río de la Plata pertenecía a la Gobernación del Paraguay, que se dividió en
1617 en 4 territorios: Gobernación del Paraguay, con capital en Asunción; Gobernación
del Río de la Plata, con Buenos Aires; Gobernación de Tucumán, con capital primero en
Tucumán y finalmente en Córdoba; y el Corregimiento de Cuyo, con sede en Mendoza.
La región del Río de la Plata se caracterizó por la acción de los Jesuitas, que fundaron
numerosas misiones entre los guaycurúes y guaraníes. En un principio, el principal centro
urbano se estableció en Asunción, para lo cual se incentivó a que la población de la
región del río se trasladase a dicha ciudad. Con ello, la recientemente fundada Buenos
Aires quedó prácticamente despoblada. Asunción era el centro del comercio entre el Río
de la Plata y el Alto Perú, donde se abastecía de productos agropecuarios a los centros
mineros de la zona (principalmente Potosí). Pronto la ciudad de Asunción entraría en
decadencia por encontrarse en una región muy alejada de la ruta directa hacia el Perú y
por la constante amenaza de los portugueses. Su papel de centro comercial de la zona
fue sustituido por Tucumán, que ocupaba un lugar estratégico en la ruta hacia Chile.
Desde este centro se articuló una red de núcleos, entre los que destacan Santiago del
Estero (1553), Córdoba de Nueva Andalucía (1573), La Rioja (1591), Jujuy (1593) y
Catamarca (1683). A fines del siglo XVII, la capital fue trasladada a Córdoba, donde los
jesuitas habían fundado importantes centros educacionales.
La región de Cuyo, por su parte, fue colonizada desde Chile, fundándose en 1561 la
ciudad de Mendoza. En el plan de colonizar el extremo sur, se fundaron también las
ciudades de San Juan de la Frontera (1562) y San Luis (1594). Finalmente, con la
intención de dotar a la región de un puerto, se fundó primero Santa Fe (1573), en el río
Paraná, y posteriormente se refundó Buenos Aires (1580). Con ello se consolidó la
Gobernación del Río de la Plata.
Chile
Luego de varios años después de la expedición de Diego de Almagro, en que la región de
Chile adquirió muy mala fama, Pedro de Valdivia solicitó el permiso de conquista y
colonización de esta zona. En su exploración del territorio, Valdivia siguió el Camino del
Inca, tomando posesión primero del valle de Copiapó, punto de inicio de su conquista. La
“estrategia urbana”10 de Pedro de Valdivia consistió en un primer momento en establecer
un límite norte alejado del Perú, con la intención de dirigir de manera independiente la
colonización del territorio.
Para evitar que la población se estableciera en el valle de Copiapó, Valdivia no funda
ciudades allí; estaba decidido a fundar la primera ciudad en el valle del Mapocho
(recordemos que Valdivia contaba con la experiencia previa de algunos hombres de
Almagro). El 12 de febrero de 1541 funda un asentamiento en el poblado indígena de
Huelén, a los pies del cerro Santa Lucía. La ciudad posteriormente llevaría el nombre de
Santiago del Nuevo Extremo en honor a San Santiago “mata indios”, apóstol a quien se
atribuye la protección de los españoles ante los ataques del cacique Michimalongo.
En vista de los constantes ataques indígenas, Valdivia manda algunos hombres en busca
de refuerzos a Perú, fundándose en el camino la ciudad de La Serena.11 Se construye
10
La estrategia urbana de Valdivia ha sido descrita detalladamente por Jaime Garretón. El urbanismo en Chile: Conquista y
colonia. Ediciones Universidad de Concepción, 1997.
11
En 1549 la ciudad de La Serena fue destruida por un levantamiento indígena, debiendo ser refundada ese mismo año,
bajo el nombre de San Bartolomé de La Serena. Posteriormente, en 1680, sería nuevamente destruida, esta vez por el
corsario inglés Bartolomé Sharp.
8/27
cultura-urbana.cl
también en esta época un fuerte de protección de los recientemente descubiertos
lavaderos de oro de Marga-Marga, que servirá de apoyo al puerto establecido en
Valparaíso (al cual no se le otorgará la categoría de ciudad hasta el siglo XVIII).
Valparaíso será el “lugar de entrada, de apoyo y del aprovisionamiento por mar así como
el lugar de salida hacia el Perú”.12 De esta manera comienzan a definirse una serie de
rutas terrestres y marítimas de comunicación con Perú.
En la elección del sitio para la fundación de Santiago tiene gran importancia la topografía
de la zona. A diferencia de los valles transversales del norte, el valle del Mapocho es
relativamente plano y se orienta longitudinalmente hacia el sur, además de encontrarse
protegido al norte por un cordón montañoso. En definitiva, la estrategia de Valdivia
consistía en adquirir independencia del Virrey del Perú, por lo que estaba decidido a
asegurar una ruta directa a España mediante el dominio del territorio entre La Serena y el
Estrecho de Magallanes, incluyendo la región trasandina.
La estrategia de conquista del sur se caracterizó por dos aspectos fundamentales: en
primer lugar, al apoyo marítimo y, en segundo lugar, la fundación de fuertes. La
exploración del territorio llegó primero hasta la actual ciudad de Penco, donde se fundó en
1550 el fuerte de Concepción del Nuevo Extremo. Dicho asentamiento costero serviría de
puerto para abastecer de constantes refuerzos para la conquista y, en el futuro, sería el
principal centro urbano de Chile y lugar de residencia de los gobernadores.
“La táctica de Valdivia fue avanzar dando largos saltos y afianzarse en puntos de
alto valor estratégico, dejando entremedio extensos hinterlands sin domeñar. Esta
táctica la implantó con el fin de cubrir y ganar, en poco tiempo, grandes territorios
hacia el sur contando con una pequeña población de españoles. Concepción
ofrecía esta condición, entre su gran bahía y Valparaíso no encontramos otra
situación parecida, para poder establecer un puerto seguro en donde recibir
abastecimiento marítimo inatacable por los araucanos. Penco estaba en
condiciones análogas a los de La Serena, encontrándose en la frontera norte de
las provincias a ser conquistadas, próxima al mar, con un enlace y recepción fácil
de refuerzos”.13
En su intención de conquista de los territorios al sur de Concepción, Valdivia funda en la
región de Arauco un nuevo asentamiento, La Imperial (1551). Esta fundación se hizo
mediante el reconocimiento de la costa, dejando un amplio territorio sin poblar entre
ambos enclaves. Desde esta región se articulará la exploración del interior y de la costa
sur, fundándose el puerto y ciudad de Dulce Nombre de María de Valdivia (1552).
Asimismo, se funda al interior la villa llamada La Rica (Villarrica, 1552), base de la
exploración de la Patagonia.
En la región comprendida entre Concepción y Valdivia había dejado encerrado el territorio
ocupado por los mapuches. Con el afán de consolidar paulatinamente dicho territorio,
donde se encontraban además los recientemente descubiertos yacimientos de oro de
Quilacoya, Valdivia emprendió en 1553 la fundación de una red de fuertes, entre los que
destacan Purén, Arauco y Tucapel. Cercano al sitio de la actual ciudad de Angol, fundó la
ciudad-fuerte de Los Confines, lugar estratégico para la penetración hacia el interior del
territorio. La característica más distintiva de esta estrategia radicaba en dichos fuertes se
encontraban a dos jornadas a pie entre ellos, pero recorribles a caballo en menos de un
12
Garretón, J. Op. cit., p.97.
13
Garretón, J. Op. cit., p.119.
9/27
cultura-urbana.cl
día. Estos fuertes conformaron un cadena fortificada que, sin embargo, sufrió los
constantes ataques y destrucciones por parte de los mapuches.
Luego de la muerte de Valdivia, la conquista del sur de Chile sería pospuesta tras el
fracaso de los intentos de pacificación, abocándose los gobernadores que le sucedieron,
a la colonización del territorio argentino. Recién a mediados del siglo XVIII se retomaría
con éxito la fundación de nuevas ciudades, principalmente en la zona central del país.
CAPITANÍAS
GENERALES DE
ANTILLAS
VIRREINATO DE
NUEVA ESPAÑA
VIREINATO DEL PERU
1494 - La Isabela
(Hispaniola)
1519 - Veracruz I (Villa
Rica, México)
1495 - Concepción de la
Vega (Hispaniola)
1521- Ciudad de México 1519 - Portobelo
(Panamá)
- Cuernavaca
(México)
1532 - Piura (Perú)
1498 - Santo Domingo I
(H)
1502 - Santo Domingo II
(H)
- Puerto Plata (H)
- Higuey (H)
- Ceibo (H)
1504 - Azúa (H)
1504 - Yaguana (H)
1508 - Villa Caparra
(Puerto Rico)
1514 - La Habana I
(Cuba)
- Bayamo (Cuba)
- Baracoa (Cuba)
1515 - Puerto Príncipe
(Haití, Hispaniola)
1509 - Nombre de Dios
(Panamá)
- Tlaxcala (M)
- Jauja (Perú)
- Oaxaca (M)
1534 - Quito (Ecuador)
1523 - Veracruz II
(Antigua, México)
- Cuzco (Perú)
1535 - Lima (Perú)
1543 - Ciudad de
Guatemala I (Antigua, G)
- Cali (Colombia)
1524 - Oaxaca II (M)
- Trujillo (Perú)
- Quetzaltenango
(G)
1529 - Taxco (M)
1531 - Puebla (M)
1536 - Guayaquil
(Ecuador)
1537 - Cuenca (Perú)
- Callao (Perú)
1532 - Acapulco (M)
1540 - Arequipa (Perú)
1541 - Campeche (M)
1540 - Buena Ventura
(Colombia)
1542 - Mérida (M)
1560 - Monterrey (M)
1563 - Durango (M)
1521- San Juan de
Puerto Rico (Puerto Rico) 1586 - San Luis Potosí
(M)
1525 - La Habana II
(Cuba)
1534 - Querétaro (M)
1608 - Santa Fe (EEUU)
1596 - Monterrey (M)
1565 - San Agustín
(EEUU)
1600 - Veracruz III
(Nueva Veracruz, M)
1683 - Santa Clara
(Cuba)
1776 - Nueva Guatemala
VIREINATO DE NUEVA
GRANADA
1528 - Coro, V
1529 - Santa Marta
(Colombia)
- Maracaibo
(Venezuela)
1533 - Cartagena
(Colombia)
1552 - Barquisimeto (V)
1567 - Caracas (V)
1589 - La Guayra (V)
1643 - Cayena (Guyana
Francesa)
VIRREINATO DEL RIO DE
LA PLATA
1536 - Buenos Aires I
(Ciudad y Puerto Santa
María de los Buenos Aires,
Argentina)
1536 - Cochabamba
(Bolivia)
- Asunción (Paraguay)
1541 - Santiago (Chile)
1544 - La Serena I (Chile)
1545 - Potosí (Bolivia)
1548 - La Paz (Bolivia)
1549 - La Serena II (Chile)
1551 - Concepción (Chile)
1552 - Valdivia (Chile)
1562 - Mendoza
(Argentina)
1565 - San Miguel de
Tucumán (Argentina)
1567 - Castro (Chile)
1573 - Córdoba (Argentina)
1573 - Santa Fe de
Veracruz (Argentina)
1580 - Buenos Aires II
(Ciudad de la Santísima
Trinidad y puerto Santa
María de los Buenos Aires,
Argentina)
- Chillán (Chile)
1726 - Montevideo
(Uruguay)
1692 - Kingston
(Jamaica)
1698 - Pensacola (EEUU)
10/27
cultura-urbana.cl
Fuente: Muñoz Espejo, Francisco. Estudio sobre el urbanismo colonial
y las
fortificaciones hispanoamericanas con relación de los principales itinerarios culturales de
comunicación (caminerías reales y rutas comerciales interoceánicas).14
Brasil
Luego de haber estado unidos a España, los portugueses consolidaron en Brasil tres
polos de desarrollo.
En la zona norte se estableció la primera capital de la colonia, en la región de Bahía,
donde se concentró la producción azucarera que decayó tras la expulsión de los
holandeses. En el centro, luego del descubrimiento de yacimientos de oro en la región de
Minas Gerais, Goiás y Mato Grosso, la capital se trasladó a Río de Janeiro, que se
consolidó como el principal puerto de Brasil.
El descubrimiento de oro dio inicio a la explotación del interior, para cuyo abastecimiento
surgieron numerosas ciudades. La cercanía de Río de Janeiro con el mercado interno
desarrollado a partir de la economía aurífera, marcó la decadencia del puerto de Santos,
ubicado en la zona sur del país, en el litoral de Sao Paulo.
Finalmente, el sur, con centro en Sao Paulo, se especializó en la cría de ganado para
abastecer de carne y animales de carga a las plantaciones del interior. Además de la
caña, se cultivaba tabaco y posteriormente, café.
A pesar de que las distintas zonas se desarrollaron en manos de grandes terratenientes
que pretendían mantener su independencia, existían importantes rutas que unían los
principales centros de producción agropecuaria con los centros mineros y el puerto de Río
de Janeiro. A lo largo de dichas rutas se fueron articulando una serie de enclaves que en
un principio sirvieron de descanso para los comerciantes, pero que pronto crecerían hasta
convertirse en importantes centros urbanos. Sin embargo, las principales rutas que unían
Sao Paulo con las regiones auríferas de Goiás y Mato Grosso, eran vías fluviales.
La economía colonial creció principalmente a partir del desarrollo de un importante
mercado interno potenciado por las necesidades de abastecimiento de las regiones
mineras. Dicho mercado abarcaba un extenso territorio.
Luego de la decadencia de la minería, la zona de Minas Gerais se transformó en un
importante centro agropecuario, compitiendo con la región de Sao Paulo. Esta última
región debió reducir sus relaciones de intercambio a Goiás y Mato Grosso, debido a la
cercanía de Minas con Río de Janeiro. Finalmente, estas regiones entraron también en
decadencia, pero Sao Paulo ya se había consolidado como principal centro económico y
de producción cafetalera. Posteriormente, sería ésta la principal región de desarrollo
industrial.
La alta concentración urbana en el litoral llevó a que a mediados del siglo XX se decidiera
fundar una nueva capital en el interior, en el Estado de Goiás. Así nacería Brasilia,
verdadero ícono del urbanismo y la arquitectura moderna.
14
Texto online: http://www.esicomos.org/Nuev a_carpeta/libroTOLEDO/13_francismuesespejo.htm
11/27
cultura-urbana.cl
CIUDADES LATINOAMERICANAS: EL FACTOR DE LAS MIGRACIONES
Síntesis cultural
Si recordamos los contenidos anteriores, vemos que la misma fundación de las ciudades
latinoamericanas se vio afectada en gran medida por importantes procesos de migración
europea. Esta migración significó, en primer lugar, la implantación de un modelo
fundacional y la formación de sistemas urbanos ajenos a la situación anterior del
continente. En segundo lugar, significó un proceso de sincretismo donde las ciudades
fueron uno de sus principales escenarios.
El sincretismo cultural implica que las identidades latinoamericanas se conforman en gran
medida a partir de la mezcla entre culturas. En un principio, las culturas europeas
(española y portuguesa, con todas sus diferencias internas) y las culturas precolombinas;
posteriormente se sumarían también los esclavos africanos.
Las culturas europeas que llegaron a nuestro continente deben ser comprendidas en el
contexto de la Edad Media. La principal cultura que llegó a nuestro continente tenía un
fuerte contenido religioso y se asemejaba a la imagen de un “caballero-conquistador”: los
conquistadores eran caballeros, hijos de una fuerte ética católica (el catolicismo barroco)
motivados por una empresa de conquista que era asumida políticamente por sus coronas,
pero además constituía una empresa evangelizadora rigurosamente reglamentada. Al
contrario de la migración anglosajona, los caballeros españoles venían a quedarse y su
empresa no era solamente económica, sino que también integraba un fuerte carácter
religioso. Era, a fin de cuentas, una misión evangelizadora. Asimismo, la empresa
conquistadora española-portuguesa se realizó mediante una potencia política, al contrario
de la anglosajona, procedente de disidentes religiosos. En América Latina existe la
particularidad de tener una multiplicidad de pueblos sometidos por una empresa
centralmente organizada.
Podemos comprender entonces que el encuentro entre culturas diferentes redefine a
todos los implicados; es una síntesis cultural que se produce en un contexto de
dominación, pero que afecta también a los conquistadores. Esto implicó algún tipo de
comunicación entre las partes, pero, ¿cómo ocurrió esta comunicación?
Existen diferentes teorías al respecto, una de ellas plantea que esta comunicación posee
un carácter ”contractualista”, es decir, habría existido una capacidad de ambas culturas de
construir una estructura de significados compartida, la cual da por supuesta la existencia
de un lenguaje básico. ¿Pero cómo se construye este lenguaje básico si ambas culturas
son tan diferentes? Es ahí donde surge una perspectiva diferente que afirma que la
comunicación, el puente para la síntesis cultural latinoamericana, se dio en la esfera ritualreligiosa. En este sentido es fundamental la religiosidad católico-barroca, que se basaba
más en mitos y ceremonias (la práctica ritual) que en sistemas filosóficos complejos. Así,
los elementos de la ritualidad católica podían ser incorporados como parte de los rituales
indígenas, sin que fuese necesario compartir el mismo trasfondo simbólico. De este modo,
12/27
cultura-urbana.cl
el encuentro se habría realizado antes en el plano del ritual que en el plano de la palabra
(el consenso).15
De esta manera puede entenderse la persistencia de símbolos indígenas precolombinos,
e incluso rituales completos, dentro de la práctica católica sincrética.
Migración campo-ciudad
Uno de los procesos migratorios más importantes y que configuran la ciudad
latinoamericana hasta nuestros días es la migración campo-ciudad, especialmente la
producida entre los años 1920-1930, donde el paradigma del “desarrollo hacia fuera” se
reemplazó por un “desarrollo hacia adentro” (modelo de Industrialización para la
Sustitución de Importaciones).
Por “desarrollo hacia fuera” (1870-1920) entenderemos al paradigma de desarrollo para la
región latinoamericana basado en una economía de exportación de recursos naturales y
donde los sectores claves de la economía nacional pasaron a manos de empresas
extranjeras. Entre los años 1920 y 1930, el objetivo del “desarrollo hacia fuera” fue
desplazado por el “desarrollo hacia adentro”, caracterizado por una política económica
que apuntaba a la sustitución de importaciones mediante industrias bajo el control del
estado. Esto significó en la práctica una fuerte industrialización en las ciudades, lo que
implicó un aumento de la necesidad de mano de obra. Ello tuvo como consecuencia un
éxodo rural que produjo un rápido crecimiento de la población urbana a través de flujos
migratorios internos, es decir, al interior de los países.
En el campo, por su parte, también ocurrían fuertes transformaciones: las relaciones en el
campo se modernizaron (desaparición continua del inquilinaje, por ejemplo); se agudizo el
proceso de concentración de tierras; se introdujeron importantes cambios tecnológicos en
los cultivos, que tuvieron como consecuencia un gran excedente demográfico en las áreas
rurales. Así, la ciudad se volvió un foco de atracción de población a la vez que las zonas
rurales constituían un foco de expulsión.
Como consecuencia de lo anterior, las ciudades sufrieron grandes transformaciones. La
industrialización, y la instalación de los migrantes más empobrecidos, se produjo
principalmente en torno de las líneas de trenes y en las nuevas avenidas de
comunicación, reforzándose el crecimiento de algunos sectores.16 En las primeras
décadas de esta periodo, algunos grupos de clase baja ocuparon sectores céntricos, en
estructuras residenciales en forma de pasaje (cités, vecindades). Anteriormente habían
surgido amplios barrios marginales periféricos (callampas, barriadas, rancheríos, etc.),
localizados en nichos no edificados dentro del perímetro urbano como también fuera de la
ciudad. Por su parte, las clases medias y altas se alejaban cada vez más del centro de la
ciudad; surgen barrios exclusivos y clubes de campo, y los sectores residenciales emulan
el modelo de “ciudad jardín” (estilo de vida campestre dentro de la ciudad que se reduce a
15
Ver Pedro Morandé Cultura y Modernización en América Latina. Ed. Encuentro, Madrid, España, 1984.
16
Este crecimiento sectorial se manifiesta en Santiago de Chile en el poblamiento de los ejes de San Pablo (antiguo camino
a Valparaíso), Matucana-Exposición (eje de la línea del ferrocarril) y en torno a los ejes naturales del río Mapocho y el
Zanjón de la Aguada. En función de estos ejes y principalmente en función de las posibilidades de empleo no calificado que
ofrecían en sus cercanías, crecieron los principales arrabales de la ciudad. “El Arenal” y “Ovalle” (en la ribera norte del
Mapocho – Vivaceta -, cuya población trabajaba extrayendo arena utilizada en la construcción de obras públicas),
“Chuchunco” (en torno a la Estación Central de FF), “El Potrero de la Muerte” (entre Avenida Matta y el Zanjón, cercano al
Matadero y estación ferroviaria de Franklin), “El Guangualí de Yungay” (a un costado de la recientemente urbanizada villa
de Yungay, donde se empleaban como servicio doméstico o comerciantes), etc.
13/27
cultura-urbana.cl
que la vivienda posea jardín). El contraste entre una ciudad rica y una ciudad pobre se
empezaba a percibir cada vez con mayor claridad.
La migración campo-ciudad fue sostenida hasta aproximadamente la década del 1970, lo
que se explica porque el intenso proceso de urbanización de las décadas pasadas redujo
los contingentes de personas que vivían en el campo, hecho que asociado a la caída de la
fecundidad, implicó que los excedentes demográficos de las zonas rurales fueran cada
vez menores.
De este modo, la migración campo-ciudad fue uno de los factores más relevantes a la
hora de entender como América Latina y el Caribe pasó a ser una de las regiones más
urbanizadas del mundo en desarrollo, con un 75% de la población viviendo en localidades
urbanas.
Dinámicas migratorias actuales
Como decíamos, el crecimiento de las ciudades por las migraciones campo-ciudad fue
sostenido hasta la década de 197017, sin embargo, en la década de los ‘80 y
particularmente los ‘90, los países latinoamericanos experimentaron grandes cambios
económicos, sociales y políticos, que provocaron un cambio en las tendencias.
Para comprender dichas transformaciones debemos remitirnos al concepto de
“globalización” que, como plantea Beck, “es a buen seguro la palabra (a la vez eslogan y
consigna) peor empleada, menos definida, probablemente la menos comprendida, la más
nebulosa y políticamente la más eficaz de los últimos -y si duda también de los próximosaños”18.
El proceso de globalización se caracteriza fundamentalmente por la transnacionalización
de capital, servicios, información y personas 19. En lo que respecta a la esfera económica,
significa en palabras simples que la producción no necesariamente se realiza en los
lugares donde existe el capital, sino que la producción se desarticula en diferentes
lugares, según los costos se mano de obra y recursos, integrándolos de manera global.
Hoy existen nuevas formas de producción, que gracias a las nuevas tecnologías, permiten
una producción no arraigada a un único lugar. De esta manera, la globalización tiene
directas implicancias en los principales centros urbanos, ya que cambian las estructuras
productivas, el mercado del trabajo y, por lo tanto, las dinámicas demográficas y
migratorias.
Migración interna
Una de las tendencias demográficas más conocidas en América Latina es la reducción del
crecimiento demográfico total y urbano en la mayoría de los países y especialmente en
las grandes metrópolis, teniendo como contrapartida el crecimiento de otras regiones.
Esto no quiere decir que exista un proceso de “desmetropolización” o “desconcentración
demográfica”, porque aún predomina el patrón concentrado de diseño regional y las
17
Sin embargo, debemos tener en cuenta que los distintos países Latinoamericanos varían enormemente en sus niveles de
urbanización. Aún existen en América Latina países donde predomina la población rural, como Costa Rica, El Salvador,
Guatemala y Haití. En Sudamérica, donde hay un claro predominio urbano, los países más urbanizados son Uruguay
(91,3%), Argentina (89,9%), Venezuela (86,9%) y Chile (85,7%). Además este proceso no fue homogéneo en la región: se
puede distinguir un grupo de países de temprana urbanización (Argentina, Chile, Cuba y Uruguay), otro de urbanización
reciente (Brasil, Colombia, Máxico y Venezuela) y un tercero de urbanización tardía (Ecuador, Honduras y Haití, entre
otros).
18
Beck, Ulrich. Qué es la globalización. Falacias del globalismo, respuestas a la globalización. Editorial Paidos, 1999, p. 40.
19
Por supuesto, el libre flujo de personas es un efecto muchas veces indeseado de la concentración del capital.
14/27
cultura-urbana.cl
localidades intermedias que efectivamente han crecido, son justamente las que se
encuentran cercanas a las grandes metrópolis. Lo que existe es una reducción de la
migración campo-ciudad; la principal dinámica migratoria constituye un proceso de
movimiento de población al interior de las mismas metrópolis y ciudades.
Migración intra-nacional
La reorientación de la estrategia de desarrollo hacia la liberación económica y la
globalización, aparejado a la reducción del Estado afectó en particular a las grandes
ciudades, que ya arrastraban problemas de absorción productiva de la población y de los
migrantes. Esto implicó tendencias desconcentradoras que derivaron a la condición de
emigración neta a varias metrópolis. Esta oleada migratoria se ha dirigido a las ciudades
intermedias depositarias de un nuevo impulso debido a la reactivación económica en
ámbitos especializados de producción primaria para la exportación (como vimos
anteriormente, en el contexto de la globalización los capitales suelen situarse en aquellas
regiones que sean más convenientes para la producción).
Migración intra-urbana
Las ciudades, y las metrópolis especialmente, están viviendo un proceso de cambio
también condicionado por los procesos de globalización. La globalización también implica
una mayor especialización y calificación de la mano de obra, generando grandes abismos
entre la población con capital de “información”20 y aquellos que no tienen acceso a ese
tipo de capital, manifestándose esta distancia en términos territoriales al interior de la
ciudad. Las grandes metrópolis, centros de comando global o ciudades globales 21, las
cuales tienen una función de articulación de los movimientos y flujos de capital, requieren
de población capacitada y altamente calificada (puestos de comando y servicios
avanzados). Aparejado a ello existe un grueso de población con escasa calificación.
En estas metrópolis existen amplias “nuevas periferias”22, donde la localización industrial y
las migraciones intraurbanas juegan un rol fundamental. El crecimiento periférico se
explica por tres tipos de asentamiento que se han desarrollado o intensificado en las
últimas décadas: Asentamientos informales (ilegales y semilegales), proyectos
gubernamentales de vivienda (a bajo costo) y barrios de estratos altos, la mayor parte de
las veces ocupando sólo un sector del entorno urbano. Esto implica que los movimientos
al interior de la ciudad refuerzan la diferenciación de estratos económicos, donde existen
importantes patrones de segregación social y geográfica.
Las migraciones intraurbanas -caracterizadas por enfocarse hacia la periferia- tienen
distintas motivaciones dependiendo del estrato socioeconómico23. Los estratos
socioeconómicos más bajos están condicionados por su capacidad económica, que será
la que definirá finalmente donde vivirán; a esto le denominamos “segregación forzada o
involuntaria”. Por el contrario, los grupos de status más altos tienden a una
“autosegregación”, pues tienen la posibilidad de elegir libremente su localización.
20
Castells, Manuel. La ciudad informacional: tecnologías de la información, reestructuración económica y el proceso
urbano-regional. Editorial Alianza. Madrid. 1995. Ver también Castells, Manuel. La era de la información: economía,
sociedad y cultura. Editorial Alianza. Madrid. 2001.
21
SASSEN, Saskia. La Ciudad Global: Nueva York, Londres, Tokio. Editorial Eudeba, Buenos Aires, 1999
22
MONCLÚS, Francisco Javier (ed.). La ciudad dispersa. Suburbanización y nuevas periferias. Centre de Cultura
Contemporània de Barcelona, Barcelona, 1998.
23
Ortiz, Jorge y Morales, Soledad. “Impacto socioespacial de las migraciones intraurbanas en entidades de centro y de
nuevas periferias del Gran Santiago”. En Revista EURE v.28 n.85. Santiago, dic. 2002. [texto online:
http://www.scielo.cl/scielo.php?pid=S0250-71612002008500009&script=sci_arttext&tlng=es].
15/27
cultura-urbana.cl
Este último proceso justamente nos hace cuestionar la dicotomía centro-periferia como
símil de dominador/dominado, pues la periferia es también ahora escenario de los
sectores más pudientes. Por otra parte, es justamente en la periferia donde han surgido
nuevos “artefactos urbanos”: centros empresariales, condominios cerrados, shopping
center, etc. Asimismo, podemos empezar a cuestionar la dicotomía campo-ciudad pues
en estas mismas periferias ha surgido un importante número de “parcelas de agrado”,
para lo que se utiliza el concepto de “rural no-agrícola”.
Panorama General de las Migraciones Internacionales.
Las migraciones internacionales constituyen un capítulo particular de la formación de las
ciudades latinoamericanas, el movimiento hacia otros países -tanto dentro de América
Latina como fuera de la región- es un importante aspecto a revisar en tanto implica el
arribo de personas a países extranjeros y, asimismo, la fuga de personas de sus países
de origen. Esto tiene por consecuencia modificaciones en los territorios y también la
forzosa discusión a nivel de políticas para enfrentar estos fenómenos.
En un primer acercamiento a las migraciones internacionales en el contexto
latinoamericano, podemos identificar cuatro etapas principales:
La primera etapa dice relación con el contexto de conquista y colonización europea en
nuestro continente, a saber, el encuentro entre el hombre europeo y más tarde el traslado
obligatorio de población africana. Como vimos anteriormente, esto ha marcado el carácter
de síntesis cultural que nos caracteriza. Asimismo, debemos decir que esta primera etapa
en las migraciones internacionales tuvo como principal característica la llegada de nueva
población especialmente a territorios no asentados o en proceso de consolidación, por lo
tanto las condiciones de esta primera migración esta definida por la imperiosidad del “todo
por hacer”.
Una segunda etapa la definiremos entre el final del siglo XIX y principios del siglo XX,
cuando ocurre la segunda migración europea hacia el continente latinoamericano. Esta
segunda oleada se enmarca en lo que se ha denominado la “Primera Globalización”, ya
que durante aquellos años se intensificó el movimiento de capital y el movimiento de
población debido a los adelantos tecnológicos y crecimiento económico especialmente en
Europa. De este modo se configura un panorama donde tenemos por una parte un
desfase demográfico en América Latina paralelo a un crecimiento demográfico en Europa.
El liberalismo económico implicó entonces una mayor movilidad de población europea la
cual se incorporó a los nuevos estados nacionales latinoamericanos.
La tercera etapa en esta aproximación a las migraciones internacionales es aquella que
se desarrolló entre los años 1930-1960, caracterizada por movimientos de migración
interna, es decir, entre países de América Latina y el Caribe. Esto significó que estas
migraciones tuvieron un carácter netamente regional y especialmente fronterizos. De este
modo, tenemos entonces un estancamiento de la migración de ultramar, excepto
refugiados de persecuciones políticas o étnicas, por ejemplo, los españoles que buscaron
refugio en el contexto del Franquismo.
La última etapa que podemos identificar en esta conceptualización de las migraciones
internacionales son los movimientos de población de la segunda mitad del siglo XX.
Como vimos anteriormente, la transición demográfica definida por el mayor crecimiento
industrial y el aumento de la población en las ciudades debido a la migración campociudad implicó un aumento de población y, por ende, una expulsión de población a países
desarrollados y Estados Unidos en busca de mejores condiciones de vida. De este modo,
en estos últimas décadas podemos encontrar cuatro patrones de migración:
16/27
cultura-urbana.cl
a) Migración de Ultramar: estancamiento de la migración de ultramar, después del la
II Guerra Mundial, Europa inicia un proceso de reconstrucción donde se prioriza la
retención de población en los países de origen y por lo tanto encontramos una
disminución de los inmigrantes europeos en Latinoamérica.
b) Migración Intralatinoamericana : Aumento del intercambio entre los países de
Latinoamérica, de hecho, en 1970 encontramos una duplicación de la migración
intralatinoamericana.
c) Migración a Estados Unidos: Búsqueda de mejores condiciones de vida
especialmente en Estados Unidos.
d) Nuevo Patrón Migratorio: Búsqueda de nuevos destinos, aumento de la migración
de mujeres.
La Importancia de las Migraciones Intra regionales
En el contexto de las migraciones internacionales, entenderemos por migraciones
intraregionales a aquellos movimientos de población entre países de Latinoamérica y el
Caribe. Asimismo, y debido a su alta relevancia, incorporaremos en este apartado a la
migración a Estados Unidos.
En una primera etapa y en el contexto de la colonización y conquista explicada
anteriormente, las migraciones intraregionales se dieron fundamentalmente entre zonas
fronterizas, fronteras caracterizadas justamente por una superposición entre las fronteras
étnicas tradicionales y las nuevas fronteras impuestas por el proceso de formación de los
nuevos territorios conquistados. De este modo, tenemos por ejemplo el constante
movimiento entre el norte de Chile, Sur de Perú y Bolivia, cuyos territorios en el contexto
precolombino eran parte de una sola administración: el Tahuantinsuyo
Luego, tenemos que una característica importante de estas migraciones intraregionales
es la preponderancia de los movimientos fronterizos, es decir, movimientos de población
entre países vecinos, especialmente por la necesidad de incorporar a trabajadores de
acuerdo a los ciclos agrícolas. Por ejemplo, Colombianos en Panamá, Ecuador y
Venezuela o Haitianos en República Dominicana.
Capítulo aparte merece la migración a Estados Unidos; como dijimos anteriormente,
constituye uno de los patrones más importantes en las migraciones internacionales en la
segunda mitad del siglo XX. La población migrante en Estados Unidos corresponde
mayormente a personas provenientes de México, Cuba, República Dominicana, Jamaica
y El Salvador, pero es justamente en caso de México el de mayor envergadura.
Durante la revolución mexicana (1910-1917) tenemos el primer suceso que implicó el
movimiento de población, pero fue la I Guerra la que marcó la oleada migratoria. La
participación de Estados Unidos en la guerra mundial significó un aumento de la demanda
de trabajadores en este país y quién ocupó este nicho fueron justamente los mexicanos,
de hecho, en 1917 tenemos el primer programa bracero para atraer a trabajadores hacia
Estados Unidos, específicamente en el ámbito agrícola. Más tarde se necesitarían
trabajadores para las empresas ferroviarias y Mineras.
El ingreso de población a Estados Unidos a partir de la década de los 60 tiene que ver
con el estancamiento del ingreso de población europea a Estados Unidos posterior a la
segunda guerra mundial, de este modo, Estados Unidos con una economía en plena
expansión requería de mano de obra. Así, promulgó leyes blandas para atraer a
17/27
cultura-urbana.cl
europeos, pero en la práctica esta medida significó el ingreso de población de Asia y
Latinoamérica.
A partir de 1980 tenemos un panorama general de baja del PIB en la mayoría de los
países latinoamericanos, esto significó un retroceso en el nivel de vida, disminución de los
ingresos, desempleo y –lo más relevante para nosotros- el estancamiento de la migración
intraregional.
Panorama Actual
En el contexto de globalización, apertura económica y flexibilización del mercado del
trabajo nos encontramos con que el panorama actual de las migraciones internacionales
posee las siguientes características:
a) Latinoamérica como región expulsora neta.
b) Disminución o estancamiento de la migración a Estados Unidos.
c) Surgimiento de nuevos polos de atractivo, por ejemplo España, Japón, Canadá.
d) Nuevo patrón definido por un carácter mayormente femenino, son las mujeres las
predominantes por ejemplo en la migración de Colombia a Venezuela, Colombia a
Ecuador, Nicaragua a Costa Rica y Perú a Chile.
e) Por último, el retorno debido a conflictos políticos es también un factor
característico.
Debates: Migración y Desarrollo
Ciertamente la migración internacional implica una relación con los debates sobre el
desarrollo de nuestra región en el contexto de la globalización. La globalización enmarca
estos movimientos de población, pues podemos decir que el movimiento de los capitales
se enfoca hacia aquellos países con mano de obra barata y menos calificada como
manera de optimizar recursos, paralelamente -y en un movimiento irónicamente
contradictorio- los habitantes de estos países, mayormente con baja calificación, migran a
países desarrollados en busca de mejores condiciones de vida.
Así se configura el panorama general de las migraciones hoy: Un movimiento de los
países en vías de desarrollo hacia los países en desarrollo. Este movimiento en cifras nos
dice que un 2.9% del 100% de los habitantes del mundo son migrantes internacionales.
De este modo surgen una serie de problemáticas y fenómenos relevantes:
a) Las Remesas: Actualmente en algunos países el dinero que los migrantes envían
a sus familias en sus países de origen llega a tener tanta relevancia que constituye
un 10% del P.I.B, por ejemplo en El Salvador, Honduras y República Dominicana.
Esto implica un debate entre por lo menos dos visiones. Por un lado, las remesas
significan un aumento de capital en los países de menos recursos. Por otro lado,
las remesas implican una dependencia de los países más pobres de aquellos más
desarrollados, lo cual es grave si pensamos que las remesas tienden a disminuir
en la medida que los migrantes se van estableciendo definitivamente en los
nuevos países.
b) Selectividad: Surgimiento de ciudades globales que concentran el poder
económico, político, riqueza y conocimiento requieren solo de población calificada.
Mayormente de África y Asia, ellos ocupan los puestos de gerencia y académicos.
Por el contrario, los latinoamericanos ocupan puestos de menor calificación. El
debate entonces es que esta migración selectiva implicaría por un lado un
18/27
cultura-urbana.cl
intercambio de conocimiento, pero por otro lado, una pérdida de población
calificada, por lo tanto, una fuga de conocimiento.
c) Condiciones de Vida: Las migraciones internacionales implican una fuga de
personas, algunas de ellas ocupan nichos de trabajo de manera informal, también
encontramos una alta cantidad de migrantes indocumentados. Asimismo, se
acompañan fenómenos de desintegración familiar. Ahora, este traslado de
personas implicaría, por un lado, un alivio al exceso de mano de obra en los
países de origen, pero, por otra parte, una falta de mano de obra a futuro debido a
que la población que migra es justamente población joven.
Migraciones internacionales y espacio urbano
En el estudio de las motivaciones para la migración internacional suelen aducirse
principalmente razones económicas centradas en un desequilibrio entre los niveles
salariales de países de origen y destino. Sin embargo, un enfoque puramente
economicista no explica la elección del lugar de destino. Para una mejor comprensión del
fenómeno de las migraciones deben considerarse asimismo variables históricas, políticas
y geográficas.
Un enfoque privilegiado para el estudio de la migración, principalmente de las segundas y
sucesivas oleadas migratorias, es el llamado enfoque o análisis de redes. De acuerdo a
éste, el factor más importante para la migración a un determinado lugar es la constitución
previa de redes de apoyo. Estas redes de relaciones sociales permitirían amortiguar los
distintos costos que conlleva la migración: pasajes, subsistencia y búsqueda de empleo,
además de proporcionar una comunidad de apoyo social.
En términos espaciales, la migración construye nuevos espacios materiales y simbólicos
al interior de la ciudad. Así, puede analizarse dicho fenómeno a partir de un continuum
entre integración y guetización. La integración total significaría una ruptura con la red
social originaria y la asimilación de la cultura receptora, mientras en el extremo opuesto
encontraríamos la conformación de guetos culturales y enclaves étnicos sin posibilidad (o
a veces intención) de asimilación en ningún sentido.
Además de estos polos (que no siempre son sólo tipos ideales), lo que generalmente
encontramos al interior de la ciudad son formas intermedias de integración/exclusión. En
lo que respecta al mercado laboral, una forma intermedia lo constituyen las llamadas
“economías étnicas”, que implican la creación de sistemas autónomos de reproducción
económica de los migrantes en el lugar de destino (por ejemplo, la multiplicación de
locutorios y restaurantes peruanos en el centro de Santiago), donde empleadores y
empleados pertenecen a un mismo origen. Por el contrario, otros grupos migrantes se
incorporan al mercado laboral del lugar de destino (siguiendo con el ejemplo de la
migración peruana en Chile, muchos migrantes se emplean en el sector de la
construcción o el servicio doméstico).
Finalmente, en términos de ocupación de los espacios públicos, un concepto ampliamente
utilizado es el de “aglomeración compensatoria”, acuñado por Ubaldo Martínez Veiga24.
Este concepto se refiere al uso intensivo del espacio público de la ciudad por parte de
grupos migrantes que no tienen un acceso favorable a otros espacios urbanos, o por
grupos que, por las características de sus puestos de trabajo, no tienen otras
24
Martínez Veiga, Ubaldo. El Ejido: Discriminación, Exclusión Social y Racismo. Catarata, 2004. Ver también Martínez
Veiga, Ubaldo. Pobreza, Segregación y Exclusión Espacial: la Vivienda de Los Inmigrantes Extranjeros en España. Icaria
Editorial SA, 1999.
19/27
cultura-urbana.cl
posibilidades de reunión. Es el caso, por ejemplo, de las migrantes peruanas empleadas
en el servicio doméstico, que se reúnen periódicamente en la Plaza de Armas de
Santiago25. Como explica Mikel Aramburu26:
“La idea es que el espacio público está unido por vasos comunicantes con
otros espacios semipúblicos e incluso privados. Cuando hay restricciones de
acceso a uno de estos espacios puede producirse una aglomeración
compensatoria en el espacio público. Algunas de estas restricciones que
pueden conducir a una aglomeración compensatoria por parte de los
inmigrantes son:
-
Unas condiciones de vivienda caracterizadas por la precariedad y el
hacinamiento que restringen la posibilidad de usarlo como lugar para
desarrollar relaciones de sociabilidad. Cuanto mayor es la precariedad
de la vivienda, mayor es la necesidad de espacio público.
-
Problemas de acceso a equipamientos de concurrencia pública, ya sea
por 1) precio, como puede ser el caso de muchas instalaciones
deportivas, 2) discriminación, como puede ser el caso de algunos bares,
discotecas, centros comerciales, etc., y 3) falta de programas y
contenidos atractivos para estos colectivos de algunos equipamientos
culturales públicos (centros cívicos, bibliotecas, etc.)
-
Falta de equipamientos comunitarios apropiados, como puede ser el
caso de los equipamientos religiosos. Esto es lo que ocurre cuando el
centro de oración es pequeño y obliga a los fieles a orar en la calle en
algunos días señalados, o cuando no hay espacios apropiados para
determinados ritos”.
SEGREGACIÓN URBANA
El problema del gueto (o ghetto) y las castas
El gueto es una de las primeras formas de “segregación” urbana, ya que establece el
problema de la concentración de personas semejantes frente a una totalidad diferente,
como es el caso de las llamadas “juderías” (segmentos espaciales dentro de las ciudades,
donde eran destinados quienes profesaban la religión judía). Esta institución de tipo
medieval establecía por medio de un decreto político el lugar donde debían residir y
circular las personas que eran clasificadas como judíos. Bajo estas condiciones, los
grupos sociales se volcaban hacia dentro del mismo grupo para encontrar pareja
(connubium), para comer (comensalidad), e incluso para comerciar (commercium). Así se
establecía una total co-territorialidad, es decir, los núcleos familiares de un mismo grupo
social se establecían al interior de un mismo segmento espacial. Las relaciones sociales,
25
Cabe destacarse que las primeras investigaciones en Antropología Urbana en Chile estudiaron la ocupación de los
espacios públicos por parte de los migrantes mapuche en Santiago. Sobre este tema ver Munizaga, Carlos. Estructuras
transicionales en la migración de lo araucanos de hoy a la ciudad de Santiago de Chile. Notas del Centro de Estudios
Antropológicos n°6. Santiago de Chile, 1961. Para una revisión de la Antropología Urbana en Chile, ver Imilan, Walter y
Lange, Carlos. El campo de lo urbano en la antropología chilena: Lo urbano como campo de reflexión antropológica [texto
online: http://www.cultura-urbana.cl/archivos/el-campo-de-lo-urbano-en-la-antropologia-chilena-lange-imilan.pdf].
26
Aramburu, Mikel. Inmigración y usos del espacio público. Pág. 5 (38). [texto online:
http://www.bcn.es/publicacions/b_mm/ebmm_civisme/034-042.pdf].
20/27
cultura-urbana.cl
por lo tanto, estaban contenidas por el territorio y se caracterizaban por un bajo nivel de
interacción social entre los distintos grupos sociales/ territorios.
La ciudad latinoamericana es un tipo de ciudad joven dentro del contexto mundial de
ciudades de más de 500 años. Por lo tanto, nace bajo ciertas condiciones históricamente
definidas donde priman primero el régimen monárquico y luego las repúblicas que se
abrieron al capitalismo como principal forma de organización de la producción y de la vida
de los seres humanos. De esta manera, las ciudades latinoamericanas en su mayoría no
lograron vivir una época de estamentos ni de castas, por lo que el confinamiento urbano
del tipo gueto no es propio de ellas. Así, enclaves estamentales o de castas en este
sentido no han logrado ser verificados históricamente. Cuando se habla de gueto en las
ciudades latinoamericanas, o de guetización, se hace referencia a una segregación
profunda, pero que no corresponde exactamente al gueto históricamente definido. Esto
quiere decir que, si bien no existen impedimentos jurídicos para el movimiento dentro de
la ciudad, los sujetos se localizan en sectores urbanos diferenciados y con un acceso
desigual a los recursos que la ciudad ofrece. Existen, por lo tanto, territorios segregados.
El sociólogo Richard Sennett establece en su definición de ciudad que ésta es un lugar
donde existe la probabilidad de encontrarnos con extraños. Esta conceptualización vuelve
sobre un punto central de las escuelas urbanas, el cual es la heterogeneidad social propia
de la ciudad, además de otros elementos como densidad, edificaciones, concentración de
servicios, etc. Tomando en cuenta esta heterogeneidad social propia de las ciudades, la
segregación urbana representaría un problema en la medida en que vivimos todos juntos
y, al mismo tiempo, separados (la segregación implicaría, por tanto, que cada grupo
dentro del conjunto homogéneo no interactuaría con los demás, reduciéndose la
extensión de las relaciones sociales en la ciudad).
Conceptos básicos de segregación
Existen dos formas básicas de observar la segregación territorial: uno es el subjetivo, que
nos habla de cierta experiencia de las personas en la urbe donde se viven condiciones de
lejanía respecto de los servicios privados y estatales, además de una baja interacción
social con personas de distintos territorios (se enfoca en la experiencia vital del sujeto). La
segunda forma es la objetiva, que se refiere a una distancia o desigualdad
socioeconómica entre distintos territorios. Así, entendemos que la segregación urbana
contiene tanto un ámbito geográfico como social, en que destaca la idea del territorio
como un espacio específico de la ciudad, donde existe concentración y separación entre
los agentes sociales.
Francisco Sabatini, sociólogo de la Universidad Católica, establece que la segregación
residencial contiene tres elementos centrales:
1. Concentración de personas de condiciones semejantes en ciertos territorios.
2. Conformación de áreas socialmente homogéneas.
3. Estigmatización de las personas que provienen de algunos territorios.
De acuerdo a ello, volvemos sobre las dimensiones de la segregación territorial: una
social que nos habla de bajos niveles de interacción social al interior de los territorios por
parte de grupos distintos, y una geográfica que se refiere a una desigual distribución de
los espacios y los servicios entre los grupos sociales. 27
27
La baja interacción que se da en los territorios segregados debiera cambiar en los lugares públicos, donde estas obligado
a “experienciar” al otro. Sin embargo, esta experiencia del otro en los lugares públicos tiene altos niveles de variación. Por
21/27
cultura-urbana.cl
En una sociedad como la nuestra, donde no existe la segregación por decreto político, las
metodologías y conceptos para poder determinar si hay segregación urbana y por qué
debe ser combatida cambian radicalmente. El principal elemento que cambia es la
coordinación social que se establece para la ocupación de los territorios por parte de las
personas o grupos. Así, lo que entendemos por coordinación política estatal en las formas
de ocupación de los territorios pasa a una coordinación por medio de los ingresos
alcanzados por los núcleos familiares, los cuales tienen la tendencia a agruparse con su
grupo de semejantes. Esto quiere decir que ciertos territorios agrupan a cierto tipo de
personas sin que por un decreto se pueda impedir la residencia de personas de otros
niveles de ingreso monetario. Sin embargo, la forma de acceso a los territorios se rige por
el mercado de suelo, por lo tanto, el valor del suelo presenta una barrera infranqueable o
con un costo muy alto para las personas de menores ingresos (como el caso del
endeudamiento donde quedan sometidos a grandes niveles de riesgo), con lo cual se
asegura que personas de menores ingresos no puedan asentarse en el espacio que se ha
delimitado.
Esta condición de búsqueda de estar con los semejantes, sobre todo para el caso de los
hogares de alto ingreso (o grupos aspiracionales que quieren pertenecer a ellos), puede
tener varias razones: una puede ser la mantención de la plusvalía de la residencia, donde
ésta toma el papel de una mercancía que se retira del mercado por unos años (mediante
la compra) para luego volver (venta); viviendo entre iguales puede evitarse la posible
pérdida de valor de la propiedad (lo que no sucede si resido en un lugar donde existen
ocupantes de clases más bajas)28. Una segunda razón es que la cercanía con los
semejantes es una fuente de “seguridad cultural”, en el sentido de que permite controlar la
incertidumbre que produce la alteridad. Una tercera razón es la llamada seguridad
ciudadana, donde se opta por lugares con seguridad privada (como los condominios,
donde la co-residencia se cierra a la ciudad).29
La segregación territorial: el problema de las escalas de medida
Uno de los elementos centrales para determinar el nivel de segregación de un lugar es
establecer que un lugar está segregado de otro cuando se concentran en él un conjunto
de territorios homogéneos frente a otros disímiles. Lo que se mide es la diferencia entre
los territorios, por ejemplo, la distancia socioeconómica. Obviamente, un territorio
homogéneo no puede ser medido sobre sí mismo ya que sólo puede presentar distancia
socioeconómica con respecto a otro territorio.
Debemos tener en cuenta que el nivel de segregación variará dependiendo de la escala
de medición. Por ejemplo, zonas como Las Condes o Providencia tienen poca distancia
social entre ellas, pero analizadas frente a la comuna de Santiago o Peñalolén, la
distancia socioeconómica aumenta. Podemos afirmar que la ciudad de Santiago como
totalidad urbana presenta zonas homogéneas que están segregadas frente a otras zonas,
ejemplo, en los mall se ha descubierto que las personas (principalmente del grupo C3, que es el grupo socioeconómico
predominante en estos espacios) no conocen más que al grupo familiar con que han ido de paseo. Esto nos muestra que la
interacción obligada (o de igualación) de los espacios públicos puede tener límites respecto de su experiencia. Así y todo, la
presencia de estos otros ya marca una diferencia con los territorios homogéneos.
28
Los ocupantes de clase baja son considerados como un factor deteriorante del espacio urbano, lo que está implícito al
hablarse de Recuperación Urbana como otra forma de referirse a ciertos procesos de Renovación Urbana.
29
En estos casos es muy importante el factor de que no haya casas que den hacia la vía pública.
22/27
cultura-urbana.cl
por lo que podemos hablar de segregación urbana territorial, sin embargo, si reducimos la
escala de medición (por ejemplo, al interior de una misma comuna) encontraremos que
hay sectores donde los niveles de segregación se reducen y otros donde aumentan
ostensiblemente.30
Para calcular la segregación se utilizan índices de disimilitud (como el de Duncan), o
varianza, ya que representan la dispersión de los grupos al interior de un territorio
determinado utilizado como una muestra. Así, por ejemplo, podrían aparecer elementos,
como los “enclaves” residenciales de estratos altos (ciertos sectores de Huechuraba, por
ejemplo), que subirían el nivel de dispersión al interior de la comuna (comparándolos con
La Pincoya) ya que aumentan la distancia entre ambos sectores. Sin embargo, bajarían
los niveles de dispersión si tomamos como contraposición a comunas aledañas como
Vitacura, ya que disminuye la distancia. Así mismo, tomando a Huechuraba como ejemplo
nuevamente, aumenta la distancia al interior y aumenta también la distancia frente a
Conchalí. Por lo tanto, la escala de medición es fundamental para determinar la
segregación urbana de un territorio, que corresponde entonces a un concepto relacional.
El problema de la ciudad pública y la integración social
Al constatarse altos niveles de segregación urbana, nos enfrentamos a un problema de
tipo casi normativo que tiene que ver con por qué es tan importante disminuirlos.
Plantearemos esta problemática desde el problema de la seguridad urbana pues parece
ser uno de los temas centrales en la movilidad urbana actual.
La protección de la propiedad, que es una importante fuente de estatus (o estigmatización
en el caso contrario), se volvió uno de los temas más importantes para los chilenos de los
noventa. Para abordar este tema desde la segregación urbana, debemos considerar que
existen dos dimensiones de la inseguridad: una objetiva y otra subjetiva. La primera se
mide a partir de los datos referentes a la delincuencia, como las denuncias, procesos y
personas sometidas al sistema punitivo del estado. La segunda corresponde al grado de
temor que sienten las personas en el espacio público de la ciudad y al interior de sus
residencias. Podemos constatar, en primer lugar, que las personas que sienten este
temor, lo sienten dentro del espacio urbano, y no fuera de él. Con respecto a la
segregación socio territorial, se vuelve fundamental el hecho de que en espacios
homogéneos las personas no interactúan ni entablan relaciones simétricas con otros
distintos de ellos mismos, por lo que la extrañeza del otro representa una “incertidumbre
cultural.” Este aspecto se manifiesta en que cualquier persona distinta es una fuente de
temor, a quien podemos aplicar la etiqueta de delincuente, “quien se sale de la línea
recta”. Como respuesta a esta sensación de incertidumbre e inseguridad, las
interacciones sociales con otros distintos o desconocidos se limitan al mínimo posible
(incluyendo en estas posibilidades el cambio del sector de residencia y recreación).
Otro aspecto central de la relación entre segregación urbana y seguridad ciudadana, es el
hecho de que quienes delinquen (al menos quienes cometen delitos como robo, hurto,
robo con fuerza en las cosas y violación de la ley de drogas) son personas que provienen
de los territorios de más alta vulnerabilidad del país. Provienen en su mayoría de
territorios aislados de los servicios básicos del Estado, donde la sociedad externa al
territorio es una referencia cada vez más imaginada (territorios afectados por procesos de
guetización). Concentrados en ciertos segmentos y estigmatizados por el resto de la
30
Se habla de una reducción de la segregación espacial (acortamiento de las distancias que separan a los grupos
socioeconómicos), sin embargo, ello no implica necesariamente que la segregación social se reduzca también (que las
personas vivan cerca no implica que mantengan relaciones sociales de integración entre ellas).
23/27
cultura-urbana.cl
sociedad, no pueden acceder por medio de redes primarias a empleos y trabajos
regulares, y su manejo de redes secundarias y habilidades para entrar en los empleos
modernos y formales son mínimos o casi inexistentes.
Estos dos aspectos redundan en dos principios que se necesitan mutuamente: la
integración social y ciudad pública. Si consideramos que el espacio urbano nos iguala
(todos somos por principio iguales en los bienes nacionales de uso publico) y que
tenemos iguales derechos a ocupar la ciudad, la segregación urbana actúa limitando
estos principios desde el franco bloqueo de las calles, como el caso de los condominios,
hasta la barrera sociocultural de a
l imposibilidad de encuentro y diálogo entre grupos
distintos. Todo esto redunda en que la posibilidad compartir una ciudad se vuelve
imposible; el temor que sentimos frente a la alteridad impide la ocupación del espacio
público urbano de manera colectiva (referido a una posible identidad que se manifiesta en
esta ocupación), que no es lo mismo que ocuparlo al mismo tiempo de manera individual.
Si la ciudad es un lugar donde podemos encontrarnos con extraños, en nuestro país este
extraño derivó en la imagen de un ser peligroso, un extraño del cual debemos protegernos
rehuyendo a cualquier posibilidad de encuentro.
Bibliografía recomendada
Augé, Marc (1996). “Los no-lugares espacios del anonimato”. Ed. Gedisa, Barcelona.
Bauman, Gerd. (2001). “El Enigma Multicultural. Un Replantamiento de las Ideas Nacionales,
Étnicas y Religiosas.” Paidos Studio. Barcelona 2001
Berman, Marshall (1988): Todo lo sólido se desvanece en el aire: La experiencia de la modernidad.
Siglo XXI. México.
García Canclini, Néstor (1999). “Escenas sin territorios; estéticas de las migraciones e identidades
en transición”. Revista de Crítica Cultural N°18 Mayo 1999. Santiago.
Castells, Manuel (1999) “La Era de la Información: Economía, sociedad y cultura” (1999) Vol I; La
Sociedad Red. Siglo XX! México.
Castells, Manuel (1976). “La Cuestión Urbana”. México: Ed. Siglo XXI, 1976.
“Culturas de Chile. Prehistoria. Desde sus orígenes hasta los albores de la Conquista.” Editorial
Andrés Bello. Santiago. 2000.
De Ramón, A. (1992). “Santiago de Chile”. Ed. Mapfre, Madrid, 1992.
Delgado, Manuel. (1999) El Animal Público. Anagrama, Barcelona.
24/27
cultura-urbana.cl
Ducci, María Elena (1998). "Santiago, ¿Una mancha de aceite sin fin? ¿Qué pasa con la población
cuando la ciudad crece indiscriminadamente?". En: Revista EURE, vol.24, nº 72, Santiago 1998.
Fiedel, Stuart (1996). “Prehistoria de América”. Crítica. Barcelona. 1996.
García Cacclinni, Nestor.(1997) “Imaginarios Urbanos”. Editorial Universitaria de Buenos Aires.
Buenos Aires 1997.
García Canclinni, Nestor. (1990) “Culturas Híbridas. Estrategias para entrar y salir de la
modernidad” .Editorial Grijalbo. México 1990.
Garretón, Jaime.(1997). “El urbanismo en Chile. Conquista y colonia”. Ediciones Universidad de
Concepción. Chile. 1997.
Giglia, Angela (1995). "Significación y contradicciones de un espacio público autoconstruido". En:
Revista Ciudades, nº 27, Julio - Septiembre de 1995, México.
Greene, Margarita Y Fernando Soler (2000). "Santiago: de un proceso acelerado de crecimiento a
uno de transformaciones". Seminario “Efectos de la globalización en la evolución del Santiago
Metropolitano”, Santiago.
Hall, Peter.(1996) Ciudades del Mañana. Historia del urbanismo en el siglo XX. Ed. del Serval,
Barcelona, 1996.
Hardoy, Jorge et Al (comp). Ensayos históricos sobre la urbanización latinoamericana. Buenos
Aires, Argentina : Ediciones SIAP, 1978.
Hardoy, Jorge; Morse, Richard; et.al (compiladores).(1968) “Ensayos histórico-sociales sobre la
urbanización en América Latina”. Ediciones SIAP, Comisión de Desarrollo Urbano y Regional de
CLACSO. Buenos Aires. 1968.
López, Eduardo y Xóchitl Ibarra (1996). "Diferentes formas de habitar el espacio urbano". En:
Revista Ciudades, Julio - Septiembre de 1996, México.
Mora, Minor y Franklin Solano (1993). “Segregación urbana: un acercamiento conceptual”. En:
Revista de Ciencias Sociales 61, Septiembre de 1993.
Morales, Miguel. (1971) El proceso de metropolización en Chile y en América Latina. Santiago,
Chile : DEPUR, 1971.
25/27
cultura-urbana.cl
Naciones Unidas. Economic Commission for Latin America and the Caribbean. (2005) “Dinámica
Demográfica y Desarrollo en América Latina”. Serie Población y Desarrollo, N.58. Editado por
Naciones Unidas. Santiago 2005.
Ortiz, Jorge y Aravena, Evelyn.(2002) “Migraciones Intraurbanas y nuevas periferias en Santiago
de Chile. Efectos en la Sociogeografía de la Ciudad” GeoFocus (Artículos) n°2, p-49-60 issn:15785157
Parisi, Licio. (1971). “Modo de producción y metropolización en Chile y en América Latina”.
Santiago : F.A.U., 1971.
Rama, Ángel.(1985) “La ciudad letrada”. En: Morse, Richard y Enrique Hardoy (comp.). Cultura
urbana latinoamericana. CLACSO, Buenos Aires, 1985.
Romero, José Luis. (2001) “Latinoamérica: las ciudades y las ideas”. Siglo XXI Editores. Buenos
Aires. 2001.
Rodríguez Alfredo y Lucy Winchester (2001). "Santiago de Chile. Metropolización, globalización,
".
desigualdad EURE (Santiago) v.27 n.80 Santiago, mayo 2001.
Rotman, Mónica. (2004) “Antropología de la Cultura y el Patrimonio”. Paidos. Buenos Aires 2004
Sabatini, Francisco y equipo (2000). "Segregación social en Santiago de Chile: conceptos, métodos
y efectos urbanos". Documentos del Instituto de Estudios Urbanos, Nº 31, P. Universidad Católica
de Chile.
Sabatini, Francisco (2000). "Reforma de los mercados de suelo en Santiago de Chile: efectos
sobre los precios de la tierra y la segregación residencial". En: EURE, Vol. XXVI; nº 77.
Schneier, Graciela.(1990) “América latina: una historia urbana”. En: Revista Internacional de
Ciencias Sociales. Nº 125, Unesco, París, 1990.
Sennett, Richard. (1990) “Las ciudades norteamericanas: planta ortogonal y ética protestante”. En
Revista Internacional de Ciencias Sociales. N°25. 1990.
Sennett, Richard (1994). “Carne y Piedra”. Alianza Editorial. Madrid.
Sennett, Richard (1999): “El Extranjero”. Revista de Crítica Cultural N° 19 Nov 99.Santiago.
Silva, Armando (1999). "Culturas Urbanas en América latina". En: Garretón, Manuel (coord.).
América Latina: un espacio cultural en el mundo globalizado. Andalucía, Convenio Andrés Bello.
26/27
cultura-urbana.cl
Páginas web
Barbero, Jesús Martín (1991). “Dinámicas Urbanas de la Cultura”. Ponencia presentada en el
seminario "La ciudad: cultura, espacios y modos de vida" Medellín, abril de 1991. Extraído de la
Revista Gaceta de Cultura N* 12, Diciembre de 1991, editada por el Instituto Colombiano de
Cultura. http://www.naya.org.ar/articulos/jmb.htm
Borja, Jordi.(1998) “Ciudadanía y Espacio Público”. Publicado en la Revista del CLAD Reforma y
Democracia. No. 12 (Oct. 1998). Caracas.http://www.clad.org.ve/rev12/0032801.pdf
Borja, Jordi y Manuel Castells (1997). "La Ciudad Multicultural". Factoría n°2, Febrero 1997.En:
www.aquibaix.com/factoría.
Calderón, Fernando y Alicia Szmukler (1994). "Aspectos culturales de las migraciones en el
Mercosur". En: Gestión de las Transformaciones Sociales, MOST, Documentos de debate - No. 31,
www.unesco.org.
Delgado, Manuel. “Dinámicas Identitarias y Espacios Públicos”
http://www.cidob.org/Castellano/Publicaciones/Afers/43-44delgado.html
27/27
Descargar