Traducción del Art. de Timsit, M (1990)

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Timsit, M. (1990). Distorsions des répnses kinesthesiques au Rorschach et somatisation. Revue de
Psychologie Appliequée, (40)2, 251-283.
Traducción de Sebastián D’Alessio Vila.
Traducción preliminar sujeta a correcciones.
III. – El Rorschach en Psicosomática.
Consultando la literatura especializada, se descubre que el interés de los rorschachistas por la
Psicosomática ha sido relativamente tardío y, en la medida en que esta disciplina no se constituyó
de manera autónoma sino hasta fines de los años 20, va de suyo propio que no se encuentre
ninguna referencia en el Psicodiagnóstico (Rorschach, 1921, 19531). Nosotros no podemos, en el
marco limitado de este artículo proceder a un raconto exhaustivo de esta literatura. Se halla una
revisión reciente en Bash (1986), Chabert (1988) y Acklin y Alexander (1998). A riesgo de parecer
esquemático, diremos que una gran parte de estas investigaciones, muchas conducidas siguiendo
una rigurosa metodología, se las han arreglado para despejar índices formales susceptibles de
diferenciar los protocolos de pacientes psicosomáticos de sus testigos “normales” o neuróticos, sin
que esos resultados sean reencontrados en la totalidad de los casos ya que los signos de carácter
neuróticos, psicóticos, mismo que orgánicos, son relevados en una cantidad de sujetos
significativa. Es especialmente para disponer de una escala que sea más “fiable” que Fisher y
Cleveland (1968) elaboraron un análisis de contenidos que refiere simbólicamente al espacio
corporal, el puntaje “Barrera – Penetración”2. De un modo más lapidario, Beck (1968) propone una
ecuación dirigida a definir el perfil Rorschach de estos tipos de organización: “protocolo
psicosomático” = “protocolo “histérico” + F+% elevado. Esta fórmula fue impulsada a partir de
consideraciones que se inspiran claramente en las posiciones teóricas de Alexander (1962), de las
cuales hicimos referencia más arriba. Así, precisa él: “la presencia de un Tipo de Resonancia Íntima
extratensiva en un protocolo de otra manera neurótico, conduce a una de las dos siguientes
indicaciones. En una estructura histérica, dirige hacia la búsqueda de un síntoma de conversión.
Esto es tanto más probable cuando la enfermedad aporta numerosas respuestas anatómicas,
particularmente si ellas son manifiestamente patológicas. En segundo lugar, y más a menudo,
indica en el test una enfermedad psicosomática. En este último tipo de enfermedades, el F+% está
bastante elevado como para revelar un yo muy vigilante, y la presión de los afectos es, al mismo
tiempo, muy violenta, generalmente bajo la forma de C y CF. El Yo toma un lugar fuerte frente a
sentimientos que asedian poderosamente la personalidad. Ninguna de las dos fuerzas cede
terreno. El moderador interno que es la imaginación no está disponible. La psicopatología se
desarrolla directamente en el cuerpo”. Esta larga cita tiene el mérito de plantear el problema del
“modelo” Rorschach en Psicosomática con claridad, poniendo el acento sobre la carencia de lo
imaginario por medio de una baja producción, una reducción del número de respuestas
kinestésicas, un aumento del Ban% y del F+% con la persistencia de cierta resonancia afectiva
AVEC UN TYPE COULEUR DE DROITE (predomina CF), una reactividad excesiva confirmada por los
1
2
El autor se refiere a la obra de Hermann Rorschach titulada Psicodiagnóstico (N. del T.).
Sobre el puntaje Barrera Penetración se puede consultar Lunazzi… Ampliando …. (N. del T.).
fenómenos de choque al color y choque al rojo, un aumento de la cantidad de respuestas
anatómicas, o, por lo menos, su aparición en las láminas que suscitan estos fenómenos de choque
que se pueden bosquejar con Piotrowski (1965). Es un perfil análogo que describen, más
recientemente Acklin y Alexander (1988) en una tentativa de “reformulación” del problema sobre
la base del concepto de alexitimia con, es verdad, una diferencia de envergadura ya que ella
abarca la restricción de la esfera afectiva que es aquí postulada con una reducción de la suma
ponderada de las respuestas al Color, lo que nos parece torna dificultosa la distinción, en tales
circunstancias
Los cuatro grupos de pacientes psicosomáticos que constituían el objeto de esta investigación
estaban precisamente constituidos por sujetos con dolores lumbares, migrañosos, sujetos con
enfermedades de la piel y con enfermedades gastrointestinales. Cada uno de estos grupos,
formado por alrededor de 30 pacientes, fue objeto de comparación con una considerable
población de sujetos de control (600), y es de subrayar que los autores hayan comprobado la
existencia de cierta heterogeneidad entre los grupos de pacientes con afecciones psicosomáticas.
Entre ellos, los que mostraron la restricción afectiva más pronunciada fueron los afectados por
dolor lumbar y por enfermedades de la piel. la referencia a siete variables “alexitímicas” aisladas
permite, sin embargo, “distinguir claramente los grupos psicosomáticos de los normales”.
en una perspectiva cercana, sobre la base de un modelo Rorschach que habíamos caracterizado
como “represivo” – antes de que los trabajos sobre alexitimia no tomaran la extensión que
conocemos, nosotros mismos habíamos comprobado la cantidad de perfiles que lejos estaban de
ser unívocos y habíamos formulado una doble constatación: (1) la configuración “represiva” es
ciertamente observada en cada uno de los grupos, pero puede igualmente ser encontrada en
sujetos que hasta el momento se han mantenido libres de toda afección psicosomática. Por otra
parte, para ciertas categorías – en los bordes de la psicosomática, por cierto – el test fracasó en
diferenciar las poblaciones, mismo cuando se utilizaron procedimientos más refinados en el plano
dinámico, y en cualquier caso, las diferencias “intra grupo” fueron en ocasiones más marcadas que
las diferencias “inter grupo”. (2) Numerosos pacientes psicosomáticos (migrañosos, ulcerosos,
asmáticos, psoriáticos…), inversamente, producen protocolos sin duda en parte “represivos”, pero
también por otro lado subrayables por la riqueza que suponen. No se puede dejar de mencionar la
sensibilidad del test a los acontecimientos “actuales” y más precisamente a la “vivencia”
inmediata en una cantidad apreciable de casos (Timsit, 1978).
Estas investigaciones soportadas sobre grupos relativamente poco numerosos, excepto la de
migrañosos, ya que no comprendían más que 15 a 30 sujetos para una población dada. Se trataba,
en efecto, de investigaciones puntuales, bien delimitadas en el tiempo. Así, cerca de 500
protocolos pudieron ser recogidos… En lo posible, la influencia de variables parásitas, como la
inmigración, el nivel socio económico, el grado de instrucción y las condiciones de hospitalización,
fueron neutralizadas, pero la posibilidad de estudios comparados con grupos “control” formados
por sujetos libres de toda afección patológica y estrictamente apareadas no pudo ser
perfectamente realizado: las comparaciones se apoyaron, sin embargo, sobre poblaciones cuyas
características clínicas eran cercanas, como el infarto de miocardio y la angina de pecho, el eczema
y la psoriasis, las cefaleas y las lumbalgias, o entre sub grupos en los cuales era susceptible
diferenciar una variable como la edad (anorexia nerviosa), la fecha de inicio de la enfermedad
(formas precoces y tardías del asma bronquial), el modo de organización defensiva (tipos clínicos
de la úlcera gastro duodenal según una clasificación de aquí en adelante clásica (De M’Uzan, et
Bonfils, 1961).
A nivel formal algunos índice han podido parecer estadísticamente más acentuados en ciertos
grupos – lo elevado de las Banalidades entre los ezcematosos por ejemplo, cuyos protocolos
aparecieron como más retraídos, coartados o coartativos, inhibidos y rígidos que aquellos de los
Psoriáticos – y en el plano dinámico, en la escala “Barrera – Penetración”, poseían un puntaje
significativamente más elevado que los segundos; mientras que el estudio de contenidos permitió
situó a los protocolos de los migrañossos entre los que poseían mayor cantidad de respuestas con
connotaciones agresivas.
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