Parte II Domingo 29 de Marzo, 2015

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¿Por qué nos es necesario nacer de nuevo? Parte 2
¿PORQUE NOS ES NECESARIO NACER DE NUEVO?
1 Juan 1:1-10
Parte II
INTRODUCCION
La semana pasada comenzamos nuestra respuesta a la pregunta ¿Por
qué debemos nacer de nuevo? con la lectura de Efesios 2:4-5: "Sin
embargo, Dios es tan rico en misericordia y nos ha amado tanto que,
a pesar de estar ya muertos a causa de los pecados, nos dio nueva
vida juntamente con Cristo (¡sólo por la gracia de Dios somos salvos!)".
Y dije que “Dios nos dio nueva vida” significa, en esencia, lo mismo
que nacer de nuevo. Y que las razones por la cuales lo necesitamos es
que estamos muertos. “A pesar de estar ya muertos a causa de los
pecados, nos dio nueva vida”. Esto es lo que nos hace falta, el milagro
de la vida espiritual que se crea en nuestros corazones. La razón por
la que lo necesitamos es que estamos espiritualmente muertos, o sea,
que somos incapaces de sentir o entender la belleza y la valía de Cristo
en sí mismo. Aquellos que no nacen de nuevo no pueden exclamar
junto con Pablo: "Considero todo una pérdida por el valor insuperable
de conocer a Jesucristo mi Señor".
A continuación comenzamos a analizar esta condición en la que nos
encontramos, a la que llamamos muerte espiritual. Ya dije que iba a
mencionar diez maneras diferentes de describir este estado con citas
del Nuevo Testamento. La semana pasada vimos estas:
1. Estamos ya muertos a causa de los pecados (Efesios 2:5).
2. Nuestra naturaleza nos hace objeto de la ira de Dios (Efesios
2:3).
3. Amamos más las tinieblas que la luz (Juan 3:19-20).
4. Nuestros corazones son duros como una piedra (Ezequiel
36:26; Efesios 4:18).
5. No somos capaces de obedecer la ley de Dios o de agradarle
(Romanos 8:7-8).
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¿Por qué nos es necesario nacer de nuevo? Parte 2
6. Somos incapaces de aceptar el evangelio (Efesios 4:18; 1
Corintios 2:14)).
7. No podemos acudir a Cristo o aceptarle como nuestro Señor
(Juan 6:44, 65; 1 Corintios 12:3).
Nuestra condición lejos del nuevo nacimiento
Ahora vamos a ver las tres descripciones restantes de nuestra
condición lejos del nuevo nacimiento.
8. Lejos del nuevo nacimiento somos esclavos del pecado
(Romanos 6:17).
Pablo celebra nuestra liberación de la esclavitud al pecado dándole
gracias a Dios por ella. En Romanos 6:17 nos dice: “Pero gracias a Dios
que, si bien antes erais esclavos del pecado, ahora estáis obedeciendo
de corazón las enseñanzas que habéis recibido”. Hubo un tiempo en
que amamos tanto al pecado que no podíamos dejarlo o matarlo. Pero
algo sucedió: el nuevo nacimiento tuvo lugar. Dios fue el causante de
nuestra vida espiritual nueva, de la naturaleza nueva que odia el
pecado y ama la justicia. Así Pablo le da las gracias a Dios y no al
hombre por esta gran liberación: “Dad gracias a Dios porque
vosotros, que una vez fuisteis esclavos del pecado, ahora
obedecéis desde el corazón”. Hasta que Dios nos despierta de
nuestra muerte espiritual y nos da una vida que se alegra de matar el
pecado y de santificarse, somos esclavos y no nos podemos liberar.
Por esta razón es necesario nacer de nuevo.
9. Lejos del nuevo nacimiento somos esclavos de Satán (Efesios
2:1-2; 2 Timoteo 2:24-26).
Esta es una de las consecuencias espantosas de la muerte espiritual,
que sí responde al demonio. Está en perfecta sintonía con el diablo.
Escuchad la manera en que Pablo describe nuestra muerte spiritual en
Efesios 2:1-2: “Tiempo atrás, vosotros también estabais
muertos a causa de vuestros delitos y pecados. En aquel
entonces os dejabais arrastrar por las corrientes de este
mundo, y obedecíais los dictados de ese príncipe que ejerce su
poder en el aire y que actúa en el corazón de los que se rebelan
contra el Señor. Dicho de otro modo, la marca de la persona sin
regenerar es que sus deseos y elecciones “obedecen" a los
dictados de ese príncipe que ejerce su poder en el aire. Los que
no están regenerados se pueden burlar de la idea del diablo. Por
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¿Por qué nos es necesario nacer de nuevo? Parte 2
supuesto, nada está tan de acuerdo con el padre de la mentira como
la misma negación de su existencia.
Pero la esclavitud al demonio se menciona con mayor claridad en 2
Timoteo 2:24-26. Esto es un llamamiento para los ministros acerca de
cómo liberar al pueblo de la esclavitud del diablo. “Un siervo del Señor
no debe ser pendenciero, sino amable con todos y apto para instruir
con paciencia a los demás. Corrige con sencillez a los que se oponen y
contradicen; si les hablas con dulzura, con cortesía, quizá Dios les
conceda que abandonen su error y lleguen al conocimiento de la
verdad. Así podrán también escapar de los lazos con que el diablo, a
su antojo, los tiene cautivos del pecado.
Cuando Pablo dice que: “quizá Dios les conceda que abandonen su
error y lleguen al conocimiento de la verdad”, esto es lo que de hecho
ocurre en al nacer de nuevo. Esta es la clave para liberar a la gente de
la esclavitud al diablo. Dios les concede que abandonen su error, o sea,
les despierta a la vida que es capaz de ver la fealdad y el peligro del
pecado y la belleza y valía de Cristo, así como el carácter liberador de
la verdad. Es como cuando alguien en la oscuridad acaricia un broche
de marfil que cuelga de su cuello y cuando se enciende la luz espiritual
se da cuenta de que no es un broche sino una cucaracha y la lanza a
lo lejos. Así es como la gente se libera del demonio. Hasta que Dios
hace el milagro del nuevo nacimiento, permanecemos esclavos del
padre de la mentira porque nos gusta podernos creer cualquier cosa
que nos complazca.
10. Lejos del nuevo nacimiento el bien no reside en mí
(Romanos 7:18).
Esta es una afirmación ininteligible para los que están sin regenerar.
Ellos saben perfectamente que hacen muchas cosas buenas y que
podrían hacer muchas más cosas malas de las que llevan a cabo. Esta
declaración, que el bien no está en nosotros antes de nacer de nuevo,
no tiene sentido para ellos sin la convicción de que todo el bien que
Dios ha hecho y mantiene se destruye si no se hace por de la gracia de
Dios y para su gloria. Así, por supuesto, en este sentido la persona
humana (el alma, la mente, el corazón, el cerebro, los ojos, las manos)
y las estructuras sociales humanas (matrimonio, familia, gobierno,
negocios) son todas buenas. Dios las creó, las organizó y las mantiene.
Es correcto que existan.
Pero todas lo hacen por la gracia de Dios. Él nos ordena que le amemos
con todo nuestro corazón, con toda nuestra alma y con toda nuestra
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¿Por qué nos es necesario nacer de nuevo? Parte 2
mente (Mateo 22:37). Nos ordena que utilicemos todo lo que Él ha
hecho, por de Su gracia y para mostrar Su valía (1 Pedro 4:11). Cuando
la gente utilice lo que Dios ha creado independientemente de Su gracia
y sin querer mostrar Su valor, están prostituyendo la creación de Dios.
Hacen de ello un instrumento de la incredulidad y lo destruyen.
Cuando Pablo dice en Romanos 7:18: “Ya sé que en mí, en mi
naturaleza pecaminosa, lo que no reside es precisamente el bien” esta
es la razón por la que añade “en mi naturaleza pecaminosa”. Hay algo
bueno en Pablo tras el nuevo nacimiento. La fe es buena. El Espíritu
Santo es bueno. La nueva naturaleza espiritual es buena. Desarrollar
la santidad es bueno. Pero en su naturaleza pecaminosa, o sea, la
persona que él es por naturaleza lejos del nuevo nacimiento, no hay
nada bueno. Todo lo bueno que se creó queda destruido al convertirse
en el servidor de los intereses del hombre en lugar de los intereses de
Dios.
Estas son las diez partes de nuestra condición lejos del nuevo
nacimiento. Sin la regeneración, y utilizando las palabras de Pablo en
Efesios 2:12, nos encontramos: “sin Cristo, excluidos de la ciudadanía
de Israel y ajenos a los pactos de la promesa; y por eso andabais
perdidos en un mundo falto de esperanza y de Dios”. Esta es la razón
por la que debemos nacer de nuevo. Sin ello nuestra condición no tiene
remedio y no la podemos resolver con mejoras morales. El hombre
muerto no puede mejorar. El hombre muerto necesita de una cosa en
particular antes de que nada más pueda ocurrir. Necesita estar vivo.
Debe nacer de nuevo.
La otra mitad de la pregunta
Hasta ahora sólo he formulado la mitad de la pregunta acerca del por
qué. ¿Por qué es necesario nacer de nuevo? Pero en realidad tiene dos
significados. Este es al que hemos respondido: ¿Por qué no tengo vida
espiritual y por qué no puedo conseguirla por mí mismo? Ya hemos
contestado que somos rebeldes, egoístas, exigentes, duros y nos
resistimos a los asuntos espirituales y somos incapaces de ver la
belleza y la valía de Cristo, por tanto no podemos acudir a Él a por la
vida. Por ello necesitamos el trabajo sobrenatural de Dios para que nos
dé la vida. Necesitamos nacer de nuevo. Esta es la primera manera de
contestar a la pregunta ¿Por qué es necesario nacer de nuevo?
Pero existe también otra. La pregunta también se refiere a: ¿Para
qué necesitáis nacer de nuevo? ¿Qué cosa os proporciona que os hace
falta? ¿Qué es lo que no tenéis sin ello? La primera parte mira hacia el
pasado y reflexiona sobre cuál es nuestra condición, que hace
necesario el nacer de nuevo. La segunda manera de formular la
pregunta mira hacia el futuro y pregunta lo que es necesario que
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¿Por qué nos es necesario nacer de nuevo? Parte 2
suceda y sólo el nacer de nuevo puede proporcionar. Esto es lo que
vamos a ver ahora.
¿Qué es lo que no tenemos si no nacemos de nuevo?
¿Por qué necesitamos una vida espiritual nueva en conexión con Jesús?
Una respuesta sería: porque estamos muertos. La otra: Porque sin esa
vida no podríamos… ¿qué? Esto es lo que nos preguntamos ahora.
¿Qué
es
lo
que
no
tenemos
si
no
nacemos
de
nuevo?
El reino de los cielos
Permitidme que os dé hoy un resumen de la respuesta: ¿Qué es lo que
no tenemos si no nacemos de nuevo? La respuesta de Jesús es sencilla,
radical y devastadora. "Con toda certeza te digo que quien no nazca
de nuevo no podrá ver el reino de Dios".
Si no nacemos de nuevo no veremos el reino de Dios. O sea, no iremos
al cielo. Moriremos eternamente. ¿Qué es lo que no tenemos si no
nacemos de nuevo? No tendremos nada bueno. Sólo sufrimiento
eterno.
Pero es importante ver por qué ocurre esto. Necesitamos analizar cómo
Dios nos salva a través del nuevo nacimiento, cómo nos hace llegar al
reino. Necesitamos ver la conexión entre el nacer de nuevo y lo que
Dios ha hecho para salvarnos mediante la muerte y resurrección de
Jesús. Así que os voy a dar cinco respuestas que se interrelacionan,
primero a modo de negación y, para concluir, de manera afirmativa.
¿Qué es lo que no tenemos si no nacemos de nuevo? Aquí tenemos un
resumen:
1. Sin el nuevo nacimiento no tendremos fe para salvarnos sino
sólo incredulidad (Juan 1:11-13; 1 Juan 5:1; Efesios 2:8-9; Filipenses
1:29; 1 Timoteo 1:14; 2 Timoteo 1:3).
2. Sin el nuevo nacimiento no tendremos justificación sino que tan
sólo nos condenaremos (Romanos 8:1; 2 Corintios 5:21; Gálatas 2:17;
Filipenses 3:9).
3. Sin el nuevo nacimiento no seremos hijos de Dios sino hijos del
diablo (1 Juan 3:9-10).
4. Sin el nuevo nacimiento no podemos llevar con nosotros el fruto
del Espíritu Santo sino sólo el fruto de la muerte (Romanos 6:20-21;
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¿Por qué nos es necesario nacer de nuevo? Parte 2
7:4-6; 15:16; 1 Corintios 1:2; 2 Corintios 5:17; Efesios 2:10; Gálatas
5:6; 2 Tesalonicenses 2:13; 1 Pedro 1:2; 1 Juan 3:14).
5. Sin el nuevo nacimiento no tendremos la felicidad eterna en la
comunión con Dios sino el sufrimiento eterno con el demonio y sus
ángeles (Mateo 25:41; Juan 3:3; Romanos 6:23; Apocalipsis 2:11;
20:15).
Para conocernos a nosotros mismo y para conocer la grandeza de
Cristo y de nuestra salvación, debemos saber cómo el nuevo
nacimiento está relacionado con estos cinco aspectos.
1. Cuando Dios nos hace nacer de nuevo, se despierta la fe
salvadora y nos reunimos con Cristo. 1 Juan 5:1: “Todo el que cree que
Jesús es el Cristo, ha nacido de Dios”. No dice “nacerá” de Dios, sino
“ha nacido” de Dios. Nuestra primera fe es un destello de la vida tras
el nuevo nacimiento.
2. Cuando al nacer de nuevo se despierta la fe y nos unimos a
Cristo, estamos justificados, o sea, se nos considera justos, a través
de esta fe. Romanos 5:1: “Por tanto, habiendo sido justificados por la
fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo”.
El nuevo nacimiento despierta la fe, y la fe sigue el ejemplo de Cristo
para ser justos y Dios nos acredita esta justicia sólo por Cristo y sólo a
través de la fe.
3. Cuando el nuevo nacimiento despierta la fe y nos une a Cristo,
se eliminan todas las dificultades legales para nuestra aceptación por
Dios mediante la justificación. Y así Dios nos acepta en su familia y nos
concede la forma de su Hijo. Juan 1:12: “Pero a todos los que la
recibieron, a los que creen en su nombre, les concedió el privilegio de
poder ser hechos hijos de Dios. En ellos tuvo lugar un nuevo
nacimiento, no como resultado de la voluntad humana de engendrar
hijos según nuestra naturaleza de carne y sangre, sino de la voluntad
de Dios”. Nacemos de nuevo por Dios, no por la voluntad humana, y
creemos en Cristo, lo recibimos y Dios nos convierte en sus herederos
legítimos y sus hijos espirituales.
4. Cuando el nuevo nacimiento despierta la fe y nos reunimos con
Cristo, y toda nuestra condena se sustituye por la justificación, y el
Espíritu de la adopción habita en nuestras vidas, Él produce el fruto del
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¿Por qué nos es necesario nacer de nuevo? Parte 2
amor. Gálatas 5:6: “Los que hemos recibido en Cristo la promesa de
la vida eterna, no hemos de preocuparnos de si estamos o no
circuncidados. Lo que a nosotros nos importa es la fe que actúa por
medio del amor”. 1 Juan 3:14: “Nosotros, por el hecho de amar a los
hermanos, sabemos que somos librados de la muerte, que hemos
pasado de la muerte a la vida”. Donde se produce el nuevo nacimiento,
existe el amor.
5. Finalmente, cuando el nuevo nacimiento despierta la fe y nos
une a Cristo, y nuestra rectitud libera el poder santificador del Espíritu
Santo, nos encontramos en la recta final que nos lleva hasta el cielo. Y
la cumbre de las alegrías del cielo será la comunión con Dios. “En esto
consiste la vida eterna: en que te conozcan a ti, el único Dios
verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado a este mundo”. (Juan
17:13). La cima de la alegría de nuestra nueva vida el Dios mismo.
"Con toda certeza te digo que quien no nazca de nuevo no podrá ver
el reino de Dios. . . . No te sorprendas porque yo te haya dicho que os
es necesario nacer de nuevo”.(Juan 3:3, 7).
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