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CRUCES CULTURALES EN EL NORTE
JUAN CARLOS BUSTO CORTINA
Universidad de Oviedo
ELVIRA FIDALGO
Universidade de Santiago de Compostela
&
SANTIAGO LÓPEZ MARTÍNEZ-MORÁS
Universidade de Santiago de Compostela
——
NUEVAS
MORISCA
A
PERSPECTIVAS PARA EL ESTUDIO Y LA EDICIÓN DE LA LITERATURA ALJAMIADO-
(Juan Carlos Busto Cortina)
hablar de Cruces culturales en el Norte parece obligado referirse al
que se produce entre la cruz y la media luna de cristianos y musulmanes, hecho
caracterizador de todo el medievo hispánico. La literatura aljamiado-morisca,
escrita en lengua romance pero con caracteres árabes (como hemos podido ver esta mañana
en la magnífica exposición de Nuria Martínez) nace en época mudéjar (fin. XIV) pero se
desarrolla sobre todo en la etapa morisca, a lo largo del XVI hasta la expulsión definitiva
de esta minoría en 1609. En el exilio los moriscos seguirán produciendo literatura en castellano empleando la grafía romance (hecho este que, aisladamente, ya se había dado en
España en los primeros años del XVII) y aún compondrán obras de gran interés literario
como el Discurso de los dos caminos del exiliado de Túnez, donde hallamos pasajes de gran
belleza como el que sigue:
LA HORA DE
Pues, tan presto amaneçe, quando sin pensar anocheçe. La mitad del tiempo se lo lleba el
sueño, y la otra mitad la ambiçión del mundo. Y el mundo pereçe y, con la muerte, se
acaba. Discuydados estamos, dibirtidos bibimos, en cosas que no aprobechan ocupamos
el tiempo. El tiempo es brebe y el tránsito forçoso, y todo es finito y pereçedero. La muerte
nos sigue, huyr no podemos. Los años de la bida son limitados y los días se cuentan por
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BUSTO CORTINA, FIDALGO & LÓPEZ MARTÍNEZ-MORÁS
minutos. De los minutos se haçen oras, de las oras días, de los días semanas, de las
semanas meses, de los meses años, y de los años siglos.
Permítaseme lo largo de la cita, dada con la intención de dar a conocer entre los más
profanos una literatura que, aunque conocida entre los hispanistas, como variante islámica que es de la española, queda a menudo reducida al conocimiento de su poesía en
cuaderna vía (nos referimos al Poema de Yúsuf), quedando el resto de su temática solo al
alcance de unos pocos especialistas. Los cerca de 300 testimonios manuscritos remiten a
obras, que en gran parte son traducción de otras en árabe, y abarcan los más variados temas
que incluyen: las gramáticas y las glosas, las traducciones del Corán y los comentarios,
los relatos sobre Mahoma y sobre otros profetas, los sermonarios, las obras de polémica
anticristiana, los textos jurídicos, los tratados ascético morales, los rituales y oraciones,
las profecías, las gestas, diferentes relatos morales, escatológicos y maravillosos, los recetarios médicos, los itinerarios de viajes, etc.
La literatura aljamiada, nacida en una sociedad polilátrica y políglota, ha sido, desde
los primeros trabajos que la han abordado, punto de encuentro entre historiadores, hispanistas, romanistas y arabistas. Con ese espíritu interdisciplinar se ha formado en la Universidad de Oviedo un grupo de arabistas y romanistas al que pertenezco (junto con los
profesores Vespertino Rodríguez y Juan Carlos Villaverde), al que se han unido los nombres
de dos hispanistas más jóvenes (Raquel Suárez, de la Universidad Complutense y Andrea
Celli de la de Padua).
Hemos querido aprovechar el carácter multidisciplinar del grupo, para afrontar el
proyecto de investigación Ecdótica de los textos aljamiados (y su dimensión variacional),
con el fin integrar métodos escasamente seguidos hasta ahora, como los ofrecidos por la
codicología, la ecdótica o la sociolingüística.
Frente a las ediciones paleográficas y semipaleográficas llevadas a cabo hasta la fecha,
nuestro proyecto pretende, por un lado, fijar las bases de una ecdótica de los textos aljamiados y moriscos. Estos principios teóricos se aplican ahora a la edición de seis importantes corpus aljamiado-moriscos, que representan una casuística variada (en lo temático,
o en lo cronológico, o por su relación con el original árabe o su número de versiones y
copias), que trata de servir de modelo a futuros trabajos.
Por otro lado buscamos someter este interesante corpus (junto con el amplio conjunto
de textos transcritos o editados del que disponemos), a un estudio general de su variación
lingüística, que actualice el demasiado repetido esquema de «estudio de sibilantes, arcaísmos, aragonesismos y arabismos». Así se sentarán las bases para un estudio de la variación grafemática, fonético-fonológica, morfosintáctica, léxico-semántica y pragmática.
Un mero proyecto de edición no resulta particularmente novedoso, en realidad nuestro
trabajo se muestra heredero de las las primeras ediciones de textos aljamiados surgidas en
el siglo XIX: la de F. Guillén Robles, Leyendas moriscas sacadas de varios manuscritos
(Madrid, 1886) y la de Pablo Gil, Julián Ribera y Mariano Sánchez, Colección de Textos
Aljamiados (Zaragoza, 1888), tachadas a veces por su carácter precientífico pues carecían
(salvo, en cierto modo, esta última, que reproduce la grafía árabe) de una base filológica.
Como es bien sabido, será a principios del XX cuando Menéndez Pidal, con su edición
del Poema de Yúsuf, marque las pautas de lo que serán las ediciones científicas hasta la
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fecha. Los principios científicos de la escuela pidaliana han sido seguidos en la labor de
edición de textos desarrollada en la Universidad de Oviedo desde los años 60, bajo el
impulso del profesor Álvaro Galmés de Fuentes, que se concreta en las pioneras ediciones
científicas de textos aljamiados (publicadas en los 14 volúmenes de CLEAM).
Por su parte el profesor R. Kontzi (Aljamiadotexte, Wiesbaden, 1973) publicaba un
trabajo que podemos considerar la primera colección de textos editados científicamente,
si bien empleando un sistema de transliteración más complejo, que él mismo trató de
simplificar a finales de los 80.
Otros muchos investigadores han llevado a cabo destacables trabajos de edición y estudios sobre literatura aljamiada. En una lista abierta destacaremos los nombres de Ana
Labarta (España), L. P. Harvey (Inglaterra), Ursula Klenk (Alemania), C. López-Morillas
(Estados Unidos), O. Hegyi (Canadá), R. Kontzi (Alemania), G. Wiegers (Holanda), H.
Bouzineb (Marruecos), a los que podemos agregar otros más recientes: B. Schmid y M.
Winet (Suiza), Xavier Casassas Canals (Austria), Vincent Barletta (EEUU)…
Asimismo se han llegado a formar algunos grupos investigación, en España y fuera de
ella, que han ensanchado notablemente el panorama científico. Entre ellos el nacido en
torno al tristemente desaparecido Míkel de Epalza en el seno de la Universidad de Alicante
(M. J. Rubiera, Bernabé Pons, etc.), que publica la revista Sharq al-Andalus y viene organizando algunos congresos sobre mudéjares y moriscos. Este grupo, además de numerosos
trabajos de investigación y de edición, y de alguna tesis doctoral, cuenta con el mérito de
haber llevado a cabo un primer intento de edición crítica, la del relato de La doncella
Carcayona (Murcia, Publicaciones de la Universidad de Alicante, 2000) de Pino Valero.
Además de este importante grupo es necesario mencionar otros cinco centros de
importancia:
1) El traslado del profesor Galmés a Madrid dio continuidad en la Universidad
Complutense a la tarea iniciada en Oviedo, ahora con el concurso de algunos
arabistas como M.ª Jesús Viguera y Soha Abboud-Haggar. Allí se han leído
algunas tesis doctorales dirigidas por el malogrado arabista: la de Ahmed Zakaria
Ahmed1, la de Muhammad Ali Ben m’Rad2, etc. La más destacable (bajo otros
presupuestos metodológicos más actualizados) es sin duda la Edición, estudio
y glosario del manuscrito aljamiado T-19 de la Real Academia de la Historia,
presentada por Nuria Martínez de Castilla Muñoz (codirigida por A. Montaner
y M. Lucía Megías), único caso en el que se ha afrontado con destreza una
edición crítica, sobre lo que volveremos después.
2) La Universidad de Zaragoza con A. Montaner, F. Corriente y M. J. Cervera es
otro importante centro que cuenta con valiosas publicaciones (algunas son
ediciones de importantes textos aljamiados, incluso con concordancias, como
las realizadas por Montaner Frutos sobre el texto del Recontamiento de Almiqdad
y Almayaça).
1. Estudio y comentario del texto aljamiado-morisco nº XXIX del CSIC. Universidad Complutense, 2002.
2. Estudio y edición del códice misceláneo aljamiado-morisco nº IV de la Junta (Universidad Complutense,
1991).
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3) La Universidad de Puerto Rico, es el otro gran centro de proyección internacional en los estudios aljamiados (con especial dedicación a los aspectos literarios), y cuenta con figuras tan destacadas como Luce López-Baralt, cuya labor
se desarrolla junto con la de otros aljamiadistas: M.ª Teresa Narváez, M.ª L.
Lugo-Acevedo, G. Laureano, Miguel Ángel Vázquez, etc.
4) En la Universidad de Barcelona, en su momento y en torno a la figura del
arabista Juan Vernet, con quien han trabajado otros investigadores como Mª
Luisa Moraleda, Teresa Losada y María José Hermosilla, se han promovido
asimismo estudios centrados principalmente en la presencia del Corán entre
los moriscos.
A ellos se suma el grupo de Oviedo (hoy constituido en Seminario de Estudios ÁraboRománicos o SEAR) que, como ya señalamos, posee una larga trayectoria en la edición
de textos aljamiados (añádanse las cinco tesis leídas aún inéditas que se han leído en los
últimos 7 años) y ha ejercido, desde su anuario bibliográfico Aljamía, una amplia tarea de
difusión y critica de trabajos de investigación propios y ajenos en el ámbito de los estudios árabo-románicos. El SEAR mantiene asimismo una importante actividad editorial que
se plasma en dos colecciones, la Colección de Literatura Española Aljamiado-Morisca, cuya
última entrega es la edición del ms. S-2 de la RAH, El discurso de los dos caminos (Oviedo,
2005), obra póstuma e inacabada del maestro de aljamiadistas, Álvaro Galmés de Fuentes
y la Bibliotheca Arabo-Romanica & Islamica cuyo cuarto volumen, Poesía en convivencia.
Estudios sobre lírica árabe, hebrea y romance en la España de las tres religiones, de Georg
Bossong, se pretendía presentar a lo largo del presente congreso, y cuyo siguiente título
Corán de Toledo. Edición y estudio del ms. 235 de la Biblioteca de Castilla-La Mancha,
de Consuelo López-Morillas verá la luz de manera inminente.
A pesar del indudable rigor científico de muchos de los trabajos llevados a cabo hasta
la fecha, aún es posible suscribir la frase de A. Montaner Frutos (2002: 1039), precisamente
al hablar de los «problemas ecdóticos y desafíos editoriales» que atañen a las diversas
ediciones realizadas «sin una reflexión ecdótica sobre la posibilidad de mejorar los textos
transmitidos por códices únicos ni de editar críticamente los que han llegado hasta nosotros en copias diversas». También es cierto que aún no se han resuelto asuntos claves como
ciertos problemas de transliteración, particularmente de las voces y las frases en árabe3.
Y es que hasta ahora la práctica dominante en las ediciones ha sido la de editar un
códice completo, con meras correcciones, y solo algunos estudios en torno a un mismo
tema (p.e. los de Consuelo López-Morillas) han tenido en cuenta los diferentes testimonios manuscritos de una misma obra, aunque en general ofreciéndolos de forma independiente (así se hallaba ya en alguna de las leyendas que componen El libro de las Batallas,
donde se añadían, al ms. BNM 5337, los testimonios de BNM 5313 y BRAH T18).
Tan solo tres trabajos, bastante recientes, los de Pino Valero, Nuria Martínez de Castilla
Muñoz y María Luisa Lugo Acevedo, han afrontado el reto de una edición crítica. Sin
embargo, dadas algunas limitaciones que los métodos de trabajo presentan, parece necesario reformular algunos de estos principios metodológicos.
3. Sobre este asunto puede verse el balance realizado en un reciente artículo por Montaner Frutos (2006).
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CRUCES CULTURALES EN EL NORTE
Sobre los problemas que plantea la edición crítica de Pino Valero4, nos limitaremos a
señalar que en ella no se garantiza el principio de convertibilidad a la grafía árabe, dificultando considerablemente futuros estudios sobre las grafías y la fonética de los mss, además
de ofrecer a la vez las lecturas de los mss. Junta 57 y BNM 5313, sin establecer claramente el subarquetipo. Otra carencia importante es la de no tener en cuenta una tercera
versión del subarquetipo que se pretende editar: el que ofrece el ms. aljmiado encontrado
en Aitona en 1961 que se conserva en la Biblioteca Pública de Lérida5.
El trabajo de Nuria Martínez de Castilla Muñoz, sobre el ms. T-19 es, de los tres, sin
duda, el que más se acerca a un modelo idóneo de edición crítica6. La edición de cada una
de sus partes se hace partiendo del testimonio óptimo desde el punto de vista ecdótico;
así se establecen las relaciones de parentesco entre las copias. Sin embargo no se logra identificar adecuadamente una de sus partes (en concreto 6 capítulos) que procede del Çamarqandî, o más bien de la rama representada por el ms. BNM 4871, pues este testimonio
parece ignorar las lecturas del otro ms. (Junta 6) que que de esta obra se conserva casi
completo. Los capítulos insertados tratan sobre el matrimonio y los padres, además del
capítulo sobre el exa or el-a ala, que también aparece en otra copia muy similar a esta en
el ms. 1223 de Aix-en-Provence. Asimismo es también discutible la necesidad de duplicar
la edición con una edición semipaleográfica, que a veces se diferencia muy poco de la
crítica, y que por razones evidentes de economía y fácil manejo, podría solventarse añadiendo
algunas nuevas notas críticas.
El último trabajo, la edición del Libro de las luces llevada a cabo por María Luisa Lugo
Acevedo (2008), tiene en cuenta los diversos testimonios conocidos, los mss. BNM, 4955
(olim Gg. 84); Biblioteca el Palacio Real de Madrid, 2.G.G; Biblioteca de la R.A.H. 11/9413
(olim T 17) y 11/9414 (olim T 18); y ms. de Urrea de Jalón. Su edición se basa en el codex
optimus T 17 que se enmienda (aunque con criterios poco claros) con otros códices entre
los que no se establece una valoración y discriminación necesarias.
Así pues, dada la escasez de ediciones críticas de textos aljmiados y la poca atención
prestada a su ecdótica, se hace necesario establecer una serie de principios que den cabal
solución a problemas ecdóticos tales como el de la la transcripción de los arabismos y de
la fraseología en árabe, y en general, el mayor o menor grado de proximidad que debe
tener el nuevo sistema gráfico al del castellano de la época. Para ello se parte de seis situaciones textuales concretas, que se toman como representativas de la variada casuística que
compone la literatura aljamiado-morisca:
1) Un ms. misceláneo (BNM 5313), del que se conocen otros varios testimonios aljamiados y originales árabes (estudiado por Raquel Suárez García, de la Universidad Complutense). 2) Un conjunto (7 versiones procedentes de 2 familias distintas) de testimonios
sobre un único tema, El Mi`rag o ascensión de Mahoma, también estudiados con respecto
a sus originales árabes (en él trabaja desde la Universidadd de Padua el profesor Andrea
Celli). 3) Una obra única y extensa, el ms. 4871 de la BNM, traducción de una obra
4. Esta puede consultarse en <http://www.stanford.edu/~vbarlett/alhadith/pdf/carcayona.pdf>.
5. Muchas de estas deficiencias se comentan por extenso en una reseña de Raquel Suárez López en Aljamía,
14 (2002), pp. 481-489, y no es necesario detenerse más en ellas.
6. Puede ser consultado en <http://www.ucm.es/BUCM/tesis/fll/ucm-t27811.pdf>.
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árabe, el Tanbih al-Gafilin, del que derivan otros testimonios (el Junta 6) y fragmentos en
otros mss (Junta 3, Junta 4, Junta 8, BNM 4908 y 5267, etc.). 4) Un texto en caracteres
latinos (pero que no proviene del exilio sino de la península) en verso La degüella de
Ibrahim (son estas las dos obras sobre las que me ocupo). 5) Un texto en caracteres latinos
el Discurso de la descendencia de Muhammad, de Muhammad Rabadán, cuyos dos testimonios del XVII proceden del exilio (sobre él trabaja el director del proyecto, Dr. Vespertino Rodríguez), y 6) Una colección de recetas médicas procedentes de diversos manuscritos,
que remiten a originales cristianos y no árabes (cuya edición está a cargo del profesor Villaverde Amieva). Sometidos, los casos señalados, a la recensio y collatio, se están llevando a
cabo las ediciones críticas partiendo del testimonio óptimo, y de acuerdo a las bases formuladas para aquellos en caracteres árabes o latinos. Finalmente se pretende, sobre este nuevo
corpus creado (al que se deberá unir el muy importante conjunto de textos transcritos del
que disponemos), realizar un estudio general de su variación lingüística y de su pragmática.
El modelo de transcripción propugnado deberá distinguir muy claramente entre el
código gráfico y el código fónico del morisco autor de cada copia, interferidos además por
el uso de una lengua semítica (el árabe) y dos románicas (el aragonés y el castellano), que
además pueden funcionar alternativamente en cada caso (especialmente para el árabe y el
castellano) como lenguas de la inmediatez o de la distancia comunicativa. Deberé determinar las diferentes tradiciones textuales o discursiva, y el grado de separación de tales
tradiciones7. No se nos oculta que un sistema basado únicamente en el empleado en los
textos en caracteres latinos (en realidad el del castellano escrito en el Siglo de Oro, con la
habilitación de algún signo específico p. e. para la letra árabe `ayn) es insuficiente para
nuestros propósitos. A modo de ejemplo, si transcribimos p. e. la ese enfática del árabe
como ç basada en su resultado romance8 (açalá), acabaremos soslayando el grado de vinculación del copista con el árabe en tanto que lengua de la distancia comunicativa y su caracter
de lengua religiosa (que mantiene sistematicamente as.ala, pero que admite açumúa o açih.ba).
En todo caso, la forma açalá, utilizada por el morisco para la inmediatez comunicativa,
deberá ser consignada en la explicación correspondiente del glosario.
Como ya se ha indicado, el modelo de edición crítica para determinar el testimonio
óptimo ha de proceder según los métodos bien asentados de la crítica textual de base
neolachmanniana, si bien se podrán seguir métodos bédieristas en la edición de algún
«unicum», como es el caso p. e. de La degüella de Ibrahim, contenida en un único ms.
que hasta hace poco se consideraba perdido.
Para ejemplificar el trabajo realizado, podemos mencionar la traducción aljamiada del
Tanbı̄h al-gāfilı̄n (‘Advertimiento de los descuidados’), conocida como Libro de Çamarqandı̄, cuyo único testimonio completo es el lujoso y cuidado ms. 4781 de la BNM que
nos ha transmitido la que debió ser única traducción completa de la obra. De este ms. (o
de una copia intermedia) procede el otro testimonio, casi completo, que se ha conservado,
el ms. Junta 6, copia hecha en 1601 por Mohamed Escribano Mayor (el mismo copista de
los mss. Junta 3, Junta 13, Junta 30 y de parte del ms. A de las Escuelas Pías de Zaragoza).
7. Brigitte Schlieben-Lange, para el francés; Peter Koch, para el italiano y otras variedades románicas; y Wulf
Oesterreicher, para la Iberorromania.
8. Cfr. A. Montaner Frutos (2006: 346).
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CRUCES CULTURALES EN EL NORTE
Esta copia, más moderna en su lengua, prescinde de los 35 primeros capítulos y añade
dos más (uno sobre el nombre de las lunas y otro de los dichos del Profeta). Por otra
parte, en el ms. 4908 de la BNM, encuadernación facticia de papeles de distinta procedencia, se incluyen cuatro capítulos del Çamarqand que debieron formar parte de una
copia de toda la obra que, o bien se perdió, o bien nunca llegó a terminarse. La fecha de
esta copia pudiera ser la misma que la de otros manuscritos de la misma mano (como el
T 19 de la RAH, el de Aix-en-Provence, y el 5380 de la BNM). Cabe por último hablar
de una copia perdida (lingüísticamente más modernizada) que sirvió de base a los capítulos transcritos en el Tratado de materia religiosa de Mohanmad de Vera.
La existencia de otras copias manuscritas de menor tamaño, facilitó sin duda la gran
difusión que la obra de Abū l-Layz- al-Samarqandı̄ tuvo entre los moriscos. De alguna de
estas copias (o de otras que nos son desconocidas), provienen los capítulos o pasajes más
cortos incluidos en diversas misceláneas aljamiadas: 1) En el misceláneo 774 de la B. N.
de París se copia el «Capítulo que fabla en los çinco a alaes», donde son notables los aragonesismos y otros rasgos arcaizantes. 2) En el ms. Junta 4 se copia una tradición procedente
del capítulo «D
- e lo que vino en-el-ataçbih.ar». 3) En el ms. Junta 8 (tal vez de finales del
XVI), se transcribe un pasaje (fols. 315v-317v) y gran parte del capítulo «El castigo que
dará Allah al dexador del açala estando sano de su persona». 4) En el ms. B.N.M 5267 se
incorporan, aunque de modo libre y resumido, varios capítulos sobre la oración. 5) En el
ms. T 19 se insertan varios capítulos que tratan sobre el matrimonio y los padres, además
del capítulo sobre el d-exad-or d-el-as.ala. 6). El ms. 1223 de Aix-en-Provence copia una
versión muy similar a la del T 19 de «El castigo que d-ará Allah al d-exa or d-el-as.ala». 7)
El ms. Junta 53 incorpora, de forma muy libre y resumida, muchos pasajes: en ocasiones
se vale de tradiciones diversas como las del «Capítulo en-el espanto e la muerte i su fortaleza» que se incorporan en la introducción (fols. 2r-6v), otras veces reproduce alguna conoc
cida narración como el Alh.adı̄z
- y la mengrana (fols. 136r-137v), Los tres que
-d
- el al ābı̄d
hablaron en la cuna (fols. 180v-182v), etc. o incluso algún capítulo en su integridad como
el Alh.adı̄z de almaçih. Aldajāl (fols. 347v-352r).
Por último, en el estudio de la variación lingüística acudimos a los metodos de tradición estructuralista (para la determinación de variantes e invariantes), completados con las
aportaciones de la sociolingüística en sus investigaciones de tipo histórico y variacionista,
es decir, a partir de la variabilidad detectada tras el cotejo entre diferentes textos, autores
y estilos. Seguiremos algunos de los métodos de la sociolingüística (Gimeno, 1995), que
se han venido aplicando en el análisis de corpus textuales amplios y diversos tanto por su
procedencia como por su cronología. Pero además proponemos incorporar metodologías
que, de un modo más específico, han resultado provechosas en los trabajos que tratan
sobre los cambios de código. Proseguiremos en el estudio de la frecuencia de ciertas alternancias (Allah/Dios, arruh/alma/espíritu, etc.), que dan lugar a jerarquías entre los elementos
lingüísticos que intervienen en los cambios de código y en los préstamos. También destacaremos la utilidad de incorporar conceptos, para el cambio de código romance al árabe,
como el de cambio por etiqueta o tag-switches, es decir, la incorporación de elementos de
otra lengua periféricos al discurso (p.e. las doxologías en árabe de nuestros textos). Asimismo,
el uso de palabras y expresiones en árabe dentro de estos textos en romance se corresponde con otros procesos ya descritos en los que una lengua matriz (matrix language),
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ahora el romance, proporciona a los enunciados tanto los elementos léxicos como los
gramaticales, mientras que la lengua incrustada (embedded language), el árabe, parece
contentarse con suministrar unidades conceptuales. Este hecho explica p. e. que sean
posibles enunciados del tipo Quien guerrea en fı̄ çabı̄li il.lahi y no lo sea Quien guerrea
fı̄ çabı̄li il.lahi.
Estas son, en definitiva, las líneas y pautas propuestas para estas futuras ediciones, que
pretende sentar las bases para una ecdótica de los textos aljamiado-moriscos.
BIBLIOGRAFÍA
GIMENO, F., Sociolingüística histórica, Visor, Madrid, 1995.
LUGO ACEVEDO, Mº Luisa (ed.), El libro de las luces. Leyenda aljamiada sobre la genealogía de
Mahoma, una edición crítica, Sial Ediciones, Madrid, 2008.
MONTANER FRUTOS, Alberto, «Apéndice I: Literatura aljamiada», en Diccionario filológico de
Literatura Medieval Española. Textos y transmisión, eds. Carlos Alvar y José Manuel Lucía
Megías, Castalia, Madrid, 2002.
——, «La edición de textos aljamiados: balance de un decenio (1994-2004)», Romance Philology,
59 (2006), pp. 344-349.
LA EDAD MEDIA:
DISTINTAS MIRADAS, DISTINTAS PERSPECTIVAS
(Elvira Fidalgo)
Cuantos me conocen saben de mi gusto por la diversidad en cuestiones laborales, lo
que me lleva a probar fortuna en campos diferentes del ancho «mercado laboral» y que
una pulsión semejante hace que picotee aquí y allá en el ámbito investigador, haciendo
breves incursiones en campos más o menos próximos al eje que vertebra mi trayectoria
investigadora.
Al margen de las ventajas o desventajas que acarrea tal proceder, lo que me parece
indiscutible es que —y permítanme la expresión— unas cosas llevan a otras y a veces, caminando por un sendero conocido y hasta trillado, se pueden alcanzar paisajes nunca antes
sospechados y dispuestos para ser estudiados. Por la misma regla de tres, estoy firmemente
convencida de que el abordaje de una cuestión desde diferentes puntos de vista revierte
en un mejor conocimiento del hecho puntual analizado, que adquiere, gracias a las distintas
miradas, distintas facetas que permiten comprender la obra literaria, pongamos por caso,
dentro de una perspectiva plural que le hace cobrar una significación más plena, como si
se tratase de diferentes haces de luz apuntando hacia el mismo objeto. Por eso, cuando
una colega y amiga, especialista en arte medieval, me habló de la posibilidad de solicitar
un proyecto de investigación en el que estudiosos de la imaginería medieval, de la arquitectura, de los códices miniados y de la literatura pudiesen aportar su grano de arena para
estudiar la producción artística de un determinado periodo, acepté entusiasmada pues me
parecía que se estaba adoptando la filosofía que, en mi opinión, es una de las más rentables tanto para la investigación como para la docencia.
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El proyecto de investigación –que fue concedido en 2006 y renovado en 2009– se titula
«Cultura visual y cultura libraria en la corona de Castilla (1284-1350)», está dirigido por
su impulsora, la Dra. Rocío Sánchez Ameijeiras y, como se podrá fácilmente deducir,
pretendía hacer una incursión en la producción artística del reino castellano desde la muerte
de Alfonso el Sabio hasta la muerte de su nieto Alfonso XI. El punto de partida era averiguar cuánto había de verdad en el repetido tópico de la «crisis artística» que se registra en
Castilla después de la muerte de uno de los monarcas que más han brillado por su labor
de mecenas de las artes, periodo que viene marcado en su inicio por una situación de debilidad política generada por las constantes sublevaciones nobiliarias y la legitimidad de una
corona en entredicho (lo mismo que el matrimonio de los monarcas, que no tenía la
aprobación papal), circunstancias que se dibujaban sobre el negro telón de fondo de la
profunda depresión económica que lastra toda Europa, todo lo cual parecía apuntar a un
escenario que justificaría la veracidad del tópico. Pero si la investigación en el ámbito de
las letras vino a demostrar cuán equivocado estaba don Ramón Menéndez Pidal cuando
tachó la producción literaria de esta etapa de «muy pobre y discutida», lo mismo podría
estar ocurriendo con las artes plásticas. Así, pues, todos los investigadores que conformamos este proyecto1 nos lanzamos a hacer distintas incursiones en nuestros respectivos
campos de estudio con el objetivo de que cada uno de nosotros hiciese una cata en la
producción artística emanada del círculo de la corte de Sancho IV y tratar de averiguar si
podría haber conexiones entre esas muestras particulares, si podrían haber sido generadas
por el impulso de un motor común o si, por el contrario, eran fruto de la eclosión de
proyectos fraguados en etapas precedentes. Cuatro años después, podemos decir que los
resultados son más que satisfactorios.
La hipótesis de partida era la constatación, gracias al trabajo de investigadores de la
talla del maestro Orduna (1996) y de Fernando Gómez Redondo (1998 y 1989), de que
así como en el ámbito literario había quedado demostrado que el reinado de Sancho IV,
aunque no había supuesto la continuación del impresionante impulso que a las letras y a
las ciencias había dado su padre, y que, al contrario, supuso un viraje en los proyectos
literarios que se habrían de promocionar desde su corte, el cambio de rumbo no implicó
ni pobreza ni mediocridad de los proyectos, sino solo una diferencia intereses que fructificó en un nuevo modelo cultural, lo mismo podría haber sucedido en las artes plásticas
y figurativas.
En este terreno, el trabajo fundamental de Fernando Gutiérrez Baños (1997) sobre las
empresas artísticas de Sancho IV, había dado pie a otros muchos trabajos que rescataban
del olvido las obras impulsadas por este soberano, pero nos habíamos dado cuenta de que
quedaban incompletas al haber obviado el patronazgo femenino en la historiografía del
arte en este periodo, aun cuando se había demostrado la importancia indiscutible de la
figura de la reina en la producción literaria de la época, como importante había sido el
patrocinio artístico de las reinas y las mujeres de la más alta nobleza en la Europa cristiana del siglo XIV. Así, en nuestras investigaciones, la figura de doña María de Molina, la
1. El equipo investigador inicial estaba integrado por la Dra. Rocío Sánchez Ameijeiras (I.P.), Dr. José
Luis Senra, Dra. Ana Suárez, Dra. Lucía Lahoz, Dr. José Carlos Santos, Alicia Paz Suárez-Ferrín y la inminente
doctora Rosa Rodríguez Porto.
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BUSTO CORTINA, FIDALGO & LÓPEZ MARTÍNEZ-MORÁS
reina, acabó imponiéndose con la misma vitalidad arrolladora con que se había impuesto
en la producción literaria en el tránsito del siglo XIII al XIV2 y las distintas catas que íbamos
haciendo en los campos del arte y de la literatura acabaron corroborando la construcción
de una nueva ideología que diseñaba un nuevo patrón de espiritualidad del que habían de
emanar los nuevos modelos de comportamiento para los hombres y mujeres de su reino
y que en literatura se conoce ya como «Molinismo».
Los primeros frutos de las investigaciones de Rocío Sánchez Ameijeiras (2005) demostraron que la poderosa mano de la reina intervino en la construcción de sus capillas privadas
en el palacio de las Huelgas en Burgos, que puso bajo la advocación de Santa Bárbara y
que podrían haber estado decoradas con imágenes de la vida de la santa; también en
Valladolid, donde una iglesia con la advocación de la Magdalena da nombre a todo un
barrio donde los reyes tenían unas casas en la que establecieron su residencia durante sus
largas estancias en la ciudad: la capilla del palacio podría haber contenido también la «estoria
de Santa Catalina», lo cual parece informar del gusto de doña María por las estorias de santas
ejemplares. Esta impresión aún podría venir corroborada por el ciclo pictórico, de decidido
patrocinio por parte de la reina, que se puede admirar en la Colegiata de Toro, donde
sobresalen las imágenes de Santa Catalina, santa Ágata, Santa Marta y la Magdalena.
Justamente, las vidas de estas santas, en concreto Marta, Catalina y María Magdalena,
aparecen recogidas, junto con la de la Egipcíaca, en el códice Escorial h-I-13, atribuido al
círculo impulsor de la reina y de ellas me ocupé en un trabajo (Fidalgo, 2010) que, a través
del estudio de estas biografías de santas y de las biografías de las otras piadosas mujeres
que también recoge el códice, me llevó a concluir que María de Molina sentía una especial inclinación por la piedad franciscana marcada por un ideal de pobreza, humildad y
penitencia que ella misma puso en práctica para convertirse ella también en ejemplo que,
irradiado desde la corte, pudiese ser imitado por las mujeres de su reino.
La conjunción de unos estudios y otros inducía a pensar que la reina había diseñado
un plan que aprovechaba distintos canales de transmisión para propagar desde la corte un
modelo de devoción que ella aprende de las órdenes mendicantes y que iba dirigido tanto
a mujeres que optaban por seguir la regla de las órdenes menores entre los muros de un
convento como a las laicas, que podían ver en las vidas de las santas mujeres admiradas
por su reina que también la penitencia individual era un buen camino para llegar a Dios.
Además de las tres santas mencionadas, en el códice del Escorial resalta la vida santa
Catalina, mártir y sabia, que se destaca entre las demás penitentes por su capacidad
dialéctica en la defensa del cristianismo mientras estaba en prisión. Esta misma característica sobresale en una imagen de la portada de la iglesia de la Hiniesta, una pequeña parroquia zamorana protegida por la realeza, cuyo templo se acabó de construir gracias a las
importantes donaciones de la reina, donde la imagen se muestra con un libro entre las manos,
no con la rueda del suplicio como suele venir caracterizada en la mayoría de sus figuraciones. Es como si en la Catalina reina, letrada y argumentadora quisiera verse reflejada
una reina que tuvo que pactar alianzas y treguas mientras fue reina y después regente, y
2. Recuérdense, por mencionar solo parte de lo más evidente, la obra de Juan Manuel, la Gran Conquista
de Ultramar, el Libro del caballero Zifar, etc.
52
CRUCES CULTURALES EN EL NORTE
que desea añadir estas características a los rasgos del modelo que pretende expandir a través
de textos e imágenes.
Como es sabido, el pilar fundamental de la nueva construcción ideológica emanaba
fundamentalmente de la escuela catedralicia toledana, promocionada por el arzobispo
Gonzalo García Gudiel (1280-1299) y su sobrino Gonzalo Díaz Palomeque, que le sucedería en el cargo3. No obstante, en nuestras investigaciones un área geográfica distinta
reclamaba su atención como centro de interés cultural. Se trataba del área leonesa-zamorana, pues en Zamora actuaba el longevo franciscano Fray Juan Gil de Zamora, que había
ejercido su ministerio en el entorno de Alfonso X, pero que habría de ejercerlo y de un
modo especial, en el de Sancho IV, de quien fue preceptor. El vehículo ahora era otra
imagen femenina que parecía ser otra de las favoritas de la reina: la Anunciación, donde
lo más representativo es que la Virgen aparece visiblemente embarazada, aunque a su lado
se represente, como es lógico y natural, al ángel Gabriel, dado el momento que se pretende
revivir, sin que moleste el clamoroso oxímoron visual del conjunto. Sin embargo, el penoso
trance que doña María tuvo que vivir cuando intervino, en avanzado estado de gestación,
a favor de su cuñado don Juan, evitando así el fratricidio en Alfaro, podría ser el motivo
de esta curiosa predilección de la reina por las imágenes más impactantes de la maternidad de la Virgen. Los grupos de la Anunciación con la Virgen Preñada hacen su aparición en la misma área leonesa-zamorana, escenario común al de las estorias mencionadas
antes, y desde aquí se difundirán por occidente hacia Portugal y por oriente hacia Castilla
y Aragón, donde ya son frecuentes a mediados del siglo XIV, convirtiéndose en una imagen
habitual de la corona castellana.
Aunque la imagen es llamativa y el fenómeno de su expansión interesantísimo, no
puedo detenerme aquí en los pormenores y paso a subrayar uno de los aspectos, en mi
opinión, más interesantes y que no es otro que la estrecha relación existente, como demuestra
Rocío Sánchez Ameijeiras, entre esta imagen de la Virgen embarazada y el renovado impulso
al culto a san Ildefonso, pues la tradición atribuía al obispo toledano el conveniente traslado de la festividad de la Anunciación de marzo al 18 de diciembre para que fuese debidamente celebrada. Al estar muy próxima a la fiesta de la Natividad, lo lógico era representar
a María en el natural avanzado estado de gestación, subrayándolo además al colocar su
mano reposando sobre el vientre. Pasó a celebrarse así la fiesta de la Expectación, instituida, pues, por san Ildefonso, mientras la Anunciación siguió celebrándose en marzo.
Pero lo que a nosotros nos interesó de todo esto fue constatar que las primeras imágenes
de la Virgen grávida parecen estar directamente relacionadas con el interés por renovar el
culto a san Ildefonso, paro ahora, intensificándolo en la zona zamorana y ambos fenómenos con un mismo propósito dictado desde la corte, como trataré de explicar.
Como decía y es de todos conocido, el culto al santo obispo, muy vigoroso desde el
siglo octavo en Toledo (donde se le apareció la Virgen), cobra un notable impulso en la
3. Gonzalo García Gudiel emprendió una verdadera política cultural desde Toledo. Su nutrida biblioteca
demuestra que el círculo toledano estaba bien informado de las corrientes filosóficas de su tiempo, y era partidario de una postura ortodoxa frente a los avances del aristotelismo heterodoxo, condenado en París en 1270 y
1277. Su fundación de los Estudios Generales de Alcalá indica claramente una intención programática. Y, como
sucedía en el caso del fraile zamorano, el círculo de Toledo mantuvo un estrechísimo contacto con la corona
(Orduna, 1996: 55).
53
BUSTO CORTINA, FIDALGO & LÓPEZ MARTÍNEZ-MORÁS
segunda mitad del XIII gracias a los mariales romances más famosos que lo ligan a la Virgen,
pero sobre todo a las numerosas Vidas que de él se redactan. De ellas nos interesa la de
Gil de Zamora, pues en su Liber illustrium personarum qui est liber de historia canonica
et ciuili, y posteriormente en su De Preconnis civitate numantinae el franciscano zamorano añadirá el relato de la milagrosa «invención» del cuerpo de san Ildefonso en la
iglesia de San Pedro de Zamora (acaecida en tiempos del obispo don Suero, 1255-1286) y
de los milagros que se obró en el sepulcro durante los cuatro años siguientes (y fray Juan
Gil no deja de poner de manifiesto su protagonismo personal en el hallazgo)4. A juzgar
por los testimonios que proporciona el relato, este nuevo culto sepulcral estaba pensado
para una audiencia local y pretendía o bien rivalizar con una peregrinación mariana de la
zona, la de Nuestra Señora del Viso (o del Aviso), en Bamba (Zamora) o más bien dibujar
un circuito devocional en torno a Zamora que incluyese ambos destinos. Se intentaba, de
esta manera, emular la política repobladora del rey en el sur, estableciendo importantes
centros de devoción en la zona de Zamora, pues tras la conquista de Sevilla, el desplazamiento de contingentes cristianos hacia el sur había precipitado una caída demográfica
importante en zonas de Tierras del Pan y del Vino y en Tierra de Campos. Este mecanismo repoblador ya había sido utilizado, con gran éxito, por Alfonso X (Linehan, 1993:
512 y Josserand, 2000: 313-316) con la promoción del culto de la Virgen de Villalcázar de
Sirga en Palencia, Castrojeriz en Burgos e incluso el mismo Viso, ya que la cantiga 352
relata la milagrosa curación de un azor de un vasallo de un hijo del rey –¿Sancho IV?–
gracias a su intervención5.
¿Pero por qué promocionar de manera tan intensa el culto a san Ildefonso en esta zona
tan particular? Pues porque, en opinión de la investigadora principal del proyecto, los
escritos de san Ildefonso en defensa de la maternidad virginal de María no habían sido
redactados tanto para la educación en el cristianismo de la población árabe de Toledo de
comienzos del siglo XIII (ya que el credo musulmán admite la milagrosa concepción virginal
4. Fita (1885) señala que el suceso aconteció «Aldefonso ergo Legionis et Castelle, in regem Romanorum
electo, regnante, et venerabili Patre Domino Suggerio Episcopo Zamorensem Ecclesiam gubernante». Fita,
aunque no indica fuente, fecha el evento el 26 de Mayo de 1260, que repetirán los autores posteriores que hicieron referencia a este suceso, entre ellos Rivera de Las Heras. Fita debió tomar la noticia de una fuente tardía, de
la Historia de San Ildefonso de Jerónimo Martínez de La Vega (Zamora. Biblioteca diocesana, M/4493), del siglo
XVII, en la que a su vez se inspiraron los historiadores zamoranos Fernández Duro, Ursicino Álvarez, etc. Vid.
también Linehan, 1993 y J. C. Lera Maíllo (2003: 32-33) sitúa el hallazgo, en cambio, en la década de 1270, y lo
pone en relación con un programa de repoblación. Linehan ha relacionado también el hallazgo del cuerpo de San
Ildefonso con una verdadera oleada de hallazgos de este tipo, fechados a comienzos de los setenta del siglo
XIII –entre los que cabe citar el del cuerpo del rey Wamba, y la construcción de san Isidro Labrador– que habrían
de componer una dote sustanciosa de santidad con el fin de proporcionar un aura de dignidad espiritual a las pretensiones imperiales de Alfonso X.
5 W. Mettmann (1986-89: 212-213) indica que se trata de Nuestra Señora del Viso, en la provincia de
Pontevedra, quizá inspirado en Fita. Sin embargo, las alusiones geográficas que indican su proximidad a
Touro –Toro– (Zamora) y el hecho de que el personaje fuese de Extremadura, apuntan a una localización tierras
zamoranas. La Virgen de O Viso situada en las cercanías de la ciudad de Pontevedra, donde se conserva una
ermita moderna, pudo ser una advocación derivada de la zamorana. La rivalidad encubierta entre el poder sobrenatural de la Virgen del Viso y el del sepulcro recién encontrado de San Ildefonso en el texto del Zamorano
podría ponerse en relación con los conflictos entre el concejo de San Martín de Wamba, en donde se encuentra
la ermita de Nuestra Señora del Viso, y el Obispo de Zamora en la década de los setenta del siglo XIII. Wamba
pertenecía a la sede zamorana, pero los hombres del concejo en esas fechas llegaron a ejecutar a los jueces de la
Iglesia, sobre este conflicto, véase Sánchez Herrero, 1985: 713 y Coria Colino 1991.
54
CRUCES CULTURALES EN EL NORTE
de María), como para la población judía. El tratado había sido escrito adversus herejes y
judíos6, y si existe intención de polemizar en este momento en Toledo, la polémica iría
dirigida contra los judíos que, a raíz de la invasión de los almohades, emigraron masivamente hacia al norte. Este interés renovado por el santo obispo podría estar relacionado
con la decidida pastoral de frontera llevada a cabo en tiempos de Sancho IV y sus sucesores y, a su modo, por la reina María de Molina. Los cargos eclesiásticos de la época
subrayaban aquella parte de la doctrina cristiana que no era admitida por el judaísmo,
particularmente un dios que se hace hombre y habita entre los hombres y el culto a María,
su madre, que permitió la encarnación del Hijo. León, Toro, Zamora y Benavente –los
núcleos de población en que se localizan estas imágenes– contaban con importantes comunidades judías –las de Toro y Zamora merecen la denominación de aljama, pero la de Benavente era también muy numerosa, siguiendo en importancia, a finales del siglo XIII a la de
León– (Carrete Parrondo, 1991: 113 y García Casas, 1992).
La clase aristocrática, cortesana, financiera judía permaneció desempeñando un papel
importante tanto en la corte de Sancho IV, como en la de doña María y Fernando IV,
pero de la desconfianza que los concejos mostraban ante el poder que llegaron a alcanzar
en las finanzas de la corte dan cuenta las Cortes de Valladolid de 1295, donde se prohibió
que los judíos pudiesen arrendar los pechos reales (Baher, 1981: 106 y Nieto Soria, 1981
y 1982), y el mismo año de la muerte de Sancho IV se constata el comienzo de una radicalización de posturas entre los credos judíos y cristianos en tierras castellanas. El ambiente
mesiánico judío tuvo como contrapartida una progresiva radicalización del sector doctrinal
cristiano, que desembocaría en la adopción de medidas antijudías, como las promulgadas
en el Sínodo de Zamora de 1313 (Dan, 1988), por lo que no puede sorprender el interés
de la corona en reforzar el cristianismo en tierras de numerosa población judía, y en no
escatimar canales literarios o visuales para la catequesis. Así, pues, tanto el culto a san Ildefonso como las imágines de una Virgen María con un abultado vientre (ligado a lo anterior), están llamando la atención sobre la corporeidad de la Virgen, sobre su maternidad,
aquella que propicia el nacimiento humano del Hijo de Dios, dogma contrario a la ley
judía. Estas imágenes que solían estar colocadas en la embocadura de la capilla mayor o
en el crucero de la nave podían ser contemplados por los fieles a simple vista, sin que
tuviesen que buscarlas en medio de un conjunto estatuario que pudiese ocultarlas o eclipsarlas, como si estuviesen dirigidas a la educación de los laicos, de las simples gentes,
haciendo de cada uno de ellos un foco difusor de fe en comunidades de distintos credos,
comunidades que ya he señalado, se localizan en el extremo occidental del reino, sin olvidar
que parecen ensalzar la maternidad en una zona donde era necesario que aumentase la
población.
Existen, además, otros indicios del interés de la corona por afianzar esta política catequética en esta parte del reino, política destinada a fortalecer el cristianismo allí donde hay
una población judía muy importante, reforzando órdenes monásticas o centros que se
6. Y desde un punto de vista estrictamente doctrinal el resurgir de la figura de Ildefonso debe entenderse
también en el marco de la polémica antijudía. El tratado del De Virginitate había sido escrito adversus judeorum
errores, y además de los herejes Helvidio y Joviniano, los restantes interlocutores ficticios de Ildefonso eran
judíos.
55
BUSTO CORTINA, FIDALGO & LÓPEZ MARTÍNEZ-MORÁS
habían sentido maltratados o, al menos, poco favorecidos por el rey en tiempos de Alfonso X.
En relación a esta cuestión, cabe señalar el apoyo prestado al monasterio de San Rosendo
de Celanova (Sánchez Ameijeiras, 2007) para relanzar el culto al venerable obispo, que
estaba cayendo en el olvido, con lo que ello suponía para las arcas del monasterio y el
vigor de su influencia, sobre todo, teniendo en cuenta las «piedras en el camino» que había
puesto Alfonso X al promover el culto mariano en numerosos lugares del centro peninsular (Villasirga, Castrojeriz, Salas…), que provocaba un descenso en el número de peregrinos que llegaban hasta el noroeste peninsular, como ya tuve ocasión de tratar en otro
trabajo anterior (Fidalgo, 2005). En 1282, el todavía infante Sancho recibe en Valladolid
al abad de Celanova, Juan Pérez, que había ido a pedirle protección para su casa y
algunos privilegios, a los que el futuro rey presta atención, pues le conviene tener de su
parte a cuantos estaban en desacuerdo con su padre. Tras la muerte del rey sabio, el
nuevo rey supo agradecer su apoyo a sus leales, entre ellos, Celanova, con lo cual establecía un sólido puntal en el noroeste peninsular, no muy lejos de esa otra área geográfica
donde la corona pone un interés particular, el área leonesa-zamorana.
Estas convergencias geográficas y catequéticas coinciden con el interés que me suscitó
la propuesta de edición de la conocida como Cantiga de Valcavado (Fidalgo, 2009), cuya
composición data de finales del s. XIII o principios del XIV y, en mi opinión, en esta
misma zona a juzgar por los rasgos lingüísticos que podrían ser interpretados como un
indicio de localización geográfica y en el marco de un cenobio femenino y de autoría femenina, lo que podría ser perfectamente admisible, teniendo en cuenta el apoyo que María
de Molina presta a las comunidades religiosas femeninas, a las de esta zona en particular,
y que, de acuerdo con observaciones de otra de las investigadoras del equipo, la Dra. Ana
Suárez, acostumbrada al estudio de documentos similares, podría ser factible. Además,
cabe señalar que, para aquel mencionado manuscrito del Escorial h.I.13, algunos estudiosos
han propuesto una copia anterior, de origen leonés o que al menos este debía ser el origen
de su autor, a juzgar por los dialectalismos que se le escapan, y ya se ha visto la directa
conexión que este manuscrito tiene con la reina doña María, por lo que se podría suponer,
efectivamente, un centro cultural en esta zona donde se hubiesen podido copiar textos de
carácter hagiográfico. Pero estas son cuestiones que, aunque todavía tengo que desarrollar, creo que vienen a demostrar como las piezas que aportamos unos y otros ayudan a
recomponer el mismo puzzle.
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57
BUSTO CORTINA, FIDALGO & LÓPEZ MARTÍNEZ-MORÁS
UN
PROYECTO SOBRE LA PRODUCCIÓN LITERARIA JACOBEA :
MEDIEVAIS NO CAMIÑO DE SANTIAGO»1
«TEXTOS LITERARIOS
(Santiago López Martínez-Morás)
Los estudios jacobeos han generado importantísimas obras a lo largo de los siglos,
incluso con grandes controversias ideológicas y religiosas cuando dichos temas tenían una
mayor importancia identitaria y política en España (Márquez Villanueva, 2004; Rey Castelao,
2006) y no eran objeto de un estudio histórico o científico desprovisto de condicionantes
de este orden. Más allá de estos planteamientos, cuando el fenómeno jacobeo, libre de
controversias pasadas, es ya objeto de análisis más objetivos, ha inspirado trabajos realmente extraordinarios, como la labor historiográfica de López Ferreiro (1898-1909), que
además fue, como se sabe, el descubridor en 1879 de los supuestos restos apostólicos, desaparecidos desde el siglo XVI. Sin embargo, en el siglo XX y, en particular, en la segunda
mitad de esa centuria, las investigaciones jacobeas han visto florecer un enorme volumen
de trabajos de carácter esencial, que se multiplican exponencialmente con el paso del tiempo.
Naturalmente, se hace absolutamente impracticable la elaboración de un listado exhaustivo de las investigaciones llevadas a cabo en todos estos años. Aun así, como sucede
también en otros campos, existe una obra multidisciplinar de referencia, que en muchos
aspectos ha de considerarse punto de partida de los trabajos que han seguido, y en particular también del que ahora se presenta en este documento: la magna obra de Vázquez de
Parga et alii (1948), que marca un hito en las investigaciones históricas sobre la peregrinación jacobea. En gran medida a partir de ella, y fruto de los esfuerzos de los investigadores,
todos los campos de estudio han experimentado un progreso enorme, fundamentalmente
en las últimas décadas, que se han materializado en trabajos emblemáticos. Ensayos como
los de Herbers (1984), López Alsina (1988) o Singul (1993) destacan sobremanera entre
los estudios sobre aspectos históricos del fenómeno jacobeo, pero los de contenido exclusivamente filológico y literario han sido elaborados, entre otros, por una figura de primer
nivel, un investigador recientemente fallecido: el insigne latinista Manuel C. Díaz y Díaz2,
profesor de la Universidad de Santiago y auténtico impulsor de los estudios en torno a la
producción literaria compostelana, particularmente los documentos redactados en lengua
latina y en periodo medieval.
Esta es una de las principales características de los estudios jacobeos: la investigación
sobre el periodo medieval, mayoritaria en este tipo de trabajos, al ser la Edad Media el
1. Este trabajo se enmarca en el proyecto de investigación Textos literarios medievais no Camiño de
Santiago (PGIDIT08PXIB204038PR), financiado por la Consellería de Innovación e Industria de la Xunta
de Galicia y dirigido por Santiago López Martínez-Morás. Los miembros del proyecto de investigación del que
se da cuenta en el presente trabajo son, además del director, ya citado, José Manuel Díaz de Bustamante (el único
miembro del equipo de investigación vinculado a un departamento distinto, el de Latín y Griego de la USC),
Santiago Gutiérrez García, Marina Meléndez Cabo, Gerardo Pérez Barcala y Rodrigo Vizcaíno Bravo.
2. Aunque fundamentalmente destaca un trabajo crucial sobre el Codex Calixtinus (Díaz y Díaz, 1988), el
manuscrito más importante del Liber Sancti Iacobi, es imposible en el presente trabajo elaborar un listado mínimamente exhaustivo de los trabajos del prof. Díaz. Para ello remitimos a la bibliografía contenida en el volumen
compilatorio Díaz y Díaz (2010).
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CRUCES CULTURALES EN EL NORTE
periodo dorado de Santiago y de la peregrinación jacobea, impulsada por el arzobispo
Diego Gelmírez quien, en la primera mitad del siglo XII hizo crecer de forma espectacular
la influencia de Compostela (Fletcher, 1984). De hecho, la mayoría de los trabajos desarrollados sobre la literatura jacobea de la Edad Media han centrado su interés en la Historia
Compostellana, auténtica crónica del arzobispado de Gelmirez y, sobre todo, el Liber Sancti
Iacobi, obra magna del fenómeno compostelanista, concluido ya hacia 11403. Verdadero
texto de propaganda jacobeo, está compuesto de cinco libros distintos, muchos concebidos
sin duda de forma independiente del conjunto y cada uno de ellos provisto de un contenido absolutamente heterogéneo en relación con los demás: liturgia (libro I), hagiografía
y milagros (libros II y III), itinerario de peregrinación (libro V) y un documento épico,
el Pseudo Turpín (libro IV), de enorme interés literario, fortísimamente influido por la
épica francesa y crucial, al igual que el Liber en su conjunto, en la configuración del presente
proyecto de investigación.
Hasta el momento presente, el equipo de investigación más consolidado sobre el tema
jacobeo es el Comité de Expertos del Camino de Santiago, fomentado institucionalmente
por la Xunta de Galicia y constituido por investigadores de primera fila y de sólida trayectoria en el tema, como el propio Díaz y Díaz. Su fundación, a principios de los años
noventa, garantiza la continuidad de las investigaciones de primer nivel sobre las cuestiones vinculadas al Camino de Santiago y la peregrinación apostólica. Los resultados de
estos estudios se publican de forma periódica en las actas de los congresos auspiciados
por este grupo y se unen a otras publicaciones de carácter anual, como Compostellanum,
Iacobus o Ad Limina, esta última de muy reciente creación (2010) y dirigida por la Sociedad
de Gestión del Plan Xacobeo4. Sin embargo, aunque todos los miembros de este grupo
están adscritos a universidades distintas, entre ellas la compostelana, y mantienen una relación directa con el gobierno autonómico de Galicia, la Universidad de Santiago de Compostela como tal no tiene en activo ningún proyecto propio sobre el tema jacobeo, con excepción
del que aquí se presenta, en lo relativo a los aspectos literarios de la peregrinación y el
culto apostólicos.
El proyecto actual se concibió en gran medida para cubrir esta carencia y en parte
también para dar continuidad y cauce a determinados estudios que, a título individual,
fueron desarrollándose en el marco del área de Filología Románica en los últimos años5.
Al tiempo, la propia área, dentro de sus actividades científicas y en su deseo de diversificarlas, ha organizado en tiempos recientes un congreso internacional sobre aspectos literarios y culturales vinculados con el Camino, en el que se sentaron los principios
metodológicos y temáticos sobre los que se basó la organización y estructura del presente
proyecto: In marsupiis peregrinorum, celebrado en marzo de 2008, cuyas actas acaban de
3. La edición Whitehill del Liber Sancti Iacobi, tenida como edición de referencia desde su publicación en
1944, ha sido ahora superada por la más reciente de Klaus Herbers y Manuel Santos Noia, eds. (1998).
4. Con anterioridad a la aprobación del presente proyecto y en el curso del mismo, varios miembros del
equipo ya han publicado avances de sus trabajos en las revistas mencionadas. Vid. Díaz de Bustamante (1990) y
(2002); López Martínez-Morás (2001), (2008b) y (2010a).
5. Llevados a cabo esencialmente por el profesor Santiago López Martínez-Morás (<http://www.usc.es/
filrom/profes/santipub.htm>), que desarrolló en los últimos años una serie de trabajos orientativos de varias de
las tareas desarrolladas por otros miembros del grupo.
59
BUSTO CORTINA, FIDALGO & LÓPEZ MARTÍNEZ-MORÁS
salir a la luz (Corral Díaz ed., 2010). En ellas varios de los miembros del equipo de investigación publican trabajos relativos a la materia jacobea, desde los puntos de vista literario
e histórico, incluyendo el propio discurso inaugural del congreso, elaborado conjuntamente por Díaz y Díaz y Díaz de Bustamante.
Se dieron, por tanto, dos condicionantes distintos que estimulaban la creación de una
nueva vía en la trayectoria investigadora de Filología Románica, pero también se produjeron otras circunstancias adicionales: en primer lugar, el peso del Liber Sancti Iacobi dentro
de la tradición literaria jacobea –y la producción letrada latina independiente que se vincula
con el tema– hace ineludible su presencia en la investigación y la compromete en gran
medida; en segundo lugar, la relativa heterogeneidad en las líneas investigadoras de los diferentes miembros del equipo y, en tercer lugar, la ausencia, también relativa, de antecedentes
de este tipo de trabajos dentro del área, aunque con las excepciones a las que se ha hecho
referencia unas líneas más arriba.
Esta última circunstancia obligó, en consecuencia, a la adopción de dos decisiones
importantes: por un lado, el establecimiento de una cierta flexibilidad en la organización
del trabajo, con amplia autonomía para los investigadores constitutivos del grupo y, por
otro lado, la formulación de objetivos de orden general –como deja entrever el propio
nombre del proyecto–, que llevan implícita la tarea de continuación y estudio más preciso
en proyectos posteriores6. Aun en estas condiciones de consenso, es evidente que se hacía
necesario disponer de un denominador común para todas las aportaciones y de un núcleo
temático más cohesionado y preciso dentro del grupo, que actuase como catalizador de la
coherencia interna del mismo. Esto solo se conseguía postulando una hipótesis de aplicación general, utilísima desde cualquier perspectiva: la existencia de una ‘materia jacobea’
específica dentro de la literatura románica medieval7, nacida esencialmente en textos elaborados en lengua latina, con manifestaciones más o menos importantes en diversos géneros
y constituida por motivos fácilmente identificables. Dichos motivos van desde la reproducción literal de elementos pertenecientes a textos claramente compostelanistas a la adaptación de cuestiones meramente formularias y, en ocasiones, comunes con otros temas
extraños a esta cuestión. Con esta línea de desarrollo se hacía mucho más sencilla la
asimilación como objeto de trabajo, por parte de todos los miembros, de la materia constitutiva del Liber Sancti Iacobi, concebido, como se ha indicado, como una suma heterogénea de obras pertenecientes a diferentes ámbitos literarios y, en consecuencia, el texto
donde la validez de la fórmula ‘materia jacobea’ se hacía más manifiesta. Pero la parte épica
del Liber, el Pseudo Turpín, es el que ha propiciado un mayor número de trabajos de investigación entre determinados miembros del grupo, fundamentalmente a partir de López
Martínez-Morás (2002). De hecho, es conocida la influencia que este documento del
siglo XII ha tenido en la configuración de determinados textos épicos latinos y romances
6. Estos planes de realización futura, cuyo embrión se halla aquí, llevan aparejadas perspectivas de trabajo
cuyo desarrollo está previsto en diferentes proyectos, ya planteados y solicitados ante otras instituciones a día de
hoy.
7. Ambos conceptos, materia jacobea y literatura románica medieval, tendrían una formulación unitaria:
del mismo modo que partimos de la unidad de la literatura románica medieval más allá de sus manifestaciones en
los distintos territorios y lenguas, asumimos que la materia jacobea, al igual que otras materias de la literatura medieval, como la artúrica o la clásica, tiene especificidad per se al margen de la lengua en que se manifieste.
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CRUCES CULTURALES EN EL NORTE
(Moisan, 1981 y 1989), que hacían viable una línea muy coherente dentro del grupo. Por
tales circunstancias, se ha querido dotar de manera deliberada a la parte épica de un mayor
número de trabajos y de investigadores, incluido el único que desarrolla su tarea a tiempo
completo en el seno del proyecto8; así se concibió desde el principio como núcleo cohesionado el género épico (con el Pseudo Turpín como obra primordial en el presente contexto),
su utilización de la materia jacobea y la evolución del conjunto formado por ambos.
Además, la realización de una tesis sobre épica francoitaliana por uno de los miembros
en formación del grupo9 –no vinculada, sin embargo, al presente proyecto por ser previa
al mismo– facilita la consolidación de este núcleo esencial y, en cierta medida, permite
acentuar la diversidad y autonomía de los demás. En estas condiciones, los trabajos sobre
épica emanados de la investigación determinarían de forma fundamental la plasmación y
el alcance de la ‘materia jacobea’ a partir de los textos escogidos como corpus de este
género. De este modo, se postuló la existencia de una «gesta de Compostela» como un
grupo temático cohesionado dentro de los textos épicos romances que narran la conquista
de España, que englobaría, en un segundo nivel, un cierto número de documentos con
referencias meramente formularias, pero con un vínculo mínimo, claramente identificable,
con el tema compostelano10. Estas cuestiones, con una primera conclusión provisional,
fueron presentadas al congreso que, en el seno del proyecto, se desarrolló en noviembre
de 201011.
Sin embargo, dadas las condiciones en que se desarrollaba la investigación, interesaba
también, tanto como las cuestiones teóricas emanadas del universo épico, un análisis de la
influencia del Camino no en el plano ficcional, como sucede mayoritariamente en el corpus
de los cantares de gesta12, sino en el histórico y, en particular, en lo relativo a su papel y
el de los grandes centros urbanos como vehículos de transmisión de los géneros literarios,
y fundamentalmente, por razones obvias, el de la lírica gallego-portuguesa. La importancia
de este punto en el seno del proyecto era extrema, dada la amplia trayectoria del área de
Filología Románica en este terreno y los trabajos previos que generaron otros investigadores de este entorno al respecto. En consecuencia, el estudio relativo a esta parte requería
de forma necesaria una investigación independiente desarrollada por un especialista en la
materia. Así pues, se decidió la incorporación de un investigador adicional al grupo, integrado
8. El cual, en consecuencia, es el investigador con mayor producción en el actual marco de investigación.
Esta circunstancia justifica un comentario más exhaustivo de los trabajos desarrollados en su campo.
9. Marina Meléndez Cabo, Aspectos narrativos y temáticos de la épica francoitaliana (en preparación).
10. Al hilo de la formulación de esta hipótesis de trabajo se realizó también, de forma excepcional, un
estudio relativo a la materia antigua integrada en la obra historiográfica de Diego Rodríguez de Almela, que
alude a ciertos aspectos puntuales sobre Santiago. Vid. López Martínez-Morás (en prensa).
11. Identidade europea e intercambios culturais no Camiño de Santiago (séculos XI-XV), celebrado en la Facultad de Filología de Santiago de Compostela entre los días 9 y 12 de noviembre de 2010 (vid. infra). Como es de
esperar, la elección de un corpus épico vinculado al Camino de Santiago no estaba exento de dificultades, la
mayor de las cuales es la limitación en cuanto al número de textos. En consecuencia, aunque en el proyecto y en
este núcleo en particular se operó una cierta discriminación genérica, el equipo renunció a una discriminación
cronológica, de tal modo que, para el caso que nos ocupa, los documentos analizados abarcaron tanto los cantares de gesta como las prosificaciones del siglo XV –en particular la adaptación de la materia épica y turpiniana en
las Croniques et conquestes de Charlemaine de David Aubert (1458)–, además de las obras esenciales de la épica
francoitaliana.
12. Con ciertas excepciones, como se puede leer en el análisis que, a estos efectos, elaboró López MartínezMorás (2010b).
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BUSTO CORTINA, FIDALGO & LÓPEZ MARTÍNEZ-MORÁS
a partir del año 2009 –el segundo en la vida del proyecto– y que, hasta el final de su
contrato en 2010, desarrolló actividades de investigación relativas a diversos aspectos de
creación lírica y, particularmente, en torno a la producción poética de Bernal de Bonaval,
además de apoyar en diversos grados la investigación de los demás miembros del grupo13.
Sus investigaciones permitieron cubrir el campo del itinerario jacobeo como productor y
vehículo de transmisión de obras literarias, en la línea iniciada en el congreso de 200814. En
este mismo sentido, también se desarrollaron ciertos trabajos de carácter histórico relativos
a la peregrinación de diversas personalidades medievales (p. e. Gutiérrez García, 2009)15; la
elaboración de los mismos se produce no obstante de forma algo más puntual en el seno del
proyecto y pertenecen a una disciplina relativamente distinta de la propiamente literaria.
Por otra parte, la esencia misma del concepto de ‘materia jacobea’ implica la evidencia
de su conservación bajo diversas formas a través de los siglos y, en consecuencia, la relectura de ciertos conceptos y mitos de raíz esencialmente medieval en épocas más avanzadas,
esencialmente vinculadas, para el caso gallego, con cuestiones de gran alcance identitario
y literario. Esta parte es quizás la que mayores divergencias metodológicas y de contenido implica con respecto al conjunto, pero permite analizar el fenómeno desde una perspectiva diacrónica, más allá de determinados periodos y géneros literarios. La formación
científica de una parte del equipo de investigación hacía posible la apertura de esta vía, que
ciertamente se constituyó como la línea de producción más diferenciada temáticamente
con respecto al conjunto, pero sienta las bases de una futura colaboración con otros departamentos universitarios y permite una producción científica susceptible de una mayor
proyección social (Gutiérrez García, 2009b y Gutiérrez García, en prensa).
A pesar de que, como se ha sostenido líneas más arriba, la autonomía personal de
cada investigador es un principio esencial en la configuración del conjunto, se hacía evidente
la realización de actividades que mostrasen los progresos colectivos; y estos se han querido
estructurar de dos formas: a través de la organización de un congreso y a través de la elaboración de una base de datos que, a largo plazo, se pretende vincular a la página web del
área de Filología Románica (<www.usc.es/filrom>). En el primero de los casos, la organización del encuentro científico al que hemos hecho referencia unas líneas más arriba
arroja como resultado un volumen colectivo (en preparación) en el que participan profesores invitados de varias universidades españolas y extranjeras. Dicho volumen tiene como
objeto afianzar la formulación de este concepto de ‘materia jacobea’ desde una perspectiva multidisciplinar, que va más allá de lo aportado por los miembros del proyecto, al
integrar disciplinas afines como historia medieval o historia del arte, las cuales ofrecen
una visión más plural de este proceso16. El principio rector de dicho volumen, aglutinado
13. Este investigador desarrolla igualmente la tarea de centralizar y cohesionar los elementos que constituirán
la primera versión de la base de datos cuya elaboración está prevista en los próximos meses. Sobre este particular, vid. infra.
14. A las investigaciones desarrolladas por este investigador habrá de añadirse un trabajo, tardíamente vinculado a este proyecto, desarrollado por Pousada Cruz (2010).
15. Este trabajo continúa por vías distintas aspectos que en cierto modo este autor ya había postulado en
trabajos anteriores. En efecto, la importancia del Camino de Santiago no solo en la producción lírica, sino también
en la difusión de la materia artúrica, había sido ya puesta de relieve en Gutiérrez García (2001).
16. Las contribuciones correspondientes a estas disciplinas pueden consultarse en <www.usc.es/congresos/
camino>.
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CRUCES CULTURALES EN EL NORTE
nominalmente en torno al concepto de identidad europea e intercambios culturales
dentro de un mismo sistema, refuerza el principio de unidad de la materia en cuestión –de
ahí la presentación de la ponencia sobre la «Gesta de Compostela»–, permite reunir las
tres ramas tradicionales en la investigación jacobea (histórica, artística y literaria) y diversifica la producción científica. Gracias a esta voluntad de integración en la diversidad,
algunos de los miembros del equipo han podido profundizar en aspectos algo alejados del
cometido desarrollado hasta el momento presente en el proyecto (p. e. Díaz de Bustamante, en prensa), combinando aspectos literarios e históricos con los que han demostrado
estar familiarizados en trabajos previos de su propia investigación.
En segundo lugar, se planteó otra fase en la proyección colectiva de los trabajos, pero
esta vez desde una perspectiva abierta y concebida como complementaria de todo lo anterior. Este segundo paso consiste en la elaboración de una base de datos, susceptible de
integrar aportaciones continuas de entradas y, en consecuencia, de constituir un instrumento crucial en la continuación del proyecto en planes de trabajo futuros17. Esta base de
datos, que, como ya se ha apuntado, será consultable por red a medio plazo, podrá asimismo
formar parte de otra, mucho más compleja, elaborada en colaboración con otras entidades,
centros culturales y de investigación con trabajos en línea de naturaleza semejante. Sin
embargo, dadas las circunstancias y el alcance limitado del presente proyecto, la finalidad
a corto plazo en la formación de esta base de datos es la integración de elementos puntuales
extraídos del corpus más cohesionado: el de los textos épicos vinculados con la «gesta de
Compostela» y, particularmente, aquellos motivos, referencias geográficas, onomásticas y
hagiográficas, entre otras, que puedan hallarse en el conjunto de estos documentos. Sus
características determinarán en un principio el modelo de las fichas, pero los datos eventualmente aportados por los demás investigadores en sus respectivos campos influirán de
modo decisivo en la configuración final de las mismas.
Con todo, no es este el único punto en el que el proyecto Textos literarios medievais
no Camiño de Santiago va a tener continuidad más allá de sus límites administrativos. La
investigación del núcleo épico tiene ya prevista una continuación posterior al año 2011.
En efecto, muy recientemente se ha publicado en Francia una monografía sobre el Liber
Sancti Iacobi y el Pseudo Turpín (Vallecalle ed., 2011) –con textos centrados particularmente en este texto–, y en el que algunos trabajos del grupo (López Martínez-Morás, 2002
y 2008a) han tenido una cierta influencia. Un segundo volumen, continuación prevista de
este primer estudio, pretende analizar la recepción turpiniana en la literatura europea. En
él se integrará el trabajo del equipo a través de la presentación de una ponencia sobre la
recepción del Pseudo Turpín en España en el marco de esta nueva obra colectiva. Los
puntos esenciales del trabajo previsto, en preparación en el presente momento, se refieren
a la difusión de los manuscritos del Liber copiados en la Península Ibérica (esencialmente
Alcobaça y Ripoll, con las variantes de interés que han propiciado diversos estudios propios
a lo largo de los años), la traducción en lengua vulgar de la materia jacobea, con fuertes
alteraciones en algunos casos (Miragres de Santiago18, compilación de Diego Rodríguez
17. En efecto, una vez que el presente trabajo termine de cohesionar al grupo, las labores futuras deberán
orientarse a una mayor concreción temática y/o territorial y cumplir diferentes etapas cohesionadas entre sí.
18. Sobre este texto en particular se retoman cuestiones presentes ya en López Martínez-Morás (2007).
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BUSTO CORTINA, FIDALGO & LÓPEZ MARTÍNEZ-MORÁS
de Almela, versión catalana del Pseudo Turpín del siglo XV, entre otros), y la adaptación
de la ‘materia jacobea’ al mundo caballeresco a través de la Historia del emperador Carlomagno y los doze pares de Francia, muy fuertemente influido por el Pseudo Turpín, y que
quizás sea el documento que dará mayores opciones a la hora de estructurar el trabajo.
De fuente francesa, el texto tiene la ventaja de vincular proceso de traducción, recepción
de la materia en un género distinto de los ya tratados y proyección europea. Estos tres
aspectos permitirán el establecimiento de un perfil aún más preciso del concepto de ‘materia
jacobea’, al tiempo que probarán la permeabilidad de los géneros –caballeresco y épico en
el presente caso– con el fin de preparar el planteamiento teórico y la delimitación cronológica y espacial del proyecto que deberá suceder al que se halla actualmente en curso.
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