Documento descargado de http://www.revclinesp.es el 01/12/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. ToMO XXXVI 2 129 TIOSEM! CARBAZON A (T. B.-/-1698) .'Jl')t セro@ y Qumós), tenían, uno de ellos (cinco días de incubación) el 100 por 100 de probabilidades de morirse, y los otros dos (seis y diez días), el 78 por 100 de lo mism o. Creemos, pues, 、セ「・@ _fo_rmar paz:;e del arseque la ー・_ゥ」セャョ。@ nal terapeutlco antltetamco y aplicarse sisteSIAS máticamente, siempre con una doble acción, sobre el germen y sobre los otros acompañantes habituales en las heridas de estos enfermos y también creemos sería conveniente que esta enfermedad se incluyese dentro de las indicaciones oficiales de aplicación de penicilina. RESUMEN TERAPEUTICO DE ACTUALIDAD LA TIOSEMICARBAZONA (T. B.-I-1698) BACTERIOSTATICO ANTITUBERCULOSO S. ALMANSA DE CARA Tras el fracaso de la terapéutica específica de la tuberculosis en la lucha directa contra el germen, dos sistemas curativos fueron implantados en los últimos años: el uno, quimioterápico; el otro, antibiótico. Ensayadas al principio las sulfamidas, se llegó bien pronto al convencimiento de su ineficacia, en la infección tuberculosa, aunque a decir verdad se entrevió la posibilidad de entablar la "guerra química" contra ella. El mismo DOMAGK pudo demostrar el efecto bacteriostático del Sulfatiazol sobre los bacilos tuberculosos "in vitro" y en animales infectados. Años más tarde, casi r ecientemente, ha sido superada dicha acción con un compuesto de Sulfatiodiazol, cuyo poder inhibidor es de 1 X 100.000, y con el que se puede yugular la infección experimental por inyección intravenosa. Toda la investigación giraba en este orden, y se centraba toda la atención después en los compuestos de Diamino-fenil-sulfona, y el Promin, la Diasona, el Promizol, la Sulfetrona y el último llegado, Hidraxietilo, fueron y son objeto de estudio y aplicación. Paralelamente a este auge, el genial descubrimiento de F'LEMING, artífice de la "guerra biológica" contra las bacterias, es punto de partida para que WAKSMAN la polarice contra la tuberculosis con su estreptomicina, de repercusión mundial. Todo hacía sospechar que los antibióticos habían ganado la partida a los quimioterápicos, y unánimemente se concebía que era el de aquéllos el único camino a recorrer para lograr definitivamente la esterilización del organismo tuberculizado. Parecía que la Química había cedido su puesto a la Biología en la lucha contra el bacilo, y al tiemーセ@ \[セオ・@ se trata de perfeccionar la antibiosis con la D1h1droestre.ptomicina y se ensancha el campo con la Neomicina, Cefarantina, Ramalina, usnicato de estreptomicina, etc., de las manos de LEHMANN sale セョ@ preparado sintético, el ácido para-amino-salicíhco, conocido un iversalmente con el nombre de P. A. S., y de probada acción tuberculostática. En la lucha antibacteriana quedaron dibujadas dos セ A 。イウ@ tendencias: la escuela anglo-sajona, que prosigue con ahinco en el terreno de la a ntibiosis, Y la 。 ャ セュ。ョL@ creadora de la quimiot erapia, que no renuncia por medio de ella a resolver el problema; no sabemos si por . convencimiento científico o por circunstancias de otra índole, ya que el primero r equiere costosísimas instalaciones, que sólo pueden ser privilegio de países ricos, al paso que el desarrollo de la química sintética, si bien reclama profundos conocimientos de este orden, sólo exige equipos menos dispendiosos. Y vuelve el nombre de DOMAGK a resonar en el mundo científico al presentar en 1946, con sus colaboradores químicos BEHNTSCH, MlETSCH y SCHMIDT una Semicarbazona, unida a un anillo aromático, en la que el oxígeno fué sustituido por azufre: acetilamino-beuraldehido-tiosemicarbazona, que designan con el nombre de T. B.-I-1698, y que recomiendan para el tratamiento de la tuberculosis, mezclada a partes iguales con Eleudron, sulfamida afín al Sulfatiazol, usándose en la actualidad además del T. B.-I puro, el T. B.-IV, T. B.-V y T. B.-VI. Es interesante que en el mismo año en Inglaterra se ensayara la Furacina, otra Semicarbazona que, además de efectos bacteriostáticos sobre el bacilo de Koch, resultaria quimioterápico eficaz sobre bacterias Gram positivas y negativas. Obvio es aclarar que este resumen terapéutico está fundado sobre las bases experimentales y clínicas d el ーイセ。、ッ@ alemán, que actualmente ensayamos, y cuyos r esultados serán motivo de ulterior publicación, que supeditamos a más tiempo y mayor experiencia. ·X· -:-:· X· Para que un agente terapéutico antimicrobiano sea biológico o quimioterápico, podamos reputarlo como útil, precisa que haga su prueba de eficacia cumpliendo con un mínimo de condiciones exigibles: a) Que actúe sobre el germen " in vitro". b) Que experimentalmente se demuestre su acción "in vivo". e) Que influya favorablemente la evolución de la enfermedad y sea capaz de curar sus lesiones. En una palabra, que demuestre su poder bacter iostático, y mejor aún, bactericida. ACCIÓN BACTERIOSTÁTICA. DOMACK observó su efecto inhibidor en cultivos de bacilos tuberculosos, a concentraciones de 1 X 10.000 y 1 X 100.000. En animales de experimentación infectados con cepas bacilares diferentes, a los veinte o treinta días de tratamiento con la droga pudo demostrar alteraciones morfológicas y de la estructura del germen, que terminaba por desaparecer fabocitado por los histiocitos, afirmando que su efecto impediente se muestra activo en diluciones desde el 1 X 50.000 al 1 X 300.000. Documento descargado de http://www.revclinesp.es el 01/12/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. 130 REVISTA OLINICA ESP Al\tOLA DONOVICK y BERSTEIN estudiaron el efecto impediente sobre cultivos de B. C. G. en el medio de Kirschner, añadido de Triton. Estos mismos autores, infectando ratones por vía intravenosa con bacilos vírulentos, administran a unos, con la dieta durante tres semanas, 65 mgr. por kilogramo de peso, de tiosemicarbazona, dejando otro grupo sin tratamiento, como control. Al paso que en este último lote la muerte acaece desde el décimotercer día, en el grupo tratado se retarda hasta los cuarenta. KUIILJ\.1ANN y KNORR r efieren datos no sólo de inhibición "in vivo" sobre la multiplicación bacilar, sino también sobre fenómenos degenerativos y desintegración del germen. Como afirma STURN, el efecto decisivo del T. B.-I sobre el bacilo de Koch, su acción bacteriostática y hasta bactericida no precisa para ser demostrado ni ensayos bacteriológicos ni inoculaciones experimentales, ya que puede ser claramente r econocido por el clínico ante los hechos siguientes, que trataremos de resumir: l.o Por la negativación de los esputos en enfermos que durante meses y hasta años eliminaban bacilos con la tos. 2. Por las alteraciones morfológicas y tintoriales del bacilo. 3." Por la repercusión tóxica con expresión sintomática, no imputable a la droga, en la iniciación del tratamiento, lo que supone una absorción de toxinas derivadas de la desintegración bacilar; y 4. Por la esterilización, a veces inmediata, de focos tuberculosos, que terminan en una curación definitiva, como se comprueba en las ulceraciones mucosas de boca y faringe, así como de los localizaciones en vejiga e intestinos, comprobado por necropsia. 0 EXSA YOS CLÍNICOS. Bajo los auspicios de DOMAGK, en 1946, se llevó primeramente a la clínica, introduciendo el mecanismo en ganglios tuberculosos incindidos, que curaron sin fistulización. Después, KALKOFF y MONCORPS, en 1947, tratan el lupus tuberculoso con tan brillantes resultados, que califican de curaciones clínicas sorprendentes. Un año más tarde ÜRMEA, 1948, confirma esta acción beneficiosa no sólo sobre el lupus, sino también sobre el liquen escrofuloso, relatando que a las pocas .semanas los nódulos pierden consistencia, palidecen y cicatrizan las formas ulcerosas. HEILMEYER, SCHEIDT, STADLER y .KEIDERLING, en el Congreso de Internistas de Kalsruhe de mayo de 1948, y AROLD, en la Asamblea de la Sociedad Alemana de Tuberculosis, celebrada en Wiesbaden en octubre del mismo año, dan cuenta de nuevas a,plicaciones. Los primeros exponen su manifiesta eficacia en la tuberculosis intestinal y los resultados obtenidos en tuberculosis pulmonares exudativa y cavitaria, logrando regresiones lesionales y a veces hasta la cicatrización, siendo nulos sus efectos sobre formas cirróticas miliares y meningitis. HOHENER y LINKE, en reciente publicación, resumen un grupo de 40 enfermos pulmonares influídos beneficiosamente por la droga. AVE y SAAME, entre otras formas, se refieren al influjo sobre las tuberculosis óseas y articular, en las que disminuyen y desaparecen las secreciones de los trayectos fistulosos y se reduce la flogosis articular. MALLUCHE, a razón de sus 50 casos, afirma que responden m ejor las localizaciones extratorácicas que las tuberculosis del pulmón, calificando de sor- 31 enero 1951) prendentes sus efectos sobre la tuberculosis intestinal. KMICHEL, KIENLE, SCHRETMANN, sobre 60 enfer. mos de diversas formas anatomoclínicas y distin. tas localizaciones, observan considerable mejoría objetiva y subjetiva en 49 de ellos, algunos con la. ringitis, cuyas ulceraciones cicatrizaron. STURM, con su experiencia de dos años, en más de 200 casos, refiere que los focos exudativos, infiltra. ciones y diseminaciones frescas, responden a ve. ces de modo maravilloso, y resalta los magníficos resultados en tuberculosis laríngea, vesical, intestinal y asociación diabético-tuberculosa. KLEE puntualiza algunas de sus indicaciones, según sus observaciones de más de 300 casos, du. rante tres años. BUCHHOLZ y JÜNEMAN, de entre 60 enfermos tratados, destacan sus éxitos en empiemas y tuberculosis intestinal. VIETS y SCHOLTZE dan preferencia en su estudio a los casos de tuberculosis cavitaria. GüRICH estudia la droga en sus aplicaciones a la colapsoterapia quirúrgica. MERKEE, con independencia de PRIBILLA y KOES· TER, estudia los efectos hemotóxicos d el preparado. STÜHl\rER, independientemente de BRANDNER, lla· ma la atención sobre su carácter alérgico. Y últimamente la cuestión ha sido ampliamente debatida en el Congreso que la Unión de Tuberculosis celebró en Düsseldorf en abril de 1949, en donde presentaron interesanl<>s comunicaciones DOMAGK, KLEE, MÜLLER, SIMÓN y ROEVEN, alumbrando interesantes datos en las discusiones por parte de HUEBSMANN, BOHM, MOERS, SEEGER, Sl\mYr, GEHRT, VON KROGH y PRIBILLA. INvESTIGACIÓN ANATOMOPATOLÓGICA. Hasta la fecha, esta cuestión ha sido estudiada principalmente por DOMAGK, HUEBSMANN y MÜLLER. El primero ha analizado las lesiones histológicas por experime ntación a nimal, comparando estas alteraciones que presentan los conejillos tra· tados con tiosemicarbazona. Dice que en todo foco tuberculoso de infección primaria, mientras sea fresco· y no se rodee de una cápsula conjuntiva, los bacilos son fagocitados y convoyados por los histiocitos, elementos suscep· tibies de entrar y salir por los estromas capilares, siendo conducidos a la circulación y pudiéndose en· contrar a las veinticuatro horas en el hígado, pul· món, bazo, dermis, etc. Allí donde aniden dan lugar a focos tuberculosos, que serán productivos o exu· dativos, según que los gérmenes sean escasos o nu· merosos. Deduce que para la formación de una siem· bra hematógena no precisa ni la existencia del tu· bérculo vascular ni la rotura y entrada de material bacilífero en la circulación; basta con que exista un foco fresco, no encapsulado, y que los histio· citos fagociten los bacilos secuestrándolos del foco y llevándolos a la circulación. En el grupo testigo de animales no tratados ob· serva generalizaciones, y los neofocos se desarro· Han de modo progresivo hacia la exudatividad Y caseificación. En los animales tratados, el T. B.-I da lugar a la formación de un tejido conjuntivo perifocal, forman· do una gruesa cápsula alrededor del foco tuberculo· so primario qúe le aislaría de la corriente sanguínea. Por ello observa que las generalizaciones, incluso en infecciones provocadas con dosis masivas de gérmenes, es insignificante, llegando a ser fácihnen· Documento descargado de http://www.revclinesp.es el 01/12/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. tッセキ@ Xl セAGro@ xxxvt 2 TIOSEMICARBAZON A (T. B.-/-1698) te retenida con dosis reiteradas del medicamento. En los focos exudativos, los bacilos tuberculosos contenidos en el alvéolo no se multiplican y la alveolitis por ellos provocada no tiende a la caseificación. Parecería como si la presencia del T. B. I impidiera en cada alvéolo, como lo hace en un tubo de ensayo, la multiplicación celular y el efecto necrosante de sus toxinas. Er< el proceso productivo los tubérculos o nódulos miliares sufren en su seno una suerte de cavitación en panal, siendo atravesados y rodeados de tejido conjuntivo, desaparecen las células epiteliales y aún se señalan algunas células gigantes, de más resistencia que aquéllas, pero no con el clásico aspecto de las células de Langans, sino el tipo de células gigante, reactiva de cuerpo extraño. Por último, todos estos elementos degeneran, se destruyen y forman un tejido de cicatriz, que engloba también a los vasos afectos de inflamación específica o inespccífica, y que puede dar lugar a retracciones no deseables, por sus posibles manifestaciones secundarias, pudiéndose hablar en este caso de curación deficitaria. DOMAGK ha observado en pacientes el mismo efecto regresivo que en los animales de experimentación, respondiendo al tratamiento incluso los focos caseosos no reblandecidos, si dentro de los primeros meses son rodeados de una cápsula conjuntiva, impidiendo la emigración de los histiocitos desde el foco caseificado. Y así deduce como conclusión terapéutica que la suposición de que los focos caseosos no sean accesibles al tratamiento con la Tiosemicarbazona no es cierta. MüLLER, con la base de 10 casos autopsiados, observa en los focos nodulares numerosas células con múltiples núcleos, presentando esos focos una clara tendencia a la transformación conjuntiva e induración. HüBSMANN sostiene que el T. B.-I tiene una acción antitóxica, abreviando de ese modo la fase exudativa y fomentando el proceso reparativo por la presentación de células epitelioides y gigantes, como expresión del estímulo bacilar como cuerpo extraño. EFECTOS TERAPÉUTICOS. Sintetizando toda esta experiencia, podemos resumir los efectos logrados. a) Sobre la sintomatología general.-Sensación subjetiva de mejoría, aumento del peso, normalización de la temperatura, siendo el descenso de la fiebre a veces tan rápido, que hace pensar más que en acciones tubérculo-específicas en efectos antitérmicos de tipo farmacológico. Se recupera el apetito, desaparición de los sudores nocturnos. b) Sobre la expectoración.-Se disminuye y hasta puede hacerla desaparecer, negativizando el esputo en la mitad de los casos. e) Sobre las repercusiones biológicas.-Descenso a valores normales de la r eacción de centrifugación de albúmina, negativación de la de Takata, desviación a la derecha de la banda de coagulación de Weltmann. Sin duda el efecto más destacado es la normalización en pocas semanas de la velocidad de sedimentación, hecho que no se había observado nunca sobre tuberculosos graves antes del empleo de esta droga. d) Sobre los signos radiológicos.-Como era de esperar, sus efectos son más tardíos, pues la mejoイセ。@ clínica precede siempre a las modificaciones radiOgráficas. Regresan los focos exudativos, tendiendo a una transformación fibrosa. Se borran los infiltrados. Desaparecen las siembras frescas. Dismi· 131 nuye el tamaño de las cavidades, lográndose en ocasiones su cicatrización. Ningún influjo sobre las formas neumónico-caseosas, miliares y cirróticas. e) Sobre localizaciones extrapulrnonares. - Regresión de la imagen laringoscópica y cicatrización de ulceraciones laríngeas. Desaparición de diarreas, bacilos en heces y signos radiológicos en la tuberculosis intestinal. Cicatrización de los trayectos fistulosos en las tuberculosis osteo-articulares. Resolución de las adenopatías, impidiendo su caseificación. Cicatrización de ulceraciones mucosas: boca, faringe, cte. Manifiesta acción sobre las tuberculosis génito-urinarias, citándose curaciones de tuberculosis renal, vesical, epididimítica, prostática, de vesículas seminales, etc. Nada se ha dicho hasta la fecha sobre sus efectos en las serositis tuberculosas, y únicamente puede afirmarse su fracaso en las localizaciones meníngeas. 1-lECANISl\10 DE ACCIÓN. De los primitivos estudios de HEIL1\1EYER, parecía deducirse que el mecanismo de acción no es exclusivamente tubcrculostático, sino que despliega efectos inespecíficos. Ya hemos señalado que una de las acciones más llamativas de la droga es el descenso que se produce en la velocidad de sedimentación de los h ematíes, bastando sólo unos días para que los índices recuperen sus valores normales. Se aceptó que este extraordinario influjo nada tenía que ver con sus efectos antibacterianos, ya que igualmente se observa en enfermedades no tuberculosas: cáncer bronquiogénico, metástasis cancerosas, poliartritis reumáticas, estados alérgicos, etcétera, admitiéndose que el T. B.-I actúa sobre el equilibrio regulador de los coloides plasmáticos, rebajando la proporción de las globulinas "alfa" y "beta", disminuyendo la dispersión de los cuerpos albuminosos, por lo que los glóbulos rojos en suero alterado acelerarían su caída, cesando estas alteraciones tan pronto se suspenda el medicamento. Estas investigaciones fueron hechas por métodos electroforéticos, por los químicos de Elberfeld, primer campo de experimentación de la droga. También invocó HEILl\IEYER la posibilidad de un poder inactivante sobre la toxina tuberculosa, hecho que pudo demostrar con su colaborador BRA..'i'DKER, pues adicionando la semicarbazona a la tuberculina, ésta no despierta la r espuesta alérgica en individuos seguramente infectados, de antemano tuberculino-positivos. 0Rl\1EA concede más valor a esta acción antitóxica que a la bacteriostática, fundándose en que su actividad es mucho menos eficaz "in vitro" que "in vivo". Tanto HoHENER y LINKE como STURM, al comparar los efectos logrados en tuberculosos y enfermos de otra naturaleza, rechazan la suposición de que lo droga actúe sobre el organismo de modo inespecífico, sino al contrario, ya que tratando reumáticos hiperérgicos con dosis a las que normalmente responden tuberculosos graves, no pudieron comprobar las modificaciones humorales relatadas. KALKHOFF, basándose en su experiencia sobre el lupus, abriga la suposición de si el preparado "actúe por medio del sistema neurovegetativo, en el sentido de una regulación de sus disfunciones". Y STURM, que siempre dió especial importancia a las reacciones orgánicas en el proceso patobiológico de la tuberculosis pulmonar, dando por hecho que la disposición reactivo - exudativa tisular, las alteraciones de la velocidad de sedimentación, Documento descargado de http://www.revclinesp.es el 01/12/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. 132 REVISTA OLINIOA ESPAÑOLA las modificaciones leucocita rias y hasta los movimientos febriles están supeditados a mecanismos \'egetativos de regulación central, despertados por l'Xcitación del factor patógeno, supone que el organismo t uberculoso está específicamente sensibilizado a la tiosemicarbazona, respondi endo con dosis que de no existir dicha sensibilización serían indiferentes y cuya respuesta actuaría sobre la disposición reacciona! del organismo frente al bacilo dl' Koch, y piensa qul' para que un quimioter ápico sea eficientl' no sólo debl' influir sobre el agente patógeno, sino que debe llevar aparejada otr a pro¡;iedad: la de actuar sobre los receptores periféricc:s. ウ」ョゥ「ャエGセ@ a estímulos o sobre el órgano central vegc tativo, modificando las reacciones patológicas del 01 ganismo, y si la mayoría de las drogas empleadas cumplen con uno de estos dos principios, en la Tiosemicarbazona ··posiblemente" se hallan ligadas ambas actividades, es decir, que ella influiría sobre el proceso tuberculoso de dos formas diferentes: alterando la reactividad orgánica frente a la intoxicación bacilar v actuando sobr e el mismo agente patógeno. TOXICIDAD E iセtoleraxcN@ Al lado de éxitos brillantes. desde sus primeros ensayos, la Tiosemicarbazona también proporcionó sus reveses, manifestados por fenómenos de intolerancia y síntomas tóxicos. Se observaron: a) Tra stor11os digestivos, consistentes en anorexia, náuseas, molestias gástricas y más raramente estomatitis y diarreas. Se presentaron también vómitos, explicables por sensibilización de los núcleos del vago y centros vegetativos superiores (centros del vómito) . En este caso debe suspenderse la medicación para después empezar de nuevo con menores dosis. b) D isturbios hemáticos. Ligeros descensos de las cifras eritrocíticas y leucocitarias, monocitos is. Disminución de la hemoglobina, anemia hemolítica con aumento simultáneo de la bilirrubina indirecta en el suero y de urobilina y urobilinógeno en la orina. La agranulocitosis es, sin duda, la complicación más temible. KUI-ILMAN y KNORR han deserito un caso entre 120 enfer mos tratados, que ced ió al suspender la medicación. H EILMEYER dió cuent a de otro, desencadenado por el piramidón, creyendo que el T. B.-I puede sensibilizar a dicho antitérmico. MERKEL observó dos casos a l cabo de un mes de tratamiento y con dosis total al rededor de 3 gr., sin que hubieren recibido otra droga susceptible de provocar agranulocitosis, siendo, por consiguiente la Tiosemicarba zona la única causa desencadenan te. c) R eacciones alérgicas. El T. B.-I tiene carácter a ntigénico, pudiendo provocar sensibiliza ciones, como se revela por síntomas y manifestaciones de abolengo alérgico: conjuntivitis, exantemas, hepatitis alérgicas, hemolisis alérgicas, picores, fiebre inicial, fenómenos paralelos a la alergia sulfonamídica. BRANDNER, tratando cuatro pacientes, bastaba que comieran queso o pescado para que presentaran síntomas alérgicos, hecho que vió repetido STÜHMER por ingestión de arenques. Todos estos fenómenos alérgicos desaparecen tras la cesación o disminución de las dosis, reclamando rara vez la definitiva suspensión de la droga. e) Alteraciones ィ・ー£エゥ」。セ@ de tipo funcional, Takata positivo y raramente ictericia. Todas estas manifestaciones son atribuíbles al em pleo de dosis excesivamente elevadas ; pueden ser progresivas, a fin de lograr una determinada habituación, siendo muchas yugulables por los antihistamínicos sintéticos. Procediendo así, últimamente no ha podido demostrarse perjuicio a lguno ni para el hígado, ni para el riñón, y el peligro de agranulocitosis no es mayor que el que puede representar el piramidón ¡;or ejemplo. Hasta tal punto han variado en ・ウエセ@ sentido las cosas, que STURl\1 considera el empleo de la Tiosemicarbazona como una medicación exentrt de peligros. ADMINISTRACI ÓN Y do セ i s N@ ;";orma común a toda sulfamidoll'rapia es alcanzar lo más r ápidamentC' posible un nivel eficaz de concentración en sangre; pero en el caso de la Tiosemicarbazona, quC' no es una sulfamida, la concentración hemática ni es el único, ni el factor decisivo en su eficacia; por e llo es aquí distinto el problema de la dosificación. El efecto impediente de la semicarbazona sobre cultivos de bacilos tuberculosos t'S un hecho demostrado; pero al corrrr del tiempo la sustancia activa es gastada, de tal modo, que más tarde pueden germinar los bacilos en el mismo medio en que a ntes no prosperaron . Dt• esta propiedad y de observaciones en experimentación animal dedujo Do:-.t-\GK que la semicarbazona debía administrarse por mucho tit>mpo, a fin dr mantener una pt'rmanentP acción inhibidora (dosis continuadas). Se habrá de tener en cuenta que una rápida drsintegración bacilar· pul'dL• originar un choqm' tuberculínico, como expn•!'ión d<' manif<'stacion<'s turrrculotóxicas. Hüss:-.rA!\C:-> sosti(·ne qu(' dosis a ltas dt• T. H.-1 pueden liberar tan gran cantidad de endotoxinas bacilares, que hast a puedan originar rápidos procesos de r eblandecimiento (dosis reducida ). L a Tiosemicarbazona debe ser severamente dosificada, según la forma a natomoclínica de tuberculosis y estado general. Cuanto más extensa y grave sea la lesión, cuanto mayor tendencia exista a la exudatividad y sea más .lábil la reactividad orgánica, tanto más se habrá de extr emar esta conducta. En cada caso se habrá de tantear individualmente la dosis óptima. Así, por e jemplo, 25 mgr. pueden ser demasiado en procesos recientes. Tuberculosis cerrad as, de poca actividad y evo· lutividad, loca lizaciones ganglionares, etc. toleran mucho m ejor las dosis inicia les que las formas abiertas, extensivas y graves. No debieran otorgarse pausas, ni descansos prolongados, porque se suspendería el efecto impedien· te y además porque se ha podido comprobar que al reanudar la administración, por una mayor resistencia a r eaccionar, no se logra después el mismo efecto terapéutico, a un a costa de prolongar por mayor tiempo la medicación. Aquí, pues, no debe haber ciclos de administración, siendo preferible el empleo sin descanso durante meses seguidos, no siendo por ello más frecuentes, sino que son, por el contrario, m ás r educidas las manifestaciones tó· xicas. En resumen, dosis iniciales progresivas, conti· nuadas, aumentando progresivamente hasta encon· trar la dosis óptima, que no resultando tóxica, sea eficaz. No se administrarán ni simultánea ni sucesivamente a lergenos químicos del tipo del pirami· dón, novalgina, etc. Lejos de las dosis iniciales primitivas, que llega· Documento descargado de http://www.revclinesp.es el 01/12/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. T IOSEMICARBAZONA (T. B.-I-169R) ToMo XXXV! Núi-I!lRO 2 ron a tres grageas de 0,25 gr., la pauta más recomendable es empezar por un cuarto de tableta de o10 gr. (0,025), progresando paulatinamente a ョセ・、ゥ。@ tableta (0,05) y continuar con dos medias, después tres y luego cuatro, no pasando de 20 cgr. diarios. El T. B.-I, por no ser soluble en el agua, no puede administrarse en Aerosol, pero se puede emplear en inhalación pulverulenta, para el tratamiento local de laringitis y tuberculosis tráquea-bronquial. Con esa finalidad, RIED y KLAR, de la Universidad de Frankfurt, han construido un inhalador, que por un simple mecanismo transporta las partículas del medicamento merced a una corriente de aire seco y caldeado, depositándose en la mucosa, demostrándose por laringoscopia y broncoscopia que una hora después de la pulverización no se ve sustancia alguna, por haberse efectuado su absorción. Puede emplearse localmente en úlceras y fístulas, suspendida en solución salina o agua destilada puede instilarse en el interior de las cavernas, y de la cavidad pleural. El T. B.-IV, soluble en agua, puede emplearse intravenoso, para sustituir o apoyar el tratamiento oral con T. B.-I y además se usa en lavados pleurales, nebulizaciones y hasta intratecal, en casos dr meningitis. El T. B.-V, también insoluble, sólo puede administrarse' por vía oral, pareciendo ser útil en aquellds casos de intolerancia del T. B.-I, pues se dice que es mejor soportado que aquél. El T. B.-VI es como el T. B.-IV, soluble, y como éste, puede ser inyectado por vía raquídea en procesos meníngeos. Sea cualquiera la medicación empleada, puede hacerse más tolerable con pequeñas dosis de Luminal y antihistamínicos de síntesis en aquellos individuos con acusada susceptibilidad gastro-enté1 ica o manifiesta sensibilización alérgica. lNDICACIO'iES Y RESULTADOS. a) Tuberculosis pulmonar. L a Tiosemicarbazona está indicada en todas las formas anatomoclínicas y diferentes estadios de la tuberculosis, aunque las perspectivas de éxito lógicamente habrán de ser desiguales. Pocas esperanzas deben abrigarse en lesiones ulcero-caseosas, ulcero-cirróticas, cavernas terciarias, estados caquéxicos, etc. Su empleo no debe limitar las medidas conservadoras de reposo, clima, dietética, etc., así como tampoco sustituir a los métodos intervencionistas, que no se retrasarán en su ejecución. Serán prefeイセョエ・ュ@ tributarias las formas iniciales, exudal!vas, por contener cantidad limitada de gérmenes Y. estar mantenida la capacidad reacciona! defenウ セ セ。@ 、・セ@ organismo. Puede afirmarse que la indicacwn mas adecuada del T. B.-I son los infiltrados precoces ., ,y las diseminaciones recientes siendo su 。N」キ N セ@ mas favorable antes de que surja la caseiflcacwn y reblandecimiento. En las siembras posthemoptoicas, según la experiencia de VIETS y SCHOLTXE, desciende la temper atura en lisis y des。ーセ」・ ョ@ con rapidez los elementos de la diseminacwn broncógena. P a ra SMIDT, la Tiosemicarbazona representa un esencial progreso t erapéut ico en exudativas. También r esponden los prolas ヲ ッ イュセウ@ cesos ':11x tos exudativo-proliferativos. L as cavernas _rectentes, frescas, de paredes flexibles y de pequeno tamaño, pueden r etroceder , empequeñeciéndose Y hasta llegar a, la cicatrización. Hay que señalar par a ser cabales casos en los ) 133 que no obstante el tratamiento de infiltrados mlciales, que se extienden y llegan a reblandecerse, así como la presentación de diseminaciones y dispersiones. Af irma DoMAGI< que el T. B.-1 no puedf' impedir siembras broncógenas de procedencia cavitaria, pues cuando las paredes son rígidas, los bacilos no son atacables desde la corriente sanguínea. Por eso la Quimioterapia de las viejas lesiones destructivas sólo puede ser eficaz por la introducción directa de los tuberculostáticos en el interior de la caverna, bien a través de la sonda de Monaldi, como lo hace BouME, por punción directa, como lo recomienda KLEESATTEL y MALLUCHE, O previa cavernostomía, según el proceder de MAURER. La experiencia con todas las medicaciones en boga confirman que una gran parte de los tuberculosos, tal como llegan a nuestras manos, no pueden ser curados con remedios terapéuticos por razones de aislamiento de las lesiones de la corriente sanguínea y por la existencia de obstáculos mecánicos, que sólo pueden ser vencidos con métodos intervencionistas. En estos casos no cabe esperar del T. B.-1 más que un efecto preparatorio y protector de la colapsoterapia, prestando grandes servicios como sedante del brote exudativo, apagando su agudeza tóxica. Al reducir la exudatividad, reabsorber las siembras, disminuir el tamaño de determinadas cavernas, etc. se ganan para el quirófano casos de otro modo inabordables, disminuyendo el riesgo operatorio al limitar la extensión intervencionista, menos traumatizante y de mayor soportabilidad, así como la evitación de siembras postoperatorias y exacerbación de focos quiescentes. Al desintoxicarse el enfermo, se restituyen sus funciones normales, señalando LORBACHER casos con pruebas funcionales espirométricas precarias, que recobraron bajo el tratamiento sus valores e índices normales, y que pudieron ser operados y dados de alta. Este tratamiento preoperatorio debe ser iniciado pronto y mantenido el mayor tiempo posible, lográndose el resultado óptimo alrededor de tres meses. Puede ser hecho en el domicilio, a fin de evitar el estancamiento de camas sanatoriales. Caso de surgir complicaciones postoperatorias, es preferible, a nuestro juicio, yugularlas primero con estreptomicina, de acción más rápida, y continuar después con Tiosemicarbazona, de efecto más lento. Si quedan cavernas residuales, con tal de que su permanencia no sea causada por obstáculos mecánicos, sino por factores biológicos, pueden influirse favorablemente. KLEESATTEL, que en la Asamblea de Hamburgo de mayo de 1949 ha puntualizado el método de apertura de cavernas resistentes a una toracoplastia anterior, hace su limpieza como en un absceso pulmonar y aplica el T. B.-1 localmente y en el trayecto, favoreciendo el cierre e impidiendo la formación de tubérculos miliares en su recorrido. b) Empiema tuberculoso. - Si el empiema es mixto, la acción es nula, pues la Tiosemicarbazona no influye para nada sobre cocos ni bacterias, y como es imprescindible eliminar los gérmenes piógenes, para la acción eficaz, sobre la localización tubercu losa, lo primero que debe hacerse es lograr la esterilidad de agentes micr obianos inespecíficos, con antibióticos, penicilina o estreptomicina o sulfonamidicos, siendo muy empleados actualmente el Badional o Supronalum, entre los alemanes. Eliminada la infección, como en los casos de empiema tuberculoso puro, se inyectan diariamente 0,10 gr. suspendidos en 20 ó 30 c. c. de solución salina, previa extracción y lavado; después 0,20 gr. en di as alternos, para continuar con 0,50 gr semanalmente, Documento descargado de http://www.revclinesp.es el 01/12/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. 134: REVISTA CL/NICA ESPA!J'OLA debiendo combinarse simultáneamente el tratamiento por vía oral. Tanto LORBACHER como BoHME hacen uso del T. B.-IV en aplicación endopleural. En los casos tratados, y referidos por los autores últimamente citados, así como por los de GüRICH, BUCHHOLZ, J ÜNEMAX. ·, etc., se observó al principio una disminución del exudado con remisión de la purulen cia, después fluidificación del mismo, con tendencia ser ofibrinosa en unos casos y en otros de aspecto gelatinoso. Al comicnzo, los bacilos disminuyen en número, después presentan formas degener a tivas, terminando por desaparecer en días o semanas, continuando estéril el derrame bajo cl tratamicnto. Aunque son muy contados, refieren casos de cesación del exudado y r ecxpans ión pulmonar. El tiempo de cura debe ser bien vig ilado, pues si la medicación se suspende pronto se corre el riesgo de reaparición del exudado purulento, y si se excede, puede mantenerse el exudado, que llega a hacerse h emorrágico, por la gran vascularización a que la droga da lugar. P or ello, creemos de buen criterio, si una vez eliminada la infección y disminuída la exudación el pulmón no se reexpansiona, por ser inextensible, resolver el problema por un camino quirúrgico, según el caso, por toracoplastia con o sin pleurectomía, o por la decorticación pleuro-parietal, de gran boga actualmente en Xorteamérica. Vemos, pues, que si el T. B.-I, como ninguno de los tuberculostáticos existentes, no representa la mayoría de las veces una solución definitiva en el empiema tuberculoso, es de gran eficacia como preparante de su intervención quirúrgica. e) Tuberculosis intcst11wl.- Es una de las localizaciones en que el T. B.-I obtiene más éxito, siendo tanto más de apreciar cuanto que hasta la l et:lla :::,e H a J..HV::.LJ. auv La u J."""l.l'"'h..h... """ ..... t. ... u........ ...... セNャZッ@ ...... ciones. Hace cesar pronto las diarreas, borborigmos, dolores cólicos, tenesmus, desaparecen los signos radiológicos, se r ecuper a el peso y renacen las fuerzas, mejorando notablemente el estado general. Los casos autopsiados por MüLLER dan la impresión de que las lesiones tuberculosas de la mucosa intestinal están macroscópicamente curadas, aunque en la submucosa y al microscopio pudieran observarse algunos tubérculos milia r es. DOl\IAGK afirma que primero se r estaura la lesión mucosa, cicatrizando después los focos submucosos, instalándose una r eepitelización en algunas zonas cicatriciales. LETTERER y BoBINE han demostrado la total cicatrización en segmentos r esecados por est enosis cicatricial de enfermos curados. d) Tuberculosis laríngea. - Evidentes los r esultados sobre los dolores martirizantes a la deglución, que desaparecen en pocos días, mejorando la nutrición. La imagen laringoscópica muestra una mejor irrigación de la mucosa laríngea, singularmente alrededor de los focos tuberculosos. Cicatrización rápida de ulceraciones, etc. L a total curación cicatricial de un caso de laringitis tuberculosa de enorme extensión en sus lesiones destructivas fué demostrada con piezas histológicas por HuEBSMANN en el referido Congreso de Düsseldorf. Tanto las localizaciones laríngeas como intestinales, hasta ahora de pronóstico infausto, eran formal contraindicación para la intervención operatoria, que las agravaba sistemáticamente, a pesar de su más correcta ejecución. Pero con la cicatrización de las ulceraciones mucosas en ambas localizaciones, dado el efecto casi específico de la droga, se hace posible la indicación quirúrgica y r eal el logro de curaciones en otros tiempos no soñadas. e) Adenitis tuberculosas.- Retroceden con ex. trema facilidad, obedeciendo al tratamiento oral y en aplicaciones locales. BoHME, entr e sus casos, relata el de una niña inútilmente tratada durante largo tiempo con dife. rentes medicaciones, afecta de una gruesa adeno. patía cervical, que curó en dos semanas con la apli. cación local del T. B.-IV, y LORBACIIER resalta otro ejemplo de voluminosos paquetes ganglionares, re. blandecidos y algunos fistulizados, que regresaron t ápidamente, cerrando las fístulas. f) Otras indicacio11cs. No insistimos en ellas. por haber sido r eseñadas al h ablar de los ensa. • yos clínicos, como son las tuberculosis ostearticu. lares, lupus tuberculoso. tuberculosis urogenital, et. cétera, etc. El embarazo no contraindica la medicación, pues SEEGER ha tratado 15 casos de tuberculosas emba. razadas, no observando ningún daño par a la ma. dre, y tan sólo una leve alteración del cuadro hematológico en un lactante, que C'n segu ida quedó nor· mal izado. T ampoco la edad es obstáculo para su aplicac10n. s i Z|QPセ@ ha tratado niños con tuberculosis pulmonar peritonitis, adenitis, coxalgia, observando una de· bilitación de las resecciones tuberculínicas, ・ウᄀクセ@ cialmente cuando el curso es favorable, y ウッエゥ・ョセ@ que en los niños sometidos a este tratamiento debf ser constantemente vigilada la alergia l\tberculíni· ca como índice de dosificación y nuncio de resulta· dos. ROERE:>:, de 17 casos infantiles, de los c¡ue lo· dos mrjoraron y ninguno cmpcoró, destaca que la Tiosemicarbazona es un innocuo v valioso coadvu· vante en la cura de la tuberculosis localizada cñ f 1 Nセ⦅@ l " "' -1 1'"' lnflln(lot '11 Vemos, pues, que los resultados h asta la fecha, sqgún la escasa literatura existente, no pueden ser más prometedores, debiéndose t ener en cuenta en el enjuiciamiento de los mismos que la mayoría de los casos tratados eran enfermos graves, algunos verdaderos desechos de Sanatorios, y, s in embar· go, respondieron generalmente con mejorías con· sider a bles, a veces inesperadas, y con un gran aporte de curaciones. Tal es el nuevo tuberculostático que el genio de Dül\IAGK ha puesto en manos de los clínicos al ser· vicio de la Humanidad en la lucha individual con· tra la tuberculosis, cuyo valor H UEBSMANN, el gran anatomopatólogo alemán, lo expresa con estas pa· labras, que para final traducimos literalmente: "Nosotros poseemos con el T. B.-I un remedio que para la tuberculosis puede scr actualmente califica· do como indispensable." BIBLIOGRAFIA AROLD. H er. Asam. Wiesbadcn. Oct. 19·18. A UE-SAAl'.U:.-Dcuts. M c d. W sch ., 7, 215, 1949. BAUMANN. - Dtsch. Gcss., 20, 609, 194.8. BOintE.-Ref. Cong. Dusseldorf, 9 abril 1949. BRANDNER.-Dtsch. M cd. Wschr., 926, 1949. U UCIIOLZ-J ÜNERMAN.- ller Tub<>rku lo¡;earzt, 561, 10. 1949 Bm:vEl'o".-- Rev. Ibys, 10, 194.9. Bn t:cKE.-Wien. Klin. W schr ., 39, 623, 1949. 9. Dooo.- J our. Pharm., 86, 311, 1949. 1 SMIUT. l'\aturwilPilHchil' 10. D OM.\GK, BENISCIL mhセイcL@ t en , 10, 315, 1946. 11. DoMAGK. -Beitr. Klin. Tub., 101, 363, 1948 12. DOMAGK. Ref. Cong. DUsseldorf, 9 a bril 1949. 13. DOMACJK.- Acta Davosiunu, 10,1949. 14. DONOVIT, BERSTFlJ N. Amcr. R cv. Tub., 60, 533, 1949. 15. G t:HR. -Rcf. Cong. DUsseldot•f, 9 u bl'il 19-19. 16. GONZÁLFlZ MAR'l'IN. Rev. E sp. Tub., 8, 1949. 17. GUn tcH.-Dcr Tuberkulosearzt, 11, 628, 19·19. 18. H!llLMEYER, Scut:ro, STADA.ER, KEtDF;RLlN(l. Rcf c ong. Karlsruhe, 19 mayo 194.8. 19. Hl!HLMEYE!t.- Dtsch. M ed. W schr., 79, 161, 1949. 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. Documento descargado de http://www.revclinesp.es el 01/12/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. ToMO XXXVI NúMERO 2 NOVEDADES TERAPEUTICAS スZャオeusセエanM Ref. Congr. Düsseldorf, 9 abril 1949. 20. J{ALKon· mッ[Mセ」rpウN M m・、N@ Klin., 42, 812, 194.9. 21. KL.fJfJ- - Ref. C'ongr. DUsseldorf, 9 abril 1949. 22. KL.EfJSATfflL. Ref. Cong. Hamburgo, 5 1949. セZ@ l{;-:UC'I!fJL, l{It:.'IL.E, SCIIRETMAN. Arzt. Forschcr. . 208, 1949. l{UI!L.MANX KNORR. Me d . M onsch r., 8, 297, 1948. LORBACHF:R.:__Rcf. Cong. Düsscldorf, abril, QセTYN@ セM MAL.L.UCIII-J. -Med. Klln., 2.'ll, 1949. · MEJRKEL.. Dcr Tubcrlwlosearzt, 518, 9. 1949 28 · MOERS. - Ref. Congr. Düsscldorf, abnl 1949. 29 mu[Njセer M RC'L C0ngr. Di.isscldorf, abril 1949 z;;. 3o: 135 31. ÜZREA.-Min. Med., 140, 1949. 32. PRtBIL.LA KOESTER.-Deuts. Med. ·wschr .. 19:l, 19·19. 33. PRIBIL.u:-Ref. Congr. Düsseldorf, 9 abril 1949 34. RoERe:>. - Ref. Cong. Düsseldorg, 9 abril 19·19. 35. Sw:ER.-Ref. Congr. Düsseldorf, abril 1919. 36. StMOX.-Ref. Congr. Düsseldorf, 9 abril 1!)1!1. Cong. Düsselrlorf. abril l!H!l. 37. ウセオエjtNMr・ヲ@ 38. STCMER. - Med. Klin., 864, 1949. 39. STURM. セd・オエN@ Med. Wschr .. 23, 7:!6. 1949. 4.0. VtETS SCHOL.TZE.-Der tオ「」イャ\uoセG。コエ L@ 9 . éOS. 1949. Pharmaci<'. 4, 198. 194!). 41. vindセrゥャakNM・@ 42. Vox KROGH.-Ref. C'ongr. Düssel<lnrf. 9 abril 1949 NOVEDADES TERAPEUTICAS Nebulización de piribenzamina e n las a lergias respiratorias. Las manifestaciones alérgicas en la nariz y los bronquios no obedecen en ocasiones a los antihislamínicos, a causa de que la concentración que alcanzan éstos en los tejidos afectos no son suficicntrs para la acción terapéutica. La instilación de pribrnzamina al 0,5 por 100 resulta muchas veces irrilanle, y lo mismo sucede con las pulverizaciones nasalrs ordinarias. FEINBERG y BERNSTEIN ("J. Lab. and clin. Med.", 34, 1079, 1949) observan que la ncbulización de una solución al 2 por 100 de piribenzamina, realizada cada dos o tres horas, no ocasiona ninguna clase de irritación local y mejoró a 27 casos de 34 tratados por obstrucción nasal alérgica; en dos pacientes de los que fracasó el empleo de la solución al 2 por 100 se obtuvo éxito con una solución al 5 por 100 de la droga. En los casos de bronquitis espástica y asma, los resultados no son tan brillantes. De 57 casos t ratados con aerosol al 2 por 100 se obtuvo considerable mejoría en 10 y mejoría menos marcada en 13. La principal ventaja de los aerosoles de piribenzamina radica en la menor toxicidad que otros aerosoles empleados en los asmáticos, y en la menor toxicidad que la administración oral de los mismos antihistamínicos. Empleo <le progesterona por vía oral o sublingual. -Suele admitirse, sobre la base de estudios e!l animales, que la progesterona solamente es activa en inyección. BrcKERS ("J. Clin. Endocr.", 9, 736, 1949) ha estudiado la realidad de esta creencia en pacientes con amenorrea secundaria, asociaセ。@ a u_n endomelrio con persistencia de la fase prohferabva. La eficacia del prepar ado terapéutico sr 、セュッエイ@ por la hemorragia, por supresión y por biopsia del endometrio. Las enfermas eran sometidas durante veinte días a la administración oral de diarias de un estrógeno natural 4.000 セョゥ、。・ウ@ (urestrm) . Los cinco últimos días de recibir el estrógeno eran traladas también las enfermas con prol?esterona. En 18 casos se empleó la progesterona mtramuscular y se requirió una dosis de 5 a 10 mgr. diarios, durante cinco días, para oblener un claro endometrio secretor. En 12 enfermas se empleó la Zv■セ@ subingual, con dosis diarias de 50 a 80 mgr. dianos; el efecto progestacional definido se o_btuvo , sólo con dosis de 80 mgr. diarios, durante cmco dias. La administración oral de progesteroセ。@ produce solamente un efecto progestacional rooerado, menor que con la administración sublingual, aun con dosis diarias de 80 mgr. durante cin- co días. La administración oral de nnhidrohidroxiprogesterona, también en dosis diaria de 80 mgr .. durante cinco días, es eficaz en el 50 por 100 de los casos. Siempre es precisa la previa administración de estrógenos para que se manifieste el efecto de la progesterona. Tratamiento d e la disentería bacilar con estreptomicina oral. - Cuando se estudió sistemáticamente el efecto de la estreptomicina sob:-e diferentes infecciones, se vió que su empleo parenteral era eficaz en el tratamiento de la disentería bacilar. Teniendo en cuenta la indudable toxicidad dr las inyecciones de estreptomicina, Ross, BURKE, RICE, BISCHOFF y WASHINGTON ("Journ. Am. Med. Ass.", 141, 183, 1949) ensayan su empleo por vía oral. En 34 niños, de edades entre tres meses y doce años, con demostración de Shigella en las heces, administran 400 mgr. de estreptomicina por vía oral cada cuatro horas, manteniendo el tratamiento de nueve a diecisiete días (media de 10,7 días). La dosis media total de estreptomicina fué de 24,4 gramos. En ningún caso se observaron efectos tóxicos. Con fines comparativos se estudió en un grupo de 20 niños el efecto de la sulfadiazina y en otros 16 el de la aerosporina. En todos los casos se observó una curación, con desaparición de los gérmenes patógenos de las heces. La eficacia de la estreptomicina oral se reveló como igual a la de sulfadiazina y aerosporina, en lo que se refiere a duración de la enfermedad, y es superior a la aerosporina en lo que respecta a la toxicidad, mucho mayor en este último antibiótico. U n nuevo medicamento para los síndromes parkinsonianos. -Son muy numerosos los productos que recientemente se han propuesto para el tratamiento de los síndromes parkinsonianos. SIGWALD ("Presse méd.", 57, 819. 1949) comunica su experiencia con el clor hidrato de ((dietilamino-2'-metil2')etil-1') -N-dibenzoparatiazina, obtenido por ensayos sucesivos a partir de la observación de que un derivado de la dibenzoparatiazina poseía acción contra los síntomas parkinsonianos. La administración debe ser gradualmente ascendente. En los casos poco intensos se comenzará con una dosis diaria de 0,05 gr., repartida en cualro o cinco tomas con las comidas, siendo la primera de la mañana la más cuantiosa; los casos leves pueden ser mantenidos con una dosis diaria de 0,1 a 0,15 gr.; en los casos más intensos puede incluso comenzarse la terapéutica con una dosis diaria hasta de 0,20 gr ..