ver - Secretaría Técnica de Drogas

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INDICE
Año Nº 2 Edición Nº 11 Noviembre 2013
Ecuador 2013
SECRETARIO EJECUTIVO DEL CONSEJO
1 USOS DE DROGAS:
NACIONAL DE CONTROL DE SUSTANCIAS
ESTUPEFACIENTES Y PSICOTRÓPICAS
Rodrigo Vélez Valarezo
5 PROFESIÓN: “CONEJILLOS DE INDIAS”.
DIRECTOR DEL OBSERVATORIO
NACIONAL DE DROGAS
Diego Vaca Enríquez
8 OBSERVATORIOS ESCOLARES:
COMITÉ EDITORIAL
Daniela Ocaña Gordillo
10 DROGAS Y UNIVERSIDAD:
Anabel Guerrero
Una mirada diferente.
Plinio Hidalgo
Roberto Abadie
DIAGRAMACIÓN, DISEÑO E IMPRESIÓN
GM LÁSER Industria Gráfica
Telfs.: 2449 195
COMENTARIOS Y SUGERENCIAS:
[email protected]
@OND_Ecuador
USOS DE DROGAS:
PENAS VS. CANTIDAD
En el Ecuador, como en la mayor parte de
los países de América Latina, las políticas
de drogas han tenido y tienen un marcado
corte interdictivo. Este tipo de política que
no distingue ni a las drogas, ni a quienes
las poseen, criminaliza como grandes
DELITOS
Ley 108
narcotraficantes a microcomerciantes y
consumidores imponiéndoles altas penas,
incluso superiores a delitos tales como el
homicidio o la trata de personas, recordando
además que todas las penas por drogas se
pueden acumular hasta 25 años.
PENAS - AÑOS
(Las penas se acumulan hasta 25 años)
Cultivo ilícito
(Art. 57)
12 a 16 años
Fabricación ilícita
(Art. 58)
12 a 16 años
Tráfico ilícito
(Art. 60)
12 a 16 años
Transporte ilícito
(Art. 61)
12 a 16 años
Tenencia y posesión ilícitas
(Art. 62)
12 a 16 años
Destinación de bienes para
depósito o consumo
(Art. 66)
12 a 16 años
Enriquecimiento
ilícito por drogas
(Art. 73)
12 a 16 años
Fuente: La (des)proporcionalidad de la ley y la justicia antidrogas en el
Ecuador, Jorge Paladines, 2012
Elaboración: CONSEP – Dirección Nacional de Planificación Institucional
Es a partir de este razonamiento que en el
Ecuador surgió la necesidad de establecer
una tabla de cantidades máximas
admisibles para la tenencia y consumo de
drogas de una persona, misma que sirva de
guía a los operadores del sistema judicial:
jueces, juezas y fiscales, para discernir entre
un usador o consumidor y un traficante.
Esta tabla recogida en la Resolución
001 CONSEP-DC-2013, publicada en
DELITOS
Código Penal
PENAS - AÑOS
Terrorismo
(Art. 169)
4 a 8 años
Tráfico ilegal de órganos
(Art. 190)
3 a 5 años
Homicidio
(Art. 449)
8 a 12 años
Violación
(Art. 513)
12 a 16 años
Secuestro express
(Art. 552.1)
3 a 6 años
Trata de personas
(Art. 190 agregado)
6 a 9 años
Plagio -secuestro con
liberación de la víctima
(Art. 189.1)
6 meses a 2 años
Registro Oficial el 20 de junio de 2013,
fue presentada por el Consejo Directivo
del CONSEP, presidido por el Procurador
General del Estado e integrado por siete
Ministerios y la Secretaría Ejecutiva del
CONSEP. Esta Resolución y la tabla fueron
construidas sobre la base de un informe
técnico del Ministerio de Salud Pública, en
el cual se establecen criterios biológicos,
psicológico, sobre toxicidad, entre otros.
1
La Resolución indica que cada sujeto-consumidor, sin cometer algún tipo de delito, pueda
portar las siguientes cantidades de droga:
TIPO DE DROGA
CANTIDAD MÁXIMA ADMISIBLE
Marihuana
10 gramos
Pasta base
de cocaína
2 gramos
Clorhidrato
de cocaína
1 gramo
Heroína
0,1 gramo
MDA-N-etil-a-metl-3,4metilendioxi-fenetilamina
0,15 gramos
MDMA-N-a-dimetil-3,4metilendioxi-fenetilamina
(Éxtasis)
0.015 gramos
Anfetaminas
0.040 gramos
Según los parámetros establecidos en esta
tabla, entre 1992 y 2013 (octubre), en el
Ecuador existen aproximadamente 12.322
personas procesadas por delito de posesión
de marihuana entre 0 a 10 gramos, con
una posible condena de hasta 16 años, y
que presuntamente son consumidores. Los
12.322 procesados representan el 30% del
total de personas procesadas por delito de
tenencia de marihuana.
1.400
1.200
1.000
800
600
400
200
0
Total 1992
Total 1993
Total 1994
Total 1995
Total 1996
Total 1997
Total 1998
Total 1999
Total 2000
Total 2001
Total 2002
Total 2003
Total 2004
Total 2005
Total 2006
Total 2007
Total 2008
Total 2009
Total 2010
Total 2011
Total 2012
Total 2013
PROCESADOS
PROCESADOS POR MARIHUANA (0-10 gramos)
1992 - 2013 (octubre)
Fuente: Datos tomados del Sistema SISBIENES - CONSEP
Elaboración: CONSEP – Dirección Nacional de Planificación Institucional
2
Respecto de otras drogas encontramos los siguientes casos:
PROCESADOS ENTRE 1992 - 2013
TIPO
DE DROGA
NÚMERO DE PROCESADOS POR
CANTIDAD MÁXIMA ADMISIBLE
TOTAL DE
PROCESADOS
Clorhidrato
de cocaína
98
15.758
Pasta base
de cocaína
7.636
51.351
Heroína
6
3.074
Fuente: Datos tomados del Sistema SISBIENES - CONSEP
Elaboración: CONSEP – Dirección Nacional de Planificación Institucional
Por clorhidrato de cocaína en el período
comprendido entre 1992 y 2013 (octubre),
existen 98 personas que fueron procesadas
por tener entre 0 y 1 gramo de esta sustancia.
Quienes, según lo estipula la Resolución,
podrían ser considerados consumidores.
Total 2012
Total 2013
Total 2011
Total 2010
Total 2009
Total 2007
Total 2006
Total 2004
Total 2002
Total 2001
Total 2000
Total 1998
Total 1996
Total 1995
Total 1994
40
35
30
25
20
15
10
5
0
Total 1993
PROCESADOS
PROCESADOS POR COCAÍNA
(0-1 gramo; 1992 - 2013 / octubre)
Fuente: Datos tomados del Sistema SISBIENES - CONSEP
Elaboración: CONSEP – Dirección Nacional de Planificación Institucional
En el mismo sentido, vemos que 7.636
personas de un total de 51.351 han sido
procesadas por tenencia de pasta base de
cocaína, lo que significa que el 13% de los
procesados por esta sustancia posiblemente
son consumidores, y muchos otros podrían
ser microtraficantes.
Como se puede observar en el siguiente
gráfico, existe una marcada constante según
el número de procesados por pasta base de
3
cocaína, se puede ver que los procesados,
presumiblemente consumidores, fluctúan
entre 200 a 400 personas. Diferenciándose
del número de procesados por otras drogas,
por ejemplo en el caso de la marihuana,
se nota un crecimiento en el número de
procesados a partir del año 2011, y en el
caso de la cocaína un pico en el año 2007.
500
400
300
200
0
Total 1992
Total 1993
Total 1994
Total 1995
Total 1996
Total 1997
Total 1998
Total 1999
Total 2000
Total 2001
Total 2002
Total 2003
Total 2004
Total 2005
Total 2006
Total 2007
Total 2008
Total 2009
Total 2010
Total 2011
Total 2012
Total 2013
PROCESADOS
PROCESADOS POR PASTA BASE DE COCAÍNA
(0-2 gramos; 1992 - 2013 octubre)
Fuente: Datos tomados del Sistema SISBIENES - CONSEP
Elaboración: CONSEP – Dirección Nacional de Planificación Institucional
Datos como estos demuestran que la actual
Ley 108 de Sustancias Estupefacientes y
Psicotrópicas, no diferencia entre usadores
o consumidores, microtraficantes o
narcotraficantes a gran escala, al tiempo que
expone la falta de sentido de las leyes de
drogas (desproporción).
Existe en el país y en varios Estados de
América, la necesidad y voluntad de instaurar
nuevos modelos sociales y de salud pública
para abordar el fenómeno social de las drogas.
Tales como las leyes penales con umbrales
para la tenencia personal en Perú y Colombia,
los procesos de regulación de mercado
de cannabis en Uruguay y en el estado de
Columbia y Washington en Estados Unidos, el
uso de marihuana medicinal bajo ley estatal
en 17 estados y el Distrito de Columbia en
ese país. Se debe considerar que si estos
cambios no se comienzan a dar, se seguirán
aceptando como únicas las leyes punitivas
que sancionan al poseedor de cierta cantidad,
4
y no se iniciará un proceso de comprensión
de las motivaciones sociales, psicológicas
o económicas de los consumidores y
microtraficantes, continuando con el círculo
de la estigmatización del uso y del usador.
En este sentido, es preciso recordar la actual
Constitución de la República del Ecuador, que
en su Artículo 364 indica que:
Las adicciones son un problema de salud
pública. Al Estado le corresponderá
desarrollar programas coordinados de
información, prevención y control del
consumo de alcohol, tabaco y sustancias
estupefacientes y psicotrópicas; así como
ofrecer tratamiento y rehabilitación a los
consumidores ocasionales, habituales
y problemáticos. En ningún caso se
permitirá su criminalización ni se
vulnerarán sus derechos constitucionales.
Según datos proporcionados por el Estudio en
Centros de Rehabilitación Social del Ecuador
en 2008, realizado por el Observatorio
Nacional de Drogas del CONSEP, del 100%
de los delitos de drogas, el 40.7% fue por
tenencia, evidenciando la posible existencia de
consumidores en las cárceles de nuestro país.
A pesar de que éstos por ley no pueden ir a las
cárceles, la situación es distinta cuando solo
se ve el delito como tal: la tenencia. Entonces
existe una línea muy delgada que separa un
problema de salud pública con un delito.
Es por todas estas razones que el Ecuador,
a través de varios organismos y en conjunto
con la Asamblea Nacional, trabajó un
proyecto de ley para reformular el Código
Penal, develando por sí mismo que la ley
punitiva de drogas ha sido inefectiva y que
poco ha logrado en su objetivo eliminar
(meta imposible) el fenómeno en cuestión.
Fuentes:
-Jorge, Paladines, La (Des) proporcionalidad de la ley y la justicia de drogas en el Ecuador,
Defensoría Pública del Ecuador y Colectivo de Estudios Drogas y Derechos, Quito, 2012.
-Datos de procesados del Sistema SISBIENES – CONSEP.
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s
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Sujetos de inv Farmacéutica.
y la Industria
Cada año el tabaco y el alcohol matan a
millones de personas en todo el mundo.
Estas sustancias son mucho más dañinas
que las llamadas “drogas ilegales” como la
marihuana, cocaína, heroína, éxtasis, LSD,
crack, bazuco o pegamento. En medio del
debate de por qué algunas sustancias son
legales y otras no, a veces desconocemos
que cada año millones de personas mueren
por consumir medicamentos recetados.
Promocionados frecuentemente como
“milagros médicos”, los fármacos son
poderosos químicos cuya toxicidad –sobre
todo en condiciones crónicas-, que suponen
dosis elevadas durante años, presentan
también serios riesgos para la salud. La
retórica de medicamentos “salva vidas”
frecuentemente obscurece los aspectos
negativos como alergias o efectos adversos.
Estos discursos fomentados de forma
interesada por la industria farmacéutica
y sus departamentos de marketing,
llevan al público consumidor a tener una
visión distorsionada y poco realista de
los medicamentos y de lo que realmente
pueden hacer, y sobre todo, de sus riesgos.
A veces tenemos un pensamiento mágico
en el que la fe en la tecnología y la ciencia
que respaldan los medicamentos que
consumimos nos llevan a pensar que esas
pequeñas píldoras pueden devolvernos la
vida, la energía, el buen ánimo, las ganas
de vivir, la felicidad, entre otros. Pero no
solo como consumidores tenemos a veces
expectativas desmesuradas respecto a
nuestra medicación, tampoco sabemos
mucho –o quizás por eso mismo– acerca
de cómo se producen los medicamentos
5
en los que ponemos tanta fe y también
una buena parte de nuestros ingresos
individuales, familiares y por supuesto
estatales.
Nuestra actitud sobre los medicamentos
no es muy diferente a la relación que
tenemos con otros bienes de consumo
como IPads, IPods, teléfonos celulares
o televisores de pantalla plana. Al final,
lo que los consumidores quieren es
tener acceso a estos bienes sin pensar
demasiado en cómo se produjeron, si
fue con trabajo esclavo en países de
África o con trabajadores explotados
en países de Asia o América Latina.
Tampoco
reflexionamos
mucho
sobre lo que sucede una vez que nos
cansamos de un objeto y queremos
reemplazarlo con una versión último
modelo. Una vez que ponemos la
televisión vieja en la basura ya no nos
preocupamos de si su pantalla va a
ser abierta a pedradas para retirarle
los componentes valiosos, mientras el
resto se queda tirado, contaminando a
todo y a todos.
6
Este artículo explora entonces un aspecto
poco conocido de la producción de
medicamentos en Estados Unidos: el uso
de “conejillos de indias” pagados para
testear la toxicidad de los medicamentos
experimentales siendo desarrollados por
la industria farmacéutica en Filadelfia.
Inicialmente, cuando un compuesto es
considerado prometedor se realizan
pruebas químicas en laboratorio. Si estas
resultan positivas se realizan entonces tests
llamados pre-clínicos, usualmente en ratas
y perros (porque son abundantes, baratos
y genéticamente no tan diferentes a
nosotros). Estas pruebas miden la toxicidad
del compuesto para asegurarse de que
éste no sea demasiado tóxico. Si es seguro
para animales,el siguiente paso es la fase
I conducida en un pequeño grupo de
sujetos saludables que son pagados para
probar la toxicidad de estos compuestos,
luego de que estos hayan sido probados en
la fase pre-clínica. A veces también estos
tests miden la bio-equivalencia, es decir,
4 se aseguran que un compuesto tenga
esencialmente las mismas propiedades y
sea absorbido y metabolizado en el cuerpo
de la misma forma que otra sustancia con
la que se la compara. Si esta fase muestra
que la sustancia es segura, entonces pasa
a las fases II y III donde grupos mucho
mayores de voluntarios, frecuentemente
cientos o incluso miles, a veces en varios
lugares o países diferentes, la prueban
para establecer que es segura y eficaz
terapéuticamente. La mayor parte de
los compuestos son muy tóxicos o no
consiguen comprobar su eficacia y son
descartados durante el proceso. Aquellas
que consiguen pasar todas las pruebas,
luego de muchos años llegan al mercado
donde millones de personas las consumen.
Hasta inicio de los años 80 en Estados
Unidos la primera fase de tests clínicos
era llevada a cabo en prisioneros, pero
entonces las preocupaciones éticas
llevaron a su cancelación. En su lugar, la
industria farmacéutica comenzó a pagarle
a gente pobre, estudiantes, desocupados,
artistas y a cualquiera con tiempo
disponible que quisiera intentarlo para que
fueran sus “conejillos de indias”. Algunos
se habituaron a participar en estos tests
y se convirtieron en “conejillos de indias”
profesionales. Para ellos, los tests clínicos se
volvieron un trabajo, una nueva profesión.
Para entender mejor sus experiencias y
motivaciones asi como su comprensión de
los riesgos que enfrentan como sujetos de
pruebas profesionales, viví con un grupo
de ellos en Filadelfia. Esta ciudad en la
costa este de Estados Unidos concentra a
la mayoría de compañías farmacéuticas
Profesión: “Conejillos de Indias”.
mas grandes del mundo, lo que le provee
de amplias oportunidades a personas que
quieran convertirse en “conejillos de Indias”
y ganarse la vida probando medicación
experimental siendo desarrollada por la
industria farmacéutica.
Los “conejillos de Indias” que
participaron en mi estudio realizan entre
8 y 10 tests clínicos por año, algunos
han participado en esta economía de 5
a 10 años y han completado 80 pruebas
o incluso más. Un día como “conejillo de
indias” no paga menos de 250 dólares y
frecuentemente puede llegar a los 400
dólares o más si es un estudio en el que
el participante tiene que pasar el día y la
noche en el hospital. Algunos estudios
duran solo unos días mientras que otros
estudios pueden llegar al mes o incluso
más. Si bien algunos de los participantes
en mi estudio realizaban algún tipo de
trabajo como pintores, constructores,
mensajeros o cocineros, muchos de
ellos se dedicaban a hacer los tests
clínicos a tiempo completo. La mayoría
eran hombres ya que las mujeres tienen
menores oportunidades de participar.
Para ellos, ser un “conejillo de Indias”
es como alguno me dijo una vez, “un
trabajo raro” que se parece un poco a
la “economía de la tortura moderada”.
Según este participante, este es un
trabajo parecido al de un guardia de
seguridad al que le pagan, según el,
no para hacer algo sino para hacer de
cuenta que trabaja, para aburrirse. Ser
un “conejillo de Indias” es igual, me dijo,
“me pagan para tener el control sobre
mí”. Entonces no debemos extrañarnos
que estos sujetos se sientan explotados
y deshumanizados por la industria
farmacéutica que los trata no como
personas sino como “conejillos de
Indias”.
Algo que me preocupaba entender era que
tanto ellos entienden y se preocupan por los
riesgos, presentes y futuros, de su profesión.
En verdad, ellos tienden a pensar que los tests
no son muy riesgosos ya que en su experiencia,
eventos adversos y severos como la muerte,
son muy raros. Su preocupación se concentra
en los tests psicotrópicos o de experimentos
que cambian su sistema inmunológico o de
tests del sueño. Pero como la industria los
quiere reclutar y les paga mejor que en otros
tests todos ellos terminan haciéndolos igual.
Y sobre el futuro, no quieren ni pensarlo. Así
como lo dijo alguien: “en cinco años me va
a dar cáncer”. Por ello, se concentran en los
beneficios y el dinero que van a ganar, de
lo contrario, dejarían de participar en estas
pruebas.
Este es un estudio preocupante porque
muestra cómo la industria farmacéutica abusa
de participantes pobres que solo hacen los
tests porque necesitan subsistir. En la medida
en que los “conejillos de Indias”les mienten
a las farmacéuticas para así poder participar
en tantos tests como sea posible y para ganar
más dinero, esto termina cuestionando la
validez de los tests clínicos. En Ecuador no
se realizan tests de fase I con sujetos pagos,
pero esto no quiere decir que no sea un
problema ya que importamos muchos de
los medicamentos que consumimos y en
los que confiamos plenamente. Así que
quizás sea hora de empezar a preguntarnos:
¿De dónde vienen y cómo se producen
los medicamentos que consumimos?. Y ya
que estamos haciendo preguntas incisivas,
porque no preguntarnos también, ¿De dónde
viene y cómo se produce nuestra televisión
de plasma?
Roberto Abadie Ph. D. City University of
New York. Autor de “El Conejillo de India
Profesional”: la industria farmacéutica
y el peligroso mundo de los sujetos de
investigación. Editado por CONSEP y La
Universidad Andina Simón Bolívar.
7
OBES
En la actualidad, el consumo de drogas
consideradas “ilegales” se ha convertido
en una de las principales situaciones que
preocupa a la sociedad contemporánea.
Con el transcurso de los años, los Estados
han ido perfeccionado mecanismos
dirigidos a combatir un fenómeno social
que hasta el momento parece no tener
control ni final. Sin embargo, queda
claro que las distintas acciones deben
tener un carácter de integralidad, y
deben necesariamente contar con la
participación de las diferentes esferas en
las cuales interactúa el niño, es decir la
familia, la escuela y el entorno inmediato
y cercano como barrio, grupo de amigos,
etc.
La niñez y adolescencia se muestran
como las etapas más vulnerables de la
vida de una persona. El hombre (animal
político) es un ser social por excelencia.
Mientras crecemos vamos sintiendo la
necesidad de descubrir nuevos mundos,
de comunicarnos con otras personas, y
en este sentido nos sometemos a ciertas
presiones sociales que van formando
nuestra personalidad y concibiendo una
identidad que varía en el tiempo hasta
consolidarse de manera definitiva. Por
este motivo, el Consejo Nacional de
Control de Sustancias Estupefacientes
y Psicotrópicas -CONSEP- implementó
el proyecto denominado Observatorios
Escolares (OBES), los cuales enfocaron
su atención y esfuerzo precisamente en
los niños de escuelas públicas de Quito,
8
Guayaquil, Cuenca, Loja y Tulcán, además
de contar con la participación de padres de
familia y docentes.
Mediante la implementación de Grupos
Focales se pudieron obtener importantes
resultados alrededor de la temática
sobre el uso y el consumo de drogas.
Con la puesta en escena de estrategias
colectivas de participación, como por
ejemplo el Árbol de Problemas, en las
cinco ciudades los padres de familia
coincidieron en señalar como las
principales causas que motivan a niños
a introducirse en el mundo de la droga
ilícita la violencia y maltrato familiar,
así como al alcoholismo, tabaquismo
y consumo de drogas de los padres.
Otras respuestas destacables tienen que
ver con el poco tiempo que los padres
comparten con sus hijos. Situaciones
como la migración, mucho tiempo
dedicado al trabajo, ausencia de valores,
falta de comunicación, influyen en el
comportamiento individual proyectando
situaciones negativas.
Las soluciones posibles según los padres
de familia deben ser, entre otras, que papá
y mamá mejoren la calidad de tiempo con
sus hijos, que se mejore la comunicación en
el hogar, predicar y educar con el ejemplo,
buscar ayuda profesional si fuera necesario,
brindar confianza, seguridad y demostrar
mayor afecto y emociones de cariño a los
niños.
OBES
Los docentes participantes de los Grupos
Focales consideran como las principales
causas que conducen al consumo de
drogas la desintegración de la familia
(hogar disfuncional), la violencia o maltrato
intrafamiliar y también el alcoholismo de
los padres. Observamos que la violencia y
el consumo de alcohol de los padres son
respuestas que coinciden como las más
frecuentes, pues los docentes también
asumen un rol de padres, que seguro
muchos de ellos lo experimentan. El
bullying, los nuevos ingresos económicos
familiares, una mala infraestructura escolar,
los embarazos adolescentes, son posibles
causas que podrían conducir a los chicos
a experimentar nuevas vivencias o retos
sociales, entre ellas el consumo de drogas.
las distintas escuelas públicas de las cinco
ciudades. Conocer de voz de los niños y
desde dos aspectos concretos, lo que
les gusta y les disgusta de la escuela,
contribuyó a descubrir importantes
resultados. Por ejemplo, se pudo
constatar que a los niños les gusta en su
mayoría las canchas, el aula de clases
y computación, y también las zonas
verdes. Deporte, aprendizaje y tiempo
compartido con los amigos son factores
de placer y entretenimiento en su vida
cotidiana. En cambio, no les gustan los
baños ni el bar de su escuela. El primero
porque es sucio, desaseado, huele mal o
está en mal estado; y el segundo porque
es desordenado, caro o les tratan mal a
los más pequeños.
Cabe destacar que padres de familia y
docentes de tres ciudades coincidieron en
sugerir el mal uso de la tecnología (redes
sociales) como causa para el consumo de
drogas, lo cual es interesante en el sentido
de los prejuicios y estigmas que genera la
más importante revolución comunicacional
de los últimos tiempos, lo cual sería fácil
resolver con un mayor control del uso del
internet. Al final, los docentes consideran que
una solución apropiada sería implementar
Escuelas para padres como mecanismo para
prevenir y evitar el consumo de drogas en
niños y adolescentes. También la mejora
de la infraestructura escolar, adecuada
utilización del tiempo libre de los niños,
serían soluciones que ayudarían a prevenir
el consumo de sustancias nocivas para la
salud y el sano crecimiento.
El proyecto Observatorios Escolares, a
través de la técnica Mapa de Necesidades
– Empleo del Tiempo Libre, direccionó sus
mayores esfuerzos en los niños y niñas de
En el caso de las niñas participantes,
lo que más les gusta de su escuela es el
aula de clases, el patio y las áreas verdes
(bosque y/o parques). En estos espacios
pueden compartir juegos y aprendizajes
y descubrir nuevas vivencias. Aquello
desagradable vuelven a ser los baños y
el bar, y también aparece el patio de la
escuela. Las malas condiciones disgustan
a los niños y niñas, y estos aspectos sin
duda influyen en su comportamiento y
modo de sentir su vida.
La investigación realizada contribuye con
insumos que permiten visualizar aspectos
comunes y similares en distintas ciudades,
temas como la violencia intrafamiliar
o el consumo y abuso de cualquier
tipo de drogas afecta la vida personal e
inevitablemente a la familia más cercana.
La ausencia de la madre y/o el padre
influye en la carencia de un referente
adulto que le ayude a comprender
ciertos aspectos en una etapa hermosa
pero también difícil y llena de riesgos.
La prevención se convierte entonces
en el factor más importante a trabajar,
9
pues compartir información respecto a lo
nocivo que resulta el consumo de drogas,
más aún el abuso de las mismas, contribuyen
a estructurar estrategias de acción e
intervención de manera integral, es decir,
contando con la participación de los tres ejes
más importantes que se pudieron constatar:
familia, escuela y entorno inmediato del niño.
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DEL ESTUDIO
Permítanme iniciar esta breve intervención
agradeciendo a la Universidad de Cuenca
las facilidades y apertura que se nos ha
brindado para la organización de este acto
de presentación del estudio “Drogas y
Universidad”, generado por el Consejo Nacional
de Control de Sustancias Estupefacientes y
Psicotrópicas - CONSEP-.
El objetivo general del presente estudio
es establecer una tipología de clases de
drogas, prácticas de consumo y usos socioculturales que orientan los sentidos de los
consumidores. En función de este objetivo,
la investigación identifica los tipos de
droga usados en el ámbito universitario, la
percepción que tienen los docentes sobre el
uso de drogas en general y sobre las ofertadas
en el ámbito universitario. De igual manera,
atiende las prácticas de consumo y uso de las
drogas que se han desarrollado en el espacio
universitario, al igual que las significaciones
que los consumidores tienen de las mismas.
El hecho de que los estudiantes universitarios
usen drogas ha sido una verdad pública que
se ha tratado de mantener en las sombras,
en secreto, para precautelar los valores
de significación tan particulares que han
caracterizado a la academia y que, en buena
medida, la sostienen. En efecto, se ha pensado
que la imagen social de la universidad debería
ser protegida a toda costa porque en ello se
sostiene también la parte más importante
de lo que constituye el orden cultural del
país. Sin embargo, es preciso reconocer que
a las drogas, desde su propia prehistoria,
10
les pertenecen dos funciones fundamentales
de las cuales la sabiduría fue siempre la más
importante. Por ello, desde los tiempos del
mito, se convirtieron en esa suerte de ruta
mágica a través de la que se llega a los saberes,
en especial a aquellos a los que no es posible
acceder mediante las formas tradicionales.
A cada respuesta de la ciencia
le sucede un sistema inagotable
de preguntas. Las universidades
aparecieron cuando ya no fue posible
seguir la ruta de la fe, ni la de la magia,
ni la de los arrebatos para resolver los
misterios. Las universidades crecen
y se sostienen en el mundo porque
a ellas se les encargó la tarea de la
construcción de los saberes y de las
verdades. Es decir, la tarea de hacerse
cargo de los conflictos del saber.
Pese a que, curiosamente, nacen
adscritas a la iglesia, tempranamente
se secularizan y laicizan casi como
condición inevitable para que su
separación de la fe y de lo religioso
sea más radical y eficaz. ¿Cómo
caminar los caminos del saber, sino
reconociendo que nada está hecho
y que los saberes no se hallan en
ninguna parte sino que deben ser
construidos una y otra vez, con el
convencimiento de que nunca se
dirá la última palabra sobre algo? La
respuesta se halla únicamente en el
trabajo científico que pertenece a la
universidad por derecho propio y en el
que se halla íntimamente involucrado
el estudiantado.
La universidad constituye el lugar en
el que convergen todos los caminos
que recorren los saberes, igual que
la problemática social y política. En
efecto, no sería universidad si no se
hiciese cargo de todo aquello que
conforma las cotidianidades múltiples
que viven las sociedades porque a ellas
les corresponde, por derecho propio,
el análisis de la complejidad social.
Sin embargo, en nuestro medio, la
academia ha guardo silencio sobre el
tema de las drogas por años, y tan solo se
irrumpió gracias a una invitación realizada
por el CONSEP cuando se abordó el tema
“Ecuador, academia y drogas”. Si bien en
este evento se analizó el tema teórico y
político de las drogas, no se dijo nada de lo
que acontecía puertas adentro, en cuanto
al uso y consumo de drogas. No se trató de
un silencio cómplice sino de ese silencio
que se guarda hasta que llega el tiempo de
la palabra, ese tiempo que responde a las
lógicas sociales que difícilmente pueden
ser controladas desde fuera.
Pero el tiempo llegó cuando se cumplieron
las condiciones de las lógicas mágicas,
aquellas que movilizan a las instituciones
al borde de la palabra y, por ende, del
análisis. Ese tiempo leído nuevamente por
el CONSEP que se lanzó a la aventura de
investigar el tema de los usos de drogas por
parte del profesorado. Y éste constituye el
punto fundamental de rompimiento con las
prácticas comunes de investigación que ha
orientado al estudiantado, dejando de lado
al cuerpo docente.
El CONSEP, a través de su observatorio,
volvió a dar un paso más en este terreno
cada vez menos prohibido. Entonces se
lanzó a la aventura de investigar, mediante
informantes calificados, los usos de drogas
en el grupo de maestros universitarios.
La verdad es que el trabajo fue menos
complejo de lo que se creía porque es
probable que el tiempo del CONSEP haya
coincidido con el de la universidad y de sus
maestros que no dudaron en hablar. Esos
son los tiempos lógicos del decir y del saber.
Un efecto problemático de la globalización
económica capitalista, que enfrenta la
sociedad mundial en la primera década
del siglo XXI, es la expansión acelerada de
un tipo de economía criminal articulada
al tráfico ilegal de estupefacientes. La
producción, circulación y consumo de
drogas ilícitas es, sin duda, una de las
actividades económicas transnacionales
que hoy dominan grandes mercados a nivel
planetario y que arroja niveles elevados de
ganancia y acumulación de capital.
Es importante puntualizar que la política de
guerra contra las drogas no ha logrado frenar
los efectos de esta economía criminal, menos
aun atacar las causas estructurales de la
misma. Este fracaso explica el repunte de los
índices de violencia y del poder de las mafias
relacionadas con el tráfico de droga, sobre
todo en los países de producción y tránsito,
como es el caso de Colombia, Bolivia, Perú,
México y Ecuador.
La dimensión y complejidad alcanzada por
este fenómeno social han provocado el
interés de las ciencias sociales por indagarlo
desde sus distintas perspectivas disciplinarias
e interdisciplinarias. Estos estudios han
contemplado el análisis económico, político,
social, simbólico y jurídico del fenómeno
de las drogas, en su ámbito de producción,
circulación y consumo.
Se han producido estudios que han ayudado
a una mejor comprensión de la problemática
a partir de lo cual se han propuesto
recomendaciones para su tratamiento, tanto
desde el ámbito de las políticas públicas cuanto
desde el ámbito de acciones individuales.
Tomando en cuenta que este fenómeno
social no solo que no es estático sino que
tiende a su crecimiento, diferenciación y
complejización, los estudios que se realizan
11
deberían ser permanentes para buscar mayores
y mejores aproximaciones a su dinamismo y a
sus permanentes modificaciones.
Atendiendo a este desafío, los estudios
sociales deben buscar nuevas entradas
analíticas y otras formas de comprensión
que puedan dar cuenta de la complejidad
del fenómeno, entendiéndolo desde su
globalidad y su movilidad.
El cambio de eje en el énfasis de los estudios,
desde el objeto droga hacia el sujeto
consumidor, implica un desplazamiento que
ha roto con muchos estigmas y prejuicios
que han impedido una mejor aproximación
a la problemática. El interés por el sujeto
consumidor abre un campo mucho más
rico para la compresión del fenómeno de
la droga, pues comprende la pluralidad de
sujetos consumidores, las relaciones que
estos establecen entre sí y con el objeto.
Este cambio abre la posibilidad de
replantear las políticas públicas en función
de una intervención que refiera a las causas
del problema y no a los sujetos involucrados
en el mismo. Es decir, priorizar las políticas
de prevención y no las de represión, lo que
implica no criminalizar al sujeto consumidor
y garantizar el respeto a sus derechos
humanos. Entendido así el fenómeno,
se plantea la necesidad de alimentar los
enfoques investigativos centrados en el
sujeto consumidor, comprendido en su
complejidad y heterogeneidad.
Los estudios sobre el consumo se han
realizado mayormente en sectores
marginales y se han descuidado otros de
igual importancia para la comprensión social
del hecho planteado. Es la universidad un
espacio donde se desarrolla una práctica
de consumo de drogas con sus propias
especificidades, lo que la convierte en un
campo valioso de interés para la investigación
sociocultural sobre el tema tratado.
Dentro de este contexto universitario, hay
una población que ha sido menos investigada
en relación a los estudiantes, es el caso de
los docentes universitarios. En tal razón, la
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investigación del uso de substancias psicotrópicas
en el ámbito universitario y particularmente
en la población docente, aportará con insumos
nuevos a una mejor comprensión de la
problemática propuesta. Este conocimiento
contribuirá con otras perspectivas analíticas
desde donde será posible tratar este complejo
tema, también con insumos para la construcción
de políticas públicas y normativas legales que
ayuden a prevenir la violencia y la inseguridad
articulada a la venta y consumo de psicotrópicos,
políticas amparadas en las garantías y derechos
constitucionales.
El Ecuador se encuentra aplicando una
metodología innovadora que deja de lado el
análisis clásico de la prevalencia y permite
establecer categorías de usos basadas en
variables como tiempo, cantidad y frecuencia
del uso de drogas. Esto garantiza que las
intervenciones en las distintas poblaciones sean
eficientes y efectivas.
La investigación en la temática también
debe, por un lado, tomar en cuenta
nuevos enfoques basados en la realidad
social y cultural de cada país, y por otro, es
necesaria la introducción de otras variables
y mecanismos de análisis que permitan
una mejor compresión de la magnitud del
fenómeno, todo ello con la finalidad de que
las intervenciones sean más efectivas.
El CONSEP, como entidad rectora en el ámbito
de las drogas, se caracteriza por sustentar
su accionar en evidencias científicas,
cuyos estudios son desarrollados por el
Observatorio Nacional de Drogas, y éste es
uno más de ellos.
Estamos seguros que el estudio “Drogas y
universidad” que hoy tenemos el orgullo
de presentar a la comunidad nacional e
internacional, desde esta hermosa ciudad
Atenas del Ecuador, en donde se inserta
la prestigiosa Universidad de Cuenca, será
un aporte fundamental para analizar el
fenómeno social de las drogas desde la
perspectiva que me he permitido resumir.
Reitero nuestro reconocimiento a las
autoridades universitarias por la oportunidad
que se nos ha brindado y por las evidentes
muestras de una indispensable relación,
como es la de la academia con el CONSEP.
1-800-CONSEP
266737
CONSEJO N ACIONAL DE C ONTROL
DE SUSTANCIAS ESTUPEFACIENTES Y
PSICOTRÓPICAS
OBSERVATORIO N ACIONAL
DE
DROGAS
Robles E4-54 entre Amazonas y 9 de
Octubre
Teléfonos: (593 2) 2940 300 Ext. 2626
Quito- Ecuador
www.drogasinfo.gob.ec
www.consep.gob.ec
[email protected]
@OND_Ecuador
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