Repertorio Americano tribuna del pensamiento latinoamericano: la

Anuncio
Repertorio Americano
tribuna del pensamiento
latinoamericano: la voz de José
Vasconcelos
Grace Prada Ortiz
Instituto de Estudios Latinoamericanos
Consejo Universitario, Universidad Nacional
Resumen
(QHVWHHQVD\RODDXWRUDGHVDUUROODYDULRVWHPDVUHODFLRQDGRVFRQHOLGHDULRGHOPH[LFDQR
-RVp9DVFRQFHORVSXEOLFDGRVHQGLYHUVRVDUWtFXORVHQODUHYLVWDFRVWDUULFHQVHRepertorio
AmericanoLQFOXLGRXQFXHVWLRQDULRGH-RDTXtQ*DUFtD0RQJHFRQVHLVSUHguntas hechas a Vasconcelos sobre temas de educación y de política. Además, se ofrece
ODSRVLFLyQGH9DVFRQFHORVVREUH(VSDxDODUHOLJLyQODFXOWXUDHOODWLQLVPRHOHMpUFLWR
HOWUDEDMR\RWURVDVXQWRVLPSRUWDQWHVHQODpSRFD
Palabras claves: Vasconcelos, pensamiento latinoamericano, identidad cultural latinoamericana, ideas políticas.
Introducción
E
n el primer apartado se hace un
UHFXHQWR GH OD YLGD GHO PH[LFDQR
-RVp 9DVFRQFHORV KH GHQRPLQDGR
este primer punto 'DWRVELRJUiÀFRVGHXQ
pensador latinoamericano.
-RVp 9DVFRQFHORV QDFLy HQ OD FLXGDG GH
2D[DFDHQ\PXULyHQ(VLPportante ubicar a un personaje histórico en
VXFRQWH[WR\HQHOFDVRGH9DVFRQFHORV
es determinante hacerlo, porque de lo contrario podríamos pecar de injustos con su
pensamiento.
El momento histórico que le tocó vivir a
Vasconcelos fue de gran convulsión política y social y marca el tránsito entre el siglo IX y el XX. En el nivel local, se choca
directamente con los acontecimientos de
OD5HYROXFLyQ0H[LFDQDGH(QHOQLvel mundial, tenemos la Revolución Rusa
OD3ULPHUD*XHUUD0XQGLDO
OD6HJXQGD*XHUUD0XQGLDO
1945), la era intervencionista (1904-1934)
de los Estados Unidos y diversos procesos
UHYROXFLRQDULRVHQ$PpULFD/DWLQD(VWRV
acontecimientos serán, de alguna manera,
los insumos que moldean el pensamiento
GHHVWHKRPEUHGH$PpULFDTXHGHVGHVXV
DxRV GH MXYHQWXG DÀUPDED HQ VX HVFULWR
5(3(5725,2$0(5,&$126HJXQGDQXHYDpSRFD1ƒ(GLFLyQ(VSHFLDO(QHUR'LFLHPEUH
61
*UDFH3UDGD2UWL]
DXWRELRJUiÀFRUlises criollo, que “los sucesos importantes de mi vida iban a estar
contenidos en el ciclo nuevo”, es decir, en
el nuevo siglo XX.
Como rasgos importantes de su vida, podemos destacar su estrecha relación afectiva con su madre, quien guió gran parte de
ODYLGDGH9DVFRQFHORVQLxRDGROHVFHQWH
DERJDGR\SROtWLFRGHODQDFLyQD]WHFD
El trabajo itinerante de su padre le permitió conocer las diferentes realidades de su
país, ponerse en contacto con la cultura
QRUWHDPHULFDQD\PDQHMDUHOLGLRPDLQJOpV
FRQJUDQVROYHQFLDVXIRUPDFLyQELOLQJH
OHIXHPX\~WLOHQVXWUD\HFWRULDSROtWLFD
Vasconcelos desarrolló una gran pasión por
ODVOHWUDVORTXHSURQWROROOHYyDODÀORVRfía y a formar parte de uno de los grupos
de intelectuales latinoamericanos más imSRUWDQWHVHO$WHQHRGHOD-XYHQWXGIRUPDOPHQWHIXQGDGRHQ(OMXQWRD-HV~V7
Acevedo, Alfonso Reyes, Alfonso Cravioto
y otros, formaron la primera generación de
DWHQHtVWDVTXLHQHVWXYLHURQJUDQLQÁXHQFLD
del pensador Antonio Caso.
6HJ~Q PHFRQWDEDHOKLVWRULDGRUPH[LFDno Mario Magallón, era increíble cómo
9DVFRQFHORVXQGtDKDFtDXQDDÀUPDFLyQ
sobre un tema político y posteriomente se
UHWUDFWDED VLQ PD\RU SUREOHPD SRU HVR
unos lo amaban y otros lo odiaban.
Tercero, porque su aporte al pensamiento latinoamericano es poco conocido en
nuestro país y no se había trabajado desde
el Repertorio Americano.
¿En qué campos del saber se destacó
Vasconcelos?
'H SURIHVLyQ DERJDGR ÀOyVRIR GH FRUD]yQ IXH HGXFDGRU VLQ HVWXGLDU IRUPDOPHQWHSDUDHOOR6XVHVFULWRVVRQPXFKRV
PHQFLRQDUp DSHQDV DOJXQDV GH VXV REUDV
PiVFRQRFLGDVHQWUHODVTXHÀJXUDQ Ulises Criollo, que es un escrito autobiográÀFRLa raza cósmica, donde hace un amSOLRDQiOLVLVVREUHODVFXOWXUDVGH$PpULFD
\VXGLYHUVLGDGBreve historia de México,
HV VX UHODWR GH OD KLVWRULD PH[LFDQD \ OD
revolución de 1910.
¿Cuál ha sido el aporte de Vasconcelos a
la educación?
¿Por qué Vasconcelos?
3ULPHURSRUTXHODKLVWRULDGH&HQWURDPprica no la concibo desligada de los aconWHFLPLHQWRV GH 0p[LFR HV GHFLU OR TXH
RFXUUHHQ0p[LFRQRHVDMHQRDODUHDOLGDG
centroamericana.
Segundo, porque Vasconcelos es un penVDGRU FUtWLFR TXH OHYDQWy SROpPLFD SRUTXHHUDFDSD]GHGHFLUORTXHpOSHQVDED
sin tapujos y muchas veces hasta sin medir
las consecuencias de su discurso.
62
Vasconcelos fue el primer rector de la Universidad Nacional Autónoma (UNAM) y
SRVWHULRUPHQWH VH GHVHPSHxy FRPR 0Lnistro de Educación. Fue un reformador
radical de la instrucción y se preocupó por
HUUDGLFDU HO DQDOIDEHWLVPR HQ 0p[LFR RUJDQL]DQGRXQ´HMpUFLWRGHPDHVWURVPLVLRQHURVµVHJ~QSDODEUDVGH&pVDU$UUR\RHQ
Repertorio Americano.
Su preocupación partía de la necesidad
de dotar a la educación de los recursos
5(3(5725,2$0(5,&$126HJXQGDQXHYDpSRFD1ƒ(GLFLyQ(VSHFLDO(QHUR'LFLHPEUH
Repertorio AmericanoWULEXQDGHOSHQVDPLHQWRODWLQRDPHULFDQRODYR]GH-RVp9DVFRQFHORV
econónicos necesarios, pasando por la
construcción del espacio físico adecuado,
donde siempre debía incluirse una
biblioteca y una sala de lecturas para los
QLxRV\ODVQLxDV
Erradicó la práctica que educaba a indios
\HVSDxROHVSRUVHSDUDGRFUH\HQGRÀUPHmente en que para poder gobernar, primero hay que educar.
¿Cuál era la posición Vasconcelos ante
la corrupción?
Las páginas del Repertorio Americano son
testimonio histórico de que la corrupción
en las sociedades latinoamericanas no es
XQ IHQyPHQR QXHYR <D HQ OD FRUUXSFLyQ HQ 0p[LFR HV SURIXVDPHQWH GHnunciada por Vasconcelos. Esa corrupción
de las altas esferas del gobierno que era
incuestionable, Vasconcelos la pone en el
banquillo de los acusados, arremete contra
quienes estaban vinculados a esta prácWLFD \ ORV FDOLÀFD GH VHU ´ORV YHUGDGHURV
grandes culpables de nuestro desastre naFLRQDOµ$OUHOHHUORVWH[WRVGRQGH9DVFRQcelos critica severamente la corrupción en
ODVRFLHGDGPH[LFDQDHOFRQWLQXLVPR\HO
desastre político, se tiene la sensación de
estar suspendidos en el tiempo. Nada de
lo que Vasconcelos nos dice en 1929 nos
HVDMHQRREVHUYDQGRODVLWXDFLyQDFWXDOGH
0p[LFR\RWUDVQDFLRQHVODWLQRDPHULFDQDV
dolorosamente podemos pensar que poco
ha cambiado el panorama en tanto tiempo.
La vigencia y urgencia de retomar las ideas
de Vasconcelos contra la corrupción y el
continuismo político, golpean con gran
IXHU]DDODVSXHUWDVGHDTXHOODV\DTXHOORV
latinoamericanos honestos que todavía no
VHKDQH[WLQJXLGRHQ1XHVWUD$PpULFD
¿Cuál es el aporte de Vasconcelos al
pensamiento latinoamericano?
<R GLUtD TXH HQ VX SHQVDPLHQWR KD\ XQD
evolución, que parte de su pertenencia y
UHÁH[LRQHVHQXQIRURWDQLPSRUWDQWHFRPR
IXHHO$WHQHRGHOD-XYHQWXG\GHVXYDVWR
5(3(5725,2$0(5,&$126HJXQGDQXHYDpSRFD1ƒ(GLFLyQ(VSHFLDO(QHUR'LFLHPEUH
63
*UDFH3UDGD2UWL]
FRQRFLPLHQWRGHODUHDOLGDGPH[LFDQD9DVconcelos es heredero del arielismo, de Alfonso Reyes y de sus contemporáneos.
Su consolidación como político y libre
SHQVDGRUFRPRpOPLVPRVHFDOLÀFyYLHne de su conciencia social y su sensibilidad, pero sobre todo de su conocimiento
HLGHQWLÀFDFLyQFRQODUHDOLGDG\ORVSUREOHPDV TXH DTXHMDEDQ HQ VX pSRFD D ODV
naciones latinoamericanas.
A Vasconcelos no le son ajenos los proEOHPDVGHORVFDPSHVLQRV\ORVFRQÁLFWRV
por la tenencia de la tierra, el analfabetismo, la situación de los hombres en los
HMpUFLWRV QL HO LPSHULDOLVPR \ ODV GLFWDduras latinoamericanas.
Sobre todos estos tópicos encontramos
escritos suyos en las páginas del Repertorio Americano. A mi juicio aquí radica
su importancia para el pensamiento latinoamericano.
El Repertorio Americano como fuente
histórica
La importancia de Repertorio Americano
como fuente histórica es, a mi criterio,
motivo de investigación, pero para el caso
que hoy nos ocupa resumiría su importancia en que la revista es una puerta que nos
permite ingresar en un período muy imSRUWDQWHGHODKLVWRULDGH$PpULFD/DWLQD
que va de 1919 hasta 1958.
Todos los acontecimientos históricos, políticos y literarios, el arte, los hombres y muMHUHVGH$PpULFD(XURSD\$VLD\KDVWDOD
vida cotidiana se encuentran registrados en
cada una de sus páginas. Acercarse a esta
64
fuente histórica ejecerce una especie de
IDVFLQDFLyQ FDVL PiJLFD FRQ VX OHFWXUD HO
tiempo transcurre sin tener la menor noción
de su paso.
Cualquier investigador/a en el campo de
las ciencias sociales y las letras podrá encontrar en esta fuente amplios temas para
investigar. Es de gran necesidad que los
docentes motivemos a nuestros estudiantes a conocer las páginas del Repertorio y
a partir de aquí generar nuevos proyectos.
Esta sería una forma de recuperar el legado que nos han dejado nuestros próceres,
sobre todo en momentos como los actuaOHVFXDQGRODWHQGHQFLDDODJOREDOL]DFLyQ
de las culturas es cada día más fuerte y
menos deseable.
Mi mayor agradecimiento para el Dr. MaULR0DJDOOyQ$QD\DDFDGpPLFRGHO&HQWUR
Coordinador y Difusor de Estudios Latinoamericanos de la UNAM, por su deferencia al ayudarme a recopilar y enviarme
ORVPDWHULDOHVGH-RVp9DVFRQFHORVTXHQR
se encontraban en el país.
2. ¿Quién fue este pensador latinoamericano?
D/DÀJXUDGH9DVFRQFHORV
-RVp 9DVFRQFHORV &XDQGR VH
nos dan las fechas de nacimiento y muerte
de un ser humano, en la gran mayoría de
los casos no reparamos en la importancia
GHXELFDUORHQHOFRQWH[WRKLVWyULFRHQTXH
le tocó vivir. Sin embargo, no hacer esto
con Vasconcelos sería además de un error,
una gran injusticia. Lo que hacemos tanto
hombres como mujeres en nuestro paso por
el mundo terrenal obedece, en gran medida,
5(3(5725,2$0(5,&$126HJXQGDQXHYDpSRFD1ƒ(GLFLyQ(VSHFLDO(QHUR'LFLHPEUH
Repertorio AmericanoWULEXQDGHOSHQVDPLHQWRODWLQRDPHULFDQRODYR]GH-RVp9DVFRQFHORV
a lo que acontece en el momento cuando
nos toca vivir y al entorno que nos rodea.
9DVFRQFHORVYLYLyHQHO0p[LFRGHÀQDOHV
del siglo XIX y de la primera mitad del
VLJOR;;'XUDQWHORVVHWHQWD\RFKRDxRV
GHVXLQWHQVDH[LVWHQFLDD9DVFRQFHORVOH
tocó presenciar algunos de los acontecimientos más relevantes de la historia de
su país y del mundo. Entre la Revolución
0H[LFDQDOD3ULPHUD*XHUUD0XQdial (1914-18), la Revolución BolcheviTXH OD 6HJXQGD *XHUUD 0XQGLDO
(1939-1945) y los diversos procesos revoOXFLRQDULRV GH $PpULFD /DWLQD GLVFXUULy
la vida y se consolidó el pensamiento de
este latinoamericanista.
Vasconcelos sabía que tendría tareas importantes que cumplir en la historia. Con
PHQWH SUHFODUD VXSR XELFDUVH FRQ H[DFWLWXGHQODpSRFD\HOPRPHQWRGHVXH[LVtencia, “[...] un siglo no es más que un
minuto para las estrellas, pero nuestros poEUHVFRUD]RQHVUHFRUGDEDQ\KDFtDQEDODQFHV&XPSOtDDSUR[LPDGDPHQWHGLHFLRFKR
DxRV/RVVXFHVRVLPSRUWDQWHVGHPLYLGD
iban a estar contenidos en el ciclo nuevo”
(Criollo: 124-125).
De lo anterior podemos entender lo que
VLJQLÀFySDUD9DVFRQFHORVHODGYHQLPLHQto del siglo XX, aunque en este momento
pO QR SRGtD VDEHU TXH OOHJDUtD D VHU DGHPiVGHÀOyVRIRHGXFDGRUOLEUHSHQVDGRU
jurista y candidato a la Presidencia de la
QDFLyQD]WHFD
¢4XLpQIXH9DVFRQFHORV\TXpLPSRUWDQFLD
KDQWHQLGRSDUD1XHVWUD$PpULFDVXVHVcritos, sus pronunciamientos políticos, su
visión de mundo y sus emociones?
A esta pregunta tan amplia como compleja intentaremos dar algunas respuestas, no
VLQDQWHVDFODUDUTXHpVWDQRHVXQDLQYHVtigación general acerca de Vasconcelos,
\DTXHRWURVVHKDQHQFDUJDGRGHUHDOL]DU
estos estudios. La pretensión de esta puede ser más limitada, pero no menos difícil:
rescatar del Repertorio Americano la presencia de Vasconcelos.
-RVp 9DVFRQFHORV RULJLQDULR GH 2D[DFD
HVFRQRFLGRHQWRGD$PpULFDWDQWRFRPR
ÀOyVRIRHGXFDGRUSROtWLFRHVFULWRUUHIRUmador social, partidario de la Revolución
0H[LFDQDHVWDGLVWD\FDQGLGDWRDOPD\RU
FDUJRGHODQDFLyQPH[LFDQD
Representante de la “inteligencia” latinoamericana, nació en el seno de una familia
de clase media con arraigados principios
FDWyOLFRV 4XL]iV OD REUD TXH QRV UHÁHMDFRQPD\RUH[DFWLWXGFyPRVHIRUMyHO
WHPSOH\ODÀJXUDGHHVWHLOXVWUHSHQVDGRU
latinoamericano sea Ulises Criollo, obra
DXWRELRJUiÀFD HQ OD TXH QRV WUDVODGD DO
PXQGR GH OR LPDJLQDULR KDFLpQGRQRV
viajar por todos aquellos bellos lugares
GH OD JHRJUDItD PH[LFDQD TXH FRQ WDQWR
esmero y descripción casi pictórica nos
alejan de la realidad y nos transportan a
WLHPSRVOHMDQRV\H[SHULHQFLDVWDQSHUVRnales como íntimas.
Ulises Criollo es el relato de su vida, sus
primeros encuentros con las letras, con sus
padres, la política, el trabajo, la cotidianidad misma de la vida, la pasión y el amor
a su familia.
5HPHPRUDFRQHVSHFLDODIHFWRDODÀJXUD
materna:
5(3(5725,2$0(5,&$126HJXQGDQXHYDpSRFD1ƒ(GLFLyQ(VSHFLDO(QHUR'LFLHPEUH
65
*UDFH3UDGD2UWL]
[...] mis primeros recuerdos emergen de una sensación acariciante y
PHORGLRVD (UD \R XQ UHWD]R HQ HO
UHJD]R PDWHUQR 6HQWtDPH SURORQgación física, porción apenas seccionada de una presencia tibia y
SURWHFWRUD FDVL GLYLQD /D YR] HQWUDxDEOHGHPLPDGUHRULHQWDEDPLV
pensamientos, determinaba mis impulsos. Se diría que un cordón umbilical invisible y de carácter volitivo
me ataba a ella y perduraba muchos
DxRVGHVSXpVGHODUXSWXUDGHOOD]R
ÀVLROyJLFR6LQYROXQWDGVHJXUDLQvariablemente volvía al refugio de
OD ]RQD DPSDUDGD SRU VXV EUD]RV
Rememoro con efusiva complacencia aquel mundo provisional madrehijo. Una misma sensibilidad con
FLQFRVHQWLGRVH[SHUWRV\FLQFRVHQtidos nuevos y ávidos, penetrando
juntos en el misterio renovado cada
día. (Criollo: 9).
La imagen, los recuerdos y la presencia
misma de su madre guiarán los pasos
seguros de un Vasconcelos adolescente,
hombre, profesional, abogado, político e
KLMRGHODQDFLyQD]WHFD
5HÀULpQGRQRVDOHQFXHQWURGHVXVSDGUHV\
la consolidación de su hogar, apunta Vasconcelos:
0iV WDUGH UHJUHVDURQ D 2D[DFD \
GHVSXpV GH DOJXQRV DxRV GH DFXGLU
a misa y a la ventana, mi madre se
HQDPRUy IUHQpWLFDPHQWH GH PL SDdre, un pobre empleado de botica...
La pareja estaba bien concertada.
5XELD\SiOLGDGHOLFDGDPLPDGUH\
66
su marido, sanguíneo, robusto. Criollos puros los dos. (Criollo: 19-20)
El padre de Vasconcelos fungió primero
como empleado de botica, pero no tardó
mucho tiempo en conseguir apoyo y padrinaje político de alguien que lo ayudó a
lograr un puesto en el Servicio de Aduanas
GH0p[LFR
El trabajo itinerante de su padre facilitó a
Vasconcelos el contacto con diversos luJDUHV \ UHDOLGDGHV GHO 0p[LFR GH SULQFLpios de siglo. Especialmente importante
para Vasconcelos fue su estadía en Eagle
Pass, o el Paso de las Águilas, como lo llaPDEDQORVPH[LFDQRVOXJDUGHHQFXHQWUR
cultural que obligó al joven estudiante a
arreglárselas con una educación bilingüe.
Esta fase en su formación marcará no sólo
ODGLIHUHQFLDHQWUHODVFXOWXUDVPH[LFDQD\
HVWDGRXQLGHQVHVLQRWDPELpQOHKL]RFRPSUHQGHUHOLGLRPDGHODQDFLyQTXHVRMX]gará por todos los tiempos a su pueblo.
'HVXpSRFDGHHVWXGLDQWH9DVFRQFHORVUHcuerda su preocupación por el contenido
PiV TXH SRU OD IRUPD DO UHPHPRUDU VXV
horas de estudio, nos dice:
>@OHtDPRVWDPELpQXQFRPSHQGLR
GHKLVWRULDGH0p[LFRGHWHQLpQGRQRVHQODWDUHDGHORVHVSDxROHVTXH
YLQLHURQ D FULVWLDQL]DU D ORV LQGLRV
\DH[WLUSDUOHVVXLGRODWUtD4XHKXbiera habido adoradores de ídolos,
PHSDUHFtDHVW~SLGRHOFRQFHSWRGH
espíritu me era más familiar, más
evidente que cualquier plástica humana. (Criollo: 15). Mi pasión de
entonces era la lectura, y me poseía
FRQ DYLGH] 'HYRUDED OR TXH HQ OD
5(3(5725,2$0(5,&$126HJXQGDQXHYDpSRFD1ƒ(GLFLyQ(VSHFLDO(QHUR'LFLHPEUH
Repertorio AmericanoWULEXQDGHOSHQVDPLHQWRODWLQRDPHULFDQRODYR]GH-RVp9DVFRQFHORV
escuela me daban... Leía por mi
cuenta en la casa todos los libros haOODGRVDPDQR1LQJ~QQLxRHQORV
dos pueblos ha leído tanto como yo...
[...] era evidente que yo estaba llamado a manejar ideas. Sería uno a
quien se consulta y a quien se sigue.
Antes que la lujuria conocí la soEHUELD$ORVGLH]DxRV\DPHVHQWtD VROR \ ~QLFR \ OODPDGR D JXLDU
(Criollo: 35)
Sus diálogos con su madre, sobre lo que
UHDOPHQWH GH QLxR OH LQWHUHVDED TXHGDQ
plasmados en este fragmento de su autobiografía. Intrigado un día requirió:
¢0DPiTXpHVXQÀOyVRIR"
$ORTXHHOODSURQWRUHVSRQGLyÀOysofo es el que atiende a las luces de
ODUD]yQSDUDLQGDJDUODYHUGDG/D
SDODEUDÀOyVRIRPHVRQDEDFDUJDGD
GHFRPSODFHQFLD\PLVWHULR<RVHUtD ÀOyVRIR ¢FXiQGR OOHJDUtD D VHU
XQÀOyVRIR"&ULROOR
&RQ OD PDGXUH] TXH VyOR GD HO WLHPSR
Vasconcelos fue conduciendo su formaFLyQ DFDGpPLFD KDFLD OD MXULVSUXGHQFLD
aunque en realidad estaba más interesado
HQORVRFLDO\ORÀORVyÀFR
Sus infantiles preguntas y sus inquietos
pensamientos, lo fueron llevando por
HO FDPLQR GH ODV OHWUDV \ OD ÀORVRItD \ D
formar parte de uno de los grupos más
importantes dentro de la cultura y la intelectualidad latinoamericanas, el Ateneo
GHOD-XYHQWXG
Vasconcelos ateneísta
Formalmente, la sociedad denominada AteQHRGHOD-XYHQWXGVHIXQGDHQHODxR
pero tiene sus antecedentes en 1906, fecha
en que sus iniciadores solían reunirse en el
WDOOHUGHODUTXLWHFWR-HV~V7$FHYHGR
(Q VX PD\RUtD ORV MyYHQHV GH OD *HQHración de 1910, como los llamó Vicente
Lombardo Toledano, eran autodidactos
que como norma tenían la oposición al
dogma del social-darwinismo vigente en
OD VRFLHGDG PH[LFDQD GH HQWRQFHV /RV
ateneístas promovían el libre pensamiento, la espiritualidad y el humanismo como
formas de vida.
Sus nutrientes intelectuales los tomaron
del positivismo, que posteriormente fue
revisado y destronado del pensamiento inWHOHFWXDOPH[LFDQR6XVIXHQWHVGHLQVSLUDción teórica las encontraron en los clásicos
GHODOLWHUDWXUDODÀORVRItD\ODHFRQRPtD
SROtWLFDVLQGXGDDOJXQDUHFXUULHURQXQD\
RWUDYH]DODVGLYHUVDVFRUULHQWHVÀORVyÀcas en boga en Europa, pero lo novedoso
de su quehacer intelectual radica en el esIXHU]RSRUUHYDORUL]DUORQXHVWUR´QXHVWUD
UD]DFyVPLFDµPRWLYRGHXQRGHORVPiV
valiosos trabajos de Vasconcelos.
La primera generación de ateneístas contó
con la valiosa ayuda y guía intelectual de
3HGUR+HQUtTXH]8UHxDPDHVWURGRPLQLFDQR 6LHWH MyYHQHV VHJXtDQ VXV HQVHxDQ]DVHOPLVPR-HV~V7$FHYHGR$OIRQVR
Reyes (el ensayista del grupo), Alfonso
&UDYLRWR5LFDUGR*yPH]5REHOR5XEpQ
9DOHQWL,VLGUR)DEHOD\-RVp9DVFRQFHORV
5(3(5725,2$0(5,&$126HJXQGDQXHYDpSRFD1ƒ(GLFLyQ(VSHFLDO(QHUR'LFLHPEUH
67
*UDFH3UDGD2UWL]
/HWUDV UHÁH[LyQ \ SROtWLFD FRQFHQtraban los intereses de aquellos hombres, por la vía de la discusión, desde
la biblioteca de Antonio Caso (18831946), en 1907, quien fuera entonces
designado profesor de conferencias
ilustradas sobre geografía e historia
HQODHVFXHODGHDUWHV\RÀFLRVSDUD
hombres. (Robles: 17)
/D LQÁXHQFLD GH &DVR HQWUH ORV DWHQHtVWDV
IXHVLJQLÀFDWLYDpOHUDHOÀOyVRIRGHOJUXSR
[...] las dudas se adormecían con
ODV GLVFXVLRQHV VHXGRÀORVyÀFDV GH
nuestro cenáculo literario. Caso, seguía siendo el eje de nuestro grupo,
pero su carácter apático y a ratos insociable no hubiera mantenido alian]DVVLQODFRODERUDFLyQGH+HQUtTXH]
8UHxD (Q OD ELEOLRWHFD GH &DVR R
en la casa de Alfonso Reyes, circunGDGRVGHOLEURV\HVWDPSDVFpOHEUHV
disparatábamos sobre los temas del
mundo. (Criollo: 192-193)
(O $WHQHR GH OD -XYHQWXG HPHUJH GH OD
convulsión política y de la “inconformidad irrefrenable” (Robles: 23), por la
TXHDWUDYHVDEDODVRFLHGDGPH[LFDQD(Q
HQ 0p[LFR ODV FRQWUDGLFFLRQHV LQternas en lo social, político y económico
VHKDEtDQDJXGL]DGR
El país sólo estaba unido por la oposición, aunque cada grupo repudiaEDD'tD]SRUFDXVDVGLIHUHQWHV'H
la hacienda al taller de artesanado,
de la fábrica a las aulas, de la imprenta al dibujo caricaturesco, corría un mismo clamor por la libertad. (Robles: 23)
68
Ubicados en el despacho de Caso, los ateneístas discutían constantemente de manera afable:
Los ateneístas abogaban en favor
de la aptitud crítica urgidos de un
nuevo modelo de disciplina moUDOODFXDODXVFXOWDEDQGH*UHFLDD
*RHWKH GH &HUYDQWHV D 1LHW]VFKH
GH&KHUWHVWRQD&URFHRHQYR]GH
los poetas latinos. Era amplio su
repertorio de lecturas, aunque concreto su propósito formativo: abolir
los signos del pasado inmediato y
FRQIRUPDUSRUODYtDGHODUD]yQXQ
porvenir honrable y digno, conforPHDORVWpUPLQRVGHORVPiVDOWRV
ejemplos del humanismo universal.
Sin tales recursos ideológicos, los
REUHURV \ ORV FDPSHVLQRV WDPELpQ
aspiraban a otras conquistas de la
FLYLOL]DFLyQODVGHOUHVSHWRODERUDO
las contenidas en los derechos fundamentales del Hombre, las cuales,
D ÀQ GH FXHQWDV SURFHGHQ GH XQD
misma fuente racional.
6LHOLQWHOHFWXDOUD]RQDEDVXGHVHVSHUDQ]DHOSHyQFRPSUREDEDTXHOD
UD]yQ DMHQD HV LQFDSD] GH GRWDU GH
VHQWLGR D OD SURSLD H[LVWHQFLD$Vt
por vías diferentes, aunque de procedencia semejante, unos y otros se
preparaban para el cambio radical.
(Robles: 23)
/DFRQVROLGDFLyQ\IXHU]DGHORVDWHQHtVtas provino de la propia realidad y necesiGDGHVGHODFRQYXOVDVRFLHGDGPH[LFDQD
pre- revolucionaria.
5(3(5725,2$0(5,&$126HJXQGDQXHYDpSRFD1ƒ(GLFLyQ(VSHFLDO(QHUR'LFLHPEUH
Repertorio AmericanoWULEXQDGHOSHQVDPLHQWRODWLQRDPHULFDQRODYR]GH-RVp9DVFRQFHORV
peraban. A diferencia de los campesinos
y de los trabajadores, los intelectuales la
creyeron posible mediante la cultura.
(QXQHVIXHU]RSRUGHÀQLUOHDOPRYLPLHQWR
DWHQHtVWDVXUD]yQGHVHUHOPDHVWUR+HQUtTXH]JHVWRUGHHVWHJUXSRGHFRQQRWDGRV
intelectuales, apuntaba:
Lo revelador de este grupo fue la coincidencia del talento con la oportunidad de
DFFLyQ HO KDOOD]JR GH XQ JXtD HVSLULWXDO
GHH[FHSFLyQ\ODYROXQWDGGHIRUPDUVHGH
acuerdo con los principios del humanismo.
Reunidos en torno de la Sociedad de Conferencias, estos hombres ampliaron sus acWLYLGDGHVSDUDDFHUFDUVHDFDGpPLFDPHQWH
al mundo de los trabajadores.
Salir del reducido espacio de sus lecturas
discutidas por ellos mismos ensanchó, sin
GXGDHOFRQFHSWRGHpWLFDVRFLDOTXHUHFRgían de las lecciones clásicas. Para ellos,
no obstante, lo esencial era recobrar el
conocimiento de los antiguos griegos para
alimentar, con los más altos recursos, una
era de reconstrucción nacional que ya es-
En 1907, la juventud se presentó
RUJDQL]DGDHQODVVHVLRQHVS~EOLFDV
GHOD6RFLHGDGGH&RQIHUHQFLDV<D
KDEtDGLVFLSOLQDFUtWLFDPpWRGR(O
DxR IXH GHFLVLYR GXUDQWH pO DFDbó de desaparecer todo el resto de
positivismo en el grupo central de
la juventud. De entonces data ese
movimiento que, creciendo poco a
SRFR LQÀOWUiQGRVH DTXt \ DOOi HQ
las cátedras, en los discursos, en
ORVSHULyGLFRVHQORVOLEURVVHKL]R
claro y pleno en 1910 con las conferencias del Ateneo (sobre todo al
ÀQDO (V HQ VXPD HO PRYLPLHQto cuya representación ha asumido
DQWH HO S~EOLFR $QWRQLR &DVR OD
UHVWDXUDFLyQGHODÀORVRItDGHVXOLEHUWDG\GHVXGHUHFKR+HQUtTXH]
citado en Robles: 23-25)
/RV DWHQHtVWDV WLHQHQ HO PpULWR KLVWyULFR
de haber transgredido la teoría y haber
pasado al plano de la práctica política.
'HQWUR GH HVWD SOp\DGH GH SHQVDGRUHV \
WUDQVIRUPDGRUHVUHVSODQGHFHODÀJXUDGH
-RVp9DVFRQFHORVFX\DREUDVHKDFDUDFWHUL]DGRSRU
su pasión compartida por la política
\ODVOHWUDV\SRUSURWDJRQL]DUPiV
que ninguno de sus coetáneos, un
drama entre dos tiempos: el de la
5(3(5725,2$0(5,&$126HJXQGDQXHYDpSRFD1ƒ(GLFLyQ(VSHFLDO(QHUR'LFLHPEUH
69
*UDFH3UDGD2UWL]
FDtGDSRUÀULVWD\HOGHORVJRELHUQRV
de la Revolución. (Robles: 28)
La condición especial de vivir en un período de transición, le dio a Vasconcelos
OD YLVLyQ \ HO WDOHQWR SDUD LGHQWLÀFDU ORV
SUREOHPDVPHGXODUHVGHODVRFLHGDGPH[Lcana de entonces.
Resolver, o al menos intentar resolver, el
problema agrario, y el analfabetismo de los
PH[LFDQRVVHUtDQDOJXQDVGHODVWDUHDVDODV
que Vasconcelos tendría que enfrentarse.
(V SUHFLVDPHQWH VX H[SHULHQFLD \ IRUPDción de ateneísta, lo que le facilitó buscar
soluciones oportunas y acordes con la
realidad. Muchos eran los problemas que
DTXHMDEDQ D ORV PH[LFDQRV EDVWDQWHV ORV
WURSLH]RV \ ODV GLÀFXOWDGHV TXH HQIUHQWy
pero su espíritu ateneísta siempre estuvo
presente en todas sus jornadas.
9DVFRQFHORV GHÀQH VX WUDEDMR \ DFFLyQ
intelectual dentro del grupo de ateneístas, con claridad, pero sobre todo con
honestidad de sus limitaciones, aciertos
y desaciertos y con la seguridad del que
se siente en pleno proceso de formación
intelectual:
Por otra parte, mi acción en aquel
Ateneo, igual que en círculos semejantes, fue siempre mediocre.
Lo que yo creía tener dentro no era
para ser leído en cenáculos, casi ni
para ser escrito. Cada intento de escribir me producía decepción y enojo. Se me embrollaba todo por falta
de estiloGHFtD\RHQUHDOLGDGSRU
falta de claridad en mi propia concepción. Además, no tenía prisa de
70
HVFULELUDQWHVGHKDFHUORPHIDOWDED
mucho que leer, mucho que pensar,
mucho que vivir. Algunos de mis
FROHJDVORFRPSUHQGtDQ\DÀUPDEDQ
VXHVSHUDQ]DHQORTXHDOFDERKDUtD
No faltó, sin embargo, el literatuelo
SUHFR]\PiVWDUGHIDOOLGRTXHPH
dijese como negándome el derecho
GHDWHQHtVWD%XHQR\W~¢TXpHVFULEHV"¢TXpKDFHV"/HUHVSRQGtGHOLberadamente enigmático y pedante:
<RSLHQVR&ULROOR
Una segunda generación de ateneístas
hace su aparición en el ámbito intelectual
GH OD VRFLHGDG PH[LFDQD SRVWUHYROXFLRQDULDDHVWHJUXSRSHUWHQHFLHURQ9LFHQWH
Lombardo Toledano, Alfonso Caso, MaQXHO *yPH] 0DUtQ$OEHUWR 9iVTXH] GHO
0HUFDGR$QWRQLR&DVWUR/HDO-HV~V0RUHQR%DFR\7HyÀOR2OHD\/H\YD
Los denominados Siete Sabios pertenecen
D OD *HQHUDFLyQ GH /D UHFLpQ SDVDGD5HYROXFLyQ0H[LFDQDWHQtDRWUDVWDUHDV
para esta segunda generación de ateneístas.
Retomando las ideas de la primera generación de ateneístas que pretendía transforPDU OD VRFLHGDG PH[LFDQD SDUWLHQGR GH OD
cultura, los representantes de este segundo
grupo de librepensadores orientaban su luFKDFRQWUDHOIHWLFKLVPRFLHQWtÀFR\IRPHQtaban un “sentimiento de responsabilidad
humana que debe anteponerse a la conducta individual o social” (Robles: 19).
$ODVHJXQGDJHQHUDFLyQOHWRFyODpSRFDGH
cambios sociales más difíciles, ruptura con
paradigmas enquistados en el pensamiento
PH[LFDQR\ODSURSLD5HYROXFLyQ0H[LFDQD
5(3(5725,2$0(5,&$126HJXQGDQXHYDpSRFD1ƒ(GLFLyQ(VSHFLDO(QHUR'LFLHPEUH
Repertorio AmericanoWULEXQDGHOSHQVDPLHQWRODWLQRDPHULFDQRODYR]GH-RVp9DVFRQFHORV
Los tiempos eran diferentes entre
uno y otro grupo porque entre ellos
mediaba el levantamiento armado.
Desde el ascenso electoral de Madero, los ateneístas se disgregaron
en diversas facciones revolucionarias. (Robles: 28)
La inestabilidad política y la oscilación
intelectual fueron la tónica del segundo
grupo de ateneístas.
4XL]iV TXLHQ PHMRU VLQWHWL]D OD DPELYDlencia del sector intelectual en el período
de posrevolución, al que pertenecieron los
DWHQHtVWDV HV 2FWDYLR 3D] FLWDGR SRU OD
autora Martha Robles:
8QD YH] FHUUDGR HO SHUtRGR PLOLWDU
de la Revolución, muchos jóvenes
intelectuales que no habían tenido
la edad o la posibilidad de particiSDUHQODOXFKDDUPDGDHPSH]DURQD
colaborar con los gobiernos revolucionarios. El intelectual se convirtió
HQ HO FRQVHMHUR VHFUHWR R S~EOLFR
del general analfabeto, del líder
campesino o sindical, del caudillo
en el poder. Los poetas estudiaron
economía, los juristas sociología,
los novelistas derecho internacional, pedagogía o agronomía.
&RQODH[FHSFLyQGHORVSLQWRUHVD
los que se protegió de la mejor manera posible: entregándoles los muros
S~EOLFRVHOUHVWRGHOD´LQWHOLJHQFLDµ
IXHXWLOL]DGDSDUDÀQHVFRQFUHWRVR
inmediatos: proyectos de leyes, plaQHVGHJRELHUQRPLVLRQHVFRQÀGHQciales, tareas educativas, fundación
de escuelas y bancos de refacción
agraria, etc. La diplomacia, el coPHUFLR H[WHULRU OD DGPLQLVWUDFLyQ
S~EOLFD DEULHURQ VXV SXHUWDV D XQD
“inteligencia” que venía de la clase
media [...]. Su obra ha sido, en muchos aspectos, admirable, al mismo
tiempo, han perdido independencia
\VXFUtWLFDUHVXOWDGLOXLGDDIXHU]D
de prudencia o de maquiavelismo.
/D ´LQWHOLJHQFLDµ PH[LFDQD HQ VX
conjunto, no ha podido o no ha saELGR XWLOL]DU ODV DUPDV SURSLDV GHO
LQWHOHFWXDOODFUtWLFDHOH[DPHQHO
juicio. El resultado ha sido que el
espíritu cortesano producto natural,
por lo visto, de toda revolución que
se transforma en gobierno ha invadido casi toda la esfera de la activiGDGS~EOLFD5REOHV
Pese a que Vasconcelos difería de Antonio
Caso en cuestiones políticas, siempre supo
YDORUDU VLQ PH]TXLQGDG FXiQ LPSRUWDQWH
fue la participación de Caso en el Ateneo:
El grupo del Ateneo se mantenía
ajeno a la política, pero su mayor
SDUWH VLPSDWL]DED FRQ HO PDGHULVmo. Caso, en privado, nos hacía la
GHIHQVDGH3RUÀULR'tD]ORMX]JDba el mal menor de un pueblo inFXOWRVLQHVSHUDQ]D3HURLGHROyJLcamente, Caso seguía siendo jefe
de una rebelión más importante
que la iniciada por el maderismo.
En las manos de Caso seguía la piqueta demoledora del positivismo.
La doctrina de la selección natural
DSOLFDGD D OD VRFLHGDG FRPHQ]y
a ser discutida y dejó de ser dogma. La cultura y el talento de Caso
DSOLFDGRVDODHQVHxDQ]DHYLWDEDQ
5(3(5725,2$0(5,&$126HJXQGDQXHYDpSRFD1ƒ(GLFLyQ(VSHFLDO(QHUR'LFLHPEUH
71
*UDFH3UDGD2UWL]
asimismo, el retorno al liberalismo
vacío, de los jacobinos. Sin fundar
clubes, la obra de Caso, era más
trascendental que la de no importa cuál político militante. (Criollo:
242-243)
La vida de estos dos hombres estuvo vinFXODGDHQORLQWHOHFWXDOGHSDUWLHQGRHQODV
muchas sesiones de los ateneístas: “Consciente Caso de su propio valer, no conocía
OD HQYLGLD \ HV SRU QDWXUDOH]D JHQHURVRµ
(Criollo: 170).
5HÀULpQGRVHDODODERUGHSRVUHYROXFLyQ
y a la petición de los ateneístas de ocupar
el cargo de Presidente del Ateneo, Vasconcelos rememora su paso por este y a
VXVFRPSDxHURV
Los amigos del Ateneo me nombraURQ 3UHVLGHQWH SDUD OD SULPHU DxR
maderista. No por homenaje sino
en provecho de la institución, cuya
precaria vida económica yo podría
DOLYLDU< QR YROYt D OOHYDU WUDEDMRV
DODVVHVLRQHVVLQRTXHLQFRUSRUpD
casi a todos los miembros del Ateneo
DO QXHYR UpJLPHQ SROtWLFR QDFLRQDO
Con este objeto se amplió el radio
de nuestros trabajos, creándose la
primera Universidad Popular... Las
sesiones del Ateneo concluían cada
YLHUQHV HQ DOJ~Q UHVWDXUDQW GH OXMR
<DQRHUDHOFHQiFXORGHFXOWXUDVLQR
el círculo de amigos con vistas a la
acción política. Antonio Caso fue
TXL]iV HO ~QLFR TXH QR TXLVR PH]clarse con la nueva situación. Se
SURFODPDEDPiVTXHQXQFDSRUÀULVta. Colabora, sin embargo, en todo lo
TXHVLJQLÀFDEDHVIXHU]RGH&XOWXUD
72
Nosotros iniciábamos en el Ateneo
la rehabilitación del pensamienWR GH OD UD]D 0DGHUR SRU VX SDUWH
en el orden diplomático, rompía el
SUHFHGHQWHSRUÀULVWD´8QEXHQ(PEDMDGRU HQ:DVKLQJWRQ HO UHVWR GHO
cuerpo diplomático sale sobrando”.
0DGHUR GHVSXpV GH$OHPiQ IXH HO
SULPHU JREHUQDQWH GH 0p[LFR TXH
quiso reconocer los intereses morales, si no de comercio, que hay en el
Sur. (Criollo: 288-289)
La mayoría de los intelectuales que participaron del Ateneo, pasaron a ocupar carJRV S~EOLFRV$OIRQVR 5H\HV HQWUH HOORV
de ensayista del Ateneo pasó a cargos diplomáticos.
Con cierto pesimismo, nostalgia y mucho
dolor por los obstáculos y limitaciones se
encontró en su trayectoria como estadisWD\PLHPEURGHO$WHQHRGHOD-XYHQWXG
9DVFRQFHORVDÀUPDED
No había ambiente para un trabajo
sistemático de estadista, y menos
SXGR KDEHUOR SDUD XQ ÁRUHFLPLHQto intelectual que hubiese dado al
Ateneo un papel en nuestra vida
S~EOLFDWDQQHFHVLWDGDGHHOHYDGRV
incentivos. Todo era lucha sorda y
SDVLyQPH]TXLQD&ULROOR
Es evidente que sólo el tiempo y la histoULD GH ODV LGHDV HQ 0p[LFR \ OD$PpULFD
Latina ubicarían en el lugar justo la labor
de todos aquellos que participaron en el
Ateneo y le darían el valor a la obra de
Vasconcelos en la consolidación de la naFLyQPH[LFDQD
5(3(5725,2$0(5,&$126HJXQGDQXHYDpSRFD1ƒ(GLFLyQ(VSHFLDO(QHUR'LFLHPEUH
Repertorio AmericanoWULEXQDGHOSHQVDPLHQWRODWLQRDPHULFDQRODYR]GH-RVp9DVFRQFHORV
Repertorio Americano tribuna del pensamiento latinoamericano
En las páginas del Repertorio Americano
se registran muchos de los hechos históricos más importantes del siglo XX.
$OFHOHEUDUVHHQHQ0p[LFRHO&HQtenario de la Independencia de este país y
GH &HQWURDPpULFD VH GLHURQ FLWD HQ HVWD
ciudad algunos de los más connotados intelectuales. La idea era conmemorar la inGHSHQGHQFLDSROtWLFDGH(VSDxDULQGLHQGR
homenaje a aquellos latinoamericanos destacados, que con su quehacer intelectual
hubiesen contribuido al fortalecimiento del
SHQVDPLHQWRGH$PpULFD/DWLQD\TXHUHDOL]DEDQSUR\HFWRVSUiFWLFRVHQHVWHVHQWLGR
/DÀJXUDGH9DVFRQFHORVFDO]DFRPRDQLOOR
DO GHGR FRQ HVWD DFWLYLGDG HQ HVWRV PRPHQWRVVHGHVHPSHxDEDFRPR5HFWRUGHOD
8QLYHUVLGDG1DFLRQDOGH0p[LFR
Entre los que disertaron en este homenaje
se encontraba el Dr. Alejandro Rivas VásTXH]GHOHJDGRYHQH]RODQRTXLHQFDOLÀFy
ODFHOHEUDFLyQFRPRXQD´ÀHVWDSDUDHOHVStULWXµ\VHUHÀULyD9DVFRQFHORVFRPR
>@ OD SHUVRQDOLGDG SURWpLFD YLJRURVDGHOVHxRU5HFWRUGHOD8QLversidad hacían pensar en que si
bien pudo tan insigne espíritu haEHU YLVLWDGR OD WXPED GH ORV *UDFRVSXGRWDPELpQFHxLUVHODW~QLFD
FRQVXODUTXHHQpOVHKDQVXPDGR
armoniosamente la acción y el enVXHxR SRU PDUDYLOORVD PDQHUD \
TXH OR PiV DWUD\HQWH GH VX ÀJXUD
espiritual eran su movilidad, su
capacidad crítica, su rebeldía, que
FULVWDOL]DEDQHQpOORVSURGLJLRVGHO
PiVDOWRSHQVDPLHQWRÀORVyÀFRGH
VX$PpULFD\XQDHQFDUQDFLyQRSWLPLVWD GHO YHUER GH OD UD]D HQ OR
que ahora es el instante crítico de
la historia americana. (Repertorio
Americano, III: 122)40
La solidaridad latinoamericana, así como
la imperiosa necesidad de la unidad entre
nuestros pueblos, fue la tónica de la actiYLGDG\HQODÀJXUDGH9DVFRQFHORVVHHQcontraban representados los intereses de
1XHVWUD$PpULFD
Otro de los oradores, que causó gran impresión por su alocución, fue el Dr. Belaude, pensador peruano, quien retomará
las palabras de Vasconcelos sobre el deEHUPRUDOGHORVLQWHOHFWXDOHVGH$PpULFD
para combatir las tiranías. Advirtió con
sus palabras:
que nuestros abuelos próceres habían luchado por la conquista de
la independencia, pero que faltaba
UHDOL]DU OD REUD GH OD GHPRFUDFLD
TXH $PpULFD /DWLQD HV XQ VLVWHPD
nervioso en el que si Costa Rica, por
HMHPSORVXIUHXQDSHQDpVWDFREUD
resonancia en todo el sistema, pues
GHQWUR GH OD JUDQ IUDWHUQLGDG VRxDda por el Libertador nada había más
O~JXEUHTXHORVSXHEORVRSULPLGRV
(R.A., III: 123) 41
La representación de Honduras recayó en
el Dr. Manuel Ugarte, incansable luchador por la unidad latinoamericana, quien
40 Se indican el tomo o volumen (con numeración romana) y la página.
41 En adelante se usará la sigla R.A. en lugar del nombre
Repertorio Americano.
5(3(5725,2$0(5,&$126HJXQGDQXHYDpSRFD1ƒ(GLFLyQ(VSHFLDO(QHUR'LFLHPEUH
73
*UDFH3UDGD2UWL]
destacó la necesidad de que se fundara
HQ0p[LFRXQDFRQIHGHUDFLyQGHLQWHOHFtuales latinoamericanos de “gran trascendencia, ya que el constante intercambio
de ideas es la base fundamental del acercamiento de los pueblos” (R.A., III: 123).
UHDOL]DFLyQ GH QXHVWURV JUDQGHV
LGHDOHVGHPRFUiWLFRV<FRPRFUHR
a Vasconcelos capacitado para conWULEXLU HVSOpQGLGDPHQWH D HVWH ÀQ
uno mi aplauso al de ustedes para
el joven y culto jefe de la educación
nacional. (R.A., III: 123)
Finalmente, dentro de los asistentes emergió la presencia del maestro ateneísta y
DPLJR GH 9DVFRQFHORV 3HGUR +HQUtTXH]
8UHxD TXLHQ OR VDOXGy FRQ DGPLUDFLyQ \
FDULxR
Con la misma intención de destacar sus
PpULWRV OD UHSUHVHQWDFLyQ FRORPELDQD
KL]R OOHJDU VXV FDUWDV GH KRPHQDMH D
Vasconcelos:
El discurso de Vasconcelos inició con el
UHVFDWHGHODÀJXUDGHOHQWRQFHV3UHVLGHQWH0DGHURDTXLHQGHÀQLyFRPRHOLQLFLDdor del movimiento latinoamericanista.
Vislumbraba el inicio de una nueva etapa
en las relaciones entre los países hermanos
\HVSHFLDOPHQWHPDQLÀHVWDODLPSRUWDQFLD
de lograr el entendimiento con los países
FHQWURDPHULFDQRVFRQTXLHQHV0p[LFRKD
compartido su geografía, sus tradiciones
histórico-culturales y, sobre todo, sus vínculos espirituales.
(O ,QJ )pOL[ 3DODYLFLQL RWUR GH ORV DVLVtentes al homenaje, destacó con vehemencia la labor de Vasconcelos como abanGHUDGR GH OD HGXFDFLyQ HQ OD 5HS~EOLFD
0H[LFDQD (Q HVWD DUGXD WDUHD HQFDUJDGD
a Vasconcelos por el Presidente Obregón,
apuntaba Palavicini:
[...] encontraremos el alma nacional
FRQXQLGDG\IXHU]D/DUHYROXFLyQ
no ha conquistado, hasta la fecha,
VLQR PH]TXLQRV DGHODQWRV TXH QR
FRPSHQVDQ ORV VDFULÀFLRV UHDOL]Ddos. Toca a la juventud intelectual,
lograr por medio de la escuela, la
74
Entre los muchos hombres ilustres
con que cuenta esta gran nación,
madre fecunda de preclaros ingenios y de hermosos caracteres decía
ODFDUWDGHOGRFWRU*yPH]5HVWUHSR
ÀJXUDHQOXJDUSURPLQHQWHHOVHxRU
Vasconcelos, en quien se unen en
armónico consorcio, las condiciones del hombre de acción, por lo
cual es, al propio tiempo, un gran
profesor de energía y un luminoso
centro de cultura intelectual, que
KDFHVHQWLUVXEHQpÀFDLQÁXHQFLDHQ
ODEULRVDMXYHQWXGPH[LFDQD(QWUH
las muchas dotes que adornan al
VHxRU 9DVFRQFHORV ÀJXUD XQD TXH
YLYLÀFD\IHFXQGL]DDWRGDVODVGHmás, y es la generosidad de su coUD]yQ VLHPSUH GLVSXHVWR D DOHQWDU
toda tentativa bien intencionada, a
estimular a todo ingenio naciente,
D DSODXGLU \ SUHPLDU WRGR HVIXHU]R
GLJQRGHDSR\R<HVWDJHQHURVLGDG
de su criterio no se contiene dentro
de los límites patrios, sino que abarca a todos los hijos del continente
latino-americano. Por todas estas
UD]RQHVYHRHQHOVHxRU9DVFRQFHORV
a un tipo representativo del pueblo
5(3(5725,2$0(5,&$126HJXQGDQXHYDpSRFD1ƒ(GLFLyQ(VSHFLDO(QHUR'LFLHPEUH
Repertorio AmericanoWULEXQDGHOSHQVDPLHQWRODWLQRDPHULFDQRODYR]GH-RVp9DVFRQFHORV
PH[LFDQR VLHPSUH DOWLYR VLHPSUH
magnánimo, siempre animado de
un alto espíritu de americanismo, y
VDOXGR HQ pO D XQR GH ORV KRPEUHV
destinados a ejercer con su palabra
y con su ejemplo la más honda inÁXHQFLD HQ HO GHVHQYROYLPLHQWR
intelectual de este bello y egregio
país. (R.A., III: 123)
Como tribuna del pensamiento latinoamericano, en mayo de 1923, el editor de
Repertorio Americano le envió al Lic.
9DVFRQFHORV XQ SHTXHxR FXHVWLRQDULR
de seis preguntas, por medio de las cuales se pretendía tener su opinión en torno
de los problemas más álgidos de Nuestra
$PpULFD 6HJ~Q VH GHVSUHQGH GHO PLVPR
Repertorio pVWD HUD XQD IRUPD GH WUDEDjo bastante difundida del semanario para
obtener información tanto de políticos,
FRPRGHHVFULWRUHVÀOyVRIRV\FRQQRWDGRV
KRPEUHV\PXMHUHVGHOHWUDVGHOD$PpULFD
Latina. Las preguntas a las que tuvo que
responder Vasconcelos son posteriores, y
VH H[WUDH SDUD HVWD LQYHVWLJDFLyQ OR PiV
relevante de cada respuesta:
$ ¢&UHHXVWHGTXHODHQVHxDQ]DGHEH
XQLÀFDUVHFRQGHWHUPLQDGRVSURSysitos raciales en los países de NuesWUD$PpULFD"
/D XQLÀFDFLyQ GH OD HQVHxDQ]D HQ
todos los países ibero-americanos
es indispensable... los gobiernos,
podrían patrocinar congresos pedaJyJLFRVSDUDODDGRSFLyQGHWH[WRV
FRPXQHV FRQ ODV H[SUHVLRQHV QDWXrales en cada caso.
Vasconcelos propone la edición
GH WH[WRV FRPXQHV SDUD JUDPiWLFD
DULWPpWLFD DSOLFDGD FLHQFLDV DSOLcadas, geografía e historia general.
Quedarían a elección de cada país,
ORV WH[WRV GH KLVWRULD SDWULD JHRJUDItDORFDO]RRORJtD\ERWiQLFD
Es evidente que Vasconcelos consideraba que la unidad latinoamericaQDHUDH[WHQVLYDDWRGRVORViPELWRV
\ SRU TXp QR LQLFLDU FRQ OD XQLGDG
latinoamericana por medio de la
HGXFDFLyQSHURKDFHODVDOYHGDGGH
FXLGDU ODV HVSHFLÀFLGDGHV GH FDGD
país, sin perder de vista la unidad
entre los pueblos.
2. A. ¿Cree usted asimismo, en la necesiGDGGHFRPXQL]DUKDVWDFLHUWRSXQto, las constituciones de nuestras
UHS~EOLFDV"
El primer artículo de toda constitución política ibero-americana deEHUtDGHFLU´6RQFLXGDGDQRVPH[Lcanos (argentinos, chilenos, etc.,
VHJ~QHOFDVR\WLHQHQORVGHUHFKRV
D OD FLXGDGDQtD PH[LFDQD FKLOHQD
argentina, etc.) los nacidos en terriWRULRGH+LVSDQR$PpULFD
Se establecería de esta manera la
ciudadanía ibero-americana y los
iberoamericanos entonces, estaríamos obligados a defender no sólo la
soberanía nacional del país de nacimiento, sino todas las del continente”. (R.A., VI: 49)
3. A. ¿Estima usted conveniente que se
KDJD XQ JUDQ HVIXHU]R SRU RULHQWDU
5(3(5725,2$0(5,&$126HJXQGDQXHYDpSRFD1ƒ(GLFLyQ(VSHFLDO(QHUR'LFLHPEUH
75
*UDFH3UDGD2UWL]
nuestros intereses económicos, hacia determinados rumbos, con propósitos diplomáticos y difusivos?
La diplomacia debe constituirse en
defensora de nuestros intereses ecoQyPLFRV\WDPELpQGHQXHVWURVLQWHreses espirituales. (R. A., VI: 49)
Vasconcelos insiste en que todas las
QDFLRQHVGH$PpULFDVRPRVXQDVROD
y que estamos unidos por nuestras
FXOWXUDVTXHSRVHHPRVXQDVRODLGHQtidad, la identidad latinoamericana.
Concluye esta respuesta planteando
que “urge rehacer toda nuestra ideología porque hasta la fecha no hemos
tenido pensamiento propio, sino un
VHUYLO UHÁHMR GHO SHQVDPLHQWR HXURpeo y norteamericano, y naturalmente está inspirado en intereses ajenos a
los nuestros. (R.A., VI: 49)
'HVWDFDQ OD LQÁXHQFLD GH ODV FRUULHQWHVGHSHQVDPLHQWRH[yJHQDV\
el apego de nuestros pensadores a
formas de vida y visiones de mundo ajenas a nuestras realidades,
así como la escasa creatividad de
nuestros pensadores para entender
la realidad inmediata, y la poca auWHQWLFLGDGHQODGHÀQLFLyQGHQXHVtro pensamiento.
No debemos olvidar que el mismo
Vasconcelos nutrió su pensamiento
en las corrientes europeas, hecho
TXHQROHH[LPHGHODFUtWLFDTXHpO
mismo hace a los pensadores latinoamericanos.
76
Retomar a “Bolívar como forma
GH LQWHUSUHWDU 1XHVWUD $PpULFD \
armarnos del nacionalismo contagioso del Libertador”, sería la recomendación más prudente que nos da
Vasconcelos en su respuesta.
$ ¢4Xp SRGUtD HPSH]DU D KDFHU SDUD
estrechar nuestras relaciones económicas internacionales?
Para estrechar las relaciones ecoQyPLFDV HQWUH ORV SXHEORV LEpULFRV
de este continente se necesita un
HVIXHU]R GH YROXQWDG FROHFWLYD TXH
ponga a circular barcos. Al principio irán vacíos y boycoteados por
ODV HPSUHVDV H[WUDQMHUDV FRPSHWLGRUDVSHURDOÀQFUHDUiQXQDHVSHcie de cabotaje entre todos los puerWRVGHKDEODHVSDxROD\SRUWXJXHVD
/D PDULQD PHUFDQWH HVSDxROD HVWi
en condiciones de darnos ayuda, estableciendo escalas con los barcos
con que ya cuenta, y el patriotismo
de todo ibero americano debe aplicarse a la creación de una marina
mercante. Sólo el mar hace grandes
D ORV SXHEORV \ QR VLJQLÀFDUHPRV
nada mientras sigamos encerrados
dentro de la muralla de la nacionalidad. (R. A., VI: 49)
$ ¢4Xp QXHYRV SULQFLSLRV QDFLRQDOL]DGRUHVDFRQVHMDXVWHGDODLQWHOHFWXDOLGDGGH$PpULFD"
Soy internacionalista convencido
\FUHRTXHODFLYLOL]DFLyQQRKDEUi
QLVLTXLHUDFRPHQ]DGRPLHQWUDVQR
borremos las fronteras nacionales
para sentirnos hijos del planeta y
5(3(5725,2$0(5,&$126HJXQGDQXHYDpSRFD1ƒ(GLFLyQ(VSHFLDO(QHUR'LFLHPEUH
Repertorio AmericanoWULEXQDGHOSHQVDPLHQWRODWLQRDPHULFDQRODYR]GH-RVp9DVFRQFHORV
hermanos de todos los hombres, sin
GLVWLQFLyQ GH SDWULD R FRORU SHUR
ese internacionalismo presupone
OD OLEUH RUJDQL]DFLyQ GH ORV SXHblos, conforme a su tradición y a
su propia cultura. Así es que la superación del patriotismo nacional
QR GHEH VLJQLÀFDU TXH DFHSWHPRV
OD LQWURPLVLyQ GH FXOWXUDV H[WUDxDV WRGR OR FRQWUDULR ORV FDUDFteres nacionales en lo que tengan
de original y de bello, son aporte
QHFHVDULRDODFLYLOL]DFLyQIXWXUD\
ellos deben subsistir pero sin imponerse y cuidando de subordinar
el patriotismo nacional a los intereses del patriotismo continental,
DVt FRPR SRU HMHPSOR ORV PH[Lcanos hemos subordinado los patriotismos provinciales de Sonora,
GH2D[DFDRGH9HUDFUX]DOSDWULRWLVPR PH[LFDQR GH LJXDO VXHUWH
los argentinos, los brasileros, los
PH[LFDQRV ORV FKLOHQRV GHEHPRV
subordinar nuestro sentimiento nacional al patriotismo continental.
En esta convicción debe educarse
D ORV QLxRV GH ,EHUR $PpULFD \D
que la mayoría de los hombres de
ODDFWXDOJHQHUDFLyQHVLQFDSD]GH
entenderlo. (R.A., VI: 50)
6. A. ¿Estima usted prudente que nuestra
$PpULFD /DWLQD WRPH XQD DFWLWXG
GHWHUPLQDGD HQ VXV HQVHxDQ]DV HQ
sus leyes, en su economía, en su
producción intelectual ante el caso
de los Estados Unidos del Norte?
&UHRTXHOD~QLFDPDQHUDGHUHVROver el problema de los Estados Unidos es hacernos tan fuertes como los
Estados Unidos, para llegar a serlo
es menester trabajar tanto como
han trabajado los norteamericanos.
7DPELpQ KDEHPRV PHQHVWHU GH
RULHQWDFLRQHV GHÀQLGDV GHVSURYLVWDVGHRGLR\D~QGHHVStULWXGHULvalidad. Los Estados Unidos son un
gran pueblo y nosotros estamos llamados a ser otro gran pueblo. (R.A.,
VI: 49)
Las respuestas de Vasconcelos al cuestionario del Repertorio Americano son las de
XQ ODWLQRDPHULFDQLVD GHVHRVR GH OD XQLÀFDFLyQGH´QXHVWUDUD]DFyVPLFDµ([WHUQD
un alto sentido de igualdad entre los pueEORVGH$PpULFDFRQVFLHQWHGHODVWDUHDV
prioritarias en el campo de la educación y
la economía.
En sus respuestas encontramos a un Vasconcelos internacionalista, interesado en
UHYDORUL]DUQXHVWUDLGHQWLGDGSUHRFXSDGR
SRUODHGXFDFLyQ\IRUPDFLyQGHORVQLxRV
GH,EHURDPpULFD
9LVXDOL]DPRV D XQ 9DVFRQFHORV LGHDOLVWD
sumamente espiritual, romántico y me
atrevo a decir que hay un poco de ingenuidad en sus juicios al creer que podríamos
resolver nuestras diferencias con los EstaGRV8QLGRVVLPSOHPHQWHKDFLpQGRQRVWDQ
fuertes como ellos.
$PpULFD /DWLQD FRQWDED \D FRQ OD H[SHULHQFLD GH OD *XHUUD +LVSDQRDPHULFDQD
(1898) y la Doctrina Monroe (1823) que
estaba en su apogeo en el continente. Creer
que con solo buenas intenciones resolveUtDPRVORVFRQÁLFWRVFRQ(VWDGRV8QLGRV
es una ilusión y es pecar de ingenuidad.
5(3(5725,2$0(5,&$126HJXQGDQXHYDpSRFD1ƒ(GLFLyQ(VSHFLDO(QHUR'LFLHPEUH
77
*UDFH3UDGD2UWL]
0p[LFR PiV TXH QLQJ~Q
otro país del continente
KD H[SHULPHQWDGR HQ VX
trayectoria histórica la
H[SDQVLyQ WHUULWRULDO GH
los Estados Unidos de
1RUWHDPpULFD
Rescata Vasconcelos al
pueblo norteamericano y
su gran valor, pero pierde de vista el poderío
PLOLWDUODpOLWHGHOSRGHU
SROtWLFR \ VX SROtWLFD H[SDQVLRQLVWD KDFLD$PpULca Latina.
La H[SHULHQFLD DFXPXODGD SRU 0p[LFR GXUDQWH
OD 5HYROXFLyQ 0H[LFDna de 1910 y los fuertes
enfrentamientos entre el
JRELHUQR PH[LFDQR \ HVtadounidense por la naFLRQDOL]DFLyQGHORVUHFXUsos naturales, pareciera
obviarla Vasconcelos en
HVWD UpSOLFD &RQFOX\H HO
entrevistado con la respuesta, a mi juicio, más
romántica de todas:
[...] y si en los Estados Unidos y
HQWUH QRVRWURV WULXQID HO UpJLPHQ
socialista moderno animado de
fraternidad universal, no hay nada
que temer, pues caminaremos juntos hacia el futuro, conservando
cada cual su personalidad propia.
(R. A., VI: 49)
78
La KLVWRULD GH 0p[LFR \ OD GHO UHVWR GH
$PpULFD /DWLQD HQ HO PRPHQWR HQ TXH
se escribieron estas respuestas, era la del
H[SDQVLRQLVPR GH ORV (VWDGRV 8QLGRV
D H[SHQVDV GH QXHVWURV WHUULWRULRV &RQ
VHJXULGDG SRFR SURIpWLFD 9DVFRQFHORV
apuntó que “no hay nada que temer y que
cada nación conservaría su propia personalidad”. Por supuesto, la personalidad
de los Estados Unidos nunca ha estado
5(3(5725,2$0(5,&$126HJXQGDQXHYDpSRFD1ƒ(GLFLyQ(VSHFLDO(QHUR'LFLHPEUH
Repertorio AmericanoWULEXQDGHOSHQVDPLHQWRODWLQRDPHULFDQRODYR]GH-RVp9DVFRQFHORV
DPHQD]DGD QL SRU 0p[LFR QL SRU QLQJ~Q
otro país latinoamericano.
PHQHVWHULQWURGXFLUHQODHQVHxDQ]D
de la Historia.
1XHVWUD$PpULFDKDSHUGLGRWHUULWRULRDXWRQRPtDVREHUDQtD\FDGDYH]VHGLOX\HQ
más los rasgos propios de nuestra identidad, producto de la penetración cultural de
los Estados Unidos. Me viene a la memoULDXQDIUDVHSRSXODUGHOSXHEORPH[LFDQR
que se hace oportuna en esta situación:
“Estamos tan lejos de Dios y tan cerca de
los Estados Unidos”.
/RTXHGLFH9DVFRQFHORVGH(VSDxD
\ODRFDVLyQHQTXHORH[SRQH\OD
DXWRULGDGFRQTXHORHQVHxDVRQGH
mucha importancia.
La respuesta de Vasconcelos sobre las reODFLRQHVHQWUH(VWDGRV8QLGRV\$PpULFD
Latina se tornan precavidas, pero sobre
WRGR LGtOLFDV \ HQ H[FHVR URPiQWLFDV /D
historia nos ha demostrado que los gobiernos de los Estados Unidos no han sido
capaces de respetar esa “personalidad propia”, de la que nos habla Vasconcelos, y
TXH WDO YH] FDPLQHPRV FHUFD GH (VWDGRV
Unidos, pero nunca en igualdad de condiFLRQHV\PHQRVD~QFDPLQDPRVMXQWRV
Baste con ver las asimetrías en los innumerables tratados de comercio y el trato
infrahumano que se les da a los ciudadanos latinoamericanos indocumentados que
emigran hacia los Estados Unidos en busca de “mejores oportunidades”.
Vasconcelos y su relación con España
Repertorio Americano HV ÀHO WHVWLPRQLR
de los vínculos y arraigados sentimientos
GH-RVp9DVFRQFHORVKDFLD(VSDxD
Este hombre honrado hace cumpliGD MXVWLFLD D (VSDxD LQVSLUDQGR D
los maestros las reformas que han
[...] Tampoco sería posible negar
HO PpULWR GH YLUUH\HV \ DU]RELVSRV
FRPR =XPiUUDJD \ $QWRQLR GH
0HQGR]DQLHOGH/XLVGH9HOD]FR
que dijo: “Más importa la libertad
de los indios que todas las minas del
Mundo”.
$VtPLVPR5HYLOODJLJHGRKL]RMXVticia sin derramar sangre, y no acuPXOyIRUWXQDSURSLDSHURVLOOHQyOD
FRORQLDGHHGLÀFLRVGHFDO]DGDVGH
caminos de progreso.
4XHVHGLJDDORVQLxRVORTXHKDFH
FLHQDxRVQRVHOHVHQVHxySRUTXH
XQSDWULRWLVPRHVW~SLGRORYHGDWicitamente, y es que en el siglo XVIII
\ GHVGH HO ÀQDO GHO ;9,, KXER HQ
QXHVWUD SDWULD OD FLYLOL]DFLyQ PiV
intensa que entonces se conocía en
$PpULFDTXHKXERHQWRQFHVDUTXLtectos y pintores, y sabios, y literatos, y escuelas, y universidades e
imprentas.
¿Cómo podremos creer en nosotros
PLVPRV VL FRPHQ]DPRV QHJDQGR
nuestras raíces? Vivimos en el servilismo de imaginar que todo lo que
es cultura, ha de tener etiqueta de
importación reciente, como si nada
YDOLHVHHOHVIXHU]RGHORVVLJORV
5(3(5725,2$0(5,&$126HJXQGDQXHYDpSRFD1ƒ(GLFLyQ(VSHFLDO(QHUR'LFLHPEUH
79
*UDFH3UDGD2UWL]
$JUpJXHVH SDUD WHUPLQDU HVWH HVER]R GH WDQ QREOH ÀJXUD TXH -RVp
Vasconcelos ha roto, aunque no por
PRWLYRVLGHROyJLFRVFRQHO*RELHUQR GHO *HQHUDO &DOOHV < TXH HVWH
hombre probo, que manejó millones, vive de su actividad intelectual.
El que quiera conocerlo más a
fondo lea cualquiera de sus obras:
Prometeo, por ejemplo. R. BlancoFombona. (R.A., X: 337-338)
Vasconcelos y la cuestión religiosa
Vasconcelos emergió del seno de una familia con arraigadas convicciones religioVDV(QVXWUD\HFWRULDSROtWLFDHQ0p[LFR
encontró una de las peores crisis religiosas
TXHKDYLYLGRODQDFLyQD]WHFD
Una cruenta y dogmática lucha religiosa
FDOGHDED ORV iQLPRV GHO SXHEOR PH[LFDno, que carcomía los cimientos de la iglesia católica:
El autor del ensayo sobre la Religión
(WHUQDGHYROYLyODSD]DORVHVStULWXV<D GH YXHOWD pO GH PXFKDV H[SHGLFLRQHV ÀORVyÀFDV GHFODUy TXH
“la Religión era la superciencia, la
VXSHUÀORVRItDµ < VH SURFODPy FDtólico. Pero quiere una Iglesia muy
tolerante en el dogma. El quisiera
que la Iglesia dijera, más o menos
lo que sigue: Todos los dogmas son
DSUR[LPDFLRQHV D OD YHUGDG KDVWD
GRQGH HV GDEOH DOFDQ]DU OD YHUGDG
en esta pobre vestidura terrestre.
Todos los dogmas se recomiendan a
ORVÀHOHVSHURVLDOJXLHQQRSXHGH
80
no crea así, y crea a su modo, pero
crea. (R.A., XIX: 195)
&RQ VXV DORFXFLRQHV 9DVFRQFHORV H[KRUWDED DO SXHEOR PH[LFDQR D WHUPLQDU FRQ
las luchas religiosas, aludiendo a que en
su calidad de político fomentaba la idea de
una iglesia cambiante, moderna y moderadora que promoviera:
La iglesia libre, de todas las iglesias libres, dentro del Estado libre,
sin ninguna clase de intervención
recíproca. Hay una libertad absoluta de cultos. El Estado da garantías
a todas las confesiones, con tal de
que todas las confesiones acaten
las leyes del Estado. Pero como la
católica es la del noventa y cinco
por ciento de la población, la catóOLFD HV OD ~QLFD TXH VH KDFH VHQWLU
Mas el Estado no la subvenciona en
forma alguna, ya que los dineros de
los contribuyentes han sido erogaGRV SDUD ÀQHV PX\ GLYHUVRV 1L DO
Clero le es permitido la menor inWURPLVLyQHQODFRVDS~EOLFD\VXV
GHVPDQHVVLSRUUDUH]DRFXUUHQVRQ
castigados con la mayor severidad.
6H KD HVWDEOHFLGR SRU ÀQ OD FRQFRUGLDHIHFWLYDHQWUHORVPH[LFDQRV
&pVDU($UUR\R5$;,;
Vasconcelos y la cultura
0p[LFRSDtVGHFRQWUDVWHV\HQFXHQWURVGH
FXOWXUDV HV SRU H[FHOHQFLD XQD ULTXtVLPD
veta cultural. Amante de sus raíces, durante su gestión como Ministro de Instrucción
3~EOLFDVHGHGLFyDIRUWDOHFHUODVGLIHUHQWHV
manifestaciones artísticas de su nación. A
HVWHUHVSHFWRQRVUHFXHUGD&pVDU$UUR\R
5(3(5725,2$0(5,&$126HJXQGDQXHYDpSRFD1ƒ(GLFLyQ(VSHFLDO(QHUR'LFLHPEUH
Repertorio AmericanoWULEXQDGHOSHQVDPLHQWRODWLQRDPHULFDQRODYR]GH-RVp9DVFRQFHORV
La arquitectura ha renacido, creando
un delicioso estilo en el que se funGHQHOHPHQWRVGHOEL]DQWLQRHOSODWHUHVFRTXHYLQRD$PpULFDFRQODV
carabelas, y elementos de los primiWLYRVHVWLORVPD\DWROWHFD\D]WHFD
Como testimonio del sincretismo cultural
latinoamericano han quedado plasmados
HQORVPXUDOHVIUHVFRV\SLQWXUDVGH0p[LFRHOHPHQWRVGHODUD]DFyVPLFDTXHFRQ
WDQWRDKtQFRGHÀQLHUD9DVFRQFHORV
La pintura y las artes decorativas
han adquirido un desarrollo nunca
visto. El Presidente ama la pintura
DO IUHVFR *UDQGHV DVXQWRV VREUH
JUDQGHV VXSHUÀFLHV *UDQGHV DUWLVWDV WDPELpQ VH UHTXLHUHQ eO ORV
ha descubierto y los ha hecho que
se revelaran. Un inmenso arte ha
surgido antes apenas intentado en
$PpULFD5$;,;
(O LQWHUpV \ HO FXOWR D OD P~VLFD OD UHOLJLyQODUHVWDXUDFLyQGHSLH]DVDUWtVWLFDV\
la escultura se convirtieron en obsesión de
Vasconcelos.
&DUDFWHUL]DQGR HO GHVDUUROOR GHO DUWH \ OD
FXOWXUDHQ0p[LFR&pVDU$UUR\RDSXQWDEDTXH´0p[LFRKDOOHJDGRDVHUODFLXGDG
PiVDUWtVWLFDGHODV$PpULFDV(VWH~OWLPR
lustro ha sido fecundo y luminoso.” (R.A.,
XIX: 1)
Reneguemos del latinismo
(Q HO DxR HO PDHVWUR 9DVFRQFHORV
escribe un artículo que originalmente se
publicaría en el periódico El Universal,
pero previamente fue sancionado por
FRQVLGHUiUVHOH DQWLUUHOLJLRVR VLQ HPEDUgo, su autor lo consideró más bien religioso: “Reneguemos del latinismo”. En
pO9DVFRQFHORVKDFHXQDIXHUWHFUtWLFDDO
UpJLPHQIDVFLVWDUHFLpQLPSXHVWRHQ,WDOLD
por Mussolini:
[...] es necesario probar si la opinión del país resiste la verdad como
le place pensarla a un espíritu libre
que se acoge a esa misma opinión.
6LHOODWDPELpQPHUHFKD]DQRPRGLÀFDUp PLV FRQFHSWRV SHUR WHQGUp
TXH UHFRQRFHU TXH HO S~EOLFR QR
solo me acepta la sinceridad, sino
que la castiga. (R.A., IX: 230)
Vasconcelos criticaba fuertemente el hiperbolismo de las raíces latinas que tanto
promueven políticos y estadistas, así como
ORV DVSHFWRV TXH GHÀQHQ HO FDUiFWHU GH
QXHVWUDLGHQWLGDG1RVH[SOLFDFRQHOGRminio del conocimiento que le era propio,
SRUTXppOQRVHLQFOLQDEDLUUHÁH[LYDPHQWH
ante este latinismo, al que no le encuentra
ODQREOH]DGH$WHQDVR*UHFLD
Por mi parte, jamás he sentido los
entusiasmos latinos, acaso porque
en mi sangre persiste el latino indigQDGRGHDOJ~QLEHURTXHVHUHPRQWy
a las selvas huyendo del poderío romano o bien por mi sangre de indio
o por ambas, pero el hecho es que jamás me han deslumbrado las glorias
ODWLQDV 7RGR OR FRQWUDULR FRP~Qmente las he visto con rencor, con
el rencor transcendental con que se
contempla el triunfo mundano de lo
mediocre. Llevado de mi sentimiento que es mi guía, de la emoción que
VLHPSUHKDPDQGDGRHQPLFDEH]D
5(3(5725,2$0(5,&$126HJXQGDQXHYDpSRFD1ƒ(GLFLyQ(VSHFLDO(QHUR'LFLHPEUH
81
*UDFH3UDGD2UWL]
SRUTXHODFDEH]DKDGHXVDUVHVyOR
para orientar una pasión generosa,
me rebelo contra los alardes de la
latinidad antigua, así como me río
GH0XVVROLQLFRURQDGRGH&pVDUGH
RSHUHWD VyOR XQRV PHVHV GHVSXpV
de que Roma estuvo controlada por
ODSROLFtDLQJOHVDFRQSUHWH[WRGHOD
gran guerra. (R.A., IX: 230)
Revisando retrospectivamente la historia de
la humanidad, Vasconcelos hace una crítica
del aporte de Roma a la cultura occidental
\DQDOL]DODIRUPDHQTXHQXHVWUDVFXOWXUDV
han asimilado el latinismo romano:
0LUDQGRUiSLGDPHQWH¢TXpHVORTXH
representa en la historia de la civiOL]DFLyQ HO ODWLQLVPR" 2EVHUYHPRV
ORVGRVSHUtRGRVFOiVLFRVOD5HS~EOLFD \ HO ,PSHULR /D 5HS~EOLFD
RUJDQL]y OD YLGD FtYLFD OD IDPLOLD
ODFLXGDGHOGHUHFKRSULYDGR\S~EOLFR7RGRHVWRORKL]RQRDODPDnera libre de Atenas, sino conforme
a un principio que había de ser caUDFWHUtVWLFDGHODFLYLOL]DFLyQQXHYD
un principio constructivo, pero sin
vuelo: la disciplina, el reglamento,
OD QRUPD 7RGR ~WLO FRPR PHGLR
pero opresor y perverso cuando se
FRQYLHUWHHQÀQ6LQHPEDUJRHVWH
es el aporte fundamental del espíULWXODWLQRHQYH]GHODOLEHUWDGOD
norma. No el fondo, sino la forma.
<D DQWHV GH TXH DSDUHFLHUDQ HVWDV
gentes sin alma, el pueblo griego,
disciplinario, pero además inspirado, había superado a todos los pueEORV )UHQWH D *UHFLD 5RPD HV XQ
retroceso. El triunfo de Roma sobre
*UHFLD´HVWRORVLHQWHQORVQLxRVTXH
82
estudian historia” es un paso atrás
HQ HO SURJUHVR GHO PXQGR *UHFLD
era el genio, la invención, el entuVLDVPR OD YLGHQFLD OD JORULD *UHcia quería el poder para propagar
OD OX] 5RPD LQFDSD] VLTXLHUD GH
FRSLDU D *UHFLD VH GLVFLSOLQDED
para dominar. No tenía ideales que
propagar, pero tenía ambiciones de
GRPLQLR \ GH ULTXH]D 6XV JXHUUDV
con los fenicios fueron francamente
comerciales, como cualquier guerra
moderna, y tan fenicios eran en el
VHQWLGR LQWHUHVDGR GHO WpUPLQR ORV
cartagineses, como los romanos. No
VH GHEDWLy HQ ODV JXHUUDV S~QLFDV
QLQJ~QLQWHUpVKXPDQR5RPDQXQca combatió ni por ideal, ni por religión, ni por arte. Su pasión de mero
dominio, la hace precursora de los
imperialistas modernos, pero no de
ORVFUX]DGRVQLGHORVFRQTXLVWDGRUHV GH $PpULFD QL GH QLQJXQR GH
ORV YHUGDGHURV KpURHV GHO PXQGR
Ausencia de ideal, ausencia de religión, incapacidad artística, sentido
práctico para dominar la tierra: esto
fue el Imperio. Esto hace de Roma
XQDQDFLyQRGLRVDGHVGHODpSRFDGH
OD5HS~EOLFD5$,;
Introduce Vasconcelos un tercer elemento en su estudio, el socialismo moderno, y
destaca tres grandes sucesos que han sido
a su criterio "comentarios al espíritu de
Roma":
Los dos, los tres grandes sucesos
de OD KLVWRULD OD FXOWXUD KHOpQLFD
la doctrina cristiana y el socialismo moderno, son los tres enemigos
de Roma, contrarios al espíritu de
5(3(5725,2$0(5,&$126HJXQGDQXHYDpSRFD1ƒ(GLFLyQ(VSHFLDO(QHUR'LFLHPEUH
Repertorio AmericanoWULEXQDGHOSHQVDPLHQWRODWLQRDPHULFDQRODYR]GH-RVp9DVFRQFHORV
Roma. Las legiones romanas evitaURQTXHODFXOWXUDKHOpQLFDVHH[WHQdiese por Europa y llegara inconWDPLQDGD KDVWD OD $PpULFD 5RPD
KL]R WRGR OR TXH SXGR SDUD HYLWDU
el triunfo del ideal cristiano, que es
igualitario y piadoso. Roma supo de
justicia, pero no sospechó la piedad.
Una justicia peculiar, un derecho
VHYHUDPHQWHRUJDQL]DGRSDUDEHQHÀFLRGHORVFLXGDGDQRVGHORVDPRV
GHORVGRPLQDGRUHVXQGHUHFKRHQ
HO TXH QR WHQtD HVSHUDQ]D HO HVFODYRXQGHUHFKRFRQVROLGDGRSRUOD
espada, sobre el cadáver ensangrentado de las huestes de Espartaco. El
socialismo moderno ha vuelto a poner en pie las huestes de Espartaco
y se dedica a reformar la oda cruel
del ingenio romano: el derecho de
los amos, el derecho impuesto por
OD ODQ]D \ OD HVSDGD HO GHUHFKR GH
los conquistadores. Al proceder de
esta suerte el socialismo moderno
contrario anula la obra de Roma,
y se junta con el otro gran enemigo de Roma, el ideal cristiano que,
además de justicia, predica piedad y
amor entre los hombres. Se acerca
WDPELpQ D *UHFLD SRUTXH *UHFLD
TXHUtD TXH HO HVStULWX \ OD EHOOH]D
triunfaran.
¿Cuál fue entonces la esencia del
romanismo, la característica social
de la estirpe? El sistema de la jeUDUTXtDIXQGDGDHQODIXHU]DODUHJODPHQWDFLyQH[FHVLYDTXHPDWDOD
OLEHUWDG HO FXOWR GH OD SHUVRQD KXmana que trae consigo todo el envilecimiento que se vio en el Imperio.
Directamente de Roma proceden el
pretorianismo latinoamericano y el
capitalismo moderno. Es decir, otra
YH]ORODWLQRHVWRUEDQGRHOSURJUHso. (R.A., IX: 231)
La crítica de Vasconcelos hacia el latinisPRHVWiGRWDGDGHWRGDODSDVLyQ\IXHU]D
TXHOHHUDQFDUDFWHUtVWLFDVDOH[SUHVDUVXV
RSLQLRQHVHVDVtFRPRGLFH
'HMpPRQRV GH ODWLQLVPR KDJDPRV
TXHQXHVWUD$PpULFDVHDKLVSiQLFD
TXH VHD LEpULFD TXH VHD LQGLD TXH
VHD XQLYHUVDO SHUR QR ODWLQD ¢4Xp
idea podemos tomar de los latinos,
VLODPLVPD5RPDSRUSREUH]DGH
LGHDV WXYR TXH GHFODUDU ÀOyVRIR D
6pQHFD" ¢&yPR KHPRV GH HPSHxDUQRVHQLQYHQWDUSDUHQWHVFRVFRQ
un pueblo cuyo genio literario es
&LFHUyQ" ¢< SRU TXp VHJXLU DÀUmando que es muy dulce el seco
Virgilio, si ya nadie lo recordaría,
más que los estudiantes de literatura, a no haberle citado magnánimamente, el Dante?
Por cualquier lado que lo latino se
mire, se nos aparece el odioso rasJR IXQGDPHQWDO GH OD RUJDQL]DFLyQ
MHUiUTXLFD HO DIiQ GH LPSODQWDU FDtegorías, pero no el noble afán de
categorías de un Aristóteles de un
Kant, que anhelan ordenar las coVDVSDUDSRGHUSHQVDUODV£3HQVDUHV
algo que jamás preocupó al romano!
El ordenamiento latino tiene por obMHWR OD DFFLyQ SDUD ÀQHV SUiFWLFRV
/DDFFLyQGHOODWLQRHVÀUPHSHURQR
sabe de trascendentalismos y de esplendores no es generosa como la del
cristianismo, ni sublime como la del
5(3(5725,2$0(5,&$126HJXQGDQXHYDpSRFD1ƒ(GLFLyQ(VSHFLDO(QHUR'LFLHPEUH
83
*UDFH3UDGD2UWL]
KpURH'HFLUODWLQRHVGHFLUOLPLWDGR
GHÀQLGRD~QJUDQGHSHURVLQJUDQGH]D PRUDO R HVWpWLFD VLQ HVStULWX
5D]DDQWLPtVWLFDUD]DRGLRVD
Donde el latino pone su norma fría,
el ideal se corrompe o se ausenta.
El cristianismo era la revolución
PRGHUQDODRUJDQL]DFLyQHFRQyPLca equitativa en el trabajo y en la
recompensa, pero lo tomó Roma y
lo volvió liturgia, boato papal y orJDQL]DFLyQPXQGDQD(OGtDHQTXH
&RQVWDQWLQRKL]RGHODFUX]XQOiEDro sangriento, el cristianismo dejó
GHVHUUHOLJLyQ\VHYROYLySROtWLFD
EDMyHOQLYHOVHSHWULÀFyHQUHJODV
VHKL]RURPDQR
El cristianismo es libertad para
todos los hombres y latino es jerarquía, no libertad. A la caída del
Imperio Romano, la libertad vuelve
a aparecer amparándose en la anarTXtD GH OD EDUEDULH RUJDQL]iQGRVH
en los municipios de Italia y de HoODQGD \ GH (VSDxD /D 5HIRUPD HV
una protesta contra el romanismo
propuesta más hermosa y radiante
en Savonarola que en Lutero pero
contraria siempre al formulismo latino. Lo que Italia tiene de genio se
debe a que durante muchos siglos se
KDQ PH]FODGR HQ VX VXHOR JORULRVR
WRGDVODVUD]DV$VtVHH[SOLFDHOPLODJURGH'DQWH<HO5HQDFLPLHQWR
es una protesta de Italia contra el espíritu románico imperial, que se ha
YXHOWRJHUPiQLFR\XQDDOLDQ]DFRQ
HODOPDGLYLQDGH*UHFLD
84
Francia, la clara Francia, cobra
personalidad desde que vuelve a
VHU *DOLD 6X LQWHOLJHQFLD OH YLHQH
GH*UHFLD\VXDQVLDGHOLEHUWDGHV
vernácula. La mayor protesta que se
ha hecho contra Roma es la de su
gran Revolución. De lo latino sólo
ha recibido una gran calamidad:
Napoleón. El capitalismo moderno
WDPELpQ HV ODWLQR 6H KD GHVDUURllado al amparo del maquinismo
LQJOpVSHURVXGRFWULQDHVODGHORV
antiguos romanos. (R.A., IX: 231)
Vasconcelos es enfático al decir que los
romanos no se dedicarían como los griegos al enriquecimiento de las ideas, a las
WDUHDV GH ÀORVRIDU 'HVWDFD TXH OD YHUGDGHUDHVHQFLD\UD]yQGHVHUGHOFULVWLDQLVPR QR HV HO GRJPD UHOLJLRVR SROLWL]DGR
sino es una manera sublime y una forma
de vida libertadora.
Vasconcelos escribió “Reneguemos del
latinismo”, en un momento histórico muy
importante no sólo para Roma, sino para
HOUHVWRGHOPXQGR'RVDxRVDQWHVGHTXH
pOHVFULELHUDHVWDFUtWLFDWDQIXHUWHDFHUFD
GH5RPDHOIDVFLVPRLWDOLDQRDODFDEH]D
de Mussolini y los camisas negras iniciaban una de las etapas más nefastas de la
historia de la Humanidad, que afectaría
de manera dramática especialmente a los
pueblos de Europa.
El fascismo iniciado en 1922 en Italia con
0XVVROLQL VH H[SDQGLy UiSLGDPHQWH SRU
WRGD(XURSDHQOOHJDDOSRGHU+LWOHU
HQ$OHPDQLDHQODQDFLyQHVSDxROD
UHFLELyHO]DUSD]RGHOIUDQTXLVPRDSR\DGR
por las huestes de Mussolini.
5(3(5725,2$0(5,&$126HJXQGDQXHYDpSRFD1ƒ(GLFLyQ(VSHFLDO(QHUR'LFLHPEUH
Repertorio AmericanoWULEXQDGHOSHQVDPLHQWRODWLQRDPHULFDQRODYR]GH-RVp9DVFRQFHORV
Hitler sometería a Polonia, Checoslovaquia, sofocaría a Rusia, Francia e Inglaterra. Encendería toda Europa conduFLpQGROD D XQD GH ODV PiV GHYDVWDGRUDV
FDWiVWURIHVGHOVLJOR;;OD6HJXQGD*XHUUD0XQGLDO9HLQWLWUpVDxRVGHVSXpVGHOD
llegada de Mussolini al poder, Europa apenas podía salir del horror iniciado en Italia.
Destrucción, hambre, muertes de millones
de almas, holocausto, frío y desolación,
son apenas algunas de las palabras con
ODV TXH SRGHPRV FDOLÀFDU HO VLJQLÀFDGR
GHO IDVFLVPR QD]LVPR \ IDODQJLVPR SDUD
Europa de 1922 a 1945 y para los pueblos
que sucumbieron ante las diversas formas
GHHVWRVHMpUFLWRVSUHWRULDQRV
Comprendemos entonces, toda la furia y
coraje que transmite este latinoamericanista en sus palabras:
Reneguemos del latinismo, que
GHVSUHFLDHOWUDEDMR\VDFULÀFDODOLEHUWDGSDUDH[DOWDUDOVROGDGR\OD
guerra. No somos latinos ni por la
sangre ni por el espíritu. La misma
Italia renegará su latinismo, así que
se harte de atrocidades fascistas.
Dividamos y nombremos nuestra
FLYLOL]DFLyQ FRQIRUPH D OD YHUGDG
GHO HVStULWX £+HUPDQGDG HVWUHFKD
GHORVLEHURDPHULFDQRVFRQ(VSDxD
y con Italia y con Francia, pero no
porque seamos latinos, sino porque
representamos un concepto emotivo de la vida, y queremos que la
ley suprema llegue a ser la ley de
EHOOH]D/DFLYLOL]DFLyQQyUGLFDFUHH
HQ OD pWLFD QRVRWURV HQ OD HVWpWLFD
3DUDHOORVODUD]yQVXSUHPDHVHOGHEHUSDUDQRVRWURVODUD]yQVXSUHPD
HVODEHOOH]D+DJDPRVTXHQXHVWUR
FRQFHSWRGHEHOOH]DVHDPX\FODUR\
PX\DOWR<XQLGRVWRGRVORVKRPbres en fraternidad verdadera, proclamemos el triunfo de todo lo que
Roma combatió o no supo entender.
£(OWULXQIRGHODOLEHUWDG\HODPRU
£/D GHUURWD GHO FDSLWDOLVPR \ GHO
Imperio! (R.A., IX: 232)
Lejos estaba Vasconcelos en 1924, cuando
escribió su artículo, de conocer los horrores que depararía el fascismo a Europa,
pero cuán claro tuvo en ese momento que
VHH[DOWDED´DOVROGDGR\DODJXHUUDµ&RQ
su inmensa sabiduría que sólo le es propia
a los visionarios, Vasconcelos previó que
la misma Italia se hartaría de las atrocidades del fascismo.
Vasconcelos y su relación con el ejército
Vasconcelos relacionaba la cuestión militar con dos ejes centrales: primero, lo vinculaba con la economía nacional, es decir,
el país no debía, a su criterio, invertir tantos recursos económicos en la manutenFLyQGHXQHMpUFLWRWDQFRVWRVR6HJXQGR
lo relacionaba con el problema educativo
de la nación, es decir con el analfabetismo
TXHLPSHUDEDHQHOHMpUFLWR\VXVVROGDGRV
3DUD9DVFRQFHORVHOHMpUFLWRGHEtDVRPHWHUVHDYDULDVWUDQVIRUPDFLRQHVHQSULPHra instancia: “depurar sus gastos y depurar
y ennoblecer su personal”. Para cumplir
con estas metas, los soldados en servicio
activo debían: “pasar del estado de gueUUDDOHVWDGRGHSD]RORTXHHVORPLVPR
SUHSDUiQGRORVSDUDODGHIHQVDDODYH]TXH
sus energías se aprovechan en la tarea de
reconstruir al país” (R.A., XIX: 85).
5(3(5725,2$0(5,&$126HJXQGDQXHYDpSRFD1ƒ(GLFLyQ(VSHFLDO(QHUR'LFLHPEUH
85
*UDFH3UDGD2UWL]
Vasconcelos concebía la reconstrucción
GHOSDtV\ODSDUWLFLSDFLyQGHOHMpUFLWRGH
la siguiente manera:
La tendencia fundamental de la democracia es hacer del soldado el
equivalente del ciudadano, por lo
mismo, no soy partidario de que se
le limiten los derechos políticos, ni
de que se les restrinja el voto en las
elecciones. Al contrario, considero
indispensable que se rompa ese espíritu de casta mediante la incorporaFLyQHQHO(MpUFLWRGHWRGRVDTXHOORV
elementos que deseen prepararse de
una manera accidental pero patrióWLFDHQHOFRQRFLPLHQWRGHODWpFQLFDGHODVDUPDV(O(MpUFLWRDFWXDO
compuesto en su gran mayoría de
revolucionarios que abandonaron la
vida privada para ir a combatir por
el sufragio, la no reelección, el resSHWR D OD YLGD KXPDQD HO (MpUFLWR
que en gran parte conserva todavía
este espíritu revolucionario, tiene
TXHVHUQXHVWURPHMRUDX[LOLDUHQOD
empresa de salvar tanto las escasas
conquistas materiales de la Revolución como la ideología entera de la
PLVPD 8Q HMpUFLWR GH HVWD QDWXUDOH]DQRSRGUiFRQYHUWLUVHHQLQVWUXmento de imposición ni de compaGUD]JRVSROtWLFRV
[...] La mejor solución que se puede dar al problema del soldado en
ORVWLHPSRVGHSD]HVDVLJQDUOHXQD
tarea equivalente en heroísmo, a los
VDFULÀFLRVTXHGHPDQGDODJXHUUD\
en este sentido nadie mejor que los
MHIHV FDSDFHV ORV RÀFLRV DUURMDGRV
y la tropa valerosa, ninguno mejor
86
que ellos para emprender esta lucha contra el medio, que es uno de
nuestros mayores obstáculos. Con
brigadas de soldados y de ingenieros emprenderemos la tarea de abrir
EUHFKDHQODVVHOYDVGHOWUySLFRFRQ
ingenieros y soldados construiremos los puentes en las quebradas
GHO DOWLSODQR FRQ VROGDGRV VH SRdrán desarrollar cultivos tal como
\D VH KD KHFKR HQ DOJXQDV ]RQDV
SRUPHGLRGHORVFROHJLRVPLOLWDUHV
con soldados podríamos acometer
tantas otras empresas como están
pendientes desde hace tanto tiempo en nuestro suelo. De esta suerWH XQ HMpUFLWR RFXSDGR VHUi OD PHjor garantía de la estabilidad de los
JRELHUQRV \ DGTXLULUi WDPELpQ ODV
mejores dotes de preparación para
ODJXHUUD\DTXHpVWDVHYXHOYHPiV
\ PiV SUHSDUDFLyQ WpFQLFD \ GRPLQLRGHODVIXHU]DVGHODQDWXUDOH]D
8Q HMpUFLWR DVt WUDQVIRUPDGR VHUtD
DO PLVPR WLHPSR HO PHMRU DX[LOLDU
de la tarea educacional en nuestra
patria. (R. A., XIX: 85)
Incorporar a los soldados a la ardua labor
de reconstrucción nacional, recurriendo
SDUD HOOR D OD DOIDEHWL]DFLyQ \ HGXFDFLyQ
de este sector tan olvidado de la sociedad,
se convirtió en un imperativo de la gestión
vasconceliana:
El intercambio de conocimienWRV HQWUH HO RÀFLDO TXH DGLHVWUD HO
cuerpo en ejercicios marciales y el
profesor que adiestra la mente para
que sepa conducir el cuerpo ha sido
siempre gran escuela de acción. La
construcción de cuarteles-escuelas
5(3(5725,2$0(5,&$126HJXQGDQXHYDpSRFD1ƒ(GLFLyQ(VSHFLDO(QHUR'LFLHPEUH
Repertorio AmericanoWULEXQDGHOSHQVDPLHQWRODWLQRDPHULFDQRODYR]GH-RVp9DVFRQFHORV
permitirá el gradual establecimiento del servicio militar obligatorio
D OD YH] TXH SURORQJDUtD OD DFFLyQ
educativa del Estado hasta la geneUDFLyQDGXOWD/DPH]FODGHFODVHV\
GHSURIHVLRQHV\RÀFLRVHQXQHMpUFLWR GH HVWD QDWXUDOH]D FRQWULEXLUtD
poderosamente a la unidad social y
una sola generación de esta clase de
soldados bastaría para abrir una era
nueva en nuestra historia fatigada
de violencias, deshonrada por la arbitrariedad. (R.A., XIX: 86)
Vasconcelos promovió otra imagen del
HMpUFLWR\VHSUHRFXSySRUTXHVXVPLHPEURVWXYLHVHQPD\RUHVRSRUWXQLGDGHVTXH
tuvieran acceso a la educación y que pudiesen tener sus licencias o días de descanso. Lo que en apariencia parecieran
ser derechos básicos de los militares, no
VHFXPSOtDQHQODSUiFWLFD/DJUDQH[WHQVLyQGHODIURQWHUDHQWUH0p[LFR\(VWDdos Unidos hacía la vigilia difícil. Ante
ORV FRQVWDQWHV SHOLJURV GH H[SDQVLyQ GH
ORV QRUWHDPHULFDQRV ORV VROGDGRV PH[Lcanos no tenían muchas opciones para ser
UHOHYDGRV9DVFRQFHORVORJUyKDFHUUHDOLGDGHOGHVFDQVRGHORVVROGDGRV\GLJQLÀcar ese trabajo:
$VtODVFRVDVHO(MpUFLWRGHEHYHODU
y dejando de ser instrumento de política interna, dedicarse, como ahora
VH GHGLFD D VX PLVLyQ WpFQLFD \ D
su propio mejoramiento. El soldado
ya no es la dolorosa piltrafa de caxyQ TXH VH GHEDWtD HQ ODV WLQLHEODV
GHXQRVFXURGRPLQLR<ORVMHIHV\
RÀFLDOHV \D QR VRQ ORV PDWRQHV GH
DQWDxR /DV FRQGLFLRQHV HQ TXH VH
desarrolla la vida de la milicia han
mejorado de manera notable, espiULWXDO \ PDWHULDOPHQWH (O HMpUFLWR
vive mejor y se instruye. Los cuarteles parecen inmensas escuelas poOLWpFQLFDV5$;,;
(OVLJQLÀFDGRGHOWUDEDMRSDUD9DVFRQcelos
Por considerar Vasconcelos el trabajo
FRPRGHFDOLGDGKXPDQDUHTXHUtDSDUDpO
urgente solución.
El Artículo Nº 123 de la Constitución PoOtWLFDPH[LFDQDFRQWHPSODEDHOGHUHFKRDO
trabajo y creaba la Ley Federal del Trabajo. Vasconcelos pretendía resolver el problema del trabajo tomando en cuenta las
diferencias locales y así: “evitar los graves
GDxRVTXHVHRULJLQDQGHOHJLVODFLRQHVDLVladas y parciales que fomentan la competencia desleal y destruyen la unidad económica del país” (R.A., XIX: 85).
(QHVWHVHQWLGRpOFUHtDTXHHUDSHUHQWRrio decretar La Ley de Asociación Profesional que:
incorpore a nuestra estructura social
\MXUtGLFDHOWUDEDMRRUJDQL]DGROLbrando a los sindicatos y a las dePiVRUJDQL]DFLRQHVGHODVFRUUXSWHlas y abusos del liderismo político
\ GH ORV SHOLJURV GH XQD RUJDQL]Dción contingente e irresponsable, y
GiQGROHODHVWDELOLGDGTXHDÀUPH\
JDUDQWLFHVXIXHU]D5$;,;
Cubrir al sector profesional desde la leJLWLPLGDG\HYLWDUORTXHpOSUHYHtDFRPR
corrupción de los líderes fueron preocupaciones de Vasconcelos con respecto al
5(3(5725,2$0(5,&$126HJXQGDQXHYDpSRFD1ƒ(GLFLyQ(VSHFLDO(QHUR'LFLHPEUH
87
*UDFH3UDGD2UWL]
derecho y ejercicio del trabajo. Dotar a los
trabajadores de los diferentes sectores de
OD VRFLHGDG PH[LFDQD GHO PDUFR MXUtGLFR
TXHJDUDQWL]DUDHOGHUHFKRDOWUDEDMR\VX
estabilidad, fue una constante en su proSXHVWDGH3URJUDPDGH*RELHUQR
La corrupción que hoy vemos emerger en
los círculos políticos y en el seno del proSLR JRELHUQR PH[LFDQR QR SDUHFH VHU XQ
fenómeno nuevo:
Precisa asimismo librar de esas coUUXSWHODV \ DEXVRV D ODV -XQWDV GH
Conciliación y Arbitraje, haciendo
que en su integración y en su funcionamiento no intervengan facWRUHV SROtWLFRV \ JDUDQWL]DQGR OD
IXHU]DHMHFXWRUDGHVXVGHFLVLRQHVµ
(R.A., XIX: 85)
Dentro de las urgencias y soluciones al
problema del trabajo, Vasconcelos visuaOL]yODQHFHVLGDGGHFUHDUBolsas de Trabajo, que organicen con criterio social la
GLVWULEXFLyQGHOHVIXHU]RREUHURSUHYLHQGR \ HYLWDQGR FULVLV \ FRQÁLFWRV 5$
XIX: 85)
Otra de las instituciones vinculadas con
el trabajo, a la que Vasconcelos no le dio
WUDWRHVSHFtÀFRSHURTXHGHMDHQWUHYHUVX
UHOHYDQFLDHVHOVHJXURVRFLDOPH[LFDQR\
ORSHUÀODGHODVLJXLHQWHPDQHUD
RUJDQL]DU OD SUHYHQFLyQ \ OD SUHYLVLyQ VRFLDOHV D ÀQ GH GDU D WRGRV
los hombres que trabajan seguridad
económica para ellos y los suyos,
creando una institución nacional de
seguro que cubra en lo posible to-
88
dos los riesgos físicos o económicos
que agotan la capacidad adquisitiva
GHO WUDEDMDGRU R OD YXHOYHQ LQVXÀciente para cubrir sus necesidades
vitales. (R. A., XIX: 85)
/DLPSRUWDQFLDGHODRUJDQL]DFLyQÀVFDO
para Vasconcelos
3DUD UHVROYHU ORV SUREOHPDV ÀVFDOHV GH
0p[LFR 9DVFRQFHORV SURSRQtD DO PHQRV
cinco formas concretas para controlar la
HYDVLyQÀVFDOHQWUHHOODVEXVFDUORVPHFDnismos para que cada uno tribute de acuerGR FRQ VXV LQJUHVRV 'HEtDQ JDUDQWL]DUVH
la efectividad en el cobro de los siguientes
impuestos: sobre la tierra, sobre la producción, sobre la circulación y sobre la renta.
Tanto los municipios como los Estados
)HGHUDOHVGHEtDQFXLGDUODHÀFLHQFLDHQHO
FREURHIHFWLYRGHpVWRV\YHODUSRUVXDGHcuada distribución.
6HJ~QVXFULWHULRXQDFRVDHUDODUHFDXGDFLyQÀVFDO\RWUDPX\GLIHUHQWHODfunción
social del impuestoGHODHÀFD]UHFDXGDción iban a depender las eventuales reforPDVVRFLDOHVTXHVHUHDOL]DUtDQ
/DUHFDXGDFLyQÀVFDOGHORVWULEXWRVGHEtD
“ser distribuida con equidad para librar de
HOOD D ORV PiV GpELOHV HFRQyPLFDPHQWHµ
De estos postulados podríamos concluir
aquella tan trillada frase que casi nunca
llega a ser práctica política “que los ricos
paguen como ricos y los pobres como pobres”. Esta hermosa frase, además de ser
LGHDOLVWDHVSURIXVDPHQWHXWLOL]DGDSRUORV
políticos, para sus discursos, pero no pasa
de ser solamente retórica.
5(3(5725,2$0(5,&$126HJXQGDQXHYDpSRFD1ƒ(GLFLyQ(VSHFLDO(QHUR'LFLHPEUH
Repertorio AmericanoWULEXQDGHOSHQVDPLHQWRODWLQRDPHULFDQRODYR]GH-RVp9DVFRQFHORV
Vasconcelos ante la deuda externa
Vasconcelos consideraba importante resWDEOHFHUHO´FUpGLWRLQWHUQDFLRQDOSDUDRUJDQL]DU OD YLGD HFRQyPLFD HQ HO LQWHULRU
GHO SDtVµ 3DUD WHQHU DFFHVR D FUpGLWRV
se debía negociar con los acreedores las
IRUPDV GH SDJR VLQ HPEDUJR \ HVWR HV
lo más encomiable de su propuesta, no se
GHEtDQVDFULÀFDUVHORVSURJUDPDVVRFLDOHV
ni aceptar tratos que de alguna forma comSURPHWLHUDQHOIXWXURGHOSDtVDTXtSRQH
GHPDQLÀHVWRVXDOWRVHQWLGRQDFLRQDOLVWD
/DDGTXLVLFLyQGHQXHYRVHPSUpVWLWRVGHbía manejarse, a juicio de Vasconcelos,
FRQKRQHVWLGDG\GHGLFDUVHDÀQHVUHSURductivos.
Vasconcelos y la legislación
9DVFRQFHORVUHDOL]yJUDQGHVHVIXHU]RVSRU
UHRUJDQL]DUODVOH\HVJDUDQWL]DUVXHIHFWLva y justa ejecución y hacer los trámites
OHJDOHVH[SHGLWRV
Vasconcelos ha superado a los
grandes reformadores de su patria,
ORV-XiUH]ORV2FDPSRORV/HUGR
maestros de ciencia jurídica. Se ha
GHPRFUDWL]DGR OD -XVWLFLD -XHFHV
y Magistrados son de elección popular. La ley de Amparo rige, más
salvadora que nunca. El jurado, orJXOORGHOD'HPRFUDFLDHVHO~QLFR
que absuelve o condena. La pena
de muerte ya no es sino un remordimiento del pasado. La justicia,
rápida y gratuita, no es monopolio
de leguleyos, tinterillos y rábulas.
5$;,;
&RQ OD DFWXDOL]DFLyQ GH ODV OH\HV \ FyGLJRVREVROHWRVpOSURPXOJyODLGHDGHWHQHUPHQRVOH\HVSHURTXHpVWDVIXHUDQPiV
efectivas y justamente ejecutadas.
Labor política de Vasconcelos
&DOLÀFDQGRODVLWXDFLyQGH$PpULFD/DWLQD
\GH0p[LFRHQSDUWLFXODU&pVDU($UUR\RUHÀULpQGRVHD9DVFRQFHORVQRVGLFH
/D$PpULFDHVSDxRODSXHVWDHQSLH
OH DFODPy 0p[LFR HQ XQ PRPHQWR GH UHÁH[LyQ VHUHQD GH UHDFFLyQ
VDOXGDEOHOHVXELyDVXVROLRPi[Lmo. Desde entonces, ya no se derrama sangre en esta tierra.Uno de
sus postulados es el de que se debe
DMXVWDUODFRQGXFWDDODVLGHDV\DVt
el jefe del Ejecutivo hace observar
las leyes, que no son sino las ideas
hechas precepto. Sobre todo, la suSUHPDODGH*DUDQWtDV,QGLYLGXDOHV
del respeto a la vida, de la libertad
HQWRGRVORVyUGHQHVGHODOLEHUWDG
sin la cual no vale ninguna conquista social. (R.A., XIX: 195)
Vasconcelos y la administración de los
recursos económicos y naturales de
México
/D FRUUXSFLyQ HO IDYRULWLVPR \ HO ´WUiÀFRGHLQÁXHQFLDVµFRPRVHOHOODPDKR\
GtDDOSDWULQD]JRHQ$PpULFD/DWLQDIXHron algunas de las lacras sociales a las que
Vasconcelos les declaró la guerra. Durante
su gestión estimuló el trabajo de los hombres honrados. Por honrado entendía: no
VyOR DO SURER VLQR WDPELpQ DO ODERULRVR
pues no trabajar es defraudar la vida misma cuyo tesoro mayor es el tiempo, cada
5(3(5725,2$0(5,&$126HJXQGDQXHYDpSRFD1ƒ(GLFLyQ(VSHFLDO(QHUR'LFLHPEUH
89
*UDFH3UDGD2UWL]
uno de cuyos instantes debe ser, por lo menos, usados. (R.A., XIX: 195)
Sobre la defensa de los recursos naturales
y del subsuelo, Vasconcelos advertía:
ODVPLQDVTXpSDSHOWDQLPSRUWDQWH
KDQGHVHPSHxDGRHQOD+LVWRULDGH
0p[LFRKDQDOFDQ]DGRXQGHVDUURllo formidable, gracias a las aplicaFLRQHVGHODWpFQLFD\DOHPSOHRGH
FDSLWDOHV/RVEHQHÀFLRVHQVXPDyor parte, quedan en el país. El Estado, en cumplimiento del Artículo 27
constitucional, ha reivindicado para
Vt OD SURSLHGDG GHO VXEVXHOR SHUR
respetando los legítimos derechos
adquiridos. Así como la tierra es del
pueblo, las minas son del Estado.
0iVQRKDKDELGRFRQÀVFDFLRQHVQL
DWURSHOORV%DMRHVWHUpJLPHQMXVWLFLHUR\VDELR0p[LFRKDUHFREUDGR
su puesto de segundo productor de
petróleo y de primer productor de
plata en el mundo. (R.A., XIX, Nº
13: 195)
Vasconcelos y el nacionalismo en América Latina
8QR GH ORV PiV VLJQLÀFDWLYRV DSRUWHV GH
Vasconcelos al pensamiento latinoamericano lo constituyen sus escritos y discursos sobre la nacionalidad latinoamericana
y el nacionalismo.
(QVXLQWHQWRSRUGHÀQLUHOQDFLRQDOLVPR
Vasconcelos trató de responder a dos preguntas ontológicas:
-
90
¢4XLpQHVVRPRV"
¢4XpVRPRV"
Una tercera pregunta, a criterio de esta
investigadora, cabría sobre este tema:
¿Cómo se consolidó la nacionalidad latiQRDPHULFDQD\GHTXpVHWUDWDHOQDFLRQDlismo latinoamericano?
No siendo sinónimos nacionalidad y nacionalismo, es pertinente establecer la diferencia entre ambos conceptos, siempre
DSHJDGRVDODGHÀQLFLyQTXHGHHOORVKDFH
HVWHSHQVDGRUPH[LFDQR
Intentar responder satisfactoriamente a las
dos preguntas supra mencionadas es en
realidad una tarea muy comprometedora,
inclusive para una mente como la de Vasconcelos.
([WUHPDGDPHQWH GLItFLO SRU WUDWDUVHGHXQDUD]DKHFKDGHFRQWUDVWHV
y de países que son inmensamente
ricos en recursos naturales, pero
sumamente escasos de bienes disSRQLEOHV 6LWXDFLyQ WDPELpQ FRQtradictoria desde el punto de vista
espiritual porque poseemos veneros
LQH[KDXVWRV GH FXOWXUD KHUHGDGD \
una generosa universalidad de conFLHQFLD SHUR DO PLVPR WLHPSR SDdecemos de una general ignorancia
y de una completa ausencia de planes constructivos. (R.A., XII: 129)
Acerca del nacionalismo, Vasconcelos
proclama:
Un nuevo concepto de la nacionaliGDG LGHQWLÀFiQGROH FRQ HO LGLRPD
3DUD pO OD SDWULD HV OD OHQJXD \ HO
patriotismo, la adhesión a una manera peculiar de cultura. La defensa del suelo“había escrito” requiere
5(3(5725,2$0(5,&$126HJXQGDQXHYDpSRFD1ƒ(GLFLyQ(VSHFLDO(QHUR'LFLHPEUH
Repertorio AmericanoWULEXQDGHOSHQVDPLHQWRODWLQRDPHULFDQRODYR]GH-RVp9DVFRQFHORV
VyOR XQ HVIXHU]R DFFLGHQWDO RSRUWXQR\KHURLFRSHURODGHIHQVDGHO
lenguaje supone toda una vida de
consagración a los mayores intereVHVGHODFLYLOL]DFLyQ+DJDPRVGHO
idioma la más alta insignia de los
valores patrióticos y la unión continental se habrá consumado sola.
(R.A., XII: 129)
Vasconcelos y la educación en México
- 9DVFRQFHORV IXH SULPHU 5HFWRU GH OD
8QLYHUVLGDG 1DFLRQDO GH 0p[LFR \ PiV
tarde como Ministro de Educación, reformador radical de la instrucción y educaFLyQGHOSXHEORPH[LFDQR
Sin ser pedagogo de profesión, Vasconcelos tuvo la visión y la sabiduría de fomentar la designación de los recursos
económicos, el tiempo y la energía para la
educación de los y las ciudadanas, consideró necesario invertir en la formación de
los hombres y mujeres que trabajaban en
la consolidación de la nación. En una verdadera catedral de la cultura se convirtió
VXJHVWLyQVHJ~QQRVUHODWD&pVDU$UUR\R
en las páginas de Repertorio Americano:
(OPHMRUHGLÀFLRGHFDGDEDUULRHV
una escuela modelo con todos los
VHUYLFLRVHOPi[LPRGHFRQIRUW\VX
ELEOLRWHFD S~EOLFD DQH[D (Q WRGDV
las poblaciones del país, grandes y
chicas, la mejor casa es la escuela,
el templo de los modernos. El Presidente ha querido que la escuela sea
hogar y teatro, aula y taller, centro
VRFLDO \ VDOD GH OHFWXUD 5HDOL]D OD
escuela total, sapiente y artística,
con cimientos de voluntad y venta-
QDVFRPRGHFDQFLyQ+DHQVHxDGR
DOHHUDPLOORQHVGHPH[LFDQRV<D
no hay analfabetos. Ha enviado vagones de libros a todas las comarcas. Donde no llega el tren, va el
camión. Donde no llega el camión,
va la mula. Donde no llega la mula,
YDHODYLyQFRQVXFDUJDGHOX]+D
UHRUJDQL]DGR HO HMpUFLWR GH 0DHVWURV0LVLRQHURVLGHDGRSRUpOSDUD
la magna obra de la DesanalfabeWL]DFLyQGHOSDtV6HFDOFXODTXHOD
labor de estos maestros honorarios,
que no reciben del Estado más que
instrucciones y material, ha producido una disminución anual de cien
PLO DQDOIDEHWRV &DGD DxR HQ SULPDYHUDVHFHOHEUDODÀHVWDGHO$OIDEHWRFRQFDQWRV\GDQ]DV\HOGHVÀOHHQFDGDSREODGRGHPLOODUHVGH
KRPEUHV PXMHUHV \ QLxRV TXH KDQ
aprendido a leer fuera de las escueODVFRPXQHVJUDFLDVDODOHJLyQpVWD
sí de honor, de hombres abnegados
que recorren los ámbitos del país,
HQVHxDQGRDOHHU\DHVFULELUHQHVSDxRO\SUHGLFDQGRODEXHQDQXHYD
de estar ya despejados y libres los
caminos que conducen a todo ideal
humano. (R.A., XIX: 194)
El espacio físico y el ambiente de las escuelas que concibió Vasconcelos, nos
pone en evidencia la importancia de la
HGXFDFLyQSDUDpO\HOFRQFHSWRGHHVFXHOD
que manejaba en el momento de crear y
GLIXQGLUHVFXHODVSRUWRGR0p[LFR
En lo material, las escuelas vasconcelianas de tipo medio tienen por
centro una biblioteca con gran sala
GHOHFWXUDV\HQVXFDVRGHÀHVWDV
5(3(5725,2$0(5,&$126HJXQGDQXHYDpSRFD1ƒ(GLFLyQ(VSHFLDO(QHUR'LFLHPEUH
91
*UDFH3UDGD2UWL]
y departamento especial para biblioteca infantil, todo luminoso y
OR]DQDPHQWH GHFRUDGR SRU DUWLVWDV
vernáculos. A un lado de la biblioteca se despliega un ala de salones
GHVWLQDGRVDODVFODVHVGHQLxDVGHO
lado opuesto, en la otra ala, se levantan las clases destinadas a los
QLxRVFDGDVHFFLyQFRQVXVSDWLRV
y lugares de juego independientes.
+DFLD HO IRQGR VH DEUH XQD H[SODQDGD FHxLGD HQ FRQWRUQR SRU ODV
graderías de un estadio. Por los costados se levantan pabellones para
gimnasios y, en el centro, se abre la
pulcritud fresca de una piscina de
natación. Este departamento es coP~QDODVGRVDODV/RVGRVVH[RVVH
juntan en la biblioteca, para el estuGLR\HQHOHVWDGLRSDUDHODUWH\HO
GHSRUWH(VWH\RWURVHGLÀFLRVWRGRV
construidos en el adorable estilo colonial, constituyen por centenares,
TXL]i SRU PLOODUHV ORV WHVWLPRQLRV
fehacientes del más vasto plan educativo que ha contemplado el mundo en la edad contemporánea.
(VWDPDJQDREUDHGXFDWUL]ODKDOOHYDGRDJORULRVRWpUPLQRXQKRPEUH
que no es ni ha sido nunca pedagogo profesional, y que más bien se
sonríe un poco de la ciencia de PesWDOR]]L\)URHEHO5$;,;
Vasconcelos se preocupó por que todos
ORV FLXGDGDQRV PH[LFDQRV WXYLHVHQ DFFHso a las bibliotecas y los libros con relaWLYDIDFLOLGDGFRQODÀUPHFRQYLFFLyQGH
TXHHOTXHSRVHHHOFRQRFLPLHQWRHVFDSD]
de transformar la realidad: “este hombre
prodigioso ha hecho el don de un univer-
92
so ideológico al alma hispánica.” (R.A.,
XIX: 194).
(Q 0p[LFR VRFLHGDG DOWDPHQWH MHUDUTXL]DGDVHHGXFDEDSRUVHSDUDGRDORVLQGLRV
\DORVHVSDxROHV9DVFRQFHORVVHGLRDOD
tarea de terminar con esta práctica separaWLVWDFUH\HQGRÀUPHPHQWHTXHSDUDJREHUnar hay que educar. Siguiendo el pensamiento de Sarmiento, planteó un modelo
de escuela que abarcaría todos los ámbitos
de la vida:
Se mejoran y perfeccionan los esStULWXV \ ORV FXHUSRV (O DxR OOHJD
a los umbrales de las ciencias y de
ODVEHOODVDUWHV\DOPLVPRWLHPSR
aprende a cultivar la tierra y a ejercitar alguna noble artesanía. Se le ha
HQVHxDGRDUHVSHWDU\DPDUHOWUDEDjo de las manos, que, en el futuro, le
hará vivir. Por el abigarramiento y
HOQ~PHURGHJHQWHV\GHDUWHVFDGD
escuela parece una feria, una feria
de productores. (R.A., XIX: 194)
Su preocupación por la educación sobreSDVyODXUJHQFLDGHDOIDEHWL]DFLyQ(QVX
JHVWLyQSROtWLFDVHFUHDURQP~OWLSOHVFHQWURVHGXFDWLYRVHVSHFLDOL]DGRVVHRWRUJDron becas para estudiantes, se promovió el
LQWHUFDPELR DFDGpPLFR HQWUH SURIHVRUHV
HVSDxROHV\PH[LFDQRVVHFUHDURQ\HQULquecieron las bibliotecas con amplias colecciones de los clásicos y de los autores
hispanoamericanos. En el ejercicio de sus
funciones se preocupó por “hacer llegar el
OLEURH[FHOVRDODVPDQRVPiVKXPLOGHV
lograr de esta manera la regeneración espiritual, que debe proceder a toda suerte
de regeneración.” (R.A., XIX: 194)
5(3(5725,2$0(5,&$126HJXQGDQXHYDpSRFD1ƒ(GLFLyQ(VSHFLDO(QHUR'LFLHPEUH
Repertorio AmericanoWULEXQDGHOSHQVDPLHQWRODWLQRDPHULFDQRODYR]GH-RVp9DVFRQFHORV
Su incesante preocupación y dedicación a
ODHGXFDFLyQGHOSXHEORPH[LFDQRIXHXQD
FRQVWDQWH HQ VX TXHKDFHU &DOLÀFDQGR OD
VLWXDFLyQJHQHUDOGH0p[LFRFRPRGHVDVtre nacional, apuntaba con especial atención hacia el sector educativo y consideUDEDTXHHO´GHVDVWUHQDFLRQDOVHH[WHQGtD
a todos los ámbitos sociales”, pero donde
pOORYLVOXPEUDFRPRGHJUDQGHVPDJQLWXGHVHVFXDQGRVHUHÀHUHDODHGXFDFLyQGHO
país. Considerando Vasconcelos la educación del pueblo como el bastión sobre el
cual debía apoyarse cualquier gobernante,
le causaba enorme preocupación la situaFLyQGHODHGXFDFLyQGHODVRFLHGDGPH[Lcana de entonces.
/RVSUREOHPDVTXHDPHULWDEDQUDSLGH]HQ
su resolución iban desde encontrar el personal honesto y que adquiriera compromiso con la educación, hasta la consecución
de recursos económicos para resolver parcialmente el problema:
Por ahora el desastre es el más profundo que imaginarse pudiera y no
KD\H[DJHUDFLyQDOGHFLUTXHVRPRV
el pueblo más atrasado del Nuevo
Mundo en materia de atención educativa. Tanto se ha destruido que la
UHRUJDQL]DFLyQ WHQGUi TXH VHU OHQWD \ GHSHQGHUi WDPELpQ GH ODV SRsibilidades pecuniarias del nuevo
JRELHUQRSHURDÀQGHTXHVHYHD
KDVWDTXpSXQWRHVXUJHQWHFRQVWLtuir el gobierno renovado desde las
UDtFHVEDVWDUiFRQUHÁH[LRQDUTXH
el 80 por ciento de la población
en los Estados Unidos, el país con
HO FXDO IRU]RVDPHQWH WHQHPRV TXH
competir de una manera cultural,
el 80 por ciento de la población
americana obtiene, no sólo primaULD VLQR WDPELpQ VHFXQGDULD \ WpFnica, en tanto que nosotros apenas
si logramos dar educación primaria
DOSRUFLHQWRRTXL]iVHOSRU
ciento de nuestra población. Ante
HVWD DWHUURUL]DGRUD GHVLJXDOGDG QR
queda sino convencerse de la urgencia en que estamos de cambiar
radicalmente de gobierno en cuanWRDVLVWHPD\HQFXDQWRDJHQWHV
de lo contrario la esclavitud en que
IDWDOPHQWH FDHQ ODV UD]DV LJQRUDQWHV VHUi OD ~QLFD KHUHQFLD TXH SRdrán recoger nuestros hijos. (R.A.,
XIX: 194)
Vasconcelos, uno de los grandes visionaULRV GH$PpULFD FUHtD ÀUPHPHQWH HQ OD
necesidad de la unidad de los pueblos de
/DWLQRDPpULFD \ FRQFHEtD OD HGXFDFLyQ
como la mejor opción para mejorarlos.
6X IDPRVD IUDVH ´SRU PL UD]D KDEODUi HO
espíritu”, recoge la esencia misma de los
SXHEORV ODWLQRDPHULFDQRV \ HQWUDxD HQ
ella toda la sabiduría del pensador y reIRUPDGRUGH0p[LFR&HQWUyVXVHVSHUDQ]DVHQODVUHIRUPDVVRFLDOHV\GHPDQHUD
especial en las reformas que debían operarse en la educación.
(VDVtFRPRpOEULQGDJUDQDSR\RDODODERU
GHORVHGXFDGRUHV\GLJQLÀFDVXODERUDOLQVtituir durante su gestión el Día del Maestro.
De un discurso pronunciado por Vasconcelos en 1924, con motivo de esta celebración y en su calidad de Ministro de Instrucción, dice:
No hay más que dos clases de hombres: los que construyen y los que
5(3(5725,2$0(5,&$126HJXQGDQXHYDpSRFD1ƒ(GLFLyQ(VSHFLDO(QHUR'LFLHPEUH
93
*UDFH3UDGD2UWL]
destruyen... Los que no hacen ni
deshacen son sólo ineptos...
No basta producir y ahorrar si todo
ha de estar a merced de la injusticia,
de la ambición y el error.
(OEXHQPDHVWURDXQTXHFDUH]FDGH
fe, ha de inspirarse en una especie
GHVHQWLGRGHOLPSLH]DTXHFRQGHQH
la mentira y repudie la maldad.
Llamemos servicio a todo rendimiento destinado a los otros, y reFRQR]FDPRV TXH VLUYH DTXHO TXH
produce un poco más de lo que consume y el que da un poco más de
lo que recibe. No sirve el que nada
produce ni sirve tampoco el que
acapara. (R.A., X: 337-388)
Voces de apoyo a José Vasconcelos en
Repertorio Americano
5HÀULpQGRVH D 9DVFRQFHORV HO SHULRGLVWD
Luis Araquistaín rescata el valor de este
WLSRGHDPHULFDQRQRVGLFHTXHHVWHPH[Lcano pertenece a un linaje especial de hombres:
Vasconcelos, es un estadista, escritor y nuestro, pero fundamentalmente un hombre, es decir: una
SHUVRQDTXHDQWHSRQHDWRGRLQWHUpV
o convencionalismo el culto de la
dignidad humana. No es hombre de
SURWRFRORGHPHUDH[WHUQDOLGDGULtualista, no ya ahora que no desemSHxDQLQJXQDIXQFLyQGHJRELHUQR
aunque su palabra hablada y escrita
VHD HQ WRGD OD $PpULFD KLVSiQLFD
XQDGHODVTXHPiVDXWRULGDGJR]DQ
94
VLQRWDPELpQFXDQGRHUDPLQLVWURGH
,QVWUXFFLyQ3~EOLFDHQVXSDtV\FRORFDEDODUD]yQGHODOLEHUWDG\ODGHmocracia por encima de esa hipócriWDUD]yQGHOVLOHQFLR\ODWROHUDQFLD
que suele regir las relaciones entre
(VWDGRVD~QHQWUHORVSROtWLFDPHQWH
más dispares y antagónicos, como
ORDFUHGLWDQVXVS~EOLFDVLQYHFWLYDV
contra varios gobiernos despóticos
GH$PpULFD5$;
Su sentimiento nacionalista queda en evidencia en estas palabras:
Vasconcelos propugna una política
de libertades institucionales, que
salvaguarden al hombre, y de cultura integral, como medio de perfecFLRQDUOH SRU OD HQVHxDQ]D (O WHPD
UDGLFDO GH VX DFFLyQ S~EOLFD QR HV
tanto el engrandecimiento cuantitativo de la nacionalidad como el
mejoramiento cualitativo del individuo, sin perjuicio de mantener
XQDPLUDGDDOHUWDXQFRUD]yQDSDVLRQDGR\XQEUD]RGLVSXHVWRIUHQWH
a la actitud de presa de las águilas
del Norte, y en general, de una gran
parte de ese turbio y nada escrupuORVR FDSLWDOLVPR H[WUDQMHUR TXH KD
KHFKRGHORVSR]RVGHSHWUyOHRPHjicanos pista sangrienta de sus codiFLDV\FRQVWDQWHDPHQD]DSDUDODLQtegridad e independencia de un país
infortunado a causa de sus grandes
ULTXH]DVQDWXUDOHV5$1ž
Tanto en sus discursos como en sus escritos Vasconcelos difundió por todo el conWLQHQWHVXVLGHDV´ODOX]GHVXLQWHOLJHQFLD
apasionada” (R.A., X: 339).
5(3(5725,2$0(5,&$126HJXQGDQXHYDpSRFD1ƒ(GLFLyQ(VSHFLDO(QHUR'LFLHPEUH
Repertorio AmericanoWULEXQDGHOSHQVDPLHQWRODWLQRDPHULFDQRODYR]GH-RVp9DVFRQFHORV
En relación con su obra como reformador
GHODHQVHxDQ]D
Más que sus libros, son sus discursos, algunos de los cuales han estrePHFLGRGHSDVLyQLGHDODWRGD$PpULFDVXVPDQLÀHVWRVDORVHVWXGLDQWHV
hispanoamericanos, siempre ávidos
GHVXFiOLGDSDODEUDVXVDUWtFXORVHQ
La Antorcha, hasta hace poco su revista desde donde difundía por todo
HO FRQWLQHQWH OD OX] GH VX LQWHOLJHQcia apasionada: sus conferencias, sus
actitudes de civilidad, su obra como
UHIRUPDGRU GH OD HQVHxDQ]D OR TXH
PHMRUGHÀQHDHVWHJUDQFDUiFWHUPHMLFDQR1RHVVyORXQKRPEUHRÀFLDO
ni lo que se entiende por un hombre
de mundo, que viene de Europa,
como tantos otros, a cortesanear en
algunas capitales y a bulevardear en
París, sino un hombre de calle y de
escuela, de acción y de pensamiento,
de vida y de cultura, de emociones
y de ideas, de luchas y de libros: un
hombre en quien se integran los más
QREOHV \ HÀFDFHV YDORUHV KXPDQRV
un hombre ejemplar, un hombre que
QRKDEODGHOD]XOGHVXVDQJUHVLQR
GH VXV HVSHUDQ]DV HVSLULWXDOHV XQ
KRPEUHHQÀQFRQTXLHQHVSRVLEOH
entenderse. Luis Araquistaín (R.A.,
X: 339)
Eugenio D’ Ors toma las palabras de Vasconcelos cuando decía: “[...] que la huella
del hombre en un país puede medirse de
GRVPDQHUDVRSRUHOEXOWRGHORTXHDTXpO
KDGHMDGRRSRUHOKXHFRGHORTXHVLQpOVH
KDSHUGLGRµ6HUHIHUtDpOFRQVXVSURSLDV
palabras hacia Vasconcelos como:
£$QGDQDYHJDSRUODVUXWDVGH(Xropa y de la incertidumbre, creador
HQ$PpULFDWDQVHJXURD\HU3HUR
que esta incertidumbre sobre el futuro no manche, en tu propia conciencia, el precio de tu pasado. No
te quejes de nada, no te arrepientas
de nada, no reniegues de nada. En
verdad te digo, Vasconcelos, que
W~ KXELVWH PHMRU SDUWH < TXH HVWH
SREUH JDVSDFKR TXH KR\ DOLxDPRV
juntos en nuestra mesa de jornaleros no fuera tan sabroso de no tener,
SDUD VD]RQDUOR FRQ ODV VDOHV GH OD
DPLVWDG\ORVDFHLWHVGHODÀORVRItD
DTXHOODV HVHQFLDV FX\D DFLGH] KDV
conocido los vinagres de la ingratitud. Eugenio D’ Ors. (R.A., X: 338)
Vasconcelos sobrepasó fronteras, decidido luchador contra las tiranías y cualquier
tipo de opresión de su pueblo y de los pueEORVGHOD$PpULFD+LVSDQD
Este apóstol de la dignidad humana
en todas sus formas ha sido enemigo en su patria, desde la oposición,
GHORVWLUDQRVGH0p[LFR\KDVLGR
desde el gobierno enemigo de los
SRGHURVRV DUELWUDULRV TXH D~Q GHVKRQUDQDDOJXQRVSXHEORVGH$PpULca. (R.A., X: 337)
>@VHWUDWDGHXQYDORUDXWpQWLFR‡
VXEVWDQWLFR ‡ HVFULWRU SHQVDGRU Àlósofo, reformador social, apóstol,
hombres de bien, de energía y veUDFLGDGXQDÀJXUDGHODUHYROXFLyQ
VRFLDOPH[LFDQD5$;
5(3(5725,2$0(5,&$126HJXQGDQXHYDpSRFD1ƒ(GLFLyQ(VSHFLDO(QHUR'LFLHPEUH
95
*UDFH3UDGD2UWL]
Bibliografía
Repertorio Americano:
'HYpV9DOGpV(GXDUGR´El pensamiento latinoamericano, entre 1915-1930”. Cuadernos Americanos1XHYDeSRFDDxRYRO
55, enero-febrero.
0RQWDQDUR0H]D2VFDU´8QDQiOLVLVUHWyULFR GH /D UD]D FyVPLFD GH 9DVFRQFHORVµ
Revista de Filología y Lingüística, XII, 1,
enero- junio.
Robles, Martha. (1986) Entre el poder y las letras.
0p[LFR)RQGRGH&XOWXUD(FRQyPLFD
9DVFRQFHORV-RVp Bolivarismo y Monroísmo. Temas iberoamericanos. Santiago: EdiWRULDO(UFLOOD\%LEOLRWHFD$PpULFD
_______________ (1956) Breve Historia de México.0p[LFR(GLWRULDO&RQWLQHQWDO
_______________ (1959) Cartas políticas de José
Vasconcelos. Editorial Librera.
_______________ (1950) Discurso de Vasconcelos
(1920- 1950)0p[LFR(GLFLRQHV%RWDV
_______________ (1938) Estudios Indostánicos.
0p[LFR(GLFLRQHV%RWDV
_______________ (1937) Historia del pensamiento
ÀORVyÀFR 0p[LFR (GLFLRQHV 8QLYHUVLGDG
GH0p[LFR
_______________ (1967) La raza cósmica. MaGULG(GLFLRQHV-XDQ1%UDYR
_______________ (s.f.) Obras Completas.0p[LFR
/LEUHURV0H[LFDQRV8QLGRV
_______________ (1937) ¿Qué es la revolución?
0p[LFR(GLFLRQHV%RWDV
_______________ (1969) Ulises Criollo. 0p[LFR
(GLWRULDO-XV
7RPRQ~PHURDxR
96
III, 9, 1921.
VI, 4, 1923.
VIII, 20, 1924.
IX, 15, 17, 24, 1924.
X, 22, 1925.
XI, 15, 1925.
XIX, 5, 6, 13, 17, 24, 1929.
XX, 2, 3, 1930.
XXII, 15, 1931.
XXIV, 2, 12, 22, 1932.
XXV, 22, 1932.
XXIX, 1934.
XXX, 7, 1935.
5(3(5725,2$0(5,&$126HJXQGDQXHYDpSRFD1ƒ(GLFLyQ(VSHFLDO(QHUR'LFLHPEUH
Descargar