Repertorio Americano tribuna del pensamiento latinoamericano: la voz de José Vasconcelos Grace Prada Ortiz Instituto de Estudios Latinoamericanos Consejo Universitario, Universidad Nacional Resumen (QHVWHHQVD\RODDXWRUDGHVDUUROODYDULRVWHPDVUHODFLRQDGRVFRQHOLGHDULRGHOPH[LFDQR -RVp9DVFRQFHORVSXEOLFDGRVHQGLYHUVRVDUWtFXORVHQODUHYLVWDFRVWDUULFHQVHRepertorio AmericanoLQFOXLGRXQFXHVWLRQDULRGH-RDTXtQ*DUFtD0RQJHFRQVHLVSUHguntas hechas a Vasconcelos sobre temas de educación y de política. Además, se ofrece ODSRVLFLyQGH9DVFRQFHORVVREUH(VSDxDODUHOLJLyQODFXOWXUDHOODWLQLVPRHOHMpUFLWR HOWUDEDMR\RWURVDVXQWRVLPSRUWDQWHVHQODpSRFD Palabras claves: Vasconcelos, pensamiento latinoamericano, identidad cultural latinoamericana, ideas políticas. Introducción E n el primer apartado se hace un UHFXHQWR GH OD YLGD GHO PH[LFDQR -RVp 9DVFRQFHORV KH GHQRPLQDGR este primer punto 'DWRVELRJUiÀFRVGHXQ pensador latinoamericano. -RVp 9DVFRQFHORV QDFLy HQ OD FLXGDG GH 2D[DFDHQ\PXULyHQ(VLPportante ubicar a un personaje histórico en VXFRQWH[WR\HQHOFDVRGH9DVFRQFHORV es determinante hacerlo, porque de lo contrario podríamos pecar de injustos con su pensamiento. El momento histórico que le tocó vivir a Vasconcelos fue de gran convulsión política y social y marca el tránsito entre el siglo IX y el XX. En el nivel local, se choca directamente con los acontecimientos de OD5HYROXFLyQ0H[LFDQDGH(QHOQLvel mundial, tenemos la Revolución Rusa OD3ULPHUD*XHUUD0XQGLDO OD6HJXQGD*XHUUD0XQGLDO 1945), la era intervencionista (1904-1934) de los Estados Unidos y diversos procesos UHYROXFLRQDULRVHQ$PpULFD/DWLQD(VWRV acontecimientos serán, de alguna manera, los insumos que moldean el pensamiento GHHVWHKRPEUHGH$PpULFDTXHGHVGHVXV DxRV GH MXYHQWXG DÀUPDED HQ VX HVFULWR 5(3(5725,2$0(5,&$126HJXQGDQXHYDpSRFD1(GLFLyQ(VSHFLDO(QHUR'LFLHPEUH 61 *UDFH3UDGD2UWL] DXWRELRJUiÀFRUlises criollo, que “los sucesos importantes de mi vida iban a estar contenidos en el ciclo nuevo”, es decir, en el nuevo siglo XX. Como rasgos importantes de su vida, podemos destacar su estrecha relación afectiva con su madre, quien guió gran parte de ODYLGDGH9DVFRQFHORVQLxRDGROHVFHQWH DERJDGR\SROtWLFRGHODQDFLyQD]WHFD El trabajo itinerante de su padre le permitió conocer las diferentes realidades de su país, ponerse en contacto con la cultura QRUWHDPHULFDQD\PDQHMDUHOLGLRPDLQJOpV FRQJUDQVROYHQFLDVXIRUPDFLyQELOLQJH OHIXHPX\~WLOHQVXWUD\HFWRULDSROtWLFD Vasconcelos desarrolló una gran pasión por ODVOHWUDVORTXHSURQWROROOHYyDODÀORVRfía y a formar parte de uno de los grupos de intelectuales latinoamericanos más imSRUWDQWHVHO$WHQHRGHOD-XYHQWXGIRUPDOPHQWHIXQGDGRHQ(OMXQWRD-HV~V7 Acevedo, Alfonso Reyes, Alfonso Cravioto y otros, formaron la primera generación de DWHQHtVWDVTXLHQHVWXYLHURQJUDQLQÁXHQFLD del pensador Antonio Caso. 6HJ~Q PHFRQWDEDHOKLVWRULDGRUPH[LFDno Mario Magallón, era increíble cómo 9DVFRQFHORVXQGtDKDFtDXQDDÀUPDFLyQ sobre un tema político y posteriomente se UHWUDFWDED VLQ PD\RU SUREOHPD SRU HVR unos lo amaban y otros lo odiaban. Tercero, porque su aporte al pensamiento latinoamericano es poco conocido en nuestro país y no se había trabajado desde el Repertorio Americano. ¿En qué campos del saber se destacó Vasconcelos? 'H SURIHVLyQ DERJDGR ÀOyVRIR GH FRUD]yQ IXH HGXFDGRU VLQ HVWXGLDU IRUPDOPHQWHSDUDHOOR6XVHVFULWRVVRQPXFKRV PHQFLRQDUp DSHQDV DOJXQDV GH VXV REUDV PiVFRQRFLGDVHQWUHODVTXHÀJXUDQ Ulises Criollo, que es un escrito autobiográÀFRLa raza cósmica, donde hace un amSOLRDQiOLVLVVREUHODVFXOWXUDVGH$PpULFD \VXGLYHUVLGDGBreve historia de México, HV VX UHODWR GH OD KLVWRULD PH[LFDQD \ OD revolución de 1910. ¿Cuál ha sido el aporte de Vasconcelos a la educación? ¿Por qué Vasconcelos? 3ULPHURSRUTXHODKLVWRULDGH&HQWURDPprica no la concibo desligada de los aconWHFLPLHQWRV GH 0p[LFR HV GHFLU OR TXH RFXUUHHQ0p[LFRQRHVDMHQRDODUHDOLGDG centroamericana. Segundo, porque Vasconcelos es un penVDGRU FUtWLFR TXH OHYDQWy SROpPLFD SRUTXHHUDFDSD]GHGHFLUORTXHpOSHQVDED sin tapujos y muchas veces hasta sin medir las consecuencias de su discurso. 62 Vasconcelos fue el primer rector de la Universidad Nacional Autónoma (UNAM) y SRVWHULRUPHQWH VH GHVHPSHxy FRPR 0Lnistro de Educación. Fue un reformador radical de la instrucción y se preocupó por HUUDGLFDU HO DQDOIDEHWLVPR HQ 0p[LFR RUJDQL]DQGRXQ´HMpUFLWRGHPDHVWURVPLVLRQHURVµVHJ~QSDODEUDVGH&pVDU$UUR\RHQ Repertorio Americano. Su preocupación partía de la necesidad de dotar a la educación de los recursos 5(3(5725,2$0(5,&$126HJXQGDQXHYDpSRFD1(GLFLyQ(VSHFLDO(QHUR'LFLHPEUH Repertorio AmericanoWULEXQDGHOSHQVDPLHQWRODWLQRDPHULFDQRODYR]GH-RVp9DVFRQFHORV econónicos necesarios, pasando por la construcción del espacio físico adecuado, donde siempre debía incluirse una biblioteca y una sala de lecturas para los QLxRV\ODVQLxDV Erradicó la práctica que educaba a indios \HVSDxROHVSRUVHSDUDGRFUH\HQGRÀUPHmente en que para poder gobernar, primero hay que educar. ¿Cuál era la posición Vasconcelos ante la corrupción? Las páginas del Repertorio Americano son testimonio histórico de que la corrupción en las sociedades latinoamericanas no es XQ IHQyPHQR QXHYR <D HQ OD FRUUXSFLyQ HQ 0p[LFR HV SURIXVDPHQWH GHnunciada por Vasconcelos. Esa corrupción de las altas esferas del gobierno que era incuestionable, Vasconcelos la pone en el banquillo de los acusados, arremete contra quienes estaban vinculados a esta prácWLFD \ ORV FDOLÀFD GH VHU ´ORV YHUGDGHURV grandes culpables de nuestro desastre naFLRQDOµ$OUHOHHUORVWH[WRVGRQGH9DVFRQcelos critica severamente la corrupción en ODVRFLHGDGPH[LFDQDHOFRQWLQXLVPR\HO desastre político, se tiene la sensación de estar suspendidos en el tiempo. Nada de lo que Vasconcelos nos dice en 1929 nos HVDMHQRREVHUYDQGRODVLWXDFLyQDFWXDOGH 0p[LFR\RWUDVQDFLRQHVODWLQRDPHULFDQDV dolorosamente podemos pensar que poco ha cambiado el panorama en tanto tiempo. La vigencia y urgencia de retomar las ideas de Vasconcelos contra la corrupción y el continuismo político, golpean con gran IXHU]DDODVSXHUWDVGHDTXHOODV\DTXHOORV latinoamericanos honestos que todavía no VHKDQH[WLQJXLGRHQ1XHVWUD$PpULFD ¿Cuál es el aporte de Vasconcelos al pensamiento latinoamericano? <R GLUtD TXH HQ VX SHQVDPLHQWR KD\ XQD evolución, que parte de su pertenencia y UHÁH[LRQHVHQXQIRURWDQLPSRUWDQWHFRPR IXHHO$WHQHRGHOD-XYHQWXG\GHVXYDVWR 5(3(5725,2$0(5,&$126HJXQGDQXHYDpSRFD1(GLFLyQ(VSHFLDO(QHUR'LFLHPEUH 63 *UDFH3UDGD2UWL] FRQRFLPLHQWRGHODUHDOLGDGPH[LFDQD9DVconcelos es heredero del arielismo, de Alfonso Reyes y de sus contemporáneos. Su consolidación como político y libre SHQVDGRUFRPRpOPLVPRVHFDOLÀFyYLHne de su conciencia social y su sensibilidad, pero sobre todo de su conocimiento HLGHQWLÀFDFLyQFRQODUHDOLGDG\ORVSUREOHPDV TXH DTXHMDEDQ HQ VX pSRFD D ODV naciones latinoamericanas. A Vasconcelos no le son ajenos los proEOHPDVGHORVFDPSHVLQRV\ORVFRQÁLFWRV por la tenencia de la tierra, el analfabetismo, la situación de los hombres en los HMpUFLWRV QL HO LPSHULDOLVPR \ ODV GLFWDduras latinoamericanas. Sobre todos estos tópicos encontramos escritos suyos en las páginas del Repertorio Americano. A mi juicio aquí radica su importancia para el pensamiento latinoamericano. El Repertorio Americano como fuente histórica La importancia de Repertorio Americano como fuente histórica es, a mi criterio, motivo de investigación, pero para el caso que hoy nos ocupa resumiría su importancia en que la revista es una puerta que nos permite ingresar en un período muy imSRUWDQWHGHODKLVWRULDGH$PpULFD/DWLQD que va de 1919 hasta 1958. Todos los acontecimientos históricos, políticos y literarios, el arte, los hombres y muMHUHVGH$PpULFD(XURSD\$VLD\KDVWDOD vida cotidiana se encuentran registrados en cada una de sus páginas. Acercarse a esta 64 fuente histórica ejecerce una especie de IDVFLQDFLyQ FDVL PiJLFD FRQ VX OHFWXUD HO tiempo transcurre sin tener la menor noción de su paso. Cualquier investigador/a en el campo de las ciencias sociales y las letras podrá encontrar en esta fuente amplios temas para investigar. Es de gran necesidad que los docentes motivemos a nuestros estudiantes a conocer las páginas del Repertorio y a partir de aquí generar nuevos proyectos. Esta sería una forma de recuperar el legado que nos han dejado nuestros próceres, sobre todo en momentos como los actuaOHVFXDQGRODWHQGHQFLDDODJOREDOL]DFLyQ de las culturas es cada día más fuerte y menos deseable. Mi mayor agradecimiento para el Dr. MaULR0DJDOOyQ$QD\DDFDGpPLFRGHO&HQWUR Coordinador y Difusor de Estudios Latinoamericanos de la UNAM, por su deferencia al ayudarme a recopilar y enviarme ORVPDWHULDOHVGH-RVp9DVFRQFHORVTXHQR se encontraban en el país. 2. ¿Quién fue este pensador latinoamericano? D/DÀJXUDGH9DVFRQFHORV -RVp 9DVFRQFHORV &XDQGR VH nos dan las fechas de nacimiento y muerte de un ser humano, en la gran mayoría de los casos no reparamos en la importancia GHXELFDUORHQHOFRQWH[WRKLVWyULFRHQTXH le tocó vivir. Sin embargo, no hacer esto con Vasconcelos sería además de un error, una gran injusticia. Lo que hacemos tanto hombres como mujeres en nuestro paso por el mundo terrenal obedece, en gran medida, 5(3(5725,2$0(5,&$126HJXQGDQXHYDpSRFD1(GLFLyQ(VSHFLDO(QHUR'LFLHPEUH Repertorio AmericanoWULEXQDGHOSHQVDPLHQWRODWLQRDPHULFDQRODYR]GH-RVp9DVFRQFHORV a lo que acontece en el momento cuando nos toca vivir y al entorno que nos rodea. 9DVFRQFHORVYLYLyHQHO0p[LFRGHÀQDOHV del siglo XIX y de la primera mitad del VLJOR;;'XUDQWHORVVHWHQWD\RFKRDxRV GHVXLQWHQVDH[LVWHQFLDD9DVFRQFHORVOH tocó presenciar algunos de los acontecimientos más relevantes de la historia de su país y del mundo. Entre la Revolución 0H[LFDQDOD3ULPHUD*XHUUD0XQdial (1914-18), la Revolución BolcheviTXH OD 6HJXQGD *XHUUD 0XQGLDO (1939-1945) y los diversos procesos revoOXFLRQDULRV GH $PpULFD /DWLQD GLVFXUULy la vida y se consolidó el pensamiento de este latinoamericanista. Vasconcelos sabía que tendría tareas importantes que cumplir en la historia. Con PHQWH SUHFODUD VXSR XELFDUVH FRQ H[DFWLWXGHQODpSRFD\HOPRPHQWRGHVXH[LVtencia, “[...] un siglo no es más que un minuto para las estrellas, pero nuestros poEUHVFRUD]RQHVUHFRUGDEDQ\KDFtDQEDODQFHV&XPSOtDDSUR[LPDGDPHQWHGLHFLRFKR DxRV/RVVXFHVRVLPSRUWDQWHVGHPLYLGD iban a estar contenidos en el ciclo nuevo” (Criollo: 124-125). De lo anterior podemos entender lo que VLJQLÀFySDUD9DVFRQFHORVHODGYHQLPLHQto del siglo XX, aunque en este momento pO QR SRGtD VDEHU TXH OOHJDUtD D VHU DGHPiVGHÀOyVRIRHGXFDGRUOLEUHSHQVDGRU jurista y candidato a la Presidencia de la QDFLyQD]WHFD ¢4XLpQIXH9DVFRQFHORV\TXpLPSRUWDQFLD KDQWHQLGRSDUD1XHVWUD$PpULFDVXVHVcritos, sus pronunciamientos políticos, su visión de mundo y sus emociones? A esta pregunta tan amplia como compleja intentaremos dar algunas respuestas, no VLQDQWHVDFODUDUTXHpVWDQRHVXQDLQYHVtigación general acerca de Vasconcelos, \DTXHRWURVVHKDQHQFDUJDGRGHUHDOL]DU estos estudios. La pretensión de esta puede ser más limitada, pero no menos difícil: rescatar del Repertorio Americano la presencia de Vasconcelos. -RVp 9DVFRQFHORV RULJLQDULR GH 2D[DFD HVFRQRFLGRHQWRGD$PpULFDWDQWRFRPR ÀOyVRIRHGXFDGRUSROtWLFRHVFULWRUUHIRUmador social, partidario de la Revolución 0H[LFDQDHVWDGLVWD\FDQGLGDWRDOPD\RU FDUJRGHODQDFLyQPH[LFDQD Representante de la “inteligencia” latinoamericana, nació en el seno de una familia de clase media con arraigados principios FDWyOLFRV 4XL]iV OD REUD TXH QRV UHÁHMDFRQPD\RUH[DFWLWXGFyPRVHIRUMyHO WHPSOH\ODÀJXUDGHHVWHLOXVWUHSHQVDGRU latinoamericano sea Ulises Criollo, obra DXWRELRJUiÀFD HQ OD TXH QRV WUDVODGD DO PXQGR GH OR LPDJLQDULR KDFLpQGRQRV viajar por todos aquellos bellos lugares GH OD JHRJUDItD PH[LFDQD TXH FRQ WDQWR esmero y descripción casi pictórica nos alejan de la realidad y nos transportan a WLHPSRVOHMDQRV\H[SHULHQFLDVWDQSHUVRnales como íntimas. Ulises Criollo es el relato de su vida, sus primeros encuentros con las letras, con sus padres, la política, el trabajo, la cotidianidad misma de la vida, la pasión y el amor a su familia. 5HPHPRUDFRQHVSHFLDODIHFWRDODÀJXUD materna: 5(3(5725,2$0(5,&$126HJXQGDQXHYDpSRFD1(GLFLyQ(VSHFLDO(QHUR'LFLHPEUH 65 *UDFH3UDGD2UWL] [...] mis primeros recuerdos emergen de una sensación acariciante y PHORGLRVD (UD \R XQ UHWD]R HQ HO UHJD]R PDWHUQR 6HQWtDPH SURORQgación física, porción apenas seccionada de una presencia tibia y SURWHFWRUD FDVL GLYLQD /D YR] HQWUDxDEOHGHPLPDGUHRULHQWDEDPLV pensamientos, determinaba mis impulsos. Se diría que un cordón umbilical invisible y de carácter volitivo me ataba a ella y perduraba muchos DxRVGHVSXpVGHODUXSWXUDGHOOD]R ÀVLROyJLFR6LQYROXQWDGVHJXUDLQvariablemente volvía al refugio de OD ]RQD DPSDUDGD SRU VXV EUD]RV Rememoro con efusiva complacencia aquel mundo provisional madrehijo. Una misma sensibilidad con FLQFRVHQWLGRVH[SHUWRV\FLQFRVHQtidos nuevos y ávidos, penetrando juntos en el misterio renovado cada día. (Criollo: 9). La imagen, los recuerdos y la presencia misma de su madre guiarán los pasos seguros de un Vasconcelos adolescente, hombre, profesional, abogado, político e KLMRGHODQDFLyQD]WHFD 5HÀULpQGRQRVDOHQFXHQWURGHVXVSDGUHV\ la consolidación de su hogar, apunta Vasconcelos: 0iV WDUGH UHJUHVDURQ D 2D[DFD \ GHVSXpV GH DOJXQRV DxRV GH DFXGLU a misa y a la ventana, mi madre se HQDPRUy IUHQpWLFDPHQWH GH PL SDdre, un pobre empleado de botica... La pareja estaba bien concertada. 5XELD\SiOLGDGHOLFDGDPLPDGUH\ 66 su marido, sanguíneo, robusto. Criollos puros los dos. (Criollo: 19-20) El padre de Vasconcelos fungió primero como empleado de botica, pero no tardó mucho tiempo en conseguir apoyo y padrinaje político de alguien que lo ayudó a lograr un puesto en el Servicio de Aduanas GH0p[LFR El trabajo itinerante de su padre facilitó a Vasconcelos el contacto con diversos luJDUHV \ UHDOLGDGHV GHO 0p[LFR GH SULQFLpios de siglo. Especialmente importante para Vasconcelos fue su estadía en Eagle Pass, o el Paso de las Águilas, como lo llaPDEDQORVPH[LFDQRVOXJDUGHHQFXHQWUR cultural que obligó al joven estudiante a arreglárselas con una educación bilingüe. Esta fase en su formación marcará no sólo ODGLIHUHQFLDHQWUHODVFXOWXUDVPH[LFDQD\ HVWDGRXQLGHQVHVLQRWDPELpQOHKL]RFRPSUHQGHUHOLGLRPDGHODQDFLyQTXHVRMX]gará por todos los tiempos a su pueblo. 'HVXpSRFDGHHVWXGLDQWH9DVFRQFHORVUHcuerda su preocupación por el contenido PiV TXH SRU OD IRUPD DO UHPHPRUDU VXV horas de estudio, nos dice: >@OHtDPRVWDPELpQXQFRPSHQGLR GHKLVWRULDGH0p[LFRGHWHQLpQGRQRVHQODWDUHDGHORVHVSDxROHVTXH YLQLHURQ D FULVWLDQL]DU D ORV LQGLRV \DH[WLUSDUOHVVXLGRODWUtD4XHKXbiera habido adoradores de ídolos, PHSDUHFtDHVW~SLGRHOFRQFHSWRGH espíritu me era más familiar, más evidente que cualquier plástica humana. (Criollo: 15). Mi pasión de entonces era la lectura, y me poseía FRQ DYLGH] 'HYRUDED OR TXH HQ OD 5(3(5725,2$0(5,&$126HJXQGDQXHYDpSRFD1(GLFLyQ(VSHFLDO(QHUR'LFLHPEUH Repertorio AmericanoWULEXQDGHOSHQVDPLHQWRODWLQRDPHULFDQRODYR]GH-RVp9DVFRQFHORV escuela me daban... Leía por mi cuenta en la casa todos los libros haOODGRVDPDQR1LQJ~QQLxRHQORV dos pueblos ha leído tanto como yo... [...] era evidente que yo estaba llamado a manejar ideas. Sería uno a quien se consulta y a quien se sigue. Antes que la lujuria conocí la soEHUELD$ORVGLH]DxRV\DPHVHQWtD VROR \ ~QLFR \ OODPDGR D JXLDU (Criollo: 35) Sus diálogos con su madre, sobre lo que UHDOPHQWH GH QLxR OH LQWHUHVDED TXHGDQ plasmados en este fragmento de su autobiografía. Intrigado un día requirió: ¢0DPiTXpHVXQÀOyVRIR" $ORTXHHOODSURQWRUHVSRQGLyÀOysofo es el que atiende a las luces de ODUD]yQSDUDLQGDJDUODYHUGDG/D SDODEUDÀOyVRIRPHVRQDEDFDUJDGD GHFRPSODFHQFLD\PLVWHULR<RVHUtD ÀOyVRIR ¢FXiQGR OOHJDUtD D VHU XQÀOyVRIR"&ULROOR &RQ OD PDGXUH] TXH VyOR GD HO WLHPSR Vasconcelos fue conduciendo su formaFLyQ DFDGpPLFD KDFLD OD MXULVSUXGHQFLD aunque en realidad estaba más interesado HQORVRFLDO\ORÀORVyÀFR Sus infantiles preguntas y sus inquietos pensamientos, lo fueron llevando por HO FDPLQR GH ODV OHWUDV \ OD ÀORVRItD \ D formar parte de uno de los grupos más importantes dentro de la cultura y la intelectualidad latinoamericanas, el Ateneo GHOD-XYHQWXG Vasconcelos ateneísta Formalmente, la sociedad denominada AteQHRGHOD-XYHQWXGVHIXQGDHQHODxR pero tiene sus antecedentes en 1906, fecha en que sus iniciadores solían reunirse en el WDOOHUGHODUTXLWHFWR-HV~V7$FHYHGR (Q VX PD\RUtD ORV MyYHQHV GH OD *HQHración de 1910, como los llamó Vicente Lombardo Toledano, eran autodidactos que como norma tenían la oposición al dogma del social-darwinismo vigente en OD VRFLHGDG PH[LFDQD GH HQWRQFHV /RV ateneístas promovían el libre pensamiento, la espiritualidad y el humanismo como formas de vida. Sus nutrientes intelectuales los tomaron del positivismo, que posteriormente fue revisado y destronado del pensamiento inWHOHFWXDOPH[LFDQR6XVIXHQWHVGHLQVSLUDción teórica las encontraron en los clásicos GHODOLWHUDWXUDODÀORVRItD\ODHFRQRPtD SROtWLFDVLQGXGDDOJXQDUHFXUULHURQXQD\ RWUDYH]DODVGLYHUVDVFRUULHQWHVÀORVyÀcas en boga en Europa, pero lo novedoso de su quehacer intelectual radica en el esIXHU]RSRUUHYDORUL]DUORQXHVWUR´QXHVWUD UD]DFyVPLFDµPRWLYRGHXQRGHORVPiV valiosos trabajos de Vasconcelos. La primera generación de ateneístas contó con la valiosa ayuda y guía intelectual de 3HGUR+HQUtTXH]8UHxDPDHVWURGRPLQLFDQR 6LHWH MyYHQHV VHJXtDQ VXV HQVHxDQ]DVHOPLVPR-HV~V7$FHYHGR$OIRQVR Reyes (el ensayista del grupo), Alfonso &UDYLRWR5LFDUGR*yPH]5REHOR5XEpQ 9DOHQWL,VLGUR)DEHOD\-RVp9DVFRQFHORV 5(3(5725,2$0(5,&$126HJXQGDQXHYDpSRFD1(GLFLyQ(VSHFLDO(QHUR'LFLHPEUH 67 *UDFH3UDGD2UWL] /HWUDV UHÁH[LyQ \ SROtWLFD FRQFHQtraban los intereses de aquellos hombres, por la vía de la discusión, desde la biblioteca de Antonio Caso (18831946), en 1907, quien fuera entonces designado profesor de conferencias ilustradas sobre geografía e historia HQODHVFXHODGHDUWHV\RÀFLRVSDUD hombres. (Robles: 17) /D LQÁXHQFLD GH &DVR HQWUH ORV DWHQHtVWDV IXHVLJQLÀFDWLYDpOHUDHOÀOyVRIRGHOJUXSR [...] las dudas se adormecían con ODV GLVFXVLRQHV VHXGRÀORVyÀFDV GH nuestro cenáculo literario. Caso, seguía siendo el eje de nuestro grupo, pero su carácter apático y a ratos insociable no hubiera mantenido alian]DVVLQODFRODERUDFLyQGH+HQUtTXH] 8UHxD (Q OD ELEOLRWHFD GH &DVR R en la casa de Alfonso Reyes, circunGDGRVGHOLEURV\HVWDPSDVFpOHEUHV disparatábamos sobre los temas del mundo. (Criollo: 192-193) (O $WHQHR GH OD -XYHQWXG HPHUJH GH OD convulsión política y de la “inconformidad irrefrenable” (Robles: 23), por la TXHDWUDYHVDEDODVRFLHGDGPH[LFDQD(Q HQ 0p[LFR ODV FRQWUDGLFFLRQHV LQternas en lo social, político y económico VHKDEtDQDJXGL]DGR El país sólo estaba unido por la oposición, aunque cada grupo repudiaEDD'tD]SRUFDXVDVGLIHUHQWHV'H la hacienda al taller de artesanado, de la fábrica a las aulas, de la imprenta al dibujo caricaturesco, corría un mismo clamor por la libertad. (Robles: 23) 68 Ubicados en el despacho de Caso, los ateneístas discutían constantemente de manera afable: Los ateneístas abogaban en favor de la aptitud crítica urgidos de un nuevo modelo de disciplina moUDOODFXDODXVFXOWDEDQGH*UHFLDD *RHWKH GH &HUYDQWHV D 1LHW]VFKH GH&KHUWHVWRQD&URFHRHQYR]GH los poetas latinos. Era amplio su repertorio de lecturas, aunque concreto su propósito formativo: abolir los signos del pasado inmediato y FRQIRUPDUSRUODYtDGHODUD]yQXQ porvenir honrable y digno, conforPHDORVWpUPLQRVGHORVPiVDOWRV ejemplos del humanismo universal. Sin tales recursos ideológicos, los REUHURV \ ORV FDPSHVLQRV WDPELpQ aspiraban a otras conquistas de la FLYLOL]DFLyQODVGHOUHVSHWRODERUDO las contenidas en los derechos fundamentales del Hombre, las cuales, D ÀQ GH FXHQWDV SURFHGHQ GH XQD misma fuente racional. 6LHOLQWHOHFWXDOUD]RQDEDVXGHVHVSHUDQ]DHOSHyQFRPSUREDEDTXHOD UD]yQ DMHQD HV LQFDSD] GH GRWDU GH VHQWLGR D OD SURSLD H[LVWHQFLD$Vt por vías diferentes, aunque de procedencia semejante, unos y otros se preparaban para el cambio radical. (Robles: 23) /DFRQVROLGDFLyQ\IXHU]DGHORVDWHQHtVtas provino de la propia realidad y necesiGDGHVGHODFRQYXOVDVRFLHGDGPH[LFDQD pre- revolucionaria. 5(3(5725,2$0(5,&$126HJXQGDQXHYDpSRFD1(GLFLyQ(VSHFLDO(QHUR'LFLHPEUH Repertorio AmericanoWULEXQDGHOSHQVDPLHQWRODWLQRDPHULFDQRODYR]GH-RVp9DVFRQFHORV peraban. A diferencia de los campesinos y de los trabajadores, los intelectuales la creyeron posible mediante la cultura. (QXQHVIXHU]RSRUGHÀQLUOHDOPRYLPLHQWR DWHQHtVWDVXUD]yQGHVHUHOPDHVWUR+HQUtTXH]JHVWRUGHHVWHJUXSRGHFRQQRWDGRV intelectuales, apuntaba: Lo revelador de este grupo fue la coincidencia del talento con la oportunidad de DFFLyQ HO KDOOD]JR GH XQ JXtD HVSLULWXDO GHH[FHSFLyQ\ODYROXQWDGGHIRUPDUVHGH acuerdo con los principios del humanismo. Reunidos en torno de la Sociedad de Conferencias, estos hombres ampliaron sus acWLYLGDGHVSDUDDFHUFDUVHDFDGpPLFDPHQWH al mundo de los trabajadores. Salir del reducido espacio de sus lecturas discutidas por ellos mismos ensanchó, sin GXGDHOFRQFHSWRGHpWLFDVRFLDOTXHUHFRgían de las lecciones clásicas. Para ellos, no obstante, lo esencial era recobrar el conocimiento de los antiguos griegos para alimentar, con los más altos recursos, una era de reconstrucción nacional que ya es- En 1907, la juventud se presentó RUJDQL]DGDHQODVVHVLRQHVS~EOLFDV GHOD6RFLHGDGGH&RQIHUHQFLDV<D KDEtDGLVFLSOLQDFUtWLFDPpWRGR(O DxR IXH GHFLVLYR GXUDQWH pO DFDbó de desaparecer todo el resto de positivismo en el grupo central de la juventud. De entonces data ese movimiento que, creciendo poco a SRFR LQÀOWUiQGRVH DTXt \ DOOi HQ las cátedras, en los discursos, en ORVSHULyGLFRVHQORVOLEURVVHKL]R claro y pleno en 1910 con las conferencias del Ateneo (sobre todo al ÀQDO (V HQ VXPD HO PRYLPLHQto cuya representación ha asumido DQWH HO S~EOLFR $QWRQLR &DVR OD UHVWDXUDFLyQGHODÀORVRItDGHVXOLEHUWDG\GHVXGHUHFKR+HQUtTXH] citado en Robles: 23-25) /RV DWHQHtVWDV WLHQHQ HO PpULWR KLVWyULFR de haber transgredido la teoría y haber pasado al plano de la práctica política. 'HQWUR GH HVWD SOp\DGH GH SHQVDGRUHV \ WUDQVIRUPDGRUHVUHVSODQGHFHODÀJXUDGH -RVp9DVFRQFHORVFX\DREUDVHKDFDUDFWHUL]DGRSRU su pasión compartida por la política \ODVOHWUDV\SRUSURWDJRQL]DUPiV que ninguno de sus coetáneos, un drama entre dos tiempos: el de la 5(3(5725,2$0(5,&$126HJXQGDQXHYDpSRFD1(GLFLyQ(VSHFLDO(QHUR'LFLHPEUH 69 *UDFH3UDGD2UWL] FDtGDSRUÀULVWD\HOGHORVJRELHUQRV de la Revolución. (Robles: 28) La condición especial de vivir en un período de transición, le dio a Vasconcelos OD YLVLyQ \ HO WDOHQWR SDUD LGHQWLÀFDU ORV SUREOHPDVPHGXODUHVGHODVRFLHGDGPH[Lcana de entonces. Resolver, o al menos intentar resolver, el problema agrario, y el analfabetismo de los PH[LFDQRVVHUtDQDOJXQDVGHODVWDUHDVDODV que Vasconcelos tendría que enfrentarse. (V SUHFLVDPHQWH VX H[SHULHQFLD \ IRUPDción de ateneísta, lo que le facilitó buscar soluciones oportunas y acordes con la realidad. Muchos eran los problemas que DTXHMDEDQ D ORV PH[LFDQRV EDVWDQWHV ORV WURSLH]RV \ ODV GLÀFXOWDGHV TXH HQIUHQWy pero su espíritu ateneísta siempre estuvo presente en todas sus jornadas. 9DVFRQFHORV GHÀQH VX WUDEDMR \ DFFLyQ intelectual dentro del grupo de ateneístas, con claridad, pero sobre todo con honestidad de sus limitaciones, aciertos y desaciertos y con la seguridad del que se siente en pleno proceso de formación intelectual: Por otra parte, mi acción en aquel Ateneo, igual que en círculos semejantes, fue siempre mediocre. Lo que yo creía tener dentro no era para ser leído en cenáculos, casi ni para ser escrito. Cada intento de escribir me producía decepción y enojo. Se me embrollaba todo por falta de estiloGHFtD\RHQUHDOLGDGSRU falta de claridad en mi propia concepción. Además, no tenía prisa de 70 HVFULELUDQWHVGHKDFHUORPHIDOWDED mucho que leer, mucho que pensar, mucho que vivir. Algunos de mis FROHJDVORFRPSUHQGtDQ\DÀUPDEDQ VXHVSHUDQ]DHQORTXHDOFDERKDUtD No faltó, sin embargo, el literatuelo SUHFR]\PiVWDUGHIDOOLGRTXHPH dijese como negándome el derecho GHDWHQHtVWD%XHQR\W~¢TXpHVFULEHV"¢TXpKDFHV"/HUHVSRQGtGHOLberadamente enigmático y pedante: <RSLHQVR&ULROOR Una segunda generación de ateneístas hace su aparición en el ámbito intelectual GH OD VRFLHGDG PH[LFDQD SRVWUHYROXFLRQDULDDHVWHJUXSRSHUWHQHFLHURQ9LFHQWH Lombardo Toledano, Alfonso Caso, MaQXHO *yPH] 0DUtQ$OEHUWR 9iVTXH] GHO 0HUFDGR$QWRQLR&DVWUR/HDO-HV~V0RUHQR%DFR\7HyÀOR2OHD\/H\YD Los denominados Siete Sabios pertenecen D OD *HQHUDFLyQ GH /D UHFLpQ SDVDGD5HYROXFLyQ0H[LFDQDWHQtDRWUDVWDUHDV para esta segunda generación de ateneístas. Retomando las ideas de la primera generación de ateneístas que pretendía transforPDU OD VRFLHGDG PH[LFDQD SDUWLHQGR GH OD cultura, los representantes de este segundo grupo de librepensadores orientaban su luFKDFRQWUDHOIHWLFKLVPRFLHQWtÀFR\IRPHQtaban un “sentimiento de responsabilidad humana que debe anteponerse a la conducta individual o social” (Robles: 19). $ODVHJXQGDJHQHUDFLyQOHWRFyODpSRFDGH cambios sociales más difíciles, ruptura con paradigmas enquistados en el pensamiento PH[LFDQR\ODSURSLD5HYROXFLyQ0H[LFDQD 5(3(5725,2$0(5,&$126HJXQGDQXHYDpSRFD1(GLFLyQ(VSHFLDO(QHUR'LFLHPEUH Repertorio AmericanoWULEXQDGHOSHQVDPLHQWRODWLQRDPHULFDQRODYR]GH-RVp9DVFRQFHORV Los tiempos eran diferentes entre uno y otro grupo porque entre ellos mediaba el levantamiento armado. Desde el ascenso electoral de Madero, los ateneístas se disgregaron en diversas facciones revolucionarias. (Robles: 28) La inestabilidad política y la oscilación intelectual fueron la tónica del segundo grupo de ateneístas. 4XL]iV TXLHQ PHMRU VLQWHWL]D OD DPELYDlencia del sector intelectual en el período de posrevolución, al que pertenecieron los DWHQHtVWDV HV 2FWDYLR 3D] FLWDGR SRU OD autora Martha Robles: 8QD YH] FHUUDGR HO SHUtRGR PLOLWDU de la Revolución, muchos jóvenes intelectuales que no habían tenido la edad o la posibilidad de particiSDUHQODOXFKDDUPDGDHPSH]DURQD colaborar con los gobiernos revolucionarios. El intelectual se convirtió HQ HO FRQVHMHUR VHFUHWR R S~EOLFR del general analfabeto, del líder campesino o sindical, del caudillo en el poder. Los poetas estudiaron economía, los juristas sociología, los novelistas derecho internacional, pedagogía o agronomía. &RQODH[FHSFLyQGHORVSLQWRUHVD los que se protegió de la mejor manera posible: entregándoles los muros S~EOLFRVHOUHVWRGHOD´LQWHOLJHQFLDµ IXHXWLOL]DGDSDUDÀQHVFRQFUHWRVR inmediatos: proyectos de leyes, plaQHVGHJRELHUQRPLVLRQHVFRQÀGHQciales, tareas educativas, fundación de escuelas y bancos de refacción agraria, etc. La diplomacia, el coPHUFLR H[WHULRU OD DGPLQLVWUDFLyQ S~EOLFD DEULHURQ VXV SXHUWDV D XQD “inteligencia” que venía de la clase media [...]. Su obra ha sido, en muchos aspectos, admirable, al mismo tiempo, han perdido independencia \VXFUtWLFDUHVXOWDGLOXLGDDIXHU]D de prudencia o de maquiavelismo. /D ´LQWHOLJHQFLDµ PH[LFDQD HQ VX conjunto, no ha podido o no ha saELGR XWLOL]DU ODV DUPDV SURSLDV GHO LQWHOHFWXDOODFUtWLFDHOH[DPHQHO juicio. El resultado ha sido que el espíritu cortesano producto natural, por lo visto, de toda revolución que se transforma en gobierno ha invadido casi toda la esfera de la activiGDGS~EOLFD5REOHV Pese a que Vasconcelos difería de Antonio Caso en cuestiones políticas, siempre supo YDORUDU VLQ PH]TXLQGDG FXiQ LPSRUWDQWH fue la participación de Caso en el Ateneo: El grupo del Ateneo se mantenía ajeno a la política, pero su mayor SDUWH VLPSDWL]DED FRQ HO PDGHULVmo. Caso, en privado, nos hacía la GHIHQVDGH3RUÀULR'tD]ORMX]JDba el mal menor de un pueblo inFXOWRVLQHVSHUDQ]D3HURLGHROyJLcamente, Caso seguía siendo jefe de una rebelión más importante que la iniciada por el maderismo. En las manos de Caso seguía la piqueta demoledora del positivismo. La doctrina de la selección natural DSOLFDGD D OD VRFLHGDG FRPHQ]y a ser discutida y dejó de ser dogma. La cultura y el talento de Caso DSOLFDGRVDODHQVHxDQ]DHYLWDEDQ 5(3(5725,2$0(5,&$126HJXQGDQXHYDpSRFD1(GLFLyQ(VSHFLDO(QHUR'LFLHPEUH 71 *UDFH3UDGD2UWL] asimismo, el retorno al liberalismo vacío, de los jacobinos. Sin fundar clubes, la obra de Caso, era más trascendental que la de no importa cuál político militante. (Criollo: 242-243) La vida de estos dos hombres estuvo vinFXODGDHQORLQWHOHFWXDOGHSDUWLHQGRHQODV muchas sesiones de los ateneístas: “Consciente Caso de su propio valer, no conocía OD HQYLGLD \ HV SRU QDWXUDOH]D JHQHURVRµ (Criollo: 170). 5HÀULpQGRVHDODODERUGHSRVUHYROXFLyQ y a la petición de los ateneístas de ocupar el cargo de Presidente del Ateneo, Vasconcelos rememora su paso por este y a VXVFRPSDxHURV Los amigos del Ateneo me nombraURQ 3UHVLGHQWH SDUD OD SULPHU DxR maderista. No por homenaje sino en provecho de la institución, cuya precaria vida económica yo podría DOLYLDU< QR YROYt D OOHYDU WUDEDMRV DODVVHVLRQHVVLQRTXHLQFRUSRUpD casi a todos los miembros del Ateneo DO QXHYR UpJLPHQ SROtWLFR QDFLRQDO Con este objeto se amplió el radio de nuestros trabajos, creándose la primera Universidad Popular... Las sesiones del Ateneo concluían cada YLHUQHV HQ DOJ~Q UHVWDXUDQW GH OXMR <DQRHUDHOFHQiFXORGHFXOWXUDVLQR el círculo de amigos con vistas a la acción política. Antonio Caso fue TXL]iV HO ~QLFR TXH QR TXLVR PH]clarse con la nueva situación. Se SURFODPDEDPiVTXHQXQFDSRUÀULVta. Colabora, sin embargo, en todo lo TXHVLJQLÀFDEDHVIXHU]RGH&XOWXUD 72 Nosotros iniciábamos en el Ateneo la rehabilitación del pensamienWR GH OD UD]D 0DGHUR SRU VX SDUWH en el orden diplomático, rompía el SUHFHGHQWHSRUÀULVWD´8QEXHQ(PEDMDGRU HQ:DVKLQJWRQ HO UHVWR GHO cuerpo diplomático sale sobrando”. 0DGHUR GHVSXpV GH$OHPiQ IXH HO SULPHU JREHUQDQWH GH 0p[LFR TXH quiso reconocer los intereses morales, si no de comercio, que hay en el Sur. (Criollo: 288-289) La mayoría de los intelectuales que participaron del Ateneo, pasaron a ocupar carJRV S~EOLFRV$OIRQVR 5H\HV HQWUH HOORV de ensayista del Ateneo pasó a cargos diplomáticos. Con cierto pesimismo, nostalgia y mucho dolor por los obstáculos y limitaciones se encontró en su trayectoria como estadisWD\PLHPEURGHO$WHQHRGHOD-XYHQWXG 9DVFRQFHORVDÀUPDED No había ambiente para un trabajo sistemático de estadista, y menos SXGR KDEHUOR SDUD XQ ÁRUHFLPLHQto intelectual que hubiese dado al Ateneo un papel en nuestra vida S~EOLFDWDQQHFHVLWDGDGHHOHYDGRV incentivos. Todo era lucha sorda y SDVLyQPH]TXLQD&ULROOR Es evidente que sólo el tiempo y la histoULD GH ODV LGHDV HQ 0p[LFR \ OD$PpULFD Latina ubicarían en el lugar justo la labor de todos aquellos que participaron en el Ateneo y le darían el valor a la obra de Vasconcelos en la consolidación de la naFLyQPH[LFDQD 5(3(5725,2$0(5,&$126HJXQGDQXHYDpSRFD1(GLFLyQ(VSHFLDO(QHUR'LFLHPEUH Repertorio AmericanoWULEXQDGHOSHQVDPLHQWRODWLQRDPHULFDQRODYR]GH-RVp9DVFRQFHORV Repertorio Americano tribuna del pensamiento latinoamericano En las páginas del Repertorio Americano se registran muchos de los hechos históricos más importantes del siglo XX. $OFHOHEUDUVHHQHQ0p[LFRHO&HQtenario de la Independencia de este país y GH &HQWURDPpULFD VH GLHURQ FLWD HQ HVWD ciudad algunos de los más connotados intelectuales. La idea era conmemorar la inGHSHQGHQFLDSROtWLFDGH(VSDxDULQGLHQGR homenaje a aquellos latinoamericanos destacados, que con su quehacer intelectual hubiesen contribuido al fortalecimiento del SHQVDPLHQWRGH$PpULFD/DWLQD\TXHUHDOL]DEDQSUR\HFWRVSUiFWLFRVHQHVWHVHQWLGR /DÀJXUDGH9DVFRQFHORVFDO]DFRPRDQLOOR DO GHGR FRQ HVWD DFWLYLGDG HQ HVWRV PRPHQWRVVHGHVHPSHxDEDFRPR5HFWRUGHOD 8QLYHUVLGDG1DFLRQDOGH0p[LFR Entre los que disertaron en este homenaje se encontraba el Dr. Alejandro Rivas VásTXH]GHOHJDGRYHQH]RODQRTXLHQFDOLÀFy ODFHOHEUDFLyQFRPRXQD´ÀHVWDSDUDHOHVStULWXµ\VHUHÀULyD9DVFRQFHORVFRPR >@ OD SHUVRQDOLGDG SURWpLFD YLJRURVDGHOVHxRU5HFWRUGHOD8QLversidad hacían pensar en que si bien pudo tan insigne espíritu haEHU YLVLWDGR OD WXPED GH ORV *UDFRVSXGRWDPELpQFHxLUVHODW~QLFD FRQVXODUTXHHQpOVHKDQVXPDGR armoniosamente la acción y el enVXHxR SRU PDUDYLOORVD PDQHUD \ TXH OR PiV DWUD\HQWH GH VX ÀJXUD espiritual eran su movilidad, su capacidad crítica, su rebeldía, que FULVWDOL]DEDQHQpOORVSURGLJLRVGHO PiVDOWRSHQVDPLHQWRÀORVyÀFRGH VX$PpULFD\XQDHQFDUQDFLyQRSWLPLVWD GHO YHUER GH OD UD]D HQ OR que ahora es el instante crítico de la historia americana. (Repertorio Americano, III: 122)40 La solidaridad latinoamericana, así como la imperiosa necesidad de la unidad entre nuestros pueblos, fue la tónica de la actiYLGDG\HQODÀJXUDGH9DVFRQFHORVVHHQcontraban representados los intereses de 1XHVWUD$PpULFD Otro de los oradores, que causó gran impresión por su alocución, fue el Dr. Belaude, pensador peruano, quien retomará las palabras de Vasconcelos sobre el deEHUPRUDOGHORVLQWHOHFWXDOHVGH$PpULFD para combatir las tiranías. Advirtió con sus palabras: que nuestros abuelos próceres habían luchado por la conquista de la independencia, pero que faltaba UHDOL]DU OD REUD GH OD GHPRFUDFLD TXH $PpULFD /DWLQD HV XQ VLVWHPD nervioso en el que si Costa Rica, por HMHPSORVXIUHXQDSHQDpVWDFREUD resonancia en todo el sistema, pues GHQWUR GH OD JUDQ IUDWHUQLGDG VRxDda por el Libertador nada había más O~JXEUHTXHORVSXHEORVRSULPLGRV (R.A., III: 123) 41 La representación de Honduras recayó en el Dr. Manuel Ugarte, incansable luchador por la unidad latinoamericana, quien 40 Se indican el tomo o volumen (con numeración romana) y la página. 41 En adelante se usará la sigla R.A. en lugar del nombre Repertorio Americano. 5(3(5725,2$0(5,&$126HJXQGDQXHYDpSRFD1(GLFLyQ(VSHFLDO(QHUR'LFLHPEUH 73 *UDFH3UDGD2UWL] destacó la necesidad de que se fundara HQ0p[LFRXQDFRQIHGHUDFLyQGHLQWHOHFtuales latinoamericanos de “gran trascendencia, ya que el constante intercambio de ideas es la base fundamental del acercamiento de los pueblos” (R.A., III: 123). UHDOL]DFLyQ GH QXHVWURV JUDQGHV LGHDOHVGHPRFUiWLFRV<FRPRFUHR a Vasconcelos capacitado para conWULEXLU HVSOpQGLGDPHQWH D HVWH ÀQ uno mi aplauso al de ustedes para el joven y culto jefe de la educación nacional. (R.A., III: 123) Finalmente, dentro de los asistentes emergió la presencia del maestro ateneísta y DPLJR GH 9DVFRQFHORV 3HGUR +HQUtTXH] 8UHxD TXLHQ OR VDOXGy FRQ DGPLUDFLyQ \ FDULxR Con la misma intención de destacar sus PpULWRV OD UHSUHVHQWDFLyQ FRORPELDQD KL]R OOHJDU VXV FDUWDV GH KRPHQDMH D Vasconcelos: El discurso de Vasconcelos inició con el UHVFDWHGHODÀJXUDGHOHQWRQFHV3UHVLGHQWH0DGHURDTXLHQGHÀQLyFRPRHOLQLFLDdor del movimiento latinoamericanista. Vislumbraba el inicio de una nueva etapa en las relaciones entre los países hermanos \HVSHFLDOPHQWHPDQLÀHVWDODLPSRUWDQFLD de lograr el entendimiento con los países FHQWURDPHULFDQRVFRQTXLHQHV0p[LFRKD compartido su geografía, sus tradiciones histórico-culturales y, sobre todo, sus vínculos espirituales. (O ,QJ )pOL[ 3DODYLFLQL RWUR GH ORV DVLVtentes al homenaje, destacó con vehemencia la labor de Vasconcelos como abanGHUDGR GH OD HGXFDFLyQ HQ OD 5HS~EOLFD 0H[LFDQD (Q HVWD DUGXD WDUHD HQFDUJDGD a Vasconcelos por el Presidente Obregón, apuntaba Palavicini: [...] encontraremos el alma nacional FRQXQLGDG\IXHU]D/DUHYROXFLyQ no ha conquistado, hasta la fecha, VLQR PH]TXLQRV DGHODQWRV TXH QR FRPSHQVDQ ORV VDFULÀFLRV UHDOL]Ddos. Toca a la juventud intelectual, lograr por medio de la escuela, la 74 Entre los muchos hombres ilustres con que cuenta esta gran nación, madre fecunda de preclaros ingenios y de hermosos caracteres decía ODFDUWDGHOGRFWRU*yPH]5HVWUHSR ÀJXUDHQOXJDUSURPLQHQWHHOVHxRU Vasconcelos, en quien se unen en armónico consorcio, las condiciones del hombre de acción, por lo cual es, al propio tiempo, un gran profesor de energía y un luminoso centro de cultura intelectual, que KDFHVHQWLUVXEHQpÀFDLQÁXHQFLDHQ ODEULRVDMXYHQWXGPH[LFDQD(QWUH las muchas dotes que adornan al VHxRU 9DVFRQFHORV ÀJXUD XQD TXH YLYLÀFD\IHFXQGL]DDWRGDVODVGHmás, y es la generosidad de su coUD]yQ VLHPSUH GLVSXHVWR D DOHQWDU toda tentativa bien intencionada, a estimular a todo ingenio naciente, D DSODXGLU \ SUHPLDU WRGR HVIXHU]R GLJQRGHDSR\R<HVWDJHQHURVLGDG de su criterio no se contiene dentro de los límites patrios, sino que abarca a todos los hijos del continente latino-americano. Por todas estas UD]RQHVYHRHQHOVHxRU9DVFRQFHORV a un tipo representativo del pueblo 5(3(5725,2$0(5,&$126HJXQGDQXHYDpSRFD1(GLFLyQ(VSHFLDO(QHUR'LFLHPEUH Repertorio AmericanoWULEXQDGHOSHQVDPLHQWRODWLQRDPHULFDQRODYR]GH-RVp9DVFRQFHORV PH[LFDQR VLHPSUH DOWLYR VLHPSUH magnánimo, siempre animado de un alto espíritu de americanismo, y VDOXGR HQ pO D XQR GH ORV KRPEUHV destinados a ejercer con su palabra y con su ejemplo la más honda inÁXHQFLD HQ HO GHVHQYROYLPLHQWR intelectual de este bello y egregio país. (R.A., III: 123) Como tribuna del pensamiento latinoamericano, en mayo de 1923, el editor de Repertorio Americano le envió al Lic. 9DVFRQFHORV XQ SHTXHxR FXHVWLRQDULR de seis preguntas, por medio de las cuales se pretendía tener su opinión en torno de los problemas más álgidos de Nuestra $PpULFD 6HJ~Q VH GHVSUHQGH GHO PLVPR Repertorio pVWD HUD XQD IRUPD GH WUDEDjo bastante difundida del semanario para obtener información tanto de políticos, FRPRGHHVFULWRUHVÀOyVRIRV\FRQQRWDGRV KRPEUHV\PXMHUHVGHOHWUDVGHOD$PpULFD Latina. Las preguntas a las que tuvo que responder Vasconcelos son posteriores, y VH H[WUDH SDUD HVWD LQYHVWLJDFLyQ OR PiV relevante de cada respuesta: $ ¢&UHHXVWHGTXHODHQVHxDQ]DGHEH XQLÀFDUVHFRQGHWHUPLQDGRVSURSysitos raciales en los países de NuesWUD$PpULFD" /D XQLÀFDFLyQ GH OD HQVHxDQ]D HQ todos los países ibero-americanos es indispensable... los gobiernos, podrían patrocinar congresos pedaJyJLFRVSDUDODDGRSFLyQGHWH[WRV FRPXQHV FRQ ODV H[SUHVLRQHV QDWXrales en cada caso. Vasconcelos propone la edición GH WH[WRV FRPXQHV SDUD JUDPiWLFD DULWPpWLFD DSOLFDGD FLHQFLDV DSOLcadas, geografía e historia general. Quedarían a elección de cada país, ORV WH[WRV GH KLVWRULD SDWULD JHRJUDItDORFDO]RRORJtD\ERWiQLFD Es evidente que Vasconcelos consideraba que la unidad latinoamericaQDHUDH[WHQVLYDDWRGRVORViPELWRV \ SRU TXp QR LQLFLDU FRQ OD XQLGDG latinoamericana por medio de la HGXFDFLyQSHURKDFHODVDOYHGDGGH FXLGDU ODV HVSHFLÀFLGDGHV GH FDGD país, sin perder de vista la unidad entre los pueblos. 2. A. ¿Cree usted asimismo, en la necesiGDGGHFRPXQL]DUKDVWDFLHUWRSXQto, las constituciones de nuestras UHS~EOLFDV" El primer artículo de toda constitución política ibero-americana deEHUtDGHFLU´6RQFLXGDGDQRVPH[Lcanos (argentinos, chilenos, etc., VHJ~QHOFDVR\WLHQHQORVGHUHFKRV D OD FLXGDGDQtD PH[LFDQD FKLOHQD argentina, etc.) los nacidos en terriWRULRGH+LVSDQR$PpULFD Se establecería de esta manera la ciudadanía ibero-americana y los iberoamericanos entonces, estaríamos obligados a defender no sólo la soberanía nacional del país de nacimiento, sino todas las del continente”. (R.A., VI: 49) 3. A. ¿Estima usted conveniente que se KDJD XQ JUDQ HVIXHU]R SRU RULHQWDU 5(3(5725,2$0(5,&$126HJXQGDQXHYDpSRFD1(GLFLyQ(VSHFLDO(QHUR'LFLHPEUH 75 *UDFH3UDGD2UWL] nuestros intereses económicos, hacia determinados rumbos, con propósitos diplomáticos y difusivos? La diplomacia debe constituirse en defensora de nuestros intereses ecoQyPLFRV\WDPELpQGHQXHVWURVLQWHreses espirituales. (R. A., VI: 49) Vasconcelos insiste en que todas las QDFLRQHVGH$PpULFDVRPRVXQDVROD y que estamos unidos por nuestras FXOWXUDVTXHSRVHHPRVXQDVRODLGHQtidad, la identidad latinoamericana. Concluye esta respuesta planteando que “urge rehacer toda nuestra ideología porque hasta la fecha no hemos tenido pensamiento propio, sino un VHUYLO UHÁHMR GHO SHQVDPLHQWR HXURpeo y norteamericano, y naturalmente está inspirado en intereses ajenos a los nuestros. (R.A., VI: 49) 'HVWDFDQ OD LQÁXHQFLD GH ODV FRUULHQWHVGHSHQVDPLHQWRH[yJHQDV\ el apego de nuestros pensadores a formas de vida y visiones de mundo ajenas a nuestras realidades, así como la escasa creatividad de nuestros pensadores para entender la realidad inmediata, y la poca auWHQWLFLGDGHQODGHÀQLFLyQGHQXHVtro pensamiento. No debemos olvidar que el mismo Vasconcelos nutrió su pensamiento en las corrientes europeas, hecho TXHQROHH[LPHGHODFUtWLFDTXHpO mismo hace a los pensadores latinoamericanos. 76 Retomar a “Bolívar como forma GH LQWHUSUHWDU 1XHVWUD $PpULFD \ armarnos del nacionalismo contagioso del Libertador”, sería la recomendación más prudente que nos da Vasconcelos en su respuesta. $ ¢4Xp SRGUtD HPSH]DU D KDFHU SDUD estrechar nuestras relaciones económicas internacionales? Para estrechar las relaciones ecoQyPLFDV HQWUH ORV SXHEORV LEpULFRV de este continente se necesita un HVIXHU]R GH YROXQWDG FROHFWLYD TXH ponga a circular barcos. Al principio irán vacíos y boycoteados por ODV HPSUHVDV H[WUDQMHUDV FRPSHWLGRUDVSHURDOÀQFUHDUiQXQDHVSHcie de cabotaje entre todos los puerWRVGHKDEODHVSDxROD\SRUWXJXHVD /D PDULQD PHUFDQWH HVSDxROD HVWi en condiciones de darnos ayuda, estableciendo escalas con los barcos con que ya cuenta, y el patriotismo de todo ibero americano debe aplicarse a la creación de una marina mercante. Sólo el mar hace grandes D ORV SXHEORV \ QR VLJQLÀFDUHPRV nada mientras sigamos encerrados dentro de la muralla de la nacionalidad. (R. A., VI: 49) $ ¢4Xp QXHYRV SULQFLSLRV QDFLRQDOL]DGRUHVDFRQVHMDXVWHGDODLQWHOHFWXDOLGDGGH$PpULFD" Soy internacionalista convencido \FUHRTXHODFLYLOL]DFLyQQRKDEUi QLVLTXLHUDFRPHQ]DGRPLHQWUDVQR borremos las fronteras nacionales para sentirnos hijos del planeta y 5(3(5725,2$0(5,&$126HJXQGDQXHYDpSRFD1(GLFLyQ(VSHFLDO(QHUR'LFLHPEUH Repertorio AmericanoWULEXQDGHOSHQVDPLHQWRODWLQRDPHULFDQRODYR]GH-RVp9DVFRQFHORV hermanos de todos los hombres, sin GLVWLQFLyQ GH SDWULD R FRORU SHUR ese internacionalismo presupone OD OLEUH RUJDQL]DFLyQ GH ORV SXHblos, conforme a su tradición y a su propia cultura. Así es que la superación del patriotismo nacional QR GHEH VLJQLÀFDU TXH DFHSWHPRV OD LQWURPLVLyQ GH FXOWXUDV H[WUDxDV WRGR OR FRQWUDULR ORV FDUDFteres nacionales en lo que tengan de original y de bello, son aporte QHFHVDULRDODFLYLOL]DFLyQIXWXUD\ ellos deben subsistir pero sin imponerse y cuidando de subordinar el patriotismo nacional a los intereses del patriotismo continental, DVt FRPR SRU HMHPSOR ORV PH[Lcanos hemos subordinado los patriotismos provinciales de Sonora, GH2D[DFDRGH9HUDFUX]DOSDWULRWLVPR PH[LFDQR GH LJXDO VXHUWH los argentinos, los brasileros, los PH[LFDQRV ORV FKLOHQRV GHEHPRV subordinar nuestro sentimiento nacional al patriotismo continental. En esta convicción debe educarse D ORV QLxRV GH ,EHUR $PpULFD \D que la mayoría de los hombres de ODDFWXDOJHQHUDFLyQHVLQFDSD]GH entenderlo. (R.A., VI: 50) 6. A. ¿Estima usted prudente que nuestra $PpULFD /DWLQD WRPH XQD DFWLWXG GHWHUPLQDGD HQ VXV HQVHxDQ]DV HQ sus leyes, en su economía, en su producción intelectual ante el caso de los Estados Unidos del Norte? &UHRTXHOD~QLFDPDQHUDGHUHVROver el problema de los Estados Unidos es hacernos tan fuertes como los Estados Unidos, para llegar a serlo es menester trabajar tanto como han trabajado los norteamericanos. 7DPELpQ KDEHPRV PHQHVWHU GH RULHQWDFLRQHV GHÀQLGDV GHVSURYLVWDVGHRGLR\D~QGHHVStULWXGHULvalidad. Los Estados Unidos son un gran pueblo y nosotros estamos llamados a ser otro gran pueblo. (R.A., VI: 49) Las respuestas de Vasconcelos al cuestionario del Repertorio Americano son las de XQ ODWLQRDPHULFDQLVD GHVHRVR GH OD XQLÀFDFLyQGH´QXHVWUDUD]DFyVPLFDµ([WHUQD un alto sentido de igualdad entre los pueEORVGH$PpULFDFRQVFLHQWHGHODVWDUHDV prioritarias en el campo de la educación y la economía. En sus respuestas encontramos a un Vasconcelos internacionalista, interesado en UHYDORUL]DUQXHVWUDLGHQWLGDGSUHRFXSDGR SRUODHGXFDFLyQ\IRUPDFLyQGHORVQLxRV GH,EHURDPpULFD 9LVXDOL]DPRV D XQ 9DVFRQFHORV LGHDOLVWD sumamente espiritual, romántico y me atrevo a decir que hay un poco de ingenuidad en sus juicios al creer que podríamos resolver nuestras diferencias con los EstaGRV8QLGRVVLPSOHPHQWHKDFLpQGRQRVWDQ fuertes como ellos. $PpULFD /DWLQD FRQWDED \D FRQ OD H[SHULHQFLD GH OD *XHUUD +LVSDQRDPHULFDQD (1898) y la Doctrina Monroe (1823) que estaba en su apogeo en el continente. Creer que con solo buenas intenciones resolveUtDPRVORVFRQÁLFWRVFRQ(VWDGRV8QLGRV es una ilusión y es pecar de ingenuidad. 5(3(5725,2$0(5,&$126HJXQGDQXHYDpSRFD1(GLFLyQ(VSHFLDO(QHUR'LFLHPEUH 77 *UDFH3UDGD2UWL] 0p[LFR PiV TXH QLQJ~Q otro país del continente KD H[SHULPHQWDGR HQ VX trayectoria histórica la H[SDQVLyQ WHUULWRULDO GH los Estados Unidos de 1RUWHDPpULFD Rescata Vasconcelos al pueblo norteamericano y su gran valor, pero pierde de vista el poderío PLOLWDUODpOLWHGHOSRGHU SROtWLFR \ VX SROtWLFD H[SDQVLRQLVWD KDFLD$PpULca Latina. La H[SHULHQFLD DFXPXODGD SRU 0p[LFR GXUDQWH OD 5HYROXFLyQ 0H[LFDna de 1910 y los fuertes enfrentamientos entre el JRELHUQR PH[LFDQR \ HVtadounidense por la naFLRQDOL]DFLyQGHORVUHFXUsos naturales, pareciera obviarla Vasconcelos en HVWD UpSOLFD &RQFOX\H HO entrevistado con la respuesta, a mi juicio, más romántica de todas: [...] y si en los Estados Unidos y HQWUH QRVRWURV WULXQID HO UpJLPHQ socialista moderno animado de fraternidad universal, no hay nada que temer, pues caminaremos juntos hacia el futuro, conservando cada cual su personalidad propia. (R. A., VI: 49) 78 La KLVWRULD GH 0p[LFR \ OD GHO UHVWR GH $PpULFD /DWLQD HQ HO PRPHQWR HQ TXH se escribieron estas respuestas, era la del H[SDQVLRQLVPR GH ORV (VWDGRV 8QLGRV D H[SHQVDV GH QXHVWURV WHUULWRULRV &RQ VHJXULGDG SRFR SURIpWLFD 9DVFRQFHORV apuntó que “no hay nada que temer y que cada nación conservaría su propia personalidad”. Por supuesto, la personalidad de los Estados Unidos nunca ha estado 5(3(5725,2$0(5,&$126HJXQGDQXHYDpSRFD1(GLFLyQ(VSHFLDO(QHUR'LFLHPEUH Repertorio AmericanoWULEXQDGHOSHQVDPLHQWRODWLQRDPHULFDQRODYR]GH-RVp9DVFRQFHORV DPHQD]DGD QL SRU 0p[LFR QL SRU QLQJ~Q otro país latinoamericano. PHQHVWHULQWURGXFLUHQODHQVHxDQ]D de la Historia. 1XHVWUD$PpULFDKDSHUGLGRWHUULWRULRDXWRQRPtDVREHUDQtD\FDGDYH]VHGLOX\HQ más los rasgos propios de nuestra identidad, producto de la penetración cultural de los Estados Unidos. Me viene a la memoULDXQDIUDVHSRSXODUGHOSXHEORPH[LFDQR que se hace oportuna en esta situación: “Estamos tan lejos de Dios y tan cerca de los Estados Unidos”. /RTXHGLFH9DVFRQFHORVGH(VSDxD \ODRFDVLyQHQTXHORH[SRQH\OD DXWRULGDGFRQTXHORHQVHxDVRQGH mucha importancia. La respuesta de Vasconcelos sobre las reODFLRQHVHQWUH(VWDGRV8QLGRV\$PpULFD Latina se tornan precavidas, pero sobre WRGR LGtOLFDV \ HQ H[FHVR URPiQWLFDV /D historia nos ha demostrado que los gobiernos de los Estados Unidos no han sido capaces de respetar esa “personalidad propia”, de la que nos habla Vasconcelos, y TXH WDO YH] FDPLQHPRV FHUFD GH (VWDGRV Unidos, pero nunca en igualdad de condiFLRQHV\PHQRVD~QFDPLQDPRVMXQWRV Baste con ver las asimetrías en los innumerables tratados de comercio y el trato infrahumano que se les da a los ciudadanos latinoamericanos indocumentados que emigran hacia los Estados Unidos en busca de “mejores oportunidades”. Vasconcelos y su relación con España Repertorio Americano HV ÀHO WHVWLPRQLR de los vínculos y arraigados sentimientos GH-RVp9DVFRQFHORVKDFLD(VSDxD Este hombre honrado hace cumpliGD MXVWLFLD D (VSDxD LQVSLUDQGR D los maestros las reformas que han [...] Tampoco sería posible negar HO PpULWR GH YLUUH\HV \ DU]RELVSRV FRPR =XPiUUDJD \ $QWRQLR GH 0HQGR]DQLHOGH/XLVGH9HOD]FR que dijo: “Más importa la libertad de los indios que todas las minas del Mundo”. $VtPLVPR5HYLOODJLJHGRKL]RMXVticia sin derramar sangre, y no acuPXOyIRUWXQDSURSLDSHURVLOOHQyOD FRORQLDGHHGLÀFLRVGHFDO]DGDVGH caminos de progreso. 4XHVHGLJDDORVQLxRVORTXHKDFH FLHQDxRVQRVHOHVHQVHxySRUTXH XQSDWULRWLVPRHVW~SLGRORYHGDWicitamente, y es que en el siglo XVIII \ GHVGH HO ÀQDO GHO ;9,, KXER HQ QXHVWUD SDWULD OD FLYLOL]DFLyQ PiV intensa que entonces se conocía en $PpULFDTXHKXERHQWRQFHVDUTXLtectos y pintores, y sabios, y literatos, y escuelas, y universidades e imprentas. ¿Cómo podremos creer en nosotros PLVPRV VL FRPHQ]DPRV QHJDQGR nuestras raíces? Vivimos en el servilismo de imaginar que todo lo que es cultura, ha de tener etiqueta de importación reciente, como si nada YDOLHVHHOHVIXHU]RGHORVVLJORV 5(3(5725,2$0(5,&$126HJXQGDQXHYDpSRFD1(GLFLyQ(VSHFLDO(QHUR'LFLHPEUH 79 *UDFH3UDGD2UWL] $JUpJXHVH SDUD WHUPLQDU HVWH HVER]R GH WDQ QREOH ÀJXUD TXH -RVp Vasconcelos ha roto, aunque no por PRWLYRVLGHROyJLFRVFRQHO*RELHUQR GHO *HQHUDO &DOOHV < TXH HVWH hombre probo, que manejó millones, vive de su actividad intelectual. El que quiera conocerlo más a fondo lea cualquiera de sus obras: Prometeo, por ejemplo. R. BlancoFombona. (R.A., X: 337-338) Vasconcelos y la cuestión religiosa Vasconcelos emergió del seno de una familia con arraigadas convicciones religioVDV(QVXWUD\HFWRULDSROtWLFDHQ0p[LFR encontró una de las peores crisis religiosas TXHKDYLYLGRODQDFLyQD]WHFD Una cruenta y dogmática lucha religiosa FDOGHDED ORV iQLPRV GHO SXHEOR PH[LFDno, que carcomía los cimientos de la iglesia católica: El autor del ensayo sobre la Religión (WHUQDGHYROYLyODSD]DORVHVStULWXV<D GH YXHOWD pO GH PXFKDV H[SHGLFLRQHV ÀORVyÀFDV GHFODUy TXH “la Religión era la superciencia, la VXSHUÀORVRItDµ < VH SURFODPy FDtólico. Pero quiere una Iglesia muy tolerante en el dogma. El quisiera que la Iglesia dijera, más o menos lo que sigue: Todos los dogmas son DSUR[LPDFLRQHV D OD YHUGDG KDVWD GRQGH HV GDEOH DOFDQ]DU OD YHUGDG en esta pobre vestidura terrestre. Todos los dogmas se recomiendan a ORVÀHOHVSHURVLDOJXLHQQRSXHGH 80 no crea así, y crea a su modo, pero crea. (R.A., XIX: 195) &RQ VXV DORFXFLRQHV 9DVFRQFHORV H[KRUWDED DO SXHEOR PH[LFDQR D WHUPLQDU FRQ las luchas religiosas, aludiendo a que en su calidad de político fomentaba la idea de una iglesia cambiante, moderna y moderadora que promoviera: La iglesia libre, de todas las iglesias libres, dentro del Estado libre, sin ninguna clase de intervención recíproca. Hay una libertad absoluta de cultos. El Estado da garantías a todas las confesiones, con tal de que todas las confesiones acaten las leyes del Estado. Pero como la católica es la del noventa y cinco por ciento de la población, la catóOLFD HV OD ~QLFD TXH VH KDFH VHQWLU Mas el Estado no la subvenciona en forma alguna, ya que los dineros de los contribuyentes han sido erogaGRV SDUD ÀQHV PX\ GLYHUVRV 1L DO Clero le es permitido la menor inWURPLVLyQHQODFRVDS~EOLFD\VXV GHVPDQHVVLSRUUDUH]DRFXUUHQVRQ castigados con la mayor severidad. 6H KD HVWDEOHFLGR SRU ÀQ OD FRQFRUGLDHIHFWLYDHQWUHORVPH[LFDQRV &pVDU($UUR\R5$;,; Vasconcelos y la cultura 0p[LFRSDtVGHFRQWUDVWHV\HQFXHQWURVGH FXOWXUDV HV SRU H[FHOHQFLD XQD ULTXtVLPD veta cultural. Amante de sus raíces, durante su gestión como Ministro de Instrucción 3~EOLFDVHGHGLFyDIRUWDOHFHUODVGLIHUHQWHV manifestaciones artísticas de su nación. A HVWHUHVSHFWRQRVUHFXHUGD&pVDU$UUR\R 5(3(5725,2$0(5,&$126HJXQGDQXHYDpSRFD1(GLFLyQ(VSHFLDO(QHUR'LFLHPEUH Repertorio AmericanoWULEXQDGHOSHQVDPLHQWRODWLQRDPHULFDQRODYR]GH-RVp9DVFRQFHORV La arquitectura ha renacido, creando un delicioso estilo en el que se funGHQHOHPHQWRVGHOEL]DQWLQRHOSODWHUHVFRTXHYLQRD$PpULFDFRQODV carabelas, y elementos de los primiWLYRVHVWLORVPD\DWROWHFD\D]WHFD Como testimonio del sincretismo cultural latinoamericano han quedado plasmados HQORVPXUDOHVIUHVFRV\SLQWXUDVGH0p[LFRHOHPHQWRVGHODUD]DFyVPLFDTXHFRQ WDQWRDKtQFRGHÀQLHUD9DVFRQFHORV La pintura y las artes decorativas han adquirido un desarrollo nunca visto. El Presidente ama la pintura DO IUHVFR *UDQGHV DVXQWRV VREUH JUDQGHV VXSHUÀFLHV *UDQGHV DUWLVWDV WDPELpQ VH UHTXLHUHQ eO ORV ha descubierto y los ha hecho que se revelaran. Un inmenso arte ha surgido antes apenas intentado en $PpULFD5$;,; (O LQWHUpV \ HO FXOWR D OD P~VLFD OD UHOLJLyQODUHVWDXUDFLyQGHSLH]DVDUWtVWLFDV\ la escultura se convirtieron en obsesión de Vasconcelos. &DUDFWHUL]DQGR HO GHVDUUROOR GHO DUWH \ OD FXOWXUDHQ0p[LFR&pVDU$UUR\RDSXQWDEDTXH´0p[LFRKDOOHJDGRDVHUODFLXGDG PiVDUWtVWLFDGHODV$PpULFDV(VWH~OWLPR lustro ha sido fecundo y luminoso.” (R.A., XIX: 1) Reneguemos del latinismo (Q HO DxR HO PDHVWUR 9DVFRQFHORV escribe un artículo que originalmente se publicaría en el periódico El Universal, pero previamente fue sancionado por FRQVLGHUiUVHOH DQWLUUHOLJLRVR VLQ HPEDUgo, su autor lo consideró más bien religioso: “Reneguemos del latinismo”. En pO9DVFRQFHORVKDFHXQDIXHUWHFUtWLFDDO UpJLPHQIDVFLVWDUHFLpQLPSXHVWRHQ,WDOLD por Mussolini: [...] es necesario probar si la opinión del país resiste la verdad como le place pensarla a un espíritu libre que se acoge a esa misma opinión. 6LHOODWDPELpQPHUHFKD]DQRPRGLÀFDUp PLV FRQFHSWRV SHUR WHQGUp TXH UHFRQRFHU TXH HO S~EOLFR QR solo me acepta la sinceridad, sino que la castiga. (R.A., IX: 230) Vasconcelos criticaba fuertemente el hiperbolismo de las raíces latinas que tanto promueven políticos y estadistas, así como ORV DVSHFWRV TXH GHÀQHQ HO FDUiFWHU GH QXHVWUDLGHQWLGDG1RVH[SOLFDFRQHOGRminio del conocimiento que le era propio, SRUTXppOQRVHLQFOLQDEDLUUHÁH[LYDPHQWH ante este latinismo, al que no le encuentra ODQREOH]DGH$WHQDVR*UHFLD Por mi parte, jamás he sentido los entusiasmos latinos, acaso porque en mi sangre persiste el latino indigQDGRGHDOJ~QLEHURTXHVHUHPRQWy a las selvas huyendo del poderío romano o bien por mi sangre de indio o por ambas, pero el hecho es que jamás me han deslumbrado las glorias ODWLQDV 7RGR OR FRQWUDULR FRP~Qmente las he visto con rencor, con el rencor transcendental con que se contempla el triunfo mundano de lo mediocre. Llevado de mi sentimiento que es mi guía, de la emoción que VLHPSUHKDPDQGDGRHQPLFDEH]D 5(3(5725,2$0(5,&$126HJXQGDQXHYDpSRFD1(GLFLyQ(VSHFLDO(QHUR'LFLHPEUH 81 *UDFH3UDGD2UWL] SRUTXHODFDEH]DKDGHXVDUVHVyOR para orientar una pasión generosa, me rebelo contra los alardes de la latinidad antigua, así como me río GH0XVVROLQLFRURQDGRGH&pVDUGH RSHUHWD VyOR XQRV PHVHV GHVSXpV de que Roma estuvo controlada por ODSROLFtDLQJOHVDFRQSUHWH[WRGHOD gran guerra. (R.A., IX: 230) Revisando retrospectivamente la historia de la humanidad, Vasconcelos hace una crítica del aporte de Roma a la cultura occidental \DQDOL]DODIRUPDHQTXHQXHVWUDVFXOWXUDV han asimilado el latinismo romano: 0LUDQGRUiSLGDPHQWH¢TXpHVORTXH representa en la historia de la civiOL]DFLyQ HO ODWLQLVPR" 2EVHUYHPRV ORVGRVSHUtRGRVFOiVLFRVOD5HS~EOLFD \ HO ,PSHULR /D 5HS~EOLFD RUJDQL]y OD YLGD FtYLFD OD IDPLOLD ODFLXGDGHOGHUHFKRSULYDGR\S~EOLFR7RGRHVWRORKL]RQRDODPDnera libre de Atenas, sino conforme a un principio que había de ser caUDFWHUtVWLFDGHODFLYLOL]DFLyQQXHYD un principio constructivo, pero sin vuelo: la disciplina, el reglamento, OD QRUPD 7RGR ~WLO FRPR PHGLR pero opresor y perverso cuando se FRQYLHUWHHQÀQ6LQHPEDUJRHVWH es el aporte fundamental del espíULWXODWLQRHQYH]GHODOLEHUWDGOD norma. No el fondo, sino la forma. <D DQWHV GH TXH DSDUHFLHUDQ HVWDV gentes sin alma, el pueblo griego, disciplinario, pero además inspirado, había superado a todos los pueEORV )UHQWH D *UHFLD 5RPD HV XQ retroceso. El triunfo de Roma sobre *UHFLD´HVWRORVLHQWHQORVQLxRVTXH 82 estudian historia” es un paso atrás HQ HO SURJUHVR GHO PXQGR *UHFLD era el genio, la invención, el entuVLDVPR OD YLGHQFLD OD JORULD *UHcia quería el poder para propagar OD OX] 5RPD LQFDSD] VLTXLHUD GH FRSLDU D *UHFLD VH GLVFLSOLQDED para dominar. No tenía ideales que propagar, pero tenía ambiciones de GRPLQLR \ GH ULTXH]D 6XV JXHUUDV con los fenicios fueron francamente comerciales, como cualquier guerra moderna, y tan fenicios eran en el VHQWLGR LQWHUHVDGR GHO WpUPLQR ORV cartagineses, como los romanos. No VH GHEDWLy HQ ODV JXHUUDV S~QLFDV QLQJ~QLQWHUpVKXPDQR5RPDQXQca combatió ni por ideal, ni por religión, ni por arte. Su pasión de mero dominio, la hace precursora de los imperialistas modernos, pero no de ORVFUX]DGRVQLGHORVFRQTXLVWDGRUHV GH $PpULFD QL GH QLQJXQR GH ORV YHUGDGHURV KpURHV GHO PXQGR Ausencia de ideal, ausencia de religión, incapacidad artística, sentido práctico para dominar la tierra: esto fue el Imperio. Esto hace de Roma XQDQDFLyQRGLRVDGHVGHODpSRFDGH OD5HS~EOLFD5$,; Introduce Vasconcelos un tercer elemento en su estudio, el socialismo moderno, y destaca tres grandes sucesos que han sido a su criterio "comentarios al espíritu de Roma": Los dos, los tres grandes sucesos de OD KLVWRULD OD FXOWXUD KHOpQLFD la doctrina cristiana y el socialismo moderno, son los tres enemigos de Roma, contrarios al espíritu de 5(3(5725,2$0(5,&$126HJXQGDQXHYDpSRFD1(GLFLyQ(VSHFLDO(QHUR'LFLHPEUH Repertorio AmericanoWULEXQDGHOSHQVDPLHQWRODWLQRDPHULFDQRODYR]GH-RVp9DVFRQFHORV Roma. Las legiones romanas evitaURQTXHODFXOWXUDKHOpQLFDVHH[WHQdiese por Europa y llegara inconWDPLQDGD KDVWD OD $PpULFD 5RPD KL]R WRGR OR TXH SXGR SDUD HYLWDU el triunfo del ideal cristiano, que es igualitario y piadoso. Roma supo de justicia, pero no sospechó la piedad. Una justicia peculiar, un derecho VHYHUDPHQWHRUJDQL]DGRSDUDEHQHÀFLRGHORVFLXGDGDQRVGHORVDPRV GHORVGRPLQDGRUHVXQGHUHFKRHQ HO TXH QR WHQtD HVSHUDQ]D HO HVFODYRXQGHUHFKRFRQVROLGDGRSRUOD espada, sobre el cadáver ensangrentado de las huestes de Espartaco. El socialismo moderno ha vuelto a poner en pie las huestes de Espartaco y se dedica a reformar la oda cruel del ingenio romano: el derecho de los amos, el derecho impuesto por OD ODQ]D \ OD HVSDGD HO GHUHFKR GH los conquistadores. Al proceder de esta suerte el socialismo moderno contrario anula la obra de Roma, y se junta con el otro gran enemigo de Roma, el ideal cristiano que, además de justicia, predica piedad y amor entre los hombres. Se acerca WDPELpQ D *UHFLD SRUTXH *UHFLD TXHUtD TXH HO HVStULWX \ OD EHOOH]D triunfaran. ¿Cuál fue entonces la esencia del romanismo, la característica social de la estirpe? El sistema de la jeUDUTXtDIXQGDGDHQODIXHU]DODUHJODPHQWDFLyQH[FHVLYDTXHPDWDOD OLEHUWDG HO FXOWR GH OD SHUVRQD KXmana que trae consigo todo el envilecimiento que se vio en el Imperio. Directamente de Roma proceden el pretorianismo latinoamericano y el capitalismo moderno. Es decir, otra YH]ORODWLQRHVWRUEDQGRHOSURJUHso. (R.A., IX: 231) La crítica de Vasconcelos hacia el latinisPRHVWiGRWDGDGHWRGDODSDVLyQ\IXHU]D TXHOHHUDQFDUDFWHUtVWLFDVDOH[SUHVDUVXV RSLQLRQHVHVDVtFRPRGLFH 'HMpPRQRV GH ODWLQLVPR KDJDPRV TXHQXHVWUD$PpULFDVHDKLVSiQLFD TXH VHD LEpULFD TXH VHD LQGLD TXH VHD XQLYHUVDO SHUR QR ODWLQD ¢4Xp idea podemos tomar de los latinos, VLODPLVPD5RPDSRUSREUH]DGH LGHDV WXYR TXH GHFODUDU ÀOyVRIR D 6pQHFD" ¢&yPR KHPRV GH HPSHxDUQRVHQLQYHQWDUSDUHQWHVFRVFRQ un pueblo cuyo genio literario es &LFHUyQ" ¢< SRU TXp VHJXLU DÀUmando que es muy dulce el seco Virgilio, si ya nadie lo recordaría, más que los estudiantes de literatura, a no haberle citado magnánimamente, el Dante? Por cualquier lado que lo latino se mire, se nos aparece el odioso rasJR IXQGDPHQWDO GH OD RUJDQL]DFLyQ MHUiUTXLFD HO DIiQ GH LPSODQWDU FDtegorías, pero no el noble afán de categorías de un Aristóteles de un Kant, que anhelan ordenar las coVDVSDUDSRGHUSHQVDUODV£3HQVDUHV algo que jamás preocupó al romano! El ordenamiento latino tiene por obMHWR OD DFFLyQ SDUD ÀQHV SUiFWLFRV /DDFFLyQGHOODWLQRHVÀUPHSHURQR sabe de trascendentalismos y de esplendores no es generosa como la del cristianismo, ni sublime como la del 5(3(5725,2$0(5,&$126HJXQGDQXHYDpSRFD1(GLFLyQ(VSHFLDO(QHUR'LFLHPEUH 83 *UDFH3UDGD2UWL] KpURH'HFLUODWLQRHVGHFLUOLPLWDGR GHÀQLGRD~QJUDQGHSHURVLQJUDQGH]D PRUDO R HVWpWLFD VLQ HVStULWX 5D]DDQWLPtVWLFDUD]DRGLRVD Donde el latino pone su norma fría, el ideal se corrompe o se ausenta. El cristianismo era la revolución PRGHUQDODRUJDQL]DFLyQHFRQyPLca equitativa en el trabajo y en la recompensa, pero lo tomó Roma y lo volvió liturgia, boato papal y orJDQL]DFLyQPXQGDQD(OGtDHQTXH &RQVWDQWLQRKL]RGHODFUX]XQOiEDro sangriento, el cristianismo dejó GHVHUUHOLJLyQ\VHYROYLySROtWLFD EDMyHOQLYHOVHSHWULÀFyHQUHJODV VHKL]RURPDQR El cristianismo es libertad para todos los hombres y latino es jerarquía, no libertad. A la caída del Imperio Romano, la libertad vuelve a aparecer amparándose en la anarTXtD GH OD EDUEDULH RUJDQL]iQGRVH en los municipios de Italia y de HoODQGD \ GH (VSDxD /D 5HIRUPD HV una protesta contra el romanismo propuesta más hermosa y radiante en Savonarola que en Lutero pero contraria siempre al formulismo latino. Lo que Italia tiene de genio se debe a que durante muchos siglos se KDQ PH]FODGR HQ VX VXHOR JORULRVR WRGDVODVUD]DV$VtVHH[SOLFDHOPLODJURGH'DQWH<HO5HQDFLPLHQWR es una protesta de Italia contra el espíritu románico imperial, que se ha YXHOWRJHUPiQLFR\XQDDOLDQ]DFRQ HODOPDGLYLQDGH*UHFLD 84 Francia, la clara Francia, cobra personalidad desde que vuelve a VHU *DOLD 6X LQWHOLJHQFLD OH YLHQH GH*UHFLD\VXDQVLDGHOLEHUWDGHV vernácula. La mayor protesta que se ha hecho contra Roma es la de su gran Revolución. De lo latino sólo ha recibido una gran calamidad: Napoleón. El capitalismo moderno WDPELpQ HV ODWLQR 6H KD GHVDUURllado al amparo del maquinismo LQJOpVSHURVXGRFWULQDHVODGHORV antiguos romanos. (R.A., IX: 231) Vasconcelos es enfático al decir que los romanos no se dedicarían como los griegos al enriquecimiento de las ideas, a las WDUHDV GH ÀORVRIDU 'HVWDFD TXH OD YHUGDGHUDHVHQFLD\UD]yQGHVHUGHOFULVWLDQLVPR QR HV HO GRJPD UHOLJLRVR SROLWL]DGR sino es una manera sublime y una forma de vida libertadora. Vasconcelos escribió “Reneguemos del latinismo”, en un momento histórico muy importante no sólo para Roma, sino para HOUHVWRGHOPXQGR'RVDxRVDQWHVGHTXH pOHVFULELHUDHVWDFUtWLFDWDQIXHUWHDFHUFD GH5RPDHOIDVFLVPRLWDOLDQRDODFDEH]D de Mussolini y los camisas negras iniciaban una de las etapas más nefastas de la historia de la Humanidad, que afectaría de manera dramática especialmente a los pueblos de Europa. El fascismo iniciado en 1922 en Italia con 0XVVROLQL VH H[SDQGLy UiSLGDPHQWH SRU WRGD(XURSDHQOOHJDDOSRGHU+LWOHU HQ$OHPDQLDHQODQDFLyQHVSDxROD UHFLELyHO]DUSD]RGHOIUDQTXLVPRDSR\DGR por las huestes de Mussolini. 5(3(5725,2$0(5,&$126HJXQGDQXHYDpSRFD1(GLFLyQ(VSHFLDO(QHUR'LFLHPEUH Repertorio AmericanoWULEXQDGHOSHQVDPLHQWRODWLQRDPHULFDQRODYR]GH-RVp9DVFRQFHORV Hitler sometería a Polonia, Checoslovaquia, sofocaría a Rusia, Francia e Inglaterra. Encendería toda Europa conduFLpQGROD D XQD GH ODV PiV GHYDVWDGRUDV FDWiVWURIHVGHOVLJOR;;OD6HJXQGD*XHUUD0XQGLDO9HLQWLWUpVDxRVGHVSXpVGHOD llegada de Mussolini al poder, Europa apenas podía salir del horror iniciado en Italia. Destrucción, hambre, muertes de millones de almas, holocausto, frío y desolación, son apenas algunas de las palabras con ODV TXH SRGHPRV FDOLÀFDU HO VLJQLÀFDGR GHO IDVFLVPR QD]LVPR \ IDODQJLVPR SDUD Europa de 1922 a 1945 y para los pueblos que sucumbieron ante las diversas formas GHHVWRVHMpUFLWRVSUHWRULDQRV Comprendemos entonces, toda la furia y coraje que transmite este latinoamericanista en sus palabras: Reneguemos del latinismo, que GHVSUHFLDHOWUDEDMR\VDFULÀFDODOLEHUWDGSDUDH[DOWDUDOVROGDGR\OD guerra. No somos latinos ni por la sangre ni por el espíritu. La misma Italia renegará su latinismo, así que se harte de atrocidades fascistas. Dividamos y nombremos nuestra FLYLOL]DFLyQ FRQIRUPH D OD YHUGDG GHO HVStULWX £+HUPDQGDG HVWUHFKD GHORVLEHURDPHULFDQRVFRQ(VSDxD y con Italia y con Francia, pero no porque seamos latinos, sino porque representamos un concepto emotivo de la vida, y queremos que la ley suprema llegue a ser la ley de EHOOH]D/DFLYLOL]DFLyQQyUGLFDFUHH HQ OD pWLFD QRVRWURV HQ OD HVWpWLFD 3DUDHOORVODUD]yQVXSUHPDHVHOGHEHUSDUDQRVRWURVODUD]yQVXSUHPD HVODEHOOH]D+DJDPRVTXHQXHVWUR FRQFHSWRGHEHOOH]DVHDPX\FODUR\ PX\DOWR<XQLGRVWRGRVORVKRPbres en fraternidad verdadera, proclamemos el triunfo de todo lo que Roma combatió o no supo entender. £(OWULXQIRGHODOLEHUWDG\HODPRU £/D GHUURWD GHO FDSLWDOLVPR \ GHO Imperio! (R.A., IX: 232) Lejos estaba Vasconcelos en 1924, cuando escribió su artículo, de conocer los horrores que depararía el fascismo a Europa, pero cuán claro tuvo en ese momento que VHH[DOWDED´DOVROGDGR\DODJXHUUDµ&RQ su inmensa sabiduría que sólo le es propia a los visionarios, Vasconcelos previó que la misma Italia se hartaría de las atrocidades del fascismo. Vasconcelos y su relación con el ejército Vasconcelos relacionaba la cuestión militar con dos ejes centrales: primero, lo vinculaba con la economía nacional, es decir, el país no debía, a su criterio, invertir tantos recursos económicos en la manutenFLyQGHXQHMpUFLWRWDQFRVWRVR6HJXQGR lo relacionaba con el problema educativo de la nación, es decir con el analfabetismo TXHLPSHUDEDHQHOHMpUFLWR\VXVVROGDGRV 3DUD9DVFRQFHORVHOHMpUFLWRGHEtDVRPHWHUVHDYDULDVWUDQVIRUPDFLRQHVHQSULPHra instancia: “depurar sus gastos y depurar y ennoblecer su personal”. Para cumplir con estas metas, los soldados en servicio activo debían: “pasar del estado de gueUUDDOHVWDGRGHSD]RORTXHHVORPLVPR SUHSDUiQGRORVSDUDODGHIHQVDDODYH]TXH sus energías se aprovechan en la tarea de reconstruir al país” (R.A., XIX: 85). 5(3(5725,2$0(5,&$126HJXQGDQXHYDpSRFD1(GLFLyQ(VSHFLDO(QHUR'LFLHPEUH 85 *UDFH3UDGD2UWL] Vasconcelos concebía la reconstrucción GHOSDtV\ODSDUWLFLSDFLyQGHOHMpUFLWRGH la siguiente manera: La tendencia fundamental de la democracia es hacer del soldado el equivalente del ciudadano, por lo mismo, no soy partidario de que se le limiten los derechos políticos, ni de que se les restrinja el voto en las elecciones. Al contrario, considero indispensable que se rompa ese espíritu de casta mediante la incorporaFLyQHQHO(MpUFLWRGHWRGRVDTXHOORV elementos que deseen prepararse de una manera accidental pero patrióWLFDHQHOFRQRFLPLHQWRGHODWpFQLFDGHODVDUPDV(O(MpUFLWRDFWXDO compuesto en su gran mayoría de revolucionarios que abandonaron la vida privada para ir a combatir por el sufragio, la no reelección, el resSHWR D OD YLGD KXPDQD HO (MpUFLWR que en gran parte conserva todavía este espíritu revolucionario, tiene TXHVHUQXHVWURPHMRUDX[LOLDUHQOD empresa de salvar tanto las escasas conquistas materiales de la Revolución como la ideología entera de la PLVPD 8Q HMpUFLWR GH HVWD QDWXUDOH]DQRSRGUiFRQYHUWLUVHHQLQVWUXmento de imposición ni de compaGUD]JRVSROtWLFRV [...] La mejor solución que se puede dar al problema del soldado en ORVWLHPSRVGHSD]HVDVLJQDUOHXQD tarea equivalente en heroísmo, a los VDFULÀFLRVTXHGHPDQGDODJXHUUD\ en este sentido nadie mejor que los MHIHV FDSDFHV ORV RÀFLRV DUURMDGRV y la tropa valerosa, ninguno mejor 86 que ellos para emprender esta lucha contra el medio, que es uno de nuestros mayores obstáculos. Con brigadas de soldados y de ingenieros emprenderemos la tarea de abrir EUHFKDHQODVVHOYDVGHOWUySLFRFRQ ingenieros y soldados construiremos los puentes en las quebradas GHO DOWLSODQR FRQ VROGDGRV VH SRdrán desarrollar cultivos tal como \D VH KD KHFKR HQ DOJXQDV ]RQDV SRUPHGLRGHORVFROHJLRVPLOLWDUHV con soldados podríamos acometer tantas otras empresas como están pendientes desde hace tanto tiempo en nuestro suelo. De esta suerWH XQ HMpUFLWR RFXSDGR VHUi OD PHjor garantía de la estabilidad de los JRELHUQRV \ DGTXLULUi WDPELpQ ODV mejores dotes de preparación para ODJXHUUD\DTXHpVWDVHYXHOYHPiV \ PiV SUHSDUDFLyQ WpFQLFD \ GRPLQLRGHODVIXHU]DVGHODQDWXUDOH]D 8Q HMpUFLWR DVt WUDQVIRUPDGR VHUtD DO PLVPR WLHPSR HO PHMRU DX[LOLDU de la tarea educacional en nuestra patria. (R. A., XIX: 85) Incorporar a los soldados a la ardua labor de reconstrucción nacional, recurriendo SDUD HOOR D OD DOIDEHWL]DFLyQ \ HGXFDFLyQ de este sector tan olvidado de la sociedad, se convirtió en un imperativo de la gestión vasconceliana: El intercambio de conocimienWRV HQWUH HO RÀFLDO TXH DGLHVWUD HO cuerpo en ejercicios marciales y el profesor que adiestra la mente para que sepa conducir el cuerpo ha sido siempre gran escuela de acción. La construcción de cuarteles-escuelas 5(3(5725,2$0(5,&$126HJXQGDQXHYDpSRFD1(GLFLyQ(VSHFLDO(QHUR'LFLHPEUH Repertorio AmericanoWULEXQDGHOSHQVDPLHQWRODWLQRDPHULFDQRODYR]GH-RVp9DVFRQFHORV permitirá el gradual establecimiento del servicio militar obligatorio D OD YH] TXH SURORQJDUtD OD DFFLyQ educativa del Estado hasta la geneUDFLyQDGXOWD/DPH]FODGHFODVHV\ GHSURIHVLRQHV\RÀFLRVHQXQHMpUFLWR GH HVWD QDWXUDOH]D FRQWULEXLUtD poderosamente a la unidad social y una sola generación de esta clase de soldados bastaría para abrir una era nueva en nuestra historia fatigada de violencias, deshonrada por la arbitrariedad. (R.A., XIX: 86) Vasconcelos promovió otra imagen del HMpUFLWR\VHSUHRFXSySRUTXHVXVPLHPEURVWXYLHVHQPD\RUHVRSRUWXQLGDGHVTXH tuvieran acceso a la educación y que pudiesen tener sus licencias o días de descanso. Lo que en apariencia parecieran ser derechos básicos de los militares, no VHFXPSOtDQHQODSUiFWLFD/DJUDQH[WHQVLyQGHODIURQWHUDHQWUH0p[LFR\(VWDdos Unidos hacía la vigilia difícil. Ante ORV FRQVWDQWHV SHOLJURV GH H[SDQVLyQ GH ORV QRUWHDPHULFDQRV ORV VROGDGRV PH[Lcanos no tenían muchas opciones para ser UHOHYDGRV9DVFRQFHORVORJUyKDFHUUHDOLGDGHOGHVFDQVRGHORVVROGDGRV\GLJQLÀcar ese trabajo: $VtODVFRVDVHO(MpUFLWRGHEHYHODU y dejando de ser instrumento de política interna, dedicarse, como ahora VH GHGLFD D VX PLVLyQ WpFQLFD \ D su propio mejoramiento. El soldado ya no es la dolorosa piltrafa de caxyQ TXH VH GHEDWtD HQ ODV WLQLHEODV GHXQRVFXURGRPLQLR<ORVMHIHV\ RÀFLDOHV \D QR VRQ ORV PDWRQHV GH DQWDxR /DV FRQGLFLRQHV HQ TXH VH desarrolla la vida de la milicia han mejorado de manera notable, espiULWXDO \ PDWHULDOPHQWH (O HMpUFLWR vive mejor y se instruye. Los cuarteles parecen inmensas escuelas poOLWpFQLFDV5$;,; (OVLJQLÀFDGRGHOWUDEDMRSDUD9DVFRQcelos Por considerar Vasconcelos el trabajo FRPRGHFDOLGDGKXPDQDUHTXHUtDSDUDpO urgente solución. El Artículo Nº 123 de la Constitución PoOtWLFDPH[LFDQDFRQWHPSODEDHOGHUHFKRDO trabajo y creaba la Ley Federal del Trabajo. Vasconcelos pretendía resolver el problema del trabajo tomando en cuenta las diferencias locales y así: “evitar los graves GDxRVTXHVHRULJLQDQGHOHJLVODFLRQHVDLVladas y parciales que fomentan la competencia desleal y destruyen la unidad económica del país” (R.A., XIX: 85). (QHVWHVHQWLGRpOFUHtDTXHHUDSHUHQWRrio decretar La Ley de Asociación Profesional que: incorpore a nuestra estructura social \MXUtGLFDHOWUDEDMRRUJDQL]DGROLbrando a los sindicatos y a las dePiVRUJDQL]DFLRQHVGHODVFRUUXSWHlas y abusos del liderismo político \ GH ORV SHOLJURV GH XQD RUJDQL]Dción contingente e irresponsable, y GiQGROHODHVWDELOLGDGTXHDÀUPH\ JDUDQWLFHVXIXHU]D5$;,; Cubrir al sector profesional desde la leJLWLPLGDG\HYLWDUORTXHpOSUHYHtDFRPR corrupción de los líderes fueron preocupaciones de Vasconcelos con respecto al 5(3(5725,2$0(5,&$126HJXQGDQXHYDpSRFD1(GLFLyQ(VSHFLDO(QHUR'LFLHPEUH 87 *UDFH3UDGD2UWL] derecho y ejercicio del trabajo. Dotar a los trabajadores de los diferentes sectores de OD VRFLHGDG PH[LFDQD GHO PDUFR MXUtGLFR TXHJDUDQWL]DUDHOGHUHFKRDOWUDEDMR\VX estabilidad, fue una constante en su proSXHVWDGH3URJUDPDGH*RELHUQR La corrupción que hoy vemos emerger en los círculos políticos y en el seno del proSLR JRELHUQR PH[LFDQR QR SDUHFH VHU XQ fenómeno nuevo: Precisa asimismo librar de esas coUUXSWHODV \ DEXVRV D ODV -XQWDV GH Conciliación y Arbitraje, haciendo que en su integración y en su funcionamiento no intervengan facWRUHV SROtWLFRV \ JDUDQWL]DQGR OD IXHU]DHMHFXWRUDGHVXVGHFLVLRQHVµ (R.A., XIX: 85) Dentro de las urgencias y soluciones al problema del trabajo, Vasconcelos visuaOL]yODQHFHVLGDGGHFUHDUBolsas de Trabajo, que organicen con criterio social la GLVWULEXFLyQGHOHVIXHU]RREUHURSUHYLHQGR \ HYLWDQGR FULVLV \ FRQÁLFWRV 5$ XIX: 85) Otra de las instituciones vinculadas con el trabajo, a la que Vasconcelos no le dio WUDWRHVSHFtÀFRSHURTXHGHMDHQWUHYHUVX UHOHYDQFLDHVHOVHJXURVRFLDOPH[LFDQR\ ORSHUÀODGHODVLJXLHQWHPDQHUD RUJDQL]DU OD SUHYHQFLyQ \ OD SUHYLVLyQ VRFLDOHV D ÀQ GH GDU D WRGRV los hombres que trabajan seguridad económica para ellos y los suyos, creando una institución nacional de seguro que cubra en lo posible to- 88 dos los riesgos físicos o económicos que agotan la capacidad adquisitiva GHO WUDEDMDGRU R OD YXHOYHQ LQVXÀciente para cubrir sus necesidades vitales. (R. A., XIX: 85) /DLPSRUWDQFLDGHODRUJDQL]DFLyQÀVFDO para Vasconcelos 3DUD UHVROYHU ORV SUREOHPDV ÀVFDOHV GH 0p[LFR 9DVFRQFHORV SURSRQtD DO PHQRV cinco formas concretas para controlar la HYDVLyQÀVFDOHQWUHHOODVEXVFDUORVPHFDnismos para que cada uno tribute de acuerGR FRQ VXV LQJUHVRV 'HEtDQ JDUDQWL]DUVH la efectividad en el cobro de los siguientes impuestos: sobre la tierra, sobre la producción, sobre la circulación y sobre la renta. Tanto los municipios como los Estados )HGHUDOHVGHEtDQFXLGDUODHÀFLHQFLDHQHO FREURHIHFWLYRGHpVWRV\YHODUSRUVXDGHcuada distribución. 6HJ~QVXFULWHULRXQDFRVDHUDODUHFDXGDFLyQÀVFDO\RWUDPX\GLIHUHQWHODfunción social del impuestoGHODHÀFD]UHFDXGDción iban a depender las eventuales reforPDVVRFLDOHVTXHVHUHDOL]DUtDQ /DUHFDXGDFLyQÀVFDOGHORVWULEXWRVGHEtD “ser distribuida con equidad para librar de HOOD D ORV PiV GpELOHV HFRQyPLFDPHQWHµ De estos postulados podríamos concluir aquella tan trillada frase que casi nunca llega a ser práctica política “que los ricos paguen como ricos y los pobres como pobres”. Esta hermosa frase, además de ser LGHDOLVWDHVSURIXVDPHQWHXWLOL]DGDSRUORV políticos, para sus discursos, pero no pasa de ser solamente retórica. 5(3(5725,2$0(5,&$126HJXQGDQXHYDpSRFD1(GLFLyQ(VSHFLDO(QHUR'LFLHPEUH Repertorio AmericanoWULEXQDGHOSHQVDPLHQWRODWLQRDPHULFDQRODYR]GH-RVp9DVFRQFHORV Vasconcelos ante la deuda externa Vasconcelos consideraba importante resWDEOHFHUHO´FUpGLWRLQWHUQDFLRQDOSDUDRUJDQL]DU OD YLGD HFRQyPLFD HQ HO LQWHULRU GHO SDtVµ 3DUD WHQHU DFFHVR D FUpGLWRV se debía negociar con los acreedores las IRUPDV GH SDJR VLQ HPEDUJR \ HVWR HV lo más encomiable de su propuesta, no se GHEtDQVDFULÀFDUVHORVSURJUDPDVVRFLDOHV ni aceptar tratos que de alguna forma comSURPHWLHUDQHOIXWXURGHOSDtVDTXtSRQH GHPDQLÀHVWRVXDOWRVHQWLGRQDFLRQDOLVWD /DDGTXLVLFLyQGHQXHYRVHPSUpVWLWRVGHbía manejarse, a juicio de Vasconcelos, FRQKRQHVWLGDG\GHGLFDUVHDÀQHVUHSURductivos. Vasconcelos y la legislación 9DVFRQFHORVUHDOL]yJUDQGHVHVIXHU]RVSRU UHRUJDQL]DUODVOH\HVJDUDQWL]DUVXHIHFWLva y justa ejecución y hacer los trámites OHJDOHVH[SHGLWRV Vasconcelos ha superado a los grandes reformadores de su patria, ORV-XiUH]ORV2FDPSRORV/HUGR maestros de ciencia jurídica. Se ha GHPRFUDWL]DGR OD -XVWLFLD -XHFHV y Magistrados son de elección popular. La ley de Amparo rige, más salvadora que nunca. El jurado, orJXOORGHOD'HPRFUDFLDHVHO~QLFR que absuelve o condena. La pena de muerte ya no es sino un remordimiento del pasado. La justicia, rápida y gratuita, no es monopolio de leguleyos, tinterillos y rábulas. 5$;,; &RQ OD DFWXDOL]DFLyQ GH ODV OH\HV \ FyGLJRVREVROHWRVpOSURPXOJyODLGHDGHWHQHUPHQRVOH\HVSHURTXHpVWDVIXHUDQPiV efectivas y justamente ejecutadas. Labor política de Vasconcelos &DOLÀFDQGRODVLWXDFLyQGH$PpULFD/DWLQD \GH0p[LFRHQSDUWLFXODU&pVDU($UUR\RUHÀULpQGRVHD9DVFRQFHORVQRVGLFH /D$PpULFDHVSDxRODSXHVWDHQSLH OH DFODPy 0p[LFR HQ XQ PRPHQWR GH UHÁH[LyQ VHUHQD GH UHDFFLyQ VDOXGDEOHOHVXELyDVXVROLRPi[Lmo. Desde entonces, ya no se derrama sangre en esta tierra.Uno de sus postulados es el de que se debe DMXVWDUODFRQGXFWDDODVLGHDV\DVt el jefe del Ejecutivo hace observar las leyes, que no son sino las ideas hechas precepto. Sobre todo, la suSUHPDODGH*DUDQWtDV,QGLYLGXDOHV del respeto a la vida, de la libertad HQWRGRVORVyUGHQHVGHODOLEHUWDG sin la cual no vale ninguna conquista social. (R.A., XIX: 195) Vasconcelos y la administración de los recursos económicos y naturales de México /D FRUUXSFLyQ HO IDYRULWLVPR \ HO ´WUiÀFRGHLQÁXHQFLDVµFRPRVHOHOODPDKR\ GtDDOSDWULQD]JRHQ$PpULFD/DWLQDIXHron algunas de las lacras sociales a las que Vasconcelos les declaró la guerra. Durante su gestión estimuló el trabajo de los hombres honrados. Por honrado entendía: no VyOR DO SURER VLQR WDPELpQ DO ODERULRVR pues no trabajar es defraudar la vida misma cuyo tesoro mayor es el tiempo, cada 5(3(5725,2$0(5,&$126HJXQGDQXHYDpSRFD1(GLFLyQ(VSHFLDO(QHUR'LFLHPEUH 89 *UDFH3UDGD2UWL] uno de cuyos instantes debe ser, por lo menos, usados. (R.A., XIX: 195) Sobre la defensa de los recursos naturales y del subsuelo, Vasconcelos advertía: ODVPLQDVTXpSDSHOWDQLPSRUWDQWH KDQGHVHPSHxDGRHQOD+LVWRULDGH 0p[LFRKDQDOFDQ]DGRXQGHVDUURllo formidable, gracias a las aplicaFLRQHVGHODWpFQLFD\DOHPSOHRGH FDSLWDOHV/RVEHQHÀFLRVHQVXPDyor parte, quedan en el país. El Estado, en cumplimiento del Artículo 27 constitucional, ha reivindicado para Vt OD SURSLHGDG GHO VXEVXHOR SHUR respetando los legítimos derechos adquiridos. Así como la tierra es del pueblo, las minas son del Estado. 0iVQRKDKDELGRFRQÀVFDFLRQHVQL DWURSHOORV%DMRHVWHUpJLPHQMXVWLFLHUR\VDELR0p[LFRKDUHFREUDGR su puesto de segundo productor de petróleo y de primer productor de plata en el mundo. (R.A., XIX, Nº 13: 195) Vasconcelos y el nacionalismo en América Latina 8QR GH ORV PiV VLJQLÀFDWLYRV DSRUWHV GH Vasconcelos al pensamiento latinoamericano lo constituyen sus escritos y discursos sobre la nacionalidad latinoamericana y el nacionalismo. (QVXLQWHQWRSRUGHÀQLUHOQDFLRQDOLVPR Vasconcelos trató de responder a dos preguntas ontológicas: - 90 ¢4XLpQHVVRPRV" ¢4XpVRPRV" Una tercera pregunta, a criterio de esta investigadora, cabría sobre este tema: ¿Cómo se consolidó la nacionalidad latiQRDPHULFDQD\GHTXpVHWUDWDHOQDFLRQDlismo latinoamericano? No siendo sinónimos nacionalidad y nacionalismo, es pertinente establecer la diferencia entre ambos conceptos, siempre DSHJDGRVDODGHÀQLFLyQTXHGHHOORVKDFH HVWHSHQVDGRUPH[LFDQR Intentar responder satisfactoriamente a las dos preguntas supra mencionadas es en realidad una tarea muy comprometedora, inclusive para una mente como la de Vasconcelos. ([WUHPDGDPHQWH GLItFLO SRU WUDWDUVHGHXQDUD]DKHFKDGHFRQWUDVWHV y de países que son inmensamente ricos en recursos naturales, pero sumamente escasos de bienes disSRQLEOHV 6LWXDFLyQ WDPELpQ FRQtradictoria desde el punto de vista espiritual porque poseemos veneros LQH[KDXVWRV GH FXOWXUD KHUHGDGD \ una generosa universalidad de conFLHQFLD SHUR DO PLVPR WLHPSR SDdecemos de una general ignorancia y de una completa ausencia de planes constructivos. (R.A., XII: 129) Acerca del nacionalismo, Vasconcelos proclama: Un nuevo concepto de la nacionaliGDG LGHQWLÀFiQGROH FRQ HO LGLRPD 3DUD pO OD SDWULD HV OD OHQJXD \ HO patriotismo, la adhesión a una manera peculiar de cultura. La defensa del suelo“había escrito” requiere 5(3(5725,2$0(5,&$126HJXQGDQXHYDpSRFD1(GLFLyQ(VSHFLDO(QHUR'LFLHPEUH Repertorio AmericanoWULEXQDGHOSHQVDPLHQWRODWLQRDPHULFDQRODYR]GH-RVp9DVFRQFHORV VyOR XQ HVIXHU]R DFFLGHQWDO RSRUWXQR\KHURLFRSHURODGHIHQVDGHO lenguaje supone toda una vida de consagración a los mayores intereVHVGHODFLYLOL]DFLyQ+DJDPRVGHO idioma la más alta insignia de los valores patrióticos y la unión continental se habrá consumado sola. (R.A., XII: 129) Vasconcelos y la educación en México - 9DVFRQFHORV IXH SULPHU 5HFWRU GH OD 8QLYHUVLGDG 1DFLRQDO GH 0p[LFR \ PiV tarde como Ministro de Educación, reformador radical de la instrucción y educaFLyQGHOSXHEORPH[LFDQR Sin ser pedagogo de profesión, Vasconcelos tuvo la visión y la sabiduría de fomentar la designación de los recursos económicos, el tiempo y la energía para la educación de los y las ciudadanas, consideró necesario invertir en la formación de los hombres y mujeres que trabajaban en la consolidación de la nación. En una verdadera catedral de la cultura se convirtió VXJHVWLyQVHJ~QQRVUHODWD&pVDU$UUR\R en las páginas de Repertorio Americano: (OPHMRUHGLÀFLRGHFDGDEDUULRHV una escuela modelo con todos los VHUYLFLRVHOPi[LPRGHFRQIRUW\VX ELEOLRWHFD S~EOLFD DQH[D (Q WRGDV las poblaciones del país, grandes y chicas, la mejor casa es la escuela, el templo de los modernos. El Presidente ha querido que la escuela sea hogar y teatro, aula y taller, centro VRFLDO \ VDOD GH OHFWXUD 5HDOL]D OD escuela total, sapiente y artística, con cimientos de voluntad y venta- QDVFRPRGHFDQFLyQ+DHQVHxDGR DOHHUDPLOORQHVGHPH[LFDQRV<D no hay analfabetos. Ha enviado vagones de libros a todas las comarcas. Donde no llega el tren, va el camión. Donde no llega el camión, va la mula. Donde no llega la mula, YDHODYLyQFRQVXFDUJDGHOX]+D UHRUJDQL]DGR HO HMpUFLWR GH 0DHVWURV0LVLRQHURVLGHDGRSRUpOSDUD la magna obra de la DesanalfabeWL]DFLyQGHOSDtV6HFDOFXODTXHOD labor de estos maestros honorarios, que no reciben del Estado más que instrucciones y material, ha producido una disminución anual de cien PLO DQDOIDEHWRV &DGD DxR HQ SULPDYHUDVHFHOHEUDODÀHVWDGHO$OIDEHWRFRQFDQWRV\GDQ]DV\HOGHVÀOHHQFDGDSREODGRGHPLOODUHVGH KRPEUHV PXMHUHV \ QLxRV TXH KDQ aprendido a leer fuera de las escueODVFRPXQHVJUDFLDVDODOHJLyQpVWD sí de honor, de hombres abnegados que recorren los ámbitos del país, HQVHxDQGRDOHHU\DHVFULELUHQHVSDxRO\SUHGLFDQGRODEXHQDQXHYD de estar ya despejados y libres los caminos que conducen a todo ideal humano. (R.A., XIX: 194) El espacio físico y el ambiente de las escuelas que concibió Vasconcelos, nos pone en evidencia la importancia de la HGXFDFLyQSDUDpO\HOFRQFHSWRGHHVFXHOD que manejaba en el momento de crear y GLIXQGLUHVFXHODVSRUWRGR0p[LFR En lo material, las escuelas vasconcelianas de tipo medio tienen por centro una biblioteca con gran sala GHOHFWXUDV\HQVXFDVRGHÀHVWDV 5(3(5725,2$0(5,&$126HJXQGDQXHYDpSRFD1(GLFLyQ(VSHFLDO(QHUR'LFLHPEUH 91 *UDFH3UDGD2UWL] y departamento especial para biblioteca infantil, todo luminoso y OR]DQDPHQWH GHFRUDGR SRU DUWLVWDV vernáculos. A un lado de la biblioteca se despliega un ala de salones GHVWLQDGRVDODVFODVHVGHQLxDVGHO lado opuesto, en la otra ala, se levantan las clases destinadas a los QLxRVFDGDVHFFLyQFRQVXVSDWLRV y lugares de juego independientes. +DFLD HO IRQGR VH DEUH XQD H[SODQDGD FHxLGD HQ FRQWRUQR SRU ODV graderías de un estadio. Por los costados se levantan pabellones para gimnasios y, en el centro, se abre la pulcritud fresca de una piscina de natación. Este departamento es coP~QDODVGRVDODV/RVGRVVH[RVVH juntan en la biblioteca, para el estuGLR\HQHOHVWDGLRSDUDHODUWH\HO GHSRUWH(VWH\RWURVHGLÀFLRVWRGRV construidos en el adorable estilo colonial, constituyen por centenares, TXL]i SRU PLOODUHV ORV WHVWLPRQLRV fehacientes del más vasto plan educativo que ha contemplado el mundo en la edad contemporánea. (VWDPDJQDREUDHGXFDWUL]ODKDOOHYDGRDJORULRVRWpUPLQRXQKRPEUH que no es ni ha sido nunca pedagogo profesional, y que más bien se sonríe un poco de la ciencia de PesWDOR]]L\)URHEHO5$;,; Vasconcelos se preocupó por que todos ORV FLXGDGDQRV PH[LFDQRV WXYLHVHQ DFFHso a las bibliotecas y los libros con relaWLYDIDFLOLGDGFRQODÀUPHFRQYLFFLyQGH TXHHOTXHSRVHHHOFRQRFLPLHQWRHVFDSD] de transformar la realidad: “este hombre prodigioso ha hecho el don de un univer- 92 so ideológico al alma hispánica.” (R.A., XIX: 194). (Q 0p[LFR VRFLHGDG DOWDPHQWH MHUDUTXL]DGDVHHGXFDEDSRUVHSDUDGRDORVLQGLRV \DORVHVSDxROHV9DVFRQFHORVVHGLRDOD tarea de terminar con esta práctica separaWLVWDFUH\HQGRÀUPHPHQWHTXHSDUDJREHUnar hay que educar. Siguiendo el pensamiento de Sarmiento, planteó un modelo de escuela que abarcaría todos los ámbitos de la vida: Se mejoran y perfeccionan los esStULWXV \ ORV FXHUSRV (O DxR OOHJD a los umbrales de las ciencias y de ODVEHOODVDUWHV\DOPLVPRWLHPSR aprende a cultivar la tierra y a ejercitar alguna noble artesanía. Se le ha HQVHxDGRDUHVSHWDU\DPDUHOWUDEDjo de las manos, que, en el futuro, le hará vivir. Por el abigarramiento y HOQ~PHURGHJHQWHV\GHDUWHVFDGD escuela parece una feria, una feria de productores. (R.A., XIX: 194) Su preocupación por la educación sobreSDVyODXUJHQFLDGHDOIDEHWL]DFLyQ(QVX JHVWLyQSROtWLFDVHFUHDURQP~OWLSOHVFHQWURVHGXFDWLYRVHVSHFLDOL]DGRVVHRWRUJDron becas para estudiantes, se promovió el LQWHUFDPELR DFDGpPLFR HQWUH SURIHVRUHV HVSDxROHV\PH[LFDQRVVHFUHDURQ\HQULquecieron las bibliotecas con amplias colecciones de los clásicos y de los autores hispanoamericanos. En el ejercicio de sus funciones se preocupó por “hacer llegar el OLEURH[FHOVRDODVPDQRVPiVKXPLOGHV lograr de esta manera la regeneración espiritual, que debe proceder a toda suerte de regeneración.” (R.A., XIX: 194) 5(3(5725,2$0(5,&$126HJXQGDQXHYDpSRFD1(GLFLyQ(VSHFLDO(QHUR'LFLHPEUH Repertorio AmericanoWULEXQDGHOSHQVDPLHQWRODWLQRDPHULFDQRODYR]GH-RVp9DVFRQFHORV Su incesante preocupación y dedicación a ODHGXFDFLyQGHOSXHEORPH[LFDQRIXHXQD FRQVWDQWH HQ VX TXHKDFHU &DOLÀFDQGR OD VLWXDFLyQJHQHUDOGH0p[LFRFRPRGHVDVtre nacional, apuntaba con especial atención hacia el sector educativo y consideUDEDTXHHO´GHVDVWUHQDFLRQDOVHH[WHQGtD a todos los ámbitos sociales”, pero donde pOORYLVOXPEUDFRPRGHJUDQGHVPDJQLWXGHVHVFXDQGRVHUHÀHUHDODHGXFDFLyQGHO país. Considerando Vasconcelos la educación del pueblo como el bastión sobre el cual debía apoyarse cualquier gobernante, le causaba enorme preocupación la situaFLyQGHODHGXFDFLyQGHODVRFLHGDGPH[Lcana de entonces. /RVSUREOHPDVTXHDPHULWDEDQUDSLGH]HQ su resolución iban desde encontrar el personal honesto y que adquiriera compromiso con la educación, hasta la consecución de recursos económicos para resolver parcialmente el problema: Por ahora el desastre es el más profundo que imaginarse pudiera y no KD\H[DJHUDFLyQDOGHFLUTXHVRPRV el pueblo más atrasado del Nuevo Mundo en materia de atención educativa. Tanto se ha destruido que la UHRUJDQL]DFLyQ WHQGUi TXH VHU OHQWD \ GHSHQGHUi WDPELpQ GH ODV SRsibilidades pecuniarias del nuevo JRELHUQRSHURDÀQGHTXHVHYHD KDVWDTXpSXQWRHVXUJHQWHFRQVWLtuir el gobierno renovado desde las UDtFHVEDVWDUiFRQUHÁH[LRQDUTXH el 80 por ciento de la población en los Estados Unidos, el país con HO FXDO IRU]RVDPHQWH WHQHPRV TXH competir de una manera cultural, el 80 por ciento de la población americana obtiene, no sólo primaULD VLQR WDPELpQ VHFXQGDULD \ WpFnica, en tanto que nosotros apenas si logramos dar educación primaria DOSRUFLHQWRRTXL]iVHOSRU ciento de nuestra población. Ante HVWD DWHUURUL]DGRUD GHVLJXDOGDG QR queda sino convencerse de la urgencia en que estamos de cambiar radicalmente de gobierno en cuanWRDVLVWHPD\HQFXDQWRDJHQWHV de lo contrario la esclavitud en que IDWDOPHQWH FDHQ ODV UD]DV LJQRUDQWHV VHUi OD ~QLFD KHUHQFLD TXH SRdrán recoger nuestros hijos. (R.A., XIX: 194) Vasconcelos, uno de los grandes visionaULRV GH$PpULFD FUHtD ÀUPHPHQWH HQ OD necesidad de la unidad de los pueblos de /DWLQRDPpULFD \ FRQFHEtD OD HGXFDFLyQ como la mejor opción para mejorarlos. 6X IDPRVD IUDVH ´SRU PL UD]D KDEODUi HO espíritu”, recoge la esencia misma de los SXHEORV ODWLQRDPHULFDQRV \ HQWUDxD HQ ella toda la sabiduría del pensador y reIRUPDGRUGH0p[LFR&HQWUyVXVHVSHUDQ]DVHQODVUHIRUPDVVRFLDOHV\GHPDQHUD especial en las reformas que debían operarse en la educación. (VDVtFRPRpOEULQGDJUDQDSR\RDODODERU GHORVHGXFDGRUHV\GLJQLÀFDVXODERUDOLQVtituir durante su gestión el Día del Maestro. De un discurso pronunciado por Vasconcelos en 1924, con motivo de esta celebración y en su calidad de Ministro de Instrucción, dice: No hay más que dos clases de hombres: los que construyen y los que 5(3(5725,2$0(5,&$126HJXQGDQXHYDpSRFD1(GLFLyQ(VSHFLDO(QHUR'LFLHPEUH 93 *UDFH3UDGD2UWL] destruyen... Los que no hacen ni deshacen son sólo ineptos... No basta producir y ahorrar si todo ha de estar a merced de la injusticia, de la ambición y el error. (OEXHQPDHVWURDXQTXHFDUH]FDGH fe, ha de inspirarse en una especie GHVHQWLGRGHOLPSLH]DTXHFRQGHQH la mentira y repudie la maldad. Llamemos servicio a todo rendimiento destinado a los otros, y reFRQR]FDPRV TXH VLUYH DTXHO TXH produce un poco más de lo que consume y el que da un poco más de lo que recibe. No sirve el que nada produce ni sirve tampoco el que acapara. (R.A., X: 337-388) Voces de apoyo a José Vasconcelos en Repertorio Americano 5HÀULpQGRVH D 9DVFRQFHORV HO SHULRGLVWD Luis Araquistaín rescata el valor de este WLSRGHDPHULFDQRQRVGLFHTXHHVWHPH[Lcano pertenece a un linaje especial de hombres: Vasconcelos, es un estadista, escritor y nuestro, pero fundamentalmente un hombre, es decir: una SHUVRQDTXHDQWHSRQHDWRGRLQWHUpV o convencionalismo el culto de la dignidad humana. No es hombre de SURWRFRORGHPHUDH[WHUQDOLGDGULtualista, no ya ahora que no desemSHxDQLQJXQDIXQFLyQGHJRELHUQR aunque su palabra hablada y escrita VHD HQ WRGD OD $PpULFD KLVSiQLFD XQDGHODVTXHPiVDXWRULGDGJR]DQ 94 VLQRWDPELpQFXDQGRHUDPLQLVWURGH ,QVWUXFFLyQ3~EOLFDHQVXSDtV\FRORFDEDODUD]yQGHODOLEHUWDG\ODGHmocracia por encima de esa hipócriWDUD]yQGHOVLOHQFLR\ODWROHUDQFLD que suele regir las relaciones entre (VWDGRVD~QHQWUHORVSROtWLFDPHQWH más dispares y antagónicos, como ORDFUHGLWDQVXVS~EOLFDVLQYHFWLYDV contra varios gobiernos despóticos GH$PpULFD5$; Su sentimiento nacionalista queda en evidencia en estas palabras: Vasconcelos propugna una política de libertades institucionales, que salvaguarden al hombre, y de cultura integral, como medio de perfecFLRQDUOH SRU OD HQVHxDQ]D (O WHPD UDGLFDO GH VX DFFLyQ S~EOLFD QR HV tanto el engrandecimiento cuantitativo de la nacionalidad como el mejoramiento cualitativo del individuo, sin perjuicio de mantener XQDPLUDGDDOHUWDXQFRUD]yQDSDVLRQDGR\XQEUD]RGLVSXHVWRIUHQWH a la actitud de presa de las águilas del Norte, y en general, de una gran parte de ese turbio y nada escrupuORVR FDSLWDOLVPR H[WUDQMHUR TXH KD KHFKRGHORVSR]RVGHSHWUyOHRPHjicanos pista sangrienta de sus codiFLDV\FRQVWDQWHDPHQD]DSDUDODLQtegridad e independencia de un país infortunado a causa de sus grandes ULTXH]DVQDWXUDOHV5$1 Tanto en sus discursos como en sus escritos Vasconcelos difundió por todo el conWLQHQWHVXVLGHDV´ODOX]GHVXLQWHOLJHQFLD apasionada” (R.A., X: 339). 5(3(5725,2$0(5,&$126HJXQGDQXHYDpSRFD1(GLFLyQ(VSHFLDO(QHUR'LFLHPEUH Repertorio AmericanoWULEXQDGHOSHQVDPLHQWRODWLQRDPHULFDQRODYR]GH-RVp9DVFRQFHORV En relación con su obra como reformador GHODHQVHxDQ]D Más que sus libros, son sus discursos, algunos de los cuales han estrePHFLGRGHSDVLyQLGHDODWRGD$PpULFDVXVPDQLÀHVWRVDORVHVWXGLDQWHV hispanoamericanos, siempre ávidos GHVXFiOLGDSDODEUDVXVDUWtFXORVHQ La Antorcha, hasta hace poco su revista desde donde difundía por todo HO FRQWLQHQWH OD OX] GH VX LQWHOLJHQcia apasionada: sus conferencias, sus actitudes de civilidad, su obra como UHIRUPDGRU GH OD HQVHxDQ]D OR TXH PHMRUGHÀQHDHVWHJUDQFDUiFWHUPHMLFDQR1RHVVyORXQKRPEUHRÀFLDO ni lo que se entiende por un hombre de mundo, que viene de Europa, como tantos otros, a cortesanear en algunas capitales y a bulevardear en París, sino un hombre de calle y de escuela, de acción y de pensamiento, de vida y de cultura, de emociones y de ideas, de luchas y de libros: un hombre en quien se integran los más QREOHV \ HÀFDFHV YDORUHV KXPDQRV un hombre ejemplar, un hombre que QRKDEODGHOD]XOGHVXVDQJUHVLQR GH VXV HVSHUDQ]DV HVSLULWXDOHV XQ KRPEUHHQÀQFRQTXLHQHVSRVLEOH entenderse. Luis Araquistaín (R.A., X: 339) Eugenio D’ Ors toma las palabras de Vasconcelos cuando decía: “[...] que la huella del hombre en un país puede medirse de GRVPDQHUDVRSRUHOEXOWRGHORTXHDTXpO KDGHMDGRRSRUHOKXHFRGHORTXHVLQpOVH KDSHUGLGRµ6HUHIHUtDpOFRQVXVSURSLDV palabras hacia Vasconcelos como: £$QGDQDYHJDSRUODVUXWDVGH(Xropa y de la incertidumbre, creador HQ$PpULFDWDQVHJXURD\HU3HUR que esta incertidumbre sobre el futuro no manche, en tu propia conciencia, el precio de tu pasado. No te quejes de nada, no te arrepientas de nada, no reniegues de nada. En verdad te digo, Vasconcelos, que W~ KXELVWH PHMRU SDUWH < TXH HVWH SREUH JDVSDFKR TXH KR\ DOLxDPRV juntos en nuestra mesa de jornaleros no fuera tan sabroso de no tener, SDUD VD]RQDUOR FRQ ODV VDOHV GH OD DPLVWDG\ORVDFHLWHVGHODÀORVRItD DTXHOODV HVHQFLDV FX\D DFLGH] KDV conocido los vinagres de la ingratitud. Eugenio D’ Ors. (R.A., X: 338) Vasconcelos sobrepasó fronteras, decidido luchador contra las tiranías y cualquier tipo de opresión de su pueblo y de los pueEORVGHOD$PpULFD+LVSDQD Este apóstol de la dignidad humana en todas sus formas ha sido enemigo en su patria, desde la oposición, GHORVWLUDQRVGH0p[LFR\KDVLGR desde el gobierno enemigo de los SRGHURVRV DUELWUDULRV TXH D~Q GHVKRQUDQDDOJXQRVSXHEORVGH$PpULca. (R.A., X: 337) >@VHWUDWDGHXQYDORUDXWpQWLFR VXEVWDQWLFR HVFULWRU SHQVDGRU Àlósofo, reformador social, apóstol, hombres de bien, de energía y veUDFLGDGXQDÀJXUDGHODUHYROXFLyQ VRFLDOPH[LFDQD5$; 5(3(5725,2$0(5,&$126HJXQGDQXHYDpSRFD1(GLFLyQ(VSHFLDO(QHUR'LFLHPEUH 95 *UDFH3UDGD2UWL] Bibliografía Repertorio Americano: 'HYpV9DOGpV(GXDUGR´El pensamiento latinoamericano, entre 1915-1930”. Cuadernos Americanos1XHYDeSRFDDxRYRO 55, enero-febrero. 0RQWDQDUR0H]D2VFDU´8QDQiOLVLVUHWyULFR GH /D UD]D FyVPLFD GH 9DVFRQFHORVµ Revista de Filología y Lingüística, XII, 1, enero- junio. Robles, Martha. (1986) Entre el poder y las letras. 0p[LFR)RQGRGH&XOWXUD(FRQyPLFD 9DVFRQFHORV-RVp Bolivarismo y Monroísmo. Temas iberoamericanos. Santiago: EdiWRULDO(UFLOOD\%LEOLRWHFD$PpULFD _______________ (1956) Breve Historia de México.0p[LFR(GLWRULDO&RQWLQHQWDO _______________ (1959) Cartas políticas de José Vasconcelos. Editorial Librera. _______________ (1950) Discurso de Vasconcelos (1920- 1950)0p[LFR(GLFLRQHV%RWDV _______________ (1938) Estudios Indostánicos. 0p[LFR(GLFLRQHV%RWDV _______________ (1937) Historia del pensamiento ÀORVyÀFR 0p[LFR (GLFLRQHV 8QLYHUVLGDG GH0p[LFR _______________ (1967) La raza cósmica. MaGULG(GLFLRQHV-XDQ1%UDYR _______________ (s.f.) Obras Completas.0p[LFR /LEUHURV0H[LFDQRV8QLGRV _______________ (1937) ¿Qué es la revolución? 0p[LFR(GLFLRQHV%RWDV _______________ (1969) Ulises Criollo. 0p[LFR (GLWRULDO-XV 7RPRQ~PHURDxR 96 III, 9, 1921. VI, 4, 1923. VIII, 20, 1924. IX, 15, 17, 24, 1924. X, 22, 1925. XI, 15, 1925. XIX, 5, 6, 13, 17, 24, 1929. XX, 2, 3, 1930. XXII, 15, 1931. XXIV, 2, 12, 22, 1932. XXV, 22, 1932. XXIX, 1934. XXX, 7, 1935. 5(3(5725,2$0(5,&$126HJXQGDQXHYDpSRFD1(GLFLyQ(VSHFLDO(QHUR'LFLHPEUH