Extractos de los informes de los mecanismos temáticos de

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EXTRACTOS DE LOS INFORMES DE LOS MECANISMOS TEMATICOS DE LA COMISION DE DERECHOS HUMANOS DE
NACIONES UNIDAS REFERENTES A PERSONAS RELACIONADAS CON LA ADMINISTRACION DE JUSTICIA –
COLOMBIA- 2001
EXTRACTOS DE LOS INFORMES DE LOS MECANISMOS TEMATICOS
DE LA COMISION DE DERECHOS HUMANOS DE LAS NACIONES UNIDAS*
EXTRACTOS REFERENTES A PERSONAS RELACIONADAS CON LA
ADMINISTRACIÓN DE JUSTICIA
COLOMBIA
2001
Indice
Informe de la Relatora Especial sobre las ejecuciones extrajudiciales, sumarias o arbitrarias
E/CN.4/2002/74…….…………………………….…………..…………..…………………………………....1
Adición al informe de la Relatora Especial sobre las ejecuciones extrajudiciales, sumarias o arbitrarias
E/CN.4/2002/74/Add.2……………………...…………...……………………………………..……………....2
Adición al informe de la Representante Especial sobre la cuestión de los defensores de los derechos
humanos E/CN.4/2002/106/Add. 2…...……………………………………..…………………………………3
Adición al informe de la Relatora Especial sobre la violencia contra la mujer sus causas
y sus consecuencias E/CN.4/2002/83/Add.3……………………………………………………………..…...10
Informe del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos sobre la situación
de los Derechos humanos en Colombia E/CN.4/2002/17 ………………………………………………….…11
EXTRACTOS DEL DOCUMENTO E/CN.4/2002/74
9 de enero de 2002
Informe de la Relatora Especial sobre ejecuciones extrajudiciales, sumarias o arbitrarias
Numeral 60
60.
La Relatora Especial intercedió en favor de seis personas que trabajaban en la administración de
justicia o en funciones relacionadas con ésta. Se enviaron llamamientos urgentes a los siguientes países:
Brasil, Colombia, Croacia, Ecuador, Guatemala y Perú. En este contexto, la Relatora Especial transmitió
también denuncias de violaciones al Gobierno de Colombia.
*
Este documento ha sido preparado por la Unidad Legal Regional del ACNUR, San José de Costa Rica, 16 de
septiembre de 2003.
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EXTRACTOS DEL DOCUMENTO E/CN.4/2002/74/Add.2
8 de Mayo de 2002
Informe de la Relatora Especial sobre ejecuciones extrajudiciales, sumarias o arbitrarias
Addendum*
Numerales 141, 150, 161 y 162
Colombia
Comunicaciones enviadas
[…] 141.
El 10 de septiembre de 2001, la Relatora Especial trasmitió una alegación en relación a la
fiscal Yolanda Paternina, quien fue asesinada el miércoles 29 de agosto del presente año. Según las
informaciones recibidas la doctora Paternina habría sido objeto de amenazas de muerte desde que
empezara a investigar la masacre de 27 personas, perpetrada el 17 de enero de 2001 en Chenge (Sucre),
atribuida a un grupo paramilitar. Tambien se ha señalado que se acusa a oficiales de la Armada Nacional
de haberse implicado en esta masacre.
Comunicaciones Conjuntas
[…] 150.
En una comunicación conjunta con el Relator Especial sobre la independencia de
magistrados y abogados enviada el 8 de noviembre de 2001 , la Relatora Especial informó que, al parecer,
el 1 de noviembre de 2001 el fiscal Carlos Arturo Pinto fue asesinado en Cúcuta. La víctima estaba
investigando casos relacionados con masacres paramilitares que se produjeron en la región desde hace
1999. Su predecesor, la fiscal María del Rosario Silva Ríos, fue también asesinada el 28 de julio del 2001.
161.
Carlos Mario Calderón y Elsa Constanza Alvarado, trabajadores del Centro de Investigación y
Educación Popular (CINEP), fueron asesinados el 19 de mayo de 1997 en su apartamento en Bogotá por
un grupo de hombres enmascarados. Los responsables de los hechos se habrían identificado como
miembros de la policía judicial. Se informa que a hasta el de julio de 2001, eran cuatro las personas a las
que se habría acusado formalmente de participar en el homicidio y que habrían recibido penas de entre
cuatro y sesenta años de prisión. Se informó también de que se habría dictado orden de detención contra
los dirigentes paramilitares Carlos y Fidel Castaño, a quienes se acusa de haber planeado el crimen. Sin
embargo, se comunicó que aun conociendo su paradero, las autoridades no habrían tomado las acciones
oportunas para detenerlos. Según los informes, cuatro agentes de la policía judicial y un testigo clave
habrían sido asesinados en el curso de la investigación.
162.
Jesús María Valle Jaramillo, abogado defensor de los derechos humanos, ex-presidente del
Comité Permanente por la Defensa de los Derechos Humanos (C.P.D.H.) de Antioquia "Héctor Abad
Gómez", fue abatido asesinado en febrero de 1998 en su oficina de Medellín por hombres armados no
identificados tras denunciar las conexiones entre miembros del Ejército Colombiano y organizaciones
*
Due to late submission, this report is reproduced in the annex as received, in the languages of submission only.
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paramilitares. Según la información recibida, la Fiscalía General de la Nación habría formulado
oficialmente cargos contra el jefe paramilitar Carlos Castaño y otros ocho paramilitares por su
participación en el homicidio. Seis paramilitares habrían sido detenidos. Se informó también que a pesar
de haber claros indicios de la participación de miembros del ejército en el crimen, no se habría abierto
ninguna investigación oficial contra personal militar. Varios investigadores judiciales que trabajaban en la
investigación habrían tenido que abandonar el país debido a las amenazas de muerte. […]
DOCUMENTO E/CN.4/2002/106/Add.2
17 de abril de 2002
Informe presentado por la Representante Especial del
Secretario General sobre los defensores de los derechos humanos
Adición
Misión a Colombia
(23 a 31 de octubre de 2001)
Numerales 48, 64, 104, 176 – 199, 298 y 306 b)
Resumen Ejecutivo
[…] En vista de lo anterior, la Representante Especial formula las siguientes recomendaciones al
Gobierno de Colombia: […]
b)
Combatir la impunidad, emprendiendo para ello investigaciones penales exhaustivas e
independientes y poner fin a la violencia perpetrada en contra de los defensores de los derechos humanos.
La lucha contra la impunidad debe implicar también el fortalecimiento de las instituciones judiciales
garantizando para ello la competencia, la eficacia, la seguridad y la independencia de todas las
instituciones y las personas que se encuentran a cargo de la investigación, el procesamiento y la revisión
judicial de las denuncias presentadas por violaciones a los derechos humanos. También deben tomarse
medidas especiales para fortalecer los mecanismos de protección a los jueces, los fiscales, los
investigadores, las víctimas, los testigos y las personas que se encuentran amenazadas.
II. PRINCIPALES HALLAZGOS E INQUIETUDES
A. Violaciones de los derechos fundamentales de los defensores
de los derechos humanos
1.
a)
Violaciones del derecho a la vida y a la integridad personal
Homicidios de defensores de los derechos humanos
48.
Las ejecuciones sumarias y extrajudiciales afectan a todas las clases los defensores de derechos
humanos: representantes de organizaciones no gubernamentales de derechos humanos, sindicalistas,
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académicos, estudiantes, abogados en derechos humanos, indígenas, miembros de ordenes religiosas,
dirigentes de comunidades de desplazados, campesinos, funcionarios judiciales y funcionarios civiles que
trabajan en derechos humanos, tales como el Defensor del Pueblo. […]
b)
Amenazas de muerte recibidas por los defensores de los derechos humanos
[…] 64.
A la Relatora Especial se le hizo hincapié en que todos los sectores de la sociedad civil,
incluyendo funcionarios judiciales, periodistas, sindicalistas, dirigentes religiosos, profesores
universitarios y estudiantes, están recibiendo amenazas de parte de los paramilitares. […]
3. Desplazamiento forzoso
[…] 104.
Este fenómeno tiende a afectar los sectores más vulnerables de la población, tales como
los campesinos, los indígenas y los afrocolombianos quienes viven en condiciones precarias.
La Representante Especial se ha enterado con preocupación de que los dirigentes sindicales, activistas
políticos, dirigentes comunitarios, jueces y fiscales, periodistas, activistas de derechos humanos y
educadores están siendo desplazados a través de un proceso de "limpieza política y social". […]
B. Otros factores que tienen un impacto directo sobre
los defensores de los derechos humanos
1. Administración de justicia e impunidad
176.
El problema de la impunidad en Colombia está relacionado con varios factores, en especial con el
funcionamiento de la administración de justicia y la intensidad del conflicto armado. De acuerdo con la
información recibida, la impunidad en torno a las violaciones a los derechos humanos se acerca al 90%. A
pesar de ello, el Consejo Superior de la Judicatura informó a la Representante Especial de que un estudio
oficial reciente sobre el tema de la impunidad señala que la impunidad en Colombia no es superior al
40%. Según los miembros del Consejo Superior, las partes del conflicto afectan las actividades
desempeñadas por el sistema judicial.
177.
El Procurador General, quien se reunió con la Representante Especial, estuvo de acuerdo con que
la administración de justicia no puede hacer el seguimiento de los casos, es lenta y se encuentra saturada,
por lo que no puede producir resultados. Tan solo el 40% de los homicidios de sindicalistas están siendo
actualmente procesados.
178.
La Representante Especial fue informada de que, a pesar de la elevada escala de violaciones
cometidas contra la población civil en Colombia, incluidos los defensores de los derechos humanos, el
Estado no toma medidas efectivas en contra de los responsables de estos hechos. Los paramilitares,
considerados como los principales responsables de los ataques contra los defensores de los derechos
humanos, no son investigados en forma efectiva. Del mismo modo, pareciera que el Estado no ha tomado
medidas encaminadas a desmantelar los grupos paramilitares.
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179.
La Representante Especial fue informada de que, en febrero de 2000, el Gobierno creó un "Centro
de Combate contra los Grupos de autodefensa". En el informe producido por este centro, menciona la
captura de unos 535 miembros de los grupos paramilitares. Pero el mismo informe señala que otras 264
órdenes de captura expedidas por el Fiscal General y 37 más expedidas por jueces no han sido acatadas.
180.
Durante su estadía en Barrancabermeja, la Representante Especial fue informada por el jefe de la
Policía acerca de la detención durante 2001 de unos 98 paramilitares, quienes eran los presuntos
responsables de la muerte de varios civiles residentes en la ciudad. Según varios otros interlocutores, esta
cifra pareciera muy insuficiente si se compara con el número de homicidios ocurridos en Barrancabermeja
en el decenio de 1990, cuyo promedio llega a ser de 3.900 homicidios anuales. Adicionalmente, se ha
informado de que la mayor parte de los paramilitares arrestados fueron posteriormente dejados en libertad
sin sindicación alguna y que solamente 18 de ellos están siendo procesados y continúan detenidos.
181.
En este sentido, la Representante Especial tuvo conocimiento de que el poco progreso en las
investigaciones se debe también a que si se identifican los responsables de la violación, solamente se
detiene a los responsables materiales, mas no a los autores intelectuales que la planearon u ordenaron.
Adicionalmente existe una creciente falta de voluntad por parte de las fuerzas de seguridad para
implementar órdenes judiciales, incluyendo órdenes de captura emitidas para la detención de sospechosos
de violaciones graves a los derechos humanos y el derecho internacional humanitario.
182.
Pareciera que no solamente los responsables de las violaciones no son sindicados, sino que
algunos miembros de las fuerzas de seguridad o de la Policía son ascendidos mientras están siendo
investigados por violaciones de los derechos humanos y participación en actividades paramilitares. El
mensaje enviado a la sociedad civil, claramente contradictorio, se ve reforzado por el hecho de que
quienes cometen las violaciones no solamente continúan gozando de su libertad, sino que hacen
apariciones en público en el país.
183.
Adicionalmente, pareciera que Carlos Castaño, el principal dirigente paramilitar, es intocable.
Existen más de 22 órdenes de captura pendientes en contra suya por masacres, asesinatos y el secuestro de
defensores de los derechos humanos y de un senador colombiano entre otros. A pesar de ello, continúa
libre y ofrece entrevistas a los medios nacionales e internacionales en forma regular.
a)
Instituciones judiciales
184.
La estructura y el funcionamiento de las instituciones judiciales en sí, contribuye a la impunidad
existente en Colombia. De acuerdo con la Alta Comisionada para los Derechos Humanos en su último
informe sobre Colombia presentado a la Comisión (E/CN.4/2001/15) el sistema penal militar viola en
forma constante un número de principios jurídicos y judiciales internacionales, tales como la
independencia, la imparcialidad y la equidad. La Representante Especial fue informada de que los casos
de violaciones graves del derecho internacional humanitario que involucran militares aún se encuentran
pendientes ante la justicia penal militar y las violaciones importantes a los derechos humanos tales como
las masacres, aún se escapan de la competencia de la justicia ordinaria.
185.
Según un informe reciente sobre la impunidad en Colombia publicado por la organización no
gubernamental sueca de derechos humanos Foundation For Human Rights, si bien el nuevo Código Penal
Militar contribuyó a la disminución del número de casos juzgados por la justicia penal militar en 2001,
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aún quedan muchos casos que involucran oficiales de alto rango que están siendo juzgados por la justicia
penal militar con el pretexto de que surgieron de actos del servicio. Si las cortes militares continúan
manejando un alto número de fallos de culpabilidad por delitos puramente militares (tales como la
deserción), éstas podrán tomar muy pocas decisiones en torno a la conducta relacionada con las
violaciones a los derechos humanos. El caso de la masacre de Santo Domingo por ejemplo,
presuntamente cometida por las Fuerzas Armadas, aún se encuentra ante la Justicia Penal Militar a pesar
de las reformas jurídicas promulgadas.
186.
Los fallos C-358/97 y C-361/01 emitidos por la Corte Constitucional, aun no han sido acatados.
En el primer caso, la Corte definió en forma clara los límites de la competencia del sistema penal militar
dentro del contexto de la Constitución de 1991. En el segundo caso, la Corte decidió que ningún miembro
de la fuerza pública que hubiese cometido conductas constitutivas de violaciones a los derechos humanos
o delitos de guerra podrá ser procesado en un tribunal militar, puesto que tal conducta rompe toda
conexión entre el delito y el servicio. De acuerdo con la información recibida, el hecho de que estos dos
fallos aún no hayan sido cumplidos constituye un elemento crucial que contribuye a la impunidad reinante
en Colombia.
b)
Acceso a la administración de justicia
187.
A la Representante Especial se le llamó la atención acerca de las dificultades que existen en
ciertas regiones del país para acceder a la administración de justicia. Existen regiones en las cuales no hay
presencia de funcionarios públicos o judiciales, favoreciendo con ello la influencia de los paramilitares, la
guerrilla y la impunidad. El 50% del país (unos 200 municipios) no cuenta con servicio de policía. Tan
solo en Antioquia, 6 de 126 municipios no cuentan con presencia policial. Existen zonas en las que los
civiles se encuentran estrictamente bajo el control de una de las partes del conflicto.
188.
En algunos casos como el Putumayo, existe una cierta influencia o inclusive presión de parte de
los paramilitares en el nombramiento de la administración local (personeros, alcaldes). El alcalde de
Medellín informó a la Representante Especial de que más de 100 alcaldes han sido asesinados en los
últimos años. La independencia y la autonomía del sistema judicial es fundamental en la lucha contra la
impunidad. En tal sentido, la Representante Especial desea referirse al informe del Relator Especial sobre
la independencia de los magistrados y abogados, producido tras su misión a Colombia
(E/CN.4/1998/39/Add.2).
c)
Protección para los funcionarios judiciales, los testigos y las víctimas
189.
Para la Representante Especial, la falta de una protección adecuada para los funcionarios
judiciales en ejercicio de sus funciones, así como para los testigos y las víctimas constituye un factor
importante que contribuye a la impunidad en Colombia. Los funcionarios judiciales son atacados,
amenazados e intimidados. Al menos 39 jueces, abogados y fiscales fueron víctimas de ataques entre
febrero de 2000 y junio de 2001. La mayor parte de ellos son víctimas de estos ataques debido a las
investigaciones que adelantan acerca de las actividades de los grupos paramilitares. Estos funcionarios
son aún más vulnerables cuando adelantan investigaciones en las que están involucrados funcionarios del
Estado o servidores públicos (tales como las investigaciones en torno a los casos de Chengue, la Gabarra
y Tibú), en las cuales la responsabilidad del Estado se ve comprometida. De acuerdo a la información que
fue suministrada a la Representante Especial, se ha presentado un incremento en el número de testigos
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que han sido asesinados o desaparecidos por falta de una protección adecuada. A pesar de la creación de
un Programa de Protección de testigos, víctimas que tienen el carácter de funcionarios públicos y otras
partes en los procesos penales, el Gobierno parece ser incapaz de brindar medidas y recursos adecuados
para quienes se encuentran en una situación de riesgo.
La Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos en Colombia hizo un análisis de este
programa y presentó a la Fiscalía un documento en el que se incluyen recomendaciones.
190.
A menudo, los agentes del Estado que trabajan en el tema de los derechos humanos son atacados.
Los miembros de la Unidad de Derechos Humanos de la Fiscalía han sido amenazados y los funcionarios
del Ministerio del Interior que trabajan con desplazados y con otros temas de derechos humanos también
han sido amenazados.
191.
En Colombia existen aproximadamente 4.000 fiscales y un número considerable de ellos ha sido
amenazado. Otros han sido asesinados o se han visto obligados a huir del país. María Margarita Pulgarín,
Fiscal Especial en Medellín, fue asesinada mientras investigaba el asesinato de 13.000 miembros de un
partido político denominado la Unión Patriótica. Dos investigadores de la Unidad de Derechos Humanos
de la Fiscalía a cargo de la investigación por la masacre ocurrida en enero de 2001 en el Chengue y la
financiación de grupos paramilitares desaparecieron en Sincelejo (Sucre) en 2001. La Fiscal delegada
Yolanda Paternina, quien estaba a cargo de estas investigaciones también fue asesinada en Córdoba el 29
de agosto de 2001.
192.
Los agentes del Estado son aún más vulnerables a nivel local. Los defensores locales y los
personeros han sido objeto de frecuentes ataques contra sus vidas y su integridad. El 15 de febrero de
2001, la Representante Especial manifestó sus preocupaciones en torno al asesinato de Iván Villamizar,
anterior defensor regional del pueblo y antiguo Decano en la Universidad en la ciudad de Cúcuta (Norte
de Santander), ocurrido el 12 de febrero de 2001. El Sr. Villamizar había hecho denuncias constantes
acerca de las violaciones a los derechos humanos en la región del Catatumbo así como de las masacres
presuntamente cometidas por grupos paramilitares en 1999, en la Gabarra y Tibú (Norte de Santander). Se
ha informado que el Sr. Villamizar había sido objeto de constantes amenazas de muerte debido a su
trabajo. Debe enfatizarse que antes del Sr. Villamizar, dos fiscales y un investigador de la Fiscalía que
participaban en la investigación por las masacres de La Gabarra y Tibú, habían sido asesinados. La
Representante Especial emitió un comunicado de prensa el 16 de febrero en torno al caso del Sr.
Villamizar.
193.
Los personeros son funcionarios locales encargados de establecer el vínculo más inmediato entre
el Gobierno y los habitantes. Reciben quejas acerca de las violaciones a los derechos humanos y
posteriormente se encargan de canalizar estas quejas ante las autoridades competentes. Pero por otra
parte, se ha informado de que los paramilitares tienen una enorme influencia a nivel local en el
nombramiento de los personeros.
194.
Para la Representante Especial, la protección de los jueces, los fiscales, los investigadores, los
testigos y las víctimas debería ser prioritaria puesto que de ello depende la lucha contra la impunidad. La
falta de una protección adecuada conlleva que las víctimas de las violaciones de los derechos humanos y
los eventuales testigos de las mismas se muestran reticentes en denunciar las violaciones, presentar la
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denuncia o testificar en las investigaciones por temor a las represalias. La falta de protección contribuye a
que el público pierda la confianza en el sistema judicial.
195.
En este sentido, la Representante Especial recibió denuncias acerca de la falta de apoyo que la
Fiscalía brinda a los funcionarios encargados de llevar a cabo este trabajo y quienes son extremadamente
vulnerables. De acuerdo con la información recibida, el Fiscal general actual no responde adecuadamente
al riesgo que enfrentan los funcionarios judiciales.
d)
La independencia del sistema judicial
196.
El nuevo Fiscal, Luis Camilo Osorio fue nombrado en febrero de 2001 por la Corte Suprema, de
la terna presentada por el Presidente. Se ha informado que tras su nombramiento, los fiscales a cargo de
investigar violaciones cometidas por militares o los paramilitares han sido suspendidos o retirados de la
investigación o que el Fiscal ha archivado tales procesos delicados. De acuerdo a la información que ha
sido recibida, el Director de la Unidad de Derechos Humanos de la Fiscalía y el Vicefiscal renunciaron
después de que el Fiscal cuestionó públicamente al Vicefiscal a cargo de la investigación en torno al caso
del General Rito Alejo del Río, quien había sido detenido por su presunta participación en la constitución
de grupos paramilitares.
197.
Este caso conlleva a cuestionar la autonomía y la independencia del fiscal a cargo de la
investigación. En un comunicado de prensa emitido el 13 de agosto de 2001, la Comisión Interamericana
de Derechos Humanos manifestó su seria preocupación por estos hechos los cuales "al inhibir y restringir
las labores de la unidad, restringen la independencia y la eficiencia de la administración de justicia en su
lucha contra la impunidad en Colombia". Las inquietudes manifestadas por varias fuentes en torno a la
falta de autonomía y de independencia de la Fiscalía fueron posteriormente reforzadas en la investigación
por la masacre de Chengue, cuando la Fiscal Mónica Gaitán, a cargo de esta investigación, se vio
obligada a dejar la Fiscalía. La investigación estaba arrojando pruebas de una clara participación de altos
funcionarios públicos en esta masacre.
198.
La Representante Especial se reunió tanto con el Fiscal General Luis Camilo Osorio, como con el
Director de la Unidad de Derechos Humanos de la Fiscalía, Alejandro Ramelli Arteaga. Esta última es
responsable de investigar las más graves violaciones de los derechos humanos y tiene unas 1.100
investigaciones a su cargo. El Fiscal Osorio informó a la Representante Especial acerca de su decisión de
descentralizar la Unidad de Derechos Humanos, mediante la creación de unidades delegadas en el ámbito
regional (en Cali, Villavicencio etc.), las cuales estarán directamente controladas por la Fiscalía en
Bogotá. Ello implica que los fiscales investigarán y procesarán los casos que surjan en sus regiones y que
estarán subordinados al Director de la Unidad en Bogotá. Otra fuente le informó a la Representante
Especial que la descentralización de la Unidad podría incrementar la vulnerabilidad de los fiscales,
quienes deberán enfrentar grupos armados que residen en las mismas ciudades y las mismas regiones que
ellos. Pareciera muy probable que el riesgo de ser intimidado u hostigado aumentará.
199.
La Representante Especial expresó varias de sus inquietudes durante la reunión sostenida en el
Despacho del Fiscal General, especialmente en torno al tema de la impunidad y de la seguridad de los
defensores de los derechos humanos. El Fiscal General Luis Camilo Osorio hizo énfasis en que existen 43
investigaciones en torno a las violaciones de los derechos de los defensores de los derechos humanos. La
Representante Especial se refirió además al hecho de que, de acuerdo con la información que le había sido
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suministrada, los paramilitares eran responsables hasta de un 70% de las violaciones cometidas contra los
defensores de los derechos humanos. De acuerdo con lo expresado por el Fiscal General, la proporción
citada a la Representante Especial es falsa y de hecho, debería ser atribuida a la guerrilla. […]
IV. RECOMENDACIONES
[…] 298.
La Representante Especial recomienda que el Gobierno garantice la independencia del
sistema judicial y que adopte medidas especiales dirigidas al fortalecimiento de los mecanismos de
protección para jueces, fiscales, investigadores, víctimas, testigos y personas que estén siendo
amenazadas. Las sentencias C-358 de 1997 y C-361 de 2001 emitidas por la Corte Constitucional deben
ser cuidadosamente implementadas de tal modo que la justicia militar no conozca de los casos de
violaciones de los derechos humanos y del derecho internacional humanitario.
306.
La Representante Especial recomienda que se brinden medidas de protección sustancialmente
mejoradas a los grupos más vulnerables y más atacados:
b)
Las autoridades deberán tomar medidas globales encaminadas a proteger la seguridad y
promover el bienestar de las comunidades indígenas y afrocolombianas y garantizar en forma prioritaria
la seguridad de los dirigentes de las comunidades indígenas y afrocolombianas. El Ministerio del Interior
debería crear planes especiales de prevención y de protección para los líderes y los miembros de las
minorías étnicas, los cuales deberían contar con la participación de representantes de dichas comunidades.
El Gobierno, junto con las minorías afectadas, debe identificar los casos más flagrantes para que estos
sean investigados. Para ello se requeriría de garantías para las víctimas y los testigos. Las autoridades del
orden nacional, departamental y municipal deben garantizar a los pueblos indígenas el goce de sus
derechos fundamentales, especialmente la libertad de asociación, de reunión y de expresión. […]
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COLOMBIA- 2001
DOCUMENTO E/CN.4/2002/83/Add.3
11 de marzo de 2002
Informe de la Relatora Especial sobre la violencia contra la mujer, sus causas
y consecuencias,
Adición
Misión a Colombia (1º a 7 de noviembre de 2001)*
Numerales 18 - 21
II. CONCLUSIONES GENERALES
[…] 18. La Fiscalía General, como estrategia de lucha contra la impunidad creó la Unidad de Derechos
Humanos, que empezó a funcionar en 1995, con competencia en todo el territorio de Colombia en los
casos que se le asignen de violación de derechos humanos y del derecho internacional humanitario. No
obstante, la Unidad de Derechos Humanos tropieza con problemas que le impiden realizar plenamente sus
posibilidades de lucha contra la impunidad. Muchos fiscales de la Unidad han recibido amenazas como
consecuencia de su labor y algunos se han visto obligados a abandonar el país y buscar refugio en el
extranjero. Al parecer, el Estado no adopta las medidas especiales necesarias en las actuales
circunstancias para garantizar la seguridad de los miembros de la Unidad. Dado que la Unidad de
Derechos Humanos ha puesto de manifiesto sus posibilidades de servir de instrumento eficaz contra la
impunidad en los asuntos de derechos humanos, la Relatora Especial insta al Estado a mantenerla y
proporcionarle los recursos materiales y humanos necesarios para que pueda intensificar su labor, en
especial en lo que respecta a las violaciones de los derechos de la mujer, de los que hasta la fecha no se ha
ocupado la Unidad.
19.
A la Relatora Especial le preocupan en este contexto los cambios registrados desde que tomó
posesión de su cargo el nuevo Fiscal General de la Nación, en lo que respecta a la orientación de la
Fiscalía y el despido de determinados funcionarios que habían hecho esfuerzos para encarar la impunidad.
Estos cambios despiertan serios temores acerca de las perspectivas de reforzar la institución y de su
compromiso de lucha contra la impunidad. En este sentido, varios acontecimientos han puesto en duda la
independencia y autonomía de fiscales encargados de investigar violaciones de los derechos humanos, en
especial las que implican a grupos paramilitares y a funcionarios públicos.
20.
El programa de protección de víctimas, testigos e intervinientes en las actuaciones judiciales, así
como de los propios funcionarios, diseñado por la Fiscalía General de la Nación, todavía no proporciona
una cobertura adecuada para proteger a sus empleados contra las amenazas, lo que puede tener por
resultado la inhibición o autocensura en las investigaciones que llevan a cabo, o incluso una falta de
objetividad y la subestimación del delito y el riesgo.
*
El resumen del informe de la misión se distribuye en todos los idiomas oficiales. El informe figura en el anexo al
resumen y se distribuye únicamente en el idioma en el que ha sido presentado y en español.
10
EXTRACTOS DE LOS INFORMES DE LOS MECANISMOS TEMATICOS DE LA COMISION DE DERECHOS HUMANOS DE
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COLOMBIA- 2001
21.
La política del Estado en la lucha contra la impunidad tiene que contener compromisos claros.
En este sentido, la Ley de seguridad y defensa nacional hace abrigar también serias dudas en el presente
contexto, en especial al conceder a las fuerzas militares responsabilidades y obligaciones de policía
judicial, lo que impide garantizar la independencia del poder judicial y puede redundar negativamente en
el respeto de las garantías procesales. […]
EXTRACTOS DEL DOCUMENTO E/CN.4/2002/17
28 de febrero de 2002
Informe de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos
Humanos sobre la situación de los derechos humanos en Colombia
Numerales 88, 89, 212, 243 –260, 338 y 363.
V. SITUACIÓN DE LOS DERECHOS HUMANOS Y DEL
DERECHO INTERNACIONAL HUMANITARIO
D. Derechos civiles y políticos
1.
Derecho a la vida
[…] 88. Dentro de las violaciones del derecho a la vida deben contarse las amenazas de muerte
proferidas, por teléfono o a través del correo, con el fin de lograr que los destinatarios de las
intimidatorias advertencias salgan del país o se desplacen a otros lugares del territorio nacional, o con el
propósito de paralizar actuaciones judiciales o administrativas vinculadas al esclarecimiento de
violaciones de los derechos humanos y de crímenes de guerra. En los diez primeros meses de 2001 la
Defensoría del Pueblo recibió 474 quejas sobre amenazas de muerte.
89. Víctimas de tales amenazas han sido, entre otros, defensores de derechos humanos, líderes sindicales,
dirigentes de comunidades étnicas, periodistas, funcionarios y personas que, como servidores públicos,
testigos o víctimas, están relacionadas con procesos penales o disciplinarios.
VI. SITUACIONES DE ESPECIAL PREOCUPACIÓN
B. Evolución del paramilitarismo
[…] 212. También preocupa a la Oficina el hecho de que ciertos procesos sobre ejecuciones
extrajudiciales, donde figuran como sindicados miembros de la fuerza pública, enfrenten obstáculos de
diverso género. Tal es el caso de las investigaciones abiertas en relación con las masacres de Chengue y
Ovejas (Sucre). Cabe señalar que dos de los investigadores de la Unidad de Derechos Humanos de la
Fiscalía que trabajaban sobre la masacre de Chengue y el financiamiento de grupos paramilitares, fueron
desaparecidos este año en Sincelejo (Sucre). La fiscal Yolanda Paternina, a cargo de las pesquisas, murió
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de forma violenta el 29 de agosto en el mismo sitio. En estas masacres existen fuertes indicios de
responsabilidad directa de servidores públicos de la región, tanto civiles como militares. Lo mismo cabe
señalar en relación con las investigaciones vinculadas a las masacres paramilitares en la Gabarra (Norte
de Santander), así como a los vínculos de autoridades militares con esos hechos (véase igualmente la
sección D infra). La impunidad que cobija no sólo a los autores de las masacres, sino a los funcionarios
públicos presuntamente relacionados a los mismos, agrega un elemento más a la responsabilidad del
Estado en este tema. […]
D. Administración de justicia e impunidad
243. La administración de justicia siguió adoleciendo de profundas debilidades y deficiencias que
contribuyen a mantener los altos índices de impunidad en relación con las principales violaciones de
derechos humanos e infracciones al derecho internacional humanitario.
244. La Oficina ve con preocupación los cambios ocurridos a partir de la asunción del nuevo Fiscal
General de la Nación, en cuanto a la orientación de la Fiscalía y el relevo de algunos funcionarios, entre
otros, que han concitado serios temores en cuanto a las perspectivas de fortalecimiento y compromiso
institucional en materia de lucha contra la impunidad. En este sentido, varios sucesos han puesto en
cuestionamiento la independencia y autonomía de los fiscales en relación con investigaciones sobre
violaciones a los derechos humanos, en particular, aquellas vinculadas a grupos paramilitares y a
servidores públicos.
245. Un ejemplo de la situación descrita lo constituye la investigación seguida contra el
General Rito Alejo del Río por conformación y apoyo de grupos paramilitares, en la que se ordenó una
detención preventiva en su contra, después de haber rendido su declaración indagatoria. Cabe señalar que
la orden de captura librada por el fiscal a cargo del caso fue severamente cuestionada públicamente por el
Vicepresidente de la República y actual Ministro de Defensa, lo que representa una grave interferencia en
la administración de justicia. El nuevo Fiscal General se mostró en desacuerdo con la medida de
aseguramiento y su actitud motivó la salida del vicefiscal y del Director de la Unidad de Derechos
Humanos de la Fiscalía.
246. Este hecho pone en evidencia, por un lado, los frágiles márgenes para actuar con autonomía e
independencia que tienen los fiscales, y por el otro, cómo la ausencia de una carrera judicial afecta el
ejercicio de esa independencia y puede poner en peligro la continuidad en el cargo56. Esta situación ha
merecido el pronunciamiento de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, quien manifestó que:
"La Comisión no puede sino expresar su seria preocupación ante estos actos que cohíben y reprimen la
labor de dicha Unidad y que en consecuencia restringen la independencia y la eficacia de la
administración de justicia y la lucha contra la impunidad en Colombia".57
56
El 4 de octubre de 2001, el Consejo de Estado ordenó a la Fiscalía que asegurase el funcionamiento de la carrera
administrativa, en su integridad, en un plazo máximo de un año.
57
Comisión Interamericana de Derechos Humanos, comunicado de prensa Nº 21/01, de 13 de agosto de 2001,
"Preocupación de la CIDH por cambios en la Unidad Nacional de Derechos Humanos en Colombia".
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247. Dentro de ese contexto, la reestructuración de la Unidad de Derechos Humanos58 agrega elementos
de preocupación a lo señalado anteriormente. Así, tenemos que su nueva Dirección ha reiterado su
compromiso de reformular las prioridades de las investigaciones incorporando casos de infracciones al
derecho internacional humanitario cometidas por los grupos guerrilleros. No obstante, cabe señalar que
dentro de la competencia de la Unidad siempre existieron casos contra los diversos grupos armados. Ante
el hecho de que el Ministerio de Defensa haya reconocido al paramilitarismo como el principal factor de
violación de los derechos humanos59, es razonable que la Unidad considerara, en el pasado, estas
investigaciones con especial énfasis y prioridad.
248. A este panorama cabe agregar los cambios en la política institucional que se generan por las
remociones de funcionarios del Instituto de Medicina Legal, así como de algunas unidades y de fiscalías
seccionales por parte del Fiscal General de la Nación. Esto implicaría un debilitamiento institucional, sea
por la pérdida de la experiencia acumulada, por no contar con el personal más idóneo, o por profundizar
la crisis de credibilidad.
249. Todos estos cambios dejan varios interrogantes frente a casos como los relativos a la masacre de
Chengue (Ovejas/Sucre el 17 de enero) y a las investigaciones de masacres cometidas por paramilitares
en el departamento del Norte de Santander. En el primer caso, la fiscal a cargo de las investigaciones,
Yolanda Paternina fue ejecutada el 29 de agosto, cuando avanzaba en el proceso que vinculaba a varios
oficiales de las fuerzas de seguridad y otros servidores públicos. A varios meses de su muerte, la Oficina
no ha podido constatar un seguimiento consecuente por parte de la fiscalía de las investigaciones y
evidencias con las que se contaba que permita esclarecer su muerte, así como asegurar resultados
efectivos en la investigación de la citada masacre. En relación con el segundo caso, dos fiscales y un
investigador del CTI de la Fiscalía de Cúcuta fueron igualmente ejecutados cuando investigaban varias
masacres paramilitares, en particular las cometidas entre mayo y agosto de 1999 en la Gabarra, municipio
de Tibú. Esto último tiene igualmente vinculación con la muerte del ex Defensor del Pueblo del Norte de
Santander, Iván Villamizar, quien también había denunciado activamente esas masacres.
250. Es importante señalar la particular vulnerabilidad de los funcionarios involucrados en
investigaciones de casos que vinculan al paramilitarismo y a agentes del Estado, como principal factor de
riesgo. La respuesta de la Fiscalía al más alto nivel a esta problemática muestra, en el marco de lo
antedicho, una renuncia al impulso prioritario de estas investigaciones y una ausencia de respaldo a los
funcionarios que están a cargo de esta labor.
251. Estas situaciones dejan ver la extrema vulnerabilidad e inseguridad en la que continúan ejerciendo
sus funciones los funcionarios judiciales y los investigadores del CTI. La Oficina ha recibido
información relativa a extorsiones y hostigamientos que vienen realizando miembros del ELN, las FARC,
el EPL y paramilitares sobre los funcionarios judiciales en diferentes regiones del país, sumiéndolos en un
cerco de presiones y de inseguridad que no siempre es valorada adecuadamente por sus instituciones.
252. El Programa de protección de víctimas, testigos e intervinientes en el proceso penal y funcionarios
de la Fiscalía sigue sin tener una cobertura adecuada para cobijar a los funcionarios por las amenazas, lo
que puede traer como consecuencia una inhibición o autocensura frente a las investigaciones a su cargo e
58
Hoy Unidad Nacional de Derechos Humanos y Derecho Internacional Humanitario, por resolución 0-1560 de 22
de octubre de 2001 del Fiscal General de la Nación.
59
Véase E/CN.4/2001/15, párr. 130.
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incluso perder objetividad e infraestimar el crimen y el riesgo. Este Programa ha sido materia de
evaluación como resultado de un proyecto de cooperación de la Oficina con dicha institución, y en
respuesta a las observaciones y recomendaciones formuladas por la Alta Comisionada en sus anteriores
informes (véanse los párrafos 39 a 45 supra).
253. En ese marco, la Oficina ha podido constatar que los principales factores causantes de riesgo son el
paramilitarismo, la guerrilla, el crimen organizado y ciertos agentes estatales, estos últimos vinculados
con el paramilitarismo, la corrupción y el narcotráfico. Asimismo, las dificultades del Programa están
relacionadas, entre otras, con la falta de un órgano coordinador que defina directrices protectoras
comunes, la ausencia de unos parámetros claros y uniformes para medir el riesgo y evaluar la
admisibilidad de la solicitud, la formación inadecuada del personal del Programa, la demora en la
elaboración de los estudios y la insuficiencia de recursos humanos y financieros.
254. Por otra parte, el tema de seguridad de otros funcionarios judiciales que no pertenecen a la Fiscalía
sigue careciendo de programas específicos. La falta de una política al respecto ha ocasionado que los
funcionarios tengan que exteriorizar su situación de indefensión a través de los medios de comunicación.
Desde el 1º de enero hasta el 14 de diciembre, el Fondo de Solidaridad con Víctimas de la Rama Judicial
registró un total de 81 acciones contra la rama judicial, entre las cuales, por lo menos,15 ejecuciones, 58
amenazas, 1 atentado, 2 desapariciones y 5 secuestros.
255. Los cambios normativos introducidos en materia de justicia penal militar no han podido evitar que
algunas investigaciones de violaciones de derechos humanos sean asumidas por los tribunales militares o
continúen en ese fuero. Ejemplo de esto lo constituyen los casos por la muerte del alcalde de Rovira
(Tolima) Julio Hernando Rodríguez y el caso de la muerte de cuatro niños y una mujer en el Carmen de
Atrato; en el primer caso la Fiscalía consideró competente a la justicia penal militar por estimar que los
hechos se produjeron cuando los sindicados estaban en servicio activo. En el segundo, la Fiscalía no
asumió conocimiento del caso. La investigación sobre la masacre de Mapiripán continuaba en sede
militar hasta que un pronunciamiento de la Corte Constitucional ordenó su traslado a la jurisdicción
ordinaria. Otros dos casos citados en el informe pasado [como la muerte de seis niños por miembros del
ejército en Pueblo Rico y la masacre de Santo Domingo (Arauca) atribuida a miembros de la fuerza aérea]
permanecen en la impunidad. En este último caso el Consejo Superior de la Judicatura dirimió, el 18 de
octubre de 2001, un nuevo conflicto de competencia en favor de la justicia penal militar.
256. En el desarrollo de las funciones de la Procuraduría General de la Nación, se han puesto en evidencia
dificultades vinculadas a la falta de sistematización de la información sobre los casos y, por ende, a la
dispersión de los esfuerzos investigativos y la demora en la imposición de sanciones que acarrea la
prescripción de algunas investigaciones disciplinarias y provoca la impunidad. Esto muestra la necesidad
de la existencia de directrices claras y parámetros de actuación que aseguren la coordinación adecuada
entre las distintas delegadas. Otra función en la que se han identificado dificultades es la de prevención,
la cual es materia de una consultoría de la Oficina para la elaboración de lineamientos que sirvan como
política en esta materia (véase el capítulo II.A supra). La Oficina ha podido constatar una seria
preocupación por esa institución en identificar los obstáculos y dificultades para el cumplimiento de sus
funciones y un denodado esfuerzo por avanzar hacia la superación de los mismos.
257. La prestación del servicio de defensa pública por la Defensoría del Pueblo tiene varias deficiencias y
debilidades que inciden en la garantía de una defensa técnica adecuada. Entre éstas cabe señalar la falta
de oportunidad en la prestación del servicio y de activa participación y vigilancia en el cumplimiento de
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las garantías judiciales a favor de los defendidos, así como la ausencia de supervisión del respeto de los
derechos a la libertad personal y de una actuación permanente en todas las etapas del proceso. La
Dirección Nacional de Defensa Pública ha tomado una serie de medidas tendientes a superar las
dificultades anotadas (véase el capítulo II.A supra).
258. La política del Estado en materia de lucha contra la impunidad requiere compromisos claros. En este
sentido, la citada ley sobre seguridad y defensa nacional plantea serios interrogantes en este campo, en
particular al permitir el traslado de responsabilidades y funciones de la policía judicial a las fuerzas
militares, lo cual no asegura la independencia de la función judicial y puede tener un impacto negativo
sobre el debido proceso (véase el capítulo VII.B infra).
259. El hecho de que se hayan registrado casos de amenazas por parte de miembros de la fuerza pública
contra funcionarios judiciales60, y que la Oficina haya recibido información sobre otros casos en los que la
fuerza pública no habría brindado el apoyo solicitado y necesario, limitando así la actuación de la justicia,
muestra la necesidad de fortalecer la coordinación y cooperación interinstitucional. La colaboración de la
policía en las gestiones, procedimientos y diligencias judiciales para hacer efectivas las órdenes
impartidas por las autoridades competentes resulta indispensable para el éxito de los procesos.
Igualmente es fundamental la colaboración de las fuerzas militares para asegurar la debida protección de
los funcionarios y actividades judiciales en zonas de alto riesgo.
260. La mayoría de las situaciones desarrolladas en este acápite inciden directamente en el acceso
efectivo a la justicia, completando lo ya manifestado en anteriores informes al respecto61. Lo expuesto en
este capítulo pone de manifiesto una preocupante renuencia del Estado a hacer efectivo el derecho a una
justicia independiente, imparcial y garantista.
VII. SEGUIMIENTO DE LAS RECOMENDACIONES INTERNACIONALES
C. Recomendaciones relativas al funcionamiento de la justicia
338. En cuanto a las recomendaciones para fortalecer la administración de justicia, la Alta Comisionada
debe poner de presente que el Estado no ha proveído de recursos suficientes, en particular a la Fiscalía y a
los órganos de control. El programa de protección de la Fiscalía no brinda suficiente cobertura a los
funcionarios judiciales ni a los testigos y víctimas amenazados. Cabe destacar que en el caso de la
defensoría pública se han iniciado acciones tendientes a fortalecer su labor.[…]
VIII. CONCLUSIONES
[…] 363. En materia de administración de justicia, persisten las dificultades relativas al acceso a la
justicia, a la seguridad de los funcionarios, víctimas y testigos en los procesos penales, a la morosidad
judicial, al pleno ejercicio y goce de una defensa técnica adecuada y a la eficaz intervención de los
órganos de control. En este sentido, la Alta Comisionada reconoce los importantes esfuerzos que vienen
realizando la Defensoría del Pueblo y la Procuraduría General de la Nación para superar las dificultades
que afectan a sus instituciones en esas materias. La Fiscalía General de la Nación recogió las
60
Se denunció amenazas por parte de integrantes de la fuerza pública contra la jueza a cargo de la investigación de
la masacre paramilitar en Mapiripán (Meta).
61
Véanse E/CN.4/2001/15, párr. 160, y E/CN.4/2000/11, párr. 48.
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recomendaciones formuladas en el diagnóstico sobre el Programa de protección de víctimas, testigos,
intervinientes en el proceso penal y funcionarios de la Fiscalía, pero su implementación se encuentra
pendiente y depende, en parte, de los recursos disponibles.[…]
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