Periodismo y democracia en el entorno digital

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Andreu Casero-Ripollés
(coord.)
Periodismo y
democracia en el
entorno digital
Andreu Casero-Ripollés
(coord.)
SEP (Sociedad Española de Periodística)
www.periodistica.es/[email protected]
2
SEP
SEP
Sociedad Española de Periodística
OT 2040813 428201
Periodismo y democracia
en el entorno digital
Periodismo y democracia son dos conceptos fuertemente asociados en nuestro imaginario. Entre ellos existen múltiples interdependencias. Sin el primero no existe la segunda. El periodismo sirve para múltiples funciones democráticas como la
información, la investigación, el análisis, la creación de vínculos sociales y comunidades, el debate público, la movilización y
la educación democrática. El objetivo de este libro es contribuir
al análisis de la reformulación de los vínculos entre estos dos
conceptos que está impulsando la era digital. Para ello, se divide en tres grandes bloques. El primero revisa los fundamentos
de esta relación y sus transformaciones en el contexto actual.
El segundo se centra en la redefinición del papel del público.
Finalmente, el tercero se ocupa de los cambios en el modelo de
negocio y de sus dimensiones democráticas. En conjunto, se
ofrece aquí un recorrido estimulante y riguroso por los nexos
entre periodismo y democracia en el entorno digital.
Periodismo y democracia
en el entorno digital
Periodismo y democracia
en el entorno digital
Andreu Casero-Ripollés
(coord.)
SEP
Sociedad Española de Periodística
2016
Sociedad Española de Periodística
Apartado de Correos 8.384
28080 Madrid
www.periodistica.es
e-mail: [email protected]
Este libro ha sido financiado por el proyecto de investigación CSO2010-16313, incluido dentro
del Plan Nacional de I+D+i 2008-2011 del Ministerio de Economía y Competitividad del Gobierno de España.
Periodismo y democracia en el entorno digital
Coordinador: Andreu Casero-Ripollés
© Sociedad Española de Periodística
© Los autores, 2016
Isbn: 978-84-606-6945-6
Depósito Legal: M-22433-2016
Imprenta Kadmos
Salamanca 2016
Comité Científico de la Colección
de Periodística de la SEP
Daya Thussu, catedrático de Periodismo Internacional
University of Westminster (Reino Unido)
Carlo Sorrentino, catedrático de Periodismo
Università degli Studi di Firenze (Italia)
Philippe Bouquillion, catedrático de Ciencias de la Comunicación
Université Paris 13 (Francia)
Christina Holtz Bacha, catedrática de Comunicación Política
University of Erlangen-Nürnberg (Alemania)
João Canavilhas, profesor de Periodismo
Universidade da Beira Interior (Portugal)
Secretario
Andreu Casero-Ripollés, profesor titular de Periodismo
Universitat Jaume I de Castellón (España)
Índice
Introducción
Andreu Casero-Ripollés........................................................................................ 11
1.Democracia, información y libertad de opinión en la era digital
Luís Núñez Ladevéze.............................................................................................. 17
2.Exposición selectiva, partidismo y polarización de las audiencias de los medios
en España
María Luisa Humanes............................................................................................. 37
3.La honda de David: Internet, periodismo, democracia y participación ciudadana
Andreu Casero-Ripollés........................................................................................ 53
4.Repensando el sistema mediático
Josep Lluis Micó Sanz, Santiago Justel Vázquez................................................. 65
5.La consolidación de modelos de gestión eficiente de la participación ciudadana para un periodismo en cambio
Xosé López............................................................................................................... 79
6.La transformación del gatekeeper: nuevas funciones del periodista en el entorno digital de las audiencias activas
Félix Arias Robles, Fátima Navarro Maillo, José A. García Avilés................... 89
7.Noticias de los ciudadanos: La participación en periódicos digitales de Portugal y España
João Canavilhas, Catarina Rodrigues.................................................................. 109
8.La nueva prensa online en España: diversidad de proyectos pero modelos de
negocio poco innovadores
J. Vicente García Santamaría, J. Fernández-Beaumont, Félix Pérez Bahón....... 125
9.Nuevos proyectos periodísticos como alternativa al ecosistema mediático
tradicional
María Teresa Sandoval-Martín, Eduardo Rodríguez........................................ 139
10.Los ‘labs’ de medios en España: modelos y tendencias
Charo Sádaba, Ramón Salaverría......................................................................... 149
Introducción
Andreu Casero-Ripollés
Universitat Jaume I de Castelló
Periodismo y democracia son dos palabras, dos conceptos, que suenan fuertemente
asociados en nuestro imaginario. Entre ellos existen múltiples interdependencias. Sin el
primero no existe la segunda, como hace unos años recordaron las asociaciones profesionales del sector en una campaña de comunicación. Y, además, la calidad de la información es un elemento básico para lograr, desde una óptica normativa, una ciudadanía
efectiva en una democracia llena de significado. Como recientemente ha sintetizado
y recordado Michael Schudson (2015), el periodismo sirve para múltiples funciones
democráticas como la información, la investigación, el análisis, la creación de vínculos
sociales y comunidades, el debate público, la movilización y la educación democrática.
Pese a la importancia de estos aspectos, o precisamente por ellos, los nexos que unen
estas dos nociones son extremadamente complejos.
La complejidad aumenta si tenemos en cuenta que la relación entre periodismo y
democracia se encuentra plenamente sumida en un contexto de cambios. Actualmente,
está inmersa en el tránsito de un sistema de comunicación de masas, dominado por los
grandes medios convencionales, especialmente la televisión, a un ambiente digital policéntrico y fragmentado, donde se abre paso un sistema mediático híbrido (Chadwick,
2013), en el que viejos y nuevos medios (redes sociales, blogs, etc.) se funden y refunden,
creando un nuevo orden que redefine los nexos vigentes hasta ahora. La abundancia
comunicativa, los nuevos mecanismos de participación política en línea aportados por
Internet o la aparición de nuevos actores informativos, que desafían el monopolio ejercido por la profesión periodística, son algunos de los procesos que emergen en este nuevo
entorno (Casero-Ripollés y Gutiérrez-Rubi, 2014).
[12]
Andreu Casero-Ripollés
El objetivo de este libro es, precisamente, contribuir al análisis de la reformulación
de los vínculos entre periodismo y democracia en la era digital. Para ello, se divide en tres
grandes bloques. El primero revisa los fundamentos de esta relación y sus transformaciones en el contexto actual, repasando sus bases conceptuales, las novedades que introduce
Internet y la incidencia de la exposición selectiva, un fenómeno creciente, especialmente
en el escenario digital. El segundo se centra en la redefinición del papel del público que,
gracias a las nuevas plataformas y herramientas tecnológicas, deja de ser una audiencia
pasiva ubicada en los márgenes de la esfera pública, para convertirse en un actor que,
potencialmente, puede empoderarse comunicativamente, producir y difundir sus propios contenidos, incluso incidir en la agenda y el debate público. Finalmente, el tercer
bloque se aproxima a una cuestión altamente relevante: la reformulación de los modelos
de negocio del periodismo en el marco digital. Esta cuestión, aunque pudiera asociarse
a una mera esfera empresarial, está estrechamente ligada a la democracia. Solo con un
modelo de negocio viable y solvente, el periodismo podrá garantizarse la independencia
y las condiciones para seguir cumpliendo con sus funciones democráticas. Así pues, su
análisis, desde esta óptica, también resulta esencial.
En total, esta obra se divide en diez capítulos elaborados por un total de 18 autores
y autoras, vinculados a nueve universidades. En el primer capítulo, Luis Núñez Ladevéze realiza un intenso recorrido analizando los nexos entre periodismo y democracia, y
revisándolos, especialmente a la luz de las tecnologías digitales. En este sentido, presenta
diversos tipos de periodismo en función de su relación con la democracia, partiendo de
una premisa esencial: no hay democracia sin periodismo, pero puede haber, y de hecho
hay, periodismo sin democracia. Esto le lleva a considerar los conceptos de libertad de
opinión y de acceso de la ciudadanía a la información pública como vectores claves en
su análisis. Su perspectiva busca indagar en los condicionamientos que el entorno digital
introduce en las contribuciones democráticas del periodismo. A partir de este examen,
el autor afirma que los conceptos sustantivos relativos a la democracia no se alteran en el
marco digital, aunque estas tecnologías sí que han modificado el panorama del periodismo. Fruto de ello, concluye que la profesión periodística incluso será más requerida socialmente que antes, debido a que el libre acceso de todos a la acumulación informativa
sin precedentes que permite Internet, obliga al destinatario a esforzarse para jerarquizar y
seleccionar las fuentes, a distinguir las adecuadas de las incorrectas, a calibrar la solvencia
de las opiniones, y a buscar la información correcta.
Por su parte, María Luisa Humanes, en el segundo capítulo, se ocupa de analizar el
fenómeno de la exposición selectiva y la polarización de las audiencias. En este sentido,
examina las pautas de consumo de información que adopta el público en España. Para
ello, enmarca el sistema periodístico de nuestro país dentro del modelo del pluralismo
polarizado, caracterizado por un elevado nivel de politización. A partir de un procesamiento estadístico de las encuestas del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS),
la autora busca corroborar empíricamente la existencia de una dinámica de exposición
selectiva, basada en el hecho de que el consumo de los medios está determinado por las
predisposiciones previas de la audiencia, que busca confirmar o reforzar sus opiniones
en los contenidos periodísticos. Los resultados indican que al sistema de medios español
Introducción
[13]
le corresponden audiencias partidistas, y que esta identificación es más fuerte con los
partidos políticos que con la ideología. La prensa es el medio que más acusa la selección
partidista de la información, tanto en períodos electorales como fuera de las campañas.
Los datos incluso revelan que los ciudadanos cambian su fuente de información cuando
detectan que la línea editorial de su medio afín se ha modificado. Con todo, la autora
vaticina que nos encaminamos hacia una creciente polarización que puede suponer un
peligro para la calidad del sistema democrático.
El tercer capítulo, elaborado por Andreu Casero-Ripollés, gira en torno al nuevo
contexto que ha abierto Internet en el campo de la comunicación política, especialmente
los medios sociales y la web 2.0. Analiza cómo estas herramientas están situando al ciudadano como centro del proceso comunicativo, pues ahora tiene la completa capacidad
de participar políticamente y producir sus propios mensajes, independientemente del
poder ejercido por actores políticos y mediáticos. Para ahondar en la cuestión, este capítulo se plantea conocer si realmente Internet es capaz de incrementar la participación
cívica, y en concreto, si puede ser capaz de crear nuevas formas de participación política
para los ciudadanos. Los resultados indican que, a pesar de que esta tecnología potencia
el interés político de los usuarios, el grado de influencia sobre la participación ciudadana
todavía es muy minoritario. Por el contrario, Internet sigue teniendo un fuerte peso
como fuente de entretenimiento. No obstante, el autor sugiere que si se conciencia a la
sociedad y se fomenta su uso, puede llegar a ser un aliado fundamental para extender y
renovar la participación ciudadana.
Josep Lluís Micó Sanz y Santiago Justel Vázquez, en el cuarto capítulo, se centran
en las preocupaciones, aún vigentes, sobre la relación entre el periodismo, la democracia
y los riesgos a los que se enfrenta continuamente el sistema mediático. Uno de los principales peligros guarda relación con la estructura económica de los medios y la regulación
del sistema, factor que condiciona que el periodismo pueda cumplir su función como
instrumento necesario para el correcto funcionamiento de la democracia. El capítulo
presenta detalladamente las posturas antagónicas que todavía existen en este tema. Por
un lado, existen autores que entienden que la llegada de Internet supone la oportunidad
para crear un contexto mediático con grandes posibilidades de acceso a la información
y alejado de la concentración empresarial. Por otra parte, otros sostienen que ni las
tecnologías digitales no han anulado las lógicas vigentes ni el poder del capital. Como
conclusión, se propone que el modelo de periodismo que cabría esperar es el que proporcionase al ciudadano una información relevante, atractiva, de calidad y precisa para
su vida cotidiana.
El capítulo quinto abre el bloque dedicado al análisis de la participación ciudadana
en el periodismo y sus consecuencias democráticas. Este texto, firmado por Xosé López
García, analiza la gestión que los medios de comunicación hacen de la participación
ciudadana. En concreto, señala como la apertura de nuevas vías de acceso gracias a la
web 2.0, así como su capacidad de producir contenidos, han iniciado una profunda
transformación de las prácticas periodísticas. Su objetivo es revisar los actuales modelos de participación implantados en los medios de comunicación para conocer mejor
estos cambios, tanto en el periodismo, como en las sociedades actuales. Los resultados
[14]
Andreu Casero-Ripollés
obtenidos indican que ya existen modelos, como el de la BBC, capaces de orientar la
participación hacia un periodismo basado en la pluralidad de voces ciudadanas. Asimismo, el autor mantiene que, aunque la implantación y uso de las tecnologías digitales
por ciudadanos y profesionales todavía sigue en evolución, todos coinciden en asumir la
participación de la ciudadanía como un elemento fundamental en la construcción del
discurso periodístico.
Por su parte, Félix Arias, Fátima Navarro y José Alberto García Avilés, en el capítulo sexto, estudian las nuevas funciones que el periodista está adquiriendo en el entorno
digital, caracterizado por una abundancia de canales informativos, un flujo constante de
contenidos y la participación activa de los usuarios. Su objetivo es averiguar las causas,
el alcance y las consecuencias de estas transformaciones. A partir de sus resultado, los investigadores sostienen que, pese a que la figura clásica del gatekeeper está desapareciendo,
el periodista todavía sigue siendo imprescindible para salvaguardar una sociedad libre y
democrática. No obstante, en la conformación de la agenda informativa, están entrando
en juego otros factores condicionantes, como la opinión de los usuarios. De esta manera, elementos como la interactividad, hipertextualización y adaptación del mensaje al
lenguaje web son algunos de los parámetros que deben tener en cuenta hoy en día los
periodistas, para mejorar su información y que sea mejor acogida por los usuarios.
El capítulo séptimo, a cargo de João Canavilhas y Catarina Rodrigues, profundiza
en el cambio que se ha producido en el rol de los periodistas como creadores de información debido a la aparición de la web 2.0. En este contexto, emergen los denominados
produsers, prosumers y gatewatchers, todos ellos representados por ciudadanos con una
alta capacidad de participación y de creación de contenidos. Su objetivo es analizar este
tipo de contenido publicado por los ciudadanos en los espacios ofrecidos por periódicos
digitales de Portugal y España, con el fin de determinar qué tipo de temas se tratan, qué
prácticas periodísticas son utilizadas por la ciudadanía y qué importancia atribuyen los
medios a estos espacios. Sus resultados señalan que, en ninguno de los casos analizados,
los contenidos publicados siguen las rutinas y prácticas básicas del periodismo, fundamentales para garantizar la credibilidad de la información. Asimismo, concluyen que,
pese a su valor para el fortalecimiento de la democracia, el periodismo participativo
todavía está lejos de ser una realidad patente.
Con el capítulo octavo nos adentramos en el bloque dedicado a examinar los nuevos modelos de negocio del periodismo y sus implicaciones democráticas. Este texto,
firmado por José Vicente García Santamaría, José Fernández-Beaumont y Félix Pérez
Bahón, analiza el marco de aparición de nuevos proyectos periodísticos desde una óptica industrial. Se trata de un fenómeno en auge que, sin embargo, según los autores,
todavía no tiene una base clara y definida, debido a que los grupos de comunicación,
especialmente los medios, todavía no ven en la red un modelo económico rentable.
También influyen las dificultades derivadas de la continua actualización, que impide
fijar una serie de prácticas y esquemas de gestión estables. El objetivo de los autores es
conocer si estos nuevos proyectos online en España cuentan con un modelo de negocio estable. Sus resultados demuestran que ninguno de los modelos planteados en los
medios digitales españoles ha funcionado, y que resulta prácticamente imposible saber
Introducción
[15]
qué modelo funcionará en un futuro inmediato, aunque sugieren que los recursos publicitarios seguirán jugando un papel clave y central. Asimismo, afirman que la adopción
de un patrón viable afectará profundamente a la estructura y a los modelos de negocio
imperantes hasta el momento.
María Teresa Sandoval-Martín y Eduardo Rodríguez, en el capítulo noveno, analizan las nuevas iniciativas empresariales que han surgido en el campo periodístico tras
el fuerte impacto de la crisis económica, los cambios tecnológicos y la consiguiente
búsqueda de un nuevo modelo de negocio. En concreto, su propósito es examinar dos
tipos de proyectos periodísticos: los pioneros surgidos en los últimos años y aquellos que
se han mantenido con un modelo innovador, original y viable que persigue ofrecer a sus
lectores un periodismo de calidad. Sus resultados revelan tres conclusiones relevantes. La
primera, centrada en la financiación, apunta que los nuevos modelos de medios se caracterizan por perseguir un ideal independiente de los intereses de los grandes accionistas y
anunciantes, y por centrar su punto de mira en métodos como la suscripción, la creación
de fundaciones o cooperativas y el micromecenazgo. En segundo lugar, respecto al tamaño de la empresa, se detecta que predominan las pequeñas redacciones, de no más de 20
trabajadores, lideradas por periodistas con dilatada experiencia en medios tradicionales o
en otros medios digitales. Por último, se concluye que persiguen un periodismo de mayor calidad, pues todos tienen muy clara la necesidad de crear una comunidad en torno
al medio, combinando diversas fórmulas de participación activa.
Finalmente, el capítulo décimo, a cargo de Charo Sádaba y Ramón Salaverría, se
centra en el estudio de los labs, las unidades implantadas en los medios para impulsar
nuevas ideas y modelos de innovación aplicados al actual panorama comunicativo. Se
trata de un fenómeno reciente, todavía en desarrollo, pero que nace como una fórmula
de renovación ante la continua revolución tecnológica y económica por la que atraviesa
el sector. En concreto, se analizan estos laboratorios desde los puntos de vista teórico,
tipológico y empírico, con el fin de conocer sus modelos y tendencias en el contexto español. Esta investigación muestra que, hasta principios de 2015, la existencia de labs era
apenas una excepción. Destacan en España los casos de RTVE, el Diario de Navarra, El
Confidencial y el grupo Vocento, básicamente orientados a la innovación sobre aspectos
narrativos por encima de otras opciones, como la experimentación tecnológica, el desarrollo de nuevas empresas o las iniciativas de formación. Además, este estudio revela que,
sin emplear la denominación de lab o laboratorio, algunos medios ya han abierto en su
seno unidades dedicadas a la innovación, especialmente en el ámbito del periodismo de
datos y las narrativas multimedia.
En conjunto, estos diez capítulos conforman un recorrido estimulante y riguroso
por los nexos entre periodismo y democracia en el entorno digital. Un viaje que permite
observar y analizar las transformaciones que están impulsando las tecnologías, y también
apreciar aquello que permanece de forma esencial. Un trayecto que revela la dialéctica
entre cambio y continuidad que hoy caracteriza los vínculos entre estos dos conceptos
tan importantes para nuestras sociedades en el pasado, el presente y el futuro.
[16]
Andreu Casero-Ripollés
Bibliografía
Casero-Ripollés, A., & A. Gutiérrez-Rubí (2014). ¿Un cambio de paradigma? Democracia y nuevos medios digitales. Telos, 98, 44-47.
Chadwick, A. (2013). The hybrid media system: Politics and power. Oxford: Oxford University Press.
Schudson, M. (2015). How to Think Normatively About News and Democracy. En K.
Kenski & K. H. Jamieson (Eds.), The Oxford Handbook of Political Communication. Oxford: Oxford University Press.
1. Democracia, información y libertad de opinión en
la era digital
Luís Núñez Ladevéze
Universidad CEU San Pablo
1.1. Periodismo controlado y periodismo condicionado
1.1.1. Periodismo controlado y controlador
Periodismo y democracia parece que están bastante unidos, aunque no se pueden
vincular sin más. En países donde no hay democracia hay, sin embargo, periodismo. Por
tanto, no en todos sus aspectos el periodismo está ligado a la democracia. Si hubiera
que simplificar la relación, yo propondría la siguiente fórmula: el periodismo ha sido, y
posiblemente sigue siendo, una condición sine qua non para aplicar la democracia en grandes
superficies (o grandes poblaciones), pero la inversa no es cierta. No hay democracia sin periodismo, pero puede haber y de hecho hay periodismo sin democracia. Lo que equivale a decir
que puede haber periodismo sin libertad de opinión, sin reconocimiento del derecho a
la información y sin transparencia del poder político. A este periodismo ejecutado en
entornos donde no se reconoce la libertad de opinión lo llamaré periodismo controlado,
o más gráficamente, periodismo enjaulado. Pero también puede llamarse periodismo
controlador, pues se controla la información para que, en lugar de estar al servicio de la
libertad de opinión, sirva como instrumento del poder político.
No hay democracia sin periodismo. Pero no es menos cierto que el ejercicio del
periodismo entendido como una tarea profesional para suministrar información de actualidad útil y simultánea a poblaciones de ciudadanos sin relaciones personales entre sí,
puede ser controlado por el poder político.
[18]
Luís Núñez Ladevéze
Invito a la reflexión. Se puede hablar del periodismo durante la Alemania nazi,
durante el franquismo y lo hemos hecho constantemente al referirnos a Pravda o a
Granma. También el periodismo se ejerce en Irán, en las teocracias árabes, en Venezuela
y en Pakistán. Desde el punto de vista de la especialización profesional de una actividad
social, las técnicas de elaboración, presentación y difusión de la noticia del periodismo
controlado son similares a las del libre. Artesanalmente hablando, no se distinguen uno
de otro (Van Dijk, 1988).1
Entonces la primera conclusión simplificada es que el periodismo es necesario para
la democracia, pero la democracia no es condición para el ejercicio del periodismo.
Pero ¿por qué el periodismo es necesario para la democracia? Porque no puede haber
democracia en grandes superficies si no hay libertad de expresión y acceso de la población a la
información de contenido público, es decir, si el ciudadano no puede conocer los procesos de
toma de decisiones políticas sobre los asuntos que los conciernen.
1.1.2. Periodismo condicionante y condicionado
Basándonos en esta apreciación podemos, por tanto, distinguir entre un periodismo
enjaulado, un periodismo en entornos en que no se reconoce la libertad de opinión o
no es posible en la práctica expresarse libremente, un periodismo al servicio del poder
político; y un ejercicio libre del periodismo, es decir, un periodismo independiente, no
sometido a control. Esto no quiere decir que el periodismo libre sea incorruptible. Igual
que hay ladrones de guante negro y de guante blanco, policías íntegros y policías corruptos, también hay periodistas que se corrompen, se venden, o tergiversar su información
para ofrecerla a adaptarla a los intereses de algún postor oculto. La posible distinción de
un periodismo puro y un periodismo corrompido, entre el deber y el ser, es abstracta.
No existe el periodismo puro. Toda actividad en una sociedad libre está socialmente
condicionada por las demás. En la democracia no hay actividades puras, cada una está
condicionada por el resto. El periodismo es un condicionante del poder político, de los
intereses del mercado y de la opinión. Y recíprocamente, está condicionado por esos
intereses ajenos.
Expliquémonos: En toda sociedad libre, los intereses legítimos se condicionan
unos a otros. Es impensable que el periodismo pueda quedar ajeno a esa interacción. En
primer lugar, el gobierno y los partidos presionan a la tarea periodística. Pero también
las empresas, las agencias publicitarias, los sindicatos, los grupos de presión, las distintas
iglesias, las asociaciones de vecinos… Cualquier asociación interesada en promover su
imagen social condiciona al periodismo o trata de utilizar a su favor al periodista. A su
vez, también la actividad periodística es un factor que condiciona los mismos procesos
de los que forma parte o que pretenden utilizarla. Todos los elementos del conjunto se
1 Hace varios años Teun van Dijk hizo un análisis comparativo de la información de más de un
centenar de periódicos del mundo cuyos resultados publicó en parte en News Analysis. Entre otras cosas,
advirtió allí que el tratamiento de la información, las técnicas de presentación y la redacción eran intercambiables. Las tendencias, matices ideológicos, orientación informativa, se mostraban en la selección, el orden,
los títulos, la evaluación y en los aspectos retóricos implícitos de la redacción de las noticias.
1. Democracia, información y libertad de opinión en la era digital
[19]
condicionan entre sí. Un periodismo libre no deja de ser, por tanto, un periodismo condicionante y condicionado. Se puede plantear cuánto dificulta o imposibilita la libertad,
el grado de presión, en especial, el procedente del poder político. La medida de la libertad
de opinión como ingrediente de la calidad democrática es un tema principal para la investigación periodística al que no se le presta la atención que se merece. Aprovecho para hacer
una llamada al estudio de esta faceta de nuestra vocación de investigadores, pues una
cosa es la declaración dogmática de las constituciones sobre la libertad de prensa y otra
la realidad práctica de la vida en sociedad: un espacio púbico que facilite la pluralidad de
opiniones expresadas a través de los medios de comunicación no es equivalente a un entorno político que, en la práctica, impida el libre flujo de la información y de la opinión.
La presión empresarial es un obstáculo a la libertad informativa, pero no el más
intenso como a veces argumentan con simpleza los alumnos de primer y segundo curso.
Más poderoso es la intromisión parcial del poder político que, con frecuencia, tiende
a convertirse en un control efectivo. Creo que esto ocurre en países hispanoamericanos
en el que el enfrentamiento entre periodismo libre y gobierno es muy fuerte. El poder
dominante es el que controla el Boletín del Estado.
Sobre todo esto he escrito e investigado algo. Hay que tenerlo en cuenta a efectos
de la primera parte del enunciado de este libro: “periodismo y democracia”. En los últimos años me he interesado por un tipo de condicionamiento particular que coincide
justamente con la segunda parte del enunciado que nos reúne en este libro: “el entorno
digital”. La atención de investigadores, profesionales y estudiosos de los cambios implicados por el nuevo entorno digital en el desempeño de la actividad periodística ha ido
creciendo paulatinamente, aunque a veces, a mi modesto modo de ver, se han confundido churras con merinas.
1.2.El condicionamiento tecnológico del medio de
comunicación
Ha surgido de pronto una especie de súbito e inesperado condicionamiento. Se
trata del que padece el periodismo a causa de la nueva tecnología digital de la comunicación. La cuestión puede plantearse en forma de pregunta: ¿cómo afecta a la actividad
periodística y, de paso, a la democracia, la tecnología digital? Parece que es una pregunta
nueva, y muchos lo han creído así. Pero en realidad es un tema muy antiguo, que se ha
planteado en distintas épocas, cada vez que se ha producido una innovación importante
en la transmisión de la comunicación, es decir, cada vez que ha aparecido un nuevo medio de comunicación como factor condicionante del contenido comunicado.
1.2.1. La preocupación por el condicionamiento tecnológico
En mi opinión, fue McLuhan quien más profundamente ha tratado el tema en
época reciente, pero habría que remontarse a Platón (Núñez Ladevéze, 2012a y 2012b)
para encontrar la primera reflexión a fondo, vigente en muchos aspectos, sobre la importancia de la tecnología de la comunicación como un factor específico condicionante del
contenido del mensaje y de las alteraciones históricas que produce. Su rasgo específico es
[20]
Luís Núñez Ladevéze
que cuando la nueva tecnología abarca todo el proceso comunicativo afecta a la sociedad en su
conjunto, porque la interdependencia entre sus partes afecta a todos los elementos del proceso
comunicativo. Es un condicionante no condicionado porque su propia eficacia procede de ser
condición del conjunto.
Es significativo que la reflexión sobre este tema tenga un origen tan lejano. Implica
que hay aspectos sustanciales que no varían, que permanecen uniformes a lo largo del
tiempo, a pesar de que el progreso de la tecnología comunicativa introduce importantes
alteraciones sociales. Es patente que la renovación tecnológica aparejada a la digitalización es un condicionante que obliga al periodismo a transformarse y a adaptarse al
nuevo entorno. Esto no quita que la distinción entre periodismo libre y periodismo
condicionado sea igualmente aplicable. Los conceptos sustantivos de democracia, libertad y
poder no sufren a causa del nuevo escenario digital. El periodismo, como novedad vinculada
a la tecnología, tampoco cambia. Esta aserción requiere, por supuesto, una explicación
que la justifique.
La afirmación de que los conceptos sobre democracia política y poder no varían,
es compatible con la apreciación, que comparto, de que el fenómeno de la transmisión
de contenidos digitalizados (sean o no periodísticos) a través de la red es la novedad más
deslumbrante que se ha producido en el medio de comunicación desde la invención
de la escritura. Al menos, yo la entiendo así. Y podría extenderme bastante sobre este
asunto. Me ahorro el comentario para poder centrarme en el tema concreto que nos
ocupa de “democracia y periodismo en el entorno digital”.
Lo importante es que lo hasta ahora expuesto obliga a vincular dos asuntos que
también podrían tratarse por separado. Por un lado, el relativo a los condicionamientos
sufridos por el periodismo en el nuevo entorno digital; y, por otro, el tema conceptual
de las relaciones entre democracia, periodismo y libertad de opinión.
1.2.2. El impulso democratizador producido por la imprenta y la rotativa
Vayamos al tema de los condicionamientos que sufre el periodismo en el nuevo
entorno digital. Resumiré mi punto de vista. Siempre he mantenido que la actividad
periodística surge vinculada a la virtualidad del medio comunicativo, al progreso tecnológico que hace posible la reproducción ilimitada y la difusión inmediata de un mismo
mensaje. No aparece el periodismo profesional o propiamente dicho hasta que no se difunde
el uso de la imprenta. Al multiplicar el número de copias de un texto, la imprenta alteró
el acceso social al conocimiento. Lo que no era accesible cuando la comunicación se
basaba en la actividad de los copistas, comienza a serlo al propagarse la actividad de
reproducción de copias basada en la tipografía. Ser amanuense resulta improductivo y
antieconómico cuando ya comienza a sedimentar la nueva profesión de los tipógrafos.
Es poco útil seguir copiando a mano cuando se puede usar la imprenta. Esto no
impide que se pueda seguir copiando a mano. Es llamativo, para mi punto de vista, que
el primer códice reproducido tipográficamente fuera una biblia, la denominada de Gutenberg o de 41 líneas. ¡Ojo!, que le reforma estuviera vinculada a la imprenta, no quiere
decir que fuese predeterminada por ella. Ni siquiera sugiero que la imprenta favoreciese
o fuera un aliado de la reforma protestante (Gilmont, 1998; Escolar, 1990). Lo aclaro,
1. Democracia, información y libertad de opinión en la era digital
[21]
porque me anticipo a reafirmar que tampoco insinúo que la red sea un aliado de una
democracia planetaria. Lo que quiere decir es otra cosa: que la reforma, basada en el
principio del “libre examen de los textos bíblicos”, hubiera sido muy difícil de promover
o imposible de imaginar si la circulación de los textos sagrados se hubiera limitado a los
reproducidos mediante las técnicas de transcripción de los copistas. Si no hay copias de
libros, no puede haber acceso de muchos intérpretes a los textos. Es muy improbable que
se pudiere propugnar un “libre examen de textos” si la imprenta no hubiera multiplicado
las copias para que pudieran ser examinadas por muchos lectores sin acceso a ellos. Para
que muchos pudieran examinarlos por libre es necesario disponer de copias para los
intérpretes2. Y no es que los textos estuvieran controlados por la autoridad, es que necesariamente tenían que reproducirse por especialistas que supieran leerlos. No se requería
libertad de interpretación, porque no había acceso a intérpretes lectores sin imprentas
que los reprodujeran (McLuhan, 1962)3. Paralelamente, tampoco puede haber una democracia planetaria sin un medio que permita la comunicación interactiva en el planeta.
Esto no quiere decir que, porque la reforma no fuera imaginable sin la imprenta,
la imprenta por sí sola hiciera inevitable la reforma. Se daban también circunstancias
sociales y discursivas previas, como los movimientos husitas y los wiclefitas, la venta de
indulgencias, el florecimiento del Humanismo, la erosión de las costumbres eclesiásticas,
el surgimiento de la astronomía copernicana, las ansiedades de una burguesía emergente,
la rivalidad entre monarquías absolutas y Papado…4 Por tanto, no quiero decir que haya
un designio histórico ligado al medio de comunicación como a veces parece desprenderse de McLuhan. El medio constituye una condición de posibilidad de algunos cambios,
sin cuya mediación, no se hubieran podido producir, pero eso no obliga a pensar que
esos cambios tuvieran que producirse sin re-medio. La contrarreforma o el concilio de
Trento son respuestas a la Reforma protestante y se sirvieron de la imprenta tanto o más
que la Reforma, al igual que en la actualidad los movimientos antisistema al usar la red
sirven al sistema. Insisto, el medio de comunicación es condición del conjunto.
2 “En sus obras impresas, ya que ahora las ideas y sentimientos religiosos gozaban de un medio de
propaganda que duplicaba su difusión … En la Biblia, traducida a la lengua vulgar y puesta en manos de
todos los fieles sin cortes, reservas ni censuras previas de un cuerpo de intérpretes sancionados por la divinidad… los contemporáneos de los primeros reformadores encontraban algo que perseguían con violento
y razonado deseo…” Lucien Febvre (1985). Erasmo, la contrarreforma y el espíritu moderno (pp. 38 y 47).
Barcelona: Orbis. Respecto de las traducciones españolas “como consecuencia del espíritu de Trento y de
las suspicacias de la Inquisición que lo entendía en un sentido muy estricto (llegó a prohibir la lectura de
la Biblia en lengua romance o en cualquier otra lengua vulgar)…” Hipólito Escolar (1974). Historia social
del libro, 11. Del alifato a la Biblia. Madrid: Anaya.
3 Entre la copiosa bibliografía utilizo, con matices discrepantes, la interpretación de Condorcet
(1980): “es a la imprenta a la que se debe la posibilidad de difundir las obras que solicitan las circunstancias
del momento o los pasajeros movimientos de opinión, y de interesar así, en cada cuestión que se discute…
Los libros alemanes de los nuevos reformadores se introducían simultáneamente en todas las aldeas del
Imperio”. Cfr. Bosquejo de un cuadro histórico de los progresos del espíritu humano. Madrid: E. Nacional 1980.
(Octava época, 165 y ss.)
4 Sigo en esto, de la inabarcable bibliografía, la interpretación ya citada de Lucien Febvre.
[22]
Luís Núñez Ladevéze
He tratado de precisar qué tipo de relación se puede establecer entre imprenta
e impulso democratizador. Suele interpretarse que el principal efecto democratizador
de los medios consiste en que facilita el acceso a contenidos a muchos lectores que no
podrían conocer esos contenidos de no existir el instrumento mediador. Desde este
punto de vista la imprenta podría representar frente a los copistas un instrumento democratizador y hasta cierto punto libertario: hace posible la libertad de examinar los
textos, porque pone muchas biblias a disposición de muchos intérpretes. El libre examen
bíblico es posible por la imprenta. De esto no se deduce que la Reforma fuera de suyo
más democrática. Lo que se deduce es que la imprenta es un condicionante que permite
un uso posible, sin cuya mediación sería imposible, pero no determina ese uso (Núñez
Ladevéze, 2012a y 2012b)5.
1.2.3. La comunicación en la democracia directa y en la representativa
Me parece que este modo de relacionar la reforma protestante, o más estrictamente
hablando, el principio del libre examen, con la imprenta, puede servir para comprender
en qué sentido a mi juicio la democracia queda ligada a un principio posterior, fruto
justamente del desarrollo histórico del “libre examen”. Me refiero a cómo los libros, el
libelo, los impresos, que posibilitan la rápida difusión de las ideas librepensadoras pueden vincularse a la revolución francesa. O a cómo la prensa cilíndrica, que da lugar a la
implantación de la rotativa, acelera la libre difusión de ideas en poblaciones distribuidas en
grandes superficies, las condiciones de posibilidad para una democracia representativa.
Se comprende ahora mejor por qué hablé antes de democracia de extensas superficies
o de grandes poblaciones. Y también por qué he enfatizado que los conceptos sustantivos
de libertad, democracia, libertades personales y derechos humanos no varían a causa
de la tecnología. Lo que busco señalar es que la noción de democracia no ha cambiado
significativamente de Aristóteles a nuestros días, lo que ha cambiado es que la tecnología
de la comunicación produce las condiciones que hacen posible diversas formas de implantación. La prensa permite que la democracia semidirecta ateniense se extienda a grandes
superficies mediante un proceso de delegación del poder: la democracia por representación.
Aristóteles, como todavía Rousseau, cuando habla de democracia, piensa en la polis
griega: un entorno de relaciones en poblaciones limitadas, donde muchos ciudadanos se
conocen y, aunque tienen relaciones directas y pueden deliberar cara a cara, no todos las
decisiones se realizan en la asamblea6. Tampoco se le ocurre pensar en que la democracia
deliberativa pueda aplicarse a un imperio como el de Alejandro, por ejemplo. Cuando
5 “… La Iglesia no había tardado en darse cuenta de que el nuevo arte podía aportar a la religión
la misma y poderosa ayuda que a la pedagogía o a la literatura. En consecuencia, por todas partes, en todos
los países, el clero había tomado parte activa en la difusión de la nueva técnica…” L. Febvre, id. 39.
Véase Mº del Mar Ramírez Alvarado (2009). Información y contrainformación: la evolución de la
imprenta en el periodo de la Reforma luterana y la Contrareforma, Anàlisi, 39, 149-162.
6 “Un análisis del régimen ateniense, el ejemplo más conocido de democracia clásica, muestra que
otra característica (comentada con menos frecuencia) separa igualmente la democracia representativa de la
llamada democracia directa. En la democracia ateniense, muchos poderes no estaban en manos del pueblo
reunido en asamblea. Ciertas funciones eran ejecutadas por magistrados electos. Pero particularmente sin-
1. Democracia, información y libertad de opinión en la era digital
[23]
en sus Consideraciones sobre el gobierno representativo, Stuart Mill distingue entre democracia (directa) y gobierno representativo, es porque piensa en grandes superficies,
donde poblaciones extensas han de elegir o revocar al gobernante sin poder mantener
relaciones personales7.
El concepto de democracia como elección del pueblo y para el pueblo no se modifica sustancialmente al distinguir entre gobierno representativo y democracia directa.
Como se ha ampliado el escenario, el procedimiento de elección de la magistratura se ha
adaptado a las condiciones de un entorno inabarcable para la elección directa. Entre los
griegos la elección democrática del magistrado se realiza por sorteo, al azar. La democracia directa roussoniana, se realiza por votación entre todos. En el gobierno representativo
los legisladores se nombran o revocan a través de un proceso electoral que delega o transfiere el poder de una gran población cuya dispersión en una gran superficie imposibilita
que pueda ejercitarse de modo directo por decisiones adoptadas por los propios ciudadanos. A través del procedimiento de la representación, el gobierno democrático se convierte
en democracia indirecta, pero la sustantividad democrática permanece igual.
La justificación más frecuente de la sustitución de la democracia directa por la
indirecta se basa en la obvia consideración de que en extensas superficies y para grandes
poblaciones la democracia indirecta es técnicamente imposible8. En cambio sí es posible, gracias a la difusión de la información a través del periódico, que todo ciudadano
pueda conocer los programas de los aspirantes a gobernar, tener una opinión sobre su
capacidad de ponerlos en práctica, enjuiciar su capacidad de liderazgo, y expresar sus
preferencias a través del proceso electoral. Gracias a la renovación del medio de comunicación y, principalmente, gracias, primero, a la invención de la prensa de cilindro y,
gular es que la mayor parte de los cometidos que no realizaba la asamblea era asignados a ciudadanos seleccionados por sorteo”. Cfr. George Manin (1998). Los principios del gobierno representativo. Madrid: Alianza.
7 “1) Que el único sistema de gobierno que puede satisfacer por completo todas las exigencias de
la sociedad será un sistema en el que participe todo el pueblo; 2) que cualquier participación, incluso la
más pequeña función pública, es útil; 3) que la participación deberá ser tan grande como el grado general
de desarrollo de la comunidad lo permita; 4) que, en último término, nada puede ser más deseable que
admitir a todos en la participación del poder soberano del Estado. Pero cuando la comunidad excede las
dimensiones de una ciudad pequeña no todos pueden participar personalmente en los asuntos públicos,
como no sea en la mínima proporción, de ello se sigue que el modelo ideal de gobierno perfecto ha de ser
el gobierno representativo… Lo que la expresión “gobierno representativo” significa es que la totalidad del
pueblo, o una numerosa porción de este, ejerce el poder más alto –ese poder que en todas partes debe residir
en algún sitio- a través de diputados elegidos periódicamente por el pueblo mismo. Ese poder supremo debe
poder poseerlo el pueblo por completo”. Stuart Mill (2001). Consideraciones sobre el gobierno representativo
(pp. 94-110). Madrid: Alianza. Trad de Carlos Mellizo.
8 “En entidades políticas del tamaño de los estados modernos, más grandes y más populosos que
las ciudades-estado de la Antigüedad, no es posible reunir a todos los ciudadanos en lugar para deliberar
y tomar decisiones como un único órgano. Inevitablemente, por tanto, las funciones del gobierno son
ejecutadas por un número de individuos inferior a la totalidad de los ciudadanos. Como hemos visto, la
imposibilidad práctica de reunir a todo el pueblo no fue la principal motivación de aquellos fundadores
de estas instituciones, como Madison o Siéyès. El hecho sigue siendo que el tamaño mismo del Estado
moderno tiene como efecto hacer materialmente impracticable que el pueblo reunido en asamblea tuviera
algún papel en el gobierno”. Manin, id.
[24]
Luís Núñez Ladevéze
después, de la rotativa, toda la información llega casi instantánea y simultáneamente a
todos los ciudadanos. De este modo, democracia indirecta y rotativa vienen aparejados:
la prensa de cilindro y la rotativa se convierten en la condición técnica de posibilidad de
una democracia representativa o indirecta que sustituya a la inviable democracia directa
en grandes poblaciones.
En suma, la multiplicación y difusión instantánea y simultanea de la información
y la opinión son condición de posibilidad de la democracia indirecta en grandes superficies a través de la representación. Si la radio y la televisión no cambian el modelo es
porque, aunque añadan la voz y la imagen a la letra impresa, no modifican sino que potencian la principal virtud de la rotativa: la difusión simultánea y ahora ya instantánea de
un mismo mensaje a una población diseminada. De aquí que la democracia del gobierno
representativo corresponda a un periodismo que permite a todo ciudadano acceder a la
información pertinente para enjuiciar al gobernante, elegirlo o revocarlo.
Podría detenerme a considerar algunos condicionantes inherentes a la televisión.
No hace mucho tiempo que se puso de moda la expresión de “teledemocracia” (Becker,
1981: 6-ss; Becker y Slaton, 2000; Berrocal, 2005; Berrocal y Cebrián, 2009: 41-60) o
de “videocracia” para referirse a cómo la transmisión televisada de la información y de
los debates contribuyeron a modificar la relación entre gobernante y gobernado. Con el
predominio del mensaje audiovisual sobre el escrito se fomenta que la apariencia ante la
cámara y el liderazgo personal tengan más relevancia para obtener el favor de la audiencia que el contenido del programa. No voy a detenerme en estos aspectos. Lo importante
es que los medios audiovisuales no modifican que la democracia siga siendo representativa, porque la televisión y la radio, como la prensa, siguen siendo unidireccionales. Es
decir hasta la aparición de internet y de la digitalización, el medio de comunicación no
permitía el intercambio simultáneo de la función emisora y la receptora, lo que ahora se
llama “interactividad”. La tecnología multiplicaba la difusión del mensaje en el ámbito
de la recepción, pero no en el de la emisión ni en la producción. Los emisores eran pocos
y los receptores ilimitados.
1.2.4. La democracia directa a través de la red
Las posibilidades de interlocución que posibilita la red han producido una importante alteración de los procedimientos utilizados hasta ahora para conseguir la atención
del destinatario del contenido audiovisual y del mensaje publicitario a los que la teoría
de la comunicación clásica calificó de “unidireccionales”. Los críticos de la industria
cultural de la sociedad de consumo de masas, como la Escuela de Francfort y la fenomenología personalista reprocharon a la industria capitalista que no había dificultad técnica
para sustituir la “unidireccionalidad” por lo que hoy llamamos “interactividad”. Si no
se hacía era porque la industria cultural monopolizaba el control de la producción y la
emisión de los mensajes o contenidos.
En aquellos años uno de los más afamados críticos francfortianos, Hans Magnus
Enzensberger, autor de un opúsculo que tuvo una gran influencia censuraba a la industria cultural occidental de este modo:
1. Democracia, información y libertad de opinión en la era digital
[25]
“unos medios como la televisión y el cine en su aspecto actual, no están al servicio de
la comunicación, sino que más bien la obstaculizan. No permiten ninguna influencia
recíproca entre el transmisor y el receptor; desde el punto de vista técnico, reducen el
feedback al nivel mínimo que permite el sistema. Sin embargo, este estado de cosas no
puede ser justificado desde el punto de vista técnico. Muy al contrario, pues la técnica
electrónica no conoce ninguna distinción de principio entre el transmisor y el receptor.
Cualquier radiorreceptor a transistores también es, por la naturaleza de su construcción, una emisora en potencia, pues por acoplamiento o reacción puede actuar sobre
otros receptores. Por lo tanto, la transformación de un mero medio de distribución
en un medio de comunicación no ofrece ningún problema de índole técnica. Esta
transformación se evita conscientemente por unas pésimas razones políticas. Así, la
diferenciación técnica entre transmisor y receptor refleja la división social del trabajo
entre productores y consumidores, que ha adquirido una agudización política especial
en el campo de la industria de la conciencia. Porque, en último término, está basada
en la contradicción básica entre las clases dominadoras y las dominadas (esto es, entre
el capital o la burocracia y las masas dependientes…)” (Enzensberger, 1972:34).
Durante bastante tiempo la crítica de la industria cultural de la posguerra se centró en la idea de que las limitaciones de la comunicación unidireccional eran producto
del “capitalismo tardío”, para impedir la “interactividad” entre las funciones emisoras y
receptoras. Según los críticos el intercambio de ambas funciones favorecería el impulso
democratizador, el cual está presupuesto en el uso interactivo, no controlado por la
industria, del medio comunicativo. No eran las limitaciones de la tecnología las que
impedían que el cine, la televisión y la radio, fueran interactivos, sino que, al monopolizar esas funciones, la industria cultural al servicio del capitalismo obstaculizaba el
intercambio democrático de funciones. Los emisores eran pocos y estaban en manos de
las empresas capitalistas, los receptores eran el blanco publicitario de la industria cultural
convertida en industria de entretenimiento gregario para mantener el adocenamiento de
una sociedad masificada.
La crítica marxista, Adorno, Horkheimer y otros representantes de la Escuela de
Francfort, entre ellos el entonces joven Habermas, atribuían a las empresas, como monopolizadoras del proceso, el oculto designio de que los destinatarios no pudieran utilizar
a su servicio la potencialidad emisora del medio de comunicación (Habermas, 1999).
Simplificando el argumento, este afán procedía del interés de la burguesía por monopolizarlo y del efecto artificial de medidas económicas y burocráticas impuestas por o
puestas al servicio de la clase dominante. El principal argumento se basaba en la hipótesis de que “solo es auténtica comunicación la que se asienta en un esquema de relaciones
simétricas”, a lo cual se accedería cuando las relaciones entre emisor y destinatario no
fueran rígidas, sino intercambiables. También, sobre principios más fenomenológicos y
existencialistas, el profesor Pasquali insistía en que era preciso promover en la práctica
el ideal de la bivalencia. “Todo transmisor puede ser receptor, todo receptor puede ser
transmisor” (Pasquali, 1963: 13). Si no lo son, aseguraba, era como consecuencia de
interesados controles establecidos para impedirlo.
Bueno, ya estamos donde Hans Magnus Enzensberger decía a finales de los 60
que no estábamos porque la industria impedía que estuviéramos. Y lo estamos gracias
[26]
Luís Núñez Ladevéze
al impulso de esa industria puesta al servicio de un capitalismo, ahora no tardío, ya
postmoderno o digital. A partir de la red las funciones de emisor y receptor son intercambiables, interactivas y simultáneas. Si no había simetría en los papeles de emisor y
receptor, ahora sí la hay. Y este es el gran cambio comunicativo aportado por la creación
del entorno de la red. Cualquiera puede ser emisor y receptor de mensajes en serie y establecer
comunicación personal instantánea y simultánea en todo el planeta.
Si hubiera sido cierta la interpretación de los críticos de Francfort, el desarrollo de
la red, su eficacia para promover la interacción, la facilidad con que ha conseguido el
intercambio de funciones, el “ciberactivismo” (Jordan y Taylor, 2004), los “movimientos
antisistema”, la “autogestión de las redes sociales”, serían avances de la democratización
política para regenerar una evidente crisis de la democracia de partidos (Shirky, 2008).
Algunos se han precipitado a afirmarlo sin reparar en que los cauces de la red, por ser
condicionantes del conjunto, son igualmente instrumentalizados por movimientos de
signo contrario. Además, si hay algún aspecto de internet más dudoso, es justamente el
de estas redes cuyos datos pueden pasar a ser controlados por quienes los contienen en
los servidores de la red.
No se espere, por tanto, que la red favorezca más el impulso emancipador que el
fanatismo (Núñez Ladevéze, 2012a y 2012b)9, como, por ejemplo, tampoco la imprenta
estuvo más al servicio de la Reforma que de Trento. La red es un instrumento, un cauce
por donde pueden transitar unos, otros o todos juntos10 tanto las toxinas antidemocráticas como los anticuerpos que las contrarrestan. Es un condicionante, del que cabe preguntarse si permitirá sustituir la democracia representativa por una democracia digital
en la que el ciudadano tenga más participación de la que tiene en la gestión del poder
político.
La gran novedad de la red estriba en haber hecho posible las relaciones cara a cara
instantáneas y simultáneas en toda la extensión de la gran superficie planetaria. Por tanto, se puede, al menos teóricamente, consultar constantemente a una gran población a
través de la red sin necesidad de convocatorias específicas y sin necesidad de desplazarse
a las urnas. Pero ¿cambia esa posibilidad la sustancia de la democracia representativa?
No es aventurado pensar en un Congreso virtual al que accedan, de acuerdo con un calendario previsto, todos los ciudadanos con capacidad de votar. Ya abundan iniciativas y
propuestas sobre distintos tipos de democracia digital. Insisto: ¿cambiaría eso las cosas?
A mi modo de ver, no mucho11.
9 “… La Iglesia no había tardado en darse cuenta de que el nuevo arte podía aportar a la religión
la misma y poderosa ayuda que a la pedagogía o a la literatura. En consecuencia, por todas partes, en todos
los países, el clero había tomado parte activa en la difusión de la nueva técnica…” L. Febvre, id. 39.
10 Este carácter “ambivalente” del medio de comunicación fue puntualizado en las páginas finales
de Teoría de la acción comunicativa, donde admite que la crítica a la industria cultural de Adorno y Horkheimer, basada en la noción lukacsiana de ‘cosificación’, resulta demasiado simple, aunque él la plantea en un
sentido contrario al de quienes se apresuran actualmente a interpretar que los ‘potenciales de protesta’ del
ciberactivismo son por sí solos emancipadores. Cfr. Jürgen Habermas Idem, II: 551 y ss.
11 Relaciono este tema con el de la diferencia entre “nativos e inmigrantes digitales”. Prensky usa la
expresión “nativos digitales” de un modo análogo a como los lingüistas hablan de “lengua materna” cuando
1. Democracia, información y libertad de opinión en la era digital
[27]
1.2.5. La faceta deliberativa de la democracia en la democracia digital
Para mostrarlo introduzco una distinción de mi cosecha entre tres facetas de la
democracia. La democracia es consultiva. Las elecciones o los referendos constituyen la
faceta consultiva de la democracia, pero mientras unas son para delegar la capacidad
resolutiva del ciudadano mediante la representación, los otros son consultas directas y
resolutivas. Los elegidos por el cuerpo electoral pasan a ser representantes de los electores
para discutir y decidir las leyes. Es por ello, deliberativa: la función de los representantes
es constituir Cámaras para el debate legislativo. Y es por fin, resolutiva: se designa de
entre los representantes un jefe de gobierno que es quien decide el consejo de ministro
para ejecutar las leyes o, a veces, se decide una propuesta mediante referéndum.
En la faceta consultiva de la democracia el ciudadano, convertido en elector, controla o participa directamente en el funcionamiento democrático. A partir de la representación, participa indirectamente ¿Puede la interacción en la red sustituir la faceta
deliberativa por una deliberación resolutiva directa de los ciudadanos? A mi modo de
ver, no. Los ciudadanos tendrían que abordar virtualmente la faceta deliberativa. La
imposibilidad de una democracia directa virtual procede de que no es posible mantener
un debate en el que todos los ciudadanos o los internautas participen a la vez en una
discusión legislativa. Internet podría servir para hacer una consulta simple a todos al
mismo tiempo, no para que todos discutan sobre un tema complejo simultáneamente.
Un referéndum puede hacerse por internet porque es una consulta simple, pero un debate en el que todos los ciudadanos ejercieran como parlamentarios no es posible. Una
cosa es votar y otra discutir un proyecto de ley. Si todo el mundo habla al mismo tiempo
el resultado no es un debate, es un guirigay.
se refieren a la lengua natural: los inmigrantes digitales son los advenedizos a una lengua que los nativos
hablan de forma natural como si nacieran en ella. Sugiere que igual que los niños aprenden naturalmente
a hablar, los “nativos digitales” (que son niños) aprenden a usar espontáneamente la nueva tecnología, sin
necesidad de un aprendizaje específico, pues nacen en ella. Aunque esto puede ser relativamente cierto, se
unifican dos acepciones distintas de la palabra “digital”, la numérica (la expresión “digital” hace referencia a “dígito”) y la manual (alude a “dedo”): el plano manual se refiere al uso de artefactos (más o menos
espontáneo); el numérico a la codificación de las señales emitidas. Se pueden transmitir señales lingüísticas
(orales o escritas) o señales visuales y auditivas (como el cine o los ruidos de la naturaleza), los procesos
pueden ser simultáneos, pero de distinto orden. La comprensión de los contenidos de lengua digitalizados
no depende de la manipulación de los objetos que las transmiten ni de la recepción de señales visuales.
Prensky mezcla las tres cosas cuando infiere de la manipulación de los objetos y de la percepción visual que
los “estudiantes piensan y procesan la información de modo significativamente distinto a sus predecesores… piensan de forma diferente al resto de las personas” porque “desarrollan mentes hipertextuales. Saltan
de una cosa a otra. Es como si sus estructuras cognitivas fueran paralelas, no secuenciales”. Del plano de la
manipulación objetual y de la percepción visual salta al plano de la comprensión del texto e interpretación
de significados del discurso: el hipertexto es una unidad discursiva compleja, que requiere la comprensión
de los elementos de discurso que lo componen. La estructura interna de la linealidad del discurso es independiente de la manipulación de los móviles, las tabletas, los juegos, las pantallas…y de la recepción visual.
Que el desarrollo de la tecnología digital en lugar de la analógica puede aconsejar modificar los métodos de
aprendizaje, no lleva a aceptar que cambia la “estructura discursiva del cerebro”. Cfr. Marc Prensky (2001).
Digital natives, digital inmigrants on the horizon. MCN, univ press, 9(5).
[28]
Luís Núñez Ladevéze
Cuestión inquietante: ¿qué proporción de la audiencia asistiría a esos debates de
manera constante? Si ni siquiera van los parlamentarios a las sesiones… ¿cómo asegurar
en la práctica la representación de una Cámara legislativa que nunca quedaría reflejada
por la audiencia efectiva? ¿Qué seguimiento suscitaría un “programa” continuo de esta
naturaleza? ¿Podría desplazar, en las redes sociales, un debate legislativo a la atención que
dedica la audiencia a excluir a un participante del “gran hermano”? Si hubieran tenido
razón Enzensberger y los francfortianos en su crítica a la democracia formal, si fuera
cierto que la asimetría de las relaciones entre emisor y receptor era el efecto del interés
capitalista por impedir la participación del ciudadano en la política, estas preguntas que
acabo de formular no tendrían objeto. La interactividad de la red no es sinónimo de
transparencia, no es ejemplo de participación ciudadana en los asuntos públicos, no es
garantía de ecuanimidad ni de comprensión de los internautas. La faceta deliberativa es
inabordable por la red.
Probemos por otra vía: cabría considerar que los representantes discutieran entre sí
los proyectos legislativos en un Congreso representativo, pero que los ciudadanos votaran las distintas propuestas a través de la red sin intermediarios. Esto sería una ampliación del aspecto consultivo de la democracia que pasaría a englobar facetas legislativas.
El parlamento solo sería deliberante, haría sus propuestas y las decisiones quedarían
desplazadas al cuerpo electoral constituido por el conjunto de los internautas. Esto es
técnicamente posible, aunque tiene dificultades en la práctica. No andan desorientados
quienes han calificado de democracia fluida o líquida12 a las diversas variantes de esta
eventual variante de la democracia representativa: ¿qué grado de coherencia tendría un
programa político cuya aplicación quedaría al albur de imprevisibles mutaciones de la
opinión? ¿Cómo ligar las decisiones adoptadas a un programa coherente? El procedimiento podría dar lugar a que un día se decidiera implantar la cadena perpetua o la pena
de muerte y al poco tiempo liberar a los presos. Pero cabe que los ciudadanos delegasen
su confianza en representantes elegidos directamente por ellos en lugar de hacerlo a través de listas propuestas por los partidos. Surgiría un mercado por internet de solicitantes
de votos de representación para dedicarse a la gestión política en nombre de sus electores.
Sería una curiosa, y tal vez sugerente, modificación del sistema de partidos. Un mercado
abierto de solicitantes cuyas reglas de competencia leal habría que articular. Más que una
profundización de la democracia, una profundización del capitalismo
El progreso de la tecnología de la comunicación muestra que la crítica al “tardocapitalismo” se basaba en una antropología errónea. No veo que pueda sustituirse con
ventaja un Congreso deliberativo formado por representantes por un Congreso virtual
integrado por una asamblea que aglutine a la ciudadanía para decidir de los asuntos públicos a través de la audiencia de la red. Otra cosa distinta es que a través de la red pueda
organizarse un sistema de representación y de delegación del poder distinto del actual sistema
de partidos. Incluso que las fronteras políticas espaciales sean progresivamente sustituidas
por fronteras entre comunidades virtuales (Prensky, 2001). Ambas son posibilidades
abiertas a la evolución que no dejan de tener complicaciones. Más concreto será que
12 http://democracialiquida.org
1. Democracia, información y libertad de opinión en la era digital
[29]
los políticos utilicen cada vez más los instrumentos virtuales para comunicarse principalmente con sus electores y secundariamente para persuadir a quienes no les siguen.
En todo caso, hay que tener en cuenta que ciñéndonos solo al uso electoral del voto
electrónico se encuentran series dificultades para asegurar su fiabilidad (González, 2008
y 2010; Sanz, 2010: 133-158). En estos escenarios que he ordenado de menor a mayor
concreción, más limitado que las grandilocuentes pretensiones que a veces se escuchan,
sí puede haber importantes modificaciones. Pero como esto no afecta a los conceptos,
sino a los matices, lo dejo aquí, porque el tema más importante de la democracia es el de
la limitación del poder. No hay libertad de los ciudadanos para decidir políticamente si en
nombre de esa decisión el poder impide que su mandato sea revocado.
1.3.La sustantividad de la democracia en la era digital13
Se trataba de analizar cómo afecta a los conceptos básicos de la democracia los
condicionamientos y cambios sociales producidos por la aparición de un nuevo medio
de comunicación de la magnitud de internet. Ya adelanté, y ahora me confirmo, que, en
mi opinión, los conceptos sustantivos relativos a la democracia no se alteran. La democracia es lo que es: no es un proceso asambleario para que el conjunto de ciudadanos acometa
decisiones directas a través de un parlamento virtual, sino un método para asegurar la libertad de los ciudadanos en la transmisión y revocación del poder político. El concepto básico
es “libertad” para delegar o revocar el poder transferido. Sin esa libertad de decidir no
puede haber democracia. Su raíz es la libertad de opinión. Su fin, asegurar que el poder
político ejecutivo y legislativo, transferido a través del proceso de delegación, refleje la
opinión de la mayoría para aplicar un programa revocable tras haberse ejecutado durante
un periodo prefijado.
1.3.1. La libre opinión y la confianza en la democracia digital
Los ciudadanos no deciden ni pueden decidir colectivamente la elaboración de
un programa, porque no pueden discutir simultáneamente entre todos las reglas aplicables. A mi entender, cuando votan, deciden si quienes han de promover las reglas para
aplicarlas, son merecedores de la confianza en ellos depositada. La delegación del voto,
sea en la democracia fluida o en la de partidos, se basa en la confianza y está por ello
sometida a prueba y a plazo. El voto se delega para realizar un proyecto cuyos resultados
se presumen, pues no se conocen. Se emite, al votar, una conjetura sobre los resultados
de la ejecución, que puede cumplirse o no, o en uno u otro grado. En el voto se manifiesta, por tanto, la confianza de que la delegación del poder tenga unos efectos y no
otros. Aparte de decisorio, el voto es expresivo: manifiesta la opinión mayoritaria sobre lo
que espera de un programa que aún no se ha ejecutado: Se decide sobre una conjetura,
contiene un juicio de opinión sobre un proceso en devenir, sobre el futuro y el pasado.
13 El tema de la “sustantividad” de la democracia lo trato detalladamente en La identidad democrática, actualmente en revisión.
[30]
Luís Núñez Ladevéze
No solo se elige, también se rechaza. Al emitir la opinión favorable sobre un programa
se excluyen otros que pretenden ser aceptados. La libertad del elector quedaría cercenada
si no puede rechazar lo que antes aceptó, si se le dificulta la información que le permite
cerciorarse de si el proyecto que le ilusionó ha o no fracasado. El voto que concede el
poder de administrar, también ratifica o revoca el poder antes concedido: expresa una
opinión, conjetura o preferencia entre varios programa basado en cómo se aplicó, y con
qué resultados, el programa anterior. Se juzgan las expectativas que se hacen sobre cómo
mejorar o rectificar una experiencia previa. Es una delegación temporal.
Que la emisión del voto exprese una opinión personal e intransferible sobre la expectativa de la aplicación de un programa en nombre del pueblo explica que la democracia sea, ante todo, y así se la ha llamado preferentemente, un sistema de libre opinión y de
confianza ciudadana. La idea matriz de la libertad de opinión es que todas las opiniones
son libres, y la idea correlativa de la democracia es que el poder político, aunque actúe en
nombre del pueblo, no puede usar ese legítimo poder para interferir u obstaculizar los libres
procesos de opinión.
Dicen que Jefferson dijo “prefiero una prensa sin gobierno que un gobierno sin
prensa”. No sé si es cierta o uno la cita, pero sí es válida la idea que la subyace. Significa
que la competencia del gobierno democrático o de un parlamento, sea físico o virtual,
no puede ir más allá de condicionar los procesos de libre formación de opiniones, y que
el fin del gobierno es administrar en nombre de la libertad que tiene cada ciudadano
para decidir, expresando su opinión por medio del voto, si ratifica o revoca su opinión
anterior. Que la libertad personal está por encima de las decisiones colectivas, explica que el
voto sea personal y no colectivo. Ningún poder, y menos el democrático, puede exigir competencias para desbordar esa barrera ni lo que implica su preservación: un entorno en el que el
alcance de la ley asegure la libertad de cada uno para expresarse y actuar dentro de un orden
legal que garantice su autonomía; en que el ordenamiento legal no esté sometido a fluctuaciones que impidan al ciudadano adoptar decisiones individualmente; en que las reglas de convivencia sean tan estables que no puedan ser alteradas por la voluntad mayoritaria; en que la
seguridad jurídica imprescindible para la libertad de obrar tenga asegurada su permanencia
para que cada uno pueda encauzar su vida sin temor a que el arbitrio del turno político le
haga temer que no sea el lechero quien llame de madrugada a su puerta.
Estas son implicaciones inherentes a la libertad de opinión. Las redes de internet
han aumentado el espacio de circulación y difusión del flujo de las opiniones, han convertido la plaza pública del pueblo en aldea planetaria. Pero es posible que la floración
de árboles en los jardines de la red impida a veces ver el conjunto del bosque. Que haya
libertad para la circulación de opiniones no significa que no podamos opinar sobre las opiniones ajenas. Opinar es tener opinión sobre lo que otro opina. Y el corolario de esta evidencia
es que, a la hora de la verdad, no es cierto que, socialmente consideradas, todas las opiniones
sean igualmente respetables. Que la conjetura de alguien no pueda ser perseguida legalmente no significa que no pueda ser comprobada, refutada o que todas tengan socialmente el mismo valor de verdad.
1. Democracia, información y libertad de opinión en la era digital
[31]
1.3.2. Libertad y respetabilidad de la opinión
Libertad para opinar, validez de la opinión y su respetabilidad son cosas distintas.
La sociedad, también en la red, arbitra procedimientos para distinguir entre opiniones
solventes y majaderías. Wikipedia puede ser un ejemplo, y los métodos de valoración
de los artículos en revistas de investigación, los comentarios que quedan vertidos en las
páginas de ofertas sobre hoteles, o productos de consumo, reflejan que la necesidad de
distinguir entre una información solvente y la que no lo es aumenta precisamente porque la
red puede transmitir toda opinión o cualquier información.
Llegamos al final de nuestro itinerario; la revolución de internet basada en la transmisión digital de los contenidos, ha hecho técnicamente posible lo que hasta ahora no
lo era: la aldea global que el visionario McLuhan había anticipado (McLuhan, 1968). La
nueva tecnología permite establecer el intercambio de las funciones emisora y receptora
instantánea y simultáneamente y la transmisión personal de informaciones y opiniones
sin limitaciones espaciales. La red no permite, sin embargo, una deliberación simultánea
entre innumerables receptores ni tampoco la adopción de decisiones políticas directas
por los ciudadanos. La democracia digital seguirá distinguiendo entre la faceta consultiva,
la deliberativa y la ejecutiva.
Aunque el entorno digital amplíe inconmensurablemente el espacio a la libre circulación de la información y de la opinión tampoco entrañará aceptar que todas las informaciones y opiniones valgan lo mismo o sean igualmente respetables. Al revés. Pienso
que ciertos propugnadores del periodismo ciudadano14 no han reflexionado suficientemente sobre este particular. Contribuirá a que aumente la responsabilidad personal,
pues cada uno habrá de asumir las consecuencias de haber adoptado o favorecido una u
otra opinión. Al contrario de lo que algunos piensan, el proceso de selección y jerarquización, abierto a todos, busca cómo fagocitar la información irregular y obliga más a distinguir
en la redundancia entre la información solvente y la insolvente (Maciá, 2007: 123-144). La
ignorancia de la información o el refugio en la desinformación para hacer recaer en otros
las consecuencias de haber adoptado libremente una opinión en lugar de otra, ya no
sirve de coartada pues todas las fuentes informativas, son accesibles a todos. Si alguien
prefiere el consejo de un nigromante, una echadora de cartas, un brujo, un taumaturgo,
un insensato, un demagogo o un fanático será su problema y su responsabilidad. Un
ciudadano no podrá objetar que la sociedad le ha condicionado o que no ha leído la letra
pequeña del contrato de hipoteca.
Para entender las consecuencias para la democracia de este contraste entre libertad
y respetabilidad de la opinión, hay que tener en cuenta que legitimidad para gobernar y
eficacia en la gestión de gobierno no se implican. Quien se somete al dictado de las urnas
solicita confianza para ejecutar un plan que presenta como realizable. Esto significa que
una cosa es la legitimidad adquirida por medio de la representación para aplicar un
14 http://www.periodismociudadano.com
http://www.fundacion.telefonica.com/es/que_hacemos/media/publicaciones/Periodismo_ciudadano.pdf
[32]
Luís Núñez Ladevéze
programa, y otra que el programa resulte luego aplicable, o sea aplicado en la práctica.
Al emitir nuestro voto decidimos sobre ambas cosas, y nos vemos concernidos a ponderar y distinguir entre lo razonable y lo demagógico, entre lo aceptable y la promesa
vacua, entre la capacidad de los proponentes para ejecutar un plan y el engaño sobre sus
cualidades y eficacia.
La confianza obtenida a través del voto implica que la responsabilidad de la ejecución del programa recae, primero, en el mandatario y luego en quienes se han confiado
al elegirlo. Corresponde al mandatario confeccionar un equipo ejecutivo, que ya no es
representativo. Para que lo fuera también tendría que ser votado. Pero eso disgregaría la
confianza y la responsabilidad entre los miembros, y no aseguraría la coordinación ni la
coherencia de la ejecución. La responsabilidad sobre la eficacia de un proyecto no puede
ser distribuida entre todos los participantes. Además, el proceso de elección democrática
confiere legitimidad, pero no asegura la eficacia. La voluntad democrática no puede
decidir lo que desconoce. Lo que ocurre o ocurrirá no depende de ninguna voluntad.
Tampoco la preparación o la capacidad de un gabinete queda asegurada por haber sido
elegido democráticamente. La eficacia no depende del mandato, sino de capacidades
ejecutivas que la voluntad general no puede transferir. No se puede decidir por voto si
ha ocurrido lo que no ocurrió, o si alguien es o no el cirujano adecuado para extirpar
un riñón, o si los ciegos pueden pilotar aviones, porque el acontecer no depende de los
votos como tampoco depende la prueba de la comisión de un crimen del juicio de un
jurado. La destreza, la experiencia, el esfuerzo, la integridad, etc. ninguna de estas cualificaciones técnicas o cualidades morales se adquieren, dependen o se supeditan a métodos
electivos15. En la actividad pública, la elección democrática legitima al ejecutivo, pero
la eficacia de la gestión se mide por los resultados que dependen del conocimiento, la
honradez, la capacidad y la profesionalidad personales no de la legitimidad transferida.
Concluyo, la nueva tecnología de la comunicación ha modificado el panorama del
periodismo. Como actividad profesional responde a la situación del siglo pasado. En el
siglo actual, la revolución tecnológica de la comunicación de señales modifica profundamente la relación entre el público y la transmisión de la información. Puede decirse
que la profesionalización o la división del trabajo social en el ámbito del periodismo,
ha discurrido en la red un camino inverso: en lugar de especificar una profesión para
distinguirla de otras y especializar las tareas, ha desdibujado las diferencias y ampliado
socialmente el acceso a la transmisión de información. Todo el mundo es gatekeeper y un
suministrador de información. Pero que estos árboles no impidan ver el bosque. Eso no
significará que socialmente vaya a tener el mismo valor la información sin pruebas que
15 Ser científico, médico, ingeniero o deportista, no puede decidirse por asignación de tareas de
una voluntad general, depende de la libertad de cada persona de realizar su propio plan, de aprender lo que
quiera, de especializarse en lo que desee practicar. La división del trabajo social se nutre de la libertad de
cada uno para adquirir la capacidad cognoscitiva, la habilidad técnica y el adiestramiento específico para
ser socialmente útil. Son tareas personales que quedan al margen de los procedimientos democráticos. Cfr.
Luis Núñez Ladevéze & Támara Vázquez Barrio (2008). Los líderes de opinión. Mediaciones sociales. Revista
de ciencias sociales y de comunicación, 2. UCM.
http://www.ucm.es/info/mediars/MediacioneS2/Indice/NunezVazquez/nunezyvazquez.html.
1. Democracia, información y libertad de opinión en la era digital
[33]
la información contrastada, la información falsa que la correcta. Al contrario, se abrirán
y ya se abren procesos y métodos para distinguir entre opiniones insolventes y conocimiento auténtico. La propia tecnología comunicativa no podría haber emergido si no
estuviera fundamentada en la aplicación eficiente del conocimiento científico-técnico.
La democracia digital no modificará los aspectos sustantivos de la democracia. Los
conceptos principales, relativos a la deliberación, la libertad de opinión y la responsabilidad en la ejecución de los programas a través de la delegación del poder ejecutivo y
de la representación en el legislativo, no cambian en la democracia digital. Cambiará el
proceso consultivo; pueden cambiar los procedimientos representativos, y, en especial,
cabe esperar y desear que cambie la relación entre el representante y el representado,
que podría ser más directa y personal de lo que actualmente es. Personalmente creo que
el sistema mayoritario puede verse fortalecido frente al parlamentario: por ejemplo, es
posible una democracia por distritos virtuales y elecciones uninominales en circunscripciones ¿locales o temáticas? El elector no tiene por qué verse forzado a adoptar un
programas completo ni votar una lista cerrada, podría delegar la representación a quien
merezca confianza por un tema. Una democracia más fluida, acaso más fragmentaria,
obligada a encontrar la consistencia y la estabilidad del poder ejecutivo sin menoscabar
la fluidez.
Puede que los políticos acepten esas posibilidades que abre la tecnología o se resistan a adaptarse a las nuevas condiciones que abre la comunicación. En España, podría
alterarse la posición dominante de los partido en el procedimiento electoral. Habría que
asegurar que las decisiones parlamentarias para la aplicación de un programa fueran coherentes. La tecnología no puede cambiar la sustancia de la democracia ni su carácter deliberativo. La voluntad general expresada por cauces digitales no deberá tampoco invadir
las libertades personales. La ejecución de los programas seguirá supeditada a la prueba de
su incumplimiento y, aunque aumente la actividad de los movimientos reivindicativos,
también puede aumentar en la misma proporción la de los fanáticos. Que la circulación
de opiniones disímiles y la multiplicación de perspectivas y puntos de vista resulte exponencialmente facilitada por la red no implica que esa pluralidad haya de desembocar
en un predominio del relativismo, ni del informativo ni de la opinión. Por el contrario,
a, mi juicio, dejará al ciudadano y al elector más desnudo ante su responsabilidad personal
por que ha de afrontar sin subterfugios las consecuencias de su elección. La responsabilidad de
identificar la fuente engañosa y la autoridad dudosa, se desplaza al internauta.
Al alcance de cualquiera queda optar entre quien tiene autoridad para opinar y
quién no la tiene, dónde encontrar información solvente, en qué datos y razones fundamentar sus criterios y cuáles debe desechar por inconsistentes o espurios. El libre acceso
de todos a una acumulación informativa sin precedentes, obliga por sí mismo al destinatario
a esforzarse para jerarquizar y seleccionar las fuentes, a distinguir las adecuadas de las incorrectas, a calibrar la solvencia de las opiniones, y buscar la información correcta. Lo ocurrido es lo ocurrido para todos, por mucho que las opiniones sobre su significado sean
dispares. De hecho, ya se arbitran procedimientos y garantías regulados para asegurar la
veracidad informativa. La profesión periodística incluso será socialmente más requerida,
[34]
Luís Núñez Ladevéze
precisará que los profesionales sepan aprovechar los ilimitados cauces, y la industria
adaptar los viejos soportes a nuevas formas de difundir la información y la opinión.
Aunque los condicionantes tecnológicos no cambian la sustancia de la democracia
como tampoco la digitalización modifica la temporalidad del discurso16, sí requieren la
promoción de nuevos procedimientos para establecer las consultas.
1.4.Conclusiones
Para cerrar podemos, indicar a modo de listado de puntos, los aspectos más relevantes que hemos planteado y argumentado a lo largo de este capítulo:
• La profesión periodística, como actividad profesional especializada en transmitir
imparcialmente información de actualidad, es tan necesaria y útil como lo era
antes de poder navegar por la aldea planetaria.
• Los condicionantes tecnológicos no cambian la sustancia de la democracia.
• Tampoco la digitalización modifica la coherencia discursiva, la cual depende de
la temporalidad.
• Se abren nuevos procedimientos para aumentar la participación ciudadana en
las facetas consultiva y deliberativa de la democracia.
• Se puede acentuar la proximidad entre el representante y el elector.
• La profesión periodística será reforzada por la necesidad de separar la información veraz de la desinformación.
• Distinguir qué opiniones merecen respeto en la ilimitada profusión de interpretaciones es un problema que concierne a todos y a cada uno.
16 Mientras Prensky se limita a hacer comentarios y recomendaciones sobre el uso didáctico de
la tecnología digital poco hay que reprochar, se podrán aducir o no juicios favorables o adversos y esperar
pruebas que los confirmen o refuten. Cfr. Marc Prensky (2011). Enseñar a nativos digitales. Madrid: Editorial SM (Teaching digital natives. Partnering for real learning. Sage, 2010). La extralimitación se produce
cuando trata de argumentar que la adaptación a la nueva tecnología modifica las estructuras neurocerebrales
en las que se asienta el discurso y se refiere a cómo los nativos digitales procesan de modo muy distinto los
datos, siendo capaces de atender y procesar a la vez los procedentes de diversas fuentes, como si este particular incluyera alguna modificación en la estructura cerebral o neurológica. Hay una primera puntualización
sobre el modo como arguye, pues se basa principalmente en el uso del texto lineal argumentativo. No hay
novedad en el hecho de prestar atención simultánea a distintas fuentes de datos. Los grandes lectores saltan
de un libro a otro sintetizando docenas de lecturas a la vez o leen en diagonal reconstruyendo la secuencia
discursiva. Los tebeos presentan una realidad temporal fraccionada cuadro a cuadro y no dejó por eso el
cine de seguir una secuencia narrativa lineal. Se lee la primera página del periódico de forma fragmentaria y
se recompone por separado la coherencia de cada noticia. Siempre se ha podido atender a varias actividades
al mismo tiempo, escuchar música, pensar en una conferencia que hay que dar, conducir y atender a las
señales de tráfico… todo a la vez. O pasear por la calle percibiendo el caleidoscopio de señales nocturnas.
No hay nada que permita sostener mas que como conjetura improbable que “nuestros estudiantes piensan
y procesan la información de modo significativamente distinto a sus predecesores”. En fin, afirmaciones tan
genéricas como simplificadoras que no contribuyen a aclarar los matices de verdad que aporta la observación de que, efectivamente, una nueva tecnología comunicativa promueve modificaciones importantes en
la transmisión de los hábitos sociales.
1. Democracia, información y libertad de opinión en la era digital
[35]
• El periodismo profesional subsistirá porque la sociedad siempre necesitará distinguir la dignidad de la zafiedad de la bazofia periodística.
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2. Exposición selectiva, partidismo y polarización de
las audiencias de los medios en España
María Luisa Humanes
Universidad Rey Juan Carlos
Durante los más de 35 años de democracia en España los medios de comunicación
y los periodistas han contribuido e intervenido de diferentes formas en la vida política.
Durante la Transición (1977-1982) los medios de comunicación colaboraron con la
clase política en el reto de consolidar la democracia y hacer llegar a la población las decisiones del gobierno y del parlamento. A partir de la segunda mitad de los años 90 se
percibe claramente que las relaciones entre periodistas y políticos se modificaron: con
el sistema democrático consolidado, los medios cambian sus relaciones con el sistema
político, y de la colaboración se pasa al distanciamiento y la crítica (Martínez, Humanes y Saperas, 2014). Esta evolución ha sido interpretada por algunos autores como un
afianzamiento de la politización de la información y de la polarización mediática que
responde a alineamientos ideológicos (Casero-Ripollés, 2012; González y Novo, 2012;
Martínez y Humanes, 2012; van Dalen, de Vreese y Albaeck, 2012).
Las razones de esta situación parecen ser básicamente dos. En primer lugar las
tensiones entre medios y partidos políticos que han producido las sucesivas concesiones
de licencias en el sector audiovisual a partir de los años 90 y las ayudas a la prensa en sus
distintas variantes (publicidad, subvenciones). En segundo término, la consolidación
de un periodismo orientado al comentario, y vehiculado a través de las tertulias radiofónicas y televisivas, en el que los periodistas actúan como representantes de posiciones
ideológicas coincidentes con las de los partidos políticos. El caso español se ajustaría a
lo señalado por Mazzoleni (2010) cuando afirma que en algunos contextos el papel de
adversario de los medios no se corresponde con la defensa de los intereses generales, sino
que es una estrategia para actuar políticamente (2010:99).
[38]
María Luisa Humanes
En paralelo a estas tendencias, en la última década los periodistas españoles han
perdido el crédito social del que gozaron durante la Transición a la democracia. Los propios periodistas en el Informe sobre la profesión de la Asociación de la Prensa de Madrid de
2010 señalan que los programas partidarios y politizados ocupan ya la tercera posición
(42,4%) entre los contenidos que más perjudican la imagen del periodista, según sus
propias respuestas. De entre las especialidades periodísticas que más se ajustan en su
práctica a la ética, la política es la penúltima de ellas, con una valoración media de 2,4
en 2009 y 2,3 en 2010, en una escala de 1 a 5. El Informe sobre la profesión periodística de
2014 rebela que el segundo problema que preocupa a los periodistas es la falta de independencia. En un estudio sobre la cultura profesional de los periodistas políticos una de
las conclusiones principales que se extraían de las entrevistas en profundidad realizadas a
jefes de sección es la percepción de que el periodismo político ha perdido calidad, entre
otras razones por la politización y la polarización (Humanes, Martínez y Saperas, 2013).
La percepción negativa de la profesión se ha trasladado a la ciudadanía: “los ciudadanos perciben que el sesgo político de las noticias va en aumento. La tendencia
a este respecto es claramente ascendente desde 2006, como demuestran los datos del
estudio de la APM” (Farias y Roses, 2009). En los mismos informes sobre la profesión
periodística, en opinión de los ciudadanos, el partidismo, la falta de independencia y la
politización son la segunda característica más negativa después de la prensa del corazón
(30,8%). En una escala de 1 a 10, la valoración sobre el grado de politización de los medios no baja de 7,3. Respecto a la confianza en la información política, en 2010 el 44%
de los ciudadanos encuestados manifestaba no tener ninguna.
Según el barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicos de marzo de 2013
los españoles otorgan un aprobado a la confianza que tienen en los medios (5,16 sobre
10). La característica que en mayor medida demandan los ciudadanos para elegir un
medio de comunicación es el tratamiento de la información de manera objetiva e imparcial. Pero este aspecto es a la vez con el que menos satisfechos se encuentran (4,8 sobre
10). Respecto a los distintos temas sobre los que versa la información, la economía y la
política generan la menor confianza (4,9 y 4,1 respectivamente, sobre 10). El estudio
también revela que el 67,5% de los españoles cree que el ámbito en el que más influyen
los periodistas es la política.
Frente a estas opiniones respecto al papel del periodismo en el sistema político,
en este capítulo abordaremos qué pautas de consumo de información adoptan los españoles. Si se sigue el argumento de Hallin y Mancini (2004), en el sistema de medios
pluralista polarizado cabría esperar un alto grado de partidismo de las audiencias, es
decir, el comportamiento mediático de los ciudadanos también se explicaría atendiendo
al paralelismo político, presente tanto en las relaciones entre medios y actores políticos
como en el contenido informativo.
2.1.Exposición selectiva a la información política
El 21 de febrero de 2015 eldiario.es publicaba la siguiente viñeta, en la que se describe gráficamente el partidismo de las audiencias.
2. Exposición selectiva, partidismo y polarización de las audiencias de los medios en España
[39]
Fuente: eldiario.es
La viñeta de Manel Fontdevilla no es un ejemplo aislado. En los últimos tiempos
se ha dado cuenta de la lucha por conseguir fidelizar estos nichos de audiencia definidos por su ideología política (Farias y Roses 2009:21). El diario El País publicaba en la
sección de crítica de televisión: “Pelean por el mismo público y con las mismas armas.
Intereconomía y 13 TV están inmersas en una feroz batalla por conquistar al espectador
más conservador (“orgullosos de ser de derechas” dice un eslogan) y católico” (Guerra
abierta en la ‘TDT party’, 20-3-2013). Y: “La Sexta bate récord de audiencia con Salvados y El intermedio. Acertó Planeta, dueño de Antena 3, al proteger la identidad de este
refugio entre progre e indignado en una TDT llena de tertulias crispadas con nombre de
gato” (Culebrón, 17-2-2013).
La investigación en comunicación ha planteado desde la década de los años 40
que el consumo de los medios está determinado por las predisposiciones previas de la
audiencia, que busca confirmar o reforzar sus opiniones en los contenidos de los medios.
El estudio inicial de Lazarsfeld, Berelson y Gaudet (1948) apuntaba que los efectos de
los medios se matizan por los procesos de selección, atención y retención, que actúan a
favor del refuerzo de las predisposiciones y actitudes previas de los individuos cuando se
enfrentan a los contenidos de los medios.
En las últimas décadas ha surgido en un renovado interés por analizar las condiciones que pueden favorecer la exposición selectiva y en concreto la selección orientada
políticamente, de tal forma que la teoría de la exposición selectiva se ha colocado entre
las 8 perspectivas más utilizadas en el siglo XXI (Bryant y Miron, 2004:696). Bennett
e Iyengar (2008) se preguntan si estamos ante un resurgir de los efectos mínimos de los
medios debido entre otros factores a la multiplicación de medios de comunicación por
los cuales recibir información. El crecimiento de Internet como fuente de búsqueda de
información no ha hecho más que reforzar esta idea, dado que los ciudadanos aumentan
su capacidad de encontrar información más fácilmente (Valentino, Banks, Hutchings y
[40]
María Luisa Humanes
Davis, 2009). La customización de la búsqueda de información que permiten las webs
de generación de contenidos enlaza con el proceso de exposición selectiva (Dylko y
McCluskey, 2012:261).
Junto al concepto de exposición selectiva resulta muy oportuno acudir a otros
fenómenos asociados con él. Diana Mutz ha abordado en sucesivos trabajos (Mutz y
Martin 2001; Goldman y Mutz 2011) la idea de que los medios de comunicación pudieran favorecer la selección de puntos de vista distintos a los propios. El concepto de
crosscutting exposure se asocia al de exposición selectiva para analizar cómo los medios
pueden facilitar y/o dificultar la elección de contenidos que no coinciden con las predisposiciones del individuo. La exposición a mensajes que no concuerdan con nuestras
propias opiniones se ve favorecida bajo ciertas condiciones, sobre todo por la televisión
más que por la prensa y por un sistema de medios en el que no se produzca paralelismo
político. Los resultados de la encuesta en 11 países permiten generalizar que la naturaleza del sistema mediático posibilita o inhibe la exposición selectiva y su contraparte la
exposición transversal (Goldman y Mutz, 2011:56). En el caso español el sistema de
medios polarizado facilitaría la exposición selectiva. Matthes (2012) ha encontrado evidencias del efecto de la exposición a la cobertura con presencia de distintas perspectivas
sobre los votantes en distintos momentos de la campaña electoral.
Por otra parte, los investigadores que abordan la exposición selectiva a través de
diseños experimentales han trabajado con el denominado hostile media effect (Vallone, Ross y Lepper, 1985; Gunther y Christen 2002). La fragmentación partidista del
mercado televisivo en los Estados Unidos ha incrementado el número los individuos
que tienden a percibir las noticias equilibradas como sesgadas si no concuerdan con sus
puntos de vista. Pfau, Houston y Semmler (2007) hipotetizaban en su estudio sobre los
cambios en las campañas presidenciales en los Estados Unidos que la exposición selectiva
tenía que acompañarse de los concepto de hostilidad y desconfianza hacia los medios
para explicar que los individuos consuman cada vez mensajes más partidistas sobre todo
a través de internet (2007:33). Al final de este capítulo retomaremos este argumento con
los datos para España a partir del barómetro de marzo de 2013 del CIS.
Uno de los tópicos en los que se ha corroborado con más fuerza la tesis de la exposición selectiva ha sido su aplicación al consumo de información política. La hipótesis
central sería que las personas seleccionan los contenidos mediáticos congruentes con
sus predisposiciones políticas. El avance generalizado de un periodismo menos objetivo
y más sesgado políticamente ha multiplicado las evidencias de que la exposición selectiva partidista se estaría también incrementando (Iyengar y Kahn, 2009). La hipótesis
del acuerdo anticipado afirma que los votantes prefieren rechazar la información que
contraviene sus creencias y concentrarse en aquellas que las refuerzan (Iyengar et al.
2008). Stroud (2008) concluye en su estudio sobre la campaña electoral norteamericana
de 2004 que las predisposiciones políticas predicen el consumo de información en las
tertulias radiofónicas, la televisión por cable y las visitas a webs. Iyengar y Kahn (2009)
concluyen que los individuos prefieren consumir información consistente con sus creencias previas. El experimento que realizaron mostrando noticias atribuidas a las cadenas
de televisión Fox News, CNN, BBC y NPR demuestra que la polarización ideológica
2. Exposición selectiva, partidismo y polarización de las audiencias de los medios en España
[41]
entre liberales y conservadores explica la selección de las noticas sobre política, relaciones raciales y la guerra de Irak en una u otra cadena. Los demócratas prefieren CNN y
NPR, mientras que los republicanos prefieren Fox News (2009: 32-33). Mutz y Martin
(2001) encontraron evidencias de que la gente prefiere aquellos medios que refuerzan
sus opiniones frente a los que dan otra visión.
En este capítulo trataremos de corroborar empíricamente si los españoles se ajustan
al modelo de la exposición selectiva cuando se informan sobre la vida política. Además,
se quiere comprobar si este uso selectivo se corresponde con un comportamiento partidista de las audiencias, propio del modelo pluralista polarizado. Para ello se han utilizado
los datos correspondientes a los estudios postelectorales del Centro de Investigaciones
Sociológicas (CIS) de 2008 (estudio 2757), 2011 (estudio 2920) y 2014 (3028) y el
barómetro de abril de 2010 (estudio 2834)1. Estos estudios son especialmente valiosos
para el trabajo que planteamos puesto que se encuentran desagregados los datos sobre
uso de cada uno de los diarios, emisoras de radio y cadenas de televisión mencionados
por los encuestados como medio para informarse.
Las variables dependientes resultan de las tres preguntas de los estudios sobre el
medio por el cual se había seguido la campaña electoral: “¿Y qué periódico prefiere usted
para seguir la información política y electoral?”; “¿Y qué cadena de televisión prefiere
usted para seguir la información política y electoral?”; “¿Y qué emisora de radio prefiere
usted para seguir la información política y electoral?”. Se han considerado como variables independientes el recuerdo de voto y la autoubicación ideológica (medida en la escala de 1-10, que se recodificó en cinco categorías: (1= izquierda), (2= centro izquierda),
(3= centro), (4= centro derecha) y (5= derecha).
Los trabajos sobre exposición selectiva no han sido abundantes en nuestro país,
aunque los que tenemos disponibles indican que sería necesario profundizar en este
proceso y sus implicaciones. Los datos de la encuesta que se realizó en 1993 dentro del
Comparative National Elections Project revelaron la existencia de paralelismo entre voto
y lectura de prensa para los votantes del PSOE con el diario El País, los del PP con ABC y
los de IU con El País y El Mundo (Gunther, Montero y Wert 1999: 36). Una década más
tarde el trabajo de Alcalde Villacañas –aunque su objetivo era determinar la influencia
del consumo de información en Antena 3 y TVE1 en el voto durante la campaña electoral de 1993- señala que los votantes del PSOE son consumidores preferentemente de
TVE1 y los del PP de Antena 3 (2003: 159).
Berganza y Martín Llaguno (2001) corroboraron la hipótesis de la exposición selectiva en la Comunidad Foral de Navarra durante las elecciones generales de 1996.
A través de una encuesta a una muestra de 363 individuos encontraron relaciones de
sintonía entre los votantes de Unión del Pueblo Navarro –conservador- y los periódicos
El Mundo y Diario de Navarra y Antena 3 y Telecinco, mientras que para los votantes
1 El primero se realizó entre el 12 de marzo y el 12 de mayo de 2008 con 6.083 entrevistas. El
segundo se realizó entre el 24 de noviembre de 2011 y el 15 de enero de 2012 con 6.082 entrevistas. El
tercer estudio se refiere a las elecciones al parlamento europeo y se realizó del 29 de mayo al 16 de junio
de 2014 con 2464 entrevistas.
[42]
María Luisa Humanes
de PSOE e IU, los medios preferidos eran Diario de Noticias y El País junto a TVE1,
Antena 3 y Telecinco (2001:69).
Recientemente la Fundación Catdem ha publicado un informe sobre las vías de
información de los diputados del Parlament de Catalunya. Los 99 diputados representantes de todos los partidos en el Parlament confirman con sus respuestas la hipótesis de
la
exposición
selectiva
partidista.
Los resultados
rotundidad
la tesis
del alto
excepción
de la
información
en televisión,
donde revalidan
TV3 se la con
fuente
principal para
todos
los
paralelismo entre medios y partidos políticos: las coincidencias a la hora de afiliar ideolóencuestados (2012:60-61).
gicamente medios con partidos no bajan del 60% y en algunos caso el 100% (2012:26).
Roses
(2010) lugar,
en su estudio
sobre confianza
de la ciudadanía
el sistema
de medios
aporta
En
segundo
el consumo
de información
por partehacia
de los
diputados
se ajusta
a la
hipótesis
de lavaliosas
exposición
excepción
de laEninformación
en televisión,
donde
conclusiones
paraselectiva
enmarcarcon
nuestro
trabajo.
primer lugar,
confirmó que
la
TV3 se la fuente principal para todos los encuestados (2012:60-61).
identificación con la línea editorial de un medio de comunicación aumenta la credibilidad de
Roses (2010) en su estudio sobre confianza de la ciudadanía hacia el sistema de
la información
De manera
la confianza
en los medios
ve menoscabada
medios
aporta(2010:491).
conclusiones
valiosasinversa,
para enmarcar
nuestro
trabajo.seEn
primer lugar,
confirmó
que
la
identificación
con
la
línea
editorial
de
un
medio
de
comunicación
aucuando el individuo se informa a través de varios de ellos (2010:492). Por último, el grado de
menta la credibilidad de la información (2010:491). De manera inversa, la confianza en
politización otorgado a las noticias obtiene una media de 7,5 puntos sobre 10 y ha ido
los medios se ve menoscabada cuando el individuo se informa a través de varios de ellos
creciendo a partir
de 2008el(2010:444);
además “lasotorgado
expectativas
los ciudadanos
(2010:492).
Por último,
grado de politización
a lasdenoticias
obtiene son
unamás
media
de en
7,5cuanto
puntosasobre
ido creciendo
partir
de 2008
“las
bajas
que 10
“lasy ha
informaciones
de alos
medios
sean(2010:444);
imparciales”además
(M=3,12;
expectativas de los ciudadanos son más bajas en cuanto a que “las informaciones de los
DT=1,816) —una cuarta parte de los encuestados (percentil 25) deposita “muy poca”
medios sean imparciales” (M=3,12; DT=1,816) —una cuarta parte de los encuestados
confianza 25)
en deposita
esto—; en
quepoca”
“los confianza
medios incluyan
todos
los “los
puntos
de vista
en las
(percentil
“muy
en esto—;
en que
medios
incluyan
todos
los
puntos
de
vista
en
las
informaciones
que
difunden”
(M=3,57;
DT=1,806)
—una
informaciones que difunden” (M=3,57; DT=1,806) —una cuarta parte de los encuestados
cuarta parte de los encuestados (percentil 25) deposita “poca” o “muy poca” confianza
(percentil 25) deposita “poca” o “muy poca” confianza en esto” (p.450).
en esto” (p.450).
Gráfico
Ubicaciónideológica
ideológica de
la ciudadanía
Gráfico
1. 1.
Ubicación
delos
losmedios
mediossegún
según
la ciudadanía
9
8
7
6,9
6
5
4
3
2
3,9
7,2
8,1
7,3
4,7
3,9
5,8
4,5
5,8
4
5,6
1
0
Fuente:
Informe
deperiodística
la profesión
periodística
Fuente: Informe
de la
profesión
en España
(2010) en España (2010)
Goldman y Mutz (2011) incluyeron a España entre la muestra de países para su estudio sobre
exposición transversal a la información (cross-cutting exposure), es decir, la exposición del
2. Exposición selectiva, partidismo y polarización de las audiencias de los medios en España
[43]
Goldman y Mutz (2011) incluyeron a España entre la muestra de países para su
estudio sobre exposición transversal a la información (cross-cutting exposure), es decir, la
exposición del individuo a puntos de vista políticos con los que no está de acuerdo, justo
el anverso de la exposición selectiva. Sorprendentemente, los resultados alejan a nuestro país de los obtenidos por sus compañeros del modelo pluralista polarizado (Italia y
Grecia) al revelar altos niveles de exposición transversal, cuando la tendencia general
correlaciona negativamente paralelismo político y exposición transversal (2011:53).
Para que se produzca la exposición selectiva, en primer lugar, los ciudadanos habrán de ser capaces de situar ideológicamente cada medio de comunicación. En el gráfico 1 se observa cómo los encuestados en el Informe de la profesión periodística en España
(2010: 117) ubicaban cada medio en una escala de 1 (izquierda) a 10 (derecha). Los
datos reflejan que las puntuaciones medias forman tres grandes grupos de izquierda y
centro-izquierda (RNE, TVE, El País, Ser y La Sexta), centro-derecha (Onda Cero, Antena 3 y Telecinco) y derecha (El Mundo, Abc, La Razón y COPE).
A partir de esta premisa se aborda la relación entre exposición selectiva y orientaciones políticas. De manera general los análisis bivariados2 corroboran que en los cuatro
momentos la elección de diarios, cadenas de televisión y emisoras de radio se asocia de
manera estadísticamente significativa (p≤ .000) con la ideología y el recuerdo de voto. La
fuerza de las asociaciones medida a través de la V de Cramer muestra valores moderados
y distintos para cada una de las variables independientes: el recuerdo de voto obtiene
medidas de asociación más altas que la autoubicación ideológica (tabla 1) en los tres
tipos de medios de comunicación. Sí existe coincidencia en el aumento de los valores
de las medidas de asociación desde 2008 a 2014. El análisis de los residuos tipificados
corregidos nos ha permitido profundizar en la asociación entre las orientaciones políticas
y el consumo selectivo de medios.
La prensa es el medio de información política y electoral más condicionado por el
efecto de la exposición selectiva provocada por las orientaciones políticas. Los valores de la
V de Cramer son siempre más altos que en las asociaciones de las variables independientes con el consumo de radio y de televisión. Por otra parte la relación es más fuerte con
el recuerdo de voto (,424/,310/,429/,386) que con la ideología (,276/,316/,302/,325),
salvo en el año 2010, el único año no electoral. Los valores de los residuos permiten
concluir que la adscripción a un partido político y la ideología correrían en paralelo a la
lectura del periódico que mejor “representa” a ese partido y tendencia.
2 Los datos se han sometido a análisis bivariados (tablas de contingencia y residuos tipificados
corregidos). La prueba de contraste X2 permite comprobar si existen asociaciones estadísticamente significativas entre las variables. Los valores z (residuos tipificados corregidos) muestran qué casillas de la tabla
de contingencia son las responsables de la asociación. En este caso se consideraron estadísticamente significativos los residuos con valores ≥ 1,96. En las tablas se ofrecen los valores z en lugar de los porcentajes o
frecuencias.
[44]
María Luisa Humanes
Tabla 1. Exposición selectiva e ideología (residuos tipificados corregidos)34
Ideología
Prensa
2008
4
2010
Voto
2011
2014
2008
2010
2011
2014
10,4
(PSOE)
13,3
(PSOE)
5,7
(PSOE)
4,5
(Podemos)
El País
9,3 (2)
7,1 (2)
12, 4 (2)
6.7 (2)
13,4
(PSOE)
El Mundo
11 (4)
4,8 (4)
7,9 (4)
4,3 (3)
17,9 (PP)
6,8 (PP)
10,9 (PP)
4,5 (PP)
Abc
6,8 (5)
2,9 (4)
6,9 (4)
5,4 (4)
8,3 (PP)
3,7 (PP)
7,6 (PP)
8,5 (PP)
La Razón
4,7 (4)
5,3 (5)
2,9 (5)
3,4 (5)
6,6 (PP)
3,7 (PP)
4,2 (PP)
6,5 (PP)
Público
5,3 (1)
4,5 (1)
8,2 (1)
3.8 (1)
3,6 (IU)
2,5
(PSOE)
11,1 (IU)
3,1
(Podemos)
X2 (p≤ .000)
896,460
176,723
909,455
217,079
4860,198
199,503
5013,748
748,872
V de Cramer
,276
,316
,302
,325
,424
,310
,429
,386
Televisión
2008
2010
2011
2014
2008
2010
2011
2014
TVE 1
2,4 (2)
2,2 (2)
5,1 (2)
6 (4)
7,3
(PSOE)
3,5
(PSOE)
7,7
(PSOE)
7,9 (PP)
Antena 3
10,4 (4)
5,5 (4)
6,3 (3)
3,2 (3)
16,4 (PP)
7,7 (PP)
10,9 (PP)
2,4 (PP)
7 (2)
3,7 (2)
2,2 (1)
2,2 (2)
*
Telecinco
*
*
*
*
La Sexta
2,4 (2)
2,7 (1)
3,9 (1)
Intereconomía
TV
-
5,5 (4)
13TV
-
X2 (p≤ .000)
7,9
(PSOE)
4,7
(PSOE)
3,6 (IU)
3,6 (IU)
4,2
(Podemos)
3,3 (otros
partidos)
3,1
(PSOE)
*
7.8 (1)
3,3
(PSOE)
2,5
(PSOE)
6,8
(PSOE)
7,9
(Podemos)
5,8 (IU)
9,8 (5)
3.7 (4)
-
5,8 (PP)
10,4 (PP)
3,6 (PP)
-
-
5,6 (5)
-
-
6,6 (PP)
602,915
143,305
585,848
353,672
4875,470
269,246
V de Cramer
,181
,151
,184
,249
,336
,176
,313
,302
Radio
2008
2010
2011
2014
2008
2010
2011
2014
Ser
9,7 (2)
4,9 (2)
10,7 (2)
4.9 (2)
16,5
(PSOE)
6,6,
(PSOE)
15
(PSOE)
6,1
(PSOE)
COPE
15,6 (4)
6,9 (5)
8,2 (4)
7.1 (5)
Cuatro
4692,873 1627,148
19,3 (PP) 7,6, (PP) 12,5 (PP)
8 (PP)
3 Se muestra en cada casilla el valor del residuo más alto en el cruce de las dos variables.
4 La variable auto-ubicación ideológica se ha recodificado, a partir de la escala 1-10, en cinco categorías: (1= izquierda), (2= centro izquierda), (3= centro), (4= centro derecha) y (5= derecha).
2. Exposición selectiva, partidismo y polarización de las audiencias de los medios en España
Ideología
[45]
Voto
8,2 (3)
3,6 (3)
4,5 (4)
4 (3)
11,8 (PP)
5,8 (PP)
9,7 (PP)
3 (PP)
2,8
(UPyD)
RNE
*
*
*
*
2,6
(PSOE)
*
2,3 (IU)
2,1 (PP)
Radio
Intereconomía
-
*
4,6 (4)
-
-
2,5 (otros
partidos)
4,4 (PP)
*
Esradio
-
*
-
2,5 (4)
617,035
316,985
388,378
184,550
,272
,195
,243
,289
Onda Cero
X
2
V de Cramer
2449,034 1195,297 1989,467
,356
,217
,374
986,404
,426
* Los residuos no son estadísticamente significativos
Fuente: elaboración propia
El uso de los medios audiovisuales, aunque también es coherente con el proceso
de exposición selectiva, muestra resultados menos consistentes que los obtenidos para
el consumo de diarios. Como ya se ha señalado los valores de la V de Cramer (tabla 1)
casi siempre están por debajo de, 400, lo cual indica que la asociación entre las variables
independientes y el uso de la radio y la televisión para informarse es más débil.
Para el consumo de televisión, en primer lugar, hay que señalar un mayor número
de residuos que no son estadísticamente significativos para la variable ideología, lo cual
indica menos ajuste a la hipótesis de la exposición selectiva, aunque se descartaría la
hipótesis nula de igualdad en la distribución. En concreto, en el caso de Telecinco, la
ideología no está asociada al consumo de sus informativos. También se manifiesta que
en el año 2010 la asociación es más débil que en los años electorales.
Pero el resultado más destacado es la aparición de cambios en la selección de la
cadena de televisión en los dos momentos. El más evidente es el caso de Cuatro, que tras
su compra a PRISA por parte de Mediaset en 2010 varió su línea informativa y ello se ha
reflejado en cambios de su audiencia. En 2008 y 2010 los residuos más altos se concentraban en una única casilla: votantes del PSOE y personas de centro-izquierda. En 2011,
los residuos se acercan a no ser estadísticamente significativos y además para la variable
cercanía a un partido alcanzan el mismo valor para IU, AMAIR y UPyD. En La Sexta
se ha producido un desplazamiento hacia un tipo de telespectador situado más hacia la
izquierda ideológica y política (los residuos han incrementado su valor).
El caso de la televisión pública es paradigmático de la búsqueda del medio que
mejor se ajusta a la ideología política. Como se observa en la tabla 1 durante los gobiernos del partido socialista hay una sobrerrepresentación de votantes del PSOE y de
individuos ubicados en el centro-izquierda. En 2014, la tendencia cambia radicalmente:
ahora son los votantes del PP y los individuos en el centro-derecha los que prefieren
TVE1 para informarse.
[46]
María Luisa Humanes
Las emisoras de radio se asemejan más en la tendencia hacia la exposición selectiva
a la prensa escrita que a la televisión. Aunque los valores de la V de Cramer son más bajos, también se han incrementado en 2011 para el recuerdo de voto. Todas las emisoras
mantienen una audiencia con las mismas orientaciones políticas en los cuatro años. Hay
que destacar el contraste entre la televisión pública y RNE, puesto que la emisora de radio pública no presenta patrones de exposición selectiva entre sus oyentes, especialmente
en la variable ideología.
Los resultados anteriores nos llevan a pensar si existe también consonancia de la
exposición selectiva entre medios, es decir, si el uso de un determinado medio de comunicación está asociado con el consumo de otros medios con una línea editorial próxima.
Esta proximidad puede deberse a dos causas: compartir una misma ideología o ser parte
de un mismo grupo mediático. Los resultados muestran ambas situaciones (tablas 2 y 3).
Tabla 2. Relación entre consumo de prensa y medios audiovisuales
(residuos tipificados corregidos)
2008
2010
2011
Televisión
Radio Televisión
Radio
Televisión
4
11,2
10,4 (Ser) 8,5 (TVE)
7,1 (Ser)
El País
12,8 (Ser)
(Cuatro)
(Cuatro)
11,9
7,7
10,5
El
6,3
4,8 (Onda
6,5
(Onda
(Onda
Mundo
(Antena 3)
Cero) (Antena3)
(Antena 3)
Cero)
Cero)
2,3
5,6
4,7 (Punto
6,9
2,6
(Intereco- 6,3 (COPE)
Abc
(Telemadrid)
Radio) (Telemadrid) (COPE)
nomía)
3,4 (Radio
2,6
5,7 (Radio
9,4
1,9
*
IntereconoLa Razón
(Telemadrid)
España) (Telemadrid) (COPE)
mía)
5,5
1,9
5,5
Público
2,2 (Ser)
*
2,2 (Ser)
(La Sexta)
(Cuatro)
(La Sexta)
Diario
X2
V de
Cramer
Radio
2978,484
5490,584
203,330
167,231
2320,184
,394
,309
,291
,289
,441
2014
Radio Televisión
7
6,4
(La Ser) (La Sexta)
6,9
5,9
(onda
(Antena 3)
Cero)
4
( Cope)
4,7
(13 TV)
4,6
(Cope)
5 (Canal
Sur)
2,3
(La ser)
4,2 (La
Sexta)
6457,395 321,686
,360
,371
410,976
,311
Fuente: elaboración propia
La asociación de los residuos para los diarios estatales se explica bien por proximidad ideológica bien por pertenencia al mismo grupo. En el primer supuesto estarían los
diarios El Mundo, Abc y La Razón, que a pesar de pertenecer a las mismas empresas que
otras cadenas de radio y televisión, su uso como fuente de información se asocia a los
medios detectados como más próximos ideológicamente. Es más evidente para los lectores de La Razón, que pudiendo completar la visión del diario con sus “partners” Onda
Cero y Antena 3, no lo hacen. En el caso de El País, en 2008 y 2010, su uso respecto a
los otros de medios estaría basado en la pertenencia al grupo PRISA, mientras que en
[47]
2. Exposición selectiva, partidismo y polarización de las audiencias de los medios en España
2011 sus lectores se desplazan desde Cuatro a TVE1 –en un comportamiento similar al
que se ha reseñado anteriormente para Cuatro– y en 2014 hacia La Sexta.
Tabla 3. Relación del consumo de radio y televisión
(residuos tipificados corregidos)
2008
2010
2011
2014
Cadena de
Televisión
Cadena de
Televisión
Cadena de
Televisión
Cadena de
Televisión
Ser
12,5 (Cuatro)
4,6 (Cuatro)
4,2 (TVE1)
8,8 (La Sexta)
COPE
7,6 (Antena 3)
4,2
(Intereconomía)
6,5
(Intereconomía)
2,9 (13TV)
Onda Cero
11,8 (Antena 3)
5,7 (Antena 3)
10,7 (Antena 3)
6,8 (Antena 3)
7,1 (TVE1)
4,5 (TVE1)
7,9 (TVE1)
5,5 (TVE1)
Emisora de radio
RNE
X2
3174,628
291,755
2506,095
742,786
,362
,163
,394
,399
V de Cramer
Fuente: elaboración propia
Entre los medios audiovisuales la vinculación con el grupo mediático se presenta
en la mayoría de los casos como motivo de la selección entre ellos. Sólo los oyentes de
las emisoras que no participan en la propiedad de cadenas de televisión acuden para
informarse a una cadena ideológicamente cercana. Así sucede para la COPE en los tres
primeros años analizados, y para la Ser en 2011 y 2014 tras la venta de Cuatro a Mediaset, como hemos indicado.
Como hemos señalado más arriba la exposición selectiva se acompaña en algunos
casos con la desconfianza en la información no consistente con las propias convicciones.
Para el caso español, los datos del citado barómetro del CIS de 2013 nos ofrecen algunos
indicios de que también se pueda dar este proceso entre los individuos más próximos a
los extremos ideológicos. Así, como se observa en el gráfico 1, la confianza en los medios
de comunicación en general y en la información económica y política en particular son
sensibles a la ubicación ideológica. Tanto quienes se sitúan en la izquierda como los que
se sitúan a la derecha muestran medias inferiores en el nivel la media de confianza en los
tres indicadores (Feconomía=5,043 p≤,000; Fpolítica=4,497 p≤,001; Fmedios= 4,949
p≤,001).
comunicación en general y en la información económica y política en particular son sensibles
a la ubicación ideológica. Tanto quienes se sitúan en la izquierda como los que se sitúan a la
derecha muestran medias inferiores en el nivel la media de confianza en los tres indicadores
(Feconomía=5,043 p≤,000; Fpolítica=4,497 p≤,001; Fmedios= 4,949 p≤,001).
[48]
María Luisa Humanes
Gráfico
2. Relación
entreconfianza
confianza en
y ubicación
ideológica
Gráfico
2. Relación
entre
enlalainformación
información
y ubicación
ideológica
6
Confianza
5
4
3
4,8069
4,38
3,625
5,256
4,8685
4,2013
5,3456
5,0684
4,2267
5,6176
5,213
4,5584
5,2558
4,9773
4,1136
Política
2
Medios
1
0
Economía
1
2
3
4
Autoubicaciónideológica
5
Fuente: elaboración propia
Fuente: elaboración propia
También se observa la misma tendencia cuando se pregunta sobre el grado de
satisfacción con la fiabilidad y objetividad de la información. Los dos polos ideológicos
muestran una media menor (4,7 y 5 para la fiabilidad [F= 4,367 p≤,002]; 4,3 y 5 para
También se observa la misma tendencia cuando se pregunta sobre el grado de satisfacción con
la objetividad [F= 5,685 p≤ p≤,000]) que los individuos que se ubican en el centro ideola fiabilidad
y objetividad
de que
la información.
Los dos polos
ideológicos
muestran una
lógico.
Se puede
aventurar
el reconocimiento
por parte
de la ciudadanía
demedia
sesgos
políticos
en
los
contenidos
periodísticos
pudiera
estar
asociado
a
una
mayor
credibilidad
menor (4,7 y 5 para la fiabilidad [F= 4,367 p≤,002]; 4,3 y 5 para la objetividad [F= 5,685 p≤
para
los medios afines. Por el contrario –y siguiendo la hipótesis de la hostilidad- sería
p≤,000]) que los individuos que se ubican en el centro ideológico. Se puede aventurar que el
una explicación del descrédito de los medios que muestran perspectivas distintas. reconocimiento por parte de la ciudadanía de sesgos políticos en los contenidos periodísticos
pudiera estar
a una mayor
credibilidadapara
medios afines. Por el contrario –y
2.2.De
laasociado
exposición
selectiva
la los
polarización
siguiendo la hipótesis de la hostilidad- sería una explicación del descrédito de los medios que
Los resultados del trabajo nos permiten corroborar la existencia de exposición semuestran perspectivas distintas.
lectiva orientada por las predisposiciones políticas tanto durante los dos periodos de
campaña electoral como durante los momentos de política ordinaria. Se ha confirmado,
pues, la idea de que al sistema de medios español le corresponden audiencias partidistas
(Hallin y Mancini, 2004). Esta asociación es más fuerte para la identificación con
2.2. De la exposición selectiva a la polarización
un partido político que para la ideología. Ello indicaría que el paralelismo político en
España se hace más visible en la afinidad entre medios de comunicación y partidos políticos, y así lo percibe la ciudadanía. Además se confirma este fenómeno en periodo no
electoral. No en vano como han señalado diferentes trabajos, la información política en
España gira en torno a la actividad de los partidos políticos (Strömback y Luengo 2008;
Humanes 2011; Martínez y Humanes 2012; Humanes, Martínez y Saperas, 2013); a lo
que se suma el hecho del predominio del pluralismo externo y de la preferencia por el
2. Exposición selectiva, partidismo y polarización de las audiencias de los medios en España
[49]
uso de un único punto de vista en la producción de la información frente a la presentación de pluralidad de visiones sobre un mismo acontecimiento (Humanes, Montero, de
Dios y López-Berini, 2013).
El tipo de medio (prensa, radio o televisión) afecta la intensidad de la exposición selectiva, siendo la prensa el medio que ofrece asociaciones más fuertes entre orientaciones
políticas y selección partidista de la información. Este dato manifiesta que la naturaleza
comercial de la información audiovisual en nuestro país beneficiaría un menor grado de
paralelismo, y la mayoría de las empresas aún no habrían asumido como estrategia de
negocio el partidismo político (al menos en el momento de realizar el trabajo de campo). No obstante, habría que ampliar el estudio al consumo de otros tipos de programas
(tertulias, info-entretenimiento, etc.) consumidos por los encuestados. En este sentido,
para posteriores investigaciones también habría que considerar los medios vehiculados
a través de la red como fuente de información política para testar si en el caso español
se reproducen las mismas tendencias hacia la polarización, que se han encontrado en el
contexto norteamericano.
Los resultados revelan cómo los individuos cambian su fuente de información
cuando detectan que la línea editorial del medio de comunicación se ha modificado. Así
se ha revelado sobre todo en el caso de la cadena de televisión Cuatro. Los gestores de
las empresas de medios pueden encontrar valiosas las conclusiones de este trabajo por
cuanto confirman que las predisposiciones políticas intervienen en la fidelización de
nichos de audiencia.
No podemos dejar de destacar el consumo partidista e ideológicamente orientado
de la información de los espectadores de la cadena pública. Este hecho es especialmente
preocupante porque confirma la necesidad de modificar el modelo de gestión de los
medios públicos en España para desgubernamentalizar su toma de decisiones editoriales.
Para concluir, las perspectivas actuales consideran la exposición selectiva como un
predictor de los efectos de los medios. Entre estos efectos, la polarización es uno de los
más presentes. La polarización política está irremediablemente unida a la exposición
selectiva del consumo de medios, siendo posible que ambos puedan ser causa y consecuencia el uno del otro. La relación entre exposición selectiva, partidismo y polarización
de las actitudes políticas ha sido corroborada por varios autores en otros contextos, especialmente el norteamericano (Mutz, 2006). Por ejemplo, Stroud (2010) ha encontrado
que la exposición a medios afines contribuye a un mayor nivel de polarización. Goldman
and Mutz (2011) comprobaron para 11 países que los ciudadanos manifiestan su favoritismo por los medios políticamente afines y que además este proceso es más fuerte en
los países con un elevado paralelismo político.
En el caso español, tanto las características de la información política como el comportamiento mediático de la audiencia parecen indicar que nos encaminamos hacia una
creciente polarización. El peligro para la calidad del sistema democrático es evidente al
descartar la posibilidad de que los medios de comunicación puedan servir el debate y la
discusión racional de los asuntos públicos.
[50]
María Luisa Humanes
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3. La honda de David: Internet, periodismo,
democracia y participación ciudadana
Andreu Casero-Ripollés
Universitat Jaume I de Castelló
3.1. Introducción1
Las sociedades actuales están viviendo un fuerte incremento de la desconfianza
hacia la política. Ésta experimenta una crisis de credibilidad y una ola de desprestigio de
grandes dimensiones. El hecho que los ciudadanos españoles perciban a la clase política
como el tercer problema más importante del país constituye un poderoso indicador en
este sentido. En este clima, la desafección se extiende mientras los vínculos entre gobernantes y gobernados se debilitan ya que la ciudadanía se aleja de la política cada vez más,
desarrollando una creciente apatía.
El deterioro del compromiso cívico que esta situación engendra afecta a la participación de los ciudadanos en la vida política. El recelo y la falta de confianza conducen a
una debilitación de su implicación política. Algo que supone un problema grave para la
democracia puesto que cuestiona sus bases. El mantenimiento de los lazos entre representantes y representados es esencial para la subsistencia de este régimen de gobierno.
La ruptura de esos vínculos supone la desconexión de la sociedad civil y el transito
peligroso hacia una democracia sin ciudadanos, dominada exclusivamente por las élites
institucionales.
Por otra parte, las vías establecidas por la democracia representativa para fomentar
la participación de los ciudadanos en la vida política se han mostrado ineficientes. La
1 Este trabajo forma parte del proyecto de I+D con referencia CSO2010-16313 financiado por el
Ministerio de Economía y Competitividad dentro del Plan Nacional de I+D+i 2008-2011.
[54]
Andreu Casero-Ripollés
rigidez de los procesos institucionales y la creciente profesionalización de la política han
contribuido a obstaculizar la acción política de los ciudadanos. Ésta, frecuentemente,
se ha quedado en demostraciones testimoniales carentes de una incidencia real en las
dinámicas de toma de decisiones políticas. Metafóricamente, las podríamos asimilar a
los infructuosos intentos de un débil David ante un autista y todopoderoso Goliat, encarnado por el entramado político-institucional.
Internet, y especialmente los medios sociales y la web 2.0, han despertado una nueva ola de entusiasmo sobre sus posibilidades para transformar la democracia y la política.
Las tecnologías digitales sitúan al ciudadano en el centro del proceso comunicativo y le
conceden capacidades inéditas para producir y distribuir mensajes y expresar sus puntos
de vista. Además, ofrecen un amplio y fácil acceso a la información sobre las actuaciones
del sistema político. Por todo ello, la Red se está alzando como una herramienta para
revigorizar los bajos niveles de participación ciudadana. Bajo esta perspectiva, las tecnologías digitales abren la oportunidad de reconfigurar las relaciones de poder en la sociedad actual. Se pueden conformar como una nueva honda de David para los ciudadanos,
como un nuevo instrumento capaz de redefinir su participación en la vida política,
favoreciendo una mejoría de la salud democrática.
El objetivo de este capítulo es explorar las conexiones entre Internet y la participación política de la ciudadanía. Algo que se puede concretar en dos preguntas: ¿es capaz la
Red de incrementar la participación cívica?, ¿es posible que Internet cree nuevas formas
de participación política para los ciudadanos? La evaluación del potencial democrático
de las tecnologías digitales y de su capacidad para transformar la política es un objeto de
estudio complejo que se ve afectado por muchas causas y variables. Los datos y explicaciones de las que disponemos están lejos de ser conclusivas, pero abren un interesante
debate que exige una profunda reflexión. A presentar una visión panorámica de esa
discusión dedicaremos los siguientes apartados.
3.2.Múltiples procesos de transformación
Para entender la incidencia de Internet en la participación política de los ciudadanos es básico tener en cuenta una serie de procesos de transformación introducidos
por las tecnologías digitales y que afectan a nuestro objeto de estudio. Vamos a prestar
atención aquí a tres de ellos: los cambios en la circulación y producción de noticias, el
nuevo papel del público y el avance de la esfera pública 2.0.
3.2.1. La emergencia de un nuevo ambiente informativo
La web 2.0 y los medios sociales han puesto en marcha una reorganización en profundidad de la cadena de producción y circulación de noticias. Los cambios en el flujo
informativo se pueden concretar en cuatro procesos interconectados: la aceleración en
la difusión de noticias, el aumento de la flexibilidad en su distribución, la abundancia
informativa y la expansión global de la información.
Las tecnologías digitales han incrementado extraordinariamente la rapidez a la que
circula la información en nuestra sociedad. Las noticias se propagan, actualmente, a una
3. La honda de David: Internet, periodismo, democracia y participación ciudadana
[55]
gran velocidad (McNair, 2006). Las innovaciones tecnológicas, especialmente las ligadas
a las redes sociales como por ejemplo, Twitter, han contribuido enormemente a potenciar la diseminación instantánea de noticias online (Hermida, 2010). En este contexto,
la cobertura informativa se produce en tiempo real y los medios de comunicación actúan
con una lógica de actualización constante de las noticias. En consecuencia, se está instaurando un flujo informativo continuo que genera un ciclo de noticias que nunca cesa
(Tewksbury y Rittenberg, 2012).
En segundo lugar, también se registra una mayor flexibilidad en la difusión de
noticias. En este sentido, la información deja de estar circunscrita a un único soporte y
circula por múltiples vías a partir de una distribución multiplataforma (Jenkins, 2006).
Como consecuencia de ello, aparecen nuevos medios de comunicación y se instaura
una convivencia entre viejos y nuevos medios (Chadwick, 2013). Los diarios digitales,
los blogs, los medios alternativos, las redes sociales, el microblogging y los contenidos
generados por el usuario se convierten en nuevas plataformas para la diseminación social
de noticias. En este contexto, se pasa de un escenario en el que el ciudadano iba en busca
de la información a otro en el que ésta va al encuentro de aquél.
En conexión con lo anterior, Internet ha generado una auténtica exuberancia informativa ya que ha incrementado de manera extraordinaria el volumen de noticias a
disposición de los ciudadanos (Chadwick, 2011). Nunca en la historia la cantidad de
información disponible ha sido tan grande y, además, el acceso a la misma ha sido tan
fácil (Micó, 2012).
Por último, el nuevo ambiente informativo se basa en una fuerte expansión del
flujo informativo. Los canales 24 horas, primero, e Internet, después, han generalizado
la circulación global de las noticias. El radio de alcance de la información es ahora muy
amplio. La velocidad, el carácter interconectado del sistema mediático y el flujo global
hacen que el potencial de expansión de las noticias resulte muy elevado. Las noticias
parece que tienen piernas ya que circulan rápidamente, por múltiples plataformas y de
forma global, escapando, así, del control de las elites periodísticas y políticas (McNair,
2006). Cualquier información que se cuelgue en Internet se convierte en una botella
lanzada al océano de la comunicación global, en un mensaje susceptible de ser recibido
y procesado en múltiples contextos, lugares y formas (Castells, 2009).
3.2.2. El empoderamiento del público
El desarrollo de la web 2.0 y la proliferación de espacios sociales en Internet han
provocado que los ciudadanos cuenten con instrumentos tecnológicos que les posibilitan no sólo a consumir sino también a producir noticias. Cualquier individuo puede
convertirse en generador de mensajes que pueden llegar a una audiencia global. Emerge,
así, la autocomunicación de masas (Castells, 2009), una nueva forma de comunicación
en la que el contenido está autogenerado, su emisión autodirigida y su recepción autoseleccionada. Este nuevo escenario comunicativo ofrece más oportunidades a los ciudadanos para expresar su punto de vista y contribuir al flujo informativo. Éstos comparten
noticias e intervienen en el debate público desplegando una polifonía de voces en la
esfera pública (Casero-Ripollés, 2010). Con ello, puede fortalecerse el pluralismo y la
[56]
Andreu Casero-Ripollés
participación y aumentan las posibilidades para que se forme una ciudadanía más informada y activa (Stanyer, 2008). La Red posibilita la democratización de la información
puesto que incrementa la implicación de los ciudadanos en la creación y distribución de
noticias relevantes cívicamente (Tewksbury y Rittenberg, 2012).
La innovación tecnológica ha hecho posible el empoderamiento del público (Jenkins, 2006). Los ciudadanos están empezando a convertirse en actores activos del proceso informativo ya que pueden suministrar noticias a los medios, cuya plasmación son
el periodismo ciudadano y los contenidos generados por el usuario (Allan y Thorsen,
2009). La intervención de la audiencia asume así una doble dimensión: por un lado,
le resulta factible intervenir en las noticias (comentando, contestando, etc.) y, por otro,
puede participar en la producción de noticias como fuente informativa o proveedor de
noticias (Carpentier, 2011). Su papel deja, así, de ser pasivo para convertirse en activo.
Con ello, los ciudadanos ordinarios, operando más allá de los medios convencionales,
pueden, en ocasiones, afectar al significado y al flujo de las noticias condicionando la
agenda mediática (Casero Ripollés y Feenstra, 2012).
3.2.3. La transformación de la esfera pública
La web 2.0 provoca la aparición de nuevos actores informativos. La elaboración
de noticias se está, así, descentralizando y abriendo a nuevos participantes (Heinrich,
2011). El ambiente informativo se ha vuelto hipercompetitivo ya que el número de
proveedores de información se ha multiplicado enormemente y no se limita sólo a los
profesionales de la información.
Este proceso está rompiendo el monopolio de las elites periodísticas y políticas
sobre la construcción de las noticias (Casero-Ripollés, 2010). Éstas se ven obligadas a
interaccionar con los ciudadanos y los nuevos actores informativos en la producción y
distribución de las noticias, abandonando las modernas jaulas de hierro en las que operan (Davis, 2010). El ambiente informativo, antes centrado en las relaciones entre un
número reducido de actores (periodistas, políticos y consultores políticos o spin doctors),
ahora engloba a múltiples grupos, instancias e individuos que pueden crear noticias.
En consecuencia, resulta más difícil de controlar que en el pasado por parte de las elites
periodísticas y políticas que dejan de ser las únicas en dominar la esfera pública (McNair,
2006).
Otro cambio relevante tiene que ver con el aumento de las posibilidades de contar
con una opinión pública más discursiva, horizontal y autogestionada (Sampedro Blanco
y Resina de la Fuente, J., 2010). Los medios sociales facilitan la aparición de espacios
de comunicación online para los ciudadanos, permiten la aparición de plataformas para
contrarrestar los discursos dominantes y hacen posible la interconexión de públicos dispersos (Feenstra y Casero-Ripollés, 2014). Con todo, la esfera pública avanza hacia una
concepción más abierta, plural y competitiva. Sin embargo, este nuevo escenario todavía
está en construcción e imperan más las esperanzas que las certezas, por el momento.
3. La honda de David: Internet, periodismo, democracia y participación ciudadana
[57]
3.3.Los engranajes de la participación política en Internet
La participación política de los ciudadanos se está viendo alterada por Internet
y, especialmente, por los medios sociales y la web 2.0. Son muchos los cambios, pero
teniendo en cuenta los procesos que acabamos de describir, podemos asumir dos presupuestos de partida. En primer lugar, Internet permite una relación más interactiva y
directa entre la ciudadanía y los representantes políticos, sin la mediación de los partidos
políticos y los medios de comunicación (Anduiza et al., 2009). En segundo término, la
Red reduce los costes de la participación política, haciéndola más rápida y barata (Garrett, 2006). Esta reducción aumenta las posibilidades de la ciudadanía de participar en
política (Valenzuela y otros, 2012).
Para explorar los cambios que Internet introduce en la participación política es
necesario analizar las tres dimensiones de la misma: el interés político, el conocimiento
político y las formas de la participación política.
3.3.1. Internet y el interés político
El interés por la política es una dimensión básica de la participación. De hecho,
constituye, casi, un requisito para la misma puesto que una persona desinteresada difícilmente participará políticamente. Por lo tanto, el nivel de interés político es un indicador
clave.
Actualmente, el interés por la política en las sociedades avanzadas atraviesa por momentos bajos. Un porcentaje significativo de los ciudadanos, que suele situarse alrededor
del 70% del total en el caso de España, se muestran poco o nada atraídos por la política.
A esto cabría añadir la fuerte desafección de la ciudadanía respecto de la política. Una
muestra de ello es que la clase política se ha situado como el tercer problema del país,
según más del 20% de los españoles.
En este contexto de desafección y desinterés hacia la política, cabe preguntarse si
Internet es capaz de aumentar el interés político de la ciudadanía. La respuesta es más
compleja de lo que cabría suponer a priori. Las investigaciones realizadas indican que el
interés político de los usuarios de la Red aumenta a medida que la utilización de Internet
se hace más intensa (Anduiza et al., 2009). Por lo tanto, la adquisición de habilidades de
navegación y uso de las tecnologías digitales potencian el compromiso cívico.
Los factores que explican este hecho son diversos. En primer lugar, la integración en comunidades virtuales, que las redes sociales favorecen, ofrece una esfera para
la comunicación y la discusión que puede potenciar el interés político siempre que el
contenido de estas conversaciones tengan una orientación política (Wojcieszak, 2009).
En segundo lugar, los usuarios de Internet están más expuestos a estímulos políticos
que aquellos que no utilizan la Red. El empleo de las plataformas tecnológicas facilita el
contacto, aunque sea esporádico o casual, con la política, algo que puede generar interés,
cercanía y, en último término, confianza.
En este sentido, Internet ofrece dos vías para aumentar el interés político de la
ciudadanía (Seoane y Jones, 2008): la metáfora del ancla y la del oráculo délfico. La primera sostiene que la cobertura informativa de los asuntos políticos llevada a cabo por los
[58]
Andreu Casero-Ripollés
medios de comunicación convencionales incita a los ciudadanos a ampliar información
sobre el tema en Internet. Eso refuerza su interés y la Red aparece como una infraestructura básica para lograrlo. Por su parte, la segunda afirma que los ciudadanos emplean
Internet cómo un oráculo para indagar o profundizar sobre temas políticos. La consulta
a motores de búsqueda, como Google o Yahoo, permite este fenómeno que refuerza el
interés ciudadano sobre asuntos políticos.
3.3.2. Internet y el conocimiento político
La exuberancia informativa de Internet abre nuevas posibilidades para adquirir
conocimientos sobre la política. Por un lado, los ciudadanos cuentan con grandes cantidades de información, de fácil acceso, sobre las actividades y temas políticos, algo que
favorece un más amplio conocimiento de los mismos. Este hecho, podría potenciar, en
teoría, la formación de una opinión pública más rigurosa y cualificada. Por otra parte,
aumentan las opciones de selección y personalización de los usuarios que se enfrentan
a un gran abanico de contenidos disponibles en la Red. Esto les permite ahondar en
aquellas cuestiones políticas que susciten su interés y, en consecuencia, conocerlas mejor.
No obstante, según algunos críticos, el aumento de la información disponible no
implica un incremento paralelo de las capacidades de procesar la información por parte de los ciudadanos (Bimber, 2003). Por lo tanto, una mayor oferta informativa no
conduce automáticamente a un mayor conocimiento de la política y, por tanto, a una
mejora de la participación cívica.
Otro argumento crítico importante es que Internet está generando una distribución desigual del conocimiento político. La Red crea un diferencial cognitivo (knowledge
gap) que genera diversos niveles de conocimiento de la política, estableciendo diferencias
entre inforicos e infopobres. Estar en una categoría u otra depende, principalmente,
del nivel educativo de las personas (Anduiza et al., 2009). La formación se añade, así,
a la brecha digital como variable que provoca exclusiones sociales que afectan a las capacidades democráticas de la Red. Internet, lejos de configurarse como una tecnología
igualadora, se asienta sobre desigualdades ya existentes y las amplia.
La abundancia de información propia de Internet también puede conducir hacia
un desinterés político de los ciudadanos o atraer sólo a los ya interesados hacia la participación política (Prior, 2007). Por lo tanto, la exuberancia de noticias puede provocar
que la exposición a la información pase a depender, cada vez más, de la motivación de
los usuarios (Anduiza et al., 2010).
Asimismo, el aumento del volumen de información no implica un incremento de
la calidad de las noticias. Más bien al contrario, Internet potencia la imitación y la repetición en detrimento de la diversidad informativa (Boczkowski, 2010). Un fenómeno
que algunos han denominado “churnalism” (Davies, 2009).
Finalmente, el aumento de las posibilidades de selección de información por parte
de los usuarios puede derivar en un incremento de la exposición selectiva de los ciudadanos (Iyengar y Hahn, 2009). Es decir, pese a contar con grandes opciones para elegir,
este fenómeno sugiere que el público tiende a configurarse una dieta informativa basada
en aquellos medios y noticias que reflejen su ideología o su identidad partidaria (Stroud,
3. La honda de David: Internet, periodismo, democracia y participación ciudadana
[59]
2011). Por lo tanto, sólo consumen aquella información política de nicho que concuerda con sus ideas políticas. En consecuencia, la información política actúa, bajo estos
parámetros, como un elemento de reforzamiento y reafirmación de las convicciones ya
existentes, aspecto que no favorece un mayor conocimiento político.
Las consecuencias de esta exposición selectiva pueden ser diversas. En primer lugar, puede provocar el seguidismo de los ciudadanos, que pierden su visión crítica. En
segundo término, se reduce el pluralismo en la dieta informativa de los ciudadanos. Y,
finalmente, aumenta la confrontación y el radicalismo en algunos medios. Se pierde, así,
la “escala de grises” que caracteriza la información política plural ya que los discursos
moderados tienden a ser expulsados. Todos ellos, efectos que pueden comportar consecuencias negativas para la democracia ya que pueden estimular el fomento del radicalismo entre los ciudadanos.
3.3.3. Las nuevas formas de participación política en Internet
Existen dos grandes posturas sobre la contribución de los medios sociales y la web
2.0 a la participación política: la hipótesis del refuerzo y la hipótesis de la innovación
(van Laer y van Aelst, 2010). La primera afirma que Internet facilita y apoya la acción
colectiva tradicional (offline) en términos de movilización, organización y transnacionalización (Diani, 2000; Van Aelst y Walgrave, 2002; Van Laer, 2010). Sostiene que la web
2.0 refuerza los lazos existentes más que crear otros nuevos. Por lo tanto, la participación
y el activismo políticos desarrollados online mejoran su eficiencia gracias a la tecnología
(Vegh, 2003). Algunos datos empíricos avalan esta posición puesto que en España el
28% de los usuarios han reforzado su participación fuera de Internet con acciones y
repertorios online (Anduiza et al., 2010). Bajo este prisma, la Red se sitúa como catalizadora de la participación (Lomicky y Hogg, 2010).
En el otro lado, la hipótesis de la innovación defiende que Internet genera nuevos
modos de participación y acción colectiva (Bennett y Segerberg, 2012; Lievrouw, 2011;
Mercea, 2012). Esta perspectiva sostiene que los medios sociales son capaces de impulsar
nuevas formas de activismo político específicamente nacidas online (Harlow, 2012). El
potencial de Internet para crear nuevas formas de acción colectiva también cuenta con
evidencias empíricas. En España, el 15% de los usuarios se moviliza políticamente sólo
online sin haber desarrollado previamente modos de participación política fuera de la
Red (Anduiza et al., 2010).
Más allá de una u otra postura, de lo que no cabe duda es que Internet es capaz de
renovar el repertorio de tácticas para las acciones colectivas y de generar nuevas formas
de participación política. Entre éstas últimas podemos identificar tres grandes tipos:
a) Las acciones online de participación extrarepresentativa. Éstas van desde la petición de firmas online hasta el hacktivismo pasando por los boicots, las donaciones
económicas, las ocupaciones virtuales, los sitios de medios alternativos o las páginas
web de protesta (van Laer y van Aelst, 2010). Se trata de actuaciones vinculadas a la
participación extrarepresentativa, que es aquella que se desarrolla fuera de los cauces
institucionales clásicos (Torcal et al., 2006). En consecuencia, poseen una capacidad
disruptiva respecto de la política tradicional ya que más que potenciar la participación
[60]
Andreu Casero-Ripollés
convencional introducen nuevos caminos para su ejercicio (Loader y Mercea, 2011).
Estas formulas son el resultado de la combinación de la innovación tecnológica con
las innovaciones creativas de los ciudadanos, por lo que están en constante revisión y
renovación.
b) La monitorización y la vigilancia ciudadana. La web 2.0 y los medios sociales
abren también nuevas posibilidades de participación política para los ciudadanos en
relación con la fiscalización del sistema político y de los medios de comunicación. Las
plataformas tecnológicas digitales permiten a los ciudadanos escrutar y contestar tanto
la cobertura informativa de un acontecimiento realizada por los medios convencionales
como las acciones del sistema político (Feenstra y Casero-Ripollés, 2014). Una dinámica
que conduce, incluso, hacia una potencial democracia monitorizada en la que los ciudadanos pueden exigir cuentas directamente a los políticos y a los medios de su actuación
(Feenstra, 2012; Keane, 2009).
c) Aparición de nuevos movimientos sociales. La web 2.0 y los medios sociales han
generado un nuevo perfil de movimiento social que se caracteriza por su organización,
coordinación y acción a través de Internet. Se trata de iniciativas ciudadanas que emplean las tecnologías digitales para desafiar o alterar las formas dominantes, esperadas y
aceptadas de hacer sociedad, cultura y política (Lievrouw, 2011). Las redes sociales, las
listas de distribución, el email o los blogs son sus principales herramientas para el desarrollo de formas de participación política. Se trata de organizaciones descentralizadas y
flexibles que dan un especial protagonismo a la tecnología en su funcionamiento y que
buscan incidir en el proceso de formación de la opinión pública y de toma de decisiones
políticas (Micó y Casero-Ripollés, 2014). Un ejemplo relevante es el movimiento 15M
(Haro-Barba y Sampedro-Blanco, 2011).
3.4.Conclusiones: contribuciones y limitaciones de la
participación política en Internet
Los nexos entre Internet y la participación ciudadana son múltiples. Sin embargo,
resulta difícil contestar de manera concluyente a la pregunta si la web 2.0 y los medios
sociales son capaces de estimular la implicación de los ciudadanos en la política.
Las investigaciones realizadas ponen de manifiesto que Internet potencia el interés
político y favorece el aumento del conocimiento de la política, pero que resulta incapaz
de fomentar la eficacia externa de la participación política (Anduiza et al., 2009). Esta
última se refiere a la posibilidad de influir en las decisiones políticas y conseguir resultados derivados de la intervención política de la ciudadanía. La incidencia moderada de
la Red a la hora de lograr que los gobiernos atiendan a las peticiones populares puede
actuar como un freno. Por ello, la participación política en Internet, pese a sus grandes
potencialidades, todavía posee un carácter relativamente minoritario. Las tecnologías digitales aún están más orientadas al entretenimiento, las relaciones personales de amistad
y el comercio electrónico que a las actividades políticas (Boyd y Ellison, 2007; CaseroRipollés, 2010).
3. La honda de David: Internet, periodismo, democracia y participación ciudadana
[61]
No obstante, si que parece claro que Internet introduce novedades significativas en
el campo del activismo político y el compromiso cívico de los ciudadanos. Así, potencia
las acciones de participación política de carácter extrarepresentativo que se sitúan fuera
de los cauces habituales e institucionales. Las peticiones de firmas, los boicots o las páginas web de protesta son ejemplos en este sentido. Se trata, en muchos casos, de formas
de participación novedosas que rompen con la dinámica política convencional. Además,
genera nuevas formas de participación como la monitorización ciudadana y la aparición
de nuevos movimientos sociales online, como el 15M. Sin embargo, la participación y
el activismo en la Red necesitan, obligatoriamente, del complemento de la participación
en la calle, ya que ambos ámbitos son interdependientes. El activismo político que únicamente se practica en Internet queda encapsulado en el entorno virtual y pierde, así, su
eficacia y su posible incidencia social (Diani, 2000). Sin trasladar las acciones colectivas
online al terreno offline, resulta poco factible generar cambios sociales. Un paso que no
es nada fácil de dar.
Igualmente, el mero y simple acceso a Internet no garantiza por si sólo la participación política de los usuarios ya que ésta depende en último término de la forma en que
se utiliza la tecnología y cómo los ciudadanos se apropian de la misma, integrándola en
su vida cotidiana (Loader y Mercea, 2011). Que Internet reduzca los costes de la participación no significa automáticamente un aumento de la misma. En este sentido, la participación y el activismo político online dependen de múltiples factores, principalmente
sociodemográficos, y no se basa en una dinámica causa-efecto directa (Garrett, 2006).
Finalmente, pese a las esperanzas que suscita Internet, no hay que olvidar que también conlleva el peligro de generar exclusiones en el terreno de la participación política.
La importancia de la motivación de los usuarios, de la formación y utilización de la Red
y la incidencia del diferencial cognitivo y la brecha digital pueden dejar al margen a un
número significativo de ciudadanos. De ahí la relevancia de apostar por el fomento de
políticas de e-inclusión para hacer que la mayoría de personas puedan acceder a los potenciales beneficios democráticos de las tecnologías digitales. Éstas pueden convertirse
en la honda de David para la ciudadanía a la hora de recuperar su protagonismo en el
escenario político. Pero para que esto se produzca, es clave tomar consciencia y saber usar
adecuadamente estos nuevos instrumentos que pueden ser un aliado fundamental para
extender y renovar la participación ciudadana.
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4. Repensando el sistema mediático
Josep Lluis Micó Sanz
– Santiago Justel Vázquez
Universitat Ramon Llull
Lippmann publicaba en 1919 Liberty and the News, obra en la que el periodista
norteamericano defendía que mientras los periódicos determinasen “a través de estándares completamente privados y sin vigilancia”, sin importar lo nobles que fuesen, lo que
el ciudadano medio “debía conocer y, por tanto, lo que tenía que creer” nadie podría asegurar que la esencia del gobierno democrático estuviese a salvo (Lippmann, 1995:15).
Para Lippmann la crisis que vivía por aquel entonces la democracia occidental era,
en definitiva, una crisis del periodismo. “En todas partes hoy en día los hombres son
conscientes de que, de alguna manera, tienen que lidiar con preguntas más complejas
que las que cualquier iglesia o escuela les había preparado para entender” (Lippmann,
1995:8) y en ese contexto recuperaba la pregunta de si el gobierno por consentimiento
puede sobrevivir en una época en que la fabricación del consentimiento es una empresa
privada no regulada.
Aceptando que el mundo de hoy, gobernado por múltiples poderes muchas veces
invisibles, es mucho más complejo que el hace casi un siglo retrató Lippmann, sus preocupaciones acerca del periodismo y la democracia no han perdido vigencia en cuanto
se pueden considerar sin resolver. La obra de académicos como Baker (2002, 2006)
representa un repaso más actual por las principales amenazas que representa el poder
privado para el periodismo y, en definitiva, para el futuro de las sociedades democráticas.
Hay que recordar que la preocupación por la influencia del poder económico surge ya
cercano el siglo XX, después de que durante siglos los esfuerzos se centrasen en evitar el
control del gobierno sobre la prensa.
[66]
Josep Lluis Micó Sanz – Santiago Justel Vázquez
En el escenario actual, todo adquiere una mayor dimensión potenciado por una
crisis que ha hecho a los medios mucho más vulnerables a la influencia de lo económico. Por ejemplo, en la acuciante búsqueda de un modelo de negocio que funcione para
el periodismo digital, los datos obtenidos a través de las herramientas de analítica web
condicionan la producción informativa y favorecen la aparición de contenidos banales:
piezas sin relevancia desde un punto de vista del interés público, pero que suponen una
fuente importante de tráfico que luego vender a los anunciantes (Justel, 2015:220).
Una nueva manifestación de un viejo riesgo, el de la excesiva comercialización. “Hay un
consenso creciente entre académicos y analistas acerca de que las noticias se han vuelto
blandas” (Boczkowski y Peer, 2011:859). Otro problema es la precarización de las condiciones de trabajo y la emergencia del “periodista imposible” (Micó et al., 2012:32), un
profesional que ha de asumir, a cambio de menos dinero, más tareas. Esta precarización
puede ser otro factor que condicione la calidad de las noticias.
Los cambios (tras la irrupción de internet) “crean potencialmente nuevos problemas o elevan nuevas cuestiones que necesitan ser consideradas desde las perspectiva de
los consumidores y los ciudadanos” (Baker, 2002:286). Hace una década, ya se veían
con claridad algunas de las cuestiones, como los efectos de una creciente personalización
de los contenidos (Sunstein, 2003), que hoy suscita preocupación por sesgar el acceso a
opiniones y temas diversos. Promovida por la dinámica del mercado, dominado por los
poderosos actores que reinan en internet –Google, Facebook,…–, la lógica de la personalización se extiende (Pariser, 2012). También despiertan temores en algunos autores
como Carr (2011) los posibles efectos de una tendencia hacia una lectura de contenidos
más superficial.
Retomando la idea de la proliferación de contenidos triviales esta se puede vincular
con los cambios introducidos por la tecnología, que estarían empujando “a los mass media hacia el polo de aquello interesante más que hacia el de aquello importante” (Sintes
i Olivella, 2010:191).
Lo importante sería aquello que tendrá consecuencias y que dará lugar a más noticias. Lo interesante aquello que atrae al público y genera comentarios. Sería un error
pensar que ambos elementos no se pueden conjugar. El secreto del periodismo estaría
en “hacer interesante lo importante” y la responsabilidad de configurar una agenda de
calidad sería compartida entre unos medios que intentasen cumplir con ese reto –siendo
competitivos– y una audiencia dispuesta a interesarse también por aquello que importa
(Gomis, 2002:24).
Lo que parece claro que no cambiará es la importancia para la sociedad del buen
periodismo, pero puede que el panorama actual ofrezca menos garantías de satisfacer esa
necesidad: “Lo digital no ha eliminado la necesidad de crear noticias fiables, reportajes
de calidad y contenido cultural significativo” (Baker, 2002:286).
Con la irrupción de internet, en el escenario de los medios online, se han diversificado los modelos de negocio en la búsqueda de aquel que funcione. Los dos pilares sobre
los que se sostenía el modelo tradicional, la publicidad y la venta al público, han sufrido
un duro golpe que hace que independientemente del modelo que escoja un medio en
internet, resulte o haya resultado imposible por el momento trasladar este modelo.
4. Repensando el sistema mediático
[67]
La multiplicación de la información disponible en internet y la mayor facilidad de
acceso han bajado el valor del contenido. El valor del periodismo en el mercado era la
suma del valor del contenido y del valor de la publicidad. Ahora el valor del contenido es
cercano a cero por la abundancia de este y la multiplicación del número de proveedores
(Picard, 2009).
El valor de la publicidad también ha caído. Los ingresos publicitarios no parece que
vayan a representar nunca lo que representaron para los medios tradicionales –atendiendo, por ejemplo, a los estudios anuales que publica anualmente en España Infoadex1, y
que en los últimos años han constatado un progresivo recorte de la inversión en publicidad en todos los medios convencionales que no se ve compensado por un crecimiento
más o menos constante de internet–. Internet dio una vuelta a la lógica con la que
operaba la publicidad: con porcentajes de clics y otras métricas, las empresas supieron
de repente qué parte de su dinero se desperdiciaba y los presupuestos publicitarios se
recortaron proporcionalmente (Pariser, 2011:48).
Así, aunque la publicidad web crece, no se ha acercado nunca a los ingresos por
lector del modelo de los diarios impresos y tampoco parece que la publicidad móvil vaya
a hacerlo (Anderson, Bell, Shirky, 2013:11).
En ese escenario de ingresos menguantes la competencia se acentúa. En el periodismo digital, más allá de una prensa seria y una prensa sensacionalista –u otras distinciones
clásicas–, se pueden caracterizar modelos híbridos que emergen buscando apostar por
contenidos buenos sin renunciar al tráfico que generan los contenidos virales. En la
prensa digital la audiencia tiene un renovado poder (como tienen los audímetros en televisión), pues los medios han de cuidar las cifras que después venderán a los anunciantes.
Hoy vivimos en un entorno “con alto contenido de información, donde los números, los datos, las matemáticas y el análisis deben ser la base de nuestras decisiones”
(Kaushik, 2010:11). Es necesario preguntarse si esta afirmación ha de servir también
para el mundo del periodismo.
No parece posible pretender que los medios se aíslen de la realidad empresarial
que impera en la red si quieren garantizar su supervivencia. Pero, por otro parte, “la
naturaleza propia de la empresa periodística y su función social no permiten asimilarla a cualquier otra actividad empresarial” (García-Marzá, Feenstra, 2011). El sentido
de los medios de comunicación radica en la producción de ese “bien social que es la
información”.
Las cuestiones que surgen son muchas. Los medios de comunicación como empresas que son no pueden obviar los argumentos económicos a la hora de tomar sus decisiones. Por otro lado, se trata de empresas con una función especial, por ello deberían
estar protegidas de forma efectiva por una regulación específica que tal vez sea pertinente
revisar. Allá donde el mercado se impone o se imponga habrá que plantear límites que
protejan en la práctica el criterio profesional.
Estas páginas plantean algunos de los riesgos que resurgen en el contexto actual, en
el ecosistema informativo digital, para defender la importancia de abordar una reflexión
1 http://www.infoadex.es/resumen_estudio_2014.pdf
[68]
Josep Lluis Micó Sanz – Santiago Justel Vázquez
en profundidad acerca de la estructura económica de los medios y la regulación del sistema para garantizar que el periodismo pueda cumplir su función como foro que hace
posible la democracia. Una reflexión que conecta con las preocupaciones que ya hace un
siglo manifestaban intelectuales como Lippman.
4.1.La propiedad de los medios
A toda la problemática en relación con la propiedad mediática, la democracia y
los mercados hacen referencia muchos autores (McChesney 1990; McChesney, Wood,
Foster, 1998; Baker, 2002; Bettig y Hall, 2011). “El modo en que la mercantilización
de la cultura y la información se ha acelerado en nuestra propia época histórica ha sido
objeto de estudio de muchos académicos” (Almirón, 2010:2).
El origen de la hipercomercialización denunciada por muchos académicos se situaría en la progresiva industrialización de los periódicos durante el siglo XIX, que habría
convertido a las noticias en una mercancía producida en masa y habría generado una
competencia que “acabó derivando en un aumento de sensacionalismo”. “(...) Bajo el
capitalismo, los medios están estructurados de tal manera que su objetivo primario es el
beneficio” (Bettig y Hall, 2011:2).
Vigil y Vázquez (1971:7) sostiene en la misma línea que en un régimen de economía de mercado, las empresas periodísticas no pueden ser viables más que “ateniéndose
a la normativa del lucro, aun cuando ésta contradiga o limite el derecho de los lectores
a la información (...)”.
Chomsky (1992) habla de los medios como instrumento al servicio de los intereses
del poder estatal y empresarial, remarcando el nexo entre ambos y sus estrategias para diluir la crítica. Unos medios que operan con la lógica de cualquier otro negocio y venden
un producto (la audiencia) a un consumidor (los anunciantes, que quieren hacer llegar a
la audiencia sus mensajes). La obra de Chomsky señala al sistema mediático institucionalizado que filtra las noticias desde una visión muy particular del mundo.
La historia de los periódicos y el resto de medios se ha visto influida por la historia
de la publicidad, que se convirtió en su principal fuente de financiación. En este sentido,
Bettig y Hall (2011:5) señalan que la publicidad “no es solo una institución económica
que opera por el beneficio de unas pocas grandes corporaciones y sus propietarios; es
también una institución ideológica que apoya y niega ciertas formas de pensar”.
En su investigación, Almirón (2010) actualiza toda esa problemática y la traslada a
la reciente crisis económica, advirtiendo de las consecuencias de la financiarización del
sistema mediático: el proceso mediante el cual los mercados habrían ido creciendo en
tamaño e influencia dentro de la propiedad de los medios.
Sparrow (1999:76-94) identifica diferentes vías en las que el lado comercial de los
medios afecta a la cantidad y la calidad de la información política. Por ejemplo, en primer lugar, recuerda que desde una visión empresarial los medios no venden programas o
contenidos sino que venden audiencia. Los programas son la maquinaria con la que consiguen su producto. Por lo general, no se publica contra los intereses de las grandes compañías –las anunciantes- que compran ese producto –la audiencia-. En segundo lugar,
4. Repensando el sistema mediático
[69]
habla de lo que él denomina “periodismo de mercado”. Los medios crean espacios para
atraer a los públicos de más valor para los anunciantes. No siempre se busca la audiencia
lo más grande posible, sino una especifica. En internet, no obstante, el modelo predominante es el cuantitativo y no el cualitativo, la audiencia se mide fundamentalmente
“al peso”. Representativo de este periodismo orientado al mercado sería la proliferación
de secciones de noticias blandas.
En tercer lugar, otro modo de imponer los criterios financieros a los periodísticos
sería el de hacer recortes a expensas de la calidad de la información (la figura del periodista imposible a la que antes se hacía alusión es un buen ejemplo). Sparrow (1999:89),
añade algunas otras vías de influencia de lo económico, como el intento de evitar historias problemáticas para evitar demandas o por los intereses de los medios en influir en
políticas públicas.
Otra de las cuestiones que centran una parte significativa de las preocupaciones
acerca de la vertiente empresarial de los medios es la creciente concentración de la propiedad (Baker, 2006; Bettig y Hall, 2011; Nichols, McChesney, 2000). Un sinfín de
medios de comunicación en manos de un reducido número de grandes corporaciones
multinacionales. Conglomerados mediáticos con intereses en el negocio de la prensa,
en el editorial, en el audiovisual, en el del entretenimiento…, pero también en otros
sectores no relacionados con la creación de contenidos como la venta y la distribución.
Tener gran diversidad de medios pero concentrados en unas pocas manos supondría un retroceso de siglos. Las tesis de la Reforma y otras ideas revolucionarias viajaron
por el continente europeo por mucho que la Iglesia romana y otras instituciones las
pretendieran silenciar gracias a la imprenta y la prensa que tuvieron un papel clave
en la desmantelamiento del Antiguo Régimen (Briggs, Burke, 2002; Ruíz, 2008). Ese
poder transformador de la palabra podría verse limitado hoy. “Nosotros podemos tener
abundancia de libros hoy, pero cuesta trabajo encontrar muchos que desafíen las formas
existentes de pensar o que avancen nuevas” (Bettig y Hall, 2011:3).
El mercado persigue el beneficio y la concentración y, a través de la absorción de
la competencia, se produce la disminución de la diversidad de fuentes de información y
conocimiento; una pluralidad de voces e ideas que resulta crucial para poder hablar de
una democracia efectiva.
La correcta regulación del sistema mediático es el camino para tratar de mitigar la
influencia del poder económico y político sobre el periodismo sea cual sea la forma que
esta adopte. Por ejemplo, la de la hipercomercialización de la prensa. En el escenario actual, la problemática reaviva con fuerza pues se asiste a una deriva hacia lo banal y lo comercial en la agenda de unos medios preocupados por su supervivencia como empresas.
Sparrow (1999) recuerda que aunque siempre ha habido consideraciones comerciales invadiendo las decisiones editoriales estas presiones económicas han ido volviéndose
cada vez mayores a medida que los medios se hicieron también cada vez más grandes y
la noticia fue teniendo más de mercancía que de bien social. Tiempo atrás, los medios
separaban de forma más efectiva la parte redaccional de la parte puramente empresarial.
“Las empresas periodísticas tenían un ‘muro de separación’ que dividía el contenido
editorial de los asuntos del negocio” (Sparrow, 1999:73).
[70]
Josep Lluis Micó Sanz – Santiago Justel Vázquez
Tener presente que “el negocio de las noticias no ha sido siempre un negocio cualquiera (…)” (Sparrow, 1999:73) sirve para subrayar la importancia de afrontar la deriva
hacia una mayor inferencia de lo comercial en lo profesional dentro de las redacciones
periodísticas –inferencia que a veces se asume como inevitable–.
La cuestión de la regulación y el debate acerca de los distintos modelos de sistemas
mediáticos es un punto clave para cualquier estudio actual sobre el estado del periodismo. Especialmente investigaciones centradas en los cambios en las rutinas, el ejercicio
profesional, la calidad de la agenda y del debate público, la estructura de las redacciones... Todo está condicionado por la base económica de los medios y su organización
como empresas que operan bajo las leyes del mercado. Más concretamente, en el momento actual, todo ha considerarse teniendo el cuenta la urgente necesidad de la prensa
por encontrar un modelo de negocio que funcione después de que no haya sido posible
trasladar el negocio tradicional –basado en dos pilares, la publicidad y/o el cobro a la
audiencia– al nuevo escenario.
“¿Puede un sistema cuya cultura e información son tratadas como mercancía dar
respuesta completamente a las necesidades de una política de autogobierno, democrática?” (Bettig y Hall, 2011:9). La agenda de los medios, deviene la agenda pública (McCombs, 2004), así que la calidad de la primera determinará la calidad de la segunda.
La base económica determina el tipo de contenido que los medios producirán
independientemente de los cambios que introduzca la tecnología. La disponibilidad de
contenido mediático valioso va a continuar dependiendo del mercado, los impuestos, los
subsidios, las reglas de propiedad intelectual, la estructura de la industria y otros muchos
factores que recoge Baker (2006).
Un sistema regido únicamente por las leyes del mercado tenderá mayoritariamente
a concebir al lector como consumidor y no como ciudadano, especialmente en momentos de dificultades económicas. A la noticia no como bien sino como mercancía.
4.2.La cuestión de la regulación, hoy
“La discusión de la función democrática de los medios de comunicación está íntimamente ligada al debate sobre la organización y la regulación de los medios.” (Curran,
2005:239). La sociedad ha de ofrecer garantías para que la tarea que ha de desenvolver
la prensa para el correcto funcionamiento de la democracia pueda llevarse a cabo satisfactoriamente y sin condicionantes de ningún tipo.
Carbonell propone2 como ideal una regulación que obedezca a diferentes intensidades y defendió el establecimiento de una serie de criterios para abordar dichas diferentes intensidades:
• Si el ciudadano busca activamente la información o si es un medio que recibe
de forma pasiva, sin su participación activa. Un medio que se reciba sin que el
2 Entrevista mantenida con Josep Maria Carbonell, ex presidente del Consell Audiovisual de
Catalunya, en relación a su libro El futuro de la comunicación: redes, medios y poder.
4. Repensando el sistema mediático
[71]
ciudadano lo busque activamente tendría una influencia más poderosa y por
tanto debería ser objeto de una mayor intensidad regulatoria.
• Si el emisor es un medio público la intensidad regulatoria ha de ser mayor, considerando que la exigencia de servicio público es máxima en estos entes.
• Si el medio tiene una capacidad de influencia dominante sobre una comunidad
concreta, también debería ser sometido a una intensidad regulatoria mayor.
Independientemente de las intensidades regulatorias se requiere la aplicación del
principio de veracidad en todas las informaciones. La ‘accuracy’ de la tradición anglosajona o la ‘honnetêté de l’information’ en la francófona. Una obligación resultante del
derecho del ciudadano a recibir información veraz.
Resulta interesante recuperar a Lippmann para despojar al término regulación de
las connotaciones negativas que se le adjudican desde la óptica del liberalismo. “No
podemos definir con éxito la libertad, o alcanzarla, a través de una serie de permisos o
prohibiciones” (Lippmann, 1995:61). En 1917, en Liberty and the news, Lippmann,
reivindicaba una concepción de la libertad como el nombre que le damos a aquellas medidas a través de las cuales protegemos e incrementamos la veracidad de la información
a partir de la cual actuamos. La regulación sería, de este modo, libertad.
Curran (2005:239), después de establecer la estrecha vinculación entre el debate
sobre la organización y la regulación de los medios y la discusión acerca de su función
democrática y después de reevaluar las concepciones tradicionales sobre esta, hace su
propuesta de sistema ideal de medios de comunicación para una sociedad democrática.
El modelo que describe tiene como característica principal la pretensión de ayudar
a consolidar un sistema de medios de comunicación que no esté controlado ni por el
mercado ni por el estado, producto de la tradición distintiva de la ‘tercera vía’. Una tradición que procede del capitalismo tanto como representa una respuesta democrática a
las limitaciones del capitalismo y tiene en su haber “ochenta años de experimentación en
la organización de la radio y el cine y, después, de la televisión y de la prensa”. A partir
de su legado, continua Curran (2005:281) “es posible quedarse con los éxitos y evitar los
fracasos para producir un sistema de medios de comunicación óptimos”.
La propuesta del investigador británico es interesante como ideal: un sistema donde la radiotelevisión de servicio público está en el centro de una esfera completada por
un sector privado, un sector cívico, un sector de mercado social y un sector profesional.
El núcleo formado por los canales de televisión de interés general estaría marcado por su
enfoque de servicio público, guiado por criterios de imparcialidad y pluralidad, y sería el
espacio para el debate de la sociedad en su conjunto.
Los sectores periféricos cubrirían los espacios restantes. Por un lado, favorecerían
la diversidad del mercado y la expresión de las opiniones disidentes y de las minorías
y servirían de plataforma para que los periodistas se relacionasen con el público en sus
propios términos (sector cívico, sector del mercado social, sector profesional) y, por otro
lado, introducirían gracias al sector privado convencional un límite al posible “abuso de
las preocupaciones de las minorías hasta la exclusión de los placeres de la mayoría”.
[72]
Josep Lluis Micó Sanz – Santiago Justel Vázquez
Curran (2005) propone poca regulación en relación a los medios privados, aunque
sostiene que la televisión privada tendría que estar sujeta a un régimen de servicio público
para evitar que subvierta el núcleo del sistema y que deberían mantenerse los controles
antimonopolio. Estos habrían de evitar situaciones como la que se vive en España donde
dos grupos, Atresmedia y Mediaset acaparan el 90% del mercado publicitario.
Los tres primeros sectores propuestos por Curran (2005) contarían con el apoyo
económico del estado. El sector cívico y el sector del mercado social tendrían acceso a
subvenciones u otras políticas de ayuda del estado como cuotas para mejorar su acceso al
mercado. El sector de medios cívicos incluiría a las publicaciones controladas por partidos
políticos y otros movimientos sociales, a aquellas de grupos subculturales como comunidades LGBT y a medios internos entre de determinadas organizaciones como sindicatos,
todas ellas organizaciones activistas de la sociedad civil. Para “devolver el vigor” a este sector
Curran cita dos estrategias, la de las subvenciones a los medios de estas organizaciones y
la de asignar franjas de emisión, ofrecer facilidades técnicas y fondos públicos en función
del número de afiliados. El sector del mercado social se correspondería con los medios de
minorías que operan en el mercado con ayuda estatal. Su razón de ser sería el propiciar
el pluralismo y la diversidad en la propiedad de los medios de comunicación. El apoyo
público puede ser mediante la facilitación del acceso al mercado, aportando financiación
seminal o, por ejemplo, a través de subvenciones selectivas.
El sector profesional es una propuesta original. Aun no existe en forma de prototipo
ni se ha ensayado. Abarcaría los medios donde el profesional tiene la máxima libertad
creativa. La financiación sería pública para garantizar el aislamiento de las presiones del
mercado, pero a diferencia del sector de servicio público –que siguiendo un modelo liberal
de responsabilidad social es sometido al escrutinio de organismos independientes– quedaría liberado también de toda regulación pública. “Su personal debería estar en la posición
enormemente privilegiada de ser más independientes que ninguno de sus colegas”. Una
base para que emergiese una forma distintiva de periodismo.
El modelo de Curran deriva, como él mismo apunta, de distintos aspectos de las políticas mediáticas ya existente. Valiéndose de todo ese background quiere dar respuesta a los
requisitos que él identifica como necesarios para que se dé un verdadero sistema de medios
de comunicación democrático: apoyo y protección a minorías, identidades sectoriales de
los grupos y al funcionamiento de sus organizaciones; el fomento de la discusión abierta
de los diferentes puntos de vista y las condiciones para alcanzar acuerdos reales en el seno
de la sociedad –y no consensos ficticios basados en el dominio de la élite–; o la vigilancia
al gobierno y al poder.
El modelo de Curran es un ideal en la búsqueda de un sistema de medios de comunicación mejor para las democracias modernas.
“A grandes rasgos, la historia de la teoría democrática es la historia de la superación
de sucesivos obstáculos para la realización de la democracia” (Durham, 1999:99). Podría
trasladarse esta afirmación al periodismo y la teoría sobre la función democrática de los
medios de comunicación.
En el modelo de Curran habría financiación estatal que sin intervención daría soporte a un periodismo totalmente profesionalizado y libre de todo tipo de influencias. Se
4. Repensando el sistema mediático
[73]
trataría claramente de un sistema mediático que en las Four Theories of the Press de Siebert,
Peterson y Schramm (1963) se inscribiría dentro de la teoría de la responsabilidad social.
El objetivo de este capítulo no es elaborar una propia propuesta de modelo de sistema
de medios de comunicación, sino subrayar la reflexión al respecto como uno de los puntos
claves para encarar la crisis del periodismo en la actualidad.
Al revisar la teoría liberal clásica de la prensa, adaptados algunos de sus supuestos al
momento actual, el modelo de racionalidad liberal socialmente responsable se erige como
el más deseable. El que de un modo más claro puede propiciar un sistema mediático fuerte
frente al poder político y también frente al poder privado. La teoría liberal clásica sobre la
prensa que ha llegado hasta nuestros días se centraba en los medios como instrumento de
defensa frente al poder del estado. Estos debían operar con total independencia y sin ser
limitados por ningún intento de regulación por parte de las instituciones a las que debían
vigilar. Esta perspectiva que aguantó muy viva el paso de los años sirvió para acometer
progresivas desregulaciones y liberalizaciones del sector. Lo que algunos teóricos no contemplaban era la amenaza que podía representar el poder económico que controlaría los
medios. El mercado no era una preocupación, él mismo se encargaría –con más libertad–
de ir perfeccionando su funcionamiento para responder a las demandas de la sociedad.
Esto comienza a cambiar con la llegada del siglo XX, cuando el modelo liberal termina por desembocar en un escenario con poco pluralismo, con unos medios convertidos
en organizaciones mediáticas cada vez más grandes y en manos de una poderosa minoría
vinculada al mundo empresarial. Cuando “ya no es fácil para la prensa ser un espacio de
libre mercado para las ideas, como fue definido por Mill y Jefferson” (Siebert, Peterson y
Schramm, 1963:4). En sus Four Theories of the Press, Siebert, Peterson y Schramm hacen
un repaso histórico por ese momento en que emerge la teoría de la responsabilidad social
de la prensa como evolución de la teoría liberal, como respuesta a sus limitaciones.
A comienzos del siglo XXI, se estaría planteando una situación similar a la vivida en
las primeras décadas del siglo pasado con la predominancia del modelo liberal y se estarían
manifestando las mismas disfunciones. Los medios tradicionales, con su modelo de negocio tradicional desmontado, se ven obligados a encontrar nuevas fuentes de ingresos y son
por tanto más vulnerables a la comercialización. La lógica de la analítica web que impera
en la economía de internet ha llegado también a las redacciones. Una lógica que parece
priorizar el beneficio económico al social, menos tangible.
En este punto hay que recordar que “los sistemas mediáticos no son naturales o inevitables. Son el resultado explícito de políticas y subsidios (…)” (Carbonell, 2010:200).
Teniendo ello presente se vuelve a los aspectos de regulación que los definen. Un sistema
mediático en manos de un mercado –con cada vez más poder– entraña riesgos graves con
frecuencia relativizados.
La vía ideal de regulación parece la diseñada no en términos intervencionistas sino
de un modo laxo y flexible. Carbonell (2012:210) señala que “el único camino posible es
establecer marcos regulatorios generales y permitir su futura concreción en las autoridades
de regulación de acuerdo con los diferentes actores del sistema”. Esta referencia al acuerdo
entre los diferentes actores del sector se traduce en una defensa de la corregulación. Una
[74]
Josep Lluis Micó Sanz – Santiago Justel Vázquez
legislación y unas políticas en beneficio de la ciudadanía que cuenten con el apoyo del
sector, lo que favorecería su efectividad.
Una regulación con diferentes intensidades, pero garantista. El poder de unos medios
que forman parte de la misma estructura que imbrica el poder económico y político en las
economías de mercado obliga a construir sólidamente una base sobre la que puedan ejercer
su actividad en libertad sin dejar de dar respuesta al interés público. Si en la legislación se
habla de la televisión –por citar un ejemplo– como un servicio público habrá que dotarse
de los mecanismos para garantizar que opere como tal en la práctica.
La relación entre medios de comunicación y mercado se ha abordado en varias de
sus múltiples dimensiones en estas páginas de forma sucinta. El objetivo no es otro sino
remarcar el hecho de que las cuestiones regulatorias juegan un papel clave porque son las
que determinan cómo compiten los medios en un mercado que progresivamente se ha ido
liberalizando. Y, por tanto, son también la vía desde la que se pueden explorar soluciones
satisfactorias para muchos de los problemas del panorama mediático actual. Tener esto
presente se antoja como algo imprescindible para cualquier investigación sobre los medios.
“Mientras los ingresos son suficientes para asegurar la supervivencia de la organización, los objetivos profesionales y sociales tienen primacía sobre los beneficios” apunta
Sparrow (1999:74) recuperando a Sigal (1973), citando como ejemplo la dirección de
cabeceras como el Washington Post3 o el Times, donde una familia individual mantiene
el control financiero.
Trasladado el apunte al momento actual, se podría afirmar que si los periódicos estuvieran en una situación económica mejor cabe pensar que el peso de lo comercial sería
menor.
En un momento de incertidumbre respecto al futuro de los medios, se deben contemplar en el debate propuestas de reformulación de algunos de los elementos del sistema.
Teniendo presente la importancia de la base económica, la problemática en torno a ella ha
de ser una de las prioridades a afrontar. Recuperando la idea de que una crisis puede ser
tiempo de oportunidades, la crisis del periodismo actual necesitado de un nuevo modelo
que lo sostenga plantea el reto de conseguir reformular la organización de los medios en la
sociedad para que puedan tener más garantías para desempeñar su misión con éxito.
4.3.Las limitaciones de las revoluciones en las
comunicaciones
Una abundante literatura contemporánea trata sobre las fuertemente antidemocráticas implicaciones del sistema mediático contemporáneo (McChesney, 1999). El
modo en que la mercantilización de la cultura y la información se ha acelerado en nuestra propia época histórica ha sido objeto de estudio de muchos académicos para revelar “las prácticas monopolísticas, la hipercomercialización a través de la publicidad, la
3 El Washington Post fue comprado por Jeff Bezos, fundador de Amazon, en 2013 por 250 millones de dólares.
4. Repensando el sistema mediático
[75]
audiencia y la concentración de la propiedad, las políticas de comunicación orientadas
a la industria, la fabricación de consentimiento a través de mensajes sesgados, y varios
otros asuntos importantes relacionados con el papel de la información y la cultura como
mercancía” (Almirón, 2010:2).
Pero la llegada de cada nuevo medio, como internet la pasada década, trae consigo
esperanzas y se le atribuye un gran potencial de cambio para una sociedad mejor. Cada
nuevo medio genera nuevas utopías de cambio de radical (Almirón, 2010). Muchos
otros autores vieron en la web una herramienta que liberaría a la sociedad de muchas
de las intranquilidades suscitadas en ese sentido: acabaría con las preocupaciones relativas a la concentración de poder corporativo en la propiedad de los medios o a la
hipercomercialización.
La web, al rebajar a prácticamente cero los costes de publicación, multiplicaría las
voces disponibles e inundaría el mercado de competidores de gran calidad que amenazarían el monopolio de los grandes medios. Negroponte (1995) imaginó de forma muy
positiva las posibilidades de acceso a la información y de elección que traería consigo.
Frente al utopismo que rodeó la llegada de la web argumentan autores como McChesney (2000) que lo cuestiona de raíz por estar basado no solo en la creencia de la
magia de la tecnología sino lo que es más importante, en la creencia en el capitalismo
como un mecanismo justo, racional y democrático. Una creencia que el profesor norteamericano encuentra mitológica.
Ni internet ni el libre mercado –argumentos con los que algunos quieren disipar
los temores– son una garantía para evitar los peligros de la concentración de los medios
(Baker, 2007:285-307). Son necesarias políticas encaminadas a garantizar el correcto
funcionamiento de los medios en una sociedad democrática.
Sin negar algunas de las posibilidades que ofrece la red –posibilitando por ejemplo
el surgimiento de un sector no comercial, ciudadano, en el ciberespacio–, desde el lado
más tecnoescéptico se sostiene que quienes consideran que la tecnología puede producir una esfera pública democrática y viable por si sola donde la política ha fallado para
conseguirlo “estarían engañándose a sí mismos”. “(...) las fuerzas dominantes en el ciberespacio están produciendo exactamente el mismo de cultura despolitizada que ciertos
utópicos de la red afirmaron que la tecnología eliminaría” (McChesney, 2000:34).
Bettig y Hall (2011:4) lo ejemplifican respecto de la industria de los libros, la música y el cine. “Finalmente, las tres industrias están adaptando a internet, al cual veían
primero como una amenaza pero pronto empezaron a ver como una oportunidad”.
Lo que revela realmente la historia es que cada revolución tecnológica de las comunicaciones, no importa cuánto potencial democratizador pueda tener, no ha anulado la
lógica ni el poder del capital (Dawson, Foster, 1998:52).
Algunas obras de comienzos del milenio, escritas en plena revolución de internet,
cuando la web comenzaba la transformación radical de la industria de los medios, se
preguntaban con prudencia sobre el alcance de estos cambios. Sin subestimar los efectos
de la red en la sociedad, “cualquiera que sean los cambios que traigan las nuevas tecnologías, (…), los cambios no eliminarán los problemas con el mercado y la necesidad de
pensar sobre nuestros compromisos democráticos” (Baker, 2002:285).
[76]
Josep Lluis Micó Sanz – Santiago Justel Vázquez
Internet puede cambiar la forma, el lenguaje, los modos de distribución y de consumo, facilitar la producción…, pero sin la regulación necesaria tenderá a reproducir
muchos de los defectos del modelo mediático tradicional o incluso a potenciar su vertiente comercial –gracias a la cuantificación más precisa del impacto y el éxito de los
contenidos entre la audiencia–. Sería el sistema corporativo comercial “limitándose a
ponerse un nuevo conjunto de ropa” (McChesney, 2000).
En este sentido, frente al panorama más desalentador dibujado por algunos académicos, cabría resaltar la emergencia en internet de nuevos medios independientes al
margen de las grandes empresas periodísticas. Iniciativas como Eldiario.es o más recientemente Elespañol.com (que nacerá en otoño) suponen un replanteamiento del modelo tradicional en la línea del sugerido en páginas precedentes. Ambos proyectos han
trabajado por crear una comunidad de lectores o simpatizantes que apoyen o sostengan
el medio económicamente para liberarlo de todo tipo de presiones. Una apuesta por el
periodismo profesional e independiente esperanzadora cuyo recorrido habrá que observar los próximos años.
Como recuerdan Kovach y Rosentiel (2012:204), “el periodismo es una narración
con un propósito. Ese propósito consiste en proporcionar al ciudadano la información
que necesita para comprender el mundo. El primer desafío es encontrar la información
precisa para que viva su vida; el segundo, que sea significativa, relevante y atractiva”.
Este sería el modelo que cabría esperar de una prensa de calidad, un periodismo que el
sistema mediático de un país debería favorecer y proteger de forma efectiva en escenarios
adversos. Regulación al servicio del interés público.
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5. La consolidación de modelos de gestión eficiente
de la participación ciudadana para un periodismo en
cambio
Xosé López
Universidad de Santiago de Compostela
La implantación generalizada de las tecnologías digitales en los medios de comunicación y el uso masivo de renovadas herramientas móviles o fijas por parte de importantes sectores ciudadanos está cambiando los procesos de comunicación mediados
tecnológicamente y los escenarios de la información de actualidad. El periodismo como
profesión está atravesando una profunda transformación, es decir, en mudanza1, y el
propio periodismo busca afrontar los nuevos desafíos de la mano de la reinvención a
partir de lo básico, de lo que permanece, de esta técnica de comunicación social que
ha demostrado su utilidad a la hora de conseguir sociedades mejor informadas y más
1 Varias investigaciones han analizado los cambios en la profesión periodística en los últimos años.
Unos estudios han prestado más atención a la perspectiva sociológica del papel de los periodistas –sobre
todo a partir de los resultados recogidos en el libro de Pierre Bourdieu “Sur la télévision et le champ journalistique” (1996)-; otros a las rutinas profesionales –Tuchman (1978), Gans (1980) o Fishman (1980), y
unos terceros a aspectos más concretos de contenidos y de la profesión (es el caso del Proyect for Excellence
in Journalism, en EE.UU, en especial “The state of the News Media” (2010), de acceso libre en la dirección
http://www.stateofthemedia.org/2010/overview_intro.php, y “The estate of the News Media 2012”, de
acceso libre en la dirección http://stateofthemedia.org/ (consultados para este artículo el día 23 de febrero
de 2013)-,entre otros-. Algunos informes recientes también han incidido en esta perspectiva. El caso más
relevante de los cambios en el periodismo con perspectiva del año 2010 quizá sea el trabajo del Poynter
Institute (http://www.poynter.org) con su trabajo sobre 200 momentos que entre los años 2000 y 2009
han transformado de manera decidida la práctica del periodismo. El texto completo puede consultarse en:
http://poynterplayground.com/200moments/. Consulta para este artículo: 23 de febrero de 2013.
[80]
Xosé López
plurales. Las tecnologías actuales forzaron a los periodistas a adaptarse a un nuevo entorno que modifica modos y técnicas de recogida de la información, de verificación,
de construcción, de difusión y de participación e interacción de los ciudadanos. Los
elementos básicos2 no han cambiado, pero sí las vías y formas de relacionarse con el
entorno, tanto en lo relativo a canales como a dispositivos.
La matriz tecnológica, que ha acompañado la evolución del periodismo y de la
actividad periodística a lo largo de la historia, ha marcado la orientación y las nuevas
manifestaciones de las dos últimas décadas. La reconversión tecnológica en la industria
comenzó a finales de los cincuenta y principios de los sesenta del siglo pasado con la
introducción masiva del offset3. Más tarde, tras la entrada de la informática, el gran
cambio llegó con el salto a la red, que tuvo a comienzos de los noventa a Estados Unidos
de Norteamérica como la cuna del periodismo on line. Fue el año 1994, con el Mercury
Center, dependiente del diario impreso San José Mercury News4. En España los diarios
optaron también, a mediados de la década de los noventa del pasado siglo, por entrar
en la red. A principios del tercer milenio, del conjunto de las industrias culturales que
utilizaban la información como materia prima, era el sector de la prensa el que hasta ese
momento había alcanzado mayor desarrollo y estandarización en la red5.
De hecho, la entrada en escena de internet ha marcado el inicio del nuevo panorama, en el que se ampliaron los horizontes periodísticos mediante la aparición y consolidación del periodismo on line, que ha mostrado características propias, y en el que
2 Cuando me refiero a los elementos básicos del periodismo, sigo los nueve identificados en el
marco del Proyecto para la Mejora de la Calidad del Periodismo (Proyect for Excellence in Journalism)
y posteriormente sistematizados y recogidos por Bill Kovach y Tom Rosenstiel en el libro “The Elements
of Journalism”, del año 2003, posteriormente traducido y editado en castellano como “Los Elementos del
Periodismo”.
3 El seguimiento sistemático de los cambios de la industria en España se llevó adelante desde
final de la década de los ochenta por iniciativa de la Fundación para el Desarrollo de la Función Social de
las Telecomunicaciones (FUNDESCO), bajo la coordinación del profesor Bernardo Díaz Nosty, y a partir
del año 2001 del Grupo Zeta. Posteriormente, desde el año 2004, la Asociación de la Prensa de Madrid
promueve El Informe Anual de la Profesión Periodística, primero bajo la dirección del citado investigador
y en la actualidad bajo la coordinación del profesor Pedro Farias.
4 Los orígenes de la entrada de los diarios en internet cuentan con varios estudios tanto en nuestro
ámbito de proximidad como en EE.UU. Es necesario citar, entre otros, los trabajos de Emy Armañanzas,
Javier Díaz Noci y Koldo Meso (“El periodismo electrónico. Información y servicios multimedia en la era
del ciberespacio” –Ariel Comunicación, Barcelona, 1996-); de María Ángeles Cabrera (“La prensa online.
Los periódicos en la web” –CIMS, Barcelona, 2000-); de Jesús Canga, César Coca, Eloy Martínez, María
José Cantalapiedra y Lucía Martínez (“Diarios digitales. Apuntes sobre un nuevo medio” –Universidad del
País Vasco, Bilbao, 1999-); de Javier Díaz Noci (“La escritura digital. Hipertexto y construcción del discurso informativo en el periodismo electrónico” –Universidad del País Vasco, Bilbao, 2001-). De las investigaciones en EE.UU, citar el libro editado en castellano a partir de la tesis doctoral de Pablo J. Boczkowski,
titulado “Digitalizar las noticias. Innovación en los diarios online” (Manantial, Buenos Aires, 2006).
5 Un estudio de 2002 de Luis Alfonso Albornoz aporta abundantes datos. Del impacto de internet en los medios de comunicación en España a principios del tercer milenio también se ocupa el libro
“Cibermedios”, que tiene como coordinador a Ramón Salaverría, que recoge el resultado de un proyecto
de investigación coordinado (refs.:BSO2002-04206-C04-01, -02,-03 y -04).
5. La consolidación de modelos de gestión eficiente de la participación ciudadana…
[81]
mudaron las relaciones entre los medios y su público. Paralelamente, el trabajo de los
profesionales de la información se vio influenciado por las nuevas exigencias asociadas a
estos nuevos medios. Fue así como la complejidad del trabajo de los periodistas se incrementó, ya que se tuvieron que enfrentar a nuevos desafíos éticos6, lo que se produjo en
un escenario de polémicas por el escaso rigor de algunos profesionales7. Y, en un escenario de diversidad, sobrevivieron matices en cuanto a actitudes y valores, lo que refuerza la
idea de que el periodismo, en la medida en que está asentado en cada sociedad, es agente
del cambio y objeto de transformación.
A la par de los efectos de las tecnologías de la información y la comunicación hay
que situar las consecuencias de los procesos de desregulación y de privatización que se
produjeron en cascada a partir de los años 80 del siglo XX. Ambos procesos señalaron el
comienzo de un acercamiento entre dos imaginarios: la “era de la información” y la “era
global”. No hay duda que el actual proceso de globalización tiene su origen en factores
económicos, políticos, culturales, tecnológicos…, pero el impulso de este proceso se desencadenó por la capacidad de conexión en red global que proporcionan las tecnologías
digitales de comunicación y los sistemas de información. La sociedad red encaminó los
cambios que ahora nos muestran la complejidad del nuevo escenario.
Desde la segunda mitad del siglo XX, en nuestro entorno se produjo una explosión del sector profesional del periodismo con motivo del crecimiento espectacular que
acontecía en todos los países, fruto del gran desarrollo de los medios de comunicación,
con diferentes políticas de ayudas, y de la centralidad que este sector adquirió en el funcionamiento de las sociedades avanzadas. A causa de las nuevas circunstancias en los escenarios locales y en el mundial, hubo que acostumbrarse a la existencia de periodismos
diferentes en función de los públicos, de los contenidos, de las formas y de los soportes.
Fue el resultado de los renovados modos de producción, difusión y apropiación de la información, con la intervención de los profesionales y las nuevas formas de participación
de los usuarios. Desde ese momento, que podemos fijar alrededor de mediados de la
primera década del nuevo siglo, las fronteras entre producción y recepción comenzaron
a ser cada vez más difusas gracias a la incorporación de los ciudadanos a la red. Y fueron
las nuevas tecnologías las que precisamente propiciaron modelos narrativos y de cooperación textual y visual que modifican los paradigmas del texto y la imagen, así como
su interpretación, tanto en el campo de la información de actualidad como en el de la
ficción. A partir de esas constataciones, ya muy pocos dudan de la trascendencia de los
cambios en marcha, mucho más allá de cuestiones puntuales sobre soportes o formatos.
6 El lugar de la ética a lo largo de la historia del periodismo –desde el inicio hasta los primeros años
del tercer milenio– ha sido analizado por Joaquín Manuel Martíns Fidalgo en su tesis “O lugar da ética e
da auto-regulaçao na identidade profesional dos Jornalistas”, presentada en la Universidade do Minho, en
Braga, a final del año 2006.
7 De los casos más escandalosos de la primera década del siglo XXI podemos citar los de Jayson
Blair y Rick Bragg, en el diario The New York Times, –por la permisividad con el uso de fuentes confidenciales hasta favorecer las informaciones inventadas–; el de David Kelly, en la BBC –por mala gestión del
secreto profesional, con consecuencias trágicas–, y de manipulación de fotos para alterar lo real –Guerra de
Irak, atentados del 11-M en Madrid…–, entre otros en diferentes países y medios.
[82]
Xosé López
Un buen ejemplo del convencimiento de los responsables de algunos de los medios
de referencia de las importantes consecuencias de las transformaciones en marcha es la
atención que en los dos últimos años están prestando a los social media8 y al análisis
de estrategias combinadas para hacer frente a los desafíos del futuro, en especial en el
escenario de crisis que marcó el final de la primera década del tercer milenio y el inicio
de la segunda. Las principales organizaciones profesionales, a pesar del difícil panorama
para la actividad periodística, agravado por los recortes y pérdida de puestos de trabajo
a causa de la crisis económica, han asumido la necesidad del cambio y la incorporación
de nuevas técnicas al trabajo profesional9.
5.1.Fase de tránsito
Las coincidencias de criterio acerca de la gran metamorfosis de la industria y del
propio periodismo no nos debe impedir analizar la compleja realidad actual. Es cierto
que una fase de tránsito a la Sociedad de la Información y el Conocimiento nos ha
conducido en los últimos veinte años a un nuevo sistema mundial de comunicación y
cultura en red en el que los profesionales encargados de la elaboración de los contenidos
tienen que conocer y trabajar con las tecnologías actuales, pero, sobre todo, precisan
disponer de un bagaje cultural y creativo para poder producir con ciertas garantías de
éxito para la industria cultural en general y para los cibermedios en particular. la industria periodística de la sociedad en red. Pero no es menos cierto que, a pesar de todos los
cambios, hoy todavía es en esta industria donde mayoritariamente se sigue practicando
el periodismo como técnica de comunicación que encierra una doble y complementaria
función informativa y mediadora dirigida a explicar e interpretar lo que acontece en las
sociedades actuales, la cual, en el marco de libertad que caracteriza las sociedades plurales actuales, facilita el derecho que tienen los ciudadanos a acceder y disponer de una
información veraz y completa.
En el nuevo escenario se han ampliado las formas y el grado de participación ciudadana de la población. Las redes interactivas de comunicación social han transformado
radicalmente las formas de sociabilidad y, paulatinamente, también han horadado las
bases institucionales del modelo centralizador y jerárquico de mediación de las representaciones sociales (Sierra, 2013:20). La industria de los medios ha emprendido un
proceso de reorganización y adaptación a este panorama, en el que sigue interviniendo
con sus productos y donde el periodista sigue desarrollando el trabajo de mediación y
elaboración de contenidos.
8 Jennifer Preston, del The New York Times, lo explico con claridad hace más de dos años. http://
www.233grados.com/blog/2010/05/jennifer-preston-nyt.html
9 La campaña en defensa del periodismo de la Federación Internacional de Periodistas (FIJ), con el
nombre de “En pie por el periodismo” (Stand up for journalism), que en España realizó la Federación de
Asociación de Periodistas de España (FAPE), asume estos cambios, al tiempo que dfiende el papel central
del periodismo en las sociedades actuales. También aparece el asunto de la digitalización y los cambios en
el Informe Anual de la Profesión Periodística 2012 que edita la Asociación de la Prensa de Madrid.
5. La consolidación de modelos de gestión eficiente de la participación ciudadana…
[83]
El periodista que trabaja en esos medios conduce y dirige el proceso de producción de la información mediante las herramientas actuales y con la colaboración de los
ciudadanos que, a través de la sociedad enredada, participan por decisión propia –más
o menos inducida– aprovechando las ventanas que ofrecen las diferentes redes sociales,
con los diferentes mecanismos previamente establecidos o desarrollados por el propio
usuario. En el proceso de creación, el profesional de la información tiene capacidad para
la elección de una u otra estrategia que incluirá desde la modalidad expresiva hasta los
recursos que aplicará en la gestión del proceso de elaboración, difusión y conversación
posterior con los usuarios. El objetivo es, al igual que en el pasado, que el mensaje esté en
función de las necesidades e intereses del usuario, que además ahora se puede construir
en colaboración con los propios ciudadanos.
El periodismo, después de muchas reflexiones y denominaciones, incluida la del
postperiodismo, sigue siendo periodismo, sin duda renovado porque los tiempos han
cambiado y la sociedad ha sufrido profundas transformaciones, pero periodismo al fin
y al cabo. La profesionalidad y el rigor siguen guiando en la actualidad el trabajo del
periodista en su labor de indagación e investigación para entender los acontecimientos
en su contexto –lo que hay detrás y sus consecuencias en las diferentes sociedades– y
para explicarlos con precisión y amenidad. Otros aspectos que debe contener el relato
informativo actual los introducen las corrientes y movimientos periodísticos de acuerdo
con sus objetivos prioritarios en la búsqueda de nuevas respuestas a desafíos precisos que
tiene planteados el periodismo en determinados contextos.
Muy pocos dudan de las dificultades del desafío para que el periodismo siga siendo
periodismo, aunque precise una reinvención parcial para ser actual. En un escenario de
crisis económica y política como la actual de la segunda década del tercer milenio, el
periodismo no vive ajeno a esa crisis que lleva dentro desde hace años y que ahora se
ha agudizado. Ciertamente camina bajo la sombra de la crisis, pero, con todo, el periodismo asume su crisis con una mirada al frente –al futuro– y con unos activos nada
despreciables que le han reportado numerosas corrientes y movimientos. Se trata de
un capital recogido en el camino realizado hasta la actualidad, aunque, sin duda, muy
condicionado por el entorno convulso. Es, por ello, que su principal reto a corto plazo
contempla la revisión de aquellos atributos más afectados por las transformaciones de las
sociedades actuales y la reinvención de convenciones que permitan mantener lo básico y
disponer de recursos para afrontar los nuevos desafíos.
5.2.La participación
Los debates e investigaciones realizados sobre el papel de internet en relación con
la participación muestra posiciones optimistas y pesimistas. Hay autores, como Sunstein
(2008) que sostienen que la “sabiduría de muchos” está produciendo nuevas y mejores
formas de conocimiento, mientras otros, como Keen (2008) advierten de los peligros
de la participación de la Web 2.0, aduciendo que erosiona nuestros valores, nuestras
normas y creatividad, además de minar las instituciones culturales (Dahlgren, 2012:50).
Es cierto que la red lleva años suscitando unas ilusiones de democratización que no se
[84]
Xosé López
corresponden del todo con los resultados esperados (Innerarity, 2012:37), pero no es
menos cierto los resultados de participación e intervención de los ciudadanos en la sociedad en red, en especial de la mano de las redes sociales y de las ventanas abiertas por
los medios de comunicación, forman parte de la realidad comunicativa del siglo XXI.
La participación y la posibilidad que tienen los usuarios de crear contenidos e
intervenir en el proceso de creación de los mensajes periodísticos constituye, sin duda,
uno de los desafíos para que el periodismo siga siendo periodismo y, al mismo tiempo,
se adapte a los nuevos tiempos y se reinvente. Las organizaciones periodísticas lo han
reconocido abiertamente y estimulan la formación en este campo. Las propias empresas
que promueven medios periodísticos incluyen la participación como una tendencia de la
sociedad actual y un aspecto que deben contemplar sus productos informativos.
Es conveniente recordar que entre las seis grandes tendencias que se aprecian en los
sistemas de gestión de las empresas de medios de comunicación en los años transcurridos
del siglo XXI figura la necesidad que tienen las empresas de incorporar nuevos valores
sociales capaces de rellenar los huecos de la confianza, la credibilidad y la reputación
(Campos, 2011:177). Y, sin duda, una buena gestión de la participación de los ciudadanos puede no sólo generar flujos de usuarios, sino un aprovechamiento del conocimiento colectivo para ofrecer informaciones elaboradas con mayor número de voces, con más
aportaciones y, por tanto, con más elementos que generen confianza y credibilidad en la
información periodística que ofrecen las empresas que promueven esos medios.
En el escenario actual, conviven estas industrias, en fase de reorganización y buscando una adaptación al escenario digital, y los modelos de medios alternativos, con
su periodismo alternativo, que algunos investigadores sitúan en el “citizen journalism”
y en el uso periodístico de los denominados medios sociales (Harcup, 2013:164-166).
La participación existe en los dos modelos de productos, pero es en esa industria, por
tanto, donde el modelo dominante sigue instalado y donde analizaremos las prácticas
participativas en aras de una mayor calidad informativa y un modelo de producto que
funcione mejor en el ciberespacio. Se trata, por tanto, de analizar la industria de la comunicación, pública y privada, en sus formas de promover el periodismo en la era de la
comunicación en red.
En el marco comunicativo actual, el periodismo participativo hay que situarlo, en
la industria de la comunicación que promueve los cibermedios, como una tendencia
abierta en las redacciones, siempre obligadas a escuchar a los lectores, y no como un absurdo reparto de papeles entre el profesional y el destinatario de la información (Iturbe,
2012:103). Las aportaciones de los lectores no sustituyen el papel del periodista, sino
que aportan testimonios, documentos y puntos de vista para que el profesional de la información pueda ofrecer una pieza periodística de calidad, veraz, completa y abierta. La
mediación periodística, en diálogo con las fuentes y con los usuarios, conduce el proceso
y se responsabiliza de la calidad de los mensajes.
Este modelo hace posible que los medios mantengan el control de esa participación
y se reserven para sí el rol de gatekeeping en distintas etapas del proceso de elaboración de las piezas informativas (Hermida y Thurman, 2008). A partir de esas premisas, hay muchos modelos que han diseñado los propios cibermedios para canalizar las
5. La consolidación de modelos de gestión eficiente de la participación ciudadana…
[85]
aportaciones de los usuarios, que han ido evolucionando con la historia de esos cibermedios y que han tratado de dar respuesta a los problemas que han surgido en la práctica.
En todo caso, la mayoría ha optado por abrir espacio para las opiniones y por animar a
los ciudadanos a ser reportero.
Los datos del análisis del panorama actual apuntan que es la BBC uno de los medios de esa industria, en este caso pública, que ha diseñado un modelo más completo
para gestionar la participación de tal forma que se pueda aplicar la preceptiva periodística y que la realización profesional la conduzca el periodista. En las directrices definidas
por la BBC sobre la interactividad, que son claras y sencillas, se indica que, cuando se
ofrece la posibilidad de interactuar a los usuarios, hay que garantizar que añade valor
y enriquece la producción, respeta la intimidad del usuario y sólo recoge información
personal con su consentimiento, y la participación no tiene un coste excesivamente alto
(Iturbe, 2012:185).
La BBC tiene, pues, un planteamiento periodístico previo donde se establecen los
objetivos, las formas de participar, las normas que rigen esa participación, y los resultados que se pueden alcanzar. Su apuesta es por un modelo que, incentivando la interactividad de los usuarios y animando a aportar datos y valor añadido a la información que
difunde, prima el rigor informativo. La aplicación de la preceptiva periodística a todas
las piezas informativas constituye una premisa básica.
El modelo de la BBC entiende la función participativa como una relación con el
usuario en tanto que fuente informativa, testigo directo o simplemente como experto con capacidad para corregir o matizar una noticia (Iturbe, 2012:197). Los grandes
acontecimientos informativos de los últimos años han permitido analizar las fortalezas
y debilidades del modelo elegido y la cadena británica ha valorado positivamente los resultados. Aunque se trata de un modelo que no se basa en fomentar una multiplicación
muy acentuada de audiencia, con incentivos a los flujos, si reporta material para una
mejor información, fideliza usuarios e, incluso, facilita su incremento.
5.3.Nuevos desafíos
La importancia que tiene el paradigma comunicativo creado alrededor de la red
internet hay que analizarlo con sus fortalezas y debilidades porque es necesario entender
que el acceso que facilita a instrumentos de democratización no equivale a la democratización de una sociedad (Innerarity, 2012:42) y que las vías que abre de participación
en la construcción del discurso de los medios no implica un discurso más plural y más
sensible a las voces ciudadanas que buscan un espacio en los medios para difundir sus
puntos de vista. La irrupción de la red de redes y de las herramientas de la web social
modifica profundamente el periodismo, que ha tenido que cambiar muchas de las prácticas que han sido habituales en los últimos años, pero no garantizar que ese periodismo
sea de mayor calidad.
El nuevo escenario plantea, pues, la necesidad de que los medios afronten la definición de modelos de participación ajustados a sus características, ya que de una mejor
o peor gestión dependerán los resultados en cuanto a calidad de las piezas periodísticas
[86]
Xosé López
que luego podrán ofrecer. Lo que no cabe duda es que la interactividad en el periodismo
digital ha vuelto más polifónica la construcción de la actualidad (Ros, 2012:31). Los
usuarios tienen ventanas que aprovechan, pero el periodismo debe buscar vías ordenadas
de gestión de la participación a favor de la práctica profesional rigurosa y creativa.
Los resultados de varias investigaciones10 indican que la interacción inclusiva es
muy escasa y que aquello más abundante fruto de estas prácticas participativas es la opinión o los testimonios sobre los contenidos publicados, con gran profusión de descalificaciones y escasa aportación informativa. Muy pocos medios gestionan la participación
para convertir las aportaciones de los ciudadanos en material informativo con valor
añadido, tanto para reforzar la oferta de datos novedosos –cuando los facilitan- como la
diversidad de las sensibilidades socioeconómicas y políticas –cuando aflora la pluralidad
social-. Es por ello que podemos afirmar que la colaboración ciudadana en la construcción del discurso periodístico está muy desaprovechada por parte de los medios, aunque
cuando hay una buena gestión aporta valor añadido a los mensajes.
Lo que tampoco cabe duda es que no todos los ciudadanos tienen posibilidades
de participar y que aquellos que están en disposición de hacerlo no lo ejecutan de la
misma forma ni con los mismos objetivos en todos los medios y en todos los escenarios
culturales y políticos.
El deseo de los investigadores y estudiosos de la participación consiste en contemplar la audiencia como el “hardware” del periodismo participativo (García de Torres,
2012:9). Pero los resultados de sus estudios focalizados territorialmente muestran gran
complejidad en los resultados de esa participación (Díaz Noci et alt., 2010). El gran desafío consiste en establecer canales para aprovecharla y gestionarla bien. Este es el motivo
por el que algunos cibermedios implantaron sistemas de metamoderación de los comentarios, donde los propios usuarios actúan como guardianes de la calidad el debate. Otros
optaron por fórmulas mixtas, con la creación de foros o el traslado de los comentarios
a redes sociales, y algunos han optado por cerrar los comentarios (Salaverría, 2012)11.
En todo caso, el análisis de tres de los principales medios de referencia online
(nyt.com, bbc.co.uk, elpais.com) para la preparación de esta comunicación muestra la
10 Las investigaciones que se han seguido para esta comunicación han sido la tesis citada de Mikel
Iturbe, la investigación sobre el periodismo participativo que ha dado lugar al libro coordinado por Elvira
García de Torres titulado “Cartografía del periodismo participativo. Estudio de las herramientas de participación en la prensa digital de Argentina, Colombia, España, Estados Unidos, Israel, México, Perú, Portugal
y Venezuela, fruto del proyecto del Ministerio de Educación y Ciencia titulado “Medios de comunicación
en el ciberespacio. El impacto de internet en las estructuras comunicativas tradicionales. El nuevo entorno
digital español y latinoamericano, y los trabajos elaborados por el grupo Novos Medios durante la fase de
análisis del contexto periodístico español y su metamorfosis, en el marco del proyecto de investigación del
Ministerio de Economía y Competitividad “Innovación y desarrollo de los cibermedios en España. Arquitectura de la interactividad periodística en dispositivos múltiples: formatos de información, conversación y
servicios. Referencia: CSO2012-38467-C03-03.
11 Las evolución de la participación ha sido analizada con gran maestría por Ramón Salaverría en
un texto que publicó en “Comunicando”, el blog del grado de comunicación de la UNIR, en septiembre
de 2012 con el título “Abre los comentarios y tápate la nariz”.
5. La consolidación de modelos de gestión eficiente de la participación ciudadana…
[87]
consolidación de alguno de los principales modelos de gestión de la participación de los
usuarios y sus responsables manifiestan que esta estrategia no tiene vuelta atrás, aunque
admiten que buscan modelos más eficientes que les reporten el máximo de tráfico y el
máximo de aportaciones útiles para la construcción del discurso periodístico. Las estrategias editoriales de cada medio establecen dónde y cómo se permiten los comentarios y
la participación (Pastor, Martínez-Martínez, 2013:119), por lo que se trata de modelos
que van evolucionando a partir de resultados, de sugerencias de los usuarios y de propuestas de los propios responsables editoriales.
La retórica de la participación ya está integrada por los principales medios online
en su propuesta periodística, aunque su diseño y el alcance de las iniciativas puestas por
cada medio ofrece un escenario que refleja un mosaico con muchos matices fruto de las
diferentes estrategias editoriales para hacer realidad esa participación.
5.4.A modo de conclusión
El modelo de participación de la BBC muestra un camino a seguir para gestionar la
participación de los usuarios en los cibermedios con criterios periodísticos. No es el único
válido, pero es un modelo solvente y que puede ajustarse a las necesidades de otros cibermedios, según su contexto, sus objetivos y sus características. Las vías para hacer realidad
la interactividad en la sociedad en red contribuyen a la existencia de condiciones para un
mensaje periodístico más polifónico. Depende de cómo los cibermedios gestionen esa participación para que esa posibilidad de un discurso más polifónico se convierta en realidad.
Los procesos democráticos de participación en la construcción de las piezas informativas en los cibermedios son posibles siempre y cuando exista un modelo ordenado de participación y unos procedimientos claros que garanticen la verificación de las
aportaciones y el aprovechamiento para enriquecer la narrativa textual o visual de las
piezas informativas. Este planteamiento exige también profesionales del periodismo que
entiendan la utilidad de la conversación en las redes sociales y los modos de aprovecharla
y las vías de interacción que emplea el usuario para hacer oír su voz y colaborar en la
construcción de mensajes más polifónicos y que incluyan un mayor número de perspectivas que existen en el seno de las complejas sociedades actuales.
Los modelos más habituales en los cibermedios se caracterizan por el establecimiento de una moderación previa –el usuario no puede acceder al material hasta que el
moderador lo ha analizado–; una moderación posterior –el moderador revisa el material
tras su publicación y sigue evaluando la conveniencia de que permanezca a disposición
de los usuarios–; y la moderación reactiva –cuando los usuarios alertan al moderador de
mensajes que pueden resultar ofensivos–. De los tres, es el primero el que ofrece más
garantías para la calidad de las piezas periodísticas y es también el más difícil de gestionar
porque exige más recursos para dar respuestas rápidas y poder competir en la dinámica
de la actualidad y la instantaneidad.
La diversidad de modelos, no obstante, es el signo que caracteriza el panorama
actual de los medios online o cibermedios. El punto donde prácticamente coinciden
todos los cibermedios es a la hora de asumir la participación de los ciudadanos como
[88]
Xosé López
un elemento más de la construcción del discurso periodístico de los nuevos medios, es
decir, los actuales.
Bibliografía
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6. La transformación del gatekeeper: nuevas funciones del periodista en el entorno digital de las
audiencias activas
Félix Arias Robles
Fátima Navarro Maillo
– José A. García Avilés
Universidad Miguel Hernández
6.1.Introducción
La transformación de la industria de la comunicación, la mutación del receptor
pasivo en un agente participativo y la evolución tecnológica hacia la interactividad están redefiniendo el rol social del periodista. Superadas las posturas apocalípticas, la supervivencia de la profesión no parece encontrarse realmente en entredicho (McNair,
2011: 51). De hecho, se prevé que, ante la abundancia informativa, se necesitarán más
periodistas que seleccionen y editen lo que realmente merezca la pena bajo marcas que
inspiren confianza (Beckett, 2010: 47). Pero el periodista deberá bajarse del pedestal al
que estaba acostumbrado (Tascón, 2011: 35) y adaptarse a un nuevo paradigma en el
que la colaboración con la audiencia y el aprovechamiento de la tecnología constituyen
dos requisitos esenciales (Deuze, 2008: 5).
Desde 2008, el sector de la comunicación en España ha perdido 11.875 empleos
(APM, 2014). Todos los medios analizados por Soengas Pérez, Rodríguez Vázquez y
Abuín Vences (2014) habían modificado la estructura de sus redacciones en los últimos
cinco años y el 87% había reducido la plantilla de trabajadores y recortado el uso de
recursos materiales que tradicionalmente se utilizaban para las coberturas informativas.
Esto ha generado una reseñable paradoja en las redacciones: los avances tecnológicos
podrían mejorar las tareas periodísticas, pero los redactores muchas veces no pueden
[90]
Félix Arias Robles – Fátima Navarro Maillo – José A. García Avilés
acceder a ellos y, en ocasiones, acaban deteriorando sus condiciones laborales (Llorens,
Grau y Luzón, 2013: 61).
No obstante, otros datos parecen indicar que, en 2014, la crisis de esta industria
tocó fondo. La destrucción e empleos se frenó, aunque con la contrapartida de la precariedad laboral. Desde 2008, han surgido más de 450 nuevos proyectos informativos. La
mayoría, plataformas digitales promovidas por periodistas (APM, 2014). Todavía hay
que comprobar la sostenibilidad de estas iniciativas. Sobre todo, ante el descenso, una
vez más, de la inversión publicitaria (Infoadex, 2014), todavía el principal sustento de
los medios. Pero los esfuerzos de muchos de estos proyectos ha demostrado que la innovación se desarrolla, sobre todo, en los márgenes de la industria informativa tradicional
(De Lara et al., 2015). Ante este contexto y tendencias como la mediamorfosis del ecosistema mediático (Scolari, 2009), cuyo último exponente se encuentra en el auge de las
redes sociales, se está alterando la concepción y la función pública del profesional de la
información. Como consecuencia, se han propuesto perfiles profesionales para el nuevo
profesional de la información, como el analista web, el social media planner o el content
curator (De Lara y Ramos, 2012:128). En la denominada “Sociedad Red”, la multiplicación de los emisores, la mutación del receptor pasivo en un agente participativo y la
revolución interactiva de dispositivos y plataformas obligan al periodista a redefinir su
rol en la sociedad (García Avilés, 2015:13-15).
Con el fin de arrojar algo de luz sobre este panorama, en este artículo se estudia la
percepción sobre este tipo de cuestiones entre los usuarios y los expertos en comunicación. Se analizan las nuevas funciones que el periodista está adquiriendo en el entorno
digital, caracterizado por una abundancia de canales informativos, un flujo constante de
contenidos y la participación activa de los usuarios, con objeto de averiguar las causas, el
alcance y las consecuencias de estas transformaciones. Para ello, se parte de las respuestas
a una encuesta online realizada a alumnos del Grado de Periodismo de la Universidad
Miguel Hernández de Elche sobre sus pautas de acceso y confianza hacia los contenidos
informativos online, y de las reflexiones de un grupo Delphi.
En primer lugar, se revisan las aportaciones teóricas sobre la transformación del
profesional de la información ante la participación de la audiencia. A continuación, se
apuntan los detalles metodológicos de esta investigación. Y finalmente se analizan los
datos obtenidos sobre cuestiones como el consumo de los diferentes canales de comunicación y sus funciones comunicativas, las rutas y los criterios de acceso a la información o
los valores noticiosos y formales que determinan la confianza en los contenidos digitales.
6.2.Marco teórico
6.2.1. La transformación del gatekeeper en el entorno online
Si la aparición de la radio y la televisión supuso un replanteamiento del concepto de periodista, esta situación se evidencia aún más con la irrupción de internet y el
desarrollo de los medios digitales que dificultan una definición que permita englobar
las distintas prácticas profesionales de los periodistas. La estructura tradicional de la
6. La transformación del gatekeeper: nuevas funciones del periodista en el entorno…
[91]
prensa, al igual que su modelo de negocio, se enfrenta a una crisis profunda, que alienta
buena parte del debate científico sobre su futuro, como subraya Franklin (2011:11-18).
Emergen nuevos actores en la comunicación y se abre la posibilidad de democratizar
la información, lo que supone un replanteamiento de la titularidad de los contenidos
por parte del público. Se trata de un cambio de paradigma en el que el periodista ya no
se considera –al menos como se ha entendido hasta ahora– el garante del derecho a la
información.
Kovach y Rosenstiel (2001:56) argumentan que internet ha transformado la función de los informadores, ya que “los periodistas ahora no deciden qué noticias ha de
conocer el público, sino que ayudan a que la audiencia las entienda y las interprete”.
Los medios digitales facilitan la producción y el intercambio de contenidos de manera
transversal y multidireccional. La actividad comunicativa se produce en todas las direcciones, esto es, no sólo del autor al lector, sino de forma intercambiable e interactiva,
porque las funciones de emisor y receptor se van alternando. Como apuntaba Quim Gil
acertadamente en 1999, “el periodista digital rompe con la comunicación lineal y unidireccional de un emisor a un receptor. Está inmerso en un mar de información y está
interconectado a fuentes, periodistas, receptores, etc.” (Gil, 1999).
En este contexto, la clásica labor del periodista como selector o gatekeeper, así como
su papel en el sistema democrático, se someten a un proceso de redefinición o, al menos,
de revisión. El término gatekeeper corresponde a la noción creada por Kurt Lewin en
1947 y elaborada después por David M. White (1964), que estudió el papel de los profesionales que en las empresas periodísticas se encargan de seleccionar las informaciones,
al considerarlas más relevantes o de mayor interés para la audiencia. Según White, el
trabajo del gatekeeper consiste en una acción individual y subjetiva, fundamentada en la
propia experiencia y en el aprendizaje cotidiano. Esta labor se basa en rutinas profesionales e implica cierta estandarización en la selección de los acontecimientos noticiables.
Entre los trabajos pioneros sobre los roles de los profesionales de la información,
cabe destacar las aportaciones de Herbert Gans y Gaye Tuchman, quienes ejercieron una
notable influencia sobre otros investigadores en este ámbito. En su estudio sobre cuatro
medios norteamericanos, Gans (1980) revela que la actividad profesional del periodista
se basa en la confianza en sus fuentes y su relación con ellas vertebra las rutinas en cualquier redacción. Por su parte, la obra de Tuchman (1978) sobre el newsmaking señala
que los periodistas utilizan con mayor profusión las fuentes oficiales, lo que avala la tesis
de que los medios tienden al mantenimiento del statu quo social y político.
De acuerdo con Tuchman (1978), los profesionales de la información se encuentran sometidos a un sistema jerárquico que privilegia su papel al captar la información
y en la determinar lo que será considerado como noticia. Se acentúa así la idea de que
“las decisiones del gatekeeper no se toman sobre la base de una valoración individual de
noticiabilidad, sino más bien se relaciona un conjunto de valores que incluyen criterios
profesionales y organizativos, como la eficiencia, la producción de noticias o la velocidad” (Tuchman, 1978: 123). De este modo, los gatekeepers adquieren relevancia al configurar la agenda del medio, seleccionar los temas y jerarquizar su importancia. También
[92]
Félix Arias Robles – Fátima Navarro Maillo – José A. García Avilés
determinan el período de permanencia de un tema en los medios y destacan los asuntos
que logran mayor presencia en la opinión pública.
6.2.2. La participación de la audiencia y su influjo en el rol del periodista
Los medios digitales, a través de distintos mecanismos de interactividad con los
usuarios, incrementan las oportunidades para que la audiencia dialogue con los periodistas y participe en el proceso informativo. Como afirma Freundt-Thurne (2008: 17):
“La extraordinaria posibilidad de que los ciudadanos manifiesten de modo
inmediato y casi simultáneo su acuerdo o desacuerdo con determinada información u opinión; de que cuenten con la posibilidad de ampliarla, corregirla,
cruzarla con otras, seguir con entusiasmo las propuestas de los expertos reales en
múltiples temas, convierte a esta nueva plataforma en un medio poderoso para
comprobar los beneficios periodísticos, reales o no, de la transparencia”.
La “información como conversación”, en palabras de Juan Varela (2005), se ha
afianzado gracias a la participación de los usuarios y a la popularidad de las redes sociales.
En cierto modo, el periodismo ha perdido su “aureola sagrada”; el público goza ahora
de mayores oportunidades para elegir qué medios consume y para cuestionar lo que se
publica. Blogueros y tuiteros exigen que los periodistas expliquen abiertamente las acciones y decisiones que toman en su trabajo, ya que la transparencia se consolida como una
norma social en la red. Sin embargo, de acuerdo con Masip (2005: 562), “el periodista
como gatekeeper es percibido aún como una de las características primordiales de la profesión; la concepción del periodista como recopilador y difusor de la información, como
intermediario y mecanismo regulador de la calidad de la información, se mantiene”.
La información periodística se ha convertido en un elemento estratégico en el proceso de construcción del discurso público y en el ejercicio de importantes funciones ciudadanas: conocer la realidad del entorno, contribuir a la formación de la opinión pública
y, en definitiva, participar activamente en la vida política y social (Dahlgren, 2007). En
consecuencia, como sostiene Dahlgren (2007: 112-121) las actividades de producción
de información adquieren notable relevancia en las sociedades democráticas, puesto que
inciden sobre aspectos esenciales relacionados con la legitimidad del sistema, la toma
de decisiones, la mediación entre ciudadanos e instituciones y la percepción social de la
realidad política.
Tradicionalmente, el periodista ha desarrollado un doble papel de transmisor e
intérprete de la realidad. El concepto, sin dejar de ser válido, se entiende ahora de forma
más amplia, porque internet no sólo se ha convertido en una red de información, sino
también en una red de comunicación y de interacciones, y el periodista no puede ser
ajeno a esta realidad (García Avilés, 2015: 113-116).
El desarrollo del periodismo digital comporta cambios significativos en las prácticas y destrezas profesionales, así como en las formas de entender la comunicación que
afectan de lleno al trabajo informativo. La interactividad, el hipertexto, la convergencia
multimedia, la facilidad de acceso, junto con otras características de los nuevos medios
ya bien definidas, forman parte de esta transformación del periodista. Pero quizá sea la
6. La transformación del gatekeeper: nuevas funciones del periodista en el entorno…
[93]
interactividad la característica que más claramente está contribuyendo a transformarlas
pautas del trabajo periodístico. La interactividad, junto a la facilidad de acceso, permite
al público convertirse en el verdadero dueño de la información (García Avilés, 2015:
178). De este modo, la exclusividad de emisión por parte del periodista desaparece: la
fuente se convierte en emisor, es decir el usuario también tiene capacidad para comunicar. En consecuencia, la multiplicidad de fuentes a las que el periodista tiene acceso
le exige desarrollar su capacidad de selección y de verificación. Además, se facilita el
contacto directo con los usuarios: el periodista podrá conocer mejor sus gustos, pero
también le obligará a ofrecer calidad y exactitud en sus contenidos, porque el usuario
puede convertirse en un crítico implacable.
La red exige del periodista una mezcla de nuevas y viejas destrezas (Canga Larequi,
2001), vinculadas a la capacidad de selección, análisis, síntesis, verificación y jerarquización en las informaciones. A ellas se unen otras habilidades más relacionadas con la
naturaleza de los medios digitales, como el dominio del lenguaje multimedia, la gestión
y moderación de la comunicación con los usuarios, y la transparencia en la toma de
decisiones. Por encima de la tecnología, continúa primando la capacidad de obtener,
seleccionar, analizar y elaborar contenidos que agreguen valor añadido a la información bruta. Como sostiene Deuze (2005), las premisas básicas del quehacer informativo
(precisión, verificación, equilibrio, atribución, responsabilidad, claridad, etc.) merecen
ser cabalmente asumidas, para que también los usuarios entiendan el trabajo de los periodistas; en otras palabras, sus mecanismos para procesar la información, así como los
estándares que guían su práctica profesional. En caso contrario, se corre el riesgo de que
dichos mecanismos se conviertan en un mero ejercicio de relaciones públicas.
También surgen cambios en los criterios de selección y valoración de las informaciones. Los medios tradicionales han ejercido gran parte de ese poder de decisión sobre
qué es lo que debe interesar a sus públicos, a través de la agenda setting y de su función
como gatekeepers. Pero en los medios digitales, el equipo periodístico debe al menos
compartir con sus usuarios esta función de selección de los temas de interés (García Avilés, 2015: 223). De este modo, el usuario determinará qué temas le interesan y profundizará, mediante las posibilidades que le ofrece el hipertexto, en aquellos que considere
de mayor relevancia.
En este contexto, fenómenos como la recomendación social, el branding personal,
el consumo multiplataforma o las nuevas rutas de acceso a la información resultan esenciales para satisfacer los renovados mecanismos de usos y gratificaciones, la confianza
en los medios e incluso su supervivencia. El periodista seguirá desarrollando un papel
fundamental en el entorno de sobreabundancia informativa. Los ciudadanos siempre
necesitarán intermediarios capaces de investigar la realidad noticiable y de difundirla. Ni
los robots ni las bases de datos pueden reemplazar a los periodistas. Ni siquiera la posibilidad de acceso directo de los usuarios a las fuentes eliminará la necesidad de contar con
profesionales cualificados que filtren, seleccionen y den forma a los mensajes. Sin embargo,
como recuerda Soria (1989:16), “la información no es patrimonio propio, exclusivo y excluyente de una profesión o de las organizaciones empresariales informativas. Periodistas,
editores o empresarios de la información no tienen más derecho a la información que el
[94]
Félix Arias Robles – Fátima Navarro Maillo – José A. García Avilés
resto de las personas. Ni las personas ni los informadores pueden considerarse dueños de la
información. La información pertenece al público”.
6.3.Metodología
Una vez revisada la literatura científica sobre la función del periodista como gatekeeper y los cambios que se introducen en la actividad periodística, en este trabajo
se emplearon dos metodologías. Por un lado, se utilizó una encuesta como método de
análisis de un aspecto concreto del objeto de estudio: las actitudes de los universitarios
hacia el papel del periodista y la información que consumen en internet. El universo de
análisis estaba constituido por los 238 alumnos del primer y segundo curso del Grado
de Periodismo de la Universidad Miguel Hernández de Elche, a quienes se les envió el
cuestionario por correo electrónico. Durante una semana, tuvieron la posibilidad de
contestarlo vía online. Transcurrido ese plazo, se recibieron 159 cuestionarios válidos: 92
respuestas de sexo femenino y 67 de sexo masculino, lo que supone un 58% y un 42%
respectivamente –y lo que se corresponde con la distribución por sexos del conjunto de
estudiantes–. Para definir el nivel de confianza deseado de un 95,5% con un margen de
error de ±5%, se concluyó que era necesario analizar una muestra de 120 encuestas. La
distribución de edades en las respuestas fue: 45 individuos de 18 años, 53 de 19 años, 29
de 20 años, 10 de 21 años y 24 de más de 21 años. El cuestionario fue testado por siete
alumnos y se modificó en algunos aspectos después de que señalasen ciertas carencias e
inexactitudes en sus variables. A partir de doce preguntas (tres cerradas con una única
respuesta por categoría, seis con múltiple opción y tres abiertas) el objetivo era obtener
datos ordenados de forma sistemática y, al mismo tiempo, una visión más abierta sobre
las preferencias de los encuestados. De las respuestas obtenidas, teniendo en cuenta las
limitaciones de la comunicación, se seleccionaron aquellas que proporcionaban los resultados más relevantes para el objeto de estudio.
La segunda metodología consistió en un panel Delphi. Esta técnica parte del supuesto de que el criterio de un individuo particular es menos fiable que el de un grupo
de personas (Bravo y Arrieta, 2005), de modo que, si se lleva a cabo un “proceso sistemático e iterativo” de obtención de opiniones, es posible el consenso de un grupo de
expertos (Landeta, 1999). En la consulta, realizada en 2012, participaron doce expertos en Periodismo, Comunicación o Marketing, con una reconocida trayectoria a nivel
profesional, investigadora y docente, a los que se les solicitó su opinión en una doble
circulación de preguntas: las respuestas al primer cuestionario fueron analizadas y codificadas estadísticamente para obtener cierto consenso, y reformuladas y ampliadas en
el segundo cuestionario, que se envió seis meses después y del que se extrajeron algunas
conclusiones finales. Los expertos que participaron en el panel Delphi, y que conformaban el grupo heterogéneo de perfiles que “garantiza la relevancia en las opiniones”
(Ortega Mohedano, 2008: 37) figuran en la tabla 1.
conclusiones finales. Los expertos que participaron en el panel Delphi, y que conformaban el grupo
heterogéneo de perfiles que “garantiza la relevancia en las opiniones” (Ortega Mohedano, 2008:
37) figuran en la tabla 1.
6. La transformación del gatekeeper: nuevas funciones del periodista en el entorno…
Tabla 1. Expertos que participaron en el panel Delphi (2012)
[95]
Tabla 1. Expertos que participaron en el panel Delphi (2012)
Fuente:
elaboración
Fuente:
elaboración
propiapropia
Se respetó en todo momento el anonimato de los participantes como uno de los
rasgos más sobresalientes de esta técnica (Kaynak y Macaulay, 1984, en Ramos Sánchez,
sobresalientes
de esta que
técnica
(Kaynak
y Macaulay,
1984,
en métodos
Ramos Sánchez,
2010), una condición
permite
aprovechar
las ventajas
de los
grupales y2010), una
reducir los que
efectos
negativos
de la interacción
–o de
influenciaentre grupales
los miembros
de unlos efectos
condición
permite
aprovechar
las ventajas
los métodos
y reducir
grupo (Soret Los Santos, 2008: 122). En definitiva, con este método se pretendía prever
negativos de la interacción –o influencia- entre los miembros de un grupo (Soret Los Santos, 2008:
algunas transformaciones importantes en el fenómeno analizado (Astigarraga, 2003: 3),
122).
En definitiva,
estelamétodo
se pretendía
algunas
transformaciones
importantes en
concretamente
sobrecon
cómo
participación
de lasprever
audiencias
puede
estar modificando
lasfenómeno
características
del gatekeeping
informativo,
rol tradicionalmente
asignado
a perioel
analizado
(Astigarraga,
2003: 3),unconcretamente
sobre cómo
la participación
de las
distas y medios de comunicación.
Se respetó en todo momento el anonimato de los participantes como uno de los rasgos más
6.4. Resultados
6.4.1. La evolución del usuario de la información
La encuesta realizada revela que internet se ha convertido en la vía de acceso más
frecuente a la información, especialmente entre los jóvenes. La media de tiempo en el
consumo estimado de este canal se sitúa en 121 minutos al día, sensiblemente por encima de los 91, 45 y 33 minutos que los encuestados dedican la televisión, la radio y la
prensa respectivamente.
La red, por lo tanto, constituye el entorno preferido para satisfacer las tres funciones básicas de la comunicación pública: la información (45,3% de los encuestados),
donde dobla al resto de soportes; la formación (45,3%), aunque seguida de cerca por el
papel, y sobre todo el entretenimiento (51,6%), en estrecha competencia con la pequeña
pantalla.
Esto se traduce, por un lado, en que las redes sociales conforman los sitios web
claramente más populares, con un índice de visitas que triplica a otros espacios también
habituales como la prensa deportiva y la generalista. No obstante, cuando lo que se tiene
en cuenta es la consulta de información y la credibilidad que a ésta le otorgan, las versiones digitales de los medios escritos nacionales (155 y 138 menciones respectivamente) y
locales (57 y 44), así como los cibermedios nativos (37 y 31) se erigen como los mejor
posicionados frente a Facebook (26) y Twitter (26).
[96]
Félix Arias Robles – Fátima Navarro Maillo – José A. García Avilés
Estos primeros resultados muestran que, aunque estos nuevos medios se reparten
gran parte del tráfico digital, cuando se pretende estar al tanto de la actualidad, de una
forma fiable, las empresas periodísticas todavía desempeñan un papel predominante.
No obstante, estos datos contrastan parcialmente con los que refleja la figura 1,
donde se observa que la función lúdica de internet se incrementa considerablemente
más que la informativa y la formativa cuando aumenta el tiempo de uso. De hecho, la
información y la formación sólo superan al entretenimiento cuando el tiempo dedicado
a navegar no sobrepasa los 90 minutos, y la distancia crece, aunque de forma irregular,
conforme aumenta el periodo de consumo. En términos absolutos, internet es la principal vía de distracción para un 52,3% de los que permanecen en la red más de dos horas y
para un 34,8% (un 17,5% menos) de los que no superan esta barrera. La distancia entre
estos dos tipos de consumidores se suaviza notablemente cuando la principal función de
la red es la informativa (12,3%) y, sobre todo, la formativa (6,8%).
Figura 1. Relación entre la finalidad y el tiempo de consumo de internet
Información
Formación
Entretenimiento
0%
10%
Fuente: elaboración propia
20%
30%
40%
Másde120minutos
50%
60%
Menosde120
70%
80%
90%
100%
Fuente: elaboración propia
La conjunción entre la permanencia y la transformación de las rutinas y las actitudesLadeconjunción
los jóvenes
eny gran
medida, una
redesdesociales,
entreconstituye,
la permanencia
la transformación
de lasconstante.
rutinas y lasLas
actitudes
los jóvenescon
un 73%
de
las
respuestas
registradas,
constituyen
las
vías
más
comunes
para
llegar a la
constituye, en gran medida, una constante. Las redes sociales, con un 73% de las respuestas
información. No obstante, la introducción de la dirección web en el navegador supera al
registradas, constituyen las vías más comunes para llegar a la información. No obstante, la
uso de los motores de búsqueda (un 68,6% y un 57,2% respectivamente), mientras los
introducción
dirección
web en
el navegador
supera
al uso
de los motores
búsqueda (un
enlaces
externosdedelaotros
medios
(30,8%)
resultan
más
comunes
que lasderecomendacio68,6%
y
un
57,2%
respectivamente),
mientras
los
enlaces
externos
de
otros
medios
nes (28,3%). Esto significa que, junto a la influencia de las nuevas plataformas,(30,8%)
el prestigio del
medio
y comunes
sus interrelaciones
todavía conforman
vías
de acceso
de gran
relevancia.
resultan
más
que las recomendaciones
(28,3%). Esto
significa
que, junto
a la influencia
Además
de plataformas,
las recomendaciones,
firma
delinterrelaciones
periodista todavía
y la marca
constituyen,
de
las nuevas
el prestigio del la
medio
y sus
conforman
vías de
para un
64,8%
y
un
56,6%
de
los
encuestados,
dos
de
las
principales
razones
por las
acceso de gran relevancia.
cuales los internautas se decantan por una determinada información en la red. En camAdemás de las recomendaciones, la firma del periodista y la marca constituyen, para un 64,8% y
bio, el posicionamiento en el buscador (17,6%) y los enlaces de otros medios (20,1%)
un 56,6% de los encuestados, dos de las principales razones por las cuales los internautas se
adquieren,
según las respuestas registradas en esta investigación, una importancia condecantan
por menor.
una determinada información en la red. En cambio, el posicionamiento en el buscador
siderablemente
(17,6%) y los enlaces de otros medios (20,1%) adquieren, según las respuestas registradas en esta
investigación, una importancia considerablemente menor.
Como refleja la figura 2, los buscadores constituyen los mecanismos más populares de acceso a la
información entre quienes navegan diariamente menos de 120 minutos, mientras que las
recomendaciones y, sobre todo, los enlaces externos y las redes sociales conforman las rutas más
[97]
6. La transformación del gatekeeper: nuevas funciones del periodista en el entorno…
Como refleja la figura 2, los buscadores constituyen los mecanismos más populares
de acceso a la información entre quienes navegan diariamente menos de 120 minutos,
mientras que las recomendaciones y, sobre todo, los enlaces externos y las redes sociales
conforman las rutas más frecuentes entre los internautas que superan esa cifra. De algún
modo, esto confirma que fenómenos clave del entorno digital como la interactividad o la
hipertextualidad adquieren relevancia conforme se incrementa el uso y que, por lo tanto,
irán obteniendo una mayor trascendencia mientras siga creciendo la penetración de este
canal de comunicación.
Figura 2. Comparativa entre tiempo diario consumo de
internet y vías de acceso a la información
Buscadores
Redessociales
Accesodirecto
Recomendaciones
Enlacesexternos
0%
10%
Fuente: elaboración propia
20%
30%
40%
Menosde120minutos
50%
60%
70%
Másde120minutos
80%
90%
100%
Fuente: elaboración propia
Pero la experiencia o el tiempo invertido no son los únicos que condicionan los
mecanismos
del consumo informativo digital. La utilización de los distintos aparatos
Pero la experiencia o el tiempo invertido no son los únicos que condicionan los mecanismos del
electrónicos, como revela la figura 3, también ejerce una notable influencia. Las difeconsumo informativo digital. La utilización de los distintos aparatos electrónicos, como revela la
rencias son relativamente pequeñas en la utilización de los enlaces externos, algo más
figura 3, también ejerce una notable influencia. Las diferencias son relativamente pequeñas en la
determinantes
cuando se emplea el ordenador portátil o de sobremesa, y en las recoutilización
de
los enlaces externos,
algo más determinantes
cuando
se emplea
el ordenador
portátil
mendaciones, ligeramente
más frecuentes
en el uso de
tabletas
y móviles.
No obstante,
o
de
sobremesa,
y
en
las
recomendaciones,
ligeramente
más
frecuentes
en
el
uso
de
tabletas
y
cuando se observa el uso de las redes sociales, la distancia entre los que utilizan los dispositivos
móviles,
más activos,
losobserva
que prefieren
llega
a alcanzar
8%.
móviles.
No obstante,
cuandoy se
el uso de el
lasordenador
redes sociales,
la distancia
entreellos
queDel
mismo
modo,
pero
en
sentido
opuesto,
el
acceso
directo
a
la
dirección
web
constituye
utilizan los dispositivos móviles, más activos, y los que prefieren el ordenador llega a alcanzar el
un mecanismo
mucho
los usuarios
computadoras
que un
entre
8%. Del mismo
modo,más
pero común
en sentido(6,5%)
opuesto,entre
el acceso
directo a lade
dirección
web constituye
los de terminales móviles. Aunque con diferencias menores, este último colectivo es el
mecanismo mucho más común (6,5%) entre los usuarios de computadoras que entre los de
que menos utiliza los motores de búsqueda en el rastreo de información.
terminales móviles. Aunque con diferencias menores, este último colectivo es el que menos utiliza
Si se tiene en cuenta que la utilización de los dispositivos móviles es un fenómeno
los motores
de búsqueda
el rastreo
información. es posible prever que las redes sociales
emergente
y todavía
con en
margen
dedecrecimiento,
Si se aumentando
tiene en cuenta que
la utilización de los
móviles
un fenómeno
emergente
seguirán
su protagonismo
en dispositivos
este terreno.
En es
cualquier
caso,
resulta yevidentetodavía
que elconaparato
físico
que emplee
el usuario
condiciona
parcialmente
sus hábitos
margen de
crecimiento,
es posible
prever que
las redes sociales
seguirán aumentando
su protagonismo en este terreno. En cualquier caso, resulta evidente que el aparato físico que
emplee el usuario condiciona parcialmente sus hábitos de consumo y que, por lo tanto, la
información periodística tendrá que adaptarse y satisfacer estas preferencias.
[98]
Félix Arias Robles – Fátima Navarro Maillo – José A. García Avilés
de consumo y que, por lo tanto, la información periodística tendrá que adaptarse y
satisfacer estas preferencias.
Figura 3. Relación entre el uso de dispositivos y las vías de acceso a la información
Figura 3. Relación entre el uso de dispositivos y las vías de acceso a la información
Buscadores
Redessociales
Accesodirecto
Recomendaciones
Enlacesexternos
0%
5%
10%
Sólodisp.móviles
Fuente: elaboración propia
15%
20%
Dispositivosmóviles
25%
30%
Ordenador
35%
40%
Sóloordenador
45%
50%
Fuente: elaboración propia
Además, resulta interesante comparar las razones por las que los usuarios elaboran
su dieta
informativa
y las labores
para las
las razones
que internet
el canal
más
Además,
resulta interesante
comparar
por las se
queconsidera
los usuarios
elaboran
su impordieta
tante.informativa
Según la yfigura
4,
los
enlaces
externos,
la
marca
del
medio
y
las
recomendaciones
las labores para las que internet se considera el canal más importante. Según la figura
son los principales criterios de quienes destacan su función lúdica; los hábitos y la firma
4, los enlaces externos, la marca del medio y las recomendaciones son los principales criterios de
del periodista, de los que buscan fundamentalmente información; y el posicionamiento
destacan
su función
los hábitos
y la firma
del periodista,
los que buscan
en el quienes
buscador,
de aquellos
quelúdica;
pretenden
formarse.
Algunos
de estosderesultados,
como
fundamentalmente
información; y el posicionamiento
buscador, depodrían
aquellos que
pretenden
la influencia
de las recomendaciones
o de la firma en
delelperiodista,
haberse
intuiformarse. Algunos
estos resultados,
como ladatos
influencia
las recomendaciones
o de la firma
del
do previamente,
perodeotros
proporcionan
másdesingulares.
La diferencia
existente
entre periodista,
la marca podrían
y el nombre
del
profesional
muestra,
entre
otras
cuestiones,
que
la
imagen
haberse intuido previamente, pero otros proporcionan datos más singulares. La
corporativa
repercute
máslaenmarca
la selección
lúdicos,entre
mientras
que la que
firma
diferencia existente entre
y el nombrededelcontenidos
profesional muestra,
otras cuestiones,
condiciona más la de los formales. Y un patrón muy similar se observa cuando se tienen
la imagen corporativa repercute más en la selección de contenidos lúdicos, mientras que la firma
en cuenta los enlaces de otros medios y el posicionamiento en el buscador.
condiciona más la de los formales. Y un patrón muy similar se observa cuando se tienen en cuenta
los enlaces de otros medios y el posicionamiento en el buscador.
[99]
6. La transformación del gatekeeper: nuevas funciones del periodista en el entorno…
Figura 4. Comparativa entre las funciones de internet
y los criterios de selección de información
Figura 4. Comparativa entre las funciones de internet y los criterios de selección de información
Enlacesdeotrosmedios
Hábitosadquiridos
Firmadelperiodista
Marcadelmedio
Recomendaciones
Posicionamientoenelbuscador
0%
Fuente: elaboración propia
10%
20%
Informarte
30%
40%
Formarte
50%
60%
Entretenerte
70%
80%
90%
100%
Fuente: elaboración propia
Además, para comprender cuáles son los verdaderos motivos que determinan las
ideasAdemás,
y las acciones
de los internautas,
necesariomotivos
analizar
elementos,
los rasgos
para comprender
cuáles son losesverdaderos
quelos
determinan
las ideas
y las y
los factores
que condicionan su confianza en la información. Según la encuesta llevada
acciones de los internautas, es necesario analizar los elementos, los rasgos y los factores que
a cabo, los expertos, los profesores, los familiares y los periodistas constituyen las voces
condicionan su confianza en la información. Según la encuesta llevada a cabo, los expertos, los
más fiables con una puntuación de 381, 368, 333 y 321 respectivamente, si se le otorga
profesores,
y los periodistas
las voces
fiables con una
un valor
de 0 alos3familiares
a las calificaciones
deconstituyen
los alumnos.
Pormás
el contrario,
lospuntuación
políticos de(con
381, 368,los
333famosos
y 321 respectivamente,
si se le otorga
un valor
a 3 a las menos
calificaciones
de los
61 puntos),
(116) y las empresas
(197)
son de
las0 fuentes
fiables.
Y, en
una posición
intermedia
se situarían
los amigos.
alumnos. Por
el contrario,(306),
los políticos
(con 61 puntos),
los famosos (116) y las empresas (197) son
Estos
números
contradicen
algunas
desituarían
las creencias
comunes sobre
las
fuentes
menos fiables.
Y, en una parcialmente
posición intermedia
(306), se
los amigos.
la preponderancia
de
las
relaciones
personales
sobre
las
profesionales
en
el comportaEstos números contradicen parcialmente algunas de las creencias comunes sobre la preponderancia
miento de los jóvenes internautas. Aunque la familia y los conocidos adquieren un peso
de las relaciones personales sobre las profesionales en el comportamiento de los jóvenes
relevante, los especialistas y los profesionales de la información les superan claramente.
la familia
y los conocidos
adquieren un de
pesoestos
relevante,
los especialistas
y los los
Si se internautas.
conservan,Aunque
amplían
y conjugan
las características
dos tipos
de emisores,
profesionales
de
la
información
les
superan
claramente.
Si
se
conservan,
amplían
y
conjugan
las en
medios de comunicación, por lo tanto, pueden seguir ocupando un lugar destacado
características de
dos tipos
de emisores, los medios de comunicación, por lo tanto, pueden
la configuración
de estos
la agenda
pública.
Además
del
emisor,
el
otro
gran
quedeinfluye
enpública.
la confianza del internauta
seguir ocupando un lugar destacado en laelemento
configuración
la agenda
es la configuración del mensaje. Los valores noticiosos más relevantes son la claridad y
el interés, con un 64,2% y un 63,52% respectivamente de respuestas. La credibilidad
(51,57%), la utilidad (45,3%) y la relevancia (42,1%) constituyen los otros tres atributos más destacados. En cambio, a pesar de lo que podría deducirse de un canal a menudo
configuración del mensaje. Los valores noticiosos más relevantes son la claridad y el interés, con
un 64,2% y un 63,52% respectivamente de respuestas. La credibilidad (51,57%), la utilidad
(45,3%) y la relevancia (42,1%) constituyen los otros tres atributos más destacados. En cambio, a
[100]
pesar de lo que podría deducirse de un canal a menudo tan lúdico como la red, el entretenimiento,
Félix Arias Robles – Fátima Navarro Maillo – José A. García Avilés
la originalidad y el impacto, con un 11,2%, un 15,1% y un 18,9% respectivamente, son tres de los
rasgos menos valorados.
tan lúdico como la red, el entretenimiento, la originalidad y el impacto, con un 11,2%,
En cualquier caso, la fusión de estas dos variables proporciona resultados más concretos sobre la
un 15,1% y un 18,9% respectivamente, son tres de los rasgos menos valorados.
que loscaso,
usuarios
tienen de
información
que consumen.
Los queresultados
menos confían
el
Envisión
cualquier
la fusión
de laestas
dos variables
proporciona
más en
conperiodista
como emisor
consideran
quetienen
la corrección
un 100% de los
casos),
el interés Los
(77,8%),
cretos sobre
la visión
que los
usuarios
de la (en
información
que
consumen.
que
menos confían
el periodista
como(50%)
emisor
que
la corrección
un 100%
la utilidaden
(50%)
y la relevancia
son consideran
los principales
valores
noticiosos. (en
En cambio,
la
de los casos),
el
interés
(77,8%),
la
utilidad
(50%)
y
la
relevancia
(50%)
son
los
princiclaridad (66,7%) y la credibilidad (57,1%) son los principales rasgos para quienes mejor opinión
pales valores
noticiosos.
Eny cambio,
claridad
(66,7%)
la credibilidad
son
tienen de
este colectivo,
el impactola
(20,8%)
adquiere
un pesoy mayor
para aquellos(57,1%)
que se sitúan
los principales rasgos para quienes mejor opinión tienen de este colectivo, y el impacto
en una posición intermedia.
(20,8%) adquiere un peso mayor para aquellos que se sitúan en una posición intermedia.
Figura 5. Comparativa entre confianza en la labor del periodista y los valores noticia
Figura 5. Comparativa entre confianza en la labor del periodista y los valores noticia
Utilidad
Entretenimiento
Cercanía
Interés
Impacto
Originalidad
Imparcialidad
Claridad
Credibilidad
Relevancia
0%
20%
Fuente: elaboración propia
Poco
40%
Bastante
60%
Mucho
80%
100%
Fuente: elaboración propia
Estas cifras concuerdan con el análisis realizado sobre los factores formales que
más inciden en la confiabilidad de los contenidos digitales, como se advierte en la figura
6. En este caso, las características más relevantes son dos valores tan clásicos como la
credibilidad de las fuentes (95%) y, aunque a cierta distancia, la corrección (71,7%).
A continuación, se sitúan los enlaces (37,7%), la fotografía (33,3%) y la interactividad
(27,7%), lo que demostraría la importancia que la hipertextualidad, la multimedialidad
y la participación están adquiriendo en la comunicación ciberperiodística.
características más relevantes son dos valores tan clásicos como la credibilidad de las fuentes
(95%) y, aunque a cierta distancia, la corrección (71,7%). A continuación, se sitúan los enlaces
(37,7%), la fotografía (33,3%) y la interactividad (27,7%), lo que demostraría la importancia que la
hipertextualidad, la multimedialidad y la participación están adquiriendo en la comunicación
ciberperiodística.
6. La transformación del gatekeeper: nuevas funciones del periodista en el entorno…
[101]
Figura 6. Relación entre el uso de dispositivos y los rasgos formales más valorados
Figura 6. Relación entre el uso de dispositivos y los rasgos formales más valorados
Corrección
Hipertextualidad
Fotografía
Vídeo
Diseñoatractivo
Fuentes
Participación
0%
20%
Sólodisp.móviles
Fuente: elaboración propia
40%
Dispositivosmóviles
60%
80%
Ordenador
100%
Sóloordenador
120%
Fuente: elaboración propia
En este caso, la relación entre estas opiniones y el uso de los diferentes dispositivos
también
resulta
pertinente.
contra
de yloel uso
quedepodría
pensarse,
por el
carácter
más
En este
caso, la
relación entreEn
estas
opiniones
los diferentes
dispositivos
también
resulta
instantáneo
e
informal
que
antes
tenía
la
comunicación
en
el
móvil,
el
uso
de
las
fuentes
pertinente. En contra de lo que podría pensarse, por el carácter más instantáneo e informal que
y la corrección en la escritura son más relevantes para quienes utilizan mayoritariamente
antes tenía la comunicación en el móvil, el uso de las fuentes y la corrección en la escritura son
los dispositivos móviles (10,8% y 4,8% de diferencia respectivamente). El resto de conmás relevantes
para quienes
utilizan
los dispositivos
móviles
4,8% de
clusiones
que se pueden
extraer
de lamayoritariamente
figura 6 son más
lógicas, pero
no (10,8%
menosyinteresanrespectivamente).
El resto adquieren
de conclusiones
se mayor
pueden extraer
la figura 6 son
más
tes. Ladiferencia
fotografía
y la participación
un que
peso
en losdedispositivos
móviles
(20,1%
y 7,9%
de menos
diferencia),
lo que
confirmaría
el carácteradquieren
multimedia
e interactivo
lógicas,
pero no
interesantes.
La fotografía
y la participación
un peso
mayor en
de estos aparatos. Por el contrario, es reseñable que quienes sólo utilizan computadoras
sean quienes más valoran la hipertextualidad (51,4%), seguidos de quienes sólo navegan
con móviles y tabletas (44,4%). De algún modo, esto vendría a reflejar que, aunque la
interconexión de la información a través de enlaces resulta todavía más común en los
monitores de los PC y los portátiles, las nuevas pantallas siguen siendo un campo fértil
para el hipertexto.
Por último, la introducción de la variable del sexo proporciona algunas pistas adicionales, tal y como se observa en la figura 7.
la información a través de enlaces resulta todavía más común en los monitores de los PC y los
portátiles, las nuevas pantallas siguen siendo un campo fértil para el hipertexto.
Por último, la introducción de la variable del sexo proporciona algunas pistas adicionales, tal y
como se observa en la figura 7.
[102]
Félix Arias Robles – Fátima Navarro Maillo – José A. García Avilés
Figura 7. Comparativa entre el sexo y los rasgos formales más valorados
Figura 7. Comparativa entre el sexo y los rasgos formales más valorados
Corrección
Hipertextualidad
Fotografía
Vídeo
Diseño
Fuentes
Participación
0%
10%
20%
Fuente: elaboración propia
30%
40%
Masculino
50%
Femenino
60%
70%
80%
90%
100%
Fuente: elaboración propia
Mientras que para los hombres la participación y el diseño poseen una mayor trascendencia,
lasque
mujeres
decantan
claramente
por
la corrección,
el trabajo
de fuentes
Mientras
para lossehombres
la participación
y el
diseño
poseen una mayor
trascendencia,
las y
la introducción
de
elementos
audiovisuales.
mujeres se decantan claramente por la corrección, el trabajo de fuentes y la introducción de
elementos audiovisuales.
6.5.Opiniones predominantes en el panel Delphi
6.5. Opiniones predominantes en el panel Delphi
Del mismo modo que se constata en los resultados obtenidos de la encuesta online,
los expertos consultados coinciden en que la prescripción informativa se ha visto sustanDel mismo
modo quecon
se constata
en los resultados
obtenidos
de la encuesta
online,
expertos
cialmente
modificada
el advenimiento
de las
plataformas
sociales
que,losentre
otros
aspectos,
han favorecido
el branding
personal
de los modificada
periodistas.
consultados
coinciden encierta
que la tendencia
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informativa
se ha visto
sustancialmente
Con estas
vías de
los profesionales
pueden
configurar
sus propios
con elnuevas
advenimiento
de comunicación,
las plataformas sociales
que, entre otros
aspectos,
han favorecido
cierta
micro-canales informativos, por ejemplo, a través de perfiles sociales –algunos con mayor
seguimiento que las cuentas oficiales de los medios para los que trabajan. Sin embargo,
esa repercusión y visibilidad particular en internet puede tener su reflejo también en la
imagen general del medio, que, a fin de cuentas, se nutre del trabajo –y la credibilidadde sus periodistas.
En primer lugar, y a pesar de que los resultados de la encuesta concluyan que las
redes sociales se han convertido en la vía más común para llegar a la información, los
expertos discrepan a la hora de considerar que la actualidad informativa sea el motivo
principal de conversación en estas plataformas.
reflejo también en la imagen general del medio, que, a fin de cuentas, se nutre del trabajo –y la
credibilidad- de sus periodistas.
En primer lugar, y a pesar de que los resultados de la encuesta concluyan que las redes sociales se
han convertido en la vía más común para llegar a la información, los expertos discrepan a la hora
de considerar
que la actualidad
informativanuevas
sea elfunciones
motivo del
principal
de en
conversación
6. La transformación
del gatekeeper:
periodista
el entorno…en estas[103]
plataformas.
Figura 8. ¿La conversación en las redes sociales gira
Figura 8. ¿La conversación
en lasaredes
sociales gira en
torno a la actualidad informativa?
en torno
la actualidad
informativa?
Fuente: elaboración propia
Fuente: elaboración propia
De acuerdo con la figura 8, existen tres opiniones predominantes entre los exper-
la figura
8, existen
tres opiniones
predominantes
los expertos. En
tos.De
Enacuerdo
primerconlugar,
aquellos
(25%)
que consideran
que entre
la conversación
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formas
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usuario,
así como
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consideran quede
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conversación
en las plataformas
depende
de sus
intereses,
de
modo
que,
si
éstos
no
coinciden
con
los
temas
seleccionados
enteramente de la red de contactos de cada usuario, así como de sus intereses, de modo que, por
si la
agenda de los medios, la conversación social no versará sobre asuntos de la actualidad inéstos no coinciden con los temas seleccionados por la agenda de los medios, la conversación social
formativa. Sin embargo, la opinión alcanza mayor consenso (33,4%) cuando se apunta
sobre asuntos de la actualidad informativa. Sin embargo, la opinión alcanza mayor
que,nosiversará
bien no
tiene por qué coincidir, sí es habitual que la agenda mediática marque la
consenso (33,4%)
se apunta caso,
que, sirecuerdan
bien no tieneque
por ambas
qué coincidir,
es habitual
que la
conversación
social;cuando
en cualquier
esferassí suelen
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marque
la conversación
en cualquier
caso,en
recuerdan
ambas esferas
tarse:
cadamediática
vez es más
frecuente
que lossocial;
medios
conviertan
noticiaque
historias
relevantes
quesuelen
destacan
en la actividad
social
(por
ejemplo,
losmedios
trending
topics),
mientras
que los
retroalimentarse:
cada vez
es más
frecuente
que los
conviertan
en noticia
historias
usuarios que perciben disparidad sobre asuntos de actualidad suelen actualizar sus prioridades al formarse una opinión y hacerse eco en sus perfiles sociales.
En cualquier caso, la opinión mayoritaria respalda la afirmación de que la conversación en las redes sociales gira mayoritariamente en torno a la actualidad, sin que existan
grandes diferencias temáticas entre plataformas: cuando un asunto adquiere actualidad,
suele llegar a las diferentes redes, aunque se difunda con tratamientos y formas distintas.
“Si un tema no salta a la actualidad, es difícil que se haga masivo y genere un debate de
volumen suficiente, aunque no esté en la agenda de los medios”, puntualiza un panelista.
redes sociales gira mayoritariamente en torno a la actualidad, sin que existan grandes diferencias
temáticas entre plataformas: cuando un asunto adquiere actualidad, suele llegar a las diferentes
redes, aunque se difunda con tratamientos y formas distintas. “Si un tema no salta a la actualidad,
es difícil que se haga masivo y genere un debate de volumen suficiente, aunque no esté en la
[104]
Félix Arias
Robles –unFátima
Navarro Maillo – José A. García Avilés
agenda de los medios”,
puntualiza
panelista.
Figura 9. Efecto
de la9.imagen
social
periodistas
sobre
imagen
de marca de su medio
Figura
Efecto
de de
la los
imagen
social
delalos
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sobre la imagen de marca de su medio
Fuente: elaboración propia
Fuente: elaboración propia
Por otro lado, la consulta con los expertos ha servido también para confirmar la
importancia
quelaposee
imagen
socialha online
de los para
periodistas
Por otro lado,
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de
marca
más
global,
como
es
la
del
medio
para
el
que
trabajan
(véase
la
figura
posee la imagen social online de los periodistas particulares en una imagen de marca más global,
9). Si en los resultados de la encuesta se concluía que los usuarios tienen en cuenta la
como es la del medio para el que trabajan (véase la figura 9). Si en los resultados de la encuesta se
firma de los periodistas a la hora de informarse, según los expertos, los medios también
concluía que los
tienen en cuenta social
la firmade
de sus
los periodistas
a la de
horaahí
de informarse,
según
son conscientes
deusuarios
esta preeminencia
redactores;
que recomienden
expertos, losser
medios
también
conscientes
de esta
redactores;
de
a suslosperiodistas
marcas
en sísonmismos,
para
quepreeminencia
ese efecto social
sobredelasus
imagen
de marca
del medio
sea positivo.
este modo,
la confianza–o
desconfianza–
usuarios
ahí que recomienden
a susDe
periodistas
ser marcas
en sí mismos, para
que ese efecto que
sobre los
la imagen
atribuyen
al periodista
particular
se traslada
mayor naturalidad
al medio
el que
de marca
del medio sea
positivo. De
este modo,con
la confianza
-o desconfianzaque los para
usuarios
trabaja,
pudiendo
incrementar
así
la
visibilidad
y
el
alcance
de
las
noticias
prescritas
de
atribuyen al periodista particular se traslada con mayor naturalidad al medio para el que trabaja,
forma más homogénea por cada medio.
En relación con el efecto que la participación de usuarios puede ejercer sobre la responsabilidad de los periodistas como gatekeepers informativos, los expertos consultados
coinciden mayoritariamente en reconocer que ese rol, tradicionalmente asignado a los
profesionales de los medios, está sufriendo una importante transformación. En términos generales, la mayoría afirma que los medios han perdido el monopolio a la hora de
prescribir o recomendar contenidos informativos de actualidad, un rol que lleva tiempo
siendo cuestionado.
mayoritariamente en reconocer que ese rol, tradicionalmente asignado a los profesionales de los
medios, está sufriendo una importante transformación. En términos generales, la mayoría afirma
que los medios han perdido el monopolio a la hora de prescribir o recomendar contenidos
informativos de actualidad, un rol que lleva tiempo siendo cuestionado.
6. La transformación del gatekeeper: nuevas funciones del periodista en el entorno…
[105]
Figura 10. Influencia de la participación social en el rol de gatekeeper de los medios
Figura 10. Influencia de la participación social en el rol de gatekeeper de los medios
Fuente: elaboración propia
Fuente: elaboración propia
A partir de la figura 10, es posible hablar de dos opiniones predominantes. La más
A partir (46%)
de la figura
10, es posible
dos opiniones
predominantes.
La democratización
más mayoritaria
mayoritaria
concluye
que lashablar
redesde sociales
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una
concluye que
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que
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a convertirse
en de
gatekeepers
a pesar
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del
criterio
y
el
contexto
para
ocupar
ese
espacio,
que
los
medios
no
acaban
ha llevado a los usuarios a convertirse en gatekeepers a pesar de carecer del criterio y el contexto de
liderar
niocupar
de asumir
comoque
propio.
De hecho,
los expertos,
que propio.
los usuarios
recopara
ese espacio,
los medios
no acabansegún
de liderar
ni de asumirelcomo
De hecho,
mienden contenidos de forma individual supone que sus peticiones rara vez consiguen
según los expertos, el que los usuarios recomienden contenidos de forma individual supone que sus
homogeneidad, de modo que es el gatekeeper profesional quien debe valorar si esa partipeticiones rara vez consiguen homogeneidad, de modo que es el gatekeeper profesional quien debe
cipación
–obtenida de un porcentaje más o menos reducido de usuarios- tiene suficiente
valorar
participación
de un porcentaje
o menos reducido
de usuariostiene
interés
parasilaesamasa
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la audiencia.
“Además,más
el usuario
no distribuye
contenidos
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la audiencia.en
“Además,
el usuario
no porque
distribuyelo
contenidos
entresuficiente
sus contactos
porque
convertirse
gatekeeper,
sino
considera
estos temas interesantes”, aclara uno de los panelistas. Además, en la figura 10 se observa
que un elevado porcentaje de expertos (27%) coincide en que la prescripción de contenidos que realizan los usuarios no puede sustituir a la recomendación profesional que
llevan a cabo los medios, aunque sí la condicione. Así, a diferencia del prescriptor clásico
–que se regía únicamente por su criterio–, el gatekeeper 2.0 presta también atención a
marcadores externos (comunidad, foros, medios sociales, o incluso solicita opiniones y
participación), convirtiendo a los usuarios –y su interacción– en un indicador más para
seleccionar las prioridades informativas del medio. De hecho, según los expertos, el
hecho de que los usuarios recomienden de forma individual supone que sus peticiones
rara vez consiguen homogeneidad, de modo que es el gatekeeper profesional quien debe
valorar si esa participación –obtenida de un porcentaje más o menos reducido de usuarios- tiene suficiente interés para la masa total de la audiencia. “Además, el usuario no
distribuye contenidos entre sus contactos porque desee convertirse en gatekeeper, sino
porque lo considera interesante”, aclara uno de los panelistas.
[106]
Félix Arias Robles – Fátima Navarro Maillo – José A. García Avilés
6.6.Conclusiones
A partir de los resultados obtenidos, se comprueba que las nuevas plataformas
están modificando los intereses y las costumbres informativas de los jóvenes, y que los
medios han perdido su antiguo monopolio. De hecho, internet es el canal con mayor
penetración en los jóvenes y las redes sociales constituyeron la principal vía de acceso
a la información. Sin embargo, también se constata que elementos como la firma o la
marca de la empresa informativa y la corrección o el manejo de las fuentes siguen siendo
esenciales en la dieta informativa del internauta más allá del nacimiento o predominio
de otros canales de acceso online.
La figura clásica del gatekeeper está desapareciendo, pero el periodista resulta todavía imprescindible para el mantenimiento de una sociedad libre y democrática. De un
modo más concreto, se advierte que el prescriptor profesional –el que actúa desde las redacciones- incluye ahora las opiniones de los usuarios como un criterio más a la hora de
seleccionar los contenidos que se integrarán en su agenda informativa. Además, resulta
esencial fomentar entre los redactores del medio un comportamiento digital de calidad,
ya que, como se vio en los resultados, los usuarios tienen muy en cuenta la firma del
periodista a la hora de valorar y confiar en los contenidos. De hecho, y a pesar de la crisis
de credibilidad por la que atraviesa el periodismo, los encuestados todavía consideran los
medios de comunicación como una de las fuentes de información más fiables.
El tiempo de consumo de internet es quizá la variable más notable al respecto:
cuanto más aumenta esta cifra, mayor es la posibilidad de que los usuarios dediquen su
tiempo online a una finalidad más lúdica; en cambio, si el tiempo de consumo es menor,
priman los objetivos de formación e información. Este consumo online condiciona también las destrezas digitales de los usuarios, puesto que aprovechan más la interactividad
y la hipertextualidad de las páginas cuando se incrementa su tiempo en la red. Este
comportamiento podría condicionar la adaptación que los medios realizan del lenguaje
y el estilo en los contenidos online, no sólo aprovechando la interconexión entre noticias
y páginas, sino también mejorando las informaciones.
Por último, conviene resaltar que los hábitos de acceso a la información, adquiridos y aplicados durante años, siguen jugando un papel destacado en el actual entorno
digital, de modo que el prestigio y el conocimiento previo de las marcas de los medios y
de las firmas de los periodistas siguen siendo criterios básicos cuando lo que se pretende
es consultar información de actualidad. Algo similar ocurre con los mensajes, ya que la
claridad y la sencillez se mantienen como los principales valores noticiosos.
En definitiva, es posible afirmar que la participación de las audiencias ha modificado sustancialmente la función de prescripción informativa que tradicionalmente se
atribuía a los periodistas, quienes en la actualidad tienen en cuenta otros factores y opiniones sociales a la hora de seleccionar las informaciones más relevantes. Sin embargo, y
a pesar del auge que ha experimentado la recomendación a través de plataformas como
Facebook o Twitter, los medios y sus periodistas siguen ocupando un lugar destacado
en el imaginario informativo de los usuarios online, quienes todavía priorizan valores
clásicos de los emisores y de los contenidos.
6. La transformación del gatekeeper: nuevas funciones del periodista en el entorno…
[107]
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7. Noticias de los ciudadanos: La participación en
periódicos digitales de Portugal y España
João Canavilhas
– Catarina Rodrigues
Universidad de Beira Interior
Con la participación de los ciudadanos el periodismo se enfrenta a prácticas que
requieren repensar conceptos determinantes como la mediación y el gatekeeping. Producir y consumir información, experiencias que antes estaban bien definidas, se confunden
ahora en una ambivalencia que ha originado designaciones como produser (Bruns, 2008)
o prosumer (Jenkins, 2008). Los gatewatchers (Bruns, 2005) se imponen a los tradicionales
gatekeepers y la visibilidad de los temas puede llegar a ser determinada por los usuarios
(Singer, 2013) en un espacio público cada vez más fragmentado. Uno de los caminos
seguidos por los periódicos digitales fue el de la creación de secciones dedicadas a la publicación de contenidos generados por los usuarios, posibilidad que aparece enmarcada en el
llamado periodismo ciudadano (Gillmor, 2005; Rosen, 2008; Thurman, 2008) o periodismo participativo (Bowman y Willis, 2003; Domingo et al., 2007; Singer et al., 2011).
El objetivo principal de este trabajo es precisamente analizar el contenido publicado por los ciudadanos en los espacios que los periódicos digitales de Portugal y España
presentan. Se pretende determinar qué tipo de temas se tratan, qué prácticas periodísticas son utilizadas por los ciudadanos y qué importancia atribuyen los periódicos mismos
a estos espacios.
La metodología se centró en el análisis de contenido de los textos publicados durante tres meses en los periódicos: Correio da Manhã, Diário de Notícias, Jornal de Notícias, El País, El Mundo y La Vanguardia.
Los resultados señalan las similitudes y diferencias en la participación de los ciudadanos de ambos países, sin embargo, en ningún caso se puede considerar que los
[110]
João Canavilhas – Catarina Rodrigues
contenidos publicados se identifiquen con los procedimientos básicos del periodismo,
fundamentales para garantizar la credibilidad de la información (Franklin & Carlson,
2011; Carpenter, 2010).
La capacidad de los ciudadanos para participar en el proceso noticioso podría indicar un fortalecimiento de la esfera pública y una contribución hacia una vida pública más democrática, pero parece que la noción de periodismo participativo como una
fuerza para la democracia aún se encuentra lejos de realizarse (Haas, 2007; Papacharissi,
2009; Hermida, 2011).
7.1.Los cambios en el ecosistema de los medios
Un anuncio publicado en el diario La Voz de Madrid en 1935 tiene por título
“Usted tiene madera de periodista”. Una agencia de noticias buscaba profesionales para
“un servicio de reportajes por toda España”. Es interesante observar que el texto empieza diciendo que “todos somos periodistas”. Entre los requisitos se señalan “facilidad
de pluma, cultura y sagacidad para descubrir dónde está el interés”. Se prometían “ingresos
importantes” en este trabajo que incluso se podría desarrollar de forma “anónima”. No dejan
de ser curiosas similitudes con los temas que hoy lanzan retos al periodismo profesional y que
pasan, en primer lugar, por el papel desarrollado por los propios ciudadanos.
En los últimos años, no pocas veces, han sido los ciudadanos los que han capturado
y difundido imágenes o informaciones sobre eventos relevantes. Un artículo publicado
en la revista británica The Economist sostiene que el periodismo ciudadano puede ampliar la cobertura de noticias, una idea que plantea algunas cuestiones relacionadas con
los nuevos vínculos que se dibujan entre aficionados y profesionales. En el texto se da el
ejemplo de un militar británico asesinado en una calle de Londres. Las primeras imágenes fueron capturadas por un testigo, luego transmitidas por ITV News y finalmente por
medios de comunicación de todo el mundo.
El informe anual del Pew Research Center’s for Excellence in Journalism (2013)
revelaba datos preocupantes sobre los medios tradicionales estadounidenses que experimentaron disminución en el número de profesionales en la sala de prensa, la reducción
de los ingresos y la pérdida de lectores. Estas y otras cuestiones también están presentes
en el estudio Post Industrial Journalism: Adapting to the present de C.W. Anderson, Emily
Bell y Clay Shirky. Este defiende la necesidad de reestructurar el modelo industrial del
periodismo así como su cultura organizacional y profesional, teniendo en cuenta las
posibilidades que ofrecen los nuevos medios de comunicación y una visión más descentralizada. Las organizaciones informativas ya no detienen el control de las noticias en el
actual ecosistema de medios y es importante considerar la participación de otros actores
en el proceso.
“El aspecto más emocionante y transformador del entorno informativo actual se
aprovecha de las nuevas formas de colaboración, nuevas herramientas de análisis y fuentes de datos, y nuevas formas de comunicar lo que importa al público” (Anderson, Bell
y Shirky, 2012:14). La existencia de herramientas y recursos disponibles para los ciudadanos no elimina la importancia de los periodistas, pero éstos deben incorporar prácticas
7. Noticias de los ciudadanos: La participación en periódicos digitales de Portugal y España
[111]
que enfaticen su importancia en el nuevo ecosistema. Al observar el surgimiento de una
cultura participativa, Henry Jenkins (2008) utiliza el concepto de prosumer, una idea
recuperada del libro The Third Wave publicado por Alvin Toffler, en 1980. En este se
caracteriza una realidad en la que productor y consumidor se diluyen, lo que con el desarrollo de la llamada Web 2.0 se ha hecho más evidente. “El término cultura participativa
contrasta con nociones más antiguas del espectador mediático pasivo. Más que hablar de
productores y consumidores mediáticos como si se desempeñaran roles separados, podríamos verlos hoy como participantes que interaccionan conforme a un nuevo conjunto de reglas que ninguno de nosotros comprende del todo” (Jenkins, 2006:3). Prosumers
son aquellos que no sólo consumen el contenido mediático, sino también lo producen.
En el mismo contexto de colaboración Axel Bruns utiliza la idea de produsage,
como un concepto que “está en contraste directo con los modos tradicionales de producción industrial” (Bruns, 2008:9). La principal diferencia es la distinción entre el
producto terminado, resultado de una producción industrial, y su distribución a los
consumidores, así como un proceso de construcción y desarrollo sujeto a cambios por
los usuarios, por ello designados produsers. Bruns utiliza el ejemplo de Wikipedia y de
los blogs para ilustrar este proceso de colaboración que borra la línea entre producir
y consumir. Conceptos como prosumer o produser ilustran las reconfiguraciones en la
relación entre los periodistas y el público. “Ya no es labor de los periodistas decidir qué
debe o no debe saber el ciudadano, sino ayudarle a poner en orden la información que le
llega” (Kovach y Rosenstiel, 2003:34). Diferentes investigaciones han examinado cómo
las relaciones que se establecen entre los periodistas y los lectores moldean el propio
periodismo, los cambios en las rutinas de producción de noticias y la integración de las
aportaciones de los usuarios (Heinonen, 2011, Domingo, 2011).
Bowman y Willis (2003) definen periodismo participativo como “el acto de un
ciudadano o grupo de ciudadanos que juegan un papel activo en el proceso de colectar,
reportar, analizar y diseminar información. La intención de esta participación es suministrar la información independiente, confiable, exacta, de amplio rango y relevante que
una democracia requiere” (Bowman y Willis, 2003:9).
Varela (2005) establece la siguiente distinción: periodismo 1.0 es el que traspasa
el contenido de los medios tradicionales a la Red; periodismo 2.0 es la creación de contenido en y para la Red, sumando sus características de hipertextualidad, interactividad
y multimedia; y periodismo 3.0 es la socialización de la información, a través de una
conversación virtual en la que los participantes intervienen en el propio mensaje.
Koldo Meso (2005) asocia la participación y el interés público y utiliza el concepto
“periodismo ciudadano” para referirse a la actividad que “hace posible la participación
activa de los actores sociales que intervienen en todo el procesamiento de la información
de interés público. Por lo tanto, sus características esenciales son formar opinión pública
mediante la creación de públicos deliberantes y promover la participación ciudadana”
(Koldo Meso, 2005:9).
Entusiasta de la participación ciudadana en el periodismo, Gillmor cree que “la anterior audiencia tiene el papel más importante en esta nueva era” (Gillmor, 2006:229) y
[112]
João Canavilhas – Catarina Rodrigues
introduce la noción mediactivos, defendiendo la importancia de la existencia de usuarios
activos de los medios (Gillmor, 2010).
Definiciones de esta naturaleza pueden incluir proyectos muy diferentes, por lo
que hay distinciones que deben hacerse entre el «periodismo ciudadano» verdaderamente independiente y las oportunidades que los ciudadanos tienen de participar en medios
existentes (Thurman y Hermida, 2010).
Uno de los proyectos que ilustran la apertura de los medios de comunicación a la
participación ciudadano es GuardianWitness, del diario británico The Guardian. Con el
lema “Share your view of the world”, la iniciativa se presenta como una nueva forma de
colaboración entre periodistas y lectores. “We believe that journalism gets stronger when
these worlds collaborate. This is open journalism”, puede leerse en el sitio web. En el
texto de presentación del proyecto, que sugiere temas pero también acepta sugerencias,
los responsables señalaron la importancia de la difusión de la información aportada por
los lectores en acontecimientos como la Primavera Árabe.
Singer et al. (2011) utilizan el término periodismo participativo porque “capta la
idea de acción colaborativa y colectiva –no simplemente paralela. La gente dentro y fuera de la redacción se dedica a la comunicación, no sólo para, sino también con los otros.
De este modo, todos están participando en los procesos de creación de un sitio web de
noticias y en la construcción de una comunidad polifacética” (Singer et al., 2011:2). Esta
definición es interesante, sobre todo si añadimos que “la participación puede ocurrir en
diversas etapas del proceso de producción de noticias y puede hacer uso de una variedad
de herramientas. El periodismo participativo incluye comentarios así como otras formas
de trabajo más intensivo de lo que también se conoce como «contenido generado por el
usuario» y «periodismo ciudadano»” (Singer et al., 2011:206). Con la participación de
los ciudadanos el periodismo se enfrenta a prácticas que obligan a repensar conceptos
determinantes. Los gatewatchers (Bruns, 2005) se imponen a los tradicionales gatekeepers
(Shoemaker y Reese, 2009).
Como señalan Bowman y Willis (2003:7), “la venerable profesión del periodismo
se encuentra en un raro momento de la historia donde, por primera vez, su hegemonía
como guardián de las noticias es amenazada no solo por la tecnología y los nuevos competidores, sino, potencialmente, por la audiencia a la que sirve”.
Bruns (2005) considera el modelo de gatekeeper utilizado por los medios tradicionales superado y define gatewatching como la observación de “las publicaciones de
noticias y otras fuentes, con el fin de identificar el material importante cuando esté
disponible” (Bruns, 2005:17). La práctica del gatewatching es un reto al antiguo monopolio del gatekeeping. Bruns (2011) sostiene que este cambio se debe principalmente a
dos aspectos: la continua multiplicación de los canales disponibles para la publicación y
difusión de las noticias, y el desarrollo de modelos colaborativos para la participación de
los usuarios y para la creación de contenidos.
En algunos estudios realizados, los periodistas reconocen la importancia de la participación del usuario a través de la difusión de ideas y observaciones, en particular en
las primeras etapas de un trabajo periodístico, pero son “más reticentes para asignar a los
7. Noticias de los ciudadanos: La participación en periódicos digitales de Portugal y España
[113]
usuarios papeles proactivos como colaboradores y participantes integrales en el proceso
de creación de contenidos periodísticos” (Heinonen, 2011:52).
Teniendo en cuenta estas transformaciones Singer (2013) argumenta que la visibilidad de los temas puede ahora ser determinada por los usuarios, sobre todo si pensamos en redes sociales como Facebook donde, más que hacer comentarios, los usuarios
pueden compartir. La autora considera que la participación online facilita el proceso de
gatekeeping en dos etapas. Los periodistas siguen decidiendo qué publicar teniendo en
cuenta ciertos criterios.
“Sin embargo, los miembros individuales de la audiencia ahora son gatekeepers
secundarios para un grupo diferente de personas, tal vez algunos de entre la audiencia
del medio de comunicación original y otros probablemente no” (Singer, 2013:4). El gatekeeping se convirtió en un proceso más colaborativo. “El resultado es un proceso de gatekeeping en dos pasos, en el que las decisiones editoriales iniciales de rechazo o inclusión
de un punto en el producto informativo son seguidas de decisiones de los usuarios si dar
más o menos visibilidad a ese tema para una audiencia secundaria” (Singer, 2013:13).
Por eso, la autora sostiene que “hay más gatekeepers que nunca” (Singer, 2013:13).
Hermida (Hermida, 2011:178) sugiere que los periodistas ven a los usuarios cómo
“recipientes activos de información –en algún lugar entre receptores pasivos y creadores
activos de contenidos”. El periodismo participativo se presenta como una oportunidad
para democratizar la conversación en los medios. Sin embargo, esta posibilidad se encaja
“en el contexto de proporcionar un espacio para una mayor diversidad de voces en vez
de democratizar el propio proceso periodístico. Y el concepto de periodismo participativo como una fuerza para la democracia está lejos de ser la razón principal para llevar a
cabo este tipo de iniciativas” (Hermida, 2011:187). De la investigación realizada por el
autor surgió la idea de que las organizaciones de noticias “están tratando de ofrecer más
vías para la participación de la audiencia, pero al mismo tiempo para proteger el estatus
profesional de los periodistas” (Hermida, 2011:189).
7.2. Participar no es suficiente
Abordar el concepto de periodismo participativo requiere mencionar el ejemplo
pionero de OhmyNews1, un periódico surcoreano fundado por Oh Yeon Ho (periodista profesional) el 22 de enero de 2000, con el lema “Every Citizen is a Reporter”. Lo
que empezó por ser un medio de comunicación nacional se extendió a todo el mundo
y en junio de 2004 nacía el OhmyNews International, que conto con más de 70.000
colaboradores, en más de 110 países, y superó la marca de 2 millones de pageviews por
día. El equipo del periódico, que se destacó por ser el primero en publicar artículos
enviados por lectores de todo el mundo, tenía alrededor de 50 reporteros y editores
profesionales, y no todo el material recibido era publicado.
1 http://www.ohmynews.com/
[114]
João Canavilhas – Catarina Rodrigues
Como refieren algunos autores en el caso del sitio mencionado se observa que “las
tareas y valores básicos del periodismo tradicional están centrados en sus principios.
La diferencia esencial radica en la redistribución del control una democratización de
medios” (Bowman y Willis, 2003:12). A pesar de estos datos, OhmyNews International
ha cerrado en agosto de 2010, dando lugar a un blog2. Lo que inicialmente parecía
una ventaja –con periodistas ciudadanos de todo el mundo escribiendo sobre diversos
temas– se convirtió en un problema. En el último post (OMNI, 2010) los responsables
identificaron las dificultades de edición y de verificación como los factores que impidieron la continuidad del proyecto.
Otro ejemplo que puede ser señalado es el español Soitu.es dirigido por Gumersindo Lafuente, compuesto por un equipo de periodistas profesionales que incorporaba características participativas. Soitu.es nació el 27 de diciembre de 2007 y se caracterizó por
estar basado en tres pilares fundamentales: periodistas profesionales, expertos en determinadas áreas y ciudadanos. Después de 22 meses, por razones económicas, se anunció
el fin del proyecto seguido por más de un millón de usuarios únicos. En el último texto
publicado en el sitio web, Gumersindo Lafuente dijo estar convencido de que una parte
importante del futuro del periodismo “está en la conversación con los lectores” (Lafuente, 2009). Una idea que parece ir al encuentro de las palabras de Hermida (2011): “En
el futuro, la ampliación de la participación puede conducir la profesión hacia una forma
aún más mutualizada y recíproca, una forma fluida del periodismo, con periodistas que
encuentran su lugar en la cultura de los medios colaborativos” (Hermida, 2011:190).
Estos dos casos ejemplifican que el llamado “periodismo ciudadano”, clasificado
por autores como Gillmor (2005) y Rosen (2008) como uno de los grandes desafíos
para el periodismo tradicional, aún está lejos de cumplir con las promesas iniciales. Haas
y Steiner (2008) señalan que “el entusiasmo por este tipo de sitios, y especialmente la
actividad cada vez más popular del blogging sugiere que los ciudadanos pueden y quieren
utilizar Internet para entrar en la esfera pública” (Haas y Steiner, 2008:251). Aun así, los
autores consideran que “existen razones para cuestionar si ‘reporteros ciudadanos’, ‘corresponsales comunitarios’ o bloggers pueden llevar a cabo una investigación rigurosa y
sostenida en la cobertura original de importantes temas de interés público”. Los mismos
autores dan el ejemplo de OhmyNews donde “la mayor parte del contenido se compone
de expresiones de intereses y sentimientos personales” (Haas y Steiner, 2008:251).
7.3.Los elementos de periodismo
Otto Groth (Fidalgo, 2004) identificó un conjunto de características que definen
a un periódico: periodicidad (publicación en intervalos regulares), universalidad (información sobre todo lo que se relaciona con el Hombre y con su acción social y cultural),
actualidad (algo que sucede en el presente y que es nuevo) y publicidad (accesibilidad
del periódico a todos).
2 http://international.ohmynews.com/
7. Noticias de los ciudadanos: La participación en periódicos digitales de Portugal y España
[115]
Un periódico publica esencialmente noticias y para Martínez Albertos, estas se
refieren a “un hecho verdadero, inédito o, de interés general actual que se comunica a un
público” (Martínez A., 2004:46). Idea similar defiende Fontcuberta (2002) para quien
el discurso periodístico se caracteriza por la actualidad, novedad, veracidad, periodicidad
e interés público.
En el libro Los elementos del periodismo. Todo lo que los periodistas deben saber y los
ciudadanos esperar, Kovach y Rosenstiel (2003) esbozan los siguientes principios: la
búsqueda de la verdad, la lealtad ante todo a los ciudadanos, la disciplina de verificación,
la independencia con respecto aquellos de quienes informa, el control independiente
del poder, el espacio para la crítica y el comentario, el esfuerzo para que el significante
sea sugerente y relevante, las noticias exhaustivas e proporcionadas y el respecto por la
conciencia individual de sus profesionales. En una nueva edición del libro, publicado en
2007, Kovach y Rosenstiel añadieron un décimo elemento relacionado con los derechos
y deberes de los ciudadanos en relación a la información. La selección y la interpretación
de los datos, el contexto de los hechos, la identificación de los actores, la verificación
buscando múltiples testigos y fuentes contrastables, es decir, el cumplimiento de la disciplina de la verificación, son puntos que caracterizan a las rutinas y procedimientos de
la profesión periodística. Pero no faltan ejemplos de ocasiones en que estas prácticas
no han sido cumplidas. Por ejemplo, diferentes medios estadounidenses han cometido
errores en las noticias sobre el atentado en el maratón de Boston (Carr, 2013). El evento
en cuestión ha revelado que muchos periodistas profesionales han optado por publicar
primero y confirmar después, en un caso en el que la velocidad se ha superpuesto claramente a la credibilidad. CNN anunció el arresto de un sospechoso con base en una
información difundida en Twitter, que ha demostrado ser falsa, pero la misma práctica
fue seguida por la Associated Press y por Fox News. Más grave aún fue la portada en la
cual The New York Post publicó la foto de dos sospechosos que en realidad no lo eran.
Las fuentes son un elemento clave en el periodismo y son esenciales para garantizar
la credibilidad de la información. Hay diferentes tipos de fuentes que Pinto (2000) clasifica según su origen, duración, ámbito geográfico, grado de implicación en los hechos,
actitud hacia los periodistas, identificación y estrategia operacional. Crato (1992) divide
las fuentes en internas y externas, colocando en el primer grupo los periodistas (investigación y observación directa), los corresponsales y los archivos. Como fuentes externas
el autor apunta las agencias de noticias, los otros medios de comunicación, las entidades
oficiales (gobierno, parlamento, ministerios, municipios, las fuerzas de policía, etc.), las
entidades no oficiales (empresas, colectivos, sindicatos, asociaciones culturales, clubes
deportivos, etc.), los contactos personales y el público.
El acceso a las fuentes de información ha sido una de las preocupaciones de Zvi
Reich (2008) al comparar las prácticas desarrolladas por periodistas profesionales y por
los ciudadanos. El autor reúne un conjunto de elementos que representan algunas limitaciones para los “ciudadanos periodistas”: suelen estar fuera de las rutinas y fuentes,
tales como conferencias de prensa y comunicados de prensa; suelen depender de los
demás ciudadanos y no de las fuentes institucionales; tienen pocas posibilidades para
[116]
João Canavilhas – Catarina Rodrigues
cultivar relaciones con las fuentes; tienen un conocimiento limitado del periodismo; y
por lo general tienen otras actividades profesionales.
En cuanto al contenido publicado por los ciudadanos en los medios de comunicación, Domingo (2011) distingue el periodismo participativo como fuente del periodismo participativo como playground. Este último se refiere a un espacio “separado del
resto del sitio web, para contribuciones de los usuarios aparte de los comentarios en las
noticias” (Domingo, 2011:86). Esta idea de playground apuntada por Domingo es una
de las características de los espacios portugueses y españoles analizados en este estudio.
“Esta estrategia les permitió explorar ampliamente el periodismo participativo, pero con
relativamente poco riesgo” (Domingo, 2011:87). Se trata de una forma de preservar la
marca del periódico, que está abierto a la participación, pero evita la interferencia en su
propio contenido. En Portugal y España, las versiones online de los principales diarios
también crearon secciones para la participación de los ciudadanos, algunos de ellos con
la palabra “periodismo” o “periodista” en su denominación. Rost llamó la atención sobre
la falta de participación. “Los usuarios que participan son una minoría comparados con
el total de visitantes” (Rost, 2010:101). Mediante el estudio de la participación en el
periodismo online, el autor afirma que “así como los medios ofrecen distintos grados de
interactividad, también hay un espectro de usuarios con distintos niveles de participación” (Rost, 2010:102). Aún así, Rost muestra preocupación, no con el aumento de la
colaboración, sino con la mejora de la calidad de la participación en sí. En un estudio
realizado en 2010, Lacy et al. concluyeron que sólo el 27,7% de los espacios analizados
(86 sitios de blogs de ciudadanos, 53 sitios de noticias ciudadanas y 63 periódicos diarios) se actualiza a diario. “Nos encontramos en un interesante momento de transición
entre el tradicional paradigma comunicativo que establecía una clara distinción entre
emisores y receptores y otro nuevo en el que cualquiera puede asumir el papel de receptor, y donde la diferencia estará no en la asunción de un rol u otro, sino en la calidad y
el interés de los contenidos que puedan ofertarse” (Armentia, 2009:27).
7.4.Metodología
La metodología utilizada en esta investigación es el análisis de contenido (Berelson,
1952, Bardin, 2000; Bauer, 2000; Herscovitz, 2007; Igartua e Humanes, 2010) de los
textos publicados por los ciudadanos en las secciones dedicadas a su participación en
periódicos digitales de Portugal y España. Se analizarán las siguientes secciones:”Correio
do Leitor” (Correio da Manhã - CM), “Jornalismo de Cidadão” (Diário de Notícias DN), “Cidadão Repórter” (Jornal de Noticias - JN), “Yo Periodista”, (El País – EP),
“Los blogs más cercanos”, (El Mundo – EM), “Cartas” y “Lectores Corresponsales” (La
Vanguardia – LV).
Este trabajo no pretende comparar las publicaciones entre sí, sino más bien observar las características particulares de cada una y de su contenido considerando las
características definidas teóricamente que indican la existencia o no de un texto periodístico. Antes de cualquier otra observación es necesario mencionar la heterogeneidad de
los espacios analizados, en primer lugar, debido a la especificidad de cada publicación.
7. Noticias de los ciudadanos: La participación en periódicos digitales de Portugal y España
[117]
“Correio do Leitor” es una sección de Correio da Manhã destinada a la intervención del
usuario. “Vamos a dar voz a sus quejas, denuncias y noticias” es el mensaje que se puede
leer en el sitio web. En este caso, el contenido de los lectores se distribuye a través de
espacios como “A foto do leitor e a sua legenda” o “Caixa de reclamações”. En este último, los lectores pueden hacer sus denuncias (por lo general en relación con cuestiones
locales o instituciones públicas), que luego se envían por el equipo del periódico a las
autoridades competentes y la respuesta se publica junto con el contenido enviado por el
lector. La sección “Jornalismo de Cidadão”, del Diário de Notícias, pide la publicación
de artículos, fotos y videos de sus lectores. Los contenidos pueden ser enviados a una dirección de correo disponible para el propósito. “Cidadão Repórter”, que integra el Jornal
de Notícias, está destacado en la portada, con las restantes secciones. Se solicita el envío
de noticias y fotografías y en determinadas ocasiones, el diario promueve la colaboración
de los lectores en temas específicos.
“Conviértete en periodista. No te cortes y envíanos tus noticias, recomendaciones
y críticas sobre Madrid y su comunidad”. Este desafío es lanzado en el blog del periódico
El Mundo, “Ciudadano M”, descrito como “un escaparate para mostrar los valores y miserias de la capital”. Para llevar a cabo este tipo de participación se solicitan algunos datos
a los usuarios como el nombre, apellidos, email, asunto y texto. Se permite adjuntar
fotos y vídeos. Lo mismo se aplica a los blogs Ciudadano BCN (Barcelona), Ciudadano
CVA (Comunidad Valenciana), Ciudadano IB (Islas Baleares), Ciudadano CyL (Castilla
y Léon) que forman parte de “Los blogs más cercanos” de El Mundo.
En la fecha del inicio de la recolección de datos para el análisis en este trabajo, el
espacio “Yo Periodista”, que nació 18 de abril 2007 (el último texto fue publicado el 8
de septiembre de 2010) pertenecía a la sección “Participa”. En esta sección también
se incluyeron: “Los internautas preguntan”, “Encuestas”, “Foros”, “Frases”, “Fotos de
los lectores” y “Talentos”. Una frase alentaba la participación de los usuarios. “Si has
sido testigo de una noticia envíanosla, ahora tú eres el periodista”. El periódico definía
“Yo Periodista” como “el espacio de periodismo ciudadano de ELPAIS.com donde los
usuarios pueden publicar su información y noticias”. Incluso se menciona el hecho de
que este no era “un espacio donde enviar opiniones, ni reflexiones, sino informaciones”.
En la sección “Participación” del periódico La Vanguardia podemos encontrar diferentes contenidos alimentados por los usuarios: “Blogs de los lectores”, “Cartas”, “Foros”, “Fotoatlas”, “Lectores corresponsales”, “Consultorios” y “Encuentros Digitales”.
Algunos contenidos son destacados en portada. Dentro de las posibilidades que ofrece
este diario con respecto a la participación, se seleccionaron las “Cartas” y los textos publicados en el espacio “Lectores corresponsales” por considerar que son los que mejor
se adaptan a nuestro objeto de estudio. Los periódicos en análisis fomentan, aunque de
diferentes maneras, la relación entre los ciudadanos y el ejercicio del periodismo. Esto
es evidente en la mayoría de las expresiones que dan nombre a los mismos: “Cidadão
Repórter”, “Jornalismo de Cidadão”, “Yo Periodista”, “Lectores Corresponsales”, sino
también algunos textos en los cuales se presentan las referidas secciones: “Vamos a dar
voz a sus quejas, denuncias y noticias”, “Envíenos sus noticias y fotos”, “Si has sido testigo de una noticia envíanosla, ahora tú eres el periodista” o “Conviértete en periodista”.
[118]
João Canavilhas – Catarina Rodrigues
Con la excepción de Correio da Manhã y La Vanguardia, se analizaron todos los
textos publicados diariamente en aquellos espacios en los meses de abril, mayo y junio
de 2010. En el caso de CM y LV, dada la gran cantidad de contenidos publicados, y con
base en los argumentos de Bauer (2000) y Herscovitz (2007), construimos semanas artificiales: en abril empezamos seleccionando el primer lunes del mes, la semana siguiente
el martes y así sucesivamente. En el caso específico de estas publicaciones se examinó
una semana por mes. Esta estrategia nos ha permitido obtener una muestra variada, con
una distribución equitativa, garantizando la representatividad del universo de estudio.
Durante el tiempo estipulado, se recogieron y analizaron 682 textos.
Con el objetivo de identificar los principales temas abordados por los ciudadanos
en los periódicos, se establecieron las categorías siguientes: Política (textos relativos a
gobiernos nacionales y locales, a los partidos políticos, los actores políticos, las decisiones
políticas, etc.); Sociedad (textos relacionados con la vida de los ciudadanos, es decir, el
empleo, el paro, el transporte, la seguridad, la religión, el urbanismo y el medio ambiente); Economía (textos relativos a los mercados financieros, bancos, tipos de interés,
impuestos, bolsa de valores, presupuestos generales del Estado, inflación y el precio de
diversos productos); Deporte (textos relacionados con las diferentes modalidades deportivas); Salud (textos relacionados con las instituciones de salud, las enfermedades,
las drogas y las acciones de rastreo); Tecnología (textos relacionados con los productos
de informática, industriales y gadgets); Educación y Ciencia (textos relativos a todos los
niveles de la educación, incluyendo la investigación en la educación superior, las huelgas
de maestros y manifestaciones estudiantiles); Justicia (textos relativos a los tribunales o
relacionados con cuestiones del sistema judicial); Cultura (textos relacionados con el
cine, el teatro, la música, la moda, pintura o cualquier otra forma de expresión artística, espectáculos, festivales, asociaciones culturales y tradiciones locales); y Otros (textos
que, por alguna razón, no entran en ninguna de las categorías anteriores).
Para analizar sí los textos publicados por los ciudadanos pueden ser considerados
periodismo se considerarán las características que segundo Groth definen un periódico,
así como los elementos del periodismo mencionados por Kovach y Rosenstiel (2003).
En cuanto a las fuentes fue considerada la tipología propuesta por Ericson et al. (1991) y
también por Crato (1992), haciendo las adaptaciones necesarias al objeto de estudio. Por
lo tanto, se incluyeron los siguientes parámetros de fuentes utilizadas: “testimonio propio”, “fuentes oficiales” (gobierno y sector público), “fuentes no oficiales” (empresas privadas, asociaciones, etc.), “media” (trabajos ya emitidos en los medios de comunicación)
y, por último, “otras” (porque en muchos casos no fue posible identificar las fuentes).
Con este análisis se busca responder a las siguientes preguntas de investigación:
P1. ¿La cantidad de textos publicados indica que existe periodicidad en las secciones
analizadas?
P2. ¿Los autores se identifican y pueden ser responsabilizados por lo que escriben?
P3. ¿Los textos producidos por los ciudadanos presentan contraste y variedad de fuentes?
P4. ¿Hay una clara separación entre información y opinión?
7. Noticias de los ciudadanos: La participación en periódicos digitales de Portugal y España
[119]
7.5.Resultados y discusión
Se analizaron 682 textos, 129 en periódicos portugueses y 553 en periódicos españoles. De los 129 textos analizados en los periódicos portugueses, 92 se publicaron
en “Correio do Leitor” (Correio da Manhã - CM), 26 en “Cidadão Repórter” (Jornal de
Notícias- JN), y 11 en “Jornalismo de Cidadão” (Diário de Notícias - DN). Sabiendo que
las cifras de JN y DN, se refieren a la totalidad de los contenidos publicados durante tres
meses podemos ver inmediatamente que la participación ciudadana en estos espacios es
reducida (P1).
Estos números nos permiten concluir que no existe una periodicidad en el sentido
definido por Groth (Fidalgo, 2004), y muestran la baja participación señalada por Rost
(2010) y Lacy et al. (2010). En los periódicos españoles, en general, la frecuencia de las
publicaciones es más evidente. De los 553 textos analizados, 70 fueron publicados en
“Yo Periodista” (El País), 105 en “Los blogs más cercanos” (El Mundo), 74 en “Lectores
Corresponsales” (La Vanguardia) y 304 en “Cartas” (LV). Esta cifra es la más significativa
y cuantitativamente distingue La Vanguardia de todas las otras publicaciones.
P2. ¿Los autores se identifican y pueden ser responsabilizados por lo que escriben?
En el 53% de los 92 textos publicados en CM, el autor no se identifica. Lo mismo
ocurre en seis (23%) textos de JN. Sin embargo, en este último caso, el periódico pone
la referencia “lector identificado”. La identificación del autor es un elemento importante
para la responsabilidad por los contenidos publicados. En los diarios El País y La Vanguardia el autor siempre está identificado. En los blogs de El Mundo no hay identificación del autor de 12 de los 105 textos publicados.
Tabla 1. Temas en los periódicos portugueses
Jornal de Notícias
0%
0%
88%
0%
Educación
y Ciencia
4%
Correio da Manhã
1%
0%
55%
2%
Diário de Notícias
73%
9%
9%
7%
1%
58%
Periódicos
TOTAL
Política Economía Sociedad Salud
Cultura Deporte Otro
0%
8%
0%
10%
25%
7%
0%
0%
0%
9%
0%
0%
1%
8%
19%
6%
0%
Fuente: elaboración propia
Sociedad es el tema predominante en Jornal de Notícias (88%) y en Correio da Manhã (55%). En Diário de Noticias, 73% de las historias son de Política. En los periódicos
portugueses no hay contenido sobre Justicia. Según los datos obtenidos, hay un predominio del tema Sociedad (55% del total). En los periódicos españoles Sociedad también
es el tema más abordado (65% en El País, 68% en El Mundo, 47% en las “Cartas” de
La Vanguardia y 49% en “Lectores Corresponsales”). El segundo tema más abordado es
[120]
João Canavilhas – Catarina Rodrigues
Cultura en El País (24%), Política y Educación y Ciencia, con el mismo porcentaje en
El Mundo (8%), Política en el caso de los “Lectores Corresponsales” (24%) y también en
las “Cartas” (15%). Aunque la mayor parte de los contenidos se centre en un tema, en
los periódicos españoles parece existir, aunque en pequeño porcentaje, mayor variedad.
Tabla 2. Temas en los periódicos españoles
Periódicos
EconoPolítica
mía
Sociedad
Salud
Educación
Cultura Deporte Justicia
y
Ciencia
Otro
El País
El Mundo
0
8%
0
5%
65%
68%
0
1%
1%
8%
24%
4%
4%
5%
3%
1%
3%
0%
Cartas (LV)
15%
11%
49%
2%
6%
2%
10%
3%
2%
24%
10%
47%
0
1%
6%
8%
1%
3%
14%
8%
54%
1%
5%
6%
8%
2%
2%
Lectores
(LV)
TOTAL
Fuente: elaboración propia
P3. ¿Los textos producidos por los ciudadanos presentan contraste y variedad de fuentes?
En Correio da Manhã el 33% de los contenidos publicados se basa en el “testimonio propio”, y en el 52% de los textos no fue posible identificar las fuentes. Este número
se debe al predominio de la información publicada sin identificación del autor o sin
referencia a la fuente en el texto. El 13% de los textos publicados por los ciudadanos
en este diario utiliza las fuentes oficiales y el 2% fuentes no oficiales. En total, de los 92
textos estudiados, sólo en 8 se han contrastado fuentes. Este número está asociado con la
“Caixa de Reclamações” donde las instituciones oficiales dan respuestas a los problemas
planteados por los lectores. En este punto hay que señalar la existencia de la mediación
periodística entre los diferentes actores. En Jornal de Notícias, el porcentaje de textos a
partir de “testimonio propio” es 84%, seguido por fuentes no oficiales (8%), medios de
comunicación y “otros” (4% cada uno). En el Diário de Notícias, el 55% de los textos
se basa en “testimonio propio”, 36% en los medios de comunicación y 9% en fuentes
oficiales.
Publicaciones basadas en el testimonio propio del autor también son frecuentes en
los periódicos españoles: 87% en El País, 87% en El Mundo e 73% en “Cartas” (LV). En
la sección “Lectores Corresponsales” este porcentaje es más bajo (37%) y hay una mayor
variedad en las fuentes utilizadas: 26% de los textos se basa en información ya divulgada
en los medios (21% de los textos publicados en las “Cartas”), 16% en fuentes oficiales,
7% no oficiales y 15% “otra”. En El País no se utilizan fuentes oficiales en ningún texto.
En general, 68% de los textos se basan en el testimonio propio del autor, 14% en la
información ya transmitida en los medios de comunicación, 5% en las fuentes oficiales,
7. Noticias de los ciudadanos: La participación en periódicos digitales de Portugal y España
[121]
el 4% en fuentes no oficiales y en el 9% no se identifica la fuente. En 505 textos españoles y en 124 portugueses, no se utiliza ni una sola cita.
P4. ¿Hay una clara separación entre información y opinión?
Hemos tratado de identificar si los textos publicados son informativos, de opinión
o se mezclan información y opinión (Gradim, 2000). En Diário de Notícias (82%) y en
“Cartas” de La Vanguardia (78%), la mayoría de los textos son de opinión. En Jornal
de Notícias (61%), en El Mundo (61%) y en la sección “Lectores Corresponsales” – LV
(51%), gran parte de los contenidos mezcla los hechos con la opinión del autor. En
Correio da Manhã (86%) y en El País (50%), la mayoría de los textos publicados son informativos. Estos datos se refieren a cuestiones relacionadas con la fiabilidad de la información transmitida. Los resultados indican que la mayoría de los autores no tienen en
consideración elementos básicos del periodismo. La búsqueda de la verdad, la disciplina
de la verificación, la independencia y la variedad de fuentes, principios enunciados por
Kovach y Rosenstiel, son completamente ignoradas, siendo lo que más distingue a estos
textos de la actividad periodística.
7.6.Conclusiones
Los datos confirman los resultados obtenidos en investigaciones anteriores (Carpenter, 2008; Saad y Madureira, 2010; Domingo, 2011; Zamith, 2012): contenidos
producidos por los ciudadanos no son periodismo. En algunos casos no hay periodicidad, la mayor parte del contenido se centra en un tema predominante y las fuentes
se resumen al autor mismo. Los hechos rara vez se presentan con diferentes puntos de
vista y también rara vez se distinguen de las opiniones. Es significativa la ausencia de los
elementos del periodismo defendidos por Kovach y Rosenstiel (2003), en particular con
respecto al rigor, la disciplina de la verificación, la confirmación de los hechos, la existencia de fuentes contrastables y de un conjunto de prácticas fundamentales para fomentar
la credibilidad de la información.
Los resultados parecen confirmar las palabras de Rost cuando dice que “el periodismo se enfrenta a un doble desafío: incrementar los grados de participación de los
ciudadanos en el medio y asegurar la calidad del resultado de esa intervención” (Rost,
2012:31).
La designación de las distintas secciones o la forma en que se presentan establecen
asociaciones con el periodismo o la producción de las noticias por los ciudadanos, pero,
como hemos visto, de hecho no se realiza. Estos espacios están bien separados del trabajo
periodístico profesional, como señaló Domingo (2011). Son inspiradoras las palabras de
Rosen (2011) cuando afirma “cuantas más personas participen en la prensa más fuerte
esta será”. Aun así, la idea de colaboración y acción colectiva (y no sólo paralela) entre
periodistas y lectores, que según Singer et al. (2011) caracteriza el periodismo participativo parece estar aún lejos de ser una realidad.
[122]
João Canavilhas – Catarina Rodrigues
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8. La nueva prensa online en España: diversidad
de proyectos pero modelos de negocio poco
innovadores
J. Vicente García Santamaría
– J. Fernández-Beaumont
– Félix Pérez Bahón
Universidad Carlos III de Madrid
8.1.Introducción
Durante la década de los noventa, solo un pequeño conjunto de revistas y unos
pocos blogs conformaban el incipiente mercado online de medios no pertenecientes a
grupos de comunicación. El primer periódico online de información general fue Estrella
Digital, creado el 9 de junio de 1998. Desde entonces, aparecerían bastantes iniciativas
similares. En el siglo XXI, y según Salaverría (2008) de los 1.500 players existentes, el
21% eran sites de Internet y el 79% restante podrían denominarse subwebs de conglomerados de prensa o de televisión. Por su parte, Fumero y Roca (2007) indicaban que el
59% de las webs contaban con una orientación generalista, mientras que el otro 41% se
dedicaban a información especializada. La escena de startup españolas era así un mercado
inmaduro y relativamente débil, plagado de dificultades, con un acceso restringido a la
publicidad de los anunciantes y un escaso reconocimiento de las instituciones públicas.
Es cierto también que, a pesar de algunas experiencias relevantes, desarrolladas desde el año 2007, los medios digitales puros se encuentran todavía buscando su ubicación
en el paisaje de los media. A los lanzamientos de proyectos como ADN.es (julio 2007),
Soitu (28 Diciembre, 2007), El Imparcial (22 enero 2008), La Nación (26 Febrero 2008)
y lainformacion.com (23 abril 2009) se le han sumado entre los años 2010 y 2013 una serie de interesantes proyectos puestos en marcha tras el cierre de algunos medios impresos
[126]
J. Vicente García Santamaría – J. Fernández-Beaumont – Félix Pérez Bahón
en España (Público), ERES que dejaron fuera de la profesión a importantes colectivos
de periodistas (ABC, El Mundo, El País) y un goteo de despidos que solo en Madrid han
afectado, según la APM (2012), a más de 3.500 periodistas, dejando “desmusculada” a
la profesión periodística (Muro, 2012).
En este sentido, son realmente contundentes los últimos datos registrados por la
Asociación de la Prensa de Madrid (APM) en su Informe anual correspondiente al año
2014: sobre un total de 454 medios lanzados mayoritariamente por periodistas desde
que comenzó la crisis en el año 2008, una buena parte de ellos, 406 medios, aún se encuentran activos; 22 medios han cerrado y 26 no están actualizados.
También, han quedado en la cuneta diarios como ADN.es, que tenía como objetivo –según su director Juan Varela- convertirse en el primer diario digital español que
pretendía tener contenidos propios. El cierre a comienzos del año 2009 del proyecto
liderado por Gumersindo Lafuente, soitu, aparecido en 2007, y la irrupción en la primavera del año de 2009 de lainformacion.com, una editora creada a partir de las plusvalías
obtenidas tras la venta del grupo Recoletos, marcaron una tendencia de creación de
startups que tendría continuación en los años siguientes.
En esta etapa, los nuevos proyectos se refugiaron en “hombres-marca” que contaban con una contrastada experiencia en el ámbito digital como Mario Tascón, Gumersindo Lafuente y Juan Varela, tres de los más reputados periodistas digitales. Las
plataformas tecnológicas impulsadas por estos proyectos supusieron una importante innovación, aunque fueron causa también de importantes desembolsos económicos que
lastraron el futuro de estas sociedades. No deja de ser relevante que de estos tres proyectos vanguardistas dos de ellos hayan desaparecido y otro, caso de lainformacion.com,
haya llevado a cabo dos reducciones de efectivos en su redacción.
La conversión de la tecnología en una commodity, y el hecho de que ya no suponga
tan onerosos desembolsos como hace apenas unos años puede haber coadyuvado a la
entrada de nuevos concurrentes en este mercado. Al externalizar las plataformas online y
reducirse drásticamente los salarios y los costes operativos se han creado las condiciones
para que irrumpan nuevos proyectos, liderados en algunos casos por periodistas procedentes del mundo “analógico”: (zoomnews, septiembre, 2012), vozpópuli.com (octubre,
2011), huffingtonpost.es (junio, 2012), eldiario.es (septiembre, 2012), lamarea.com (enero 2013) o Infolibre (marzo 2013). Se añadían así a una serie de experiencias interesadas
puestas en marcha en el año 2010: elpulso.es, Ara.cat, libertaddigital.com, republica.com
o periodismohumano.com.
8.2.Objetivos y modelos de negocio
Pese a esta eclosión, quedaba patente la incapacidad de las empresas periodísticas,
tanto las de los grupos de comunicación como de las nuevas startups, para instaurar una
fórmula viable de obtener recursos económicos de su actividad en Internet (Casero,
2010).
La dificultad estriba, por tanto, en encontrar modelos de negocio viables y sostenibles en el tiempo. Según Picard (2002), los modelos de negocio pueden ser definidos
8. La nueva prensa online en España: diversidad de proyectos pero modelos de negocio…
[127]
como la arquitectura del producto, servicio y flujos de información, e incluyen una descripción de sus actividades, los beneficios potenciales para los intervinientes y las fuentes
de ingresos de las que se nutrirán sus presupuestos.
No obstante, y aunque se han producido numerosos debates sobre estos modelos,
con estudios tan válidos como los de Rosenstiel y Jurkowitz (2012) y Grueskin, Seave y
Graves (2011), no existe aún demasiada literatura académica enfocada a estudiar modelos para startups periodísticas non-profit, es decir, que no pretendan obtener beneficios
(Sirkkunen y Cook, 2012).
En la nueva configuración del mercado de masas del siglo XXI los consumidores eran considerados menos importantes que los anunciantes (Faustino y Gonçalez,
2011:161). Pero la modificación de la cadena de valor debido a los cambios originados
por Internet, tanto en el sector periodístico como audiovisual, están propiciando que
los usuarios adquieran cada vez más poder. Como indicaba López Villanueva (2011:9) a
propósito de la televisión: “el programador cada vez tiene menos poder mientras que el
telespectador puede estructurar un collage personal con sus programas favoritos”.
Precisamente, el paradigma de la cadena de valor -mediante una teoría dinámica y
operativa- intenta explicar los cambios que tienen lugar en una industria y pretende además anticipar sus desarrollos futuros. Y este es precisamente el reto que están afrontando
las ediciones digitales (Jones y Salter, 2012).
Gráfico 1. Modelos de negocio de un pure player
Gráfico 1. Modelos de negocio de un pure player
MODELODENEGOCIODEUNPUREPLAYER
Fuente:ElaboraciónPropia/RoosyKrogh(1996)
CREACIÓN
CONTENIDOS
ELABORACIÓN
APORTACIONESCO
LABORADORES
APORTACIONES
USUARIOS
DISTRIBUCIÓN
MULTIPLATAFORM
AS
Fuente: elaboración propia
Fuente: elaboración propia
Los objetivos
deeste
este
ensayo
se las
centran,
sin embargo,
en conocer
si los nuevos proEn este sentido,
ensayo
comparte
mismas preocupaciones
que muchos
de los recientes
yectos online
en
España
cuentan
o
no
con
modelos
de
negocio
estables.
estudios sobre este estado de la cuestión. Para Pérez-Latre y Sánchez-Tabernero (2012),Es
la ya un hecho
creatividad, la innovación y el liderazgo son más importantes que nunca. Campos Freire
(2010:18) asegura que la gestión de la crisis y de los cambios se está afrontando con viejos
conceptos y estrategias, y se pregunta si se han producido cambios significativos en la
gestión de los modelos de negocio de la empresa mediática. Xosé López (2012:9) destaca que
[128]
J. Vicente García Santamaría – J. Fernández-Beaumont – Félix Pérez Bahón
que las ediciones online han canibalizado a las impresas y que éstas deben buscar ahora
su propio modelo de financiación.
En este sentido, este ensayo comparte las mismas preocupaciones que muchos de
los recientes estudios sobre este estado de la cuestión. Para Pérez-Latre y Sánchez-Tabernero (2012), la creatividad, la innovación y el liderazgo son más importantes que nunca.
Campos Freire (2010:18) asegura que la gestión de la crisis y de los cambios se está
afrontando con viejos conceptos y estrategias, y se pregunta si se han producido cambios significativos en la gestión de los modelos de negocio de la empresa mediática. Xosé
López (2012:9) destaca que la ausencia de modelos claros de negocio para los medios
nativos digitales coloca también en dificultades a muchas de las iniciativas innovadoras
que consiguen los usuarios pero apenas logran retornos económicos para pagar las nóminas. Díaz Nosty (2013:154) subraya que el periodismo no solo debe adaptarse a las
nuevas circunstancias, sino atender a los requerimientos que apelan a la transparencia. Y,
en general, se hace patente una situación que ya había planteado Salaverría (2006) hace
algún tiempo: “los periódicos no han acertado todavía a encontrar en la red un modelo
económico rentable”.
Por otra parte, y como indica Nel (2010) una de las principales dificultades es que
muchos de los diarios digitales evolucionan y cambian rápidamente, con lo que la taxonomía de hoy pueda quedar obsoleta mañana. O lo que es lo mismo, paradigmas que
resultaban válidos en el año 2012 o incluso 2013 apenas cuentan hoy día.
8.3.Metodología
Nuestra investigación tiene una base esencialmente cualitativa. Parte de entrevistas
a directivos y profesionales de los nuevos medios apoyado en un Delphi, método de
consulta de expertos. Nuestro sistema de análisis no se basa exclusivamente en la recopilación de indicadores y tendencias, aunque se haya hecho acopio de numerosos datos.
Tampoco hemos querido llevar a cabo una serie de encuestas pormenorizadas que comprendiesen un amplio conjunto de empresas españolas de comunicación.
Nos interesaba, sobre todo, la realización de <entrevistas en profundidad, cara a
cara>, con los responsables de los principales proyectos online. El número total de las
que hemos llevado a cabo –un poco más de la veintena en la primera fase del Delphi- se
nos antoja suficiente tomando como modelos investigaciones similares en Estados Unidos y Gran Bretaña.
En cualquier caso, la segunda parte de la investigación, ya en proceso, pretende recoger un cuestionario más cerrado para un grupo de expertos con un gran conocimiento
en diferentes áreas-clave: tecnología, finanzas, publicidad, audiencias, reputación y creación de marca.
Como es sabido, el Delphi es especialmente recomendable en aquellos temas en los
que la información del pasado, pero también la del futuro, no aparece definida de manera clara. Y es igualmente importante cuando se trata de llegar a opiniones de consenso
en grupo (Palacios y Díaz Noci, 2007).
8. La nueva prensa online en España: diversidad de proyectos pero modelos de negocio…
[129]
8.4. Ventajas y desventajas de los nuevos players
Las ventajas competitivas de los nuevos players online con respecto a las ediciones
digitales de los grandes grupos de comunicación se reducen –según nuestro estudio- a
algunos apartados muy concretos. La tecnología no está patentada –salvo en el caso de
lainformacion.com- sino que los servicios están externalizados1. La ausencia de tecnología propia supone, en algunos casos, un serio lastre a la hora de desarrollar e impulsar
potentes plataformas de gestión de contenidos. Pero su contrapartida es clara: ha abaratado sustancialmente los costes operativos de las nuevas empresas y ya no supone una
infranqueable barrera de entrada.
En el apartado económico, y aunque carecen del acceso a inputs privilegiados y
apenas pueden desarrollar economías de escala (sí lo hacen en el seno de sus grupos
mediáticos los diarios digitales), estos diarios han conseguido reducir considerablemente
los costes de la puesta en marcha de sus proyectos (desde 300.000 euros) y pueden financiarse anualmente con magros presupuestos: entre 0,7 y 1 millón de euros para una
redacción-tipo de diez-doce redactores en plantilla y entre 6-10 colaboradores externos2.
Si bien hay que tener también en cuenta que su acceso a las fuentes de financiación
es más endeble. Sin la posibilidad de recurrir a empréstitos, mercados organizados y
emisión de deuda propia, los nuevos proyectos intentan encontrar en las donaciones
y en algunas variantes del crowdfunding –además de la publicidad– su posibilidad de
subsistencia. También se explican estos presupuestos por el factor crisis, el ajuste duro
en los gastos fijos de estas empresas y la reducción de todo el personal que no aporta
valor añadido al medio, así como una política de sueldos y de cotizaciones a la seguridad
social –con un intensivo uso y hasta abuso de la figura de <trabajador autónomo>, que
convierten a los redactores en personal low cost.
En resumen, los pure players tienen, en general, desventajas evidentes: peor acceso
a la financiación, tecnología no patentada, escasas posibilidades de aplicar economías de
escala, ausencia de barreras de entrada, poca o nula protección gubernamental en forma
de subsidios y acceso complicado a los planes publicitarios de las grandes centrales de
medios.
Su gran ventaja puede radicar en la consecución de contenidos Premium sin necesidad de contar con elevados costes, tal y como sucede en el sector audiovisual. Es decir, la
posibilidad de conseguir scoops y ofrecer una información de calidad, situada extramuros
de la preagenda de los medios convencionales, que, a la postre, propicia una mayor
fidelización de sus lectores.
En cuanto a los diarios digitales, pertenecientes a grandes grupos de comunicación,
la publicidad online no permite cubrir todavía los gastos generados por esa edición.
Cea Esteruelas (2009) señalaba que la publicidad de la unidad digital de Prisa suponía
1 Aunque a la hora de redactar este artículo, y como ya hemos comentado elconfidencial.com y el
nuevo proyecto de Pedro J. Ramírez, El Español, están desarrollando tecnología propietaria.
2 Las cuentas del año 2014, que ha difundido eldiario.es hablan de unos gastos anuales de 1,2
millones de euros, y son superiores a las de 2013, puesto que se encuentran en una fase expansiva.
[130]
J. Vicente García Santamaría – J. Fernández-Beaumont – Félix Pérez Bahón
el 53% de los ingresos totales, manteniéndose en el umbral de la rentabilidad, para
concluir que era un modelo de ingresos menos sólido de lo esperado y sobre el que difícilmente podría apoyarse la evolución de todo el negocio de Prisa en un futuro digital.
Como subrayaba uno de los directivos entrevistados, y perteneciente a un gran grupo de comunicación: “si imputásemos todos los costes a la edición digital, ésta no sería
rentable en la vida”. O lo que es lo mismo, todavía resulta harto complicado medir la
rentabilidad de un medio solamente por su versión digital. Es decir, existen aún grandes
dificultades a la hora de establecer una contabilidad analítica que diferencie claramente
los costes de la vertiente impresa y online.
8.5. Proyectos emergentes
Hemos constatado cómo la red parece haber impulsado atractivos proyectos, dotados de ideas nuevas y de periodistas dispuestos a impulsarlos. Como indicaba Díaz
Nosty (2011), es posible que también sobre la industria de la prensa se haya producido
una burbuja expansiva al calor de los años de bonanza. De ahí también que, al igual
que ha sucedido con otros sectores de actividad, se necesite una redefinición (GómezBorrero, 2010), tanto de las actividades empresariales de muchos de los conglomerados
mediáticos como de nuevos y emergentes proyectos.
Así en los nuevos modelos que han alumbrado los diarios nativos se ha partido de
presupuestos más “realistas” y más cercanos incluso a diseños low cost. Las redacciones
se constituyen con una mínima masa crítica de redactores, pero también de escasos,
aunque suficientes recursos económicos para impulsar proyectos que puedan funcionar durante un período de uno o dos años hasta que encuentren su público. Y a partir
de ahí, ensayar o migrar hacia nuevas formas de negocio más rentables: suscripciones,
donaciones, compartición de contenidos, clubes de lectores o, simplemente, absoluta
dependencia de la publicidad.
La drástica disminución de presupuestos para impulsar y desarrollar los nuevos
diarios on line ha supuesto un doble reto: por una parte, el desarrollo de nuevos medios
a partir de pequeñas cantidades iniciales –inferiores a medio millón de euros- y por otra,
parte tener un capital disponible de alrededor de un millón de euros para consolidar
esos proyectos durante el primer año de explotación.
No parece muy claro, sin embargo, en el contexto español que exista una estrategia –ni tan siquiera una postura común- que guie hacia el pago de contenidos en la red
(García Santamaría, 2014). Los grandes grupos de comunicación la necesitan para no
debilitar todavía más sus maltrechas unidades de negocio, y solo esperan el momento
propicio para dar el salto. Y los nativos digitales no desean perder su protagonismo en la
red, ni mucho menos su elevado número de usuarios únicos poniendo un muro infranqueable en el acceso a sus contenidos.
Posiblemente, como apuntan en la investigación muchos de estos directores de
medios, la fórmula que prevalecerá en el futuro más cercano se basará en dos modelos
diferenciados: los que deseen soportar su rentabilidad exclusivamente en la publicidad
y aquellos que adopten fórmulas mixtas de publicidad y crowfunding o de publicidad y
elevado número de usuarios únicos poniendo un muro infranqueable en el acceso a sus
contenidos.
Posiblemente, como apuntan en la investigación muchos de estos directores de medios, la
fórmula que prevalecerá en el futuro más cercano se basará en dos modelos diferenciados: los
que
deseen
rentabilidad
exclusivamente
en proyectos
la publicidad
aquellosde
que
adopten
8. La
nuevasoportar
prensa su
online
en España:
diversidad de
peroymodelos
negocio…
[131]
fórmulas mixtas de publicidad y crowfunding o de publicidad y suscripciones, a la espera de
tiempos mejores en los que la ecuación pueda invertirse o incluso sobrevivir sin las presiones
suscripciones, a la espera de tiempos mejores en los que la ecuación pueda invertirse o
que sobre la agenda puedan ejercer las grandes empresas del IBEX y otros grandes
incluso sobrevivir
sin las presiones que sobre la agenda puedan ejercer las grandes empresas delanunciantes.
IBEX y otros grandes anunciantes.
Tabla 1. Principales parámetros de estudio de ediciones online y nativos digitales
Tabla 1. Principales parámetros de estudio de ediciones online y nativos digitales
Fuente: elaboración propia
Fuente: elaboración propia
Parece claro, no obstante, que muy pronto los grandes diarios de referencia españoles seguirán los pasos de sus homónimos ingleses, alemanes o norteamericanos y
comenzarán también a cobrar por acceder a todos o a parte de sus contenidos en la red.
Es posible, incluso, que se produzca una “fase de transición” en la que podrán convivir el
papel con la edición digital, como ya ha ensayado el diario El País. Es decir, mantener la
edición impresa exclusivamente para el fin de semana, y el resto de la semana, los lectores
deberán conformarse con los contenidos que aparezcan en la web.
La opinión mayoritaria de los directores de medios entrevistados es que los modelos puros y dependientes exclusivamente de las aportaciones de los lectores se antojan
hoy día poco factibles. Una rápida monetización de esos contenidos –con la presión
que ello conlleva- solo será posible en algunas ediciones online de los grandes diarios
de referencia, mientras que en los pure players son minoría los que consideran que es
posible revertir la tendencia existente hoy día y llegar a depender casi exclusivamente de
las aportaciones de los lectores. Por tanto, una completa independencia editorial, tanto
en el ámbito de los nativos digitales como de los digitales pertenecientes a los grandes
grupos, se antoja muy complicada.
[132]
J. Vicente García Santamaría – J. Fernández-Beaumont – Félix Pérez Bahón
8.6.El pago por los contenidos
Para centrarnos en la cuestión del pago por contenidos conviene contextualizar
previamente este concepto operativo en el conjunto de los nuevos negocios de los medios. Un breve recorrido a la historia de los modelos de negocio de la prensa digital nos
muestra tres fases (Vara, 2012):
1. Modelos de pago en el sector de la prensa: una estrategia defensiva, en la que el
principal objetivo era proteger a la edición impresa (1995-2000).
2. Pago por los contenidos: una opción que surge en el año 2000 en plena burbuja tecnológica, y que parte de la idea de que los lectores deben pagar por
los contenidos más valiosos que se ofrecen online. Muchos periódicos en el
mundo (desde The New York Times a El País) desarrollaron estrategias de pago
durante este período. Sin embargo, los resultados –como se conoce en el caso
español– fueron poco exitosos.
3. Renacimiento de la idea del modelo de cobro (año 2009), emergiendo de nuevo dentro de la industria el debate entre ·gratis vs pago”. El año 2011 fue sin
duda el año del modelo de pago o paywall en los mercados de prensa más desarrollados. Una tendencia que tendría continuación en los dos años posteriores,
con adhesiones tan notorias como las del alemán Bild o el norteamericano The
Washington Post, y que confirma una tendencia –parece que irreversible- entre
los grandes diarios de referencia mundiales.
Es decir, desde que comenzó el desarrollo de las ediciones digitales de la prensa se
ha producido un elevado grado de experimentación de modelos de ingresos: desde el
modelo publicitario –el más extendido- hasta el modelo de pago (vía suscripción, vía
venta por unidad); el modelo combinado (la edición digital se ofrece con un plus adicional a si solamente se compra la edición impresa) o el modelo de comercio electrónico (el
medio recibe una comisión en función del número de usuarios que clica o compra un
producto anunciado en la edición digital).
Después de veinte años de ensayos y errores, la conclusión para la industria es
que ninguno de ellos ha generado aún los suficientes ingresos como para hacer viable
el modelo actual de periodismo online. Pero la cuestión –como apunta Juan Varela
(2013)– “no es pago o gratis. El problema es cómo se diseña un negocio de pago y cómo
el gratuito”.
Las tendencias actuales en España indican que las ediciones digitales de los grandes
diarios de referencia dependen de la publicidad para generar ingresos, mientras que en
los nativos digitales comienzan a despuntar algunas tímidas alternativas, lideradas principalmente por eldiario.es e infolibre, y en el caso de los grandes diarios de referencia, y
desde el añ0 2014, por un puñado de diarios entre los que destacan ABC, El Mundo, El
País y La Vanguardia.
En el primero de los casos, los directivos de los grandes grupos de comunicación
tienen claro que el futuro inmediato de sus diarios pasa por el pay-wall, puesto que la
publicidad no permite generar los ingresos necesarios para apuntalar sus proyectos.
8. La nueva prensa online en España: diversidad de proyectos pero modelos de negocio…
[133]
Lo que apenas se ha modificado en la creación de nuevos modelos de negocio son
las fuentes de ingresos. Si desde la irrupción de elconfidencial.com –el diario nativo digital de mayor audiencia con 20minutos.es– todos los proyectos han apelado a los ingresos
publicitarios para cuadrar sus cuentas, los nuevos modelos que han aparecido entre los
años 2010 y 2013 continúan invocando a la publicidad como garante del sostenimiento
de sus diarios.
Las experiencias de los grandes diarios de referencia de todo el mundo no parecen
haber hecho mella en su pensamiento: a The New York Times, The Washington Post, The
Sun y The Daily Telegraph se le ha unido el diario más vendido de Alemania y de Europa,
Bild. En todos ellos se paga por acceder a algunos artículos en su web. Poner muro de
pago tampoco parece ser, a corto plazo, una decisión estratégica de las versiones digitales
de los grandes diarios de referencia españoles, aunque existen ya tímidos intentos. Pero
como sostenía Rojo Villada (2008), la decisión de los grandes diarios de referencia
deberá tomarse conjuntamente para que todos adopten el mismo modelo de negocio.
Cobrar por los contenidos es, por tanto, la excepción, no la regla. La hegemonía
del contenido libre en los medios online españoles es algo normal. El modelo que, a
comienzos del siglo XXI parecía de pago (El País) en favor de un freemium model , ha
devenido en un modelo en el que cada día se ofrecen más servicios y de forma gratuita,
y solo en algunos productos se cobra por informes y colecciones especiales (Salaverría,
2008: 363 y ss.).
De los modelos de negocio existentes hasta ahora: advertise-supported, pay-wall,
metered-model, freemium, crowfunding/donaciones, y aunque los entrevistados no acaban por decantarse por un modelo concreto, parece claro que las ediciones digitales de
diarios impresos optaron, en primer lugar, por un pay-wall (y la vía freemium en la recámara). Esto sucedía hasta finales del año 2013, pero la segunda parte de nuestra investigación –aún inconclusa- apunta a derroteros distintos. Durante buena parte de 2014 y
ya en 2015, los principales diarios de referencia han constituido “clubes de suscriptores”
como una estrategia de negocio mucho más proactiva, y en la que el suscriptor del medio
encuentra ventajas económicas evidentes al pertenecer a este club. La estrategia sigue la
senda trazada por diarios norteamericanos y diarios latinoamericanos muy duchos en
estas lides, como La Nación de Argentina o El Mercurio y La Tercera de Chile están sustituyendo a estrategias de cobro de contenidos fallidas o que han obtenido un escaso éxito.
Los términos parecen haberse invertido, por tanto. Si ahora son los grandes grupos mediáticos los que esperan haber encontrado el santo grial de la fidelización en los
<clubes de suscriptores>, menos claras son las ideas de los editores de los nuevos diarios
digitales. Muchos de ellos se oponen frontalmente a cobrar por los contenidos en la
creencia de que si continúan creciendo en número de usuarios únicos llegarán a disponer
de una aceptable masa crítica de lectores que les permita entrar en los planes de medios
de las agencias de publicidad. En este sentido, la gratuidad en el acceso a la información
es un factor fundamental, cuando no excluyente (Casero e Izquierdo, 2013). En nuestra
investigación hemos constatado que aquellas webs generalistas que no dispongan de más
de un millón de usuarios únicos al mes tendrán serias dificultades de financiación por la
vertiente publicitaria.
[134]
J. Vicente García Santamaría – J. Fernández-Beaumont – Félix Pérez Bahón
Solamente existen por el momento, dos modelos de nativos digitales que deseen
apartarse de la senda publicitaria para salvaguardar su independencia editorial3. O dicho
de otro modo, solamente infolibre y eldiario.es parecen disponer de un proyecto claro
para el cobro de contenidos en la red. El primero de ellos, mediante el cobro de contenidos por su pertenencia a un club, y el segundo desarrollando meritorias estrategias de
crowdfunding, aceptadas por sus lectores y seguidores.
Auspiciado por el nuevo medio francés mediapart, Infolibre.es, el diario dirigido
por Jesús Maraña, que ha trasladado el modelo francés a España. El objetivo era combinar en una primera etapa publicidad+suscripciones para disminuir progresivamente el
peso de la publicidad en su facturación. Hasta el momento, y además de la suscripción
de cinco euros por acceder a todos los contenidos, ha creado la Sociedad de Amigos de
infoLibre, con participaciones que van desde los 400 euros a los 12.000 euros, y llegar
a reunir un capital de 150.000 euros, esto es, un 10% del capital de Ediciones Prensa
Libre. De esta manera, estarían en condiciones de garantizar la independencia editorial;
es decir, que la propiedad del periódico permanezca mayoritariamente en manos de los
periodistas y los lectores (Sivori, 2012).
A su vez, eldiario.es, liderado por Ignacio Escolar, pretende apoyarse en un modelo
que aúne publicidad + aportaciones de lectores-simpatizantes del proyecto. El objetivo
es similar al anterior: depender cada vez menos de las presiones de la preagenda. Hasta
el momento, y según declaraciones del medio, las aportaciones han permitido cubrir los
gastos del diario y generar un pequeño beneficio. La fórmula funciona de momento a la
perfección, aunque esta variante de crowdfunding cuenta también con una clara vocación “militante”, que debe perseverar para que medios de comunicación libres y afines a
sus intereses continúen ejerciendo su función de watchdogs.
Por tanto, el mercado de los pure players en España es cada vez un mercado menos
estrecho, en el que se espera la concurrencia de más webs generalistas, aunque en un
futuro próximo se produzca un proceso de depuración que albergue en el mercado a
unos pocos intervinientes.
La financiación, al igual que ya habían advertido hace unos años Sánchez Tabernero y Carvajal (2003) continúa siendo inestable y dominada por los diarios digitales de
grandes grupos mediáticos, al igual que las audiencias mayoritarias. Y son ellos también
los que concentran, junto con Google4, más del 80% de los ingresos totales de los anunciantes, lo que supone una dura barrera de entrada para estos nuevos proyectos.
Sin duda, este y otros factores obligarán a estos medios a depender más de donaciones y aportaciones de lectores, simpatizantes y “militantes” para conseguir la necesaria
independencia editorial, aún corriendo el riesgo de que acaben convirtiéndose en órganos de expresión “partidistas”.
3 En carta dirigida a sus lectores, al poco de aparecer el diario, Jesús Maraña se comprometía
“a una total transparencia en los ingresos, sin acuerdos comerciales o institucionales opacos que puedan
condicionar los contenidos”.
4 En el año 2012, Google ya facturó tanto por enlaces como el conjunto de las televisiones autonómicas, según datos de Infoadex.
8. La nueva prensa online en España: diversidad de proyectos pero modelos de negocio…
[135]
En cualquier caso, la independencia editorial está relacionada con la credibilidad,
la calidad y la reputación –junto con la imagen de marca (Fernández-Beaumont, 2012)–
que, en cualquier caso, serán factores imprescindibles para que un proyecto editorial
logre el concurso de sus lectores.
8.7.Conclusiones
A la inicial pregunta pertinente que se ha formulado: ¿qué modelo de negocio está
funcionando en España? La respuesta es que ninguno de ellos ha encontrado el modelo
ideal. Existe una razonable diversidad de modelos de negocio pero muy pocos tienen un
carácter innovador, si bien la tendencia apunta a una pujanza de los <clubes de suscriptores> más que a la de <clubes de lectores>, aunque de momento exista algo más que una
mera diferencia semántica entre ambos conceptos.
A juzgar por las respuestas de los responsables del conjunto de estos medios, podemos considerar que la adopción de un modelo viable de medios digitales socavará o,
en cualquier caso, afectará profundamente a la estructura del negocio y a los modelos de
negocio imperantes hasta el momento.
Mientras que el modelo de edición digital de gran diario de referencia propende a
lo <global>5, esto es, a dejar su huella en amplios territorios, los nuevos medios se aferran
de momento a sus raíces locales. La convivencia de ambos modelos y la proliferación de
los pure players, una vez rebajados sustancialmente los costes necesarios para su lanzamiento, ha traído consigo un gran número de nuevos proyectos que, de entrada, pueden
dificultar la transición hacia los nuevos modelos de negocio, pero que sin duda propician
un clima de mayor competencia y libertad.
Como ya habían definido algunos estudiosos de estos temas, la crisis de los modelos de negocio periodísticos abarcan aspectos que trascienden a las ediciones impresas.
Tanto las ediciones online como las impresas comparten déficits comunes como la falta
de credibilidad, su incapacidad para atraer a la audiencia más joven o sus carencias como
nexo de unión entre los diarios y la opinión pública.
La irrupción de nuevos players a partir de los años 2012 y 2013 ha propiciado la
creación de nuevos espacios territoriales en los que un puñado de nuevos diarios online
ha sido capaz de concitar elevadas audiencias mensuales en su escaso tiempo de vida. Si
bien la enorme aceleración de estos nuevos proyectos digitales está causando ciertas disfunciones difíciles de subsanar en el corto-medio plazo. El mercado continúa sin ofrecer
de manera homogénea datos fiables y concluyentes sobre sus audiencias online. De tal
manera, que si no existen datos consensuados será más difícil atraer inversión, y sin ella
los medios online difícilmente se consolidarán.
Pretender saber cuál será la deriva de estos nuevos medios es de momento tarea
harto compleja. Parece claro, sin embargo, que los medios con audiencias inferiores a
5 El caso paradigmático sería el del diario El País que aspira a convertirse en el gran diario en
español en todo el mundo.
[136]
J. Vicente García Santamaría – J. Fernández-Beaumont – Félix Pérez Bahón
los dos millones de usuarios únicos tendrán serias dificultades para entrar en los planes
de las centrales de medios, y, por tanto, no dispondrán de los recursos drenados por la
publicidad, por lo que verán amenazada su supervivencia, a no ser que reciban sustanciosas aportaciones de sus lectores que permitan cubrir al menos 2/3 de los gastos totales
del medio.
Teniendo en cuenta los resultados de esta investigación resulta prácticamente imposible saber qué modelo de negocio funcionará en el futuro más inmediato. Sin embargo se pueden aventurar algunas tendencias. Parece claro que los medios digitales se
sustentarán de manera mayoritaria sobre los recursos publicitarios. Se reproduce así lo
que sucede en otros sectores, como el radiofónico y televisivo: la publicidad se encuentra
muy concentrada. En el caso de la prensa digital, los datos de Comscore indican que son
solamente diez medios los que acaparan la mayor parte de la publicidad. Y no parece
que la tendencia pueda revertirse en el futuro más cercano. Es posible, entonces, que
al menos los pure players deben plantearse obligatoriamente vías complementarias de
ingresos: pago por contenidos o suscripciones/donaciones como vías inexcusables para
su supervivencia.
Por lo tanto, en estos nuevos modelos de negocio lo que apenas ha sufrido modificación alguna son las fuentes de ingresos. Cobrar por los contenidos es así la excepción,
no la regla. La hegemonía del contenido libre en los medios online españoles es algo
habitual. En este sentido, la gratuidad en el acceso a la información es un factor fundamental, cuando no excluyente. De ahí también que la mayoría de los editores de los
nuevos diarios digitales se opongan frontalmente a cobrar por la información.
Si, como ya hemos dicho, las webs generalistas no superan el millón de usuarios
únicos al mes (más bien deberían estar cerca de los dos millones) tendrán serias dificultades de financiación por la vertiente publicitaria. El resto, deberá conformarse con
“llamar” a la puerta de las instituciones y empresas para lograr contratos publicitarios:
una fórmula endeble, poco profesional y sujeta a todo tipo de presiones.
Las principales tendencias del estudio apuntan también a que, pese a todos estos
imponderables, proseguirá la creación de nuevas iniciativas empresariales con modelos
de negocio frágiles y escasamente sostenibles, sin apenas ayudas de la Administración
para creación de nuevas empresas. No obstante, los elevados índices de paro de la profesión periodística, unidos al escaso presupuesto necesario para poner en marcha nuevos
proyectos online, propiciará todavía la creación de nuevos sites en Internet, tanto de
vocación generalista como especializada.
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9. Nuevos proyectos periodísticos como alternativa
al ecosistema mediático tradicional
María Teresa Sandoval-Martín
– Eduardo Rodríguez
Universidad Carlos III de Madrid
9.1.Introducción
Tanto la crisis económica mundial como la del periodismo están íntimamente relacionadas y han supuesto el declive de las empresas tradicionales del sector, particularmente los diarios, hasta el punto de que, como señaló el prestigioso periodista Phil
Bennett, exdirector adjunto de The Washington Post, en una conferencia impartida en la
Universidad Carlos III de Madrid en el marco del XVIII Congreso Internacional de la
Sociedad Española de Periodística (2012), “esta crisis ha supuesto una prueba crucial
para el periodismo”. La repercusión que la crisis tiene en la vida de todos los ciudadanos
implica una mayor necesidad de información y, por tanto, el periodismo se hace más
imprescindible que nunca. En numerosos países, entre ellos España, han surgido en los
últimos años innovadores proyectos periodísticos que tratan de dar respuesta a las necesidades de los lectores y buscan una salida a la crisis de la profesión a través de diversas
propuestas basadas en la experimentación y la creatividad. El objeto de estudio de este
trabajo de investigación son estas iniciativas empresariales periodísticas pioneras y aquellas que se han mantenido a pesar de la situación con un proyecto innovador, original y
viable que persigue ofrecer a sus lectores un periodismo de calidad.
[140]
María Teresa Sandoval-Martín – Eduardo Rodríguez
9.2.Antecedentes
En Estados Unidos, la industria de la prensa se ha reducido en un 43% desde
el año 2000 y se han perdido más de 30.000 puestos de trabajo. Muchos periódicos
legendarios han fracasado y han dejado de publicarse diariamente o se han convertido
en sombra de lo que fueron. La prensa construyó su modelo de negocio sobre la fabricación y distribución de un producto que unía a audiencias con noticias, y a anunciantes
con audiencias, pero hoy día sabemos que este modelo está en vías de extinción. En un
intento por salvarse, algunas empresas informativas han cometido errores de calado al
desarrollar productos o estrategias tecnológicas con el fin de recuperar un modelo de negocio viable a través de empresas tecnológicas emergentes, nuevos intermediarios entre
el público y la información, ya sea a través del hardware, como en el caso de Apple, o del
software, con Google y Facebook. En palabras del exdirector adjunto de The Washington
Post, “se ha puesto en marcha un proceso de colonización respecto a la distribución de
contenidos”. En 2012, YouTube y Reuters se asociaron para lanzar Reuters TV, Yahoo
firmó un acuerdo ABC News y AOL compró The Huffington Post. Lo próximo podría ser
la compra por parte de Facebook o Amazon de un periódico como The Washington Post
o un grupo importante. Las buenas noticias no han acompañado a la búsqueda de un
nuevo modelo de negocio por parte de las grandes corporaciones y cuando las ha habido
han sido escasas. Tan solo algunas publicaciones han logrado convencer a sus usuarios
respecto al pago por contenidos online. En 2012, el diez por ciento de los periódicos de
Estados Unidos habían adoptado un sistema de pago para los contenidos digitales. The
New York Times ha tenido un éxito notable en la atracción de nuevos clientes. The Times
puso en marcha en 2011 su plan de suscripción digital, y a mediados de 2012 ya tenía
454.000 personas inscritas. Lamentablemente, este tipo de cifras no se han repetido
en otros lugares. Y lo que es más preocupante, la inversión en publicidad digital se ha
reducido incluso cuando algunas audiencias han seguido creciendo. Michael Maness,
vicepresidente de Periodismo e Innovación en los medios de la Knight Foundation, recordaba en una conferencia impartida en Gante en 2012 que 3.500 millones de dólares
correspondían a los sueldos de los periodistas que han sido despedidos en EEUU y la publicidad de los periódicos ha caído a niveles de 1950 (incluyendo online). Aún con este
desolador panorama, pervive una vía de esperanza, con la que coincidimos con Philip
Bennett (2012), que proviene de una creciente capacidad por crear un mejor periodismo
en las plataformas digitales. “Esto está ocurriendo sobre todo en algunas áreas del periodismo de investigación, en algunas noticias locales y en el periodismo narrativo”. Con
esta investigación se pretende estudiar estos nuevos caminos. Tendencias y medios que
lleven a cabo un periodismo de calidad y ocupen un papel destacado en el ecosistema
mediático actual de España, por su creatividad o innovación en el modelo de negocio y
el producto periodístico que ofrecen.
9. Nuevos proyectos periodísticos como alternativa al ecosistema mediático tradicional [141]
9.3.Marco contextual
9.3.1. La era Post PC, una oportunidad para el periodismo
En los últimos años el mejor legado que ha podido dejarle la informática al periodismo ha sido el perfeccionamiento de los tablets. Se habla de la era Post PC, porque
los datos indican que los consumidores utilizan y consumen información en las tabletas
de una manera totalmente diferente a cómo usan sus ordenadores de mesa o portátiles.
La distinción se describe comúnmente como la diferencia entre el Lean forward, lectura
rápida, y el Lean Back, lectura reposada.
Los usuarios de ordenadores de mesa y teléfonos inteligentes consumen contenidos
informativos a ráfagas cortas mientras realizan multitareas o toman un descanso, pero
los usuarios de iPad leen contenidos más largos y son más propensos a terminar lo que
comienzan. Si el consumidor de noticias rápidas puede definirse como aquel que en su
hora de almuerzo busca algo para “picar”, el usuario del tablet es alguien que se sienta
en el sofá o en la cama esperando a que una historia lo cautive (Philip Bennett, 2012).
Como recoge el Project for Excellence en Journalism del Pew Research (2012) cada
vez son más los consumidores que consultan información en diferentes soportes, por
tanto, estaríamos hablando de un consumidor de noticias multiplataforma, aquel que
accede a la información a través de una combinación de dispositivos, nuevos y tradicionales. Ello conduce a que los medios periodísticos tengan que producir contenidos para
todos estos soportes, así como contenidos para una lectura fugaz y contenidos para una
lectura sosegada.
9.3.2. La creatividad como salida a la crisis
Ante la falta de inversión publicitaria en medios no es de extrañar que en foros
internacionales como el organizado por The Future Media Lab, perteneciente a EMMA
(European Magazine Media Association), en Gante, en 2012, titulado ‘Creative Funding for creative Media”, la publicidad ya no se nombre como una fuente de financiación sino que se considera que está muerta.
El pago por contenidos no ha tenido el resultado esperado y ahora la mirada está
puesta en otros tres modelos. El primero de ellos es el de la donación (modelo cooperativa, mecenas o crowdfunding). El segundo es el de conseguir la financiación para el
medio a través de todo lo que gire alrededor de éste que contribuya a sostenerlo (eventos,
congresos, training...). El tercero es el pago por historias largas y trabajadas en tabletas,
ya sea por reportajes sueltos o por suscripción. De los modelos de donación, del que
más se habla en los últimos tiempos es del crowdfunding. Entre las conclusiones a las que
se llegó en el foro citado es que es una herramienta que funciona sólo para proyectos
concretos. Es difícil convencer a los lectores para que hagan aportaciones para realizar
un periodismo de calidad.
[142]
María Teresa Sandoval-Martín – Eduardo Rodríguez
9.3.3. Las plataformas digitales pueden potenciar un mejor periodismo
Comenta Philip Bennett (2012) que en los Estados Unidos, tanto en lo referido a
texto como a documentales televisivos, la aparición de las tabletas se ha visto de manera
positiva para el periodismo. En los últimos dos años han surgido numerosas iniciativas
que han albergado o patrocinado historias de mayor profundidad, mientras otros han
creado nuevas formas de narración interactiva o multimedia, como Atavist, Longform,
Byliner y muchos más. Revistas como Wired o New Yorker están encontrando una nueva
vida en el tablet. Según afirman numerosos emprendedores periodísticos en España, una
de sus motivaciones fue el deseo de realizar un periodismo de calidad.
Otra de las necesidades que viene reclamándose desde hace ya más de una década
a los medios tradicionales y que los nuevos medios empiezan a explotar en sus iniciativas
empresariales es el diálogo con la audiencia, hasta el punto de que hoy día se habla de comunidad y no de lectores o de audiencia. Comunidad de fans a los que se les escucha y con
los que se conversa. Algo necesario en un momento en el que los lectores influyen cada día
más en la agenda noticiosa. El director de The Guardian, Alan Rusbridger, definía en una
conferencia el nuevo ecosistema de noticias, en Gran Bretaña y en otros lugares:
“Los periodistas nunca antes habían sido capaces de contar historias con
tanta eficacia, rebotando sus escritos de unos a otros, con enlaces entre sí, vinculándose, diversificando las fuentes, permitiendo la contestación y sacando
provecho de las mejores cualidades de los datos, de los textos, del sonido y lo
audiovisual. Si alguna vez hubo un camino para construir confianza, relevancia y
audiencia, es adoptando todas las capacidades de este nuevo mundo, no alejándonos de ellas.” (Guedes Bailey, 2013).
9.4.Nuevos medios para pequeños nichos de mercado
Según el estudio que realiza el Pew Research, aunque los lectores cada vez son más
digitales, los portales que más se visitan para consultar las noticias son los de las empresas
mediáticas tradicionales. Internet se ha consolidado como plataforma para informar e
informarse y desde ella muchos periodistas se atreven a crear nuevas empresas con modelos de productos nuevos, micro empresas con las que en la mayoría de los casos tratan de
captar esos pequeños nichos de mercado que no llegan a atender las grandes corporaciones mediáticas, unas veces tratando nuevos temas no abordados por éstas y otras veces se
informa de la misma información de actualidad, pero con una mirada diferente. En las
declaraciones de intenciones de estos medios podemos encontrar los mismos puntos en
común: reivindican el periodismo como servicio público, libre de intereses empresariales
y políticos, comprometido, independiente y respetuoso con el lector (Magallón, 2013).
La mayoría de estas webs, además, funcionan con código abierto, sus contenidos pueden
volver a ser publicados siempre que se cite la fuente.
En el ámbito español podemos encontrar numerosos casos de este tipo, donde mediante una redacción pequeña virtual o física se intenta buscar un crecimiento sostenible.
9. Nuevos proyectos periodísticos como alternativa al ecosistema mediático tradicional [143]
La mayoría no espera contar con grandes beneficios, únicamente lo justo para disponer
de un sueldo digno para un profesional. Se trata de periodistas que comparten intereses
comunes que ponen en marcha en muchas ocasiones un medio especializado con una
gran dosis de ilusión y esfuerzo. En jornadas, charlas y mesas redondas se destaca que
poco a poco están llegando los ingresos. Algunos de estos medios aún no son rentables,
pero el horizonte de expectativas es relativamente optimista (Magallón, 2013).
La mayoría de los periodistas que emprenden estos proyectos gozan de una trayectoria significativa en la profesión y han trabajado o aún forman parte de la plantilla
de importantes diarios. Algunos provienen de grandes redacciones ubicadas en Madrid
que han sufrido recortes de personal en los últimos tiempos (Valera, 2013). Una de estas
redacciones fue la del diario Público que, tras la intensificación de la crisis publicitaria y
las dificultades para acceder a nueva financiación, tuvo que cerrar en marzo de 2012 su
edición impresa, cinco años después de su creación, la edición digital continúa.
En España, el cálculo de la Federación de Asociaciones de Periodistas de España
(FAPE) eleva el número de puestos de trabajo que se han perdido en el sector en todo
el país desde noviembre de 2008 por encima de los 10.000 y 70 medios han cerrado
(El Mundo, 13/4/2013). A la vez, esta misma entidad reconoce la importancia que está
teniendo en el sector el emprendimiento y le dedica a este tema el número 28 de su
revista Periodistas.
Si se observa el panorama de los medios emergentes en España se encuentran multitud de cabeceras nacidas en los últimos meses destinadas a cubrir las carencias y los
vacíos que dejan los grandes medios. La ciencia, la cultura y el análisis en profundidad
de los temas conforman estas ausencias. Los grandes medios, al recortar en personal van
prescindiendo de especialistas y con ello de temas y secciones muy concretas.
Tanto en España como en otros países podemos encontrar ejemplos de medios
emergentes de divulgación científica surgidos al margen de los grandes medios, pero que
cuentan con periodistas de reconocido prestigio y con el apoyo de importantes expertos
e intelectuales. En el caso español ocupa un puesto destacado la revista Materia (www.
esmateria.com), que comenzó como web de noticias y entrevistas de ciencia, medio
ambiente, salud y tecnología en 2012 de forma independiente. Además, ofrece una posibilidad poco frecuente en los medios de comunicación: sus contenidos pueden ser
republicados bajo una licencia Creative Commons, siempre y cuando se cite su autoría,
se enlace a la noticia original y no se altere de forma sustancial el contenido. De hecho,
varios medios nacionales de España y Latinoamérica han replicado sus informaciones.
Esto aporta prestigio y visibilidad a la revista y, por tanto, visitas a la web del medio.
Uno de los aspectos que más se la ha criticado a la prensa en las últimas décadas
es su abandono por la información en profundidad y el análisis, es decir, la escasez de
un periodismo de calidad. Con el fin de cubrir esa laguna surge en España, entre otros
medios, ZoomNews, en noviembre de 2012. Y como ocurre en la mayoría de estas nuevas
empresas periodísticas esto se produce a partir de la iniciativa de periodistas con una
enorme experiencia en grandes medios y revistas de análisis. Las áreas de interés que
cubre este periódico son fundamentalmente Actualidad y Economía e incluye algunos
reportajes, entrevistas y novedades en Deportes y Cultura. Sus creadores pretenden
[144]
María Teresa Sandoval-Martín – Eduardo Rodríguez
facilitar la lectura de los temas relevantes y explicar lo que hay detrás de los hechos,
porque consideran que la última hora informativa ya se recoge en muchos medios. La
plantilla está compuesta por 21 trabajadores, de los cuales 15 forman parte de la redacción, aunque esperan llegar a 30 trabajadores (Martín, 2012).
La sección de cultura también ha sido una de las grandes damnificadas por la grave crisis de los medios tradicionales. Ello ha dado pie a que otras empresas emergentes
traten de cubrir este nicho de mercado. En España destaca Jotdown Cultural Magazine,
creada en noviembre de 2011. Cuenta con una versión digital, pero el producto destacado de esta cabecera es la edición de la revista en papel, al igual que ocurre con la revista
Mongolia, lanzada en marzo de 2012. Esta última está dedicada a la sátira, el humor y los
reportajes de investigación sobre temas políticos y sociales. Según The New York Times,
“Mongolia destripa los mitos, posturas y privilegios cimentados durante la Transición
Española” (Blitzer, 2012). Tiene una tirada de 40.000 ejemplares.
Éstas son sólo algunas de las múltiples iniciativas pertenecientes al llamado
‘periodismo emprendedor’ que han estado surgiendo en medio de la crisis, pero existen
otros muchos proyectos destacados como el primer magazine español totalmente gratuito editado exclusivamente para tablets, Vis-à-vis; medios digitales destinados a un público joven como Gonzoo (forma parte de 20minutos.es) y Yorokobu (también en papel); a
un periodismo narrativo y de ensayo como la revista digital Fronterad; al periodismo de
investigación “a la carta” y gracias al crowdfunding como Información sensible; análisis
independiente de la actualidad en Infolibre, empresa asociada con Mediapart.fr, fundada
por el exdirector de redacción de Le Monde y con más de 60.000 suscriptores; emisoras
de radio en internet como GestionaRadio; una mezcla de ciencia, escepticismo y humor
con Naukas; revistas que sólo existen en papel como Líbero (fútbol, nostalgia, moda, cultura, relatos), Five, fruto de la unión de cinco de las cabeceras emergentes del panorama
español (Yorokobu, Diario Kafka, Naukas, Politikon, y Jot Down Magazine) y la revista
en papel de Infolibre llamada Tinta libre. Aún habría que añadir aquellos medios que no
se han mencionado aquí, los que se incluyen en el próximo apartado y todas aquellas
iniciativas que en estos momentos se están gestando como consecuencia de ese espíritu
emprendedor que parece ser la única salida por el momento para la profesión periodística. Uno de estos últimos proyectos es el de Pedro J. Ramírez, ex director de El Mundo
con la fundación de un nuevo periódico El Español. La empresa editora de esta publicación (NohaceFaltaPapel, S.L.) lanzó el 10 de enero de 2015 una campaña pública de
captación de accionistas, mediante ampliación de capital. Dos meses después, anunciaba
que había establecido un nuevo récord mundial de crowdfunding para periodismo.
9.5.Las cooperativas de medios y el sentido de pertenencia
a una comunidad
En España existen dos medios exclusivamente digitales, eldiario.es y elconfidencial.
com que, como señala el que fuera director de la edición digital de El País, Gumersindo
Lafuente (2013), tienen beneficios gracias a “una comunidad de lectores muy identificada, que la han construido o están construyéndola en torno a un fuerte sentido
9. Nuevos proyectos periodísticos como alternativa al ecosistema mediático tradicional [145]
de pertenencia. Que están logrando que su marca y su producto sean perfectamente
identificables con un estilo de información o unos valores”. (Lafuente, 2013). Desde su
columna en la versión española del The Huffington Post, Guimersindo Lafuente recalca
que para llegar a tener esa comunidad primero hay que ofrecer un modelo de medio
capaz de crearla:
“Una amalgama de intereses, preocupaciones, sueños y emociones con los
que tenemos que conectar (…). Y los lectores, las personas que la forman, ya no
son sujetos pasivos de la información. Ahora, además, son vigilantes, auditan
nuestro trabajo. Y también, si les interesa, se convierten en nuestros mejores recomendadores a través de las redes sociales. O en colaboradores ocasionales, incluso
permanentes (…) si sabemos ganarnos su confianza, si logramos que nuestro trabajo les sea necesario en algún ámbito de sus vidas, pueden convertirse de alguna
manera (socios, clientes, suscriptores) en un apoyo complementario en nuestro
modelo de ingresos. Pero antes de llegar a este punto, por favor, construyamos
un nuevo modelo de producto periodístico y de relación con nuestros lectores,
recuperemos el arte de crear una comunidad.” (Lafuente, 2013).
En el caso eldiario.es, periódico en versión digital que nació en septiembre de 2012,
sigue el modelo de suscripción mensual, socio, al que se le ofrece una serie de servicios
exclusivos: se le adelanta información, se le reconoce su condición en la comunidad,
tienen un blog para socios, se promueven encuentros fuera de la red, etc. Además, sigue
el modelo de co-branding, que consiste en asociarse con otras empresas mediáticas que
hacen contenidos especializados de calidad. eldiario.es colabora con Materia (ciencia,
medio ambiente, salud y tecnología), Politikon, Vertele! o Civio (transparencia informativa y apertura de datos a través del uso de la tecnología).
En esta línea se encuentra también el proyecto de los extrabajadores del diario
Público que cerró en 2012 y que han constituido una cooperativa formada por profesionales de la empresa y socios con el fin de editar un periódico independiente, mensual, en
papel y con versión digital, todo ello bajo la consigna de “un medio libre y profesional”.
Mediante una campaña de micromecenazgo financiaron dos números cero durante el
verano de 2012. Recibieron más de 400 donaciones y realizaron una tirada de 20.000
ejemplares. El equipo humano de este diario (La Marea) está formado por unas 50 personas, de las cuales 30 son colaboradores. Se trata del primer medio de comunicación
español que nace de la colaboración de periodistas y lectores. Según sus promotores,
aunque “las decisiones editoriales e informativas se tomarán de forma profesional”, en
los “órganos de decisión de la cooperativa por primera vez en España habrá una representación de los lectores” (Bertrand, 2012).
En cuanto a El Confidencial, sus responsables llevan varios años anunciando que
tienen beneficios en su edición gracias a la publicidad. Este diario especializado en noticias económicas y financieras está presente en internet desde 2001 y es seguido por
una mayoría moderada, de centro o centro-derecha. Como su propio nombre indica
se trata de un medio que se dedica a “un género periodístico próximo a la crónica y
normalmente de carácter político o económico que se caracteriza por el hecho de que el
[146]
María Teresa Sandoval-Martín – Eduardo Rodríguez
propio periodista asume el carácter de fuente, dando cobertura merced a su credibilidad
y prestigio, a las fuentes originales que desean permanecer ocultas y que se manifiestan mediante «confidencias»” (Orihuela, 2004). Su exdirector, Jesús Cacho, fundó en
octubre de 2011 otro medio similar, dedicado igualmente a la actualidad, economía,
empresas y opinión, llamado Vozpopuli con una plantilla de 22 personas de las cuales 19
son redactores (Martín, 2011).
El modelo del The Huffington Post, extrapolado a España (su socio es el grupo Prisa,
editor de El País), Canadá, Francia, Italia, Reino Unido y, próximamente, a Alemania
junto a su socio Tomorrow Focus AG, con su original fórmula contribuye a la creación
de comunidad y con ello fomenta la pertenencia del lector al medio. El The Huffington
Post, que nació en Estados Unidos en 2005, es una de las webs más visitadas a nivel
mundial, en información, opinión y participación. Ha sido de los pocos medios que ha
conseguido un Pulitzer en tan corto espacio de tiempo (2012). Su fórmula es una combinación de noticias, blogs, comunidad y actividad en redes sociales.
9.6.Conclusiones
Teniendo en cuenta las tendencias en el consumo de información periodística y
los soportes a través de los cuales se accede a ésta, y a partir del análisis de los medios y
modelos de negocio más representativos del nuevo panorama mediático llevado a cabo
en este estudio, podemos extraer las siguientes conclusiones:
Los modelos de medios que han surgido en los últimos años a raíz de la grave crisis
de los medios tradicionales se caracterizan por perseguir un ideal independiente de los
intereses de los grandes accionistas y anunciantes, toda vez que el modelo publicitario
no se considera ya viable. El pago por contenidos de información de actualidad tampoco
ha tenido el resultado esperado y el punto de mira está en otros modelos (suscripción,
fundaciones, cooperativas, micromecenazgo, organización de eventos, pago por historias
largas a través de tablets…) y en combinaciones de éstos. A la vez, hoy en día los grandes
inversores han perdido el interés por un sector que ya no ofrece la rentabilidad que tenía
hace varias décadas. Quienes tienen en la actualidad el punto de mira en los medios son
las grandes empresas tecnológicas, en cuanto que reconocen la importancia de contar
para su negocio con un contenido de calidad elaborado por profesionales.
En su gran mayoría, los medios emergentes son empresas con un tamaño pequeño
o mediano, con una redacción de unos 20 periodistas y numerosos colaboradores, que
participan en muchas ocasiones como accionistas o socios cooperativistas del medio.
En algunos casos la aportación económica inicial proviene de una fundación o de un
proyecto de micromecenazgo gestionado a través de alguna de las plataformas destinadas
a estos fines. Sus fundadores son periodistas con una dilatada experiencia en medios tradicionales o en otros medios online, donde la mayoría ha ocupado puestos de dirección
en las redacciones.
En todos los proyectos se persigue un periodismo de mayor calidad. No pretenden
competir con las grandes estructuras informativas de su país sino aportar otro punto de
vista a la información de actualidad mediante la búsqueda de respuestas a los hechos,
9. Nuevos proyectos periodísticos como alternativa al ecosistema mediático tradicional [147]
hacerse eco de otras informaciones que no tienen cabida en los medios generalistas u
ocuparse de temáticas especializadas o géneros que apenas aparecen en los diarios, como
la ciencia, el medio ambiente, la cultura, el humor, la filosofía o incluso el periodismo
narrativo.
Todos tienen muy clara la necesidad de crear una comunidad en torno al medio
para que éste sea viable y se combinan diversas fórmulas para permitir su participación
más activa en y con el medio: posibilidad de suscribirse para obtener algunos privilegios,
envío de temas de interés para ser tratados o investigados, organización de actividades y
eventos relacionadas con los valores del medio, etc. Es decir, una de las claves de éxito de
los nuevos medios estriba en crear un modelo de medio capaz de crear una comunidad.
El producto debe ser identificable con un estilo de información y unos valores.
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10. Los ‘labs’ de medios en España: modelos
y tendencias
Charo Sádaba
– Ramón Salaverría
Universidad de Navarra
Enfrentados al desafío simultáneo de una revolución tecnológica y una crisis económica, cada vez más medios exploran fórmulas –editoriales, comerciales, logísticas– para
responder a ese doble reto. En la industria periodística se extiende el convencimiento de
que, para garantizar su futuro en el nuevo contexto digital, no basta con perpetuar las
recetas de siempre: es preciso innovar.
Una de las medidas de innovación más llamativas de los últimos años ha sido la
creación, en el interior de unas cuantas decenas de medios a escala mundial, de unidades para el descubrimiento e impulso de nuevas ideas: los labs. Por ahora, el fenómeno
apenas va más allá de lo testimonial, pero se encuentra en evidente desarrollo, lo que
justifica su estudio.
En el presente texto analizamos el emergente fenómeno de los labs desde tres puntos de vista: teórico, tipológico y empírico. A partir de una contextualización teórica
sobre la innovación en las empresas periodísticas, identificamos los distintos perfiles
–cuatro– de los laboratorios actuales a escala internacional. El estudio se completa con
la principal aportación de este texto: la primera radiografía de los labs en España, con
sus modelos y tendencias.
[150]
Charo Sádaba – Ramón Salaverría
10.1. Innovar en los medios: factores externos, sectoriales
e internos
Ningún sector industrial ha sido ajeno en las últimas décadas al impacto de la
llegada y generalización de las tecnologías de la información y de la comunicación. Es
cierto que algunos lo han sufrido de un modo más radical, como por ejemplo el musical
o el cinematográfico, pero nadie escapa a los cambios que han generado en el mercado y
en los consumidores la rapidez en la adopción de los dispositivos, el abaratamiento de la
tecnología y el incremento en la facilidad de uso.
También el sector de los medios está viviendo desde primera línea la transformación motivada por la tecnología. De hecho, y de acuerdo con Hass (2005, 2011), para el
sector de los medios la digitalización conduce a cambios más profundos y estructurales
que para otras industrias, puesto que la propuesta de valor de las empresas periodísticas
es inmaterial: la información.
Lo cierto es que, pese al escepticismo inicial con que muchas compañías de medios
recibieron la llegada de la World Wide Web, en la última década los cambios han sido
más determinantes y han obligado a tomar medidas, así como decisiones más arriesgadas. Esta situación se ha agudizado por la fuerte repercusión en el sector de la crisis financiera que comenzó en 2007. La caída drástica de la inversión publicitaria ha frenado
los procesos de innovación en muchos países y ha puesto de manifiesto que la implantación de la tecnología no ha resuelto el problema de fondo: la redefinición del modelo de
negocio sobre el que los medios se sustentan.
La industria de los medios, como cualquier otro sector industrial, siempre ha tenido la necesidad de afrontar los cambios que le afectan o de aprovechar las oportunidades
que se le presentan. Es cierto, no obstante, que en los últimos años la necesidad de
innovar se ha hecho acuciante y más compleja debido al rápido ritmo al que evoluciona
la tecnología.
Porque no es fácil separar innovación de tecnología: la innovación es el motor del
avance tecnológico y las organizaciones deben innovar para responder a estos avances. Y
aunque la tecnología ha estado tradicionalmente al servicio de la creación de contenidos,
el foco de atención siempre se ponía en cómo aplicar capacidades y habilidades creativas
a los retos que ésta planteaba. Los equipos técnicos y los ingenieros, que durante décadas
desempeñaron funciones de apoyo en las empresas de medios, están ahora en el corazón del proceso creativo, y las habilidades tecnológicas se han convertido rápidamente
en vitales para la generación de contenidos, algo que muchos directivos todavía tienen
que reconocer explícitamente y que no siempre saben gestionar bien (Küng, 2013). La
tecnología se mezcla con el contenido y los procesos editoriales hasta que ambos son
difíciles de diferenciar.
Con más o menos visión estratégica, lo cierto es que las cabeceras tradicionales de
prensa se lanzaron a ofrecer sus contenidos online sin demorarse demasiado. También
han afrontado la revolución de los medios sociales con solvencia, adaptando los contenidos y su presentación a las múltiples posibilidades que las redes sociales ofrecen para
difundirlos. Los avances en la adaptación de los contenidos a la visualización a través de
10. Los ‘labs’ de medios en España: modelos y tendencias [151]
pantallas móviles son notables. En cualquier caso, queda claro, como dice Küng (2013),
que el sector de los medios está habituado a reaccionar a las innovaciones tecnológicas
con agilidad.
Es más cuestionable, sin embargo, que se pueda afirmar que las empresas de medios hayan tenido una visión estratégica de la innovación. Sin duda han sabido reaccionar a los cambios tecnológicos del mercado, pero la innovación requiere de una visión
de conjunto que no siempre se ha tenido.
De acuerdo con Storsul y Krumsvik (2013: 28), diez son los elementos clave para
entender los procesos de innovación que afrontan las empresas de medios: la tecnología,
las oportunidades de mercado y los cambios de comportamiento del consumidor, el
comportamiento de la competencia, la regulación, las normas de la industria, la estrategia corporativa, la visión y el liderazgo, la estructura organizativa, la capacidad y los
recursos, y por último, la cultura y la creatividad de la organización. Estos elementos se
pueden agrupar en cuestiones externas (la tecnología, el mercado y el comportamiento
del consumidor, la competencia), cuestiones sectoriales (regulación, normas), y elementos
internos (cultura y creatividad corporativas, visión y liderazgo, estructura organizativa,
capacidad y recursos).
10.1.1. Factores externos: tecnología, mercado y comportamiento del consumidor y la competencia
El papel que la tecnología está jugando en las estrategias de innovación de las empresas de medios es evidente, si tenemos en cuenta su rápida generalización entre todos
los estratos sociales de población.
Las oportunidades de mercado y los cambios en el comportamiento de los consumidores constituyen el segundo factor externo para la entender las estrategias de innovación de las empresas de comunicación.
Internet constituye, en el caso de los productos y servicios digitales, un mercado
global en el que la oferta de contenidos para el usuario se multiplica, y con ella la competencia para las cabeceras nacionales, que ya no se enfrentan al resto de medios de su
país, sino a los de otros países, idiomas o incluso formatos diversos.
La competencia marca también un ritmo para la adopción de la innovación. Pero
en internet la competencia aumenta, especialmente para los medios con contenidos generalistas que luchan ahora en una arena global por la atención de sus usuarios contra
otros servicios que también buscan el tiempo de los internautas.
10.1.2. Factores sectoriales: regulación y normas
La regulación puede afectar a la innovación de manera directa o indirecta. Muchos
gobiernos en los últimos años han implementado medidas para incentivar la innovación
o se han propuesto regularla de alguna manera.
El papel del sector y sus normas internas, explícitas o implícitas, es claro también
para impulsar o frenar la innovación. En los últimos años se han multiplicado las iniciativas impulsadas por medios de comunicación para discutir sobre la innovación y su
impacto en el sector.
[152]
Charo Sádaba – Ramón Salaverría
Asimismo, la formación universitaria en este ámbito va consolidándose cada vez
más, para formar profesionales capaces de atender a las necesidades de este mercado
dinámico.
10.1.3. Factores internos: cultura y creatividad corporativas, visión y liderazgo, estructura organizativa, capacidad y recursos
Este es probablemente el ámbito que mayores y más relevantes carencias presenta
desde el punto de vista de la visión estratégica de la innovación. No son pocas las empresas de medios que han optado por atajar la crisis financiera con medidas radicales de
reducción de costes que han afectado tanto a la producción –reducción de la paginación, supresión de servicios, cierres de emisoras y publicaciones–, como a los propios
trabajadores –rebajas salariales, bajas incentivadas, despidos–. Pese a que en algunos
casos esta reestructuración podría ser necesaria, es cierto también que muchas empresas
periodísticas han aplicado los recortes a la espera de que mejore la situación económica.
Algunas otras organizaciones, en cambio, han entendido que la crisis puede ser también
una oportunidad para pensar y diseñar el futuro y encontrar un modelo de actividad
más sostenible.
Un elemento que se repite en la mayor parte de los países es la diferencia salarial
de los periodistas de las versiones online y offline de los medios. El profesional del medio
interactivo está, en general, peor pagado y en condiciones laborales menos ventajosas.
Esto hace difícil pensar en productos innovadores, que respondan a necesidades a veces
no explícitas de los lectores.
Junto con la juventud de las redacciones digitales, otra de las notas que se repiten
es la todavía escasa formación de los periodistas más antiguos. La visión cortoplacista de
algunos gerentes de empresas de medios hace difícil afrontar la innovación en su auténtico valor estratégico y, por ende, sostenible. El sector de los medios tiene una relación
dinámica, aunque a veces confusa, con la innovación.
Como se verá a continuación en este artículo, son varias las empresas periodísticas
en todo el mundo que han impulsado la innovación a través de implantación de laboratorios de medios, labs o medialabs, que a veces adquieren también la forma de proyectos
especiales en los departamentos de investigación o implementación. Si bien es cierto que
no es preciso contar con un lab para aprovechar la innovación, sí lo es que las empresas
de medios tienen que encontrar la manera de afrontar corporativamente el estudio y la
implementación de las novedades. En algunos casos puede ser estableciendo un departamento o nombrando un equipo interno dedicado a estas tareas; en otras ocasiones puede
ser a través de una alianza con una universidad o un centro de investigación.
Este tipo de innovación, llamada también intrapreneurship se opone al emprendimiento como forma de generar ideas innovadoras. Mientras que el emprendimiento
tiene lugar fuera de las empresas tradicionales, el intrapreneurship, por su parte, busca
incentivar la innovación dentro de las propias compañías. Como afirma Hoag (2008:
75), “no hay duda de que las grandes empresas de medios pueden ser innovadoras. De
hecho, son las mejor preparadas para comercializar la innovación”. Ambos modelos se
complementan y ofrecen una mirada más rica al mundo de la innovación en el sector
10. Los ‘labs’ de medios en España: modelos y tendencias [153]
de los medios donde no solo las empresas pequeñas y jóvenes pueden innovar (Ducatel
et al., 2000), sino que también las empresas establecidas pueden aportar un gran valor.
De acuerdo con Boyles (2015), las empresas de medios están canalizando estas
nuevas formas de “emprendimiento interno” de una manera similar a las start-ups tecnológicas, intentando infundir una cultura corporativa más colaborativa y estableciendo
relaciones más claras entre los líderes de la organización. Aunque no están exentos de
incertidumbres, y muchas veces estas nuevas formas organizativas equivalen a trabajos
peor pagados o menos estables, es cierto que los labs se pueden convertir en catalizadores
de ese cambio cultural tan preciso en muchas empresas de medios tradicionales.
10.2. Los ‘labs’ como factor interno de innovación: características y tipología
Ante la envergadura de los desafíos, las empresas periodísticas están tomando conciencia de que deben tomar las riendas de la innovación. No pueden esperar a renovarse
de manera natural, gracias únicamente al impulso de factores externos; también ven la
necesidad de dar pasos para actualizar por propia iniciativa sus tecnologías, procesos de
trabajo y contenidos. En esa determinación, uno de las fórmulas emergentes consiste en
crear laboratorios en el seno de los medios.
En efecto, unos cuantos medios, sobre todo en países occidentales, han comenzado
a entender que no basta con adoptar medidas de recorte, a la espera de que una mejoría
de los mercados publicitarios permita recuperar el pulso. Han entendido que el reto es
mayor y están obligados a ir más allá: necesitan encontrar fórmulas innovadoras para su
trabajo y su negocio. Y una de las estrategias que gana fuerza desde finales de la primera
década de este siglo consiste en implantar labs de innovación.
Aunque –como se explicará más adelante– los laboratorios periodísticos responden
a modelos diversos, el moderno lab de medios puede definirse de manera general como
una unidad interna de la empresa periodística, dotada de cierto grado de autonomía operativa y equipo humano propio, cuyo cometido es idear y promover innovaciones de carácter
tecnológico, editorial y/o comercial, para la mejora competitiva de la organización.
El uso del laboratorio como unidad de investigación tiene larga trayectoria histórica en el ámbito de las ciencias naturales. Universidades y centros de investigación albergan desde el siglo XVIII este tipo de departamentos en disciplinas como Física, Química
y Biología, entre otras. A partir de ese origen ligado a las ciencias experimentales, a lo
largo del siglo XX estas unidades de investigación se extendieron también a las ciencias
sociales. De hecho, esa expansión no alcanzó solo a las universidades. Muchas empresas
del sector terciario, con especialidades variopintas, comprendieron que debían innovar
para ser más competitivas, y que un buen modo de conseguirlo consistía en implantar laboratorios experimentales en su seno. De ese modo, centros de investigación y empresas
vinculadas a las ciencias sociales, y más concretamente a la comunicación, comenzaron a
alumbrar laboratorios para estudiar sus fenómenos e impulsar la innovación.
El ejemplo probablemente más conocido es el MIT Media Lab, inaugurado en
1985 en el seno de la Escuela de Arquitectura y Planificación del Instituto de Tecnología
[154]
Charo Sádaba – Ramón Salaverría
de Massachusetts (Brand, 1988). Dirigido en sus inicios por un pionero de la comunicación digital como Nicholas Negroponte, autor del seminal libro Being digital (Negroponte, 1995), este centro alcanzó en los años siguientes a su fundación un rápido
reconocimiento internacional, gracias especialmente a sus invenciones en el campo de
las redes inalámbricas y las aplicaciones para la web. El MIT Media Lab sentó el modelo
de los laboratorios de medios entendidos como desarrolladores de nuevas tecnologías de
la comunicación en un entorno universitario. Inspiradas en ese patrón, universidades de
todo el mundo se aprestaron a impulsar sus propios medialabs y observatorios de medios
desde comienzos de los años 1990 (Salaverría, 2009).
También, aunque con cuentagotas, hubo algunas empresas periodísticas que los
promovieron. El laboratorio probablemente más destacado de los años 1990 fue el
Information Design Lab, promovido por el grupo norteamericano de prensa Knight
Ridder, en Boulder, Colorado. Aquel lab estaba dirigido por Roger Fidler, autor del libro
Mediamorphosis (Fidler, 1997), y lo componían periodistas, diseñadores, tecnólogos e
investigadores. Entre sus proyectos más sobresalientes se encuentra el Tablet Newspaper,
presentado en 1994, que anticipó en casi dos décadas las populares tabletas de nuestros
días.
Hubo iniciativas similares en otros países. Una de ellas fue acometida, sin ir más
lejos, en España. El Periódico de Catalunya mantuvo en aquellos mismos años un equipo
de I+D liderado por Mario Santinoli que, entre otras iniciativas, lanzó en 1995 el NewsPad, una tableta para la lectura de prensa (Meso, 2006).
Desde el comienzo del siglo XXI, otros laboratorios tomaron el relevo a aquellos centros pioneros. Con nombre idéntico o similar –multimedia lab, idea lab, media
innovation lab...–, algunas empresas periodísticas comenzaron a alumbrar, en efecto,
departamentos destinados a investigar sobre la vanguardia tecnológica e impulsar la innovación en sus organizaciones. El fenómeno tuvo algún ejemplo puntual a partir de
2007, pero ha sido sobre todo desde 2010 cuando se ha desencadenado un interés creciente por explorar el potencial de esta idea. Paralelamente, se ha producido asimismo
un florecimiento de laboratorios universitarios de medios, que continúan la andadura de
los pioneros de los años 1990. Asimismo, al margen de los medios y de la universidad,
también han aparecido laboratorios de innovación periodística promovidos por fundaciones y asociaciones profesionales.
Toda esta efervescencia ha atraído el interés de la comunidad científica, que ha
comenzado a interesarse especialmente por investigar sobre las características de los laboratorios impulsados en el seno de los medios. Este tema ya cuenta con las primeras
aportaciones, como las de Boyles (2015) y Salaverría (2015).
Antes de entrar a describir los labs de medios que operan actualmente en España,
seguidamente daremos cuenta resumida del estudio de Salaverría (2015), que deriva
a su vez de un trabajo preliminar (Salaverría y Sádaba, 2013) que presentamos en el
XIX Congreso de la SEP, celebrado en Castellón. Esa investigación ofrece una primera
propuesta de caracterización tipológica de los laboratorios de innovación promovidos
por medios a escala internacional.
10. Los ‘labs’ de medios en España: modelos y tendencias [155]
El estudio de 2015 analizó una muestra de 31 labs distribuidos en 9 países. Esa
investigación comprobó que el impulso creador de laboratorios alcanzaba en esa fecha
principalmente a televisiones (14) y periódicos (12), si bien, en menor medida, también era posible localizar algunos labs en medios nativos de internet (3) y agencias de
noticias (2). Entre las televisiones, las principales impulsoras de labs eran corporaciones
públicas o estatales de radio y televisión: en efecto, 11 de los casos hallados habían sido
promovidos por entidades audiovisuales públicas, por apenas 3 empresas privadas de
televisión. A pesar de esa prevalencia de los medios públicos, la mayoría (19) de los laboratorios analizados era de propiedad privada, gracias en particular a las iniciativas de
periódicos y medios nativos digitales. Cabe apuntar asimismo, que se identificó un caso
de laboratorio impulsado por un medio amparado por una organización sin ánimo de
lucro –ProPublica en Estados Unidos.
En cuanto la distribución geográfica, los laboratorios identificados en enero de
2015 se concentraban principalmente en Estados Unidos (11 casos) y Europa occidental; en concreto, en Reino Unido (4), España (4), Portugal (3), Alemania (2), Francia
(1), Italia (1) y Suiza (1). Fuera de estos dos territorios, solo se hallaron dos casos, en
Catar (1) e Irán (1). Se comprobó, asimismo, que el fenómeno era reciente: 20 de los
31 casos tenían menos de cinco años en 2015. Nuestros estudios (Salaverría y Sádaba,
2013; Salaverría, 2015) han identificado cuatro modelos principales de laboratorios.
En primer lugar, labs orientados principalmente al desarrollo tecnológico de aplicaciones digitales (12 de los 31 labs estudiados en 2015 respondían a este perfil). En segundo lugar, departamentos centrados en la exploración de nuevas narrativas, formatos
multimedia y periodismo de datos (9 labs). En tercer lugar, unidades dedicadas a la promoción e impulso de nuevos proyectos empresariales, iniciativas comerciales y empresas
emergentes (7 labs). Finalmente, escuelas de formación profesional y de alfabetización
mediática para jóvenes (3 labs). A veces, estos cuatro modelos no aparecían de modo
aislado, sino que ciertos labs combinaban algunas de esas cuatro actividades.
El estudio de Salaverría (2015) ha profundiza asimismo en la estructura interna
y foco de actividad de los labs. Este análisis, realizado con base en la información corporativa que proporcionan estos departamentos, permite obtener un perfil actual de los
laboratorios.
En la muestra de 31 laboratorios analizada, la dimensión media de los equipos
humanos de los labs alcanzaba las 8,7 personas. No obstante, sus extremos eran bastante
dispares: fluctuaban entre un máximo de 18 miembros y un mínimo de 3. El gran tamaño de algunos labs se explica por el hecho de que, además de las actividades innovación
y desarrollo de proyectos, abarcaban asimismo tareas propias de un departamento de diseño y multimedia. En cambio, la mayoría de los laboratorios centrados exclusivamente
en actividades de I+D+i estaban formados a comienzos de 2015 por equipos mucho más
reducidos. Algunos laboratorios ampliaban sus equipos mediante la acogida de becarios
universitarios.
[156]
Charo Sádaba – Ramón Salaverría
Tabla 1. Perfil de los labs en medios internacionales (enero 2015)
Medio
Tipo Medio
País
AFP
Agencia
Aljazeera
Audiovisual
Catar
BBC
Audiovisual
Reino Unido
BBC News Labs
BBC
Audiovisual
Reino Unido
BBC Worldwide Labs
Bloomberg
Audiovisual
EEUU
Bloomberg Labs
The Boston Globe
Prensa
EEUU
GlobeLab
Diario de Navarra
Prensa
España
DN Lab
Diario de Noticias
Prensa
Portugal
Diario de Noticias Media Lab
Directv
Audiovisual
EEUU
DLab
DPA
Agencia
Alemania
DPA-Newslab
DW
Audiovisual
Alemania
DW Innovation
El Confidencial
Internet
España
Financial Times
Prensa
Reino Unido
FT Labs
Guardian News & Media
Prensa
Reino Unido
Guardian Labs
Huffington Post
Internet
EEUU
Huffpost Labs
IRIB
Audiovisual
The Irish Times
Prensa
Irlanda
Irish Times Idealab Innovation
Jornal de Noticias
Prensa
Portugal
Jornal de Noticias Media Lab
New York Daily News
Prensa
EEUU
NYDN Innovation Lab
NRK
Audiovisual
Noruega
PBS
Audiovisual
EEUU
PBS Idea Lab
Público
Prensa
Portugal
P3
ProPublica
Internet
EEUU
ProPublica News Application
RAI
Audiovisual
Italia
RAI Lab
RTVE
Audiovisual
España
rtve.es lab
SRF
Audiovisual
Suiza
SRF Data
The New York Times Co.
Prensa
EEUU
The NYT Company R&D Lab
Time Warner
Audiovisual
EEUU
Time Warner Media Lab
Turner Warner Bros.
Audiovisual
EEUU
Media Camp
Vocento
Prensa
España
Vocento Media Lab
The Washington Post
Prensa
EEUU
WapoLabs
Fuente: Salaverría, 2015
Francia
Nombre del ‘lab’
Irán
AFP Media Lab
Aljazeera Interactives
ElConfidencial.Lab
IRIB New Media Lab
NRK beta
[157]
10. Los ‘labs’ de medios en España: modelos y tendencias Inicio
Cierre
ND
-
www.afp.com/en/innovation/medialab
No
1
ND
-
www.aljazeera.com/indepth/interactive
@ajlabs
2
2012
-
www.bbcnewslabs.co.uk
@BBC_News_Labs
3
2012
-
www.bbcwlabs.com
@BBCWLabs
3
2014
-
www.bloomberglabs.com
@BloombergLabs
1
2011
-
lab.bostonglobe.com
@GlobeLab
1
2013
-
laboratorio.diariodenavarra.es
@DNLaboratorio
2
2010
-
www.medialab.dn.pt
@MediaLabDn
4
ND
-
www.directv.com/dlab
No
1
2009
2012
www.dpa-newslab.com
@dpa_newslab
1
2012
-
blogs.dw.de/innovation
@dw_innovation
1
2014
-
No
@ECLaboratorio
2
labs.ft.com
@FTLabs
1
guardianlabs.theguardian.com
@GuardianLabs
3
labs.huffingtonpost.com
@huffpostlabs
1
2012
Web del ‘lab’
Twitter
Enfoque (*)
2014
-
2012
2014
ND
-
jtrc.irib.ir/about-lab
No
1
ND
-
irishtimesidealab.com
No
3
2012
2013
www.medialab.jn.pt
@MediaLabJN
4
2013
-
lab.nydailynews.com
@DailyNewsLab
3
https://nrkbeta.no
@NRKbeta 1
ND
2007
-
www.pbs.org/idealab
@PBSIdeaLab
2
2011
-
p3.publico.pt
@PublicoP3
2
www.propublica.org/nerds
No
2
ND
2012
2012
railab.blog.rai.it
No
4
2012
-
lab.rtve.es
@lab_rtvees
2
ND
-
No
@srfdata
2
2009
-
nytlabs.com
@nytlabs
1
2012
2013
www.timewarnermedialab.com
No
3
2012
-
mediacamp.com
@themediacamp
3
2014
-
No
@VocentoLab
2
2011
2014
www.wapolabs.com
No
1
(*) [1] Desarrollo de aplicaciones digitales e innovación tecnológica. [2] Exploración de nuevas narrativas, formatos
multimedia y periodismo de datos. [3] Impulso de nuevos proyectos empresariales, iniciativas comerciales y startups.
[4] Formación periodística y promoción del consumo de medios entre jóvenes.
[158]
Charo Sádaba – Ramón Salaverría
Los profesionales integrantes de los labs tenían un perfil habitualmente orientado
hacia lo tecnológico. Buena parte de los empleados eran, en efecto, ingenieros, programadores y desarrolladores de aplicaciones, sobre todo en el campo de las bases de datos y
de las redes. Sin embargo, abundaban asimismo los periodistas, aunque siempre con una
avanzada experiencia en internet. De hecho, a escala internacional, lo habitual era que el
cargo directivo principal de los labs correspondiera a un periodista más que a un técnico.
10.3. Perfil de los ‘labs’ en medios españoles
Una vez revelado el marco actual de los labs a escala internacional, nos detendremos finalmente en describir el perfil de los laboratorios de innovación promovidos en
España hasta comienzos de 2015. En el conjunto del mercado periodístico español –
formado por varios miles de medios entre diarios, revistas, televisiones, radios, agencias
y cibermedios de toda índole– los contados casos que pasaremos a referir constituyen
apenas una excepción. Sin embargo, no dejan de tener su importancia y parecen apuntar
hacia una tendencia de innovación emergente (Salaverría, 2014).
En enero de 2015, en España estaban en marcha cuatro laboratorios de medios,
promovidos respectivamente y por este orden, por una televisión (RTVE), un periódico
regional (Diario de Navarra), un medio nativo digital (El Confidencial) y un grupo periodístico (Vocento). Además, aunque sin emplear la denominación de lab o laboratorio,
algunos otros medios habían abierto en su seno unidades dedicadas a la innovación,
especialmente en lo referente al desarrollo del periodismo de datos y las narrativas multimedia. Ese es, de hecho, el denominador común de todos los laboratorios de medios
en España: su concentración en innovar sobre aspectos narrativos, por encima de otras
opciones, como la experimentación tecnológica, el desarrollo de nuevas empresas o las
iniciativas de formación. En otras palabras, los labs españoles encajan principalmente en
el segundo modelo de laboratorio descrito por Salaverría (2015), si bien, como se verá
a continuación, alguno de ellos contempla también otras áreas de actividad o anuncia
su intención de explorar otros ámbitos de innovación propios de los otros tres modelos
de laboratorio.
10.3.1. Lab de RTVE.es
Dejando al margen iniciativas pioneras de los años 1990 como la referida de El Periódico de Catalunya, en España la tendencia reciente de abrir laboratorios en los medios
arranca en junio de 2011, con la puesta en marcha del lab de Radio Televisión Española
(http://lab.rtve.es/). Impulsado desde el área de Medios Interactivos de la corporación
pública audiovisual, el Lab de RTVE.es es una unidad operativa centrada principalmente en la experimentación de lenguajes y formatos multimedia. Así se describe a sí mismo
en su web en 2015:
“El Lab de RTVE.es es un departamento de innovación audiovisual que
investiga nuevas narrativas y lenguajes para detectar la mejor forma de contar cada
historia. Fundado en junio de 2011, está integrado por un equipo multidiscipli-
10. Los ‘labs’ de medios en España: modelos y tendencias [159]
nar de diseñadores, informadores, realizadores y desarrolladores que comparten
un mismo objetivo: aplicar la creatividad en la elaboración de contenido audiovisual interactivo” (RTVE, 2011).
En marzo de 2015, el equipo del lab estaba formado por seis profesionales, que
respondían a los siguientes perfiles: dos redactores, dos realizadores, una responsable de
transmedia y un diseñador, que ejerce a su vez como responsable del Lab. Como se ve,
el laboratorio combinaba profesionales de perfil netamente periodístico con otros más
marcadamente tecnológico, si bien todos los componentes del laboratorio mostraban
una abierta orientación hacia las nuevas tecnologías multimedia y, en particular, hacia
internet. Ricardo Villa, primer impulsor del Lab y director de Interactivos de RTVE
hasta su destitución en noviembre de 2014, reconocía antes de su marcha que una de
las experiencias más complicadas alcanzada en RTVE.es fue “conseguir que se sentaran
juntos, diseñadores, programadores, realizadores y periodistas a trabajar en el Lab” (De
Vicente Gómez, 2015: 5).
Fruto de esa compleja colaboración, hasta 2015 el Lab de RTVE.es había elaborado medio centenar de piezas multimedia de diferente tipo: webdocs, formatos interactivos orientados a las redes sociales, informaciones apoyadas en bases de datos, vídeos
hipertextuales, infografías periodísticas, etc. Desde 2014, toda esta producción ha sido
reconocida con diferentes premios y menciones en certámenes internacionales como los
Premios Malofiej de Infografía, los Webby Awards 2014 y los Lovie Awards. Asimismo,
el Lab de RTVE.es recibió el Premio de Periodismo Digital José Manuel Porquet 2014,
concedido por el Congreso de Periodismo Digital de Huesca; al otorgar este premio,
el jurado destacó precisamente “la innovación en la forma de presentar los contenidos
aprovechando las posibilidades que ofrece Internet” (Europa Press, 7 marzo 2014).
Toda esta labor de experimentación narrativa ha propiciado que el Lab y, por extensión, toda la web de RTVE.es, se hayan situado en efecto como uno de los actores digitales más innovadores. En concreto, según el Ranking de Innovación Periodística 2014
elaborado por investigadores de la Universidad Miguel Hernández (De Lara González &
Arias Robles, 2014; De Lara González et al., 2015), el Lab de RTVE.es se situaba como
sexto medio digital más innovador en España. Este mismo ranking reconocía, con todo,
que la mayoría de las innovaciones aportadas por este laboratorio habían consistido en
innovaciones de producto (10 de las 17 identificadas). En mucha menor medida, el Lab
de RTVE.es había ideado innovaciones referidas a la producción y distribución (apenas
2 innovaciones), a la organización empresarial (2 innovaciones) o a la comercialización
(3 innovaciones). Este análisis respalda, en definitiva, nuestra interpretación de que los
laboratorios de medios en España encajan prioritariamente en el segundo modelo de lab
descrito en el epígrafe anterior.
10.3.2. DNLab de Diario de Navarra
Por orden cronológico, el segundo medio español en inaugurar un laboratorio fue
un periódico regional: Diario de Navarra. Este medio centenario lanzó en octubre de
2013 el DNLab (http://laboratorio.diariodenavarra.es), “un punto de encuentro donde
[160]
Charo Sádaba – Ramón Salaverría
profesionales y estudiantes de diversas disciplinas experimentamos para descubrir nuevas
formas de informar a los ciudadanos y adaptarnos a sus intereses”.
Este contacto con los estudiantes ha sido, en efecto, una de las notas distintivas
de este laboratorio. Desde su lanzamiento, el DNLab explora la colaboración con
centros de investigación de su entorno; en concreto, con la Universidad de Navarra
–a través de su Facultad de Comunicación–, la Universidad Pública de Navarra y el
Centro Europeo de Empresas e Innovación de Navarra (CEIN). En el caso de las dos
universidades, la colaboración se ha traducido en la incorporación al DNLab, ubicado
en la propia sede del periódico en Pamplona, de estudiantes de diversas especialidades,
tanto de ciencias sociales –Periodismo y Sociología, principalmente– como tecnológicas –Ingeniería de Telecomunicaciones, sobre todo–. Estos alumnos, que han rondado
la docena en cada uno de los dos años de andadura del proyecto, están liderados por
un director y una coordinadora del laboratorio, ambos periodistas. Además, colaboran
con el DNLab otros dos profesionales, especialistas en el manejo de bases de datos y
asuntos de educación, respectivamente.
A semejanza del Lab de RTVE.es, buena parte del trabajo realizado por el DNLab desde su fundación se ha traducido en la elaboración de piezas informativas experimentales, especialmente ligadas al periodismo de datos y a las narrativas multimedia.
Estos “experimentos” –así se califican en la página del lab– se han mostrado en la
web del diario, bien como acompañamiento de informaciones periodísticas convencionales, o bien como especiales multimedia autónomos. Además de esta línea de
experimentación narrativa, el DNLab también ha realizado actividades orientadas a
la promoción de proyectos tecnológicos emergentes. En concreto, ha colaborado con
otras empresas y profesionales de Pamplona en la organización de un hackaton, unas
jornadas de uso intensivo y multitudinario de tecnologías digitales para la ideación
y desarrollo de proyectos interactivos. En su primera edición, celebrada en vísperas
de las fiestas de San Fermín de 2014, el hackaton promovido por el DNLab se centró
precisamente en las fiestas (http://hacksanfermin.com) y reunió a medio centenar de
participantes, principalmente niños y jóvenes.
Según anunció el director del DNLab, Alfredo Casares, en el Congreso de Periodismo Digital celebrado en Huesca en marzo de 2015, la promoción de proyectos
tecnológicos emergentes se perfila como uno de los ejes de actividad que el laboratorio
de Diario de Navarra para el futuro. De ese modo, este laboratorio encajaría no solo en
el segundo modelo que hemos descrito en páginas anteriores –el del laboratorio centrado en la experimentación de lenguajes multimedia–, sino que ampliaría su ámbito
de actuación también al primer y tercer modelos –la experimentación tecnológica y
la promoción de nuevos proyectos empresariales e iniciativas comerciales–. La metodología de trabajo del DNLab también apunta en esa línea. Según anuncia su web,
pretende “emplear el design thinking como método de indagación e ideación, así como
principios de lean startup para construir prototipos, medir resultados y aprender en
ciclos cortos”.
10. Los ‘labs’ de medios en España: modelos y tendencias [161]
10.3.3. ElConfidencial.LAB
El 8 de abril de 2014 publicaba su primer mensaje en Twitter la cuenta @ECLaboratorio, dependiente de El Confidencial, medio nativo digital fundado en 2001. Era la
primera muestra pública de una novedad en el organigrama de ese medio: había echado
a andar ElConfidencial.LAB, su laboratorio para la innovación, el desarrollo tecnológico
y los contenidos multimedia. El lab de El Confidencial, a diferencia de los mencionados
anteriormente, no contaba en marzo de 2015 con web propia. Y esto, que de entrada
podría ser interpretado como rasgo de irrelevancia o escasa consideración interna, es en
cambio un detalle que apunta precisamente a lo contrario: su plena integración en la
dinámica editorial del medio. ElConfidencial.LAB no necesita de web propia porque es
parte indivisa de la web de El Confidencial. En efecto, el lab forma parte integral de la
plantilla de esta publicación digital, y desempeña labores técnicas y editoriales esenciales
para su funcionamiento cotidiano. Así lo explica Alejando Laso, su responsable:
“El laboratorio es una área de estrategia de producto. Tenemos equipos de
diseño, de experiencia de usuario, de analítica web, de mobile, de nuevas narrativas y está todo abrazado por el equipo de proyectos. El departamento técnico
es parte también del laboratorio, no es un ente al que hay que pedirle de rodillas
que nos haga algo, sino que desarrolla las ideas que salen del laboratorio” (Cobo,
2015).
En marzo de 2015 el laboratorio estaba formado por 9 personas. Además de Laso,
que ostentaba el cargo de director de Innovación y Estrategia, los restantes perfiles correspondían a un diseñador, un editor gráfico, un editor de medios sociales, un responsable de producto móvil, dos responsables de desarrollos front y otros dos encargados de
infografía y multimedia. De la importancia de este equipo en el conjunto del medio da
idea el siguiente detalle: la plantilla total de periodistas de El Confidencial, sin contar con
el equipo comercial, ascendía en ese mismo mes de marzo a 96 profesionales. Es decir,
el Laboratorio por sí solo suponía casi el diez por ciento de la plantilla de periodistas.
Se podría pensar que, considerando las tareas desempeñadas, ElConfidencial.LAB
se corresponde en realidad con un departamento tradicional de infografía, diseño y
multimedia. Sin embargo, conviene no olvidar un factor distintivo: la innovación. Esta
vocación innovadora se declara implícitamente en la propia denominación interna del
departamento (“Laboratorio: Proyectos y Área Visual”) y, sobre todo, en la denominación del cargo de su director (“Innovación y Estrategia”). Una vez más, la innovación se
erige en elemento determinante.
10.3.4. Vocento Media Lab
El último ejemplo de esta tendencia de crear laboratorios en España corresponde al
promovido por Vocento, empresa editora del diario ABC en Madrid y principal grupo
de prensa regional en el país, además de propietario de participaciones en medios audiovisuales, agencias, portales de internet e iniciativas editoriales y comerciales de diverso
tipo. Bajo la denominación de Vocento Media Lab y con sede en Madrid, se trata de
[162]
Charo Sádaba – Ramón Salaverría
una unidad operativa creada en diciembre de 2014 y que, por tanto, acumulaba apenas
cuatro meses de actividad en el momento de escribir estas líneas. Este laboratorio no
contaba por entonce con web propia, pero sí disponía al menos de una cuenta en Twitter, @VocentoLab, en la que daba cuenta de sus actividades y proyectos.
Liderado por el periodista Borja Bergareche en calidad de director de Innovación
del grupo, el Vocento Media Lab ya mostraba en su corta trayectoria algunas claves que
permitían hacerse una idea de su futuro perfil. Como primera tarea, el lab de Vocento se
centró en estimular el periodismo de datos en el seno de los periódicos del grupo. Este
impulso se concretó en la organización de dos primeros cursos sobre esa disciplina, en
diciembre de 2014 y marzo de 2015, respectivamente. Por ambos cursos pasaron unos
40 periodistas, procedentes de los distintos periódicos del grupo. Según un comunicado
de la empresa, el Vocento Media Lab tenía previsto promover “iniciativas de formación
interna en otros ámbitos, como el desarrollo de productos para soportes móviles o la
estrategia de redes sociales”, así como dinamizar “foros de reflexión en asuntos de interés para la industria como las nuevas narrativas y formas de consumo audiovisual, o las
estrategias de desarrollo de audiencia en el entorno social y móvil” (Vocento, 6 marzo
2015). Este foco principal en las narrativas multimedia sitúa también a este laboratorio
en el segundo modelo descrito en páginas anteriores.
10.3.5. Otras unidades de innovación en medios
Al margen de los cuatro ejemplos de laboratorios mencionados, sería injusto no
reseñar finalmente algunas otras iniciativas periodísticas que, si bien no han escogido
la denominación de “lab”, han emprendido sin embargo una senda de innovación parecida. De hecho, una de la organizaciones informativas que más han avanzado en la
innovación periodística ni siquiera es técnicamente un medio. Se trata de Civio (http://
www.civio.es), una fundación ciudadana sin ánimo de lucro y con sede en Madrid, que
trabaja para impulsar la transparencia y la apertura de datos por parte de las instituciones
públicas españolas. Creada en febrero de 2012, esta fundación ha promovido desde entonces diversos proyectos de periodismo de datos, centrados en temas como el destino de
los impuestos, la concesión de indultos a políticos condenados por corrupción, o la evolución y distribución geográfica de los incendios en España, entre otros. Gracias a estos
trabajos, Civio alcanzó el primer lugar en el Ranking de Innovación Periodística 2014
elaborado desde la Universidad Miguel Hernández (De Lara González et al., 2015).
Otros medios, en este caso estrictamente periodísticos, también han comenzado
a dar pasos hacia la creación de equipos de innovación interna y, especialmente, hacia
la promoción del periodismo de datos, una tendencia en claro auge (Salaverría, 2014).
Entre esos medios se encuentra, por ejemplo, el diario barcelonés La Vanguardia, editado por el Grupo Godó. De la mano del director de Innovación Digital del grupo, el
periodista Ismael Nafría, este diario ha impulsado en su web una unidad demoninada
VangData, cuyo lema es “Periodismo de análisis y datos en La Vanguardia”. También el
diario El Mundo, en Madrid, cuenta desde 2014 con una sección semejante en su web,
bajo la denominación de El Mundo Datos (http://www.elmundo.es/periodismo-de-datos.html). Tampoco hay que olvidar a los departamentos de infografía de otros medios
10. Los ‘labs’ de medios en España: modelos y tendencias [163]
que, con frecuencia, cumplen las mismas tareas de tratamiento y visualización de bases
de datos que hemos asociado aquí a los laboratorios españoles.
Salta a la vista, en definitiva, que, con o sin laboratorios, los medios españoles viven
un período de interés creciente por la innovación periodística. Hasta 2015, ese interés
se ha concentrado principalmente en la visualización infográfica y en las narrativas multimedia en general. La exploración del periodismo para dispositivos móviles también
ha concitado cada vez más interés, habida cuenta de su creciente popularidad entre el
público. El tiempo dirá si este interés emergente por innovar desde dentro de las organización no es pasajero y fragua una nueva cultura de exploración y mejora constantes. La
industria periodística, enfrentada a enormes desafíos, lo necesita.
Financiación
Este trabajo deriva del proyecto de investigación “Innovación y desarrollo de los
cibermedios en España: modelos de negocio y coordinación multiplataforma” (ref.
CSO2012-38467-C03-02), financiado por el Plan Nacional de I+D+i del Ministerio de
Economía y Competitividad.
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Innovar más allá del producto periodístico. El caso de las 25 iniciativas del ranking de innovación periodística en España. En F. Sabés Turmo & J. J. Veron Lassa
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Andreu Casero-Ripollés
(coord.)
Periodismo y
democracia en el
entorno digital
Andreu Casero-Ripollés
(coord.)
SEP (Sociedad Española de Periodística)
www.periodistica.es/[email protected]
2
SEP
SEP
Sociedad Española de Periodística
OT 2040813 428201
Periodismo y democracia
en el entorno digital
Periodismo y democracia son dos conceptos fuertemente asociados en nuestro imaginario. Entre ellos existen múltiples interdependencias. Sin el primero no existe la segunda. El periodismo sirve para múltiples funciones democráticas como la
información, la investigación, el análisis, la creación de vínculos sociales y comunidades, el debate público, la movilización y
la educación democrática. El objetivo de este libro es contribuir
al análisis de la reformulación de los vínculos entre estos dos
conceptos que está impulsando la era digital. Para ello, se divide en tres grandes bloques. El primero revisa los fundamentos
de esta relación y sus transformaciones en el contexto actual.
El segundo se centra en la redefinición del papel del público.
Finalmente, el tercero se ocupa de los cambios en el modelo de
negocio y de sus dimensiones democráticas. En conjunto, se
ofrece aquí un recorrido estimulante y riguroso por los nexos
entre periodismo y democracia en el entorno digital.
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