organizacion servicios psiquiatricos en inglaterra

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UNIVERSIDAD DE SANTIAGO DE CHILE
FACULTAD DE CIENCIAS MEDICAS
DIRECCION DE POSTGRADO
MINISTERIO DE SALUD
DIVISION DE SALUD DE LAS PERSONAS
UNIDAD DE SALUD MENTAL
Curso de Educación Continua:
Gestión en Psiquiatría y Salud Mental.
Director: Dr. Rafael Sepúlveda
APUNTES DOCENTES:
LA ORGANIZACIÓN DE LOS SERVICIOS DE
PSIQUIATRIA Y SALUD MENTAL EN INGLATERRA
Traducción del Texto 1:
Oxford Textbook of Psychiatry. 3era Ed. Capítulo 19. Páginas
644-662. Michael Gelder, Dennis Gath, Richard Mayou y Philip
Cowen. 1996.
1
Traducción efectuada por la Dra. Patricia Yañez, Alumna del Curso durante el año 1999.
2
Servicios Psiquiátricos
La organización de los servicios psiquiátricos en cualquier país depende
inevitablemente de la organización de los servicios médicos generales en ese
país. Este capítulo se refiere específicamente a los servicios en el Reino
Unido, pero los principios son ampliamente aplicables. Este capítulo comienza
con una reseña histórica del desarrollo de los servicios psiquiátricos. Esto es
seguido de las descripciones de los servicios psiquiátricos disponibles y sus
problemas. El capítulo finaliza con algunas consideraciones de innovaciones
diseñadas para sobrellevar estos problemas.
Desarrollo de los servicios Psiquiátricos:
Hasta mediados del siglo XVIII, había escasas disposiciones especiales
para los enfermos mentales. En Inglaterra, por ejemplo, el único hospital para
estos enfermos era el Hospital Bethlem, fundado en 1247; en la Edad Media
los hospitales en España eran una notable excepción (Chamberlain 1966). Casi
todas las personas con enfermedades mentales vivían en la comunidad, con una
pobre ayuda de la ley, o si no ellos estaban en prisión. En Inglaterra el Acta de
Vagancia de 1744 hace la primera distinción legal entre mendigos y lunáticos,
y dispone el tratamiento de los últimos. En respuesta, las instalaciones privadas
para enfermos mentales ("casas de locos" - posteriormente llamadas asilos
privados) se desarrollaron principalmente para aquellos que podían pagar por
las atenciones, pero también para algunos mendigos avalados por sus parientes.
Al mismo tiempo, unos pocos hospitales o secciones fueron establecidas por
medio de benefactores privados y ayuda pública. El Hospital Bethel en Norwich
se fundó en 1713. En Londres, la sección para lunáticos del Hospital Guy fue
fundada en 1728, y en 1751 el Hospital St Luke fue fundado como una
alternativa para el sobrepoblado hospital Bethlem. Entonces, como ahora, el
valor de las secciones psiquiátricas en los hospitales generales era un tema de
debate.
Manejo Moral:
A fines del siglo XVIII, el conocimiento público en muchos países acerca
de los pobres estándares de las instituciones públicas y privadas, llevó a
renovar los esfuerzos por mejorar los cuidados hacia los enfermos mentales.
En París en 1793 Pinel dio una importante guía por medio de la liberación de
los pacientes de las cadenas que eran usadas para retenerlos. Luego él
introdujo otros cambios para hacer los cuidados de los pacientes más
3
humanos. En Inglaterra ideas reformistas similares fueron propuestas por
William Tuke, quien fundó el Retiro en York en 1792. El Retiro proporcionaba
un ambiente amistoso y facilidades para la recreación y
trabajo. El
tratamiento se basaba en un manejo "moral" (psicológico) y respeto por los
deseos de los pacientes, en contraste
con los tratamientos físicos
(generalmente sangrías y purgas) y las
aproximaciones autoritarias
favorecidas por la mayoría de los doctores de la época. Esta forma ilustrada de
cuidado fue descrita muchos años después por el nieto de William Tuke,
Samuel, en "Una descripción del Retiro" publicada en 1813. Estos métodos
humanitarios fueron adoptados en otros hospitales, cuando comenzó a quedar
claro que los pacientes mentalmente enfermos podían ejercer su autocontrol y
no requerían de contención física y tratamientos médicos drásticos.
El Movimiento Asilar:
A pesar de estos esfuerzos pioneros, en los primeros años del siglo XIX
muchas personas mentalmente enfermas no recibían cuidados y vivían como
vagabundos o como indigentes en casas de trabajo y asilos. También, había un
interés público en Inglaterra en relación a los fondos públicos destinados a
sus cuidados, luego de reportes de escandalosos bajos estándares en algunas
casas de cuidado privadas. Esto llevó a la elaboración del Acta de Asilos de los
Condados de 1808, la cual proporcionaba edificios de hospitales mentales para
cada uno de los condados de Inglaterra. Desafortunadamente las autoridades
de los condados hicieron poco, y en 1845 fue necesario decretar el Acta de los
Lunáticos que solicitaba la construcción de un Asilo en cada condado. El primer
nuevo asilo proporcionaba un buen tratamiento en un medioambiente espacioso.
El manejo moral era dirigido especialmente por miembros del "Movimiento de
no Restricción", el cual había partido con el trabajo de Gardiner Hill en el Asilo
de Lincoln en 1837 y desarrollado posteriormente por John Conolly en el Asilo
del Condado de Middlesex, Hanwell. En 1856 Conolly publicó un importante
libro, "El tratamiento de los insanos sin contención mecánica".
Desafortunadamente estos pasos liberales fueron seguidos por una
nueva aproximación restrictiva. El aumento de la intolerancia pública llevó a
transferir más y más pacientes desde la comunidad y prisiones a los nuevos
asilos. El optimismo inicial en relación a la curabilidad de los desordenes
psiquiátricos se disipó cuando se hicieron evidentes las limitaciones del manejo
moral. Prevalecían los puntos de vista de organicidad sombría y heredabilidad.
En los 1850s, el problema de sobrepoblación de los asilos era evidente. Se
intentaron casas para pacientes con enfermedades crónicas en ambientes más
domésticos y menos restrictivos en anexos separados o casas en los terrenos
4
de los asilos. Otros hospitales devolvieron pacientes a la comunidad ya sea a
través de las familias o por medio de casas de trabajo. Las Comisiones de
Lunáticos, cuyo rol era supervisar los cuidados de los enfermos mentales,
opinaban que estos arreglos podían llevar a abusos por los que se oponían a
ellos.
Sin embargo los asilos del siglo XIX
incluso
sobrecargados,
proporcionaban un nivel de cuidados a los enfermos mentales que estaba
carente en otras partes. Así el enfermo mental
era protegido de la
explotación, y se le proporcionaba refugio, comida, y cuidados de salud general.
Estos beneficios eran contrapesados por las desventajas de la pérdida de
elecciones personales y autonomía, y por un régimen sobreprotector y
monótono que podía llevar a la institucionalización.
Conforme al aumento de la presión de la sobrepoblación y la disminución
del staff, había menos tiempo para el manejo moral. Nuevamente, una
aproximación custodial fue adoptada. Este cambio a los cuidados custodiales,
fue apoyado por el Acta de Lunáticos de 1890, la cual imponía restricciones
sobre la descarga desde los hospitales. Estos planes custodiales continuaron
hasta el siglo XX, y su legalidad es aún vista en los grandes Hospitales
Victorianos en los cuales practicaban la mayoría de los psiquiatras hasta
recientemente.
Tratamiento Precoz:
En el Reino Unido el inicio del retorno a políticas más liberales fue
señalado, poco antes del comienzo de la Primera Guerra Mundial, por un
sustancial obsequio de dinero por Henry Maudsley, un adinerado psiquiatra,
para
construir
un
Hospital
dedicado
al
tratamiento
precoz.
Desafortunadamente la guerra interfirió con este proyecto, y la apertura del
Hospital de Maudsley fue retrasada hasta 1923. El Hospital proporcionaba un
servicio a pacientes ambulatorios y tratamiento voluntario a pacientes
internados en un ambiente en el cual enseñanza e investigación se llevaban a
cabo.
En los años de la post-guerra, los ímpetus por el cambio aumentaron. El
Acta de Tratamiento Mental de 1930 revocaba muchas de las restricciones
para la descarga de los pacientes impuestas por el Acta de Lunáticos de 1890,
y permitía a los asilos de los condados aceptar pacientes para tratamientos
voluntarios. El Acta de 1930 también alentaba a las autoridades locales a
montar clínicas para pacientes ambulatorios y establecer facilidades para el
cuidado posterior. El optimismo terapéutico aumentó más luego que dos nuevos
tratamientos fueron descubiertos: el Coma Insulínico (posteriormente
abandonado) y la Terapia Electroconvulsiva. Al mismo tiempo se hacían
5
esfuerzos para mejorar las condiciones en los hospitales, abrir las salas
previamente cerradas, y para fomentar las actividades ocupacionales. Cambios
similares fueron realizados en otros países.
En la mayoría de los países estas reformas fueron detenidas por la
Segunda Guerra Mundial. Los Hospitales Psiquiátricos presentaban una
disminución en su staff, ya que enfermeras y médicos eran reclutados para la
guerra. También llegaron a estar sobrepoblados, algunos fueron reasignados al
cuidado de los heridos de guerra, con el resultado de que sus pacientes tenían
que ser reubicados entre el resto. Los efectos de la guerra en los asilos
Ingleses fue descrito por Crammer (1990).
Psiquiatría Social y el Comienzo de los Cuidados Comunitarios:
Después de la Segunda Guerra Mundial, muchas influencias llevaron a
cambios en los Hospitales Psiquiátricos. Las actitudes sociales hicieron crecer
las simpatías hacia las personas con desventajas. Entre los psiquiatras, la
experiencia de tratamientos en la guerra de la "neurosis de batalla" hizo
aumentar el interés en el tratamiento precoz de los desórdenes mentales y en
el uso de terapias de grupo y rehabilitación social. En el Reino Unido, la
creación del Servicio Nacional de Salud llevó a una reorganización general de
los servicios médicos incluyendo los de Psiquiatría. La introducción de la
Clorpromazina en 1952 hizo más fácil el manejo de las conductas desajustadas
y en consecuencia más fácil abrir las salas que habían sido cerradas e
involucrar a los pacientes en actividades sociales y así descargar algunos de
ellos hacia la comunidad.
A pesar de estos cambios, los servicios continuaron concentrados en un
solo sitio, generalmente lejanos a los lugares más poblados. En los Estados
Unidos, Goffman (1961) sostenía que los Hospitales Estatales eran
"Instituciones Totales"; es decir, comunidades segregadas aisladas de la vida
diaria. Él describía a tales instituciones como impersonales, inflexibles y
autoritarias. En el Reino Unido, Wing y Brown (1970) encontraron que algunos
de los grandes Hospitales Mentales se caracterizaban por una "pobreza
clínica" y "pobreza social". Vigorosos métodos de rehabilitación social fueron
usados para mejorar las condiciones en los hospitales y para reducir los
efectos de los largos años de vida institucional. Las terapias ocupacionales e
industriales eran usadas
para preparar a los pacientes crónicamente
incapacitados para el traslado desde los hospitales hacia acomodaciones
protegidas o casas ordinarias (Bennett 1983). Muchos pacientes de larga
estadía eran responsivos a estos nuevos métodos. Había optimismo en relación
6
a que los pacientes recientemente ingresados podrían también ser ayudados de
esta manera.
Para los pacientes de la comunidad, los días en los hospitales eran
montados para proporcionar a los pacientes la continuidad de sus tratamientos
y rehabilitación, y fueron abiertos hostales para proporcionar acomodaciones
protegidas. Como resultado de todos estos cambios, el número de pacientes en
hospitales psiquiátricos disminuyó substancialmente en el Reino Unido y en
otros países. Los cambios fueron particularmente rápidos en los Estados
Unidos. A pesar de estos cambios, los servicios estaban aún ubicados en
grandes hospitales mentales, que estaban frecuentemente alejados de los
hogares de los pacientes. Desafortunadamente, en muchos lugares la provisión
de facilidades comunitarias eran insuficientes para las necesidades de todos
los nuevos pacientes descargados.
Cierre de Hospitales:
Luego de los sucesos iniciales de descarga muchos pacientes
institucionalizados, se proponía optimistamente que los grandes asilos podrían
ser cerrados y reemplazados por pequeñas unidades psiquiátricas en hospitales
generales con la ayuda de facilidades comunitarias. En la mayoría de los países
el programa de cierre de hospitales se realizó gradualmente. Una notable
excepción fue Italia, la cual primero se retraso más que otros países pero
posteriormente realizó rápidos cambios. En 1978 el Parlamento Italiano dictó
la ley 180, la que ayudaba a abolir los hospitales mentales y reemplazarlos por
un sistema comprensivo de cuidados comunitarios. La admisión a hospitales
psiquiátricos fue prohibida, y habían requerimientos de que fueran montadas
unidades psiquiátricas en hospitales generales y que servicios comunitarios se
desarrollaran en áreas definidas. El esquema se basó en el trabajo de Franco
Basaglia en hospitales del noreste de Italia, y en las propuestas del movimiento
político y profesional que él creó. Este movimiento -Psiquiatría Democráticacombinaba un punto de vista de extrema izquierda en el que los pacientes de
hospitales psiquiátricos eran las víctimas de opresión por el sistema capitalista,
con la convicción de que las enfermedades mentales severas eran inducidas por
condiciones sociales y no por causas biológicas. La fuerte personalidad de
Basaglia y sus cualidades de liderazgo lo ayudaron a triunfar en el hallazgo de
nuevas formas de cuidados para los pacientes en la comunidad. Otros
trabajadores encontraron difícil repetir sus experiencias. Las consecuencias
de estos cambios han sido variadas. En aquellas partes de Italia donde las
reformas fueron financiadas adecuadamente e implementadas de staff
entusiastas, las nuevas provisiones fueron afortunadas. En áreas donde la
7
provisión de
nuevas facilidades fueron inadecuadas, hubieron muchos
problemas para los pacientes y sus familias (Bollini y Mollica 1989).
En el Reino Unido y en algunos otros lugares el ritmo de cambios fue más
lento, pero problemas similares surgieron. Algunos pacientes no pudieron
manejarse en la comunidad sin un soporte intensivo, y por lo tanto requirieron
de sucesivas hospitalizaciones, por lo que el plan llegó a ser conocido como "la
política de la puerta giratoria". Los servicios de rehabilitación fueron pensados
para la descarga de pacientes en un mejor estado, pero se encontró que era
necesario proveer continuidad en los cuidados por lo que para muchos era
difícil recibir nuevos pacientes. Algunos pacientes descargados se atendían en
hospitales diurnos por años sin nuevas mejorías (Gath et al. 1973). Llegó a ser
claro que los primeros puntos de vistas en relación a la desinstitucionalización
fueron sobre-optimistas, y que los servicios externos de los hospitales eran
inadecuados para proporcionar la ayuda necesaria para los pacientes
descargados y sus familias. Se hicieron variados intentos para desarrollar
facilidades comunitarias más adecuadas, una política conocida como cuidados
comunitarios.
Surgimiento de los cuidados comunitarios:
El término "cuidados comunitarios" se aplica a dos aproximaciones
distintas de tratamiento. La primera se relaciona con el tratamiento de
enfermedades psiquiátricas crónicas fuera del hospital, y el segundo se
relaciona con la prevención o el tratamiento precoz de las enfermedades
psiquiátricas agudas. Las dos aproximaciones tienen ciertos principios en
común: responsabilidad por una población definida, proporcionar tratamiento
en un lugar cercano al hogar del paciente, servicios comprensivos, continuidad
de los cuidados, y una aproximación con un equipo multidisciplinario. Sin
embargo, existen importantes diferencias entre ambas. Estas son ilustradas
por la forma en que los cuidados comunitarios son desarrollados en el Reino
Unido y en Estados Unidos.
En el Reino Unido los cuidados comunitarios
se desarrollaron
originalmente como una alternativa al cuidado hospitalario a largo plazo de los
pacientes con desórdenes psiquiátricos severos. En Estados Unidos el mayor
énfasis estaba puesto en la prevención y el tratamiento precoz de los
desórdenes mentales para evitar la necesidad de admitirlos en hospitales. El
gobierno federal de los Estados Unidos estableció una Comisión común de
Enfermedades Mentales y Salud la que hizo su primer reporte en 1961,
criticando fuertemente el sistema hospitalario estatal y recomendando el
tratamiento comunitario entregado por medio de Centros Comunitarios de
8
Salud Mental (CMHCs). Estos centros tenían una dotación de muchas
disciplinas que ofrecían cuidados psicológicos y sociales. El mayor énfasis
estaba situado más sobre la intervención precoz en los problemas psicosociales
(intervención en crisis) que sobre los cuidados de los pacientes con desórdenes
psiquiátricos crónicos. No era requisito el que los centros proporcionaran
acomodaciones protegidas para los pacientes con desórdenes crónicos. Este
limitado rol de los centros llevó a la insatisfacción de los pacientes
descargados desde los servicios de larga estadía por lo que su destino era
hacia centros privados o prisiones, o se unían a la población de personas sin
hogar de las grandes ciudades (Goldman y Morrisey 1985)
Principios Emergentes:
Algunos principios de acuerdo surgieron acerca de las necesidades de los
servicios para permitir el cierre de los viejos asilos surgieron de estas
experiencias:
Atención hospitalaria: Las admisiones en los hospitales deben ser breves, hasta
donde sea posible en unidades psiquiátricas en hospitales generales más que en
hospitales psiquiátricos. Siempre que sea factible que estos pacientes sean
tratados como pacientes externos o en hospitales diurnos.
Rehabilitación: Tiene que ser provista, inicialmente con la confianza de que la
mayoría de los pacientes deberían progresar para la vida independiente, pero
posteriormente con ayuda para prevenir futuro deterioro.
Cuidados Comunitarios: Tienen que ser ofrecidos a los pacientes por un
contingente de profesionales que trabajen fuera del hospital. Dos factores
gradualmente llegan a ser aparentes: el primero es que este sistema de
cuidados requiere una importante fuente de recursos, y segundo, es que
algunos de los pacientes más vulnerables son más reacios a la utilización de los
cuidados disponibles.
Los cuidados deben ser proporcionados por equipos multidisciplinarios de
profesionales en los cuales los profesionales trabajan estrechamente. Estos
equipos generalmente incluyen psiquiatras, enfermeras comunitarias, psicólogos
clínicos, y trabajadores sociales, todos ellos trabajan en estrecha colaboración
con grupos de voluntarios.
En muchos países las reformas legales fueron introducidas para limitar
el uso de tratamientos obligatorios y hospitalizaciones forzadas. Estas
reformas reflejaban la opinión pública en relación a los derechos de los
individuos.
9
Estos principios han llevado a la adopción de patrones de servicio en la
comunidad los cuales serán descritos más adelante.
La Provisión de los servicios psiquiátricos por la Comunidad
Para determinar que servicios psiquiátricos son requeridos por una
comunidad, es necesario conocer que tan frecuentes son los desórdenes
mentales en la población, y como estos desórdenes llegan a ser conocidos por
los servicios médicos. Estos hechos serán descritos primero en relación a los
servicios de atención primaria, y luego en relación a los servicios de
especialistas.
Servicios en Atención Primaria:
Enfermedades Psiquiátrica en la comunidad y en atención primaria:
Enfermedades Psiquiátricas en la comunidad: Es difícil determinar la exacta
frecuencia de enfermedades mentales en la comunidad, pero las estimaciones
aproximadas son generalmente suficientes para la planificación de los
servicios. La tabla 9.1 muestra un grupo de características, las cuales fueron
derivadas de una gran población estudiada en los Estados Unidos. Los
desórdenes Psicológicos son comunes; entre personas de alto riesgo, alrededor
de 1 de cada 5 experimenta uno de estos desórdenes en el curso de un año.
Entre las condiciones registradas en tales estudios, muchos son Ansiedad
breve y reacciones depresivas a situaciones estresantes más que
a
desórdenes psiquiátricos definidos. Entre los desórdenes psiquiátricos, los
desórdenes de ansiedad son los más frecuentes, seguidos por abuso de drogas
y alcohol. Los desórdenes Afectivos vienen luego en frecuencia. Los
desórdenes Obsesivos y la Esquizofrenia son mucho menos frecuentes.
Enfermedades Psiquiátricas en la Atención Primaria: Entre las personas
identificadas en una comunidad estudiada como teniendo enfermedades
psiquiátricas, muchos no han visitado al médico. Así hay muchas personas con
Reacciones Agudas a stress o con Trastornos de Ajuste que no han solicitado
ayuda a los médicos y han sido contenidos sólo por la familia, amigos, la iglesia,
o consejeros no médicos. Muchas personas con problemas de abuso de
substancias consideran que no necesitan ayuda de ningún tipo. Sin embargo,
cuando los servicios de atención primaria están bien desarrollados (como en el
Reino Unido), alrededor de 9 de 10 personas con una Enfermedad Psiquiátrica
definida se atienden con un Médico General. El que una persona con una
10
enfermedad psiquiátrica consulte a un médico general depende de varios
factores:
• La severidad y duración de la enfermedad.
• La actitud de la persona hacia la enfermedad psiquiátrica, algunas personas
sienten vergüenza de pedir ayuda.
• Las actitudes y conocimiento de la familia y amigos; si estas personas son
antipáticas, las personas afectadas pueden ser menos propensos a pedir
ayuda.
• Los conocimientos acerca de la posible ayuda; si las personas no conocen que
tipo de ayuda puede ser prestada, es menos probable que pidan ayuda.
• La percepción de las personas en relación a las actitudes del médico en las
enfermedades psiquiátricas; si el doctor es visto como antipático, las
personas es probable que pidan menos ayuda.
Detección de Enfermedades Psiquiátricas por Médicos Generales:
Las personas con enfermedades psiquiátricas que consultan a sus
médicos generales pueden no mencionar sus problemas psiquiátricos pero
pueden quejarse en su lugar de síntomas físicos, los cuales pueden ser
síntomas de una enfermedad física menor, o síntomas somáticos de ansiedad
(tales como palpitaciones) o depresión (tales como cansancio). Alguno de estos
pacientes están al tanto de que estos síntomas son parte de un desorden
emocional, pero no están seguros de que el médico responderá bien a los
requerimientos de tratamiento de los síntomas psicológicos. Otros pacientes
no están conscientes de que estos síntomas tengan una causa psicológica.
Los médicos generales varían en sus habilidades para detectar síntomas
psiquiátricos poco claros. Su éxito dependerá de dos factores: la habilidad
para ganar la confianza de los pacientes y la capacidad de ellos para detectar
síntomas psiquiátricos; y las habilidades para evaluar la relación entre
síntomas psiquiátricos y físicos.
Tratamiento de las Enfermedades Psiquiátricas en Atención Primaria:
La mayoría de las enfermedades psiquiátricas en la práctica general
puede ser tratados adecuadamente en atención primaria. Ejemplos son la
mayoría de los desórdenes de ajuste, las ansiedades menos severas y los
desórdenes depresivos, y muchos problemas de abuso de alcohol. Solamente
cerca del 5 a 10 % de los pacientes que los médicos generales han
identificado con problemas psiquiátricos necesitan ser referidos a psiquiatra.
Este pequeño grupo incluye pacientes con desórdenes depresivos severos,
11
esquizofrenia y demencia. Los médicos generales es más probable que refieran
pacientes con otros desórdenes cuando el diagnóstico es incierto, la condición
es severa, hay un significativo riesgo de suicidio, la condición es crónica, es
necesario tratamiento que no puede ser proporcionado por un miembro del
equipo, los servicios psiquiátricos son accesibles y responsivos, y los pacientes
desean ser atendidos.
Tratamiento proporcionados por el médico general: Como se mencionó antes, la
mayoría de los pacientes que se presentan con desórdenes psiquiátricos en
atención primaria tienen desórdenes de ajuste, desórdenes afectivos, o
problemas de abuso de substancias. Consecuentemente lo que se requiere del
servicio para tratamiento psiquiátrico son fundamentalmente consejería,
tratamiento conductual simple, y la prescripción de drogas. Ya que pocos
médicos generales tienen tiempo para proporcionar consejería para todos los
pacientes que la necesitan, un buen staff de atención primaria debería incluir
un consejero. Con algún entrenamiento adicional, las enfermeras pueden asistir
en la consejería de los pacientes con desórdenes afectivos menos severos
(Wilkinson et al. 1993).
Los médicos generales tienen un rol en el cuidado de seguimiento de los
pacientes con enfermedades psiquiátricas crónicas. Para tales pacientes es
una buena práctica definir claramente el rol del médico general y el rol del
equipo psiquiátrico. Por ejemplo, cuando un médico general prescribe Litio para
un paciente con Enfermedad afectiva recurrente, debería agregarse un plan
que incluya una frecuencia especificada de mediciones de función renal,
tiroidea y concentración plasmática de litio. Los médicos generales juegan un
rol en los cuidados comunitarios de los pacientes con esquizofrenia crónica por
medio de la evaluación de progresos, fomentando la compliance al tratamiento,
y apoyando a la familia (Regier et al. 1985; Sibbald et al. 1991).
El equipo psiquiátrico trabajando en atención primaria: Ahora es común para
los psiquiatras visitar centros de atención primaria para apoyar a los médicos
generales en su trabajo. Hay cuatro maneras en las cuales un psiquiatra puede
trabajar en atención primaria:
1. El psiquiatra puede actuar como el doctor del "primer contacto", en lugar
del médico general. Esta forma de trabajo es adecuada en países con un
servicio de atención primaria pobremente desarrollado, pero menos
apropiado en países (tales como el Reino Unido) donde los médicos
generales están ampliamente disponibles para hacer la primera evaluación
de las necesidades de los pacientes.
12
2. Los psiquiatras pueden aconsejar a los médicos generales en relación con el
manejo de los pacientes en atención primaria. El psiquiatra no ve al
paciente pero aconseja al médico general en su evaluación.
3. El psiquiatra puede evaluar pacientes cuando el médico general está poco
claro en relación con el diagnóstico o tratamiento. Los pacientes
identificados como necesitando tratamiento de especialidad son referidos
a clínica psiquiátrica ambulatoria en la manera usual.
4. El psiquiatra puede trabajar principalmente en atención primaria, viendo
pacientes en el centro de salud o en sus hogares y así reduciendo o
finalizando la hospitalización del paciente en clínicas ambulatorias.
La forma más apropiada depende de las necesidades de médicos generales,
la accesibilidad de los pacientes a los centros de atención (generalmente mayor
en las áreas urbanas que en las rurales), y el número de psiquiatras disponibles
(si gastan menos tiempo viajando, más tiempo hay disponible para los
pacientes).
Psicólogos clínicos y Enfermeras psiquiátricas pueden trabajar con el equipo de
atención primaria, proporcionando consejería o terapia conductual. No está
claro si las enfermeras psiquiátricas son más efectivas que las de atención
primaria en el tratamiento de desórdenes menores. Un estudio no mostraba
beneficios cuando un grupo de pacientes tratados por una enfermera
psiquiátrica comunitaria era comparada con un grupo contr ol tratado por un
médico general (Gournay y Brooking 1994).Sin embargo, es generalmente
acordado que las enfermeras psiquiátricas comunitarias juegan un rol
importante en el cuidado de pacientes con enfermedades psiquiátricas crónicas
severas tales como la esquizofrenia, enfermedad maniaco-depresiva, y abuso
de substancias.
Servicios de Especialidad Psiquiátricos:
Los pacientes tratados por los servicios psiquiátricos son un subgrupo
altamente seleccionado de personas con enfermedades mentales. En países
donde los médicos generales actúan como los "guardias" de los servicios de
especialistas, los números y tipo de pacientes que llegan a los servicios de
psiquiatría dependen en gran medida del buen desempeño de los médicos
generales en el tratamiento
de las enfermedades psiquiátricas, de la
disponibilidad de recursos, y de la diligencia de los pacientes para ver
especialistas psiquiatras. En el Reino Unido, la mayoría de los pacientes en
contacto con los servicios de psiquiatría tienen neurosis crónicas y severas,
desórdenes afectivas severos, esquizofrenia, o demencia. Entre los pacientes
13
que son especialmente probables que sean tratados por un especialista están
aquellos que son suicidales y aquellos que son peligrosos para los demás. Se
requieren muchas habilidades para manjar estas condiciones: cuidados
internados, cuidados diarios, cuidados ambulatorios, y cuidados comunitarios.
Originalmente había esperanzas de que las tasas de admisión a los hospitales
se reducirían por medio del aumento del trabajo en la comunidad, pero tal
reducción no se ha observado. Se han reportado reducciones (Williams y
Ballestieri 1989) pero, en un estudio cuidadoso de los efectos de la
introducción de equipos de salud comunitarios en atención primaria, no se
encontró disminución en la internación de pacientes aunque las referencias de
pacientes externos disminuía en la forma esperada (Jackson et al 1993).
En el Reino Unido y algunos otros países, la organización de los servicios
especializados es difícil por una división de responsabilidades entre diferentes
formas de financiamiento. En el Reino Unido, por ejemplo, el gobierno central
proporciona los fondos para los servicios comunitarios basados en los
hospitales, mientras que las autoridades locales emplean a los trabajadores
sociales y proporcionan las actividades y las acomodaciones protegidas en
hostales y hogares de grupo. Organizaciones de voluntarios también juegan un
papel en la provisión de cuidados. A menos que exista una estrecha unión entre
estos diversos proveedores, los servicios pueden llegar a ser descoordinados y
deficientes en la satisfacción de las necesidades de los pacientes. Diferentes
provisiones son requeridas por los pacientes de acuerdo a si su enfermedad es
crónica o aguda. Estos servicios serán descritos separadamente, partiendo con
los servicios especializados para pacientes con desórdenes psiquiátricos
agudos.
a) Atención Aguda de Especialidad:
La atención especializada de desórdenes psiquiátricos agudos de pacientes
externos, del hospital diurno, y pacientes hospitalizados, al igual que loa
equipos que trabajan en Atención Primaria.
Clínicas de pacientes ambulatorios: Aunque es frecuentemente útil para un
psiquiatra trabajar en la práctica general con el fin de evaluar y tratar
pacientes con enfermedades psiquiátricas agudas, trabajar en una clínica
central tiene dos ventajas: la primera, es el tiempo de staff profesional es
utilizado en forma más efectiva porque ellos gastan menos tiempo viajando; la
segunda, es que una persona más experimentada está disponible en forma
inmediata para dar ayuda a una persona menos experimentada del staff. Las
desventajas de las clínicas de pacientes ambulatorios son que los pacientes
tienen que viajar largas distancias y los miembros de la familia pueden
encontrar difícil atender al paciente en la clínica.
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Hospitales Diurnos: Los hospitales diurnos son valorable de dos maneras en el
tratamiento de las enfermedades psiquiátricas agudas; primero, la atención en
un hospital diurno puede evitar la hospitalización en pacientes con desórdenes
psiquiátricos menos severos; segundo, los pacientes internados pueden ser
transferidos a hospitales diurnos cuando ellos
no necesitan todas las
atenciones que entrega la unidad de internación completa.
En el tratamiento de pacientes con desórdenes agudos, los cuidados de día
son más apropiados para aquellos quienes pueden estar con sus familias en las
noches y los fines de semana. Las condiciones psiquiátricas adecuadas incluyen
enfermedades depresivas de moderada intensidad y sin riego substancial de
suicidio, desórdenes de ansiedad, y desórdenes obsesivos, y algunos trastornos
de la alimentación. La atención de día debería ser planificada tan
cuidadosamente como la de los pacientes internados, y debería tener un
tratami ento activo adecuado a las necesidades específicas de cada paciente. Si
no hay un programa activo, los pacientes pueden llegar a depender del apoyo
del hospital de día sin obtener beneficios de los tratamientos específicos que
podrían ser ofrecidos.
Unidades de pacientes internados: Aunque originalmente se pensó
originalmente que una buena provisión de cuidados comunitarios reduciría en
forma importante la necesidad de hospitalización, se sabe ahora que todos los
servicios psiquiátricos requieren de unidades de hospitalización capaces de
tratar los pacientes más severamente enfermos rápidamente en casos de
emergencia. El número de camas requeridas para el apoyo a un servicio de
psiquiatría comunitaria depende varios factores:
1. La facilidad para el tratamiento de desórdenes psiquiátricos agudos en un
hospital ambulatorio; la disponibilidad de los cuidados familiares para los
parientes con una enfermedad aguda; la disponibilidad de enfermeras
psiquiátricas y otros profesionales comunitarios para proporcionar
cuidados intensivos las 24 horas del día; y la disponibilidad de hostales con
personal para pacientes sin familia.
2. Las facilidades para una precoz descarga de los pacientes después de una
hospitalización en la fase aguda de la enfermedad.
Un balance razonable entre hospitalización de pacientes y cuidados
comunitarios puede generalmente ser logrado con el número de plazas
hospitalarias mostrada en la tabla 19.2. En la figura de 100 plazas para
hospitalizaciones agudas por 250000 de la población total incluye los
requerimientos para enfermedades agudas y exacerbaciones agudas de
enfermedades crónicas en personas sobre los 65 años de edad; para pacientes
sobre esta edad la figura excluye las demencias. Especial atención es
15
requerida para pacientes quienes requieren enfermería intensiva durante
episodios de desajuste conductual, y para aquellos que pueden ser peligrosos
para los otros.
Las unidades de hospitalizados para pacientes agudos deberían alcanzar
un balance entre las necesidades de los pacientes de privacidad y las
necesidades del staff para la observación de ellos. Hay necesidad de contar
con áreas seguras para la mayoría de los pacientes desajustados, áreas donde
los pacientes puedan estar solos, y áreas donde ellos puedan interactuar con
los otros. Debería proporcionárseles terapia ocupacional, práctica de
habilidades domésticas y recreación. Espacios abiertos son deseables.
Unidades de Hospital General: En muchos lugares la atención de los pacientes
internados por enfermedades psiquiátricas agudas es realizada en hospitales
generales. Estas unidades tienen la ventaja de carecer del estigma y la
facilidad de acceso a los servicios médicos cuando estos son requeridos.
También tales unidades acercan las unidades de especialidad psiquiátrica a los
hogares de los pacientes. Las desventajas de las unidades en los hospitales
generales incluyen las dificultades de proporcionar un espacio adecuado para
actividades ocupacionales y la creación de un ambiente informal para la
atención psiquiátrica en un hospital diseñado primariamente para la atención de
diferentes enfermedades físicas. Algunos de estos problemas pueden ser
superados si las unidades psiquiátricas ocupan un edificio separado dentro del
complejo de un hospital general.
b)Atención a largo plazo:
Características de los pacientes que necesitan cuidados a largo plazo:
Diagnósticos: Con la excepción de los viejos, la mayoría de los pacientes
psiquiátricos requieren de cuidados a largo plazo si tienen Esquizofrenia,
Enfermedades Afectivas crónicas, Demencia pre-senil, o desórdenes de
personalidad asociados con conducta agresiva o abuso de substancias. Los
pacientes que necesitan cuidados en un
hospital por más de un año
frecuentemente son referidos como los "nuevos de larga estadía" (a diferencia
de los "viejos de larga estadía" quienes han sido residentes en un hospital
durante muchos antes del programa de cierre de estos).
Problemas: Hay muchas maneras de clasificar los problemas de los pacientes
que necesitan cuidados psiquiátricos largo plazo. El primero fue sugerido por
Wing y Morris en 1981:
16
1. Deterioro debido directamente a la enfermedad psiquiátrica, por ejemplo
alucinaciones
persistentes,
retraimiento
social,
inactividad,
y
enlentecimiento.
2. Desventajas sociales secundarias tales como desemp leo, pobreza, y
vagancia, así mismo como el estigma que persigue a las enfermedades
psiquiátricas crónicas.
3. Reacciones Adversas Personales a la enfermedad y las desventajas sociales,
tales como disminución del autoestima y desesperanza.
Un segundo método de clasificación está basado en las características de
los pacientes que llevan a dificultades en el manejo (Wing y Furlong 1986):
1. Riesgo de herir a otros o a ellos mismos.
2. Conducta impredecible y tendencia a recaer
3. Pobre motivación y pobre capacidad para manejarse ellos mismos o para
adaptar sus roles sociales
4. Perdida del insight en relación con la necesidad de tratamiento
5. Poca aceptación pública
Si los pacientes presentan problemas severos y persistentes de este tipo,
ellos no pueden recibir los cuidados adecuados de la comunidad; en su lugar
ellos requieren cuidados residenciales continuos en un hospital o en un hostal
protegido. Grupos de pacientes de este tipo han ido identificados en los
servicios comunitarios en el Reino Unido y otros países.
Una tercera forma de clasificar los problemas de los pacientes que
necesitan cuidados a largo plazo se relaciona con sus necesidades de
rehabilitación. Wing y Morris 1981 sugirieron la siguiente clasificación:
1. Síntomas persistentes, tanto positivos (tales como alucinaciones) como
negativos (tales como carencia de la motivación)
2. Conducta inusual, especialmente si es probable que sea desaprobada
socialmente, por ejemplo decir obscenidades
3. Actividades de la vida diaria, tales como la capacidad de lavarse o vestirse
4. Habilidades ocupacionales y domésticas, tales como comprar y cocinar
5. Actitudes personales y expectativas
6. Circunstancias sociales a las que el paciente pueda retornar
Rehabilitación de los pacientes que necesitan cuidados a largo plazo:
En psiquiatría, el término rehabilitación indica acciones para ayudar a los
pacientes a alcanzar y mantener su mejor nivel de funcionamiento. Los
procedimientos usados en rehabilitación son médicos, ocupacionales,
17
psicológicos, sociales y residenciales. Estos procedimientos pueden ser
proporcionados en una unidad de hospitalización, hospital diurno, o un centro de
rehabilitación.
Medica: La mayoría de los pacientes en programas de rehabilitación requieren
de tratamiento farmacológico para el control de síntomas de la Esquizofrenia o
Enfermedad Afectiva Crónica.
Psicológica: Los métodos psicológicos incluyen terapia de apoyo, programas
conductuales, y entrenamiento de habilidades sociales (Liberman et al 1986).
Ocupacional: La terapia ocupacional ayuda a estructurar el día y proporciona
una oportunidad de interactuar con otras personas. Buenos resultados pueden
ser una fuente de autoestima, y el pago como otro incentivo. En el pasado la
terapia ocupacional era
frecuentemente intentado para preparar a los
pacientes para trabajos industriales simples (Carstairs et al 1956; Wing et al
1964), pero en los años recientes el desempleo se ha incrementado entre las
personas sanas y la posibilidad de que se empleen los discapacitados ha
disminuido. Por esta razón las actividades alternativas tales como, jardinería,
reparaciones del hogar, trabajos manuales, y cocinería proporcionan un sentido
de realización y ayuda a los pacientes a usar su tiempo libre en forma
constructiva.
Social: Aunque las personas discapacitadas deberían ser estimuladas a
pertenecer a grupos
sociales
integrados por personas sanas, algunos
necesitan clubes especiales y centros sociales donde ellos puedan estar con
otras personas que tengan dificultades similares en cumplir con las demandas
de la vida normal.
Provisiones necesarias para los cuidados a largo plazo:
a) Cuidados de hospitalización: Para los pacientes con enfermedades
psiquiátricas crónicas, los cuidados de hospitalización
pueden ser
necesarios para tratamiento agudo de recaídas, para rehabilitación
intensiva, y ocasionalmente para larga estadía. Las necesidades básicas de
una unidad de hospitalizados para pacientes con enfermedad crónica son
muy similares a aquellos de los pacientes agudos. Sin embargo, ya que el
ritmo y la intensidad de tratamiento de los pacientes es más lento para
aquellos con enfermedades crónicas que para aquellos con enfermedad
aguda, es generalmente mejor separarlos en dos grupos diferentes. Es
necesario contar con áreas seguras para los pacientes con alteraciones
conductuales agudas y severas, salas individuales, áreas para observación y
otras áreas privadas, y actividades ocupacionales y sociales incluyendo
18
espacios abiertos. El trabajo protegido y las facilidades recreacionales no
necesitan estar en el mismo edificio; pero deberían estar a corta distancia.
Las provisiones pueden estar en edificios de un tipo más doméstico que
aquellos generalmente disponibles para pacientes con enfermedad aguda.
b) Hospitales de Día: Los hospitales diurnos juegan un importante rol en el
cuidado de los pacientes con enfermedades psiquiátricas crónicas. Los
pacientes pueden ser atendidos para evaluación y supervisión de
tratamiento farmacológico, y para actividades ocupacionales y sociales. Ya
que es difícil simultáneamente satisfacer las necesidades de pacientes con
enfermedades agudas y pacientes con enfermedades crónicas, es mejor
separar actividades en diferentes áreas del edificio u organizarlos en
diferentes horarios.
c) Clínicas Ambulatorias: Estas juegan un rol pequeño en el cuidado de los
pacientes con desórdenes psiquiátricos crónicos. Esto porque los pacientes
con desórdenes crónicos son más propensos a equivocarse en las citaciones,
y porque es a menudo importante visitar a sus familias u otros cuidadores.
Por estas razones, el seguimiento por una enfermera comunitaria es
generalmente más efectiva que una clínica ambulatoria.
Provisiones requeridas en la comunidad: Si los pacientes con enfermedades
psiquiátricas crónicas son tratadas en la comunidad es necesario proporcionar
todos los elementos de cuidado que ellos podrían haber recibido en el hospital.
En la comunidad son requeridas 7 provisiones para reemplazar a la
hospitalización a largo plazo:
• Cuidadores adecuados bien apoyados.
• Acomodación adecuada
• Ocupación adecuada.
• Planificación para asegurar la colaboración del paciente con el tratamiento.
• Reevaluaciones regulares, incluyendo evaluaciones de la salud física.
• Colaboración entre los cuidadores.
• Continuidad de la atención y rápida respuesta en crisis.
Planes complicados y caros son requeridos para tener estos siete elementos
disponibles tanto en el hospital como en la comunidad. La carencia de estos
planes puede permitir la existencia de pacientes vagabundos, sin ocupación
constructiva, tratamiento inadecuado, y sin cuidados. La falta de los cuidados
comunitarios puede también llevar a cuidadores no apoyados y vida familiar
disruptiva. Los primeros cinco de la lista serán discutidos.
19
Cuidadores: Cuando los pacientes viven en un hogar, la familia y los amigos son
los principales cuidadores, y ellos proporcionan gran parte de la ayuda que
debería ser proporcionada por las enfermeras si los pacientes permanecieran
hospitalizados. Por ejemplo, ellos pueden estimular a los pacientes a levantarse
en las mañanas, mantener su higiene personal, alimentarse regularmente, y
ocuparse en labores constructivas. Los cuidadores también pueden estimular la
adherencia al tratamiento. Si los pacientes tienen muchos problemas
conductuales, el compromiso prolongado en su cuidado es estresante. Los
cuidadores pueden entonces necesitar apoyo y consejo, y a veces periodos de
descanso.
Cuidadores Voluntarios: juegan un importante papel en muchos sistemas de
cuidado comunitario. Voluntarios entrenados ayudan apoyando a pacientes y
familias, y algunos organizaciones caritativas emplean cuidadores profesionales
tales como personal de hostales.
Enfermeras Comunitarias Psiquiátricas: juegan un rol esencial en la atención
comunitaria por medio del apoyo a los pacientes y sus familias, evaluando el
estado clínico de los pacientes, supervisando la terapia farmacológica, y
estimulando la interacción social.
Alojamiento: Los pacientes descargados desde los hospitales tienen
necesidades de alimentación y refugio. Muchos pacientes viven con sus
familias. Algunos pueden cuidarse ellos mismos en refugios rentados. Otros
necesitan más ayuda, la cual puede ser proporcionada de tres formas:
a) En Pensiones: algunas personas reciben pacientes con enfermedades
mentales como huéspedes y les proporcionan
cuidados extras. Esto
funciona bien en algunos países pero no ha sido adoptado en forma amplia en
el Reino Unido.
b) En Hogares de Grupo: algunos pacientes son capaces de vivir en grupos, por
ej, casas en las que 4 o 5 pacientes viven juntos. Estas casas pueden ser
dadas por los servicios sociales o de salud o por caridad. Los pacientes son
frecuentemente esquizofrénicos crónicos con una discapacidad social pero
pocos síntomas positivos. Ellos son seleccionados por ser capaces de
realizar las tareas esenciales en una casa, cada uno usa sus habilidades
residuales, aún cuando separadamente son incapaces de completar todas las
tareas. Los pacientes que viven en grupos reciben apoyo regular y
supervisión, generalmente por una enfermera comunitaria quien se asegura
que estén trabajando bien y estimula a los pacientes a asumir
responsabilidades.
c) En Hostales: muchos de los cuidados residenciales a largo plazo se realizan
en los hostales. En los años 50 los primeros hostales para pacientes
20
psiquiátricos fueron pensados como casas intermedias desde las cuales los
pacientes podrían rápidamente a una
vida más independiente. La
experiencia mostró que muchos residentes no abandonaban las casas
intermedias, las cuales llegaban a ser hostales a largo plazo (Wing y Hailey
1972). Este cambio no debería ser visto como una falla, ya que los hostales a
largo plazo cumplen otra función útil. Por ejemplo, en un estudio de
residentes de hostales, Hewett y Ryan (1975) encontró que la mitad había
permanecido en el hostal por más de dos años y la mitad alcanzó un plateau
en su recuperación, pero más de la mitad tenía poco deterioro conductual y
estaban trabajando. Aunque la mayoría de los residentes de hostales viven
vidas bastante independientes, unos pocos discapacitados requieren
cuidados adicionales. Los niveles de supervisión pueden variar de acuerdo a
las necesidades de los residentes, por ejemplo el personal puede dormir en
la noche, o ellos pueden permanecer despiertos como en un turno de
hospital. El ultimo plan es a veces llamado "hostal hospital".
Estimulación a la colaboración con el tratamiento: En los hospitales la
presencia continua de enfermeras puede asegurar la compliance al tratamiento.
En la atención comunitaria es mucho más difícil asegurar la compliance de los
pacientes pobremente motivados. A menudo los parientes entienden este rol, y
es importante que ellos entiendan el plan de tratamiento (por ejemplo las dosis
y el tiempo de medicación) y que ellos conozcan a quien informar si el paciente
se ha apartado del plan. Es también importante que el paciente entienda el plan
de tratamiento. Las enfermeras comunitarias tienen un importante rol en la
estimulación a la adhesión al tratamiento. Los pacientes que objetan su plan de
tratamiento pueden ser ayudados a expresar sus puntos de vista a través de
una recomendación de que pueden hablar por ellos mismos.
Algunos pacientes con enfermedades psiquiátricas crónicas
no
reconocen sus necesidades de continuar con el tratamiento y recaen porque
ellos paran de tomar sus drogas antipsicóticas. En el Reino Unido no hay
medidas compulsorias por lo que se requiere la adherencia a los tratamientos
de los pacientes que no están hospitalizados. Esta es una preocupación para los
psiquiatras ya que la falla en la adherencia es una importante causa de
recaídas.
Reevaluaciones: Los pacientes que viven fuera del hospital requieren de
algunas reevaluaciones regulares que ellos recibirían si estuvieran en un
hospital de larga estadía. Nuevas valoraciones regulares del estado mental y de
la adherencia al tratamiento es generalmente realizada por las enfermeras
comunitarias, con reevaluaciones planificadas menos frecuentes por parte de
21
psiquiatras. Algunos pacientes con enfermedades crónicas olvidan las
citaciones; entonces es importante tener un sistema para recordar por medio
del cual se pueda restablecer el contacto tanto como sea posible. Para
asegurar esto el equipo psiquiátrico necesita trabajar estrechamente con los
cuidadores y los médicos generales. Es importante revisar la salud física tanto
como la psiquiátrica, porque los pacientes con enfermedades psiquiátricas
crónicas pueden no pedir ayuda por enfermedades físicas. A pesar de los
esfuerzos, las evaluaciones nunca serán tan frecuentes como en los hospitales.
Así puede ser muy difícil predecir conductas peligrosas en pacientes que están
recibiendo atención comunitaria.
Trabajando con la familia y los voluntarios:
Los cuidados comunitarios son caros, y en la mayoría de los países los
fondos públicos son limitados con el resultado de que la puesta en marcha de
estos depende frecuentemente de contribuciones de
familias y grupos
voluntarios. Es importante que estas familias y grupos voluntarios estén
involucrados en la planificación de los servicios, y que exista acuerdo acerca de
sus responsabilidades y las del personal profesional. Es una buena práctica
involucrar a las familias y grupos voluntarios en la evaluación de los servicios.
Colaboración Efectiva:
Los cuidados comunitarios requieren complicados planes que involucran a
varios profesionales así como a parientes y organizaciones de voluntarios. Hay
que asegurar que la planificación sea realizada antes de que los pacientes sean
descargados del hospital. Es común designar a una persona (un trabajador
clave) quien es responsable de asegurar que los servicios planificados son
entregados realmente y cheque periódicamente si es que el paciente necesita
algún cambio. Aveces un case manager es designado para asegurar que el plan
de cuidado es llevado a cabo.
Continuidad de cuidados y Respuesta a las crisis:
El personal de atención comunitaria necesita ganarse la confianza de sus
pacientes para asegurar tratamiento y pedir ayuda si los problemas aumentan.
El personal necesita conocer bien a sus pacientes para ser capaces de predecir
sus respuestas frente al estrés y detectar pequeños cambios conductuales que
puedan indicar recaída. Esta ayuda no puede ser dada si el personal cambia
frecuentemente. La continuidad del cuidado es muy importante, y el personal
debería supervisar cuando los cuidados pasan a un nuevo trabajador.
22
El personal de atención comunitaria necesita responder rápidamente a
las crisis. El entrenamiento del personal debe ser adecuado para una rápida
respuesta, preferiblemente por el personal que conoce al paciente o por un
equipo de emergencia.
Evaluación de los Servicios de Psiquiatría:
Las políticas del cuidado comunitario fueron originalmente basadas en
puntos de vistas optimistas acerca de la posibilidad de manejo fuera del
hospital tanto de episodios agudos como de problemas a largo plazo asociados a
enfermedades mentales crónicas. Cuando las políticas fueron iniciadas, se
aplicaron principalmente a pacientes que, después de muchos años en un
hospital, llegaron a institucionalizarse. Estos pacientes podrían ser manejados
en la comunidad sin mucha dificultad. Entonces llegó a ser evidente que menos
adherencia podría ser esperada de los pacientes quienes habían estado menos
tiempo en u hospital y estaban en un estado más precoz de la enfermedad.
También llegó a ser claro que los desórdenes de estos pacientes eran más
inestables y así era más difícil su tratamiento en la comunidad. Los problemas
consecuentes han llevado a cuestionar
la efectividad de los cuidados
comunitarios, y han incrementado la necesidad de evaluación.
Han sido hechas dos aproximaciones a la evaluación de la atención
comunitaria: a)estudios de servicios completos, y b) estudios de elementos
particulares del servicio, por ejemplo cuidados del hospital diurno. Estas dos
aproximaciones serán consideradas a continuación.
a) Estudios de Servicios Completos: Wing y Hailey (1972) sugirieron 6
preguntas que deberían ser respondidas acerca de un área de servicio
psiquiátrico para una población.
1. ¿Cuántos pacientes están en contacto con el servicio?
2. ¿Cuáles son sus necesidades y las de sus parientes?
3. ¿Están los servicios satisfaciendo estas necesidades en la actualidad?
4. ¿Cuántos de los que no están en contacto con el servicio, lo necesitan?
5. ¿Qué nuevos servicios, o modificaciones a los servicios existentes, son
requeridos para satisfacer sus necesidades?
6. ¿Habiendo introducido los nuevos servicios o sus modificaciones, están
las necesidades satisfechas?
Estas preguntas pueden ser respondidas por los registros de casos, por
estudios específicos (por ejemplo evaluaciones de los efectos del cierre de
los hospitales), usando registros de rutina, y solicitando las opiniones de
aquellos quienes usan el servicio y aquellos que ayudan.
23
Registros de casos: Permiten un monitoreo continuo del uso de los servicios
dentro de un área definida por medio de la enumeración de contactos con
las diferentes partes del servicio.
Estudios Sistemáticos: de las consecuencias del cierre de los hospitales
mentales, la vuelta de sus pacientes, y la compasión por los nuevos casos en
la comunidad han sido reportados en el Reino Unido. Los resultados de tales
estudios son alentadores ya que ellos sugieren que un buen apoyo
comunitario puede reemplazar los cuidados hospitalarios, pero los
resultados deberían ser tomados con cautela en aquellos servicios menos
buenos.
Registros Clínicos: pueden ser usados como un monitoreo continuo de los
servicios. Tales monitorizaciones requieren indicadores simples que son
sensibles al amplio rango de trabajo de los sistemas de atención.
Idealmente, estos indicadores deberían ser de resultados (los efectos del
servicio) más que de inversión (los recursos usados). Los indicadores de
resultado son difíciles de identificar. Los indicadores sugeridos son las
tasas en las cuales los pacientes son perdidos en el seguimiento, tasa de
suicidio entre los pacientes recientemente descargados, y el número de
vagabundos enfermos mentales. El valor de esto dos indicadores es
limitado ya que ambos son afectados por otros factores además de la
calidad de los servicios psiquiátricos. En ausencia de un buen indicador de
resultado, la mayoría de los servicios comunitarios son monitoreados a
través de la medición de las inversiones, por ejemplo el número de
enfermeras comunitarias empleadas o el número de
hostales
proporcionados. Los procesos variables son difíciles de monitorear, pero
índices simples pueden ser medidos tales como la cantidad de tiempo
gastado por las enfermeras comunitarias con pacientes que tienen una
esquizofrenia crónica. Sin embargo, la calidad de los cuidados depende no
sólo del tiempo gastado con cada paciente sino también de que se le es
proporcionado durante esa sesión.
Estudios de usuarios y proveedores: pueden dar información útil. Los
pacientes, parientes, médicos generales, asistentes sociales, y agencias de
voluntarios pueden tener una importante perspectiva de la efectividad de
los servicios y la necesidad de cambio.
b) Estudios de los elementos de un servicio: Pruebas de cuidado diario y de
apoyo comunitario intensivo han mostrado que, para desórdenes agudos, una
hospitalización breve y luego un cuidado diario o apoyo en el hogar pueden
ser tan efectivo como una hospitalización prolongada. Los estudios más
24
comprensivos comparaban la admisión a un hospital con los cuidados
comunitarios en el manejo de los problemas psiquiátricos de una población
definida.
Pacientes con necesidades especiales:
Trabajos clínicos e investigaciones han identificado varios grupos de
pacientes cuyas necesidades no pueden ser satisfechas por los servicios
psiquiátricos comunes. Estos grupos son:
• Miembros de minorías étnicas:
1) Uso de los servicios: Los miembros de minorías étnicas es menos probable
que usen los servicios que otras personas. Ellos consultan menos a los
médicos generales cuando tienen algún problema psiquiátrico, es menos
probable que acepten
ser referidos a servicios psiquiátricos
especializados, y es menos probable que cumplan con un tratamiento
psiquiátrico. Cuando los miembros de minores étnicas piden ayuda, los
profesionales del staff identifican menos los problemas psiquiátricos y son
menos capaces de explicar la enfermedad y tratamiento en términos que
tomen en consideración las creencias y cultura de los pacientes.
En el Reino Unido, estos problemas han sido estudiados en forma particular
entre personas de origen Asiático y Afrocaribeñas. Las personas de origen
Asiático consultan a sus médicos generales más frecuentemente acerca de
la mayoría de las condiciones que la población general; pero consultan menos
acerca de síntomas psiquiátricos (Murray y Williams 1986). Algunas
personas Asiáticas prefieren solicitar tratamiento a un curandero cuando
presentan síntomas psiquiátricos. Otros consultan a un médico general, si
presentan más síntomas físicos que psiquiátricos. En algunas minorías
étnicas, la referencia a psiquiatra puede ser evitada porque podría afectar
las perspectivas de matrimonio.
2) Bajo reconocimiento: Hay dos razones de porqué los médicos generales y el
personal de especialidad pueden fallar en el reconocimiento de desórdenes
mentales en los miembros de las minorías étnicas. Primero, pueden haber
problemas de comunicación, lo cual podría ser superados con el uso de
interpretes o por la provisión de médicos miembros de estas minorías
étnicas. Segundo, la presentación de las enfer medades psiquiátricas puede
diferir entre los miembros de la minoría y la población general. Las
personas del subcontinente indio son más propensos a los síntomas físicos
cuando están ansiosos o depresivos (Bal 1987).
3) Problemas de diagnóstico: Las personas de origen Afrocaribeño tienen
mayor probabilidad que la población general ser diagnosticados como
25
esquizofrénicos cuando su conducta se altera en forma aguda. No se sabe si
esta diferencia refleja una
verdadera diferencia en las tasas de
esquizofrenia, o si es debido al mal diagnóstico o que la conducta alterada
tiene otras causas, por ejemplo una reacción a estrés.
4) Problemas de manejo: En Inglaterra un exceso de personas negras han sido
observadas entre pacientes que son admitidos a hospitales por una orden
compulsoria (Dunn y Fahy 1990). Estos hallazgos aumentan las posibilidades
de que criterios diferentes para la admisión puedan ser aplicados a este
grupo.
Personas vagabundas enfermas mentales:
Cuando el cierre de los hospitales se planifican cuidadosamente, pocas
personas descargadas llegan a ser vagabundos (Leff 1993. Harrison et al.
1994). Estudios han encontrado altas tasas de desórdenes psiquiátricos
crónicos entre los residentes de hostales para vagabundos en el Reino Unido,
los Estados Unidos y Australia. Similares tasas de desórdenes psiquiátricos
fueron encontradas entre personas que duermen en las calles. El abuso de
alcohol es común entre quienes viven en hostales y vagabundos.
Cuando una persona con desórdenes psiquiátricos ha adoptado la
vagancia es difícil persuadirlo de aceptar tratamiento o ayuda con alojamiento,
y pueden permanecer en las calles o irse a una casa insatisfactoria. Paciencia y
Persistencia se requieren para prevenir esta evolución.
Pacientes Jóvenes con enfermedades crónicas:
La mayoría de los pacientes psiquiátricos pueden ser tratados por medio
de una corta estadía en una unidad psiquiátrica seguido por cuidados
comunitarios intensivos. Sin embargo, hay un importante grupo, compuesto
principalmente de hombres esquizofrénicos jóvenes, en quienes no remite la
enfermedad y necesitan atención prolongada. Tales pacientes n se ajustan
bien en una unidad de admisión aguda y son ayudados más por un tratamiento
en un ambiente menos estresante. Muchos pueden ser atendidos en un hostal
bien dotado de personal, desde los cuales ellos podrían ser derivados a una
unidad psiquiátrica aguda si presentan una recaída. En la planificación de un
servicio comunitario debe ser contemplado que la mayoría de los miembros de
este grupo es probable que requieran cuidados intensivos a lo largo de sus
vidas.
26
Pacientes Agresivos o con otros problemas conductuales:
En el pasado este pequeño grupo de pacientes permanecía por muchos
años en un hospital, donde sus conductas anormales podían ser manejadas
rápidamente. La mayoría de estos pacientes
son ahora cuidados en la
comunidad, donde es difícil saber sus necesidades. La mayoría de estos
pacientes tienen Esquizofrenia, frecuentemente acompañada por desórdenes
de personalidad o abuso de drogas y alcohol. Unos pocos tienen daño cerebral.
En la comunidad estos pacientes requieren de supervisión intensiva, la cual es
cara y puede no ser aceptada por los pacientes. En los periodos de larga
estadía hospitalaria la conducta agresiva puede ser identificada y tratada
rápidamente, pero tales conductas son difíciles de predecir en los pacientes
en la comunidad, aún con supervisión cercana. Ya que las conductas agresivas
pueden comprometer a otras personas, el público es proclive a juzgar la
eficiencia de los servicios por su habilidad para cuidar a este pequeño grupo
de pacientes. Estos pacientes no son manejados bien en una unidad psiquiátrica
general, donde sus conductas agresivas o no predecibles pueden alarmar a
otros pacientes. Puede ser mejor proporcionar una unidad separada diseñada
para sus necesidades especiales.
No todas las conductas violentas o problemáticas son producto de un
desorden psiquiátrico crónico. En algunos pacientes su conducta se relaciona
con desórdenes de personalidad o abuso de substancias. Es particularmente
difícil prevenir o predecir episodios de violencia en tales pacientes.
Doctores con Problemas Psiquiátricos:
Aunque los doctores se han esforzado por remover el estigma de las
enfermedades psiquiátricas, muchos no solicitan ayuda si se desarrollan tales
enfermedades en ellos mismos. Es útil tener disposiciones especiales para
permitir a los doctores psiquiatricamente enfermos obtener tratamiento
fuera de su lugar de trabajo.
Este tema debería ser discutido abiertamente durante la educación
médica y entrenamiento.
Otros problemas de los cuidados Comunitarios:
El peso sobre los parientes:
Los cuidados comunitarios pueden hacer grandes demandas sobre los
parientes. Si los miembros de la familia toman la responsabilidad de dar
vivienda a los pacientes, estimular la conducta adaptativa, supervisar la
medicación, y reportar los signos de recaída, ellos necesitan estar bien
informados, adecuadamente apoyados y ser capaces de obtener ayuda en caso
27
de emergencia. Tal apoyo consume tiempo y recursos, lo que no está disponible
a no ser que la atención comunitaria esté bien financiada y a las necesidades
de la familia se les otorgue una alta prioridad. Ha habido muchos reportes de
pobre comunicación entre los servicios psiquiátricos y los parientes de los
pacientes (por ejemplo acerca de los planes de descarga). Otros reportes han
destacado las dificultades que experimentan los cuidadores con los síntomas
negativos y las vergüenzas sociales o las conductas agresivas de los pacientes
a los que ellos apoyan. Es especialmente importante considerar los efectos en
los niños de las enfermedades psiquiátricas.
Problemas en la distribución de recursos:
Hay problemas en la distribución de la atención entre los pacientes con
enfermedades psiquiátricas agudas y los con enfermedades crónicas.
El personal que trabaja en la comunidad puede tener la responsabilidad
de apoyar a los equipos de atención primaria en el tratamiento precoz de las
enfermedades psiquiátricas, y también del apoyo de los pacientes con
enfermedades psiquiátricas crónicas. Tal personal puede dedicar más tiempo
del que estaba planificado originalmente para el primer grupo quienes son
generalmente más demandantes de cuidados y más respondedores a el.
Un segundo problema de asignación de recursos es que, durante la
salida desde los hospitales de larga estadía a la atención comunitaria, hay una
etapa cuando ambos costos de provisión deben ser pagados simultáneamente
hasta que el hospital de larga estadía pueda ser cerrado. Puede ser una
tentación el acortar este periodo de transición a través del aceleramiento de
la descarga de los pacientes en un grado que excede la tolerancia de las
familias y agencias de voluntarios para tomar el peso adicional involucrado.
Problemas en la coordinación de los servicios:
En la mayoría de los países el cuidado hospitalario de larga estadía para
los pacientes psiquiátricos crónicos es otorgado por una única agencia (una
autoridad hospitalaria), mientras que los cuidados comunitarios requieren de la
acción coordinada de varias agencias, cada una de las cuales generalmente
tiene otras responsabilidades (por ejemplo los departamentos de servicio
social tienen responsabilidades en la salud mental de los niños y de las
personas mayores así como de los pacientes psiquiátricos). Esta disposición
presenta problemas de dos tipos - la asignación de recursos de los servicios
como un todo, y la disponibilidad de ítems específicos de atención requeridos
28
por pacientes individuales (por ejemplo hogares
protegidos). El primer
problema puede ser reducido por medio de un comité de coordinación con
miembros de todas las agencias involucradas en el financiamiento de la
atención comunitaria. El otro problema puede ser disminuido por medio e la
designación de un miembro del staff como un manejador de casos (case
manager) responsable de que las atenciones necesarias sean dadas a un
paciente en particular.
Desarrollo en la Provisión de Servicios:
Los problemas encontrados en la provisión de servicios, especialmente
para pacientes con enfermedades psiquiátricas crónicas, han llevado a nuevos
desarrollos. Algunos de estos han sido incorporados en la práctica, aunque no
siempre sobre la base de evidencias de efectividad. Estas innovaciones serán
consideradas luego en relación con cuidados primarios, cuidados agudos, y
cuidados a largo plazo.
Desarrollos en los servicios de atención primaria:
Es ahora una práctica común para uno o más miembros del equipo de
psiquiatría comunitaria (generalmente una enfermera comunitaria, psicólogo
clínico, o un psiquiatra) trabajar a tiempo parcial con equipos de atención
primaria. Un nuevo desarrollo se refiere a extender las habilidades de los
miembros del equipo de atención primaria por medio de u entrenamiento
adicional en el manejo de problemas psiquiátricos. Los médicos generales han
sido entrenados para aumentar
sus habilidades en la identificación de
enfermedades psiquiátricas entre sus pacientes, y para aconsejar a sus
pacientes con reacciones agudas de estrés y desórdenes de ajuste.
Desarrollo en los Servicios de Especialidad Agudos:
Han surgido alternativas al tradicional tratamiento de pacientes
psiquiátricos agudo hospitalizados, ya sea por medio del acortamiento de la
duración de su estadía o evitando la admisión al hospital. Estas alternativas
han llevado aun gran uso de los hospitales de día y la provisión de cuidados
intensivos en el hogar.
Mayor uso de los Hospitales Diurnos:
Los estudios han comparado la admisión a un hospital diurno con la
admisión a una unidad de hospitalizados. Un estudio mostró que cerca del 40%
de los pacientes agudos pueden ser atendidos en un hospital diurno. Sin
embargo, no ha podido ser demostrado que sea menos caro que una unidad de
hospitalizados cuando el total de los costos son incluidos, por ejemplo el costo
de transporte.
29
Tratamiento Intensivo Comunitario:
Varios estudios controlados han comparado tratamientos en un hospital
con tratamientos intensivos comunitarios en los desordenes psiquiátricos
agudos. En los Estados Unidos. Stein y Test (1980) desarrollaron una forma de
manejo que ellos llamaron tratamiento comunitario asertivo, el que involucraba
la evaluación y tratamiento en el hogar por un equipo multidisciplinario. Ellos
compararon esta aproximación con los tratamientos hospitalarios estándares.
Luego de 14 meses, los síntomas, el funcionamiento social, y la satisfacción
fueron mejor en el grupo comunitario y el uso de las camas se redujo. En
Australia, Hoult et al. 1983, obtuvieron resultados comparables con un tipo
similar de cuidado comunitario, y reportaba que este tratamiento era menos
costoso que el tratamiento en un hospital. En el Reino Unido, Marks. Et al
(1994) comparó los cuidados rutinarios de un hospital con una forma de
tratamiento comunitario intensivo el cual ellos llamaban el programa de la vida
diaria. El estudio se realizó por tres años, y se consideró a los pacientes
agudamente enfermos que no habían sido admitidos previamente a un hospital.
Cerca de tres cuartas partes del grupo con tratamiento comunitario requirió
una breve admisión inicial a un hospital (seis días promedio) luego ellos pudieron
ser manejados en la comunidad. Su estadía en el hospital fue
significativamente menor que la del grupo control (promedio 53 días), y el
resultado de los síntomas y ajuste social fue significativamente mejor.
El tratamiento comunitario asertivo ha sido también comparado con
tratamiento comunitario menos intensivo. Como en la comparación del
tratamiento comunitario asertivo con los pacientes hospitalizados, este
segundo grupo de estudio mostró que el tratamiento asertivo reducía el uso de
camas hospitalarias. Los pacientes estaban más satisfechos con los cuidados
más intensivos, pero el estado mental y funcionamiento social no fueron
diferentes en los dos grupos.
Desarrollo en el cuidado de pacientes con Enfermedades Mentales Crónicas:
Manejo de Casos (Case management): También conocido como administrador
de cuidados (care management), cuyo objetivo es el mejorar la coordinación de
los cuidados proporcionados al paciente a través de varias agencias
involucradas en los cuidados comunitarios. Esto fue desarrollado primero en los
Estados Unidos al comienzo de los 80s.
El térmi no case management ha sido usado para describir varios
procedimientos diferentes. Todos tienen cuatro elementos en común: se
evalúan las necesidades de los pacientes; se hace un plan para satisfacer las
30
necesidades del paciente; los servicios son proporcionados; y el paciente y la
entrega de servicio son monitoreados. Los diferentes elementos de las varadas
formas de case management pueden ser caracterizados dividiéndolos en los
siguientes tres elementos:
1. Métodos de Administración general (management), en los cuales
los
managers organizan los servicios dados por otros pero no da servicios
clínicos directos.
2. Administradores Clínicos, en los cuales el managers no sólo organiza los
servicios de otras agencias sino que también da algunos tratamientos para
pacientes, por lo que tiene una relación más directa con los pacientes.
3. Administrador de Rehabilitación, el énfasis está en la preservación de áreas
normales de funcionamiento más que en la identificación de los déficits.
(Las formas de case management forman. parte del tratamiento comunitario
asertivo que se discutió antes)..
El método de Administración de casos adaptado en Reino Unido es una
amalgama de los tres tipos descritos antes. La administración de casos es una
buena forma de mejorar los servicios entregados y ha sido ampliamente
adoptado. En Inglaterra y Gales esto forma parte de los requisitos del Acta de
Cuidados Comunitarios (1990). Sin embargo, es apropiado preguntarse sí: a) las
necesidades de los pacientes de servicios son satisfechas má s eficientemente
bajo la administración de casos que bajo otros planes; b) si es mejor la
provisión de servicios lograda, entonces esto lleva a una mejoría en los
síntomas o en el funcionamiento social de los pacientes y a una disminución
del peso sobre sus familias.
Hasta hoy sólo un estudio sobre administrador general ha sido reportado
(Franklin et al 1987). En comparasión con los controles, los pacientes reciben
de este tipo de administración de casos más servicios y fueron admitidos a un
hospital más frecuentemente; aunque, su calidad de vida no mejoró. El
Administrador de casos Clínico no ha sido estudiado hasta la fecha de esta
publicación. El administrador de Rehabilitación ha sido estudiado por Modcrin
et al 1988; comparado con el grupo control, los pacientes que recibían esta
forma de administración mejoraba más el funcionamiento social pero no la
calidad de vida.
Es necesario establecer los costos y beneficios de los Case Management.
Ya que los servicios por ser coordinados en diferentes países con diferencias
en su naturaleza y accesibilidad, los resultados en un país deberían ser
aplicados con cautela en el planeamiento de servicios en otro.
31
Supervisión de Registros: Son una extensión de los case management. La
intención es identificar entre los pacientes cuidados en una comunidad,
aquellos que son especialmente propensos a ser agresivos o tienen un alto
riesgo suicida. Estos y otros pacientes son incluidos en el registro,
considerando que aquí deberían ser hechos mayores esfuerzos para responder
rápidamente a las crisis, mantener un seguimiento activo, y buscar pacientes
sin retraso si ellos fallan en cumplir con sus citaciones. La supervisión de
registros sola hace poco para mejorar los cuidados; ellos necesitan ser
apoyados por la suplementación de todas las necesidades que han sido
identificadas para ellos en los registros. Generalmente la principal necesidad
es de cuidado intensivo y la supervisión por medio de un miembro el staff
quien tiene unos pocos casos asignados.
Aspectos Transculturales de la Provisión de Servicios
En los países desarrollados, la prevalencia y naturaleza de las
enfermedades psiquiátricas es muy similar a la de los países en desarrollo. Sin
embargo, en los países en desarrollo hay más morbilidad psiquiátrica asociada
con enfermedades físicas no tratadas o tratadas inadecuadamente, y algunas
diferencias en las formas de presentación de las enfermedades, por ejemplo
hay más presentaciones con síntomas físicos. En cada país la organización de
las atenciones debería tomar en cuenta la etapa de desarrollo de sus servicios
de atención primaria, y el número de psiquiatras entrenados y enfermeras
psiquiátricas. Además debería ser tomado en cuenta las actitudes y creencias
de la población en relación a la enfermedad mental.
En muchos países en desarrollo hay un limitado número de especialistas
psiquiatras, y no es posible dar el amplio rango de servicios que están
disponibles en los países desarrollados. Entonces, es esencial identificar
prioridades y hacer el máximo uso de otros recursos, incluyendo
los
curanderos tradicionales cuando sea apropiado.
La Organización Mundial de la Salud ha identificado cuatro prioridades
para la provisión de servicios psiquiátricos en los países en desarrollo:
1. Rápida respuesta a las emergencias psiquiátricas.
2. Provisión para las enfermedades psiquiátricas crónicas severas.
3. Atención para las enfermedades psiquiátricas asociadas con enfermedades
médicas generales.
4. Atención para los grupos de alto riesgo identificados en cada país. (por
ejemplo abuso de drogas).
32
La OMS ha subrayado la necesidad de entrenamiento de trabajadores
auxiliares quienes pueden suplementar los esfuerzos del staff. En los
países con pocos psiquiatras,
los recursos pueden ser usados más
eficientemente a través de la mejoría de las habilidades de los médicos
generales y enfermeras en el primer manejo de las emergencias
psiquiátricas, por medio del uso de una lista limitada de dogas psiquiátricas,
y la atención de los pacientes medicamente enfer mos que tienen problemas
psiquiátricos asociadas. En relación con estos objetivos, la OMS ha
recomendado que la atención de problemas psiquiátricos debe ser una parte
importante del trabajo de los equipos de atención primaria.
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