AÑO XVII PAMPLONA 8 de Febrero de 1911 NÚM. 382 -Y' censura eclesiástica DIRECCIÓN Y ADMINISTRACIÓN ÜBfiofeca {£afófico~propagandista PAMPLONA VUELTA Á LA PELEA Después del candado el cerrojo. Después de limitar el derecho de las Ordenes y Congregaciones religiosas á vivir y propagarse, el condicionarlas y atarlas con nuevas ataduras, preámbulo de su supresión y extinción, que es lo que se trata de demostrar. O mejor dicho, que es á donde se quiere llegar, y se hubiese llegado ya, si no fuera por la resistencia y las durezas que aun ofrecen ios católicos españoles mal avenidos con el moderno estado de cosas, y protestando continuamente contra él. * . De modo que aunque los modernos redentores que le van saliendo á la patria menosprecien estas batallas, y se burlen de que el católico sea un guerrero y la vida un gran campo de controversia; es lo cierto que merced á eso, no está España aun en el grado de tisis ó de cáncer en que se encuentran Italia, Francia y Portugal donde ya no van quedando más que cristianos sueltos y pensar en volcar la organización política devolviendo la vida pública á N. S.Jesucristo, es soñar con imposibles. A este propósito y antes de pasar adelante queremos recordar en estas columnas que hace años se presentó en España un ilustre alemán, religioso carmelita-descalzo, que venía á nuestra patria á orear su espíritu, visitando la tierra que había brotado reformadores como San Juan de la Cruz, y portentos como Santa Teresa de Jesús. No puedo decir cómo lograron entenderse nuestras lenguas hablando en mal francés y peor castellano; pero sí que puedo asegurar que nuestros corazones se entendieron en el instante, porque aquel insigne hijo de Santa ••t TEJERÍA, 40, 2.°. lzq.s Teresa, hizo un estudio especial del catolicismo alemán y de los que le profesan, sentando como antecedente y consiguiente de su estudio, que si en Alemania, Inglaterra y Bélgica, quedan hoy católicos, á España se debe humanamente hablando, es decir, al oro, á la sangre y á la caridad que derramaron nuestros reyes y nuestros ejércitos, nuestros tercios y nuestros misioneros, en aquellas famosas guerras religiosas de comienzos y mediados-de la edad moderna que fueron nuestra ruina en el orden material y son hoy aún, nuestra gloria y orgullo en el orden espiritual. Pues bien, si no se acaba el mundo, si estos no son los últimos tiempos, si Dios vuelve á perdonarnos y su misericordia se derrama de nuevo sobre la tierra, quizá dentro de unos años ó de unos siglos, haya quien como el religioso alemán dé testimonio de la verdad y confiese que si quedan católicos en tierra española y fe en el mundo, se debe á los que ahora reniegan de todo error y herejía y no quieren acomodo ni tregua con el liberalismo y la civilización moderna, y poniendo mala cara á las novedades y modernismos que tienen perdido al mundo, y á las falsas orientaciones, guías y señales que con capa de obediencia y celo son muestra de malas paces y de cobardías sin nombre; luchan con el auxilio divino contra la corriente, y están dispuestos á perderlo todo antes que hacer traición á su conciencia, y ser indignos hijos de tan honrados padres. , .. Volviendo al cuento de nuestro artículo, el Gobierno español á quien por turno toca legislar á la francesa y en oposición á lo más noble del alma española, tiene ya su proyecto de ley de Asociaciones que va á presentar á las Cortes en el próximo mes de Marzo. Por cierto que algunos de sus más fervorosos amigos haciendo gala de 26 LA AVALANCHA bien enterados, han dado á conocer antes de tiempo las bases del proyecto, indiscreción que ha sentado como un tiro al jefe del Gobierno que no quería crearse dificultades, y ponerse en lucha contra algunos de sus mismos correligionarios, á quien parecen mal los radicalismos del proyecto. ¡Y he ahí otro beneficio que hay que apuntar en la cuenta de la resistencia católica á la española! ' porque de no existir ésta, no tendrían razón de ser esas deliciosas inconsecuencias de ciertos liberales que, ce• rrando los ojos á los principios y poniéndolos en la rea• lidad, se asustan de su obra, y van con pies de plomo en : el camino de la apostasía pública, camino que en otros pueblos que aun se llaman católicos se ha corrido de prisa y á saltos. Sí señor; las divisiones de los liberales que , tanto nos favorecen y que nos dan tiempo para organizar resistencias las cuales de otro modo serían inútiles, obra son de esa misma resistencia y fruto del árbol antiliberal. Derríbese éste, conforme lo pretenden muchos insensatos, y la Revolución habrá avanzado en nuestra patria un siglo, dejando relegados á los católicos á sus obras de piedad y celo, dependientes siempre de la voluntad de los enemigos, es decir, viviendo de bochornosa limosna, "teniendo que callar lo incallable, y aguantar lo inaguantable, para tener contentos á los verdugos. Que es la realización del programa del personaje sainetesco, cuando decía:—hay que vivir aunque sea con ignominia, Y es la negación del principio de derecho natural que nos enseña que antes que la vida está la libertad de conciencia; principio glorificado en la historia de la Iglesia y enseñado en el mismo Evangelio. Pero venga ó no la guerra intestina de los partidos y empresas liberales, la que persiste y perdurará hasta el fin del mundo, es la guerra entre las dos ciudades, según enseña San Agustín, entre las dos razas, entre las dos civilizaciones, de la cual el proyecto de Ley de Asociaciones acariciado por el Sr. Canalejas y que quizá sea su sepultura en lo político, no es más que un episodio. Pero así como no hay enemigo pequeño, tampoco hay episodio • despreciable, y cuanto hagan los católicos, estudiando, perorando, organizando y protestando contra la nueva manifestación de impiedad, será obra grata á Dios y digna de su fama, Porque es cierto que Nuestro Señor Jesucristo fue puesto para ruina y resurrección de muchos y señal, á la cual siempre se hará contradicción; pero también es cierto que quien pierda la vida por Él, la ganará, y que quien • ie confiese ante los hombres (no ante las piadosas mujeres; sino ante los hombres, aunque sean indiferentes, hostiles ó enemigos de Cristo) Él le reconocerá y confesará por suyo delante de su Padre celestial. Y mejor ocasión para confesarle que en tiempos de persecución y de guerra contra la verdad no la hay en el mundo ESTANISLAO. TERESA LABORRA es el nombre de la virtuosa joven navarra, que en la última peregrinación de Pamplona á Lourdes alcanzó el singular privilegio de haber sido curada repentina- mente de una terrible enfermedad que la tenía completamente postrada é imposibilitada desde bacía muchos meses. Teresa Laborra y Negrete es natural de Sangüesa, cumplió en Octubre último veinticuatro afloa y es bija de padres honradísimos y ejemplares cristianos, D. Ramón Laborra y ü. a Angela Negrete, que viven en la próxima villa de Villava. Ha vivido durante largas temporadas en Pamplona, donde la couocen muchas personas de la buena sociedad, que la npreciau por sus excelentes cualidades, bellísimo carácter y ejemplar virtud, Desde los últimos días de Julio de 1909 hasta la tarde del 4 de Septiembre de 1910 estuvo, no sólo postrada en cama, sino sin poder hablar y sin tomar mas alimento que Borbos de leche. Su piedad, su confianza en la Virgen y el ejemplo de los óxitoa obtenidos por María Laino y Brígida Zubillaga, la hicieron indicar con insistencia á sus padres su vehemente deseo de acudir á Lourdes en la última peregrinación, y sus padres accedieron á sus ruegos. El viaje fue penosísimo, pues á cada paso le daban violentos accidentes que le dejaban eomo muerta. El día 3 de Septiembre se bañó en la piscina y asistió á la procesión del Santísimo Sacramento, aquella procesión que es uno de los espectáculos más sublimes que pueden concebirse. No obtuvo resultado alguno. El 4 fuó para ella un día horroroso. Los accidentes se sucedían casi sin interrupción; estaba tan mal, que no pudo ingresar en la piscina; pero asistió á la procesión. Al pasar el Señor frente á ella sintió una gran conmoción y sufrió UQ accidente. Al terminar el accidente, Teresa pensó, según su costumbre, estíis palabras: Señor, dadme la salud si me conviene. Pero con asombro suyo.no sólo las pensó sino que laB pronunció clarameute; aquella lengua ligada durante más de un año, estaba libro; Teresa estaba curada. Desde aquel momento pudo andar, hablar, comer ordinariamente, como lo vieron cuantos quisieron verlo, en Lourdes, en el camino, y después eu Villava y en Pamploua. Desde aquella fecha no ha notado síntoma alguno de enfermedad. Ahora reside en Sangüesa, continuando en perfecto estado de salud. ¡Prodigiosa curación, por la que debemos dar gracias á Dios y á la Virgen, reconociendo al mismo tiempo que ha sido digno premio de la piedad, paciencia y resignación de la favorecidal UN NAVARRO. SANGRÍA SUELTA E cuando en cuando, esgrimen los periódicos madrileños el arma de la emigración á Ultramar, no como problema social que es preciso resolver en beneficio de la nación sino como proyectil lanzado contra el enemigo político, cuando unos y otros, loa del turno, tienen la culpa de ese y de otros males que padecemos en España, porque no se cura la endemia de la j emigración con pafloa calientes en forma de disposiciones oficiales, que se publican en la Gaceta de Madrid y que no se cumplen en todas sus partes. Desde 1888 se han adoptado numerosas precauciones para evitar la emigración de menores, á pesar de lo cual, es infinito el número de adolescentes que Balen de Espafia al año, burlando la vigilancia de los agentes de la autoridad y cruzando las fronteras ó embarcándose en puertos españole tí con la misma facilidad que si fuerau todos LA AVALANCHA 27 provistos de salvoconductos especiales. Hace dos años existe verdadera obsesión por América, alimentada por que se creó en Madrid una Junta central de emigración, agentes reclutadores y también, es preciso decirlo, por IB para el estudio de las causas que motivan aquella y loa penuria que han traído las plagas del campo Robre ciermedios de evitarla ó encauzarla. El Instituto Geográfico tas comarcas. Una prueba de esto último nos la dan los y Estadístico creó, también, un registro de la emigración censos de la población, porque en tanto que de 1877 a ó iuinigración, con el título de «Movimiento social de la 1887 creció la población en Navarra en 20.000 habitanpoblación», destinado al estudio de tan importante pro tes próximamente, de 1887 á 1900 tan solo aumentó en blema. Pero ni la Junta central de Madrid ni el Instituto 3.000 personas. ¿Por qué esta diferencia tan notable en Geográfico y Estadístico han conseguido elaborar una esel crecimiento de la población? Porque en el primero de tadística exacta de inmigrantes y emigrantes, porque la los períodos que se citan adquirió la riqueza vinícola un inmensa mayoría de los que abandonan BUS hogares se gran desarrollo con la fácil exportación de nuestros calescapan furtivamente, sin dar cuenta de á donde van ni dos a" Francia; en el segundo de los períodos la paralizasi han de volver y, por consiguiente los municipios se ción del comercio de vinos y los extragos de la filoxera ven y se desean para recoger datos acerca de eBte . movien los viñedos, movieron á muchos miles de obreros agrímiento emigratorio clan*._ colas á abandonar sus hodestino. Es harto añeja y gares. PEREGRINACIÓN NAVARRA Á LOURDES crónica ladoleucia emigraHace treinta años se toriaenEspafla.eomo que produjo gran revuelo con data de hace más de 400 motivo de la publicación afios, desde la época del del libro de D. José Cola descubrimiento de Amériy Goiti, reseñando la odica. De su importancia puesea de BufrimieutoB y trade juzgarse teniendo pre bajos que pasan la mayosenté que el censo de la ría de los emigrantes que población hecho en tiemvan á Amóricü. Las autopo de los Reyes Católicos ridades de la región vasco arrojó como resultado una navarra se pusieron en población para España de guardia y procuraron, por doce millones de habitantodos los medios posibles tes y que el censo efectuade dar á conocer aquella do cuatro siglos después, obru de Cola y Goiti, con en 1857 dio 15.000.000. objeto de desilusionar á Es decir, que en tanto que los ignorantes que creen en otras naciones euroque la tierra de promisión peas, que no gozan de más se encuentra allende el salubridad que la de EsOcéano Atlautico. En Napaña, la población se trivarra, en los certámenes plicó, en nuestra patria se literarios patrocinados por registró un acrecentamienel Ayuntamiento de Pamto de 7.500 habitantes por plona, Be concedieron preafio ó bien cinco centésimios á los escritores que mas por ciento. Sin tomar mejor trataran el apunto las cosas tan de lejos y de la emigración á Ultracircunscribiéndonos á Namar y la prensa localcoadvarra vamos á deducir por yuvó con entusiasmo y medio del cálculo la imasiduidad, á la patriótica portancia de la emigralabor de poner auto loa ción en los últimos cuaojos del pueblo navarro renta aOos del siglo ante las vicisitudes, miserias y rior. En números redonmalaventura de loa miles dos puede consignarse que y miles de navarros que el exceso de nacidos sobre locamente abandonan sus los fallecimientos, es de hogares, sin guía, sin pro tres mil al aflo, en nuestección, ó la aventura, en tra provincia; por consibusca del vellocino de oro guiente desdel860ál900, uoátí difícil de obtener que debió de haber un superáel premio gordo de la lovit de 120.000 habitantes bería. Esta cruzada geneen Navarra, cuyo superáral contra la emigración Teresa Zaborra y Negrete, vit sumado con el censo aventurera, restó bastante CURADA un t * PEREGRINACIÓN DE 1910 . . de población del primero . número de emigrantes á (Fotografía de los Sres. Roldan é hijo) la propaganda contraria á de loa expresados años la de lasantoridadesy déla ])renea,á la propagandadelos debía haber dado en 1000 una población de 400.000 hallamados reclutadores de carne blanca; pero, es preciso re. bitantes: pero el censo del primer año de este figlo ROIUconocerlo, la campaña laudatoria que ee hizo p<r entonces mente inscribió 307.666 habitantes, de lo que 86 deduce contra la emigración á Ultramar halló el oportuno apoyo lógicamente que Navarra perdió por la emigración, en el dei mejoramiento de la riqueza agrícola en tBta provin perlado indicado de cuarenta años, nada menos que cia, con lo que el acicate de la necesidad no venía como 92.334 personas. de ordinario á aumentar el espejismo de los infelices que Como se vo es importantísima la cifra que arroja aquí creen que en el nuevo mundo nadie ee muere do hnmbrp. la emigración y merece que se fije en ella Ja atención, De entonces acá ni autoridades ni prensa, lo decimos porque nos hallamos expuestos á una verdadera deapn con dolor, han vuelto á ocuparse seriamente del probleblación. Pueblos hay en esta provincia que m> tienen ya um de Iu emigración, que cuesta á Navarra amiulinenlu juventud, pues todos los muchachos dt¡ 15 ti 25 nfios han de 2.500 A 3000 de sus hijos. Y menos mal si esta sanido á buscitr/orÍMMrt ni otro lado de los mares; pueblos gre que te escapa de las arterias de esta querida palriii hay, también, que sin llegar á este extremo están fallos adquiriese mayor vigor y vida en las playas americana»; de brazos para las üaeiins del campo, necesitando buscar pero desgraciadamente, la inmensa mayoría de los que los íuerü y con jnmales subidos en la época de recolechuyen de las penurias del suelo patrio se encueutiun uun ción de cereales, No hay que negarlo: en nuestro pueblo 23 LA AVALANCHA el hambre y la miseria en aquellos países donde durante tres siglos éramos los ainoa y ahora nos tratan como á extranjeros y á esclavos. Fuerza es convenir que merece un estudio serio, problema tan importante como es el de que se trata, porque estamos avocados, máa tarde ó más temprano á una anemia de la población navarra, producida por la desaparición del elemento joven. HERMÓGENEB. EXPLOSIVOS Quisiera Canalejas hacernos representar á loe católicos la divertida fábula He «los (ios conpjos». Que va á salir la famosa ley de Asociaciones con tantoa embuchados peotñrinp, que dejará muy atrás el patrón francés que han tomado por modelo. Que es fulea vea. afirmacióu y miente como un bellaco quien tal diga. Que Moróte, el público bl«sfemo, el que repudia los sacramentos de la Iglesia y á la vez ea padre cariñoso do ese monstruoso feto democrático, ha dado á la prensa un avance de lo que eerá esa ley que amorosamente cincela con el buril de su ateísmo teórico práctico. Que Moróte no es quién para dar esos avances, y en prueba de ello que ha Bido c -stigado por el olímpico presidente con la ruptura de sus relaciones políticas. Que todavía se ha de nombrar la ponencia que redacte los artículos de la ley. Que hace tiempo andan sueltos por esos mundos democráticos, con la pluma en la mano rasgando lae niveas cuartillas, Moróte, Argente y Zancadita. Que son galgos los que corren desalados por estos yermos de la que uu día fue señora del mundo. Que, no señor; qne pon podencos afirma y vuelve á afirmar el presidente del Consejo de ministros. Y con este tejer y destejer, y con este afirmar y negar, no sabemos á qué carta quedarnos: mejor dicho, sabemos que no podemos hacer ningún caeo de las afirmaciones y negaciones canalejiuae, porque son como las espumas de jabón que el menor soplo las deshace, ó como las plantas tropicales que el primer beso del cierzo las mata. Y con estos pasillos y entremesa del género bufo quisiera D. Pepe que los católicos nos distrajéramos en estériles y absurdas disputas diciendo unos que si y otroa que no y muchos qué se yo, para cogernos desprevenidos y fatigados los galgos del mandil y merendaraenos como conejos cogidos en la trampa arteramente preparada de la ley de Asociaciones. Pero sepa y entienda D. Pepe que no comulgamos con ruedas de molino, ni somos lanudos como loa borregos de la mayoría para dejarnos esquilar mansamente por las tijeras presidenciales. Arma al brazo nos encontrarán SUB proyectos sectarios y eon tantos deseos de luchar por los sagrados intereses de nuestra religión y nuestra patria, que haremos memorable en los fastos de la historia este momento hiato' rioo en que gloriosa y bizarramente despierta un pueblo de heroico abolengo que tiene conciencia de BUS deberes y que ha jurado no morir jamás agarrotado por las cadenas de infamante esclavitud. * ** Preguntan ustedes por la república y sus apóstoles? Muy bien, gracias á Dio?. Dijimos en el último número de LA AVALANCHA que Lerroux y Soriano desde sus respectivos castillos de papel se lanzaban tales explosivos de cieno que convertían la atmósfera en sentina hedionda é irrespirable: desde entonces acá tal van poniendo á ¡a niña sus entusiastas comilitones, que hasta los sucios y harapientos apaches la repudiarán por fea y legañosa, y pronto no quedarán chulapos y mequetrefes que se atrevan á exhibirla en plazas, frontones y teatros. A 8oriano le han llamado patoso, buscador de basureros, ramplón y payaso de la república: no han permitido que se leyeran las insustanciales y consabidas cartitas del famoso Pérez: se han burlado de la omniecencia y de las venerables canas del maestro Azcárate y á Nougués, el avinagrado Quijote de la moralidad en los conventos, le han arreado unos cuantos coscorrones. Y no vayan á creer mis lectores que esto se ha becho por obra y gracia de los neos y reaccionarios, no; que nosotros no usamos de argumentos tan contundentes, si no es en legítima defensa: esa campal batalla de denuestos y garrotazos la han librado los mismos partidarios de la niña que se cansan de aguantar á BUS santones y se divideu y se combaten por mor de la pesebrera. Si aun no asamos y ya pringamos ¿qué sería el día del reparto de mercedes, cargos y credenciales? ¿qué sucedería el día de! triunfo? Dejaríamos tamañitos á los finchados portugueses. Tem' la ¡oh térra! si España cayera en poder de estos hambrientos que sólo se unen para empuñar la tea y la piqueta y proseguir campañas de'difamación contra las Ordenes religiosas y la Iglesia, porque en ellas encuentran valladar infranqueable para dar expansión á sus instintos de fiera. VIRIATO. Á LA SANTÍSIMA VIRGEN DE LOURDES A loa píes de tu altar, Virgen María, hoy me conduce mi feliss destino, mirando realizarse en in: camino el inBtante que tauto apetecía. Piedad te ruego, dulce Madre mía, piedad demando de tu amor divino, y aute tu Imagen con fervor me inclino, esclavo del amor que á Ti me guia. Al regresar á mis lejanos lares, mi senda alumbrarán los resplandores de esta fe que renace 011 tus altares. Cese ya etite dolor de mis dolores y hallen dulce consuelo mis peaareB mirando en TI el amor cié sus dolores. N. D. At S. UNO DE TANTOS —Es la última vez que le afeito, Sr. Saturnino. —Qué, ¿te marchas de la casa? —No, Befior; es que me despide el maestro. —Lo siento, porque tienes buena mano y creía que te apreciaban en la peluquería, tanto el maestro como los parroquianos. —Pues ahí verá usted; me dan la cuenta por una bicoca. —Si no te explicas, no puedo comprender la causa de tu despedida. —Ea cosa bien sencilla: porque le he pedido al amo participación por igual en las ganancias del establecimiento. —No creía que tenías tantos ahorros como para comprar la mitad de la peluquería. —¡Cá! |No, señor! Yo no trato de comprar nada. —Entonces cada vez lo entiendo menos, porque ¿á título de qué le pides tú al maestro la mitad de las ganaocias? —Yo le presento el negocio bajo el punto de vista de que ól Bea socio capitalista y yo socio industrial. —Por lo visto tú sabes barrer para adentro. ¿No comprendes que quiea va perdiendo es el dueño del establecimiento? Por un lado expone su capital y por otro trabaja como tú en los quehaceres de la peluquería, resultando, que siendo socio capitalista ó industrial á la vez, tú quieres que cobre por un solo concepto. LA AVALANCHA —Eso que usted dice es una antigualla, pues el capital ea uua usurpación, porque la propiedad eB UÜ robo, según dijo Salomón. —Tú sí que tienes poco de Salomón, cuando confundes tan lastimosamente las especies. Quien ha dicho que la propiedad es un robo es Prudhomme y tú le cargas esa atrocidad al rey Salomón, del cual CB la célebre sentencia: «El número do loa tontos es infinito». —No quiero discutir con usted, señor Saturnino, porque es usted defensor acérrimo de la burguesía y como mris lcíio y escribido que yo, me envolvería usted con sus palabras. Sólo le advertiré que no pienso ya servir á nadie y que buscaré, por todos los medios, la manera de convertirme en nrao, en capitalista. —No está mal eso, muchacho, si para conseguirlo empleaB medios lícitos y honrados: mas estas mismas palabras que acabas de pronunciar me indican que no estás muy seguro de que la propiedad es un robo y, por consiguiente, entiendo que eres un socialista de ocasión; lo que llaman en política oportunista. De todos modos te deseo buena suerte y que no tropieces con el Código penal ya que loa Mandamientos de la Ley de Dios, ó no los conoces ó los haa olvidado. n Una docena de años poco más ó meuos habían transcurrido desde nuestra conversación y había ya olvidado por completo al barberillo Teófilo, que así Be llamaba aquel aprovechado joven que usando de una aritmética muy comúu entre ciertas gentes sumaba dos de la vela y de la vela dos cuatro, cuando trataba de su interés propio y por el contrario aplicaba la operueióu de suatnicción, tratándose del establecimiento dn su maestro, para adjudicar á éste las utilidades que él le quería dar. Alguna vez encoutré cierta semejanza de procedimiento entre el que duseaba emplear Teófilo y lo que predican loa redentores del obrero y solamente entonces me acordaba, como en sueños, de la despedida de aquel novel socialista. Como digo, habrían transcurrido uua docena de años y viajaba yo en el tren con dirección á San Sebastián, en compañía de dos ó tres amigos, que precian mente estaban comentaudo las consecuencias de una huelga general de que era víctima la antigua corte de Castilla, la ciudfld de Valladoliil. Llegamos á la estación de la fnmopa ciudad y el tren tuvo que pararse fuera de agujas porque una inmensa muralla de carne humana obstruía low andenes y las vías. Oíamos distintamente gritos de ¡viva la r evolución social! y los cantos de la Internacional, con gran acompañamiento de aplausos. Un grupo bastante numeroso iba capitaneado por un hombre elegantemente vestido, joven y de barba rubia. Lns del grupo gritaban: ¡Viva Deniófilo! ¡viva el barbián! ¡Este sí que oa un hombre completo! El joven elegante se detuvo á la puerta de nuestro departamento y empezó á dar vigorosos apretones de manos despidiéndose de los obreros que con tanto entusiasmo le proclamaban. Después, ubrió la portezuela y se coló de rondón en nuestro coche, dándonos las buenas tardes con mucha finura. Yo me fijó en el reciéu llegado y le reconocí en seguida: era el barberillo Teófilo. Como ignoraba ka intenciones del novel propagandista!, procuré moderar mi primer impulso, que fue el de abrazarle, pues no sabía yo si convendría al joven hacerse el desconocido, porque ya había notado su cambio de nombre, toda vez que los que le proclamaban gtitaron: |viva Demófilol en vez de priva Teófilo! Pero el ex barbero, contra lo que esperaba, me aBió cordialmente de las manos, diciéndome: —Para usted, señor Saturnino, soy el de siempre y ce lebro la ocasión que la casualidad me ha proporcionado de hacer con usted un viaje aunque sea de pocas horas, porque en Miranda de Ebro me separaré de usted para ir á Bilbao, donde tengo qnn predicar á los obreros. Ya le contaré á usted en otia ocasión mi vida y milagros. Hoy, conténtese con que le diga que soy dueño de uua peluquería en Madrid, cuyes señas leerá en esa tarjeta que le entrego. Y dicho esto, Teóülo cerró los ojos ó hizo como que dormía, sin duda para evitar discusiones conmigo y con mis compañeros de viaje. III Si M^homa arrastraba tras de sí á los pueblos de la Arabia, fanatizándoles con el K*orán y preparándoles para la conquista del mundo, Demonio sugestionaba á las masas obreras empujándoles hacia la revolución social, pudiendo decir como César: «Veni, vidi, vinci», porque en efecto, apenas llegaba á una población obrera, vencía por todas partes. Claro está que no todos concederían á Demonio la aureola prestigiosa de regenerador del pueblo. Un periódico decía de él lo que sigue: «Demonio ea un revolucionario del 93 veBtido á la usanza moderna. No es precisamente un tribuno popular; pero es lo cierto, que arrebata á las musas, las Beduce y laa prosterna ante su. voluntad. Sus discursos aunque fabricados bajo el molde general y con los lugares comunes tan en uso entre los compañeros propagandistas, 8on pronunciados con tnl fogosidad, con tanto entusiasmo y, al parecer, con tan franca sinceridad, que acusan al hombre errado en el camino de la verdad ai bien con un corazón grande y abnegado (¡!)» Otro diario, escarbando más profundamente en la labor de Demonio, hacía estaa reflexionas: tA nuestro juicio, la labor de Deniófilo es la de un neurasténico ó de un consumado cómico y más nos iuclinamos por lo segundo. Abona nuestro juicio el he che» significativo de que apesar de apellidarse á sí mismo obrero en tonos vehementes y con accionado propio de un energúmeno, no deja por un solo momento de vestir elegantes temos como el más atildado de tos burgueses. Además, Bnhcraos que en Madrid posee una peluquería con tudaa las refinerías del buen gusto y del confort y cuya clientela no es de pobres obreros sino compuesta de personas del mundo elegante.» Con todos estos comentarios ile la prensa noticien! andaba yo muy picado de la curiosidad por celebrar una conferencia ó interviú como ahora dicen, con mi antiguo rapabarbas, que en pocos ¡iños había dado un salto enorme iransl'ormánduse en personaje público. Ya se me alcanzaba el que los periódicos, en su alan á veces de sacar punta a una bola de billar, exageran las cosas; tergiversan los hechos y agrandan ciertas personas, que de suyo son pigmeos, hasta convertirlas i-n gigantes, imitando al loco de D, Quijote eu su aventura con los molinos de viento. Pero de todos modos mi curiosidad por cuuocer el secreto de Demonio era harto grande, y procuré obtener noticias de su regreso á Madrid para ir á su establecimiento y hacerle una visita como antiguo amigo. IV La peluquería se hallaba bien instalada, en un espacioso piso principal de una calle céntrica de Madrid. Constaba de un gran salón con diez ó doce tocadores, uu departamento para la perfumería y un gabinete para operaciones de dentista y de pedicuro. Después ríe enseñarme (ion detenimiento la peluquería, me llevó el propagandista revolucionario á un despacho muy bien arregladlo, donde nos sentamos uno frente á otro en cómodas butacas, comenzando nuestra conversación unuiicÍHila desde nuestro encuentro en el tren de San Sebastián. — ¿Hablo con Teófilo ó con Demonio?—le pregunté. —Para usted y para mis parroquianos soy siempre Teófilo. Cambié el nombre porque un compañero más ilustrado que yo, me dijo que mi nombre olía á sacristía, pues, Teófilo quiere decir en griego amante de Dios. En su vista cambié por Demófilo ini nombre de pi'a, porque el compañero ilustrado rae enseñó que esto nuevo nombre, si bien muy común como seudónimo entre escritores revolucionarios, sonaba bien en los oídos de los obreros, porque ya saben que siguifica amante del pueblo. — No era rana tu consejero. Y ya que me has Explicado tu cambio de nombre, deseo que me des á conocer tu cambio de fortuna. —Cuando rao despidió mi antiguo maestro ya dije á LA AVALANCHA usted que no volvería en mi vida á ser dependiente. Firme en mis propósitos de hwcer cnrrt-rn Tapida, me pasé la mano por la cara y me metí A charlatán de club. Tu nía presente lo que usted me dijo de que el número de los tontos csinfínito y esta ideíi me dio alientos pnra sobresalir entre los ignorantes obreros de MndrM, indemnizanHAYARRA NUESTROS GRABADOS Teresa Laborra y Negrete.—Publicamos el retrato de esta virtuosa joven, curtida de su grave enfertneded en In Peregrinación navarra á Lourdes, que se celebró en los días 2 al 5 de Septiembre de 1910, de cuyo prodigioso suceso se da cuenta detallada en el artículo que, con la firma de Un navarro, insertamos en otro lugar. Salón de armas del palacio de los Condes de Guenduláin, en Pamplona. — En la calle de Zapatería de nuestra ciudad y dando frente á la plazuela del Consejo, se encuentra la caBa-palacio de los Excmos. señores Condes de Guenriulain, cuyo Ululo uobiiiaiiu fue creado por el Rey D. Felipe IV, en 6 de Marzo de 1658, en cabeza de D. Jelónimo Ayanz y Javier, señor He Gnendulein. El salón de armas de este palacio es una amplía sala, ricamente decorada y engalanada con armas y trofeos militnros de distintas épocas. En nuestra fotografía que representa uno de sus ángulos, pe ven la tdabardo del rey D. Carlos III el Noble, y el casco de batalla ueado en la gloriosa jornada de Lepanto por D. Carlos de Redín, primer Barón de BigÜezal, aguerrido capitán de la infantería española y fervorosísimo caballero cristiano ó ilustre ascendiente de los Condes de Gnerníulain. También aparecen' en la fotografía el retrato de la Reina D.a María Cristina de Borbón, pintado por Madrszo, y el retrato, de cuerpo entero, de D. Tiburcio de Redín, tara bien ilustre ascendientede los Condes, el cual después de haber llegado á los mas altos cargos de la Armada espadóla y obtenido gloriosos triunfos, trocó el uniforme militar por ol hábito capuchino, en calidad de lego, y de cuyo distinguido personnjo nos ocupamos con, detenimiento en nuestros números del 8 y 24 de Enero y 8 de Febrero de 1898. El actual Conde de Guendulain, Excmo. señor D. Joaquín María de Meneos y Ezpeleta, ¡í cuyo título une los de Conde del Vado, Marqués de la Rea! Defensa, Barón do Bigüezal, Grande de España, Gentilhombre de CáP A M P L O N A . — S a l ó n de armas del palacio de los Excmos. Sres. Condes de Guenduláin mara de S. M. con ejercicio y servidumbre, Maestrante de Zaragoza, g , Senador del Reino Cl III y dome mi trabajo por medio de una subvención modesta, por propio derecho, Caballero Gmu Cruz de Carlos III aunque suficiente á cubrir mis gastos. De Madrid pasé del Mtigfíidie de Turquía, esto casudo, en segundas nupcoico segundo ó sobresaliente de propagandista á provincias, con la Excma. Sra. D,ft María de la Fuencíala Bercias, con subvenciones de mayor cuantíH. No quiero ha naldo de Quinta y Muñoz hija del Marqués de Campo Sablar á usted de cierta clase de estipendios más cuantiosos grado y nieta de la Reina D.a María Cristina de Borbón porque este es mi secreto: solamente le diré que reuní y de BU segundo esposo el Duque de Riansaree. unos cuantos miles de pesetas, á fuerza de poca aprensión y de mucha frescura, ae lo digo á usted en secreto, lie gando á poder abrir esto establecimiento dondñ rasuro á Vista de las minas de carbón, en Salinas de los ricos, que me ofrtcen buenas ganancias Oro.—Estas iniuas se hallan situadas en la jurisdicción —Mientras,—le interrumpí—fuera del establecimiento, de Salinas de Oro, pueblo que se encuentra á 26 kilómeafeitas y tomas el pelo ii los obreros. tros de Pamplono, junto á la carretera que de esta ciudad Salí de aquel gabinete jurando no volver á pisar la ca* conduce á Estella. Fueron descubiertas el año 1850 y hoy, sa de Teófilo y de no volver ¡t tener ielacionea de ningudespués de reconocidas y apreciada la cantidad de minena clase con aquel miserable tralicante y especulador de ral, van á aer explotadas. la ignorancia del pueblo. El carbón es lignito, de calidad superior, con una poY sin embargo, Teófilo no era un rara avis, una exceptencia de tí.500 á 7.000 caloría*», arde con llama, le basta ción de la regla, sino uno de tantos, como pululan en ese poco tiro y da un humo blanquecino. tráfico inicuo que llaman pomposamente reivindicación La explotación será hecha con arreglo á los más raode los derecho a del obrero. demos adelantos, con lavaderos electro-mecánicos. • • • , . SATURNINO. Los transportes estarán asegurados por medio de un cable aéreo que llevará el carbón á los descargaderos situados junto al Balneario de Belascoáio y de este punto El agricultor poda el árbol para que crezca lozano y dé frutos. partirá probablemente un ferrocarril minero ó uu tranvía Dios tiene también tijeras para podnr ol ramaje vicioso del aéreo á la estación férrea de Pamplona. alma; pero DO es Bino para hacerla más bella y fructífera. 31 LA AVALANCHA Se levantará una gran fábrica de aglomerados de carbón, briquetas para los ferrocarriles, constituyendo una explotación carbonífera en la que nada falte. Mucho desearemos ver confirmados los buenos propósitos de los autores de este proyecto y que el negocio de Salinas seríale un punto de mira en la minería navarra, para que las numerosas minas que existen en esta rica provincia sean puestaB en explotación. Los carbonea de Salinas de Oro se consumen ya en muchas fábricas, casas particulares y comunidades reli giosas, y el día en que la explotación se haga conforme al proyecto, es seguro que no se empleará otro carbón de piedra que el del país, por ser el más barato de todos. Nuestra fotografía representa el momento en que los obreros preparan las maderaB que han de sostener las galerías de la mina, siendo una de las labores más importantes en las minaa de carbón la entibación 6 sea la colocación de maderas que sirven de sostén en las galerías. Ellas son las que guardan la vida de los minero?, evitando el desprendimiento de tierras en que pudieran perecer. VARIEDADES Del comercio.-Su antigüedad en Navarra y sus trabas y privilegios en general y particularmente en varios pueblos. Sabido es que el comercio tiene un origen casi tan remoto como el de la Humanidad: que ya entre los antiquísimos lidios había comerciantes: que la India tenía encomendadas las operaciones mercantiles á la clase social llamada de las Vaisias: que Egipto, Fenicia, Cartago, Grecia y Roma reglameutarou el ejercicio del Comercio, cailíi vez más pujante en las repúblicas italianas, en las ciudades anseáticas, y en Inglaterra, Francia, Holanda, Los fenicios y los griegos, comerciaron con sus florecientes colonias españolas, y los romanos adoptaron en sus Códigos, especialmente en el DigeBto, las principales leyes rodias de la Grecia, que aplicarían en sus relaciones mercantiles con España. Con la reconquista española, renacieron las ferias, mercados y aduanas, en términos que las costas catalanas y sobre todo Barcelona fueron el emporio del comercio donde concurrían los principales mercaderes del mundo, al amparo del famoso «Consulado de mar», base del Derecho mercantil marítimo. También Valencia, TortoBa, Bilbao y Burgos, entre otras poblaciones, se distinguieron por sus ordenanzas de Comercio. Tortosa, por estar situada en la costa mediterránea, recibía muchas y frecuentes visitas de las naves extranjeras; y por encontrarse en la desembocadura del Ebro sostenía importantes relaciones comerciales con el interior de España; y por este mismo río (navegable desde Varea de la Rioja) se comunicó Navarra con IUB grandes centros de contratación en tiempo de los romanos, en la época árabe, y hasta el mismo siglo XV; caudaloso río, que Plinio llamó rico, precisamente por el comercio que desarrollaba su navegación y que parece que llevó la prosperidad á los pueblos navarros fundados en sus márgenes. Colocado el reino de Navarra en un lugar privilegiado de la peuínsula pura poder servir con gran provecho de sus intereses materiales,rieintermediario entre Europa y España, sin embargo, el comercio ee desenvolvió en nuestro país con la misma lentitud que en los demás. En los primeros tiempos de ki monarquía navarra las transacciones se reducían á la permuta de los productos sobrantes por los escasos; y ee sabe, que hasta los funcionarios públicos se les pagaban loa sueldos con trigo: mas, desde que la moneda Mego á ser recibida en las plazas como artículo ieal y efectivo, y los mercados y las ferias concedidos por los reyes á los pueblos aproximaron á productores y consumidores facilitando extraordinaria SALINAS DE ORO.-.Vista de las minas de carbón de piedra • . '* ' ' ' • "• .' , ; \ : "V • (Fotografía de D. Emilio Pliego) Portugal y España después de los últimos descubrí- alientos. y.;. | 1 ' • ' 'i mente el cambio, el comercio público f-alió de sn pnslración, siendo los judíos quienes jriiiicipítlnuute lo expío- 32 LA AVALANCHA taron, aunque sin llegar á darle los altos vuelos que aquel adquirió en Cataluña y otros países nacionales y extranjeros. ABÍ es que antes de la incorporación á Castilla, y por causa sin duda de impuestos como el telonio y las lezta ó lezda, portazgos, peiijes, cisus ó tasas, alcabalas y sucas entre otros precedentes históricos legales que podrían aducirse, lo cierto es, que el comercio uavarro no se distinguió mucho dol de las demás naciones poco adelantadas. Verdad es que Carlos, el Malo, suprimió la cisa ó tasa legal eu 1355 é requema A instancia del pueblo: pero también lo es, que h renovó luego á petición de los ricos hombres, prelados y caballeros; y aunque el infante don Fernando de la Cerda autorizó al Concejo de Mendavia para extraer de Castilla, sin pagar portazgos, cuantos artículos necesitase, escepto los procedentes de Sevilla, Córdoba, Toledo, Murcia, y luego Carlos III, estando en Zaragoza, concertó con los Jurados de esta ciudad una especie de modua vivendi favorable á ambas partes contratantoa, y después Junn II de Aragón y Navarra esta^ bleció la libertad de comercio entre aaibos reinos, previo pago de los derechos reales, fuó esta concedida excluyendo del tráfico las monedas de oro, plata y vellón; los moros, caballos, potros, yeguas, muías, armas, sal, vino y vinagre; y respecto de laa demás medirlas beneficiosas al comprcio, quedaron pronto desvirtuadas con las trabas que restringían en aquella época y en todas partes la circulación de la riqueza en general. No ohstante, merece recordarse con aplauso el fuero concedido hacia el año 1150 por D. Sancho, el Sabio, á Sau Sebastián, población navarra entonces, el cual fuero, trata preferentemente de asuntos comerciales, y es citado con elogio en las mejores obras de Derecho mercantil. También es digna de mención la impoitante obra que en 1365 se comprometió eu legal forma á realizar Carlos II para dar salida á los productos navarros hacia el puerto de Fuenterrabía. Y tampoco deben olvidarse, ciertas disposiciones dadaB por los monarcas navarros para impulsar las transacciones en ciertos pueblos, en cnyo caso eatá, entre otras, la exención otorgada á Ciutruéuigo en 1369 por la reina D.a Juana, regente en Nav/irra durante el viaje á Francia de su marido D. Carlos, el Malo, asis tida de sus consejeros el Obispo de Pamplona y el Deán de Tudela, privilegio por el cual los moradores del referido Cintruénigo, quedaron libres de las ya nombradas lezta y peaje, que tanto dificultaban el tráfico y el cambio. Después de la incorporación á Castilla, tuvo Navarra que luchar á bruzo partido con la centralización madrileña en pugna con eus intereses regionales, y resultado de la contienda que llegó á entablarse entre éstas y aquélla, fueron los conatos repetidos de los reyes para suprimir les tablas ó aduanas navarras. De loa balancea del aflo 1816, que copia Yanguas, resulta, que Navarra exportaba á Francia géneros por valor de reales vellón 3 800 590 é importaba de la misma nación por valor de 19.530.182. A Castilla y Aragón extraía Navarra por valor de 1.977.794 reales ó introducía en el reino por valor de 1.112,803. A las provincias Vascongadas llevaba Navarra artículos de comercio por valor de 2.286.768 y traía por valor de 563.425. No podrá decirse que Navarra menospreció á las cíaseB mercantiles imitando á los antiguos; porque está averiguado, que los mismos reyes emprendían negocios de comercio, y por cierto con pncu suerte. En 1372 adquirió Carlos II unos paños del judío pamplonés Abrahatn Amet por 34 florines, y por carecer de dinero, tuvo que entregur en prenda tres tazas de plata. La villa de Estella en 1383 tomó por cuenta del expresado rey, cinco cargan de paños, que costaron 975 florines y se vendieron en 915, resultándole por tanto á Carlos, el Malo, una pérdida de 60 florines. En 1399 comerciaba en Pamplona Carlos III, el Noble, con pescados, y en uno de estos negocios perdió 1.369 libras. Hoy, ya no es despreciable el tener tienda abierta como lo fuó para Cicerón y su tiempo, sino que, además de enriquecer, dignifica y ennoblece aun á los ciudadanos moa empingorrotados; y el comercio, intermediario entre el productor y el consumidor, y creador de utilidades económicas, acompaña siempre á la grandeza material de los pueblos y tiende á ser el rey del mundo. JUAN P. ESTEBAN Y CHAVAERÍA. INTERMEDIO Falsas promesas —Yo te haré soberano—dijo al pueblo la revolución. —Y en muchas naciones todo él, aunque en España no todo, porque el pueblo esp;ifiol es como ninguno refractario á la mentira, ae dejó alnciuar por laa falsas promesas de los que le adulaban para sujetarle mejor. Y, en efecto, el pueblo Boberano os subdito y victima de multitud de señores, que antes, cuando nadie le hablaba de su soberanía, no tenía que soportar. Ni los impuestos que paga al fisco, ni la contribución de sangre, ni laB trabas y molestias que le aprisionan y entorpecen para todo, se conocían en los tiempos en que al pueblo nadie llamaba soberano, y los soberanos ae sacrificaban por el pueblo. No hace un siglo todavía, un molinero podía llegar á general; hoy, para ser mozo de cuerda, se necesita permiso del alcalde y pagar contribución. —Yo te daré abundancia de cuanto necesitas—le dijo también la revolución.—Y para hacerle dichoso comenzó por robar y empobrecer á la Iglesia y á la aristocracia, que eran sus mejores amigos; á las instituciones benéficas, que la caridad había inspirado; á los pueblos, cuyos bienes de propios eran remedio del indigente. Y cuando llega una calamidad, el pueblo no tiene ahora u quién volverse, sino al Estado, que carece de entrañas y no cuenta con más recursos que los que saca del mismo pueblo. Ni soberanía, ni abundancia ha dado ul putblo la revo lución, sino que le cercena más cada vez las cosas indispensables para la vida. Nunca ha habido tanto pobre como ahora, nunca la carestía ha sido mnyor. Los artícglos de primera necesidad van siendo artículos de lujo en las casas humildes, y no ya el p>m, sino hasta los meudrugus que el pobre uo quería anttiflo, faltiin boy en cnsa de mu choB jornaleros. Lo CUHI no impide que la revolución siga haciendo las falsas promesas cutí que hasta aquí ha engañado al pueblo, y que en muchas naciones todo él, aunque en España uo todo, porque el pueblo español es como ninguno refractario á la mentira, se deje alucinar mise rablemente. 8.F. REFLEXIONES DE UN ALBAÑIL ¡Cuántos en ricos palacios y esta so la da al chicuelo, y on comedores soberbios que sí entre dos que se quiereu necesitan \n peptona basta que coma uno de elloa, para empezar uu almuerzo, cuaudo dos quiereu á uno y uo digiero a dos ostras! callo ol decir lo que piensoYo, en cambio, junto a la valla Teriniuada la comida de uu edificio eu eimieutos. reposa ol cansado cuerpo, fin paz y gracia de Dios y mientras tiembla el malvado, como el clásico puchero; y calcula ol avariento, y no en Sévres, ni eu Sajoula, y no agita el ambicioso, Bino en Talayera neto; sobro el ouloaado suolu, cae el garbanzo, y parece quloa nada teme ai debe que bajo el azul del cielo so entrega tranquilo al sueño: todos los dias desciende Y más de uu rico, al pasar, de arriba como «el pan nuestro»; dice coa envidia al vernos: la carne 63 poca... ¡tan poca — ¡Quién se pudiera dormir que todos uoe la ofrecemos! — como se duerme uno de estos! Yo la ofrezco á mi costilla, FERMÍN SACRISTÁN. LA AVALANCHA EL HOGAR EN MI TIERRA (Conclusión.) Durante la comida reina la mayor animación y hablan en ella los padres entre sí de la cosecha que se espera, de la contribución cuyo plazo termina, de los zapatos que hay que comprnr á Luis, interrumpiendo los hijos estas graves materias para contar á sus padres cómo un gato se ha ahogado en el molino, so han arañado dos mujeres, y ha venido al pueblo un hombre con un oso que bailaba al son del pandero. Los padres oyen estas interrupciones infantiles con verdadera fruición saboreando en el alma aquellas voces argentinas y aquellos ademanes sueltos y vivos y la comida termina. Alzause los manteles, meten todo en la cesta, el padre da un beso á cada uno de sus hijos y dos á Angelina y se van eu la forma que han venido. «Augelina, dice la madre, no bien se han alejado cincuenta metros, di adiós al padre, que te mira.» «Adiós, papa», dice Angelina. «Adiós, hija mía», grita el padre bobo de alegiía. «Adiós adiós», repite la uifia riéndose, extendiendo sus brazos hacia adelanto y recogiendo hacia sí los extremos de eus manecitas. «Adiós», vuelve á gritar el padre, dando á eu voz la más dulce inílesión que puede en sus pocos registros; y con esto la pequeña caravana se aleja y desaparece entre los olivos. Los episodios de la tarde se parecen á los de la mafia na, salvo que, como es jueves, los niños no asisten á la escuela, sino que se van cantaudo al monte á ver los nidoa que aaben y á buscar otroa nuevos. La madre entretanto cose ó remienda en la puerta de casa las camisas de sus hijos ó el pantalón de Fermín, mientras á sus piea juega Angelina cotí Clavel, un gatito que es una monada. Al anochecer salen los cuatro hermanos á las afueras del pueblo al encuentro ric su padre, el cual besa ó coge á Angelina en sus brazos, mientras Luis y Antonio van delante de la yunta llevando la pértiga en el hombro el primero de ellos y diciendo de cuando en cuando con voz levantada, para que lo oigan sus compañeros: «Aídal ven, royo, ven.» Llegados á casa y después de desuncir el padre los bueyes, colócase toda la familia en torno del hogar y mientras la cena ee hace y Be acaban de asar las castañas, Fermín, que fuá soldado carlista en sus buenos tiempos, entretiene á sus hijo-i contando episodios militares, como cuando los liberaU-a se hallaban atrincherados eu la cumbre de una montaña apuntando y disparando sus fusiles y cañones y el general carlista que era un valiente y se hallaba en el llano dijo á I09 suyos: «Soldados! hay que escalar aquella cumbre y desalojar de ella al enemigo! ¡Ha llegado la hora de mostrar el valor que hierve en vuestros pechos! ¡O vencer ó morir! Soldados, arriba todos! FirmesI jarl |A la bayoneta! ¡Turan tariiil y llegan á la cúspide y, zis! zasl aquí un brazo! allí una pierna! más alia media cobeza! y la sangre corría á torrentes como si fuera un río!» • Anda! ¿y los mataron á todos?» «Solamente los que huyeron quedaron cou vida.i Y luego la madre les cuenta el caso aquel de un niño y una nina que no quisieron rezar antes de acostarse, á pesar del mandato de su madre, y á eso de la media noche se abre poco á poco la puerta de la alcoba donde ellos dormían y aparece un hombre alto y vestido de blanco, con larga cabellera y enorme barba y bigote; los niüos se cubrieron con la manta y el hombre aquel paso á paso y sin hacer ruido se llega á la cama, acerca la boca A uno y, |Haml se lo traga, se acerca después al otro y, ¡Ham! se lo sorbe. Al oir este suceso Angelina se esconde en el seno de su madre y los demás hermanos dicen á un tiempo ¡l¡ooojjjl!l Así pasa ameuu y alegre la tertulia doméstica hasta que el monaguillo saca con la tenaza una castaña del fuego, la restroga con BUB manos y dice riéndose y mirando primero á su padre y luego á sus hermanos. cYa eatán asadas!» «Pues, á cenar», replica el padre, y la gente menuda repite mirando al puchero «¡A ceuarl, Ole!» Y cenan con el mismo apetito con que comieron al medio día, amenizando el acto loa padres con cuentos antiguos, los hijos con interrupciones que hacen reiry Angelina con BU graciosísima media leugua que llama al chocolate tate y al huevo coco y para pedir á sus hennanitos le hagan lugar porque tiene frío, dice: «Ame lau que teño los pea feos!» Acabada la cena rezan devotamente el santo Rosario, arrodillados delante de una imagen de María, llevando la voz cantante el padre y contestando á coro todos los pequeños. Después de esto da Fermín el último pienso al ganado, quita el baste al caballo y dice luego entrando en la cocina con el candil en la mano: «Son las ocho; vamos ádormirl» Los niños se acuestan en dos alcobas distintas y después de promover un altercado sobre si tú te llevas toda la manta ó me la llevo yo, ó sobre ai la cardelina que ha traído el padre del campo se ha de quedar en mi jaula ó en la tuya, las niñas entonan desde BU cama estos versos que los niños repiten desde la suya: Con Dios me acuesto Con Dios m« levanto La Virgen María Conmigo la traigo. Ángel de mi guarda Dulce compañía No me desampares Ni de noche ni de dia. Sigue á esto de alcoba á alcoba un diálogo vivo al principio é interrumpido, lánguido y soñoliento después hasta que poquito á poco van cesando de hablar y por fin se duermen. A los pocos minutos entran sus padres de puntillas y sin hacer ruido, dan un beso á cada uno de ellos y se acuestan ellos también. Fermín y Teresa continúan hablando 011 la cama sobre el porvenir de sus hijos, sobre las travesuras de Antonio, las agudezas de Elvira y los progresos de Luis, sobre los beneficios que cada día reciben de Dios y el modo de agradecérselos. Oyese en el eatablo el mugido del buey, en la calle el cantar de un mozo de muías, á lo lejos el ladrido de un perro, dan las nueve en el reloj de la vieja torre y calla todo. FR. ÁNGEL DE ABÁRZUZA, Capuchino. BIBLIOGRAFÍA Se han repartido & sus numerosos suscriptores los cuadernos 12, 13 y 1-4 de la «Geograiia general del pais vasco-navarro», que con tanto esmero publica eu Barcelona el conocido editor D. Alberto Martin. En el cuaderno 13 da comienzo nuestro querido paisano y c e laborador el erudito escritor D. Julio Altadill a )a descripción de la situación, limites, extensión v población de Navarra. EX precio de cada cuaderno es de 50 céntimos, * * * La piadosa revista zaragozana Anales del Pilar, ha aparecido en el presente año con notables mejoras, El número de Enero último, además de 60 páginas de amena lectura, cou interesantes trabajos del Esomo. Sr, D. Ángel Jara, t). Mariano Baeelga, M. I. Sr. D. Carlos Soler, Canónigo Penitenciarlo adel Pilar, D. Joae M.* Espinosa de los Monteros y D. José M. Aaara, publica dis hermosas láminas que representan una Imagen nueva de la Virgen del Pilar y utt retrato de la princesa de Bavlera. La suscripción sólo cuesta 3 pO9otas al ano. Dirigirse para ello á D. J. M. Azara, Apartado, 59, Zaragoza. * *# El distinguido publicista católico D. Reverlno Aznar, ilustrado director de la Biblioteca «Ciencia y Acción» de la casa editorial de D. Saturnino Calleja, de Madrid, ha tenido la amabili- ; "I LA AVALANCHA dad de remitimos la interesante obrita de Garriguet «El valor wcial del Evangelio», Agradecemos mucho su fina atención. * ** L a s M i s i o n e s católicas.—Conocida sera de nuestros lectores la civilizadora Obra de la Propagación de la Fe, taotai races bendecida por los Romanos Pontífices, fundada para el sostenimiento de Misiones católicas en tierras de infieles. Esta Obra, cuyo Conaejo central reside en Lyon, publica en casi todas lat naciones civilizadas una ilustración que es su órgano oficial y A la vez podemos llamarle también órgano oficial de los Misioneros en el que relatan sus necesidades, sua trabajos, sus esperanzas y triunfos. Él número de Enero, de la edición española, suplica en su primer articulo que dirige á la buena prensa de que le ayuden en su apostólica propaganda. Las Misiones Católicas es una revista qne Pió IX y León XIII, de tanta memoria, y el actual Pontífice, repetidas veces han exhortado á todos los sacerdotes y a los fieles todos A suscribirse A ella, y han invitado á los misioneros á cooperar A su confección coa todos los medios que tengan á su alcance. •sta Revista es edftada y redactada por amigos del misionero y auxiliares de su obra. Elegantemente editada cuesta 8 pesetas al año. A cuantos quieran conocerla, la Redacción (calle del Pino, n.° 5, Barcelona) les remitirá gratis un número muestra. REVUELTA P a r a n u e s t r o s lectores.—El jueves último, celebró nuestra «Biblioteca Católico-Propagandista», junta ordinaria y entre otros acuerdos que se tomaron se acordó adquirir mensualmente, con objeto de repartirlos entre nuestros abonados, más de mil ejemplares de los lindos folletos que con el título «De broma y de veraa> aparecerán en breve, editados por los Padres Jesuitas, de Bilbao. Nuestros lectores verán con gusto esta noticia. F o r l a m o r a l y l a decencia.—Merece ser conocida, elogiada é imitada la exposición que la Congregación de Madree cristianas de Sevilla ba dirigido al Excelentísimo Sr. Arzobispo de aquella ciudad, suplicando que ee las ilustre y dirija en orden á la asistencia de las funciones teatrales. Y en virtud de tilo, aquella celosísima autoridad ruega á sus diocesanos que se abstengan de concurrir en absoluto á los teatros en que es proverbial 1* inmoralidad de fas obras representadas; y les avisa que es deber de todos procurar conocer la índole de las obraa antes de asistir á sus representaciones. L a c h u s m a radical.—El monumento erigido recientemente en Santander al inmortal Pereda sería uno de los que cebarían abajo los radicales si mandaran algún día. Lo declara así un cura renegado, Ferráudiz, en el periódico de Letroux. Pereda fuó clerical, quiere decirse católico, hombre honrado, benemérito de las letras y gloria de España. La chusma radical no pasa por eso. Por boca de Ferrándiz reniega de tanta grandeza y si pudiera la destruiría,* escupiendo sobre ella toda la baba inmunda de su sectarismo rabioso, ¡Pobre gente que tiene bastante con ídolos como Lerroux y mártires como Ferrerl Es repugnante, da mucho asco, leer en castellano .majaderías como esa del desdichado Ferrándiz, pero también da mucha lástima que á tales extremos lleve el apasionamiento ciego y el odio salvaje de secta. A l vuelo.—El pasado martes dio el Sr. Gasset, Ministro de Fomento, una conferencia en el Círculo Mercantil de Madrid. El Imparcial, dando cuenta del discurso, pone en boca del orador, las siguientes palabras: Para mi, nuestro pala ha afdo tan excesivamente pródigo, que nos vamos quedando sin nada. IS1 se os ocurre examinar el derecho parlamentarlo y acudís á Inglaterra, veréis que sus Instituciones están copiadas de aquellas libertades castellanas y aragonesas que nosotros no supimos conservar. El crédito, las mejoras de la ganadería, los mercados para los industriales, el regadío, todo eso lo tuvimos an Eipaña en los Pósitos, en las merinas, en la apertura de puertos para el tráfico, en las obras de canalización. Hemos perdido nuestro puesto en la producción: muchas cosas nos han sido arrebatadas por nuestro abandonoEl que todo lo da y todo lo regala se queda sin nada. ¡Y aún queremoB regalar los hombres!... (se refiere á la emigración). Asi como hemos salido a buscar Instituciones, dentro de poco tendríamos que buscar familias para suplir la almoneda nacional. I Qué confesión tan hermosa! Porque los que no han sabido conservar lo que teníamos, han sido los liberales. [Ni más ni menos! Las libertades foraleB acabaron por obra y gracia de Espartero y de Cánovas. Pero |que nos quiten lo bailado, al son del Himno de Riego! A c a d é m i c o a c a t ó l i c o s e n Francia.—En la Academia de Ciencias de París acaba de ingresar, por 38 votos de miembros de aquel centro científico, en competencia con madame Curie, M, Edouard Brauly. Edouard Brauly, es un católico práctico y había sido profesor de la Sorbona; pero, no pudiendo conformarse con los métodos de enseñanza de la célebre Universidad, dimitió el cargo, entrando de profesor en el Instituto católico de París. Este sabio católico ee autor de varios descubrimientos científicos, particularmente de ,1a telegrafía sin hilos (así lo confiesa el propio Marconi), y creador de un nuevo ramo de ciencia: de IB telemecánica. La superioridad científica de Brauly sobre la de madame Curie se impuso al dreyfusismo y al libre pensamiento de la Academia que laboró con vigor para sacar triunfante á la inventora del radium. En la Academia francesa va en breve á hacer su solemne entrada, como sucesor del fallecido Cardenal Marthieu, Mgr. Ducbesne. Contestará al nuevo «inmortal» el académico Etienne, excelente hablista de la lengua y tan católico como mon sefior Duchesne. La imponente fiesta literaria, que con tal motivo suele celebrarse, llevará á la academia la culta sociedad pari siense y será una ruidosa consagración del pensamiento cristiano. Y después de esto, seguiremos oyendo la antigua estúpida cantinela que los panurgos de la ciencia y de tas letras vienen haciendo llegar á nuestros oídos de que la fe es incompatible con el progreso científico y literario. B u e n a respuesta.—Eu la ép ca en que Enrique VIII de Inglaterra se separó de la Iglesia Católica, y al ver que el Papa no quiso anular su matrimonio legítimo con Catalina de Aragón, hizo llamar á dos célebres Religiosos y leu dijo: —Si no os declaráis partidarios de la Reforma, os haré arrojar al Támesis. —Seflor,—respondieron aquellos valerosos confesores de Cristo—nosotros sólo deseamos ir al Cielo, y lo mismo nos da llegar á él por tierra que por agua. H e c h o edificante de u n soldado seminarista.—En una carta dirigida por el señor Obispo de Bayona á los seminaristas soldados, se encuentra el si guíente hecho edificante: «Un seminarista de las Landae, de guarnición en Bo yona, deseaba comulgar á torio trance el día de su santo, San José. Su regimiento salió muy de mañana a las maniobras, pero al regresar no obtuvo permiso para aban donar el cuartel; se abstuvo, sin embargo, de tomar todo alimento, y siguió cumpliendo con todos loa deberes, bus ta que á IBB seis de la tarde se encontró libre. Entonces corrió á la iglesia más cercana, y contando el sucedido, LA AVALANCHA pidió á un sacerdote le diese la Comunión, y de esta suerte pudo aquel seminarista celebrar au santo en el cuartel. Hoy, cumplido su servicio militar, es misionero y se encuentra evangelizando en China.» —3WMC— M u c h a s g r a c i a e . - E l articulo que con el título «Lecaroz y el P. Llevaneras.—Deuda de gratitud», publicado en el número del 8 d^ Enero último en nuestra modesta revista ha merecido eer reproducido por muchos periódicos católicoB de Madrid y provincias. Mucho noB complace esta distinción, porque revela coincidimos todos en loa deseos que en el citado artículo ee manifiestan. L o a v e r d a d e r o s a m i g o s d e l pobre.—En un rincoucito del Heraldo, sio pretensiones de género alguno, con tipos muy modestos, y con titulares muy pobres aparece un artieulejo con el siguiente encabezado: «Escuela de Refurma de Santa Rita». Casi todo el articulejo en cuestión ee compone de números, de entre los cuates sacamos las siguientes cifras: «En 1." de Enero de 1910 existían en la Escuela 104 educandos, y duraote el año Ingresaron 115; haciendo un total de 219. De éatos salieron 102, 44 de Madrid y bH de provincias, de los cuales dos eran madores de veintitrés anos y estaban, por tanto, como voluntarios. »Tenían plaza gratuita 23, 8Íeudo Bolamente dos de corrección gubernativa: pensión rebajada, 17 y toda la pensión, 62. » Durante su pertnaueucia eu la Escuela cursaron estudios; de Facultad, 15; de segunda enseñanza, 49, y de primera, 7; aprendieron oficio, 15, y salieron con ocupación doméstica, 16. »Según cálculo aproximado, han salido completamente corregidos, 79; con resultado dudoso en la corrección, 16, y sin corregir, 7, »El resultado de los exámenes practicados en el curso demuestra planamente el buen aprovechamiento de los estudios en la Escuela. »Para carreras especiales so practicaron exámenes de 40 asignaturas, obteniendo loe educandos, 5 sobresalientes, 10 notables, 16 aprobados y 9 suspensos. »En la Universidad, de 46 asignaturas hubo 3 sobresalientes, 6 notables, 31 aprobados y D suspensos, y en el Instituto, de 143 asignaturas, 31! sobresalientes, 55 notables, 60 aprobados y ningún auBpenBo.» Este es el cuadrito clerical que ofrecemos á nuestros lectores. Porque debemos advertirles, por sí no lo saben, que los que practican todas esaB obras de caridad y de corrección y de regeneración no son demócratas, ni radicales, sino frailes, y frailes capuchinos por añadidura. Ahora el que tenga ojos que vea, Y el que tenga cabeza que discurra. Y el que no quiera tomarse tal trabajo que grite: ¡Viva Lerrouxl ¡Viva la república! jViva la democracial Porque Lerroux y la república y la democracia prometen mucho; pero, como dijo hace pocos días en un mitin anticlerical Maclas del Real, y lo Babemos todos de memoria, no dan ni cumplen nada. En cambi:, como los frailes no gastan el tiempo en discursos ni en promesas, pero sí en corregir y educar ó .instruir á los que lo necesitan, es natural que se los peraiga, y que se los destierro, y que se les injurie, y que se les haga todo el dafio que se pueda. |Ab, pueblo, cuándo dejarás de ser borregol —=w H e - n e c r o l o g í a gloriosa.—El último número de la revista Miss-ions Catholiques publica la lista de los Misioneros que han muerto en el año próximo pasado. Compreude 187 nombres de Misioneros, de los cuales, 80 son franceses; 21, italianos; 14, belgas; 13, españoles; 16, alemanes; 6, irlandeses; 6, suizos; 6, holandeses; 5, austríacos; 5, indios; 2, colombianos; 1, norteamericano; 1, ecuatoriano; 1, argentino; 1, canadiense; 1, polonés; 1, húngaro; 1( sirio; 1, turco; 1, búlgaro, y 5, de distintos países. 35 Entre los 187 Misioneros fallecidos, figuran cinco Obispos. He ahí una página gloriosa que demuestra irrebatiblemente la vitalidad de la Iglesia, en medio do los embates de la impiedad. Ofreciendo vivo contraste con la conducta de las nectaa y falsas religiones nos presenta a sus hijoB animados del celo apostólico, continuando la obra de evangelización iniciada por Jesús, sin que sean óbice que impida BU marcha los rigores y penalidades de extraños climaa y d» incivilizados puebloa. Página de oro, que nos hace esperar un renacimiento pronto de la entibiada fe en nuestra época de indiferencia y escepticismo. A i r e s sanos.—En cierta nación de Europa se fundó hace doce años una Sociedad titulada Unión Católica, del personal de los ferrocarriles. Al fundarse contaba con 111 socios. A esta Sociedad pertenecen hoy cuarenta y cinco mil miembros de todas categorías, desde las más elevadas á las más humildes. ¡Cuarenta y cinco mil empleados de ferrocarriles católicos! |Y católicos á macha martlllol Esto ocurre en Europa y á principios del siglo XX. No son estos cuarenta y cioco mil miembros católicos vergonzantes, al contrario, hacen alarde de su fe ante la faz de la nación. Eti el mes de Septiembre último, los mismoa días de la 3.* peregrinación navarra, acudieron estos empleados en número crecidísimo al célebre santuario de Lourdes. Anualmente, celebran una hermosa fiesta para conmemorar la fundación de la Sociedad. Eete aflo han asistido á ella mil quinientos socios, representantes y delegados de los diversos grupos regionales existentes en ochocientas ochenta y siete poblaciones. La fiesta Be celebró en un grandioso templo. Junto al altar mayor Be erguían 125 estandartes, y después de una solemne misa, en la que comulgaron muchos hombres, una concurridísima procesión recorrió los alrededores de la catedral. La muchedumbre cantó el Credo y valientes himnos religiosos. ¿Cuál ea esta nación tan heata? ¿Espafia, la retrograda España? ¿Austria, Bélgica...? No cavilen nuestros lectores; es Francia, y la ciudad donde se celebró fiesta tan hermosa, París. Es Francia, que á pesar de IOH Gobiernos masónicos que se empeñan en deacatolizarla, conserva todavía su fe. No todo está podrido.en aquella nación. La persecución religiosa ha encendido en muchos el amor á la Iglesia de Cristo. El pueblo, en muchas partes, vuelve los ojos á Dios. Viviaui, el ministro que pretendió apagar las luminarias del Cielo; ol que ae jactaba de haber acabado cou la superstición, resucitando el antiguo superstitione deleta, podrá convencerse ahora de que las luminarias continúan encendidas y de que la superstición está tan rozagante como eu los primeros siglos del Cristianismo. Mucha gente de por acá se figuran que en Francia, y especialmente en Paría, no boy más que irreligión, cabarets y bailes por el estilo del Moulin Rouge. Sin embargo, en París, dominando las licenciosas ba» canales de Montmartre, está la Basílica del Sagrado Corazón. Ni Combes, ni Waldeck Rousseau, ni Viviani, ni Briand han conseguido desterrar á Cristo de la sociedad francesa. Tampoco se ha conseguido desterrarlo de Espafla, donde Burell y Canalejas tienen menos talento que Viviaui y Briand. A todos los periódicos radicales de España, que son el eco de algunos energúmenos franceses, como Herró el antimilitarista, Jaurés el socialista redondeado..., ofrecemos hoy estos aires de Europa, aires sanos qne debemos respirar á plenos pulmones. PAMPLONA.— Impronta, Librería y Centro de suscripciones de J. García, callo de la Estafeta, número 31. LA AVALANCHA 86 Ipas g Baños termales de Belascoáin (Navarra) LA VASCONIA De resultados maravillosos para la curación de la gota y el artritiamo, disuelven el ácido úrico y purinas, expulnodo los cálculos y arenillas del riñon y del hígado. Temporada oficial, 15 de Junio al 30 de Septiembre. Módico Director, D. JoBé Muñoz, especialista en enfermedades de las vías uriuarias. Fonda, por administración. 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