revista ilustrada. Año 17, n. 382 - Gobierno

Anuncio
AÑO XVII
PAMPLONA 8 de Febrero de 1911
NÚM. 382
-Y'
censura eclesiástica
DIRECCIÓN Y ADMINISTRACIÓN
ÜBfiofeca {£afófico~propagandista
PAMPLONA
VUELTA Á LA PELEA
Después del candado el cerrojo.
Después de limitar el derecho de las Ordenes y Congregaciones religiosas á vivir y propagarse, el condicionarlas y atarlas con nuevas ataduras, preámbulo de su
supresión y extinción, que es lo que se trata de demostrar.
O mejor dicho, que es á donde se quiere llegar, y se
hubiese llegado ya, si no fuera por la resistencia y las
durezas que aun ofrecen ios católicos españoles mal avenidos con el moderno estado de cosas, y protestando continuamente contra él. * . De modo que aunque los modernos redentores que le
van saliendo á la patria menosprecien estas batallas, y se
burlen de que el católico sea un guerrero y la vida un
gran campo de controversia; es lo cierto que merced á
eso, no está España aun en el grado de tisis ó de cáncer
en que se encuentran Italia, Francia y Portugal donde ya
no van quedando más que cristianos sueltos y pensar en
volcar la organización política devolviendo la vida pública á N. S.Jesucristo, es soñar con imposibles.
A este propósito y antes de pasar adelante queremos
recordar en estas columnas que hace años se presentó
en España un ilustre alemán, religioso carmelita-descalzo, que venía á nuestra patria á orear su espíritu, visitando la tierra que había brotado reformadores como San
Juan de la Cruz, y portentos como Santa Teresa de Jesús.
No puedo decir cómo lograron entenderse nuestras
lenguas hablando en mal francés y peor castellano; pero
sí que puedo asegurar que nuestros corazones se entendieron en el instante, porque aquel insigne hijo de Santa
••t
TEJERÍA, 40, 2.°. lzq.s
Teresa, hizo un estudio especial del catolicismo alemán y
de los que le profesan, sentando como antecedente y
consiguiente de su estudio, que si en Alemania, Inglaterra y Bélgica, quedan hoy católicos, á España se debe
humanamente hablando, es decir, al oro, á la sangre y á
la caridad que derramaron nuestros reyes y nuestros
ejércitos, nuestros tercios y nuestros misioneros, en
aquellas famosas guerras religiosas de comienzos y mediados-de la edad moderna que fueron nuestra ruina en
el orden material y son hoy aún, nuestra gloria y orgullo
en el orden espiritual.
Pues bien, si no se acaba el mundo, si estos no son los
últimos tiempos, si Dios vuelve á perdonarnos y su misericordia se derrama de nuevo sobre la tierra, quizá
dentro de unos años ó de unos siglos, haya quien como
el religioso alemán dé testimonio de la verdad y confiese
que si quedan católicos en tierra española y fe en el
mundo, se debe á los que ahora reniegan de todo error y
herejía y no quieren acomodo ni tregua con el liberalismo
y la civilización moderna, y poniendo mala cara á las novedades y modernismos que tienen perdido al mundo, y
á las falsas orientaciones, guías y señales que con capa
de obediencia y celo son muestra de malas paces y de
cobardías sin nombre; luchan con el auxilio divino contra la corriente, y están dispuestos á perderlo todo antes
que hacer traición á su conciencia, y ser indignos hijos
de tan honrados padres.
,
..
Volviendo al cuento de nuestro artículo, el Gobierno
español á quien por turno toca legislar á la francesa y en
oposición á lo más noble del alma española, tiene ya su
proyecto de ley de Asociaciones que va á presentar á las
Cortes en el próximo mes de Marzo. Por cierto que algunos de sus más fervorosos amigos haciendo gala de
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LA AVALANCHA
bien enterados, han dado á conocer antes de tiempo las
bases del proyecto, indiscreción que ha sentado como un
tiro al jefe del Gobierno que no quería crearse dificultades, y ponerse en lucha contra algunos de sus mismos
correligionarios, á quien parecen mal los radicalismos
del proyecto. ¡Y he ahí otro beneficio que hay que apuntar en la cuenta de la resistencia católica á la española!
' porque de no existir ésta, no tendrían razón de ser esas
deliciosas inconsecuencias de ciertos liberales que, ce• rrando los ojos á los principios y poniéndolos en la rea• lidad, se asustan de su obra, y van con pies de plomo en
: el camino de la apostasía pública, camino que en otros
pueblos que aun se llaman católicos se ha corrido de prisa y á saltos. Sí señor; las divisiones de los liberales que
, tanto nos favorecen y que nos dan tiempo para organizar
resistencias las cuales de otro modo serían inútiles, obra
son de esa misma resistencia y fruto del árbol antiliberal.
Derríbese éste, conforme lo pretenden muchos insensatos, y la Revolución habrá avanzado en nuestra patria un
siglo, dejando relegados á los católicos á sus obras de
piedad y celo, dependientes siempre de la voluntad de
los enemigos, es decir, viviendo de bochornosa limosna,
"teniendo que callar lo incallable, y aguantar lo inaguantable, para tener contentos á los verdugos.
Que es la realización del programa del personaje sainetesco, cuando decía:—hay que vivir aunque sea con ignominia,
Y es la negación del principio de derecho natural que
nos enseña que antes que la vida está la libertad de conciencia; principio glorificado en la historia de la Iglesia y
enseñado en el mismo Evangelio.
Pero venga ó no la guerra intestina de los partidos y
empresas liberales, la que persiste y perdurará hasta el fin
del mundo, es la guerra entre las dos ciudades, según enseña San Agustín, entre las dos razas, entre las dos civilizaciones, de la cual el proyecto de Ley de Asociaciones
acariciado por el Sr. Canalejas y que quizá sea su sepultura en lo político, no es más que un episodio. Pero así
como no hay enemigo pequeño, tampoco hay episodio
• despreciable, y cuanto hagan los católicos, estudiando, perorando, organizando y protestando contra la nueva manifestación de impiedad, será obra grata á Dios y digna
de su fama,
Porque es cierto que Nuestro Señor Jesucristo fue
puesto para ruina y resurrección de muchos y señal, á la
cual siempre se hará contradicción; pero también es cierto que quien pierda la vida por Él, la ganará, y que quien
• ie confiese ante los hombres (no ante las piadosas mujeres; sino ante los hombres, aunque sean indiferentes, hostiles ó enemigos de Cristo) Él le reconocerá y confesará
por suyo delante de su Padre celestial.
Y mejor ocasión para confesarle que en tiempos de
persecución y de guerra contra la verdad no la hay en el
mundo
ESTANISLAO.
TERESA LABORRA
es el nombre de la virtuosa joven navarra, que
en la última peregrinación de Pamplona á Lourdes alcanzó el singular privilegio de haber sido curada repentina-
mente de una terrible enfermedad que la tenía completamente postrada é imposibilitada desde bacía muchos
meses.
Teresa Laborra y Negrete es natural de Sangüesa, cumplió en Octubre último veinticuatro afloa y es bija de padres honradísimos y ejemplares cristianos, D. Ramón Laborra y ü. a Angela Negrete, que viven en la próxima villa de Villava. Ha vivido durante largas temporadas en
Pamplona, donde la couocen muchas personas de la buena sociedad, que la npreciau por sus excelentes cualidades, bellísimo carácter y ejemplar virtud,
Desde los últimos días de Julio de 1909 hasta la tarde
del 4 de Septiembre de 1910 estuvo, no sólo postrada en
cama, sino sin poder hablar y sin tomar mas alimento
que Borbos de leche. Su piedad, su confianza en la Virgen
y el ejemplo de los óxitoa obtenidos por María Laino y
Brígida Zubillaga, la hicieron indicar con insistencia á
sus padres su vehemente deseo de acudir á Lourdes en
la última peregrinación, y sus padres accedieron á sus
ruegos.
El viaje fue penosísimo, pues á cada paso le daban
violentos accidentes que le dejaban eomo muerta.
El día 3 de Septiembre se bañó en la piscina y asistió
á la procesión del Santísimo Sacramento, aquella procesión que es uno de los espectáculos más sublimes que
pueden concebirse.
No obtuvo resultado alguno.
El 4 fuó para ella un día horroroso. Los accidentes se
sucedían casi sin interrupción; estaba tan mal, que no
pudo ingresar en la piscina; pero asistió á la procesión.
Al pasar el Señor frente á ella sintió una gran conmoción
y sufrió UQ accidente. Al terminar el accidente, Teresa
pensó, según su costumbre, estíis palabras: Señor, dadme
la salud si me conviene. Pero con asombro suyo.no sólo
las pensó sino que laB pronunció clarameute; aquella lengua ligada durante más de un año, estaba libro; Teresa
estaba curada. Desde aquel momento pudo andar, hablar,
comer ordinariamente, como lo vieron cuantos quisieron
verlo, en Lourdes, en el camino, y después eu Villava y
en Pamploua. Desde aquella fecha no ha notado síntoma
alguno de enfermedad.
Ahora reside en Sangüesa, continuando en perfecto estado de salud.
¡Prodigiosa curación, por la que debemos dar gracias á
Dios y á la Virgen, reconociendo al mismo tiempo que
ha sido digno premio de la piedad, paciencia y resignación de la favorecidal
UN NAVARRO.
SANGRÍA SUELTA
E cuando en cuando, esgrimen
los periódicos madrileños el arma de la emigración á Ultramar, no como problema social
que es preciso resolver en beneficio de la nación sino como
proyectil lanzado contra el enemigo político, cuando unos y
otros, loa del turno, tienen la
culpa de ese y de otros males
que padecemos en España, porque no se cura la endemia de la
j
emigración con pafloa calientes
en forma de disposiciones oficiales, que se publican en la
Gaceta de Madrid y que no se cumplen en todas sus partes. Desde 1888 se han adoptado numerosas precauciones
para evitar la emigración de menores, á pesar de lo cual,
es infinito el número de adolescentes que Balen de Espafia al año, burlando la vigilancia de los agentes de la autoridad y cruzando las fronteras ó embarcándose en puertos españole tí con la misma facilidad que si fuerau todos
LA AVALANCHA
27
provistos de salvoconductos especiales. Hace dos años
existe verdadera obsesión por América, alimentada por
que se creó en Madrid una Junta central de emigración,
agentes reclutadores y también, es preciso decirlo, por IB
para el estudio de las causas que motivan aquella y loa
penuria que han traído las plagas del campo Robre ciermedios de evitarla ó encauzarla. El Instituto Geográfico
tas comarcas. Una prueba de esto último nos la dan los
y Estadístico creó, también, un registro de la emigración
censos de la población, porque en tanto que de 1877 a
ó iuinigración, con el título de «Movimiento social de la
1887 creció la población en Navarra en 20.000 habitanpoblación», destinado al estudio de tan importante pro
tes próximamente, de 1887 á 1900 tan solo aumentó en
blema. Pero ni la Junta central de Madrid ni el Instituto
3.000 personas. ¿Por qué esta diferencia tan notable en
Geográfico y Estadístico han conseguido elaborar una esel crecimiento de la población? Porque en el primero de
tadística exacta de inmigrantes y emigrantes, porque la
los períodos que se citan adquirió la riqueza vinícola un
inmensa mayoría de los que abandonan BUS hogares se
gran desarrollo con la fácil exportación de nuestros calescapan furtivamente, sin dar cuenta de á donde van ni
dos a" Francia; en el segundo de los períodos la paralizasi han de volver y, por consiguiente los municipios se
ción del comercio de vinos y los extragos de la filoxera
ven y se desean para recoger datos acerca de eBte . movien los viñedos, movieron á muchos miles de obreros agrímiento emigratorio clan*._
colas á abandonar sus hodestino. Es harto añeja y
gares.
PEREGRINACIÓN NAVARRA Á LOURDES
crónica ladoleucia emigraHace treinta años se
toriaenEspafla.eomo que
produjo gran revuelo con
data de hace más de 400
motivo de la publicación
afios, desde la época del
del libro de D. José Cola
descubrimiento de Amériy Goiti, reseñando la odica. De su importancia puesea de BufrimieutoB y trade juzgarse teniendo pre
bajos que pasan la mayosenté que el censo de la
ría de los emigrantes que
población hecho en tiemvan á Amóricü. Las autopo de los Reyes Católicos
ridades de la región vasco
arrojó como resultado una
navarra se pusieron en
población para España de
guardia y procuraron, por
doce millones de habitantodos los medios posibles
tes y que el censo efectuade dar á conocer aquella
do cuatro siglos después,
obru de Cola y Goiti, con
en 1857 dio 15.000.000.
objeto de desilusionar á
Es decir, que en tanto que
los ignorantes que creen
en otras naciones euroque la tierra de promisión
peas, que no gozan de más
se encuentra allende el
salubridad que la de EsOcéano Atlautico. En Napaña, la población se trivarra, en los certámenes
plicó, en nuestra patria se
literarios patrocinados por
registró un acrecentamienel Ayuntamiento de Pamto de 7.500 habitantes por
plona, Be concedieron preafio ó bien cinco centésimios á los escritores que
mas por ciento. Sin tomar
mejor trataran el apunto
las cosas tan de lejos y
de la emigración á Ultracircunscribiéndonos á Namar y la prensa localcoadvarra vamos á deducir por
yuvó con entusiasmo y
medio del cálculo la imasiduidad, á la patriótica
portancia de la emigralabor de poner auto loa
ción en los últimos cuaojos del pueblo navarro
renta aOos del siglo ante
las vicisitudes, miserias y
rior. En números redonmalaventura de loa miles
dos puede consignarse que
y miles de navarros que
el exceso de nacidos sobre
locamente abandonan sus
los fallecimientos, es de
hogares, sin guía, sin pro
tres mil al aflo, en nuestección, ó la aventura, en
tra provincia; por consibusca del vellocino de oro
guiente desdel860ál900,
uoátí difícil de obtener que
debió de haber un superáel premio gordo de la lovit de 120.000 habitantes
bería. Esta cruzada geneen Navarra, cuyo superáral contra la emigración
Teresa Zaborra y Negrete,
vit sumado con el censo
aventurera, restó bastante
CURADA un t * PEREGRINACIÓN DE 1910
.
.
de población del primero
.
número de emigrantes á
(Fotografía de los Sres. Roldan é hijo)
la propaganda contraria á
de loa expresados años
la
de
lasantoridadesy
déla
])renea,á
la propagandadelos
debía haber dado en 1000 una población de 400.000 hallamados reclutadores de carne blanca; pero, es preciso re.
bitantes: pero el censo del primer año de este figlo ROIUconocerlo, la campaña laudatoria que ee hizo p<r entonces
mente inscribió 307.666 habitantes, de lo que 86 deduce
contra la emigración á Ultramar halló el oportuno apoyo
lógicamente que Navarra perdió por la emigración, en el
dei mejoramiento de la riqueza agrícola en tBta provin
perlado indicado de cuarenta años, nada menos que
cia, con lo que el acicate de la necesidad no venía como
92.334 personas.
de ordinario á aumentar el espejismo de los infelices que
Como se vo es importantísima la cifra que arroja aquí
creen que en el nuevo mundo nadie ee muere do hnmbrp.
la emigración y merece que se fije en ella Ja atención,
De entonces acá ni autoridades ni prensa, lo decimos
porque nos hallamos expuestos á una verdadera deapn
con
dolor, han vuelto á ocuparse seriamente del probleblación. Pueblos hay en esta provincia que m> tienen ya
um
de
Iu emigración, que cuesta á Navarra amiulinenlu
juventud, pues todos los muchachos dt¡ 15 ti 25 nfios han
de
2.500
A 3000 de sus hijos. Y menos mal si esta sanido á buscitr/orÍMMrt ni otro lado de los mares; pueblos
gre
que
te
escapa de las arterias de esta querida palriii
hay, también, que sin llegar á este extremo están fallos
adquiriese
mayor vigor y vida en las playas americana»;
de brazos para las üaeiins del campo, necesitando buscar
pero
desgraciadamente,
la inmensa mayoría de los que
los íuerü y con jnmales subidos en la época de recolechuyen
de
las
penurias
del
suelo patrio se encueutiun uun
ción de cereales, No hay que negarlo: en nuestro pueblo
23
LA AVALANCHA
el hambre y la miseria en aquellos países donde durante
tres siglos éramos los ainoa y ahora nos tratan como á
extranjeros y á esclavos.
Fuerza es convenir que merece un estudio serio, problema tan importante como es el de que se trata, porque
estamos avocados, máa tarde ó más temprano á una anemia de la población navarra, producida por la desaparición del elemento joven.
HERMÓGENEB.
EXPLOSIVOS
Quisiera Canalejas hacernos representar á loe católicos
la divertida fábula He «los (ios conpjos».
Que va á salir la famosa ley de Asociaciones con tantoa embuchados peotñrinp, que dejará muy atrás el patrón
francés que han tomado por modelo.
Que es fulea vea. afirmacióu y miente como un bellaco
quien tal diga.
Que Moróte, el público bl«sfemo, el que repudia los
sacramentos de la Iglesia y á la vez ea padre cariñoso do
ese monstruoso feto democrático, ha dado á la prensa un
avance de lo que eerá esa ley que amorosamente cincela
con el buril de su ateísmo teórico práctico.
Que Moróte no es quién para dar esos avances, y en
prueba de ello que ha Bido c -stigado por el olímpico presidente con la ruptura de sus relaciones políticas.
Que todavía se ha de nombrar la ponencia que redacte los artículos de la ley.
Que hace tiempo andan sueltos por esos mundos democráticos, con la pluma en la mano rasgando lae niveas
cuartillas, Moróte, Argente y Zancadita.
Que son galgos los que corren desalados por estos yermos de la que uu día fue señora del mundo.
Que, no señor; qne pon podencos afirma y vuelve á
afirmar el presidente del Consejo de ministros.
Y con este tejer y destejer, y con este afirmar y negar,
no sabemos á qué carta quedarnos: mejor dicho, sabemos que no podemos hacer ningún caeo de las afirmaciones y negaciones canalejiuae, porque son como las espumas de jabón que el menor soplo las deshace, ó como
las plantas tropicales que el primer beso del cierzo las
mata.
Y con estos pasillos y entremesa del género bufo quisiera D. Pepe que los católicos nos distrajéramos en estériles y absurdas disputas diciendo unos que si y otroa
que no y muchos qué se yo, para cogernos desprevenidos
y fatigados los galgos del mandil y merendaraenos como
conejos cogidos en la trampa arteramente preparada de
la ley de Asociaciones.
Pero sepa y entienda D. Pepe que no comulgamos con
ruedas de molino, ni somos lanudos como loa borregos de
la mayoría para dejarnos esquilar mansamente por las
tijeras presidenciales.
Arma al brazo nos encontrarán SUB proyectos sectarios
y eon tantos deseos de luchar por los sagrados intereses
de nuestra religión y nuestra patria, que haremos memorable en los fastos de la historia este momento hiato'
rioo en que gloriosa y bizarramente despierta un pueblo
de heroico abolengo que tiene conciencia de BUS deberes
y que ha jurado no morir jamás agarrotado por las cadenas de infamante esclavitud.
* **
Preguntan ustedes por la república y sus apóstoles?
Muy bien, gracias á Dio?. Dijimos en el último número
de LA AVALANCHA que Lerroux y Soriano desde sus respectivos castillos de papel se lanzaban tales explosivos de
cieno que convertían la atmósfera en sentina hedionda é
irrespirable: desde entonces acá tal van poniendo á ¡a
niña sus entusiastas comilitones, que hasta los sucios y
harapientos apaches la repudiarán por fea y legañosa, y
pronto no quedarán chulapos y mequetrefes que se atrevan á exhibirla en plazas, frontones y teatros.
A 8oriano le han llamado patoso, buscador de basureros,
ramplón y payaso de la república: no han permitido que
se leyeran las insustanciales y consabidas cartitas del famoso Pérez: se han burlado de la omniecencia y de las
venerables canas del maestro Azcárate y á Nougués, el
avinagrado Quijote de la moralidad en los conventos, le
han arreado unos cuantos coscorrones.
Y no vayan á creer mis lectores que esto se ha becho
por obra y gracia de los neos y reaccionarios, no; que
nosotros no usamos de argumentos tan contundentes,
si no es en legítima defensa: esa campal batalla de denuestos y garrotazos la han librado los mismos partidarios de la niña que se cansan de aguantar á BUS santones
y se divideu y se combaten por mor de la pesebrera.
Si aun no asamos y ya pringamos ¿qué sería el día del
reparto de mercedes, cargos y credenciales? ¿qué sucedería el día de! triunfo? Dejaríamos tamañitos á los finchados portugueses.
Tem' la ¡oh térra! si España cayera en poder de estos
hambrientos que sólo se unen para empuñar la tea y la
piqueta y proseguir campañas de'difamación contra las
Ordenes religiosas y la Iglesia, porque en ellas encuentran valladar infranqueable para dar expansión á sus
instintos de fiera.
VIRIATO.
Á LA SANTÍSIMA VIRGEN DE LOURDES
A loa píes de tu altar, Virgen María,
hoy me conduce mi feliss destino,
mirando realizarse en in: camino
el inBtante que tauto apetecía.
Piedad te ruego, dulce Madre mía,
piedad demando de tu amor divino,
y aute tu Imagen con fervor me inclino,
esclavo del amor que á Ti me guia.
Al regresar á mis lejanos lares,
mi senda alumbrarán los resplandores
de esta fe que renace 011 tus altares.
Cese ya etite dolor de mis dolores
y hallen dulce consuelo mis peaareB
mirando en TI el amor cié sus dolores.
N. D. At S.
UNO DE TANTOS
—Es la última vez que le afeito, Sr. Saturnino.
—Qué, ¿te marchas de la casa?
—No, Befior; es que me despide el maestro.
—Lo siento, porque tienes buena mano y creía que te
apreciaban en la peluquería, tanto el maestro como los
parroquianos.
—Pues ahí verá usted; me dan la cuenta por una bicoca.
—Si no te explicas, no puedo comprender la causa de
tu despedida.
—Ea cosa bien sencilla: porque le he pedido al amo participación por igual en las ganancias del establecimiento.
—No creía que tenías tantos ahorros como para comprar la mitad de la peluquería.
—¡Cá! |No, señor! Yo no trato de comprar nada.
—Entonces cada vez lo entiendo menos, porque ¿á título de qué le pides tú al maestro la mitad de las ganaocias?
—Yo le presento el negocio bajo el punto de vista de
que ól Bea socio capitalista y yo socio industrial.
—Por lo visto tú sabes barrer para adentro. ¿No comprendes que quiea va perdiendo es el dueño del establecimiento? Por un lado expone su capital y por otro trabaja como tú en los quehaceres de la peluquería, resultando, que siendo socio capitalista ó industrial á la vez, tú
quieres que cobre por un solo concepto.
LA AVALANCHA
—Eso que usted dice es una antigualla, pues el capital
ea uua usurpación, porque la propiedad eB UÜ robo, según
dijo Salomón.
—Tú sí que tienes poco de Salomón, cuando confundes tan lastimosamente las especies. Quien ha dicho que
la propiedad es un robo es Prudhomme y tú le cargas esa
atrocidad al rey Salomón, del cual CB la célebre sentencia:
«El número do loa tontos es infinito».
—No quiero discutir con usted, señor Saturnino, porque es usted defensor acérrimo de la burguesía y como
mris lcíio y escribido que yo, me envolvería usted con
sus palabras. Sólo le advertiré que no pienso ya servir á
nadie y que buscaré, por todos los medios, la manera de
convertirme en nrao, en capitalista.
—No está mal eso, muchacho, si para conseguirlo empleaB medios lícitos y honrados: mas estas mismas palabras que acabas de pronunciar me indican que no estás
muy seguro de que la propiedad es un robo y, por consiguiente, entiendo que eres un socialista de ocasión; lo que
llaman en política oportunista. De todos modos te deseo
buena suerte y que no tropieces con el Código penal ya
que loa Mandamientos de la Ley de Dios, ó no los conoces ó los haa olvidado.
n
Una docena de años poco más ó meuos habían transcurrido desde nuestra conversación y había ya olvidado
por completo al barberillo Teófilo, que así Be llamaba
aquel aprovechado joven que usando de una aritmética
muy comúu entre ciertas gentes sumaba dos de la vela
y de la vela dos cuatro, cuando trataba de su interés propio y por el contrario aplicaba la operueióu de suatnicción,
tratándose del establecimiento dn su maestro, para adjudicar á éste las utilidades que él le quería dar. Alguna
vez encoutré cierta semejanza de procedimiento entre el
que duseaba emplear Teófilo y lo que predican loa redentores del obrero y solamente entonces me acordaba, como
en sueños, de la despedida de aquel novel socialista.
Como digo, habrían transcurrido uua docena de años
y viajaba yo en el tren con dirección á San Sebastián, en
compañía de dos ó tres amigos, que precian mente estaban
comentaudo las consecuencias de una huelga general de
que era víctima la antigua corte de Castilla, la ciudfld de
Valladoliil. Llegamos á la estación de la fnmopa ciudad y
el tren tuvo que pararse fuera de agujas porque una inmensa muralla de carne humana obstruía low andenes y
las vías. Oíamos distintamente gritos de ¡viva la r evolución social! y los cantos de la Internacional, con gran
acompañamiento de aplausos. Un grupo bastante numeroso iba capitaneado por un hombre elegantemente
vestido, joven y de barba rubia. Lns del grupo gritaban:
¡Viva Deniófilo! ¡viva el barbián! ¡Este sí que oa un hombre completo!
El joven elegante se detuvo á la puerta de nuestro departamento y empezó á dar vigorosos apretones de manos despidiéndose de los obreros que con tanto entusiasmo le proclamaban. Después, ubrió la portezuela y se coló
de rondón en nuestro coche, dándonos las buenas tardes
con mucha finura. Yo me fijó en el reciéu llegado y le reconocí en seguida: era el barberillo Teófilo. Como ignoraba ka intenciones del novel propagandista!, procuré moderar mi primer impulso, que fue el de abrazarle, pues
no sabía yo si convendría al joven hacerse el desconocido,
porque ya había notado su cambio de nombre, toda vez
que los que le proclamaban gtitaron: |viva Demófilol en
vez de priva Teófilo! Pero el ex barbero, contra lo que esperaba, me aBió cordialmente de las manos, diciéndome:
—Para usted, señor Saturnino, soy el de siempre y ce
lebro la ocasión que la casualidad me ha proporcionado
de hacer con usted un viaje aunque sea de pocas horas,
porque en Miranda de Ebro me separaré de usted para ir
á Bilbao, donde tengo qnn predicar á los obreros. Ya le
contaré á usted en otia ocasión mi vida y milagros. Hoy,
conténtese con que le diga que soy dueño de uua peluquería en Madrid, cuyes señas leerá en esa tarjeta que
le entrego.
Y dicho esto, Teóülo cerró los ojos ó hizo como que
dormía, sin duda para evitar discusiones conmigo y con
mis compañeros de viaje.
III
Si M^homa arrastraba tras de sí á los pueblos de la
Arabia, fanatizándoles con el K*orán y preparándoles para la conquista del mundo, Demonio sugestionaba á las
masas obreras empujándoles hacia la revolución social,
pudiendo decir como César: «Veni, vidi, vinci», porque
en efecto, apenas llegaba á una población obrera, vencía
por todas partes.
Claro está que no todos concederían á Demonio la
aureola prestigiosa de regenerador del pueblo. Un periódico decía de él lo que sigue:
«Demonio ea un revolucionario del 93 veBtido á la
usanza moderna. No es precisamente un tribuno popular; pero es lo cierto, que arrebata á las musas, las Beduce y laa prosterna ante su. voluntad. Sus discursos aunque fabricados bajo el molde general y con los lugares
comunes tan en uso entre los compañeros propagandistas,
8on pronunciados con tnl fogosidad, con tanto entusiasmo
y, al parecer, con tan franca sinceridad, que acusan al
hombre errado en el camino de la verdad ai bien con un
corazón grande y abnegado (¡!)»
Otro diario, escarbando más profundamente en la labor
de Demonio, hacía estaa reflexionas:
tA nuestro juicio, la labor de Deniófilo es la de un
neurasténico ó de un consumado cómico y más nos iuclinamos por lo segundo. Abona nuestro juicio el he che» significativo de que apesar de apellidarse á sí mismo obrero
en tonos vehementes y con accionado propio de un energúmeno, no deja por un solo momento de vestir elegantes temos como el más atildado de tos burgueses. Además,
Bnhcraos que en Madrid posee una peluquería con tudaa
las refinerías del buen gusto y del confort y cuya clientela no es de pobres obreros sino compuesta de personas
del mundo elegante.»
Con todos estos comentarios ile la prensa noticien! andaba yo muy picado de la curiosidad por celebrar una
conferencia ó interviú como ahora dicen, con mi antiguo
rapabarbas, que en pocos ¡iños había dado un salto enorme iransl'ormánduse en personaje público. Ya se me alcanzaba el que los periódicos, en su alan á veces de sacar
punta a una bola de billar, exageran las cosas; tergiversan los hechos y agrandan ciertas personas, que de suyo
son pigmeos, hasta convertirlas i-n gigantes, imitando al
loco de D, Quijote eu su aventura con los molinos de
viento. Pero de todos modos mi curiosidad por cuuocer
el secreto de Demonio era harto grande, y procuré obtener noticias de su regreso á Madrid para ir á su establecimiento y hacerle una visita como antiguo amigo.
IV
La peluquería se hallaba bien instalada, en un espacioso piso principal de una calle céntrica de Madrid. Constaba de un gran salón con diez ó doce tocadores, uu departamento para la perfumería y un gabinete para operaciones de dentista y de pedicuro.
Después ríe enseñarme (ion detenimiento la peluquería,
me llevó el propagandista revolucionario á un despacho
muy bien arregladlo, donde nos sentamos uno frente á
otro en cómodas butacas, comenzando nuestra conversación unuiicÍHila desde nuestro encuentro en el tren de
San Sebastián.
— ¿Hablo con Teófilo ó con Demonio?—le pregunté.
—Para usted y para mis parroquianos soy siempre
Teófilo. Cambié el nombre porque un compañero más
ilustrado que yo, me dijo que mi nombre olía á sacristía,
pues, Teófilo quiere decir en griego amante de Dios. En
su vista cambié por Demófilo ini nombre de pi'a, porque
el compañero ilustrado rae enseñó que esto nuevo nombre,
si bien muy común como seudónimo entre escritores revolucionarios, sonaba bien en los oídos de los obreros,
porque ya saben que siguifica amante del pueblo.
— No era rana tu consejero. Y ya que me has Explicado tu cambio de nombre, deseo que me des á conocer tu
cambio de fortuna.
—Cuando rao despidió mi antiguo maestro ya dije á
LA AVALANCHA
usted que no volvería en mi vida á ser dependiente. Firme en mis propósitos de hwcer cnrrt-rn Tapida, me pasé
la mano por la cara y me metí A charlatán de club. Tu
nía presente lo que usted me dijo de que el número de
los tontos csinfínito y esta ideíi me dio alientos pnra sobresalir entre los ignorantes obreros de MndrM, indemnizanHAYARRA
NUESTROS GRABADOS
Teresa Laborra y Negrete.—Publicamos el retrato de esta virtuosa joven, curtida de su grave enfertneded
en In Peregrinación navarra á Lourdes, que se celebró en
los días 2 al 5 de Septiembre de 1910, de cuyo prodigioso suceso se da cuenta detallada
en el artículo que, con la firma de Un navarro,
insertamos en otro lugar.
Salón de armas del palacio de los
Condes de Guenduláin, en Pamplona.
— En la calle de Zapatería de nuestra ciudad
y dando frente á la plazuela del Consejo, se
encuentra la caBa-palacio de los Excmos. señores Condes de Guenriulain, cuyo Ululo uobiiiaiiu fue creado por el Rey D. Felipe IV,
en 6 de Marzo de 1658, en cabeza de D. Jelónimo Ayanz y Javier, señor He Gnendulein.
El salón de armas de este palacio es una
amplía sala, ricamente decorada y engalanada con armas y trofeos militnros de distintas
épocas.
En nuestra fotografía que representa uno
de sus ángulos, pe ven la tdabardo del rey
D. Carlos III el Noble, y el casco de batalla
ueado en la gloriosa jornada de Lepanto por
D. Carlos de Redín, primer Barón de BigÜezal, aguerrido capitán de la infantería española y fervorosísimo caballero cristiano ó
ilustre ascendiente de los Condes de Gnerníulain. También aparecen' en la fotografía el
retrato de la Reina D.a María Cristina de Borbón, pintado por Madrszo, y el retrato, de
cuerpo entero, de D. Tiburcio de Redín, tara
bien ilustre ascendientede los Condes, el cual
después de haber llegado á los mas altos cargos de la Armada espadóla y obtenido gloriosos triunfos, trocó el uniforme militar por
ol hábito capuchino, en calidad de lego, y de
cuyo distinguido personnjo nos ocupamos con,
detenimiento en nuestros números del 8 y 24
de Enero y 8 de Febrero de 1898.
El actual Conde de Guendulain, Excmo. señor D. Joaquín María de Meneos y Ezpeleta,
¡í cuyo título une los de Conde del Vado,
Marqués de la Rea! Defensa, Barón do Bigüezal, Grande de España, Gentilhombre de CáP A M P L O N A . — S a l ó n de armas del palacio de los Excmos. Sres. Condes de Guenduláin
mara de S. M. con ejercicio y servidumbre,
Maestrante de Zaragoza,
g , Senador del Reino
Cl
III y
dome mi trabajo por medio de una subvención modesta,
por propio derecho, Caballero Gmu Cruz de Carlos
III
aunque suficiente á cubrir mis gastos. De Madrid pasé
del Mtigfíidie de Turquía, esto casudo, en segundas nupcoico segundo ó sobresaliente de propagandista á provincias, con la Excma. Sra. D,ft María de la Fuencíala Bercias, con subvenciones de mayor cuantíH. No quiero ha
naldo de Quinta y Muñoz hija del Marqués de Campo Sablar á usted de cierta clase de estipendios más cuantiosos
grado y nieta de la Reina D.a María Cristina de Borbón
porque este es mi secreto: solamente le diré que reuní
y de BU segundo esposo el Duque de Riansaree.
unos cuantos miles de pesetas, á fuerza de poca aprensión
y de mucha frescura, ae lo digo á usted en secreto, lie
gando á poder abrir esto establecimiento dondñ rasuro á
Vista de las minas de carbón, en Salinas de
los ricos, que me ofrtcen buenas ganancias
Oro.—Estas iniuas se hallan situadas en la jurisdicción
—Mientras,—le interrumpí—fuera del establecimiento,
de Salinas de Oro, pueblo que se encuentra á 26 kilómeafeitas y tomas el pelo ii los obreros.
tros de Pamplono, junto á la carretera que de esta ciudad
Salí de aquel gabinete jurando no volver á pisar la ca*
conduce á Estella. Fueron descubiertas el año 1850 y hoy,
sa de Teófilo y de no volver ¡t tener ielacionea de ningudespués de reconocidas y apreciada la cantidad de minena clase con aquel miserable tralicante y especulador de
ral, van á aer explotadas.
la ignorancia del pueblo.
El carbón es lignito, de calidad superior, con una poY sin embargo, Teófilo no era un rara avis, una exceptencia de tí.500 á 7.000 caloría*», arde con llama, le basta
ción de la regla, sino uno de tantos, como pululan en ese
poco tiro y da un humo blanquecino.
tráfico inicuo que llaman pomposamente reivindicación
La explotación será hecha con arreglo á los más raode los derecho a del obrero.
demos adelantos, con lavaderos electro-mecánicos. •
•
• ,
.
SATURNINO.
Los transportes estarán asegurados por medio de un
cable aéreo que llevará el carbón á los descargaderos situados junto al Balneario de Belascoáio y de este punto
El agricultor poda el árbol para que crezca lozano y dé frutos.
partirá probablemente un ferrocarril minero ó uu tranvía
Dios tiene también tijeras para podnr ol ramaje vicioso del
aéreo á la estación férrea de Pamplona.
alma; pero DO es Bino para hacerla más bella y fructífera.
31
LA AVALANCHA
Se levantará una gran fábrica de aglomerados de carbón, briquetas para los ferrocarriles, constituyendo una
explotación carbonífera en la que nada falte.
Mucho desearemos ver confirmados los buenos propósitos de los autores de este proyecto y que el negocio de
Salinas seríale un punto de mira en la minería navarra,
para que las numerosas minas que existen en esta rica
provincia sean puestaB en explotación.
Los carbonea de Salinas de Oro se consumen ya en
muchas fábricas, casas particulares y comunidades reli
giosas, y el día en que la explotación se haga conforme
al proyecto, es seguro que no se empleará otro carbón de
piedra que el del país, por ser el más barato de todos.
Nuestra fotografía representa el momento en que los
obreros preparan las maderaB que han de sostener las galerías de la mina, siendo una de las labores más importantes en las minaa de carbón la entibación 6 sea la colocación de maderas que sirven de sostén en las galerías.
Ellas son las que guardan la vida de los minero?, evitando el desprendimiento de tierras en que pudieran perecer.
VARIEDADES
Del comercio.-Su antigüedad en Navarra y
sus trabas y privilegios en general y particularmente en varios pueblos.
Sabido es que el comercio tiene un origen casi tan remoto como el de la Humanidad: que ya entre los antiquísimos lidios había comerciantes: que la India tenía
encomendadas las operaciones mercantiles á la clase social llamada de las Vaisias: que Egipto, Fenicia, Cartago,
Grecia y Roma reglameutarou el ejercicio del Comercio,
cailíi vez más pujante en las repúblicas italianas, en las
ciudades anseáticas, y en Inglaterra, Francia, Holanda,
Los fenicios y los griegos, comerciaron con sus florecientes colonias españolas, y los romanos adoptaron en
sus Códigos, especialmente en el DigeBto, las principales
leyes rodias de la Grecia, que aplicarían en sus relaciones mercantiles con España. Con la reconquista española, renacieron las ferias, mercados y aduanas, en términos que las costas catalanas y sobre todo Barcelona fueron el emporio del comercio donde concurrían los principales mercaderes del mundo, al amparo del famoso
«Consulado de mar», base del Derecho mercantil marítimo. También Valencia, TortoBa, Bilbao y Burgos, entre
otras poblaciones, se distinguieron por sus ordenanzas de
Comercio.
Tortosa, por estar situada en la costa mediterránea,
recibía muchas y frecuentes visitas de las naves extranjeras; y por encontrarse en la desembocadura del Ebro
sostenía importantes relaciones comerciales con el interior de España; y por este mismo río (navegable desde
Varea de la Rioja) se comunicó Navarra con IUB grandes
centros de contratación en tiempo de los romanos, en la
época árabe, y hasta el mismo siglo XV; caudaloso río,
que Plinio llamó rico, precisamente por el comercio que
desarrollaba su navegación y que parece que llevó la
prosperidad á los pueblos navarros fundados en sus márgenes.
Colocado el reino de Navarra en un lugar privilegiado
de la peuínsula pura poder servir con gran provecho de
sus intereses materiales,rieintermediario entre Europa y
España, sin embargo, el comercio ee desenvolvió en nuestro país con la misma lentitud que en los demás.
En los primeros tiempos de ki monarquía navarra las
transacciones se reducían á la permuta de los productos
sobrantes por los escasos; y ee sabe, que hasta los funcionarios públicos se les pagaban loa sueldos con trigo: mas,
desde que la moneda Mego á ser recibida en las plazas
como artículo ieal y efectivo, y los mercados y las ferias
concedidos por los reyes á los pueblos aproximaron á
productores y consumidores facilitando extraordinaria
SALINAS DE ORO.-.Vista de las minas de carbón de piedra
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(Fotografía de D. Emilio Pliego)
Portugal y España después de los últimos descubrí-
alientos.
y.;.
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mente el cambio, el comercio público f-alió de sn pnslración, siendo los judíos quienes jriiiicipítlnuute lo expío-
32
LA AVALANCHA
taron, aunque sin llegar á darle los altos vuelos que
aquel adquirió en Cataluña y otros países nacionales y
extranjeros.
ABÍ es que antes de la incorporación á Castilla, y por
causa sin duda de impuestos como el telonio y las lezta
ó lezda, portazgos, peiijes, cisus ó tasas, alcabalas y sucas
entre otros precedentes históricos legales que podrían
aducirse, lo cierto es, que el comercio uavarro no se distinguió mucho dol de las demás naciones poco adelantadas.
Verdad es que Carlos, el Malo, suprimió la cisa ó tasa
legal eu 1355 é requema A instancia del pueblo: pero también lo es, que h renovó luego á petición de los ricos
hombres, prelados y caballeros; y aunque el infante don
Fernando de la Cerda autorizó al Concejo de Mendavia
para extraer de Castilla, sin pagar portazgos, cuantos artículos necesitase, escepto los procedentes de Sevilla,
Córdoba, Toledo, Murcia, y luego Carlos III, estando en
Zaragoza, concertó con los Jurados de esta ciudad una
especie de modua vivendi favorable á ambas partes contratantoa, y después Junn II de Aragón y Navarra esta^
bleció la libertad de comercio entre aaibos reinos, previo
pago de los derechos reales, fuó esta concedida excluyendo del tráfico las monedas de oro, plata y vellón; los moros, caballos, potros, yeguas, muías, armas, sal, vino y
vinagre; y respecto de laa demás medirlas beneficiosas al
comprcio, quedaron pronto desvirtuadas con las trabas
que restringían en aquella época y en todas partes la circulación de la riqueza en general.
No ohstante, merece recordarse con aplauso el fuero
concedido hacia el año 1150 por D. Sancho, el Sabio, á
Sau Sebastián, población navarra entonces, el cual fuero,
trata preferentemente de asuntos comerciales, y es citado
con elogio en las mejores obras de Derecho mercantil.
También es digna de mención la impoitante obra que en
1365 se comprometió eu legal forma á realizar Carlos II
para dar salida á los productos navarros hacia el puerto
de Fuenterrabía. Y tampoco deben olvidarse, ciertas disposiciones dadaB por los monarcas navarros para impulsar las transacciones en ciertos pueblos, en cnyo caso eatá, entre otras, la exención otorgada á Ciutruéuigo en
1369 por la reina D.a Juana, regente en Nav/irra durante
el viaje á Francia de su marido D. Carlos, el Malo, asis
tida de sus consejeros el Obispo de Pamplona y el Deán
de Tudela, privilegio por el cual los moradores del referido Cintruénigo, quedaron libres de las ya nombradas
lezta y peaje, que tanto dificultaban el tráfico y el cambio.
Después de la incorporación á Castilla, tuvo Navarra
que luchar á bruzo partido con la centralización madrileña en pugna con eus intereses regionales, y resultado de
la contienda que llegó á entablarse entre éstas y aquélla,
fueron los conatos repetidos de los reyes para suprimir
les tablas ó aduanas navarras.
De loa balancea del aflo 1816, que copia Yanguas, resulta, que Navarra exportaba á Francia géneros por valor de reales vellón 3 800 590 é importaba de la misma
nación por valor de 19.530.182. A Castilla y Aragón extraía Navarra por valor de 1.977.794 reales ó introducía
en el reino por valor de 1.112,803. A las provincias Vascongadas llevaba Navarra artículos de comercio por valor
de 2.286.768 y traía por valor de 563.425.
No podrá decirse que Navarra menospreció á las cíaseB mercantiles imitando á los antiguos; porque está averiguado, que los mismos reyes emprendían negocios de
comercio, y por cierto con pncu suerte.
En 1372 adquirió Carlos II unos paños del judío pamplonés Abrahatn Amet por 34 florines, y por carecer de
dinero, tuvo que entregur en prenda tres tazas de plata.
La villa de Estella en 1383 tomó por cuenta del expresado rey, cinco cargan de paños, que costaron 975 florines y se vendieron en 915, resultándole por tanto á
Carlos, el Malo, una pérdida de 60 florines.
En 1399 comerciaba en Pamplona Carlos III, el Noble,
con pescados, y en uno de estos negocios perdió 1.369
libras.
Hoy, ya no es despreciable el tener tienda abierta como lo fuó para Cicerón y su tiempo, sino que, además
de enriquecer, dignifica y ennoblece aun á los ciudadanos moa empingorrotados; y el comercio, intermediario
entre el productor y el consumidor, y creador de utilidades económicas, acompaña siempre á la grandeza material de los pueblos y tiende á ser el rey del mundo.
JUAN P. ESTEBAN Y CHAVAERÍA.
INTERMEDIO
Falsas promesas
—Yo te haré soberano—dijo al pueblo la revolución.
—Y en muchas naciones todo él, aunque en España no
todo, porque el pueblo esp;ifiol es como ninguno refractario á la mentira, ae dejó alnciuar por laa falsas promesas de los que le adulaban para sujetarle mejor. Y, en
efecto, el pueblo Boberano os subdito y victima de multitud de señores, que antes, cuando nadie le hablaba de su
soberanía, no tenía que soportar. Ni los impuestos que
paga al fisco, ni la contribución de sangre, ni laB trabas
y molestias que le aprisionan y entorpecen para todo, se
conocían en los tiempos en que al pueblo nadie llamaba
soberano, y los soberanos ae sacrificaban por el pueblo.
No hace un siglo todavía, un molinero podía llegar á general; hoy, para ser mozo de cuerda, se necesita permiso
del alcalde y pagar contribución.
—Yo te daré abundancia de cuanto necesitas—le dijo
también la revolución.—Y para hacerle dichoso comenzó
por robar y empobrecer á la Iglesia y á la aristocracia,
que eran sus mejores amigos; á las instituciones benéficas,
que la caridad había inspirado; á los pueblos, cuyos bienes de propios eran remedio del indigente. Y cuando llega una calamidad, el pueblo no tiene ahora u quién volverse, sino al Estado, que carece de entrañas y no cuenta
con más recursos que los que saca del mismo pueblo.
Ni soberanía, ni abundancia ha dado ul putblo la revo
lución, sino que le cercena más cada vez las cosas indispensables para la vida. Nunca ha habido tanto pobre como ahora, nunca la carestía ha sido mnyor. Los artícglos
de primera necesidad van siendo artículos de lujo en las
casas humildes, y no ya el p>m, sino hasta los meudrugus
que el pobre uo quería anttiflo, faltiin boy en cnsa de mu
choB jornaleros. Lo CUHI no impide que la revolución siga
haciendo las falsas promesas cutí que hasta aquí ha engañado al pueblo, y que en muchas naciones todo él, aunque en España uo todo, porque el pueblo español es como
ninguno refractario á la mentira, se deje alucinar mise
rablemente.
8.F.
REFLEXIONES DE UN ALBAÑIL
¡Cuántos en ricos palacios
y esta so la da al chicuelo,
y on comedores soberbios
que sí entre dos que se quiereu
necesitan \n peptona
basta que coma uno de elloa,
para empezar uu almuerzo,
cuaudo dos quiereu á uno
y uo digiero a dos ostras!
callo ol decir lo que piensoYo, en cambio, junto a la valla Teriniuada la comida
de uu edificio eu eimieutos.
reposa ol cansado cuerpo,
fin paz y gracia de Dios
y mientras tiembla el malvado,
como el clásico puchero;
y calcula ol avariento,
y no en Sévres, ni eu Sajoula, y no agita el ambicioso,
Bino en Talayera neto;
sobro el ouloaado suolu,
cae el garbanzo, y parece
quloa nada teme ai debe
que bajo el azul del cielo
so entrega tranquilo al sueño:
todos los dias desciende
Y más de uu rico, al pasar,
de arriba como «el pan nuestro»; dice coa envidia al vernos:
la carne 63 poca... ¡tan poca — ¡Quién se pudiera dormir
que todos uoe la ofrecemos! — como se duerme uno de estos!
Yo la ofrezco á mi costilla,
FERMÍN SACRISTÁN.
LA AVALANCHA
EL HOGAR EN MI TIERRA
(Conclusión.)
Durante la comida reina la mayor animación y hablan
en ella los padres entre sí de la cosecha que se espera,
de la contribución cuyo plazo termina, de los zapatos que
hay que comprnr á Luis, interrumpiendo los hijos estas
graves materias para contar á sus padres cómo un gato
se ha ahogado en el molino, so han arañado dos mujeres,
y ha venido al pueblo un hombre con un oso que bailaba
al son del pandero. Los padres oyen estas interrupciones
infantiles con verdadera fruición saboreando en el alma
aquellas voces argentinas y aquellos ademanes sueltos y
vivos y la comida termina. Alzause los manteles, meten
todo en la cesta, el padre da un beso á cada uno de sus
hijos y dos á Angelina y se van eu la forma que han
venido.
«Augelina, dice la madre, no bien se han alejado cincuenta metros, di adiós al padre, que te mira.»
«Adiós, papa», dice Angelina.
«Adiós, hija mía», grita el padre bobo de alegiía.
«Adiós adiós», repite la uifia riéndose, extendiendo sus
brazos hacia adelanto y recogiendo hacia sí los extremos
de eus manecitas.
«Adiós», vuelve á gritar el padre, dando á eu voz la
más dulce inílesión que puede en sus pocos registros; y
con esto la pequeña caravana se aleja y desaparece entre
los olivos.
Los episodios de la tarde se parecen á los de la mafia
na, salvo que, como es jueves, los niños no asisten á la
escuela, sino que se van cantaudo al monte á ver los nidoa que aaben y á buscar otroa nuevos. La madre entretanto cose ó remienda en la puerta de casa las camisas
de sus hijos ó el pantalón de Fermín, mientras á sus piea
juega Angelina cotí Clavel, un gatito que es una monada.
Al anochecer salen los cuatro hermanos á las afueras
del pueblo al encuentro ric su padre, el cual besa ó coge
á Angelina en sus brazos, mientras Luis y Antonio van
delante de la yunta llevando la pértiga en el hombro el
primero de ellos y diciendo de cuando en cuando con voz
levantada, para que lo oigan sus compañeros: «Aídal ven,
royo, ven.»
Llegados á casa y después de desuncir el padre los
bueyes, colócase toda la familia en torno del hogar y
mientras la cena ee hace y Be acaban de asar las castañas,
Fermín, que fuá soldado carlista en sus buenos tiempos,
entretiene á sus hijo-i contando episodios militares, como
cuando los liberaU-a se hallaban atrincherados eu la cumbre de una montaña apuntando y disparando sus fusiles
y cañones y el general carlista que era un valiente y se
hallaba en el llano dijo á I09 suyos: «Soldados! hay que
escalar aquella cumbre y desalojar de ella al enemigo!
¡Ha llegado la hora de mostrar el valor que hierve en
vuestros pechos! ¡O vencer ó morir! Soldados, arriba todos! FirmesI jarl |A la bayoneta! ¡Turan tariiil y llegan á
la cúspide y, zis! zasl aquí un brazo! allí una pierna! más
alia media cobeza! y la sangre corría á torrentes como si
fuera un río!»
• Anda! ¿y los mataron á todos?»
«Solamente los que huyeron quedaron cou vida.i
Y luego la madre les cuenta el caso aquel de un niño
y una nina que no quisieron rezar antes de acostarse, á
pesar del mandato de su madre, y á eso de la media noche se abre poco á poco la puerta de la alcoba donde
ellos dormían y aparece un hombre alto y vestido de
blanco, con larga cabellera y enorme barba y bigote; los
niüos se cubrieron con la manta y el hombre aquel paso
á paso y sin hacer ruido se llega á la cama, acerca la boca A uno y, |Haml se lo traga, se acerca después al otro
y, ¡Ham! se lo sorbe. Al oir este suceso Angelina se esconde en el seno de su madre y los demás hermanos dicen á un tiempo ¡l¡ooojjjl!l
Así pasa ameuu y alegre la tertulia doméstica hasta
que el monaguillo saca con la tenaza una castaña del
fuego, la restroga con BUB manos y dice riéndose y mirando primero á su padre y luego á sus hermanos. cYa
eatán asadas!»
«Pues, á cenar», replica el padre, y la gente menuda
repite mirando al puchero «¡A ceuarl, Ole!»
Y cenan con el mismo apetito con que comieron al
medio día, amenizando el acto loa padres con cuentos antiguos, los hijos con interrupciones que hacen reiry Angelina con BU graciosísima media leugua que llama al
chocolate tate y al huevo coco y para pedir á sus hennanitos le hagan lugar porque tiene frío, dice: «Ame lau
que teño los pea feos!» Acabada la cena rezan devotamente el santo Rosario, arrodillados delante de una imagen de María, llevando la voz cantante el padre y contestando á coro todos los pequeños. Después de esto da
Fermín el último pienso al ganado, quita el baste al caballo y dice luego entrando en la cocina con el candil en
la mano: «Son las ocho; vamos ádormirl»
Los niños se acuestan en dos alcobas distintas y después de promover un altercado sobre si tú te llevas toda
la manta ó me la llevo yo, ó sobre ai la cardelina que ha
traído el padre del campo se ha de quedar en mi jaula ó
en la tuya, las niñas entonan desde BU cama estos versos
que los niños repiten desde la suya:
Con Dios me acuesto
Con Dios m« levanto
La Virgen María
Conmigo la traigo.
Ángel de mi guarda
Dulce compañía
No me desampares
Ni de noche ni de dia.
Sigue á esto de alcoba á alcoba un diálogo vivo al
principio é interrumpido, lánguido y soñoliento después
hasta que poquito á poco van cesando de hablar y por
fin se duermen. A los pocos minutos entran sus padres
de puntillas y sin hacer ruido, dan un beso á cada uno
de ellos y se acuestan ellos también. Fermín y Teresa
continúan hablando 011 la cama sobre el porvenir de sus
hijos, sobre las travesuras de Antonio, las agudezas de
Elvira y los progresos de Luis, sobre los beneficios que
cada día reciben de Dios y el modo de agradecérselos.
Oyese en el eatablo el mugido del buey, en la calle el
cantar de un mozo de muías, á lo lejos el ladrido de un
perro, dan las nueve en el reloj de la vieja torre y calla
todo.
FR. ÁNGEL DE ABÁRZUZA, Capuchino.
BIBLIOGRAFÍA
Se han repartido & sus numerosos suscriptores los cuadernos
12, 13 y 1-4 de la «Geograiia general del pais vasco-navarro»,
que con tanto esmero publica eu Barcelona el conocido editor
D. Alberto Martin.
En el cuaderno 13 da comienzo nuestro querido paisano y c e
laborador el erudito escritor D. Julio Altadill a )a descripción
de la situación, limites, extensión v población de Navarra.
EX precio de cada cuaderno es de 50 céntimos,
* * *
La piadosa revista zaragozana Anales del Pilar, ha aparecido en el presente año con notables mejoras,
El número de Enero último, además de 60 páginas de amena
lectura, cou interesantes trabajos del Esomo. Sr, D. Ángel Jara, t). Mariano Baeelga, M. I. Sr. D. Carlos Soler, Canónigo Penitenciarlo adel Pilar, D. Joae M.* Espinosa de los Monteros y
D. José M. Aaara, publica dis hermosas láminas que representan una Imagen nueva de la Virgen del Pilar y utt retrato
de la princesa de Bavlera.
La suscripción sólo cuesta 3 pO9otas al ano. Dirigirse para
ello á D. J. M. Azara, Apartado, 59, Zaragoza.
* *#
El distinguido publicista católico D. Reverlno Aznar, ilustrado director de la Biblioteca «Ciencia y Acción» de la casa editorial de D. Saturnino Calleja, de Madrid, ha tenido la amabili-
;
"I
LA AVALANCHA
dad de remitimos la interesante obrita de Garriguet «El valor
wcial del Evangelio»,
Agradecemos mucho su fina atención.
* **
L a s M i s i o n e s católicas.—Conocida sera de nuestros
lectores la civilizadora Obra de la Propagación de la Fe, taotai
races bendecida por los Romanos Pontífices, fundada para el
sostenimiento de Misiones católicas en tierras de infieles.
Esta Obra, cuyo Conaejo central reside en Lyon, publica en
casi todas lat naciones civilizadas una ilustración que es su órgano oficial y A la vez podemos llamarle también órgano oficial
de los Misioneros en el que relatan sus necesidades, sua trabajos, sus esperanzas y triunfos.
Él número de Enero, de la edición española, suplica en su primer articulo que dirige á la buena prensa de que le ayuden en
su apostólica propaganda.
Las Misiones Católicas es una revista qne Pió IX y León XIII,
de tanta memoria, y el actual Pontífice, repetidas veces han exhortado á todos los sacerdotes y a los fieles todos A suscribirse A
ella, y han invitado á los misioneros á cooperar A su confección
coa todos los medios que tengan á su alcance.
•sta Revista es edftada y redactada por amigos del misionero
y auxiliares de su obra. Elegantemente editada cuesta 8 pesetas al año.
A cuantos quieran conocerla, la Redacción (calle del Pino,
n.° 5, Barcelona) les remitirá gratis un número muestra.
REVUELTA
P a r a n u e s t r o s lectores.—El jueves último, celebró nuestra «Biblioteca Católico-Propagandista», junta
ordinaria y entre otros acuerdos que se tomaron se acordó adquirir mensualmente, con objeto de repartirlos entre nuestros abonados, más de mil ejemplares de los lindos folletos que con el título «De broma y de veraa> aparecerán en breve, editados por los Padres Jesuitas, de
Bilbao.
Nuestros lectores verán con gusto esta noticia.
F o r l a m o r a l y l a decencia.—Merece ser conocida, elogiada é imitada la exposición que la Congregación de Madree cristianas de Sevilla ba dirigido al Excelentísimo Sr. Arzobispo de aquella ciudad, suplicando que
ee las ilustre y dirija en orden á la asistencia de las funciones teatrales. Y en virtud de tilo, aquella celosísima
autoridad ruega á sus diocesanos que se abstengan de
concurrir en absoluto á los teatros en que es proverbial
1* inmoralidad de fas obras representadas; y les avisa que
es deber de todos procurar conocer la índole de las obraa
antes de asistir á sus representaciones.
L a c h u s m a radical.—El monumento erigido recientemente en Santander al inmortal Pereda sería uno
de los que cebarían abajo los radicales si mandaran algún día.
Lo declara así un cura renegado, Ferráudiz, en el periódico de Letroux.
Pereda fuó clerical, quiere decirse católico, hombre
honrado, benemérito de las letras y gloria de España. La
chusma radical no pasa por eso. Por boca de Ferrándiz
reniega de tanta grandeza y si pudiera la destruiría,* escupiendo sobre ella toda la baba inmunda de su sectarismo rabioso,
¡Pobre gente que tiene bastante con ídolos como Lerroux y mártires como Ferrerl
Es repugnante, da mucho asco, leer en castellano .majaderías como esa del desdichado Ferrándiz, pero también da mucha lástima que á tales extremos lleve el apasionamiento ciego y el odio salvaje de secta.
A l vuelo.—El pasado martes dio el Sr. Gasset, Ministro de Fomento, una conferencia en el Círculo Mercantil de Madrid.
El Imparcial, dando cuenta del discurso, pone en boca
del orador, las siguientes palabras:
Para mi, nuestro pala ha afdo tan excesivamente pródigo,
que nos vamos quedando sin nada. IS1 se os ocurre examinar el
derecho parlamentarlo y acudís á Inglaterra, veréis que sus Instituciones están copiadas de aquellas libertades castellanas y
aragonesas que nosotros no supimos conservar. El crédito, las
mejoras de la ganadería, los mercados para los industriales, el
regadío, todo eso lo tuvimos an Eipaña en los Pósitos, en las
merinas, en la apertura de puertos para el tráfico, en las obras
de canalización. Hemos perdido nuestro puesto en la producción:
muchas cosas nos han sido arrebatadas por nuestro abandonoEl que todo lo da y todo lo regala se queda sin nada. ¡Y aún
queremoB regalar los hombres!... (se refiere á la emigración).
Asi como hemos salido a buscar Instituciones, dentro de poco
tendríamos que buscar familias para suplir la almoneda nacional.
I Qué confesión tan hermosa!
Porque los que no han sabido conservar lo que teníamos, han sido los liberales.
[Ni más ni menos!
Las libertades foraleB acabaron por obra y gracia de
Espartero y de Cánovas.
Pero |que nos quiten lo bailado, al son del Himno de
Riego!
A c a d é m i c o a c a t ó l i c o s e n Francia.—En la
Academia de Ciencias de París acaba de ingresar, por 38
votos de miembros de aquel centro científico, en competencia con madame Curie, M, Edouard Brauly.
Edouard Brauly, es un católico práctico y había sido
profesor de la Sorbona; pero, no pudiendo conformarse
con los métodos de enseñanza de la célebre Universidad,
dimitió el cargo, entrando de profesor en el Instituto católico de París.
Este sabio católico ee autor de varios descubrimientos
científicos, particularmente de ,1a telegrafía sin hilos (así
lo confiesa el propio Marconi), y creador de un nuevo
ramo de ciencia: de IB telemecánica.
La superioridad científica de Brauly sobre la de madame Curie se impuso al dreyfusismo y al libre pensamiento de la Academia que laboró con vigor para sacar triunfante á la inventora del radium.
En la Academia francesa va en breve á hacer su solemne entrada, como sucesor del fallecido Cardenal Marthieu, Mgr. Ducbesne.
Contestará al nuevo «inmortal» el académico Etienne,
excelente hablista de la lengua y tan católico como mon
sefior Duchesne.
La imponente fiesta literaria, que con tal motivo suele
celebrarse, llevará á la academia la culta sociedad pari
siense y será una ruidosa consagración del pensamiento
cristiano.
Y después de esto, seguiremos oyendo la antigua estúpida cantinela que los panurgos de la ciencia y de tas letras vienen haciendo llegar á nuestros oídos de que la fe
es incompatible con el progreso científico y literario.
B u e n a respuesta.—Eu la ép ca en que Enrique
VIII de Inglaterra se separó de la Iglesia Católica, y al
ver que el Papa no quiso anular su matrimonio legítimo
con Catalina de Aragón, hizo llamar á dos célebres Religiosos y leu dijo:
—Si no os declaráis partidarios de la Reforma, os haré
arrojar al Támesis.
—Seflor,—respondieron aquellos valerosos confesores
de Cristo—nosotros sólo deseamos ir al Cielo, y lo mismo
nos da llegar á él por tierra que por agua.
H e c h o edificante de u n soldado seminarista.—En una carta dirigida por el señor Obispo de
Bayona á los seminaristas soldados, se encuentra el si
guíente hecho edificante:
«Un seminarista de las Landae, de guarnición en Bo
yona, deseaba comulgar á torio trance el día de su santo,
San José. Su regimiento salió muy de mañana a las maniobras, pero al regresar no obtuvo permiso para aban
donar el cuartel; se abstuvo, sin embargo, de tomar todo
alimento, y siguió cumpliendo con todos loa deberes, bus
ta que á IBB seis de la tarde se encontró libre. Entonces
corrió á la iglesia más cercana, y contando el sucedido,
LA AVALANCHA
pidió á un sacerdote le diese la Comunión, y de esta
suerte pudo aquel seminarista celebrar au santo en el
cuartel. Hoy, cumplido su servicio militar, es misionero
y se encuentra evangelizando en China.»
—3WMC—
M u c h a s g r a c i a e . - E l articulo que con el título
«Lecaroz y el P. Llevaneras.—Deuda de gratitud», publicado en el número del 8 d^ Enero último en nuestra
modesta revista ha merecido eer reproducido por muchos periódicos católicoB de Madrid y provincias.
Mucho noB complace esta distinción, porque revela
coincidimos todos en loa deseos que en el citado artículo
ee manifiestan.
L o a v e r d a d e r o s a m i g o s d e l pobre.—En un
rincoucito del Heraldo, sio pretensiones de género alguno, con tipos muy modestos, y con titulares muy pobres
aparece un artieulejo con el siguiente encabezado:
«Escuela de Refurma de Santa Rita».
Casi todo el articulejo en cuestión ee compone de números, de entre los cuates sacamos las siguientes cifras:
«En 1." de Enero de 1910 existían en la Escuela 104 educandos, y duraote el año Ingresaron 115; haciendo un total de 219.
De éatos salieron 102, 44 de Madrid y bH de provincias, de los
cuales dos eran madores de veintitrés anos y estaban, por tanto, como voluntarios.
»Tenían plaza gratuita 23, 8Íeudo Bolamente dos de corrección gubernativa: pensión rebajada, 17 y toda la pensión, 62.
» Durante su pertnaueucia eu la Escuela cursaron estudios; de
Facultad, 15; de segunda enseñanza, 49, y de primera, 7; aprendieron oficio, 15, y salieron con ocupación doméstica, 16.
»Según cálculo aproximado, han salido completamente corregidos, 79; con resultado dudoso en la corrección, 16, y sin corregir, 7,
»El resultado de los exámenes practicados en el curso demuestra planamente el buen aprovechamiento de los estudios
en la Escuela.
»Para carreras especiales so practicaron exámenes de 40 asignaturas, obteniendo loe educandos, 5 sobresalientes, 10 notables, 16 aprobados y 9 suspensos.
»En la Universidad, de 46 asignaturas hubo 3 sobresalientes,
6 notables, 31 aprobados y D suspensos, y en el Instituto, de 143
asignaturas, 31! sobresalientes, 55 notables, 60 aprobados y ningún auBpenBo.»
Este es el cuadrito clerical que ofrecemos á nuestros
lectores.
Porque debemos advertirles, por sí no lo saben, que
los que practican todas esaB obras de caridad y de corrección y de regeneración no son demócratas, ni radicales, sino frailes, y frailes capuchinos por añadidura.
Ahora el que tenga ojos que vea,
Y el que tenga cabeza que discurra.
Y el que no quiera tomarse tal trabajo que grite:
¡Viva Lerrouxl
¡Viva la república!
jViva la democracial
Porque Lerroux y la república y la democracia prometen mucho; pero, como dijo hace pocos días en un mitin
anticlerical Maclas del Real, y lo Babemos todos de memoria, no dan ni cumplen nada.
En cambi:, como los frailes no gastan el tiempo en
discursos ni en promesas, pero sí en corregir y educar ó
.instruir á los que lo necesitan, es natural que se los peraiga, y que se los destierro, y que se les injurie, y que se
les haga todo el dafio que se pueda.
|Ab, pueblo, cuándo dejarás de ser borregol
—=w H e -
n e c r o l o g í a gloriosa.—El último número de la
revista Miss-ions Catholiques publica la lista de los Misioneros que han muerto en el año próximo pasado.
Compreude 187 nombres de Misioneros, de los cuales,
80 son franceses; 21, italianos; 14, belgas; 13, españoles;
16, alemanes; 6, irlandeses; 6, suizos; 6, holandeses; 5,
austríacos; 5, indios; 2, colombianos; 1, norteamericano;
1, ecuatoriano; 1, argentino; 1, canadiense; 1, polonés; 1,
húngaro; 1( sirio; 1, turco; 1, búlgaro, y 5, de distintos
países.
35
Entre los 187 Misioneros fallecidos, figuran cinco
Obispos.
He ahí una página gloriosa que demuestra irrebatiblemente la vitalidad de la Iglesia, en medio do los embates de la impiedad.
Ofreciendo vivo contraste con la conducta de las nectaa
y falsas religiones nos presenta a sus hijoB animados del
celo apostólico, continuando la obra de evangelización
iniciada por Jesús, sin que sean óbice que impida BU
marcha los rigores y penalidades de extraños climaa y d»
incivilizados puebloa.
Página de oro, que nos hace esperar un renacimiento
pronto de la entibiada fe en nuestra época de indiferencia y escepticismo.
A i r e s sanos.—En cierta nación de Europa se fundó hace doce años una Sociedad titulada Unión Católica,
del personal de los ferrocarriles. Al fundarse contaba con
111 socios. A esta Sociedad pertenecen hoy cuarenta y
cinco mil miembros de todas categorías, desde las más
elevadas á las más humildes.
¡Cuarenta y cinco mil empleados de ferrocarriles católicos! |Y católicos á macha martlllol
Esto ocurre en Europa y á principios del siglo XX.
No son estos cuarenta y cioco mil miembros católicos
vergonzantes, al contrario, hacen alarde de su fe ante la
faz de la nación. Eti el mes de Septiembre último, los mismoa días de la 3.* peregrinación navarra, acudieron estos
empleados en número crecidísimo al célebre santuario de
Lourdes.
Anualmente, celebran una hermosa fiesta para conmemorar la fundación de la Sociedad.
Eete aflo han asistido á ella mil quinientos socios, representantes y delegados de los diversos grupos regionales existentes en ochocientas ochenta y siete poblaciones.
La fiesta Be celebró en un grandioso templo. Junto al
altar mayor Be erguían 125 estandartes, y después de una
solemne misa, en la que comulgaron muchos hombres,
una concurridísima procesión recorrió los alrededores de
la catedral.
La muchedumbre cantó el Credo y valientes himnos
religiosos.
¿Cuál ea esta nación tan heata? ¿Espafia, la retrograda
España? ¿Austria, Bélgica...?
No cavilen nuestros lectores; es
Francia, y la ciudad
donde se celebró fiesta tan hermosa, París.
Es Francia, que á pesar de IOH Gobiernos masónicos
que se empeñan en deacatolizarla, conserva todavía su fe.
No todo está podrido.en aquella nación.
La persecución religiosa ha encendido en muchos el
amor á la Iglesia de Cristo.
El pueblo, en muchas partes, vuelve los ojos á Dios.
Viviaui, el ministro que pretendió apagar las luminarias del Cielo; ol que ae jactaba de haber acabado cou
la superstición, resucitando el antiguo superstitione deleta,
podrá convencerse ahora de que las luminarias continúan
encendidas y de que la superstición está tan rozagante como eu los primeros siglos del Cristianismo.
Mucha gente de por acá se figuran que en Francia, y
especialmente en Paría, no boy más que irreligión, cabarets y bailes por el estilo del Moulin Rouge.
Sin embargo, en París, dominando las licenciosas ba»
canales de Montmartre, está la Basílica del Sagrado Corazón.
Ni Combes, ni Waldeck Rousseau, ni Viviani, ni Briand
han conseguido desterrar á Cristo de la sociedad francesa.
Tampoco se ha conseguido desterrarlo de Espafla, donde Burell y Canalejas tienen menos talento que Viviaui y
Briand.
A todos los periódicos radicales de España, que son el
eco de algunos energúmenos franceses, como Herró el
antimilitarista, Jaurés el socialista redondeado..., ofrecemos hoy estos aires de Europa, aires sanos qne debemos
respirar á plenos pulmones.
PAMPLONA.— Impronta, Librería y Centro de suscripciones de J. García, callo de la Estafeta, número 31.
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