4º ESO Edición a cargo del Dpto. de Lengua y Literatura del IES

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4º ESO
Edición a cargo del Dpto. de Lengua y Literatura del IES Puig de Sa Font
Curso 13-14
PRÓLOGO
En esta antología, pretendemos que deis un rápido paseo por algunos de los poetas y
poemas más representativos del Romanticismo.
Recordad que partimos de una época finisecular en España, fuera de tiempo, muy poco
parecida a la extensión y profundidad que tuvo en otros países europeos (Inglaterra,
Alemania) y fuera de ella (América). Con todo y nuestras peculiaridades, la época sigue siendo
pesimista y exaltada, liberal y conservadora, mezcla de contrastes que dieron frutos como el
ansia de libertad en un mundo que les es extraño, el culto a la noche, a la soledad, a la
melancolía, al arrebato, al horror como método de evasión para dejar de sentir dolor.
JUAN AROLAS
“La cita”
Ella al jardín, yo a su lado;
Es tímida, yo discreto;
Guarda la noche el secreto,
Ninguno nos ha escuchado.
¿Qué falta a la dicha mía?...
Que la noche eterna fuera.
¿Es verdad, Nise hechicera?
-Malhaya la luz del día.
No duerma quien tenga amor,
Ni ha de gozar sus consuelos;
Si se rinde, tome celos,
Que son buen despertador.
-Mi bien, me tienes aquí,
Postrado a tus bellos pies
¡Cuánto te adoro!...¿Lo ves?
¿Soy correspondido? -Sí.
-Desde que la luz miré,
Jamás le debí un favor
En obsequio de mi ardor,
Por eso la luz no amé;
La noche sí que amo yo,
Vivan sus sombras, mi dueño.
Es muy tarde... ¿tienes sueño?,
¿Quieres que me vaya? -No.
Corónate de flores, que ninguna
De las hijas de los reyes orgullosos
Hizo brillar en la dorada cuna
Unos ojos más tiernos, más hermosos.
Corónate, bien mío,
Ahora que el rocío
En las abiertas flores
Engendra los amores.
Cubran tus trenzas mi desnudo pecho,
Gocen las almas dulcemente unidas,
Formen al pie del mirto nuestro lecho
Las rosas a los cálices prendidas;
Y si el pesar viniere.
Con su aquilón que hiere,
Un ósculo adorado
Lo deje desarmado.
¡Ay, hermosa y feliz! Obra dichosa
Del Señor que te amó desde los cielos
Jamás me des la copa ponzoñosa
De sospecha fatal y amargos celos.
Porque infernal tortura
Prefiero a la amargura
De la poción impía
Que el corazón enfría.
Eres, ¡oh virgen cándida!, más pura
Que la brisa que halaga los laureles,
Y con fiebre de amor que no se cura
Me abrasaron tus labios de claveles.
La aurora empieza a lucir,
oigo pasos muy cercanos;
Démonos, amor, las manos:
-Marcha, que pueden venir.
¡Qué hermosas son tus pomas!
Parecen dos palomas
De venturosa cría
nacidas en un día.
-Adiós, pues, hermosa mía,
Orgullo de mi pasión,
Gloria de mi corazón.
-Malhaya la luz del día.
FEDERICO BALART
“Aniversario”
Hoy hace un año que, al morir el día
con la luz del crepúsculo incolora,
aquí, donde doliente gimo ahora,
a un tiempo comenzó nuestra agonía.
Breve la tuya fue; pero la mía,
que el corazón y el alma me devora,
prolongándose lenta de hora en hora
dura al cabo de un año todavía.
Cuando de mi perdido bien me acuerdo
y a medir mi desdicha el juicio alcanza.
transido de dolor, el juicio pierdo;
y abatido descubro en lontananza
tus amores por único recuerdo
y la muerte por única esperanza.
Vi ayer volar un astro mortecino,
que descendió hasta el suelo:
era la estrella de mi buen destino,
que, ya de vieja, se cayó del cielo.
DUQUE DE RIVAS
“Ojos divinos”
Ojos divinos, luz del alma mía,
por la primera vez os vi enojados;
¡y antes viera los cielos desplomados,
o abierta ante mis pies la tierra fría!
Tener, ¡ay!, compasión de la agonía
en que están mis sentidos sepultados,
al veros centellantes e indignados
mirarme, ardiendo con fiereza impía.
GUSTAVO ADOLFO BÉCQUER
Rima XXI
—¿Qué es poesía?, dices, mientras clavas
en mi pupila tu pupila azul,
¡Qué es poesía! ¿Y tú me lo preguntas?
Poesía... eres tú.
Rima XXIII
Por una mirada, un mundo;
por una sonrisa, un cielo;
por un beso... ¡Yo no sé
qué te diera por un beso!
Rima LX
Mi vida es un erial,
flor que toco se deshoja;
que en mi camino fatal
alguien va sembrando el mal
para que yo lo recoja.
RAMÓN DE CAMPOAMOR
“Las estrellas errantes”
En mi niñez, viendo una estrella errante,
creí sencillamente
que era algún ángel que venía amante
a darme abrazos y a besar mi frente.
Ya joven, vi otra estrella que corría
y dije, en mi locura:
«es mi estrella del Norte, que me guía
al placer, al amor y a la ventura».
¡Ay!, perdonad si os agravié; perderos
temí tal vez, y con mi ruego y llanto
más que obligaros conseguí ofenderos;
tened, tened piedad de mi quebranto,
que si tornáis a fulminarme fieros
me hundiréis en los reinos del espanto.
JOSÉ DE ESPRONCEDA
“Soneto”
Fresca, lozana, pura y olorosa,
gala y adorno del pensil florido,
gallarda puesta sobre el ramo erguido,
fragancia esparce la naciente rosa.
Mas si el ardiente sol lumbre enojosa
vibra, del can en llamas encendido,
el dulce aroma y el color perdido,
sus hojas lleva el aura presurosa.
Así brilló un momento mi ventura
en alas del amor, y hermosa nube
fingí tal vez de gloria y de alegría.
Mas, ay, que el bien trocóse en amargura,
y deshojada por los aires sube
la dulce flor de la esperanza mía.
“Canción de la Muerte”
Débil mortal no te asuste
mi oscuridad ni mi nombre;
en mi seno encuentra el hombre
un término a su pesar.
Yo, compasiva, te ofrezco
lejos del mundo un asilo,
donde a mi sombra tranquilo
para siempre duerma en paz.
Isla yo soy del reposo
en medio el mar de la vida,
y el marinero allí olvida
la tormenta que pasó;
allí convidan al sueño
aguas puras sin murmullo,
allí se duerme al arrullo
de una brisa sin rumor.
Soy melancólico sauce
que su ramaje doliente
inclina sobre la frente
que arrugara el padecer,
y aduerme al hombre, y sus sienes
con fresco jugo rocía
mientras el ala sombría
bate el olvido sobre él.
Soy la virgen misteriosa
de los últimos amores,
y ofrezco un lecho de flores,
sin espina ni dolor,
y amante doy mi cariño
sin vanidad ni falsía;
no doy placer ni alegría,
más es eterno mi amor.
En mi la ciencia enmudece,
en mi concluye la duda
y árida, clara, desnuda,
enseño yo la verdad;
y de la vida y la muerte
al sabio muestro el arcano
cuando al fin abre mi mano
la puerta a la eternidad.
Ven y tu ardiente cabeza
entre mis manos reposa;
tu sueño, madre amorosa;
eterno regalaré;
ven y yace para siempre
en blanca cama mullida,
donde el silencio convida
al reposo y al no ser.
Deja que inquieten al hombre
que loco al mundo se lanza;
mentiras de la esperanza,
recuerdos del bien que huyó;
mentiras son sus amores,
mentiras son sus victorias,
y son mentiras sus glorias,
y mentira su ilusión.
Cierre mi mano piadosa
tus ojos al blanco sueño,
y empape suave beleño
tus lágrimas de dolor.
Yo calmaré tu quebranto
y tus dolientes gemidos,
apagando los latidos
de tu herido corazón.
JOSÉ MARÍA GABRIEL Y GALÁN
“Sibarita”
¡A mí n'ámas me gusta
que dali gustu al cuerpo!
Si yo fuera bien rico,
jacía n'ámas eso:
jechalmi güenas siestas
embajo de los fresnos,
jartalmi de gaspachos
con güevos y poleos,
cascalmi güenos fritis
con bolas y pimientos,
mercal un güen caballo,
tenel un jornalero
que to me lo jiciera
pa estalmi yo bien quieto,
andal bien jateao,
jechal cá instanti medio,
fumal de nuevi perras
y andalmi de paseo
lo mesmo que los curas,
lo mesmo que los médicos...
Si yo fuera bien rico,
jacía n'ámas eso,
¡que a mí n'ámas me gusta
que dali gustu al cuerpo!
ANTONIO GARCÍA GUTIÉRREZ
“Las dos rivales”
(…)
IV
Por la calle de los Muertos
cuando el reloj dio la una,
envueltas en negros paños
sacaron las dos difuntas.
Un hombre solo acompaña
Esta ceremonia muda,
y en su pecho lastimado
hondos sollozos se escuchan.
Así atraviesan las calles
y a los que velan asustan.
Parecen almas que penan
según caminan de mustias.
Ahuyentan a los amantes
en su plática nocturna
y los canes agoreros
temerosamente aúllan.
V
Fuera de lugar sagrado
en camino de Porcuna
cuatro pinos sombra dan
a una humilde sepultura.
La lápida que la cubre,
en negras letras confusas
manifiesta cuyos son
los restos que allí se ocultan.
DOÑA INÉS DE ABARRACÍN
NACIÓ EN LA CIUDAD DE ANDÚJAR
dicen las letras, gastadas
por el tiempo y por la lluvia.
GERTRUDIS GÓMEZ DE AVELLANEDA
“Cuartetos escritos en un cementerio”
He aquí el asilo de la eterna calma,
do sólo el sauce desmayado crece…
¡Dejadme aquí: que fatigada el alma,
el aura de las tumbas apetece!
Los que aspiráis las flores de la vida,
llenas de aroma de placer y gloria,
no piséis el lugar do convertida
veréis su pompa en miserable escoria:
mas venid todos los que el ceño airado
del destino mirasteis en la cuna;
los que sentís el corazón llagado
y no esperáis consolación alguna.
¡Venid también, espíritus ardientes,
que en ese mundo os agitáis sin tino,
y cuya inmensa sed sus turbias fuentes
calmar no pueden con raudal mezquino!
Los que el cansancio conocisteis, antes
que paz os diesen y quietud los años
¡Venid con nuestros sueños devorantes!
¡Venid con vuestros tristes desengaños!
No aquí las horas, rápidas o lentas,
cuenta el placer ni mide la esperanza:
¡quiébranse aquí las olas turbulentas
que el huracán de las pasiones lanza!
Aquí, si os turban sombras de la duda,
la severa verdad inmóvil vela:
aquí reina la paz eterna y muda,
si paz el alma fatigada anhela.
Los que aquí duermen en profundo sueño,
insomnes cual nosotros se agitaron…
Ya de la muerte en el letal beleño
sus abrasadas sienes refrescaron.
Amemos, pues, nuestra mansión futura,
única que tenemos duradera
¡Que ilusión de la vida es la ventura,
mas la paz de la muerte es verdadera!
ANTONIO DE TRUEBA
“Una y no más”
I
Me gustan mucho tus ojos,
me gusta mucho tu pelo,
me gusta mucho tu cara,
me gusta mucho tu cuerpo:
todo en ti me gusta mucho
desde la planta al cabello;
pero no te quiero, niña,
y sabrás que no te quiero
«porque no puede una luz
alumbrar dos aposentos».
II
Si no pongo en ti los ojos
es que en otra los he puesto;
es que si me gustas mucho,
me gusta más la que quiero;
es que yo el corazón pongo
donde pongo el pensamiento;
es que para dos amores
tengo el corazón pequeño;
«es que no puedo adorar
dos corazones a un tiempo»
donde primero sentí
mis amores." (…)
JOSÉ ZORRILLA
“El contrabandista”
Subiendo la negra roca
de embarazosa montaña,
contrabandista español
bridón andaluz cabalga.
Lleva el trabuco a su lado,
el cuchillo entre la faja,
y con el humo del puro
su voz varonil levanta.
" Que brame en la peña el viento,
que se arda el monte vecino,
que rompa el inhiesto pino
el aquilón violento.
Yo desprecio sus furores;
y aquí solo, sin señores,
de pesadumbres ajeno,
oigo el huracán sereno
y canto al crujir del trueno
mis amores,"
" El albor de la mañana,
en sus matices de rosa,
me trae la imagen graciosa
de mi maja sevillana,
y en sus variados colores
me pinta las lindas flores
del suelo donde nací,
donde inocente reí,
Tranquilo el contrabandista
aquí el canto llegaba,
cuando un acento francés
"¡Fuego !" a su lado gritaba.
Sobre su frente pasaron
con ruido silbar las balas,
y gendarmes le acometen
diciendo " ¡Ríndete a Francia!"
Y entonces él " No se rinden
los que nacen en España",
y contra el jefe enemigo
su ancho trabuco descarga.
Cayeron dos, como arbusto
que el cierzo en pos arrebata.
En impetuosa carrera
el bruto gallardo arranca;
y por sobre los peñascos
que en rápida fuga salva,
cantando va el español
al trasponer la montaña:
" Vivir en los Pirineos,
pero morir en Granada."
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