De Micenas a Cartagena `Los Doce Trabajos` de Campo Elías

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De Micenas a Cartagena
‘Los Doce Trabajos’ de
Campo Elías
Por Bernardo Ramírez del Valle
CEPENSAR CARIBE
Comenzó el dios Cronos a contarle el tiempo al Alcalde Campo Elías, un
descendiente de Hermes, el dios olímpico griego de las comunicaciones, que
por muchos años, a punta de micrófono, luchó a favor de la causa de los
menesterosos de Cartagena, en contra de la hidra de la corrupción y la
ineficiencia e ineficacia estatal. Muchos años antes, Cartagena, hoy la gran
diosa del Caribe colombiano, lo había traído de las lejanas tierras del sheinú
con la recóndita ilusión de desterrar los demonios de la corrupción y la pobreza,
similar a lo que en Grecia, miles de años atrás, Zeus había dispuesto con
Heracles (Hércules en la mitología romana) en cuando a la polis peloponésica
de Micenas. Más Cartagena estaba gobernada, igual que lo estuvo esa ciudad
griega, por un régimen político-electoral corrupto que no iba a permitir
fácilmente la llegada de Campo Elías al parnaso de la Aduana.
Los doce trabajos de Campo Elías/ Cepensar Caribe
Y parecido a lo que pasó en Micenas, que su rey le impuso a Heracles, a
manera de penitencia, la realización de ‘doce trabajos’ para liberarla de muchos
demonios y maleficios, la diosa Cartagena ordenó a Campo Elías la realización
de igual número de labores, tan temerarias y difíciles como las del héroe
griego.
Veamos alegóricamente en qué consisten estos doce trabajos1:
Primer trabajo: matar al León de la Compra-Venta de Votos. La primera
penitencia que impuso la diosa Cartagena a Campo Elías fue derrotar las
poderosas mafias electorales de la ciudad para así transformar su
indestructible piel en una coraza popular de buen gobierno, recubrirse con ella
y lograr salir adelante en las siguientes misiones. El 30 de octubre del 2011,
ciento sesenta mil cartageneros permitieron que lograra esa hazaña y se
recubriera con el poderoso manto del poder popular. Muchos siglos antes de
Jesucristo, en Grecia, a Heracles le correspondió matar al León de Nemea, y
demostrar a Micenas su poderosa capacidad de destruir cualquier enemigo.
Después de acorralarlo en su propia guarida, y ante la imposibilidad de matarlo
con arma convencional alguna (flechas, garrote y espada), lo atrapó y
estranguló metiéndole un brazo por la garganta hasta asfixiarle, de la misma
manera como asfixió Campo Elías las leoninas mafias electorales de
Cartagena en sus propios refugios, al lograr sustraerle el voto comprado e
imponérseles por el voto de conciencia.
Para arrancarle la piel al león, Heracles necesitó de la diosa Atenea, quien
disfrazada de vieja bruja, le advirtió que la mejor herramienta de hacerlo eran
las propias garras del animal. Campo le arrancó la piel a la corrupción electoral
de Cartagena mediante el uso de sus propias estrategias: simplemente
sugiriéndole a los ciudadanos que cuando le fueran a comprar el voto
agarraran el dinero, le hicieran conejo al corrupto y votaran por él. Y en muchos
casos así sucedió.
Segundo trabajo: matar la Hidra de la Corrupción. Ante la muerte del León
de Nemea a manos de Heracles, su hermana la hidra de Lerna juró vengarse
de éste. Algo parecido a la venganza que han jurado contra Campo Elías los
deudos de las maquinarias electorales derrotadas en las pasadas elecciones,
anunciada a través de sus heraldos en algunos medios de comunicación radial.
En la mitología griega, la Hidra de Lerna era un despiadado monstruo de mil
cabezas en forma de serpiente, de aliento venenoso, que poseía la virtud de
regenerar dos cabezas por cada una que perdía o le era amputada. En su
versión moderna, este monstruo personifica la corrupción estatal, que devora
sin tregua los recursos del Estado y las oportunidades de la gente de salir de la
pobreza. Igual que la de Lerna, la de la Corrupción multiplica sus cabezas cada
vez que le es cercenada una.
Cuenta la mitología griega, que tras llegar al lago Lerna, Heracles tapó su boca
y nariz con una tela para protegerse del aliento venenoso de la hidra
1
En adelante, las referencias a la mitología griega son tomadas de la Enciclopedia Virtual
Wikipedia, con adaptaciones del autor.
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(modernamente hay que taparse estos órganos para evitar el olor putrefacto
que emana de la hidra de la corrupción) y disparó flechas en llamas a la fuente
de Amimone, guarida del monstruo, para obligarle a salir. Entonces se enfrentó
a ella con una hoz y tras cortar varias de sus cabezas descubrió que le crecían
dos nuevas, por lo que comprendió la esterilidad de su lucha, pidiendo ayuda a
su sobrino Yolao, quien le dio la idea de utilizar una tea encendida para quemar
el muñón del cuello de la bestia tras cada decapitación, cauterizando la herida
y evitando así el brote de las dos nuevas. De esa manera, mientras Heracles
cortaba cabezas, Yolao quemaba los cuellos, matando así a la Hidra. La última
cabeza, considerada inmortal, la enterró Heracles bajo una gran roca, mojando
sus flechas en la sangre venenosa de esta horrenda criatura.
Pues bien, a Campo Elías le corresponderá la no menos titánica labor de
decapitar la hidra de la corrupción en Cartagena, cuyas cabezas suelen verse
por diversas dependencias del distrito. Para ello necesitará que su equipo de
gobierno sea transparente y decidido a erradicar las mafias burocráticas
enquistadas en las distintas secretarías e institutos descentralizados del
distrito, amparadas en fueros administrativos y sindicales, y a fortalecer la tarea
dejada por la alcaldesa saliente en materia de lucha contra la corrupción.
Tercer Trabajo: capturar la Cierva de la Gestión. Derrotar la corrupción no
basta. Campo Elías también necesita derrotar la pobreza y muchos otros
problemas de Cartagena. Para lograr eso, debe realizar una buena gestión,
que es como una cierva muy veloz, a la que a través de los tiempos no ha sido
fácil atrapar, ni siquiera para Artemisa, la diosa helena de la caza, que luchó en
vano para capturar la Cierva de Cerinia y engancharla a su carruaje celestial.
Esta famosa cierva tenía pezuñas de bronce y cornamenta de oro y su captura
fue encomendada a Heracles que tardó 12 meses hasta lograrlo mientras ésta
bebía agua en el helado país de los Hiperbóreos.
Igualmente Campo Elías necesita atrapar, cuanto antes, desde el inicio de su
gobierno, la cierva de la buena gestión y engancharla al carruaje políticoadministrativo del distrito, para que así haya mejor planeación y excelentes
resultados, e igual a lo que hizo Heracles por Micenas al capturar la Cierva de
Cerinia, por fin le llegue a la Cartagena pobre la diosa de la prosperidad.
Cuarto trabajo: capturar y encerrar al Jabalí de la Inseguridad y la
Violencia, que azota los barrios y veredas de Cartagena. La ciudad de
Micenas se libró de un mal semejante cuando Heracles capturó al jabalí de
Erimanto, que por miles de años sembró el terror en el Peloponeso. Heracles
encontró al jabalí y persiguiéndole durante varias horas, lo fue acorralando a
una zona cubierta de nieve donde, saltando sobre su lomo, lo ató con cadenas
y lo llevó vivo hasta Micenas, cargándolo sobre sus hombros.
La inseguridad y la violencia constituyen junto con la corrupción y la pobreza
los más importantes problemas de Cartagena. Estos son como jabalíes
salvajes que atacan en cualquier esquina sin previo aviso y destruyen vidas
humanas y propiedades. Combatir, acorralar y neutralizar el accionar estos
jabalíes criminales al servicio del narcotráfico, las pandillas juveniles, la
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delincuencia común y de reductos de la guerrilla y los paramilitares constituye
el cuarto trabajo asignado a Campo Elías para los próximos cuatro años.
Quinto Trabajo: limpiar el barro y las aguas pútridas de las calles de los
barrios pobres de Cartagena y liberar a ésta del fantasma de las
inundaciones por aguas lluvias, que destruyen las viviendas y arrasan con los
poquitos bienes de los más necesitados, de manera similar a como lo hizo
Heracles con los establos de Augías, llenos de excrementos de ganado. En la
mitología griega Augías, hijo de Helio, el dios Sol, era el rey de Élide, una
ciudad situada al occidente de Grecia. Por designio de los dioses, el ganado de
Augías no sufría de enfermedades, por lo que logró poseer el mayor rebaño de
toda la península. Pero sus establos nunca habían sido limpiados y por eso
Euristeo, rey de Micenas, que quería humillar y ridiculizar a Heracles, le ordenó
lavar en un dia los excrementos acumulados, tarea prácticamente imposible.
No obstante, el astuto Heracles logró cumplir su misión abriendo un canal que
atravesaba los establos, desviando por este el cauce de los ríos Alfeo y Peneo,
que arrastraron toda la suciedad.
Pues bien, muchas zonas de Cartagena, especialmente la suroriental y
suroccidental, en época de invierno, se ven afectadas por el barro que
producen las aguas lluvias, hasta el punto que sus habitantes prácticamente
quedan secuestrados en sus propias casas. En época de verano deben
soportar el polvo que produce sus calles destapadas. Adicionalmente, los
aguaceros arrasan con frecuencia viviendas y enseres. Al igual que Heracles,
el alcalde Campo Elías deberá ingeniársela para lograr financiar y ejecutar a
cabalidad el Plan Maestro de Manejo de Aguas Lluvias que permita a
Cartagena solucionar este problema que agrava su pobreza, y tendrá que
implementar un masivo plan de pavimentación de calles en los barrios de la
zona suroriental y suroccidental de la ciudad.
Sexto Trabajo: ahuyentar los Pájaros de la Muerte y la Insalubridad
representados por las pésimas condiciones sanitarias de los barrios de los
alrededores de la ciénaga de la Virgen, la zona suroccidental y la zona rural,
que produce altos índices de morbimortalidad infantil y adulta. Las aguas
putrefactas que corren por las calles de esos barrios constituyen focos
permanentes de enfermedades. Miles de años antes, Heracles liberó a Micenas
de los Pájaros del Estínfalo, aves carnívoras que con sus excrementos
venenosos arruinaban los cultivos, devoraban el ganado y enfermaban a los
ciudadanos de la provincia griega de Corinto. Sus picos, alas y garras eran de
bronce, pero debido a su gran cantidad inicialmente no pudieron ser
combatidos por Heracles. No obstante, la diosa Atenea acudió en su ayuda y le
entregó una campana de bronce que hizo sonar desde una colina elevada,
haciendo que las aves asustadas emprendieran vuelo y nunca más volvieran.
En Cartagena, a Campo Elías no le bastará subirse a la Popa y hacer sonar las
campanas del convento agustino para ahuyentar estas aves de la muerte, sino
que tendrá que enfrentar con nuevas estrategias de promoción y prevención de
la salud, y más y mejor infraestructura y dotación, los problemas relacionados
con el aumento de los índices de mortalidad materna y la reaparición de
enfermedades como la lepra y el dengue, que habían sido controladas.
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Además, deberá resolver el déficit de atención en salud especialmente a la
población de estratos 1, 2 y 3.
Séptimo Trabajo: capturar y desterrar el Toro de la Drogadicción y el
Pandillismo, que enloquece y llena de fuego maligno a la juventud
cartagenera. Heracles liberó a Grecia del Toro de Creta, un semental salvaje
que expulsaba fuego por sus narices y causaba estragos en Micena y todo el
país. Este toro lo había obsequiado Poseidón (el dios del mar) a Minos, rey de
Creta, para que lo sacrificara en su honor; pero este rey lo encontró tan
hermoso que lo incorporó a sus rebaños como semental en vez de sacrificarlo,
lo que produjo la ira de Poseidón que hizo que la reina Pasífae se enamorara
del animal y concibiera de él un hijo, el Minotauro, tras lo cual hizo enloquecer
al toro. Entonces Minos encomendó a Heracles capturar al toro, si podía, lo
cual hizo éste subiéndose al lomo del animal y conduciéndolo a través del mar
Egeo hasta Micenas. Mas Euristeo, rey de esta ciudad, terminó dejando libre a
la bestia tras la negativa de Hera, la reina de los dioses, de recibir su sacrificio
en su honor, debido a su ferocidad. Finalmente, después de causar mucho
daño, el toro de Creta fue muerto por Teseo en la llanura de Maratón.
Pues bien, el toro de la drogadicción y el pandillismo en Cartagena
seguramente no lo terminará matando Campo Elías, pero él promedió en
campaña subírsele al lomo y controlarlo, ayudado por las fuerzas del orden y
de su ascendencia entre las centenares pandillas que siembran el pánico en
muchos barrios de la ciudad.
Octavo Trabajo: Acabar con las Yeguas de la Usura, que devoran en vida al
micro-empresario cartagenero constituyendo una de las más importantes
trampas de pobreza de la población de la ciudad. Heracles liberó a Micenas de
las veinte Yeguas de Diomedes que éste tenía atadas con cadenas y las
alimentaba con la carne de sus inocentes e incautos huéspedes. Se cree que
Bucéfalo, el caballo de Alejandro Magno, descendía de una de estas yeguas.
Diomedes fue un indomable y valiente héroe aqueo de la guerra de Troya,
mencionado por Homero en La Ilíada. Heracles con un grupo de voluntarios
consiguió arrebatarle sus yeguas. En respuesta al ataque que le hiciera su
ejército aqueo, Heracles mató a Diomedes arrojándolo moribundo a sus
yeguas, las cuales, tras devorarlo, se volvieron tan mansas que el héroe las
pudo atar al carro de su antiguo amo y conducirlas hasta Micenas, donde
fueron regaladas a la diosa Hera. Con el tiempo las yeguas terminaron siendo
devoradas por fieras y alimañas del monte Olimpo.
Pues bien: los usureros de Cartagena y su sistema de “paga diario” constituyen
la versión moderna de las yeguas de Diomedes, que devoran vivos a sus
pobres prestamistas, cobrándoles exorbitantes intereses que terminan
dejándolos en la ruina. Lograr extender la Banca de Oportunidades a los
pequeños comerciantes de Bazurto y a otros miles de cartageneros que se
rebuscan la vida en el comercio informal, constituye la mejor forma de Campo
Elías capturar esas yeguas salvajes y hacerlas devorar por las fieras y
alimañas que suelen conformar el sistema financiero colombiano.
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Noveno Trabajo: rescatar el Cinturón de Cartagena para proteger a los
niños y niñas del abuso sexual y la prostitución infantil y prevenir el embarazo
temprano de las adolescentes. Heráclito arrebató a Hipólita, reina de las
Amazonas, ese cinturón mágico que le había regalado a ésta su padre Ares, el
dios de la guerra, y se lo regaló a Heras, la diosa de las mujeres y del
matrimonio, para que protegiera la inocencia de los niños y mujeres de
Micenas. En su versión moderna, la tarea de prevenir el embarazo de las
adolescentes, la violencia contra la mujer, el abuso sexual y la prostitución
infantil corresponderían también a Artemisa, la diosa helena de la caza, los
animales salvajes, el terreno virgen, los nacimientos, la virginidad y las mujeres
jóvenes, que en Grecia traía y aliviaba las enfermedades de éstas.
Evitar estos comportamientos en la sociedad cartagenera y promover su
ejemplar castigo, constituye uno de los retos que Campo Elías tiene por delante
si quiere derrotar la pobreza, pues ellos constituyen trampas que impiden a
miles de mujeres y niños acceder a la educación y alcanzar las mieles de la
prosperidad.
Décimo Trabajo: derrotar el Gerión de la Pobreza, un monstruo gigante de
tres cuerpos que impide la prosperidad de la población. A Heracles le tocó
matar a Gerión y robar su ganado (prosperidad) para alimentar al pueblo
micénico y peloponésico, constituyendo esta hazaña el más difícil de sus doce
trabajos.
Según la mitología griega, Gerión era un ser antropomorfo formado por tres
cuerpos que nacían a partir de su cintura, cada uno con cabeza y
extremidades. Vivía en la isla Eritia, ubicada más allá de las columnas de
Hércules (hoy Estrecho de Gibraltar) al oeste del Mediterráneo, en dominios del
actual océano atlántico. Era dueño de Ortro, un perro de dos cabezas que
cuidaba el ganado, hermano de Cerbero (monstruo canino de tres cabezas,
con una serpiente en lugar de cola que resguardaba la puerta del Hades o
inframundo griego, garantizando que los muertos no salieran y los vivos no
pudieran entrar). La misión de Heracles era robar el ganado de Gerión para
llevarle prosperidad a Micenas. Pero para llegar a Eritia debía recorrer a pie el
desierto de Libia (nombre griego de África); mas el sofocante calor le hizo
atacar a Helio (dios Sol) con flechas envenenadas hasta lograr que este le
prestase la copa dorada que usaba para cruzar el mar cada noche, de oeste a
este. Gracias a ella logró llegar al hogar de Gerión. Luego de matar a Ortro, a
Euritión, un pastor al servicio de aquél, y a Gerión, al que le desgarró su cuerpo
en tres partes, Heracles inicia el regreso a su patria con el ganado robado.
Tarea nada fácil, porque le tocó enfrentar a Caco, que le robó parte de los
animales en el monte Aventino de Roma mientras dormía, haciendo que las
reses caminasen de espaldas para no dejar nuevas huellas. Pero enterado por
Caca, la hermana de Caco, del refugio de su hermano, Heracles hizo pasar el
ganado frente a una cueva donde éste escondía las reses robadas, que
empezaron a llamarse unas a las otras. Heracles mató a Caco y allí fundó un
altar donde posteriormente se celebraría, en la antigua Roma (ribera izquierda
del rio Tíber), el Foro Boario (mercado de animales), el precedente más antiguo
de las ferias ganaderas de La Modernidad.
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Pues bien, Gerión y la Pobreza se parecen por su estructura trimorfa. La
carencia o mala calidad de la educación; la falta o mala calidad de la vivienda,
y el desempleo o el subempleo, constituyen las tres facetas de un mismo
problema llamado pobreza, un monstruo pastoreado por la corrupción y
custodiado por un enorme cancerbero de dos cabezas: una se llama
desnutrición infantil y otra insalubridad. Contra todos estos problemas tendrá
que luchar Campo Elías para derrotar al ‘Gerión de la Pobreza’, hurtándole a
éste el ganado de la prosperidad, que hasta ahora sólo beneficia a unos
cuantos, y evitando dormirse en la preservación de ella. Como lo fue para
Heracles, la tarea no será nada fácil y demandará titánicos esfuerzos.
Décimo Primer Trabajo: cultivar las Manzanas del Jardín de la
Prosperidad. Derrotar la pobreza, o por lo menos reducirla a la mitad, impone
a Campo Elías concebir a Cartagena como el Jardín de las Hespérides, de la
mitología griega, huerta de la diosa Hera donde se cultivaban manzanas
doradas que proporcionaban la inmortalidad.
Dicho jardín quedaba en un lejano rincón del occidente griego, situado cerca de
la cordillera de Atlas en el Norte de África, en el Océano (Atlántico), al sur de
Hispania (España), precisamente en la isla de Eritia, donde Heracles había
dado muerte a Gerión y había robado su ganado. Las Hespérides eran ninfas o
doncellas que Hera, la esposa de Zeus, había designado para cuidar el jardín
de las manzanas de oro que circundaba el mundo. Por desconfianza a las
ninfas, Hera también puso como custodio a Ladón, un enorme dragón de cien
cabezas. Estos manzanos habían sido obsequiados a Hera por Gea (la madre
Tierra) como regalo de boda con Zeus.
Robar las manzanas del jardín de las Hespérides, es decir, las manzanas de la
prosperidad y la inmortalidad, constituyó el undécimo trabajo encomendado a
Heracles por los micénicos, idéntico al que los cartageneros más pobres han
pedido que haga su héroe Campo Elías para así liberarse del gerión de la
pobreza.
Para lograr su cometido, Heracles capturó primero al anciano del mar (Halios
Gerón), el dios marino que cambiaba de forma, que le indicó dónde estaba
ubicado dicho jardín. Luego mató a Ladón, el dragón de 100 cabezas que
ayudaba a las ninfas a cuidar las manzanas. Acto seguido convenció a Atlas,
padre de las Hespérides, para que recuperase algunas manzanas de oro,
ofreciéndose a sujetar el cielo mientras iba a buscarlas. Al volver, Atlas le dijo
que no quería seguir cargando a Gea para separarla de Urano (dios Cielo), y
en su lugar se ofreció a llevar las manzanas personalmente a Euristeo.
Entonces Heracles volvió a engañarlo aceptando quedarse en su lugar a
condición de que Atlas sujetase el cielo un momento para ponerse su capa de
león más cómodamente. Atlas accedió, y entonces Heracles tomó las
manzanas y se marchó.
Décimo Segundo Trabajo: domar los Cancerberos de la Opinión.
Finalmente, el último trabajo del Alcalde Campo Elías, que no obstante deberá
realizarlo concurrentemente con los once anteriores, será el de mantener
permanentemente una opinión favorable a su gestión, dado que Cartagena es
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la niña de los ojos del Olimpo colombiano y el éxito de un gobierno territorial
depende más de lo que piensen y digan los medios de comunicación (hijos del
dios Hermes, el heraldo de Zeus), los gremios económicos (dueños de oikos) y
las ONGs (descendientes de la Cierva de Cerinia) que de los resultados reales
que se obtengan de ella. Por eso, mantener buenas relaciones con los medios
de comunicación, los gremios económicos y las ONGs, que conforman una
especie de cancerbero de tres cabezas, buscadores de la verdad y forjadores
de la opinión pública y privada, y hacer un gobierno visible a todos,
transparente, abierto a las comunidades, resulta igualmente una tarea titánica,
nada difícil para un héroe popular como Campo Elías, curtido en estas lides.
En la mitología griega, Cerbero o Cancerbero (‘demonio del pozo’), era el perro
de Hera (esposa de Zeus), un monstruo de tres cabezas, con una serpiente en
lugar de cola, que resguardaba la puerta del Hades (el inframundo griego o
infierno romano) y aseguraba que los muertos no salieran y que los vivos no
pudieran entrar, algo parecido a lo que hace la prensa moderna, que cuida de
que los muertos políticos no resuciten y los vivos no entren a rescatarlos.
Pues bien, el último de los doce trabajos de Heracles fue capturar a Cérvero.
Para ello debió ir a Eleusis, una pequeña ciudad agrícola donde aprendió los
misterios eleusinos, que le indicaron cómo entrar y salir vivo del Hades. Fue así
como encontró en Ténaro (sitio de las grutas y las cavernas) la entrada al
inframundo, y con la ayuda de Atenea y Hermes traspasó la entrada a la ida y a
la vuelta. Si bien en algunas versiones Heracles mata a Cérvero, su misión no
era esa, sino simplemente capturarlo y ponerlo al servicio de Micenas, para su
resguardo. Una versión mitológica dice que Heracles trató con amabilidad al
fiero perro por primera vez, y éste le acompañó afuera dócilmente. Desde
entonces, Cérvero o Cancervero se convirtió en el mejor amigo del hombre,
que cuida y protege sus intereses.
Campo Elías deberá tener en cuenta, que los modernos Cancerberos de la
Opinión, igual que el espantoso Cérvero de los Infiernos de la mitología griega,
en su misión de asegurar que los muertos no salgan del averno y que los vivos
no puedan entrar, estarán permanentemente al acecho para condenarlo o
redimirlo, dependiendo de las actitudes y aptitudes que desarrolle en su
gobierno en cumplimiento de los ‘doce trabajos’ que el 30 de octubre del año
2011 le fue encomendado por la diosa Cartagena.
Cartagena, Enero 1º de 2012
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