Bernardo Defillo Martinez

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DEFILLO
MARTINEZ
APUNTES
GENEALOGICOS
DE LA
FAMILIA
Y SUS RELACIONADAS
1833 -2008
DEFILLO TUSQUELLAS
DEFILLO AMIGUET
LOGROÑO (MERIÑO)
BILLINI (MERIÑO)
DEFILLO (MERIÑO)
FDEZ DE CASTRO DEFILLO
DEFILLO SANZ BOOG
DEFILLO MARTINEZ
DEFILLO RAMIREZ
GUERRA MARTINEZ
RAMIREZ FERNANDEZ
RAMIREZ MARTINEZ
ARISTY MENDEZ
APUNTES GENEALOGICOS
DE LA FAMILIA DEFILLO Y SUS RELACIONADAS INTRODUCCION. El desarrollo de la vida familiar de los Defilló – Ramírez, cargada de grandes satisfacciones por medio de la infinita misericordia de Dios, nos permitió crecer, progresar y fortalecernos en un ambiente de profundo amor y de sólida unión con nuestros padres y abuelos, así como con nuestros descendientes. En cada una de nuestras cinco (5) hijas y hasta la fecha ocho (8) nietos, pudimos apreciar lo maravilloso de la existencia cada vez que nos adherimos con fortaleza y disfrutamos con intensidad la verdadera cultura de la vida y cuando, en cada uno de los momentos de felicidad, alegría y también tristezas, los hemos apreciado como dones que nos otorgó el Señor y en otros casos como oportunidades que nos concedió para crecer. El inexorable discurrir del tiempo, fue arrastrando hacia la eternidad a nuestros seres más queridos y con ellos a partes importantes de nuestra historia familiar. La identidad del grupo social de los Defilló, único por su origen pero diverso por su desarrollo nacional, se fue perdiendo a medida que los conocedores de su tradición desaparecían con el paso de los años. Primero fueron nuestros antecesores directos los abuelos paternos Fernando Arturo de Meriño y Leonor Defilló Amiguet, luego nuestro padre biológico el Dr. Fernando A. Defilló (Meriño), a seguidas la sacrificada madre Rosa Amelia Martínez de Guerra, después los abuelos maternos Jesús Martínez y Rosalía Ruíz de Martínez, a continuación Ney Guerra Mueses, el padre putativo de los Defilló – Guerra, y finalmente la caterva de familiares y amigos cuya desaparición representó también la perdida de pedazos importantes de la historia familiar. La falta de información objetiva y la existencia de leyendas tejidas en torno a nuestros progenitores, distorsionó en la distancia los orígenes del apellido Defilló, dando paso a que muchos de sus perfiles genealógicos se establecieran para las familias constituidas sobre bases exclusivamente legales, o bajo el inaceptable criterio de que la consanguinidad concede una mayor jerarquía humana como soporte para falsos linajes y posiciones aristocráticas, atribuyéndosele a los restantes descendientes menores escalas sociales y de humanidad. Al final de cuentas, primero los hermanos y hermanas, luego las hijas y después nuestras nietas mayores se percataron de que, con la desaparición de estos personajes y protagonistas domésticos, también podría perderse la oportunidad de recoger aquellos relatos y detalles que en conjunto sostendrían nuestra cultura e identidad familiares. Tales inquietudes y la oportuna y clara admonición de Julio Amable González Hernández sobre La Tradición Oral en la Genealogía, publicada en uno de los Areitos sabatinos del Instituto Dominicano de la especialidad, nos motivaron y convencieron finalmente para elaborar estos “Apuntes Genealógicos de la Familia Defilló y sus Relacionadas”. Con ellos reafirmamos el criterio de que “la Genealogía no es una actividad reservada a los nobles y aristócratas”. Que igualmente “nos reafirma el valor primario, pero de gran importancia, de la tradición oral en el proceso de investigación genealógica”, como señalara González Hernández en su Areito de la referencia. Procurando la elaboración de “La Historia Familiar” a partir de estos criterios y de las tradiciones que se tejen con las narraciones escuchadas a nuestros abuelos, padres y familiares o amigos, se encuentran e identifican también las rutas objetivas de la investigación para cada una de sus etapas y de los grupos sociales de nuestros países. A partir de ellas, se conciben, elaboraran y publican los documentos y apuntes genealógicos de los especialistas y se construyen los extraordinarios trabajos de seguimiento familiar a los que nos tienen acostumbrados. Por estas razones, más que copiarse el uno al otro, o reclamar exclusividades para los mismos, ellos comparten las fuentes originales de la información, a las que les confieren sus propios estilos de análisis y construcción literaria e investigativa. En este sentido, por ejemplo, habría que darle seguimiento histórico y genealógico a unos 324 descendientes de Luis Defilló considerado el tronco catalán de la familia Defilló, de los cuales 4 correspondieron a su primera generación, 82 a la segunda, 104 a la tercera, 100 a la cuarta y 33 a la quinta generación. Al considerarme parte indisoluble e histórica de la familia Defilló, he aceptado la responsabilidad de escudriñar la historia doméstica para relacionar entre sí los diferentes grupos nacionales que por sus características generales tuvieron y mantienen un origen común. Aceptar el reto para que sus hallazgos y los relatos e informaciones provenientes de nuestros antepasados formen parte de nuestra “Historia Familiar” y, finalmente, escribirla y compartirla con todos sus miembros. Aspiramos a que con esta publicación, que contiene la mayor cantidad de información y fotografías disponibles, como señalaba en su propuesta el Areito, sea repetida a nivel de muchas familias dominicanas. BERNARDO AUGUSTO DEFILLO MARTINEZ HIJO DE FERNANDO ALBERTO DEFILLO (MERIÑO) Y ROSA AMELIA MARTINEZ RUIZ. SANTO DOMINGO, D.N. 16 DE JUNIO DEL AÑO 2008 AGRADECIMIENTO Agradecemos a todas las Instituciones, Historiadores, Investigadores, Genealogistas y personas individuales o corporativas que de forma abierta, oportuna y desinteresada nos han ofrecido su colaboración, datos, consejos y asesoría sobre cada una de las etapas que hemos cumplido para elaborar estos “Apuntes Genealógicos” sobre las familias DEFILLO Y SUS RELACIONADAS, sobre todo por permitirnos revisar, acceder y utilizar sus respectivas anotaciones y bases de datos. De manera especial deseamos dejar constancia de las siguientes: ‐ Arzobispado de Santo Domingo. ‐ Archivo General de la Arquidiócesis de Santo Domingo. ‐ Cancillería del Arzobispado de Santo Domingo. ‐ Monseñor Rafael Bello Peguero, Pbro. ‐ Gerardo (Jerry) Javaris Defilló, San Juan de Puerto Rico. ‐ Archivo General de la Nación – AGN, República Dominicana. ‐ Academia Dominicana de la Historia ‐ ADH. ‐ Instituto Dominicano de Genealogía ‐ IDG. ‐ Centro FHL de los Mormones, República Dominicana. ‐ Dr. Pompilio Brower Castillo. – EPD ‐ Amadeo Báez, EPD. ‐ Ing. Antonio J. Guerra Sánchez. ‐ Ing. Eduardo Julián Hued Zouain. ‐ Marcos Heriberto Hernández Brea. ‐ Julio Amable González Hernández. ‐ Víctor José Arthur Nouel. ‐ Ing. Leonardo Díaz Jáquez. ‐ Edwin Rafael Espinal Hernández. ‐ Olga Margarita Gómez Cuesta. ‐ Lcda. Margarita Martínez Ruíz. ‐ Lcda. Norma Violeta Martínez de Ramírez. ‐ Dr. Alcedo Arturo Ramírez Fernández. ‐ Ing. Sinecio A. Ramírez Suazo ‐ Marcos Soto Tejeda. ‐ Dr. José Gilberto Guerra Seijas. ‐ Efraín Guerra Del Prado. Gracias del alma para todos. Santo Domingo, D.N. 30 de junio del 2008. APUNTES GENEALOGICOS
FAMILIAS DE ORIGEN DEFILLO Y SUS RELACIONADAS
v1.01
La Genealogía en su más simple acepción, es la
disciplina cuyo objetivo consiste en la investigación,
ordenamiento y análisis del origen y afiliación de
las familias, y el estudio de los principales
acontecimientos que las caracterizaron igual que a sus
miembros en cada una de sus etapas históricas.
De esta manera, resulta altamente necesario y
conveniente para todos los grupos sociales definir,
conocer y divulgar de forma organizada por lo menos un perfil genealógico que les sirva
para relacionarse con las características de sus ancestros y precisar su identidad y
fundamento en el seno de las culturas en que debieron vivir y actuar.
De esta manera, la Genealogía, particularmente aquellos que la ejercen como sus
estudiosos y especialistas, debe poseer objetividad; utilizar la instrumentación
adecuada para lograr sus objetivos; conocer y aplicar el método científico de la
investigación, y enriquecer los hallazgos, datos y situaciones mediante el uso de
técnicas y procedimientos nuevos a los que se incorporen las tecnologías modernas, la
informática y las disciplinas auxiliares de un estilo histórico que interprete
adecuadamente y correlacione los hechos que las caracterizaron.
En cuanto a la propia Genealogía, esta no debe limitarse a la simple investigación,
ordenamiento, cotejo y análisis del origen y afiliación de las familias exclusivamente
constituidas sobre una base legal, sino incluir en sus respectivos perfiles genealógicos
a todas las personas, grupos sociales y humanos que las conformaron, obedecieran
estas o no al estatuto legal por el que fueron constituidas y organizadas dentro de las
sociedades.
Debe rechazarse, por consiguiente, el criterio de quienes para reclamar con carácter
de exclusividad la propiedad de la consanguinidad, ascendencia o descendencia de
los miembros de sus familias, invocan equivocadamente aspectos con los que se
consideran poseedores de una mayor jerarquía humana o de falsos linajes y
posiciones aristocráticas, y les atribuyen a las otros integrantes de sus familias escalas
inferiores sociales y de humanidad.
A la luz de estos criterios y durante le investigación, recopilación y organización de los
datos incluidos en estos Apuntes, apreciamos una curiosa coincidencia, participación e
interacción entre los protagonistas familiares y otras figuras relevantes del continente,
tales como el Dr. Ramón Emeterio Betances y Eugenio María de Hostos, ambos de
origen puertorriqueño, José Gabriel García, Gregorio Luperón, Ulises Hereaux (Lilis)
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y el propio Arzobispo Fernando Arturo de Meriño Ramírez, quienes se destacaron en
hechos y etapas comunes del país, y durante grandes eventos de la historia política,
económica, social, cultural y académica de nuestra vida republicana y de la Región.
Vistas así las cosas, nos limitaremos a señalar en la presente recopilación a cinco
generaciones familiares de los Defilló Martínez y Guerra Martínez.
En la primera generación, se incluye la familia primaria
de Bernardo Augusto Defilló Martínez (1940), hijo
reconocido de Fernando Alberto Defilló (Meriño) y
Rosa Amelia Martínez Ruíz. Bernardo se casó con
Carmen Hilda Ramírez Aristy (1937), hija de José del
Carmen Ramírez Carrasco y Felicia Aristy Méndez,
procreando a cinco hijas: María del Carmen (1962),
Celeste Aída (1963), Rossanna Amelia (1965), Dulce
Margarita (1966) y Martha Patricia (1969) Defilló
Ramírez.
María del Carmen se casó con Reynaldo Olivero Santana y posteriormente con
Pedro Catrain Bonilla, sin que tuvieran descendencia. Celeste Aída contrajo nupcias
con Jordi Martínez Cabruja, no dejando hijos. Rossanna Amelia se matrimonió con
Víctor Martínez Báez, hijo de Víctor Martínez y Lucía Báez, procreando a Víctor
Gabriel, Oliver Bernardo y Piero Alberto Martínez Defilló.
Dulce Margarita se casó una primera vez con Mario Irizarry Campagna, hijo de
Aquiles Irizarry Pérez, de origen puertorriqueño e Iva Campagna, de origen italiano,
procreando a Lorena Marie y Vanessa María y, en segundo matrimonio con Cristian
Pando Pérez, natural de Argentina e hijo de Enrique Pando y María del Carmen
Pérez, procrearon a Emmanuel y Hugo Enrique. Martha Patricia se casó con Juan
Reyes Ahumada, natural de Veracruz, México e hijo de Ernesto Reyes y Juana
Ahumada, procreando a Bernardo Ernesto Reyes Defilló.
La Segunda generación, corresponde a los padres biológicos de Bernardo Augusto, es
decir, Fernando Alberto Defilló (Meriño) (1874 – 1949) y Rosa Amelia Martínez
Ruíz (1916 – 1993). Debe consignarse que Fernando Alberto fue hijo natural del
Arzobispo Fernando Arturo de Meriño Ramírez y de Leonor Defilló Amiguet, razón
por la que en lugar de llevar ambos apellidos paterno y materno Meriño Defilló, sólo
utilizaba el Defilló de su madre soltera.
Fernando Alberto Defilló (Meriño) (1874 – 1949), hijo de Fernando
Arturo de Meriño Ramírez y de la española catalana Leonor Defilló
Amiguet (1843 - 1902?), nació y murió en Santo Domingo. Se graduó de
Medicina en la entonces Universidad de Santo Domingo, realizando
estudios de postgrado en la Universidad de París. Fundó y dirigió el
Laboratorio Nacional de Salud Pública que lleva su nombre, descubrió
diferentes parásitos causantes de enfermedades tropicales, desarrolló una exitosa carrera
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profesional, y se le reconoce como un connotado médico y profesor universitario de
varias generaciones.
En este contexto y en el curso de nuestra vida personal y profesional, desde etapas muy
tempranas hasta pasadas las de una primera juventud y adultez, tuvimos la oportunidad de
conocer y tratar a tres prestigiosos profesionales dominicanos, amigos y quizás
confidentes de Fernando Alberto Defilló: Amadeo Báez, Pompilio Brower Castillo y
Sixto S. Incháustegui Cabral. Con ellos Fernando Alberto compartió la mayor parte
de su existencia y de los trabajos de investigación, y de ellos también disfrutamos el
conocimiento de importantes hechos históricos y de actitudes y comportamientos
familiares.
La simpática y dilatada figura de Don Amadeo, siempre nos recibió y acompañó con
una agradable sonrisa durante nuestras visitas al Laboratorio Nacional dirigido por
nuestro padre, así como al inicio de interminables jornadas a lomo de mulo por los
todavía desolados predios de la naciente Universidad de Santo Domingo, con el fin de
disfrutar de sus pródigos árboles frutales vecinos del Laboratorio. El reflexivo y adusto
Pompilio Brower discípulo, amigo inseparable y compañero del Maestro como le
llamaba, por varios años estuvo a nuestro pendiente y, del más cuidadoso de sus
biógrafos Don Sixto Incháustegui, recibimos como premió su excelente publicación.
Recreándonos en esas jornadas y revisando nuestras remembranzas, nos parece de
utilidad compartirlas sucintamente a través de las propias notas y apreciaciones de estos
queridos e inolvidables amigos de Fernando Alberto. En sus aspectos docentes, por
ejemplo, consignan la realización de los estudios primarios en su propia casa, y de los
secundarios tanto en la Escuela Normal dirigida por el propio Don Eugenio María de
Hostos, como en la Preparatoria de la Logia La Fe No. 7, y en el Instituto Profesional
dirigido por su padre Fernando Arturo de Meriño, donde se graduó de Bachiller en
Ciencias y Letras.
Terminado el bachillerato, se inscribió en la Facultad de Medicina de la Universidad
de Santo Domingo, teniendo como profesores entre otros a los doctores Ramón Báez,
Salvador B. Gautier, Francisco Henríquez y Carvajal y Juan Francisco Alfonseca, y como
compañeros de estudio a “Jacinto Isidoro Mañón, Luis Ml. Betances Cohén, Heriberto
Valdez, Juan Bautista Ruíz, Arístides Fiallo Cabral, Manuel Ma. Pereyra, José Dolores
Alfonseca, Alberto Pérez Cambiaso, José Miguel Román, Darío Contreras, Melitón
Castillo y Otilio Meléndez”.
Graduado de Licenciado en Medicina y Cirugía el 13 de Noviembre de 1898, fue uno
de los tres únicos Médicos reconocidos ese año al amparo de la Ley de Estudiantes que
le permitió cumplir dos años lectivos en uno sólo. Al transformarse el Instituto
Profesional en la Universidad de Santo Domingo, el 16 de Noviembre del 1914, y
restablecerse los doctorados en sus distintas facultades, Fernando Alberto obtuvo el
título de Doctor en Medicina y Cirugía en dicho Instituto el 22 de junio del año 1915.
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Entre los años 1925 y 1930 realizó estudios en Francia para obtener el Doctorado en
Medicina de la Universidad de París, así como varios cursos especiales en dicho centro
y en el Instituto Pasteur, siendo sus profesores y tutores los famosos académicos e
investigadores Widal, Abramí, Brulé, Valery – Radot, Lemaire, Dieulafoy, Pierre
Delbert, Brumpt, Joyeux, Neveu Lemaire, Galliard, Roux, Calmette, Bereska, Levaditi,
Nicolle, Dumas y Langeron.
Durante ese período compartió las aulas con el dominicano Arturo Grullón y, según las
informaciones familiares no confirmadas, con los haitianos Bobeaux y Françoise
Duvalier, particularmente con este último durante sus trabajos sanitarios en la frontera.
Su aspiración de obtener otro doctorado en Ciencias, no pudo cumplirse por su
intempestivo regreso al país en 1930 a causa del la destrucción de la ciudad por el ciclón
San Zenón.
Con relación a sus responsabilidades y cargos, se indica que al graduarse se estableció en
San Francisco de Macorís y un año después regresó a la capital para ocupar
responsabilidades hospitalarias. A partir de 1898 ocupó varias funciones sanitarias de
investigación y directivas en el área de la salud. En 1905 abrió un Curso de Clínica
Médica, formuló novedosas recetas terapéuticas, descubrió varios agentes patógenos,
asumió el control del ejercicio profesional a través del Juro Médico, como organismo
oficial regulador, y cumplió una larga, diversificada y exitosa carrera al servicio del país.
Al fundarse en 1908 el Laboratorio Municipal, Fernando Alberto fue su primer
Director, aportando los fondos para dicha creación y subsiguiente operación mediante un
crédito personal obtenido en París, que siguió pagándose por parte del Municipio. El
Laboratorio ocupó durante su desarrollo diferentes domicilios en la calle Padre Billini
frente al parque del mismo nombre, la Arzobispo Nouel No. 19, en la Casa de San Pedro
de la calle las Mercedes en la vecindad del Cabildo, y nueva vez en la Arzobispo Nouel
No. 45 al lado de la Oficina de Sanidad.
Posteriormente se trasladó a la calle Hostos dentro de la propiedad de Federico Fernández
Hernández, pasando a ser oficialmente en 1920 una dependencia de la Secretaría de
Estado de Sanidad con el nombre de Laboratorio Nacional y, a partir del año 1943 el
edificio que ocupa cerca de la Universidad Autónoma de Santo Domingo. Compartió
Defilló la dirección del Laboratorio sucesivamente con los Doctores Thomas W. Jackson
y Héctor Read Barreras. Fueron sus colaboradores permanentes Amadeo Báez, Pompilio
Brower, Ernesto Valverde y Manuel Martínez Boog.
Durante su vida profesional y aún después, recibió numerosas distinciones y
reconocimientos, entre ellos las de Alumno de la Universidad de París y del Instituto
Pasteur, Diplomado del Instituto del Cáncer de París, del Consejo de la Orden de Honor y
al Mérito de la Cruz Roja Dominicana y Española, de la Escuela Nacional de Enfermeras
adscrita al recién inaugurado Hospital Infantil, de los Congresos Médicos Dominicanos, y
de la Junta Nacional de Protección a la Maternidad y a la Infancia.
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Asimismo, del Decanato de la Facultad de Medicina de la Universidad de Santo
Domingo, que ocupó durante la ausencia de su titular el Dr. Manuel Emilio Perdomo,
quien fuera nuestro padrino de bautizo, un Doctorado Honoris Causa de la Facultad de
Filosofía de dicha Institución, y condecoraciones de varias prestigiosas academias
francesas, portuguesas, brasileñas e internacionales, asignándosele su nombre a la
Facultad de Medicina de la UASD, a calles y edificios de la ciudad, y a varios
Laboratorios públicos y privados dedicados a la investigación y los servicio de Salud.
Según el Acta de Defunción No. 560, Folio 213 de la 2da Circunscripción de la
entonces Ciudad Trujillo, fotocopiada por nosotros del Film 2177903 de la FHL de los
Mormones, el día 29 de Octubre del año 1949 falleció a las 11.15 de la mañana Fernando
A. Defilló a causa de una “Angina de Pecho”, muerte que fue certificada por el Dr.
Mañón del Río (Rafael).
En la misma se señala por única vez en todos los documentos, historias, biografías y
publicaciones que hemos revisado, que Fernando Alberto era hijo del Dr. Fernando
Arturo de Meriño, “quien era dominicano” y de “Juana Defilló quien era
domiciliada” en Cuba, obviamente refiriéndose como su madre a Leonor Defilló
Amiguet, cuya última residencia conocida hasta el año 1902 fue la cubana, donde vivió
casada con Domingo Fernández de Castro (Saldaña).
En cuanto al nacimiento de Fernando Alberto, procede reafirmar que sucedió el 27 de
Febrero del 1874 en la ciudad de Puerto Plata, como reconocen los diferentes
historiadores, genealogistas, documentos consultados y otros que obran en nuestro poder,
a diferencia de lo afirmado por Carlos Larrazabal Blanco en el Tomo III, página 12 de
su obra sobre las “Familias Dominicanas”, en que lo ubica el 27 de Febrero del 1881.
Aunque los estudiosos del tema y genealogistas de sus personajes reconocen la relación
filial entre el Arzobispo Meriño Ramírez, Fernando Alberto Defilló (Meriño) y Leonor
Defilló Amiguet, pocas veces lo han expresado tan clara y públicamente como lo hicieron
Larrazabal Blanco, Roberto Cassá y José Luis Sáez. En la intimidad de nuestros grupos
domésticos, por otra parte, se ignora o guarda como un valioso secreto el lugar donde se
conocieron sus progenitores el Arzobispo Meriño y Leonor Defilló.
La revisión cuidadosa del itinerario de Monseñor de Meriño, entre el 16 de julio del
1869 y el 23 de julio del 1880, así como del epistolario entre Meriño y sus relacionados
o amigos durante sus residencias temporales en Puerto Rico, Venezuela, Saint Thomas,
otras islas del Caribe y las naciones europeas en ese período, no muestra fecha alguna
en que pueda suponerse en la que el Arzobispo Meriño y Leonor Defilló Amiguet se
reunieran o generaran la vida de Fernando Alberto, excepto a finales de mayo del
1873.
Aceptando estas observaciones y teniendo como referencia fija el nacimiento de
Fernando Alberto el 27 de febrero del 1874, se pudo estimar con cierta precisión el
momento probable del comienzo de su vida y por consiguiente de un embarazo
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normal de 40 semanas. A partir de dicha fecha de nacimiento, se calculó de manera
retrospectiva el comienzo y duración de la gestación, pudiendo señalarse con razonable
objetividad que las últimas dos semanas de mayo de 1873, pudieran considerarse
como las probables para el inicio de la vida de Fernando
Alberto Defilló (Meriño).
Por otra parte, mediante certificación del Acta de Bautismo
emitida por los Misioneros Claretianos de la Parroquia San
Felipe de Puerto Plata, Libro de los Bautizos No. 15, en el
Folio 2509, cuya copia reposa en nuestros archivos, se
consigna que “el día 22 de mayo de mil ochocientos setenta
y cinco (1875)” fue bautizado “Fernando Alberto Defilló,
hijo natural de Leonor Defilló”. Se consigna la fecha y el
lugar de nacimiento ya señalados, y el nombre de los
padrinos que fueron “Ramón E. Betances y Eneria
Vázquez”. No hemos logrado referencia alguna sobre su
madrina de bautizo.
El Dr. Ramón Emeterio Betances, nacido en Puerto Rico, fue un reconocido médico
graduado de la Universidad de París, patriota, político
independentista, defensor de la liberación de los esclavos, literato,
ensayista y colaborador en la creación de la Biblioteca Histórica de
Puerto Rico.
Estuvo exiliado en varias oportunidades a causa de sus posiciones e
ideas, particularmente en Saint Thomas (1858, 1869), Santo
Domingo (1864) y Nueva York (1869). Mantuvo frecuentes viajes
entre Puerto Rico, Cuba, España y Francia (1871), arribando a Haití
y luego a la ciudad de Puerto Plata, República Dominicana, en el
año 1875.
Emeterio Betances fue amigo verdadero del Padre Meriño, con quien intercambio
afectos y varias epístolas. En adición a este trato personal y al dispensado por el
Arzobispo a varias connotadas familias y ciudadanos de Puerto Rico, existe la convicción
de que tanto Ramón Emeterio, como Meriño y Mariano Ruíz Quiñones, tatarabuelo
de nuestro primo paterno puertorriqueño Gerardo (Jerry) Javariz Defilló, participaron
en un Comité Revolucionario creado en Puerto Rico por el año 1868.
En este orden de relaciones, en un hecho ocurrido cinco años antes, es decir el 23 de
octubre de 1863, se consigna en una nota del acta de matrimonio de la tía tatarabuela
de Jerry, Doña Andrea De los Dolores Ruíz Quiñones, que la certificación fue firmada
por el Arzobispo Fernando Arturo de Meriño en su condición de Cura Vicario y
Regente de la Catedral Nuestra Señora de la Candelaria, en la ciudad de Mayagüez,
Puerto Rico, lo que indica el sitio de su residencia en ese tiempo.
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En base a la relación con el Presbítero Meriño, es fácil entender que Ramón Emeterio
Betances fuera el Padrino de bautizo de su hijo Fernando Alberto Defilló (Meriño),
realizado el 22 de mayo de 1875, según consta en el Acta correspondiente y cuyo
facsímil incluimos en este documento; que durante este período histórico la vida de
Ramón Emeterio coincidiera con actividades desarrolladas en Puerto Plata por Eugenio
María de Hostos y los seguidores o amigos de Gregorio Luperón y que, siendo Meriño
Presidente de la República, en 1880 también designara a Ramón Emeterio como Primer
Secretario de la Legación de la República Dominicana en Francia.
Los datos contenidos en el Acta de Bautismo esclarecen de manera definitiva la fecha
del bautizo, confirman la de su nacimiento en Puerto Plata, presumiblemente a bordo
de un barco que trajo a la abuela Leonor, y no consignan que el General Gregorio
Luperón fuera su padrino de bautizo como ha circulado por años en la tradición oral de
algunos círculos familiares.
Es probable que los generales Gregorio Luperón y Ulises Hereaux fueran asistentes o
testigos del bautizo, dada su estrecha relación política y de amistad con Meriño, pero no
contamos con documentos que lo aclaren, como tampoco de que Leonor y su hijo
Fernando Alberto vivieron en la casa del General Luperón durante ese tiempo.
En cuanto a las relaciones de Meriño con otras personalidades continentales coincidentes
en Puerto Plata en 1875, se puede citar a Eugenio María de Hostos y Bonilla. Nació en
1839 en Mayagüez, Puerto Rico, sitio de residencia de la familia Defilló Amiguet entre
ese año y el 1841. Falleció en Santo Domingo en 1903.
Fue estudiante del nivel primario en San Juan, cursó el bachillerato en
Bilbao, España, y se graduó de Leyes en la Universidad de Madrid.
Luchó contra la esclavitud en España, Cuba y Puerto Rico, ejerció la
crítica novelesca, y durante la actividad pastoral del Padre Meriño
en Puerto Plata, dirigió las Tres Antillas (1875), tiempo en que
coincidieron en esta ciudad el Presbítero, Ramón Emeterio y Hostos.
Se trasladó a Santo Domingo en 1879 y bajo su responsabilidad se redactó la Ley de
Normales. A partir de 1880 y bajo la presidencia de Meriño, inició la Escuela Normal,
desempeño labores de carácter pedagógico y de ciencias, así como las cátedras de
Derecho Constitucional Internacional, Penal y de Economía Política en el Instituto
Profesional, bajo la tutoría o dirección de Fernando Arturo de Meriño. Elaboró y
publicó parte de los textos usados, así como numerosos
artículos de prensa que se recopilaron bajo el título de
“Nuevos Años de Quisqueya”, a los que se agregó su
famosa obra “Moral Social”.
Procede recordar, en este sentido, que antes de la
existencia del Instituto Profesional, el “Estudio
General de los Padres Dominicos”, creado por ellos en
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1518 como un centro de estudios superiores, fue reconocido el 28 de octubre del 1538,
mediante la Bula “In Apostolatus Culmine” del papa Paulo III, como la Universidad
Santo Tomas de Aquino.
Entre los años 1538 y 1800 fue manejada por dichos monjes y, como consecuencia de la
ocupación haitiana y de la salida de los dominicos hacia Cuba, interrumpió su
funcionamiento entre 1801 y 1815.
Al reabrirse, quedó bajo el rectorado del Dr. José Antonio Núñez de Cáceres hasta el 9
de febrero del año 1822 en que, al este declarar el 1ro de diciembre de 1821 la
Independencia Efímera, fue expulsado del país. Desde 1822 hasta el 27 de febrero del
1844 se mantuvo igualmente cerrada debido al reclutamiento militar de la casi totalidad
de su matrícula impuesto por los invasores haitianos. El 16 de junio de 1859, mediante
una Ley promulgada por el Presidente Pedro Santana, la Universidad fue oficializada,
pero no pudo operar debido a contingencias políticas locales.
El día 31 de diciembre de 1866, se fundó el Instituto Profesional para funcionar en
lugar de la Universidad de Santo Domingo, después de lo cual entró en dificultades
cerrando sus puertas el 10 de mayo de 1891, hasta que el 16 de agosto de 1895
reapareció bajo el rectorado del Arzobispo Meriño.
El 16 de noviembre de 1914, el Presidente de la
República y también Rector del Instituto Profesional, Dr.
Ramón Báez, lo transformó por decreto en la Universidad
de Santo Domingo. Entre 1916 y 1924 cerró sus puertas
debido a la ocupación norteamericana. Entre 1930 y 1961,
operó bajo los criterios de la dictadura hasta que, el día
1ro de enero de 1962, sendas leyes sobre su Autonomía y
Fuero Universitarios la dotaron de un cogobierno, con el
cual funciona actualmente bajo el nombre de Universidad Autónoma de Santo
Domingo.
En 1899 Hostos regresó a Mayagüez, donde fundó el Instituto Municipal. Ante el
fracaso de la Liga Patriótica que no recibió el apoyo popular, regresó en 1899 a Santo
Domingo, donde dirigió el Colegio Central y la Inspección General de Instrucción
Pública, fundando escuelas, instituciones, diseñando regulaciones educativas, escribiendo
leyes y colaborando con la cultura general del país.
Desde su ingreso al país (1875), Hostos contó con la amistad y ayuda oficial del
General Gregorio Luperón, y con el apoyo de la jefatura del Estado durante la
presidencia de Fernando de Meriño, del separatista puertorriqueño Ramón Emeterio
Betances, y del insigne educador dominicano Francisco Henríquez y Carvajal.
Como muestra de la relación existente entre Monseñor de Meriño y Eugenio María de
Hostos, se debe señalar que en fecha 13 de noviembre de 1880, el Presbítero
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Presidente emitió un Decreto creando la Escuela Normal de Santiago de los
Caballeros, República Dominicana, bajo la inspiración y asesoría del eminente
educador Hostos. No obstante esta posición oficial, así como de otras de la iglesia
dominicana, el sacerdote y filántropo Francisco Javier Billini se constituyó en un
adversario de las ideas hostosianas, llamadas Normalismo, y lo que este prelado entendía
como “la escuela sin Dios”.
Según relatos de las familias, se cuenta que durante los 2 primeros
años de vida Fernando Alberto fue amamantado y atendido por su
madre Leonor, probablemente con ayuda de Nicolasa hermana
carnal del Padre Meriño, en ese momento con 18 años de edad. No
existe confirmación de tales hechos, de la dirección que tuvieran
durante ese periodo en dicha ciudad norteña, cuyo Censo de
Población de 1875 revisamos, ni tampoco de que en ese momento
de su vida fuese trasladado al Palacio Arzobispal de Santo
Domingo, en el que continuaría atendido por su tía paterna Nicolasa.
Poseemos, un facsímil de la autorización emitida por la Alcaldía Municipal de
Mayagüez, del 3 de junio de 1885, donde refrendaron “los pasaportes de Doña Leonor
Defilló y Don Abelardo Santelli” para viajar a Santo Domingo, en una visita de Leonor
a su hijo Fernando Alberto quien cumplió 11 años de edad en febrero de ese año 1885.
De acuerdo con versiones transmitidas oralmente y
afirmaciones recogidas en biografías publicadas del Padre
Meriño, se afirma que también tuvo una hija con María
Nicolasa Billini, hermana carnal del Presbítero Francisco
Xavier Billini, llamada Ana Rita Abigail Billini (1875- 1887)
quien murió a los 12 años de edad.
Fue enterrada en la Capilla de la Luz de la Catedral
Primada de Santo Domingo. En dicho templo pudimos comprobar la existencia de una
lápida sobre su nicho. Al hecho de esta relación y a la Prelatura obtenida por Meriño
frente a las supuestas aspiraciones de Billini, en adición a otras diferencias eclesiásticas y
políticas, se atribuyen los desentendimientos entre ellos.
En relación con la descendencia de Fernando A. Defilló (Meriño),
debe señalarse que fue prolífico en cuanto a la misma y que, a
diferencia de su padre el Arzobispo Meriño, aun aceptando las razones
atribuidas a su condición clerical, Fernando Alberto reconoció a todos
sus hijos otorgándoles su apellido.
En una de dichas familias, según nuestros apuntes e informaciones
personales, las notas del genealogista Marcos Hernández Brea y los
datos contenidos en el Centro de Estudio Familiar de los Mormones de la República
Dominicana, a los 27 años de edad Fernando Alberto Defilló (Meriño) se casó con
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Juana Sanz Boog, de 19 años e hija de inmigrantes oriundos de Zaragoza, España.
En el Acta 6, Folio 10 del Libro XVI de los Matrimonios, contenido en el rollo 636804
de dicha FHL dominicana del cual poseemos copia, se consigna que el día 24 de junio
del año 1901, el Presbítero Lucas Lladó, Cura interino de la Catedral de Santo Domingo
presenció el matrimonio que contrajeron Fernando Alberto Defilló, hijo natural de
Leonor Defilló, y Juana Sanz, hija legítima de Mariano Sanz y Juana Boog.
Fernando Alberto y Juana Sanz procrearon nueve (9) hijos: Antonio José Hinan
(1902), María del Carmen Elpidia (1904), Altagracia María (1907), Fernando
Manuel (1909), Mariano Arturo (1910), José del Rosario (1913), Aura Leonor
(1915), Celeste Josefina (1917) y Rafael Augusto (1920) Defilló Sanz.
Antonio José Hinan (1902 – 1969) se casó con Rosa Pierini originaria de Italia, con
quien procreó a Juan Elena (1926) y Antonio 1933) Defilló Pierini.
María del Carmen Elpidia (1904 – 1985), se matrimonió con Manuel Arturo Peña
Batlle, hijo de Buenaventura Peña Cipre y Juana Batlle Rojas (1902 – 1954), quienes
procrearon a Juana, Pilar Altagracia (1925), Elsa Leonor (1932) y Carmen Rosa de la
Candelaria (1945) Peña Defilló.
Juana se casó a su vez con Alberto Issa Jaar María, procreando a María del Carmen
(1953) y Ana María (1959) Peña Jaar. De las descendientes de Juana, Maria del
Carmen se casó con Pedro Pablo Bonilla Dominici, con quien procreó a Pedro Pablo,
Juan Alberto y Adelle Maria Bonilla Jaar. Por su parte, Ana María se matrimonió con
Iván Antonio Peña Gómez, procreando a Iván Antonio (1980), Juan Carlos (1983),
Gonzalo Javier (1985) y Alberto Oscar (1987) Peña Jaar.
Pilar Altagracia se matrimonió con Máximo Antonio Pellerano Romano, quienes
procrearon a María del Pilar (1951), Manuel Arturo (1954), Rosangela de Lourdes
(1958) y Joanna María (1969) Pellerano Peña. Elsa Leonor se casó con George Fued
Hazoury Tomes, de quienes nacieron
Manuel, George Manuel (1952) y
Marcelle de la Altagracia (1954) Hazoury Peña.
De este grupo familiar, María del Pilar se casó con Miguel Jesús Barberó Deetjen, con
quien procreó a Miguel Antonio (1977) y Pilar (1980) Barberó Pellerano. Manuel
Arturo contrajo matrimonio con Mayra Indiana García Michel, dando origen a Manuel
Arturo (1975) y Rosalía de las Mercedes (1982) Pellerano García. Rosangela de
Lourdes en un primer matrimonio con Manuel Vela Alberti procreó a José Manuel
(1979) Vela Pellerano, y en segundas nupcias con Edmon de Jesús Elías Hermida
procrearon a Javier José y Carlos Alejandro Elías Pellerano.
Dentro de esta familia, George Manuel Hazoury Peña se casó en un primer matrimonio
con Claudia de los Ángeles Messina Vázquez, procreando a Carmen María (1974) y
María Laura (1975) Hazoury Messina; en segundas nupcias con Licellot Alexandra
Baiges Morales nacieron Carlos Manuel (1980), Elsa Liz (1984) y Mariela (1987)
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Hazoury Baiges, y en un tercer matrimonio con Jatnna Luisa Tavarez Portillo
procrearon a María Manuela (2004) Hazoury Tavarez.
Carmen Rosa de la Candelaria se casó en primeras nupcias con Luis Alfredo
Rodríguez Landestoy, procreando a las gemelas Laura y Paula, y a Carmen
Rosangela Rodríguez Peña. En un segundo matrimonio con Emilio Alfredo Pimentel
Hued, Carmen Rosa procreó a Roberto Manuel (1966), Claudia Virginia (1967), y María
Rosa (1970) Pimentel Peña. Claudia se casó con Yamil Wady Aude Díaz, procreando a
Carlos Andrés (2000) y Michel Cristina (2003) Aude Pimentel.
Altagracia María (1907 – 1983), contrajo nupcias con Ramón Nonato Saladín Pereya,
nativo de San Cristóbal e hijo de Ramón Saladín y Rosa Pereya, quienes procrearon a
Xiomara Altagracia (1941) Saladín Pereyra. Xiomara se casó con Juan Christian
Maluf Khoury, con quien procreó a Juan Cristian Ramón (1972), Silvana Olga (1974) y
Valentina María (1975) Maluf Saladín.
Fernando Manuel (Viejo) (1909 – 1990), se casó con Fedora Suazo, procreando a
Fernando, Juan, Julio César, Carmen Altagracia (1947), Rafael Augusto (1949),
José Rafael (1954), Antonio de Jesús (1955) y Laura Juana (1956) Defilló Suazo. Con
Rosa Valerio procreó a Fernando Defilló Valerio.
No disponemos por el momento de los datos familiares de Fernando, Juan, Julio César,
Rafael Augusto, José Rafael, Antonio de Jesús ni de Laura Juana Defilló Suazo. Carmen
Altagracia se casó con George Rodríguez, procreando a Carmen Georgina (1972) y
George Manuel (1972) Rodríguez Defilló.
Mariano Arturo (1910 – 1968) se casó con Aida Celeste Ricart Lluberes, procreando a
Mariano (1937) y Damaris Ailsa (1940) Defilló Ricart. Mariano se matrimonió a su
vez con Marie Madeleine Lucie Campeau (1937) originaria de Canadá. Damaris se casó
con José Ml. Peña Vasallo, quienes procrearon a Fernando Buenaventura, Alberto
Javier, Oscar Mariano, Manuel José (1964), Cynthia Damaris (1965) y Alejandro José
(1971) Peña Defilló.
De este grupo familiar, Fernando Buenaventura se casó con Pía Rosella Menicucci
Guzmán, con quien procreó a Sarah Lucía (1999) Peña Menicucci. Asimismo, Alberto
Javier se matrimonió con Alicia Josefina Abreu Escaño, naciéndoles Mirandas Peña
Abreu. Oscar Mariano contrajo nupcias con Rhina D’Alessandro Segura procreando a
Oscar Armando Peña D’Alessandro.
En esta misma familia Manuel José casó con Pilar Elena González Sánchez,
procreando a Luis Manuel y Diego Manuel Peña González. Cynthia Damaris contrajo
matrimonio con Federico Antonio Marchena Gómez, procreando a Federico Manuel
(1992), Alejandro José (1995) y Alberto José (2004) Marchena Peña, y Alejandro José
Peña Defilló se casó con Rosalía Prota Martínez, con quien procreó a José Alejandro
(1999) y Daniel Alejandro (2004) Peña Prota.
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José del Rosario Defilló Sanz (1913) contrajo nupcias con Orfilia Desangles del
Castillo, hija de Braulio Desangles Álvarez y Aura del Castillo Rodríguez - Objío. Del
matrimonio nacieron José Alejandro (1940), Braulio Alberto (1945) y Julio César
(1941) Defilló Desangles.
José Alejandro se casó con Estela del Carmen Fernández Bueno, natural de Santiago
de los Caballeros e hija de Ramón Fernández y Celeste Bueno, quienes procrearon a José
Alejandro (1962), Celeste María (1970) y Christian (1970) Defilló Fernández. Braulio
Alberto se matrimonió con Lillian Alsina Santos, procreando a Lillian Margarita (1976),
Rosanna (1978), Braulio Alberto (1979) y Fernando Arturo (1982) Defilló Alsina, y de
una segunda nupcias con Margarita Dietsch nació Wendy Margarita (1972) Defilló
Dietsch. Julio César Defilló Desangles se casó con Abdaly Antonia Draiby González,
natural de Santa Cruz de Barahona, quienes procrearon a César Daniel (1972), José
Jazem (1974) y Julio César (1978) Defilló Draiby.
De este grupo familiar, Lillian Margarita Defilló Alsina se casó con Omar Khoury
Manzano, procreando a Jean Merche (1996) y Omar Adriam (2000) Khoury Defilló. De
la misma manera, Rosanna se casó con Jaime Javier Henríquez, procreando a Jean
Marco (2004) Javier Defilló. Braulio Alberto Defilló Alsina en pareja con Beatriz Rosi
Peralta, reconoció como su hijo a Sebastián Defilló Rosi. Wendy Margarita Defilló
Dietsch se casó con Nelson de Jesús Vázquez, procreando a Michelle Marie Vázquez
Defilló.
Aura Leonor (1915 – 2007), se casó con Kemil Dipp, natural de Nagua, Provincia
María Trinidad Sánchez, República Dominicana, quienes procrearon a Leonora Isabel
de la Altagracia (1950) Dipp Defilló. Leonora se casó con Miguel Antonio de Jesús
Martínez Moya, quienes procrearon a Miguel (1984) y Jesús Martínez Dipp.
Celeste Josefina (1917 – 2000), se casó con Máximo Rafael Bonetti Burgos, conocido
militar dominicano, y no tuvieron descendencia. Rafael Augusto (1920 – 1995), se casó
con Beatríz Dinorah Guerrero Guerrero, hija de Wenceslao Guerrero Y Águeda
Guerrero, quienes procrearon a Rafael Fernando (1949), Guillermo Wenceslao (1951),
Carlos José Rafael (1952), Juan Alberto (1955), Beatríz Dinorah (1958) y Deborah
Francisca (1965) Defilló Guerrero.
Rafael Fernando se casó con Virginia María Estrella de los Santos, hija de Octavio
Estrella Almonte y Dolores de los Santos Pou, quienes procrearon a Daniel Eduardo
(1977), Ricardo Rafael (1980) y Fernando Arturo (1992) Defilló Estrella. Guillermo
Wenceslao se matrimonió con Lourdes Margarita Fernández Elmúdesi, hija de José
Fernández García y Mercedes Elmúdesi Porcella, de quienes nacieron Raquel (1984) y
Pilar Defilló Fernández.
Carlos José Rafael se matrimonió con Rosa Eliana Josefina Tornal Morel, hija de
Eduardo Tornal Ricart y Eliana Morel Ricart, procreando a Carlos Eduardo (1979),
Elianne Claudine (1980) y Valerie (1987) Defilló Tornal. Juan Alberto se casó con
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Sandra Teresita Pellerano Pimentel, hija de Luis Pellerano y Ana Pimentel Lizardo,
quienes procrearon a Deborah Raquel (1983) Defilló Pellerano.
Beatriz Dinorah Defilló Guerrero se casó con Indalecio José López Garrido,
procreando a Jorge Luis, Indalecio (1972), Alejandro (1980) y Juan Pablo (1982) López
Defilló. Deborah Francisca se casó con José Gonzalvo, procreando a Jorge Alejandro y
Rafael Eduardo Gonzalvo Defilló.
Con Rosa Amelia Martínez Ruíz, Fernando Alberto Defilló (Meriño)
procreó a Bernardo Augusto (1940), los gemelos Octavio Alberto y
Armando Amaury (1941), a Dulce María (1944 - 2008) y a Carmen
Leonor Defilló Martínez (1945).
Rosa Amelia Martínez Ruíz (1916 – 1993), fue hija de Manuel de
Jesús Martínez Velásquez, de origen español, y de Rosalía Ruíz
González, descendiente del Presidente Ignacio María González, nació y
murió en Santo Domingo. Compartió sus actividades del hogar con una sacrificada labor
a favor de la educación de sus hijos, miembros de una conocida familia dominicana
dedicada a la Salud, el Derecho y la Economía.
La descendencia de Bernardo Augusto y Carmen
Hilda forma parte de la Primera Generación descrita en
estos apuntes, siendo sus respectivos antecesores
descritos en el capítulo de las siguientes generaciones
paternas y maternas, los cuales corresponden a los
Defilló, los Guerra, Fernández de Castro o Saldaña,
Ramírez y los Aristy, todos con procedencia de España, Francia, Cuba y
en sus orígenes quizás de Alemania.
Por su parte, Carmen Hilda Ramírez Aristy, fue hija de José del
Carmen Ramírez Carrasco y Felicia Aristy Méndez. En cuanto a los
datos genealógicos de la Familia Ramírez, se puede señalar que el
registro de sus primeros miembros en la República Dominicana se
remonta a los siglos XVI y XVII, correspondiendo a Francisco
Ramírez, Ana de Quiñones y a su hija Ana Ramírez Quiñones en
1592, así como a Pascual Ramírez, Luisa Díaz y su hija Juana
Ramírez Díaz en 1603.
Entre los años 1631 y 1810, se encuentran nuevos registros para los apellidos Toso
Ramírez, Ramírez Carmona, Ramírez Mejía y Ramírez Mejía Morales. Entre los
familiares de los Toso Ramírez se encuentran Isabel y María Toso (Ramírez), y como
algunos de sus descendientes directos a Beatriz (1756), José de la Cruz (1757), Antonio
(1761), María (1766), Vicenta (1768) e Isabel (1771) Toso Carvajal.
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En el siglo XVIII encontramos los registros de Félix Tomás Ramírez y Juana Girón,
quienes procrearon a Juana (1738) y Francisca Ramírez Girón. José Andrés Ramírez
y Francisca Pérez Verde, engendraron a Domingo (1745), Pedro (1749), Andrés
(1751) y Petrona (1755) Ramírez Pérez, y por su parte Antonio Ramírez y Rosa
Carmona procrearon a Juan, José María (1764), Manuel (1766), Pablo (1767), Nicolás
Ruperto (1773) e Isabel Ramírez Carmona.
De este mismo grupo familiar, Juan Ramírez Carmona y María García procrearon a
María Mónica Ramírez García. José María y Antonia Marcano engendraron a Juan
Nepomuceno (1798), Domingo (1799), Micaela (1801) y Andrea (1803) Ramírez
Marcano, y el mismo José María enviudado se caso con Juana de Jesús Álvarez,
procreando a Dolores, Ramón y María del Carmen Bruna Ramírez Álvarez.
De la misma manera, se observa una compleja y extensa dependencia entre las familias
de los Ramírez con los Sánchez, Cervantes, Zamora, Guridi, Franco, Marcó, Salcedo,
Aguirre, Zapata, Mejía, Leyba, Mueses, González, Quezada, Martínez, Caminero,
Medina, Del Castillo, Vidal, Calderón, Melo, Morales, Guerra, Vicioso, Peguero y De la
Rocha.
A partir del siglo XIX, se continúan produciendo los cruces familiares entre los Ramírez
y otros grupos relacionados, constituyéndose nuevas ramas genealógicas con los
Maldonado, Nolasco, Cuello, Lauser, Torres, Rivera, González, Flores, Arellano, Lozada,
Trejo, Alonso, Morales, Peña, De la Parra, Bautista, Carvajal y Rodríguez, localizándose
varios de sus hijos en San Juan de la Maguana, Azua, el Seibo, Santiago de los Caballeros
y otras provincias de la República Dominicana.
Varios inmigrantes de apellido Ramírez, naturales y provenientes de las Islas Canarias,
Puerto Rico, Venezuela, Cuba y otras provincias de España, contrajeron nupcias en el
país y engendraron nuevas descendencias, como pudiera ser el caso de los Paulino, De
Castro, Mella, Delgado, Hernández, Mueses, Morales, Castillo, Soto, Comas, Román,
Serrano, Contín, Jiménez, Durán, Lizardo, Estepar, Batista, Díaz, Silva, Quiroz, Moreta y
los Medina.
Fue durante el periodo 1810 – 1820 cuando se atribuye la llegada al país por vía de Cuba
de cinco hermanos españoles de apellido Ramírez, es decir, Manuel María, Blas,
Santiago, Rafael y Juana, quienes residieron originalmente en Azua de Compostela,
República Dominicana. De estos, dos permanecieron en la provincia de Azua (Blas y
Juana), uno se trasladó a Santiago de los Caballeros (Manuel María), y los otros dos
(Santiago y Rafael) emigraron hacia Puerto Rico.
De estos cinco hermanos, no contamos con datos de los emigrados hacia Puerto Rico
(Santiago y Rafael), abundando aunque desorganizados los de quienes permanecieron en
el país. Manuel María Ramírez, residente de Santiago, se casó con María Antonia
Díaz, procreando a sólo dos hijos: Manuel y Josefina Antonia ambos Ramírez Díaz.
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Manuel María Ramírez Díaz se casó a su vez en Santiago de los Caballeros con María
del Pilar Quiroz, natural de Tamboril, procreando nueve (9) hijos: Rudescindo, Isaías,
Olegario, Rafael, José Antonio, Amalio, David, Zacarías e Ignacio Ramírez Quiroz.
De los que permanecieron en Azua, Blas Ramírez, se casó con María Eusebia Silva,
originaria de la provincia de San Cristóbal, República Dominicana, quienes procrearon
ocho (8) hijos: Juan, Teresa, Tomas, Francisca, Domingo, Gerónima, Manuel y
Gregorio Ramírez Silva. En nupcias de Juan Ramírez Silva con Rosa Roa Moreta,
nativa de las Matas de Farfán, engendraron cinco (5) hijos: Agustina,
Marcelina, Blas, Felicita y Wenceslao Ramírez Roa. Fuera del
matrimonio Juan procreó seis (6) hijos más: Basilio, Manuel de
Jesús, Juan, José María, José Miguel y Rudescindo Ramírez.
Wenceslao Ramírez Roa, hijo de Juan Ramírez Silva y nieto de Blas
Ramírez, se casó a su vez en las Matas de Farfán con María Olegaria
Carrasco Tapia (Nona), procreando seis (6) hijos: Altagracia,
Octavio, Juan de Dios, Rosa Olimpia, José del Carmen (Carmito) y Simeón
(Coronel) Ramírez Carrasco. Con Luisa Lazala Medina, Wenceslao engendró otros
siete (7) hijos: Juan Bautista, Tijídes, María de Jesús, Teolinda, Enriqueta, Lizardo
y Eduardo Ramírez Lazala.
Según los datos familiares disponibles, Altagracia Ramírez Carrasco se casó con
Alejandro Deñó, procreando a Sócrates Deñó y luego, divorciada de Alejandro, tuvo
otros tres (3) hijos: Alicia, Julio César y Wenceslao (Nelaíto) Ramírez. Octavio
Ramírez Carrasco se casó con Lidia Duval, procreando a Wenceslao, Alba María,
Lidia, Octavio (Titivo), Altagracia y José del Carmen Ramírez Duval.
Fuera del matrimonio, Octavio engendró a Aquiles y Miguel Ney Ramírez Villegas.
Aquiles junto con Juana De los Santos procreó a Aquiles (Quilón), Iván Aquiles,
Alsacia Josefina, Juana Yanet, Abraham Aquiles (Aquilito), y a Atala Haydee
Ramírez De los Santos. Carlos Ney, por su parte, con Juana Naut engendraron a
Cecilia, Dulce, Carmen, Diana e Iván Ramírez Naut.
Juan de Dios (Juanico) Ramírez Carrasco se casó en San Juan de la Maguana con
Concepción Alcántara Fragoso, quienes procrearon trece (13) hijos: Flor de María,
Miguel Ángel, Candelario, Genoveva, Guaroa, Candelario, José Altagracia, Darío
(Unito), Porfirio (Prin), Emma Estela, Juan de Dios, Cristiana y Víctor Manuel
Ramírez Alcántara.
José del Carmen (Carmito) Ramírez Carrasco, se
casó con Nelia (Neo) Fernández De los Santos,
procreando a Dulce María, José del Carmen
(Mimicito), Alcibíades, Tulio Wenceslao, Nelia
María, Danilo Augusto, Ramón Ernesto (Ñiño),
Wenceslao Santiago (Juanito), Filda Rosa, Alcedo
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Arturo y Nidia Fedora Ramírez Fernández. En segundas nupcias con Luisa María
Cubilete procreó a Carmen Rosalía Ramírez Cubilete, y con Felicia Aristy Méndez a
Carmen Hilda Ramírez Aristy.
José del Carmen (Carmito) procreó otros hijos. Con Borja Beltré Acosta a Rafael
Beltré. Con Alicia Matos a Anasiado, Carmela y Juan Antonio “El Mudo” Matos
(Ramírez). Con Fidias López a Juan y Gladys López (Ramírez) y con la francesa
Louisse Mildford, durante su estadía en Puerto Príncipe, Haití, probablemente entre
1912 y 1914, a Luisa Clementina y Luis Ramírez Milford, dando cuenta otros de una
hija: Ana emparentada con el general Raúl Cedras. Asimismo, procreó a Lupe, Ramón,
Elida (Elita) y a Miguelina.
Simeón Ramírez Carrasco, se casó por su parte con Aspacia Céspedes, nativa de Las
Matas de Farfán, procreando a Zoila Dulce, Wenceslao José, Clever Simeón, Isidro
Juan, Lucila Dulce, María Olegaria, Rafael Augusto, Zoraida Aspacia y Luz María
Ramírez Céspedes, y fuera del matrimonio a Emelinda (Ramírez).
De los Ramírez originales residentes en Azua, Juana Ramírez la única hermana de
quienes vinieron desde España por vía de Cuba, se casó con Manuel Antonio Feliz, con
quien procreó a Arturo y Jacinto Feliz Ramírez. Arturo fue fusilado por las tropas
españolas durante la Restauración por apoyar a los dominicanos, y Jacinto tuvo como
hijos a José Joaquín, Juan Antonio, María Antonia, Sebastián y Ciriaco Feliz.
Sin contar con todos los detalles de las familias de los primeros hermanos Ramírez,
podemos señalar que además de las citadas estuvieron relacionadas con descendencia en
por lo menos las siguientes: Ramírez Rosado, Ramírez Bermúdez, Ramírez Hirujo,
Mateo Ramírez, Infante Ramírez, Rodríguez Iriarte, Ramírez Salcié, Ramírez Beltré,
Guix Ramírez, Dotel y Dotel Ramírez, Ramírez Romero, Arbaje Ramírez, Ramírez Mora
y Peña Ramírez.
Por la línea materna, Carmen Hilda fue hija de Felicia Aristy Méndez. Fueron sus
abuelos maternos Félix María Aristy Diez y Altagracia Méndez Batista, y los paternos
Wenceslao Ramírez Roa y María Olegaria Carrasco Tapia. No disponemos de
información directa sobre los bisabuelos ni tatarabuelos maternos de Carmen Hilda, quien
tiene una hermana materna llamada Maritza Musetta Félix Aristy. Felicia tuvo 6
hermanos: Ofelia, Manuela, Porfirio, María de los Remedios, Ercira y Albida Aristy
Méndez.
En cuanto a la revisión de los apuntes sobre la familia Aristy, gran parte están
contenidos en el Volumen XXII de la Academia Dominicana de la Historia sobre las
Familias Dominicanas, de Don Carlos Larrazabal Blanco - CLB, Tomo 1 – A-B; en las
Cápsulas Genealógicas del Instituto Dominicano de Genealogía; los aportes de Marcos
Soto Tejeda, y en los relatos y tradiciones comunicados verbalmente por algunos
descendientes de ese grupo social.
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Se observa que los diferentes registros corresponden a los siglos XVIII y XIX, a
propósito de diferentes emigraciones españolas, cuyos miembros y familias se asentaron
en las llanuras de Baní, en la provincia de Azua en la región Sur del país, y en la
provincia de La Altagracia en la región Este de la República Dominicana.
En este sentido, José Agustín Aristy Chagoya, quien encabeza los registros como hijo
de José Agustín Aristy y Manuela Teresa Chagoya se casó con María Báez Guerrero,
hija de Lorenzo Báez Arambule y Mariana Guerrero Ruíz. Ambos procrearon a Petrona
(1780), Manuel (1782), María de la Trinidad, Juana (1789), María de las Nieves
(1791), los gemelos Ramón y Félix (1793), y a Felipe (1795) Aristy Báez, este último
residente en la antigua provincia de Baní, hoy Peravia de la República Dominicana.
De este grupo familiar, existen datos de que Manuel Aristy Báez y Ana Gómez Ortiz
procrearon a María de Regla (1823), María de la O (1824), Gregorio (1825), Manuel
de Regla (1826), Ricardo (1839), Luis Felipe (1842) y María de la Concepción Aristy
Gómez. Otro hijo de Manuel llamado Francisco Aristy Carvajal, emigró hacia Higüey
en la provincia de La Altagracia, a quien se le atribuye el desarrollo de la familia Aristy
en dicha región.
María de Regla Aristy Gómez, se casó a su vez con Hipólito Billini Hernández, quien
fuera conocido como el Prócer Banilejo, y María de la Concepción se matrimonió con
Esteban Billini, quien falleció en la ciudad de Baní (1899). María de Regla Aristy
Gómez e Hipólito Billini, fueron los padres del civilista e intelectual dominicano
Francisco Gregorio Billini Aristy.
Felipe Aristy Báez y Petrona Báez Pérez, hija de Bernardino Báez y Clara Pérez
Guerrero, tuvieron ocho (8) hijos: Manuela de Jesús (1815), Manuel de Jesús (1818),
Santiago, Casiano, Ana, José María, Jacoba (1829), Telesforo (1837) y José Vicente.
Manuela de Jesús se casó a su vez con Vicente Báez del Castillo, Ana lo hizo con
Felipe Tejeda Pimentel, José María con Brígida Araujo, y Jacoba con José de la
Encarnación Brea Guerrero, sin que dispongamos de datos sobre descendencias de
estas parejas.
Santiago Aristy Báez, hijo de Felipe Aristy Báez y Petrona Báez Pérez, se casó con
Manuela Díaz, procreando a Pedro Ramón María (1848), María Francisca (1851),
Francisco Javier (1854), Félix María (1859), Pedro, Juan y Mercedes Aristy Báez.
De este grupo, Pedro María se casó con Guadalupe Eugenia Billini, Juan lo hizo con
María Altagracia Rosado Flores y Mercedes se matrimonió con Epifanio Desangles
Sibillí. Tampoco contamos con detalles de los descendientes de estos matrimonios.
José Vicente Aristy Báez, el último de los hijos de Felipe Aristy Báez y Petrona Báez
Pérez, procreó con Altagracia Castillo o del Castillo Soto a ocho (8) hijos: María
Luisa (1859), Manuel (1861), Francisco Javier (1864), Olimpia Altagracia (1867),
Manuel Vicente (1873), Claudio (1875) y Matilde (1876) Aristy Castillo o del
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Castillo. María Luisa se casó con José Dolores Soto Tejeda, dando origen a la familia
Soto Castillo.
Juan Aristy Díaz, hijo de Santiago Aristy Báez y Manuela Díaz, engendró con María de
la Paz Guridi a María Antonia Aristy Guridi quien se casó a su vez con Pedro María
Echavarría de los Santos. Manuel Aristy Castillo o del Castillo, hijo de José Vicente
y Altagracia, procreó en unas primeras nupcias con Escolástica Pérez a José Ramón,
Francisco y Agustín Aristy Pérez. Escolástica Pérez tuvo un segundo casorio con
Salvador Iglesias.
José Ramón Aristy, hijo de Manuel Aristy del Castillo y Escolástica Pérez, se casó a su
vez con Socorro Rodríguez, procreando a Rosa Linda (1893), Manuela (1896),
Arístides Antonio (1898) y Luis Enrique (1899) Aristy Rodríguez. De este grupo
familiar, Rosa Linda se casó con Juan Agustín Cohen Soler, Manuela lo hizo con
Raúl Gautreau Saviñón, y Luis Enrique con Socorro Rodríguez. El mismo José
Ramón tuvo un segundo matrimonio con Hortensia Ortiz, sin que se conozca
descendencia alguna. Francisco según las notas de CLB emigró a Cuba donde murió.
Por otra parte. los hermanos de Bernardo por vía de los Defilló Martínez son Octavio
Alberto (1941) quien tuvo un primer matrimonio con María Hernández Oleaga, hija
del General Aquiles Hernández y de Consuelo Oleaga, procreando a
Rocío Consuelo (1964), Octavio Aquiles (1965) y Odille Marie (1968)
Defilló Hernández. En segundas nupcias, Octavio se matrimonió con Aída
Ríos Reyes, originaria de Puerto Rico, sin que tuvieran descendientes
Rocío tuvo un primer matrimonio con Cesar Fernández, fallecido e hijo
de César Fernández y Pura Martínez, del que nacieron Rocío Cesarina y Pura María
Fernández Defilló. Se casó en segundas nupcias con Ramón Antonio Lora, sin procrear
hijos. Octavio Aquiles, tuvo un primer matrimonio en la ciudad de África del Sur con
Elizabeth (¿apellido?) del que nació Danniel Defilló. En segundas nupcias con Marika
(¿apellido?) procrearon a Aphril y Nicola Defilló (¿apellido?). Odille Marie se caso
con Rafael Rivera Herrand, hijo de Ramón Rivera Batista y Lilia Herrand,
procreando a Ivanna Marie (1990), Stephanie Marie (1994) y Gabriela Marie (1998)
Rivera Defilló.
Armando Amaury (1941) se casó con Norma De los Santos Céspedes, hija de Delfín
de los Santos y Consuelo Céspedes, provenientes de reconocidas familias de Hato
Mayor y San Juan de la Maguana, quienes procrearon a Evelyn Altagracia (1964),
Sandra Miguelina (1965), Ingrid Soraya (1968) y Brenda Alexandra
(1971) Defilló De los Santos.
Evelyn Altagracia se casó con Anthony Casasnovas Rodríguez, hijo de
Alfonso Casasnovas y Luisa Rodríguez, procreando a Brenda y
Anthony (1995) Casasnovas Defilló. Sandra Miguelina se casó con
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Hildemaro Arvelo Rancier, hijo de Hildemaro Arvelo García y Luisa Rancier López,
de quienes nacieron Laura Marie (1995) e Hildemaro Armando (1998) Arvelo Defilló.
Ingrid Soraya se matrimonió con Marcos Matos De Aza, hijo de Marcos Matos y
Miladis De Aza, quienes procrearon a Ian Marcos (1998) y Vanessa María (2008)
Matos Defilló. Brenda Alexandra se casó con Jordi Pimentel, hijo de Jordi Pimentel y
Fior (¿apellido?), procreando a Nicolle Elaine (1998) y Eduardo Arturo (2000)
Pimentel Defilló.
Dulce María (1944 - 2008) contrajo matrimonio con Vicente Liz Linares,
oriundo de San Francisco de Macorís e hijo de Guillermo Liz y Marola
Linares, con quien procreó a Vicente José Liz Defilló. Vicente José se
casó a su vez con Gema Marina Imbert, sin tener hasta la fecha
descendiente alguno.
Carmen Leonor (1945) se casó con Eduardo Contín López natural de Moca, provincia
del Cibao de la República, hijo de Eduardo Antonio Contín Pérez y de Irma Salomé
López López, quienes procrearon a Rosa María (1967) y Eduardo Alberto (1968)
Contín Defilló.
Rosa María se caso en primeras nupcias con Danelio Fabricio Ortiz
Lebreaux, hijo de Danny Ortiz y Sonia Lebreaux, procreando a
Isabel María (1993) y Carla María Ortiz Contín. En un segundo
matrimonio con Alexander Báez, procreó a Mel Alexander (2005)
Báez Contín.
Eduardo Alberto se caso en un primer matrimonio con Jacqueline
Mercedes Rodríguez Castro, hija de Wilson Santiago Rodríguez Gross y Lurinalda
Castro Pereyra, procreando a Cristal Marie (1992), Ian Alberto (1993) y Jorge
Eduardo (1995) Contín Rodríguez. En segundas nupcias con Llumely Margarita
Fermín Candelario, hija de Mario Fermín Peña y de Inocencia Candelario Jiménez,
con quienes procrearon a Eduardo Alberto (2005) Contín Fermín.
En cuanto a la familia dominicana Guerra Martínez, se puede afirmar que procede de la
familia Guerra que constituyó su Primera Generación. Juan Guerra, de origen
español y residente de San Carlos, República Dominicana, nació en 1814 y falleció en
1878, se casó con Ramona Tejeda, procreando a Paula, María Cleope (1836), Hipólita
(1839), Calixto (Carlos) (1840), María Elena (1846), José Eleuterio (1849), Francisco
Javier (1851), y Teófilo (Abelardo) (1854) Guerra Tejeda.
Como parte de una Segunda Generación de los Guerra, Calixto (Carlos) (1840 - 1908)),
hijo de Juan Guerra y Ramona Tejeda, se casó con Esperanza Figueredo (1871),
procreando a Palmira, Esperanza, Lucila, Altafernes, Hipólita Petra Ramona (1865),
Carlos María (1866), Miguel Leopoldo (1867), Juan (1870), Manuel (1874) y Alicia
Mercedes (1880) Guerra Figueredo.
Genealogia BD v1.01.doc
19
Juan Guerra Figueredo (1870 - 1952), hijo de Calixto y Esperanza, fue uno de los
miembros de la Tercera Generación de los Guerra, se casó con Irene Pacheco, a
quienes le nacieron Juan, Esperanza, Manuel Armando, Palmira, Oscar Emilio,
Hipólita y Gilberto Guerra Pacheco.
Gilberto Guerra Pacheco, hijo de Juan Guerra Figueredo e Irene Pacheco, formó parte
de una Cuarta Generación de la familia Guerra y se casó con Olga Seijas Herrero,
procreando a José Gilberto, Diego Esteban y Juan Luis Guerra Seijas, quienes se han
distinguido en la Medicina, la Economía y la Música dominicanas, particularmente en la
Cirugía Plástica y Reconstructiva (José Gilberto), caracterizándose (Juan Luis) por ser
el más alto exponente de nuestra música, debido a su gran capacidad creativa, valiosos
aportes y las numerosas premiaciones nacionales e internacionales recibidas.
José Gilberto (1950) se casó con Berta Saleta, procreando a Hedwig, Heidi y Hendrick
Guerra Saleta. Diego Esteban se matrimonió con María Cedano, gestando a Endel e
Irene Guerra Cedano, y Juan Luis se casó con Nora Vega, procreando a Jean Gabriel y
Paulina Guerra Vega.
Son imprecisos los datos sobre los antecesores directos de la familia Guerra Martínez
de República Dominicana, por lo que establecimos una aproximación entre la misma y la
familia Guerra en su Cuarta Generación. En este sentido, se concluye que Miguel
Leopoldo (1866) Guerra Figueredo, hijo de Calixto (Carlos) (1840 – 1908) y Ramona,
tuvo dos matrimonios conocidos, uno con Emilia Cuevas Díaz y otro con Julia
Gerónimo. Con Emilia procreó a Aníbal, Pura, Atala y José René Guerra Cuevas.
De Miguel Leopoldo y Julia Gerónimo también nacieron Carlos, Paula, Carmen,
Armando, Prospero, Alicia, Esperanza, Plinio y Luis Augusto Guerra Gerónimo.
Otros hijos de Miguel Leopoldo con otras parejas cuyos nombres no se consignan son:
Esperanza, Jesús, Damián Agustín, Perdomo y Eurípides.
Plinio Guerra Jerónimo, hijo de Miguel Leopoldo y Julia Jerónimo, se casó en un
primer matrimonio con Cristina Valdes procreando a Nilda Guerra Valdes. En un
segundo casorio con Melba Mieses, procreó a Antonio, José Francisco, Cristina,
Gisela, José, Olga Rosario, Carlos, Iris, Gilberto y Anny Guerra Mieses.
Aunque no existen registros ni datos genealógicos fehacientes, en círculos familiares se
tiene por cierto que José Guerra Mieses procreó con Edilia Molina a José Miguel
(Josecito) y a Clara Guerra Molina. Josecito y Altagracia Mueses Vidal tuvieron a su
vez tres hijos: Ney, Rafael (Fellito) y Edilia Guerra Mueses y, en matrimonio con
Angélica Del Prado Álvarez, procreó a José Miguel y Efraín Antonio Guerra Del
Prado.
Fuera de estas dos familias, Josecito tuvo a Livio Guerra quien fuera su primer hijo de
todos los conocidos. Livio Guerra se desposó a su vez con Tomasa Ubrí, procreando a
Leonte, Pedro Julio, Livia y Roberto. Por su parte Altagracia Mueses Vidal procreó a
Genealogia BD v1.01.doc
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Ofelia Mueses, Elsa Pérez Mueses y a Dinorah Mueses.
Por la línea materna de los Guerra Martínez, Ney Guerra
Mueses (1920 – 2006) se casó con Rosa Amelia Martínez
Ruíz, con quien procreó a Rosa Edilia (1948), Petronio
Felipe (1951), Ney (1953) y Zoila Rosa (1955) Guerra
Martínez. Rafael (Fellito) Guerra Mueses tuvo con
Altagracia (Tatá) Germán cuatro hijos: Rafael Ernesto,
Manuel, Clara y Miguel Guerra Germán. Edilia (1926)
Guerra Mueses se casó con Julio Suárez, procreando a
Andrés Julio Suárez Guerra.
José Miguel Guerra Del Prado se casó con Amantina Polanco,
procreando a: José Miguel, Carlos, Carmen, Margarita (Margot),
Lillian, Adria, Orietta y Clarisa Guerra Polanco. Por su parte, Efraín
Antonio Guerra Del Prado se casó con Norma Carbuccia Pereyra,
procreando a Rosa Angélica, Efraín (Efraincito) y Máximo Guerra
Carbuccia.
Clara Guerra Molina, la segunda hija de José Guerra y Edilia Molina, se casó con
Ernesto Chapuseaux, quienes procrearon a Ernesto (Negrito), Gladys, Teresa (Tete),
Felipe y Fedora Chapuseaux Guerra. Negrito se matrimonió con Silvia De Grass,
famosa artista natural de Panamá, con quien procreó a Clarisa y Quisqueya Chapuseaux
De Grass. Felipe se casó con Violeta Soñé, naciéndoles Felipe, Clara y Ernesto
Chapuseaux Soñé. Teresa se casó con el médico Antonio Ortega (Atón), pero no
tuvieron descendencia.
Rosa Edilia (1948) se matrimonió con Cristóbal Fernando Valdez
Gómez, con quien procreó a Michelle Marie (1973), Gustavo Adolfo
(1977) y Yamilet Marie (1979). Cristóbal fue hijo de Rafael Valdez
Hilario oriundo de Santiago y de Dolores (Loló) Gómez Yanguela,
nativa de la Vega. Michelle Marie se casó con Saulo Rafael, hijo de
Bolívar Rosario y Mercedes Campusano, originarios de Moca,
procreando a Fernando André Rosario Valdez.
Petronio Felipe en un primer matrimonio con Maritza Jiménez Fermín,
hija de Antonio Jiménez y de Leaquina Fermín, procreó a Laura
Christina (1977) y Felipe Adolfo (1980). Laura Christina se caso con
Reynaldo Caminero, hijo de Luis Augusto Caminero y de Magnolia
Guerrero, procreando a María José Caminero Guerra. Felipe Adolfo
se caso con Valery Rodríguez Guzmán, hija de Gilberto Rodríguez y
de Rita Guzmán, sin descendencia. En segundas nupcias de Felipe con Elsa Grullón De
Luna, hija de Manuel Ramón Grullón y Elsa De Luna, no tienen hijos.
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Ney (Neicito) tuvo dos matrimonios. En el primero con Jocelyn Cordero
(Choy), procrearon a Jeiliny (1974) Guerra Cordero, y en el segundo con
Ada Iris Rosario, tuvieron cuatro hijos: Ney Amaury (1980), Emeric
Alberto (1983), Harold Jonathan (1985) y Khaterine (1987) Guerra
Rosario. Posteriormente con María Esther Rosario, procreó a Ney
Miguel (1998) y Amelia María (2003).
Zoila Rosa tuvo un primer matrimonio con Manuel Aquino Guerrero,
comerciante oriundo de San Juan de la Maguana, con quien procreó a
Carmen Rosa (1971), Katiuska Joelle (1973) y Claudia Milagros
(1976) Guerra Aquino. Carmen Rosa se caso con Carlos Rafael
Torres Vélez, hijo de Héctor José Torres Ramírez y Alma Leda
Vélez Messina, procreando a Carlos Antonio y Sebastián de Jesús
Torres Aquino.
Katiuska se caso con Luis José Asilis Camilo, hijo de Luis Miguel Asilis y Josefina
Camilo, procreando a José Miguel, Nashla y Luis Manuel Asilis Aquino. Claudia
Milagros se matrimonio con Francisco Javier Núñez Baz, hijo de José Francisco
Núñez y Nirtha Baz, sin descendencia.
A la muerte accidental de Manuel Aquino, Zoila Rosa se desposó con Miguel Antonio
Rodríguez García, médico originario de las Matas de Farfán, en la provincia San Juan
de la Maguana, hijo de Wladislado Darío Rodríguez Pereyra y Dulcinea Francisca
García, procreando a Miguelina Dulcinea (1984) y Miguel Antonio (1988) Rodríguez
Guerra.
Rosa Amelia sólo tuvo dos hermanas: Ligia Margarita y Norma
Violeta. Margarita (Margot) se desposó con Ceferino De la Torre
Tormes, hijo de Ceferino De la Torre Escofet, de origen cubano y de
Marina Tormes Tollens de origen puertorriqueño, sin que dejaran
descendencia. Desde su juventud y en el curso de su vida, se convirtió
en otra madre de sus sobrinos, particularmente de los Defilló – Guerra, compartiendo con
Rosalía y Rosa Amelia un amor indescriptible y una devoción por Bernardo Augusto.
Norma Violeta se casó con Alcedo Arturo Ramírez Fernández,
conocido abogado originario de San Juan de la Maguana con exitoso
ejercicio en la judicatura regional, hijo a su vez del General José del
Carmen Ramírez Carrasco (Carmito) y de Nelia Fernández De los
Santos (Doña Neo), procreando cuatro hijos: Tulio Tabaré (1943),
José Emigdio (1947), Alcedo Arturo (1951) y Dulce Margarita
María (1953) Ramírez Martínez.
Tulio Tabaré se casó con María Volmar Ruíz, hija de Carlos Volmar Vivas y de
María Ruíz Martínez, procreando a Tabaré Alberto (1973), Carlos Arturo (1974),
Carmen Lisha (1980) y Violeta María (1984) Ramírez Volmar. Tabaré Alberto se
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caso a su vez con Prisscilla Aponte Almánzar, hija de Rafael María
Aponte y de Flérida Almánzar, procreando a Javier Alberto (2005)
y Alejandro Arturo (2008) Ramírez Aponte.
Carlos Arturo se caso con Onycela Valdez Torres, hija de Porfirio
Valdez Peña y de Ondina Torres, procreando a Emmanuel Arturo
Ramírez Valdez. Carmen Lisha se caso con Ricardo Martino Martínez, hijo de
Salustiano (Tano) Martino Merrip y de Mercedes Martínez Cabruja, procreando a
Ricardo Salustiano (2002) y a Camila (2007) Martino Ramírez.
José Emigdio, se casó una primera vez con Bethania Cruz Ramírez,
hija de Fausto Cruz y de Ana Ramírez, procreando a Arturo José
(1972) y a Víctor Manuel (1974) Ramírez Cruz. En un segundo
matrimonio con Enemencia (Edianiris) Mateo Nova, hija de
Alejandro Mateo y de Sumergida Nova, procreó a José Alejandro
(2001) y a Eviany Emilia (2002) Ramírez Nova.
Arturo José, se casó con Joanna Estela Batista Bretón, hija de Juan María Batista y
Estela Antonia Bretón, procreando a María José (2005) Ramírez Batista. Víctor
Manuel se casó con Lisa Annette Paredes Peña, hija de Danilo Paredes Simé y de
Ana Matilde Peña Flores, procreando a María Victoria (2003) Ramírez Paredes.
Alcedo Arturo, se casó con Zoila Herrera Guzmán, hija de Juan
Herrera Lagrange y de Olga Guzmán Guañabens, procreando a
Gerardo Arturo (1974), las gemelas Kyralessa Beatriz (1976) y Emily
Cristina (1976) y a Olga Rosalía (1979) Ramírez Herrera. Kyralessa
Beatríz, se casó con Rafael Fonseca García hijo de Rafael Fonseca y de
Carmen García, procreando a Emily María (2007) Fonseca Ramírez.
Emily Cristina, se casó con Ricardo Olivo Sánchez, hijo de José Olivo y de Lilian
Sánchez, procreando a Ricardo Arturo (2001) y a Paula Beatríz (2004) Olivo
Ramírez. Olga Rosalía, se casó con Stevens Mármol Mármol, hijo de José Mármol y
de Altagracia Mármol, aún sin descendencia.
Dulce Margarita María, se casó con Juan Herrera Guzmán, hijo de
Juan Herrera Lagrange y de Olga Guzmán Guañabens, procreando a
Juan Arturo (1975), Jorge Enrique (1977) y Cristina Amelia (1980)
Herrera Ramírez. Jorge Enrique, se caso con Laura Marcelle Guerrero
González, hija de Guido Amable Guerrero y de Ana Virginia
González, aún sin descendencia. Cristina Amelia, se caso con Luis E.
Frómeta Ceara, hijo de Amable Frómeta y de Yanira Ceara, procreando a Amelia
(2007) Frómeta Herrera.
En una tercera familia, Fernando Alberto Defilló (Meriño) junto con Laura Alsina
procrearon a Lucia Alsina (Defilló). Lucía se casó a su vez con Federico Ernesto
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Vicioso Salado, de quienes nacieron Mercedes Digna, Manuel Ernesto (1938) y Lucía
Fior Daliza (1950) Vicioso Alsina. Mercedes Digna contrajo nupcias con Carlos
Vladimir Ortiz de Ferran, procreando a Raphael Ernesto e Ivette Lucía Ortiz Vicioso.
Manuel Ernesto Vicioso Alsina se matrimonio con Carmen Rosalía Arthur Nouel,
hija de Rafael Arthur Pierret y María Nouel Romero, procreando a Alfredo Enrique
(1977), Carla Rosa (1979) y Juan Manuel (1982) Vicioso Arthur. Lucia Fior Daliza se
casó una primera vez con Freddy Reynaldo Antonio Beras - Goico, hijo de Máximo
Beras Rojas y Angiolina Goico Morel, procreando a Freddy II (1969) y Ernesto
Máximo (1972) Beras – Goico Vicioso y, en segundas nupcias con Jaime Sánchez,
procreó a Claudia Lucía Sánchez Vicioso.
Freddy II Beras – Goico Vicioso, se casó con Carmen María Rodríguez Hazim, hija
de Ernesto Rodríguez Caba y Josefa Hazim del Risco, quienes procrearon a Gaylam y
Freddy III Beras – Goico Rodríguez. Ernesto Máximo Beras – Goico Vicioso se casó a
su vez con Gisell Esquea Vargas, hija de Miguel Esquea Santos y Elsa Vargas
Rodríguez, quienes concibieron a Maryann Lucia Angiolina y Emma Beras – Goico
Esquea.
En la tercera generación, se incluyen los abuelos de Bernardo, es decir,
al Arzobispo Fernando Arturo de Meriño Ramírez, (1833 – 1906) y
Leonor Defilló Amiguet (1843 - 1902?) por la línea paterna, y a Manuel
de Jesús Martínez Velázquez (1895 – 1987) y Rosalía Ruíz González
(1895- 1991) por vía materna.
Fernando Arturo, el abuelo paterno, nació en Antoncí, actual municipio de Yamasá
(1833), República Dominicana y falleció en la ciudad de Santo Domingo (1906). Fueron
sus padres Pedro Meriño Marrero y María Bruna Ramírez Viera. La familia Meriño
Ramírez procreó a Fernando Antonio después llamado Fernando Arturo (1833),
María Rafaela (1836), María Paulina (1838), Juan Tomas (1841), José María (1843),
Valentín (1846), María Jorge (1848), Manuel José, Nicolasa (1856) y Juan Hilario
Leonor Defilló Amiguet (1843-1902?), abuela paterna de Bernardo,
fue la quinta descendiente de la familia Defilló Amiguet integrada por
los esposos catalanes Joseph Defilló Tusquellas (1813-1859) y
Raymunda Amiguet Ferrer, quienes contrajeron matrimonio en
Barcelona, España el 2 de mayo del 1836, y por ocho hijos: Eliseo
(1837-1887), José (1838-1873), Luis (1840), Ricardo (1841-1873),
Leonor (1843-1902?)), Santiago (1849), Pilar (1853-1931), y
Fernando (1857-1897).
De los descendientes de José Defilló Tusquellas y Raymunda Amiguet Ferrer, Eliseo
Defilló Amiguet se casó con Mariana González Echavarría, procreando a Emilio,
Juan, María, Eliseo, Josefa, Carmen, Juan Bautista, Milagros, Antonio, Mariana y María
del Carmen Defilló González. José Ramón Defilló Amiguet, se matrimonió con María
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Antonia Arroyo Echegarrieta, engendrando a José, Carmen, Joaquín, Mercedes, Pedo,
Juan, Josefa, Santiago, Rafael y Pedro Defilló Arroyo. Luis Defilló Amiguet nunca se
casó y se desconoce si hubo descendencia alguna de su parte.
Ricardo Defilló Amiguet se desposó con Rita Ruíz Morales, concibiendo a Rita
Dolores, María Concepción, Pilar, Úrsula y Juana Defilló Ruíz. Por su parte, Leonor
Defilló Amiguet en un primer matrimonio con Francisco Carrillo Flores procreó a José
Anselmo Carrillo Defilló, con Fernando Arturo de Meriño Ramírez concibió a
Fernando Alberto Defilló (Meriño), y en un segundo casorio con Domingo Fernández
de Castro (Saldaña) engendró a Carmen Ana, Rafael, Antonio y Leonor Fernández de
Castro Defilló.
Santiago Defilló Amiguet se casó con María Inocencia Vázquez, pero no tuvieron
hijos. Pilar Defilló Amiguet se matrimonió con Carlos Casals Riba, procreando a
Pablo, Enrique, Luis, Carlos, Enrique 2, Carlos 2, Ricardo, Arturo, José, Antonia y Pilar
Casals Defilló. Fernando Defilló Amiguet tampoco se casó ni tuvo hijos. De estas
familias, existen extensas ramas en Puerto Rico, particularmente de los Defilló Ruíz y
Ruíz Morales, así como de otros apellidos Defilló en las islas de Cuba y Santo Domingo.
Sólo Leonor (1843-1902?) nació en Barcelona, España. De los otros vástagos Eliseo,
José, Luis y Ricardo nacieron en Santiago de Cuba entre los años 1837 y 1841, durante
la estadía de la familia en dicha ciudad, mientras que Santiago, Pilar y Fernando
nacieron en Mayagüez, Puerto Rico, donde los Defilló Amiguet establecieron
residencia. La mayoría de ellos murió en esta ciudad entre los años 1887 y 1894, excepto
Leonor que falleció en Cuba (1902?) y Pilar en el Vendrell, España en 1931.
Vale señalar que Pau (Pablo) Casals Defilló (1876 – 1973), sobrino
de Leonor por ser hijo de su hermana carnal Pilar Defilló Amiguet,
nacida en Puerto Rico, y del músico Carlos Casals Ribas, nació en el
Vendrell, Tarragona, España, quien es considerado como el más
grande violoncelista de todos los tiempos, así como un destacado
director de orquesta y brillante compositor musical.
Pablo se casó en primeras nupcias con Frasquita Vidal Puig (1879),
en segundo casorio con Susan S. Metcalfé, y en un tercer matrimonio con la
puertorriqueña Marta Montañés Martínez, sin que hubiera descendencia alguna. Con
múltiples homenajes y distinciones, nominado al Premio Nóbel de la Paz y ejecutor frente
a presidentes y líderes mundiales, Pau Casals Defilló se distinguió por sus luchas sociales
y protestas contra los gobiernos no democráticos.
Organizador de los Festivales Casals, y autor de innumerables obras musicales, como el
famoso ‘Himno de las Naciones Unidas” conocido como el “Himno de la Paz”, el
oratorio “El Pesebre” y “El Canto de los Pájaros”, sus composiciones y estilo
musicales han recorrido el mundo. Murió a los 96 años de edad (1973) en San Juan de
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Puerto Rico, donde fue inhumado hasta que al retorno de España al sistema democrático
sus restos fueron trasladados al cementerio de El Vendrell su población natal.
Leonor Residió con sus padres y hermanos en la Habana, Cuba a partir de 1836 ó 1837,
y en Mayagüez, Puerto Rico desde 1847 o 1848. Se casó una primera vez en 1861 a los
18 años de edad en Mayagüez, con el español natural de Sevilla Francisco Carrillo
Flores, con quien procreó a José Anselmo Carrillo Defilló (1862), fallecido a muy
temprana edad.
Durante un probable encuentro a finales de mayo del 1873 con el Presbítero Fernando
Arturo de Meriño, en que a sus 29 años de edad según se deduce se encontraron,
procreó a Fernando Alberto, quien nació en Puerto Plata, República Dominicana, el 27
de Febrero del 1874.
A sus 33 años de edad, en 1878 se casó en segundas nupcias con Domingo Fernández
de Castro, originario de República Dominicana. Domingo fue Escribiente y Oficial de
Contaduría de Hacienda y de la Administración General de Rentas de Santo
Domingo y, por disposición de la Real Orden, pasó a ser Agregado del Tribunal de
Cuentas de la Provincia de Puerto Rico.
En cuanto al historial de la familia Fernández de Castro se puede afirmar que, en los
265 años transcurridos entre la aparición del primer miembro de la Familia Fernández
de Castro en la Genealogía Dominicana hasta la fecha, particularmente consignados en
diferentes obras y publicaciones sobre las Familias Dominicanas, así como en los
existentes en el Archivo General de la Nación, en los apuntes cedidos por amigos del
Instituto Dominicano de Genealogía y en nuestras notas personales, resulta difícil
agruparlos en unos pocos párrafos e intentar su ordenamiento en este espacio.
Podríamos señalar, por consiguiente, que Francisco Fernández de Castro aparece como
el primer miembro de dicha familia que inicia esta genealogía a partir de finales de los
años 1580. Francisco se casó con Isabel Flores, ambos naturales de España, procreando
a Gregorio Fernández de Castro Urdiales, quien se matrimonió a su vez con Beatriz
Montero Tejadilla, unión de la que nació Francisco Fernández de Castro (Garay),
posteriormente Relator de la Real Audiencia de España.
Francisco Fernández de Castro (Garay) se casó con Paula de la Riva, hija de Baltasar
García y Aldonza Acevedo, procreando siete (7) hijos: Gregorio (1590), Francisco
(1591), Baltasar (1593), Beatríz (1595), Aldonza (1599), Pedro (1601) y Alonso (1602)
Fernández de Castro de la Riva.
Gregorio Fernández de Castro de la Riva, fue Alcalde Mayor de Santiago, se casó con
Beatríz Corcuera, teniendo tres (3) descendientes: Baltasar, Beatríz y Juliana
Fernández de Castro Corcuera. Baltasar fue canónigo, Beatriz se casó con Hernando
Moronta Fernández de Fuenmayor, y Juliana con Fernando de Cepeda.
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Baltasar Fernández de Castro de la Riva, se casó el 14 de febrero del 1617 con María
de Monasterios Ocampo, hija de Baltasar de Monasterios y Giomar de Ocampo.
Tuvieron siete (7) hijos: Francisco Manuel (1618), Paula (1619), Baltasar (1621),
Antonio (1627), Beatríz (1629), Pedro (1630) y José (1631) Fernández de Castro
Monasterios.
Francisco Manuel Fernández de Castro Monasterios se casó el 12 de noviembre de
1664 con Felipa Margarita Fernández de Oviedo Almeida, hija de Gonzalo Fernández
de Oviedo y de Ana Genao Almeida y Casasola. Procrearon a María (1665), Micaela
(1666), Baltasar (1667) y Francisco (1679) Fernández de Castro (Fernández) de
Oviedo.
Entre los años 1679 y 1863, se originaron numerosas derivaciones de las familias
Fernández de Castro Meléndez y las de los Fernández de Castro asociadas a los
Bazán, Pérez Caro, Pimentel Figueroa, Fernández Lara, Álvarez Barba, Morales, Pérez
Narvarte, Narvarte Apaltegui, Bosch Catania, Saviñón, Méndez Fernández, Coca, Guridi,
Echalas y Heredia, Carpio de Castro, Martínez, Veloz Delgado, Pozo, Ravelo, Dávila,
González, Cruz, Suero, Porrúa Valdivieso, Castro Cruz, Abreu, Real, Sánchez, Pineda y
Frías Baraes.
De la misma manera, los Fernández de Castro se asociaron a las familias Fuenmayor,
Barrio, Torrequemada, Puertoalegre, Maldonado, Ramírez, Palacios, Domínguez,
Bautista, Alfau, Pellerano, Batlle Molina, Mueses Pérez, Lara Ricardo, Fernández Báez,
Solano, Torres, Almonte, Jiménez, Sánchez Valverde, Fernández Robles, Del Rosario
Mendoza, Prensa, Pichardo Marchena y los Pichardo.
Entre estas asociaciones familiares, Domingo Fernández de Castro Lara contrajo
segundas nupcias con María de la Asunción Morales, quienes procrearon a Pedro
Mártir (1811), Rafael, Miguel, Paulino (1815), María Mercedes (1817), Antonia
Clemencia (1819), Ramón (1821), otra María Mercedes (1823), y Lucía (1829)
Fernández de Castro Morales.
Por otra parte, José Fernández de Castro Meléndez Bazán se casó con Antonia
Clemencia Fernández Morales, procreando a María (1753), José (1753), Beatriz
(1756), Luisa (1756), Leonor (1758), José Hermenegildo (1761), Eduardo (1763),
Julián (1765), María Cándida del Rosario (1768), Pedro (1772), José Nuño Antonio
(1774), Francisco (1777), Pedro y Domingo Fernández de Castro Fernández.
Al final de esta extensa y compleja descendencia, organizada, integrada y caracterizada
por varias generaciones durante los 184 años de vida, matrimonios y cruces familiares,
Domingo Fernández de Castro Fernández contrajo matrimonio con Antonia
Clemencia Fernández de Castro Morales, quienes procrearon a Domingo Fernández
de Castro (Saldaña) Morales.
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El matrimonio de Domingo Fernández de Castro (Saldaña), de origen dominicano,
con Leonor Defilló Amiguet, catalana nacida en Barcelona, España, según las
anotaciones, se realizó el 12 de mayo de 1878 en Santo Domingo, Rep. Dominicana, ante
el Oficial Civil Alejandro Bonilla. Fueron testigos el médico Pedro Delgado, don
Miguel González y el Presbítero Juan Márquez. El Registro se encuentra en el Libro
de los Matrimonios de la Iglesia Catedral y en la Primera (1ra) Circunscripción del
Distrito Nacional.
A propósito de dicho matrimonio, se puede señalar que los reportes de los Genealogistas
dominicanos, particularmente de quienes han publicado en diferentes medios los detalles
relativos a la Familia Defilló y sus relacionadas, así como los incluidos en estos
Apuntes Genealógicos de reciente terminación, también han consignado que Domingo
Fernández de Castro (Saldaña) se casó con Leonor Defilló Amiguet en la República
Dominicana, el día doce (12) de mayo del año mil ochocientos setenta y ocho (1878).
En su nota 60N18/50N27 de la obra Familias Dominicanas, Tomo III, Vol. XXXVII de
la Academia Dominicana de la Historia, Santo Domingo, R.R., 1975, por ejemplo, Don
Carlos Larrazabal Blanco – CLB señala que “Domingo Fernández de Castro c.c. (casó
con) Leonor Defilló, h. (hija) de José Defilló y Raimundo (Raymunda) Amiguet. Hijos:
70N13 LEONOR”, sin indicar los padres de Domingo.
No obstante esto, el mismo Larrazabal Blanco describe en su nota 40N20/Tn4, de la
página 165 de su citada obra, que en una segundas nupcias Domingo Fernández de
Castro y Fernández Lara se casó con María de la Asunción Morales, y que estos
procrearon nueve (9) hijos: Pedro Mártir (1811), Rafael, Miguel, Paulino (1815),
María Mercedes (1817), ANTONIA CLEMENCIA (1819), Ramón (1821), María
Mercedes (1823) y Lucía (1829) todos de apellido Fernández de Castro Morales.
Mediante documentos, citas y referencias posteriores, se concluye que esta ANTONIA
CLEMENCIA fue la madre de DOMINGO FERNÁNDEZ DE CASTRO
(SALDAÑA), posteriormente el esposo de LEONOR DEFILLO AMIGUET,
condición que el mismo autor Larrazabal Blanco describe en su nota 50N27/40N20,
pagina 167 de la referida obra sobre las Familias Dominicanas, al señalar como (único)
hijo de Antonia Clemencia a DOMINGO. No obstante esta afirmación, en parte alguna
de su obra encontramos referencias que señalen al esposo o pareja de Antonia
Clemencia con cualquiera de los apellidos Fernández de Castro o Saldaña.
Por su parte, el Ing. Antonio J. Guerra Sánchez - AJGS en una observación que nos
enviara por vía electrónica a nuestro correo personal, señala que en una segunda
generación, Domingo Fernández de Castro (Saldaña), hijo de Domingo Fernández de
Castro Lara y de Antonia Clemencia Fernández de Castro Morales, nació en 1855 en
Santo Domingo, Rep. Dominicana. Se casó con Leonor Defilló Amiguet el 12 Mayo
de 1878 en Santo Domingo, Rep. Dominicana, siendo esta última hija de Joseph Defilló
Tusquellas y Raymunda Amiguet Ferrer.
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Apunta que ella (Leonor) nació en 1846 en Barcelona, Cataluña, España, y murió en
Cuba. En una nota adicional, Guerra Sánchez indica que en la boda civil aparece indicado
como el progenitor de Domingo Fernández de Castro, el esposo de Leonor Defilló, un
señor de nombre Domingo Saldaña, sin que a la fecha de su afirmación hubiera
“podido atarlo a varios Domingo Saldaña de esa época”.
A seguidas de su nota, señala que Domingo Fernández de Castro (Saldaña) se casó con
Leonor Defilló Amiguet, siendo realizado el
matrimonio Civil ante el Oficial Alejandro
Bonilla, en fecha 12 mayo de 1878, teniendo
como testigos a Pedro Delgado, médico, a Miguel
González, y al presbítero Juan Márquez, y que el
matrimonio fue registrado en la Parroquia de La
Catedral o en la 1ra. Circunscripción, S.D.,
(A.G.N., E-157, años 1874-1880, No. 9).
En investigaciones personales que hemos
realizado ante diferentes fuentes nacionales e
internacionales, particularmente de aquellas en
que pudiera encontrarse algún registro objetivo y
de elevada calidad sobre el padre biológico de
Domingo Fernández de Castro que llevara el
apellido SALDAÑA, sólo en el Archivo General
de la Arquidiócesis, Arzobispado de Santo
Domingo, pudimos encontrar algunas notas al
respecto.
Según la certificación original que existe en nuestros archivos, así como sendas copias de
notas marginales escritas en el Libro 10 (1863 – 1878) de Matrimonios, de la Parroquia
La Catedral de Santo Domingo, Folio No. 309, en el mismo NO EXISTE registrado
matrimonio alguno que se hubiera realizado el día 12 de mayo del año 1878 con los
apellidos FERNANDEZ DE CASTRO – DEFILLO, como correspondería a los
contrayentes sino que, por el contrario, aparece como SALDAÑA CON DEFILLO, es
decir, para DOMINGO SALDAÑA como el novio y LEONOR DEFILLO AMIGUET
como la deposada.
En el cuerpo del texto de la Certificación, se consigna que el matrimonio fue celebrado
por el Presbítero Pedro Tomás de Mena y Portes, Canónigo y Cura Rector del Sagrario
Catedral, “previa las moniciones nupciales y requisitos que previene el Santo Concilio de
Trento”, quien los desposó por “palabra de presente que hicieron verdadero y válido el
matrimonio” entre DOMINGO FERNANDEZ DE CASTRO, hijo natural de
Clemencia de Castro, con LEONOR DEFILLO, siendo testigos Marcelino Borbón y
J. María Troncoso.
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29
En la revisión exhaustiva del citado documento arquidiocesano se aprecia, como hemos
señalado, que en el Índice de Matrimonios correspondiente a los años 1863 al 1878 sólo
aparece el registro de SALDAÑA CON DEFILLO para el día 12 de mayo de 1878; que
en el espacio del acta original correspondiente al apellido Saldaña referido a Domingo,
se sobre escribió el de FERNANDEZ DE CASTRO y que, finalmente, se produjeron
ambigüedades al señalar la condición filial de Domingo.
Por tales razones, en una primera nota manuscrita perfectamente legible en el margen
izquierdo del acta, originalmente asentada en el Libro XIII de Matrimonios de la
Catedral de Santo Domingo, firmada por el Presbítero Mena y Portes, se indica que
“Leonor es hija legítima de José Defilló i Raimunda Amiguet”, aclaración pertinente
en razón de que en el Folio 309 se consignaba de forma errónea o ambigua que el
contrayente era “hijo natural de Clemencia de Castro con LEONOR DEFILLO i
Raimunda Amiguet”.
En una segunda nota manuscrita e igualmente legible en dicho margen izquierdo, se
consigna que “Por decreto de S.S. Ilma. el Señor Arzobispo se han hecho las
enmiendas en el cuerpo de este acto. Son (las enmiendas) Fernández – Castro Raymunda”, estando firmada la misma por Carlos Nouel.
Asumiendo como válida la situación donde el Presbítero Carlos Nouel ejerció la
secretaria durante diferentes etapas y funciones de Monseñor Fernando Arturo de
Meriño, de quien era su amigo y compadre, y de que las principales e importantes
modificaciones debieron realizarse bajo el conocimiento o auspicio de una autoridad
eclesiástica superior, se podría presumir que tanto el decreto arzobispal como las notas
correctivas relacionadas con el matrimonio de Domingo y Leonor, fueron emitido y
autorizadas por Monseñor de Meriño.
De todas maneras, Domingo y Leonor procrearon en Mayagüez, Puerto Rico a Leonor,
Rafael (1878) y Clemencia (1879), y en la Habana Cuba a Antonio (Toñito) y a
Carmen Ana Fernández de Castro Defilló.
Leonor Fernández de Castro Defilló tuvo dos hijos: Celeste y María Fernández de
Castro. Por su parte, Celeste se casó con Joaquín Enrique Alfau Pérez, hijo de Antonio
Alfau Sánchez e Isabel Pérez Díaz, con quien procreó a Enrique Miguel (25 de enero de
1926) y Ana María (2 de enero de 1928) Alfau Fernández de Castro, todos nacidos en
Santo Domingo, Rep. Dominicana.
María Fernández de Castro, nació en Santo Domingo, Rep. Dominicana el 7 de
diciembre de 1860, se matrimonió con Alfredo Francisco Pellerano, hijo de Vicenzo
Pellerano Costa y María Alfau Sánchez, procreando a María del Carmen, nacida en
Santo Domingo, y a Alfredo, ambos Pellerano Fernández de Castro este último nacido
en la Habana, Cuba.
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Enrique Miguel Alfau Fernández de Castro, se caso con Milady Adelaida Batlle
Molina, nacida en La Romana, Rep. Dominicana, el 2 de septiembre de 1924, era hija
de Manuel Batlle Rojas y Graciela Molina Tejera. Procrearon a Enrique Manuel (29
abril 1951), Ana Leonor (15 septiembre 1952) y Felipe Eduardo (8 enero 1960) Alfau
Batlle, todos nacidos en Santo Domingo, Rep. Dominicana.
Ana María Alfau Fernández de Castro, se casó con Máximo Mueses Pérez, nacido en
Monte Plata, Rep. Dominicana, el 30 de mayo de 1930. Procrearon a Máximo Luis
Armando Tomás (29 diciembre 19540) y a Roberto Enrique Teodoro (9 noviembre
1957) Mueses Alfau, todos nacidos en Santo Domingo, Rep. Dominicana.
Alfredo Pellerano Fernández de Castro nació en la Habana, Cuba y se casó con
Mercedes Osorio, procreando a Jorge Pellerano Osorio. Aun residiendo en Cuba,
Alfredo se trasladó a Santo Domingo, donde fue Jefe de Redacción del periódico La
Nación en 1941.
Enrique Manuel Alfau Batlle, nació el 29 de abril del 1951 en Santo Domingo, Rep.
Dominicana. Se casó con Lourdes Elizabeth Lara Ricardo, hija de Oscar Lara y
Lourdes Ricardo Rodríguez, procreando a Laura Alejandra Alfau Lara, quien nació el
17 de enero de 1986 en Santo Domingo, Rep. Dominicana.
Manuel de Jesús Martínez Velázquez (1895 – 1987), el abuelo materno
de Bernardo incluido en esta tercera generación, nació y murió en Santo
Domingo. Fueron sus padres José Martínez, un barbero de la ciudad
intramuros y Carmen Velásquez. Manuel de Jesús dedicó gran parte de
su vida al comercio minorista en la distribución artesanal de café. Laboró
por varios años en el Correo Central de Santo Domingo, donde conoció a
los autores de la letra y música del Himno Nacional Dominicano, Emilio Prud'Homme
y José Reyes, así como en el Teatro la Republicana, donde adquirió peculiares
conocimientos y desmedido amor por la ópera.
Rosalía Ruiz González (1895- 1990), la abuela materna, nació y murió
en Santo Domingo. Fueron sus padres Domingo Ruiz Lapuente, de
origen canario, y la dominicana Rafaela González Peña. Compartió
las actividades del hogar con el ejercicio parcial de la Enfermería,
llegando a supervisar dicho servicio en el entonces Hospital Infantil
bajo la dirección del Dr. Fernando Alberto Defilló (Meriño). En su
vida hogareña se destacó por el amor y la dedicación casi devota por su
nieto Bernardo Augusto, reconociéndose en ella la impronta y
firmeza de carácter que le heredó.
Fernando Arturo de Meriño fue progenitor de varias familias capitaleñas, destacadas en
todos los órdenes de la sociedad dominicana, especialmente en la Medicina, la Política, la
Economía y la Oratoria, entre cuyos descendientes se encuentran las de los apellidos
Logroño, Defilló, Alsina y sus relacionados.
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Con Isabel Logroño, por ejemplo, procreó a Álvaro Logroño (1855-1915) y a Josefa
Logroño. Con María Nicolasa Billini engendró a Ana Rita Abigail Billini (1875–
1887), y con Leonor Defilló Amiguet también procreó a Fernando Alberto Defilló
(1874-1949), los cuales siempre llevaron en su condición de hijos naturales el apellido
de sus respectivas madres.
En un breve recuento biográfico de Fernando Arturo de Meriño Ramírez (1833 1906), tomado de historiadores, así como de reconocidos intelectuales y del destacado
sacerdote e investigador jesuita José Luis Sáez, se puede señalar que en su condición de
sacerdote y político, se destacó como fogoso orador sagrado e incansable luchador por la
Restauración de la República. Defendió la independencia de Santo Domingo y se
desarrolló en el poblado de San Carlos, iniciando sus estudios con el padre Gaspar
Hernández, párroco de dicha villa y guía espiritual de los trinitarios.
En una semblanza de Meriño, recogida de la Obra “Fernando Arturo de Meriño”, suscrita
como Apuntes por el Lic. José Ml. Machado, en fecha 27 de Noviembre de 1960, así
como del opúsculo “Los Próceres Escritores, Fernando Arturo de Meriño” del Dr.
Joaquín Balaguer, se destacan las cualidades del Presbítero en términos de su Oratoria
Política y Sagrada, como Escritor y en función de su Pensamiento.
Consideran que el estilo de su oratoria corresponde a la elocuencia castellana con
tendencia a la estampa clásica, carente de prosas pomposas o de frases altisonantes e
hipérboles desorbitadas. Atribuyen su éxito al uso de símiles provenientes de objetos
familiares, de la antítesis de conceptos, por las contraposiciones de palabras, los
apóstrofes impresionantes relacionados con poderes sobrenaturales, y los contrastes
invocados de orden moral. Asumen que se destacó más como orador político que en la
modalidad religiosa.
En términos del escritor, lo consideran castizo y fluente en la misma proporción en que lo
fue en la tribuna política o en la cátedra sagrada. Aseveran la existencia de una claridad,
equilibrio y pulcritud marcados de su estilo literario, y califican su prosa como una de las
más perfectas de la literatura nacional. Rechazan la presencia en la misma de conceptos
oscuros y, por el contrario, defienden una inusual elevación en las materias que trata en
sus escritos el Padre Meriño.
Discrepan de quienes lo consideran un gran pensador, particularmente en referencia a sus
mejores composiciones catequísticas u oratorias, aún en aquellas en que expone con
acierto los aspectos filosóficos. Ponen como ejemplo el sermón pronunciado el 27 de
febrero de 1867 ante la presencia de Buenaventura Báez en el que, después de anunciar a
su auditorio que iba a “exponer los fundamentos de la vida política y de la concordancia
de esta con el dogma católico”, se circunscribió a desenvolver doctrinas que no se
distinguen del providencialismo.
Genealogia BD v1.01.doc
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En su historial de vida se destacan, por consiguiente, los siguientes hechos generales: en
1833 nace en Antoncí, siendo confirmado en la Catedral. En 1848 ingresó al Seminario
Conciliar y el 24 de abril de 1856 fue ordenado sacerdote a los 23 años de edad. Cantó su
primera misa el 3 de mayo de ese año, y fue asignado a la parroquia de Neyba en el
suroeste del país. De 1857 a 1862 acaecieron en el país varias defunciones y
nombramientos de autoridades eclesiásticas relacionadas con sus funciones sacerdotales
de Meriño y de dirección de la Iglesia.
Durante la revolución dominicana del 1857, por ejemplo, fue apresado y luego libertado
por Pedro Santana. Siendo diputado participó en la redacción de la Constitución
progresista de la época. En 1858 estuvo al frente de la Catedral y del Seminario de la
ciudad de Santo Domingo. El 25 de febrero de 1859, y a sólo tres años de haber sido
ordenado Sacerdote, fue nombrado jefe de la Iglesia católica de la República
Dominicana.
El 27 de febrero de ese año pronunció un enérgico discurso contra el proyecto de
Anexión a España, rompiendo su relación con Pedro Santana. En marzo de 1861 fue
nombrado Administrador Apostólico de la Diócesis de Santo Domingo. Debido a su
actitud contra la ya consumada Anexión, que manifestaba desde el púlpito de una manera
clara y fuerte, fue obligado a abandonar el país. Viajó a naciones del Caribe y Europa
para cumplir compromisos religiosos y políticos.
Al término de tres años de exilio (1865) regresó a la República, asumiendo la presidencia
del Congreso Constituyente. Al ser reelecto presidente Buenaventura Báez, Meriño no
contuvo su consternación y frente al caudillo que vistió el uniforme de Mariscal de
Campo del Ejército Español, pronunció su famoso discurso del 8 de diciembre de 1865,
grave admonición que le hizo volver al exilio por segunda vez.
En este periodo redactó una obra de geografía geopolítica e histórica de la República;
asumió el Arzobispado de Santo Domingo y la Rectoría del Seminario (1866); combatió
con firmeza los gobiernos autocráticos y anexionistas, y gestionó ante la Santa Sede la
concertación y firma de un Concordato.
Establecido en Barcelona, capital del Estado de Anzoátegui en Venezuela, formó parte de
su legislatura, llegando a presidirla. Al iniciarse en 1868 la Guerra de Los Seis Años
contra el gobierno encabezado por Buenaventura Báez, Meriño alentó desde el exilio a
los patriotas e hizo intentos de sumarse a ellos por la frontera del sur dominicano. En
este largo periodo del 8 de enero del 1862 y el 24 de diciembre del 1883, como se
aprecia, participó directamente de la administración eclesial y de graves acontecimientos
políticos nacionales.
En febrero del 1874 nació su hijo Fernando A. Defilló, y al siguiente año 1875 su hija
Ana Rita Abigail Billini. Recibió, asimismo, honores internacionales; participó del
Sínodo Diocesano convocado por Fray Rocco Cocchia. Durante el Gobierno Provisional
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del general Gregorio Luperón, instalado en la ciudad de Puerto Plata (1879), ejerció su
ministerio como párroco, destacándose por sus logros pastorales.
Fue electo y se juramentó como Presidente Constitucional de la República (1880 – 1882),
y siendo presidente restableció las cátedras de Derecho y Medicina en el Instituto
Profesional, instaló la primera Escuela Normal bajo la asesoría de Eugenio María de
Hostos, y ejecutó profundas transformaciones eclesiásticas, institucionales y educativas
del país, así como la reorganización del Instituto Profesional mediante la Ley de Estudios
Profesionales.
En términos políticos, gobernó de manera enérgica y severa frente a los brotes de
insurrección, logrando completar por primera vez en la historia republicana el periodo
presidencial. Su mandato estuvo inspirado en los ideales liberales y republicanos de los
restauradores, mostrando una administración ejemplar que auspició el progreso y el
desarrollo de la nación.
En cuanto a los aspectos generales y predominantemente eclesiásticos, en 1884 fue
designado Administrador Apostólico de la Arquidiócesis de Santo Domingo, mediante el
breve Ecclesiae S. Dominici del Papa León XIII, y en 1885 por el también breve
Apostolatus officium del mismo pontífice, fue designado Arzobispo de Santo Domingo,
concediéndosele el “palio” el 31 de julio de 1885.
De 1886 al 1990 emitió varias cartas pastorales sobre las indulgencias, las prácticas
penitenciales y la esclavitud. En 1887 se casó su primer hijo Alvaro Logroño y murió a
los 12 años de edad su hija Ana Rita Abigail Billini. En 1890 falleció también el tío
carnal de Ana Rita, el Presbítero Francisco Xavier Billini. En 1891 nombró párroco de La
Vega al Canónigo Adolfo A. Nouel, y otorgó las órdenes menores a Rafael C. Castellanos
Martínez. En este mismo año nació su nieto Alvaro Arturo Logroño Cohen.
En 1892 falleció su madre a los 79 años de edad; fundó el Colegio Santo Tomás en el
mismo local del Seminario; realizó la Visita ad Limina al Papa en Roma; estableció
nuevas escuelas en parroquias del interior del país y, entre los años 1895 y 1905, recorrió
la República en visitas pastorales; ordenó nuevos sacerdotes y designó otros en puestos
de dirección; emitió nuevas cartas pastorales, e informó a la Sagrada Congregación del
Concilio, mediante documento escrito de puño y letra por el Canónigo Carlos Nouel, el
estado de la Arquidiócesis.
En 1899 sufrió repentinamente una enfermedad durante su viaje a Roma para la Visita ad
Limita, siendo sustituido en el Concilio por el Canónigo Carlos Nouel, mientras que
acontecían en el país graves hechos políticos que culminaron con la muerte de Ulises
Hereaux Laval y el derrocamiento del General Horacio Vázquez. En 1900 continuó sus
visitas pastorales a las provincias dominicanas, así como la emisión de cartas pastorales
reclamando la práctica piadosa, la concordia, la paz y el desarme nacionales.
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En 1903 los Padres Adolfo Nouel y Apolinar Tejera asistieron a la Asamblea
Constituyente; murió el Papa León XIII; el cardenal Giuseppe Sarto fue electo como
nuevo pontífice con el nombre de Pío X; Meriño ordenó a sus últimos sacerdotes Ángel
Ma. Segura Bello y Melchor Mejía González, y se juramentó como Presidente de la
República el ex sacerdote Carlos Morales Languasco.
El 11 de octubre de 1904 el papa Pío X designó al Canónigo Adolfo Nouel como
Arzobispo de Metymna, con derecho a la sucesión del Arzobispo de Santo Domingo, y el
20 de agosto del 1906 falleció en su residencia de Santo Domingo Fernando Arturo de
Meriño, a los 73 años de edad y veintiuno de episcopado.
En relación con su descendencia, existe suficiente evidencia documental de elevada
calidad para demostrar la condición filial de los hijos del Presbítero Meriño, así como
para explicar con claridad las posiciones divergentes de historiadores y genealogistas
en relación con el tema de sus vástagos. La propia Iglesia dominicana, por ejemplo,
adopta posiciones novedosas y la publicación de los datos y detalles de las descendencias
sacerdotales que en décadas anteriores manejaba con gran hermetismo y absoluta
privacidad, tal como sucedía con los descendientes de Meriño.
En su magnífica obra “Los Documentos Inéditos de Fernando A. de Meriño”, por
ejemplo, publicada por el Archivo General de la Nación, Vol. XXVIII, Santo Domingo,
D.N., 2007, el investigador e historiador eclesial José Luis Sáez, S.J. hace referencia
directa a los hijos y al nieto del Presbítero Meriño, en sus páginas 56, 203, 517, 523 y
524,.
Por su parte, las opiniones de diferentes eruditos sobre la descendencia de Meriño se han
expresado entre la crítica de algunos, particularmente relacionada con la llamada
seducción y las “relaciones maritales no disimuladas” del Presbítero y las que, por el
contrario, lo elevan a categorías humanas excelsas.
En las cincuenta y nueve (59) cartas cursadas entre Meriño y Francisca Amelia De
Marchena Sánchez, conocida por el seudónimo de Amelia Francasci, se aprecia una
relación sentimental construida por ellos como parte de un mundo especial en el que,
particularmente en la quinta (5ta) de ellas que prologa dichos afectos y en la última de
Amelia frente a la muerte del Arzobispo, llena sus vidas de recuerdos y situaciones cuyo
trasfondo significa algo más que una simple amistad.
En las notas preliminares y en el contexto de la citada Quina Carta de la poetisa, por
ejemplo, Amelia describe una de las más intensas crisis emocionales sufridas durante su
vida, con quebrantamiento de todas sus energías vitales y la sensación de considerarse al
borde de la tumba.
Agotada por una gran excitación mental, describe que se sumergió en un sopor profundo,
tras el cual decidió superar su estado anímico mediante lo que imaginó como una
revelación divina que la haría acudir a la religión con el deseo vehemente de
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confesarse y ser aconsejada por “el gran arzobispo de Santo Domingo, el noble, el
admirado, monseñor Fernando Arturo de Meriño”.
Con un estado de exaltación creciente, aguardaba la visita de Monseñor dilatada durante
tres días, sin poder disimular su zozobra y alternando su ánimo entre la ansiedad y el
temor, mientras reposaba en su “habitación particular, recostada en una silla larga,
rodeada de almohadas, como lo hacía habitualmente” desde que se había postrado.
Distraída y abismada en sus pensamientos, miraba sin detallar las flores colocadas en la
sencilla estancia para halagar la vista del ilustre y anhelado visitante.
A media tarde de ese día, el ruido de un coche a la entrada de la casa produjo en la
poetisa fuertes palpitaciones ante el anuncio de la llegada de Monseñor. Sintió que el
corazón se le detenía y un aturdimiento fue seguido de latidos más violentos. Al abrirse la
puerta de la habitación y penetrar en ella “la alta, hermosa e imponente figura de
Monseñor de Meriño”, Amelia Francasci relata que se le paralizaron sus movimientos y
la voz, pudiendo apenas contestar el saludo por sentirse “atraída y al mismo tiempo
temerosa” de él.
En sus comentarios a las Quincuagésima Octava y Quincuagésima Novena cartas de
Monseñor de Meriño, Amelia Francasci presiente la muerte cercana de su confesor y
amigo de toda la vida, invoca al cielo por el sentido desgarrador que advierte en ellas,
se siente destrozada en su interior con la congoja del moribundo, por la pérdida que
se produciría en la comunicación entre sus dos almas, y por la desaparición de “toda
la magnífica virilidad” que ella luchaba por restablecer con la respuesta a sus escritos en
el ánimo, espíritu y cuerpo del septuagenario príncipe de la Iglesia.
La angustia la hacía jadear aquella tarde lluviosa del 20 de agosto del 1906,
exacerbándose su ánimo al escuchar el sonar de las campanas catedralicias y de otras
parroquias que anunciaban la muerte de Meriño. En ese instante, se ahogó su voz,
apreciando en su interior según sus propias palabras la sensación de que “El me quería y
(yo) quería al que se moría. Los latidos de mi corazón se suspendieron, un zumbido
vago lastimó mi oído perturbado: mi lengua enmudeció. ¡Que fue de mi?”, exclamó
Amelia al final de la vida de Meriño y de su libro.
Rechazó las palabras como expresiones del intenso dolor que sintió ante la muerte de
Meriño y, con gran angustia escribió: “Sobre la almohada del lecho, caí anonadada, sin
que para desahogar mi dolor inmenso tuviera yo una lágrima, un sollozo! Lo único que
salió de mi pecho, presa de agonía mortal, fue un gemido sordo, continuo, prolongado!
Gemido que acongojaba al que lo oyera porque era más triste que el estertor de una
verdadera agonía!
Pero donde se recogen y consagran con mayor notoriedad las exaltaciones, el
reconocimiento, las exculpaciones y las indulgencias hacia el Meriño humano,
sentimental e intimo, es en la “Biografía del Padre Meriño”, página 63, de la escritora
doña Abigail Mejía, y en la”Ecclesiae S. Dominici” del Papa León XIII, publicada
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íntegramente en la página 477 de la obra precitada de J.L.Sáez, designándolo
Administrador Apostólico de la Arquidiócesis de Santo Domingo.
Abigail Mejía, en una actitud de admiración extrema por Meriño, afirma en su biografía
que las pasiones sufridas por el sacerdote eran parte de las condiciones propias de los
mortales más poderosos, que la ejercía sin lujuria, hostigado y acosado en su ímpetu de
la sangre por las viejas amigas, como en las “Confesiones” de Santa Mónica, así como
por su “hermosa y viril humanidad, (y) su bellísima presencia” cubierta por el hábito
del cura, debajo del cual “palpitaba un hombre muy entero”.
Estimándolo con especial benevolencia y “absolviéndolo de cualquier tipo de
excomunión, entredicho u otra sentencia eclesiástica, censuras y penas, en que de
cualquier forma o causa hubieses incurrido, por ésta te declaramos absuelto”, le
comunica León XIII a Meriño en el documento. Le encomienda la diócesis “precisamente
por tu singular piedad, laudable virtud, doctrina y prudencia” señala el Papa.
Siendo hijo de Meriño, Álvaro Logroño se casó con la dominicana de origen judíosefardita Alejandrina Isaura Cohén Marchena. En el Acta de
Matrimonio No. 1547, registrada en el Folio 181 bajo el
Número 99, cuya copia existe en nuestros archivos, se deja
constancia de que la Santa Madre Iglesia casó a “Alvaro
Logroño, de treintiun años de edad, soltero, natural y vecino de
esta ciudad, hijo natural de la Sra. Isabel Logroño, con la
señorita Isaura Cohen, de dieciocho años de edad, soltera,…
etc.”
Debe consignarse como dato históricamente curioso, que este
matrimonio fue oficiado por “el Señor Canónigo D. José María
Meriño, Cura de Baní, accidentalmente en esta ciudad”, según
consta en el Acta de referencia, ya que en la historia de Meriño y eclesiástica de la época
se registra que José María Meriño era cura y hermano del Arzobispo Meriño. Tal
accidentalidad “de su presencia” en la ciudad, se pierde al presumirse que fuera invitado
para celebrar la boda de su sobrino Alvaro Logroño.
El licenciado Arturo Logroño Cohén, hijo a su vez de Álvaro Logroño e
Isaura Cohén, nació en Santo Domingo el 12 de septiembre de 1893. Sus
vástagos fueron Rafael Leonidas, Reynaldo de Jesús y Martha Milagros,
todos procreados con la francesa María Antonia Alsace, con quien Arturo
Logroño se casó en 1909.
Para hacer más compleja la genealogía de las familias Logroño, Defilló y Alsina, debe
señalarse que siendo los padres de la esposa de Alvaro Logroño los señores Juan
Agustín Cohen y Emilia de Marchena, así como testigos de su boda Ángel Porcella y
Eugenio de Marchena, es probable que existieran lazos sanguíneos entre los Marchena
y Doña Francisca Amelia De Marchena Sánchez, famosa novelista dominicana bajo el
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pseudónimo de Amelia Francasci, gran admiradora e íntima contertulia de Meriño hasta
su muerte . Entre sus hermanos se cuentan: Eugenio, Dilia, Julia y Emilia de Marchena.
La cuarta generación, corresponde a los bisabuelos de Bernardo, es decir, por la línea
paterna a los padres del Arzobispo Meriño y de Leonor Defilló, y por la línea materna a
los padres de Manuel de Jesús Martínez y de Rosalía Ruíz.
Los padres del Arzobispo fueron Pedro Meriño Marrero, propietario de los hatos del
Ozama en Santo Domingo, y María Bruna Ramírez Viera. La familia contó con diez
(10) hijos: Fernando Arturo (1833), María Rafaela (1836), María Paulina (1838),
Juan Tomás (1841), José María (1843), Valentín (1846), María Jorge (1848), Manuel
José, Nicolasa (1856) y Juan Hilario Meriño Ramírez. Nicolasa su hermana tuvo
cumplió un papel especial en la educación y cuidado de Fernando Arturo.
Los padres de Leonor Defilló Amiguet, bisabuelos
paternos de Bernardo,
fueron Joseph Defilló
Tusquellas (1813 – 1859) nacido en Cataluña, España,
y Raymunda Amiguet Ferrer (1836 – 1872), natural
del Vendrell España. La familia contó con 8 hijos:
Eliseo (1837), José (1838), Luis (1840), Ricardo
(1841), Leonor (1843), Santiago (1849), Pilar (1853)
y Fernando (1857) Defilló Amiguet.
Manuel de Jesús y Rosalía procrearon tres hijas: Rosa Amelia,
Ligia Margarita y Norma Violeta. En la línea materna de esta
cuarta generación de bisabuelos se incluyen los padres de
Manuel de Jesús Martínez Velázquez (Fafú) y de Rosalía
Ruíz González. De Manuel de Jesús fueron sus progenitores
José Martínez y Carmen Velázquez, y de Rosalía eran
Domingo Ruiz Lapuente y Rafaela González Peña.
En la quinta generación, se incluyen en la línea paterna los tatarabuelos, es decir los
bisabuelos del Arzobispo Meriño y de Leonor Defilló, y los de Manuel de Jesús y Rosalía
en la línea materna. En los paternos ignoramos los nombres de los padres de Pedro
Ramírez Marrero, conociéndose que Fernando Ramírez y Vicenta Viera, fueron los
padres de María Bruna Ramírez Viera, madre del Arzobispo y bisabuela de Bernardo.
Entre los tatarabuelos por línea paterna, se cuentan los catalanes Luis Defilló y Rosa
Tusquellas, como progenitores de Joseph Defilló, padre de Leonor y bisabuelo de
Bernardo, y a Joseph Amiguet e Ignes Ferrer como los ascendientes de Raymunda,
también bisabuela de Bernardo y madre de Leonor.
Por la línea materna, es decir los tatarabuelos de Bernardo, se conoce que Leoncio
Ruiz y Rosalía Lapuente Abreu fueron los padres de Domingo Ruiz Lapuente, nacido en
la Gran Canaria, quien fuera el progenitor de la abuela Rosalía y bisabuelo de Bernardo.
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Manuel Lapuente y Petronila Abreu fueron a su vez los padres de Rosalía Lapuente
Abreu. Leoncio y Rosalía procrearon nueve (9) hijos: María Manuela, Pedro, Juan Eloy,
Domingo, Saturnino, Beatríz, Petronila, Leoncio y Plácido Ruíz Lapuente. Se
desconocen los ascendientes de la tercera y cuarta generación de Manuel de Jesús
Martínez Velázquez.
Domingo Ruíz Laponte y Rafaela González Peña procrearon doce (12) hijos: Rosalía,
Emilia, Rafaela, Leonor, Salvador, Alberto, Leoncio, Simeón, Mario, Domingo, Plácido y
Manuel. Domingo el tatarabuelo participó en las luchas por la Restauración de la
República las que culminaron con la separación de España. Su indómito temperamento
canario y profundas convicciones patrióticas, le hicieron rechazar la pensión que le
concedió el Estado Dominicano.
Santo Domingo, República Dominicana.
Versión original el 27 de Febrero del 2008.
Actualización el 30 de junio del 2008.
Investigación y Elaboración:
Dr. Bernardo Augusto Defilló Martínez
Médico Internista y Cardiólogo,
Investigador Médico.
Hijo de:
Dr. Fernando Alberto Defilló (Meriño), y de
Rosa Amelia Martínez Ruíz.
Nieto de:
Monseñor Fernando Arturo Meriño Ramírez, y de
Leonor Defilló Amiguet.
Manuel de Jesús Martínez Velásquez, y de
Rosalía Ruíz González.
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REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS.
-
-
-
Notas Familiares y Autobiográficas del Dr. Bernardo A. Defilló Martínez.
Biografía Fernando A. Defilló, 70 Aniversario del Laboratorio Nacional Dr.
Defilló - SESPAS, por Dr. Bernardo Defilló.
Semblanza de Fernando A. Defilló, Pompilio Brower, Sto. Dgo. 1969.
Fernando Alberto Defilló, Sixto S. Incháustegui, Ciudad Trujillo, 25 de
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Historia Dominicana. Vol. XLIV, Frank Moya Pons, Santo Domingo 1977.
Papeles de Monseñor de Meriño, Emilio Rodríguez Demorizi, Sto. Dgo.1983.
Fernando Arturo de Meriño, OBRAS, Editorial La Nación, 1960.
Rasgos Biográficos de Dominicanos Célebres, José Gabriel García, 1971.
Apuntes y Notas Biográficas, Gerardo Javaris Defilló, Puerto Rico 2003-07.
Descendencias Sacerdotales: Fernando Arturo de Meriño, José I. Guerra
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