Biografía de Manuel Belgrano

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Joaquín Cuadrado 1º “A”
Trabajo sobre:
Manuel Belgrano: Un nombre de paz en tiempos de guerra.
Guía Nº 1
1. Sus Orígenes: Lugar de Nacimiento, Familia y
estudios
2. Como secretario del consulado
3. Su Obra educativa
4. Como periodista
5. Belgrano y la Revolución de mayo
6. Belgrano y la creación de la bandera
7. Belgrano como militar
8. Belgrano en el éxodo jujeño
9. Los días finales de Belgrano
1. Manuel José Joaquín del Sagrado Corazón de Jesús Belgrano Nació el 3 de junio de
1770, en Buenos Aires, Su padre era oriundo de Oneglia, en Liguria, llamado
Domingo Faustino Maria Cayetano Belgrano Peri tenía como apellido primero el de
Peri –que castellanizó luego como Pérez, aunque adoptó luego el apellido Belgrano,
según la tradición porque producía excelente trigo. Su madre María Josefa González
Casero era nacida en la ciudad de Santiago del Estero. Entre 1786 y 1793 estudió
Derecho en la Universidad de Salamanca, donde se graduó con medalla de oro,
dedicando especial atención a la economía política. Fue uno de los próceres más
católicos y gracias a su excelente desempeño en las letras consiguió un permiso
especial del Vaticano para leer y retener algunos textos prohibidos por la Iglesia en
ese tiempo. Allí, por su cuenta, leyó a Rousseau, Diderot, Voltaire, Montesquieu;
siguió los acontecimientos de la Revolución Francesa de 1789.
2. Durante su labor como Secretario, fundó la Escuela de Náutica y la Academia de
Geometría y Dibujo. Belgrano, a través del Consulado, también abogó por la creación
de la Escuela de Comercio y la de Arquitectura y Perspectiva. Belgrano es, sin duda,
uno de los próceres que más énfasis puso en impulsar la educación (Este tema se
desarrolla más adelante en este artículo, en la sección Manuel Belgrano y la
educación). Vio de este modo la oportunidad de materializar distintas ideas surgidas
para el desarrollo de su país. Sus memorias anuales constituyen un registro de los
diversos proyectos propuestos para el fomento de la agricultura y del comercio, la
introducción de nuevas industrias, la construcción de nuevos caminos y el
remozamiento de los antiguos, la mejora de las condiciones para la navegación y el
establecimiento de escuelas. Convencido de que todo ello no podría ser posible
mientras continuara la dependencia respecto del gobierno español, abrazó la causa
de quienes defendían la independencia.
3. Manuel Belgrano fue uno de los próceres argentinos que más énfasis puso en impulsar la
educación. Durante su estadía en España había elaborado un plan de acción, que en total
abarcaba seis puntos. Uno de ellos estaba dedicado a la educación:
Política de educación
"Antiguamente se halló en la política la máxima siguiente: Es bueno, mantener la
gran masa del pueblo en la ignorancia, idea que aunque no fuera indigna del hombre,
se opone directamente al verdadero interés del Soberano. (...)
Ése es uno de los objetivos más importantes del gobierno. Vasallos dichosos y
Soberano poderoso, son los resultados del estado actual de las escuelas públicas, y
de la educación lugareña, que después de mil ensayos, se han establecido en varias
provincias de Alemania, Suecia, Inglaterra, etc.
Por este medio se logran en la gran masa de una nación costumbres sanas." 2
Al regresar de España con una sólida preparación en materia económica, mostró en su
accionar la influencia que en él habían ejercido las nuevas ideas. Ya como Secretario del
Consulado, y por una real orden de erección de dicha institución (1794), tenía la obligación
de presentar anualmente una memoria al cuerpo relatando las actividades realizadas. Sin
embargo Belgrano las redacta puntualizando más lo que debiera hacerse que relatando lo
efectuado. De esta manera alertaba a las autoridades sobre las necesidades de la colonia,
adoctrinaba a sus paisanos y no despertaba sospechas de las autoridades.
En la primera memoria consular (1796), propone la creación de siete tipos de
establecimientos educativos, a saber:
Una Escuela de Comercio
La Escuela de Náutica (creada en 1799)
La Academia de Geometría y Dibujo (creada en 1799)
Escuelas agrícolas
Escuelas de hilanzas de lana y de algodón
Enseñanza primaria, gratuita y obligatoria en todo el reino
Escuelas para mujeres
En la primera memoria, fundamenta sus propuestas y su relevancia económica de muchas
maneras:
Una de las causas a que atribuyo el poco producto de las tierra y el ningún
adelantamiento del labrador (...) [es] porque no se mira a la agricultura como un arte que
tenga
necesidad
de
estudio,
de
reflexiones
o
de
reglas
No se crea que es ajeno al ministerio eclesiástico el instruir y comunicar las luces sobre
el cultivo de las tierras, artes, comercio, etc., pues el mejor medio de socorrer la
mendicidad
y
miseria
es
prevenirla
y
atenderla
en
su
origen.
¿Cómo, pues, la pondremos [a la industria] en este estado [de riqueza]? Con unos
buenos principios (...) Los buenos principios los adquirirá el artista en una escuela de
dibujo
que,
sin
duda,
es
el
alma
de
las
artes.
A estas infelices (por los pobres) gentes que, acostumbradas a vivir en la ociosidad,
como llevo expuesto, desde niños, les es muy penoso el trabajo en la edad adulta y [son]
o resultan unos salteadores o mendigos; estados seguramente deplorables, que podían
cortarse si se les diese auxilio desde la infancia, proporcionándoles una regular
educación, que es el principio de donde resultan ya lo bienes ya los males de la
sociedad.
Uno de los principales medios que deben aceptar a este fin, son las escuelas gratuitas,
donde pudiesen los infelices, [es decir, los pobres] mandar a sus hijos sin tener que
pagar cosa alguna por su instrucción: allí se les podría dictar buenas máximas e
inspirarles amor al trabajo, pues un pueblo donde no reine éste, decae el comercio y
toma lugar la miseria; las artes que producen abundancia que las multiplica después en
recompensa, decaen; y todo, en una palabra, desaparece, cuando se abandona la
industria,
porque
se
cree
no
es
de
utilidad
alguna.
Igualmente se deben poner escuelas gratuitas para las niñas, donde se les enseñase
doctrina cristiana, a leer, escribir, coser, bordar, etc., y principalmente, inspirándoles
amor
al
trabajo,
para
separarlas
de
la
ociosidad.
La ciencia del comercio no se reduce a comprar por diez y vender por veinte, sus
principios son más dignos. (...) Sea el primero [de los medios de fomento del comercio],
una
escuela
titulada
de
comercio.
Es forzoso se ponga igualmente, como medio de la protección del comercio, una escuela
de náutica, sin cuyos principios nadie pudiese ser patrón de lancha en este río. (...) La
utilidad y ventaja que proporcionará este establecimiento, aun para los que no quieren
seguir la carrera de la navegación, no será bien ponderada jamás, ni yo puedo hacerla
ver claramente.
En total, dedica tres memorias exclusivamente a fomentar la educación técnica, que son las
siguientes:
16 de junio de 1800. "Utilidad, necesidad y medios de erigir un Aula de Comercio
en general, donde se enseñe metódicamente y por Maestría, la ciencia del
Comercio en todos sus ramos". Hasta la fecha, esta memoria no ha podido ser
hallada.
14 de junio de 1802. "Establecimiento de fábricas de curtiembre". Ya hemos visto
que en esta memoria la clave está en traer de Europa a maestros curtidores, o en
enviar seis estudiantes a capacitarse en dicho oficio.
16 de junio de 1806. "Fomento de la Agricultura en Establecimientos de Sociedad
y Escuelas de su enseñanza". En esta memoria, que ha llegado a nuestros días,
Belgrano hace una defensa de la enseñanza de las Matemáticas, en todos los
ramos del saber, mostrando su relación con la del progreso de las maquinarias y
ligando el de la agricultura al de éstas.
Debido a la importancia que asignaba a la educación es que se ocupa de ésta sea impartida
del modo que él considera es el más adecuado y eficiente. Limita los castigos corporales
que, en esa época, representaban un hábito muy arraigado en la sociedad. Elimina, en gran
medida, la humillación pública del alumno incorregible, por considerar que era
contraproducente e innecesaria ocupa también de señalar cómo debía ser la selección de
los maestros, y de describir cuáles debían ser sus características principales. Los alumnos
sólo tenían una oportunidad de recibir educación, y ésta debía ser la mejor disponible. La
opinión de Belgrano al respecto es contundente, tanto cuando se refiere a la educación
primaria como a la técnica o terciaria:
En relación a la educación primaria
"Si por desgracia una sola de éstas [, las maestras,] hay que sea de malas
costumbres, ¿es dable hacer el cálculo de los males que pueden resultar a la
sociedad? Porque desengañémoslos, el ejemplo... Si, el ejemplo es el maestro más
sabio para la formación de las buenas costumbres."6
En relación a la educación terciaria o técnica
"Una especulación mal hecha puede traer consecuencias muy funestas al comercio
de una provincia y de toda una nación. (...) ¡Qué de perjuicios para un país agricultor
y comerciante! ¿Y qué modo de prevenirlos? La extensión de conocimientos, (...) que
ni el labrador ni el comerciante ni el artista ignoren lo que les corresponde..."
4. Además de su actividad en el Consulado, en 1801 Belgrano dirigió Correo de
comercio, el tercer periódico que se edito en el Río de la Plata y también colaboro en
la fundación del primer periódico de Buenos Aires: El telégrafo Mercantil. En sus
paginas podían leerse desde artículos políticos y económicos hasta versos picaros y
subidos de tono. Cuidando de no irritar al virrey Cisneros, aunque sin dejar pasar la
oportunidad de sus verdaderas convicciones y la necesidad de un cambien en la
colonia. El virrey Del Pino tomo esto último como pretexto para cerrar el periódico,
arguyendo que era inmoral.
5. Fue uno de los principales fogoneros de la Revolución de mayo. Participo del
Cabildo del 22, de las entrevistas con el virrey Cisneros y luego fue elegido para
integrar, como vocal, la Primera Junta. Ya designado vocal, Belgrano cumplió
diversas tareas. Una de ellas fue la redacción del Plan de Operaciones, un
documento secreto que señalaba los pasos futuros a dar para que quedase
asegurado el camino hacia la independencia. En todo momento dio muestras de su
dedicación al trabajo y austeridad. In solo ejemplo basta para demostrarlo: fue uno de
los tres miembros de la junta que rehusaron cobrar un sueldo alguno por su función.
Los otros dos fueron los españoles Juan Larrea y Domingo Matheu. Una de las
primeras medidas que impulso en la junta fue la creación de la Academia de
Matemáticas, que comenzó a funcionar en el edificio del consulado y tenia por objeto
instruir a los militares. Por supuesto, Belgrano fue designado como su protector.
6. En 1811 las tropas a las órdenes de Manuel Belgrano comienzan a utilizar una
escarapela bicolor azul-celeste y blanco. Los colores de la escarapela no copiaron
exactamente a los de la Sociedad Patróica, sino que los invirtieron: blanco y celeste. De allí
que es muy probable que en la primera bandera creada por Belgrano el color blanco haya
sido el dominante. El mismo Belgrano expresó en un informe oficial que no usaba el rojo
"para evitar confusiones" ya que los ejércitos "realistas" (es decir los españoles y sus
aliados) usaban ese color. Eso demuestra que el uso del rojo era bastante común entre los
patriotas, así como se usaba en Paraguay, y en general en los movimientos de relación con
la revolución, inspirados en la tricolor. Entre 1812 y 1813, Manuel Belgrano usó varios
diseños de banderas, no quedando definitivamente establecido cuál fue su primer diseño.
Pero siempre tenían dos colores: Blanco y azul-celeste. En cuanto a las dos franjas celestes,
cabe aclarar que Manuel Belgrano las propuso, al igual que para la escarapela argentina
(azul celeste), de un color azul próximo al turquesa; pero como en la Argentina de entonces
—o Provincias Unidas de Sud América, o Provincias Unidas del Río de la Plata— era
bastante difícil encontrar paños de color azul celeste o turquesa se optó por utilizar
provisionalmente el color azul o el color celeste. El celeste era el color de la virgen, del que
Belgrano era devoto, así como también era combinado con el blanco, el color de la casa de
Borbón. El 27 de febrero de 1812 Belgrano establece un par de baterías de artillería
llamadas Libertad e Independencia en ambas orillas del río Paraná, próximas a la entonces
pequeña población conocida como Villa de El Rosario (la actual ciudad de Rosario), en esa
misma fecha, hacia las 18:30, y en solemne ceremonia Belgrano dispone que sea por vez
primera enarbolada la bandera de su creación. Hay que recordar que no hubo una "Jura a la
Bandera", sino una "Jura" al Congreso Constituyente del Año XIII. Y que el Gobierno
Nacional por entonces desautorizó al General Belgrano a utilizarla, por razones de política
internacional. El triunvirato, enterado de lo que había hecho el jefe militar, lo desautorizo por
haber enarbolado una bandera diferente a la española. Pero la carta con la recriminación no
llego a manos de Belgrano, porque este se había puesto en marcha hacia el norte para
hacerse cargo del Alto Perú. Todavía no hay certeza sobre como era exactamente la
bandera de Belgrano, cual era el color dominante y cuantas franjas tenia. Se acepta como lo
más probable que el pabellón izado en Rosario tenia dos franjas, una blanca y otra celeste.
7. La expedición al paraguay. Aunque no era militar profesional, fue nombrado general
al mando del ejército libertador del Paraguay. Dice al respecto en su autobiografía: "Me
hallaba de vocal de la Junta Provisoria cuando en el mes de agosto de 1810, se determinó
mandar una expedición al Paraguay. La Junta puso las miras en mí para mandarme con la
expedición auxiliadora, como representante y general en jefe de ella; admití porque no se
creyese que repugnaba los riesgos, que sólo quería disfrutar de la Capital, y también porque
entreveía una semilla de desunión entre los vocales mismos, que yo no podía atajar, y
deseaba hallarme en un servicio activo, sin embargo de que mis conocimientos militares
eran muy cortos". Al mando de este escasísimo y novato ejército, en el cual hicieron sus
primeras armas los asuncenos José Espínola, Narciso Flores, Félix Bogado y José Machain,
logró liberar la Mesopotámica argentina, fundando las actuales ciudades de Curuzú Cuatiá y
Mandisovy (actual Federación) como antemurales contra las invasiones brasileñas, pero
resultó derrotado por los realistas en Paraguarí y Tacuarí. Estas derrotas, en 1811,
significaron un revés para el intento de mantener a Paraguay unido a Argentina, aunque
logró influir efectiva y eficazmente en la emancipación de dicho territorio, a tal punto que en
1812 firmó con el nuevo estado un tratado de Confederación, que no pudo concretarse
entonces. Es en esa época que redacta los "Reglamentos para las provincias de Misiones",
cuerpo legislativo que es precedente para la Constitución Nacional argentina. Después del
fracaso de la expedición al Paraguay, la Junta de Buenos Aires le inició una causa el 6 de
junio de 1811, aunque no había un cargo concreto hacia él, sino una "petición del pueblo"
para que se hiciesen los cargos a que hubiese lugar. Se convocó entonces tanto al pueblo
de Buenos Aires como a la milicia de la Banda Oriental para que declararan contra el
general. Sin embargo, no solo nadie se presentó, si no que los oficiales que actuaron en la
campaña al Paraguay manifestaron en un documento no tener quejas y defendieron su
sacrificio patriótico y heroico valor. El tribunal llamó a declarar a algunos militares, quienes
manifestaron la conducta de Belgrano fue intachable. Finalmente el gobierno resolvió el 9 de
agosto de 1811 absolverlo y emitir el veredicto en la “Gazeta de Buenos Ayres”. La
Banda Oriental. A su regresó de Tacuarí, Belgrano se entero de levantamiento popular
ocurrido en esta provincia y decidió dirigirse con sus tropas para apoyar a los revolucionarios
que se habían rebelado contra el poder español. El 9 de abril de 1811 llegó al arroyo de la
china (actualmente concepción de Uruguay) de instaló su campamento. En forma inmediata
convoco a los jefes de la revuelta para planificar las próximas acciones. No tardo en darse
cuenta del gran ascendiente que tenia entre los orientales José Artigas y lo nombro su
segundo, encargándole que concentrara todas las fuerzas rebeldes. Artigas logro su
cometido y consiguió sublevar a todo el interior de la banda: los españoles apenas
controlaban Montevideo y Colonia. Belgrano cruzo entonces el rió Uruguay con sus tropas e
instaló su cuartel en Mercedes, mientras Artigas vencía a los realistas en las Piedras el 18
de mayo de 1811 y ponía sitio a Montevideo. El jefe porteño, sin embargo, no pudo seguir
participando de la acción porque fue destituido del mando y reemplazado por José Rondeau.
¿Qué había sucedido? La noche del 5 y 6 de abril hubo un levantamiento en Buenos Aires
que desalojó a todos los miembros morenistas de la junta grande. Los triunfadores exigieron
la destitución de Belgrano, quien de ese modo debió abandonar la Banda Oriental si
proseguir la lucha. Luego de ser destituido y ya de regreso a Buenos Aires, Belgrano fue
juzgado por su desempeño en la Expedición al Paraguay. El primer triunvirato, no
encontrando mérito para condenarlo, lo exoneró de culpa y cargo. El 13 de noviembre se le
volvió a dar mando de tropa, nombrándoselo coronel del Regimiento de Patricios.
8. El 23 de agosto de 1812 el pueblo de Jujuy se movilizó en forma masiva hacia Tucumán
por orden de Belgrano. Pocas horas después de la partida llegaron las tropas realistas.
Belgrano acababa de recibir un ejército --- el del Alto Perú--- desalentado, mal equipado y en
derrota. Lo mas recomendable rea retroceder, recomponer sus filas, sumarles nuevos
soldados y retemplar el ánimo. No arriesgarlo en una nueva batalla. Ésas fueron las razones
que motivaron el éxodo ante la inminente llegada de los realistas. El triunvirato quería que la
multitud continuara su marcha hasta Córdoba, pero Belgrano consideró muy peligroso dejar
que las tropas virreinales se internaran tan profundamente en el territorio. La extrema
medida tomada por Belgrano su cumplimentó con otra no menos severa: no dejar Jujuy
nada que sirviera al enemigo. La columna se movilizó a lomo de mula, caballo, en carretas o
a pie, según las disponibilidades de cada familia. La vanguardia realista atacó la retaguardia
de la columna ---que era custodiada por soldados --- el 3 de septiembre de 1812, a orillas del
rió del mismo nombre. Para sorpresa de los que defendían la causa del rey, fueron
rechazados por los patriotas. Esa victoria retempló el ánimo de los patriotas. Además del
gran inconveniente que significaba marchar a pie tanta distancia, el desplazamiento de los
hombres, mujeres y niños de Jujuy se complico por las condiciones climáticas: el frió y la
ventisca invernales acompañaron todo el tiempo a la caravana.
9. El 20 de junio de 1820 las 7 de la mañana, dolorido y con las piernas por
hidropesía, Manuel Belgrano murió en buenos aires en la misma casa en donde
había nacido. El 10 de septiembre de 1819 se había despedido para siempre de la
jefatura del ejercito del norte con estas palabras: “me es sensible separarme de
vuestra compañía, porque estoy persuadido de que la muerte me será menos
dolorosa, auxiliado de vosotros, recibiendo a los últimos adioses de la amistad. Pero
es preciso vencer a los males, y volver a vencer con vosotros a los enemigos de la
patria que por todas partes nos amenazan”. Desde entonces y hasta su fallecimiento,
su salud no dejó de agravarse un solo día, a la par que la falta de recursos
económicos incrementaba su angustia. El continuo agravamiento de su estado lo
obligó a solicitar al gobierno de Buenos Aires el abono de haberes adecuados. Un
mes después el nuevo mandatario, Ildefonso Ramos Mejía, le hizo llegar una suma
de dinero. Y poco más tarde, los diputados consiguieron que se le hiciese una nueva
remesa. Un día antes de morir y deseando cumplir con todos los que lo habían
ayudado, entregó su reloj de oro al doctor Joseph Redhead expresando: “es todo
cuanto tengo que dar a este hombre bueno y generoso”. Según algunos testigos de
su fallecimiento antes de expirar habría dicho: “!ay, patria mía!”. Por falta de recursos
su lapida fue hecha con mármol de la cómoda de su mobiliario. El vencedor de Salta
y Tucumán fue enterrado humildemente en el atrio del convento de Santo Domingo.
Ocho días después se realizaron los funerales, casi en secreto, ante la indiferencia
de su ciudad nativa.
Manuel Belgrano
Belgrano y la bandera Argentina
Belgrano en una de sus batallas
Manuela La hija de Belgrano
Mausoleo de Belgrano
Belgrano entregándole el bastón a la virgen
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