IGLESIA CRISTIANA MEGA ZOE ESTUDIO BÍBLICO #565

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IGLESIA CRISTIANA MEGA ZOE
ESTUDIO BÍBLICO #565 - IGLESIA EN LAS CASAS
PASTORA EDITH CRUZ
SEMANA DEL 4 @ 10 DE NOVIEMBRE DE 2008
Tema: “Las Pruebas Son Las Que Me Van A Enseñar y a Limpiar Del Mal” Job 9:1-17
Job era un hombre amador de la perfección con Dios, era justo y temeroso. Era alguien que cumplía con
todo, vivió conforme a lo que Dios quería para él, pero le llegó el día de la gran prueba feroz que le arrancó
todo lo que tenía. Nosotros siempre esperamos el bienestar porque de Dios viene , pero nos llega el día de la
prueba y a Job le llegó ese día. No había en él ninguna razón por la que se le pudiese decir que eran los juicios
de Dios sobre él, como necesarios para destruir su mal. Porque de la misma boca de Dios salió que era un varón
perfecto, temeroso de Dios y apartado del mal. Dios conoce la intención de todos, del diablo, de cada hecho
nuestro y sabía por lo que el diablo se presentaría delante de él. Job estaba completamente ajeno a lo que le
tocaba vivir en aquel terrible momento de prueba. Satanás incitó a Dios para probar la fe y fidelidad de Job y
Dios se lo permitió. A veces cuando estamos en pruebas tratamos de buscar la causa de éstas. A Job se le quitó
todo, su ganado, sus hijos y también le vino su enfermedad, la cual no se la envió Dios sino el diablo. Su
cuerpo estaba siendo destruído completamente por una sarna maligna que le cubría desde la planta del pie hasta
la coronilla de la cabeza. Job 2: 7 Había comenzado sobre él su grande aflicción. En las aflicciones, el gran
porciento de la gente sale corriendo y molesto con Dios. Lo que habla de lo que hay en nosotros es la
concupiscencia, el deseo desordenado, la inclinación pecaminosa que está metida dentro del hombre y eso es lo
que sale de su boca. Solo con la ayuda del Espíritu Santo es que podemos vencer nuestra concupiscencia.
Cuando estamos en las pruebas no las entendemos ni tampoco su propósito. Lo menos que nuestra
mente está preparada es para recibir y pasar las pruebas. No entendemos que son las pruebas las que nos van a
enseñar o a limpiar del mal, porque nuestro pensamiento es vivir como justos. Pero, hay que tener en cuenta
que lo que está en el pensamiento de Satanás es lanzar sus ataques buscando la forma cómo destruirnos día tras
día, constantemente. Dios ha tenido muchas justificadas razones para eliminarnos de su reino, porque nosotros
le hemos dado en ocasiones esos motivos, pero el Señor no lo hace sino que recibimos de Él su gran
misericordia. ¡Gloria a Dios! ¿Cómo se justificará el hombre delante de Dios? Esta es la gran pregunta que se
hacen los hombres a raíz de la experiencia de Job. Pero, Job logró entender claramente la pecaminosidad del
hombre y la pecaminosidad suya. La condición del hombre es una tendencia al pecado y si Dios no tratara con
nosotros como lo hace, sino que hiciera como merecen nuestros pecados, entonces ¡qué sería de nosoros! Lo
menos que debemos hacer es contender con el Hacedor. Porque cuando lo hacemos lo llevamos todo a perder.
Dios es el que tiene todo el derecho sobre nosotros, sus criaturas y lo que debemos pedirle a Él es misercordia.
Es ridículo contender con Dios, porque no le podríamos responder ni una entre mil preguntas que nos hiciera,
tal como le sucedió a Job cuando fue confrontado por el Omnipotente.
En Job Caps. 38 y 39 podemos leer que Dios tiene control de todo. Entonces, ¿de qué tememos?, ¿qué
nos preocupa? Dios sí que nos puede acusar de mil ofensas y nosotros no podemos responderle para acusarlo a
Él. Ni mucho menos acusarle de una sola ofensa porque Él nunca las ha hecho. Él es el soberano, sabio y
todopoderoso, Dios justo y perfecto. Como el Señor lo controla y cuida todo así mismo cuidará de nuestras
vidas. Entendamos que contender con Dios es un grave error. De la contienda no se saca ningún provecho sino
malestar, amargura y odio. Dios es sabio de corazón y poderoso en fuerza. Por eso, nosotros no podemos
responderle a nada. Dios tiene su ley, sus reglas. Es imposible luchar contra Él.
El diablo lo que queria era que Job maldijera a Dios y le quitara todo la honra, pero le dio toda la honra
a Dios y lo puso en alto. La amargura enferma nuestro cuerpo cuando nos endurecemos contra Dios y viene
mucho mal. Al hombre lleno de ira contra Dios le va muy mal, porque en el día malo, ¿a quien le orará? Y en el
momento de la muerte, ¿qué hará cuando los demonios vengan a llevarle al infierno? Porque ya Jehová no será
su escudo, todo lo ha perdido. Dios es el creador, dependemos de Él para todo. A Dios nadie puede pedirle
cuentas o resistirle. Entendamos, que por su inmenso amor todo lo que Dios hace es para bien de nuestras vidas.
Romanos 8:28 A los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien. Mejor entendamos esto y
callemos. A veces, las cosas que nos suceden no se entienden, pero para nuestro bien han sido. Satanás pide
para zarandearnos, pero el detalle importante es, cuánto resistamos y cómo conservemos nuestro corazón. Job
en su desespero por tener el favor de Dios lo único que pudo hacer fue suspirar delante de Dios. Y así somos
nosotros, porque de Él es nuestro favor. Aun cuando busquemos palabras bien escogidas no podemos
justificarnos delante de Dios. Será dicho por nosotros mismos con nuestros actos, con la forma en que vivimos,
quienes somos. No es con nuestra boca que hablamos lo que queremos que la gente escuche, porque en verdad
el momento difícil es el que dice lo que somos. Job estaba siendo azotado sin causa por la maldad del diablo.
Antes de toda esta prueba Job estaba excesivamente cómodo, bendecido y cercado por Dios. Para Dios
era un hombre perfecto, íntegro, apartado del mal. Job desconocía lo que el diablo estaba haciendo en contra
suya y pensaba que era Dios. A veces, aunque se puedan ver las contestaciones de las oraciones no las vemos,
porque nuestra alma está muy turbada. Job tenía en su cuerpo una gran tempestad y se turbó por ello. Él no era
un pecador y fue atacado sin causa. Pero, al final pudo entender mucho sobre sí mismo y sobre su Dios.
Aprendió que la ayuda se debe esperar de Dios. Aprendamos esta gran lección para nuestra vidas y
permanezcamos siempre fieles a quien creemos y amamos, a nuestro maravilloso Dios. Amén.
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