Reales Decretos, 30 de diciembre de 1978

SABERES
Revista de estudios jurídicos, económicos y sociales
VOLUMEN 14 ~ AÑO 2016
Separata
REALES DECRETOS JUSTIFICANTE DEL RECONOCIMIENTO O LA
CONCESIÓN DE DIGNIDADES CON ANTIGÜEDAD DEL 30 DE
DICIEMBRE DE 1978
Rodolfo Orantos Martín
U N IV E R S ID A D A L F O N S O X E L S AB IO
Facu ltad de Estudios Socia les
Villanueva de la Cañada
© Rodolfo Orantos Martín
© Universidad Alfonso X el Sabio
Avda. de la Universidad,1
28691 Villanueva de la Cañada (Madrid, España)
Saberes, vol. 14, 2016
ISSN: 1695-6311
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1.- Introducción
En el marco del siglo XXI y en el espacio de un sistema constitucional de
monarquía parlamentaria, tras casi cuarenta años de democracia algunos
aspectos relacionados con los honores, reconocimientos y dignidades deben ser
actualizados con rigor histórico y objetividad, especialmente algunos celebrados
en tiempo, pasado, los de nuestro tiempo y dejar resuelta la cuestión para el
futuro.
El Derecho Premial o Derecho Nobiliario sigue vigente en el Reino de España, en
aquellas familias que descienden de un primero titulado, reconocido en honores y
dignidades por un mérito, conforme a los criterios de la época, que se van
adaptado con los tiempos a nuevas sensibilidades y oportunidades de
reconocimiento social. La cuestión es, dejando prejuicios subjetivos o
posicionamientos ideológicos no científicos al respecto, que algunos de esos
reconocimientos, en determinados momentos del siglo XX, son de difícil encaje en
nuestro sistema de valores constitucionales, precisamente por haberse opuesto,
de forma directa o indirecta, mediante colaboración o participación, los que
recibieron los mismos a esos valores, que en esencia no han cambiado en este
largo periodo de tiempo y de produce así una paradoja histórica y administrativa, al
reconocerse legalmente el premio por un orden jurídico y social a quienes se
opusieron a ese orden.
El problema es distinto del resto de dignidades, que son una tradición española
que data desde los tiempos en que el Imperio Romano y que se han ido quedando
en el marco de la historia, en referencias a méritos pasados, conforme a criterios
de su época y sin referencia en el marco de convivencia actual (salvo que nos
encontrásemos en una situación de guerra y se pongan en valor obligado los
méritos del combatiente por su país y por las ideas que conforman su
ordenamiento, establecidas en la Constitución y representadas por Su Majestad el
Rey. Estás otras dignidades siguen enmarcadas en un posicionamiento socio
político actual: la confrontación entre el ideal de las democracias representativas
occidentales y los movimientos populares totalitarios, llámense fascismo,
comunismo o nacionalsocialismo, con fórmulas de privación de libertades
individuales y de pensamiento en distintos grados de intensidad.
Dicho todo lo anterior tenemos que referencias que estamos ante un
sistema de dignidades hereditarias, títulos de nobleza, que a diferencia de
las condecoraciones, que dan nobleza vitalicia, se suceden en el tiempo,
pues las segundas se agotan con su poseedor y su momento vital, frente a
las primeras que tienen continuidad. Es por lo que no es posible actuar
frente a las condecoraciones, salvo que se mantenga un revisionismo de la
historia y de las personas que carece de rigor científico, y si respecto a los
segundos, los títulos, que otorgados en un sistema político determinado, se
son perpetuos en otro radicalmente distinto.
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Las medallas, diplomas, cruces, nombramientos de hijos de honor o
adoptivos, doctorados honoris causa y demás reconocimientos similares se
agotaron al fallecimiento de los agraciados y no persisten en la actualidad,
salvo en la historia, por lo que, como hemos dicho, el revisionismo de los
mismos es inconsistente desde cualquier punto de vista objetivo y
académico.
Podría decirse que los títulos, despojados de todo privilegio y quedando
sólo como una extensión de del apellido, en este nuevo concepto de
nobleza en vigor en el siglo XXI en nada suponen un problema para la
sociedad actual, no podemos compartir esa opinión, ni aun cuando sus
actuales poseedores tengan una trayectoria personal acorde con los
calores constitucionales. Los títulos de nobleza conllevan una obligación
de ejemplaridad social, que en los que han pasado a la historia en su
origen y conforme a los méritos de la época están bien encajados en el
nuevo sistema de valores, pero en los persiste la actualidad no histórica,
por ser su origen relacionado con la oposición a esos valores, el efecto de
ejemplaridad es negativo y aún no teniendo mayor valor que el descrito, es
necesario formular un sistema que permita un correcto encaje en los
principios constitucionales.
Siendo cierto todo lo anterior, el problema es muy parecido a las
controversias en el callejero de nuestras ciudades, donde no se discuten
reconocimientos históricos de los siglos XVII, XVIII o XIX, pero si aquellos
relacionados con el siglo XX, la cuestión se agrava por tener este sistema
de honores en el Derecho Nobiliario del Reino de España, origen en una
decisión graciable de Su Majestad el Rey y generarse la paradoja también
de tener que otorgar un Rey Constitucional de España, cartas de sucesión
en títulos de nobleza, intachables desde el punto de vista legal, pero que
tienen su origen en la ausencia de ese Rey Constitucional del Reino, o
incluso, en mayor asombro si cabe, en gracias de otorgamiento de títulos
españoles realizadas por persona ajena al círculo de la Real Familia, no
siendo posible la equiparación a los títulos concedidos durante la Primera
República, donde ese reconocimiento emanaba de un mandato soberano
del pueblo español, inexistente en los mandatos habidos entre el 13 de
septiembre de 1923 y el 29 de diciembre de 1978, fechas de ausencia,
como hemos dicho, del Rey Constitucional
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Por último se da la paradoja legal que hace posible que estén en vigor los
títulos nobiliarios concedidos en estas épocas o por persona ajena a la
Real Familia y no lo estén los concedidos, en el exilio y como legítimo acto
dinástico, por las Reales Personas que, en distintas ramas y
reclamaciones, podían hacerlo hasta la entrada en vigor de la vigente
Constitución, ocurriendo lo mismo con las distinciones y reconocimientos
otorgados por los Presidentes de la Segunda República en el exilio entre el
1 de abril de 1939 y el 21 de junio de 1977 fecha en la que el último
presidente de la República en el exilio, Excelentísimo e Ilustrísimo Señor
Don José Maldonado González, junto con el Excelentísimo Señor Don
Fernando Valera Aparicio, último presidente de su Consejo de Ministros,
emiten en París la Declaración de la Presidencia y del Gobierno de la
República Española, por la que se procede a la disolución de la misma,
asegurado el proceso constituyente en democracia y libertad.
Se puede así, tras estas reflexiones, dar forma a una norma pública, en
este caso un Real Decreto, que podrá tener incluso desarrollo
reglamentario, que puede servir para la definitiva solución del problema
teniendo en cuenta especialísimas situaciones.
2.- El borrador del Real Decreto revocatorio
Es por tanto lo que sigue una estructura completa, aunque ampliable, con forma
de texto legal, que pretende enmarcar una solución al problema con base a los
anteriores razonamientos, así:
Real Decreto regulador del reconocimiento o la concesión de dignidades
con antigüedad del 30 de diciembre de 1978
El Gobierno, conforme a lo dispuesto en el derecho nobiliario y premial vigente en
el Reino de España tiene la facultad de revocar revocados honores y dignidades y
entre ellos los títulos de nobleza o nobiliarios otorgados o concedidos, incluidos los
propios de la Real Familia, así como las uniones de Grandeza de España y
autorizaciones para uso de títulos ajenos al Reino de España o reconocimiento
como propios del mismo.
El Gobierno entiende que existe una situación extraordinaria cuando estas
dignidades lo fueron en ausencia del Rey Constitucional de España entre el 13 de
septiembre de 1923 y el 29 de diciembre de 1978, e incluso otorgadas por persona
ajena a la Real Familia. Otras mercedes fueron creadas de forma colectiva,
procedimiento completamente ajeno a la legislación, tradición y costumbre del
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Reino, no utilizado ni antes ni después de ese momento o, incluso, creadas en
contraposición a la legalidad vigente, por desconocimiento u olvido de la misma, lo
que no exime de la necesaria rectificación por seguridad y garantía jurídica.
Es por ello que procede su revocación, que se establece en término completo,
excepto en las dignidades que se motivan en periodo de transición constitucional o
en la legitimidad dinástica de la concesión. Tiene su justificación la misma en el
otorgamiento de dignidades en periodo dictatorial, incluso por persona ajena al
círculo de la Real Familia que asumió, legal pero ilegítimamente tal facultad,
siendo los agraciados personas vinculadas a responsabilidades de gobierno,
ejecutivas o legislativas y también diplomáticas o militares, así como municipales y
mancomunales, siempre relacionadas con los gobiernos carentes de legitimación
democrática, conforme a lo dispuesto en la Constitución de 1876 y en la
Constitución de 1931 y en consecuencia en el periodo de ausencia del Rey
Constitucional de España entre 1923 y 1978.
Sin embargo en otros casos fueron concedidos a personalidades destacadas en
su profesión, y actividades o por su contribución al mundo de la ciencia y la
cultura, con completa ausencia de carácter político o vinculación con la forma de
gobierno de la época, o incuso en personas que no participaron en la gestión
política gubernamental citada, pero si en esta actividad en otras periodos legítimos
y constitucionales.
En estos supuestos y en aquellos en los que fueron reconocidos méritos similares
por la Presidencia y el Gobierno de la Segunda República en el exilio, y con el
objeto de mantener el sentido del reconocimiento inicial o de incorporar nuevos
méritos, vinculados con el tránsito al nuevo régimen constitucional de 1978, se
eleva una relación de dignidades nobiliarias y personas a Su Majestad el Rey o se
equiparán condecoraciones y distinciones a los actualmente en vigor.
En su virtud, a propuesta del Ministro de Justicia y, previa deliberación del Consejo
de Ministros
Dispongo
Artículo 1. Revocación de dignidades nobiliarias creadas en contra de Ley
Quedan revocados y sin efecto legal, honorifico y hereditario alguno los actos de
creación y concesión del título de Señor o Señora efectuados desde el 27 de mayo
de 1912 hasta la fecha de publicación y entrada en vigor del presente Real
1
Decreto.
Artículo 2. Revocación de dignidades nobiliarias creadas y concedidas en
ausencia del Rey Constitucional de España.
Quedan revocadas y sin efecto legal, honorífico y hereditario alguno las
dignidades nobiliarias hereditarias, títulos, Grandezas de España, y cualquier otra,
creadas y concedidas en ausencia del Rey Constitucional de España entre el 13
1
Artículo 16 del Real Decreto de 27 de mayo de 1912: Desde la publicación de este
Decreto no se autoriza la conversión del título de Señor en otra dignidad nobiliaria, ni se
concederán nuevos títulos de esta clase, subsistiendo los actuales con el carácter que hoy
tienen, sujetos a iguales preceptos que las restantes distinciones.
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de septiembre de 1923 y el 29 de diciembre de 1978, con las siguientes
excepciones:
- Duque de Maura, con Grandeza de España, concedido por Su Majestad el
Rey Alfonso XIII de Borbón y Austria al Excelentísimo Señor Don Gabriel
Maura y Gamazo, en el periodo transitorio constitucional comprendido
entre el 29 de enero de 1930 y el 14 de abril de 1931.
- Conde de Quiroga Ballesteros concedido por Su Majestad el Rey Alfonso
XIII de Borbón y Austria al Excelentísimo Señor Don Joaquín Quiroga y
Espín, en el periodo transitorio constitucional comprendido entre el 29 de
enero de 1930 y el 14 de abril de 1931.
- Marqués de Kindelán, otorgado, con expresa aprobación de Don Juan de
Borbón y Battenberg, al Excelentísimo Señor Don Alfredo Kindelán y
Duany y todos los por él concedidos en el exilio, entre el 15 de enero de
1941 y el 14 de mayo de 1977.
- Duque del Quintillo, concedido Don Javier de Borbón y Braganza al
Excelentísimo Señor Don Manuel Fal y Conde, y todos los por él
concedidos y también por su hijo Don Carlos Hugo de Borbón y Borbón,
en el exilio, entre el 23 de enero de 1936 y el 29 de diciembre de 1978.
Artículo 3. Creación y concesión de nuevas dignidades nobiliarias hereditarias
Se solicita de Su Majestad el Rey la consideración de la creación y concesión de
los siguientes títulos de nobleza hereditaria como títulos nuevos, aún cuando
concuerde su predicado con otros revocados, todos ellos con antigüedad del 30 de
diciembre de 1978, vigente la actual Constitución, conforme a la siguiente relación
en la que consta con los títulos nobiliarios las Excelentísimas o Ilustrísimas
personas para las que se propone la dignidad, con expresión de su nombre y para
sus apellidos, los sobrenombres de origen patronímico, los renombres de origen
geográfico o la suma del sobrenombre y el renombre que les corresponda:
- Conde de la Bahía de El Abra, en Don Santiago de Ybarra y Churruca, en
reconocimiento de Don Alfonso de Churruca y Calbetón.
- Vizconde del Pago de Almocadén, en Don Manuel Alfonso de Domecq Zurita y González, en reconocimiento de Don Manuel de Domecq y Núñez
de Villavicencio.
- Marqués de Jiménez y Arenas, en Don Manuel Silvela y Jiménez –
Arenas, en reconocimiento de Don Cesar Jiménez y Arenas.
- Conde de Arteche y Villasabo, en Don Julio de Arteche Mosquera, en
reconocimiento de Don Francisco Domingo de Arteche y Villasabo.
- Conde de Baradán de San Millán, en Don Pio García – Escudero y
Márquez, en reconocimiento de Don Pio García – Escudero y Ubago.
- Vizconde de Mercader y Belloch, en Don Pedro de Mercader y Rovira, en
reconocimiento de Don Francisco Javier de Mercader y de Zufia.
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Vizconde de Bosch del Águila, en Don Luis Manuel de Castellví y Suárez –
Rivero, en reconocimiento de Don Pedro Bosch Labrus.
Baronesa de Camporredondo en subrogación del Señorío concedido el 30
de mayo de 1765, a favor de Doña María Josefa de Larrucea y
Samaniego.
Vizconde de Aguilar de La Habana, en Don Florestán Macías Santa María,
en reconocimiento de Don Florestán Aguilar y Rodríguez.
Conde de Cienfuegos y Jovellanos, en Don Alonso Cienfuegos y García,
en reconocimiento de Don Luis Cienfuegos – Jovellanos y Bernaldo de
Quirós.
Conde de Legazpia, en Don Patricio Echevarría y Ezcurdia, en
reconocimiento de Don Pedro Echevarría y Elorza.
Marqués de Eslava de Sangüesa, con Grandeza de España, en Don Luis
Fernando Londaiz y Mencos, en reconocimiento de Doña María Fuencisla
Bernardo de Quirós y Múñoz.
Conde de Barrié de la Maza, en Don José María Arias Mosquera, en
reconocimiento de Don Pedro Barrié de la Maza.
Marqués de Duro de la Felguera, en Doña María del Carmen Velázquez –
Duro y Cardenal, en reconocimiento de Don Pedro Duro y Benito.
Duque de Fernández Miranda y Hevia, en Don Enrique Fernández
Miranda Lozano, en reconocimiento de Don Torcuato Fernández Miranda,
Senador de Real designación en las Cortes Constituyentes.
Conde de Goyeneche y Gamio, en Doña Juana Vázquez de Velasco y de
Goyeneche, en reconocimiento de Doña María Dolores de Goyeneche y
de Silva.
Duquesa de Hernani, con Grandeza de España, en Su Alteza Real Doña
Margarita de Borbón y Borbón, Infanta de España, en reconocimiento de
2
Don Manfredo de Borbón y Bernaldo de Quirós.
Conde de Lacambra del Hierro, en Don Ricardo Monturus y de Carandini,
en reconocimiento de Don Francisco de Paula Lacambra y Lacambra.
Unir la Grandeza de España al Marquesado de Loyola, concedido el 2 de
junio de 1686.
Vizconde de Icaza y Aguirre, en Don Pedro de Icaza y Zabalburu, en
reconocimiento de de Don Pedro de Icaza y Aguirre.
2
El Ducado de Hernani fue autorizado en sucesión mediante Real Decreto de 10 de
noviembre de 1977, época preconstitucional por lo que queda incluido en la relación, desde
Don Manfredo de Borbón y Bernaldo de Quirós a su sobrina Doña Margarita de Borbón y
Borbón, Alteza Real, Infanta de España y hermana del Rey Don Juan Carlos I.
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Condesa de Odiel de Aracena en la persona de Su Alteza Real la Princesa
de Baviera Doña María Cristina Wittelsbach y Mesía, en reconocimiento
3
de Doña María Solange Mesía y Lesspes.
Marqués de Dalmau y Olivart, en Don Gonzalo de Orellana y de Dalmau,
en reconocimiento de Don Ramón María de Dalmau y Olivart.
Conde de Padul de Lecrín, en Don Ramón Pérez de Herrasti y Nárvaez,
en reconocimiento de Don Isidro Pérez de Herrasti y Pérez de Herrasti.
Marquesa de Pardo de Figueroa y de la Serna, en Doña Carmen Barrero e
Hidalgo, en reconocimiento de Doña Josefa Pardo de Figueroa y de la
Serna.
Marqués de Gómez y Pelayo, en Don Jorge González – Mora y de
Sandoval, en reconocimiento de Doña María Luisa Gómez y Pelayo.
Duque de Primo de Rivera y Urquijo, con Grandeza de España, en Don
Miguel Primo de Rivera y Urquijo, Senador de Real designación en las
Cortes Constituyentes.
Condesa de la Revilla de Cantabria, en Doña María del Rosario de la
Cagiga y Cremades, en reconocimiento de Don Agapito de la Cagiga y
Aparicio.
Marqués de Ramón y Cajal de Larrés, en Doña María Ramón y Cajal
Conejero, en reconocimiento de Don Santiago Ramón y Cajal.
Unir la Grandeza de España al Condado de Rodezno, concedido el 8 de
mayo de 1790.
Conde de Rodríguez de San Pedro y Alvargonzález, en Don José Carlos
Rodríguez de San Pedro y Márquez, en reconocimiento de Don Carlos
Rodriguez de San Pedro y Alvargonzález.
Marqués de Roviralta, en Don Teodoro Roviralta y Rocamora, en
reconocimiento de Don Raúl Roviralta y Astoul.
Conde de Rueda y Blanco, en Don Fernando Miguel de Rueda y Sainz de
la Garza, en reconocimiento de Don Fernando de Rueda y Blanco.
Conde de Salces de Campoo, en Don Eduardo Conde y Muntadas – Prim,
en reconocimiento de Don Dionisio Conde y Gómez del Olmo.
Conde de Babio de Bergondo, en Don Rafael Moreno Benjumea, en
reconocimiento de Don Alfredo Moreno y Osorio.
Marqués de las Taironas del Pinar del Río, en Don Salvador Pérez de
Castañada y Pérez, en reconocimiento de Don Tiburcio Pérez de
Castañeda y Triana.
3
Su Majestad el Rey Alfonso XIII concedió en el exilio con motivo de su matrimonio, a Doña
Marie Solange Mesís y de Lesseps, hija de los Condes de Mora, nacida en Londres el 30 de
noviembre de 1911 y casada el 25 de junio de 1933 con Su Alteza Real el Infante Don José
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Marqués de las Torres de Mendoza, en Don Pedro de Torres y Olazabal,
en reconocimiento de Don Emilio María de Torres y González - Arnau
Marqués de Torroja y Miret, en Don José Antonio Torroja Cabanillas, en
reconocimiento de Don Eduardo Torroja Miret, Ingeniero de Caminos,
Canales y Puertos.
Marques de Valenzuela de Peña Tahurda, con Grandeza de España, en
Don Rafael de Valenzuela y Teresa, en reconocimiento de Don Rafael de
Valenzuela y Urdaíz.
Unir la Grandeza de España al Condado de Vallellano, concedido el 26 de
mayo de 1774.
Condado de Xauen de Berenguer, en Don Dámaso Fernando Berenguer y
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Roig, en reconocimiento de Don Dámaso Berenguer y Fortí.
Artículo 5. Equiparación de dignidades
Eugenio de Baviera. Esta dentro del periodo de ausencia del España del Rey
Constitucional.
4
Son veinte y seis dignidades que ya fueron otras en sus fundadores bajo el gobierno del
General Primo de Rivera, siete bajo el gobierno del General Franco, dos concedidas por
Juan Carlos I y una concedida por cada uno de los siguientes reyes, Carlos II, Carlos III,
Carlos IV y Alfonso XIII, este cuando estaba en el exilio.
5
Las dignidades revocadas conforme a lo dispuesto en la Ley y sin continuidad
constitucional prevista en el presente Real Decreto, son: Marquesado de Alborán;
Marquesado de Arias Navarro; Condado del Alcázar de Toledo, con Grandeza de España;
Condado de Arruga; Condado de Benjumea; Condado de Bau; Marquesado de Bilbao
Eguía; Ducado de Calvo Sotelo, con Grandeza de España; Ducado de Carrero Blanco;
Marquesado de Casa Cervera; Condado del Castillo de la Mota; Marquesado de Dávila, con
Grandeza de España; Condado de Egara; Ducado de Franco, con Grandeza de España;
Vizcondado de Isasi – Dávila; Condado del Jarama; Condado de Jordana; Condado de
Labajos; Condado de Martín Moreno; Condado de Maeztu; Señorío de Meirás, con
Grandeza de España; Ducado de Mola, con Grandeza de España; Ducado de Monteleón de
Castilblanco; Condado de Montseny; Condado de Pallasar; Vizcondado de Palma del
Condado; Condado de Pradera, Marquesado de Queipo de Llano; Barón de Ripalp;
Condado de Rodríguez de Azero y Salazar de Santa María de Abona; Condado de
Rodríguez de Valcárcel; Vizcondado de Salcedo – Bermejillo; Marquesado de San
Leonardo de Yagüe; Marquesado de Santa María de la Almudena; Condado de Somosierra;
Marquesado de Suances; Marquesado de Varela de San Fernando; Marquesado de Vigón;
y Ducado de Villafranca de los Caballeros, con Grandeza de España. Veinte y una
corresponden al gobierno del General Franco, trece al gobierno del General Primo de
Rivera y cinco concedidas pre constitucionalmente por Juan Carlos I.
6
Nótese que el título que asumía Don Juan Carlos era el de Príncipe de España, título que
aunque utilizado en alguna ocasión por Felipe II y Felipe III siendo todavía herederos, no
era ninguno de los que tradicionalmente correspondían al primogénito de la Corona
española. García Mercadal García Goyorri F. Estudios de Derecho Dinástico, Los títulos y la
heráldica de los Reyes de España. Barcelona. Comunidad Autónoma de Cataluña. Reino
de España. Bosch Casa Editorial. 1995. 447 páginas. Página 214.
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5.1. Queda equiparada la Orden de la República Española, concedida en ejercicio
o en el exilio y en todas sus épocas a la Real y Distinguida Orden Española de
Carlos III.
5.2. Queda equiparada la Orden de la Liberación de España, concedida en el
exilio y en todas sus épocas a la Orden del Mérito Constitucional.
5.3. Queda equiparada cualquier otra distinción o condecoración civil concedida
por la Segunda República de España, en ejercicio o en el exilio y en todas sus
épocas, a la Orden del Mérito Civil.
5.4. Queda equiparada la Placa Laureada de Madrid, concedida en ejercicio o en
el exilio y en todas sus épocas, a la Laureada de la Real y Militar Orden de San
Fernando.
5.5. Quedan equiparada cualquier otra distinción o condecoración militar, que no
esté en vigor en la actualidad, y concedida por la Segunda República de España,
en ejercicio o en el exilio y en todas sus épocas, a la Medalla del Ejército, Naval,
Aérea o a la Orden al Mérito de la Guardia Civil.
5.6.- Reglamentariamente se establecerá la equivalencia de los grados o
categorías entre las condecoraciones equiparadas, atendiendo en la misma y en el
caso de duda, al grado o categoría de mayor rango frente al menor.
Artículo 6. Títulos Reales de Nobleza
Se solicita de Su Majestad el Rey la consideración de la autorización del uso de
los siguientes títulos de nobleza, Títulos Reales de Nobleza, propiedad de la Real
Familia Española y autorizados por Su Majestad para las siguientes dignidades:
- Con antigüedad del 30 de diciembre de 1978 el Ducado de Badajoz, en la
persona de Su Alteza Real Doña Pilar de Borbón y Borbón, Infanta de
7
España, tía de Su Majestad el Rey Don Felipe VI.
- Con antigüedad de la fecha del día de entrada en vigor del presente Real
Decreto el Ducado de Cádiz, en la persona de Su Alteza Real Doña Sofía
de Borbón y Ortiz, Infanta de España, hija de Su Majestad el Rey Don
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Felipe VI.
7
El Ducado de Badajoz fue otorgado con carácter vitalicio a Doña Pilar de Borbón el 17 de
abril de 1967 en vísperas de su boda, aún cuando era título de la Real Familia, por el
General Franco mediante Decreto publicado en el Boletín Oficial del Ministerio de Justicia.
Doña Pilar es la segunda Duquesa de Badajoz, el primer Duque fue Don Hernán Gómez de
Solís entre los años 1465 y 1470, fecha en la que pasó a propiedad de la Real Familia. El
Ducado fue confirmado por Su Majestad el Rey Juan Carlos I en fecha preconstitucional, a
diferencia del Ducado de Soria, de su otra hermana, confirmado en 1981, en época
constitucional, y por eso no incluido en la relación.
8
El primer Duque de Cádiz fue Don Rodrigo Ponce de León, segundo Marqués de Cádiz
desde 1484 a 1492, fecha en la que con su muerte pasa también a propiedad de la Real
Familia. El segundo Duque de Cádiz fue el Rey Felipe V, desde la muerte de su tío abuelo
Carlos II hasta el momento de ser jurado como Rey. Su Alteza Real Don Francisco de
Paula de Borbón y Borbón, Infante de España e hijo de Su Majestad el Rey Carlos IV fue el
tercer Duque de Cádiz. El cuarto fue su hijo Francisco, nacido el 9 de mayo de 1820 y
muerto el 14 de noviembre de 1821. El siguiente, con mejor suerte vital, fue el también hijo
del tercero, Su Alteza Real Don Francisco de Asís de Borbón y Borbón, quinto Duque de
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Artículo 7. Rehabilitación de otras dignidades.
7.1. Las dignidades nobiliarias anteriores, pero rehabilitadas, entre el 13 de
septiembre de 1923 y el 29 de diciembre de 1978 tendrán que ser convalidadas,
con antigüedad del 30 de diciembre de 1978, por Su Majestad el Rey de España,
a cuyo efecto, aquellos que vinieren usando las referidas dignidades lo solicitarán
del mismo dentro del término de seis meses, a partir de la publicación de este Real
Decreto.
7.2. Las solicitudes deberán presentarlas los interesados en el Ministerio de
Justicia. Cuando se trate de dos o más sucesiones de un mismo Título, se
formulará una sola petición, que se tramitará en un mismo expediente. Se aportará
por el interesado, como prueba documental, el expediente de sucesión instruido
entre las fechas de referencia.
7.3. Se entenderá que, en tanto se tramita el expediente, el peticionario podrá
seguir usando el Título objeto de la convalidación.
7.4. El expediente se tramitará anunciándose la petición en el Boletín Oficial del
Estado, concediéndose un plazo de noventa días, a partir de la publicación de los
edictos, para que los que se consideren con derecho puedan formular sus
reclamaciones. Si dentro del plazo de los edictos no se formulare reclamación
alguna, y de la documentación presentada no resultare defecto en la transmisión,
el Ministerio de Justicia someterá a Su Majestad el Rey resolución de
convalidación.
7.5. En el caso de que, dentro del término señalado en los edictos, se presente
reclamación, se sustanciará la oposición por los trámites establecidos en la
legislación vigente. Tercera.
Artículo 8 Expedientes de títulos concedidos en el exilio
8.1. Los expedientes sobre los títulos concedidos por la Real Persona que padeció
exilio entre el 15 de enero de 1941 y el 14 de mayo de 1977 y las Reales
Personas que también lo padecieron entre el 23 de enero de 1936 y el 29 de
diciembre de 1978, citadas en el artículo segundo del presente Real Decreto se
tramitarán por las normas establecidas para la rehabilitación de los Títulos del
Reino.
8.2. Para el inicio del expediente se deberá aportar como prueba las Reales
Cédulas de su concesión, y en caso de pérdida, será preciso que quede
Cádiz y luego Rey Consorte de España. En 1972, Decreto 3226/1972 de 25 de noviembre,
el General Franco vuelve a interferir en los títulos de la Real Familia y concede la dignidad,
sexto Duque de Cádiz a Su Alteza Real, tratamiento francés y no español, Don Alfonso de
Bourbon y Dampierre, hijo y heredero dinástico del Jefe de la Casa Real de Francia, Henri
Jacques de Bourbon y Battenberg. A su muerte en 1989 el título vuelve a estar a
disposición de Su Majestad el Rey.
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Datos del Condado de Odiel, del Ducado de Badajoz, del Ducado de Cádiz y del Ducado
de Hernani han sido consultados en García Mercadal García Goyorri F. Estudios de
Derecho Dinástico, Los títulos y la heráldica de los Reyes de España. Barcelona.
Comunidad Autónoma de Cataluña. Reino de España. Bosch Casa Editorial. 1995. 447
páginas. Páginas de la 235 a la 240
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testimoniada en forma fehaciente la existencia de aquélla, siempre referida a
títulos nobiliarios españoles y ajenos a los que tiene en propiedad la Real Familia
y en posesión Su Majestad el Rey.
8.3. Los peticionarios podrán presentar sus instancias dirigidas a Su Majestad el
Rey, con el árbol genealógico y demás documentación necesaria, en las
representaciones diplomáticas o consulares de España, o en Ministerio de Justicia
para su tramitación.
8.4. La publicación de edictos, que en los expedientes deban hacerse con arreglo
a la legislación vigente, se efectuará únicamente en el Boletín Oficial del Estado.
8.5. El plazo para formular oposición en los expedientes de rehabilitación será el
de tres meses.
8.6. El orden de suceder en todas las dignidades nobiliarias se acomodará
estrictamente a lo dispuesto en la legislación nobiliaria española.
8.7. Las rehabilitaciones o sucesiones que se soliciten en estos supuestos se
entienden, en cuantos plazos y a efectos de caducidad, que quedaron
interrumpidos desde el día que se acredite la creación y concesión hasta la fecha
de publicación y entrada en vigor del presente Real Decreto.
Disposición final primera. Referencias
Todas las referencias que en la legislación nobiliaria española e hacen al Jefe del
Estado, al Estado o a la Monarquía, se entenderá que se atribuyen y contraen a
Su Majestad en el primer caso y al Reino de España en los demás.
Disposición final segunda. Derogatoria
Quedan derogadas cuantas disposiciones de igual o menor rango se opongan a
los preceptos entendidos en este Real Decreto y se autoriza al Ministro de Justicia
para dictar cuantas fueren precisas para su debida ejecución y cumplimiento.
Disposición final tercera. Entrada en vigor
El presente Real Decreto entrará en vigor el día de su publicación en el Boletín
Oficial del Estado.
3.- El borrador del Real Decreto de creación y concesión
Real Decreto por el que se crean, conceden u otorgan, con antigüedad del 30 de
diciembre de 1978, las siguientes dignidades:
Artículo 1. Creación y concesión por la dedicación y contribución de las personas
que se señalan a la sociedad española, que merecen ser reconocidas de manera
especial y se hace en los siguientes sucesores, descendientes o herederos, suyos
en los queriendo demostrarles mi Real aprecio:
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Conde de la Bahía de El Abra, en Don Santiago de Ybarra y Churruca, en
reconocimiento de Don Alfonso de Churruca y Calbetón.
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Vizconde del Pago de Almocadén, en Don Manuel Alfonso de Domecq Zurita y González, en reconocimiento de Don Manuel de Domecq y Núñez
de Villavicencio.
Marqués de Jiménez y Arenas, en Don Manuel Silvela y Jiménez –
Arenas, en reconocimiento de Don Cesar Jiménez y Arenas.
Conde de Arteche y Villasabo, en Don Julio de Arteche Mosquera, en
reconocimiento de Don Francisco Domingo de Arteche y Villasabo.
Conde de Baradán de San Millán, en Don Pio García – Escudero y
Márquez, en reconocimiento de Don Pio García – Escudero y Ubago.
Vizconde de Mercader y Belloch de Urgell, en Don Pedro de Mercader y
Rovira, en reconocimiento de Don Francisco Javier de Mercader y de
Zufia.
Vizconde de Bosch del Águila, en Don Luis Manuel de Castellví y Suárez –
Rivero, en reconocimiento de Don Pedro Bosch Labrus.
Vizconde de Aguilar de La Habana, en Don Florestán Macías Santa María,
en reconocimiento de Don Florestán Aguilar y Rodríguez.
Conde de Cienfuegos y Jovellanos, en Don Alonso Cienfuegos y García,
en reconocimiento de Don Luis Cienfuegos – Jovellanos y Bernaldo de
Quirós.
Conde de Legazpia, en Don Patricio Echevarría y Ezcurdia, en
reconocimiento de Don Pedro Echevarría y Elorza.
Marqués de Eslava de Sangüesa, con Grandeza de España, en Don Luis
Fernando Londaiz y Mencos, en reconocimiento de Doña María Fuencisla
Bernardo de Quirós y Múñoz.
Conde de Barrié de la Maza, en Don José María Arias Mosquera, en
reconocimiento de Don Pedro Barrié de la Maza.
Marqués de Duro de la Felguera, en Doña María del Carmen Velázquez –
Duro y Cardenal, en reconocimiento de Don Pedro Duro y Benito.
Conde de Goyeneche y Gamio, en Doña Juana Vázquez de Velasco y de
Goyeneche, en reconocimiento de Doña María Dolores de Goyeneche y
de Silva.
Conde de Lacambra del Hierro, en Don Ricardo Monturus y de Carandini,
en reconocimiento de Don Francisco de Paula Lacambra y Lacambra.
Vizconde de Icaza y Aguirre, en Don Pedro de Icaza y Zabalburu, en
reconocimiento de de Don Pedro de Icaza y Aguirre.
Condesa de Odiel de Aracena en la persona de Su Alteza Real la Princesa
de Baviera Doña María Cristina Wittelsbach y Mesía, en reconocimiento
de Doña María Solange Mesía y Lesspes.
Marqués de Dalmau y Olivart, en Don Gonzalo de Orellana y de Dalmau,
en reconocimiento de Don Ramón María de Dalmau y Olivart.
http://www.uax.es/publicaciones/archivos/SABFUN16_002.pdf
Reales Decretos justificante del reconocimiento… • 13
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Conde de Padul de Lecrín, en Don Ramón Pérez de Herrasti y Nárvaez,
en reconocimiento de Don Isidro Pérez de Herrasti y Pérez de Herrasti.
Marquesa de Pardo de Figueroa y de la Serna, en Doña Carmen Barrero e
Hidalgo, en reconocimiento de Doña Josefa Pardo de Figueroa y de la
Serna.
Marqués de Gómez y Pelayo, en Don Jorge González – Mora y de
Sandoval, en reconocimiento de Doña María Luisa Gómez y Pelayo.
Condesa de la Revilla de Cantabria, en Doña María del Rosario de la
Cagiga y Cremades, en reconocimiento de Don Agapito de la Cagiga y
Aparicio.
Marqués de Ramón y Cajal de Larrés, en Doña María Ramón y Cajal
Conejero, en reconocimiento de Don Santiago Ramón y Cajal.
Conde de Rodríguez de San Pedro y Alvargonzález, en Don José Carlos
Rodríguez de San Pedro y Márquez, en reconocimiento de Don Carlos
Rodriguez de San Pedro y Alvargonzález.
Marqués de Roviralta, en Don Teodoro Roviralta y Rocamora, en
reconocimiento de Don Raúl Roviralta y Astoul.
Conde de Rueda y Blanco, en Don Fernando Miguel de Rueda y Sainz de
la Garza, en reconocimiento de Don Fernando de Rueda y Blanco.
Conde de Salces de Campoo, en Don Eduardo Conde y Muntadas – Prim,
en reconocimiento de Don Dionisio Conde y Gómez del Olmo.
Conde de Babio de Bergondo, en Don Rafael Moreno Benjumea, en
reconocimiento de Don Alfredo Moreno y Osorio.
Marqués de las Taironas del Pinar del Río, en Don Salvador Pérez de
Castañada y Pérez, en reconocimiento de Don Tiburcio Pérez de
Castañeda y Triana.
Marqués de las Torres de Mendoza, en Don Pedro de Torres y Olazabal,
en reconocimiento de Don Emilio María de Torres y González - Arnau
Marqués de Torroja y Miret, en Don José Antonio Torroja Cabanillas, en
reconocimiento de Don Eduardo Torroja Miret, Ingeniero de Caminos,
Canales y Puertos.
Marques de Valenzuela de Peña Tahurda, con Grandeza de España, en
Don Rafael de Valenzuela y Teresa, en reconocimiento de Don Rafael de
Valenzuela y Urdaíz.
Unir la Grandeza de España al Condado de Vallellano, concedido el 26 de
mayo de 1774.
Condado de Xauen de Berenguer, en Don Dámaso Fernando Berenguer y
Roig, en reconocimiento de Don Dámaso Berenguer y Fortí.
Vengo en otorgarle los citados títulos para sí y sus sucesores, de acuerdo con la
legislación nobiliaria española.
Saberes, vol. 14, 2016
14 • Rodolfo Orantos Martín
Artículo 2. Creación y concesión de Baronesado en subrogación de Señorío.
Se crea el Baronesado de Camporredondo en subrogación del Señorío concedido
el 30 de mayo de 1765 por Su Majestad el Rey Carlos III, y se concede y otorga a
favor de Doña María Josefa de Larrucea y Samaniego para sí y sus sucesores, de
acuerdo con la legislación nobiliaria española.
Artículo 3. Uniones de Grandeza de España
3.1. Se une la Grandeza de España la Grandeza de España al Marquesado de
Loyola, concedido el 2 de junio de 1686 por Su Majestad el Rey Carlos II.
3.2. Se une la Grandeza de España al Condado de Rodezno, concedido el 8 de
mayo de 1790 por Su Majestad el Rey Carlos IV.
3.3. Se une la Grandeza de España al Condado de Vallellano, concedido el 26 de
mayo de 1774 por Su Majestad el Rey Carlos IV.
Artículo 4. Creación y concesión por la dedicación y contribución de Don Torcuato
Fernández Miranda, Senador Real en las Cortes Constituyentes, a la sociedad
española, que merecen ser reconocidas de manera especial y se hace queriendo
demostrarle mi Real aprecio
Se crea y se concede el Ducado de Fernández Miranda y Hevia, con Grandeza de
España en Don Enrique Fernández Miranda Lozano, para sí y sus sucesores, de
acuerdo con la legislación nobiliaria española.
Artículo 5. Creación y concesión por la dedicación y contribución de Don Miguel
Primo de Rivera y Urquijo, Senador Real en las Cortes Constituyentes, a la
sociedad española, que merecen ser reconocidas de manera especial y se hace
queriendo demostrarle mi Real aprecio
Se crea y concede el Ducado de Primo de Rivera y Urquijo, con Grandeza de
España, en Don Miguel Primo de Rivera y Urquijo, para sí y sus sucesores, de
acuerdo con la legislación nobiliaria española.
Artículo 6. Concesión en sucesión
Se concede en sucesión el Ducado de Hernani, con Grandeza de España, a Su
Alteza Real Doña Margarita de Borbón y Borbón, Infanta de España, para sí y sus
sucesores, de acuerdo con la legislación nobiliaria española.
Artículo 7. Autorización del uso
Se autoriza el uso de los siguientes Títulos Reales de Nobleza, propiedad de la
Real Familia Española en posesión de Su Majestad en:
7.1. Con antigüedad del 30 de diciembre de 1978 el Ducado de Badajoz, y
queriendo demostrarle mi Real cariño en la persona de mi tía, Su Alteza Real
Doña Pilar de Borbón y Borbón, Infanta de España.
7.2. Con antigüedad de la fecha del día de entrada en vigor del presente Real
Decreto el Ducado de Cádiz, y queriendo demostrarle mi Real cariño en la persona
de Su Alteza Real Doña Sofía de Borbón y Ortiz, Infanta de España.
http://www.uax.es/publicaciones/archivos/SABFUN16_002.pdf
Reales Decretos justificante del reconocimiento… • 15
Disposición final única. Entrada en vigor
El presente Real Decreto entrará en vigor el día de su publicación en el Boletín
Oficial del Estado.
Bibliografía
García Mercadal García Goyorri F. Estudios de Derecho Dinástico, Los títulos y la
heráldica de los Reyes de España. Barcelona. Comunidad Autónoma de Cataluña.
Reino de España. Bosch Casa Editorial. 1995. 447 páginas
Saberes, vol. 14, 2016