Las verdaderas 23 mentiras para crear éxito

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Las verdaderas 23 mentiras
para crear éxito
Francesc Beltri Gebrat
Rafael Goberna Carrión
Título: Las verdaderas 23 mentiras para crear éxito
Autores: © Francesc Beltri Gebrat
Rafael Goberna Carrión
ISBN: 978-84-8454-592-7
Depósito legal: A-1079-2007
Edita: Editorial Club Universitario Telf.: 96 567 61 33
C/. Cottolengo, 25 - San Vicente (Alicante)
www.ecu.fm
Printed in Spain
Imprime: Imprenta Gamma Telf.: 965 67 19 87
C/. Cottolengo, 25 - San Vicente (Alicante)
www.gamma.fm
[email protected]
Reservados todos los derechos. Ni la totalidad ni parte de este libro puede reproducirse
o transmitirse por ningún procedimiento electrónico o mecánico, incluyendo fotocopia,
grabación magnética o cualquier almacenamiento de información o sistema de
reproducción, sin permiso previo y por escrito de los titulares del Copyright.
Índice
Prólogo: A modo de explicación........................................................................ 5
Cuestionario de certezas..................................................................................... 9
Mentira 1: Soy protagonista de mi propia historia .......................................... 15
Mentira 2: El futuro es de los aprendices......................................................... 19
Mentira 3: Nadie trabaja mal............................................................................ 23
Mentira 4: Nadie es mejor directivo que persona............................................ 27
Mentira 5: No hay que poner más tiempo en tu vida, sino más vida en tu
tiempo ............................................................................................................... 31
Mentira 6: O tengo éxito o aprendo ................................................................. 35
Mentira 7: Las mentiras crean realidades verdaderas...................................... 39
Mentira 8: El dinero no es importante ............................................................. 43
Mentira 9: No hace falta un líder ..................................................................... 47
Mentira 10: Todos quieren hacerlo mejor........................................................ 51
Mentira 11: No hay interpretaciones correctas, todo es interpretable............. 55
Mentira 12: La ética es rentable....................................................................... 59
Mentira 13: La motivación no está relacionada con la edad ........................... 63
Mentira 14: A pesar de todo, sobrevives ......................................................... 67
Mentira 15: El peor equipo supera al mejor individuo.................................... 71
Mentira 16: Trabajar es un placer .................................................................... 75
Mentira 17: Todos pueden aprender ................................................................ 79
Mentira 18: Yo soy el culpable de todo........................................................... 83
Mentira 19: El líder se hace.............................................................................. 87
Mentira 20: Todo fracaso es el inicio del éxito ............................................... 91
Mentira 21: Trabajar nos enriquece humanamente ......................................... 95
Mentira 22: Yo soy el elemento más potente para el cambio en la empresa.... 99
Mentira 23: Leer libros como éste cambian a las personas........................... 103
Bibliografía..................................................................................................... 107
Prólogo: A modo de explicación
Es mentira todo aquello que no es verdad demostrada. Se dice que una
mentira es la expresión o manifestación contraria a lo que se sabe, se cree
o se piensa. En este sentido se podría argüir que la exploración sobre algo
que no es verdadero carece de interés o a lo sumo nos lleva a una entelequia.
Puede que sea cierto pero sepa usted que incluso los principios falsos pueden
llevarnos a una realidad, diferente, eso sí, pero no por ello menos realidad, y
una vez en ella no nos importa tanto el camino que nos condujo a crearla.
Seguro que todos coincidiremos en que el éxito, los buenos resultados, los
logros satisfactorios son una realidad deseada. Reconocemos, saboreamos y
palpamos esa realidad cuando la conseguimos. Bien, pues el libro que tiene
usted entre sus manos le propone la construcción de unos cimientos para
conseguir esa ansiada realidad. Descubrirá que existen creencias que favorecen
la construcción de esa tan anhelada realidad. Vamos a presentarle algunas
afirmaciones que para nosotros deben ser “verdad” de una forma obligatoria.
Casi como una religión o creencia, su fe en ellas es la que determina a nuestro
modo de ver el ansiado éxito. Dicho en otras palabras: debe usted creer que
son verdaderas aunque inicialmente las vea como mentiras.
¿Por qué 23? Seguro que hay quien piensa que quizá podríamos haber hecho
un esfuerzo por redondear la cifra. Siendo sinceros, deberíamos reconocer
que tampoco hubiese supuesto un logro inalcanzable. La pregunta puede
parecer simple pero: ¿para qué? Es verdad que 12, 20, 99 o incluso 101 son
cifras que parecen más creíbles. Son cantidades más aceptadas socialmente,
con más prestigio, en definitiva, mejor vistas. Da la impresión que es más
verdad un número de éstos que el 17, el modesto 57, el 31 o nuestro 23. El
lector nos reconocerá que no existe aparentemente ninguna razón sustentable
sobre la que argumentar que deba ser así. Tan digno debería ser el 16 como el
20, el 11 como el 50. En resumidas cuentas, nuestras mentiras son las que son,
porque reivindicamos una cifra anónima y sin prestigio que ha permanecido
olvidada por la historia, y finalmente, porque son 23 las mentiras que hemos
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Francesc Beltri / Rafael Goberna
sido capaces de construir en este momento sin la pretensión de redondeo
inflacionista ninguno.
Esta primera reflexión nos lleva, bajo los mismos principios de análisis,
a hablar del tiempo. Podemos observar cómo en nuestra agenda cotidiana
sucede algo similar. No existe ningún problema en convocar una cita a
las 9.00h o las 12,30h. La duda aparece en cuanto convocamos a alguien
a las 13,21h o a las 17,02h. ¿No son acaso puntos o momentos del día tan
precisos y reconocibles como los anteriores? ¿Por qué, entonces, no son más
usados? Respuesta: carecen de prestigio, no están socialmente aceptados.
Pero, realmente, ¿alguien los ha prohibido? ¿Producen algún efecto extraño
en quienes usan este sistema horario? Aunque le pueda sorprender, parece
ser que sí. Conocemos una persona que se atreve a utilizar estas horas no
convencionales para sus citas de negocios, reuniones y demás. Convoca a la
12.07h una reunión, programa una comida para las 13.57h o cita a las 18.21h.
Sorprendente pero cierto. Su experiencia parece demostrar, o por lo menos
así nos lo manifestó, que la puntualidad de la que disfruta en sus encuentros
es del todo inusual. Los retrasos que padece son mínimos y, para orgullo
de este sistema, parece que la preocupación por la precisión se exacerba
con estas, aparentemente extravagantes, horas. Honestamente, podríamos
decir que son las horas sin prestigio ni aceptación las que mejor funcionan.
Sorprende, sobre todo a quienes nos aferramos al conservadurismo de las
horas convencionales.
Con toda probabilidad, al leer alguna de las máximas que encontrará
a continuación le asaltará la duda e incluso puede ser que discrepe
frontalmente con lo que afirmamos en este libro. De acuerdo, aceptamos el
reto, reconocemos toda aportación crítica, pero le podemos garantizar que
todo éxito empresarial u organizacional de cualquier tipo está ligado a una
fuerte apuesta por estos principios. En la misma medida, le avisamos de que
la negación o la desvinculación de estas propuestas aboca, inexcusablemente,
a un fracaso estrepitoso. Puede sonar dogmático, pero es que realmente lo
es. No intentaremos matizar ni suavizar nuestras afirmaciones para hacerle
digerible la propuesta, sino que extremaremos el razonamiento para dejar más
claro el mensaje.
No pretendemos convencerle de la veracidad propuesta. Podríamos
debatir hasta el infinito “qué es verdad o mentira”, pero ésta no es nuestra
intención. Dejaremos la discusión para los filósofos. Ni tan siquiera
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Las verdaderas 23 mentiras para crear éxito
pretendemos disfrazar como verdades algunas intuiciones. Deseamos ir más
allá de un título resultón; nuestra ambición es acompañarle en la reflexión
sobre algunas creencias. Es posible creer en su falsedad pero eso no resta ni
impide su absoluta capacidad para crear realidades verdaderas.
Kenneth Kendler, profesor de Psiquiatría y Genética de la Universidad
de la Commonwealth de Virginia, asegura que “… un aspecto fundamental
de la condición humana es que somos animales contadores de historias y
necesitamos entender nuestras propias historias”. Intentaremos entender
algunas de nuestras historias, le aseguramos que para nosotros todas son
ciertas.
A modo de ayuda o ilustración le vamos a ofrecer la posibilidad de realizar
un contraste personal orientado a facilitarle indicaciones en el proceso de
lectura. A partir del cuestionario inicial, veremos cómo lleva usted estos
temas. Podrá ver de forma clara hasta qué punto, desde nuestro enfoque, está
o no pertrechado para el éxito.
Más allá de la certeza que usted tenga sobre cada una de ellas, le podemos
garantizar que, probablemente, son éstas las “mentiras” más útiles y sobre las
que mejor se hacen realidad los triunfos.
Nuestra experiencia como consultores en el mundo de las organizaciones
tanto públicas como privadas, locales o multinacionales nos ha llevado a
identificar estas 23 necesarias convicciones para el éxito sin las cuales no es
posible avanzar.
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Cuestionario de certezas
A continuación le proponemos que conteste al siguiente cuestionario. Se
trata de averiguar cuál es su estilo, o forma personal, de ver el mundo de las
organizaciones. Con el resultado que obtenga esperamos poder orientarle
mejor en la utilización de este libro.
Seguidamente encontrará usted una serie de afirmaciones sobre las que
le proponemos que conteste, según su experiencia y criterio personal, si las
considera ciertas o falsas. No vamos a entrar en matices. Si usted cree que no
son una total y absoluta verdad, conteste “falso” y no se deje llevar por otras
divagaciones.
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Francesc Beltri / Rafael Goberna
AFIRMACIONES
CIERTO FALSO
1
Soy el protagonista de mi propia historia, me suceden las cosas en
función de lo que yo elijo que me pase.
2
El futuro es de aquellos que están aprendiendo y se sienten aprendices en
todo momento y lugar.
3
Nadie trabaja mal a conciencia y sabiendo lo que hace. A todo el mundo
le gusta trabajar bien.
4
Nadie es mejor directivo que persona. No se puede ser un buen directivo
siendo una mala persona.
5
No hay que poner más tiempo a la vida, hay tiempo de sobra para hacerlo
todo.
6
Creo que en mi vida solo existen dos alternativas: o tengo éxito o
aprendo.
7
Las mentiras con el tiempo acaban convirtiéndose en realidades aceptadas
y demostrables.
8
El dinero no es importante, hay multitud de cosas mejores que dan más
satisfacción y son realmente baratas.
9
No nos hacen falta los líderes para sacar adelante las empresas, saldrán a
flote a pesar de los jefes.
11 El trabajo nos enriquece humanamente y nos lleva a ser mejores personas.
12
La motivación de las personas es un factor totalmente independiente de
la edad.
13
La ética es cada día más rentable y supone el mejor negocio a corto
medio y largo plazo.
14
A pesar de todo, siempre se acaba sobreviviendo, no existen realmente
los grandes riesgos.
15
Todas las empresas saben reconocer a las personas que se esfuerzan y
gustan de darles lo que se merecen.
16
El trabajo es un gran y absoluto placer, aunque no lo reconozcamos. Es
una fuente importante de satisfacciones.
17
Absolutamente todas las personas son capaces de aprender mucho más
allá de lo que nosotros o ellas mismas piensen.
18
Yo soy el culpable de lo que a mí me pasa y no hay que mirar hacia otra
parte.
18 Todos, en las organizaciones, quieren hacer mejor su trabajo.
19 El líder no nace, se hace.
20 En los fracasos no veo más que el inicio de un éxito.
21 En todo momento y situación el peor equipo supera al mejor individuo.
22
Yo soy el elemento más potente para el cambio en mi empresa y no
importa el lugar que ocupe.
23 Los libros como éste hacen que las personas cambien.
TOTAL
10
Las verdaderas 23 mentiras para crear éxito
VALORACIÓN DE LAS REPUESTAS:
Contabilice usted únicamente las respuestas que ha contestado como
ciertas:
Sus respuestas son inferiores a 10 certezas o verdades
Ha hecho usted bien en comprar este libro, aunque nos es difícil en este
momento adivinar por qué lo ha hecho. Queremos avanzarle que es probable
que en algún momento se sienta escandalizado por alguna de las afirmaciones
que leerá en estas páginas. A pesar de todo le animamos a que lo haga con
calma. Le conviene y puede sacarle un gran partido.
Si usted, en el momento de responder a nuestro cuestionario, es alguien
con bastante experiencia en el mundo de las organizaciones, es muy posible
que sus experiencias no hayan sido buenas. Su visión es fundamentalmente
crítica y en algún momento puede que incluso cáustica. Como profesionales
de una organización, permítanos que le digamos que es usted demasiado
escéptico para leer este libro sin ninguna protección. Es por ello, y para su
propio bienestar, que le sugerimos que no intente rebatir cada propuesta que
lea de forma inmediata, pues seguro que le van a entrar ganas de hacerlo.
Dése y dénos a nosotros tiempo. Es más, le recomendamos que lea más de
una vez este libro y, si le es posible, contraste sus opiniones al respecto con
otros colegas. Cuando lo haga con otras personas, no se precipite en sus
afirmaciones lanzando inicialmente lo que opina usted de cada una de las
propuestas contenidas en este libro. Deje que sean sus interlocutores los que
se pronuncien primero y escuche atentamente, seguro que descubrirá otros
puntos de vista. Hágalo así y verá los resultados, nunca nos lo agradecerá lo
suficiente.
Finalmente, decirle que, aunque usted no lo crea en este instante, hay
algo que le lleva a cuestionar su propio punto de vista. Nos atreveríamos
incluso a afirmar que siente cierta necesidad de comprobar que aquello que la
experiencia le dice, cree que es, en el fondo, falso. La realidad no es tan dura
como usted está empeñado en confirmar.
Le vaticinamos que esta lectura no le va a dejar indiferente. Esperamos
que la disfrute.
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Francesc Beltri / Rafael Goberna
Si sus respuestas verdaderas están entre 11 y 20
Está usted en el buen camino para llegar realmente al éxito. Ha hecho
muy bien en comprar este libro. Creemos firmemente que le va a ayudar,
ya que lo pensamos para usted. Muchas de sus dudas pueden llegar a
concretarse e incluso alguna de ellas puede ser resuelta. Ésta es nuestra
intención. Verá cómo se refuerzan algunos de sus pensamientos. Tenemos
ganas de compartir con usted algunas reflexiones.
Seguramente es usted alguien con ricas experiencias en el mundo de
las organizaciones. Ha tenido ocasión de trabajar en distintos entornos
profesionales y eso le ha hecho contrastar distintos puntos de vista. Tiene
en su currículo buenos aprendizajes y también un par de experiencias que le
gustaría olvidar y, si puede, prefiere no hablar de ellas. Es posible que ocupe
algún cargo de responsabilidad en una organización y, si no es así, es porque
en el último momento fue usted quien no aceptó. La verdad es que tiene
madera para poder hacerlo, aunque siempre se pueden pulir algunas cosas.
Ya se sabe, “sólo se madura al sol”. A pesar de ello tiene expectativas en esta
lectura. El título es, probablemente, lo que más le ha interesado y desde un
relativo escepticismo ha llegado hasta aquí.
Nuestra recomendación para leer este libro es que lo haga desde su
recuerdo. Intente recordar situaciones parecidas a las vividas en diferentes
momentos de su trayectoria profesional. No infiera intelectualmente ninguna
conclusión sino que utilice las imágenes archivadas en su memoria y con
ellas contraste. Verá cómo le enriquece más esta forma de aproximación que
no la mera reacción racional.
Si ha respondido como verdades a más de 21 frases
Si es éste su resultado, simplemente nos sorprende que usted haya
comprado este libro. ¡Perfectamente podía haber sido su autor! Su
coincidencia con nosotros es tan grande que probablemente nos hayamos
conocido en algún momento, si no es así le agradeceremos que se dé a
conocer en cuanto esto suceda, pues seguro que vamos a encontrarnos en
algún momento. Sólo tiene que decir, “yo soy de los de más de 21”. Le
esperamos.
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Las verdaderas 23 mentiras para crear éxito
Usted es una persona en pleno crecimiento. No importa la edad que tenga
en este momento, sigue creciendo, por la sencilla razón de que está dispuesto
a cuestionar, a aprender y a confiar en las personas. Nos atreveríamos a decir
que tiene usted madera de líder. Muy probablemente ocupe usted un cargo
de responsabilidad en una organización y la gente que trabaja con usted se
sienta bien a su lado. Es usted un buen compañero de viaje. Si por casualidad
no ocupa un cargo relevante en una organización es que sus respuestas a este
cuestionario no las está llevando a la práctica. En ese caso sólo podemos
animarle a que lo haga y disfrute de sus beneficiosos efectos.
Nuestra orientación durante la lectura de este libro no es otra que se
dedique a completarlo. Tal como le hemos dicho más arriba podría haberlo
escrito usted. En este sentido le animamos a que nos haga llegar “sus
mentiras”, nos encantaría coleccionarlas e iniciar en este momento una
recolección de las grandes mentiras ciertas del management en lo que podría
llamarse Sus Mentiras 2, trabajo que nos encantaría poder llegar a publicar.
De usted depende.
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Mentira 1:
Soy protagonista de mi propia historia
No es casual empezar por esta magnífica afirmación, todo parte de ella.
Veámos cómo se representa.
Las adversidades, el contexto, las circunstancias, en pocas palabras, el
escenario en el que nos movemos determina el papel que interpretamos. Salirse
del guión es imposible, pues nos va a llevar al conflicto frontal con el resto
del reparto, el autor y la misma puesta en escena. El papel que representamos
no lo hemos elegido, simplemente intentamos llevarlo adelante con la mayor
dignidad posible. En ocasiones, observamos de reojo y con envidia a quien
tiene un mayor protagonismo en la representación. Ésta es nuestra vida y vamos
a esmerarnos en jugar bien las cartas. Comparándonos con otros, podemos
incluso concluir que la nuestra no es una mala posición. Las hay peores.
Ésta es una forma de razonar muy en boga que nos ayuda a acomodarnos en
una posición conformista, silenciosa y reactiva a los acontecimientos próximos.
Constantemente, tenemos la impresión de ser una hoja a merced del viento
y que no podemos dirigir el curso de los acontecimientos ya que las fuerzas
que se movilizan son inmensamente superiores a nuestra modesta capacidad
personal. No todos tenemos madera de héroes.
Menudo engaño ha construido usted. Lo peor es que se lo cree.
Veámoslo desde otro punto de vista. Seguro que en más de alguna ocasión
ha tenido la percepción de que el camino se bifurcaba. Era necesario elegir uno.
Parecía que se podía intuir lo que pasaría. Por un camino, nos instalábamos en
el conformismo, el lamento, la queja y la impotencia, todo ello bien envuelto en
un halo de falso confort. El otro arrancaba hacia una espléndida cuesta arriba,
prometiéndonos una travesía agitada, donde había que defender con energía
puntos de vista, luchar por mantener el rumbo, confiar en uno mismo, manejar
la ansiedad y no tener casi nunca la seguridad de haber elegido el camino
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correcto. ¿Cuál fue la decisión? Porque realmente la hubo. Siempre la hay. El
camino más difícil siempre lleva un saludable aprendizaje: la satisfacción del
trabajo hecho y un poco de serotonina producida al sentirse uno autor de la
propia biografía. No nos diga que no va encontrando en su vida bifurcaciones.
No nos diga que no va tomando decisiones. Sobretodo, no nos diga que no está
eligiendo. Le aceptamos que opte por el camino fácil, incluso que afirme que le
resulta más cómodo, lo que no le podemos aceptar es que nos defienda que no
es el protagonista de la historia que usted ha decidido escribir.
Menudo contrasentido. Nos pasamos una parte de nuestra vida en una
batalla desigual. Por un lado, fantaseamos con la posibilidad de no tener
ninguna responsabilidad, de ceder las decisiones a otro y de vivir en la notensión. Una especie de vuelta al tranquilo, silencioso y cálido útero materno.
Por otro, intuimos que la vida adquiere mayor sentido cuando cogemos nosotros
las riendas, tiramos de ellas y todo se acelera vertiginosamente.
Somos el producto del desarrollo de nuestros genes en el ambiente que nos
ha tocado vivir. La experiencia no es lo que te sucede, es lo que haces con lo
que te sucede. Si no haces nada con tu experiencia, tristemente no te sucede
nada. A medida que pasan los años, vamos encontrando nuevas bifurcaciones
significativas dentro de las que vamos eligiendo experiencias: ahora elijo el
camino del protagonismo, ahora el de la víctima. Creemos que no es posible el
equilibrio entre estas dos figuras. La balanza estará decantada claramente hacia
un lado o hacia otro. A medida que pasa el tiempo nos vamos amoldando y nos
es más difícil re-conducir o cambiar la tendencia.
Seguramente todos conocemos a alguien que abdicó de la responsabilidad
de decidir qué hacer con su vida y ha dejado que sean los acontecimientos y
el azar quienes marquen su rumbo. También conocemos a alguien que lucha
desde la convicción para conseguir que pase lo que le interesa, a la vez que
asume la responsabilidad de las consecuencias de sus decisiones.
En el mundo del trabajo también caben los dos tipos: las víctimas, que
obedecen desde su resignación a las normas de la empresa, del mercado, de
los jefes, de lo que dicta el “para qué cambiar si siempre lo hemos hecho así”.
Y otros muy distintos, los protagonistas que hacen que sucedan las cosas, los
del “yo lo veo así, vamos a probar”. Los que se lamentan y los que actúan. Las
personas que se instalan en el victimismo se sienten constantemente superadas
por los acontecimientos. Su actuación es de estímulo-respuesta automática,
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Las verdaderas 23 mentiras para crear éxito
como si ellos no intervinieran. Saben cómo les gustaría que fueran las cosas
pero no creen, ni por asomo, que puedan intervenir en cambiar el curso de las
mismas. Piensan que una serie de imponderables son los que mandan y que no
pueden intervenir. Se sienten tan pequeñitos que sólo les queda instalarse en el
lamento y esperar a que un día todo cambie. Entonces sí que podrán demostrar
quienes son verdaderamente. Hasta ese día, que no acaba de llegar nunca, han
de esperar y aguantar esa enorme injusticia que, por alguna extraña mala suerte,
les ha tocado vivir.
Encontramos muchos ejemplos cotidianos: personas que llegan tarde y le
echan la culpa al tráfico: “Es que está fatal, mientras no acaben las obras...”; que
no llegan a los objetivos y le echan la culpa al mercado: “Mientras los chinos
vendan a esos precios ¿qué puedes hacer?”; están a disgusto con su trabajo y
echan las culpa a su jefe: “Tú ya conoces a mi jefe. ¿Qué puedes hacer con un
tipo así? Nada. Aguantarse hasta que se vaya o lo jubilen.”
Siempre la misma cantinela, que se repite hasta la saciedad: “Yo no he sido,
yo no soy responsable. Yo no puedo hacer nada. Tengo que... Debería de…”.
Dan ganas de ponerle música si no fuera porque hay un mensaje muy duro detrás
de esa queja: “Yo no soy responsable. Yo soy impotente y no puedo dirigir mi
vida, así que la dejo en manos de las desgraciadas circunstancias que me ha
tocado vivir, que son las que deciden por mí. Me siento tratado injustamente
y eso me llena de resentimiento. No me merezco tan mala suerte”. Visto así,
realmente nadie merece esta vida. Porque lo peor es que acaban creyéndose
que la vida es eso, y el conformismo invade su manera de pensar. Los otros o
las circunstancias se vuelven limitadores de su vivir. “No tengo ningún control
sobre lo que me sucede, lo tienen las circunstancias o, simplemente, los otros”
En nuestra experiencia, las personas que han tenido éxito han sido aquellas
que se sentían protagonistas de su vida, que asumían la ansiedad que conlleva
decidir. Porque entre lo que ocurre y la respuesta que das, no hay ningún tipo
de automatismo. Lo que sí existe, es un precioso proceso de decisión que te
está esperando para que “tú” decidas lo que quieres que pase. “Tú” analizas y
en base a “tus” valores y de acuerdo a “tus” principios, decides. Y recuerde, lo
importante no es que luego ocurra lo que había planeado. De ninguna manera,
porque, efectivamente, los chinos están marcando políticas comerciales muy
agresivas y, supongo que usted solo no puede modificar la economía china.
Hay que reconocer que existen factores que son condicionales y que no están
en nuestras manos, pero no por eso nos volvemos pasivos. A fin de cuentas,
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en último extremo, podemos considerar que la vida es un fracaso, porque
al final te mueres. Y eso no nos deprime, sino que nos estimula a vivir más
intensamente.
Lo importante es que cuando tomemos decisiones lo hagamos de acuerdo
con nuestros valores y principios, que asumamos la responsabilidad de
nuestros caminos. A la pregunta de: “¿Has hecho lo que debías?”, contestemos
con rotundidad y afirmativamente. Eso sí que es incondicional. Aquí no
nos equivocaremos nunca, independientemente del resultado. A eso se le
llama “dormir tranquilo todas las noches”. A esto es a lo que le llamamos
ser protagonista de tu vida, al proceso de decidir qué quieres que pase, al
asumir con responsabilidad las consecuencias de nuestros actos. A intentarlo
perseverantemente. Si no piensas y actúas, otros lo harán por ti y sólo podrás
lamentarlo. Éste es el reto.
Puede que las interpretaciones que hacemos de lo que nos pasa también
lleguen a fatigarnos, producirnos desánimo y hacernos perder el optimismo
necesario para mantenernos en nuestra posición de protagonista. Puede que
añoremos la posición contraria, la de no sentir la responsabilidad y buscar la
aparente comodidad de la víctima. Hay que estar alerta ante estas situaciones
y, aunque nos demos de vez en cuando permiso para ser un poquito víctimas
y que nos compadezcan, debemos volver luego, rápidamente, a nuestro
posicionamiento de protagonista.
En ocasiones, hemos encontrado algunas víctimas que habían escalado
hasta puestos de alta responsabilidad. El panorama era desolador: ante su no
decisión desplegaban una actividad errática y consumían la mayor parte de sus
energías en justificar unos resultados que no sentían como propios. Si tenían
equipo, su estado era francamente lamentable.
Ser protagonista significa asumir las decisiones en coherencia con los
principios y valores propios. La vida la vamos llenando de sentido con esa
coherencia, independientemente de si los resultados coinciden con nuestros
objetivos. El éxito está más allá de los resultados.
Ser protagonista es optar por el camino del aprendizaje, aunque duela. Y
tenga la seguridad que el mundo se mueve a merced de los impulsos que usted
y otros como usted transmiten incansablemente.
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