LAS ORGANIZACIONES DE LA SOCIEDAD CIVIL Y EL GOBIERNO PANISTA EN JALISCO Jorge Alonso, Ciesas Occidente. E-mail [email protected] Isabel Blanco, Universidad de Guadalajara. E-mail [email protected] Texto preparado para su presentación en el XXII Congreso Internacional de Latin American Studies Association (LASA2000) The Hyatt Regency Miami, Florida, Marzo 16-18 de 2000. 2 LAS ORGANIZACIONES DE LA SOCIEDAD CIVIL Y EL GOBIERNO PANISTA EN JALISCO Jorge Alonso, Ciesas Occidente. Isabel Blanco, Universidad de Guadalajara Una discusión teórica a manera de introducción. Este escrito pretende abrir una discusión en torno a la relación que se ha ido estableciendo entre organismos de la sociedad civil y el gobierno panista en Jalisco. Se situará este debate en el marco de la teorización acerca de la sociedad civil y del papel que tienen en ésta los organismos no gubernamentales, los cuales últimamente han ido adquiriendo una gran presencia social y política. Posteriormente se revisarán someramente los antecedentes de las relaciones de este tipo de organizaciones y el gobierno jalisciense antes de las elecciones de febrero de 1995. Estos comicios cambiaron el panorama político local. Se describirán y analizarán los nexos y contradicciones que han ido emergiendo durante la gestión del gobierno del PAN en Jalisco (i). Conviene iniciar con precisiones en torno al concepto de sociedad civil. El Presidente Zedillo ha manifestado gran desconfianza de lo que pueda ser la sociedad civil. En coyunturas de conflicto con organismos civiles demandantes de una eficiente política de paz ha intentado descalificar a organizaciones independientes y ha pretendido hacer pasar por el visto bueno del gobierno las voces que consideraría como realmente provenientes de la sociedad civil. En esta dinámica, el Presidente en 1999 enfatizó ante los damnificados por las inundaciones en el sureste que el gobierno no trataría con líderes, sino que daría la ayuda uno a uno. Por su parte la dirección nacional panista, resaltando su concepción de organismos intermedios entre el individuo, los partidos y el gobierno, ha manifestado también su desconfianza de lo que en la opinión pública mexicana se designa como sociedad civil. Ha llegado a intentar ridiculizar esa conceptualización indicando que se trata de una señora que no se sabe dónde vive. Exhorta a los organismos civiles a que si se quieren meter en cuestiones políticas no suplanten a los partidos sino que adopten la militancia clara 2 3 partidaria. Ciertamente tanto académica como políticamente el término sociedad civil se ha utilizado de manera muy amplia. El Ejército Zapatista de Liberación Nacional ha hecho llamados a la sociedad civil para que a través de novedosas organizaciones, al margen del mismo gobierno, se dé respuesta a la crisis mexicana. No pocos políticos invocan a la sociedad civil, y las organizaciones de todo tipo también se refieren a sus potencialidades. Sin embargo, hay mucha imprecisión entre quiénes componen dicha sociedad civil. En la mayoría de los discursos, por lo general, se le asignan grandes capacidades de transformación y se le visualiza de una manera bastante homogénea. A veces es posible entender que el nuevo sujeto social, depositario de una misión histórica ineludible y que va erradicar todos los males sociales es únicamente ese componente difuso llamado sociedad civil. En la sociedad civil no todos tienen los mismos intereses, ni igual poder; es más, es la arena de lucha de clases, sectores y grupos. La sociedad civil se ha visto como el lugar de encuentro entre lo privado y lo público, como la esfera de relaciones sociales y sus conflictos. Así, si por un lado se enfatiza la igualdad jurídica, por otro no puede eludirse la desigualdad social realmente existente. Es relevante la lucha por hacer valer y extender la primera y por reducir la segunda. Ciertamente en la sociedad civil se expresa toda una dinámica emancipatoria, pero también en ella se da la explotación y la opresión de todo tipo. Este carácter eminentemente contradictorio obligaría a no asignarle papeles globales unidireccionales. El concepto de sociedad civil ha sido de los que más cambios ha tenido en la teorización social. Hay organizaciones que dinamizan e identidades que organizan. Aunque al referirse a los individuos y sus derechos no hay una explicitación de oposiciones y contradicciones, éstas existen, se expresan y repercuten en la manera como se organizan diferentes sectores de individuos. Así, se conforman varios movimientos sociales. Los movimientos sociales tienen altibajos. Hay momentos de ascenso y otros de debilitamiento. No todos los movimientos tienen la misma direccionalidad. Los hay promotores de proyectos, y existen los que se van desdibujando. Ante una creciente pluralidad se van instituyendo diferentes representatividades. Habría que aclarar que un movimiento social no es propiamente una agrupación sino una forma compleja de acción. Entre los nuevos movimientos sociales podemos ubicar los correspondientes a las llamadas organizaciones no gubernamentales (ONGs). Estas agrupaciones civiles que no tienen fines de lucro sino que se encaminan a la beneficencia y promoción social datan de tiempo atrás. No obstante, primero con la imposición de las políticas neoliberales, y con su quiebre últimamente, han cobrado una relevancia preponderante entre la actividad basista de amplios sectores sociales. Las denominadas organizaciones no gubernamentales han sido parte importante de movimientos específicos, y ellas mismas han ido construyendo un movimiento 3 4 en sí mismo. Las incapacidades estatales para dar respuestas a demandas postergadas y crecientes de una gran porción de la población, la gran inequidad que se acrecienta por el disfrute exclusivo de unos cuantos de un bienestar social del cual las mayorías son excluidos ha abierto mayores campos a las así denominadas organizaciones no gubernamentales. Muchos militantes de movimientos progresistas, antiguos y nuevos promotores sociales y miembros de asociaciones asistencialistas se han encontrado en la práctica de buscar salidas a la crisis social y han establecido puntos de contacto y alianzas. Ha habido convergencias entre ideales libertarios, humanistas y de compromisos emanados de creencias religiosas para coincidir en una crítica a las condiciones injustas y para buscar alternativas viables. Si antes, prevalecía una atención a los más desamparados, el crecimiento del margen de la miseria ha llevado a muchos grupos ha tratar de impulsar un cambio social (ii). Existe el peligro de que los viejos y nuevos organismos de la sociedad civil que encaran esos problemas sólo funcionen para hacer menos estridentes las contradicciones entre los derechos de la población y las obligaciones relegadas del estado; pero también en su búsqueda de soluciones inmediatas se va dando una profunda crítica al statu quo y a la misma dominación. Por un lado es cierto que se les asigna atender como paliativo lo más cruel de la exclusión, que la fragmentación no permite que su potencial renovador crezca. Pero las convergencias que se han ido fraguando han hecho que ese confinamiento vaya siendo quebrantado. Las principales características de estos organismos civiles son, aparte de no pretender con su acción conseguir lucro o ganancia, el que no intentan usurpar ninguna representatividad, que se han ido integrando alrededor de proyectos específicos, que defienden su autodeterminación e independencia, y que se han convertido en un fenómeno de dimensiones muy amplias. Sus mismas necesidades los han ido conduciendo a tejer consistentes redes regionales, nacionales y mundiales. Sus formas son las más variadas posibles y están encaminadas a la amplitud de objetivos que conlleva la misma actividad humana que implica toda la gama generacional, de género, de salud, de educación, y de preocupación del bienestar social y de defensa de los derechos humanos. Se entrelazan organismos de formas tradicionales con los más innovadores (iii). Si bien la sociedad civil en cuanto tal es una abstracción que no puede sugerir programas de actuación política o ejercer funciones cívicas básicas, los ciudadanos de esa sociedad civil sí son capaces de tal actuación, y esto lo hace más eficazmente a través de organizaciones. Los organismos civiles van buscando cómo articular la representación política de acuerdo con los cambios sociales actuales (iv). Rafael Reygadas, después de un exhaustivo estudio del desarrollo de este tipo de organismos, ha llamado la atención acerca de que las redes que han ido formando estos organismos son formas asociativas de respuesta al agotamiento de la organización burocrática, centralista y de control social, que caracteriza a la sociedad de fines de siglo. Considera que sus rasgos principales son antitéticos a las formas de organización dominantes, pues rompen 4 5 jerarquías, promueven relaciones horizontales, se refieren a problemas de la vida cotidiana, y su actividad depende de la iniciativa que parte de la base (v) Gobierno y sociedad en Jalisco. Algunos antecedentes El gobierno en Jalisco ha pasado por varias etapas en cuanto a procurar atender necesidades sociales de los más desposeídos. En 1911 creó una junta de vigilancia y beneficencia pública. Doce años después promulgó la ley orgánica de beneficencia pública. A principios de la década de los cuarenta creó un departamento de asistencia social. Para 1944 ya había emitido la ley que constituía un patronato de asistencia social (que incluía al Hospicio Cabañas, al Hospital Civil, un internado y dispensarios). Dos años después puso bajo este patronato el control y vigilancia de la beneficencia privada. A finales de 1959 creó el Instituto Jalisciense de Asistencia Social (IJAS) al que se le encargaron los servicios asistenciales que no fueran competencia de los servicios coordinados de salubridad. Se le encomendó también supervisar las actividades de instituciones que se dedicaran a la asistencia privada. La novedad de este organismo radica en que es una entidad descentralizada, dedicada a coordinar esfuerzos de la sociedad civil en la asistencia social. Se le concibió apoyado en tres bases: el gobierno, la iniciativa privada, y los organismos asistenciales de la sociedad. Esto lo ha hecho una institución única, pues se trata de un organismo mixto con tres raíces. Por ley representa a la beneficencia pública del Estado, y tiene el cometido de coordinar la beneficencia privada. Se ha especializado en la atención a los más desprotegidos. Pese a su estructura, con los gobiernos priístas funcionó de hecho como una dependencia gubernamental más. Las organizaciones civiles asistenciales han tenido contacto con el gobierno en turno a través de las políticas sobre beneficencia pública. La presencia de este tipo de organizaciones es muy antigua. Pero su inserción en la vida política y social fue más bien marginal. Por su parte el partido del estado fue organizando colectivos laborales, campesinos y de distintos servicios bajo el esquema corporativo. A las prácticas clientelares fue sumando también diversas organizaciones territoriales de vecinos y de colonos. Los grupos opositores fueron intentando alternativas organizacionales independientes tanto en el ámbito sindical como en organismos campesinos y sobre todo de pobladores urbanos. Las principales luchas se dieron en torno a los clásicos movimientos de masas. Los sismos de septiembre de 1985 afectaron no sólo a la ciudad de México. La jalisciense Ciudad Guzmán fue destruida en una cuarta parte. En esta ocasión anteriores organizaciones civiles de desarrollo social y organizaciones eclesiales de base se manifestaron como protagonistas relevantes en las etapas de reconstrucción. Con esto empezaron a resaltar otros tipos independientes de participación social: novedosos agrupamientos no gubernamentales que organizaban pequeños núcleos de ciudadanos para responder a necesidades de promoción social. Estos se hicieron todavía más visibles en Jalisco con la 5 6 competencia electoral presidencial de 1988. No pocos de estos organismos dieron apoyo ciudadano, electoral y postelectoral en defensa del voto, a la candidatura de centro izquierda que encabezó Cuauhtémoc Cárdenas. La importancia social y política de este tipo de organismos fue creciendo a principios de la década de los años noventa. En el clima opositor que se fue generando en contra del gobernador priísta Cosío Vidaurri fueron emergiendo muchos organismos civiles que cobraron fuerza precisamente en acciones de protesta. Ante el creciente clima de inseguridad a principios de 1992 grupos de mujeres de la clase alta organizaron manifestaciones que retaron al gobernador. En esa coyuntura se dieron convergencias interclasistas. En abril de ese año varias calles de la ciudad de Guadalajara estallaron. La opinión pública culpó al gobierno federal porque atribuyó a PEMEX la responsabilidad del estallido, pero también reclamó al gobierno local priísta que no hubiera actuado adecuadamente primero para prevenir la tragedia y después para enfrentar sus efectos. Muchos grupos sociales que habían venido manifestándose se dinamizaron y apoyaron a las organizaciones que nacieron a raíz del desastre. Gran cantidad de organismos civiles y ONGs se entrelazaron para diseñar soluciones. Lo primero que logró esta confluencia de organismos ciudadanos fue presionar para que Cosío Vidaurri pidiera licencia y dejara el gobierno. Estos organismos propiciaron la creación de una actitud que demandaba por una parte soluciones, y por otra que la corrupción que había dejado al descubierto el desastre no quedara impune. Un año después, en mayo de 1993, fue asesinado en el aeropuerto de Guadalajara el Cardenal Posadas. De nueva cuenta un cúmulo de organizaciones civiles de todo tipo y signo ideológico conformaron una convergencia plural que durante varios meses rechazó las versiones oficiales y estuvo exigiendo el esclarecimiento del crimen. El ánimo de la mayoría de los organismos ciudadanos que se manifestaban públicamente era opositor al gobierno. En ese contexto se llegó al año electoral de 1994. Con la aparición en enero de ese año del EZLN varios agrupamientos ciudadanos jaliscienses se sumaron a la demanda generalizada en el país para que el gobierno federal no recurriera al aplastamiento de la insurrección indígena sino que adoptara medidas de diálogo para fincar una paz de nuevo tipo. La elección federal en agosto implicó prácticamente un empate entre el partido del estado y la oposición con más tradición y consistencia en la entidad, la panista. La elite de los empresarios se puso abiertamente del lado del PRI. En esas fechas un gran número de organizaciones ciudadanas independientes que venían trabajando en diferentes campos de la promoción y la asistencia social a mediados de 1994 decidieron integrarse en una red de apoyo mutuo para la acción social. Así se constituyó el Foro de Organizaciones Civiles (FOCIV). Una necesidad que los conjuntó fue la urgencia de diseñar una estrategia ante la crisis financiera de las ONGs. A través de esa primera actividad, vieron que 6 7 tenían más puntos en común. El FOCIV cuenta con una asamblea general como órgano directivo y con diez coordinaciones temáticas como espacios intermedios de elaboración de propuestas sectoriales y de proyectos afines. Tiene además de una coordinación de enlace, una coordinación técnica. El FOCIV se ha presentado como espacio plural de la sociedad civil, independiente de los partidos, de la iglesia y del gobierno. Plantea que su objetivo tiene que ver con el análisis el impulso y la gestión de alternativas de acción propia y de política social dirigida a los problemas más graves de la población. Además de brindar asesoría y capacitación a sus integrantes, arrancó con una campaña denominada Jalisco, agenda social y desarrollo, por la que ha buscado difundir la problemática social y las propuestas de las organizaciones que lo conforman. A finales de 1994 el Foro optó por intervenir en la campaña electoral local. Se propuso hacer una invitación a los candidatos de los tres partidos más importantes (PRI, PAN y PRD) a la gubernatura para lograr con ellos acuerdos en torno a la definición de mecanismos claros e institucionales de articulación entre las ONGs y el gobierno. Demandaron que las ONGs fueran tenidas en cuenta en la elaboración y seguimiento de las políticas sociales del gobierno y que se hiciera un compromiso para que se impulsara una legislación favorable a los trabajos de las ONGs. El candidato priísta a la gubernatura rechazó la invitación del Foro. El del PRD la aceptó. Y el 13 de enero de 1995 el candidato panista, Alberto Cárdenas, asumió como compromisos instalar e institucionalizar mecanismos concretos para la interlocución democrática. Se logró un acuerdo que apuntaba a una corresponsabilidad entre el gobierno del estado y las organizaciones civiles. Otro de los compromisos asumidos por el candidato panista versó sobre la adopción de mecanismos para que las organizaciones civiles tuvieran una participación activa y permanente en la formulación del Plan Estatal de Desarrollo, especialmente en lo relativo al diseño de las políticas sociales y al seguimiento de las mismas. El tercer compromiso fue impulsar de común acuerdo la iniciativa de ley de Fomento de organizaciones civiles. El último compromiso se refirió a que en un plazo no mayor de cien días a partir de que el candidato asumiera la gubernatura, en caso de que ganara, el Foro elaboraría una propuesta para poner en práctica los compromisos y el nuevo Gobernador atendería una reunión de trabajo para ver cómo se cumplirían. El triunfo del PAN El 12 de febrero de 1995 el candidato panista a Gobernador ganó con una victoria aplastante. No pocos electores optaron por el voto útil opositor en favor del PAN. Las elecciones constituyeron una confluencia de muchos malestares que reificaron la causa de sus males en el gobierno y en su partido y que dejaron de lado conflictos clasistas, que aunque latentes permanecen operantes. Se venía de una tendencia de elecciones federales muy competidas, muy reñidas. La crisis económica que se manifestó estridentemente en diciembre de 1994 desbalanceó, y se amplió la ventaja opositora panista. 7 8 Hubo y se respetó el triunfo de la oposición. El PAN ganó la gubernatura y la mayoría del Congreso. También triunfó en los municipios metropolitanos y en los más importantes de la entidad. Se colocó quince puntos porcentuales por encima del PRI. Hubo cierta recomposición de las elites. Un partido diferente al partido del estado ganó el poder local. En el proceso intervinieron como actores los partidos; pero aunque a través de ellos se definió el proceso, no fueron el factor clave del cambio en Jalisco. Los empresarios estuvieron presentes, pero la gran apuesta de recursos que hicieron no ganó. La iglesia ciertamente influyó, pero su presencia tampoco puede verse como determinante. El gobierno utilizó recursos propios en favor de su partido, aunque no con tanta decisión como en ocasiones anteriores. El retraimiento contó. Los medios ilegales que se utilizaron no gravitaron en demasía. Pesó una ciudadanía agraviada que quiso cambiar gobernantes. Se inhibió una maquinaria no por ánimo democratizador de la cúpula gobernante nacional, sino por temor que un conflicto postelectoral provocará un desbarajuste económico mayor. El gobierno pensaba que si había paz política se tranquilizarían los mercados. En Jalisco se dio un voto de protesta, agregación de situaciones particulares universalizada en el rechazo a la situación económica y política. Se emitió un voto de sanción a una clase política repudiada. Los partidos organizaron la captación de votos, pero la ciudadanía se expresó a través, pero por encima de ellos. El triunfo de un partido opositor en Jalisco, el PAN, fue producto y dinamizó muchas expectativas en numerosos sectores de la sociedad jalisciense en el contexto del recrudecimiento de una crisis económica y política nacional de enormes proporciones que ha golpeado a casi todos los niveles sociales. En las etapas de transición las expectativas se desbordan. En el Jalisco donde ha empezado a gobernar el PAN esto se ha confirmado. También la actividad de los organismos no gubernamentales y la reorganización de diversos agrupamientos sociales se ha revitalizado. Entre la aceptación y el recelo La sociedad civil jalisciense articulada en organismos no gubernamentales o de la sociedad civil de inmediato se pusieron en contacto con los nuevos gobernantes panistas y los obligaron a definirse en torno a su existencia y ámbito de actividad. Un primer cuestionamiento fue en torno al número de organismos de esta naturaleza que han estado operando en Jalisco en el primer año de la gestión panista. Esto no es de extrañar pues por su misma novedad, aunque algunos de ellos vienen de tiempo atrás, no han podido ser visualizados cabalmente. Un primer recuento en 1995 de los así llamados organismos no gubernamentales por parte del nuevo gobierno panista fue el siguiente (de acuerdo con los datos que han proporcionado ya una dependencia federal, la delegación de la Secretaría de 8 9 Desarrollo Social, ya instancias del gobierno local como el DIF Jalisco o el Instituto Jalisciense de Asistencia Social): Tipo de actividad Salud Desarrollo comunitario Tercera edad Ecología Jóvenes y niños Mujeres Discapacitados Indígenas Culturales Derechos humanos Totales SEDESOL 84 163 DIF 32 23 IJAS 62 72 26 17 40 9 13 8 37 8 381 12 30 37 20 11 2 7 4 148 37 2 43 18 264 No obstante, el mismo gobierno estatal reconoció que no existía un registro unificado que diera cuenta de la magnitud y de las labores realizadas por las organizaciones no gubernamentales en Jalisco (vi). De acuerdo con las listas que se tenían en 1995 se podría concluir que habría un total de 793 organismos de base. Sin embargo, convendría aclarar que en esos registros podían estar incluidos organismos varias veces, dependiendo de diferentes adscripciones. El gobierno panista se propuso como una primera tarea el elaborar un padrón confiable. La subsecretaría de gobierno y de participación social en un segundo recuento global estimaba que en el estado de Jalisco existían 650 ONGs, de las cuales alrededor de 490 tenían su sede en la zona metropolitana de Guadalajara. Uno de los grandes problemas para llegar a un registro confiable tenía que ver con la gran flexibilidad de este tipo de organismos. Algunos se fusionaban. Otros desaparecían. Algunos entraban en receso. Mientras tanto se formaban nuevos. El 30 de junio y el primero de julio de 1995 se llevó a cabo en la ciudad de México el Encuentro Nacional de Organizaciones Ciudadanas (ENOC) que se autodefinió como conjunto de organismos que actuaban desde la sociedad civil en favor de la democratización integral, la vigencia plena de los derechos humanos, de modelos alternativos de desarrollo económico y social y abriendo espacios para el debate. A este encuentro acudieron varios de los grupos jaliscienses integrados al FOCIV. Pocas semanas después diputados federales jaliscienses del PRD y organismos civiles tuvieron una reunión con el Gobernador de Jalisco en la que presentaron la carta de derechos ciudadanos que había sido fruto del encuentro nacional (vii). El Gobernador declaró públicamente que asumía las propuestas de dicha carta. En el FOCIV actuaban otros organismos que no habían querido participar en el 9 10 ENOC y que tenían desconfianza de que se quisiera estar impulsando un nuevo partido político. En el seno del FOCIV se volvió a plantear la necesidad de tener la entrevista acordada con el Gobernador cuando éste era candidato. El Gobernador no lograba entender que había una diferencia entre la reunión que había tenido con el ENOC y la que ahora le demandaba el FOCIV. Sin embargo, aceptó otra entrevista con el Foro el 16 de agosto de 1995. Este le entregó un documento que era fruto del trabajo de 44 ONGs (de las cuales las de niños, mujeres, derechos humanos y educación eran las más numerosas). Se demandaba un diálogo entre la sociedad y el gobierno, particularmente a partir de las organizaciones civiles. El Foro expresó que tenía la voluntad para colaborar con el gobierno en la búsqueda de un proceso compartido de desarrollo justo en favor de los sectores más desfavorecidos. Entre las propuestas para poner en marcha los compromisos asumidos previamente se enlistó el conformar un grupo de trabajo entre representantes del gobierno y de organismos civiles, impulsar foros convocados por el gobierno y las organizaciones civiles para la elaboración de propuestas de una política social. Se demandó que no todo terminara con la participación en la elaboración del Plan Estatal de Desarrollo, sino que se formara un consejo civil que cumpliera las funciones de contraloría social. Otro punto importante se refería a que conjuntamente el gobierno y las organizaciones civiles presentarían ante el legislativo un proyecto de ley de fomento a las organizaciones civiles. También se le presentaron al Gobernador una serie de propuestas temáticas correspondientes a las coordinaciones de menores, mujeres, indígenas, tercera edad, discapacitados, derechos humanos, ecología, salud, economía popular y desarrollo urbano y vivienda. Destacaban entre las demandas la de incluir en el código civil del estado los derechos del niño, la relativa a un programa estatal de la mujer, la que exigía respeto a la diferencia que se manifestaba en los pueblos indígenas, la concerniente al reconocimiento a sus formas tradicionales de designación de autoridades, la que señalaba que en los derechos humanos se deberían incluir los laborales y los políticos, la que expresaba que tenía que darse una actuación especial en contra de la especulación de los bancos y de los agiotistas, la que versaba sobre el apoyo a proyectos económicos cooperativos, y la que planteaba la urgencia de impedir la especulación con la tierra y con los precios de los materiales de construcción. A esta reunión asistieron el Gobernador y el subsecretario de participación social. Este último quedó designado por parte del Gobernador como su representante para las ulteriores reuniones con el Foro. Se acordó conformar un grupo de trabajo conjunto. Se aceptó que se formara el consejo civil. Se admitió la presentación conjunta de un proyecto de ley de fomento a las organizaciones civiles. Se apuntó que serían convenientes jornadas de trabajo entre el Foro y las dependencias gubernamentales que tuvieran relación con las mesas de trabajo. El gobierno panista solicitó al Foro que formulara propuestas para el Plan Estatal de Desarrollo. El Foro las planteó, y fueron incluidas en este documento, que por ley el gobierno entrante tenía que presentar. El Gobernador aceptó respaldar ante 10 11 el consejo estatal de población las propuestas de las mesas de mujeres para un plan estatal de la mujer que se planeaba formular. El Plan Estatal de Desarrollo, precisamente porque recogió muchas y muy diversas visiones, incluyó elementos progresistas en las propuestas respecto a la relación del gobierno con la sociedad civil y en particular con las organizaciones no gubernamentales. Dicho plan que fue difundido en septiembre de 1995 llevaba por título precisamente Compromisos entre sociedad y estado para el desarrollo sustentable en Jalisco. Se reconocieron como graves problemas la creciente pobreza, el aumento del desempleo y de la delincuencia, así como el desequilibrio en la ecología. Se precisó que esto tenía que ver con políticas de gobierno inadecuadas. Se puntualizaba que el primer propósito gubernamental era buscar el bien común con una visión a largo plazo, definir con claridad los problemas que debía corregir, conducir la administración de una manera eficiente y honesta a través de una planeación democrática. El plan fue producto de una amplia consulta en todos los municipios y con “grupos representativos” de la sociedad. Se recalcaba que se pretendía un gobierno abierto y dialogador, que fortaleciera la atención y participación ciudadana, que promoviera las consultas populares. Se anunció que se reestructurarían los consejos de consulta ciudadana. El gobierno jalisciense manifestó acuerdo en que se promovieran nuevas formas de consulta ciudadana como el plebiscito, el referéndum y la iniciativa popular. Se propuso también tener en cuenta las quejas y denuncias que se captaran a través de buzones instalados en los municipios. Para la iniciativa de ley de fomento a las organizaciones civiles, el FOCIV y el Gobernador habían acordado conformar una comisión en la que se estudiaría la iniciativa de ley federal para adecuarla a los marcos locales. En octubre de 1995 el Centro Mexicano de Filantropía, el grupo Convergencia, el Foro de Apoyo Mutuo y la Fundación Miguel Alemán en la Universidad Iberoamericana conformaron un grupo plural para elaborar una propuesta de proyecto de ley de fomento a las actividades de bienestar y desarrollo social. El FOCIV retomó esta propuesta para que fuera base de discusión con el gobierno de Jalisco (viii). Este proyecto no prosperó en la ciudad de México, y en Guadalajara el plan, que incluía apoyarse en esa propuesta, también se estancó. Dos semanas después de la reunión con el Gobernador hubo una asamblea del FOCIV con la asistencia de 60 personas en la que sólo se reunieron las mesas de mujeres, niños y economía popular. Días después hubo otra asamblea también con poca asistencia. Por parte de ambos lados hubo dificultad para traducir en hechos las propuestas. Prosiguieron las reuniones entre el FOCIV y la subsecretaría para negociar los criterios e instalación de los grupos de trabajo. Hubo disposición abierta por ambas partes, pero la buena relación una vez concluido el primer año de administración panista no había llegado a cuestiones concretas. En una primera etapa, una vez establecidos los acuerdos generales, fue faltando trabajo organizado en la base para que lo planteado tomara cuerpo. 11 12 Por su parte el gobierno no ha tenido propuestas propias al respecto. Se dio un pasmo en cuanto a lo propositivo concreto. Se sumó a esto que en el gobierno ha existido alguna desconfianza hacia las organizaciones civiles muy activas a las que ubican como izquierdistas. Hay miedo a todo lo organizado. Hay un discurso aceptable, pero pasmo práctico. Hay apertura pero no se acaba de entender del todo lo que son las organizaciones no gubernamentales. No obstante, dado que en el gobierno los funcionarios han visto como punto importante todo lo relacionado con participación, han llegado a tener apertura hacia la experiencia de muchas ONGs que han demostrado eficiencia en este punto. Sin embargo, hay una actitud diferenciante: a asesores de la iniciativa privada les pagan sus servicios; pero quisieran que las ONGs dedicadas a ofrecer talleres y materiales en torno a la participación popular asesoran al gobierno gratuitamente. El 9 de octubre de 1995 sobrevino un terremoto de 7.5 grados en la escala de Richter que afectó gravemente la costa jalisciense. Las energías de la subsecretaria de desarrollo social se concentraron en la reconstrucción (ix). A raíz del terremoto surgieron algunos grupos civiles, pero no tuvieron ni la vitalidad ni la independencia que hubo con los sismos de 1985. Organizaciones que formaron parte del FOCIV elaboraron planes de colaboración y contacto directo con algunas dependencias del nuevo gobierno como fue el caso del taller de Arquitectura Popular que se trató de vincular al plan estatal de vivienda. Se han dado reuniones del gobierno con ecologistas en torno al saneamiento del lago de Chapala. Otras organizaciones como el Instituto Mexicano de Desarrollo Comunitario ha hecho talleres con policías judiciales en la Procuraduría sobre derechos humanos, y con autoridades de ocho municipios para ver cómo hacer los planes municipales. En un programa gubernamental para la prevención del delito denominado Colectivo Jalisciense de Dignidad Ciudadana, han participado 13 ONGs y otras organizaciones civiles. Otra iniciativa gubernamental que ha incluido cuatro organizaciones no gubernamentales ha sido el Consejo Consultivo de Desarrollo Municipal, en el que se encuentran presidentes municipales, representantes de universidades, y de colegios de profesionistas. En ese consejo las ONGs han hecho ver que no basta buena voluntad sino que se requiere capacidad de ejecución y de evaluación. Ahí se ha constituido un espacio para discutir los problemas estatales. Se cambió la anterior estructura que era muy vertical y se respetó la pluralidad de los sectores, aunque el gobierno sigue manteniendo el control de convocatoria y decisión. Habría que anotar, sin embargo, que el gobierno ha mostrado dificultad para recibir propuestas de la sociedad civil organizada aun en comisiones de iniciativa gubernamental. Las redes nacionales a nivel nacional han tenido más presencia y actuación que las redes jaliscienses. Mucho ha influido la crisis. No pocas de las organizaciones se han tenido que concentrar en sus propias actividades. No han podido destinar 12 13 tiempo ni recursos a las redes que han creado. Hay más una decisión que una red eficiente. A finales de 1995 nominalmente constituían el FOCIV 85 organizaciones, pero en realidad sólo mostraban vitalidad 35. Además, la mayoría de las actuantes tenían una cultura de la delegación. Dejaban en un puñado de activistas las principales tareas. Búsquedas de financiamientos Los organismos no gubernamentales se han debatido en una discusión no resuelta sobre si necesitan o no un marco legal. Algunas organizaciones quisieran más claridad en lo referente a lo fiscal. Otras buscarían apoyos económicos por parte del gobierno. Muchas más recelan de esto porque pierden independencia. Las agencias de financiamiento internacional han ido privilegiando otras regiones y retirando anteriores apoyos económicos que destinaban a México. Hay muchas organizaciones compitiendo por recursos escasos. En este contexto que implicaba tanto la búsqueda de financiamiento como una definición clara en su relación con el nuevo gobierno panista en Jalisco se fue preparando entre el IJAS, el FOCIV y otras ONGs nacionales una reunión con representantes del BID. En 1995 el IJAS, como muchos organismos altruistas, había limitado sus servicios; se daba una fuerte crisis de asistencia social. Si bien el criterio asistencialista se ha caracterizado por servir de paliativo sin que toque las causas de la pobreza, este tipo de servicios no se pueden dejar de prestar. Además la asistencia social había servido como un instrumento de control y de proselitismo del partido del estado. Con la llegada del PAN al gobierno se ha enfatizado que ya no se utilizará la pobreza para cosechar votos. También es cierto que a las ONGs se les ha querido utilizar para que en los tiempos de reducción del estado el costo de la asistencia social disminuya para el estado, aprovechando que la mayoría de los que contribuyen en las ONGs son voluntarios con espíritu altruista. No obstante, la nueva emergencia las ONGs les ha dado otro carácter, más crítico, propositivo, profesional, integral que contempla procesos de democratización y participación que son contrarios a los viejos estilos corporativos y clientelares. El nuevo gobierno panista intentó que el IJAS reasumiera su carácter inicial de organismo mixto (gubernamental y privado). La nueva administración reportó que contaba con la afiliación de 285 organismos civiles. De una dirección vertical se ha pasado a otra, colegiada. También en su anterior administración se detectaron grandes fugas de recursos. Esto fue corregido. Así la asistencia directa del IJAS creció en el año de 1995 en un 308%, y no en esa proporción crecieron sus recursos. Se redujo el aparato administrativo. En 1995 atendió a medio millón de jaliscienses a través de 5,444 voluntarios en sus organismos afiliados. No obstante, las herencias burocráticas no las ha podido cambiar. 13 14 El Banco Interamericano de Desarrollo quiso hacer una reunión con ONGs en México. Se planeó que se realizara en 1996 en Guadalajara. El IJAS fue el anfitrión. El Secretario de finanzas del gobierno de Jalisco la auspició. Entre los principales convocantes estuvo el FOCIV. Se invitó a dos mil instituciones mexicanas para que enviaran sus puntos de vista. Se propuso al gobierno panista de Jalisco el diseño de un programa piloto para dar seguimiento a las conclusiones de la consulta, se promovió el proyecto entre representantes del gobierno federal, estatal municipal, iniciativa privada y agencias de cooperación internacional. Así en enero de 1996 se llevó a cabo un Foro de consulta para analizar lo relativo al financiamiento de organismos como los ONGs. Asistieron cuarenta organismos provenientes de todo el país. Esta consulta nacional fue bautizada Fortalecimiento de la sociedad civil, una propuesta de las organizaciones civiles mexicanas. En la discusión de esta reunión se planteó que las organizaciones civiles podían convertirse en un medio para optimizar los recursos del desarrollo social como aportadoras de soluciones creativas de proyectos que canalizaran recursos y propuestas. En el centro de la discusión de la reunión estuvo lo relativo al establecimiento de condiciones en el campo financiero, en el de la capacitación para que esos organismos se fortalecieran y pudieran incluir a capas cada vez más amplias del sector social. Un objetivo central era fortalecer la participación de ONGs en los diversos programas financiados por BID, impulsar nuevas formas de coparticipación entre el banco, gobierno y las ONGs de la sociedad civil y el sector empresarial en los programas de desarrollo social y comunitario. Se pretendía crear instrumentos para elevar la capacidad de participación de los organismos. Uno de los lemas era “Se achica el estado y se fortalece la sociedad civil”. En la reunión se enfatizó que la acción privada contrapesaba al estado y al mercado, los cuales habían demostrado su incapacidad para lograr paz y democracia en medio de una gran desigualdad social. Se criticó que en México el gobierno considerara marginales a las ONGs. Estas demandaban que se les tratara como organismos de interés público. Se intentaba ver cómo lograr una federalización de los recursos. Se enfatizó la idea de que la construcción del estado no era responsabilidad exclusiva del gobierno sino también de la sociedad civil. Se recalcó que se habían dado cambios de corte estratégico en los últimos seis años en la sociedad civil. Y estos se evidenciaban en la capacidad de las ONGs de establecer múltiples, variadas y dinámicas redes. Se había crecido en el contacto y también en el respeto mutuo que acrecentaba el pluralismo y la tolerancia. Se había logrado dar un salto de posiciones sólo críticas para llegar a etapas propositivas. Emergían nuevas formas de participación. Se visualizó cómo en las actuales ONGs había profesionales muy bien preparados. Se levantó la voz en contra del centralismo. Hubo una revaloración de visiones éticas. Se profundizó en la discusión sobre la democracia. Se proclamó que era muy alta la autopercepción de la sociedad civil. Se estaba rompiendo el autoconfinamiento 14 15 anterior de los organismos de todo tipo. Las ONGs eran conscientes de sus potencialidades y reclamaban un lugar en la construcción del estado. Las organizaciones iban creciendo en especialización y profesionalización de sus estructuras. Había consenso en que la nueva articulación de estos organismos no pretendía erigirse en un sustituto de partido político. Resultaban muy cautas en cuanto a reclamar alguna representatividad. Se ufanaban de saber combinar muchas agendas. El encuentro propiciaba una vez más el reforzamiento de una importante parte de la sociedad civil organizada. Se vio que uno de los graves problemas era el federalismo limitado que prevalecía. En las conclusiones se recomendó al gobierno federal que estableciera un mecanismo de profundización del diálogo iniciado en esa consulta, al gobierno de Jalisco que se propiciara una mesa de diálogo para operativizar mecanismos financieros, a la sociedad civil que las organizaciones retomaran los documentos, los debatieran y enriquecieran, al BID que estudiara las propuestas y que ofreciera mayor información sobre sus financiamiento. Un elemento a destacar fue que el gobierno de Jalisco estuvo interesado en auspiciar esa reunión. Aceptó que de la reunión podía emerger una nueva práctica entre el gobierno y la sociedad, que Jalisco podía ser un laboratorio de cómo establecer esa nueva relación. El Gobernador aclaró que había una corresponsabilidad social para asegurar la gobernabilidad. Defendió el punto de vista de que las ONGs no debilitaban la esfera del estado, sino que articulaban lo público y lo privado. Recordó que él había asumido la carta de los organismos civiles (ENOC), que su gobierno había dialogado con grupos prestadores de la asistencia social, de ecologistas, de derechos humanos, de indígenas, y que se les habían dado apoyos. Resaltó el auge de la participación de estos organismos. Precisó que su gobierno no estaba dispuesto, como los anteriores, a saludar con sombrero ajeno, y que no iba a desviar recursos. Recalcó que se estaba construyendo una nueva relación de confianza. Aludió a que se habían integrado las ONGs a la consulta del Plan Estatal de Desarrollo, y renovaba su invitación a que participaran en la discusión de la Reforma del Estado. Hizo un llamado a sentar las bases para un trabajo entre sociedad y gobierno para contribuir al bien común. Como un primer paso el gobierno panista auspició una publicación de los resultados de dicho foro. La polimorfa organización de la sociedad y el gobierno estatal Las explosiones de calles en la capital del estado en 1992 fueron determinantes en el cambio de ánimo de la ciudadanía jalisciense que repudió al partido del estado y dio oportunidad para que un partido opositor, el PAN, asumiera la gubernatura. Desde entonces se gestó una organización de afectados que demandó reparación de los daños y castigo a los culpables. Muchas demandas (sobre todo concernientes a la reconstrucción) han sido resueltas y no pocas de 15 16 las organizaciones han desaparecido. No obstante, todavía subsisten los organismos denominados Abril en Guadalajara, A.C., Aledaños 22 de abril, A.C., y Patronato de construcción, A.C. El gobierno tiene una oficina especial para atender a estos grupos. Se trata de una relación conflictiva. Hay problemas recurrentes sobre todo en el punto de atención a lesionados. Al llegar el PAN al gobierno declaró que se abrirían nuevas líneas de investigación en el caso del 22 de abril en el que la PGR había exculpado a quien la voz popular señalaba: PEMEX. Pero pronto el gobierno panista tuvo que plegarse a los lineamientos de la PGR. Le fue propuesta al Gobernador que se instituyera una comisión de la verdad. Pero temió que esto “se politizara”, y prefirió que se atendieran las demandas de los afectados de uno por uno. Los languidecientes agrupamientos que quedaban de damnificados tuvieron que plegarse, ya sin fuerza, a esa respuesta. En esto ha ido quedando una deuda social del nuevo gobierno con varios grupos sociales que demandaron el esclarecimiento de los hechos. Comunidades huicholas entre septiembre y octubre de 1995 por voto mayoritario decidieron expulsar a los franciscanos aduciendo falta de respeto a su cultura. Estos grupos contaban con la asesoría de una ONG, la Asociación Jalisciense de Apoyo a los Grupos Indígenas (AJAGI). Se le trató de desacreditar y de inculpar de contaminar con neozapatismo a los reclamos de pueblos indios en Jalisco. Hubo una intermediación por parte del gobierno del estado que más bien pareció un plegarse al punto de vista del Cardenal de Guadalajara por el que se dejó a los franciscanos en la zona y no se resolvió sino que se postergó el problema. Un conflicto más se dio entre el gobierno del Estado y un agrupamiento de vecinos ecologistas que se movilizaron bajo las siglas del Partido Verde Ecologista de México. Se oponían a que funcionara una empresa calera, Agrocal, a la que los vecinos acusaban de contaminante. El gobierno del Estado negoció con las partes y se quedó en que mientras no se contara con la aprobación federal la planta no funcionaría. Los vecinos querían asegurarse y pedían que se le pusieron sellos a la entrada. El gobierno estatal adujo que no podía hacer eso porque no lo facultaba la ley. Los vecinos se manifestaron en el Palacio de Gobierno. Las autoridades encargadas de atender esta clase de problemas trataron de impedir que los manifestantes tuvieran cobijas y alimentos. Se aducía que el Palacio de Gobierno no era hotel. Los vecinos eran conscientes de ello. No pedían albergue, sino que levantaban una protesta. Finalmente, después de una tensión entre los vecinos, los militantes del partido verde, y los representantes del gobierno, se llegó a un acuerdo. La actitud de los gobernantes panistas respecto de grupos organizados se puede ejemplificar con la manifestación que hicieron frente al palacio los comerciantes de puestos colocados en la Calle 60 de Guadalajara, que después de fricciones con el gobierno municipal tapatío, protestaron porque sus puestos habían sido destruidos por órdenes del Presidente Municipal. Los policías encargados del palacio corrieron a cerrar las puertas a los comerciantes que querían ver al 16 17 Gobernador. Días después no pudo eludirlos, pues se encontraba oyendo la glosa de su primer informe en el palacio legislativo. El gobierno del estado aceptó mediar entre los llamados tianguistas y el ayuntamiento de Guadalajara. Uno de los agrupamientos que más movilizaciones ha realizado en el centro de la capital ha sido el Barzón. Esta agrupación nació en el sur de Jalisco en el primer semestre de 1993. Productores agrícolas, agobiados por las deudas, decidieron asumir como denominación de su organización en contra de los bancos el título de aquel corrido que reproducía la situación de peones acasillados y campesinos que sembraban al amparo de las haciendas que por las deudas con los hacendados quedaban comprometidos de por vida a entregar trabajo y frutos del mismo. Para el segundo semestre de 1993 ya decía contar con 10,000 afiliados. Pronto se hizo un movimiento nacional. Y también pronto hubo varios Barzones, dependiendo de sus líderazgos. En Jalisco este movimiento ha mostrado mucha actividad. Ha ido aglutinando no sólo a deudores de todo tipo, sino también a agaveros que han enfrentado a industriales del tequila porque les dificultan recibir su producto, y ganaderos de la costa. Sus manifestaciones han sido largas y ocurrentes en tácticas (sitiar con tractores el palacio de gobierno, o meter en él un toro). Pese a las tensiones con el gobierno ha logrado negociar con él, y éste se ha tenido que mostrar atento a sus demandas, muchas de las cuales exceden el ámbito de la entidad federativa. No obstante, desde 1996 el Gobernador lo ha acusado de ser brazo del PRI, porque su principal dirigente fue candidato a diputado por ese partido, y que muchas de sus acciones no han intentado resolver necesidades de agremiados sino servir como presión en contra del gobierno panista. Posteriormente su dirigente se pasó al PRD y de ahí brincó de nuevo a apoyar al candidato priista a la Presidencia. En 1999 en una manifestación del Barzón el dirigente y varios barzonistas fueron agredidos por la policía en una de sus múltiples manifestaciones. Esta represión fue repudiada regional y nacionalmente y enturbió la imagen del gobierno panista. Con la llegada de los panistas, el corporativismo del PRI que controlaba muchos sectores de base (tianguistas, taxistas, camioneros, etc.) recibió un duro golpe. No pocos de los antiguos afiliados se vieron liberados de anteriores yugos e intentaron organizarse por su cuenta. Los primeros han pretendido manifestarse para no perder sus fueros, los segundos para completar su liberación. Si el PRI ha logrado mantener, debido a los apoyos federales, organizaciones corporativas, ha ido perdiendo en cuanto al control territorial de organizaciones de vecinos y de pobladores, porque al haberse acabado la liga directa que tenían con los gobiernos municipales se han ido debilitando y apareciendo opciones orgánicas nuevas. Las autoridades panistas se han preciado de contar con una instancia que atiende indiscriminadamente a todas las manifestaciones. Lo que pretende es encauzar las demandas a las oficinas correspondientes. Ha habido apertura; pero también gran desconfianza de lo organizado (viejo y nuevo). Temen que no haya 17 18 verdaderas demandas, sino que se escondan banderas de otro tipo. Los panistas han propiciado la democratización de las agrupaciones vecinales. Pero en esto también proceden con esa ambivalencia. Quieren que la gente se organice democráticamente, pero temen a los grupos organizados. Los vecinos han visualizado que si llegan cada uno por su cuenta se les trata bien; pero que cuando lo hacen organizadamente hay resistencias por parte de las nuevas autoridades. Sin embargo, pese a fricciones, no ha habido represión (a excepción del repudiado caso del Barzón), y hay distensión y libertad de manifestación. Otra queja que hay en las bases respecto a no pocos funcionarios panistas de instancias medias, es que procediendo de medios empresariales los ven no como ciudadanos sino como si fueran sus obreros. Los vecinos defienden su ciudadanía y no aceptan tratos discriminatorios. Parecería que las nuevas autoridades, por su tradición panista estarían dispuestas a tratar no tanto con organizaciones de base sino sobre todo con organismos intermedios (universidades, colegios profesionales, etc.); pero como muchos de los segundos han sido coto de viejos militantes priístas, también hay ciertos problemas para entablar un diálogo abierto. Hay una especie de síndrome que algunos colaboradores del nuevo gobierno han denominado de San Miguel. Como algunos de los nuevos funcionarios se consideran poseedores de la moral y la verdad y ven en todo lo que se mueve fuera de su control fuerzas malignas, tienden a sacar la espada de fuego para instaurar el orden divino. Esto no se da en instancias de la economía del nuevo gabinete; pero sí en la que se encarga de la política, la cual ha recibido muchas críticas tanto de opositores como de gente cercana al gobierno panista. Habría que aclarar también que las mejores relaciones entre dependencias gubernamentales y organizaciones no gubernamentales se dan con aquellos funcionarios que sin ser panistas fueron incorporados al nuevo gobierno. Esto debido a las relaciones que tenían anteriormente estos funcionarios con esta clase de organizaciones. El gobierno panista ha enfrentado a muchas y diversas manifestaciones. Esto es explicable porque había muchos sectores excluidos que al no temer ser reprimidos se han atrevido a salir a la luz pública. Otras ciertamente han intentado defender antiguas posiciones que ven atentadas con las nuevas relaciones, que tienen que ver con todo el inicial desmantelamiento de núcleos corporativos. Algunos han querido ver hasta dónde pueden llegar. Otros han presentado antiguas y postergadas demandas. Las hay nuevas como son todas las que se refieren a la oposición a los incrementos de servicios públicos y que exigían tarifas diferenciadas. El PRD evaluó las manifestaciones de los primeros cien días del nuevo gobierno panista de la siguiente forma: Se incrementó la movilización social en pos de demandas largamente insatisfechas. En varios casos de trató de reivindicaciones legítimas. En otros casos fueron acciones orquestadas por sectores del oficialismo priísta que pretendía obstaculizar la nueva gestión y buscar su descrédito. La dirección del PRD sentenció: el corporativismo de 18 19 algunos grupos rendirá los últimos servicios al caduco régimen del partido de estado. En la atención a los damnificados del sismo del 9 de octubre de 1995, las autoridades gubernamentales mostearon eficacia en el manejo de recursos. Pese a las contradicciones que surgieron de parte de las presidencias municipales de la costa, todas ellas en manos de priístas, hubo eficiencia y organización democrática. La evaluación de estudiosos de desastres destacó la labor del nuevo equipo panista. Con su lema, más pueblo y menos gobierno, propiciaron una articulación de base. La desconfianza entre las instancias organizadoras y con algunos organizados no dejó de darse. Pero finalmente imperó la razón de atender eficientemente a los damnificados sin quedar sujetos a los grupos de poder locales. Como varios de quienes estaban en ONGs pasaron a formar parte o a estar cerca de los gobernantes panistas, éstos, aunque no han comprendido del todo a estos nuevos organismos, se encuentran mejor dispuestos hacia ellos. Respecto a los grupos corporativos del priísmo se muestran más desconfiados. Algunos diputados panistas novatos esperaron que por ejemplo que en la Secretaría de Educación se hiciera una limpia de mandos medios con la acusación de ser priístas. El primer Secretario de Educación del estado, el Lic. Efraín González Morfín, quien fuera candidato panista a la Presidencia de la República en 1970, les aclaró que un cambio de gobierno no implicaba cambio de funcionarios por militancias partidistas, sino que lo que contaba era el cumplimiento con su trabajo. Las autoridades panistas encargadas de atender los problemas políticos, pese a su reticencia han aceptado dialogar con los grupos corporativos del viejo régimen. La actitud que muestran hacia vecinales de capas medias que no reconocen como procedentes de las filas panistas también las tienden a confundir con elementos priístas, aunque no tengan alguna militancia partidaria. Hay grupos de izquierda que habían venido actuando desde antes, y ante el gobierno panista prosiguen con su acción como ha sido el Frente Revolucionario de Acción Patriótica (FRAP) que ha encabezado muchas manifestaciones en contra del alza de precios de servicios públicos, y en demanda de empleos. Durante 1995 el gobierno panista mantuvo unas 50 reuniones con este tipo de organismos sociales y políticos. En el primer informe, el Gobernador reportó que su gobierno había recibido 2,838 documentos de la ciudadanía, de los cuales estaban resueltos 1,002 y el resto estaba todavía en trámite. Además, había recibido 4,750 cartas, de las cuales la mayoría solicitaba empleo, o planteaba asuntos jurídicos, pedía apoyos económicos, se demandaban servicios municipales, se solicitaba su intervención para que los hijos de los que las escribían pudieran tener acceso a escuelas, y no pocas consistían en denuncias contra jueces y magistrados. En su quinto informe el gobierno panista de Jalisco reportó que recibió 2,196 solicitudes (946 más que en 1998). Un 26.8% de éstas se referían a problemas con el agua y un 22% urgían la agilización de diversos trámites. En febrero del año 2000 el gobierno panista hizo un balance de las manifestaciones que se realizaron frente 19 20 al palacio de gobierno durante los cinco años de su gestión. El total de manifestaciones fue de 495, de las cuales el 43.2% se produjeron en 1995. De 1996 a 1999 la tendencia fue a la baja (en 1996 se realizaron 90; en 1997, 93; en 1998, 67; en 1999 31). De todas estas manifestaciones un 53% tenían una demanda que correspondía a las autoridades estatales; un 22% tenía que ver con cuestiones municipales. Un 4% tuvo un carácter mixto. Y un 21% correspondían a cuestiones federales. El gobierno informó haber resulto en un 98% los casos que le correspondían estrictamente. La Subsecretaría de Participación Social integró finalmente un padrón de los organismos de base. Prefirió denominarlos organismos de la sociedad civil que tenían como objetivo el bienestar y desarrollo social por motivaciones solidarias y filantrópicas. Sin embargo, incluyó en ese padrón a los organismos empresariales cuyo cometido es la ganancia. El gobernador se refirió a este tipo de grupos como aquellos que no debilitan la acción del Estado, sino que la fortalecen al no presuponer la confrontación entre gobernantes y gobernados. La Subsecretaría se resistió a denominar a estos grupos Organizaciones No Gubernamentales porque no aceptaba la connotación negativa de “ese no”. Se quejó que había grupos que aprovechaban dicho “no” para convertirlo en “anti”, cuando debería haber colaboración y armonía. El gobierno en sus documentos ha reconocido la enorme diversidad de los organismos que llama de la sociedad civil. Rechaza todo intento de organizar a esas organizaciones en una sola unidad, porque se estaría creando una instancia de coordinación vacía y burocratizada, incapaz de atender “intereses tan amplios que van desde la lucha por la democracia y defensa de los derechos humanos hasta la promoción artística y cultural” (x). El gobierno panista se opone a que se intente politizar a estos organismos. En cuanto a la representatividad de los mismos acota que nadie debe pretender detentar por iniciativa propia o de otros la representación de esa inmensa gama de organizaciones dado que cada una tiene su propia representación y actividad específica. Considera que es factible su convergencia en coyunturas de emergencia. No obstante las organizaciones empresariales siempre hablan en nombre de toda la sociedad civil. La Subsecretaría se dio a la tares de poner al día un padrón de organismos de la sociedad civil con la finalidad de tener información precisa de cuántos eran, dónde estaban, cuáles eran sus metas y con qué contaban para realizarlas. Insistía en que debían pasar de una fase de crítica a una de propuestas para solucionar problemas comunitarios. Demandaba que cada organismo tuviera una definición exacta de la materia de su trabajo, y que se buscara la intercomunicación. Recalcó que el gobierno quería tener una mejor coordinación y facilitar el trabajo interno de las mismas. Para esto hizo una clasificación de siete rubros (organizaciones asistenciales; de ciencia e investigación; de cultura, educación y deportes; de derechos humanos y perspectiva de género; de desarrollo; ecológicos; y finalmente un cajón para los que no cupieran en las anteriores divisiones). La Subsecretaria aceptó que muchos organismos dijeran: “tenemos muchos años de funcionar muy bien sin ustedes, y podemos seguirlo haciendo por muchos años más”. Pero llamó a 20 21 establecer contacto para que se conocieran mejor y pudieran tener puntos de contacto. El padrón que realizó la Subsecretaría en febrero del año 2000 llegaba a incluir 1732 organismos de la siguiente manera: Asistenciales De desarrollo De cultura, educación y deportes De jaliscienses en el extranjero Diversas De ecología De derechos humanos y género De ciencia e investigación 907 371 182 115 103 29 24 1 Los datos de los organismos asistenciales por regiones son los siguientes: Regiones Norte Altos norte Altos sur Ciénega Sureste Sur Sierra de Amula Costa sur Costa norte Sierra Madre Occidental Valles Centro Zona Metropolitana Número de organismos 13 48 42 59 4 35 8 17 15 5 37 52 572 Porcentaje 1.4 5.2 4.6 6.5 0.4 3.8 0.8 1.8 1.6 0.5 4.0 5.7 63.0 Sólo el 36% de este tipo de organismos se encuentra fuera de la zona metropolitana. En los organismos de desarrollo el gobierno panista incluyó a Cámaras de Comercio, asociaciones de ganaderos, barras de abogados, asociaciones de hoteleros, cooperativas de costureras, uniones de pescadores, etc. De los primeros, el gobierno panista tiene la idea de que son muy participativos y de que se conectan a la sociedad civil organizada. En el rubro de educación, cultura y deporte no se incluyen los clubes deportivos que representan una cantidad muy alta. Sólo en Tepatitlán existen 600 de estos clubes. Los organismos ecologistas 21 22 registrados son escasos. En el rubro de diversos el padrón estatal incluyó a iglesias y clubes de servicios (como los Rotarios). El gobierno dice que hay grupos serios y otros “no tan serios”. Muestra cierta apertura, pues acepta registrar a grupos lésbicos que realizan labores sociales; pero no al organismo del orgullo homosexual al cual ven como un peligro social por su proselitismo. A los organismos verdaderamente independientes muchos presidentes municipales les temen porque los califican de “ollas naturales de grillos”. El 3 de julio de 1998 entró en vigor el nuevo Código de Asistencia Social que establece las bases de un sistema estatal de asistencia social. Entre sus objetivos principales se encuentra el coordinar y promover las acciones de los organismos que en Jalisco prestan servicios asistenciales. Norma la colaboración de los tres niveles de gobierno y la participación del sector privado en la prestación de esos servicios. Involucra a la Secretaría de Salud, al Sistema estatal para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF), al Instituto Jalisciense de Asistencia Social (IJAS) y al Instituto Cabañas. Por este nuevo código se establece que el IJAS sea un organismo descentralizado para coordinar y supervisar los servicios asistenciales que realicen las personas e instituciones dedicadas a la asistencia social privada. El IJAS representa a la beneficencia pública del estado. El IJAS tiene una junta de gobierno integrada por un presidente (designado por el Gobernador), un secretario, un director, un representante del organismo estatal, un representante del Colegio de Notarios y un representante de cada una de las áreas asistenciales conformadas por el directorio de organismos afiliados, los cuales son propuestos por el presidente de la junta de gobierno. Hasta antes de la ley se hablaba de un área correspondiente a desarrollo comunitario. A partir de la nueva ley, dicha área desapreció, y quedó bienestar social. El Ijas tiene que registrar y analizar a las instituciones de asistencia social privada que quieran integrarse al Sistema de Asistencia Social. Al entrar en vigor este código quedó abrogada la ley de beneficencia privada del 9 de agosto de 1923 y la ley orgánica del IJAS de 1988. Las organizaciones registradas ante el IJAS en enero del año 2000 llegaban a 395, divididas de la siguiente forma: Asistencia infantil Bienestar social Educativa Gerontológica Rehabilitación y educación especial Servicios médicos Ambiental 57 118 27 47 75 64 7 22 23 En 1999 el IJAS atendió a 227,552 personas. Un 85.65 de las personas atendidas corresponden a la zona centro del estado, le sigue la zona de la ciénaga con 6.9%. El 7.5% restante se distribuye entre las otras diez regiones del estado. Las organizaciones incorporadas al IJAS funcionan con 14,000 voluntarios, a los que si se les pagara un salario mínimo representaría un monto mensual de 20 millones. Esto da cuenta de la potencialidad de la sociedad. No obstante, se ha reflexionado en torno a los promotores de asistencia social. Se les ha tipificado en tres rubros: un voluntariado de buena intención, calificado como damas de la caridad; promotores por compromiso social que buscan cambios, y por lo tanto abiertos a la politización; y finalmente los profesionales, que tienen que vivir de ese trabajo. Los profesionales deben tener un saber y una capacitación que haga eficaz su desempeño. Pertenecer al IJAS implica la posibilidad de contar con el permiso para solicitar donativos en la calle y también de emitir recibos deducibles de impuestos. Pero el IJAS funge como interventor. Fiscaliza todos los donativos y el funcionamiento de las organizaciones. El IJAS se concibe como gestor de recursos y como solucionador de conflictos internos en los organismos. El 20 de enero del 2000 en Casa Jalisco se realizó un encuentro de las organizaciones de la sociedad civil con el gobernador. El director del IJAS eligió discrecionalmente a siete representantes de cada área. Una presidente de un centro de reintegración en un municipio serrano en su discurso levanto su voz “ ante las actitudes y circunstancias que humillan o degradan la dignidad humana” y llamó a que los organismos se ocuparan en la transformación de las estructuras económicas, políticas y sociales que impedían la justicia social. Este tipo de lenguaje fue calificado por representantes gubernamentales como “duro”. Pero esto se mitigó cuando señaló que el gobierno era el aliado en la tarea de los organismos. Entre los desafíos se señaló que si bien existían estímulos gubernamentales, éstos dependían de los tiempos políticos y de trámites complejos y lentos. Criticó la nueva normatividad como confusa. Señaló que los organismos de asistencia social y de bienestar se encontraban excluidos de las grandes decisiones de política social. Cuando se les concedía la participación esto se hacía a través de decisiones discrecionales de funcionarios como una concesión. Recordó que cuantas veces se había convocado a dichas organizaciones, éstas habían participado con planteamientos precisos en torno a las cosas por hacer. En este discurso se propuso una política fiscal promotora de las actividades altruistas, y el reconocimiento del interés público de los organismos; solicitaron energía en el combate a los organismos fantasmas. Demandaron sistemas integrales de información para sistematizar el trabajo de las organizaciones. Propusieron el fomento a la investigación de los temas que les atañían. Habría que resaltar que el gobernador respondió que los funcionarios 23 24 aludidos debían responder de inmediato a dichas demandas y ofreció recursos. Sin embargo, grupos independientes presentes que querían presentar sus puntos de vista en cuanto a la legislación más adecuada para su funcionamiento no pudieron hacerlo. Una perspectiva a los cinco años del gobierno panista Los panistas se toparon con una administración en la cual tuvieron que operar con las bases burocráticas del anterior gobierno. Al principio insistieron en la honradez, que no era poco, pero sin lograr instaurar nuevas formas. Dado que el PAN se encontró que para gobernar tenía que utilizar un aparato en su mayoría constituido por importantes eslabones del corporativismo del partido del estado, se propuso desestructurarlo. Pero los amarres de las redes de dicho corporativismo, cuya fortaleza depende de la estructura del partido de estado todavía vigente a nivel nacional, se han mostrado más fuertes que las intenciones panistas de debilitarlos. El cambio esperado por la sociedad se aplazó. El corporativismo del PRI apostó a aprovechar los errores del panismo y cobrarse venganza política en siguientes elecciones para reestructurar lo perdido. No pocos votaron por el PAN en 1995 esperando un real cambio de su situación de vida tan deteriorada. Fuentes de trabajo y servicios fueron importantes demandas; en la primera se lograron avances significativos mayores que en la segunda. La política neoliberal ofrece un amplio terreno para que el nuevo movimiento de las ONGs llene espacios que el estado no quiere ya ocupar. Sin embargo, el nuevo movimiento de las ONGs (xi) no las confina a lo puramente asistencial y las ha estado obligando a jugar un papel importante en la organización del descontento social. Opera en su contra la crisis de sus financiamientos. En todo caso han descubierto que uno de los recursos sociales más importantes y que las ha dinamizado más es la capacidad de articular redes. Estas podrán fortalecer demandas sociales postergadas y urgentes y dada su tendencia a la independencia podrán constituirse en un interlocutor muy activo de cara a cualquier tipo de gobierno. Anteriormente una gran parte de las ONGs de desarrollo (no así las asistenciales) preferían relacionarse con el gobierno federal a través de los escasos programas ofrecidos por la SEDESOL. Con la llegada de los panistas han ido ensayando las vías locales, tanto por el cambio de gobernantes como por la dinámica de descentralización en marcha. La desconfianza panista respecto de las organizaciones de base que no son claramente de corte blanquiazul ha incidido en que en lo relativo a organizaciones territoriales vecinales los nuevos gobernantes en la zona metropolitana cuestionen y marginen tanto a antiguas organizaciones priístas como independientes. Pese a las declaraciones del gobierno panista de abrir la participación a las ONGs dentro del Plan Estatal de Desarrollo, no llegaron a establecerse 24 25 mecanismos concretos para posibilitar que esas buenas intenciones llegaran a madurar. Como se ha indicado, fue error de ambas partes. Los contactos primeros agotaron muchas de las fuerzas de estos esperanzados organismos. El gobierno declaró una tímida apertura, pero no quiso hacer más. Los organismos intentaron infructuosamente incidir en prácticas cotidianas del ejercicio público, pero no acertaron a hacerse respetar. Con el nuevo gobierno no se consiguió la ley de fomento a organizaciones de la sociedad civil. Lo que sí se estructuró fue el Código de asistencia social. Los organismos hicieron críticas y propuestas que no fueron atendidas. También presentaron un proyecto de la constitución de un instituto de la mujer, el cual representaba una alternativa progresista a las necesidades de las mujeres; pero el gobierno la relegó. Los panistas prefirieron impulsar una Secretaría de la Familia para acuerpar todo lo relativo a las funciones asistenciales de salud, educación, DIF e IJAS. Prevaleció el punto de vista más burocrático y conservador. Hay funcionarios panistas cercanos a grupos empresariales que han desatado un combate contra los organismos de derechos humanos y que se han mostrado favorables a la denominada tolerancia cero y a la mano dura, y que estuvieron presentes en una reunión convocada por empresarios ultraderechistas que llamaron a personajes del franquismo, del pinochetismo y de los golpistas argentinos. Las contradicciones en el equipo panista han llegado a ser estridentes. Evidentemente una fuente de conflicto que se ha abierto es el campo de la defensa de los derechos humanos. En este punto, mientras el gobernador se mostró abierto en un principio influido por el primer Procurador defensor de los derechos humanos, los funcionarios responsables de la procuración de justicia y de seguridad de los últimos años se han opuesto tanto a la independencia de la comisión estatal como al funcionamiento de grupos ciudadanos que se han dado a esta tarea en los municipios. Al rendir su informe la Presidenta de la Comisión Estatal de Derechos Humanos de Jalisco en febrero de 2000, los señalamientos de la comisión a cuerpos de seguridad por el hecho de hostigar a familias pobres no le gustó al Gobernador. Aunque en su respuesta fue moderado, en las posteriores declaraciones criticó duramente a la Comisión. Uno de sus méritos había sido el que hubiera propuesto a una persona valiente, profesional e independiente al frente de dicha Comisión. Pero, en lugar de apreciar como un logro el contar con una comisión crítica y autónoma, el gobernante resintió su independencia y se inclinó a las posiciones intransigentes de los sectores duros de su gobierno. Una gran cantidad de organismos civiles propició a principios de 1999 la realización de la consulta zapatista. Hubo en Jalisco 400 reuniones de los zapatistas en los municipios. En dicha consulta hubo 117,000 votos jaliscienses a favor de los derechos indígenas. En contraste con otros estados gobernados por el PRI en donde los zapatistas fueron hostigados, en Jalisco el gobierno panista no sólo dejó actuar, sino que hubo diputados y regidores del PAN que acudieron a sesiones con zapatistas. 25 26 Hubo otro acontecimiento en donde se mostró una buena relación del gobierno panista con organismos ciudadanos. Se formó un grupo interdisciplinar e interinstitucional de académicos que hicieron un diagnóstico y una propuesta de combate a la pobreza en Jalisco. Dicho grupo recibió el apoyo de dos secretarios, el de fianzas y el de educación. El gobernador al recibir los resultados de dicho estudio comprometió públicamente a su gabinete a que en el año que le restaba se diera a la tarea de empezar a poner en práctica los criterios de política social (diferenciados de los asistenciales) presentados. Habría que subrayar que una de las orientaciones importantes tenía que ver con la necesidad de que los funcionarios fueran a las comunidades a escuchar de la gente sus propias propuestas para remediar la pobreza. Para que esto funcionara se debería romper el cerco legal de los COPLADEMUN en donde la consulta es con “las fuerzas vivas” de la comunidad: los ganaderos, los comerciantes, etc., que excluyen las voces populares. Se ha dado una tensión en la relación existente entre el gobierno local y organismos ciudadanos de base debida precisamente a la concepción de la democracia. Mientras el gobierno local privilegia el aspecto de la representatividad, y no pocas veces se encuentra inclinado a apreciar que una vez que la ciudadanía a través del voto le ha encomendado el gobierno de la sociedad, ésta ya no tiene mayor injerencia, los organismos de base, privilegiando la llamada democracia directa, reclaman que el gobierno no sólo rinda cuentas de su gestión, sino que continuamente incorpore a la ciudadanía en la gestión para que el gobierno siga llamándose democrático. Organismos de base han cuestionado al gobierno panista, pues pese a sus miércoles ciudadanos, no ha ofrecido canales efectivos de participación. Además, la exigencia de que los gobernantes den cuentas no las han visto cumplidas. En cuanto a los organismos independientes, durante este período el FOCIV se fue desgastando al no tener capacidad de seguimiento en la propuesta sobre el tema de la ley de Fomento a la promoción de los organismos de desarrollo. La interlocución con el gobierno se fragmentó y se diversificó. El FOCIV posibilitó la creación de redes entre organismos de base de la sociedad. Esta estructura, como apunta Melucci, es esa base subterránea que posibilita el que en coyunturas determinadas las redes puedan volver a operar con vitalidad. Muchos organismos independientes calificaron al nuevo código de asistencia social como “ley de pobres”, pues para poder solicitar recursos tenían que registrarse, y dicho registro los introducía en una mecánica de fiscalización interna que les hacía perder autonomía. Quienes no tuvieran el registro se exponían a ser perseguidos por pedir dinero en las calles y hasta encarcelados. Si esa ley hubiera existido por ejemplo ante el desastre del 22 de abril, muchos organismos sociales que se volcaron a la atención de los damnificados no hubieran podido solicitar las ayudas que ofrecía la sociedad. 26 27 En un esfuerzo llamado poder ciudadano participaron el Instituto Mexicano de Desarrollo Comunitario, ACCEDDE, Asamblea de deudores de la Banca, Asamblea Jalisciense por la Paz, los grupos acuerpados en la convergencia llamada Intercolonias, la Federación de Cooperativas de Occidente y Cajas Populares, Colectivo Ecologista de Jalisco, Alianza Cívica, grupos del ITESO, Asociaciones de derechos humanos, asociaciones de vecinos, etc. Esta propuesta está agrupada en tres ejes: vigencia y ampliación de derechos; nueva institucionalidad gobierno-sociedad; prioridades de política pública y presupuesto. La propuesta jalisciense es muy amplia. En los temas de reforma del estado incluye la demanda de un mecanismo para que los diputados informen de su actuación y se propone la revocación de elegidos que no respondan a los intereses ciudadanos. Se vuelve al tema del impulso a la ley de fomento a las organizaciones civiles. Se pretenden mecanismos de contraloría social y vigilancia ciudadana. Se exige el reconocimiento a la experiencia de las organizaciones civiles dentro de la diversidad. Habría que recordar que, a excepción del candidato del PRI, los demás candidatos habían firmado en 1994 los 25 compromisos para la democracia. Al principio los organismos ciudadanos pudieron tener reuniones con el gobierno panista para examinar cómo iba su cumplimiento. Posteriormente, fuera de dos o tres declaraciones de prensa, dichos organismos no tuvieron la cohesión para darle seguimiento a este proceso. Para las elecciones intermedias de 1997 organismos civiles volvieron a presentar a diversos candidatos lo que llamaron nueve puntos para el nueve de noviembre (fecha de dichas elecciones). Esto volvió a hacer surgir entre este tipo de organizaciones reclamos de democratización, pero de nueva cuenta, una vez que pasó el proceso electoral, este esfuerzo decayó. Los organismos que habían integrado el FOCIV se dedicaron a promover otro tipo de propuestas como fue la iniciativa popular a favor de la legislación en contra de la violencia intrafamiliar y a crear redes ciudadanas que se han ido integrando la denominada agenda de la sociedad civil bajo el membrete de Poder Ciudadano. Muchos grupos convergieron en la solicitud de firmas para apoyar la iniciativa popular en contra de la violencia intrafamiliar. Se necesitaban 18,000 firmas amparadas por la credencial de elector; se consiguieron 42,200. Se movilizó mucha gente, se consiguió medio millón de pesos para la campaña. Se vio la fuerza de organismos civiles que trabajan por los derechos de la mujer que se coordinaron con otro tipo de organizaciones sociales. En la Cámara de Diputados hubo incumplimiento, pues de manera extemporánea sólo se legisló lo administrativo, se hizo una reforma parcial, y no se tocaron puntos medulares correspondientes a aspectos civiles y penales. Los diputados del PRI y diputados varones del PAN temieron la propuesta ciudadana. El Centro de Investigación y Formación Social y la Red Alforja en el año 2000 publicaron una evaluación de la iniciativa popular de legislación integral sobre violencia intrafamiliar para el estado de Jalisco. Destacaron entre los promotores de la experiencia que dieron vida al colectivo llamado Voces Unidas al Centro de 27 28 Investigación y Atención a la Mujer, IMDEC, Coordinadora de ONGs de Mujeres, Asociaciones Políticas por un Milenio Feminista, Centro del Género de la Universidad de Guadalajara, Alianza Cívica Jalisco e ITESO. Tuvieron como aliados a más de 150 organizaciones, centros educativos, algunos medios masivos de comunicación, y destacados analistas políticos. Se detectaron como enemigos a funcionarios panistas de la Secretaría General de Gobierno, los asesores priistas del Supremo Tribunal de Justicia, y grupos conservadores afines a ambos partidos. Se vieron como logros tanto el ejercicio de un mecanismo de democracia directa como el haber puesto al Congreso de cara a los ciudadanos para que evaluaran su capacidad legislativa. Se logró que ese tema saliera del ámbito privado a la discusión pública. Consideraron que se dieron importantes cambios en la cultura política al posicionar en la opinión pública un tema tabú. Fue impactante la capacidad de convocatoria y confianza conseguida que alcanzó esta iniciativa. Las fallas constatadas en esta movilización fueron que se quedaron rebasadas las capacidades organizativas del grupo promotor para atender las demandas de educación y de conducción del proceso. Hubo un conflictivo descuido para mantener el apoyo inicial de la iglesia católica. Hubo protagonismos, y faltó una traducción adecuada de las formulaciones jurídicas a un lenguaje popular. Lo más destacable de esta experiencia fue que se puso exitosamente a prueba la capacidad de que desde la base se elaboren iniciativas populares que tengan que atender los legisladores. Esta experiencia puede tener efectos de demostración. Una demanda que tenía que ver con el gobierno anterior priísta, y que no ha sido resuelta con el panista, la de seguridad pública, sigue siendo talón de Aquiles (xii). Se dio un buen discurso hacia la sociedad civil por parte del gobierno panista, pero ha faltado que las buenas intenciones se traduzcan en medidas operativas para satisfacer las urgentes y apremiantes necesidades de muchos de los organismos de base. Estos, a su vez, van entendiendo que por medio de convergencias constituidas en redes lograrán una articulación que les permita eficacia. Las redes se han ido dinamizando a través de organismos que han ido adquiriendo prestigio por sus anteriores actividades de tipo independiente. El aprendizaje democrático ha ido avanzando. 28 29 Cohen Jean L. y Andrew Arato. 1992. Civil society and political theory, Cambridge, The MIT Press. De Oliveira Miguel Darcy y Rajesh Tandon (coords). 1994. Ciudadanos en construcción de la sociedad civil mundial, México, CIVICUS. Durand, Jorge, 1999, Movimientos sociales. Desafíos teóricos y metodológicos. Universidad de Guadalajara, Guadalajara. González Casanova Pablo y Marcos Roitman (coords). 1995. La democracia en América Latina. Actualidad y perspectivas. México, Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades de la UNAM: 99-112. Instituto Jalisciense de Asistencia Social, Gobierno del Estado de Jalisco, 1996, Memorias de la reunión del "Programa de Consultas Nacionales para el Fortalecimiento de la Sociedad Civil: Una propuesta de las Organizaciones Civiles Mexicanas", Guadalajara. Jelin, E. 1993. “¿Como construir ciudadanía? Una visión desde abajo.”, en: European Review of Latin American and Caribbean Studies, núm. 55, diciembre: 21-37. Keane J. (de) 1988. Civil society and the state, Londres, Verso. Melucci, A., 1999, Acción colectiva, vida cotidiana y democracia, El Colegio de México, México. Reygadas, R, 1999, Abriendo veredas. Iniciativas públicas y sociales de las redes de organizaciones civiles, Convergencia de organismos civiles por la democracia, México. Tilly, Charles. 1995. “Los movimientos sociales como agrupaciones históricamente específicas de actuación política”, en: Sociológica, núm. 28, mayo-agosto: 13-36. Touraine, A., 1999, ¿Cómo salir del liberalismo? Paidós, Barcelona. Varios, 1998, Jalisco. Tres años de alternancia, Universidad de Guadalajara, ITESO, Guadalajara. Valencia, E. y Winder, D. (coords.) 1997, El desarrollo una tarea en común, The Synergos Institute, Red Observatorio Social IDEA, Guadalajara. Varios, 2000, Protagonismo e incidencia de la sociedad civil, ITESO, Alforja, Guadalajara. Vilas, Carlos. 1996. Democracia, ciudadanía y gobernabilidad en América Latina, artículo fotocopiado para discutir, CEIICH-UNAM, México. 29 30 i - ii - iii - iv - v - vi vii - viii - La información de este escrito se ha recopilado a través de dos vías: a) observación participante en acontecimientos de protesta desde 1992 (marcha contra la inseguridad a principios de 1992, movilizaciones civiles en torno a las explosiones de calles en Guadalajara el 22 de abril de 1992, movimientos de reclamo de esclarecimiento del asesinato del Cardenal desde mayo de 1993 hasta finales de ese año, proceso electoral federal de 1994 y proceso electoral local de febrero de 1995 y de noviembre de 1997, movimientos de organismos civiles de 1994 a 1999; b) entrevistas sobre origen y desarrollo de organizaciones de la sociedad civil en Jalisco tanto con dirigentes de organismos civiles como con funcionarios gubernamentales. A estas organizaciones se les han dado varios nombres. Los que han prevalecido tienen que ver con visualizaciones provenientes de organismos internacionales. En esta forma han ido pasando de ser consideradas ya como organizaciones no gubernamentales, ya como organismos de la sociedad civil. En Estados Unidos se les ha conocido como el tercer sector, porque se les ha ubicado frente al Estado y al mercado en el afán de dar respuesta no sólo a las insuficiencias sino a las lacras producidas tanto por el primero como por el segundo, o como un sector situado a la vez entre lo público y lo privado. También en este campo de las ONGs hay una gran variedad y heterogeneidad. Permanecen las que conservan sus antiguos rasgos sólo asistenciales. Existen otras, oportunistas, que sólo pretenden acaparar financiamientos y que han producido núcleos de gente que sólo vive y aun se enriquece a costa de estas expresiones. Pero también existen esas nuevas modalidades de ONGs que intentan responder a cuestiones puntuales, y a través de sus entramados logran constituir novedosas movilizaciones sociales que critican la situación existente y prefiguran situaciones de alternativas. Acercamientos teóricos sobre sociedad civil y sobre organismos no gubernamentales se pueden consultar en Keane 1988, Cohen y Arato 1992, De Oliveira y Tandon 1994, Melucci, 1999, González Casanova y Roitman, 1995, Tilly 1995, Vilas 1996. Reygadas 1999. En Tijuana no sólo llegaron a elaborar un registro, sino que en 1996 publicaron un directorio de este tipo de organismos civiles. Esta carta de derechos ciudadanos resaltaba que las organizaciones civiles en los diferentes campos de la vida del país representaban una riqueza que se debía tener en cuenta. Había el compromiso de defender los derechos a una sociedad justa, democrática y plural, a un modelo de desarrollo que tuviera como centro al ser humano y respetara las diferencias étnicas, regionales, sexuales, de género, de edad, ideológicas y políticas. Se demandaba poder participar en elecciones con candidatos independientes, que los funcionarios responsables de la impartición de la justicia fueran elegidos democráticamente. La carta ensillaba derechos específicos relacionados con educación, cultura, salud, medio ambiente, hábitat, pueblos indígenas, discapacitados, tercera edad, jóvenes, niños, gays, lesbianas y mujeres prostituidas. La propuesta nacional incluía una adición al articulo 25 constitucional en la cual se establecía que el estado alentaría y promovería la solidaridad social tanto pública como privada, que auspiciaría la democracia participativa y política en los tres órdenes del Estado (federal, estatal y municipal). Otra adición que se proponía al artículo 27 se refería a que las instituciones de beneficencia podrían adquirir bienes raíces indispensables para su objeto. La exposición de motivos enfatizaba el surgimiento de una nueva fuerza social transformadora que libraba nuevas energías sociales. Se refería al hecho de que los ciudadanos se han venido organizando de manera autónoma y socializándose con las necesidades de otros para superar carencias sociales. El documento apuntaba que por democracia se entendía no sólo una estructura jurídica y un régimen político sino sobre todo un modo de vida fundado en el constante mejoramiento económico, social y cultural del pueblo. La participación ciudadana era considerada como un elemento constitutivo de la realidad social y política. Se decía que había que consolidar los derechos de los ciudadanos para la orientación de la gestión pública. Se proponía la posibilidad de que las organizaciones fueran tenidas en cuenta para la 30 31 operación de programas y servicios públicos, que las organizaciones civiles pudieran acceder a recursos públicos para la realización de acciones de bienestar y desarrollo. Se aceptó que hubiera un registro público de las organizaciones pero que tal registro se obtuviera sólo con una simple toma de nota por parte de la autoridad administrativa. Las organizaciones civiles se obligarían a abstenerse de cualquier tipo de propaganda política. En el proyecto de ley se entendían por organizaciones civiles las personas morales de carácter privado constituidas legalmente que realizaran acciones de bienestar, desarrollo social, inspiradas en los principios y fines de la responsabilidad social, la solidaridad, la filantropía, la beneficencia y la asistencia. Y como acciones de bienestar y desarrollo social se enlistaban las actividades orientadas a lograr el avance general del conocimiento, la salud integral de la población, el desarrollo comunitario, la promoción de las garantías individuales y sociales. Finalmente por desarrollo comunitario y sustentable se entendía la preservación y mejoramiento del ambiente, la creación de condiciones generales que favorecieran el desarrollo humano integral y en general las acciones que promovieran el mejoramiento de vida de la población. Los organismos civiles se proponían participar como órganos de consulta en el diseño, administración, operación y evaluación de políticas, planes y programas públicos de bienestar y desarrollo social. ix - Este terremoto afectó a 62 municipios del estado de Jalisco. Pero los más dañados fueron los costeños Cihuatlán, Cuautitlán y La Huerta. La Federación dio 20 millones de pesos para la reconstrucción. El gobierno entregó materiales de construcción. Hasta junio de 1996 se habían invertido 60 millones de pesos para reparar 14,347 viviendas, 249 escuelas y dos puentes. Quedaban 182 escuelas y 54 templos por rehabilitar. x - Subsecretaría de Participación Social Los organismos de la sociedad civil, mecanografiado, 1999. xi - La articulación en redes puntuales, pero continuamente, es lo que va configurando la constitución de ese novedoso movimiento social que busca transformar estructuras de dominación. xii - El Centro de Estudios de Opinión de la Universidad de Guadalajara periódicamente ha estado realizando encuestas en las que se indaga una calificación para la gestión del Gobernador y en la que se pregunta cuál sería la intención del voto si en el momento de levantar la encuesta hubiera elecciones para Gobernador. Dichas encuestas han sido difundidas en la prensa local. Desde junio de 1995 a enero del 2000 la calificación que los encuestados han dado al Gobernador ha sido de calificadora. Los problemas, sobre todo en cuanto a la seguridad, han ido deteriorando la inclinación de la ciudadanía. También ha habido cierta decepción en cuanto a que los cambios que se esperaban eran mayores y más rápidos. Un presidente del segundo municipio en importancia en la entidad fue acusado de nepotismo y de manejos no acordes con la reglamentación municipal. Tuvo que pedir licencia. La dirección panista local no salió en su defensa. Lo acusaron de haber traicionado lo que los viejos panistas habían defendido por largos años en cuanto a la transparencia en el gobierno. Las pugnas internas de los grupos panistas también han repercutido en deterioro de la imagen de los nuevos gobernantes. En esta forma ha habido variación en la distancia entre las dos principales opciones. En las elecciones de 1995 el PAN logró un 52.7% mientras el PRI cayó a un 37.1%. En enero de 1996 esa distancia se había abierto hasta 40.5 puntos porcentuales. Para agosto de 1996 se fue cerrando hasta que el PAN sólo quedaba con un 4.4 arriba. En septiembre la tendencia al acercamiento entre ambos partidos volvió a abrirse. Entonces el PAN se situó 9.3 puntos porcentuales por arriba del PRI. El PAN ha atribuido gran parte de ese declive último al efecto de campañas de desprestigio que se han diseñado por el PRI desde la ciudad de México. No obstante, también hay problemas que tienen que ver con su relación con la ciudadanía que no sabido resolver adecuadamente. En las elecciones federales de julio de 1997 el PAN obtuvo un 43.6% y el PRI un 34.6%. La distancia entre los dos fue de 9 puntos. En noviembre de ese año el PAN bajó a 40.2%, y el PRI mantuvo un 35.8% (la variación fue de 4.4). Encuestas siguientes muestran las siguientes preferencias de los ciudadanos: PAN PRI DIFERENCIA Diciembre de 1998 39.9% 30.2% 9.7 Diciembre de 1999 42.8% 39.7% 3.1 Febrero de 2000 46% 35% 11 31