2006048276 - Superintendencia Financiera de Colombia

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CAJEROS AUTOMÁTICOS
Concepto 2006048276-001 del 20 de octubre de 2006.
Síntesis: El Cajero Automático se entiende como una ‘terminal financiera de autoservicio’,
diseñada para que los usuarios efectúen sus transacciones sobre sus cuentas de manera
directa. Las operaciones que se pueden realizar a través de éstos responden esencialmente a
operaciones de caja, como retiros en efectivo, consultas de saldo, avances en efectivo, pago
de servicios, etc. Los cajeros automáticos pueden hacer parte de las entidades financieras establecimientos de crédito- que los poseen, cuando éstas son propietarias directas de dichos
aparatos. No obstante, algunas redes de ellos son de propiedad de otras entidades
(administradoras de pago de bajo valor), con las cuales los establecimientos de crédito
celebran convenios para prestar los mismos servicios a sus clientes y/o usuarios.
«(…) Me refiero a su comunicación radicada en esta Superintendencia 1 bajo el número
indicado al rubro, mediante la cual formula algunas inquietudes relacionadas con los cajeros
automáticos y, específicamente, consulta:
“1. ¿Cual (sic) es la normatividad que reglamenta las actividades ejercidas por las entidades
financieras a través de los cajeros automáticos?
“2. ¿Posterior a establecer la normatividad que reglamenta dicha operación, sírvase indicar
en donde (sic) se puede obtener dicha información?
“3. ¿De igual forma solicito se me indique cual (sic) es la naturaleza del Cajero Automático
como establecimiento de comercio, precisando si este cajero hace parte integrante del
establecimiento de comercio que funciona como entidad bancaria o si es considerado de
acuerdo a la reglamentación indicada, como un establecimiento autónomo e independiente
de la entidad financiera, de ser así favor indicar quien ejerce su representación y control?”.
Inicialmente resulta pertinente precisar que la función de esta Superintendencia de atender
consultas formuladas por los ciudadanos en relación con las materias a su cargo debe
desarrollarse con arreglo al objetivo que persigue el artículo 25 del Código Contencioso
Administrativo, cual es el de procurar que la autoridad emita una opinión o dictamen de orden
didáctico para orientar al peticionario.
En ese sentido, en punto a los cuestionamientos efectuados se considera oportuno advertir que
las facultades señaladas por el legislador a esta Entidad en esta materia se circunscriben al
1
La Superintendencia Bancaria de Colombia fue fusionada en la Superintendencia de Valores y está última
cambio su denominación por la de Superintendencia Financiera de Colombia, según lo dispuesto en el Decreto
4327 del 25 de noviembre de 2005.
ejercicio de las labores de policía administrativa del sector financiero, a través del control y
vigilancia de las actividades que les son propias y de las normas que las regulan, sin que dicha
intervención comprometa en ninguna circunstancia la resolución de controversias que se
susciten de la actuación de ellas o en razón de sus negocios, así como tampoco emitir opinión
sobre casos particulares.
Precisado lo anterior, proceden los siguientes comentarios y aclaraciones a título meramente
ilustrativo y de manera general, mediante los cuales consideramos se absuelven los
interrogantes planteados:
1. Sea lo primero referirnos al concepto o definición de establecimiento de comercio, a la cual
alude el artículo 515 del Estatuto Mercantil, a cuyo tenor:
“Se entiende por establecimiento de comercio un conjunto de bienes organizado por el
empresario para realizar los fines de la empresa. Una misma persona podrá tener varios
establecimientos de comercio y, a su vez, un solo establecimiento de comercio podrá
pertenecer a varias personas, y destinarse al desarrollo de diversas actividades comerciales”.
Así las cosas, el establecimiento de comercio propiamente dicho es el conjunto de bienes que
posee un empresario o un comerciante en un sitio determinado para desarrollar sus actividades
(v.gr. locales, tiendas, oficinas, almacenes comerciales, bodegas, fábricas, plantas industriales,
factorías, etc.).
2. De otro lado y para los efectos de absolver la consulta formulada, es de precisar que no
existe en nuestra legislación norma de carácter alguno que defina la naturaleza jurídica o
establezca el tratamiento legal de los denominados ”cajeros automáticos”, así como tampoco
se advierte a nivel doctrinal referencia alguna en este sentido, especialmente proveniente de
autores de obras en materias relacionadas con el asunto ni por quienes profesionalmente
prestan sus servicios a través de dicho instrumento.
Sin embargo, la Circular Básica Jurídica (C. E. 007de 1996) 2 proferida por esta
Superintendencia, impartió instrucciones a sus vigiladas a través del numeral 8. “Reglas
relativas a las transacciones a través de tarjetas de crédito y débito, terminales, cajeros
automáticos, puntos de servicio en oficinas y establecimientos comerciales”, del Capítulo
Primero, Título Segundo, señalando que “Por regla general, los establecimientos de crédito
están autorizados, en desarrollo de su actividad principal, para expedir a sus clientes tarjetas
débito y crédito, así como para utilizar y prestar servicios de terminales o de cajeros
automáticos (CAs) ya sea para el retiro de efectivo, la realización de transferencia de
fondos, recepción de pagos o consignaciones mediante cheques o efectivo (billetes o moneda
fraccionaria), y consultas de saldo, entre otros” (Negrilla extratextual).
2
El citado instructivo se puede consultar en nuestra página web www.superfinanciera.gov.co, ícono “Normativa”.
Como se observa, allí no se define la naturaleza jurídica ni las características de los cajeros
automáticos, pero si se conciben como una forma de extensión de la prestación del servicio
bancario.
Así mismo, en concepto emitido por la entonces Superintendencia Bancaria de Colombia,
mediante oficio 90045865-3 del 28 de enero de 1991, cuyo aparte pertinente expresa que “El
Cajero Automático se entiende como una ‘terminal financiera de autoservicio’, diseñada para
que los usuarios efectúen sus transacciones sobre sus cuentas de manera directa. Las
operaciones que se pueden realizar a través de éstos responden esencialmente a operaciones
de caja, como retiros en efectivo, consultas de saldo, avances en efectivo, pago de servicios,
etc.”.
De otra parte, en el informe final para comentarios del mes de junio del año en curso
denominado “MEDIOS DE PAGO ELECTRONICOS EN COLOMBIA: EVOLUCION Y
PERSPECTIVAS”, presentado a Fedesarrollo por las investigadoras asociadas a dicho ente
María Angélica Arbeláez y Sandra Zuluaga, al hacerse referencia en el numeral 2. “EL
DESARROLLO DE MEDIOS DE PAGO ELECTRONICOS”, subnumeral 2.1 “Los medios
de pago electrónicos”, se alude a los cajeros automáticos de la siguiente manera:
“En los últimos años el desarrollo de los mercados financieros y el acelerado progreso
tecnológico se ha conjugado para promover el surgimiento de nuevos medios de pago que
pueden usarse tanto en el ámbito interno como en el internacional.
“Con el desarrollo de los cajeros automáticos en los años setenta el sector financiero diseñó
diversos productos basados en tarjetas. En este sentido, el cajero automático no es un medio
de pago como tal sino el instrumento que se usa para hacer transacciones con las tarjetas
débito o crédito que son en realidad los medios de pago. El cajero automático conocido
como ATM (Automated Teller Machine) por sus iniciales en inglés, es un aparato
electromecánico que permite a usuarios autorizados, por lo general utilizando tarjetas
plásticas que pueden ser leídas por la máquina, retirar efectivo de sus cuentas y tener
acceso a otros servicios, tales como consultas de saldos, transferencias de fondos o
aceptación de depósitos. Los cajeros electrónicos pueden ser operados bien sea en línea con
acceso en tiempo real a una base de datos de autorización, o fuera de línea” (El resaltado no
es del texto).
Igualmente, verificada la información que sobre el particular obra en Internet, se obtuvieron
otras acepciones dentro de las cuales citamos las siguientes: i) En
es.wikipedia.org/wiki/Cajero_automatico: “Aparato usado para sacar dinero mediante tarjeta
de crédito o libreta de ahorros, sin necesidad de personal del banco. Suelen tener una
pequeña impresora matricial para imprimir los resguardos de la operación” y ii) En
www.laopinion.com/glossary/m.html: “Una máquina automatizada de depósito o retiro de
dinero utilizada en la banca”.
3. En consecuencia, bajo los elementos expuestos los cuales constituyen, de una parte, la
definición legal de establecimiento de comercio y, de otra, lo que se entiende por “cajero
automático”, se infiere con meridiana claridad que éste último no goza de los componentes
legales propios que atañen al primero y en la medida en que es considerado como “un aparato”
o “una máquina”, tal como acontece por ejemplo con las computadoras, registradoras, aparatos
de comunicación, etc., no les es imputable el carácter de agencia, oficina y menos aún de
sucursal -la cual goza de representación legal, en los términos del artículo 263 del Código de
Comercio-.
De otra parte, es de aclarar que los cajeros automáticos bien pueden hacer parte de las
entidades financieras -establecimientos de crédito- que los poseen, cuando estas son
propietarias directas de dichos aparatos, aún a través de una red por medio de la cual prestan
los servicios aludidos con anterioridad.
No obstante, algunas redes de ellos son de propiedad otras entidades, tales como Servibanca y
ATH, entre otras, (administradoras de pago de bajo valor), con las cuales los establecimientos
de crédito celebran convenios para prestar los mismos servicios a sus clientes y/o usuarios.
4. Finalmente, bajo los lineamientos expuestos y en cuanto corresponde al documento por
medio del cual se haga constar la “existencia” y ubicación de un cajero automático,
consideramos que para los fines pertinentes se debe dirigir la solicitud correspondiente a la
entidad -establecimiento de crédito y/o administradora de pago de bajo valor- que figure como
propietaria de los mismos aparatos electrónicos.
(…).»
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