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¿Quién no paga el IBI en España y por qué?
¿Quién no paga el IBI en España y por qué?
Se trata de uno de los tributos que mejor están capeando la crisis económica.
J. M. CAMARERO Se trata de uno de los tributos que mejor están capeando la crisis económica, frente a la
caída generalizada en la recaudación de la mayor parte de las figuras impositivas del país. Porque en el caso
del Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI), se grava un bien inamovible durante años, sin modificaciones coyunturales
que puedan hacer variar los ingresos de los ayuntamientos por este concepto.
Por ello, el IBI se encuentra en el centro de todas las miradas. Las exenciones que recoge la ley exime de
abonar este tributo a determinadas entidades, como la Iglesia, que, por sus propiedades acumuladas, podrían
aportar un buen pellizco de ingresos a las arcas municipales. Pero no es tan fácil cambiar la actual estructura del
sistema fiscal de los municipios.
Así lo explican los expertos consultados por pisos.com, quienes recuerdan, en primer lugar, que el IBI es un tributo
municipal, pero sus normativa se encuentra reguladas por una ley estatal, que es la que marca el camino a seguir.
En principio, "los ayuntamientos no tienen ninguna capacidad de maniobra, al ser un impuesto estatal", explica
Gonzalo Arana, letrado del Consejo General de la Abogacía Española (CGAE), quien recuerda que "el único
margen de maniobra de los ayuntamientos reside en el establecimiento de los tipos aplicables". El Real
Decreto 2/2004 es el que desarrolla esta figura impositiva para todos los consistorios del país.
No se trata de exenciones
que el ayuntamiento pueda
aplicar discrecionalmente.
Exenciones automáticas
En concreto, las instituciones que se libran de tener que abonar la contribución son las siguientes:
Los bienes que sean propiedad del Estado, de las Comunidades Autónomas o de los ayuntamientos, que estén relacionados con la seguridad
ciudadana y los servicios educativos y penitenciarios. Esto es, comisarías de policía, colegios, cárceles, etc.
Los bienes comunales y montes vecinales en mano común.
Los bienes de la Cruz Roja Española.
Los inmuebles de los gobiernos extranjeros, como las embajadas, consulados, etc., en España.
La superficie de los montes poblados con especies de crecimiento lento.
Los terrenos ocupados por las líneas de ferrocarriles.
Los bienes de la Iglesia Católica y de otras confesiones religiosas.
Es decir, que además de la contribución de la Iglesia, son otros muchos los contribuyentes que podrían abonar el IBI, con los consiguientes ingresos para los
municipios. Pero ni siquiera los consistorios que han aprobado mociones para que la Iglesia pague este impuesto pueden hacer nada. "Están obligados a
incorporar estas exenciones a sus ordenanzas fiscales y no se pueden modificar", explica José Ignacio Alemany, delegado de la Asociación Española de
Asesores Fiscales (AEDAF) para Madrid y Castilla La Mancha. "Estos preceptos no se pueden modificar, salvo que sean las Cortes las que
modifiquen el texto sobre las exenciones", puntualiza.
Exenciones potestativas
Sin embargo, la actual ley, tal y como se encuentra redactada, sí que podría permitir aplicar el abono del IBI a determinadas instituciones ligadas a
la Iglesia y a otros posibles contribuyentes exentos actualmente de este tributo. Aunque la normativa es tan compleja, que su aplicación se hace complicada.
"En principio, se ha dicho que los ayuntamientos no pueden cobrar a esos contribuyentes exentos", explica Luis del Amo, director del Registro de
Economistas Asesores Fiscales (REAF). "Pero otra cosa son los bienes que técnicamente no se encuentran exentos, donde el ayuntamiento sí puede
actuar", puntualiza este experto.
Por ejemplo, la ley actual que regula el IBI expone varios tipos de exenciones, "que son problemáticas", indica José Ignacio Alemany. Además de las que se
aplican de forma automática (Iglesia, Administración, Cruz Roja, embajadas y ferrocarriles, en general), "existen las exenciones rogadas". Es decir,
aquellas en las que "la concesión depende de que se soliciten por parte de los afectados", explica el responsable de AEDAF.
En este caso, se encuentran estos tipos de bienes:
Los que se destinen a la enseñanza por centros acogidos al régimen de concierto educativo.
Los monumentos o jardines históricos de interés cultural.
Los montes en los que se realicen repoblaciones forestales.
De hecho, existen numerosos colegios y otro tipo de centros educativos que se encuentran en manos de la Iglesia, y que en muchos casos tampoco abonan
el IBI, porque han solicitado al ayuntamiento correspondiente su exención, aunque está sólo sea "rogada". "En cualquier caso, no se trata de exenciones
que el ayuntamiento pueda aplicar discrecionalmente", explica José Ignacio Alemany.
En realidad, los inmuebles por los que la Iglesia no tiene que pagar el IBI son los edificios destinados al culto y a la actividad pastoral, las residencias
de eclesiásticos, las oficinas, los seminarios y las universidades eclesiásticas ni las casas y conventos de órdenes y congregaciones. Sin embargo, existen
numerosos edificios eclesiásticos cuya exención se encuentra en entredicho, a tenor de lo que determina la Ley de Mecenazgo –en la que se basa la
exención del IBI-, donde se fijan dichos beneficios para entidades sin fines lucrativos.
29/06/2012 10:39
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Existen diferentes tipos de cálculos sobre el dinero que podría aportar la Iglesia a través del abono del IBI. Sin embargo, la dificultad de determinar
esas cantidades reside, precisamente, en cuáles serían los inmuebles afectados. Es diferente el resultado final si se tienen en cuenta todos los inmuebles de
la Iglesia (para ello, además de modificar la norma que regula el IBI, habría que hacerlo también con el texto del Concordato Iglesia-Vaticano de 1979); a si
se tienen en cuenta los edificios eclesiásticos destinado a otros fines que no sean los meramente religiosos, pero que gozan de las exenciones potestativas,
según el criterio de los ayuntamientos.
Cómo se calcula el IBI
El IBI es un impuesto que "grava la propiedad, que tiene carácter local y que es de exacción obligatoria para los ayuntamientos", explica Gonzalo Arana, del
CGAE. Para determinar el valor de la cuota a pagar, se tiene en cuenta "la referencia catastral del bien, a la cual se le asigna un determinado valor
económico, teniendo en cuenta las valoraciones llevadas a cabo por el Catastro", indica Arana. Es ese valor el que configura la base imponible del IBI, "al
que se le aplica el tipo impositivo, dependiendo de las circunstancias de los inmuebles", según Arana, y de la ordenanza fiscal de cada ayuntamiento.
Es decir, para calcular el importe del IBI, por una parte se tiene en cuenta el valor catastral del inmueble, que es actualizado por el Catastro cuando se lo
solicita el ayuntamiento (en el caso de Madrid, se actualizó en 2011, con un incremento del 78% desde 2001, que se irá aplicando progresivamente hasta
2021). Sobre ese valor se aplican los tipos porcentuales que las ordenanzas municipales establecen.
A pesar de lo que se pueda imaginar el contribuyente, Madrid es, por ahora, una de las ciudades que aplican los tipos más bajos de toda España. En
concreto, un 0,58%. El problema de la capital es que la valoración de sus inmuebles es mucho más alta que en el resto de España y, por ello, la
cuota a abonar cada año es más elevada en términos comparativos.
En otras muchas ciudades, el tipo del IBI ya es más elevado que en Madrid. Por ejemplo, en Barcelona se abona, de media, un tipo del 0,75%; en
Valencia, el 0,97%; en Sevilla, el 0,84%; en Bilbao, el 0,97%; en Málaga, el 0,69%; y en La Coruña, el 0,73%. Solamente aplican un tipo más bajo que en
Madrid, entre otras, en las ciudades de Zaragoza (0,56%), Logroño (0,53%) o Santander (0,50%).
También hay que tener en cuenta que los ayuntamientos pueden aplicar algunas bonificaciones de la cuota, de las cuales se pueden beneficiar determinados
contribuyentes. Por ejemplo, existen bonificaciones para las viviendas de protección oficial, para las familias numerosas, por solicitar el pago
fraccionado de la cuota, por edificios que cuenten con sistemas de aprovechamiento solar, etc. En cualquier caso, es el contribuyente el que debe
solicitar esta bonificación para que su ayuntamiento se la aplique en el ejercicio fiscal siguiente a su solicitud. Si no lo hace, el consistorio no aplica la
bonificación.
Etiquetas: AEDAF, ayuntamientos, CGAE, exenciones, Gonzalo Arana, Impuesto de Bienes Inmuebles, José Ignacio Alemany, ley, Luis del Amo, REAF, tributos
29/06/2012 10:39
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