Com. Cuencas Mineras 2 4/4/07 10:08 Página 85 El poblamiento en la comarca de las Cuencas Mineras desde la I Edad del Hierro hasta Época Romana CARMEN ESCRICHE JAIME Edad del Hierro La I Edad del Hierro es el periodo que se desarrolla entre los denominados Campos de Urnas (Bronce Final) alrededor del siglo VIII y la II Edad del Hierro a partir del siglo VI-V a.C. A pesar de su denominación se sigue desarrollando la metalurgia del bronce y será ya en el siglo V a.C. cuando la fabricación del hierro se generalice. El paso de la Edad del Bronce a la Edad del Hierro resulta uno de los periodos más complejos y difíciles de sistematizar porque aparentemente se produce sin ruptura. Viene a constituir una prolongación de la anterior con unos sistemas de vida semejantes a la vez que se dan relaciones más intensas con otros grupos culturales. La cultura resultante será una mezcla entre el sustrato de las poblaciones del Bronce mezclado con las aportaciones de estos pueblos y ya más tarde en los siglos VI-V con la aparición de las primeras influencias protocoloniales y protoibéricas. En la comarca de las Cuencas Mineras, gracias a prospecciones sistemáticas que se han realizado en la zona, conocemos algunos poblados que se desarrollaron en este momento cultural. Los estudios arqueológicos reflejan un aumento demográfico en este periodo así como una actividad económica más centrada en la agricultura. Los poblados se sitúan ya siempre al aire libre, en las cuencas de los ríos, en cabezos bien definidos y aislados y predominan sobre el terreno esquemas urbanos, con calle central y viviendas a cada lado de planta rectangular. Como yacimiento más importante de esta comarca podemos citar el poblado de San Jorge en la localidad de Plou, único excavado hasta el momento. Está situado, entre los ríos Martín y Aguasvivas, sobre un cerro con excelente visibilidad, presenta un amurallamiento en el extremo E. del espolón y en el interior una serie de viviendas de planta rectangular con aparejo irregular en sus muros. De la Historia 85 Com. Cuencas Mineras 4/4/07 10:08 Página 86 Poblado de San Jorge en Plou Se encontraron una importante cantidad de cerámicas realizadas a mano, con decoraciones incisas, acanaladas, de cordones, etc., cuya forma y decoraciones responden a diferentes usos, así como objetos de hueso, entre los que destacan una peineta con decoración geométrica realizada mediante incisiones y varios objetos más de hierro y bronce. Podemos considerarlo como un poblado fundamentalmente agrícola, como demuestra el estudio de su fauna asociada a estos trabajos. El análisis de las muestras que se recogieron nos permite situar cronológicamente este poblado entre el siglo VII y el siglo V a.C. En esta zona encontramos también otros yacimientos que no han sido suficientemente estudiados, pero no por eso hay que considerarlos menos importantes como el Cerro de las Calderas de Cuevas de Almudén; citar que en las laderas de este poblado se encontró un importante depósito de pequeñas vasijas todas de forma bitroncocónicas, cuyo significado no ha podido ser valorado pero que seguramente tuvo un sentido religioso o votivo; Cabezo de las Ollas y Mango de la Sartén de Obón, Hontanal de Segura de los Baños, Torrazas II de Plou, Ericas del Santo Viejo de Mezquita de Jarque, etcétera. En cuanto a los hallazgos funerarios el único que podemos citar es la necrópolis de El Collado del Lugar, de Obón, donde se recogió una urna de cerámica con restos humanos calcinados y algún objeto de bronce correspondiente al ajuar del difunto. 86 Comarca de las Cuencas Mineras Com. Cuencas Mineras 4/4/07 10:08 Página 87 Época ibérica Durante los siglos VI-V se experimenta una paulatina transformación cultural que lleva a las poblaciones de esta zona, desde una cultura de la I Edad del Hierro a la que de manera tradicional viene denominándose cultura ibérica. Este cambio, que es básicamente cultural, fue en gran parte consecuencia del influjo ocasionado por la presencia, en la costa peninsular, de los pueblos colonizadores griegos y fenicios. La iberización fue el proceso de adaptación más o menos compleja por los grupos indígenas de nuevos rasgos aportados por los colonizadores. Será en este momento cuando se difundan el torno rápido en la cerámica, se generalice el desarrollo de la metalurgia del hierro, aparezcan las primeras monedas con alfabeto ibérico, etc. Durante esta etapa el tipo de asentamiento supone una continuación del que se desarrolla en el periodo anterior, se sitúan en cerros aislados, en ocasiones fortificados. Se mejora el esquema urbanístico, el aparejo de los muros y aumenta la complejidad de las viviendas. La escasez de poblados excavados nos impide conocer las características precisas del poblamiento en esta zona. El sistema económico estaría basado en una economía agrícola y ganadera así como en el desarrollo de diferentes actividades industriales, como la textil, alfarera, metalúrgica y actividades comerciales que sin duda existieron. Las cecas presentes en la provincia ilustran las relaciones con los centros comerciales que mayor influencia tendrían en la zona. El análisis de los datos linguistícos, arqueológicos y documentales, parece indicar que este espacio estaría situado entre territorio ibérico y celtibérico. La actual comarca de las Cuencas Mineras sería una zona de frontera entre los pueblos iberos (sedetanos) y celtíberos, dependiendo su ubicación de los cambios de esta en cada momento. Esta situación se puede apreciar en la ubicación de la antigua ciudad de Damaniu, identificada por diversos investigadores con el yacimiento de La Muela de Hinojosa de Jarque, identificación motivada por sus hallazgos monetarios, por la categoría de ciudad atribuible a este yacimiento y por su perduración en época imperial romana. La situación de este yacimiento entre la Celtiberia y la Edetania de Ptolomeo podría ser el punto de encuentro entre los datos numismáticos y las fuentes clásicas, ya que sitúan esta ciudad entre los grupos étnicos celtibéricos e ibéricos. Los iberos y celtíberos fueron sociedades vecinas y con elementos de contacto pero diferentes en lengua, organización social y económica, que a medida que se iba imponiendo la presencia romana se fueron acortando. De la Historia 87 Com. Cuencas Mineras 4/4/07 10:08 Página 88 Las prospecciones sistemáticas realizadas en esta zona muestran la existencia de un intenso poblamiento en esta época, aunque al no haberse realizado excavaciones se desconocen muchos de los detalles que nos aportarían éstas. Así podemos citar numerosos yacimientos, entre ellos, como más importante, La Muela de Hinojosa de Jarque, ubicado sobre un montículo amesetado en la margen derecha del río Aliaga. En su superficie se aprecian restos de muralla, así como viviendas y otras construcciones, aunque dada la continuidad del poblamiento en época romana y la falta de excavaciones no se pueden delimitar claramente la extensión de la ciudad ibérica. Otro poblado importante es El Castillo de Escucha, en el que también se observan indicios de un importante yacimiento ibérico, con restos de viviendas, sin que se puedan definir totalmente, y sobre todo material cerámico ibérico de diferentes formas como cuencos, tazones, kalathoi, jarras, etc. El Cerro de las Calderas y El Canalizo, de Cuevas de Almudén, yacimientos a citar también con interesantes hallazgos de material ibérico e incluso una placa de cinturón de bronce. En Jarque de la Val, Los Barrancos y en Mezquita de Jarque, Las Ericas del Santo Viejo, en el que se conservan restos de muralla realizada con aparejo tosco alternando con grandes sillares y que conserva también parte del foso que rodearía el poblado. En la zona de Castel de Cabra, Cerro de Santa Bárbara, cabezo de escarpadas laderas donde se conservan restos de poblamiento ibérico, en la ladera S. se aprecian viviendas de planta rectangular y foso artificial, frente a éste restos de una muralla de aspecto ciclópeo. En Alcaine, el Cabezo de la Ermita, con restos de la muralla que protegería el poblado, así como restos de los muros de las viviendas. Cabezo de la Ermita en Alcaine 88 Comarca de las Cuencas Mineras Com. Cuencas Mineras 4/4/07 10:08 Página 89 Época romana Los primeros contactos de esta zona con Roma tuvieron que producirse durante las campañas contra Cartago a fines del siglo III a.C. Las campañas de Catón (195 a.C.) y fundamentalmente las guerras celtibéricas, durante las cuales las tierras del valle del Ebro constituyen la retaguardia del ejército, señalan el inicio de la romanización profunda y de la pacificación total de las poblaciones indígenas. A partir de este momento la asimilación política es total y los únicos hechos bélicos que ocurren en este territorio están relacionados con la situación interior de Roma. En el año 77 a.C. Sertorio inicia la conquista de Hispania y las ciudades, especialmente las del Valle del Ebro, fueron destruidas de forma sistemática. Poco a poco y sobre todo ya después de las guerras civiles entre César y Pompeyo, que no afectaron prácticamente a nuestro territorio, la población se traslada al llano abandonando sus poblados, pero este abandono no será total, ya que en algunos yacimientos se aprecia una continuidad en el poblamiento como podemos apreciar en la La Muela de Hinojosa de Jarque. Puesto que ya no se vuelven a producir episodios bélicos de importancia, el proceso de romanización avanzará de forma notable así como la completa integración en el Estado y la sociedad romana. La ausencia total de excavaciones de yacimientos romanos en esta zona, nos impide conocer la base económica de esta etapa que posiblemente no variará de las anteriores. No se conocen demasiados núcleos de poblamiento de esta época en esta comarca. Aparte de alguno en la zona de Aliaga y Muniesa, el más importante, al que ya hemos hecho referencia en etapas anteriores, es La Muela de Hinojosa de Jarque. Este yacimiento fue sin duda una ciudad con extensión superior a 10 ha, Vista general de la Muela de Hinojosa de Jarque De la Historia 89 Com. Cuencas Mineras 4/4/07 10:08 Página 90 y debido a las labores agrícolas realizadas se encuentran gran cantidad de materiales correspondientes a cerámicas romanas, Terra sigillata itálica, gálica e hispánica, común romana, paredes finas, ánforas, vidrios, etc., lo que nos permite llevar su cronología hasta el siglo II d.C. Una de las piezas más singulares encontradas en este yacimiento es un magnífico brasero de bronce, de forma rectangular, con remate almenado y asas macizas cuyos extremos representan cabezas de ánades. Se sostiene sobre cuatro garras huecas, se han conservado cinco de las seis figuras que adornaban los lados más largos del brasero, cuatro bustos y dos rostros, representando a un Sátiro, Marte (Dios de la guerra), Sátiro niño sobre cáliz, Ménade o Ariadna y Sileno, relacionados con iconografía dionisíaca. Su datación parece corresponder al siglo I d.C. La importancia de esta pieza se debe a los escasos ejemplares que se conocen de este tipo; piezas similares podemos encontrarlas en Pompeya o Herculano. Al pie de este yacimiento se encontró también una lápida funeraria con el texto inscrito en una cartela rehundida, dedicada a Valeria Severa, esposa de Sempronio Capito. Igualmente, en la partida de El Santo, cercana a este yacimiento, fue hallada otra lápida que formaría parte de un monumento funerario, dedicada a Proculo, Elguanus y Dirtanus, pero al conservarse incompleta no se conocen los nombres exactos. Durante los siglos III-IV d.C. parece que se produjo un proceso de reorganización de espacios sobre todo en las zonas agrícolas con la proliferación de grandes villae de carácter rural. No se conocen en la actual comarca de las Cuencas Mineras prácticamente ningún resto que se pueda atribuir a este momento, desconociendo si se debe a la falta de prospecciones sobre el terreno u otras causas que desconocemos. Bibliografía ATRIÁN JORDÁN, P. et alii, Carta Arqueológica de España. Teruel, Instituto de Estudios Turolenses, Teruel, 1980. BELTRÁN LLORIS, F., «Las tierras aragonesas durante el periodo imperial», Historia de Aragón, Zaragoza, 1985, pp. 47-130. BELTRÁN LLORIS, M., Los iberos en Aragón (Colección Mariano Pano y Ruata, 11), CAI, Zaragoza 1996. BURILLO, F. y HERRERO, M. A., «Hallazgos numismáticos en la ciudad ibero-romana de La Muela de Hinojosa de Jarque (Teruel)», La Moneda aragonesa, Zaragoza 1983, pp. 41-58. BURILLO MOZOTA, F., «La presencia de Roma en la actual provincia de Teruel», Historia ilustrada de la provincia de Teruel, Teruel, 2002, pp. 81-96. MARCO SIMÓN, F., «La romanización», Historia de Aragón, Zaragoza, 1985, pp. 11-46. MARCO SIMÓN, F., «Aragón prerromano», Historia de Aragón, Zaragoza, 1985, pp. 140-170. NAVARRO CABALLERO, M., La epigrafía romana de Teruel, Instituto de Estudios Turolenses. VICENTE REDÓN, J., «La presencia de Roma en la actual provincia de Teruel», Historia ilustrada de la provincia de Teruel, Teruel, 2002, p. 97. 90 Comarca de las Cuencas Mineras Com. Cuencas Mineras 4/4/07 10:08 Página 91 La necrópolis rupestre de las Artizuelas II en Las Parras del Martín JOSÉ ROYO LASARTE La pequeña necrópolis rupestre de las Artizuelas II se localiza en la margen izquierda del río de Las Parras, aproximadamente a un kilómetro de distancia, aguas abajo, de la localidad de Las Parras del Martín, en dirección al paraje conocido como los Hocinos, no en vano a unos 500 metros en una estrecha hoz se localiza el pozo de las palomas, donde se produce un salto de agua de aproximadamente 15 metros. Frente a la necrópolis, en la margen derecha del río Martín, se construyó el Molino bajo de las Parras, hoy abandonado y semiderruido. Esta necrópolis se caracteriza por una serie de tumbas excavadas en la roca, en los bloques desprendidos en su mayoría de la cinglera rocosa de la margen izquierda del río Martín, donde también se observan varias cavidades cerradas con muretes de piedra en seco para refugio de personas y ganado, y otros muros que configuran amplias cerradas de abancalamientos. El conjunto de tumbas parece, a primera vista y a falta de excavaciones en la zona, compuesto por media docena, aunque se detectan en bloques rocosos acumulación de sedimentos y vegetación que probablemente puedan colmatar y ocultar otras sepulturas. Por lo general su forma es trapezoidal, exceptuando una que adopta una forma más oval, quizá por su tamaño que es mucho menor, alcanzando apenas los 80 cm de largo. Destacar sin embargo, en contraposición a esta pequeña tumba, entre otras que rondan los dos metros, una que alcanza los 2,20 metros de largo. Tumba excavada en un bloque calizo desprendido de la cinglera rocosa. Artizuelas II De la Historia 91 Com. Cuencas Mineras 4/4/07 10:08 Página 92 Quizá una de las más interesantes de todas las tumbas observables de esta necrópolis rupestre sea una que por su anchura casi alcanza el metro, lo que nos podría llevar a pensar que se tratase de una tumba colectiva; no en vano, en otra necrópolis rupestre del río Martín –en las Lastras de San José en Albalate del Arzobispo estudiada bajo la dirección del profesor Antonio Beltrán–, se localizó una sepultura (la número 5) que contenía restos de tres individuos y no alcanzaba la anchura de esta tumba de cerca de un metro, puesto que oscilaba desde los 35 cm de anchura máxima en los pies y los 39 en la cabecera. Este conjunto de tumbas podríamos ponerlo en relación con las necrópolis rupestres localidades en el valle del río Martín y sus afluentes –como lo es este río de las Parras en la zona de la cabecera–. Así, encontramos una importante necrópolis en la zona de La Codoñera, en la margen izquierda del río Escuriza, en término municipal de Estercuel. Otras necrópolis las localizamos en la Sierra de Arcos, en la Pinarosa, margen derecha del río Martín, frente al Santuario de Ntra. Sra. la Virgen de Arcos, y, por último, citar la más importante necrópolis rupestre de Aragón al sur del Ebro, la de las Lastras de San José en Albalate del Arzobispo, que pudo ser datada en razón de los materiales hallados (abalorios de vidrio, restos del atuendo de los individuos, tachuelas para el calzado, y análisis radiocarbónicos obtenidos de diferentes muestras de huesos de los esqueletos) entre los siglos VI y principios del siglo VIII (años 711-714). A todo ello, y siempre basándonos en comparaciones en lo referente a la necrópolis de las Artizuelas, donde no se ha realizado un estudio en profundidad ni excavación arqueológica, que generalmente son de forma trapezoidal, al igual que la mayoría de las tumbas de las lastras de San José en Albalate, añadir que los sarcófagos trapezoidales tienen una larga perduración hasta los siglos XII-XIII. El hecho que los abalorios de vidrio hallados en las Lastras, estudiados por la especialista Esperanza Ortiz y los análisis radiocarbónicos realizados en varias tumbas, y en concreto la de los abalorios, nos den una datación en la segunda mitad del siglo VI, nos pone en relación con los cementerios arrianos y por tanto en la órbita visigoda. Del otro lado de los Pirineos, y procedentes del norte de Europa, llegaron a tierras peninsulares una serie de grupos humanos que se hicieron con el control y dominio de la Península Ibérica, sin que la población hispanoromana ofreciese apenas resistencia, probablemente por el patente debilitamiento y declive del control romano. Pese a que la expansión visigoda afectó al valle del Ebro y la existencia de esta población entre el siglo VI y el año 714 (momento de la conquista musulmana) en el valle del río Martín ya se conocía por la necrópolis asentada sobre los restos de un poblado ibérico ubicado en el cerro del Palomar en Oliete, son muy escasos los restos materiales conservados de la época y no contamos apenas con datos históricos. De ahí que si los datos que ha aportado la necrópolis de Albalate en relación a esta desconocida etapa son muy importantes –se han estudiado más de una cuarentena de tumbas pero se han localizado otras muchas en zonas cercanas a la necrópolis–, y los de las necrópolis del Palomar son también de época visigoda, las semejanzas con la necrópolis rupestre de las Artizuelas II son muchas, y un estudio y excavación en esta zona podría aportar nuevos datos y conocimientos a este desconocido periodo de la provincia de Teruel. 92 Comarca de las Cuencas Mineras Com. Cuencas Mineras 4/4/07 10:08 Página 93 Tumba excavada en las rocas calizas de la cinglera. Artizuelas II Es común en todas estas necrópolis de este periodo cronológico, que las prospecciones realizadas por el entorno no han permitido localizar los poblados relacionados con éstas. Su localización resulta problemática por diferentes motivos. Tenemos que tener en cuenta que las viviendas –cabañas semiexcavadas en el terreno natural–, por lo general deberían ser de madera, tierra y ramajes para las techumbres. En raras ocasiones han utilizado la piedra. Asimismo, la vajilla empleada en su gran mayoría también era de madera, de ahí que se haya perdido el rastro sobre la ubicación del hábitat de estos grupos humanos. Bibliografía LALIENA, C. y ORTEGA, J., Arqueología y Poblamiento. La Cuenca del río Martín en los siglos V-VIII. Colección Mancuso, 2, Grupo de Investigación de Excelencia C.E.M.A., Universidad de Zaragoza, pp. 146-147. BELTRÁN MARTÍNEZ, A., ORTIZ PALOMAR, E., PAZ PERALTA, J. A., ROYO LASARTE, J. y GORDILLO AZUARA, J. C., El Conjunto arqueológico de «Las Lastras de San José» (Albalate del Arzobispo. Teruel), Cauce, 10. Abril, 2002, pp. 14-22. BELTRÁN MARTÍNEZ, A., ORTIZ PALOMAR, E., PAZ PERALTA, J. A., ROYO LASARTE, J. y GORDILLO AZUARA, J. C., La necrópolis visigoda e hispano-visigoda (siglo VI-años 711/714) «Las Lastras de San José» (Albalate del Arzobispo. Teruel), Cauce, 16. Abril, 2004, pp. 14-32. ROYO LASARTE, J. y GORDILLO AZUARA, J. C., Guía del Parque Cultural del río Martin. Colección Guías turísticas PRAMES, 3.ª edición, 2002. De la Historia 93 Com. Cuencas Mineras 4/4/07 10:08 Página 94