Dermatología Pediátrica Latinoamericana Revista oficial de la Sociedad Latinoamericana de Dermatología Pediátrica ISSN 1812-903X EDITOR RESPONSABLE Prof. Dra. Margarita Larralde Jefa del Servicio de Dermatología del Hospital Alemán y del Sector Dermatología Pediátricadel Hospital Ramos Mejía, Buenos Aires, Argentina. EDITOR ASOCIADO Dra. Paula Boggio Médica Asistente del Sector Dermatología Pediátrica del Hospital Ramos Mejía, Buenos Aires, Argentina. EDITORES ASISTENTES Dra. María del Carmen Boente Jefa del Servicio de Dermatología del Hospital del Niño Jesús,Tucumán, Argentina. Dra. María Rosa Cordisco Médica Consultora del Departamento de Pediatría del Hospital Italiano de Buenos Aires y Médica Consultora del Servicio de Dermatología del Hospital de Pediatría “Prof. Dr. J. P. Garrahan”. Dra. Silvia Pueyo Coordinadora del Área Dermatología, Hospital Materno Infantil de San Isidro, Buenos Aires, Argentina. COMITÉ EDITORIAL Dra. María Eugenia Abad Médica Asistente del Servicio de Dermatología del Hospital Alemán y del Sector Dermatología Pediátrica del Hospital Ramos Mejía, Buenos Aires, Argentina. Dra. Andrea Bettina Cervini Médica Asistente del Servicio de Dermatología del Hospital de Pediatría ”Prof. Dr. J. P. Garrahan“, Buenos Aires, Argentina. Dra. Ana Giachetti Jefa de la Sección Dermatología Pediátrica, Departamento de Pediatría del Hospital Italiano, Buenos Aires, Argentina. Dra. Begoña Gomar Médica Asistente del Servicio de Pediatría del Hospital de Especialidades Pediátricas “Omar Torrijos Herrera”,Ciudad de Panamá, Panamá. Dra. Paula Luna Médica Asistente del Servicio de Dermatología del Hospital Alemán y del Sector Dermatología Pediátrica del Hospital Ramos Mejía, Buenos Aires, Argentina. Prof. Dra. Viviana Parra Jefa del Servicio de Dermatología del Hospital Lagomaggiore, Mendoza, Argentina. COMITÉ ASESOR Rosalía Ballona Chambergo (Perú) Francisco Bravo Puccio (Perú) Héctor Cáceres Ríos (Perú) Rosa Inés Castro Rodríguez (Perú) José Catacora Cama (Perú) Silmara Cestari (Brasil) Tania Ferreira Cestari (Brasil) Carola Durán-McKinster (México) Francisco González Otero (Venezuela) Evelyne Halpert Ziskiend (Colombia) María Isabel Herane (Chile) Juan Honeyman Mauro (Chile) Celia Moisés Alfaro (Perú) Zilda Najjar Prado de Oliveira (Brasil) María de la Luz Orozco (México) Ramón Ruiz-Maldonado (México) Gadwyn Sánchez Félix (Perú) Andrea Santos Muñoz (Argentina) Enrique Úraga Pazmiño (Ecuador) Jairo Victoria Chaparro (Colombia) Dermatología Pediátrica Latinoamericana es la revista ofiocial de la Sociedad Latinoamericana de Dermatología Pediátrica de edición cuatrimestral, y su objetivo es difundir y promover los trabajos de investigación dermatológica pediátrica y otros artículos de divulgación del conocimiento de esta importante subespecialidad de la dermatología en el ámbito latinoamericano, dirigida a dermatólogos y pediatras latinoamericanos. Los artículos para publicación y la correspondencia serán recibidos exclusivamente por correo electrónico, debiendo ser dirigidos a la siguiente dirección: [email protected]. Todos los derechos son reservados, ninguna parte de esta publicación puede ser reproducida, almacenada o transmitida en cualquier forma.(Copyright ©): Sociedad Latinoamericana de Dermatología Pediátrica, Arenales 2557, 1º A, (1425), CABA, Buenos Aires, ArgentinaTelefax: +54 11 4127-0264 / 4821-4407 EDITOR ONLINE Paula Boggio TRADUCCIÓN Paula Luna (Inglés) / Paula Boggio (Portugués) REVISOR Lucila Carzoglio PÁGINA WEB www.sladp-online.org PRODUCCIÓN GRÁFICA Y EDITORIAL TOP! Boutique Creativa de Carlos Bonanno/Gastón A. Del Popolo. Lugones 3475 2º “C”, CABA, Buenos Aires, Argentina. Tel: +54-11-4543-4897. E-mail: [email protected] Dermatología Pediátrica Latinoamericana Revista oficial de la Sociedad Latinoamericana de Dermatología Pediátrica ISSN 1812-903X Volumen 08 Número 3 Septiembre/Diciembre 2010 SLADP Comisión Directiva 2009 2011 presidente Dra. Carola Durán-McKinster México vicepresidente Dr. Héctor Cáceres Perú secretaria general Dra. Lourdes Trevizo México secretaria ejecutiva Dra. María Rosa Cordisco Argentina/EUA tesorera Dra. Mariela Tavera Colombia vocal científico Dr. Ramón Ruiz-Maldonado México vocal de acción gremial Prof. Dr. Félix Fich Chile Dermatología Pediátrica Latinoamericana Revista oficial de la Sociedad Latinoamericana de Dermatología Pediátrica ISSN 1812-903X Volumen 08 Número 3 Septiembre/Diciembre 2010 CONTENIDO editorial 56 La teledermatología: una manera fácil de ayudar, una manera divertida de aprender Isabel María del Pilar Casas artículo de revisión Teledermatología: ¿qué, cuándo y cómo? 59 María Teresa García Romero trabajo original Nevo lipomatoso cutáneo superficial: presentación de dos casos 64 Juan Martín Chappuis, Maria Elsa Giovo, Gabriela Pichichero, Fernando Bilbao, Andrés Guidi comunicación de casos Pitiriasis liquenoide. Descripción de un caso 68 Beatriz Di Martino Ortiz, Olga Gutierrez de Garrigoza Xantogranuloma juvenil y leucemia linfática aguda 73 María Serra, Marta Alejandra Villarreal, Magdalena Hernández, María Dolores Salduna, Enrique Valente, María Kurpis, Alejandro Ruiz Lascano Complejo Leishmania braziliensis: descripción de un caso pediátrico y revisión de la literatura 78 Lourdes González, María Elena Ibáñez, Beatriz Di Martino, Gloria Mendoza, E. Nara, Mirtha Rodriguez, Olida Knopfelmacher, Lourdes Bolla haga su diagnóstico Placa eritematosa en tronco 85 Verónica L. Llorca, María Eugenia Abad, Fernando Heinen, José G. Casas, Margarita Larralde correlato clínico-patológico Placa congénita de piel redundante en un lactante 89 María Dolores Jiménez-Sánchez, Carola Durán-McKinster, Daniel Carrasco-Daza, Carolina Palacios-López, Luz Orozco-Covarrubias, Ramón Ruíz-Maldonado terapéutica Tratamiento de lesiones pigmentarias en pacientes pediátricos con láser Q-switched Nd:YAG. 93 Andrea Castillo, Betina Pagotto, margarita Larralde revisión bibliográfica María Eugenia Abad 98 Dermatología Pediátrica Latinoamericana Volumen 08 Número 3. Septiembre/Diciembre 2010 editorial La teledermatología: una manera fácil de ayudar, una manera divertida de aprender 56 Isabel María del Pilar Casas Dermatóloga, Médica de planta del Hospital Área Rural Junín de los Andes, Neuquén, Patagonia, Argentina. Docente de Dermatología de la Universidad Nacional del Comahue. “De adquisición individual, el saber pasa a transformarse en construcción colectiva.” Mario Kaplún Comunicando es como mejor se aprende. Los mecanismos que operan en todo el proceso discursivo (elaboración de argumentos, contra-argumentos, silencios, debilidades o contradicciones) permiten llegar a pensamientos a los que difícilmente se arribaría sin la existencia de interlocutores, presentes o distantes. Los encuentros presenciales de nuestra especialidad, a los que con mucho esfuerzo asistimos, son cada vez más multitudinarios y han dejado de ser un espacio placentero para la interacción, la discusión y el diálogo. Sin embargo, hoy la comunicación es posible a través de canales variados. Las comunidades virtuales, por ejemplo, no sólo constituyen una nueva forma de relacionarse, sino que además impulsan trabajos de colaboración en una red de inteligencia distribuida. En este sentido, las últimas tecnologías de la información y la comunicación (NTIC´s) conforman un escenario donde las interacciones humanas no tradicionales adquieren una nueva dimensión. El término teledermatología incluye a todos los procesos vinculados con el ejercicio a distancia de nuestra especialidad, siendo el denominador común la lejanía física entre los participantes y la consecuente mediatización de los contenidos. Establecer comparaciones con la modalidad presencial es inútil: nada reemplaza el encuentro cara a cara entre las personas. No obstante, esta nueva forma de trabajo no se instala para competir o suplantar el contacto personal, sino para ampliar las posibilidades de interacción y evitar la interrupción de agendas laborales o familiares. La teledermatología redescubre así nuestro rutinario entorno laboral como una riquísima fuente de aprendizaje, cómoda, accesible y amena a la vez. La ausencia de contacto físico requiere ciertas cualidades tanto en los participantes (responsa- bilidad, ética, autonomía, libertad, deseo de comprometerse) como en la propuesta en sí (diseño eficiente, seguro, accesible e inclusivo). Si el modelo en que se basa está centrado únicamente en la transmisión, la propuesta no será estimulante ni creativa y estará exigiendo de sus usuarios una enorme fuerza de voluntad, constancia y autodisciplina para participar y devolverá a cambio aburridas actividades unidireccionales con poca o nula posibilidad de interacción entre los actores. En cambio, si participamos activamente, la experiencia de aprendizaje puede transformarse en una aventura lúdica y grupal que brinde la oportunidad de sentir y generar sensaciones, de entregar lo mejor de nosotros y recibir lo mejor de los demás. La cooperación interpersonal supera la inmutabilidad de los textos y nos permite vivir la adquisición de conocimientos como un proceso dinámico y compartido, esto es, como un hecho social. Pero, al mismo tiempo, exige de nosotros la novedosa tarea de tener que desarrollar nuestra profesión en un medio distinto al tradicional, utilizando herramientas y procedimientos con los cuales no todos estamos familiarizados.1 “No está realmente claro para mí qué es más difícil: si aprender cosas nuevas o aprender nuevas maneras de hacer las cosas viejas. Sospecho que esto último”, dice al respecto Prensky.2 Las utilidades de la teledermatología son múltiples: hasta la fecha conocemos propuestas con fines asistenciales (casos que por motivos económicos o geográficos no logran acceder al especialista y se resuelven por este medio), educativos (capacitación a distancia), preventivos (información para la población general) e interactivos (foros de discusión entre especialistas, interconsulta de casos complejos entre colegas); y seguramente seguirán apareciendo nuevos usos. Correspondencia: Isabel María del Pilar Casas Patagonia 448, Junín de los Andes, Neuquén, Argentina C.P.: 8371 E-mail: [email protected] Recibido: 12/07/2011 Aceptado: 13/07/2011 Dermatol Pediatr Lat. 2010; 8 (3): 56-8. Dermatología Pediátrica Latinoamericana Volumen 08 Número 3. Septiembre/Diciembre 2010 editorial La teledermatología: una manera fácil de ayudar, una manera divertida de aprender Isabel María del pilar Casas Las tecnologías utilizadas también son variadas y de distinta complejidad. Es importante comprender que no existe la mejor tecnología para desarrollar un buen ambiente de aprendizaje. Sea cual fuere la herramienta que utilicemos, si está imbuida de un espíritu de apertura y flexibilidad para configurar un espacio interactivo maduro, solidario y divertido, será entonces una excelente opción. El valor de una propuesta no radica tanto en la complejidad de la tecnología utilizada como en el modelo de comunicación y concepción pedagógica que subyace en su planificación, organización y puesta en práctica. Al fin y al cabo, el actor principal sigue siendo el ser humano que está sentado detrás del dispositivo y no el dispositivo en sí mismo. Así como las tecnologías no conducen indefectiblemente al conocimiento, tampoco es lo mismo informarse que aprender. No seamos meros consumidores de tecnologías: conozcámoslas en profundidad para poder utilizarlas como verdaderas herramientas, obteniendo de ellas el mayor provecho posible. Cuanto más comprendamos de qué manera ellas modifican y reconfiguran nuestro abordaje al conocimiento, podremos desarrollar propuestas de mejor calidad. El ideal de toda propuesta de teledermatología es que sea inclusiva, que promueva la colaboración intercultural, que sea flexible pero a la vez sólida y estable, con una correcta planificación y organización, y que cuente con mecanismos de control y evaluación de calidad continuos. No obstante, diseñar y poner en práctica modelos de acuerdo a los conceptos anteriormente desarrollados no es tarea sencilla. “Requiere de una mente abierta, innovadora y creativa por parte de los facilitadores. […] La consideración más importante es tener muy claro que se va a trabajar en un nuevo ambiente, con nuevas herramientas, con nuevas formas de presentar un contenido y con nuevos estudiantes con nuevas expectativas, valores, creencias y actitudes.”3 La mayoría de las plataformas educativas cuentan hoy con herramientas de interactividad que permiten desarrollar verdaderos aprendizajes colaborativos4 , pero lamentablemente no alcanza sólo con tener una buena plataforma y un buen diseño. También es necesario que los participantes desarrollen nuevas formas de interactuar con el conocimiento y que se destierren los viejos hábitos de protagonismo y de “posesión del saber” o “adueñamiento del conocimiento”, que conducen a conceptos rígidos o a certezas incuestionables. La teledermatología se encuentra transitando un difícil camino: lograr su institucionalización y legítimo reconocimiento académico. Como todo proceso innovador, inicialmente comienza con un período de apogeo en el que es utilizado con innumerables propósitos, para luego encontrar su verdadero espacio desde el cual ofrecer sus servicios a aquellas áreas en donde demuestre ser realmente efectivo. Las instituciones enfrentan hoy el desafío de responder a la demanda creciente de este tipo de prácticas, luchando contra su tradicional reticencia a desarraigar preconceptos y moldear nuevas metodologías de enseñanza. Una nueva forma de aprender y de interactuar no puede implementarse de manera inmediata ni arbitraria, sino que requiere de numerosas mediaciones para poder ser incorporada por todos sus usuarios con la naturalidad y fluidez suficientes.5 Todo cambio de paradigma implica muchísimas transformaciones. El pasaje de la oralidad a la escritura requirió largos procesos sociales y esfuerzos educativos.6 Hoy nos encontramos nuevamente aprendiendo a leer y escribir en hipertextos, y al mismo tiempo nos estamos habituando a componer y manipular imágenes visuales y sonoras. El cambio no se producirá de un día para el otro: son necesarios tiempos individuales y sociales lo suficientemente largos para adaptarse a una nueva manera de aprender. En la medida en que no hagamos cosas improvisadas y nos esforcemos por conjugar lo tecnológico con lo pedagógico de la mejor manera posible, obtendremos propuestas cada vez de mejor calidad, generando espacios en donde sea posible realizar un verdadero aprendizaje colaborativo dentro de nuestra especialidad. 57 Dermatología Pediátrica Latinoamericana Volumen 08 Número 3. Septiembre/Diciembre 2010 editorial La teledermatología: una manera fácil de ayudar, una manera divertida de aprender Isabel María del pilar Casas REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS 1. Mackenzie Marín J. Laboratorios Virtuales. Videoenlace Interactivo: Revista de Educación a Distancia. 2004; 2:13-23. 2. Prensky M. Digital natives, digital inmigrants, Part II: Do they really think differently? [En línea]. On The Horizon, 2001; vol. 9, nro 6. http://www.marcprensky.com/writing/prensky%20-%20digital%20natives,%20digital%20immigrants%20-%20part2.pdf, [Consulta: 10 de julio de 2011], ISSN (electronic) 1085-4959. 3. Zornosa LM. Diseño de un módulo en línea. Videoenlace Interactivo: Revista de Educación a Distancia. 2004; 2:7-12. 4. Zañartu Correa LM. Aprendizaje Colaborativo: Una nueva forma de diálogo interpersonal y en red. [En línea]. Contexto Educativo, 2003; vol. 5, nro 28. http://contexto-educativo.com.ar/2003/4/nota-02.htm, [Consulta: 9 de julio de 2011], ISSN 1515-7458. 5. Gutiérrez Pérez F, Prieto Castillo D. La Mediación Pedagógica. Apuntes para una educación a distancia alternativa. La Crujía, Buenos Aires, 2007: pp 14-5. 6. Ong WJ. Oralidad y Escritura. Tecnologías de la Palabra. 3° Reimpresión. Fondo de Cultura Económica, México, 1982: pp. 117-36. 58 Dermatología Pediátrica Latinoamericana Volumen 08 Número 3. Septiembre/Diciembre 2010 artículo de revisión Teledermatología: ¿qué, cuándo y cómo? 59 María Teresa García Romero Dermatóloga, Departamento de Dermatología, Hospital General Dr. Manuel Gea González, México D.F., México Resumen La telemedicina es un campo con un alcance enorme, el que se ha expandido en los últimos años. Particularmente las especialidades gráficas, como por ejemplo la Dermatología, tienen un papel crucial en este terreno. La teledermatología tiene enormes beneficios como son: permitir el acceso a consultas especializadas de poblaciones remotas y con pocos recursos, realizar interconsultas entre expertos para casos complicados, brindar educación médica continua; no obstante se deben conocer sus limitaciones y obstáculos. Palabras clave: telenconsulta; teledermatología; telemedicina Abstract Telemedicine is an area with enormous potential that has expanded greatly in the last few years. Particularly specialties that rely on images, like Dermatology, have an important role in the field. Teledermatology brings on a lot of benefits, such as bringing specialty care to remote populations without resources, allowing experts to exchange ideas on difficult cases, continuing medical education; but it also has limitations and obstacles that need to be acknowledged. Key words: teleconsult; teledermatology; telemedicine Dermatol Pediatr Lat. 2010; 8 (3): 59-63. INTRODUCCIÓN Durante los últimos años ha habido una explosión informativa sobre la telemedicina y, en lo que nos concierne a nosotros como dermatólogos, sobre la teledermatología. El objetivo de este artículo es mostrar un panorama general de lo que es la teledermatología y describir sus beneficios y limitaciones, así como los programas que se están llevando a cabo y las perspectivas a futuro. DESARROLLO La obtención de una opinión médica a distancia se llama consulta telemédica y la práctica del cuidado de la salud utilizando comunicación interactiva (auditiva, visual o de transferencia de datos) se Correspondencia: María Teresa García Romero Agua 872, Jardines del Pedregal, México D.F., México C.P.: 01900 E-mail: [email protected] Recibido: 25/05/2011 Aceptado: 22/06/2011 define como telemedicina. Otro concepto interesante que se ha incorporado es el de telesalud (e-health), esto es, el intercambio de información médica de un sitio a otro, vía comunicación electrónica, con el objetivo de mejorar el estado de salud de los pacientes. El término teledermatología se introdujo en 1995 para designar a la oferta de servicios dermatológicos a distancia, a través de la incorporación de tecnologías como las telecomunicaciones y la informática (Figura 1).1 La telemedicina no sólo reduce costos de viaje, espera y tratamiento, también minimiza las visitas de seguimiento y permite que las comunidades marginadas tengan acceso a servicios especializados de salud. En particular, la teledermatología se Dermatología Pediátrica Latinoamericana Volumen 08 Número 3. Septiembre/Diciembre 2010 articulo de revisión Teledermatología: ¿qué, cuándo y cómo? María Teresa García Romero A B C Figura 1. Diagrama sobre el flujo de información en la telemedicina. A) Médico de primer contacto, trabajador social, enfermero o médico especialista, B) Transmisión de datos e imágenes sincrónica o asincrónica, C) Médico especialista. ha hecho cada vez más útil, ya que la Dermatología es una especialidad predominantemente visual y la imagen es el estándar de oro para el diagnóstico de las patologías cutáneas. Pero además, al haber grandes barreras sociales, económicas y geográficas que impiden que una gran parte de la población mundial pueda consultar a un dermatólogo, la especialidad se ha convertido en una de las áreas prioritarias para la implementación, a gran escala, de las estrategias de la telemedicina.1 El uso de la teledermatología se ha incrementado en los últimos años y actualmente hay, al menos, 115 programas en Estados Unidos enfocados en proveer consultas a las áreas rurales. Asimismo, se ha demostrado que entre el 18,5 y el 31% de las visitas clínicas puede evitarse utilizando la teledermatología, bajo su modalidad de almacenamiento y envío.2 En lo que respecta a los países en desarrollo, hay múltiples programas de teledermatología como el Proyecto de Teledermatología en África Subsahariana (www.africa.telederm.org)3 que también ha empezado a expandirse hacia Latinoamérica (www. latinoamerica.telederm.org). Existen varias maneras de practicar la telemedicina y, en particular, la teledermatología. En el pasado, se la clasificaba como sincrónica (cuando era por videoconferencia) y asincrónica (si se trataba de almacenamiento de datos y envío posterior). Sin embargo, en la actualidad, la categorización se basa en las herramientas utilizadas, el profesional médico involucrado y el área especial de aplicación 1 de la teledermatología (Cuadro 1). a) En lo que respecta a la tecnología, las herramientas utilizadas dividen a la telemedicina en dos grandes clases: estacionaria o móvil. Ellas son: i) La videoconferencia (sincrónica), que se subdivide en convencional o vía satélite. ii) El almacenamiento y envío (asincrónica), que implica practicar la teledermatología a través de un correo electrónico, una plataforma en red o un modelo de integración. iii) La híbrida, que combina las dos categorías anteriores. b) De acuerdo al profesional de la salud, puede ser: i) La teleconsulta de una enfermera o médico de primer contacto a un especialista. ii) La teleconsulta de especialista a especialista (casos difíciles que requieren una segunda opinión). c) Por último, en cuanto al área específica de aplicación se separa en: i) Teledermatopatología. ii) Teledermatoscopía o teledermoscopía. iii) Combinación de ambas. Todas estas modalidades tienen sus beneficios e inconvenientes. Por ejemplo, la comunicación vía satélite permite una alta definición y obtención 60 Dermatología Pediátrica Latinoamericana Volumen 08 Número 3. Septiembre/Diciembre 2010 articulo de revisión Teledermatología: ¿qué, cuándo y cómo? maría Teresa García Romero Cuadro 1: Comparación entre la teledermatología por videoconferencia, por almacenamiento y envío e híbrida (adaptación de Kanthraj, 2009).1 Teledermatología interactiva Por almacenamiento y envío Modelo híbrido Interacción cara a cara Sí No Sí Exactitud diagnóstica 70-80% 90% 90% Satisfacción del médico Muy buena Buena Excelente Satisfacción del paciente Muy buena Buena Excelente Presencia del profesional de la salud Requerida al momento de la consulta No requerida al momento de la consulta Requerida solamente para aclaraciones Costo Mayor costo con muy buena efectividad Menor costo con muy buena efectividad Mayor costo con muy buena efectividad Tiempo para la consulta Puede ser largo Corto Puede ser largo Imágenes En movimiento Fijas Ambas inmediata de datos, pero es imposible en regiones remotas donde no puede establecerse conexión.1 En cuanto a la teledermatología por videoconferencia, ésta requiere un excelente sistema de transmisión de datos como las llamadas redes digitales de servicios integrados (ISDN) que incrementan la capacidad de transferencia o la banda ancha de 128 kbps (kilobytes por segundo) a varios millones de bytes por segundo; que proveen conexiones LAN (red de área local) a aparatos móviles, cámaras digitales, computadoras y asistentes digitales personales. Todo centro de telemedicina debe tener una instalación de este tipo para una mejor calidad y transmisión de datos a alta velocidad.1 La modalidad más utilizada por su facilidad, costo y accesibilidad, es la de almacenamiento y envío. Si bien existen ciertas especificaciones en cuanto a la resolución de las imágenes (el promedio necesario de pixeles es de 640 x 480), los datos (imágenes digitales, información clínica y demográfica) se obtienen por un medio electrónico y luego el material se envía para el futuro acceso de los interconsultantes. La concordancia diagnóstica entre esta modalidad y la presencial varía, según el estudio consultado, entre un 48 y 90%. Este tipo de teledermatología puede realizarse vía correo electrónico, a través de una plataforma en red1, o también, como se ha descripto recientemente, mediante redes sociales.4 Existen varias aplicaciones comerciales para la teledermatología por almacenamiento y envío, con una buena tasa de efectividad, aplicabilidad y costo-beneficio.5 La teledermatología médica a partir de teléfonos móviles y computadoras portátiles hoy provee acceso inmediato e interacción directa, ya que se han desarrollado varios sistemas de telefonía móvil con una tecnología mejorada de transmisión de datos y de imágenes de excelente calidad. La concordancia diagnóstica descripta es del 82%1 y ya varios pro- 61 Dermatología Pediátrica Latinoamericana Volumen 08 Número 3. Septiembre/Diciembre 2010 articulo de revisión Teledermatología: ¿qué, cuándo y cómo? maría Teresa García Romero gramas de telemedicina dirigidos a países en desarrollo utilizan este tipo de tecnología móvil (por ejemplo, Click Diagnostics: www.clickdiagnostics. com). Sin embargo, debe haber cautela antes de implementar extensamente programas de teledermatología y hay que evaluar con rigurosidad a esta nueva práctica, en especial cuando se trata de condiciones de la piel con alta mortalidad y morbilidad. Aunque estudios preliminares sobre el almacenamiento y envío muestran una buena concordancia entre el teledermatólogo y el dermatólogo presencial para cuadros simples, se debe recordar que ésto difiere en la evaluación de patología tumoral; ya que la exactitud en el diagnóstico de las neoplasias, que siempre requiere del correlato histopatológico, tiene un gran impacto en el manejo y pronóstico del paciente.6 Un estudio reciente evaluó a 542 pacientes con lesiones pigmentadas, utilizando teledermatología clínica con imágenes macroscópicas y dermatoscópicas con luz polarizada y de inmersión. Se encontró que la exactitud diagnóstica teledermatológica fue inferior a la presencial y que hasta 36 melanomas (20%) se podrían haber diagnosticado y manejado erróneamente a través de la teledermatología. Estos resultados obligan a ser muy prudentes en el uso de este nuevo método para lesiones pigmentadas con sospecha de malignidad.6 En cuanto a la utilización de esta práctica en pacientes pediátricos, un estudio reciente mediante teledermatología de almacenamiento y envío encontró que los diagnósticos entre el dermatólogo a distancia y el médico de primer contacto presencial habían concordado en el 48% de los casos y que solamente el 1,4 y 6% de los pacientes habían requerido teleconsultas repetidas y consultas presenciales, respectivamente.2 La telemedicina tiene un papel destacado en el cuidado de heridas crónicas, dado que esta condición requiere visitas frecuentes de monitoreo y cambios periódicos de tratamiento.7 La teledermatología provee también la oportunidad de realizar interconsultas con expertos internacionales en casos difíciles. A su vez, existen foros de discusión, llamados Comunidades Dermatológicas en Línea (Virtual Grand Rounds in Dermatology: www.vgrd.org, http://piel.telederm.org/), que brindan plataformas amistosas para el usuario en las que se puede acceder a educación médica continua, a atlas iconográficos y a bases de datos.8 A través de estos foros, se llega al objetivo final: mejorar el manejo del paciente. Pero, además, se obtiene una serie de beneficios adicionales, como es la educación continua en cualquier lugar y momento.1,8 La teledermatopatología es la transmisión de imágenes histopatológicas de la piel, a través del uso de tecnología, con el fin de obtener una opinión experta. Se realiza tanto por videoconferencia como por almacenamiento y envío, y tiene aplicación para fines educativos, pedidos de segunda opinión, investigación y ensayos clínicos.1 La teledermoscopía es la transmisión de imágenes dermoscópicas para obtener una opinión experta sobre lesiones pigmentadas atípicas. Utilizando un sistema de imágenes por video y un dermatoscopio que aumenta la imagen, un dermatólogo entrenado observa los cambios característicos en la epidermis y dermis papilar y puede hacer un tamizaje para melanoma.9 Existe también teledermoscopía móvil en la que se transfieren las imágenes, tanto clínicas como dermoscópicas, mediante teléfonos móviles.1,9 En un estudio recientemente publicado, el dermatólogo presencial y el teledermatólogo, viendo imágenes dermoscópicas, tuvieron diferencias diagnósticas únicamente en un 12,3% de las lesiones. No obstante, al añadir las correspondientes imágenes histopatológicas, sólo una lesión hubiera sido mal diagnosticada. Se encontró una sensibilidad aproximada del 100% y una especificidad del 90% para detectar melanoma y cáncer de piel no melanoma. Un punto muy importante en este trabajo fue que el 74% de las lesiones pudo ser manejado por un médico general sin necesidad de referir los casos a un dermatólogo.10 CONCLUSIÓN Como conclusiones podemos decir que, definitivamente, la teledermatología no es un sustituto del examen presencial; sin embargo, es una herramienta sumamente útil para el manejo de muchos de los cuadros dermatológicos con baja morbilidad y mortalidad. Particularmente en países en vías de desarrollo, en los que una gran proporción de la población no tiene acceso a una atención especializada, la teledermatología puede ser una manera de proveer consultas a distancia y un método a partir del cual es posible seleccionar a aquellos pacientes que pueden ser atendidos por su médico de primer contacto (según las indicaciones del 62 Dermatología Pediátrica Latinoamericana Volumen 08 Número 3. Septiembre/Diciembre 2010 articulo de revisión Teledermatología: ¿qué, cuándo y cómo? maría Teresa García Romero dermatólogo) de aquellos que requieren ser manejados por el especialista en persona. Implementar programas de teledermatología no solamente mejoraría la calidad de vida y disminuiría los costos y tiempos de espera a los pacientes de poblaciones alejadas, sino que también podrían ser una parte importante de la educación médica continua de nuestros médicos de primer contacto y especialistas, tanto en el entrenamiento como en la práctica. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS 1. Kanthraj GR. Classification and design of teledermatology practice: what dermatoses? Which technology to apply? J Eur Acad Dermatol Venereol. 2009; 23:865-75. 2. Chen TS, Goldyne ME, Mathes EF, Frieden IJ, Gilliam AE. Pediatric teledermatology: observations based on 429 consults. J Am Acad Dermatol. 2010; 62:61-6. 3. Kaddu S, Soyer HP, Gabler G, Kovarik C. 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Córdoba, Argentina Resumen El nevo lipomatoso cutáneo superficial (NLCS) es una anomalía del desarrollo infrecuente, caracterizada por la presencia de tejido adiposo maduro ectópico en la dermis. Puede estar presente al nacer o aparecer en la infancia o adolescencia. Describimos dos casos de NLCS: el primero, un niño de 4 años con una placa hipertricótica en la nalga izquierda, presente desde el nacimiento y el segundo, una niña de 9 años con una placa de aspecto esclerodermiforme en el muslo izquierdo, de aparición en etapa preescolar. Palabras clave: nevo de Hoffmann-Zurhelle; nevo lipomatoso cutáneo superficial Abstract Nevus lipomatosus cutaneous superficialis (NLCS) is a rare developmental anomally characterized by the presence of ectopic mature adipose tissue in the dermis. It may be present at birth, or appear at chilhood or adolescence. We describe two cases of NLCS: the firs one, a 4-year-old child that presented with an hypertrychotic plaque on his left buttock, present from birth and, the second one, a 9-year-old girl with a plaque of sclerodermiform appearance on her left leg, that arise before school time. Key words: Hoffmann-Zurhelle’s nevus; nevus lipomatosus cutaneous superficialis Dermatol Pediatr Lat. 2010; 8 (3): 64-7. INTRODUCCIÓN El nevo lipomatoso cutáneo superficial (NLCS) es una anomalía nevoide hamartomatosa rara, caracterizada histopatológicamente por agregados de adipocitos maduros dentro de la dermis papilar y reticular.1 Éste puede presentarse al nacer aunque puede aparecer más tarde, en las dos primeras décadas de vida u ocasionalmente en adultos.2 Clínicamente las lesiones son asintomáticas y consisten en pápulas que confluyen en placas o nódulos, color piel normal o amarillentas, blandas, elásticas, solitarias ó múltiples, con una superficie lisa o con pliegues cerebriformes. Las lesiones se localizan habitualmente en las regiones abdominal o 3-6 pélvica, y raramente en otros sitios anatómicos. Correspondencia: Juan Martín Chappuis Friuli 2218, barrio Colinas de Vélez Sársfield, Córdoba, Argentina C.P.: 01900 E-mail: [email protected] Recibido: 25/03/2011 Aceptado: 20/06/2011 Dermatología Pediátrica Latinoamericana Volumen 08 Número 3. Septiembre/Diciembre 2010 trabajo original Nevo lipomatoso cutáneo superficial Juan Martín Chappuis et al. se ha descripto su coexistencia con fibrosis perifolicular (Takashima, 2003), con hamartomas quísticos folículosebáceos múltiples y quistes dermoides (Brasanac, 2005 y Kang, 2007) y también a síndrome de bebé Michelin en forma subyacente.12-15 En 2002, Larralde et al. mostraron un interesante caso con nódulos de distribución lineal en el área glútea.16 En 1995, Pizzi de Parra et al., encontraron un nevo lipomatoso asociado a una malformación vascular, manchas café con leche, manchas mongólicas múltiples, quistes gingivales y dientes natales.17 Entre los diagnósticos diferenciales del NLCS destacamos: hamartoma congénito de músculo liso, nevo de Becker, nevo del tejido conectivo, nevo sudoríparo ecrino, esclerodermia localizada y nevo sebáceo. Es vital, a través del examen histopatológico, hallar lesiones que podrían coexistir con NLCS. El tratamiento no es necesario; no obstante, la escisión quirúrgica simple puede ser empleada sin recurrencia, en lesiones pequeñas y de bordes netos.18 REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS 1. Hoffman E, Zurhelle E. Uber einen Naerus lipomalades cutaneous superficialis der linken Glulaalyegend. Arch Dermatol Syphilol. 1921; 130:327-33. 2. Lane JE, Clark E, Marzec T. Nevus lipomatosus cutaneous superficialis. Pediatr Dermatol. 2003; 20:313-4. 3. Sáez Rodríguez M, Rodríguez-Martín M, Carnerero A, Sidro M, Rodríguez F, Cabrera R, et al. Naevus lipomatosus cutaneous superficialis on the nose. J Eur Acad Dermatol Venereol. 2005; 19:751-2. 4. Vano-Galvan S, Moreno C, Vano-Galvan E, Arrazola, JM, Muñoz-Zato E, Jaen P. Solitary naevus lipomatosus cutaneous superficialis on the sole. Eur J Dermatol. 2008; 18:353-4. 5. Hattori R, Kubo T, Yano K, Tanemura A, Yamaguchi Y, Itami S, et al. Nevus lipomatosus cutaneous superficialis of the clitoris. Dermatol Surg. 2003; 29:1071-2. 6. 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Naevus lipomatosus superficialis: a case report with a 2p24 deletion. Br J Dermatol. 2007; 156: 380-1. 67 Dermatología Pediátrica Latinoamericana Volumen 08 Número 3. Septiembre/Diciembre 2010 comunicación de casos Pitiriasis liquenoide. Descripción de un caso 68 Beatriz Di Martino Ortiz Dermatopatóloga, Laboratorio de Anatomía Patológica y Citología, Práctica Privada. Olga Gutierrez de Garrigoza Dermatóloga Pediatra, Instituto Privado del Niño y del Adolecente, Práctica Privada. Asunción, Paraguay Resumen La pitiriasis liquenoide (PL) es una dermatosis inflamatoria adquirida, idiopática, infrecuente, benigna y autoinvolutiva, que tiene dos variantes: aguda y crónica, con base en las diferencias morfológicas, la evolución temporal y el curso de este trastorno. Éstas pueden considerarse como los dos extremos clínicos dentro del espectro de una misma enfermedad. Clínicamente la PL se caracteriza por el desarrollo de brotes recurrentes de pápulas eritemato-descamativas liquenoides, de superficie queratósica, que pueden persistir por semanas o meses (crónica), o bien brotar y recidivar con exacerbaciones agudas acompañadas, frecuentemente, por vesicopústulas, ulceración, hemorragias y costras (aguda), que curan dejando cicatrices atróficas varioliformes. Presentamos el caso de un escolar de 9 años de edad con una PL con escasas costras hemáticas puntiformes y con máculas hipopigmentadas residuales. Palabras clave: enfermedad de Mucha-Habermann; pitiriasis liquenoide; pitiriasis liquenoide aguda; pitiriasis liquenoide crónica Abstract Pityriasis lichenoides (PL) is an inflammatory acquired idiopathic, rare, benign and selfhealing dermatosis, which has two variants: acute and chronic, based on morphological differences, evolution and course of the disorder that can be regarded as clinical extremes within the spectrum of the same disease. It is characterized by the development of recurrent outbreaks of scaly erythematous lichenoid papules, with keratotic surface, which can persist for weeks or months (chronic) or sprout with acute exacerbations frequently accompanied by vesico-pustules, ulceration, bleeding and crusting (acute) that heal leaving atrophic varioliformis scars. We report the case of a 9 years old boy who developed pityriasis lichenoides with few punctate hematic crusts and residual hypopigmented macules. Key words: chronic pityriasis lichenoides; Mucha-Habermann disease; pityriasis lichenoides; pityriasis lichenoides acuta Dermatol Pediatr Lat. 2010; 8 (3): 68-72. INTRODUCCIÓN El término pitiriasis liquenoide (PL) engloba un espectro de enfermedades de la piel que implica diferentes retos tanto para los pacientes como para los médicos, ya que es un trastorno difícil de categorizar y tratar. Además, la PL plantea un problema adicional debido a su posible progresión hacia un linfoma cutáneo de células T (LCCT)1 o a una presentación ulceronecrotizante con su consecuente morbi-mortalidad. El espectro de presentaciones de la PL incluye la pitiriasis liquenoide y Correspondencia: Beatriz María Di Martino Ortiz Paraguarí 1033, Asunción, Paraguay C.P.: 1325 E-mail: [email protected] Recibido: 21/04/2010 Aceptado: 10/08/2011 varioliforme aguda (PLEVA), la pitiriasis liquenoide crónica (PLC) y la enfermedad febril ulceronecrotizante de Mucha-Habermann (FUMHD), también conocida como pitiriasis liquenoide con ulceronecrosis e hipertermia (PLUH).2 CASO CLÍNICO Paciente escolar, de sexo masculino, de 9 años de Volumen 08 Número 3. Septiembre/Diciembre 2010 Dermatología Pediátrica Latinoamericana comunicación de casos Pitiriasis liquenoide. Descripción de un caso Beatriz Di Martino Ortiz et al. Figura 4. Figura 5. Figura 6. 4. Histopatología: acantosis epidérmica y degeneración vacuolar de queratinocitos. 5. Histopatología: infiltrado linfocitario en dermis superficial y media que oscurece la unión. Extravasación hemática sin atrapamiento de eritrocitos en el espesor epidérmico (H&E, 10X). 6. Histopatología: queratinocitos necróticos diseminados en el espesor epidérmico (disqueratocitos). Se observan, al menos dos, en el centro del campo (H&E, 40X). COMENTARIO La PL fue descripta por primera vez por Neisser3 y Jadassohn4 en 1894. Mucha5, en 1916, redescribió a la PL aguda como una forma especial de PLC. En 1925, Habermann denominó a esta patología como pytiriasis lichenoides et varioliformis acuta (PLEVA).6 Si bien históricamente la PL se agrupó con las parapsoriasis, en los últimos tiempos existe una tendencia a separarla, sobre bases clínicas e histológicas, y a considerarla una entidad independiente.7 La PL es propia de los niños y adultos jóvenes, sin predilección racial o geográfica evidente. Es más frecuente en varones. El 20% de los casos se observa antes de los 10 años de edad y se reconocen dos picos de frecuencia: uno a los 5 años y otro a los 10. La forma ulceronecrótica es más frecuente en niños que en adultos, aunque hay muy pocos casos publicados en la literatura.8-10 La incidencia es mayor en los meses de otoño e invierno.11 La etiología es desconocida. Actualmente es considerada una enfermedad inflamatoria y no un cuadro linfoproliferativo, probablemente disparada por un estímulo antigénico, bacteriano, viral o parasitario12; o bien como una respuesta inflamatoria secundaria a una discrasia primaria de células T. Aboga a favor de una causa infecciosa (teoría infecciosa) la existencia de brotes con antecedentes de infección de la vía respiratoria superior, faringitis estreptocócica13 o infección por numerosos microorganismos (se han postulado como disparadores: adenovirus, virus de Epstein-Barr, Toxoplasma gondii14, parvovirus B19, Streptococcus pyogenes, Sta- phylococcus aureus sp, virus de la inmunodeficiencia humana15 y citomegalovirus). También se han asociado algunos casos a infección por Pseudomona aeruginosa y Mycoplasma pneumoniae16 y se han descripto otros posteriores a amigdalectomía.17 El cuadro clínico se caracteriza por una erupción habitualmente difusa con predominio central (tronco y raíz de miembros), compuesta por pápulas eritematosas o eritemato-parduzcas descamativas (escamas finas), generalmente asintomáticas y sin compromiso extracutáneo; aunque en ocasiones puede haber prurito, ardor o fiebre. Según la apariencia y la duración de las lesiones, se reconocen dos formas clínicas: una aguda (PLEVA) y otra crónica (PLC). Ambas comparten muchas características clínico-patológicas, lo cual sugiere que representan grupos polares de un espectro continuo que incluye estadios intermedios y formas superpuestas. La PL con ulceronecrosis e hipertermina (PLUH) representa una forma fulminante y potencialmente letal de la PLEVA con escasas comunicaciones de casos en la literatura inglesa.18 La transición de PLEVA a PLUH se ha asociado con la elevación de los niveles de factor de necrosis tumoral- α (FNT-α) en un paciente.19 El compromiso facial y de las mucosas bucal o genital es raro, pero se puede detectar en la PLEVA. Las lesiones tienden a aparecer en grupos, de 2 a 8 cada día, y si bien su número total es variable, generalmente hay varias docenas de pápulas. En la PLEVA, sobre las pápulas se desarrollan 70 Dermatología Pediátrica Latinoamericana Volumen 08 Número 3. Septiembre/Diciembre 2010 comunicación de casos Pitiriasis liquenoide. Descripción de un caso Beatriz Di Martino Ortiz et al. vesículo-pústulas que se umbilican y progresan a necrosis hemorrágica, con púrpura y costras que, si se las remueve, revelan úlceras necróticas. Las lesiones necróticas se curan en varias semanas y dejan una cicatriz varioliforme (parches atróficos hipopigmentados). En la PLC la erupción habitualmente es monomorfa, persistente y asintomática, de pápulas aisladas, eritematosas y descamativas que en general oscurecen y desaparecen en 2-3 semanas dejando una mácula pigmentada que persiste algunos meses. Luego, ésta también desaparece y puede dejar hipopigmentación residual. La escama está adherida en el centro y, se despega en bloque con la cureta sin provocar sangrado, dando lugar al signo típico de escama en lacre. Las lesiones agudas y crónicas pueden coexistir y el diagnóstico histopatológico no refleja estrictamente el cuadro clínico ni la evolución de un paciente porque depende del estadio clínico en el que se obtiene la biopsia. Por este motivo, la categorización clínica e histológica depende del observador.7 El diagnóstico se basa en la clínica y se confirma por el examen histopatológico. Éste solo suele ser insuficiente para llegar a un diagnóstico definitivo, pues los cambios histopatológicos pueden corresponder a la evolución de las lesiones individuales. Para un diagnóstico correcto es esencial la buena correlación clínico-patológica. El diagnóstico diferencial clínico debe incluir, además de la papulosis linfomatoide que es sumamente rara en la infancia, los siguientes cuadros: •Para PLEVA: varicela, exantemas variceliformes por virus herpes simple o enterovirus, sifilides variceliformes y vasculitis leucocitoclástica. •Para la PLC: psoriasis en gotas, pitiriasis rosada de Gibert, sifilides, pitiriasis versicolor, eccemátide acromiante, vitiligo, liquen escleroso y atrófico extragenital y morfea guttata.7 El diagnóstico diferencial histológico se hace con otras dermatitis de la interfase.20 La pitiriasis liquenoide estaría ubicada con las dermatitis de interfase vacuolares superficiales y profundas. •Vacuolares: •Superficiales: eritema exudativo multiforme, enfermedad de injerto contra huésped aguda, lupus eritematoso sistémico, dermatomiositis y liquen escleroso y atrófico. •Superficiales y profundas: lupus eritematoso discoide y erupción medicamentosa fija. •Liquenoides: •Superficiales: liquen plano, erupción li quenoide por drogas, queratosis liquen plano-símil, púrpura pigmentosa liquenoide y liquen nítido. •Superficiales y profundas: liquen estriado, sífilis secundaria y papulosis linfomatoide. La PL no tiene tratamiento específico. Las propuestas terapéuticas comprenden corticoides e inmunomoduladores tópicos, antibióticos (eritromicina, tetraciclina), corticoides y metotrexato sistémicos, aciclovir, dapsona y psoralenos más luz ultravioleta A (PUVA), e inhibidores del FNT-α (infliximab y etanercept). En estos pacientes la luz solar es útil y se han documentado excelentes respuestas terapéuticas a la fototerapia UVB.21,22 Algunos autores creen que la fototerapia UVB de banda estrecha debería considerarse de primera línea, ya que la tasa de efectos adversos es más baja en el corto plazo que la de la banda ancha. No obstante, las complicaciones a largo plazo no están aún documentadas.21 Si hay prurito, se pueden administrar antihistamínicos sistémicos. Se ha documentado el tratamiento exitoso de la PL con el uso de oxígeno hiperbárico (OHB) en un solo artículo publicado en la literatura médica a nuestro alcance.23 A los niños con PL, se les debería permitir concurrir a clase y compartir todas las actividades escolares con sus compañeros. Como sucede con muchas dermatosis crónicas, hay que explicarles a los padres que el cuadro aclara con el tiempo y que no deja secuelas permanentes, pero que es necesario controlar a estos niños durante un largo tiempo para detectar una probable transformación en LCCT, ya que si bien la PL es una enfermedad reactiva y benigna, se han descripto casos de niños con PLEVA que han evolucionado a linfomas. Sin embargo, revisando la literatura, estos niños han padecido generalmente una papulosis linfomatoide (LCCT de bajo grado) desde el inicio, la cual es -clínica e histológicamente- similar a la PLEVA. Muchos dermatopatólogos consideran a la PLEVA y a la PLC como polos del espectro de una dermatosis reactiva policlonal benigna, mientras que consideran al LCCT el polo monoclonal maligno. La papulosis linfomatoide se encontraría en el medio y se cree en la posibilidad de que existan formas mixtas. Para el seguimiento, se propone controlar asiduamente a estos niños en fase de brote y, luego de la involución, es conveniente un examen anual para controlar la posibilidad de una transformación maligna. El seguimiento se puede interrumpir una vez que el paciente no haya presentado lesiones du- 71 Dermatología Pediátrica Latinoamericana Volumen 08 Número 3. Septiembre/Diciembre 2010 comunicación de casos Pitiriasis liquenoide. Descripción de un caso Beatriz Di Martino Ortiz et al. rante varios años. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS 1. Cozzio A, Hafner J, Kempf W, Häffner A, Palmedo G, Michaelis S, et al. 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Septiembre/Diciembre 2010 comunicación de casos Xantogranuloma juvenil y leucemia linfática aguda 73 María Serra Marta Alejandra Villareal Magdalena Hernández Médica Residente del Servicio de Dermatología del Hospital Privado de Córdoba y alumna de la Carrera de Post-grado de Dermatología de la Universidad Católica de Córdoba (UCC). María Dolores Salduna Enrique Valente Médico de Planta del Servicio de Dermatología del Hospital Privado de Córdoba. María Kurpis Médica Anatomopatóloga del Hospital Privado de Córdoba. Alejandro Ruiz Lascano Jefe del Servicio de Dermatología del Hospital Privado de Córdoba y Director de la Carrera de Post-grado de Dermatología de la UCC. Córdoba, Argentina Resumen El xantogranuloma juvenil es la mas frecuente de las histiocitosis de células no Langerhans, de naturaleza benigna y autoinvolutiva. Se presenta con lesiones papulares o nodulares, únicas o múltiples, amarillo-anaranjadas, localizadas en la piel y, ocasionalmente, en otros órganos. Ocurre principalmente en la infancia. Se encuentra descripta su asociación con neurofibromatosis tipo 1 y leucemia mielomonocítica juvenil. Su pronóstico es excelente cuando no hay afección sistémica.. Presentamos el caso de una niña de 9 años de edad con diagnóstico de xantogranuloma juvenil asociado a leucemia linfática aguda y antecedente familiar de neurofibromatosis tipo 1. Palabras clave: leucemia linfática aguda; leucemia mielomonocítica juvenil; neurofibromatosis tipo 1; xantogranuloma juvenil Abstract Juvenile xanthogranuloma is the most common type of non-Langerhans cell histiocytosis, with a bening and self-healing course. It presents with one or more orange-yellow papules or nodules in the skin and, occasionally, in other organs. The disease occurs mainly in childhood, although it may affect adults. The association of juvenile xanthogranuloma with neurofibromatosis type 1 and juvenile myelogenous leukemia is well documented. The prognosis is excellent when there is no systemic involvement. We herein present the case of a 9-yearold girl with a juvenile xanthogranuloma associated with acute lymphoblastic leukemia and a family history of neurofibromatosis type 1. Key words: acute lymphoblastic leukemia; juvenile myelomonocytic leukemia; neurofibromatosis type 1; xanthogranuloma juvenile Dermatol Pediatr Lat. 2010; 8 (3): 73-7. Correspondencia: María Serra Hipólito Irigoyen 592, 1º C, Torre B, Córdoba, Argentina C.P.: 5000 E-mail: [email protected] Recibido: 07/02/2011 Aceptado: 15/08/2011 Dermatología Pediátrica Latinoamericana Volumen 08 Número 3. Septiembre/Diciembre 2010 comunicación de casos Xantogranuloma juvenil María Serra et al. Niemann-Pick, urticaria pigmentosa y epilepsia.1,3 A diferencia de otros trastornos xantomatosos, no se vincula a hiperlipidemia3 o a otras alteraciones metabólicas.1 En el caso de la paciente presentada, tenía el antecedente de una hermana con diagnóstico de NF1. La leucemia que se asocia con más frecuencia es la leucemia mielomonocítica juvenil (LMMJ)1, aunque se han comunicado asociaciones con leucemia linfoblástica aguda, leucemia monocítica y reticulosis histiomonocítica.1,4 La LMMJ es un síndrome mieloproliferativo agresivo, que representa el 2% de las malignidades hematológicas en los niños. Se presenta en los primeros años de vida (60% antes de los 2 años) y tiene mal pronóstico, siendo el transplante de médula ósea la única posibilidad curativa. Clínicamente se manifiesta con hepatoesplenomegalia, linfadenopatías, palidez, púrpura y erupción cutánea.6,7 A pesar de ser infrecuente, es de destacar que un 14% de los pacientes que desarrollan una LMMJ tienen una NF1. En la mayoría de los pacientes, las lesiones de XGJ preceden o se observan en el mismo momento en que se diagnostica la leucemia y generalmente son lesiones múltiples.1 Nuestra paciente tuvo una LLA, que es la leucemia más común en niños. Existen pocos casos descriptos de LLA asociados a XGJ. En la literatura se describen tres casos de esta asociación en niños de entre 1 y 3 años de edad (dos de ellos con diagnóstico de NF1 también) y un caso en un paciente adulto. Dichos casos presentaban compromiso cutáneo exclusivo, con lesiones múltiples y de inicio abrupto, asociado con el debut o la recurrencia de la leucemia.8 En niños con NF1 la incidencia de LMMJ es de 1/2000 a 1/5000.7 Es bien conocido que los pacientes con NF1 tienen una incidencia mayor de XGJ que la población general. En una serie de 77 pacientes menores de 3 años con NF1 se halló que 1 de cada 5-6 pacientes desarrolló XGJ. Existen casos publicados de la triple asociación de NF1, LMMJ y XGJ, y es importante destacar que los pacientes con NF1 y XGJ tienen 20 a 30 veces más riesgo de padecer LMMJ.1,4,9,10 Otro estudio informa 14 pacientes con XGJ y NF1 sin evidencia de enfermedad hematológica en su seguimiento.6 No hay información suficiente para recomendar un manejo diferente entre los niños con NF1 y XGJ, pero sí se debe realizar un seguimiento clínico estricto (palidez, hepatoesplenomegalia, linfadenopatía) los primeros 2 años de vida.7 En pacientes con XGJ y NF1 o LMMJ se han descripto lesiones oculares, pero no compromiso visceral.1 Las lesiones del XGJ involucionan espontáneamente1,2 en el transcurso de los 3 a 6 años y pueden dejar máculas hiperpigmentadas, ligera atrofia o anetoderma residual.1-3 Cuando existe compromiso ocular , el riesgo de sufrir complicaciones a dicho nivel es alto.1 Se recomienda realizar un examen físico completo para detectar compromiso extracutáneo y la presencia de máculas café con leche, así como también es necesario investigar historia familiar de NF1.1 Se debe realizar interconsulta con un Oftalmólogo, principalmente en menores de 2 años con múltiples lesiones en piel. En caso de no haber lesiones oculares, se indica el seguimiento cada 6 meses hasta el segundo año de vida.1 76 Dermatología Pediátrica Latinoamericana Volumen 08 Número 3. Septiembre/Diciembre 2010 comunicación de casos Xantogranuloma juvenil María Serra et al. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS 1. Hernandez-Martin A, Baselga E, Drolet BA, Esterly NB. Juvenile xanthogranuloma. J Am Acad Dermatol. 1997; 36:335-67. 2. Cypel TK, Zuker RM. Juvenile xanthogranuloma: case report and review of the literature. Can J Plast Surg. 2008; 16:175-7. 3. Redbord KP, Sheth AP. Multiple juvenile xanthogranulomas in a 13-year-old. Pediatr Dermatol. 2007; 24:238-40. 4. Shoo BA, Shinkai K, McCalmont TH, Fox LP. Xanthogranulomas associated with hematologic malignancy in adulthood. J Am Acad Dermatol. 2008; 59:488-93. 5. Gelmetti C, Caputo R. Non-Langerhans cell histiocytosis. En: Wolff K, Goldsmith LA, Katz SI, Gilchrest BA, et al. Dermatology in General Medicine. Mc Graw Hill, USA, 2008: pp. 1424-34. 6. 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Septiembre/Diciembre 2010 comunicación de casos Complejo Leishmania braziliensis: descripción de un caso pediátrico y revisión de la literatura 78 Lourdes González María Elena Ibáñez Beatriz Di Martino Cátedra de Dermatología, Hospital de Clínicas de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Asunción (UNA). Gloria Mendoza Práctica Privada. Eva Nara Departamento de Biología Molecular, Instituto de Investigaciones en Ciencias de la Salud. Mirtha Rodriguez Oilda Knopfelmacher Lourdes Bolla Cátedra de Dermatología, Hospital de Clínicas de la Facultad de Ciencias Médicas de la UNA. Asunción, Paraguay Resumen La leishmaniasis es una enfermedad infecciosa, no contagiosa, de evolución crónica, causada por un protozoario del género Leishmania y transmitida al hombre a través de la picadura del flebótomo hembra infectado, vector de la enfermedad. Presentamos el caso de un lactante menor con leishmaniasis cutánea localizada, que tuvo buena respuesta al tratamiento con antimoniato de N-metilglucamina. Palabras clave: leishmaniasis; leishmaniasis cutánea; leishmaniasis mucocutánea; N-metilglucamina Abstract Leishmaniasis is chronic, infectious but not contagious disease caused by a protozoan of the genus Leishmania that is transmitted to humans through the bite of infected female sand fly, which is the vector of the disease. We present the case of an infant with localized cutaneous leishmaniasis who had a good response to the treatment with N-methylglucamine antimoniate. Keywords: leishmaniasis; cutaneous leishmaniasis; mucocutaneous leishmaniasis; N-methylglucamine Dermatol Pediatr Lat. 2010; 8 (3): 78-84. INTRODUCCIÓN La leishmaniasis tiene dos formas básicas de presentación clínica: la leishmaniasis visceral (LV) o "kala-azar” y la leishmaniasis cutánea (LC). La LV es la más grave y mortal en casi todos los casos si se deja sin tratamiento, mientras que la LC tiene una fuerte tendencia a la resolución espontánea, aunque el impacto social y el estigma psicológico son importantes. Las formas cutáneas presentan un espectro clínico que depende fundamentalmenCorrespondencia: Beatriz Di Martino Paraguarí 1033, Asunción, Paraguay C.P.: 1325 E-mail: [email protected] Recibido: 10/03/2010 Aceptado: 20/08/2011 te del estado inmunológico del paciente. En el polo inmunocompetente se sitúa la leishmaniasis cutánea localizada (LCL) y en el polo opuesto la forma anérgica o leishmaniasis cutánea difusa (LCD). En el medio encontramos a la leishmaniasis cutáneomucosa (LCM) y a las formas cutáneas crónicas (LCC). En niños, la forma más frecuente de LC es la LCL, con lesiones habitualmente localizadas en la cara y con buena respuesta a los antimoniales, Dermatología Pediátrica Latinoamericana Volumen 08 Número 3. Septiembre/Diciembre 2010 comunicación de casos Complejo Leishmania braziliensis Lourdes González et al. entre los flebótomos vectores de los parásitos y los animales reservorios. Dentro de los animales reservorios más comunes, se citan: Canidae, Didelphidae, Equidae, Dasypodidae, Felidae y Muridae. De acuerdo con la evolución del parásito en el tubo intestinal del vector, las leishmanias se agrupan en dos subgéneros: Leishmania, cuando los parásitos se desarrollan en el intestino anterior y medio; y Viannia, cuando lo hacen en el intestino anterior, 1 medio y posterior del flebótomo. El vector parasitado inocula con su saliva los promastigotes presentes en la probóscide. El parásito entra en la circulación sanguínea del vertebrado, es fagocitado por los macrófagos y se transforman a la forma de amastigote. Cuando las hembras hematófagas de los mosquitos pican a un huésped infectado, succionan los amastigotes de la sangre y la linfa. Éstos se transforman en el intestino del vector en promastigotes, cerrando así el ciclo vital. La multiplicación de la Leishmania es de forma asexual, por bipartición longitudinal de los promastigotes. Los amastigotes se dividen por bipartición o por división múltiple. En cuanto a las formas clínicas, éstas dependen fundamentalmente de la respuesta inmunológica de cada individuo frente a la infección por Leishmania. Esto explica el polimorfismo de las lesiones tanto desde el punto de vista clínico como anatomopatológico. Considerando lo anterior, podemos clasificar la LC en 2 tipos: un polo benigno, la LCL, caracterizada por la presencia de una o pocas lesiones, generalmente ulceradas; y un polo maligno o forma anérgica, la LCD, caracterizada por la presencia de múltiples pápulas, nódulos o placas que ocasionalmente se ulceran. Entre estos polos, se encuentran como formas intermedias la leishmaniasis LCC y la LCM. Formas clínicas de leishmaniasis cutánea • Leishmaniasis cutánea localizada (LCL): Es producida en América por Leishmanias del subgénero Leishmania y Viannia y en el Viejo Mundo por L. mayor, L. tropica y L. aethiopica.8 Representa del 90 al 99% de los casos de LC en América. Clínicamente se caracteriza por la presencia de escasas lesiones asintomáticas en zonas expuestas. En niños la localización más frecuente es en la cara. Inicialmente, la picadura del flebótomo genera una pápula eritematosa que, con el transcurrir de las semanas, se transforma en una placa, la que posteriormente evoluciona a una úlcera de bordes sobreelevados, eritematovioláceos y fondo granuloso. Dichas lesiones pueden presentar sobreinfección bacteriana y en ese caso se tornan dolorosas. También, pueden desarrollarse lesiones cutáneas satélites siguiendo trayectos linfáticos (esporotricoide) o aparecer adenopatías satélites en las regiones de drenaje correspondientes.1,9 Dichas lesiones tienden a resolverse espontáneamente dejando cicatrices atróficas características o bien evolucionan a placas verrugosas vegetantes. La histopatología muestra una epidermis atrófica o ausente (úlceras) o con mayor frecuencia se observa un epitelio con hiperplasia pseudocarcinomatosa. La dermis está ocupada por granulomas macrofágicos con diferenciación epitelioide y una cantidad variable de células plasmáticas y linfocitos que los rodean o invaden. Los parásitos deben ser buscados intracelularmente en los macrófagos.10 La intradermorreacción de Montenegro es positiva y las pruebas serológicas altamente positivas.11 La respuesta de la inmunidad celular es del tipo Th1 con una relación CD4/CD8 >1 y presencia de interleucina 2 (IL2) e interferón gamma (IFNγ).11 La respuesta al tratamiento con antimoniales es favorable y muchos pacientes curan espontáneamente, sobre todo cuando se controla la infección secundaria.1,7,9 Los diagnósticos diferenciales más importantes a considerar son: paracoccidiomicosis, esporotricosis, micobacteriosis atípicas, lepra, lupus vulgaris, tuberculosis verrucosa, impétigo, ectima, forunculosis, prurigo, sarcoidosis, granuloma por cuerpo extraño, queloide, carcinoma basocelular, carcinoma espinocelular y queratoacantoma.1,7,9 • Leishmaniasis cutánea difusa o variante anérgica (LCD): Es la forma maligna de la enfermedad y se debe a la diseminación hematógena del parásito. Fue descripta por primera vez, en 1948, por Barrientos en Bolivia y por Lepental y Convit en Venezuela.12,13 Se presenta en el 0,1% del total de los casos en Venezuela y el 0,25% de los casos ocurre en niños.11 Como agentes causales más frecuentes se encuentran especies de los complejos L. braziliensis y L. mexicana. Las lesiones cutáneas se presentan inicialmente como escasas pápulas, placas o nódulos eritematosos o color piel y en general están en áreas localizadas, con distribución asimétrica, afectando por 81 Dermatología Pediátrica Latinoamericana Volumen 08 Número 3. Septiembre/Diciembre 2010 comunicación de casos Complejo Leishmania braziliensis Lourdes González et al. ejemplo, una sola extremidad. Cuando son simétricas están limitadas predominantemente a las extremidades superiores o inferiores. La ulceración es rara aunque, tras un trauma, pueden ulcerarse e infectarse secundariamente con bacterias patógenas. En etapas tardías las lesiones tienden a diseminarse comprometiendo grandes extensiones de superficie corporal. El compromiso mucoso en este tipo de leishmaniasis es transitorio y leve. En la histopatología se observa que la epidermis es atrófica, con rectificación del límite dermo-epidérmico, y la dermis está ocupada por un infiltrado macrofágico denso, muy vacuolado, con escasa cantidad de células plasmáticas y linfocitos entre las células vacuoladas. Se observan numerosos amastigotes, la mayoría dentro de los macrófagos vacuolados. En el examen directo de las lesiones hay abundantes parásitos. La respuesta de la inmunidad celular es del tipo Th2 con una relación CD4/CD8 <1 y ausencia total de producción de IL2 e IFNγ por parte de los 11 linfocitos específicos para el antígeno. Este tipo de respuesta Th2 probablemente es la responsable de que estos pacientes sean incapaces de controlar la infección y, en consecuencia, de que se disemine el parásito por toda la superficie cutánea. El test de Montenegro y la prueba de proliferación linfocitaria in vitro son negativas o levemente positivas al inicio de la enfermedad. La IFD es negativa.11 El diagnóstico diferencial se realiza sobre todo con lepra lepromatosa, xantomatosis, neurofibromatosis y linfomas cutáneos. • Leishmaniasis cutáneo-mucosa (LCM): Representa la forma intermedia de la enfermedad y es causada con mayor frecuencia por especies del subgénero Viannia (complejo L. braziliensis). Hay escasas comunicaciones de LCM en la infancia. En Brasil representa el 1,6% de los casos de leishmaniasis en niños menores de 15 años y en Venezuela del 1 al 3%. En cuanto a la concomitancia de lesiones cutáneas y mucosas, hasta un tercio de los pacientes niega la presencia de lesiones cutáneas, 15% refiere que las lesiones cutáneas precedieron a las mucosas en 2 años aproximadamente y el 90% asegura haberlas presentado 10 años antes.7 Por lo general, las lesiones de la LCM comienzan con eritema e inflamación del septum nasal y, luego, se agregan la infiltración y perforación del tabique nasal. Como consecuencia de la destrucción del mismo, se origina el aspecto característico de “nariz de tapir”. Además de la nariz, la invasión puede comprometer paladar blando y duro, faringe, laringe, parte superior de la tráquea y bronquios. Con frecuencia, el labio superior también está afectado, con infiltración e induración del mismo. Las estructuras óseas permanecen indemnes.14 La histopatología muestra cambios inflamatorios similares a las formas localizadas, siendo menos intensa la diferenciación epitelioide y más frecuente los cambios epidérmicos, con proliferación epitelial, hiper y paraqueratosis, proyecciones cuneiformes y en dedo de guante. El número de parásitos también es variable y pueden encontrarse en escaso número o no encontrase.10 La intradermorreacción de Montenegro y la prueba de proliferación linfocitaria in vitro son fuertemente positivas. La IFD es positiva. La respuesta inmunitaria celular se muestra como un híbrido, con componentes de ambos tipos de respuesta: Th1 y Th2, una relación CD4/CD8 >1 y ausencia de células de Langerhans.11 El diagnóstico diferencial debe realizarse con: paracoccidiodomicosis, esporotricosis, histoplasmosis, granuloma letal de la línea media, tuberculosis, goma sifilítico y rinoescleroma, entre otros. En lo que respecta a la respuesta del tratamiento con antimoniales, las recaídas son frecuentes. Diagnóstico de leishmaniasis: En relación al diagnóstico de leishmaniasis, se deben considerar la clínica, la epidemiología y los diferentes métodos que confirman la presencia del parásito. Entre ellos, encontramos: • Métodos directos: Tinción con Giemsa: visualización directa del parásito en muestras de biopsia para la observación de amastigotes, escarificación o frotis por aposición; con sensibilidad que va del 32,7% al 90,4%. Se deben tomar muestras seriadas (mínimo de 3) y la sensibilidad del método depende de la forma clínica de leishmaniasis y del tiempo de evolución de las lesiones. Histopatología: difícil visualización del parásito debido a los cambios causados por el procesamiento con formol. Sensibilidad baja. Cultivo: en medio NNN (Novy, Nicolle y McNeal, difásico de agar-sangre), en general se utiliza para establecer su clasificación taxonómica, sensibilidad a medicamentos, estudios epidemiológicos y para 82 Dermatología Pediátrica Latinoamericana Volumen 08 Número 3. Septiembre/Diciembre 2010 comunicación de casos Complejo Leishmania braziliensis Lourdes González et al. diagnóstico. Sensibilidad del 50 al 70%. • Métodos indirectos: Intradermorreacción de Montenegro o leishmanina: es una reacción de hipersensibilidad tardía que consiste en la aplicación intradérmica de un antígeno compuesto por una suspensión de promastigotes de Leishmania muertos por calor. La prueba se lee a las 48 o 72 h y se considera positiva cuando el diámetro de la induración en el sitio de aplicación es mayor de 5 mm. Es uno de los métodos complementarios de diagnóstico más importantes, su sensibilidad y especificidad son cercanas al 100%, y se mantiene positiva una vez curada la enfermedad. Reacción de polimerasa en cadena (PCR): la sensibilidad de esta técnica alcanza el 98%, ya que puede ser positiva ante la presencia de un escaso número de parásitos. Otros métodos de diagnóstico menos utilizados son: IFD con anticuerpos monoclonales, inmunoperoxidasa, hibridación en nitrocelulosa y técnicas de inmunodiagnóstico. Tratamiento: En cuanto al tratamiento, los antimoniales pentavalentes continúan siendo los agentes terapéuticos de primera línea.1,9,15 El actualmente empleado es la N-metil-glucamina (Glucantime®). Las vías de administración son intramuscular profunda o endovenosa. La dosis recomendada es de 20 mg/kg/día, por 20 días en el caso de LC y durante 15 28 días en el caso de LCM. Los efectos colaterales principales de los antimoniales pentavalentes son: dolor hasta necrosis en el sitio de la inyección, diarrea, mialgias, dolores articulares, aumento de las transaminasas y trastornos electrocardiográficos (como aplanamiento e inversión de la onda T y prolongación del intervalo QT). Éstos son reversibles, pero pueden causar arritmias graves. También se describe la pancreatitis. Se aconseja realizar evaluaciones cardiovasculares y de funciones hepática y renal antes y después de cada ciclo de antimonial. El monitoreo laboratorial debe incluir también el valor de amilasemia. La droga de segunda elección es un macrólido poliénico, la anfotericina B.7,15 La dosis pediátrica es de 0,5-1 mg/kg/día con una dosis total acumulada de 20-30 mg/kg. La dosis acumulada no debe ser mayor a 2 gr. La administración es IV y la duración del tratamiento con esta droga es de 20 días. Entre los efectos colaterales podemos observar fiebre, escalofríos, cefalea, náuseas, vómitos, mal- estar general, flebitis en sitios de venoclisis, hiperazoemia, hipopotasemia e hipomagnesemia. La pentamidina es considerada también una droga de segunda elección en el tratamiento de la leishmaniasis o bien, como opción intermedia entre los antimoniales y la anfotericina B. La dosis recomendada es de 2 mg/kg/día IV, se administra en días alternos por 5 semanas o 7 dosis. Los efectos adversos principales son gatrointestinales, hipoglicemia, taquicardia, hipotensión y pancreatitis. El miltefosine es un alquifosfolípido, análogo a la fosfocolina, cuya estructura se asemeja a la de los fosfolípidos naturales y, como éstos, se acumula en las membranas biológicas. Sobre su uso en leishmaniasis cutánea, Soto et al. publicaron los resultados de un estudio donde destacan un 94% de curación usando dosis de 2,5 mg/kg/día VO durante 3 o 4 semanas.16 Estudios similares se realizaron en Colombia y Guatemala y se obtuvieron porcentajes de curación de 91% y 53% respectivamente.16 Los efectos colaterales descriptos con mayor frecuencia son gastrointestinales -náuseas, vómitos, anorexia, diarrea-, elevación de las enzimas hepáticas y renales, y teratogenicidad. Otros tratamientos posibles: allopurinol, antimicóticos (imidazoles, terbinafina), parammomicina, azitromicina, imiquimod, termoterapia, crioterapia y, bifosfonatos, entre otros.5 En conclusión, presentamos aquí el caso de un lactante proveniente de un área no endémica para este trastorno, en el cual la aparición de una lesión localizada en piel generó el planteo de un gran número de diagnósticos diferenciales. Confirmado el diagnóstico de LCL, la forma más común en niños e inmunocompetentes, se realizó tratamiento con antimoniales con buena tolerancia y excelente respuesta terapéutica. 83 Dermatología Pediátrica Latinoamericana Volumen 08 Número 3. Septiembre/Diciembre 2010 comunicación de casos Complejo Leishmania braziliensis Lourdes González et al. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS 1. de Brito AC, Azulay DR, Azulay RD. Leishmaniasis y demás protozoonosis de interés dermatológico. En: Azulay, Dermatología, 4° ed. Guanabara Koogan, Río de Janeiro, 2007: pp. 415-25. 2. Encuentro sobre vigilancia, prevención y control de leishmaniasis visceral (LV) en el cono sur de América. OPS/OMS. Foz de Iguazú, Brasil, 23 de septiembre de 2009. 3. Arias J, Beltrán F, Desjeux P, Walton B. Epidemiología y control de leishmaniasis en las Américas por país o por territorio. Cuaderno técnico n°44. Organización Panamericana de la Salud, Washington D.C., 1996: pp. 52. 4. Velez I, Hendrickx E, Robledo S, Agudelo S. 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Llorca et al. dermatomiofibroma y, en la infancia, a la miofibromatosis infantil y al hamartoma fibroso de la infancia.2,3,7,12 En estadios tempranos y dependiendo de la forma clínica, el DFSP debe diferenciarse de una malformación vascular, una morfea, una atrofodermia y una cicatriz (atrófica, queloide o hipertrófica).2 Al ser un tumor de difícil diagnóstico en sus estadios iniciales, existen casos publicados de DFSP que comienzan a edades tempranas pero que se diagnostican únicamente después de varios años de evolución (incluso en la adultez), una vez que la lesión ya ha entrado en su fase más avanzada.1 El DFSP es un tumor con alta tasa de recurrencia causada por el crecimiento residual posterior a una exéresis incompleta de las proyecciones microscópicas características de las células tumorales. Éstas pueden extenderse tanto lateralmente como en profundidad, 3 cm o más por fuera del margen macroscópicamente evidente. En casos avanzados, la fascia o el músculo pueden verse comprometidos.2,3,5,13 Las recidivas suelen ocurrir dentro de los 3 años posteriores a la cirugía (20-50%), pero existe la posibilidad de recurrencias más tardías. Se recomienda un control clínico periódico de por vida.2,3 Factores como el tamaño y la localización tumoral aumentan el riesgo de recurrencia. Se han descripto DFSP en cabeza y cuello con recidivas del 50 al 75% luego de una inadecuada resección. Las metástasis son raras, con tasas que oscilan entre el 3,4 y el 4,7%, y ocurren mayormente en el pulmón.2 Se presentan generalmente en tumores recurrentes. Los cambios histopatológicos fibrosarcomatosos y un alto índice mitótico elevan el riesgo metastásico. Esta situación es excepcional en los casos pediátricos.2,3,5 La sobrevida en casos de metástasis o compromiso ganglionar es pobre (1 a 48 meses).2 En cuanto a los estudios complementarios, la única prueba diagnóstica indicada es la resonancia magnética de la zona afectada, ya que aporta información sobre el grado de invasión tumoral, especialmente en los tumores recurrentes.3,4 Dada la capacidad infiltrante del DFSP, el tratamiento indicado (incluso en pacientes pediátricos) es la exéresis amplia con, al menos, 3 cm de margen lateral y la remoción en bloque del tejido celular subcutáneo y fascia subyacente.2,4,12 Se han publicado tasas de recidiva local del 47% cuan- do el tumor se extirpa con márgenes menores de 3 cm y sólo del 7% cuando los márgenes son de 3 a 5 cm.4 La mayor parte de los expertos recomienda la cirugía micrográfica de Mohs, fundamentalmente para los DFSP localizados en cabeza, cuello y zonas acrales. Con esta técnica se han comunicado recurrencias de sólo 0,6% a 6% (versus el 20% de la cirugía convencional) y, además, se logra disminuir 2,5,8,12 Para las secuelas cosméticas y funcionales. algunos autores, la aplicación de esta técnica en la población pediátrica tendría sus limitaciones.4-6 Resulta de interés una comunicación reciente de 204 pacientes con DFSP (con edades entre 1 y 84 años) que informa una tasa de recurrencia de tan sólo el 1% realizando el abordaje quirúrgico convencional con márgenes promedio de 2 cm, un estudio histopatológico minucioso de los mismos y un seguimiento promedio de 64 meses.14 La terapia radiante post quirúrgica puede ser implementada en los pacientes en que la exéresis completa implique severa pérdida de tejido y en aquellos tumores que fueron resecados con márgenes comprometidos.2 Se ha informado que el imatinib, un inhibidor específico de la tirosinkinasa, es efectivo en el DFSP metastásico o con recurrencia local y en tumores de gran tamaño; sin embargo, falta más experiencia en este campo.2,5,11 Existe una publicación reciente sobre su utilización en tres pacientes pediátricos con resultados beneficiosos, mayormente como tratamiento adyuvante para disminuir el tamaño tumoral antes del procedimiento quirúrgico.15 Concluimos, entonces, que a pesar de ser el DFSP un tumor habitualmente diagnosticado en los adultos, debe ser tenido en cuenta en la edad pediátrica como diagnóstico diferencial de otros tumores más frecuentes, a fin de realizar el tratamiento quirúrgico en forma adecuada y oportuna, y tratando así de evitar recurrencias y eventuales metástasis. 87 Dermatología Pediátrica Latinoamericana Volumen 08 Número 3. Septiembre/Diciembre 2010 haga su diagnóstico Placa eritematosa en tronco Verónica L. Llorca et al. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS 1.Checketts SR, Hamilton TK, Baughman RD. Congenital and childhood dermatofibrosarcoma protuberans: a case report and review of the literature. J Am Acad Dermatol. 2000; 42:907-13. 2.Jafarian F, McCuaig C, Kokta V, Laberge L, Ben Nejma B. Dermatofibrosarcoma protuberans in childhood and adolescence: report of eight patients. Pediatr Dermatol. 2008; 25:317-25. 3.Sanmartín O, Llombart B, López-Guerrero JA, Serra C, Requena C, Guillén C. Dermatofibrosarcoma protuberans. Actas Dermosifiliogr. 2007; 98:77-87. 4.Reddy C, Hayward P, Thompson P, Kan A. Dermatofibrosarcoma protuberans in children. J Plast Reconstr Aesthet Surg. 2009; 62:81923. 5.Gerlini G, Mariotti G, Urso C, Brandani P, Reali UM, Borgognoni L. Dermatofibrosarcoma protuberans in childhood: two case reports and review of the literature. 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Pediatr Blood Cancer. 2010; 55:369-73. 88 Dermatología Pediátrica Latinoamericana Volumen 08 Número 3. Septiembre/Diciembre 2010 correlato clínico-patológico Placa congénita de piel redundante María Dolores Jiménez-Sánchez et al. elastolítico de células gigantes, el cutis laxa y la elastolisis de la dermis papilar similar a pseudoxantoma elástico.8 En la anetodermia se afectan las fibras elásticas de la dermis papilar y reticular y no las de la dermis media exclusivamente. El cutis laxa suele ir precedido por una erupción inflamatoria y existe frecuentemente afectación de órganos internos. En la elastolisis de la dermis papilar similar a pseudoxantoma elástico se observan pápulas, pero éstas son no foliculares. En el granuloma anular elastolítico de células gigantes, la destrucción de las fibras elásticas se sitúa en el centro de los granulomas. Desde un punto de vista clínico de nuestro caso, los diagnósticos diferenciales deberían plantearse con otras entidades congénitas, como el hamartoma de músculo liso y el neurofibroma plexiforme, entre otros, pero la histología es clave para descartar estos cuadros. En nuestra paciente pudimos constatar que la placa se localizó en el tercio superior de la extremidad inferior, diferenciándose de las comunicaciones previas que la describen ocurriendo con mayor frecuencia en las extremidades superiores. Con el crecimiento paulatino de la extremidad y sin tratamiento médico, la piel se volvió menos laxa. Por este motivo, la terapia expectante y evolución natural deben ser consideradas como parte del manejo. Entre las opciones terapéuticas para la EDM se describen: vitamina E, clofazimina, colchicina, esteroides tópicos y sistémicos, y cloroquina. Si bien no se ha demostrado la eficacia de ninguno de ellas, la tretinoína tópica sí ha resultado efectiva9, igual que lo es también en las arrugas del fotoenvejecimiento10, por lo que fue el tratamiento que indicamos a nuestra paciente. Sin embargo, debido a la irritación, se hizo necesario suspenderla. También se describió la eficacia de la dapsona en una paciente, tratada con 50 mg diarios durante 2 meses11, pero dada la corta edad de nuestra paciente la misma no fue prescripta. Se aconseja la fotoprotección por el papel etiopatogénico de la radiación solar en esta enfermedad. Recientemente, se ha descubierto que el extracto de soja tiene propiedades inhibitorias de la actividad de la elastasa e induce a la síntesis de elastina12, por lo que la búsqueda de nuevas terapias se debería enfocar en estas dianas terapéuticas. La EDM es un raro desorden del tejido elástico en el que hay destrucción selectiva de las fibras elásticas de la dermis media, hecho que la diferencia del resto de las entidades que cursan con afectación de las fibras elásticas. El interés de esta publicación es presentar el primer caso congénito de EDM, destacando la necesidad de considerar la posibilidad de ocurrencia congénita de esta entidad hasta ahora sólo descripta de forma adquirida. 91 Dermatología Pediátrica Latinoamericana Volumen 08 Número 3. Septiembre/Diciembre 2010 correlato clínico-patológico Placa congénita de piel redundante María Dolores Jiménez-Sánchez et al. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS 1. Gambichler T, Linhart C, Wolter M, Berger CH, Berger D. Mid-dermal elastolysis: quantitative evaluation of 44 cases from the literature. Akt Dermatol. 1999; 25:55-9. 2. Shelley WB, Wood MG. Wrinkles due to idiopathic loss of mid-dermal elastic tissue. Br J Dermatol. 1977; 97:441-5. 3. Gambichler T. 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Margarita Larralde Sección Dermatología Pediátrica, Servicio de Dermatología, Hospital Ramos Mejía, Buenos Aires, Argentina y Servicio de Dermatología, Hospital Alemán. Buenos Aires, Argentina Resumen Las lesiones pigmentarias en la infancia pueden ser: epidérmicas, como las efélides, las máculas café con leche, los nevos pigmentarios, los lentigos y el nevo Spilus; dermoepidémicas, como el nevo de Becker y la pigmentación postinflamatoria; y de localización dérmica, como el nevo de Ota, la mancha mongólica, el nevo de Ito y el nevo de Hori. El avance en la tecnología láser nos permite tratar muchas de estas lesiones en forma segura y eficaz. Se hace una revisión de la literatura sobre el uso del láser Q-switched neodymium yttrium aluminum garnet (Nd:YAG) para el tratamiento de lesiones pigmentarias. Palabras clave: dermatología pediátrica; láser Q-switched Nd:YAG; lesiones pigmentarias Abstract Pigmented lesions in children can be due to pigment located in the epidermis, such as freckles, café au lait spots, pigmented nevi, lentigo and Spilus nevus; in the dermo-epidermal junction such as Becker´s nevus, post-inflammatory hyperpigmentation and others are due to pigment in the dermis, like nevus of Ota, Mongolian spots, nevus of Ito and Hori´s nevus. Recent advances in laser technology make possible the treatment of many of these lesions possible in a safe and efficacious way. This is a literature review about the applications of Q-switched neodymium yttrium aluminum garnet (Nd:YAG) for the treatment of pigmented lesions in children. Key words: pediatric dermatology; pigmentary lesions; Q-switched Nd:YAG laser Dermatol Pediatr Lat. 2010; 8 (3): 93-97. INTRODUCCIÓN En las últimas dos décadas, el gran avance en el desarrollo de la tecnología láser produjo un aumento en las indicaciones médicas y cosméticas de la terapéutica láser para diferentes patologías cutáneas. Correspondencia: Margarita Larrealde Acevedo 1070, Banfield, Buenos Aires, Argentina C.P.: 1828 E-mail: [email protected] Recibido: 30/08/2011 Aceptado: 31/08/2011 El tratamiento de lesiones pigmentarias se basa en el principio de fototermólisis selectiva. Éste consiste en la emisión de una luz láser, con una longitud de onda específica, que determina su absorción por el cromóforo con el objetivo de destruirlo. El Dermatología Pediátrica Latinoamericana Volumen 08 Número 3. Septiembre/Diciembre 2010 terapéutica Tratamiento de lesiones pigmentarias con Q-switched Nd:YAG Andrea Castillo et al. El calor generado por el láser debe permanecer confinado en el target con la suficiente energía para causar la destrucción de la estructura deseada con una mínima disipación de la misma a los tejidos y estructuras circundantes. lográndose así disminuir el riesgo de efectos adversos. La melanina es el target o cromóforo para el tratamiento de lesiones pigmentarias y absorbe un gran espectro de luz visible. Ante una mayor longitud de onda, la absorción por parte de la melanina disminuye y la penetración en la profundidad de los tejidos aumenta. De esta forma, se puede aplicar una longitud de onda superior en pacientes con un tipo de piel más oscura, minimizando el daño epidérmico y el riesgo de hiperpigmentación postinflamatoria. El láser Q-switched (QS) produce un pulso de energía rápido que coincide con el tiempo de relajación de la pequeña partícula de melanina. Los láseres QS que se utilizan para lesiones pigmentarias incluyen al láser QS Ruby (QSRL, 694 nm), QS Nd:YAG (532 y 1064 nm) y QS Alexandrita (QSAL, 755nm).1 DESARROLLO El QS Nd:YAG es un láser de luz coherente. Actúa por el mecanismo de fototermólisis selectiva y sirve para el tratamiento de lesiones pigmentarias epidérmicas y dérmicas, trabajando con una longitud de onda de 532 nm o 1.064 nm para cada una de ellas, respectivamente. También es útil para la remoción de tatuajes utilizando longitudes de onda de 1.064 nm, 532 nm ó 585 nm, según los colores a tratar. La duración de cada pulso de luz es de 5 a 10 ns y éste se puede trabajar en dos modos: QS y Spectra. El mecanismo de fototermólisis selectiva utiliza tres variables. Una es la longitud de onda, ya que, al emitir diferentes longitudes de onda, éstas actúan sobre el cromóforo correspondiente y, según el rango de absorción del mismo, elevan la temperatura y llevan a su destrucción selectiva. La segunda variable es el ancho de pulso. Éste debe ser más corto que el tiempo de relajación térmica (TRT) de los cromóforos para, así, afectar sólo a estos sin generar un daño térmico innecesario en los tejidos circundantes. Por ejemplo, el TRT de un vaso pequeño es menor a 45 µs y el de un melanosoma es menor a 10 ns. La tercera variable es la energía, la cual debe ser lo suficientemente intensa para destruir al cromóforo. De esta manera, ante un ancho de pulso menor, el pico de potencia es más alto, permitiendo la destrucción efectiva del target con un daño térmico mínimo del tejido circundante. Una vez fragmentados, los cromóforos son removidos por el sistema inmune: los macrófagos los fagocitan y estos son finalmente eliminados por el sistema linfático. Las lesiones pigmentarias pueden clasificarse en epidérmicas, dermoepidérmicas y dérmicas, según el nivel en el que se localiza el pigmento. Para el manejo y tratamiento correcto de las lesiones pigmentarias, es importante reconocer el tipo de lesión a tratar y si ésta se encuentra asociada o no a alteraciones sistémicas, especialmente en la población pediátrica. Luego de establecer el diagnóstico, es importante dedicar tiempo a los pacientes y a sus padres para contener su ansiedad y poder explicarles los riesgos y beneficios de los posibles tratamientos láser. Es útil describir en qué consiste el tratamiento usando términos de fácil comprensión. Cada lesión es diferente, por lo que suele ser difícil definir el período necesario para lograr una mejoría del cuadro a tratar.2 La mayoría de los tratamientos se realiza con anestesia tópica, como la combinación de prilocaína al 2,5% con lidocaína al 2,5% (EMLA®) o crema de lidocaína liposomal al 4% o 5% (LMX4®). El anestésico se coloca sobre la piel a tratar, se cubre con plástico o papel film y se remueve antes de la aplicación del láser. En casos especiales se puede utilizar lidocaína inyectable con epinefrina, sobre todo en áreas pequeñas como la cara y el cuello. También puede realizarse el bloqueo del nervio supra o suborbital para una lesión distribuida en la región V1 y V2 del trigémino. En pacientes con lesiones muy extensas, se puede utilizar anestesia general. Durante el tratamiento, es importante el uso de anteojos apropiados para prevenir un daño térmico a nivel ocular (asociado a la irradiación del láser) en el paciente, sus padres y el médico operador. • Lesiones epidérmicas En las lesiones pigmentarias epidérmicas, el pigmento está situado en la epidermis o en la unión dermoepidérmica. Cualquier tratamiento que genere un daño en la epidermis puede mejorar dicha pigmentación, aunque algunos penetran más profundamente y pueden dejar secuelas como cicatrices e hipopigmentación.1 94 Dermatología Pediátrica Latinoamericana Volumen 08 Número 3. Septiembre/Diciembre 2010 terapéutica Tratamiento de lesiones pigmentarias con Q-switched Nd:YAG Andrea Castillo et al. Los lentigos simples son máculas ovaladas marrones, de carácter benigno, que se observan desde la niñez y no se asocian a la exposición solar. En la histopatología se observa un aumento del número de melanocitos e hiperpigmentación de los queratinocitos de la capa basal. Las lentigines solares son máculas pequeñas, marrones y benignas, que aparecen en personas mayores luego de muchos años de exposición al sol. En el estudio histopatológico se observa una disminución de la red de crestas, pigmentación y un aumento de melanocitos y melanófagos. En estas lesiones se usa el láser de QS Nd:YAG con una longitud de onda de 532 nm. Rashid et al., en el 2002, publicaron el uso de Nd:YAG en 6 pacientes con lentigines y destacaron que la mejoría obtenida fue mayor al 50%.3 Por otra parte, en el 2001, Sush et al. también comunicaron una mejoría en un gran número de pacientes con este tipo de lesiones.4 Las efélides (pecas) son máculas, marrones y pequeñas, que aparecen en áreas expuestas al sol. Resultan más evidentes en los meses de verano. A diferencia de las lentigines solares, su inicio ocurre en la niñez y la única anormalidad histológica es el aumento en la producción del pigmento melánico. Jang et al., en el 2000, describieron el uso de QSAL para el tratamiento de efélides en 197 pacientes coreanos. Del total, el 64% mejoró las lesiones pigmentarias en más de un 76%.5 Asimismo, Rashid et al. en el 2002 evaluaron el tratamiento con láser de Nd:YAG en 14 pacientes y comprobaron una mejoría mayor al 50% en el 71% de ellos.3 En el 2010, Vejjabhinanta et al. compararon la eficacia y seguridad del láser de 532 nm con pulso largo (10 ms) y el láser de 532 nm de pulso corto (10 ns) para el tratamiento de efélides. El estudio confirmó que, con la misma energía, el láser de pulso corto no sólo era más efectivo y tolerable, sino que además presentaba efectos adversos menores inclusive en pacientes con fototipo I a IV.6 Las máculas café con leche y nevos pigmentarios varían entre un color marrón claro y oscuro. Histológicamente se caracterizan por presentar un aumento del pigmento melánico en la capa basal. El nevo Spilus presenta, característicamente, máculas o pápulas castaño oscuro (lesiones melanocíticas) sobre una mácula pigmentaria. Kilmer et al. en 1994 y Suh et al. en el 2001 observaron una mejoría mayor al 75% en el 30% y 20% de los pacientes, respectivamente. Grevelink et al. usaron QSRL combinado con QS Nd:YAG y observaron una mejoría del 90-100% en todos los pacientes tratados. • Lesiones dermoepidérmicas En las lesiones dermoepidérmicas el pigmento se localiza en la epidermis y dermis. Ejemplos de éstas son el nevo de Becker, la pigmentación postinflamatoria (PIH), el melasma y los nevos nevocelulares de la unión. Los nevos de Becker se presentan clínicamente como una mácula marrón de bordes irregulares y pelos gruesos y oscuros en la superficie. En general, aparecen en la adolescencia y son más comunes en el sexo masculino. Histológicamente presentan aumento de pigmento a lo largo de la capa basal, un gran número de melanocitos en la epidermis y fibras de músculo liso en la dermis. La porción pigmentaria del nevo puede mejorar con el tratamiento láser QS Nd:YAG, Er:YAG y el láser de erbium fraccionado de 1.550 nm.1 En el 2005, Trellers et al. publicaron un estudio comparativo sobre la eficacia del tratamiento entre el láser Er:YAG (2.940 nm) y el QS Nd:YAG (1.064 nm) a partir de hallazgos clínicos e histológicos. Fueron tratados 22 pacientes, 11 de ellos con láser Er:YAG y 11 con QS Nd:YAG. Luego de dos años de tratamiento, concluyeron que una única sesión con Er:YAG era más efectiva en la remoción del nevo de Becker que tres sesiones de QS Nd:YAG.7 Una nueva modalidad terapéutica para reducir la pigmentación del nevo de Becker es el láser fraccionado de erbium de 1.550 nm (fractional erbiumdoper fiber laser). Glaich et al. describieron dos casos tratados con este equipo en los se redujo la pigmentación en un 75% luego de 5 a 6 sesiones de tratamiento. Sin embargo, no observaron disminución del pelo terminal.8 La HPI puede deberse al depósito de hemosiderina o melanina. En el segundo caso, sería por un incremento del pigmento en forma adquirida y secundaria a un proceso inflamatorio. Cho et al. publicaron tres casos de HPI que mostraron una mejoría luego de ser tratados con láser QS Nd:YAG de 1.064 nm con baja fluencia.9 En casos de HPI secundaria a lesiones de acné inflamatorio, frecuentemente observadas en adolescentes con fototipos altos, el tratamiento de elección son los agentes tópicos por su eficacia y bajo costo, y como segunda línea terapéutica se recomienda la combinación de agentes tópicos y el tratamiento láser.10 • Lesiones dérmicas Las lesiones dérmicas -como el nevo de Ota, el nevo de Ito y el nevo de Horis- contienen pigmento que se localiza en la dermis profunda. Para su 95 Dermatología Pediátrica Latinoamericana Volumen 08 Número 3. Septiembre/Diciembre 2010 terapéutica Tratamiento de lesiones pigmentarias con Q-switched Nd:YAG Andrea Castillo et al. tratamiento se utilizan láseres con mayor longitud de onda, ya que ésta es capaz de penetrar en profundidad y proporcionar su aclaramiento. Los nevos de Ota y de Ito se presentan desde el nacimiento o dentro de los primeros 10 años de vida. El nevo de Ota se localiza en la región facial y se distribuye a lo largo del trayecto del nervio trigémino. Es una mácula azul oscura, marrón o gris, dependiendo de la profundidad del pigmento. El nevo de Ito es una lesión similar, pero se localiza en la región del hombro. Histológicamente, en ambos se observan melanocitos dendríticos en la dermis superior. La eficacia del tratamiento láser de estas lesiones depende de la longitud de onda, la duración del pulso y la intensidad de la energía. El láser QS Nd:YAG y el láser de QS Ruby cuentan con los parámetros deseados para la fototermólisis selectiva de la melanina. Chang et al. publicaron un trabajo retrospectivo sobre 94 pacientes, 47 tratados con láser QS Ruby y 47 con láser QS Nd:YAG, y concluyeron que ambos permitían un excelente resultado en el tratamiento del nevo de Ota, con efectos adversos mínimos. No obstante, los autores observaron que con el láser de QS Ruby necesitaron un menor número de sesiones para lograr la mejoría de las lesiones.11 Más recientemente se ha usado el láser fraccionado para el tratamiento del nevo de Ota. En el 2008, Kouba et al. describieron un caso en el que lograron la eliminación completa del nevo de Ota usando láser Nd:YAG fraccionado de 1.440 nm.12 En nuestra experiencia, se encuentra en tratamiento un paciente, de 14 años de edad, con un nevo de Ota congénito en región periorbitaria y facial derecha (Figuras 1 y 2). Se está realizando tratamiento de la región facial con láser QS Nd-YAG de 1.064 nm, a una fluencia de 8J/cm2, con spot de 3 mm. Hasta el momento, luego de tres sesiones mensuales, se observa una mejoría parcial de la lesión (Figuras 3 y 4). Figura 3. Figura 4. El nevo de Hori, también llamado nevo bilateral adquirido de máculas de nevo de Ota-like o melanocitosis dérmica adquirida, se caracteriza por desarrollar en la región facial una mácula gris azulada, bilateral y adquirida, y es más frecuente en pacientes asiáticos. Histológicamente el pigmento se encuentra en la dermis media y superior. En un principio, la lesión es color marrón y el pigmento estaría ubicado en la capa basal de la epidermis, pero más tarde existiría una migración del mismo hacia la dermis, dando clínicamente un color azul grisáceo. Ee et al. describieron, en el 2006, el uso del láser QS Nd:YAG con una longitud de onda de 532 nm para las lesiones tempranas, seguido de la utilización del QS Nd:YAG 1.064nm. De esa forma, 13 lograron mejores resultados. CONCLUSIÓN Figura 1. Figura 2. La utilización de láseres con fines terapéuticos en la población pediátrica presenta muchas ventajas comparándolo con el tratamiento de lesiones similares en los adultos. Las lesiones son más delgadas, lo que hace más efectivo su aclaramiento en un menor número de sesiones y presenta una baja probabilidad de complicaciones. El láser QS Nd:YAG constituye una nueva herramienta terapéutica para un amplio número de lesiones pigmentarias comunes en la infancia que no 96 Dermatología Pediátrica Latinoamericana Volumen 08 Número 3. Septiembre/Diciembre 2010 terapéutica Tratamiento de lesiones pigmentarias con Q-switched Nd:YAG Andrea Castillo et al. tenían tratamiento hasta el momento y que representan un problema estético para los pacientes y sus padres. Para lograr resultados gratificantes para el médico y el paciente, es fundamental realizar un diagnóstico preciso de la lesión pigmentaria así como también una correcta elección del paciente en el uso del láser. 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Espectro clínico de los angiomas en penacho en la infancia. Osio A, Fraitag S, Hadj-Rabia S, Bodemer C, de Prost Y, Hamel-Teillac D. Arch Dermatol. 2010; 146:758-63. Los angiomas en penacho (AP) o tufted angiomas son tumores vasculares raros, congénitos o adquiridos. En este último caso se presentan con mayor frecuencia durante los primeros años de la infancia. Las lesiones iniciales suelen ser placas infiltradas o tumores eritematovioláceos, en ocasiones asociados a hiperhidrosis o hipertricosis. La historia natural de la enfermedad varía desde la remisión parcial o completa hasta la persistencia y puede complicarse con el desarrollo del síndrome de Kasabach-Merritt (SKM). Histológicamente, este tumor se caracteriza por presentar penachos de capilares que infiltran toda la dermis con una disposición en “balas de cañón” y se asocian a una dilatación de los vasos linfáticos. Los autores presentan la mayor serie de casos de AP de la infancia publicada hasta la actualidad. Se incluyeron todos los pacientes con diagnóstico histológico de AP evaluados en el Hospital Necker–Enfants Malades (París, Francia) durante el período comprendido entre enero de 1988 y diciembre de 2007. Se reclutaron 13 pacientes, 4 mujeres (31%) y 9 varones (69%), y el tiempo medio de seguimiento fue de 7,5 años (rango: 2-19 años). Todos los pacientes desarrollaron las lesiones durante el primer año de vida, siendo congénitas en 7 de ellos. Clínicamente se presentaron como una placa o un tumor indurado y eritematovioláceo, en ocasiones asociado con hiperhidrosis o hipertricosis. Las lesiones se localizaron en miembros, abdomen o genitales. Con respecto a la evolución, los autores distinguieron tres patrones clínicos: 1. AP sin complicaciones (5 sujetos con remisión espontánea y 1 con lesión estable); 2. AP complicado con SKM (5 pacientes); y 3. AP sin trombocitopenia, pero con coagulopatía crónica (2 pacientes que presentaron lesión dolorosa y fueron tratados con ticlopidina y aspirina). Los autores concluyen que, a pesar de que se trata de un tumor vascular benigno desde el punto de vista histológico, su evolución es variable -incluso con posible compromiso de vida- y recomiendan la evaluación hematológica para descartar coagulopatía asociada. Finalmente, se describe un nuevo patrón evolutivo del AP con coagulopatía crónica, que requiere tratamiento prolongado, por lo que se sugiere la realización de un control clínico estricto, especialmente en la infancia temprana que es la edad de presentación más frecuente del SKM. 2. Síndrome PHACE asociado a hipoacusia. Duffy KJ, Runge-Samuelson C, Bayer ML, Friedland D, Sulman C, Chun R,Kerschner JE, Metry D, Adams D, Drolet BA. Arch Dermatol. 2010; 146:1391-6. El síndrome PHACE describe un espectro de anomalías asociadas con un hemangioma infantil facial de gran tamaño, generalmente segmentario. Éstas son: malformaciones de la fosa posterior, anomalías arteriales, coartación de aorta y otros defectos cardíacos y alteraciones oculares. El mejor reconocimiento y la realización de estudios por imágenes en niños con este síndrome han permitido identificar nuevas asociaciones. Los autores describen la ocurrencia de hipoacusia ipsilateral en 6 pacientes, 4 de ellos con diagnóstico definitivo y 2 con diagnóstico probable de síndrome PHACE -de acuerdo a los criterios diagnósticos actuales-. Un paciente presentó hipoacusia de conducción aislada, 2 pacientes hipoacusia neurosensorial aislada, un paciente hipoacusia mixta (neurosensorial y de conducción), un paciente hipoacusia no caracterizada y el último hipoacusia de conducción bilateral, neuropatía auditiva y disincronía auditiva bilateral. En 4 de los 6 casos se detectó, en la resonancia magnética, la presencia de un hemangioma intracraneal que comprometía las estructuras auditivas. Todos los pacientes presentaban un hemangioma facial de gran tamaño con compromiso ipsilateral del pabellón auricular, de la región preau- Dermatología Pediátrica Latinoamericana Volumen 08 Número 3. Septiembre/Diciembre 2010 revisión bibliográfica María Eugenia Abad preauricular y del área occipital media del cuero cabelludo. Loa autores concluyen que el riesgo de hipoacusia en estos casos está poco reconocido y que los pacientes con síndrome PHACE y hemangioma cutáneo que compromete el pabellón auricular deberían ser evaluados para descartar la presencia tanto de hemangiomas intracraneales como de hipoacusia. La detección y, por consiguiente, la terapéutica temprana de estos hemangiomas intracraneales puede enlentecer o detener crecimiento de la lesión vascular, así como de la hipoacusia y el daño estructural resultante. 3. El vitiligo segmentario y no segmentario en la infancia tiene características clínicas distintivas: un estudio observacional prospectivo. Mazereeuw-Hautier J, Bezio S, Mahe E, Bodemer C, Eschard C, Viseux V, et al. Groupe de Recherche Clinique en Dermatologie Pédiatrique (GRCDP). J Am Acad Dermatol. 2010; 62:945-9. El vitiligo es un trastorno adquirido de la pigmentación, caracterizado por la pérdida progresiva de melanocitos. En general, se inicia en la infancia y un 25% de los casos comienza antes de los 10 años de vida. Se divide en 2 formas clínicas bien definidas: vitiligo no segmentario (VNS) y vitiligo segmentario (VS); este último, en general, es el menos frecuente, pero se cree que en la edad pediátrica es más común. Dado que no existen estudios comparativos entre estas dos formas clínicas, los autores diseñaron un estudio prospectivo observacional en el que participaron 11 servicios franceses de Dermatología Pediátrica e incluyeron a todos los niños con vitiligo evaluados entre octubre del 2005 y diciembre del 2007. Se realizó un examen clínico corporal total estandarizado, perfil tiroideo (TSH, anticuerpos antitiroglobulina y antiperoxidasa) y determinación de anticuerpos antinucleares (FAN). Se permitió el tratamiento tópico con corticoides o tacrolimus, pero no fototerapia. Al cabo de un año se repitió la evaluación clínica para determinar la evolución de las lesiones cutáneas y se compararon estadísticamente los datos obtenidos. Se incluyeron 114 niños con vitiligo, 61 mujeres (54%) y 53 varones (46%), con una edad media de 8,3 años. Veinticinco pacientes (22%) tenían VS y 89 (78%) padecían VNS. Sólo existían antecedentes personales de enfermedad autoinmune en 7 de los 89 casos con VNS pero, en ambos grupos sí se recabaron antecedentes familiares de enfermedad autoinmune. El VNS se asoció con mayor número de lesiones (más de 5 máculas en el 65,17% vs. 20% en los pacientes con VS, P<0,0001), con mayor superficie corporal afectada (9,8% ± 2,51% en los VNS vs. 3,48% ± 1,6% en los VS, P=0,01), con mayor incidencia del fenómeno de Koëbner (47,19% en VNS vs. 24% en VS, P=0,03) y con mayor frecuencia de progresión de la enfermedad (23,29% en VNS vs. 5,56% en VS, P=0,043). Solamente en el grupo de los VNS (8,99% de ellos) se evidenciaron halos hiperpigmentados rodeando las máculas de vitiligo. Se realizaron estudios de laboratorio en 64 niños (56%) y se encontraron alteraciones tiroideas sólo en pacientes con VNS (11,23%). Los autores concluyen que es importante distinguir clínicamente entre estas dos variedades de vitiligo, ya que el VNS presenta mayor riesgo de progresión, de desarrollo de enfermedad tiroidea y de asociación con otras enfermedades autoinmunes. 4. Estudio prospectivo de las anomalías espinales en niños con hemangiomas de la infancia lumbosacros. Drolet BA, Chamlin SL, Garzon MC, Adams D, Baselga E, Haggstrom AN, et al. J Pediatr. 2010; 157:789-94. El 50 a 90% de los pacientes con disrafismo espinal oculto (DEO) presenta alteraciones cutáneas asociadas. El propósito de este estudio fue evaluar la presencia de anomalías espinales en pacientes con hemangiomas de la infancia (HI) en la línea media de la región lumbosacra y determinar el valor predictivo positivo de dichas lesiones. Se diseñó un estudio prospectivo multicéntrico (9 centros, Grupo de Investigación en Hemangioma) en el que se incluyeron pacientes con HI, precursores de HI o con hemangioma residual, mayores a 2,5 cm de diámetro y localizados en la línea media lumbar o sacra, evaluados entre 2005 y 2009. Se realizaron estudios por imágenes en todos los 99 Dermatología Pediátrica Latinoamericana Volumen 08 Número 3. Septiembre/Diciembre 2010 revisión bibliográfica María Eugenia Abad casos (ecografía, resonancia magnética -RM- o ambos). Se incluyeron en el estudio 48 pacientes con una edad media de 8 meses (rango: 1 a 227 semanas). El tamaño promedio del hemangioma fue de 46,1 cm2 (rango: 2,3 a 132 cm2). En 7 casos sólo se realizó ecografía, en 22 pacientes sólo se hizo RM y los restantes 19 se estudiaron con ecografía y RM. En 21 de los 48 niños (43,8%) se detectaron anomalías espinales en la RM, pero, teniendo en cuenta solamente los 41 casos en los que se realizó RM, el valor predictivo positivo para anomalías espinales de los hemangiomas lumbosacros fue del 51,2%. De los 26 pacientes en los que se realizó ecografía, se detectaron alteraciones espinales en 7 casos (26,9%). Cinco pacientes con ausencia de hallazgos ecográficos presentaron signos de DEO en la RM, alcanzando este estudio complementario una tasa de falsos negativos del 50%. En la mayoría de los pacientes con alteraciones espinales, excepto en 3 niños, dichas anomalías eran asintomáticas. Otros factores adicionales asociados con DEO fueron: gran tamaño y ulceración del hemangioma y presencia de otros marcadores cutáneos asociados: pliegue interglúteo asimétrico o desviado (24%); apéndices cutáneos, hoyuelos, lipoma o aplasia cutis (19%); melanocitosis dérmica o sinus dérmico (5%). La presencia simultánea de dos marcadores cutáneos, siendo uno de ellos un hemangioma, aumenta el riesgo de presentar DEO al 66,7%. Siete (35%) de los 20 niños que presentaron hemangioma aislado sin otro marcador cutáneo asociado tuvieron DEO. De los 21 pacientes con DEO, 11 (52,4%) presentaron médula anclada y 9 malformaciones lipomatosas congénitas (lipomielomeningocele, lipomielocele). Nueve niños presentaron hemangiomas intraespinales, 4 de los cuales no fueron detectados por ecografía. Los autores concluyen que los niños con HI lumbosacros tienen mayor riesgo de presentar DEO y deben estudiarse con RM. En caso de no presentar anomalías o síntomas asociados, la realización de la RM puede diferirse hasta los 4 o 6 meses de vida. 5. Mutación en SPRED 1 en una clínica de neurofibromatosis. Muram-Zborovski TM, Stevenson DA, Viskochil DH, Dries DC, Wilson AR, Rong Mao. J Child Neurol. 2010; 25:1203-9. El síndrome de Legius se origina por mutaciones en el gen SPRED 1 -localizado en el cromosoma 15q13.2- y sus características fenotípicas (manchas café con leche, pseudoefélides en pliegues, macrocefalia y alteraciones en el aprendizaje) se superponen con la neurofibromatosis tipo 1 (NF1), aunque no comparten la tumorogénesis. Los autores estudiaron 151 pacientes que cumplían los criterios diagnósticos de NF1, en la Clínica de Neurofibromatosis de la Universidad de Utah, entre los años 2002 y 2009. Se les realizó el estudio genético de la mutación de SPRED 1 para evaluar la frecuencia del síndrome de Legius y en 2 casos (1,3%) se detectaron mutaciones en dicho gen. Estos dos pacientes eran mayores de 10 años y presentaban manchas café con leche, pseudoefélides en pliegues, alteraciones en el aprendizaje, pero no tenían neurofibromas ni nódulos de Lisch. Los autores concluyen que la frecuencia de las mutaciones en SPRED 1 en pacientes que cumplen con los criterios pigmentarios de NF1 es del 1 al 2%, especialmente en niños de mayor edad. Estos pacientes deben ser diferenciados de los casos con NF1 clásica, ya que el seguimiento y la evolución del síndrome de Legius es diferente, principalmente porque dichos pacientes no tienen predisposición a padecer tumores. 100 Dermatología Pediátrica Latinoamericana Volumen 08 Número 3. Septiembre/Diciembre 2010 Reglamento de publicación La revista Dermatología Pediátrica Latinoamericana es la publicación oficial de la Sociedad Latinoamericana de Dermatología Pediátrica (SLADP), encargada de difundir y promover el conocimiento de esta importante subespecialidad de la Dermatología en el ámbito latinoamericano. POLÍTICA EDITORIAL Dermatología Pediátrica Latinoamericana considera para la publicación de sus artículos las reglas establecidas por el Comité Internacional de Editores de Revistas Médicas, las cuales pueden hallarse en su texto original en inglés en el sitio www.icmje.org Dermatología Pediátrica Latinoamericana publica artículos originales e inéditos sobre la especialidad. La sumisión de un manuscrito implica la aceptación de que su contenido es material no publicado, excepto en la forma de resúmenes o comunicaciones en sociedades o reuniones científicas y que no ha sido enviado simultáneamente para otra publicación. El idioma de publicación es el español. Se aceptarán artículos en portugués e inglés, los cuales serán traducidos al español. Todos los artículos recibidos serán objeto de revisión por los integrantes del comité editorial y, cuando fuere necesario, por uno o dos revisores externos. Los editores y el comité editorial notificarán al autor responsable sobre la aceptación (con o sin correcciones y cambios) o sobre el rechazo del manuscrito en el plazo de un mes desde la recepción del trabajo; siendo las decisiones de los editores inapelables. Los editores se reservan el derecho de rechazar artículos por razones científicas y/o técnicas: ya sea porque no se ajustan al reglamento de publicación o porque no poseen un mínimo nivel de calidad aceptable. En los casos en que se considere conveniente, por razones de diagramación, podrán efectuar reducciones o modificaciones del texto y/o del material gráfico así como correcciones de estilo sin afectar los conceptos o conclusiones del manuscrito. A su vez, decidirán el momento de publicación de dicho artículo. Los manuscritos aceptados para su publicación se tornan propiedad de la SLADP y no podrán ser publicados en otro lugar sin consentimiento de los editores. El material aceptado para publicación es editado y las pruebas son enviadas a los autores para su revisión final. Las mismas deben ser devueltas en el plazo de 72 horas, caso contrario se asumirá la aceptación de dicha prueba por parte de los autores. La responsabilidad por el contenido total de los trabajos editados corresponde exclusivamente a los autores. FORMATO DEL MANUSCRITO El manuscrito completo debe ser procesado en MS Word, fuente Arial número 12 y con interlineado doble en todas sus páginas. Los márgenes superior e inferior se establecerán en 3 cm y los laterales en 2,5 cm. Las páginas deben numerarse en forma correlativa y el número de página debe aparecer en el margen superior derecho. Se aceptarán sólo los manuscritos enviados, vía electrónica, a la Secretaría de Redacción: [email protected] Cada manuscrito debe constar del siguiente orden: Página de Título. Debe detallarse en ella el tipo de artículo del que se trata; el título completo del artículo (en español, que no exceda 45 caracteres con espacios incluidos) y un título abreviado para cabeza de página; el nombre completo de los autores y su filiación institucional; el nombre completo, dirección postal, dirección electrónica y teléfono/fax del autor encargado de recibir la correspondencia; agradecimientos de soporte financiero si lo hubiere; y declaración de conflicto de intereses. Resumen. No deberá superar las 200/250 palabras e incluirá el trabajo resumido en sus aspectos importantes. El resumen será estructurado sólo para los trabajos enviados para la sección “Trabajos de Investigación”. Éste debe contener: Introducción, Materiales y métodos, Resultados y Discusión. Debe acompañarse de un resumen equivalente en inglés. Debajo del resumen/abstract los autores deben proveer entre 3 y 5 palabras clave/key words, es decir, palabras representativas del tema tratado en el texto. Éstas deben aparecer por orden alfabético y deben estar listadas en Bireme "Health Science Descriptors" disponible en: http://decs.bvs.br/ o en 'Medical Subject Headings/Mesh' (MeSH) del Index Medicus disponible en: www.nlm.nih.gov/meshhome.html Texto. Éste debe ir en la secuencia convencional, con variaciones según el tipo de trabajo: Introducción-Caso clínico-Comentario o IntroducciónMateriales y métodos-Resultados-Discusión; Agradecimientos; Referencias bibliográficas; Tablas/ Cuadros y/o Gráficos; y Figuras (leyendas de las figuras). Todas las tablas, cuadros y figuras deben ser citados en el orden de aparición en el texto, numerándolos de manera secuencial. 101 Dermatología Pediátrica Latinoamericana Volumen 08 Número 3. Septiembre/Diciembre 2010 102 Reglamento de publicación Referencias bibliográficas. Las citas bibliográficas deben ser numeradas consecutivamente, en números arábigos en superíndice, en el orden en que se las menciona por primera vez en el texto, al final de la frase o párrafo en el que se las alude. Las referencias consecutivas serán separadas por un guión (p. ej.1-7) y las no correlativas por comas (p. ej.3,11,25). Se incluirán todos los autores cuando sean seis o menos; si fueran más, el sexto será seguido de la expresión “et al.” (y otros) o “y cols.” (y colaboradores) según corresponda. La referencia citada deberá seguir las normas y formato del “Uniform Requirements for Manuscripts Submitted to Biomedical Journals” (estilo Vancouver). Los títulos de las revistas deben abreviarse según el estilo usado en el Index Medicus (disponible en: www.nlm.nih.gov/tsd/serials/lsiou.html). Todas las referencias deben ser verificadas por los autores. a) Artículos en revistas: Apellido e inicial del nombre del o de los autores separados por comas. Título completo del artículo en su idioma original. Nombre de la revista en que apareció. Año de publicación, volumen de la revista, página inicial y final del artículo. Ej: Nico MM, Park JH, Lourenço SV. Mucocele in pediatric patients: analysis of 36 children. Pediatr Dermatol. 2008; 25:308-11. b)Capítulos en libros: Apellido e inicial del nombre del o de los autores del capítulo separados por comas. Título del capítulo. Apellido e inicial del nombre del o de los autores del libro separados por comas. Título del libro. Editorial, lugar y año. Páginas. Ej. Eichenfield L, Larralde M. Neonatal skin and skin disorders. En: Schachner LA, Hansen RC, eds. Pediatric Dermatology. Mosby, Edinburgh, 2003: pp. 205-62. c)Revistas electrónicas: Apellido e inicial del nombre del o de los autores separados por comas. Título completo del trabajo. [Tipo de soporte], nombre de la revista, fecha de publicación, <disponibilidad y acceso>, [fecha de consulta], número normatizado (ISSN o ISBN). Ej: Browning JC, Levy ML. Argyria attributed to silvadene application in a patient with dystrophic epidermolysis bullosa. [En línea], Dermatology Online Journal, abril de 2008, vol.14, nro4, 9. http://dermatology.cdlib.org/144/ped_derm/arygy ria/browning.html, [consulta: 8 de julio de 2008], ISSN 1087-2108. Tablas, cuadros y gráficos. Las tablas (que muestran resultados numéricos y valores comparativos permitiendo el análisis estadístico de los mismos) y los cuadros (que muestran información del texto en forma tabulada, sin análisis estadístico) deben ser escritos a doble espacio, en hojas separadas y numerados consecutivamente dentro del texto. Las tablas, cuadros y gráficos deben llevar sus respectivos números y títulos. Todas las abreviaturas utilizadas deben ser explicadas al pie de la página. No se aceptarán fotografías de cuadros ni reducciones. Leyendas de figuras. Cada figura debe tener su correspondiente leyenda escrita a doble espacio, en una hoja separada. Cada leyenda debe ser numerada con un número arábigo correspondiente a la ilustración como aparece en el texto (p. ej. Figura 1). En las leyendas de las microfotografías de estudios histopatológicos deben consignarse el método de tinción y el aumento o magnificación de las mismas. En los casos de fotos clínicas en donde se puede reconocer la identidad del paciente se debe contar con el consentimiento firmado por el paciente o su representante legal autorizando la publicación de la misma. Figuras. Se aceptarán sólo fotografías digitales. Las mismas deben tener un tamaño mínimo de 8 cm de ancho, 300 dpi de resolución y cada una debe enviarse como archivo individual con su nombre correspondiente, en formatos JPEG o TIFF. TIPOS DE TRABAJOS 1.Artículos de revisión Página título; Resumen (hasta 250 palabras); Texto: organizado en Introducción, Desarrollo y Conclusión; Referencias bibliográficas (hasta 100); Tablas, cuadros y/o gráficos (hasta 6); Figuras (hasta 10). Extensión: hasta 33.000 caracteres con espacios (considerando página título, resumen, texto y referencias bibliográficas). 2.Trabajos de investigación Página título; Resumen estructurado: Introducción, Materiales y métodos, Resultados, Discusión (hasta 250 palabras); Texto: organizado en Introducción (se resumen las bases para el estudio u observación y se presentan el/los objetivo/s del trabajo); Materiales y métodos (deben incluirse: a. selección de la población de estudio, b. métodos, aparatos y/o procedimientos, c. detalles del protocolo usado cuando se trate de estudios clínicos, d. guías o normas éticas seguidas y e. descripción de métodos estadísticos); Resultados (presentados en una secuencia lógica y sin repetición en el texto de las informaciones presentadas en tablas/cuadros/gráficos); Discusión (se resaltan los aspectos Dermatología Pediátrica Latinoamericana Volumen 08 Número 3. Septiembre/Diciembre 2010 Reglamento de publicación dros/gráficos); Discusión (se resaltan los aspectos importantes del estudio, las conclusiones de ellos derivadas y su relación con los objetivos planteados); Referencias bibliográficas (hasta 50); Tablas, cuadros y/o gráficos (hasta 4), Figuras (hasta 8). Extensión: hasta 22.000 caracteres con espacios (considerando página título, resumen, texto y referencias bibliográficas). 3.Trabajos originales Página título; Resumen (hasta 200 palabras); Texto: organizado en Introducción, Serie de casos y Discusión; Referencias bibliográficas (hasta 50); Tablas, cuadros y/o gráficos (hasta 2); Figuras (hasta 8). Extensión: hasta 22.000 caracteres con espacios (considerando página título, resumen, texto y referencias bibliográficas). 4.Comunicación de casos Página título; Resumen (hasta 200 palabras); Texto: organizado en Introducción, Caso clínico y Comentario; Referencias bibliográficas (hasta 30); Figuras (hasta 6). Extensión: hasta 11.000 caracteres con espacios (considerando página título, resumen, texto y referencias bibliográficas). 5.Haga su diagnóstico Página título (el título no debe mencionar el diagnóstico); Texto: organizado en Caso clínico, Diagnóstico y Comentario; Referencias bibliográficas (hasta 10); Figuras (hasta 6). Extensión: hasta 11.000 caracteres con espacios (considerando página título, texto y referencias bibliográficas). 6.Correlato clínico-patológico Página título (el título debe hacer referencia a la/s lesión/es, obviando el diagnóstico); Texto: organizado en Presentación del caso (presentando hallazgos clínicos e histopatológicos y diagnóstico) y Discusión; Referencias bibliográficas (hasta 20); Figuras (6 en total: 3 clínicas y 3 histopatológicas). Extensión: hasta 16.000 caracteres con espacios (considerando página título, texto y referencias bibliográficas). 7.Terapéutica Página título; Resumen (hasta 250 palabras); Texto: organizado en Introducción, Desarrollo y Conclusión; Referencias bibliográficas (hasta 60); Tablas, cuadros y/o gráficos (hasta 4); Figuras (hasta 4). Extensión: hasta 27.000 caracteres con espacios (considerando página título, resumen, texto y referencias bibliográficas) UNIDADES DE MEDIDAS Y ABREVIATURAS Se recomienda usar pesos y medidas del Sistema Internacional de Unidades (SI), disponible en: http://physics.nist.gov/cuu/Units/units.html. Las temperaturas deben ser expresadas en grados Celsius (°C). Las medidas de presión arterial deben aparecer en milímetros de mercurio (mmHg). A su vez, los medicamentos deben ir con el nombre genérico o denominación común internacional. La gramática y la sintaxis deben corresponder al español. Cuando fuera necesario el uso de abreviaturas, siglas y/o símbolos, éstas deben seguir las recomendaciones del “Council of Biology Editors Style”. No deben ser usadas abreviaturas en el Título. La primera vez que se use una abreviatura o sigla irá precedida del término completo, salvo que se trate de una unidad de medida estándar. COPYRIGHT Todo trabajo deberá acompañarse del correspondiente formulario de Copyright firmado por el autor principal, sin el cual no se procederá a su publicación definitiva. Dicho formulario se encuentra disponible en la página web de la SLADP: www.sladp.org El mismo deberá ser enviado por alguno de los siguientes medios: Correo postal: Editores Dermatología Pediátrica Latinoamericana Arenales 2557, 1º A, (CP1425), CABA, Buenos Aires, Argentina Fax: +54 11 41270264/48214407 E-mail: [email protected] 103