De 1875 a 1898 - IES Alfonso Moreno

Anuncio
12.5. EL REINADO DE ALFONSO XII. EL SISTEMA CANOVISTA Y LA CONSTITUCIÓN DE 1876 .
La Restauración se inicia mediante un pronunciamiento militar (General Martínez Campos en Sagunto).
Pese a ello, la Restauración no fue obra simplemente de los militares: en realidad existía un estado de opinión
generalizado en el país predispuesto a ella y el verdadero artífice fue Cánovas del Castillo que había preparado la
vuelta a España y al trono de Alfonso XII. Guiado por Cánovas, Alfonso XII firma en diciembre de 1874 el
Manifiesto de Sandhurst, donde se exponen sus ideales políticos y su propósito aglutinador y conciliador.
La inestabilidad del sexenio provocó un acusado viraje de la burguesía y de amplios sectores de la
población hacia posiciones monárquicas y conservadoras que garantizaran el orden. Sin embargo los
monárquicos estaban divididos en distintos grupos apoyando a diferentes candidatos; Cánovas consiguió
presentar a Alfonso XII como el candidato idóneo atrayendo a los contrarios al absolutismo y a los excesos de la
República. El reinado de Alfonso XII (1875-1885) se caracteriza por la estabilidad y pacificación del país después
del agitado periodo anterior.
• Se finaliza la tercera guerra carlista, lo que supondrá la supresión de fueros e instituciones vascas,
aunque conservan la autonomía fiscal. Con esta derrota el carlismo entró en una fase de decadencia y
reajuste interno, sin capacidad para la vía militar.
• Se finaliza la guerra de Cuba, mediante la paz de Zanjón, que reconocía algunas mejoras pero no
concedía el estatus de provincia española a la isla, por lo que tan sólo será un aplazamiento hasta la
guerra de la independencia (1895-98).
Durante el reinado de Alfonso XII, el gobierno lo ejerció básicamente el partido conservador (salvo del
81 al 84) y la figura clave, como hemos dicho, fue Cánovas del Castillo.
LAS BASES DEL SISTEMA.
Cánovas era un político pragmático que aspiraba a construir un sistema político estable y sólido. Su
fuente de inspiración era el sistema inglés cuya estabilidad se basaba en la alternancia en el gobierno de los
grandes partidos y en el equilibrio de fuerzas entre la corona y el parlamento. El sistema se basaba en tres
elementos básicos:
a) La Constitución de 1876 (en vigor hasta 1931, aunque fue suspendida y vulnerada en varias ocasiones). Era de
carácter moderado, aunque aparentemente se presenta como una síntesis entre moderados y progresistas. Su
gran virtud radicaba en su elasticidad, es decir, su articulado era poco preciso por lo que se adaptaba a
gobiernos de muy distinto signo político que podían variar las leyes ordinarias sin necesidad de variar su
articulado. Sus principales características eran:
• Carácter moderado, basada en la constitución del 45. Establecía la soberanía compartida entre el Rey y
las Cortes. Concedía grandes poderes al rey (mantenía el poder ejecutivo, nombraba y separaba
libremente a los ministros, sancionaba y promulgaba leyes, convocaba, disolvía y suspendía las Cortes).
Las cortes eran bicamerales: con un Senado sumamente elitista y conservador y un Congreso para el
que no se definía el tipo de sufragio.
• La declaración de derechos era semejante en apariencia a la del 69, pero se limitaba a reconocerlos con
carácter general y dejaba la regulación concreta a las leyes ordinarias. El catolicismo se establece como
religión oficial del estado y se prohíben las manifestaciones públicas de cualquier otra religión, aunque
se reconocía la libertad individual de culto.
b) El Bipartidismo: La mayoría de los partidos existentes previamente se acabaron integrando en uno de los dos
grandes partidos:
• Partido Conservador: liderado por Cánovas hasta su muerte en 1897 y después por Silvela. Se sitúa en la
derecha moderada (aglutina a los moderados, a la unión liberal, algunos progresistas e incluso a
católicos tradicionalistas).
• Partido Liberal: dirigido por Sagasta, se sitúa en la izquierda moderada burguesa (aglutina a
progresistas, algunos moderados desencantados de Cánovas, antiguos demócratas e incluso
republicanos posibilistas.
Entre ambos había escasas diferencias ideológicas, igualmente su composición social e intereses eran muy
similares; sus diferencias giraban más en torno a liderazgos que a ideas y a un “talante” diferente.
c) Turno de partidos y fraude electoral: Todo el engranaje político ideado por Cánovas se traducía en la realidad
en una auténtica farsa:
• En primer lugar, debido a que la alternancia en el poder y los cambios de gobierno eran pactados de
antemano, los dos partidos se relevaban de forma pacífica, se concedían plazos razonables de gobierno
y aceptaban los cambios hechos por el otro partido en el poder. Cuando un partido consideraba que le
había llegado el momento de gobernar lo pactaba con el otro partido y con el Rey. Éste mandaba
formar nuevo gobierno, disolvía cortes y convocaba elecciones.
•
En segundo lugar, el cambio debía ser legitimado por la voluntad nacional, lo que se realizaba
mediante el fraude electoral. Para lograrlo ambos partidos tenían su propia red de relaciones
personales y clientelismo organizada para asegurarse los resultados electorales adecuados. El proceso
por tanto, era el inverso a una democracia real, en la que primero se obtiene la mayoría en las
elecciones y después se forma el gobierno.
La red de clientelismo tenía la siguiente estructura:
• En Madrid estaba la oligarquía o minoría política dirigente (altos cargos y personajes influyentes),
vinculada a las clases dominantes.
• En las capitales de provincia estaba el gobernador civil.
• En el medio rural los caciques locales (personalidades con poder económico o influencia personal que
controlaban a mucha gente que dependía de ellos.
Esta estructura organizaba el fraude electoral de arriba abajo, bajo la dirección del propio Ministro de la
Gobernación: Desde Madrid, los oligarcas daban instrucciones a los gobernadores civiles que elaboraban la lista
de candidatos (los encasillados) y finalmente los caciques se encargaban de la manipulación directa de los
resultados electorales mediante las amenazas, extorsiones, actitudes paternalistas o simples pucherazos
(cambiando urnas, añadiendo votos, retirando las urnas antes del recuento…). El sistema era más eficaz en las
áreas rurales, más apolíticas y desmovilizadas que las ciudades y donde la red de clientelismo y caciquismo se
establecía con más fuerza.
12.6. LA REGENCIA DE MARIA CRISTINA DE HABSBURGO Y EL TURNO DE PARTIDOS. LA OPOSICIÓN AL
SISTEMA. REGIONALISMO Y NACIONALISMO.
La inesperada y temprana muerte de Alfonso XII inicia la regencia de María Cristina que abarca desde
1885 hasta 1902. Poco después de la muerte del rey Alfonso XII, con el objetivo de evitar los errores que dieron
lugar a la crisis del reinado de Isabel II, se llegó al Pacto del Pardo: Un acuerdo suscrito por Cánovas y Sagasta,
que instituyó el sistema de turnos pacíficos en ejercicio del poder entre liberales y conservadores y consolidó la
Restauración hasta finales del siglo XIX y principios del XX. (Aquí se debe explicar de nuevo en que consistía el
turno de partidos)
El papel de María Cristina en el sistema de gobierno fue representativo, ya que no participó en los
enfrentamientos entre los partidos dinásticos, respetando el turno a la hora de llamar a los candidatos a formar
gobierno aunque se sintió más cercana a Sagasta y no puso dificultades al mantenimiento de largos períodos de
gobierno del partido liberal.
Durante su regencia y en concreto durante el llamado “parlamento largo” 1885-90 controlado por
Sagasta, se acomete el programa liberal y se promulgan, aprovechando la ductilidad de la Constitución:
• La ley de Asociaciones (1887), que permitía la legalización de las asociaciones obreras en la
clandestinidad desde la dictadura de Serrano. (Igualmente hay un intento de aproximación a los
problemas sociales, creándose una Comisión de Reformas Sociales para estudiar todas las cuestiones
relativas al bienestar de los trabajadores, con escasos resultados).
• La ley del Jurado.
• Ley del sufragio universal (1890) aunque la permanencia del caciquismo y el fraude electoral anularon
su sentido.
• Aprobación de la libertad de prensa, de cátedra, etc.
En 1890, Sagasta tuvo que abandonar el gobierno a causa de la división interna de su partido. Hasta el
98 no se produjeron novedades en el funcionamiento del sistema (aunque las tensiones y problemas aumentan
al final del periodo).
En 1897, el régimen sufrió un duro golpe con la muerte, en un atentado anarquista, de Cánovas del
Castillo. Sin embargo la verdadera crisis del sistema se produjo a raíz de la pérdida de las últimas colonias en
1898.
LA OPOSICIÓN AL SISTEMA: REGIONALISMO Y NACIONALISMO.
Quedan excluidos del sistema los movimientos antidinásticos (carlistas y republicanos) el movimiento obrero
(que estudiaremos en el tema 13.2) y los grupos regionalistas y nacionalistas. Estos dos últimos, terminarán por
destruir el sistema ante la incapacidad de éste por absorberlos.
1. Los carlistas: muy debilitados, en 1888 se escinden en dos:
• Los integristas, seguidores de Cándido Nocedal caracterizado por su catolicismo intransigente.
• El sector propiamente carlista que dará lugar a las Juntas tradicionalistas.
2. Los republicanos: Tras el fracaso de la Primera República, el republicanismo permaneció muy dividido, con
proyectos sociales contrapuestos. Hubo tres corrientes que intentaron fusionarse sin éxito:
• El partido posibilista o republicano histórico: fue el más moderado, unitario, dirigido por Emilio Castelar. Su
moderación hizo que, tras la aprobación del sufragio universal en 1890, se integrase en el sistema,
renunciando a planteamientos radicales.
• Los unionistas de Ruiz Zorrilla y Salmerón.
• El partido federal, liderado por Pi i Margall: partido laicista y anticlerical, partidario de la descentralización,
lo que lo acercó a los movimientos nacionalistas
3. Movimientos regionalistas y nacionalistas.
En este momento se produce el movimiento emergente de los nacionalismos (vasco y catalán) y
regionalismos (gallego y valenciano). Las causas son difíciles de cifrar, sin embargo podemos establecer una
serie de factores que propician el hecho:
• Extensión del fenómeno en toda Europa.
• Existencia de movimientos culturales (ligados al romanticismo) que rescataban la riqueza de las lenguas
vernáculas y costumbres autóctonas: La Renaixença en Cataluña, la recuperación y codificación del
euskera en el País Vasco y el Rexurdimiento en Galicia.
• Política centralista y uniformizadota del estado liberal, acrecentado con la Restauración.
• La industrialización y los cambios económicos también afectaron: en Cataluña su mayor modernización
y desarrollo hace que reivindiquen un mayor protagonismo en el poder central acorde con su fuerza
económica y en el País Vasco, la llegada masiva de emigrantes será percibida como una amenaza hacia
sus tradiciones.
El nacionalismo catalán. En su origen será fundamentalmente un movimiento cultural de recuperación de
lengua, cultura e historia propias. Adquiere forma política durante el sexenio (federalismo), durante la
Restauración, surgen dos modelos alternativos:
• El primer modelo procedía del republicanismo federal catalán que reclamaba la soberanía para Cataluña; su
principal defensor fue Valentí Almirall.
• El segundo de carácter conservador y regionalista. Dentro de esta tendencia se funda en 1891 la Unió
Catalanista que intentó unificar todas las tendencias en torno a la burguesía nacionalista.
Este sector conservador se impuso en los años 90. En 1892 se establecen las Bases de Manresa (que fue el
primer programa explicito del catalanismo que incluye un proyecto de estatuto de autonomía).
En 1901 se forma el primer gran partido catalanista: la Lliga Regionalista, liderada por Enric Prat de la Riba y
Francesc Cambó (partido conservador, vinculado a la burguesía industrial, durante las dos primeras décadas del
S. XX fue el principal partido de la vida política catalana).
El nacionalismo vasco. Carente de la base cultural del catalanismo (o del galleguismo) ya que el euskera,
limitado al ámbito rural, carecía por completo de tradición literaria. En 1894 Sabino Arana funda el PNV, partido
de ideología antiliberal que defiende una sociedad tradicional vasca católica y rural, rechaza el proceso industrial
y el capitalismo; presentaba además un componente belicista y violento de raíz carlista. En el S. XX evolucionará
hacia posiciones más moderadas.
El nacionalismo gallego. Presenta un desarrollo más lento y de menor arraigo social, debido esencialmente al
atraso económico de la región. El nacionalismo gallego inicia su andadura en 1889, cuando Murguía (esposo de
Rosalía de Castro) fundó la Asociación regionalista gallega, de tendencia tradicionalista.
12.7. GUERRA COLONIAL Y CRISIS DE 1898.
El final del imperio colonial español se produjo en 1898 como consecuencia de la guerra entre España y USA que
se desarrolló en dos escenarios, Cuba y Filipinas, donde previamente se habían originado movimientos
independentistas. La situación de las colonias era de total carencia de autonomía, no estaban integradas en las
instituciones peninsulares y eran administradas por capitanes generales.
a) La Guerra de Cuba.
Cuba era la más importante de todas las colonias españolas (produce algodón, tabaco y caña).
Hasta 1860 no presentó problemas, pero a partir de aquí varios hechos modifican la situación:
• Reducción de mano de obra esclava (cuya utilización le hacia depender de España al necesitar su
ejército).
•
Desarrollo del mercado azucarero estadounidense, lo que disminuyó su dependencia económica de la
metrópoli.
El conflicto se inició, como hemos visto con la “guerra larga” (1868-1878) que concluyó con el convenio de
Zanjón, en el que se hacían promesas de autonomía pero que no se llegó a cumplir (en parte por la negativa de
la oligarquía cubana). Pese a todo continúan los brotes de conflictividad (guerra chiquita en 1879, insurrecciones
del 83 y 85).
La insurrección finalmente estalló en 1895 (grito de Baire) bajo de dirección de José Martí (que muere ese
mismo año). Posiblemente la insurrección podía haber sido controlada de nuevo si no hubiera intervenido USA.
Su intervención respondió básicamente a motivaciones económicas (compraba el 90% de la producción de
azúcar cubano). Antes de intervenir había realizado gestiones de todo tipo, incluida una oferta de compra y
durante su intervención se llevó a cabo una intensa campaña en la prensa en defensa de los “hermanos
cubanos”.
La voladura del Maine (acorazado enviado a la Habana a fin de proteger a los residentes estadounidenses, con
250 marines muertos. Probable accidente, aún sin clarificar) de la que se acusó al gobierno español, provocó la
declaración de guerra a España a menos que renunciara a la soberanía en el plazo de tres días. (Nueva oferta de
compra).
En España la prensa, los políticos y las masas eran partidarias de defender a toda costa la isla y se minimiza el
poderío de USA.
La escuadra yanqui destruyó por completo a la española bloqueada en Santiago de Cuba bajo el mando del
almirante Cervera. (Barcos de madera españoles frente a blindados y cañones de mayor alcance).
b) Las Filipinas.También en Filipinas habían aparecido movimientos de carácter nacionalista y en 1896 estalló
una revolución, sofocada al año siguiente, que aspiraba a la independencia. Cuando los americanos declaran la
guerra a España se presentan también ante los filipinos como sus libertadores y al igual que en Cuba, inflingieron
una aplastante derrota a los españoles (Batalla de Cavite).Obligados a pedir la paz, los americanos impusieron
unas condiciones muy duras (10 de diciembre del 98, tratado de París), que supondrán el fin del imperialismo
español en América y en el Pacífico y el inicio del de EE.UU.
• España pierde Cuba que fue ocupada provisionalmente por USA. Quedará independiente pero
dominada política y económicamente.
• Cede a USA: Puerto Rico, Guam y las Filipinas (éstas últimas a cambio de 20 millones de dólares).
Quedan como colonias.
A España sólo le queda en el Pacífico las Marianas, las Carolinas y las Palaos que fueron vendidas poco después a
los alemanes (en 1900 se venden igualmente algunas islas del archipiélago de Jolo).
Las repercusiones del 98
a) En el ámbito político:
• Resentimiento de los militares hacia los políticos, que les habían utilizado haciéndoles perder la guerra.
• Crecimiento del antimilitarismo popular que critica el sistema de quintas, la enorme dureza de la
guerra (pésimas condiciones sanitarias y enfermedades tropicales) y la ineficacia de los mandos.
• Descrédito del sistema puesto que una derrota tan profunda e inesperada puso al descubierto los fallos
y atraso del país. Desde esta fecha, la historia de la Restauración es una continua pendiente de
desprestigio y descontento.
b) En el ámbito económico:
• Pérdida de mercados coloniales. Aunque la recuperación fue rápida.
• Repatriación a España de capitales situados en América impulsando la banca española.
c) En el ámbito ideológico: Se produjo una auténtica crisis de la conciencia nacional que se manifestó en:
• La actitud pesimista de los intelectuales: generación del 98.
• La aparición del regeneracionismo: movimiento crítico al sistema de la restauración que pretende
revisarlo, modificando lo necesario, para superar viejos vicios y adaptarlo a las nuevas
circunstancias. Siguiendo a Maura, su principal defensor, se trataba de hacer una “revolución desde
arriba” para evitar la “revolución desde abajo”.
España había sido humillada “sólo se advierte una nube general de silenciosa tristeza” artículo “sin
pulso” de Francisco Silvela, nuevo líder conservador.
Descargar