Onça pintada | Panthera onca | WWF

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WF-Canon/Michel Gunther
Jose & Adriana Calo
Aníbal Parera/FVSA
Aníbal Parera/FVSA
WF-Canon/Michel Gunther
Onça pintada | Panthera onca | WWF-Canon/Anthony B. Rath
WWF-Canon/Michel Gunther
versão em português
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UNA VISIÓN DE BIODIVERSIDAD
PARA LA ECORREGIÓN DEL
BOSQUE ATLÁNTICO DEL ALTO PARANÁ
DISEÑO DE UN PAISAJE PARA LA CONSERVACIÓN
DE LA BIODIVERSIDAD Y PRIORIDADES PARA
LAS ACCIONES DE CONSERVACIÓN
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Equipo Técnico del WWF para la Ecorregión del Bosque
Atlántico del Alto Paraná:
Aida Luz Aquino (Coordinadora – Paraguay);
Guillermo Placci (Coordinador – Argentina);
Mario S. Di Bitetti (Coordinador de Proyectos – Argentina)
Helena Maria Maltez (Coordinadora – Brasil)
Lou Ann Dietz (Coordinadora internacional)
Comité Ejecutivo del WWF:
Sandra Charity (WWF-Reino Unido);
Javier Corcuera (Fundación Vida Silvestre Argentina);
Leonardo Lacerda (WWF-Brasil);
Meg Symington (WWF-Estados Unidos)
Análisis con Sistemas de Información Geográfica:
German Palé, Juan Carlos Riveros Salcedo, Tom Allnutt
Mapas: German Palé
Edición y Producción: Nancy de Moraes y Daniela Rode
Foto de cubierta: San Pedro, Misiones, Argentina,
de Gustavo Sebastián Cabanne
Traducción: Haydée González
Copyright 2003 World Wildlife Fund
Por favor citar esta publicación como:
Di Bitetti, M.S; Placci, G; y Dietz, L.A. 2003.
Una Visión de Biodiversidad para la Ecorregión del Bosque Atlántico del Alto Paraná: Diseño de un
Paisaje para la Conservación de la Biodiversidad y prioridades para las acciones de conservación.
Washington, D.C., World Wildlife Fund
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Esta Visión para la Conservación de la Biodiversidad para la Ecorregión del Bosque
Atlántico del Alto Paraná (también conocida como Bosque Atlántico Interior, Mata
que han contribuido con sus esfuerzos y recursos a desarrollarla, y que han orientado
sus programas de conservación a lograrla, con la esperanza de que juntos podamos
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Atlántica Interior, o Selva Paranaense) está dedicada a todas las instituciones y personas
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hacerla realidad - sino durante nuestras vidas, durante la vida de nuestros hijos.
Febrero, 2003
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AGRADECIMIENTOS
Este documento es el resultado del esfuerzo conjunto de la Red WWF y de numerosas
instituciones y personas, en un proceso continuo que comenzó en 1998. Queremos
agradecer a las siguientes personas e instituciones por sus contribuciones:
Las actividades que llevaron a la Visión de Biodiversidad fueron posibles gracias al
apoyo financiero de:
USAID Paraguay a través del Bureau for Economic Growth, Agriculture, and Trade,
U.S. Agency for International Development (USAID), bajo los términos del subsidio No.
LAG-A-00-99-00048-00. Las opiniones expresadas en este documento pertencen
a los autores y no reflejan necesariamente la posición de la U.S. Agency for
International Development;
The Summit Foundation, Washington, D.C., Estados Unidos;
The Overbrook Foundation, New York, NY, Estados Unidos;
The John D. and Catherine T. MacArthur Foundation, Chicago, IL, Estados Unidos;
WWF-US, Washington, D.C., Estados Unidos.
El proceso íntegro de desarrollo de la Visión de Biodiversidad (desde la movilización de
acuerdos de colaboración entre grupos participantes, el desarrollo de proyectos, y la
recaudación de fondos, hasta la recopilación y análisis de los datos, las discusiones a
lo largo de todas las fases del desarrollo de la metodología y el análisis de los datos,
así como también el desarrollo de las metas de conservación y la revisión de este
documento) fueron coordinadas por:
Equipo Técnico del WWF para la Ecorregión del Bosque Atlántico:
Aida Luz Aquino, Coordinadora en Paraguay (WWF-US); Mario S. Di Bitetti,
Coordinador de Proyectos en Argentina (Fundación Vida Silvestre Argentina - FVSA);
Guillermo Placci, Coordinador en Argentina (Fundación Vida Silvestre Argentina - FVSA);
Helena Maltez, Coordinadora en Brasil (WWF-Brasil); Lou Ann Dietz, Coordinadora
Internacional WWF-US).
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Coordinación de esfuerzos del WWF-Brasil para la Ecorregión del Bosque Atlántico durante
las etapas iniciales:
Kátia Lemos Costa (1998-1999); Luis Paulo Ferraz (1999-2001).
Dirección General – Comité Directivo del WWF para la Ecorregión del Bosque Atlántico:
Sandra Charity (WWF-Reino Unido), Javier Corcuera (FVSA), Leonardo Lacerda
(WWF-Brasil), Meg Symington (WWF-US).
Asistencia en el desarrollo de acuerdos de colaboración internacionales y locales para
llevar adelante el proceso de desarrollo de la Visión:
Kátia Lemos Costa (WWF-Brasil); Nancy de Moraes (WWF-US); Myrna Paola
Narváez (FVSA); Daniela Rode (FVSA); Patricia Keller (Secretaria de
Comunicaciones de la Iniciativa Trinacional de la Conservación y Uso Sustentable
de la Selva Paranaense); Ana Maria Macedo Sienra (Fundación Moises Bertoni);
Miguel Morales (USAID – Misión en Paraguay); Miguel Pellerano (consultor).
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Recopilación de información para las etapas iniciales de esta Visión:
Sueli Angelo Furlan (Universidade de São Paulo); Francisco A. Arruda Sampaio
(Universidade de São Paulo); Rosalia Fariña (consultora).
Importantes aportes fueron realizados por las siguientes personas durante las discusiones
que se desarrollaron a lo largo de las diferentes fases del desarrollo de la metodología:
Garo Batmanian (WWF-Brasil); Robert Buschbacher (WWF-Brasil); José Maria
Cardoso (Universidade Federal de Pernambuco); Roberto Cavalcanti
(Conservation International do Brasil); Javier Corcuera (FVSA); Leandro Ferreira
(WWF-Brasil); Marcia Hirota (Fundacion SOS Mata Atlântica); Mauro Galetti
(Universidade Estadual de São Paulo–UNESP); Andrés Johnson (FVSA); Rosa
Lemos de Sá (WWF-Brasil); Miguel Morales (USAID – Misión en Paraguay);
Heloisa de Oliveira (Conservation International do Brasil); Claudio Valladares
Padua (Instituto de Pesquisas Ecológicas – IPÊ); Luiz Paulo de Souza Pinto
(Conservation International do Brasil); Denise Marçal Rambaldi (Associação
Mico-Leão Dourado); Carlos Saavedra (The Summit Foundation); Alejandro Serret
(FVSA); Chelsea Specht; Marcelo Tabarelli (Universidade Federal de Pernambuco).
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Dirección continua en metodologías de conservación ecorregional:
Equipo del WWF-US: Tom Allnutt, Sarah Christiansen, John Morrison, George
Powell, Juan Carlos Riveros Salcedo, Doreen Robinson, and Harry Van der Linde.
Revisión de este documento:
Tom Allnutt (WWF-US); Sandra Charity (WWF-UK); James Dietz (University of
Maryland); Leonardo Lacerda (WWF-Brasil); Doreen Robinson (WWF-US); Meg
Symington (WWF-US); Michele Thieme (WWF-US); Gustavo Sebastián Cabanne
(Instituto de Biociências-Universidade de São Paulo).
Compilación de datos geográficos, socioeconómicos y biológicos:
En Paraguay:
Alberto Madroño (Guyra Paraguay) suministró información sobre aves.
Ana Maria Macedo Sienra (Fundación Moisés Bertoni - FMB) reunió la información
disponible en la FMB sobre vegetación, fauna y áreas protegidas, y
compiló toda la información sobre Paraguay
Nélida Rivarola con la ayuda de Milagros Lencinas (Centro de Datos para la
Conservación –CDC, Dirección de Parques y Vida Silvestre, Sub-Secretaria
de Recursos Naturales, Ministerio de Agricultura y Ganadería) reunió
la información sobre vegetación, fauna y áreas protegidas del CDC, la
Facultad de Ciencias Químicas y el Museo de Ciencias Naturales.
Alberto Rautemberg (Servicios Ecoforestales para Agricultores – SEPA) y Elías
Díaz Peña y Miguel Lovera (Sobrevivencia – Amigos de la Tierra)
suministraron datos socieconómicos.
Jorge Pinazzo y Larisa Rejalaga (Carrera de Ingeniería Forestal, Universidad Nacional
de Asunción) suministraron información sobre el ambiente físico.
El Departamento de Ordenamiento Territorial, Dirección de Ordenamiento
Ambiental –Dirección de Parques Nacionales y Vida Silvestre Subsecretaria de Estado de Recursos Naturales y Medio Ambiente Ministerio de Agricultura y Ganadería junto con la Carrera de Ingeniería
Forestal - Facultad de Ciencias Agrarias - Universidad Nacional de
Asunción, y la Fundación Moisés Bertoni produjeron el mapa de
cobertura boscosa.
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En Argentina:
Miguel Angel Rinas, Paula Bertolini, y Juan Pablo Cinto (Ministerio de Ecología
y Recursos Naturales Renovables de la Provincia de Misiones)
suministraron información sobre áreas protegidas.
Miguel López (Facultad de Ciencias Forestales, Universidad Nacional de Misiones)
y Claudia Noseda (Plan Social Agropecuario) suministraron información
socioeconómica.
Luis Colcombet y Roberto Fernández (Instituto Nacional de Tecnología
Agropecuaria – INTA, Montecarlo) suministraron información sobre el
uso de la tierra.
H. Daniel Ligier (Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria –INTA, Corrientes)
suministró información sobre geomorfología, hidrología, clima y suelos.
Juan Carlos Chébez (Administración de Parques Nacionales) y Hernán Casañas
(Aves Argentinas) suministraron información sobre fauna.
Fernando Zuloaga y Manuel Belgrano (Instituto de Botánica Darwinion)
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suministraron información sobre vegetación.
Irene Fabricante (FVSA) produjo el mapa de cobertura boscosa.
En Brazil:
Utilizamos información colectada en la Avaliação e Ações Prioritárias para a
Conservação da Biodiversidade da Mata Atlântica e Campos Sulinos,
un trabajo realizado para establecer prioridades para el Bosque
Atlántico y los Biomas de Pastizales del Sur. Este trabajo se realizó
para PROBIO, el proyecto nacional “Conservación y uso sustentable
de la diversidad biológica del Brasil”, dirigido por el Ministerio de
Medio Ambiente. El mismo formó parte de las obligaciones del país
según la Convención sobre la Biodiversidad, firmada en la Conferencia
de Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo-UNCED (Rio
1992). Esta información fue reunida para el Ministerio de Medio
Ambiente por: Conservation International do Brasil; Fundação SOS
Mata Atlântica; Fundação Biodiversitas; Instituto de Pesquisas
Ecológicas; Secretaria do Meio Ambiente do Estado de São Paulo/
SEMAD; y el Instituto Estadual de Florestas de Minas Gerais.
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Julio Gonchorosky (Director del Parque Nacional do Iguaçu – IBAMA) suministró
información complementaria sobre el área del Parque Nacional do
Iguaçu y el Parque Estadual do Turvo
Instituto Brasileiro de Meio Ambiente e Recursos Naturais Renovaveis – IBAMA
suministró información sobre áreas protegidas.
Fundação SOS Mata Atlântica suministró el mapa de cobertura boscosa.
Integración de los datos en Sistemas de Información Geográficos a nivel ecorregional:
En Paraguay—Pedro Alvarenga (AlterVida) y Aníbal Aguayo (Guyra Paraguay);
En Argentina—Irene Fabricante (FVSA) y José Benitez (Ministerio de Ecología y Recursos
Naturales Renovables de la Provincia de Misiones);
En Brasil—Leandro Ferreira (WWF-Brasil);
En toda la ecorregión—Tom Allnutt y Megan McKnight (WWF-US); German Palé (FVSA).
Participantes del Taller Hacia una Visión Biológica para la Ecorregión del Bosque Atlántico
Interior de Paraná/Paraíba, llevado a cabo los días 25 y 26 de Abril de 2000, en Foz do
Iguaçu, Paraná, Brasil
Tom Allnutt (WWF-US); Pedro Alvarenga (AlterVida, Paraguay); Aida Luz Aquino
(WWF-US, en Paraguay); João Batista Campos (Instituto Ambiental do Paraná, Brasil);
Manuel Belgrano (Instituto de Botánica Darwinion, Argentina); José Benitez (Ministerio
de Ecología y Recursos Naturales Renovables, Misiones, Argentina); Hugo Cámara
(Ministerio de Ecología y Recursos Naturales Renovables, Misiones, Argentina); Rogerio
Castro (Secretaria Estadual do Meio Ambiente, Rio Grande do Sul, Brasil); Juan Carlos
Chébez (Administración de Parques Nacionales, Argentina); Juan Pablo Cinto (Ministerio
de Ecología y Recursos Naturales Renovables, Misiones, Argentina); Luis Colcombet
(Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria–INTA, Montecarlo, Argentina); Laury Cullen
(Instituto de Pesquisas Ecológicas–IPÊ, Brasil); Wanderley de Moraes (Itaipú Binacional,
Brasil); Lou Ann Dietz (WWF-US); Maria Elena Escobar (Itaipú Binacional, Paraguay);
Irene Fabricante (FVSA); Luis Paulo Ferraz (WWF-Brasil); Leandro Ferreira (WWF-Brasil);
Julio Gonchorosky (Parque Nacional do Iguaçu–IBAMA, Brasil); John Griffin (USAID, USA);
Patricia Keller (Iniciativa Trinacional de la Conservación y Uso Sustentable de la Selva
Paranaense); Milagros Lencina (CDC, Parques Nacionales y Vida Silvestre, Paraguay);
H. Daniel Ligier (Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria–INTA, Sombrerito,
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Argentina); Miguel López (Universidad Nacional de Misiones, Argentina); Miguel Lovera
(Sobrevivencia, Paraguay); Ana Maria Macedo Sienra (Fundación Moisés Bertoni,
Paraguay); Megan McKnight (WWF-US); Guillermo Placci (FVSA); George Powell (WWFUS); Alberto Rautenberg (Servicios Ecoforestales para Agricultores, Paraguay); Larisa
Rejalaga (Carrera de Ingenieria Forestal / Facultad de Ciencias Agrarias, Universidad
Nacional de Asunción - CIF/FCA/UNA, Paraguay); Doreen Robinson (WWF-US); Marcelo
Tabarelli (Departamento de Botânica, Universidade Federal de Pernambuco, Brasil);
Myriam Velázquez (Guyra Paraguay, Paraguay); Víctor Vera (consultor, Paraguay).
Aunque hemos tratado de expresar nuestro reconocimiento a todas las
organizaciones y personas que contribuyeron a este documento, podemos
haber omitido algunas involuntariamente. Nos disculpamos desde ya por
cualquier omisión de su valioso aporte a este trabajo.
10
11
ÍNDICE
4
Agradecimientos
11
Lista de Figuras
13
Lista de Tablas
15
Declaración de la Visión
17
Resumen Ejecutivo
29
Capítulo 1
29
Conservación Ecorregional y la Visión de Biodiversidad
29
¿Qué es una ecorregión?
31
Metas mínimas de conservación para lograr los objetivos de conservación ecorregional
33
La Visión de Biodiversidad como una herramienta para implementar
la Conservación Ecorregional
37
Capítulo 2
37
La Ecorregión del Bosque Atlántico del Alto Paraná
37
El Complejo de Ecorregiones del Bosque Atlántico
37
La Ecorregión del Bosque Atlántico del Alto Paraná
37
Historia natural del Bosque Atlántico del Alto Paraná
37
Demografía y división política
37
Las principales causas de la fragmentación y la degradación del Bosque Atlántico
del Alto Paraná
37
Uso de la tierra
39
Infraestructura
40
Explotación no sustentable del bosque nativo
42
Caza no sustentable
43
Las causas últimas de la degradación ambiental
44
Oportunidades para la conservación de la biodiversidad en la Ecorregión
del Alto Paraná
61
Capítulo 3
61
Metas para lograr resultados de Conservación de Biodiversidad
64
Los problemas de la fragmentación: efectos de borde, efectos
de tamaño y de aislamiento
71
Capítulo 4
71
Diseñando un Paisaje para la Conservación de la Biodiversidad– Métodos
101
Capítulo 5
102
Resultados: El Paisaje para la Conservación de la Biodiversidad
102
Representatividad de las Unidades de Paisaje
102
El Paisaje para la Conservación de la Biodiversidad
102
A) Áreas Prioritarias para la Conservación de la Biodiversidad
104
B) Áreas Estratégicas para la Conservación de la Biodiversidad
105
C) Áreas de Uso Sustentable
126
Capítulo 6
126
Estableciendo prioridades para las acciones de conservación. Metas
de Conservación
135
De la Visión a la Acción – implementando un Plan de Acción Ecorregional
137
Bibliografía
Apéndice 1
12
13
LISTA DE FIGURAS
Figura 1. Las Ecorregiones Terrestres “Global 200”
28
Figura 2. Localización de la Ecorregión Global 200 de los Bosques Atlánticos
47
48
en Sudamérica
Figura 3. Las 15 Ecorregiones del Complejo de Ecorregiones Global 200
del Bosque Atlántico
49
Figura 4. Remanentes de bosque de la Ecorregión Global 200 de los Bosques Atlánticos
Figura 5. La Ecorregión del Bosque Atlántico del Alto Paraná
50
Figura 6. La Ecorregión del Bosque Atlántico del Alto Paraná se superpone extensamente
51
con la Ecorregión Global 200 de los Ríos y Arroyos del Alto Paraná
Figura 7. El proceso de destrucción del Bosque Atlántico del Alto Paraná
Figura 8. Patrones de tenencia de tierra en diferentes partes de la Ecorregión
52
Figura 9a. Áreas Protegidas del Bosque Atlántico del Alto Paraná
53
Figura 9b. Áreas Protegidas del Bosque Atlántico del Alto Paraná (Área Trinacional
ampliada)
54
Figura 10. Aumento de las áreas protegidas en la Ecorregión
55
Figura 11. Número y área total de fragmentos por categoría de tamaño
Figura 12. Número de meses secos
60
Figura 13. Rango de Altitud
70
Figura 14. Índice de pendientes del terreno
81
Figura 15. Unidades de Paisaje
82
Figura 16. Remanentes de bosque del Bosque Atlántico del Alto Paraná
83
Figura 17. Fragmentos de bosque clasificados por categorías de tamaño
84
Figura 18. Núcleos de los fragmentos de bosque clasificados por categorías de tamaño
85
Figura 19. Índice de importancia del fragmento
86
Figura 20. Ciudades
87
Figura 21. Cultivos
88
Figura 22. Ganadería
89
Figura 23. Densidad de la población rural
90
Figura 24. Amenazas para la conservación de la biodiversidad
91
Figura 25. Proximidad a áreas de protección estricta
92
Figura 26. Proximidad a ríos
93
Figura 27. Zonas de conservación planificada
94
Figura 28. Oportunidades para la conservación de la biodiversidad
95
96
97
98
Figura 29. Amenazas y oportunidades
99
Figura 30. Potencial para la Conservación de la Biodiversidad
100
Figura 31. Proceso de desarrollo del Paisaje para la Conservación
de la Biodiversidad
118
Figura 32. Ilustración del Concepto de categorías de áreas incluidas
en el Paisaje para la Conservación de la Biodiversidad
119
Figura 33. Áreas núcleo
Figura 34. Áreas prioritarias
120
121
Figura 35. Áreas de uso sustentable que conectan áreas prioritarias para
la conservación de la biodiversidad
Figura 36. Paisaje para la Conservación de la Biodiversidad
Figura 37. Área bajo protección estricta (presente y futuro) en el Paisaje
122
para la Conservación de la Biodiversidad
123
Figura 38. Superficie bajo áreas de uso sustentable
Figura 39. Cobertura boscosa en las distintas categorías del área
123
124
14
del Paisaje para la Conservación de la Biodiversidad
15
LISTA DE TABLAS
56
Tabla 1.
Áreas protegidas de la Ecorregión del Bosque Atlántico del Alto Paraná
69
Tabla 2.
Estimaciones de densidad y requerimientos de área para individuos
y para poblaciones de diferentes tamaños de especies de vertebrados típicas
del Bosque Atlántico del Alto Paraná
112
Tabla 3.
Representatividad en áreas protegidas y cobertura forestal remanente
en unidades de paisaje
113
Tabla 4.
Número de fragmentos y cobertura boscosa (ha) por unidad de paisaje
y por categoría de tamaño de fragmento.
115
Tabla 5.
Representatividad de las unidades de paisaje en las áreas prioritarias
116
Tabla 6.
Representatividad de las unidades de paisaje en el Paisaje para
la Conservación de la Biodiversidad final
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DECLARACIÓN DE LA VISIÓN
Detener la extinción de especies y mantener servicios
ambientales esenciales mediante acciones inmediatas que
aseguren la viabilidad a largo plazo de la biodiversidad
representativa del Bosque Atlántico.
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RESUMEN EJECUTIVO
Conservación ecorregional
En los últimos años la comunidad conservacionista ha promovido el diseño e
implementación de acciones para la conservación de la biodiversidad a gran escala. El
WWF ha adoptado este enfoque, concentrando la planificación y las acciones de
conservación en las ecorregiones – unidades terrestres o acuáticas relativamente grandes
que contienen un conjunto característico de comunidades naturales que comparten una
gran mayoría de especies, dinámicas y condiciones ambientales. Como la mayor parte
de los procesos ecológicos y evolutivos que sustentan la biodiversidad ocurren a gran
escala, el WWF ha determinado que las ecorregiones son las unidades más apropiadas
para diseñar y desarrollar acciones de conservación de la biodiversidad.
Uno de los elementos clave necesarios para la implementación de la conservación a
escala ecorregional es una Visión de Biodiversidad. La Visión de Biodiversidad es una
herramienta de planificación, generalmente en forma de documento, como éste, cuyo
propósito es guiar las actividades de conservación de la biodiversidad en la ecorregión.
La Visión de Biodiversidad establece una serie de objetivos de conservación de la
biodiversidad basados en los ampliamente aceptados principios de la biología de la
conservación, e identifica áreas críticas a ser conservadas, manejadas o restauradas
para lograr estos objetivos. Estas áreas se identifican a través de un proceso de bases
científicas, que descansa en los mejores datos disponibles sobre biodiversidad e
información socioeconómica. A través de este proceso desarrollamos un Paisaje para la
Conservación de la Biodiversidad que es representado por un mapa que ilustra cómo la
ecorregión se vería dentro de 50 - 100 años si nuestras acciones de conservación de la
biodiversidad resultan exitosas. Este Paisaje para la Conservación de la Biodiversidad es
una pieza central de la Visión de Biodiversidad, y su representación en un mapa ayuda a
focalizar las actividades de conservación en esas áreas y a establecer metas específicas
que produzcan los mejores resultados para la conservación de la biodiversidad.
El Bosque Atlántico del Alto Paraná –
una ecorregión en peligro crítico
En una clasificación mundial basada en el análisis comparativo de datos sobre
biodiversidad, el WWF ha identificado las Global 200 – las ecorregiones más destacadas
que representan el espectro completo de los diversos hábitats terrestres, de agua
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dulce y marinos de la Tierra. El Bosque Atlántico, una de las ecorregiones incluidas en
las Global 200, es en realidad un complejo de 15 ecorregiones terrestres1 que recorre la
costa atlántica de Brasil, y se extiende hacia el oeste por Paraguay oriental y el
noreste de Argentina. Los Bosques Atlánticos están entre los Bosques Tropicales Lluviosos
más amenazados de la tierra, en los que subsiste solamente el 7% de su cobertura
original, y en un paisaje altamente fragmentado. Han sido clasificados como uno de los
Bosques con mayor diversidad biológica del mundo. La porción sudoeste del Bosque
Atlántico constituye la ecorregión del Bosque Atlántico del Alto Paraná y es el foco de
esta Visión de Biodiversidad.
El área original2 de la ecorregión del Bosque Atlántico del Alto Paraná es la más
grande (471.204 km2) de las 15 ecorregiones del Complejo de Ecorregiones del Bosque
Atlántico, y se extiende desde los faldeos occidentales de la Serra do Mar en Brasil
hasta el este de Paraguay y la provincia de Misiones en Argentina. Toda esta área
estaba cubierta originalmente por un bosque subtropical semideciduo continuo con una
alta diversidad de especies vegetales que formaban diferentes comunidades de bosque3.
Esta ecorregión posee los bloques boscosos remanentes más grandes, que todavía
contienen el conjunto original de grandes vertebrados, incluyendo a grandes predadores
como harpías, águilas crestudas, jaguares, pumas y ocelotes, y grandes herbívoros
como tapires, dos especies de venados, y dos especies de pecaríes. Aunque estos
bloques representan una importante oportunidad para la conservación, también presentan
el singular desafío de encontrarse a través de las fronteras de tres países con diferentes
culturas y diferentes idiomas, una diversidad socioeconómica y cultural compleja, y
recientes crisis económicas y sociales. Más de 25 millones de personas viven en esta
1
La Ecorregión Global 200 de los Bosques Atlánticos es, en realidad, no una única ecorregión sino un conjunto de
15 ecorregiones terrestres caracterizadas por bosques tropicales o subtropicales. Estas 15 ecorregiones forman
bosques tropicales y subtropicales continuos que comparten una historia biogeográfica común y tienen muchas
especies en común, y por esta razón el WWF las ha considerado como una sola ecorregión en las Global 200.
2
El término original se refiere al momento en que el área estaba en su mayoría cubierta por vegetación boscosa
nativa prístina. Ese momento corresponde aproximadamente a fines del siglo XV y comienzos del siglo XVI, lo que
coincide con el arribo de los primeros inmigrantes europeos y el comienzo de un rápido proceso de transformación
de los bosques en tierras para agricultura. Antes de este período, los pueblos nativos posiblemente produjeron un
impacto en toda la ecorregión en un grado relativamente bajo o medio.
3
Las comunidades vegetales individuales de la ecorregión del Bosque Atlántico del Alto Paraná están caracterizadas por distintos tipos de suelos y por las especies de árboles dominantes. En el Bosque Atlántico del Alto
Paraná, algunas de las comunidades típicas incluyen: la comunidad de palmito (Euterpe edulis) y palo rosa
(Aspidosperma polyneuron), comunidades de bambú (cuatro especies de cañas de bambú son comunes en la
ecorregión y son dominantes en algunas áreas), la comunidad del laurel (diversas especies de árboles del género
Nectandra y Ocotea son comunes en estos tipos de bosques). Sin embargo no existe un mapa de vegetación
detallado para la ecorregión en su totalidad y no hay acuerdo completo sobre la nomenclatura utilizada para los
diferentes tipos de comunidades.
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ecorregión, 18,6 millones en áreas urbanas y 6,4 millones en áreas rurales. La toma de
decisiones a nivel gubernamental en la ecorregión es también compleja, ya que las
políticas de importancia para el Bosque Atlántico son desarrolladas e implementadas
por tres gobiernos nacionales, 18 gobiernos provinciales, estaduales y departamentales,
y 1.572 gobiernos municipales.
La mayor amenaza para la biodiversidad en la ecorregión del Bosque Atlántico del Alto
Paraná es el grado extremo de fragmentación y degradación del bosque, cuya causa próxima
es la expansión de la agricultura, tanto a gran como a pequeña escala. Otras causas
incluyen la ocupación de tierras por parte de campesinos sin tierra, la construcción de
infraestructura (represas, caminos, etc.), la caza ilegal de especies silvestres y la explotación
no sustentable del bosque nativo. A pesar del alto grado de fragmentación del bosque,
aún existen buenas oportunidades para la conservación de los grandes fragmentos de
bosque remanentes en la ecorregión. Protegiendo estas grandes áreas seremos capaces
de conservar los procesos ecológicos que sustentan la diversidad biológica.
Fijando objetivos para la conservación de la biodiversidad
Hemos fijado cuatro objetivos básicos para que esta Visión de Biodiversidad logre resultados
de conservación de la ecorregión del Bosque Atlántico del Alto Paraná. Los cuatro objetivos
están basados en los principios de la biología de la conservación, e incluyen:
1. La conservación de bloques de bosque natural lo suficientemente grandes
como para ser resilientes a los cambios ambientales a corto y a largo plazo.
2. El mantenimiento de poblaciones viables de todas las especies nativas con
sus patrones naturales de abundancia y distribución, y con la diversidad
genética necesaria para enfrentar cambios ambientales.
3. El mantenimiento de procesos ecológicos sanos y las presiones de selección
natural como son los regímenes de disturbios naturales, los procesos
hidrológicos, los ciclos de nutrientes y las interacciones bióticas, incluyendo
la predación.
4. La representatividad de todas las comunidades biológicas nativas y los
estadíos sucesionales en todo su rango natural de variación dentro del
Paisaje para la Conservación de la Biodiversidad.
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Construyendo la Visión
Implícitos en la Visión de Biodiversidad subyacen una serie de análisis complejos que
apuntan a diseñar un Paisaje para la Conservación de la Biodiversidad que asegurará
alcanzar los objetivos de conservación descriptos anteriormente. Durante los últimos
tres años, el WWF ha llevado a cabo un proceso participativo trinacional que incluyó a
más de 30 organizaciones locales representando a múltiples sectores y disciplinas.
Muchas de estas organizaciones4 proveyeron información y datos fundamentales para
producir esta Visión de Biodiversidad para el marco temporal y la escala geográfica que
son necesarios para conservar la biodiversidad de la Ecorregión del Bosque Atlántico
del Alto Paraná.
Para el análisis utilizamos varias superposiciones de mapas que representan la
distribución de las diferentes variables biológicas y socioeconómicas. Un Sistema de
Información Geográfico (SIG) fue la herramienta esencial para realizar el análisis y
describir en forma visual las diferentes capas de información de varios mapas. Tres
análisis separados pero interdependientes fueron fundamentales para llegar a la versión
final del Paisaje para la Conservación de la Biodiversidad:
El primer paso consistió en la identificación de las distintas unidades de paisaje que
componen la ecorregión5. Dada la falta de información biológica completa o suficiente
para definir y mapear todas las comunidades ecológicas, utilizamos en su lugar información
climática, altitudinal y topográfica para desarrollar un modelo biológico. Utilizando
estas tres capas de información identificamos 18 unidades de paisaje diferentes.
El segundo paso consistió en la identificación de los fragmentos de bosque nativo con
el mayor potencial para alcanzar los objetivos de conservación. Para este análisis de
fragmentación, utilizamos un mapa de fragmentos boscosos obtenido mediante imágenes
satelitales. Clasificamos a los fragmentos de bosque de acuerdo con un índice de
importancia del fragmento desarrollado para indicar la contribución relativa de los
fragmentos boscosos para la conservación de la biodiversidad. El índice se basó en
4
Ver Agradecimientos.
Una unidad de paisaje es una porción de tierra de cualquier tamaño que es relativamente uniforme en ciertas
características (por ejemplo: tipo de suelo, vegetación, uso de la tierra, etc.) y se diferencia de otras porciones
de terreno. En este análisis en particular, identificamos diferentes unidades de paisaje basadas en características
abióticas (altitud, topografía, precipitaciones y estacionalidad) consideradas variables determinantes de la
distribución de la biodiversidad. Ver Análisis de las Unidades de Paisaje en el Capítulo 4 para detalles de cómo
identificamos las unidades de paisaje.
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cuatro variables: tamaño del fragmento, tamaño del fragmento después de excluir
una zona de amortiguamiento6 de 500 m (una medida indirecta de los efectos de
borde, ver Recuadro 4), distancia hasta el fragmento más cercano, y rango altitudinal
dentro del fragmento.
El tercer paso consistió en un análisis de amenazas y oportunidades, donde el objetivo
fue mapear áreas que representan amenazas críticas y oportunidades importantes para
la conservación de la biodiversidad. La información sobre el uso de la tierra proporcionó
una base fundamental para evaluar las amenazas y las oportunidades de conservación.
Las variables de amenaza utilizadas en nuestro análisis fueron: distancia hasta las
ciudades, agricultura, ganadería y densidad de la población rural. Las variables de
oportunidad que se utilizaron fueron: la distancia a un área de protección estricta, la
proximidad a un río (asumiendo que los ríos en esta ecorregión constituyen potenciales
corredores biológicos), y las zonas de conservación planificada. Las variables se pesaron
de acuerdo con su impacto relativo en la conservación de la biodiversidad.
Analizamos el estado actual de la cobertura boscosa y la representatividad de las
diferentes unidades de paisaje dentro del sistema de áreas protegidas utilizando el
mapa de unidades de paisaje en combinación con el mapa de fragmentos boscosos y el
mapa de áreas protegidas. Esto nos dio una idea de hasta que punto cada unidad de
paisaje estaba representada en el paisaje real, y orientó las decisiones sobre como
mejorar la representatividad de esas unidades de paisaje poco representadas en el
Paisaje para la Conservación de la Biodiversidad final. Al combinar el mapa de los
índices de importancia del fragmento con el mapa de las amenazas y oportunidades,
construimos un mapa de potencial para la conservación de la biodiversidad que ilustra
dónde se encuentran las áreas con mayor potencial para la conservación de la
biodiversidad. Utilizando este mapa de potencial para la conservación de la biodiversidad
como la capa base de información, definimos un Paisaje para la Conservación de la
Biodiversidad
Biodiversidad. Al diseñar este Paisaje para la Conservación de la Biodiversidad también
se tomaron en cuenta las opiniones de expertos y la viabilidad socio-política de ciertas
decisiones. Este proceso se resume en la Figura 31.
El término zona de amortiguamiento se utiliza en este documento con dos significados diferentes. A veces, como
en este caso y en el análisis de SIG, una zona de amortiguamiento es un área de tamaño arbitrario que circunda
un área focal: una ciudad, un fragmento de bosque, o una ecorregión. En otros casos, utilizaremos el término
zona de amortiguamiento como se utiliza típicamente en biología de la conservación: un área de transición que
disminuye los efectos negativos de los impactos humanos que rodean un ecosistema natural, generalmente un
área de protección estricta.
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Perfeccionar la versión final del Paisaje para la Conservación de la Biodiversidad incluyó
una serie de análisis y decisiones que explicamos aquí en forma simplificada. Primero,
utilizando el mapa de potencial para la conservación de la biodiversidad como guía,
identificamos grandes bloques de bosque nativo (> 10.000 ha) para constituir áreas
núcleo (ver definición más adelante). Estos son los fragmentos de bosque que pueden
sustentar el ciclo de vida completo de un jaguar, al que utilizamos como nuestra
especie paraguas7. A continuación, identificamos corredores principales para conectar
las áreas núcleo. Por último, se incluyeron áreas más pequeñas con valor para la
conservación relativamente alto rodeadas de corredores secundarios, para incrementar
la representatividad de las unidades de paisaje y su biodiversidad asociada dentro del
diseño final del Paisaje para la Conservación de la Biodiversidad.
Nuestra visión en un mapa
Nuestra Visión de Biodiversidad es un Paisaje para la Conservación de la Biodiversidad
que abarca los tres países, con un espacio apropiado para la vida silvestre separado de
las actividades humanas, para asegurar que los objetivos fundamentales de la
conservación de la biodiversidad se cumplan. La implementación de esta Visión dependerá
de la participación de muchos sectores y de la coordinación de las actividades entre los
tres países.
El Paisaje para la Conservación de la Biodiversidad resultante se compone de tres tipos
principales de áreas:
Las áreas núcleo son los bloques de bosque nativo bien conservado lo suficientemente
grandes para ser resilientes frente a amenazas que causan pérdida de biodiversidad.
Estas son las zonas biológicamente más importantes y más estratégicas para la
conservación, tanto públicas como privadas. Cada área núcleo debería ser manejada
para mantener un área de bosque nativo continuo lo suficientemente grande para
asegurar el ciclo de vida de especies con grandes requerimientos de espacio como el
jaguar y el pecarí labiado. Las áreas núcleo se deberían manejar bajo protección estricta
y las actividades humanas en ellas deberían reducirse al mínimo. Las áreas núcleo
7
Las especies paraguas son aquellas que requieren áreas muy grandes. Estas especies se pueden usar como
especies focales para la planificación de la conservación asumiendo que si somos capaces de conservar poblaciones
viables de las mismas, estaremos conservando hábitat suficiente para otras especies que requieren áreas más
chicas. Para una revisión crítica del concepto de especies paraguas ver Noss et al. 1997.
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deberían estar conectadas con otras áreas núcleo a través de una red de corredores,
para alcanzar nuestros objetivos de conservación de la biodiversidad.
Los corredores biológicos son áreas de bosque nativo, natural o restaurado,
relativamente angostas, que conectan grandes parches de bosque, que pueden ser
áreas núcleo o áreas de uso sustentable. Los corredores biológicos deberían permitir el
movimiento de las especies silvestres y suficiente intercambio genético entre las áreas
núcleo para mantener poblaciones viables.
Las áreas de uso sustentable son grandes áreas que funcionan como amortiguadores
y conexiones, que rodean las áreas núcleo, otras áreas críticas para la conservación
bajo protección estricta, y los corredores biológicos. En ellas se mantienen procesos
ecológicos sanos y servicios ambientales combinados con actividades económicas
compatibles con el medio ambiente.
También hemos identificado áreas que son importantes para el desarrollo de programas
de manejo y conservación de cuencas hídricas, así como áreas donde es necesario
realizar una planificación más detallada del uso de la tierra para crear e implementar
de forma adecuada corredores biológicos críticos.
La Figura 36 muestra el Paisaje para la Conservación de la Biodiversidad resultante.
Debido a la falta de oportunidades para la conservación de la biodiversidad y a la
escasez de fragmentos con suficiente valor para la conservación, algunas unidades de
paisaje no están representadas en la versión final del Paisaje para la Conservación de
la Biodiversidad. Sin embargo este Paisaje para la Conservación de la Biodiversidad
asegurará la conservación de bloques de bosque nativo grandes y resilientes, donde se
sustentarán poblaciones viables de especies paraguas y procesos ecológicos sanos,
incluyendo la predación por parte de los grandes predadores.
Tanto el Paisaje para la Conservación de la Biodiversidad como la Visión de Biodiversidad
se continuarán perfeccionando con el tiempo a medida que se lleven a cabo nuevos
estudios y haya nueva información disponible.
De la Visión a la Acción - Implementando
un Plan de Acción para la Ecorregión
La implementación de este Paisaje para la Conservación de la Biodiversidad requerirá
una serie de acciones a diferentes escalas de tiempo y espacio. Como ninguna
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organización sola puede lograr resultados en esta escala, se deben coordinar acciones
entre organizaciones gubernamentales y no gubernamentales de muchos sectores. Para
lograr esta Visión será necesario que los gobiernos incorporen sus principios, ideas y
diseños a sus programas y políticas de desarrollo regional. El mantenimiento del bosque
intacto en las áreas núcleo requerirá mejorar la implementación de las actuales áreas
protegidas, tanto públicas como privadas, y también deberán establecerse nuevas áreas
protegidas. Las conexiones entre áreas núcleo se pueden asegurar más fácilmente
mediante el establecimiento de corredores biológicos atravesando paisajes de zonas
de uso múltiple que provean servicios valiosos para las poblaciones humanas. El diseño
de estos corredores y de las zonas de uso múltiple requerirá una planificación a escala
fina del uso de la tierra. La participación de los actores involucrados8 es fundamental
para contar con su apoyo para la implementación. También deben desarrollarse nuevas
alternativas de producción ecológicamente sustentables y económicamente viables, así
como incentivos para la protección del bosque en tierras privadas (grandes o pequeñas
propiedades). Se deben eliminar los incentivos perversos que contribuyen a la conversión
del bosque. Las campañas de educación a gran escala serán esenciales para aumentar
la comprensión por parte del público del valor de los bosques protegidos y de esta
forma generar el apoyo y el compromiso de éste con la conservación – incluyendo el
cumplimiento de las leyes forestales existentes y el desarrollo de nuevas y mejores
políticas públicas donde sea necesario. La capacitación también es esencial para los
propietarios de la tierra, tanto en el sector público como privado, para que se conviertan
en guardianes de las áreas de bosque. Implementar muchas de estas actividades
requerirá de nuevas investigaciones básicas y aplicadas en áreas tales como la
restauración de comunidades forestales nativas, la sustentabilidad biológica y económica
de los usos alternativos de la tierra, la evaluación de necesidades de comunicación y
esfuerzos educativos, la planificación del uso de la tierra, y los mecanismos económicos
para sustentar la conservación.
Con esta Visión de Biodiversidad como guía, el WWF y sus colaboradores locales necesitan
transformar las acciones a corto plazo que ya están en marcha en un Plan de Acción
Ecorregional que fije nuestras metas a corto plazo (1-5 años) y a mediano plazo (10-15
años). Este plan debería identificar claramente las estrategias de mitigación de las
amenazas y concentrarse en metas claras para el logro de la conservación, así como
8 Actores involucrados – cualquier persona, grupo o institución que afecta o es afectada (ya sea positiva o
negativamente) por un tema o resultado particular (stakeholders en el original).
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también en el rol de las instituciones participantes, las posibilidades de financiamiento
a largo plazo, las estructuras para una dirección efectiva, las campañas de difusión y
comunicación y las actividades de capacitación. Estas metas claras son esenciales para
dirigir, focalizar y monitorear el progreso de nuestro trabajo. Junto con las ideas
inspiradoras de esta Visión, son necesarios objetivos claros e informes transparentes
de los resultados alcanzados, para construir responsabilidad y sentido de pertenencia
de las instituciones y organizaciones involucradas y alcanzar un compromiso continuo y
activo. Inmersa en la construcción de un Plan de Acción para la Ecorregión se encuentra
la necesidad de un manejo adaptativo. A medida que se recoge más información y se
monitorean las acciones, el plan puede actualizarse fácilmente y debe permitir criterios
sólidos cuando sea necesario un cambio de rumbo o de táctica. Además de ayudar a los
programas de acción ecorregional a organizar sus esfuerzos estratégicos, el plan tiene
otros beneficios. El Plan de Acción Ecorregional puede ayudar explícitamente a articular
una agenda de la biodiversidad, y de la misma forma ayudar a los líderes a reconocer
la importancia de esta agenda dentro de otras prioridades nacionales e internacionales.
Es claro que es necesario un apropiado desarrollo institucional de los actores involucrados
para fortalecer la defensa de la causa de la conservación en varios niveles. Como
Brasil, Argentina, y Paraguay son (en diferentes grados) democracias emergentes, esta
capacitación coincide significativamente con el desarrollo de una participación activa en
el gobierno y de un rol activo de los ciudadanos.
La implementación puede llevarse a cabo en niveles inferiores a los de la escala
ecoregional, o fuera de la ecorregión, dependiendo del tema involucrado. Un análisis de
las amenazas es un filtro esencial para determinar a qué escala y en qué plazo deberíamos
actuar. Todas las acciones de conservación deben concebirse e implementarse en relación
con las realidades sociales y políticas en las que se insertan. En la Ecorregión del
Bosque Atlántico del Alto Paraná, estas realidades son diferentes en cada uno de los
tres países, y aún en diferentes regiones de un mismo país. La mayoría de las acciones
serán implementadas a nivel nacional o regional dentro de cada país. Sin embargo la
planificación estratégica, el monitoreo de las amenazas y de los resultados de la
conservación, así como los ajustes que sean necesarios deben manejarse en una
escala ecorregional.
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CAPÍTULO 1
Conservación Ecorregional y la Visión de Biodiversidad
Los esfuerzos para la conservación en el mundo han estado generalmente restringidos a
áreas pequeñas y centrados en actividades locales que se desarrollan a corto plazo (1-5
años), como la creación de un área protegida o la implementación de una zona de
amortiguación. Estas actividades son la base de la conservación de la biodiversidad. Sin
embargo, para conservar la biodiversidad a largo plazo, necesitamos centrar nuestros
esfuerzos en escalas espaciales y temporales mayores, aquellas en que ocurren la mayoría
de los procesos ecológicos y evolutivos que mantienen la biodiversidad. Las ecorregiones
son las mejores unidades de análisis y planificación a nivel de paisaje o de escalas
espaciales mayores (Recuadro 1), aunque muchas acciones se implementarán a nivel local.
RECUADRO 1
¿Qué es una ecorregión?
Una ecorregión es una unidad de agua o tierra relativamente grande que alberga
un ensamble característico de comunidades naturales que comparten una gran
mayoría de especies, dinámicas y condiciones ambientales. Una ecorregión terrestre
se caracteriza por un tipo de vegetación dominante que, aunque no está
universalmente presente en la misma, se halla ampliamente distribuida y le da
un carácter unificador. Como la especie vegetal dominante constituye la mayor
parte de la estructura física de los ecosistemas terrestres, las comunidades animales
tienden también a tener una unidad o expresión característica en toda la región.
Las ecorregiones son las unidades más adecuadas para la planificación de la
conservación porque:
1. A esa escala ocurren los principales procesos ecológicos y evolutivos que
conducen a la creación y el mantenimiento de la biodiversidad.
2. Permiten el mantenimiento de poblaciones de las especies que necesitan
áreas muy grandes, un elemento de la biodiversidad que no puede
adecuarse a una escala de sitio.
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3. Abarcan un conjunto lógico de comunidades biogeográficamente
relacionadas para un análisis de representación; y
4. Nos permiten determinar los mejores lugares donde invertir los esfuerzos
para la conservación, y entender mejor el rol que los proyectos específicos
pueden y deben jugar en la conservación de la biodiversidad a largo plazo.
El análisis y la planificación a escala ecorregional proporcionan la mejor base para
establecer las prioridades para la conservación. “Actuar localmente pero pensar
globalmente” es una máxima útil, ya que aunque invariablemente tenemos que
actuar a nivel local, si no pensamos más ampliamente a nivel global o a escalas
regionales, carecemos de un contexto (biológico, social y económico) para acciones
locales específicas que produzcan beneficios para la conservación a largo plazo.
De: Dinerstein et al. 2000. A Workbook for developing biological assessments and developing Biodiversity
Visions for ecoregion conservation.Part 1:Terrestrial Ecosystems. WWF – Conservation Science Program.
Esta es la razón por la cual el WWF ha centrado su atención en ecorregiones críticas, las
Global 200 (WWF 2000, Figura 1). Éstas constituyen un conjunto de ecorregiones
seleccionadas entre los hábitats terrestres, marinos y de agua dulce del mundo, a
través de un esfuerzo de clasificación con base científica. Para identificar los ejemplos
más destacados, esta clasificación se basó en el análisis comparativo de datos de
biodiversidad de todas partes del mundo, utilizando las ecorregiones como unidades de
análisis. En las Global 200 se hallan representados todos los principales tipos de
hábitat en cada unidad biogreográfica importante. El objetivo de esta clasificación es
priorizar las acciones de conservación en todo el mundo (Olson y Dinerstein 1998, Olson
et al 2000, 2001). El WWF y sus socios se encuentran entonces, cambiando los proyectos
basados en sitios puntuales por la planificación y acción a escala de ecorregiones, en
un enfoque llamado Conservación Ecorregional (Ecoregion Conservation - ERC). La
Conservación Ecorregional nos permite lograr objetivos de conservación que no se
pueden alcanzar a otras escalas de planificación y acción (Recuadro 2). Otras importantes organizaciones ambientales del mundo han tomado enfoques similares, incluyendo
The Nature Conservancy, Conservation International, y otras (Bright y Mattoon, 2001).
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RECUADRO 2
Metas mínimas de conservación para lograr los objetivos
de conservación ecorregional (CE)
El término biodiversidad describe la vida en nuestro planeta en toda su expresión,
desde los genes hasta las especies, las interacciones ecológicas y los ecosistemas
en su totalidad. El enfoque de la CE se concibe para alcanzar los requerimientos
de conservación de la expresión completa de la biodiversidad; y de esta forma los
objetivos fundamentales de la conservación de la biodiversidad ayudan a crear
una Visión abarcativa para una ecorregión. Para ser rigurosos y efectivos en la
CE, debemos centrar las actividades para la conservación en cinco metas de
biodiversidad específicas:
Ensambles de comunidades, hábitat y especies distintivos (unidades de
biodiversidad distintiva)
Una meta primaria de conservación es la representación de subregiones
biogeográficas, hábitat, comunidades y ensambles de especies distintivos. La
representación de ensambles específicos puede ser también apropiada. La particular
combinación de las unidades a ser representadas en cada estrategia ecorregional
variará de acuerdo con: a) las características distintivas de cada ecorregión, y b)
la disponibilidad y calidad de la información sobre los patrones de biodiversidad.
Debemos esforzarnos en representar y conservar los distintos hábitats tanto como
la diversidad completa de especies en cada ecorregión.
Grandes extensiones de hábitat y biotas intactos
Los estudios empíricos demuestran que las grandes áreas de hábitat natural son
mejores para conservar el rango completo de especies, hábitat, y procesos
naturales. Sin embargo, los ecosistemas y biotas intactos son cada vez más raros
en el mundo. En particular, los grandes predadores y los grandes vertebrados
están desapareciendo rápidamente en la mayoría de las ecorregiones a medida
que las actividades humanas convierten y fragmentan los hábitats naturales y
exterminan poblaciones de especies vulnerables mediante la sobreexplotación.
Ecosistemas, hábitat, especies o fenómenos clave
A escala regional, ciertos tipos de hábitat pueden ejercer una fuerte influencia en
la diversidad de los hábitats circundantes y a lo largo de la totalidad de los
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ecosistemas. Su persistencia y funcionamiento ecológico intacto pueden ser críticos
para muchas especies y procesos ecológicos en áreas vecinas.
Fenómenos ecológicos a gran escala
La conservación de procesos ecológicos a gran escala, como las migraciones de
animales a escala hemisférica, requiere una combinación de esfuerzos en cuanto
a sitios específicos, regiones y niveles de decisión, que se apliquen a grandes
áreas continentales o regiones extremadamente separadas. Algunos hábitats y
sitios que pueden no ser particularmente distintivos (por ej.: no estar caracterizados
por su gran riqueza o endemismos) o intactos, pueden sin embargo actuar como
hábitat crítico para las especies migratorias. La conservación de este tipo de
fenómenos debe estar relacionada con las actividades a nivel ecorregional y
coordinada entre diferentes ecorregiones.
Especies que representan una preocupación especial
Algunas especies que se cazan mucho, cuyas poblaciones han sido reducidas o
son altamente especializadas en sus requerimientos de hábitat corren el riesgo
de no ser tenidas en cuenta en la CE, un proceso que le otorga mayor peso a los
esfuerzos de representación que a la conservación de especies en particular. Sin
embargo, en muchas ecorregiones, los esfuerzos dirigidos a restaurar poblaciones
de especies sensibles y sus hábitats, son centrales para la CE porque sirven de
especies en las que focalizar la planificación.
De: Dinerstein et al. 2000. A Workbook for developing biological assessments and developing Biodiversity
Visions for ecoregion conservation.Part 1:Terrestrial Ecosystems. WWF – Conservation Science Program.
La planificación y la acción a escala ecorregional son esenciales para lograr resultados
de conservación y para vincular las oportunidades de desarrollo humano al mantenimiento
de la diversidad biológica. La piedra fundamental de la CE es una Visión de Biodiversidad
(Recuadro 3). Una Visión de Biodiversidad es un análisis de los patrones de diversidad
biológica y de las amenazas y oportunidades para la conservación a nivel ecorregional
que sirve como guía para las acciones de conservación – un diseño de lo que la
biodiversidad de la ecorregión va a necesitar para sobrevivir a largo plazo. La Visión de
Biodiversidad es una herramienta de planificación, generalmente en forma de un
documento como éste, que tiene el propósito de orientar las actividades de conservación
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de la biodiversidad en la ecorregión. La Visión de Biodiversidad establece un número
de objetivos de conservación de la biodiversidad basados en los principios básicos y
ampliamente aceptados de la biología de la conservación, e identifica áreas críticas a
ser conservadas, manejadas o restauradas para lograr estos objetivos. Estas áreas se
identifican mediante un proceso con base científica que se apoya en los mejores datos
de biodiversidad e información socioeconómica disponibles. A través de este proceso
desarrollamos un Paisaje para la Conservación de la Biodiversidad, que está representado
en un mapa, y que ilustra cómo se vería la ecorregión dentro de 50 - 100 años si
nuestras acciones de conservación de la biodiversidad resultaran exitosas. Este Paisaje
para la Conservación de la Biodiversidad es una pieza central de la Visión de
Biodiversidad, y su representación en un mapa ayuda a centrar las actividades de
conservación en aquellas áreas de la ecorregión que produzcan los mejores resultados
para la conservación de la biodiversidad. La Visión de Biodiversidad también identifica
metas claras de conservación y sirve como herramienta para priorizar las acciones de
conservación en la ecorregión.
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RECUADRO 3
La Visión de Biodiversidad como una herramienta para
implementar la Conservación Ecorregional (CE)
La piedra fundamental de la CE es la Visión de Biodiversidad, que va más allá de
la configuración actual de los sitios protegidos y las prácticas de manejo. Para
conservar a largo plazo la gama total de la biodiversidad en una ecorregión, las
áreas de conservación necesitarán ser mucho más grandes y más numerosas de
lo que normalmente se observa hoy en un mapa. Además de poner bajo protección
una mayor cantidad de hábitat natural, es necesario expandir en su alcance y
esfuerzo otras actividades relacionadas con la conservación, como el uso sustentable
de los recursos naturales, la protección de las cuencas hídricas, el establecimiento
de ONGs fuertes, el dictado de leyes que sustenten estas actividades y la educación
ambiental. De esta forma, en cada ecorregión, nos preguntamos, desde una
perspectiva de la conservación: “¿Cómo debería verse la ecorregión dentro de 10,
20 y 50 años?”. La creación de una Visión de Biodiversidad resalta nuestro
compromiso con la restauración de paisajes biológicamente valiosos pero
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degradados, con una legislación sólida y un cumplimiento efectivo de la misma
que protejan la biodiversidad natural, y el fomento y el desarrollo de un movimiento
conservacionista en toda la ecorregión.
Desarrollar todas estas acciones lleva tiempo. Por lo tanto la Visión de Biodiversidad
nos exige planificar actividades de conservación a escalas espaciales más grandes
y temporales más extensas. Para crear una Visión, los conservacionistas se
encuentran ante el desafío de definir cómo se verá el éxito en el contexto de la
conservación de la biodiversidad de una ecorregión. Esta representación del éxito
dependerá principalmente de la evaluación biológica, a medida que ésta se vaya
refinando. Muy frecuentemente, limitamos nuestros esfuerzos a proteger sitios
aislados más que a desarrollar una estrategia de largo alcance para una conservación
exitosa a escala ecorregional.
Sin una Visión de Biodiversidad, la CE es sólo un mejoramiento cuantitativo de
los enfoques ya existentes. La creación de una Visión, así como la implementación
de una estrategia para la conservación de una ecorregión, depende del compromiso
activo de muchos, en particular: de los gobiernos participantes, expertos de diversas
disciplinas, grupos de conservación locales, organizaciones para el desarrollo, y
ciudadanos de los países que están dentro de la ecorregión. El rol del WWF
variará en cada ecorregión, y a lo largo de la existencia de una iniciativa de
conservación de una ecorregión. La CE resalta la conservación de procesos
ecológicos, fenómenos evolutivos importantes, diversidad de orden supraespecífico
(de géneros y familias), y tipos de hábitats raros, así como también de los
indicadores taxonómicos más tradicionales para el establecimiento de prioridades
como son la riqueza y el endemismo de especies.
En el análisis biológico de la CE, destacamos a los ensambles intactos o casi
intactos de grandes vertebrados como metas vitales de conservación debido a su
creciente rareza a nivel mundial. Identificamos las áreas y los paisajes que
sustentan, o que mediante procesos de restauración moderados pueden sustentar
ensambles de megafauna, como los grandes predadores, los grandes herbívoros
y otras especies clave. Los grandes predadores, como el jaguar, los pumas, lobos,
leones, tigres y leopardos de las nieves, ayudan a controlar las poblaciones
nativas de herbívoros. Los grandes herbívoros, como los elefantes, las jirafas, los
hipopótamos y los rinocerontes, influencian la estructura del hábitat con su pisoteo,
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ramoneo y pastoreo. Las especies clave, como las nutrias marinas, los ficus, o
herbívoros clave como los castores, bisontes, ciervos y perritos de las praderas –
son especies cuya remoción o disminución en una ecorregión tendría un gran
efecto negativo en la conservación de otras especies. También destacamos la
importancia fundamental de los invertebrados menos llamativos y las diminutas
plantas vasculares – las unidades taxonómicas con mayor número de especies en
cualquier ecorregión terrestre.
Finalmente, un objetivo más pequeño de la CE es reducir las amenazas
generalizadas a la biodiversidad que operan sobre muchas áreas dentro de la
ecorregión (y a veces fuera de ella) en vez de tratarlas sitio por sitio.
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De: Dinerstein et al. 2000. A Workbook for developing biological assessments and developing Biodiversity
Visions for ecoregion conservation.Part 1:Terrestrial Ecosystems. WWF – Conservation Science Program..
El WWF no puede trabajar simultáneamente en las más de 200 ecorregiones del Global
200, y por lo tanto ha elegido un subgrupo de ecorregiones en las que centrar sus
esfuerzos como red internacional. El Bosque Atlántico de Sudamérica es una de esas
ecorregiones centrales. Este documento presenta una Visión de Biodiversidad para una
de las ecorregiones del Complejo de Ecorregiones del Bosque Atlántico, el Bosque
Atlántico del Alto Paraná. También proporciona una descripción técnica de los análisis
que se han llevado a cabo para llegar a esta ambiciosa Visión. La Visión de Biodiversidad
tiene el propósito de sentar las bases para la conservación a largo plazo (50 a 100
años) de la biodiversidad en el Bosque Atlántico del Alto Paraná. Se desarrolla con la
intención de captar los principales elementos de la biodiversidad y sirve como un
concepto organizador en el cual enmarcar acciones, proyectos, intercambios, amenazas,
oportunidades, participantes y actores involucrados. La Visión destaca las áreas en las
cuales se debe prestar especial atención a factores tales como la planificación del uso de
la tierra y los recursos, el manejo de los cursos de agua y el desarrollo social y económico.
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Figura 1. Las Ecorregiones Terrestres Global 200
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CAPITULO 2
La Ecorregión del Bosque Atlántico
del Alto Paraná
El Complejo de Ecorregiones del Bosque Atlántico
El Complejo de Ecorregiones Global 200 del Bosque Atlántico de Brasil, Paraguay y
Argentina (de aquí en adelante denominado Bosque Atlántico), está compuesto por 15
ecorregiones y se encuentra entre los bosques tropicales lluviosos más amenazados
del mundo, con solo el 7 % de su cobertura original de 1.713.535 kilómetros cuadrados
intacta. El Bosque Atlántico se extiende desde una latitud tropical en los estados de
Ceará y Río Grande del Norte en la costa noreste de Brasil, hasta una latitud subtropical
muy estacional en el estado sureño de Río Grande del Sur en Brasil.. Se extiende desde
el Océano Atlántico hacia el interior, pasando sobre la cadena montañosa costera del
Brasil y llegando hasta la cuenca del Río Paraná en el este de Paraguay y la provincia
de Misiones en Argentina (Figura 2).
La biodiversidad del Bosque Atlántico no se encuentra distribuida en forma uniforme,
ya que las diferentes combinaciones de temperatura, altitud, suelos, precipitación, y
distancia al océano a lo largo de su extensión, han creado condiciones para que
evolucionen grupos únicos de especies en áreas localizadas. Las expansiones y
retracciones del Bosque durante el reciente período geológico del Pleistoceno pueden
haber contribuido a la creación de nuevas especies y haberle dado forma a la presente
distribución de las especies del Bosque Atlántico (Prance 1982 in Tabarelli et al. 1999).
Para diseñar una estrategia de conservación que garantice la supervivencia a largo
plazo de una muestra representativa de la compleja biodiversidad del Bosque Atlántico,
los científicos y los colaboradores del WWF han dividido el Bosque Atlántico en 15
ecorregiones, para su análisis y para identificar los objetivos biológicos y las estrategias
de conservación a largo plazo para lograrlos (Figura 3).
A pesar de su estado altamente fragmentado (Figura 4), el Bosque Atlántico es aún uno
de los ecosistemas biológicos más diversos de la tierra, conteniendo el 7% de las
especies del mundo (Quintela 1990 en Cullen et al. 2001). En el Bosque Atlántico en el
estado de Bahía se ha registrado una de las diversidades de especies vegetales leñosas
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más altas del mundo, con 450 especies de árboles (>10cm dap) por hectárea. El Bosque
Atlántico no sólo se caracteriza por su biodiversidad sino porque su nivel de especies
endémicas (aquellas que no se encuentran en ningún otro lugar de la tierra) es
asombroso, y hace que este complejo de ecorregiones sea de alta prioridad para la
conservación. El 40% (8.000 – 2,7 % de todas las plantas de la tierra) de las 20.000
especies de plantas del Bosque Atlántico son endémicas. El 42 % (567 especies – 2,1%
de los vertebrados terrestres del planeta) de los 1.361 vertebrados terrestres del Bosque
Atlántico también son endémicos (Myers et al. 2000).
Más del 52% de sus especies arbóreas, el 74 % de las especies de bromelias, el 80 %
de las especies de primates, y el 92 % de sus anfibios, son endémicos. (Mittermeier et
al. 2001), Quintela 19990 en Valladares-Padua et al. 2002). Muchas de estas especies
se encuentran en la actualidad amenazadas de extinción. Aproximadamente las tres
cuartas partes de las especies declaradas en peligro de extinción en Brasil viven en el
Bosque Atlántico (Bright y Mattoon 2001). No es de sorprender que las ocho especies
consideradas extinguidas recientemente en Brasil sean todas endémicas del Bosque
Atlántico (Mittermeier et al. 1999).
El Complejo de Ecorregiones del Bosque Atlántico también ha sido identificado como
una “zona caliente de biodiversidad” (biodiversity hotspot), primero por Myers (1988,
1990) y más tarde por Conservation International como uno de los 25 hotspots
(Mittermeier et al.1998, Myers et al. 2002). El enfoque de los hotspots se centra en las
áreas amenazadas con alto endemismo de especies. Birdlife International ha mapeado
cada una de las especies de aves con rango de distribución restringido a menos de
50.000 kilómetros cuadrados y estas Areas de Endemismo de Aves se superponen
significativamente con una gran parte del Complejo de Ecorregiones del Global 200 del
Bosque Atlántico (WWF 2000).
Además de contar con algunas de las especies más raras del mundo, lo que queda del
Bosque Atlántico está directamente asociado con la calidad de vida de la población
humana. Los bosques son vitales para la protección de las cuencas hídricas, la prevención
de la erosión del suelo y el mantenimiento de las condiciones ambientales necesarias
para la existencia de ciudades y áreas rurales. Sólo en Brasil, el Bosque Atlántico es la
reserva de agua para casi las tres cuartas partes de la población del país. Una gran
parte de la electricidad de Brasil, Paraguay y Argentina, se produce en los ríos del
Bosque Atlántico y especialmente en la ecorregión del Alto Paraná, donde se encuentran
dos de las represas más grandes del mundo (Itaipú y Yacyretá).
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Las herramientas de piedra de aproximadamente 11.000 años de antigüedad que se
encontraron en la región del Bosque Atlántico, dan cuenta de una larga historia de
ocupación humana en la región. Cuando los españoles y portugueses llegaron a la
región a principios del siglo XVI, encontraron grupos de habitantes, en su mayoría
guaraníes, que tenían una economía basada en la agricultura a pequeña escala, la caza
y la recolección. Estos habitantes nativos, que vivían en densidades poblacionales
bajas a medianas, causaban sólo efectos moderados en el ambiente. Sin embargo, con
la llegada de los europeos en el siglo XVI, comenzó a ocurrir una transformación
dramática del ambiente en el Bosque Atlántico (Dean 1995, Jacobsen 2003).
Al ser la primera parte del Brasil colonizada por los portugueses a principios del siglo XVI,
el Bosque Atlántico se desarrolló como el núcleo poblacional del país. En los siglos XVII y
XVIII, la caña de azúcar, la ganadería, y la tala indiscriminada para la explotación de la
madera de unas pocas especies de árboles, fueron las actividades económicas principales
que comenzaron a transformar el Bosque Atlántico en pasturas y monocultivos. En el
siglo XIX, las plantaciones de café se volvieron cada vez más comunes en las porciones
sur y central del Bosque Atlántico. En el siglo XX las actividades industriales, especialmente
la producción de acero, comenzaron a consumir grandes cantidades de madera para
combustible (Dean 1995, Bright y Mattoon 2001). El eucalipto y otras plantaciones forestales
de especies exóticas (para madera, pulpa, leña, carbón y otros productos maderables)
reemplazaron grandes extensiones de Bosque Atlántico. En tiempos más recientes, y
especialmente en el sur, la soja, el trigo, el maíz y otros monocultivos anuales transformaron
definitivamente lo que era un vasto bosque continuo en un paisaje altamente fragmentado
en el cual pequeños fragmentos boscosos sobreviven dentro de una matriz de monocultivos,
pasturas para ganado, caminos y ciudades. Situaciones similares de destrucción del
bosque tuvieron lugar en todos los estados del Bosque Atlántico de Brasil, a pesar de las
diferencias entre las principales actividades económicas y los tiempos en que ocurrió la
destrucción del bosque. En el estado de San Pablo, por ejemplo, los grandes terratenientes
comenzaron a explotar el bosque en los primeros tiempos de la historia de Brasil, y la
mayor parte de de la tierra se encuentra en manos de pocas personas (Cullen et al.
2001). En el Estado de Santa Catarina, la destrucción del bosque comenzó principalmente
en el siglo XX y la mayoría de los propietarios poseen pequeñas parcelas (Hodge et al.
1997). En la actualidad, las tres cuartas partes de los 170 millones de habitantes de Brasil
viven en el Bosque Atlántico y el ochenta por ciento del PBI de Brasil, la octava economía
más grande del mundo, se produce en esta región.
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En contraste, el aislamiento de las porciones de la ecorregión que se encuentran en
Paraguay y Argentina de los centros poblacionales, ha permitido la conservación de la
mayor extensión de Bosque Atlántico. La ocupación de la ecorregión en Paraguay y
Argentina comenzó más tarde y hasta comienzos del siglo XX, la mayor parte del
Bosque Atlántico de estos países todavía se encontraba cubierto de bosque nativo. En
las últimas décadas, se transformaron grandes extensiones de Bosque Atlántico en
Paraguay para desarrollar plantaciones de soja a gran escala y agricultura a pequeña
escala. En Argentina, la colonización y el desarrollo del país comenzó lejos del bosque,
en las pampas, que poseen uno de los suelos más ricos del mundo. El Bosque Atlántico
de la provincia de Misiones en Argentina fue explotado relativamente tarde en la
historia del país, principalmente para obtener madera y yerba mate (una planta endémica
utilizada como infusión tradicional).
La destrucción del hábitat y la fragmentación del Bosque Atlántico
junto con sus altos niveles de endemismos de especies hacen
particularmente urgente la acción para su conservación.
La Ecorregión del Bosque Atlántico
del Alto Paraná
Historia natural del Bosque Atlántico del Alto Paraná
El bosque original9 de la ecorregión del Bosque Atlántico del Alto Paraná cubría el área más
grande de todas las ecorregiones del Complejo de Ecorregiones de los Bosques Atlánticos
(471.204 km2), extendiéndose desde las laderas occidentales del la Serra do Mar en
Brasil hasta el este de Paraguay y la provincia de Misiones en Argentina (Figura 5).
Hacia el norte la ecorregión del Alto Paraná limita con la Ecorregión Global 200 de los
Bosques y Sabanas del Cerrado. La vegetación del Cerrado es muy distinta y su fisonomía
difiere de la del Bosque Atlántico. El Cerrado es un mosaico de comunidades de bosques
y sabanas, con especies arbóreas de crecimiento lento adaptadas a las lluvias
estacionales y a la presencia de fuegos. Los bosques ribereños del Cerrado, contienen
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sin embargo, especies típicas del Bosque Atlántico. Hacia el oeste, el Bosque Atlántico
del Alto Paraná limita con el Pantanal y el Chaco Húmedo, una gran llanura aluvional
caracterizada por bosques en galería, sabanas, pastizales inundables y bosques deciduos
chaqueños en las zonas no inundables. Hacia el sur el Bosque Atlántico del Alto Paraná
limita con un área de pastizales. Finalmente hacia el este, se entremezcla con los
Bosques de Araucaria, otra de las ecorregiones del Complejo de Ecorregiones de Bosque
Atlántico. El límite con la ecorregión de los Bosques de Araucarias no está claramente
definido; a veces es difícil determinar dónde comienza una ecorregión y termina la otra.
Ambas ecorregiones han sido a menudo clasificadas como una sola. Con la excepción
de unas pocas especies que caracterizan a la ecorregión de los Bosques de Araucaria —
como dos coníferas, el pino paraná o araucaria (Araucaria angustifolia) y Podocarpus
sp. y un conjunto de especies asociadas con ellos como el coludito de los pinos
(Leptasthenura setaria) — las dos ecorregiones comparten muchas especies.
La vegetación predominante en la ecorregión del Alto Paraná es el bosque subtropical
semi-deciduo. Las variaciones en el ambiente local y el tipo de suelo permiten la
existencia de diferentes comunidades vegetales — bosques en galería, selvas de bambú,
bosques de palmito (Euterpe edulis), bosques de araucaria. La mayoría de los bosques
han sido explotados para obtener madera, y algunos son bosques secundarios que se
están recuperando de la deforestación. Los fragmentos de bosque están, por lo tanto,
compuestos de bosques primarios y secundarios en diferentes estadios de sucesión.
La ecorregión del Alto Paraná se halla situada en la parte sur del Macizo de Brasil. La
topografía de la región comprende desde áreas relativamente planas con suelos
profundos, cerca del Paraná y otros ríos principales, con altitudes de 150-250 m sobre
el nivel del mar (snm), hasta una meseta relativamente plana con altitudes entre 550800 m snm. Las áreas que se ubican entre los principales ríos y la meseta, con altitudes
entre 300-600 m snm tienen pendientes relativamente pronunciadas y están muy
expuestas a la erosión del suelo cuando se retira el bosque (Ligier 2000). Sobre los
700-900 m snm, la ecorregión del Alto Paraná da lugar a la ecorregión de la Araucaria
en el este y al Cerrado en el norte.
Los suelos de la ecorregión son relativamente ricos en nutrientes. Los suelos rojos, que
son profundos cerca de los ríos, se vuelven menos profundos y más rocosos en altitudes
mayores. Hay mucha diferencia en los tipos de suelos, que varían en textura, composición
química, y acidez (Ligier 2000, Fernández et al. 2000).
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La ecorregión tiene un clima subtropical. La temperatura media anual es de 16-22 ºC
con una variación anual relativamente alta. En la porción sur de la ecorregión, las
heladas son comunes en los meses de invierno (Junio- Agosto), especialmente en las
zonas altas. Las precipitaciones en la región varían entre 1.000 a 2.200 mm por año,
generalmente con menos precipitaciones en la parte norte de la ecorregión que en la
parte sur. Las precipitaciones no están distribuidas uniformemente a lo largo del año, y
en algunas partes de la ecorregión hay hasta 5 meses secos, en general durante el
invierno. El aumento de las precipitaciones durante los años de El Niño produce grandes
variaciones interanuales en las precipitaciones.
Las precipitaciones y la alta estacionalidad de la temperatura y la luz determinan un
patrón estacional de productividad primaria de la selva (Placci et al. 1994, Di Bitetti sin
publicar). En el Bosque Atlántico del Alto Paraná hay una marcada estacionalidad en la
disponibilidad de alimento para las especies animales folívoras, frugívoras, e insectívoras.
Las hojas nuevas, los frutos y los insectos son más abundantes durante la primavera,
entre los meses de septiembre a diciembre (Placci et al. 1994, Di Bitetti y Janson 2001).
Las características naturales de la región forman un hábitat extremadamente rico que
alberga a un sinnúmero de especies de plantas y animales, entre los cuales se encuentran
los espectaculares grandes felinos—el jaguar (Panthera onca), el puma (Felis concolor),
y el ocelote (Felis pardalis) (Crawshaw 1995). Otros mamíferos comunes incluyen al
tapir (Tapirus terrestris), tres species de corzuelas (Mazama americana, Mazama nana,
y Mazama gouazoubira), dos especies de pecaríes (Tayassu pecari y Tayassu tajacu), el
coatí (Nasua nasua), y cuatro especies de monos (Cebus apella nigritus, Alouatta caraya,
Alouatta fusca fusca, y Leontopithecus chrysopygus). Se encuentran cerca de 500 especies
de aves, que incluyen cinco especies de tucanes (Ramphastos toco, Ramphastos dicolorus,
Pteroglossus castanotis, Baillonius bailloni, y Selenidera maculirostris). También los
reptiles y anfibios muestran una alta diversidad, que comprende caimanes, tortugas,
boas y otras serpientes (entre las que se encuentran varias especies endémicas del
género Bothrops, como Bothrops jararacusu), lagartijas y anfibios espectaculares, como
el sapo Bufo crucifer, y las ranas Osteocephalus langsdorffi, Hyla faber y Phyllomedusa
iheringi. Algunos animales se consideran en peligro o amenazados, como la nutria
gigante de río o lobo gargantilla (Pteronura brasiliensis), el mico-león negro
(Leontopithecus chrysopygus), la yacutinga (Aburria jacutinga), el macuco (Tinamus
solitarius), el pato serrucho (Mergus octosetaceus), el loro vinoso (Amazona vinacea),
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el pájaro campana (Procnias nudicollis), y la harpía (Harpia harpyja). Algunas especies,
como el jaguar, la harpía, la nutria gigante de río y el pecarí labiado, requieren grandes
extensiones de bosque continuo para garantizar su supervivencia a largo plazo, lo que
representa un gran desafío para su conservación en un paisaje fragmentado. Algunas
especies de la ecorregión del Bosque Atlántico del Alto Paraná tienen distribuciones
restringidas y constituyen endemismos locales, como el mico-león negro, que se restringe
a un área pequeña en la parte oeste del estado de San Pablo, Brasil (Cullen et. al.
2001), y la ranita del Urugua-í (Crossodactylus schmidti), endémica de una pequeña
porción de Misiones (Chebez y Casañas 2000).
Los niveles de biodiversidad alfa y beta10 son bastante altos en la ecorregión aunque
hay muy pocos grupos de especies que se hayan estudiado intensamente. Por ejemplo
en la Reserva de Recursos Manejados San Rafael en Paraguay, se han registrado 378
especies de aves pero se estima que en la actualidad existen en el área entre 400 y
500 especies (Clay et al. 2000). Las áreas del Parque Nacional do Iguaçu en Brasil y el
Parque Nacional Iguazú en Argentina se encuentran entre las mejor estudiadas de la
ecorregión, en estas áreas protegidas se han registrado 460 especies de aves (Saibene
et al. 1993) y más de 250 especies de árboles. Se han registrado entre 53 y 73 especies
arbóreas (>10cm dap) por hectárea en parcelas de estudio en el Parque Nacional Iguazú
en Argentina (Placci y Giorgis 1994, S. Holz com. pers.). Sólo en el Parque Nacional
Iguazú se registraron 85 especies de orquídeas, lo que representa 1/3 de las especies
conocidas para toda la Argentina (Johnson 2001). En Misiones se han registrado más de
3.000 especies de plantas vasculares, que representan 1/3 de las plantas vasculares de
Argentina (Zuloaga et al. 2000, Giraudo et al. 2003).
El Bosque Atlántico del Alto Paraná juega un rol importante en la conservación de
cuencas hídricas, asegurando la cantidad y la calidad de agua esenciales para la
conservación de la Ecorregión de los Ríos y Arroyos del Alto Paraná, una ecorregión
Global 200 de agua dulce (Figura 6). Con una fauna notablemente diversa que incluye
más de 300 especies de peces, además de una diversidad de vertebrados e invertebrados
acuáticos, la Ecorregión de los Ríos y Arroyos del Alto Paraná tiene un alto grado de
endemismos de especies de agua dulce (Olson et al. 2000).
La Ecorregión del Bosque Atlántico del Alto Paraná se encuentra situada sobre una
10 La biodiversidad beta se define como el recambio de especies dentro de un rango o a lo largo de un gradiente
ambiental, como la altitud. En contraste, la biodiversidad alfa es el número de especies en un sitio dado.
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gran porción de uno de los mayores reservorios de aguas subterráneas del mundo – el
Acuífero Guaraní.
Este acuífero se extiende sobre un total de 1,2 millones de kilómetros cuadrados desde
la región centro-oeste de Brasil, a través de Paraguay, hasta el sur y sureste de Brasil,
el noreste de Argentina y el centro-oeste de Uruguay (Facetti and Stichler 1995). El
volumen actual de la reserva de agua dulce almacenada es de aproximadamente 40.000
km3. Su profundidad varía desde casi cero en Brasil hasta más de 1.000 metros en
Argentina (Fili et al. 1998). A pesar de la importante reserva de agua superficial, el
suministro de agua potable en esta región altamente poblada, depende cada vez más
del agua subterránea. Se pueden presentar futuros problemas si la explotación no se
realiza de manera sustentable o si las aguas se contaminan. Debido a su significativa
profundidad promedio, el Acuífero Guaraní está relativamente exento de la contaminación
de superficie (The World Bank, 1997). Sin embargo, el rápido desarrollo de la agricultura
en la región, especialmente en Brasil donde el acuífero se encuentra más cerca de la
superficie, tiene el potencial para contaminar este valioso recurso acuífero. Este es un
ejemplo muy claro de la necesidad de planificación y acción para la conservación a
escala ecorregional.
Demografía y división política
Existen diferencias significativas en la demografía y el número de unidades políticas que
constituyen la ecorregión del Bosque Atlántico del Alto Paraná en cada uno de los tres
países. El área original de Bosque del Alto Paraná en Brasil tiene, hoy en día, un total de
25.053.461 habitantes. De ese total 18,6 millones constituyen población urbana, y 6,4
millones población rural. El área se extiende por siete estados brasileños (Río Grande del
Sur, Santa Catarina, Paraná, San Pablo, Minas Gerais, Mato Grosso del Sur y Goias), y se
encuentra dividida en 1.374 municipalidades. En Paraguay el área original de la ecorregión
del Bosque Atlántico del Alto Paraná tiene una población de 2,5 millones de habitantes
distribuida en cantidades aproximadamente iguales entre población urbana (1,24 millones)
y rural (1,23 millones). El área se divide en 10 departamentos (Alto Paraná, Amambay
Caaguazú, Caazapá, Concepción, Canindeyú, Itapua, Guaira, Paraguary, y San Pedro) que
están subdivididos en 123 municipalidades. En Argentina, el área original del Bosque
Atlántico del Alto Paraná abarca sólo una provincia – Misiones – que tiene una población
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total de 788.000 habitantes, de los cuales 500.000 se hallan en poblaciones urbanas y
288.000 en áreas rurales. La provincia se encuentra dividida en 75 municipalidades.
Los tres países han sufrido gobiernos dictatoriales, de los que han salido recientemente,
y se encuentran en un proceso de descentralización en que los gobiernos centrales
transfieren más poder a los municipales, particularmente en temas referidos al uso de
la tierra. Brasil es el país que más ha avanzado en este proceso de descentralización
seguido por Argentina. El gobierno de Paraguay continúa siendo el más centralizado.
Los gobiernos municipales requerirán de importante infraestructura y capacitación para
poder llevar adelante las nuevas responsabilidades.
Las principales causas de la fragmentación
y la degradación del Bosque Atlántico del Alto Paraná
Uso de la tierra
Debido principalmente a la expansión de la agricultura hacia el oeste en Brasil (café en
el siglo XIX, y trigo, soja, caña de azúcar y naranjas, en los últimos 50 años) el Bosque
Atlántico del Alto Paraná ha sido reducido a sólo el 7,8 % de su extensión original. En
Brasil sólo queda el 2,7% (771.276 ha) del Bosque Atlántico del Alto Paraná original,
incluyendo el Parque Nacional do Iguaçu, el Parque Estadual Morro do Diabo, el Parque
Estadual do Turvo y unos pocos fragmentos más pequeños de bosque – y virtualmente
ninguno fuera de las áreas protegidas.
Las porciones argentina y paraguaya de la ecorregión están relativamente aisladas de
los grandes centros poblacionales, lo cual ha permitido la conservación del área remanente
más grande de Bosque Atlántico del Alto Paraná en estos dos países. En Argentina
subsisten aproximadamente 1.123.000 ha (alrededor de la mitad del área del bosque
original de la ecorregión en ese país), que forman un corredor continuo que cubre una
gran parte de la provincia de Misiones. La mayor parte de este bosque remanente yace
dentro de lo que se denomina el Corredor Verde, un área de conservación y uso sustentable
de más de 1.000.000 ha creada mediante una ley provincial (García Fernández 2002, Cinto
y Bertolini 2003). Aunque Paraguay alberga un área grande (1.152.332 ha) de Bosque
Atlántico del Alto Paraná, es sólo el 13,4 % del área original en ese país. Paraguay tiene
una de las tasas de deforestación más altas de Latinoamérica, y la deforestación reciente
ha fragmentado el bosque remanente (Altstatt et al. 2003) (Figura 7).
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Hemos identificado a la fragmentación, el aislamiento y la degradación de los fragmentos
de bosque como las principales amenazas para la conservación de la biodiversidad en
la ecorregión. Estos procesos han ocurrido con diferentes intensidades en distintas
partes de la ecorregión. Más adelante discutiremos (Capítulo 3) las consecuencias de
los procesos de fragmentación y degradación de los fragmentos boscosos en la
conservación de la biodiversidad. Aquí, centraremos nuestra discusión en las principales
causas de la fragmentación y degradación del bosque.
La expansión de la agricultura se ha identificado como la mayor causa que subyace al
proceso de fragmentación del bosque en la ecorregión del Alto Paraná. Las principales
actividades económicas que han llevado a este proceso de conversión del bosque
nativo incluyen cultivos anuales (soja, caña de azúcar, maíz, trigo, algodón, tabaco), y
cultivos perennes (café, yerba mate, té, y plantaciones de pino y eucaliptos). La cría de
ganado es también una actividad económica importante en la ecorregión, que
generalmente requiere la conversión del bosque nativo en pastizales para pastoreo. La
importancia de estas actividades económicas difiere a nivel regional dentro de la
ecorregión, debido principalmente a las diferentes historias y patrones de desarrollo de
los tres países (Laclau 1994, Holz y Placci 2003). Por ejemplo las plantaciones de soja
son muy importantes en los estados del sur de Brasil y el este de Paraguay, pero no lo
son en la provincia de Misiones en Argentina. Las plantaciones ilegales de marihuana
están restringidas a la parte norte de la porción paraguaya de la ecorregión. En Misiones,
los monocultivos forestales, principalmente las plantaciones de pino, constituyen la
mayor actividad económica de la provincia, y éstas plantaciones están concentradas
cerca del Río Paraná. Las plantaciones de tabaco están concentradas en el estado de
Santa Catarina, en Brasil. (Hodge et al. 1997), y en la porción este de la provincia de
Misiones. De esta manera, para abordar las causas de la fragmentación y la degradación
del bosque, se deben llevar a cabo diferentes acciones en diferentes partes de la ecorregión.
Mientras que la agricultura a gran escala claramente produce impactos negativos en la
biodiversidad, la agricultura de subsistencia también contribuye de variadas maneras a
la fragmentación y la degradación del bosque. En primer lugar, para muchos pequeños
productores, la agricultura no es económicamente sustentable porque carecen de acceso
a los mercados u otros incentivos económicos disponibles para los grandes productores.
Como resultado de la falta de sustentabilidad del sistema de producción, los pequeños
productores finalmente abandonan su tierra y a menudo la venden a grandes propietarios
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o compañías. Estas tierras luego se incorporan a sistemas de producción muy intensivos
y de gran escala (Laclau 1994, Colcombet y Noseda 2000).
En segundo lugar, la ocupación de tierras y el asentamiento de campesinos sin tierra
en áreas remanentes de bosque está contribuyendo a la conversión de los últimos
remanentes de bosque en tierras dedicadas a la agricultura en pequeña escala y no
sustentable. En este caso, los campesinos sin tierra ocupan ilegalmente propiedades
privadas o públicas, por lo general en forma temporaria, para producir unas pocas
cosechas anuales. Sin otra alternativa, los campesinos sin tierra en busca de pequeñas
parcelas para agricultura de subsistencia se ven a veces forzados a ocupar ilegalmente
los últimos remanentes de bosque ubicados en áreas no adecuadas para la agricultura,
donde los suelos son improductivos o donde las pendientes son pronunciadas (Hodge
et al. 1997, Cullen et al. 2001, Chebez y Hilgert 2003). Cullen et al. (2001) describen la
situación para el estado de San Pablo: “La concentración de tierras, la especulación
sobre la tierra y la carencia de tierras son las principales causas del uso imprudente de
la tierra en áreas donde quedan rastros de Bosque Atlántico. Los pobres a los que se
les ha negado la tierra y un medio de sustento son utilizados como objeto de
negociaciones injustas y forzados hacia estos fragmentos de bosque en números cada
vez más altos, a menudo alentados por el gobierno del estado. Este sistema de tenencia
de la tierra resulta en la explotación de los remanentes de bosque y amenaza a los
demás hábitats todavía existentes.”
Las causas de la degradación ambiental de la ecorregión están asociadas a situaciones
históricas y actuales de desigualdad social (Laclau 1994). Esto se puede ver claramente
cuando uno observa el patrón desigual de tenencia de la tierra, que en general es
similar en los tres países. En Misiones, 93% de los productores tienen propiedades de
menos de 100 ha, que representa sólo 1/3 de la tierra productiva. El resto de las
actividades productivas se realiza en grandes propiedades que ocupan los otros 2/3 de
la tierra productiva. La tendencia a la concentración de la tierra en manos de unos
pocos propietarios, mientras la mayoría de la gente posee pequeñas parcelas, ha
aumentado en la última década (Colcombet y Noseda 2000). En Paraguay la situación
es similar, 82% de las propiedades rurales tienen menos de 20 ha mientras que sólo el
1% tiene más de 1.000 ha. Sin embargo, ese uno por ciento representa el 77 % del área
cultivada (SEPA 2000). Un patrón similar se observa en los estados del sur del Brasil
(Laclau 1994, Cullen et al. 2001, Figura 8).
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Infraestructura
En la ecorregión existen varias represas cuyo efecto no se ha limitado a inundar grandes
extensiones de bosque nativo sino que también han impuesto nuevas barreras que
incrementan la fragmentación del bosque y reducen la capacidad de dispersión de la flora
y fauna que vive en márgenes opuestas del recién formado reservorio (Fahey y Langhammer
2003). Existen planes para la construcción de varias nuevas represas en la ecorregión
que provocarían efectos negativos probablemente similares a los de aquellas que ya han
sido construidas (FVSA 1996, Bertonatti y Corcuera 2000, Fahey y Langhammer 2003).
Los caminos constituyen una causa importante de la fragmentación y degradación del
bosque nativo, no solo por su efecto directo (efecto de borde, fragmentación y aislamiento
de poblaciones, y atropellamiento de fauna) sino también porque facilitan el proceso de
colonización e invasión de tierras por parte de ocupantes ilegales (Chebez y Hilgert
2003). Casi no existen áreas en la ecorregión a las que no haya acceso mediante
caminos. La erosión del suelo a lo largo de caminos de tierra de diseño inadecuado y
escaso mantenimiento es también causa de preocupación.
Existen planes para desarrollar grandes obras de ingeniería, como dragado y canalización
de la Hidrovía Paraná-Paraguay, que intensificaría el transporte de mercaderías desde
el corazón de América del Sur hacia el océano Atlántico, y viceversa. Estos planes
pueden potencialmente afectar seriamente los recursos naturales de la región (Huszar
et al. 1999). Si se implementa este gran canal y su infraestructura de navegación,
tendrá un gran impacto indirecto sobre la biodiversidad, ya que creará incentivos
económicos para la expansión de la agricultura a gran escala y la conversión de los
últimos remanentes de bosque de la ecorregión.
Explotación no sustentable del bosque nativo
El aprovechamiento no sustentable del bosque nativo mediante la explotación
“convencional” o “tradicional” también ha degradado los remanentes de bosque. La
explotación del bosque nativo se ha efectuado tradicionalmente de manera predatoria
y no sustentable (véase Rice et al. 2001). Está bien documentado que el sistema de
tala convencional tiene efectos severos sobre la biodiversidad (Putz et al. 2000). En el
Alto Paraná la tala convencional del bosque nativo tiene, como efectos más directos, el
empobrecimiento del bosque y cambios en la estructura del mismo y en la composición
del suelo. Puede también incrementar la dominancia de algunas especies arbóreas y
puede reducir la regeneración natural del bosque (Mac Donagh et al. 2001).
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Originalmente, sólo unas pocas especies de árboles nativos (p. ej., cuatro en Misiones)
se extraían por su madera, pero cuando estas especies se volvieron escasas, el número
de especies explotadas se incrementó. En la actualidad se extraen regularmente entre
20 y 40 especies (Laclau 1994). Los bosques nativos que han sido explotados sufren
generalmente un proceso de invasión por parte de especies nativas de bambú que
ocupan los claros abiertos por la explotación y aparentemente impiden la regeneración
natural del bosque. Es sabido que diferentes comunidades de aves están asociadas a
bosques en diferentes estados de sucesión; los bosques secundarios contienen más
especies de borde y han perdido especies de bosque primario (Protomastro 2001). Sin
embargo, se conoce poco sobre los cambios en la composición de especies en relación
a diferentes tipos y grados de explotación del bosque primario (véase Mac Donagh et
al. 2001). Uno de los mayores impedimentos para revertir esta tendencia a la explotación
no sustentable y la consecuente degradación de los bosques, es que no existe información
científica suficiente sobre la composición y estructura del bosque, su dinámica, y sobre
las mejores formas de manejarlo responsablemente.
En los tres países existen leyes que protegen la cobertura boscosa nativa y requieren
planes de manejo para su explotación. Sin embargo, estos planes o leyes son
insuficientes o no se cumplen en forma efectiva. La situación de la explotación del
bosque nativo es diferente en los tres países.
En Argentina, el bosque nativo se explota sólo fuera de las áreas protegidas estrictas.
La autoridad provincial de Misiones (Dirección de Bosques) requiere un plan de manejo
para la explotación del bosque nativo, pero estos planes generalmente no aseguran el
uso sustentable del bosque porque son en su mayoría claramente no sustentables y/o
porque no se implementan correctamente como resultado de la falta de mecanismos que
aseguren la aplicación efectiva de las leyes. Además, la evidencia informal sugiere que
existe una fracción importante de madera que se extrae y comercializa de forma ilegal.
En Paraguay, el bosque nativo está efectivamente protegido en algunas reservas o en
áreas de difícil acceso (p.ej., Cordillera San Rafael). Sin embargo, la mayoría de los
fragmentos de bosque nativo están sufriendo un proceso de explotación no sustentable,
en su mayor parte ilegal, incluyendo bosques que se encuentran dentro de parques
nacionales implementados. La mayor parte de la madera extraída ilegalmente se
transporta a los mercados brasileños, lo que está facilitado por la falta de controles, la
corrupción generalizada entre los funcionarios públicos encargados de aplicar las leyes,
y la existencia de varios caminos existentes en la frontera terrestre con Brasil.
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En Brasil, la situación es muy diferente debido a la casi total ausencia de grandes
remanentes de bosque primario con maderas valiosas fuera de las áreas de protección
estricta. La mayoría de los fragmentos que se encuentran fuera de estas áreas protegidas
son parches pequeños de bosque secundario. Aunque el Código de Bosques de Brasil lo
prohíbe, la mayor parte de los bosques de ribera en propiedades privadas han sido
arrasados. Un decreto presidencial de Brasil de 1999 prohíbe también cualquier tala de
bosque primario o secundario del Bosque Atlántico.
San Pablo, en Brasil, es el mercado más grande para la madera explotada de forma
irresponsable en Paraguay y Argentina. Buenos Aires también recibe una fracción
importante de la madera extraída en Misiones. Los mercados locales juegan un rol
menor en el consumo de la madera de la ecorregión.
Además de la extracción de madera para construcción o mueblería, los parches de
bosque remanentes se encuentran bajo fuerte presión por la extracción de madera para
combustible. Por ejemplo, en el estado de Santa Catarina, Brasil, no hay gasoductos ni
oleoductos que provean energía. La leña o el carbón (producido localmente) son utilizados
por la mayor parte de la población rural para calefacción, para cocinar y para secar
comida. La producción de tabaco, uno de los principales productos de Santa Catarina,
requiere grandes cantidades de leña que se obtiene localmente en los remanentes de
bosque secundario (Hodge et al. 1997). En Misiones, la yerba mate también se seca con
leña que se obtiene de los bosques secundarios, y se está convirtiendo en un recurso
escaso para los productores de yerba mate (S. Holz com. pers.).
Caza no sustentable
La caza de especies nativas está prohibida por ley en los tres países, con la excepción
de unas pocas especies cuya caza está permitida y regulada. Los aborígenes en los
tres países tienen derecho legal a cazar de manera tradicional. Sin embargo, la caza
ilegal está muy difundida en la ecorregión del Alto Paraná. Los bosques nativos están
empobrecidos como consecuencia de la drástica reducción de las poblaciones y la
extinción local de las especies cazadas (Cullen et al. 2000, 2001), sufriendo “el síndrome
del bosque vacío” (Bennett et al. 2002). Es difícil controlar la caza ilegal en los tres
países, ya que la mayoría de los organismos gubernamentales carecen de los recursos
técnicos y financieros para aplicar las leyes (para Misiones véase Cinto y Bertolini
2003), y la caza tiene raíces culturales (y en ciertos casos económicas) muy profundas
(Giraudo y Abramson 1998).
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Distintos sectores de la población cazan de formas diferentes. En los tres países hay
una fuerte tradición cultural de caza, la que se practica en el tiempo libre, generalmente
durante los fines de semana. La caza deportiva es practicada por la gente que vive en
ciudades y que tiene medios económicos. La población rural que vive cerca de los
bosques caza no sólo por deporte o por razones culturales, sino por la necesidad de
obtener carne. Lo mismo ocurre con los empleados de bajos ingresos de las empresas
madereras que complementan su dieta con carne silvestre que obtienen cazando los
fines de semana en las áreas de explotación maderera donde están empleados. Los
pobladores rurales también cazan animales que consideran plagas, generalmente por
el daño que éstos pueden causar a los animales domésticos. Por ejemplo, los jaguares,
los pumas y otros carnívoros se cazan porque pueden atacar a los animales domésticos
(Schiaffino 2000, Pereira Leite Pitman 2002). Las víboras se exterminan porque unas
pocas especies son peligrosas para el hombre y los animales domésticos.
Existe también la caza ilegal bien organizada para suministrar carne silvestre a los
mercados locales, como en Brasil donde existen restaurantes que ofrecen carne de
animales silvestres como especialidades del menú. La carne silvestre también se utiliza
para preparar carne procesada y charqui.
Algunas comunidades aborígenes aún practican la caza de subsistencia (por ej. los
Aché en Paraguay y algunas comunidades Mbya de Paraguay y Misiones). Sin embargo,
incluso las prácticas tradicionales de caza son no sustentables debido a la relativamente
alta densidad de la población humana en la mayor parte de las áreas del Bosque
Atlántico del Alto Paraná, al pequeño tamaño de los fragmentos de bosque11, y a la
baja densidad de animales silvestres que hay en toda la ecorregión12.
Las causas últimas de la degradación ambiental
La mayoría de las causas de la fragmentación y degradación descriptas anteriormente
son lo que pueden llamarse causas próximas. Sin embargo, las causas últimas de la
pérdida del bosque en la ecorregión incluyen:
Los fragmentos forestales pequeños son generalmente insuficientes para mantener poblaciones que puedan ser
cosechadas en forma sustentable.
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La mayoría de los bosques tropicales y subtropicales mantienen menos fauna silvestre (especialmente ungulados
y otros animales grandes de valor cinegético) que los pastizales y sabanas tropicales, porque en los primeros la
mayor productividad se ubica en el dosel (véase Bennett y Robinson 2001, Bennett et al. 2002)
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• Altas tasas de crecimiento poblacional (debido tanto a la tasa de natalidad
como a la tasa de inmigración), altas tasas de analfabetismo, y altas tasas
de mortalidad infantil – indicadores sociales que constituyen componentes
críticos de la crisis socioeconómica y ambiental de la Ecorregión del Alto
Paraná (Laclau 1994, SEPA 2000).
• El bajo valor que la gente le asigna al bosque nativo, que ha sido
históricamente visto como un impedimento para el desarrollo (Laclau 1994,
Hodge et al. 1997).
• Falta de capacidad para hacer cumplir las leyes debido a organismos
gubernamentales débiles, falta de entrenamiento de los funcionarios oficiales,
ineficiencia en el uso de los recursos (Cinto y Bertolini 2003), o simplemente
debido a la corrupción generalizada.
• Falta de conocimiento de la población sobre los problemas ecológicos de la
ecorregión (Laclau 1994) debido a la falta de educación ambiental. La situación
se agrava por las altas tasas de analfabetismo en los tres países.
• Falta de alternativas económicas y de conocimiento de las prácticas de uso
sustentable (Holz y Placci 2003, Colcombet y Noseda 2000).
• La profunda crisis económica de la región junto a cierta inestabilidad política.
Muchas de éstas causas últimas tienen su origen en un sistema de desigualdad económica
que ha concentrado la tierra y los recursos en las manos de unos pocos y ha marginado
a una gran proporción de la población, privándola de sus necesidades más básicas.
Aunque no es el objetivo de esta Visión de Biodiversidad solucionar los problemas
sociales y económicos de la ecorregión, debemos tenerlos en cuenta al planificar una
estrategia de conservación ecorregional para el Bosque Atlántico del Alto Paraná.
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Oportunidades para la conservación de la biodiversidad
en la ecorregión del Alto Paraná
A pesar del alto grado de fragmentación del bosque de la ecorregión del Alto Paraná,
hay buenas oportunidades para la conservación de la biodiversidad. Estas incluyen un
sistema de áreas protegidas relativamente bien implementado (particularmente en
Argentina y Brasil), un interés creciente en temas relacionados a la conservación por
parte de los gobiernos y la población local, numerosos nuevos grupos ambientalistas
locales, y una Iniciativa Trinacional para la Conservación del Corredor del Bosque Atlántico.
Sistema de áreas protegidas. Existen 48 áreas protegidas estrictas (categorías IUCN I
- III) en la ecorregión, que protegen 737.444 ha de bosque nativo. Hay 1.393.305 ha
que pertenecen a 16 Áreas de Uso Sustentable (categorías IUCN IV - VI) incluyendo
una gran Reserva de la Biósfera (Figura 9a, 9b; Tabla 1). Éstas áreas protegidas
pertenecen a los sistemas de áreas protegidas nacionales (federales), provinciales
(estatales), municipales y privados de los tres países. Muchas de éstas áreas son
pequeñas (< 1,000 ha), y muchas no están bien implementadas, tienen problemas de
tenencia de la tierra, y todavía carecen de un plan de manejo. Sin embargo el número
de áreas protegidas se ha elevado rápidamente en los últimos años (Figura 10) y hay
mucho interés de los gobiernos y de las ONGs en la creación de nuevas áreas protegidas
en los tres países. Un gran bloque de once áreas protegidas, que incluye al Parque
Nacional do Iguaçu en Brasil, el Parque Nacional Iguazú en Argentina, el Parque
Provincial Urugua-í y otras ocho reservas privadas y provinciales más pequeñas forman
un área protegida continua de 340.800 ha, que sirve como un reservorio grande y
resiliente de la biodiversidad de la ecorregión.
Legislación Ambiental. A pesar de los problemas para la aplicación de las leyes en los
tres países, existen leyes que protegen el bosque, particularmente los bosques ribereños
y las áreas con pendientes pronunciadas. El Código de Bosques de Brasil también
protege los bosques en las cimas de las serranías y montañas y hace obligatorio el
mantenimiento de una reserva de bosque constituida por el 20 % del área total de una
propiedad. Si están bien diseñadas, estas áreas pueden servir como corredores que
conecten los remanentes de bosque. La legislación brasileña prohíbe la conversión de
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los últimos remanentes del Bosque Atlántico. Un decreto presidencial brasileño de 1993
prohíbe el corte de Bosque Atlántico primario o secundario. Un movimiento liderado por
ONGs está movilizando apoyo nacional para transformar este decreto en una ley
permanente, pero se enfrenta con una fuerte oposición de los sectores que practican
agricultura a gran escala en la ecorregión del Alto Paraná. La Ley del Corredor Verde de
la provincia de Misiones en Argentina ha creado un área de conservación de uso
múltiple de más de un millón de hectáreas, con el objetivo principal de mantener las
conexiones entre las principales áreas protegidas de Misiones. Esta ley ha eliminado
los incentivos perversos para la conversión del bosque y ha creado incentivos para la
protección y restauración del bosque nativo. Los tres países poseen leyes que protegen
las cuencas hídricas. La nueva ley de aguas del Brasil promueve el establecimiento de
comités de cuencas hídricas y un impuesto a los usuarios de agua para apoyar la
conservación de las cuencas hídricas. Estas leyes constituyen buenas oportunidades
para la conservación de los últimos remanentes de bosque.
Iniciativa Trinacional. En 1995 se reunió en Hernandarias, Paraguay, un Foro Trinacional
de organizaciones gubernamentales y no gubernamentales de varios sectores de los
tres países, en un taller que se denominó “La Conservación de la Selva Paranaense o
Bosque Atlántico Interior”. Las instituciones que participaron en ese taller acordaron la
necesidad de crear un Corredor Tri-nacional para conectar las principales áreas protegidas
de la ecorregión, que se extienda desde la Reserva Natural Mbaracayú en Paraguay al
Parque Estadual do Turvo en Brasil, a través del Corredor Verde de Misiones. En
posteriores reuniones de la Iniciativa Trinacional (Curitiba, Brasil en 1997; Eldorado,
Misiones en 1999) se establecieron otros importantes acuerdos y compromisos entre
los participantes. Este foro constituye una importante oportunidad no sólo para el
intercambio de experiencias e ideas entre los participantes, sino para bregar por la
creación de nuevas áreas protegidas y la implementación de las ya existentes, así
como también para lograr consenso para otras acciones prioritarias.
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Figura 2. Localización de la Ecorregión Global 200
de los Bosques Atlánticos en Sudamérica
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Figura 3. Las 15 Ecorregiones del Complejo de Ecorregiones
Global 200 del Bosque Atlántico
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Figura 4. Remanentes de bosque de la Ecorregión Global 200
de los Bosques Atlánticos
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Figura 5. La Ecorregión del Bosque Atlántico del Alto Paraná
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Figura 6. La Ecorregión del Bosque Atlántico del Alto Paraná
se superpone extensamente con la Ecorregión Global 200
de los Ríos y Arroyos del Alto Paraná
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Figura 7. El proceso de destrucción del Bosque Atlántico
del Alto Paraná
Modificado de Holz y Placci 2003
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Figura 8. Patrones de tenencia de la tierra en diferentes
partes de la Ecorregión
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Modificado de Laclau (1994) para Brasil y Argentina, y SEPA (2000) para Paraguay.
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Figura 9a. Áreas protegidas del Bosque Atlántico
del Alto Paraná
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Figura 9b. Áreas protegidas del Bosque Atlántico
del Alto Paraná (Área Trinacional ampliada)
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Tabla 1. Áreas protegidas de la Ecorregión
del Bosque Atlántico del Alto Paraná
Número en
Nombre
País
Protección
las Figuras
Estricta
9a y 9b
(UICN I, II, e III) o
Hectáreas
Uso Sustentable
1
Reserva Natural Priv. Arroyo Blanco
Py
PE
5.714
2
Parque Nacional Cerro Corá
Py
PE
6.005
3
Parque Nacional Cerro Sarambi
Py
PE
30.000
4
Reserva Indígena Cerro Guazu
Py
PE
*
5
Reserva Natural Bosque Mbaracayu
Py
PE
59.056
6
Refugio Biológico Carapá
Py
PE
2.915
7
Reserva Natural Privada Itabo
Py
PE
3.000
8
Reserva Natural Privada Morombi
Py
PE
25.000
9
Reserva Biológica Mbaracayú
Py
PE
1.396
10
Reserva Biológica Pikyry
Py
PE
2.959
11
Refugio Biológico Tati Yupi
Py
PE
1.128
12
Monumento Científico Moisés Bertoni
Py
PE
153
13
Reserva Biológica Itabo
Py
PE
9.885
14
Reserva Ecológica Capiibary
Py
PE
3.759
15
Reserva Biológica Limoy
Py
PE
11.866
16
Reserva Nacional Kuriy
Py
PE
2.004
17
Reserva Natural PrivadaYpeti
Py
PE
10.000
18
Parque Nacional Ñacunday
Py
PE
1.688
19
Parque Nacional Caaguazu
Py
PE
12.738
20
Reserva de Recurso Manejado
Ybytyruzu
Py
US
16.220
21
Parque Nacional Ybycui
Py
PE
3.804
22
Reserva Natural Privada Tapyta
Py
PE
4.085
23
Reserva de Recurso Manejado
Py
US
58.490
San Rafael
64
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N
B
N
Total del área protegida en Paraguay
271.865
En Áreas de Uso Sustentable
74.710
En Áreas Protegidas Estrictas
197.155
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Nombre
País
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Protección
las Figuras
Estricta
9a y 9b
(UICN I, II, e III) o
Hectáreas
Uso Sustentable
D E L
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P A R A N Á
65
24
Parque Estadual das Várzeas
do Rio Ivinhema
Br
US
73.300
25
Parque Estadual Morro do Diabo
Br
PE
33.845
26
Gran Reserva Forestal Pontal do
Paranapanema
Br
US
270.679
27
Parque Estadual Lagoa de São Paulo
Br
US
14.214
28
Estación Ecológica de Caiuá
Br
US
1.427
29
Parque Nacional Ilha Grande
Br
PE
78.875
30
Parque Nacional do Iguazu
Br
PE
185.262
31
Parque Estadual do Turvo
Br
PE
17.491
Ilhas e Várzeas do Rio Paraná**
Br
US
1.003.059
Estación Ecológica Mico-Leão Preto**
Br
PE
5.500
Parque Estadual do Rio Aguapeí**
Br
PE
9.043
Área de Protección Ambiental
Total del área protegida en Brasil
1.692.695
En Áreas de Uso Sustentable
1.362.679
En Áreas Protegidas Estrictas
330.016
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Número en
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Nombre
L A
País
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Protección
las Figuras
Estricta
9a y 9b
(UICN I, II, e III) o
Hectáreas
Uso Sustentable
32
Parque Natural Municipal L. H. Rolón
Ar
PE
13
33
Paisaje Protegido Andrés Giai
Ar
PE
12
34
Reserva Nacional Iguazú
Ar
PE
12.620
35
Parque Nacional Iguazú
Ar
PE
54.380
36
Refugio Privado deVida Silvestre
Ar
US
133
Yacutinga
Ar
PE
550
38
Parque Provincial Yacuy
Ar
PE
347
39
Reserva de Uso Multiple F. Basaldúa
Ar
US
249
40
Refugio Privado de Vida Silvestre
Ar
PE
41
H. Foerster
Ar
PE
4.309
42
Reserva Natural Estricta San Antonio
Ar
PE
400
43
Reserva de Vida Silvestre Urugua-í
Ar
PE
3.243
44
Parque Provincial Urugua-í
Ar
PE
84.000
45
Parque Provincial Piñalito
Ar
PE
3.796
46
Parque Provincial Cruce Caballero
Ar
PE
522
47
Parque Provincial Esmeralda
Ar
PE
31.569
48
Reserva de Biosfera Yabotí
Ar
US
236.313
49
Parque Provincial Moconá
Ar
PE
999
50
Reserva Privada San Miguel
Ar
US
5.500
Misionero
Ar
PE
10.397
52
Area Experimental Guaraní
Ar
US
5.343
53
Reserva de Uso Múltiple EEA Cuartel
Ar
US
400
Cuña Pirú y Salto Encantado
Ar
PE
13.228
55
Reserva Privada Yaguaroundí
Ar
PE
400
56
Reserva Privada Tomo
Ar
US
1.441
57
Parque Provincial de la Araucaria
Ar
PE
92
58
Reserva Privada Aguaraí-mi
Ar
PE
3.050
59
Parque Natural Municipal Lote C
Ar
PE
84
El Yaguarete
37
Refugio Privado de Vida Silvestre
Caá Porá
41
Parque Provincial Guardaparque
de la Frontera
51
Reserva Natural Cultural Papel
Victoria
54
66
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Parque Provincial Valle del Arroyo
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60
Parque Provincial Esperanza
Ar
PE
686
61
Reserva Privada Los Paraisos
Ar
US
440
62
Parque Provincial Del Teyú Cuaré
Ar
PE
78
63
Reserva Privada Puerto San Juan
Ar
US
250
64
Corredor Verde Misionero
Ar
US
708.906
Total del área protegida en Argentina
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67
En Áreas de Uso Sustentable
958.975
En Áreas Protegidas Estrictas
224.816
Total del área protegida en la Ecorregión
del Bosque Atlántico del Alto Paraná
3.148.351
Total del área protegida en Áreas
D E L
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1.183.791
de Uso Sustentable
2.396.364
Total del área protegida en Áreas
Protegidas Estrictas
751.987
* No está claro cual es la superficie real de este área protegida ya que diferentes fuentes citan cifras
diferentes.
** Estas áreas no fueron incluidas en los análisis por no tener sus datos digitales disponibles al
momento de realizarlos.
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Figura 10. Las áreas protegidas se han incrementado
en la Ecorregión
Fuente: Chalukian 1999
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CAPÍTULO 3
Metas para lograr resultados
de Conservación de la Biodiversidad
Nuestro plan de conservación debe dirigirse a lograr los amplios objetivos de conservación
de la biodiversidad que son aceptados como bases de la ciencia de la biología de la
conservación (Noss, 1992). La Visión de Biodiversidad determina cuatro objetivos de
conservación que deberían lograrse durante los próximos 50 años. Estos objetivos incluyen:
1) Resiliencia - conservar bloques de hábitat natural que sean lo suficientemente
grandes como para responder a cambios ambientales de corto y largo plazo.
Más adelante discutiremos por qué los bloques más grandes son más
resilientes que los de menor tamaño.
2) Poblaciones Viables – mantener poblaciones viables de todas las especies
nativas con sus patrones naturales de abundancia y distribución, y el potencial
evolutivo de sus linajes.
3) Procesos sanos – mantener procesos ecológicos y factores de selección
natural característicos de esta ecorregión como los regímenes de disturbios,
los procesos hidrológicos, los ciclos de nutrientes y las interacciones bióticas,
incluyendo la predación.
4) Representación – mantener dentro de una red de áreas protegidas y un
Paisaje para la Conservación de la Biodiversidad todas las comunidades
biológicas y los estadios sucesionales en todo su rango natural de variación.
¿Qué necesitamos para lograr estas metas?
A diferencia de lo que ocurre en la mayoría de otras ecorregiones boscosas del mundo,
el alto grado de fragmentación y degradación del hábitat de la ecorregión del Bosque
Atlántico del Alto Paraná presenta un gran desafío para los objetivos de conservación
de la biodiversidad descriptos anteriormente. Generalmente se sugiere que se debe
conservar por lo menos el 10% (idealmente del 15 al 25%) de cada unidad de paisaje13
para que represente de forma adecuada a las comunidades ecológicas existentes. Es
13 Ver nota al pie 5 y el Análisis de Unidades de Paisaje en el Capítulo 4.
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imposible lograr este objetivo en 50-100 años cuando en la ecorregión del Bosque Atlántico
del Alto Paraná queda sólo alrededor del 7,8% de la cobertura boscosa original.
Lo que queda de bosque original se encuentra altamente fragmentado, y un paisaje
fragmentado presenta un desafío intimidatorio para la conservación de la biodiversidad,
que resulta de una serie de efectos relativamente bien conocidos, relacionados con los
bordes, el tamaño y el aislamiento. Existen sólo 28 fragmentos de bosque mayores de
10.000 hectáreas en la totalidad de la ecorregión, y sólo dos de ellos son mayores de
100.000 hectáreas. Sin embargo, estos pocos grandes fragmentos representan más de
la mitad del área del bosque remanente (Figura 11). El 92 % de la ecorregión del
Bosque Atlántico del Alto Paraná se encuentra degradada por ciudades, caminos y
otras obras de infraestructura, propiedades privadas y áreas de agricultura de subsistencia
y de gran escala. Este paisaje modificado y degradado por el hombre reduce las
oportunidades de conectar los fragmentos de bosque que quedan.
A pesar de la existencia de los problemas de conservación que se han descrito con
anterioridad, los pocos bloques de bosque relativamente grandes que quedan en la
ecorregión todavía contienen especies paraguas (ver nota al pie 7) como jaguares, águilas
y pecaríes labiados, lo que sugiere que la biodiversidad y los principales procesos ecológicos
permanecen esencialmente intactos14. Estos grandes bloques de bosque continúan siendo
degradados y fragmentados – procesos que, en un futuro, seguramente reducirán la
biodiversidad y resiliencia general. Para lograr los tres primeros objetivos de conservación
que hemos descrito necesitamos proteger los pocos bloques grandes de bosque que
quedan en la ecorregión. Aunque existe una larga discusión entre ecólogos y biólogos
conservacionistas sobre si varios fragmentos pequeños pueden o no mantener mayor o
menor cantidad de especies que un fragmento grande (Bierregaard et al. 1992), un
fragmento grande es generalmente superior a uno pequeño en términos de su capacidad
para conservar la biodiversidad en todos los niveles. Sólo los bloques de bosque más
grandes (> 10.000 ha de bosque continuo y relativamente intacto) son resilientes a los
cambios ambientales de corto plazo, son capaces de mantener individuos de especies
paraguas, y pueden mantener los procesos ecológicos y los factores de selección natural
como importantes interacciones bióticas, tales como la depredación o la polinización de
especies clave (por ejemplo los higuerones del género Ficus). Es importante reconocer,
Aunque las especies paraguas permanecen en estos grandes bloques de bosque, éste hecho no constituye una
indicación de su supervivencia a largo plazo en el remanente de bosque. La mayoría de estos bloques necesitan
estar conectados a otros remanentes de bosque para que exista una viabilidad a largo plazo de estas poblaciones.
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sin embargo, que aunque es crítico proteger los grandes bloques de hábitat que quedan,
esto no es en sí mismo suficiente para lograr los objetivos de conservación.
Aunque nuestros esfuerzos se centrarán en conservar grandes bloques de bosque
relativamente intacto, y en establecer conexiones con otros fragmentos de bosque a
través de corredores de bosque nativo, no dejamos de lado el valor que tiene la
conservación de pequeños fragmentos de bosque. Existen varias formas mediante las
cuales los pequeños fragmentos pueden contribuir a la conservación. En primer lugar,
los fragmentos pequeños pueden cumplir un rol en la protección de las cuencas hídricas
y los suelos. En segundo lugar, pueden servir como pasos (trampolines ecológicos) hacia
la creación de futuros corredores biológicos. Tercero, pueden servir como refugio de
invernada para algunas especies de aves migratorias locales y de larga distancia. Cuarto,
pueden contener las semillas que faciliten programas locales de restauración de bosques
(Cullen et al. 2001, Valladares-Padua et al. 2002). Quinto, algunos de los fragmentos
pequeños pueden albergar aún especies que ya no se encuentran en otros lugares de
la ecorregión. Finalmente, pueden jugar importantes roles culturales y educativos.
El mayor desafío para lograr objetivos de conservación perdurables en la ecorregión del
Bosque Atlántico del Alto Paraná es, por lo tanto, mantener los grandes bloques de
bosque relativamente intacto y conectarlos con otros bloques similares a través de un
sistema de corredores. Los fragmentos pequeños pueden servir como “trampolines
ecológicos”15 y pueden ayudar al diseño y la implementación de los corredores. Mediante
la creación de nuevas áreas protegidas, el efectivo manejo de las existentes, y la
creación e implementación de corredores biológicos, junto con actividades económicas
compatibles con el medio ambiente, creemos que aún es posible mantener los procesos
ecológicos fundamentales que sustentan la biodiversidad en la ecorregión. El diseño de
un paisaje que nos permita lograr estos objetivos de conservación requiere un análisis
exhaustivo de la fragmentación, paralelo a un análisis de las amenazas y oportunidades.
Nuestra visión para el Bosque Atlántico del Alto Paraná es que durante los próximos 50
años, el Paisaje para la Conservación de la Biodiversidad que hemos diseñado, se
vuelva una realidad. El próximo capítulo describe el proceso mediante el cual diseñamos
este Paisaje para la Conservación de la Biodiversidad.
El Recuadro 4 trata algunos de los importantes aspectos biológicos de la fragmentación
que son particularmente relevantes para esta ecorregión.
Stepping stones en el original. Estos pequeños fragmentos pueden servir como facilitadores del movimiento de
los organismos.
15
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RECUADRO 4
Los problemas de la fragmentación: efectos de borde,
de tamaño y de aislamiento
Efectos de borde. Una de las consecuencias más dañinas de la fragmentación
extrema de los bosques es que los organismos que permanecen en fragmentos
de bosque están expuestos a las condiciones de un ecosistema diferente que
rodea a ese bosque. Estas condiciones son más pronunciadas cerca del borde de
los fragmentos, en la interfase entre el bosque y el nuevo ecosistema que lo
rodea. La intensidad de los efectos de borde se mide generalmente como la
distancia hasta la cual el efecto es todavía notable dentro del fragmento boscoso
(Murcia 1995, Laurence et al. 2000). Los efectos de borde se pueden clasificar en
tres tipos más amplios: efectos abióticos (ej. temperatura, radiación solar), efectos
bióticos directos (ej. cambios en la composición de las especies o introducción de
especies exóticas), efectos bióticos indirectos (ej. cambios en las interacciones de
las especies cerca de los bordes, tales como un aumento en la tasa de predación)
(Murcia 1995). Las tasas anuales de mortalidad de árboles, de daño de árboles
vivos y de formación de claros aumentan significativamente hasta 100 metros de
distancia del borde del bosque y provocan un aumento en la pérdida de biomasa
y un aumento en la emisión de dióxido de carbono (Bierregaard et al. 1992,
Laurence et al. 1998, Laurence et al. 2000). Algunos de los efectos de borde
pueden ser observados hasta varios cientos de metros hacia adentro de un
fragmento de bosque, especialmente los efectos bióticos como la invasión de
especies exóticas o de especies adaptadas a los disturbios y la depredación de
nidos (Murcia 1995, Laurence et al. 2000, Bright y Mattoon 2001). Como consecuencia
de estos efectos de borde, las comunidades del bosque se alteran drásticamente
cerca de los bordes. Por ejemplo, las especies arbóreas de bosques primarios son
reemplazadas por especies pioneras o de bosques secundarios (Benitez- Malvido
1998, Tabarelli et al. 1999).
A los tres efectos de borde descriptos más arriba, agregamos un cuarto efecto de
borde muy importante en nuestra ecorregión – el de la actividad humana. La caza,
la tala ilegal, la cosecha ilegal de productos forestales no maderables, son más
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poblaciones de los vertebrados más grandes en el Neotrópico y a producir cambios
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pronunciadas cerca de los bordes del bosque, pero las actividades humanas
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penetran hasta mil metros dentro de él. La caza tiende a reducir el tamaño de las
en la estructura de las comunidades de mamíferos (Bodmer et al. 1997, Peres
2001, Bennett y Robinson 2001). La caza en los fragmentos boscosos pequeños
puede extirpar completamente algunas especies a corto plazo. Por ejemplo, los
fragmentos de bosque de 2.000 ha en el Bosque Atlántico del Alto Paraná en la
porción occidental del estado de San Pablo, en Brasil, donde la caza es intensa,
fueron vaciados de tapires, pecaríes labiados y venados (Cullen et al. 2000, 2001).
En los fragmentos de bosque de formas muy irregulares, la relación perímetro-área
es grande y por lo tanto los efectos de borde incluyen una mayor proporción del
fragmento (Davies et al. 2001). Por razones similares, los fragmentos más pequeños
tienen una proporción mayor de área afectada por efectos de borde que los grandes
(Furlan et al. 2000). Los fragmentos de bosque muy pequeños son afectados en su
totalidad por los efectos de borde y, por lo tanto, es poco probable que puedan
conservar comunidades intactas del Bosque Atlántico (Tabarelli et al. 1999).
Efectos de tamaño. Los ecólogos aceptan ampliamente que hay una relación
directa entre el tamaño del fragmento y el número de especies (Rosenzweig
1995). Sólo por azar (“error de muestreo”) un fragmento pequeño puede excluir
individuos de especies raras o escasas. También, la teoría de muestreo predice
que los fragmentos pequeños de bosque incluirán un menor número de comunidades
ecológicas. Como las comunidades ecológicas están compuestas de conjuntos de
especies únicos, los fragmentos de bosque en los que no aparezcan ciertas
comunidades tendrán una diversidad de especies más baja. El riesgo de extinción
local de especies dentro de fragmentos pequeños es también mayor debido a
varios factores que contribuyen al riesgo de extinción de poblaciones pequeñas.
En primer lugar, la variación ambiental al azar, como los fuegos o las fuertes
sequías, puede hacer desaparecer una población pequeña. En segundo lugar, las
amenazas determinísticas (p.ej. la deforestación continua o la degradación del
hábitat) pueden también diezmar una población. Tercero, los efectos demográficos
por azar (p. ej. un sesgo pronunciado en el sexo de las nuevas crías) pueden
llevar a una población pequeña a la extinción. Cuarto, la endogamia y la pérdida
de variabilidad genética son más comunes en las poblaciones pequeñas y hacen
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que éstas sean más sensibles a los cambios ambientales y más propensas a la
extinción (Davies et al. 2001). En fragmentos de bosques tropicales de alrededor
de 100 ha, se pierde un número sustancial de aves del sotobosque dentro de las
dos décadas posteriores al aislamiento del fragmento. Para muchas especies de
aves tropicales los fragmentos de bosque de menos de 100 ha tienen poco valor
de conservación (Ferraz et al. en prensa).
Algunas especies tienen grandes requerimientos de hábitat y los fragmentos
pequeños no pueden proveerlos. Chiarello (2000) estimó que sólo los fragmentos
que superan las 20.000 ha pueden sustentar poblaciones viables de mamíferos
de mediano a gran tamaño en el Bosque Atlántico. Una revisión bibliográfica de
los requerimientos de hábitat de un pequeño grupo de aves y de mamíferos del
Bosque Atlántico del Alto Paraná muestra que, aún para las especies que tienen
relativamente pocos requerimientos de hábitat (p. ej, ardillas, armadillos, agutíes,
y monos), un fragmento menor de 1000 ha no es suficiente para asegurar
poblaciones viables . Para especies con grandes requerimientos de hábitat (águila
harpía, jaguar, tapir) es necesario mantener fragmentos de bosque de al menos
unos pocos cientos de miles de hectáreas (Tabla 2). La desaparición de especies
de vertebrados de los fragmentos de bosque tiene un efecto cascada sobre el
ecosistema con consecuencias que afectan a otros gremios de animales, y aún a
procesos ecológicos como la descomposición de excrementos (Klein 1989), la
polinización y la dispersión de semillas. En los fragmentos de bosque, la ausencia
de predadores puede resultar en un aumento de los herbívoros, lo que puede, a
su vez, tener un efecto marcado en la estructura del bosque y la diversidad
general de especies (Terborgh et al. 1999, 2001). La falta de grandes predadores
puede facilitar un aumento en los predadores de tamaño mediano, que a su vez
puede resultar en tasas de predación mayores sobre las aves y pequeños mamíferos
(Davies et al. 2001, Terborgh et al. 1999). Este efecto puede explicar el repentino
aumento en la predación del altamente amenazado mico-león dorado del Bosque
Atlántico (J. Dietz pers. com.).
Nuestra habilidad para conservar las especies paraguas, que tienen grandes
requerimientos de hábitat, será entonces un buen indicador de nuestra habilidad
para conservar una biodiversidad intacta y procesos ecológicos sanos. Para mantener
comunidades y procesos ecológicos intactos, es esencial conservar grandes
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fragmentos de bosque que todavía contienen individuos de especies paraguas
como jaguares y tapires. En el Bosque Atlántico del Alto Paraná, los fragmentos
aislados de bosque de alrededor de 2.000 has han perdido ya a los jaguares, y en
aquellos en los que la caza es muy intensa también han perdido otras especies
de grandes mamíferos (Cullen et al. 2000). Sin embargo los fragmentos de bosque
de varias decenas de miles de hectáreas aún tienen especies paraguas y la
mayor parte de su biodiversidad, entre los que se incluyen el Parque Estadual
Morro do Diabo en San Paulo, Brasil con 35.000 ha (Cullen et al. 2000, Valladares
Padua et al. 2002) y el Parque Nacional Mbaracayú en el noreste de Paraguay con
59,000 ha (Zuercher et al. 2001, D. Ciarmiello com. pers.).
Basándonos en el tamaño de las áreas de acción (home range) de especies de
ésta ecorregión (Tabla 2; op. cit.), podemos usar 10.000 hectáreas de bosque bien
protegido como el límite inferior de lo que consideraremos un fragmento de
bosque grande. La cifra de 10.000 ha también corresponde al requerimiento mínimo
de territorio de un jaguar macho (P. Crawshaw 1994 y com. personal). Un bloque
de cerca de 10.000 ha de bosque bien conservado puede contener un jaguar
macho adulto y 1-2 hembras adultas, constituyendo así el área requerida para
una mínima unidad reproductiva de ésta especie. Por estas razones, hemos escogido
al jaguar como especie paraguas para este análisis y utilizaremos esta especie
para monitorear, en el futuro, la efectividad de nuestro diseño de Paisaje para la
Conservación de la Biodiversidad.
Aislamiento.. Existe relevante evidencia que sugiere que las áreas aisladas son
difíciles de recolonizar una vez que han perdido sus especies. A muchas especies
de bosque les resulta difícil o imposible atravesar las pasturas para ganado que a
menudo separan los islotes de bosque. La falta de flujo génico hacia las poblaciones
pequeñas y aisladas contribuye a los efectos deletéreos de la endogamia y aumenta
la probabilidad de extinción (Dobson et al. 1999). El mantenimiento de corredores
biológicos que conecten fragmentos de bosque y permitan el movimiento de
individuos y el consecuente flujo génico, puede reducir los efectos nocivos del
aislamiento genético (Mech y Hallett 2001).
Los fragmentos de bosque no son islas oceánicas que tienen límites precisos con
el ecosistema circundante, sino que están rodeadas de otros ecosistemas terrestres.
La matriz en que los fragmentos boscosos están inmersos, puede facilitar o impedir
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la conectividad entre estos parches. Cuanto más parecida sea la matriz al bosque
original, más oportunidades tendrán las especies nativas de dispersarse a otros
fragmentos. La matriz puede también proporcionar un hábitat alternativo para las
especies generalistas, si las diferencias estructurales entre la matriz y el bosque
original son pequeñas (Gascon et al. 1999, Davies et al. 2001). Por ejemplo,
científicos que estudiaron escarabajos peloteros que viven en los fragmentos de
bosque en el Amazonas, cerca de Manaos, encontraron estos escarabajos de
bosque en uno solo de los terrenos talados circundantes, el que tenía una nutrida
vegetación secundaria (Klein 1989). Sin embargo, para que todas las especies
nativas se puedan dispersar entre los fragmentos de bosque, estos parches
deberían estar conectados por corredores de bosque nativo.
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0.0039
0.0157
0.0186
0.0408
0.0414
0.0561
0.1019
0.1275
0.1366
0.1595
0.1795
Tapir
Venado
Mico-león negro
Coatí sudamericano
Pecarí de collar
Pecarí labiado
Agutí de Azara
Armadillo de nueve bandas
Mono capuchino
Mono aullador marrón
Ardilla de las Guayanas
5
6
7
8
10
18
24
25
54
64
254
3.500
5.000
279
314
366
392
491
891
1.207
1.227
2.694
3.191
12.712
175.000
250.000
Ha/50 Indiv
50 individuos
individuo
Ha/Indiv
Área por
Área por
836
941
1.098
1.176
1.473
2.672
3.621
3.680
8.082
9.574
38.136
525.000
750.000
Ha/150 Indiv
2.786
3.135
3.661
3.922
4.908
8.907
12.071
12.267
26.940
31.915
127.119
1.750.000
2.500.000
Ha/500 Indiv
8.357
9.406
10.982
11.765
14.725
26.722
36.214
36.801
80.819
95.745
381.356
5.250.000
7.500.000
Ha/1500 Indiv
27.858
31.352
36.607
39.216
49.084
89.074
120.715
122.669
269.397
319.149
1.271.186
17.500.000
25.000.000
Ha/5000 Indiv
adaptativa (Ne=500)2
para garantizar evolución
Área requerida
Fuente: Crawshaw 1994, Chiarello 2000, Cullen et al. 2000, Di Bitetti 2001, C. H. Janson com. pers.
individuos
Para garantizar una población efectiva de 500 individuos (el mínimo requerido para garantizar la evolución adaptativa) es necesario mantener entre 1500 y 5000
número de individuos (150-500 individuos). Por lo tanto, se presentan las estimaciones para 150 y 500 individuos.
2
1
población viable (Ne=50)
para garantizar una
Área requerida
Para garantizar una población efectiva de 50 individuos (el mínimo requerido para que una población sea viable), es necesario mantener de tres a diez veces ese
0.0003
Jaguar
1
0.0002
Indiv/Ha
Densidad
Harpía
Especies
Tabla 2. Estimaciones de densidad y requerimientos de área para individuos y para poblaciones
de diferente tamaño de especies de vertebrados típicas del Bosque Atlántico del Alto Paraná
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Figura 11. Número y área total de los fragmentos
en categorías de tamaño
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CAPÍTULO 4
Diseñando un Paisaje para la Conservación
de la Biodiversidad - Métodos
La meta de este análisis de la Visión de Biodiversidad es diseñar un Paisaje para la
Conservación de la Biodiversidad que, si se implementa, cumpliría con los objetivos de
conservación descriptos anteriormente: el mantenimiento de bloques de bosque grandes
y resilientes, el mantenimiento de poblaciones viables de especies paraguas, procesos
ecológicos sanos, y la representación de las comunidades ecológicas nativas.
Durante los últimos tres años, el WWF ha llevado adelante un proceso participativo trinacional, que involucra a organizaciones locales representando a múltiples sectores y
disciplinas, para desarrollar esta Visión en el marco temporal y la escala geográfica
necesaria para conservar la biodiversidad de la ecorregión del Bosque Atlántico del
Alto Paraná. En abril de 2000 se reunieron en Foz do Iguaçu, Brasil, treinta y seis
participantes y representantes del WWF. En preparación para este taller, se contrataron
a varias organizaciones participantes en Paraguay y Argentina para reunir y compilar
los mejores datos disponibles sobre la distribución de la fauna y la flora, los aspectos
geomorfológicos y socioeconómicos, que serían compatibles con la información ya reunida
en Brasil en el taller nacional PROBIO16 para el Bosque Atlántico llevado a cabo en
Atibaia, Brasil en agosto de 1999. Muchas de estas organizaciones proporcionaron
información y datos esenciales para la producción de esta Visión de la Biodiversidad17,
que continuará perfeccionándose en el tiempo a medida que surja información adicional.
Esta Visión de Biodiversidad es el producto de varios análisis científicos en los que
se utilizó ArcView, un Sistema de Información Geográfico (SIG). Usamos el módulo
Spatial Analyst de ArcView, utilizando una cuadrícula de celdas de 500 x 500m (1/4
km2). La información básica para el análisis se expresa en mapas que representan la
distribución espacial de un número de diferentes variables biológicas y socioeconómicas.
Se superpusieron o combinaron varias capas de información para obtener nuevos
mapas que suministrasen información más integrada. Se utilizó para el análisis una
zona de amortiguamiento de 25 km en el límite de la ecorregión con la Ecorregión de
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Ver nota al pie 19
17
Ver Agradecimientos
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la Araucaria. Inicialmente realizamos tres análisis separados pero interdependientes,
que se describen a continuación.
Análisis de las unidades de paisaje. Primero discriminamos las unidades de paisaje que
se encuentran en el área de análisis. Una unidad de paisaje es un área que contiene un
conjunto de especies, comunidades, o procesos ecológicos que difieren de otras unidades
de paisaje. Cada unidad de paisaje tiene generalmente un clima, un tipo de suelo, y un
conjunto de especies característico. Por lo tanto, para obtener una buena representación
del rango total de especies y comunidades naturales de una ecorregión, es necesario
conservar porciones representativas de cada unidad de paisaje.
Como no contábamos con datos biológicos suficientes para definir y mapear las unidades
de paisaje, utilizamos información climática y topográfica como substitutos para desarrollar
un modelo biológico. El presupuesto sobre el que se basa esta simplificación es que las
unidades geográficas con diferentes topografías y condiciones climáticas estarán
correlacionadas con unidades ecológicas particulares. Este enfoque para definir las
unidades de paisaje es similar a los utilizados en otros análisis de Visión de
Biodiversidad18, donde no se disponía de datos biológicos reales. Para discriminar las
unidades de paisaje utilizamos tres capas de datos. La primera capa es el número de
meses secos, clasificados en tres categorías: áreas sin estación seca, áreas con dos o
tres meses secos, y áreas con tres o más meses secos (Figura 12). La segunda capa de
información es la altitud. Dividimos la ecorregión en dos rangos altitudinales: sobre o
debajo de los 500m snm (Figura 13). Para la tercer capa, utilizando datos topográficos,
creamos un mapa que describe la pendiente del terreno. Luego determinamos tres
categorías: planicies, pendiente moderada y pendiente pronunciada, que reflejaban
áreas de pendiente creciente y variación topográfica creciente (Figura 14). Las
combinaciones de estas tres capas de información nos dieron un total de 18 unidades
de paisaje (Figura 15). Será importante corroborar si estas unidades de paisaje representan
en realidad entidades ecológicas distintas.
Análisis de la fragmentación. Este análisis está dirigido a identificar los fragmentos de
bosque nativo con el potencial más alto para lograr los objetivos de conservación. La
información básica para este análisis es un mapa de los fragmentos de bosque obtenido
de imágenes satelitales (Figura 16). Este mapa de fragmentos de bosque se creó
Por ejemplo, en las Visiones de Biodiversidad de la Ecorregión del Sudoeste Amazónico, de la Ecorregión de los
Andes del Norte y de la Ecorregión de los Matorrales Espinosos de Madagascar.
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combinando el mapa de fragmentos de bosque de SOS Mata Atlántica (Fundação SOS
Mata Atlântica 1998) para la porción brasileña de la ecorregión (basado en imágenes
satelitales de 1990-1995); un mapa producido por la Fundación Moisés Bertoni, la
Dirección de Ordenamiento Ambiental (DOA), y la Carrera de Ingeniería Forestal para
la porción paraguaya de la ecorregión (basado en imágenes satelitales de 1997); y un
mapa producido por la Fundación Vida Silvestre Argentina (basado en imágenes
satelitales de 1999 proporcionadas por el Ministerio de Ecología y Recursos Naturales
Renovables de Misiones).
Clasificamos los fragmentos de bosque de acuerdo con su importancia para la
conservación. La importancia para la conservación de los fragmentos de bosque se
evaluó utilizando cinco variables:
1) Tamaño del fragmento — Cuanto más grande el fragmento, mayor su
importancia para la conservación de la biodiversidad. (Figura 17).
2) Núcleo del fragmento — El área del fragmento de bosque después de excluir
una zona de amortiguamiento de 500m, una distancia en la que se ha
comprobado que los efectos de borde son significativos (ver Capítulo 3).
Esta sirve como una estimación indirecta de la forma y el efecto de borde
del fragmento. (Figura 18).
3) Vecino más cercano — La distancia desde el fragmento hasta otro fragmento
de bosque. Esta es una forma de medir la conectividad/aislamiento de los
fragmentos de bosque.
4) Rango altitudinal dentro del fragmento de bosque — Una estimación indirecta
de la variación en las condiciones de topografía, suelo y microclima dentro
del fragmento boscoso.
5) Ubicación del fragmento dentro de la cuenca hídrica — Estimación de la
contribución de un fragmento de bosque a la conservación de las cuencas
hídricas. Para esto diseñamos un índice de posición en la cuenca hídrica.
Analizamos la contribución de cada una de las cinco variables a la variabilidad total de
la importancia de los fragmentos con un Análisis de Componentes Principales (Principal
Component Analysis). Este análisis multivariado indicó que las primeras cuatro variables
aportaban la mayor parte de la variación en la importancia de conservación de los
fragmentos de bosque. Como la última variable (ubicación de un fragmento dentro de
una cuenca hídrica) no proporcionaba ninguna información nueva, fue descartada.
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Desarrollamos un índice de importancia del fragmento utilizando las cuatro primeras
variables. Cada fragmento se ubicó en una de las cuatro categorías asignadas a cada
variable (utilizando la función de ArcView de intervalos naturales), pudiendo tomar un
valor de 0 (la categoría menos importante) a 3 (la más importante). El índice de
importancia del fragmento es el promedio de los valores de las cuatro variables utilizadas
en el análisis. Luego clasificamos cada fragmento de bosque de acuerdo con su índice
de importancia del fragmento (Figura 19).
Análisis de amenazas y oportunidades. El objetivo de este análisis fue mapear las áreas
que representan amenazas críticas para la conservación de la biodiversidad y las áreas
que representan oportunidades para la conservación de la biodiversidad. Este mapa se
creó utilizando datos sobre el uso de la tierra, donde los diferentes usos de la tierra
representan amenazas u oportunidades para la conservación.
Comenzamos el análisis de amenazas y oportunidades asignando y mapeando diferentes
niveles de amenaza y oportunidad a diferentes variables (tipos de uso de la tierra). Por
ejemplo, un camino es, generalmente, una amenaza para la conservación de la
biodiversidad mientras que un área protegida es una oportunidad para la conservación.
Pesamos las diferentes variables utilizadas en el análisis de acuerdo con el nivel de
amenaza u oportunidad que representan para la conservación de la biodiversidad,
llevando a cabo dos análisis separados, uno para amenazas y otro para oportunidades.
Las variables de amenaza que utilizamos en este análisis incluyeron:
1) Ciudades - Las ciudades están representadas en el mapa por áreas circulares.
El área del círculo equivale al área que ocupa la ciudad. En el análisis
identificamos tres zonas de amortiguamiento alrededor de cada ciudad, con
una disminución en la amenaza para la conservación a medida que aumenta
la distancia desde la ciudad, representando la ciudad la amenaza mayor.
Las zonas de amortiguamiento que rodean las ciudades son directamente
proporcionales al tamaño de la ciudad, teniendo las ciudades grandes un
área más grande de influencia negativa sobre la conservación de la
biodiversidad. (Figura 20).
2) Agricultura - Esta variable representa el impacto de la agricultura, y se
midió como el porcentaje del área municipal o departamental dedicado a la
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agricultura, incluyendo los cultivos anuales y los perennes. (Figura 21).
Admitimos que los cultivos perennes y los anuales pueden tener diferentes
impactos en la conservación de la biodiversidad, pero el área ocupada por
cultivos perennes era tan pequeña en comparación a la de cultivos anuales,
que se determinó que no justificaba una capa de datos separada.
3) Ganadería - Esta variable representa el impacto de la cría de ganado en la
conservación de la biodiversidad. Se midió como el porcentaje del área de
una municipalidad o departamento dedicada a esta actividad (Figura 22).
4) Densidad de la población rural - Debido a la difundida tradición cultural de
cazar y cosechar productos no maderables, y al hecho de que la mayoría de
la gente ve al bosque como un obstáculo para el desarrollo (ver Capítulo 2),
la presencia de la población rural en la ecorregión tiene, por lo general, un
gran efecto negativo en la conservación de los remanentes de bosque nativo.
Por lo tanto, esta variable representa el impacto de la densidad de la
población rural en la conservación de la biodiversidad, y se midió en
habitantes por hectárea en cada municipalidad o departamento (Figura 23).
Nota 1. Debido a la extrema fragmentación, y a la alta densidad de caminos, se puede
acceder fácilmente a casi todas las áreas de bosque de la ecorregión a través de ellos.
No consideramos los caminos como otra variable de amenaza porque producen un
impacto similar en toda la ecorregión.
Nota 2. Con un propósito ilustrativo los mapas se presentan con sus escalas originales (p.
ej., densidad real de población rural). Sin embargo para el análisis dividimos cada variable
en cuatro categorías siguiendo los intervalos naturales en su distribución de frecuencias
(una función de ArcView lo hace automáticamente). Se asignaron valores de 1, 2, 4 y 8 a
estas cuatro categorías, donde cada categoría tiene el doble del valor de la anterior).
Pesamos las variables de amenaza diferenciándolas de acuerdo con el grado de amenaza
que cada una representa a la conservación de la biodiversidad. Las ciudades presentan
la mayor amenaza, por lo tanto asignamos a esta variable un peso tres veces mayor
que el que asignamos a las variables que representan amenazas menores. La agricultura
representa la segunda mayor amenaza, porque es la actividad económica con efecto
más negativo sobre la biodiversidad ya que se trata principalmente de plantaciones de
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monocultivos a gran escala que requieren, en general, altas cargas de pesticidas y
herbicidas. Tiene también por lo general un alto costo de oportunidad en relación con la
ganadería, una actividad que se restringe generalmente a las áreas menos productivas.
Le asignamos a la agricultura un peso dos veces mayor que el que le asignamos a las
variables de amenaza más bajas. Finalmente le asignamos a las variables de amenaza
ganadería y densidad de población rural el peso menor, porque ambas tienen menos
impacto sobre la conservación de la biodiversidad que la agricultura o la presencia de una
ciudad. Con estas cuatro variables de amenaza, creamos un mapa que muestra las áreas
con mayores y menores amenazas para la conservación de la biodiversidad (Figura 24).
Como variables de oportunidad utilizamos:
1) Proximidad a un área de protección estricta (Categorías IUCN I - III) — Las
áreas protegidas representan una oportunidad para la conservación ya que
generalmente existe un interés de agrandar esas áreas incorporando áreas
vecinas de alto potencial para la conservación. La implementación de zonas
de amortiguamiento alrededor de las áreas protegidas, por lo general un
componente importante de los planes de manejo, también facilita el desarrollo
de programas de conservación locales. Las áreas más cercanas a un área
protegida estricta tienen un alto potencial para convertirse en áreas
protegidas, corredores biológicos, o áreas de uso sustentable (Figura 25).
Asignamos a cada área protegida tres posibles áreas de influencia que la
rodean (buffers) a 1.000, 5.000 y 20.000 metros, que representan
oportunidades decrecientes para la conservación a medida que aumenta la
distancia desde el área protegida.
2) Proximidad a un río— Asumimos que los ríos de esta ecorregión constituyen
corredores biológicos potenciales que pueden ayudar a conectar fragmentos
de bosque. Como en los tres países hay leyes que protegen los bosques
ribereños, las áreas cercanas a los ríos tienen un potencial más alto para la
conectividad (Figura 26). Por otro lado, como la mayoría de los ríos de esta
ecorregión no son navegables, no constituyen vías de acceso al bosque
como en otras ecorregiones. Asignamos tres zonas de amortiguamiento de
1.000, 2.500 y 5.000 m en ambas márgenes de los ríos (todos los ríos
tienen un ancho de 500m, la unidad mínima de análisis, sin importar su
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tamaño) que representan áreas de potencial decreciente para la conectividad
con otras áreas de conservación.
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3) Zonas de conservación planificada — Las áreas de uso sustentable (UICN
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categorías IV - VI) y las áreas designadas como prioritarias para la
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conservación por PROBIO19 constituyen áreas identificadas por los gobiernos
u otras instituciones como áreas con potencial para la conservación (Figura
27). El consenso político sobre estas áreas les da un mayor potencial para
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la conservación. PROBIO definió cinco categorías de áreas: la categoría A
corresponde a áreas de importancia biológica extremadamente alta; la B a
áreas de importancia biológica muy alta; la C a áreas de importancia biológica
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alta; la D a áreas no suficientemente conocidas pero con probable importancia
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biológica alta; y la L a los corredores. Nosotros asignamos un valor de 8 a
las áreas de uso sustentable existentes, un valor de 4 a las áreas de la
categoría A de PROBIO, un valor de 2 a las áreas de la categoría B de
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PROBIO y un valor de 1 a las áreas clasificadas por PROBIO como C, D y L.
Pesamos las tres variables de oportunidad de acuerdo con su potencial para la
conservación, con las áreas de protección estricta representando tres veces, y los ríos
dos veces, el potencial de conservación de las zonas de conservación planificada. Estas
tres capas de información se combinaron para producir un mapa de oportunidades para
la conservación de la biodiversidad (Figura 28).
Combinamos estos dos mapas de amenazas y oportunidades en un mapa (Figura 29)
que muestra las áreas con las mayores amenazas (en azul) y las áreas con las mayores
oportunidades (en verde) para la conservación de la biodiversidad.
Utilizando los tres análisis descriptos más arriba, realizamos luego dos análisis adicionales:
Análisis de Representatividad — Combinamos el mapa de unidades de paisaje, el mapa
de fragmentos de bosque, y el mapa de áreas protegidas para analizar el estatus
actual de la cobertura boscosa y la representatividad de las diferentes unidades de
paisaje dentro del sistema de áreas protegidas. Evaluamos la representatividad en
PROBIO es un proyecto del Ministerio de Medio Ambiente de Brasil para la Conservación y el Uso Sustentable de
la Biodiversidad. PROBIO identificó áreas y acciones prioritarias para la conservación del Bosque Atlántico
(Conservation International do Brasil 2000).
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términos de: 1) porcentaje de una unidad de paisaje que se encuentra bajo áreas protegidas
estrictas, 2) porcentaje de una unidad de paisaje que está protegida bajo áreas de uso
sustentable, y 3) porcentaje de la cobertura boscosa que todavía existe en cada unidad
de paisaje. Este análisis de representatividad da una idea de hasta qué punto una
unidad de paisaje está representada en el paisaje actual y puede guiar decisiones sobre
cómo mejorar en la versión final del Paisaje para la Conservación de la Biodiversidad la
representatividad de las unidades de paisaje que están actualmente subrepresentadas.
Análisis del Potencial para la Conservación de la Biodiversidad — El primer paso en este
análisis es cruzar el mapa de los índices de importancia de los fragmentos con el mapa
de amenazas y oportunidades para construir un mapa del potencial para la conservación
de la biodiversidad (Figura 30).
Al realizar este análisis asumimos que los mejores fragmentos de bosque ubicados en
las áreas de menores amenazas con las más altas oportunidades para la conservación
de la biodiversidad constituyen las áreas con el potencial más alto para la conservación
de la biodiversidad. Este análisis combinado indica dónde están ubicadas esas áreas
en la ecorregión. El mapa de potencial para la conservación que resulta de este análisis
representa un análisis de costo-beneficio a gran escala. El mapa muestra las áreas
donde deberíamos concentrar nuestros esfuerzos de conservación porque tienen buen
potencial para la conservación de la biodiversidad (áreas verdes en el mapa) y las
áreas donde no deberíamos hacerlo, ya que los costos para lograr los objetivos de
conservación son muy altos (áreas azules en el mapa). Este mapa constituye la capa de
información más importante que utilizamos para diseñar el Paisaje para la Conservación
de la Biodiversidad.
Diseño del Paisaje para la Conservación de la Biodiversidad — El Paisaje para la
Conservación de la Biodiversidad fue diseñado siguiendo una serie de pasos lógicos
utilizando el mapa de potencial para la conservación de la biodiversidad. Comenzamos
el proceso identificando los bloques fundamentales que componen el paisaje de
conservación y uniéndolos en una serie de pasos de acuerdo con su contribución a la
conservación de la biodiversidad. Al diseñar el Paisaje para la Conservación de la
Biodiversidad se tomaron en cuenta los siguientes pasos, ordenados según su prioridad
de conservación:
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• Identificar los bloques grandes de bosque nativo que constituirán las áreas
núcleo (>10.000 ha de bosque núcleo, excluyendo una zona de
amortiguamiento de 500 m donde el efecto de borde es alto). Estos son los
fragmentos de bosque lo suficientemente grandes para sustentar el ciclo de
vida completo de las especies paraguas.
• Identificar otras áreas prioritarias para la conservación de la biodiversidad
que incluirán aquellas con alto potencial para la conservación (según lo
indica el mapa de potencial para la conservación de la biodiversidad). Aunque
estas pueden no tener suficiente bosque o no ser lo suficientemente grandes
para sustentar poblaciones viables de especies nativas a largo plazo pueden,
sin embargo, jugar un rol importante en la conservación de la biodiversidad
(por ej. pueden constituir trampolines ecológicos).
• Conectar las áreas núcleo y otros tipos de áreas prioritarias mediante
la creación de corredores y el desarrollo de áreas de uso sustentable. La
ubicación específica de estos corredores y áreas de uso sustentable fue
determinada por el mapa de potencial para la conservación de la biodiversidad
(por ej. las áreas con el potencial para la conservación de la biodiversidad
más alto).
• Aumentar el área de bosques protegidos a través de la protección de
fragmentos pequeños o la restauración de fragmentos de bosque que puedan
luego ser conectados al corredor principal, aumentando de esta forma la
resiliencia del paisaje para la conservación. El mapa de potencial para la
conservación de la biodiversidad también determinó la ubicación de los
corredores secundarios y de las áreas de uso sustentable que conectan
estas áreas con las áreas núcleo y los corredores principales.
• Aumentar la representación de unidades de paisaje subrepresentadas a
través de la inclusión de fragmentos de bosque que pertenezcan a las áreas
menos representadas. Éstos también se conectaron (cuando fue posible) a
través de corredores secundarios al corredor principal o a las áreas núcleo.
• Identificar las cuencas de los ríos más importantes para la conservación y
manejo de las cuencas hídricas. Éstas cuencas hídricas se seleccionaron
basándose en su grado de deterioro, en la presencia en ellas de áreas
protegidas (tanto de protección estricta como áreas de uso sustentable), en
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la presencia en las cuencas de iniciativas de conservación en curso y en el
potencial de la cuenca hídrica para conectar la ecorregión a otras ecorregiones
(ver próximo paso).
• Facilitar la conectividad del Paisaje para la Conservación de la Biodiversidad
resultante de este proceso con ecorregiones vecinas, para garantizar procesos
evolutivos a largo plazo.
• Finalmente, verificamos la viabilidad sociopolítica de ciertas áreas del Paisaje
para la Conservación de la Biodiversidad y basados en opiniones de expertos,
hicimos pequeños ajustes al paisaje final.
Por lo tanto, para lograr nuestras metas de conservación, el Paisaje para la Conservación
de la Biodiversidad está centrado en el objetivo de conectar las áreas núcleo a través
de corredores y de establecer zonas de amortiguamiento alrededor de las áreas núcleo,
las áreas prioritarias y los corredores. Como uno de los últimos pasos importantes en
el diseño del Paisaje para la Conservación de la Biodiversidad, superpusimos un mapa
preliminar del Paisaje para la Conservación de la Biodiversidad con el mapa de las
unidades de paisaje para evaluar el grado de representatividad de cada unidad de
paisaje y para buscar modos de obtener la mejor representatividad posible. Para definir
el mapa final, también utilizamos opiniones de expertos y análisis de viabilidad
sociopolítica de áreas individuales, cuando las hubo disponibles. No incluimos esta
información como otra capa de información en los análisis de amenazas y oportunidades,
porque no se encontraban disponibles para los tres países o porque era información
referida a lugares específicos, y queríamos utilizar el mismo criterio para la ecorregión
en su totalidad. Sin embargo, esta información se utilizó como último paso para ajustar
en detalle el Paisaje para la Conservación de la Biodiversidad a la realidad sociopolítica
de la ecorregión. Se indicará en el texto (próximo capítulo), en qué ocasiones se
utilizaron opiniones de expertos o consideraciones sociopolíticas en las decisiones
sobre si incluir o no ciertas áreas en el Paisaje para la Conservación de la Biodiversidad
final. En la Figura 31 se sintetiza en forma gráfica la metodología del análisis completo
utilizado para diseñar el Paisaje para la Conservación de la Biodiversidad.
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Figura 12. Número de meses secos
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Figura 13. Rango de altitud
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Figura 14. Índice de pendiente del terreno
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Figura 15. Unidades de paisaje
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Figura 16. Remanentes de bosque del Bosque
Atlántico del Alto Paraná
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Figura 17. Fragmentos de bosque clasificados
por categorías de tamaño
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Figura 18. Núcleos de los fragmentos de bosque clasificados
por categorías de tamaño
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Figura 19. Índice de importancia del fragmento
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Figura 20. Ciudades
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Figura 21. Cultivos
Los porcentajes que aparecen en el mapa representan la suma de los porcentajes del
área utilizada para diferentes cultivos. Como en la mayor parte de la ecorregión se
producen dos cultivos anuales pueden sumar más de un 100%.
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Figura 22. Ganadería
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Figura 23. Densidad de la población rural
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Figura 24. Amenazas para la conservación de la biodiversidad
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Figura 25. Proximidad a áreas de protección estricta
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Figura 26. Proximidad a ríos
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Figura 27. Zonas de conservación planificada
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Figura 28. Oportunidades para la conservación
de la biodiversidad
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Figura 29. Amenazas y oportunidades
Las desviaciones estándar de los valores del índice de amenazas y oportunidades asignados
a cada una de las celdas de la grilla se utilizaron en este mapa con propósitos ilustrativos.
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Figura 30. Potencial para la conservación de la biodiversidad
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Las áreas con los valores más altos (en verde oscuro) son aquellas con el mayor
potencial para la conservación de la biodiversidad.
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Figura 31. Proceso de desarrollo del Paisaje para
la Conservación de la Biodiversidad
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CAPÍTULO 5
Resultados: El Paisaje para
la Conservación de la Biodiversidad
Representatividad de las unidades de paisaje
Diez de las 18 unidades de paisaje tienen menos del 3 % de su área cubierta de
bosques nativos remanentes— la unidad de paisaje mejor representada tiene sólo el
19%, y lo que aún queda de bosque nativo está altamente fragmentado. La
representatividad de las unidades de paisaje dentro de las áreas protegidas estrictas
va de cero por ciento (nueve unidades de paisaje) a 3,45% (la unidad mejor representada)
del área original (Tabla 3).
Sólo ocho de las 18 unidades de paisaje están representadas en por lo menos un
fragmento de bosque mayor de 10.000 ha (Tabla 4). Las diez unidades de paisaje que
no tienen fragmentos de bosque grandes y que tienen poca representatividad dentro
del sistema de áreas protegidas, tampoco tienen ningún fragmento con un valor alto en
el índice de importancia del fragmento. En la práctica no hay posibilidades de obtener
una buena representatividad de éstas diez unidades de paisaje en el Paisaje para la
Conservación de la Biodiversidad final20. Las ocho unidades de paisaje que todavía
tienen fragmentos de bosque mayores de 10.000 ha están representadas en áreas
protegidas estrictas. Debido a esto, los esfuerzos de conservación a largo plazo en la
ecorregión del Bosque Atlántico del Alto Paraná deberían estar centrados en asegurar
la resiliencia de las áreas que pueden mantener poblaciones viables de especies paraguas
y procesos ecológicos sanos. Sólo esto permitirá la conservación a largo plazo de la
mayoría de las especies. Al mismo tiempo, debemos tratar de incluir la mejor
representatividad posible, pero sabiendo que lograr el objetivo del 10% de
representatividad en cada unidad de paisaje es casi imposible en el Bosque Atlántico
del Alto Paraná y que el Paisaje para la Conservación de la Biodiversidad final no
alcanzará este objetivo (ver más abajo una discusión más amplia sobre la implicancia
de esto último en los objetivos de conservación de la biodiversidad).
20
Nuestro Plan de Acción para la Ecorregión incluye relevamientos de campo para testear la validez de las
unidades de paisaje identificadas en este análisis y para evaluar si hay especies del Bosque Atlántico que sean
exclusivas de las unidades de paisaje que no están representadas en el Paisaje para la Conservación de la
Biodiversidad. Si las hay, y estas especies no requieren un área grande para mantener una población viable (p.ej.
pequeños vertebrados), la conservación de fragmentos de bosque en dichas unidades de paisaje podría formar
parte del Paisaje para la Conservación de la Biodiversidad. Ver Capítulo 6.
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El Paisaje para la Conservación de la Biodiversidad
El Paisaje para la Conservación de la Biodiversidad está compuesto de tres tipos
principales de áreas (Figura 32).
A)
Áreas prioritarias para la conservación de la biodiversidad
Definimos cinco categorías de áreas prioritarias:
1) Áreas núcleo:: Las áreas núcleo son los bloques de bosque nativo bien conservados
lo suficientemente grandes para ser resilientes a las amenazas que causan pérdida de
la biodiversidad. Éstas son las zonas más estratégicas y biológicamente más importantes
para la conservación, sean privadas o públicas. Además de albergar biodiversidad,
hacen una importante contribución al mantenimiento de los servicios ambientales
importantes para la calidad de vida humana (como fijación de carbono, equilibrio y
calidad del suministro de agua, y estética del paisaje). En ellas las actividades humanas
deben reducirse a un mínimo y deben ser de bajo impacto. Cada áreas núcleo se debe
manejar bajo estricta protección, para mantener un área de bosque nativo continuo lo
suficientemente grande para permitir el desarrollo del ciclo de vida completo de individuos
de especie que requieren territorios grandes como el jaguar y el pecarí labiado.
Para alcanzar este objetivo, las áreas núcleo deben satisfacer los siguientes criterios:
• Ser mayores a 10.000 ha.
• Tener alto potencial para la conservación (su índice de potencial para la
conservación debe ser de entre 32 y 64) en más del 60 % del área.
• Tener un área de cobertura boscosa continua mayor a 10.000 ha después de
haberse excluido un área de amortiguamiento de 500m sujeta a efectos de
borde.
Incluimos en esta categoría cuatro áreas que no satisfacen plenamente estos criterios.
Araupel (Brasil) y parte de San Rafael (Paraguay) se incluyeron aunque su índice de
potencial para la conservación era menor de 32, pero hubiese sido más alto de haberse
tomado en cuenta para el análisis los cambios que se han producido recientemente (la
creación de nuevas áreas de protección estricta). Caaguazú (Paraguay) y Morombí
(Paraguay) se incluyeron porque, aunque no tienen más de 10.000 ha de cobertura
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boscosa sin efecto de borde, están cerca de esa cifra (9.950 ha y 9.650 ha
respectivamente). Las áreas núcleo finales se presentan en la Figura 33).
Nota: Debido al alto grado de fragmentación de esta ecorregión, ningún área núcleo por
sí misma será lo suficientemente grande para sustentar poblaciones viables de especies
paraguas. Para cumplir con el rol fundamental de un área núcleo, cada una de ellas
debe estar conectada de forma efectiva con otras áreas núcleo a través de corredores.
Si permanecen aisladas, las áreas núcleo finalmente perderán la presencia de especies
paraguas y los procesos ecológicos que dependen de ellas.
2) Áreas de bosque con alto potencial para convertirse en áreas de protección estricta:
La mayoría de las áreas de bosque de Misiones cumplen con los requisitos para
convertirse en áreas núcleo. Sin embargo la posibilidad de que la totalidad del área se
constituya finalmente en un área protegida estricta es muy baja, de acuerdo con
evaluaciones sociopolíticas. Por esta razón, seleccionamos como áreas núcleo aquellas
áreas del Corredor Verde con el índice de potencial para la conservación más alto y
clasificamos las áreas restantes como áreas de bosque con alto potencial para convertirse
en áreas de protección estricta (Figura 34). Parte de estas áreas pueden, por lo tanto,
convertirse en áreas estrictamente protegidas y ser probablemente incorporadas a
áreas núcleo, y otra parte de ellas se volverán áreas de uso sustentable. Por esta
razón, las áreas de bosque con alto potencial para convertirse en áreas de protección
estricta todavía no pertenecen a ninguna de estas categorías (uso sustentable o áreas
protegidas estrictas). Sin embargo, las consideramos áreas prioritarias para la
conservación de la biodiversidad aunque no todo el área termine finalmente siendo de
protección estricta.
3) Áreas núcleo potenciales: Estas áreas cumplen con sólo dos de los tres requisitos
para convertirse en áreas núcleo (tienen más de 10.000 ha y tienen un índice de
potencial para la conservación alto en más del 60% del área). Sin embargo, al excluir
un borde de 500m, no tienen un área de cobertura boscosa continua mayor de 10.000
ha. Aun así, por su alto potencial para la conservación, pueden convertirse en áreas
núcleo en el futuro, si se implementan iniciativas de restauración y manejo adecuado
especialmente en sus bordes (Figura 34).
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4) Áreas de bosque que necesitan ser evaluadas: Éstas son áreas con potencial de
conservación relativamente bajo. En 1997, todas tenían un núcleo boscoso mayor a
10.000 ha (esta fue la fecha en que se tomaron las imágenes satelitales que se
utilizaron para crear el mapa de fragmentos de bosque de Paraguay). Sin embargo,
están ubicadas en el área que tiene la mayor tasa de deforestación de Paraguay, y
probablemente se han reducido a menos de 10.000 ha (Guyra Paraguay, com. pers.)
(Figura 34). Tenemos que actualizar nuestra información sobre su estado actual antes
de determinar su rol en el Paisaje para la Conservación de la Biodiversidad. En este
sentido, las áreas de bosque que necesitan ser evaluadas son áreas en una situación
similar a las áreas de bosque con alto potencial para convertirse en áreas de protección
estricta, en las cuales no es posible definir aún si pertenecerán a la categoría de áreas
de uso sustentable o a la de áreas de protección estricta.
5) Áreas satélite: Estas son áreas con alto potencial para la conservación pero que
tienen de 5.000 a 10.000 ha (Figura 34). Será difícil aumentar su tamaño ya que se
hallan rodeadas por áreas con bajo potencial para la conservación. Sin embargo, si se
pueden conectar a las áreas núcleo jugarán un papel importante en la conservación de
la biodiversidad.
B) Áreas estratégicas para la conservación de la biodiversidad
Como solamente una de las 18 unidades de paisaje dentro de las áreas prioritarias
alcanza el 10% de representatividad (Tabla 5), hemos identificado una serie de áreas
de pequeño tamaño para aumentar la representatividad de otras unidades de paisaje.
Estas áreas, o bien son chicas (< 5.000 ha) pero tienen alto potencial para la conservación,
o tienen bajo potencial para la conservación pero aún mantienen un fragmento de
bosque mayor de 1.000 ha. Aunque no son lo suficientemente resilientes por su condición
de aislamiento, pueden jugar un rol estratégico en la conservación de la biodiversidad
al facilitar la implementación de corredores biológicos y también al aumentar la
representatividad de las unidades de paisaje. De acuerdo con su ubicación y rol hemos
clasificado estas áreas estratégicas en dos categorías:
Trampolines ecológicos: Cuando están ubicadas dentro de una distancia de
50 km desde un área prioritaria, estas áreas estratégicas sirven en nuestro
Paisaje para la Conservación de la Biodiversidad como trampolines ecológicos
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para conectarlas y facilitar la formación de un corredor. En algunos casos
ayudan a aumentar la representatividad de algunas unidades de paisaje.
Áreas aisladas: Consideramos áreas aisladas a las áreas estratégicas que
están situadas a más de 50 km del área prioritaria más próxima. Si tienen
potencial para ser conectadas a un área prioritaria (por ej. hay un río cercano),
trazamos un posible corredor entre el área aislada y el área prioritaria. Si
las posibilidades para la conexión son limitadas, estas áreas permanecerán
aisladas, reduciendo su potencial para la conservación de la biodiversidad.
Sin embargo, aún así pueden jugar un rol importante a nivel local para la
conservación (p.ej. en educación ambiental o en la conservación de especies
restringidas a esta unidad de paisaje).
Clasificamos a los trampolines ecológicos y a las áreas aisladas como de alta importancia
cuando pertenecen a unidades de paisaje subrepresentadas, y de baja importancia
cuando pertenecen a unidades de paisaje bien representadas.
C) Áreas de uso sustentable
Las áreas de uso sustentable son grandes áreas que funcionan como zonas de
amortiguamiento y conexiones que rodean las áreas núcleo y los corredores biológicos.
Mantienen servicios ambientales en combinación con actividades económicas compatibles
con el medio ambiente como el ecoturismo, las actividades agroforestales y la producción
sustentable de yerba mate, palmito, madera y productos del bosque no maderables. En
50 años, estas áreas deberían estar manejadas siguiendo una planificación o zonificación
del uso de la tierra basada en principios sociales, ambientales y económicos de
sustentabilidad. Estos planes de uso de la tierra deberían incluir al bosque nativo
protegiendo las cuencas hídricas y las áreas biológicamente importantes, una red de
corredores biológicos, y actividades económicas apropiadas. Dentro de las áreas de uso
sustentable, un análisis de escala fina para completar el plan de uso de la tierra puede
identificar corredores biológicos y áreas para protección adicionales.
En el diseño de las áreas de uso sustentable incluimos áreas con valores medios en el
índice de potencial para la conservación (8 a 16: no lo suficientemente alto para ser un
área prioritaria o un trampolín ecológico). También incluimos el mayor número posible
de trampolines ecológicos de unidades de paisaje subrepresentadas.
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Identificamos cuatro categorías de áreas de uso sustentable:
El corredor principal conecta las áreas núcleo (Figura 35). Los corredores principales
deben asegurar el flujo génico de las especies paraguas y de esta forma la viabilidad
de sus poblaciones. Junto con las áreas núcleo, constituyen las piezas centrales del
Paisaje para la Conservación de la Biodiversidad. En 50 años, los corredores principales
deberían estar manejados bajo un diseño de paisaje de escala fina que mantenga un
mínimo del 30 % de la cobertura boscosa. Deberían identificarse y crearse nuevas áreas
protegidas (áreas núcleo o áreas satélite) y deberían establecerse corredores biológicos
(protegidos y restaurados).
Los corredores secundarios conectan otras áreas prioritarias con el corredor principal o
con las áreas núcleo (Figura 35). La expansión del corredor principal por medio de un
corredor secundario aumenta la resiliencia y la representatividad del Paisaje para la
Conservación de la Biodiversidad.
La expansión lateral de los corredores conecta los trampolines ecológicos que no
están en el camino a las áreas prioritarias (Figura 35), aumentando la diversidad de
paisajes representados en el corredor.
Los corredores potenciales: Debido al extremo grado de fragmentación del bosque, la
mayoría de los corredores se extienden a lo largo de los ríos ya que estas áreas tienen
mayor potencial de conservación. Sin embargo estos corredores pueden no ser viables
o suficientes para mantener el flujo génico entre las áreas núcleo. Por esta razón
hemos identificados corredores alternativos, aunque con un potencial de conservación
más bajo. De la misma manera, hemos identificado corredores potenciales con
ecorregiones vecinas (Figura 35). El diseño final de estos corredores potenciales
dependerá de un análisis que se realice a una escala diferente y en coordinación con
las evaluaciones de biodiversidad de otras ecorregiones.
Es importante hacer una distinción entre los corredores que identificamos en nuestro
Paisaje para la Conservación de la Biodiversidad (corredores principales, corredores
secundarios, etc.), que son en realidad áreas de uso sustentable, y los corredores
biológicos que tienen que implementarse dentro de los primeros. Los corredores biológicos
son áreas relativamente angostas de bosque nativo, natural o restaurado, que conectan
las áreas prioritarias para la conservación de la biodiversidad con el fin de permitir el
movimiento de la fauna y la flora y el intercambio genético suficiente para mantener
poblaciones viables. El diseño final de los corredores biológicos requiere un análisis
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más detallado y un mejor conocimiento de los requerimientos biológicos de las especies
paraguas y otras especies claves. Los corredores principales, corredores secundarios y
otras categorías de corredores son las áreas donde se implementarán los corredores
biológicos después de un diseño de paisaje de escala fina. Una de nuestras metas
(Capítulo 6) es implementar un programa multidisciplinario, un “Programa de Corredores”,
enfocado a estudiar desde diferentes perspectivas las mejores formas de implementar
los corredores biológicos y las áreas de uso sustentable que los rodean, de modo de
lograr la conectividad entre las áreas prioritarias para la conservación de la biodiversidad.
Otras áreas importantes del paisaje para
la conservación de la biodiversidad
Áreas que necesitan un corredor: La conectividad entre los dos sectores principales
(norte y sur) del Paisaje para la Conservación de la Biodiversidad es fundamental para
la implementación de esta Visión de Biodiversidad. A esta escala de análisis, el área
entre estos dos sectores tiene un índice de potencial para la conservación de la
Biodiversidad muy bajo. Aunque se está implementando en Brasil un proyecto para
crear corredores de 50m de ancho (Iguaçú – Itaipú) que conecten los dos sectores,
podemos anticipar que esto no será suficiente para garantizar una adecuada conectividad
entre estas dos partes. Esto ocurre porque el efecto de borde a lo largo de este
angosto corredor será extremadamente alto (ver Recuadro 4) y no existen oportunidades
en el área para aumentar mucho su ancho o crear una buena zona de amortiguamiento
a lo largo del corredor. Sólo las especies muy generalistas (o las especies de borde)
pueden hacer uso de este corredor. Como no tenemos disponible información de escala
fina para diseñar este corredor, hemos identificado un área amplia donde éste debería
diseñarse e implementarse (Figura 35).
Cuenca hídrica prioritaria:
Finalmente hemos identificado áreas que son importantes para el desarrollo de programas
de conservación y manejo de cuencas hídricas (Figura 36). Las cuencas de los ríos se
seleccionaron utilizando varios criterios: el grado de deterioro de la cuenca, la presencia
de áreas protegidas en la cuenca (áreas protegidas estrictas y áreas de uso sustentable),
la presencia de iniciativas de conservación en curso en la cuenca del río, y el potencial
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de la cuencas para conectar la ecorregión del Bosque Atlántico del Alto Paraná con ecorregiones
vecinas. Con relación a este último criterio, dos de estas cuencas (el Río Iguazú y el Río
Jejuí) son especialmente importantes porque constituyen conexiones potenciales con la
ecorregión de la Araucaria y la ecorregión del Chaco- Pantanal respectivamente.
El Paisaje para la Conservación de la Biodiversidad final se muestra en la
Figura 36. Nuestros objetivos de conservación de la biodiversidad serán
alcanzados con seguridad si logramos concretar este paisaje de conservación
dentro de los próximos 50 años. No es un paisaje estático, ya que los análisis
y los diseños de paisaje a pequeña escala pueden modificar levemente su
forma final. En el futuro pueden surgir nuevas oportunidades para la
conservación de la biodiversidad que permitirían la restauración de otras
áreas y su incorporación a esta Visión. El monitoreo de la situación y el
manejo adaptativo de las prioridades representadas en este Paisaje para la
Conservación de la Biodiversidad son fundamentales para asegurar el logro
de los objetivos de conservación de la biodiversidad a largo plazo. Estos
resultados serán perfeccionados con el tiempo como resultado de un mayor
detalle en la planificación de la conservación, en el diseño del paisaje y en
los procesos de toma de decisiones, ya en curso.
Representatividad de las unidades de paisaje en el Paisaje para la Conservación de la
Biodiversidad final.
Podemos dividir las 18 unidades de paisaje de la ecorregión en cinco grupos de acuerdo con
su representatividad en el Paisaje para la Conservación de la Biodiversidad final (Tabla 6).
Ocho unidades de paisaje no están representadas en el Paisaje para la Conservación de la
Biodiversidad final. Estas unidades de paisaje no tienen fragmentos de bosque de más de
1.000 ha (seis de ellas no tienen fragmentos de más de 500 ha). Los pequeños fragmentos
que quedan en estas unidades de paisaje están muy aislados y ubicados en áreas de
altas amenazas y bajas oportunidades para la conservación. La mayoría de las unidades
de paisaje que no tienen representatividad en el Paisaje para la Conservación de la
Biodiversidad final se encuentran ubicadas en la parte norte de la ecorregión, e incluyen
todas las unidades estacionales (con más de dos meses secos) y dos semiestacionales.
Estas áreas están cerca de la Ecorregión Global 200 de los Bosques y Sabanas del
Cerrado, y representan probablemente áreas de transición con esa ecorregión.
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Un segundo grupo está compuesto por una unidad de paisaje que está escasamente
representada por una única área aislada. Es un área semiestacional, de gran altitud, pero
plana. Sólo el 2,8% de esta unidad de paisaje se encuentra representada en el Paisaje
para la Conservación de la Biodiversidad, pero no dentro de áreas de protección estricta.
Un tercer grupo está representado por cinco unidades de paisaje que tienen baja
representatividad en áreas protegidas estrictas (0,3 – 2,7% de su área original) y en
áreas de uso sustentable, pero que tienen buena representatividad en varias áreas
aisladas y en áreas de manejo de cuencas hídricas prioritarias. La representatividad
final de estas unidades de paisaje en el Paisaje para la Conservación de la Biodiversidad
va del 16,0 al 27,6% de su área original.
El cuarto grupo incluye tres unidades de paisaje que tienen alguna representatividad
en áreas prioritarias (4,0 – 5.1% de su área original) y una buena representatividad en
áreas de uso sustentable (13,7 – 15.5% de su área original). Su representatividad final
en el Paisaje para la Conservación de la Biodiversidad es de aproximadamente el 30 %
de su área original.
Finalmente, una unidad de paisaje (no estacional, de baja altura pero con pendientes
pronunciadas), está bastante bien representada en áreas prioritarias (12.9%) y áreas
de uso sustentable (12.2%), alcanzando el 32.5% de representatividad en el Paisaje
para la Conservación de la Biodiversidad final.
En suma, aunque algunas unidades de paisaje no están representadas en el Paisaje
para la Conservación de la Biodiversidad final, otras se encuentran bastante bien
representadas. Como mencionamos anteriormente, fijar como objetivo una buena
representatividad de todas las unidades de paisaje es, en la práctica, imposible para
esta ecorregión. Por lo tanto uno de los cuatro objetivos de conservación fijados al
comienzo (representatividad de todas las comunidades ecológicas características de
esta ecorregión) puede no ser alcanzado, ya que muchas de las unidades de paisaje
identificadas en nuestro análisis no van a estar representadas en el Paisaje para la
Conservación de la Biodiversidad final. Sin embargo, nos esforzamos en alcanzar la
mejor representatividad posible de todas las unidades de paisaje. Nuestro objetivo, por
lo tanto, es conservar grandes bloques de bosque que sean lo suficientemente resilientes
y capaces de mantener poblaciones viables de especies paraguas y los procesos
ecológicos típicos que caracterizaban originalmente a la ecorregión. La falta de
representatividad de todas las unidades de paisaje en el paisaje de conservación
puede impedir, hasta cierto punto alcanzar el objetivo de mantener poblaciones viables
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de todas las especies nativas características de la ecorregión del Bosque Atlántico del
Alto Paraná. Estudios de campo pueden en un futuro identificar poblaciones de especies
que son exclusivas de las unidades de paisaje no representadas en el Paisaje para la
Conservación de la Biodiversidad. Si se encuentran estas especies, deberemos analizar
alternativas para su supervivencia a largo plazo, si esto fuera aún posible. Tal situación
puede incluir la posibilidad de modificar ligeramente el diseño de nuestro Paisaje para
la Conservación de la Biodiversidad para lograr la representatividad de los pequeños
fragmentos donde se encuentran estas especies.
Haciendo una estimación mínima aproximada, se necesita un área de por lo menos
525.000 ha para conservar una población viable de jaguares. Para conservar una población
de harpías se necesita un área mayor, de aproximadamente 750,000 ha (ver Tabla 2 en
el Capítulo 3). Nuestro Paisaje para la Conservación de la Biodiversidad final tiene más
de 1.200.000 ha de áreas núcleo de protección estricta. Sin embargo, los cálculos de
área mínima presentados más arriba son para áreas de bosque continuo. Asegurar la
conectividad de las áreas núcleo a través del establecimiento de los corredores principales
es por lo tanto fundamental para lograr los objetivos de conservación de las especies
paraguas. Para lograr la Visión de Biodiversidad, también es fundamental asegurar que
dentro de los próximos 50 años el 100 % de las áreas núcleo, como también una
porción de las áreas prioritarias en otras categorías, se encuentren bajo una efectiva
protección estricta. En la actualidad, menos del 50% de las 1.200.000 has de áreas
núcleo se encuentran estrictamente protegidas y una situación similar ocurre en otras
categorías de áreas prioritarias (Figura 37). Para alcanzar la protección total de las
áreas prioritarias, se deben crear, implementar y mantener efectivamente un mínimo
de 1.284.100 ha de áreas protegidas estrictas.
De forma similar, para poner en práctica esta Visión será necesario crear e implementar
4.000.000 ha de áreas de uso sustentable. Estas áreas no necesitan tener bosques
continuos, pero es deseable que tengan por lo menos el 30% de cobertura boscosa. Los
corredores principales que suman un total de más de 1.200.00 ha, de las cuales sólo el
30 % están protegidas bajo categorías de uso sustentable (Figura 38) son especialmente
críticos para la implementación de esta Visión.
Para lograr este paisaje, además de asegurar una porción relativamente grande del
Paisaje para la Conservación de la Biodiversidad bajo áreas protegidas estrictas y
áreas de uso sustentable, se necesitará restaurar el bosque nativo en algunas áreas.
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Hemos fijado como objetivo para lograr en 50 años: el 100% de cobertura boscosa
nativa continua en las áreas núcleo y otras áreas bajo protección estricta; por lo menos
el 70% de cobertura boscosa en las áreas de bosque con alto potencial para convertirse
en áreas de protección estricta; por lo menos el 30 % de cobertura boscosa en los
corredores y áreas de uso sustentable; y por lo menos el 20% de cobertura boscosa en
las áreas de manejo de cuencas hídricas (el mínimo requerido por el Código de Bosques
de Brasil en propiedades privadas en el Bosque Atlántico). Esto significa que será
necesario restaurar por lo menos el 10 % de las áreas núcleo (más de 100.000 ha) y por
lo menos el 50% de los corredores principales. En total, para implementar esta Visión,
será necesario restaurar por lo menos 2.606.678 ha de bosque nativo (Figura 39). Es
algo muy ambicioso y costoso, pero se trata de un objetivo potencialmente realizable.
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2.644.875
1.147.875
2.817.725
2.253.350
5.906.300
6.609.650
8.082.475
7.393.175
Zonas bajas, con pendientes moderadas y semiestacionales
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Zonas bajas, con pendientes pronunciadas y semiestacionales
Zonas altas, con pendientes moderadas y no estacionales
Zonas altas, planas y no estacionales
Zonas altas, con pendientes pronunciadas y no estacionales
Zonas bajas, planas y no estacionales
Zonas bajas, con pendientes moderadas y no estacionales
Zonas bajas, con pendientes pronunciadas y no estacionales
100.00
15.69
17.15
14.03
12.53
4.78
5.98
2.44
5.61
6.26
797.950
255.375
211.375
218.250
36.750
9.675
8.650
35.675
17.550
4.650
0
0
0
0
0
0
0
0
1.69
3.45
2.62
3.30
0.62
0.43
0.31
3.11
0.66
0.16
0
0
0
0
0
0
0
0
0
%
2.174.350
614.275
256.000
263.725
90.800
23.300
93.875
94.400
361.875
376.100
0
0
0
0
0
0
0
0
0
Ha
4.61
8.31
3.17
3.99
1.54
1.03
3.33
8.22
13.68
12.75
0
0
0
0
0
0
0
0
0
%
3.684.775
1.399.050
862.850
445.200
373.175
85.300
135.400
122.725
118.575
67.825
6.875
13.000
39.600
1.350
1.275
3.375
3.400
2.300
3.500
Ha
boscosa
4.51
2.28
3.00
0.82
1.25
0.55
1.36
1.73
0.45
0.44
0.50
%
7.82
18.97
10.63
6.70
6.31
3.90
4.78
10.62
Cobertura
L A
47.120.425
2.949.775
Zonas bajas, planas y semiestacionales
0.49
3.05
6.48
0.56
0.18
0.40
1.54
1.28
0
Ha
sustentable
Área de uso
C O N S E R V A R
Total
229.125
Zonas altas, planas y semiestacionales
1.439.450
Zonas bajas, con pendientes moderadas y estacionales
84.775
Zonas altas, con pendientes pronunciadas y semiestacionales
3.051.150
190.225
Zonas altas, con pendientes moderadas y semiestacionales
Zonas bajas, planas y estacionales
726.750
Zonas altas, con pendientes moderadas y estacionales
262.650
604.075
Zonas altas, con pendientes pronunciadas y estacionales
1.54
%
estricta
Área protegida
P A R A
Zonas bajas, con pendientes pronunciadas y estacionales
727.025
Ha
Tamaño
Zonas altas, planas y estacionales
Unidad de Paisaje
Tabla 3. Representatividad en áreas protegidas y cobertura forestal
remanente en unidades de paisaje
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58
Zonas altas, planas y estacionales
982
Zonas altas, planas y no estacionales
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moderadas y semiestacionales
Zonas bajas, con pendientes
moderadas y no estacionales
564
1.224
590
Zonas bajas, planas y semiestacionales
Zonas altas, con pendientes
95
637
Zonas bajas, planas y estacionales
Zonas altas, planas y semiestacionales
222
moderadas y estacionales
Zonas bajas, con pendientes
64
21
27
91
56
#
Ha
60.100
44.325
51.450
39.450
4.600
34.925
12.325
3.500
3.375
1.275
1.350
3.400
2.300
25-500ha
moderadas y semiestacionales
Zonas altas, con pendientes
pronunciadas y semiestacionales
Zonas altas, con pendientes
pronunciadas y estacionales
Zonas bajas, con pendientes
moderadas y estacionales
Zonas altas, con pendientes
pronunciadas y estacionales
Zonas altas, con pendientes
Unidad de Paisaje
24
8
4
19
0
8
1
0
0
0
0
0
0
#
0
0
0
0
0
0
Ha
5.400
16.200
2.625
12.825
0
4.675
675
500-1.000ha
16
6
8
8
1
0
0
0
0
0
0
0
0
#
0
0
0
0
0
0
0
0
Ha
14.000
37.775
12.125
15.550
2.275
1.000-10.000ha
1
1
1
0
0
0
0
0
0
0
0
0
0
#
55.900
20.275
19.100
0
0
0
0
0
0
0
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0
0
Ha
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0
0
0
0
0
0
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0
0
0
Ha
100.000-1.000.000ha
B O S Q U E
10.000-100.000ha
Tabla 4. Número de fragmentos y cobertura boscosa (Ha) por unidad
de paisaje y por categoría de tamaño de fragmento
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605
1.239
995
617
96
645
223
58
64
21
27
91
56
#
135.400
118.575
85.300
67.825
6.875
39.600
13.000
3.500
3.375
1.275
1.350
3.400
2.300
Ha
P A R A N Á
Total
A L T O
121
122
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C O N S E R V
Ñ E Ñ A N G A
C O N S E R V E
3.603
16.111 1.004.850
Total
224.475
191.750
188.825
116.000
21.425
Ha
pronunciadas y no estacionales
Zonas bajas, con pendientes
moderadas y no estacionales
2.495
1.481
Zonas bajas, planas y no estacionales
Zonas bajas, con pendientes
3.623
278
#
25-500ha
pronunciadas y no estacionales
Zonas altas, con pendientes
pronunciadas y semiestacionales
Zonas bajas, con pendientes
Unidad de Paisaje
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206.800
45.725
53.500
17.350
41.925
5.900
Ha
288
76
96
48
21
8
#
718.850
198.575
247.525
46.325
114.975
29.725
Ha
1.000-10.000ha
27
11
6
2
1
4
#
610.100
244.050
115.875
18.175
71.050
65.675
Ha
10.000-100.000ha
4
1
1
1
1
0
#
862.850
373.175
445.200
122.725
Ha
3.758 1.399.050
2.677
1.594
3.673
299
#
Total
1.144.175 16.738 3.684.775
686.225
254.200
102.500
101.250
0
Ha
100.000-1.000.000ha
P A R A
308
67
79
62
27
9
#
500-1.000ha
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Tabla 5. Representatividad de las unidades
de paisaje en las áreas prioritarias
Unidad de Paisaje
Ha
% del área de la
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P A R A N Á
123
0
0.0
Zonas altas, con pendientes pronunciadas y estacionales
0
0.0
Zonas altas, con pendientes moderadas y estacionales
0
0.0
Zonas bajas, con pendientes pronunciadas y estacionales
0
0.0
B O S Q U E
Zonas altas, con pendientes moderadas y semiestacionales
0
0.0
Zonas altas, con pendientes pronunciadas y semiestacionales
0
0.0
Zonas bajas, planas y estacionales
0
0.0
Zonas bajas, con pendientes moderadas y estacionales
0
0.0
Zonas altas, planas y semiestacionales
0
0.0
Zonas bajas, planas y semiestacionales
8.900
0.3
Zonas bajas, con pendientes moderadas y semiestacionales
25.200
1.0
Zonas altas, planas y no estacionales
27.725
1.2
134.950
2.3
76.875
2.7
263.500
4.0
45.175
4.0
Zonas bajas, con pendientes moderadas y no estacionales
411.250
5.1
Zonas bajas, con pendientes pronunciadas y no estacionales
953.850
12.9
Zonas altas, con pendientes pronunciadas y no estacionales
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Zonas altas, con pendientes moderadas y no estacionales
Zonas bajas, planas y no estacionales
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Zonas altas, planas y estacionales
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unidad de paisaje
Zonas bajas, con pendientes pronunciadas y semiestacionales
124
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C O N S E R V
Ñ E Ñ A N G A
C O N S E R V E
A R L A V I D A
A R A V I D A
R E K O H A G U Ã
L I F E
T E K O V E R E H E
Zonas bajas, planas y semiestacionales
moderadas y no estacionales
Zonas altas, con pendientes
8.900
76.875
27.725
0
Zonas altas, planas y semiestacionales
Zonas altas, planas y no estacionales
0
0
pronunciadas y semiestacionales
Zonas altas, con pendientes
moderadas y semiestacionales
0.3
2.7
1.2
0.0
0.0
0.0
0.0
193.925
78.400
36.125
0
0
0
0
0
0
6.6
2.8
1.6
0.0
0.0
0.0
0.0
0.0
0.0
0.0
0.0
0.0
%
19.750
14.500
14.650
6.450
0
0
0
0
0
0
0
0
Ha
0.7
0.5
0.7
2.8
0.0
0.0
0.0
0.0
0.0
0.0
0.0
0.0
%
338.450
341.200
281.400
0
0
0
0
0
0
0
0
0
Ha
%
11.5
12.1
12.5
0.0
0.0
0.0
0.0
0.0
0.0
0.0
0.0
0.0
hídricaprioritaria
Cuenca
561.025
510.975
359.900
6.450
0
0
0
0
0
0
0
0
Ha
2.8
0.0
0.0
0.0
0.0
0.0
0.0
0.0
0.0
%
19.0
18.1
16.0
de Conservación
Paisaje
L A
Zonas altas, con pendientes
0
0.0
0.0
0
0
0
Ha
Área aislada
C O N S E R V A R
pronunciadas y estacionales
Zonas bajas, con pendientes
moderadas y estacionales
0
0
Zonas bajas, planas y estacionales
0.0
0.0
0.0
%
sustentable
Área de uso
P A R A
Zonas bajas, con pendientes
0
0
0
Ha
Área prioritaria
moderadas y estacionales
Zonas altas, con pendientes
pronunciadas y estacionales
Zonas altas, con pendientes
Zonas altas, planas y estacionales
Unidad de paisaje
Table 6. Representatividad de las unidades de paisaje en el Paisaje
para la Conservación de la Biodiversidad final
U N I R
V I D A
pronunciadas y no estacionales
Zonas bajas, con pendientes
pronunciadas y semiestacionales
953.850
45.175
263.500
Zonas bajas, planas y no estacionales
Zonas bajas, con pendientes
411.250
25.200
134.950
Ha
4.0
4.0
5.1
1.0
2.3
%
12.9
Área prioritaria
moderadas y no estacionales
Zonas bajas, con pendientes
moderadas y semiestacionales
Zonas bajas, con pendientes
pronunciadas y no estacionales
Zonas altas, con pendientes
Unidad de paisaje
900.450
162.400
908.000
1.249.825
187.300
132.950
Ha
sustentable
Área de uso
V I S I Ó N
%
L A
12.2
14.2
13.7
15.5
7.1
2.3
D E
175.450
40.850
49.925
29.900
52.450
112.425
Ha
Área aislada
E C O R R E G I Ó N
2.4
3.6
0.8
0.4
2.0
1.9
%
D E L
374.300
126.125
764.925
612.125
464.100
809.600
Ha
5.1
11.0
11.6
7.6
17.6
13.7
hídricaprioritaria
%
A T L Á N T I C O
Cuenca
B O S Q U E
2.404.050
374.550
1.986.350
2.303.100
729.050
1.189.925
Ha
32.5
32.6
30.1
28.5
27.6
20.2
%
P A R A N Á
Paisaje
A L T O
de Conservación
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125
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C O N S E R V A R
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Figura 32. Ilustración del Concepto de categorías
de áreas incluidas en el Paisaje para la Conservación
de la Biodiversidad
Nota: No es parte del Paisaje para la Conservación de la Biodiversidad real.
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127
Figura 33. Áreas núcleo
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Figura 34. Áreas prioritarias
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Figura 35. Áreas de uso sustentable que conectan las
áreas prioritarias
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Figure 36. Paisaje para la Conservación de la Biodiversidad
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Figura 37. Área bajo protección estricta (presente y futura)
en el Paisaje para la Conservación de la Biodiversidad
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Superficie mínima de áreas de áreas protegidas de uso indirecto que deben crearse:
1.284.100 hectáreas.
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Figura 38. Superficie bajo áreas de uso sustentable
Áreas de uso sustentable que deben crearse: 4.003.300 hectáreas.
Las dos primeras categorías áreas de bosque con alto potencial para convertirse en
áreas de protección estricta y áreas de bosque que necesitan ser evaluadas corresponden
a áreas que pueden ser finalmente incluídas (al menos parte de ellas) en la categoría
de áreas protegidas estrictas.
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Figura 39. Cobertura boscosa en las distintas categorías de
área del Paisaje para la Conservación de la Biodiversidad
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Superficie mínima de bosque a ser restaurada: 2.606.678 hectáreas.
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CAPÍTULO 6
Estableciendo prioridades para las acciones
de conservación. Metas de conservación
Definir un Paisaje para la Conservación de la Biodiversidad es sólo el comienzo. La
implementación de este Paisaje para la Conservación de la Biodiversidad requiere
una serie de acciones a diferentes escalas de tiempo y espacio. Como ninguna
organización por sí sola puede lograr los resultados a gran escala requeridos para
implementar esta Visión, se deben coordinar acciones entre organizaciones
gubernamentales y no gubernamentales de variados sectores en Brasil, Paraguay y
Argentina. Lograr esta Visión requerirá que los gobiernos la incorporen a sus programas
y políticas de desarrollo regional.
Este documento de Visión de Biodiversidad debería servir como guía para priorizar las
acciones de los distintos actores interesados. En este capítulo identificamos una serie
de metas e hitos fundamentales para la implementación de esta Visión. Sin embargo,
estas metas, hitos, y marcos temporales necesitarán ser revisados y adaptados
constantemente mientras se desarrolle su implementación. Los diversos actores
involucrados en este proceso deben discutir y definir roles claros para la implementación
de esta Visión y desarrollar mecanismos para coordinar y monitorear su progreso, así
como también para adaptar las acciones y objetivos. El paso siguiente es desarrollar un
Plan de Acción Ecorregional identificando metas e hitos específicos, junto con plazos
realistas para lograrlos, así como también indicadores del éxito obtenido. Deben
desarrollarse nuevas estrategias para identificar e involucrar nuevos actores y para
generar la financiación creciente necesaria para respaldar esta nueva escala de acciones
urgentes. Sin embargo, la acción para la conservación del Bosque Atlántico no puede
esperar hasta contar con un plan perfecto.
Por lo tanto, este capítulo esboza las metas e hitos generales que surgen claramente
del Paisaje para la Conservación de la Biodiversidad y de nuestro análisis de amenazas
y oportunidades, de modo que sirvan como punto de partida para que todas las
instituciones den prioridad a acciones inmediatas específicas. Hemos identificado una
serie de metas para los próximos tres años (a ser implementadas antes del año 2005),
para los siguientes 7 años (antes de 2010), y para los siguientes 43 años (antes de
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2050). Las metas son esenciales para lograr el Paisaje para la Conservación de la
Biodiversidad completo (Figura 36). Los hitos son pasos prioritarios para lograr esas
metas. Algunos de estos hitos son específicos para ciertas partes del Paisaje para la
Conservación de la Biodiversidad o para uno o dos países.
Meta 1:
Todas las áreas protegidas estrictas existentes21 (categorías UICN I - III) son manejadas
en forma efectiva antes del año 2010 (48 áreas con un total de 737.444 ha).
Estas áreas protegidas, tanto públicas como privadas, están ubicadas en áreas núcleo,
áreas núcleo potenciales y áreas satélite (Figuras 9a y 9b; Tabla 1). De las 48 áreas
incluidas en esta meta, 21 áreas con un total de 197.155 ha están en Paraguay, 4 áreas
con un total de 315.473 ha en Brasil y 23 áreas con un total de 224.816 ha en Argentina.
El estatus de implementación de estas áreas en la actualidad va desde áreas
relativamente bien manejadas a parques públicos “en papel” con problemas de tenencia
de la tierra y ausencia del estado. A medida que se creen nuevas áreas de protección
estricta (ver Meta 2) esta meta aumentará a un total de 1.284.100 ha bajo manejo
efectivo—100% de las áreas núcleo (1.226.175 ha) más una porción de las áreas
prioritarias de otras categorías (áreas núcleo potenciales, áreas satélite y áreas aisladas).
Hitos:
Para el 2010 en cada área protegida:
1. Están resueltas la demarcación y la tenencia de la tierra.
2. Se desarrolló e implementó un plan de manejo que integra el área protegida
al Paisaje para la Conservación de la Biodiversidad y aborda sus amenazas
internas y externas.
3. Funcionan plenamente mecanismos de aplicación efectiva de las leyes..
4. Está en vigencia un manejo efectivo de las zonas buffer.
5. Se constituyó un comité de manejo y se ha logrado el apoyo de la comunidad
local para el área protegida.
6. Existe financiamiento asegurado y continuo para apoyar a largo plazo el
manejo y la vigencia de la ley.
21
Las áreas protegidas Estación Ecológica Mico-Leão Preto y Parque Estadual do Rio Aguapeí de la Tabla 1 no
están incluidas en estos análisis tal como se explica al pie de esa tabla.
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En los sistemas de áreas protegidas:
1. Se completa (antes de 2005) una evaluación de la implementación de estas
áreas protegidas.
A L T O
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137
D E L
2. Está en funcionamiento (antes de 2005) un sistema para el monitoreo a
A T L Á N T I C O
largo plazo de la implementación efectiva de estas áreas protegidas.
3. Se ha desarrollado (antes de 2010) capacidad institucional e individual para
implementar las áreas seleccionadas para protección (privadas y públicas).
B O S Q U E
4. Se desarrolla (antes de 2005) por lo menos un mecanismo en cada uno de
los tres países que proporcione financiamiento sostenido para mantener las
áreas seleccionadas para protección, públicas o privadas.
D E L
• Posibles mecanismos son el fondo gubernamental del Corredor Verde en
E C O R R E G I Ó N
Argentina, el Fondo Privado de apoyo al Corredor Verde (FONPAC) en
Argentina, un fondo nacional para el medioambiente en Paraguay, impuestos
por el uso del agua en Brasil, otros pagos de servicios ecológicos, y aranceles
V I S I Ó N
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de turismo.
Meta 2:
Se crean nuevas áreas protegidas y se expanden algunas áreas ya existentes para
asegurar que 1.934.200 ha de bosque se encuentran bajo protección estricta (categorías
UICN I - III) antes del año 2053.
La meta del total de áreas protegidas incluye el 100% de las áreas núcleo (13 áreas con
un total de 1.226.175 ha- ver Figura 33), más 708.025 ha de áreas prioritarias dentro de
otras tres categorías: áreas núcleo potenciales, áreas satélite y áreas aisladas – ver
Figura 34. Si se determina que la protección es una opción posible para las áreas de
bosque que necesitan ser evaluadas y para las áreas de bosque con alto potencial para
convertirse en áreas de protección estricta, entonces la protección de estas categorías
de áreas prioritarias, también podría contribuir al logro de esta meta. En la actualidad
menos del 50% de las áreas núcleo se encuentran bajo protección estricta, y otras
categorías de áreas prioritarias se hallan en una situación similar (Figura 37). Para
lograr esta meta, el área actual bajo protección estricta debe aumentar un total de
1.284.100 ha. Potenciales mecanismos de protección incluyen reservas públicas y privadas,
disminución de la carga tributaria a emprendimientos de conservación, concesiones de
conservación, pago de servicios ambientales y aplicación de las leyes forestales.
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Hitos:
1. Para todas las áreas de bosque que necesitan ser evaluadas (Figura 37), se
detiene la deforestación para el año 2004, se completan las evaluaciones
de cobertura forestal y se determina su potencial para convertirse en áreas
núcleo para el año 2005, se crean nuevas áreas bajo protección estricta,
según se indique en la evaluación, para el año 2010.
• Todas estas áreas se encuentran en Paraguay, en el área de mayor tasa de
deforestación. Ninguno de estos bosques se encuentra en la actualidad bajo
tipo alguno de protección.
2. Para todas las áreas núcleo (Figura 33), 13 áreas, 1.226.175 ha, se completa,
para el año 2005, un diseño de paisaje de escala fina que identifique las
metas para la creación de áreas protegidas adicionales. Se crean 683.475
ha de nuevas áreas protegidas para el año 2010.
3. Para cada área núcleo potencial (Figura 34), se completa, para el año 2004,
una evaluación de su potencial para convertirse en área núcleo. Para áreas
cuyo potencial para convertirse en área núcleo está confirmado, se completa,
para el año 2005, un diseño de paisaje que identifique metas para áreas
protegidas adicionales y necesidades de restauración (para expandir los
fragmentos de selva a 10.000 ha).
• Estas áreas se encuentran en Paraguay y Argentina.
4. Para áreas de bosque con alto potencial para convertirse en áreas de
protección estricta (Figura 34), se completa, para el año 2005, un diseño de
paisaje de escala fina que identifique y seleccione áreas para su protección.
• Todas estas áreas se encuentran ubicadas en el Corredor Verde de Misiones,
en Argentina.
5. Se identifican oportunidades para la protección de áreas satélite y áreas
aisladas (Figura 34) para el año 2010.
6. Se desarrollan, para el año 2005, tres mecanismos que provean
financiamiento creciente para la adquisición y establecimiento de áreas
bajo protección estricta (Categorías UICN I – III), privadas o públicas.
7. Se ponen en marcha por lo menos dos proyectos demostrativos para el
año 2005, para probar la efectividad de los incentivos económicos para
la creación y el mantenimiento de áreas protegidas privadas o públicas
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en áreas prioritarias: Mecanismos de Desarrollo Limpio (fijación de carbono
– apropiado para áreas núcleo potenciales que necesitan restauración),
A L T O
impuestos sobre el uso del agua para la protección de las cuencas hídricas,
D E L
concesiones de conservación, arrendamientos (leasings) de conservación,
A T L Á N T I C O
pagos de otros servicios ecológicos, ICMS Ecológico en Brasil, ecoturismo
y otros.
8. Se desarrolla, para el año 2005, por lo menos una herramienta legal para
B O S Q U E
las reservas privadas y la protección privada de los bosques, en cada uno
de los tres países.
9. Se ponen en marcha, para el año 2005, por lo menos seis iniciativas para
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proporcionar incentivos adicionales para la protección en tierras privadas.
Meta 3:
Se crean e implementan efectivamente, para el año 2010, áreas de uso sustentable
(categorías UICN IV - VI) totalizando 4.003.300 ha, que mantienen un 30% de la cobertura
boscosa.
Hasta el momento se han creado 1622 áreas de uso sustentable que suman 1.393.305 ha
(2 áreas con un total 74.710 ha en Paraguay, 4 áreas con un total de 359.620 ha en Brasil,
y 10 áreas con un total de 958.975 ha en Argentina) (Figuras 9a y 9b; Tabla 1). Ninguna de
estas áreas se ha zonificado todavía. Esta meta requerirá la creación de 2.589.309 ha de
áreas de uso sustentable nuevas. Las categorías de áreas sustentables incluyen: corredores
principales, corredores secundarios, expansiones laterales de los corredores, corredores
potenciales (Figuras 35 y 38). Las dos categorías de áreas que necesitan una evaluación
mayor (las áreas de bosque con alto potencial para convertirse en áreas de protección
estricta y las áreas de bosque que necesitan ser evaluadas) pueden también finalmente
incluirse entre las áreas de uso sustentable. Los corredores principales que totalizan
más de 1.300.000 ha, de las cuales sólo aproximadamente el 30 % se encuentra en la
actualidad bajo protección de uso sustentable, son especialmente críticos.
Hitos:
1. Se desarrolla y pone en marcha, para el año 2005, un “Programa de
Corredores” ecorregional con un equipo interdisciplinario que realiza
El Área de Protección Ambiental Ilhas e Várzeas do Rio Paraná (uso sustentable) de la tabla 1 no se incluyó en
estos análisis tal como se explica al pie de esa tabla.
22
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investigación, diseño y monitoreo de los corredores, estudiando los
mecanismos legales, implementando políticas, consultando a los habitantes
locales, etc.
2. Se crean 930.000 ha de áreas de uso sustentable nuevas en los corredores
principales para el año 2010, asegurando de esta manera que el 100% de
los corredores principales se encuentre bajo protección de uso sustentable.
3. Diseños de paisaje en marcha en todos los corredores principales (1.200.000
ha) para el año 2005, y se completan para el año 2010.
4. Al menos un área piloto de los corredores principales se maneja de acuerdo
con diseños de paisaje que mantengan el 30% de la cobertura boscosa,
para el año 2005.
5. Se implementa la Ley del Corredor Verde de Misiones para el año 2010.
6. Se identifican, para el año 2005, por lo menos cinco actividades económicas
alternativas o prácticas de agricultura ambientalmente sustentables (p. ej.,
ecoturismo; palmito y yerba mate cultivada bajo cubierta boscosa, producción
forestal de manejo sustentable, certificación FSC de productos forestales y
productos no maderables del bosque, prácticas mejoradas para producción
de soja), se completan estudios de viabilidad y se desarrollan iniciativas
para influenciar positivamente en el mantenimiento de la cobertura boscosa
en los corredores principales.
7. Se planifica y promueve, antes de 2005, por lo menos una acción política
para reducir los incentivos perversos y crear incentivos positivos para la
conservación del bosque en cada uno de los tres países.
8. Se incrementa la capacitación de técnicos en agricultura en prácticas
compatibles con el medio ambiente.
9. Se desarrolla la capacidad para trabajar con SIG (Sistemas de Información
Geográficos) de las instituciones a nivel municipal, con el fin de promover,
facilitar, coordinar y monitorear los diseños de paisaje de escala fina en los
corredores principales, antes de 2010.
10.Se manejan las áreas de bosque con alto potencial para convertirse en
áreas de protección estricta (que suman un total de 380.000 ha, todas ellas
dentro del Corredor Verde de Misiones, Argentina), de acuerdo con diseños
de paisaje (planes de uso de la tierra) que mantienen el 70% de la cobertura
boscosa, antes de 2010.
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Meta 4:
Se restauran 2.606.678 ha de bosque nativo en el Paisaje para la Conservación de la
Biodiversidad antes de 2050.
Esta meta aseguraría lograr el 100% de cobertura continua de bosque nativo en las
áreas núcleo y en todas las áreas bajo protección estricta, el 70 % de cobertura
boscosa en las áreas de bosque con alto potencial para convertirse en áreas de protección
estricta, por lo menos el 30% de cobertura boscosa en las áreas de uso sustentable, y
por lo menos el 20% de cobertura boscosa en las cuencas hídricas prioritarias. Esto
significa que se deben restaurar al menos el 10% de las áreas núcleo (más de 100.000
ha) y al menos el 50% de los corredores principales (Figuras 36 y 39).
Hitos:
1. Se ha desarrollado un proyecto de Mecanismo de Desarrollo Limpio (fijación
de carbono) piloto antes del año 2005, generando financiación a largo plazo
para la restauración y el mantenimiento de bosques sumideros de carbono
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141
antes del año 2010.
2. Las técnicas de restauración más eficientes para cada situación han sido
desarrolladas antes del año 2007.
3. Está en marcha, antes de 2010, la restauración para lograr el 30% de
cobertura boscosa de los corredores principales (que conectan las áreas
núcleo) entre las porciones norte y sur del Corredor Trinacional de
Biodiversidad, incluyendo:
·
Diseño a escala fina de corredores biológicos y trampolines ecológicos basado
en el análisis de datos biológicos, oportunidades, amenazas, y análisis de
costo-beneficio.
·
Participación en el diseño de las partes interesadas y los actores clave.
·
Puesta en marcha de iniciativas para asegurar la protección y/o restauración
de la cobertura boscosa en los corredores biológicos y trampolines ecológicos.
4. Está en marcha, antes de 2005, el Proyecto Piloto de Restauración del
Paisaje Boscoso en el área Capanema-Andresito de la cuenca y corredor
principal del Río Iguazú.
5. Está en marcha, antes de 2010, la restauración del paisaje boscoso en los
bordes de las áreas núcleo potenciales (todas en Paraguay y Argentina)
para extender el bosque a 10.000 ha (después de restar 500 m de borde).
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6. Están en marcha, antes de 2010, iniciativas para restaurar 100.000 ha de
áreas núcleo.
7. Se ha desarrollado una estrategia para la restauración de la Cuenca del Río
Iguazú (en Brasil y Argentina) al 20% de su cobertura boscosa y se ha
iniciado su implementación, antes de 2010.
8. Se ha desarrollado una estrategia para la restauración de la Cuenca del Río
Jejuí (Paraguay) al 20% de su cobertura boscosa y se ha iniciado su
implementación, antes de 2010.
9. Se ha desarrollado e iniciado una estrategia para la restauración de la
porción de la APA (Área de Protección Ambiental) de las Islas y Varzeas del
Rio Paraná, de la Alta Cuenca del Río Paraná (Brasil y Paraguay) al 20% de
su cobertura boscosa, antes de 2010.
Meta 5:
Participación y apoyo público a largo plazo en la conservación del Paisaje para la
Conservación de la Biodiversidad
Hitos:
1. Se desarrollan, antes de 2005, los mecanismos de financiación públicos y
privados en los tres países que provean fondos para la conservación de la
ecorregión.
2. Se desarrollan, antes de 2005, los mecanismos para identificar e involucrar
a nuevas partes interesadas.
3. Se incluyen a las partes interesadas en todas las actividades de planificación
del paisaje.
4. Se logra reconocimiento político del Paisaje para la Conservación de la
Biodiversidad por parte de los gobiernos de los tres países, antes de 2005.
5. Aumenta el reconocimiento público del valor del Bosque Atlántico del Alto
Paraná y de la necesidad de implementar el Paisaje para la Conservación
de la Biodiversidad, antes de 2005.
6. Las partes interesadas, incluyendo las iniciativas gubernamentales de
desarrollo, incorporan las metas de la Visión de Biodiversidad a sus
programas, antes de 2005.
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7. Programas de educación ambiental permanentes en los tres países, enfocados
a fortalecer acciones comunitarias para la implementación del Paisaje para
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la Conservación de la Biodiversidad, antes de 2005.
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8. Se fortalece el Foro Trinacional (Iniciativa Trinacional) para desarrollar el
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diálogo, el consenso sobre las estrategias, la coordinación de acciones, y
para compartir experiencias entre las partes interesadas de los tres países,
antes de 2005.
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9. Se incrementa la capacidad técnica local, creando una masa crítica de
profesionales que realizan investigación en conservación aplicada y ejecutan
programas de conservación, antes de 2010
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10.Participación comunitaria que resulta en un mejoramiento en el
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cumplimiento efectivo de las leyes y que logra, antes de 2005, una reducción
significativa de:
tala ilegal y comercio ilegal de productos del bosque
•
caza ilegal y comercio ilegal de fauna y flora silvestres.
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•
Meta 6:
Un sistema permanente de monitoreo y manejo adaptativo del Paisaje para la Conservación
de la Biodiversidad y del Plan de Acción en funcionamiento antes de 2010.
Hitos:
1. Están en marcha, antes de 2005, programas de conservación, investigación
y monitoreo de poblaciones de especies paraguas (jaguares, pecaríes labiados,
tapires).
2. Están en funcionamiento, antes de 2005, sistemas de monitoreo a largo
plazo de:
•
La cobertura boscosa y el uso de la tierra, utilizando metodologías
compatibles en los tres países
•
La caza ilegal y el comercio ilegal de especies silvestres
•
La presencia de especies exóticas y su impacto en la biodiversidad
•
La implementación efectiva de las áreas protegidas
•
La efectividad de las políticas públicas
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3. Están en funcionamiento, antes de 2005, mecanismos para la coordinación
de esfuerzos entre las instituciones dentro y a través de las fronteras de los
tres países, que incluyen la revisión periódica y el ajuste de objetivos y
estrategias.
4. Están en funcionamiento, antes de 2005, mecanismos para la coordinación
del manejo de las áreas protegidas y la aplicación de las leyes entre
diferentes organismos gubernamentales y entre los tres países.
5. Se realizan relevamientos de campo para probar la validez de las unidades
de paisaje identificadas en el Paisaje para la Conservación de la Biodiversidad,
antes de 2010.
6. Para mantener la variabilidad genética, se realizan relevamientos de campo
para determinar si existen especies, comunidades, o poblaciones exclusivas
de las unidades de paisaje (particularmente en el extremo norte y el extremo
sur de la ecorregión) que no están representadas en el Paisaje para la
Conservación de la Biodiversidad, antes de 2010. Si existen, y estas especies
no requieren grandes áreas (por ejemplo, especies de pequeños vertebrados),
se evalúa la viabilidad de incorporar estas unidades de paisaje al Paisaje
para la Conservación de la Biodiversidad antes de 2010.
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De la Visión a la Acción – implementando un Plan
de Acción Ecorregional
Con esta Visión de Biodiversidad como guía, el WWF y sus colaboradores locales
necesitan transformar las acciones a corto plazo que ya están en marcha en un Plan
de Acción Ecorregional que fije metas específicas a corto plazo (1-5 años) y a
mediano plazo (10-15 años). Este plan debería identificar claramente las estrategias
de mitigación de las amenazas y concentrarse en metas claras para el logro de la
conservación, así como también en los roles de las instituciones participantes, las
posibilidades de financiamiento a largo plazo, las estructuras para una dirección
efectiva, las campañas de difusión y comunicación y las actividades de capacitación.
Estas metas claras son esenciales para guiar, enfocar y monitorear el progreso de
nuestro trabajo. Junto con esta Visión inspiradora, metas claras e informes transparentes
de los resultados alcanzados son necesarios para construir responsabilidad y sentido
de pertenencia de las instituciones y organizaciones involucradas, y alcanzar un
compromiso continuo y activo. La necesidad de flexibilidad es parte misma del proceso
de construcción de un Plan de Acción Ecorregional.
A medida que se recoge más información y se monitorean las acciones, el plan puede
actualizarse fácilmente y debe permitir criterios sólidos cuando se haga necesario un
cambio de rumbo o de táctica. Además de ayudar a los programas de acción ecorregional
a organizar sus esfuerzos estratégicos, el plan tiene otros beneficios. El Plan de Acción
Ecorregional puede ayudar explícitamente a articular una agenda para la biodiversidad,
y de la misma forma ayudar a los líderes a reconocer la importancia de esta agenda
dentro de otras prioridades nacionales e internacionales. Es claro que es necesario un
apropiado desarrollo institucional de los actores involucrados para fortalecer la defensa
de la causa de la conservación en varios niveles. Como Brasil, Argentina, y Paraguay
son (en diferentes grados) democracias emergentes, esta capacitación coincide
significativamente con el desarrollo de una participación activa en el gobierno y de un
rol activo de los ciudadanos.
La implementación puede llevarse a cabo en niveles inferiores a los de la escala
ecorregional, o fuera de la ecorregión, dependiendo del tema involucrado. Un análisis
de las amenazas es un filtro esencial para determinar a qué escala y en qué plazo
deberíamos actuar. Todas las acciones de conservación deben concebirse e implementarse
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en relación con las realidades sociales y políticas en las que se insertan. En la Ecorregión
del Bosque Atlántico del Alto Paraná, estas realidades son diferentes en cada uno de
los tres países, y aún en diferentes regiones de un mismo país. La mayoría de las
acciones serán implementadas a nivel nacional o regional dentro de cada país. Sin
embargo la planificación estratégica, el monitoreo de las amenazas y de los resultados
de la conservación, así como los ajustes que sean necesarios deben manejarse a una
escala ecorregional.
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