Unidad 1 - E-ducativa catedu

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QUINCENA 8ª-. LITERATURA HASTA LA GUERRA CIVIL:
MODERNISMO, 98 Y NOVECENTISMO
Modernismo y 98. Tan distintos, tan cercanos..
Tradicionalmente, la Historia de la Literatura ha establecido una división muy clara
entre estos dos movimientos coetáneos que vas a estudiar. Sin embargo, también son
muy antiguas las voces que encuentran un fondo común a ambas escuelas. Es el caso de
Pedro Salinas quien, ya en 1943, afirma que todos los nuevos escritores participan en
su estructura espiritual de esos dos elementos constitutivos de la generación, y son un
tanto 98 y un tanto modernistas.
Uno de los testimonios en los que mejor se aprecia la cercanía de ambos movimientos
es el cuento de Ruben Darío titulado D.Q. En él, un enigmático soldado que responde a
estas iniciales (Don Quijote) prefiere lanzarse a un abismo antes que entregar la bandera
española al victorioso ejército yanqui, simbolizando así que, pese a la derrota material,
el ideal hispánico perdura. Rubén Darío demuestra así su profunda desolación por la
derrotada España, tan afín a la que sintieron los noventayochistas. Este es el final del
cuento:
Debíamos dar al enemigo vencedor las armas, todo; y el enemigo apareció, en la forma de un gran
diablo rubio, de cabellos lacios, barba de chivo, oficial de los Estados Unidos, seguido de una
escolta de cazadores de ojos azules.
Y la horrible escena comenzó. Las espadas se entregaron; los fusiles también... Unos soldados
palidecían, con los ojos húmedos de lágrimas, estallando de indignación y de vergüenza.
Y la bandera...
Cuando llegó el momento de la bandera [...] aquel hombre extraño, que miraba tan profundamente
con una mirada de siglos, con su bandera amarilla y roja, dándonos una mirada de la más amarga
despedida, sin que nadie se atreviese a tocarle, fuese paso a paso al abismo y se arrojó en él.
Todavía, de lo negro del precipicio, devolvieron las rocas un ruido metálico, como el de una
armadura...
Ortega y Gasset. Masa y minoría
El magisterio filosófico de Ortega y Gasset fue uno de los catalizadores del
Novecentismo, que vas a abordar en esta quincena. Ortega establece una diferenciación
entre el hombre-masa, consumidor voraz de literatura tradicional, y la minoría, que se
siente atraída por la literatura moderna o vanguardista propia del siglo XX.
Lo que diferencia a estos últimos de la masa no es el dinero o la clase social, sino su
nivel de autoexigencia. El hombre que se impone a sí propio una disciplina más dura y
unas exigencias mayores que las habituales en el contorno se selecciona a sí mismo,
explica.
En La deshumanización del arte (1925), expone Ortega cómo, mientras los hombresmasa se dejan arrastrar por las pasiones, los que forman esta minoría prefieren el
ejercicio de la razón y la inteligencia. Esa es la causa de que estos últimos se vean más
capacitados para disfrutar del arte moderno, que exige un mayor esfuerzo mental, frente
a las formas tradicionales, que solo buscan emocionar al lector con el argumento o el
sentimentalismo.
En España Invertebrada (1922) y La rebelión de las masas (1929), Ortega aplica esta
filosofía al terreno político. Explica que la minoría selecta debe ejercer un papel rector
sobre la sociedad, no tanto a través del ejercicio directo de la política, como mediante la
"ejemplaridad", es decir, sirviendo como modelo de conducta a la masa. La corrupción
de esta élite rectora tiene como consecuencia inevitable la rebelión de las masas, con las
desastrosas consecuencias que ello conlleva.
Encuadre Histórico
- ::
El siglo XIX termina para España con la derrota total en su enfrentamiento con los
Estados Unidos de América. En 1895 comienza una nueva insurrección en Cuba, que se
extiende también a Filipinas. La defensa de estos lejanos territorios supone un desafío
para un ejército anticuado y escaso de medios. Pero la situación se vuelve insostenible
para España con la entrada en la guerra de los EE.UU.
La misteriosa explosión del crucero estadounidense Maine, anclado en el puerto de La
Habana, es el pretexto ideal para justificar la participación en el conflicto. En unos
noventa días, la resitencia española es vencida. En la bahía de Santiago tiene lugar el
episodio más dramático: la completa destrucción de la flota española, dirigida por el
Almirante Cervera, que nada pudo hacer frente a los modernos acorazados
norteamericanos. Como resultado del Tratado de París, Cuba logra su independencia,
mientras que Puerto Rico y Filipinas pasaron de hecho a manos estadounidenses.
Desaparecen así los últimos vestigios del Imperio Español y se completa la
emancipación de Hispanoamérica. En cualquier caso, la derrota es un aldabonazo para
los intelectuales del país, que asumirán la tarea de discernir las causas del desastre y
buscar un camino para la regeneración nacional.
En 1902 comienza el reinado de Alfonso XIII, que se caracterizarápor la continuidad en
el turnismo político, es decir, la alternancia pacífica entre el Partido Conservador,
encabezado por Cánovas del Castillo, y el Liberal Fusionista, dirigido por Práxedes
Mateo Sagasta. Ello no impedirá el auge de los movimientos obreros de signo socialista
(en 1888, Pablo Iglesias había fundado el PSOE) o anarquista. Paralelamente, comienza
una nueva guerra, esta vez contra las cabilas rifeñas del Norte de África.
El Modernismo
El Modernismo se define como el movimiento cultural surgido en Hispanoamérica que
pretendió una total renovación de la Literatura y el Arte, contaminadas, a su juicio, por
las convenciones de la sociedad burguesa.
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Rechazo a la sociedad burguesa: El mundo del burgués es materialista, y solo valora
aquello que tiene una utilidad inmediata. Por eso el poeta no se adapta y opta por la
evasión. Las obras se ambientan a menudo en lugares exóticos, épocas pasadas o en
escenarios de cuentos de hadas.
•
El "arte por el arte": La creación poética no debe tener otro objetivo más allá
de crear belleza. Cualquier otra utilidad (didáctica, política...) es rechazada.
•
Cosmopolitismo: Pese a surgir en una esfera hispánica, el Modernismo busca la
influencia de las literaturas extranjeras: la alemana, la clásica, la anglosajona...
pero muy especialmente la francesa. Dos escuelas poéticas galas, el
Parnasianismo y el Simbolismo, influirán muy poderosamente sobre los
modernistas.
•
La sensorialidad: a través de la adjetivación, el léxico y otros recursos, el poeta
pretende sugerir sensaciones (visuales, auditivas, olfativas...) en el lector. A
veces, varias sensaciones aparecen fundidas (sinestesia).
El Modernismo. Rubén Darío.
Rubén Darío nació en Nicaragua en 1867. Recorrió varios países de América, unas
veces como periodista, otras como diplomático de su país. Finalmente da el salto a París
-ciudad de la que se enamora- y España, donde impulsa una renovación poética sin
precedentes. Murió en 1916.
En la obra poética de Rubén Darío distinguimos tres etapas, que se corresponden con
tres de sus libros fundamentales:
•
Azul (1888). Los poemas se alternan con cuentos, como El rey burgués, donde
critica cómo el poeta puede acabar convertido en un producto más de consumo.
Predominan los temas precolombinos. A él pertenece el soneto Caupolicán, que
podrás leer más adelante.
•
Prosas profanas (1892). Es el momento de eclosión modernista en la forma. En
cuanto a los temas, la América natal del poeta deja paso al cosmopolitismo, y los
poemas se ambientan en lugares lejanos (Europa, Oriente...). Gran influencia de
las literaturas extranjeras, sobre todo francesa.
•
Cantos de vida y esperanza (1905). El poeta deja a un lado el cosmopolitismo
para reivindicar la identidad hispánica de América, ahora amenazada por la
presión de EE.UU. Es el caso de la Oda a Roosevelt o Salutación del optimista,
donde se mantiene la esperanza de que la herencia hispana prevalezca sobre el
poderío anglosajón. Aparece con fuerza el tema existencial: ante el terror de la
muerte, surge una religiosidad llena de dudas.
TEXTOS DE RUBÉN DARÍO
Caupolicán
Es algo formidable que vio la vieja raza
robusto tronco de árbol al hombro de un campeón
salvaje y aguerrido, cuya fornida maza
blandiera el brazo de Hércules o el brazo de Sansón.
Por casco sus cabellos, su pecho por coraza
pudiera tal guerrero, de Arauco en la región
lancero de los bosques, Nemrod que todo caza,
desjarretar un toro, o estrangular un león.
Anduvo, anduvo, anduvo, le vio la luz del día,
le vio la tarde pálida, le vio la noche fría,
y siempre el tronco de árbol a cuestas del titán.
"¡El Toqui, el Toqui!", clama la conmovida casta.
Anduvo, anduvo, anduvo, la Aurora dijo "Basta",
e irguióse la alta frente del gran Caupolicán.
Azul
Sonatina
La princesa está triste... ¿qué tendrá la princesa?
Los suspiros se escapan de su boca de fresa
que ha perdido la vida, que ha perdido el color.
La princesa está pálida en su silla de oro
está mudo el teclado de su clave sonoro
y en un vaso, olvidada, se desmaya una flor[...].
Prosas profanas
Spes
Jesús, incomparable perdonador de injurias,
óyeme, sembrador de trigo, dame el tierno
pan de tus hostias; dame, contra el sańudo infierno
una gracia lustral de iras y lujurias.
Dime que ese espantoso horror de la agonía
que me obsede, es no más que mi culpa nefanda,
que al morir hallaré la luz de un nuevo día
y que entonces oiré mi "¡Levántate y anda!".
Cantos de vida y esperanza
La Generación del 98.
Se considera "generación" a un grupo de autores que comparten ciertos requisitos, como
tener edades semejantes, mantener un trato personal y presentar afinidades estilísticas.
También es preciso que haya existido un acontecimiento generacional, como lo fue,
sin lugar a dudas, la derrota española en Cuba.
.
*
•
La preocupación por España: Los noventayochistas abordan el problema de la
regeneración nacional desde un punto de vista subjetivo. No buscan tanto
soluciones económicas o sociales como una renovación de los valores, las ideas
y las creencias. Don Quijote es un modelo a seguir.
•
El paisaje de Castilla: Pese a proceder de regiones periféricas, todos se sienten
muy atraídos por Castilla, en la que creen encontrar la verdadera esencia
española. Castilla ha hecho España y Castilla la ha deshecho, llega a exclamar
Unamuno.
•
El tema existencial: Pasan a primer plano las cuestiones relacionadas con la
existencia humana: el paso del tiempo, el sentido de la vida, la muerte, la
inmortalidad.
Los especialistas están de acuerdo en partir de un núcleo inicial formado por "Azorín",
Pío Baroja y Ramiro de Maeztu, que buscan el liderazgo de Miguel de Unamuno.
Después se unen Valle-Inclán y Antonio Machado, procedentes del Modernismo.
Miguel de Unamuno
Nació en Bilbao en 1864, pero vivió casi toda su vida en Salamanca, de cuya
universidad llegó a ser rector. Sufrió destierro en Fuerteventura durante la dictadura de
Primo de Rivera. Saluda esperanzado la República, pero no tarda en denunciar sus
excesos. Un altercado con el general Millán Astray pone fin a su inicial simpatía por el
Alzamiento. Muere a finales de 1936, arrestado en su casa.
Sus ensayos desarrollan dos temas fundamentales. Por una parte, la preocupación por
España que se plasma en textos como En torno al casticismo (1895) y Vida de don
Quijote y Sancho (1905). Por otra parte, las cuestiones de la inmortalidad y el sentido de
la vida, que se abordan en Del sentimiento trágico de la vida (1913) y La agonía del
Cristianismo (1925).
Es en sus novelas (o nivolas, como él las llamaba) donde se aprecia el mayor afán de
renovación formal. Todo elemento decorativo o prescindible se elimina en favor de las
ideas y cuestiones filosóficas expuestas. Cobra gran importancia el diálogo. Es el caso
de Niebla (1914) o San Manuel Bueno, Mártir (1930).
Mención aparte merecen su lírica y su teatro. De la primera hay que destacar El Cristo
de Velázquez (1920), donde expresa con aspereza su sentimiento religioso. En cuanto a
sus dramas, que plantean sus habituales conflictos filosóficos, recordaremos Fedra o La
tía Tula, sobre la maternidad.
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La conversación que mantiene el protagonista de la novela, Augusto Pérez, con su
propio autor, don Miguel de Unamuno, es el momento culminante de Niebla. En ella,
Augusto se enfrenta a dos hechos terribles: no es más que un personaje de ficción y,
además, su autor tiene ya escrito el momento de su muerte.
Cayó a mis pies de hinojos, suplicante y exclamando:
-¡ Don Miguel, por Dios, quiero vivir, quiero ser yo!
-No puede ser, pobre Augusto -le dije cogiéndole una mano y levantándole-, no puede ser.
Lo tengo ya escrito y es irrevocable; no puedes vivir más. No sé qué hacer ya de ti. Dios, cuando no
sabe qué hacer de nosotros, nos mata [...]
-¿Conque no, eh? -me dijo- ¿conque no? No quiere usted dejarme ser yo, salir de la niebla, vivir,
vivir, vivir, verme oírme, tocarme, sentirme, dolerme serme: ¿conque no lo quiere? ¿Conque he de
morir ente de ficción? Pues bien, mi señor creador don Miguel de Unamuno, también usted se
morirá, también usted, y se volverá a la nada de donde salió... ¡ Dios dejará de soñarle!
"Azorín"
José Martínez Ruiz, más conocido por su pseudónimo, "Azorín", nace en Monóvar del
Campo (Alicante) en 1873. Tras una juventud revolucionaria, evoluciona hacia una
actitud conservadora y un catolicismo firme. Su actividad principal es el periodismo,
aunque ha pasado a la historia de la literatura por sus aportaciones al ensayo y, sobre
todo, a la novela. Su obra La voluntad (1902) constituye un hito en la Literatura del
siglo XX.
Su tema principal es el paso del tiempo, que parece querer detener con una prosa lenta,
de frases cortas y especial atención por el detalle. Las descripciones cobran a menudo
mayor importancia que el propio argumento.
El otro gran tema de "Azorín" es el paisaje de Castilla. Desde la mencionada
preocupación por el paso del tiempo, intentará apresar en sus páginas la esencia
española que pervive a los cambios, es decir, lo intemporal. Destaca su ensayo Castilla
(1912), en el que intenta revivir una época pasada, con sus hidalgos, sus castillos, sus
místicos...
Ramiro de Maeztu
Nació en Vitoria (1872). Tras una juventud revolucionaria, evoluciona a posiciones
tradicionalistas y conservadoras. En 1936 muere fusilado por un tribunal popular
republicano.
De su producción ensayística hay que destacar Don Quijote, don Juan y la Celestina
(1916), donde analiza magistralmente esas tres cumbres literarias, y Defensa de la
Hispanidad, (1934), donde defiende que España forma con Hispanoamérica una
comunidad espiritual.
Pío Baroja
Nació en San Sebastián (1872) y estudió medicina, pero se dedica a la literatura.
Profesó en su juventud ideas anarquistas. Desde 1935 y hasta su muerte en Madrid
(1956) es miembro de la R.A.E. Le caracteriza un profundo escepticismo hacia el ser
humano, al que considera "un animal dañino".
Baroja se jactaba de escribir sus libros sin un plan previo, como sucede la vida. Opta
por párrafos breves y descripciones concisas, y elimina todo elemento ornamental o
retórico.
Una gran parte de su extensa obra está distribuida en trilogías. Destacaremos algunas:
•
Tierra vasca: Sus títulos son La casa de Aizgorri (1900), El mayorazgo de
Labraz (1903) y Zalacaín el aventurero (1905). Esta última presenta a un
auténtico hombre de acción en el contexto de la última guerra carlista.
•
La lucha por la vida: La forman La busca (1904), Mala hierba (1904) y Aurora
roja (1905). En ella expone su visión pesimista de la vida y del hombre. Su
protagonista, Manuel, intenta salir adelante en los míseros barrios bajos de
Madrid, presentados con implacable realismo.
•
La raza: Formada por los títulos La dama errante (1908), La ciudad de la
niebla (1909) y El árbol de la ciencia (1911). Esta última, de carácter bastante
autobiográfico, narra desde un punto de vista muy pesimista la experiencia de un
joven médico a quien sus estudios no han preparado para enfrentarse con la
enfermedad y la muerte.
Valle- Inclán
Ramón María del Valle-Inclán nació en Villanueva de Arosa (Pontevedra) en 1866.
Desde muy pronto le atraen la vida aventurera y bohemia. Su viaje a México le inspirará
algunos episodios de sus Sonatas. Con sus largas barbas y melenas y su extravagante
indumentaria, pone de manifiesto su rebeldía ante la sociedad burguesa.
Su producción literaria sufre una profunda transformación a lo largo de los años. Parte
de un modernismo esteticista para desembocar en una postura crítica con la sociedad,
expresada con la mayor dureza. Distinguimos por tanto dos etapas:
•
Las sonatas: Entre 1902 y 1905 escribe una serie de cuatro novelas (Sonata de
Primavera, Sonata de Estío, Sonata de Otoño, Sonata de Invierno) en las que
narra las aventuras sentimentales del Marqués de Bradomín, "un don Juan feo,
católico y sentimental". Las Sonatas son el más exitoso intento de aplicar a la
novela la renovación estilística del Modernismo.
•
Los "Esperpentos": En 1920 publica Luces de Bohemia,a la que aplica el
subtítulo de "esperpento". Con esta palabra intenta nombrar una nueva estética
que se caracteriza por presentar una realidad deformada y grotesca. Con un
humorismo en apariencia cruel y despiadado, se critica una sociedad corrompida
donde triunfan el dolor, la represión y la injusticia. En la misma línea están otros
títulos como Divinas Palabras, ambientado en el campo gallego, o Martes de
carnaval.
+
%
El refinado erotismo de Sonata de Estío se personifica en la "Niña Chole", una criolla
tan hermosa como cruel que estimulará, al más puro estilo modernista, los sentidos del
Marqués de Bradomín.
Llegado que fui a la fragata, recogíme a mi camarote, y como estuviese muy fatigado, me acosté en
seguida. Cátate que no bien apago la luz empiezan a removerse las víboras mal dormidas del deseo
que desde todo el día llevaba enroscadas al corazón, apercibidas a morderle. Al mismo tiempo
sentíame invadido por una gran melancolía, llena de confusión y de misterio. La melancolía del
sexo, germen de la gran tristeza humana. El recuerdo de la Niña Chole perseguíame con mariposeo
ingrávido y terco. Su belleza índica, y aquel encanto sacerdotal, aquella gracia serpentina, y el
mirar sibilino, y las caderas tornátiles, la sonrisa inquietante, los pies de niña, los hombros
desnudos, todo cuanto la mente adivinaba, cuanto los ojos vieran, todo, todo era una hoguera voraz
en que mi carne ardía. Me figuraba que las formas juveniles de aquella musmé yucateca florecían
entre céfiros, y que veladas primero, se entreabrían turgentes, frescas, lujuriosas, fragantes como
rosas de japonería en los jardines de Tierra Caliente.
Antonio Machado.
Antonio Machado nace en Sevilla en 1875, aunque con ocho años se traslada a Madrid.
En un viaje a París, conoce a Rubén Darío, al que admira, y a su regreso empieza a
colaborar con la publicación modernista Helios, dirigida por Juan Ramón Jiménez. En
1907 se establece en Soria como profesor de Francés. Se casa con una de sus alumnas,
Leonor Izquierdo, que fallece tres años después. La Guerra Civil le empuja a exiliarse
en Francia, donde morirá en febrero de 1939.
En la obra poética de Antonio Machado distinguimos tres etapas, que se corresponden
con tres de sus libros fundamentales:
•
Soledades (1903), que en 1907 reaparece como Soledades, galerías y otros
poemas. Es un poemario plenamente modernista, aunque no busca tanto la
sonoridad de Rubén Darío cuanto el buceo en la intimidad, presentada a través
de símbolos como la fuente o el jardín.
•
Campos de Castilla (1912). Este libro participa ya de las preocupaciones
temáticas de la generación del 98. El paisaje de Castilla, que pasa a primer
plano, a menudo proyecta aspectos de la subjetividad del poeta. Al mismo
tiempo, surge con fuerza la preocupación por España: el poeta busca las
causas de nuestro atraso y critica las actitudes que considera negativas.
•
Juan de Mairena (1934). Es un conjunto de artículos, diálogos, textos sueltos...
atribuidos a un personaje ficticio, el profesor Juan de Mairena. Bajo esa
máscara, Machado expone, a veces en tono irónico, su punto de vista sobre las
más variadas cuestiones.
TEXTOS DE ANTONIO MACHADO
Hacia un ocaso radiante
caminaba el sol de estío,
y era, entre nubes de fuego, una trompeta gigante
tras de los álamos verdes de las márgenes del río.
Dentro de un olmo sonaba la sempiterna tijera
de la cigarra cantora, el monorritmo jovial,
entre metal y madera,
que es la canción estival.
En una huerta sombría
giraban los cangilones de la noria soñolienta.
Bajo las ramas oscuras el son del agua se oía.
Era una tarde de julio, luminosa y polvorienta..
Yo iba haciendo mi camino,
absorto en el solitario crepúsculo campesino,
Y pensaba: "¡Hermosa tarde, toda desdén y
armonía;
hermosa tarde, tú curas la pobre melancolía
de este rincón vanidoso, oscuro rincón que piensa"
[...]
Soledades, Galerías y otros poemas
A orillas del Duero
Mediaba el mes de julio. Era un hermoso día.
Yo, solo, por las quiebras del pedregal subía,
buscando los recodos de sombra, lentamente.
a trechos me paraba para enjugar mi frente
y dar algún respiro al pecho jadeante;
o bien, ahincando el paso, el cuerpo hacia adelante
y hacia la mano diestra vencido y apoyado
en un bastón, a guisa de pastoril cayado,
trepaba por los cerros que habitan las rapaces
aves de altura, hollando las hierbas montaraces
de fuerte olor -romero, tomillo, salvia, espliego-.
Sobre los agrios campos caía un sol de fuego.
[…]
Castilla miserable, ayer dominadora,
envuelta en sus andrajos desprecia cuanto ignora.
¿Espera, duerme o sueña? ¿La sangre derramada
recuerda, cuando tuvo la fiebre de la espada?
Todo se mueve, fluye, discurre, corre o gira;
cambian la mar y el monte y el ojo que los mira.
¿Pasó? Sobre sus campos aún el fantasma yerra
de un pueblo que ponía a Dios sobre la guerra.
Campos de Castilla
El Novecentismo (1914)
Otra generación ha llegado. Hay en estos jóvenes más métodos, más sistema, una mayor
preocupación científica. Son los que este núcleo forman, críticos, historiadores,
filólogos, eruditos, profesores. Saben más que nosotros, ¿Tienen nuestra espontaneidad?
Dejémosles paso. Con estas palabras saluda Azorín a los intelectuales y artistas que
protagonizarán, a partir de 1914, un nuevo cambio cultural y artístico.
El Novecentismo se fundamenta sobre las ideas filosóficas de Ortega y Gasset, quien,
en La deshumanización del arte e Ideas sobre la novela, dos ensayos publicados en
1925, resume las característcas que, a su juicio, debe tener el arte moderno:
•
Es un "arte puro". Lo importante en el arte ya no es el sentimiento humano,
sino el placer intelectual que produce la forma.
•
En la novela, el argumento pierde importancia, y el autor se dedica a ensayar
estructuras novedosas y primores de estilo. La poesía se convierte, según el
propio Ortega, en "el álgebra superior de las metáforas".
•
Este nuevo placer estético no está al alcance de todos. Así, el público queda
dividido entre los que lo entienden (los egregios) y los que no lo entienden (la
masa).
En el terreno de la novela destacan Gabriel Miró (El obispo leproso), por su capacidad
para captar sensaciones físicas, y Ramón Pérez de Ayala (Belarmino y Apolonio),
cuyas obras se van acercando cada vez más al ensayo.
La poesía del Novecentismo: Juan Ramón Jiménez
Juan Ramón Jiménez nació en Moguer (Huelva) en 1881. A partir de 1900 su amistad
con Rubén Darío le acerca al Modernismo español. Recibe el premio Nobel en 1956, ya
exiliado, dos años antes de su muerte. Su trayectoria puede dividirse en cuatro etapas:
•
Primeros libros: a partir de Arias tristes (1903) encontramos una poesía
intimista, de formas muy sencillas y con clara influencia del simbolismo
becqueriano. La soledad, la melancolía, el paso del tiempo, la muerte... sitúan
este libro en una línea neorromántica.
•
Etapa modernista: La influencia de Rubén Darío se traduce en el uso frecuente
del verso alejandrino y en la abundancia de adjetivos cromáticos y otros
elementos sensoriales. No obstante, los poemas siguen centrados en la intimidad
del poeta. Destacan obras como La soledad sonora y Sonetos espirituales.
•
Etapa intelectual: Con Diario de un poeta recién casado (1916) y Eternidades
(1918) comienza una depuración de todos los elementos ornamentales. El poeta
recupera el verso octosílabo y la asonancia así como los poemas breves. El poeta
busca lo esencial, el "nombre exacto de las cosas".
•
Etapa "suficiente" o "verdadera": La búsqueda de la verdad y del
conocimiento desembocan en un peculiar misticismo. La sed de belleza y
eternidad dan como fruto obras como En el otro costado (1942) o Dios deseado
y deseante (1949).
Vino, primero, pura,
vestida de inocencia.
Y la amé como un niño.
Luego se fue vistiendo
de no sé qué ropajes.
Y la fui odiando, sin saberlo.
Llegó a ser una reina, fastuosa de tesoros...
¡Qué iracundia de yel y sin sentido!
...Mas se fue desnudando.
y yo le sonreía.
Se quedó con la túnica
de su inocencia antigua.
Creí de nuevo en ella.
Y se quitó la túnica
y apareció desnuda toda...
¡Oh pasión de mi vida, poesía.
desnuda, mía para siempre!
Gabriel Miró
Nace en Alicante (1879-1930). En sus novelas, la acción cede su importancia al lirismo
y a la fina evocación de sensaciones, así como a un laborioso cultivo del lenguaje. Por
todo ello se le considera un auténtico poeta en prosa. Destaca el díptico formado por
Nuestro Padre San Daniel (1921) y El obispo leproso (1926), dos novelas ambientadas
en Oleza (trasunto de Orihuela) en las que la se critica la intolerancia religiosa.
También son destacables El libro de Sigüenza (1917), recopilación de relatos breves
protagonizados por Sigüenza, "alter ego" del autor, y Figuras de la Pasión del Señor
(1917), donde se narra en forma de novela la muerte de Jesucristo ambientada en una
Palestina muy parecida a las tierras alicantinas del autor.
Ramón Pérez de Ayala
Nace en Oviedo (1880). Trabaja como corresponsal en Europa y en América.
Embajador en Londres durante la República, acabará exiliado en Buenos Aires. Muere
en Madrid en 1962.
En su juventud fue poeta modernista, con poco éxito. Su novela La pata de la raposa
(1912) se enmarca dentro de la generación del 98.
En 1916 publica el volumen Tres novelas poemáticas de la vida española. Incluye
Prometeo, Luz de domingo y La caída de los limones. En ellas la acción deja terreno a
las ideas y los relatos se acercan al ensayo, evolución que culmina con Berlamino y
Apolonio (1921), donde dos zapateros encarnan la meditación y la acción como posibles
actitudes ante la vida.
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